Author Topic: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba  (Read 12505 times)


Deidara

#prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Topic Start: September 05, 2014, 03:38:16 PM »


¡Aquí vienen los prompts!

Esta es una ronda de prueba, pero intentaremos seguir las mismas reglas:

-   Dejo los prompts, cada participante que quiera participar debe escoger un prompt como mínimo, escribir un fic siguiendo dicho prompt.
-   En cuanto a palabras: mínimo 400, máximo 1000.
-   Si quieres escribir más de un prompt, puedes hacerlo.
-   Para postear, copia y pega el prompt, seguido de tu fic.
-   ¡Sé libre de usar random.org en tus prompts!

Y… creo que ya. Al ser de prueba, no dejaré stop definitivo (o sea, a una exacta hora), pero supondremos que está ANTES de que deje la primera ronda real.

Como recibí bastantes prompts, y es la primera ronda, y estamos todas con ganas de escribir y todavía no he decidido qué método usar para elegir al azaaaaaar ;_; supongo a la próxima usaré random.org pensé en dejar la mitad de cada una, y salieron unos 10 prompts.

A las próximas rondas, podríamos dejar unos 5 o así? Opiniones/sugerencias?
Btw una vez acabe esta ronda, enviadme un PM y decidme quién está interesada en que los prompts que no he usado de los que enviasteis vuelvan a entrar ‘en sorteo’ para futuras rondas, o si preferís proponer prompts nuevos.

Quote
- Personaje A y B no se conocen, pero por alguna razón se terminan encontrando en todos lados.
- Un personaje es empapado en una poderosa poción de amor, la cual lo hace irresistible a cualquier persona por las próximas 24 horas.
- El perro/gato/mascota de Personaje A se pierde, y es Personaje B quien lo encuentra y lo devuelve a su dueño.
- Personaje A es un príncipe/princesa quien cansado/a de su acomodada existencia huye a la ciudad. Personaje B es un/a plebeyo/a confundido/a que conoce a su realeza e intenta descifrar sus motivos.
- En un futuro distópico donde el amor es ilegal/considerado una enfermedad, dos personajes se enamoran pese a las reglas...
- Tu Bishoujo cae enferma (desde un resfriado que X ha exagerado, hasta una escena lo más similar a la niña del exorcista; libertad total) pero X ha de ser quien la cuide, hasta que sane o hasta lo que aguante la bishoujo RIP
Recuerda que será http://www.random.org/ quién elija a X ( ͡° ͜ʖ ͡°) ¡buena suerte!
- Hagamos un poco de drama: tu Bishonen Principal ha muerto, entre sus pertenencias, hay unas cartas dirigidas hacia tu Bishoujo…
- Personaje X y Personaje Y cambian cuerpos por un día.
- Tu party en el fic RPG son el grupo de superhéroes local, a lo Vengadores.
- Personaje X en el universo de Personaje Y *re-intentar si es el mismo*


Yyyy eso es todo, cualquier duda postead :D

ps: gracias a sayi por el logo ♥


Neko

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #1: September 08, 2014, 10:04:16 AM »
He usado random.org para elegir los personajes y yo diciendo "que me salga algo bonito" y BAM. No, si desde luego la pareja bonita es XD y son recucos y omg <3 cosis. Bueno, dejo el prompt y creo que hago pole! :B!!





El perro/gato/mascota de Personaje A se pierde, y es Personaje B quien lo encuentra y lo devuelve a su dueño.

¡Marshmallow!
Yuzuriha & Shun

           

No hacía mucho que Shun se había mudado de apartamento. El lugar no era muy grande, pero era acogedor y estaba limpio y bien amueblado.
El edificio era antiguo, pero lo habían remodelado recientemente y los vecinos parecían todos muy simpáticos, quedaba cerca de su nuevo y primer trabajo y además, sobre todo, permitían mascotas. Incluso tenían un parque en el patio compartido con un pequeño vallado para los perros, aunque Shun compartía su vida con un conejo enano llamado Marshmallow.

Hacía un rato que Shun había dejado correr libre a Marshi para asear un poco su jaula, limpiar el comedero y el bebedero, además de cambiar el heno y dejarle unas ramitas de cerezo para que desgastara sus dientes royendo la madera.
Después había sacado el cepillo de metal para acicalar al animal, arreglando su pelaje largo y blanco. A Marshmallow le encantaba que le rascara y el cepillo no era ningún enemigo, así que Shun empezó a preocuparse cuando no vio al conejo por ninguna parte de su pequeño apartamento.

—¿Marshi? —preguntó, mirando debajo de su cama— ¿Marshmallow?

Chistó varias veces e imitó los chillidos del conejo, pero nada daba resultado.

—Marsh… —canturreó abriendo las puertas de los armarios inferiores de la cocina cuando escuchó el timbre de la puerta sonar.

Shun arrugó el entrecejo y se incorporó, mirando hacia el corredor antes de que el timbre sonara una segunda vez. No esperaba visita.

—¡Voy! —gritó antes de dejar el cepillo en una encimera y corretear hacia la puerta.

Apoyó las manos en la puerta y acercó un ojo a la mirilla, poniéndose de puntillas para llegar hasta ella.
No conocía a la persona al otro lado, pero sabía que pertenecía al edificio. Tal vez era alguna vecina en apuros.
Abrió la puerta despacio y se fijó en los ojos verdes de la mujer —¿o eran azules?— que le observaban con expresión solemne. Su flequillo color miel caía por encima de su frente y parecía querer juntarse sobre el puente de la nariz, fina y recta. Sus labios parecían inexpresivos, pero en general, no daba una sensación fría.

Shun sonrió.

—¿Se le ofrece algo? —indagó.

—Creo que esto es tuyo —contestó ella, moviendo un brazo y descubriendo un pequeño bulto, blanco y peludo, sobre su otra mano.

Shun miró el conejo un par de segundos antes de tomar aire y estirar las manos hacia él.

—¡Marshmallow! —el conejito le lamió los dedos antes de dejarse coger— ¡Conejo malo!

Y aunque Shun estaba riñéndolo, parecía más contento y aliviado que otra cosa, apretando el bultito contra su pecho, debajo de su barbilla.
La chica asintió con la cabeza y se dio la vuelta, dispuesta a marcharse, pero Shun levantó una mano y le agarró de una de las mangas de su camisa.

—¡Perdone! —gritó antes de soltarla— Ahm… ¿Dónde… dónde le ha encontrado?

Shun había tenido que dar un paso para atrapar a la mujer y ahora estaba fuera de la puerta, descalzo sobre el suelo de madera del pasillo. Sus calcetines de colores se arrugaban debajo de los dedos de sus pies.
Ella miró de un lado a otro antes de señalar hacia su izquierda.

—Vivo ahí. Creo que tu conejo saltó de tu balcón al mío.

Si recordaba bien, la cocina tenía una puerta con salida a una galería. El pequeño balcón estaba separado del de su vecino por un alta verja. Shun asintió mientras rascaba al conejito y tomó nota mental, necesitaría cubrir con malla aquella sección para que no volviera a ocurrir.

Ella se quedó ahí plantada, echando miraditas de reojo hacia la puerta de su casa y él rascó un poco más a su mascota, mordisqueándose el labio inferior. Los dos abrieron la boca al mismo tiempo, pero fue Shun quien habló antes.

—Me llamo Shun —se presentó, sonriendo otra vez— ¿Cómo te llamas?

—Yuzuriha —dijo su vecina, agachando un poco la cabeza.

El pelo de Yuzuriha se balanceó en su coleta, cayendo algunos mechones por encima de su hombro y hacia su pecho.
Shun también agachó la cabeza, por respeto y fue ese el momento en el que se dio cuenta de lo alta que era. No llevaba tacones y le sacaba por lo menos cinco centímetros, tal vez más. También parecía más joven de lo que en un principio había supuesto.

Cuando los dos se miraron a los ojos al terminar la pequeña reverencia, ella parecía algo incómoda, como si se acabara de dar cuenta de algo también. Shun ladeó la cabeza y uno de los tirantes de su peto cayó hacia un costado, lo volvió a acomodar en su sitio mientras Yuzuriha apartaba un mechón de pelo detrás de su hombro.

—Encantado… y gracias por devolverme a Marsh.

Shun movió al conejo en sus brazos y Yuzuriha levantó la mano, aunque la volvió a dejar caer a un lado.

—¿Se llama Marsh?

Shun asintió y se balanceó sobre la punta de sus pies.

—¡Marshmallow! Ya sabes, como las nubes de azúcar.

—Le pega —asintió Yuzuriha con una sonrisa pequeñita en los labios, mirando al conejo.

Shun levantó un poco más a Marshmallow y escondió su propia sonrisa dentro de su pelaje.
Los dos se quedaron en el pasillo, sin saber muy bien qué hacer, durante otros tantos segundos hasta que Yuzuriha señaló de nuevo su puerta.

—Debería irme.

Shun arrugó un poquito las cejas y se mordió el labio inferior.

—¿Tienes algo que hacer ahora? —preguntó, ladeando otra vez la cabeza.

—No… —contestó ella, después de pensarlo.

Él dio un paso atrás y abrió algo más su puerta, invitando a la chica con el gesto.

—¿Quieres tomar un té? —indagó— Tengo una gran selección, seguro que alguno te gusta.

Las cejas de Yuzuriha temblaron por un momento.

—Además, tengo que cepillar a este granuja, pero aún no he terminado de arreglar su jaula —añadió—. Podrías echarme una mano. Si no estás ocupada.

Las labios de ella se unieron al temblor antes de ceder a los ruiditos del conejo y estirar las manos para volver a tomarlo entre sus brazos. Las mejillas de Yuzuriha se sonrosaron un poco y murmuró entre dientes.

—Me gusta el té de jazmín.

Shun la invitó a pasar y mientras parloteaba con ánimo pensó que cada vez le gustaba un poquito más su nuevo apartamento y sus vecinos. Oh, sus vecinos.


     FIN    


Neko

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #2: September 08, 2014, 04:36:47 PM »
Pues me he dado un poco de prisilla y he logrado sacar un segundo prompt Este se lo dedico a Kora, espero que te guste





Personaje A y B no se conocen, pero por alguna razón se terminan encontrando en todos lados.

¿Cómo sabes mi nombre?
Hyoga & Shun



Hyoga cerró el libro que estaba leyendo, resoplando para alejar un mechón rebelde de su flequillo rubio de su respingona nariz. No tuvo éxito.
Rodó los ojos y se levantó desganado, agarrando el tomo que había estado consultando y arrastrando sus pies hacia una de las estanterías de la biblioteca.

