Bishoujo Team

Random => Patio de Juegos => Topic started by: Airin on April 20, 2017, 07:49:07 AM

Title: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on April 20, 2017, 07:49:07 AM
(http://honey-rider.net/bt/airin/patioprompts-pic.png)

(http://honey-rider.net/bt/airin/divt-scifiz.png)
Casar, follar, matar. (#post_fuckmarrykill1)
- CFM — Soldier version -
Crescent 01 (#post_Crescent1)
Hope + Accidental Family
       Crescent 02 (#post_Crescent2)
       Hope + Accidental Family

(http://honey-rider.net/bt/airin/divt-sliceoflife.png)
Drive 'round (#post_bikerNirCloud1)
Cloud x Anir (+ Cid)
Out of line 01 (#post_FBprompt1)
Sephiroth x Airin (+ Angeal)
       Out of line 02 (#post_FBprompt2)
       Airin + Cloud + Genesis
Going down with the sickness 01 (#post_laenfermedad1) 
Anir x Angeal (+ Prompto + Cloud)
       Going down with the sickness 02 (#post_laenfermedad2)
       Anir x Angeal (+ Prompto + Cloud)
The Gift of the Goddess (#post_SoulmatesNir1)
Anir x Genesis (+ Angeal)
Hellish hours (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10137/#msg10137)
Kanon x Milo (+ Gato)
I’m going my way (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10461/#msg10461)
(Idol Things OCs AU)
Baby, the Stars Shine Bright (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10781/#msg10781)
(Milo x Afrodita)

(http://honey-rider.net/bt/airin/divt-witchybusiness.png)
You Make Me Thirsty (#post_GaaraShru1)
Shruikan ¿x? Gaara
Amhrán na Farraige 01 (#post_SelkieAU1)
Nyx x Airin (Selkie Marriage)
       Amhrán na Farraige 02 (#post_SelkieAU2)
       Nyx x Airin (Selkie Marriage)
Deep down my Soul 01 (#post_FeanorianGhostsAU1)
Airin + Fëanorian Haunted House
       Deep down my Soul 02 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg9869/#msg9869)
       Airin + Fëanorian Haunted House
       Deep down my Soul 03 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10747/#msg10747)
       Airin + Fëanorian Haunted House
I’ll make you say wow 01 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10038/#msg10038)
Airin + BBQ DemonCheeseBacon
       I’ll make you say wow 02 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10248/#msg10248)
       Airin + BBQ DemonCheeseBacon
I dream in a dream every night 01 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10199/#msg10199)
Demon Party Under the Bed
       I dream in a dream every night 02 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10248/#msg10248)
       Demon Party Under the Bed
Oceanide 01 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10413/#msg10413)
(Witches & Mers AU)
       Oceanide 02 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10499/#msg10499)
       (Witches & Mers AU)
Don't call my name 01 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10608/#msg10608)
Kanon + Afrodita (Summon AU)
       Don't call my name 02 (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10710/#msg10710)
       Kanon x Sorrento (Summon AU)



 (http://honey-rider.net/bt/airin/divt-activis.png)
2k19 #prompts4everyone ❤ v 3.0 (#post_prompts2019-1)
   - Compilation vol. 1 - 
        2k19 #prompts4everyone ❤ v 3.0 (#post_prompts2019-2)
        - Compilation vol. 2 - 
 
   
#promptactivity 2020 - ❤ (#post_prompts2020)
   - The Compilation -



(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-profile/div-flech2.png)




Title: Re: Shot thru' the heart..! (and you're to blame..)
Post by: Airin on August 31, 2017, 04:16:28 PM
Drive 'round
- katu baten hodeiak ikusten -
Cloud
x
Anir
+
Cid
(http://honey-rider.net/bt-prompts/cloud1.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/neko.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/cid3.jpg)



—Oh venga ya. —murmuró entre dientes el joven cuando dobló la esquina del taller.

Sus ojos se encontraron de frente con una escena que no podía ser más cliché. Una chica (al menos físicamente, como cualquiera hubiera podido observar sin ningún tipo de impedimento que supusiera margen de duda) estaba inclinada, o más bien metida dentro del capó de una camioneta pick-up que había visto días mejores. Muchos días, a juzgar por su pintura pelada llena de rascones oxidados. La chica, o lo que podía ver de ella, llevaba unos pantalones de tela vaquera tan mínimos que a lo mejor no merecían llamarse así, no era como si contribuyesen a cubrir demasiado aquel trasero apetecible y respingón. Tenían una mancha de grasa oscura con la forma excepcionalmente distinguible de una mano en un lado, y en el otro, un pañuelo sucio colgaba más que asomaba del bolsillo.

—Hmmhmmm... oh, estabas aquí!

Cloud no pudo evitar ladear ligeramente la cabeza cuando la chica, de quien hasta entonces no se había dado cuenta que estaba subida a un neumático, se estiró un poquito más hacia el interior de la máquina moviendo la cadera y poniéndose de puntillas sobre el caucho. Doblando la pierna que menos apoyaba, sacó un brazo grasiento hasta el codo y culebreó por encima del parachoques buscando desesperadamente la forma de alcanzar el calcetín que se le escurría por debajo de la rodilla, sin caerse de lado. Tras varios intentos en los que sólo consiguió mancharse la pierna de grasa, lo dejó por imposible con una maldición, y el calcetín se escurrió inexorablemente hasta el borde de la zapatilla, haciéndose un charco de punto arrugado sobre la lona.

Empezando a notar calor subiéndole por el cuello, Cloud se aflojó un poco la cremallera de la chaqueta. Era todo tan… Podrían haberlo sacado del principio de una de aquellas películas de su compañero de piso. Sólo hacía falta que la chica se diera la vuelta y llevase una de esas minúsculas camisetas de tirantes rasgadas.
Ridículo.
Resolvió seguir su camino en busca del dueño del taller para terminar su trabajo por hoy, y continuar con algunos otros asuntos menos urgentes, y dejar de mirar aquellas nalgas redondas y firmes antes de buscarse un problema.

Tomó aire y carraspeó. Y entonces pasaron dos cosas al mismo tiempo.
El dueño del taller salió a zancadas largas de su oficina dando tal portazo que la puerta se cerró y volvió a abrir de la fuerza, y la chica se incorporó de golpe dentro del capó, pegándose con la cabeza en la chapa levantada de la camioneta.

—¡Strife! ¡Llegas tarde! ¿Te piensas que tengo to’l puto día pa’sperarte o qué? —ladró el hombre con un cigarro sin encender apretado entre sus colmillos.

Sin mediar palabra el joven señaló el reloj en la pared, que marcaba la hora y media, con una ceja arqueada.

—Cagüen la puta, otra vez llevo la hora en la oficina adelantada. —masculló frotándose una mano por la frente. Se giró a mirar a la chica, que también se sobaba la cabeza con cara de indignación.— Anir, ¿qué t’he dicho mil veces? Quítate los putos cascos pa’trabajar joder, que algún día tendremos una desgracia y la sangre no se quita fácil.

La chica, que afortunadamente para los anteriores temores de Cloud llevaba una camiseta normal, le dirigió una mirada cargada de un odio tan potente que habría fundido a cualquier ser de menor calibre. Pero el hombre sólo apunto un dedo hacia la oficina.

—Ponte hielo en eso.

Anir se estiró de los bordes del pantalón hacia abajo, devolviéndole la apariencia de corto pero respetable que perdía en cuanto se inclinaba y se subió el calcetín insumiso hasta el muslo con saña. Dejó la bujía que había pescado sobre la bandeja metálica de una caja de herramientas, y con un movimiento que habría llenado de envidia a muchas mujeres se echó las largas coletas de pelo dorado encendido hacia atrás, haciendo que cayeran por su espalda de forma sugerente.

—Hasta luego guapo. —sonrió moviendo los deditos engrasados y lanzó un guiño coqueto en dirección al joven, que tragó saliva.

Cloud se vio repentinamente agarrado por el brazo y sacado a la calle casi a rastras. Una vez fue liberado en la puerta del taller, justo frente a su motocicleta, hizo el intento de prepararse mentalmente para lo peor.

—Cid… —comenzó el chico, pero el mecánico hizo un gesto con una mano, silenciándolo, mientras se encendía el cigarro y daba una larga calada.

—Aahh joder… qué falta me hacía salir a fumar —dijo saboreando el humo.— Toda la puta mañana poniendo facturas al día. ¿Tienes lo mío?

Cloud se inclinó sobre su moto, abrió unos de los maleteros y le entregó un paquete envuelto en papel marrón sin decir nada. La cara de Cid se iluminó con una sonrisa grande y aniñada, casi fuera de lugar en un hombre corpulento de apariencia ruda, a la par que abrazaba el embalaje con mimo.

—Maquetas nuevas, —confirmó alrededor del cigarro.— Esta es tu última entrega del día ¿no? Quédate a comer, que t’estás quedando jodidamente esmirriau, y luego te doy tus recambios.

—Pero… —volvió a intentarlo Cloud.

—Nah, ni puto caso a mi hija, que lleva la cuenta de los chavales a los que deja tontos y se le está subiendo el pavo a la cabeza demasiado —desestimó con una risita palmeando el hombro del chico con fuerza— Y luego así le va.

—¿Tu hija? —preguntó el repartidor con los ojos muy abiertos y la mente en blanco.

—Seh, no me vas a decir que no se parece, —Cid lo observaba con expresión curiosa.

—¿Desde cuándo tienes una hija?

—Desde que nació, ¡joder chaval, a ver si voy a tener que apuntarte a la lista de atontunaos! —Cid empujó un poquito a Cloud, que basculó sobre sus pies, manteniendo el equilibrio.

—No parece una niña pequeña, —dijo éste entrecerrando los ojos con sospecha.

—Me cagüen la puta Strife, no mires a mi niña con mente sucia...— amenazó Cid ladeando el cigarro entre sus dientes.

—¡No, no! —se apresuró a negar Cloud con una mano— ¡Es por la edad! Tú… eres joven aún.

El mecánico hinchó el pecho orgulloso y flexionó un brazo con descaro, para soltar su tabaco momentáneamente quitar la ceniza sobrante y volver a llevárselo a la boca, pagado de sí mismo. Luego se rió un poquito, relajando la postura de nuevo.

—Fue una sorpresa accidental de adolescencia, qué te voy a decir. Tiene veintiún añazos ya y la misma mala leche que su padre. —Cid se encogió de hombros.

—Ah. —Cloud no tenía muy claro cómo reaccionar a eso, así que decidió que lo mejor sería no mostrar ninguna reacción.

—Recuérdame luego que te pague, rubiales. —dijo el hombre dando la última calada al cigarro antes de tirarlo a un charco en la calzada. Después volvió a agarrarlo por el brazo y estiró de vuelta al taller— Hala, tirando p’adentro.

Cloud se dejó arrastrar sin oposición, pensando aún en la revelación que acababa de presenciar, y al doblar la esquina de la estancia, ahí estaba otra vez la chica. Anir, la había llamado su padre. ¡Su padre, Cid! El muchacho sintió su respiración ahogarse unos centímetros antes de las cuerdas vocales, cuando vio que la chica no sólo no se había limpiado las manchas de grasa del muslo, sino que además se había cambiado la camiseta. Por una camisa. De botones   desabrochados hasta el límite de la decencia por arriba, y anudada a la altura de las costillas por abajo.

—¡Anir, por el amor del planeta! —gruñó Cid sin haber soltado aún el brazo de Cloud, al que zarandeó un poco.— ¡Espérate a que me llame suegro por lo menos antes de querer recrear películas pornos en el taller, coño!

Ahora sí, el joven dejó escapar el quejido de animal moribundo que había creído ser capaz de retener. Nop, hoy no.

—Joder papá, así no hay quien se busque la vida —renegó la chica levantando los brazos al aire.

—¡Strife! —exclamó Cid agarrando su paquete de maquetas con ambas manos— El pajarito quieto en horas y lugar de trabajo, ¿me oyes? No quiero tener q’ir con cuidao en mi puta casa.

—¿Cid?! —Los ojos azul intenso de Cloud no podían abrirse más.—¡Pero..! Escucha hombre..

—Que da igual, que no m’interesa, tú dame la factura, lárgate de aquí, y ven a comer con las manos lavadas. ¡Hala, escampa!

La chica se lo llevó tirando de sus manos con una sonrisa predadora y llena de dientes, pero igualmente irresistible.

—O sea que eres Cloud Strife… mi padre me ha hablado mucho de tí.. ¡Y de tu moto!

—A-Anir, oye ...—el joven intentó protestar inútilmente, ante el entusiasmo de su inesperada fan.

—Me encanta como dices mi nombre —suspiró la chica mirándole con expresión casi extasiada.

—Ah… ¿ah sí? —descolocado, Cloud se llevó una mano a la nuca y frotó su pelo desordenado.—Es bonito, Anir. Hm. Rima con Fenrir.

—Oooh.. ¿Fenrir es el nombre de tu moto? —pregunto Anir mordiéndose el labio inferior mientras observaba la máquina aparcada a la entrada del taller y pasaba un dedito limpio sobre el cuero del asiento.— Oh, joder. Quiero una así. Es lo puto sexy.

Cloud se rió en voz alta, un poco azorado, pero con confianza en su vehículo.

—La verdad es que sí.

—¿Me llevas a dar una vuelta? Me gusta correr. —dijo la chica sentándose a horcajadas sobre el asiento, admirando el guardabarros trasero.

Y por qué no, pensó Cloud. Al menos no les faltaría tema de conversación. Montó delante de ella y se puso las gafas de sol, mirando hacia atrás por encima de su hombro con una leve sonrisa.

—Agárrate bien, Anir.

Y aunque conducir con una chica abrazando su cintura y pegada a su espalda no era ni de lejos lo más arriesgado que había hecho sobre su moto, llevar sus piernas desnudas apretadas contra sus muslos y verlas de reojo era ciertamente un motivo de distracción más que potente.

Tendría que acordarse de lavarse bien antes de ir a comer.





'sup
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on October 25, 2017, 07:53:58 AM
@Shruikan , @Neko , porque no sabía dónde dejaros ésto, y no lo acabé el 23, pero llego a tiempo del 25 y que no sea ya demasiado tarde ;o; dice 3 meses después de haber vendido la idea Felices cumpleaños :3

Y porque OTP es One True Party fight me




Casar, follar, matar.
- CFM — Soldier version -

Zack
+
Cloud
+
Angeal
+
Sephiroth
+
Genesis
(http://honey-rider.net/bt-prompts/zack01.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/cloud8.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/angeal2.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/seph10.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/genesis2.jpg)



—Venga ya Spike, ¿de verdad pretendes que me crea que no has jugado nunca? Oops —dijo Zack mordiendo casi al vuelo la porción de pizza que había terminado por desmembrar de tanto zarandearla.

El rubio se encogió ligeramente de hombros.

—No es como si hubiera tenido con quién. Ewgh Zack, no hagas eso con el queso, es asqueroso. —Cloud arrugó la nariz juzgando con severidad a su mejor amigo, que le hacía cosas obscenas a su comida.

El moreno se rió con la boca llena y estiró el brazo en busca de una servilleta, tirando el mando de la televisión por el camino y haciendo presión accidental sobre el botón de silencio.

—Eh, bueno, qué más da, —se limpió los labios y cogió otro pedazo de pizza, sonriendo,— ¡pero ahora eres un chocobito que ha encontrado una buena familia y su hogar para siempre, y ya no te va a faltar buena compañía que cuide de tí!

La mirada de Cloud decía muchas cosas sobre aquello, y pocas buenas.

—Me tienes a mí, ¿no? —Zack ladeó la cabeza en un movimiento que junto con sus ojos brillantes le había ganado el apodo de cachorro de forma muy justificada. Y su efecto rara vez fallaba.

—Supongo, —dijo Cloud suavizando el gesto en una pequeña sonrisa cohibida.

—¿Cómo que supones? ¡Eres mi mejor amigo! —la declaración del mayor hizo que el rubio enrojeciera satisfactoriamente.

Al otro lado de la pared, en el apartamento contiguo, tres soldados de primera clase con habilidades altamente implementadas y sentidos hiper sensibles habían empezado a prestar atención a la conversación ajena.

—Aaww, mira Angeal, tu cachorrito tiene una mascota propia a la que incordiar, ¿no es adorabl- —una mano grande de dedos largos y elegantes tapó la boca del pelirrojo a mitad de subida de tono.

—Shh, Genesis baja la voz que te van a oír. —Angeal miró con el ceño fruncido a su compañero.

Éste, ofendido, lamió la mano de Sephiroth con saña y extra de saliva. El general se limitó a mirarlo con una pizca de asco en su indiferencia habitual, y procedió a su vez a limpiarse la mano denigrada en la ropa de Angeal, que intensificó un par de puntos su desaprobación.

—Es nocivo, pero tú ya estás acostumbrado a sus cosas desagradables. —Sephiroth se excusó sin que fuera realmente sentido.

—Calláos vosotros, plebeyos, que no me dejáis oír a mí, y esto me interesa. —replicó Genesis mirándolos a ambos con altivez, y empujando la puntera de su bota contra la pierna del más joven.

Sephiroth simplemente apartó el pie que presionaba su rodilla y levantó una ceja mientras ladeaba la cabeza en dirección a la pared compartida entre ambos apartamentos, contra la que el pelirrojo no perdió tiempo en apretar una oreja.

Angeal rodó los ojos, se llevó una mano a la cara, y suspiró mortificado. Pero prestó atención igualmente.

—Pero ahora piénsalo con detenimiento, ¿vale? Cé Efe Eme. Casar, follar, matar. —explicó Zack alegremente mientras robaba pequeños trozos de piña de la pizza todavía en la caja.— Con quién te casarías, a quién le echarías un polvo, y a quién le harías morder el polvo, jeje.

—¿Y tú? —Cloud le devolvió la pelota sin pestañear.

—No sé si lo haces por llevar la contraria o porque realmente eres así —murmuró el moreno a medio masticar.

En el apartamento de al lado Angeal miraba muy fijamente a un Sephiroth que se hacía el desentendido, ante la risa disimulada de Genesis.

—Es que no sabría qué decirte, ¿de todo ShinRa? ¿de las tropas de Infantería? ¿de SOLDIER? —el chico encogió un hombro— Hay demasiada gente.

—¡Y demasiados pocos que te gusten! —Zack se echó a reír después de tragar.— ¿A cuánta gente le patearías el culo si pudieras, Spike?

—Me faltan pies, —admitió Cloud con una pequeña curva en la comisura de sus labios,— por eso, empieza tú.

Zack guardó silencio durante unos momentos mientras sopesaba su respuesta, terminó de comer lo que tenía aún entre manos, y agarró una de las latas de refresco que había en la mesa de café.

—Lo mantenemos en SOLDIER entonces, —dijo. Se frotó un nudillo contra la nariz y sonrió.— Obviamente me casaría con Angeal.

Al otro lado de la pared se hizo el silencio pero no la quietud.
Los hombros de Genesis se agitaron con entusiasmo, y Sephiroth observó a su compañero con una mirada insidiosamente interesada. Sin defensa, Angeal sólo pudo levantar el dedo índice y vocalizar un tajante NO.

—Hmm, ya veo —comentó el chico rubio entre mordiscos.

—Ey, no Cloudy, sin intenciones raras, que yo sí que te veo a ti. Angeal es mi mentor. Lo conozco bien, es un tipo genial, y es totalmente material de esposo y padre. Si tuviera que elegir casarme con alguno de los tres comandantes sería él. Sé que se esforzaría por querer y cuidar a quien fuera a compartir su vida. —la vehemente defensa del carácter del comandante Hewley por su pupilo no pudo menos que sacar una sonrisa al menor.

—La verdad es que parece un hombre agradable —concedió Cloud, a lo cual Zack asintió satisfecho.

En la vivienda contigua, el mencionado soldado se tapaba la cara con una mano, intentando aguantar su risa enternecida, mientras con la otra intentaba espantar al pelirrojo que hacía gestos fervorosos de adoración hacia su persona. El general tenía una pequeña sonrisa divertida en los labios. Mamá pato y su patito, después de todo.

—Lo es, —corroboró Zack en su salón,— no estaría donde estoy si no fuera por él.

—Entonces, —el rubio robó una rodaja de pepperoni de la porción de su amigo, implacable,— a quién te… ¿hm?

—¿A quién me? —Zack sonrió con muchos dientes blancos y perfectos asomando— Dílo.

Cloud señaló su boca llena en un intento de evitar lo inevitable, pero el moreno le empujó varias veces, primero con el codo y luego con el hombro.

—¿A quién te tirarías? —preguntó por fin el menor esquivando su mirada con una sensación acalorada subiéndole por el rostro.

Zack le dio un sorbo a su refresco, subiendo y bajando las cejas con socarronería, sin saber que su amigo no era el único pendiente de su respuesta.

—A Seph. Esas tetas con tirantes, ese todo. Tú lo has visto, yo lo he visto, ¿quién no lo haría? —el chico arrancó la arandela de la lata, tras doblarla varias veces hasta ceder el aluminio. Y lo pensó mejor.— Bueno, probablemente me follaría él a mí, pero tampoco es como si fuera a quejarme; son detalles sin importancia, lo que cuenta es el polvo. Hum.

En el otro apartamento, un Sephiroth con los ojos muy abiertos y sin pestañear permanecía completamente inmóvil, respirando lo más quedamente posible sin darse cuenta, bajo el par de miradas fulminantes al que se había visto expuesto sin aviso. De repente se sentía comprometido en terreno hostil.
Finalmente Genesis palmeó su mano con delicadeza, como absolviéndolo de sus culpas.

—Angeal, —susurró el pelirrojo sin dejar de acariciar la mano del más joven de los tres como si fuera un gato huidizo,— va a haber que castrar a tu perrito si no sabes educarlo para comportarse entre gente civilizada.

—¡Gen! —el moreno se tapó la boca a sí mismo, recordando no levantar la voz.— Eres tú el que ha insistido en fisgonear.

—Y mira, ahora no sé si Sephiroth está cachondo o aterrorizado. —se defendió Genesis.

Sephiroth recuperó su mano, se recompuso con dignidad, y miró mal a su comandante.

—Ninguna de las dos cosas, muchas gracias. —replicó huraño.— Soy perfectamente consciente de la imagen que tienen otros de mí, no gracias al departamento de márketing. No habría esperado algo así de Zackary, pero tampoco es que me sorprenda.

—¿Estás rojo? —preguntó Angeal, ligeramente confundido por su actitud.

—De ninguna manera, confundes la realidad. —contestó Sephiroth inclinando la cabeza en el ángulo justo hasta que el cabello le tapó la cara.

El resoplido de Genesis dejó muy clara la inexistente credibilidad que le daba a sus palabras, pero por una vez no buscó la confrontación con él, demasiado interesado en la conversación que sucedía en el apartamento de Zack.

—No me vas a decir que no lo has pensado nunca, —se oyó decir al chico con una risita nerviosa.

Sin contestar, Cloud estudió un trozo de piña muy de cerca, con el ceño fruncido, y las mejillas calientes.

—¿No lo has pensado nunca? —preguntó Zack con incredulidad.— Pero si tienes un poster suyo en el armario.

—No te lo voy a decir. —Aclaró el rubio mordiendo la fruta con saña.

Zack dejó escapar una carcajada larga y triunfal, levantando su lata hacia el techo en señal de brindis.

—¡Lo sabía!

—¿Eso quiere decir que matarías al comandante Rhapsodos? —la deducción deliberada de Cloud cortó el festejo victorioso del chico.

—¡Eh, eh, espera un momento! —Zack miró a su amigo con un poquito de indignación, percatándose de la pequeña sonrisa astuta que se asomaba en los labios del rubio.

Aunque no tanta indignación como la que blandía el mencionado comandante al otro lado de la pared. Ésta vez fue Sephiroth quien lo agarró por los hombros para mantenerlo en su sitio, y Angeal quien se lanzó raudo y veloz a taparle la boca. De haber sido al revés el general no tenía dudas de que habría perdido un par de dedos como mínimo. Al menos no le había dado tiempo a invocar un hechizo de fuego. Esta vez.

—¡No es eso lo que quería decir! —la protesta de Zack a través del tabique puso en pausa momentánea el drama, haciendo que los tres hombres se relajasen ligeramente.

—Ah, ¿mno? —Cloud le miró con duda mientras mordía dos pedazos de pizza de forma intermitente, primero el de pepperoni y luego el de piña. No le había convencido mucho la teoría del estilo tropical de Gongaga en un principio, pero se había dejado seducir por la fruta rápidamente.

—A ver, Genesis no es mala persona. Es un muy buen líder para tener al mando, se preocupa por sus hombres; es buen estratega y tiene muy buena intuición en combate. —El rubio le observaba asintiendo a la par que masticaba su comida con calma.

En la vivienda adyacente Angeal suspiró e intercambió una mirada en blanco con Sephiroth, consiguiendo que el nuevamente apaciguado Genesis volviera a su sitio refunfuñando pero sin violencia.

—Pero me odia. —la frase de Zack, a medio camino entre confesión y sentencia, hizo estragos en las dependencias de su mentor.

—No me mires así Angeal, yo nunca he dicho que le odie. —se excusó el pelirrojo con las cejas arrugadas.

—La semana pasada le amenazaste tres veces de muerte o desfiguración. —Sephiroth se llevó una patada como pago por su servicial contribución a la verdad de los hechos, a lo que con mucha madurez respondió con otra patada de vuelta.

—¡No es lo mismo! —Protestó Genesis.— Amenazo a mucha gente a diario, eso no es equivalente a odiarlos, ¿si no cómo es que Sephiroth sigue vivo?

—Porque soy mejor combatiente que tú. —se desquitó el aludido.

Angeal se frotó las manos por la cara, negando con la cabeza, y los golpeó a ambos al mismo tiempo y repetidas veces más con un par de cojines del sofá, ahogando sus acusaciones entre ruidos sordos y acolchados mullidos.

—Y como me odia, —siguió diciendo Zack con la voz más alegre y sin muchos complejos,— he decidido que sea de vuelta. Así no hay problemas. Además él seguro que me habría quitado del medio nada más empezar el juego, la semana pasada me amenazó con matarme dos veces, y otra con un piro++ al jeto, tú dirás.

—Entiendo. —comentó Cloud con la boca llena y el ceño fruncido, pensativo.

Zack aprovechó para agarrar un par de porciones más que apartó hacia su lado y dar un trago largo a su refresco.

—Y bien, mi pequeño chocobo, —dijo el moreno lamiendo el queso fundido hasta que dejó de estirarse y se separó de la masa horneada,— es tu turno, elige con sabiduría.

Cloud se limpió los labios y la barbilla con una servilleta, estudiando sus opciones con detenimiento.

—Hmm, supongo, —comenzó,— supongo que me casaría con el comandante Hewley.

—¿Con Angeal? —Zack se echó a reir, frotando el pelo rebelde de su amigo con un poco más de fuerza de la necesaria.

¡Zaaack! —se quejó Cloud intentando escapar sin éxito, y murmuró algo cohibido,— si tu dices que lo harías, me fío de ti.

—Oh, Spike… —ignorando su sonrojo deslumbrante, el moreno le rodeó los hombros con el brazo libre y lo atrajo hacia su cuerpo, apretándolo unos momentos antes de dejarlo ir.— Está bien si eres tú. Te comparto a Angeal si quieres.

—Gracias. —contestó Cloud rodando los ojos pero sólo con un poco de ironía. Pensar que Zack sería capaz de compartir con él las cosas más importantes de su vida resultaba un poquito abrumador.

En el apartamento vecino casi podría decirse que había sentimientos flotando. Ya habían pasado por esa decisión antes, y no por ser el otro muchacho les parecía menos correcta. ¿Quién no estaría de acuerdo en que Angeal era un buen partido matrimonial? Podía ser tacaño y refunfuñón, daba sermones interminables y no apreciaba la lírica lo suficiente; pero el hombre tenía un corazón de oro que no se encontraba en mucha gente. Genesis apoyó la cabeza en el hombro de Angeal, satisfecho de que apreciasen a su más viejo amigo como era debido.
Y entonces la voz de Zack volvió a romper la calma.

—Ahora viene lo interesante, jejeje. ¿A quién te follarías Cloudy?

El rubio dejó escapar un ruido agónico y atormentado que hizo que los tres hombres prestasen toda su atención completa a lo que ocurría más allá del muro.

