Author Topic: Harry Potter AU | Chapter 1: Anything off the trolley, dears?  (Read 10599 times)


Puri

este capítulo en teoría va para todos pero como soy la única alma en este thread pues–



Tras un par de semanas en que los jóvenes magos se habían asentado de vuelta al ritmo de vida dentro del castillo, todos fueron informados durante una noche de banquete sobre la llegada de los alumnos de Beauxbatons y Durmstrang el próximo lunes.

Como era de costumbre, Hermione Granger ya se había encargado de informarle a quien le preguntara (o no), sobre el hecho de que todas las escuelas del mundo mágico eran imposibles de ubicar debido a que eran recelosas sobre sus secretos y que otras escuelas se enteraran de ellos (“–lo cual ya lo sabrían de haber siquiera hojeado su ejemplar de Un viaje por la historia de la Magia, chicos…”). Esto había emocionado aún más a los jóvenes en el castillo, deseosos por conocer a los visitantes y conocer más sobre la magia más allá de Gran Bretaña…



“Beauxbatons debe de estar en Francia, ¿no?”

“¿Si sabes que hay otros países donde hablan francés también?”



“¿Y Durmstrang?”

“Escuché una vez decir a mi papá de que están ubicados en Escandinavia.”

“¿Con ese nombre? ¿Estás seguro? Más parece alemán…”



Conversaciones así se repitieron por todos lados en el castillo durante el fin de semana, pero la realidad terminó sobrepasando con creces la expectativa de todos. Ese lunes, durante la tarde, todo el alumnado fue obligado a salir al patio a recibir a los invitados, los cuales llegaron de las maneras más raras e interesantes.

Los alumnos de Beauxbatons lo hicieron en carruajes dorados con caballos alados. Sus uniformes, túnicas y boinas de color azul, dejaron a muchos maravillados por su precioso estilo (“¡Te dije que eran franceses! ¡Mira lo bien que se visten!”); aunque lo más maravilloso de todo (según la población masculina y una que otra chica), fue Fleur Delacour, una de las estudiantes de último año que brillaba por sobre el resto del grupo. Madame Maxime, directora y una maravilla en sí misma por ser incluso más alta que el mismo Hagrid, casi quedó eclipsada frente a la belleza de la joven muchacha.

Minutos después de la entrada de la delegación de Beauxbatons, empezó la conmoción en el lago ubicado al costado del castillo. Olas empezaron a surgir de la nada, haciendo gritar a los más jóvenes, hasta que desde las profundidades emergió un enorme barco que no podía pertenecer a nadie más que a la delegación de Durmstrang (“–si vinieron en barco ha de ser porque su colegio se encuentra cerca del mar, ¿no creen?”). Su director, Igor Karkaroff, se mostraba como una persona de carácter duro y de pocos amigos (“me da mala espina–,” “Harry, a ti medio mundo te da mala espina”), pero lo que más llamó la atención de todos fue el joven que se encontraba a su lado: nada más ni nada menos que uno de los mejores jugadores de Quidditch del momento, el mismísimo Viktor Krum. Antes de que el pobre fuera bombardeado por sus fanáticos británicos, un grupo de alumnos que los rodeaban ingresaron rápidamente al castillo para comenzar el banquete.



El cual fue uno de los que quedaría en la memoria de todos los alumnos de Hogwarts por años. El anuncio de inicio del campeonato, la explicación sobre el cáliz de fuego, el gran banquete que incluía nuevos platillos de países extranjeros, las nuevas amistades que comenzaban a forjarse…



Y cómo las mágicas ruedas del destino empezaban a girar, muy a su pesar. Condenando a varios de los presentes, los cuales seguían brindando sin la menor idea de las terribles cosas en las que pronto se vería envuelto el mundo mágico.

Forget all the shooting stars and all the silver moons
We've been making shades of purple out of red and blue


Puri

Si había algo que Sayaka había aprendido de todos estos años en Hogwarts, eso era quedarse en silencio cuando la situación lo apremiaba. Sobre todo cuando esperaba que nadie se diera cuenta de que estaba ahí y que, seguramente, estaba presenciando algo que no debería.

Pero hacía casi semanas que no veía ni la sombra de Luke. Nadie debería de juzgarla por querer entender qué era lo que estaba pasando.


