Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 258056 times)


Eureka

Traigo un fic compartido, yay~ También quería traer uno mío pero no me dio el tiempo (...)
Gracias Cho por la paciencia y la comprensión! Fue divertido volver a escribir juntas <3

Ella estará en este color.




El día había comenzado mal… y cada vez se ponía peor.

En la mañana, la pereza —y la noche alocada del día anterior— lo habían privado por completo: su alarma no funcionó… y tampoco llegó a escuchar las tres adicionales que había puesto. Fue su compañero de cuarto (y de unit) quien lo levantó por pura piedad antes de salir camino a sus clases en Rizembool.

Contra todo pronóstico, Rinne era un hombre muy puntual. Siempre llegaba a la hora citada, ya sea a los ensayos de Crazy:B o a las reuniones con sus amigos… pero, especialmente, a su trabajo como jefe de práctica. No le importaba que la gente lo juzgara por su falta de “seriedad” en otros ámbitos de su vida. Podía convivir con la mala fama de borracho, impulsivo, vicioso y otros adjetivos.

¿Pero “impuntual”? ¡Sobre su cadáver!

Para su suerte, sus bisontes mágicos lo llevaron rápido a la universidad. El trayecto se pasó en un santiamén, y aunque la vista de la ciudad era increíble… lo más curioso sin duda fue cruzar miradas con un par de transeúntes que alzaron la vista al cielo y lo vieron saltando de edificio en edificio. Habría matado por tomarles una foto. Sus caras de asombro y terror eran dignas de ser fotografiadas.

Las clases se dieron como siempre: Rinne hablo entre diez y veinte minutos sobre la belleza de la naturaleza, sus experiencias en el pueblo del norte donde había sido criado, entre otros relatos. Los llevó a ver pajaritos en el campus y luego se excusó con una supuesta emergencia que le impediría continuar con su lección. Así, Rinne huyó del campus en dirección al departamento de cierto cocinero. Tenía que hacer una parada antes de dirigirse a su lugar favorito.

Había esperado encontrar la billetera de Niki en el dormitorio de su amigo. Ese había sido su modus operandi desde tiempos inmemorables: le robaba dinero a escondidas cuando vivían juntos allí, en el departamento que rentaba en la zona costera de la ciudad. Sin embargo, ese día encontró que no había rastro alguno del dinero de su amigo. Extrañamente, sus pertenencias tampoco se encontraban en el lugar… así como varios utensilios de cocina.

Parecía que Niki se había mudado al fin a los dormitorios de Ensemble Square.

“Jah…” El pelirrojo soltó un suspiro decepcionado. Otra idea vino a su mente… e hizo una mueca de asco ante el ridículo pensamiento. “No quería recurrir a eso, pero estoy desesperado…”

No le quedó otra opción que regresar a Ensemble Square y probar su suerte en su propio dormitorio: tenía la pequeña esperanza de que podría encontrar los ahorros escondidos de HiMERU en su cuarto… y no demoró en darse cuenta de que andaba gastando energías en vano. Las pertenencias de HiMERU eran puras botellas de skin care y maquillaje, algunos libros, y su ropa de abuelo.

Había caído demasiado bajo.

Lo que hacía la desesperación…








Derrotado, atinó a dirigirse al pachinko con la esperanza de que el dueño del local le fiara al menos un par de intentos. No era la situación ideal, pero confiaba en su habilidad para convencer a la gente de darle lo que quería. El hombre ya lo conocía y tenían una relación muy cordial: era probable que le dejara jugar a su antojo si le prometía algo a cambio, como más publicidad, o un pago con intereses.

Que claro, nunca llegaría… pero el señor no tenía que enterarse de aquellas nimiedades.

Camino a su lugar favorito, se dio cuenta de que estaba siendo observado… y Rinne se aguantó las ganas de gritar de la frustración.

Esa sensación la conocía bien.

No podía ser nadie más que…


¡PLAF!


Rinne se giró y bloqueó la patada del enemigo con su antebrazo. El chico de cabellos rojos y mirada decidida sonrió de oreja a oreja al cruzar miradas con él.


“¡Nii-san! ¡Sabía que eras tú!”
“…” Era la primera vez que se cruzaba con su hermanito en muchos años. Rinne sabía que era el motivo de su viaje a la ciudad, pero había esperado evadirlo por más tiempo. Hiiro era un problema con patas.

Aun así, le enorgullecía ver que lo mucho que había crecido en su ausencia. Al menos… físicamente. Aún no podía poner las manos al fuego por su actitud.

“Ototo-kun, debo imaginar que ya sabes cómo funcionan las cosas en la ciudad, ¿no? La gente común no podría anticipar un ataque como el tuyo. ¡No puedes saludar a las personas con una patada!”
“¡Pero sabía que eras tú! ¡Por eso te saludé de esa forma!”
“¡Eso no es una excusa!” Rinne suspiró. “Ah, me olvidé que tu lógica siempre ha sido muy única…”
“¡No se compara a la tuya!” Hiiro sonrió, emocionado. “¡Al fin podemos conversar, Nii-san! Te he visto por Ensemble Square, pero siempre te escapas antes de que pueda acercarme a ti. ¡Qué bueno que ahora no puedes escapar! ¡Hay mucha gente a nuestro alrededor!”
“No me subestimes…” Y lo habría dicho con una voz más seria… de no ser porque el cansancio se había apoderado de él ni bien vio a su hermanito. “En fin. Me alegra ver que estás sano y lleno de energía. Nos vemos otro día, adiós~” Y se giró para caminar en el sentido contrario, despidiéndose con el ondeo de su mano.
“¡Nii-san, espera! ¡Aún no te he dicho lo más importante!” Hiiro se apuró en bloquearle el paso.
“Mira, lindo. Hay una sola forma de capturar mi atención: y es que me prestes dinero en estos momentos. Onii-chan necesita robar un banco y dudo que estés dispuesto a ayudar—”
“¡No dejaré que cometas un crimen, Nii-san! ¿Cuánto dinero quieres? Creo que tengo—”
“Ay…” Rinne se llevó una mano a la cara. “No quiero tu dinero. Quién sabe si tienes lo suficiente para comer por el resto de la semana.”
“No me queda mucho del dinero que me dio mi papá… He intentado ahorrar lo más que pude… ¡Pero la ciudad está llena de maravillas! El otro día comí una cosa deliciosa que se llama omurice. ¿La has probado?”
“Sí, tiene un montón de ketchup y me hostig—”
“¿En serio? ¡Pero a mí me encanta! ¡Su sabor es único! Ah~ ¡Me gustaría comer omurice todos los días!”
“Qué bueno. Ojalá cumplas tus sueños llenos de arroz. Adi—”
“¡Nii-san, no te vayas!”
“¿Qué quieres?” preguntó llevándose una palma a la sien. Rinne negó como si estuviera sufriendo una resaca sin alcohol en su organismo. “No he venido a la ciudad a comer omurice o lo que sea que quieras…”
“No es eso, entiendo que uno tiene que comer a sus horas y moderadamente. Siempre nos han enseñado a alimentarnos bien y no desperdiciar la comida por gustos o caprichos,” Hiiro asintió convencido y sumergido en una gran seriedad. “Tú lo sabrías mejor que yo, Nii-san.”
“Ay, ay, ay…” ni podía procesar por qué su hermanito diría ese sermón y con tanta seriedad en medio de todo. Al menos no le sorprendía que de nuevo le pusiera inconscientemente en algún pedestal que desconocía. No que le gustara, de todos modos. “Pues bien por ti, Onii-chan se orgullece, ahora adi–”
“¡Tenemos que hablar sobre los idols malos que se esconden entre nosotros!” exclamó Hiiro, con alarma y severidad. Tenía ambos puños a sus costados comprimidos. Su volumen probó voltear un par de cabezas entre la muchedumbre. “¡Quiero saber quiénes te hicieron abandonar nuestro hogar y llenar tu cabeza de mentiras!”
“¡O-Oye! ¡No en voz alta!” exclamó el mayor en aprietos y sus palmas levantadas. Al menos su propio nerviosismo sirvió para comunicar a los pocos curiosos que las palabras de Hiiro no eran más que ocurrencias. Recordó con amargura el video que había circulado por ES sobre aquella ‘audición’ que su hermanito había tenido. “Ya, ya, ¿de dónde salió eso de los idols? No puedo dejar que te confundas con tonterías.”
“No son tonterías…” Hiiro bajó su mirada, confundido y preocupado. “Nii-san siempre ha sido una persona tan dedicada y admirable, un futuro líder prometedor, pero si ello ha sido abandonado a favor de ser un idol…”
“Ototo-kun, estoy aquí,” Rinne le agarró del cráneo para forzar su cabeza a alzarse. Le sonrió con ironía. “¿Qué haces hablándole de tus problemas al piso?”
“Nii-san…” Hiiro le miró atentamente, y terminó por ser soltado para recibir un chasquido en la frente. “¡Ahh!”
“¿Acaso crees tú que algún malnacido haría que tu Onii-chan se desoriente? ¡Tenme algo de fe!” declaró con indudable autoconfianza. “Está mal que asumas cosas sin siquiera discutirlo con alguien más. No caces fantasmas que no existen que yo soy independiente de los demás. Ahora deja de hacer revuelos con tus teorías de conspiración.”
“¿Qué es ‘conspiración’?” Hiiro ladeó su cabeza y parpadeó perplejo.
“Eh, olvídalo…” Rinne rodó los ojos. Sonaba a algo que sería mejor no explicar a su frustrante hermanito. “El punto es que olvídate de esos malos idols. No son ni tu problema ni el mío.”
“Pero…” Hiiro volvió a bajar su mirada, meditabundo y no convencido. “Es cierto que ES es un lugar donde he conocido a tanta gente buena y con grandes metas para ser idols… ¡Oh!” entonces, se animó y sonrió de oreja a oreja. “¡Es cierto que está Tenshouin-senpai! ¡Él es el líder de los idols buenos! ¡Al menos sé que me siento seguro con él ya que parece una gran persona que vela por el bienestar de los demás! Ya lo conoces, ¿verdad, Nii-san?”
“Ehhh…” de entre todos tenía que mencionar al infame. Rinne frunció el ceño. Al menos en el caso del presidente de ES, que Hiiro creyera ciegamente en él no era algo que debía preocuparle. “Ah, sí, al menos velará por ti que estás en StarPro…”
“¡Y lo he visto hablar con otro dirigente de cabellos magentas que se ve muy inteligente!” los ojos de Hiiro brillaron en lo que hizo un puño frente a su pecho. “¡Con tantas personas impresionantes seguro que sí estamos a salvo!”
“Con respecto a ese…” tuvo que ahogar un gran suspiro. “Es un tipo brillante, pero es de esos a los que no debes oír ciegamente, ¿de acuerdo? Nunca bajes la guardia ante él.”
“¿Por qué no, Nii-san?” preguntó el menor, confundido. “¿Es que es uno de los idols malos?”
“¿Quieres dejarte de eso de los idols malos?” le pidió exasperado.
“Pero eso es lo único que haría sentido a tu pedido, Nii-san…” regresó a pensar duramente y llevó un puño a su mentón. “…el otro día, Kotegiri-kun también tuvo que lidiar con un idol malo durante nuestra práctica… ¡Entonces sí hay idols malos con los que tenemos que lidiar!”
“Espera…” quiso renegarle, pero ya andaba agotado. Igual, por gente como su pesudo-jefe, Rinne tampoco debía dejar que su hermanito bajara del todo la guardia. “Tsk, ya, pues, es cierto que hay gente en ES que no es tan santa—”
“¡Lo sabía!” declaró Hiiro alzando su voz e inclinándose a su hermano mayor con unos ojos brillantes y muy atentos, como si hubiera escuchado sobre el descubrimiento del siglo. “¡¿Entonces que idols malos has conocido?! ¡Ellos fueron quienes te trajeron, ¿no es así?!”
“¡Cállate!” mientras tanto, Rinne comprimió su gran impaciencia y ganas de estrujarle el cuello en un muy mínimamente visible estremecimiento. Ya andaba sacando a su hermanito de sus ideas incorrectas. ¿Por qué tuvo que alimentar las brasas? “¡Déjame terminar, maldición!”
“¡Entonces tenemos que avisar a Tenshouin-senpai que está en peligro!”
“¡No, no, aquí no hay nadie en peligro, y te aseguro que menos ese tipo, ¿de acuerdo?! Si te digo que no oigas al otro de magenta es por ti, porque no te concierne, nada más.”
“¿Es que es un idol malo rehabilitado?”
“Eh… c-claro, digamos…” dijo con dolor interno. Felizmente, su afirmación bastó para parar el coche al otro. Resopló. No le pagaban lo suficiente para oír y seguir la corriente a semejantes tonterías.  “Ahh… escucha, Ototo-kun. No te negaré que hay malos elementos a donde sea que vayas, idols o no,” se aseguró de estresar eso último. “Pero hay un peligro más importante que en ES. Ya debes saber que Rizembool tiene una riña con los de Hanasaki.”
“Algo así he oído…” afirmó no muy seguro. “No sé mucho de ello, pero…”
“Bien, pues no averigües más y mantente alejado de todo ello. Esa es la verdadera gente a la que tú no debes acercarte. En comparación con ellos, los idols malos o qué sé yo no son más que una piedrita en el zapato, ¿capische?”
“Ehm…” Hiiro se extrañó ante esa palabra.
“Onii-chan sabe lo que te dice, así que no prestes atención a otra cosa y deja de hacerte tantos líos,” sonrió con ironía. “Nadie me andará lavándome la cabeza y eres también muy necio para los infelices de ES. En cambio, esa gente que pelea en las escuelas, esos sí son los verdaderos demonios, así que ni te cruces con ellos.”
“…” el menor asintió decidido. “Si Nii-san lo dice, es porque es verdad.”
“Ya que…” al verle mínimamente obediente, y queriendo aprovecharlo antes que vuelva a descontrolarse, Rinne sonrió satisfecho. “Entonces no hay más de qué hablar, ad—”
“¡Nii-san!” Hiiro probó no quedarse calladito y se interpuso en la nueva dirección que Rinne había apuntado como su discreta ruta de escape.
“¿Qué quieres ahora?”
“¿Por qué te vas? ¿Acaso sucede algo malo?”
“¿Tiene que suceder algo malo?” alzó una ceja. “Quiero irme y ya…”
“¿Tendrás algo que ver con esa guerra de la que me hablas?” preguntó asustado. Su repentina conclusión probó sorprender al mayor. “¿Por eso quieres apartarme?”
“¿Qué cosas dices?” negó repetidamente. Dio un respiro en lo que buscaba inspiración.
“Nii-san…”
“Heh,” sonrió de costado. “No estoy aquí para socializar contigo, Ototo-kun. Ando con cosas que hacer, así que salte de mi camino.”
“Pero…”
“¿Y tú no tienes tus propios quehaceres? Eres un nuevo ‘buen idol’ en ES y tu currículo de eso más la escuela debería tenerte con la soga al cuello. Ahora ve a atender tus cosas y no nos hagas perder el tiempo.”

“¡Nii-san! ¡Lo siento, pero nada es más importante que hablar contigo en este momento!” Hiiro bloqueó de nuevo su paso, lleno de decisión. “¡Al fin puedo hacerlo! Y… no dejaré que nada malo te pase. Sé que hablas de las HiMES y los rebels, ¿no? Si esa batalla es tan peligrosa para alarmar a alguien tan hábil como tú… ¡tengo que asegurarme de que estarás a salvo!”
“¡JA! ¡No me hagas reír!” Rinne se aguantó las ganas de soltar un par de carcajadas ante aquel comentario lleno de ingenuidad. “Y dime, ¿qué pasa si estoy peleando en esa batalla?”
“¿Qué?”
“¿No me escuchaste?” El mayor lo agarró del hombro. “Creo que fui muy claro. Te hice una pregunta, pero está bien. La reformularé: ¿Qué pasa si soy partícipe de esa guerra? ¿Qué pasa si mis intereses son egoístas? ¿Qué harías en ese caso?”
“No puedo juzgarte, Nii-san. Sé que debes tener tus motivos.” Hiiro no se amilanó ante la mirada intensa de su hermano. “Y te conozco muy bien. De seguro lo estás haciendo para proteger a tus amigos. Solo me gustaría que pienses también en tu pueblo…”
“Si viniste aquí para pedirme que regrese… no pierdas más tu tiempo. No lo haré.”
“¡Es cierto que quiero que regreses, pero primero quiero entender por qué te fuiste! ¡Ya no puedes ignorarme! ¡Quiero comprenderte, Nii-san!”
“Hiiro, las cosas no son tan fáciles como lo eran en la aldea. No existe un bando bueno o un bando malo… no hay una forma correcta de hacer las cosas aquí. Si esperabas que te cuidara solo porque eres mi hermano… te equivocaste, entonces.”
“No, eso no es lo que quiero. Nunca pensé en cargarte con esa responsabilidad… porque yo voy a ser tu mano derecha. ¡Nací para eso!”
“¡No naciste con algún propósito! ¡Debes descartar esa mentalidad! No te servirá de nada ponerme como prioridad en esta ciudad. Los peligros acechan por todos lados… Tienes que cuidarte, Hiiro. No voy a poder vigilarte en todo momento.”
“¡OOOH~! ¡Rinne-kun! ¡Ototo-kun!”

Una voz conocida interrumpió la conversación y alivió la tensión en el aire. Hiiro se giró a observar a su portador, y se iluminó al reconocerlo en un instante. Rinne lo observó por encima de la cabeza de su hermano, y tuvo que forzarse a mantener la calma: la voz cantarina de Niki le despertaba instintos homicidas en esos momentos.

Sí, por la interrupción… pero también por la mención de su hermano y la actitud de Hiiro ante esto.

“¡Shiina-san!” Hiiro corrió a darle el encuentro, visiblemente ¿emocionado? por la curiosa coincidencia. “¿Estás camino de regreso a los dormitorios?”
“Mjum~” Canturreó Niki, igual de emocionado que el menor. Las bolsas llenas de víveres hablaban más por él que cualquier otra cosa. “Tengo todo listo para el almuerzo~”
“Niki.” La voz de Rinne le indicó los minutos de vida que le quedaban.
“Ah, Rinne-kun. Me olvidé que estabas aquí—AJSDKLASJD” Niki gritó del susto (y del dolor), puest que Rinne se había lanzado a ahorcarlo en una llave inglesa. “¡PIEDAAAD! ¡NO ME MATES! ¡TENDRÁS MILES DE TESTIGOS EN TU CONTRA!”
“Vamos, Niki-kyun~ No seas tan frío conmigo, ¡cuéntamelo todo! Cuentame… ¡cómo! ¡conoces! ¡a! ¡mi hermanito!”
“Ah, ¡Nii-san! ¡Shiina-san me contó muchas cosas sobre ti!” Rinne intensificó su agarre ante esto. “Me dijo cómo se conocieron… y también me habló sobre tus horarios. ¡Por eso comenzamos a coincidir en Ensemble Square hace poco!”
“Qué curioso, yo recién me entero de todo esto. Vamos, Niki. ¿De dónde se conocen? ¡Quiero todos los detalles!”
“ASAKLSJD AYUDAAAAA” Niki le rasguñó los brazos en un intento de zafarse de su afarre. “¡AL MENOS…! ¡AL MENOS DÉJAME RESPIRAR…! ¡ME VOY A MORI…!”

Rinne lo interrumpió al soltarlo, visiblemente irritado con toda la situación.

Más tarde rodarían cabezas, de todas formas.

“Uff…” Niki suspiró, mientras inhalaba y exhalaba con visible desesperación. “Jah… Ahhh, ¡adoro el oxígeno! Siempre lo doy por sentado hasta que me privas de él.”
“Deja de alargar tu muerte y empieza a contarme CÓMO—”
“¿Eh? Pero pensé que ya sabías, Nii-san.” Hiiro ladeó la cabeza, confundido. “Shiina-san es mi compañero de cuarto.”
“¿QUÉ?” Rinne alzó la ceja. “No, no, no. Tu compañero de cuarto es un chico menudo de lentes. No es Nik—”
“¿Cómo sabes de él?” Hiiro se mostró curioso. “Wow, ¡No hay detalle que se te escape! Parece que estás muy pendiente de mí~ ¡Me alegra que me tomes en cuenta!”
“No… Te equivo…”
“Ah, Rinne-kun se está sonrojando, jeje~” Canturreó Niki. “¡Nunca imaginé que tu hermanito sería tu punto débil!”
“Nii-san, Kotegiri-kun fue mi primer compañero de cuarto. Pero hace poco asignaron a Shiina-san a nuestro dormitorio,” le explicó Hiiro.
“Sí~ estuve durmiendo en la cocina varias noches hasta que Hasumi-kun me encontró un día y me recordó que tenía habitación~”
“…No entiendo. ¿Estuviste asignado al mismo cuarto de Hiiro desde el inicio?”
“Así parece~ Pero no quería mudarme de mi departamento. ¿Te acuerdas? Te dije que no pensaba dormir tan a menudo en Starmony. Yo solo quería usar la cocina y ya. Pero a veces me daba flojera regresar al departamento… y por eso me dormía en una esquinita.”
“Bueno, no soy mucho de buscar comida en la cocina por las noches… tiene sentido que no me haya encontrado contigo en estos días.”
“Jeje~ Y nada, hace una semana fui a conocer a mis compañeros de cuarto y eran Hiiro-kun y Kotegiri-kun. ¡Me sorprendió que la vida fuera un pañuelo! No esperé encontrarme con tu hermanito.”
“Shiina-san se emocionó al ver que estamos cuidando una planta de tomate.”
“Sí~ no puedo esperar a verla crecer~”
“…” Rinne había esperado que ese día fuera pachinko y descontrol. No… lo que sea que era en estos momentos. “…Bueno, su humilde servidor siente que ha visto mucho por hoy. Qué alegría que se conozcan y se tomen de las manitas y cocinen juntos, pero yo tengo asuntos…”
“Ah, qué pena, Rinne-kun. Yo pensaba invitarte a comer con nosotros. ¡Voy a preparar pizza!”
“…¿Pizza?”
“Sí, ¡tu favorita!” Niki esbozó una sonrisa. “Compré suficiente para varias personas porque también pienso invitarle a Kotegiri-kun. Ah, y si Kohaku-chan y HiMERU-kun están por ahí… ¡Podríamos avisarles para que se unan! Dime, ¿Sabes dónde está HiMERU-kun en estos momentos?”
“¿Por qué tendría que saberlo? ¿No te dije que cada uno hace su vida en ese cuarto? No estoy pendiente de él.”
“Eso es lo que dices, pero otra cosa es lo que haces~”
“Am, Shiina-san… Ellos son los otros miembros de Crazy:B, ¿no?” preguntó Hiiro.
“Mjum~” Niki asintió. “Kohaku-chan es el menor y el orgullo de todos. Es un chico casi de tu edad… Muy tranquilo y adorable. ¡Siento que se llevarían muy bien! Ah, y HiMERU-kun es el interés amoroso de tu her—AYAYAYAYAYAYAY NO ME JALES DEL PELO ME LO VAS A ARRANCAR”
“Disculpa, Niki-kyun~” Rinne soltó la coleta de Niki y fingió inocencia con una sonrisa ridícula. “No me pude aguantar~”
“¡Ugh! ¡Eres un inmaduro!” Niki le dedicó una mirada llena de indignación. “En fin, vamos a Starmony. No quiero que los ingredientes se malogren.”
“¿Nii-san tiene un ‘interés amoroso’, Shiina-san?”
“Ototo-kun… No le hagas caso.” Rinne sintió que aquel encuentro le había quitado varios años de vida. “Más bien, uh… supongo que puedo acompañarlos a comer. Pero tendrá que ser algo rápido porque tengo cosas que hacer más tarde.”
“¿Qué? ¿Ir al pachinko?”
“¿Qué es el pachinko?”
“…” si las miradas pudieran matar, Rinne podría haber perforado un hoyo en la cabeza de Niki, aunque al parecer del pelirrojo, quizás la falta de masa firme dificultaría la labor.
“Ah, no es nada que tú debas saber, Ototo-kun~” Niki movió una palma para darle trivialidad. “Sólo es una perdición de tu hermano, definitivamente no debería canjearlo por la pizza o tiempo de calidad contigo-HMMM”
“Que te conste que acepté, ¿qué tal si dejas de cavar tu propia tumba?” Rinne terminó por estampar una palma en el rostro de Niki. Este intentó quitar esa mano con las suyas en vano, y terminó por recurrir a una estrategia de emergencia. “¡Ahh!” finalmente, el pelirrojo mayor quitó su propia mano luego de sentir cómo el peligris acababa de lamerle. De inmediato se secó de emergencia en su pantalón repetidamente. “¡¿Qué has hecho?!”
“¡Casi me ahogas! ¡Y tú eres el que debe disculparse que tu mano de pachinko sabe horrible!” Niki se cruzó de brazos, aunque vio al otro a punto de estrujarle. Felizmente, Hiiro se puso en el medio.
“¡Un momento, Nii-san!” exclamó Hiiro, suplicante. “Veo que hablas mucho sobre ser agresivo con Shiina-san, pero no es lo correcto. ¡Recuerda que no puedes atacar a otros en medio de la ciudad!”
“¡No quiero escuchar eso de ti!” se impacientó, pero Rinne no arremetería contra su iluso (y desesperante y frustrante e inconsciente…) hermanito. Terminó por comprimir ambos puños a sus costados, y de paso agregar más puntos en contra al ver a Niki con una sonrisa gatuna en su rostro. Casi reconsideraba no ir con ellos a comer para no darle más artimañas a su supuesto amigo, pero necesitaba algo de combustible.

En ese entonces, Kotegiri ingresó a esa calle luego de haber preguntado fallidamente si habían visto a su compañero de cuarto en una tienda de omurice. Ya se torturaba pensando cuánto le tomaría dar con él para ir de regreso a ES. Recordó a su hermano mayor bromear con que le pusiera un arnés de niño, algo que había protestado, pero casi se arrepentía no haberlo hecho.

Felizmente, entre la muchedumbre, pudo ver a Hiiro hablando con Niki, quien traía consigo bolsas de víveres y hablaba muy entusiasmado en lo que contaba con sus dedos. Kotegiri sonrió. Seguramente andaba explicando la receta que estaba pronto a preparar, con Hiiro escuchándole muy atentamente.

Entonces se percató que había una tercera persona. Era un chico mayor y más alto, quien les oía aburrido y algo hastiado con una mano sobre su nuca. Sin duda desentonaba de los otros dos, aunque Kotegiri no tardó en notar el gran parentesco físico con Hiiro que tenía. ¿Acaso sería…?

“¡Ahh!” Hiiro llegó a reconocerle y agitó una palma. “¡Kotegiri-kun, por aquí!”
“Eh, s-sí…” casi sentía que invadía, pero no iría a negarse. Al estar en la presencia de un desconocido, hizo una breve reverencia. “Buenas tardes, mucho gusto.”
“Vamos, Kotegiri-kun, estamos en confianza,” Niki se dio la libertad de darle un abrazo de costado con un brazo sobre sus hombros. “Primero me encuentro con Hiiro-kun y luego contigo. ¡Esta pizza saldrá más deliciosa!”
“Eh, haha,” este rió con torpeza en lo que se soltó. “Muchas gracias por la oferta, Shiina-senpai, y qué bueno que te encontraste con Hiiro-kun, pensé que no podría dar con él.”
“¿Oh? ¿Acaso vinieron juntos?”
“Sí, pero…” el pelinegro dejó el asunto de lado y miró al mayor entre los tres, quien le observaba con una muy mínima curiosidad desde arriba. “Usted… disculpe la pregunta, pero ¿de casualidad es el hermano mayor de Hiiro-kun?”
“¡Ah sí!” Hiiro fue quien tomó primero la palabra, con gran emoción. “Kotegiri-kun, te presento a Nii-san. ¡Finalmente he podido dar con él y qué alegría que también lo puedas conocer!”
“Eh, es un gran gusto conocerle,” Kotegiri sonrió y volvió a hacer una reverencia. “Hiiro-kun me ha dicho muchas cosas sobre usted. Mi nombre es Kotegiri Gou…”
“…” Rinne se quedó mirándole con una expresión nula y aburrida. Finalmente, sonrió con ironía. Luego de un jaque mate dado por el otro par, podría desinhibirse y entretenerse un poco. Le extendió una mano. “Claro, soy Rinne Amagi.”

Kotegiri se impresionó ante esa invitación a un apretón de mano, pero le correspondió. Sin embargo, ni bien lo hizo, Rinne lo jaló para sí. Entonces, este usó su otra mano para levantarle del mentón y mirarle muy de cerca.