Llevaba un buen rato estudiando para los exámenes y creía que la cabeza le iba a estallar. Necesitaba un respiro y lo iba a tomar ya.
Suspiró al llegar al estante de donde había sacado el libro y estiró el brazo para ponerlo en su sitio.

—Ah… perdona —sonó a su derecha.

Hyoga se giró lentamente, con los párpados medio caídos y las ojeras azules oscureciendo su apariencia.
El chico a su lado le era vagamente familiar.

—¿Vas a usar ese libro? —preguntó el chaval.

Hyoga siguió con su mirada la línea de su propio brazo hasta la mano, donde aún agarraba el pesado tomo.

—No —contestó.

—¿Me lo puedes bajar?

Hyoga se encogió de hombros y le entregó el libro al chico, que le dio las gracias antes de irse saltarinamente, con el libro apretado contra su pecho.
Era un poco más bajito que él y su pelo castaño caía sobre sus hombros en mechones ondulados. Y tenía un culito respingón.
Hyoga sacudió la cabeza y abrió mucho los ojos. Era hora de un café.



El joven se reclinó sobre el respaldo del sillón, suspirando al inspirar el olor del café que sostenía entre sus manos. La taza estaba caliente y su asiento era cómodo. Todo era perfecto para Hyoga.

La cafetería a la que le gustaba ir estaba a medio camino entre su casa y la universidad y tenía que parar a propósito para llegar hasta el local, pero valía la pena. Y mucho.
Hyoga tomó un sorbo de su café y subió las piernas al sillón, cruzándolas. Se puso las gafas y acercó su tablet para seguir leyendo la última novela que le había llegado de la editorial.
No debería estar leyendo durante los exámenes, pero sólo lo hacía a ratitos aquí y allá, como distracción y casi, casi como recompensa.

Para cuando se dio cuenta estaba oscureciendo y habían transcurrido casi cuarenta minutos. Recogió sus cosas y se colgó el bolso de un hombro. Estaba ajustando el largo de la correa y girando la esquina al mismo tiempo cuando se chocó de frente con alguien.

—¡Ay! —se quejó la otra persona.

—¡Perdón! —se disculpó Hyoga de inmediato.

Cuando se fijó lo ubicó como el mismo chico de la biblioteca. Parpadeó confundido y estiró una mano para ayudarle a ponerse en pie. El chaval la tomó y se dejó ayudar.

—¿Estás bien? —indagó Hyoga, agarrándole de los brazos, justo encima de los codos y mirando de un lado a otro— ¿Te has hecho daño?

—No, no… —aseguró el chico— Estoy bien, no me he hecho nada.

Hyoga se desinfló un poco, resoplando aliviado antes de soltar al jovencito.

—Menos mal…

Él sonrió y giró la cabeza, mesándose un mechón de su cabello castaño, cuando un grupo le hizo señas para ver qué pasaba.

—Lo siento, Hyoga —dijo, antes de ir hacia su grupo correteando.

Hyoga sonrió y salió de la cafetería rumbo a la boca de metro. No se dio cuenta de que el jovencito le había llamado por su nombre hasta que estaba a punto de llegar a casa.
Y para ser sinceros, se asustó.



Habían pasado unos días desde aquello y a Hyoga le quedaba sólo un examen, el cual, al menos eso decía él, podía hacer con la punta de la nariz. Así que ya no estaba para nada estresado.
Y ahora que ya se podía relajar no tenía muchas ganas de seguir leyendo novelas. Suspiró hondo y se encorvó un poco, dejando caer su peso contra la barra del metro en la que se estaba agarrando. Los seguidores de su blog iban a tener que esperar un par de semanas más para leer sus impresiones acerca de los libros nuevos.

Escuchó el aviso que resonaba desde los altavoces del vagón, anunciando la próxima parada y la reconoció como la que tomaba para ir a esa cafetería que tanto le gustaba. Miró hacia arriba, pensando que no le apetecía demasiado ir esa tarde, que mejor volvía a su casa y pasaba el resto del día jugando con su consola cuando lo vio.

Era él. El chico del culito respingón.

Hyoga parpadeó confuso y lo renombró en su mente como el chico que sabía su nombre. Aunque, por lo que estaba viendo, seguía teniendo el culito respingón.
Enderezó la cabeza y la sacudió un poco, intentando aclararse las ideas de la mente.

El vagón frenó poco a poco y las puertas se abrieron y aquel jovencito saltó al andén alegremente. Hyoga se lo pensó un poco, pero cuando el aviso de que se iban a cerrar las puertas pitó, se abalanzó hacia el hueco para salir detrás del muchacho.
Miró de un lado a otro sin verlo en un principio, hasta que reconoció su culo en las escaleras de la izquierda. Corrió detrás de él y lo alcanzó antes de que saliera por las puertas mecánicas del metro.

—¡Espera! —dijo tomándole de una muñeca y después disparó una frase tras otra— Sabes mi nombre, ¿cómo sabes mi nombre? Yo no te conozco.

La respiración de Hyoga estaba atascada en su garganta y su pecho subía y bajaba dentro de su comando azul.
El otro le miró de hito en hito antes de girarse para encararlo y cambió su expresión, dedicándole una sonrisa pequeña y agachando un poco la cabeza, pero sin despegar sus brillantes ojos azules de los verdes de él.

—Compartimos una clase en la universidad —contestó con su voz cantarina—. Y un amigo mío va a tu clase, me dijo cómo te llamabas el otro día en la cafetería.

—Oh…

Hyoga se enderezó y luego se fijó que aún tenía agarrada la muñeca del otro muchacho. Lo soltó despacio y metió las manos dentro de los bolsillos de su chaquetón, enterrando su barbilla dentro de su bufanda.
Estaba notando sus mejillas sonrojarse.

—Soy idiota —confesó, mirando hacia el techo—. Me sonabas, pero no sabía de qué.

—Shun —dijo su nombre entre risitas—. Me llamo Shun.

Los dos miraron cada uno hacia un extremo y al final Shun se disculpó.

—Tengo que ir a casa. Ya nos vemos y suerte con el examen —le deseó mientras movía su manita enguantada, alejándose de él.

Hyoga se quedó ahí, moviendo la mano de vuelta aunque sabía que Shun no podía verle, estaba de espaldas.

—Y al final, el culo tenía nombre… —susurró Hyoga, ladeando la cabeza y sin dejar de mover la mano.


      FIN      


Kora

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #3: September 09, 2014, 04:41:46 PM »
Me toca con mi prompt :'D
He elegido "El perro/gato/mascota de Personaje A se pierde, y es Personaje B quien lo encuentra y lo devuelve a su dueño.", y random.org me ha dado a Lisa Lisa y Ky MILF alert.

A ver si mañana termino el que estoy haciendo ahora >o> quiero calentar más antes de que empiecen las rondas.

- - -

Ky llamó a la puerta, una tarea que se había vuelto mucho más complicada con el Gran Danés que tironeaba de su brazo, saltando y ladrando a su alrededor de pura excitación.

Aprovechó los segundos hasta que abrieron para atusarse el pelo. El perro no era para nada agresivo, Ky había tratado con bastantes perros como para saber que sólo quería jugar, pero era tan grande como un poni y tenía la fuerza de diez, por lo que lo había dejado hecho unos zorros. Tenía el uniforme manchado de huellas y babas, además de tener un par de rasgaduras en la manga, la placa torcida, y al pasarse una mano por el pelo notó que estaba completamente despeinado. Al menos aquello podía disimularlo con la gorra.

Una mujer le abrió la puerta. Era alta y esbelta, el pelo oscuro le llegaba hasta casi la cintura y aunque parecía joven, había algo en sus ojos azules que la hacía mucho más madura. Tragó saliva, olvidándose por unos momentos de lo que iba a decir, y el perro terminó de soltarse, yendo hacia la que debía ser su dueña.

- ¡Jojo! - No tenía ni que agacharse para hacerle mimos al perro, rascándole detrás de las orejas con una sonrisa, aunque parecío recordar inmediatamente que tenía que ser firme y su expresión se volvió severa. - Eres un perro malo.

La verdad que lo era, y el mismo animal parecía admitirlo, sentándose con las orejas gachas frente a la mujer, moviendo la punta de la cola como si pidiera perdón.

- Disculpa, te habrá dado muchos problemas. - Se dirigió hacia Ky, tendiéndole una mano. - Soy Elizabeth.
- Ky Kiske. - Le estrechó la mano brevemente, y vio que tenía un anillo de compromiso en el anular. - Y no hay problema… señora. Es mi trabajo.
- Eres muy amable por traerlo, las otras veces que Jojo se ha escapado me llaman para que vaya a recogerlo yo misma... - Elizabeth frunció el ceño. - Una vez lo enviaron directamente a la perrera.

Ky acababa de entrar al cuerpo, siendo asignado a aquella comisaría apenas un par de semanas atrás. Se dio cuenta de que sus compañeros le estaban gastando una novatada al hacerle llevar el perro a la mujer, cuando simplemente podría haber ido ella a por él. Notó como sus mejillas se encendían, e incómodo, apartó la mirada. La mujer debía estar pensando que era un pringado, y además, no era una imagen seria del cuerpo de policía.

- Muchas gracias, con lo ocupada que estoy últimamente, me has hecho un favor enorm- ¡Jojo, quieto!

El perro se había cansado de que su dueña no le hiciera caso, y fue a saltar sobre ella. Pero Elizabeth debía tener ya práctica, sujetando al animal por las patas delanteras antes de que la tocara. Apoyado en las patas traseras era más alto que su dueña, quien tenía más fuerza de la que parecía, ya que podía aguantar al animal fácilmente. Y llevaba tacones.

- ¡Perro malo! ¡Adentro! -Tras dejarlo en el suelo, Jojo se fue al interior de la casa, ladrando en protesta cuando estaba a distancia segura de Elizabeth. Ésta suspiró, echándose el pelo hacia atrás. - Lo siento.
- No pasa nada. - Ky negó con la cabeza. - Parece que no se aburre mucho con él.
- La verdad es que no. - La expresión relajada de la mujer duró poco. - Oh, no, ¿eso te lo ha hecho Jojo?

