Okay, para variar mi ritmo será algo más triste/not
I suck (...)Muerte de un personaje en un grupo de amigos. Reacción de sus amigos.
Era una tarde común y corriente, y un conjunto de amigos estaba pasando un rato ameno en la casa de uno de ellos. El clima era alegre y todos tenían sus agendas libres el presente día, así que ese rato prometía ser un momento entretenido para todos.
Sin embargo, estaban por enterarse de algo que cambiaría el humor del grupo.
“¿Ya tienen las palomitas de maíz listas?” preguntó Tomaj.
“Sí, hace ya varios minutos,” respondió Sterk. “Deberíamos comenzar con la película antes de que se enfríen.”
“Esperen, todavía no la encuentro…” Sora revisaba su colección de Bluray, la cual estaba tan desordenada que era capaz de activar el TOC de cualquiera. “Ah, hace poco la vi, ¿dónde la puse?”
“¿Prefieren Coca-Cola o Sprite?” preguntó Ryoji, luego de sacar vasos descartables. Él vio a Yosuke entrar a la sala mirando su teléfono fijamente. Este se notaba perturbado por algo. “Oye, ¿sucede algo?”
“Chicos, malas noticias…” Yosuke dio un suspiro y llamó la atención de los presentes. “Me acabo de enterar que Almaz ha fallecido.”
“¿Almaz?” preguntó Sora.
“Sí, del colegio,” el pelinaranja esperó a ver más reacciones o lamentos de los demás, pero se confundió al notar que ellos intercambiaron miradas. No entendía esa reacción de parte de los demás, pero finalmente uno de ellos se dejó explicar.
“¿Quién?” preguntó Tomaj, alzando una ceja.
“¿C-cómo que quién? Ese chico que era nuestro amigo en el colegio. Jugamos fútbol con él en varios recreos, ¿no recuerdan?”
“Vaya, qué pena…” Ryoji se lamentó y bajó su mirada.
“…” a su costado, Sterk le miró de reojo. “Tampoco le recuerdas, ¿verdad?”
“Ehh, pues no, pero siempre es triste que se muera alguien,” el pelinegro sonrió.
“No te ves muy triste,” Yosuke entrecerró sus ojos. “¿Cómo no lo pueden recordar? O sea, lo entiendo de Sterk porque él entró a nuestro colegio el último año y no es muy sociable, ¿pero ustedes no lo recuerdan?”
“¿También era nuevo?” Sora ladeó su cabeza.
“¡No! ¡Estuvo con la promoción desde primero de primaria!”
“Si no te conociera, diría que nos estás jugando una broma,” dijo Tomaj, cruzado de brazo. “Veamos… ¿era ese que se perdió en nuestra visita a la fábrica de fideos?”
“No…”
“¿Qué tal ese que no dejaba de sacarse las mejores notas y una vez todos nos pusimos en su contra?” preguntó Sora.
“No, ese se mudó en tercero de secundaria.”
“¿Y ese otro que se cayó al pantano en nuestro paseo escolar en primaria?” preguntó Ryoji. Él notó que Yosuke le miró con cierta indignación en sus ojos. “¿…no?”
“¡Ese fui yo!”
“Uh, perdón…”
“No puedo creerlo…” Yosuke negó y fue a buscar su mochila. “Voy a sacar mi laptop.”
El pelinaranja abrió su laptop y entró a Factbook. Iba a preguntarles si lo tenían entre sus amigos, pero viendo esas reacciones sabía que perdería el tiempo. Buscó en su cuenta entre distintos álbumes de fotos y finalmente encontró lo que buscaba.
“Una chica de nuestra clase puso todos estos scans de nuestros salones de varios años y nos taggeó,” explicó Yosuke. “Sólo están los de primaria, pero al menos eso debe ayudarles en algo.”
Los demás se acercaron a la pantalla y vieron una foto gastada y de imagen borrosa donde estaban como niños en formación de foto escolar y vestidos con uniforme.