—¿Qué? Repíteme eso, que sólo te han entendido criaturas nocturnas pequeñitas, —dijo Zack atragantándose con la comida por culpa de la risa.

Cloud, que se había caído de lado sobre un costado cara al suelo, se giró muy despacio y murmuró algo tapándose la cara con las manos. Ante el sonido interrogante del moreno, se quitó las manos del rostro y lo miró mal, frunciendo el ceño y arrugando los labios hacia afuera. Finalmente se incorporó.

—Rhapsodos. —dijo únicamente.

¿Rhapsodos? ¡¿Te follarías a Genesis?! —exclamó Zack en voz bastante alta y quedándose con la boca abierta.

Del mismo modo que quedaron sus vecinos. El pelirrojo levantó la cabeza de repente con sorpresa, golpeándose con la barbilla de Angeal cuando éste se giró a mirarle, y ambos hicieron mueca de dolor apretando sus respectivas partes magulladas.

—¡Zack! —se oyó recriminar a Cloud con aprensión.

A pesar del golpe Genesis hacía gestos victoriosos, señalando a Sephiroth, quien observaba la escena perplejo. El que en su expresión no hubiera rastro de disconformidad con la elección del chico sirvió en gran medida para apaciguar el orgullo herido del comandante. Parpadeando un par de veces, posando su mirada de uno a otro, Sephiroth decidió que le daba igual. Agradecía el hecho de que hubiera alguien más a parte de sus dos amigos que no lo considerase simplemente un cuerpo atractivo sobre el que fantasear. Aunque el comentario previo de Zack le había picado la curiosidad, y era consicente de su físico deseable, el general no tenía ningún afán en establecerse como icono sexual masculino. Ni en ShinRa ni en ninguna otra parte. Más bien lo contrario.

—Es que… —la voz tenue de Cloud llegó desde su lado de la pared— Es guapo.

—Y se come a los novatos para desayunar. —bromeó Zack.

—He coincidido antes con él, y es cierto lo que has dicho de que se preocupa por sus tropas, ¡hasta castea hechizos de cura si hay heridos! Y además… —Cloud miró los restos de su cena sobre la mesa muy fijamente.

—¿Ajá?

—Que… tiene una voz muy… agradable. Cuando recita. —Era más fácil robar un caramelo de las manos pegajosas de un niño enrabietado que sacarle palabras a Cloud cuando se ponía tímido y obstinado.

Pero mientras el chico cruzaba los brazos en un gesto defensivo, Genesis estaba siendo arrebatado en éxtasis por la justicia divina en el salón de Angeal.

—¿Habéis oído eso? —susurró el pelirrojo embelesado, con la mano derecha apretando sobre su corazón— Un muchacho que aprecia la poesía, que disfruta escuchándome recitar, no como vosotros herejes. ¡Ah, qué encanto! Infinito en misterio es el don de la Diosa…

Angeal y Sephiroth volvieron a mirarse entre ellos con gesto ligeramente exasperado y rodados de ojos. Encogiéndose de hombros, el moreno palmeó la cabeza de Genesis, quien entre el logro de la victoria frente a su némesis y el dulce reconocimiento de sus habilidades había olvidado por completo su animosidad anterior.

—Ooh... —Al otro lado del tabique Zack se frotaba las manos, y no sólo metafóricamente hablando.— Espera a que se lo cuente a Gen-ouch!

—Zack. —dijo Cloud con voz gélida y cargada de acero.— Si sabes lo que te conviene, no vas a contárselo. Nunca. ¿Queda claro?

—Joder Spike. Vale, queda claro como el cristal. —el moreno no se amedrentó, pero se puso serio.— Era sólo una broma.

Cloud pareció desinflarse poco a poco hasta apoyar el codo en la mesa de café, y la cabeza en la mano.

—Lo… lo siento. Sé que tú no me la jugarías así, pero… es que… —Zack le cortó la disculpa manoteando con un movimiento dismisivo, quitándole hierro al asunto.

Sabía por qué había reaccionado así. Y aunque no pensaba asustar al menor con la falsa idea de que esparciría sus secretos por el mundo, eso no quería decir que no fuese a intentar cruzar su camino con el comandante pelirrojo más a menudo. Cloud tenía derecho a tener cosas de las que disfrutar y que le hicieran comportarse como el chiquillo adorable que podía ser a veces, y él se encargaría de que así fuera.
Además como amigo que era, Zack se reservaba el derecho a incordiarle y tomarle el pelo con su pequeño capricho.

—¿Y entonces matarías a…? —preguntó, reconduciendo la conversación de vuelta a su cauce.

—Hm, —con el ceño fruncido y los ojos entornados, Cloud se llevó primero una mano a la barbilla, y después se rascó la cabeza, alborotando sus mechones rubios ya de por sí desordenados.— La verdad es que hay mucha gente que mataría. O dejaría incapacitada de alguna forma.

Zack resopló y asintió con comprensión divertida.

—Pero… supongo. Tal vez. No sé.

—¿Sí?

—A.. ¿Sephiroth?

—¡¿QUÉ?! ¿Por qué? ¡Cloudy! —Y de nuevo fue Zack el portavoz de la expresión popular en la habitación contigua.

Los tres hombres cesaron todo su movimiento, Angeal y Genesis girándose a observar a Sephiroth con estupefacción.

—¿Le has hecho algo al chaval? —preguntó Angeal con suavidad,—¿le has regañado alguna vez?

Sephiroth negó con la cabeza, sabiendo que nunca se había dado el caso en que hubiera tenido que amonestar a Strife, por acción u omisión. Genesis lo miraba terriblemente desconcertado, casi podría decirse que compungido en su nombre.

—Seph… —el general sin embargo se encogió de hombros.

Era un simple juego, y quedaba claro que ellos tres habían sido elegidos como objeto de discusión; no iba a ofenderse por su posición resultante de un mero sorteo de gustos cuando no había malicia tras ello. Además parecía que Zack ya estaba ofendiéndose por él.

—Pero, pero… ¡pero Cloud! —el muchacho agarró a su amigo del hombro para mirarlo cara a cara, repitiendo palabras que ya había dicho antes.— ¡Tienes un poster suyo en el armario!

—¿Y qué? —contestó el rubio a la defensiva y sonrojándose.

—Pues que… ¿por qué? —sin saberlo Zack parafraseó a su mentor con seriedad.—¿Te ha hecho algo? ¿Te ha reñido alguna vez? A mí me ha echado montones de broncas, pero Sephiroth siempre lo hace en privado en su oficina, nunca avergüenza a un soldado en público.

—¡No es eso! —Cloud no sabía cómo explicarse sin hacer el ridículo.— Es que… una cosas es tener un poster de alguien a quien admiras, y otra es… verlo de cerca.

—¿Verlo de cerca? ¿A qué te refieres?

—Es que mira muy fijamente, y… su mirada me pone nervioso.

—¿Sus ojos?

—No no, sus ojos son muy bonitos. —Cloud se sonrojó un poco más.— Es su expresión. Me… me da como... escalofríos.

En el apartamento de al lado, dos de los tres hombres se miraron entre ellos empezando a comprender algo que el tercero aún no había procesado.

—Cloud, —empezó Zack intentando ser delicado con su amigo y no reirse,— ¿me estás diciendo que Sephiroth, te da miedo?

—¡No!

—¿No?

—...si. —acabó por admitir el rubio, torciendo las comisuras de sus labios hacia abajo en un mohín avergonzado de fastidio.

—Eres… —a Zack se le terminó por escapar la risa, y abrazó a Cloud, frotándole el pelo y obligándole a recostar la cabeza contra su hombro.— Eres jodidamente adorable.

—No lo soy. —la voz del menor sonó reacia y amortiguada contra la camiseta de Zack, quien le dio un beso ruidoso en la cabeza que resonó con un audible “smuackh”.

—Lo más adorable del mundo, cállate.

—No me dirás lo mismo cuando vuelva a patearte el culo, pollo lentorro. —desde su prisión de comodidad, los ojos entrecerrados de Cloud miraban a Zack  con una expresión retadora.

—Oh no, ¡todavía me debes la revancha a Chocobo Racers! El juego está en la estantería, yo enciendo la consola, —el moreno soltó a su amigo y se levantó a conectar el equipo de videojuegos al televisor, devolviéndole el volumen al aparato,— Vas a ver lo que es bueno chaval.

—¡Me pido el verde! —se apresuró a demandar Cloud.

—¡Eh, no fastidies Spike! ¡El verde es el más rápido! Siempre haces lo mismo.

Más allá del muro de ladrillo, los tres soldados que tan atentamente habían seguido la conversación ajena se vieron privados de su entretenimiento cuando los dos chicos dieron por finalizada su cena y aquella charla para empezar una ronda de juegos.
Angeal miró primero a Genesis, que había pasado nuevamente de la ofensa a la risa y hacía lo posible por disimularlo, y luego a Sephiroth, que aún parecía estar sopesando las revelaciones de esa noche. Finalmente, Angeal suspiró, rascándose la nuca.

—Vaya, —comentó reposando los pies sobre la mesa baja.— Eso ha sido…

—No puedes quejarte Ang’, —dijo Genesis pasando los brazos por el respaldo del sofá con una risita,— parece que eres el soltero de oro de ShinRa. Todos quieren que hagas de ellos hombres honestos.

—¿No son honestos ya? —preguntó Sephiroth saliendo de su ensimismamiento y apoyándose en un brazo de su butaca, mirando a los otros dos.

—Ah, no le hagas caso a Gen, claro que son muchachos honestos; es sólo una frase hecha, una forma de hablar. —desestimó Angeal con los pómulos ligeramente rosados.

—Querido amigo, —Genesis le puso una mano en el hombro, que fue bajando lentamente por su clavícula hasta su pecho, donde palmeó suavemente sus músculos,— en tu caso tan honorable, es más apropiado todavía.

—Hm, —aquello pareció satisfacer la duda del general.— Mientras Strife no tenga realmente nada en mi contra, todo bien. Sería un lástima tener que licenciarlo por conducta inapropiada antes de que alcanzase todo su potencial, el amigo de Zackary es un muchacho prometedor, tiene mucha voluntad.

—Sephiroth, —comenzó Angeal con una pequeña sonrisa y una mirada de reojo al pelirrojo.

—Seph, —se sumó Genesis habiendo captado lo que el otro quería decir.— si el chico dice que le das miedo es porque le intimidas. Y si le intimidas, pero se ha fijado en lo bonitos que son tus ojos… ¿Me vas a hacer deletreártelo?

—...oh. —el más joven de los tres se llevó un nudillo a los labios, y dejó que el cabello le ocultase la cara a la vista de los otros.

Genesis acabó estallando en carcajadas, dejándose caer sobre el regazo de Angeal y empujando varias veces las piernas de Sephiroth con sus pies.

—¡Por el amor de la Diosa, seréis los hombres más atractivos del Planeta pero sois densos sin remedio! Amigos míos, los hados son crueles… ¡Ah!

La ráfaga de cojines que llovió sobre él por ambos flancos indefensos fue suficiente para cortar sus palabras, pero no sus risas.



4k25 palabras. El mismo número de veces que me ha sonado One Winged Angel en la última semana. Ahora sí que tengo el cerebro exprimido de verdad. Si muero antes de acabar el cosplay, quemadlo sobre mi tumba, el cabrón se lo merece.
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on July 31, 2018, 06:10:02 PM
Out of line
- 1. lehenengo kapitulua -
Sephiroth
x
Airin
+
Angeal
(http://honey-rider.net/bt-prompts/sephiroth7.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin05.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/angeal1.jpg)



El colchón se hundió ligeramente bajo el peso del hombre y las mantas se movieron cuando éste se tapó y dio un par de vueltas hasta acomodarse en la cama. Su mujer parecía realmente dormida, pero no habría sido la primera vez que simplemente lo aparentaba.
Suspiró, rodeando su cintura con un brazo para atraerla contra su cuerpo, y dejó un beso suave sobre la piel desnuda de su hombro.

—¿Sigues enfadada? —preguntó con cautela.
 
—¿Hmm? —La joven estaba al borde del sueño profundo, pero la voz de Sephiroth la trajo de vuelta.

—Me has quitado de tu lista de amigos en facebook. —Aquellas palabras terminaron de espabilarla.

—Sólo he solucionado el problema, cielo. —Y aunque su marido no podía ver su cara, Airin rodó los ojos haciendo un gesto de hartazgo.— Ahora ya no tienes que avergonzarte por mis publicaciones; si no somos amigos no puedes verlas.

Dejó un par de palmaditas a medio camino entre aburridas y compasivas sobre la mano que pretendía colarse bajo su pijama y volvió a abrazarse a su almohada, cerrando los ojos otra vez.

—Ahora ya no puedo ver las fotos de nuestra boda. —Sephiroth nunca lo admitiría, pero por su voz era obvio que ahora estaba de morros.

—Hmhmm, las tienes en las estanterías del salón. —el resoplido enfurruñado que rozó su nuca le indicó lo cerca que estaba el hombre de hacer pucheros en la oscuridad.





Angeal gruñó con satisfacción al hacer crujir su espalda tras dejarse caer sin delicadeza sobre el sofá de la oficina de su “sólo técnicamente sobre el papel” jefe, en realidad socio mayoritario. Los vuelos de muchas horas empezaban a ser enemigos tan temidos como las reuniones del departamento de contabilidad.   
La sorpresa se la había llevado al volver de su viaje de negocios y encontrarse con el ambiente tenso que se respiraba en el edificio central de la empresa, sin que nadie supiera darle respuesta a qué había pasado. Al parecer no había ocurrido nada fuera de lo habitual; la máquina de café de la quinta planta se había vuelto a estropear, las luces de uno de los ascensores parpadeaban de manera irregular y cargante, y de alguna forma su ahijado había conseguido prender fuego a la fotocopiadora de la sala de becarios.

—¿Y bien? —preguntó por fin.

Sephiroth le observó por encima de sus gafas de lectura, bajando ligeramente los papeles que había estado revisando. Su expresión contrariada le delató.

—Ahora ya estoy aquí, ¿no piensas contarme qué esta pasando? —Insistió Angeal sabiendo que tenía a su presa arrinconada.

—No está pasando nada. —luego pareció pensarlo mejor y concedió,— Salvo Zack. Tu sobrino es una amenaza.

Angeal sonrió con benevolencia pensando que sí, el muchacho se las apañaba para esparcir el caos involuntariamente, de unas formas que no serían creíbles si hubieran estado planeadas. Pero era un adolescente y tenía demasiada energía que gastar en ideas descabelladas. Era lo que los chavales hacían.

—Sobrino honorario, pero bueno, eso no es nada que no supieras antes de darle el trabajo. Me refiero a qué está pasando contigo. —Supo que había dado en el clavo cuando Sephiroth torció los labios en un gesto de molestia.

—Es una tontería —intentó esquivar el hombre sin éxito.

—Ajá.

—...Airin me ha quitado de su lista de amigos en facebook. —confesó Sephiroth en voz queda.

—¿Qué has hecho? —las cejas de Angeal se perdieron allá por la estratosfera.

Su jefe lo miró enfadado. Aunque si se fijaba bien, más que enfadado, lo que parecía estar era enfurruñado. Como si supiera que estaba recibiendo las consecuencias de haber cometido un error pero no quisiera admitirlo. Pero Angeal había hablado con la mujer de su amigo esa mañana, y nada indicaba que hubieran tenido una riña, ella no parecía de mal humor en absoluto.

—No he hecho nada, —respondió Sephiroth irritado.

—Seph, no mientas, es indigno de tí y lo sabes. ¿Qué has hecho? —repitió Angeal poniéndose serio.

—Es posible que… haya cometido un error. —murmuró el otro hombre a regañadientes.

—Un error.

—Un error de cálculo, —especificó Sephiroth reorganizando sus informes a un lado de la mesa, quitándose después las gafas de leer.

—¿Has dicho algo que no deberías y ahora que el resultado no te gusta estás arrepentido? —Angeal palmeó el asiento libre a su lado indicando a su amigo que se sentase junto a él.

El grado de precisión con el que había analizado la situación resultaba increíblemente exacto, y la mirada alarmada de Sephiroth así se lo hizo saber.

—He hablado con tu mujer esta mañana, pero no me ha dicho nada de que hubierais discutido.

—No discutimos.

—De hecho, —prosiguió Angeal haciéndole sitio en el sofá y señalando una bolsa de papel reciclado que había dejado en la mesa de café— me ha pedido que te trajera chocolatinas si ibas a estar mucho rato aquí encerrado.

El rostro de su amigo dejó entrever una curiosa expresión mezcla de agradecimiento, indignación y tristeza. El moreno resopló con resignación y le pasó uno de los dulces, que Sephiroth desenvolvió con cuidado y mordió en silencio.

—No sé que le dijiste, pero parece que te ha perdonado.

Sephiroth asintió.

—Me ha dado un beso antes de irme.

—¿Me vas a contar qué demonios le dijiste? —ante la tozudez de su socio Angeal se frotó el cuello con una mano.— Seph, eres uno de mis mejores amigos, sabes cuánto te aprecio, pero puedes ser igual de bocazas que mi marido, y conoces a Genesis, y sabes que eso es mucho. Si ya te ha perdonado, es que no has hecho un daño irreparable. Así que cuéntamelo de una santa vez, o no podré ayudarte a sacar la pata de donde la metiste.

El otro hombre dobló con precisión el envoltorio de la chocolatina varias veces mientras buscaba las palabras adecuadas para expresarse.

—Que debería medir mejor sus palabras y no compartir publicaciones inapropiadas. —el resoplido incrédulo de su amigo le hizo levantar la vista del plástico de colores.

—Seph.

—¿Sí?

—Yo, que te conozco desde que eras un mocoso arrogante que no me llegaba al hombro, te habría mandado a casa con un ojo morado.

—Ya lo has hecho antes. —Sephiroth observó el ceño fruncido de Angeal, y su leve expresión de ofensa por terceros.

—No sé cómo hiciste para casarte con ella, si sigues siendo semejante inepto social. Pensaba que a estas alturas estabas curado. —el moreno se llevó una mano a los ojos.

Fue el turno de poner mala cara de Sephiroth.

—No me mires así, —comentó Angeal dejándose engullir por el sofá y echando la cabeza hacia atrás,— eres tú el que va a tener que arrastrarse y disculparse con muchas palabras.

—No pensé que se lo fuera a tomar tan a la tremenda. —musitó el más joven contrito. El moreno rodó los ojos.

—Eso demuestra lo poco que entiendes a la gente. No recuerdo que tu hayas tolerado algo así nunca.

—Ah.

Sephiroth empezaba a ver el dónde de su error, y el por qué de la reacción de su mujer. Y era cierto que él nunca habría consentido un trato así por parte de otros; si no permitía a nadie decirle lo que podía o no hacer en su vida privada, con mucho menos motivo podía esperar imponer su criterio y voluntad de esa forma sobre su igual.
No había tenido en cuenta que a veces Airin podía ser tan visceral y drástica como él mismo.

—Voy a tener que suplicar, —dijo lleno de descontento.

—Y disculparte, sobre todo disculparte. Y puede que unas cuantas flores tampoco estén de más. —Angeal se encogió de hombros.— Puedo darte el número de un par de tiendas, si sabes cuáles le gustan.

Sephiroth le miró ofendido.

—Por supuesto que sé qué flores le gustan. Todas las malas hierbas.

Seph.

—Disculparme. Lo sé.

A veces Angeal se preguntaba por qué se sentía como un padre soltero, estando casado. Otras veces miraba a su marido y a su mejor amigo y lo tenía cristalinamente claro.





'sup
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on October 31, 2018, 08:10:33 PM
1525 w. Parte de tu regalo de cumpleaños... mañana más! Ahora a seguir muriendo, GAUPASA XTREME!



Going down with the sickness
- la enfermedadddd -
Anir
x
Angeal
+
Prompto
+
Cloud
(http://honey-rider.net/bt-prompts/neko11.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/angeal2.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/prompto2.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/cloud1.jpg)



«Estoy enfermo», pensó Angeal. Ladeó la cabeza para obtener mejor perspectiva y apreciar a pleno detalle la forma en que se marcaban las líneas de aquellos muslos suavemente musculados a la vista bajo los shorts vaqueros. «Muy, muy enfermo».

—¿Es éste, señor Hewley? —la chica levantó sin muchos esfuerzos un paquete embalado más bien tirando a grande del rincón del almacén y se giró hacia él.

—Ah, llámame Angeal, no soy tan viejo todavía como para ser un señor, —dijo llevándose una mano a la nuca con una sonrisa azorada. Mientras tanto algo gritaba «¡asaltacunas!» en su interior. Vergüenza. Deshonra.

—Oh, de acuerdo, Angeal; pero no creo que seas viejo hasta dentro de mucho tiempo, aunque seas todo un señor digno y respetable, hmm. —la risa coqueta de la chica y la forma en que se le entrecerraban los ojos cuanto más amplia era su sonrisa hicieron que el calor le subiera por el cuello.— Fírmame aquí.

El hombre agarró el bolígrafo que le ofrecía, y mientras escribía su nombre intentó no pensar en que se lo había desenganchado del escote de la blusa del uniforme.

—¡Listo! Ya puede irse a casa contigo. —dijo ella recogiendo el recibo de entrega.

«Ojalá pudiera llevarte a tí también...», Angeal tragó saliva.

—Hasta otro día entonces, Anya. —se despidió con la voz ligeramente ronca y la cabeza llena de ruido, cargando su caja precintada a un solo brazo.

La chica le saludó moviendo los dedos de una mano y apartándose el pelo del cuello con la otra.

La campanita de la puerta de la paquetería tintineó con un sonido alegre y metálico, y Anir se dejó caer sobre el mostrador con un gemido atormentado. Prompto asomó la cabeza desde la pequeña oficina con una mirada astuta.

—Estás fatal de lo tuyo Anir.

—¿Pero tú lo has visto? ¿Pero tú lo has oído? ¡Ojalá fuera yo un paquete para que me llevase a su casa con él!

—¿Y te desembalase? —preguntó el rubio riendo.

—¡Sí! ¡Aargh!

—Estás un poquito enferma.

—Lo que estoy es hambrienta, sedienta y necesitada. —dijo la chica con el ceño fruncido y cara de indignación.— Y aburrida de que sólo me entren niños de secundaria cuando yo lo que busco es un hombre hecho y derecho.

—¿Y que se llame Angeal Hewley, le gusten las plantas y hacer galletas? —Prompto cogió un caramelo de la cestilla del mostrador y lo sacó de su envoltorio estirando con los dientes.— Digo, así, sin más.

—Te ríes Argentum, te ríes. —para desgracia de Anir el dedo amenazante ya no surtía efecto con él.

—Nah, sólo un poquito. —el chico le frotó la cabeza revolviéndole el pelo con cariño.— Es verdad que está que se cae de bueno.

—¡Proooom! —Anir le abrazó fingiendo un lloriqueo.

—Ya veo cómo trabajáis. —la voz suave pero sólida de su jefe casi los hizo saltar por los aires del susto.— Nada de confraternizar en horas de oficina ¿eh?

—¡Cloud!






—Ni siquiera tendrías que cambiarte la inicial del apellido.

—¿Huh?

Anir cesó por unos segundos de apretar el gatillo de la pistola de pegar etiquetas con toda la saña que podía acumular un trabajador del turno de tarde, y se giró a mirar cómo su compañero daba lentas vueltas en su silla de oficina con la cabeza echada hacia atrás, mientras mordisqueaba un lápiz con actitud indolente y perezosa.

—¿Te ha dado mucho el sol hoy, Prompto?

El chico plantó el pie en el suelo deteniendo el movimiento de la silla y volteó la cabeza en su dirección, observando a Anir con un ceño fruncido y una mirada intensa que juzgaba con severidad todas las elecciones de su vida pasada presente y futura en tan sólo dos lacónicos parpadeos. Señaló hacia la ventana donde se veía la lluvia que había estado cayendo de forma incesante durante todo el día, y que seguía golpeando sin tregua contra el cristal.

—Tía. —alargó la í alrededor del lápiz entre sus dientes, hasta que finalmente lo cogió y empezó a rodar entre sus dedos.— Me refiero a Angeal.

—¿Eh? ¡Mierda de pistola, que no tira! —la chica agitó la máquina como si fuera un bicho pegado a su mano, y algo encajó de nuevo en su sitio con un chasquido agudo.— ¿Qué pasa con mi futuro marido?

Prompto rompió a reír dejándose caer hacia adelante, pero sus carcajadas se convirtieron en gemidos de dolor cuando su frente hizo contacto accidental con el borde de la mesa.

—¡Ouch, ouch, joder, ouwch! —el retroceso del impacto hizo que el chico se dejase caer con violencia contra el respaldo y perdiese el equilibrio, haciéndolo de caer hacia atrás.

La mano enguantada de su jefe sujetando la silla frenó en seco su terrible trayectoria en dirección al suelo.

—¡Cloud!

El hombre dejó escapar un suspiro casi inaudible y devolvió el asiento con su ocupante a su posición segura habitual, acercó un taburete donde se sentó y se quitó los guantes y la cazadora mojada.

—Déjame ver eso. —dijo con gesto serio.

Anir contuvo una exclamación de sorpresa al ver la linea agresivamente roja que se marcaba en una ligera línea diagonal a ras del nacimiento del cabello en la frente de su compañero.

—¿Traigo el botiquín? —preguntó preocupada.

Cloud asintió sin mirarla.

—Y hielo. O una lata de cerveza de la nevera, si está muy fría. —sus dedos palparon con cuidado alrededor del golpe, y frunció el ceño.— ¿Tienes algún tipo de alergia médica?

—N-no, que yo sepa. —Prompto se sorbió los mocos en un intento poco efectivo de contener las lágrimas que querían escapar.

—Pues tómate algún antiinflamatorio, y siéntate un rato en el sofá ahí quieto. Luego te llevo a casa.

—¡Pero hoy me toca cerrar a mí! —protestó el chico.

Cloud lo observó con intensidad, y Prompto acabó por agachar las orejas metafóricas. Su jefe no era muchos años mayor que él, ni tenia la decencia de aparentarlo, y desde luego no era ni más alto ni más corpulento. Bueno, no mucho, aunque le había visto realizar esfuerzos de los que no hubiera creído capaz a gente más grande. Pero tenía una especie de aire de autoridad tranquila, como quien se ha visto obligado por las circunstancias a llevar el peso del mundo sobre sus hombros y ha salido victorioso.

—Con el ostiazo que te has dado no estás en condiciones Prompto. —Tampoco nadie habría acusado nunca a Cloud de no hablar claro.— Por un día que cierre Anir no pasa nada.

La mencionada le tendió una pastilla blanca, un botellín de agua, y una lata de cerveza casi congelada para que se pusiera sobre el golpe.

—Largáos los dos enseguida y así me puedo ir a casa pronto, antes de que se inunde el universo y me tenga que mojar las zapatillas. —dijo apretando los labios hacia afuera.

Cloud asintió en silencio y esbozó una sonrisa fugaz. Por un día… eh.

Cuando hubo puesto orden en sus archivos y recogido sus cosas y las de Prompto lo ayudó a levantarse y a ponerse la chaqueta.

—Hay un paquete que falta por entregar, pero puede esperar a que lo recojan mañana, nadie en su sano juicio va a querer salir con este tiempo. No te ahogues de vuelta a casa, ¿me oyes?

Anir desestimó su voz cargada de humor con un gesto desdeñoso.

—¡Los Highwind estamos hechos a prueba de agua, Strife! —como despedida, hasta la campanita de la puerta sonó con un ruido casi húmedo. Ugh, qué diluvio.

La chica se acercó a mirar el paquete desertor de última hora que iba a dormir bajo la mesa, y leyó el nombre de la etiqueta distraídamente. Y lo volvió a leer de nuevo, esta vez reparando en el significado de aquellas letras, en que conocía al destinatario, y en que su dirección estaba escrita bajo el número de apartado de correos de la paquetería.

Angeal Hewley.

Anir se llevó ambas manos a la cara y dejó escapar quejido agudo y lastimero.

—Maldita sea mi estampa, con la que está cayendo… —entreabrió los dedos para mirar sucesivamente del paquete hacia la calle, y de nuevo hacia la caja de embalaje marrón que parecía burlarse de ella.