Elizabeth alargó la mano hacia su mejilla, donde tenía un arañazo. Jojo había saltado sobre él poco antes, y Ky no tenía la misma técnica que su dueña. Con delicadeza, pasó el pulgar sobre la piel cerca de la marca, chasqueando la lengua. Tenía que estar rojo como un tomate.

- Es un bruto. Lo siento, de verdad.
- N-No pasa nada…

Aparentemente algo más aliviada, ésta llevó una mano a la gorra, poniéndola en su sitio. Aquel gesto le daba un aire maternal, aunque en cierto modo le hizo sentir un poco avergonzado que la mujer lo viera de aquella forma.

- Bueno, creo que ya te hemos hecho perder bastante tiempo esta mañana…
- ¡Oh, no! - Ky levantó ambas manos. - Para nada. Es mi trabajo.
- Y lo haces con creces. Eres nuevo, ¿no?

Esperaba que se refiriera al hecho de que no lo había visto antes por el barrio y no que, simplemente, parecía un novato. Ky asintió.

- Entonces me siento más segura sabiendo que estás por ahí. - Con una sonrisa, ladeó la cabeza, y el oscuro pelo largo cayó aun lado. - Que tenga un buen día, agente Kiske.

Quizá era que no había recibido más que malas caras y desconfianza desde que había empezado a ejercer como policía, quizá era el tono halagador de Elizabeth, o quizá era una mezcla de los dos, pero Ky no pudo evitar una sonrisa amplia.

Hizo el saludo formal, manteniendo la punta de los dedos pegada a su frente.

- Lo mismo digo, señora.

- - -
« Last Edit: September 09, 2014, 06:44:38 PM by Kora »


Shura

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #4: September 09, 2014, 06:33:09 PM »
Dejo Prompt!
Al final me ha costado decidirme y sobre todo sacarlo para delante... he comenzado como 4 y esta es la única terminada *face*. ¿Por qué me fallas inspiración cuando más te necesito? u_u Igualmente, intentaré traer otra, a ver si así me quito la tonteria que no me deja escribir antes de las rondas.
Esta de prueba, me ha venido muy bien para esto <3 me hubiera agobiado si, ya metidas en materia, no hubiera podido escribir nada.   

Y a la, al final la que ha salido la primera ha sido la de - El perro/gato/mascota de Personaje A se pierde, y es Personaje B quien lo encuentra y lo devuelve a su dueño.


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I Wanna Be Your Dog

Dio & Iggy & Jotaro

Era el perro más feo con el que se hubiera cruzado,un pequeño bulldog francés baboso, se había tumbado sobre el único banco a la sombra de la plaza, descansando y mirando con cierta indiferencia a quien se acercaba para hacerle carantoñas.

Dio Brando lo había visto al pasar, y ahora rumbo a casa, volvía a encontrarlo en el mismo sitio, con lo feo que era tenían que haberlo abandonado. O no. Aún conservaba el collar, acercándose lo suficiente distinguió el nombre del perro, Iggy, con el número de teléfono de los que suponía eran sus dueños. Estaba claro que no lo habían abandonado, tendría que haberse escapado, quedándose en ese sitio para descansar, y seguro que sus dueños lo andaban buscándolo.
Puede que hasta se ofreciera una recompensa por encontrarlo…

Dio no se lo pensó demasiado, llevándose al animal para averiguar si existía una recompensa. Agarrándolo directamente del collar y sorprendiendo al perro que lanzó un quejido por la falta de delicadeza del hombre, retorciéndose hasta lograr morder la mano de Dio.

De un golpe seco, Dio se lo sacó de encima, ahogando un grito de dolor y arrojando a Iggy al suelo. Hubiera esperado que el perro saliera corriendo, a fin de cuentas, para Dio, aquellos animales eran como bebés retrasados, causándole aversión por su estúpida fidelidad y su estúpida obediencia.
Pero Iggy no huyó, se quedó encarando y gruñendo a aquel hombre que era mucho más grande que él, quizás en su naturaleza capto que aquel hombre era su enemigo natural, puede que el enemigo de todos los perros, y no iba a ir a huir a ninguna parte sin plantarle cara.

Dio estuvo tentado de darle una patada… pero tenía que pensar en la recompensa, y por suerte, tenía una bolsa con la que pudo acorralar al perro hasta meterlo dentro. Y aunque alguien se extrañase de que fuera con una bolsa que ladrase enfurecida, nadie se atrevió a decirle nada al respecto, pudiendo llegar a casa sin mayores contratiempos.

Volcó la bolsa en la entrada, cayendo Iggy al suelo, ladrando un par de veces enfadado… y acabando por mirar a su alrededor, sin reconocer donde se encontraba.
Dio lo observaba divertido, parecía tan idiota ahí dando vueltas desorientado, que acabó dibujando una sonrisa de superioridad. Iggy lo observó un momento, casi pareciendo que sonreía… pero aquello era imposible, ¿no?

“Tu si que eres idiota, humano.”

Sólo había sido una impresión, el perro no había hablado, la sonrisa se borró de su rostro, observando como el animal comenzaba a explorar por la casa, pero optando por olvidarse de él un rato.

Decidió dedicarle un momento a la lectura mientras hacía tiempo hasta recibir noticias de la recompensa, sentándose en su conocido sillón, y notando un penetrante y desagradable olor que se le metió en las fosas nasales. Percatándose del ruido de agua corriendo, Dio miró detrás del brazo del sillón sólo para descubrir a Iggy orinando en el mismo.

-¡Perro del demonio! -Fue a darle un manotazo, pero el perro fue más rápido, girando la cabeza y mordiendo los dedos de Dio que se fue hacía atrás por la sorpresa e intentando apartarse, cayendo por el otro lado del sillón hasta quedar con las piernas levantadas, golpeando con la cabeza el suelo.
Aun mareado, pudo escuchar claramente las uñas del perro arañando y subiéndose al sillón, asomándose por el otro lado encarando a Dio. Y, esta vez sí, no fue que se lo pareciera, el perro estaba sonriendo.

Ladró una vez antes de lanzarse directo a su cara, aunque Dio grito por la sorpresa, no pudo evitar que el animal le comenzará a morder el pelo, y con su pequeño tamaño, quedando totalmente sobre su cara, podía oler como el animal comenzaba a tirarse unos sonoros pedos.
-¡WRYYYYYYYYYYY! -El grito indescifrable, era la señal de falta de entendimiento ante una situación así, Dio estaba convencido de que había logrado quitárselo de la cara, yendo casi a ciegas para lavarse la cara, aunque ahora estuviera limpio, no lograba quitarse aquel pestilente olor.

“Odio los perros…”

Pero conocía a alguien que, o por lo menos eso esperaba, sí que le gustaban los animales, decidió llamar a Giorno por si él tenía alguna idea de qué hacer con aquel perro.
-¿Diga?
-Hola Haruno. -Intentó mostrarse cercano usando un tono cordial para hablar.
-¿Padre? -Al contrario estaba su hijo, que pareció aburrido al reconocer a su locutor.
-Oye… ¿tu sabes que podría usar para atar?

Le colgaron sin darle una respuesta.

-Me refiero a un perro… hijo desagradecido… -Colgó, ignorando aquel desplante. Extrañado y preguntándose, dónde estaría el perro del demonio y que estaría haciendo.

Pero al llegar al dormitorio, se encontró con la desagradable sorpresa de que el perro estaba usando sus almohadas y cojines para rascarse de ese modo tan comido en el que un perro re casca cuando le pica el culo.
-¡Para! -Se acercó apresurado, aquello había sido la gota que colmaba el vaso, iba a llamar a sus dueños inmediatamente. Pero antes de poder darle alcance, el perro se bajo de la cama corriendo por el amplio dormitorio, en una de las paredes, había un pilar que Iggy golpeó en su carrera, haciendo que el cráneo que había sobre esta temblase amenazando con caer al suelo.

-Wrywrywrywrywrywryyyyyyy -Se lanzó al suelo en un placaje, estirando la mano y haciendo una recepción perfecta de aquel cráneo que por poco tocaba al suelo. Aunque fuera difícil de explicar, aquella era su posesión más preciada.
-¡Se acabó! ¡Te largas de esta casa!

Volvió a recurrir a la bolsa, atrapándolo, y pese a mordiscos, logró llamar al teléfono que había en la chapa. Le contestó la voz aburrida de un hombre que se ofreció a ir a buscarlo… pero Dio insistió en que le diera una dirección para llevárselo. No quería saber de perros en una buena temporada… o quizás nunca más.

Llegó hasta la casa que indicaba la dirección, recibiéndolo un tipo alto, con gorra y cara de pocos amigos que se presentó como Jotaro… quizás se hubiera mostrado un poco más amistoso de no ver a su mascota metida en una bolsa a modo de transportin.

-Aquí te dejo a tu perro.
El otro no dijo nada, observando como desde la bolsa caía sobre sus patas el pequeño Iggy, que muy digno, rascó el suelo con sus patas traseras lanzando el polvo de la entrada a las piernas de Dio, entrando en la casa con los andares de un marqués.
Jotaro y Dio se quedaron mirándose, el segundo sonriendo.
-Y bueno… ¿dónde esta mi recompensa?
Jotaro como respuesta le dio con la puerta en las narices.

Fin··

« Last Edit: September 09, 2014, 06:57:46 PM by Shura »


Sayi

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #5: September 09, 2014, 09:51:03 PM »
Voy posteando esto ya para sacarme la espinita kk

Quote from: Ronda 00 - Quote 1
- Tu Bishoujo cae enferma (desde un resfriado que X ha exagerado, hasta una escena lo más similar a la niña del exorcista; libertad total) pero X ha de ser quien la cuide, hasta que sane o hasta lo que aguante la bishoujo RIP
Recuerda que será http://www.random.org/ quién elija a X ( ͡° ͜ʖ ͡°) ¡buena suerte!

El dios random me tiró a Hayato Gokudera sooo



Hayato y Sayi se conocieron en un buffet de abogados. Para Hayato, Sayi había sido un flechazo a primera vista. Y para Sayi, fue imposible ignorar al peliblanco que intentaba llamar su atención tan incisivamente.
Unas cuantas citas bastaron para afianzar su relación como exclusiva, y apenas un par de semanas después, Hayato tuvo una propuesta que la pelirrosa no pudo negar: Un viaje de fin de semana juntos.

"Es mi primera vez en el campo" la pelirrosa se asomó por la ventana del carro y tomó una bocanada de aire fresco "Nunca había salido de la ciudad. No se por qué no se me ocurrió antes"
"Entonces tuvimos suerte que mis padres me prestaran su cabaña" respondió Hayato, disminuyendo la velocidad y estacionando el coche en un espacio apenas fuera de la trocha.

