Bishoujo Team

Proyectos => Downtown District => Topic started by: Cho on December 04, 2013, 11:33:55 PM

Title: Act 1: Overture
Post by: Cho on December 04, 2013, 11:33:55 PM
(http://i4.minus.com/ixFH2pZEvlW6L.png)


Era otro día dentro de la famosa ciudad de Eastwood. Siempre reconocida como una zona de diversos talentos, la localidad estaba más ocupada que nunca. Era común ver estrellas surgiendo de entre la muchedumbre. Algunas ya conocidas eran emboscadas por la paparazzi, otras alcanzaban la ‘mejor temporada’ de sus carreras, mientras unas más anunciaban separaciones o pausas por varios motivos.

Visto desde muchas formas, Eastwood continuaba con su ecosistema, con su cadena alimenticia o con su ciclo de vida.

El ambiente repleto de interesados en llegar al estrellato también tenía presente a todo tipo de profesionales quienes, por más que no posaran sus pies sobre el escenario, tenían un rol protagónico detrás de cámaras, o dentro del mismo sistema del showbiz. Aquellos invisibles colaboraban dentro del complejo sistema de la famosa ciudad, y todos en conjunto seguían proveyendo admiración y entretenimiento a las masas…

…pero quienes aun son jóvenes, aun están en la fase de aspirar, o aun se enfrentan contra viento y marea sin llegar a sus metas, no rinden gran importancia al concepto de Eastwood. Desde un punto de vista más normal, ser exitoso y mundialmente reconocido es más difícil que ganarse la lotería, y envuelve más que marcar unos números y esperar a que todo salga a su favor. Las estrellas y multimillonarios dentro de un mundo tan vasto son menos que un puñado, y todos lo saben demasiado bien.

Sin embargo, existe siempre un comienzo en el rumbo de las personas, y muchas veces se da el caso que uno no sabe cuándo dicho inicio da lugar. Sea dentro de un día normal, en medio del trabajo, o en un momento aparentemente de ocio, quizás en medio de una oportunidad única, o a través de un contacto, entre otros.

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"Pero Sayaka-chan, sigo creyendo que es tu culpa por haber faltado. No estabas enferma ni nada..."
"¡Pero era trabajo!", alzó la voz exasperada y se jaló de los pelos. "O sea, al final no pasé la entrevista de esa telenovela, pero igual no podía dejar pasar la oportunidad...".
"Descuidando los estudios."
"Mira quien habla, Tatara", le dedicó una mirada asesina y el mayor le sonrió. "No debiste haber hecho grupo sin mí".
"Me hubiera gustado, en serio, pero la profesora no admitió que nos quedásemos sin grupo la primera semana. Allá tú y el tal... ¿Cómo se llamaba?".
"Ni siquiera sé cómo se llama". Suspiró. "Se apellida Nakamura, pero no sé su nombre".
 
Tercera semana de clases, primera práctica grupal a la vuelta de la esquina y la vida de Sayaka Miki se ha reducido al estrés continuo de no saber quién es su compañero para la clase de estadística. Si Sayaka se hubiera preocupado de sacar mejor promedio durante sus dos primeros ciclos, Sayaka habría escogido un mejor horario de clases, pero no, terminó escogiendo el peor curso de estadística (el que trabaja a grupos). Y aunque convenció a su mejor amigo de la universidad, Tatara Totsuka, de acompañarla en el sufrimiento, al final ni terminó agrupándose con él.
 
Pero a sus ojos, la oportunidad de trabajo no podía dejarse pasar. Hacía poco se había registrado en una agencia de actores secundarios y le llegó un correo sobre un trabajo que encajaba con su perfil; no era mucho, consistía en aparecer como camarera en el primer episodio del drama "Henshin Interviewer no Yuutsu", por lo que fue corriendo a la entrevista a pesar de perder la primera clase de estadística del año.
 
Resultado: Dolor en su máxima expresión. Bueno, no tanto. Si bien el tal Nakamura nunca se había presentado a alguna de las clases, al menos era lo suficientemente cordial para responder a los desesperados correos de Sayaka y enviar sus partes del trabajo. El chico siempre aludía a estar lleno con trabajo y Sayaka no podía evitar sentir cierta pena, ella también sabía lo que era estar lleno de trabajo y tener que faltar a clases para ello. Si bien la peliceleste tenía el apoyo de sus padres para la universidad, estaba sola en todo lo que respeta a mantenerse diariamente con vida, por lo que el trabajo era indispensable. Aquel chico Nakamura debía pasar por lo mismo, de seguro, por lo que Sayaka no dudó en aceptar cuando le pidió si no era mucha molestia que le compartiera sus apuntes.
 
El problema era que la profesora deseaba evaluar una práctica grupal en el aula. Y para eso sí Sayaka no estaba preparada, ya de por sí era mala en el curso y de ninguna manera podía hacer el trabajo de dos. El break-down en frente de Tatara había sido porque le había enviado el tercer correo electrónico a Nakamura sin respuesta aún y la práctica era en dos días.
 
¿Cuánto costarían las pistolas?
 
"Está vibrando", señaló Tatara con la vista y la peliceleste vio con emoción la señal de un nuevo mensaje.
"ES NAKAMURAAA", gritó emocionada, atrayendo algunas miradas de las demás personas en la cafetería. Tatara le jaló de la blusa para que se sentara de vuelta y Sayaka abrió el correo en su tablet.
 
 
"Estimada Miki-san,
Disculpe por la demora, últimamente he tenido demasiado trabajo. ¿No se puede presentar la práctica por internet? ¿Serías tan amable de preguntarle a la profesora? Estaré al tanto, gracias."

 
 
"PINCHE PENDEJO", gritó ofuscada y Tatara rió, dándole palmaditas en el hombro.
"Sweetheart, cabeza fría en estos momentos".
"Pero ese desgraciado me dice que no quiere venir ;_; TATARA ME VOY A MATAR, EN SERIO, AHORITA ME SUBO A UN BUS Y ME VOY AL GHETTO"
"Una cosa es suicidarte y otra esperar que te violen (!?) anyway, lo mejor es que le respondas mintiéndole con que es imposible. Además, no puede faltar todo el año y esperar que tú le cubras". Sayaka asintió. "Go baby, escríbele eso".
"U rite, ahorita mismo me va a conocer..."
 
 
"Hola!
Acabo de encontrarme con la profesora y se ha negado a presentar por internet, dice que tomará en cuenta la asistencia. No puedes pedir un día libre, por favor? Es también mi nota, espero comprendas. En todo caso también podríamos reunirnos a estudiar? Avísame! Bueno, cuídate!!"

 

"Miki-san,
Ya veo, discúlpame por incomodarte con todo esto, no fue mi intención. Reunirnos me parece una buena idea y como me siento en falta me ofrezco a llevar comida. ¿Dónde vives? ¿O prefieres estudiar en otro lado? Me envías la dirección, por favor. Yo estaré libre el día antes de la prueba desde las 5 de la tarde."

 
 
"..."
"..."
"AHORA ME SIENTO MAL PORQUE LE MENTÍ Y TRAERÁ COMIDA OMG, SOY INDIGNA"
"No, BE FIERCE. ¡Está pagando lo justo!, no tienes por qué sentirte mal."
"U so fucking rite. Okay...", Sayaka volvió a su tablet y comenzó a escribir su dirección en un nuevo mensaje y diciéndole que le gustaban los rollos de canela. Una vez hubo acabado, sonrió satisfecha. "Quien lo diría, finalmente conoceremos a Nakamura-san". Tatara sonrió y ella le mostró los dos dedos pulgares emocionada. El plan había resultado...
 
 
***
 
La peliceleste se había prometido que intentaría repasar algo antes de que llegara Nakamura, pero le resultó imposible. Al final se la pasó releyendo las dos líneas que tenía que interpretar para una escena de apenas un minuto de un drama de bajo presupuesto. Fue en medio de otro momento de "¿qué hago con mi vida?" cuando sonó el intercomunicador. Sayaka observó el reloj... Pero no, nadie era capaz de llegar tan temprano y a la hora exacta.
 
"Buenas, ¿se encuentra Miki Sayaka-san?", preguntó la voz y supo que se trataba de Nakamura, sin embargo, había algo que la dejó extrañada. Podía jurar que había escuchado su voz en otro lado.
"Uh... ¡Sí!", dijo recobrando rápidamente su tono normal. "¡Pasa!". Colgó el intercomunicador y se apresuró hacia la ventana para verlo, pero lo que vio fue una figura haciéndole una señal a una camioneta negra con lunas polarizadas, pero apenas la persona se volteó, su rostro fue tapado por un árbol que habían plantado los vecinos el verano pasado. Sin embargo, a pesar que la figura del chico ya estaba completamente fuera de vista, la camioneta negra se quedó un rato más. Sayaka sentía más de un par de ojos mirando hacia su ventana y se quizo morir.
 
"Okay Sayaka, te metiste con un integrante de la mafia. Respira, easy peasy", se repitió a sí misma. "Nota mental: Mañana mismo cortas el árbol".
 
No pudo seguir ensimismada en sus pensamientos porque en eso tocaron el timbre de su casa. Suspiró y se fue rápidamente a la puerta...
 
"H-Hola". Le dijo con una sonrisa amable. Sayaka le miró y al instante entendió por qué reconocía aquella voz. Sintió como su presión se iba al piso. "Traje los rollos de canela... No sabía si tenías alguna tienda favorita, así que los compré en la tienda en frente de mi trabajo...".
"... Nakamaru Yuichi".
"¿Sí?", preguntó extrañado, pero luego recordó que por lo general, esa expresión de pánico que tenía Miki-san era la expresión que siempre le daban en esas ocasiones. "P-Pues sí, soy yo...", respondió un poco hastiado por la atención que siempre recibía.
"... Nakamaru". Le cortó.
"¿... Ajá?", preguntó ahora sí extrañado.
"... Entonces tu apellido es Nakamaru. No Nakamura".
"¿... Nunca lo fue?"
"..."
"..."
"... Entonces, ¿me has estado enviando todos esos correos pensando que soy un tal 'Nakamura'?"
"..."
"..."
 
911, ayuda, me he estado mensajeando con un idol. Abortar misión.

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Llevaba sentada unas horas en el teclado cuando las primeras monedas golpearon la porcelana. Sin abandonar la melodía la joven alzó la mirada y sonrió.

Aún le quedaba una hora tocando aquella tarde. Era un negocio pequeño y recluido, frecuentado por una clientela moderna que esperaba una ambientación delicada mientras degustaban su comida. Y ahí entraba ella. La paga era buena para esas cuatro horas diarias, pero ello no justificaba que quisiera estrellarse contra el piano cada vez que volvía a tocar éxitos como Ballade pour Adeline. (http://www.youtube.com/watch?v=gfsgXJQ0ebU)

Las reglas eran específicas: Toca y/o canta todas las canciones de la lista al menos una vez. Y si se acaban, vuelve a repetir. No hay lugar a improvisación u originalidad... a menos que un cliente te de una propina y te pida algo en particular.

"Gracias, ¿tiene algún pedido?" Los clientes usualmente se acercaban cuando venían en compañía de una pareja, pues era costumbre el pedirle alguna balada romántica para impresionar a su acompañante. Solía funcionar muy bien, sobretodo cuando habían otras parejas presentes quienes por no quedarse atrás empezaban a lloverle con pedidos similares.

Pero el hombre frente a ella parecía ser una excepción. Cargaba con una taza de café y un periódico enrollado bajo el brazo. No parecía tener prisa en reunirse con alguien o irse a trabajar.

"Ninguna en particular" respondió el hombre "Solo me gusta como tocas"
"Gracias" La joven sonrió. La propina siempre era bienvenida, pero los elogios lo eran aún más "Lo que interpreto aquí no es lo que suelo hacer, y si aún así te gusta... creo que me hiciste el día"
"Eres músico entonces ¿Eres del conservatorio?"
"Era. Ahora tengo una banda de rock" Eso hizo reír al muchacho. No debió imaginarse que, quien a estas alturas debía ser la hija perdida de Ray Conniff, estaba metida en el rock. La joven fingió ofenderse "Cómo, ¿mi ropa no lo delata? Amigo, yo soy puro sass"
"Si, debí darme cuenta, pero me cuesta imaginar tu voz junto a batería y guitarras. El piano te sienta mejor" La muchacha se encogió de hombros "Dime, ¿tienes alguna canción tuya... tuya? ¿Tú y el piano?"

Aquello la tomó por sorpresa.

"Sí, a veces compongo con el piano y..." le habían entrado los nervios de repente. Era la primera vez que alguien le preguntaba por su música en ese lugar, y le costó horrores hacer la pregunta "¿Te gustaría escuchar algo mío?"

No había antecedentes similares, pues nadie parecía pensar que una intérprete de covers tendría una voz propia.
¿Y si había sido una pregunta inocente sin afán de comprometer su dinero? Estuvo por disculparse por su atrevimiento cuando el joven sonrió, complacido ante la propuesta.

"Por supuesto. Será interesante escucharte tocar algo que disfrutes" le respondió "Me sentaré por allá, tócate un par, ¿si?"
"De acuerdo" el hombre se estaba por dar media vuelta cuando la muchacha agregó "Y gracias"

El cliente alzó su taza de café en respuesta y continuó buscando un sitio. Mientras tanto, la joven se acomodó en su banco y reposó ambas manos en su regazo, intentando mantener la compostura y desenredar rápidamente la maraña de preguntas que rodaba en su cabeza.

¿Que canción iría a tocar? Tenía varias por elegir... y en primer lugar: ¿Sus jefes no se disgustarían? Pero el cliente lo pidió personalmente, y de todas maneras estaba sentado ahí. ¿Y si el cliente lo odia y se va? Entonces podría retomar con alguna de Kenny G y no harm done. Right? A excepción que entonces nada la detendría en correr a la calle y lanzarse a su destino bajo las dieciséis llantas de algún trailer fugaz. Así, todo muy casual.

"Ya basta, va a estar bien... igual nadie te esta prestando atención" se recordó. Sintió una corazonada con una de sus canciones y decidió apostar por ella. Ya, ya que importa. Limpió su garganta y cuando sus dedos encontraron los acordes respiró profundamente.

De la nada parecía como si los últimos meses trabajando en ese local hubieran desaparecido. Era como si estuviera sentada por primera vez frente a ese teclado, y entonces sintió un vacío tan hondo como un abismo abrirse dentro suyo. Menos mal era un vacío que sabía como llenar.

Satisfacer al público siempre había sido la prioridad, y esta vez tenía la suerte que esa satisfacción fuera de la mano con la suya.

Aunque sea por unos minutos podía ser ella misma.

♫♪♫ REGINA SPEKTOR – EET (http://www.youtube.com/watch?v=3PbBN0GMkVw)

It’s like forgetting the words to your favorite song
You can’t believe it
You were always singing along
It was so easy, and the words so sweet
You can’t remember
You try to feel the beat


Alzó la mirada y busco a su nuevo cliente favorito. El encontrarlo sonriendo abrió una sonrisa en su rostro.
Una sonrisa tan grande que no la dejó por el resto de la tarde.

Eet, eet, eet, eet
Eet, eet, eet, eet…


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Las campanas de la universidad sonaron, anunciando el inicio de una nueva hora. Los pasillos del campus estaban repletos de estudiantes, quienes se dirigían a distintas clases, algunos andando rápidamente y otros hablando con sus compañeros y amigos. El ambiente era uno ameno y lleno de vida, digno de la edad de los presentes.

En medio de toda la muchedumbre, una joven peliceleste caminaba agarrando unos cuadernos de su última clase. Lo último que le quedaba hacer en el día era guardarlos en su casillero y de ahí podía retirarse a reanudar sus otras ocupaciones. Sus profesores en el conservatorio debían estar esperándole desde hace un rato…

Ella detuvo su andar al pasar al costado de un pequeño kiosco en su camino, donde varios estudiantes esperaban para hacer y recoger su pedido. Todos ellos estaban concentrados en sus conversaciones o alimentos, y las encargadas en atenderles lo antes posible. Y mientras, una canción en la radio del local estaba terminando, pasando desapercibida por todos los presentes. Todos menos ella.

In other words, please be true
In other words, I love you



“Acaban de escuchar una version moderna del clásico de Frank Sinatra: Fly me to the Moon, interpretada por una joven cantante local. Este es solo un grato recordatorio más de la variedad de talento presente en Eastwood…”


El DJ de la radio continuó haciendo una mención sobre el conservatorio, y de ahí cambió a otro tema. Al terminar de oír lo que le había interesado, ella pretendió continuar con su camino, pero sólo dio unos pocos pasos cuando una persona conocida le pasó la voz.

“Cho,” le llamó otra estudiante, caminando hacia ella. Era una chica un par de años mayor, de cabello marrón rojizo y ojos índigos.
“Kurisu…” Cho se giró y se le dirigió.
“No esperé verte por aquí, imaginé que estarías ocupada,” la pelimarrón sonrió levemente. “Me enteré, hoy iban a pasar una canción cantada por ti en la radio. Felicidades por ello.”
“No es la gran cosa…” Cho desvió la mirada, algo incómoda.
“No suena a poca cosa.”
“No es la gran cosa…” volvió a mencionar, con un poco más de tensión. “Fue un reto de parte de los profesores del conservatorio… dentro del área de canto… ellos escogerían a un ganador luego de las últimas evaluaciones para que llegara a la radio… y la canción sólo pasaría una vez y en una radio local sin gran presencia…”
“Suena a que tenías expectativas sobredimensionadas,” Kurisu negó. Era típico de Cho ver lo negativo y quitar importancia a sus asuntos. “Ciertamente no ibas a ser lanzada al estrellato por algo ya arreglado por los profesores.”
“Lo sé… por ello no es la gran cosa…”
“Pero sigue siendo algo. Esa canción a lo más podría llamar la atención de alguien importante, y a lo menos sería algo que podrías poner en tu Curriculum Vitae a futuro. Y por más pequeño que sea, no sabes cuántos aspirantes en Eastwood querrían tener una oportunidad como tal.”
“…” Cho miró al piso, pensativa. Pasó un corto silencio. “Hablando de eso, ¿cómo les va a ustedes? ¿Tu equipo ha hecho un progreso?”
“…” Kurisu rodó los ojos. “Hace un par de horas, se convocó el tercer hiatus de la semana porque todos se sienten sin inspiración. Seguramente también se debe a ese nuevo videojuego que ha salido. Ellos sólo pierden su tiempo.”
“Y… eh… hablando de eso…”
“Sé lo que quieres preguntar,” la pelimarrón se encogió de hombros, con indiferencia. “La idea de una banda fue de ellos, y como mi participación no interrumpe en mis estudios no es inoportuno seguirles el juego. Así que realmente no pierdo mi tiempo. Es más como una forma de pasar las tardes con mis amigos.”
“…” Cho asintió, comprendiendo.
“Deberías visitarnos, sé que les caerás bien. Con tu reciente logro, es probable que ellos te pregunten muchas cosas al respecto…” ni bien terminó de decirlo, Kurisu se detuvo a reconsiderar sus palabras. Ver a Cho desviar la mirada por enésima vez le hizo entender que sólo le había hecho sentirse observada, e incómoda. “Pero si se ponen molestos, sólo tienes que avisarme. Ya de por sí, tendría que darte advertencias sobre algunos de ellos…”
“E-está bien, tengo que irme,” Cho se apuró y dio una reverencia rápida. “Nos vemos mañana, estoy con prisa. Cuídate.”
“Sí…” Kurisu levantó una palma en señal de despedida y vio a su compañera caminar con más rapidez de la usual. Dio un suspiro. A ella le tocaba trabajar en su forma de ser si quería llegar a ser algo, sea por la carrera que estudiaba en la universidad, o por su talento de cantante en el conservatorio…

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Entre estos y muchos otros escenarios más, existe la oportunidad de dar un paso adelante. Este concepto tan simple depende de los eventos por suceder, los cuales varían grandemente en cada persona. Nunca hay un pronóstico para predecir el futuro. El tiempo, las acciones y las circunstancias serán quienes lo formarán.

En medio de estos eventos, la ciudad continuó con su imparable energía…
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Shura on December 06, 2013, 02:56:41 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/DD/ddshura.png)

Track .1 # Innuendo

El talento no es suficiente.
El esfuerzo, tampoco es suficiente.
¿Cuál es entonces la clave del éxito?

...

-Felicidades por tu puntuación en la audición.
-Muchas gracias. -Shura sonrió agradecida a su compañera en la banda, hace unos meses que se había unido, no es que aquella niña la admirase, pero le tenía respeto por ser primer violín.
-Estoy convencida de que pronto te convertirás en una excelente profesora.
-Sí… -La morena se quedó por un momento sin palabras, despidiéndose de manera automática de la chica. -Gracias.

Y es verdad… ya tenía veinticuatro años, aunque llevase desde los cinco años con un violín en las manos, y aunque hace años se la consideraba un genio, un prodigio… sin que tu afición y tu talento se exploten trabajando sobre un escenario, los genios y los prodigios dejan de serlo a los veinte años para pasar a considerarse meros expertos y aficionados, y ella ya llevaba cuatro años de más alargando lo inevitable, intentando resucitar en cada audición el interés por ella y por su música. Y lo lograba… tenía premios y logros… pero en lo referente a reconocimiento, nada. Aunque tuviera un primer puesto, nadie recordaba nunca su nombre, aunque su música resaltaba, las miradas nunca enfocaban hacia ella.

Al principio lo consideró como falta de esfuerzo, y trabajó, muchas horas, muchos días… hasta que al final, se dio cuenta de que precisamente todo el mundo esperaba eso de ella, y más que destacar, reafirmó la opinión que todos tenían de ella. Después lo considero una falta de suerte, y asistió a nuevas audiciones gastando dinero de su propio bolsillo en viajar, hizo la pelota a profesores y eminencias… para al final darse cuenta de que solo estaba como añadido en todas partes.
¿Qué era entonces lo que fallaba? ¿Qué más necesitaba?

“Podrías intentar convertirse en profesora de música.”
No llevaba veinte años tocando el violín sin descanso para terminar como profesora.
“Es normal que toques tan bien, los asiáticos llevais el talento en las venas.”
¡¡ARRGG!! ¿Solo por ser china tenía que dársele bien la música y las matemáticas? ¿Era eso? ¿No triunfaba por ser asiática? ¿Por qué se suponía que  era lo que venía de serie?

>¿Se supone que alguien por ser negro se le tiene que dar bien el baloncesto? ¡Es otro modo de racismo! ¿Y a vosotros lectores? ¿Os ha sucedido alguna vez algo parecido? Contadme vuestras experiencias.

Shura envío la nueva entrada de su blog, llevaba cinco años administrando un blog personal de forma anónima. Colgando fotos de sus viajes, críticas, opiniones, y otras cosas curiosas o diarias, nunca revelando su identidad por si algún día alcanzaba la ansiada fama alguno de sus aportes pudiera perjudicarla; y, modestia aparte, ya gozaba de trescientos seguidores y alrededor de siete comentarios por cada post, darse su pequeño baño de masas entre “te entiendo” o “que injusticia, no te lo mereces, eres la mejor”, le hinchaba el ego y hacía que no se enfrentará a los problemas diarios aunque fuera totalmente consciente de ellos… por eso, aquel mensaje le extrañó y le resultó como una bofetada.

>¿Eres Shura, verdad? No puedes ser otra… ¿cuánto tiempo más piensas seguir auto compadeciendote? ¿Aún no te has dado cuenta de lo que te hace falta para triunfar? Parece mentira… reúnete conmigo en el conservatorio, te daré la pista que necesitas para cumplir tu sueño y triunfar.

¿Cómo la había descubierto? ¿A qué se refería, era posible que alguien tuviera el “secreto” para la fama? Y lo más importante… ¿cómo iba a reunirse con alguien a quien ni conocía?
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on December 06, 2013, 07:55:56 PM
Aporte feo, pero sssh, vamos comenzando con algo
juro solemnemente que este 2014 aprendo a editar para hacer iconitos bonitos


(http://i39.tinypic.com/2i6j9qq.png) (http://i43.tinypic.com/npjnf5.png)

Había tenido una buena vida. Si bien sus estrictos padres agricultores habían sido duros con ellos, más lo habían sido con sus dos hermanos y ella había sido más consentida, así que no lo había pasado tan mal. No había sacado malas notas en sus clases y aunque se había caracterizado por ser una chica promedio, sus padres creyeron que, a diferencia de su hermano y su hermana-caida-en-desgracia-dejó-el-conservatorio-por-el-rock-cómo-se-atreve-dios-nos-libre, ella sí valía para enviarla a la universidad; así que había hecho sus maletas y había dejado su tierna Ica para venirse a Eastwood.

No había sido fácil, al comienzo creyó en la armoniosa vida familiar, pero luego de que ya no pudiera vivir más con su prima Cho y que descubriera que sus hermanos deseaban tener una vida aparte, supo que ella no podía entrometerse. No había problema, igual ella quería su espacio y sus cosas y sabía que si se quedaba viviendo con alguno de ellos tarde o temprano habría caos, por lo que comenzó alquilando un departamento cerca del de su hermana en las afueras. En aquel entonces sus papás no entendían que a una menor de edad no podían contratarla para buenos empleos, "¡Pero hijita, si en la ciudad hay trabajo de sobra!", riiiite, vender caramelos no era una opción, papá, mamá.

Su primer trabajo como cajera no le rendía buenos frutos, además que siempre llegaba tarde a clases, lo cual lo hacía aún peor. En general, en aquellas épocas había vivido un pésimo estilo de vida, pero con los primeros meses de universidad llegó a conocer a Tatara Totsuka, su actual mejor amigo y con quien compartía un departamento mucho más cerca de la universidad. Además, Totsuka estuvo con ella cuando ocurrió todo el fiasco con... Bueno, ese fiasco. Pero ni en ese mal momento estuvo sola.

Luego conoció el teatro, su pasión escondida de sus padres. Había comenzado unas cuantas clases sin comentarle nada a sus hermanos, hasta que las clases se convirtieron en seminarios, talleres y su principal actividad luego y antes de clases. Así finalmente había logrado entrar a aquella pequeña agencia de actores extras... No era mucho, pero le permitía hacer algo que le gustaba y tener dinero por ello. Ya era demasiado tarde como para decirle a sus padres que no quería seguir estudiando en la universidad... A estas alturas del partido le daba miedo darles un paro cardíaco después de la experiencia que habían tenido con sus hermanos mayores y ahí sí no habría ni Señor de Luren ni Rosa de Guadalupe que les salvaran.

Básicamente... Sí, había sido una buena vida. Con sus pros, sus contras, pero había sido una vida medianamente estable y buena para ella...





... Hasta ese momento, claro, en que había cometido suicidio social en frente a uno de los hombres más deseados de todo Eastwood al leer mal su apellido.

Pasado el shock inicial en que Sayaka vio su vida pasar frente a sus ojos, comenzó a disculparse mil y una vez por haber confundido su apellido.

"No es nada", le dijo Yuichi dándole una sonrisa pequeña. "Sucede todo el tiempo...", afirmación que solo hizo que Sayaka se sintiera aún peor.
"PEOR AÚN ;_;", no pudo evitar gritar tapándose el rostro, el cual se encontraba rojo de la vergüenza. "¡EN SERIO, DISCÚLPAME!". Yuichi rió y le dio una palmadita en el hombro.
"Calma... Ya pasó. Después de todo, no puedo enojarme con mi compañera de estadística que ha sido tan gentil de aguantar a alguien como yo y enviarme sus apuntes".
"NO DIGAS ESOOOO", lo miró entre los dedos de sus manos y al verle reír, no supo si todo estaba bien o si todo estaba mal. No, nunca le habían dicho qué hacer en ese tipo de situaciones. NO, ESTE TIPO DE SITUACIONES DE HECHO NO DEBERÍAN OCURRIR, pensó.
"Es en serio, muchísimas gracias por todo. He estado muy ocupado filmando mi última telenovela...", miró de costado un poco avergonzado. "Estadística es uno de mis cursos obligatorios y pensé que podría llevarlo sin problema alguno, pero terminaron moviendo mi horario sin consultarme y todo se volvió un caos". Suspiró y Sayaka por un momento lo vio como un ser humano igual que ella, pero en eso...
"Espera..." y recordó algo que le hizo elevar un dedo acusatorio hacia su persona. "¡Tú estás filmando Henshin Interviewer no Yuutsu!".
"Pues sí". Afirmó Yuichi que frunció el ceño al ver que parecía acusarle de algo.
"¡ESA ES LA MALDITA TELENOVELA PARA LA QUE NO ME CONTRATARON JGHFGKFKJF!" Ante esto, el mayor no pudo hacer más que reír abiertamente. La peliceleste intentó recordar cuánto costaban las palas del Ace Home Center para empezar a cavar su propia tumba.
"¿En serio audicionaste para ello? Si hubiera sabido podría haberte metido...".
"Ya no importa...", dijo haciendo un puchero. "Igual vendrán telenovelas de mucha más alta calidad que esa". Ambos se miraron por unos segundos en silencio y finalmente se echaron a reír.

Después de ello, Sayaka le invitó finalmente a pasar y que se pusiera cómodo. Aquella tarde su roommate Tatara había salido a un recital para un informe de su clase de poesía, por lo que tenían el lugar para ellos. La peliceleste abrió la caja con rollos de canela y tras probar uno se sintió en el sétimo cielo. Yuichi le contó que solía ir a comer a esa pequeña cafetería del frente de la agencia, ya que como era el lugar más obvio al que iría un idol, las fans en verdad lo obviaban, prefiriendo buscar otros lugares en los que "de seguro" se iban a comer.

"Vaya", dijo asombrada. "¿Y cómo haces para salir sin que te vean?".
"Es fácil, de hecho". Se hundió de hombros. "Por lo general salimos en una camioneta de lunas polarizadas y usamos cosas como chalinas, o máscaras de polen... Sacos largos... Oh", dijo recordando algo divertido. "Uno de mis compañeros de banda usa pelucas".
"¡No waaaay! ¿Quién de ellos?", preguntó riéndose.
"Eso sí no te puedo decir", respondió sonriendo.
"Pero no entiendo... ¿Cómo así te metiste a la universidad, entonces? Porque hasta donde leí en Friday, estabas llevando los cursos por internet, ¿por qué entraste a una clase presencial?".
"En realidad no estoy llevando cursos online, la verdad es que voy a mis clases... Usando la peluca de cierto amigo", dijo riendo. "Mi manager me dijo que lo mejor sería decir que llevo los cursos a distancia para no alterar el orden en el campus y que hayan fans esperando por ahí a verme... Igual siempre mis trámites los hace mi manager, ya que así guardo las apariencias. Para todo lo demás voy disfrazado".
"¿Y cómo haces con el asunto del nombre?".
"Es fácil", dijo tomando la caja que Sayaka le ofrecía y sacando un rollo de canela para él. "Los profesores ya están alertados sobre mí y no pasan mi nombre por lista".
"Okay, eso sí es injusto, you priviledged... You".
"En realidad no", sonrió. "Siempre tengo que acercarme a ellos al final de las clases para pasar personalmente mi asistencia...".
"Quien lo diría, los idols son más humanos de lo que parecen (?)".
"Okay, eso dolió B(".
"Sigues teniendo miles de miles de dólares como para que algo te duela de verdad B(". Sayaka rió al ver su puchero. "Pero no entiendo... ¿Por qué entonces no te presentaste conmigo con una identidad falsa, o algo así?". Yuichi suspiró.
"Me metí al curso sin saber que la dinámica era de parejas... Y créeme que me parece completamente agotador tener que mentir sistemáticamente todo un semestre a alguien a quien tendré que ver por el resto del tiempo. Y nada, confío en que no venderás mi identidad ni dirás nada...".
"¿Y qué te hace confiar que no diré nada?"
"El que tengo miles de miles de dólares para mandar a hacerte callar (:"
"Oh (:"
"Descuida", Yuichi rió. "No pasa nada en verdad, pero agradecería que no lo comentaras. ¿Puedo comprarte con dulces lo que queda del semestre?", preguntó mirando los rollos de canela.
"Con eso también puedes comprar mi virginidad, pero creo que eso no viene al caso (??)". Yuichi se sonrojó por un segundo, pero luego rió con ella. "Vaya... Sigo sin creerme esto. Si no estuviera despierta diría que todo esto es el sueño de una loca obsesionada con ustedes y sin nada mejor que hacer. Pero dime, ¿cómo es la vida con KAT-TUN? ¿Lo de la pelea de su concierto debut fue verdad?".
"Uh... Sí, de hecho Tatsuya le dejó un moretón horrible a Kame en la cara... Pero en realidad fue por mi culpa". Suspiró. "Fui yo quien me equivoqué en el baile, pero Kame se enojó con Tatsuya porque él debió de haberme cubierto. Fue todo un caos...", Sayaka se dio cuenta que no le gustaba hablar de eso, así que decidió decir cualquier estupidez para disipar esa memoria.
"Oh, vaya y yo pensaba que la princesa Tatsuya no era capaz de esas cosas". Al parecer lo dicho surtió efecto, ya que Yuichi se echó a reír.
"No tienes idea de cómo OOOOODIA que las fans le llamen princesa. Pero en verdad las fans no se alejan de la realidad, se comporta como toda una princesa cuando se le da la gana y si no le haces caso, bueno, nunca ha golpeado como princesa (?) pero en fin".
"Vaya...", Sayaka le sonrió. "Es... No sé, ¿raro? ¿Mágico? Eres como un unicornio (?)".
"Okay, si es que esa fue una referencia a mi nariz..."
"¡N-NO! Nada de eso ;_; omg sí era cierto que era acomplejado. Es que... No, en serio ni sé qué decir... ... ... ¿Puedo tocarte? (?)"
"..."
"..."
"No".
"También es cierto que es aguafiestas okay ):". Yuichi rió y le dio una palmadita en la mano.
"Ahí tienes, un poco de estrellato, fama, fortuna y estrés universitario".
"Diría que nunca más me lavaría la mano, pero igual ni me las lavo (?)"
"..."
"..."
"..."
"Sabes, justo antes estaba pensando que me había suicidado socialmente, pero acabo de corroborarlo".
"Comencemos de nuevo. Mi nombre es Yuichi NakaMAru, mucho gusto".
"....... SABES, NO AYUDAS A HACERME SENTIR MEJOR", dijo volviéndose a tapar el rostro con ambas manos al ser recordada de su error. Yuichi se echó a reír fuertemente, lo cual sorprendió un poco a la peliceleste que no le había escuchado así. Al verse observado, el mayor fingió una tos para calmarse.
"Ya, ya... Creo que mejor comenzamos a estudiar, ¿no te parece?", le dijo mirando su reloj de mano. Sayaka, por miedo a volver a decir alguna estupidez, cerró la boca y asintió con una sonrisa, agarrando los libros que ya estaban en la mesa junto con su cuaderno de apuntes.

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Tatara y Levy se encontraban animadamente hablando de todo lo que había sucedido en el concurso de poesía cuando divisaron un café a lo lejos y decidieron entrar a tomar algo. Levy era una chica que Sayaka y Tatara conocieron cuando llevaron la clase de nivelación en redacción al haber fallado el curso al ingresar (en el caso de Sayaka y Levy, ya que Tatara lo llevó por segunda vez tras haberlo jalado la vez pasada); era una chica alegre y siempre dispuesta a ayudar, además de muy inteligente, aunque no muy buena a la hora de escribir.

"Y, dime, ¿qué hacías ahí? No esperaba encontrarte en el mismo recital".
"Esperaba encontrar ideas", le sonrió para luego desviar su mirada a la carta. "¿Y tú?".
"Tengo que hacer un informe para mi clase de poesía". Levy le miró con el ceño fruncido. "¿Poesía? ¿Y eso qué tiene que ver con comunicación audiovisual?"
"Pues le dije lo mismo a Sayaka cuando me obligó a tomar estadística...", rió. "¡Me pareció divertido! Quien sabe, tal vez un gran poeta duerme dentro de mí".
"Tatara, si sigues basando tu vida en tus hobbies del momento jamás harás nada", rió y cerró la carta justo cuando se acercó la camarera. "Un chocolate caliente".
"Un café", le dijo Tatara con una sonrisa y esta se retiró del lugar para ir por sus órdenes. "¿Cómo te va en facultad? Las clases comenzaron hace ya un par de semanas y no sé nada de ti. ¿Cómo es llevar Literatura?".
"Terrible...", admitió rodando los ojos. "Me parece que está bien en cuanto a literatura en sí, pero en los aspectos de redacción los profesores no dejan nada de libertad. Intentan imponerte estilos y... Sé que no soy muy buena escribiendo material propio, pero tampoco es como para que me limiten de esa manera. Y lo peor de todo es que varios no dejan de decirme que tendría un buen futuro como crítica cuando yo preferiría ser escritora... A este paso no sé qué haré con mi vida". Suspiró.
"Vaya", Tatara no supo que decirle. "Tal vez... ¿Y si tomas un semestre sabático?".
"No todos tenemos padres tan benefactores para pagarnos eso, Tatara", rió Levy. "¿Cómo te va a ti?", el mayor sintió la necesidad de la peliceleste de cambiar de tema y decidió seguirle la corriente.
"Oh, no sé la verdad. Aún no termino los cursos requisito y para colmo entré a estadística para no dejar sola a Sayaka... ¡Pero, ya estoy llevando fotografía al menos!", comentó con una sonrisa y sacando de su bolso que llevaba cruzado la cámara que se había comprado. "Esta es mejor para grabar, pero también toma buenas fotos. Preferí comprarme este modelo porque en fin, mi vida se va a dedicar más a grabar cosas que a tomar fotos de todas maneras".
"¡Déjame ver!", Levy tomó la cámara de las manos del chico y la inspeccionó asombrada. "¡Anda! ¿Debo llamarte hipster ahora?".
"Nah, todavia me visto con ropa y no con harapos", ambos rieron.
"¿Y Sayaka? ¿Aún no pasa a facultad? ¿O planea seguir teatro?".
"La verdad no lo sé". Suspiró y justo en ese momento llegó la señorita con sus pedidos. Ambos sonrieron al ver que les habían dejado dos pequeñas galletas con cada una de sus bebidas y tomaron una. "Thing is, está asustada de sus papás y por eso no se cambia de carrera. Dice que está bien con tomar cursos y ya, pero sé que se muere por cambiarse. Además... Todos sabemos que derecho no es lo suyo".
"Nunca le he visto cara de abogada, srsly, tiene más cara de activista que meterán a la cárcel algún día".
"Algún día". Asintió y ambos tomaron de sus bebidas al mismo tiempo. "Pero yo creo que ambos ya hemos hablado demasiado, ya es problema de ella".
"Es cierto". Levy apoyó su rostro en una mano y se volteó a mirar la calle a través de la ventana que estaba a su derecha. Tatara hizo lo mismo, pero no vio nada fuera de lo normal. "¿Sabes algo de Misaki?". Ante esta pregunta tan repentina, el de cabellos castaños se quedó un poco sorprendido. Levy volteó a mirarle.
"La verdad no", admitió. Si bien Levy nunca había sido cercana a Misaki, sabía que la pregunta iba más que nada dirigida a cómo se encontraba Sayaka sobre el tema. "Desde que te conté esa vez que me llamó ya no he sabido nada. Tampoco nada de Saruhiko, aunque eso es normal, nunca fue muy sociable conmigo de todas maneras".
"Ya veo". Levy tomó un poco más de su chocolate. "Ya va a ser un año, ¿crees que la dejen en paz?".
"No creo que sea una cuestión de dejarla en paz... O sea, Misaki no ha estado detrás de ella desde hace tiempo y Horo-Horo es demasiado protector de Sayaka como para decirle algo o dejarle acercarse. Y bueno, Saruhiko debe seguir enojado con el resto de la humanidad como siempre. Pero como te digo, no es una cosa de dejar en paz a alguien, sino de aceptar y seguir adelante. Y madurar, supongo. Pero no creo que ese sea el caso". Levy puso una expresión de preocupación.
"¿Y cómo la ves a Sayaka?".
"Está haciendo lo mejor por olvidarlo todo al decir que ya no le importa... Solo espero que eso sea suficiente para ella, aunque nunca enfrentó la situación... No sé, no sé la verdad". Levy asintió y ambos se quedaron callados, dejando lugar a un inusual silencio incómodo entre los dos. A Tatara no le gustaba hablar de ese tema, aunque sabía que Levy lo hacía porque era amiga de la otra peliceleste y no quería verle mal. Aún así, tampoco quería darle más detalles y de cómo a veces veía aún a Sayaka con la mirada perdida en su habitación, enfocada en ciertos objetos que le hacían recordar a aquellos dos, aunque con la mente en otro lugar.

No, Sayaka aún no les había dejado ir por más que afirmara que sí. Aunque intentaba olvidar no dejaba de rascar la herida de vez en cuando. Los tres eran demasiado iguales, pero eso también era lo que los hacía más propensos a destruirse mutuamente, solía pensar Tatara.

En ese momento, sonó el celular de Levy y esta le pidió disculpas a Tatara para atender. Una vez que habló rápidamente, su rostro se encendió con emoción, asintió y dijo que iría en ese momento a un lugar.

"¡Perdona, Tatara! Me ha salido una entrevista".
"¿De trabajo?"
"¡Algo así!", rió. "Bueno, tengo que irme". Sacó de su monedero la cantidad exacta y la dejó sobre la mesa, Tatara aprovechó e hizo lo mismo para también irse. "En serio lamento no poder quedarme más, ¡pero hey! Dile a Sayaka para vernos uno de estos días. Los jueves son buenos para mí, ¿pueden ustedes?"
"Yo no tengo problema, pero le preguntaré a Sayaka de todas maneras", le sonrió. Ambos salieron de la tienda y se dieron un rápido abrazo. "¡Cuídate!".
"¡Tú también!".

Levy le dedicó una gran sonrisa y se fue corriendo a la parada de bus. Tatara se quedó mirándola extrañado, hacía muchísimo tiempo que no veía a Levy así de emocionada y feliz... Y dijo que no era una entrevista de trabajo exactamente. El mayor se hundió de hombros y metió sus manos en los bolsillos de su saco para dar la vuelta e irse en dirección contraria hacia el tren subterráneo, ya que así llegaría más rápido a su departamento compartido.

Fue en eso que pasó por una pequeña tienda y decidió comprar algunas cosas que faltaban, ya que Sayaka en un ataque de ansiedad por no saber quién era el tal Nakamura se había comido todo el cereal, el pan y la mantequilla... Pensando en eso, Tatara tomó una canastilla y se quedó ponderando en si habría llegado el tal Nakamura y si llegaría a verle antes de que se vaya... Después de todo se había vuelto una celebridad entre él y Sayaka por su ausencia en la vida de la última. Tal vez debía de comprar algo para la visita, entonces. Tatara se sonrió a sí mismo y decidió que no estaría de más comprar algunas galletas para compartir. Se dirigió entonces al pasillo de desayuno y llenó la canastilla con un bolso de pan integral, luego fue por su cereal favorito y cuando lo tomó, se puso a buscar las galletas...

"¿Tatara?", escuchó una voz detrás de él y cuando se volteó a ver quien era, casi se le cae la canastilla.
"¿S-Saruhiko?", preguntó sorprendido. El menor de cabellos negros le miró un poco sorprendido también, pero rápidamente recuperó su semblante serio que siempre le caracterizaba. Al ver que Tatara no decía nada más, no pudo evitar sonreír de lado y mirarle de mala manera.
"¿Cómo se encuentra Sayaka?".

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"¡¡NO SABES LO QUE ME PASÓ HOY!!"
"¡¡NO SABES LO QUE ME PASÓ HOY!!"

Sayaka y Tatara se miraron, aunque se sorprendieron por el otro. Mientras Sayaka lo había dicho con emoción, Tatara había llegado algo pálido y corriendo a decírselo.

"Dude, ¿qué fue?", le preguntó riendo. "Parece como si hubieras visto un fantasma".

Tatara pensó que eso sonaba demasiado irónico.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on December 06, 2013, 11:43:00 PM
Hola chicas, me sorprende la rapidez con la que andan escribiendo. Shura, es una grata sorpresa verte por aquí, ya quiero ver qué tienes planeado. Prometo que me pondré al día pronto con todas~ *terminando temporada de exámenes*

Este es uno de mis fics de la versión pasada de DD, más que nada lo reposteo con algunas revisiones porque pienso seguir la historia de estos personajes. Ahora tengo que ponerme a trabajar en mi bishoujo (...) y en esos malditos icons *sucks at life* (...)


1

Eastwood era clásicamente conocida como la ciudad del desarrollo artístico, que abría las puertas al estrellato a aquellos que probaban ser tanto ambiciosos como dotados. En esa ciudad había gente muy rica y famosa y era un punto de encuentro para el arte y la música a nivel mundial, por lo cual se espera una gran presencia de industrias y renombrados institutos y disqueras. Sin embargo, como en el resto del mundo, uno en general no nacía con la corona en la cabeza y aunque las posibilidades de escalar hasta la cima estaban disponibles, uno nunca escalaba solo y conforme todos se acercaban a la cumbre, ya no había espacio en la ladera, y cada aspirante tenía que empujar a los demás para sobrevivir, al tratarse de empujar o ser empujado. La vida para la gran mayoría dependía de muchos factores y mucha lucha y cualquiera en la cima con una carrera reconocida y estable era alguien a quien admirar. Ese era el caso de la gran mayoría que, en Eastwood, apuntaban alto y no dejaban de esmerarse.

Pero ese no fue precisamente el destino de una de las pocas familias que casi se consideraría que tuvo una suerte única. Esa era la familia Clemens.

Vivían en los suburbios de la clase media, con una madre soltera que se encargaba de sus tres hijos y con las justas lograba mantener su hogar. Siempre tuvo grandes expectativas de sus pequeños y esperaba que se convirtieran en excelentes profesionales ni bien se graduaran de la universidad, pero la señora no veía cómo podría cubrir todos los gastos necesarios para sus hijos. Aun así, se mantenía optimista y les exigía que siempre estudiaran y se tomaran sus cometidos con seriedad. Esperaba que su hijo mayor fuera una persona reconocida y sacara adelante a sus hermanos menores, pese a que este no era la persona más disciplinada, pero nuevamente, se mantenía optimista.

La sorpresa llegó un día, con su hijo menor, quien en uno de sus impulsos pidió a su madre que le dejara participar en una audición, ya que una cadena famosa ubicada en esa ciudad estaba conduciendo audiciones para reunir a un cast de actores para una mini-serie, y él quería ver cómo le iría. La madre imaginó que no iría muy bien pero que sería una linda experiencia para su hijo, por lo cual le llevó pese a que el pequeño sólo tenía unos ocho años de edad en ese entonces. Él le sonrió y con el número 739 pegado en su camisa, asistió a la audición.

Poco después, sorprendentemente, el pequeño fue escogido de entre muchos para ser el niño protagonista de esa serie que empezó con una temporada de prueba, y que al ganar varias nominaciones y unos pocos premios, firmó contrato para dos temporadas más, así sucesivamente.

Todavía poco antes de terminar la grabación para la primera temporada, la hija del medio ya había encontrado fascinación en la música y la madre estuvo muy gustosa de conseguirle algún maestro, pero grande fue su sorpresa cuando su linda y delicada pequeña quiso tocar la batería. La madre intentó convencerle para cambiar de opinión, pero la pequeña no iba a ceder, y con el trabajo del menor sí pudo cumplirle ese capricho. Ella compró una batería y en la cochera de la casa la pequeña tocó incansablemente por mucho tiempo, cada vez escuchando más la música. Como una vez le preguntaron, ella se sentía como dicho instrumento, al pasar desapercibido por la mayoría y no tener una escala de tonos, pero ser fuerte, decisivo y muchas veces imprescindible, además de marcar fielmente el tempo de las canciones.

Cuando su hermano menor estuvo comenzando a filmar la segunda temporada, ella oyó unas noticias que le dieron un fuerte deja vu. Una banda que ella tenía entre sus favoritas se había separado hace no mucho tiempo, pero una integrante de dicha banda había hecho un contrato con una disquera importante para poder formar una nueva banda que tocaría con ella, y buscaba a miembros para esta.

Las audiciones se anunciaron y hubo una especificación que era vital; tenía que ser una chica en la adolescencia. Ella podría ser un poco pequeña en comparación con la mayoría de chicas que esperaron en largas filas a su alrededor, todas esperando una oportunidad, aparte de no considerarse ser tan ‘linda’ o ‘agradable’ como ellas, pero la seleccionaron una y otra vez, eliminatoria tras eliminatoria, y al final, fue aceptada como la baterista de la ahora banda de cuatro, incluyendo a la que había decidido formar el grupo en primer lugar.

Por ella y por el contrato con esa disquera tan reconocida, su grupo tuvo mucho alcance y buena propaganda, agarrando momentum con velocidad y volviéndose famoso en un abrir y cerrar de ojos. No sería el tipo de música que ella habría querido tocar, pero era un comienzo y admitía que el ambiente pese a ser algo agobiante a veces, también era cómodo.

Ese fue el concepto y los dos terminaron por llegar a la fama como si la fortuna les hubiera caído del cielo. La madre se maravilló con sus dos hijos y no tardaron en mudarse a una mansión en unas de las áreas más caras y prestigiosas de la ciudad.

En el presente, el menor todavía seguía con su programa, que tenía otras dos temporadas más decididas para el futuro y ya había planes para sacar una serie de películas por lo famosa que resultó ser la serie. Sin duda vivía un sueño y se llevaba muy bien con su elenco y co-actores, cada uno haciéndose un nombre, pero detalles sobre ellos era ya historia de otro día.

La hija estaba en la banda The Hearts y esta se había comercializado al punto de tener una marca de ropa y accesorios. También estaban presentes en algunas propagandas y sus canciones eran de las que se oían cada vez que uno prendía la radio. Muchas chicas adolescentes las admiraban como ídolos y gente de mayor edad las veían como plásticas y criticaba su música como demasiado comercial. Cada quien tenía su opinión, ambas muy contrariadas, como era de esperarse de una banda ‘boom’.

Y con eso se podría decir que todo estaba bien en esa próspera familia… y sí, en verdad que todo estaba bien hasta cierto punto, pero el hermano mayor se sentía dejado de lado. Él no tuvo esa suerte o visión como sus hermanos de levantarse y aprovechar una casi invisible oportunidad y aunque vivía de lo más cómodo por todo lo que ellos ganaban, no le sabía bien. Él también quería ser alguien importante y lograr algo con su vida. En ese aspecto, su madre ya no le exigía como antes. Por tener una situación tan fácil le dejó en claro que él era libre de seguir lo que quisiera con su vida y no tenía ataduras, así que si quería estudiar era libre de hacerlo, o y si quería apuntar a la fama también podía. Le gustaba esa libertad… pero oírlo de su familia le daba a entender que él no tenía propósito alguno ni expectativas. Eso llegaba a irritarle.



Esa es la simple historia de Sora Clemens, un chico con dos hermanos menores que lograron la fama a temprana edad, y que ahora también quería algo con su vida. A lo que apuntaba era tener su propia banda, una de rock, y no era como si no se estuviera preparando. Dentro del colegio privado (cortesía de sus hermanos) tenía a dos buenos amigos con quienes se hablaba y practicaba a veces en su casa. En pleno descanso de las clases, estaba con ellos bajo el árbol de siempre, para tomar el refrigerio.

“Hm, ya está,” una chica de cabellos marrones con un listón rojo atando sus cabellos sirvió el té para sus dos amigos. “El té está listo, disfrútenlo.”
“Muchas gracias, Reimu,” dijo el otro chico, un peliblanco, sonriendo amablemente. Él y Sora tomaron un sorbo y mientras el peliblanco sonrió, Sora casi escupe el té.
“¿De nuevo sin azúcar?” preguntó Sora, no comprendiendo. Ella le miró severamente.
“Deberías acostumbrarte. El azúcar opaca el sabor natural de la infusión,” dijo ella. Luego de explicarse, volvió a sonreír y miró hacia arriba, al sol colándose entre las hojas. “Ah, el día está agradable. Seguro que algo bueno ocurrirá hoy. ¿Qué piensas, Ryo?”
“No lo sé, pero espero que tengas razón,” contestó él, con simpleza.

Ellos dos eran amigos de Sora desde que fueron admitidos a ese colegio con becas, ya que ninguno de los dos podría pagar el costo de tener que hacerlo. Ryo era excelente en las materias y por sus notas sus maestros siempre consideraban que podría irle bien estudiando en el extranjero ni bien se graduara. Reimu también tenía notas por encima del promedio, pero su beca era por deportes, mostrándose excelente en la gran mayoría y pertenecía a varios clubs y equipos, teniendo su día muy ocupado, pero ella rara vez se mostraba saturada o cansada, enseñando la determinación y resistencia digna de una verdadera atleta. Los dos trabajaban muy duro pero con gusto personal y estaba asegurado que tendrían futuros brillantes si seguían así. Sora lo entendía bien, además que la ‘banda’ que tenía con ellos era incierta, porque ellos iban a participar en esta mientras esos tranquilos y libres días de colegio continuaran, y si la banda no llegaba a un nivel reconocedor para cuando la graduación llegara, era claro que ellos dos seguirían con sus metas, dejándole atrás. Sora no podía pedirles que dejaran sus caminos de lado. A diferencia de él, ellos no tenían la vida regalada.

