Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252313 times)


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #795: September 18, 2021, 04:06:30 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 9755 palabras
Kana :: 4365 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 930 palabras
Mery :: 989 palabras
Apple :: 1183 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #796: September 28, 2021, 10:12:27 PM »

Episode 37 — Questions

Entre clases, entrenamientos, y prácticas de medicina, Taikoubou sentía que no tenía tiempo para respirar. Reinvolucrarse en el conflicto HiME había sido decisión suya (aunque la culpable seguía siento, en cuestión, Sayi), pero lo curioso del caso era cómo, al preguntarse si había cometido un error, su propios pensamientos eran los encargados de darle un rotundo no.

Eran largas las horas en el dojo de Leonidas, su cuerpo le dolía ante lo agotador de los entrenamientos, y aunque las horas pintando en Hanasaki le daban un respiro… su mente se le adelantaba al hospital donde continuaba practicando medicina. Era extenuante, para cuerpo y mente, pero no recordaba haberse sentido tan complacido consigo mismo.

Y es que estaba tachando todas las cajas: Seguía aprendiendo medicina, había recordado lo gratificante que era pintar, y en su cuerpo estaba en la mejor forma de su vida. Se encontraba en Japón, trabajando con su padre, y de vuelta con muchos de sus amigos… aún si a opinión de Hige no estaba dedicándole tiempo suficiente.

“Esta noche, puedo ir donde Ichigo y jugamos Halo, ¿qué te parece?” Le ofreció al Child mediante. La propuesta pareció complacer al Child, quien sonrió en la pantano de su teléfono.
“Bet. ¡Pero traes In-N-Out para todos!” Le pidió “Ahora que mi papi es doctor es momento que me engría cómo se debe”
“¿Te recuerdo que no soy doctor, sino practicánte?” Le recrimino, pero era muy tarde. El Child había colgado tras la promesa de video juegos y hamburguesas. Ahora, a Taikoubou le tocaba prepararse mentalmente para honrar su palabra luego de su shift de seis horas en el hospital.

Se encontraba camino a la cafetería, donde pensaba comprarse algún sándwich antes de su turno. La ruta estaba bastante vacía, sin embargo, pero antes de cuestionárselo mucho notó un muchacho vistiendo un hakama azul…

Su mente relampagueó al recordar de quién se trataba. Alguien que instintivamente mandaba alertas a todos sus sentidos.

Soujirou Seta.

El castaño le sonría con calma, cual reconociendo a un lejano amigo. Taikoubou, por su parte, se recordaba que Soujirou ya no era el Rebel de Sayi… pero su cuerpo no parecía hacerle caso. Estaba tenso como una piedra.

Mientras el joven caminaba hacia él, Taikoubou se percato que no traía una espada atada a su cintura. Entonces, vino una pregunta que lo tomó desprevenido.

“¿Cómo le esta yendo a Sayi?” Dijo “¿Crees que necesita de mi ayuda?”



Ichigo se dejó caer en la banca y sus manos tantearon por su botella. Apenas la encontró, el rubio dejó caer todo contenido en todo su rostro, bañándolo en agua helada. Entonces Yoruichi le lanzó una toalla, y el joven se limpió el rostro con ella antes de recostarse en el suelo.

Yoruichi no estaba tan agotada como él, pero en varias ocasiones había notado que le faltaba aire, algo nuevo en los entrenamientos con el rubio. Estaba mejorando rápidamente, al punto que pensaba si debería empezar a cobrarle por el esfuerzo que empezaba a requerir de ella.

Pero si era honesta, la morena disfrutaba del chisme.

“Como me decías, entonces... ¿Taikoubou regresó, y ya, así sin más?” Ichigo asintió “Algunas personas tienen la vida tan fácil…”
“Está entrenando con Leonidas combate cuerpo a cuerpo. Pero aún no encuentra alguien que le ayude con la electricidad. No es sencillo encontrar gente dispuesta a enseñar magia…”
“Fuera del círculo mágico de Hanasaki me imagino que no”
“Pero aparte de eso, esta cómo estudiante de media tiempo, y hace prácticas en el hospital de su familia. Se mantiene muy ocupado… a duras penas he tenido tiempo a verlo. Hige iba a intentar comprometerlo a algo esta noche”
“Hm ya veo…” contempló Yoruichi “Oye, ¿y crees que él y Sayi regresen?”

Ichigo se encogió de hombros. Tan ocupado se encontraba contemplando ese escenario que no se percato que Yoruichi estaba más interesada en su reacción que en la respuesta.

“No lo se, Sayi dice que no, pero quién sabe” respondió “Tiene mucha historia juntos”
“Y ahora que Taikoubou esta aquí, con poderes y toda la vaina, ¿aún quieres entrenar como lo llevas haciendo?”
“Claro que sí. Quién sabe si el delicado de Bou cambia de opinión y decide regresar a Beijing, ¿entonces qué?” respondió, cruzándose de brazos “Más vale ser precavido”
“De verdad eres un gran amigo”
“Y tu, ¿no piensas volverte HiME de nuevo?”
“Miranda puede ofrecerme medio millón de dólares y mi respuesta seguirá siendo no. Solo sigo aquí hasta sustentar mi tesis y ya… pero como me faltan algunos detalles que terminar, aquí me tienes, dispuesta a entrenar en mi tiempo libre”

Ichigo sonrió para sí mismo. Era de cierta manera cómico como estos entrenamientos eran matadores para él, pero para Yoruichi parecía tratarse más como un calentamiento.

“Pero… ten presente que para hacerle frente a un Rebel necesitas más que cuerpo a cuerpo, y con magia no puedo ayudarte. Heck, hasta que logres tener magia, no hay mucho que nadie pueda hacer para ayudarte”
“Lo se”
“Pero hey, ahora que lo pienso, quizás y te convendría practicar combate con Taikoubou. ¿No dijiste que recién esta empezando a entrenar?”

No lo había pensado, ¿quizás y si le convendría?
Pero, ¿cuál sería la reacción de Bou? Después de todo nadie sabía que había entrenando, nisiquiera se lo había confiado a su gemelo, la última vez que había venido de visita. Y entonces se preguntó a su mismo, ¿por qué no?

Su teléfono vibró, y al leer el mensaje el rubio de puso de pie en un brinco.

“¡Hige logró convencerlo de visitarnos!” Dijo, refiriéndose a Taikoubou. Yoruichi sonrió ante su expresión “Me voy, ¡gracias por la sesión!”

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #797: September 29, 2021, 12:48:57 PM »
Yay~ no termino a última hora para variar (...)

Antes que nada, un millón de gracias a Neko por dejarme usar a Sakuya Izayoi para esta historia. En serio, te pasaste, lo aprecio mucho *big hug*

99.2.






Luego del fin de clases del día, Hyuuga terminó acompañando a IA junto con Kuro y Shiro de manera inesperada luego del pedido de su vieja amiga. A ellos se les sumó Gumi, quien terminó por enterarse de la verdad de su nueva compañera de clases durante el camino. La peliverde fue ofrecida el transporte debido a que IA acudió a ES, el lugar donde iría a desempeñarse como idol y a donde Gumi también había esperado ir después del colegio.

Apenas llegaron se encontraron con Sonia en el main lobby, quien era acompañada de una esbelta y llamativa sirvienta de cabellos plateados y ojos azules. Esta servidora se mantuvo formal y apacible en lo que la hermana mayor se emocionó al ver al grupo llegar.

“¡IA, ya estás aquí!” exclamó Sonia, yendo donde su pequeña con una amplia sonrisa y estrellitas en sus ojos.
“Sonia…” IA fue dada un abrazo de oso por su hermana y se quedó algo perdida y curiosa por su efusiva reacción. “¿Todo bien, hermana? ¿Tuviste un buen día?”
“Sí, fue de lo mejor,” le contestó y le soltó para mirarle atenta y alegremente. Juntó sus palmas. “De todos modos, no es que tenga mucho que contar. Más tengo que prestarte atención a ti. Es tu primera vez saliendo de estudios en casa. ¿Cómo ha sido tu día?”
“…” IA asintió y sonrió. “Muy lindo. Todos son muy buenas personas,” su atención de inmediato pasó a la sirvienta. IA se dirigió a Gumi brevemente. “Ah, Gumi, te presentó a mi hermana mayor Sonia y mi asistente Sakuya. Sakuya también es como mi hermana mayor.”
“¡Oh, mucho gusto!” Gumi se impresionó y les saludó efusivamente. “¡Me sorprende que sean realeza! ¡No me explico cómo así llegaron a Japón, pero soy muy feliz de conocerlas!”
“Igualmente, te ves como una niña muy amena, gracias por llevarte tan bien con mi IA,” dijo Sonia, gustosamente. “Hehe, y estoy de acuerdo. Es casi como si fuéramos cuatro hermanas.”
“Eh, Sonia-sama, eso no es verdad,” la sirvienta le corrigió con ligera inquietud. “No puedo negar que aprecio el estima que tienen a mi persona, aunque tampoco puedo igualarme a ustedes,” afirmó e hizo una reverencia hacia Gumi. “Mi nombre es Sakuya Izayoi, soy la leal sirvienta de la familia real de Novoselic. En particular, estoy a cargo de cuidar del bienestar y la salud de la señorita IA,” luego de su presentación, sonrió con carisma y ligera perspicacia. “Observo que se ha llevado bien con la señorita IA y ella le extiende consideraciones. Le agradezco por su atención y amabilidad.”
“Haha, no es nada, IA es muy linda,” Gumi se rió.
“Uhh, Sakuya,” para variar, IA se frustró e hizo un puchero. “No quiero que me trates con tanta formalidad, por favor. Quisiera vivir de manera normal fuera de Novoselic. Casi me haces sentir como si no fuéramos cercanas.”
“Lo lamento mucho, señorita, sin embargo, existen ciertas normas sociales que soy incapaz de romper, especialmente en público,” explicó amablemente, con la mejor de sus sonrisas. “Me corresponde atenderles y esperar pacientemente mi turno de dirigirme.”
“¿Es por eso que no acompañaste a Sonia a darme la bienvenida?” preguntó con leve desaire. “Realmente me gustaría recibir un abrazo de ti también.”
“Señorita, por favor, es acompañada por su nueva amiga, le recomiendo que no toque estos temas en este momento,” observó Sakuya, manteniendo su apacible y paciente actitud.
“Pero…” le miró con leve súplica.
“…” entonces, Sakuya rió un poco para sus adentros. “Sin embargo, me copiaré de su estimada amiga y le diré que es muy linda, señorita IA. Comparto la dicha de Sonia-sama de volverla a ver después de su primer día de clases.”
“¡Ay, sí, mis hermanitas son totalmente adorables~!” canturreó Sonia, conmovida y con sus ojos brillantes.

Gumi se entretuvo de ver la interacción que delataba la forma en que las tres se llevaban. Sonia era muy obvia en el amor que sentía por sus hermanitas, mientras que Sakuya, por más que mantuviera una impecable presentación, había demostrado la suficiente dicha en su trato para concluir que tenía a su señorita en gran estima. Era muy evidente que IA poseía un ambiente cálido donde era muy querida y apreciada, fuera de su rol de princesa.

Realmente era casi envidiable…

“Siento cambiar el tema tan abruptamente, pero nos olvidamos de otros presentes,” observó Sakuya, retornando a una expresión neutral. Vio a Hyuuga acompañado del par de niños a cierta distancia en lo que prestaban atención a un boletín de anuncios de ES.
“Ah, por supuesto,” Sonia se sorprendió gratamente y caminó con rapidez donde los tres. Ella fue oída por ellos.
“Oh, buenas tardes, Sonia,” le saludó Hyuuga, cordialmente. “Lamento la distracción. Nos dio curiosidad leer lo que decían los anuncios.”
“No te disculpes conmigo, por favor, si nosotras somos quienes les dejamos de lado,” contestó amablemente. Le agarró de ambos hombros, lo cual confundió al chico. “Más bien mírate. Cuánto has crecido en estos años en que no nos vemos. Eres casi como un hermanito para mí y me sabe mal pensar que me he perdido de varias cosas.”
“Sonia, me avergüenzas,” admitió con una sonrisa torpe y retrocedió para soltarse. “Aprecio tus palabras, aunque no debo ser tratado como un niño. Tendré mucho por aprender, pero ahora soy el líder de mi familia. Más bien, debo elogiarte, ya que cada vez más demuestras la gracia de la futura reina de Novoselic.”
“Ahora eres tú quien me avergüenza, Hyuuga,” la chica sonrió apenada. “Reconozco que poseo la apariencia, pero todavía hay muchos aspectos de mi persona que necesitan mejorarse. Aunque ignoremos eso por ahora, estoy muy feliz de verte. Y por cierto,” Sonia ensanchó su sonrisa y se agachó un poco para mirar a Shiro y Kuro de cerca. “Ellos deben ser los chicos de los que me hablaste. ¡Hola! Soy Sonia Nevermind, es un gusto conocerlos.”
“S-sí, igualmente…” Shiro asintió, un tanto sorprendido de su cercanía. “Soy Shiro…”
“…” aparte de mínimamente alejarse, Kuro se mantuvo atento e inmutado como siempre.
“Pueden confiar en Sonia, les aseguro,” dijo Hyuuga al par. “Las princesas son amigas muy gratas para mí, sé que se llevarán muy bien con ellas.”
“…” Shiro asintió y sonrió tímidamente. “Puedo ver que son buenas personas…”
“Hehe, y tú pareces un amor, pequeño~” canturreó la rubia, alegremente.
“Ahora que lo pienso…” Hyuuga se puso a pensar. “¿Cómo se encuentra Camus? Como tu vasallo, me sorprende que no esté aquí para acompañarte.”
“Camus va a desempeñarse como un idol aquí en ES, él ha tenido bastante éxito como tal en nuestro país, más bien con el tiempo ha pasado un poco menos pendiente de mis necesidades,” explicó Sonia. “Lo cual me alegra, ya que tengo muchas esperanzas de su propio desarrollo. A su vez es un alivio saber que estará muy cerca de IA y Mayu cuando lo necesiten.”
“Oh, ciertamente varias cosas han cambiado durante estos años,” observó sorprendido.
“Más bien es Sakuya quien podría apuntarse a algo adicional ahora,” agregó Sonia.
“Sonia-sama, considero que estaré lo suficientemente ocupada con mi rol de servirles,” observó la peliplateada, acercándose. “Y ninguna otra ocupación me resultaría igualmente de gratificante, sin importar cuál fuera.”
“Puedo ver que no todo ha cambiado,” Hyuuga asintió en señal de respeto. “Es un gusto verte nuevamente, Sakuya. Las hermanas Nevermind no pueden estar en mejores manos.”
“Siempre tan elogiador, Hyuuga-sama,” observó Sakuya con humildad y leve gracia. “Aun así, incluso con mi mayor cuidado necesito el apoyo de Camus y los otros sirvientes. La señorita Mayu es particularmente rebelde. No siempre puedo leerla.”
“¿En serio?” se sorprendió.
“Supongo que siempre ha sido así, pero mi pequeña tiene toda la comprensión que necesita en nosotros, sólo hay que ser pacientes,” dijo Sonia, sonriendo apenada.
“Hablando de Mayu, debemos ir a buscarle,” dijo IA, quien se acercó junto con Gumi.
“Ella vendría a ser tu hermanita, ¿verdad?” preguntó Gumi, entusiasmada. “¡Ahh, también quiero ir a conocerla!”
“Sobre eso…” Sakuya se vio insegura y se cruzó se brazos. “Lo lamento mucho, señorita Gumi, pero presumo que no sería lo mejor en estos instantes.”
“¿Eh? ¿Por qué no?”
“Es verdad,” IA dio un suspiro. “A Mayu no le gustan las sorpresas y tampoco le dijimos que le daríamos el alcance. Creo que sería mejor que le hable un poco de ti primero.”
“Ya veo…” Gumi se veía confundida y curiosa.
“Lo siento mucho,” IA hizo una reverencia.
“¡Ah, no, no te disculpes, yo soy quien se sumó a venir por tener el mismo destino! Más bien gracias por el paseo en limosina,” dijo entretenida y levantando sus palmas.
“Ya veo, Mayu entonces no debe saber que he venido,” Hyuuga asintió. “No quisiera causarle angustia. Lo mejor sería verla en otro momento.”
“No, no, tú vienes con nosotras,” afirmó Sonia, decidida. “Mayu ya te conoce muy bien y estará muy contenta de verte.”
“Sí,” IA asintió. “Es por eso que te pedí que vinieras.”
“Eh, pero…” Hyuuga se vio inseguro. “He venido con Kuro y Shiro. No sé si sería bueno que nos acompañaran ahora, pero tampoco puedo dejarles solos.”
“Ese es un buen punto,” dijo Sakuya.
“Oh, ¿qué tal si soy de guía para los dos?” se ofreció Gumi, levantando una mano. “Las visitas a ES son permitidas y hay muchas cosas interesantes que ver. Además quiero conocerles mejor, apenas les he oído hablar durante el descanso.”
“Gumi-san, agradezco la oferta, aunque no quisiera que descuidaras tus quehaceres…” dijo el peligris.
“No tengo ningún trabajo que hacer hoy, descuida, sólo venía a practicar, pero tampoco es necesario que lo haga,” miró a los pequeños. “¿Y bien? ¿Se apuntan?”
“Eh…” Shiro intercambió miradas con Kuro y terminó asintiendo. “Pues sí, puede ser…”
“¿Están cómodos?” preguntó Hyuuga al par. Se mostró un poco torturado. “Me sabe muy mal dejarles tan intempestivamente.”
“Está bien, Hyuuga, siempre eres muy amable con nosotros,” le aseguró Shiro, sonriendo agradecido. “Ehm, y Gumi-san nos extendió la invitación. Sí me gustaría ir a dar una vuelta. ¿Estaría bien, Kuro?”
“…” este miró a su amigo, luego a Hyuuga, y asintió un poco.
“Entiendo,” Hyuuga sonrió rendido. “Gumi-san, agradezco tu amabilidad. Prometo que no tomará mucho tiempo.”
“Hehe, tómense el tiempo que quieran, ya tengo el contacto de IA. Me avisan cuando terminen.”

Así, las hermanas caminaron juntas, con Hyuuga y Sakuya siguiéndoles. Sonia dirigió al grupo al ya haber pedido las indicaciones para saber dónde ubicar a su hermanita.

Ellos avanzaron y Hyuuga se mantuvo mirando en la dirección donde sus protegidos se habían marchado, con una leve aunque evidente preocupación.

“Hyuuga-sama, no se angustie,” le aconsejó la peliplateada, quien le miraba de reojo atentamente y tal vez con ligero juicio. “Sé bien la situación de ellos dos, pero aun así, ello no amerita que los sobreprotejas. Son más capaces de lo que los tratas.”
“No puedo negar tus observaciones, Sakuya, es sólo que este no es un escenario que pude prever. Por lo tanto, me resulta complicado,” admitió con torpeza. “Lamento mucho mi actitud.”
“Por el contrario, demuestras ser un líder responsable. Sólo realizaba una observación sensata. Todos necesitamos de otro punto de vista en ocasiones.”
“Es verdad…” sonrió frustrado.
“Esto más recae en nosotras, Hyuuga, siento mucho forzarte a venir sin aviso,” dijo IA.
“Yo tampoco lo pensé bien, si no habría visto cómo acomodar mejor a los pequeños,” admitió Sonia, sonriendo incómoda. “Se los repondré la próxima vez.”
“No, está bien, no se preocupen, es cierto que todo estará en orden,” Hyuuga negó tranquilamente. “Más temo cómo se tomará Mayu la sorpresa. Comprendo que se encuentra en una practica de canto y seguramente no querrá interrupciones.”
“Mayu sí es de concentrarse en sus labores a plenitud, pero le hará bien verte, Hyuuga,” IA asintió convencida y con grandes ánimos. “Ella nos mencionó las veces que pudo verte cuando estuvo estudiando aquí hace unos años.”
“Oh, lamentablemente no es que pudiera dedicarle mucha atención en ese entonces,” admitió apenado. “Recién hace poco he comenzado mis estudios en Rizembool y siempre he estado ocupado con mis deberes familiares. Siento que pude haber sido un mejor apoyo para ella.”
“No te preocupes, por supuesto que andas muy ocupado, además es también nuestra responsabilidad velar por nuestra hermanita,” Sonia asintió. Ella desvió su mirada. “Nuestros sirvientes anduvieron al tanto de sus necesidades, aunque temieron que Mayu no estaría bien si se quedaba sola por mucho tiempo, por lo cual decidimos que tenía que regresarse a Novoselic. Ahora que IA y yo pudimos acompañarle en el Japón es que ha podido regresar,” luego de su contemplación, volvió a sonreír. “Tengo esperanzas en que nuestra estadía servirá para mucho más que mis deberes diplomáticos. En particular, deseo que nuestras familias continúen siendo tan cercanas, o incluso lo sean más.”
“No veo por qué no, ustedes siempre serán mis estimadas amigas. Aquello no tiene por qué cambiar,” afirmó, aunque notó cómo las hermanas se detuvieron un momento e intercambiaron miradas cómplices. “¿Eh? ¿Sucede algo?”
“No, no es nada, hay que seguir,” dijo Sonia.
“Sí, antes que Mayu se vaya a otro lado,” IA asintió y siguieron caminando.

Hyuuga se quedó con su incógnita y sólo le continuó avanzar. A su costado, Sakuya sonrió entretenida. Para cualquier persona aparte del peligris, las intenciones de sus señoritas serían muy evidentes, mientras que las prioridades del chico se encontraban en otro lugar.

Finalmente, se abrieron paso entre los ambientes de práctica personales hasta que llegaron al cubículo ocupado por Mayu. La princesa menor de cabellos voluminosos se encontraba cantando con los ojos cerrados frente a un micrófono profesional. Su concentración era absoluta. Pese a ello, sus hermanas no la observaron por mucho y se aventuraron a abrir la puerta.



“…” Mayu fue sacada de su ensimismamiento de golpe y se sobresaltó ligeramente, para ver a Sonia correr a ella y darle un fuerte abrazo.
“¡Mayu, te encontré!” exclamó la mayor, efusivamente. “No podías escaparte, mi pequeña.”
“Sonia…” dijo perdidamente. Terminó por fruncir el ceño. “Si yo te dije que podías encontrarme aquí. Se los dije a las dos…”
“Yo esperaba que pudiéramos ir juntas a ES, Mayu, no es justo que te nos esfumes,” dijo IA, con leve desaire. “Por eso estamos aquí.”
“¿Y qué tal tu día? ¿Te ha gustado Hanasaki?” continuó Sonia.
“Hm, bien, no es nada especial,” dijo neutralmente. Se separó de su hermana. “Bueno, ya que están aquí no continuaré con mi práctica. ¿Quieren ir a algún lado?”
“No te pongas así, Mayu,” IA negó y sonrió un poco. “Eres nuestra hermana menor. Me gusta más que seas apegada a nosotras. Pero sí, vamos a tomar algo, ¿te parece?”
“Es que me han sorprendido, si saben que no me gusta,” dijo con leve reproche y dio un suspiro. “Ya, vamos a una cafetería. Aquí en ES he oído que…”

Mayu había recogido su maletín de colegio y ni bien miró hacia la salida del cubículo se topó con una persona a la que no había esperado ver. Se congeló al reconocerle.

“Buenas tardes, Mayu,” le saludó Hyuuga, gentilmente y con una sonrisa. Hizo una reverencia. “Ha sido mucho tiempo.”
“¿H-H-Hyuuga?” ella tartamudeó en pleno shock. Sus ojos se abrieron como platos y tembló mínimamente mientras sentía su rostro tomar temperatura por la vergüenza. “Eeehhh… ¿q-qué haces aquí…?”
“Muy buenas tardes, señorita,” le saludó Sakuya, con cordialidad y una reverencia. “Hyuuga-sama ha venido especialmente a saludarle y darle la bienvenida.”
“Mayu…” Hyuuga se preocupó un poco. “¿Te sientes bien? ¿Será que no he venido en el momento adecuado?”
“¡N-no, es sólo…!” bajó su mirada, ruborizada y sin poder encontrar las palabras. “Sólo… pues sí un poco… ¡ah, qué estoy diciendo! ¡E-es que…!” la chica miró de un lado a otro en búsqueda de algo que pudiera funcionar como un espejo. “D-d-debo estar echa un desastre ahora, yo…” entonces, miró nuevamente a sus hermanas, quienes sonreían alegremente y satisfechas. De inmediato las miró con molestia y comprimió sus puños. “¡¿Por qué me hacen esto?!”
“No te sobresaltes. Hyuuga te está dedicando toda su atención,” le recordó Sonia, sonriente.
“Mayu, tú puedes, esfuérzate,” le alentó IA, asintiendo y alzando sus puños mínimamente en una barra discreta.
“¡Ahh, pero no así!” mientras tanto, la pobre quería morirse de la vergüenza. Se terminó cubriendo su rostro con ambas palmas.

Sakuya miró el sobresalto de la señorita más joven. Por más que las intenciones de sus hermanas fueran buenas, entendía que lo mejor sería hacer una pausa. Dio un paso adelante.

“Señoritas, presumo que sería un buen momento para tomar algo, ¿no les parece?” sugirió con la mejor de sus sonrisas. “Iré a traerles algo. Hyuuga-sama, ¿podría hacerme el favor de acompañarme?”
“Eh, s-sí,” este asintió. Tal vez era lo mejor irse de momento. Miró a las hermanas. “Vuelvo enseguida, con permiso.”


Sus obligaciones fueron llevadas a cabo sin contratiempos. Camus cumplió con su primera presentación dentro de la agencia Shining en ES. Aquello no fue más que un acto de presencia al ya haber formalizado su afiliación previamente y estar al tanto de sus próximas actividades. De todos modos, fue un acto igualmente útil para sí ya que logró conocer mejor el ambiente donde tanto él como IA Nevermind desempeñarían sus trabajos. A diferencia de la princesa, Camus ya poseía experiencia y fama internacional, y si bien aprobaba bajo una rudimentaria inspección aquel recinto que sería provechoso para su princesa, no estaba convencido sobre la utilidad que tendría para su persona.

Hasta el momento, ni Shining ni ES le convencían por completo, pero su mayor frustración era que pudo confirmar con su aparición el plan más importante para su persona: el hecho que habían formado un grupo de cuatro y le habían forzado a unirse al mismo.

Por más leal y servil que pudiera ser para la familia Nevermind, Camus era un lobo solitario y extremadamente juicioso de otras personas. Menos podía imaginar que gente de menor alcurnia y muy distintos a él cumplieran con sus rigurosas expectativas. Sin embargo, ES seguía siendo uno de los centros más importantes de la industria de artistas y idol en todo el Japón, lo cual continuaba siendo elogiable. Mientras sus señoritas tuvieran deberes y necesidad de vivir en el país asiático, Camus estaba destinado a quedarse cerca de ellas, por lo cual vería cómo afrontarse a sus inconvenientes personales de la manera más profesional.

Aun así, presentía que andaría más ocupado que en su país natal, por lo cual tendría que barajar mejor sus roles de artista y vasallo. No evitó pensar en Sakuya, quien a su vez tendría que hacer lo mismo, aunque en su caso sería su rol como una Princess…

De repente, mientras caminaba fuera del área que le correspondía a Shining, Camus se vio cara a cara con otro idol de cabellos marrones y ojos grises, quien parecía haber intentado sorprenderle o asustarle. Este sonrió amenamente.

“¡Hola! ¡Tú debes ser el rumoreado Camus!” saludó Reiji, con una amplia sonrisa enseñando sus dientes y ambas palmas abiertas. “¡Ahh, te vi por casualidad, pero finalmente nos conocemos!”
“…” Camus le miró desde arriba con juicio y su mirada gélida. Sin embargo, no podía darse el lujo de molestarse y expresar su sincero mal humor sin todavía comprender con quién lidiaba.
“Ahh~ esa mirada que tienes me da escalofríos~” Reiji canturreó e hizo el ademán de protegerse con sus palmas, pero no dejó su actuación juguetona de lado. “Ayuda~ que alguien me auxilie~”
“Usted…” comenzaba a sentir dificultad al mantenerse apacible. Camus forzó una sonrisa torpe y atenta. “¿podría saber con quién estoy hablando?”
“Hehe, puedo ver que mi nombre no daría tanto eco como el nuevo idol de Novoselic,” sonrió con perspicacia y pasó a dar un guiño y regresar a sus abundantes energías. “¡Soy Reiji Kotobuki! ¡Un variety idol con bastante trayectoria! En tu caso, seré uno de tus futuros compañeros de equipo,” le extendió una mano. “¡Mucho gusto!”
“…” su rostro expresó una mínima sorpresa. De todos modos, no era el momento de reproches o comentarios, así que aceptó la sacudida de manos. “Comprendo. Un gusto también, Kotobuki.”
“¡Ah, pero no tienes que ser tan formal conmigo, si somos equipo!” afirmó con entusiasmo. Reiji se soltó y pasó a darle un saludo militar, junto con una sonrisa decidida. “Quisiera quedarme a charlar, pero tengo un trabajo en muy poco tiempo, ¡aunque soy feliz que nos hayamos visto antes de nuestra primera reunión formal!”
“…” de nuevo sin palabras, e intentó venirse con algo apropiado. “Es inesperado, pero…”
“¡Hasta la próxima!” aunque Reiji demostró ir a mil por hora y se despidió sin darle oportunidad. “¡Bye bye, Myu-chan~!”
“¿Qué has dicho?” sin embargo, el pelimarrón se marchó al punto en que no pudo corregirle. Camus pasó a darse un facepalm con aparente frustración y dolor interno. Tensó los labios. “¿Qué clase de troglodita se supone que es? Insolente…”

Aquel sería apenas la introducción de su vida como idol en Japón.


