Aporte feo, pero sssh, vamos comenzando con algo
juro solemnemente que este 2014 aprendo a editar para hacer iconitos bonitosHabía tenido una buena vida. Si bien sus estrictos padres agricultores habían sido duros con ellos, más lo habían sido con sus dos hermanos y ella había sido más consentida, así que no lo había pasado tan mal. No había sacado malas notas en sus clases y aunque se había caracterizado por ser una chica promedio, sus padres creyeron que, a diferencia de su hermano y su hermana-caida-en-desgracia-dejó-el-conservatorio-por-el-rock-cómo-se-atreve-dios-nos-libre, ella sí valía para enviarla a la universidad; así que había hecho sus maletas y había dejado su tierna Ica para venirse a Eastwood.
No había sido fácil, al comienzo creyó en la armoniosa vida familiar, pero luego de que ya no pudiera vivir más con su prima Cho y que descubriera que sus hermanos deseaban tener una vida aparte, supo que ella no podía entrometerse. No había problema, igual ella quería su espacio y sus cosas y sabía que si se quedaba viviendo con alguno de ellos tarde o temprano habría caos, por lo que comenzó alquilando un departamento cerca del de su hermana en las afueras. En aquel entonces sus papás no entendían que a una menor de edad no podían contratarla para buenos empleos,
"¡Pero hijita, si en la ciudad hay trabajo de sobra!", riiiite, vender caramelos no era una opción, papá, mamá.
Su primer trabajo como cajera no le rendía buenos frutos, además que siempre llegaba tarde a clases, lo cual lo hacía aún peor. En general, en aquellas épocas había vivido un pésimo estilo de vida, pero con los primeros meses de universidad llegó a conocer a Tatara Totsuka, su actual mejor amigo y con quien compartía un departamento mucho más cerca de la universidad. Además, Totsuka estuvo con ella cuando ocurrió todo el fiasco con... Bueno, ese fiasco. Pero ni en ese mal momento estuvo sola.
Luego conoció el teatro, su pasión escondida de sus padres. Había comenzado unas cuantas clases sin comentarle nada a sus hermanos, hasta que las clases se convirtieron en seminarios, talleres y su principal actividad luego y antes de clases. Así finalmente había logrado entrar a aquella pequeña agencia de actores extras... No era mucho, pero le permitía hacer algo que le gustaba y tener dinero por ello. Ya era demasiado tarde como para decirle a sus padres que no quería seguir estudiando en la universidad... A estas alturas del partido le daba miedo darles un paro cardíaco después de la experiencia que habían tenido con sus hermanos mayores y ahí sí no habría ni Señor de Luren ni Rosa de Guadalupe que les salvaran.
Básicamente... Sí, había sido una buena vida. Con sus pros, sus contras, pero había sido una vida medianamente estable y buena para ella...
... Hasta ese momento, claro, en que había cometido suicidio social en frente a uno de los hombres más deseados de todo Eastwood al leer mal su apellido.
Pasado el shock inicial en que Sayaka vio su vida pasar frente a sus ojos, comenzó a disculparse mil y una vez por haber confundido su apellido.
"No es nada", le dijo Yuichi dándole una sonrisa pequeña. "Sucede todo el tiempo...", afirmación que solo hizo que Sayaka se sintiera aún peor.
"PEOR AÚN ;_;", no pudo evitar gritar tapándose el rostro, el cual se encontraba rojo de la vergüenza. "¡EN SERIO, DISCÚLPAME!". Yuichi rió y le dio una palmadita en el hombro.
"Calma... Ya pasó. Después de todo, no puedo enojarme con mi compañera de estadística que ha sido tan gentil de aguantar a alguien como yo y enviarme sus apuntes".
"NO DIGAS ESOOOO", lo miró entre los dedos de sus manos y al verle reír, no supo si todo estaba bien o si todo estaba mal. No, nunca le habían dicho qué hacer en ese tipo de situaciones.
NO, ESTE TIPO DE SITUACIONES DE HECHO NO DEBERÍAN OCURRIR, pensó.