“Tenemos que apurarnos, chicos,” Reimu levantó un dedo para hacer su punto, sonriendo simpáticamente. “Se viene un examen en la próxima hora. Hay que repasar un poco.”
“Ah, cierto,” Sora se frustró por recién acordarse, pero al menos contaba con esos dos. “Espero que ese profesor no me vaya a jalar.”
“No estás tan mal, no seas pesimista,” Ryo sonrió. “Puedes animarte recordando que después de clases vamos al centro comercial a buscar una nueva banda para tu guitarra.”
“P-pues sin duda,” Reimu sonrió incómoda. “Pero creo que es mejor recordarle algo así después de estudiar, si no no se concentrará.”
“Ten un poco de fe en mí, Reimu. No soy un random youkai que amenaza con traer caos al mundo o algo.”
“¿De dónde salió eso?”
“No es nada,” Sora sonrió. Al menos, ese par de amigos probaban animarle cada vez. “Sí, tendremos que esforzarnos mucho. No me quedaré atrás.”

Era una tarde normal, y tenía en mente pensar más en su banda, a ver si podía lograr algo con sus amigos con quienes con las justas practicaba en un estudio en su casa. No eran conocidos y no estaban desarrollando más canciones. Entonces, se iba a mover, y por tratarse de estar en Eastwood, saldría de su tranquila y aislada vida para conocer a gente del medio que le podría ayudar.

Y con esa decisión personal, se encaminó en un sendero donde todo tipo de personas le esperaban, y le iban a hacer entender que sin la ayuda de la fortuna, sería mucho más difícil de lo que podría haber imaginado.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kana on December 09, 2013, 12:00:09 AM
Edit. Era horrible este fic y no sé como borrar post D:
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Isumi on December 09, 2013, 04:02:28 PM
Igual que Cho, reposteo fics de la versión pasada xD -que solo eran dos- con un poco de revisión y pequeños cambios y esta vez con icons! yey me : D
Prometo que cuando tenga un poco de tiempo libre me pongo a leer y comentar sus ficcus ;w; me alegra que el proyecto no solo haya revivido si no que más gente se haya unido <3 yey DD

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Track 00: [GAINAX] Prólogo.

Sentada en frente de una computadora, con la mano en el Mouse, auriculares, ojos cerrados y en el monitor reproduciendo un video de youtube, una chica que no aparentaba más de doce o trece años, no dejaba de producir un ritmo con sus uñas golpeando el Mouse. Cualquiera que la viera pensaría enseguida que estaba escuchando música y repitiendo el ritmo que escuchaba, pero para sus compañeros era siempre un misterio lo que se encontraba haciendo Tsubasa cada vez que se ponía encima los auriculares y cerraba los ojos mientras escuchaba música.

-¿Qué estás haciendo esta vez, Tsubasa?- Una chica que aparentaba una edad mayor de la anterior, con cabello largo y cobrizo y una expresión aburrida, se acercó a la ‘niña’ en frente de la computadora.
-Lo que tú deberías estar haciendo.- Respondió la mencionada, que a pesar de tener los auriculares en cada oreja, pudo escucharla perfectamente.
-Tsk.- Irritada la chica se alejó y se fue a sentar a un sofá donde otras dos personas la esperaban con una respuesta.
-De ti no logramos sacar nunca nada…- Dijo el chico del grupo suspirando. Él se encontraba prácticamente tirado en el sofá con los brazos estirados y mirando hacia el techo. –Mamimi, te toca.-
-Kamina está hoy muy vago.- Dijo la chica de cabello corto antes de levantarse y dirigirse a cumplir la misión que la anterior había fallado.
-Intento hacer un ritmo distinto respecto al de la canción que estoy escuchando de modo que mis oídos se acostumbren a escuchar y reproducir ritmos distintos a la vez.-
-Eso dijo.- Dijo Mamimi sonriendo con los ojos cerrados y mostrando todos sus dientes mientras sus dedos hacían la pose de la victoria. –Tsubasa quiere más a Mamimi, deberías aprender de mi.- Dijo dirigiéndose a la persona que había fallado en recolectar información mientras procedía a sentarse junto a ella.
-¿Sí? Pues ‘Asuka’ tiene más sentido de la música que tú.-
-Ya ya, no peleen.- El ‘vago’ se levantó del sofá y cruzó los brazos con la mirada bien fija en Tsubasa. –¡Nuestra niña prodigio perforará el mundo de la música con su batería!-
-No sé si recuerdas que tengo más años que Asuka.- Dijo Tsubasa finalmente mostrando su rostro. –Además, que sea prodigio no significa que sea la única que deba trabajar aquí. ¿Qué demonios es este cuarto oscuro? Ni que tuviéramos que pagar tanto de luz como para no permitirnos al menos poder vernos en la cara.-
-Pues de hecho…- Comenzó Kamina. –El mes pasado llegamos al límite de deudas, al pagarlas todas nos quedamos sin dinero, por eso estamos gastando lo menos posible.- Dijo con una sonrisa orgullosa como si hubiese algo de lo que estar orgulloso en lo que acababa de decir.
-Qué demonios… ¿y la comida?-
-No hay.- Se quejó Asuka.
-¿QUÉ?- Tsubasa procedió a apagar la computadora sin siquiera salvar lo que había estado haciendo.
-¡Oye no! ¡El sintetizador!- Dijo Mamimi pero era demasiado tarde.
-¿Y ustedes aquí perdiendo el tiempo viéndome a mi como gasto más electricidad? ¡Salgan a buscar trabajo!-
-¡Oye niña!- Saltó enseguida Kamina. –¡Tú no puedes mandar a un hom—!-
-¡FUERA!-

Y fue así como los tres integrantes del grupo Gainax comenzaron a buscar un trabajo part time para poder al menos comprar un pedazo de pan.
-Hmm.- Ya afuera de aquel pequeño departamento, Mamimi comenzó a pensar en algo. –Me olvidé el reloj ¿qué hora es?-
-¿Cómo puedes olivarte del reloj?- Preguntó Asuka. Obviamente que si es un reloj de pulso sería imposible olvidárselo a menos que no te lo hayas puesto en todo el día. Pero como ya era bastante tarde…
-Mamimi no tiene reloj.- Le respondió Kamina. –Qué hora es, discípula.-
-¿Eh? Par de irresponsables. Son las cinco y cuarto de la tarde y no soy tu discípula.-
-Entonces hago a tiempo para ir caminando. Mamimi se va a trabajar, ¡nos vemos!-
-¿Qué?- Preguntó Kamina al ver a la chica irse así sin más. -¿Mamimi tenía trabajo?-
-Sí, y yo también. De hecho ya estoy tarde pero como donde trabajo son una sarta de pervertidos, no creo que me hagan mucha historia. Adiós.-
-…-

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Y fue así como Kamina fue dejado solo en medio de una multitud de personas que lo observaban por su particular atuendo que dejaba ver sus bien esculpidos músculos y abdominales.

-El mundo es injusto.- Dijo con una pose dramática y exagerada.
-A quién lo dices.-
Una chica de cabello celeste claro que pasaba por allí sosteniendo un violín en sus manos lo escuchó por pura casualidad y no pudo evitar responderle.
-¡TÚ!- Pero Kamina no la dejaría ir así como así. -¡No te muevas!-
Siguiendo sus órdenes la chica se detuvo. No porque estuviese asustada ni nada por el estilo, muy probablemente lo había hecho solo porque se dio cuenta que sus pensamientos fueron expresados por su boca involuntariamente.
-Dime tu nombre.- Dijo como siempre con su actitud de mandón.
-Ha—li..ne...i…ra.- Dijo con dificultad, obviamente intentando inventarse un nombre al momento.
-Ha, Lineira. Hmm, nombre extraño. Tan extraño como su dueña.-
-…- Prefirió no corregirlo, ya que después de todo no era un nombre verdadero.
-¡Lineira! ¡Ven conmigo!- Dijo aferrándole la mano.
-¡No!- La chica se soltó de un golpe. –No te conozco ¿quién demonios eres?-
-Tienes razón. Ya te presentaste así que es mi turno presentarme… mi nombre, muchos lo conocen, pero muy pocas personas me han visto jamás…-
-…-
-¡Yo soy el gran—!-
-¡KAMINA, VE A BUSCAR TRABAJO DE UNA VEZ!- Gritó Tsubasa desde la ventana arruinándole su momento de presentación.
-…-

Y fue así como…

-¡ESPERA!-
-¿A quién?-
-¿Eres una artista callejera, verdad?- Preguntó Kamina ignorando sea a Tsubasa que a mi narración.
-Ehm… ¿si?-
-¡Entonces perfecto! Ven conmigo.- Esta vez sin agarrarla de la mano, Kamina se fue hacia la dirección opuesta a la que la chica estaba yendo antes.
-… ¿Debería seguirlo?- En la mente de aquella chica había cierta confusión. No todos los días te encontrabas con un personaje tan excéntrico como Kamina. Son personas que bien pueden dar vuelta tu mundo sea para bien que para mal. Ella, estando en una situación que requiere cambios, probablemente se preguntó si aquella sería la oportunidad de su vida. Pero al ser también una persona bastante conservadora y concentrada en sus metas, le resultaba difícil seguir su instinto así como así, ya que siempre terminaba pensando las cosas más de dos veces.
El problema aquí era que Kamina ya se había alejado demasiado como para ver donde se encontraba, por lo tanto la decisión a tomar ahora se modificaba en: ¿quedarme aquí y seguir con mi vida o salir corriendo a seguir un perfecto extraño que no tengo idea de donde me podría llevar y que claramente está en búsqueda de trabajo pero como conoce a una niña tan pequeña que probablemente es alguna pariente o algo así es probable que sea una buena persona y no alguien con malas intenciones que podría traer solo más desesperación a mi pobre vida que nada bueno hasta ahora ha pasado en ella?
Y mientras yo describía sus pensamientos, la desconocida chica procedió a correr tras aquel joven de nombre Kamina, una persona que lograba que cualquier bicho lo siguiera.


Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Isumi on December 09, 2013, 04:06:18 PM
Doble post para no ponerlos los dos juntos, tendría que haber hecho los icons del grupo S.O.S. pero no tengo tiempo/ganas/tengo sueño y aun no vi OUAT (?)

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Track 01 [GAINAX]: Canta per me.

-ESPERA un segundo.- Después de haber corrido lo suficiente como para alcanzarlo, aquella chica de nombre aún desconocido pero que se hacía llamar Lineira Ha, se detuvo para tomar aire.
-¿Qué es esa poca energía? ¡Nunca llegarás a ser un músico profesional si no puedes correr por cinco cuadras seguidas!-
-Lo sorprendente es que te parezca poco…- Decía mientras respiraba con dificultad. –Oye ¿dónde me estás llevando?-
-A donde la música nos guíe.- Respondió mirando al horizonte, a pesar de que no hubiese mucho horizonte con el cual representar una escena dramática.
-¿Eh…?- Por supuesto, aquella chica se había quedado de madera como yo.
-En este mundo hay muchos tipos de músicos y de música. Pero a veces los músicos no tocan el tipo de música que deberían ¿y sabes por qué es eso?-
-… ¿por la música comercial?-
-…-
-…-
-Es por la música comercial.-
-Sí, lo acabo de deci—
-¿Sabes cuántos músicos no tocan la música que deberían?-
-No.-
-Yo tampoco.-
-…- Y entonces, Lineira se dio cuenta de que Kamina se había olvidado el punto de la conversación y esperó a que lo recordara sin decir nada.
Unos minutos después. –El punto es ¿tú qué música tocas? Con ese violín.-
-Lo que salga de adentro.- Y esta fue una respuesta que Kamina no habría esperado.
-¿Eso significa que inventas música? ¿Creas tus propias melodías?-
-Pero luego las olvido.- Decía ella mientras se preguntaba la razón por la cual debería contarle esas cosas a un extraño.
-¿Sabes leer partituras?- Seguía Kamina con su cuestionario.
-No, nunca me enseñaron.-
-¿Entonces las canciones que conoces las sacas a oído?-
-Oye ¿a qué viene toda esta interrogación?-
-Responde.- La seriedad del chico ya la había incomodado, más que nada porque hace un momento tenía una expresión mucho más alegre.
-Eh… sí.-
-¡Entonces, mujer, nos parecemos más de lo que tu crees!- Probablemente eso era a lo que ella no quería llegar.
La chica se quedó tan atontada que no supo ni qué decir. Además del cabello de un color similar, nunca habría pensado que tenía algo en común con un hombre como Kamina.
-¿Qué me dices de robarle el escenario a alguien?-
-… ¿QUÉ?- Y esa fue la primera vez que aquella chica alzó su voz.
-Oh, mira que si puedes hablar como se debe.- Decía haciendo referencia al hecho de que ella hablaba tan bajo que era difícil escucharla. -¿Ves hacia allí? En esa secundaria está en curso el festival cultural. Muy probablemente haya grupos tocando música comercial para atraer la atención del público. ¿No sería interesante un dúo de guitarra y violín?-
-Enserio no tengo idea de lo que estás hablando.-
-No hace falta ¡ven!- Y de nuevo se puso a correr, esta vez con una dirección precisa.
-Realmente se dirige hacia donde está la música.- Pensó la chica mientras comenzaba a seguirlo a paso de tortuga.

Unos minutos después, habían llegado a aquella escuela. Estaba repleta de gente, por todos lados había mini tiendas vendiendo comida en la entrada, mientras que por dentro, cada salón estaba decorado con una temática diferente. Cosas como casa embrujada, maid café, entre otros, eran los más populares. Pero Kamina no perdió el tiempo en cosas triviales ya vistas y fue directo al gimnasio, que es donde suelen hacer las representaciones teatrales o musicales.

-¿Alguna vez escuchaste la frase “No es suficiente triunfar, otros deben fracasar.”?-
-Me pregunto si aquel será su moto.- Pensó ella. -¿Y cómo se supone que quitándole el escenario a unos niños de secundaria sea un triunfo para nosotros y un fracaso para ellos? Nadie se vuelve famoso por este tipo de cosas.-
-En eso estás equivocada.-
-Me pregunto en qué estaré equivocada.- Siguió con su diálogo mental.
-Gracias a fuentes, me he enterado que justo en esta escuela, justo este día, entre el público se encontraría un buscador de talentos. Por supuesto lo que ellos buscan es típica música comercial y chicas bonitas, pero nosotros les daremos originalidad.- Decía con toda seguridad de que ella ya había aceptado.
-¿Me acaba de decir que no soy bonita…?-
En ese momento, un grupo compuesto de cuatro chicas había subido al escenario. Todas estaban vestidas de modo extravagante. La que se había sentado en el puesto de la batería, llevaba un vestido elegante, como si fuera una princesa. Una de las guitarristas tenía puesto un traje de bruja, y la bajista un traje que se podría considerar típico de una ‘chica mágica’. Pero la que más llamó la atención, fue la segunda guitarrista y cantante, quien llevaba un traje de conejita marrón que hacía notar bien su hermosa figura.
Aquella chica tomó el micrófono y comenzó a decir unas palabras.

-¡Nosotras somos las S.O.S.!- Con solo haber dicho esa frase, la mayoría del público se puso a gritar de la emoción. Al parecer eran populares en la escuela.

-Son lo que aquel hombre está buscando.- Dijo Kamina con una sonrisa marcada en su rostro mientras dirigía su mirada al buscador de talentos.
-Ya lo encontró…- Pensaba su compañera.

-A gran petición del público, ¡este año tocaremos dos canciones!-
-Una de las cuales será nuestra.-
-¿Planeas robarle el escenario a estas chicas?- Preguntó ella algo alterada.
-Justamente porque son estas chicas, debemos robarle el escenario.- Cada vez entendía menos el modo de pensar de aquel hombre.

Luego de que el mini discurso de la cantante principal terminara, comenzó la música (http://www.youtube.com/watch?v=JrFhGkIehCg).


Unos segundos después de que comenzaran, el comentario de Kamina no se hizo esperar.
-No son nada mal, eh.-
-Pensaba que irías a decir otra cosa.-
-Probablemente este sea el camino que deben de tomar ellas. Tienen estilo.-
-…Si tú lo dices. Y por cierto, ¿cómo planeas quitarles el escena…?
Sin poder terminar la frase, ‘Lineira’ vio a Kamina que se encontraba al lado de una palanca que aparentaba ser un interruptor de la electricidad.
-Pero sin electricidad, nadie va a poder vernos, no serviría de nada.-
-No hace falta que nos vean, si no que nos escuchen.- Y con esas palabras, terminada la primera y al parecer última canción que las S.O.S. irían a tocar aquella tarde, Kamina bajó la palanca y todas las luces desaparecieron.
Enseguida tomó a la chica de cabellos celestes de la muñeca y la llevó al escenario, ella aun, sin haberle confirmado si quería o no hacer lo que él se proponía.
A todo esto, ‘Lineira’ se dio cuenta de que Kamina no tenía una guitarra, por lo que intentó decírselo pero él no la escuchó por todo el ruido que estaba haciendo el público en pánico.
Entonces, mientras algunos fueron a abrir las puertas del gimnasio para que hubiera luz, Kamina se paró enfrente de la cantante de S.O.S. quien se quedó mirándolo algo atontada por la situación.
-Niña conejo ¿dónde hay una guitarra acústica por aquí?-
-¿Eh? ¿Quién eres tú?-
Pero entonces, la chica vestida de bruja, le dio a Kamina lo que estaba buscando, -Ten.- Le dijo sin esforzarse mucho en escoger las palabras.
-¡Genial!- Dijo Kamina emocionado, pero a diferencia de él, Lineira miró toda la escena con una expresión sorprendida y asustada a la vez.
-¿Acaso se conocen y él preparó todo de antemano? Pero él no podía saber que…
-Muchas gracias brujita. Tu traje no te traiciona ¿eh?-
-ESPERA un segundo.- Dijo Lineira por segunda vez en este capítulo, haciéndome preguntar por qué no lo dijo más veces. –Yo aún no…-
Pero sin dejarle terminar, Kamina pegó un tremendo grito que logró escucharse en todo el gimnasio haciendo que todos se callaran. Aunque probablemente lo que el público pensó, fue que alguien había sido asesinado, y no que unos segundos después empezaría a escucharse el sonido de una guitarra tocando una canción (http://www.youtube.com/watch?v=8nfl_0VXMZs).

Apenas comenzó a escuchar ese ritmo, Lineira entendió enseguida de que canción se trataba, después de todo, era de su compositora preferida. Y a la vez, era su mayor sueño.

-Canta per me.-

Todo el mundo se quedó callado de nuevo. Pero no era el mismo silencio de antes, era un silencio más profundo. La gente estaba tan concentrada en escuchar aquel dúo que a muchos les costaba incluso respirar. La mayoría estaban probablemente confundidos por el grito anterior y la música que comenzaba a escucharse ahora, que, por decirlo simplemente, no tenían relación alguna para el público. El sonido no era el mejor después de todo, pero a medida que la guitarra de Kamina ‘subía’ el volumen, lo mismo intentaba hacer la violinista para que su violín no fuera a pasar a ser un sonido de fondo.
Canta per me. Era una canción de las preferidas de aquella chica. Muchas veces la prácticaba sola en su casa o en algún parque. Pero luego de un tiempo había dejado de hacerlo. La razón era simple: Canta per me –canta para mi- era sin duda una canción que debía de ser interpretada por más de una persona. Al no tener prácticamente amigos, o al menos el coraje de pedirle a alguien que tocara o cantara aquella canción con ella, Lineira había dejado de tocarla, rindiéndose al hecho de que estaría siempre sola. Y que nadie cantaría para ella esa canción.
Pero ahora se encontraba en un escenario, que quizás no sería el lugar más famoso del mundo, junto con un desconocido que por pura casualidad conocía la misma canción y por pura casualidad comenzó a tocarla sin haberle hecho ni una pregunta.

¿Cómo era posible? ¿Cómo pudo saberlo? Era como si Kamina hubiese leído, no en la mente, si no en el corazón de aquella chica. Y no solo leído, había ido a buscar en lo más profundo una canción que ella había enterrado hacía mucho tiempo. Una canción que, por primera vez, lograba tocar con felicidad y pasión.

Y quién se lo habría imaginado. Realmente eran dos personas muy parecidas.
Unidas por una sola canción, creando una relación gracias a una sola canción. Esas dos personas que hacía un momento no se conocían, estaban tocando juntos como si hubiesen ensayado por meses.

Se podría decir que Kamina logró hacer sonreír a aquella chica por primera vez después de mucho, muchísimo tiempo.


[…]


La canción había terminado. Por un momento no había más que silencio, pero unos segundos después, se escuchó la primera persona aplaudiendo.
Lo más sorprendente era que aquella persona no se encontraba en el público, si no en el escenario. La cantante de S.O.S. aplaudía con toda su fuerza a esos dos músicos que le habían robado el escenario.
Un poco después comenzaron a aplaudir todos poco a poco y las luces volvieron.
Junto al interruptor había alguien, ya desde hace un rato, que había entendido toda la situación.
-Gran modo de buscar trabajo, Kamina.- Decía Tsubasa para si misma mientras se iba luego de haber literalmente brindado la luz para que todos pudieran ver los autores de tal melodía.

-G-gracias.- Dijo la peliceleste luego de haber vuelto a su expresión habitual.
-No hay de qué.- Le respondió él levantándose y dejando la guitarra apoyada en una silla. –Te dije que sería espectacular.-
-¿Lo hizo?- No, no lo había hecho. –Por cierto, mi nombre es Hysa. Lamento haberte mentido.-
-…- Por primera vez, el rostro de Kamina pasó a ser uno más sorprendido. Probablemente preguntándose qué habría llevado a esa chica a inventarse un nombre.
A lo cual no le dio mucha importancia. Segundos después, solo se rió tomándola nuevamente de la muñeca y arrastrándola fuera del escenario.
-De no haber sido por Tsubasa, yo también te habría dado un nombre falso hahaha.- Decía riéndose mientras salían del gimnasio, olvidándose completamente del buscador de talentos.
Ya que, después de todo, ambos acababan de encontrar el talento en el otro.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on December 10, 2013, 07:09:28 PM
can't stop, won't stop

La única aclaración que creo que debo hacer es que como Ueda ha tenido demasiadas fases de cabello (...) usaré su look del 2006 solo en este fic :> para luego seguir con los looks de Ueda-hime y finalmente de Ueda-ouji-sama (!?) al menos en mi fic ya eso luego cobrará sentido quiero creer que sí





(http://i43.tinypic.com/npjnf5.png) (http://i44.tinypic.com/2iqidjc.png) (http://i42.tinypic.com/24f0emx.png) (http://i40.tinypic.com/2d6w0au.png) (http://i40.tinypic.com/21mayhe.png) (http://i39.tinypic.com/2zi69hl.png)
(En orden de aparición en el fic)

"¡Terminamos por hoy día!", anunció el coreógrafo comenzando una ronda de aplausos que siguieron el resto de los backdancers y empleados que se encontraban en el gimnasio, y finalmente los chicos presentes. "¡Gracias por el buen trabajo!"

"¡Gracias por el buen trabajo!", respondieron los seis, cansados y recuperando el aliento, ya que habían estado bailando por casi tres horas seguidas. Pronto estrenarían su próxima canción y por ello la fecha de la grabación del video musical se acercaba, teniéndolos a los seis encerrados casi todo el tiempo en el gimnasio de la agencia.

Un empleado se le acercó a Yuichi con una botella de agua helada y una toalla, agradeciéndole por el trabajo. Yuichi sonrió levemente e hizo una pequeña reverencia, aceptando lo que le ofrecían y abriendo rápidamente la botella, ya que su garganta estaba demasiado seca desde el descanso de hacía una hora. Tomó un largo trago, pero este se vio interrumpido cuando alguien se le puso en frente con el ceño fruncido. Yuichi lloró internamente, tener a un Kazuya Kamenashi molesto antes de comer nunca era un buen presagio.

"¿Por qué estuviste tan desconcentrado durante el ensayo?", posó sus manos en ambas caderas y siguió reprimiéndole. "Nos queda una semana y media para grabar el video, no puedes estar así". Yuichi se quedó pensando por unos instantes que Kame apenas tenía 21 años y podría exigirle respeto por ser mayor que él, pero decidió no hacerlo. A final de cuentas, el otro estaba en lo correcto.
"Perdona, he tenido la cabeza en cosas de la universidad". Que no era del todo una mentira... Pero en fin.
"Yucchi ha de haber estado pensando en todas las chicas con las que tiene oportunidad de gilear, pero que no puede", comentó Tatsuya en voz alta, con una sonrisa en los labios y acercándose donde ellos, posando su brazo en el hombro de Yuichi y sonriéndole a Kame, intentando romper la tensión. Yuichi no sabía si agradecerle o golpearle, ya que sentía sus mejillas acaloradas.
"Sabes que a la universidad se va a estudiar, ¿o no?".
"Así como al ensayo se viene a ensayar", replicó Kame, que no se había inmutado ante el comentario de Tatsuya. Este simplemente se encogió de hombros y sacó su brazo de esa posición, ya que su intención había fracasado.
"En verdad lo lamento, Kame", respondió Yuichi con un suspiro. Kame le caía muy bien y después de Tatsuya era con el que mejor se llevaba, pero eso no le quitaba lo workaholic que era. El menor simplemente suspiró con resignación y asintió, yéndose hacia el camerino, por donde los demás se habían ido. Eso dejó a Yuichi y a Tatsuya solos.
"Vaya, Kame está madurando. Finalmente te gritó a ti por tu error y no vino a buscarme pelea", comentó Tatsuya cruzándose de brazos y poniendo un gesto en la cara de falsa admiración por donde se había ido el integrante más joven de la banda.
"¿Llegará el día en que nos olvidemos de eso?", Yuichi rodó los ojos y Tatsuya rió levemente, ya que le encantaba fastidiarlo.
"Creo que él jamás olvidará el puñetazo que recibió por tu culpa". Yuichi le miró con ganas de asesinarlo y el otro supo que ya era tiempo de parar. "Ya, la paro". El mayor suspiró y se encaminó hacia el camerino por sus cosas, con Tatsuya siguiéndole por detrás. "Pero ya en serio, ¿qué pasó? ¿En serio son cosas de la universidad?".
"Uh... No exactamente. O sea, sí, pero tiene más que ver con alguien que con la universidad en sí".

Tatsuya se lo quedó mirando sorprendido, hasta donde él tenía entendido, Yuichi no tenía ningún conocido en la universidad. En eso, el beatboxer del grupo entró al camerino y cortaron la conversación, para que Kame no les escuchase. Tatsuya se dirigió rápidamente al rincón donde se encontraban sus cosas y rebuscó en su mochila hasta encontrar el manga que se había traído, sentándose en el sofá que estaba en ese mismo lugar y sacándose los zapatos con los pies, sumergiéndose en su mundo. Yuichi, por su lado, se fue a donde estaba su mochila, aunque se quedó pensando en lo rara que era su amistad con el otro en el sentido que no tenían que decirse nada para entender qué debían hacer... O sea, no había tenido que decirle a Tatsuya que se callara o algo, sino que este se fue por su propia cuenta y dejó de hablar para que no les descubrieran. En fin...

"Oye, Yucchi", se volteó a su izquierda al escuchar la voz de Jin, aunque en su tono y mirada pudo entrever que se encontraba con todas las ganas de fastidiarlo. Lamentablemente, Kame no se encontraba en buen modo para defenderlo, ya que era el único al que Jin le hacía caso; y lo peor de todo es que a Tatsuya le parecían hilarantes las bromas de Jin, así que no se metería. Decidió entonces no dejarse amilanar y seguirle el juego para que se quedara satisfecho. "Estás en mi sitio", le dijo cruzándose de brazos.
"Oh", respondió con falsa sorpresa. "Discúlpame", hizo una reverencia rápida y procedió a sentarse en el lugar que había señalado Jin con la mirada, sonriéndole. Jin intentó contener la risa.
"¿Por qué te disculpas si te vas a sentar en mi sitio?".
"Me disculpo por tener que lidiar con un idiota como tú", le respondió con la mayor neutralidad que pudo y se escuchó la fuerte risa de Tatsuya, seguida por la de Koki. Incluso pudo ver que Kame sonreía. Jin no pudo evitarlo y se rió, aunque mantuvo la postura. Yuichi sonrió, al parecer hoy día el cantante principal de la banda se encontraba en un ánimo generoso y no lo jodería como usual, sino se limitaría a un simple juego.
"Tienes razón, soy demasiado idiota como para no darme cuenta que el espejo de este lado tiene una hendidura especial para tu nariz", respondió sonriéndole de lado y Yuichi quizo asesinarle cuando escuchó a Tatsuya retorciéndose de la risa y a Junno uniéndosele, después de haberse sacado los audífonos de su MP3 al ver lo que pasaba.
"Sí, demasiado idiota como para no verlo", murmuró y fue ahí que Kame se volteó.
"¡Jin!", le llamó y el otro dejó de reírse para prestarle atención. "¡Creo que Yamapi te ha enviado un mensaje, tu celular está vibrando!", al escuchar el nombre de su mejor amigo, Jin se olvidó por completo de Yuichi y se fue a ver si era verdad. Kame le dedicó una sonrisa apologética y el mayor del grupo se alegró de que el otro se había apiadado de él tras ese comentario.

En serio, en qué momento creyó que sería buena idea no retirarse de esa unidad de backdancers cuando pudo, esa unidad de backdancers que ahora se llamaban KAT-TUN. Suspiró, en serio, ni siquiera debió de haber aplicado a la agencia, además que su nariz era enorme, Johnny estaba equivocado en la audición cuando le dijo que se veía mejor que el resto...

Su celular vibró y vio que era un mensaje de Tatsuya. Le miró por reojo en el espejo y vio que el otro ya se había sumergido de vuelta en su manga, sin prestarle la más mínima atención. Presionó entonces para leer:

"Yucchi, Yucchi, ¿vamos a almorzar? ( ゚▽゚)/
¡Han abierto un nuevo sitio de comida china a cuatro cuadras del Hardrock Café! ( ˘▽˘)っ♨
Ahí podremos hablar de la chica que te gusta, ¿qué dices? O(≧▽≦)O
Por cierto, mi carro sigue en reparaciones, ¿me llevas?" (*´・ω・)(・ω・`*)


Yuichi sabía que si empezaba a negar que Sayaka le gustaba, Tatsuya no haría más que joderlo. No era que la chica no fuera linda, pero apenas la conocía... Igual eso no sería excusa para el otro. Suspiró y tipeó rápidamente una respuesta afirmativa, aunque después de haberle enviado la confirmación, una duda asaltó su cabeza...

"¡Oye!", gritó volteándose hacia Tatsuya y todos le miraron. "¿Trajiste tu billetera?". El otro rió para sí y Yuichi quizo morir.
"¿Para qué? Si Yucchi ya confirmó que me llevará a comer comida china :>"

Yuichi Nakamaru, de 24 años, evalúa dejar la banda a la que pertenece, KAT-TUN, para dedicarse a asesinar a cada uno de sus integrantes.





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Se metieron ambos en el carro, se abrocharon los cinturones de seguridad, Tatsuya se lo volvió a desabrochar para meterse atrás y sacar a la fuerza a Koki que se había metido para que lo llevaran de paso, Yuichi suspiró, Tatsuya volvió a ponerse el cinturón de seguridad, sonó el celular de Yuichi, ambos gruñeron, Yuichi se disculpó mil y una vez con su mánager por haber cancelado la entrevista con una revista de idols, Tatsuya rió, Yuichi gruñó y después de quince minutos salieron del estacionamiento de la agencia.

Mientras Yuichi conducía, Tatsuya se fijó rápidamente en las esquinas a ver si es que había alguna fan loca. El mes pasado un integrante de otro de los grupos de la agencia había tenido un problema enorme cuando una loca se había lanzado al auto para detenerlo y casi termina arrollándola. Por suerte, dos agentes de seguridad de la agencia se encontraban en la zona tomando su descanso y acudieron a socorrer a la chica, además de alejarla del lugar asegurándole que esa era la salida de los empleados y no de los cantantes, ya que si alguien se enteraba que esa era la verdadera salida de ellos, sus vidas no se arruinarían, pero serían un poco más amargas.

"No, ninguna fan enamorada", comentó sarcásticamente y Yuichi rió, acelerando. Aunque todos los idols contaban con lunas polarizadas, igual agradecía que Tatsuya se fijara en esas cosas.
"Ok, tú dirige el camino", le respondió una vez que llegó a la avenida principal y el de cabellos oscuros se quedó observando el lugar hasta ubicarse. Fue ahí que empezó a dirigir a Yuichi y después de unos minutos, finalmente aparcaron fuera del lugar.

"¿En serio vas a usar una peluca aquí? Es un lugar nuevo, no creo que haya nadie conocido aquí". Tatsuya le ignoró y siguió rebuscando en su bolso.
"Suficiente con tener que lidiar con las personas que tengo que lidiar, no me arriesgaré a que algún desconocido me hable".

Mientras Tatsuya veía que usar, Yuichi se quedó pensando en ello. A decir verdad, cuando se conocieron de jóvenes, mucho antes de que KAT-TUN siquiera fuese una idea, Tatsuya siempre había sido una persona reacia al trato con otros, incluso ahora lo era, aunque se olvidaba de ello por lo bien que se llevaban y por ser mejores amigos. Aún así, el menor seguía dispuesto a evadir la interacción social como sea posible, aunque irónicamente fuese un idol. De hecho, nunca entendió bien cómo es que había acabado como idol, cuando su personalidad no era una que se adaptase bien al tipo de atenciones que recibían como tales...

"¡Tierra a Yucchi!", le gritó con leve enojo. Yuichi parpadeó.
"Ah, disculpa, ¿qué?"
"¿Cuál he usado menos? ¿La marrón o la rubia?".
"La rubia, pero es fácil reconocerte con esa. ¿Acaso no recuerdas cuando te teñiste--?"
"ERA UNA FASE, OKAY", respondió ofuscado y con un leve sonrojo por la vergüenza. Odiaba que le recordaran su fase de Gackt. Con más fuerza de la necesaria metió la peluca rubia en el bolso y le dio al mayor la otra. "Sostén esta", buscó nuevamente en su bolso y sacó una liga de cabello, la cual usó para atarse los mechones decolorados que tenía en la parte inferior de su cabello e hizo lo mejor para amarrarlos en una especie de bolita. Una vez acabó, tomó la peluca de manos de Yuichi y se la puso.
"¿Ya?", dijo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad, pero el otro le ignoró y sacó una cajita que reconoció como la de los lentes de contacto. No pudo evitar sollozar. "POR QUÉÉÉÉÉÉ".
"Porque sí". Comenzó a sacarse sus lentes de contacto con cuidado y los guardó. Yuichi le observó con molestia y con demasiada hambre como para decir algo. Una vez que acabó, sacó sus lentes normales de su bolso y se los puso. "¡Listo!", dijo sonriendo. "¿Cómo me veo?", preguntó. El mayor estuvo tentado a decirle que tendría que operarse ahí mismo sus labios para que no le reconocieran, ya que siempre habían sido gruesos y se caracterizaba por ello, pero asumió que si lo decía se ganaría uno de esos golpes por los que Kame aún lloraba en las noches.

Y eso que en esa época Tatsuya aún no había comenzado con las clases de boxeo, pero esa era otra cosa.

"Bien, bien, ¿nos vamos ya?". El disfrazado le dedicó una mirada de molestia y salió de la camioneta, a lo que Yuichi hizo lo mismo.

Al entrar al lugar, Yuichi solo sintió que sus ganas de matar iban aumentando, ya que el aroma de la comida era delicioso y tanta hambre era demasiada para ser cierto. Ambos fueron conducidos a una mesa para dos cerca de las escaleras que llevaban al salón imperial del segundo piso y se sentaron, agarraron las cartas y se quedaron en silencio viendo que comerían. Finalmente, después de un par de minutos, se acercó un mesero y tomó la orden de ambos.

"Deberíamos volver aquí", comentó Tatsuya mirando el local. Las paredes estaban pintadas de naranja y habían varios adornos de colores rojo y dorado que le daban una sensación de calidez al lugar. Las lámparas eran todas de papel y habían varios cuadros de pinturas en el sitio... "No hay mucha gente".
"¿En serio? ¿Eso es en lo que te fijas?", preguntó alzando una ceja y Tatsuya rió levemente.
"¿Qué? Es lo mejor de este sitio". Llegaron sus bebidas y Yuichi se apresuró en tomar un poco de su Coca Cola. "Ya, escúpelo. ¿Quién te gusta?", le dijo sonriendo de oreja a oreja, pero Yuichi simplemente frunció el ceño.
"Cómo se nota que estudiaste en un colegio solo de chicos, alguien dice: "chica" y ya estás a punto de saltar encima".
"Yuichi, estoy a un segundo de lanzarte café hirviendo a la cara", le dijo riéndose, aunque el otro bien sabía que la risa era para encubrir su creciente enojo. Decidió que ya era demasiado para todo el día en general y le contó lo que pasó.
"Bueno, es una historia larga. No presté atención y terminé enlistándome en una clase que requiere trabajo de parejas... Se me pasó el plazo para enviar una aplicación de cambio de clases y como he estado ocupado con la filmación de la telenovela no he podido asistir... Y bueno, mi compañera de clases no dejaba de enviarme correos llorando...".
"¡La chica que te gusta!".
"Entonces mi compañera", siguió como si no le hubiera escuchado. "Me dijo que habían prácticas de parejas presenciales. Bueno, la cosa es que nos reunimos..."
"Espera, ¿ella sabe quién eres?".
"Sí. A diferencia de ti, yo solo me disfrazo cuando es estrictamente necesario y no planeo ocultar mi identidad a mi compañera de trabajo por todo el semestre". Suspiró. "Pero no, no hay ningún problema. Ya por sus correos intuía que al menos sería sensata en este tipo de cosas... Y si no..."
"Igual tenemos miles de dólares para hacerla callar (?)".
"Lo mismo le dije (??)". Ambos rieron. "Pero no es eso, mira, nos reunimos y todo bien. Pero al día siguiente que fue la práctica... No sé, ¿había algo raro en ella? Cuando llegó al salón me acerqué a ella, había venido con un chico que era su amigo, pero este no dejaba de enviarle miradas de preocupación... Y ella se fue a sentarse conmigo, pero estaba mucho más distraída... Creo que triste. La cosa es que no sé, pero siento que ella ha sido demasiado generosa al pasarme sus apuntes y todo y yo no he podido ni sabido animarla".
"Pero no es tu culpa", frunció el ceño. "Es decir, si no te ha dicho nada, ¿cómo quieres hacer algo?".
"Eso no hace que me sienta más calmado conmigo mismo".

En ese momento llegó el mesero con las órdenes de ambos y Yuichi recordó que se estaba muriendo de hambre. Ambos se pusieron a comer rápidamente y dejaron la conversación previa de lado, concentrándose en su almuezo y hablando de lo delicioso que estaba, probando del plato del otro y comentando qué otros platos podrían pedir la próxima vez y qué postre deberían ordenar ahora. Fue recién cuando estaban a la mitad que Tatsuya retomó la conversación.

"Por cierto, no creo que sea yo el mejor para dar consejos, pero si tan mal te sientes pregúntale".
"¿No sería muy tosco? Apenas la conozco".
"Pues entonces quédate como estás", se encogió de hombros. "Para mí no hay nada mejor que decir las cosas y ya".
"Sí, pero... No, tienes razón. No puedo hacer nada a menos que le pregunte", suspiró.
"Tienes que aprender a ser más simple y dejarte de complicar por esas cosas", dijo mientras le robaba otro pedazo de carne a Yuichi sin que este se diera cuenta por quedarse ponderando en sus palabras.
"Sí... Aunque bueno, como dices, quien eres tú para dar consejos de ese tipo, señor perfección". Tatsuya sonrió de lado. "Ya, ¿qué pedimos?", dijo mientras miraba a lo lejos la vitrina de postres.
"¡Oh, oh, esos postrecitos que son de limón!", dijo entusiasmado. "¡Los que son como una tarta!".
"¿Cómo se llaman...?".
"No sé, por eso los describí", Yuichi rodó los ojos y él rió. "¿Te vas a comer eso?".
"Sí, agujero negro", le golpeó la mano que intentaba tomar otro trozo de pollo y el menor le sacó la lengua.
"¡Por cierto!", le comentó como nuevo tema de conversación. "He pensado teñirme el cabello de nuevo, el negro con puntas descoloridas ya no me gusta, me veo demasiado My Chemical Romance, o algo así", rió. "Ahora lo quiero castaño claro, o rojizo, aún no me decido... Y corto, sí, corto. No quiero nada en el cuello que se pegostee cuando vaya al gimnasio y empiece a sudar. Y si tengo un corte nuevo, podré salir a la calle sin tener que cubrirme porque nadie me prestará demasiada atención, ¡podríamos ir al mall a comprar videojuegos!", le dijo con emoción, ya haciendo varios planes.
"¿Sabes? Cuando quieres, te comportas como toda una princesa".
"..."

Tatsuya Ueda, también de 24 años, causó muchas risas hacía un par de meses cuando en una entrevista confesó que de niño solía golpear las paredes y dejar agujeros cada vez que se enojaba, ya que a veces tenía problemas de manejo de ira.

Yuichi Nakamaru, mejor amigo, tuvo que excusarse ante el mesero que trajo el botiquín, diciéndole que había sido su culpa que el café cayera en todo su rostro...

Con la taza...

Y con el platito que iba debajo...

Tatsuya sonrió, complacido con su trabajo.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on December 11, 2013, 12:34:09 AM
HOLA PURI YO TE ACOMPANO </3
Ohh que genial ver a más gente participando TAT no estoy al día pero lo estaré muy pronto y les dejaré comments y todo peachy -3-

Finalmente el primer aporte como tal. Espero que los siguientes fluyan más gheimente estoy tan hypeada que sobreanalizo todo and ;_;


(http://i.minus.com/ibtIuqv5h2J8b2.png)

Medley 1: Fight of the Rising Sun

Cuando estuvo por doblar la esquina la peliceleste giró a darle un último vistazo a la transitada avenida atrás suyo.

Habían días donde el transporte se demoraba y mucho... pero aquella tarde había atenuado cualquier idea de embotellamiento que hubiese existido en Eastwood. Tres carros averiados, un choque múltiple y un sinfín de conductores sin modales habían terminado retrasando el tránsito por casi dos horas.

Y mientras ella esperaba que la interminable línea de automóviles llegara a su fin, su celular no había dejado de vibrar con un santiamén de mensajes urgentes.

>VEN AL BAR DE INMEDIATO

...fue el último mensaje que le llego. Y aunque a raíz de tanta alharaca intentó dejar la mensajería y darle una llamada, el que su móvil timbrara sin respuesta solo le añadía al misterio en todo ese asunto.

"Maldición Mine... ¿Qué puede ser tan urgente?" masculló para si misma. No le había devuelto ningún mensaje y no le respondía las llamadas, pero si continuaba mandando avisos sueltos de tres palabras o menos. Nada congruente. Y entonces Sayi decidió poner el teléfono en modo avión y disfrutar el resto del camino en silencio.

Debía estar jugando con ella. Apurándola con tonterías pues ya llevaba dos horas tarde y era la única práctica antes de la presentación. Habían tocado en el mismo lugar todos los sábados por poco más de un año, y aunque la clientela fuese siempre la misma ellos buscaban innovar con cada presentación. Total, ¿no era su objetivo, algún día, cambiar los bares por estadios?

Pero ya había pasado más de un año desde que abandonó la promesa del conservatorio por confiar en sus amigos… y si bien el gran sueño nunca moría, a veces empezaba a cuestionarse si valía la pena seguir durmiendo.

Empezaba a considerar pasarse a cenar por casa de su prima cuando las luces de una ambulancia al final de la calle llamaron su atención. No le tomó mucho reconocer dónde estaba estacionada, y conforme apresuraba el paso retomó su celular y finalmente se encontró con un mensaje coherente.

>Nos peleamos con Zack y Toby y no terminó bien...

(http://i.minus.com/ibtIuqv5h2J8b2.png) (http://i.minus.com/ik2GSXP2g9n0K.png)

Mine estaba en plena redacción de otro mensaje cuando en eso notó a la propia destinataria detener carrera a metros de él. Sayi se asomó en la ambulancia, donde dos paramédicos terminaban de acomodar a sus compañeros de banda. Eran Zack y Toby, nadie más. Y la pregunta vino por si misma.

"¿Dónde esta Kaien?" le preguntó "Pues veo que tu estás bien..."
"Esta dentro. En mejor estado que estos idiotas, al menos" le respondió el rubio. Ambos observaron cómo los paramédicos cerraban las puertas de la ambulancia y volvían a la cabina "Kaien no me dejo pelear, y se estaba llevando la peor parte... pero entonces Zack lanzó una silla y rompió la rockola..."

El rostro de la joven se deshizo en una mueca nerviosa. La ambulancia se encendió y comenzó a alejarse. Era evidente quien más debió estar presente en la escena del crimen. Y ese alguien debía ser la razón para que dos sujetos enormes, como Zack y Toby, terminarán prácticamente inválidos en la parte trasera de una ambulancia.

"Shizuo está en la comisaría. Pero como él no empezó la trifulca deberían dejarlo ir pronto" respondió Mine, casi leyendo sus pensamientos "Llamó a Spike a que cuidara el local hasta que pudiera regresar"

Cazatalentos famosos y representantes de peso habían estado en sus presentaciones, pero todos habían pasado de largo al punto que no les quedó de otra que contratar a Spike Spiegel: Un representante de medio pelo quien accedió a ayudarlos a un precio fácilmente accesible.
Y el precio accesible parecía justificar la mala actuación de su flamante agente. El pelinegro dormía la mayoría del día, o de lo contrario bebía, fumaba, o se cachuelaba con una tienda de empeño que heredo de sus abuelos. Como su representante lo veían con suerte una vez cada dos semanas, repitiendo el mismo cuento de ‘pronto les conseguiré trabajo como teloneros en el Hard Rock’, o a lo mucho: ‘logré que una disquera independiente se interesara en sus demos’, pero al final todo quedaba en nada.

Lo único que justificaba el seguir con Spike era la única bondad que les había traído: Presentaciones todos los sábados en el Stray Sheep. El pelinegro era muy amigo del dueño, Shizuo Heiwajima, y aunque el bar fuera pequeño la clientela fiel disfrutaba de su banda, así que era una situación a ganar para ellos.

Pero ahora, con dos de los músicos en el hospital y el dueño en la comisaría, era probable que hubieran perdido hasta aquel consuelo.
 
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Cuando entraron al Stray Sheep no fue ninguna sorpresa encontrarse con Spike sentado en la barra, tomando un cognac y fumando como una chimenea. Lo que si sorprendió a Sayi fue ver a Kaien sentado en el escenario. El pelinegro tenía la mirada fija en el suelo y presionaba una bolsa de hielo contra su mejilla. La joven ignoró el desastre en el bar –botellas estrelladas. sillas rotas y mesas boca arriba- y caminó hasta sentarse junto a su amigo.

“Podemos ir al doctor si quieres” sugirió la peliceleste. El joven cambió el hielo de mejilla y sonrió “Estás algo abollado”
“Estaré bien” le respondió “Aunque me hubiera gustado tomar crédito por el merecido que se llevaron esos dos”

A un extremo del local Mine evaluaba el daño hecho a la dichosa rockola. Un silbido bastó para desestimar el futuro de la máquina.

“Una pena. Era una de las pocas que aún conservaba LPs vintage de Elvis” se lamentó Mine “Aunque bueno, la muerte de la rockola obligó a Shizuo a intervenir”
Desde el bar, Spike se dirigió a Kaien “Sin el hubieras terminado…” e hizo un visto bueno con el pulgar y lo volteó hacia abajo.
Sayi ignoró a su agente y se dirigió a sus amigos “¿Y cómo fue esta vez?”

La banda la habían empezado ellos tres. Sayi era vocales y piano, Kaien vocales y guitarra y Mine solo guitarra. Habían completado la batería y el bajo con algunos aspirantes pero con el tiempo todos terminaban marchándose. En un intento desesperado Sayi había retomado lo poco que sabía de guitarra para que Kaien probara el bajo y Mine aprendiera la batería, pero ninguno de los tres era lo suficientemente decente en sus instrumentos secundarios como para el escenario.

Los otros bajistas y bateristas o no congeniaban musicalmente con ellos, o eran unos vagos o simplemente no se llevaban bien… siendo el evento más reciente la más dramática de las resoluciones.

“Esta vez puede que hayamos perdido hasta este lugar” se lamentó Kaien “Eso es lo que más me jode”
“H-hey pero…” Mine intentaba espantar el pesimismo “Fue Shizuo quien perdió los cabales y trajo el infierno a la tierra…”
“Tu sabes lo mucho que le gustaba su dichosa rockola. Y esos imbéciles la rompieron cuando técnicamente eran parte de nuestro grupo” Kaien dejó reposar la bolsa de hielo en la madera “Puede decirse que fue nuestra culpa”
“¿Y ahora?” Sayi se levantó y puso ambas manos en su cintura “¿Tocamos en el subterráneo? ¿Animamos fiestas infantiles?”

Los tres se quedaron en silencio hasta que el resonar de cristal contra cristal y la voz de Spike se colaron en su incertidumbre.

“No se preocupen por Shizuo, yo me encargo” comentó el pelinegro sin despegar la mirada de su botella “Será impulsivo, pero no es tan… drástico para estas cosas como ustedes piensan”
Mine sonrió ilusionado “Spike, ¡si te haces esta te amaré por siempre!”
“Pero no es tan fácil. Recuerden que falta poco para el sábado y no pueden ausentarse” advirtió el agente “Ya cancelaron hace dos semanas y me será muy difícil convencerlo de que se queden si no hay música. Es más, será prácticamente imposible, pues el silencio solo le hará recordar que la rockola ya no funciona”

Sayi cruzó miradas con Kaien y Mine. El show debía continuar… y ahora iba en serio, o de lo contrario perderían su lugar en el Stray Sheep.

“Necesitamos hacer audiciones. De nuevo. Cuanto antes” Kaien negó con la cabeza y caminó hacia la oficina, rendido “Esperen que busco el cartel y lo cuelgo en la ventana…”
“Oigan… ¿y si hacemos algo solo los tres?” le planteó Mine a Sayi “Quizás podríamos rentar un mono”
Pero la peliceleste había optado por sentarse junto a Spike “Gee, me pregunto quién podría ayudarnos a encontrar un baterista y un bajista de aquí al sábado, ¿no?” canturreó, pero el representante del año se limitó a mecer el licor en su copa “¿NO?”
“Intentaré encontrar alguien para… ¿cuándo harán sus audiciones?” masculló el pelinegro “Van a tener que venir más a menudo…”

Aquella promesa sonaba tan buena como vacía, pero Sayi no tenía tiempo a molestarse. Hacia mucho que se había convencido que si alguien estaba a cargo de sus intereses era ella misma, y no podía culpar a Spike, ni a Shizuo, ni a Zack y Toby si su sacrificio salía en vano…

…y mucho menos pensaba regresar con sus padres con el rabo entre las piernas. Eso estaba fuera de discusión.

En algún lugar de Eastwood debía existir un bajista y un baterista sin oficio. Y esperaba que estuvieran tan desesperados como ella… lo suficiente como para querer sacar adelante a una moribunda banda llamada Young Guns.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Ekha on January 22, 2014, 11:07:38 PM
A mi me dijeron "únete, hay cosas shiny". Así que me uní XD

0001 - A cappella



He says “There’s gotta be more to this story.”
She says “No, this is our happy end.”
Once upon a melancholic time they find that
Love is a game of give and take.

 
Dos chicos se encontraban en la parte trasera de una camioneta, conducida por la madre de ambos, cantando una selección muy suya, por así decirlo, mientras se adentraban en una ciudad que era conocida para ellos aunque sólo por historias.
 
“Vaya, ustedes dos deberían hacer cover de canciones o un dueto”, comentó la mujer mientras se encontraban detenidos en un alto. Ambos, un chico y una chica, voltearon a verla de mala gana.
 
“Ni de chiste.”, dijeron al unísono.
 
La mujer rió mientras volvía a poner en marcha el vehículo. “¿Por qué no? Ambos tienen buenas voces, quizá les falte afinar un poco pero realmente creo que podría funcionar.”
 
“¿Trabajar con ella?”, reclamó el chico. Un muchacho castaño de ojos azules, iguales a los de su madre.
 
“¿Trabajar con él?”, dijo despectivamente la chica, una jovencita rubia que no rebasaría los 16 años.
 
“Ni de chiste.”, volvieron a decir los dos al  unísono para, acto seguido, voltear a verse como si se retaran con la mirada. Se recargaron en el asiento un momento después.
 
“Oh, vamos, serían una buena oferta en el mercado.”
 
Cian bajó el volumen del reproductor mientras se recargaba contra el asiento delantero. “Claro, hermano y hermana trabajando en la misma banda. ¿Sabes que pierdes el factor del chisme?”
 
“¿Factor del chisme?”, Neit jamás había escuchado esa frase en su vida.
 
“Me refiero a que no tendrían noticias amarillistas a diestra y siniestra respecto a  nuestra relación y cosas así. Obviamente siendo hermanos nos salvaríamos de cosas como esas pero no tendríamos  las mismas fuentes de atención que los demás grupos.”
 
“Uhm… pero si mencionamos algo sobre una supuesta relación incestuosa… tendría suficiente éxito considerando que son mellizos”, comentó la madre, pensativa.
 
“¡MAMÁ!”, un estridente reclamo se dejó escuchar por parte de ambos. Elahine Greenriver admitió, en ese momento, que sus hijos podrían ser buenos cantantes, no les faltaban pulmones.
 
“Ya entendí, ya entendí. Era una broma. Geez, heredaron el sentido del humor de su padre.”
 
He says ‘Where did I go wrong in this story?’”, cantó Neit por lo bajo para que solo su hermana le escuchara.
 
She says ‘Take a look around and you’d see’”,  respondió Cian. Era parte de la canción que venían escuchando antes de que los interrumpieran. Para complementar la parte de la canción, señaló hacia su madre y ambos comenzaron a reír en voz baja.
 