Pasaron varios minutos y las hermanas se quedaron en aquel cubículo de práctica para hablar. En particular, Mayu se sentó en el piso y abrazó un peluche de conejo en lo que sus hermanas intentaban animarle.

“Ya veo que nuestro plan no salió como habíamos esperado,” dijo Sonia, sonriendo apenada. “Con frecuencia me olvido de lo vergonzosa que puedes ser, ya que normalmente no prestas atención a lo que otros piensan.”
“Uhh, soy así, pero no con él,” Mayu negó y estrujó más su peluche. Bajó su mirada. Había un notorio rubor en sus cachetes. “No con Hyuuga…”
“Lo siento mucho, Mayu, creo que te empujamos demasiado,” dijo IA, quien estaba sentada frente a su hermanita. “Es que siento que si no lo hacíamos no te habrías presentado a nuestro amigo hasta mucho después, y no es amable de nosotras evadirle.”
“…” hizo un puchero. “…si te imaginabas que lo hubiera evadido habrías podido pensar que era porque me avergonzaba, IA…” pasó a abrazar sus piernas. “Recuerdo que apenas vi a Hyuuga la vez anterior que estuve aquí… hace poco murieron sus padres y tampoco le dediqué un saludo por mi cuenta, fuera del saludo de nuestra familia… ahora no siento que tenga cara que enseñarle…” escondió su rostro en sus rodillas. “Justo andaba viendo cómo podría volver a verle y merecer hacerlo…”
“No, no, lo estás pensando demasiado,” Sonia se arrodilló a su costado. “Hyuuga justo nos comentaba que se sentía mal de no haberte prestado mucha atención la vez anterior y estaba preocupado por ti. Él nunca te recriminaría por eso. Más bien sé lo mucho que él te estima. Se conocen ya muchos años y él siempre ha velado por ti.”
“Sí, definitivamente, estoy de acuerdo,” IA asintió repetidas veces, convencida. “También temía mucho incomodarte hoy, así que eso no ha cambiado.”
“Uhh, pero ya actué terriblemente frente a él. Hasta Sakuya tuvo que pedirle que la acompañara.”
“Está bien, está bien, ya pronto van a volver y los dos se hablarán y todo regresará a la normalidad,” le aseguró Sonia. “Ánimos, no tienes que mortificarte.”
“¿Será por eso que escogiste no estudiar con nosotros en Rizembool?” preguntó IA.
“Sí…” Mayu negó. “No podría hacerlo. Estaría muy avergonzada de estar ahí. S-siento que terminaría comportándome como una tonta. Además, sé lo ocupado que Hyuuga está. No quisiera serle una preocupación adicional…” miró a un costado, indecisa. “Pero a la vez… al menos quisiera que entendiera mis sentimientos y por qué me ofusco con él. Es tan correcto y formal que quizás no se ha dado cuenta.”
“Puede que sea una de las últimas cosas en su cabeza ahora. Como la mayor, también siento la presión de ser la heredera, es algo que te absorbe con mucha frecuencia,” Sonia se puso a pensar. “Aun así, ello no quita mérito ni importancia a los otros aspectos de nuestras vidas. En mi caso, ustedes dos son mis bellos tesoros y todo lo que hago es por ustedes,” sonrió ampliamente y abrazó a sus pequeñas un breve instante. “Sólo dale tiempo a nuestro viejo amigo y verás que te comprenderá, Mayu. No te desanimes.”
“Eso espero…”
“Sakuya debe regresar en cualquier momento con algunos aperitivos, eso te hará sentir mejor,” IA asintió. “Aunque se están tardando un poco…”
“Ya saben que pueden contar con Sakuya, no demorará mucho más,” les aseguró Sonia.

Sin embargo, la hermana mayor se imaginaba que la ausencia del par no había sido únicamente para buscar bocadillos o darle un tiempo de respiro a Mayu. Los dos tenían algo muy importante de lo cual conversar, al tener mayores vínculos con Rizembool.


“…a pesar de las intenciones de sus hermanas de nuestro reencuentro, es evidente que Mayu no se encontraba en un momento idílico para verme. Tan solo espero que ya no esté mortificada,” observó el peligris, mientras miraba hacia el exterior del edificio principal de ES. Seguía un amplio jardín y otros edificios secundarios, además de una zona aparentemente residencial a distancia.
“Descuide, la señorita Mayu estará bien. Le garantizo que usted no es el motivo de su inquietud. No directamente, al menos,” contestó Sakuya, tranquilamente. La firme ama de casa estaba parado detrás de él con una bandeja vistosa donde traía té, tazas y una pequeña torre de bocadillos ingleses. Ella sonrió para sí con leve discreción. “Sin tocar temas personales de mi señorita, ella sólo necesita ordenar sus ideas y sentimientos. De lo contrario, le aseguro que su presencia es más que bienvenida.”
“De ser así, ruego que pueda resolverlo, me aflige verle incómoda,” el chico asintió y se dio media vuelta para dirigirse a su acompañante. “Lamentablemente, esta tarde tenía algunos asuntos que atender, por lo cual debo retirarme pronto. Sólo podré despedirme de las princesas.”
“Es entendible,” Sakuya se tensó un poco y dio un suspiro. “Comprendo que la vehemencia de Sonia-sama y la señorita IA no sólo han importunado a la señorita Mayu. Lamento mucho este contratiempo, Hyuuga-sama.”
“Oh, por el contrario, es extraño cambiar mi rutina y volverles a ver ha sido gratificante,” le aseguró, sonriendo con torpeza. “Mis obligaciones no han sido muy inflexibles. Todo se encuentra en su lugar. También…” regresó su mirada brevemente hacia la ventana y observó a distancia cómo Gumi explicaba la selección de una máquina dispensadora de bebidas a un curioso e impresionado Shiro, mientras Kuro les acompañaba inmutado. “Quisiera oír sus experiencias el día de hoy y darles las debidas explicaciones.”
“Presumo que no necesita preocuparse por esto,” Sakuya también los miró. Hubo un momento de silencio. “Por sus cuidados, ellos recién deben tener una experiencia de vida normal y todavía les toca mucho por aprender.”
“Shiro es así. Kuro sí ha vivido como una persona normal hasta hace poco…” sonrió rendido. “Lo lamento, Sakuya. Con gusto te lo explicaría, pero no me siento cómodo de hacerlo en un lugar donde no poseo control.”
“Habrá otro momento, no se preocupe,” asintió mínimamente.

Ese corto diálogo había sido invocado por Hyuuga. Sin embargo, antes de ello, Sakuya le había contado sobre su decisión de hacerse una Princess, a lo cual el joven Masamune no había comentado mucho. Pese a su reacción, la peliplateada comprendía que su acompañante se encontraba ordenando sus ideas y no tardaría en atenderlo.

“Me sabe mal comentarlo, pero por más respeto que poseo a tu persona, no puedo evitar temer por ti, Sakuya,” comentó Hyuuga, con leve pena. Su expresión se volvió triste y solemne. “Han sido muchos años, pero tú estuviste en los zapatos de mis protegidos. Nunca podemos olvidar nuestras raíces, por más tiempo que trascurra.”
“Sus palabras son consideradas. Comprendo bien lo que desea trasmitir. Sin embargo, mis responsabilidades son mi mayor prioridad. Es por ello que no puedo flaquear ante la incertidumbre,” afirmó decidida. Ella miró nuevamente al trío a lo lejos. “Aquella compañera a quien la señorita IA ofreció a traer, no percibo malicia ni conflicto a simple vista. Puede que sea alguien en quien confiar.”
“Me da la misma impresión, por más que no la conozca previamente.”
“Mi señorita…” Sakuya frunció el ceño, con visible preocupación. “IA-sama es de esas personas que extenderían ayuda ciegamente a quien sea. Su formación ha sido limitada a los confines de su palacio y ha sido brindada una vida segura y cómoda en lo posible. Puede que yo misma sea de culpar por resguardarle en demasía y llevarle a crecer con una vista idealista de la sociedad. Es por ello que no puedo quedarme impotente. En este ambiente en el cual vivimos ahora, donde los Rebels y Princesses abundan por doquier, donde las HiMEs y sus Keys están dispuestos a pelear una guerra de otros, necesito el poder para proteger a las princesas. Mientras muchos esperan justicia o recompensas de sus jefes, este conflicto no es más que un pretexto para hacerme de recursos por encima de los demás.”
“…” Hyuuga le miró fijamente.
“Yo tendré un pasado complicado con Rizembool, pero es por ello mismo que poseo experiencia adicional y conocimientos que me ayudarán. Me aseguraré de cuidar mis acciones y priorizar el bienestar de mis señoritas. No perderé de vista mi misión, estoy convencida de ello.”
“Ello es lo último que perderías, tienes razón, y no puedo negar que tu experiencia puede brindarte de aquel conocimiento e instinto. Sakuya, tú fuiste criada como una guerrera dentro de este ambiente, y percibo que tu decisión es estratégica y carente de temor. Tu pasado no gobierna tus movimientos.”
“…” estaba de acuerdo, pero Sakuya detectaba gran severidad en esas palabras, unas que por poco le hacían dudar.
“De todos modos, Rizembool es un ente al cual no podemos subestimar. Tu labor será particularmente problemática. Podrías hasta correr el riesgo de involucrar a las princesas en algún momento por el simple hecho que eres una Princess. Como una sirvienta excepcional, estoy seguro que ya lo has considerado.”
“No te tomado mi decisión impulsivamente. Lo he conversado con los reyes y los otros sirvientes antes de comentarlo a las princesas,” contestó impecablemente. Sakuya se vio apenada. “Es lamentable decirlo, pero usted es parte del motivo por el cual lo he hecho.”
“¿Perdón?” Hyuuga se sorprendió un poco.
“Las princesas son cercanas a su familia y le consideran un amigo. No necesito decir que ha hecho más que suficiente para merecerse esas consideraciones. No obstante, los Masamune son una familia con vínculos muy fuertes con Rizembool y por más seguro que usted se vaya a encontrar en medio del conflicto, pese a sus mayores esfuerzos, tampoco es capaz de asegurar su propio privilegio en otras personas. Sobre todo, su propia cercanía con Rizembool puede resultar peligrosa para quienes se encuentran más cercanos a usted.”
“No puedo negar esas observaciones, sí es una lástima…” volvió a mirar al exterior. El trío continuaba con su paseo y empezaban a salir de su campo de visión. “Me pregunto por qué es que mi familia cortó con la discreción de entablar relaciones estrechas al momento de afiliarse a los Nevermind. ¿Será que se ufanaron de lidiar con la nobleza de otro país? Apenas puedo desear que no haya sido por un motivo tan banal…”
“Hyuuga-sama, mi observación no ha sido una llamada de atención.”
“Es válido que lo hayas hecho, del mismo modo en que espero que estés consciente de cómo tus acciones recaen en tus superiores, principalmente en Sonia. Ambos poseemos responsabilidades que no podemos descuidar y a su vez necesitamos mantenernos firmes e íntegros,” el joven dio un suspiro, con leve cansancio. “Lamentablemente, he sido dejado poco conocimiento y experiencia por mis padres y continúo aprendiendo mi rol y expectativas. Estoy en el proceso de formarme como el líder de mi familia, pero continúo siendo iluso y un principiante. Quisiera tener más que decirte ahora, aunque a estas alturas no serían más que impertinencias.”
“Está bien, simpatizo con usted. Mis inicios como sirvienta fueron incompetentes, por decir poco,” admitió tranquilamente. Era fácil olvidar lo severo y estricto que el peligris en verdad era, sobre todo consigo mismo, detrás de su actitud despreocupada y cordial. “Todos estamos en un proceso constante de mejorarnos.”
“Al menos, mi trabajo apenas comienza, y parte de mi deber como un allegado de ustedes es velar por su bienestar,” asintió. “Puede que no esté informado directamente sobre el conflicto, pero si en algún momento fueras a necesitar ayuda, estoy seguro que podría interceder a tu favor. Rizembool no podría negarse ante un pedido formal de mi persona.”
“Lo sé bien, sus padres fueron quienes me auxiliaron hace años, y no esperaría menos de usted, Hyuuga-sama,” Sakuya sonrió con profesionalismo e hizo una leve venia. “Es por ello mismo que he sido pronta a ser honesta con usted. Tampoco podría serlo del todo con las princesas. Las preocuparía demasiado.”
“Puedes contar conmigo, ya que ustedes son mis amigas. Espero que esa verdad sea para más bien que mal,” Hyuuga sonrió rendido. “Aun así, no quisiera que dieras el asunto por terminado, al recién comenzar. Cuento con tu gran habilidad para continuar evaluando tu situación y no dudes en reportarme cualquier anomalía. Incluso con mi limitado conocimiento, podría ayudar.”
“Algo me dice que usted no es tan inexperto como se hace sonar,” comentó con leve gracia. “Le agradezco.”
“Sólo te pido algo a cambio.”
“Sí, dígame,” cerró sus ojos y asintió, dispuesta a acatar su orden.
“Por favor, cuídate, Sakuya,” dijo con gran seriedad. Él vio a la sirvienta confundirse por dicho pedido. “Pude conocerte antes de convertirte en la subordinada de las princesas y me consta cuánto has crecido como persona. Has encontrado una vida y misión por las cuales vivir y seguir adelante, y es por ello que debes continuar a todo dar,” frunció el ceño. “No dejes que tus obligaciones se conviertan en tu perdición. Puede que yo sea capaz de darte los instrumentos y recursos para mantenerte segura, pero tú eres la única persona quien realmente puede salvaguardarte. Por ello mismo, vive, por ellas, por mí, pero sobre todo, por ti misma, por quien eres por encima de todo lo demás. Nunca te eches a perder.”
“…” sonrió frustrada y entretenida. Debió haberlo visto venir. “Aquel cuidado y romanticismo dirigidos a mi persona, casi me siento indigna. Por supuesto, Hyuuga-sama. Así será.”




La noche llegó, y el final del día previo a su audición se acercaba. Kotegiri detuvo sus ejercicios de baile luego de haberse excedido. Ni había prendido las luces de su habitación y la luz de la luna era la que alumbraba su ambiente. Decidió apagar su reproductor de música y concederse un respiro antes de realizar un sobreesfuerzo. Tenía que encontrarse en el mejor estado físico para su prueba y era un buen momento de parar para descansar debidamente.

El silencio en su cuarto fue abrumador en un inicio. Su realidad regresó de golpe. Le esperaba un momento definitivo en la mañana siguiente. Sus nervios estaban de punta, sentía presión y expectativas propias. Sin embargo, estaba curiosamente tranquilo. Lo que se avecinaba era una certeza y daría todo de sí mismo para llevarlo a cabo. Fue poseído por una intensa calma y decisión que no se darían por vencidas.

Miró hacia una repisa llena de artículos, entre libros, mercancía de idols y algunas cosas más personales, como una foto familiar de hace varios años. Desde temprana edad, Kotegiri había soñado con ser un idol, y poder hacer su debut en un escenario lleno de luces y frente a una gran audiencia. Aquello definió su camino, aun si no fue tomado seriamente en un inicio. Sin embargo, no se rindió y continuó apuntando a las estrellas, al punto en que incluso sus hermanos mayores decidieron respetar y apoyar su decisión.

De todos modos, Kotegiri tuvo que aprender a prontitud que sus sueños de cantar y bailar no lo serían todo en su vida. Incluso su numerosa familia que le apoyaban a su vez requerían su apoyo, y en medio de una injusta incertidumbre del pasado, Kotegiri se decidió con mayor decisión y urgencia a convertirse en un idol, sólo que aquel sería un esfuerzo que también se lo dedicaría a sus parientes.

Pensar empezaba a cansarle y agobiarle, y negó para espabilarse y vaciar su cabeza. Miró a la luna y retornó a su decisión y ánimos. Era el momento de dar su primer paso…

“¡Kotegiri, la cena está lista!” se oyó una voz llamar desde el primer piso. Era uno de sus hermanos.
“¡Ya voy!” contestó. Kotegiri asintió para sí, miró a la luna una vez más, y sonrió. “Es mi turno.”


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #798: September 30, 2021, 08:34:41 PM »
/grito ahogado


Fic. Aquí. Está sin revisar porque la vida es dura y tengo mil pendientes y aún no tERMINO


58.2




“Me alegra que al final todo salió bien,” comentó Eureka, en pleno camino al territorio de la familia yakuza de Madara.

Una frase que nunca pensó enunciar en su mente, pero que pese a todo, tenía sentido.

A esas alturas de su vida, Eureka encontraba más sentido en guardarse sus propias dudas y comentarios y sólo seguir el curso natural de las situaciones en las que terminaba involucraba. Uno imaginaría que tendría suficiente con todo lo que había vivido —y seguía viviendo— como HiME, pero lamentablemente, aún había espacio para más sorpresas y complicaciones.
 
“Mm, mm~ A Mama también~ Kohaku-san se veía muy animado durante el almuerzo.”
“Sí.” Eureka sonrió para sí misma, enternecida con el sobrino de Oikawa. “Es un buen chico. Me hace recordar a su tío.”
“Hoho, creo que él se ofendería de escuchar algo así.” Madara soltó una risa fresca que retumbó por la carrocería del jeep. “No sé que tango halago sea~”
“No seas malo.” Eureka rio. “Aunque probablemente tengas razón… pero con solo conocerlo un poco más hoy, pude concluir que se esfuerza un montón por su pasión. Al igual que Oikawa. Y que… tú, también.”
“Me das mucho crédito,” comentó Madara, con la mirada fija en el camino. “Pero gracias, Eureka-san~”
“Mm, mm. No hay nada que me tengas que agradecer. A los tres los admiro mucho.” Eureka sonrió, aún a pesar de saber que el gesto no sería percibido del todo por el cantante. “Lo que sí me dejó sorprendida es lo pequeño que es el mundo. Nunca imaginé que el sobrinito de Oikawa estaría en el mismo grupo que Rinne y Niki.”
“A mí me sorprende un poco que los conozcas, la verdad. No son del tipo de gente que tratas.”
“¿Porque son idols o…?”
“Siento que te irritarían un poco.” Madara rio.
“Curiosamente, no. Pero tal vez es porque los conozco de tiempo.” Eureka pensó en Rinne, especialmente. De haberlo conocido recientemente, estaba segura de que le habría caído muy mal. “Es por Souji.”
“Oh, claro, Souji-san~ El amigo de Nejire-san. ¿No fue con él y con el amigo de Tooru-san que logramos dejarlos a todos en sus respectivas casas luego de la fiesta del rodaje?”
“Sí, cosas que aún quiero olvidar…” Eureka desvió la mirada hacia un lado, un tanto avergonzada. “Pero bueno. Hablábamos de Souji. Él conoce a todo Japón de seguro.” Suspiró. “…Gracias a él, he conocido a mucha gente.”
“¿A Tooru-san entre ellos?”
“No. Te conté que a él lo conocí en una bod— Oh.” Eureka se detuvo al hacer memoria de su verdadero primer encuentro. “Sí fue por Souji. Coincidimos en un puesto de okonomi y ahí me lo encontré con su grupo más cercano de la universidad. Entre ellos estaba Oikawa.”
“Hoho~ Me imaginaba. Souji-san une a todos de alguna forma.”
“Es muy raro… No entiendo cómo toda la gente consigue llevarse bien con él. Tiene un carisma increíble, pero… en fin.” Eureka tosió en su puño, intentando dejar de lado ese punto. Sabía que Souji podía ser bien idiota a veces, pero no era necesario recalcar ese detalle. “Fui más cercana a Souji en High School, porque un amigo mío y él jugaban básket. Y bueno, por eso un día nos presentó a Rinne y Niki.”
“¿Y te cayeron bien? Imaginé un poco más cerrada a la Eureka-san de High School~☆,” confesó Madara.
“Oh, es que Rinne no era nada de lo que es hoy. Recién se estaba acostumbrando a la vida en la ciudad. Al cabo de un par de años es que agarró confianza y se convirtió en… lo que es.”
“Yo lo conocí para ese entonces, cuando formó su primera unit con Niki-san~”
“Wow, de eso ya varios años,” comentó, nostálgica. “Es lindo saber que no han cambiado casi nada. Rinne siempre ha sido súper buena gente.”
“Muchas personas usarían palabras distintas para describirlo.”
“Me imagino.” Eureka rio. “No sé de nadie capaz de halagarlo frente a frente. Pero creo que todos pensamos igual… porque en el fondo es una buena persona. Puede ser un poco atolondrado, pero sus intenciones son siempre buenas.”
“Me sorprende que hayas podido leerlo perfectamente, tomando en cuenta todo los problemas que causa.”
“Tú causas problemas,” comentó Eureka, entre risas. “Y tampoco eres problemático.”
“…” Madara aprovechó la luz roja para dedicarle una sonrisa enternecida… que duró tan solo unos breves segundos, porque irrumpió en risas de un momento a otro. “Eureka-san, no tengo idea del concepto que tienes de mi, pero creo que está un poco lejano de lo que soy realmente.”
“Basta.” Eureka se tapo las orejas y giró la cabeza, con la intención de ignorarlo. “Me niego a escucharte. No eres malo, Mama. Que seas Ninkyo Dantai tampoco cambia eso.”
“Puedes llamarnos yakuza si te incomoda.”
“…No, no quiero ofenderte.”
“No me ofende.” Madara rio. “En serio.”
“Okay. ¡Pero no me cambies el tema!” La HiME volvió a girarse hacia él, indignada. “¡Me molesta que sigas con el mismo cuento! De que eres malo y no puedes hacer nada al respecto.”
“Lo siento.” Madara sonaba muy sincero en sus disculpas. “Espero que puedas creerme cuando digo que he hecho mucho progreso en general al volverme tu amigo.”
“¿Mm?” Eureka lo observó, confundida.
“Nunca… he hablado de estas cosas con nadie.” Madara continuó observando la pista que se extendía frente a ellos, mientras conducía su jeep con una expresión pensativa en el rostro. “Supongo que sabes por qué. Confío en mi familia, pero no hay forma de que les haga saber mis dudas y preocupaciones. Y los más cercanos a mí… no necesitan enterarse de las cosas que he hecho.”
“¿…Por qué confías tanto en mí?” La curiosidad de Eureka era genuina.
“Hoho~♪” Madara le dedicó una sonrisa por unos segundos, y se giró de vuelta hacia el camino. “Yo también me pregunto eso~”
“Bueno, recuerdo todo lo que te dije ese primer día que nos conocimos y se me pasan las ganas de reclamarte algo.” Eureka suspiró. “Hice el ridículo contigo, disculpa.”
“No. Llamaste mucho mi atención con eso, la verdad.”
“No sé si eso es positivo o negativo.” Eureka rio, un tanto nerviosa.
“Positivo, por supuesto~☆” Madara rio con ella. “Para alguien que me reclama el ser así de injusto conmigo mismo, tú también cometes el mismo error a cada rato.”
“Oh. No. Es que una cosa es… bueno. Tu pasado y tu familia y lo que eres. Y otra muy distinta es estar ebria y desahogarte con un idol famoso.”
“En ese momento, yo era otra persona más en una fiesta, Eureka-san~”
“Digas lo que digas, seguirás siendo Madara Mikejima de MaM,” comentó Eureka. “También… puedes ser mi amigo,” agregó, un poco avergonzada. “Pero no va a quitar tu status de un día para otro.”
“Espero que pueda llegar el día en que dejes de verme como MaM,” comentó, con una expresión indescriptible en su rostro.

Eureka sintió que lo había ofendido de alguna forma, pero Madara interrumpió sus pensamientos al cambiar su semblante, esbozando aquella sonrisa suave que a veces le dedicaba.

“Disculpa. Tiene sentido que aún pienses así de mí…” le dijo Madara, girándose unos segundos a dedicarle una mirada apenada. “Lamento si te estoy presionando mucho. A veces me preocupa ser muy insistente contigo,” comentó, de nuevo con los ojos en la pista.
“Mm-mm. No deberías pensar así.” Eureka sonrió. “Yo también quiero acercarme a ti. Sólo me gustaría que te cuides un poco más. Física y emocionalmente, claro.”
“Por el lado físico, tú lo has hecho últimamente~☆”
“…” Eureka suspiró. “Me habría gustado verte más seguido para corregirte, pero confío en que Sakuma-san lo hizo por mí, porque ya estás como nuevo. Lo de semanas atrás parece que nunca hubiese pasado.”
“Hoho~☆ Tuve suerte~♪”
“Me alegra que no te haya dado problemas.”
“Mm. Todo bien felizmente. Nadie preguntó de más y esa semana luego de la pelea la tenía medio libre de sesiones de fotos y eventos presenciales.”
“¿Las cicatrices?”
“Ni se notan.” Madara sonrió. “Mama está como nuevo~♪”
“Tienes que cuidarte. Por eso pienso que tal vez es una mala idea ir a revisar el lugar sin Oikawa.”
“Tranquila, Eureka-san. No permitiré que vuelva a pasar lo de la otra vez, no te preocupes. ¡Mama está aquí para ayudar!”
“…Eso dijiste la otra vez y mira como terminaste.”
“Haha~”  Madara apagó el motor, una vez aparcó el carro al lado de la vereda.

Eureka, en esos instantes, atinó a prestarle atención a la zona en la que se habían estacionado. Los letreros que indicaban la ruta hacia la estación de Shinjuku la ayudaron a ubicarse medianamente, y encontró que era una zona tranquila en medio de lo alocada que podía ser aquella ciudad. Pocos transeuntes caminaban por las calles, y los carros se hacían notar de vez en cuando.

No demoró en conectar todo: era el lugar perfecto para Rizembool. El lugar ideal para llevar a cabo sus experimentos. Nadie notaría la ausencia de una persona en esta zona a altas horas de la noche.

Era demasiado peligroso.

“¿Eureka-san?” la llamó Madara, curioso.

Eureka se giró hacia él, sorprendiéndose un poco al encontrarlo con mascarilla y una gorra. No costó nada atar los cabos sueltos y concluir que lo hacía para proteger su identidad, una decisión muy sabia de su parte.

“Disculpa. Me distraje. Es que… acabo de confirmar que es Rizembool.”
“¿Cómo así?”

“Esta zona es perfecta para ellos. No hay testigos. Peor aún de noche, de seguro.” Eureka removió el cinturón de seguridad, y luego, abrió la puerta para salir del carro.

Madara la imitó, y se encontraron en la vereda.

“Mm…” Eureka se concentró en los residuos de energía que podía percibir en la zona. Pese a su tenuidad, era difícil ignorarlos, lo que le permitió seguir el rastro hasta un callejón, a media cuadra del jeep de Madara. El idol no demoró en caminar detrás de ella, cerciorándose de reojo que no hubiese algún tipo de peligro alrededor de ellos.

El callejón era uno más del montón de pasajes descuidados que se podía encontrar en Tokyo. ¿El olor repugnante que provenía de alguno de los tachos de basura? Tal vez eso no era tan común que digamos.

La HiME, a manera de precaución, activó su elemento y convocó finas corrientes de electricidad en las palmas de su mano. Madara, detrás de ella, se preparó para la batalla, alzando sus brazos en una pose de defensa.

No hubo necesidad de destapar el tacho, puesto que toda la zona a su alrededor estaba infestada de una mucosidad negra que se extendía hasta las paredes y termina a un par de metros de altura. Madara, sin embargo, no se quedó satisfecho con ello, y se animó a levantar la tapa de la basura con un movimiento rápido de su mano.

Para el alivio de ambos, sólo había más de ese líquido dentro del contenedor.

“Okay. Pensé, por un instante, que encontraríamos un brazo o algo así…” Eureka suspiró.
“…No habría sido tan traumático para mí, pero no me habría gustado que te quedaras mal por el resto del día,” comentó Madara, colocando una mano en su hombro a manera de apoyo.
“…” Eureka quiso juzgarlo con la mirada, pero el cansancio y la tensión la ganaron por completo. “Vámonos. Dudo mucho que encontremos algo más…” dijo Eureka.
“Mm, mm~”

Los dos caminaron de regreso hacia el jeep del idol, con la HiME sumida en sus propios pensamientos durante aquel corto trayecto. Fue recién dentro del automóvil, que Eureka volvió a dirigirle la palabra.

“Tenemos que volver de noche.”
“Eureka-san, es demasiado arriesgado—”
“No, no los dos solos, por supuesto. Me muero si te pasa algo. Tenemos que venir con Oikawa, y con alguien más, idealmente. Tal vez podría decirle a Kana o a Maka…”
“No me gustaría involucrar a más gente, Eureka-san,” Madara fue sincero en su comentario. “Con sólo pensar que tú ya estás metida en esto, me siento… terrible.”
“Está bien, Mama.” Eureka le esbozó una sonrisa. “Me has confiado algo tan importante, no hay forma de que no te ayude.”
“Si te pasa algo…” Madara acarició sus cabellos con una expresión intensa. Su índice llegó a la mejilla de Eureka, donde el idol optó por colocar uno de sus mechones de cabello detrás de su oreja.