Sayi cerró la puerta del vehículo y observó la acogedora cabaña encima de una colina, a un par de cientos de metros a la distancia. El camino estaba adornado por una incontable cantidad de tipos de flores, flores que la pelirrosa solo había visto por internet.

Hayato no demoró en acercarse con un bouquet improvisado en ese mismo momento. La pelirrosa las recibió agradecida, y entonces tomó la mano de su novio y tiró de él en dirección a la cabaña.



“¿Cuándo vas a salir?” preguntó Hayato mientras descorchaba el vino. El joven se había lucido con una elaborada cena usando todos los víveres que había traído “El fettuccini se va a enfriar”
“Hayato…” una voz congestionada le habló desde la puerta de la habitación “…No me siento bien”
“¿Pero que dicessss?—AH!!”

Al peliblanco le bastó un vistazo para darse cuenta que, en efecto, no había manera de que Sayi se sintiese bien. La pelirrosa era un solo de estornudos y tos. Su piel era pálida tirando para amarilla. Sus ojos estaban rojos e hinchados, y habían bolsas bajo estos… horribles ojeras azul verdosas bajo sus pupilas amarillas.

Si había que respetar a esta señora enfermedad hasta que la muerte los separe…

“Sayi te ves…” No, no había forma de alagar a semejante saco de enfermedad “…¿Cómo te sientes?”
Pero la pelirrosa había reemplazado los estornudos por frotarse el cuello salvajemente “¡Me pica todo el cuerpo!” la molestia era tal que la joven empezaba a exasperarse “Siento algo en el cuello… ¿está erupcionando?”

Apenas Hayato se asomó, el joven vio un sarpullido subirle desde el pecho hasta su rostro, y entonces el peliblanco dio un brinco hacia atrás, incapaz de ocultar su asco.

El mostrar sus tendencias hipocondríacas era un secreto que pensaba guardarse hasta el primer aniversario.

“¿Se ve tan mal?” asustada por la reacción de su novio, la pelirrosa corrió al espejo más cercano “¡¡PERO QUE ME ESTA PASANDO!!”
“¿T-te ha dado sarampión de niña? ¿Varicela?” le preguntó Hayato, mientras echaba la cocina patas arriba en busca del botiquín de primeros auxilios. Ante la duda de su pareja, el peliblanco se alarmaba cada vez más “¿¿SI O NO??”
“¡¡Ahh no se!! Creo que… no, ¡creo que no! ¿En serio crees que sea sarampión? Oh dios no…” Sayi volvió a observar el sarpullido que ahora la cubría entera “¡He leído que en adultos puede ser mortal!”
“¡¡NOO!! ¡A mi tampoco me ha dado ninguna de las dos!”

Hayato empezaba a hiperventilar… pero entonces le dirigió una mirada cortante a su novia y señalo hacia la habitación detrás de ella.

“Entra y no salgas. Yo veré que puedo hacer…”
“Pero Hayato yo—“
“¡ENTRA y NO SALGAS! ¡Si me enfermo yo también será nuestro fin!” Y dicho esto el peliblanco se armó de cual cojín tuviese cerca y los lanzó hacia su novia hasta que esta estuviese encerrada en la habitación.



En el comedor aún descansaba la cena sin haber sido siquiera degustada. El resto de la cabaña, en cambio, yacía hecha un desastre por la propia paranoia de Hayato ante la enfermedad de su pareja.

Con la cabeza cubierta en ropa, el joven había logrado darle agua y ramen hirviendo mediante la puerta. Sayi había respetado la orden de mantenerse alejada, pero tampoco había hecho un intento por agradecer las atenciones o siquiera comunicarse con el peliblanco.

Habían transcurrido dos horas y sin síntomas de contagio, Hayato dejaba la paranoia de lado y comenzaba a darse cuenta que quizás y había sido un poco tosco con la pelirrosa.

“Eh, ¿amorcito?...”

Le tomó media hora más armarse de valor suficiente como para asomarse a la habitación. Sayi no respondió, esta vez por encontrarse dormida en la cama.

Tendría que disculparse cuando se despertara… y en eso se le ocurrió una brillante idea.



Cuando la pelirrosa despertó se dio con la sorpresa que la lámpara de noche no funcionaba. La casa estaba a oscuras, Hayato no respondía a sus llamadas, y afuera se escuchaba una fuerte lluvia. Al parecer el torrencial se había llevado consigo la electricidad.

Tanteo por su teléfono y se dio con la grata sorpresa que finalmente tenía señal en su móvil. Lo primero que hizo fue abrir el explorador y buscar sus síntomas, la varicela, el sarampión…

Sin la paranoia de Hayato se permitió ser más racional. No compartía todos los síntomas de alguna de esas enfermedades, sino más bien…

“Alergia. Alergia al… ¿pólen?”

El campo lleno de flores. Su primera vez en el campo.
¡Era la única explicación!

Aliviada por dar con el diagnóstico —pero segura de no querer estar ahí ni un segundo más— la pelirrosa empezó a empacar a ciegas. Y segundos después, escucho la voz de Hayato en el comedor.

“¡Eres un exagerado!” le recriminó en el momento que escuchaba a su novio entrar a la habitación “¡Sólo tenía alergia al--!”

El estruendo de un relámpago cubrió su voz, y por obra y magia de la lluvia, la luz regresó a iluminar el dormitorio.

Hayato sonreía de oreja a oreja con el ramo de flores silvestres más obsceno que Sayi había visto en su vida.

“…Lo que tu quieres es matarme”

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Deidara

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #6: September 10, 2014, 03:11:32 PM »
Prompt escogido :3! Por ahora mi party sólo consiste de cuatro jugadores, así que…
Creo que se me ha ido un poco la pinza, y las palabras. 1000 se me han hecho cortas y me he quedado con las ganas de expandir este fic/universo ;_;.

Quote
- Tu party en el fic RPG son el grupo de superhéroes local, a lo Vengadores.



“¡Avengers, assemble!”
“¡Assemble, assemble!”

Ser superhéroe no era fácil… y menos cuando eras un superhéroe que pertenecía a un escuadrón como éste.

El chico suspiró, mientras limpiaba la sangre de sus flechas (oigan, estaban en crisis, y a pesar de hacer un gran favor al gobierno éste no les pagaba ni les ofrecía ayuda monetaria… así que había que ahorrar). Guardó otra flecha más, y dio una ojeada a su alrededor.

Ema y Dave, también conocidos como Snackoo y su Minion (aunque Ema era la única que podía llamarle así), que, aunque no lo pareciese, era la cerebrito del equipo. Ella era la que construía toda la equipación y armamento de alta tecnología. Su especialidad era… cualquier cosa que necesitase de cables y de química. No había nada que se le resistiese. Era difícil de creer, por su aspecto infantil y su forma de ser. Sin irse más lejos, en ese mismo instante, Ema estaba ensayando en ese mismo momento el lema del equipo, a un montón de mini-robots que acababa de construir con la ayuda de Dave, a pesar que se suponía que estos eran para el campo de combate.

“Assemble, assemble, ¡asseeeeemble!” Las palabras iban a perforar sus  tímpanos.

Después, tenían a Castiel, conocido también, como… Castiel. El dios, angel, alien, lo que fuese, de otro planeta. (No, no era un alien. Pero su comportamiento a veces se lo hacía parecer, y no iba a dejar pasar la oportunidad de meterse un rato con él, a pesar que era difícil ofenderle). Castiel, quien podía hacer de todo en el campo de combate, pero poco fuera de él, ya que todo le parecía extraño, nuevo, misterioso.

Y, por supuesto…

“¡Atención, equipo! ¡Tenemos una llamada!”

Deidara. También conocida como Natasha, la peligrosa espía de la que nadie sabía mucho, pero de la que Dean sabía demasiado. De las pocas que parecía normal en el equipo…

“Apple pie, ¿se puede saber qué miras? ¡Tenemos una misión!”
“Ah, ¡sí, claro!”

Apple pie, la pesadilla de Dean. ¿Por qué se esforzaba en querer hacerse llamar Hawkeye, si luego todo el mundo le llamaba Apple pie? Y todo porque dos años atrás, en un ataque de desesperación, a Dean no le quedó más remedio que participar en un anuncio de tartas de manzana de la marca ‘Evarland’ para así recaudar dinero para el departamento de energía renovable (formado por Ema y Dave).

(Deidara insistía en que nadie le llamaba Hawkeye, y se habían decantado por usar el nick Apple Pie, porque ya existía uno en algún país del este de Europa, pero eso era mentira— a nadie le importaba Europa al fin y al cabo. Todo había sido culpa de Deidara, por haberse referido a él como ‘Applie pie’ en una rueda de prensa aquella vez, siglos atrás. Trending topic y meme demasiado recurrido).

*

“No me lo puedo creer… ¡este es el tercer gatito que rescatamos esta semana!”

Tras las ruedas de prensa que le tocaba dar a Castiel, siempre venía una época en la que la paz reinaba, y ningún villano se atrevía a atacar a la ciudad. Dean y Deidara habían llegado a la conclusión que medio país temía al Dios, barra Ángel, barra Alien… algo que no llegaba Dean a entender, mientras miraba a Castiel observar al gatito con curiosidad, tocándole incluso con respeto.

“¿Podemos llevárnoslo?” Preguntó Castiel.
“¿Otro? Cas… tenemos unos diez gatos ya en nuestra base. Dean es alérgico. Un día de estos, va a morir,” respondió Deidara, quien era incapaz de decir que no a Castiel con un gatito en las manos. Tenía algo de debilidad por él, al igual que la mayor parte de la población femenina, y parte de la masculina. Deidara miró a Dean. “Dean, dile tú que no…”
Dean, suspiró. “Bueno, por otro más… ¿cómo vamos a llamar a éste?”

Castiel sonrió. A Deidara también pareció alegrarle la decisión. Y Dave, le iba a odiar, por haberle dado permiso, ya que la mascota del equipo quería toda la atención para él.

*

Al fin. Siglos más tarde (5 días d.C; cinco días después de Carboncito, el nuevo gato), un ataque real a la ciudad. Al parecer, todo eran problemas políticos en el planeta de Castiel, y por supuesto, la solución era pagarlo todo en la Tierra, enviando monstruos y aliens horribles a destruir el otro planeta que tanto amaba Castiel.