“Esa canción que estaban cantando… ¿Es del grupo que quieren ir a ver?”, por un momento Cian y Neit se sintieron delatados pero al darse cuenta que la pregunta no era respecto a la pequeña broma que acaban de hacer, se tranquilizaron un poco.
 
“Sí, es una de las canciones que interpretan. Es genial, ¿Verdad?”
“¡Lo es!”, confirmó su hermano a pesar de que la pregunta iba dirigida a su madre.
“Uhm,  si la interpretan como ustedes, posiblemente lo sea”, comentó antes de dar la vuelta  en una calle y llegar a una zona residencial.
“¿Qué? ¡Cantan muchísimo mejor que nosotros!”, reclamó el castaño un poco molesto.
“¡Exacto! Esa canción es mucho mejor, no, mil millones de veces mejor cuando ellos la interpretan.”
 
Elahine no pudo evitar sonreír ante lo que presenciaba. Sus hijos de acuerdo en algo no era un evento poco común pero que les gustara tanto la misma banda musical era un logro de la existencia humana. Normalmente sus gustos musicales eran parecidos pero cada uno tenía una perspectiva diferente (con diferencias casi abismales) sobre las bandas, grupos o cantantes.
 
“Oh, bien, hemos llegado.”, dijo estacionando el vehículo justo frente a un garaje.
“Hey, la gente que vive aquí te reclamará por hacer esto, ¿Sabes? No creo que en ninguna parte del país sea legal estacionarse en la salida de alguien más”, Cian se asomó por la ventanilla de la camioneta buscando el hotel donde se hospedarían pero, en vez de eso, se topó con casas en una zona residencial. “¿Y el hotel?”
 
“¿Olvidé mencionarles que tenemos una casa en esta ciudad?”
 
Los mellizos observaron a su madre con una incredulidad que ella jamás había visto en sus rostros. Claro, eso le alegró bastante el día a la mujer.
 
“¿SIEMPRE HEMOS TENIDO LA OPORTUNIDAD DE VENIR A TEMPORADAS DE CONCIERTOS Y NO NOS DIJISTE QUE TENÍAMOS UNA CASA AQUÍ?”
 
Definitivamente debió haberlos hecho pasar menos tiempo juntos cuando pequeños… A este paso le destrozarían los tímpanos.
 
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La verdad, no les importó mucho que sus padres no les mencionaran la casa que tenían en la ciudad que más les importaba a ellos en el mundo (o al menos desde que descubrieron que les gustaba la música). Habían podido asistir a su tan anhelado concierto, además de haber comprado una cantidad considerable de recuerdos.
 
“¿Cómo conseguiste que nos dejaran entrar a los camerinos?”, preguntó más que emocionado Neit.  Estaban de vuelta en la casa que recién conocieron el mismo día pero se sentía como si toda la vida hubiesen vivido ahí. Claro, no importaba de momento.
“¡Fue la mejor experiencia de mi vida!”, Cian no podía contener la emoción todavía. “¡Me saludó!¡Estrechó su mano con la mía y dijo que mi nombre era muy lindo!”
“Toda madre tiene sus secretos.”, sonrió Elahine mientras les observaba desde el sillón justo frente al que se encontraban sus  hijos. “Supongo que algún día deberé contárselos”, rió.

Los mellizos la observaron un momento antes de ignorarla una vez más. Hablaron sobre el concierto por horas hasta entrada la noche. Una parte de ellos seguía sin creer que habían viajado en avión por horas para llegar al concierto de su banda favorita, mucho menos podía procesar todavía el hecho de que pudieron ir backstage y conocerles en persona.

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“Arriba, par de flojos”

Cian Greenriver se movió y se acurrucó contra su hermano. No era raro que se hubiesen quedado dormidos en la misma habitación aun cuando tenían una para cada uno. Hablar, cantar y emocionarse toda la noche por el evento era una justificación pero siempre solían ser así.

“Déjame dormiir”, se quejó la adolescente mientras su hermano se hacía a un lado instintivamente, como si eso pudiera lograr que a él no le despertaran y a su hermana sí.
“No pueden quedarse dormidos. Tenemos que inscribirles al instituto.”
“Son vacaciones…”, murmuró el castaño. Intentó moverse un poco más pero se dio cuenta que estaba en la orilla de la cama. Era caer o levantarse.
“Oh, claro que no. Tanto en Eastwood como en casa hay clases. Que ustedes hayan suplicado por semanas para faltar un par de días a clases y venir no significa que están de vacaciones. Así que, a inscribirlos.”

Ninguno de los dos quiso moverse por un rato hasta que Cian, de la nada, se sentó en la cama y, aun medio adormilada, observó insquisitivamente a su madre.

“¡Momento! ¿Inscribirnos? Tú dijiste que hay clases en casa y aquí, ¿Cómo que inscribirnos?”

La mujer pelirroja le observó con sus pícaros ojos azules como si acabara de cometer la broma más terrible y perfecta del mundo.

“¿Qué no se los mencioné en el avión? Viviremos en Eastwood por una temporada. Su papá ha decidido que me encargue un tiempo del negocio que tenemos aquí.”

“¿Tenemos un negocio aquí?”, Cian cada vez se sentía más confundida. Quizá era por el sueño pero juraría que su madre acababa de decirles que, aprovechando el concierto, terminarían mudándose por un tiempo junto a ella.

Neit se sentó a regañadientes en la orilla de la cama. Tanto blablabla de las mujeres de su familia evitaba que siguiera durmiendo. Mucho ruido en su… ahora que observaba, la habitación tenía la mayor parte de sus cosas, algunas cajas con objetos por aquí y por allá…

“Sí, tenemos un pequeño negocio aquí. Nada grande pero es lo que cubre sus colegiaturas.”

Neit seguía observando su habitación, cada vez más convencido que lo único que variaba era el tamaño. Todos sus objetos de valor estaban ahí.

Cian entrecerraba más los ojos. Su madre era la mujer más sospechosa y en la que menos podía confiar en este momento.

Neit se preguntaba cómo habían llegado sus cosas antes que ellos.

Cian no se atrevía a preguntar. Quizá lo del backstage tendría sentido pero sería la ironía más grande del mundo.

“Ok, ¿No hay más dudas? Cian, ve a buscar ropa a tu cuarto. Neit, vístete. En serio tenemos que inscribirles hoy o retrasaran mi itinerario y el suyo.”

“¿El nuestro?”, preguntó el chico sin entender aun
“Así es, seran asistentes auxiliares.”
“¿De qué?”,  preguntó la jovencita rubia, cortante. Sabía que esto no podía ser agradable.
“¿De qué más? De manager. No pueden andar por la vida sin conocer cosas sobre el negocio familiar. Claro que no les pagaré todavía, no es como si tuvieran el conocimiento suficiente--”
“¡Alto ahí! ¿Asistentes? ¿Asistentes de quién?”
“De Hajime, por supuesto.”
“¿Hajime?”, la pregunta al unísono por parte de los mellizos hizo eco en la habitación. Mientras Neit seguía preguntándose cómo es que la conversación ahora era más extraña y entendía menos. Cian se levantó de un salto.

“¡¿ HAJIME ICHINOSE?!”
“¿Eh? ¿Quién es esa…?”

Cian casi asesina su hermano con la mirada.

“La manager de eXillia.”
“¿Ah…?”
“¡Tonto! La manager de eXillia. e-Xi-llia.”
“¡¿De eXillia?!”, ahí fue donde Cian deseó por millonésima vez haber sido hija única.
“Sí, tonto.”, respondió casi entre dientes. Eso sólo significaba una cosa. No podía equivocarse accidentalmente. Su madre le había dado toda la información que necesitaba y aun así temía que pudiera cometer un error.
“¿Qué es el negocio familiar?”, eso ni siquiera tenía sentido.Su madre había dicho ‘un pequeño negocio que tenemos en esta ciudad que paga sus colegiaturas’. ¿Cómo podía decir que era un negocio familiar si sonaba a que sus padres tenían más de un negocio?

Elahine tomó un momento para observar los rostros de sus dos hijos adolescentes. Realmente estaba disfrutando mucho este momento.

“Thunderstom Records”

Si el rostro de desconfianza, duda y curiosidad de sus hijos había sido una victoria, el de sorpresa e incredulidad no tenía precio.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Isumi on January 28, 2014, 10:12:35 AM
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Track 02 [¿...?]: Prólogo 02.


Perseguir un sueño es algo que muchas personas se atreven a hacer. Personas con coraje, talento, fuerza de voluntad… y en mayor parte de los casos, dinero. Porque sí, es el dinero el que mueve el mundo, es el dinero el que te abre las puertas para demostrar tu talento. Frases como ‘quiero ser un actor’ están siempre acompañadas por familias con dinero que pagan escuelas de teatro, el viaje hasta dicha escuela y eventuales gastos que una persona pueda producir en su vida social. Porque solo en la fantasía sucede que un manager o algún director de películas se encuentre justo caminando por la misma calle que tú, te vea y diga “¡Oh Dios mío! ¡Tu cara es perfecta para el personaje que buscaba! ¡No importa que no hayas hecho ninguna escuela y no tengas dinero y no sepas ni memorizar tres frases cortas, tu cara es perfecta! ¿Sabes cantar? ¿No? ¡No importa! ¡Porque en el mundo de la fantasía, todo es posible!”

Esas eran las cosas en las que pensaba cada día Isumi Koizumi, aspirante mangaka que prefería no comer por un día con tal de tener los mejores materiales para dibujar.
Habiendo crecido en una familia que se podría considerar normal, una de sus mayores cualidades era la de saber aprovechar cada cosa al máximo. Nunca tiraría comida, nunca dejaría luces prendidas sin motivo, si era necesario bajar la calefacción en invierno para gastar menos, era capaz vestirse con ropa de más y pasar un poco más de frió.
El dinero nunca le fue regalado, y fue por eso que la decisión de seguir su sueño no fue para nada simple.
Dicha decisión la tomó el día que dejó de fantasear sobre ese tipo de cosas como una persona importante reclutándote para una película importante como Harry Potter en la cual podrías ganar fama y dinero sin haber realmente estudiado teatro.
Se dio cuenta que, no solo tenía que mudarse del lugar en el que vivía, si no que incluso haciendo eso, en las grandes ciudades se pueden encontrar más talentos y una persona como ella en medio de tanta gente talentosa no era nadie.
Eso hasta el día que su contador de followers en su blog de arte llegó a diez mil. El día que, cuando al inicio comenzó a postear sus dibujos y sus doujinshis, nunca pensó que llegaría. El día que se prometió que si llegaba, entonces se mudaría a la grande ciudad, lo más cerca de Shueisha posible, y presentaría sus manuscritos a la editorial.

Desgraciadamente sus planes no fueron como ella había pensado. Si bien era muy buena dibujando, y sus dibujos siempre habían recibido la mayor parte de los elogios en sus obras, muchas veces terminaba teniendo la misma conversación:

-   ¡Tus dibujos son muy buenos! pero tus historias… no sé como explicarlo.
-   ¿Son Malas?
-   No es eso… no es que sean malas… digamos que… ¿son muy particulares?
-   ¿Eh? ¿Qué quiere decir eso?
-   ¡Oh, ya sé! ¿Sabes esa nueva palabra que los jóvenes están usando recientemente? Esa palabra… cómo era…
-   “Ghei.”
-   ¡Eso, eso!
-   …

“Ghei”, una palabra la perseguía desde hacía ya mucho tiempo. La palabra perfecta que la describía. Cualquiera que conociera a Isumi no podría describirla de otro modo que no fuera ‘ghei’. En pocas palabras, fue ella quien inspiró a la invención de aquel adjetivo.

-   Y pensar que la única cosa que se volvió famosa gracias a mi es el modo de describirme… que ni siquiera inventé yo, si es por eso.


Vivía en un apartamento con solo lo mínimo indispensable. Cercano a la única, desolada, olvidada y sucia estación de tren de la zona, por la cual pasaba solo un tren con una sola destinación, el centro. Su mayor interés, ya que toda la ‘vida’ se encontraba en el centro. Y con ‘vida’ me refiero a Shueisha, la editorial donde se publica la revista para la cual Isumi dibujaba.
Vive sola, por supuesto, ya que aunque quisiera compartir la habitación con alguien, esa persona no soportaría sus ritmos de sueño; nuestra aspirante mangaka dormía mayormente de día y se desvelaba dibujando de noche.

Pero aquella era una noche normal. El día anterior había entregado el último capítulo de su cancelada serie ‘Triple Arts’, y ahora se encontraba sin trabajo que hacer.
Era su primer noche en una cama después de tanto tiempo, pero Isumi no podía dormir.
Momentáneamente no tenía trabajo, sí, pero su editor le había dicho que no pensara en nuevas historias hasta el día después, y que ese mismo día se quedara en casa ya que le esperaba una sorpresa.
Claro está que las ‘sorpresas’ de su editor nunca eran lindas sorpresas, y era por esa misma razón que no lograba pegar un ojo.

-   Así que voy a tener que pegar los dos… jejeje.

Se reía sola en la oscuridad mientras pensaba en como no pensar en historias.

-   ¿Cómo se supone que hago para no pensar en historias? Es lo único que hace mi cerebro cuando me acuesto en la cama.

Uno de sus más grandes… ¿defectos? Era no ser capaz de apagar el cerebro durante la noche. Era por ese motivo, de hecho, que se mantenía despierta durante esas horas. Había descubierto que durante el día el virus de la vagancia atacaba con mayor facilidad, mientras que de noche necesitaba tener los ojos bien abiertos en la oscuridad para poder dibujar bien.

-   ¿Y si dibujo un rato? No no, ya veo que después mañana estoy con sueño y no entiendo un pedo de lo que me dice Gin. Aunque a este punto tampoco me voy a dormir… y tampoco puedo seguir pensando boludeces que no me llevan a ningún lado. Hmm, ah… ¡ah!

Y fue así como le vino a la mente una idea para otra historia, hasta que eventualmente se quedó dormida.


-   Koi…
-   ¿Hm?
-   ZUMI
-   Asdfg
-   ¡KOIZUMI!

Y finalmente el último grito acompañado por unos cuantos fuertes golpes a la puerta de su casa la despertó. Porque no, no tenía timbre.

-   Ahhh ¡ahhh! ¡ya vaa! – Gritaba ella como si le estuviese hablando a su madre.

Salió de la cama y se apresuró a la puerta sin preocuparse de acomodarse el cabello o el pijama. Bueno, como solía recibir siempre a su editor cada vez.

Sorpresa fue la que se llevó cuando vio a Ginpachi acompañado por aquel que parecía ser su hijo.

Instintivamente, aunque no intencionalmente, Isumi procedió a cerrarle la puerta en la cara.

-   QUÉ MIERDA QUÉ MIERDA QUÉ MIERDA. – Pensaba nerviosa mientras se acomodaba, de alguna manera, el cabello.
Pero fue entonces que escuchó desde afuera…

-   ¿Qué? ¿Esa gigante despeinada es con quien tengo que trabajar?

No le importaba la segunda parte de la frase, ‘gigante despeinada’ había sido suficiente para que volviera a abrir la puerta de nuevo dirigiéndole una mirada asesina al acompañante de Gin.

-   ¿Y a vos qué te pasa pendejo? ¡Obvio que te parezco una gigante, que no debés medir más de 156 cm!
-   … – El ‘pendejo de 156 cm’ se quedó sin palabras sorprendido por el hecho de que hubiese acertado su medida exacta. Pero luego no se quedó callado. - ¡Al menos yo estoy bien vestido y peinado para las reuniones!
-   Uy si, ¿desde cuando los niños participan a reuniones? Y además ¿a quién querés impresionar con ese traje? Pareces un pendejo haciendo cosplay de su padre ¡hahaha!
-   ¡Y vos pareces una que nunca vio una peluquería en su vida! ¡Ja! ¡Seguro ni sabés lo que es una peluquería!
-   ¿EEEHHH? Por si no lo sabías, ¡estudié peluquería por cinco años antes de decidir cambiar de carrera!
-   Seguro cambiaste de carrera porque nadie quería a una gigante despeinada como imagen en su salón ¡hahahaha!
-   ¡Al menos no voy por la calle con un traje que me queda grande! – Fijó entonces su mirada a las mangas del traje dobladas para que no le quedasen largas. -¡Hahaha! ¡¿Cuántas veces doblaste eso?! ¡Hahaha!
-   Koizumi, él tiene tu edad. – Dijo entonces Gin interrumpiendo su carcajada.
-   …¿este enano? – Lo señaló.
-   Sí.
-   ¡No le respondas que sí! – Se quejó ‘el enano’ ya cansado de que su altura fuese más importante que su nombre.
-   Si si, ya ya, ¿no se dieron cuenta que se pusieron a hablar en su acento, no?

Ambos se quedaron callados un momento. Luego de unos segundos realizaron el hecho de que realmente habían estado hablando con aquel acento particular del pueblo de donde venían.

Y entonces, al unísono:

-   ¿Sos de…? ¿Vos también?

Gin se rió maliciosamente y dijo:

-   ¡Sabía que era la mejor idea hacerlos trabajar juntos!

Isumi lo miró con toda la confusión del mundo. Y entonces recordó lo que aquel chico había dicho después de ‘gigante despeinada’.

-   …¿qué?

---

Luego de hacerlos pasar a su casa, poner el agua para el té a calentar mientras se vestía y peinaba, Isumi se sentó en la mesa y sirvió el té en tres tazas bastante improvisadas.

-   ¿Qué es este set de tazas? – Enseguida se quejó el enano.
-   Si tienes problema con el hecho de que no esperaba visitas, puedes irte.
-   ¿Hm? ¿Y ese improviso cambio de acento?
-   Ngh…

Isumi solía esconder su acento la mayor parte del tiempo, ya que no le gustaba como sonaba, se le hacía demasiado cómico y la gente nunca la tomaba enserio. Pero al parecer con aquel chico no era necesario esconderlo.

-   Que no veo por qué debería tener más tazas si vivo sola.
-   De hecho mi taza me la compré yo y se la traje. – Agregó Gin.
-   … - El chico no podía creer a sus oídos. ¿Tan pobre era?
-   Pero bueno, pasemos a las cosas importantes. Koizumi, él es Otani Atsushi, aunque quizás lo conozcas por su pen name, Axl Lotus. Desde hoy en adelan…
-   ¡¿QUÉ?! – Isumi golpeó la mesa con ambas manos poniéndose de pie. - ¡¿ESE Axl Lotus?! ¡¿El escritor de Dulce de Leche & Clover?! – La mangaka vio al chico quien se enorgullecía por sus logros y luego dijo - ¿ese enano?
-   ¡HEY!
-   Wow… - Suspiró y tomó de nuevo asiento. – El mundo es realmente pequeño…
-   ¡¿Podés dejar de hacer referencias a mi estatura?!
-   ¿Eh? ¡Ahahaha! ¡Te insultás solo! Yo hice un comentario nomás.
-   ¡Si lo único que hacés es insultarme!
-   ¡Vos empezaste con lo de gigante despeinada!
-   ENTONCES. – Gritó Gin poniendo fin, de nuevo, a la pelea. – Como iba diciendo, hemos arreglado que ustedes trabajarán juntos para la próxima obra. Otani siempre quiso publicar un manga para Jump, pero al no saber dibujar se rindió a escribir Light novels. En cambio Koizumi ha publicado ya varios mangas que no han tenido éxito en Jump debido a las historias ¡entonces! – El editor los miró a ambos, quienes ya sabían realmente lo que iría a decir. – Buenas historias, - Señaló a Otani. – combinadas con buenos dibujos, - señaló a Isumi. – ¡crearán el mejor manga que Jump haya publicado jamás! ¡capaz de superar a One Park!
-   Vos solo querés superar a One Park, eh…- La emoción de Gin no fue para nada trasmitida a Isumi.
-   Es imposible superar a One Park. – Y para Otani era más de lo mismo.
-   Estos chicos de hoy en día sin entusiasmo… ¿no eras tú la que se presentó diciendo ‘¡Yo voy a ser la reina mangaka! ¡Y voy a superar One Park! –
-   Pff – Otani se rió. - ¿Enserio dijiste eso?
-   ¡N-no! O sea, si dije lo de superar a One Park, ¡pero nunca dije lo de reina mangaka! Y en todo caso, ya entendí que es imposible superar a One Park. Así que no tiene sentido que trabajemos juntos, si es ese tu objetivo, Gin.
-   Ciertamente, si mi objetivo fuera ese entonces nadie debería publicar mangas.
-   …
-   Koizumi, mi objetivo es que logres tu objetivo. ¿Cuántos mangas has publicado ya? ¿Y cuantos con más de treinta capítulos? Si sigues así te echarán de Jump, o serás contratada por otra revista. ¿No eras tú la que quería publicar solo y exclusivamente para Jump?
-   … - No podía negar nada de lo que estaba diciendo. Su situación no era para nada buena y la conversación sobre tener que trabajar con alguien más que hiciera las historias, ya había salido varias veces. – Yo sé que mis historias son gh—no son adaptas para Jump, pero uno de mis objetivos cuando decidí ser mangaka era inventar mis propias historias y darle vida a mis propios personajes, así que lo siento pero…
-   Koizumi, no estás en posición de negarte. No quería llegar a decirte esto, pero los altos mandos ya me han dicho que o colaboras con un escritor o dejas de publicar para Jump.
-   ¿Qué? – La noticia había sido más chocante de lo que habría imaginado.
-   Te dejaré tiempo para procesar la noticia y tomar una decisión. – Gin se levantó de la mesa. - ¿Otani?
-   Ah, sí. – El nombrado se levantó con él, pero no podía dejar de mirar a Isumi cuyos ojos estaban completamente perdidos. - ¿Está bien eso? – Le susurró a Gin.
-   En este momento es mejor dejarla sola. – Y dicho eso, ambos se dirigieron a la puerta de entrada y se fueron.

No pasó mucho tiempo antes de que la puerta volviera a abrirse. Isumi, quien seguía en estado vegetativo, giró la cabeza para ver quien acababa de entrar a su humilde habitación.

-   Imaginé que seguirías así. – Era Otani quien sin siquiera esperar a que ella le respondiera, se sentó en la mesa nuevamente.
-   ¿Qué querés? – Isumi se secó las lágrimas que le habían caído unos momentos antes que Otani volviera.
-   Hmm… eehh…
-   Decidite de una vez, ¿vas a hablar o no?
-   ¡Es difícil!
-   …
-   En todo caso…
-   Pero si no dijiste nada.
-   ¡Dejame hablar carajo!
-   Oook.
-   En todo caso… no es como si yo hago la historia y vos no contribuís para nada. Quiero decir, si tenemos que trabajar juntos, lo mejor es que una historia la armemos juntos y nos guste a ambos.
-   Ooh, el enano está diciendo cosas coherentes.
-   ¡Que estoy tratando de ser gentil acá! ¡Si no te interesa entonces me voy! – Otani se levantó enojado de la mesa solo para terminar nuevamente en el piso de un tirón. - ¡¿Qué hacés?!
-   Estaba jodiendo. – Sonrió. –Gracias, Otani. Sos un chico más bueno de lo que pensé.
-   Pff, por favor. Soy la gentileza encarnada yo.
-   Ohh, con razón sos tan enano, con la poca gentileza que hay en el mundo.
-   ¿Querés empezar de nuevo?
-   ¡Hahahaha!

Isumi comenzó a reírse y Otani no tardó en seguirle. Luego de un rato, la chica comenzó a comentarle sobre las ideas que había tenido durante la noche, y se sorprendió cuando Otani le dijo que no estaban para nada mal, y que de hecho le gustaban. Y así pasaron la tarde, entre ideas y comentarios sobre mangas y animes que ambos seguían.

Hasta que una melodía los interrumpió.

-   ¿Qué es eso? – Otani miraba hacia el techo, que era de donde provenía el sonido.
-   Ah, es mi vecina la pianista. Toca bien el piano pero lo hace siempre que estoy durmiendo. – Otani la miró con una expresión que no requería de preguntas. – Si, a esta hora estaría durmiendo yo.
-   Vas a tener que empezar a ajustar tu horario entonces porque yo duermo como los seres humanos.
Isumi lo ignoró. - ¿Verdad que toca genial? Su música es bien particular.
-   No me ignores…
-   La mayor parte de mis historias fueron inspiradas por su música ¿sabías?
-   ¿Eh? – Eso ya no podía ignorarlo.
-   Cuando toca a horarios en los que aun no me duermo, siempre me salen ideas escuchando su música. Aunque a veces estoy tan cansada que le pido gentilmente que deje de tocar. – Otani se preguntó de qué gentileza se trataría.
-   Pero sí, efectivamente es muy particular… es casi como…
-   ¿Si hubiese descubierto otro modo de tocar el piano, no?
Otani la miró fijamente, le había robado las palabras de la boca, pero al mismo tiempo una idea cruzó por su mente. – Creo que ya tengo la trama de nuestro manga.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on January 29, 2014, 12:27:46 AM
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Medley 2: The King’s Son

Era entrada la tarde, el día había sido caluroso y los rayos tornasolados traspasaban los árboles y le cegaban la vista. El joven chasqueó la lengua en disgusto: Tenía suficiente con tener que traer sus dos bajos a cuestas y cargar con un amplificador de treinta kilos como para tener el sol jugándole en contra.

A regañadientes, el joven liberó una mano y la posó sobre las cejas, improvisando una sombra que al menos le permitiera caminar bien. No era su mejor momento y lo sabía bien, pero si de algo estaba seguro era que no volvería a caer en esta situación de nuevo.

Hayato Gokudera era un prodigio en la música —específicamente hablando, en el bajo y la guitarra. O al menos así se consideraba él, y hasta el momento no había nadie que hubiera podido refutarlo. A los 22 años tenía aprendido todo lo que un músico titulado debería saber, y por su cuenta claro está, pues su situación económica no le había permitido costearse una carrera en el conservatorio.
Músico excepcional en su tiempo libre, empleado de una tienda de instrumentos el resto del día. Y si bien Hayato había confiado en que su virtuosidad no tardaría en traer consigo una mejor calidad de vida, el peliblanco no había considerado que su talón de Aquiles no sería la música sino, aparentemente, su actitud.

Era la tercera banda del que lo echaban por "diferencias irreconciliables", aunque para él las "diferencias" que tenían era más bien la falta de seriedad del resto, no de él.
Mientras el amplificador iba y venía con cada paso que daba, Hayato meditaba las últimas palabras que había intercambiado antes de recoger sus cosas y marcharse.

"No podemos terminar una canción sin que la corrijas" ¿Y cuál es el punto de continuar si hay errores? "Siempre estás criticándonos, nunca hacemos algo bien para tí" Les corrijo porque tienen potencial para hacerlo mejor. "Cinco prácticas a la semana me parece un abuso. Tenemos vidas, ¿sabías?" Pues tocar con la banda debería ser tu vida si quieres ser alguien, ¿no crees? "Tu no eres el líder" No, pero tengo un mejor criterio musical que todos ustedes juntos. "No sabes la visión que tenía el autor. Tu no compusiste la canción" ...¿Visión?

"¿Visión? ¿Visió—HAGANME EL PUTO FAVOR!" gritó el peliblanco en un exabrupto que por poco le hace soltar el amplificador. Se percató de su salida de tono algo tarde; los transeúntes a su alrededor tenían el espanto dibujado en sus rostros, y un niño pequeño amenazaba con echarse a llorar. Hayato se limitó a limpiarse la garganta y retomar el paso con más prisa.

Dobló la esquina y no demoro en llegar a un intricado cerco que resguardaba un edificio blanco de acabados barrocos. Mientras bordeaba el edificio, Hayato escaneo los alrededores, evaluando a los estudiantes que descansaban en los jardines y hasta aquellos que podía ver merodeando por las ventanas.

Aquella construcción debía ser uno de los edificios más reconocidos de todo Eastwood. Después de todo, en un lugar famoso por la música el único conservatorio de la ciudad era sinónimo de un nido para nuevos talentos.
Hayato frunció el ceño y volvió la vista al frente.

¿Qué tan diferente hubiera sido si…?

Había rodeado el lugar mil veces pero jamás había puesto un pie dentro, y esa misma pregunta era la incógnita que siempre le saltaba cuando no seguía al resto de músicos camino dentro del edificio.

Pasó frente a la entrada una vez más y entonces sonrió.

“Qué más da” pensó, retirando un cigarrillo “Cuando tenga suficiente dinero para pagarme la carrera solo probaré que en realidad nunca la necesite”

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♫♪♫ REGINA SPEKTOR – OEDIPUS (http://www.youtube.com/watch?v=W2bMghgesr4)

“I'm the king's thirty second son
Born to him in thirty second's time”


Grititos emocionados, papeles recién arrancados y la prisa por buscar algo con qué escribir inundaban uno de los pasillos de la escuela. Un grupo de estudiantes rodeaban a un sujeto alto y desgarbado, de cabello negro y peinado hacia atrás, el cual buscaba superar las atenciones y poder conversar con el hombre que tenía en frente.

“Profesor Stresemann, le traje un obsequio por su cumpleaños”

“Born to him the night still young
Born to him with two eyebrows on
And that's all I was wearing
When I woke up staring at the world”


El joven estiró una pequeña bolsa con un moño pomposo y los grititos a su alrededor alcanzaron el punto más alto desde su llegada.
El profesor –un hombre mayor pero con buen porte- no sabía si contagiarse con la algarabía de sus estudiantes, o dejarse consumir por una envidia insana ante la popularidad de su ex pupilo.

“My mom had been around the graves of queens
But not at all a sex machine
She liked to keep her body clean, clean
Thought the world to be quite obscene”


“Tsk… pensar que a tu edad era a mi a quien las fans no le dejaban respirar” se lamentó el profesor en un puchero. Acto seguido retiró un cofre de la bolsa y lo abrió. Era nada menos que un Rolex, tan ostentosamente sentado en su cajita de seda.

El profesor arqueó las cejas y silbó sorprendido, mientras las curiosas no tardaron en elogiar al joven por su buen gusto. Franz con Stresemann pensó que era un regalo algo excesivo de parte del pelinegro, pero como bien dice el dicho: A caballo regalado no se le mira el diente.

“And to see me made her awful sad
And to touch me made her awful sad…”


Una mirada rápida dentro de la bolsa y sonrió complacido al ver que se había olvidado de retirar el recibo.

¿Podría un Rolex Oyster Perpetual comprarse algo un poco más a su gusto… como la figura de edición limitada de MiuMiu Star Pink con luces rosadas y cabello plateado, vendida únicamente en el festival de nieve de Sapporo de 1986?

“I’m the king’s thiry second son…”

“Muchas gracias por el detalle, no tenías que haberte molestado” fingir modestia era una de sus especialidades. Los estudiantes que lograban triunfar en el competitivo mercado musical siempre se deshacían en regalos para él, y aquello era una relación sumamente beneficiosa “Me alegro que te este yendo bien, Tae Kyung”
El joven sonrió levemente y asintió con la cabeza “Me gustaría invitarlo a comer si no le molesta. Necesitaba pedirle consejo sobre algo”

“But a spoiled little prince I was not
Had a chamber maid and a chamber pot
And there's thirty one others just like me
There's thirty one others I can be”


“Ah, ahí está” pensó el profesor, viendo cómo las fans de su pupilo lo envidiaban a morir al ser un profesor viejo quien recibía regalos e invitaciones a cenas en lugar de ellas “Este chico no muerde sin asegurarse un bocado”

Hwang Tae Kyung era un conocido compositor intérprete; uno de sus pocos pupilos que poseían la trinidad de virtudes para sobresalir: Talento innato, empeño, buena apariencia... y como extra: dinero. En consecuencia, había sido firmado por una disquera apenas salió del conservatorio, y ahora andaba saboreando la fama que el 90% del conservatorio jamás probaría.

“Sometimes I'd stand by the royal wall
The sky'd be so big that it broke my soul…”


Pero fuera de sus dones como músico, Tae Kyung no era un amor de persona y ello Franz lo recordaba muy bien. Su carácter era recio; de poca paciencia, egocéntrico y malhumorado. Franz disfrutaba su relación actual –bañada en regalos y atenciones- pero no lo extrañaba como estudiante.

“And then one morning I woke up
And I thought Oedipus, Oedipus, Oedipus, Oedipus…”


Y mucho menos tenía interés en asistir a una cena donde sus “anhelados consejos” terminarían entrando por un oído y saliendo por el otro.

“Bueno, Tae Kyung lamento decirte esto…” la expresión del pelinegro se tornó fastidiada “pero había quedado en ayudar a un grupo de estudiantes con prácticas, y no puedo…”

“Thirty two's still a goddamn number
Thirty two's still counts
Gonna make it count
Gonna make it count
Gonna oh oh”


Una voz acompañada de un piano se había estado colando desde el piso de arriba, pero fue hasta ese instante que Franz von Stresemann reconoció algo característico en la técnica. El profesor alzó la mirada hacia el techo, como si pudiera ver a través del muro, y entonces se apuró en abrirse paso entre el grupo de estudiantes.

“Dejémoslo para otro día, ¿si?” le planteó apresurado “¡Invítame un mille-feuille y un milkshake de fresa!”
“Pero profesor…”
“¡Tae Kyung fírma mi libro de composición por favor!” “¡Una firma para mi hermana por favor!” “¿Me puedo tomar una foto contigo?”

“Long live the king
Long live the king…”


Irritado, el pelinegro tomó el primer lapicero y empezó a firmar cual papel le alcanzaran mientras hacía oídos sordos a los elogios de los estudiantes. Entonces se percató de la música y entendió porqué su profesor se marchó con tanta prisa.

“Long live the king
Long live the king
Long live the king…”


La voz era particular. Algo como lo que estaba buscando…

“Señor, acaba de llamar su representante: Los ingleses llegaron antes de lo planeado y lo están esperando” le informó un acompañante “Tenemos que regresar cuanto antes”

Había pensado en darle el alcance a su profesor y despejar sus dudas, pero era un asunto que no podía postergarse. Tae Kyung chasqueó la lengua y abandonó el conservatorio junto a sus acompañantes.

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“And they scream
And they scream
Long live the king,
Long live the queen…”


El tumulto en el primer piso le había venido como una bendición: Pudo colarse en la entrada y subir al segundo piso sin levantar sospechas. Y la cereza del pastel: la sala de práctica estaba totalmente vacía y el piano libre para hacer lo que ella quisiera.

Y precisamente eso llevaba haciendo desde que llegó: Practicar. Practicar con un piano de cola. Con un piano decente, como no lo había hecho en meses.

El cliente que le pagó para tocar lo que ella quisiera debía ser algún tipo de angel. No sólo había disfrutado la canción, sino que le pidió que tocase otras dos… y antes de asimilar tanta satisfacción, otros clientes también se animaron a darle propina por tocar lo que ella quisiera.

Conclusión: Los jefes habían aceptado a dejar que tocase su música las últimas dos horas de cada turno. Y por eso necesitaba practicar, pues desde que dejó el conservatorio hace un año su repertorio se había oxidado un poco.

“No hay nada como el sonido de un buen piano…” pensó la peliceleste “Cuando tenga suficiente dinero, meteré uno a mi apartamento como sea"

And one morning I woke up
And I thought Oedipus, Oedipus, Oedipus, Oedipus
Then one morning I woke up and I thought Rex, Rex, Rex
Then one morning I woke up
And I thought Oedipus, Oedipus, Oedipus, Oedipus

Thirty two's still a goddamn number
Thirty two's still counts
Gonna make it count
Gonna make it count
Gonna oh oh

Thirty two's still a goddamn number
Thirty two's still a goddamn number...


Un golpeteo en la puerta le hicieron alzar la mirada y entonces el piano se detuvo abruptamente. Sayi sonrió al ver al profesor Stresemann de pie en la entrada del aula, pero el anciano no parecía compartir su entusiasmo.

“¡Milchi!” exclamó la peliceleste apartándose del instrumento “¡Te he extrañado tanto!”
“¿Lo suficiente como para venir a tocar el piano sin estar autorizada?”
Sayi sonrió complaciente y volvió a sentarse en la butaca. Retomó la canción, y haciéndose de oídos sordos preguntó “¿Te acuerdas de esta? La escribí en tu clase de composición”

Franz caminó hasta el piano y dejó la bolsa de regalo sobre la madera. Sayi le echó un vistazo al regalo y miró al profesor, pero este seguía con una mirada severa.

“¿Y el regalo?”
“¿Sabes que puedo llamar a la policía?”
La joven rió “Necesito practicar para un trabajo. Me están dejando tocar mi música en un café”
“Eso me suena más a un insulto. Una pupila de Franz von Stresemann, cantando en un café de segunda acompañada de un teclado marca Casio” suspiró el profesor, relajando su expresión. Debía recordarse no frustrarse tanto con esa chica si no quería hacerse daño “Si hubieras continuado tus estudios ahora estarías tocando piano, pero en Europa...”
Sayi sonrió conmovida “¿Tanto creía en mi profesor?”
“¿A quién dejaste plantado en la embajada de Suiza con todo el papeleo listo para tu visa?” La joven sonrió levemente “Y, ¿ya terminó de morir eso de la ‘banda de rock’?”

Sayi Miki llevaba tres años estudiando canto y piano en el conservatorio de Eastwood cuando decidió abandonar su carrera. Su lógica: Disfrutaba mucho más tocando en una banda con sus amigos, Kaien Shiba y Ryuutaro Mine, quienes también dejaron la escuela junto a ella.

Fue así que se ganó el resentimiento eterno de su profesor y mentor Franz von Stresemann, así como cayó en la desgracia ante los ojos de sus conservadores padres, con quienes no retomaba un hilo de conversación normal desde entonces.

Había pasado un año y no tenía de qué jactarse con su profesor. Pero aún así no pensaba dar su brazo a torcer. Las ganas de seguir con una banda no habían disminuido en lo absoluto.

“Vamos muy bien. Una disquera independiente esta evaluando nuestro demo”
Franz negó con la cabeza, rendido “¿Hasta cuándo las tonterías, Sayi?”
“¡No son tonterías! Kaien dijo que teníamos una muy buena oportunidad”
Al profesor le dieron escalofríos “¡Ni me lo menciones!” Sayi se encogió de hombros. Se había olvidado que Franz culpaba a Kaien de todo el asunto, pues había sido su idea el dejar el conservatorio “No puedo ni verlo en pintura”
"Ya, ya..."

Sayi rebuscó entre las partituras que había traído consigo hasta que encontró una que llamó su atención. Acababa de empezar a leerla cuando el profesor volvió a hablar.

“Hoy es mi cumpleaños”

La peliceleste abrió los ojos como platos y miró a su profesor, quien observaba por la ventana con un aire nostálgico. No podía creer que se había olvidado, y que justo hoy se le hubiese ocurrido entrar de infraganti al conservatorio. Sayi alcanzó su bolso y rebuscó en él hasta encontrar un chupetín de fresa.

“Cuando tenga dinero le comprare algo mejor” le prometió un poco apenada. Franz tomó el dulce, lo evaluó con parsimonia y lo dejó caer en la bolsa, junto al Rolex. Entonces tomó los obsequios y empezó a caminar hacia la puerta.

“Sigue practicando si quieres, no diré nada” canturreó el profesor “Sin embargo espero te des cuenta pronto que estás perdiendo el tiempo”
Por sobre el piano, la peliceleste le respondió: “No será el estilo de música que querías para mi… pero es música que me gusta, asi que estoy en el camino correcto”

En la puerta, Franz se dio media vuelta y observó a su pupila tocar el piano una última vez antes de marcharse.

“Puedes estar en el camino correcto. Pero si no avanzas te terminará arrollando el tren”
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on January 29, 2014, 01:16:31 AM

2

La tarde estaba corriendo, y los pasillos del conservatorio estaban bañados de la cálida luz del atardecer. Las primeras estrellas de la noche comenzaban a verse en el firmamento y el día se despedía lentamente de la ciudad.

El ángulo del sol fue un silencioso aviso para Cho de que su práctica había llegado a su fin. Había pasado su estancia dentro de un cubículo estrecho, aunque cómodo, practicando las escalas y haciendo ejercicios de voz. Casi no había sentido la tarde pasar, y tampoco había puesto mucha atención en su actividad, pero ya era hora de regresar a su casa antes que se hiciera muy tarde. Tenía tareas de la universidad que atender.

Pese a haber estado en la universidad, pudo oír al menos un poco de la canción cantada por ella en la radio. Ganar el privilegio de dejarse oír en la radio una vez fue muy agradable y el logro le dio bastante gusto… pero pensándolo en retrospectiva, fue mucho más emocionante ser mencionada como la ganadora de una actividad interna en el conservatorio que el premio en sí. Ese pensamiento estuvo rondando dentro de su cabeza durante todo el día.

Canciones como la que había cantado eran sin lugar a dudas clásicos, de ese tipo que uno reconocía en cualquier lado. Serían famosas y apreciadas, pero eran también comunes, y ella no era la única que había honorado su propia interpretación al clásico de Sinatra. Estaba convencida que tampoco era la mejor, o entre los mejores, de todos los cantantes e intérpretes que la habían cantado en algún momento. A lo mucho… casi sintió como si su pequeña aparición en la radio hubiera servido más como una propaganda para el conservatorio. Entendía que estaba siendo negativa, pero tampoco sentía que tenía muchos motivos por los cuales sentirse mejor.

Ella recogió sus pertenencias, dejó el pequeño cuarto de prácticas y caminó por los largos y elegantes pasillos del conservatorio. Su mirada estaba concentrada en el piso frente a ella, mientras pensaba en las próximas prácticas de canto que tenía programadas para el resto de la semana. Otra semana tranquila, sin mucho que hacer…

Pero su concentración se quebró cuando una persona se le acercó y le dio una palmadita en uno de sus hombros, levemente asustándole. Cho le reconoció de inmediato. Era aquel profesor extranjero con el cual todos los estudiantes intentaban congeniar.

“Aquí está la ganadora del concurso de canto, ¿escuchaste tu interpretación hoy?” preguntó Franz, con una sencilla sonrisa. Vio a la peliceleste mirarle casi en blanco, como si intentara formular una respuesta. “¿Qué pasó? ¿El gato se comió tu lengua?”
“Ehh… no, perdón…” Cho bajó su mirada. “Sí oí parte de la canción hoy…”
“Tan apagada como siempre. Una jovencita como tú tendría que estar saliendo y divirtiéndose más. ¿Qué tal si me acompañas una de estas tardes a tomar una bebida? Sólo seríamos tú, yo y seis de mis estudiantes brillantes y simpáticas~”
“N-no, no gracias…” la tendencia de ese profesor de ser muy ‘amigable’ con varias estudiantes, además de excéntrico, era algo que hacían que Cho se mantuviera alejado de él la mayoría del tiempo. Su forma de ser le intimidaba.
“Pero estás hasta más taciturna de lo normal. ¿No tendría que ser el momento en que te alegras más de todos tus logros y trayectoria dentro del conservatorio?”
“Lo sé… pero siento que ese no es el punto…” ella tomó una pausa y terminó por mirar al profesor. “Usted… ¿usted cree que me hace falta algo más para comenzar una buena carrera como cantante? Esta oportunidad en la radio me parece… muy poco…”
“Pero era el premio a una actividad. Es normal que sea lo que se dijo que iba a ser.”
“¿Perdón?”
“Llegaste a escuchar una canción cantada por ti en la radio. Si eso te lleva a los oídos de un cazatalentos convencido en contratarte, enhorabuena. De lo contrario, esta experiencia te servirá en el futuro para decirle a todos tus conocidos y por conocer que estuviste un par de minutos en la radio.”
“…” Cho se sorprendió por las palabras del profesor. Las pocas personas con las que había hablado hasta ese momento le dieron a entender que era un privilegio aparecer en la radio. Era cierto al haber sido un premio, pero ello no era nada que cambiaba su rutina. Oírlo del profesor le hacía sentirte comprendida, pese a que sus palabras no eran amables. “Y… ¿qué consideraría que debo hacer para mejorar… o llegar a algo más?”
“Pequeña, te he visto de lejos y eres muy disciplinada, pero si quieres llegar hasta la radio por tus propios medios, te falta crecer.”
“¿Crecer?”
“Crecer en general, en muchos aspectos. La razón por la cual tu voz se hizo oír en la radio hoy no fue por ti, mas por el conservatorio,” el profesor dio un par de pasos hacia delante, y miró a la ventana más cercana. “Eres todavía muy joven, y no estás haciendo nada para avanzar. Por más linda que se te pueda oír cantar, tu voz nunca saldrá de tu cubículo si no tomas la decisión de salir. ¿Por qué no tratas de variar tu sitio de práctica? Tenemos hermosos jardines y grandes anfiteatros vacíos la mayor parte del tiempo.”
“Estoy bien…” Cho desvió la mirada. “Soy sólo una persona como para ir a un lugar más grande… y los cubículos son cómodos.”
“Creo que ese es tu problema,” él se giró y miró a la estudiante fijamente. “No te pongas muy cómoda. Para ser un músico profesional, debes estar dispuesta a salir de la comodidad de tu espacio y tomar riesgos. Has estado bastante tiempo, pero no has hecho más que refinar tu voz y cantar unos covers clásicos. Tienes talento, pero sigues en un estado ‘inmaduro’ de tu camino. Te hace falta experiencia, del tipo que no puedes obtener si sólo atiendes clases y practicas. ¿No es hora que aproveches tu talento de canto para trabajar en algo más personal, como una canción, quizás?”
“…” Cho asintió, algo insegura. Ella ya había intentado trabajar en algunas letras, pero sola no sentía que podía completarlas. Sólo era una voz, y su dominio en el piano era todavía limitado como para hacerse acompañamiento.
“Piénsalo, y déjame recordarte que no eres la única aquí que quiere ser músico,” él sonrió entretenido y le guiñó un ojo juguetonamente, algo que pareció chocar un poco con la peliceleste. “Definitivamente no dentro de Eastwood. No duele mucho ponerse en contacto con otros, puedes aprender datos útiles sólo oyendo a alguien hablar.”

El profesor continuó caminando y dobló en una esquina. Cho se quedó un instante procesando la charla que acababa de tener, y luego continuó con su regreso a casa.

Tenía razón, pero realmente no sabía por dónde comenzar. Salir de su burbuja era algo que más de uno le había dicho en algún punto, pero nunca con respecto a su profesión. Aunque sí, a esas alturas de sus estudios, ya era hora.

Decidió que le daría más tiempo al tema ni bien llegara a casa. Tenía que empezar a moverse, por más incómodo que ello fuera. Sería un nuevo reto, y posiblemente, algo que realmente cambiaría su rutina a partir de ese momento.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on January 30, 2014, 04:54:11 AM
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"Tatara, vuelve a explicarme por qué no puedo demandarlo".
"Primero, porque es un idol y si le demandas, él es capaz de contratar un abogado que termine revelando que la licencia de funcionamiento de la avícola de tus papás ya expiró. Segundo, porque te tiene confianza para haberte contado su secreto y si no hubiera sido por él, habrías jalado la primera práctica grupal. Y por último, porque te alimentó y ya sabes que bros before hoes..."
"... Y cinnamon rolls before bros. Unless bros are paying for them", suspiró y el rubio asintió. "Pero este es el sétimo correo de la semana y el hijo de su santísima madre no contesta, ¿¡qué se supone que deba hacer!?", le preguntó desesperada.

Tatara no supo que responderle, ya que después de todo, las clases de estadística eran todo un caso. La profesora tenía un sistema de calificación inexplicable en el que miles de pequeñas actividades conformaban parte de una nota mayor que finalmente era la que valía como parte del porcentaje para la nota final. Estas actividades demandaban mucho tiempo y dedicación, por lo que Sayaka había estado reventando la bandeja de entrada de su compañero todos los días, llorando desesperadamente porque, a decir verdad, la peliceleste era pésima en el rubro. Sin embargo, después de la primera práctica grupal, Yuichi NakamAru, el idol que no se apellidaba NakamUra, le dijo a Sayaka que se ausentaría por una entrevista en un programa de televisión sobre el próximo single de su banda y luego por la grabación del video musical; pero después de una semana, el chico desapareció sin dejar rastro y ya se acababa la segunda semana y el viernes llegaba otra práctica... Y Tatara sabía que más le valía al pobre chico aparecer, ya que Sayaka iba lentamente hundiendo el barco en el que ambos se encontraban al ser mala en números.

Tatara pensó en decirle que siempre existía el semestre de verano (?), pero cuando abrió la boca para hablar, la profesora interrumpió a todo el mundo anunciando cómo sería la práctica grupal del viernes y qué ejercicios del libro debían de practicar. Después de anotarlo rápidamente, su compañera de clases se acercó y comenzó a hablarle, por lo que Sayaka le mencionó rápidamente con un tono decaído que le esperaría afuera. Sin embargo, pasaron unos segundos cuando escuchó un grito mezclado de emoción, alegría e intento de homicidio:

"¡YUI---! YULIANO. SÍ. YULIANO. ¡¡YULIANOOOOOOOO!!"

Tatara se volteó y vio cómo el pobre de Yuichi se apretaba la bufanda que llevaba alrededor del rostro para que nadie de los que les observaban le reconociera. Fue al ver su gesto que el rubio sonrió ante la escena, pero su compañera le reclamó atención y tuvo que perderse de lo que hablaban. Finalmente, después de quedar en verse durante la mañana del viernes y qué ejercicios desarrollaría cada uno, Tatara pudo acercarse a los otros dos.

"Esto es lo que haremos. Ya ordené que se borrara toda mi agenda para el viernes y aprovecharemos que el jueves tengo libre, así que ese día estudiaremos y...", al acercarse Tatara, Yuichi dejó de hablar y le miró con suspicacia, pero el rubio le sonrió con amabilidad.
"¡Hola! La clase pasada te fuiste corriendo antes de que pudiéramos hablar, pero soy Tatara Totsuka, el compañero de piso de Sayaka, mucho gusto".
"Ah... H-Hola, soy... Yuliano Nakamura (?)".
"Sí, ya Sayaka se lo contó a gritos a la clase (??)".
"Ay que bonis los dos amistándose nOn PERO YO VOY A JALAR ESTADÍSTICA Y SI NO LA APRUEBO NO ME ABREN ECONOMÍA, ASÍ QUE TATARA TE AMO, PERO ESPERA TU TURNO CTM". Yuichi no pudo evitar mirar a Tatara por el grito de la menor, pero este simplemente rió y se disculpó con la chica en voz baja. "En fin, Yuliano, dime cómo carajo vamos a aprobar este curso ;_; porque podemos tener buenas notas de prácticas, preo de desempeño diario...".
"Dude, debes hacer algo, Sayaka te está jalando al infierno a este paso".
"Shut up you white scum omg". Tatara rió con esto y Yuichi tosió para hacerse escuchar.
"La verdad es que he tenido ideas...", Yuichi sacó su iPhone del bolsillo y le mostró la aplicación de Skype. "Podríamos skypear en clases sin que la profesora se dé cuenta y donde quiera que esté llevaría mi libro y te ayudaría a resolver los problemas...".
"Oh, pero Sayaka no podría skypear", comentó Tatara observando el celular de Yuichi. Cuando el idol levantó una ceja y se dispuso a preguntar, vio que la otra sacaba un ladrillo de Nokia que no tenía ni linterna y se lo mostraba.
"Es que no tengo celular de gente rica ):".
"Ah... Entonces tampoco tienes laptop".
"No, aún se va a cabinas a sacar sus tareas de elrincóndelvagodotnet".
"Omg acaso eres de la revista Friday, qué haces esparciendo esos rumores you bitch".
"Pero no los niegaaaaas".

A pesar de que su cabeza le daba vueltas por la fiebre que aún no le había bajado del todo, Yuichi sonrió ante el raro display de afecto entre los amigos. Si bien todo se había ido al diablo por el colapso físico debido al estrés que había sufrido; sumado al hecho de que en esos momentos su vida se resumía al maldito PV que debía filmar y aparecer en mil shows promocionándolo; después de la pequeña conversación con Sayaka y Tatara, y de verlos a ambos, supo que debería de aparecerse más. No era solo el hecho de que Sayaka iba lentamente hundiendo su perfecto promedio de buenas notas, sino que se estaba perdiendo varias cosas de la vida universitaria con la única amiga que había hecho durante todo ese tiempo. Y estadística era su obligatorio también, pero mejor vámonos con las razones sentimentales para quedar mejor.

"Okay, escucha", dijo de vuelta y los otros dos dejaron de amenazarse entre ellos. "No te puedo prometer nada, pero planeo que una vez terminada la promoción del PV, empezaré a dedicarme al curso y haré todos los ejercicios y todo lo necesario".
"¿Pero mientras tanto?", preguntó Sayaka preocupada por el tiempo que estaría abandonada a su suerte con los problemas de estadística.

Yuichi se quedó pensando en ello, era cierto que después del PV tendría más tiempo para dedicarse, pero durante ello habrían varias clases y notas que perdería... Y era injusto también para Sayaka... Fue en eso que pensó en ofrecerle hacer los ejercicios del libro de antemano y enviarle las fórmulas, pero la peliceleste al parecer tuvo una mejor idea.

"¡Ya sé! ¡Hagamos un trato!". Yuichi le miró indicándole con la mirada que siguiera. "Yo prometo dedicarme con toda mi alma al curso si es que me haces un favor". En un momento pensó decirle "¿¿¿ACASO NO TE DEDICAS CON TODA TU ALMA A ESTE CURSO???", pero pensó que sería maleducado de su parte cuando él se encontraba en una falta mayor.
"¿Qué cosa?". Sayaka sonrió y Tatara le miró con pena (?) desde atrás.
"Quiero conocer a Tegoshi".

Yuichi recordó que Tatsuya había comentado que tenían millones para silenciarla.