“Sobrino. Cuánto tiempo sin verte, pequeño Luke.”


El joven (¿el tío?) que había llamado así a Luke llevaba el pelo suelto hasta un poco debajo de la nuca. Las ondas eran de un color platinado hermoso, pero hasta ahí era donde quedaba lo bello; en general se veía maltratado y sin peinar. El joven portaba unas ojeras pronunciadas de color rojizo, su mirada violácea se veía acuosa, como si estuviese cerca del llanto, pero su sonrisa ladina delataba todo lo contrario: una persona fría, alguien que parecía divertirse con ver al menor temblando en frente de él.


“Aegon,” respondió su amigo. “No sabía que tu escuela se encontrase tan en falta de talento como para enviarte en la comitiva.”


Al decir esto, Sayaka reparó en las ropas de sujeto: una túnica de color rojo oscuro, pantalones marrones, y una capa de invierno atada al hombro. El mismo uniforme que había portado Viktor Krum al llegar, lo cual significaba que el supuesto tío de Luke venía de Durmstrang.

Por un momento, la joven no pudo evitar sentir el mismo desasosiego que había sentido durante el verano ante el silencio de Charles. A pesar de los años de amistad, ni Luke ni Jace habían mencionado nada sobre tener familiares en Durmstrang… ¿Realmente eran sus amigos? Es decir, había pasado años pensando que era amiga de Charles… para que al final este la menospreciara de la peor manera posible…


“Tan encantador como siempre,” se rió el otro. “Hablando de encantos, ¿ya te cruzaste con Aemond? ¿O sigues evitándolo desde el banquete en que no dejó de mirarte toda la noche?”


Sayaka aguantó un respingo de la sorpresa al ver cómo el nombre del tal Aemond tenía un impacto total en Lucerys. El chico había empezado a temblar tan solo de la mención y su rostro había palidecido rápidamente. Nunca había escuchado aquel nombre tampoco… Y si bien recordaba haber visto a Luke tenso durante el banquete desde su mesa, no había notado que otra persona estuviese mirándole desde lejos…


“¿Qué quieres, Aegon?”

“Saludar. ¿Qué acaso mi hermana no te ha enseñado modales?” El tal Aegon resopló, se cruzó de brazos y chasqueó la lengua. “Al menos mi madre tuvo la cortesía de avisarme de antemano de que me encontraría con una sarta de inútiles a los cuales debía de dar aunque sea el mínimo respeto.”

“A lo que Lucerys se refiere–”


Sayaka dio un salto al sentir la mano en su hombro y la potente voz a su costado.


Jacaerys estaba ahí, a su costado, fulminando con su mirada al tal Aegon. Sayaka sintió como ella también palidecía al ver la mirada atónita de Luke puesta sobre ella, descubriéndola escuchando su conversación.


“–Es por qué estás perdiendo tu tiempo con esta sarta de inútiles, Aegon.”

“¡Jace!” Saludó este como si nada, manteniendo aquella sonrisa. “¡Qué chica tan linda! ¿Es tu novia? ¿Por qué no me la has presentado?” Sayaka no pudo evitar retroceder un poco para quedar detrás de Jace. No le hacía nada de gracia aquel tipo.

“¿Entonces, Aegon? ¿A qué vienes en realidad?”

“Ya, ya,” el chico rodó los ojos. “Sólo quería divertirme un rato con el pequeño Luke, que no lo veo desde hace mucho.” Aegon rió y se acercó a Lucerys, abrazándolo de costado. Sayaka notó como Jace se alejó de ella en dirección hacia ambos. “No es todos los días que se puede tener un momento a solas para saludar a quien mutiló a tu hermano, ¿o sí?”


“–a quien mutiló a tu hermano–”


“¡AEGON!” Gritó Jacaerys, avanzando hacia él.


Pero todos los presentes se quedaron congelados al darse cuenta de que la voz de Jace no había sido la única en llamar al joven.

Todos se voltearon a ver a la nueva persona que había llegado.

Largo cabello platinado, liso y brillante, ondeando en el viento. Un cuerpo esbelto que no sólo relucía el uniforme de Durmstrang, sino que parecía haber sido creado para mostrarlo ante todos. Facciones muy definidas y angulares, dándole una belleza casi irreal a su rostro.

Un ojo lila.

Un parche negro que cubría el otro.