Se levantó, recogió su mesa, guardó sus cosas en la mochila, se puso el chubasquero y la gorra, y cogió las llaves dispuesta a irse a su casa con la cabeza alta y la dignidad mojada pero por lo demás intacta.
Abrió la puerta y apagó las luces, comprobando de reojo que su moto seguía aparcada donde la había dejado. Con el porta-equipajes cerrado.
Volvió a mirar la caja, que reposaba inocente como si la tragedia no fuera con ella.

—Todo mi odio, —escupió Anir.— A la mierda.



Con el paquete bien guardado y a salvo en su pequeño maletero, la dirección mejor memorizada que su menú favorito del burger, la lluvia cayendo contra sus ojos y las ruedas de la moto partiendo el agua como si fueran olas a sus costados, más le valía al hombre estar en su casa cuando Anir llegase.
O ni siquiera su maravilloso físico lo salvaría de la ira infinita que conllevaba esperar semáforos calándose hasta las bragas.





Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on March 31, 2019, 06:55:57 PM
Out of line
- 2. bigarren pausoa -
Airin
+
Cloud
+
Genesis
(http://honey-rider.net/bt-prompts/airin09.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/cloud2.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/genesis5.jpg)


—Eso no es lila, Cloud

—¿Ah, no?

—Es lavanda.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó el chico después de unos cuantos segundos de silencio cargado de juicio desfavorable.

—Porque son flores completamente diferentes. Y además porque tienes las muestras de colores ahí delante y son distintas.

—Ah.

El muchacho acercó la silla sobre la que daba medias vueltas de un lado a otro con desgana hasta el borde de la mesa, apoyó los codos sobre la madera y observó con el ceño fruncido las cartas de colores con sus códigos y nombres correspondientes. Efectivamente, en el recuadro un poco más claro y rosado se podía leer claramente ‘LILA – AC80BE’ mientras que en el que había señalado antes ponía ‘LAVANDA – 7966A8’.

—Bueno, pues me sigue gustando más éste, como sea que se llame.

Airin mordisqueó el lápiz una última vez y con una mirada divertida le pasó el par de hojas sobre el que llevaba un rato haciendo números.

—A ver pequeñajo, échame un ojo a esto, que tú estás aquí para sufrir mi explotación laboral.

—Soy más alto que tú. —pero Cloud se encogió de hombros y empezó a repasar las líneas de materiales y costes con los ojos ligeramente entrecerrados.

—Hmm, atesora ese conocimiento, que no puedes decirlo muy a menudo. A ver, ¿qué te pido? ¿Has comido algo? —preguntó la joven mientras encargaba almuerzo a domicilio desde el móvil.— Si tu madre se entera de que vienes la mitad de los días sin desayunar, te mata a tí por tonto, me mata a mí por consentirlo, Seph la mata a ella por matarme a mí, Angeal se ve obligado por su honor a entregarlo a la policía y Genesis se queda con la empresa; y eso si que no puedo consentirlo.

—Me da un poco de igual, comida es comida… Err, aquí hay algo que no cuadra.— dijo Cloud subrayando un par de líneas con el lápiz mordido y mostrándole los papeles de vuelta.— ¿Ves? Extra de tapicerías, cambios de iluminación. Estas cosas no estaban en el presupuesto original.

Airin dejó el móvil sobre la mesa, y mirando fijamente los números que parecían querer reírse de ella, se retiró el pelo de la cara e inspiró con profundidad.

—Cambia el plan, que soy yo la que va a cometer el primer crímen. ¡GENESIS RHAPSODOS, HIJO DE MAL DORAMA, SAL DE TU ANTRO DE TERCIOPELO Y VEN AQUÍ AHORA MISMO!

Cloud se echó un poquito hacia atrás, apartándose de la mesa pero sin mover la silla, cambiando la mirada de la pelirroja a la puerta de la oficina y de vuelta a la joven. ¿Por qué todas las mujeres de su familia tenían el mismo temperamento?

El ruido de pasos delató al intruso antes de que la puerta se abriera de par en par con un golpe dramático.

—¿Cómo osas, bruja? Que sepas que tengo un gusto filmográfico exquisito, y mi despacho es un oásis hedonista en esta ordinariez de catálogo corporativo salido de Mi Primer Negocio Con Encanto, un himno a la decadencia de los sentidos…!

—¡La decadencia está prohibida! —cortó Airin dando un golpe sobre la mesa con el puño cerrado y lanzándole un pañuelo de papel arrugado que hizo blanco en la cara del hombre.

—¡Ah, joder qué asco! —Genesis manoteó y se sacudió la americana con disgusto.

—¿Qué te dije de volver a cambiarme los presupuestos después de aprobados? —la joven se levantó y en vez de cruzar los brazos sobre el pecho, se llevó las manos a los lados de la cintura, caminando lentamente hacia su socio.

—Erhm...

Cloud observó el duelo inminente de pelirrojos de hito en hito, sabiendo que Genesis acababa de reconocer su error demasiado tarde para ser compatible con la vida, y cogió el móvil de su prima para acabar de encargar su pedido de comida. Era un adolescente aún en edad de crecimiento, le daba hambre cuando se mascaba la tragedia. Si había  espectáculo de combate a muerte gratuíto quería verlo comiendo como quien iba al cine con palomitas.

—Mira, Genesis.

—Pero la estética… —intentó sin mucha esperanza.

MIRA. —el dedo que se clavó en la pechera de su camisa con saña le hizo recalibrar su estrategia  sobre la marcha y decidió que una retirada a tiempo era una victoria para salir con vida y luchar otro día.

—Eres una mujer maravillosa y te adoro. Un auténtico regalo de la diosa. —Genesis atrapó la mano de su socia entre las suyas y con su mejor cara de corazón roto apeló con voz afligida.— Por favor no me mates, Angeal lloraría.

—Eres lo peor. —Airin lo miró con cara de hartazgo.

—Rectificar es de sabios mi vida. Lo siento mucho, no volverá a suceder.

—Y además mientes y lo sabes. —la joven resopló, volviendo a golpear el pecho de Genesis con el dedo índice de la mano que tenía libre.

—Pero lo hago bien, que es lo importante. —dijo éste con una sonrisa satisfecha, ya más relajado.— Prometo avisar la próxima vez que necesite hacer cambios.

—¿Quieres decir que prometes preguntar si puedes

—Exactamente.

—Rápido, que alguien le dé un oscar a este farsante. —Airin rodó los ojos.

En eso Cloud tenía que darle la razón, Genesis podría haberse dedicado a la interpretación si no le hubiera ido bien el negocio de decoración de interiores. Tal vez un poco sobreactuado, pero era carne de teatro.
El ruido repentino del timbre hizo que los tres se mirasen entre ellos. El chico se encogió de hombros y se levantó en dirección a la entrada, pensando que su almuerzo había llegado muy rápido, pero cuando abrió la puerta se encontró con algo que no tenía nada que ver.

—Eh, Airin… —Cloud se asomó a la oficina, con algo colorido entre manos.— ¿Tienes algo donde poner esto?

—Oooh… ¿Es que el pajarito está listo para volar del nido y tiene una cita más tarde? —preguntó Genesis con una sonrisa indagadora en busca de salseo ajeno.

Cloud rodó los ojos con la misma expresión exasperada que compartía con el resto de miembros de su familia, y le tendió el ramo de margaritas, acianos y brezo a su prima. Airin cogió las flores y rápidamente los despachó a ambos de la habitación con los ojos brillantes y morritos temblorosos.

—No entiendo nada, —dijo Genesis confundido.

—Si me pagas la comida te lo cuento.

—¡Pequeño extorsionador!

—Se dice joven emprendedor. —replicó Cloud mirando hacia arriba a través de su flequillo rubio e indomable.

—Maldita sea... llegarás lejos. —Genesis le pasó el brazo por los hombros conduciéndolo a su propia oficina.— Esto tiene algo que ver con tu cuñado ¿verdad?

—Mhmhmm.

—Está bien, yo te pago la comida. ¿Que ha hecho ahora Sephiroth?

—¿Otra vez? En realidad creo que ya no está castigado.





'iep
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on May 31, 2019, 06:58:49 PM
IT'S STILL MERMAY with a plot-twist

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
“Oops, dropped your coat!” You cheerfully pick up the soft fur coat off the floor and carefully drape it back over the person’s chair. They stare at you with wide, stunned eyes. They’re remarkably attractive. You awkwardly wave at them and go sit down at your table.
They’re a selkie, you “gave” them back their coat, you now have a gorgeous and besotted selkie spouse.
Hey, they don’t make the rules.
———
The next day, the attractive person you met shyly approaches you and gives you a little box with a ring inside. You blush, a little confused, and stare at them.
“I… Isn’t this… An engagement ring?”
“Well… We… We should get married by human customs as well.”




Amhrán na Farraige
- Song of the Sea -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/nyx7.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg)



Nyx sintió un toque suave en la nuca que detuvo su trago a la botella de cerveza en el momento en que ésta se posaba en sus labios. El problema era que tenía la espalda apoyada contra varias cajas de madera apiladas y no era posible que hubiera nadie detrás de él.
La sensación casi fantasmagórica de una caricia inexistente dirigió su vista de forma fija y certera a un par de metros de distancia, donde una joven pasaba la mano con delicadeza por lo que parecía una chaqueta de pieles y la depositaba con cuidado sobre el respaldo de la silla en la que había estado hasta hacía unos segundos.

—Ah, perdona, —Airin tragó saliva y agachó un poco la cabeza, avergonzada,— no pretendía tirarla, de verdad que lo siento.

Era uno de esos días desordenados en los que habría perdido la cabeza si no la llevase pegada al cuello. Estaba tan agobiada por todo a su alrededor que había decidido volver a su embrollado día a día antes de que la tila perdiese su efecto y se sintiera aún más culpable por el descanso no programado; y sin darse cuenta se le había enganchado la mochila con la chaqueta del hombre, tirándola al suelo.
Para su mala suerte, no había podido dejarla en su sitio sin que éste se diera cuenta. Y ahora el atractivo desconocido, la estudiaba atentamente con los ojos azules y brillantes muy abiertos, casi podría decirse que estupefacto. Era realmente injusto que fuera tan guapo.

La chica se apartó de la cara varios mechones rojizos escapados de su trenza revuelta y levantando la mano con expresión cohibida hizo un gesto de despedida antes de darse la vuelta y salir del local con paso atropellado.

Observando la puerta por donde había desaparecido hacia el mundo exterior, Nyx se llevó una mano al pecho aún sin aliento y por una vez sin palabras, la frotó contra su esternón. La extraña emoción que parecía echar brotes desde detrás de sus costillas al mismo ritmo que el latido de su corazón palpitaba en sus sienes, se hizo patente cuando tomó aire de nuevo. Era una mezcla abrumadora de terror e incredulidad, y algo más que no habría sabido nombrar, apretando en torno a sus pulmones.
Le había devuelto su piel.
Su pelaje, su abrigo, su forma. Había estado fuera de su alcance por unos momentos, indefensa ante cualquier daño en manos ajenas.
Pero la chica había sido cuidadosa y le había devuelto su piel.
Casi mareado ante la enormidad del suceso, Nyx cogió su pelliza y acabando su cerveza en un trago largo, dejó el dinero de su consumición junto al botellín vacío y salió con prisa del establecimiento.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Incapaz de decidirse entre llevarse las manos a la cabeza con desesperación o echarse a reír hasta las lágrimas, y proseguir de una a otra en un bucle infinito, Libertus resopló y optando por la siguiente acción más satisfactoria le soltó a Nyx una sonora colleja.

—¿Pero al menos sabrás cómo se llama, no?

—Uhm...

Tras varios segundos y ante el silencio cada vez más incómodo de su amigo, Libertus levantó la mirada hacia los cielos, se limpió las manos en el trapo que colgaba de su delantal, y volvió al fogón.

—Más tonto y no flotas, chaval.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Airin se lamió los dedos llenos de sal y pescó otra patata frita de la bolsa, arrugando la nariz ante el sabor grasiento de su merienda cena improvisada. Aunque a mitad del día había hecho calor, a esas horas hacía ya fresco como para estar sentada en el muelle con los pies descalzos colgando sobre el agua, y se arrepintió de no haber llevado alguna prenda de abrigo consigo. Pero no se levantó porque por una vez no tenía prisas.
Tampoco tenía un trabajo que le esperase al día siguiente, pero con el estrés de vida que se había visto obligada a soportar en los últimos meses, eso casi le resultaba un alivio.

—Me van a sentar mal, —murmuró comiendo otra patata. Y probablemente se iba a acabar enfriando, pero no tendría que preocuparse de tener que llamar y aguantar la consiguiente bronca y matarse a recuperar las horas perdidas.

De repente oyó un chapoteo bajo el muelle y algo mojado le tocó un pie, haciéndole soltar la bolsa sobre su regazo y recoger las piernas al mismo tiempo.

—¡Iiiiiiiiihhhhhhhhh-jo de put-! —retrocedió como pudo intentando al mismo tiempo arrastrarse hacia atrás y mirar hacia abajo sin caerse al agua.

Sobresaliendo entre las olas atisbó una cabeza con morro afilado y peludo, grandes ojos almendrados, y unas  orejas diminutas y adorables.

—Foca. —acusó Airin con tono indignado.

El animal ladeó la cabeza, observándola con curiosidad, y se sumergió de nuevo. Después de unos minutos de ver su sombra moviéndose bajo la superficie por los alrededores del muelle, Airin juzgó que sus pies no debían correr tanto peligro y sacudiéndose las migas de la falda, volvió a sentarse como antes. Era habitual ver focas en la bahía y en la zona del puerto, pero nunca había estado tan cerca de una salvaje.

Escupió la patata frita que acababa de meterse en la boca en el instante en que notó el cosquilleo de lo que ahora supo reconocer como unos bigotes mojados contra sus pies.

—¿¡Pero cuál es tu problema!? —Airin se agarró a uno de los postes de madera, asomándose a mirar al agua, y con el ceño fruncido le tiró una patata al insistente animal.— Maleante.

El bicho sacudió la cabeza y abrió la boca con algo parecido a una expresión de sorpresa ante el ataque repentino, pero inspeccionó el snack que flotaba frente a su nariz y acto seguido se lo tragó sin rastro de duda. E inmediatamente levantó la mirada hacia la chica, expectante.

—Huh, osea que era esto lo que buscabas, ¿eh? —dijo Airin balanceando los pies divertida. Agitó la bolsa y vio como la foca se acercaba, olisqueando el aire, pero volvió a alejarse otra vez cuando no cayó nada más comestible.— Tch, ya no quedan caballeros.

Y en el momento en que se dio la vuelta hacia el muelle de madera en busca de sus zapatos, algo pesado y empapado aterrizó a su lado haciendo temblar los tablones con un traqueteo estremecedor. Airin tragó saliva y se giró muy despacio esperando no encontrarse frente a su cara lo que efectivamente se encontró, un morro peludo que goteaba sobre su vestido con un aire travieso de satisfacción.

—¿En serio? Eh, no que me estás mojando entera. —intentó apartarse sin éxito del curioseo, y finalmente abrió la bolsa de patatas fritas que apretaba en una mano.— Toma, tu botín de guerra, por favor no me comas a mi.

Definitivamente no era una simple foca, debía de medir un par de metros más o menos y probablemente se trataba de alguna clase de lobo marino. Con mucho descaro, porque se estaba zampando las patatas como si fuera la cena compartida de cada jueves. Con el aperitivo saqueado y el vestido echado a perder, Airin se aventuró a acercar una mano al cuello del animal, y palmeó con cuidado un par de veces. Cuando éste no se inmutó, le rascó con suavidad tras una oreja.
Aquello debió de gustarle porque abandonó las migas y recostó la cabeza sobre los muslos de la chica, cerrando los ojos y relamiéndose como si fuera un perro doméstico.

—Oye, que me quiero ir a casa, ya es de noche y ahora sí que tengo frío. —dijo Airin tras varios minutos de acariciar a su inesperado compañero y con las piernas medio dormidas del peso.

La foca abrió un ojo y se levantó con un bostezo perezoso. Y sin darle tiempo a moverse de su sitio le acercó el morro a la cara, y hociqueó desvergonzadamente, haciéndole cosquillas con los bigotes y sacándole una risa incrédula.

—¡Venga ya, no te voy a dar un beso en la primera cita! —rió la chica apartando la cabeza del animal con la mano y levantándose.— Vas a tener que currártelo más. Si ni siquiera sé cómo te llamas.

El lobo marino rodó por el muelle y se frotó contra sus piernas mientras Airin se ponía los zapatos.

—¿Mañana, misma hora, mismo sitio? —le rascó bajo la barbilla, ya sin miedo.— Pero esta vez vas a tener que invitarme tú.

Sin esperar a que el animal decidiera seguirle a casa por toda la ciudad, Airin echó a correr muelle adentro. Cuando llegó a tierra firme se giró a mirar en dirección al mar, y sintiéndose un poco estúpida, pero de mejor humor, levantó la mano en un saludo de despedida. La foca pareció responder cabeceando un par de veces, antes de echarse al agua y desaparecer bajo las olas.





'ddup

Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on August 31, 2019, 06:49:33 PM
whattehell.9thcircleofwtf



The Gift of the Goddess
- Loveless, not Soulmate-less -
Anir
x
Genesis
+
Angeal
(http://honey-rider.net/bt-prompts/neko4.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/genesis3.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/angeal1.jpg)



—Amigo mío, los hados son crueles… —había leído Anir, ya hacía años, escrito en el interior de su brazo derecho.

La letra era bonita, con cierta inclinación, algo de floritura… parecía de caligrafía antigua. Pero la frase seguía tras los puntos suspensivos.

—¿¡Qué crees que estás haciendo!?

Así fue como Anir aprendió que “qué” siempre se acentúa cuando puedes ponerle detrás un “cojones” y quedar perfectamente bien en la frase.
Ese día lo volvió a leer, como siempre que se peinaba y no llevaba manga larga. Suspiró y se estiró un poco más la coleta alta. Después se miró al espejo y apretó los labios. Al final acabó por decidir que ese día prefería peinarse con una sola coleta baja, sobre el hombro izquierdo. Diecisiete años ya era una edad respetable, tenía que empezar a arreglarse de acuerdo con su edad.

—Oh, que le fucken. —refunfuñó, y aunque dio vueltas a la idea de cambiar otra vez de estilo, pasó de todo y la coleta se quedó donde estaba. Además, hacía frío y quería ponerse un gorro de lana bonito. Con todos los colores que cupiesen. ¡Todavía era joven!

Y mientras se vestía volvió a mirar la marca de su alma gemela, las supuestas primeras palabras que le diría. La primera frase tenía una letra perfecta y cuidada, pero la segunda parecía escrita con prisa, con algo de rabia. Anir tenía doce años la primera vez que había notado que algo se estaba formando sobre su piel, y tardó casi un mes en tener las dos frases completas y bien visibles.
Había odiado al tipo casi de inmediato, sobre todo porque conocía a la perfección de donde salía la primera parte. Le había tocado estudiar “Loveless” en el colegio y se lo habían metido con calzador. No le tenía ningún agrado. Pero de vez en cuando se sorprendía murmurando partes del poema.

—No hay sueños, ya no queda honor. —continuó la cita antes de suspirar, para luego gemir frustrada.

Se puso el gorro a rosca y se enfundó en el abrigo y la bufanda. Llevaba puestas sus botas favoritas e iba a comerse el mundo.

—¡Me voy! —saludó cuando ya estaba en la puerta, con la mochila colgada de su espalda.

—¿Ese gorro no es muy infantil? —le preguntó su madre, secándose las manos con un paño de la cocina—. Ay hija, podrías hacer algo con ese pelo tuyo, por lo menos hoy no llevas coletas altas.

Anir rodó los ojos y levantó el dedo de en medio antes de hacerlo bailar en eses rápidas hacia abajo. Y salió por la puerta sin decir nada más. Tal vez el portazo hablase por ella.  Su madre se llevó la mano al pecho.

—Jesús, ¿pero yo qué he criado, una niña o una criatura bárbara?

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)


Ese día Genesis se sentía de buen humor. Aquella era una rara ocurrencia, pero Angeal conocía el motivo y no quería tener nada que ver.

—¡Angeal! ¡Amigo mío! —dijo Genesis, dándole una palmada en la espalda a su supuesto mejor amigo.

—¿Los hados son crueles? —preguntó Angeal, con los brazos cruzados y mirando hacia el infinito.

—Sí, querido. Pero eso será para más adelante —informó Genesis, con una sonrisa de oreja a oreja y un colmillito afilado brillándole entre sus dientes perfectamente blancos y alineados—. Ahora mismo me sonríe la diosa. Su don recae sobre mí.

Genesis se quitó los guantes y lo puso dentro de los bolsillos del abrigo, que colgó detrás de la puerta de lo que servía tanto de almacén como de sala de descanso para los trabajadores de la librería donde estaban. Una nueva re-edición de “Loveless” se presentaba ese día y grupo selecto del club de fans oficial había sido seleccionado para leer el poema entero, en todas sus versiones. A Genesis le había tocado el tercer canto de la versión traducida de la revisión y modernización de hacía unos cincuenta años. Estaba que se salía de su cuerpo de lo contento, vibraba de felicidad.
Angeal tenía que sentarse entre el público y aplaudir durante no sabía cuántas horas y esperar con paciencia a que Genesis socializara con otros adictos a “Loveless” porque, obviamente, tenía que llevarlo a casa en coche, no iba a ir en transporte público con ese frío. ¡No, no!
¿Algún día se sacaría el carnet de coche? Angeal no lo creía, Genesis prefería lo de tener chófer. Cualquier día iba a empezar a cobrarle.

Genesis no tardó mucho en remangarse la camisa e inmediatamente después ponerse un guante corto y oscuro en la mano derecha. Era un guante elegante, como todo él; pero que sólo tenía dedos enteros para el pulgar y el índice, el resto iban cortados.
Unos años atrás, Angeal había podido ver de reojo algo oscuro pintado en el pulgar de Genesis y desde entonces había empezado a llevar guantes, o al menos uno en la mano derecha, hasta en verano. Él nunca le había querido decir qué ponía, pero Angeal suponía lo que era. Él también tenía una marca, después de todo.
“¿Me estás jodiendo? Yo creía que me había dado contra la pared pero es un hombre de dos por dos.” rezaba la marca de su soulmate en letra alargada, claramente cursiva y cada vez más pequeña, como si se le fuera apagando la voz. Hacía un año que la chica se había dado de lleno contra su torso bien formado y sí, había hablado así mientras intentaba asegurarse de que su nariz estuviese todavía en su sitio. “No es mi intención… ¿todavía?” le había respondido Angeal. Y su mundo había cambiado para siempre. Oh y ya habían jodido.
Varias veces, de muchas y muy creativas maneras.


Angeal frunció el ceño e intentó no seguir pensando en su novia, así que se centró de nuevo en Genesis, que estaba hablando con otro miembro del club de fans lo suficientemente afortunado para leer uno de los fragmentos del poema original. Aquel que era tan antiguo que no lo entendía ya nadie, pero el chico parecía entusiasmado y Genesis le palmeó el hombro con la mano enguantada, dándole ánimos antes de girarse y rodar los ojos.

—Lo va a hacer fatal. —murmuró cuando llegó hasta Angeal.

—¿Y por qué no te quedaste con su parte? —preguntó él con morbosa curiosidad.

Genesis se cruzó de brazos, levantó la barbilla y entrecerró los ojos, intentando no fruncir los labios.

—Por que mal que me pese no tenemos a nadie que lo pueda hacer mejor.

Y Angeal sonrió antes de negar con la cabeza y salir del almacén para sentarse entre el público, en una de las últimas filas. De todas formas se le iba a ver, como decía Airin, era un hombre de dos por dos.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)


Anir entró en la librería con los auriculares puestos y “#Cookie Jar” sonando a todo volumen dentro de su gorro de colorines superinfantil, como lo llamaba su madre, aunque a ella le parecía más que adecuado. Quedaba bien todo, ¡tenía tantos colores que siempre era un acierto!

Estaba mirando la sección de novedades de fantasía cuando alguien chocó con ella y fue entonces cuando se dio cuenta de lo llena que estaba la librería. Se quitó el gorro, metiéndolo en la mochila y dejó colgar los auriculares desde su bufanda por encima de su pecho.
¿Qué mierdas estaba pasando en el local? ¿Sería una firma de libros? O la presentación de un nuevo autor…

Y entonces lo escuchó, la cadencia de la poesía narrada en alto. Y un verso que se le hacía muy familiar.

—Aunque el mañana se halle vacío de promesas, ¡nada podrá detener mi regreso!

Y un montón de personas empezaron a aplaudir. Los ojos de Anir se centraron en un stand y tuvo que acercarse, metiéndose entre el montón de gente para asegurarse de lo que estaba viendo era cierto. Al lado de un pequeño escenario improvisado con un atril, se encontraba una mesa con la última y novísima re-edición de “Loveless”.
La plaga de los días de Anir.

No podía ser cierto. No, no… y justo acaban de leer el canto anterior al que Anir tenía en su brazo. ¡No estaba preparada para conocer a su alma gemela! ¡Era demasiado joven para cualquiera de aquellos viejos estudiosos!
En su ansiedad, había cogido uno de los libros de la mesa y estaba ojeándolo. En algún lugar de sus procesos mentales estaba apreciando lo bonito de la portada y la calidad del papel a regañadientes. Después de todo era hija de un impresor y había cosas que no podía evitar.
La gente dejó de aplaudir y alguien recolocó bien el micrófono antes de carraspear y tomar aire.

—Amigo mío, los hados son crueles…

Y si a Anir le hubiesen preguntado cómo se imaginaba que sonaba la voz a la que pertenecía aquella letra refinada en su brazo… habría sido exactamente así, pero como con veinte o treinta años más, ¿tal vez? Levantó la vista y se dio de frente con el pelirrojo más pijo que su hubiera cruzado en su corta vida, aunque teniendo en cuenta que había ido a un colegio privado, podía decir que habían sido unos cuantos.
Apretó el libro entre sus dedos y de repente lo vio volar hacia el atril, tirándolo en el proceso, haciendo que el micrófono cayera rodando por el suelo y haciendo ruidos que pertenecían a uno de los círculos más profundos del infierno. Un montón de gente gritó y Anir se dio cuenta de que había acabado de lanzarle un libro nuevo en un arrebato a un chaval que no conocía de nada. Su padre estaría muy decepcionado, pobre libro.
Entonces lo vio enrojecer, al pijo, no al libro. Por la forma en la que se le juntaban las cejas, Anir supuso que lo rojo de sus mejillas vendría de la ofensa o la rabia.

—¿¡Qué crees que estás haciendo!?

Oh. Oh. ¡Oh, no!

Anir levantó un índice y lo movió de un lado a otro formando la palabra con sus labios muchos antes de pronunciarlo.

—¡No! ¡Mira, no!

Y se dio la vuelta para marcharse corriendo antes de que a nadie se le ocurriese hacerla responsable de nada. Genesis levantó las cejas, llevándose la mano derecha al pecho y luego se miró el pulgar enguantado antes de bajar del escenario y empezar a correr tras la chica.

—¡Espera!

Anir se llevó las manos a las orejas, tapándoselas. Quería cerrar los ojos, pero probablemente sólo terminaría chocándose con todo el mundo y acabarían atrapándola y haciéndole pagar muchas multas y acabaría en la cárcel porque no tenía dinero, pero no era mayor de edad y la meterían en un reformatorio acabando con su buena reputación y la oportunidad de ir a una buena universidad y su vida se estaba acabando antes de empezar. ¡No podía detenerse!

—¡Soy demasiado joven para acabar así!

—¿¡Así, cómo!? ¡Espera!

Y entonces la única persona que querría salvarla sería su alma gemela, ¡pero la odiaría porque le había tirado un libro que estaba recitando encima! Obviamente “Loveless” le gustaba mucho y su padre la repudiaría también y en el reformatorio le quitarían su gorro de todos los colores.

—¡Aaaah!

Angeal los vio salir y luego miró de nuevo hacia el escenario, donde los organizadores estaban observándose nerviosos unos a otros sin saber muy bien qué hacer ni lo que estaba pasando. Angeal se levantó, pensando en ir tras la pista de su amigo, pero al final terminó por caminar hacia el escenario, poner en su sitio el atril y asegurarse de que el micrófono funcionaba bien.
Abrió la boca y empezó a recitar de memoria el canto que tantas veces había ensayado Genesis durante el último mes delante de él.