“¡Apple Pie, ahora iría muy bien la ayuda de este Hawkeye de Europa!”
Dean hizo rodar los ojos mientras cogía otra flecha, tensaba el arco y tiraba a un alien de su… ¿unicornio? ¿Caballo horroroso volador? “Y yo que pensaba que tenías suficiente conmigo…” Otro al suelo, esta vez, gracias a un cuchillo explosivo que lanzó Deidara. Tecnología de industrias Ema Skye, quien estaba pilotando uno de sus robots por los aires (con forma de Dave gigante), disparando a cualquier ser que no fuese de este planeta.
“¡Nunca! Pero no te preocupes, que tú siempre serás mi favorito,” gritó, y después salió corriendo, a ayudar a unos niños atrapados en un autocar escolar. Y pensar que por su culpa iba a ser recordado de por vida como Apple—
“¡Dean!” El grito perforó su oído. Odiaba los transmisores de Ema, y su voz chirriante “¡Dean, menos mirar a Deidara y más lanzar flechas, que Castiel está a punto de cerrar el portal!”
“Mierd—cállate, ¡que todos llevamos transmisor!”

*

Odiaba a su equipo, a los aliens, y la tarta de manzana…

No, era imposible odiarla, menos cuando era la que mandaba su madre a la base, una vez a la semana.

“Así que,” finalizó Ema, señalando a la pizarra electrónica, “los gastos para reponer el equipo ascienden a unos dos millones y medio… y no disponemos ni de la mitad.”
Deidara sonrió, “creo que va a tocarnos volver a hacer anuncios de—“
Dean comió el último trozo de tarta en su plato. “No.”

*

Dean acababa de entrenar en el gimnasio, a punto de dirigirse hacia la ducha, cuando un periódico impactó contra su cara. Deidara.

“¿Qué es…?” En primera plana, una fotografía tomada de ayer. En el fondo, el resto de los Avengers. En primer plano, Dean, apuntando con su arco. ’HAWKEYE LIDERÓ LA VICTORIA’
Sonriendo, Deidara dijo, “no me puedo creer que ahora se crean que eres el corazón del equipo…”
“¿Cuándo no lo he sido?”

(Lo que no sabía Dean, era que Deidara había tenido que amenazar a unos cuantos periodistas para asegurarse que el nombre de Hawkeye sería rescatado de las cenizas.)


Kora

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #7: September 11, 2014, 10:49:06 AM »
Dejo otro prompt, a ver si esta noche me da tiempo a terminar otro que tengo pensado :D

Voy con
Tu Bishoujo cae enferma (desde un resfriado que X ha exagerado, hasta una escena lo más similar a la niña del exorcista; libertad total) pero X ha de ser quien la cuide, hasta que sane o hasta lo que aguante la bishoujo RIP
He elegido personalmente a Graham Aker, para basarlo en el universo del fic de Balamb. No terminaremos el fic pero el sueño nunca morirá </3

---

- Hermano, ahora que me voy a quedar postrada en cama para siempre…
- Kora, sólo tienes un esguince.

En respuesta, la chica se cruzó de brazos, bufando mientras apoyaba la cabeza en el cojín. Aquellos momentos de silencio eran escasos, y Graham aprovechó para examinar si tenía alguna herida aparte de la torcedura de tobillo. Por suerte, su poder pirokinético le daba una resistencia básica al fuego, y sólo tenía un arañazo en la cara.

Mejor se lo comentaba después.

---

- Kora.

Tosió para llamar la atención de ésta, quien se apoyó sobre los antebrazos inmediatamente, con el pelo blanco sacudiéndose por el repentino movimiento.

- ¡Hermano! Gracias por venir a verme, te he echado de menos…

No habían pasado ni dos horas desde que había salido de la enfermería. Graham suspiró, sentándose en el sillón al lado de la cama.

- Sabes… sabes que lo que has hecho no está bien, ¿verdad? - No estaba acostumbrado a regañar a la gente, y sobretodo, Kora no estaba acostumbrada a que la regañaran. Pero pronto sería Comandante, por lo que tenía que empezar a practicar.
- Pero-

Graham levantó un índice, y la protesta se apagó en los labios de Kora, que se torcieron en un puchero exagerado.

- El pabellón va a estar inutilizable hasta que lo reparemos, lo cual va a costar mucho dinero, y has envenenado a una compañera tuya.
- ¡Qué exagerado! ¡Sólo le he puesto un poco de somnífero! - La chica se llevó una mano al pecho.
- Kora, casi dejas a Neko en coma.

Señaló con el pulgar hacia el otro extremo de la enfermería, hacia la cama de la susodicha, medio inconsciente y con sus constante vitales vigiladas por un monitor. Había sido toda una proeza por parte de Prince sacarla a tiempo antes de que el escenario cayera sobre ellos.

- ¡Sí, bueno, entonces no entiendo por qué dejan que venga tooodo el mundo a visitarla! - Kora se hundió más en la cama. - Y a mí, como si me muero, qué más da.

El suspiro que dejó ir Graham salía directo del alma.

- No es justo. Nadie me pregunta mi versión de los hechos.

Graham no entendía qué otra versión podía haber del infierno de llamas en el que había terminado lo que iba a ser una sencilla obra de teatro, pero iba a concederle la oportunidad a Kora. Que no dijeran que no era un juez imparcial.

- A ver, cuéntame lo que ha pasado.
- Bueno, pues, como sabes, desde que dijeron lo de la obra de teatro, llevo preparando el papel de princesa. - Graham asintió, recordando la insistencia de Kora en ensayar con él como príncipe. A veces agradecía el hecho de que no tuvieran lazos de sangre reales. - ¡Así que imagínate como me sentí cuando se lo dan a ella! ¡A Neko! ¡¡Escuincla babosa!!

Kora señaló hacia la cama donde estaba Neko con tal energía que sacudió el cuerpo entero, haciendo balancear la cuerda que sujetaba su pie, y soltando un gritito agudo por el dolor. Mientras dejaba ir quejidos exagerados, Graham se levantó para volver a ponerlo todo en su sitio.

- ¡No es justo! ¡Y encima me dan el papel de bruja! ¡¡De bruja!! - Aún con los ojos brillantes por las lágrimas que se le escapaban, Kora seguía a la suya. - ¡Así que si tengo que ser malvada,  pues malvada seré! ¡Ya no puedo regirme por la misma moral que el resto!
- ¿No te había conven- explicado Kudou que la bruja tenía que tener más aspecto de mujer y era una incomprendida…? O algo así.

Ésta vez fue el turno de Kora de suspirar.

- Hermano, no lo entiendes. El mundo es muy fácil para los que no están malditos, supongo. - Hizo un gesto con la mano, dejándose caer sobre la cama de nuevo. - Necesito estar sola un rato.

---

>hermano por favor vuelve me siento muy sola ;_; -k

Eran las cuatro de la madrugada, pero Graham sabía que no podía fingir que no había recibido el mensaje. Se puso una camisa al salir de la cama, y volvió a la enfermería, iluminada tenuemente en la oscuridad de la noche.

- ¿No puedes dormir? - Le preguntó con algo más de irritación de lo que quería en un principio. Kora frunció el ceño.
- Me aburro.
- Vale… - Graham se sentó en el sillón. Al menos trataría de que aquel encuentro fuera un poco útil. - Por cierto, ¿de dónde sacaste el somnífero?
- Oh, lo cogí de la enfermería, no es para tanto. En fin, como te iba contando antes… - Continuó Kora. - Decidí que si tenía que ser la bruja, lo sería de verdad. Por eso envenené la manzana.

Y con toda sencillez, terminó su relato, abriendo las palmas de las manos como si fueran un libro.

De todas formas, el resto ya lo sabía: Prince trató de despertar a Neko, Kora había aparecido en lo alto del castillo, en mitad de un discurso eufórico sus poderes pirokinéticos se habían descontrolado, una cortina se había prendido fuego, el fuego se había pasado al decorado de cartón, la torre se había caído con Kora encima…

Y de ahí a terminar con el salón de actos en llamas había sido cuestión de segundos.

- Hermano, todavía no me he decidido por el modelo de silla de ruedas, ayúdame a elegir.

Kora seguía su propia corriente de pensamientos, sin ningún tipo de culpa o responsabilidad moral. Sacó de la mesita de noche una tablet, deslizando el dedo sobre la pantalla.

- Kora… sólo tienes un esguince...
« Last Edit: September 11, 2014, 10:52:11 AM by Kora »


Shura

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #8: September 11, 2014, 03:30:21 PM »
Tengo el Random on fire, no esperaba hacer este fic hasta que el random ha hecho saltar la inspiración. Aprovecharé hasta que se apague la mecha, pero aquí dejo este de momento.
-Este es de esos fics simbólicos-retóricos-fumados 8´)


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- Personaje A es un príncipe/princesa quien cansado/a de su acomodada existencia huye a la ciudad. Personaje B es un/a plebeyo/a confundido/a que conoce a su realeza e intenta descifrar sus motivos.

Shura & Altair

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La ropa le pesaba tanto que apenas podía moverse, mantenía la mirada baja por todo lo que le pesaba la cabeza, era delicada en sus movimientos porque así era el protocolo. Ni su cuerpo ni su mente eran realmente suyos, destinada a ser una futura reina y dominar el imperio, siempre vestía las mejores galas, cada centímetro de la tela tenía un abalorio de jade azul y en su cabeza pendían horquillas de nácar y oro, con perlas colgando que enmarcan su rostro. Shura no se permitía una mala palabra ante los súbditos, en su elevada posición, las conjuras eran una constante espada de Damocles, esperando un desliz para derrocarla.

Era un pájaro en una jaula de oro, mientras fuera ella nunca podría disponer de su cuerpo ni dejar volar su mente, por eso decidió abrir aquella jaula.
Sin su ropa ni sus joyas, su cuerpo pesaba tan poco que tenía la sensación de flotar con el aire de la noche, cambiando sus ropas que apretaban y moldeaban su figura, por harapos que apenas la cubrían, riendo por lo fría que eran las noches, corriendo libre, respirando, gritando con toda la amplitud de su pecho.
Llegando a la ciudad, había color en la noche, un hombre de piel dorada por el sol que parecía tener el elemento del fuego en sus dedos, le mostró lo que era la pasión, y Shura le correspondió con besos, mostrándole lo pálida que era su piel en comparación a la del hombre.