“¡Ihhh!” el pobre colegial se asustó al tener el rostro del mayor tan cerca.
“¡Haha! A simple vista pareces uno de los eruditos, pero de cerca veo tus ojos oliva, además de ese par de pecas debajo de tu ojo,” comentó ensanchando su sonrisa. “Resulta que eres una cara bonita, esas pecas te hacen ver sexy~”
“¡IHHH!” eso hizo que Kotegiri intentara soltarse apuradamente, y por su esfuerzo, ni bien Rinne le soltó, se cayó sentado al piso.
“¡Oye! ¿Así tratas al amiguito de Ototo-kun?” le cuestionó Niki.
“¿Y? Estoy siendo honesto, ¡haha!”
“Kotegiri-kun,” Hiiro le extendió una mano.
“Ehh, g-gracias…” el todavía desorbitado y algo asustado pelinegro aceptó su ayuda. Una vez de pie, miró perdidamente a su amigo. “Eh… Hiiro-kun…”
“Fue muy sorprendente, ¿no?” preguntó Hiiro, quien por sus grandes ánimos tal vez no entendía la incomodidad del otro. Asintió efusivamente. “No sé qué es… secsi, pero…” levantó un pulgar. “¡Nii-san dice que eres bonito y eso es genial! ¡Nii-san tiene un gran gusto!”
“Ehh… ¿q-qué quieres decir con eso, Hiiro-kun…?” el otro se pasmó ante esa conclusión.
“Ahh, pues…” Niki se encogió de hombros y sonrió apenado. “No te angusties, Kotegiri-kun. Rinne-kun es un compañero de unit y por conocerlo sé que es su forma de querer a otros. ¡Te aseguro que si él quisiera lastimarte tú ya lo sabrías!”
“¡¿P-perdón?!” ¿contaba sentirse desde ya vulnerado?
“Te aconsejo que te acostumbres a los piropos que recibirás un montón~” canturreó Rinne, quien observó con gracia al otro estremecerse. Pasó a mirar a las bolsas que este traía. “¿Esos no son demasiados útiles para una persona?”
“Ah, eh, ah…” miró de un lado a otro hasta observar las bolsas que traía. “E-es que Hiiro-kun y yo vinimos para comprarle útiles ya que todavía no se había conseguido la mayoría. S-se metió en problemas con un profesor, así que…”
“¡Pues gracias por ayudar a mi hermanito!” concluyó amenamente, y en parte para evitarse toda la larga historia. “Ya veo que se te escapó. Suerte la tuya que no se te haya perdido todo el resto del día, el muy disperso que es…”
“Eh… ¿de nada?” ladeó su cabeza.
“Pero los atolondrados son gente de suerte, ¿no es así?” Rinne asintió con aprobación. “Me caes bien, Hiiro necesitaba a una pequeña zorrita como tú.”
“¡¿Q-QUÉ?!” el pobre se espantó y retrocedió un paso.
“Time out, Rinne!” Niki se enfadó. “¡No quiero andar como tu madre y censurarte, pero hasta yo considero que eso fue demasiado!”
“No te molestes que fue affectionate…” se encogió de hombros y le sonrió. “Tal y como tú fuiste mi zorrita hace años, ¿recuerdas? Hasta diría que todavía lo eres.”
“¡Me vuelves a llamar así y te desgarraré el rostro con la rayadora de queso!” le reclamó y se inclinó hacia él. Rinne se rió y levantó ambas palmas para mantenerlo a distancia.
“…” Kotegiri miraba con horror a ese tipo en lo que la imagen ideal que Hiiro había construido de este se destrozaba en su cabeza. ¿Aquel chico también era un idol de ES? Sobre todo, ¿ese se suponía que era el hermano del inocente Hiiro? Inconscientemente se puso a retroceder.
“¿A dónde vas?” preguntó Hiiro, alarmado. “¿Te sientes bien, Kotegiri-kun?”
“Eh, yo…” ni sabía cómo responderle. Sonrió casi adolorido. “C-creo que iré a darme una vuelta… había otro útil escolar que pensaba comprarme y pues…”
“Pero vamos a comer primero, ¡además quiero que hables con mi Nii-san y conozcas la persona fantástica que es! ¡Es justo quien yo quiero ser cuando sea más grande!”
“¡N-no puedes hablar en serio!” se asustó.
“¿Por qué no? ¡Es quien yo nací para ser!” asintió convencido y alegre. Sus ojos se pusieron a brillar con ilusión. “¡Pero también espero aprender mucho de ti y de Shiina-san por lo hábiles que son! ¡Siempre me enseñan tantas cosas así que quiero aprender a ser una gran zorrita para ayudar a mi Nii-san!”
“¡HIIRO-KUN!”
“…” incluso Rinne miró perdidamente a su hermanito y quiso corregirle, pero antes de ello, Niki sacó una rama de perejil de una de sus bolsas y se puso a pegarle. “¡Ah, párala, ¿qué haces?!”
“¡Mira las cosas que enseñas a Ototo-kun, MISERABLE!” siguió pegándole con furia.
“¡Ya, ya, no volverá a suceder!” felizmente Niki le dejó en paz y Rinne le vio guardar el vegetal para ir donde Hiiro y darle una fuerte zarandeada.
“¡Ahora olvídate de eso, esa palabra no existe para ti y nunca más la vuelvas a decir!”
“¡L-lo siento, Shiina-san!” dijo el pobre Hiiro siendo samaqueado. “¿Es porque no lo dije como mi Nii-san? ¡Prometo que aprenderé a decirlo mejor!”
“¡No, sólo no lo digas!”
“¡Pensé que era sinónimo de amigo!” Hiiro fue soltado y se sorprendió cuando Niki le dejó de sacudir y pasó a abrazarlo en su pecho de manera protectora.
“Shhh, ya pasó, tu tierna e inocente criatura. Sólo no digas la palabra, no lo cuestiones.”
“S-sí…”
“Y tú…” Niki libró un brazo para agarrar a Kotegiri quien había nuevamente intentado escabullirse. “No le temas al indecente. Vamos todos que los voy a alimentar y espero que se porten bonito o les daré con la tabla de pizza.”
“Ehhh…” Kotegiri tragó saliva. Entendía la idea, ¿pero Niki tuvo que decirlo mirándole? ¿No debería estar ese sentimiento dirigido a cierta otra persona? “B-b-bueno…”
“¡Ya, en marcha todos!” Niki regresó a sus rebosantes ánimos y soltó a Hiiro. Se puso a caminar a la altura de Rinne. “¡Vamos y pobre de ti que te escapes!”
“No lo haré, no quiero otro perejil en la cara,” Rinne sacudió sus cabellos para librarse de algunas ojitas. Sonrió un poco. Sus ánimos habían mejorado así que podría aguantarles un poco. Comenzaron a andar y Rinne miró por detrás para ver a los más pequeños seguirles. Luego de ignorar un saludo efusivo de su hermanito, notó a Kotegiri mirarle con aprehensión, así que le dedicó un guiño.
“¡Ihh!” este se estremeció y vio al otro reírse un poco para de nuevo conversar con Niki. El pelinegro ya sabía que no podía escaparse, así que tendría que quedarse alerta ante esa persona que sorprendentemente compartía los mismos genes que Hiiro.
“¡Kotegiri-kun, no te quedes atrás!” le observó Hiiro muy alegre, quien seguía en las nubes al poder ver a su hermano y compartir una deliciosa comida con él.
“Sí…” mientras tanto, el otro dio un profundo y torturado suspiro.

Era el primer encuentro que daría paso a mucho más a futuro para los involucrados, sea bueno o malo, o incluso deseado, para empezar.




Miyu

Cap 1 (b)

Las sandalias de corcho de Akeno se oyen tamborilear por el bar, mientras Tobio acomoda las sillas y da los últimos toques para cerrar el local, Rías ya se había ido hacia hora y media y los primos empezaron a acomodar todo para salir de Black Dog.

Akeno no quería ir al departamento de Tobio sola.

—Gracias por ayudarme —la voz de él seguía siendo de incomodidad.
—No es nada —Akeno le respondió con un tono sin emociones antes de preguntarle—. ¿Cómo es que llegaste a ser protegido de Azazel?
—Bueno —Tobio lo pensó por un momento, repasando los detalles del primer encuentro que tuvo con aquel hombre tan extraño—. Fue después que murió nuestra abuela, simplemente apareció un día.
—No me fío de él —la mirada de ella se hacía filosa, mientras acomoda las últimas copas recién lavadas en los estantes y en la bodega repisa que está flotando sobre la barra.
—¿Y de mí? —se rio aún más incómodo.


Su prima no respondió, una mala señal y después resopló con mala cara.


—De vez en cuando viene Rossweisse a emborracharse al bar, últimamente se ha hecho muy amiga de Azazel —intentó cambiar rápidamente de tema.
—El perro de Azazel —la chica susurró, su semblante de molestia era evidente.
—Vamos, Akeno-san —ambos seguían limpiando, intercambiando pequeñas palabras incómodas. Akeno se refería a él como “el perro de Azazel” de una manera despectiva, como si el peor enemigo de la vida de la Himejima fuera su maestro y todos sus aprendices y protegidos—, ¿por qué te molesta tanto Azazel?

La mencionada giró su cabeza fastidiada por tener que responder a esa pregunta.

—¡Hmph! —bufó molesta—. Odio a los hombres en general.

Su primo largó una suave risa de sus labios finos, entendía que ella había regresado por algo a la capital para empezar una especie de nueva vida. La cara de la mujer se volvió completamente roja, sus labios temblaron ligeramente y su respiración se agito; Tobio la percibió como una persona normal, con debilidades totalmente expuestas, ella poseía una personalidad infantil por más que intentase ser madura. La contempló como a una mujer adorable y linda por primera vez.

—¡Lo digo en serio!  —su voz con un ligero temblor pronunciaba palabras, discurso inútil ante su familiar.
—Puedes engañar a todos, pero te conozco —el hombre seguía insistiendo—. Tu padre estará feliz con que hayas vuelto.
—¿Q-quién te crees que eres? —el tono de ella seguía inestable y a punto de golpear al contrario.

El pelinegro seguía con la misma actitud de juguetear con ella, se divertía con las caras de enfado y desagrado. Él aún no se había declarado a su mejor amiga y amiga de la infancia, siempre sucedían cosas problemáticas y, al final, terminó como un soltero de veinticinco años y con accidentes ocasionales con género opuesto que lo techaban de pervertido.

—Si necesitas consejos de amor, ¡puedes confiar en mi edad! —el hombre se reía con una sonrisa amble, mientras acomodaba las últimas cosas del bar.

Después de apagar las luces del local, activando la alarma de seguridad y cerrar las puertas con llaves así fueron del sitio. Era muy temprano, las siete de la mañana, en una zona de bares lujosos como Ginza, eran los únicos a pie y con el sol apenas asomándose, los dos se pusieron em marcha por las calles anchas y con autos deportivos.

El departamento, así como el bar, pertenecían a Azazel; un hombre despreocupado que ya rondaba los cincuenta años y mejor amigo del padre de Akeno. Ambos habían fundado un exitoso laboratorio y empresa dedicada a diversos temas: Grigori, incluso el propio Tobio se había graduado haciendo pasantías allí como un abogado de derechos laborales.

—¿Azazel y Rossweisse tienen algo romántico?  —Akeno habló mientras caminaba elegante sobre la acera, ella siempre había tenido un aura de adulta que intimidaba a cualquiera.
—No creo —hizo gestos con su mano, tratando de explicar que la mujer sólo iba a beber y quejarse de que era una adulta virgen—. Incluso está más deprimida porque un menor la abandonó.

« Last Edit: February 13, 2024, 11:46:30 PM by Miyu »


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Sayi


“Senpai, finalmente, es un gusto cruzarme con usted”

Le había estado siguiendo por unos minutos cuando finalmente se animó a darle el alcance. Había obtenido algo de información sobre él de antemano, pero toda la información del mundo no pudo haberle preparado para saber que esperarse al estrechar su mano.

Tan sonriente y ameno, con una sonrisa que no mostraba un ápice de maldad y unos ojos llenos de optimismo. Nada que ver con el historial que llevaba en su perfil.

Él siempre había sentido que era la antítesis a lo que un Rebel debía verse y proyectar a primera vista, pero este hombre parecía haberle superado en lo inesperado.

“Soy Claire Stanfield”
“Soujirou Seta” dijo, estrechando su mano “¿A qué se debe este placer, Claire?”

Las clases de la tarde acababan de finalizar, y Soujirou tenía responsabilidades que cumplir con su familia. Tenía encargado unos papeles por cerrar en el banco, y de paso a casa, le tocaba recoger a la hija menor de su mentor.

El chofer llevaba esperándole hace unos 5 minutos por lo que el castaño dejó la clase un poco temprano para ahorrarse la gente llenando los pasillos. Pero apenas dejó el edificio fue que se percató de qué alguien le observaba. Alguien que le dio el alcance una vez estuvo cerca al area de recojo.

Las campanas anunciando el cambio de hora empezaron a sonar. Claire buscó el reloj más cercano.

“¿Tienes algún lugar a dónde ir?” preguntó Soujirou
“No” le respondió el joven “¿Es un buen momento para conversar?”
“No” dijo con una sonrisa “Pero si es algo sobre Sayi, tengo unos minutos para conversar”

Claire sonrió entretenido. Por primera vez en mucho tiempo, Soujirou se encontró estudiando qué era lo que significaba esa aparentemente sincera sonrisa.

La sonrisa de un Rebel ansioso por saber su HiME.

“De hecho, si, senpai” dijo “Creo que estoy listo para saber todo sobre ella”
“¿No haz averiguado lo necesario en la central?”
“Claro que sí, pero todo se limita a reportes, a grados de la universidad y su historial médico. He leído todo lo posible de su familia y amigos… pero yo quiero saber de ella como persona. Sobretodo, de como está ella ultimamente, luego de mi último ataque en Hanasaki”

Soujirou se quedó en silencio. El ovillo empezaba a espabilarse, y pensaba dejarlo correr.

Rebels como Claire Stanfield venían de pocos recursos, muchos de ellos huérfanos, quienes eran adoptados por Rizembool como identidad y eran entrenados desde muy temprana edad. Obtenían educación, hogar, y forjaban vínculos filiales con los empleados que cuidaban de ellos. Crecían venerando a la organización que los adoptó, y una vez entraban en la secundaria eran preparados para asumir su objetivo final: Convertirse en Rebels aguerridos, quienes veían la misión de eliminar a una HiME como el inicio de una vida llena de promesas. Un fin necesario y la ofrenda más grande que podían ofrecerle a Rizembool.

Era un programa empezado en los noventa, que en los últimos años había dado fruto a una generación de Rebels acérrima a su misión de eliminar HiMEs.

Claire sonrió ante su sucesor, denotando la ansiedad de un mercenario listo para cumplir su misión.

“Digo, como solo tengo dos meses para eliminarla, siento que es mi deber tener en cuenta más allá de sus datos técnicos, y hacer que su final sea digno de este conflicto“ agregó “Es un asunto de respeto, ¿no le parece?”


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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Hola a todos aqui vengo con fic <3

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Después de realizar sus cansadas actividades de Idol y vocalista de una banda de rock, tanto Koi como Ai decidieron tomar una semana de vacaciones al mismo tiempo para poder compartir juntos como hermanos gemelos.
Por fin después de la presentación de la banda hemos decidido descansar, Mayufu-kun y Ritsuka-kun se fueron de paseo juntos, me invitaron pero estoy con una flojera horrible para moverme, en verdad deseo estar en casa y no salir hasta que terminen mis vacaciones, que hay de ti oniichan? ¿Tienes algún plan en mente en esta semana de vacaciones? Saku-san mencionó que van a salir a pasear estos días??

Si, pienso salir con él, al principio me daba un poco de temor porque pensé que quería hacernos daño, pero es una buena persona, un poco obsesivo pero es una buena persona…-dijo riendo con una gota en la cabeza- y creo que después de eso iré al cumpleaños numero 4 de Hikari-chan, te acuerdas del hijo de Hajime-san y Ami-san??-

Si me acuerdo de él es un niño tan lindo y amoroso - Recuerdo que lo vimos cuando tenia 6 meses y Ami-sensei junto con Hajime-san nos dijeron que nos quedaramos a cuidar de él, será que pueda ir también a celebrar el cumple de Hika-chan?-

Eso te iba a decir porque Hajime-san me dijo que estas cordialmente invitada a su cumpleaños, además dice que Hikari-chan quiero jugar contigo, como cuando visito su casa siempre te menciono y siempre pregunta cuando viene la hermana Ai para jugar con ella-

Entonces eso haré, solamente saldré a casa para ir al cumpleaños de Hika-chan…-sonrio ampliamente-¿Viste que finalmente Tsubasa-san va a volver al escenario en el concierto que ofrecerá Trigger?? …-dijo mientras estaba acomodando sus ganchitos de cabello-va a volver a lo grande y yo estoy muy feliz, ya compre 2 boletos para ir juntos a verla en primera fila-sonrió ampliamente-

¿En serio lograste comprar las entradas? Yo también iba a comprarlas, pero con todas las actividades que tenia que realizar no me dio tiempo para poder hacer la cola virtual, y cuando me acordé vi que ya estaban agotados, casi iba a comprar a revendedores pero menos mal que llegaste a comprarlos Ai-chan!!! Por fin volveremos a ver a un miembro de los legendarios Knights en actividades otra vez.

¡¡Y ya tengo la cámara fotográfica lista para tomar muchas fotos y grabar muchos videos que este acontecimiento que será único!!...-

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Hablando del tan esperado concierto de aniversario de Trigger y el debut de Tsubasa Kazanari como solista, habia otra sorpresa que los chicos de Trigger y Tsubasa no sabían y que el día de hoy sería revelada

Los cuatro jóvenes se encontraban esperando en la sala de reuniones a la manager de Trigger que venia con una sorpresa para ellos-

Que será lo que esta planeando Anesagi-san?...-dijo Ryuu mientras observaba como Tsubasa conversaba ya no tan tímida con Tenn y parecían como dos hermanitos callados que daban ganas de protegerlos.

Uhm pues conociendo como es ella supongo que debe de ser algo muy interesante, relacionado con nuestro concierto que será dentro de un par de días-Habló Gaku mientras también observaba a los jóvenes del grupo que estaban conversando -¿Qué dicen ustedes Tenn y Tsubasa??-

Creo que debe de ser algo serio como para que tengamos que reunirnos todos…-habló Tenn para mirar a la peliazul-

En mi caso no conozco mucho a Kaoru-san, pero concuerdo con Tenn, puede ser algo delicado y será mejor estar todos preparados ante cualquier situación…- Riolu que estaba durmiendo en uno de los sillones de la sala se levantó y se acercó a la peliazul- Riolu y yo estaremos listos para todo-

No creo que sea para exagerar…-dijo Ryuu con una gota en la cabeza-

La puerta del salón se abrió y la manager de Trigger entró emocionada

¡¡¡Chicos gracias por la espera…aquí les tengo una gran sorpresa para el concierto!!!

La puerta se abrió detrás de Kaoru y una rubia cabellera se asomó, causando una gran impresión en todos los presentes
Jerrica Benton alias JEM nos acompañará también en el concierto…a que no es una gran noticia??

Ha pasado mucho tiempo Gaku…-dijo con una suave sonrisa-

Jerrica es un todo un gusto volver a verte…-

¿¿JEM conoce a Gaku-san??- dijo la peliazul sorprendida ya que JEM era una cantante muy famosa por todo el mundo, hubo una vez cuando era más joven fue a visitar a la familia de Leo, el líder de Knights y este le escribió un par de canciones que fueron éxitos alrededor del mundo-

Si, se conocen desde que eran  jóvenes, se podría decir que es su mejor amiga en el extranjero, cuando vamos a Estados Unidos, ella nos hospeda en su casa y nos lleva a pasear a varios lugares turísticos-

Tan animado como siempre Gaku… y muchas felicidades por tu futura boda, ya muero conocer a tu futura esposa y espero que me conviertas en la madrina de tu hijo o hija…-

No pensé que vendrías a mi boda…me da mucho gusto también estar juntos en el escenario…-

Claro que no me perdería de estas ocasiones especiales, no pude venir con todas las Hologram, pero tengo la confianza que daré un buen papel en el concierto con tremendos artistas…-se acercó a Ryuu- como siempre tan guapo y atletico Ryuu, seguro que sigues en los primeros puestos del hombre más deseado de Japón verdad?-

No soy el primer puesto porque ese puesto lo tiene Gaku, pero si aún figuro en la lista…-dijo con una amplia sonrisa-
Eso me da gusto…-se acercó a Tenn- y Tenn sigue siendo tan alegre como siempre, aunque ahora lo veo mas expresivo, me alegra saber que cada vez que te veo, te veo mas guapo…-acariciando los cabellos del joven suavemente-

También me da mucho gusto verte nuevamente Jerrica-san…-

No seas tan formal…solamente llamame hermana Jerrica…-luego se acercó a Tsubasa- creo que a ti te he visto en algún lugar cuando eras más joven…-rascandose la barbilla- ya me acordé te vi en la casa de los Tsukinaga, eres Tsubasa verdad?? –

No pensé que se acordaría de mi…-dijo un poco avergonzada-

Claro que me acuerdo de ti, Leo siempre me comenta de ti, aunque últimamente el ingrato no me ha llamado por teléfono, luego le jalo las orejas…-

Tsubasa agacho la cabeza un poco

No, no no nada de caras largas, aquí hemos venido a hacer música y el día de hoy me uniré a las prácticas…-dijo sonriendo ampliamente-
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matta ne!!!!


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #934: September 29, 2023, 11:15:35 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 570 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 11727 palabras
Kana :: 2821 palabras
Eureka :: 2281 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1086 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 1475 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #935: September 29, 2023, 11:17:39 PM »
110.6.




“Tsk…” Tenshi había logrado destapar una gran cantidad de contenedores encima del barco, sin llegar a encontrar nada remotamente vivo o rescatable. Otro movimiento de su mano hizo que olas del material de construcción embistieran y abrieran unos contenedores, de donde salieron unas piezas insignificantes y producidas a gran escala, semejantes a repuestos sin complejidad. Ella dio un gran suspiro. “Vaya… ojalá que luego no nos llegue una boleta de pago por todos los destrozos. Eh, pero es Rizembool, así que imagino tendrán seguro…”

Lo dijo con gracia y decidió desentenderse de aquello para continuar avanzando. Sin embargo, empezaba a perder toda inercia y ánimos de continuar con esa misión que ni garantizaba el hallazgo de una persona. De por sí, incluso si se trataba de Rizembool y con su conocido poco interés en la salud y bienestar de las personas, no habría forma que fuera a encontrar a una persona viva en medio de ese cementerio de contenedores.

No era por descartar sus sospechas. Más bien, Tenshi consideraba que perdía el tiempo revisando más de los contenedores. Si realmente había algo más delicado y sensible de interés para Suzuka y ella misma, tenía que estar en el interior del barco. Sin embargo, no sabía si arremeter contra el propio medio de transporte sobrepasaría sus propios (y ya muy extensos) límites. Se quedó quieta un momento, pensativa y sin continuar con su exploración de los contenedores, cuando entonces, oyó una voz, una que desde el primer sonido se delataba como enemiga.

“…Has causado demasiada destrucción, HiME,” dijo Matsui, con un tono lúgubre, aunque curiosamente animado.
“…” ella se giró de golpe. Había un encapuchado de pie a unos contenedores de distancia. “Tsk…” pese a desaprobar la interrupción, sonrió con ironía. “Heh, ya era hora que alguien apareciera. Por un momento casi pensé que me tendrían una trampa.”
“Tienes razón, te he hecho esperar mucho…” dicho esto, ese incógnito con su rostro cubierto hizo una reverencia lenta y pronunciada. “Te debo mis disculpas.”
“…” Tenshi sabía mejor que considerarlo como cortesía. Era un código de conducta de alguien quien bien podría ser completamente diferente por dentro. Terminó por voltear todo su cuerpo y encararle debidamente. “Pues, ya sabía que no sería tan fácil, pero tengo una misión importante que hacer, así que, si estás aquí para detenerme, no tenemos de otra que pelear.”
“Precisamente, no es nada personal…” dejó de hacer su venia. “Serás mi HiME, pero sigue no siendo personal. Aquí todos hacemos nuestro trabajo.”
“Tsk…” entrecerró sus ojos. Su extraño misticismo le desesperaba un poco. Aparte de ser tedioso, realmente no podía leerle, y menos por ni poder verle el rostro. “¿Y bien? Si eres mi Rebel, ¿por qué te escondes? ¿Tanto miedo me tienes?” sonrió burlona. “Que te conste que el anonimato es lo de menos. Igual trapearé el piso contigo.”
“Fufu…” rió por lo bajo, casi en susurros. Esa gracia de su misteriosa voz crecía pese a mantenerse con bajas energías. “Tengo mis propios motivos por los cuales no quiero exponer mi rostro. También reservaré mi nombre. Sin embargo, presumo que no tendrás problemas reconociéndome cada vez que nos veamos…”
“Tsk, tenías que ser especial, ¿ah?”
“Es un comentario atrevido de parte de una de las HiMEs que han invadido el muelle de la ciudad para una meta que no existe…”
“…” se frustró. No podía negarlo. “Claro, tienes razón. Ahh… como sea…” Tenshi se decidió. “Tienes mala suerte. Tu carga es mi elemento, así que estás en gran desventaja.”
“Eso lo veremos…”

El Rebel dio un gran salto. En preparación, la HiME invocó su espada a la vez que alzó torrentes de tierra. El otro pudo evadir y poco antes de alcanzar a su oponente, también invocó una espada. Ante la revelación, Tenshi abandonó su idea de usar su elemento mientras mantenía su pelea de armas contra su oponente.

Tenía entrenamiento previo, pero notaba que su oponente poseía más rapidez y fluidez que ella misma. No podía descuidarse ya que a esa distancia cualquier ataque podría costarle muy caro. La mayoría del tiempo, Tenshi podía detectar que el Rebel se encontraba reincidiendo en su ataque mediante retrocedidas y avances rápidos nuevamente hacia ella. La HiME se impacientó. No podía decirlo con certeza, pero era como si su Rebel se encontrara jugando y probándola, casi como si no la tomara en serio.

“No sólo eres una charlatana…” dijo este Rebel con su voz tranquila pese al movimiento. Este aprovechó un encuentro entre sus espadas para comunicárselo. Luego de que la HiME lo empujara, este saltó a un contenedor de distancia, para nuevamente impulsarse y volver a encontrarla. “Sabes pelear con tu espada…”
“Tú también, ¿y?” Tenshi le impulsó una vez más. Quiso ser quien saltara esa vez para darle el alcance, pero el retorno de ese Rebel fue más rápido que sus propios movimientos y le quedó nuevamente recibirle y parar su nuevo ataque. “Tsk, ¿me subestimas? ¿Pensaste que sería una mosca muerta?”
“Fufu… la mayoría de HiMEs lo son…”
“Pues yo no soy como la mayoría y te lo haré notar,” impulsó a ese Rebel con más fuerza de la usual y así finalmente pudo ser quien tomara la delantera. Tenshi saltó, aunque ni bien su Rebel pudo tocar suelo con sus pies, se impulsó con tal rapidez que la alcanzó en pleno aire. Tenshi paró el ataque, pero el impulso le hizo caerse en sentido contrario. Ella apenas pudo aterrizar con sus pies y mano libre apoyados en otro contenedor. “Tsk…”
“¿Te cansaste del ejercicio, HiME?” preguntó tranquilamente. De nuevo tenía esa sutil cortesía y ligero entretenimiento en su voz. “¿Ya no quieres recibir mis ataques?”
“¿Qué ejercicio? Tú…” ella se puso de pie y apretó sus manos. “¿Te soy un juguete? ¡No dejaré que me tengas a tu merced! ¡Tenías que ser un inmundo Rebel que falta el respeto!”
“Sinceramente me estoy comportando ante ti,” dijo respetuosamente. Luego este giró su cabeza un poco a un costado y se pudo oír un breve suspiro. “…no quieren que vaya seriamente contra ti el día de hoy, por eso te estoy entreteniendo.”
“…” sin duda tenía un Rebel demasiado frustrante para sí. Ya ni se molestaría en interpretar lo que decía. “Lo llames como quieras, es obvio que me entorpeces. ¡No tengo tiempo para ti!”

Era evidente que su oponente contaba con gran destreza y rapidez, aunque, aun así, Tenshi había perdido su paciencia. Podría bajar su defensa al tornarse más agresiva, pero toda esa mica en el cargo que había desbaratado estaba a su disposición. Alzó su espada y vio a su Rebel de nuevo lanzarse hacia ella. Esta vez, la espada de Tenshi se cubrió de capas de tierra apelmazada que funcionaron como un potente revestimiento.

“…” el Rebel chocó su arma con la de ella. Era un material distinto, también podía ver la arena que les rodeaba empezar a levantarse en un inicio de una tormenta de arena. Hizo otro ataque más, y esta vez, su espada cortó la tierra que cubría el arma de su oponente, y terminó atrapada en la misma.
“Heh…” Tenshi sonrió decidida. Se mantuvo firme para resistir los jalones del Rebel que buscaba librar su espada, y justo entonces, un gran mar de arena empezó a llover encima de los dos. Ella dirigió la avalancha hacia el otro. Por su propia fuerza, sabía que este no iría a llevarse su arma y se arriesgaba a quedar sepultado si persistía.

Sin embargo, ese Rebel aprovechó un ligero descuido de la HiME monitoreando la avalancha para acercársele y propinarle un puñete en el abdomen. La peliazul se hizo hacia atrás y soltó su arma. Así, el otro saltó para evadir la tierra y aterrizó encima de un contenedor cercano con ambas armas.

“Tsk…” Tenshi se puso de pie y le miró con ira.
“Buen truco, niña,” dijo el Rebel con cierto disgusto, en lo que jaló ambas armas para destrabarlas entre sí. Pese a encontrarse con ambas espadas, terminó por lanzar la de su oponente de regreso a la misma.
“Eh…” se confundió al ver su arma caerse estrepitosamente a unos metros de ella. Con cuidado la recogió. “¿Qué haces?”
“Dos espadas me son inútiles, ¿y no pueden las HiMEs invocarlas?” dijo indistinto. “Sería tonto de mi parte contar con ella…”
“…” ello tenía sentido, pero igual pudo no habérsela regresado. Tuvo que recordarse no meditar sobre las acciones de su Rebel.
“Ya veo que no quieres jugar, fuerzas mi cuidado contigo…” musitó el incógnito con el suficiente volumen para ser oído.
“Si tú eres quien tanto quiere jugar, pues escogiste la profesión incorrecta,” declaró Tenshi, con su arma apuntándole. “Aquí sólo participan los adultos dispuestos a pelear.”
“Fufu… un atrevimiento que te llames adulta luego de tu infiltración…” comentó con leve entretenimiento, aunque de repente giró su atención fuera del barco.
“¿Eh?” Tenshi se extrañó, y no tardó en oír una voz conocida.