“–a quien mutiló a tu hermano–”


“¡Aemond! ¡Hermanito! ¡A buena hora vienes a unírtenos!” Vociferó Aegon entre carcajadas, al ver cómo los hermanos Velaryon se habían quedado congelados en su sitio.


“–a quien mutiló a tu hermano–”


Sayaka miró a Luke. Luke le devolvió la mirada.

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Puri

Este año todo, absolutamente TODO, estaba yendo mal.

Primero estaba el asunto de Cedric Diggory, quien aparentemente había decidido empezar a salir con Cho Chang en algún momento del verano. No solo era el más apuesto de su casa ¡pero de todo el colegio! Lo cual le parecía una verdadera tragedia para ella, para toda la población femenina de Hogwarts, y para la humanidad.

Segundo, estaba el asunto de Viktor Krum. Apenas pudo estar de luto unos cuantos días por lo de Cedric cuando el mejor jugador de Quidditch de la copa del mundo había aparecido en Hogwarts. Ya había empezado a soñar con su vida juntos y sus tres hijos cuando la tragedia atacó nuevamente, aunque esta vez apareció en la forma de Hermione Granger. La joven parecía hacerse la loca, pero todos en el castillo podían ver claramente que Viktor había sido flechado por ella. No solo la seguía desesperadamente por todo el castillo desde que llegó, sino que intentaba hacerle el habla y apenas le hacía caso siquiera a las personas de su propio colegio.

Tercero, dejando finalmente de lado su desdichado corazón, estaba todo el tema de Charles y Sayaka. Desde que había llegado a Hogwarts en su primer año, Sayaka y Charles eran un ítem que iban pegados a la cadera y sólo se separaban para ir a sus clases. Si bien había una diferencia de edad, ambos habían congeniado desde el primer momento y tenían una de las mejores amistades del mundo… Si dejabas de lado el hecho de que la pobre de Sayaka había tenido que tragarse su enamoramiento tiempo atrás, claro está. Y que Charles fingía demencia sobre el tema, también. Pero algo había tenido que haber pasado para que Charles le hubiera dejado de contestar durante el verano. Y a pesar de que su amiga juraba y re-juraba que no había dicho nada malo (o nada respecto a su crush), estaba muy sospechoso todo el tema. El mayor problema, sin embargo, no era la falta de chisme, sino que Sayaka estaba de pésimo humor por la situación y ya no tenía a Charles para que le ayudara revisando sus tareas cuando más lo necesitaba. ¿¡Es que acaso no veían cómo era ella la que terminaba sufriendo por culpa de ambos!?

Cuarto, estaba la clase de pociones. Y en un impactante giro de los acontecimientos, no, no era culpa del profesor Snape. O bueno, en realidad sí, en gran parte, pero él no fue el que empezó esta vez, sino la sabandija de Lucerys. Así es, el desgraciado un día se desvaneció por completo de la faz de la tierra y ni siquiera Sayaka tenía idea de dónde estaba. ¿¡Cómo rayos se suponia que iba a pasar esa clase si su compañero había desertado!? Pero claro, eso no era culpa de Snape, quien ni siquiera pudo evitar sonreír al verla rogar por clemencia antes de negársela. Así que así se encontraba, sola en el olvido.

Como si todo lo anterior no fuera de por sí suficiente, ahora había surgido un nuevo problema. Realmente la cereza sobre el pastel. La estocada final. El–


“Buenos días, señorita min-pao.”


Se contuvo de matarlo solo porque le tenía más miedo a volver a ser castigada por Filch con tener que limpiar su despacho sin magia (otra vez).


“¡USAGIi!” Le gritó. “¡U-SA-GI! ¿¡O acaso no les enseñan ni a hablar en Beauxbatons!?”


El chico simplemente se echó a reír y se fue del sitio, dejándola con una rabia enorme.

Último año de Beauxbatons. Alto, cabello negro, facciones delicadas y cuerpo musculoso pero esbelto. Uno de los chicos más guapos que había visto en toda su vida. Y también el mayor desgraciado que le había tocado conocer.

Mamoru Chiba.

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Puri

Durante el primer banquete de bienvenida a los colegios visitantes se había explicado el modo en el que los tres magos serían elegidos: A través del cáliz de fuego.