“Oh, esa chica siempre fue una presumida,” comentó Tomaj. “Y sí que Sora tomó muchos años en crecer…”
“¿Recuerdan a este?” preguntó Ryoji, sonriendo mientras apuntaba a un chico gordo. “Ese era el payaso y siempre nos hacía reír.”
“Claro que me acuerdo. Si no me equivoco, se ganó una beca para estudiar en el extranjero,” dijo Sora.
“¿Y dónde están ustedes? No los reconozco,” Sterk miraba entre todos los niños pero le costaba encontrarles.
“Oigan, concéntrense,” Yosuke negó. Tenía los amigos más olvidadizos. “Aquí está.”
“¿Dónde?” preguntó Sora. Él vio al otro apuntar a uno de los más altos.
“Este,” él notó a los demás volver a quedarse meditativos y dio un pesado suspiro. Ya se estaba cansando.
“Ah, ahí está pero no sé por qué no lo recuerdo…” Ryoji pasó a la siguiente foto y vio una toma de niñas jugando en columpios. Volvió a pasar y se vieron en otra foto con el recién fallecido en una resbaladera. “Wow, aquí estamos con él.”
“Okay, eso fue creepy,” Sora sintió escalofríos.
“Maldito espectro…” Tomaj frunció el ceño en desconcierto. Él presionó el tag del chico y todos entraron a la página del fallecido, donde había una foto de este sonriendo y varios mensajes de condolencia.
“Ya, una foto reciente,” dijo Yosuke. “¿Ahora sí le recuerdan?” nuevamente, ocurrió el mismo silencio de antes. “Deben estar bromeando.”
“Aw, pero parece una buena persona…” comentó Ryoji, apenado.
“¡Pues sí, era nuestro compañero y ganó el premio del mejor amigo dos años seguidos!”
“¿Su nombre era Almaz von Almadine Adamant?” preguntó Sora. “¿Cómo así tenía un nombre tan ridículamente largo y no lo recordamos?”
“Esperen…” Sterk se puso a pensar. “¿No será ese que participó en varios concursos de matemática y llevaba snacks para sus compañeros de equipo?”
“¡Ya, alguien lo recordó, y el que pensé que no lo haría!” exclamó Yosuke. Sterk le miró con reproche y los demás seguían igual de despistados que antes.
“¿Y cómo murió?” preguntó Tomaj.
“Dicen que lo atropelló un camión.”
“¿Q-qué?” Tomaj no pudo evitar sonreír con incredulidad.
“¡O-oye, ¿ahora te ríes del pobre?!”
“Perdón, es que es tan raro. O sea, si lo atropelló un auto, pues es muy triste, si fue un bus es mala suerte, ¿pero un camión? Vivimos en una zona grande y residencial. ¿Dónde pudo haber sido atropellado por un camión?” él miró a los demás. “¿Verdad chicos?”
“No me mires a mí,” Sterk negó en desapruebo.
“Uhh no es gracioso, pero sí es raro, no hay construcciones cerca,” dijo Ryoji.
“Ah, este chico al que no recuerdo ya me está dando escalofríos,” admitió Sora con pesar. Esperaba no recordarlo súbitamente en plena noche de insomnio o en sus pesadillas. “¿No quieren ver la película? Ayúdenme a buscarla.”
“Son increíbles,” Yosuke cerró su laptop. “Con permiso, voy al menos a darle el pésame a su familia.”
El pelinaranja se retiró de la sala para hacer la corta llamada, mientras los demás intercambiaron miradas entre sí.
“Creo que esto estuvo mal,” Ryoji frunció el ceño, incómodo.
“Sí, pero en serio que no lo recuerdo,” dijo Sora.
“Me pregunto si terminaremos en el infierno…” Tomaj se puso a pensar.
“Pues, quizás alguien sí…” Sterk negó frustrado. Todo el diálogo que tuvieron sonó a un script escrito con maldad.
La tarde había pasado a volverse incómoda para todos los presentes.