Pero lo que más disfruto la princesa aquella noche, fue el humo, el tabaco y el opio, que se mezclaban y flotaban en la habitación, soplando y lanzandolo lejos. Si se dejaba llevar lo suficiente, en aquella habitación rodeada de otros hombres y mujeres adormecidos por los efectos de la droga, podía distinguir figuras bailando en el humo.
Había una que se acercó a ella, blanca y encapuchada. Shura sonrió como si se tratase de una vieja amiga, reconociéndola, todos la conocían aunque nunca la hubieran visto, la conocían porque siempre camina a nuestro lado, esperando, era la muerte, que venía a buscarla.

-¿Puedo conocer el nombre de mi asesino?
-Me llamo Altair, y no he venido a matarte… todavía.
Shura asintió como indicaba el protocolo, agradeciendo aquella cordialidad de parte del asesino, no era ningún fantasma, aunque mantuviera el rostro oculto era un hombre.
La princesa dejó caer la cabeza hacía atrás sobre uno de los cojines sobre los que estaba recostada, cerrando los ojos, aunque tuviera la garganta totalmente expuesta confiaba en la palabra de su asesino de que aún no había llegado su hora, la droga comenzaba a abandonar su organismo y sentía el peso de todo su cuerpo incrementado por el cansancio de una noche como nunca había vivido una.

Altair no iba a matarla ahí en medio de todo el mundo, cargándola en brazos hasta el exterior, Shura no ofreció resistencia.
Los primeros rayos de la mañana obligaron a la chica a apretar los párpados, deslumbrada, o quizás intentando mantener en su retina, el recuerdo de su última noche.
-Por favor Altair… no me mates -Shura pegó el rostro al pecho de éste, apretando la tela blanca con pulso tembloroso y casi febril -no me mates hasta que coma algo… n-no se que me pasa, nunca en mi vida había tenido tanta hambre.
-Son efectos de la droga.

Los mercaderes más audaces ya habían comenzado con sus negocios, Shura no tuvo que buscar demasiado para encontrar algo apetecible, intentando pagar con una pieza de jade azul que Shura había desprendido de su vestido antes de salir de palacio, como emergencia para una situación como aquella. El honrado hombre la rechazó, confesando que no tenía cambio suficiente para aquello, y aunque la princesa insistió en que se la quedase, no consiguió hacerle ceder en aceptarla. Altair intervino, zanjando el trato con el vendedor y Shura conservando la gema. Agradeciéndole una vez más el gesto a Altair, la princesa llenó el estómago, hasta acabar por chuparse los dedos de los restos de una comida de mercadillo, que la había satisfecho aún más que el mejor de los banquetes.
-Ahora estoy lista para morir, Altair.

-No hasta que no me expliques algo.
-Sabes quién soy, ¿verdad?
-Eres la princesa -Su voz era firme, no titubeo al reconocerla. Aquello hizo asentir a Shura, ahora convencida de que no era una casualidad que planeara su muerte.
-No hablaré de nada que pueda perjudicar a mi reino… pero me has invitado a comer, estoy en deuda contigo.
-Curiosas palabras, para una princesa.
-Mi padre me enseñó que mi papel es el de servir a mi reino. Que yo soy su representante y su honra, la ostentación de mi poder es la representación de mi pueblo para sus enemigos.
-El rey murió hace años.
Su voz afilada abrió la herida de los recuerdos, Shura hizo acopio a su férreo control, sintiendo la calidez de unos recuerdos, entre los años fríos, y los que aún le tocaba vivir.
-La memoria de mi padre vive en mi… y en mi mayoría de edad, representaré el papel que él me legó.
-Te he observado desde que saliste de palacio.
-Soy mujer, además de princesa.
-No me refiero a eso… -Altair chasqueo la lengua incómodo -quiero saber ¿por qué?
Shura entrecerró los ojos, hundiéndose en los recuerdos de una noche que parecía haber durado demasiado tiempo y que ahora se había terminado.
-...Nunca he bebido de un vaso que otro no hubiera probado antes, solamente para asegurar mi vida.
-¿Y sólo por eso dices estar lista para morir?
-No es por eso -respiró, intentando dejar atrás excusas que sonaran infantiles -por un momento de libertad, por eso sí vale la pena morir. No soy la mascota de mis tíos ni de nadie más, todos saben que yo heredaré el reino, mi padre murió, enfermo, más bien envenenado, poco a poco, por su fidelidad al pueblo lo mataron. Era cuestión de tiempo que yo sufriera el mismo destino. Y tu eres la prueba de ello, Altair.

El asesino guardó silencio, él sólo era el instrumento, el arma que empuñaba el auténtico asesino, aquel que le asignaba una víctima.
-No sois como me habían hablado, princesa.
Shura captó una cierta reverencia en el modo en que había pronunciado la última palabra.
-Los últimos años en los que mi familia ha gobernado sin mi padre, han sido tan oscuros como para empañar la realidad… ¿y tú Altair? ¿Matas por dinero o por gloria?
-Ni por lo uno, ni por lo otro, solamente soy un instrumento.
-Entonces… ¿matarías por algo más grande? ¿Matarías por mi pueblo? ¿Por una princesa que ni olvida ni perdona? Por mi venganza.


-...Soy un instrumento a tu disposición, princesa.

« Last Edit: September 11, 2014, 05:04:34 PM by Shura »


Neko

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #9: September 11, 2014, 04:24:48 PM »
Vengo con el tercer prompt, weeeeee. Este se lo dedico a Airin, bicos yes. Bestias pardas.





Un personaje es empapado en una poderosa poción de amor, la cual lo hace irresistible a cualquier persona por las próximas 24 horas.


El paisaje a sus costados cambiaba rápidamente, los arbustos arañaban sus piernas y las ramas bajas de los árboles hacían lo propio con el resto de su cuerpo. Stiles tenía arañazos en todas partes, pero no se atrevía a bajar el ritmo de sus pies. Llevaba un buen rato huyendo a la carrera y no parecía que fuera a llegar pronto el momento en el que dejara de huir.

—¿¡Cómo!? —gritó en medio del bosque, entre bocanadas desesperadas por aire— ¿¡Cómo ha pasado esto!? ¿¡Cómo es esto mi vida!?

Stiles paró en seco, reconociendo el claro al que había acabado de llegar. Miró de un lado a otro para decidir cual era la mejor ruta a seguir cuando un aullido en la distancia le puso todo el pelo del cuerpo de punta. Se frotó los antebrazos y siguió subiendo monte arriba.
Se tenía que alejar.



Todo había empezado esa mañana. Stiles era un druida joven y como tal aún estaba en entrenamiento y pasarían muchos años antes de que pudiera ejercer su profesión él solo.

—Tantas normas… —rezongó el joven, subido a un taburete mientras buscaba los ingredientes que necesitaba en los estantes más altos del armario.

Su cuerpo se tambaleó cuando se inclinó hacia un lado, buscando a tientas entre los frascos.

—Ni que fuera a causar un desastre por quedarme solo un momentito.

Cuando creyó encontrar el frasco que necesitaba sonrió, enredando el cristal con sus largos dedos y tirando de él, pero no salía. Tiró con un poco más de fuerza.

—Maldita sea… ¿con qué está enganchado? —y volvió a tirar.

La etiqueta del frasco que necesitaba se había enganchado con la de unaa poción y decir que cuando miró hacia arriba y vio la botellita abrirse e ir directo hacia su cara le pasó la vida volando delante de los ojos, se quedaba corto.
Stiles gritó, encogiéndose y cubriendo su cabeza con un brazo, aunque el líquido afrutado ya le había mojado toda la cara y parte de la túnica.
Por suerte, la botellita cayó al suelo y rodó alejándose sin romperse.

—Ah, mierda…

Stiles bajó del taburete con cuidado, notando como la pechera y los hombros de la túnica se le pegaban a la piel. Dejó el frasco que había estado buscando junto a los demás y recogió la botellita fugitiva del suelo. Intentó leer la etiqueta, pero estaba mojada. Los símbolos que hubiera podido tener habían quedado irreconocibles.

—¿Qué será esto? —se preguntó, oliéndose la ropa y arrugando la nariz.

Le recordaba a las fragancias que solía usar Lydia. Encogió los hombros y dejó la botellita vacía a un lado.
Estaba pensando si quitarse o no la túnica cuando abrieron la puerta de golpe.

—¡Druida, emergencia! —gritó el hombre que acababa de entrar.

Stiles lo encaró, levantando las cejas y esperando a que Derek elaborara. Negó con la cabeza ligeramente, levantando las manos cuando el otro se congeló, agarrado al quicio de la puerta.

—¿Cuál es la emergencia?

Las aletas de la nariz de Derek se expandían al mismo ritmo que su honda respiración. Stiles entrecerró los ojos.

—¿Derek? —preguntó— ¿Dónde está la emergencia, que pasa?

Stiles insistió un poco más, pero Derek continuó en la puerta. Su cuerpo se balanceaba, como tirado de dos cuerdas en diferentes direcciones.

—Sabes que si no me hablas no te puedo ayudar. Usa tus palabras, Derek, sé que sabes usarlas. Sé que tienes.

Derek tragó saliva y sacudió la cabeza. Su pecho empezaba a acelerarse y Stiles se acercó para comprobar si el que necesitaba ayuda era él.

—¿Derek? —volvió a preguntar mientras levantaba una mano para ponérsela en el hombro.

Derek agarró la muñeca de Stiles y cuando éste ya creía que le iba a apartar, lo apretó más contra sí.

—Eres… —empezó Derek.

Stiles se quedó muy quieto, notando como sus mejillas se calentaban, poco habituado a que el hombre lobo mantuviera contacto físico positivo con él. Esperó a que Derek le dijera lo cargante que era, como de costumbre.

—Tú eres… —continuó Derek, con la voz un poco más aguda que de normal, antes de seguir con un tono mucho más bajo y sugerente— Hueles tan bien…

Y Stiles parpadeó, notando como su sangre caía de golpe a sus pies para de inmediato subir con furor hacia su cara.

—¿Eh?

Empezó a dar suaves toquecitos en los hombros de Derek, mientras repetía su nombre, pero el hombre lobo sólo respondía abrazándolo más, enterrando su nariz en la parte mojada de su túnica.

—¡Derek, ya basta! —chilló cuando una mano traviesa le apretó una nalga— ¡Derek!

—Hueles, tan… tan bien.