“¡Hola, joven Tenshi!” exclamó un ameno y alegre Norimune desde fuera del navío.
“¡¿AHH?!” ello sorprendió e indignó a la peliazul. Al mirarle, el otro agitó sus brazos encima de su cabeza sin perder su amenidad. “¡¿Nori?!”
“¡No parece haber escaleras para subir al barco! ¿Podrías darme una mano?!”
“¡¿Qué haces aquí?! ¡Suzuka está por el mar, dale el alcance!”
“¡Lo haré, pero tengo algo que decirte!”
“¡No puede ser más importante que ayudar a tu HiME!”
“Tsk…” el Rebel miró a aquel insospechado transeúnte. Supo que había algo raro en esa persona, pero supuso no le concernía. “Me estoy esforzando en ser cordial, HiME. ¿Qué te parece si dejas de ignorarme?”
“No sé de qué cordialidad hablas porque sólo me fastidias,” le corrigió la chica impaciente. Tenía que encargarse de su enemigo primero para ver qué demonios quería el otro.

Esta vez dejó que la tierra tomara la delantera y atacara al Rebel en vez de exponerse. Ya no se trataba de enfrentarse con dignidad y valentía. Esa caprichosa arma tenía que irse donde Suzuka para asistirle así que intentaría quitarse al Rebel del camino cuanto antes.

Su oponente usó su espada de escudo y para cortar y parar algunos torrentes, aunque la fuerza de ese elemento primordial dificultaba su propia agilidad. Tenshi se sintió presionada por el tiempo así que optó por usar parte de su elemento para levantar y lanzar algunos contenedores hacia el enemigo. Era un esfuerzo adicional y que le dificultaba continuar neutralizándolo, pero si lograba encapsularlo en algún contenedor, podría acabar con la pelea rápidamente.

Precisamente, al cambiar de estrategia, el Rebel fue asediado por menos torrentes que le hicieron más fácil acercarse y atacar. Tenshi tuvo que retroceder en lo que su poder trataba de atrapar al Rebel por detrás, con este tratando de detenerla. En una de esas, el incógnito se apoyó sobre un montículo de mica que Tenshi prontamente deshizo y le dejó sin piso. El Rebel flaqueó y tuvo que apoyarse con una mano, para ver cómo un contenedor casi le cae encima. Este se impulsó para salir del área donde la estructura caería, pero Tenshi estuvo esperándole para contraatacar y prevenir su escape. La HiME lanzó más torrentes de mica y alistó su arma. El otro pudo evadir el elemento y se acercó para encontrarse con la otra.

Todo fue muy rápido y Tenshi pensó que, aunque el Rebel fuera a chocar armas, ello no evitaría que fuera enterrado. Sin embargo, al último momento, este se agachó para hacer un corte bajo que desestabilizó a la HiME al momento de esquivarlo. Acto seguido, el mayor la tomó de un brazo para dar una vuelta con fuerza e intercambiar lugares…



Sin embargo, Matsui recordó las palabras de su superior, el hecho que esa noche no debía matar a nadie. Era un pedido que protestaba, pero tampoco quería contradecirle.

“…” Tenshi se tensó cuando el Rebel le agarró del brazo. Fue una fracción de segundo más lenta de lo que hubiera esperado, como si esa persona hubiera titubeado. Aquello le salvó y la HiME concentró todas sus fuerzas en hacer otro torrente que terminó por impulsar a ese Rebel debajo del contenedor, para finalmente sepultarlo. Estuvo tan cerca de terminar bajo la estructura que sentía su corazón latir a mil, y terminó por usar más tierra y otros contenedores para continuar enterrando más a ese Rebel.

Ella respiró agitada un momento. Ni podía decir si era posible que un humano normal pudiera sobrevivir a tremendo peso y la asfixia de la arena… pero no debía meditarlo. Algo le decía que ese Rebel sería difícil de roer. Por su consciencia y sanidad, no le quedaba de otra que creer de momento que no había matado a nadie.

“Tsk…” sacudió su cabeza y corrió al borde del barco. Invocó la tierra no usada para neutralizar a su oponente e hizo una improvisada rampa.
“Ah, muchas gracias, joven Tenshi,” Norimune se apresuró a subir. Entonces, al llegar al mismo barco, la HiME le tomó de ambos hombros y lo zarandeó.
“¡¿Qué demonios haces recién apareciéndote?! ¡Suzuka ya maldice tu nombre!” exclamó la peliazul, colérica.
“Ahh, me lo merezco, tengo que admitirlo,” dijo el otro sonriendo con torpeza y dejándose zarandear. “Sinceramente no tengo ninguna excusa, pero ya estoy aquí. Quisiera concentrarme en lo que sucede.”
“¡Pues te espera un escarmiento luego!” la chica puso sus manos en sus caderas. “¿Y bien? ¿Qué tanto quieres decirme para no ir donde Suzuka aún?”
“Verás…” Norimune sacó su celular y le mostró una foto.
“Y esto… ¿qué es?”
“Un policía me lo mostró. Dijo que notó que esta pared es una puerta falsa y un escondite clandestino en este barco, y que un Rebel le corrió al detectarlo,” explicó con rapidez. “Sólo puedo asumir que ese Rebel del que hablamos de la persona con la que estuviste peleando.”
“¿Una puerta falsa?” Tenshi se impresionó. Eso tenía mucho más sentido que algo sensible estando dentro de los muchos contenedores de metal, especialmente si se hablaba de algo ilegal.
“No estoy aquí para tomar decisiones sobre lo que hacen, pero viendo que andan en plena misión imparable, supongo que vendría bien saberlo.”
“Con esto entiendo que estás del lado de Suzuka…” la chica le miró, confundida.
“Pues rechazo su travesura en el muelle el día de hoy, pero ya que todo se ha echado a perder, no nos cuesta corroborar si es que hay alguien atrapado aquí a estas alturas,” se encogió de hombros, rendido con algo de tranquilidad.
“Heh, pues, lo veo igual. Yo no lo habría hecho, pero Suzuka es demasiado necia,” Tenshi terminó por sonreír. “¡Ire a buscarlo!”
“Oya~ dirás que es idea de mi hija, pero te ves tan cometida a infiltrarte al campo enemigo como ella, joven Tenshi. No duele ser honesta.”
“Proteger a gente de Rizembool es lo único que me gusta de este lío, ¡pero hay que apurarnos!” ella le apuntó con un índice acusatorio. “¡Aquí partimos caminos! ¡Ve donde Suzuka inmediatamente y yo iré a encontrar esta pared!”
“¿No quieres que te guíe?”
“¡Me acuerdo de la foto, ahora esfúmate y ayúdala!” Tenshi empujó al otro, quien retrocedió unos pasos para frenarse, y acto seguido corrió dentro del barco.
“Ahh… la juventud de hoy…” Norimune sonrió para sí y fue para bajar por donde había subido, no sin antes observar el gran montículo de metal y tierra. Casi se animaría a dar un corto rezo en honor a ese Rebel quien se había sacrificado por no lastimar muy seriamente a su HiME, pero dudaba que fuera necesario.

Tanto le gustaría estar en todos los rincones de aquel muelle. Había tanto que conocer y aprender, demasiadas cosas que las HiMEs sin duda todavía no sabían… Norimune sí dio un leve rezo por Tenshi, al temer lo que estaba por encontrar por su cuenta…




Fuera de un encuentro más con un orphan solitario que se echó a correr con facilidad, Gotou estaba pronto a llegar con Kosuzu hacia el límite de la zona en cuarentena. Luego del encuentro anterior y de haber tenido un más pacífico recorrido, la pequeña se notaba en mejores ánimos, los suficientes para buscar dialogar con su benefactor.

“Entonces…” dijo, pensativa. “¿Sí eres de una familia de samuráis?”
“No nos llamaría así…” el chico tenía sus ojos en el oscuro firmamento. “Pero sí es cierto que hemos sido entrenados a pelear desde temprana edad…”
“¡Ohh, pero es impresionante!” ella asintió un par de veces. “¡Suena a que es algo normal para ti, pero definitivamente sale del montón! ¡Es propio de la familia…! Eh…” se quedó en blanco y le miró curiosamente. “Perdón, ¿pero de qué familia eres…?”
“Te aseguro que no somos muy únicos en ese aspecto. He conocido a otras familias guerreras en mi entorno, y como estudiante de Hanasaki, seguro que también lo harás.”
“Hm…” Kosuzu bajó su mirada e hizo un puchero. De nuevo había probado otra manera de pescar algo de información de ese chico sobre quien ni sabía su nombre, pero este continuaba evadiéndole con toda naturalidad.
“Más bien, noto que tú no tienes ninguna experiencia deportiva,” Gotou le miró de reojo, neutralmente. “Tu stamina es bajo hasta para una persona común. Es un poco preocupante si eres una HiME…”
“Ehh, pues… soy más del tiempo de leer…” la niña se habría escondido detrás de un libro si es que hubiera tenido uno en mano, lo cual para variar no era el caso. Dio un suspiro. “Pero de hablar con unas HiMEs, entiendo que muchas comenzaron como yo…”
“Eso es más preocupante todavía,” el chico dio un suspiro y frunció el ceño. “Al menos espero que Hanasaki se dedique a ayudarte a entrenar, por tu propio bien.”
“Sí sonó así, eh, muchas gracias…” hablaba con una persona un tanto brusca y muy honesta, pero Kosuzu percibía que tenía buenas intenciones. “Hmm… tú…”
“¿Qué cosa?”
“¿Por qué no me quieres decir quién eres?”
“¿Eh?” este se sorprendió por la pregunta.
“Parece que no quieres decirme. O-o sea, ¿quién soy yo para obligarte? Sigo en un pedazo gracias a ti, así que te respetaré si no quieres decirme mucho de ti, pero tengo curiosidad…”
“Pues…” Gotou rascó su nuca, incómodo, y desvió su mirada. Precisamente esperaba mantener su anonimidad lo más posible por su familia, en especial al tratarse de interactuar con una HiME.
“¿Será que eres semejante a un viajero del futuro?”
“¿Perdón?” pues, eso le desconcertó más.
“¡Sí! He leído una serie que tenía algo de eso, que los viajeros cuando van al pasado tienen que tener cuidado de no cambiar nada fuera de sus planes,” Kosuzu asintió convencida.
“No sé qué pensarás qué soy, pero…” este se frustró tremendamente. “¿Acaso no son las HiMEs las mágicas?”
“Ehh, o sea, realmente no creo que seas del futuro o algo, hehe, se me hizo gracioso pensarlo.”
“…” ¿entonces por qué lo mencionaría?
“Sólo que me recuerda a eso, pero aun si descartamos lo improbable, sigues dándome una pinta de héroe misterioso shounen que anda por las calles ayudando a transeúntes,” agregó con una actitud inspirada. La menor sonrió ampliamente. “Ya me preguntaba cómo así yo fui salvada por otra persona siendo una HiME, pero es que recién comienzo mi camino, y ahora entiendo que tú serás una inspiración para mí, como ese personaje bien intencionado, pero con un pasado oscuro que todavía lo asecha.”
“¿Eh?” este sintió un tic en la ceja. “¿Me veo como ese estereotipo, niña?”
“E-ehh…” Kosuzu notó que lo fastidiaba y negó efusivamente. “No es mi intención molestarte, perdóname. Yo… estoy muy agradecida por tu ayuda, y si te comparo con series y personajes ficticios es porque pienso que eres muy genial.”
“¿Qué dices?” el otro se extrañó y se vio algo incómodo. Dio un profundo suspiro. “Eh… como digas…”
“Hehe…” sonrió gustosa. Podía ver que lo había avergonzado un poco. “Gracias por cuidarme de monstruos, señor héroe. Eres como un Power Ranger, ahora que lo pienso.”
“Ya, pienso que has dicho suficiente…” comenzaba a fastidiarse de nuevo.
“¡Pero es preciso!” exclamó amenamente. “Veo que tienes un mechón morado en tus cabellos, ¡así que tú eres el Purple Ranger!” asintió. “Muchas gracias por todo, Purple Ranger-san.”
“¿Por qué me llamas así ahora?” preguntó frustrado y dándose un facepalm. De todos modos, Gotou sabía que era el resultado de no querer presentarse debidamente, así que le tocaría aguantarle. Al menos no debía faltar mucho para ponerla a salvo y partir caminos.

Entonces, al dar una vuelta, se encontraron con un orphan quien rugió a Kosuzu.

“¡IIHHH!” ella dejó salir un chirrido e instintivamente se puso detrás del chico.
“Tsk,” Gotou desenvainó su tantou y se preparó para hacerle frente. Sin embargo, el par oyó un silbido detrás de ellos. El orphan también prestó atención al sonido y terminó por huir sin poner resistencia alguna.

Al ver al peligro desaparecer, los dos se dieron media vuelta y vieron a otro joven caminar tranquilamente hacia ellos. Era un rubio de filosos ojos ámbar, quien sonreía con leve maldad.

“…” la HiME le miró con algo de nervios. No podía tratarse de una buena persona.
“Y pensar que les he hecho un favor y espantado a uno de los orphans más débiles que he tenido el disgusto de conocer~” canturreó Hannya, con ligera burla. “¿Tan débiles son ustedes?”
“…” Gotou le miró fijamente.
“…” el Rebel observó esa venda improvisada que traía el otro y miró a la niña. “O más bien, ¿será el caso de una mosca muerta importunando a alguien más? Eres obviamente una HiME. Estos orphans están acondicionados para únicamente atacar a tu especie.”
“Eh, yo…” Kosuzu se apenó y sus ojos generaron lágrimas.
“Entiendo que eres un Rebel,” dijo Gotou tranquilamente. “Supongo no me sorprende verte como uno…”
“Heh…” Hannya alzó una palma y formó una máscara encima de esta. “Y tú andas suelto por un lugar peligroso del cual ni deberías estar enterado… nada inusual, diría yo,” su sonrisa se ensanchó, y a la vez se alivió un poco, con ligera nostalgia. “Ha sido un tiempo.”
“¿Eh?” Kosuzu se sorprendió e intercambió su mirada entre el par repetidamente. “Ehh… Purple Ranger… ¿se conocen?”
“…algo así…” le contestó Gotou, con ligera frustración. Miró al Rebel. “Sospecho que tu ayuda no viene gratis, ¿no es así?”
“¿Eh?” Hannya se impresionó un poco y pareció molestarse. “Tch, ¿acaso no me crees capaz de una ocasional benevolencia? Si te hago un favor…” sonrió con ironía. “A ver si así te puedes librar rápido de la lerda que te llama de una forma tan ridícula.”
“L-lerda…” Kosuzu lo sintió en el alma.
“No es para que seas tan malo,” el pelimarrón le miró con algo de juicio.
“Sí que eres muy paciente para tu propio bien, pero será parte de ti,” el Rebel se encogió de hombros. “Siempre tienes tantos deberes sobre tu espalda. Pobre de ti ya acostumbrado a aguantar las tonterías de los demás…”
“No estoy aquí para hablar de mí,” le cortó Gotou. Este desvió su mirada. “Pues… si en verdad me extendiste una mano con el orphan, gracias por eso, y siento dudar de ti.”
“Hmm…” Hannya fue quien le dirigió juicio esta vez. “Eres más divertido cuando actúas con mayor carácter, pero sí, deshazte de la niña. De paso podrías marcharte de una vez. Si estás en plan de ayudar a posibles civiles atrapados aquí, te aseguro que las únicas personas a tu alcance o son HiMEs o Rebels, así que te conviene irte. Estás herido desde ya.”
“¿Y qué se supone que haces tú aquí?”
“Pues soy Rebel, ya lo dijiste, ¿no?” se encogió de hombros. “Se suponía que encararía a mi HiME, pero la vi huir tan patéticamente de algún orphan que supuse que no me necesitan. ¡Haha! Más entretenido estoy de encontrarme con anomalías como tú.”
“…”
“Ehh… ¿c-cómo se conocen ustedes?” dijo Kosuzu, claramente intimidada y cabizbaja ante la presencia de dicho Rebel. “N-no suenan como amigos, pero tampoco son extraños… e-esto no es una interacción que conozca de cosas que he leído…”
“¿Es que piensas que el mundo es una enciclopedia o algo?” Hannya le miró con extrañeza un momento, para entonces sonreírle. “Pues, niña, viendo que tu ‘Ranger’ no quiere decirte nada, te diré que mi nombre es Hannya. Seguramente nos veremos varias veces.”
“Hannya…” ella ladeó su cabeza. “E-ello explica esa máscara en tu mano…”
“¿Y tu nombre, pequeña?”
“¡S-sí! Soy Kosuzu…” dijo en aprietos.
“Y, por cierto, ya ha sido bastante desde que mencioné lo de mi HiME huyendo de un orphan, y vaya falta de preocupación que tienes por ella. ¡Haha, qué desconsiderada!”
“¡¿EHHH?!” Kosuzu se horrorizó y negó repetidamente, mortificada. “¡N-no es así! ¡No es que no me importe! ¡Y-yooo…!”
“Oye, Hannya, la pobrecita anda en shock por todo aquí dentro, no lo hagas peor,” Gotou le miró con reproche.
“Pero si le extiendo empatía,” Hannya se encogió de hombros. “Obviamente es una pequeña perdida e indefensa, y como no es mi HiME ni la considero alguien repugnante, no me molesta darle una mano. Hasta puedo seguir ayudándote a ti.”
“¿Cómo así?”
“Es simple…” Hannya se puso a caminar hacia ellos dos, y fijó sus ojos en la HiME. “Kosuzu-chan, ¿qué te parece mi máscara? ¿Te gusta? ¿Te resulta espeluznante?”
“Eh…” ella se quedó en blanco y ladeó la cabeza.
“Yo pienso que te quedaría muy linda,” dicho esto, Hannya formó otra máscara con su otra mano y de inmediato se la puso sobre su propio rostro. “Mira, tal y como yo las uso,” luego de la demostración, la levantó para que la máscara estuviera apoyada sobre sus cabellos.
“¿Es por tus máscaras que te llamas Hannya?” preguntó la niña, inocente.
“¡Haha, pero qué afirmación tan inconsciente de tu parte!” Hannya rió con ganas y afiló su sonrisa. “Pero tienes razón, no es algo que pueda negar…” entonces, él hizo levitar la otra máscara para que volara hasta quedarse frente a la HiME.
“Hannya…” Gotou se tensó.
“Kosuzu-chan, ¿qué tal si te la pones? La he hecho pensando en el tamaño de tu rostro,” sugirió el Rebel, con un tono juguetón.
“Eh, ¿yo?” Kosuzu seguía impresionada, pero su curiosidad pudo más que ella, así que extendió una mano lentamente para tomar la máscara desde el aire.
“Tsk…” sin embargo, Gotou llegó primero y la partió en dos con su tantou.
“…” Hannya se vio impaciente y molesto en lo que veía a los pedazos de su creación caer al piso y desintegrarse.
“Suficiente, Hannya, ¿qué pretendes?” le encaró el Toushirou.
“¿Tengo que pretender algo aquí?” preguntó con un aire insultado. “Sólo le daba un regalo de despedida, para que Kosuzu-chan se fuera obedientemente y por su cuenta de regreso al resto de personas, así tú ya no tendrías que estar a cargo de ella,” negó. “Admitiré que me daba intriga y gracia que una HiME aceptara tan campantemente un regalo de mi parte…”
“¿Eh?” Kosuzu sintió escalofríos. No sabía qué entender de esas palabras, pero sonaba a que por poco cometía algún error.
“Digas la verdad o no, no era necesario que lo hicieras, ya casi llegamos,” dijo Gotou. “Kosuzu podría irse sin necesidad de que la empujes de alguna manera.”
“Ehhh, y-yo…” por su parte, la pequeña HiME se mostró muy insegura.
“Hah, ya ves que no, tendrás que llevarla de la manita~” se burló el Rebel.
“P-perdón…” Kosuzu bajó su mirada, torturada.
“No, no dejes que Hannya te haga sentir mal, es sólo su forma de ser,” Gotou dio un suspiro y le sonrió un poco. “Sígueme.”

El par fue camino hacia la salida. Kosuzu notó que ese Rebel optó por no seguirles y no tomó mucho más hasta que vio las rejas que marcaban el exterior. No era el mismo punto del cual había partido al no ver a Mamizou y los trabajadores esperando noticias, pero de todos modos debía haber alguna puerta cercana.

“Hm…” Gotou miró de un lado a otro. “No hay una salida a la vista, pero debemos encontrar alguna, descuida…”
“Ehm… Purple Ranger-san…”
“¿Por qué me llamas así?” preguntó exasperado.
“¿Qué era lo que el Rebel quiso hacerme…?” preguntó Kosuzu, cabizbaja y con ligero temor.
“Pues… no sabría decirte…” se rascó la nuca y miró en una dirección de las rejas. “Sólo no te fíes de Rebels. El simple hecho que quería entregarte un objeto mágico me dio mala espina, por eso reaccioné así. Perdón si te asusté.”
“Eh, n-no, no fuiste tú, es que entiendo que fui muy descuidada.”
“Bueno, sólo no vuelvas a hacerlo, ¿de acuerdo?” Gotou le sonrió un poco. “Vamos por aquí. Es la dirección opuesta al muelle.”
“Sí,” Kosuzu asintió, un poco más animada.

Al final, no tuvieron que avanzar mucho más ya que vieron a una persona al otro lado de la malla quien se acercó corriendo desde esa dirección. Kosuzu de inmediato se emocionó.

“¡Mamizou-san!” Kosuzu terminó por correr para darle el alcance del lado opuesto.
“¡Aquí estás, Kosuzu-chan!” la mayor apenas pudo agarrar la reja. Ella la estrujó un poco con sus dedos y finalmente se apoyó en la misma para dar un profundo y aliviado suspiro. “Ahhh… qué bueno que te apareciste, tenía miedo que algo horrible fuera a sucederte.”
“Sí, eh, casi lo pasa…” Kosuzu sonrió incómoda y se giró hacia su benefactor, quien había comenzado a irse. “¡Pero Purple Ranger-san me salvó un par de veces y me trajo aquí a salvo!”
“Eh…” Gotou se congeló.
“Ohh…” Mamizou miró al chico y sonrió con cierta ironía y perspicacia. “Buenas noches, joven Power Ranger. Es muy inesperado conocer a alguien quien se cree héroe en un lugar como este.”
“E-ella es quien me llamó así, no soy un ego maniaco,” este se quejó frustrado.
“Ehh, él me ayudó y está herido por mí,” dijo Kosuzu a su superior. “Tenemos que atenderle.”
“No, no, ya dije que estoy bien, más bien tengo que irme,” Gotou agitó sus palmas y comenzó a retroceder.
“¡Pero…!”
“Ohoho~” Mamizou rió un poco. Hizo una breve pausa en lo que sonreía con intriga. “Está bien, Ranger-san, vete cuanto antes. No quisiera que un bienintencionado vigilante como tú se meta en problemas con la policía. Yo me encargo de Kosuzu-chan desde ahora.”
“¿Eh? Pero…” la pequeña tembló.
“Sígueme que te llevaré a la puerta más cercana,” dijo tranquilamente.
“Es que…” fue un pequeño descuido, y cuando Kosuzu volvió a voltearse, el pelimarrón había aprovechado para huir.
“Ya, vamos rápido antes que se aparezca algún orphan por aquí, despierta,” dijo la mayor para espabilarle.

Sin embargo, otro par de personas no tardaron en aparecer. Kosuzu reconoció al policía y además de él hubo un hombre rubio y alto.

“Futatsuiwa-san, me alivia ver que la encontraste,” comenzó Jizou.
“¿Esta es la pequeña?” preguntó Sohayanotsurugi. Este miró a la menor quien se vio algo intimidada, así que el otro le sonrió amenamente. “Oye, oye, tranquila que no muerdo. Yo estoy de tu lado.”
“Qué bueno tenerte aquí por si aparece algún oponente,” Mamizou dio un suspiro. “Vamos a una de las puertas.”
“¡No es necesario!” acto seguido, el energético rubio saltó las altas rejas de un impulso y aterrizó al costado de la menor. “¡Ven, súbete a mi espalda!”
“Eh, s-sí…” se impresionó, aunque siguió sus indicaciones, y de la nada se mareó por dicho gran salto. “¡Waahhh!”
“…” Jizou se preocupó un poco al ver a la menor aterrizar del lado de ellos y casi caerse ni bien Sohayanotsurugi la soltó. Le sostuvo para detener su caída.
“Haha, suficientes aventuras para ti por hoy,” dijo Mamizou con ánimos, pero ella terminó por llevar sus manos a sus caderas. “No quiero ser aburrida contigo, pero realmente corriste un riesgo ahí adentro, querida. Prométeme que no volverás a desobedecer mis indicaciones.”
“L-lo prometo… lo siento mucho…” ella asintió y sus ojos se llenaron de lágrimas, para finalmente abrazar con fuerza a la supervisora.
“Oye…” Mamizou se sorprendió.
“¡Lo lamento! ¡Mamizou-san, yo… yo tuve mucho miedo!” exclamó en pleno llanto.
“Ah, vaya…” la supervisora sonrió frustrada y le dio unas palmaditas en la cabeza. “Ya, desahógate un poco, pero luego tengo que hablar contigo y con las demás HiMEs, ¿de acuerdo?”
“…” Kosuzu asintió un par de veces en pleno abrazo.
“Es un alivio…” Sohayanotsurugi llevó una mano a su nuca con cierta incomodidad. Ver a esa pequeña ahora HiME tan afligida le resultaba un poco contradictorio. Hanasaki arriesgaba mucho al reclutar a niñas inocentes e indefensas.
“Si me permiten…” Jizou miró en dirección opuesta al muelle. “Debemos regresar. Los demás se preocuparán si no nos apuramos, y preferiría no tentar a ningún orphan a atacarnos.”
“Pues espero que estar en un grupo más grande no les aliente a irse contra la malla,” Mamizou asintió y sonrió entretenida. “Eres muy cordial para ser un policía. Tienes toda la razón de decirnos qué hacer.”
“Aun si uno se atreve a fastidiarnos, confío en que le venceré,” el rubio flexionó un brazo y sonrió confiado.
“Usted…” Kosuzu se separó de Mamizou. “¿…quién es?”
“Mi nombre es Sohayanotsurugi y soy uno de los mentores de las HiMEs,” dijo de buenos ánimos y saludándole con una palma. “Ya conocerás a Enmu que es la mentora principal, pero justo yo estuve desocupado ahora y de pasó acompañé a un Key hasta aquí.”
“¿Key?” ella ladeó la cabeza.
“Ahorita te lo explico, pero vamos yendo,” Mamizou le dio un leve empujoncito y los cuatro se pusieron en marcha.