"Es en serio, muchísimas gracias por todo. He estado muy ocupado filmando mi última telenovela...", miró de costado un poco avergonzado. "Estadística es uno de mis cursos obligatorios y pensé que podría llevarlo sin problema alguno, pero terminaron moviendo mi horario sin consultarme y todo se volvió un caos". Suspiró y Sayaka por un momento lo vio como un ser humano igual que ella, pero en eso...
"Espera..." y recordó algo que le hizo elevar un dedo acusatorio hacia su persona. "¡Tú estás filmando Henshin Interviewer no Yuutsu!".
"Pues sí". Afirmó Yuichi que frunció el ceño al ver que parecía acusarle de algo.
"¡ESA ES LA MALDITA TELENOVELA PARA LA QUE NO ME CONTRATARON JGHFGKFKJF!" Ante esto, el mayor no pudo hacer más que reír abiertamente. La peliceleste intentó recordar cuánto costaban las palas del Ace Home Center para empezar a cavar su propia tumba.
"¿En serio audicionaste para ello? Si hubiera sabido podría haberte metido...".
"Ya no importa...", dijo haciendo un puchero. "Igual vendrán telenovelas de mucha más alta calidad que esa". Ambos se miraron por unos segundos en silencio y finalmente se echaron a reír.
Después de ello, Sayaka le invitó finalmente a pasar y que se pusiera cómodo. Aquella tarde su roommate Tatara había salido a un recital para un informe de su clase de poesía, por lo que tenían el lugar para ellos. La peliceleste abrió la caja con rollos de canela y tras probar uno se sintió en el sétimo cielo. Yuichi le contó que solía ir a comer a esa pequeña cafetería del frente de la agencia, ya que como era el lugar más obvio al que iría un idol, las fans en verdad lo obviaban, prefiriendo buscar otros lugares en los que "de seguro" se iban a comer.
"Vaya", dijo asombrada. "¿Y cómo haces para salir sin que te vean?".
"Es fácil, de hecho". Se hundió de hombros. "Por lo general salimos en una camioneta de lunas polarizadas y usamos cosas como chalinas, o máscaras de polen... Sacos largos... Oh", dijo recordando algo divertido. "Uno de mis compañeros de banda usa pelucas".
"¡No waaaay! ¿Quién de ellos?", preguntó riéndose.
"Eso sí no te puedo decir", respondió sonriendo.
"Pero no entiendo... ¿Cómo así te metiste a la universidad, entonces? Porque hasta donde leí en Friday, estabas llevando los cursos por internet, ¿por qué entraste a una clase presencial?".
"En realidad no estoy llevando cursos online, la verdad es que voy a mis clases... Usando la peluca de cierto amigo", dijo riendo. "Mi manager me dijo que lo mejor sería decir que llevo los cursos a distancia para no alterar el orden en el campus y que hayan fans esperando por ahí a verme... Igual siempre mis trámites los hace mi manager, ya que así guardo las apariencias. Para todo lo demás voy disfrazado".
"¿Y cómo haces con el asunto del nombre?".
"Es fácil", dijo tomando la caja que Sayaka le ofrecía y sacando un rollo de canela para él. "Los profesores ya están alertados sobre mí y no pasan mi nombre por lista".
"Okay, eso sí es injusto, you priviledged... You".
"En realidad no", sonrió. "Siempre tengo que acercarme a ellos al final de las clases para pasar personalmente mi asistencia...".
"Quien lo diría, los idols son más humanos de lo que parecen (?)".
"Okay, eso dolió B(".
"Sigues teniendo miles de miles de dólares como para que algo te duela de verdad B(". Sayaka rió al ver su puchero. "Pero no entiendo... ¿Por qué entonces no te presentaste conmigo con una identidad falsa, o algo así?". Yuichi suspiró.
"Me metí al curso sin saber que la dinámica era de parejas... Y créeme que me parece completamente agotador tener que mentir sistemáticamente todo un semestre a alguien a quien tendré que ver por el resto del tiempo. Y nada, confío en que no venderás mi identidad ni dirás nada...".
"¿Y qué te hace confiar que no diré nada?"
"El que tengo miles de miles de dólares para mandar a hacerte callar (:"
"Oh (:"
"Descuida", Yuichi rió. "No pasa nada en verdad, pero agradecería que no lo comentaras. ¿Puedo comprarte con dulces lo que queda del semestre?", preguntó mirando los rollos de canela.