Stiles le pegó con el puño cerrado en la cabeza, sin más resultado que el hacerse daño él mismo en la mano, que sacudió mientras siseaba.
No recordaba muy bien como se había desecho del agarre de Derek, más allá de haber culebreado fuera de los brazos del hombre, dejando que el otro se quedara con su túnica en el proceso.

Cuando Derek aspiró profundamente la tela húmeda, Stiles creyó que todo había terminado, que lo que estaba causando aquella locura en Derek era la poción que se había echado por encima. Pero cuando Derek levantó el rostro de la túnica, mirándolo con las pupilas dilatadas y como si fuera un hueso que se moría de ganas por roer… no tuvo dudas. Echó a correr en pantalones y a teta brisa hacia el bosque.

Y así hasta el momento. Y ya había empezado a oscurecer.



Stiles se acurrucó un poco más en la cueva, intenando darse calor. Sabía que algunos pastores y otro druidas de la zona la usaban como refugio en las noches de tormenta, o simplemente si se les había hecho demasiado tarde.

Se había quitado las albarcas y había estado la última hora entretenido moviendo los dedos de sus pies. Estaba pensando en volvérselas a poner —los calcetines deberían haberse secado ya— cuando vio el reflejo de dos ojos en la oscuridad de la noche.
Conocía aquel tono de azul.

—Derek… —susurró— Es una poción de amor, será mejor que te vayas.

Stiles había tenido tiempo de analizar toda la escena y había llegado a esa conclusión, pero no sabía que tan fuerte era el hechizo.

Cuando Derek se acercó un poco más, Stiles pudo comprobar que se había transformado totalmente el lobo. El druida pegó la espalda a la pared, tragando saliva. No tenía muy claro si la transformación detendría el efecto de la poción o no. Y no quería quedarse a comprobarlo.

El lobo se quedó donde estaba y su gañido sonó a bufido. Derek estaba haciendo la versión lobuna de rodar los ojos.

—¿Estás cabal? —preguntó Stiles.

Y como toda respuesta, el lobo se acercó a él y le dio vueltas hasta acomodarse detrás de él y a su alrededor, enroscando su cuerpo cálido en el del druida.
Stiles suspiró contra el calor y empezó a ponerse los calcetines.

—Tendré que fiarme de tí —sonrió antes de encogerse de hombros y dejar pasar las horas.

Sólo esperaba que el efecto se hubiera terminado para cuando decidiera volver al pueblo.


   FIN   
« Last Edit: September 11, 2014, 04:26:30 PM by Neko »


Shura

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #10: September 11, 2014, 06:30:35 PM »
*Corre que se acaba la mecha*
Para haber sido por Random amen, es completamente canon.


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Personaje X en el universo de Personaje Y

Nero & Bayonetta

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-¿Ángeles?

Nero entrecerró los ojos, deslumbrado por la luz dorada que caía sobre él. Las nubes se habían abierto, y como si fuera una imagen sacada de las sagradas escrituras, los seres blancos y alados, descendían entonando cánticos de bienaventuranza en lenguas muertas hace muchos siglos. 
Pero Nero estaba convencido de algo: aquellos seres no traían nobles intenciones, si aquel fuera su propósito, no llevarían consigo espadas de fuego.

El joven optó por esconderse, agachándose tras un muro bajo. No sabía muy bien que estaba sucediendo, hace un momento andaba peleando contra demonios a las puertas del infierno, entrando en un portal y acabando en aquella ciudad… tan parecida a la que se encontraba pero a la vez distinta. El cambio más llamativo es que aquella ciudad no parecía haber sido evacuada, y eso que estaban rodeados de seres sobrenaturales de aspecto amenazante, pero había algo característico con la gente que paseaba, y era que parecían no ser capaces de ver a aquellos seres. Nero se obligó a parpadear un par de veces, frotándose los párpados con el puño de su mano humana, estaba convencido de que eran personas, mujeres, hombres y niños, pero sólo veía de ellos su silueta, como si fueran invisibles.

Le llamó la atención una mujer, incluso sólo distinguiendo unas líneas translúcidas, podía asegurar de que tenía unas curvas de infarto. Agachado como estaba, no pudo evitar barrerla con la mirada, como si vistiera con su propia piel, desde lo largo de sus piernas, como se marcaba el bajo de sus caderas, su pecho… y como sus ojos enmarcados por unas gafas, le atravesaban con la mirada.
-¿Te gusta lo que ves, cariño?

Nero sintió como el pelo de la nuca se le ponía de punta de la sorpresa y el rostro rojo de la vergüenza.
La realidad vibró, un símbolo arcano se dibujó en el aire atravesado por la mujer, que se hizo visible y corpórea en aquella realidad. Su ropa negra y ajustada, parecía que se estiraba con la elegancia de una pantera, cada fibra de su cuerpo vibraba de placer, mordiéndose el labio inferior con apetito, deslizando sus manos cruzadas por sus brazos. Lanzando un suspiro de placer que alertó a los ángeles de su presencia, poniendo a las criaturas en alerta.
-Que placer regresar -bajo sus manos por sus caderas, materializándose en cada mano una pistola, apuntando con ellas al grupo de ángeles que se le acercaba -aseguraos de hacerme disfrutar. Let´s Dance, Boys!

Cada bala impactó sobre los extraños ángeles, debajo de sus armaduras de oro y sus máscaras, su carne era roja, sangrante, expuestos pero sin sentir dolor, tenían un aire casi demoníaco. Nero salió de su escondite, disparando a aquellos que estaban a la espalda de la mujer, que reía como una valkiria en la batalla, entre el olor de la carne quemada y la pólvora.
 Los enemigos iban cayendo a su alrededor, mano a mano contra ellos. Nero disparó al último que desapareció entre una luz dorada, respirando y barriendo con la mirada el área en busca de la mujer, girando sobre sí mismo desorientado para encontrarla. Pero Bayonetta estaba más interesada en el joven que él mismo, y tenía un método muy efectivo de interrogatorio.

En un despiste del chico, cayó sobre este haciendo que diera con sus huesos en el suelo mirando al cielo, inmovilizado y demasiado confundido, porque Bayonetta había caído sentándose sobre su boca.
-Hola, precioso gatito. Tu no eres de por aquí, ¿verdad?
Nero intentó hablar, pálido y comenzando a marearse, y no precisamente por la falta de aire.
-Me llamo Bayonetta, cariño, tienes carita de ángel y una buena pistola, eres mi tipo… gracias por ayudarme contra esos seres. -Con el pulgar y el índice de la mano hizo la figura de una pistola, soplando largamente sobre el segundo dedo, como si enfriase el cañón de un arma recién disparada.
-¿Cómo has llegado a la zona de la umbra, gatito? ¿Qué pasa? ¿No te gusta hablar?

Definitivamente los métodos de interrogatorio de Bayonetta serían efectivos con otros, porque del modo en que le estaba tapando la boca no podía hablar…
Pero lo que Nero vió, era más urgente que todas las preguntas de Bayonetta. Las nubes desaparecieron, la luz no bajo a la tierra, dando vueltas en el cielo hasta que apareció un ser alado del tamaño de un coloso, con dos cabezas de dragón sobresaliendo de la boca de la enorme cabeza de piedra que formaba el cuerpo de la bizarra criatura.

Nero comenzó a revolverse, intentando gritar avisando a Bayonetta que se encogió en un espasmo, impresionada por la reacción del chico.
-Ahh… si sigues haciendo eso vas a hacer que…
La criatura aterrizó a sus espaldas haciendo temblar todo el suelo. Bayonetta se levantó sorprendida por la nueva aparición, Nero pudo liberarse, sentándose en el suelo recuperando el aliento.
-¡Intentaba avisarte! ¿Cómo vamos a acabar con eso?
-Tranquilo gatito, esta bruja tiene unos cuantos trucos bajo la manga.

Su cabello se deshizo de su tocado, sus ropas negras se deshicieron en hebras mostrando su piel desnuda mientras la bruja bailaba hablando en una lengua pagana olvidada. Y el mismo círculo de palabras arcanas que la había traído a aquel mundo, brillo escarlata, trayendo desde otro plano una criatura colosal con forma de serpiente que rugió lanzándose contra el otro monstruo, enzarzandose en una batalla de monstruos.
Nero no podía retirar la vista de aquel espectáculo, pero durante un segundo fue consciente de la bruja, girando para observarla, reparando en su cara de concentración. Y es que invocar aquella criatura tenía que ser un gasto de poder enorme. Nero se sintió en la obligación de hacer algo por ella.

Concentró energía demoníaca en su brazo transformado, proyectando esta energía hacía el monstruo, energía que tomó la forma de una garra muy similar a la suya, reteniendo al ángel y dando tiempo a la serpiente negra invocada por Bayonetta de buscar el punto flaco del monstruo. Arrancando pedazos de carne del monstruo que gritaba moribundo, devorandolo, hasta que los pedazos y la serpiente, regresaron por el portal creado por Bayonetta.
La bruja deshizo el hechizo, cada hebra de pelo y ropa que había formado el portal, volvió a su sitio cubriendo su piel, Nero giró la cara por respeto, sin poder evitar rascarse la nariz.     

Pero era como si la desaparición de aquel monstruo, hubiera sido el detonante para que Nero regresará a su universo, y a sus pies, se formó un portal de color azul que lo rodeo.
-¿Vuelves a casa, gatito? -Bayonetta le dedicó una sonrisa.
-Nero… mi nombre es Nero.
-Quizás nos volvamos a ver… tengo que pagarte que me hayas ayudado.
El rostro de Nero se encendió ante la insinuación, pero no quería achantarse frente a su comentario.
-Yo… te aseguro que estaré a la altura.
La bruja comenzó a reír.
-Entonces nos veremos muy pronto, hasta la vista, Nero.

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Nero apareció en su universo, tan similar, pero donde esta vez la amenaza eran demonios.
Sentándose un momento, resoplando, abrumado por todo lo que había sucedido.
“Necesito cinco minutos… para calmarme.”
« Last Edit: September 11, 2014, 08:21:12 PM by Shura »


Shura

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #11: September 12, 2014, 07:47:52 AM »
Otro pah´rriba.
Realmente es la primera prompt que escribí y que me dejo atascadisima. Pero como a cabezona no me gana nadie, y llevaba 500 palabras, no quería dejarlo tirado. Total, no me gusta, es como un bizarro chiste interno y sin gracia, pero era una espina que había que quitarse de encima (*sacando espinas con pinza de depilar jijijiji*)


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 Personaje A y B no se conocen, pero por alguna razón se terminan encontrando en todos lados.