“Heh…” Hannya estaba sentado en la cima de un contenedor. Este sonrió al ver a Gotou aparecerse frente a él. “Bienvenido de vuelta.”
“Es extraño que me hayas esperado,” Gotou alzó una ceja.
“Y extraño también es que hayas regresado donde partimos,” este saltó y aterrizó frente al otro. “¿Ya terminaste de jugar al héroe?”
“Es obvio que tú no crees lo mismo que esa HiME. Apenas nos cruzamos y la protegí de orphans. Es lo que alguien en mi posición haría,” le restó importancia y dio un suspiro.
“Eso lo dudo, la gente no es tan altruista por más que sepan pelear, pero tienes algo de razón,” Hannya se encogió de hombros. “Luego de ver los alrededores y descartar la presencia de civiles, pudiste haberte excusado o escapado por otro rincón en vez de volver a adentrarte a este laberinto. Sin embargo, sigues aquí y caminas directo a un Rebel…” sonrió malignamente. “Tú no has venido sólo para auxiliar a gente. Quieres información, experiencia, respuestas, algo que bien está fuera de tu alcance, pero que tú persigues de todas formas.”
“¿Y?” el Toushirou le miró desafiantemente. “¿Es este el momento en el cual me ofrecerás algún trato, Hannya?”
“Pero si lo es…” dicho esto, aparecieron unas máscaras rodeando al Rebel, las cuales giraron lentamente a su alrededor. “¿Acaso no quisieras portar una de mis máscaras? ¿Ya te habrás olvidado lo que estas podrían significar para ti? ¿El efecto… la libertad… la destrucción de todos tus paradigmas…?”
“…”
“No, por supuesto que no lo olvidarías… si casi logro en derrotarte y reclutarte hace cinco años.”
“Pero ya no soy ese niño débil de aquel entonces. No estoy interesado, Hannya,” afirmó. Gotou le miró con ojos filosos. “¿Cuáles eran tus intenciones con esa HiME?”
“¿Eh? ¿Con esa ilusa?” Hannya borró su sonrisa y se vio frustrado y hastiado. “Ya casi me olvidaba de ella. Sólo pensaba borrar su temor y hacerle caminar directamente a una salida para deshacerme de ella. No me importa lo suficiente para querer lastimarle, sólo esperaba hablar un poco con alguien quien sí me resulta interesante.”
“…” Gotou vio al otro apuntarle.
“Es una gran pérdida en mis ojos que resistas mi propuesta,” Hannya guardó una risita. “…es fácil ver para mí las máscaras que todos traen sobre sus rostros y la pasión que desborda debajo de ellas. Eres una persona herida, rota, intensa… tan intensa que ni tú puedes predecir tus arranques y reacciones, pero a la vez te has impuesto pesadas correas para contenerte. Y también… hay un gran poder humano dentro de ti, uno que puede resultar horrible para la tan restrictiva sociedad, pero tan grande y expansivo que quisiera desbaratar para observarlo expresarse a plenitud,” ensanchó su sonrisa. “…podrías optar por ser una persona a la cual yo consideraría horripilantemente bella y única…”
“Digas lo que digas, tú sólo querías que yo fuera un Rebel,” recalcó Gotou, con leve molestia.
“Pero por supuesto, he ahí la libertad de tanto caos interior como el que traes dentro, pero, siendo sincero…” Hannya dio un suspiro y sonrió rendido. “Tendrás que disculparme, ya que, si bien mi parecer sobre darte otra identidad persiste, en el pasado intenté convertirte a Rizembool para cumplir con órdenes de un antiguo jefe mío…” hizo una mueca de desagrado. “…ser Rebel también habría sido útil para aquel a quien obedecía tan fervientemente, pero ahora soy libre de ese ser, y me alegra no haber llegado a darle otro subordinado más considerando el mal jefe que realmente es…”
“¿Un jefe? ¿De quién hablas?”
“Fuera de que sepas que es la persona que está supervisando los hechos de esta noche…”
“¿Qué?” se sorprendió.
“…no te concierne en lo absoluto. Agradece que alguien como tú no sería de interés para él…”
“Hannya, ¿qué es lo que ocurre?” preguntó con cierta alarma. “¿A qué te refieres con supervisión? ¿Qué es lo que esa persona tiene en mente?”
“¿Y qué podrías tú tener que ver con lo que sucede esta noche para que andes por aquí?” le cuestionó con una pizca de curiosidad, y a la vez un gran juicio en su expresión. “Eres un chico muy impertinente para procurar ser la voz de razón. Podemos dejarlo en que cada emergencia o situación en la vida real tendría a alguien calculando los daños y tomando decisiones…” dijo con fastidio y desaire en lo que acariciaba a sus máscaras que daban vueltas.
“Pero no es tan simple. Hablas sobre detalles de la vida que tú mismo desestimas y presumo que lo dices como burla o una manera de evadir la verdad.”
“Pues no te debo respuestas, y desde ya, sé muy poco sobre lo que ocurre fuera de ser un Rebel que espanta a HiMEs,” Hannya sonrió con ironía. “¿Es por eso que viniste de regreso? ¿Quieres cuestionarme y sacar información de mí? ¡Haha! ¡Casi creía que me extrañabas!”
“Tsk…” se vio impaciente. “Sí pensé en preguntarte sobre todo esto, pero si no quieres decirme, no te obligaré. Vine porque te viste con ganas de seguir conversando.”
“¿Hm? Realmente una extraña razón…” Hannya alzó una ceja. Este terminó por levantar una mano y todas las máscaras que levitaban se fusionaron en una, la cual agarró. Sonrió traviesamente. “Si quieres, romperé mi tabú como Rebel y te diré más sobre lo que ocurre hoy, todo a cambio de que te pongas esta máscara. ¿Qué dices?”
“…” Gotou negó y empezó a caminar. “Olvídalo, veo que no tenemos nada de qué hablar.”
“¿Eh? ¿Tan rápido te rindes?” el rubio se sorprendió y optó por seguirle. “Asumo que sabes que hay orphans y Rebels por aquí. No todos serán pacíficos, y cualquier Rebel podría darte una paliza.”
“Lo sé, ¿por qué lo mencionas?”
“Porque exponer tu pellejo por información que se asemeja a trivia sería una pérdida,” dijo cansadamente. “Como un ser a quien le importan otros, tú sigues siendo pragmático. Eres alguien quien no se responsabiliza de otros, pero sí en demasía de ti mismo.”
“Responsabilizarme de otros y ayudarles son cosas distintas.”
“Eso no tiene que ver con la situación ahora. Quiero decir…” Hannya aceleró para ponerse en su camino y encararle con impaciencia. “…que por algún motivo te sientes responsable de lo que está ocurriendo, ¿no es así? ¿Por qué lo harías?”
“…” Gotou se vio en aprietos.
“Si me dices te diré lo que sé, sin más compromisos.”
“¿Acaso querías llegar a este acuerdo?”
“Sí y me arruinaste la diversión de negociar, no sé qué te tiene tan esquivo,” Hannya rodó los ojos. “Pero si andas cargando con culpa, supongo ello lo explicaría. Pues bien, ¿qué tienes que decirme?”
“…” el otro lo pensó un poco y terminó negando. “Tienes razón, hay algo por lo cual me siento en falta, pero no es algo que puedo compartir.”
“¿Es que no confías en mí?”
“Eso es verdad…” le vio amargarse un poco. Gotou desvió su mirada, incómodo. “Pero no es sólo eso. Es un asunto que no sólo me corresponde a mí y tampoco quiero que otros se enteren… por más ilógico que suene, quisiera más información para resolver mis dudas y tener algo de certitud en medio de esto… eso es todo. No te molestes en entenderme.”
“¿Quisieras alguna prueba de lo contrario, de que tú no eres responsable?”
“¿Eh?” Gotou se confundió.
“¡Haha, eso es lo que suena!” el Rebel se rió. “No diré que eres culpable o no sin saber lo que escondes, pero me gusta la idea de que necesites algo de validación y la idea que eres redimible.”
“Tsk, no se trata de mí, sólo espero que la gente aquí esté bien,” Gotou rechinó los dientes.
“Pues HiMEs y Rebels se aniquilarán aquí o en otro rincón del planeta. Deberías saber mejor que pensar que el mundo gira a tu alrededor.”
“Eso no es…”
“Pero escucha, Gotou,” Hannya acercó su rostro bastante, con una sonrisa maligna. “No hay nada que puedas hacer para cambiar lo que sucede aquí. Ya no podrás ayudar a nadie o parar a los locos que andan peleando ahora o mover un mísero contenedor de los cientos que nos rodean. Acepta que tú estando aquí no cambia la realidad ni tu punto de vista, ni el de nadie más. Hasta para mí no resultas ser nada más que un compañero con quien conversar.”
“¿Qué quieres decir con eso…?”
“Date un descanso y absorbe la realidad y el presente. Ven,” se apartó y apuntó en una dirección. “El borde de esta área con el mar está por aquí. Con suerte tendremos algo de vista al muelle. Deja de correr en círculos. Si no quieres irte, entonces como mínimo quédate a mirar.”
“Yo…” no se vio convencido.
“Heh…” sonrió entretenido. “Si me acompañas, ¿quién sabe? Tal vez me anime a decirte algo más, considerando lo aburrido que estoy…”



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #936: September 29, 2023, 11:26:02 PM »
Uhh... so much... at least I had fun here.

110.7.






“¡AAHHHH!” el orphan corrió para atacar a Reimu, quien saltó hacia atrás y llovió otra tanda de agujas de luz. Algunas le impactaron en las extremidades, las cuales causaron quemaduras.
“Tsk…” Reimu afiló sus ojos. A diferencia de los orphans encontrados en el camino, el presente no perdía movilidad ni fuerza, por más que ya había recibido suficientes impactos como para desvanecerse. A su vez, era tan rápido que no podía descuidarse.

Felizmente, la HiME notó unos rayos de electricidad interponerse ante Hakuzosu, lo cual le permitió retroceder más y ponerse a una distancia segura. Reimu sonrió de costado y levantó un pulgar a Tsubasa y Saki, quienes le apoyaban desde un costado.

“Tenía entendido que los orphans no podían aguantar muchos ataques…” Saki entrecerró sus ojos, frustrada, mientras volvía a conjurar electricidad. El orphan kitsune pretendió ir donde ellas, pero Reimu preparó un fuerte ataque de luz que le evitó cambiar de enfoque.
“Esto no me gusta…” Tsubasa se notaba pensativa. “Entre Hakurei-san y nosotras, estamos manteniendo al enemigo en una especie de jaula y no estamos llegando a lastimarle o debilitarle. En cambio… pareciera que incrementa en furia y velocidad.”
“Un animal salvaje enjaulado no puede subestimarse…”
“…” Tsubasa lanzó otro ataque, pero la electricidad casi impacta a Reimu a la vez. “¡Eh!”
“¡E-estoy bien, descuiden!” exclamó la miko, quien continuó retrocediendo y lanzando una lluvia de ataques al orphan.
“No te preocupes, Tsubasa,” afirmó Saki, quien ahora continuaba con los ataques para frenar al enemigo. “Te falta un poco de precisión, así que ataca por los costados del orphan.”
“…” Tsubasa asintió. “No puedo evitar pensar en Sadamune-kun, cómo le impacté ese día…”
“Tsubasa…”
“Pero…” sonrió decidida. “Si titubeo ahora, sí que no podría mostrar mi rostro ante él. Tengo que mejorar mis habilidades para reparar mi error…”
“Es una forma de verlo…” Saki sonrió rendida. “No apoyo que seas tan perfeccionista contigo misma, pero… si te hace sentir mejor…”



Era desesperante, insultante… Hakusozu no se rendía en sus ataques. Las HiMEs podrían tenerlo en una encrucijada, pero aquellas deshonorables peleadores no prestaban atención a lo más importante, el hecho que él seguía de pie. Para las HiMEs, incluso para los Rebels, pelear, salir heridos y huir para lamerse las heridas era una rutina trivial y dada por sentado.

Mientras tanto, orphans como él vivían y morían a la vez, puesto a que el mundo no les permitía existir ni les brindaba dignidad alguna. Él no tenía valor intrínseco en lo absoluto, ningún lado le guardaba importancia fuera del curioso hecho de ser un orphan con capacidad de razonar, ya que su destino era morir en manos de una HiME.

Y Hakuzosu lucharía y destruiría a todas ellas hasta el día en que ya no pudiera mover un músculo más.

“Tch…” le cayó un rayo que le estremeció y forzó a retroceder más de lo usual. Seguido de ello, vino otra ola de rayos de luz, seguido de electricidad que avanzaba desde el costado mientras impactaba en el concreto.

Calor… empezó a sentir un fuerte y sofocante calor que no era producto de sus quemaduras. Venía desde adentro y empezaba a alcanzar cada rincón de su cuerpo.

“Ahh…” jadeó un momento mientras se agachó y apretó sus puños a más no poder. Se mantuvo quieto y al alcance de los devastadores ataques, pero las HiMEs notaron un aura oscura con ciertos destellos rojos emanar del orphan.

Odio… ira… se estremeció en violentos espasmos que incrementaban su deseo de venganza. Apretó sus dientes, colmillos que querían perforar la yugular de sus enemigos, su piel se erizó en escalofríos que fueron barridos por la incandescencia de su interior…

Quiso destruirlos a todos.

“¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!”

Sus ojos brillaron de rojo y esa oscuridad escarlata le envolvió. De esta, surgió un kitsune blanco gigante. Este saltó para evitar los ataques y arremetió contra Reimu, quien se preparó para más ataques de su elemento. Sin embargo, el orphan esta vez conjuró una potente llamarada de fuego que se expandió a la redonda.

“¡¿Qué?!” Reimu se espantó y tanto ella como las otras HiMEs tuvieron que correr despavoridas para refugiarse detrás de contenedores.

Incluso detrás de los mismos, el calor era intolerable. Reimu tuvo que sacudir una manga ya que esta había agarrado fuego, y cuando pensó que estaba a salvo, el contenedor que la resguardaba fue embestido desde la dirección opuesta. Este fue empujado y a la vez hizo que la miko fuera golpeada por el mismo con gran fuerza.

Ella se cayó y al mirar hacia arriba, vio al orphan en su forma animal parado encima del contenedor a su costado.

“Pudiste haberte mantenido fuera de esto, pero ya no importa…” dijo aquel orphan de manera telepática y con una voz distorsionada. Más fuego se despidió desde su pelaje. “Este juego se trata de quién muere primero…”



Cho corría angustiada entre los contenedores para dar el alcance a las tres HiMEs. Lo sucedido fue observable a distancia, y si dicho orphan era capaz de manipular el fuego a tal escala, sólo ella misma podría hacerle frente.

Recordaba con frustración y amargura las palabras de su Rebel sobre no tener todas sus habilidades desarrolladas, pero no era momento de cuestionarse. Esperaba que la curiosidad mantuviera a Komaeda al margen, ya que este bien podría estar siguiéndole de muy cerca. Vio otra llamarada y a Reimu saltar con las justas para evadirla, pero la pelimarrón se notaba algo desestabilizada por el intenso calor. Una nueva llamarada se extendió expansivamente a lo largo del pasadizo entre dos hileras de contenedores. Reimu se puso a correr, pero no podía evitarla ya que el fuego se expandió más rápidamente que su corrida por los costados. Al verse atrapada, sólo le quedó girarse y observar el fuego estar por darle de lleno…

“¡Reimu!” Cho se abrió paso entre las llamas laterales y logró extender ambas palmas para frenar ese elemento y mantener una especie de burbuja invisible alrededor de ella y su compañera. Siguió un fuego que barrió semejante a una ola de mar y Cho se mantuvo de pie con firmeza hasta que el ataque pasó a través. La peliceleste dio un profundo respiro y miró a Reimu detrás de reojo. “¿Estás bien?”
“S-sí, gracias por eso…” Reimu tragó saliva. Estuvo muy cerca. “Cho, mantente alerta.”
“…” Cho regresó su atención al frente y divisó a un enorme kitsune blanco con ojos rojos brillantes que se acercaba lentamente.
“Salte de mi camino, HiME. ¿No estabas ocupada con tu Rebel?” le cuestionó el orphan telepáticamente, con ira.
“…” sintió nervios. Era más que un orphan fuerte e inteligente. Su apariencia era intimidante y extrañamente majestuosa. Podría tener la categoría de un orphan, pero Cho no dudaba que un ser así bien podría estar al nivel de un Rebel. “…tal vez seas más fuerte que yo, pero no puedo dejar que les hagas daño. Yo…” ella volvió a invocar su espada y se puso en posición de defensa. “…seré tu oponente ahora.”
“¡Eres otra caprichosa más!” exclamó el orphan y llamas de fuego se despidieron violentamente de su pelaje para arriba. Enseño sus colmillos en gruñidos. “¡Ustedes no tienen principios algunos! ¡Esto no se trata de una pelea justa y sólo buscan ganar con tácticas tramposas!”
“…” Cho se confundió por dichas palabras. “No sé a qué te referirás. Estoy aquí para proteger a mis compañeras y daré todo de mí para ello.”
“¿Proteger? ¿Compañeras? Tsk… no sabría qué significa todo eso,” su fuego empezó a incrementar peligrosamente. “¡Como sea, si quieres morir aquí, también lo harás!”
“…” Reimu se preparó invocando luz en sus manos.
“Reimu,” Cho hizo una breve pausa. No creía lo que estaba por decir. “Por favor busca y resguarda a las otras dos primero… luego puedes ayudarme.”
“Espera, necesitas ayuda.”
“S-sí lo necesito…” admitió, sonriendo nerviosa, sin despegar los ojos del orphan. “Pero no sabemos si están bien y podría haber otros peligros. Por favor, hazlo, y apúrate…”
“Tch, demonios…” Reimu apretó los dientes, pero entendió y asintió. “¡Ahora vuelvo!”
“…” Cho casi sintió una ligera inestabilidad y pánico al verse sola, pero apretó el agarre de su espada para recordarse ser fuerte.
“Aruji, no estoy cómodo con tu decisión,” dijo Kashuu dentro de su cabeza.
“Es… el deber de ser una de las senpai…” le contestó, en voz baja, no del todo segura. “Sólo ayúdame como siempre, por favor.”
“Por supuesto, pero puede que estés excediéndote.”

Reimu se puso a correr. Ante su supuesta huida, el orphan pretendió seguirle, pero Cho invocó una llamarada que bloqueó su camino.

“…” Cho corrió para acercarse al orphan, el cual le miró gruñendo. “Creo que ya entiendo lo que dijiste. Lo siento, pero si quieres ir por las demás, tendrás que derrotarme primero.”
“Eres una ilusa si piensas que puedes derrotarme con fuego,” declaró el orphan, con superioridad.
“Lo mismo podría decir… será cuestión de ver quién lo soporta más,” se alistó. Esa bestia poseía un gran cuerpo que lo hacía un blanco amplio, pero a la vez le proveía de fuerza física, por lo cual debía tener mucho cuidado.

Esos hechos no pasaron desapercibidos del orphan, el cual comenzó con una embestida. Cho lo evitó y vio a su oponente estrellarse contra un contenedor al cual abolló considerablemente. Pese al golpe, este no tardó en girarse y continuar con la persecución. Cho hizo brotar un par de llamaradas debajo del suelo del orphan, las cuales entorpecieron su corrida, pero este compartía su misma resistencia al calor por lo cual no tuvieron mucho efecto.

La HiME aprovechó los obstáculos para correr en lo que pensaba con qué otros recursos contaba. Esperaba que Reimu regresara pronto para darle una mano, pero no podía sólo hacer tiempo. Si no se tomaba la amenaza seriamente, podría no haber nadie quien la apoyara al menor descuido.

“¡Has alardeado demasiado para huir así!” le reclamó el orphan en plena carrera.
“…” ello le dolió por dentro. Era muy cierto, pero al menos había logrado desviar el peligro de las demás. Ojalá sus palabras pudieran rendir algo de valor pronto, aunque ni ella misma podía ver cómo lo harían.

Cho intentó levantar más cortinas de fuego, aunque el kitsune podría correr a través de las mismas sin mayores problemas. Este mismo intentó otras llamaradas que la HiME pudo sentir a su alrededor además de bloquear su visión, pero estas tenían un calor tolerable. Era evidente que el desempate surgiría en un combate cuerpo a cuerpo. La HiME podría volver a intentar aquellos géiseres de fuego, pero no tenía la suficiente energía para hacer muchos de ellos y, además de emplearlos con estrategia, debía tener algo más bajo su manga para causar alguna diferencia.

Hakuzosu era también más rápido y estaba pronto a alcanzarle. Este se impulsó para embestirle, por lo cual Cho tuvo que hacer un rápido giro a la izquierda y escabullirse entre dos contenedores pegados entre sí. Enojado, el kitsune frenó al seco y saltó encima de uno de ellos para buscar a la escurridiza HiME. Las llamas resultantes de ambos le dificultaron la visibilidad y no podía detectar movimiento. Repentinamente, notó con el filo de su visión algo elevarse hacia su derecha y procedió a lanzar una llamarada y arremeter, para notar que había sido otro geiser más.

El fuego no se apagaba, por lo cual la HiME se encontraba manteniéndolo, y estas llamas cubrían una gran cantidad de área a la redonda. Hakuzosu intentó regresar al par de contenedores en busca de su oponente, pero no había rastros de ella. Claramente, ese geiser había sido un señuelo para darse tiempo a escabullirse.

“¡Cobarde!”

Acto seguido, el iracundo orphan procedió a embestir a todos los contenedores. Los abolló, logró empujar y movilizar algunos, pero no tenía tiempo que perder. Saltaba de un lado a otro para levantar cada piedra en el camino y dar con esa insultante chica. Era un ambiente demasiado grande y empezaba a impacientarse y desesperarse. Seguramente las otras tres HiMEs no tardarían en aparecer y ponerle bajo una encrucijada.

Ese simple pensamiento le hizo rugir y comenzó a lanzar llamaradas. Sus acciones se volvieron menos calculadoras y dio paso a la ira para ponerse a propiamente atacar contenedores repetidamente que ni se encontraban en su campo de visión. Ese bosque metálico empezó a deforestarse y había las paredes de esas estructuras dobladas, carbonizadas y esparcidas por todo el piso. Por más que se hizo un amplio y visible espacio, el orphan vio que el fuego ya se había expandido a los límites de dicho campo sin haberse dado cuenta. Ciertamente, esa HiME estaba presente y mirándole desde una distancia todavía segura.

“¡Si no quieres pelear contra mí, iré por las otras!” declaró y se puso a correr de regreso al área donde antes había peleado. Sin embargo, un geiser estalló frente a él y le forzó a retroceder. Este sacudió su cabeza ya que había sido impactado por el concreto.
“…” finalmente, Cho ingresó a ese ambiente repleto de metales rotos y cortantes. Pateó uno de los muchos para informar al orphan de su ubicación y se tensó al ver a este girarse de inmediato.
“Aruji, prepárate, está más enfurecido que antes…”
“Lo sé… a ver si esto funciona…” tragó saliva. Lo que hacía era suicida, pero si había estudiado bien el piso, tal vez podría hacer algo.

Hakuzosu corrió hacia la HiME al otro extremo del campo. En ese instante, todas las llamas que habían cegado los límites de su radio de destrucción se barrieron para cubrir los pies de los presentes de manera semejante a una alfombra luminosa. Ello fue algo que el orphan desestimó, hasta que de repente, una de sus patas pisó un filo cortante. Este cogió considerablemente y soltó un alarido de dolor.

“…” Cho se horrorizó. Nunca antes había sentido ninguna empatía por un orphan, pero este no se asemejaba a las bestias sin voluntad que sólo atacaban y destruían. Este sí parecía ser más que su calificativo… o tal vez era la primera vez que conocía un orphan que sí podía expresarse. Su pecho se estremeció ante esa idea.

Sin embargo, no podía darle ningún trato especial. El kitsune se mostró más feroz y luego de fallidamente invocar su propio fuego que no pudo desplazar el de la HiME, persistió en avanzar. Continuó encontrándose con otros estorbos que le lastimaron, pero no detuvieron. Cho no podía dejarle que se acerque mucho, y recordó los escombros que su enemigo estaba pronto a alcanzar, así que concentró su poder.

Estalló otro geiser debajo de la pata delantera del orphan, el cual además de desestabilizarlo, levantó un pedazo de metal lo suficiente para impactarle en ese lado. Ello causó un corte moderado en sus costillas. Al verle de todos modos persistir, Cho cerró sus ojos y otro geiser se levantó al lado opuesto. Habría estallado más lejos del orphan, pero este causó que un trozo más pequeño de metal saliera disparado como una flecha.

El proyectil se incrustó cerca del cuello de la bestia, la cual soltó un alarido ensordecedor. Cho abrió sus ojos a una aún más cruda realidad. Lo que hacía ya no podía llamarse suicida. Sintió un gran disgusto interior por estar torturando a su enemigo. Lo vio sacudirse desesperadamente para quitarse dicho agente agresor y a la vez continuó tropezándose y haciéndose otras heridas al no poder ver por dónde pisaba.

“…” Cho temblaba mínimamente. Terminó por desistir y disipó el fuego que cubría el piso.
“¡Aruji, entiendo por qué lo haces, pero te estás exponiendo!”
“Es que…” dijo con gran duda y bajando su mirada. Ese pobre orphan sangraba mucho.
“¡Alerta, el orphan se está levantando!”
“…” los ojos de Cho temblaron. Ese metal se había zafado no sin causar más sangrado, y el orphan nuevamente afiló sus ojos para correr con torpeza, pero mayor certeza de su camino.
“¡Se acerca, prepara otra explosión!”
“Sí…” Cho apretó sus labios y miró el piso. La visibilidad le servía a los dos y Cho podía ser más precisa con su próximo movimiento… pero al detectar un buen área de objetos punzocortantes, el brillo tenue de los mismos con la luna le congelaron el alma. A pesar de la cercanía del kitsune, ella empezó a dudar sobre lo que hacía. Entonces, su tensión interna con la cual iba a invocar el fuego desapareció.
“¡Aruji, reacciona, no te dejes llevar!”
“…” en vez de ello, Cho empuñó su arma. Aquello no tenía sentido, teniendo una herramienta incluso más filosa de lograr alcanzarle. Entonces, ¿por qué lo hacía? ¿…es que acaso buscaba consuelo y redención por sus acciones en el hecho que podía fallar…?
“¡ARUJI!”

Lo que pareció un ataque certero de parte del orphan fue frenado al último segundo por unos haces de luz que cayeron de lleno en los ojos del mismo. Una vez más, este chilló y se vio forzado a retroceder mientras sacudía su cabeza violentamente.

“…” Cho se quedó en blanco y vio a Reimu pararse al costado de ella.
“No sé cómo lo habrás hecho, pero felicidades por llegar a hacerle pelea,” observó la miko. Esta dio un pesado suspiro. “Ahh… pensé que Youmu era la única que corría kilómetros en segundos. Me tomó una eternidad alcanzarte.”
“Eh, y-yo, eh, lo siento…”
“Olvídalo, sólo decía.”
“¿Y las chicas?”
“Tsubasa y Saki están escondidas cerca de aquí. Pues… Saki recibió parte de la llamarada en un brazo por resguardar a su amiga así que es mejor que ellas se mantengan lejos por ahora, pero están mayormente bien.”
“Ya veo…” continuaba sintiéndose casi desconectada de su propio cuerpo por el susto. “Reimu, muchas gracias por tu ayuda…”
“¡Ahora, Cho, despierta!” Reimu le agarró de ambos hombros. “¡Tenías para al menos huir, pero me pegué un susto al ver que no te movías! ¡Ni parecías lista para pelear con su espada!”
“S-sí, lo siento, es que…” la peliceleste miró hacia el orphan que empezaba a dejar de sacudirse y retornaba a sus intenciones agresivas. No podía culparle en lo absoluto. Realmente Cho no se había planteado que lastimarle causaría ese sufrimiento, por más contradictorio que sonara.
“Debes estar impactada, no sé lo que te sacó de enfoque, pero si tú no te cuidas terminarás por realmente arrepentirlo. ¡Somos un equipo y tenemos que seguir adelante juntas! ¡No pienses que tu bienestar sólo le importa a ti!”
“Tienes razón, Reimu…” Cho sonrió con algo de culpa y todavía no del todo conforme con la situación, pero era un alivio ser recordada que tenía motivos para pelear tan duramente. “Perdón, creo que mucho de esto es nuevo para mí también.”
“Ya no te disculpes, estamos aquí para ayudarnos.”
“Es verdad…”

“HiMEs… miserables… malditas…” la voz distorsionada del orphan resonó en las mentes de las chicas. Ambas le miraron reponerse y jadear. Fuego rodeaba a la bestia. Repentinamente, aquella oscuridad de antes empezó a manifestarse, la cual se mezcló con el elemento.
“Tsk, demonios, ¿acaso tiene otra forma más?” preguntó Reimu, impaciente.
“…” por su parte, Cho llevó su mano libre a su pecho. Esa oscuridad… no, no lo era. Sólo observar esa rara manifestación le dio escalofríos. Fue poseída por un sentimiento envolvente y aterrador, uno indescriptible, pero que al mismo tiempo conocía demasiado bien…
“Cho, ¿qué sucede?” preguntó la miko.
“Reimu, ¿no lo sientes?”
“¿Eh? ¿Qué cosa?”
“Esa sensación de…” negó, cabizbaja. “…no sé, es un tremendo vacío, un temor… mortal…”
“No, no lo percibo…”
“Tch…” Cho soltó su espada y agarró su cabeza con ambas manos. Repentinamente, aquella misma oscuridad empezó a manifestarse alrededor de ella.
“¡Cho!” Reimu se asustó.
“¡No, no puede ocurrir ahora!” la peliceleste entró en pánico y curiosamente corrió en dirección al orphan.
“¡No vayas por allá!”
“¡Reimu, aléjate!”
“¿Qué…?” Reimu estaba paralizada y entonces vio a Kashuu resurgir en forma humana. “¡K-Kashuu, dime qué sucede!”
“Es su capacidad, se está manifestando…” incluso él hacía una mueca de dolor. “Esto puede tornarse peligroso. Mantente lejos, ¡iré a ayudarla!”
“…” le vio correr detrás de su HiME. Conforme Cho se acercaba al orphan, esa rara niebla oscura incrementaba.
“¡Te has atrevido demasiado!” Hakuzosu empezó a generar una gran llamarada en su boca. “¡Te mataré, HiME! ¡Te destruiré! ¡No quedará nada de ti!”
“¡D-detente!” exclamó Cho. “¡Este poder… no sé por qué se manifiesta, pero… nos puede destruir a todos!”
“¡Tú eres quien me ha lastimado y lo seguirás haciendo! ¡Acabaré contigo!”
“¡Lo hice, lo sé, pero ya no quiero pelear!” Cho notó que su visión se hizo como un túnel y se oscureció tremendamente. Empezaba a perder su propia percepción de la realidad y sumergirse en su asfixiante angustia. “¡Vete antes que te haga más daño!”
“¡Aruji!” Kashuu corría a todo dar.
“¡Estás muerta! ¡Tú… todas ustedes… todos los malditos humanos aquí!” dicha oscuridad empezaba a perder traslucidez y a volverse más sólida. “¡Los destruiré a todos!”
“…” el frío incrementaba. Cho casi ni podía sentir sus extremidades. Era como si la cólera del orphan alimentara la intensidad de su peligrosa capacidad. “¡Ya! ¡Suficiente!”
“¡Hasta nunca!”

Hakuzosu terminó de potenciar su llamarada y la disparó, con la HiME estando demasiado cerca. La llegó a envolver del elemento y siguió su ataque con una corrida para asegurarse que esta vez no fuera a escaparse.

Él concretó sus intenciones, su deseo de eliminar a todos, y aceptó por completo aquel odio e impulso destructivo que se apoderaba de él.

Y así… se dio vida a algo fuera de sí mismo.



Fue como si, a partir del miasma oscuro, surgiera una cadena de explosiones. Sin embargo, estas fueron visuales y no desataron daños… no inmediatos, al menos. Reimu pudo ver cómo se hizo una especie de onda expansiva que agrietó y borró franjas en el suelo y los múltiples metales. Se vieron grietas semejantes a las de un terremoto, pero no producto de desplazamiento de materia. Literalmente, rayas de todo material habían sido borradas de la faz de la tierra.

“Tsk…” Kashuu agarró un brazo suyo que acababa de ser parcialmente devorado por la invisible onda de eliminación, y siguió avanzando con más lentitud. Los daños materiales eran los primeros en aparecer, pero la capacidad no sólo era conocida por su peligro a la materia. “Aruji.”
“…” Cho se había vuelto a arrodillar pese al peligro frente a ella, nuevamente cubriendo su cabeza con ambas manos. La HiME empezó a sufrir de cortes pequeños y espontáneos en sus brazos y piernas.