Ante la vergüenza, Eureka sólo pudo atinar a desviar la mirada.

“Y-yo dije eso antes. NewDi me mataría por eso.”
“El maquillaje me puede ayudar~”
“No si sales herido de gravedad.”
“Es cierto, es cierto~♪” Aún a pesar de la mascarilla, Eureka sabía que Madara estaba esbozándole una sonrisa: la pequeña arruga en la comisura de sus ojos era la única prueba que necesitaba. “Está bien. No puedo retractarme de algo cuando fui yo el de la idea en un inicio. Regresaremos con Tooru-san,” comentó, bajando la mascarilla hasta dejarla en su garganta.
“¿Solo Oikawa?”
“Sí.” Madara se removió el gorro, y lo colocó en los asientos de atrás. “Espero que no tengas problemas con eso.”
“Entiendo. Sería complicado de explicar a otras personas…”
“Puedo traer a gente de mi familia, pero creo que sería contraproducente.”
“Mm. Sólo pueden ser personas con poderes. De por sí, que tú también vengas con nosotros es peligrosísimo… pero no hay forma de convencerte de lo opuesto.”
“Eureka-san conoce bien a Mama~♪”

“…Sí.” Eureka suspiró. “Bueno, eso lo coordinaremos con Oikawa cuando regrese el lunes. Por mientras… tenemos unas horas libres antes de la cena con los chicos del equipo. ¿Tienes algo que hacer?”
“Justo te iba a preguntar eso.” Madara sonrió de lado. “¿Quieres salir conmigo?”
“¿Mm?” Eureka lo observó, curiosa.
“Ah.” Madara se sonrojó, un tanto avergonzado. Aún a pesar de su sonrisa, se llevó una mano a la cara para esconder su expresión. “¡Espero que no haya sonado mal~! Hoho~☆”
“…” Eureka demoró eones en entender a lo que se refería. “¡W-wah! No, no te preocupes. No lo malinterpreté. ¿Tienes algún sitio en mente?”
“No~♪” Madara le esbozó una sonrisa sincera. “Sólo quiero pasar tiempo contigo. ¿Está bien?”
“…”

Eureka se quería morir ahí mismo. Tal vez todos sí tenían razón… y ella era una estúpida.

…O tal vez sólo estaba exagerando, y Madara había escogido mal sus palabras.

La duda y la ilusión ganaba sobre su lógica. No había forma de procesar la posibilidad de que exista un interés mutuo.

Era imposible.

¿Lo peor? Ni estaba segura de desearlo por completo.

“¿Eureka-san?” la llamó Madara.
“¡Aquí!” dijo Eureka, un tanto más entusiasta de lo debido.
“¿Estás bien?”
“Sí… un poco cansada, pero si hacemos algo simple como ver una película o pasear por un parque, creo que se me pasará.”
“¡Genial! ¡Mama invita, entonces~♪!”
“No. Yo pago mi entrada.” Eureka le sonrió. “Pero te dejaré escoger. ¿No sé qué tipo de películas te gusta?”
“De todo un poco. Pero sí tengo una especial fijación por las de acción y las super sentai.”
“Hehe. Eso último es muy predecible de tu parte.”
“Chiaki-san me lo contagió,” admitió Madara.
“Escuché que trabaja de doble de riesgo. ¿Nunca te has animado a hacerlo?”
“Lo hice muchos años atrás, en la época de mi debut,” contó Madara, mientras prendía el carro y comenzaba a conducir el jeep fuera de la zona. “Pero eventualmente me pidieron que tome roles más importantes.”
“Aunque ahora ya no actúas mucho.”
“No.” Madara rio. “Es un poco difícil para mí. ¿Viste alguna de mis series o películas?”
“Oh, sí. Había esta en la que estabas enamorado de tu amiga de la infancia, y ella de ti, pero ninguno se atrevía a decir nada. Y el drama empieza cuando otro hombre se enamora de ella y se forma un triángulo entre los tres. Fue un poco predecible, pero me gustó tu personaje.”
“¡Ah! Esa fue con Luka-san~♪” canturreó Madara, muy alegre. “Una excelente actriz y idol.”
“Es preciosa,” comentó Eureka, emocionada. “No la sigo mucho, pero me gusta su estética y su voz.”
“Lo mismo digo~”
“¡Ahhh!” Eureka suspiró, aliviada. “…Lo siento, Mama. Me tensé un poco con lo que dijiste hace un rato. Pensé…” La HiME tomó una pausa para armarse de valor antes de enunciar su idea. “Pensé que te estabas confesando y entré en crisis. Pero me alegra que no haya sido así.”
“Haha~♪ Eureka-san, de hacerlo, no sería a unos pasos de aquel callejón que vimos.” Madara rio. “Quiero creer que tengo más cuidado en el aspecto romántico de mi vida.”
“Lamento si es que te ofende, pero… no sabía que le dabas importancia a eso.”
“Pues no había nadie que me interesara de esa forma.” Madara le dedicó una sonrisa breve, y luego, regresó su mirada al camino.
“¿Y ahora sí?”
“¿Qué opinas?”
“…” Eureka se tapó la cara con las manos. “No fastidies.”
“Mama nunca jugaría con eso.” Madara bufó ante aquel comentario. “No puedo negar que sí me interesa alguien,” continuó, con la mirada fija en el camino.
“Uhhhhhhhh…” Eureka hundió más su rostro en sus manos. “¿¡Cómo puedes decir esas cosas así como si nada!?”
“¿No debería~♪?”
“¡NO! Ahhhh, Mama. Eres un pesado.”
“¿Pero no he dicho nada malo?”
“…Eso lo hace peor.” Eureka suspiró. “No te voy a poder ver a la cara.”
“Si vamos al cine, no es necesar—”
“¡YA LO SÉEEEEE!”

Iba a ser una noche eterna, sin duda.






No era común que un resentimiento suyo durara por mucho tiempo.

HiMERU habría querido afirmar que tampoco lo era dejarse llevar por sus emociones, pero Rinne Amagi era un peligro para su carrera y debía solucionar el inconveniente lo más pronto posible.

Su líder de unit estaba yendo en contra de sus intereses. Rehusarse a permitirle retomar sus actividades como solista era propio de un tirano, tomando en cuenta que Rinne sabía lo importante que era para HiMERU y sus fans.

Por eso mismo era que se había obsesionado con buscar una manera de hacerlo ceder. Amagi era demasiado volatil y descabellado, pero tal vez eso jugaba a su favor. Sólo debía encontrar la manera de chantajearlo y obligarlo a aceptar su petición.

Aún así, no podía llegar a extremos. Debía ser cuidadoso y no cometer un error por pasarse de impulsivo. Era agotador guardar apariencias, pero cada gota de sudor valía la pena al recordar que todo era para que el verdadero HiMERU tuviese un lugar al que regresar cuando se recuperara. Su hermano valía más que la cólera que sentía por la actitud descuidada de Rinne Amagi.

Su rencor no era más que un quisquilloso sentimiento que le irritaba un poco más de lo normal, pero HiMERU quería creer que no iba más allá de eso. Podía manejarlo. No se saldría de control como su odio desmesurado hacia Tatsumi Kazehaya.

En la privacidad de su cuarto, HiMERU se permitió soltar un suspiro cansado. Agradecía tener la habitación para sí solo porque le permitía perder la costumbre de portarse recto y perfecto sin sentirse culpable al respecto. Unas horas de calma en medio de su agitada vida como estudiante de derecho y miembro de la novata unit, Crazy:B.

Y, también, un momento de paz en que no debía seguir aparentando algo que no era.

HiMERU caminó a través del cuarto hasta llegar a su tocador. Buscó la botella de desmaquillante y los algodones con la intención de removerse la capa de base en su cara, pero un sonido extraño lo hizo frenar en seco.

Era un ronquido.

¿De dónde venía semejante sonido? ¿Y cómo era que lo había ignorado por completo?

HiMERU se giró en su sitio, caminando hacia el centro de la habitación. No necesitó dar muchos pasos para percibir, al fin, la presencia de una persona extraña en su cuarto.

Allí, echado en su propia cama, estaba Rinne Amagi, lider de su unit y colega de Crazy:B. Llamarlo ‘amigo’ era algo que no se atrevía a hacer aún. Si era posible, contemplaba la opción de nunca hacerlo.

HiMERU se acercó, curioso y levemente irritado, hasta arrodillarse en frente de él. Barajeó la posibilidad de dejarlo descansar, puesto que las ojeras en sus ojos parecían más grandes de lo usual. Sin embargo, la intriga era demasiada como para ignorar el motivo de su presencia allí mismo. Necesitaba respuestas y las necesitaba en el acto.

Su intención había sido mover levemente a Rinne para levantarlo.

No contó con que, tal vez, era una terrible idea.

De un momento a otro, HiMERU terminó debajo de él en la cama, con ambos brazos sujetos arriba de su cabeza y con la presión sutil de una rodilla en su estómago.

La expresión en el rostro del pelirrojo era de todo menos amigable.

Ese no era Rinne Amagi.

“…Ah, Merumeru.” Rinne le esbozó una sonrisa floja, retomando su actitud bobalicona de siempre. “Pensé que eras alguien más.”
“…HiMERU te pide encarecidamente que lo sueltes.”
“Sí, sí~♪ Lo que diga la princesa~♪”

Rinne se removió de un salto, parándose a un lado de la cama. Por su lado, HiMERU se arregló la vestimenta y se incorporó hasta quedar sentado, mirándolo con una mezcla de curiosidad e irritación en su rostro.

“Qué lindo es nuestro cuarto, ¿no crees, Ohime-sama?”
“¿…'Nuestro'?” replicó, confundido.
“Oh, sí.” Rinne sonrió de lado. “Nuestro, Merumeru. Me mudo contigo desde hoy~♪”
“HiMERU no está para bromas pesadas, Amagi.”
“¿Por qué no me crees?” le lloró Rinne, con una voz infantil y un puchero en el rostro. “¡Encima que hice tanto esfuerzo para que podamos compartir tiempo de calidad!”
“HiMERU nunca te pidió que lo hicieras.”
“Eso es porque Himerunrun es tsundere~♪ Pero yo lo conozco muy bien.” Rinne rio. “Se siente muy solito. El majestuoso Rinne-sama no sería capaz de dejar abandonado a un miembro de su unit. ¡No, no! ¡Eso nunca!”
“…” HiMERU se llevó una mano a la frente.

Rinne Amagi era de lo peor.

“HiMERU espera que tengas una buena explicación para todo este circo.”
“Oh, por supuesto.” Rinne tomó asiento a su lado, abrazándolo por el hombro. “¿Por dónde empiezo?”

Antes de escucharlo, HiMERU se permitió la felicidad de imaginar un escenario hipotético en que lo molía a sartenazos.

Con ese pensamiento en su mente, fue más sencillo fingir una sonrisa mientras se preparaba para escuchar sus sandeces.
« Last Edit: November 12, 2021, 01:02:04 PM by Eureka »


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #799: September 30, 2021, 09:37:37 PM »
ufff casi no lo logró u-u

Test part #2


Clare fue escoltada por Fran al auditorio de Hanasaki, donde la prueba se llevaba a cabo. Aún no estaba segura de que esperar pero se estaba preparando mentalmente, era lo único que podía hacer. Miranda le explicó que la capacidad de tener poderes era inherente a ella pero aún debía despertarla.

-Buena suerte- le dijo Fran antes de dejarla entrar al auditorio sola.

Tan pronto como Clare entró el entorno familiar del auditorio desapareció, y una espesa neblina invadió el lugar. Todo se volvió gris, era como estar en la nada.

Clare se tomó su tiempo, quedándose donde estaba y respirando profundo. Estudiaba matemáticas y creía en la lógica y razón en este mundo, pero ahora empezaba a creer de verdad lo de las HiMEs y Rebels. En efecto, había accedido a tomar la prueba siendo una escéptica.

“Puedo hacerlo” se dijo a sí misma y empezó a caminar.

-¿Clare?

La rubia no había avanzado mucho hasta que escuchó su voz. Souji llamándola. Eso era algo que no podía ignorar.

-¿Souji?- llamó ella de vuelta.

-¿Clare?- el chico volvió a llamarla.

Clare se volvió, pero no vio a nadie. ¿Qué hacía Souji ahí? ¿Que no sabía que era peligroso?

-Clare.

La chica se volvió de nuevo, y vio que una figura se acercaba. No cabía duda, era Souji.

-¡Souji! ¿Que hacer aquí? Es peligroso, estoy en medio de la prueba HiMe y-  la rubia  se quedó a medias. La expresión enojada, furiosa de Souji la dejó sin palabras. Nunca le había visto así de enojado, ni siquiera cuando lo expulsaron por su culpa.

-¿P-por qué estás enojado? Ya se que no querías que tomará la prueba HiME...

-¡Callate!- grito Souji, interrumpiendola.

-¿Qué te pasa?- contestó ella molesta. Nunca nadie le había gritado así, ni siquiera Aramis.

-Estoy harto de tí- respondió Souji -Por tu culpa me expulsaron de Hanasaki. Se supone que solo ibas a ser un acostón y terminas metiéndote en muchos problemas.

Clare lo miró confundida. Obvio, sus palabras la herían pero Souji nunca le había echado en cara lo de la expulsión.

-He elegido a Sheryl… diablos, cualquier hombre en mi lugar lo haría. No eres competencia para ella. Te odio y quiero que te alejes de mí. Desaparece de mi vida, no eres más que un fácil y estupido acostón.

Esta vez sintió como cada palabra la apuñalaba, sentía como el estómago le dolía y el corazón se le estrujaba.

-No… no puede ser, Souji. Tu no eres así…

-Tu no me conoces- admitió Souji, la crueldad aun no desaparecía de su voz. -Extrañaba a Sheryl, de verdad que lo hacía… tu eras un reemplazo, uno muy mediocre, pero ahora que Sheryl regresó… puedo dejar todo atrás, incluyendote. Nunca significaste nada para mí.

Clare sintió como las lágrimas brotaban de sus ojos. Había tratado de mantener su cool, pero no podía. Amaba a Souji, de verdad lo amaba. Toda esta situación, esta horrible situación le traía recuerdos…

--------------------------------------------------

Clare era apenas un cría cuando se enteró de que su padre tenía una amante. Su nombre era Colette, y era una modelo muy popular. O al menos lo había sido cuando era joven. Hoy en día seguía dedicándose al modelaje pero su ocupación principal era cuidar al pequeño Aramis.

Clare no era tonta, esa situación era común en su círculo social. Su padre era rico, de una familia aristocrática francesa y muy atractivo. Su madre, menos atractiva aunque no menos aristocrática, había contribuido con su dote y herencia a la fortuna de los Saint Laurent. Era obvio, que el matrimonio de sus padres había sido arreglado y que no se habían casado por amor. Después de tener a Clare, toda relación física que hubiera habido entre ellos había acabado. El padre despreciaba a la madre, una mujer a la que consideraba aburrida y sin atractivo alguno.

Como todos los hombres en su posición, él tenía una amante y prácticamente un segundo hogar con ella, con un hijo incluido. Lo particular de su situación era que esta mujer, la amante, era de verdad el amor de la vida de su padre. El la amaba, y prácticamente deseaba que la madre de Clare desapareciera para poder estar con ella. Esto enfureció a la madre de Clare, que deseaba los afectos de su marido. No obstante, cuando la madre de Clare se enteró de la existencia del pequeño Aramis, que era solo un poco mayor que Clare, las cosas escalaron. Ese niño había sido concebido cuando ella planeaba con tanta ilusión su boda.

En su locura, en sus celos, la madre de Clare organizó su venganza: destruyó socialmente a Colette, que era tan frágil como tan hermosa, y terminó suicidándose. El padre de Clare, ahogado en su pena no cambió sus actitudes hacía su esposa (si acaso, estas empeoraron) y la madre de Clare no pudo resistir el desprecio de su marido. O tal vez fue la culpa. Como sea, esta terminó enfermando y falleció poco después.

Clare, que nunca comprendió del todo la crueldad y locura de su madre, después de todo ella era la esposa y su padre, fuera de su atractivo y riquezas, no era solo más que un hombre. Es más, la chica simpatizo con Aramis, una vez su padre lo llevó a vivir con ellos. Era un chico solitario y la muerte de su madre le había afectado. Y encima de todo, el chico no llevaba el apellido de la familia.

Pero ahora, empezaba a comprender cómo se sentía su madre. Tan simple y aburrida, Clare era el retrato de su madre. ¿Y Colette? Parecía haber reencarnado en Sheryl. Tal vez esa era en realidad la razón por la que Aramis se había vuelto Rebel; y la razón por la cual Souji siempre parecía tan melancólico antes del regreso de Sheryl. Sheryl era su Colette.

---------------------------------------------------

Clare tuvo mil ideas y recuerdos en lo que parecía haber sido solo un minuto. Aún sin moverse, Souji se acercó a ella. Su aura no era la típica de él, era amenazante.

-Souji…

Ella quería decir algo pero ninguna palabra salió de sus labios. No sabía qué decir.

-Me enfermas- murmuró él antes de lanzar el primer puñetazo.


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #800: September 30, 2021, 09:45:42 PM »
Hoi hoi minna vengo con un fic corto

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La escena era algo particular para Junko ya que saliendo de Rizembool , Marion y Rosaria se encontraban frente a ella, la joven pelirosa sonreia , no estaba contemplado en sus ´planes pero algo de diversion antes de inicar el siguiente movimiento.

Enoshima Junko estas arrestada por todos los crimenes que has cometido en el exterior del pais...-Marion le miraba fijamente con unas esposas entre sus manos-

Que yo sepa no tengo ningun expediente pendiente en el país, y en el extranjero solo son supuestas acusaciones porque estaba en el dia y lugar incorrectos, asi que no veo nada malo en mi, si me disculpan me iré a realizar mis actividades de una simple estudiante...-sonrio perversamente- a menos que quieran llevarme a la fuerza...-se cruza de brazos mientras se reia divertida-

Niña insolente...-dijo Marion- te burlas de nosotros cuando sabes que si tienes varias denuncias en tu contra y que nadie a tenido el valor de incriminarte, pero yo estoy aquí para hacer cumplir la ley como corresponde...-

Entonces tendre que poner resistencia...-Junko se abalanzó hacia Marion, pero Rosaria le dio una patada para evitar lastimar a su hermano mayor-

Tienes que poner atencion a lo que haces Marion...-dijo Rosaria suspirando pesadamente- esta chica es peligrosa-

Y pensé que era una simple hermana que no era capaz de lastimar al prójimo...-rio divertida-esto se va a poner interesante...-desaparecio de la vista de los dos hermanos para luego colocarse detras de Rosaria y darle una fuerte patada en la espalda, lanzandola lejos de Marion que miraba incrédulo a los movimientos de Junko

Esta vez no me vas a agarrar desprevenido...- corrio hacia la pelirosa para darle una patada en el estómago y con un latigo que tenia guardado detrás de él , amarro la muñeca izquierda, haciendo que la pelirosa se arrodille en el piso- ahora si te tengo...-

Asi que tampoco eres un simple policia...esto se pone mas interesante...-sonrio emocionada al sentirse sometida- podria acostumbrarme a esto, pero por ahora no lo hare...- con la mano atrapada lanzo una bomba de humo, haciendo que Marion se desconcentrara, para poder tener la oportunidad de soltarse y lanzar mas bombas de humo y huir del lugar

Maldita niña...- dijo Marion mientras se acercaba a Rosaria- te encuentras bien?

Si, afortunadamente estoy entrenada para este tipo de golpes, por lo cual no es de gravedad...creo que por ahora deberiamos de evitar tratar de capturarla...la mocosa es muy inteligente-

Tienes razón, será mejor tener más cautela...-se rascó la barbilla- sera mejor volver a la estación de policia...-

En un automovil negro de lunas polarizadas se encontraba Junko con una laptop revisaba informacion de aquellos nuevos individuos

Asi que su hermano menor es Suoh Tsukasa...esta relacionado con Tsubasa Kazanari y Tsukinaga Leo...interesante...veré en que momento le daré una pequeña visita ya que es amigo de Tsubasa...-sonrio maliciosamente- aunque claro debo de tener cuidado con sus lindos hermanitos

El celular de Junko sonó

Hola querido Kanata, como vas con la misión que te encomendé?-

No empieces a molestarme Enoshima-san...-suspiro pesadamente- estoy a punto de terminar con esa mision, asi que te llamé para que vayas a depositar el dinero que prometiste darme

Ahora realizo el deposito , mientras sigas cumpliendo con mis encargos tendrás todo el dinero que deseas, pero claro vas a tener que mancharte las manos de vez en cuando, no creo que tengas problemas con eso verdad? despues de todo lo haces por tus pobres hermanos enfermos, que desesperanzadora vida llevan ustedes tres...-

Deja de hablar de mis hermanos tu chica estupida, siento asco de solo oir sus nombres de tus labios...-

Ay pero que malo que eres con Junko-chan?...pero por eso me gusta tenerte de aliado...-sonrio divertida-

Ya puedo colgar? no tengo mucho saldo y debo de llamar aun a mis hermanos...-

Bueno ya no te molesto más mi querido Kanata, espera...recuerda que tienes que ir donde Kashu-sensei para participar en el experimento...-

Lo se no tienes porque recordarmelo cada vez que hablamos...-

Vas a ganar mucho con este experimento, aunque en realidad voy a seguir ganando con este experimento, si quieres mientras no estas puedo cuidar de Nayutan y Mutsukin...-rio divertida- podemos jugar hasta a la casita con los dos-

Si vuelves a decir esas idioteces voy a terminar con nuestro acuerdo e iré a tu casa a matarte...-

Como quisiera verte hacer eso, seria tan hermoso morir en brazos de un niño lleno de desesperación...-

Estas demente y me estoy estresando con esta conversacion, asi que voy a colgar para poder dormir algo bien...- colgó la llamada-

Que divertido sacar de quicio a Kanata, ha sido una buena eleccion tenerlo a mi lado, es simplemente un rostro de desesperacion, lo puedo utilizar muy bien para mi beneficio, pero bueno es hora de continuar con mis planes, se supone que deberia de molestar a Yuuto-kun ya que soy su princess, pero el me ha dado la libertad de hacer lo que yo quiera-se estiro perezosamente- quizás podria molestar a Seto Kaiba, despues de todo hay un pequeño principe que puedo usar para tener a Gilgamesh en mis manos, aunque tiene a dos asesinos profesionales como guardaespaldas...-se rascó la barbilla pensativa- bueno quizas deberia de comenzar a molestar a Mayura Daidouji, despues de todo es la Hime a la cual debo de destruir-

Mientras tanto en la casa Daidouji, Mayura se encontraba ayudando a Belldandy con los deberes de la casa, sin saber que el peligro se asomaba hacia ella y los que mas quiere

--------------

matta ne!!!!


Mery

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #801: September 30, 2021, 09:58:45 PM »

Alice se quedó inmóvil, aturdida por los gritos e incapaz de apartar la vista. Su ataque había sido mucho más efectivo de lo que originalmente imaginó y su adversaria se derrumbó con horror. Hasta ese momento, Alice había pensado que el cuerpo de marioneta era de un material elevadamente resistente y difícil de atravesar, por lo que no se esperó que la guadaña fuese realmente capaz de cortar ambas piernas a la vez.

La sensación en sus manos fue extraña también, como si hubiese intentado cortar leña y no carne o mucho menos hueso. Aquella marioneta era producto de una magia que aún desconocía, pero agradecía que no fuese tan fiel a un cuerpo humano real.

Aunque el sangrado de la marioneta no paraba, ella intentaba arrastrarse por el suelo con ayuda de sus brazos mientras se quejaba. Alice retrocedió y la marioneta intentó ponerse de pie apoyándose en sus ensangretados muñones, pero la fricción de las heridas contra el suelo sólo la hicieron gemir de dolor y desplomarse nuevamente.

Era una vista inquietante.

Alice se aferró al mango del arma con impaciencia. Para ella era obvio que la marioneta ya no sería capaz de voltear la situación a su favor; además, si su cuerpo seguía las leyes naturales, tendría que terminar por desangrarse en algún momento. Siendo así, ¿por qué la prueba no parecía darse por terminada?

Tragando saliva, Alice dedujo que eso significaba que tendría que elegir entre ver a la marioneta agonizar o darle un golpe fatal ella misma. El rostro de Lacie se retorcía con profundo dolor y desesperación, la joven sintió una punzada en el pecho al verla. ¿No era cruel hacer que acabara con su propia madre? Sin embargo, sería quizás más cruel dejarla sufrir por más tiempo.

Cuando tomó su decisión, volvió a acercarse a la marioneta. Lacie intentó golperla y arañar sus brazos cuando estuvo a su alcance, por lo que Alice no tuvo más remedio que darle la vuelta de una patada e inmovilizarla con el peso de su propio cuerpo. Tuvo que forcejear por un rato, intentarlo asfixiarla con la presión del mango de la guadaña sobre su cuello hasta que la marioneta finalmente empezó a ceder.


“¡¿Acaso no lo di todo por ti?!” Lloró su madre con dificultad.

Alice apretó los dientes e intentó no escucharla. La marioneta ya no intentaba quitársela de encima, era como si toda la energía que tuviese la empleara en hablar. Con el deseo de acabar cuanto antes con ella, Alice retiró la guadaña e intentó reubicarla para atacar.

“Aquel cuerpo que tienes es un regalo que te dejé. ¿Cómo puedes pagarme así?”
Su rostro lleno de sangre la miraba con dolor y desdicha.

 “¡Cállate! ¡Sólo cállate!”


Alice se mordió los labios sintiendo cómo las lágrimas caían sin control por sus mejillas. No era real, no tenía por qué afectarla, pero allí estaba ella, llorando como una tonta por una réplica de su madre que se caía a pedazos.

No había vuelta atrás, la marioneta no tenía arreglo y Alice sentía que se le hacía un hueco en el estómago con cada segundo que pasaba. Sin poder soportar verla más, Alice tomó su arma con ambas manos y la balanceó hasta estar a la altura del cuello de la marioneta, deseando que -en lugar de una guadaña- su arma fuese algún tipo de espada para hacerla caer sobre ella en una fuerte puñalada y ser capaz de cerrar los ojos en el proceso.

"Lo…lo siento."

Apenas podía reconocer su voz, era patética. ¿Cómo llegó al punto de disculparse con un objeto que en verdad no tenía vida? De estar en mejor estado, Alice se hubiese reído de sí misma; sin embargo, no logró hacerlo y se paralizó cuando las manos delgadas e inmensamente pálidas de aquella copia acunaron su rostro. Alice no pudo evitar asombrarse y los labios de la marioneta se estiraron en una última sonrisa.

"Lo sé, mi niña." Dijo ella y su voz se oyó tan sincera, tan dulce, que Alice debió recordarse a sí misma que ésa era solamente una marioneta y lo que ésta decía en realidad sólo era un eco de aquello que su corazón siempre había anhelado escuchar. "No te atormentes."

Alice cerró los ojos con fuerza y dejó que las palabras cobraran mayor sentido en su mente.

Debía reconocerlo, Glen tenía razón. No podía perseguir fantasmas toda la vida, lamentarse por algo que nunca estuvo en su poder cambiar no la llevaría a nada.
De hecho, el aceptar este pensamiento le hizo sentir que recobraba la confianza que necesitaba.

"Gracias." Alcanzó a decir antes de ejercer fuerza sobre la guadaña.

El corte fue rápido y limpio, la cabeza de la marioneta salió despedida a un lado y rebotó con estrépito un par de veces antes de rodar y quedar de costado.

Mechones del largo cabello de la marioneta quedaron esparcidos por el suelo y Alice los observó en silencio mientras la calma volvía a ella. Como una confirmación de que el examen había terminado realmente, la neblina empezó a despejarse. Sin tener otra labor por cumplir, el arma en sus manos se volvió aún más liviana y desapareció tan de repente como llegó. Al ponerse de pie, Alice se sintió un poco mareada. Mientras escuchó movimiento en la entrada del auditorio y de forma automática intentó limpiar su ropa, descubriendo entonces que las manchas de sangre de la marioneta se iban evaporando.

El eco de rápidos pasos detrás de ella la alarmó. ¡Su rostro definitivamente era un desastre! De inmediato intentó limpiarse el rastro de lágrimas con el dorso de sus manos y rogó al cielo que su nariz no estuviese tan roja. Pocos segundos después, a pesar de no estar convencida, Alice se dio la vuelta.

"Felicidades, Baskerville, ha pasado la prueba." Anunció Fran Viera sin transmitir demasiada emoción en su voz.
Sin dejarle oportunidad de hacer un comentario, Alexy -que había ingresado detrás de Fran- corrió hasta alcanzar a su amiga.
"Alexy, ¡espera!" Alice intentó detenerlo, pero el chico la atrapó en un fuerte abrazo que le recordó cuántos golpes había recibido ese día. "OUCH"
"¡Shit, sorry!" Alexy sonó sorprendido y arrepentido en partes iguales y redujo significantemente la presión que ejercía sobre ella, mas no la soltó. "¡Perdón, pero me tenías tan preocupado! ¿Tienes idea de cuánto tardaste?"
Sinceramente, Alice no tenía idea. "Ah—¿no?"
"No importa, no importa~" Dijo Alexy en su voz cantarina. "Mi punto es que sí estaba seguro de que podías lograrlo, pero aún así yo estaba..."