Sí, eso sería más rápido y efectivo que implorarle un favor a Tegoshi.



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Jin debía de admitir que le encantaba tener todas sus reuniones de trabajo en el Hard Rock Café. No solo era un lugar con buena música, comida y ambiente, sino que era muy famoso, podías encontrarte con las personas más importante del negocio del entretenimiento y tenían una atención espectacular. Además del detalle de... Bueno, siempre estar en lugares así de famosos reforzaban la imagen de uno sobre su propia fama. Y aunque siempre había una que otra fan loca por ahí o esperándole fuera, ya se había vuelto un conocido del local y sus guardaespaldas tampoco le dejaban solo.

"Disculpa por la demora". Alzó su vista y se encontró con una mujer alta y rubia de mirada seria y fría, la cual iba vestida en un apretado vestido azul que remarcaba muy bien todos sus atributos. Si bien en un comienzo Jin había intentado flirtear con ella, se dio por vencido al conocer su terrible personalidad y lo orientada que estaba simpre hacia el trabajo. En definitiva, no era su tipo, para nada.
"No, yo llegué muy temprano", le respondió con una sonrisa. En verdad, a Jin le encantaba llegar antes del tiempo pactado cuando se trataba de citas de trabajo, cosa que dejaba una mejor impresión en otros y así le era más fácil relajarse y no trabajar tensionado. "¿Ya almorzaste?", le preguntó mientras con su taza de café en mano señalaba el bisteck con papas que estaba comiendo.
"Sí, pero ordenaré un café". La mujer se volteó e hizo contacto visual con un mesero, el cual se acercó a tomar su orden y se fue rápido. Jin sonrió complacido, aquella mujer podía inflingir miedo en cualquier ser, vivo o muerto. Y por ello era que agradecía con toda el alma que, de entre todas las personas que trabajaban para la agencia, ella hubiera terminado siendo su mánager personal.
"Bueno, ¿de qué me querías hablar?".
"Oh, es sobre una nueva telenovela. Me enviaron el guión sobre una telenovela de abogados y tú tendrías un papel secundario como...".
"Espera, espera, espera", dijo con fastidio. "Ya te mencioné que no quiero papeles secundarios, Seri".
"Lo sé, pero leí el guión y me parece que podrías hacerlo. Además, la paga es buena y es un personaje del tipo que te gustan". Jin rodó los ojos.
"Sí, pero Kame obtuvo hace poco un guión para hacer una telenovela con Yamapi como co-protagonista. ¿Por qué yo no pude obtener algo así?".
"Si te esforzaras en salir más en telenovelas y no esperar que grandes papeles te caigan del cielo, tal vez más personas se interesarían en ti y te tomarían en cuenta, Jin. Kamenashi hace todo tipo de papeles y no solo gana experiencia como actor, sino que llama la atención. Sabes que pienso que deberías hacer eso y que deberías de haber comenzado desde hace mucho atrás".
"Sí, pero yo soy..." y alzó sus dedos para hacer signos de comillas", "'la cabeza' de KAT-TUN. Si no es un photoshoot, me llaman para un show de entrevistas. Si no es eso, la agencia me quiere para revisar algunos planos de las filmaciones. Si no es eso, estoy filmando un comercial. ¿En qué momento voy a poder dedicarme a papeles pequeños? No tengo tiempo para eso".
"Al igual que Kamenashi y aún así lo logra. Es más, tu compañero Nakamaru hace todo eso y encima, va a la universidad".
"Sí, pero Yuichi es un perdedor que no tiene vida social", dijo con una sonrisa, riéndose internamente del pobre hombre. Seri suspiró, negando la cabeza y guardó el guión de vuelta en su cartera, a lo que llegaba el mesero y le dejaba su café en la mesa. Jin decidió usar ese tiempo para meterse otro bocado de bisteck en la boca, pero fue justo cuando terminó de mascar que Seri volvió a hablar.
"Jin, dime, ¿qué tan importante es KAT-TUN para ti?".
"¿Por qué lo dices?", preguntó extrañado.
"Deseo saberlo". Se hundió de hombros y no dio lugar a que pudiera descifrar su semblante.
"Pues no estaría aquí de no ser por KAT-TUN", dijo simplemente.
"¿Solo eso?". Jin abrió los labios dispuesto a seguir, pero los cerró rápidamente al darse cuenta que no le venían las palabras. Además de la fama y la gran oportunidad de trabajo, Jin no estaba muy seguro de qué significaba la banda para él. Se dio cuenta que Seri le miraba fijamente y por alguna razón ello lo incomodó, así que bajó la mirada. Después de un breve silencio en que jugaba con su comida, volvió a escuchar su voz. "Disculpa, pero debo irme. Si no deseas leer el guión tampoco puedo obligarte".
"Disculpa por los inconvenientes", respondió dándole una sonrisa cordial.
"No hay por qué, es mi trabajo". Seri tomó su cartera, su café, le dio una sonrisa y se fue del lugar... Pero se volteó rápidamente y le miró fijamente. "Por favor, piensa en lo que hemos conversado". Jin le iba a preguntar a qué se refería, pero la rubia ya se había ido del lugar y él se sentía muy tonto en ese momento como para ir atrás de ella o enviarle siquiera un mensaje de texto.

Bajó la mirada al plato y sintió que se le habían ido todas las ganas de comer.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Shura on February 06, 2014, 08:54:15 PM
Gracias Kora por los icons =D

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Track .2 # Sheer Heart Attack

-Buenos días. ¿Conseguiste terminar todos los deberes?
Tres veces por semana desde hace dos meses, Shura impartía clases de matemáticas para un niño que cursaba el último curso de secundaria, aquel día sería su última clase. Pero no era motivo para bajar la guardia, al contrario, tenía que esforzarse en que aquel adolescente comprendiera las tareas y aprobase, porque si habían resultados positivos, era el modo de asegurarse de que volvieran a llamarla.
La lástima es que el niño no ponía nada de su parte… la clase se alargó una hora más de la cuenta, al final la asiática únicamente le insistió al niño que aprendiera de memoria ciertos métodos y los aplicará. En resumen, que vomitara sobre el examen una información que no entendía y que olvidaría al llegar el fin de semana. Shura podía esforzarse, pero no podía hacer milagros.

-Muchas gracias por todo.
-Esperé, con respecto a mis honorarios -Shura hubiera deseado no insistir, pero por la absurda sonrisa interrogante de aquella mujer, estaba claro que no se daría por aludida si no se lo contaba directamente-, hoy tiene que pagarme el doble, hemos estado más tiempo con las clases.

Le daba igual que la mujer se pusiera de morros, era su trabajo y no podía ir regalandolo, además, con la hora extra no había tenido tiempo para ir a desayunar, y ahora le tocaba impartir otra clase: una vez por semana, daba clases de violín a una niña. Una actividad mucho más agradable, además que aquella niña era un encanto y mucho más predispuesta para aprender, aquella hora y media se le pasó volando.     
-Muchas gracias por tu trabajo, Shura -la madre de la niña dejó a su hija en el salón ensayando lo que había aprendido aquel día, yendo ambas mujeres a parte para que la profesora recibiera sus honorarios-. No hace falta que vengas la semana que viene… la niña tiene que concentrarse en sus estudios, y no va a tener tiempo para practicar. Muchas gracias por todo el tiempo que has invertido en ella.
-¡Esperé! -Shura estaba que no sabía que decir… la madre de la niña parecía incómoda con toda aquella situación, pero a la espera de cualquier respuesta por parte de la maestra, de todos modos, aquello era algo que podía pasar en cualquier momento, a Shura no le quedaba más que resignarse… pero al menos.
-¿Quieres despedirte de la niña?
-Aun me deben mis honorarios de la semana pasada, cuando no pudo pagarme por no tener dinero suelto.

---

Y sí.
La noche anterior había estado lloriqueando en su blog sobre los tópicos con los asiáticos y sobre que no quería ser profesora de violín, pero lloriquear no hacía crecer el pan, y el dinero le venía muy bien.
No es que le fuera mal económicamente, todo lo contrario, estaba en una casa propiedad de uno de sus tíos, se la había cedido mientras la cuidase y pagará los gastos que ocasionaba. Tenía un buen pellizco ahorrado, pero tener una fuente de ingresos extra, le propiciaba tranquilidad y le hacía sentir menos culpable cuando se compraba vestidos, zapatos y bolsos; quien no quisiera verlo que no mirase, pero las primeras impresiones eran importantes, y una buena imagen, era la mejor carta de presentación para destacar en un mundo competitivo.
Y con respecto de que Shura le pidiera dinero a sus padres, estaba completamente descartado, su madre era una mujer chapada a la antigua que no había tenido reparo en buscarle pretendientes, porque a partir de los veinticinco años, “nadie quería una fruta pasada”; toda una telenovela que prefería no contar, porque resultaba difícil de encajar si no se compartían aquellas tradiciones.
Había escapado a las exigencias de su madre gracias a mentiras piadosas: como que le iba genial en el conservatorio, que era primer violín de una prestigiosa banda y que apenas tenía tiempo para nada con todas las giras.

Aunque se hubiera quedado sin poder dar clases, llevaba cinco años con este estilo de vida: ya había pasado por muchas otras casas dando clases de matemáticas, idiomas violín y piano, había tenido temporadas donde no había llegado dinero a casa, y otras en las que acababa el día agotada por el trabajo. Aquella vez, también saldría del paso, no era nada grave.

Almorzó y decidió comenzar a practicar violín antes de ir al conservatorio. Cuando llevaba dos horas, llamaron al timbre, era su vecina de al lado.
-Perdona, pero mi bebe tiene que echar la siesta, ¿te es un inconveniente pedirte que ensayes más tarde para que pueda dormir? -El tono condescendiente de aquella mujer le ponía de los nervios, y todas sus excusas eran siempre tan… que si un día tenía dolor de cabeza, que si otro día no había podido dormir por el trabajo y necesitaba silencio, que tocaba demasiadas horas, que si la música que tocaba era tan triste y emotiva que le hacía llorar y ya no podía escucharla más... le hacían sentir como si fuera un monstruo egoísta, como todo lo que tocara estuviera mal.
-Perdone, no tenía ni idea. Y claro que no es molestia, ya me iba al conservatorio.
-¿Qué tal va todo? -Una pregunta cortes que la pillo antes de poder cerrarle la puerta en la cara.
-Bien.
La vecina curvo una sonrisa mientras entrecerró los ojos, en su cara podía leerse “claro que no te va bien, ¿crees que estoy ciega? ¿O sorda? Toda la comunidad sabe que eres una buena para nada.”
-Me alegro, adiós bonita.

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(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/DD/ddmaria.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/DD/ddshura.png)

“Me merezco una vida mejor que esto.”
¿Pero cuál era la clave del éxito?

-Claro, ya decía yo que algo se me olvidaba.
-¿Cómo dices? -Maria miró a su compañera de banda.
Maria Renard, no se le resistía un solo instrumento de viento, aunque era clarinete en la banda, todos estaban de acuerdo que se su especialidad era la flauta travesera. Ambas habían salido un momento para descansar del ensayo de hoy, sentándose en un banco del jardín.
Shura acababa de recordar el mensaje que le dejó aquel extraño en su blog, pero había estado todo el día ocupada en sus pensamientos, ya era tarde, si era verdad que aquel tipo la había estado esperando, probablemente se hubiera aburrido hace rato. Siempre que el mensaje hubiera sido verdad, claro.
-Nada, voy a ir a clase a recoger mis cosas, hoy ha sido un día muy largo y quiero irme a casa -Shura se golpeo en las rodillas como si fuera la señal que esperase para ponerse en pie.
-Oh, la chica nueva en la banda, la violinista, nos ha pedido si podíamos reunirnos un momento a la salida.
-¿Puedes adelantarte? Iré enseguida, pero tardaré un poco, diles que necesito fotocopias y que me esperen si les va bien.
Era más barato hacer fotocopias, que no comprar cuadernos de pentagramas. Las dos chicas se despidieron y Shura puso rumbo al aula.

Con el violín al hombro, y una carpeta llena de pentagramas en blanco, estaba lista para marcharse.
-Eres Shura, ¿verdad?
La luz del atardecer que se filtraba hasta el pasillo, no era suficiente para reconocer la figura que como si se tratase de una aparición, había surgido en el pasillo, Shura no podía reconocer quien era, agarró aún más fuerte el asa de la maleta donde transportaba su instrumento y recordó que la llave del aula de música estaba en su bolsillo… casi nunca atacaban a estudiantes, salvo para robar.
-Sí, soy yo -estaba demasiado nerviosa para salir corriendo, manteniendo un falso sentimiento de autocontrol sólo por haber contestado.
-No puedes ser otra, -le alargó la mano para estrecharla-. Mi nombre es Bruno.
-Eso esta bien -de manera automática le estrechó la mano. El hombre necesitó un segundo antes de reaccionar, intentando encajar la extraña respuesta. Sonrió, poniéndose en su situación y comprendiendo que podía estar nerviosa.
-Fui yo quien te dejo el mensaje en tu blog.

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-Oh, claro, oh… un placer -era la primera vez que coincidía con un lector, además de todo el susto inicial,  le hacía sentirse descolocada por toda la situación, pero poco a poco volvía a recuperar la compostura-. Siento si no nos hemos podido reunir antes, no ví que me dejases un horario y he pasado toda la tarde tocando con la banda.
-Perdona, tenía que suponer que tenias una agenda apretada, te he escuchado tocar y quería decirte que tienes mucho talento.
-Pues… gracias -estaba acostumbrada a los cumplidos, pero empezaba a escamarle aquel tipo, Bruno le resultaba familiar, pero no lograba saber por qué.
-Si tienes un momento, podríamos hablar del mensaje: el talento en el mundo de la música no lo es todo, te faltan…
-Perdona, pero no tengo tiempo para hablar, tengo prisa -lo que sí que Shura no encajaba tan bien, eran las críticas, y más cuando venían de un desconocido que posiblemente no aprendiera a tocar la flauta en la primaria. Por más que el tono del hombre fuera amable y estoico, no era quien para darle lecciones.
Bruno no tomo a mal la interrupción, sonrió misterioso metiendo la mano por dentro de la chaqueta en un bolsillo oculto en la pechera, sacando una tarjeta de visita y ofreciendola a la chica, que cada vez estaba más confundida, no era habitual que la gente llevará tarjetas de visita por la calle.
-Entiendo que tengas una agenda apretada y no deseo distraerte, tienes que ir a despedir a la joven violinista. Cuando tengas un par de horas libres, me gustaría que quedásemos para tomar un café y charlar.
Shura miró la tarjeta, sólo había un teléfono y un nick “Brown Sugar”, ni siquiera era su nombre, se la guardó en el bolsillo del pantalón y tomando nota mental para tirarla a la basura en cuanto tuviera la ocasión.
-Ya veremos. Un placer Bruno, gracias por tu comentario.                                                                                                                   
Le escucho despedirse mientras se daba la vuelta para marcharse.

En todo el camino, comenzó a darle vueltas a lo que había sucedido, dejó la llave del aula en secretaria, reprimió las ganas de dar parte sobre Bruno, total, se trataba de un curioso, nada peligroso, en ocasiones pasaba. Cuando estaba intentando encajar lo que le había dicho al despedirse, Maria la localizo, corriendo hacía ella para agarrarla del brazo.
-¿Por qué has tardado tanto? -Estaba claramente agitada, pero una sonrisa y el brillo en sus ojos, delataba que se trataba de algo bueno-. No vas a creer lo que ha pasado.
-¿Es Lucy? ¿Se va de la banda?
-¿Cómo lo has adivinado?
¿Cómo lo había adivinado?
Maria sonrió radiante, tirando del brazo de Shura para que se diera prisa.
Se trataba de la niña recién incorporada a la banda, sólo tenía catorce años, todos estaban a su alrededor felicitándola, y ella estaba tan emocionada que no podía evitar las lágrimas. Cuando la niña vio a Shura, no pudo evitar sacudirse de sus compañeros, desbocada y emocionada, que se lanzó a abrazar a la asiática.
-¡Gracias sempai! Gracias por todo lo que me has enseñado, ¡me voy a Europa!
¿¡Sempai!? ¡No era japonesa! ¡Nadie le había llamado así nunca! ¡Joder! ¿Qué mierda era aquella?
La niña empezó a mencionar un montón de nombres, debut en la ópera de París, un montón de artistas, nombres de famosos directores… todo le daba vueltas a Shura, ¡no tenía que ser Lucy quien obtuviera aquel privilegio! ¡Era suyo! Los celos le revolvieron el estómago hasta el punto de que le dieron arcadas, tenía un frío mortal, no sabía si era la mano de Maria o la de otro miembro de la banda la que sintió sobre su hombro. 
Sin saber cómo, acabó dentro de uno de los baños del conservatorio, de un portazo se encerró en uno de los cubículos, acabando sentada sobre la tapa del sanitario, respirando entrecortadamente en pleno ataque de ansiedad.
-¡Shura! ¡Shura!
Se tapó la boca para que Maria no la escuchará, necesitaba estar sola, por suerte pasó de largo buscándola por el resto del conservatorio.

Pasaron los minutos mientras se tranquilizaba, aquel día le había desbordado y el triunfo de la niña había sido la gota que había colmado el vaso. No pudo evitar toser una vez más, poniendo los ojos en blanco, menudo ridículo que había hecho… además de estropearle el momento a Lucy, y con Maria preocupada buscándola, tenía el móvil el silencio por el ensayo, las llamadas perdidas y los mensajes se le acumulaban.
Le respondió que le perdonase, que se había marchado a casa y que luego la llamaría para hablar. Después los ojos se le empañaron en lágrimas y acabó tirando el móvil al suelo frustrada y llena de remordimientos.
¿Por qué no triunfaba? ¿Qué había pasado con su talento? ¿Por qué no podía hacer sencillamente lo que amaba, lo que la llenaba como persona?
¿Qué necesitaba para triunfar?

Entonces lo recordó… y quizás fuera una locura, pero, ¿y si ese tal Bruno tenía la respuesta?
Tomó la tarjeta, recogió el teléfono y marcó, era una locura, ¿pero tenía algo que perder?
-Hola Bruno… soy Shura.
>No esperaba que me llamaras tan pronto -enseguida se percató de que su tono de voz era débil y tomado-, ¿estás bien?
-No… ¿estas por el conservatorio? -No le importaba sincerarse con un completo desconocido, era mejor así, bastante ridículo había hecho con sus conocidos.
>No, lo siento, pero no me cuesta nada acercarme en un momento.
-No te molestes -se sintió agradecida por su preocupación-. Oye… con respecto a tu mensaje…
>Es mejor hablarlo en directo.
Suspiro triste por la respuesta.
>Tranquila. Escúchame, mañana irá a tu casa alguien que va a ayudarte… ¿te importa?
Se tomó un momento para pensarlo, ¿un desconocido en su casa? ¿Era necesario? ¿De qué se trataba todo aquello?
Reprimió un escalofrío de inseguridad y miedo.
-No hay problema, te doy mi dirección...   
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on February 25, 2014, 10:18:00 PM
3

El día siguiente había llegado, y luego de salir de dos clases en la mañana, Cho fue a tomar el desayuno que aún no había tenido. Eran las once y los ambientes de la universidad estaban llenos de estudiantes y el bullicio de siempre. Para esas horas, la vida típica y concurrida de la institución ya estaba en movimiento.

Luego de comprar un sándwich y jugo de naranja, fue a tomar refugio en una banca debajo de un árbol y cercana al pequeño e invisible edificio de contabilidad. El ruido y presencia de tantos estudiantes le era demasiado abrumador, y por ello acostumbraba a buscar distintos huecos y ‘refugios’ dentro de la universidad donde apenas se veían a otras personas pasar.

Por su costumbre de comer rápido, no se dio mucho tiempo a relajarse, aun teniendo alrededor de tres horas que esperar antes de su siguiente clase. Su mente seguía atada a la conversación que había tenido la tarde anterior. Estaba consciente de la importancia de salir de la comodidad de su espacio y abrir su camino y ‘mundo’, si es que quería desarrollarse como una cantante en una ciudad con tanta competencia. Ello era algo que había intentado evadir considerar, pero era muy obvio que el aspecto social significaba demasiado en el desarrollo de cualquiera, más si se trataba de una carrera pública.

Al terminar con su improvisado desayuno, salió de su pequeño hueco y pensó en ir hacia la cafetería cerca del área de ciencias. Le podría caer bien hablar con alguien al respecto, y siempre había gustado de hablar con Kurisu. Ella era muy inteligente y podría darle algunas ideas sobre cómo lidiar con su situación.

Sin embargo, cuando llegó al área llena de gente, vio que ella estaba sentada en una mesa y hablando con un par de sus amigos. Por instinto, Cho se dio media vuelta y se fue lo más disimuladamente posible. No conocía a los amigos de la pelimarrón, y sentía que acercarse, interrumpir la conversación y verse forzada a presentarse era demasiado para ese momento. Mejor le buscaba más tarde.

Y cuando se le acabaron las ideas, recordó la normalmente olvidada consejería de la universidad. Dentro y fuera del lugar siempre había folletos y afiches de eventos, voluntariado o cualquier tipo de actividad social. No le dolía revisar, y de paso preguntaría a algún encargado por si había algo de su interés.


“Ah, viene a preguntar sobre eventos musicales,” confirmó una secretaria. “Lo siento, pero aún no empieza la temporada de dichos eventos. Le aconsejo que se suscriba a las noticias de la universidad. Así recibirá información cuando comiencen los recitales, concursos de talento o guerra de bandas.”
“Sí, gracias…” Cho asintió.
“Le recomendaría ir al conservatorio a preguntar por posibles actividades. Ellos están más enfocados en la música.”
“S-sí, ya lo he hecho…” la noche anterior había revisado en la página web del conservatorio, y en general ya había estado familiarizada con la gran mayoría de los eventos que se acercaban. Una buena cantidad no aplicaba a su caso, y sólo había puesto su atención en un par de eventos de las clases de coro a las cuales estaba inscrita. Pero participar en coro no le sacaría de su burbuja, por lo cual buscaba más opciones. “Muchas gracias, estaré regresando si necesito más información.”
“Sí, por supuesto. Que tenga un buen día.”

Cho se despidió y salió de la oficina de la consejera, regresando al pasillo principal de la consejería. Ni bien cerró la puerta notó que una persona cargando una cantidad enorme de papeles se acercaba. Ella no llegó a esquivarle a tiempo y al chocarse, todos los papeles terminaron regados por el piso.

“¡Ahh, p-perdón!” la peliceleste se agachó inmediatamente a recoger el desastre.
“D-descuida,” el chico le ayudó. “No estaba prestando mucha atención al camino, no tienes que disculparte.”
“Y-yo tampoco prestaba atención…” ella terminó de recoger los papeles a su alrededor y recién se fijó en qué eran. Se trataban de afiches en grandes cantidades, y había suficientes para distribuir cómodamente por la universidad. Leyendo el poco texto y viendo la simple imagen, los afiches promocionaban un evento a la comunidad de la limpieza de los parques cercanos, junto con un almuerzo para recaudar fondos para financiar mejor la limpieza de la ciudad…
“Es un evento comunitario este fin de semana,” explicó el chico, sonriendo.
“¿E-eh?” Cho levantó su mirada y vio que el estudiante ya había terminado de recoger los afiches de su lado, y le miraba como si esperara pacientemente a que le devolviera lo que había recogido. “P-perdón, aquí tienes. M-me distraje…”
“No te preocupes, puedes llevarte un volante, justo iba a repartirlos,” le explicó. Ellos se levantaron del piso y Cho le devolvió el gran grupo de papeles. “El evento es el sábado en el parque principal del área, si estás interesada en venir.”
“S…sí…” Cho asintió y desvió la mirada.
“No tienes que venir, sé que estos eventos no son muy populares, sólo decía,” él rió un poco y se vio incómodo. “No intento presionarte ni nada.”
“S-sí, lo sé…” la peliceleste vio a una de las consejeras acercarse, y dirigirse al chico.

“Ah, qué bueno que aún no te retiras,” dijo la señora. “Hablé con el coordinador de biología y me confirmó que los estudiantes tomando la materia van a participar en el evento. Él me pidió que le fueras a visitar para que expusieras la actividad en la clase que tiene hoy en la tarde.”
“Oh, claro, lo haré,” él asintió.
“Jovencita,” la consejera miró a Cho y vio que tenía un afiche en la mano. “¿Será que el evento te llamó la atención?”
“¿Eh? Pues yo…”
“No hay necesidad de presionarle, sólo repartía folletos,” dijo el chico rápidamente, algo frustrado. Esa consejera tendía a presionar a los estudiantes.
“Pero sería un buen evento,” la señora volvió a dirigirse a Cho. “El joven es uno de nuestros estudiantes más activos en eventos del campus, a pesar que ahora sólo está trabajando en su tesis. Oh, y ya tiene un trabajo dentro de un grupo muy notorio en el medio de Eastwood. ¿Habrá escuchado sobre ‘los cuervos de Eastwood’?”
“¡S-suficiente!” el chico pareció tensarse de sobremanera, algo avergonzado. Él se aclaró la garganta y decidió presentarse. “No es nada realmente importante, eh… ¡ah! Mi nombre es Almaz, mucho gusto.”
“Igualmente, mi nombre es Cho,” ella asintió.
“Almaz va a dirigir el evento de este sábado, te recomendaría que fueras. Es una buena oportunidad para involucrarte con la universidad y conocer a más de tus compañeros,” la consejera se dirigió al chico. “No olvides de ir donde el coordinador cuanto antes. Él tiene una reunión de comité en media hora.”
“Lo haré enseguida. Muchas gracias por su apoyo.”
“No hay de qué,” la señora sonrió y se despidió de los dos.

Al salir de la consejería, Cho notó que Almaz estaba algo frustrado. Ella tuvo la intención de preguntarle si algo le incomodaba, pero al parecer él pudo leer sus pensamientos con sólo mirarle.

“No, no es nada… es frecuente que me den cumplidos, pero realmente no he hecho nada muy grande… y menos en el ambiente laboral…” él negó. “Lo siento, no tienes que escuchar más del tema.”
“Pero… no creo que sea nada de qué sentirse mal. Felicidades por estar en la recta final de tu carrera eh… ¿en qué carrera estás?”
“Soy un reportero, y fotógrafo,” le contestó. Almaz sonrió con cierta nostalgia. “No tengo ningún talento estelar, pero por estar en Eastwood, decidí estudiar algo que me involucrara con el medio, y me hiciera estar en muchos eventos y sucesos. Recuerdo que entré a estudiar esperando algún día hacer el mejor reportaje e informar a las masas…”
“…” Cho ladeó la cabeza. Por el tono de sus palabras, parecía que él no había terminado de decir todo lo que tenía en mente. “L-lo dices como si no fuera a ocurrir…”
“No es eso, es que pues…” él desvió la mirada. “He podido colaborar con algunas historias y fotografías pero… aquí, lamentablemente, los reporteros no somos los ‘buenos’ la mayoría del tiempo…”
“Entiendo…” ella comprendió la incomodidad del chico, pero en parte sentía que tal vez no lo comprendía del todo.
“E-en fin, ya me tengo que ir,” él sonrió incómodo. “Perdón, pero el coordinador de biología me espera. Si te animas a venir al evento en sábado, nos vemos ahí.”
“C-claro, hasta luego…” Cho se despidió y vio al chico caminar. A lo lejos, le vio repartir algunos folletos y dar breves explicaciones sobre el evento a otros estudiantes. Como fue de esperarse, al menos la mitad de esos folletos terminaron en el tacho de basura casi de inmediato.

Algo le simpatizó en ese chico, tal vez porque pese a su ocupado horario, familiaridad con otros y actividades que hacer, se notaba algo retraído y humilde. Fue una persona ‘accesible’, en su punto de vista. Volvió a mirar al volante en su mano y meditó más al respecto. No sonaba a nada que ella haría por su propia cuenta o voluntad, pero tal vez no era una tan mala idea asistir. Todavía tenía unos días para meditarlo.

Y pasado ese encuentro, ella continuó con sus quehaceres de la mañana.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on March 17, 2014, 08:18:53 PM
Mi primer fic aquí :'> me ha costado decidirme si subía el fic o no, pero aquí lo dejo.

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(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png)

"¡Hola a todos! Para los que veis mi cara por primera vez, soy KuroKitty. Este vídeo es muy importante para mí porque, para mi sorpresa... ¡esta mañana he visto que ya he llegado a los 750.000 subscribers! Estoy muy, muy contenta de que ya seamos tantos. Aunque no puedo contestar todos vuestros mensajes, los leo todos, y no sabéis cuánto me animáis a que siga adelante con esto. Si cuando empecé a grabarme cantando en el instituto, quizá algunos os acordéis de esa época, me hubieran dicho que llegaría hasta aquí, ¡ni me lo hubiera creído! Muchas gracias a todos por vuestro apoyo, y espero terminar pronto la canción en la que he estado trabajando éstas últimas semanas. Estoy un poco atascada en una frase, quiero traducirla de la forma más fiel posible... bueno, no me voy por las ramas. 750.000 subscribers, casi 100 covers, una veintena fandubs... no puedo creer que todo eso haya sido posible en menos de tres años. ¡Gracias a todos, y nos vemos pronto!"

Tras lanzar un beso a la pantalla como despedida, detuvo la grabación, y dejó caer la cabeza sobre el escritorio con un "clonc". El golpe hizo que soltara un gemido bajito y largo, quedándose en esa posición por unos minutos antes de levantar la cabeza. Mantener su habitual actitud animada mientras grababa le había costado varias tomas y retoques de maquillaje, todo lo que Kora quería hacer era echarse en la cama y dormir mientras esperaba a su inevitable final.

Aunque lo primero que había hecho nada más volver a su apartamento había sido cerrar de un portazo, tomarse un té relajante, darse una ducha mientras lloriqueaba para luego dormir desde las siete de la tarde hasta las nueve de la mañana, Kora todavía tenía la cabeza a punto de explotarle. Al menos la hinchazón de los ojos había desaparecido gracias al antifaz de hielo líquido.

Y todo porque sus padres no tenían nada mejor que ir indagando en su vida. Todavía no podía creerse que la hubieran investigado como si fuera una criminal.

"¿Cómo has podido engañarnos todo este tiempo? ¡Te hubiéramos apoyado si nos hubieras dicho que era ésto lo que querías hacer!"

(Sí, claro. Por eso habían elegido ellos la universidad, la carrera y su futuro puesto en la empresa.)

"¡Se acabó! ¡Se acabó de verdad! ¡Es hora de que aprendas a ganarte la vida y el valor de las cosas!"

(Y eso lo decía alguien cuyo patrimonio familiar estaba valorado en millones de dólares.)

"La universidad, el apartamento, todos tus caprichos... ¿Sabes cuánto dinero nos hemos gastado en ti en estos dos últimos años?

(Más o menos lo mismo que en tu última rinoplastia. ¡Y no es que te haya servido de mucho!)


Tal vez no debería haber dicho la última en voz alta. La discusión había escalado hasta que su padre había cortado por la mitad sus tarjetas de crédito, anunciando que iba a cerrar todas sus cuentas bancarias, que a partir de aquel momento tendría que buscarse la vida sola y por supuesto, que iba a tener que devolverles todo el dinero gastado. Con un pobre esfuerzo para guardarse las lágrimas, Kora había salido de la mansión con un portazo.

Había querido pensar que sólo había sido el calentón de la discusión, pero tras guardar el vídeo para editarlo más tarde, había ido a comprobar su situación bancaria... soltando un grito ahogado al ver que los ceros iban acompañados sólo de otros ceros. Estaba completamente en blanco, y su plan de vida acababa de irse al traste.

Aprovechar el dinero que sus padres le daban para pagar la carrera, 10.000 dólares por curso, para sus propios proyectos no había sido lo más honesto, eso estaba dispuesta a admitirlo. Pero no es como si no tuviera nada pensado: había contactado con alguien que le ayudaba a falsificar los documentos que acreditaban su presencia en la universidad, y éste le habría conseguido la licenciatura. Kora sabía que había elegido al hombre adecuado, al fin y al cabo, él mismo era un abogado con un título falso, y el tipo estaba en la cresta de la ola.

¡No era como si el trabajo que le esperaba fuera especialmente difícil! Había acompañado a su padre al edificio principal de la empresa principal, y lo único que había visto era gente con trajes caros que fingía saber de lo que hablaba. Uno de ellos intentó ligar con ella, y cuando le preguntó en qué trabajaba, sólo le respondió exasperadamente: "por favor..." (tras lo cual había huido al enterarse que era menor).

Todo estaba calculado. Sólo otros dos años, tres si quería añadir un máster a su currículum, y Kora habría seguido con su vida perfecta.

- Al menos terminaré esto... y cuando nadie vuelva a saber de mí, me habré ido creando drama.

Abrió el programa de edición de vídeo para retocar la iluminación y añadir filtros, lo habitual para que los vídeos lucieran lo mejor posible. Ajustar los tonos para que su piel pareciera más blanca pero no se confundiera con su color de pelo y el rojo de sus labios fuera más intenso, mejorar la luz de la habitación... su habitación...

También perdería su habitación, junto con el apartamento. Le encantaba aquel sitio, se había enamorado de él nada más se lo habían enseñado. Grande y con luz, el cuarto de baño principal tenía una bañera jacuzzi, la cocina-comedor era espaciosa para tener un televisor de plasma al que conectar el portátil cuando quería ver una película o jugar un videojuego.

Y sobretodo, la sala de grabación que había instalado. Había costado tres meses terminar de montarlo todo, pero aquel estudio había sido donde había grabado la música que había hecho subir su fama como la espuma. ¿Qué iba a hacer con todo eso?

En cuatro días llegaba el día de pagar el alquiler, y cuando pasara una semana sin hacerlo, le darían tres días para marcharse. El lujo era estricto.

Revisó el vídeo por última vez, sus últimos tres minutos de gloria antes de desvanecerse como una llama.

"...bueno, no me voy por las ramas. 750.000 subscribers..."

750.000 subscribers...

Cualquier persona que navegara por las redes sociales se había topado alguna vez con los típicos posts de recaudación. Desde pagar el tratamiento veterinario de un gatito a ayudar a una persona que necesitaba pasar la semana porque le habían robado la tarjeta del banco.

Aunque llevara años en internet, por su propia seguridad, se había asegurado de no hablar demasiado de quién era en la vida real. A quienes conocía en la realidad procuraba no hablarles de su aficción para evitar ser tachada de friki, y a sus amigos online evitaba mencionar todo el tema de la fuente de dinero.

Se ajustó el pelo con los dedos, y suspirando hondo, formó una expresión serena y humilde. Clickeó para empezar a grabar con la webcam.

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(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddjolyne.png)

Jolyne llegó a casa, y dejó la caja que contenía la guitarra sobre la cama, dejando que el placer de una espalda libre de casi cinco kilos la recorriera acompañado de un sonoro crujido de hombros. Los ensayos con el grupo se habían vuelto diarios aquella semana, como siempre que les ofrecían la oportunidad de tocar en algún club… aunque fuera de teloneros de los teloneros.

- Hola... oh.

Puso los ojos en blanco al recordar que ya no tenía compañera de piso. Aunque originalmente ella había sido la compañera de piso, una vez la otra persona había encontrado pastos más verdes (es decir, un novio al que podía gorronear más que a Jolyne), le había faltado tiempo para salir volando de aquel sitio.

Jolyne no hubiera lamentado mucho su pérdida, dormía más tranquila sabiendo que ya no había nadie dándose chutes en el comedor cuando no estaba, si no fuera porque la había dejado con todos los gastos de aquel mes más el alquiler. Algo que desde luego no podía cubrir con su trabajo como camarera.

Cada vez que pensaba en el tema Jolyne echaba humo, su madre le ayudaría encantada con los gastos, pero sería un gasto extra que apenas podría permitirse. Su padre podría pagar perfectamente, pero enseñar los pechos a viejos verdes por webcam le parecía una alternativa más digna a tener que pedirle nada a aquel tipo.

Meow…

La gata saltó del suelo a la mesa de la cocina, maullando para llamar su atención. Acarició su cabeza, y tras poner los restos de pizza en el microondas, le llenó un tuperware mediano a la gata, que tras beber, puso las patas delanteras dentro, chapoteando.

Jolyne palmeó los bolsillos de sus pantalones, sacando el móvil a tiempo para grabar a la gata meter la cabeza en el agua y sacarla para sacudirse, con una sonrisa gatuna satisfecha, antes de volver a la carga intentando meter la parte delantera del cuerpo en el agua.

- Eh, Foo, ya, ya, que me vas a dejar esto hecho un desastre…

Paró el vídeo y apartó a la gata de su querida agua antes de que terminara derramándola por la mesa y el suelo, aquella noche tenía libre y no quería tener que fregar nada que no fuera absolutamente necesario. Con una mirada frustrada, Foo le maulló bajito, y salió corriendo hacia el pasillo.

- Bueno, ya se te pasará.

Se encogió de hombros, riendo mientras sacaba la pizza del microondas, y fue hasta su habitación. Dejó el plato en el escritorio y enchufó el móvil al ordenador, subiendo el vídeo de Foo a Facebook mientras elegía una serie en Netflix. El sonido de varias notificaciones seguidas indicaba que había sido, como siempre, un éxito entre sus amigos.

Si fuera una de esas raritas que le hacen perfiles a sus mascotas, estaba segura de que su gata tendría más amigos que ella.

>FOO!!! la adoro ♥
>que nos vamos a ahogaaaaaar /apm
>Cómo puede gustarle tanto el agua a un gato? jajajaj
>Jol me encanta tu gata!!
>xDDD deberías subir sus vídeos a Youtube, ya verías como se vuelve viral


La mención de Youtube hizo que dejara de masticar por unos momentos, dejando ir un bufido antes de seguir comiendo. Intentar resistirse a la curiosidad o lo que fuera que sentía era imposible, y cuanto antes lo mirara, antes podría seguir con su rutina.

Al abrir el navegador y empezar a escribir la dirección, éste autocompletó con el canal, pero tampoco lo necesitaba; conocía aquel nombre de usuario de memoria. Tal y como esperaba, había un vídeo nuevo, aunque éste parecía uno de sus videologs en lugar de covers de canciones de anime o videojuegos. Aunque sabía que no le interesaba mucho lo que tuviera que decir, abrió el vídeo igualmente.

...y por eso, si podéis ayudarme en esta situación tan desesperada, os lo agradecería. Un sólo dólar me serviría para pagar el alquiler mientras espero a que salga otro trabajo… realmente no tengo nada ahora mismo… oh, no, no, no, no quería llorar, me siento tan patética…

Debía admitir que de todas las cosas que esperaba ver, aquella era la última que esperaba. No quería admitir que si lo que decía era verdad, una parte de ella se alegraba, pero la conocía bien como para saber que estaba ocultando algo. Bueno o malo, no sabría decirlo.

- No es mi problema.

Se apoyó hacia atrás en la silla, dando otro bocado de pizza. Antes de que cerrara la pestaña, Foo saltó al escritorio, y se quedó mirando la pantalla. Al ver a la chica hablar y moverse, la gata dio unos manotazos donde estaban los pechos, que con cada exagerado sollozo reprimido daban un pequeño saltito, haciendo reír a Jolyne hasta que cogió a la gata, dejándola en su regazo y cerrando la pestaña.

Terminó el trozo de pizza, dándole la corteza a Foo a pedazos, y odiándose por ello, pulsó las teclas para abrir la última pestaña abierta.

- En serio, ¿qué tienes en mente…?

Nunca era demasiado tarde para retomar una vieja amistad, ¿no? Además, lo hacía sólo por curiosidad.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddjolyne.png)

Aquella mañana era el día que tenía que pagar el alquiler. Se había despertado temprano y no había podido volver a dormir, por lo que llevaba desde las seis de la madrugada en el ordenador. La colecta parecía ir bien, no tan espectacular como esperaba, pero al menos podría salir del paso.

De paso comprobó la bandeja de entrada. Como siempre, los mensajes eran todo lo diversos que podía esperar: usuarios deseándole lo mejor y halagando su voz, otros cantantes online felicitándole por su nueva meta, pedidos y sugerencias de canciones por versionar, el típico friki que no tenía nada mejor que hacerle un test para evaluar cuánto sabía del videojuego del que había hecho una versión lírica del tema principal…

Borró los más molestos y bloqueó al tipo con la foto de perfil con una fedora que no había dejado de acosarla desde que hizo versiones piano de My Little Pony, el cual no parecía comprender que simplemente no estaba interesada en él y por tanto era una calientabraguetas y demás calificativos.

- Lo que tú digas, pero aféitate la barba esa del cuello… – Gruñó. No era el primero ni sería el último.

Al menos había pasado dinero a la cuenta del banco. Viendo que se le habían hecho las once de la mañana, se dio una ducha rápida y se vistió, a pesar de que no esperaba salir de casa en ningún momento.

Tampoco esperaba visitas, no tan temprano al menos.

El timbre la sobresaltó, y brincó de la cama para abrir la puerta. Cuando se asomó por la mirilla y vio quien estaba al otro lado, tardó unos segundos en reconocerla -- los rasgos habían cambiado, el pelo de dos colores despistaba… pero era ella.

Se apartó de la puerta unos pasos, sin saber si debía fingir que no había oído el timbre. Empezó a marearse con preguntas; ¿cómo la había encontrado? ¿iba a desmantelar todo su secreto? ¿qué quería de ella?

En lugar del timbre, oyó unos nudillos contra la madera, y una voz que aunque sonaba ahora tan diferente, le era completamente familiar.

- Sé que estás ahí… lo que no sé es por qué vas con tacones por casa…

Kora tragó saliva, y abrió el pomo de la puerta con el corazón martilleándole en el pecho.

- ¿Jo… Jolyne?
- Hey, ¿qué tal?

Un escalofrío la recorrió, aunque no era miedo, ni incertidumbre, ni nada similar. Habían pasado años desde la última vez que habían hablado, y unos cuántos más desde la última vez que se habían visto. No sabía muy bien qué decir, y sólo boqueó unos momentos antes de obligarse a recuperar la compostura.

- Bien, gracias. – Forzó una sonrisa.
- Nadie diría lo mismo en la situación que cuentas en tu último vídeo. – Jolyne arqueó una ceja, cruzándose de brazos.
- Oh, eso… um…

Lo último que quería era caer más bajo aún. Después de todo el tiempo, que Jolyne la encontrara justo cuando estaba en un momento de crisis era un escenario que no quería vivir. Se cruzó de brazos, ladeando la cabeza.

- Sólo un experimento para ver si la gente daría dinero de verdad. – Se encogió de hombros. – No se lo digas a nadie, ¿vale? Voy a donar todo lo que recaude.

La expresión de Jolyne lo decía todo: “no me trago una sola palabra”. Y justo cuando Kora creía que iba a poder salir del paso, una figura en traje se asomó detrás de su invitada, carraspeando para llamar la atención.

- Señorita Hardy, ha habido un problema a la hora de cobrar el alquiler de este mes. – Jolyne alzó ambas cejas, ensanchando la media sonrisa. – La cuenta está bloqueada, y agradecería que lo arreglara cuanto an-
- ¡¡Un momento!!

Kora salió disparada hacia su habitación, y tras rebuscar en lo que había renombrado como “Cajón de Tiempos Mejores”, sacó una chequera entre tarjetas de crédito, cartillas bancarias y tiquets de compra. Rellenó uno de los cheques a toda prisa, tendiéndoselo a la dueña del edificio.

- He tenido un problema con el banco, no es molestia si pago en cheque, ¿verdad?
- Un poco, pero me alegra ver que no hay ningún problema mayor. – Respondió la mujer, juzgándola por encima del borde dorado de sus gafas. – Avise la próxima vez si planea pagar en cheque o efectivo, por favor.
- Sí, sí, claro… buenos días…

Cuando la mujer desapareció en el ascensor, Jolyne seguía en el marco de la puerta, cruzada de brazos. Kora suspiró, y con un gesto, invitó a la otra a pasar dentro. Quisiera lo que quisiera Jolyne, tanto simplemente comprobar cómo estaba, burlarse de ella, recordar viejos tiempos o chantajearla… Kora tenía todo a su disposición para tratar con ella.

Incluyendo un bate de béisbol.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on March 28, 2014, 11:30:50 PM
Hola Kora, qué sorpresa verte por aquí. Espero que te diviertas y te leeré en cuanto me ponga al día... *se marea con los posts*

*Este es un repost del DD pasado así que no cuenta para probaciones*

4

Se acabaron las clases del día en el colegio privado de Eastwood, y como era usual, los estudiantes aprovechaban la excelente ubicación de la institución, sólo necesitando cruzar una de las concurridas y populares avenidas de la ciudad para llegar al tan frecuentado mall. Por la hora de la tarde y la cercanía de muchos centros de estudios, la plaza de comida estaba abarrotada de gente. Luego de haber esperado un rato en línea en distintos puestos de comida rápida y hecho malabares para encontrar una mesa libre, Sora, Reimu y Ryo pudieron comer su almuerzo entre tanta bulla. El muy probablemente terrible resultado en el examen del día era ya un tema recóndito en las profundidades de la mente de Sora, quien terminó su almuerzo comiendo una grande y variada sopa de helado francés mientras sus amigos le esperaron pacientemente, revisando sus apuntes de las clases.

Ya con la comida acabada, fueron caminando por el mall, observando tiendas. Sora se detenía en bastantes, mirando entre ropa, zapatillas, videojuegos y CDs de todo tipo, con las últimas dos categorías siendo compradas hasta por gusto.

“Pensé que ya tenías ese videojuego,” dijo Ryo, sonriendo de que lo comprara.
“Este juego vino con cinco distintos bonus, dependiendo de en qué tienda se vendía,” explicó Sora. “Me faltaba esta tienda, así que finalmente completo la colección.”
“Entonces…” Reimu se puso a calcular. “¿Has gastado alrededor de 249.95 dólares en conseguir las cinco distintas versiones?”
“Ya quisiera,” él dio un suspiro, con pesar. “Una versión se acabó en su tienda y la compré de una secundaria donde me salió veinte dólares más, y la otra la tuve que ganar de una subasta a más de 120 dólares, no tuve de otra.”
“Increíble,” Ryo se rió un poco, aunque también sentía incredulidad por cómo su amigo estaba dispuesto a gastar tanto dinero. Pensando en su situación, al ser mantenido por sus dos hermanos menores que por sus estrellatos tenían bastantes recursos, el dinero debía ser lo de menos importancia para él. “Nunca pensé que esos distintos bonus sí llamaba a personas a comprar múltiples copias del mismo juego.”
“Pero aquel gasto es innecesario y limitante para tu desarrollo personal, arraigándote a fantasmagorías materiales,” objetó Reimu, con un tono de madre enseñando una lección a un niño pequeño. Luego, sonrió pacíficamente. “A eso, tengo una sugerencia, un objeto de apreciación espiritual en el cual existe un gran valor a la inversión.”
“¿De qué hablas, Reimu?” Sora se confundió, y su supuestamente madura amiga sonrió de oreja a oreja, rompiendo aquella solemne paz.
“Dona dinero a mi templo,” declaró ella, levantando su pulgar como si dijera una de las verdades de la vida.
“¡No aproveches este momento!” Sora intercambió miradas con Ryo, quien tuvo que encogerse de hombros.

Por más ‘madura y sabia’ que Reimu podía apuntar a ser a veces, ella también tenía un vicio muy interesante; la ambición y en casos extremos, avaricia. Podría normalmente predicar actuar bien y tener todo el interés de reforzar el buen comportamiento a donde fuera, pero sus amigos sabían muy bien que ella también podía romper su disciplina y lo hacía sin vergüenza cuando se trataban de dos cosas importantes. Una era comer bien, y la otra y mucho más importante, cuando ella tenía en mente a su templo, dispuesta a hacer lo que sea para mantenerlo. Y cuántas veces se había tocado el tema entre los tres sobre donar dinero, con Reimu siendo especialmente insistente con Sora, por obvias razones.

“Vamos, si bien puedes ir a mi templo a rezar y relajarte un rato, o orar un poco, te beneficiaría apoyarlo económicamente. Ryo ha ido, ¿por qué tú no?”
“¿Por qué crees?” Sora negó. “Si voy por esa zona juro que algo malo me va a ocurrir, sé que es peligroso por ahí, y seguro que hay gente que sabe de mis hermanos.”
“P-pues, será la zona de bajos recursos de la ciudad, pero no creo que sea tan malo,” Ryo sonrió, restándole importancia. “No tendrá los lujos, orden o limpieza de esta área, pero en verdad no lo veo tan mal.”
“…” no quería responder a eso, ya que las pocas veces que había pasado por ahí con chofer, se había llevado una mala impresión. La charla de los tres probó distraer a Sora lo suficiente para llegar a la tienda la que había apuntado desde el comienzo; la tienda de instrumentos musicales. “Finalmente llegamos. Tengo que ver qué modelos de bandas para guitarras tienen. ¿Qué tal si se animan a comprarse algo?”
“Es una tienda muy cara, Sora,” respondió Ryo. Como siempre, con paciencia, esos dos sabían muy bien que Sora a veces no se daba mucha cuenta del distinto estado en que estaban, lo cual en su mayoría no era algo que les incomodaba.
“Sí, es verdad, pero al menos podría conseguirles algún detalle. Miren por si algo les llama la atención,” Sora sonrió, animando a sus dos compañeros. Ryo pensó en ver si conseguía nuevos palillos de percusión para poder tener unos de repuesto y Reimu se puso a pensar en una banda también para su bajo, aunque en su caso escogería la más cara, dispuesta a regresar a escondidas uno de esos días para devolverla a cambio de dinero en efectivo.

Se tomaron su tiempo, y ni bien terminaran estarían yendo camino a la casa de Sora, aprovechando no tener muchas tareas ese día. No había muchos eventos estudiantiles ni exámenes muy abundantes o cercanos, por lo cual tendrían más tiempo libre, y eso podría caerle muy bien a su banda en formación. Tendrían que poner de su parte.



La visita al mall se acabó con Sora comprando unos postres para llevar a su casa e invitando a sus amigos con él. Ni bien salieron de la pastelería, el chofer de Sora estaba esperándoles y los llevó a la residencia. Sora vivía con su familia en una lujosa mansión frente al mar, en uno de los lugares para gente adinerada que Eastwood tenía disponible, donde el costo de vida era alto, pero la gente próspera en profesiones de fama no tenía problema alguno para cubrirlo. El plan de ese presente día estaba en ir a comer algo con la madre de Sora y luego subir a su habitación para hablar un poco sobre la banda o tal vez estudiar para el día siguiente, y luego Ryo y Reimu estarían yendo de regreso a casa con la ayuda del chofer.

Bajaron en la entrada de la mansión mientras el chofer siguió con su camino a la cochera. El atardecer era una vista preciosa desde ahí y en la azotea de la mansión se podía admirar a la playa completamente. Los dos visitantes siempre admiraban un poco de la belleza natural y lo bien mantenida que era la mansión en jardines y estructura, pero eso era algo que Sora no prestaba mucha atención. Llevaba ahí años y el impacto se suavizaba. Sería dar por sentado su excelente ritmo de vida, o simplemente haberse acostumbrado a lo que siempre tenía disponible. No se le podía culpar.

Ni bien entraron a la casa y fueron al comedor, oyeron voces de chicas, varias voces.
“…” Sora se detuvo como si hubiera sentido un shock eléctrico, mientras sus dos amigos sonrieron con pena ajena. “M-mejor vamos a mi habitación a comer.”
“Sora, ¿no recuerdas lo molesta que estuvo tu mamá la vez pasada que comiste ahí?” le preguntó Reimu, tranquilamente. “Sé que algo oscuro debe haber pasado en tu infancia para que reaccione tan alarmantemente cuando llevas comida a tu habitación.”
“Tu normal desorden es bastante problema, diría,” comento Ryo, pensativo. Él sonrió un poco. “Si limpiaras tu propia habitación de vez en cuando tendría mejor disposición.”
“N-no cambien el tema…” Sora dio un suspiro. Era suficiente con que su madre le haya dicho a las criadas que no limpiaran su habitación para que él lo hiciera, pero sí, no era el tema a discusión ahora. “El comedor está ocupado, podríamos ir a mi habitación.”
“No, como partidaria de tu madre, no te dejaré,” Reimu habló estrictamente. Sí, Sora tendría que vencerle en algún tipo de partida de danmaku (??) para hacerle cambiar de parecer, así que no tenía de otra.
“Ehh, hay más salas aquí, podemos ir a una de esas,” sugirió Ryo, pero ya había pasado demasiado tiempo frente a la puerta de comedor, y como siempre, una persona fue capaz de oírles. Esta abrió la puerta frente a ellos, y con eso, ya no se podía escapar.

“Ohh, qué maravilla,” dijo ella, con su voz melodiosa y dulce de siempre. Era una alta, esbelta y despampanante rubia de envidiables proporciones, mayor que los tres por varios años y acercándose peligrosamente al final de sus veintes. “Y los tres están aquí. Tanto tiempo sin verles, Ryo, Reimu. ¿Cómo les va en el colegio?”
“Excelentemente, gracias Vert,” contestó Reimu, simpáticamente.
“Espero que también les esté yendo muy bien a ustedes,” dijo Ryo, sonriente.
“Por supuesto, gracias por preguntar. Pasen, justo estábamos discutiendo sobre un contrato de propaganda,” ella agarró a Sora de los hombros para que este no se pudiera escapar y lo empujó lentamente hacia dentro, con sus dos amigos siguiéndoles.