Joseph Joestar & Josuke Higashikata

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El destino no tiene ningún plan místico, el destino no gira a tu alrededor preparando tus pasos para un objetivo ni una lección; el destino únicamente se mueve para reírse de tus intenciones, preparándose y adaptándolo todo para una gran broma cósmica, incomprensible y sin gracia. Eso es el destino.
Y ahora mismo, el destino se ha puesto en marcha preparando su nueva bufonada.

Joseph Joestar no es que tuviera nada interesante que hacer aquel día, aburrido por tener que cumplir los recados que le había encargado su abuela,  paseando por el centro de la ciudad y entreteniéndose mirando los escaparates, deteniéndose a mirar la siguiente temporada y los complementos de otoño.
-Esa bufanda es una horterada.
Escucho el comentario a su lado, y aunque no fuera con él se giró alzando una ceja… y por primera vez quedándose sin palabras: a su lado, un joven que parecía pasear con sus amigos, todos de instituto a juzgar por su uniforme, pero es lo que más destacable, era el peinado del que había hablado, tenía un tupé al más puro estilo rockero de la vieja escuela, un peinado pasadisimo de moda y auténticamente hortera para un chico de instituto.
Joseph tuvo que dar media vuelta, bufando cuando pasó al lado del grupo, el chico del tupé fue el único en percatarse, parpadeando sorprendido y siguiéndolo con la mirada, acabando por encogerse de hombros resuelto, y sin darle mayor importancia.

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Al contrario, estaba Joseph, que valga la redundancia, no lograba quitarse aquel tupé de la cabeza. Buscando cualquier excusa para distraerse, entrando en la tienda de música y buscando algo de los Beatles para escuchar, y de nuevo paralizado, cuando justo quien estaba usando los cascos de prueba de la tienda, era el tipo del tupé, con un disco de Pink Floyd en la mano. El extraño levantó las cejas, apretando el labio inferior al tener un vago recuerdo de aquel tipo, ignorando este pensamiento, y por cortesía quitándose los cascos de música.
-¿Quieres escuchar?
Joseph miró los cascos de música arrugando el labio con desagrado, como si estos pudieran pegarse a su cabeza y transplantarle aquel peinado.
-Paso. Adiós -de nuevo se dio media vuelta para marcharse dejando al otro con una despedida que sonó interrogante, probablemente extrañado por la actitud que estaba mostrando ante otro desconocido.

Suspirando y saliendo de la tienda, Joseph por fin podía poner en palabras sus pensamientos.
-Ese pelo es horrible… ¿acaso sus padres no le dicen nada antes de salir de casa?

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Cuando llego a casa, había olvidado completamente los recados a causa de tan ridículo accidente, aunque quiso darle explicaciones a su abuela, la verdad es que no tenía manera de explicar lo que había pasado… recibiendo una reprimenda y retirándose a su dormitorio. Ya en el ordenador investigó la manera de hacer un peinado tan complicado a la par que absurdo, desistiendo cuando a las horas sólo llegó a la conclusión de que nunca gastaría tanto tiempo y recursos para salir con aquella plasta en la cabeza.
Joseph confiaba que con aquello hubiera tenido suficiente por un día, empachado de aquel estilo, yendo a dormir confiado de que olvidaría todo a la mañana siguiente.

“¡Felicidades JoJo! Habeís tenido un chico precioso.”
Joseph no entendía nada. Pero se dejó llevar por la situación, asomándose a una cuna mientras todos aplaudían emocionados.
“Se parece a su papá y todo.”
Pero aquel bebé, no se le parecía en nada ¡él no tenía aquel estúpido tupé como el que gastaba el bebé!

Se llevó las manos a la cabeza, despertando de aquella pesadilla alterado y tocándose la cabeza solo para comprobar que cada pelo seguía en su sitio. Cayó hacía atrás de manera pesada, suspirando aliviado, parecía mentira que alguien que no conocía, lo acosara sin pretenderlo por cada rincón.
“Es culpa de ese pelo.”
Se levantó para asearse aunque aun fuese temprano, y las horas se le pasaron muertas delante del espejo, aunque sonará irónico, intentando hacerse aquel peinado con cero éxito.
Sobre todo cuando su abuela cortó el momento, obligándole a cumplir los recados que había dejado pendientes del día anterior.

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Y ahí estaba de nuevo frente al escaparate de la tienda de ropa.
“Hoy definitivamente me compro la bufanda.”
A su lado, se detuvo un joven que conocía muy bien… era el tipo del tupé, y si aquello no era suficiente para agitar a JoJo, para colmo este llevaba al cuello, la misma bufanda que él quería comprarse.
El chico del tupé reparó en la presencia de Joseph, reconociéndolo del día anterior.
-Uhm, hola, ¿nos conocemos?
-No lo sé… me llamo Joseph.
-Josuke.
-Así que Josuke… -Por fin le había puesto nombre a aquel pelo, sin poder evitar mirarlo de manera casi grosera.
-¿Qué pasa? -Josuke comenzaba a sentirse molesto, para él su peinado era muy importante -¿qué estás pensando de mi pelo? 
-Creo que es una horterada.
-¿¡Qué has dicho de mi pelo!? -Josuke comenzó a ver en rojo, enfadado y sin pensar en lo que hacía, agarró a Joseph por la pechera, y este defendiéndose con un buen ataque, lo agarró por las muñecas.
-¿¡Y tu ayer dijiste que esa bufanda que ahora llevas es una horterada!?
-¿¡Qué!?
-¡Tu pelo me persigue desde ayer! He intentado hacerme el peinado por la mañana y no hay manera.
-¿Entonces…? -Josuke le soltó confundido -¿te gusta o no mi pelo?
-¿Y a ti esa bufanda? -Joseph levantó la ceja, mientras Josuke arrugaba el labio.
Habían llegado a un punto muerto, un punto donde ambos intentaban comunicarse algo sin éxito, pero igualmente, era un punto donde habían llamado la atención del otro, y por eso, valía la pena empezar desde cero y conocerse.

-Deja que me presente en condiciones: me llamo Josuke Higashikata.
-Joseph Joestar, puedes llamarme JoJo.
« Last Edit: September 12, 2014, 08:04:42 AM by Shura »


Kora

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #12: September 12, 2014, 09:17:03 AM »
Dejo prompt antes de irme a clase, he ido a random.org esta mañana a ver qué salía y el sitio me tiene ya calada.

Dejo
Personaje X en el universo de Personaje Y
Asami Sato en el universo de Gyro Zeppeli. Diviértete en la Steel Ball Run, maja.



La Steel Ball Run era un sueño que se extendía por toda la nación y poca gente quedaba sin que le afectara de un modo u otro. No sólo eran los participantes quienes tenían algo que ganar, todos los sectores de comercio podían sacar provecho de la carrera, y los espectadores, si no era por el dinero que daban las apuestas, tenían una distracción de su día a día.

Una de las beneficiadas eran las industrias Sato, ofreciendo sus recursos para toda la parte técnica que había detrás de la carrera. Siendo emigrantes de segunda generación, muy poca gente hubiera confiado en ellos para un proyecto de tal envergadura, pero Stephen Steel se había entusiasmado de un modo casi infantil con los diseños que ofrecían, y no había dudado en contratar sus servicios.

Asami estaba segura de que tras la carrera, tendrían un puesto afianzado en la creciente industria automovilística, y por ello, estaba completamente agradecida a aquel hombre.

Y ahora, se encontraba ante un gran dilema.

- ¡Espera! ¡No dispares!

Al oír los pasos tras ella, se había girado con una pistola en la mano. Por suerte, reconocía a los dos hombres a caballo frente a ella. Los habían declarado terroristas y enemigos de la nación, ofreciendo una gran recompensa por quien acabara con ellos. Johnny Joestar y Gyro Zeppeli, que habían empezado como simples competidores en la carrera a caballo.

- Dios, qué susto… - Suspiró Asami.

Más aliviada porque no eran un grupo de bandidos, bajó la pistola. Nunca había disparado a nadie, había cogido la pistola más por asustar, sin considerar que tuviera que llegar a apretar el gatillo realmente.

- La próxima vez nos encargaremos de avisar a gritos que estamos llegando. - Zeppeli rodó los ojos.
- ¿Tienes algo, Asami? - Le preguntó Johnny, acercándose. Su caballo le golpeó en el brazo, y Asami acercó la mano para acariciarle el cuello.
- S-sí. He conseguido la ruta que tomará el Presidente en los próximos quince días. También los hoteles en los que se quedará. - Le tendió un papel al jinete. - Pero no he oído nada del cadáver.

Con su habilidad natural para la tecnología, había empezado a interceptar comunicaciones en morse simplemente de casualidad mientras probaba otra cosa. Y una de las líneas en las que había entrado era la del presidente Valentine y sus asociados.

Traicionar al país que les había acogido y dado una oportunidad parecía rastrero… pero era una cuestión de supervivencia. Fuera lo que fuera aquel “cadáver”, el presidente Valentine iba a deshacerse de quien hubiera tenido el más remoto contacto con éste.

La lista incluía nombres como el de Stephen Steel, su padre, y ella misma.

- Gracias. - Johnny guardó el papel en su bolsa.
- Deberíamos irnos. - A Zeppeli no se le había pasado por alto unas linternas en la lejanía.

Asami asintió, ajustándose el batín para protegerse del frío aire nocturno. Debería volver pronto a su habitación antes de que alguien notara su ausencia. Si descubrían que había estado pasándole información a los terroristas…

- Tened cuidado. - Les dijo.
- Tú también, Asami. - Johnny azuzó a su caballo, preparado para marcharse. - Mierda, están más cerca de lo que creíamos.

Sin más tiempo para despedidas, los dos jinetes salieron a toda prisa. En silencio, Asami entró dentro del hotel antes de que la patrulla nocturna llegara a la calle. Subió a su habitación rápidamente, encerrándose en la habitación con el ritmo cardíaco disparado.

Sacó el transistor de corta distancia de una de sus mochilas, disimulado entre un montón de otros cachivaches. Hizo girar la rueda hasta que encontró el canal que buscaba, esperando con tensión a que sonaran los pitidos.

No están aquí.

- Menos mal… - Suspiró, apretando el transistor contra su pecho.

Por el bien de todos, aquellos dos tenían que ganar.


Deidara

Re: #prompts4everyone ☆ ronda de prueba
« Reply #13: September 12, 2014, 02:00:25 PM »
Ronda de prueba cerrada!