Alexy pareció divagar, pero no continuó y se quedó muy quieto. La ahora HiME se preocupó al sentir la espalda del chico tensarse, pero se permitió relajarse un poco al caer en cuenta de que la reacción de Alexy se debía a los restos de la marioneta despilfarrados detrás de ella.

"Bloody Hell..." Le escuchó murmurar con asombro. Alice intentó no reír nerviosamente.

En realidad, la vista hubiese sido mucho más perturbadora si la sangre de la marioneta no se hubiese esfumado. Alice se había ocupado de ocultar los indicios de heridas o llanto en sí misma, olvidando por completo que encontrar un cuerpo decapitado podría ser mucho más impactante para alguien desprevenido. Quizás patear la cabeza más lejos hubiese sido una mejor opción, pero Alice no estaba segura si hubiese estado dispuesta a hacerlo aún contando con más tiempo.

Si Alexy fue capaz o no de adivinar la identidad que había usurpado la marioneta, no hizo ningún comentario al respecto. Alice se aclaró la garganta y le dio unas palmaditas en la espalda para recobrar su atención.

"Hey, pero gané."

El peliceleste intentó reírse de la situación, pero sólo sonó incómodo. Fran aprovechó el momento de silencio entre ellos para llamar su atención.

"Le recomiendo descansar y asimilar lo sucedido durante su prueba, Baskerville. Aprobar la prueba es sólo el primer paso y, teniendo en cuenta su desempeño, va a necesitar entrenar y familiarizarse con su arma. Cuanto antes mejor. Puede acercarse a dirección para recibir orientación y resolver las dudas que tenga."
Alice se separó de Alexy y le ofreció una reverencia a la asistente. "Sí, por supuesto, muchas gracias por todo."

Fran asintió sutilmente y les indicó con un gesto la salida. Los jóvenes entendieron que ella debía tener asuntos por resolver y abandonaron el lugar.
« Last Edit: October 02, 2021, 12:23:24 PM by Mery »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #802: October 17, 2021, 08:08:07 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 938 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 6054 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 3668 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 920 palabras
Mery :: 1387 palabras
Apple :: 1028 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #803: October 20, 2021, 12:19:55 AM »
No a última hora yay~ *dead*

You hear that? That's the sound of Rinne cringing in the distance (?)

100.1.


Era el inicio de un nuevo día. El sol apenas salía y quedaba rastros de la bruma matutina, aunque algunos comenzaban más temprano que otros.

Un señor mayor de limpieza avanzaba hacia una zona de un parque para limpiar las hojas antes que llegaran visitantes. No había nada fuera de lo usual en su labor. Contaba con tiempo para su trabajo e iba con toda calma. La ausencia de ruido citadino y el canto de aves le brindaba un alivio espiritual que le ayudaría a sobrellevar el presente día.

Se detuvo cerca de una pequeña estatua donde dejó su carrito de utensilios. Agarró un rastrillo, aunque pronto notó que no se encontraba solo.

A espaldas del camino y la estatua, en un peldaño de la misma y apoyado contra el soporte de la figura, había un chico sentado y dormido. Dicho peldaño permitía que sus piernas estuvieran más cómodas y el joven yacía con su cabeza pelirroja enterrada entre sus brazos recogidos sobre sus rodillas. En sus años de trabajo, el conserje había visto a ocasionales vagabundos dormir en espacios discretos y públicos y por más que se compadeciera de ellos, era parte de su trabajo pedirles que se retiraran. Caminó donde él y le sacudió con cuidado de un hombro.

“Joven…”
“!!!” ese breve agarre le despertó de un saque. El chico tomó al hombre de la muñeca y con velocidad le dio la vuelta para inhabilitarlo.
“¡Ahh, ahhh!” exclamó de sorpresa y dolor.
“¿Eh?” luego de su brusco despertar, el pelirrojo vio que se trataba de un anciano y lo soltó. “¡L-lo siento, me levanté inesperadamente, no fue mi intención!” hizo una rápida y pronunciada reverencia. “¡Lo lamento mucho! ¡Entiendo que hay que respetar a los mayores! ¡Usted debe ser el líder de su familia!”
“Eh… está bien, joven, no te disculpes,” el señor apenas hizo unos estiramientos para comprobar que se encontraba ileso. Habría reaccionado con menos paciencia de no ser porque vio al chico sinceramente mortificado. Sin duda lo había asustado. “No me considero el líder de mi familia, pero aprecio tus palabras. Me encuentro bien.”
“Ah, menos mal,” sonrió aliviado y le extendió su mano. “Mi nombre es Hiiro Amagi. Siento mucho la agresión. Espero que podamos ser amigos.”
“N-no hay problema, sólo te pido que no te quedes aquí a dormir, por favor,” sacudió su palma con incomodidad. Sabía que el joven iba a mil por hora. También, por su disposición, se le hacía distinto a los vagabundos con los cuales había tratado previamente.
“Lo comprendo,” asintió con una sonrisa segura. “Estoy en un viaje y me he visto sin dónde quedarme, pero ya casi llego a mi destino. ¡Le prometo que no lo volveré a hacer!”
“Bueno, te deseo lo mejor, ve en marcha,” dijo amablemente. Lo mejor era no preguntar mucho.
“¡Gracias! Ah, pero antes de irme,” el chico se puso a pensar y sacó un papelito de una mochila chica que era su única posesión. “Ri…zem…bool… ¿usted sabe dónde se encuentra?”
“Hm… debe ser ese colegio científico…” lo pensó un poco. “Ah, seguro que la línea 76 de bus lo cubre. Esa te lleva a varias instituciones de la ciudad.”
“¡Sí!” Hiiro asintió sonriente y se quedó quieto y esperando a oír más.
“…” le miró con leve extrañeza. “Ehem…” el señor miró hacia un costado donde se veía una avenida al final del parque. “¿Ves esas bancas con un techo? Ese es el paradero del bus 76. Pasan por aquí cada veinte minutos así que no hay pierde. Sólo tómalo cuando llegue…”
“¡Ahh, ya entiendo! ¡Tiene perfecto sentido!” exclamó alegremente.
“Ehm, sabes tomarlo, ¿verdad?”
“¡Sí, una amable señora hace una semana me explicó todo el proceso! ¡Todavía me queda sencillo de ayer!” reportó contento, como un niño cumplido.
“Bien, ya sabes a dónde ir.”
“¡Muchas gracias, señor!” dijo una vez más haciendo una reverencia. “¡Ahora mismo iré, llegaré y ya no tendré que quedarme durmiendo en los parques! ¡Que tenga un buen día!”
“Sí, igualmente…” notó que el chico se puso a correr al paradero aunque este justo había llegado y estaba recogiendo a una persona. Dudaba que alcanzara, pero sólo le quedaba esperar al próximo. No iría a tener problemas.

Con ello, su día debía regresar a la normalidad, aunque dio una mirada curiosa más y se congeló al ver el bus partir, y aquel intrépido chico saltar en plena calle, lo cual forzó al pobre conductor a frenar a todo dar. El señor miró la escena en shock y vio cómo Hiiro caminó a la puerta del bus, claramente recibió una fuerte llamada de atención, pero pese a eso el conductor se rindió y le dejó subir.

En fin, no podía juzgar a la juventud. Seguramente se perdía de algo.



Unos cinco minutos después, se puso a pensar… ¿Rizembool no estaba en la dirección opuesta?




Llegó el mediodía y la hora del almuerzo. Era un día posterior a la llegada de IA y los rumores ya habían corrido por toda la secundaria. Si bien en un inicio aquella bella y delicada estudiante de otro país había cautivado a los estudiantes, ahora lo haría mucho más.

“¡¿Es que en serio es una princesa?!” exclamó Taikogane, en completo shock.
“Sí, no importa cuántas veces lo preguntes, lo es…” Hakata dio un suspiro. “Yo también me sorprendí, pero tu falta de credibilidad me resulta cansado.”
“¡No es que no lo crea, pero es increíble!”
“¿No te estás contradiciendo?” le miró con leve juicio y alzando una ceja.
“Aunque no es que no tenga sentido, o sea, sólo hay que mirarla nomás,” el peliazul se vio cautivado por dicho recuerdo. “Parecía como un hada salida de este mundo, tiene una voz melodiosa, un trabajo amable y cálido… ¡y no hay que negar que es sumamente cool! ¡Y como princesa es mil veces más cool!”
“Hm, Sora no entiende mucho sobre ser princesa, aunque IA parece una persona muy buena. Tiene un color muy lindo,” asintió el rubio, sonriente. “Haha, ojalá que podamos ser amigos.”
“¡Eso es definitivo! ¡Tenemos que ser sus amigos antes que nos ganen!” declaró el peliazul con determinación, haciendo un puño.
“Hoho, pero no es una competencia…” Sora ladeó su cabeza, confundido.
“Taikogane-san, te pido que seas cordial con nuestra compañera, por favor,” dijo Hyuuga, quien estaba en su sitio junto con Shiro y Kuro, a punto de desempacar sus meriendas. El peligris sonrió apenado. “IA debe tener ya suficientes inconvenientes para acostumbrarse a una rutina normal y no quisiera que otras personas la cansaran demasiado.”
“Tiene sentido, descuida, no pienso incomodarla,” Hakata asintió.
“¿Y cómo tú te conoces con ella desde antes?” preguntó Taikogane, extrañado. “Bien te verás como un príncipe siniestro pero no eres de clase noble o algo.”
“¿Perdón?” Hyuuga se confundió.
“Ehh…” Shiro se asustó.
“Taikogane, hay que ser buenos con otras personas,” le recordó Sora, con firmeza.
“No te inquietes, Shiro, este de acá es así de insensible,” dijo Hakata.
“…” Kuro asintió y miró a Taikogane con fastidio.
“Ihh, ¿qué dije?” este se estremeció por la gélida mirada.
“No se inquieten, Taikogane-san no tuvo malas intenciones, lo pude percibir,” dijo Hyuuga, pacientemente. “Sobre tu pregunta, es una larga historia. Nuestras familias llevan generaciones allegadas. Es algo que precede a mí.”
“Ya, ¿pero por qué?”
“Qué chismoso eres,” Hakata negó y decidió tomar la palabra. “Según he revisado, Novoselic es un país con grandes inversiones en el entrenamiento y la tecnología de guerra. Los Masamune son una familia que ha producido armas y recursos de guerra de alta calidad desde hace siglos. Sólo puedo imaginar que se debe a ello.”
“Ahh, tiene sentido,” Sora asintió alegremente.
“Oh…” Hyuuga se impresionó y sonrió complacido. “La base de la conexión de mi familia con la familia Nevermind se debe primordialmente a ello, Hakata. Te agradezco por tu explicación. Es la verdad.”
“¿Eh? ¿Acaso IA viene de un país bélico o algo?” Taikogane se quedó en blanco y se estremeció levemente. “P-pero ella no da para nada esa apariencia.”
“…” Hyuuga sonrió un poco y miró al peliazul con paciencia. “No me considero la persona correcta para decirlo, aunque te ruego que no dejes que hechos básicos y externos hablen en lugar de una persona, especialmente de alguien como IA. Ella no es lo que sus orígenes darían a pensar. Sin embargo, sí es alguien con vivencias y experiencias distintas al promedio, en particular con respecto a adaptarse a vivir en un nuevo país. Poseerá toda la ayuda posible, pero quisiera que otros le brindaran de comprensión y espacio, por favor.”
“Eh, s-sí…” Taikogane rascó su nuca, confundido, y desvió su mirada. “No es que haya querido decirlo.”
“Estoy seguro que no, pero preferí brindarte un recordatorio, antes que te precipites a pensar en algo erróneo. Lamento el atrevimiento,” dicho esto, Hyuuga retornó su atención a su merienda y continuó desempacándola.
“…” no estaba muy seguro de lo que sea que ese chico había querido decir, pero Taikogane decidió no pensarlo demasiado. Entrecerró los ojos y murmuró a sí mismo. “¿…qué tiene hablando como un anciano…?”

Entonces, oyeron ruido acercarse al salón, lo cual les hizo prestar atención al pasillo. Notaron cómo había unos estudiantes al pendientes de alguien, pero Gumi llegó donde ellos y actuó de bouncer para pedirles que se hicieran a un costado.

“¡Abran paso! ¡Aquí no hay un show!” exigió la peliverde, energéticamente. Entonces se detuvo para alentar a su compañera a avanzar. “Ven, ven, ya está la costa clara.”
“…” una tímida e incómoda IA apareció frente al umbral del salón y miró hacia los chicos con unos ojos apenados y avergonzados.
“Ohh…” ello bastó para que los mínimos nervios de Taikogane se disiparan al toque. No había forma que esa bella chica fuera nada menos que un ángel.
“¡Bienvenidos!” saludó Sora, efusivamente, y miró a IA con curiosidad. “¿Te sientes bien?”
“Haha no es nada, sólo que nos sorprendió un poco la cantidad de gente en el camino,” se explicó Gumi, animada.
“Lo siento mucho,” IA hizo una reverencia. Se vio confundida y perdida, con la mirada agachada. “No estoy segura qué ocurre o por qué hay tantas personas, pero no evito pensar que es por mi culpa… yo…”
“¡De ninguna manera!” Taikogane prácticamente dio un salto para llegar donde la chica y tomarla de ambas manos. Le sonrió con ánimos. “¡Te aseguro que todos queremos darte la bienvenida y hacerte sentir en casa! ¡Sí, es eso, recuerda que puedes contar conmigo!”
“…” IA le miró perdidamente y ladeó su cabeza, confundida.
“Oye,” entonces Gumi se puso en el medio y encaró al peliazul. “Te me haces sospechoso también, tendré que mantenerte vigilado. ¿No ves que la incomodas más?”
“¿Eh? N-no es mi intención,” el chico se inquietó y junto sus palmas. “¡Lo siento mucho!”
“IA, ¿a que se debe tu visita?” preguntó Hyuuga, poniéndose de pie con leve alarma. “¿Todo está bien? ¿Necesitas mi ayuda?”
“No, no es eso,” la chica negó y pasó a sacar su merienda envuelta. Sonrió con ilusión. “Es sólo que he decidido almorzar con un obento como hacen aquí, y me gustaría que comiéramos juntos. Vengo para invitarte.”
“¿En serio?” preguntó. Pasó a sonreír incómodo. “Te agradezco, pero no tenías que hacerlo, IA.”
“¿Por qué no? ¿Acaso no quieres?”
“No se trata de querer o no. Presumo que la compañía de una persona como yo no te sería la más grata. Supongo no califico como un estudiante promedio,” explicó tranquilamente. “Espero que aproveches esta oportunidad para hacerte de amigos más afines a tu persona.”
“Uhh, sabía que dirías eso,” IA rompió con su apariencia tímida y etérea e hizo un puchero. “No entiendo por qué siempre tienes que aferrarte a algún código social que no existe, igual que Sakuya. Yo quiero almorzar contigo porque somos amigos de hace muchos años y eres como mi hermanito. Además te vendría bien salir al sol y disfrutar de la naturaleza.”
“Eh, no es necesario…” dijo incómodo.
“No, ya me decidí. Ni yo ni mis hermanas queremos que sigas aislándote,” asintió. “También quiero hablar más con Shiro y Kuro.”
“Vamos, IA me dijo que quería que nos conociéramos y sí quiero hacerlo,” Gumi se acercó a Hyuuga amenamente. “Estábamos esperando el descanso con ansias, por favor.”
“…está bien, no me haré de rogar,” dijo rendido y miró a sus dos acompañantes. “Vamos los tres, continuemos afuera.”
“Eh, s-sí,” Shiro asintió y junto con Kuro se levantaron.
“¡Yo voy con ust-!” Taikogane intentó sumarse, sin embargo…
“…” Kuro le lanzó una severa y fría mirada que incluso lo espantó un poco.
“Eh, Kuro…” Shiro se asustó.
“Vaya… lo lamento mucho,” Hyuuga se inquietó brevemente y terminó por sonreír apenado. “Tendrá que ser la próxima vez, Taikogane-san. Bueno, con permiso.”

El par de chicas se confundieron y el grupo empezó a irse, aunque Shiro se dio cuenta que se olvidaba de algo.

“Ah, l-lo siento, esperen, necesito mis cubiertos…” este se disculpó incómodo y corrió a su sitio. Sacó unos palitos de comer cuando en eso levantó su mirada y se topó con Sora. “Oh, eh… ¿quisieras venir con nosotros?”
“Hoho, ¿puedo?” preguntó impresionado y miró hacia Kuro, quien no se inmutó. Al percibir dicha ‘afirmación’, Sora sonrió con entusiasmo. “¡Sí, con mucho gusto! ¡Vamos, vamos!”
“…” Hyuuga se animó de ver que Kuro le toleró y a su vez que el tímido de Shiro se hubiera animado de invitarle. Se dirigió a las chicas. “¿Y Kotegiri-san?”
“Él se excusó hoy porque tiene una audición muy importante para convertirse en idol,” explicó Gumi, sonriente. “Se ha esmerado tanto para este día que definitivamente le irá bien.”
“Eso espero,” IA asintió y así el grupo siguió en marcha.

Así, sólo Taikogane y Hakata se quedaron en el salón, con el primero un tanto desanimado y perplejo y el segundo decidiendo abrir un libro para ponerse a estudiar.

“Eh…” el peliazul notó que los curiosos que los habían estado mirando por el pasillo también se marcharon para seguir los pasos de la princesa. “¿Qué fue eso? ¿Por qué me miró así?”
“Hm, lo molestaste, seguro…” Hakata se encogió de hombros y pasó una página.
“Pero ni le he dicho nada…” se impacientó un poco de ver al otro quedarse leyendo sin prestarle atención. “Oye, Hakata, pudiste al menos ver si querías ir con ellos.”
“Estoy bien, a diferencia de ustedes, llevo algunas clases en la universidad y en la tarde tengo un examen,” explicó inmutado. “Hyuuga ya dijo que será en otra oportunidad, no tengo apuro.”
“Pero si Sora fue con ellos.”
“Es porque Sora es buena gente y ayudó a Shiro desde que pisó el salón, tiene todo el sentido,” se encogió de hombros y le miró con el ceño fruncido. “Si dejaras de quejarte de cualquier cosa tal vez Kuro te toleraría más.”
“Pero no es cierto, sólo soy honesto, no tengo malas intenciones,” vio que el otro se frustró un poco pero decidió no continuar con el diálogo. “¡Bueno, metí la pata, pero no por eso deberíamos dejarlo ir! ¡Vamos detrás de ellos!”
“Puedes ir tú si quieres, estoy ocupado…”
“No te quedes aquí para estudiar, apuesto a que ya lo hiciste ayer y estás más que listo para tu examen,” de nuevo no le contestó. “¡A ti también te caería bien el sol! ¡Recuerda que tienes que practicar trepar árboles!”
“…” Hakata entrecerró sus ojos sin dejar de leer su libro.
“¿Qué?” Taikogane se extrañó. “¿Acaso sigues molesto por eso?”
“…” este desvió su mirada. “Un poco…”
“Ahh…” dio un pesado suspiro y terminó por agarrar al menor de la muñeca. “¡Ya, perdón, ahora vamos donde los demás!”
“¡O-oye, ¿esa es tu manera de disculparte?!” se sorprendió al casi caerse por el jalón del otro.

Al final terminaron por ir detrás del otro grupo.



Había sido una mañana intensa. Además de los jueces y evaluadores que había encontrado en las fases preliminares de su larga evaluación, aquel día había una invitada sorpresa, alguien que no pertenecía a ES. Sin embargo, era una jueza adicional y fue presentada como una de las personas con el mayor peso en las elecciones de quiénes pasaban la evaluación. Kotegiri se avergonzaba de no saber quién era, mientras que varios a su alrededor se sorprendieron e inquietaron de oír que la rumoreada ‘Enma-sama’ se encontraba presente. A pesar de su llamativa apariencia, no debía ser alguien del mundo del espectáculo si es que Kotegiri no la conocía.

Además de ello, el propio Eichi Tenshouin, uno de los cabezas de ES y el líder de toda la agencia Starmaker, decidió hacer aparición. La tensión estaba por las nubes. Todos sabían que debían dejarlo todo en el escenario.

Kotegiri se encontraba sentado pegado a una pared de la amplia sala de audiciones, junto con los demás postulantes sea en espera de su turno o descansando luego de su presentación. Iban por números, y ni bien el presente chico terminara, le tocaría ponerse de pie y realizar su definitiva presentación. Su visión estaba fija en la persona antes de él, a tal punto que el resto de su visión se oscurecía. Estaba por tocarle y no podía perder la calma. Se había preparado demasiado tiempo para ese instante. No lo dejaría escaparse de sus manos.



Por otro lado, la secretaria a cargo del lobby de ES regresó a su puesto luego de atender una llamada. Había podido oír que alguien hizo sonar la campana del counter y al llegar observó a un chico pelirrojo leyendo los anuncios del boletín perdidamente. No vio a nadie más, por lo cual decidió dirigírsele.

“Buenos días, ¿necesitas algo?” preguntó la secretaria. Esperó un poco, pero ese chico realmente parecía ido. Le miró perdidamente. “Eh, hiciste sonar la campana, ¿verdad?”
“¡Oh!” Hiiro fue despertado y se acercó a la recepción con ánimos y energías. “¡Siento la tardanza! ¡Finalmente estoy aquí! ¡Espero no causar problemas!”
“¿Ya… estás aquí…?” la secretaria lo pensó y se frustró. “¿Acaso eres uno de los postulantes de hoy? Pues estás muy tarde, ya han comenzado hace como media hora.”
“¿Media hora?” Hiiro se impresionó y murmuró para sí. “¿…Habré estado mirando los anuncios media hora…?”
“Lo más probable es que te descalifiquen simplemente por tu tardanza. Hasta el líder de los idols de Starmaker, Eichi Tenshouin, ha asistido, y seguramente estará muy molesto.”
“Idols…” el pelirrojo se sorprendió por la mención.
“…” la mujer dio un suspiro. “Esta debe ser una oportunidad importante, pero si no te lo tomas seriamente para llegar a tiempo, lo mejor es que te esperes a la siguiente convocatoria…”
“¡No, espera!” de repente, Hiiro se vio interesado y asintió con seriedad. “¡Quisiera conocerle, es importante! ¡No quiero irme y seguir mi camino sin al menos intentarlo!”
“Pero…” se extrañó y dio un suspiro. “Puedes ir a hablar con los guardias de la entrada del salón, pero dudo que siquiera te dejen entrar.”
“¡Está bien, muchas gracias, lo intentaré!” Hiiro se puso en marcha.
“¡E-espera, no es por ahí!”
“¡Ah, perdón!” regresó a la recepción con una sonrisa. “¿Por dónde es?”
“Sígueme…” rodó los ojos.



“Muchas gracias por tu actuación,” Eichi miró a la ficha frente a él. “Continuemos. Número 4, Kotegiri Gou. Adelante.”
“¡Sí!” exclamó y se tensó, pero se puso de pie. Fue una caminata intensa. Cada uno de sus pasos duró una eternidad, casi podía oír sus latidos en el centro de sus oídos. Debía despejarse para realizar su mejor presentación. Hizo una pronunciada reverencia a su público y se mostró firme, decidido y atento. Alzó una de sus manos a su pecho con los dedos estirados, a manera de invocar intensidad en su presentación. “Yo soy Kotegiri Gou. Soy un aspirante a idol que aplicó a Starmaker. Me considero un idol de nacimiento y haré lo necesario para llevar a cabo mi mayor sueño. ¡Gracias por su atención!”
“Kotegiri-kun, si me permites,” Eichi apoyaba su rostro en ambas manos y estaba inclinado hacia delante, con una sonrisa tranquila y unos ojos fijos, tal vez juguetones. Llevaba la mayoría del tiempo así, al pendiente de hablar con los postulantes y ver por qué pata cojeaban. “Debes ser alguien quien ha deseado brillar en el escenario desde temprana edad, ¿no es así?”
“¡Sí, precisamente!” afirmó tal vez con más nerviosismo del que quiso mostrar. Tenía que recordarse de medir sus acciones.
“Sin duda esos deseos son importantes para desempeñarte bien. Sin embargo, ¿qué más quisieras compartir? Tu breve introducción habla sobre sueños, pero no me ha dicho nada sobre ti.”
“¡S-sí!” asintió con fuerza. Una buena observación, pero no había previsto tener que decirlo todo desde el mero inicio. Sin embargo, estaba preparado, así que no debía de inquietarse. “Soy una persona trabajadora y perseverante. Las personas que me rodean saben que pueden contar conmigo. Asimismo, nunca pierdo los ojos del camino ni me doy por vencido. Del estrellato lo único que me importan son las luces que se ven en el escenario,” dijo convencido y pese a intentar mantenerse contenido y firme, una ilusión apareció en sus ojos. “Quiero desarrollarme como un idol profesional, adepto a cantar y bailar, alcanzar la excelencia de desarrollar mi arte y compartir mi meta con otros idols y el público en general. Apunto a Starmaker porque creo en el avance de la industria de los idols y deseo ser parte de su desarrollo, al igual que usted, Tenshouin-senpai.”
“Hmhm, no negaré que suenas a un buen chico,” Eichi sonrió entretenido. “Eres del tipo que aceptaría seguir las reglas, escucharía a sus superiores y realmente se esforzaría.”
“¡Sí, definitivamente!”
“Aun así, lo más idol que puedo absorber de tu presentación es tu vehemencia a concederte aires de una persona funcional.”
“¿Te parece, joven Tenshouin?” la imponente Enma-sama tomó palabra. Era sorprendente cómo su voz grave, pausada y carismática cautivaba a todos los presentes sin esfuerzo. La mujer sonrió con perspicacia y miró fijamente a Kotegiri.
“Eh…” fue como si esa persona le diera una lección en firmeza, ya que su mirada le intimidó y le hizo perder su semblante. Terminó mostrándose confundido y vulnerable.
“Joven Gou, por casualidad, tu familia proviene del norte del Japón, ¿no es así? Recuerdo que existe una familia Gou dedicada a la agricultura que hace generaciones fueron conocidos como samuráis.”
“Eh, s-sí,” se hizo un poco hacia atrás. “N-no esperaba que supieran sobre eso,” pudo oír a algunos otros aspirantes susurrar entre ellos sobre esa inesperada trivia, lo cual sólo lo ponía más y más nervioso.
“Lo lamento si te saqué de tu audición por un momento,” dijo la señora animada. “En mi juventud pasé por entrenamiento militar, por lo cual estoy informada de datos similares. Lo digo porque tu porte y actitud y recuerdan a las de un cadete. Tenshouin estuvo de acuerdo con esa impresión, pero además de ello, tus intenciones de hacernos confiar en tu dedicación se asemejan más a una persona de auxilio, quien espera poder ser confiado una misión o un encargo. Vendrá de tu familia o no, es algo más semejante a una persona en servicio que un idol.”
“Enma-sama, aquello no tiene por qué ser del todo malo,” agregó Eichi. Él tomó una debida postura y se dirigió a la mayor con amabilidad y una sonrisa angelical. “Todos podemos apreciar el carisma que usted posee. De igual modo, uno de los miembros de mi grupo pasó por dicho entrenamiento y hasta otra persona de gran importancia en ES, quien también se desempeña como un exitoso idol.”
“Ah, muchas gracias por tus palabras. No lo digo por desprestigiar a otros. Más bien me sorprende gratamente saber que previos soldados han seguido este camino.”
“Le entiendo perfectamente, y estoy de acuerdo,” Eichi asintió y volvió a mirar al postulante. Su sonrisa no se inmutó, pero sus ojos adoptaron juicio. “Las dos personas a quienes he mencionado poseen mucho más que esta disciplina. Estamos aquí para observar tu carisma, Kotegiri-kun, aquello que te haría deslumbrar en medio de todos los aspirantes a idols detrás de ti.”
“Sí…” tragó saliva. No había esperado esas palabras, él mismo no sabía qué contestar a eso, sobre qué lo haría un idol más merecedor que los demás. Era un concepto injusto.
“Siendo sinceros…” para variar, Eichi borró su sonrisa y exhibió ligera pena y decepción ante los nervios y la inacción del chico. Miró a la ficha en sus manos. “Hay un motivo por el cual has llegado a esta última fase de la convocatoria, y podría ofrecerte un cupo en ES sin necesidad de que continúes con tu audición.”
“¿E-en serio?” se sorprendió notoriamente, al igual que los demás detrás de él. Sonaba demasiado bueno para ser cierto y empezaba a ilusionarse, pero sentía que debía haber una mala noticia o alguna condición desfavorable o algo…

Y tenía razón.