En la gran mesa del comedor estaban unas tres chicas que habían dejado de hablar y les miraban. Ellas sí estaban por el rango de edad de los tres, con una pelinegra de la misma edad y las otras dos algunos años menores. Las conocían muy bien y Sora aun más, ya que la más pequeña era su hermanita, y por bien o mal, vivían en el mismo lugar.

Ellas cuatro eran un reciente pero sumamente popular grupo en Eastwood y que empezaba a ganar notoriedad internacional: The Hearts. La hermanita fue aceptada a la banda como la baterista y cada una de ellas, pese a ser jóvenes, tenían su brillo y talento, y eran muy populares. Vert era un caso distinto, al haber estado previamente en un grupo que le llevó a la fama y le dio experiencia previa, y ya tenía su fama y popularidad desde antes. Por ella, se pudo hacer a ese presente grupo tan conocido y alcanzar tantas oportunidades, algo inspirador, e injusto en el punto de vista de otras personas.

“Sora…” su hermanita le miró ligeramente hastiada. “Pensé que fui clara. Aléjate de mi visita cuando está presente.”
“Ni quería venir…” Sora estaba algo molesto por ese usual trato de ella, el cual era peor cuando ella tenía gente a su alrededor. Casi parecía que le avergonzaba.
“Vamos, Blanc-chan, no seas tan dura con tu hermano mayor,” opinó Vert, con una sonrisa dulce. “Sé que es un buen chico en su corazón y es tan lindo. Casi me recuerda a un suave marshmallow.”
“¡O-oye!” Sora le reclamó pero todos se rieron. Hasta Blanc sonrió un poco con gesto de considerar que Sora había recibido su merecido. La clásica de la hermana y sus amigas burlándose del hermano. “¿P-podrían no tratarme mal por lo menos una vez?”
“¡No, no! ¡Así no actúa un chico!” indicó la pelimorada del grupo, levantando su pulgar. “¡Eres el hermano mayor de Blanc, deberías ser muy cool y awesome! ¡Deberías ser el héroe universal de un universo paralelo que está siendo consumido por oscuridad!”
“Haha, entiendo tu punto, Neptune,” Reimu lo encontró gracioso. “Pero te aseguro que este Sora no está muy relacionado a posibles dimensiones alternas.”
“Ten un poco de fe en mi, Reimu,” Sora dio un suspiro. “Seguro podría ser awesome.”
“¿Ya te adentraste en otros universos?” Ryo se sorprendió de la habilidad de Sora de perderse un poco en cosas épicas o imaginarias.
“Este niño siempre con su cabeza en las nubes,” la pelinegra negó con la cabeza y le miró como no merecedor. “Tu comportamiento me hace pensar que te has quedado atascado en la infancia. ¿Vienes a pedirle dinero a Blanc para comprarte algo sin propósito?”
“¡N-no, pensé que este lugar estaba vacío!” Sora negó. Aunque ahora que se ponía a pensar, tenía que pagar un videojuego que acababa de salir a la venta…
“Seguro que ya estás pensando en algo. Perdón por mencionarlo, Blanc.”
“Descuida Noire, sé cómo la mente de Sora funciona, es inevitable,” contestó ella.
“¡C-cállense!” Sora se dio media vuelta. “Olvídenlo, me voy, no van a tener que verme por aquí, sigan con sus millonarios planes.”
“¡Aww, pero esto está divertido!” comentó Neptune, inocentemente.
“¡No digas eso!”
“¡P-p-pero…!” entonces, ella vio la bolsa que traía, y ese indiscutible logo. “¡OHHH! ¡Pasteles! ¡Han comprado pasteles! ¡Quiero!”
“NepNep, esos son para los tres,” le corrigió Vert, sonriendo. “Podemos llamar a la pastelería para que nos traigan algo. Estarían aquí a más tardar en media hora.”
“B…bueno…” ella quería pasar un momento lindo con todos, aunque a veces para ella, ‘momentos lindos’ incluían algo de discordia. Sería que no se daba cuenta de mucho.
“Nos estamos viendo, gusto verles nuevamente,” se despidió Ryo, amablemente.
“Un gusto también, ustedes dos me caen muy bien,” Noire les sonrió agradablemente. Ella tenía una pulcra y elegante apariencia que la hacía fácilmente la más popular de las tres inexpertas, casi rivalizando a Vert.
“Que les vaya bien en su trabajo,” Reimu dio una reverencia.
“Sí, y gracias por siempre estar ayudando a mi tonto hermano,” dijo Blanc, con expresión seria, pero palabras sinceras. En verdad se llevaba bien con los amigos y sentía que les debía consideración debido a que su hermano necesitaba ayuda para madurar y aunque ellos dos no hacían milagros, también eran amigos suyos y sí le ayudaron a subir un poco más sus notas con algo de tutoría y estudios impuestos. Hasta la madre los reconocía casi de la familia y siempre tenía las puertas abiertas para ellos.
“Sí, ya me voy,” Sora se fue y sus amigos le siguieron. No se completó ese momento que Vert había esperado, al siempre querer que Blanc se llevara mejor con Sora pese a sus diferencias, pero estaba optimista que tomaría más de esos encuentros. Los dos eran sumamente lindos en su punto de vista.

No iban a ir a la habitación a comer por mandato de Reimu, pero irían al segundo piso ya que había una sala de estar no muy frecuentemente usada donde sí tenían el permiso. El día perdía la luz del sol con el pasar de los minutos y todavía tenían algo de tiempo, aunque tampoco mucho para que los invitados no llegaran muy tarde de regreso a sus casas. Seguro que llegarían a hablar algo de la banda, lo cual Sora quería desarrollar.

Como siempre, no llevándose muy bien con su hermanita y amigas pero aun con eso, Sora sí tenía un gran afecto a Blanc, sólo que nunca se daba la oportunidad de demostrarlo y estaban en vidas con encuentros esporádicos de ese tipo. Blanc también le quería aunque tenía tanto que recriminarle que le daba muchos dolores de cabeza. Ella tenía que dejar de tener expectativas de él y dejar de conectarse con lo que le faltaba o en lo que fallaba, y podría aceptarle un poco más.
Aun con todo eso, Blanc era su buena hermanita… ya que el menor de los tres hermanos casi todo un demonio con Sora.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on March 28, 2014, 11:35:41 PM
Aquí está mi post del mes, damn tengo que ponerme a trabajar con los icons...

5

Era casi el ocaso y el colegio privado de Eastwood se encontraba terminando con las actividades extracurriculares del día. Sin embargo, por la gran cantidad de ambientes y recursos, era después del cierre de clubs que muchos miembros del colegio pedían aulas o instrumentos prestados. Grupos de estudiantes organizaban sesiones de estudios en salones, personas con trabajos de investigación usaban las enciclopedias en línea exclusivas de la institución, deportistas seguían con su entrenamiento en los gimnasios y hasta algunas organizaciones de alumnos empleaban los patios o salones de audiovisuales para exhibiciones. En sí, gran parte del material y estructura presente en el colegio podían ser usados después de las actividades usuales, y el único requisito era inscribirse previamente en secretaría dando motivos válidos para sacar un cupo y asumir responsabilidad en caso de daños o pérdidas. Un sistema simple, pero con tal demanda que un cupo de pocas horas se tenía que separar a veces hasta con un par de semanas de anticipación.

Y en ese presente día, uno de los salones de música de la escuela fue rentado por un periodo de dos horas por cuatro estudiantes, quienes dieron como motivo de la renta: ‘práctica de la banda musical’. Este cuarteto de chicas era sólo otra banda aspirante más en la inmensa ciudad, quienes como muchos otros jóvenes apenas tenían la idea de convertirse en estrellas, repartirse instrumentos musicales y empezar a familiarizarse con los mismos. Y más que músicos con experiencia, las cuatro eran amigas pasando un buen rato juntas. Ellas eran la banda: Spring Girls, o al menos lo fueron hasta que una integrante dio hincapié a cuán Hippie y Bossa nova sonaba y que el nombre podría no ser el más conveniente para ellas. Esa no fue ni iba a ser la única vez en que cambiaban el nombre de la banda.

A pesar de pertenecer a ese colegio de élite, ninguna de las cuatro pertenecía a una familia de clase alta, por lo cual dependían de esas rentas para poder practicar con instrumentos musicales. Al llegar al aula presentada, cada una fue a recoger su instrumento predilecto, y con ello, estaban listas para comenzar.

“¡Declaro esta junta iniciada!” dijo una chica de cabello marrón corto y temperamento energético. Ella era Tomo, la autoproclamada líder de la banda y quien empujaba a las demás a continuar con el ritmo de las prácticas. Ella bien podía ser la líder debido a que era quien más daba importancia a desarrollar el presente proyecto como si fuera su mayor y única meta en la vida. “Antes de dedicarnos a practicar nuestra música, tengo un anuncio muy importante que darles,” ella tensó su expresión a una muy determinada y habló con un tono decidido. “Desde este momento, seremos conocidas como ‘The Maniacs’.”
“¿Maniacs?” preguntó una integrante de caballo castaño largo que usaba lentes. Ella era Yomi, la amiga de Tomo de la infancia y sin lugar a dudas la más centrada del grupo. Ella alzó una ceja. “¿Ya te viniste con otro nombre?”
“Pues claro, tenemos que definir eso cuanto antes, ya que ‘Spring Girls’ fue rechazado por el comentario de cierta personita,” Tomo miró un momento a dicha personita de reojo, con molestia. “Gracias por nada, Mai.”
“…” la dirigida de cabello marrón oscuro y lentes le miró fijamente. Mai era la callada y ‘monótona’ del grupo al casi nunca romper su nula expresión, pero ello no significaba que fuera tímida en lo absoluto. Más aun, su aparente inhabilidad de filtrar sus directos comentarios solía traer ‘vida’ a la banda. “Fue necesario hablar. Ese nombre no va con nosotras. Tenía que morir.”
“Aww, a mí me gustaba…” otra chica muy parecida a Mai aunque sin lentes y con un rostro expresivo tomó la palabra. Era la prima de Mai, quien todos conocían como Osaka. Por su manera inocente y distraída de ser, era la mascota del grupo. Ella se apenó. “Pero podríamos usar ‘Spring Breeze’…”
“…” Mai negó con solemnidad. “Con ese nombre nos condenaríamos a tocar música ambiental de ascensor o Spa, Osaka.”

“En fin, el punto es que me vine con un nombre completamente diferente y con mucha más energía,” Tomo se llevó las manos a su cintura y sonrió con confianza. “Maniacs definirá nuestra música y espíritu adolescente. También es una sola y corta palabra que trasmite toda la energía en dos sílabas. Y además es tributo al nivel más difícil de los juegos antiguos de DDR: Maniac,” ella se emocionó por su explicación. “El nombre ya tiene vínculos con la música y declara que somos pros. ¿A que no es genial? ¿Qué dicen?”

Ella esperó a los comentarios de sus amigas sobre su fantástico nombre, pero vio a las tres meditar en silencio e intercambiar miradas. Al no ser la primera vez que se proponía un nombre, esa pasividad de la banda era ya muy lamentablemente conocida para Tomo.

“Hm…” Yomi se cruzó de brazos, no convencida. “Siento que esa palabra ya ha sido demasiado usada.”
“A-al menos… ¿podríamos quitarle el ‘The’?” preguntó Osaka, mirando al techo, pensativa.
“Oigan, ¿por qué se quejan?” Tomo pareció verse insultada. “¡El nombre es perfecto! Me quedé pensándolo ayer por casi una hora. Hasta tuve que desempolvar mi diccionario de inglés para encontrar la palabra adecuada. ¿Qué tiene de malo?”
“El nombre suena a uno de esos grupos de anfitrionas infantiles en esos programas colorinches, ruidosos e irritantes de niños que se trasmiten los sábados por la mañana,” expuso Mai levantando un índice, con su clásica monotonía acompañada de un filoso brillo en sus lentes. Sus palabras fueron como una navaja para la ‘líder’.
“Uh…” Yomi desvió su mirada, levemente apenada. Había sido una opinión dura, pero luego de haberla escuchado con lujo de detalles y encontrarle sentido, no podía precisamente refutarla. Mai había confirmado para ella que el nombre no estaba bien.
“¡AHH, ¿por qué siempre intentas anular mis ideas?!” Tomo comprimió sus puños. “No es que sea un nombre taaan malo.”
“¿Con eso estás admitiendo que el nombre sí es malo?” preguntó Mai.
“¡N-no, no tuerzas mis palabras en mi contra!” sí que tenía que cuidarse de ella. “¡Es que es claro que estás exponiendo mi idea de una forma ridículamente negativa! Osaka, ¿acaso no estás de acuerdo que el nombre es genial?”
“No lo sé…” Osaka miró a sus pies, pensativa. “Es que… ¿no deberíamos preocuparnos por posibles infracciones de Copyright?”
“¿Ahh?” de nuevo, la mascota del grupo probaba ser rara y de poco apoyo. “¿Cómo que Copyright?”
“Tú sabes, Tomo-chan, posiblemente alguien ya se haya agarrado el nombre para algo más y tenga mucho derecho sobre este. Hmmm…” Osaka cerró sus ojos con fuerza para meditar, y volvió a abrirlos, viniéndose con algo. “¡Oh! Como los Animaniacs.”
“Si la gente nos asocia con los Animaniacs entonces el nombre puede que no esté tan mal,” Mai asintió. “Siempre he considerado que somos comic relief y contrastamos demasiado con los demás. Es bueno marcar una identidad bizarra.”
“¡O-oye, eso ya no suena tan genial!” reclamó Tomo. Esa debía ser Mai de nuevo intentando molestarle. “Pero como sea. Si tenemos un nombre similar a algo tan conocido como ese cartoon o DDR, la gente nos recordará más fácilmente.”
“Ehh, dudo mucho que DDR sea tan reconocido, más aun ese detalle del nivel de dificultad…” Yomi dio un suspiro. Estaba tan acostumbrada a ver a Tomo defenderse que ya ni le molestaba. “Diría que los juegos rítmicos están desapareciendo.”
“Pues eso me parece demasiado injusto, la gente no aprecia la variedad,” Tomo negó. “De todas formas, nos queda el cartoon, y ser recordadas por este no tiene por qué condenarnos a ser comparadas.”
“¿Tú crees, Tomo-chan?” preguntó Osaka, confundida.
“Obvio, estamos hablando de dos cosas diferentes. Un cartoon infantil de los noventa y una banda de chicas que pronto va a arrasar con el mundo,” sus ojos se iluminaron. “¡Seremos las chicas Maniacs, y le daremos significado musical a esa palabra con nuestro debut al mundo!”

Después de esa tan decidida exclamación, no habría pasado ni cuatro segundos cuando tanto Tomo como Yomi y Osaka escucharon una canción. Ellas se giraron a Mai quien estaba sentada en el asiento de la batería y les mostraba su smartphone. En este, vieron una escena de Flashdance con una chica bailando, junto con una muy conocida canción.

She’s a maniac, maniac on the dance floor
And she’s dancing like she never danced before


“…” Mai miró a Tomo intensamente mientras esta procesaba muy dolorosamente el video de esa tan conocida película, y no tomó mucho más tiempo para que la ‘callada’ del grupo juzgara que su exhibición había sido suficiente para debilitar a su oponente. Con eso, Mai miró a su celular y paró el video, inmutada.
“¡AAAHHH, está bien, ya te pasaste maldita, The Maniacs no va a ser!” gritó Tomo, con tanta fuerza que por poco y lanzaba una mesa por los aires. “¡Con esa imagen tan ochentona de una chica en malla ya me mataste el nombre!”
“Aww, lo siento mucho…” Osaka se apenó.
“Sé que esto te fastidia, pero no te molestes tanto por los nombres,” dijo Yomi. “Es sólo normal que cambiemos de parecer demasiado y que necesitemos de muchas ideas.”
“Ihhh, no me molestaría tanto si ustedes me ayudaran, pero yo tengo que hacer la mayoría del trabajo,” Tomo les miró desafiantemente. “Intenten pensar en nombres, verán que no es tan fácil.”
“…” Mai levantó su mirada al techo, dando la impresión que se encontraba pensando sobre el nombre, pero su acto de consideración duró muy poco y rápidamente volvió a mirar a las demás. “Un nombre para la banda debería incluir algo que nos identifique. Por ello, por la suerte de estar en este colegio pese a nuestra economía familiar, digo que seamos ‘Las Becadas’.”
“Ohh, interesante…” Osaka se vio intrigada. “Nuestro status de becadas seguramente llamará la atención. ¿Será que nuestra necesidad de apoyo económico nos dé facilidades de ganar fans y representantes?”
“Eh, no, no es como si fuéramos a rogar por caridad, ningún músico profesional es mendigo…” Yomi dio un suspiro. Como siempre, nada serio venía de Mai, y la inocencia de Osaka no ayudaba a la situación.
“¿Y así tú me criticas por Maniacs?” preguntó Tomo, molesta. “Ya de por sí te digo que mi nombre es mil veces mejor que el tuyo. ¿Y qué te da derecho a descartar mis ideas con observaciones crueles?”
“Hay una diferencia fundamental entre nuestras ideas,” contestó Mai, ajustándose los lentes lentamente.
“¿Ehh? ¿Y qué vendría a ser eso?”
“Eso es el hecho que tú estás convencida que tu propia idea es buena, a diferencia de mí.”
“…” Tomo se quedó en blanco y al procesar las palabras, se molestó casi al punto de lanzársele encima. “¡AAAHHH, si vas a decir cualquier cosa que ni consideras una buena idea, mejor no hables! ¡Ayuda en algo de una maldita vez!” su cólera sólo se prendió más al ver a Mai mirar su smartphone y teclear en este mientras pretendía ignorarle. “¡Deja de actuar así o te las verás conmigo!”
“¡T-Tomo-chan!” Osaka se levantó y se acercó a su amiga, intentando apaciguarle. “P-por favor, no hay que pelear.”
“Entonces ayúdenme con nombres, por favor…” Tomo tuvo que conformarse con comprimir sus puños.
“Pues, no sé qué decir, no he tenido tiempo de pensar…” Osaka juntó sus palmas. “Aunque estaba pensando que quizás si definimos la temática de nuestra banda, venirnos con un nombre sea más fácil. Por ejemplo… ¿qué tal si somos una banda de idols?” sonrió por la idea. “Sería tan bonito~ cada una tendría su profile page, colores, frutas, colección de videos cotidianos, entre otras cosas. Y la búsqueda de nombres se limitaría a palabras de moda o a nuestras iniciales.”
“Soy indiferente a ser idol o no,” Mai se encogió de hombros mientras revisaba su celular. “Pero ya se habló de esto y se rechazó, no recuerdo por qué.”
“Ahh, cierto,” Tomo recordó y agarró un hombro de Osaka. “Lo lamento mucho, amiga. Yo decidí que no podíamos ser idols porque Yomi es muy gorda.”
“¡¿Qué?!” y la declarada ‘gorda’ se escandalizó y miró a Tomo con ojos en llamas. La mención de su peso era el punto débil de Yomi. “¡¿C-cuándo dijiste eso?!”
“Ya no te preocupes, Yomi,” Tomo sonrió. “Te aceptamos por como eres.”
“¡Oye!” Yomi se levantó. “¡Cuando sugeriste que formáramos la banda, dejé muy en claro que no íbamos a hablar del tema, ¿o acaso lo olvidaste?!”
“Te aconsejo que escuches a Yomi,” sugirió Mai a Tomo, mirándole de reojo. “Ya que tú dependes de ella más de lo que ella depende de ti.”
“¿Qué? ¿Cómo así?” Tomo se confundió.
“Yomi te llama todos los días para despertarte, deja que copies su tarea, te da tutoría, soporta tu existencia, y recientemente aceptó ser la bajista al ya tener algo de dominio con el instrumento. Si ella fuera a dejarnos, nos quedaríamos sin una pieza clave, y sin la banda, tu vida será un completo fracaso.”
“¡¿A-AHHHH?!” Tomo dio un paso hacia atrás por esas palabras tan monótonas, aunque fuertes, de su supuesta amiga. “¡No digas cosas así, eso no es verdad! ¡Todavía puedo ser una supermodelo o agente de FBI!”
“Pobre Tomo-chan…” Osaka ladeó la cabeza, mirando a un costado. “Y a veces yo creo que soy poco realista…”
“¡¿Quieres decir que no estoy siendo realista, Osaka?!” preguntó Tomo.
“No lo eres,” los lentes de Mai volvieron a brillar. “No tienes ninguna materia, actividad escolar o talento en el cual destaques y apenas te mantienes por encima del mínimo para quedarte con la beca. Por lo tanto, si nuestra banda termina en fracaso, las cuatro partiríamos camino. Yo soy una buena estudiante de arte con algunas piezas aclamadas dentro de toda la escuela. Yomi ha probado ser muy inteligente. Y Osaka probablemente sea adoptada por una familia rica a futuro como su mascota,” Mai en ningún momento perdió la seriedad en su voz, aunque todos le miraron raro por la última mención. “Pero tú no tienes ningún plan B del cual aferrarte.”
“¿Mascota?” Osaka levantó su mirada al techo, considerándolo, y terminó sonriendo distraídamente. “Suena genial, hehe… ojalá me compren un kotatsu personal.”
“No se distraigan…” Yomi negó, cruzada de brazos. “Sólo tenemos dos horas para practicar, y la señorita de la secretaría cada vez se muestra más recelosa de concedernos el espacio de práctica. Mejor practiquemos la música y tengamos la charla sobre nuestro nombre en otro momento. No hay que perder más tiempo.”
“Sí, sí…” Tomo estiró sus brazos hacia arriba. “Ya con todo el negativismo de Mai ni quiero pensar en nombres ahora.”
“¡Entonces a tocar!” exclamó Osaka. “Creo que ya he dominado el triángulo. Ahora me toca volverme experta con xilófonos.”
“¿No deberías agarrar un instrumento más convencional?” Tomo se confundió.
“No…” Osaka negó, sonriendo. Ella pasó a mirar a su amiga con certeza. “Estoy segura. Mis instrumentos nos llevarán a la fama.”
“…” Mai tuvo que guardar su celular y agarrar los palitos de la batería.

Sería otra práctica para tocar libremente y agarrar más experiencia. Todavía necesitando un nombre y un género certero, ellas tenían mucho que crecer mientras les tocaba esperar por lo que les esperaba más adelante.

Con el inicio de la práctica, el día siguió con su curso.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on April 24, 2014, 07:13:18 AM
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“Okay, esto es lo que tienes que hacer”, le dijo Yuichi con tono serio a Jin a través del celular. “Debes llamar a Tegoshi y preguntarle si es que podríiiia hacerme el favor de tener una cita con mi compañera de la universidad, pero no debes decirle que es mi compañera, sino una amiga tuya o algo así”.
“Y yo debo hacerlo porque…”, respondió aburrido mientras jugaba con su 3DS al otro lado de la línea.
“Porque de esa forma te perdonaré el haberme empujado de aquel trampolín en la piscina para ese show de cuando éramos juniors”, murmuró Yuichi entre dientes, aún sin poder superar lo que le hizo su bandmate en aquella ocasión.
“Y yo busco tu perdón porque…”, continuó el otro con el mismo tono, sin quedar convencido.
“Porque si lo haces, prometo invitarte al Tony Roma’s”.
“Oh”, Jin alzó la mirada de su juego y sonrió, a tal punto que Yuichi supo que finalmente le ponía atención. “Si de eso se trata, no hay problema. Pero dime, ¿por qué no le pides a Masu que te haga el favor? ¿No son súper cercanos, acaso?”
“Pues…” Yuichi pensó por un momento explicarle que Masu se reiría de por vida de él, pero darle demasiada información a Jin había resultado perjudicial en un pasado. Sí, como haberle confiado que le tenía miedo a las alturas… A eso se refería con lo de perdonarle el empujón de ese maldito trampolín. “Porque sí, ¿lo harás o no?”
 “Ya, ya”, Jin chasqueó la lengua y dejó el 3DS a un lado. “Llamar a Yuya, preguntarle si me puede hacer el favor de tener una cita con una compañera, anotado”.
“Por favor, no te olvides de hacerlo, es en serio”.
“¿Acaso te he fallado alguna vez, Yuichi?”, sonrió abiertamente aunque sabía que el otro no podía verlo. “Por favor, deberías confiar un poco más en mí”.

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“¿Tegoshi? ¿Me hablas de Yuya Tegoshi?” Yuichi no podía creer lo que Sayaka acababa de decirle. Suficiente era con tener que lidiar con el hecho de que podría jalar estadística, pero otra cosa era tener que lidiar con Yuya Tegoshi.
“¡¡Sí!!”, asintió la peliceleste. “O sea, sé que es mucho pedir, sobre todo cuando hace poco que nos conocemos, pero…”
“Pero Sayaka se ha estado esforzando un montón ella sola en estadística”, agregó Tatara, el mejor amigo y roommate de la chica. Yuichi le miró escéptico y se dio cuenta tardíamente de que había caído en la trampa, los dos habían estado planeando esto desde hacía tiempo, al parecer.


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“¿Quién era en el teléfono?”, preguntó Kame, quien dejó de revisar los CDs que tenía Jin en su casa y le miraba curioso.
“Oh, era Yuichi”, respondió mientras salía de la pausa y comenzaba a jugar de vuelta, sin prestarle mucha atención a lo que le preguntaba el menor.
“¿Yucchi? ¿Y qué quería? ¿Qué tiene que ver Masu?”
“Ah, es una de esas cosas que solo le pasan a él… Necesita que hable con Yuya y le pida que tenga una cita con una compañera de él. No quiere que le diga nada a Masu porque le da vergüenza”.
“¿Vergüenza?”, Kame rió. “Qué raro que le avergüence hablar de algo tan común con Masu… A menos que…”, el de cabellos castaños se quedó en silencio pensando en algo, a lo que Jin sintió que algo andaba mal y puso en pausa su juego de nuevo para prestarle atención.
“¿A menos que qué?”, le preguntó frunciendo el ceño.
“¿Y si esa compañera es una chica que también le gusta a Masu?” Ante este giro de eventos, Jin se quedó mirando de manera fija a Kame, sorprendido.
“Yuichi no es del tipo que vaya haciendo planes a espaldas de sus amigos y Masu es muy cercano, ¿no?”
“Eso es verdad, pero si tan cercanos son, no habría necesidad de pedirte a ti que vayas donde Yuya”.
“Y encima me pidió que dijera que era mi amiga y no suya…”, ante este pedazo de información, Kame se levantó del piso y le miró mucho más decidido.
“¡Debe ser eso! Tal vez la chica está enamorada de Yuya y no de Masu, por eso Yuichi se avergüenza de ir a decirle a Yuya él mismo…”.
“¡Espera un momento, yo no puedo hacer eso!”, Jin se levantó también de su asiento y se cruzó de brazos. “¿Ir donde un hombre y arreglar una cita, traicionando a la par a otro hombre? Yo no puedo hacer ese tipo de cosas”, el mayor de los dos negó con la cabeza. “No, llamaré a Yuichi y le diré que existe un límite para–”
“¡Jin, espera!”, Kame caminó rápidamente hacia él y le quitó su celular. “Si lo ves por el otro lado, Yuichi le está haciendo el favor a una pobre chica que no sabe cómo hacer para estar con alguien que ama sin herir a otra persona a quien le tiene mucha consideración. En verdad, es algo muy bueno de Yuichi ayudarle a costa de su propia amistad, ¿no crees?”
“… Sabes, esta historia se está volviendo más complicada con cada segundo que te dejo que la analices”.
“Mira, esto es lo que haremos. Yo hablaré con Yuya, ¿te parece bien? Así podré nivelar el terreno para que pueda encontrarse con esta chica y todo salga bien sin que los sentimientos de Masu salgan dañados completamente. Además, esto debe ser tratado con sumo cuidado, es decir, hasta Tegomass podría separarse si los chicos se pelean, ¿no?”
“Maldito Yucchi, dejándome a mí toda esa responsabilidad…”
“Es que aún no te perdona lo del trampolín, ¿recuerdas? Cuando éramos juniors y–”
“Sí, sí recuerdo”, Jin rodó los ojos. “¿Pero entonces yo qué hago?”
“Te diría que hables con Masu, pero eso sería perjudicial en esta situación. Tú quédate tranquilo, yo arreglaré todo con Yuya y ya no habrá problema alguno. Para mañana todo estará bien, ya verás”.

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“Tegomass. ¿En serio?”, Yuichi seguía atónito a lo que escuchaba. Entre todos los grupos dentro de su agencia, tenía que ser juuuusto ese dueto: Yuya Tegoshi, señor ego colosal y Takahisa Masuda, ‘Masu’ para los amigos, y uno de sus amigos más cercanos a todo esto.
“¡No es que no me gusten ustedes de KAT-TUN o no quiera conocerlos! P-Pero… Es que a los de Tegomass los conozco desde hace años y siempre me han gustado y—”
“Tiene colgado en su cuarto un poster de Tegoshi semi desnudo que le vino en la revista AnAn”
“CÁLLATE MALDITO HIJO DE PUTA—Quiero decir, es que es una oportunidad única en la vida y yo, yo…”


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“¿Qué pasa, Kame?”, Koki se sentó frente a él en la mesa muy preocupado, el menor del grupo había entrado a su cuarto de reposo después de hablar con su manager y tenía el peor humor del mundo.
“¿Qué pasa? Pues el estúpido de mi manager decidió que hoy sería el mejor día para hacer todo el trabajo que le pedí que moviera del jueves y viernes que iré a casa a celebrar el cumpleaños de mi papá… ¡Y justo hoy tenía que hacer algo importante!”
“¿Sabes? Justo me cancelaron un photoshoot, así que si puedo ayudarte en algo, dímelo no más”, se ofreció el rapero, a quien le encantaba ayudar a los demás.
“¿¡En serio!?”, Kame le miró emocionado. “P-Pero es una cosa muy, MUY secreta, ¿ok?”, añadió bajando abruptamente su tono de voz y Koki asintió, acercándose para escucharle mejor. “Y no se lo puedes decir a nadie tampoco, ¿de acuerdo?”
“Mis labios están sellados”. Dicho esto, Kame observó el lugar y tras corroborar que sus demás bandmates ya habían abandonado la habitación, decidió contarle.
“Mira, es una historia un poco rara. Yuichi le pidió a Jin que llamara a Tegoshi para pedirle una cita con su compañera, pero no quiere que Masu se entere porque parece que a Masu le gusta esta chica, pero a ella no, ¿entiendes?”, Koki asintió, aunque no convencido del todo. “Jin me dijo que no lo haría porque no quería traicionar a otro hombre, pero Yuichi se está esforzando para… Espera”, en ese instante sonó el celular de Kame y al ver la pantalla el chico gritó. “¡Maldita sea, el manager ya está en el carro!”, se levantó entonces y buscó apresuradamente sus cosas en la habitación.
“¡Espera!”, Koki se levantó rápidamente de su asiento. “¿Qué hago entonces?”. Kame se quedó pensativo, pero su celular comenzó a sonar nuevamente, por lo que le respondió mientras corría a la puerta y se iba del lugar.
“¡Habla con Tegoshi y pídele la cita! ¡Pero explícale para que no haya problemas con Masu! ¡Me avisas cuando lo hagaaaas!” y dicho esto, Koki se quedó ahí, confundido, sin entender qué había sucedido.

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“No, no te preocupes”, le dijo Yuichi sonriéndole levemente. “Si yo estuviera en tu lugar, también intentaría aprovecharlo porque es una oportunidad única en la vida”. Sayaka asintió rápidamente.
“¿¡En serio podrías, Yui—liano!?”, dijo recordando que Yuichi no debía saber que Tatara sabía que él era un idol. Si eso sucedía, adiós a la confianza y a Yuya Tegoshi.
“Pues… Podría intentarlo”.


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“¿De qué problemas con Masu habla Kame?”, Koki se volteó y vio en el umbral de la puerta a Junno, quien se había quedado mirando el lugar por donde se fue corriendo Kame.
“Pues… Ok, mira, te lo voy a contar pero no puedes decírselo a nadie, ¿de acuerdo? Necesito que me ayudes con esto porque Kame no me lo dejó muy claro”. Junno sonrió abiertamente y fue a sentarse al sillón, donde le dio palmaditas al espacio a su derecha y Koki se sentó ahí, suspirando resignado. “Hasta donde entendí, Yuichi le dijo a Jin que hablara con Tegoshi para pedirle una cita con una compañera suya…”
“¿Compañera de Tegoshi o de Yuichi? No entiendo, ¿cita con la amiga de quién?”. Ante esto, Koki se quedó pensando…
“Pues, no creo que sea compañera de Yuichi, ¿sino por qué no querría que se entere Masu?”
“¿Yuichi no quiere que Masu se entere?”, Junno elevó las cejas con sorpresa, ya que era conocido que después de Tatsuya, Masu era con quien más paraba el mayor del grupo.
“Kame dijo que a Masu le gusta esa chica, pero que ella no gusta de él… Y al parecer, ¿eso traería problemas con Masu?”
“No, espera, hay algo que no encaja”, Junno se cruzó de brazos y Koki le miró fijamente, esperando a que el de cabellos negros pudiera ayudarle a entender todo el embrollo en el que Kame le había metido. “Si Yuichi quiere salir con la amiga de Tegoshi, de la cual Masu está enamorado, pero ella no le corresponde… ¿Por qué tendrías que hablar tú con Tegoshi sobre todo para que él no tenga problemas con Masu?”
“Porque se estaría poniendo de parte de Yuichi, ¿tal vez?”
“Bueno, en eso tienes un punto”, asintió Junno. “Entonces, ¿se lo vas a decir?”.
“No sé, Kame no me dejó elección porque se fue antes de poder decirle siquiera que me deje el número de Tegoshi”, suspiró. “Debí habérselo pedido cuando me compré mi nuevo teléfono. En fin, ¿no lo tienes tú?”
“No, yo nunca lo tuve”, Junno sonrió y se encogió de hombros. “Aunque…”, murmuró recordando algo. “Si no me equivoco, Yoko lo debe de tener, ¿no? O al menos él debe tener el número de Ryo, quien de todas maneras ha de tener el de Tegoshi, ¿quieres que se lo pida?”
“¡Por favor!”, exclamó Koki juntando ambas manos e inclinando la cabeza. “¡En serio sería genial antes de que Kame me mate!”
“Ok, entonces…”, Junno estaba a punto de levantarse para irse, pero en eso Koki le jaló de la manga de su chaqueta y le obligó a sentarse de vuelta. “¿Eh? ¿Qué pasa?”
“Díselo tú a Tegoshi, yo no puedo, ¿qué tal si no sé cómo decírselo bien y termino empeorando las cosas”.
“¡Pero tú eres el que lo conoce, no yo!”, respondió el chico sin poder creer lo que quería el rubio. “¡Actuaron en un drama juntos, no yo!”
“¡Sí, pero eso lo hace peor! ¿No es acaso más fácil saber cuándo alguien que conoces como actúa ESTÁ ACTUANDO?”, el bailarín de KAT-TUN se mordió el labio inferior para no tener que decirle que sí, podía tener razón, pero Koki siguió insistiendo. “Además, si vas tú y le dices que le haces un favor a Jin porque él no pudo por cualquier razón, Tegoshi no se pondrá todo pretencioso y será rápido, indoloro y efectivo, ¡Todos ganamos!”
“Está bien”, Junno suspiró en derrota y Koki le abrazó fuertemente, repitiéndole lo agradecido que estaba. “Conste que tendrás que decir cosas solo bonitas y geniales de mí en todas las entrevistas venideras”.
“Te convertiré en el miembro más genial de todo KAT-TUN, incluso las fans de Jin comprarán tu merchandise”, repitió Koki con convicción y el otro se echó a reír, asintiendo y yéndose de la habitación.

(http://i946.photobucket.com/albums/ad305/Milleina/bt/DD-YUICHI.png) (http://i946.photobucket.com/albums/ad305/Milleina/bt/DD-PURI.png) (http://i946.photobucket.com/albums/ad305/Milleina/DD-TATARA.png)

“¡Te juro que si me logras sacar una cita con Tegoshi jalaré todos mis otros cursos para dedicarme a estadística!”, Yuichi pensó preguntarle que por qué no lo hacía por él que era su supuesto amigo, pero Tatara decidió hablar ahí.
“Sí, cuando Sayaka promete algo en verdad lo cumple”, asintió con una sonrisa que buscaba transmitirle confianza, aunque ni el mismo Tatara se la creía.
“Mira, yo no me hablo mucho con él, pero puedo intentarlo. Tal vez Masu acepte porque—”
“AAAAAAAAAAAAAAAAH, PERO TAMBIÉN QUIERO CONOCER A MASUUUUUUUUUUU”, gritó la otra entrando en un conflicto existencial sobre cuál idol debía ser priorizado.


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“¡Uepi!”, gritó Junno emocionado y abriendo sus brazos en par ar al ver a Tatsuya volver a entrar por la puerta de la cochera al edificio donde trabajaban.
“¿Junno?”, preguntó con un poco de sorpresa que se dejó entrever por su tono de voz, ya que el mayor usaba unos lentes oscuros que no dejaban ver su expresión. “¿Aún por acá?”
“Me olvidé de mi 3DS en el camerino”, dijo mientras le mostraba su consola. “¿Y tú?”
“Olvidé mi billetera”, chasqueó la lengua con fastidio al recordarlo. “Intenté comprar en McDonalds y me doy con el fiasco de que no estaba”, todo esto lo dijo mientras seguía caminando en dirección al lugar, pero cuando se dio cuenta que Junno no le seguía, se volteó a mirarle. “¿No me acompañas?”
“Discúlpame, Uepi, pero es que debo hacer una llamada urgente”.
“¿Qué tan urgente puede ser? Solo vamos a ir a buscar mi billetera”, dicho esto, el de cabellos oscuros se cruzó de brazos y se apoyó en un pie, dándole toda una actitud de ‘i don’t care bitch let’s get going before i cut your face’.
“Es que es un favor para un amigo que le pidió el favor a otro amigo que…”
“Oh”, Junno se congeló al escuchar la entonación que usó Tatsuya en esa simple onomatopeya. “Así que estamos hablando de un secreto, ¿eh?”
“N-No, no es que—”, pero ya era demasiado tarde. En menos de un segundo, Tatsuya se le había lanzado encima y había logrado meter su cabeza dentro de un fuerte agarre de brazos, asfixiándole un poco y encorvándole de sobremanera, ya que el pobre era el más grande de la banda. “OW, OW, UE-PIII, SU-EL-TAAA”
“No hasta que me digas tu secreto, Junno~~”, rió macabramente el otro. Aún así, el más alto intentó moverse de todas formas posibles para alejar al mayor, pero esto era inútil porque el más fuerte siempre fue Tatsuya, junto a sus estúpidas clases de boxing. Finalmente, cuando pasaron más instantes llenos de dolor, falta de aire y risas del otro, Junno no pudo más.
“¡Yucchi está enamorado de una amiga de Tegoshi, pero Masu no debe saberlo o sino sus sentimientos se herirán, pero Yucchi quiere que le haga el favor de ayudarle a obtener una cita!”
“Vaya, te doblegaste más rápido de lo que pensé”, Tatsuya rió, dejándole ir y dándole unas palmadas en el hombro mientras el mayor tosía para recuperar el aire. “A pesar de que me siento sumamente ofendido por el hecho de que Yuichi no me ha dicho nada, creo que puedo ayudar a un simple mortal como tú. ¿No quieres que le dé yo el mensaje? Me voy a encontrar con Tegoshi ahora”.
“¡¿EH?!”, dijo el otro, quien no se esperaba que Tatsuya fuera a encontrarse con el chico, después de todo no eran amigos y el mayor odiaba relacionarse con personas desconocidas.
“Me invitaron al programa que dirige él con otros idols, así que me envió un mensaje para encontrarnos ahora y discutir algunos asuntos que serán tratados ese día”, se encogió de hombros. “Nada en especial, pero podría llevarle el mensaje.  Si uno de nosotros ha de lidiar con la reina del drama, mejor que sea yo que tendré que hacerlo de todos modos”.
“UEPI, EN SERIO ERES UN HÉROEEEEEEE”, gritó Junno ahora sí abrazándolo y alzándolo en los aires, a lo que terminó con una patada en la pierna que le hizo recordar por qué no debía hacerle nunca ningún favor a ninguno de sus compañeros. Además, Tatsuya era una persona muy confiable y muy inteligente, además de tener un montón de tacto con las personas con las que no era cercano, por lo que no tenía que preocuparse de que todo saliera bien.

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“Ok, sí, quiero conocer a Tegoshi. Si eventualmente le caigo bien también podré conocer a Masu, ¿no?”, se preguntó Sayaka a sí misma, para luego asentir. “Sí, dile a Tegoshi si es que podría ser tan gentil de tener una cita conmigo, sí”, dijo convencida y Yuichi sintió la tentación de reírse en su cara al pensar que Tegoshi solo era “gentil” frente a las cámaras, pero se mordió la lengua.
“Está bien, pero a cambio debes esforzarte mucho más en estadística por los días que yo falte, ¿de acuerdo?”, Sayaka asintió muy emocionada.
“¡Prometo hasta cocinarte el almuerzo si haces eso!”, le dijo más que contenta.


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“Un momento”, se dijo a sí mismo Tatsuya cuando paró el carro en un semáforo en rojo. “Si Yucchi está enamorado de una amiga de Tegoshi, pero los sentimientos de Masu se herirán si se entera de eso… ¿Eso significa que Masu está enamorado de Yucchi?”

Pero antes de que pudiera seguir cavilando en la idea, comenzaron a sonar los claxons que le obligaban a que siguiera conduciendo.

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“No te tienes que preocupar. Aunque sabes, debo decir sinceramente que no esperaba que fueras una fan de Tegomass, y yo aquí, pensando que podría venderte mi próximo single…”, comenzó a decir como quien no quería la cosa y Tatara se dio cuenta al instante de sus intenciones, pero antes de que pudiera alertar a Sayaka, esta ya se había mandado con todo.
“¡Compraré ese single, Yuliano! En serio, no es que no me guste KAT-TUN, uh, pero digamos que… ¿recién los conozco a fondo? Porque conozco algunas de sus canciones que pasan en la radio… ¡Pero me pondré a investigar sobre su música, lo prometo!”, dijo asintiendo mil veces.
“Ah, eso me alegraría mucho”, le dijo sonriendo el idol, complacido de al menos haber logrado una pseudo pre-venta.


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“¿Masu?”, preguntó Tatsuya sorprendido al ver a Takahisa en vez de a Tegoshi en el restaurante en que habían acordado encontrarse.
“Oh, hola Tatsuya”, le saludó con una amplia sonrisa e invitándole con un gesto de la mano a que se sentara en la silla de al frente. “Yuya amaneció hoy con una fiebre muy alta y no fue hasta muy tarde que recordó su cita contigo, así que me llamó a última hora para que venga en su reemplazo y te pida disculpas. Dice que él te enviará más tarde un correo con todas las especificaciones del programa, pero no quería que te quedaras plantado, así que en verdad me mandó a mí para que sea tu compañero de cena hoy día”.
“Vaya, y uno que pensaba que él era el tipo ‘principesco’ solo ante las cámaras”. Masu rió un montón ante esto.
“Eso es verdad, pero el niño es muy respetuoso de la gente mayor que él, así que te tiene un gran respeto”.
“Es bueno saber eso”, Tatsuya asintió y se mordió el labio, pensando en las palabras de Junno y sobre el hecho de que, al parecer, Masu estaba enamorado de Yucchi, pero Yucchi de una amiga de Tegoshi… Menudo triángulo amoroso.
“Uh, ¿qué pedirás?”, le preguntó Masu un poco intimidado por la mirada fija del mayor en él, la cual ni siquiera podía descifrar por sus lentes oscuros.
“Oh”, dijo recordando que debía guardar la compostura. “Pues…”, tomó la carta y se puso a verla. “Creo que pediré tonkatsu, ¿tú?”
“Ya ordené una porción de gyoza, aunque podríamos pedir algo más para compartir los dos”. Ante esto, Tatsuya rió.
“Créeme, lo último que quieres hacer es compartir un platillo conmigo, mejor pedir cada uno otro plato. Yo pediré un plato de curry”.
“Bueno, entonces yo aprovecharé y pediré mejor un postre”, dijo con una amplia sonrisa, aprovechando que no debía compartir nada por cortesía y buscando algo que le gustara en el menú.
“Oye”, comenzó a decir Tatsuya, aunque luego se arrepintió, pero Masu ya le prestaba atención.
“¿Pasa algo?”, preguntó inocentemente y el otro quiso noquearse a sí mismo, pero no le quedaba de otra que seguir adelante.
“Mira, este es un tema… Sensible, por así decirlo, así que discúlpame de antemano si es que te ofendo o algo por el estilo”.
“Uh, ¿bueno?”, su tono inseguro era muy evidente, pero Tatsuya sabía que si no se lo decía ahora, luego sería muchísimo peor. Si bien no había forma de pedirle que le pida el favor a Tegoshi, al menos podría prepararlo para lo que vendría. Ya más tarde le enviaría un mensaje de texto a Junno diciéndole que de todas maneras tendría que contactarse con Tegoshi…
“Verás…  Yo entiendo que el amor es una cosa muy… Peligrosa, es decir, es peligroso en tanto uno no sabe de quién se va a enamorar… Y mucho menos si es que es alguien que… Bueno, que la sociedad no acepta que te enamores”.
“… Tatsuya, no sé si te estoy siguiendo”.
“A lo que me refiero, Masu, es que… Mira, no te enojes con Tegoshi por culpa de Yuichi, ¿ok? O sea, Yuichi no puede controlar la manera en que le dictan sus sentimientos y Tegoshi solo busca ayudar. Sé que debe sonar un poco difícil, sobre todo viniendo de alguien como yo que no tiene vela en el entierro, pero me confiaron que te lo diga para que no te sientas tan mal. Soy tan cercano de Yucchi como lo eres tú de él, por eso, por saber lo buena persona que es él, entiendo cómo debes sentirte al enterarte de esto, pero por favor no te enojes tampoco con él ni le quites el habla… Es un poco egoísta de mi parte pedirte que seas una persona mucho mejor que los dos y sigas adelante, pero sé que la madurez que tienes te permitirá lograrlo”.
“¿Alguien ordenó una porción de gyoza?” y llegó la camarera, quien a los ojos de Masu, era un ángel caído del cielo.

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“Yucchi”, dijo la peliceleste en eso con un tono serio de voz, pero acompañado de una sonrisa cálida. “¿Sabes? En serio eres un idol, realmente has cumplido mi sueño. En serio no tienes idea de lo mucho que esto significa para mí, en serio es algo que sé que jamás podré pagártelo y siempre, SIEMPRE, te lo agradeceré”.
… Y ahora sí se había jodido con eso de hacerle la promesa.


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“¡Masu!”, chilló el rubio apenas este entró en su casa y se le colgó del cuello, riendo y emocionado. “¡Mira, ya no tengo nada de fiebre!”, no terminó de hablar cuando ya se había descolgado del mayor y empezaba a dar piruetas en la sala de su departamento. “¡Y lo mejor de todo es que ya pedí el día libre, así que podré descansar!”
“No saltes tanto que igual sigues débil”, dijo el pelirrojo sonriendo y caminando hacia la mesa del comedor para dejar las bolsas de compras que tenía en ambas manos. “Y dentro de dos días comienzas a rodar un nuevo drama, ¿no?”
“No, eso lo post-pusieron. La chica que es mi co-protagonista tuvo un percance, se fisuró un hueso del brazo y no podrá actuar hasta dentro de dos meses todavía”.
“Eso es una pena”, comentó Takahisa. “Pero igual no te sobre-exaltes”.
“Como digas, mamá”, dijo rodando los ojos y lanzándose al sofá donde había estado viendo la televisión antes de la llegada de su mejor amigo. “Oh, por cierto, ¿cómo te fue ayer con Ueda? ¿Todo bien?”, al no obtener respuesta, Yuya se levantó del sofá y caminó hacia el comedor, donde Masu se había quedado paralizado observando las bolsas de compras. “Uh, Masu, ¿te pasa algo?”
“Oye, Yuya”, le cortó al menor y luego volteó a verle con un semblante tan serio que no le había conocido nunca. “¿…Estás saliendo con Yuichi Nakamaru, por casualidad? ¿O estás enamorado de él?”
“…”
“…”
“¿Qué?”
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on April 27, 2014, 11:11:54 PM
Post... *huye*

6

Llegó el atardecer del día con la mejor vista del ocaso disponible para la ciudad. Era una tarde despejada y por ello, la luz cálida del sol iluminaba el ambiente. La universidad continuaba tan activa como siempre, aunque por la hora de la tarde, los presentes se dividían entre estudiantes estudiando tranquilamente o descanso del atareado día, y otros en toda marcha que todavía tenían evaluaciones o trabajos que entregar antes que sus profesores se retiraran del campus.

Kurisu estaba caminando por uno de los caminos de la enorme universidad, saliendo de su última clase del día. La vista que tenía del cielo era muy agradable, pero ella se sentía desmotivada por saber que fuera de esa pacífica institución le esperaba lo peor del tráfico de la tarde. Quizás lo mejor sería quedarse en la biblioteca a estudiar, pero también tenía que hacer compras en el supermercado. Cenar ramen instantáneo con Dr. Pepper por una semana entera no era precisamente nutritivo.

Ella pasaba al costado de un amplio jardín, cuando en eso, notó a un conocido cerca de un grupo de flores, tomándoles fotos con una cámara profesional. La pelimarrón se sorprendió un poco de verle ahí a esas horas y en la mitad de la semana, considerando que él ya estaba trabajando, pero no iba a perder la oportunidad de saludarle.

Almaz continuaba tomando fotos a las plantas, aprovechando el contraste con el brillante cielo mientras practicaba las diversas funciones de la nueva cámara que su jefa le había dado como parte de su contrato. Él se detuvo un momento para observar sus más recientes tomas, cuando oyó una voz conocida que casi le hace sobresaltarse.

“Almaz, ¿qué haces por aquí?” preguntó Kurisu. Vio a este alterarse, pero al mirarle rápidamente recuperó la compostura. La pelimarrón dio un suspiro. “Me da la impresión que eres de sobresaltarte con más frecuencia últimamente.”
“S-sí…” él se vio aliviado y desvió su mirada con incomodidad. “Es por mi trabajo. Ser paparazzi es cansado y la mitad de las veces o tus oponentes te empujan o te persiguen guardias de seguridad…”
“Vaya, me imagino…” ella se compadeció por su amigo, ya que le conocía y sabía que él no tenía la ‘vocación’ para estar metido en medio de esos asuntos problemáticos. Kurisu se agachó al nivel de su amigo y miró a la cámara que portaba. “Ese es un equipo impresionante. Él lente es enorme. ¿Será de algún tipo especial?”
“Es macro,” respondió Almaz, sonriendo. “Permite tomar las fotos con la mejor nitidez y cercanía posible. En sí, no lo estaré usando demasiado para mi trabajo, pero por haberme vuelto el ayudante más cercano de mi jefa, ella me lo dio de regalo…” su sonrisa se tornó algo incómoda. Su jefa bien podría tener un lado amable, juguetón y ameno, pero ello no le quitaba lo aventada, problemática y controversial que era… “Hoy tenía libre así que vine a hacer distintas actividades por la universidad, y pensé en quedarme a practicar tomas de fotos.”
“Oh, felicidades por ser su ayudante. Eso que recién has comenzado a trabajar.”
“N-no es nada especial, más bien fue un puesto que los demás de mi grupo me impusieron por ser el nuevo… parece que todos ellos tienen sus razones para no tener que estar siempre en contacto con ella…” Almaz dio un suspiro. Mientras no terminara en la cárcel, todo debía estar bien. “Pero entre varias cosas que hice hoy fue colocar varios anuncios de la limpieza en la que participaré el sábado. ¿Al final vas a poner venir al final o tienes algo más que hacer?”
“¿Eh? Pues, el sábado en la mañana tengo una prueba de programación…” Kurisu dijo la verdad, pero por su incomodidad, quedó claro que aunque estuviera libre, no tenía el interés de asistir, algo que Almaz pudo notar.
“Ehh, no te preocupes, no es obligatorio, pero sería genial que participaras en algún evento a futuro. A veces me preocupa que no haces más en la universidad que estudiar.”
“Lo sé…” Kurisu recordó los inicios de la universidad, y como parte de la bienvenida, cada grupo de estudiantes nuevos fue guiado y orientado por otro con varios semestres de experiencia. Almaz fue precisamente su orientador, y desde el inicio él intentó hacerle abrirse más. Tal vez no llegó a internarla en clubs, pero sí le ayudó a hacerse amiga de los otros estudiantes a los que en un inicio orientó. “De todos modos, dos de mis amigos sí van a atender el sábado, así que no vas a estar solo.”
“Ahh, esas son buenas noticias, entonces les esperaré,” Almaz asintió.

Esos pocos minutos del atardecer pasaron rápido y el sol se terminó por ocultar. Los dos se levantaron, y Kurisu se tuvo que despedir debido a que estaba un poco tarde. Almaz fue hacia otra área de la universidad para practicar otras tomas en ausencia de la luz de la tarde, pero ni bien caminaba, su celular en su bolsillo brilló.

Fue como si este le hubiera pasado una fuerte estática, y Almaz se quedó congelado un momento antes de atreverse a mirar aquel mensaje que debió haber recibido. Considerando la hora, sólo podía tratarse de una persona: su jefa.

Dejó de resistir y revisó su teléfono, donde vio el siguiente mensaje:

Te espero mañana al mediodía en nuestros headquarters. Serás mi chofer para una pequeña y linda misión. No te tardes~<3

Corazón. Su mensaje terminó en un corazón juguetón. Ello nunca eran buenas noticias para él. Su jefa debía nuevamente tener algo demasiado ‘creativo’ en la cabeza.