El orphan tampoco fue inmune a la gran potencia de la capacidad. Este también pareció padecer de los mismos síntomas de ceguera y desorientación al detener su ataque. Las llamas previamente invocadas se extinguieron con rapidez y esa miasma pasó a envolver y continuar lastimando al kitsune.

Se oyó otro ensordecedor chillido en lo que la bestia se sacudía sin poder escapar de ese asedio. Era difícil leer sus ánimos en forma animal, pero por su torpeza y desesperación, podría asemejarse al estado paralizado de la peliceleste. La fuerza y vehemencia con la cual se agitaba empezó a disminuir y el kitsune cayó rendido al piso, para entonces evaporarse de regreso a su forma humanoide.

“Ihh…” soltó un alarido. Hakuzosu se apoyaba en sus cuatro extremidades y peleaba duramente contra la gravedad y esa energía negativa. Continuaba con su gran ira hacia los humanos, pero a su vez, cada vez más caía en la misma desesperación y miedo mortal que había neutralizado a su oponente. No sólo era un sentimiento… realmente percibía que esa fuerza desconocida estaba por tragarle por completo.
“Aruji,” Kashuu alcanzó a Cho y se arrodilló al costado de ella. Le agarró de un hombro. “Tranquila, por favor. Si recuperas la calma puede que desaparezca.”
“Kashuu…” Cho lloraba a través de la comisura de sus ojos cerrados.
“Mírame, estoy aquí,” insistió y vio a su ama abrir los ojos y tardar un poco en enfocar su visión.
“Eh…” Cho se sorprendió. “¡K-Kashuu, tu brazo!”
“No te preocupes por eso,” este sonrió con torpeza y comprensión. “Soy tu arma y me regenero con tu magia, pero tú no puedes hacerlo, así que intenta tranquilizarte.”
“Hi…ME…” Hakuzosu se levantó como pudo, aunque se mantuvo agachado por sus múltiples heridas. Este apretó los colmillos y alistó sus garras.
“…” Cho le observó con angustia. Ya como humano, era un niño en grave estado de salud y con una ira entendible dirigida a su agresor. Además de ello, ahora podía percibir que el orphan compartía su mismo miedo a morir…
“Tú eres quien ha hecho esto. Te destruiré, ¡te mataré!”
“Tsk, ¿no ves que tu agresión ha desatado esto?” le preguntó Kashuu, agarrando a su HiME y encarando a la bestia con fastidio. “No hay punto de pelear ahora. Si valoras tu vida, huye antes que esto se ponga peor.”
“¡Cállate! ¡Cada uno de ustedes son iguales! ¡Son unos miserables que hablan de justicia o razón y al final sólo lastiman a los demás!” empezó a avanzar a zancadas. “¡Huir no es una opción para seres como yo! ¡Y nunca caeré! ¡Si me matan aquí, resurgiré y les asecharé! ¡Aun si tenga que convertirme en un orphan sin razón y en un monstruo que muera una, y otra, y otra vez, no pararé hasta vengarme de ustedes!”
“…” Cho quería suplicarle que parara por temor a otra fuerte onda de descontrol, pero no tenía palabras que decirle. Realmente se sentía como una terrible persona por haberle lastimado tanto. Ella vio que Hakuzosu fue alcanzado por un haz de luz proveniente de Reimu que le quemó y casi le hace caerse, y en represalia, Hakuzosu invocó una llamarada cerca de la otra HiME que le obligó a retroceder.

Ante la nueva agresión, ese orphan volvió a estar rodeado de más miasma destructivo. Cho también sintió grandes mareos y su visión se oscureció.

“¡AAAAAHHHHHH!” el kitsune intento adelantarse al nuevo ataque de dicha fuerza y saltó para atacar a la HiME. Kashuu la resguardó por más que con la ausencia de un brazo no podía tomar otra acción. Dicha energía oscura continuaba incrementando…







En ese instante, un fuerte y amplio haz de luz y oscuridad se abrió camino en medio del campo destruido e impactó al orphan de costado para enviarlo a varios metros de distancia.

“…” fue como si aquel ataque hubiera también barrido con todos sus males. Cho dejó de sentir aquella abrumadora fuerza y su visión retornó a la normalidad. No fue un hechizo o el efecto secundario de algún poder. La HiME reconoció esa mezcla de poderes opuestos como la indiscutible presencia de una persona, y el mensaje que se encontraba a salvo…

Roxas llegó corriendo a gran velocidad. Él desapareció sus dos keyblades para agacharse y atender a Cho.

“Oye, ¿te encuentras bien?” le preguntó, visiblemente preocupado. Él se sorprendió cuando Cho inmediatamente le dio un abrazo. “E-eh…”
“Sí, sí, gracias por venir…” dijo en lo que unas lágrimas se le escapaban.
“…” por su parte, Kashuu se puso de pie y desvió su mirada. Este notó que su desaparecido brazo empezó a regenerarse. Al menos aquel descontrol se había terminado.
“Tienes demasiados cortes, ¿cómo así?” Roxas ayudó a su hermana a levantarse y entonces se alarmó ante el estado del área. “Espera, ¿qué pasó aquí?”
“M-mi capacidad se manifestó un momento…” dijo la HiME, con torpeza y todavía su cabeza dándole vueltas. “Es… normal que suceda esto, sólo ha sido un tiempo…”
“…” Roxas pasó a agachar su mirada, incómodo. “Es verdad que no puedes controlarla. Lo había olvidado, perdón…”
“¿De qué te disculpas?” Cho se confundió y pasó a sonreír ampliamente. “Estás aquí conmigo.”
“…” el otro le miró y terminó por asentir y sonreír. No sería como el pasado. “Sí, es verdad.”

El rubio repentinamente se giró ante el más mínimo movimiento del orphan que se levantaba con más pesar. De inmediato invocó sus keyblades.

“E-espera…” Cho quiso detenerle.
“Cho, no puedes pretender ser amable con ese orphan. Sin importar cómo luzca, este intentó matarte,” declaró Roxas, entrecerrando sus ojos hacia el enemigo.
“Pero, ¿acaso deberíamos matar a un orphan humanoide como ese?”
“Si es necesario…”



“…” Hakuzosu temblaba mientras intentaba pararse. Pese a la distancia, podía identificar bien a su nuevo enemigo. Este no era una HiME y no sólo por su género o rol… esos ojos y el porte eran los de un guerrero que no titubeaba ni pretendía ningún ideal o mensaje. Se parecía más a los propios secuaces de su jefe… ese sí que no dudaría en destruirle.

Rechinó sus colmillos y se preparó mentalmente para ver cómo pelear… pero, entonces, oyó un quiebre en su cuello. Se sorprendió y llevó una mano al mismo, para recibir los pedazos de su collarín que acababa de ceder ante todo el abuso recibido. Estaba desposeído de ese constante recuerdo de su deber y sus superiores…

Estaba libre…

Por un instante, se estremeció con un gran temor a la incertidumbre. Un peón y ser inferior a los humanos como lo era él no tenía opciones de salirse de su rol y de lo esperado. La ausencia del collar le hacía más difícil imponerse las indicaciones, pero… a su vez presentía que estaba en su lecho de muerte si no optaba por huir.

Y, sin embargo, temía los horrores que le esperarían en vida si volvía a intentar rebelarse contra Rizembool…

“Tsk…” apretó esos pedazos de su collar y tembló de cólera. Ambos lados se reirían de su predicamento y no importaba la decisión que fuera a tomar.

Al menos… tal vez… podría huir y no darle el gusto a esa detestable HiME de acabar con él…

Y quizás sí quería probar si podía sobrevivir esa noche…

Acto seguido, su instinto de supervivencia reemplazó toda idea de aniquilar a sus oponentes. El kitsune optó por huir lo más rápido posible y se perdió entre los múltiples contenedores.

“¿Eh?” Reimu también se sorprendió al ver al orphan huir tan repentinamente. Habiendo estado herido, pudo haberlo intentado desde mucho antes, así que le parecía extraño. Luego de notar que no había peligro restante, se acercó al par de hermanos. “Qué alivio verte aquí, Roxas. Nos has ayudado un montón.”
“No, no he hecho nada, acabo de llegar. ¿Estás bien, Reimu? Tus ropas están un poco quemadas.”
“Es más un milagro que no haya recibido ninguna quemadura seria a estas alturas,” dio un suspiro. “Por cierto, no sabía que controlabas la luz. Podrías ayudarme a entrenar.”
“S-sí, podemos discutirlo en otro momento…” dio un suspiro exasperado. ¿Acaso era el único cuerdo por no bajar la guardia? Si las HiMEs se distraían tanto en plena misión, no evitaba preocuparse por ellas. “La señora que les trajo aquí me explicó lo que ocurre. Asumo que este orphan les interceptó antes que llegaran al muelle.”
“Eh, también fueron mi Rebel y el de Youmu…” Cho asintió.
“Pues…” el Key miró a la redonda para descartar los enemigos. “Les puedo ayudar y distraerlos para que busquen a las otras HiMEs…”
“Ah, sería una gran ayuda,” Reimu asintió. “Entre Youmu y tú pueden hacerles frente…”
“…eso es lo que quería decirles, pero…” Roxas negó y miró a su hermana. “Te harás la fuerte, pero es evidente que sigues impactada por tu descontrol. También han venido con HiMEs menos experimentadas. Preferiría que tú las llevaras contigo para que estén a salvo.”
“E-espera,” Cho se sorprendió y negó alarmada. “No hay forma, tengo que ayudar a las demás.”
“Lo entiendo, pero corres un gran riesgo, y si has sufrido un descontrol contra un orphan, quién sabe lo que podría ocurrir ante un mayor peligro o incertidumbre.”
“Pues…” la peliceleste ni podía hacer alguna afirmación sobre su descontrol. Por experiencia, esos episodios no ocurrían consecutivamente, pero tampoco se sentía del todo segura de saber lo que hacía o tener el control necesario para mantenerse estable. “A-aun así, si yo fuera a excusarme y Youmu y tú se quedan para apartar a los Rebels, sólo quedaría Reimu para avanzar por su cuenta.”
“Ehm, no quiero decir que no me atrevo a seguir adelante, aunque…” Reimu frunció el ceño, con fastidio y algo de nervios. “Sí es mucho pedir para mí a estas alturas…”
“Pero…” Roxas bajó su mirada, meditativo.
“Estaré bien, de todos modos, vas a estar cerca, y sin distracciones las HiMEs nos podremos ayudar mutuamente,” Cho asintió y sonrió incómoda. “Sé un poco paciente conmigo.”
“Todavía están las otras dos HiMEs,” insistió el Key. “¿No podrían llevarlas a salvo antes de continuar avanzando?”



“Realmente hubiera querido escuchar eso antes, pero…” Saki se hizo oír. Ella acababa de llegar acompañada de Tsubasa. Dio un suspiro antes de continuar. “Nuestras senpais han tenido una pelea demasiado riesgosa para protegernos y pedirles que hagan un gran desvío por resguardarnos sería más que egoísta de nosotras. Al menos no les seré un estorbo.”
“Esta situación se complicará más si no buscamos a nuestras compañeras para huir todas de una vez,” Tsubasa asintió, decidida. “Tal vez no estemos listas para hacer mucho ahora, pero necesitamos priorizar esta misión, por la seguridad de todos por encima de la nuestra.”
“¿Cómo están chicas?” preguntó Reimu. “Saki, tu brazo está un poco lastimado, ¿estás segura?”
“No estoy en peor forma que ustedes, definitivamente,” ella asintió solemnemente. “Terminemos con esto de una vez, así ya todos estaremos fuera de peligro.”
“Sí, pienso lo mismo,” Cho asintió. En ese instante, el grupo vio a Youmu acercarse corriendo donde ellas.
“…” la peliblanca se tomó un momento para mirar con ligera inquietud el desastre que les rodeaba. “La han tenido difícil. ¿Esto es obra de ese orphan?”
“Eh, en su mayoría…” comenzó Reimu.
“Tuve algo de descontrol, pero estoy bien,” agregó Cho. “Felizmente te ves bien, Youmu.”
“Ese Rebel no me está tomando en serio. Lo dejé de ver y temí que haya venido por ustedes, pero parece que no es el caso,” dicho esto, se giró a Roxas. “Es un alivio verte por aquí, nos puedes ser de gran ayuda.”
“Tus compañeras me han dicho lo que sucede. Pensaba ayudarte a enfrentar a los Rebels mientras ellas avanzan,” dijo Roxas.
“Estoy de acuerdo, pero, los Rebels…” comenzó ella.
“Parece que sí ha venido por nosotros…” dijo Kashuu, mirando fijamente en una dirección.

Todos se alertaron y le imitaron, para ver a Izuru abrirse camino entre unos contenedores. Aquel Rebel se detuvo tranquilamente a distancia.

“…” Izuru los miró fijamente.
“¿Qué pretendes?” Youmu se puso en posición de ataque. “No nos agarrarás con la guardia baja.”
“Pude haberlo hecho, de haber querido hacerlo…” dijo con su voz vacía. Sin duda resultaba alguien intimidante y que alertaba a sus oponentes casi al punto de agresión. Este se giró muy lentamente para encarar a Cho.
“…” esta se sorprendió y vio a su hermano ponerse por delante de ella.
“Hay temas que todavía desconozco, HiME, y que no comprenderé con un mero acontecimiento como el que acabas de demostrar…”
“Eh…” ella tragó saliva. No envidiaba a Youmu por tener que encarar a aquel ser tan desconcertante.
“Cho no te debe ninguna explicación,” declaró Roxas.
“Eh, Roxas…” comenzó Cho, dubitativamente. Por más intimidante que pareciera, ese Rebel no parecía tener intenciones bélicas.
“Hanasaki carece de los estudios y la ciencia que pueda explicar aquello que hace a las HiMEs funcionar, al igual que sus propios poderes…”
“…” se incomodó. Debía estar refiriéndose a su descontrol…
“En particular, no comprendo la naturaleza de los Child…”
“¿Child?” Cho ladeó su cabeza. ¿De dónde salía eso?
“¿Hasta qué punto una HiME es propietaria de su Child? ¿Cuánto de lo que dicho ser hace podría considerarse su responsabilidad?” preguntó directa y fríamente, con sus ojos rojos brillantes perforando los de la HiME que encaraba. “Existe un vínculo de una HiME con su Child que no se asemeja a los otros poderes. El concepto humano sugeriría que es una conexión fuerte, no obstante, comprendo ahora que es un poder demasiado desligado al de una HiME y que podría funcionar en su contra, de tratarse de un Child no compatible en lo absoluto.”
“¿P-perdón?” Cho estaba en blanco.
“Aquella parece una verdad indiscutible. Desde tu punto de vista, ¿qué es lo que piensas?”
“Y-yo…” sinceramente no entendía el porqué de aquel tema. Desvió su mirada, insegura. “Lo de un Child siendo un poder desligado… como un ser aparte a la HiME, tiene sentido lógico, pero yo no soy quien pueda decirlo…”
“¿Por qué no podrías serlo?” Izuru frunció el ceño, con una mínima impaciencia. “Es por observar tus poderes que he llegado a esta conclusión…”
“Yo no… nunca he tenido un Child bajo mi control y no ha regresado ahora que soy HiME tres años después…” le dolía admitirlo ante un oponente, pero lo menos que podía hacer era retornar esa ‘pasividad’ a un enemigo poderoso. “No sé cómo podría inspirar respuestas a partir de un descontrol de mi parte. Los descontroles no hablan en lugar de todas las HiMEs tampoco.”
“Entonces no lo sabes…”
“…” no lo sabía, no tenía las respuestas… si es que eso era lo que Izuru quería decir…
“Oye tú,” Kashuu dio un paso adelante hacia el Rebel. “Mi aruji ya ha sido muy paciente contigo. No sé qué buscas con tus preguntas, pero la has inquietado suficiente.”
“¿Dirías que tu HiME es una persona en busca de respuestas sobre sí misma?” preguntó Izuru, inmutado y mirando al arma desde arriba.
“Tch, lo será, pero no encontrará respuestas algunas a partir de un Rebel instigador como tú.”
“…” ese Rebel le miró un poco más y terminó por cerrar sus ojos, en una extraña señal de resignación e indiferencia. “Qué aburrido…”
“Oh, más bien…” Komaeda entró a la escena no muy lejos de Izuru. A diferencia del lúgubre Rebel oscuro, el peliblanco parecía animado e inspirado. “Debo agradecer tus observaciones, Kamukura-kun. Cho está en búsqueda de su fortaleza y yo quiero ayudarle en su deber, así que lo consideraré debidamente.”
“Komaeda…” Roxas afiló sus ojos. “¡No creas que volveremos a confiar en ti! ¡Tú no buscas ayudar a mi hermana!”
“Parece que no eres capaz de entender mi punto de vista, es una lástima,” Komaeda se mostró algo decepcionado. “Me preocupa que la sobreprotejas. Cuando llegaste, la sacaste de su descontrol, pero puede que a partir del mismo algo interesante o útil vaya a salir, como las valiosas observaciones de Kamukura-kun. ¿No lo crees?”
“…” Cho se impresionó, aunque a la vez, no le sorprendía mucho saber que, efectivamente, su Rebel estuvo demasiado entretenido con la pelea del orphan como para unirse a la misma.
“¡No hay forma que confíe en ningún Rebel!” declaró el Key, invocando ambas keyblades. Apuntó a Izuru con una. “Todavía no te he hecho pagar por el desastre que causaste en mi casa.”
“Si bien entiendo, ya no es tu casa…” dijo Izuru, inmutado.
“Tsk…” era un buen punto.
“Si te preocupas por el estado de mi casa, te aseguro que atesoro los restos de aquella pelea que están vívidamente impresos en la fachada…” comenzó Komaeda, amenamente.
“¡Cállate!” exclamó Roxas. “Ustedes se han ensañado demasiado con las HiMEs. Ahora yo seré su enemigo.”
“… Youmu asintió y se preparó al costado del mismo. “Ahora la tendrán difícil, Rebels.”

De repente, Izuru se movió con rapidez. Sin embargo, Roxas llegó a interceptarle antes de alcanzar a las HiMEs detrás de sí mismo. Luego de otro par de intentos de emboscar a las HiMEs, Izuru volvió a hacer distancia.

“…” Izuru afiló sus ojos. “Eres fuerte…”
“Y tú rápido…” Roxas volvió a alistarse. “Pero te toca a ti ser emboscado.”
“…” Youmu se movió con suma rapidez al otro lado de los Rebels. “Ninguno de los dos las alcanzarán. Tendrán que derrotarnos primero.”
“Definitivamente no creo que una escoria como yo sea capaz o digno de derrotar a la HiME de Kamukura-kun, pero voy a entretener tu dedicación,” Komaeda asintió. “Y auxiliaré a mi compañero conforme sea necesario…”
“No necesito ayuda,” sentenció Izuru, quien se puso a pelear por su cuenta e ignorando al otro. De inmediato, Roxas y Youmu respondieron a sus ataques.
“Ah…” el peliblanco dio un suspiro. Pese a quedarse atrás y saber que su compañero no lo necesitaba, no iría a dejarle sin ayuda.

Ello sirvió para que los demás presentes pudieran continuar con el camino. Finalmente serían capaces de alcanzar el muelle…



Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #937: September 30, 2023, 02:42:07 PM »
Ahorita edito con topes owo







La mañana se pasó rápido gracias al entrenamiento del equipo de vóley y la clase de medios audiovisuales que ocupó su horario hasta la una de la tarde. Su rutina no presentaba ningún evento fuera de lo común a excepción del primer ensayo del club de canto en un par de horas… lo que causaba cierta disonancia en su interior. Era inevitable comparar los sucesos del fin de semana con esta vida tan tranquila y libre de incidentes que acababa de retomar desde el lunes: Eureka no podía dejar de lado aquella necesidad de buscar respuestas y esclarecer lo que había ocurrido la noche del sábado.

Sumida en sus divagaciones, el día se pasó en un santiamén y así, también, el ensayo que tanto había esperado: estaba tan preocupada que ni tuvo energías para indignarse por la presencia de Kokichi y la sutil forma en que la retaba a participar y dejar de lado su rol de asistente. Para su suerte, la hora y media de práctica llegó a su fin y Madara los despidió con la promesa de retomar la clase el sábado.

El idol era, sin duda, una de las personas más admirables que Eureka había tenido la chance de conocer: tal parecía que era bueno en todo lo que se proponía, porque en medio de todos los desastres del fin de semana, Madara había dictado una clase excepcional. A diferencia de la HiME, él había encontrado la forma de suprimir sus emociones para darle prioridad a sus alumnos y así poder aprovechar al máximo el tiempo que pasarían juntos ese día. Los ejercicios vocales y respiratorios ayudaron a que varios se soltaran y pudieran mejorar su entonación. Muchos habían logrado un progreso extraordinario para una primera clase.

Mientras arreglaba sus cosas para retirarse, Eureka observó de reojo cómo Kokichi se despidió de un grupo de chicos del club y dio los pasos necesarios hasta llegar a su posición.

“Yooho, Eureka-chan~ Siento que recién pisas tierra.”
“…” La HiME se aguantó las ganas de mentarle la madre. No estaba de humor para las bromas pesadas de su rebel.

Espera.

¿Y si Kokichi sabía algo sobre la misteriosa figura que estuvo a punto de matarla el sábado? Madara había dicho que era un rebel, pero Eureka recordaba la advertencia que Miranda le dio aquella vez que conversaron luego de la propuesta del club de canto. La rectora le había advertido sobre la presencia de orphans que rondaban por la ciudad todas las noches. Kocho, la entrenadora que había querido asignarle, había formado un grupo élite de exKeys y exHiMEs para encargarse de aquel peligro… pero tendría sentido que hubiera dejado pasar por alto el territorio de los yakuza.

Y aunque habría sido jalado de pelos pensar en orphans humanizados hace varios años… ahora, con entes como Beowulf, sonaba como algo del día a día.

“Kokichi…” Eureka lo observó. “¿Estás libre?”
“Nop~” Canturreó él. “Si quieres invitarme a salir, te costará muchísim—”
“¿Qué dirías si te invito un tazón de ramen XL?”
“…Mm…” El rebel se mostró pensativo. “Depende. ¿Quieres seducirme? ¡Porque yo no soy como el resto! ¡Yo soy una chica de gustos muy finos!”
“…” Eureka optó por ignorar sus pachotadas. “Sé que nunca te han interesado los bandos. Tu prioridad son tus propios intereses… Y eso me conviene en estos instantes. Ya hemos formado un pacto hace un tiempo… Y ahora no necesito nada grandioso. Solo quiero un poco de información.”
“Supongo que no piensas comprarme solo con ramen.” Kokichi sonrió de lado.
“…No sé qué otra cosa te interesaría, pero estoy dispuesta a hacer lo que me pidas. Claro, solo si me das la información que necesito.”
“Eh. Está bien~” Kokichi asintió, cruzando los brazos detrás de su nuca. “Admito que ando muy aburrido y solo por eso te haré el favor. No me gusta verte tan triste y preocupada… Si te fuera a retar a una batalla, sé que tu rendimiento dejaría mucho que desear…” Lamentó, fingiendo un llanto. “¡Y eso es lo último que quiero!”
“…Sí. Bueno. ¿Vamos por el ramen?”
“Tendrá que ser mañana.” Kokichi le guiñó un ojo. “Te dije que ahorita estoy ocupado. Mándame un DM por Insta y coordinamos.”
“Yo no te tengo en Insta—”
“¡Qué horrible! ¿Dónde quedaron los buenos modales? Tu key me sigue… ¿¡y tú no!?”
“…Te sigue porque le dijiste que le reducirías la deuda si lo hacía…”
“Sí, es cierto~ Y ahora tú lo harás por el favor que te haré~”
“…” Eureka suspiró. “Parece que voy a tener que deberle mil cosas a la gente a partir de ahora.”
“¿Eh? ¿Piensas pedirle ayuda a alguien más? ¡INFIEL!” Y la señaló, indignado. “¡Pensé que lo nuestro era especial!”
“…Bueno, no tengo por qué contarte más. Ya mañana hablamos mejor.” Eureka le dio un par de palmaditas en el hombro. “No puedo creer lo que voy a decir, pero… Gracias, Kokichi. Supongo.”
“Ay, qué lindo se siente ver cómo te tragas el orgullo pese a todo~” Kokichi la imitó, pero sus golpes fueron un poco más fuertes de lo esperado. “Nos vemos~ ¡Recuerda mandarme el DM o me olvido!”
“Sí, sí…” Eureka suspiró.

Kokichi le ondeó la mano y caminó hasta quedar en la línea de mirada de Madara, de quien también se despidió. Al cabo de unos instantes, el salón de ensayo se libró de la presencia irritante de su rebel, y Eureka al fin pudo exhalar tranquila.

Para ese entonces, solo quedaban algunos miembros del club que conversaban entre ellos a unos metros de su posición. La gente que conocía ya se había ido: Ryoji había sido uno de los primeros en retirarse, Minako lo siguió al rato y Sheryl desapareció en algún momento de su conversación con Kokichi.




Eureka se acercó a Madara para despedirse, y le sorprendió que su expresión se tornó un poco cansada al cruzar miradas con ella.

“Lo siento.”
“¿Por qué te disculpas, Eureka-san?” Le preguntó el idol, confundido. “No has hecho nada malo~”
“Lo digo… Por el fin de semana, supongo. Está claro que no vas a regresar a la normalidad al menos en un buen tiempo. Y me siento culpable por ello…”
“Insisto, no has hecho nada malo.” Madara le sonrió. “Yo fui quien te pidió ayuda.”
“Entonces es peor…” Su expresión se entristeció. “Siento que no sabes cómo lidiar con los sentimientos de culpa.”
“Al igual que tú. Pero compartimos el mismo problema. Solo queda recordarnos mutuamente que no logramos nada con darle vueltas a ese asunto.”
“Tienes razón. Aun así… pienso buscar información sobre el enemigo.”
“No creo que sea atinado. Lo mejor sería dejarlo ahí…” Madara bajó su voz al ver de reojo al grupo de chicos que aún permanecía dentro del salón conversando. “Deberíamos agradecer que salimos con vida de allí.”
“Lo sé, pero necesito respuestas… Y no quiero que vengan de ustedes. Ya los hice pasar por mucho.”
“…” Madara rio. “Me gustaría convencerte de lo contrario, pero sé que eres igual de terca que yo. Está bien. Solo espero que tengas mucho cuidado.”
“Lo prometo.” Eureka le sonrió. “¿Te gustaría pasar lo que queda de la tarde conmigo? ¿Estás ocupado? Al final no tuve tiempo de juntarme contigo antes del ensayo…”
“Estoy libre por una hora. De ahí tengo que ir a NewDi para reunirme con el presidente.”
“¿Eh? ¿Lo conoces?” Eureka lo observó, curiosa.
“Oh, sí. Es un tipo increíble.” Madara sonrió. “Es de nuestra edad, de hecho. Muy admirable.”
“Wow… Siempre pensé que los directivos de las agencias bajo ES eran los típicos viejos ricachones que solo dan plata y esperan que sus subordinados se encarguen de todo.”
“Ese es el caso de Rhythm Link, hasta donde tengo entendido. NewDi es la agencia más nueva de las cuatro principales… Y el presidente me agradece un montón continuamente porque soy uno de los cantantes que han impulsado el nombre de New Dimension más allá del país. Aún sigue siendo un poco novata en varios aspectos, pero ha crecido un montón en estos últimos tres años.”
“¡Qué genial! Me alegro mucho por ustedes.” Eureka sonrió. “Espero que les vaya aún mejor a partir de ahora.”
“¡Gracias! Yo también~ Siento que la colaboración con Nejire-san nos impulsará aún más~”
“¡No puedo esperar al estreno!” En ese mismo instante, recordó su participación en el videoclip y la alegría en su rostro se convirtió en puro horror. “…Retiro lo dicho. Puedo esperar. Ojalá nunca salga…”
“Hoho~ Creo que es un poco tarde para arrepentirse, Eureka-san.”
“…Tal vez tienes razón.”
« Last Edit: September 30, 2023, 02:45:07 PM by Eureka »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #938: September 30, 2023, 09:47:20 PM »
Debo todoooo



Sayi observó el pie de limón que la mesera acababa de traerle descansando frente suyo. Normalmente atinaria a enterrar su tenedor y disfrutar de lo agridulce de su pastel favorito, pero las palabras de Soujirou le habían dejado impresión suficiente para quitarle el apetito.

A su costado, Hige había adoptado una compostura más noble, con la mirada concentrada en las personas transitando a las afueras del local. Como si esperara la llegada de la amenaza que acababan de discutir.

Luego de semanas de pesadillas, finalmente sus demonios tenían nombre nombre: Claire Stanfield.

Pero poca era la calma que le traía tras la sentencia que balanceaba encima suyo.

“Dos meses” repitió Sayi para si misma, levantando su vaso de agua. Pero tan rápido como lo levanto, hizo que volviera a descansar en la mesa, sin siquiera rozar sus labios.

Soujirou observaba en silencio la reacción de su ex-HiME y su Child. Un duo animado y jovial… la moral había sido llevaba a suelo ante la inminente amenaza de un Rebel sin escrúpulos alguno.

Parte de él se lamentaba de haberles quitado la usual alegría, pero peor hubiese sido la alternativa.

“Eso fue lo que me dijo, y no tengo motivo para pensar lo contrario”
“Señor ex-Rebel” intervino Hige “¿Por qué nos esta diciendo los planes de Rizembool? ¿No tendría que estar conspirando con ellos?"
"No tengo motivo ulterior para decirles. Simplemente me parece es lo correcto, considerando la relación que tengo con Sayi"

Hige prestó su espalda contra su asiento, con ningún ápice de darle confianza.