“Tus pruebas, respuestas en las aplicaciones y la evaluación de tus aptitudes han demostrado que posees todas las calificaciones de un excelente productor, algo que es de igual importancia para mi agencia. Eso es algo que me animaría ofrecerte porque me vi impresionado por tus resultados, y no soy del tipo que reconoce el talento con facilidad. Sin embargo…” Eichi se le dirigió con severidad. “Si aceptas, estarás en el programa de formación de productores y bajo el contrato no podrías prepararte como idol, al menos no en un futuro cercano.”
“…” su sangre se congeló. Se sintió entre la espada y la pared.
“Hm, productor, sí suena a algo afín a su persona,” comentó Enma, complacida.
“Eh…”
“Por más que los idols sean los que aparezcan en el escenario, sin los productores, nuestro ascenso no hubiera sido posible,” Eichi asintió pausadamente y sonrió. “Kotegiri-kun, tú has dicho que deseas ser parte de ese crecimiento de los idols, y el trabajo de un productor es aquel en esencia. Considero que alguien como tú es ideal para no sólo ayudar con la logística y asistencia de las estrellas, pero también para comprender los deseos y las aspiraciones de todos los que están involucrados en el proceso.”
“…”
“Es un buen punto. En el mundo de los negocios, la falta de comunicación entre departamentos y profesionales es nuestro talón de Aquiles,” agregó Enma. Veía a la pobre alma torturada frente a ambos, pero no podía ser suave. “No puedo leer si tu deseo de ser un idol se deba al reconocimiento, al amor a la música o a algo más, aunque no sólo los trabajos más resaltantes son los mejores o los más importantes. Puede que ser un productor sea más afín a tu persona y con el tiempo te des cuenta que encajas mejor en él y hasta le encuentres un verdadero gusto y propósito.”
“…”
Aunque…” de todos modos, tampoco iría a quebrar su espíritu. Le daría un pequeño empuje para que nuevamente tomara la palabra. “Si fueras a aceptar ser un productor para no perder la oportunidad de ingresar a ES, ¿estarías contento con tu decisión? También, ¿le pondrías ese mismo deber y dedicación? ¿Has venido sólo para que te acepten?”
“Enma-sama…” Eichi le miró con algo de sorpresa. No había pensado en ser tan duro ese día, aunque estuvo por ver que ese chico fue capaz de contestar esas palabras.
“Tiene razón, Enma-sama, al cuestionarme,” Kotegiri comprimió sus puños. Ello le había servido de recordatorio. Sonrió frustrado. “Un productor… en verdad no lo había pensado, pero sí me iría bien. Creo que ando detrás de la mayoría de gente que conozco y soy del tipo que espera auxiliar. Puede que eso no me haga uno de los ‘protagonistas’. Si fuera a ser aceptado como productor, haría un buen trabajo, me conozco. Pero…” negó y se vio decidido. “Hasta un ayudante como yo puede tener madera para idol y no he venido con otra misión en mente. Le agradezco por la oferta, Tenshouin-senpai, pero no estoy aquí para darme por vencido. Así que…” tragó saliva y volvió a hacer una pronunciada venia, con algo de urgencia. “¡Muchas gracias por su atención! ¡Estoy listo para mi audición!”
“Heh,” Eichi se animó un poco al verle espabilado. “Ya me estaba preguntando a dónde se había ido tu introducción como un chico perseverante. Bien, comienza cuando quieras.”
“¡Sí!” dijo con la frente en alto, a pesar de los nervios que empezaban a regresarle.

Apenas pudo oír unos murmullos y algún comentario leve de otra persona que hubiera querido tomar su oportunidad. Sólo porque se le había ofrecido esa opción no cambiaría su parecer. Su meta era ser un idol y daría todo lo posible por lograrlo. Ni siquiera podía decir si, en caso de fallar, tendría la producción como un plan B. Negarse ante la propuesta de Eichi Tenshouin bastaba para seguramente haber perdido esa oportunidad, y por nada del mundo lo tomaría por sentado. Viendo que su público estaba convencido de su valor como otro tipo de profesional significaba que le tocaba hacer un baile magistral que moviera los cimientos de los demás y los dejara boquiabiertos. Tenía que probarse como un idol a como diera lugar.

El DJ en el ambiente hizo sonar la canción que Kotegiri había pedido para su audición, pero no pasaron ni un par de segundos para que ocurriera algo más, algo inesperado que congeló su presentación abruptamente.

Un pelirrojo ingresó a ese auditorio por medio de unas ventanas altas pegadas al techo, y luego de saltar, cayó estrepitosamente cerca del centro del espacio, cerca de Kotegiri. Sin lugar a dudas, acababa de ocurrir un suceso que dejó a más de uno boquiabierto.

“¿Qué sucede?” preguntó Eichi, sorprendido.
“Me pregunto cómo habrá llegado ese chico a tal altura,” curiosamente, Enma se concedió la libertad de ponerse de pie y caminar al recién llegado, quien se notaba adolorido.
“¡E-Enma-sama!” exclamó un guardaespaldas.
“Tranquilo, no parece ser ninguna amenaza,” dijo sosegadamente y extendió una mano al intrépido pelirrojo. “¿Estás bien, niño? ¿Qué acabas de hacer?”
“Uhh… no pensé que sería tan alto…” se quejó Hiiro, algo aturdido, y reparó en la mano extendida. La tomó y sonrió agradecido. “¡Ah, muchas gracias, perdón si te asusté!”
“Eh…” Kotegiri miraba al intruso perdidamente, de nuevo sacado bruscamente de sus intenciones de dar la mejor audición. Recién se daba cuenta que hasta el DJ había dejado de tocar su canción.
“…” Eichi dio un pesado suspiro, frustrado. “No puedo ni imaginar lo que sucede aquí, asumí que la vigilancia fuera del recinto sería la suficiente, pero… ¿quién eres? ¿Qué haces aquí?”
“¡Buenos días!” Hiiro asintió con seriedad. “¡Lamento meterme por la ventana, pero llegué a la puerta y los guardias no me quisieron dejar pasar! ¡Vengo por algo muy importante!”
“…” el rubio revisó brevemente unos papeles. “Todos los aspirantes a idols evaluados han asistido, así que supongo no estás aquí por ese motivo.”
“Hmm…” el chico lo meditó un poco. “Suena a que la señora de antes tal vez pensó que era uno de ellos… tiene sentido… ¡pero esa no es mi intención!” regresó a mirarle. “Usted debe ser aquel que fue llamado ‘líder de idols’, ¿no es así?” asintió decidido y le apuntó con energías. “¡Vengo para retarte a un duelo, aquí y ahora!”
“¿Perdón?” Eichi abrió un poco más los ojos, claramente en blanco sobre lo que oía. Todos los presentes se veían tan perdidos como él y quizás algunos aprehensivos por ese invasor.
“¡Hahaha!” al final fue Enma quien rompió el silencio con una carcajada. La señora dio un par de aplausos. “¡Tremenda manera de presentarte, joven! Tenshouin no posee la salud física para realizar semejante hazaña. Si yo fuera unos años menor tal vez aceptaría.”
“Eh, Enma-sama, por favor no entretengamos a esta persona quien ha roto los protocolos del día de hoy,” se expresó Eichi con cansancio. “Fallo en entender su lógica.”
“Por supuesto, ya que no le hemos dado espacio para explicarse, pero no me da la impresión de ser un mal chico,” la mayor retornó a la mesa del jurado y se le dirigió nuevamente, con una sonrisa perspicaz. “A ver, preséntate a nosotros. ¿Cuál es tu nombre?”
“¡Sí, siento no hacerlo antes!” exclamó. “¡Mi nombre es Hiiro Amagi! ¡Siento mucho la forma en que me entré, pero es importante!”
“¿Cuál es tu misión aquí? Quieres tener un duelo con el dirigente de esta audición. Pues bien, eso quiere decir que tus ambiciones involucran a lo que ocurre aquí, ¿no es así?”
“Sí…” lo pensó un poco, algo perdido y con severidad. “Soy nuevo en la ciudad, así que fallo en entender muchas cosas, pero con lo poco que sé, aquellas personas a quienes se les llaman ‘idols’ son seres problemáticos,” frunció el ceño. “Por eso, ni bien oí sobre el líder de idols presente, ¡quise hablar con él para ponerle un fin al problema y destruir a los idols!”
“Te me haces interesante, niño,” Enma apoyó su cabeza en un puño. “¿Y de qué parte tu decisión? ¿Qué hace a los idols problemáticos?”
“¿Es que acaso se olvidaron de mi audición?” pensó Kotegiri, torturado. Podía ver al resto de aspirantes igual de perdidos y confundidos que él.
“Es posible que sea algo difícil de comprender o de explicar, admito que no lo tengo completamente claro,” Hiiro dio un suspiro y comprimió sus puños. “Sin embargo, sé el efecto que tienen en las personas. Estos idols causan que las personas cambien y actúan de manera rara y diferente a como son. Creo que cualquier cosa que desnaturalice a los demás está mal, y es por eso que he venido desde muy lejos para llegar a la raíz del asunto, entender mejor con lo que estoy lidiando y ver cómo deshacer el hechizo que los idols usan en otros.”
“¿Aquella es tu ambición?”
“No, yo no soy una persona de ambiciones, lo hago como un principio básico y por mi deber y decisión de ayudar a aquellos cercanos a mí,” afirmó. “A veces podemos olvidarnos de las cosas buenas y malas en nuestras vidas, y estoy cometido a proteger lo que vale.”
“…” Eichi miraba a aquel chico expresarse, todavía perplejo, aunque veía que sus gestos faciales y corporales eran naturales. Ese pelirrojo poseía un carisma y fuerza innatos, casi no podía culpar a la secretaria de haber pensado que era uno de los postulantes. Además de ello, precisamente su cabello rojo le llamaba la atención. Lo había visto anteriormente…
“¿Qué piensas, Tenshouin?” preguntó la mujer.
“¿Será que debería tomar a este chico con seriedad, Enma-sama?” preguntó Eichi con ligera trivialidad y frustración.
“No me atrevería a hablar por encima de ti, sólo soy una invitada. Sin embargo, no puedes negar que su carisma se oye más fuerte que sus palabras,” sonrió con ironía. Miró al chico quien ahora le observaba confundido. “Alguien con su pasión, su manera de expresarse y esa apariencia inusual, suena a que no pudo haber llegado a un lugar más apropiado que este mismo. Irradia varias características que esperaría de un idol.”
“¿Eh? ¿Perdón?” preguntó Hiiro, ladeando la cabeza.
“Es difícil olvidar que hace poco quería un duelo, aunque tienes mucha razón,” Eichi sonrió rendido. “Hiiro… Amagi, ¿no es así? Dijiste que venías de muy lejos.”
“S-sí…”
“Entiendo…” ya había escuchado ese apellido, así que lo confirmaría luego. De momento, lo evaluaría por su cuenta. “Tu historia, aunque disparatada, me ha causado intriga. Yo que soy una persona con varios idols por debajo de mí, y aun así te presté atención cuando explicaste por qué deseas destruir a los idols,” rió por lo bajo. “Fufu, casi logras que te apoye, Hiiro-kun. Ese efecto que dices que los idols tienen en otros puede que sí exista. Sin embargo, mis deseos al dar la bienvenida a futuros idols a ES no son malintencionados. Hay personas de todo tipo y me considero responsable sobre las decisiones que se toman en mi agencia. Yo también quisiera exterminar a los malos elementos de este querido ambiente de fama y espectáculo, y a su vez cultivar el talento de personas con las mejores intenciones y a aquellos diamantes en bruto,” notaba a ese chico perdido y tal vez contrariado. Presentía que ya lo había perdido con tantas palabras. “Yendo al punto, si tuvieras la opción de unirte a ES y aprender por tu cuenta lo que significa ser un idol, ¿aceptarías la oportunidad?”
“¿Perdón?” se sorprendió.
“¿Q-q-qué está pasando…?” preguntó el pobre olvidado en sus pensamientos. Podía oír susurros sorprendidos y sentir la misma mezcla de horror e incertidumbre productos de aquel bizarro personaje. ¿Qué significaba ese desenlace para todos los demás?
“Tú eres uno de esos diamantes en bruto, aunque yo me reservaré las condiciones si aceptas. No esperes que te deje hacer lo que te plazca y necesitaré tiempo para observarte y juzgar si realmente podrías ser un buen idol,” explicó Eichi, ahora sonriendo entretenido y divertido. “A cambio, tendrás el conocimiento y recursos para juzgar por tu cuenta si tus metas de destruir idols tienen razón de ser. Quisiera ver en qué termina tu historia.”
“Hmm…” Hiiro lo pensó muy duramente, con la mirada plantada en el piso y el ceño fruncido. Murmuró para sí. “Es una posición estratégica para mí… pero todavía tengo que llegar a ese lugar llamado Rizembool… ¡oh!” se le prendió un foco y perdió toda intensidad. “Eso me recuerda. Estaba camino a un colegio pero tomé el bus en la ruta equivocada y llegué aquí que era la última parada. ¿Tienen cambio para un billete? Se me acabó el sencillo.”
“¿Será aquello lo que te trajo aquí el día de hoy?” preguntó Enma, levemente sorprendida.
“Heh…” con eso, Eichi pudo darse mejor la idea del tipo de persona con la que trataba. “Está bien, te daré el cambio al final de la audición. También puedo asegurarme que llegues a tu destino sin contratiempos. Entonces, ¿aceptas mi propuesta?”
“¡Claro, suena a que nos entendemos!” Hiiro sonrió contento. “¡Muchas gracias, me has ayudado un montón!”
“Por el contrario, gracias por venir,” Eichi se puso a de pie y Hiiro se le acercó para así darse una sacudida de manos. Ambas partes se encontraban satisfechas. Enma rió para sus adentros y todos los demás presentes no eran capaces de procesar lo que ocurría. “Hiiro-kun, sírvete a sentarte junto con los demás aspirantes.”
“¡Enseguida!” este se fue corriendo hacia ellos.
“Y cabe resaltar que, como un caso atípico, el hecho que haya aceptado a Hiiro-kun no afecta las aplicaciones de los demás, no se inquieten por favor,” dijo el rubio, quien finalmente miró hacia Kotegiri. “Ahora, ¿dónde estábamos?”
“¡Ihhh!” Kotegiri dejó escapar un alarido al ser sorprendido por el juez.
“Verdad, estabas por realizar un baile, ¿no es así?” recordó Enma, entretenida. “Por favor, adelante. Estoy segura que nos entretendrás tanto como el chico que acaba de llegar.”
“¡¿C-cómo se supone que compita con eso?!” se cuestionó en sus pensamientos. Él ya se había agarrado y jalado los cabellos de forma imaginaría, además de perder el hilo a lo que hacía.
“Lamento mucho la intromisión, Kotegiri-kun, no te pongas nervioso,” dijo Eichi. “Bien, comienza cuando quieras.”
“¡S-sí, enseguida!” ya no había marcha atrás, por más confundido que se sentía.




Las horas pasaron y quedaba apenas un rojizo en el firmamento en lo que iniciaba la noche. ES era un lugar donde la actividad solía durar de manera casi permanente, pero incluso los más disciplinados en sus obligaciones se concedían de breves descansos. Ai llevaba varias horas trabajando con un software que le ayudaba a procesar y combinar las grabaciones y los samples necesarios para su más reciente canción. Su presente labor había terminado, aunque seguía sin convencerse sobre dicha composición, y luego de intentar algunos arreglos más sin éxito, optó por salir a despejar su cabeza y realizar otra labor en lo que buscaba inspiración adicional.

Durante su andar revisó su celular e ingresó a la red social de ES, donde se informó sobre el extraño suceso durante una rutinaria audición a Starmaker. Ai miró las noticias inmutado. Aquello no le concernía personalmente, pero se hizo una nota mental de cuestionar sobre la seguridad de aquel lugar más adelante. Sólo podía suponer que un accidente de ese tipo incitaría a unos cambios necesarios…

“¡Hola!” repentinamente, Reiji, proveniente de un pasillo que intersectaba al camino del peliceleste, le saludó con una palma alzada y una sonrisa.
“…” Ai se tomó unos segundos para confirmar que no había otras personas presentes quienes pudieron haber sido recipientes del saludo. Entonces, procedió a mirar a aquel pelimarrón. “No pareces hablar con un dispositivo de bluetooth o hands free. ¿Te diriges a mí?”
“Ahh, yo que esperaba una respuesta más amigable~” se lamentó con una sonrisa rendida. “Esperaba que al menos el kouhai entre nosotros se alegraría de verme~”
“…” esas palabras hicieron que el tranquilo Ai frunciera el ceño con cierto juicio.
“¡Está bien, no hay problema! ¡Antes que preguntes, yo soy Reiji Kotobuki!” dijo con grandes ánimos. “Iba de cacería por el último de nosotros con quien no me había topado~” le extendió una mano. “¡Un gusto, Ai-Ai!”
“Es Ai Mikaze,” dejó de mirarle de costado y giró su torso para encararle debidamente. Sin embargo, su juicio no bajó. “Con respecto a ‘kouhai’, ¿podría saber por qué te refieres a mí así?”
“Eh, tal vez te he molestado, pero no lo dije con malas intenciones,” dijo alzando ambas palmas y sonriendo nervioso. “Mil disculpas, Ai-Ai, sólo me refiero a tu edad. Seguro que tienes mucho que aprender sobre el mundo o cosas más relacionadas con el trabajo, pero no temas que yo estaré aquí para ayudarte. ¡Puedes contar conmigo!”
“Aun así, continúas tratándome como un ser inferior,” negó frustrado. “Recién nos conoceremos, pero quisiera aclarar que no me percibo inferior a ti, sólo distinto. Entiendo que esta habla sobre ‘nosotros’ se refiere a las cuatro personas que estamos programadas a formar un grupo de idols,” se cruzó de brazos, aunque su expresión se aligeró y se vio pensativo. “Admito que continúo pensando que aquello no es lo ideal para mi persona, pero si fuera a percibir que mi presencia es un estorbo para ustedes, me retiraría del proyecto sin pensarlo dos veces.”
“Ahh, p-pienso que es un poco pronto para decir cosas de ese tipo, no es que dude de ti, en serio, si ni nos conocemos,” Reiji juntó sus palmas. Se vio en aprietos. “Lo siento si te hice sentir mal. Vengo para ofrecer mi apoyo y colaboración contigo, así que si no necesitas un senpai que te ayude, encontraré qué rol puedo ofrecerte~”
“No es que esté pidiendo nada de ti…” alzó una ceja.
“Pero somos un equipo~” le dio un guiño. “Algunas cosas no se tienen que pedir.”
“Eres una persona extraña, Reiji.”
“¡Bien!” este le apuntó con un índice con tanta cercanía que el otro se impresionó un poco y se inclinó hacia atrás. “¡Ya me estás llamando por mi nombre y sin honoríficos! ¡Quiere decir que estamos en la misma onda!”
“Yo llamo a todos por su primer nombre, no es nada especial,” Ai le observó con reproche. “Suena a que has celebrado el calificativo que acabo de darte.”
“Hmhm~” canturreó animadamente. “Aquello raro es lo que nos hace quienes somos, ¿verdad? Si otros piensan que soy raro, me puedo enorgullecer por ser alguien especial, y si otros pretenden decirme algo negativo, eso sólo sirve para reflejar lo que esos otros tienen dentro y no habla de mí,” se encogió de hombros, sonriente. “Así de simple, ¿cierto?”
“Hm,” Ai se impresionó levemente. “No pensé que alguien como tú diría unas palabras tan sensatas, siendo honesto.”
“¡Ah, me partes el corazón, Ai-Ai~!” Reiji hizo el ademán de agarrar su pecho con ambas manos como si estuviera herido.
“Me pregunto si realmente sigues tus palabras o fueron palabrería,” negó impaciente. “En fin, mañana vendría a ser nuestra primera reunión formal. Si no tienes nada más que decir, tengo que excusarme. Cuento con el tiempo justo.”
“¡Descuida! ¡Sólo necesitaba un sneak-peek de tu persona y me siento satisfecho~!” celebró con una amplia sonrisa. “¡Nos vemos mañana, Ai-Ai! ¡Un gusto conocerte!”
“¿Qué tienes con llamarme así?” dijo en voz baja, aunque el otro se esfumó con rapidez. No que realmente le importara mucho corregirle. Presentía que su trabajo en conjunto con otras personas se saldría de sus expectativas, por más preparaciones que pudiera darse.

Sólo le quedaría atenderlo a lo largo de su rutina…


Era la mañana siguiente y luego de aquel intenso e inesperado día, le tocó a Kotegiri regresar a sus clases. Llegó temprano y se encontró con Gumi e IA, quienes estuvieron listas y atentas para oír cómo le había ido. Pese a que el chico pudo darles una respuesta que él mismo había anhelado en su momento, él no pudo compartir la alegría de las chicas.

“¿Por qué te ves todavía inquieto?” preguntó la peliverde, sonriente. Le dio una palmadita en el hombro. “¡Vamos, relájate, Kotegiri! ¡Lograste tu cometido, te aceptaron! ¡Tal vez no sea una victoria rotunda y te pusieron en un periodo de prueba, pero es el inicio que necesitabas! ¡Ahora te toca probarles que tuvieron la razón de darte la oportunidad!”
“Sí, es verdad,” IA asintió, contenta, con su ligera quietud y timidez. “Eso es algo que haremos juntos. Vamos a colaborar de ahora.”
“¡Sí, justo tengo que explicarles tantas cosas sobre ES y cómo nos desenvolvemos en trabajos como parte de nuestro entrenamiento!” dijo Gumi, entusiasmada. Agitó sus puños. “¡Justo andaba revisando y se vienen varios así que hay que ponernos de acuerdo!”
“S-sí, muchas gracias por los ánimos a las dos… es sólo que…” Kotegiri sonrió apenado y terminó dando un suspiro. Bajó su mirada. “Sigo pensando en las observaciones que me dieron los jueces. Sabía que me tocaría oír críticas y observaciones fuertes, pero no me esperaba lo que vieron en mí… Siempre estuve cometido a esforzarme para ser un idol, pero que ahora me digan que soy mejor productor y que puede que la carrera de idol no me vaya igual de bien…”
“Bueno, eso desanimaría a cualquiera, lo entiendo,” Gumi se apenó un poco, pero de todos modos le sonrió. “Pero no te lo tomes a mal. Sé que no te parece que te hayan dicho eso, pero quiere decir que más bien tienes muchas cosas que hacer en el mundo del espectáculo. Por lo disciplinado y dedicado que eres, sí te veo de productor, pero recién piensa en eso a futuro. ¡Primero esfuérzate en tu meta!”
“Sí, estoy de acuerdo. Sólo sigue tu corazón, Kotegiri,” dijo IA, llevando sus manos a su pecho. “Puedo ver lo mucho que significa para ti, así que continúa y te deseo lo mejor,” alzó uno de sus puños ligeramente. “Ganbatte~”
“Eso haré, muchas gracias,” el pelinegro asintió y dio un suspiro. “Estaré bien, creo que sólo tengo que despejarme. Igualmente… ese chico que entró en medio de mi audición… cómo entró con otras intenciones en mente y le aceptaron a ES tan espontáneamente…” se frustró. “No evité compararme con él. Yo no tengo su carisma, no puedo pensar que estoy en su mismo nivel, porque no es así…”
“¡Ya suficiente!” Gumi golpeó su palma sobre la mesa del chico y causó que este, e IA, se impresionaran. “No puedes pensar así. Tal vez los idols se comparan más entre ellos que en otras carreras, pero lo único que haces comparándote con otra persona es agotarte. ¡Yo confío en ti por lo decidido que siempre has estado en ser un idol!” le alentó y volvió a sonreírle. “Lo más difícil ya pasó, ahora sólo mira hacia delante. Se vienen muchas cosas buenas.”
“Gumi…” le miró anonadado.
“Creo que ayer fue un día muy duro para ti,” IA le miró preocupada. “¿Necesitas un abrazo?”
“¿Eh? ¡A-ahh, n-no, estoy bien, en serio!” Kotegiri se avergonzó y espantó por ese inocente ofrecimiento de la rubia. Sonrió incómodo. “Hehe, estoy actuando como un niño, ¿verdad? No debo aferrarme a lo que ya fue, tienen razón.”
“Es que significa mucho para ti, es normal que lo hagas, pero sí hay que ponernos las pilas. Ahora descansa con este día normal en tu horario,” dijo Gumi, asintiendo decidida.
“Eh, supongo será normal aquí en el colegio, pero tengo que regresar a ES en la tarde,” informó el pelinegro, pensativo. “El líder de Starmaker quiere hablar conmigo, aparte que ya me convocaron para asignarme una habitación allá y pensaba ir a ver eso.”
“Ha sido bastante rápido,” IA se sorprendió un poco.
“Contigo no me sorprende, Kotegiri,” Gumi sonrió frustrada. “Por eso andas tan on edge todo el tiempo. Nunca te das un descanso.”
“Eh, siento que tengas que soportarme tanto, Gumi, pero ahora que me aceptaron, no me puedo quedar sin actividad,” dijo sonriendo apenado. “Ya les dije a mis hermanos que pensaba mudarme durante el fin de semana así que también tengo que ponerme a empacar ya que pasaré la mayoría del tiempo en ES.”
“Haha, no te disculpes conmigo, ¡ya quisiera tener tus energías!” la peliverde asintió y le levantó un pulgar. “Haremos un buen equipo de trabajo. ¡Cuento contigo, productor~!”
“N-no me llames productor, por favor…” suplicó torturado.
“Bromeo~ bueno, a medias, pero lo digo como cumplido. ¡Verás que todo estará bien!”
“Sí, será divertido,” IA sonrió tímidamente.
“Lo será, es verdad,” Kotegiri se vio aliviado. Había necesitado contagiarse de esos ánimos.

Seguiría el consejo de Gumi y se olvidaría de sus quehaceres durante las clases para descansar su cabeza. Aun así, no dejaba de preguntarse sobre aquel sumamente raro chico que entró en su audición. Supuso lo estaría viendo de nuevo en ES tarde o temprano…



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #804: October 20, 2021, 12:21:42 AM »
100.2.




Llegó la tarde y Kotegiri junto a algunos de los otros aceptados del día anterior seguían a una guía de ES, quien les había llevado a un edificio de dormitorios. Se detuvieron frente a una habitación en el primer piso.

“Hiiro Amagi, Kotegiri Gou, esta será su habitación,” informó la encargada, quien les extendió una llave a cada uno.
“¡Muchas gracias, señora!” el pelirrojo se aventuró a recibir su llave sin pensarlo dos veces, con una amplia sonrisa.
“…” por su lado, Kotegiri se congeló y desconcertó al ver que le tocaría con ese chico raro. No lo pudo contemplar mucho al tener que recibir dicha llave.

La guía les informó que era una habitación para tres y que posiblemente recibirían a un miembro adicional para que respeten su espacio. Así, les dejó a que se acomodaran en lo que ella continuaba su camino para alojar a los otros nuevos.

“¡Vamos, compañero!” exclamó Hiiro, con grandes energías.
“Eh, s-sí…” asintió apenas, un poco sorprendido al no haber esperado su atención y vio cómo el pelirrojo abrió la puerta y corrió al interior. No tardó en seguirle.

Por más que sea un idol en periodo de prueba, el espacio que le habían dado era impresionante. Era un ambiente amplio y con buena iluminación. En un costado había tres camas con una mesa de noche cada una, lo cual ocupaba la mayoría de la habitación. También había un área más reducida con escritorios, un sillón y hasta una mesa para cuatro personas con sus sillas. Vio un friobar y un microondas pegados a la pared, juntos a un armario y un televisor, y una puerta que debía llevar al baño incluido. Kotegiri revisó el contrato de vivienda y confirmó que la lavandería y la cocina eran zonas comunes compartidas por piso aunque estaba impresionado por todo lo que tenían.