"Con eso también puedes comprar mi virginidad, pero creo que eso no viene al caso (??)". Yuichi se sonrojó por un segundo, pero luego rió con ella. "Vaya... Sigo sin creerme esto. Si no estuviera despierta diría que todo esto es el sueño de una loca obsesionada con ustedes y sin nada mejor que hacer. Pero dime, ¿cómo es la vida con KAT-TUN? ¿Lo de la pelea de su concierto debut fue verdad?".
"Uh... Sí, de hecho Tatsuya le dejó un moretón horrible a Kame en la cara... Pero en realidad fue por mi culpa". Suspiró. "Fui yo quien me equivoqué en el baile, pero Kame se enojó con Tatsuya porque él debió de haberme cubierto. Fue todo un caos...", Sayaka se dio cuenta que no le gustaba hablar de eso, así que decidió decir cualquier estupidez para disipar esa memoria.
"Oh, vaya y yo pensaba que la princesa Tatsuya no era capaz de esas cosas". Al parecer lo dicho surtió efecto, ya que Yuichi se echó a reír.
"No tienes idea de cómo OOOOODIA que las fans le llamen princesa. Pero en verdad las fans no se alejan de la realidad, se comporta como toda una princesa cuando se le da la gana y si no le haces caso, bueno, nunca ha golpeado como princesa (?) pero en fin".
"Vaya...", Sayaka le sonrió. "Es... No sé, ¿raro? ¿Mágico? Eres como un unicornio (?)".
"Okay, si es que esa fue una referencia a mi nariz..."
"¡N-NO! Nada de eso ;_;
omg sí era cierto que era acomplejado. Es que... No, en serio ni sé qué decir... ... ... ¿Puedo tocarte? (?)"
"..."
"..."
"No".
"
También es cierto que es aguafiestas okay ):". Yuichi rió y le dio una palmadita en la mano.
"Ahí tienes, un poco de estrellato, fama, fortuna y estrés universitario".
"Diría que nunca más me lavaría la mano, pero igual ni me las lavo (?)"
"..."
"..."
"..."
"Sabes, justo antes estaba pensando que me había suicidado socialmente, pero acabo de corroborarlo".
"Comencemos de nuevo. Mi nombre es Yuichi NakaMAru, mucho gusto".
"....... SABES, NO AYUDAS A HACERME SENTIR MEJOR", dijo volviéndose a tapar el rostro con ambas manos al ser recordada de su error. Yuichi se echó a reír fuertemente, lo cual sorprendió un poco a la peliceleste que no le había escuchado así. Al verse observado, el mayor fingió una tos para calmarse.
"Ya, ya... Creo que mejor comenzamos a estudiar, ¿no te parece?", le dijo mirando su reloj de mano. Sayaka, por miedo a volver a decir alguna estupidez, cerró la boca y asintió con una sonrisa, agarrando los libros que ya estaban en la mesa junto con su cuaderno de apuntes.
Tatara y Levy se encontraban animadamente hablando de todo lo que había sucedido en el concurso de poesía cuando divisaron un café a lo lejos y decidieron entrar a tomar algo. Levy era una chica que Sayaka y Tatara conocieron cuando llevaron la clase de nivelación en redacción al haber fallado el curso al ingresar (en el caso de Sayaka y Levy, ya que Tatara lo llevó por segunda vez tras haberlo jalado la vez pasada); era una chica alegre y siempre dispuesta a ayudar, además de muy inteligente, aunque no muy buena a la hora de escribir.
"Y, dime, ¿qué hacías ahí? No esperaba encontrarte en el mismo recital".
"Esperaba encontrar ideas", le sonrió para luego desviar su mirada a la carta. "¿Y tú?".
"Tengo que hacer un informe para mi clase de poesía". Levy le miró con el ceño fruncido. "¿Poesía? ¿Y eso qué tiene que ver con comunicación audiovisual?"
"Pues le dije lo mismo a Sayaka cuando me obligó a tomar estadística...", rió. "¡Me pareció divertido! Quien sabe, tal vez un gran poeta duerme dentro de mí".