—No hay sueños, ya no queda honor…

Y maravillados por el tono heróico de Angel y su aspecto de príncipe ángel guerrero bajado del cielo, las personas del público volvieron a sus asientos y se dejaron seducir por su adorado poema lleno de misticismo.




Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on September 09, 2019, 10:24:45 AM
2k19 #prompts4everyone ❤ v 3.0  - Compilation vol. 1



❤ Ronda 1
Pacific Rim! AU   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-1/msg8539/#msg8539)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


High School Reunion! AU   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-1/msg8545/#msg8545)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


Asesinos a sueldo! AU   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-1/msg8548/#msg8548)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda 3
Bakery/Coffee-shop! AU   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-3/msg8573/#msg8573)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


Rival!Idols AU   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-3/msg8586/#msg8586)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


Personaje A adopta a Personaje B, un vagabundo sin hogar   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-3/msg8591/#msg8591)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda 4
Zombie Apocalypse AU   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-4/msg8603/#msg8603)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


Dos de tus personajes tienen que casarse por un matrimonio arreglado. Arranged Marriage AU.   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-4/msg8605/#msg8605)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.




END PART I
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on September 10, 2019, 11:49:01 AM
2k19 #prompts4everyone ❤ v 3.0  - Compilation vol. 2


❤ Ronda 5 - Valentines!

Personaje A y B terminaron hace tiempo, pero cuando personaje B se entera que personaje A todavía usa su hoodie, los sentimientos regresan como un tren.   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-5/msg8621/#msg8621)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


Personaje A escribe carta declarando amor a personaje B con la intención de guardarla eternamente pero algo sale mal.   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-5/msg8626/#msg8626)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda Extra

Personajes de tu lista son arrestados por alteración al orden público. Personaje A tiene que ir a su rescate   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-extra/msg8633/#msg8633)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



Personaje A escribe carta declarando amor a personaje B con la intención de guardarla eternamente pero algo sale mal.   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-extra/msg8640/#msg8640)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



Dos personajes se conocen en un concierto. Pueden ir a ver al mismo grupo, o uno de ellos puede pertenecer al grupo de interés.   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-extra/msg8650/#msg8650) 
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



Personajes atrapados en un ascensor   (original here) (http://write.btproject.org/actividades/prompts4everyone-v3-0-10084-ronda-extra/msg8659/#msg8659)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.






END PART II
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on October 23, 2019, 10:45:47 AM
So, hey boo, surrrrrprise! Lo escribí :'D  ❤ FELICIDADES! @Shruikan




You Make Me Thirsty
- Good night, come in here -

Shruikan
¿x?
Gaara
(http://honey-rider.net/bt-prompts/violate-shru.jpg)(http://honey-rider.net/bt-prompts/gaara.jpg)



—¡Eh! ¿Por qué no os metéis con alguien de vuestro tamaño?

El grito sacó a los dos jóvenes de su aparente distracción, girándose a mirar de quién provenía la voz. Cuando ubicaron la figura que se acercaba a ellos a zancadas no perdieron más tiempo en echar a correr, confusos por la situación pero con el instinto de supervivencia recién reavivado.

—Ah… —el chico que había estado arrinconado contra la pared dejó caer la cabeza hacia delante y suspiró resignado.

—¿Habráse visto? Ese par de imbéciles… ¡Tú, chaval! ¿Estás bien? —preguntó Shruikan imperiosa, apoyando la mano contra la pared a la altura de la cabeza del chico.

Los ojos verde agua rodeados de unas ojeras oscuras y terribles que le devolvieron la mirada con cansancio parpadearon un par de veces. Shruikan frunció el ceño, súbitamente convencida de que el pobre diablo no dormía las horas necesarias ni se alimentaba en condiciones, estaba demasiado pálido para estar sano. Sólo faltaba que además le hicieran bullying.

—¿En qué residencia estás? Vamos, te acompaño, que es muy tarde. —dijo cerrando la mano por encima del codo del chico, pero sin apretar demasiado no fuera que lo rompiese.

Shruikan competía en el equipo de lucha greco-romana de la universidad y gracias a su meteórico ascenso a los puestos laureados victoria tras victoria, se había ido ganando una brillante reputación digna de su persona. Porque Shruikan Dwalinsdottir era una moza hermosa y potente, alta fuerte y gloriosa como una reina amazona y no tenía paciencia para aguantar las estupideces de nadie que no fuera su familia.

—No hace falta, estoy en un piso por aquí cerca. —contestó el joven soltándose evasivo, con una voz más grave de lo que había parecido al principio. Y aunque era algo más bajito que ella le miró a los ojos sin miedo, esbozando una media sonrisa sesgada que no tenía ningún derecho a ser tan misteriosa y adorable al mismo tiempo.— Pero gracias por el ofrecimiento, no todos los días se me acerca una chica tan guapa.

Y Shruikan se quedó con la boca abierta y las mejillas coloradas viendo como el pelirrojo recogía su mochila vieja y con sus zapatillas gastadas se alejaba tan tranquilamente por el campus a oscuras.
¿Qué demonios?

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)


Gaara se frotó la barriga cuando le sonaron las tripas. Tenía hambre y cero prospectos de encontrar nada nutritivo y fácil de cenar en una noche cualquiera entre semana. Miró de reojo la tienda de comida de la esquina que todavía parecía estar abierta. ¿Tendrían algo que pudiese digerir sin problemas?

—¡Pasa, pasa! Cerramos en nada pero aún tienes tiempo si necesitas hacer compra. —le dijo la viejecita sonriente que limpiaba el mostrador y la caja.

Gaara saludó educadamente con una inclinación de cabeza, y se dirigió hacia la zona de refrigerados donde había fiambres, carnes y a ser posible ingredientes para preparar embutidos caseros de esos que se veían algunas veces casi como por accidente.

—Disculpe, —preguntó desde el fondo del pasillo tras haber mirado en varias cámaras,— ¿no tendrá sangre de cerdo congelada? Es que mi madre…

—¡Oh! ¿Para hacer morcilla casera? —la abuela se acercó hasta él y le abrió un pequeño congelador camuflado entre bolsas de colores, sacando con aire satisfecho el único par de paquetes que quedaba.— Tienes suerte, no suelen traer muy a menudo, ya no se cocina como antes.

—Eso es verdad, la comida ya no es la que era. —Gaara sonrió entrecerrando los ojos y dejándose pellizcar una mejilla con la paciencia de quien no tenía más remedio que soportarlo si quería poder cenar esa noche.

Aprovechó para coger también varias latas de atún, un paquete de arroz al vapor y una botella de salsa de soja. Así su compra parecía más normal.

Cuando llegó a su apartamento se descalzó casi antes de cerrar la puerta y dejó la mochila junto al perchero con un suspiro de cansancio, llevando la bolsa con su botín hasta la pequeña cocina.

—Hola gordo, —saludó a su gato que había ido corriendo nada más oír el ruido de los plásticos y que ahora se le enroscaba entre las piernas esperando algo que llevarse a la boca.

—Mrrow —contestó Shukaku despatarrándose a sus pies y estirándole de un calcetín.

Gaara le volcó una de las latas de atún en su plato sabedor de que sino no le dejaría en paz, y el gato atigrado patinó sobre sus propias patas con las prisas de darse la vuelta y empezar a engullir.

—Tragón, —dijo el muchacho con diversión, pero fue ignorado en favor del pescado.

Descongeló su propia cena y mezcló algo de arroz y soja en la masa gelatinosa para enmascarar un poco el sabor y poder masticar de una forma medio normal. No podía dejar de pensar en la joven que le había interrumpido hacía un rato. Si hubiera sido cualquier otra persona probablemente le habría acabado pegando un mordisco sólo por frustración, pero una mujer así… A una mujer como aquella uno no simplemente iba y la mordía, no. A una mujer como aquella había que cortejarla, seducirla. Hacerle ver todo lo que tenía por ganar a su lado.
Sólo que en realidad... no tenía mucho que ganar con alguien como Gaara. No podía ofrecerle poder o riqueza sin igual; ni siquiera negocios o propiedades inmobiliarias.

El pelirrojo estudió sus calcetines deshilachados mientras cavilaba sobre su situación. A pesar de lo desafortunado de sus circunstancias, era razonablemente atractivo y muy fuerte teniendo en cuenta su relativa juventud. Entre bocado y bocado, sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba ante la ironía de que siempre había aparentado menos edad de la que tenía, pero desde luego ahora sí que nadie creería que pasaba de los cuarenta años. Tenía la dudosa ventaja genética de que siempre se había quemado al sol como una gamba, así que ese molesto detalle actual no resultaba especialmente reseñable en él. Y podía dar gracias a todos los poderes sobrenaturales de que no brillaba como la purpurina. Se habría empalado él mismo de ser así.

Sorbiendo el caldillo sangriento del cuenco de su cena sus pensamientos volvieron al principio del círculo, y suspiró con desaliento. ¿Cómo hacía un vampiro pobre y desaliñado, cuyo único aliado era un gato gordo y no demasiado listo, para conseguir enamorar a una diosa guerrera hecha humana, y para más inri universitaria?
Ni siquiera sabía su nombre, y por mucho encanto que pudiera usar, dudaba que lo mirase dos veces.




tbc..?
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on December 31, 2019, 01:50:19 PM
Solo 1 año más tarde :__D pero también con gaupasa!justified @Neko ANTES DE QUE NOS DEN LAS UVAS!! ok, ya



Going down with the sickness
- la enfermedadddd (now twice)-
Anir
x
Angeal
+
Prompto
+
Cloud
(http://honey-rider.net/bt-prompts/neko4.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/angeal2.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/prompto2.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/cloud1.jpg)



Con los hombros encogidos casi hasta las orejas y el agua resbalando por su cabeza, al tercer intento Prompto consiguió por fin abrir la puerta de su portal y se dio la vuelta para mirar a su jefe.

—¿Quieres subir y tomar algo? —preguntó apoyándose contra el marco como si fuera a escurrirse hasta el suelo de un momento a otro.

Cloud lo estudió durante unos segundos con los ojos ligeramente entrecerrados.

—Hm, está bien. —accedió, sujetando la puerta para que el menor pasase delante de él.

—Pero no hace falta que te quedes por obligación, —Prompto frunció el ceño, contrariado consigo mismo— no necesito una niñera, no ha sido para tanto.

—Ah. —Cloud no dijo nada más hasta que estuvieron ambos dentro del ascensor y subiendo hasta el piso. Y cuando la puerta mecánica volvió a abrirse esbozó una sonrisa pequeña pero traviesa y se encogió de un hombro.— Había pensado en la posibilidad de que estuvieras intentando ligar conmigo.

Prompto se atragantó de la sorpresa y dejó escapar una serie de ruidos que aunque claramente mortificados dudosamente habrían podido catalogarse como pertenecientes al género humano, pasando una y otra vez de agitar los brazos en dirección a su jefe a taparse la cara cada vez más roja con ambas manos sucesivamente.
Cloud se echó a reír sin ambages y apretando su mano con suavidad sobre la nuca del sofocado muchacho lo guió hacia la que sabía que era su puerta.

—Dame las llaves y no agites tanto la cabeza, que te vas a marear más. —dijo con voz cálida.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

El timbre volvió a sonar, esta vez con dos toques. Angeal se terminó de quitar la camiseta y la dejó colgando de la puerta de la lavadora que estaba cargando, pensando exasperado en quién demonios sería tan insensato de estar en la calle con el diluvio que estaba cayendo. Más le valía a Genesis no ser él, porque no pensaba aguantar su última tragedia acuciante de esa noche, como cada noche desde hacía varias semanas. Que la colada no se hacía sola.

Descalzo y con un bolsillo del pantalón de pijama colgando hacia fuera, Angeal abrió la puerta de un tirón anticipando un nuevo toque al timbre; pero su gesto displicente se convirtió en uno de estupefacción al comprobar que quien se hallaba bajo el pequeño porche de su chalet no era su mejor amigo barra incordio, sino la chica de la paquetería que le hacía sentirse viejo sucio y depravado, y cuya falta de rigidez con el uniforme le traía por la calle de la amargura. Rígida, rígida amargura. 
Soportando la lluvia como un gatito mojado sin otra opción, Anya sujetaba entre sus brazos una caja marrón marcada con pequeñas e innumerables salpicaduras, y lo observaba con los ojos muy abiertos y la boca pequeñita.

Angeal fue repentinamente consciente de lo fresco de su estado de vestimenta, o más bien falta de ella, y tragó saliva. La muchacha tampoco estaba en las mejores condiciones; el chubasquero le había servido de poco, y el agua le escurría muslos abajo desde el borde de sus shorts vaqueros y le goteaba del flequillo a la nariz. Aquello hizo que el hombre saliera por fin de su asombro y se echase hacia atrás, retrocediendo al interior iluminado y seco de la casa.

—¡Pero mujer! ¡Pasa, no te quedes ahí!—exclamó dejando la entrada libre y haciendo un gesto de invitación.— ¿Qué haces repartiendo a estas horas, con éste tiempo del demonio?

Anya entró y dejó la caja con cuidado junto al paragüero.

—Es que era el último paquete que quedaba antes de cerrar y… siendo para tí… —se excusó quitándose la gorra y apartándose el pelo mojado de la cara.

—No hacía falta que te tomases esa molestia por mí. —dijo el hombre, que la miraba con gesto entre asombrado y embelesado, como si su paquete soñado hubiera llegado él solo a su casa. Otro paquete más figurado y real sí que quería llegar a cierta casa, pero no era la suya exactamente.

—Si es por tí no es molestia, Angeal. —dijo la chica con una sonrisa pequeña pero deslumbrante, y por un momento a Angeal el aire se le hizo espeso y el universo le dio vueltas.

—¿Quieres darte una ducha caliente? Deberías entrar en calor, —dejó que se le notase la preocupación en la voz, como haría cualquier ciudadano decente y no un sinvergüenza como él, lleno de pensamientos inapropiados,— iba a poner una lavadora justo ahora, y tengo secadora.

La chica pareció pensárselo, frotando un pie contra el gemelo de la pierna contraria y observando la caja que reposaba en el suelo, y él aprovechó para reacomodarse el pantalón con discreción.

—Pues, igual, si no es mucha molestia… —contestó Anya dudosa.

—Oh, por tí no es ninguna molestia. —Angeal no se lo pensó dos veces ante la oportunidad de devolverle sus palabras y la sonrisa, y como premio pudo contemplar como las mejillas de la joven se coloreaban con rapidez casi instantánea y se restregaba la manga del chubasquero por la nariz, azorada.— Ven, el baño está  por aquí. Deja la ropa fuera y te traeré algo que ponerte mientras.

La muchacha se apresuró a quitarse el impermeable y las zapatillas empapadas para no mojarle toda la casa, y lo siguió escaleras arriba, con los ojos fijos en los músculos de aquella espalda desnuda que podría haberse escapado de una escultura de algún héroe o dios greco-romano.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

«AaaAAaahhh!!! Estoy desnuda en la ducha de Angeal Hewley!! AaaAAAaahh!!...», gritaba en un bucle continuo la mente frenética de Anir. Abrió el bote de jabón y lo olisqueó curiosa, y no pudo reprimir el impulso de suspirar y poner los ojos en blanco por la satisfacción. Olía a él. Aspiró más, queriendo llenarse la nariz de ese aroma y que no se le acabase nunca. Entre eso y la maravillosa presión del agua caliente en los chorros de hidromasaje, aquella ducha estaba siendo la mejor y más memorable de su existencia. Diez de diez, repetiría todos los días de su vida, tan sólo le faltaba la compañía del dueño para llegar al bonus.

El ruido de un par de golpes contra la madera la sobresaltó de sus ensoñaciones, haciendo que se aplastase contra la pared en el rincón más escondido de la ducha, pero sin soltar la botella de jabón. La puerta se abrió despacio, apenas una rendija lo suficientemente grande para poder ver la mano del hombre apareciendo entre el vapor y volviendo a retirarse.

—¡Te dejo otra toalla y algo de ropa en la banqueta! —la voz de Angeal resonó desde el pasillo, y después la puerta se cerró del todo con un click sólido y definitivo.

—¡Gracias! —contestó Anir levantando el volumen para que se le oyera por encima del agua. Y después de volver a sus coordenadas perfectas originales murmuró entre dientes en voz baja,— ya que me rompes las fantasías no podrías quedarte y frotarme la espalda…? Ah, lloro.

Pero decidiendo que al menos quería guardar una prueba de aquella situación, ni corta ni perezosa sacó un brazo de la ducha y tanteó hasta donde había dejado el móvil y con cuidado de no mojarlo y que no se le resbalase, se hizo varias selfies con la caída de agua de efecto lluvia como telón de fondo. Como recuerdo, pensó. Para las noches frías y solitarias.
Y para hacer que Prompto chillase de envidia o emoción como un chocobo enloquecido, también.


Apoyado contra la barandilla de las escaleras, Angeal se pasó una mano por la cara, echándose el pelo para atrás y suspirando por enésima vez como si se le fuera a escapar el alma en cualquier momento. Al final iba  a resultar que Genesis tenía razón y leer tantas estúpidas novelas románticas con cero realismo en las relaciones entre personajes le había podrido el cerebro.
Pero la imagen del reflejo de la chica en el espejo, borrosa y silueteada por el vapor no iba a borrarse de su mente en ningún momento cercano.
Oh dioses, estaba enfermo. Muy muy enfermo. ¿Cuántos años le pasaba? ¿Diez, doce, quince? Era un asaltacunas, no tenía honor.

Se puso una camiseta de tirantes y un pantalón de estar por casa limpios, y se enfrentó de nuevo a la lavadora abandonada, intentando sin éxito no prestar demasiada atención a la ropa interior de Anir flotando entre su colada.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

—Entonces, —empezó Prompto con los ojos entrecerrados, después de dar un trago a su refresco,— si hubiera estado intentando ligar contigo, ¿habría tenido posibilidades? Quiero decir, si estás interesado en algo conmigo…

Cloud cortó su frase con el ruido de algo que parecía una risa atragantada a medio mordisco, y levantó una mano como gesto dudoso entre pausa y disculpa.

—No. —dijo cuando terminó de toser.— Eh, me refiero a que no busco nada contigo. Sin ofender. Podríamos pasar por hermanos.

—Ah.

Tras varios segundos de silencio incómodo en que ambos evitaron mirar al otro, Cloud se rascó la nuca, sintiendo un calor traicionero subirle por el cuello.

—Es que estoy… viendo a alguien. Podría decirse así.

—Ah, ¡oh! —exclamó Prompto sorprendido y sonriente olvidando la vergüenza a cambio de un cotilleo jugoso.— ¿Prospecto de novio en serio?

—¿Y por qué tiene que ser novio? —preguntó el mayor sorbiendo de su lata a la defensiva.

—Porque si no has hecho ascos a la idea de... yo —se señaló todo entero primero, y después a Cloud,— interesado en tí, doy por hecho que al menos eres bi.

Maldición. Eso mismo me dijo él, y llevamos ya más de un mes con esta historia. —Prompto se echó a reír ante la admisión refunfuñada de su jefe y le dio un par de palmaditas en la rodilla, a lo que este se pasó una mano por la cara y cogió el último pedazo de pizza.

—De todas formas te habría dicho que no… —Prompto se esperó a que Cloud estuviera mordiendo, para añadir con una sonrisa puñetera— sé que no lo aparento, pero tengo novia estable desde hace tres años.

Cloud se giró a mirarle despacio, con los ojos muy abiertos, y un carrillo lleno de queso.

—Argentum. —dijo por fin después de tragar lo que tenía en la boca.— No esperaba que fueras tan cabrón.

—¡Me habéis corrompido entre Anir y tú! —se defendió Prompto levantando las manos.— ¡Yo era un bebé inocente cuando entré a trabajar con vosotros!

Cloud le tiró un par de servilletas de papel hechas una bola, que le rebotaron en la frente.

—¡Ouch! Aún me duele. —Prompto se llevó una mano a la linea roja que bordeaba el nacimiento de su flequillo.

—Ah, mierda es verdad, perdón. —murmuró Cloud contrito.— Pero los bebés accidentados deberían estar en la cama descansando.

Prompto abrió mucho la boca con cara de ofensa, y Cloud esbozó una sonrisa pequeña y victoriosa.




Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on May 05, 2020, 03:39:26 PM
#promptactivity 2020 - ❤ - The Compilation



❤ Ronda # 1

Personaje A termina con dos citas en la noche del día de San Valentín (Personaje B y Personaje C). Mientras tanto, sus amigos no dejan de reventarle el teléfono a punta de mensajes, apostando con quién se irá a quedar...  (original here) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-1/msg9453/#msg9453)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda # 2

Personaje A es un humano normal, personaje B es un ser fantástico (sirenas/hadas/etc) Uno de los dos salva la vida del otro. ¿Qué hacen para saldar la deuda?  (original here) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-2/msg9458/#msg9458)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda # 3

Soulmates AU — Universo donde cuando encuentras a tu soulmate, el primer toque piel con piel se te queda marcado de colores.  (original here) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-3/msg9479/#msg9479)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda # 4

Personaje A recibe una herencia repentina, ahora es dueño/a de una mansión… un tanto peculiar. — Haunted House AU  (original here) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-4/msg9495/#msg9495)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda # 5

A ha vivido toda la vida buscando a su padre a quien no conoce. Cuando le encuentra resulta ser quien menos se lo esperaba.  (original here) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-5/msg9513/#msg9513)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



❤ Ronda EXTRA

Personaje A es Cupido en el día más atareado del año. Cupid's POV.  (original here) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-extra/msg9528/#msg9528)
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.




FINIS
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on May 31, 2020, 05:48:36 AM
*sale de entre las mantas chillando como una ballena* MEEERMAAAAAY -segundo año, segundo capítulo-




Amhrán na Farraige
- Song of the Sea -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/nyx7.jpg)   (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg)



Libertus se metió otra patata frita en la boca, apartando el morro bigotudo e impertinente con el codo.

—Si quieres colesterol extra págatelo tú. ¿Dijo misma hora, mismo sitio?

El ruido de protesta lastimera que obtuvo por respuesta no dejaba lugar a mucha duda.

—Pues me parece que te han dado plantón. Podrías haberle pedido el número de teléfono. O empezar por el principio y preguntarle su nombre y si está dispuesta a casarse contigo de forma legal. —Libertus se levantó y se sacudió los pantalones pero dejó las patatas en el suelo de madera del muelle.— Me voy, que ya va siendo hora de abrir y la cocina del bar no se lleva sola. Si quieres seguir engordando tu culo peludo a base de sodio, tú mismo.

A cambio del insulto se llevó un aletazo húmedo, y se alejó en dirección hacia el puerto comercial ajustándose la coleta y refunfuñando entre dientes.
El lobo marino lo observó marcharse con los ojos entrecerrados, y en cuanto dejó de verlo se aplastó contra las tablas de madera como la masa de un bizcocho sacada del horno antes de tiempo, y rodó perezosamente sobre su espalda un par de veces, moviendo las patas. ¿Es que a nadie le importaba la magnitud de su desgracia? ¡Ya había comprado un anillo, y no era barato! Y ahora quién sabía si volvería a verla. Había perdido su oportunidad. Tendría que consolarse con patatas fritas.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Airin se dejó caer en plancha sobre el sofá, con abrigo zapatos y todo.

—He vuelto. —murmuró con la cara aplastada contra un cojín, y tras un par de segundos de silencio se contestó a sí misma.— Bienvenida a casa.

Sintiendo cómo se le agolpaba el cansancio acumulado se revolvió sin éxito para levantarse del sofá. Terminó por quitarse los zapatos empujándolos con la puntera y dejándolos caer al suelo abandonados, y se las apañó para desenroscarse la correa del bolso de alrededor del cuerpo y zafarse por fin de la trampa de comodidad que amenazaba con engullirla.
De rodillas sobre la alfombra se apartó el pelo de la cara y mirando con desidia todas las cajas marrones de embalar que poblaban su nuevo alojamiento, resopló.

—Ugh.

Al menos ya tenía luz, agua y gas. Después de dos días viviendo con la luz del sol y el fuego de la chimenea, la casa de su abuela volvía a ser un edificio habitable. Y no tenía que pagar un alquiler estratosférico por casi más del triple de metros cuadrados que tenía su antiguo apartamento. Que sí, era más céntrico que una casa junto al mar, y tenía una tienda de conveniencia a la vuelta literal de la esquina en vez de a siete minutos andando. Pero no tenía vistas a los acantilados y la silueta de los edificios contra el cielo al otro lado de bahía, sino a un muro de ladrillo y cemento del bloque de al lado.
Y sobre todo, era muy caro. Más de lo que podía pagar sin vender un riñón o los dos ahora que volvía a ser dueña de su vida y no tenía un trabajo que le sorbiese el alma por horas.

Se quitó el abrigo y en un gesto de buena voluntad para con su yo del futuro, lo colgó en el armario del pequeño recibidor en vez de dejarlo tirado por encima de alguna caja al azar.

—Tengo sábanas, tengo toallas, tengo platos… —enumeró mientras paseaba descalza por entre las cajas que poblaban la cocina comedor y se encaminaba a investigar la nevera.— ¿Tengo cena? Nop, no tengo cena.

Pero entonces recordó que el día anterior había dejado un plato de pasta en un tupper y nunca lo había acabado. Airin no tenía problema en terminar por la noche las sobras del mediodía, aunque fuesen de un día para otro y llamarlo cena fuera ser generoso. Ahora ya tenía una cosa más solucionada. Menos dinero y esfuerzo que gastar ese día, ya había peleado suficiente con la oficina de correos dando de alta su nueva dirección.

Se comió los macarrones recalentados directamente del tupper y sentada en pijama sobre la encimera de la cocina, disfrutando de estar en una casa de la que nadie pudiera echarla y tener libertad para perder la dignidad como le diera la gana, mientras debatía los pros y los contras de empezar a desembalar sus cosas antes de irse a la cama.
Finalmente acabó por dividir los montones de cajas ordenándolas por contenido para organizar al día siguiente; después instaló su ordenador de sobremesa en la habitación más pequeña de la planta baja, que tenía ventana al porche, un enorme escritorio antiguo, un sillón orejero azul y parecía que iba a convertirse en su despacho.

—Miradme, —dijo la muchacha sacudiéndose el polvo de la ropa,— soy mayor y responsable.

Y tras proclamar su prestigioso estado vital, procedió a contradecirlo saliendo de la casa sin apagar la luz ni cerrar la puerta con llave. Descalza como estaba cruzó el jardín asilvestrado, y bajó las viejas escaleras de madera que eran la única entrada accesible por tierra a la pequeña cala que se asentaba a los pies de la escarpada colina.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

—Ancho es el mar para cruzarlo a nado, y yo no tengo alas para volar…

Al oír la voz que cantaba desde la oscuridad de la playa Nyx sintió cómo se le erizaba hasta el pelo de la barba mal afeitada que llevaba. Por imposible que fuera, conocía ese timbre. Habría sabido a quién pertenecía en cualquier lugar, y bajo cualquier circunstancia. Aunque ni siquiera supiese su nombre.

—Búscame un bote que nos lleve a los dos, y remaremos, mi amor y yo…

Precisamente aquella canción tan agridulce resultaba extrañamente apropiada y hacía todo un poquito irónico.  Hacía apenas un par de horas que había estado pescando por entre las rocas de esa misma cala que ahora veía de lejos desde su barca. Y por lo visto su chica vivía en la casa abandonada de la colina. Que… ¿ya no estaba abandonada? No podía dejar que se le escapase otra vez.
Nyx se echó la piel todavía húmeda por encima, y sin esperar a haber terminado de cambiar de forma se zambulló en las aguas frías y oscuras.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Airin levantó la vista del castillo de arena que intentaba decorar y escudriñó la mar frente a ella, intentando sin éxito distinguir formas en el agua. Juraría que había oído un sonido que se salía del patrón rítmico, pero a pesar de que la luna casi llena alumbraba con suficiente fuerza para ir y venir por tierra firme, no consiguió ver nada más que sombras y reflejos entre el batir de las olas.