“¡Tenshouin-senpai hablaba en serio cuando dijo que estaría muy cómodo!” exclamó Hiiro, mirando cada rincón de la habitación.
“Ehh, justo pensaba lo mismo…” dijo con torpeza.
“¿Está bien que ocupe esta cama?” preguntó el pelirrojo al llegar a una al rincón de la habitación, opuesta a la entrada.
“Claro, no hay problema…” se confundió y se puso a pensar.
“¿Todo bien, compañero?” Hiiro ladeó la cabeza.
“S-sí… será que todavía no me creo lo que sucede…” su cabeza andaba llena de cosas. Principalmente, no sabía cómo interpretar estar en el mismo ambiente de alguien que había declarado que destruiría a los idols.
“Hmm…”
“¡Eh, no es nada, estoy bien!” sonrió incómodo y agitó sus palmas. “C-creo que me cuesta creer que estoy aquí. O sea, si pienso en mi yo de hace dos noches, no habría imaginado que ya estaría viendo dónde quedarme en ES, y como idol,” en verdad era un sueño, pero no podía decir que estaba ‘hecho realidad’ todavía.
“Hace dos noches…” Hiiro alzó su mirada haciendo memoria. “Estaba en un parque desolado buscando una cómoda y seca estructura en la cual apoyarme para dormir…”
“¿E-en serio?” Kotegiri se hizo hacia atrás, espantado.
“No entiendo,” concluyó el pelirrojo, perdidamente.
“¿Has dormido en la calle? ¿Cómo así? Ni puedo imaginarme si podría hacerlo.”
“¡Oh, es muy fácil!” Hiiro asintió contento. Agarró una almohada para ponerla en el piso y sentarse encima de ella. “Supongo estas cosas son muy suaves y se hunden, pero con un apoyo para elevarte puedes juntar tus piernas y usar tus brazos para echar tu cabeza. Así,” hizo el ademán y enterró su cabeza brevemente. “No toma mucho acostumbrarse.”
“Y-ya… veo…” sintió un tic en el párpado. No había preguntado ‘cómo’ en ese sentido.
“Pienso que es una forma muy eficiente de dormir. Quizás deberíamos pedirle a Tenshouin-senpai si pudiera construirnos un escalón en caso lo necesitemos.”
“N-no va a ser necesario. Tenemos camas aquí y seguro que son más cómodas…”
“¡Ah, cierto, tienes toda la razón!” afirmó y sus ojos brillaron. “¡Para ser el líder de idols, Tenshoin-senpai es una persona muy generosa! ¡Supongo sí puedo agradecer que mi situación ha mejorado a creces en poco menos de dos días!”
“J-justo a eso iba… por eso andaba ensimismado.”
“¡Ah, ahora lo entiendo, gracias por la explicación!”
“…” dio un suspiro. Se sentía agotado. Decidió sentarse sobre su propia cama un momento.
“¡Ah, es verdad que no me he presentado ante ti!” Hiiro se levantó del piso y caminó donde él para extenderle su mano. “Soy Hiiro Amagi, ¡mucho gusto!”
“S-sí,” tuvo que levantarse para corresponderle el gesto, y sacudió su mano. “Kotegiri Gou, igualmente, Hiiro-kun,” se incomodó un poco por el fuerte apretón que le dio y se soltó antes que le aplaste la mano. “Ehm, regresando a lo anterior, ¿acaso te escapaste de casa? ¿Cómo así dormiste en un parque?”
“No, estoy en una misión y vengo de muy lejos para cumplirla,” se explicó con la misma certeza y ánimos de siempre. Kotegiri no dejaba de sorprenderse por la confianza y fortaleza que ese chico irradiaba, incluso cuando no sabía lo que decía. “Los sabios de mi pueblo están al consciente de mi travesía y me aconsejaron y consiguieron dinero para el viaje, pero este sólo lo puedo usar en casos de emergencia.”
“Eh…” y ahora tenía muchas más preguntas. Parpadeó perdido y perplejo. “E-espera, ¿hay sabios? ¿Vienes de un pueblo?”
“¡Sí! Sé que mi forma de vida es muy distinta a la de la ciudad, así que me disculpo si he dicho algo que no tiene sentido.”
“N-no, está bien, fuera de contar con otra dinámica, eh, familiar (supongo) entiendo lo que dices,” dijo sonriendo apenado. “Tampoco quisiera que te expliques conmigo todo el tiempo.”
“¡No es un problema!” el pelirrojo asintió e hizo un puño frente a sí. “¡Siempre he aprendido que uno tiene que ser honesto y directo, porque la comunicación es lo más importante para la sociedad y el entendimiento mutuo! ¡Puedo explicarte todo lo que necesites y espero que tú también lo puedas hacer por mí!”
“C-claro, estoy de acuerdo contigo,” por más que decía la verdad, sí se sentía cansado de hablar con alguien como él. Terminó sentándose en su cama nuevamente por inercia. “Y con respecto a tu misión… ¿has venido para destruir a los idols?”
“¿Eh? Hm…” se vio en blanco y lo pensó no del todo convencido. “No estoy seguro…”
“¿Debería tener miedo de compartir habitación con él?” pensó alarmado.
“No es el punto más importante de mi misión y admito que todavía no sé lo suficiente de los idols como para decidir si es algo que debería hacer, pero según lo que he visto, pueden ser muy peligrosos…” asintió ensimismado. “Tenshouin-senpai pareció estar de acuerdo con encargarse de los malos idols, pero todavía no lo sé. Tampoco puedo confiar plenamente en él aún…”
“¿Acaso… los idols te han causado algún daño?”
“No a mí,” negó y se vio decidido. “Pero está relacionado con mi misión principal de salir de mi hogar y venir aquí. Kotegiri-kun, mi misión es encontrar a mi hermano mayor y traerlo de regreso a casa.”
“¿Perdón?” se sorprendió. Oír sobre sus lejanos orígenes, su largo viaje, los sabios de su pueblo y ahora sobre su hermano… en un inicio había pensado que había sido dramático, pero empezaba a creer que aquel chico decía la verdad, por más increíble que fuera.

Aquello último era lo que le dio más veracidad a sus ojos. No podría bromear con algo así…

“Mi hermano mayor se marchó a la ciudad hace años así que he venido a buscarlo. Él siempre ha sido una persona buena, amable, sabia pese a todavía ser joven, realmente un ejemplo a seguir. Sin embargo, antes de irse, lo observé inquieto, reservado, dijo que quería ir a conocer el resto del mundo y al final se fue y abandonó sus responsabilidades para vivir una vida frívola y desconectada de nosotros,” explicó con una mezcla de seriedad y confusión. Miró hacia el piso casi como si buscara respuestas. “No le he visto desde entonces, pero sé que él llegó a esta ciudad para convertirse en un idol. No puedo pensar por qué él desterraría todo lo que era con tal de alcanzar algo así, ni qué efecto estos idols han tenido en él, pero no puede ser nada bueno.”
“…” le miró sorprendido.
“Es por eso que si estos idols pueden causar a que una persona se pierda, lo mejor sería detenerlos cuanto antes, pero…” su decisión se esfumó y llevó una mano a su mentón. “No lo sé, acabo de llegar y hay tanto que no entiendo. Los sabios de mi pueblo con frecuencia me piden que me detenga y piense las cosas antes de actuar, así que tengo que aprender y estudiar mi entorno para saber cómo encontrar a mi hermano mayor y solucionar este problema.”
“Hiiro-kun, pues…” Kotegiri se puso a pensar. “No sé qué decirte, pero no creo que los idols sean el problema aquí.”
“¿No lo son?” se confundió. “¿Acaso hay otra persona lastimando a mi hermano?”
“Ehh, no me refiero a personas… e-en verdad puede que no sepa de qué hablo ya que no los conozco, pero… creo que tendrías que hablar con tu hermano para entender sus razones,” se explicó. “No dudo que haya sido difícil no tener a tu hermano cerca todos estos años, puede que se hayan distanciado mucho, pero con más razón sería bueno que puedas contactarte con él. Ehm… no sé qué tan fácil sea o si estará bien…”
“No sé dónde está, pero sin duda está en esta ciudad,” Hiiro sonrió. “¡Muchas gracias por tu preocupación, pero onii-san es fuerte! ¡Nadie podría derrotarlo con facilidad!”
“N-no me refería a que lo derrotaran…” dijo en voz baja, perplejo.
“¿Dijiste algo?”
“N-no, nada…” sonrió incómodo. “También, entiendo que si tu hermano se fue para ser un idol, pienses que esta carrera no es buena o hay algo malo en ella. Sin duda ningún camino es perfecto o ideal, pero hay idols muy buenos y admirables,” asintió convencido. “Yo aspiro a ser alguien que haga sonreír a muchas personas, que brille en el escenario y que alcance hasta a las personas más distantes con alguna canción o mensaje que les alegre el día.”
“¡Eso suena admirable!” se emocionó. “¡No sé por qué estás aquí queriendo ser idol pero ojalá algún día lo logres!”
“Ehh, e-eso es lo que significa ser un idol, al menos para mí…”
“Si eso es ser un idol, supongo un idol así sería un idol bueno. Está bien, Kotegiri-kun, te apoyo en esa meta que tienes,” afirmó y frunció el ceño con decisión. “De ser así, mi labor será más compleja de lo que pensé. Tengo que estudiar ES para encontrar a los idols malos que lastiman a personas como a mi onii-san.”
“Pero acabo de decir que no es así…” dio un suspiro.
“¡Con más razón me viene bien estar en ES, es una buena movida estratégica! ¡Quizás Tenshouin-senpai también sea uno de los buenos!”
“Hablando de él…” Kotegiri revisó su celular y se puso de pie. “Iba a tener una breve consulta con él. Debo apurarme o se me hará tarde.”
“Oh, tiene sentido, apúrate,” Hiiro asintió y se apuntó a sí mismo. “¡Descuida! Yo me encargaré de vigilar nuestro puesto y asegurarme que ningún intruso vaya a meterse.”
“E-está bien, acá en ES no creo que nadie fuera a quitarnos nuestra habitación, por eso nos han dado las llaves para asegurar la puerta. Por favor no saltes a conclusiones,” dijo incómodo y alarmado. Realmente tenía curiosidad sobre el tipo de vida que Hiiro había tenido hasta el presente. “Por cierto, recién vendré dentro de dos días para instalarme. Tengo que traer varias cosas de mi casa.”
“¡Entiendo, muchas gracias por el reporte!” asintió agradecido. “Yo estaré aquí así que cuentas conmigo para lo que necesites. ¡Somos compañeros!” le extendió su mano.
“Eh, sí, igualmente,” sonrió y se dieron otro apretón (y Kotegiri hizo la nota mental de no usar la misma mano dos veces seguidas). “Nos vemos, Hiiro-kun.”

A pesar de no saber qué esperar de aquella persona impulsiva y potencialmente agresiva que le pidió un duelo al líder de Starmaker, al parecer era un chico bastante sencillo y asequible. Kotegiri sabía que se tardaría en comprenderle bien, pero hasta el momento había tenido una buena impresión.

Sus próximos días no serían nada monótonos ni aburridos, eso sí podía asegurarlo.





Por otro lado de ES, en la agencia Shining, estaba por realizarse un suceso muy esperado, para el cual incluso contaban con la presencia de reporteros y paparazzi. Cuatro idols y músicos con reconocimiento y trayectoria profesional como solistas habían sido escogidos para formar un conjunto, lo cual había dado mucho de qué hablar. Fuera cual fuera el parecer de cada quien, aquella ambiciosa y muy probablemente riesgosa decisión de la agencia sería evidenciada por los ojos del público y los críticos por igual.

‘Quartet Night’, el nombre del conjunto, ya se había hecho conocer semanas previas al presente día. Hubo bastante propaganda al respecto por los medios sociales, y continuaría habiendo cobertura y exposición constantes en diversos trabajos, entrevistas, apariciones en revistas, mercancía, invitaciones, entre muchos otros. La inversión era fuerte, a tal punto de haber traido cuestionamientos de personas más experimentadas del medio, aunque por el furor en la audiencia y las ansias por saber más, hasta el momento, los signos eran prometedores.

Sólo quedaba la conferencia de prensa y la entrevista inicial para dar el primer paso en la larga serie de proyectos relacionados a dicho grupo, la cual estaba a pocos minutos de comenzar.

Las estrellas del evento se encontraban ocupando un espacio adjunto a la sala de eventos mientras esperaban que los llamaran para la presentación. Contaban con privacidad para terminar de prepararse y ponerse de acuerdo, aunque a pesar de ser la primera vez que los cuatro compartían un espacio, ello no despertaba el interés de socializar para la mayoría.

“Oigan, ya casi es hora,” les suplicó Reiji, frente a sus tres nuevos compañeros de equipo, quienes ocupaban tres sillones separados y se encontraban igualmente enfocados en sus respectivos celulares. “¡Vamos, conversemos! ¡Esto más parece sala de espera!”
“Como es el lugar donde esperamos a que nos llamen, el parecer es apropiado,” dijo Ai, con indiferencia e inmutabilidad. “Puedes tomar asiento, Reiji. Te vas a cansar.”
“No…” Ranmaru se encogió de hombros, mirando a su dispositivo. “Ese Reiji es un bocón hiperactivo. No se cansaría tan fácil.”
“Entiendo, lo tomaré en cuenta,” Ai asintió, aun ensimismado. Siguió un corto silencio.
“No se pongan así, yo andaba esperando este momento con ansias. ¡Ran-Ran!” Reiji le vio fruncir el ceño, sin dignarse a mirarle. “¿Ai-Ai?” el peliceleste desvió su mirada. “¡Myu-chan!”
“¿Por qué te atreves a usar dicho apodo despectivo para dirigirte a mi persona?” se quejó Camus, mirándole con severidad.
“No es despectivo, en serio. Más bien es un apodo muy adorable~” canturreó contento. Levantó ambos pulgares “¡Y pienso que te va perfectamente!”
“Tch…” Camus alzó su mentón y le miró desde arriba y de costado con desdén y odio. “No sabes de lo que hablas, insolente. Un plebeyo como tú no tiene la clase para tratar conmigo.”
“Uhh, ya extraño tu voz melodiosa y trato amable cuando nos conocimos la primera vez…” Reiji hizo una mueca de dolor. “Justo por eso te puse Myu-chan.”
“Siendo tú quien espera que conversemos resulta contradictorio,” Ai dio un suspiro y se rindió a guardar su celular para dirigírsele debidamente. “Camus porta dicha presencia de idol profesional y un comportamiento afín a su apariencia. Sin embargo, le empujaste a que cortara con su cordialidad por faltarle el respeto ni bien ingresó a esta habitación.”
“Ahh, lo siento, lo siento, te llamo así también por el trabajo. Va con mi experiencia como variety idol tener un comportamiento juguetón y sólo tiene sentido que les tenga apodos a los tres. Por favor, sé paciente conmigo, Myu-chan~” juntó sus palmas y le dio un guiño.
“¿Y sigues?” Camus sintió un tic en el párpado.
“Primero lo matarás antes de hacerle callarse, lo digo por experiencia,” Ranmaru rodó los ojos.
“Gracias por defenderme, Ran-Ran~”
“No te defiendo, cállate,” el rockstar apretó los dientes y miró a los presentes con desapruebo. “Estoy aquí forzado a anunciarme como parte de otro grupo de idols del montón sin esencia y casi una marca comercial y ustedes ni siquiera son capaces de darme minutos de silencio antes del show,” se puso de pie de golpe y dio unos pasos para alejarse de los demás. “Por eso odio trabajar con la gente.”
“Huh,” Camus le miró de reojo. “No creas que el disgusto no es mutuo.”
“…” Ai les miraba inmutado.
“¡Oigan, esperen, time out, time out!” Reiji hizo una T y su voz y ademanes bastaron para llamarles la atención. “¡No se peleen, por favor, es apenas el comienzo! ¡Está bien que esto sea inesperado y tal vez un poco limitante para nuestros horarios personales, y puede tomarnos tiempo acostumbrarnos, pero es justo porque somos un grupo que tenemos que trabajar en equipo! ¡Vamos, hay que conocernos y formar más que una alianza entre nosotros!” exclamó y sonrió esperanzado. “Será un poco pronto para decirlo, ¡pero siento que podemos ser amigos!”
“Habla por ti, plebeyo,” Camus también se puso de pie y caminó en dirección opuesta a la de Ranmaru. “No está en mi contrato hacer semejante esfuerzo.”
“Pero…” Reiji se apenó. “¿Ai-Ai?”
“Sólo porque no he dicho nada no quiere decir que no piense igual, Reiji,” este también se puso de pie y se quedó en ese sitio. Ai seguía tan tranquilo y analítico como siempre. “No es por ninguna animosidad. Tampoco tiene que ver con el hecho que no quise ser parte de esto,” se cruzó de brazos y se mostró tranquilo e indistinto. “Simplemente estoy haciendo mi trabajo. Ese también parece ser el caso de Ranmaru y Camus.”
“Chicos…” los vio de pie y distantes, sin dignarse a mirarse mutuamente. Supo que sería difícil, pero probaba serlo aún más, aunque Reiji no se daría por vencido tan pronto. Dio un suspiro. “Me ponen en una situación complicada, así que no me queda de otra.”
“¿Hm?” Ai ladeó su cabeza y vio al pelimarrón caminar hacia la puerta. “Todavía no podemos salir, debemos esperar al aviso.”
“No estoy yendo a ningún lado, Ai-Ai~” Reiji se detuvo en una mesa al costado de la puerta, donde había una caja de cartón enorme. Este la levantó. “¡Ta-da!”

Los otros tres se confundieron al ver que había descubierto una especie de torre llena de diversos bocadillos visiblemente costosos y de buena calidad. En la cima había un letrero que decía ‘Feliz Debut, Quartet Night!’.

“¿Qué es esto?” Ranmaru alzó una ceja. “No tenemos tiempo para comerlo.”
“Esperaba revelarlo al final de la entrevista, pero los ánimos andaban muy bajos, ¡así que un pequeño preview no le hace daño a nadie!” hizo una v con sus dedos y sonrió satisfecho. “¡Hehe, el piqueo tiene un poco de todo, así que debe haber algo que les gustará!”
“…” Ai alzó sus cejas con leve impresión y terminó por sonreír un poco. “Ciertamente esta es una mejora en tus intenciones de hacernos cooperar. Comprendo que los festejos y agasajos son vitales en las interacciones de los humanos.”
“Oye…” el peliblanco miró al peliceleste con cierto juicio por su elección de palabras.
“¡Yay~! ¡Ai-Ai me validó~! ¡Soy feliz~!” Reiji celebró juntando sus palmas y sacudiéndose (?) un poco, cuando entonces notó que Camus se acercó a la torre.
“Esto es…” Camus se veía sorprendido y terminó por tomar un mini eclair y comérselo. Reiji se ilusionó mientras el otro par observaron al rubio con leve desaprobación. Luego del gusto, el extranjero se puso a pensar en voz alta. “Es muy similar al primer eclair que comí, hace ya tantos años. Qué recuerdos…” sonrió rendido y se dirigió a Reiji, para asentir y volver a hablar con su voz melodiosa y amable. “Puede que te haya juzgado muy pronto, Kotobuki. Sólo un conocedor podría haber atinado a una pastelería tan exquisita. Te lo agradezco.”
“¡No hay de qué~! ¡Más bien tomaré nota que te gustan los dulces~!” festejó.
“¿Hm?” Ranmaru se extrañó y se acercó a la torre para confirmar sus sospechas. “¿Jamón curado? ¿Beef jerky? ¿Qué hacen estas cosas aquí?”
“Por supuesto que tú lo notarías, Ran-Ran~ como te imaginas, tuve que improvisar y pedir una torre de bocadillos personalizada para incluirlos, pero de todos modos lo haría~”
“Hmm…” se cruzó de brazos y dio un suspiro, cansado. “Ya, está bien, lo reconoceré. Para variar no está mal, buen trabajo.”
“Ahh, me alegra oírlo~ he sido un buen chico hoy~ ¡Ai-Ai, tú también escoge algo! ¿Cuáles son tus bocadillos favoritos?”
“No gracias,” levantó una palma. “No tengo hambre. El gesto es suficiente para mí.”
“Vamos, no te avergüences,” Reiji fue donde él y se puso a empujarlo. “Mira de más cerca para que encuentres algo.”
“Ya, está bien, pero deja de empujarme,” frunció el ceño y se sacudió sus ropas. “No actúes como un niño…”
“Pero…” Ranmaru negó y miró a la torre con escepticismo. “Es un poco excesivo si sólo es para los cuatro, sin mencionar las calorías. Con tanta cosa dulce uno puede viciarse o adoptar malos hábitos. Es mejor ir por frutas o cosas así.”
“Ay, Ran-Ran, tú te tomas la nutrición con demasiada seriedad…” Reiji sonrió incómodo.
“Y aun así, Kurosaki presta atención a productos de carne que son popularmente conocidos como nocivos para la salud,” observó Camus, nuevamente con su voz grave y huraña. Miró al rockstar juiciosamente. “Sólo admite que eres igual que goloso que el resto de personas.”
“¿Ah? ¿De dónde salió eso?” se extrañó y le regresó una mirada desconfiada. “No que me pusiera en un pedestal. Sólo comentaba lo obvio. Bien por ti que te gusten cosas que engordan.”
“…” Camus entrecerró sus ojos y regresó a su actitud de amable mayordomo, pero sin perder sus ánimos de pelear. “Haha, por supuesto que aquello es un inconveniente, pero una persona responsable y profesional sabría cómo cuidar su dieta. Más bien ruego por tu salud y tu gusto por carne industrial que podría no ser lo que parece.”
“¿Carne industrial? ¡¿Me estás insultando?!” Ranmaru se lo tomó personal. “¡Obvio que sabría cómo discernir algo que vale la pena! ¡Pues estos insumos están entre los mejores! ¡Sólo porque tú no gustas de las mejores comidas no quiere decir que te creas mejor que los demás al llenarte con chatarra!”
“Aunque la chatarra se asemeja más a carne procesada, como hamburguesas…”
“¡Ni creas que todas las hamburguesas son de comida rápida! ¡Y deja de hablar con esa enfermiza voz de mosca muerta o te partiré el rostro!” le agarró de la camisa, lo cual borró la sonrisa y actitud de Camus.
“Suéltame, campesino, no sabes con quién te metes,” le demandó con sequedad.
“Tú discúlpate por tu insulto.”
“Eres tú quien empezó con tu indirecta hacia mí.”
“¿Qué indirecta? ¡No es mi culpa que seas un acomplejado!”
“¡¿Qué has dicho?!”
“¡Y-ya, suficiente, no se pongan a pelear por comida!” Reiji llegó a separarlos y ponerse en el medio. “¡Recuerden que este es un homenaje y una celebración! ¡Ai-Ai, díselos!”
“Ya veo…” Ai se mantuvo mirándoles neutralmente. Asintió. “Son dos personas contrarias y opuestas. Es de esperarse que se pongan a discutir espontáneamente.”
“¡N-no sólo lo analices, por favor!”
“No creas que me lees bien, mocoso,” espetó Camus.
“Y pensar que Reiji no es el único a quien tengo que soportar,” Ranmaru rodó los ojos. “Qué mala suerte que tengo.”
“El desafortunado soy yo,” Camus movió su cabeza con desprecio.
“Me pregunto quién realmente lo será,” Ai negó, impaciente. Los tres volvieron a mirar en distintas direcciones.
“¡No tiren la toalla, si recién nos conocemos, tenemos que trabajar juntos!” suplicó Reiji.

Esa escena fue evidenciada por unos trabajadores del equipo de producción presentes para invitarles a la entrevista. Todos sintieron sudor frío y mostraron considerables nervios por aquella batalla campal que evidenciaban. ¿Ellos eran el más ambicioso proyecto de Shining hasta el momento?



Tres, dos, uno…

“¡Buenas tardes con todos!” exclamó un conocido entrevistador, quien dirigía su programa del presente día desde ES y contaba con una tribuna de fans. “Estamos desde la agencia Shining para finalmente conocer a los cuatro idols que conformarán Quartet Night. ¿Están emocionados?”

Se oyeron exclamaciones y gritos de las emocionadas chicas con la entrada VIP para estar presentes aquel día.

“¡Se oye que sí y yo también! Shining no ha dejado de bombardearnos con hints y noticias por las redes sociales, por lo cual es hora de dejar al cuarteto desplegar sus alas y ponerse a volar. ¡Sin más preámbulos, démosle la bienvenida a Quartet Night!”

El set volvió a llenarse con estruendosos aplausos y gran emoción, las cuales incrementaron al observar a los cuatro idols entrar al escenario. Cada uno de ellos apareció con una cordial sonrisa y saludando al público con una mano.

“¡Chicas~! ¡Qué alegría de verlas! ¡Las quiero mucho~!” exclamó Reiji, dando un salto y mandándoles un beso volado.
“¡Él es Reiji Kotobuki como ya lo conocen, ahora parte de un grupo luego de tantos años!” el presentador se le acercó. “Es bueno verte de nuevo, y muy propio de ti ver cómo te apresuras a hablar con tu público. ¿O es que acaso serás el líder de Quartet Night?”
“Ah, un gusto verte, pero qué vergüenza~” llevó una mano a su nuca. “Hehe, no hemos hablado sobre el líder, pero como el mayor me gustaría mucho el rol. Puede que tenga algo que enseñarles a mis kouhai,” miró a los otros. “¿Qué les parece?”
“No por ser tu kouhai, pero te va el rol,” dijo Ranmaru sin hacerse rodeos, y sonrió con ironía. “De paso me haces el trabajo más fácil por librarme de algo así.”
“Posees la actitud necesaria, por lo cual lo apruebo desde ya, Reiji,” Ai asintió, tranquilamente.
“Es sin duda un momento improvisado para hablar de algo así, ¿no te parece?” preguntó Camus, sonriendo con torpeza y llevando una mano a su mentón. “Pero nuestros compañeros te han dado su bendición, así que confiaré plenamente en ti, Kotobuki.”
“Ahh, me van a ser sonrojar, chicos~” Reiji hizo el ademán de cubrirse sus cachetes y terminó por dar un salto con gran alegría. “¡Mírenme, soy el líder de Quartet Night!”

El público se rió por dicho intercambio y celebraron junto al pelimarrón en medio de aquel día tan emocionante y placentero.

“¡Ah, pensar que yo tuve algo que ver en esta asignación, es increíble!” exclamó el presentador, impresionado, e hizo un par de venias. “Lo siento mucho si les puse en una situación incómoda.”
“¡No hay problema~! Ha sido divertido y al final fue unánime. Y yo contento con el resultado, por supuesto,” Reiji asintió. “Quartet Night va a ser un grupo abierto y en constante contacto con todos nuestros fans. Espero que podamos ser todos cercanos y partícipes en nuestros proyectos como lo acaban de ser,” dio un guiño, algo que ameritó celebración del público.
“La premisa de Quartet Night es desde ya interesante, pero antes de ponernos a hablar de sus primeros y próximos proyectos, ¿qué tal si se presentan? Estoy seguro que ya no necesitan que los conozcan por lo populares que son, pero no está de más recordarles al público la trayectoria que ustedes han tenido, al menos con algo conciso. Reiji, ¿podrías empezar?”
“¡Claro, Reiji Kotobuki, presente~!” agitó su palma por encima de sí, mientras agarraba su micrófono y se dirigía a todo el público. “¡Soy su variety idol de confianza y vengo de la familia responsable del Kotobuki bento! ¡Espero serles de alimento para su salud física y espiritual! ¡Un gusto tenerlas aquí!”
“No sé qué tiene que hacer tu bento aquí, Reiji,” observó Ranmaru, confundido.
“Hmhm, ese es nuestro Kotobuki,” Camus rió por lo bajo, dando una apariencia recatada y misteriosa, aunque afectuosa.
“Supongo nos haría bien continuar con las introducciones,” observó Ai.
“¡Ran-Ran, tu turno!”
“Sí, enseguida,” el peligris miró al público y les sonrió con perspicacia.  Dicho gesto bastó para emocionar a muchas chicas. “Heh, gracias, supongo no necesito presentarme. Apuesto a que no me vieron como idol, pero descuiden, Ranmaru Kurosaki nunca dejará de irradiar el espíritu del rock,” les apuntó. “¡Tan sólo esperen y verán cómo hago de este proyecto parte de quién soy! ¡Mi camino de rockstar continúa!”
“¡Wow, tremenda respuesta del público!” exclamó el presentador, sorprendido. “Hablo por muchos cuando me alegro de oír que seguirás siendo el desafiante Ranmaru Kurosaki. Ahora tengo mucha curiosidad de ver cómo serás tu tipo de idol.”
“Heh, tan sólo esperen, no se decepcionarán,” declaró el peligris, confiado.
“Ahora hablemos con el más joven. Tu carrera será más corta, pero continúa siendo sumamente impresionante. ¿Qué quisieras compartir con las fans, Ai Mikaze?”
“Le agradezco,” este asintió y se dirigió calmadamente hacia el público. “Sin duda tengo mucho por recorrer y poseo gran respeto por mis compañeros en Quartet Night, aunque pienso que yo también les ofreceré algo particular,” sonrió con cierta reserva. “Me conocen como el idol misterioso de Shining, y aquello desconocido que me resalta puede resultar en más de una sorpresa para ustedes. Quisiera que lo descubriéramos juntos, poco a poco, ¿les parece?”

Su presencia e invitación con sutil picardía emocionó al público.

“Me dejan la introducción difícil, no sé cómo destacarme entre los cuatro,” bromeó Camus, quien dio un paso adelante e hizo una respetable reverencia que cautivó a varias personas. “Mi fama ha sido fuera de Japón, por lo cual puede que muchas no me conozcan, pero les aseguro que sólo soy un fiel servidor. Sus deseos son órdenes, mis princesas,” terminó con su venia y les sonrió de manera apacible y angelical. “Llámenme Camus, estoy para servirles.”

Los aplausos y gritos volvieron a surgir y con ello se terminaron las introducciones.

“¡Myu-chan, estoy enamorado~!” exclamó Reiji, quien intentó abrazarle.
“Reiji, por favor, me elogias pero mi atención está dirigida únicamente a nuestras princesas,” dijo Camus, sonriendo incómodo y retrocediendo un poco. No faltaron las risas del público.
“Siempre haciendo tus ocurrencias, aunque eso te mantendrá saludable,” Ranmaru se encogió de hombros.
“Se puede elogiar una actitud despreocupada, ¿no es así?” concluyó Ai, sonriendo, y se dirigió al público. “Les agradecemos por compartir este día tan importante con nosotros. Como Quartet Night, esperamos brindarles de muchos momentos alegres y emocionantes, y estamos comprometidos a darles todo de nosotros.”
“Nos emociona ser parte de un proyecto de esta magnitud y espero poder conocerles mejor,” Camus. Dio otra venia. “Acepto la responsabilidad de velar por ustedes con humildad, y a su vez de conocer a los fantásticos idols con quienes compartiré este nuevo camino.”
“Sí, será una experiencia inigualable, ¡a dar lo mejor de nosotros!” Ranmaru alzó su mano con el índice y meñique extendidos.
“Ahh, dicen palabras tan certeras y cool, y eso que yo soy el líder,” Reiji lloriqueó y rápidamente se les unió. “¡Pero sí, sólo esperen que les mostraremos lo que Quartet Night tiene para ustedes!”
“¡Bravo, no esperaría nada menos de ustedes!” el entrevistador les aplaudió al ritmo del público. “¡Ahora comencemos con lo que muchos anhelamos! ¿Qué pueden decirnos de sus proyectos?”