"Tatara, si sigues basando tu vida en tus hobbies del momento jamás harás nada", rió y cerró la carta justo cuando se acercó la camarera. "Un chocolate caliente".
"Un café", le dijo Tatara con una sonrisa y esta se retiró del lugar para ir por sus órdenes. "¿Cómo te va en facultad? Las clases comenzaron hace ya un par de semanas y no sé nada de ti. ¿Cómo es llevar Literatura?".
"Terrible...", admitió rodando los ojos. "Me parece que está bien en cuanto a literatura en sí, pero en los aspectos de redacción los profesores no dejan nada de libertad. Intentan imponerte estilos y... Sé que no soy muy buena escribiendo material propio, pero tampoco es como para que me limiten de esa manera. Y lo peor de todo es que varios no dejan de decirme que tendría un buen futuro como crítica cuando yo preferiría ser escritora... A este paso no sé qué haré con mi vida". Suspiró.
"Vaya", Tatara no supo que decirle. "Tal vez... ¿Y si tomas un semestre sabático?".
"No todos tenemos padres tan benefactores para pagarnos eso, Tatara", rió Levy. "¿Cómo te va a ti?", el mayor sintió la necesidad de la peliceleste de cambiar de tema y decidió seguirle la corriente.
"Oh, no sé la verdad. Aún no termino los cursos requisito y para colmo entré a estadística para no dejar sola a Sayaka... ¡Pero, ya estoy llevando fotografía al menos!", comentó con una sonrisa y sacando de su bolso que llevaba cruzado la cámara que se había comprado. "Esta es mejor para grabar, pero también toma buenas fotos. Preferí comprarme este modelo porque en fin, mi vida se va a dedicar más a grabar cosas que a tomar fotos de todas maneras".
"¡Déjame ver!", Levy tomó la cámara de las manos del chico y la inspeccionó asombrada. "¡Anda! ¿Debo llamarte hipster ahora?".
"Nah, todavia me visto con ropa y no con harapos", ambos rieron.
"¿Y Sayaka? ¿Aún no pasa a facultad? ¿O planea seguir teatro?".
"La verdad no lo sé". Suspiró y justo en ese momento llegó la señorita con sus pedidos. Ambos sonrieron al ver que les habían dejado dos pequeñas galletas con cada una de sus bebidas y tomaron una. "Thing is, está asustada de sus papás y por eso no se cambia de carrera. Dice que está bien con tomar cursos y ya, pero sé que se muere por cambiarse. Además... Todos sabemos que derecho no es lo suyo".
"Nunca le he visto cara de abogada, srsly, tiene más cara de activista que meterán a la cárcel algún día".
"Algún día". Asintió y ambos tomaron de sus bebidas al mismo tiempo. "Pero yo creo que ambos ya hemos hablado demasiado, ya es problema de ella".
"Es cierto". Levy apoyó su rostro en una mano y se volteó a mirar la calle a través de la ventana que estaba a su derecha. Tatara hizo lo mismo, pero no vio nada fuera de lo normal. "¿Sabes algo de Misaki?". Ante esta pregunta tan repentina, el de cabellos castaños se quedó un poco sorprendido. Levy volteó a mirarle.
"La verdad no", admitió. Si bien Levy nunca había sido cercana a Misaki, sabía que la pregunta iba más que nada dirigida a cómo se encontraba Sayaka sobre el tema. "Desde que te conté esa vez que me llamó ya no he sabido nada. Tampoco nada de Saruhiko, aunque eso es normal, nunca fue muy sociable conmigo de todas maneras".
"Ya veo". Levy tomó un poco más de su chocolate. "Ya va a ser un año, ¿crees que la dejen en paz?".
"No creo que sea una cuestión de dejarla en paz... O sea, Misaki no ha estado detrás de ella desde hace tiempo y Horo-Horo es demasiado protector de Sayaka como para decirle algo o dejarle acercarse. Y bueno, Saruhiko debe seguir enojado con el resto de la humanidad como siempre. Pero como te digo, no es una cosa de dejar en paz a alguien, sino de aceptar y seguir adelante. Y madurar, supongo. Pero no creo que ese sea el caso". Levy puso una expresión de preocupación.