Este cáliz recogería los nombres de todos los magos que tuvieran las agallas suficientes para participar, pero sólo seleccionaría a aquellos que fueran no sólo valerosos, sino que representaran también a lo mejor de sus instituciones. Debido a lo riesgoso del torneo, el cuál se había visto suspendido tras ciertos incidentes en el pasado, se debía de asegurar que aquellos escogidos tuvieran verdaderamente el suficiente poder mágico y habilidades extraordinarias como para poder superar los difíciles desafíos.

…Lo cual significaba que nadie menor de 17 años podía participar en este.

Los profesores pusieron diversos encantamientos alrededor del cáliz para que solo aquellos mayores de edad pudiesen ingresar a dejar nombres dentro de éste. La regla en sí tenía mucho sentido, ya que los 17 años eran considerados la mayoría de edad mágica en diversos países y esto aseguraba que aquellos que se registraban lo hacían bajo su propio riesgo. Adicionalmente, esto también aseguraba de que sólo los estudiantes más avanzados y con mejor uso de su magia pudieran presentarse… aunque esto no evitó, por supuesto, que los alumnos intentaran burlarse de las normas a como dé lugar.

El que se perfilaba como el momento más memorable de los juegos, aunque estos aún no hubiesen empezado, era el de los gemelos Weasley con una larga barba blanca peleándose entre ellos tras su fallido intento de engañar al cáliz. Gracias a la rápida acción de la cámara del joven Colin Creevey, muchos alumnos en Hogwarts pudieron guardar una copia mágica del momento.



Finalmente, tras mucho cuchicheo, apuestas, desafíos, y una que otra amenaza entre los alumnos, llegó la noche del banquete en el que el cáliz haría su elección.



La primera en ser elegida fue Fleur Delacour de Beauxbatons.

Todos los hombres aplaudieron hipnotizados al ver a la joven levantarse y dar las gracias, mientras muchas chicas suspiraban avergonzadas. Si bien la joven sólo poseía un cuarto de sangre veela, esta seguía siendo demasiado poderosa. Algunos se preguntaron si a lo mejor esa sería su ventaja, el que la joven tuviera sangre de otro ser mágico en sus venas y que esta potenciara sus poderes. Tendrían que esperar al torneo para ver si esta teoría tenía cabida.


El segundo en ser llamado fue Viktor Krum de Durmstrang.

Esto recibió vítores y aplausos por absolutamente todos. No sólo Viktor se había lucido como uno de los jugadores más jóvenes en la historia de la Copa Mundial de Quidditch, sino que también había acabado el juego con una de las mejores maniobras jamás ejecutadas en la historia de la competencia. Muchos coincidían que, de haber tenido un mejor equipo, Víktor habría sido coronado como el justo campeón ante los ojos de todos. Por ello, y mucho más, todos estaban seguros de que el joven elevaría la competencia y la haría mucho más interesante. Las apuestas ya empezaban a correr desde ese entonces.


Finalmente, el campeón de Hogwarts terminó siendo Cedric Diggory.

El muchacho pertenecía a la casa de Hufflepuff, lo cual dejó a muchos inquietos. Aquella casa no solía ser conocida por ser la más valerosa o hábil, lo cual hacía dudar a los más jóvenes… Sin embargo, las promociones mayores sabían muy bien que no había nadie mejor preparado para ser el campeón que Cedric. Apuesto, bondadoso, trabajador, y sumamente talentoso. Por algo el muchacho era conocido por todos como el chico dorado, no parecía tener falla alguna. Cho Chang, su enamorada, no pudo evitar dar un chillido de emoción ante la noticia.


Los tres jóvenes fueron llamados a una habitación aparte para ser instruídos sobre la primera prueba que tendría lugar pronto. El banquete se retomó inmediatamente, con todos volviendo a sus conversaciones y comida…

…Hasta que el cáliz soltó un nombre más.


El silencio que siguió el acto fue inmediato y aterrador. Después de todo, el cáliz era un objeto mágico potente y no podía equivocarse.

¿O es que acaso existía alguien más lo suficientemente poderoso como para ser reconocido por el cáliz?


Albus Dumbledore se apresuró a tomar el papel que se mecía en el viento y su expresión sentó la alarma en todos los alumnos.


Harry Potter,” dijo con sorpresa.


La sala estalló en caos.

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