La entrevista continuó con el grupo amablemente contestando las preguntas y soltando breves datos relacionados a apariciones en público, sesiones de fotos y leves pistas sobre proyectos musicales que continuaban en las primeras etapas. A pesar de recién salir al público, Quartet Night demostró una sinergia y presencia envidiables, como si fueran cuatro amigos cercanos que se conocían sus vidas enteras.

Al mismo tiempo, un grupo de productores claramente asustado les observaba con atención, tensión y nervios, al no creer que habían cambiado sus switches internos con tanta rapidez.

“Eh…” una ayudante se acercó a su superior. Todos ahí se veían nerviosos y sin duda trasnochados. “T-tal vez… tal vez todo estará bien.”
“Por lo más sagrado, eso espero…” esa persona se dio un facepalm.

Aquel marcó el inicio de un grupo complicado, pero aparentemente perfecto que funcionaría a pesar de su grave falta de funcionalidad.



Llegó el viernes y así el último día de clases de la semana. Kotegiri llegó antes que sonara el timbre, visiblemente cansado. Su reciente ingreso a ES se le hacía muy reciente y una gran parte de él al mismo tiempo, como si ya estuviera familiarizado con aquella situación, seguramente porque no dejaba de pensar al respecto por diversos motivos.

“Buenos días, chicas,” saludó al par, sonriendo, pero no pudiendo ocultar su cansancio.
“Wow, te ves terrible, Kotegiri,” la peliverde se impresionó. “¿Acaso no pudiste dormir?”
“Ahh, sí, supe que lo notarías…” dio un suspiro y tomó asiento en su sitio. “Creo que ando prendido de ES demasiado así que no descansé bien, pero no te preocupes.”
“Hm…” IA frunció el ceño. “Está bien que te dediques mucho a tus metas, pero lo mejor sería que hoy te dejes descansar.”
“Sí, lo mismo digo,” Gumi asintió.
“Descuiden, eso pensaba hacer,” les aseguró sonriendo con torpeza. “Tengo que poner mis cosas en orden para mudarme mañana y comprar algunos artículos, así que la pasaré con esos quehaceres. Hoy no iré para allá.”
“No es realmente un descanso, pero al menos tareas como esas te harán dejar de pensar un poco,” Gumi negó frustrada. “No se puede hacer mucho contigo, pero tómalo tranquilo.”
“Ya cuando termines acomodándote en ES, los tres podemos ponernos de acuerdo y vernos por ahí,” IA asintió. “Hay un restaurante ahí con ricos jugos y pasteles.”
“Ah, me gustaría, muchas gracias,” de inmediato recordó en su compañero de habitación. Si bien Hiiro parecía decente, no estaba seguro si lo prudente sería presentarlo a las chicas. No dudaba que se llevaría bien con Gumi, aunque IA parecía un tanto ‘delicada’ para su forma de ser. Aun así, si iban a compartir cuarto, lo más probable era que lo fueran a conocer. “Por cierto, ya me asignaron una habitación y la comparto con una persona particular.”
“¡Oh, qué bueno!” Gumi se animó. “¿Cómo es?”
“Pues… no podría describirlo con simples palabras, pero…” sin embargo, no terminó ya que la profesora llegó.
“Buenos días, estudiantes, tomen asiento, por favor,” les pidió y esperó a que la clase estuviera en orden para comenzar. “Hoy tenemos a un nuevo compañero. Espero que lo hagan sentirse bienvenido y le ayuden con lo que necesite,” miró hacia la puerta. “Amagi-kun, puedes pasar.”
“¿E-eh?” Kotegiri se quedó en shock.

La puerta se abrió y todos vieron al pelirrojo de penetrantes ojos azules abrirse paso. Este se detuvo frente al salón y sonrió a su público con certeza y alegría.

“¡Buenos días, es un gusto conocerles!” exclamó amenamente. “¡Mi nombre es Hiiro Amagi y-!” entonces reconoció al pelinegro. “¡Ohh, Kotegiri-kun, ¿qué haces aquí?!”
“H-Hiiro-kun, eh…” se sorprendió al ver al pelirrojo romper la etiqueta y caminar directo a su sitio. Se levantó por inercia. “O-oye, te estabas presentando al resto de la clase.”
“¿Tú ibas a Rizembool? ¡Qué sorpresa! ¡De haberlo sabido te habría acompañado luego de la audición! ¡Tal vez ni necesitaba aceptar ser un idol para empezar!”
“Hiiro-kun, espera…” se frustró de sobremanera.
“¿Qué ocurre?” preguntó la maestra, confundida. “Gou-kun, ¿se conocen?”
“Eh, s-sí, más o menos, pues…” dudaba entender lo que ocurría, pero al menos lo hacía más que todos los demás ahí. De todos modos, Kotegiri no llegó a explicar ya que Hiiro tomó la palabra.
“¡No se preocupe, sensei, Kotegiri-kun y yo somos compañeros! ¡Nos han aceptado juntos a un lugar llamado ES para entrenar y ser idols! ¡Sólo me alegré de verle ya que así seremos compañeros también en el colegio, siento las molestias!” asintió contento y miró al resto de la clase con rebosantes energías. “¡Espero que todos podamos ser amigos! ¡Vengo desde muy lejos en una misión de encontrar a mi hermano mayor y destruiré a los idols malos que lastiman a las personas! ¡Mucho gusto!”

Hubo una confusión colectiva de los presentes, quienes lo observaban extrañados y algunos más bien optaron por mirar a sus alrededores, sea para compartir miradas con otros, o en busca de la nave nodriza que acababa de depositarlo ahí. Kotegiri seguía sin creer que actuara tan libremente y sin pensar en lo que decía, mientras que Gumi podía imaginar que parte del cansancio mental de su amigo se debía a esa nueva persona en su vida.

Con el pelirrojo introducido en Rizembool, la nueva rutina de aquel grupo acababa de empezar.


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #805: October 24, 2021, 09:53:08 PM »

—¿Entonces todo este tiempo estabas en Inglaterra? — un particular brillo se apoderó de los grises ojos ilusionados del joven. Kana pensó que el gesto inconsciente del joven bordaba la inocencia y lo adorable.
Kaneki parecía tener una sana disposición sobre los momentos felices de otros, muy difícil de encontrar esa actitud en las personas de hoy en día (que, pese a mostrarse contentos, siempre usaban la excusa de “envidia sana” )
Kaneki parecía ser del tipo de sujetos inocentes que no sentían rencor ni envidia ante los buenos momentos de otros.
—Así es. — Dijo Kana, asintiendo levemente. Le costaba comprender el como su Rebel podía ser un sujeto tan amable.

Los dos se encontraban a esa hora del día en el Mall de la ciudad, sentados en una mesa fuera de una heladería, mientras disfrutaban sus kakigori. HiME y Rebel compartían libremente unos momentos de sus vidas olvidando el rol que cada uno cumplía para sus respectivas instituciones educacionales.

—Me siento un mal Rebel por ni siquiera investigar en donde se encuentra mi HiME. Perdón por no textearte.
—No te preocupes, yo… no te avisé. — Kana cayó en cuenta de la estupidez que acababa de decir. Miró a Ken y este soltó una risita suave al darse cuenta de que él también había caído en esa dinámica de amnistía con su HiME.
—¿Acabamos de excusarnos por no comunicarnos?
—Sí. Somos los peores siendo HiME y Rebel. O sea, somos como compañeros de clases compartiendo y hablando de trivialidades en vez de hacer lo que tenemos que hacer.
—Cada vez veo más imposible atacarte o algo… Huh, pensar que soy Rebel porque tengo una promesa con mi hermano Sho. Si no fuera por eso, quizá no haya sido Rebel.
—¿En serio? — Kana alzó una ceja, conmovida. Quizá, sólo quizá, le hubiera gustado tener ese tipo de pactos con su hermano Kise… Aunque, ahora que lo pensaba, por suerte no los tenía. Kise era un caso perdido y de haber sido su Key o algo seguro Kana ya no existiría. —Se nota que tú y tu hermano son muy comprometidos el uno con el otro. 
—Bueno, Sho y yo siempre hemos sido muy unidos, todo lo que hace uno lo hace el otro o eso tratamos. A Sho le gustó la idea de ser Rebel y yo lo secundé, así que prometimos convertirnos en Rebels para protegernos mutuamente.
—Eso suena… bien.
—¿Tú no eres HiME por lo mismo?
—A-ah. — Kana se encogió de hombros, acongojada. Al lado de la promesa de Ken y Sho, su motivo por ser HiME era bastante absurdo. —Y-yo— le dio una probada a su kakigori lila. —La primera vez fui HiME porque me ilusionaba eso de tener poderes… Y esta segunda vez no es diferente. Supongo que me deje llevar por la “magia”— Era todo. Aunque si fuera más vanidosa podría agregar que también se hizo HiME la primera vez para escapar de su disfuncional vida familiar en el distrito Nakiri y también para librarse de los problemas con la ley que venía acarreando por su temporada rebelde como Sukeban de la pandilla que frecuentaba.

La segunda vez fue HiME porque, irónicamente, de tanto escapar, se había quedado sin pertenencia social y lo único que le hacía sentir parte de “algo” era ser HiME.

¿Qué había hecho con su vida todos esos años?

Mientras todos fueron avanzando ella se había quedado estancada en ese letargo del que cayó presa tras la batalla final donde había acabado con su Rebel.
Quedar en “coma” fue una buena excusa para decir que se había perdido un par de años de su vida, pero ya había pasado un año desde que salió de ese estado y no había logrado mucho.
Metió la cucharilla y comió un poco más de kakigori, frunciendo ligeramente el ceño a modo inconsciente. Casi no tenía amigos de su “pasado” sarcásticamente el único que le quedaba de ese entonces era su ex Key y éste la odiaba. 

Cain, con quien había estado hace poco en Inglaterra, había seguido adelante sin ella (pese a que éste le lloriqueaba que pasó tres años de luto haciendo el ridículo por su “falsa muerte”) se había graduado con honores de la universidad antes de tiempo ya que desde siempre había sido promovido de grado y de carrera a temprana edad siempre siendo el más joven de sus generaciones. Y Kana no podía negar que, de todos sus conocidos, él siempre fue el más inteligente (no emocionalmente) de todos.
En el presente era uno de los sujetos más ricos del mundo, dueño de empresas, próximo heredero de la dinastía Lancaster y seguramente el próximo “señor Park” de la película “Parásitos” temía que en cualquier momento alguien de clase media terminaría por apuñalarlo dado a su déspota comportamiento clasista y denigrador.
Kise, su hermano, quien también era alguien que viene de “su pasado” ahora también estaba mucho mejor que ella. De ser el miembro expulsado del clan Nakiri, ahora era el próximo heredero del clan Kise al haber tan pocos referentes masculinos en el clan Kise. Fuera de ello, era seleccionado nacional del equipo de basket de Japón, con un pase directo a la NBA en USA y, por si fuera poco, era modelo profesional.
Kana se maldijo internamente por estar mucho más abajo que el descarriado de su hermano.

Y de allí paró de contar personas. Porque la próxima persona que tenía en su mente y fue parte de “su pasado” no lo veía hace tres años atrás.

—¿Kana?
—¿Si?
—Te quedaste pensativa, ¿Está todo bien?
—Mh, mh— despejó su mente, asintiendo con su cabeza indicando que no había de qué preocuparse.
—Por cierto, me alegra mucho que hayas podido viajar a Inglaterra. Debe ser un país maravilloso.
—¿No has ido aún? Pensé que te escuché alguna vez decir que fuiste a Europa.
—A-Alemania. — recordó fugazmente, un poco avergonzado. Era un poco incómodo pensar que fue a Alemania porque el señor Liebheart lo llevó consigo para tratarlo de forma personalizada. A veces Ken no sabía hasta qué punto llegaría la buena voluntad y vocación del señor Liebheart. Por otro lado, no podía obviar la pulsión inquietante que sentía cuando recordaba Alemania, puesto que lo relacionaba a la mentira que le había dicho Sho para negar su viaje. —¿Fuiste a visitar a una amiga o algo así? —
—Más bien, mi ex Key me invitó para pagar su promesa.
—Oh, eso suena honorable.
—Se demoró...— Kana entrecerró los ojos. —Pero al menos cumplió. Parece que dejar impecable el nombre de Lancaster es algo que se lo toman muy en serio los de su familia.
—¿Lancaster? — Ken notó que la HiME lo observó con curiosidad. —Tengo un compañero de apellido Lancaster que está a mi cargo… Se desapareció hace semanas y no ha ido a clases. Lo último que dijo a Rizembool es que iba al funeral de su abuela, pero no hemos tenido respuesta suya y Rizembool no deja de exigirme que lo consiga de regreso.
—…— la platinada soltó un suspiro, sintiendo compasión por el pobre de Kaneki. Típico de Cain, inventar que se moría un familiar suyo para desaparecerse. Según le había chismeado Allen, era como “la quinta vez que mataba a su abuela” —Trataré de hacer que vuelva para que no te de más dolores de cabeza.
—Espera, ¿tu ex Key es Cain Lancaster?
—No me enorgullece decirlo, pero, sí.
—Qué raro. Disculpa, es que pareciera que Lancaster-san no desea mezclarse con nadie, es extraño imaginarlo como un… Key.
—EX key. — Kana remarcó. —Y no le digas “Lancaster-san” — No merecía el respeto de Kaneki.
—P-Pero, no le puedo decir su nombre directamente. Sería una falta de modales.
—Kaneki-kun, eres todo un ejemplo de cómo deberíamos ser todos. — partiendo por el mal educado de Cain. —Retomando en tema, aunque parezca insólito él fue mi Key hace tres años. Sé que somos lo más incompatible que te puedas imaginar. — curvó sus cejas y sonrió torpemente, es que hasta para ella ahora se le hacía absurdo que fueran HiME y Key.
Aunque tuviera muchas cosas negativas que decir de su ex Key, Kana tenía los modales suficientes de no hablar nada malo de Cain frente a otros (excepto con Allen y con Eureka, con ellos si se daba la libertad de soltar toda la rabia que sentía hacia Cain y hablar MUY mal de él.)

Siguieron conversando de otros temas ya más cotidianos mientras seguían deleitándose con sus kakigori, para Kana era increíble cómo podía conllevar una interacción sana ni nada más ni nada menos que con su Rebel asignado. Lo que más le sorprendía era que ella no era especialmente una persona sociable o que se interesara por otras personas salvo su pequeño grupo social pero con Kaneki parecía que podía llevar bien las cosas e incluso tener momentos como esos.
Incluso podría decir que Kaneki le causaba algo de ternura. Era un chico más bien bajito, muy tranquilo y obediente, muy inteligente por lo demás. Parecía ser muy apegado a su hermano Sho, y Kana juraba que cuando Kaneki bailó con Eureka en la fiesta de Derecho, era la primera vez que Kaneki bailaba con una chica (o incluso la primera vez que estaba tan cerca de una chica). Se notaba que era bastante tímido, no conversaba mucho con otras personas que no fueran sus amigos más íntimos y algo le decía a Kana que Kaneki no lo pasó muy bien en su infancia porque notaba que era incluso temeroso con otros, como si hubiera tenido muy malas experiencias con las personas.
Fuera de eso, era muy tranquilo y apacible. Era interesante conversar con él porque sabía mucho de todo, especialmente de literatura.

Terminaron con sus kakigori y se miraron sin saber que decirse, ¿qué hacer ahora?
Si bien no era bueno forzar las cosas y la convivencia había sido la justa y necesaria, era todavía temprano como para irse. 

—¿Te gustaría ir a ver ropa?

Y Kana no podía creer lo que acababa de proponerle a Kaneki. Lo normal era que le pidiera esas cosas a Eureka o incluso a Kise, pero no sabía porque se lo ofreció a su Rebel. Lo más freak fue el “bueno” de respuesta de Kaneki.

Entraron en una tienda de vestuario y Kana sabía que sólo lo hacían para ser cordiales entre ellos y pasar algo de tiempo. Casi parecían como cuando se es adolescente y se junta con un amiguito para pasar el rato y entran en cualquier tienda para pasar el tiempo, pero después en verdad comenzaron (al menos ella) a pensar que comprar sería buena alternativa.
Mientras veía un par de suéteres bastante encantadores, vio que Kaneki más bien se quedaba cerca suyo acompañándola pero sin ver nada para él.

—¿Quieres ver algo en especial?
—Ah, no. — Kaneki le sonrió. —Estoy bien así. A diferencia de Kana-chan, yo tengo pésimo gusto para vestir.
—¡¿T-Tú crees que tengo buen gusto?! — los ojos de Kana se iluminaron.
—Claro que sí. Eres muy bonita y siempre vistes muy adorable, eres como una chica coreana de dorama.
La HiME sonrió, llevando una mano a su mejilla al sentirse halagada. Kise siempre la molestaba con que tenía pésimo gusto por la moda, lo mismo que Yato. Kaneki era el único que le había dicho algo agradable. —Puedo buscar un conjunto para ti si gustas.
—N-No es necesario. — el pelinegro meneó ambas manos, tímido.
—No te preocupes— Kana fue recorriendo las filas de ropa, buscando con atención algo único y bonito para Kaneki. Al final de un largo tiempo, se convenció de comprar un suéter color beige y una bufanda  de textura suave de color claro.
—No te hubieras molestado, yo lo podía pagar. —  dijo Kaneki al recibir la bolsa con las cosas ya pagadas.
—Es un regalo. —

Salieron de la tienda y continuaron su recorrido. Kaneki se detuvo frente la vitrina de una tienda de mascota donde se decantó por unos cachorros de Shiba Inu que movían sus pequeñas colas y saltaban cada vez que el pelinegro les hacía un gesto con ambas manos interactuando con los cachorros.

—Si no viviera en un departamento me gustaría tener un Shiba Inu. — dijo al dar unos pequeños golpecitos a la vitrina. —Son bastante fieles y bondadosos.
El joven les dedicó una sonrisa auténtica a los cachorros, concentrado en sus brillantes y oscuros ojos que lo miraban con emoción. Luego notó que en el interior de la tienda había mucho movimiento de clientes, quizá las mascotas se encontraban en promoción o algo por el estilo puesto la cantidad fluyente de personas, pero no tardó en darse cuenta que mayormente eran clientas las que se encontraban en el lugar.
Se percató que el vendedor detrás del mostrador era la causa de que hubiera tantas chicas en ese momento las cuales trataban de meterle conversación o tener tan siquiera un poquito de su interés, pero el chico no les daba más que la atención necesaria para venderles algo antes de volver a la pantalla de su teléfono celular.
Era un joven de cabellera larga y oscura, con mechones rubios teñidos los cuales los llevaba sueltos demarcando el contorno de su rostro, pero el resto (el cabello negro) lo llevaba sujeto en una cola de caballo que salía a través de la abertura de su jockey negro con perforaciones a los costados de donde colgaban unas argollas. Eso es lo que podía notar a lo lejos.
Kaneki era conocedor de las estrategias de marketing que usaban en las tiendas y locales, en el restaurante donde él trabajaba usaban la misma estrategia de contratar gente que llamara la atención para cautivar clientes (no entendía como a él lo habían contratado si de todos sus compañeros de trabajo era el menos atractivo)
Con esa conclusión descartó que estuvieran haciendo una oferta en la tienda. Más bien había muchas chicas allí por el joven que estaba trabajando.
El vendedor miró aburrido hacia la vitrina donde estaba Kaneki con Kana, parecía estar entre depresivo o entre homicida en potencia por la mirada ausente y fría que les dio. Por un momento, Kaneki se preocupó de haberlo incomodado con su presencia, algo en ese joven le traspasaba mucha incomodidad y frío. El vendedor parpadeó un par de veces, con la mirada fija hacia ellos, después de unos segundos salió de detrás del mostrador para ir hasta donde estaban ellos, pasando por alto e ignorando a todas las clientas que se dieron unos saltitos pensando que el joven por fin les estaba prestando atención. Desilusionadas, soltaron un suspiro de derrota.
El pelinegro no encontró las palabras adecuadas para decirle a Kana que se retiraran antes de que el vendedor les dijera algo.

—¿Nakiri? ¿Eres Kana Nakiri?
—¿Heh? — La peliplateada observó al vendedor quien había salido de la tienda para ir a hablar con ellos a la vitrina. El joven la miró con emoción y con cierta vanidad, pero al ver que no lo reconocía se notó cierta indignación en su mirada pese a toda la frialdad que reflejaba. Se tomó con un par de dedos la punta de su gorra de jockey para bajarla levemente con ello sonando las argollas de metales que colgaban a los costados del ala. Esperó unos segundos en suspenso donde pensó internamente si debía seguir hablando con la chica o excusarse y volver a la tienda.
—¿Segura no sabes quién soy?
—…—
Kana entrecerró los ojos para mirarlo con más atención. Era difícil si medio cubría su rostro con el ala de su jockey. El chico entendió que ella tenía dificultades para ver su rostro, así que se levantó un poco la gorra. Era mucho más alto que ella así que debía mirarlo hacia arriba.
Lo primero que vio fueron unos ojos de iris de color ámbar en aquella mirada perdida y ausente, un lunar decoraba la parte baja de uno de sus ojos. El joven se mantuvo serio, con la boca en una línea recta, un poco incómodo por el prolongado rato que le estaba costando a la chica reconocerlo. A ese punto pensando que se equivocaba en la elección de salir a su encuentro. A veces llevaba la mirada hacia la tienda para fingir prestar atención a las clientas quienes se emocionaban cuando éste las miraba. Pese a que intentaba mostrarse indiferente, la mirada de desprecio hacia la humanidad que le dedicó a las clientas le dio una punzada en el pecho a Kana.
—¿K-Kazutora?
—Bingo.— Dijo sin despegar la mirada de la vitrina.

Kaneki notó cierto rechazo instintivo de Kana hacia ése chico llamado Kazutora. La joven lo miraba confundida y con desconfianza, no sabiendo cómo interpretarlo. Ken se reincorporó puesto que seguía medio inclinado fingiendo ver a los cachorros, se posicionó un poco más cerca de Kana.

—No sabía que trabajabas… Aquí. En un Petshop. — Fue lo único que atinó a decir Kana, sólo reaccionando al notar que Kaneki la miraba con preocupación. —No es como de tu perfil…—
—Tengo que admitir que me costó bastante adaptarme a este sistema laboral después de salir de la cárcel, pero me ha ido bien. Han sido generosos y pacientes conmigo.
—¿Cárcel?
—Ah, te perdiste por mucho tiempo, Kana. Han pasado muchas cosas. — Kazutora le sonrió, como si lo que acababa de decir fuera lo más normal de la vida.
—¿Dijiste c-cárcel? — Kaneki repitió en respuesta retardada, al quedar en shock.
—Kaneki. — Kana observó al pelinegro, comprendiendo que para un joven como Kaneki no era de todos los días encontrarse con un ex presidiario.  —Él es Kazutora Hanemiya. Fue… Mi Rebel hace años. Eh, Kazutora, él es Ken Kaneki.
—Qué.— Kaneki siguió en un pseudo shock.
—Tranquilo, dudo que sea peligroso. Al parecer se ha reformado o está en camino de hacerlo, ¿no?.— Kana miró a Kazutora para pedirle una confirmación, éste sólo articuló una pequeña sonrisa traviesa y juguetona.
—…— Kaneki entrecerró los ojos.
—Bueno, tu amigo está ante dos asesinos. Es normal que se preocupe— Bromeó Kazutora. Kana le dio un golpe en el brazo, lo cual sorprendió a ambos chicos por la familiaridad instintiva entre los dos. —Las viejas costumbres no se pierden, ¿eh? — el ex Rebel sonrió.
—…—
—¿Qué tal si caminamos un rato mientras nos ponemos al día?
—¿No estás trabajando?
—Ahora le toca el turno a mi compañero que está en la parte trasera de la tienda y ya debe sospechar que me fui unos cinco minutos antes de terminar mi turno.

Kaneki tenía muchas cosas que hacer y estaba seguro que tendría un ataque de nervios si no llegaba pronto a su departamento para organizar sus deberes del día siguiente pero no podía permitirse dejar a Kana sola con ese sujeto tan enigmático.
Ahora se encontraba a si mismo caminando un par de pasos detrás de Kana y ese tal Kazutora, sin quitarles los ojos de encima. La excusa de Kaneki fue decirles que los acompañaba hasta la estación de metro que lo dejaba cerca de su casa. De eso, ya se había pasado dos estaciones de metro.

A momentos el pelinegro lo observaba de reojo mientras Kazutora conversaba con Kana, la relación entre esos dos era muy extraña. Casi patológica si se ponía a analizarla. No podía entender muy bien como la HiME se podía llevar así con alguien que dijo que acababa de salir de la cárcel. El hecho que haya mencionado que era un ex Rebel hizo que Kaneki pensara lo peor del tipo, ¿y si había matado a una persona? ¿A una HiME?
Ken observó que el ex Rebel iba con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, su mirada seguía manteniéndose muy perdida como cuando lo vio en el PetShop y hasta traspasaba cierta sensación de depresión. Eso le hizo recordar un poco a su amigo Eren Jaeger, a esa mirada ausente que de pronto adoptaba, a esa postura y actitud de agotamiento existencial que traspasaba.
Kana por su parte parecía ir caminando sin estar alerta del joven a pesar de que había dicho que Kazutora fue su Rebel. Siempre supo que Kana llevaba las cosas serenamente con todo el mundo incluso en los momentos más críticos, pero le sorprendía el nivel de temple que podía tener la chica.

—Entonces, saliste de prisión hace unos años y ahora trabajas en una PetShop.
—Seh. — asintió Kazutora, siendo escueto.
—¿Qué más? —
—Mhh. —
Kazutora hizo una parada en un mini stand de heladería donde se tomó su tiempo en seleccionar un helado. Kana sólo compró uno porque Kazutora le estaba insistiendo, estuvo a punto de comprarle uno a Kaneki pero este tuvo que excusarse puesto que le habían llamado urgentemente para cubrir un turno en su trabajo de uno de sus compañeros que había fallado. Por más que intentó de forma sutil indicar que estaba en otro compromiso, Ken no pudo decirles que no. Le dio la impresión de que el pelinegro se rehusaba a irse, pero no le quedó de otra que retirare.
 

Después de la partida de Kaneki, Kana y Kazutora fueron caminando por un terreno baldío que estaba por el sector, la HiME siguiendo al silencioso y ausente ex Rebel como si estuviera persiguiendo a una especie de espectro del pasado. Finalmente Kazutora saltó una zanja de madera y se sentó en el césped que daba a una pequeña quebrada con vista al mar.