"¿Y cómo la ves a Sayaka?".
"Está haciendo lo mejor por olvidarlo todo al decir que ya no le importa... Solo espero que eso sea suficiente para ella, aunque nunca enfrentó la situación... No sé, no sé la verdad". Levy asintió y ambos se quedaron callados, dejando lugar a un inusual silencio incómodo entre los dos. A Tatara no le gustaba hablar de ese tema, aunque sabía que Levy lo hacía porque era amiga de la otra peliceleste y no quería verle mal. Aún así, tampoco quería darle más detalles y de cómo a veces veía aún a Sayaka con la mirada perdida en su habitación, enfocada en ciertos objetos que le hacían recordar a aquellos dos, aunque con la mente en otro lugar.
No, Sayaka aún no les había dejado ir por más que afirmara que sí. Aunque intentaba olvidar no dejaba de rascar la herida de vez en cuando. Los tres eran demasiado iguales, pero eso también era lo que los hacía más propensos a destruirse mutuamente, solía pensar Tatara.
En ese momento, sonó el celular de Levy y esta le pidió disculpas a Tatara para atender. Una vez que habló rápidamente, su rostro se encendió con emoción, asintió y dijo que iría en ese momento a un lugar.
"¡Perdona, Tatara! Me ha salido una entrevista".
"¿De trabajo?"
"¡Algo así!", rió. "Bueno, tengo que irme". Sacó de su monedero la cantidad exacta y la dejó sobre la mesa, Tatara aprovechó e hizo lo mismo para también irse. "En serio lamento no poder quedarme más, ¡pero hey! Dile a Sayaka para vernos uno de estos días. Los jueves son buenos para mí, ¿pueden ustedes?"
"Yo no tengo problema, pero le preguntaré a Sayaka de todas maneras", le sonrió. Ambos salieron de la tienda y se dieron un rápido abrazo. "¡Cuídate!".
"¡Tú también!".
Levy le dedicó una gran sonrisa y se fue corriendo a la parada de bus. Tatara se quedó mirándola extrañado, hacía muchísimo tiempo que no veía a Levy así de emocionada y feliz... Y dijo que no era una entrevista de trabajo exactamente. El mayor se hundió de hombros y metió sus manos en los bolsillos de su saco para dar la vuelta e irse en dirección contraria hacia el tren subterráneo, ya que así llegaría más rápido a su departamento compartido.
Fue en eso que pasó por una pequeña tienda y decidió comprar algunas cosas que faltaban, ya que Sayaka en un ataque de ansiedad por no saber quién era el tal Nakamura se había comido todo el cereal, el pan y la mantequilla... Pensando en eso, Tatara tomó una canastilla y se quedó ponderando en si habría llegado el tal Nakamura y si llegaría a verle antes de que se vaya... Después de todo se había vuelto una celebridad entre él y Sayaka por su ausencia en la vida de la última. Tal vez debía de comprar algo para la visita, entonces. Tatara se sonrió a sí mismo y decidió que no estaría de más comprar algunas galletas para compartir. Se dirigió entonces al pasillo de desayuno y llenó la canastilla con un bolso de pan integral, luego fue por su cereal favorito y cuando lo tomó, se puso a buscar las galletas...
"¿Tatara?", escuchó una voz detrás de él y cuando se volteó a ver quien era, casi se le cae la canastilla.
"¿S-Saruhiko?", preguntó sorprendido. El menor de cabellos negros le miró un poco sorprendido también, pero rápidamente recuperó su semblante serio que siempre le caracterizaba. Al ver que Tatara no decía nada más, no pudo evitar sonreír de lado y mirarle de mala manera.
"¿Cómo se encuentra Sayaka?".
"¡¡NO SABES LO QUE ME PASÓ HOY!!"
"¡¡NO SABES LO QUE ME PASÓ HOY!!"
Sayaka y Tatara se miraron, aunque se sorprendieron por el otro. Mientras Sayaka lo había dicho con emoción, Tatara había llegado algo pálido y corriendo a decírselo.
"Dude, ¿qué fue?", le preguntó riendo. "Parece como si hubieras visto un fantasma".
Tatara pensó que eso sonaba demasiado irónico.