"Si hablamos de 'honor de Rebel', me convendría más que mi ex-HiME derrote a su nuevo Rebel, a diferencia mia, que no llegó realmente a derrotarme?
"¡Ahá! ¡Es por orgullo!"
"Podría ser, pero lo dudo" dijo Soujirou, levantando su taza de té "Soy más que el Rebel que fuí hace tres años. Y si soy sincero, no quiero que Sayi muera"

La pelirrosa observó a Soujirou tomar un largo sorbo de té. Si era sincera consigo misma, no se trataba que viera a su ex-Rebel como un amigo. Tampoco era un enemigo, ni tampoco alguien indiferente, y lejos de ser un ajeno a su vida.

"Gracias por avisarme, Soujirou" dijo Sayi. Su ansiedad se encontraba a tope, pero mejor era estar atenta a sus alrededores que ser tomada por sorpresa.

Llamó a la mesera y se disculpo por pedirle un envase para llevar. Quizás una de sus las otras HiMEs aceptarían comerse el pastel por el que había pedido todo apetito.

"¿Hay algo que pueda hacer?" le preguntó su Rebel.

Tanto Sayi como Hige se sorprendieron ante el súbito ofrecimiento, algo muy fuera de lo usual, proveniente del Rebel.

"Gracias... pero creo que has hecho más que suficiente con avisarme. No querría que te metas en problemas"
"¿Qué planeas hacer, entonces?"

La pelirrosa cruzó miradas con Hige. Ambos compartían el mismo nerviosismo con toques de valentía, pues ninguno de los dos estaba dispuesto a dejarse vencer sin luchar.

"Averiguar más sobre él, y prepararnos para estos dos meses" dijo Sayi "No nos queda de otra"

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #939: September 30, 2023, 10:00:59 PM »
Hoi hoi vengo con fic:

La noticia de la llegada de Jerrica Benton, más conocida como JEM, al concierto de aniversario de Trigger y el debut de Tsubasa Kazanari como solista, era un golpe de suerte para el concierto de aniversario del grupo. Todos estaban emocionados por tener a una leyenda de la música en el escenario con ellos. Gaku, en particular, se sintió agradecido por la presencia de su amiga que también estará en un momento tan especial de su vida el cual es su matrimonio con Belldandy.

Después de las efusivas bienvenidas y los abrazos, todos se sentaron alrededor de la mesa de reuniones, ansiosos por escuchar los detalles de la colaboración. Kaoru, con su característico sombrero, parecía particularmente emocionado por la noticia.

—Esto es increíble, Kaoru —exclamó Ryuu—. Tener a JEM en el escenario con nosotros será un evento inolvidable. ¿Cómo lograste convencerla de unirse a nosotros?

Kaoru sonrió misteriosamente y compartió la historia de su amistad con Jerrica desde que eran jóvenes. Había un lazo especial entre ellos que trascendía la música y los escenarios. Gaku asintió con agradecimiento.

—Ha pasado mucho tiempo, Jerrica, pero siempre es un placer verte —dijo Gaku con una sonrisa sincera—. Y gracias por tus felicitaciones. Definitivamente te tendremos en cuenta para el papel de madrina cuando llegue el momento.

Las bromas y risas llenaron la sala mientras todos se relajaban en compañía de JEM. La peliazul, Tsubasa, se sintió un poco nerviosa al principio, pero el carácter amistoso de Jerrica la hizo sentirse cómoda de inmediato. Recordó el día en que la conoció en casa de los Tsukinaga y cómo Jerrica había dejado una impresión duradera en ella.

—No seas tan formal, Tsubasa. Llámame hermana Jerrica. Siempre me ha gustado la gente joven y talentosa como tú. Leo me ha hablado mucho de ti —dijo Jerrica mientras acariciaba los cabellos de Tsubasa.

Tsubasa sonrió tímidamente, sintiéndose halagada por las palabras de la leyenda de la música. Después de todo, JEM había sido una influencia importante en su carrera artística.

—Es un honor conocerla, hermana Jerrica. Estoy emocionada de tener la oportunidad de compartir el escenario contigo —respondió Tsubasa con gratitud.

La conversación continuó en un ambiente relajado, y pronto todos se pusieron de acuerdo para comenzar las prácticas de inmediato. La energía en la sala era palpable mientras se preparaban para dar lo mejor de sí en el concierto de aniversario. JEM se unió a ellos, emocionada por formar parte de este proyecto especial.

Los días que siguieron estuvieron llenos de intensas sesiones de práctica. JEM, con su experiencia y carisma, aportó una nueva dimensión a las interpretaciones de Trigger y Tsubasa. La química entre todos los miembros del grupo se fortaleció, y pronto se sintieron como una familia musical unida.

Mientras tanto, Koi y Ai, los hermanos gemelos, estaban disfrutando de su merecida semana de vacaciones. Después de sus agotadoras actividades como idols y vocalistas de bandas diferentes, decidieron pasar tiempo juntos como hermanos.

Mayufu y Ritsuka, los compañeros de grupo de Ai, se habían ido de paseo juntos, los habían llamado para que salgan con ellos pero los gemelos prefirieron quedarse en casa y relajarse.

Koi había aprovechado el tiempo para planear una salida con Saku, el chico que anteriormente les había causado cierta preocupación. Sin embargo, con el tiempo, habían llegado a conocerlo mejor y habían descubierto que era una buena persona. Aunque un poco obsesivo, Saku estaba ansioso por pasar tiempo con Koi y demostrar que era de confianza.

—Al principio me daba un poco de temor porque pensé que quería hacernos daño, pero es una buena persona —comentó Koi a su hermano mientras se arreglaba—. Estoy emocionado por nuestra salida, y luego planeo asistir al cuarto cumpleaños de Hikari-chan, el hijo de Hajime-san y Ami-san. ¿Recuerdas a ese niño tan lindo y amoroso?

Ai asintió con entusiasmo, recordando al pequeño Hikari que habían conocido cuando tenía apenas seis meses. Habían cuidado de él en una ocasión, y desde entonces había preguntado por Ai constantemente.

—¡Claro que me acuerdo! Es un niño encantador. Cuando visitamos la casa de Hajime-san y Ami-san, siempre preguntaba por ti, Ai. Estoy seguro de que estarán encantados de que vengas a su cumpleaños —respondió Ai con una sonrisa.

Koi también estaba emocionado por otro motivo: el regreso de Tsubasa Kazanari al escenario en el concierto de Trigger. Había conseguido comprar dos boletos para que él y Ai pudieran estar en primera fila. La emoción era palpable en su voz mientras hablaba de ello.

—¡Sí! Finalmente, Tsubasa-san volverá a los escenarios con Trigger. Compré dos boletos para nosotros en primera fila.

Estoy emocionado de verla actuar nuevamente —exclamó Koi con una sonrisa radiante.

Ai compartió la emoción de su hermano, recordando los tiempos en que habían sido fanáticos de Knights y Trigger. El regreso de Tsubasa era un evento que no se podían perder.

—Estoy emocionado por el concierto. Tengo la cámara fotográfica lista para tomar muchas fotos y grabar muchos videos.

Este será un evento único, y quiero capturarlo todo —dijo Ai emocionado.

La semana de vacaciones de los gemelos se llenó de planes emocionantes. Koi estaba ansioso por su salida con Saku y por el cumpleaños de Hikari-chan, mientras que Ai estaba emocionada por el concierto de Trigger y la oportunidad de ver a Tsubasa Kazanari en acción.

Mientras tanto, en el en la torre donde estaban ensayando los chicos para el tan esperado concierto , que cada vez estaba cerca y con menos días de descanso. JEM ya estaba participando en los ensayos, mostrando su característica alegría, y todos estaban decididos a hacer del concierto de aniversario un evento inolvidable. La música unió a estos artistas talentosos, creando un lazo que trascendía fronteras y generaciones. Y así, el escenario se preparó para recibir a una leyenda y a un grupo de idols dispuestos a dar lo mejor de sí mismos. El concierto prometía ser una experiencia inolvidable tanto para los músicos como para sus fans, y todos estaban ansiosos por el día del espectáculo.
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Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #940: October 03, 2023, 07:22:45 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 510 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 13666 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 1417 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1000 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #941: October 21, 2023, 09:45:35 PM »
Era inevitable no permitir que el aroma de las entremezclas gastronómicas la transportaran unos cuantos años atrás, donde su memoria instantáneamente la situó en aquellos momentos en que recorría la muy famosa Street food de Shinjuku.
Al cerrar sus ojos e inhalar con mayor intensidad, sus divagaciones la hicieron ver frente a ella sin necesidad de abrir los ojos una nostálgica caminata desde el metro a las muy alumbradas y vistosas calles de Shinjuku con ella usando el uniforme escolar, distrayéndose con los letreros coloridos de realidad 3D en los grandes edificios, mientras a su lado iba su Knight distraído y perezoso mientras comía un taiyaki.
Sagradamente terminaban en Omoide Yokocho buscando algún local que no estuviera plagado de extranjeros, con el fin de comer alguna delicia del lugar.

La sensación del recuerdo le gustó, pero, a la vez, le trajo aquel deje de dolor en el pecho típico que da para cuando pequeñas escenas del pasado perforan el presente, pero sabes que nunca será igual al momento vivido con anterioridad. Ya no era una adolescente, y si bien en ese entonces ya vivía sus propios dramas escolares, no se comparaba a lo que vivía en el presente.

Era HIME nuevamente… Pero la persona a su lado ya no era la que conocía en ese entonces. Manjiro fue su gran amigo en esos años de niñez y adolescencia, se convirtió en su Knight y nunca se llevó bien con su Key, pero fue un gran aporte para ella cuando fue HIME en la escuela.

Ahora, Manjiro Sano era una persona muy distinta al chico que conoció. Kana no era ninguna tonta e ingenua, sabía desde siempre que su amigo no era una santa paloma, pero… en el presente estaba involucrado mucho más con la mafia y a la HiME le costaba trabajo entender que su amigo era prácticamente una persona que podía fácilmente “hacer desaparecer” a otra.

-Vamos por yakitori en el Tachan? ¿Existe todavía? ¿O prefieres takoyaki en Kabuto? Mhh, me pregunto si todavía está por aquí.- El rubio hablaba más para sí mismo que para ambos. Entendía que Kana estaba más concentrada en sus propios pensamientos y dilemas que en el día de paseo que le ofrecía.

Kana recordó aquella vez que se sentaron a comer yakitori en uno de los puestos, ella y Manjiro solían ir a solas hasta allá, pero en algunas ocasiones se les colaba Baji (y Kana siempre tuvo la sospecha que Draken de todos modos merodeaba cerca para cuidar de Mikey) y en una de esas ocasiones en que Baji se les coló al pelinegro se le ocurrió pedir shōchū mostrando una identificación falsa. El vendedor le creyó puesto que Baji iba con ropa normal, pero Kana y Manjiro estaban con uniforme y cuando el dueño llegó y pilló a Baji con media botella ya bebida los corrió de golpe del lugar acusándolos de “delincuentes juveniles”

Estúpido Baji.
El sigiloso sonrojo en las mejillas de Kana se disipó rápidamente. Todavía se sentía muy idiota de haber considerado en su adolescencia a Baji como un ser interesante y guapo.

Seguía siendo un idiota y ahora estaba peor… No le deseaba el mal al pelinegro, por ello esperaba que no terminara viviendo bajo un puente en situación de calle debido a sus excesos y vicios.

–Oe, Kana-chan…
-¿Ah?
–Te preguntaba qué querías comer… Después de aquí pretendo llevarte a la torre de Tokyo.
-Oye, ¿acaso estás haciendo todo el recorrido que hacíamos de adolescentes?
-Je, qué bueno que sí puedes recordar esa parte
—…— Kana recordó pobremente que en ese tiempo ella amaba ir a la torre de Tokyo.
—¿Está mal que lo haga?
—N-No es eso… Sólo, ¿por qué haces esto?
—No sé. — se alzó de hombros. —Supongo que estaba encerrado mucho tiempo en mi propia oscuridad y tener este pequeño momento de “felicidad” del pasado me ha hecho distraerme.
—Manjiro... —
—Hmh. — Por supuesto la Kana del presente no lo iba a llamar tiernamente por “Mikey” aunque, a la Kana del pasado le disgustaba mucho ese apodo. Ahora que, hacia memoria, jamás le dijo Mikey.
—Creo que debemos dejar las cosas como están.
—Dilo. No me voy a enojar. — le sonrió suavemente, sabiendo la inquietud de la joven.
—Y-Yo, no quiero vincularme mucho contigo, francamente. Ehhh, no quiero opinar de tus actuales negocios, pero yo deje la vida de sukeban y todo lo que tenga relación con ello hace mucho tiempo.
—Vale, entiendo que quieras enterrarnos en el pasado.
—Yo no dije eso. — ella se detuvo, mirándole la espalda. La mirada de Kana se tornó un poco más seria.
—Es decir, entiendo que quieras hacer como que no nos conocemos. ¿Quién en su sano juicio quiere ser vinculado con Manjiro Sano si no es algún pandillero? También entiendo que no quieras ver a Baji y al resto… Pero… ¿En serio crees que me parece correcto y soportable que no quieras verme a mi pero que sí te permitas juntarte con Kazutora?
—¿Kazutora? ¿Qué tiene que ver en esto?
—Él te trajo a mi…
—En contra de mi voluntad.
—Pero parecían muy felices compartiendo. Kazutora era tu Rebel en el pasado, pero parece que no tienes dramas con eso. Pero no puedes verme ni en pintura a mí ni a tu ex Key. Aunque… comparto el no ver a tu ex Key. Era un pedante clasista… ¿Quién podría respirar en el mismo espacio que él? — sonrió. —Ah, no te esmeres por fingir que eres ecuánime con los tres. Sé que te quedaste en el departamento de Baji y Kazutora también se quedó con ustedes.
—Estás distorsionando las cosas.
—Es que es divertido…— si bien Manjiro decía todo eso con naturalidad y hasta parecía que se reía de la situación, Kana sintió cierto halo de oscuridad y frialdad en sus palabras. —No puedes ver a tu ex Knight ni a tu ex Key porque te traemos malos recuerdos. Pero sí puedes verte con tu ex Rebel que te hizo la vida imposible.
—Ya…
—El que te suplantó recuerdos falsos en tu mente y te hizo casi perder la cordura
—Basta…
—El que casi hace que Baji muera.
—…— Le iba a decir “eso no tiene que ver conmigo” pero Majiro parecía empeñado en restregarle cosas del pasado. A Kana ya no le estaba gustando pasar tiempo con éste enano.
—Ah, también me dio una paliza a mí y a tu Key. Aunque, insisto, ¿Quién no desearía darle un puñetazo a Lancaster?
—Te dije que estás distorsionando las cosas.
—Ah, ¿y te acuerdas cuando te quebró un brazo sólo por diversión? ¿En ese tiempo ya era tu Rebel o sólo lo hizo de lo antisocial que Kazutora era y lo es? 
—Te dije que pares. — Kana le agarró del hombro y lo hizo voltearse a la fuerza. —¿Sabes qué? Sólo dices estas cosas para justificar que no quiero juntarme contigo porque eres un mafioso. ¡Por supuesto que no quiero vincularme contigo! ¡No quiero pasar una temporada en la cárcel como casi todos tus amigos! O apuñalada de la nada o… ¡Adivina que! ¡Muerta!
—Te estás pasando, Kana…
—Estoy enojada contigo porque te convertiste en esta cosa maligna siendo que pudiste ser el mejor de todos nosotros juntos.
—¿Por qué iba a ser el mejor? ¿Sólo porque tenía a mi abuelo y entrenaba en un dojo? ¿Pensaban que iba a ser karateka profesional o que me iba a ir a estudiar a la universidad? Todos, cada uno de nosotros, tomó su maldito destino y lo destruyó. ¿Qué te hace ser mejor que yo, Kana? — le sonrió. —Eres HiME de nuevo. ¿Quién en sus cinco sentidos vuelve a arriesgar la vida por… Hanasaki? Hasta Lancaster fue más astuto y se alejó de todo este circo. — la miró con seriedad. —Sí, estoy molesto contigo. Porque volviste a ser una kamikaze sin sentido. Porque pudiste haber hechos mejores las cosas. Y, porque prefieres a Kazutora antes que a nosotros.
—¡No prefiero a Kazutora! Está loco al igual que tú.

Kana y Manjiro se miraron fijamente a los ojos, el ambiente era tan tenso que incluso la masa enorme de muchedumbre se les quedó viendo, atentos a la discusión que, por suerte, los extranjeros no entendían. Si bien los dos tenían respeto el uno por el otro, de afuera parecía que se iban a sacar los ojos.

—Tú…— los dos iban a continuar.
—¿Tienes algo con Kazutora?
—Quizá tú estás enamorado de Kazutora.
—Qué…asco…— Mikey sintió eso como una patada en el culo. Iba a acatar y vio que Kana ya estaba preparando su próxima “batalla de gallos”

Una mano en cada cabeza de los dos les detuvo a los dos de continuar con sus ataques. Draken apretó con fuerza las manos sobre la cabeza de Mikey y un poco más sutil sobre la cabeza de Kana y los sacudió a ambos para hacerles recordar que estaban en público y era muy impropio que el líder de una banda criminal y una estudiante de Hanasaki se pelearan como críos en plena calle por… ¿Kazutora? Wtf, ¿A dónde había llegado el mundo?

—Ya basta. Nadie quiere a Kazutora. Fin de la discusión.

Y si Kazutora hubiera escuchado a Draken, seguro se le partía el orgullo y el corazón.

—D-Draken. — balbuceó Kana, asustada en un comienzo porque no vio a semejante animal salir de la nada y luego muy humillada por su actuar—Que vergüenza. — y la HiME casi estalla del bochorno por verse actuando como niña tonta en frente de aquel joven.
—Déjanos, tótem… Ya habíamos terminado de discutir. No era necesario que te aparecieras—

Draken no confiaba en las palabras de Mikey. Sin quitar sus manos de las cabezas de los dos jóvenes los sentó a la fuerza en unos taburetes frente a un local.

—Ellos dos van a hacer un pedido. No tarde en atenderlos.
—S-Sí. — asintió un asustado cocinero.
—No vuelvan a hacer estupideces. — dicho esto, Draken se retiró.
—…— Kana y Manjiro desviaron sus miradas hacia un costado. Ambos humillados y molestos por el espectáculo barato que se armaron.
—Yo no soy así. —susurró Manjiro.
—Yo tampoco. No me peleo con la gente en la calle de forma infantil…
—No me refiero a eso…— Manjiro no la miró. —Dicen que soy un psicópata. No lo soy.
—…— Lamentablemente, a Kana la habían puesto al día sobre el actual Manjiro. Era difícil no verlo como tal con todas esas historias.
—He hecho cosas malas…. Terribles cosas.
—Lo sé.
—Pero estoy tratando de mejorarme.
—Eso es bueno, Sano Manjiro. — suspiró. —Los dos hemos cometido muchos errores. Los dos tenemos que sanar.
—…Sí.
—Pide algo para comer. Me tienes que llevar a la torre de Tokyo.
—Je…— asintió. Por supuesto, pidió takoyakis.


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #942: October 26, 2023, 12:12:08 PM »
Someday, indeed...

110.8.




Dijo que sería capaz de recordarlo, pero Tenshi terminó corriendo casi en círculos dentro del barco. Este resultó ser más extenso de lo que había imaginado, y al final optó por dar un golpe a cada pared en plena intersección a ver si encontraba el punto de interés, en vano.

“A ver, a ver…” Tenshi se apoyó en una pared y bajó su mirada en lo que hacía memoria sobre esa foto. Casi deseaba haber pedido que Norimune le guiara, pero Suzuka debía necesitar toda la ayuda posible en esos instantes, mayor razón por la cual debía apresurarse. “Había… algo colgando… sí. Era un flotador o algo así… ¿no? ¡Argh!” agarró su cabeza con ambas manos. “¡Ni golpeándolo podría detectarlo si se supone que es una puerta blindada! ¡Ni que se vaya a caer como prop de teatro!”

Sólo le quedó continuar corriendo por otro pasillo que ni sabía si había ya cubierto. Nuevamente llegó a otra intersección con una pared terminando con su pasillo y de frustración decidió darle una patada antes de girar y continuar con su corrida por el siguiente pasillo. Sin embargo, ese patadón le resultó doloroso e hizo temblar su cuerpo. Tenshi se cayó sentada al piso y se sorprendió. Alzó una ceja.

“¿Qué fue eso? Es como si fuera… otro material…” sonaba a que podría haber llegado a su destino, pese a no tener pruebas más allá de un parecer que podría ser resultado de alguna torpeza o desesperación. Aun así, no tenía nada más en qué apoyarse y decidió por ir con todo contra esa rara pared.

Dio un par de golpes con su fuerza sobrehumana. Esa simple fachada sí se desbarató sin problemas, y terminó por revelar una puerta blindada de metal. Pasada la sorpresa, sonrió con desafío y triunfo. Sabía que forzar algo tan pesado y macizo le dolería por los próximos días, pero ese dolor iba a valer la pena.

Le tocó dar golpes y patadas al metal que empezó a abollarse, sin ceder. Efectivamente, el material rebotaba sus golpes, algo que hacía retumbar sus huesos. Tenshi empleó su espada, con la cual pudo efectuar algunos cortes, pero todavía le faltaba más. Se acordó que había traído un rastro de tierra e invocó lo que pudo para ingresarlo en las comisuras de la puerta y procurar atacar con esas partículas por dentro en lo que ella continuaba con su asedio.

“Tsk… ¡ábrete… ya!” exclamó en plena serie de ataques con su arma. Siguió viendo a más mica fluir e ingresar a cualquier apertura e imperfección de esa fuerte puerta. Tenshi continuó martillando con todas sus fuerzas y comenzó a escuchar ligeros quiebres en la puerta que todavía no podía desmoronarse. Ya ni sabía si su fuerza sobrehumana sería suficiente. “¡Maldición… cede… de una vez… estúpida… puerta!”

Dio un fuerte empuje con su pie con el cual una de las bisagras terminó por estallar y la pesada puerta colgó de las restantes. Fue un primer paso, pero con este, destruir el impedimento sería mucho más sencillo. Tenshi tenía un mejor ángulo de ataque para derribar las otras bisagras y en un par de minutos pudo dar el ataque final que causó que esa puerta se colgara más y expusiera las barras de metal que actuaban como sus seguros. Con otros dos minutos, la HiME pudo finalmente hacer que la puerta precipitara al piso y descubriera esa habitación secreta.

Sus oídos retumbaban por el esfuerzo, por lo cual el silencio sepulcral restante le causaba una extraña vacía sordera. La habitación tenía la luz apagada, pero había algunos objetos luminosos. Lo primero que le llamó la atención fue una caja de considerable tamaño. Esta era plateada y tenía franjas de luces celestes. Ese contenedor estaba detrás de una vitrina hecha a su medida, con una pantalla rudimentaria en la base que, fuera de algunos términos y abreviaciones desconocidas, parecía indicar que todo estaba normal. Tenshi se acercó anonadada a lo que parecía ser un tesoro propio de alguna película de Hollywood. Pensó en sacar dicho descubrimiento, aunque sus ojos empezaron a acostumbrarse a la oscuridad, y con su vista periférica, detectó una forma rectangular a un costado semejante a una cama…

Se giró e instintivamente retrocedió un par de pasos por la sorpresa. Sí era una cama, más bien, parecía un féretro cristalino donde descansaba una chica inconsciente. Era alguien mayor a ella, fácilmente una estudiante de universidad. Se le veía ilesa, dormida, pero Tenshi sintió escalofríos de pies a cabeza. ¿Realmente se encontraba viva?

Se acercó y la vio conectada a suero. Con un poco más de detenimiento, sí parecía respirar. Ello bastó para hacerle dar un profundo respiro, y retornó a su misión. Suzuka había tenido la razón de infiltrarse desde el primer momento. Sí había alguien quien necesitaba de su ayuda, y Tenshi se aseguraría de salvar a esta chica a como diera lugar.

Desconectó ese raro féretro de una fuente de poder y con cuidado sacó la tapa superior. Tenshi le retiró dicho suero además de unos cables que monitoreaban sus signos vitales y la cargó encima de su hombro. Tenía que huir cuanto antes.

Sin embargo, cuando estuvo próxima a escapar, el misticismo de esa luz celeste volvió a captar su visión. Tenshi miró ese cofre tecnológico que a simple vista parecía ser el verdadero objeto de valor para los desalmados en Rizembool. Sabía que no le correspondía dedicar sus esfuerzos a algún objeto, pero a su vez podría ser algo de suma importancia por una gran lista de motivos que no tenía tiempo de listar. Ella también podía cargar ambas cosas por su poder HiME, y estando frente a ella, decidió que lo haría.

Ya no tenía que ser cuidadosa al no haber una persona de por medio, así que le dio una patada para volar el vidrio. Aparte de recibir algunos leves cortes, una ensordecedora alarma empezó a sonar proveniente de la base.

“¡Demonios!” exclamó y se puso a pisotear esa base para que se callara. Ese ruido pasó a parlantes por todo el cuarto, por más que Tenshi logró que la base dejara de funcionar, así que supo que tenía que irse con el cofre de inmediato. Lo intentó levantar, pero el mismo parecía arraigado en el mismo piso del cuarto. “¡AHHH!”

Dejó escapar un grito de hastío y frustración y dio una patada al contenedor para tratar de despegarlo del piso. Aquello reveló otra cosa, el hecho que dicho cofre tenía una tapa que acababa de desfasar. Tenshi dio una segunda patada a esa tapa y la voló. Así, se acercó a mirar los contenidos y descubrió… un segundo cofre, uno mucho más pequeño del tamaño de una pelota, pero pintado de un rojo inquietante. Casi parecía que ese cofre sangraba constantemente.

“¡IHH!” nuevamente retrocedió por la impresión. ¿Se suponía que debía cargar esa cosa? Tenshi se desesperaba más y más por la alarma que no tardaría en invocar a alguien, y se recriminó por no decidirse a hacer algo aún. Al final, por más asco que le producía, supuso que al menos intentaría cargarlo. Siempre podía botar esa cosa en el camino si cambiaba de parecer…



Apenas empezó a agacharse y con su mano libre extendiéndose hacia la caja misteriosa dentro del cofre, cuando un proyectil voló dirigido hacia ella. Tenshi tuvo que dar un salto hacia atrás y observó un pedazo de metal clavarse contra la pared, antes pasando por donde había estado su cabeza. Por las ondas y surcos en su superficie, debía ser un pedazo de contenedor…

“Tremendo desastre que has hecho aquí…” se lamentó con frustración una voz profunda y siniestra que la HiME ya conocía. Era nuevamente el encapuchado quien estaba de pie en el umbral de esa habitación secreta. Este ser tocó los restos doblados y deformados de una de las bisagras. “Eres más fuerte de lo que pensé… quizás debí haber dejado que te enterraran los contenedores…”
“Tsk, ya me arrepiento de haberme preocupado por ti…” Tenshi rechinó los dientes.
“Fufu… entonces ya somos dos…” dijo débilmente, aunque con gracia y aguantando una risa.
“¡No pongas excusas! ¡Te sepulté bajo mi propio esfuerzo! ¡Tú no me has ayudado en nada!”
“No me importa lo que pienses, HiME…” concluyó indistinto. “Me atrevería a acusarte que no sentiste empatía de que mi cuello casi se quebrara por el tremendo peso que lanzaste encima, hasta ya habiéndome enterrado… pero, tal vez lo hiciste, eres obviamente una pequeña aún…”
“¡¿Cómo te atreves?!” le apuntó con cólera. “¡Te enseñaré a no subestimarme!”
“Pienso que, si encontraste tu premio mayor, tienes cosas más importantes que hacer que buscar pelea o superioridad… ¿piensas que huirás de aquí tan fácilmente?”
“¿Premio…?” comenzó, pero fue muy claro lo que quiso decir. Tenshi frunció el ceño. “¿Te refieres a esta chica? ¿Acaso esto es un juego para ti? Miserable… tú bien sabías que había una chica atrapada e igual sigues las órdenes de Rizembool. ¡No tienes dignidad alguna!”
“Todo ello sobre dignidad, moralidad, entre otros, es relativo. Digo tu premio mayor porque lo más importante para ti es la chica que tanto intentas cargar y sacar de aquí, mientras que a personas como yo nos interesaría más qué es ese objeto que tanto querías sacar de esa caja.”
“…” Tenshi lo miró por un instante. “Se nota que a ustedes en Rizembool les importa más.”
“No me creerás, pero te he hecho un favor, niña,” dijo con una pizca de gracia. “Ese objeto tiene motivos de estar blindado fuera de cualquier valor que creas que significa para nosotros…” apuntó a la chica inconsciente que Tenshi tenía sobre un hombro. “¿Acaso quisieras terminar como esa víctima que estás cargando?”
“¿Qué… qué fue lo que le pasó?” preguntó aprehensivamente.
“Fufu… puede que lo sepa, o puede que no,” el incógnito se encogió de hombros. “Pero eso es lo de menos ahora…” su voz grave y tranquila se infestó de una creciente impaciencia. “Me dijeron que fuera suave con quien fuera a encontrarme, pero mis buenos modales se agotan. Ríndete y entrega a esa chica o tendrás que pelear conmigo, está vez seriamente…”
“¡No me intimidarás!” exclamó la peliazul, decidida y apretando el agarre que tenía sobre la inconsciente. Con el Rebel cubriendo la única salida, tenía que pensar en cómo zafarse y buscar una manera de escapar. Fuera lo que fuera esa extraña caja, ya se arrepentía de haberle prestado atención, pero no tenía el lujo de recriminarse.

Notando cómo su oponente se mantenía tranquilamente de pie y no tenía ninguna intención de empezar, Tenshi supo que le correspondía ver por dónde atacarle. No tenía mucho de su elemento presente, aunque decidió que lo usaría para entorpecerle. Por más que esa capucha prácticamente mágica escondiera su rostro por completo sin importar la luz o el ángulo, ese ser definitivamente debía tener ojos como cualquiera.