Pasando la mirada de forma intermitente de la arena bajo sus piernas al agua que rompía cada vez más cerca, decidió que ya podía volver a casa a ser mayor y responsable de nuevo. Si no era medianoche estaría rondando y por la velocidad con que parecía subir la marea, la pleamar debía estar cerca.
Se levantó y se sacudió la arena acumulada en los pantalones de su pijama, arrugando la nariz al notarlos húmedos.

Esta vez pudo escuchar el chapoteo con claridad, pero al darse la vuelta solo vio una foca retozando en la orilla.

—En serio, ¿qué demonios pasa en este pueblo con las dichosas focas? No es normal. —murmuró entre dientes.

Se estaba empezando a poner nerviosa, así que se limpió las manos como pudo y se dirigió a pasos rápidos hacia la escalera para subir a casa, dispuesta a ignorar obstinadamente el extraño movimiento de sombras que percibía por el rabillo del ojo. La voz perfectamente humana y masculina que sonó de repente hizo que casi se le parase el corazón del susto.

—Ehm, ¿perdona?

No. No, no no no. De ninguna manera. No había forma de que le obligasen a seguir por ahí. Había visto las suficientes películas de terror para saber cómo podía acabar aquello. Y también sabía que correr por la arena suelta era más complicado, pero si podía llegar a los escalones era capaz de subirlos de tres en tres.

—Oye… —insistió la voz detrás de ella, pero con tono curiosamente avergonzado,— no quiero molestarte, de verdad, sólo es una pregunta.

Y en contra de todos sus pensamientos racionales, a un par de metros de las escaleras, Airin se dio la vuelta, porque pese al miedo algo en su instinto le decía que conocía aquella voz.
Lo que no había esperado era a quién pertenecía.

—Ay... —dejó escapar bajito al encontrarse de frente con el injustamente guapo desconocido a quien hacía unos días le había tirado la chaqueta sin querer.

—No me dijiste tu nombre, —el joven se encogió ligeramente de hombros, metiendo una mano en el bolsillo de sus vaqueros, mojados por las olas.

—Ah, yo… lo, lo siento. —Airin tragó saliva, sintiéndose paralizada bajo la mirada de aquellos ojos brillantes.

El hombre se revolvió las trenzas que asomaban desde su nuca con una sonrisa sesgada y algo crítica.

—Y me dejaste plantado en la segunda cita.

—Eh… ¿qué? —los pensamientos de la chica volaron en todas direcciones, no recordando nada similar. Sus últimos días habían sido un caos, pero no tanto como para no recordar una cita. O dos.

—Me llamo Nyx, —dijo él, parándose a tan sólo un paso de ella.

—Hola Nyx, —contestó ella de forma casi automática. Si estiraba el brazo podría tocarlo.

—¿No vas a decirme tu nombre?

No, no debería decírselo.

—Airin.

—Es muy bonito, —dijo Nyx ladeando la cabeza con una mirada cálida, y agarrando su mano.

—Gracias. —Airin volvió a tragar saliva, con la esperanza de que se le deshiciera el nudo que tenía en la garganta.

—Verás, yo… —comenzó Nyx con suavidad, acariciándole los nudillos con el pulgar, antes de quedarse trabado y mascullar entre dientes,— Maldita sea, nunca había esperado tener que hacer esto así.

La joven lo observaba confusa, a media distancia de camino al miedo, pero sintiendo los pies anclados al suelo.

—Yo no he tenido ninguna cita contigo antes, —soltó de repente en un momento de claridad mental.

—Si, en el muelle, —confirmó Nyx frunciendo el ceño y sacando su otra mano del bolsillo, con algo guardado dentro de su puño cerrado.

Airin abrió la boca para replicar con cierta irritación, pero aquella extraña insistencia se le hizo repentinamente familiar, y su vista recorrió la figura del hombre de arriba a abajo, fijándose en su ropa mojada. La chica apretó los labios y entrecerró los ojos, buscando con la mirada la anterior fuente de los ruidos que ya no podía oír.
La foca no aparecía por ninguna parte, pero a varios metros de ellos había un gurruño oscuro, pequeño y sospechosamente amorfo.

—Mira. Mira, no. —se dio la vuelta y se dirigió a la escalera, a dos segundos de estar dispuesta a rezarle a todas las deidades en las que no creía.— Que es tarde y me voy a enfriar.

—¡Espera!

Sin haber llegado a soltar su mano Nyx tiró de ella, y Airin trastabilló en la arena y se fue hacia atrás, chocando con su espalda contra el pecho del hombre, que la sujetó entre sus brazos evitando su caída.

—Espera, —repitió dejando algo sólido entre sus manos y apartándose lo suficiente de ella como para poder mirarle a la cara.

Airin miró de hito en hito varias veces de la caja pequeña y cuadrada que ahora sujetaba, al rostro ansioso de Nyx.

—Ábrelo, —dijo él.

Y siguiendo con la colección de decisiones cuestionables de la noche, porque por qué no, abrió la cajita.

—¿Qué demonios?! —un claddagh con un ópalo blanco incrustado le hacía burla desde el acolchado rebosante de agua salada. Airin levantó la vista y murmuró con un hilo de voz,— ¿Esto… esto es un anillo de compromiso?

Nyx se llevó una mano a la nuca, y azorado arrastró un pie por la arena.

—Bueno, es que… a lo mejor, ¿tal vez, deberíamos hacer esto legal a la forma tradicional humana?

—Qué. —Airin cerró la caja con un ruido seco, pero no tanto como su garganta en esos momentos.

Nyx señaló con un aspaviento hacia el gurruño oscuro, pequeño y sospechosamente amorfo que seguía tirado en la orilla, casi rebasado por las olas.

—Selkie. —dijo por toda explicación.

Selkie, —repitió Airin sintiéndose mareada.

—¿En serio? ¡Me devolviste la piel! —protestó Nyx con incredulidad,— Venga ya,  ¿no sabes lo que es eso? Es... es un contrato de matrimonio por si mismo. ¡Me devolviste la piel!

Airin se tambaleó ligeramente de lado a lado falta de aliento, y Nyx la sujetó del codo esperando a que se recompusiera del shock.

—Vamos, te llevo a casa. —dijo él con un suspiro tras unos segundos de estudiarla en silencio preocupado, agachándose frente a ella.— Sube.

Obediente por una vez, la chica se dejó cargar a caballito sobre la espalda de su recién adquirido marido marino, que ascendió por los escalones de madera sin decir nada más.

—Ahora tengo el pijama mojado, —murmuró Airin con tono lastimero una vez se encontró en pie en el porche de su casa.

Sin poder reprimir su ternura al mirarla, Nyx le acarició la mejilla suavemente con un nudillo, haciendo que levantase la vista de nuevo hasta él.

—Ahora ya sabes cómo me llamo, ¿puedo tener un beso en la segunda cita?

—Nop. —Airin le apartó la cara con la mano, sonrojándose al notar aquella barba incipiente y esa sonrisa sesgada injustamente atractiva bajo su palma.— Te comiste mis patatas y no me has invitado a cenar.

Nyx dejó escapar una sonora carcajada, y agarrando su mano la giró, depositando un beso cálido sobre la cara interna de su muñeca.

—Eres un encanto Airin. —murmuró aún sonriente y con sus ojos azules brillando encariñados.— ¿Haces algo mañana? Te paso a buscar, te prometo que esta vez sí que invito yo.

—Bueno, entonces supongo que tenemos una cita. —Airin encogió un hombro con las mejillas rojas, apretando la cajita entre sus dedos mientras pensaba si tenía algo con qué combinar aquel anillo para la noche siguiente.




Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on August 31, 2020, 07:35:18 PM
Me ha esatdo haunteando hasta que ha conseguido salir al mundo *próximamente más y peor*
Continuación de este engendrito escrito para la #promptactivity 2020.   (aporte original aquí) (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-5/msg9513/#msg9513) (Devil eyes come, eyes open, eyes open)

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.





Crescent
- Devil eyes come, eyes open -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/hope.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/cid3.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/cloud1.jpg)(http://honey-rider.net/bt-prompts/reno1.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg)



—¡Wark!

—¡Que te crees tú eso!

La mujer estiró otra vez de su cazadora hasta conseguir recuperarla de las fauces de aquel pollo gigante venido arriba.

—Cualquiera diría que no te doy de comer. Anda tira, que me tienes contenta.

El chocobo se dejó guiar por la brida con un suave ‘kweh’ resignado, pero sin quitar la vista de aquella cazadora forrada de borreguito suave y rizado que quedaría estupenda en su nido en su establo.

—Ya no nos debe quedar mucho más para llegar a ese maldito agujero.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)


—Eh, chaval, pásame la trece-catorce. —la voz del piloto sonó casi metálica desde debajo del motor que inspeccionaba.

—¿Me estás tomando por tonto? Son doce-trece y catorce-quince, esa llave no existe. —la indignación del niño que balanceaba las piernas sentado sobre un barril vacío de combustible hizo que a Cid le diera la risa.

—¿Has visto? Aún me servirá p’algo el enano este…

—Como que voy a ser ingeniero.

Cloud escondió una sonrisa divertida tras sus nudillos enguantados y se apoyó sobre el mismo barril que el niño.

—¿Cómo va? —preguntó señalando con la cabeza hacia la maquinaria.

Hope le miró desde debajo de su flequillo en un ademán que las primeras veces había resultado estremecedor por su reminiscencia, pero que de alguna forma ahora ya no podía dejar de asociar a un cachorro despeinado.

—Si vuela, soy un chocobo. —contestó el chiquillo arrugando la nariz.

Cloud se atragantó al intentar aguantarse la risa repentina ante la respuesta, y maldiciendo una sarta de juramentos, Cid le tiró un trapo sucio de grasa que no llegó muy lejos.

—¡Tú lo qu’eres es un pollo despeluchau, sinvergüenza!

Hope le hizo una pedorreta al aire, pero corrió a esconderse tras Cloud en el mismo momento que el piloto hizo amago de ir a por él.

Los pasos que resonaron desde la entrada y una llamada que sonó irreverente en la puerta de chapa hicieron que los tres se girasen a mirar hacia la fuente del sonido.

—Hoooola Strife~

—No me interesa Reno.

—¡A la puta calle maleante!

El turko levantó las manos en un gesto inocente cargado de burla que no engañó a nadie.

—Pero qué ataque tan gratuito. Yo que sólo venía de visita social... —su vista se clavó en la figura pequeña pero extrañamente familiar que se ocultaba tras el cuerpo del ex-soldado.— ¿Ohó? ¿Y éste quién es?

—No te interesa, Reno. —la voz de Cloud llevaba una advertencia que por supuesto el pelirrojo desoyó por completo.

—No, no, al contrario. Me interesa mucho.

El suave silbido del acero deslizándose fuera de su funda llenó el taller y cargó el ambiente de forma ominosa.

—Ven aquí Hope, —llamó Cid con severidad, y el chiquillo se escabulló asustado hasta él.

¿Hope? —la mirada del turko siguió con fijeza el movimiento del niño.

He dicho, —repitió Cloud apretando los dientes y levantando lentamente su espada,— que no te interesa.

Reno se irguió por completo, abandonando su fachada de holgazanería y mirando al soldado con seriedad.

—No lo entiendes Strife, me interesa porque es algo personal. No tiene que ver con Shinra, sino conmigo.

—¿Contigo en qué? —Cloud ladeó ligeramente el filo para poder examinar el rostro del turko sin impedimentos.

—Oh venga ya. Es obvio que todos sabemos quién es el padre del crío, no somos tontos. —Reno resopló rodando los ojos, e insistió con voz impaciente.— Ignora eso por un momento y míranos bien la cara. Tenemos los mismos ojos y la misma nariz.

—¿De qué demonios estás hablando, Reno? —Cid hizo rodar entre sus dedos la llave de tuercas que sujetaba, estirando el brazo para impedir que el chiquillo se arrimase más de la cuenta a la zona crítica antes de que empezasen a volar ostias.

Brightblade.

Hope dejó escapar un ruidito ahogado que hizo que la atención de todos los adultos se desviase momentáneamente hacia él.

—Te llamas Hope Brightblade, rondas los trece años y naciste en Midgar.

El niño asintió con un titubeo.

—¿Cómo sabes tú eso? —Los guantes de Cloud crujieron levemente al apretar el agarre sobre la empuñadura de su espada, que no envainó pese a bajarla.

—Como que es hijo de mi hermana.

¿Qué?!

Hope observó con la boca abierta como el turko se encogía de hombros con una falta de respeto casual y para nada fingida.

Medio hermana por parte de padre, bleh, los detalles del jodido cabrón no le importan a nadie. 

—¿Estás de coña, no? —Cid manifestó claramente el escepticismo que también invadía a Cloud.

—Pues no. Para tu buena o mala suerte no lo estoy. ¿De qué si no iba un sieso como el General a encontrar alguien que le…? Eh da igual.

Tras unos momentos de silencio un tanto icómodo, Hope se aventuró a ponerse frente al pelirrojo.

—¿Entonces tengo que ir contigo? —preguntó con el ceño fruncido y lleno de desconfianza.

Reno esbozó una sonrisa sesgada, pero con un aire que podría llamarse melancólico.

—Nah. Siendo sinceros, estás más a salvo con estos tipejos, se supone que son los buenos.

—Reno, qué demonios.

—Rufus puede dar miedo, no me entendáis mal eh, pero como que el mocoso es hijo de Airin y ella me da más miedo.

Ante la incredulidad de los antiguos miembros de Avalancha el turko se encogió de hombros nuevamente, y guiñándole un ojo pellizcó la mejilla de Hope.

—Vas a estar castigado hasta los treinta, mínimo, renacuajo.




Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on November 30, 2020, 07:03:38 PM
No sé que ha pasado este mes, Noviembre ha sido raro de coj*nes =__=
Kind of segundo capítulo de este prompt (http://write.btproject.org/9/promptactivity-2020-ronda-4/msg9495/#msg9495)? Otro fic que continuará *sigh*

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.




Deep down my Soul 
- [Hearts Awakened, Live Alive] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/neko10.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/prompto1.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/feanorians1.jpg)



—Pues tampoco da tanto miedo —la voz femenina de tono alegre que sonó desde el jardín hizo que varias sombras se amontonasen junto a las ventanas desde el interior de la mansión.

—Eso lo dices ahora, porque no has visto la cantidad de mugre que hay dentro —rió Airin sacando bultos del remolque de la furgoneta que habían dejado aparcada a un lado de las puertas de hierro de la propiedad.

—Nah, si es por mugre creo que ya soy inmune.

—¿Lo dices por tu cuarto o por tu cara sucia?

—¡Mira eeeh!

La chica esquivó a carcajadas la patada torpe en su dirección, desconocedora de las risitas que había provocado en el recibidor de la casa.

—¿Tiene hermanas?

—No sé si eres consciente de cómo suenas.

—Oh, cállate.

—¡Sshh, van a entrar! —después de aquello, la sala quedó completamente inerte, al menos en apariencia.

Tras un par de empujones la puerta se abrió con un chirrido.

—El otro día no hacía eso. Bueno, lo de no rodar si, lo del ruido no. —Airin se remangó y puso un tope metálico sujetando el portón para que quedase abierto de par en par.

—¡Ooohhh! Que mal rollero y halloweenesco, mola. Cuando venga mi hermano no va a querer salir del coche.

—Anda, ayúdame a limpiar los goznes y a engrasar las bisagras Anir-sin-miedo.

—¡Valep!

Cuando la recién nombrada desconocida volvió a salir al exterior, varias de las figuras incorpóreas fueron detrás como si les hubieran atado una cuerda y algo les estirase de ella.

—¿No te recuerda…?

—Tiene el pelo casi tan dorado...

—Es muy bajita.


Mientras las dos muchachas perdían un par de horas esforzándose por desincrustar los años de telarañas, polvo, y hasta hojas acumulados en el hueco de la puerta, varios de los espectros que habían optado por quedarse ahí flotaban a su alrededor, rememorando el pasado antiguo con media oreja puesta en la conversación.
Los que habían aprovechado para curiosear fuera, iban y venían por el jardín, intentando averiguar sin mucho éxito qué serían aquellos bultos metálicos empaquetados en lonas azules.

—Habría que arreglar un poco el jardín.

—No creo que les corra demasiada prisa cuando la casa se cae a pedazos.

—No exageres, que no está tan mal, me encargué del tejado.

—Curvo, mira.

Uno de los espectros señaló hacia donde un nuevo vehículo de carga entraba a la propiedad. La furgoneta gris esquivó el campamento improvisado y aparcó entre la vieja fuente de piedra llena de malas hierbas y la entrada del edificio, haciendo sonar el claxon dos veces antes de bajar la ventanilla del conductor.

—¡Prompto!

—¡No pienso salir de la furgo!

Airin se echó a reír, tirando el trapo sucio en dirección a la otra chica y correteando hasta el vehículo sin que la retribución  mugrienta llegase a darle.

—¿Quién es mi rubio favorito? —preguntó la pelirroja morriteando colgada del hueco de la ventanilla abierta.

—¡Yo! —protesto la otra muchacha desde el recibidor de la casa.

—Dijo la que “no es rubia”, según ella, —replicó el recién llegado con sorna.

—Debí de haberte absorbido cuando éramos embriones y aún estaba a tiempo. —la chica rodó los ojos con cara de hartazgo infinito, a lo que su hermano respondió sacándole la lengua con cara de asco.

Las sombras que flotaban alrededor de los jóvenes se aquietaron, dirigiendo su atención a dos de ellas en particular.

—¿Todos los gemelos son iguales?

—Obvio, si no serían mellizos. —los dos observados chocaron sus manos incorpóreas y salieron revoloteando sobre el jardín, mientras el resto procesaba distintos grados de suspiros o gruñidos exasperados.

Mientras tanto Airin había conseguido abrir la puerta del conductor y tiraba de Prompto pese a sus reniegos.

—¡Vamos hombre no seas miedica!

—¡Pero que aquí tiene que haber fantasmas! ¿Por qué tantas ansias de morir jóvenes? ¡Un cadáver bonito no sirve de nada!

Varios de los espectros parpadearon divertidos ante las afirmaciones del chico. No porque tuviera miedo sus palabras dejaban de ser verdades casi absolutas.

—Prom, créeme, ya sé que hay fantasmas. —por unos instantes el rubio se dejó arrastrar sin oposición, boquiabierto y con cara de susto.— Pero hazme caso ¿vale? No te van a morder, son muy majos, ya verás. ¡Que son mis ancestros!

—Si son tus ancestros entonces muerden fijo. —masculló entre dientes mirándola de soslayo repetidas veces.

—¡Serás cabrón! —exclamó Airin pegándole en el brazo con la mano abierta.

—¡Ouch! ¿No sé qué más podrías esperar de alguien que tiene a Anir como su hermana gemela…? —Prompto se frotó con dramatismo el brazo magullado, mientras dicha hermana asentía con una risita.— Ahora no vayas a lesionarme, que tengo que usar maquinaria pesada.

Ai! —musitó una de las sombras— Aníra.

—¿Eso es Sindar?

—Podría. Tal vez. Es... muy curioso.

—¿Moryo?

Las exclamaciones de alegría de las dos jovencitas sacaron a los espectros de sus cavilaciones e hipótesis.

—¡Yay, desbrozadora! Mi mejor amiga~

—Vale, pues que te invite ella a comer, mi cartera y yo aceptamos gustosas la rebaja de rango, —comentó Airin con desprecio casual.

Anir abrió mucho la boca, la cerró, hinchó los mofletes y puso morritos enfurruñados en una sucesión de perfecta continuidad.

—Puti. —insultó la chica abrazando la máquina.

La pelirroja se encogió de hombros con una sonrisita satisfecha, y haciendo un esfuerzo bajó dos garrafones de gasolina. Destapó una de las lonas azules y empezó a verter el combustible en el tanque de una de las máquinas.

—¿De dónde has sacado generadores? ¿Para esto querías la gasofa? —Prompto revoloteó intrigado alrededor de las herramientas.

—Oh, los compré ayer después de clase, no veas la cara que puso Ravus cuando le dije que los necesitaba para iluminar la oscuridad de su estupidez. —Airin rió al recordar la indignación de su compañero forzoso.

Los fantasmas, que también curioseaban, compartieron carcajadas con el muchacho.

—Cómo te pasas con el pobre capullo, eres una salvaje.

—Eh, él insistió en venir conmigo a supervisar lo que hacía, si no está preparado para recibirlas que no esté tan dispuesto a soltarlas, a ver si se piensa que porque le llego al hombro le tengo que tener miedo. —los espectros asintieron con gesto de sabiduría, a la par que su descendiente se encogía de hombros.

—Eso también es cierto, se lo tiene muy creído.

—Prom, corazón, no quiero decir nada… pero tú le tienes miedo.

—¡Pero es una función de equilibro, yo tengo todo el miedo que no tiene mi hermana! Deberías saber que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. —Airin rodó los ojos con una sonrisa sesgada.
 
—Señor Parker, deja de esnifar la gasolina y ayúdame a rellenar los tanques, anda.




tbc
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on February 28, 2021, 05:21:33 PM
Prompity prompt! (Qué hambre me ha hecho pasar el fic ;; voy a buscar mi cena.)
While putting your favorite condiment on a sandwich, you accidentally make a magical occult symbol and summon a demon.



I’ll make you say wow
- [Rules no more, here is chaos] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg) (http://honey-rider.net/bt-prompts/sephiroth7.jpg)



Cinco años partiéndose el lomo trabajando más horas al día de las que cabían en un reloj, para que la echasen a la calle porque al director artístico no le gustaba la iluminación del último reportaje. Lo que no le gustaba es que Airin hubiera insistido durante cinco años en negarse a trabajar en minifalda y escote.

Pues si en algún momento habían creído que iba a ceder en su cabezonería, verdes las habían segado, pensó la joven volteando el bacon en la sartén una última vez antes de pasarlo al plato. Ah, había hecho demasiado, como siempre que le podía el cabreo. No había nada que calmase los males como un bocadillo de bacon con queso. O dos, porque a este paso según iba montando su cena y apartando las raciones sobrantes estaba calculando que comería lo mismo también al día siguiente. Bueno, tampoco eran malas sobras.

En una muestra de exceso y decadencia decidió ponerle también salsa barbacoa porque, por qué no, e hizo una floritura decorativa sobre el pan antes de cerrar el bocadillo.

De repente notó algo a su espalda y un extraño desplazamiento de aire que hizo que se pusiera el vello de punta. Airin se giró despacio, dispuesta a defender su persona y su cena de cualquier amenaza imaginable dentro de un registro razonable.

Un hombre que definitivamente no era humano; porque uno, los humanos normalmente no tenían el cabello de color gris metálico como el mercurio, ni los ojos de color agua brillante hasta el punto de la fluorescencia, y mucho menos un par o más de cuernos que se alargaban sobre el cráneo estriados y ligeramente enroscados sobre sí mismos, y dos, había aparecido literalmente de la nada en su cocina diminuta; y la observaba fijamente con la cabeza levemente ladeada en su dirección.

Airin lo observó de vuelta, parpadeando con lentitud. Amenaza imaginable dentro de un registro razonable. No estaba segura de que aquel ser pudiera contar como ninguna de las categorías previas. Porque si no era una amenaza precisamente imaginable, quedaba claro que estaba fuera de todo registro razonable.
La chica miró de nuevo a su cena con ojos entrecerrados. Qué demonios.

Montó otro bocadillo, tuvo cuidado de hacer solo rayas anodinas y ningún garabato artístico con la salsa, y en un arranque sobrenatural de generosidad volcó también un puñado de patatas fritas de bolsa sobre el plato, que ofreció sin mediar palabra al enervante espectador.
 Éste agarró el plato con delicadeza entre garras oscuras y afiladas, cabeceó en una inclinación educada también en silencio, y desapareció presuntamente de vuelta por donde había venido, dejando sólo volutas de humo y un extraño olor a pólvora.

Qué. Coño. Místico. Ha sido eso.

Huh, ¿no se suponía que los demonios olían a azufre? Tampoco iba a quejarse, prefería infinitamente la pólvora, pensó sentándose en su cama que hacía las veces de sofá en su minúsculo estudio de una sola habitación. Quitó la pausa a la serie que estaba viendo en el portátil y mordió su cena mientras lamentaba la pérdida de las sobras para el día siguiente. Tendría que salir a hacer la compra y contar las monedas. Ugh, y hacer llamadas y hablar con gente.

Cuando por fin se metió en la cama para dormir después de haberse dado una ducha, decidió que aquella noche extraña no había ocurrido. Al fin y al cabo si total nadie iba a creerla si lo contaba, para qué darle mas vueltas; que otro ser en el universo por potencialmente imaginario que fuera apreciase su comida de apoyo emocional, era suficiente.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Sephiroth se lamió la salsa que manchaba las comisuras de sus labios y suspiró con la boca llena del último bocado de pan con bacon. Hacía siglos literales que no probaba un manjar tan simple y reconfortante, con la carne bien hecha y abundancia obscena de queso a medio derretir. Hacía más tiempo aún que eso desde la última vez que nadie le había ofrecido comida casera recién hecha.

Si bien no había esperado una invocación a esas horas, menos aún habría sido capaz de imaginar un intercambio tan pacífico teniendo en cuenta el carácter absolutamente accidental del conjuro. Quizás la joven había supuesto que si presentaba un tributo comestible listo para el consumo así no sería ella la cena. Hmm, pero no había parecido aterrada, solamente sorprendida. Y desde luego se lo había pensado bien antes de rendir parte de su alimento, aunque el aporte aparentemente desinteresado de patatas fritas hacía todo mucho más interesante.

Ahora le picaba la curiosidad, pensó el demonio tamborileando con suavidad sobre su estómago agradablemente lleno. Eso y la posibilidad de más invitaciones en un futuro. Hmm, tanta curiosidad.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Airin se despertó con el almohadón completamente marcado en la cara y un reguerito pegajoso a lo largo de su barbilla, con la sensación de que algo que no había sido su alarma la había sacado a la fuerza de su sueño. Se pasó las manos por la cara como si intentase esparcir su cerebro de vuelta a donde debería estar y bostezó sacando un pie fuera de las sábanas.

Mientras pasaba la vista a su alrededor vio que en algún momento de la noche el portátil se había terminado de cargar del todo, y después se encontró con que su teléfono móvil yacía en el suelo junto a la cama. Probablemente el ruido al caer al suelo había sido lo que le había despertado.
Una llamada perdida de un número desconocido le hizo arrugar la nariz con gesto de sospecha. Le puso volumen al aparato y se levantó dispuesta a desayunar y hacerse pasar por persona funcional hasta el punto incluso de maquillarse para ir a hacer la compra.

El tono de llamada entrante la sobresaltó cuando buscaba unos vaqueros cómodos que ponerse y estuvo a punto de caerse y tirar un puñado de perchas.

—¿Sí, dígame? —Su voz sonó perfectamente compuesta y profesional a pesar de estar apoyada contra la puerta del armario.— Oh, lo siento estaba atendiendo un asunto, pero ya estoy libre.

Si Airin quería usar atender un asunto como eufemismo de estar dormida y soñando con piratas, nadie tenía por qué saberlo nunca.

—Sí, por supuesto que conozco la revista The Star. ¡Oh! ¿Mi portfolio? No hay problema, —la joven se pellizcó en la pierna y gateó hasta su pequeño escritorio, donde buscó una memoria USB en concreto.—  Hhmm, hoy debería tener el resto del día libre. Ajá, de acuerdo. Entonces en seguida nos vemos, muchas gracias.

A pesar del tono enérgico de su voz al colgar la llamada, Airin se dejó escurrir hasta el suelo como si se le hubiera escapado el alma por las orejas. Después de los dos minutos que se había concedido para dudar si era una alucinación o seguía todavía dormida y soñando, su móvil sonó de nuevo, ésta vez con un mensaje de ubicación.

Ver las coordenadas señaladas en el mapa le hizo levantarse como si le hubieran prendido mecha, y plantarse de nuevo frente al armario abierto.

—¡Cambio de planes! —exclamó guardando los vaqueros y sacando unos pantalones de cuadros príncipe de gales blancos y negros, una blusa verde agua y la cazadora de cuero.— ¡Uniforme de profesional creativo!