—¿Y que más ha pasado?—
—¿No te quieres sentar? No te voy a hacer nada.
—…—
—Palabra de amigos.
—Lo mismo me dijiste hace años atrás y después te volviste mi Rebel. Y no fuiste un terrón de azúcar, precisamente.
—Ah, es que en ese entonces estaba un poquitito… Loco, haha.
—¿Un poco?— Kana giró los ojos, soltó un suspiro y terminó por sentarse al lado del joven.
—Tengo algo que contarte.
—¿Qué?
—¿Te acuerdas que fui tu primer Rebel?
—Como olvidarlo.
—¿Te acuerdas que después supuestamente te cambiaron de Rebel?
—Eh, ¿sí?
—Bueno… La verdad nunca dejé de ser tu Rebel.
—…—
—Hehe.
—Espera, ¿QUE?
—Seguí siendo tu Rebel, pero a través del otro Rebel. Mi poder era manipular la mente de otros, Rizembool supo que este tipo de poder es muy ventajoso así que me pidió que tuviera dos HiMEs simultaneas. Tú, que fuiste mi primera HiME y luego también una segunda HiME que se quedó sin Rebel ya que éste se retiró. Como la segunda HiME me estaba costando trabajo, usé a ése Rebel como un títere para que fuera tu contrincante.
—¿Por qué me cuentas estas cosas ahora?
—¿Por qué recién te veo después de tantos años? — Kazutora le dio una probada a su helado, pensativo. —Pensé que te gustaría saberlo.
—No sé que decirte, la verdad.— No sabía que pensar de Kazutora. Siempre fue un complejo e impredecible acertijo de reacciones ansiosas.
—Pero no fue tan malo, ¿no? Todavía recuerdo tu expresión cuando te dije que era tu Rebel. Creo que no salimos tan mal de esto.
—Kazutora, una personas MURIÓ, ¿eso acaso no es algo grave para ti? — lo miró ofendida.
—Pero estamos vivos…—
—…—
—También te lo cuento porque te debo una disculpa, me comporté como idiota en ese entonces y eso que éramos amigos. Fui un dolor de cabeza para todos ustedes. En esos años creo que no estaba muy estable psicológicamente y les hice mucho daño a mis amigos cercanos.
—Bueno, todos eramos algo especiales en ese entonces. Supongo que todos teníamos problemas psicológicos.
—Ahora voy a terapia.
—Eso es bueno.
—O sea, es lo mínimo que puedo hacer después de tanto daño que provoqué, de haber matado a alguien y estar en la cárcel.
—Lo dices con mucha naturalidad, eso da miedo.
—Disculpa. Todavía estoy aprendiendo. — El ex Rebel le sonrió sinceramente. —Matsuno dice que debo ir pidiendo perdón a todos los que les he causado dolor.
—¿Matsuno?
—¿No te acuerdas de él? 
—E-Espera, espera. Vas muy rápido. No me puedo acordar de todos de golpe.
—¿Eh?
—Tuve una clase de amnesia después de… de la batalla final. Olvidé varias cosas.
—¿A nosotros también? ¡Éramos como familia!
—Si los recuerdo, pero me vienen como flashback. No seas tan exigente. Cuéntame que ha pasado en estos años.
—Mhhh, ¿por dónde empiezo?
—Baji, ¿sigue vivo? Siempre fue el más problemático y suicida.
—Haha, casi se nos muere.
—Ay…—
—Es en serio. Se apuñaló a sí mismo para tratar de resolver un conflicto interno entre nosotros, especialmente entre mí y Mikey. A su acto suicida le llamamos "el Bajitruco"
—...—
—Estuvo muy grave… En la UCI y en coma, casi muere. Pero se salvó. Pero poco tiempo después de que saliera del Hospital, se metió en una riña aparte y se chingó a varios, pero recibió un balazo. Casi se desangra si no fuera porque, como siempre, Matsuno lo había seguido y llegó a socorrerlo.
—…—
—Ah, también se agarró a golpes con la policía cuando le pidieron su identificación.
—…—
—Y quemó una bodega cuando no pudo robarse un automóvil. Eso si debiste verlo en las noticias, pasó hace relativamente poco, se quemaron varios automóviles de la fábrica.
—Ah, Caray…
—Pero está vivo.
—¿Y preso?
—No. Increíblemente, no.— Kazutora suponía que Baji tenía mucha suerte o bien debía agradecer que Matsuno siempre lo estaba salvando de situaciones. —Baji es… Aunque no lo creas, es el futuro de todos nosotros. Es de los pocos que está estudiando en la universidad. Y no vas a creer lo que está estudiando.
—No sé, auxiliar de algo...— quizá con suerte hacía el aseo de la universidad y eso ya era pedirle mucho a Baji. Suponía que eso era lo más cercano que Baji podía estar de una universidad.
—Quedó en Medicina.
—¿…Qué?
—Eso.
—...Imposible.
—Te digo la verdad.
—¡Pero si ni sabía escribir!— exclamó enrabiada. Indignada a más no poder. ¿Cómo alguien tan idiota como Baji ahora podía estar estudiando algo tan difícil?
—¿Por qué no te alegra que se supere? — Kazutora alzó una ceja, confundido. —Pensé que te caía un poco bien, pese a que siempre se peleaba con Kise.
—Es que... ¡Ahg!— Kana se tomó la cabeza con una mano, sintiendo como el peso de la palabra "fracaso" caía en sus hombros. Casi todos de ese grupo de "amigos" de aquellos años tenían la seguridad que podían sentirse tranquilos porque el consuelo siempre fue "Bueno, igual seremos más que Baji. Está retardado y hay que cuidarlo." incluso ella en silencio se sentía segura con la broma de "autoayuda" que se daban los de la ToMan, pero ahora resultaba que las cosas cambiarían a "Bueno, amigos, siempre seremos más que Kana. Nos salió mongólica al final." —Debe ser frustración personal… O sea, hasta Baji tiene más futuro que yo o qué.
—¿Te embarazaste y tuviste que abandonar la escuela?
—¡NO! Qué asco.
—¿Entonces? No creo que estés tan mal. Al menos no terminaste presa hasta donde sé.
—Pero me siento frustrada por perder el tiempo. — Frunció el ceño, metiendo la punta de la paleta en su boca con un gesto de puchero.
—Aunque te cueste creerlo Baji puede ser muy inteligente bajo esa imagen de imbécil... Sólo que es impulsivo. Sacó buen puntaje en la prueba de admisión y su opción era ser veterinario, pero no quedó porque postuló mal. Entonces no quiso estudiar nada de nada, Mikey y Draken casi lo matan porque sí querían que tuviera futuro. Pero entonces este chiquitito de Matsuno inscribió a Baji en medicina sin que éste supiera. Increíblemente quedó seleccionado, aunque quedó último en la lista. Ahora es todo un caos, Baji no quiere ser médico porque odia los humanos y prefiere que mueran… hehe— casi sentía lástima de Matsuno porque se arrastraba para que Baji estudiara mientras el pelinegro no le daba importancia en lo absoluto.
—Me sorprende que Baji siga vivo, insisto.
—Lo sé, todos estamos asombrados.
—¿Quién es Matsuno? No puedo recordarlo.
—Quizá tenga sentido que no lo recuerdes mucho, él llegó cuando ya estabas yéndote. — recapacitó. —Era uno bajito, de cabello rubio y ojos claros, siempre estaba al lado de Baji en esos tiempos, persiguiéndolo por todos lados y diciendo “Baji-san” daba un poco de lástima.
—Ah, creo que me acuerdo de un niñito así.
—Es un año menor que nosotros. Tampoco era tan niñito.
—¿Qué es de él?
—Trabajo en el Petshop con él. Tiene el sueño de algún día abrir una tienda propia de animales ya que ese es el sueño de Baji. Lo tiene amarrado con que si estudia en la universidad él le abrirá la tienda de Petshop por él.
—Parece muy abnegado a Baji.
—Al menos lo tiene un poco bajo control.
—Mikey. — Kana alzó la vista hacia el cielo. —No lo he visto en tres años. ¿Qué es de él?
—Primero, ¿por qué dejaron de hablarse? Era tu Knight y por su culpa tú y yo nos peleamos más.
—Kazutora, pensé que habías superado la manía de culpar a Mikey por todo lo que te pasa.
—¿De eso no te olvidas?
—Voy recordando de a poco, te dije, hehe. — Kana soltó una risita. —No dejamos de hablarnos, más bien tomé mi distancia porque siento que Mikey va por un camino que yo ya no quería vincularme. Además, él y mi Key se odiaban a muerte, todo el tiempo estaba estresada dividiéndome entre los dos. Después de la batalla final no supe de nadie, tampoco quería volver a molestar a Mikey porque supongo que debe ser el “Don Corleone” japonés a estas alturas.
—Es cierto. — asintió. —Mikey hoy es uno de los líderes yakuza más respetado de Tokyo, pero pese a que es todo un mafioso a veces pregunta por ti. No sé si esté sentido porque nunca más lo buscaste, pero todavía habla con afecto de ti.
—Oh…— Kana se sintió culpable de no volver a buscar a Mikey. El rubio junto a Cain fueron sus dos primeros amigos auténticos de la infancia (que esos dos no pudieran verse y trataran de aniquilarse mutuamente era otro tema) pero sentía que no podía volver a vincularse a ese mundo obscuro donde actualmente Mikey reinaba. Increíblemente Mikey y Cain eran dos reyes de sus respectivos mundos y Kana prefería dejarlos a cada uno en sus respectivos reinos cargando el peso de sus coronas, sin involucrarse más con ellos porque sentía que saldría perjudicada o bien no quería incomodarlos de cierta manera. Ya suficiente habían hecho por ella al ser su Knight y su Key. —Espero que Draken haya cuidado bien de Mikey todos estos años.
—Draken es como su papá todavía.
—¿Qué es de Draken?
—Aparte de cuidar de Mikey y ser su mano derecha, abrirá una tienda de motocicletas. Está muy contento por eso.
—Wohh. — Kana miró a Kazutora emocionada por Draken. Si bien conoció por varios años a Draken, no hablaba mucho con él porque era algo callado y serio pero eso no significaba que no se alegrara por él. A Draken si le tenía fe, muy por el contrario de Baji.
—Hoy se van a juntar los chicos, ¿quieres ir? Así puedes aprovechar de verlos.
—N-no. Sería muy raro que me aparezca por allá.
—No seas tímida. Será entretenido.
—¿Por qué estás tan insistente en que vaya?
—Es que… Si te llevo conmigo me dejaran entrar.
—…—
—…Todavía no me pasan mucho. No logran perdonarme del todo. El único que me integra y es bueno conmigo en Baji. Mikey me “perdonó” pero no me habla mucho, el resto tampoco. Si no voy con Baji poco más me atienden de la puerta para afuera o así lo siento.
—¿Por qué no le pides a Baji que te lleve?
—Porque no sabemos dónde está. Se desapareció hace dos días.
—¿Eso es normal? — Kana se preocupó.
—Sí. Acuérdate que a veces no sabíamos nada de él por semanas.
—Uhu… Me preocupa que Baji sea tan delincuente y tránsfugo. Se supone que debería ir mejorando su imagen.
—Pero, ¿vamos a la junta, sí?
—No quiero ver a Mikey. Me da vergüenza aparecerme, así como así. Tengo miedo de cómo vaya a tomarlo.
—No te preocupes. Va a estar feliz de verte. Es un día de reencuentros el de hoy. Van a celebrar que Draken inaugurará su tienda de motocicletas, también que Mitsuya vuelve de su viaje a Paris. Ah, y va a ir un tipo que salió de la cárcel hace poco, el tal Inui.
—Wait, ¿Inui también estuvo en la cárcel? —
—¿Te acuerdas de él? Qué raro, no nos juntábamos con él en ese entonces. Hasta era nuestro rival.
—Es que… Lo shippeaba con el chico de cabello negro que era su compañero de banda.
—…—
—Bueno, cosas mías, ¿ok?
—Me da miedo pensar que imaginabas que éramos gays y salíamos entre nosotros.
—No con todos.
—¿Yo?
—Eh, pensaba que podías estar enamorado de Baji pero después creí que te gustaba Mikey.
—MIKEY, ¿EN SERIO? ¿¡MIKEY!?
—¿Por qué te ofendes?
—¡Porque me gustan las chicas!
—Bueno, ¿por qué estuvo Inui preso, si se puede saber?
—Mató al asesino de su hermana. Ella fue HiME por poco tiempo y su Rebel la mató. Inui estuvo investigando quien fue su Rebel y a los años lo mató… No te daré más detalles porque esa historia no es muy bonita.
—Inui siempre me dio mala espina. No tenía sentimientos y andaba con navajas que las sacaba de la nada para apuñalar. Independiente de que es un asesino de sangre fría por lo que me cuentas, siento que desde siempre estaba vacío por dentro o algo malo había en él. Era raro... Además, Yuzuha le dio un buen golpe y se paró como si nada al rato, ese sujeto no es humano.
—A mí también me daba mala espina. Para que veas, esas lacras traidoras le tienen más aprecio y le perdonan más cosas a ése asesino de Inui que ni era de los nuestros, en vez de a mí que fui su amigo de infancia. — Kazutora botó el palito del helado en el cesped y se puso de pie. —¿Vamos a la junta?
—¿Vas a ir con la ropa de la tienda de mascota?
—Mitsuya me trae un conjunto de su viaje. Fue a Francia.
—Sí, me dijiste que fue a Francia hace un rato. Supongo que juntó dinero y cumplió su meta de ir a vacacionar a Paris cuando terminara la escuela.
—Fue a Francia porque será diseñador. Le dieron una pasantía en Paris ya que sus diseños son tan buenos que una compañía de aquí le pidió que fuera como asistente de los diseñadores profesionales de allá para adquirir experiencia.
—¿¡Qué!? — Kana casi colapsa.
¿Como aquellos mafiosos callejeros y destruídos en el piso que no parecían tener futuro alguno más allá de abrir una licorera clandestina ahora resultaban ir más lejos que ella?
Mejor y se quedaba como Sukeban en vez de despreciarlos, quizá ahora sería la presidenta de Japón.
Kana, sin duda alguna, era la más estúpida en tomar decisiones.



« Last Edit: October 28, 2021, 08:09:28 PM by Kana »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #806: October 31, 2021, 04:58:15 PM »

Episode 38 — Landing

A Ichigo le dolía el estómago del hambre. Hige le había dicho que Taikoubou había prometido traer hamburguesas para la sesión nocturna de Halo, y por más que el rubio quería guardar estómago para ello… la sesión de entrenamiento con Yoruichi le obligaba a buscar sustento para sobrevivir las siguientes cinco horas de espera.

La cafeteria de Hanasaki se abrió paso entre los edificios e Ichigo corrió en busca del negocio que pudiera ofrecerle más proteína. Para su buena suerte, el KFC buscaba deshacerse a un balde de pollo frito y el rubio estuvo contento de tomarlo a mitad de precio. Una Dr. Pepper gigante se unió en su bandeja, y el rubio procedió a buscar una mesa donde degustar la cena familiar (pero para él solo).

Era media tarde y la cafetería se encontraba vacía a excepción de unos pocos estudiantes dispersos al igual que él. Notó a una joven cerca a las ventanas con una enorme valija a su costado. Intercambiaba miradas entre su teléfono y la entrada, como si esperara que alguien le diera el alcance. En eso, la muchacha cruzó miradas con Ichigo, y de inmediato ambos miraron en direcciones opuestas.

Pero conforme Ichigo continuaba tramitando su pollo se dio cuenta que la joven junto a las ventana lo mirada de soslayo, como si intentara reconocerlo. El rubio sabía que nunca la había conocido en su vida, pero la curiosidad de la muchacha finalmente pudo más, y se atrevió a caminar hacia él con valija en mano.

“Disculpa… ¿de casualidad conoces a Taikoubou Shizuka?”

Ichigo abrió los ojos como platos. Asintió vehementemente al tener la boca llena de pollo. La muchacha sonrió complacida y tomó asiento frente a él.

“¡Con razón se me hizo familiar! Mi nombre es Haru Okumura. Soy la novia de Taikoubou”

...

¿La novia?
¿¡DE CHINA!?
"¡¡Es La Otra!! gritó su cabeza y en respuesta el rubio tomó medio galón de soda para evitar atorarse de la impresión. La muchacha frente a el rio para si misma, entretenida por su reacción.

"¿Estás buscando a Bou?" atinó a preguntarle Ichigo. Sus ojos se posaron en la valija a su lado. Si no era muy apresurado asumir: Parecía que acababa de llegar derechito del aeropuerto.
"Si y no" respondió la joven "Taikoubou no sabe que estoy aquí. Es una sorpresa. Aunque no se si será una muy agradable"
"¿Por qué dices eso? Estoy seguro que se alegrara de verte" le dijo, y luego pensó para si mismo "Pero quizás no sea muy grato para Sayi..."
"Pues porque... he decidido transferirme a Hanasaki también" dijo, con algo de vergüenza. "El no me lo pidió ni nada, pero..."

Haru quedó en silencio. Ichigo había dejado de comer de la impresión. Hace menos de cinco minutos se encontraba disfrutando tranquilamente de su pollo frito, y ahora de la nada sentía que había detonado una bomba de grandes proporciones... sin saber exactamente qué hacer al respecto.

"Necesitas que... ¿llame a Bou por ti?" pero el sonido de un estomago hambriento interrumpió su pregunta. Las mejillas de la joven se pintaron color rojo.
"¡Lo siento mucho! ¡Qué terrible" la joven era un solo de arrepentimiento "Es que tengo problemas con mis tarjetas, y no he podido comprar nada en esta cafeteria. Al parecer la alerta de viaje no funcionó y..."
"¿Quieres que te compre algo de comer?"
"¡No se preocupe!"
"O... ¿quieres un poco de mi pollo?" le ofreció. La joven no dijo nada cuando Ichigo le extendió el balde hacia ella, y se limitó a tomar una pieza de él. Ichigo le alcanzó unas cuantas servilletas.
"Muchas gracias" respondió, en un hilo de voz. Antes de tomar la primera mordida, se disculpó de nuevo "Lamento mucho haberle caído de sorpresa, y con todo esto encima, para colmo. Supongo que no he tenido alguien con quién compartir las decisiones que he tomado en las pasadas 72 horas"

Mientras la joven empezaba a comer su pieza, Ichigo pensó que de haberle preguntado, siquiera a un conocido "Te parece buena idea mudarme a Tokyo por unos meses para estar cerca a mi novio mientras este forma parte de una guerra mágica, ¿una buena idea?" la respuesta hubiera sido un rotundo NO. Y le costaba creer que no tuviera una sola persona en su vida capaz de darle consejo sensato.

Pero para ser sinceros, llevaba menos de quince minutos conociéndola.

"Supongo que asumí que podía confiar en usted, siendo el mejor amigo de Taikoubou. Pero ahora debe pensar que estoy loca..."
Quizás un poco, pensó para si mismo, pero optó por darle el beneficio de la duda. "No te preocupes Hagu, primero déjame decirte que es un gusto conocerte. Es un encuentro algo fortuito, pero ya que estamos aquí estoy para ayudarte en lo que necesites"

La joven sonrió más tranquila. Tras su atolondrado encuentro, parecía responder con calma tras ser recibida con entendimiento.

"Es un gusto conocerle Ichigo" respondió, agachando la cabeza "Gracias por ser tan amable conmigo. Prometo no caerle con más sorpresas de aquí en adelante.



- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #807: October 31, 2021, 08:48:24 PM »
Chapter???: Test #3

El primer golpe lanzó a Clare por los aires, pero el segundo pudo esquivarlo. Apenas.

La chica no entendía qué hacía Souji ahí y porque la atacaba. A menos que…

De nuevo, otro ataque. Esta vez una patada que hizo que Clare cayera de espaldas. Souji puso un pie sobre ella.

-Se acabó Clare- dijo Souji oprimiendo su pecho con fuerza. -Me repugnas y te odi-

La marioneta se detuvo, interrumpido por el agarre de Clare. Ella tenía su pierna sujeta con las dos manos y su pierna se empezaba a congelar. El hielo “brotaba” de las manos de Clare.

-Ya sé que no eres Souji- afirmó Clare.

La marioneta tuvo un momento de confusión antes de disponerse a darle una patada con la pierna congelada. Clare logró esquivar el ataque y ponerse de pie.

-Tu no eres Souji- volvió a repetir.

La sensación que tenía en las manos era algo que nunca había sentido. Cuando la marioneta la tenía presionada contra el suelo, diciéndole todo tipo de cosas horribles las emociones de Clare empezaron a arder. Y se dió cuenta de que Souji nunca diría ese tipo de cosas tan crueles, y que todo estaba en su cabeza. La historia de su familia no se estaba repitiendo- había sido una estúpida tratando de hacer comparaciones. 

En un parpadeo la marioneta regresó a su forma original, y Clare tuvo frente a ella un humanoide sin ningún color ni rasgo distintivo. Era como un maniquí blanco de una tienda.

La marioneta se lanzó al ataque y Clare hizo poco por esquivarla. Quería acabar con esto ya.  Esta vez la marioneta la tackleó y ambos cayeron al suelo violentamente, donde lucharon un poco. Clare no tenía de la menor idea de lo que estaba haciendo mientras golpeaba, pateaba, lanzaba puñetazos y arañaba a la marioneta. Estaba furiosa, no particularmente con la marioneta, sino por todo lo que había pasado en su vida hasta entonces. Cuando comenzaba a cansarse por el esfuerzo físico, decidió probar sus nuevos poderes.

Colocó su palma en contra del abdomen de la marioneta y dejó que el hielo brotara empalando a la marioneta. La prueba había acabado. Había sido menos difícil   de lo que había imaginado.

La niebla se disipó y el auditorio volvió a la normalidad. Clare se dirigió a la puerta, donde Fran la esperaba.

-Eso fue rápido- comentó la asistente de Miranda.

Clare asintió. No estaba segura de que había sido un cumplido o un simple comentario.

-¿Necesitas ir a la enfermería?- le preguntó Fran.

-No lo creo- le contestó Clare. A pesar de la confrontación directa que tuvo con la marioneta no había sufrido daño alguno. Ni siquiera un pequeño moretón o arañazo.

Fran la vió de pies a cabeza.

-Bueno...- la asistente de Miranda dudó un poco antes de seguir -es bastante impresionante que no estés herida después de una pelea tan física. Me atrevería a decir que tienes habilidades regenerativas.

-¿Enserio?- preguntó Clare levantando la ceja. No se sentía impresionada. Esperaba algo más… ¿útil?

-Es mera especulación de mi parte. Creo que lo comprobarás una vez estés en batalla... 

Clare suspiró. Esperaba que su Rebel o con lo que le fuera a toca pelear no fuera un demente. El único Rebel al que conocía hasta ahora era Aramis, que no se encontraba precisamente en un estado óptimo mental.

-¿Me puedo retirar?- le preguntó a Fran.

-Claro. Si necesitas algo no dude en contactarnos.

Clare prometió avisarles si transcurría algo relacionado a las HiMES y se despidió. Se dirigió a los campos de entrenamiento donde debía de estar el equipo de rugby en esos momentos.

Y ahí estaban. Y ahí estaba Souji con su uniforme, lanzándole el balón a un chico. A Clare el rugby le parecía un deporte de brutos, pero era indiscutible el hecho de que Souji se veía endemoniadamente atractivo en su uniforme.

Clare consideró seriamente acercarse y preguntarle a Souji si podrían reunirse más tarde, cuando Sheryl salió de entre las bancas y él abandonó su entrenamiento de rugby para ir a hablar con ella.

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Clare no se dejó desanimar por la presencia de Sheryl y le envió un mensaje a Souji preguntandole cuándo se podrían reunir y dejándole saber que había completado la prueba HiME con éxito. El chico no se tardó en responder y para sorpresa de ella, le dijo que estaba disponible para almorzar juntos.  Quedaron de reunirse en una de las cafeterías de Hanasaki.

-¿Que te poseyó para aceptar se una HiME?- le preguntó Souji cuando ya tenían su comida y estaban acomodados en una mesa junto a una de las ventanas. Era obvio que no aprobaba la elección de Clare, aun cuando ya era imposible dar vuelta atrás.

-Solo pensé que sería interesante, además ¿que no tu amiga Sheryl es HiME?

-Ella tenía sus razones- explicó Souji pasándose la mano por el pelo. -No sé si lo sabes, pero antes se dedicaba al modelaje o una estupidez así y la secuestraron. Creo que el trauma la hizo buscar algo que la ayudará a protegerse.

-Y no hay mejor forma de hacerlo que obteniendo poderes…

-Eeehh… algo así. Igual le ha salido muy caro. Ya van varías veces que casi la matan, y usualmente termina arrastrandome a sus problemas. Es muy molesto, con ese imbécil de Aramis…

-¿Eres el Key de Sheryl?

Souji se quedó pensando por unos momentos. Luego encogió los hombros y le dio una mordida a su hamburguesa. O no lo sabía o no le quería decir.

-Eso no importa- dijo él -Lo que importa ahora es que te debes de andar con cuidado. Los dos Rebels que conozco son bastante buenos y han dejado a sus HiMEs mal paradas muchas veces. Esos sujetos se toman el trabajo en serio, y me parece que entrenan bastante.

Clare volvió la mirada hacía la ventana. A decir verdad, nunca se había preocupado mucho sobre como o quien sería su Rebel. Por el momento no era algo que le preocupara ó ocupará mucho sus pensamientos. Lejos estaba de saber el infierno que su Rebel acarrearía para ella…


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #808: October 31, 2021, 08:54:24 PM »
Hoi hoi minna vengo a dejar el fic :3

Mayura aún no estaba acostumbrada a su "nueva" apariencia, pero en Hanasaki como que nadie se había dado cuenta de su cambio drástico, lo cual era raro ya que era muy notorio, pero bueno ya no quería estresarse con esas cosas, respiro hondo y entro al salón de clases, tenía ganas de saber más de su hime-senpai, es decir Tsubasa pero le habían comentado que desde hace varias semanas se había ausentado de las clases, también le sorprendió el repentino cambio de escuela por parte de Leo que ahora estaba en Rizembool, se preguntaba el porqué de esa decisión y quería hablar con él pero no lo veía conveniente por ahora, ella también tenía que enfocarse de sus propios asuntos, como por ejemplo dar con Riku, su medio hermano, también volver a encontrarse con Tenn Kujo al cual tampoco veía desde hace tiempo, sólo sabía por parte de Gaku que estaba enfocado en los trabajos que la agencia donde trabajaba les mandaba Gaku había pedido unas semanas de vacaciones para buscar una casa más amplia para su futura nueva familia, así que Tenn era el único ocupado, tenías ganas de volver a verlo y conversar con él, pero sabía que él mundo del entretenimiento era difícil, y Tenn como un profesional debía de estar enfocado en eso, con respecto a su misión como Hime, extrañamente todo estaba tranquilo, después de aquella pelea contra Yuuto no la había atacado, así que por ahora disfrutaba de su vida universitaria (?) y por ultimo su vida amorosa estaba tranquila, había pasado unas semanas maravillosas al lado de Otoya, era muy feliz a su lado, lástima que las vacaciones de su novio habían terminado y tenía que volver a su trabajo como idol.

Finalmente tengo una vida normal… - suspiro aliviada-recostandose en el escritorio - sin embargo siento que algo no anda bien -

Es por que acabas de despertar de tu letargo…

Quién dijo eso??? - miró a los lados y no había nadie a su alrededor, es más habían terminado las clases y ella no se había percatado de eso-

Esta no es la vida que quieres, quieres estar envuelta en problemas y ver como los demás sufren después de todo eres hija de tu padre.

Eso no es cierto!!-dijo otra vez mirando a todos lados, no había duda había alguien en el salón

No es hora que salga la oscuridad que ha sido contenida desde que te volviste Hime?? El sufrimiento de tu infancia, el que personas importantes han muerto por tu culpa, el que la ciudad haya sufrido por culpa de las himes y rebels, el dejar ir a tu primer amor por las cadenas que te unen a Hanasaki


Es mentira es mentira.. - dijo la rubia alterada por esas palabras-

Solo dejame salir y aliviar tus ansias -

De qué hablas?? Quién eres tú??? -

Yo soy Mayura Daidouji… -

Callate callate!!! - tocandose la cabeza- yo soy Mayura yo lo soy… - empezó a temblar-

Vamos liberarme… -

Noo nooo!!!... - se cayó de rodillas y se abrazo a si misma

Mayura!! Mayura!!!... -

La rubia alzó la mirada y vio a Kuro en su forma humana que la estaba moviendo para desperarla

Kuro… - la rubia observó a su chico gato y se desmayó -

El peli azul le tomó de los brazos

Sabía que algo no andaba bien, que molestia… - le tocó la frente- esta con ligera fiebre - será mejor llevarla con él para no preocupar a Belldandy, hice bien en traer a Flaffy conmigo -

El child de Mayura salto y se colgó de Kuro

----------

Sogo estaba preocupado por su hermana menor Rinne, ya que últimamente lo que hacía era entrenar y entrenar sin descanso, aquella sonrisa tímida se había ido y sólo estaba la mirada fría e indiferente

No se que está pasando con mi hermana… - dijo el mayor de los Osaka - acaso es mi culpa que haya cambiado tanto? Será porque no he estado mucho tiempo con ella???

No se culpe de nada Sogo-sama, aun sigue mal por no defender a la persona que ama, ella volverá a ser la misma de antes, para que ella vuelva a la normalidad necesitamos la presencia del motivo de sus traumas, así que por eso me tome la molestia de traerlo el día de hoy

Que??? Es en serio???? Si que tienes todo bien planificado Miyauchi-sonriendole timidamente-

Después de todo yo me encargue de educarlos y criarlos, así que prácticamente se todo de ustedes -

Iré a avisarle a Rinne que tendrá visita el día de hoy - dijo un poco más tranquilo mientras se dirigía a la habitación de su pequeña hermana

En la habitacion de Rinne, la joven se encontraba en su cama abrazando la almohada deprimida aún por lo que habia sucedido hace un par de meses atrás, despues de un duro regimen de entrenamiento se habia dado el lujo de descansar aunque sea un par de horas más

Rinne-chan...puedo entrar??-

adelante Nii-chan...puedes pasar…-

Sogo suspiro pesadamente al ver a su hermana en cama en modo depresion-

El dia de hoy tenemos visitas…-

No estoy de humor para tener visitas Nii-san…-dijo la peliplateada suspirando pesadamente-

Pero creo que esta visita es la que mas has estado esperando, ademas necesitas un dia para descansar de todo el entrenamiento que has tenido

No creo que haya algun invitado especial que haga que olvide mi menú de entrenamiento-

Ni siquiera porque Sengoku-kun vendra a almorzar con nosotros??

Que acabas de decir??...-se levanto de la cama- Shinobu-kun vendrá a almorzar con nosotros?...-vio como su hermano asintio con la cabeza-Entonces tengo que alistarme para que me vea linda…-dijo desesperada mirando por todos lados-

Sogo sonrio mas aliviado al ver que su hermana estaba de mejores animos, agradecia a Miyauchi de haber invitado al menor del clan Li para animar a su pequeña hermana-

--------------------

matta ne!!!



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #809: November 02, 2021, 11:51:22 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 836 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 14277 palabras
Kana :: 5782 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 963 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 1012 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...