Así, la mica se levantó y voló como un torbellino de arena alrededor del Rebel. Sin embargo, este espantó este con un brazo y terminó abalanzándose contra la HiME de un solo impulso. Tenshi apenas invocó su espada en su mano libre, pero ni llegó a usarla para cuando el Rebel la tomó del cuello y la estampó contra la pared. Por haber sido un tan fuerte impacto, la HiME no pudo mantener su agarre de la chica inconsciente y esta se desparramó en el piso.

“Tch…” Tenshi trató de usar su espada, pero el Rebel usó su otra mano para torcer su brazo y forzarle a abandonar su arma. “¡AAHH!”
“Pensé que podrías contestarme más rápido, pero veo que te sobreestimé…” el incógnito habló con susurros que sonreían y se deleitaban con el sufrimiento que le causaba a su rival. Apretó más el agarre en el cuello de la HiME ni bien detectó más partículas de tierra a su alrededor. “…pero sí, te había subestimado antes… pudiste haber sobrevivido quedarte enterrada como yo lo hice… la fuerza que uso ya habría quebrado el cuello de una persona normal, pero tú sigues respirando…” le apretó más.
“¡AH!” apenas dejó escapar un alarido y trató de quitar esa mano del Rebel con sus dos manos. Por más fuerza que se suponía que tenía, no podía librarse de su agarre.
“No te desesperes, niña…” continuó con esa tranquila, aunque peligrosa voz. “No te mataré hoy. Me detendré ni bien crea que estoy a punto de eliminarte. Por mientras… que sufras la falta de oxígeno me haría mucho bien.”

Su vista se oscureció y sintió unos inquietantes escalofríos y hormigueos en lo que su vitalidad le abandonaba. Tenshi podía jurar que sí estaba por perder su vida.




Mientras tanto…

“Tienen que creerme, los orphans no les harán daño. Podemos escapar,” insistió Samidare al grupo de policías y trabajadores refugiados en el sótano. En su mano, tenía un video que había sacado al salir del muelle, donde se veía a un orphan apenas mirarle y marcharse caminando sin mostrar ninguna resistencia o agresión. “No hay gente de ninguna escuela presente en el momento, y ni bien escapemos, basta alcanzar el siguiente almacén para desviarnos del camino principal donde podríamos encontrarnos con alguien.”

Sin embargo, fuera de unas miradas de atención de sus oyentes, todos continuaban sentados sobre el piso, como si sus almas hubieran sido robadas por alguien.

“¿Por qué no se ponen de pie?” preguntó el pelilila, en shock. “¡Digan algo, al menos!”
“…pero puede haber peligro de todas formas,” comentó el jefe de aquel muelle, con una voz más apagada de la usual. Ese señor, al igual que todos los demás, parecían completamente resignados a esperar a que llegaran refuerzos de la policía.
“Lo habrá si nos quedamos esperando. No me cabe duda que personas de Hanasaki están prontos a llegar y ello resultará en una gran pelea,” explicó Samidare, amargamente. “Entiendan que por ello no estamos seguros en este sótano para nada. Bastaría una explosión encima de nuestras cabezas para comprometer la integridad de esta estructura.”
“No, este sótano no se desplomará tan fácilmente. Lo sé como el encargado,” agregó dicho jefe, ahora con más certeza. “Si cerramos la puerta con su tranquera, tomaría un fuerte ataque dirigido específicamente a este cuarto para alcanzarnos.”
“Tsk, ¿qué está diciendo?” Samidare comprimió sus puños. “Primero quiso ignorar la evacuación para trabajar en el desembarque bajo situaciones inciertas, ¿y ahora dice que está dispuesto a que la remota posibilidad de un ataque a ustedes pueda darse? ¿Es que acaso ni ha considerado escapar del muelle?”
“Eh, sí lo intentamos, Samidare,” observó un policía, dubitativamente. “Pero nos encontramos con orphans en la salida. Fue ahí que nos topamos con un enviado del muelle central quien nos dio el mensaje de tomar refugio aquí.”
“¿De qué enviado hablan?”
“Era un joven, no sé si nos dijo su nombre…” comenzó un trabajador, cabizbajo. “Dijo que intentaría mantener guardia, aunque no ha regresado. Espero que se encuentre bien.”
“…” Samidare frunció el ceño. Debía tratarse de ese muchacho, esa naga, como lo había llamado Norimune. “Creo que sé a quién se refieren, pero esa persona no trabaja aquí y no tiene autoridad para decirles qué hacer.”
“Sí es un trabajador del muelle,” afirmó el jefe. “No le reconocí al principio, pero vi su credencial y creo haberlo visto antes.”
“Es nuevo, el otro día hablé con él en la hora del almuerzo,” se sumó otro trabajador.
“También nos dijo detalles sobre la infraestructura y organización que sólo un trabajador sabría,” agregó uno más.
“…” ello confundió más a Samidare. Sí parecía ser una persona sospechosa, pero… ¿acaso también podía ser un trabajador del muelle después de todo? En fin, no importaba. “De todos modos, tenemos que huir. No hay moros en la costa y es el mejor momento…”
“Por todo esto, tenemos que quedarnos hasta que vengan a rescatarnos,” se oyó el jefe del muelle, obstinadamente. “Hay mucha incertidumbre afuera. Este lugar es el más seguro por mucho, tampoco podemos fiarnos de los orphans. Habrás tenido suerte con uno, pero aquel muchacho del muelle central llegó apenas esquivando sus ataques, y nosotros como un grupo grande sufriríamos más. No hay forma que pueda refugiar a todos mis trabajadores si corremos sin dirección ni garantías.”
“¡Pero!”
“Samidare, siento decir que estamos de acuerdo,” agregó otro policía, apenado. “Nosotros no podemos pelear como tú o Jizou-san y hay poco que nuestras armas pueden hacer contra los orphans. Las observaciones que el trabajador del muelle central nos dio nos han dejado saber lo suficiente y estamos en gran peligro afuera.”
“Más bien sería bueno que te refugiaras con nosotros,” dijo otro colega.
“No…” Samidare se encontraba confundido. Podría entenderlo a cierta manera de los trabajadores del muelle, pero ya tenía experiencia en otros sucesos relacionados a las escuelas en los cuales sus compañeros habían corrido con riesgos mayores mientras hacían su trabajo. Incluso si hubiera dudas sobre la presente situación y algunos hubieran sido derrotados por el temor, nunca esperaría ver a un grupo de gente tan unánimemente decidida a un solo plan de acción y con las mismas razones para seguirlo. Todos habían sido convencidos por completo por esa misteriosa persona, quien parecía haber aclamado autoridad absoluta sobre ellos. “Tsk…”

No sabía qué hacer, no le oirían, no podría siquiera tratar de jalar a alguno porque fácilmente ese unánime grupo saltaría en su contra. Algo sospechoso y potencialmente siniestro ocurría debajo de la superficie aparentemente tranquila.

Samidare también sabía que no contaban con más refuerzos que pudieran ayudarles. Los policías que no les habían acompañado al muelle estaban demasiado ocupados vigilando los perímetros y conteniendo los sucesos, también impidiendo que otras personas ingresaran o evidenciaran lo ocurrido. Por las llamadas de ayuda de los presentes, era posible que otros escuadrones fueran a llegar, pero por lo delicado del asunto, tal vez lo harían muy tarde.

Sonaba a un atrevimiento, pero Samidare sólo pudo pensar en un desesperado plan de acción. Tendría que decirle a Jizou lo que sabía. No era un refuerzo, pero como el jefe de los escuadrones, quizás él podría vencer el grado de convencimiento del sospechoso para conducir a todos a un lugar seguro.

“Tch… si quieren exponerse como moscas muertas, no podré disuadirles, pero sepan que se están poniendo en riesgo. En especial ustedes…” miró a sus compañeros con desapruebo. “Somos policías que velamos por el orden común y debemos nuestro sacrificio a los demás. Piénselo antes de rendirse.”

Les vio incómodos y no convencidos, pero al final, todos ellos bajaron sus miradas como si la decisión no estuviera en sus manos. Samidare tampoco se sentía con el derecho de recriminarles considerando que tenía sus propios planes egoístas… y que él mismo había permitido que todo sucediera en primer lugar.

“Iré por los refuerzos. Jizou-san nos dirá qué hacer,” ni bien lo anunció, se fue corriendo. Oyó detrás de sí a los refugiados asegurando la puerta ni bien partió y subió las escaleras de regreso al primer piso. Si tan sólo los demás hubieran podido ver cuánto se había movido fuera del barco en todo ese rato sin correr riesgo alguno. Marcó el número de su superior, quien contestó casi de inmediato.
“Samidare…” hubo una pausa. Por ella y el tono de voz apagado de su amable jefe, el pelilila lo interpretó como una decepción o llamada de atención. Tal vez este sabía lo que había hecho a esas alturas. “¿Qué sucede?”
“No creo poder explicarlo bien, pero lo abreviaré,” dijo mientras subía las escaleras. “Nuestros compañeros y los trabajadores del puerto han tomado refugio en el subterráneo. Sin embargo, tengo sospechas válidas que necesitan huir, aunque ellos quieren obstinadamente quedarse.”
“Es de esperarse, por el peligro de los orphans…”
“No, los orphans no atacan a personas normales.”
“Lo sé. Una HiME que me acompaña lo ha confirmado. Dice que un Rebel se lo reveló.”
“…” ello le generó sorpresa, aunque los detalles no importaban. No necesitaba explicar más sobre ello, al menos.
“Ya lo he comunicado a los demás, pero todos insisten en esperar a más refuerzos. Eres el único quien quiere evacuar, Samidare.”
“¿Ya se los habías dicho?” se sorprendió. Entonces su único plan de que su jefe les convenza no iba a funcionar.
“¿A qué se debe tu decisión? ¿Qué es lo que piensas que sucede? No me contactarías a menos que fuera una emergencia.”
“Es que…” se detuvo a la cima de las escaleras. “Me encontré con la persona que les convenció que se refugiaran, y con Norimune-san. Este último se refirió a esa persona como una naga y me recomendó que intente sacar a todos de aquí.”
“…”
“Jizou-san… usted sabe a lo que se refirió, ¿no es verdad?”
“Sé que no estuviste con los demás y fuiste por tu cuenta, con tus propias intenciones.”
“…” no había esperado que se lo restregara en su cara, menos en ese momento.
“…por eso piensas diferente a los demás. Samidare…” hubo otra pausa y la voz del superior se tornó decidida y raramente siniestra. “No hay mucho que puedes hacer por tu cuenta. Escucha atentamente. Lo más que puedes hacer en esta situación para velar por los demás es esconderte y observar. Identifica a la persona que vaya a buscar a todos en el sótano y avísame ni bien veas algo sospechoso.”
“…lo dice como si fuera una certeza absoluta,” ¿realmente ellos eran algún blanco?
“O quizás… no valga la pena que lo hagas. Ser testigo de esa persona es lo único que podrías ser. No vale el riesgo, tú no puedes hacerle frente a nadie de ninguna escuela. Si no, te convendría que evacúes cuanto antes y me des el alcance. Estaré yendo con los policías disponibles inmediatamente.”
“Jizou-san…” Samidare frunció el ceño. “Le agradezco su preocupación, pero no pienso huir para salvar mi propio pellejo. Me quedaré y le informaré de lo que pueda ver. Seré cuidadoso.”
“…no creo poder confiar en tus palabras en este momento, Samidare. Por ello quisiera al menos velar por tu bienestar.”
“Realmente se lo agradezco, pero le ruego que no se preocupe por mí. Hágalo por los demás, parecen a la merced de alguien.”
“…” se oyó un suspiro por el otro lado de la línea. “Hablaremos seriamente sobre esto luego. Ten cuidado.”

Luego de terminar la llamada, Samidare regresó al primer piso y miró hacia el barco. Era una vista aparentemente tranquila bajo la ausencia de personas, pero esta vez vio rastros de alguna previa pelea. En particular, había una rampa de tierra que podía permitir a cualquiera subir.

“…”

Era como si su intuición le gritara que era la señal que había estado esperando. Nuevamente podía subir y buscar el momento preciso para acceder al cuarto clandestino. Por esa rampa, asumía que seguramente Norimune sí habría podido acceder al navío y muy probablemente habría dirigido a una de las HiMEs intrusas hacia el punto de interés…

De todos modos, dudó esta vez, puesto a que había la urgencia de encargarse del inminente, aunque desconocido, peligro que parecía asechar a sus compañeros y los trabajadores de ese lugar. Samidare no reaccionó con rapidez como usualmente lo hacía y lo meditó. Para variar, no se sentía con el derecho de continuar con su misión. Se recordó que su trabajo policial había surgido como desencadenante de sus investigaciones personales, y que, ante las presentes circunstancias, ya había dado mucho de sí para ayudar a otros. Incluso había estado dispuesto a renunciar a su plan de sacar información del barco si es que los demás hubieran oído sus indicaciones de evacuar. Su jefe hasta había dicho que no había nada que podía hacer solo.

…y aun así se encontró con sentimientos encontrados. Comprimió sus puños, intercambió miradas entre las escaleras del recinto y la rampa improvisada, y finalmente, volvió a optar por su proyecto personal. El pelilila corrió hacia dicha rampa para aprovechar que no había nadie en su camino. Esperaba poder terminar con ello lo antes posible…

Sin embargo, una chica apareció del mismo aire frente a él. Luego de la sorpresa, Samidare le miró con seriedad y tranquilidad. Era una joven de cabellos plateados y un traje muy semejante al de una ama de casa.

“Lamento la intromisión, no estoy en su contra, espero que no me malentienda…” Sakuya se explicó en lo que asentía de manera respetuosa. “Sin embargo, he visto que hay un Rebel muy habilidoso dentro del barco quien detectará su presencia de inmediato. Por ello le detengo.”
“¿Quién es usted?”
“Entiendo que se encuentra como un investigador, sea de la policía, o quizás independiente,” la chica sonrió complacida. “Somos semejantes, estimado señor. Vengo en planes de investigación, aunque me encuentro menos preparada que usted para extraer lo que busco.”
“…”
“Dígame, si usted cuenta con tiempo y paciencia, ¿le gustaría colaborar con mi persona?”




“…”

Fuera del peligro y lejos de cualquier otro presente, Hakuzosu finalmente se dejó precipitar y cayó boca abajo sobre el suelo entre diversos contenedores. El gravemente herido orphan miró su mano extendida a un lado en lo que su visión se nublaba. Sus agudos sentidos se apagaron y concentró el resto de su frustración y deseos en esa mano que veía, la cual se estrujó en un puño con gran impotencia. Sentía que iba a desfallecer. El gran dolor de sus heridas no impedía su potencial pérdida de conocimiento. No sabía si iría a despertar luego de ese inminente apagón de sus sentidos que no podía controlar. Percibió una angustia por su respiración que no le era suficiente, pero que tampoco probaba mantenerle despierto. Al final, todo parecía que se desvanecería y le arrastraría a la inexistencia, al menos momentáneamente, como si nada realmente valiera la pena…

Cerró sus ojos por inercia, pero no perdió el conocimiento del todo. Repentinamente, sintió calor y con este un surgimiento de tranquilidad y energías. El orphan volvió a abrir los ojos y percibió unas llamas que le cubrían, pero que no se alimentaban de él. Más bien, parecía lo opuesto.

En poco tiempo, él tuvo fuerzas para sentarse en el piso y miró entre sus extremidades con gran curiosidad y confusión. Se había recuperado considerablemente en cuestión de un minuto. Aquel fuego que iba apagándose tampoco era suyo. No podía explicarse qué acababa de suceder…

Hasta que oyó la voz de una chica.

“Ya está, le curé, ahora puedes dejar de preocuparte,” dijo esa voz, casi de manera frustrada y desinteresada, aunque con una extraña paciencia en la misma.
“¡…!” Hakuzosu se erizó y se giró. Sin embargo, antes de poder ver a esa chica, se topó cara a cara con otro humanoide semejante a él, quien le miraba con ojos ampliamente abiertos y una sonrisa tranquila y juguetona. “¡¿Q-quién eres?!” de inmediato retrocedió un poco como un cangrejo y se tensó considerablemente.
“Oye, tranquilo, estarás mejor pero no te sobresaltes así,” una chica de cabellos blancos abundantes y ropas abultadas y varoniles se hizo oír detrás del otro humanoide. Ella se rascaba la nuca y miraba a Hakuzosu con naturalidad y neutralidad. “Mi curación todavía tardará un poco más en surtir efecto.”
“Tú…” comenzó Hakuzosu, claramente tenso. “¿Eres una HiME?”
“¿Me veo como las HiMEs?” ella frunció el ceño y rodó los ojos. El comentario le hastiaba, aunque tampoco parecía rendirle importancia. “Soy más una Princess, digámoslo así.”
“…” pese a la respuesta, continuó mirándole con aprehensión y desconfianza. El humanoide frente a él ladeó la cabeza, lo cual le hizo nuevamente mirarle. Este tenía grandes orejas, unos amplios ojos ámbar y un pelaje blanco, aunque con tonalidad azul verdosa. De describirlo, notó cómo casi podría describirse a sí mismo…
“Hmm…” ese ser frente a él lo pensó un poco, con un tono de voz todavía distraído y alegre. “Mokou te ha curado, también te ha dicho que es tu aliada, pero no te ves muy dispuesto a confiar en ella…”
“…no tengo razones para confiar abiertamente en nadie,” Hakuzosu apretó sus dientes. “Pues bien, me han sanado, ¿ahora qué quieren a cambio? ¿Esperan que vaya de regreso a atacar a esas malditas HiMEs?”
“¿Por qué querríamos eso?” continuó el otro humanoide, perdidamente.
“Es un punto válido, tiene mucho sentido,” Mokou se encogió de hombros. “Pero no, no es nada de eso, orphan. Mi acompañante aquí te vio huir en muy mal estado y me suplicó que te sanara. Por eso te dimos el alcance.”
“¿Eh?” Hakuzosu frunció el ceño con gran duda. “¿Por qué harían eso?”
“¿Por qué, dices?” el otro ser sonrió ampliamente. “Porque somos de la misma especie, ¿no es así? Yo también soy un orphan, y somos kitsune. Hehe, eso me hizo preocuparme por ti.”
“…” continuó mirándole con incomprensión, aunque poco a poco iba bajando su guardia.
“Al menos me alivia verte mejor, ¿sabes? No suelo usar mi magia sanadora con otros,” la peliblanca desvió su mirada, con leve incomodidad. “Normalmente no tengo buena compatibilidad, y en tu estado podrías haber sufrido efectos secundarios…”
“Pero no ha ocurrido,” continuó el otro kitsune, alegremente. “Hehe, ¿será que él será más compatible contigo?”
“¿De qué hablan con compatibilidad?” Hakuzosu se impacientó.
“Eh, nada que te interese,” la chica se encogió de hombros. Esta le miró de reojo y dio un suspiro. “Oye, en serio, no queremos nada de ti, puedes relajarte un poco.”
“Tch, no esperen nada de mí. Sigo dentro de este infierno donde sólo valgo si puedo pelear. ¿Por qué ustedes andan tan desconectados de todo esto? ¿No deberían ir detrás de las HiMEs?”
“Actúas muy responsable para un orphan a quien le disgusta ser un perro faldero…” dijo Mokou.
“¡No soy un perro!” finalmente se puso de pie para reclamarle con un puño comprimido. “¡Y si vas a llamarme algo, mi nombre es Hakuzosu, Princess maleducada!”
“Ya, lo siento, Hakuzosu, veo que toqué alguna fibra sensible,” volvió a dar otro suspiro. “Pues, no lo creerás, pero nosotros dos fuimos instruidos a no entrometernos, por eso damos vueltas.”
“¿Cómo así?” alzó una ceja, sumamente extrañado.
“Es extraño,” el otro orphan continuaba sentado en el piso y miró hacia arriba para dirigirse a su igual con leve duda. “Mokou es muy fuerte, hubiera defendido el muelle sin problemas. Hubiera sido bueno que peleara hoy para prevenir complicaciones, pero es como si la autoridad de Rizembool quien supervisa lo que ocurre quisiera que las cosas se compliquen más…”
“De nuevo echándome humos, tú también eres más fuerte de lo que aparentas,” Mokou sonrió y revolvió los cabellos del orphan.
“¡Haha, pero no me comparo ante ti!”
“…” Hakuzosu les observó con cierto recelo y frustración. Eran un dúo que desentonaba con lo que conocía de Rizembool hasta el momento. No daban ningún indicio de agresión o segundas intenciones, también parecían genuinamente llevarse bien, por más que uno de los dos fuera ‘inferior’ a un ser humano. Bajó su mirada. Era… casi desagradable de ver…
“Dime, Hakuzosu, ¿qué tal si nos acompañas en lo que queda del evento?” preguntó el otro orphan, amenamente.
“¿Qué cosa?” este se sorprendió por la sugerencia.
“Ya que nosotros no vamos a participar, sólo miraremos lo que sucede a distancia, y si nos acompañas, podemos reportar que te vimos e hiciste de tu parte,” sonrió contento. “Hehe, y ojalá no sea la única vez que crucemos caminos. ¡Podrías unirte a nuestro grupo!”
“…”
“No es por arruinarte los planes, pero Hakuzosu es un orphan humanoide como tú,” dijo la chica, rendida. “No es un orphan cualquiera y es bastante fuerte. Ya debe tener una afiliación y a superiores que no lo rendirían a nuestro bando tan fácilmente.”
“Afiliación… heh…” Hakuzosu sonrió con ironía. “Esa palabra es para los humanos. Sí tengo un jefe, y es como lo sospechan. Es un desalmado que se andará entreteniendo por el desastre que todos están haciendo hoy, por eso no quiere que haya mucha ayuda.”
“Hm…” el otro orphan le miró con atención.
“Y pues, gracias por la ayuda, y por la invitación, supongo, pero quiero estar lo más lejos de todo este lío. Que los humanos se maten entre ellos, ¿a mí qué me importa? Yo ya di una vida peleando hoy, merezco irme de aquí.”
“Eh, no te culpo,” dijo Mokou, con leve fastidio. “Me dan ganas de espantar a las HiMEs pese a las órdenes que tengo. No es que me guste ver todo el lío tampoco. Sólo no andes metiéndote en problemas con Rizembool. Como lo insinúas, eres un orphan, y sólo puedo imaginarme lo duro que lo tienes…”
“Hmpf, ni para que lo menciones,” se dio media vuelta.
“Eh, Hakuzosu,” finalmente, el otro orphan se puso de pie. Se veía preocupado. “Yo tampoco puedo hablar por ti, siendo orphan y todo… realmente, los humanos pueden ser muy crueles.”
“…”
“Pero ten mucho cuidado. No dejes que ellos te quiten tus ganas y deseos. Tienes que ser tú sin importar qué suceda.”
“¿Es que en verdad eres un orphan?”
“¿Eh?” le vio girarse. Sonreía, pero a la vez contenía una ira latente que parecía querer burlarse.
“Se supone que somos seres dispensables y con poca inteligencia. No poseo vínculos ni metas en la vida. Sólo poseo el odio y la furia de esta realidad por la que debemos pelear. Pero sí, al menos eso es cierto…” comprimió sus puños sin borrar su sonrisa. “Nadie que quitará esto que siento por los malditos humanos.”
“…” el otro asintió. Se le vio apenado, aunque no pareció verse disuadido. “Supongo que todavía no ves lo que llevas dentro, pero sé que es cuestión de tiempo que lo hagas. Puedes sentir mucho más que odio y tener verdaderos anhelos, al igual que yo.”
“Tch, no me interesa…” borró su sonrisa.
“Hasta la próxima vez,” el otro más bien volvió a sonreír. “Es un gusto, Hakuzosu.”

Ya había perdido mucho tiempo hablando con ese par de inesperados benefactores. Hakuzosu se fue corriendo con unas energías prestadas que podrían haberle regresado a la vida. Todavía no sabía qué comprender de todo el asunto. Se sentía en deuda, quizás en falta… era molesto, no quería deber ningún favor ni imposición que no hubiera aceptado de haber sido presentado los términos y condiciones, y desconocía cualquier posible acto de caridad. Asumiendo que fuera ello, su falta de comprensión sobre cómo actuar ante ese escenario le frustraba tremendamente.

Tener algo aparte de su odio y deseo de pelear arraigado en sus propios genes… sonaba a un chiste y a una debilidad… a un sueño despierto y una esperanza vacía que no poseía valor. La sola existencia de orphans era irracional para un gigante tecnológico que se beneficiaría mucho más de robots desempeñando la misma labor. Toda libertad y desorden de una vida inferior e inútil estaba destinada a desaparecer sin significancia alguna… al igual que los propios humanos o cualquier animal bienvenido por la naturaleza, pero incluso entre todo lo perecible, los orphans eran menos significantes dentro de la ilusión de importancia que todos debían tener para justificar su existencia.

Por ello se reía de la insinuación de perder su tiempo ideando algo más de su ser.

Sin embargo, una parte de su odio acababa de contradecir su función como un arma suicida. Hakuzosu había huido para no darle el gusto a sus enemigos de acabar con él… quizás también había huido para revelarse a su destino de seguir lo que Rizembool dictaba. Sí había sentido miedo en medio de su ira… sí había notado una extraña frustración de completar su supuesta meta en la vida que no debía tener.

Y entonces, se detuvo en un área solitaria, para percatarse que corría en dirección opuesta al lugar de interés, como si esperara escapar del perímetro del puerto. Se paralizó… su jefe y secuaces le habían hecho saber repetidamente que escapar no era una opción, pero sin el collar con el cual le restringían con facilidad, podría tratar de irse y asegurar su supervivencia, al menos por esa noche…

Podría seguir siendo un orphan por el resto de su existencia, pero… quizás… podría buscar hacerlo a su manera…

Tal vez… podría verdaderamente descubrir algo más en su corta vida sin valor.

“Tch… tonterías…” gruñó y apretó sus dientes. No tenía por qué rendir importancia a los disparates de ese otro orphan que por sus gestos parecía más joven que él mismo.

No, de eso no se trataba… Miró en la dirección donde estaba el barco y recordó a las HiMEs… estaba muerto si regresaba allá. Miró en la opuesta donde se ubicaban las mallas que delimitaban la zona en cuarentena… si los secuaces de su jefe daban con él luego de escapar, tal vez ni estaría muerto… tal vez le esperaba algo peor que ello.

Pero, Hakuzosu recordó que quedarse de pie no era una opción, o más bien, que él ya había huido de esa pelea. Quedarse donde estaba era huir, por su acción antes… o por su inacción en el presente…

Estaba destinado a morir esa noche, o a algo peor…

“Tsk…” afiló sus garras. Entonces lucharía para esa mínima oportunidad de otro destino. Corrió a toda velocidad hacia las rejas con las garras en sus manos listas para abrirse camino.