Mientras se aseguraba de meter en la mochila todo lo que necesitaba y se cambiaba de ropa, por mucho que había decidido olvidarla, Airin no podía dejar de pensar en la extraña ocurrencia de la noche anterior. Debía tener algo que ver. No había un contrato, ni tan siquiera habían intercambiado palabras. No había ninguna prueba de algo que no estaba segura de que hubiera sido real. Pero por si acaso pensaba rellenar la despensa y hacerse otro bocadillo para cenar.

Se puso colonia y sus botines más confiables de hebillas y tachuelas, y se miró al espejo antes de salir. Sabía lo que le quedaba bien. Se puso sus gafas de filtro azul como diadema y se soltó el pelo.

—¡Vamos allá!




tbc?
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on May 31, 2021, 05:21:30 PM
Para Neko porque el ataqué llegó en mayo, y como estaba de oferta, ataque gratuito ♥ (coordinado con Kora, misión de equipo XD)
Tirando de prompt porque me hizo mucha gracia cuando lo vi, sorrymiaus por no tener iconos de tus jijos u3u

“I’m just here to tell you that you need to stop taking showers at 3 a.m. Get your shit together, you nerd.”




Hellish hours
- [Shower you with love] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/milo1.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/kanon1.jpg)



Milo intentó encajar la llave en la cerradura por segunda vez, de nuevo sin éxito. Miró a la llave como si le hubiera traicionado gravemente, observándola con decepción hasta que se dio cuenta de que el pedazo de metal que empezaba a robar el calor de su mano pertenecía a la cerradura del portal. Entrecerró los ojos en un gesto que seguramente hubiera querido expresar odio e infinito desprecio, pero sólo consiguió transmitir confusión.
Con un suspiro rebuscó de nuevo en entre el manojo de llaves que colgaba de su cadena hasta dar con la adecuada, que esta vez sí le dejó abrir la puerta de su apartamento.

Se quitó los zapatos, que dejó tirados de cualquier forma frente al pequeño armario de la entrada, y toqueteó con un pie encalcetinado al gato que se había acercado a darle la bienvenida.

—Hola Gato. —murmuró mientras hacía esfuerzos por sacar los brazos del abrigo. El animal se dedicó a mordisquear la punta floja de su calcetín, y estirar de él hasta que se lo robó.— Adiós calcetín.

Dejó el abrigo sobre el sofá, y movió el otro pie.

—Aún me queda otro, ¿no lo quieres? —pero el gato no le hizo caso, así que se lo quitó él mismo, y lo lanzó por ahí hecho una bola.

Milo llegó hasta su dormitorio, se quitó las partes del uniforme de trabajo que todavía llevaba puestas y lo que le quedaba de ropa bajo aquello, lo dejó sobre la silla, y se encaminó al baño bostezando como si se le acabase el oxígeno en el cuerpo.
Se metió en la ducha, y había abierto ya el grifo del agua caliente cuando se dio cuenta de que aún llevaba el pelo recogido.

—Ah, mierda. —tiró de la goma que sujetaba sus rizos en un moño desordenado a la altura de su nuca hasta liberar su cabello. Necesitaba quitarse toda la mugre que llevaba encima.

Su gato maulló cuando las tuberías empezaron a sonar. Era un ruido desagradable, como un gemido profundo y lúgubre en mitad de la noche, pero si el mantenimiento del edificio dejaba que desear, no era culpa suya. No estaba seguro de que las conducciones del agua hicieran el mismo ruido en todos los pisos. Además a las tres de la mañana no habría mucha gente despierta a la que molestar.
Y el agua caliente al final de su jornada de trabajo era una necesidad a la par con el café a primera hora del día. Negárselo iba en contra de los derechos humanos. O algo por el estilo. Estaba seguro.

(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

Kanon abrió los ojos sobresaltado. Otra vez aquel sonido condenadamente tétrico. Se apartó del escritorio de un empujón, haciendo rodar por la mesa el vaso de whisky vacío de hacía horas; juró entre dientes y miró a su alrededor. Seguía estando en el rincón de su salón que había adoptado como zona de trabajo. Y aquel escándalo siniestro y macabro que producían las tuberías del agua había vuelto a despertarle de madrugada.
Daba igual que estuviera despatarrado en la silla con un reguerito de baba adornando su barbilla, vencido indignamente por el sueño y el alcohol, en lugar de plácidamente en su cama como cualquier humano sensato.
Ya estaba harto.
No sabía quién era su vecino de arriba. No le importaba. O mejor dicho, no le había importado hasta ahora. Pero él era un hombre serio, con un trabajo serio, y un futuro brillante como escritor de éxito; no pensaba consentir ese tipo maltrato por parte de un presunto niñato que probablemente no tenía otra ocupación que perder el tiempo con videojuegos hasta horas intempestivas de la madrugada.

Kanon se limpió el rastro de saliva con el puño arrugado de la camisa de pijama que llevaba puesta y se levantó, alisando su ropa en vano, y poniendo un poco de orden en su pelo revuelto. A la luz amarillenta y un poco decaída de su escritorio, la maquina de escribir parecía hacerle burla con un triste párrafo a medias. Buscó las zapatillas de casa a tientas, y guardando las llaves en el bolsillo del pantalón se encaminó con decisión en busca del vecino que todas las noches desde hacía dos semanas convertía ese lado del edificio en el estudio de grabación para la casa del terror.
Se iba a enterar de quién era. Él. O el vecino. No lo tenía muy claro.


(http://saintseiyayaoi.net/misk/hr.png)

En realidad Kanon tardó más de lo que le habría gustado en encontrar la puerta que necesitaba aporrear. Para cuando hubo llegado al piso de arriba, la ducha de la malignidad nocturna ya había dejado de hacer aquellos horrendos ruidos, así que prefirió asegurarse por completo del número que buscaba antes de despertar a ningún otro residente de bien.
Y cuando lo tuvo por cierto llamó. Con el puño contra la madera, repetidas veces. Hasta que la puerta se abrió, procurándole una imagen bienvenida y gratamente recibida, pero nada esperada.
Un hombre joven, probablemente algo más joven que él, de unos veintitantos si se atrevía a aproximar su edad. Ataviado solamente con unos pantalones de pijama y una toalla al hombro, que dejaba al descubierto un torso aún húmedo, y musculado en las proporciones y medidas exactas para no resultar exagerado, pero que habría hecho llorar de envidia a un guerrero griego. A Kanon ciertamente lo que le estaba provocando no era envidia.

Cuando consiguió apartar la vista de los alrededores de aquel maravilloso plexo solar, Kanon se encontró con el ceño fruncido del hombre. Volvió a mirar el número de puerta temeroso de haberse confundido, pero no, era el correcto. Hacía horas de su vaso de whisky, no estaba ni remotamente borracho. Resuelto a ignorar como su vecino de arriba se restregaba perezosamente sus rizos húmedos con la toalla, inspiró en profundidad, como si buscase su indignación distraída.

—Esto tiene que acabarse.—sentenció con gravedad.

—¿Eh? —fue la respuesta del otro. Seguida de un sinsentido.—No, Gato, vuelve. Gato, adentro.

Entonces Kanon se percató del animal pequeño y peludo que husmeaba sus zapatillas de casa, por más que el pie descalzo de su vecino intentaba apartarlo de vuelta a la vivienda. El gato levantó la cabeza, miró de su dueño al visitante, y después de maullar suavemente, se restregó por las piernas de Kanon.

—Mira, vecino. Sólo he subido a decirte que esto tiene que acabar. —Kanon prosiguió inexorable, resistiendo los encantos del felino (y su dueño) y su instinto infantil que le hacía querer acariciarlo (también a su dueño).— Tienes que dejar de hacer estas cosas, las tres de la mañana no son horas para darte una ducha. Vuelve a la realidad, pon tu vida en orden.

El joven lo miró con un cansancio que iba más allá de lo puramente físico y negó con la cabeza, poniéndole una mano en hombro con pesadez. Kanon no quiso fijarse demasiado en aquel brazo bien torneado, no fuese a perder el hilo de la situación.

—¿No crees que ya lo sé? Y créeme que lo siento, ya sé que los ruidos que hace mi ducha dan ganas de llamar a un cura en vez de a un fontanero, que pensándolo bien, no sería mala idea y tendría que hacerlo el casero. —Su vecino hizo una mínima pausa para tomar aire y siguió con su arrancada.— El caso es que no pensaba que hubiera gente despierta a estas horas tan estúpidas, pero es que necesito, ne-ce-si-to quitarme la mugre y la sangre y el olor a desinfectante en cuanto llego a casa o me dará algo.

—¿S-sangre? —Kanon se replanteó entonces todas las formas posibles en que aquello podría acabar saliendo de una forma que no había planeado, y entonces sería él el cuerpo de un misterioso asesinato sin resolver, en vez de un escritor en dique seco con aspiraciones a gran novelista de ficción policíaca.

Su vecino asintió.

—Llevo dos semanas de guardias horribles en urgencias. No sé por qué demonios la gente prefiere el turno de séis a dos para romperse la crisma, coleccionar fracturas abiertas, arrancarse dedos varios de pies y manos haciendo cosas que cualquiera debería imaginar que no acaban bien, y, y... de los coches estrellados ya ni hablo, esos son de todos los días a todas horas.

Kanon tuvo que reagruparse mentalmente durante unos breves momentos. Urgencias. Fracturas abiertas.
Su vecino no era un ni-ni cualquiera. Era un médico. Había subido envuelto en su capa mágica de superioridad con toda la intención de afear su comportamiento incívico a un profesional que se dedicaba a salvar vidas.
Mientras Kanon sufría una crisis de honor invisible, el joven seguía hablando.

—Y es que a pesar de llevar la bata y el uniforme, pues a veces hay cosas que salpican y, urgh. Y todavía me quedan otras dos semanas más hasta el día quince en el turno de tarde-noche y… ah, esto, me llamo Milo, por cierto…

—Estamos a ocho. —Kanon salió de su deshonra para apuntar la fecha al pobre doctor agobiado.— Bueno, estábamos. Técnicamente ya es nueve. Eso es menos de dos semanas.

—¡Oh, estupend-! ¿Qué? ¿Cómo que nueve? —Milo abrió tanto los ojos en la semi-penumbra del rellano que Kanon pudo distinguir una tonalidad azulada, pero inmediatamente se dio la vuelta para entrar en su casa y buscar su teléfono móvil con desesperación.

Kanon miro al gato, que le maulló otra vez, y al que finalmente se acabó rindiendo. Cogió en brazos al animal, y entró en el piso, cerrando la puerta tras de sí. Mentalmente reprendido por su conciencia no quiso juzgar la apariencia desastrada de la vivienda, era algo justificable en un médico de urgencias que lo justo parecía tener tiempo para saber en qué día vivía.

—¡Si que es nueve! —Milo se lamentó agitando el móvil

—¿Pasa algo? —preguntó Kanon rascando la cabeza del gato, que empezó a ronronear como un motor encendido.

Milo miró a su mascota con expresión herida.

—¡Pasa que el ocho es mi cumpleaños! ¡Hoy! ¡Ayer! ¡Fue! ¡Lo que sea! —se dejó caer hacia atrás sobre el sofa, y tuvo que removerse para sacar el abrigo de donde se le estaba clavando. Al final acabó por sentarse bien.

—Ah, —dijo Kanon, siempre elocuente. Los hombros desnudos de su vecino rodaron, haciendo resaltar su anchura.— Hm, ¿felicidades?

—Gracias, supongo. —contestó el joven arrugando los labios hacia afuera.

—Eh, tengo whisky, si quieres celebrarlo.

Kanon lo ofreció con cautela, era caro y miembro útil de la sociedad o no, en realidad no conocía a Milo. Aunque le gustaría. Oh.
Dejó al gato en el suelo, que correteó mordiendo y cazando algo que parecía un calcetín, y fijó su vista en su vecino.
Su vecino que le observaba con los ojos muy abiertos (sí, eran turquesas) y una pequeña sonrisa impaciente en los labios.

—¿Cuenta como una cita? —preguntó Milo levantando una ceja traviesa, apartándose los rizos de la cara.

—¿Una qué? —Kanon tragó saliva.

—Una cita, ya sabes. Por mi cumpleaños. —Milo se enrolló un pequeño mechón de pelo en un dedo.— Y así me cuentas de qué estás escribiendo.

—Oh. ¿Qué? ¿Cómo sabes que escribo?

Milo dejó escapar una risa suave que le hizo verse ridículamente adorable. Un hombre adulto no debería tener derecho a resultar adorable con aquellos abdominales, maldita sea.

—Porque te oigo rabiar. Antes de entrar a trabajar, te dedicas a despotricar de tus personajes que no quieren escribirse. Reconozco que al principio me alarmé al oír cosas sobre asesinos, detectives y material genético. Pero cuando tienes la ventana abierta y no hay nadie más se oye la máquina de escribir.

Oh. Ooohh. No había que dejar pasar las oportunidades.

—Entonces, subo el whisky. Y te cuento de que va mi próxima novela, pero tienes que guardarme el secreto ¿eh? —Kanon sonrió con su mejor ejemplo de carisma ganador, y vio cómo tenía éxito cuando su vecino se sonrojó.

—Ehh, yo… ¿me adecentaré un poco?

—¡No! No, estás perfecto como estás, así… así estás bien. Ahora vuelvo. No tardo nada. —Kanon salió con rapidez antes de que el subconsciente le traicionase y consiguiera espantar a su prospecto de cita.

Cuando hubo cerrado la puerta y se oyeron sus pasos apresurados por las escaleras, Milo miró a su gato.

—Debería despejar la cama ¿verdad? ¡Oh por favor, que el vecino de abajo sea mi regalo de cumpleaños!

.


Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on August 31, 2021, 05:31:40 PM
Prompity prompt-O! (harhar. Últimamente tengo dos modos, piratas y sobrenaturales. Demon Line it is!)




I dream in a dream every night
- [the dream I can never wake from] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg) (http://honey-rider.net/bt-prompts/prompto3.jpg)



Airin no era una persona a la que le costase demasiado quedarse dormida. De hecho se dormía en cualquier rincón que encontrase. En el tren, en el bus, encima de una maleta, dentro de una maleta, bajo la cama, a los pies de un árbol, ¡en las ramas de un árbol! Sobre la mochila de un desconocido, en clases, sobre el escritorio de su casa, en la biblioteca, en la bañera, contra una pared en una casa ajena… y la lista continuaba. A veces incluso, también se dormía en camas.

Pero el problema no era dormirse, no… el problema era mantenerse dormida. Así que cuando algo hizo que su edredón se moviera —permitidme un inciso, pero en pleno enero con noches de grados a bajo ceros, Airin no dormía con la ventana completamente abierta, sólo un poquito de la más mínima rendija; no había posibilidad de corrientes de aire— todos los sentidos de alerta se encendieron como lucecitas de navidad.

—¿Qué? —llegó a decir antes de notar que algo se cerraba sobre su tobillo desnudo.

Y de repente un tirón.

Ahora bien, quedaba claro que el ser de turno no había hecho los deberes o habría estado preparado para la reacción que cualquier persona que conociese un poquito a la chica hubiera esperado. Le dio una patada.

—Ouh, ¡ay! ¡Ey!

—¡¿Pero qué mierdas?! —preguntó Airin, recogiendo la pierna dentro de la cama y haciéndose una bolita hostil contra la almohada—. ¡Me había acabado de dormir!

—¡Lo sé! ¡Llevo como tres horas esperando a que sueltes el móvil! ¡Tu horario no es nada sano!

La joven se apartó el pelo de la cara y estiró una mano para encender la luz mirando a todas partes, pero parecía estar sola en su habitación. Por un momento pensó que la locura familiar por fin le había alcanzado o que estaba teniendo algún tipo de alucinaciones extremadamente vívidas.

—No tendría que haber aceptado esas galletas… —murmuró para sí misma, alcanzando el cuchillo de cazador que tenía en la estantería sin dejar su colchón.

Si el intruso era de verdad, Airin estaba segura de que se estaba escondiendo debajo de su cama. El problema era que debajo de su cama había otra cama… ¿cómo es que alguien cabía ahí dentro? Igual se trataba de un gato.
¿Pero desde cuando los gatos hablaban? Igual era un gato demonio. Y si era un gato demonio… ¿podría hacerlo su familiar? ¿No debería primero ser una bruja? Bueno, un poco bruja ya era.

—Sal de donde estés. —y después de pensarlo bien añadió—. Despacito y con esas zarpas en alto.

Y desde luego las zarpas aparecieron despacito y justo desde donde ella creía que estaban, debajo de su cama. Airin tragó saliva. Las manos negras como si estuvieran manchadas de pintura hasta daban la impresión de ser tímidas, pero aquellas garras también parecían hechas para hacer daño. Mucho daño.
 Después el resto del cuerpo fue terminando de emerger, aunque Airin no podría haberlo descrito muy bien. Primero porque… palabras, ¿cómo se usaba eso? Y segundo porque su cerebro debía de haber sufrido un cortocircuito por un momento, porque no estaba segura de poder comprender lo que estaba viendo.
De todas maneras cuando el ser por fin se plantó entero delante de ella, Airin tuvo que parpadear y morderse la lengua para no demandar ofendida cómo se podía ser tan bonito. Todo lleno de pecas y con una barbita de chivo rubia de la que daban ganas de estirar.

—Bueno, ¿y tú qué quieres?

—Eh, em… pues esto. Llevarte al infierno. —y el ser se encogió un poquito de hombros como si intentase parecer más pequeño—. ¿Si quieres? Le debo un favor a tu padre y me va a arrancar el rabo si no te llevo para allá.

La chica ladeó la cabeza, viendo como el ¿demonio? se recogía con timidez la cola de vaca que tenía colgando del trasero.

—El problema es que no sé cual de los dos rabos me quiere arrancar, y algún día moderadamente lejano me gustaría tener hijos y tal.

Airin carraspeó y volvió a mirar a la cara al joven.

—Mira, chaval. No sé quién eres, son las cuatro de la mañana y tienes aspecto de haber salido de la pesadilla de alguien y yo sigo teniendo sueño. Te agradecería que volvieses al agujero del que has salido y que me dejases dormir.

—Pero mi rabo…

—Tengo un cuchillo. —le recordó la chica, moviéndolo un poco hacia él— Y mi padre lleva años encerrado en un psiquiátrico.

El presunto demonio se mordió el labio inferior y luego suspiró.

—Vete antes de que te ponga nombre y me encariñe contigo como con una mascota. —le dijo Airin, señalando debajo de su cama, pero él sonrió todo ilusionado.

—¡Tengo de eso! Nombre… Me llamo Prompto. —contestó con orgullo— ¡Ahora me quieres y vendrás conmigo!

Airin parpadeó confundida.

—Las cosas no funcionan así, Prompto. Y sigo teniendo un cuchillo.

Prompto ladeó la cabeza, como sopesando qué sería peor, si el cuchillo de Airin o lo que fuera que le esperase al otro lado.

—Y tu padre es el rey de los demonios. Y sinceramente, sin ofender eh?, pero creo que él da más miedo que tu cuchillo.

Airin miró su cuchillo con atención.

—¿Por qué me traicionas así?

Y de repente, todo se volvió negro.





tbc?
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on October 31, 2021, 05:40:54 PM
This is Halloween, Halloween, HA-LLO-WEEN! \o/ (los iconos que faltan otro día, que no tengo hechos para todos xD)




I dream in a dream every night
- [I can’t go back to the way it was] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg) (http://honey-rider.net/bt-prompts/prompto3.jpg)



—¡Ouch! ¡Otra vez no! —se quejó el rubio frotándose la mandíbula con cara de fastidio.

—No se lo tengas en cuenta, Prompto, querido… —Ardyn le dio un par de palmaditas amistosas mientras lo alejaba del borde de la cama,— la pobre duerme poco y tiene mal despertar, es cosa de familia.

El joven sólo rezongó entre dientes, mirando a la figura que parpadeaba sentada entre las sábanas con el pelo alborotado y sin parecer consciente del todo a pesar de su puño certero.

—¿Papá? —la chica se frotó los ojos entrecerrados con un nudillo,—¿cuándo te han dejado suelto? ¿o se me ha ido la pinza del todo a mí?
Ardyn resopló una risita mal contenida mientras le ordenaba el pelo con delicadeza.

—No princesa, ni se te ha ido la pinza a ninguna parte ni a mi me han tenido en ningún sitio. Ya les gustaría poder hacerlo.

Todavía con los ojos pegados, Airin miró hacia arriba arqueando una ceja. Si realmente su padre no había estado en un psiquiátrico, y aquello no era la alucinación más elaborada jamás soñada… si de verdad su padre, como parecían indicar los cuernos que se arqueaban hacia atrás por encima de su cabeza, era un auténtico demonio de carne y hueso y tal vez hasta azufre… El muy cabrón se había pasado casi diez años pululando por quién sabía dónde sin dar señales ni de humo.

Airin cogió una de las almohadas que tenía alrededor y la abrazó, apretando la cara contra el tejido como si quisiera imprimirse en la piel la textura de las fibras. Diez años. Un demonio real. Inspiró profundamente.
Diez años.
Sin mediar advertencia la chica estampó la almohada contra la cara de su padre con toda la fuerza que le proporcionaban la ira y el rencor acumulados en tanto tiempo sin saber de él.
Ardyn se vio impulsado hacia atrás por la violencia del golpe.

Yeet, —murmuró Prompto apretándose contra la pared de la estancia con los ojos muy abiertos.

—¡Ni princesa, ni leches! —bramó la pelirroja poniéndose en pie sobre el colchón y agitando los brazos.— ¿¡Se puede tener tan poca vergüenza de aparecer así después diez putos años haciendo el muerto?! ¡Y encima para venir a joderme el fin de semana, que lo estoy viendo, demonios!

—Sólo una de esas cosas es técnicamente cierta cariño,—Ardyn se levantó como buenamente pudo, rodó el cuello de lado a lado hasta que algo le hizo un ‘crack’ ligeramente más perturbador que relajante, y frotándose la mandíbula se acercó y agarró a su hija del brazo con suavidad,— y bájate de ahí que te vas a caer.

Airin frunció el ceño pero se dejó maniobrar de vuelta al suelo sin oponer resistencia.

—¿Dónde estamos?

—Es… al mismo tiempo simple, pero complicado de explicar, verás…

—¿Dónde estamos? —la chica ignoró a su padre en mitad de los rodeos y se giró a preguntar al ¿demonio? que la había sacado literalmente a rastras de la cama.

—En el infierno, —Prompto se encogió de hombros aún apoyado contra la pared, pero más relajado ahora que el estallido de furia parecía haber sido pagado con su responsable legítimo.— Aunque por lo que sé no tiene mucho que ver con lo que os cuentan por allá.

—Vale. —para indignación de Ardyn, Airin aceptó la respuesta tal cual.— ¿Y por qué?

Ambos hombres se miraron entre ellos.

—Quiero decir, dijiste que le debías un favor a éste impresentable, —Airin agitó la mano desmereciendo el ruido ofendido de su padre— y algún motivo tendrá que haber para que decida cobrárselo precisamente ahora ¿no?

—Soy inocente, —el rubio se defendió tan rápido que estuvo a punto de atragantarse con su propia saliva.

—Eres un demonio, —puntualizó la chica llevándose un nudillo a los labios con una mirada intencionada.

—¡Pero me tienes cariño! —morriteó Prompto poniendo una cara de cachorrito abandonado que debería haber sido ilegal en todos los planos de existencia.

—¿De dónde has sacado tú eso?

Mientras Prompto murmuraba entre dientes algo sobre mascotas, Airin se percató de que en el rincón del techo una sombra más oscura que las demás parecía revolverse y culebrear hasta desintegrarse. En cualquier otro momento anterior de su vida no le habría dado mayor importancia, estaba mal acostumbrada a que sus ojos le jugasen pasadas cuestionables después de muchas horas de trabajo y los puntos negros en el borde de su visión eran compañeros de migrañas ampliamente conocidos. Pero por motivos obvios, ya no era así.

—¿Este es el cebo vivo? —preguntó con voz cantarina una muchacha rubia que apareció de la nada junto a Ardyn. Ah, ahí estaba.

El silencio incómodo repentino se rompió con el carraspeo igualmente incómodo de Ardyn.

—A joderme el fin de semana, si ya sabía yo...—murmuró la pelirroja con desidia.— ¿Y tú eres…?

—Anir, —dijo la recién aparecida con una sonrisa llena de dientes y colmillos afilados, y señaló a Prompto,— su hermana.

—Ajá, ¿entonces tú eres el demonio de encima del armario? —la pelirroja no pudo aguantarse la ironía, pero Anir se llevó las dos manitas acabadas en uñas afiladas a la boca muy abierta con una exclamación.

—¿Como lo supo?!

Airin tuvo que reconsiderar su postura por unos instantes. ¿Misma cantidad de pecas y rabito de vaca, orejas alargadas como un borreguito y ojos turquesa inhumanamente brillantes? Esta si era la cosa más bonita que había visto. Pero antes de nada tenía asuntos importantes que aclarar.

Papá, ¿qué quiere decir con “cebo vivo”?

—Oops, —dejó escapar Anir teleportándose detrás de la espalda de su hermano.

Ardyn se rascó la barbilla con una mano y levantó la otra en un gesto apaciguador.

—Nada que te vaya a poner en peligro real, pero te lo cuento sólo si te portas bien, que está muy feo pegar a un padre.

—¿Más que abandonar a tus hijos? —apuntó Airin con tono cáustico.

Ardyn suspiró, y saliendo de la habitación hizo un gesto para que lo siguieran.

—Es largo de contar.

Airin se miró el pijama y encogió un hombro.

—Pues empieza, que ya voy cómoda.





tbc!
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on May 31, 2022, 05:58:54 PM
Título y avatares en condiciones otro día, acabando mermay TvT




Oceanide
- [ I ] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/suigetsu03.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin09.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/snake02.jpg)



—Es una bruja, ¿lo ves? Nadie tiene el pelo de ese color, ni… —el joven agitó la mano con un gesto nervioso en la dirección hacia donde señalaba— eso… así.

El otro chico le miró sin decir nada, pero su expresión escéptica hablaba alto y claro por él.

—¡No pero escúchame! —susurró el primero abriendo mucho sus ojos violetas,— está hablando con algo… ¡o alguien! ¿Y si es una de sus pobres almas en desgracia?

—Te cuelas demasiado en el teatro, —el segundo suspiró suavemente con tono resignado en su voz grave.

—Ay, no, pretenderás que pague.

—¿O sea que además de mirón, maleante?

Como respuesta a la voz femenina que sonó sobre su cabeza, Suigetsu se zambulló de un salto con una exclamación vulgar y aterrorizada. Snake se quedó aferrado a la roca como estaba, y sin saber muy bien qué hacer tragó saliva y se rascó una mejilla.

—Ah, perdón, es idiota.

—¿Y... medio pez? —la voz temblorosa hizo que Snake ladease la cabeza para poder ver sin que el pelo se le metiera en los ojos.

Y lo que vio fue una joven claramente humana con piernas y todo, el pelo color cobre y una tela mojada colgando de las caderas que parecía imitar los dibujos de un pulpo.

—Aunque tampoco es una raya precisamente. —Snake no estaba muy seguro de cómo reaccionar al movimiento tan poco hostil de taparse la cara y respirar profundamente que hizo la chica, pero un ruido a medio camino entre bebé y gaviota llamó su atención.— ¿Qué es eso?

Se levantó más sobre los brazos para poder ver con claridad, y la joven se sentó sobre sus piernas dobladas con la misma energía tambaleante que si hubiera recibido un golpe. ¿Debería preocuparse?

—Esta es Anir, —dijo la chica levantando un animal pequeño y peludo entre sus brazos,— que además de fisgona es otra maleante.

Esa frase le valió otro ruido que sonó indignado y una pata de aspecto esponjoso en la barbilla.

—Y es un gato.—aclaró. Y después complicó,— más o menos.

En realidad eso no le aclaraba mucho, porque Snake nunca antes había visto un gato, fuera para más o para menos. Pero parecía suave y quería tocarlo.
Hizo fuerza para subirse a la roca y poder sentarse en condiciones, enroscó la cola ligeramente bajo su cuerpo y con lentitud estiró un brazo con la mano abierta. Igual que solía hacerlo con las morenas del arrecife, había acariciado a muchas y todavía no le había mordido ninguna.

—Hola gato, —dijo y después se corrigió,— hola Anir.