Él tuvo que tragarse el futuro malestar y aceptar las órdenes del día siguiente.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on April 27, 2014, 11:39:55 PM
Bienvenida Kora, que bueno que te inspiró el DD :>

He descuidado este proyecto aquí pero no en mi cabeza y prometo retomarlo como se merece. Este fic iba a ser mucho más largo sorry pudi soooon i pwomise ;_; pero traeré el siguiente muy pronto para que no se me vaya la inspiración kk

Ah y debo comments, pero ya serán el próximo mes :< calculé mal cuanto quedaba antes de probación ash



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Medley 3: Summer’s End

Había cruzado la ciudad para llegar hasta el Hard Rock Café, y aún no estaba del todo seguro que le esperaba dentro del colosal edificio. Con la guitarra al hombro y el teléfono a la mano, Kaien cruzó la pista y no tardó en ubicar la ostentosa entrada.

La campanita anunciando un nuevo cliente sonó, pero nadie se acercó a atenderlo. Quizás eran por sus pintas, o el hecho que no aparentaba ser un empresario, pero Kaien le resto importancia. En cambio, empezó a estudiar el lugar. Había poca clientela por lo que ubicó a la única persona que parecía ser a quien estaba buscando.

El sujeto extendió su taza en un ademán de saludo, y cuando Kaien estuvo frente a él confirmo sus sospechas cuando le ofreció estrechar manos.

"Huey Laforet. Un gusto"

A Kaien se le hacía extraña la situación. Los pasados días se le habían ido repartiendo volantes en el apuro de encontrar un bajista y un baterista. Pero cual había sido su sorpresa al recibir una inesperada llamada de este hombre.

En una ciudad tan competitiva uno siempre debía mantener la guardia en alto, pero la ambición hacía difícil resistirse a cualquier cosa que se asemejara a una oportunidad.

Y vaya oportunidad que podía ser esta.

Mientras apoyaba su guitarra contra la ventana, Kaien estudió al hombre. Vestía un elegante terno gris con detalles de líneas verticales, una pulcra camisa blanca y una corbata amarilla —del mismo color de sus ojos. Su cabello castaño estaba bien cuidado y su tersa piel parecía de porcelana. No era ostentoso en su atuendo o joyería, pero el sujeto emanaba sofisticación en el más mínimo movimiento.

"Disculpe señor... ¿por qué pidió reunirse conmigo?" se animó a preguntar, pues la intriga lo estaba carcomiendo. El hombre sonrió levemente "Yo estoy buscando bajistas y bateristas, y en mil años imaginé que me llamaría alguien como usted"
El castaño dejó descansar la taza en el platillo "Llámame por mi nombre por favor, que no estoy para señor todavía" respondió de buen humor "Estoy al tanto del dilema de tu banda, Kaien. He estado observando a los Young Guns desde hace unas semanas"

A Kaien se le detuvo el corazón. Había investigado al hombre por su cuenta, y que alguien como Huey Laforet demostrara interés en Young Guns era sinónimo de ganarse la lotería. El hombre sentado frente a él no era alguien popular, sino de los que trabajan tras bambalinas, pero bastaba con buscar su nombre en google para ver sus vínculos a docenas de músicos influyentes.

El hacía estrellas. Dadas sus credenciales, debía ser la persona más importante en el medio con quien tendría oportunidad de conversar.

Y los había estado siguiendo... cuando pensaban que nadie les prestaba atención en el hueco conocido como Stray Sheep.

Kaien se sintió culpable por no haberles dicho nada a Mine o Sayi, pero quería asegurarse que sus ilusiones tuvieran fundamento antes de crearles esperanzas. Ah, las ganas que tenía de excusarse al baño y avisarles a todo pulmón...

"En el te-teléfono, ¿U-usted menciono algo sobre una propuesta...?"

Kaien a duras penas podía guardarse la emoción, pero si Huey se dio cuenta o no, no había manera de saberlo. El castaño era imposible de leer.

"Se que andan en tiempos difíciles, pero veo mucho talento y me parece el momento propicio. Así es, tengo una propuesta que hacerte"
Kaien retiró su teléfono "Puedo llamar a los otros dos integrantes y vendrán de inmediato, abandonarán lo que sea y--"

Pero Huey Laforet alzó la mano en señal que se detenga. Kaien, obedientemente, dejó el teléfono en la mesa.

"Eso no será necesario. Solo necesito hablar contigo"

Kaien no entendía por qué tanto secretismo. Y no fue mucho después que descubrió la razón.

...

"Tu eres el líder, ¿cierto?"
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Shura on May 28, 2014, 06:03:13 PM
Turururuuu, retomo el fic. Creo que llevaba con esta idea tanto tiempo en la cabeza que me quedo algo largo  ;D -Próximamente dedicaré un momento a la parte de músicos para hacer una bio en condiciones de personaje.


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Track .3 # Let Me Entertain You


Como todos los días, el despertador arrancó a Shura a las siete y media de la mañana. La joven se sentía como si la hubiera atropellado un camión. Exhausta pese a las horas de sueño, se arrastró hacía el baño y al mirarse al espejo su animo no mejoro: su ataque de ansiedad del día anterior, había traído consigo un llamativo sarpullido que se extendía desde su garganta hacía su escote. Ignoró el picor que empezaba a invadirla por el descubrimiento, apuntó mentalmente buscar una pomada en la farmacia y se aseo para afrontar el día.

Permaneció algo más de una hora en la cafetería, ella tenía cafetera, pero no se acercaba al fantástico expreso que servían, y a la ventaja de disfrutar de la prensa por el módico precio de la bebida. Directamente leía el periódico del final hacía delante para informarse de las actividades de ocio, siempre había algún concierto o una critica a los mismos. Precisamente el periodista ensalzaba la reciente actuación de uno de los más afamados directores de orquesta, Buccellati.

> Ayer mismo, el publico pudo disfrutar de manera exclusiva de la música clásica, y más extravagante, del maestro Buccellati y las composiciones más famosas para el séptimo arte, el cine.
Buccellati: “Es maravilloso que el publico relacioné grandes películas con mi música, y que la idea de llevar la música en directo tenga una buena acogida. Todos relacionan cada nota con grandes momentos de la escena, pero ahora pueden sentir la vibración de cada instrumento y evocar sus propios momentos y sentimientos.”
Y sin lugar a dudas, el maestro lo consiguió: la sala al completo ovaciono la […] el maestro regresará esta tarde a Europa, donde le esperan más conciertos en...


Shura dejó de leer suspirando largamente. La música de cine no era su favorita (pero era innegable que es una parte fundamental de los filmes), pero ella daría una pierna porque un director como Buccellati, le ofreciera ser su primer violín. Buccellati no se encargaba sólo de la música de cine, aunque esta fuera su faceta más conocida para el público de la calle: hacía conciertos en París, Praga, Viena, hace dos años el concierto de Navidad más famoso del mundo fue orquestado por su batuta. El director era una eminencia, y era el sueño de cualquier músico clásico el formar parte de su banda.
Había hablado hace unos días con el conservatorio para saber si el maestro iba a ofrecer alguna charla, pero aunque el conservatorio se lo había ofrecido, la apretada agenda del director no se lo había permitido, y el orgullo de la chica le impedía ir arrastrándose en su busca para suplicar un puesto como una vulgar groupie.

Regresó a casa fantaseando con la idea de formar parte de una gran banda. Aun eran las nueve de la mañana, no quería empezar a ensayar con el violín porque le picaba demasiado el sarpullido, y el piano de pared quedaba descartado porque aun era temprano y podía molestar a los vecinos. Se dedico al mantenimiento del violín, desmontando el arco para cambiar las barbas por otras que estuvieran limpias de la resina necesaria para hacer roce con las cuerdas y que el violín produjera un sonido adecuado, cuando se disponía a darle resina, llamaron al timbre.

No esperaba ningún paquete ni carta, pero por inercia se acercó a abrir atendiendo al telefonillo.
-¿Quién? -Preguntó de manera automática.
-Soy Rohan.
Shura esperó más información, desconcertada por la voz masculina.
-¿¡Quién!? -Repitió la pregunta hablando más alto.
-¿Acaso esta estropeado el telefonillo? -El tono hastiado e impaciente no dio buenas vibraciones a la chica.
-No, no esta roto. Se ha equivocado -colgó sin dar más explicaciones, encogiéndose de hombros, ignorando lo que acababa de pasar, decidió que aquel momento era tan bueno como cualquier otro para dedicarle un momento a su blog.

##########

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Rohan apretó los dientes dejando escapar un gruñido. Odiaba la nueva situación en la que se encontraba, indigna, asqueante y humillante. Bruno le debía un favor y por eso se encontraba llamando a las puertas de aquel edificio, pero que le negasen la entrada a él, al gran Rohan Kishibe, era el colmo.

Llamó a otro número, si conseguía que le abrieran la entrada, plantarse en la puerta de Shura y que saliera de su atolondramiento para abrirle, sería fácil. Bruno era una persona de palabra, y le aseguró, que había hablado con alguien que le pagaría el favor que debía a Rohan, en su nombre.
La persona que descolgó fue otra sorpresa desagradable, de fondo de escuchaban los lloros de un bebe y el tono enfadado de aquella mujer, se mezclaba con la somnolencia.
-¿Quién es? ¿Qué horas son estas para llamar?
-Soy Rohan Kishibe, le pido que abra la puerta para ir al apartamento de Shura, sobre la hora no tengo nada que añadir salvó que hace más de tres horas que ha amanecido, quizás aun este a tiempo de aprovechar el día señora -no disimulo el cinismo de cada silaba al decir eso. 
-¿¡Quién!? -Volvió a repetir la mujer, y Rohan contuvo las ganas de dar media vuelta y desaparecer del lugar, había un serio problema con la capacidad de raciocinio en aquella comunidad, pero la mujer continuo hablando -¿Shura? ¿La vecina? ¿Y quien eres tú?
-Su inquilino.
-¿Cómo dices? La “Yoko Ono” no tiene inquilinos.
-Ahora sí -no iba a sacar nada de aquella mujer salvó un interrogatorio de cotilleos, llamó a otro número y el ruido del portero no paso desapercibido para la alcahueta vecina.
-Ahora te abro.
Por fin estaba dentro. Subió hasta el cuarto piso y en el número cuatro llamó al timbre de Shura.

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La chica no podía creerlo cuando escuchó el timbre. Se asomó por la mirilla para observar al chico, por la cara de pocos amigos no le costó relacionarlo con la voz por la que había hablado por telefonillo.
-¿Qué quiere? -Habló sin abrir la puerta, convencida de que el otro podía escucharla claramente.
-De momento me conformo con pasar -se acomodo la bolsa de Gucci que colgaba de su hombro y la enorme carpeta de dibujo llena de papeles en su otro hombro.
-¿Nos conocemos?
-No nos han presentado en condiciones, culpa a Bruno y su apretada agenda. Por lo menos esperó que te haya contado sobre mi visita, ¿verdad?

Al escuchar el nombre de Bruno, Shura encajo las piezas: había querido hablar con el chico, algo sobre el secreto del éxito, estaba tan desesperada que actuó sin pensar y le dio su dirección para que viniera un desconocido que iba a ayudarla.
Todo aquello le daba mala espina, pero Bruno parecía una persona de fiar como para traerle a un mal tipo... por lo menos esperaba no estar siendo lo suficientemente inocente e ingenua con alguien con quien apenas había hablado cinco minutos.

Era ridículo, pero abrió la puerta, y aunque aun no lo supiera, aquel fue el comienzo en que su mundo se puso patas arriba.

##########

-Un placer Rohan, si me esperas en el salón te traeré algo para beber, ¿quieres algo?
-¿Un café?
-Sólo tengo instantáneo.
-Suficiente -Rohan se acomodó en el cómodo sofá mirando a su alrededor, había cierta sobriedad en la decoración y el minimalismo delataba la inspiración zen en la que se basaba. El piano era de madera negra y aunque encajaba con el resto, era un elemento pocas veces visto que vestía la estancia.

Shura aprovechó el momento de intimidad en la cocina para enviar un mensaje a Maria, pidiéndole que viniera lo antes posible. Colocó lo necesario para el café y dos sobres del mismo instantáneo, dando la vuelta para entrar al salón. Rohan seguía sentado en el mismo lugar, señalando hacía el piano con curiosidad.
-¿Pianista?
-Sólo como pasatiempo, mi especialidad es el violín. ¿A qué instrumento te dedicas tú, Rohan? -Le dedico una sonrisa cordial.
-Me gusta la música, pero no se tocar ningún instrumento.
No pudo disimular cuando borro la sonrisa de su cara, mirando al hombre que revolvía el contenido del sobre en la taza con gesto relajado.
-Pensaba que venias de parte de Bruno.
-¿Crees que soy alguien de su banda?
Aquello llamó la atención de la chica, pero no era el momento, más apurada por su creciente preocupación con aquel misterioso hombre.
-Bruno me comentó que vendrías de su parte, para hablarme sobre el talento y como llegar a la fama.
-¿Te dijo eso? -Ocultó su sonrisa sorbiendo de la taza, hablando muy dado de sí mismo -entonces has contactado a la persona adecuada. Pero Bruno te habrá dado a entender, que eres tú quien me debe un favor a mi, y no yo a ti.
-¿Y cual es ese favor si puede saberse? -Sus temores fueron sustituidos por el enfado contra aquel tipo y la petulancia que mostraba.
-Quedarme en tu casa hasta que reúna el dinero suficiente para volver a la miá -Rohan habló como quien comenta llover, con la naturalidad propia de quien daba por zanjado un tema, aunque su interlocutora aun estaba encajando la gravedad de sus palabras.
-¿Qué pasó con tu casa? -Ella aun no había tocado su taza mientras que Rohan casi había terminado la suya.
-La vendí.
-¿Por qué?
-Porque tenía que comprar una montaña y con mis ahorros no era suficiente.
 
Mientras hablaba, el teléfono de Shura comenzó a sonar, disculpándose y retirándose al dormitorio para más privacidad, era Maria.
-No puedo ir a tu casa, estoy en el conservatorio, ¿es muy grave? ¿Te encuentras mal?
-No lo sé. No entiendo nada.
-¿Cómo...? -Al otro lado de la linea, Maria parecía tan desconcertada como lo estaba ella, prefirió romper el hielo ahora que se había asegurado de que su compañera estaba bien -¿vas a venir al conservatorio esta tarde?
-¿Debería? -Shura intentó no sonar amargada, pero después del espectáculo de ayer, seguramente era mejor dejar reposar las aguas.
-Después de lo de ayer, no. Pero... si tienes ganas, Lucy parte mañana -estaba claro que no sabía bien las palabras que escoger para no molestarla.
-Iré a despedirla al aeropuerto, con todos. Se merece el reconocimiento que le han dado.
-Tiene suerte, ¿te enteraste? El director Buccellati necesitaba un violín en la reserva y se interesó en ella para su banda.

Menos mal que no había visto la mueca de malsana envidia... estar en aquella banda, aunque fuera en la reserva, sólo por aprender con el mejor, hacía que se la llevaran los demonios.
Pero por otra parte... quizás sólo fuera la mención de la palabra “banda”, Rohan había mencionado la misma palabra, y llevaba desde ayer con la mosca detrás de la oreja por el tal Bruno... todo ello junto con una desagradable sensación de malestar, le hizo preguntar a su compañera:
-¿Cual era el nombre de pila de Buccellati?
-¿Qué? No lo recuerdo... ¿Hugo? ¿O era Bruno...? No me hagas caso, pero casi seguro que era el segundo.

##########

Rohan se mantuvo como un espectador con Shura que se asemejaba a un torbellino descontrolado, saliendo del dormitorio con unos vaqueros en la mano, sacando del bolsillo una tarjeta ahogando un grito, de arriba abajo casi sin respirar, guardando el violín que estaba sobre la mesa y la chaqueta dispuesta a salir de casa como una exhalación.
Hasta que las miradas de los dos chicos se encontraron. Shura vaciló, pero tomó la determinación para aquello.
-Tengo que pedirte que te marches, yo también tengo que irme, es urgente, lo siento pero continuaremos la conversación otro día.
-No ha habido conversación que continuar, sólo te has dedicado a preguntarme, pero no has prestado atención a lo que te he dicho -con solemnidad dejo la taza bacía de café sobre la bandeja.
-No puedes quedarte en esta casa, no tengo un dormitorio de sobra -el sarpullido en su pecho le picaba por el sudor, la impaciencia y el estrés. 
-Puedo dormir en el sofá.   
-Necesito tiempo para pensarlo, y ahora me tengo que ir.
-Puedo esperarte.

La que no podía esperar era ella... un pitido en la calle indicaba que su taxi acababa de llegar. 
-Rohan, eres un desconocido, no puedo permitir que te quedes a solas en mi casa -apeló al sentido común de este como última carta.
-Soy alguien a quien debes un favor.
No iba a moverse del sitio... Shura reprimió las lágrimas desesperadas, para que no se le estropease el maquillaje. Con un envenenado “ya veremos” para el hombre, salio de casa y cerró la puerta dejandole encerrado dentro, por lo menos se aseguraría de que no le robase, ojala no prendiera fuego a la casa... aunque sí así se prendía fuego él, se quitaría un problema de encima. 

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Shura llegó para almorzar con Bruno... o mejor dicho Buccellati, afanado director de orquesta.
-Cuando me has llamado me he preocupado: ¿va todo bien con Rohan?
-No he venido por eso, director Buccellati.
-Llamame Bruno, prefiero la formalidad sólo cuando estoy trabajando, ¿qué es lo que te preocupa? ¿Estas bien? Siento no haber podido ir cuando me llamaste ayer.
La chica lo admiraba, era una eminencia pero la trataba con una familiaridad pasmosa, era un líder al cual se podía seguir a todas partes.
Negó con la cabeza sonriendo coquetamente bajando la mirada, reprimiendo sus nervios.
-Bruno, nunca había pedido algo como esto a nadie... ¿quieres tenerme en tu banda?
Pilló al hombre desprevenido, aquella petición en forma de declaración hizo que se le escapase una suave risa, Shura se sonrojó pensando que quizás había ido demasiado lejos y que no iba a tomarla enserio.
-Soy una buena violinista, podría servir como extra.
-Discúlpame, no pretendía burlarme de ti, y eres demasiado valiosa como para considerarte un extra en mi banda.

Le dio un vuelco el corazón de la emoción.

-Entonces... -casi no le salia la voz.
-No tengo sitio para ti en mi banda.
Sus ilusiones se pincharon y explotaron como un globo, anclando sus pies a la tierra.
Bruno había visto muchas veces aquella reacción, era mejor ser claro y directo para que el golpe no fuera tan duro, y terminar con el tema cuanto antes.
-Ha sido un placer hablar contigo, si surge algún problema con Rohan en mi tarjeta tienes mi dirección, también puedes llamar si necesitas instrucciones, pero lo mejor es que tengas paciencia... -cuando iba a levantarse de la mesa (después de dejar un billete que sin lugar a dudas iba a generar una buena propina para aquel día), Shura le agarró de la muñeca, sacando a reflotar su orgullo y determinación.
-¡Hazme una audición!
Bruno se sorprendió por aquella reacción.
-Nada me gustaría más, pero mi taxi esta esperando, voy directo al aeropuerto.
-¡Voy contigo! Puedes escucharme tocar mientras esperas para embarcar -la mente de Shura iba a toda velocidad, pero prácticamente se le abrió el cielo cuando este sonrió.
Bruno conocía la emoción que generaba cada audición y admiraba la falta de miedo por su parte, la tomo de la mano, ofreciéndole el brazo para caminar juntos.
-Vamos.

##########

Era emocionante. El aeropuerto no era el mejor lugar para la música, pero un oído experto como el del director de orquesta, podría reconocer su talento.
-¿Estas nerviosa? -Le ofreció la mano ayudándola a bajar del taxi.
-En absoluto, estoy muy agradecida por esta oportunidad -apretó en su mano el asa del maletín del violín.
-Eres muy condescendiente conmigo, soy yo quien te esta agradecido por recibir a Rohan en tu casa y tan del improvisto.
Con la emoción, ya no se acordaba de Rohan...
-Creo que es un chico peculiar. ¿Te parece ese buen sitió para que pueda tocar?
Al extremo de la zona de embarque de equipaje, cerrada por no coincidir ningún vuelo, era el lugar perfecto, apartado y más silencioso del aeropuerto.

Bruno tomo asiento de cara al asiento que ocupaba Shura, la chica hizo una reverencia, aunque no era el lugar adecuado, la atmósfera entre ambos se torno solemne y profesional.
-Muchas gracias por esta oportunidad, maestro Buccellati.
-Esperó lo mejor de ti.
Shura sacó el violín y tensó el arco al máximo.
-¿Por qué tensas el arco al máximo? ¿Prefieres el sonido que se produce?
Shura vaciló por aquella pregunta. El violín era un instrumento delicado, hay quien prefería no tensar tanto el arco, pero... un instrumento estaba para domarlo y además.
-Los mejores maestros recomiendan tocar de este modo -contesto justó lo que pensó y se relajo cuando Buccellati asintió aprobando su respuesta... aunque estaba convencida de que no era lo que esperaba por su parte.
Se relajo adoptando una posición adecuada, rozo el arco contra las cuerdas... y sintió como si el suelo se abriera a sus pies, cuando el arco patino sobre las cuerdas chirriando.
Como si hubiera pasado meses desde aquello, recordó aquella mañana, a ella misma limpiando el arco, lista para aplicar la resina a las barbas nuevas, uno nunca se olvida de esto para tocar, porque es tan fundamental como tener dedos en las manos para producir las notas.

Tan fundamental y necesario para tocar... que se lo había olvidado en casa.

Tragando saliva, con la mente en blanco, volvió a deslizar el arco sobre las cuerdas, volviendo a resbalar, produciendo un sonido horrible, inteligible, tan roto como se encontraban su determinación y su confianza en ella misma, no parando de tocar pese al ridículo.
Sintiendo la mano cálida de Bruno sobre la mano que sostenía el mástil del instrumento instándola a detenerse, se había quedado helada, y sentía como su cabeza cabeceaba de un lado a otro con una negativa. Por suerte el hombre le sonreía, no se daría cuenta de lo importante que era aquello hasta no superase la vergüenza y pensará en ello.
Bruno le echo el brazo por encima arropándola, esperando hasta el último minuto para embarcar y quedándose a su lado.

##########

De vuelta a casa, Shura pensó en la promesa de Bruno: si mantenía a Rohan en su casa, estaría dispuesto a hacerle una nueva audición sin las molestias y la falta de acústica del aeropuerto... como si la falta de acústica hubiera tenido la culpa. 

En la casa seguía Rohan, sentado en la mesa con lo que parecía una plumilla de dibujo en la mano, levantando la mirada y reconociendo al momento que la chica no estaba para hablar, aunque interpretó por su silencio que no había problemas en su presencia, se tomo permiso para regresar a sus dibujos.
La chica agradeció el silencio, apreciaba la soledad para aquellos momentos, pero que no hablase era lo más cercano a lo que podría aspirar de soledad en aquel momento.
Agarró el taco de resina que había olvidado sobre la mesa, era digno de un principiante o de una dejada, el haberlo olvidado, con unas pasadas al arco, acción que no duró más de dos minutos, su instrumento estaba listo para tocar.
 Parece mentira que por algo tan miserable se le hubiera escapado la oportunidad de su vida, pero así de cruel es la realidad en el mundo de los adultos.
Dejo que su talento se expresará por ella, que la hiciera desconectar del mundo y dar rienda al dolor y arrepentimiento... una melodía llena de melancolía y tristeza que le aliviaba... y que fue interrumpida por un timbrazo a los dos minutos de reloj.

-Perdona, Shura, bonita. ¿No podrías ir a ensayar al auditorio? No escucho las noticias y no quiero subir el volumen del televisor porque mi niño se va a poner a llorar...
Shura estaba que una corriente de aire podía tirarla por los suelos, no digamos ya de comentarios. Incapaz de dar una contestación sin ponerse a llorar, hablando casi de manera infantil.
-Yo... ahora necesito tocar...
Rohan apareció por detrás de la chica, tomando la puerta y cerrando en la cara de la vecina que únicamente atino a sorprenderse por la desconocida presencia del chico.
Shura se giró y ambos se quedaron mirando a los ojos del otro.
-Sigue tocando si es lo que te apetece -se apartó de su lado regresando a la mesa.
Asintió agradecida por la comprensión que le brindaba Rohan en aquel momento. No le conocía de nada, no podía decir siquiera que supiera algo de él. Pero ya tendría tiempo de preguntarle y conocerse. Ahora, debía reconocer, que apreciaba la compañía que este le brindaba en aquellos momentos.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on June 25, 2014, 06:31:04 PM
Dejo algo aquí y vuelvo a seguir luchando contra el aporte en el RPG :'>

01

The years have passed so quickly
One thing I've understood
I am only learning
To tell the trees from the wood
I know what's coming down
And I know where it's coming from
And I know and I'm sorry (yes I am)
But I never could speak my mind

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddjolyne.png)

- Oye, ¿has oído el cover que han hecho del ending de Brave Fantasy? No está mal, al menos con la letra en inglés puedo ponerlo sin que me llamen weeaboo.
- Ah, la chica esta, tiene otros covers que también están muy bien. Eso sí, está encantada de conocerse, y los fanboys que tiene no ayudan.
- Bueno, mírala. La mitad de su fama puedes ver de donde sale, veinticinco por ciento en cada pecho.
- Eres un salido.
- ¿Qué hacéis?
- Hey, Jolyne. Mirar covers y… ¿Jolyne? ¿Y esa cara?
- ...N-nada. No es nada.


--

Kora nunca había sido buena escondiendo sus emociones, aunque tampoco había que tener una percepción extraordinaria para saber que una persona cruzada de brazos, el ceño fruncido y constantemente pasando el peso de un pie al otro estaba ocultando algo.

- Bonita casa.

No era un halago en falso, aquel apartamento era dos, casi tres, veces más grande que el suyo, y tres veces fijo más limpio. ¿Pero qué podía esperar de la hijita de los Hardy? Le hubiera extrañado más que viviera en un piso compartido.

- Uhh, este es mi cuarto.

Kora abrió la puerta a una habitación del tamaño del comedor de Jolyne. Pósters de anime y videojuegos y estantes llenos de figuritas, hasta el cobertor de la cama era un estampado de alguna mascota de anime y… ¿era aquella una de esas almohadas con un personaje? … Todo digno de alguien cuyo nick online era KuroKitty. Se hizo un hueco entre los peluches sobre la cama, sentándose y maravillándose por unos momentos al no oír muelles chirriar.

- ¿Invitas a todo el mundo a tu habitación así como así?

Recibió como respuesta una mirada enfurruñada, los labios torcidos y una ceja arqueada. Vale, quizá podría bajar un poco el sarcasmo, al menos al principio.

- Era broma...
- ¿Quieres beber algo?
¿Tienes coca-cola?
- Sí, ahora vuelvo.

Jolyne se levantó, examinando la habitación. Una pared entera hacía las veces de armario empotrado, y al lado de la ventana, el escritorio desde donde habría grabado todos aquellos vídeos. Vio que una pestaña parpadeaba constantemente, probablemente de la supuesta colecta de prueba. Iba a echar un vistazo rápido cuando algo más captó su atención -- una puerta.

Había esperado ver simplemente un baño enorme, probablemente hasta jacuzzi, pero lo que encontró al otro lado hizo que se le parara la respiración.

- Jo-der...
- Sólo tengo Zero, supongo que no te impor- ¿Qué haces?

Kora puso el brazo libre en jarras, habiéndola pillado con las manos en la masa. Pero a Jolyne le daba igual tras lo que acababa de ver. Señaló el interior de aquella sala, con los ojos abiertos como platos.

- ¿Esto… esto es tuyo?
- Sí. Ahí es donde grabo canciones… ¿qué pasa?

¿Qué pasaba? Jolyne boqueó, entrecerrando los ojos. En aquella habitación había equipo mucho más superior (y desde luego, en mejor estado) que el estudio que su banda alquilaba cuando intentaba grabar algo. Kora tenía literalmente un estudio profesional a su disposición.

La sorpresa poco a poco desvaneció, y empezó a sentir una familiar sensación de frustración. Por supuesto, Kora siempre tenía que tenerlo todo. Ella se desvivía trabajando y tratando de llevar una banda más allá de tocar por bebidas y ganchitos gratis, grabando temas en un cuarto que se les caería encima en cualquier momento y sólo cuando conseguían ahorrar entre todos, para que les respondieran con el “dais pena” más cortés del mundo…

Y la princesa Hardy habitaba un pequeño palacio moderno, grabando canciones de anime y con más de medio millón de fans, todo ello sin probablemente dar un palo al agua.

Era injusto.

- Nada. Sólo… sólo me había sorprendido.

Cerró la puerta de la sala, un poco más fuerte de lo que debería, y volvió a sentarse en la cama, cogiendo al vuelo el refresco que le pasó Kora. Las dos permanecieron en silencio, con Jolyne empezando a lamentar haber ido allí en primer lugar. Si decía algo, no iba a ser nada bueno.

Un silencio incómodo se interpuso entre las dos, y abrió la lata, casi ahogándose con el primer trago cuando la otra cedió primero ante la presión.

- ¿¡Y bien!? ¿Por qué estás aquí? - Sin darle tiempo a responder, Kora dio unas zancadas delante de ella, quedándose mirándola con los brazos cruzados.

Aquella era una buena pregunta. Jolyne no estaba muy segura de qué responder sin quedar como una idiota.

Admitir que una parte de ella quería ver a Kora arruinada era desagradable. Había seguido adelante con su vida, no era un camino de rosas, pero era una vida si no buena, al menos aceptable. Por inestable que fuera a veces, simplemente se había acostumbrado, y no podía haber ni una sola persona que no admitiera que salir adelante había sido su propio mérito. Y sin embargo…

Algunas heridas no se cerraban, menos cuando le echan sal sobre ellas. ¿Por qué tenía Kora que caer siempre de pie? ¿Cómo era remotamente justo que se lo dieran todo? Si realmente estaba tan mal, tenía que verlo con sus propios ojos. Se lo debía.

- ¿Vas a contestarme o no?
- Sólo quería asegurarme de que estuvieras bien.

Kora se quedó en silencio unos momentos, la impetuosidad en su tono y gesto desapareciendo gradualmente hasta dejarla con una expresión serena, casi triste. La chica descendió hasta sentarse en la moqueta del suelo, con un cojín sobre el regazo. Una punzada de culpa atravesó a Jolyne, quien había respondido con una simple excusa. Una simple excusa.

- ¿De verdad quieres saber lo que pasa?

Con el cojín aferrado entre sus brazos, Kora levantó la mirada, con las cejas casi juntas. Así que sí estaba pasando algo. Jolyne se dio cuenta de que aquella era su última oportunidad para irse y sacar a la chica de su vida para siempre, dejar que tratara con sus problemas ella sola y así, con suerte e intervención divina, maduraría un poco. Al mismo tiempo, quería saber qué pasaba, saber si al final el karma la había alcanzado. Era una sensación odiosa.

- Soy toda oídos. - Respondió, tras un suspiro.

--

- Espera, espera…

Jolyne levantó las palmas de las manos, tratando de procesar la información, tarea que se había vuelto sustancialmente más complicada cuando Kora se había echado a llorar y necesitaba respirar hondo al menos tres veces antes de terminar una frase.

- Has estafado a tus padres, viviendo de su dinero sin que ellos lo supieran, planeado tu futuro en base a otra serie de estafas, ¿y te sorprende que te hayan dado la patada?
- ¡No tenían por qué investigarme! - Replicó Kora con voz ronca, abrazando el cojín. - ¡No es justo!
- ¡¡Tú no sabes lo que es justo!!

Jolyne se levantó, con las manos hundiéndose en el pelo que no estaba sujeto por los moños. Si había podido sentir el más mínimo ápice de compasión por Kora, éste había quedado en nada tras oír la verdad.

- ¡Has estado dos años sin hacer nada más que cantar canciones de anime y comprar figuritas! - Jolyne creía que le iba a estallar la cabeza, aunque no pensaba dejar que implosionara sin antes ahogar a la otra. - ¡Deja de llorar porque de repente ya no te van a regalar todo!
- ¿¡Pero de qué vas!? - Kora se levantó inmediatamente, con las mejillas encendidas. - ¡No eres mi madre! ¡Ni tengo por qué aguantar lecciones de tu parte! ¿¡Crees que me importa!?
- ¡Precisamente lo que te hace falta es una lección!

Negó con la cabeza, y se apartó unos pasos de la otra, quien tenía los labios apretados en una fina línea, casi disimulando un ligero temblor. Pero no, a ella no iba a engañarla con aquella pose, habían pasado años, pero sabía que recurrir a las lágrimas para inspirar pena era una táctica habitual en Kora. Y con lo que acababa de contarle, ya sabía que la chica sólo había refinado sus habilidades para manipular a los demás.

- No sé ni para que me molesto en venir. Sigue estafando a la gente, mentir es lo que mejor se te da. - Cogió su bolsa de la cama, y se la echó al hombro. - Buena suerte, aunque no te la mereces.
- Jolyne… no… no sé qué hacer…

Tenía la mano apoyada en el marco de la puerta, y estaba sólo a unos pasos de salir de aquel apartamento. Sin embargo, se había quedado quieta, esperando a las siguientes palabras de Kora. Era una mentirosa, una niña malcriada que tenía la noción de que todo giraba a su alrededor, y que sólo se interesaba por los demás cuando le eran útiles. No podía dejar que jugara con ella -- ya tenía demasiados problemas en su vida.

- Empieza por buscarte la vida.

Aunque había respondido con un bufido, seguía sin moverse de allí. El estallido al enterarse de toda la historia empezaba a bajar, un poco sólo, pero al menos ya podía hablar sin gritar. Casi estaba cerca del estado en el que podría acercarse a la otra sin tirarle del pelo.

- No sé cómo… - Oyó el suspiro largo, seguido de un silencio. - Tienes razón, nunca he tenido que ganarme nada. ¿Qué voy a hacer?
- ¿Y cómo quieres que lo sepa yo?

Jolyne ni siquiera estaba segura de que ella misma tuviera un sitio donde vivir a final de mes. La diferencia, claro, era que ella al menos estaba haciendo algo para intentar evitarlo que no fuera engañar a otras personas.

- No lo sé. Pero tú… tú nunca te rendías, daba igual la situación. - La voz se le quebró, y no estaba segura de si era fingido o no. - Por favor… ayúdame. Es por eso por lo que has venido, ¿no? Aunque han pasado años...

Aquel había tenido que ser el suspiro más largo de su vida, dejando sus pulmones vacíos. Se giró hacia la otra, caminando lentamente hasta ella.

- Lo siento. No me preguntes por qué he venido, no lo sé. No sé si quería asegurarme de que estabas en una mala situación de verdad y usarlo para sentirme mejor con respecto a la mía… - Los ojos de Kora se abrieron como platos, y frunció el ceño. - …O porque de verdad estoy preocupada. No lo sé, en serio.

Se frotó la sien, intentando poner algo de orden en el caos que tenía en la cabeza en aquellos momentos. “Dame un respiro…”. Kora tenía la cabeza agachada, aún aferrada al cojín, y parpadeaba rápidamente para que no le cayeran las lágrimas. Parecía volver a ser una niña, con las rodillas juntas y los hombros caídos. ¿Era aquella una pose practicada para parecer adorable? ¿O estaba siendo sincera?

- Pero ni siquiera tengo para pagar mi propio alquiler, y lo único extra que tengo es para cuando tenemos que…

Paró a mitad de la frase, ladeando el rostro hacia la puerta. Aquel estudio, mil veces mejor que el que su banda podía permitirse. Volvió el rostro hacia Kora, quien todavía la miraba confundida. Kora, quien tenía un público fijo, un montón de gente capaz de incluso darle dinero por, literalmente, su cara bonita.

¿Cómo no había encajado las piezas? Tenía que haber sido el cabreo del momento.

- ¿Tienes habitaciones de invitados?
- ¿Qué? - Kora frunció el ceño, confundida por la repentina pregunta.
- Es importante.
- Pues… tengo dos habitaciones extra, y en el comedor hay un sofá-cama.

Los números cuadraban. No exactos, pero seguro que tenía alguna habitación para figuritas y-- aquello no era lo importante en aquel momento.

Su madre siempre le había dicho que una mala racha sólo era una oportunidad para un cambio a mejor. Con su historial, Jolyne no podía decir que estuviera del todo de acuerdo. Pero en aquella ocasión…

- ¿Cuánto has recogido ya?
- ¿A qué viene tanta pregunta? - Kora se cruzó de brazos. - Me estás asustando… pero si tanto quieres saberlo, sólo llevo unos 8000 dólares.

Sólo 8000 dólares. Necesitó toda la fuerza de voluntad posible para no echarle las manos al cuello.

- Vale, ¿y el alquiler de este sitio?
- 2000 dólares. - Respondió con naturalidad.
- …¿Vives en un apartamento de 2000 dólares?

Tampoco era de extrañar. Estaba situado en una de las mejores zonas de Eastwood, y no se le había pasado por alto el detalle de la piscina privada. Se mordió el labio inferior. Aquello iba a ser difícil, pero podía salir muy bien. Muy, muy bien.

- Mira, no te prometo nada… pero quizá pueda ayudarte.
- ¿En serio?

La chica abrió los ojos, aunque antes de que pudiera acercarle los brazos para rodearla, Jolyne la sujetó por las muñecas por impulso. Kora se dio cuenta de su reacción, y desvió la mirada, incómoda, mientras se cruzaba de brazos.

- No prometo nada. Que eso quede claro. - Levantó un índice. - Y además, tendrás que hacer… cambios.
- ¿A qué te refieres? - Kora arqueó una ceja.
- Prefiero ver si es posible antes de decirte nada.

No iba a dar ilusiones a ninguna de las dos antes de que las otras partes implicadas supieran al menos que estaban, bueno, implicadas. A Jolyne le parecía un plan perfecto, pero no podía ponerlo en marcha sola.

- Mira, pasado mañana toco con mi banda. Ven a vernos, y hablaremos allí todos.

Kora la miró con los ojos entrecerrados, midiendo las palabras antes de decir nada. Sin embargo, no tenía muchas otras opciones, y dejó ir un bufido corto antes de asentir.

- Vale. No sé si simplemente planeas secuestrarme y vender mis órganos, pero… vale.

Giró ligeramente el rostro, sin apartar sus miradas, y de nuevo Jolyne no podía saber si la otra estaba siendo honesta. Aún así, ahora no tenía mucho que perder.

- ¿Conoces el Stray Cat? - Kora tardó más de cinco segundos en contestar, lo cual significaba que no. - Te dejaré un mensaje con la dirección. El sábado a las once, cuando terminemos de tocar, nos veremos.
- De acuerdo. Estaré allí.

Jolyne asintió, satisfecha. Si todo iba bien...

- Pues… tendré que irme ya. Nos vemos pasado mañana.

Sin esperar respuesta, Jolyne se dirigió a la entrada, seguida por los pasos cortos de Kora. Cuando abrió la puerta, ésta volvió a hablar.

- Jolyne… gracias.

Su voz sonaba algo más grave que de costumbre, dos simples palabras que parecían haberle costado un mundo para pronunciar. Pero no podía dejar que volviera a hacerse un hueco en ella más allá de lo que iba a ser simplemente un intercambio de beneficio mutuo.

- No me las des toda-
- Me… me alegro de haberte vuelto a ver...

No iba a girarse a ver la expresión de Kora. El tono con el que había hablado lo decía todo, y probablemente la chica esperaba una respuesta similar por su parte. Si tan sólo pudiera dársela, lo haría. Si tan sólo no hubieran pasado tantos años entre ellas… si pudiera confiar en ella de la misma forma que una vez lo había hecho...

Lo único que fue capaz de hacer antes de cerrar la puerta tras sí fue murmurar un “lo mismo digo” sin mirar atrás.

--

- En serio, parece que hayas visto un fantasma. ¿La conoces?
- No, para nada.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on June 29, 2014, 02:07:49 PM
I MADE ITTTT me quedo soso pero al menos hice algo ;_;
Tenía esto atorado de hace meses... espero ahora los aportes fluyan más libres kk



(http://i.minus.com/ik2GSXP2g9n0K.png) (http://i.minus.com/iF3TNIy1yUH5M.png)

Medley 4: Over My Head

Las ventanas del Stray Sheep Bar eran tintadas, por lo que nunca se colaba mucha luz dentro del local. Las sillas estaban sobre las mesas y la vajilla descansaba impecable detrás del mostrador, junto al santiamén de alcohol listo para ser preparado. Todavía no era horario de atención al público, pero eso no era sinónimo que el lugar se encontrase vacío.

Habían dos jóvenes sentados en la barra, y la luz proveniente de la cocina venía acompañada del ligero sonido de una radio. Mientras el dueño del local se encontraba ocupado en la habitación adyacente, los dos hombres se familiarizaban sobre cerveza y cigarros.

Mine se alegraba que Shizuo estuviera ocupado con el inventario y no se encontrara en el salón con ellos. Desde la pelea, y el fatídico desenlace de la rockola, ellos ya daban por terminado su contrato con el bar... pero el rubio había aceptado que continuaran a regañadientes. Fue gracias a las súplicas de Spike -su manager-, y los clientes que frecuentaban los sábados para verlos, que habían podido continuar como el grupo bandera del bar. No eran muchos, pero Shizuo no quería perder a los fans.

Aún así, si bien les permitió quedarse, siempre se sentía una molestia inminente cuando se cruzaban con el bartender…

A Mine se le puso la piel de gallina cuando recordó el estado en el que sus ex compañeros de banda habían quedado. El altercado les había dado un nuevo respeto por Shizuo Heiwajima. Por no decir terror.

...

Pero al menos había una buena noticia que le daba a pensar que no todo estaba perdido, y era el sujeto que tomaba whisky junto a él.

Mine había colgado afiches en todos lados, había entrevistado al menos a diez personas y recorrido la ciudad entera para finalmente dar con Hayato Gokudera —un bajista/guitarrista con una excelente habilidad. El rubio no entendía como alguien con tanta experiencia como Hayato no estuviese ocupado en algún proyecto... pero no era momento de cuestionar una oportunidad. El peliblanco les caía como anillo al dedo, y tenían que presentarse en solo dos días. El joven se veía interesado en su propuesta (obviamente sin idea del pobre estado en el que se encontraban) y era necesario convencerlo para salvar su lugar en Stray Sheep.

"Shizuo no puede percatarse que su rockola ya no funciona, o de lo contrario los dejara patitas en la calle" las palabras de Spike resonaban en su cabeza como una sentencia de muerte.

Tenía una de las dos tareas completadas. Había conseguido una baterista rápidamente... una novata, pero haría el truco.
El asunto ahora era el bajista. Y lo genial de la oportunidad era que Hayato tenía potencial, y no solo para salvarlos.

"Kaien, Sayi, ¿por qué no me respondeeen?" mascullaba Mine mientras les reventaba el telefono a sus amigos a punta de mensajes. Ambos estaban perdidos en el universo "Ellos son mejores para convencer que yo..."

Hayato por su lado aprovechó el silencio para evaluar el local. Habían unas veinte mesas en el lugar, más la barra, un área vacía frente al escenario y obviamente... la tarima. No era un escenario enorme pero era decente, y considerando el tamaño del lugar, era evidente que ningún cliente podría ignorarlos. El bar estaba hecho para observar un show mientras se disfrutaba de un trago, y tener una presentación garantizada todos los sábados era una idea que le interesaba bastante.

"¿Este es tu bajo?" Hayato notó a Mine estudiar su guitarra y eso le hizo regresar a la barra "Whoa, ¡es una Fender!"
"Mírala si quieres" le ofreció el bajista y Mine no demoró en retirar el instrumento y evaluarlo de cerca "Trabajaba en una tienda de instrumentos de segunda mano, y la conseguí a buen precio"
Mine silbó aprobatoriamente, guardando la guitarra en su estuche "Debe tener un sonido excelente... yo estoy ahorrando para una Ibanez, pero de momento estoy con mi fiel Spector de segunda" sonrió animadamente "Pero al menos no estoy como Kaien, que toca una Roland desde siempre..."
"¿Roland? ¿Roland sacó una línea de guitarras?"
"Hace mucho tiempo, pero no les fue muy bien y la descontinuaron" Sopesó el rubio "Su tecnología esta mejor para soporte después de todo"
Hayato alzó las cejas, interesado "Y tu compañero, Kaien. ¿Es buen guitarrista?"
"¿Bromeas? ¡Kaien es el mejor guitarrista!" exclamó Mine "Si no fuera por él nosotros ya estaríamos..." Hayato lo miró inquisitivo y Mine se percató de lo que estaba por decir "eh... mmm... no estaríamos tan bien como lo estamos ahora, pero igual estaríamos bien (??)"
"Ya veo"

El rubio rio nervioso y tomó un sorbo de su cerveza. Definitivamente era el peor para convencer... pero al menos había esquivado una situación peligrosa.
Hayato por su lado había sentido una punzada de envidia, cosa normal cuando alguien osaba a llamar a otro que no fuera él como "el mejor". Al menos lo había camuflado bien, a pesar de tener ahora muchas ganas de conocer al susodicho Kaien.

"Kaien es la primera guitarra y también canta, pero la vocalista principal es Sayi. Ella también toca el piano, pero no tenemos muchas canciones donde lo utilice" continuó explicando el rubio "Tiene una voz peculiar, pero es muy buena... de hecho estaba por irse a estudiar a Suiza antes de dejar el conservatorio"

Mine había contado eso último entre risas, como una anécdota graciosa... pero cuando se giró hacia Hayato la expresión severa en el rostro del peliblanco por poco le hizo caer de la silla.

Sabía que había metido la pata pero no sabía cómo.

"¿El conservatorio? ¿Estuvo en el conservatorio?"
"No, bueno si... y no... lo dejó hace un año..." Quería convencerlo que se quedara, pero no podía actuar naturalmente si le seguía mintiendo. Era incapaz de hacer ambas cosas a la vez "Yo también lo dejé, y Kaien igual..."

El peliblanco no relajaba su semblante. Mine juraba que ya lo había perdido, pero el guitarrista no parecía listo para marcharse.

"Estuvieron en el conservatorio y lo dejaron... ¿por qué?" preguntó Hayato, con una seriedad que Mine sintió lo ponían entre la espada y la pared.

Decidió ser honesto.

"Porque las clases no nos dejaban practicar como banda. Los profesores eran estrictos, las mensualidades un gasto innecesario... lo que queríamos hacer era tener nuestra rockband, y el conservatorio no nos ayudaría a lograr eso"

Mine suspiró. Al menos había sido sincero, y si el guitarrista tenía tanto problema con ellos desde el principio, quizás lo mejor sería cortar por lo sano...
Pero no terminaba de entender qué había hecho mal. ¿Quizás este Hayato solo tenía un temperamento difícil?

El peliblanco se acercó a Mine entrecerrando los ojos, como si le costara entender la situación.

"Dejame ver... ustedes asistieron al conservatorio, pero lo dejaron porque se dieron cuenta que no lo necesitaban" repitió Hayato "¿Es correcto?"
"Básicamente, si"
"Tuvieron la oportunidad de estudiar en el conservatorio, incluso de ir a estudiar al extranjero ...oportunidad por la que muchos matarían... y lo desestimaron todo porque no les podía ayudar con lo que querían"
"...Así es?" Mine pensó que Sayi se sentiría aludida si escuchara esto, pero bueno, era cierto.
"Vaya..." Hayato se reincorporó, tomó su bebida y balanceó el alcohol que tenía dentro "Me parece bien"
El peliblanco ahora sonreía levemente y Mine sabía que estaba a salvo. Solo que no entendía bien... "¿Por qué lo dices?"
"Porque creo que un músico de verdad no necesita de un conservatorio si se esmera lo suficiente" respondió el bajista "Hay una especie de estigma si eres músico y no estudiaste música en un conservatorio... aún si sabes tanto como uno que si entro ahí. Como si un papel hiciera la diferencia..."
"Entiendo" Mine supuso que hablaba por experiencia "Pero eso no se aplica a nosotros"
"Exacto" Hayato extendió su copa y la chocó con la de Mine, que descansaba en la barra "Me gustaría tocar con ustedes. Creo que haríamos un buen equipo"

Mine quiso gritar y lanzarse a llorar a sus brazos, pero logró expresar todo eso y más con un relajado:

"Bienvenido a la banda"
"Gracias" respondió Hayato, estrechando manos con el rubio "¿Entonces tenemos práctica mañana? Me dijiste que nos toca presentarnos en sábado, ¿cierto?"
"Claro que si, mañana siempre hay práctica, de hecho" le respondió, al mismo tiempo que tipeaba GUESS WHAT MANANA HAY PRACTICA A LAS 7 POBRES QUE FALTEN HIJOS DE .... en cierta conversa grupal.
"Genial" respondió Hayato "Por cierto, no me has hablado del baterista. ¿También dejó el conservatorio?"
"No, ella no va... y es excelente" respondió Mine con una amplia sonrisa.

O al menos, esperaba que no asistiera al conservatorio.
A decir verdad, a duras penas y sabía su nombre…

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Operación Carapulcra y Sopa seca había sido un éxito.

Tras una brillante escabullida de Horo Miki en la residencia Ayanami, el peliceleste había logrado soplarse media olla en un taper del chifa y salir sano y salvo del cómodo apartamento sin levantar sospechas.

De vuelta en casa de su hermana, el hermano del medio celebraba su triunfo deleitándose con su cacería, mientras sus dos hermanas comentaban anécdotas de los pasados días.

Esta vez era el turno de Sayaka, la dueña de ese apartamento, contar la última novedad que la traía bailando en puntitas.

"Así que solo tengo que esperar a que mi ~nuevo amigo Nakamaru~ me diga cuando podre conocer a Tegomass y..." la peliceleste junto ambas manos y las apoyó contra su mejilla "¡Ta ráaan~! Que pequeño es el mundo ¿cierto?"

Pero sus dos hermanos no respondieron. Estaban muy ocupados comiendo la deliciosa cena que le habían robado a su estudiosa prima como para interesarse en sus johnnys y la oportunidad que se le había presentado en bandeja de plata.

"¿Me escucharon? Dije que conoceré a TEGOMASS. MI FUTURO ESPOSO"
"¿Que era Tegomass?" le preguntó Sayi a Horo.
"Ese justin bieber chino. Del que tiene un poster medio calato en su cuarto"
La mayor asintió, recordando a quienes se refería "Ah... los gorditos esos"
"¡No son gorditos!" reclamó Sayaka, estampando ambas manos en la mesa de la cocina
"Pues sus caras son medias gordis..." continuó Sayi, pero al ver a su hermana maldecirla con la mirada, la joven optó por seguirle la corriente "Pero bueno, me alegra que conozcas a tu ídolo idolatrado. Mamá estará orgullosa de ti"

Los hermanos Miki solían reunirse una vez cada semana para ponerse al día de sus andanzas por Eastwood. No que alguno de ellos tuviera un avance en su respectiva ocupación, pero al menos era divertido compartir chismes entre ellos aunque sea para burlarse.

Sayi, Horo y Sayaka Miki (en orden de edad) eran tres hermanos que habían emigrado de una ciudad llamada Ica a unas cuatro horas de la ciudad. Sus padres eran unos granjeros avícolas, quienes habían apoyado incondicionalmente los sueños que sus hijos querían seguir en Eastwood: Sayi quería estudiar piano y canto en el conservatorio, Horo terminar sus estudios e ingresar una universidad, y la menor, Sayaka, quería estudiar leyes en una de las universidades más prestigiosas del país.

Claro esta, no le tomo mucho a la ciudad para retorcer los sueños y esperanzas tanto de hijos como padres.

Sayi ingresó al conservatorio como lo prometió... pero tres años dentro y con un buen pronóstico por delante, optó por dejarlo para dedicarse a empezar una banda de rock desde cero. Resultado: Desheredada, y sin apoyo económico ni moral de sus padres desde entonces.
Horo ingresó a un instituto y terminó desempeñándose bien en ciencias y matemáticas... pero a los tres meses fue expulsado por conducta, descubrió la música, y decidió convertirse en el vocalista de una banda de hip hop (y divertirse en tiempos libres con sus amigos en un skate park). Resultado: Solo sus dos hermanas reconocen su parentezco.

Sayaka era la única que seguía como pura y santa ante los ojos de sus padres. La benjamina de los Miki seguía fielmente sus estudios de leyes, y, como la última esperanza de esa desgraciada familia, era la única que recibía dinero y ayuda de sus padres.
Por supuesto, sus progenitores no tenían idea de la carrera alterna como actriz que la peliceleste seguía a sus espaldas, y cómo parecía más interesada en ella que en su carrera. A menos que tuviera que ver con conocer Johnnys, por supuesto.

Acababan de terminar la cena robada cuando el teléfono de Sayaka comenzó a vibrar.

"¿Es Tegomass?"
"¿Es Nakamaru?"
"¿El homosexual-no-declarado-de-tu roomie?"
"No, no... y ya te he dicho que Tatara no es gay Sayi" le respondió la peliceleste a su hermana. Revisó el número y sonrió "Adivinen que: Es mamá"

Horo y Sayi guardaron silencio mientras la hermana preferida respondía a la señora Miki.
Aunque de Sayi y Horo, a su madre le bastó un breve informe de 'siguen con vida' de parte de su hermana, a los hermanos mayores no les quedaban de otra que tomarse el asunto con humor. Más bien, la conversación pasó a ser interesante cuando Sayaka no pudo contenerse de contarle su futuro encuentro con Tegomass.