“¡Oye, ¿a dónde vas?!” repentinamente, Shiyoon se interpuso en su camino. Se le notaba perdido y alertado.
“¡Tch!” Hakuzosu tuvo que frenar y lo encaró apretando sus dientes. “¡Salte de mi camino, Shiyoon! ¡He tenido suficiente de todos ustedes!”
“Espera, calma, por favor,” el chico hizo un gesto con sus palmas para enfatizar sus palabras. “Piensa en lo que estás haciendo. No puedes huir a la ciudad si no camuflas tus rasgos de orphan. Podrías causar problemas.”
“Tsk… ¡no me importa! ¡Tú no sabes por lo que he pasado, las HiMEs casi me matan!” lo gritó con cólera y terminó por sonreír con gran ironía y frustrado. “Heh… pero tú no me creerías. No tengo heridas, ¿verdad? No poseo credibilidad alguna.”
“Tus ropas están rasgadas, así que no es del todo increíble…” el otro lo meditó con una mano en su mentón. Terminó por sonreír. “Pero no es que a mí me importe. Soy tu supervisor hoy y puedo abogar por ti. Todo con tal de llevarnos bien~”
“…” gruñó por lo bajo.
“Oh, pero veo que no tienes tu collar puesto, ¿se destrozó?” se impresionó.
“…” ahí estaba, mencionando ese objeto que lo tenía a la merced de sus superiores. Por supuesto que eso sería lo más resaltante para un secuaz de su jefe.
“Eso significa que sí has tenido una horrible pelea. Sólo me puedo alegrar que tu cuello no se quebró junto a ese collar. Sin duda eres muy duro de roer, ¿no?”
“Cállate, imbécil…” se estremeció de cólera.
“Hm, sí la has tenido duro si andas tan arisco, y con esta prueba por supuesto que te creerían. Vamos, Haku,” le sonrió con simpatía. “Ya pasó y verte de pie y en buen estado me deja saber que has sido afortunado. Calculo que nosotros ya no tenemos más por hacer aquí, así que podríamos irnos. Al jefe no le importará.”
“…” comprimió sus puños.
“Sí estás muy inquieto…” se sorprendió ligeramente y volvió a sonreír. “Pero, no te olvides que te debo tu aburaage mañana. Realmente te lo has merecido.”
“Yo no… soy un perro para que me trates así…” dijo cabizbajo y temblando ligeramente.
“No es para que lo iguales a ser un perro. A los humanos también nos gusta comer…” dio un suspiro y mantuvo una sonrisa frustrada. “Realmente no sé qué más decirte, Haku. Si no me explicas lo que pasó, no podré darte mejor consuelo. Entiendo que ha sido peligroso, y las HiMEs en general no son cuidadosas con los orphans. En verdad es difícil, pero…”
“…” finalmente, Hakuzosu le dio una mirada colérica y fulminante que hizo retroceder un poco al otro. “¿Tú qué sabes, humano? ¿Qué pensabas decir para minimizar mis problemas? Tu vida posee valor intrínseco a diferencia de mí.”
“Pues, sin duda sí recibo más empatía y recepción de otros por cómo me veo, pero sobre el valor…” comenzó a divagar amenamente.
“¡Cállate, deja de mentirme! ¡Yo… yo no quiero seguir siendo parte de esto! ¡Si ustedes humanos tanto quieren matarse inútilmente en una guerra sin sentido, entonces exclúyanme! ¡No me necesitan para esa meta!”
“Haku, ¿de dónde ha salido eso?” preguntó impresionado. “Espera, entiende que tampoco nos podemos desentender de esto.”
“¡No me importa si puedo meterme en problemas! Yo…” el orphan bajó su mirada con ojos alterados. Su ira dio espacio a un terror interno que fallaba en demostrar del todo con su congelada expresión. “…vi qué tan poco valgo para esas chicas. Sufrí una guerra injusta y una tortura… cada una de ellas saltó a encararme bajo excusas de proteger a sus amigas, cuando no hacían más que ensañarse contra mí y sólo pelear cuando les era conveniente… a ellas no les importa nada…” entrecerró sus ojos y comprimió sus puños. “…a ninguno de ustedes lo hace. Sólo velan por su pellejo y su propia conveniencia. No tienen vergüenza alguna…”
“…”
“Y esa HiME… esa de cabellos celestes… usó un terrible poder para torturarme y tratar de borrarme en ese momento…” enseñó sus colmillos. “La odio… juro que me vengaré.”
“Un momento, Haku…”
“¡Te he dicho que no me llames así! ¡No soy tu mascota, tengo un nombre y lo sabes!”
“Creo que entiendo qué pasó…” Shiyoon sonrió apenado. “Lo lamento, ¿sabes? Eres muy fuerte pero no tuviste a nadie a tu lado para pelear contra tantas HiMEs, ¿no es así? Los orphans que andan sueltos son muy débiles y no tienen capacidad de razonar. Por supuesto que temerías por tu vida. Por supuesto que todavía tienes tanto miedo ahora y sólo quieres escapar.”
“Yo…” ¿miedo? Sí, tal vez eso era lo que le tensaba y paralizaba… pero detestaba siquiera considerarlo. Él no podía ser tan débil.
“Pero el peligro ha pasado. Sigues siendo un orphan joven y una persona que necesita de más experiencia,” Shiyoon asintió y se vio convencido y animado. “La próxima que tengas otro trabajo, me aseguraré de apoyarte. Podría darte una mano para enseñar a esas HiMEs una lección por lastimarte así.”
“…” volvió a mirar al piso, paralizado.
“Ya has dado lo mejor de ti hoy, has tenido una experiencia desagradable, y ahora vas a crecer y aprender de ello para que la próxima te vaya mucho mejor. Hablo en serio, vámonos para que descanses. No estás en problemas conmigo y con el jefe. Todo está bien, confía en mí.”
“…” vio que le extendió una mano.
“Serás un orphan, pero no uno cualquiera. Todos vemos potencial en ti, todos sabemos que mereces mucho más que morir en un altercado como este. Yo te veo como otro compañero más y por eso quiero ayudarte. Ahora regresemos a nuestro círculo. Debe haber algo que ver en Netflix que te guste.”
“No veo televisión, idiota…” le miró con reproche.
“Haha, es que no le has dado una oportunidad,” rió entretenido.
“…”

El kitsune bajó su mirada y empezó a caminar lentamente hacia el pelimarrón. Su aura agresiva disminuyó y se resignó a oír al otro. La complicación de un orphan fugitivo se había evadido.

…o eso pareció por un momento.

A corta distancia y repentinamente, Hakuzosu hizo un ataque con sus garras al otro, quien se impresionó y tuvo que impulsarse hacia atrás. Este vio su camisa blanca rasgarse, con una mínima raspadura en su abdomen que comenzó a sangrar. El orphan frente a él optó por no continuar su asedio y aprovechó su desbalance para intentar su escape.

“Sé mejor que confiar en una naga como tú…” declaró con un tono sombrío y saltó para cruzar la reja, camino hacia la ciudad que todavía estaba muy lejos. Empezó a cubrir un área sombría que dirigía a un estacionamiento lejano y finalmente a su destino.
“…ah, menos mal tengo otros veinte de este…” Shiyoon se puso de pie y miró a su camisa rasgada. Vio al orphan huir a todo dar y sonrió con lamento. El miedo paralizante de este al hablar de huir tenía motivos muy válidos y, por su trabajo como el supervisor, Shiyoon sabía que era gran parte del origen del mismo. Este invocó su espada. “Lo siento, Haku…”




Fue otra explosión más por el impacto entre dos grandes bloques de concreto. Suzuka no podía creer que su Rebel fuera capaz de controlar la tierra procesada de aquella manera. Casi comenzaba a pensar que buscar tierra firme luego de la primera parte del enfrentamiento en las aguas había sido un error.

Como confirmación, el suelo se agrietó casi de manera espontánea y pasó a estallar para desestabilizarle por completo. Suzuka saltó una y otra vez en lo que escapaba del suelo agrietado e inestable. Sin embargo, al aterrizar cerca de un almacén, vio que las paredes del mismo ya se encontraban comprometidas, y esa estructura de inmediato se desplomó.

Fue una carrera muy súbita para no acabar sepultada y al final tuvo que lanzarse al suelo para evadir los últimos trozos de cemento. Su lanzada le produjo raspones por todo el material removido en el suelo.

“Tch…” Suzuka rechinó sus dientes. Una sombra le cubrió el rostro, y al alzar su mirada, vio a su Rebel de pie frente a ella y a menos de tres metros, quien le miraba nulamente desde arriba.
“No creo que esto sea todo lo que puedes hacer, Suzuka,” dijo con cierto juicio, dirigiéndose a los ojos casi como si la condenara. “No dependes solamente de tu espada para hacerme frente. Sólo pones resistencia, pretendes alargar esa situación sin llegar a ningún desencadenante…”
“…” ella se quedó devolviendo la mirada y se reservó respuesta alguna.
“¿Lo haces por esa otra HiME que ha venido contigo? Tú sí sabes que estuvimos conscientes que eran dos desde el inicio, ¿verdad? Si tanto te preocupas por ella, ¿por qué mejor no te rindes y la buscas para huir de una vez? ¿Tanto estás dispuesta a sacrificar su bienestar?”
“…ella se sumó con toda voluntad por más que intenté de disuadirle, y sé cómo es. Nunca aceptará que otros se responsabilicen por ella… por eso, por el esfuerzo que hace…” finalmente se levantó y encaró al Rebel. “…no puedo rendirme.”
“Tsk, no, eso no es lo que quiero decir,” para variar, el aura amenazante y gélida de Ootakemaru cedió para hacerle ver exasperado y frustrado con la situación. Este se dio un facepalm. “Escucha, Suzuka, tú creerás que soy el más problemático para ustedes las HiMEs y por eso te encargas de mí, pero no subestimes a mi compañero. Le he pedido que tenga cordialidad y respeto por tratarse del primer encuentro y de una situación complicada, pero conforme más tiempo pase, más temo que él pierda el control.”
“¿Qué quieres decir?” ella se extrañó. Nuevamente, era como si hablara con alguna persona común y corriente a quien ya conocía de antemano. No podía leer a ese Rebel que le daba demasiadas lecturas cruzadas.
“Él desea discreción así que no iré a detalle, pero es un peligro latente para ustedes. Su manera de actuar con sus oponentes es como si estuviera en la cima de la cadena alimenticia. En particular, si ve a alguna de ellas sangrar…” dejó de darse un facepalm y negó, para desviar la mirada.
“¿Sangrar? ¿De qué hablas?”
“Esos ya son detalles, pero te advierto que no le tientes a perder su paciencia. Si otras HiMEs fueran a llegar, no pienses que él estará en desventaja. Me sorprendería que haya otra HiME en tu entorno que sea la mitad de fuerte que tú.”
“…” le miró con ligero escepticismo, pero percibía sus advertencias como sinceras. “Lo tendré en cuenta, aprecio la honestidad.”
“Tsk, no me hagas arrepentirme, sólo me resigno porque veo que no me darás la pelea que esperaba de ti,” dicho esto, se encogió de hombros con fastidio. “Ya no hay nada positivo de esta noche. Este desastre debería acabarse lo antes posible.”
“…” y ahora parecía alguna especie de niño impaciente lanzando un berrinche. Suzuka pensó seriamente en las palabras. Bien podría haberlas recibido, pero a su vez sabía que Ootakemaru no le dejaría hacer lo que quisiera si es que seguía con su plan de inspeccionar el barco. Al menos quería darse un breve salto a cerciorarse que Tenshi se encontraba bien, pero no estaba segura sobre cómo hacerlo.



“Dices eso, pero…” Norimune caminó a ellos desde un área que no había sido afectada por los poderes del Rebel. El arma mayor sonreía tranquilamente mientras miraba al Rebel con perspicacia. “Te he visto muy contento de pelear, aun sin poder ir seriamente…”
“¿N-Norimune?” Suzuka le miró atónita. “¿Q-qué haces aquí?”
“Hola, querida hija,” este sacó su abanico y lo abrió para cubrir la mitad inferior de su rostro con un muy índice falso de angustia. “¿Es que acaso no te alegras de verme? La joven Tenshi me comunicó lo tanto que te hacía falta…”
“¿Te has visto con Tenshi? ¿C-cómo está ella?”
“Ah, la vi muy bien, logró retrasar a su Rebel un instante y luego de que le mostrara la ubicación del cuarto clandestino del barco, ella se fue por su cuenta…”
“Espera, ¿encontraron ese escondite?” preguntó Ootakemaru, sorprendido.
“…pero, por más bien que la haya visto, las cosas pueden cambiar de un momento a otro con suma rapidez. Ruego que te apresures a darle el alcance.”
“…” Ootakemaru frunció el ceño y le apuntó con su arma. “No esperé que actuaras como un detective y ayudaras la causa desde otro ángulo. Veo que te subestimé.”
“Oh, para nada, me duele admitir que la información que recaudé la encontré de manera muy accidental. No he sido la ayuda que mi hija necesita…” cerró su abanico y continuó hablando amenamente, casi con un poco de picardía. “Pero te debo un agradecimiento, secuaz de Rizembool. Dentro de este enfrentamiento, y mirando los destrozos productos de tu poder, has podido cuidar a mi hija mucho mejor que lo que yo podría hacer. Cualquier atronado en tu lugar no habría aguantado la tentación de hacerle daños graves…”
“Oye, soy su Rebel, ¿e igual me agradeces?” este alzó una ceja, con incredulidad.
“No voy a retirar lo dicho por un asunto tan trivial. Has actuado como un caballero dentro de los parámetros de la guerra que nos definen. Sólo expreso mi apreciación.”
“¿Qué tonterías estás diciendo…?” Suzuka se quejó en voz baja. Ella pasó a confundirse al ver a su Rebel reírse.
“¡Haha! Pues no eres aburrido, te daré eso,” comentó entretenido y sonrió malignamente. “Entonces, siguiendo ‘esos parámetros’, como un Rebel, ¿se supone que te agradezca por haberla abandonado al peligro y darme la oportunidad de atacarla sin la posibilidad de defenderse?”
“Oh…” Norimune se sorprendió y pasó a extender sus brazos a sus costados y sonreír frustrado. “Ahh, me haces ver terriblemente mal, estimado joven, pero no tengo la posibilidad de contradecirte…”
“…” Suzuka notó a su oponente distraído por su arma y decidió que podría tratar un ataque sorpresivo a ver si podía regresar al muelle y buscar a Tenshi. Ella sacó otro dardo escondido en su manga, pero no llegó a tomar una acción.
“Ah, Suzuka, no interrumpas la amena conversación que estamos teniendo,” le pidió su arma, quien de inmediato notó sus intenciones. Con ello, Ootakemaru también descubrió su proyectil.
“Eh, ¿un ataque sorpresa? Si esa no eres tú,” este le miró con juicio.
“Tsk, ¿qué haces, Norimune? Es una emergencia, ando preocupada por Tenshi.”
“Ello no quiere decir que, como tu padre, estaría contento de ver a mi hija rebajarse a artimañas que sé que no la definen.”
“¡No eres mi padre ni soy tu hija, deja esos disparates de lado!” le reclamó y la HiME pasó a darse un facepalm con tortura. “No puedo creer que me estés causando tanta vergüenza…”
“Curiosa arma que posees, sin duda no esperaba que tu espada gigante tuviera tanta personalidad,” observó el Rebel, entretenido.
“No me lo recuerdes…” la HiME desvió su mirada.
“…” Ootakemaru se vio complacido, y pasó a sonreír ferozmente. “¿Eso quiere decir que finalmente podrás pelear en serio conmigo?”
“Así parece que va a ser, sin embargo, si me permiten…” Norimune apoyó su abanico cerrado en su mentón y observó el muelle de interés, para luego mirar a ambos presentes de reojo. “Más HiMEs están en camino y presumo que traerán a Rebels. A su vez, puede que haya algunas culebras escurridizas merodeando por los alrededores. Fuera de pelear por el hecho de definir quién hará su voluntad, les pido humildemente que se enfoquen en terminar con este altercado para evitar más complicaciones.”
“Culebras…” Ootakemaru se vio serio, y pasó a frustrarse y cansarse. “Ya veo que el destinatario se impacientó con su pedido. Qué fastidio que sus subordinados estén por aquí…”
“¿De quién hablas, Norimune?” preguntó Suzuka, perdidamente.
“No es nada que debas saber en el presente, habrá otro momento para discutirlo.”
“Tú…” ella estaba frustrada, enfadada, pero, por encima de todo, se le vio decepcionada e incómoda. “A veces me pregunto si realmente estás de mi lado…”
“…” el arma se sorprendió por esas palabras y dio un suspiro. Sonrió apenado. “Por supuesto que sigues molesta por mi ausencia. Perdóname, Suzuka. Sin embargo, es como ya te lo he dicho. Yo siempre estaré de tu lado, todo lo que hago es apuntando a tu bienestar,” asintió y dirigió su mirada al cielo nocturno, inspirado. “Porque es este amor lo más poderoso que existe…”
“…” era igual de vergonzoso oírle con su obsesión por el amor, realmente tenía un arma demasiado romántica. Ni sabía qué era lo que quería decir con sus palabras.
“Sigo siendo tu arma, así que se hará tu voluntad. Ten cuidado, presumo que tu Rebel no es tu única amenaza esta noche.”
“Lo sé, desconozco lo demás, pero lo tendré en cuenta. No me descuidaré,” dicho esto, Suzuka extendió su mano diestra hacia su arma, quien finalmente cerró sus ojos y en un haz de luz se transformó en la enorme espada curva que la HiME empuñó. “Ootakemaru…”
“…” el Rebel le miró con expectativa.
“Lo lamento, pero esta vez no podremos pelear como gustas. Tengo un deber con las demás HiMEs, así que tengo que sacarte del camino.”
“Heh, claro, adelante…” entonces, el Rebel se rodeó de una amplia aura de electricidad. Incluso sus ojos brillaron de la misma. “¡Si es que puedes!”



Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #943: October 30, 2023, 07:06:06 PM »
Pipi

Topes algún día :3





Una llamada desconocida interrumpió la revisión floja que hacía de su feed de twitter en plena clase. Su primer instinto fue atribuirla a algún banco obsesionado con conseguir más clientes o alguna empresa telefónica en busca de su siguiente víctima… pero luego de colgarle varias veces, el número insistía en intentar comunicarse con él. Imaginó, tal vez, que se trataba de una urgencia… y aunque algún presentimiento en su interior le decía lo contrario, Oikawa optó por ser precavido.

Irritado, salió del salón de clases para poder contestar y resolver el misterio.

“Yo, Oikawa~”
“¿Quién…?” Oikawa se tardó unos segundos en reconocer esa voz. “¿¡GOJO-SENSEI!?”
“Mm, mm~” Gojo sonaba muy alegre. “Estás hablando con tu nuevo entrenador~ Bueno, si vamos a ser específicos, sería el entrenador oficial de tu HiME, pero… en fin. ¡Me entiendes!”
“¿Eh? ¿Cómo así? ¿Lograste…?”
“Sí, sí. Hablé con Miranda y con Ohara. Todo está solucionado~ Las chicas me dijeron que igual pueden usar su complejo de entrenamiento como gusten. De todas formas, Ohara y Matsuura los llamarán para conversar con ustedes sobre ese tema.”
“Mm, ya veo.” Oikawa asintió. “Uh… ¿Supongo que tengo que avisarle a Eureka-chan?”
“No, ya la llamé. Voy a encontrarme con ella en un rato. Parece que estaba ocupada… Pude escuchar a su novio cuando me contestó…”
“¿¡SU NOVIO!? ¿¡QUÉ NOVIO!?” Oikawa se veía al borde de un paro cardíaco. Los alumnos que pasaron por su lado lo observaron como si fuera el circo entero y… no podía culparlos, lamentablemente.
“Jajaja~ Caíste redondo~” Gojo soltó unas cuantas carcajadas. “Aunque sí estaba con un chico. Pero bueno, supongo que lo veré en un rato. Le dije que sería bueno conversar y conocernos antes de comenzar con los entrenamientos. Si estás libre, puedes venir. Estaremos en mi oficina.”
“Estoy en clases ahorita, sensei.”
“Oh~ Qué pena. Te perderás de la oportunidad maravillosa de conocer al novio de Eure—”
“NO, AHÍ ESTARÉ”
“Qué rápido caes en el anzuelo. ¿No te dije que no es su novio? Debe ser su amigo o algo así~”
“Bueno, sí, me preocupa el pseudo-novio… aunque ya sé a quién te refieres. Pero más que eso, sí quiero estar ahí. Siento que sería bueno acordar entre todos cómo llevaremos a cabo las sesiones de entrenamiento y demás.”
“Me alegra tu actitud~” Gojo canturreó, feliz. “Bueno, te espero. Nos reuniremos en media hora.”
“…Okay, gracias Gojo-sensei.”
“Nos vemooos~”

El profesor le colgó y Oikawa actuó de inmediato: decidido, comenzó el trayecto hacia la puerta de su universidad… hasta que se detuvo en seco al darse cuenta de un pequeño detalle.

No tenía idea… de dónde quedaba la oficina de Gojo en Hanasaki.

Pensó en llamarlo, pero tal vez aquella interrogante era la excusa perfecta para confirmar si la persona que andaba acompañando a Eureka era Madara.

“…” Oikawa se sintió peor que novio tóxico al marcar el número de su amiga. Sabía que no debía estar tan alterado por su amistad con el cantante, pero no podía evitar los celos que sentía al recordar cuánto se habían acercado en los últimos meses.

Para él, el rodaje del videoclip se sentía como algo que había ocurrido una semana atrás y no… dos meses y medio atrás.

“¿Oikawa?” La voz de Eureka sonaba confundida. “¿Qué pasa?”
“¡Eureka-chan! Gojo-sensei me contó de la reunión, pero no me dijo dónde queda su oficin—”
“¿Qué reunión?”
“¿La… reunión? ¿No te llamó para contarte que quiere reunirse con nosotros?” Oikawa frunció el ceño, confundido. “Me dijo que ya había conversado contigo…”
“Pues… no, nada. No me llamó. ¿Estás seguro…?”
“¡Sí, sí! ¡Acabo de conversar con él! ¡Dice que debemos ir a su oficina! Y te llamaba justo para preguntarte si podíamos ir juntos… porque no tengo idea de dónde queda— Ah.”
“¿Qué pasó?”
“Supongo que me manipuló para que yo hablara contigo en vez de él. ¡Y CAÍ REDONDO!”
“… No entiendo nada de lo que dices, ¿sabes?”
“Sí… no importa.” Oikawa suspiró. “¿Nos vemos en la puerta principal de Hanasaki? ¿O estás ocupada?”
“No, estoy libre. Salí hace media hora del ensayo del club de canto y estuve un rato con Madara, pero ya se fue a NewDi.”
“Me sorprende que ya no te refieras a él como ‘Mama’, Eureka-chan.”
“A mí también, te soy sincera.” Eureka rio. “Aunque a veces se me escapa uno por ahí… En fin. Voy a la puerta principal. Llego en menos de quince.”
“Perfecto. Ahí nos vemos~”

Oikawa colgó y, luego de soltar un suspiro adicional, se apuró en darle el encuentro a su amiga. Ya luego regresaría por sus cosas… dudaba que la reunión con el profesor abarcara más tiempo de lo que imaginaba.







“¿Por qué tengo que ir yo también?” Su primo observaba el panorama de la ciudad que se mostraba a través de la ventana del carro con una expresión desinteresada. Se veía a punto de colapsar del cansancio: el viaje de Alemania a Japón suponía un cambio radical de horario y aún no se había acostumbrado del todo al nuevo huso.
“Porque me pidieron que vaya contigo,” le explicó Kokichi. “Y si no lo hago, Nee-san… se pondrá insoportable.”
“Hablas como si tu hermana fuera una chica muy engreída.” Kunikuzushi lo juzgó con la mirada. “Lo único que quiere es enmendar su error y quedar bien conmigo. Aunque me sorprende… imaginé que llegaría a Tokio antes que yo.”
“Yo también… Pero el orden de los factores no altera el producto. Y la verdad, prefiero tu compañía, Kunikuzushi-kun~”
“Ya te dije que no me llames así.” Kunikuzushi suspiró. “Prefiero el nombre ‘Shiki’.”
“… No te culpo. No tengo idea de lo que pasó por la mente de mi tía al ponerte ese nombre.”
“¡Yo menos! Pero bueno. Shiki.”
“… Shiki.”
“Excelente.”
“Shiki-kun~” Kokichi le sacó la lengua. Shiki se aguantó las ganas de estrangularlo gracias a un rápido ejercicio de respiración. “Guau, parece que la terapia te ha ayudado. Antes no habrías dudado en lanzarte a ahorcarme…”
“Sí, supongo. Pero también ayuda que esté lejos de mi familia. Siento que podré empezar desde cero aquí.”
“¿Dónde vas a estudiar?”
“En la Universidad de Tokio,” explicó, tranquilo. “Ya me transferí… Pero me recomendaron retomar los estudios el año que viene.”
“¿Y? ¿No llevarás ningún curso este año, entonces?”
“No. Pienso acostumbrarme primero a la ciudad. Más bien, me mudaré con ustedes mañana. Puedo, ¿no?”
“Claro, ese era el plan desde el inicio. Pensé que vendrías a nuestra casa ni bien llegabas de Frankfurt.”
“Quería conocer un poco de la ciudad antes de caer en las garras de tu hermana. Ei-san… es un poco agobiante a veces.”
“¿Y yo?”
“…” Shiki sonrió de lado. “Tú eres peor.”


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #944: October 31, 2023, 08:40:46 PM »
Hoi hoi aqui dejo mi fic



En la mansión de la familia Osaka...

Muchas gracias por encargarte de invitar a Shinobu-kun para animar a Rinne- hablo Sogo con una suave sonrisa, además ahora también tenemos de invitado a Tamaki-kun, ya tienes osama pudin para todo el tiempo que se quede con nosotros verdad?

No hay de qué, Sogo-sama. Siempre he pensado que Rinne y Shinobu-kun hacen una linda pareja. Además, sé que él también ha estado preocupado por ella- dijo mientras terminaba de lavar los platos- y con respecto a Tamaki-sama tengo todo listo.

Me alegra escuchar eso. Es importante que ambos se apoyen mutuamente en momentos difíciles.

Así que Rinne, recuerda que no estás sola en esto. Todos estamos aquí para ti.

Gracias, Nii-san. Aprecio mucho tu apoyo. Y también agradezco a Miyauchi-kun por ser siempre tan considerado.

No hay de qué, Rinne-sama. Para eso estoy aqui, para cuidar de todos los miembros la familia Osaka. Ahora, debemos prepararnos para la llegada de Shinobu-sama. Tenemos todo listo para que disfruten de un delicioso almuerzo juntos.

Mientras Rinne se alistaba con emoción y nerviosismo, Sogo se tomó un momento para reflexionar sobre su hermana menor. Sabía que ella había pasado por momentos difíciles en el pasado, y se culpaba a sí mismo por no haber estado allí para protegerla. Pero ahora, tenía la oportunidad de hacer las cosas bien.

Cuando el momento llegó, Rinne descendió las escaleras con elegancia, luciendo un hermoso vestido blanco y una tímida sonrisa en su rostro. Estaba esperando la llegada de su amor platónico, después de un par de minutos Shinobu llegó junto a Chongyun que lo iba a cuidar.

 Cuando Shinobu vio a Rinne con ese vestido blanco, quedó cautivado por su belleza

Rinne... estás radiante con una brillosa estrella de ninja- dijo emocionado-

Muchas gracias por tus palabras Shinobu-kun, me alegra verte también-dijo ligeramente sonrojada- Gracias por aceptar mi invitación.

Mientras disfrutaban del exquisito almuerzo preparado por Miyauchi, Rinne y Shinobu empezaron a comentar acerca de las cosas que habían pasado en su época de escuela antes de volverse a ver, a la conversación también se unió Tamaki que aun andaba con sueño.

Shinobu-kun, quiero agradecerte por todas las cosas en la que me has apoyado y también por permitirme ser manager de Ryuseitai, daré lo mejor de mi para poder llevar al grupo al top- dijo emocionada-

Rinne-dono, tu te has esforzado mucho para poder hacer las cosas bien y pues todos te queremos y agradecemos tu ayuda, así que estamos en tus manos a partir de ahora.

Sogo, observando la conexión entre Rinne y Shinobu, sintió un profundo alivio en su corazón. Sabía que su hermana estaba en buenas manos y que finalmente estaba encontrando la felicidad que se merecía.

Después del almuerzo, Rinne y Shinobu se retiraron a un tranquilo jardín, donde pudieron continuar su conversación en privado.

Shinobu-kun, hay algo más que necesito decirte. He decidido que quiero enfrentar mis temores para salir adelante ya que necesito cerrar ese capítulo de mi vida de una vez por todas.

Rinne-dono, te estaré apoyando en todo lo que necesites.

Con sus corazones llenos de determinación y amor, Rinne y Shinobu se prometieron ayudarse y protegerse mutuamente en su lucha contra los traumas del pasado. Sabían que iba a ser un camino difícil, pero se sentían bien al tenerse el uno al otro.

Mientras tanto, Sogo observaba desde lejos junto a Tamaki que estaba comiendo su osama pudin y chongyun estaba conversando con Miyauchi

Se ven muy bien juntos verdad?

Rinne-chan tiene buenos gustos So-chan…-dijo Tamaki mientras seguía comiendo- espero que tu también tengas buenos gustos-

Pero que cosas dices Tamaki-kun…- se sonrojo levamente para mirar de reojo a Miyauchi


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En la casa de los Kinomoto, Sakura se levantó de su cama y comenzó a prepararse para ir a la cocina. A medida que caminaba por los pasillos, notó que la casa estaba en silencio, lo que significaba que todos seguían descansando después del ataque. Sin embargo, Sakura estaba decidida a mostrar su gratitud y animar a su familia, así que continuó con determinación.

Una vez en la cocina, Sakura se encontró con Orthos, su fiel compañero. Juntos, comenzaron a preparar los ingredientes y a planificar el menú. Sakura quería asegurarse de que todos disfrutaran de una comida deliciosa y reconfortante.

Mientras cocinaban, Sakura reflexionaba sobre la importancia de tener unión y fortaleza en tiempos difíciles. Recordó las palabras de Orthos sobre el poder de los sentimientos y se sintió agradecida por tener a personas que la apoyaban.

Después de un rato, el aroma tentador de la comida comenzó a llenar la casa. Poco a poco, los miembros del clan Kinomoto se despertaron y se dirigieron a la cocina, atraídos por el delicioso olor.

Uno a uno, fueron llegando, cada uno expresó su sorpresa y gratitud al ver a Sakura preparando la comida. Sabían que había pasado por momentos difíciles, pero verla tan animada y alegre como siempre les recordó la fortaleza de su lazo familiar.

Mientras compartían la comida, Sakura les transmitió su gratitud y su deseo de que todos se sintieran animados y unidos. Expresó su confianza en que juntos podrían superar cualquier obstáculo que se les presentara.

La comida fue una celebración de la unidad del clan Kinomoto. A medida que conversaban y se reían, Sakura sintió que el peso de los acontecimientos recientes se aliviaba un poco. Sabía que aún tenían desafíos por delante, pero también se dio cuenta de que nunca estarían solos en su lucha.

Después de la comida, Sakura y Orthos se tomaron un momento para descansar y reflexionar sobre lo sucedido. Sakura sabía que, además de entrenar y fortalecerse, también debía encontrar formas de proteger a aquellos a quienes amaba.

Decidió que utilizaría sus habilidades mágicas no solo para luchar contra el mal, sino también para mantener a salvo a su familia y a sus seres queridos. Haría todo lo posible para evitar que sufrieran más daño y para brindarles felicidad y seguridad.

Con esta determinación renovada, Sakura se preparó para enfrentar los desafíos que vendrían. Sabía que no estaría sola, tenía el apoyo incondicional de su clan, de Syaoran su prometido, de su hermana Mashu  y Orthos su child. Juntos, se enfrentarían a lo que viniera con valentía.

A medida que avanzaban en su viaje, Sakura estaba decidida a fortalecer su conexión con Syaoran y hacer que sus sentimientos de amor mutuo puedan conectarse. Sabía que, como prometidos, tenían responsabilidades mutuas, pero también deseaba que su relación se basara en amor y apoyo sinceros.

Con el corazón lleno de esperanza y determinación, Sakura se preparó para el futuro. Sabía que habría más desafíos por delante, pero confiaba en que, con sus seres queridos a su lado, podrían superar cualquier cosa. Juntos, se enfrentarían a los peligros y protegerían todo lo que amaban.

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