El animal se escabulló del agarre de la chica y correteó hasta la mano del joven, frotando la cabeza una y otra vez y gorjeando con ruiditos agudos mientras se dejaba acariciar con entusiasmo.

—¿Y tú? —habló la joven después de unos minutos— ¿Qué eres? ¿Cómo te llamas? O te llaman.

—Seire. —levantó ligeramente la aleta caudal, haciéndola visible para la chica, y rascó la barbilla del gato con una sonrisa— Me llamo Snake.

—¿Y tu idiota? —aquello hizo reír a Snake.

—Suigetsu, técnicamente seire, pero en realidad puede que sea pez luna. —dijo éste con una sonrisa sesgada.

Y aquello hizo reír a la muchacha, así que supuso que la fama de peces estúpidos también era reconocida en tierra seca.

—Yo soy Airin. ¿Humana?

—¿Lo dices como si fuera una pregunta?

—Creo que más bien un tecnicismo. —dijo ella apartándose el pelo rojizo de la cara con ojos entrecerrados.

—No sabría distinguir, mi idiota insistía en que tenías … —Snake hizo un gesto hacia su cola, meneando los dedos,— tentáculos, en vez de piernas. Como una bruja de cuento.

Airin se miró las piernas, agarró la falda del pareo mojado y frunció el ceño.

—Podría entender por qué. Es curioso, porque no encajo con las brujas clásicas de cuento aquí arriba.

Aquello hizo que Snake la observase con los ojos dorados muy abiertos y la boca a medio camino. Anir le lamió la barbilla, requiriendo su atención de vuelta.

—Anya Irina, no seas descarada. —dijo la chica dándole al gato con el dedo en una oreja. El gato se limitó a restregarse la pata por la cara con gesto satisfecho.

El sonido de chapoteo y agua revuelta hizo que dos de los tres presentes se girasen a mirar hacia el borde del espigón, por donde asomó otra cabeza de pelo blanco y piel pálida y mirada enfurecida.

—¡No se te ocurra pensar que vas a robarle el alma, bruja!

Airin parpadeó un par de veces y se volvió a mirar al seire de ojos dorados con expresión atónita. Snake resopló.

—¿Y para que se supone que quiero yo eso?

—¡Para cambiarla por piernas y engañarlo para que te de su magia, obvio! —exclamó Suigetsu arrastrándose hasta interponerse entre ambos.

—Err…

—¡No me mires así!

—¿Como si fueras tonto? —La joven pelirroja rodó los ojos con una sonrisa traviesa.— A ver, desde luego tampoco eres ninguna raya precisamente.

El sonido de ofensa aspirado y agudo que dejó escapar el recién llegado le hizo saber que el dardo había dado en la diana.

—¿Pero tenéis magia? —preguntó Airin a Snake, ignorando por completo los farfulleos de Suigetsu.

—No.

—Ah. ¿Y tú?

—Tecnicismos, si me entiendes.

Suigetsu se acercó más aún, mirándola fijamente pero con más curiosidad que ira o miedo.

—Entonces, SÍ que eres una bruja bruja. —parecía igual de satisfecho que Anir cuando se salía impune con sus crímenes.

—En realidad eso es lo único cierto de todo tu cuento. Y tampoco me gusta el pescado, así que vete olvidando de que te coma.

Suigetsu se atragantó.




Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on September 30, 2022, 10:17:25 AM
TERRIBLE TERRIBLE BRAINROTTTTTTT,
vengo a soltar esto rápidamente y me voy a vestir que tengo boda literal asjdggfñadsflhf
ale xiao vueloo~ :DD




No matter what I’m going my way
- [-] -

(http://honey-rider.net/bteam/prompts/airin09.jpg)



Ser la más joven del grupo no había entrado en los planes de Aerin. Nop, para nada. Supuestamente debía ser la bola de energía que mantenía a todo el mundo contento, pero no estaba en su naturaleza comportarse así.

—Venga, haz cosas de maknae. —le dijo Alex, dándole una patadita suave con su pie descalzado.

Aerin le quitó el calcetín y lo lanzó con fuerza, pero al no haberlo hecho una bola se cayó al suelo indignamente un poco más allá. Alex y Aerin se quedaron mirando unos segundos antes de que Alex se subiera las gafas y dejase a un lado el libro que estaba leyendo y Aerin saltó del sofá tan rápido que parecía haber usado un resorte.

—Niñas, no rompáis nada —dijo Yeorum sin tan siquiera dejar de mirar la uña que se estaba pintando—. Sobre todo vuestras cabezas.

—¡Ey! ¡Una de las que está corriendo es tu mujer! —dijo Mei indignada, con los brazos en alto, intentando que ninguna de sus dos compañeras de grupo le tirasen la taza de cereales.

—¿Ya empiezan tan pronto por la mañana? —preguntó Haru, bostezando y frotándose un ojo.

—No es pronto, es que os habéis levantado tarde —le contestó Niri, palmeando la cabeza de su mejor amiga antes de darle un beso en el pelo—. Que bonita eres.

—Tengo que serlo, soy idol. —le dijo Haru, haciendo una uve con dos dedos justo debajo de un ojo.

Alex atrapó a Aerin en un abrazo apretado y Aerin se revolvió entre sus brazos quejándose como un husky en la bañera, lo que hizo al resto de las chicas reír hasta que Yeorum ordenó paz, asegurándose de que todas sus hijas hubieran desayunado antes de empezar con sus compromisos del día.

Bueno, Aerin creía que no sabía cómo energizar al grupo, pero eso era mentira.



Las chicas estaban estirando después de una buena sesión de práctica, charlando animadamente aún después de la paliza que se habían metido.

—¿Y si vamos a tomar algo? Me muero de hambre. —propuso Niri, rodando por el suelo de la sala de práctica.

—Tú siempre tienes hambre. —le dijo Aerin, tirándose encima de ella e interrumpiendo su rodaje sin fin.

—Ay… mi croquetismo. Se acabó. —se quejó Niri con dramatismo, llevándose la mano a los ojos para mayor efecto.

Aerin le puso la nariz en la axila sin querer y se levantó de golpe, sacudiendo la cabeza.

—Hueles mal, así no vamos a ninguna parte.

—¡Ey!

Yeorum agarró a Aerin del brazo y le dio una patadita a Niri, urgiéndole a levantarse.

—Aerin tiene razón, nos damos una ducha antes de salir, que luego el manager se queja de que le apesta el coche, aunque no sea verdad.

—Pero manager-nim es un quejica… —empezó Aerin y Yeorum le dio un besito en la mejilla a lo que Aerin respondió haciendo caras, aunque no se apartó—. Ew.

—Y segundo…

—No sabía que había un primero. —dijo Niri estirándose en el suelo, Yeorum le picó el costado con el pie y Niri empezó a rodar por el suelo otra vez, alejándose—. Croquetaaaaa.

—¡Segundo! Mañana empezamos a grabar el programa ese de estar casados por un día, a las cuatro ya tenemos que estar despiertas.

—Pero si son casi las nueve… —recordó Aerin, dejando caer la cabeza.

Yeorum le apretó un poco el brazo.

—¡Exacto! A la cama pronto.

—Dios, qué cruz.

Y Aerin arrastró los pies hasta el vestuario y luego hasta el coche y luego hasta el apartamento, para el entretenimiento de sus compañeras de grupo.



A veces Aerin odiaba ser idol.

—Odio ser idol. —dijo en alto.

—No, odias levantarte pronto porque anoche perdimos la escalerita y ahora son las cinco de la mañana y nos están pintando para que después lleguemos al set y nos quieran repintar los estilistas del programa. —le corrigió Mei.

—Ah, no. ¡Eso sí que no! —contestó el chico que estaba maquillando a Mei—. Me voy con vosotras, no voy a tolerar eso.

—Lo mismo digo —se sumó la maquilladora de Aerin—. No me he despertado a las cuatro y venido corriendo después de un café para que destrocen mi obra de arte.

—¡Aerin, estarás contenta! Vuestro color de hoy es el verd- ¿qué pasa que estáis todos enfadados? —preguntó la chica que se ocupaba de elegirles la ropa— ¡Levantad el ánimo, que hoy las casan! ¡Es un buen día!

—Odio ser idol… —insistió Aerin sin casi mover los labios mientras seguían maquillándola, aunque levantó las cejas al ver lo que le iban a poner—. Pero me gusta el outfit.



—Haru, escóndeme. —dijo Aerin, agachándose tras ella.

Haru se puso de puntillas, incluso puso los brazos en jarras para ocupar más espacio.

—¿Has vuelto a enfadar a la lideresa? —preguntó Haru, buscándola con la mirada.

Aerin se rió entre dientes, recordando el día que había estado llamándola así todo el rato sólo para enfadarla. Le había dolido tener que emplear tanto una palabra errónea, pero había sido divertido.

—No… —susurró detrás de Haru, que pestañaeó confundida y con interés.

—¿Niri? —intentó de nuevo.

—No, de hecho me está ayudando también. ¿Ves dónde está?

Haru escaneó el set y la vio más adelante, hablando con un chico que estaba de espaldas a ellas dos.

—Sí, está hablando con mi alguien, pero no le reconozco. Aunque por la ropa que lleva diría que es otro idol. ¿Será guapo? —Haru giró la cara un poquito hacia Aerin, sin dejar de mirar a la espalda del chico—. Tal vez me casen con él.

Aerin rodó los ojos.

—Claro, que es guapo, es mi ex.

—Oh, definitivamente te van a casar con él. —dijo Haru y Aerin se puso recta y le dio un guantazo en el brazo—. ¡Ouh!

—¡No seas gafe!

Haru se frotó el brazo antes de empujar un poquito a Aerin como reprimenda, aunque al final acabaron por escabullirse hacia un costado, cerca de donde estaban sentadas las dos chicas mayores de su grupo.

—No, pero ahora en serio, de los que has visto por aquí con quien quieres que te casen por un día. Porque hay cada pretendiente… no sabría elegir. —preguntó Haru en voz baja, cuchicheando con Aerin.

Mei se había ido con la excusa de buscar a Niri, pero en realidad estaba socializando con las demás idols invitadas. Aerin la estaba viendo sonrojarse y ponerse el pelo detrás de la oreja mientras hablaba con una rapera que conocía de sus días de trainee.
Aerin señaló con la cabeza hacia esas dos.

—Alguien tiene un crush muy fuerte… Tal vez Mei prefiere que la casen con ella antes que con un chico.

Haru miró hacia su mejor amiga y levantó una ceja.

—Ah si, no eres la única con ex en este programa. ¡No me cambies el tema!

Aerin se rió un poco pero acabó por mirar hacia un ladito, donde a un chico con el pelo rojo brillante le estaban retocando el maquillaje.
Haru se llevó la mano a los labios y abrió mucho los ojos.

—¿Hayoon de Teen Mix? Aaah, tienes buen gusto.

Y es que la mitad de la industria tenía un crush en él.

—Aaah, quien sea su esposa hoy va a tener un muy buen día. —continuó Haru.

—¿De quién habláis? —preguntó Niri, apareciendo de repente y levantando un pulgar hacia Aerin—. Ya me he deshecho de Minjae, que pesao que es, no me soltaba nunca.

Aerin notó un pinchacito en el corazón, pero no dijo nada.

—No paraba de hablar de tí. —añadió Niri y Aerin miró al horizonte como si no le afectara, aunque se sintió contenta por un momento.

—Hablábamos de con quién queremos que nos casen hoy.

Niri las abrazó a ambas y después de llorar porque no iban a casarla con ninguna de las dos dijo que en realidad no le importaba con quien la casasen mientras no fuera con Minjae.

—Definitivamente te van a casar con él. —dijo Haru y se ganó dos guantazos, uno en cada brazo, de parte de sus compañeras.

—¡No nos pueden casar a las dos con él! —gritó Aerin.



—Definitivamente odio ser idol. —murmuró Aerin entre dientes mientras miraba el papel que tenía delante.

Y es que hacía unos minutos habían casado a Niri con su ex y ahora a ella le tocaba irse a una habitación de la mano de ni más ni menos que Hayoon de Teen Mix, aguantando las miradas de celos de la mayoría de las chicas y algún que otro chico. Y lo peor de todo, los hoyitos de Hayoon de cerca. Los quería tocar.

—¿Quieres decir algo antes de entrar en la habitación? —le preguntó uno de los asistentes del programa, sosteniendo una cámara.

—¿Socorro? —preguntó Aerin y Hayoon se puso a reír antes de asegurar que la iba a cuidar muy bien.

Bueno, al menos el programa iba a tener un buen episodio viendo a Aerin ser torpe alrededor de su crush. Estupendo.





Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on November 30, 2022, 05:37:36 PM
Ava-qué? Títulos, qué son títulos? TvT




Oceanide
- [  I I  ] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/snake02.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin09.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/suigetsu03.jpg)



—¿Quieres más?

—¡Hmm! —Snake asintió con las mejillas llenas.

Airin le ofreció el resto de la bolsa de palomitas.

—Acábatelas que yo no quiero más, me llenan en seguida.

El seire abrió mucho los ojos y agarró el paquete con las dos manos y una sonrisa pequeñita pero encantadora, y procedió a meterse otro puñado de palomitas hasta hacer que sus mofletes se hinchasen como los de un hámster. La chica se llevó una mano a la boca para tapar el ruidito de adorabilidad que amenazaba con escaparse.

Si alguien le hubiera dicho hace varios meses que iba a llegar a tener amigos de especies subacuáticas, Airin habría buscado (y encontrado) la forma de rodar los ojos hasta el borde del universo y recordado que uno: ella no era una princesa de dibujo animado, y dos: lamer ranas en busca de efectos alucinógenos era un pasatiempo realmente peligroso. Aunque quizás tendría que haber especificado mejor; un amigo, y un incordio perpetuo. Eso ya parecía más parte del proceso habitual.
Miró de reojo al gato peluchoso que rodaba al sol sobre la madera caliente del muelle. A veces hasta era un pack dos en uno.

Una salpicadura mojó sus piernas cruzadas y le empapó los calcetines. Ah, hablando de incordios.

—¿No hay comida para mí? —el recién llegado abrió mucho la boca dejando ver un montón de dientes inhumanamente afilados.

Snake agitó la cabeza de forma negativa mientras se apartaba hacia atrás para intentar acabarse todas las palomitas de maíz sin verse obligado a compartir.  Suigetsu le dio un manotazo en la cola y el otro seire replicó con un coletazo en la cara de éste sin soltar su preciada merienda. Airin estiró las piernas en medio de ambos e interrumpió la pelea antes de que escalase, sabía como acababa el programa y no quería terminar en el agua ella también.

—¿No que eras un gran depredador del mar abierto? —dijo la chica tocándole con un calcetín mojado.— No sabía yo que los tiburones comían palomitas de maíz.

—Los tiburones comemos todo lo que podamos digerir, —refunfuñó Suigetsu sobándose la mandíbula con una mano y agarrándola del pie con la otra.

—Ah…. ¿Brócoli? —aventuró Airin escurriendo el pie con una risa y dejándole el calcetín mojado en la mano.

—¡Eso no, qué asco! —el seire hizo gesto de repugnancia y hasta sacó la lengua para dejar claro su punto de vista, pegándole con la prenda como castigo a tal ofensa.— ¿Quién en su sano juicio comería árboles en miniatura?

—Eh, yo no, me dan cosita.

Humana e inhumano se giraron a observar al otro seire con cara de prejuicio. Snake se encogió de hombros.

—Yo no soy un tiburón. Y asados con salsa están buenos. Son… interesantes.

La cara de Suigetsu dejaba patente su opinión al respecto del asunto. Por su salud mental decidió seguir ignorando los gustos más que cuestionables de su amigo y centrarse seriamente en sus deberes como incordio.

—¿Qué, cuántas almas has robado esta semana? —preguntó con una sonrisa puntiaguda aupándose hasta el muelle y recostándose como si fuera una chica francesa de esas que en otros siglos pintaban en cuadros.

Hasta el borde del universo iba a rodar los ojos Airin, y ya que estaban podían arrastrar con ellos al merluzo ese también.

—Cuántas veces te tengo que decir que no robo almas, que a mí no me sirven de nada… Qué pesado eres de verdad. Ochenta kilos de rodaballo.

Snake se atragantó con las palomitas.

¿¡CÓMO QUE RODABALLO?! —Suigetsu rodó y se agitó indignado, sacudiéndose hasta poder encararse apropiadamente con la chica— ¡Con lo feos que son los cabrones! ¡Tú no has visto un bicho de esos en la vida!

—Cada vez que voy al mercado, en la pescatería, con hielo y perejil, —dijo Airin sonriendo con cara de revancha satisfactoria.

Suigetsu boqueó lleno de dientes brillantes como el terror acuático que era y manoteó contra Snake sin conseguir que el otro seire dejase de toser y reírse entre migas de palomitas. Se arrastró hasta la muchacha que se doblaba en carcajadas y la agarró de la muñeca para que no escapase.

—¡Tócame la cola! —exclamó lleno de indignación estirando del brazo de la chica hacia sus propias escamas mojadas,— ¡TÓCAMELA!

El ruido que hizo Airin bien podría haberlo hecho una tetera hirviendo al fuego; a ella también se le escapó el aire de golpe. Su risa aumentó en tono y volumen de forma incontrolable y culebreó sin éxito como una anguila intentando escurrirse de un depredador.

—¡Pero no seas indecente! —consiguió decir la chica entre lágrimas e hipídos de risa— ¿Cómo me dices esas cosas así sin más, aquí mismo?

Snake dejó escapar una especie de trino agudo que sonó burbujeante y rodó por el borde del muelle dejándose caer al agua con palomitas y todo, presa de un histórico ataque de risa.

Suigetsu miró de donde había caído uno, a otra, y se puso como una gamba primero blanco y luego rojo. Para su vergüenza las burbujas y las palomitas no dejaban de brotar desde el agua junto a ellos.

—¡No no no no! !NO! —gritó zarandeando el brazo de Airin sin que esta pudiera dejar de reír y llorar,— ¡ESO NO! !ASÍ NO!





Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on April 30, 2023, 04:31:33 PM
Yo pensaba que tenía avatares para todos PERO NO. Porque los maleantes son de Neko. orz tbh yo tambien soy presa del odio algunos días, EN FINS




Don't call my name
- [  It's Trouble  ] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/kanon1.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/afrodita3.jpg)



—¡Es la décima vez que me invocan ya ésta semana y estamos a miércoles! ¡¡A miércoles!! —rugió la figura que entró dando un portazo.

Afrodita se apartó un mechón de cabello celeste de la cara con un gesto encantador, arrugando la nariz en una expresión adorable y ladeando la cabeza tentadoramente.

—Como vuelvas a desencajarme la puerta del quicio te voy a dar una patada en el culo que te va a hacer cruzar más planos que a un arquitecto. —su voz sensual y aterciopelada contrastaba notoriamente con la hostilidad de sus palabras.

Kanon movió una mano desestimando la amenaza y se dejó caer con pesadez sobre el sofá de su amigo.

—¿Puedes cerrar esa cortina? Me está dando el sol —balanceó un pie por encima del reposabrazos del mueble mientras se removía en su asiento de modo cómico, hasta que una forma larga, oscura y sinuosa se escurrió de entre su trasero y los cojines.

—¿Y? El sol con moderación es sano, vitamina D.

—Soy un demonio de sombras, —recordó Kanon rascándose perezosamente el rabo de apariencia serpentina.

—¿Y? —volvió a preguntar Afrodita con un desdeño cautivador, como todo lo que le concernía.— No eres fotofóbico que yo sepa.

—Que me adormece, y estoy indignado y quiero disfrutar de mi enfado. —Se giró a mirarle con sus pupilas verticales casi completamente contraídas. El verde de sus ojos era muy brillante a la luz del sol.

—Eres un puñetero gato, —rió Afrodita corriendo la cortina lo justo para dejar su sofá en la sombra. Tenía una risa clara y tintineante, exquisita como el sonido de campanillas; pero por naturaleza los íncubos eran una delicia para los sentidos en todas sus expresiones.

—Mmhmm, a veces. —Kanon suspiró un poco aliviado cuando la luz dejó de darle de forma directa. En verdad estaba indignado y no quería perder la oportunidad de despotricar a placer.— Diez veces ya, maldita sea. Y hoy dos antes del almuerzo, ¿estamos locos?

Afrodita asintió mientras regaba con ojo crítico una de sus macetas, volviendo a su sesión de jardinería repentinamente interrumpida. Era la ventaja de no estar atado a hechizos de sumoneo, él mismo decidía cuándo, cómo y a quién aparecerse, y qué hacer con ellos. Por supuesto las líneas de su especie eran mucho más simples y difusas de lo que los humanos se habían empeñado en creer durante siglos; íncubos, súcubos, en realidad eran todos lo mismo, solo que cada quién elegía libremente cómo presentarse ante el mundo y disfrutar de sus preferencias. Pero las criaturitas mortales eran condenadamente tercas en sus costumbres, y pobre del que osase llevarles la contraria.

—Lo del lunes lo comprendo, porque es lunes, y todos estamos llenos de odio, —Kanon proseguía con su letanía de quejas,— ¿pero el martes? ¿Cómo leches explicas cinco invocaciones un martes?

Afrodita se llevó un dedo a los labios posándolo rítmicamente contra ellos un par de veces, y se encogió de hombros.

—¿El rencor sobrante del lunes? —conjeturó.

—¡Y además estúpidas! —el demonio agitó brazos, piernas y cola airadamente desde el sofá.— No “deshazte de mis enemigos y a cambio tendrás mi alma” o “cumple todas mis oscuras intenciones e intentaré escapar en vano porque solo un idiota o un desesperado hace un pacto con un demonio”. ¡No! ¡Ya no hay nada interesante!

El íncubo resopló por la nariz divertido, retirando las hojas muertas de su rosal.

—Son todo estúpidas estupideces. “Mata a mi suegra” Ok, bueno, ese es lógico, pero “ráyale el coche al vecino sin que sepa que he sido yo”, “quiero follarme a la mujer del jefe”, “hazme rico”. ¡Hazme rico! ¿Qué pasa, que tengo cara de ser el Banco Mundial? ¡Hhhghssgsrrghh! —Kanon dejó crecer sus uñas hasta convertirlas en garras y mostró sus colmillos afilados en una mueca de enfado.

—Encanto, comprendo que estés cabreado, pero no me arañes el sofá, —recriminó Afrodita.— Además cuando haces eso pareces un gato intentando escupir una bola de pelo, es muy poco atractivo.

Kanon gruñó un poco más, mirando a su amigo con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados.

—Disculpa, —dijo por fin, desinflándose blandamente como un gran felino peludo.

—Disculpado, —contestó alegremente el íncubo.— Debe ser por Samhain, que les altera. Cuanto más se acerca la noche de ánimas más se descontrolan. ¿Estás mejor ahora?

El demonio respondió con un ruido indeterminado, habiéndose fijado en el plato rebosante de galletas que presidía el centro de la mesa de café, olisqueando con atención.

—¿Y esto? —preguntó estirándose a coger una y saboreándola con gusto tras el primer mordisco. Agarró otra galleta con un brillo avaricioso en sus ojos verdes.

—Oh, de la zorra de la esquina.

Kanon parpadeó confuso durante unos momentos, con las migas del dulce esparcidas sobre la pechera de su camisa.

—La zorra de la esquina, —repitió.

—¿La cafetería a la vuelta de la manzana? ¿La chica con la cola de zorro? —comentó Afrodita,— Creo que no te he llevado nunca, tendremos que ir. Hacen unos postres riquísimos.

—Aaahh, entiendo, —Kanon se relamió los labios con una lengua inhumanamente larga y azul, encajando las piezas mentales del puzzle.— ¿Estás liado con ella ahora? ¿No andabas con el ninfo, silfo, lo-que-sea ese de las manzanas?

Afrodita se llevó una mano delicadamente al pecho, donde su camisa se abría de forma sugerente para descubrir el hueco en la base de sus atractivas clavículas.

—Obviamente no entiendes nada, querido. —dijo con condescendencia divertida.— Yo soy un ser libre y retozo con quien quiero, cuando quiero.

—Osea, que estáis a ratos. —Kanon descifró cogiendo otra galleta más.— Mmm, están buenas.

—Bueno, ya estará bien de que te robes mis ofrendas. —resopló el íncubo apartando el plato de las zarpas literales del demonio.— ¿No tienes más almas que consumir por hoy?

El demonio dejó escapar un suspiro cargado de hastío.

—Al paso que vamos reventaré de empacho antes del domingo, creo que no es mala idea ponerme a dieta. —rodó los ojos y se levantó del sofá de su amigo, estirándose como un gato y haciendo crujir su columna vertebral de una forma ominosa y perturbadoramente fascinante.

Afrodita lo observaba con los ojos muy abiertos y una expresión encantadoramente solemne, que si uno se fijaba bien, hacía esfuerzos por no traicionar una sonrisa que en realidad tiraba a cabrona.

—Kanon, —llamó.

—¿Qué?

—Está volviendo a pasar. —contestó el íncubo señalándolo a todo él con un gesto suave.

—¿Qué? —el demonio miró hacia la parte inferior de su cuerpo, donde efectivamente un brillo rojizo y chispeante delataba la formación de un círculo de invocación sobrenatural.— ¡No! ¡Otra vez hoy NO!

—Al menos ya has almorzado, —dijo Afrodita con sorna.

—¡NOOOOOOOOOooooooooo! —El bramido cargado de frustración de Kanon desapareció con el hechizo que lo arrastró una vez más de vuelta al plano mortal, migas y todo.

El íncubo meneó la cabeza agitando su cabello azulado de una forma que encendía las pasiones de hombres y mujeres, y siguió atendiendo a sus plantas.






Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on August 31, 2023, 03:15:56 PM
Yo pensaba que tenía avatares para todos PERO NO.
Acabo antes si me auto-cito *sighhhh* Y sigo sin tenerlos, pero no voy a hablar de cuántos meses me cuesta acabar estas cosas porque tengo dos neuronas y a una se la lleva el aire lol.




Don't call my name (II)
- [  It's Trouble  ] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/kanon2.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/sorrento1.jpg)



—¡Ya estoy harto malditos sean todos los planos! ¡Ahora verás, miserable humano! ¡Estúpido mortal indig-...y a tí se puede saber qué demonios te pasa? —sin haber dado dos pasos fuera del portal mágico Kanon ya tenía al pobre desdichado agarrado por el cuello de la camisa y con los pies en el aire. Lo que le sorprendió fue encontrárselo ya lloroso y magullado antes de que hubiera llegado a ponerle la mano encima.

Bajó al hombre de vuelta al suelo, casi con cuidado de no estropearlo más. Antes de tiempo al menos. Echó una ojeada al lugar, esperando un dormitorio lúgubre y aburrido, o un ático polvoriento lleno de trastos, como era lo habitual últimamente. Pero parecía encontrarse en una biblioteca. Las paredes estaban ciertamente repletas de estanterías plagadas de libros. Reconocía algunas ediciones de valor incalculable, y otros tantos presuntamente esotéricos que no habrían servido ni como lectura de baño. O papel higiénico.
Pero eso que brillaba metálico a la luz de las velas era una puerta acorazada. Vaya vaya, a lo mejor hasta podría ser medianamente interesante. Balanceando la cola de lado a lado volvió a poner toda su atención en el humano, que lo observaba intentando recuperar el aire.

—P-por favor… —además de unos ojos de un fascinante tono malva que no hubiera pensado que se daba entre los mortales, el hombre parecía ser consciente de con quién estaba tratando, y eso le complació.— Por favor, ayúdame.

—¿Y por qué debería? —Kanon empezó a pasear en torno a su presa, rondándolo de manera obvia, acariciando uno de aquellos rizos esponjosos con una uña afilada que hizo que el humano tragase saliva.— Me has sacado de mi descanso, para arrastrarme aquí.

Quizás estaba echándole más drama del necesario al asunto, pero era una forma como cualquier otra de juzgar si era un trabajo que mereciese la pena. Una cosa era que no pudiese evitar ser invocado si lo hacían correctamente, y otra que el hechizo le atase a algo en contra de su voluntad. Estaría bueno.

—¡Por favor, por favor, te lo suplico! —para sorpresa de Kanon, el hombre… no, el muchacho, cayó de rodillas en tierra, estirando una mano hacia él, pero sin atreverse a tocarlo.— Sácame de aquí, sácame antes de que sea demasiado tarde.