"¿Qué? ¿Que cómo lo conocí?" La peliceleste se puso algo nerviosa. Su mamá debió tomarse la noticia con recelo, y ello ponía en peligro el futuro de su cuenta bancaria.
Los hermanos remedaron a su madre al unísono "Si, Sayaka, ¿cómo lo conociste?" y la menor los fulminó con la mirada.
"Pues, lo conocí cuando fui a una entrevista para una pasantía en el mejor buffet de abogados de la ciudad..."

Pero Sayaka tuvo que continuar su historia en otra habitación, ya que las carcajadas de sus hermanos le impedían continuar de manera creíble.

Con su hermana fuera de la habitación, y su hermano raspando los restos de sopa seca del taper, Sayi decidió revisar su teléfono. Puso los ojos en blanco ante la lluvia de mensajes de Mine, pero el último fue una noticia que no esperaba.

>Ya conseguí baterista y bajista. Más le vale que estén en el bar mañana a las 7 de la noche listos para practicar, par de faltosos
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on July 31, 2014, 04:00:15 PM
edito luegoooo con icooooons



Jueves, once de la mañana y un sol esplendoroso en las calles: Definitivamente un momento de pocos clientes para el bar Homra, lo cual Gajeel apreciaba con toda el alma. Si bien Izumo odiaba tener que confiarle el bar a alguien, Gajeel siempre estaba necesitado de dinero extra y -si es que nadie le hacía enfadar- era el mejor para el puesto, era un barman decente, su exterior intimidaba a aquellos que pensaban irse sin pagar y podía detener cualquier tipo de peleas antes de que estas empezaran. Sí, un buen suplente, mucho mejor que Mikoto, quien prefería tirarse a dormir en un sofá de la esquina.

Pensando en el mejor amigo del dueño, Gajeel no pudo evitar hacer un resoplido de molestia. Conocía al chico desde hacía cinco años aproximadamente cuando se conocieron en una escuela técnica para estudiar mecánica, pero hasta ahora el pelinegro seguía sin poder soportarlo completamente; era el amor por la música el que los había mantenido como algo-cerca-a-amigos-pero-no-exactamente-ahí, además de que el pelirrojo al menos era callado y no significaba molestia alguna, lo cual apreciaba. Sin embargo, a pesar de tener dos puntos muy buenos a su favor, Gajeel encontraba que era su flojera la que arruinaba todo ello, ya que desde hacía cuatro años habían tenido la idea de formar una banda (¿y qué mejor que vivir en esta ciudad? Es decir, si un músico buscaba cumplir su sueño en el mundo, era aquí donde debía de empezar. Nashville era algo del pasado, todo el mundo lo sabe) e Izumo había decidido apoyarles con espacio, incluso por un tiempo tuvieron una mánager... Pero no, la dejadez de Mikoto era lo que truncaba mucho de sus sueños y esperanzas, retrasando entregas de canciones, letras, presentaciones...

Al menos finalmente tenían una vocalista. Hacía una semana Mikoto llegó al bar con una chiquilla de unos veinte años llamada Kyoko, la cual resultaba ser su prima lejana sobrina de una tía segunda hermana del su tía muerta, o algo así, pero la cosa era que eran parientes por algún lado. Si bien en un comienzo la trajo al bar porque no tenía donde dejarla bajo cuidado, la aprovechada tuvo la suerte de convencer a Izumo que la dejara cantar en una noche de bar por unas cuantas monedas y con eso fue que descubrieron lo que necesitaban. Después de todo, Mikoto tenía una voz muy baja y grave como para hacerse escuchar entre el sonido fuerte de su guitarra y el de su bajo, pero la voz de Kyoko destacaba por ser de mujer, grave y alta, un buen balance... Sí, podrían ser el nuevo Paramore, pensó Gajeel con sorna, pero algo era algo, ¿o no?

El problema quedaba en que Kyoko solo aceptó unírseles si es que la cosa de la banda iba en serio y, aparentemente, ninguna banda va en serio sin alguien que toque la batería. Así que ahora su pesadilla era encontrar algún baterista, los cuales en verdad existían como piedras en el camino en la ciudad, pero verdaderos talentos realmente carecían. Si tan solo Gajeel no hubiera perdido contacto con su amigo Lily, estaba seguro que él podría ayudarles, pero no sabía nada del hombre desde hacía casi siete años, además...

"D-Disculpe".

Gajeel se sorprendió al darse cuenta que no había escuchado la puerta principal abrirse, pero lo comprendió apenas vio a la chica en frente de él. Una peliceleste bajita y de cabellos rizados le miraba con miedo y temblando... Típica reacción de alguien que recién le conocía y no había visto que estaba lanzándose al récord guiness de persona con más piercings en la cara.

"¿S-se encuentra Mik-koto S-Suoh?", preguntó bajando la mirada rápidamente. Gajeel arqueó una de sus cejas llenas de piercings, sin entender cómo es que Mikoto tenía amigos además de Izumo, pero en eso escuchó al otro bostezar y levantarse de su sofá en la esquina. La desconocida siguió su mirada y se volteó, relajándose visiblemente al ver al otro.
"Oh, ahí estás". Mikoto se acercó a ellos con su mirada aburrida y le dio la mano a Levy, en un gesto muy formal que indicaba que no eran amigos, lo cual desencajó aún más el análisis que había hecho en su mente sobre la relación de ambos. "Gajeel, te presento a Levy McGarden, nuestra nueva escritora de canciones. Levy, él es el guitarrista de la banda". La chica le miró a Mikoto como si le hubiese dicho que un tornado era inminente y su casa iba a ser destruida, lo cual hizo que Gajeel riera abiertamente, haciendo que la otra dé un paso atrás.
"No te preocupes bajita, no muerdo", le informó Gajeel. Esto solo la hizo palidecer.

Parecía que finalmente Mikoto salía de su letargo y hacía algo.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on August 29, 2014, 08:37:40 PM
02

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddezio.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddjolyne.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddfugo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddweather.png)

- ...Y ese sería el plan.

Jolyne miró expectante a los tres chicos frente a ella, quienes estaban aún con los instrumentos por montar. Y a juzgar por su expresión, no le hubiera extrañado que simplemente se fueran por donde habían venido. No esperaba un aprobado general a la primera, pero contaba con poder convencerles.

Ezio tosió, buscando algo que decir con sus habituales maneras suaves, pero antes que nada Fugo le interrumpió.

- ¿Te has escuchado? - El rubio se quitó las gafas, guardándolas en la funda y dejándolas caer en su bolsa de mensajero. - Quiero decir, ¿has escuchado las mismas palabras que nos has dicho?

Jolyne rodó los ojos. Aquel tono condescendiente que usaba Fugo le costaría un puñetazo en el ojo un día, llevara gafas o no.

- ¿Me habéis escuchado vosotros? Tendríais que ver el estudio. Estamos pagando ochenta dólares por sesión de ensayo en un cuchitril, y lo tendríamos gratis. - Miró a Fugo. - ¿Sabes lo que significa gratis?
- ¿Gratis? Para ti gratis significa todo nuestro dinero yéndose a un alquiler. - Fugo arrugó la nariz. - ¿A cuánto has dicho que saldríamos por cabeza?
- ...Cuatrocientos.

De nuevo, el rostro de sus compañeros de banda lo decía todo. Era una negativa clara, y no podía culparlos. Aquello era básicamente su propio sueldo, y los otros tres no es que estuvieran en una situación económica mucho mejor.

- Jolyne, cara mia, ¿no podemos simplemente intentar negociar alquilarle el estudio? - Ezio trató de mediar antes de que Fugo se echara el bajo al hombro y saliera por la puerta, lo cual no sería la primera vez.
- Antes de que se de cuenta, estará en la calle. La cuestión es mantener el apartamento a flote, y con él, el estudio. - Explicó Jolyne.
- Aún así, cuatrocientos sólo de alquiler… ¿cómo comemos? ¿y la luz? Porque usaremos bastante luz. - Ezio frunció el ceño.

Jolyne tenía que admitir que era un plan muy extremo. Si tan sólo confiaran en ella…

- Tenemos… tiene dinero de base. Podemos pasar al menos un par de meses bien, y lo que os digo es a largo plazo. - Extendió las palmas de las manos. - Tenemos un equipo decente, y además… la base de una ciber-famosilla.
- Ah, claro, buenos instrumentos y una youtuber. - Fugo se frotó la sien. - La siguiente parada es el top 100 anual de los Rolling Stones.
- ¡Al menos estoy intentando hacer algo por la banda aparte de quejarme y criticar todo!
- ¿Como arruinarnos?
- Basta.

Wes, hablaba muy poco, o al menos, comparado con el espíritu reactivo de los otros sus intervenciones podían ser escasas... pero no necesitaba alzar siquiera su grave voz para imponerse. Era una mezcla de intimidación por su físico y sobretodo, la necesidad de silencio para escuchar el tono bajo con el que tendía a hablar.

- Creo que Jolyne tiene razón. - La chica ahogó un grito. Sabía que podía confiar en Wes. - Es arriesgado, pero tenemos que movernos.
- Es muy arriesgado. - Corrigió Ezio. - Aunque… puede traer beneficios. Eso no se puede negar, al menos admite eso, Fugo.
- No niego eso, sólo digo que no podemos permitírnoslo.

Se hizo el silencio entre los cuatro otra vez, pero Jolyne estaba más segura de sí misma. El apoyo de Wes parecía arrastrar consigo a los otros dos, y aunque era irritante que pareciera que si lo decía ella no tenía sentido, tenía que centrarse en su objetivo. Jolyne aclaró la garganta antes de seguir hablando.

- Los cuatro estamos aquí porque a pesar de todas las negativas, todos los “la música sólo es un hobby”, todas las veces que nos han rechazado… seguimos queriendo estar en este mundillo. Bueno, entrar al menos. Es un riesgo, es cierto, pero ¿y si funciona? ¿Y si esta es nuestra oportunidad?
- ¿Y qué pasa si no lo es? - Suspiró Fugo. - Suponiendo que seguimos tu plan.
- Volvemos a nuestras vidas de antes. Os lo he dicho, ten- tiene fondo para aguantar al menos un par de meses. No perdemos absolutamente nada.

Perderían su contrato de alquiler, pero eso sólo le afectaba a ella y a Wes. Ezio vivía con sus padres, y Fugo podría volver a los dormitorios de la universidad cuando quisiera. Aún así, dirigió una mirada de reojo a Wes… quien sí era el que podía perder algo en aquella situación.

- No tenemos que decidir ahora mismo. Ni hoy… pero tenemos que considerarlo. Le he dicho a la chica que venga esta noche. - Miró a sus compañeros con la mejor cara de pena que podía mostrar. - ¿Al menos tenemos algo cercano a una respuesta?

El silencio, por breve que fuera, era sobrecogedor. ¿Por qué le latía el corazón tan fuerte?

- Cuando empezamos a tocar, estaba harto de que todo el mundo se echara para atrás cuando venían las dificultades. Quiero que esto funcione. - Ezio asintió. - Así, que, vale, puede que esté dispuesto a hacer el salto de fé. Depende de si está tan buena en persona como en los vídeos.
- Es una locura, Jolyne. - De todos los bufidos que Fugo había dejado ir, aquel tenía que haber sido más largo. - Dame un poco de tiempo para pensármelo.

Jolyne asintió. Un “quizá-sí” que seguramente sería un sí, y un… bueno, no esperaba mucho más de Fugo. Pero suponía que no se echaría atrás al final si el resto aceptaba.

Alzó la mirada hacia Wes, el último voto y el que más en tensión la tenía. Del mismo modo que había conseguido cambiar el rumbo de la discusión antes, podía volver a hacerlo.

- Estoy contigo. - Asintió. - Si sale mal, espero que al menos me ayudes a buscar apartamento.
- No te preocupes… - Jolyne no pudo evitar una sonrisa de oreja a oreja. - Igualmente yo iba a tener que buscar uno ya.
- Oye, ¿esto es sólo porque necesitas un sitio donde vivir? - Fugo la apuntó con el dedo. No se le escapaba ni un detalle.
- Hablando de eso, ¿qué pasa con la chica si al final esto falla?

Las palabras de Ezio hizo que se quedara callada unos momentos, ignorando la acusación de Fugo. Kora desaparecía de la ecuación cuando dejaba de poder proveerlos con el estudio. Parecía cruel, pero no era como si no hubiera pensado en ella mientras tramaba su plan. Le estaba dando una auténtica bolsa de oxígeno para mantenerse unos meses más, ¿qué más podía hacer al respecto?

Ya se habían dejado claro tiempo atrás que cada una sólo trataría de salvar su propio cuello. Jolyne estaba segura de que ya hacía más de lo que debería estar haciendo simplemente por preocuparse.

- Cuando se vea a las puertas de la calle volverá con su familia con la cola entre las patas.

Simplemente se encogió de hombros al responder. Tampoco estaba mintiendo, aunque no entendía entonces por qué se sentía tan incómoda cuando los tres chicos le dirigieron una mirada que podía pasar por

- Es… es un poco borde por tu parte. - Ezio alzó una ceja. - ¿No sois amigas?
- Supongo. Vamos, calentemos un poco antes de que abran.

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(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png)

Tuvo que buscar en internet cómo llegar al Stray Cat, lo que incluía, para su disgusto, tener que viajar en metro. Hubiera preferido coger un taxi, pero al menos tenía el sentido común de saber que sería un gasto inútil, sobretodo al darse cuenta de que las donaciones habían empezado a disminuir. Tan sólo de recordar la situación quería rodar los ojos, controlándose para no parecer una rarita en público. Por supuesto, alguien tenía que ir y robarle la idea. Habían pasado un par de días desde que colgó el vídeo, y de repente, otro Youtuber tenía nosequé enfermedad de nosecuantos que curiosamente no le cubría el seguro.

Pues abre tu propio laboratorio de metanfetamina.” había sido su pensamiento inicial. Pero por mucho que no se terminara de creer aquella historia, no cambiaba el hecho de que la caridad había tomado otro rumbo lejos de ella. Si dejaba otro vídeo muy pronto, parecería desesperada, y no sería por haters a los que les faltaría tiempo para ponerla de vuelta y media a la mínima.

Al menos tenía un fondo de casi diez-mil dólares, y sobretodo, tenía la promesa de Jolyne de que ésta intentaría hacer algo.

Para distraerse jugaba con el móvil, dando golpes en la pantalla para avanzar en un beat-em up que había descargado y así batir su puntuación anterior. Por el rabillo del ojo, vio que un chico la estaba mirando fijamente y le dio un codazo a otro a su lado.

- Oye, ¿esa no es…?

No estaba de humor para que la reconocieran; Kora se bajó la visera del gorro, chasqueando la lengua al ver que la distracción momentánea había hecho que perdiera la partida. “Con lo cerca que estaba…”.

Salió a la calle, estaba en una parte de la ciudad que le era completamente extraña por lo que tuvo que revisar las direcciones en el smartphone. El local no estaba muy lejos de la parada, algo que agradeció, ya que el aire que se colaba entre sus piernas era más fresco de lo que esparaba aquella noche.

El Stray Cat tenía aquel ambiente de local clásico… en la versión barata de que estaba claro que simplemente era un sitio en el que nadie se había molestado en reformar. Era espacioso, de techo alto para dar lugar a una segunda planta sobre la barra desde la que se tendría que ver aún mejor el escenario. Quizá con varias capas de pinturas y un poco de reestructuración interna y externa, aquel podría haber sido un buen sitio, pero tal y como estaba, Kora arrugó la nariz nada más entrar.

Buscó sitio en una de las mesas más discretas, cubiertas por el medio techo que formaba el piso superior. No tenía mesas delante, aunque se imaginaba que no iba a llegar al aforo máximo precisamente.

Trajo un refresco desde la barra, acomodándose en su asiento, pero su corazón le dio un vuelco cuando vio salir a Jolyne y otros tres chicos al escenario, los cuales empezaron a montar los instrumentos. No sabía que Jolyne estuviera en una banda, aunque la hubiera invitado a un local simplemente no se había parado a pensar qué era lo que hacía exactamente. Pero tenía sentido.

Mientras colocaba el pie del micrófono, Jolyne la vio. Dubitativa al principio, Kora levantó una mano, agitando los dedos en saludo, y la otra le respondió. Uno de sus compañeros, un chico moreno, le dio un codazo a Jolyne e hizo un movimiento de cabeza, a lo que la chica asintió. Sentirse observada por la banda era incluso más incómodo que lo que había pasado en el metro antes. Kora se obligó a quedarse quieta para no acurrucarse en el asiento, y sacó el móvil para comprobar cualquier cosa.

- Ey, guapa, ¿me puedo sentar aquí?

Distraída revisando los comentarios en el canal de Youtube del chico enfermo, no se había dado cuenta de que las luces del local se habían atenuado, con la luz dirigiéndose al escenario ya montado. Kora volvió la mirada al tipo que le estaba hablando, con una sonrisa boba.

- Hay un montón de mesas libres. - Le respondió, cruzándose de brazos.
- Ya, bueno, pero me quiero sentar aquí contigo.

Éste llevó la mano al respaldo de la silla a su lado, pero Kora la sujetó enganchando una pata con el pie. En respuesta, el chico rió a pesar de que empezaba a estar claramente molesto.

- No seas así, te invitaré a algo.
- No, gracias. - Kora tiró de la silla con el pie, agradecida por las clases de pilates, y devolvió esta a su sitio bajo la mesa.
- Pues vale, tú te lo pierdes.

Kora desconectó cuando empezó a oír “zorra” entre los refunfuñeos mientras se alejaba. Tenía cosas más importantes que atender, ya que el batería, el más alto de los compañeros de Jolyne, empezaba a calentar. Había entrado más gente de la que esperaba en un principio, y aunque no tenían un público especialmente grande, más de un par de ojos estaban en el escenario.

Hubo incluso algunos aplausos cuando Jolyne cogió el micrófono, a los que Kora se unió algo aturdida. Y finalmente, la noche empezaba para el grupo.

Oh, life, is bigger
It's bigger than you and you are not me
The lengths that I will go to
The distance in your eyes
Oh no, I've said too much
I set it up

El vello se le erizó al oír la voz de Jolyne. Había reconocido los acordes nada más empezar la canción, pero no esperaba que la chica pudiera hacerle tanto bien en aquel cover más fuerte.

Por unos momentos, podía ver a la niña que había conocido años atrás, cantando emocionada en el rincón del patio que tenían como refugio. Desprendía la misma intensidad, fuera sobre un banco de piedra como en el escenario. El tiempo parecía no haber pasado para ella desde aquellos días.

El guitarrista hizo una parte del coro, creando un contraste entre ambas voces, las dos melódicas y fuertes en su estilo. Aunque le gustaba cómo lo hacía el chico, a Kora se le hicieron eternos los tres versos antes de que Jolyne volviera a cantar.

Every whisper
Of every waking hour
I'm choosing my confessions
Trying to keep an eye on you
Like a hurt lost and blinded fool
Oh, no, I've said too much
I set it up

Culpaba al tono agridulce de la canción que se sintiera melancólica, removiendo el fondo de su bebida con la cuchara larga. Ella misma estaba tarareando el coro también, yendo al mismo ritmo que Jolyne, y por unos momentos se permitió imaginar cómo sería cantar a dueto con ella. Las únicas veces que había cantado con alguien habían sido simples montajes a través de internet, grabándose para que la otra persona juntara el audio.

Imaginarse en aquel escenario, cantando con Jolyne… le daba escalofríos. No, aquello no era lo que quería, simplemente no era lo suyo. Ni siquiera había ido a verla actuar, sólo estaba esperando a que terminaran para poder hablar con ella en el backstage sobre lo que fuera que había planeado.

Levantó el vaso alargado para dar un trago y terminar la bebida, y al levantar la vista, cruzó la mirada con Jolyne por unos segundos.

That's me in the corner
That's me in the spotlight
Losing my religion
Trying to keep up with you
And I don't know if I can do it

Como si el contacto visual hubiera sido un pinchazo, Kora apartó la vista, agachando la mirada hasta mirar a la mesa. Le daba vergüenza pensar siquiera en la escena que había montado en su mente segundos atrás.

Simplemente se sentaría a disfrutar del espectáculo. No le molestaba admitir que Jolyne lo hacía bien, al fin y al cabo. Pero cuando el guitarrista volvió a hacer los coros, aquel pensamiento volvió a su cabeza:

Tendría que ser yo.

Oh no, I've said too much…
I haven’t said enough
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on September 28, 2014, 12:20:44 PM
Me falta un icono x_x lo agrego luego que estoy zzzz

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Medley 5: Lounge

“¿Te dijo para encontrarnos en el Mc Donalds?”

Mine asintió con la cabeza y Hayato se dejó caer en el asiento de plástico.  No recordaba la última vez que había consumido algo en el local de hamburguesas —probablemente en su pubertad— y su disgusto por la marca bandera estadounidense no había cambiado en lo absoluto.

El peliblanco se cruzó de brazos y recostó su espalda en el respaldar. Mientras a su lado Mine jugaba con su teléfono, Hayato Gokudera evaluaba a las dos personas sentadas frente a él: Kaien Shiba y Sayi Miki.

“Pues yo no tengo problema, hace tiempo que no comía aquí” respondió Sayi. Entonces tomó una mordida a su hamburguesa y tomó un largo sorbo de soda “Mm… es riquísimo de vez en cuando”
“Tienes razón con eso” respondió Kaien alzando su bebida “Además, si las cosas tampoco funcionan con esta baterista, nuestro encuentro con ella no fue en un lugar caro—OUCH”

Una patada debajo de la mesa hizo el truco de callarlo. Kaien le lanzó una mirada molesta a Mine, pero el rubio siguió jugando tranquilamente con su teléfono.
El pelinegro se había olvidado que tenían que mantener apariencias frente al nuevo bajista, pero vamos…

Hayato los venía estudiando desde que se presentó con ellos hace aproximadamente media hora. Según Mine, Sayi era la pianista de conservatorio que lo abandono por dedicarse a ser vocalista en esa banda. Aún no la había escuchado cantar… pero basándose en lo que veía de ella no parecía una mala opción para formar una banda.

Pero quien si no le terminaba de convencer era el tal Kaien, el supuesto líder, vocalista y primera guitarra.

A Hayato no le había agradado que Mine se refiriera al susodicho como ‘el mejor’ guitarrista. Desde entonces, el peliblanco lo había tomado como un reto demostrar lo contrario. No obstante, había aceptado el reto y estaba preparado para ser completamente objetivo al momento de conocerlo, pues lo importante era ver si valía la pena invertir su tiempo en una banda con él.

Pero desde el momento que lo conoció notó que actuaba extraño, aún si Mine y Sayi no se percatasen de ello. Tenía tics nerviosos, miraba en otras direcciones a menudo, y cuando el grupo reía a él se le borraba la sonrisa casi de inmediato.

Algo no le cuadraba del sujeto, porque era evidente que estaba ocultando algo.

“¡Ahí está! ¡Nuestra baterista estrella!” Mine se puso de pie en un brinco.

Toda la mesa se giró hacia la puerta del establecimiento, donde una chica se había quedado de pie, algo pasmada por la súbita bienvenida a un Mc Donalds.

La nueva baterista se veía joven, pues a simple vista no debía tener más de 18 años. También era baja, lo que agregaba a la idea que podía ser aún menor. Sayi miró a Mine pero el rubio le hizo un ademán de que esperara antes de hablar.

Cuando estuvo en su mesa la chica se presento como Kim Pine. La pelirroja podía ser la más joven del grupo, pero cargaba la expresión de pocos amigos más grande que habían visto.

“Mucho gusto Kim” le saludo Kaien “¿Quiénes comer algo o ya nos vamos a practicar?”

La muchacha se giró para ver el menú y chasqueó la lengua.

“Nada se me antoja aquí” respondió, y Hayato llegó a la conclusión que hasta el momento era quien más le simpatizaba del grupo.
“¿Entonces por qué nos dijiste…?”
“No conozco el área y un Mc Donalds es un lugar céntrico” respondió la pelirroja. Dicho esto se encogió de hombros “Bueno, ¿me enseñan por donde es?”

>Me agrada. Es bossy.

Mine leyó el mensaje que le había mandado Sayi y sonrió.

>Espera que la escuches tocar

“Me parece bien” respondió Kaien, dejando su bebida vacía en la bandeja “Vamos a practicar de una vez, que tenemos que presentarnos mañana y tienen mucho material que aprender” agregó, dirigiéndose a Hayato y Kim.
“Será pan comido” respondió el bajista, aceptando el reto.

La mesa entera levantó la sesión, echaron la basura al tacho y salieron del local. Stray Sheep se encontraba a unas cuatro cuadras, y el frío nocturno les golpeaba como una brisa helada.

Finalmente los Young Guns estaban completos de nuevo. Y esta vez listos para practicar hasta lo que les diera el cuerpo.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on September 28, 2014, 02:43:46 PM
03

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddjolyne.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddweather.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddfugo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddezio.png)

No había ningún tipo de seguridad en el backstage, nadie que la detuviera antes de que entrara al cuarto donde debía estar la banda. Kora había salido al poco de que terminara el bis que le había pedido el público, deduciendo tanto por posición como estructura del local dónde podría estar la sala a la que se habían retirado Jolyne y sus compañeros.

Por cortesía, dio unos golpes en la puerta, y casi saltó hacia atrás cuando una figura alta e imponente abrió. Le costó un par de segundos identificarlo como el batería. Se había fijado distraídamente en que era el más alto del grupo, pero en persona era completamente intimidante. El chico la observó en silencio, y Kora se atusó el pelo, tratando de recobrar la compostura.

- Hola. - Parecía que éste le había respondido, aunque hablaba algo bajito para que lo oyera por encima del latir de su corazón. - Quería hablar con Jolyne.
- Tú debes ser Kora. - Lo pudo escuchar aquella vez, con un tono de voz tranquilo y bajo que contrastaba completamente con su apariencia. - Pasa.

El backstage era pequeño, una de sus paredes era todo espejo con una mesa antigua, y el resto del espacio estaba ocupado por ropa y cajas así como los instrumentos de la banda. Tratando de no tropezar con nada, Kora llegó hasta Jolyne, quien la encontró a medio camino.

Era una escena incómoda.

- Hola. - Kora volvió a pasarse una mano por el pelo. A aquel paso, iba a engrasarlo, pero no sabía qué hacer con sus manos. La última vez que había intentado tocar a Jolyne, ésta la había apartado, y prefería no volver a intentar algo tan avergonzante.
- Hey, has venido al final. - Jolyne arqueó la ceja. - Gracias… supongo.

Realmente incómoda, y debía ser obvio para todo el mundo. Un chico moreno, el guitarra que había cantado junto a Jolyne en algunas canciones, intervino. Le tendió una mano a Kora, que aceptó algo dubitativa.

- ¡Anda, eres más guapa en persona! - Le dijo, sonriendo. Kora le devolvió la sonrisa algo incómoda, aunque al menos no parecía tan acosador como simplemente tratando de relajar la situación. - Fan tuyo desde hace tiempo.
- Gracias…
- Kora, este es Ezio. - Jolyne señaló al chico con la mano. - Ezio, ésta es Kora. Se llama Kora. Y Fugo… ¿dónde está Fugo?
- Se está quitando las lentillas en el baño. - Respondió el tal Ezio.

Kora finalmente captó el acento italiano de aquel chico, lo cual explicaría por qué hablaba tan rápidamente. No parecía mala gente, aunque al recordar cómo cantaba con Jolyne, no sabía tódavía lo que sentía por él. Con quien sí tenía claro cómo se sentía al respecto era con el chico alto, a quien casi ni había oído como se acercaba.

- Éste es Wes. - Jolyne dio una palmada en los fuertes brazos del tal Wes, quien le tendió una mano. Kora notó que tanto como lo estaba examinando, él también la estudiaba del mismo modo, y de nuevo, tuvo que hacer un esfuerzo para no encogerse. - Ya os habéis conocido, creo.
- Sí… - Asintió Kora, aunque no le no negó el estrecharle la mano. Era cálida. - Encantada.
- Igualmente.

Del baño salió el chico rubio que tocaba el bajo, con una cajita de lentillas en la mano y una toalla en la otra. Al dejar sus cosas en la mesa, se acercó al grupo, mirando a Kora de arriba a abajo.

- Y este es Fugo. - Jolyne parecía un poco insegura al decirlo, aunque Kora en cierto modo lo entendía. El chico la miraba con recelo, lo cual no entendía. - Ella es Kora.
- Encantado de conocerte, Kora.

A pesar de su desconfianza inicial, Fugo había sido el más formal a la hora de presentarse. Kora no supo si atribuirlo a que era una persona educada de verdad, o simplemente estaba usando la cortesía como barrera.

Los tres chicos miraron a Jolyne por unos momentos, pero antes de que fuera a decir lo que tenía en mente, la puerta del backstage se abrió. Kora se sobresaltó, aunque tan tensa como estaba, simplemente se quedó quieta, girándose lentamente.

- Chicos, muy buen show como siempre, pero traigo malas noticias. - El hombre parecía el encargado del bar, con una barriga enorme a punto de reventar los botones de la camisa que llevaba puesta, y el pelo engominado… al menos esperaba que fuera gomina y no grasa. - Tenemos que hacer ajustes en el presupuesto, y no podemos permitirnos una banda…

Kora miró de soslayo a los otros cuatro, a quienes parecía habérseles caído el mundo encima. Ninguno parecía reaccionar ante la retahíla de excusas de aquel hombre, que agradecía su trabajo pero era imposible ajustar mantener una banda y otras historias.

El portazo podía haberla sorprendido, pero Kora se recuperó más rápido que los otros.

- ¿Queeé? - Su voz sonó aguda y pastosa, y dio unos pasos hacia el encargado. Ni siquiera tuvo que fingir trastabillar, entre todos los trastos de la habitación agradeció mentalmente no caerse. - No puede ser… ¿o sea, van a dejar de tocar?
- Sí, lo siento, precio-
- ¡Pero si he venido a propósito para verlos!

Haber pasado frío en la calle tenía su recompensa. Con su última frase, Kora torció el labio, y se sacudió como lo haría un niño antes de tirarse al suelo con una pataleta… por lo que otras partes de su cuerpo saltaron con ella, llamando la atención del hombre.

- Me gustan un montón… con lo bien que me lo he pasado hoy… - Hizo de tripas corazón, rezando dos avemarías antes de poner una mano sobre el blando pecho del hombre. - Ahora que por fin encuentro un local que me gusta y con buena música…

De puntillas y con los hombros hacia adelante, Kora sabía que lucía más sus talentos naturales, y su pose inocente tirando a chica tonta borracha era un buen combo para debilitar la voluntad de los hombres como aquel. Sin dejar de mirar a su escote en ningún momento, el hombre balbuceó algo, recomponiéndose un poco antes de volverlo a intentar.

- Bueno… sí que atraéis clientela… - Dijo, pasándose la mano por el pelo. Kora quiso callarse el hecho de que había visto un grupo de jóvenes animar durante el concierto, no muchos, pero desde luego la banda de Jolyne tenía atractivo. - Mira, voy a volver a echar cuentas, y a final de mes os lo digo.
- ¿En serio? ¡Qué bien! - Kora dio un saltito, sacándole un grito ahogado al hombre, que se despidió torpemente antes de salir por la puerta. Por fin pudo sacar el aire de sus pulmones y el asco que había estado cont- Ughhhhh…

Miró la mano con la que había tocado a aquel tipo, manteniéndola en alto y lejos de ella. Cuando se acercó al grupo, que no dijo nada, Ezio le tendió una toalla para que pudiera lavarse.

- Tenéis lo que queda de mes, no pienso hacerlo otra vez. - Kora reprimió un escalofrío de repulsión. - Este sitio se está cayendo a pedazos, de todas formas.
- Ahora que lo mencionas… Kora, el grupo y yo lo hemos hablado. - Jolyne puso las manos en las caderas, y Kora por fin recordó por qué estaba allí. - Todavía no estamos al cien por cien seguros, pero podríamos ayudarte con tu situación.

Kora dejó de frotarse la mano con la toalla. Recordaba que Jolyne había mencionado que tenía que hablar algo con “los otros”, y aquellos tres chicos debían ser los supuestos otros. Los que según Jolyne, iban a ayudarla en su situación.

Varios escenarios turbios pasaron por su cabeza, y miró a cada uno. No le harían nada, ¿no? Sintió un poco de alivio al ver que los tres chicos parecían casi tan incómodos como ella, a pesar de que no tenía que ser algo reconfortante precisamente.

- ¿Y bien?
- Nos iríamos a vivir contigo, entre los cinco pagaríamos el alquiler, comida y luz.

Kora se quedó en silencio, entrecerrando los ojos mientras procesaba la información. Hizo los cálculos, saldrían a 400 por cabeza mínimo, pero aquello no era lo que le importaba en aquel instante.

- ¿Qué?

Fue lo único que atinó a decir antes de que Jolyne continuara.

- Tu estudio es mucho mejor que el que alquilamos, así que tendríamos derecho a usarlo para ensayar y grabar maquetas.
- Pero…
- Y un poco de publicidad por tu parte estaría bien.
- ¡Para!

Jolyne parecía sorprendida por la reacción de Kora, aunque el resto simplemente estaban incómodos por la situación. Kora quería pensar que había escuchado mal, o que Jolyne le estaba gastando una broma pesada. Miró a los tres chicos antes de seguir hablando.

- ¿Quieres meterme en casa a tres desconocidos? - Kora se llevó las manos a la cabeza. - ¿Pero estás loca?
- Yo les conozco. - Jolyne se cruzó de brazos.
- ¡¡Pero yo no!!

La poca simpatía que podían haberle transmitido los chicos se disipó, y se convirtió en miedo. No les conocía de nada, nunca les había visto, no sabía ni un sólo detalle de ellos aparte de sus nombres. ¿Cómo esperaba Jolyne que de repente vivieran con ella?

- Oye, Kora, no sé si lo sabes, pero compartir piso es algo que la gente hace de normal. - Jolyne frunció el ceño. - Más cuando estás a un par de meses de irte a la calle, o peor aún-
- Vale, vale, un poco de calma. - Intervino el chico moreno, Ezio, antes de que lo hiciera Fugo, quien bufaba negando con la cabeza. - Mira, Kora, entiendo que te parezca una locura. A nosotros también nos parece extraño, de hecho no estamos del todo seguros…
- ¡Lo siento, pero no!

Se hizo un silencio incómodo entre los cuatro, todo miradas inseguras excepto la de Jolyne que parecía atravesar a Kora, hasta que fue Wes quien habló.

- Podemos beneficiarnos todos. Si te incomoda que seamos tres hombres, te aseguro que no te molestará ninguno de nosotros. - Wes era alto y grande, y sin embargo, la manera suave de hablar que tenía la empezaba a calmar un poco.
- En un mes empieza una competición patrocinada por una discográfica.

Aquella información por parte de Jolyne pareció sorprender a todos, quienes se giraron hacia ella, expectantes.

- ¿Cómo lo sabías? - Le preguntó Fugo. - ¿Por qué no nos lo has dicho antes?
- Porque tenemos que enviar una maqueta antes, y todas nuestras maquetas son una mierda. - Jolyne respondió con exasperación. - Ni siquiera sabía que podríamos entrar… pero con un buen estudio…

Kora se cruzó de brazos también. Jolyne la necesitaba, en cierto modo, y era algo tan extraño. Se había sentido como una cría pidiéndole ayuda, incluso mostrándose vulnerable delante de ella, y Jolyne ni siquiera era capaz de decirle a la cara que podría ayudarle de tal forma.

Si le decía que no, sólo justificaría aquella actitud. Parecía irónico, pero la única forma de devolvérsela era precisamente tendiéndole una mano. Si quería un pulso, lo iba a tener.

- Está bien. - La voz de Kora sorprendió a los otros. - Podéis… podéis venir a mi casa si queréis. Supongo que puedo hacer sitio.
- ¿En serio? - Jolyne abrió los ojos. - ¿Lo dices en serio?
- Sí. - Kora levantó el mentón. - Arreglaré un par de cosas, y esta semana podréis venir a verlo.

Los cuatro la miraron en silencio. Por unos momentos, una sonrisa se dibujó en el rostro de Jolyne, e hizo un movimiento con las manos como si fuera a abrazarla o algo parecido, pero se detuvo enseguida. Sin dejar de cruzarse de brazos, Kora siguió examinando al grupo.

- Es un sitio de nivel, así que espero un mínimo de comportamiento por vuestra parte.
- Oye, que no hemos salido de la selva. - La acusó Fugo, aunque se calló cuando Wes le dirigió una mirada antes de hablarle.
- Gracias, Kora.

Kora sólo asintió antes de murmurar una excusa sobre lo tarde que era, marchándose del backstage con una despedida breve y sin mirar atrás.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on November 28, 2014, 11:40:15 PM
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Medley 6: Pink and Green

El Stray Sheep Bar se encontraba más lleno que de costumbre. Era sábado en la noche y el local estaba animado, pero la ausencia de música se sentía por encima de la conversación. En la barra del local, Shizuo Heiwajima, el dueño, rastreaba el escenario con la mirada, observando como el grupo bandera del bar se alistaba para la presentación de esa noche.

Había sido una semana difícil para los Young Guns. Su baterista y bajista habían dejado el grupo, no sin antes pelearse con el resto de la banda y dejar su local hecho un basural. De haber sido por él los hubiera dejado en la calle, pero le había prometido a Spike -su amigo y manager de esa banda- que les daría una segunda oportunidad si lograban presentarse ese mismo sábado, como siempre lo hacían.

Para su sorpresa, los músicos habían logrado conseguir los miembros que les faltaban. Estaban a punto de empezar el show contra viento y marea, y al bartender solo le quedaba esperar si hacerles el favor había valido la pena.

El lugar cayó en penumbras y el escenario se iluminó. Las charlas disminuyeron conforme la atención se volcaba al escenario, donde el grupo de cinco miembros tomaban posición con sus instrumentos.

Como siempre Kaien, siendo el líder, tomó el micrófono y presentó a la banda. Algunos presentes los conocían y vitorearon por él, Mine y Sayi, pero el pelinegro tuvo que presentar a Kim y Hayato como la nueva baterista y bajista respectivamente.

"¡We are the Young Guns!" terminaba Kaien con el preámbulo "Y esto es That Time"

♫♪♫ REGINA SPEKTOR – THAT TIME (https://www.youtube.com/watch?v=cW1AborG5fc)

La batería empezó a golpetear y casi de inmediato entró él con la guitarra. Kaien miró de reojo a Kim —la baterista apenas había ensayado con ellos la noche anterior y ya le había tomado el truco a todo el repertorio de esa noche.

La pelirroja era joven pero tenía mucha promesa, y eso le había sido evidente desde la primera canción que practicaron juntos.

Hey, remember the time when I found a human tooth down on Delancey?

Kaien seguía la voz de Sayi, mientras a su izquierda Hayato esperaba su entrada con el bajo. No había conversado con el bajista más allá de las instrucciones, pero de todos los músicos con los que había tratado, el peliblanco era definitivamente la persona más ambiciosa que había conocido.

Hey, remember that time we decided to kiss anywhere except the mouth?

El grupo que había iniciado hace dos años finalmente tenía un line-up competente. Y es que la nueva promesa de Kim y Hayato le agregaban un sonido que Mine, Sayi y él no habían conseguido por su cuenta. Kaien se sentía satisfecho… y justo en ese momento Sayi se giró hacia él, sonriente, y el pelinegro supo que su amiga pensaba exactamente lo mismo que él.

Hey, remember that time when my favorite colors were pink and green?

That Time era una canción que había escrito hace un par de años, y una que practicaba con sus amigos desde los días en el conservatorio. A este punto la conocían tan bien como la palma de sus manos, pero…

Hey, remember that month when I only ate boxes of tangerines?
So cheap and juicy
Tangerines…


Lo que no sabía Sayi, ni el resto de la banda, era que esta iba a ser la última vez que iría a tocar con ellos. Y no había manera fácil de decirles por qué.

Hey, remember that time…

<  f  l  a  s  h  b  a  c  k  >

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Las salas de prácticas siempre habían sido abierta a los alumnos que buscaban ensayar fuera de sus clases. No habían normas establecidas para su uso salvo ser estudiantes, cuidar tus pertenencias y mantener limpia la sala… por lo que más de uno se aprovechaba de la flexibilidad de las reglas para hacer lo que quisieran.

Hey, remember that time when I would only read Shakespeare?

Ese era el caso de Kaien Shiba, Ryutaro Mine y Sayi Miki, estudiantes de tercer año del conservatorio de música de Eastwood. Casi todos los días después de almuerzo, el trio de amigos conectaban los amplificadores de las guitarras y dejaban de lado la música clásica por una hora.

Hey, remember that other time when I would only read the backs of cereal boxes?

Y durante esa hora, la sala de práctica pasaba a ser una presentación improvisada, con el ocasional público conformado por otros estudiantes sin nada mejor que hacer.

Hey, remember that time I tried to save a pigeon with a broken wing?
A street cat got him by morning, and I had to bury pieces of his body in my building's playground

I thought I was going to be sick


Sayi se tomó del estómago e hizo una mueca de querer vomitar. La letra de la canción era juguetona por lo que se prestaba a actuar un poco. Algunos de los presentes no pudieron evitar reír —después de todo, era inesperado ver a la aplicada estudiante de canto y piano hacer monerías al ritmo de las guitarras.

Hey, remember that time when I would only smoke Parliaments?
Hey, remember that time when I would only smoke Marlboros?
Hey, remember that time when I would only smoke Camels?


Ryutaro Mine era violinista, uno bastante bueno sin lugar a dudas, pero era evidente que se divertia mucho más tocando con sus amigos que en las exhaustivas practicas con la orquesta.

Hey, remember that time when I was broke?
I didn't care; I just bummed from my friends
Bum bum bum bum bum bum...


Por otro lado y a diferencia de los otros dos, el enfoque de Kaien siempre había sido la guitarra. Siendo el más erudito en el género, había sido él quien había animado a sus amigos a formar una banda en sus tiempos libres.

Hey, remember that time when you OD'ed?
Hey, remember that other time when you OD'ed for the second time?


El nombre tentativo del grupo era Young Guns, y aunque nunca habían tocado en un escenario real, las salas de práctica del conservatorio les servía como consuelo. Y si bien la batería dependía de algún percusionista con tiempo libre, Mine y Sayi habían aprendido guitarra de Kaien, y con ello camuflaban un poco la falta de instrumentos.

Well, in the waiting room while waiting for news of you
I hallucinated I could read your mind
And I was on a lot of shit too, but what I saw, man, I tell you it was freaky
Freaky…


Para ser una banda improvisada en su tiempo libre, los Young Guns tenían una especie de fanaticada dentro del propio conservatorio. Acababan de empezar a ensayar y ya habían estudiantes sentados en el suelo, mientras otros de pie en la puerta aprovechaban la pausa para pedir alguna canción que quisieran escuchar.
Bueno, un show gratis a la hora de almuerzo nunca iba a pasar desapercibido.

"Yo solo podré tocar un par de canciones más…” Taro, el baterista, se disculpó con Mine, pero el violinista no estaba dispuesto a aceptar que se fuera temprano.
“¡El quinteto de cuerdas no va a usar la sala hoy!” le recriminó el rubio “¡Bien podríamos practicar dos horas enteras!”
“No lo sé… es que no me esta yendo bien en historia y se acerca el parcial…”
“Dude, anímate” Mientras Kaien conversaba con un par de conocidos, Sayi se acercó a la batería. Al ver que Mine no lograba convencer a Taro solo, la peliceleste puso su granito de arena “Te invito a comer ramen si te quedas las dos horas~”

El percusionista dudó un momento, pero finalmente no pudo resistirse a la presión de sus amigos. Habiéndose asegurado al baterista por esa tarde, Mine volvió a tomar su guitarra y Sayi buscó su termo para refrescarse la garganta antes de la siguiente canción, pero entonces…

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Una presencia, helada como un témpano se asomó detrás de la despreocupada peliceleste mientras esta tomaba un prolongado sorbo de agua. Al reconocer al profesor, varios de los estudiantes presentes optaron por tomar sus cosas y marcharse.

El certero golpe de un abanico cayó en la cabeza de la cantante. Por no escupir, Sayi pasó mal el agua y por ende terminó atorándose.

“¿¡Se puede saber que haces aquí!?”

Franz von Stresemann, el renombrado director de orquesta, golpeteaba entre sus manos el harisen responsable mientras su estudiante tosía desaforadamente.

“Teníamos que salir hace media hora a que notaricen tus papeles para el visado ¿recuerdas?” el rubio caminó alrededor de su pupila, evaluándola, y entonces negó vehementemente “Y tu estás hecha un desastre, que vergüenza”
“Me… había olvidado…” la peliceleste buscó retomar un poco de aire, y apenas tuvo suficiente, exclamó “¡Ya te he dicho que usar un harisen no te queda! ¡Eres europeo maldita sea!”
Pero el exabrupto solo le hizo ganarse una segunda bofetada de papel “Mereces que te golpee por haberte olvidado, y la regla prohibiendo disciplinar físicamente a los estudiantes no aplica a los harisen” Y dicho esto continuó golpeándole en la cabeza “ANDA. CAMBIATE. Y. VAMOS. YA”

Mientras Sayi se sobaba la cabeza e iba por sus cosas, Kaien se acercó al iracundo profesor para intentar razonar con él.

“Discúlpenos profesor, solo estábamos practicando…”
“¿Practicando? Estarán practicando cuando practiquen con sus instrumentos”

Franz fulminó a los presentes con la mirada. Mine se dio media vuelta y Taro se escondió tras los timbales. Sayi suspiró cansada… pero Kaien frunció el ceño, molesto ante las palabras del profesor.

“¿Cuál es el problema con que probemos otro tipo de música en nuestro tiempo libre?” se atrevió a preguntarle y todos, hasta el mismo Stresemann, se sorprendieron con la asertividad del muchacho “¿Qué importa si nos tomamos un descanso a lo que estudiamos, si de todas maneras seguimos girando alrededor de la música?”

Sayi se interpuso entre su amigo y el profesor, pero ambos tenían la mirada fija en su objetivo: El obstáculo frente a ellos.

“Déjame decirte lo que están haciendo aquí: Perdiendo el tiempo”
Sayi tensó los labios, incómoda “Milchi, solo estábamos practicando”
“¿Practicando para qué?” le recriminó su tutor “Tu vas estar abordo de un avión con destino a Alemania en tres meses. Deberías practicar tu Rachmaninov y tu Saint-Saënz en lugar de lastimar tu voz cantando esta bazofia que llaman música

La sala quedó en silencio absoluto. Y si bien se sentía le tensión en el aire, ninguno de los expectadores se animó mover un dedo. Varios de los estudiantes que seguían presentes cuchicheaban entre sí, teniendo cuidando de no ser oídos para no quedar en la lista negra del profesor.

Kaien tensó los puños “Todos aquí estamos en nuestra hora libre”
“S-si profesor…” intervino Mine “Podríamos estar jugando Rockband, pero estamos probando nuevos instrumentos y entrenando nuestros oídos…”
“Ese es otro punto” continuó el profesor, y Mine se arrepintió de haberse entrometido “La semana pasada Sayi vino al ensayo de la orquesta con ampollas en los dedos ¡Una pianista de conservatorio con ampollas! ¡Ridículo!”
“Oigan. No se olviden que hay gente presente” susurró la peliceleste, pero su advertencia pasó desapercibida “Tendré más cuidado Milchi, lo prometo”
“¿Y que tiene que ver conmigo lo que Sayi tenga o haga?”

Franz se acercó al pelinegro hasta tenerlo a pocos centímetros de su rostro. Varios no pudieron evitar exclamar en sorpresa: El profesor Stresemann tenía fama de ser bastante ameno, y aquella era la primera vez que lo veían amenazar abiertamente a alguien.

“Se que eres tú quien esta distrayendo tanto a Sayi, como a Ryutaro y a otros estudiantes a quienes metes en este juego de banda. Eres tú quien les enseñas guitarra y los invitas a practicar aquí, en lugar de dejarlos a que se prepararen en paz para su último año en el conservatorio” Franz von Stresemann se giró no solo hacia Mine y Taro, sino que señaló al resto de los presentes “Que les sirva de advertencia: Si no se dedican con sangre y lágrimas, día y noche a lo que vinieron a estudiar aquí, no hay manera que vayan a triunfar en una carrera tan competitiva como lo es la música”
“…”
“Distraerse solo vendrá a morderles en el trasero más adelante” y dicho esto volvió a dirigirse a Kaien. Su rostro estaba contraído en rabia “Deja de imponer tus sueños sobre los demás ¡No hay manera que una disquera venga y contrate a un intento flojo de banda, así que deja de distraer a mis estudiantes con tus estupideces!”


Lo que pasó en esa sala de prácticas termino siendo tergiversado en mil y una maneras por los que estuvieron ahí. Pero en lo que todas las versiones concordaron, fue que el tiempo de Kaien Shiba en el conservatorio había terminado el momento en que su puño golpeó el rostro del profesor.

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Sábado en la noche y el trabajo no había terminado. O en su caso, por lo menos, no podía permitirse que terminara todavía.

El pelinegro abrió las cortinas de su oficina —un refinado estudio en lo alto de un edificio— y observó el horizonte de Eastwood abrirse a sus pies. Se volvió a sentar en su sillón, cansado, y en su computadora ubicó la siguiente audición que le tocaba escuchar.

La disquera estaba empezando a presionarle con avances de su nuevo disco. La fecha de lanzamiento ya estaba decidida y todavía faltaba tiempo para ese día, pero había cierto material que seguía sin definirse, y este era vital para la campaña del equipo de marketing. Material que dependía de él...

El tercer álbum del cantautor Hwang Tae Kyung estaba siendo esperado con ansias no solo por sus fanáticos, sino por críticos del ambito musical. El músico era reconocido no solo por su distinguida voz y melódicas piezas, sino también por encargarse mayoritariamente él solo de la dirección y arreglos musicales.

Mientras balanceaba una copa de vino entre sus dedos, el pelinegro sonrió irónicamente ante el título de “genio” con el que había sido bautizado por un par de periodistas. “No tiene sentido” pensó en su frustración ”Un supuesto genio no tendría tantos problemas llegando a una decisión”

Le faltaba poco para terminar el setlist de su próxima entrega, pero había una canción –una en especial— que le estaba dando más problemas que ninguna otra. Y es que no sabía por qué pero había terminado escribiendo un dueto, y encontrar una voz que vaya con la suya para esa canción estaba probando ser un reto imposible.

Con ayuda de su manager había conseguido demos de varias artistas dispuestas a trabajar con él, pero si bien habían voces hermosas ninguna terminaba de convencerle. Luego de evaluar varias pistas, había llegado a la conclusión que el problema no era otro sino él.

Tae-Kyung tenía una idea de qué tipo de voz quería para la canción que había compuesto, y al tratarse más de un capricho que algo racional, había tomado como tarea personal encontrar a la voz adecuada.

El pelinegro cerró los ojos, se apoyó en su silla y se recostó hacia atrás. Cuando abrió los ojos y observó el techo, recordó nuevamente la melodía que había escuchado hace unos días, la vez que se había encontrado con el profesor Stresemann en el conservatorio.

La había tenido dándole vueltas en la cabeza desde entonces.

Casi no recordaba la voz, pero si recordaba la corazonada que sintió en ese entonces. Podía tratarse de una ilsión de su propia mente, o quizás a la hora de la verdad la persona cantando no resulte ser lo que esperaba, pero viendo que llevaba semanas en una búsqueda sin frutos, nada perdía con averiguar más al respecto.

Dando por cerrado el trabajo por esa noche, Tae Kyung recogió sus llaves y apago la luz de su oficina. Lo primero que haría el lunes sería visitar a su ex profesor, y solo le tocaba rezar para que Stresemann le sea de ayuda esta vez.

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Spike veía gente pasar frente a su negocio, pero ninguno siquiera consideraba entrar a una casa de empeño y dejar algo en prenda. El castaño no los culpaba —de ser por él, un local tan deprimente sería el último lugar donde querría estar también.

Viendo que la posibilidad de hacer negocio era prácticamente imposible, el manager/empresario pensó en cerrar temprano y visitar el bar de Shizuo, su amigo. Y lo habría hecho en ese momento, de no ser porque recordó la última llamada que había recibido de Kaien, el líder de los Young Guns: La banda de la cual era manager.

Desganado, Spike volvió a tomar asiento en su banca y se recostó sobre el mostrador.

El joven guitarrista había sido contactado por nada menos que el dueño de una disquera; un visionario, y una de las figuras más representativas dentro del ámbito en Eastwood. Se le había presentado, en bandeja de plata, la posibilidad de unirse a un proyecto organizado por este hombre y ampliamente financiado por varios patrocinadores. El único problema había sido que el contrato no había sido extendido a ninguno de sus amigos, sólo a él, y pese a que era una decisión muy delicada y difícil, el pelinegro optó por no desperdiciar la oportunidad que se le había presentado.

Y fue por eso que le había llamado hace dos días: A agradecerle por sus atenciones con él y desearle lo mejor. Es decir, a despedirlo.

Spike no había recibido noticia de Sayi, Mine, o de los nuevos integrantes de la banda desde ese entonces, pero el manager se imaginaba que ese grupo había muerto con la partida de su líder. Los Young Guns solían tocar religiosamente todos los sábados en el Stray Sheep; de hecho, ese mismo día se suponía que debían tocar para mantener su puesto, viendo que Shizuo los quería echar y estaba en ellos demostrarle que eran una presencia positiva en el bar.
 