Kanon frunció el ceño. ¿Qué llevaría a un joven apuesto como aquel a pedir auxilio a un ser sobrenatural? Un demonio de sombras nada menos. El humano interpretó su gesto como una negativa, y se mordió el puño de una manga sucia y desastrada en un intento por silenciar sus lágrimas.

—¿Qué me ofreces a cambio? —era en esa parte en la que si les daba suficiente cuerda, Kanon tenía más que comprobado que se acababan ahorcando ellos solitos.

—N-no tengo nada. Sólo a mí mismo. ¿Mi alma, si la quieres? Lo que pueda darte, lo que sea, te lo daré. —el muchacho se sorbió los mocos con vehemencia desesperanzada. Kanon entrecerró los ojos, observándolo a la luz de las velas, mientras el joven miraba con aprensión hacia la puerta acorazada de la estancia, y luego de vuelta a él.— Te lo imploro, no dejes que me lleven con ellos.

Aquello bastó para decidirlo.

—¿Tu nombre? —inquirió agarrándole de la barbilla y levantando su rostro para verle la cara. Aquellos ojos malva se abrieron de par en par.

—¡Sorrento! —Kanon palmeó su cabeza como haría uno con un niño pequeño o una mascota obediente.

—Pues bien, Sorrento, —dijo agarrando su mano y ayudándole a levantarse del suelo,— ahora vas a hacer lo que yo te diga. Agarra una de esas velas, y quédate en el rincón más alejado de la puerta. Y estate muy quieto.
El muchacho obedeció sin rechistar, y Kanon procedió a frotar la suela de su bota sobre el dibujo del suelo mediante el que había sido invocado, deshaciendo la tiza y emborronando el hechizo más allá del reconocimiento. Apagó  el resto de las luces con un gesto descuidado de muñeca, dejando la estancia en penumbra casi completa, y sonrió con muchos dientes brillantes y afilados.

—Es hora de jugar con los niños grandes~ —canturreó. La forma en que su voz reverberó por las paredes, viniendo de todas partes y ninguna al mismo tiempo erizó el vello de Sorrento, que tragó saliva tembloroso.

La puerta empezó a abrirse poco a poco, ominosa, y el sonido de la agitación exterior se derramó dentro. Cualquiera con un mínimo de sentido común habría notado el ambiente enrarecido y se lo habría pensado dos veces antes de meterse en un sitio así, pero Kanon contaba con que no iban a ser seres del todo… racionales, los que iban a entretenerle en pocos segundos.
Y probando estar en lo correcto, la algarabía de voces discordantes no tardó en asomarse a la cámara.

—¡Aquí está! ¡Vamos, no dejéis que vuelva a escapar!

—¿A dónde creías que ibas, chiquillo estúpido? —Un par de hombres portando antorchas y encapuchados con túnicas largas se adentraron entre las estanterías. Kanon, oculto a su vista, se relamió los labios.

—¡No estropeéis a mi niño! —recriminó una voz de mujer con aire santimonioso.— Si el sacrificio no está en buenas condiciones el dios no descenderá.

De repente una de las figuras que se asomaban en el quicio de la puerta dejó salir un ruido sofocado, húmedo y gorgoteante, y pareció consumirse sobre sí misma, deshaciéndose en volutas de humo oscuro que dejaron caer las ropas al suelo en un gurruño descuidado. Kanon se dejó entrever sin tomar cuerpo del todo sólido, lamiéndose la sangre espesa que goteaba de sus dedos con aquella lengua larga y azul, de todo menos humana.
Aquello atrajo la atención de los incautos de forma efectiva. Empezaron los gritos y el miedo. Y aunque el banquete fuese de una calidad discutible, el espectáculo de caos y tumulto no fallaba en ponerle de buen humor.

Sorrento no alcanzó a ver cómo el demonio que había invocado acababa con los miembros de la secta a la que pertenecía su madre, estaba muy oscuro para su vista. Pero no apartó los ojos cuando a la luz de la única vela que él portaba. Kanon desgarró la garganta de la mujer y sorbió su alma con una sonrisa amplia, demasiado amplia, mientras su cuerpo se agitaba en convulsiones, hasta finalmente desaparecer. Después se giró hacia el muchacho, limpiándose los labios y la barbilla meticulosamente con los restos de la túnica, y lo que vio le llenó de satisfacción.

—¿Ahora me toca a mí? —preguntó ya sin atisbo de miedo, con resignación.

Kanon resopló por la nariz, divertido, y levantando un dedo elegante le indicó que se acercase a él. Y Sorrento se acercó. El demonio puso el libro de conjuros en sus manos, y sopló la vela, dejándolos completamente a oscuras. Llevó una mano con uñas largas pero ya no garras hasta su nuca, enredando los dedos entre sus rizos, y lo atrajo hacia él.
El muchacho notó el aliento húmedo y cálido contra su boca, y por reflejo entreabrió los labios.

—Si necesitas algo de mí, dentro de límites razonables, ya sabes cómo encontrarme. —los dientes afilados de Kanon mordisquearon el labio inferior del joven, que gimió sintiendo la lujuria apoderarse de él.

El demonio lo besó entonces, rudo, forzoso, con lengua, mucha lengua, y mordiscos propietarios marcando su nuevo territorio, invadiendo su sangre con una ola caliente y libidinosa que se extendió por todo su ser, arrasando cualquier rastro de coherencia en su mente.

—Y si simplemente quieres hablar, —aquella lengua azul lamió el rastro de saliva que manchaba las comisuras de sus labios, con la misma expresión  traviesa y juguetona que danzaba por el rostro de Kanon,— llámame, suelo tener los viernes libres.

Y con un guiño y un beso al aire, desapareció en un remolino de sombras extrañamente chispeantes.
Y Sorrento se quedó ahí, terriblemente confuso ante su destino y con una erección de lo más incómoda, pero apretando el libro de hechizos contra su pecho.


.


Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on October 31, 2023, 03:03:23 PM
Aporte de Jalowín, (que lleva una semana esperando y casi se me olvida subir :_D) Casa Encantada Tercer Capítulo.
Literalmente en mi doc se llama (Fëanorian Haunted House AU) xDDD
Las dos partes anteriores enlazadas aquí (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg9869/#msg9869) .




Deep down my Soul 
- [Hearts Awakened, Live Alive] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/noctis2.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/feanorians1.jpg)



El ruido de un motor potente por el camino de grava hizo que Airin levantase la cabeza de las tejas que estaba arreglando;  el claxon que sonó rítmicamente siete veces hizo que soltase todo con prisas y estuviera a punto de caerse al vacío hacia atrás desde el tejado.

—¡IIIhhhh jod-!! —una corriente repentina de aire frío la empujó contra el saliente de una de las ventanas y se agarró al postigo como una ardilla.

—¡Que se mata!

Oscuridad, qué susto me ha dado. —maldijo el espectro que se había puesto en medio.

—¿Pero está bien?

—Ok, ok, estoy entera, estoy entera, —murmuró la chica como si estuviera respondiendo a su pregunta. Por algún extraño motivo hacía eso con frecuencia.

Agarró la escalera que se apoyaba contra la cornisa con el pulso todavía errático, pero en cuanto vio quién se asomaba por la verja de hierro se dejó deslizar hasta abajo como si fuera un tobogán y se soltó las cuerdas de seguridad a trompicones, echando a correr hacia las puertas.

—¿Está mi princesa en este castillo? —sonrió un joven moreno y de cabello tirando a largo y despeinado.

—¡Noooct! —Airin abrió la verja y se le colgó del cuello de un abrazo, a lo que el chico respondió dándole vueltas en el aire entre risas.

Todos los fantasmas que se habían ido congregando poco a poco en torno a la entrada observaban en silencio, mirando de reojo de vez en cuando al más alto de ellos.

Cuando por fin la dejó en el suelo Airin le pegó en el hombro señalando hacia el tejado con la mano libre.

—Que sepas maleante, que casi me matas de un susto. Eres una amenaza Noctis Lucis Caelum.

—¿Lucis Caelum? No me lo puedo creer ¿Es literalmente su nombre?

—Shhh!

El joven se puso más pálido de lo que ya era, y le agarró la cara con las dos manos.

—¿Pero estás bien? —Varios de los espectros asintieron con aprobación, el chaval parecía decente pese a todo.

—No te preocupes, solo ha sido el susto, —Airin le quitó importancia.— Además sé que tú nunca me dejarías colgada.

—Eres. Horrible. —Noctis la empujó con cara de asco, y aunque la chica se echó a reír varias de las figuras transparentes se agruparon entre ellas con preocupación.

—¿Nelyo?

El aludido negó con suavidad flotando con un aire de nostalgia.

—Finno y yo también bromeábamos así de vez en cuando.

—Noct de verdad, no es para tanto, fue un accidente tonto y ya no me dan tanto miedo las alturas. —la chica le estiró de un mechón suelto.

—Yo que venía a rescatar a una princesa encerrada en la torre y resulta que te habían encerrado pero por amenaza. ¿Qué demonios haces colgándote de los tejados? —dijo él rodando los ojos enfurruñado y analizando la casa con gesto crítico.— Dice Prom que tu herencia viene con fantasmas.

—No todos tenemos dinero como para contratar un equipo profesional. —Airin se encogió de hombros.— Claro que viene con fantasmas, ¿si no de qué me iba nadie a dar una casa en propiedad? Algo turbio tenía que tener.

El joven dejó de sacar las bolsas de supermercado del coche para mirarla muy serio.

—¿Pero son tus antepasados?

—Si. —la chica asintió con sencillez, y sacó el móvil del bolsillo dándoselo con la carpeta abierta.— Antes de que digas nada, mira las fotos que hice a las pinturas.

—¡Ooss- curidad! —exclamó Noctis llevándose una mano a la boca.

—¡Ese lenguaje! —Amonestó el último aparecido.

—Como si tú pudieras hablar, Curvo.

—¿Qué? —comentó Airin abriendo una caja de palitos cubiertos de chocolate y metiéndose tres en la boca.

—Qué fuerte. Que podríais pasar por hermanos. Este de aquí casi tiene tu cara. O tú su cara, lo que sea. ¿Cuántos siglos lleva tu familia fotocopiándose?

Airin hizo ademán de darle una patada, pero se contuvo y en vez de eso le empujó con el hombro.

—Mira, Centésimo Décimo Cuarto Heredero de la Sangre de Lucis, no te pego porque eres mi primo.

—¿SU PRIMO?

—Nienna dame paciencia, no otra vez.

—Y cuanto más primo más me arrimo. —sin embargo la sorna del muchacho hizo reír a unos cuantos de los espíritus.— ¿Aunque sea político y de segunda mano?

—Qué le vamos a hacer, eres idiota pero te quiero. —Airin se encogió de hombros.

—Le dices lo mismo a Prom. —comentó Noctis mordisqueando él también un palito de chocolate.

—Se aplica el mismo principio. Estoy rodeada de idiotas, una vez lo tuve asumido las cosas empezaron a rodar solas. Será tu mejor amigo, el amor de tu vida y tu futuro marido cuando le eches huevos, pero es que estáis al mismo nivel de idiota.

El chico se atragantó y los fantasmas se agitaron con tanto revuelo que una corriente de aire frío hizo arremolinarse un puñado de hojas junto a ellos.

—¡Airin! —tosió Noctis acalorado.

—¿Era un secreto? —preguntó la chica momentáneamente confundida.

—¡Moryo!

—¿Qué tengo yo que ver en eso?!

El moreno sólo escupió migas y se tapó la cara con las manos agachándose de espaldas a ella.

—Noct, Noctis corazón, —Airin se agachó a su lado agarrando sus manos y apartándoselas para poder mirarle la cara,— mi príncipe, mi caballero de brillante armadura, única persona normal de mi último curso, te juro por lo que quieras que no iré diciéndolo por ahí ni te haré bromas si hay más gente y te avergüenza. Pero yo pensaba que ya estabais juntos.

—¡SIN JURAMENTOS MALDITA SEA! —se irguió el más antiguo de los espectro como un vendaval

¡PADRE YA BASTA! —el más alto se enfrentó directamente a él con un crujido humeante en el aire.

El fogonazo brillante de algo que parecía una bengala prendiendo de imprevisto lo envolvió todo por un segundo, en el que Noctis cogió a la chica entre sus brazos y rodó hasta detrás del coche, apartándolos del estallido.

—¿Qué demonios ha sido eso…?

—No. No. —sentenció Airin apartándose el pelo de la cara en el silencio súbito, con una mirada de furia que amedrentó e hizo retroceder a aquellos a los que ni siquiera podía ver. Se levantó y caminó despacio de vuelta a la verja de hierro señalando hacia dentro de la casa como si fuera una figura de fuego divino que había alcanzado el límite de su paciencia con ese juicio.— Me cago en mis muertos frescos y viejos, aquí se han acabado las tonterías. Es MI casa, y es MI herencia, y haré y diré LO QUE ME DÉ LA GANA, CON QUIÉN ME DÉ LA GANA Y SI NO OS GUSTA ME DA IGUAL Y SI NO VAIS A RESPETARLO ENCONTRARÉ LA FORMA DE METEROS PARA SIEMPRE JAMÁS EN EL SÓTANO Y PERDER LA LLAVE HASTA QUE SE ACABE EL MUNDO, ¿ME HABÉIS OÍDO, PAJARRACOS DE MAL AGÜERO?

Sus palabras resonaron por el jardín llegando lejanas pero claras hasta dentro del edificio, donde ocho figuras semitransparentes se agolpaban en un rincón sin decir nada pero con distintos grados de la misma expresión desorbitada.


La joven resopló, repentinamente cansada, y se apoyó contra la puerta cerrando los ojos.

Noctis se dejó caer sobre el capó del coche con esfuerzo y miró con lástima los palitos de chocolate esparcidos por el suelo.

—Venga ya. Heredas una casa encantada y asustas tú a los fantasmas.

—De casta le viene al galgo, y tal. —murmuró Airin sin energía.

—Pff, casi me dan pena de la que se les viene encima, pero algo habrán hecho. ¿Les das tiempo a que se escondan y te invito al burger?

—Porfa, sí. —La chica se dejó abrazar y llevar hasta el coche, mientras el más alto de los espectros observaba a través de una ventana.



—Cuervos de Mandos, después de todo. —el espíritu meneó la cabeza mirando las bolsas de compra abandonadas junto a la verja de hierro con una sonrisa agridulce.

—Lo siento tanto, Nelyo… —murmuró el otro a su lado.

—Deberías probar a demostrarlo padre. Todo es distinto ahora, el mundo no funciona igual.

—¿Tú la has visto?

—Ha pasado demasiado tiempo para que sigan existiendo Palabras de Poder. Aunque es obvio que es de nuestra sangre, de alguna forma.

—Nelyo, ¿tú..?

—No. Nunca de sangre.

—Hm, ¿Entonces quién?

—Tienes cinco hijos para elegir, y puede que hasta un nieto.

¿Tyëlpe? ¿Tú crees que fuese suya?

El espectro se encogió de hombros con un parpadeo de luz, observando cómo las hojas caían de los árboles arrastradas por la brisa.

—Solo Vairë podría decirlo, si es que aún existe.





tbc
Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on December 29, 2023, 05:52:07 PM
¿Yo teniendo iconos ya hechos? No me reconozco xD
Este es el mes en el que Milo BRILLA. Es la estrella de todos los memes lol.




Baby, the Stars Shine Bright
- [-] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/milo1.jpg)  (http://honey-rider.net/bt-prompts/afrodita3.jpg)



Milo llevaba la cuenta de los compases de la música en su cabeza, midiendo el tiempo para voltearse con el ritmo adecuado en el momento preciso y hacer que sus cabellos rizados ondeasen suaves pero seductores al viento proporcionado por un par de ventiladores estratégicamente colocados algo más atrás que las cámaras.
La luz de los focos le deslumbró y entrecerró un poco los ojos sin querer, pero no llegó a fruncir el ceño ni cambiar el gesto.

—¡Así así! —oyó exclamar al director, y de repente. — ¡No no no, corten! ¡CORTEN! ¡La luz está mal, es fría, DEMASIADO fría!

Milo, que estaba a dos pasos de ser considerado un bocado de freidora embadurnado de aceite y brillando asfixiado pero hermoso bajo la potencia de los focos, tenía una opinión muy distinta al respecto de la temperatura.

—Señor dame paciencia, —murmuró entre dientes intentando sacarse de la boca un pelo pegado a los labios.— Ugh.

—No te preocupes Milo, la culpa es de estos ineptos que me han endosado en iluminación, —el director de rodaje se le acercó con un rollo de papeles bajo el brazo y afortunadamente no intentó tocarle porque se habría quedado pegado,— tú lo estás haciendo estupendamente, te esfuerzas y además tienes un talento claramente innato.

—Ay gracias, se intenta. —dijo Milo haciendo un ademán blandito con la mano al cual el director sonrió complacido.

No sabía qué clase de talento había que tener para poner cara de idiota intensito en tres cuartos frente a la cámara, más allá de ser razonablemente guapo y dejarse vestir, peinar y maquillar hasta la incomodidad. Igual era el trato con la gente, pero la verdad es que todos en el equipo de grabación habían sido bastante agradables.



Desde que Milo se había mudado a la ciudad su carrera parecía haber despegado con el infinito como horizonte. Tenía que reconocer que Luken había estado en lo cierto, aunque aún no sabía como sentirse al respecto del cambio. Tampoco es que tuviera mucho tiempo libre como para detenerse a sentir conscientemente, sus días se medían en jornadas de trabajo de doce horas mínimas y el trajín constante de idas y venidas entre estudios, decorados, exteriores y salas de peluquería y maquillaje. Los días afortunados podía escamotear una siesta a escondidas bajo la capucha y con los auriculares puestos.

—Ahora eres una estrella cariño, —había dicho Luken esparciendo polvo iluminador dorado por sus clavículas desnudas,— te acostumbrarás.

—Yo no estoy tan seguro. No pretendía que todo fuera tan… —Milo había señalado vagamente a su alrededor con ambas manos en un gesto de impotencia, haciendo reír a su novio.

—Eso es porque estás en plena subida meteórica, en cuanto la histeria se tranquilice y tu sitio se asiente todo será más tranquilo. Además eres un encanto, todos van a querer cuidar bien de ti.

Milo no había contestado más a eso porque el jefe de edición había considerado su maquillaje suficientemente deslumbrante y lo habían encaminado de vuelta al set. Sí que era cierto que todos solían ser amables con él.



Desde la terraza del ático de Luken se podían ver las luces del centro económico de la ciudad, emitiendo un resplandor que hacía que el azul oscuro del cielo nocturno se destiñese en tonos cobres y rosados al otro lado de la bahía. Milo exhaló, apoyado contra la barandilla, y observó el vaho de su aliento desvanecerse en el aire.

—¿Qué haces ahí fuera? Te vas a enfriar. 

—Dice el que va descalzo.

Luken se encogió de hombros sin darle importancia a la temperatura de las baldosas; tenía los pies hechos polvo, el frío en las plantas le resultaba aliviante. Pero igualmente abrazó al otro cuando éste escondió la cara contra su cuello.

—¿Qué haces mañana?

—Nada. —murmuró Milo con satisfacción.— Y tú tampoco, lo he mirado en tu agenda.

—Hmm, ¿y si nos vamos esta semana a tu pueblo?

—¿Eh? —Milo levantó la cabeza para mirar a Luken con gesto confuso.— ¿Y eso? ¿No decías que se te quedaba pequeño?

—Y sigue igual, pero como vacaciones no estaría mal.

—Desconectar un rato…

—Es lo que tiene la falta de cobertura, —refunfuñó el mayor con una media sonrisa. La brillante estampa multicolor del panorama urbano reflejada en los ojos de Milo era hermosa, pero Luken aún tenía el recuerdo de su figura recortada contra el cielo estrellado de la campiña.— Además, aquí no se ven las estrellas.

—¿No soy suficiente estrella para tí? —bromeó Milo mordiendo su hombro suavemente.

—Eres la constelación entera, cariño, una súper estrella. Brillas tanto que apagas mi propio resplandor, y no puedo tolerar eso. —respondió Luken pellizcándole en el costado al mismo tiempo que rodaba los ojos.

—No no, no podemos tolerar eso, de ninguna manera. —rió Milo. —¡Más glow!

—Ugh, eres lo peor, —protestó su novio dirigiéndole una mirada altiva por encima de su nariz,— recuerda quién te descubrió, no estarías en el firmamento si no fuera por mí. Sólo por burlarte me llevo la lamparita de noche.

—¡No no no, la que proyecta en el techo no! ¡Mi prueba cósmica de amor eterno! Está bien, ser caprichoso, escapémonos unos días fuera de la civilización.

Luken le besó la nariz con una sonrisa.






Title: Re: Shot thru' the heart..! 🌠 (and you're to blame..)
Post by: Airin on March 30, 2024, 05:18:57 PM
Prompity prompt! (Qué hambre me ha hecho pasar el fic ;; voy a buscar mi cena.)
While putting your favorite condiment on a sandwich, you accidentally make a magical occult symbol and summon a demon.
SI. EL HAMBRE. QUE PESADILLA DE HOMBRE CON SU ODA AL PUTO SANDWICH. (y que lo diga yo... lol)
Segunda parte de esto (http://write.btproject.org/31/shot-thru'-the-heart-!-127776/msg10038/#msg10038) de quién sabe cuántas, como todo aquí :_D



I’ll make you say wow
- [And we are out of control] -

(http://honey-rider.net/bt-prompts/sephiroth7.jpg) (http://honey-rider.net/bt-prompts/airin07.jpg)



No sabía a quién se le había ocurrido aquello de que los demonios se deleitaban con las almas de los inocentes, pero claramente se lo había sacado de la manga. No había nada que saborear en ellas, eran insípidas como un vaso de agua embotellada de mineralización débil. Eran valiosas como monedas de cambio, sí, pero poco más. Las almas de los culpables sin embargo, eran en verdad las que resultaban nutritivas para los seres de su clase.
Aunque empezaba a tener sospechas de que más que hubiera pocos que pudieran contarse como de su clase, él fuese su propia categoría a parte. En realidad Sephiroth tampoco había notado grandes diferencias en dejar de consumir la esencia de otros. Tal vez menos cambios de humor bruscos, pero siendo sincero consigo mismo los estallidos de odio ira y destrucción le resultaban tan agotadores que eso sólo podía contarlo como un beneficio a largo plazo.

Y como ya le importaba más bien poco lo que otros entes de su presunta especie y plano habitual pudieran pensar de él, si tenía que elegir, donde estuviera la comida mortal excesivamente dulce, salada o refrita y llena de grasa no había comparación.

De hecho aún seguía pensando en aquel bocadillo de bacon con queso bañado en salsa dulce y ahumada que le había manifestado en una invocación por accidente. Y estaba seguro de que había sido un accidente porque la muchacha había parecido más sorprendida e indignada por las apariciones a altas horas de la noche que aterrada de encontrarse ante su presencia. Y había consentido en compartir parte de su cena, aunque la manera en que lo había hecho le recordaba más a un pacto mutuo de no agresión entre depredadores que al debido pago por su desplazamiento.

Sea como fuese el caso es que Sephiroth se había quedado plenamente satisfecho con la consecuencia, y lleno de curiosidad al respecto. Si había enredado hilos a cambio no era para tanto, después de todo, favor con favor se paga.
Pero había pasado más de un mes y no había vuelto a saber nada de invocaciones, ni de la cortés joven, ni mucho menos de manjares fundidos obscenamente exquisitos. Y además de la gula le carcomía la necesidad de fisgar, y tener el plato vacío ahí a la vista como recuerdo constante no era productivo para mantenerse a raya.

Y como no tenía nadie a quien deberle explicaciones por qué no dejarse arrastrar de nuevo por la curiosidad, pensó localizando en su mente las coordenadas del lugar donde había ingerido aquel último obsequio de leyenda.

(http://niriplays.net/misk/hr.png)

—¡Aaahhh! ¡Joder joder un fantasma! ¡Socorro! ¡Atrás Satanás! —una especie de humo negro que parecía al mismo tiempo deshacerse y enroscarse en volutas electrificadas con un extraño brillo metálico fue creciendo hasta formar una figura humanoide de apariencia cada vez más sólida.— ¡Aaahhh! ¡AAARGHGGHH! ¡SORROCO! ¡ASDHFFjdskdhfaaahh?!

Descontento pero entretenido Sephiroth observó al pobre desgraciado correr como un pollo sin cabeza desgañitándose hasta alcanzar un registro poco habitual en las cuerdas vocales humanas antes de encerrarse en el cuarto de baño lloriqueando de forma patética y avergonzante.
La minúscula vivienda no tenía el mismo aspecto que la primera y última vez que se había encontrado en ella. Eso quería decir que su objetivo ya no residía allí, y que iba a tener que hacer un esfuerzo extra por dar con ella de nuevo. El demonio frunció el ceño con fastidio, y llamó dos veces a la puerta del baño, de donde solo salieron gemidos aterrorizados.

Cambiando de planes, Sephiroth rodó los ojos con infinito desprecio y perdió corporeidad con lentitud, intentando hacerse con un rastro de la esencia que buscaba mientras se desvanecía del lugar.
Ah, tal vez esa…

(http://niriplays.net/misk/hr.png)

Airin tenía todas sus cosas en cajas de cartón aún sin desempaquetar y le daba igual. Le daba tan igual que se había pedido una pizza familiar aberrante con extra de colesterol para ella sola y pensaba comerla en el suelo entre los montones de embalaje aún precintado, porque tenía tres días libres pagados consecutivos y el colchón nuevo esperando ser estrenado. Y estaba tan cansada de arrastrar paquetes que también le daba igual dormir en la indignidad dentro de su nuevo apartamento de cocina-salón y una (1) habitación por una noche. O las que hiciera falta.

Pero la pizza primero.

Abrió la tapa y observó fascinada la unión sobrenatural de la mozzarella fundida entre el queso de cabra y la cebolla caramelizada con el jamón, el bacon, el maíz y el pollo con salsa de barbacoa; semejante perversión alimentaria iba a ser su cena, desayuno y siguiente comida de mediodía si llegaba. Muerte y destrucción con matrícula de honor.

Levantó el cuchillo, porque los pobres no tenían para cortador rotativo y ella aún estaba saliendo de ello, estudiando con detenimiento por dónde partir el primer pedazo cuando le pareció escuchar una especie de siseo amortiguado.
Airin entrecerró los ojos. Tenía un arma punzante en la mano y hambre suficiente para cometer uno o varios crímenes si el universo decidía intentar estorbar su cena.

La sensación del movimiento del aire le llegó al mismo tiempo que alcanzó a ver un rastro de neblina oscura deshaciéndose en torno a la figura de un hombre. Un hombre que no era tal porque tenía cuernos y uñas que acababan en garras negras, una coloración que no era posible en un ser humano sin edición digital, y ojos brillantes que le observaban con una pupila vertical haciéndose cada vez más redonda, como si fuera un gato interesado.
Un ser humanoide de apariencia masculina que llevaba un plato en las manos.

Airin lo miró con sospecha de abajo a arriba. Un registro razonable, susurró su mente recordando el día de su auto-despido apenas un par de meses atrás. Con bacon y queso.

—Venga ya, qué cara más dura. —dijo la joven con incredulidad hostil y sin bajar el cuchillo.— Y además ese plato es mío.

Los labios del hombre se curvaron ligeramente hacia arriba en una sonrisa pequeña y satisfecha, y estiró la mano hacia ella, tendiéndole el plato.
Airin rodó los ojos hasta el infinito con un resoplido de hartazgo, cortó la pizza por la mitad y señaló hacia el trozo opuesto con un gesto de cabeza.

(http://niriplays.net/misk/hr.png)

Sephiroth se dejó caer sentado con las piernas cruzadas en un movimiento fluido y grácil, y juzgando con prudencia esperó a que la joven hubiera cortado varios trozos y soltado el cuchillo antes de estirar la mano hacia la comida. Sin mediar ningún accidente que subsanar había vuelto a compartir su alimento con él a pesar de haberse manifestado por iniciativa propia, aunque esta vez la muchacha sí que iba armada y definitivamente no le tenía miedo.
Hmm. Era todo muy, pero que muy  interesante. Y la pizza desprendía un aroma exquisito.






tbc... again?