Era una lástima que sus clientes de casi un año se encontraran con ese final, pero la música era un negocio que no conocía la misericordia. Habían veces que tocaba dejar de lado a amistades con tal de salir adelante… y esa era la razón por la que no quería poner pie en el bar esa noche. No quería tener que lidiar con la molestia de Shizuo, ni con la decepción del resto de miembros…

El celular que descansaba sobre el mostrador vibró, avisándole de un nuevo mensaje. Spike pensó en ignorarlo pero pensándolo mejor… no le quedaba nada mejor que hacer que chatear, ¿cierto?

Pero cuál fue su sorpresa al ver que era un mensaje de Sayi, preguntándole dónde estaba y adjuntando una foto, donde salía Kaien tocando junto al resto de la banda.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on December 27, 2014, 11:27:54 PM
*repost, no cuenta para probaciones*

7

Habiéndose librado de un momento potencialmente vergonzoso para Sora, él junto con Ryo y Reimu subieron por las escaleras hacia el segundo piso, en búsqueda de una sala de estar donde comer sus pasteles. Doblaron entrando en un largo pasillo que terminaba en un balcón con vista al mar, un lugar ideal para el presente clima. Tocaba caminar, aunque en el pasillo había distintas puertas que eran las grandes habitaciones de los que vivían ahí, todas cerradas. Pasaron al costado de la puerta de Blanc, luego la de la madre quien debía estar paseándose al no haberse encontrado con ella y Sora pasó frente a una puerta más cerca al final…
Y recibió un portazo que le envió a caerse al piso de costado, estrellando su cabeza contra la pared opuesta a la puerta. Fue una sorpresa para los tres, pero pasado ese instante, dejó de ser tan sorpresivo. Un chico tres años menor que Sora pero bastante parecido a él salió de esa habitación luego de efectivamente atacarle con la puerta.
“Eres tan fácil de ownear, Sora,” le dijo el niño, sonriendo traviesamente, cuando entonces se giró a los invitados con una sonrisa más amigable. “Oh, ¿qué tal? ¿Cuidando de Sora?”
“H-hola Luso,” saludó Ryo, todavía un poco sorprendido.
“No deberías ser tan cruel con tu hermano todo el tiempo,” Reimu sonrió algo frustrada.
“Supongo, sólo se me ocurrió…”
“L-Luso…” Sora se levantó, sintiendo su cuello muy sensible y adolorido, ya que con el impacto de su cabeza contra la pared casi sintió que su cuello se quebraría. Miró a su hermanito con cólera. “¿Cómo te atreves?”
“No entiendo tu pregunta,” Luso frunció el ceño, confundido. “Es como si en verdad tuvieras algún tipo de presencia o que merezcas respeto especial para tener que ‘atreverme’ a hacerte algo.”
“¿Cómo podrías hasta quedarte pegado a tu puerta esperándome a que pase? ¡Pensé que tenías una vida como para molestarme tanto!”
“Nah, no te creas tan especial. Le dije a Blanc que me enviara un mensaje de texto cuando estés subiendo. Además, la casa tiene cámaras, obvio que sé que eres tú.”
“¡Aun así!” siempre se olvidaba de ese detalle de que había cámaras. Poniéndose a pensar, no tenía ni la más mínima idea de dónde estaban.
“Pero no hay por qué quedarse en el pasillo,” Luso abrió más su puerta. “Es agradable cuando tus amigos vienen a visitar, casi me hacen olvidar que no me caes. Pasen.”

Sora tuvo la intención de negarse y seguir con su camino pero sus amigos aceptaron gustosamente y entraron. Ellos sí se llevaban bien con sus hermanos, después de todo.
La habitación de Luso era enorme y al fondo tenía algo de vista al mar. Aparte de un pequeño desorden, todo estaba aceptable y tenía un poco de todo en estantes, además de un equipo completo de televisión y videojuegos y un friobar grande para bebidas. Algo bastante estándar en la gente que vivía ahí, sólo que Sora tenía prohibido el friobar al no mantener su habitación libre de migajas y restos. Luso tenía la computadora prendida y regresó a su escritorio, revisando un script que tenía que practicar.

Él era el niño protagonista de una serie de televisión conocida internacionalmente: ‘The Grimoire of the Rift’, que trataba de un joven normal internado en un mundo mágico, con la tarea de viajar y llenar un Grimoire con historias, el cual obtendría el poder del abismo y le permitiría regresar a casa, pero al ver todas las temporadas que tenía y aun más planeadas, la historia se concentraba simplemente en sus travesías y en gente que le rodeaba. Esa era la idea principal y obviamente él tenía un horario muy ocupado, siempre requiriendo de tutores para ponerse al día en el colegio, al cual de todos modos iba seguido, cada vez que podía. Se podría decir que de no ser por su madre y Blanc, hace tiempo que habría perdido disciplina en sus estudios.

“Siempre estás con un nuevo script,” observó Reimu. “¿No se te hace pesado?”
“Pues, no es que esté grabando nuevos capítulos todo el año,” él sonrió. “Ya se ha vuelto una rutina. Ah, se me olvidaba,” él abrió un cajón y sacó un par de bolsas de regalo. “Pasaba por el mall el otro día y compré cosas que pensé que les gustarían. Aquí tienen.”
“Oh, gracias, no debiste,” Ryo recibió su bolsa y vio un nuevo juego para la 3DS. En verdad era Luso quien siempre contribuía con su limitada colección. “Lo jugare cuando tenga tiempo libre.”
“Uhh, ¿qué es?” Reimu rebuscó entre el papel de relleno y se topó con un chal de tela suave. “Aww, cómo se ve que sabes de mis gustos,” y ella vio que Luso le extendió un recibo. “¿Qué es esto?”
“Por si prefieres regresarlo y recibir dinero a cambio,” se explicó, conociendo la personalidad muy levemente avara de la chica. “Tienes cinco días.”
“…” ella recibió el recibo y lo miró con la mano temblorosa, en una triste guerra interna, mostrando a los otros tres que quizás hubiera sido mejor no haberle dado la opción.
“N-no tienes que…” Luso dio un suspiro y miró a su hermano. “Ellos dos son buenos amigos hasta de alguien como tú, no te dolería dedicarles algo también. Te doy dinero de sobra cada quincena.”
“Acabamos de ir al mall y les compré accesorios de música y pasteles,” dijo Sora, molesto. Luso hizo una mueca de insignificancia, sonriendo sin interés.
“Sí, sí, obligando a este par de prodigios a tu proyecto frustrado de música y luego alimentando tu glotonería…”
“¡No es así! Esto es importante, sí me puedo tomar las cosas con seriedad. Es un proyecto en conjunto y definitivamente le daría importancia.”
“Me es difícil creerte. ¿Crees que no sé lo que haces con tu dinero?” Luso le miró fijamente y seleccionó su browser, abriendo eBay. “He estado viendo en las subastas en que participas y las cosas que compras. Recientemente sé que compraste un videojuego con un bonus exclusivo y pagaste mucho más de lo debido. Seguro que lo hiciste por ser una edición limitada pero he visto subastas de sólo el bonus y estas no pasaron de veinticinco dólares, ¿eres un tonto o qué?”
“P-pues…” debió haber pensado en ello y esperar a que apareciera una de esas subastas, pero tenía que admitir que el que todo el paquete estuviera incluido y sellado agregaba valor y gusto de comprarlo.
“Oh bueno, tengo que reconocer que es mi culpa y quizás también de Blanc por darte tanto dinero,” Luso cerró eBay y sonrió un poco. “Tendremos que tener una discusión seria sobre reducir tu mesada.”
“E-eh…” Sora se asustó un poco por esa posible amenaza.
“No deberías impresionarte tanto por eso, es malo para ti,” opinó Ryo, sonriendo incómodamente. El tema de reducir su solvencia económica había sido tocado varias veces en el pasado pero nunca parecía haber sido en serio. Parecía que los dos hermanos lo usaban para poner a Sora en su lugar cuando les convenía.
“Ya que están aquí…” Luso se dirigió a los invitados y revisó su calendario. “Creo que tengo un fin de semana libre a fin de mes. Podemos salir a pasear todos juntos. Si quieren, invito a Blanc y a las chicas, y a mis amigos.”
“Sería ideal,” Reimu asintió, sonriendo tranquilamente. “Una excursión siempre despeja y tranquiliza el alma.”
“¿Qué?” Sora se sintió sumamente confundido y miró a su hermanito. “¿Estás invitando a mis amigos de paseo?”
“Sí, ¿por qué no?” preguntó Luso, sin hacerse líos.
“Es tan raro, además que tú nunca me has invitado. Y para empezar, nunca los has invitado a ellos,” Sora vio a los tres intercambiar miradas en silencio. “No me digan…”
“Está bien, algún día te ibas a enterar,” Luso se encogió de hombros, restando importancia. “Sólo porque no me llevo bien contigo no quiere decir que no lo haría con tus amigos y los invito ocasionalmente. Me caen bien y es lo menos que puedo hacer por ellos por siempre vigilarte, cuidarte y permitirte pasar de año.”
“¿E-en serio?” era la primera vez que oía de ello. Miró a los dos y ellos le miraron, con sus sonrisas de siempre, como si no hubiera nada raro en ello. “¿Por qué no me dijeron?”
“No sabíamos cómo te lo ibas a tomar,” dijo Ryo.
“Pensamos que sería mejor que tus hermanos te lo dijeran,” respondió Reimu. “En verdad no es la gran cosa.”
“M-me siento dejado de lado…” Sora se sintió solo por averiguar la verdad…
“Uhh, supongo que es un mal momento para decirte una de nuestras salidas…” Luso sonrió cruelmente. “Sora, ¿recuerdas esa vez que hubo la inauguración de la montaña rusa más grande del parque de diversiones cercano?”
“O-obvio que lo recuerdo…” respondió él, no entendiendo a dónde iba con eso, pero tenía algo de miedo de imaginar. “Lo promocionaron un montón y hubo un grupo exclusivo anónimo que tuvo la oportunidad de subirse a la atracción y estrenarla. Ellos recibieron un montón de regalos y objetos de colección…” tembló. “No…”
“Blanc ganó el sorteo por Internet y ella y yo invitamos a todos, incluyendo a tus amigos,” contó Luso, sonriendo con gusto. “Fue muy divertido.”
“¡Imposible! ¡Yo quería estar ahí! ¡Me moría por esos regalos de estreno!” Sora se sintió torturado, como si la vida se burlara de él. “¡Pero el carro de la montaña rusa tiene un montón de espacio! ¿No hubo espacio para mí?”
“Con los amigos de Blanc, mis amigos…” sonrió traviesamente. “…tus amigos y los amigos de nuestros amigos yendo obviamente no iba a haber espacio para ti. Sólo hubo una regla para todos que tenían que cumplir con tal de ir.”
“No decirte nada,” recordó Reimu, sonriendo inocentemente.
“Exacto,” Luso asintió. “Ahh, pero esperar unos meses después del evento para finalmente decir la verdad ha probado ser tan priceless~”
“¡No puedo creer que me han hecho esto!” Sora se llevó sus manos a la cabeza, no creyendo que sus propios amigos se lo habían ocultado. “¡¿Qué he hecho para merecer esto?! ¡Demando una explicación!”
“Intenté convencerles a que te inviten, pero no sé qué problema hubo con Blanc en ese entonces que estaba muy molesta contigo,” dijo Ryo, algo incómodo. “No hubo forma de convencerles y decirte algo sólo lo hubiera hecho peor. Sabes que no es bueno discutir con Blanc cuando se molesta, sobre todo si eres tú.”
“…” buen punto. Blanc le habría comido vivo y sus amigos se hubieran visto envueltos. “A-al menos… hubieran podido darme uno de los regalos. Sé que cada persona recibió una canasta entera.”
“Esos son personales, cada uno se lo queda como memento o ve qué hacer con eso, como bien has dicho, es especial y único,” dijo Luso. “Yo tengo mi canasta guardada en algún punto escondido de esta casa que nunca encontrarás.”
“Eh, Luso también está guardando la mía,” dijo Ryo, sonriendo incómodamente.
“Yo vendí mi canasta en una subasta por Internet,” reportó Reimu, sin hacerse líos.
“¡¿Tú fuiste quien vendió la única canasta que apareció a la venta?!” preguntó Sora, en completo shock. “¡Participé en esa subasta pero se volvió demasiado cara!”
“Sí, y la persona que ganó ya debe estar disfrutándola en algún punto recóndito del medio oriente…” Reimu se puso a recordar el extremadamente caro envío que esa persona estuvo dispuesta a pagar. Sora debió haber sospechado sobre la identidad del vendedor de eBay al ver que se llamaba ‘shrinefunds’.
“Lo más importante del evento es que todos la pasamos bien y muy aparte de los regalos que recibimos, nos tomaron una foto para el recuerdo en la caída principal,” Luso estiró su mano y alcanzó un portarretratos que de no haber sido parte de la conversación, Sora seguramente nunca habría notado.

Ahí se pudo ver efectivamente al carro de la montaña rusa y un montón de personas, todos adolescentes o a lo mucho adultos jóvenes como en el caso de Vert. Sora vio a Luso, Blanc, Ryo, Reimu, las Hearts, y de ahí notó que hasta su primo y los amigos de su primo estaban metidos por ahí. De ahí… había muchas otras personas que quizás las había visto por su colegio o simplemente desconocidos. Daba cólera ver la gran cantidad de gente que llenó ese espacioso carro y que no lo hayan incluido a él en ese paseo especial.

“Sí, siempre llevo esa foto conmigo a todos lados,” Reimu sacó su llavero, el cual era esa foto en miniatura micada en plástico duro. “Tiene las llaves de mi templo.”
“…” Sora bajó su mirada al piso, entre molesto, indignado, triste, insultado, y muchos otros sentimientos y colores. Era una lección, el no molestar a Blanc, quien si hubiera estado en buenos términos con él para ese evento, más que seguro le habría invitado.
“P-perdón…” Ryo se incomodó al verle así. Había imaginado que le afectaría, pero tal vez hubiera sido mejor que alguien distinto a Luso le haya dicho la verdad, viendo que este aprovechó para burlarse de él. “Prometo reponerte con algo.”
“¿Pero quiénes son todas estas personas en la foto?” Sora todavía no podía creerlo. No conocía ni a un tercio de todos ellos.
“Tengo la impresión que en tu frustrado camino a la fama terminarás por conocerlos a todos,” Luso sonrió con la idea. “Como en el show en que actúo, pero tu quest sí va a ocurrir en la vida real. ¿Quieres que te regale una copia pequeña de la foto para que comiences a llevar contabilidad de eso?”
“¡No te burles!” Sora ya había tenido suficiente. “¡Déjenme en paz!”
“Este tipo de cosas les ocurre a uno en la vida y se tiene que actuar con madurez,” explicó Reimu, nuevamente sonriendo de esa forma madura y tranquila que le salía excelentemente bien. “No dejes que una oportunidad perdida te derrote…”
“¡Tú sabías muy bien que quería ir, no actúes como si lo supieras lo que siento!” Sora comprimió sus puños, pero intentó tranquilizarse un poco. Sus amigos siempre habían sido muy pasivos y no iban a ir en contra de sus hermanos (bueno, en el caso de Reimu ella sólo era pasiva cuando le convenía, pero en fin…). Tomaría tiempo olvidarlo, o si no tendría que quedarse investigando todos los rincones de su mansión a ver si encontraba dicha canasta. “Como sea, me voy… tenemos que comer estos pasteles.”
“Pueden quedarse a comer aquí, tengo muchos tipos de bebidas,” sugirió Luso, contento al recibir una mirada iracunda de Sora, aparte de que era cierto que este no había conseguido bebidas para pasar el dulce. “Y viendo que se está oscureciendo ya no queda mucho tiempo antes que tengan que irse. Tengo todo listo aquí.”
“Si no hay problema con Sora, encantada,” respondió Reimu, y tanto ella como Ryo pasaron a mirar a Sora. Ninguna presión, pero las miradas simultáneas casi parecían ponérsela, así que él se rindió.
“Está bien, como quieran,” Sora estaba muy frustrado. Luso siempre sabía cómo amargarle el día mientras se pasaba llevándose muy bien con los demás. Con eso finalmente se terminó ese día, y tocaría regresar a la rutina.

Pasarían días y muchos eventos, cada uno más extraño que el otro, pero Sora eventualmente notaría que lo que Luso le dijo era cierto. En su camino e intentos de volverse un mejor músico y ganar algo de fama, se encontraría con cada una de esas personas, sean buenas o malas noticias, y aprendería que tendría que depender de otros mucho más de lo que hubiera querido. Le esperaban grandes desafíos.

Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on December 27, 2014, 11:28:28 PM
8

Llegó la siguiente mañana y Cho se encontraba ocupando una mesa en la cafetería. Por la hora, no había mucha gente en los alrededores y se sentía lo suficientemente cómoda para relajarse y trabajar en su tarea. La primera clase no empezaba hasta en una hora, pero a fin de cuentas siempre se concentraba mejor estando dentro del campus.

Ya no le faltaba mucho para completar su trabajo. Al menos no debía entregarlo hasta después del almuerzo, por lo cual tenía su siguiente descanso para continuar si es que se volvía necesario. Aun necesitaba repasar un par de conceptos más para resolver todos los problemas asignados, así que mejor lo revisaba de inmediato.

Ella abrió su libro de matemática y fue al capítulo que le tocaba. En medio de su lectura, no evitó distraerse. Estaba siguiendo una carrera de ciencias y hacer todos esos problemas no era difícil ni pesado para ella, pero tampoco se sentía motivada a seguir con esos trabajos. En cambio, al cantar en un salón del conservatorio, la sensación era diferente. El canto le motivaba a seguir adelante y le despegaba del suelo. Le gustaba cerrar sus ojos e imaginar un futuro brillante, o al menos cómodo, en el cual pudiera desenvolverse como una reconocida cantante. Fama y riquezas, aunque preferidas, no eran necesarias. Sólo deseaba desarrollar su talento, que otros lo reconozcan y poder vivir a partir de este.

Pero al abrir sus ojos y mirar sus útiles y su presente situación, no evitaba estremecerse. ¿Acaso su deseo de cantante era bueno? ¿No estaba haciendo un error al perseguirlo si es que tenía buenas notas en la universidad? ¿Y qué tal si graduarse y buscar un empleo regular era el verdadero error para ella? El concepto de que una carrera en ciencias era ‘la elección segura’ nunca había significado mucho para ella, aunque sí lo suficiente para tener nervios sobre sus prácticas en el conservatorio. De todas formas, mientras todavía pudiera atender la universidad y el conservatorio paralelamente intentaría los dos. Vivía en Eastwood, el lugar en donde pese a la gran competencia, tenía mayores oportunidades de lograr sus metas.

Su divague costó cerca de cinco minutos, y Cho sacudió su cabeza para despejar sus nervios. A veces sentía que sus pensamientos estaban en su contra. Decidió esquivar su religiosa manía de autotortura y se forzó a leer su libro, no aceptando otro descanso.

Pero su concentración le duró poco porque Kurisu pasó caminando por la cafetería y se le acercó al reconocerla.

“Siempre que te veo estás ensimismada en algo,” observó la pelimarrón. La dirigida levantó su mirada.
“Oh, buenos días, Kurisu…” saludó Cho con cierta torpeza. Notó que la mayor traía consigo una bolsa de papel y un café. Esa debía ser la razón por la que estaba presente en la cafetería.
“¿Terminando una tarea?” Kurisu se asomó, pero notó la ligera incomodidad de Cho de mirar su trabajo. “Todo se ve bien. No tienes que mostrarte tan recelosa.”
“P-perdón… no me gusta que revisen mi trabajo en mi presencia. Es vergonzoso…”
“No soy tu profesora, Cho,” Kurisu se llevó las manos a las caderas. “¿Sabes? Recuerdo cuando pasaron tu canto por la radio y te mostraste inconforme por ese premio. Sé que temes que no puedas hacerte conocer por tu cuenta, pero lo menos que deberías hacer es temer o lamentarte por ese mismo temor…”
“…”
“Estuve pensando que tendrías que abrirte un poco más. La clave para hacerte conocer es dar ese paso adicional y no quedarte tan retraída. Varias veces te he invitado para que conozcas a mis amigos.”
“Ehh… es incómodo ser la nueva en un grupo…” Cho tensó sus hombros.
“Parece que prefieres dialogar con personas o en privado, o en alguna situación menos comprometedora…” Kurisu vio a la peliceleste asentir. “Si eso te haría sentir mejor, deberías hacerlo. Por eso mismo quería hablarte.”
“¿Eh?” Cho se confundió.
“Un amigo está a cargo de un evento voluntariado de limpieza este sábado. No es el evento más grande ni más concurrido de este tipo, por eso pensé que sería lo mejor para ti. Vas a tener que mantenerte al contacto con los demás pero será como un ambiente de trabajo. Asumo eso te vendría bien.”
“A decir verdad, un chico me dio un volante de ese evento ayer…”
“Oh, entonces ya has oído los detalles,” Kurisu sonrió. “¿Y qué piensas?”
“Pues…” Cho bajó su mirada. “Estaba pensando en no ir…”
“Ah…” la mayor dio un suspiro. No le sorprendía esa actitud y falta de interés. “Sé que eventos así pueden ser intimidantes y demandar mucho trabajo, pero he participado en un par y te puedo decir que no es tan malo. Creo que te haría muy bien. Haz el esfuerzo en ir. Es una buena causa, pero sobre todo hazlo por ti misma. Te haría muy bien.”
“Lo entiendo…” su amiga sí la conocía bastante bien para saber cuáles eran sus dudas al respecto. La noche anterior se había pasado debatiéndose si ir o si no ir, y como era típico en ella, los inciertos y posible incomodidades le habían quitado los ánimos, pero al volver a oír la propuesta de parte de Kurisu sintió que tenía más motivos para ir.
“Si no tienes nada que hacer el sábado en la mañana, me gustaría que hicieras el esfuerzo de ir. Lamentablemente yo tengo unas pruebas, pero si salgo temprano intentaré llegar al menos para el final, y me gustaría encontrarme contigo ahí. ¿Qué dices?”
“E-está bien…” Cho forzó una corta sonrisa. No se sentía segura y conociéndose no tomaría una solución sólida hasta la noche anterior, pero sí sabía que su asistencia era un poco más probable que antes.
“Me alegra,” Kurisu asintió. “Tengo que irme, me están esperando. Espero verte en el evento. Nos vemos luego.”
“Hasta luego,” Cho se despidió y le vio irse del lugar. Era hora de seguir con su tarea.

Kurisu salió de la cafetería y sacó su celular para revisar la hora. Ella vio en su pantalla que Almaz le había enviado un breve mensaje.

‘Mi jefa y unos colegas me van a hacer manejar al mall en la tarde para estar presente en un ‘evento controversial’. Tengo un mal presentimiento.’

Realmente se compadecía del pobre luego de haber escuchado rumores sobre su jefa. Por ello, deseaba que su evento el sábado fuera bien.
Con un poco de suerte, Cho asistiría también. Kurisu se olvidó de mencionarle que un par de sus amigos estarían presentes. O tal vez no lo olvidó, sólo que prefirió no darle aquella posible ‘información inquietante’. Esperaba que todo fuera para bien.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on December 28, 2014, 02:06:17 PM
Ver los fics de Cho me ha inspirado para sacar este aporte adelante, que lo tenía atascado desde hace un par de meses... pronto esto se encaminará a lo musical, lo prometo.

04

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddjolyne.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddweather.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddezio.png)

Kora se levantó de la cama con pesadez, arrastrando su cuerpo lentamente sobre el colchón al estirar sus músculos perezosamente. El reloj marcaba la una de la tarde, y en su estómago empezaba a notarse la punzada del hambre, marcando la hora de salir de la habitación para buscar algo de comida en la cocina. Con lo dormida que estaba todavía, ni recordaba si tenía algo en la nevera. Al menos siempre le quedarían los cereales.

- Buenos días.

Al oír el saludo tras ella, el corazón le dio tal vuelco que casi derramó el cartón de leche entero en el bol. Todavía no se había acostumbrado al hecho de que su casa tenía cuatro inquilinos más, casi literalmente de la noche al día.

Se giró lentamente, apretando el cartón entre sus dedos, forzando una sonrisa que tenía que parecer totalmente incómoda. Al menos agradecía que la camisa fuera lo suficientemente larga como para que nadie pudiera saber seguro si llevaba sólo las braguitas debajo.

- Hola, Ezio. - Había tenido el detalle de aprenderse los nombres de todos.
- ¿Han llegado ya Wes y Jolyne? - Preguntó el chico con naturalidad, aunque a Kora no se le escapó la mirada disimulada que le echó al borde de su camisa de gatitos.
- Pues…

El ruido de las llaves en la cerradura la volvió a asustar por unas milésimas de segundos hasta que recordó otra vez su situación. Como invocados por Ezio, los dos nombrados se presentaron en la cocina, dejando un par de bolsas sobre la mesa. Un par de naranjas se escaparon en el impacto, y Kora recogió la que más cerca estaba de caer por el borde.

- Antes os nombro… - Ezio dio una palmada en el hombro de Wes como saludo, y dedicó a Jolyne un gesto con la cabeza.
- ¿De dónde es ésto?

Kora giró la naranja, mirando la pegatina que llevaba en el lado. Arrugó la nariz al reconocer la marca barata.

- ¿No le gusta a la señorita? - Le dijo Jolyne mientras abría la despensa. - No podemos permitirnos comida orgánica. ¿Alguna queja más?
- Bien que os comisteis mis manzanas… - Masculló Kora, dejando la fruta a un lado. - Y sí tengo más quejas: ¿podríais no hacer tanto ruido por la mañana?

Había faltado solo el sonido de un disco rallado: de repente sintió cómo tres miradas se posaron sobre ella, pero Kora se quedó en su sitio, cruzada de brazos. Si creían que iban a intimidarla en su propia casa, estaban muy equivocados.

- ¿Perdona? - Jolyne alzó una ceja.
- ¿Odiáis las puertas por algún motivo? - Continuó Kora. - Dais unos portazos de miedo. Me habéis despertado como cuatro veces esta mañana.
- Bueno, Kora, no creo que nadie-
- Estamos trabajando.

Interrumpiendo a Ezio, Jolyne puso especial énfasis en la última palabra, y aunque los tres estaban molestos con lo que acababa de decirle, a quien le sostenía Kora la mirada era a ella.

- ¿Sabes lo que es eso? - Continuó la chica. Kora apretó la mandíbula, empezando a picarse con el tono condescendiente que estaba usando Jolyne. - ¿Te suena?
- Ni idea, ¿por qué no me lo explicas? - Se giró para seguir preparándose el desayuno. - Me interesa muchísimo.
- Pues interésate, porque vas a tener que empezar pronto.

Dejó la caja de cereales en el banco antes de echarlos siquiera, girándose con una ceja alzada. Jolyne estaba con los brazos en jarras, y ni Ezio ni Wes parecían querer saber nada del asunto.

- ¿Perdona? - Kora se apartó el pelo con toda la dignidad que una persona en una camisa de pijama de gatitos podía acumular. - ¿Desde cuándo decides qué hago con mi vida?
- Desde que tienes que pagar una quinta parte del alquiler y las facturas de donde vives.

Decidida y desafiante, Jolyne dio un paso hacia adelante. Ezio hizo ademán de sujetarla por un segundo, aunque antes de alcanzarla dejó caer la mano mientras ponía cara de póker.

- Me lloraste para que te ayudara, así que presta aten-
- Creo que este tema se puede dejar para luego.

Tan silencioso como siempre, Wes había alcanzado a Jolyne, poniendo una mano sobre su hombro. Ésta cerró los ojos bajo el contacto, dejando ir un bufido. Jolyne se había relajado, o al menos eso parecía, pero Kora seguía aún en tensión. No era justo que Jolyne lo explicara como que “le había llorado”. Estaba tratando de hacer que pareciera una cría frente a sus amigos, y ofendida, se giró para seguir preparándose el bol de cereales.

- Wes tiene razón. Mejor hablamos después de comer. - Dijo Ezio a su espalda, con un tono que trataba exageradamente demostrar que no había nada de tensión en el ambiente. - O desayunar.

Sin mencionar nada más, Kora se llevó su desayuno a la mesa del comedor.

Para cuando se le unieron los otros tres, Kora todavía estaba hundiendo los cereales en la leche, esperando a que se reblandecieran. Ezio arrastró la silla a su lado, y Jolyne se sentaba frente a ella, con Wes a su derecha. Gracias a que tenía una cocina americana, los había observado en silencio mientras preparaban un almuerzo rápido.

Llevaban allí apenas tres días, en los que casi ni había visto a sus nuevos compañeros de piso. Ni siquiera a Jolyne. Pero sabía bien que aquellos eran los amigos de Jolyne, no los suyos, y en cualquier discusión que surgiera, tomarían el lado de su amiga.

Era incómodo sentirse una extraña en su propia casa.

- ¿Así que Fugo sigue en clase? - Preguntó Jolyne, pinchando de la ensalada de pasta en el centro de la mesa. - Ya son ganas.
- Eh, no parecía muy ilusionado cuando me ha avisado de que llegaría tarde. - Respondió Ezio, encogiéndose de hombros. - Además es con su profesor favorito.

Ezio hizo unas comillas ante la mención de favorito, y Jolyne rodó los ojos, murmurando “un día de éstos tendremos un disgusto”.

- Hablando de cosas favoritas, ¿has trabajado alguna vez, Kora? - El chico se giró hacia ella. Había hablado sin malicia, de forma casual. No como Jolyne, que se lo echaba todo en cara.
- A veces mi madre me colaba en la oficina cuando salía plaza para un becario. Un par de veces. - Añadió, encogiéndose de hombros.
- ¿Y allí hacías…?

Otra vez era Jolyne quien iba a por ella. Entrecerró los ojos, apretando la cuchara con fuerza al darse cuenta de que, encima, la tenía en un callejón sin salida, por mucho que odiara admitirlo.

- Fotocopias. Café. Pasar llamadas. - Trató de recordar más de aquellos días, aunque eran un borrón en su mente. - Poner buena cara.
- ¿Ves? Al menos tienes referencias.
- No me hablo con mis padres y era en negro.

Kora le borró la sonrisa a Ezio de un solo comentario, y levantó el bol para sorber la leche con chocolate que quedaba. Nunca le había dado mucha importancia al trabajo, sabiendo que una vez terminara de fingir que iba a la universidad y tuviera su título, entraría directamente a trabajar con su padre.

La mentira sólo tenía que haberse aguantado unos años más. ¿Cómo podía haber tenido tan mala suerte?

- Entonces tienes que empezar desde cero. - Dijo Ezio, recogiendo su plato para llevarlo a la cocina, y de paso, alargó la mano para llevarse el bol de cereales vacío de Kora.
- Qué guay. - Kora se hundió en el asiento. - No puedo esperar a ser camarera.
- No ibas a durar ni un día como camarera.

Le replicó Jolyne al otro lado de la mesa, rodando los ojos mientras bufaba. Maldiciendo a toda deidad internamente, Kora recordó que ésta trabajaba precisamente de camarera. Como si no llevara ya una mala puntuación con ella…

- Aunque no está la cosa para elegir, ¿qué es lo que te gusta? - Preguntó Ezio al volver. - A lo mejor hay algo que se te de bien y sea fácil para ti.

Kora se giró hacia el italiano, con una ceja alzada. Una cosa era no tener experiencia y otra que la trataran como si no supiera sumar dos más dos. Pero no iba a saltar en aquellos momentos, dejando sólo como muestra de desaprobación entrecerrar los ojos durante un segundo al mirarlo mientras respondía.

- Bueno, ya sabéis que me gusta cantar… pero aparte de eso, a ver… videojuegos… anime… - Hubo cierto silencio por parte de los tres, y notó cómo se le encendían las mejillas al sentirse totalmente juzgada. - ¿Animalitos monos?
- ¿Como cachorritos? - Ezio casi la interrumpió, con una expresión interesada.
- ¡Oh, sí, me encantan los perros!

Kora sonrió, recordando por unos momentos un vine de cachorritos de Samoyedo. Tan blanquitos y esponjosos… un amigo le había enviado el link el vine diciéndole que le recordaban a ella.

- Pues podrías cuidar de perros. Hay una red social, como las de citas, pero pare gente que se ofrece a pasear y encargarse de mascotas. - El chico sonrió ampliamente, satisfecho con haber encontrado la solución (aparentemente). - ¿Tienes experiencia?
- Claro. - Asintió. - He tenido tres perros y una tortuga.
- Mejor céntrate en los perros… las mascotas exóticas son otro tema…

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(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddkora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddezio.png)

- ¿Así?

Ajustó su posición para quedar recta, forzando una sonrisa leve. El pelo le caía a los lados de la cabeza, limpio y cepillado tras una ducha. Había optado, a sugerencia de Ezio, por un maquillaje simple para reforzar un “look inocente”.

- Sonríe un poco más.

Con concentración, Ezio apuntaba su móvil hacia ella, buscando un ángulo adecuado. A Kora se le hacía extraño no ser ella quien se sacara la foto. Lo suyo eran lo selfies o las capturas de webcam, donde era ella la que controlaba cómo salía. ¿Y si Ezio no terminaba de sacarla bien…?

Resignada, simplemente sonrió más, aunque su sonrisa se tornó tensa al ver quién entraba en el comedor. Jolyne se asomó por encima del hombro de Ezio, mirando al móvil que éste tenía en las manos.

- ¿Le estás haciendo una foto a las tetas?
- ¿¡Qué!? - Kora se llevó las manos al pecho, a pesar de que lo tenía ya cubierto por la ropa.
- ¿¡Qué dices!?

Poniéndose algo rojo, Ezio le dio un manotazo en el hombro a Jolyne, que se marchó como había venido riendo por lo bajo.

- No le hagas caso, te enseño las que he hecho si quieres. - El chico se pasó una mano por el pelo, algo azorado. - De verdad, soy un chico honesto.
- Me fío de ti…

Suspirando, Kora apartó las manos del pecho. Recuperar una posición relajada le costaría unos momentos, incluso tuvo que respirar hondo un par de veces. El ritmo cardíaco se le había disparado, y no por la idea de que el otro le estuviera tomando fotos sucias. Reconocía aquel sentido del humor en la otra, aquella manera de jugar y picar a alguien… había sido un momento muy propio de Jolyne. Un momento que había echado de menos, sin darse cuenta hasta entonces.

“¡Eso es porque le gustas a Kora, profe!”. Uno de los recuerdos más embarazosos de su vida había sido cuando estaban en primaria, el curso antes de que Kora se marchara. En su momento había querido que la tragara la tierra, aunque al fin y al cabo, ¿a quién no le gustaba el profesor nuevo de gimnasia? Pero Jolyne luego había compartido su bolsa de gominolas con ella, riéndose por la cara que había puesto, y la vergüenza del momento se había disipado en cuestión de segundos.

- ¡Perfecto! - La voz de Ezio la sacó de su ensimismamiento, acercándose hacia ella con el móvil en alto.
- A ver…

En la pantalla, salía sonriendo con la cabeza ligeramente ladeada. Era una sonrisa extraña en ella, diferente de las amplias que dedicaba a sus fans en el canal o de las seductoras de los selfies. Era… inocente. Con la mitad del pelo recogido hacia atrás y la camisa abotonada hasta el punto justo para ser decente al mismo tiempo que dejar un poco a la vista, admitía que tenía la apariencia ideal para que alguien le confiara el cuidado de un ser vivo.

- Ahora cuando la subamos al ordenador le ponemos un par de filtros, y empezamos a hacer el anuncio. - Ezio se sentó en el sofá, conectando el móvil al portátil con el cable USB. -
- Muy bien. - Asintió Kora, sentándose a su lado. - Espera, déjame a mí lo de la foto, que ya tengo práctica.

Kora se encargó de la edición de la foto, teniendo ya práctica. Resaltar los colores sin que quedara demasiado saturado, equilibrar las sombras… el resultado no era el de un fotógrafo profesional, pero al menos resaltaba sobre las otras fotos que había visto en la página de anuncios.

- Vale, ahora a poner un anuncio en Pawslist… Tendrás que registarte. - Ezio le dejó el portátil en su regazo, y Kora empezó a introducir su información.

Después de mirar varios anuncios como ejemplo, finalmente consiguieron el suyo.

Chica seria y responsable se ofrece para cuidar perros
Mi nombre es Kora y soy la cuidadora que estás buscando para tu mascota. Me encanta estar y jugar con los animales. Si por motivos personales no te es posible atender a tu mascota, no dudes en contar conmigo. Yo pasearé a tu mascota y le haré compañía por un módico precio. Desde cachorros a ancianos, me puedo encargar de sus cuidados por completos, incluyendo visitas al veterinario.
Aunque no tengo experiencia profesional, me he criado rodeada de perros desde que era una niña, y los he cuidado y atendido en todo momento ofreciéndoles unas buena calidad de vida. Me encantan los animales y estar con ellos, les presto atención, juego con ellos y se divierten conmigo.
¡Dame la oportunidad de demostrártelo dejando en buenas manos a tu mascota!


- No está mal. No tener faltas de ortografía ayudará. - Asintió Ezio. - Ahora, las tarifas… hmm… espera.

El chico se levantó, saliendo del comedor un par de minutos para volver con el cuarto compañero de piso. El tal Fugo, a quien sí que no había visto desde que se instalara en la casa. Al igual que la primera vez que lo había visto, llevaba unas gafas de pasta moradas.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/dd/ddfugo.png)

- Ayúdanos a poner tarifas para una futura cuidadora de perros. - Le dijo Ezio.
- Estudio Matemáticas, no Economía. - Éste respondió arrugando la nariz.

¿Qué podía haberse roto dentro de alguien para estudiar voluntariamente Matemáticas? Kora se aguantó una risita.

- ¿Cuál es la diferencia? - Ezio se encogió de hombros sonriendo de lado, y le pasó el portátil.

Con un breve bufido perdonavidas, Fugo se sentó a una distancia razonable de Kora. Parecía bastante distante, aunque tampoco podía decir mucho de él. No lo conocía lo suficiente, además de que la primera impresión que había tenido de él era que era, de hecho, el más formal del grupo de Jolyne.

- Lo ideal sería sacar una media de los que estén cercanos, y rebajarlo hasta que esté hacia el más bajo. - Fugo clickeó unas cuantas veces, haciendo girar la ruedita del ratón. - Bien, tienes ventaja con el más bajo.
- ¿Qué quieres decir? - Kora alzó una ceja.

En respuesta, el chico le enseñó el anuncio, señalando a la foto.

- No sé qué foto vas a subir, pero las personas más atractivas llaman más la atención. En igualdad de condiciones, la gente tiende a elegir a los guapos… y ni siquiera es necesaria una igualdad de condiciones. - Explicó mientras seguía tecleando. - Así que es mucho más probable que te llamen a ti.
- ¿Eso es un cumplido? - Sonrió Kora.
- No realmente. Ya has visto la foto, el listón no está muy alto.
- Vaya manera de echar por suelo una posibilidad de quedar bien, Fugo… - Ezio negó con la cabeza, y luego se dirigió a Kora. - No te lo tomes de forma personal, así es y así hay que quererlo.

Concentrado en la pantalla, Fugo parecía ignorar la conversación completamente. Al terminar de teclear, le devolvió el portátil a Ezio y se subió las gafas por el puente de la nariz.

- Esas tarifas servirán. Es un poco por debajo de la media, pero compensa por la falta de experiencia formal. - Explicó.
- Gracias, Fugo. - Ezio le dio una palmada en el hombro, sonriéndole. - Ya te dejamos volver a estudiar.
- De nada.

Sin añadir nada más, Fugo se marchó del comedor mientras Kora murmuraba un “gracias”, aunque no sabía si le había oído o no. Se quedó con la mano en el aire, a mitad de un saludo. El detalle no pasó desapercibido a Ezio.

- No ha tenido un buen día en clase. Ya se le pasará. - Ezio se encogió de hombros, sentándose a su lado. - Vale, ¿un último repaso?
- Hmm-mm. - Asintió Kora, acercándose a él para poder mirar la pantalla.

Los segundos antes de clickear el botón de enviar se le hicieron eternos, como si estuviera a punto de tirarse por un tobogán bastante alto. Cuando el anuncio se subió, miró varias veces para asegurarse de que todo estaba en orden, a pesar de que lo habían revisado por lo menos tres veces antes de subirlo.

- Bienvenida al mundo laboral, Kora. - Ezio le dio un apretón suave en el hombro, riéndose cuando ésta dejó ir un suspiro. - ¿Cómo celebras tú las cosas? En plan cenar.
- Voy a un restaurante-buffet japonés y como sushi hasta reventar.
- Un día es un día. - Le dedicó una amplia sonrisa. - No será muy caro, ¿no?
- Pues… no mucho… - Kora se llevó el índice a los labios, pensativa. - Unos 40 dólares por persona.

Ezio se quedó unos segundos en silencio, con la sonrisa helándose.

- ¿...Y de qué decías que te gusta la pizza?
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on December 29, 2014, 04:31:39 AM
***

“Hace tiempo que no lo veo. No te le habrás acercado, ¿no?”
“No. Cómo obtuviste mi número?”
“Difícilmente podrás librarte de mí, dulzura.”


“¿Miki, Sayaka?”
“¡Aquí!”, respondió con una sonrisa y guardando su celular.
“Pasa, por favor.”

La oficina se encontraba cubierta con pósters de musicales y obras puestas en escena, además de varios carteles con el nombre de la compañía de teatro y lugares a los cuales habían sido invitados para llevar su elenco. Al ver que varios incluían ciudades fuera del país, Sayaka se sintió un poco intimidada… Este era sin lugar a dudas un lugar muy reconocido y ello se notaba también con varios diplomas, trofeos y medallas que decoraban el pasadizo en el cual había estado esperando antes de ser llamada. Tenía que ingresar a como dé lugar.

“Mi nombre es Piotr Rasputín y soy el encargado de los procesos de admisión. Debes de saber que los resultados son inapelables y en el caso de que no hayas logrado obtener una vacante eres bienvenida a tomar el examen nuevamente en seis meses.”
“Sí, no hay problema”, respondió apresuradamente por los nervios. Había decidido venir al mismo lugar a que le dieran el resultado que a verlo en su correo electrónico. Por alguna razón la peliceleste sentía que sería peor si se enteraba por internet, ya que si ese estúpido había logrado encontrar su teléfono debía de suponer que seguía hackeando sus cuentas y había hecho bien en suponerlo, ya que después de ese mensaje…
“¿Lista, entonces?”, preguntó el hombre, quien debería estar cerca de sus treinta años, mientras tomaba el sobre blanco con su nombre.
“Uh, sí.”

Había preferido no mencionarle nada a sus hermanos la última vez que se encontró con ellos ya que tenía muchísimo miedo de echarse mala suerte a sí misma al comentarlo; es más, ni siquiera Tatara, su compañero de toda la vida (a pesar de conocerse solo dos años, pero esa es otra historia), se había enterado de ello. Y ahora se encontraba frente a un hombre con sonrisa amable, de cabello negro y con un… Sí, un buen cuerpo por el que sería capaz de arañarle la cara a alguien. Como decía, un buen hombre que le leería los resultados.

Pues sí, había postulado a la Academia “Art [et] Eatro”, la más reconocida de todo Eastwood en cuanto a artes escénicas al punto de reservarse completamente el derecho de admisión. Para este se debían de pasar tres pruebas y no se podía reprobar ninguna, consistiendo entonces de un ensayo sobre la importancia del teatro para la sociedad, leer una pequeña obra y diseñar tres posibles vestuarios para el personaje principal y, finalmente, actuar un monólogo que se daba en el mismo momento frente a una videograbadora.

Después de haberle mentido a Yuichi sobre haberse enfermado de varicela (finalmente) y haberse tomado toda la semana libre en estadística (que la pobre peliceleste sospechaba que no tenía nota de práctica, ya que antes de colgarle el teléfono a su pobre amigo había escuchado algo de “ES IMPOSIBLE QUE FALTES, ES QUE VAMOS A GRABAR UN COMERC—”); Sayaka había dado todos los exámenes hacía dos semanas. Igual Yuichi ya había pactado con el demonio, es decir, con ella, para que conociera a Yuya Tegoshi y eso no lo iba a cambiar ningún curso jalado, quiera o no quiera Yuichi.

En cuanto a por qué postulaba… Pues, digamos que la habían “despedido” de la agencia de actores en la que se había registrado. No es que la hubiesen botado en sí, es decir, su ficha seguía en la base de datos y podía aplicar a cualquier trabajo de la agencia; sin embargo, sus supervisores habían comentado que debería de tener más experiencia y estudios en vez de postular y no obtener nada a cambio como había sucedido últimamente… Sayaka sabía que tenía talento, sabía que estaba ahí dentro y que era cuestión de trabajarlo y para eso mismo necesitaba oportunidades; pero al mencionarlo sus supervisores se rieron por lo bajo… Y ella, obviamente, se lo tomó a personal.

No, no volvería a pisar ese maldito lugar hasta demostrarles lo que valía.

“En tu nota de ensayo sacaste un sobresaliente”, comentó Piotr con cierta sorpresa y para emoción de la peliceleste. “La profesora Pryde escribió: Muy buena noción sobre la tarea del teatro en la sociedad. Tiene las cosas claras aunque alguna de sus ideas ya son muy idealistas, pero eso mismo denota su entusiasmo. Se explaya en aquello que le apasiona más, pero no descuida sus demás ideas.”. Leído esto, el pelinegro rió levemente. “Es muy raro obtener varias alabanzas de la profesora Pryde, así que hemos iniciado bien.”
“G-Gracias”, Sayaka tomó nota mental de buscar luego en el directorio el nombre completo de la profesora Pryde para encontrar su dirección e ir a abrazarla. No cabía en sí de emoción.
“En cuanto a la nota de diseño artístico no te fue tan bien, pero igual estás aprobada.” Sayaka sintió un peso más irse de sus hombros a pesar de que sus manos se aferraban con fuerza a su cartera. “La profesora Darkhölme comenta que dos de tus tres diseños de vestuario son muy genéricos y obvios. Sin embargo, le gustó mucho tu tercer diseño y cree que puedes desarrollar aún más tus habilidades en la academia, por lo que decidió aprobarte con el mínimo.”
“A decir verdad no me esperaba que uno de los exámenes fuera dibujar.”
“Oh, eso es porque el examen de la profesora Darkhölme varía todos los años. Lo que ella valora sobre todas las cosas es la capacidad de adaptación del estudiante a diversas situaciones. El actor no solo debe ser aquel que está en el escenario, sino aquel que está detrás de él. ‘El teatro no sólo es lo que se ve, es aquello que vemos y damos por sentado’. Eso suele decirle siempre a los alumnos jóvenes.” Sayaka sonrió. Si bien no le había ido tan bien, entendía la apreciación de la profesora y le agradaba que eso también fuera parte de su futura formación en el lugar.
“¿Y el monólogo?”
“Pues…”, Piotr sacó la hoja de anotaciones y frunció el ceño.

Oh-oh.

“La… La profesora Rasputina”, ¿sería su hermana o algún familiar? Se preguntó la peliceleste en ese instante de segundo. “No te aprobó en el monólogo.”

Hello darkness my old friend.mp3

“Sus comentarios son que te ves muy forzada y nerviosa, que no se pueden admitir personas con las que se deba trabajar desde cero, sino aquellas que tengan mayor experiencia. Sí, tu actuación fue mucho mejor en los momentos en que los comentarios eran amargos e irónicos, pero que en los puntos más dramáticos no se sentía que hicieras el mismo esfuerzo.” Sayaka se dio cuenta que el hombre leía rápidamente algo más, pero lo dejaba de lado para sonreírle apologéticamente… Al parecer era tan horrible que ni se atrevía a decírselo. “Lo siento mucho, señorita Miki.”
“No es problema”, dijo tras asentir con una leve sonrisa a pesar de que sentía que su garganta se cerraba. “Igual planeo volver a postular.”
“Espero volver a verte entonces”, le extendió la mano y Sayaka se la estrechó. No, no se pondría a llorar, al menos no hasta llegar a casa, comer todo lo que encontrase a su paso y llorar en los hombros de Tatara.
“Gracias por la consideración, de todas maneras”. Inclinó un poco su cabeza y salió del lugar.

Sayaka salió del local y lo primero que hizo para asumir su falla como la responsable y madura adulta que era, fue tomar su cartera y lanzarla con toda su fuerza hacia una máquina expendedora, la cual terminó botando unas papas de su sitio en la tuerca hacia abajo.

“Wow, ¿eso significa que no aprobaste?”, preguntó una mujer de ojos celestes y cabellos rubios a su izquierda. A juzgar por su ropa y por su edad aparente, la peliceleste asumió que debía de ser una de las privilegiadas alumnas del local. Dedicándole sólo una mirada rápida, se encogió de hombros y se encaminó a la máquina expendedora.
“La profesora Rasputina no quiere trabajar con novatas desde cero, porque aparte de ellas las otras dos consideraron que sí me merecía el puesto”. Sacó las papas y las abrió, metiéndose varias a la boca y ofreciéndole unas cuantas a la rubia, la cual la miraba divertida a la par que aceptaba la ofrenda de snacks gratis. “Dime, ¿qué mierda espere que le presente si me han dado el monólogo diez minutos antes?”
“Algo decente”, respondió con sorna.
“Por favor”, rodó los ojos. “Ni siquiera Goethe mismo podría recitar Fausto si le dan sólo diez minutos.”
“Es que ese es el examen filtro de la academia”, la rubia se encogió de hombros esta vez. “¿Qué te comentó Illyana?”, ah, de seguro así se llamaba la profesora Rasputín.
“Dijo que mis escenas dramáticas no se veían lo suficientemente reales. Dime, ¿quién DIABLOS actúa bien una escena dramática? ¡Nadie! Apenas toca la escena dramática se rompe la cuarta barrera del teatro y cualquiera se da cuenta que está en una puesta en escena. Las personas sobre actúan el drama porque creen que se verá más real, pero eso solo deja un trabajo mediocre.”
“¿Qué quieres justificar, entonces? ¿Acaso hiciste un trabajo mediocre a propósito?”
“No, eso tampoco”, suspiró y arrugó la bolsa de papas que ya había acabado y la botó en un tacho de metal. “Sino que su criterio de calificación debería basarse en otras cosas. Igual tiene razón porque sé que fallo en eso, pero su examen es muy exigente y no califica lo que debería.”
“Difícil”, la rubia chasqueó la lengua. “Illyana es la profesora más jodida de todo el staff, ama poner trabas para que no entre cualquiera y se obsesiona con las escenas de drama. Es toda una obsesiva compulsiva.” Se rió.
“¿Quiere Illyana drama?”, Sayaka resopló enojada. “Existe más drama en un estúpido problema matemático que en su maldito monólogo.”
“¿Tan mal escrito estaba?”, alzó una ceja.
“Pues si ella cree que un rapto al infierno es un suceso dramático, debería intentar aprobar estadística grupal. Eso sí es drama, al menos en el infierno no tienes padres que te obliguen a graduarte de la universidad.” La rubia rió levemente. “Ya, me tengo que ir”, le dedicó una sonrisa cansada a su compañera de desquite. “Gracias por escucharme, diviértete con Illyana.” Se volteó, pero en eso recordó algo. “¡Ah! Si ves a la profesora Pryde, dale un abrazo de mi parte.”
“¿Qué, cuánto te puso ella?”
“Un sobresaliente”, le dijo ahora sí con una sonrisa y alzando ambos dedos pulgares. Fue recién en ese momento en que la rubia se quedó perpleja, como si la observara por primera vez.
“Kitt— ¿Katherine te puso un sobresaliente?”
“Sí, al menos alguien ahí sabe apreciar el talento en bruto.” Comentó cerrando los ojos y saboreando su única victoria. “En fin, nos vemos dentro de 6 meses, gracias por soportarme, ¡y no te olvides de ese abrazo!”. Dicho esto Sayaka se fue rápidamente del lugar antes de darle oportunidad que contestara, ya que todavía tenía una deuda pendiente con toda la comida de la casa y llorar en los brazos de Tatara.

***

“¡Hey!”, Tatara dejó de lado su libro y le sonrió al verla llegar. “¿Cómo…? ¿Pasa algo?”, preguntó preocupado al ver la seriedad en su rostro y más aún cuando este se contrajo en una mueca de tristeza total y empezaban a asomarse lágrimas.
“T-Tatara… Yo, y-yo…”, pero en eso antes de que pudiera seguir, el celular de la peliceleste comenzó a sonar. Esta le hizo un gesto de espera a Tatara y volvió a salir del departamento para tomar la llamada de la Academia, que vaya a saber dios qué querían. A lo mejor se había olvidado algo. “¿Sí?”
“Buenas tardes, ¿con la señorita Miki?”
“Ella habla.”
“Señorita Miki, soy Piotr Rasputín, de la oficina de admisión. Llamaba para decirle que ha habido un cambio en su examen de monólogo.”
“¿Eh? ¿Qué?”
“Verá, la decisión de los exámenes es inapelable a menos que los mismos profesores deseen cambiar la nota que otorgaron en un primer lugar, pero para ello se les pide que comuniquen las decisiones tras su cambio para evitar así posibles malentendidos.”
“¿La profesora Rasputina cambió mi nota, entonces?”, preguntó sin entender aún qué era lo que sucedía.
“Sí, ella se acercó hace poco a la oficina para cambiar su nota a un aceptable, el mínimo que necesitaba para aprobar. En cuanto a las razones dice que habló con la profesora Pryde sobre su ensayo y ella resaltó lo mucho que le había gustado, pidiéndole que le diera una oportunidad.” Sayaka deseó con toda su alma que su nueva amiga rubia le diera un abrazo enorme a esta alma enviada por el señor. “Además de eso citó como razón que igual nadie sabe actuar drama, según ella, todos rompen la cuarta barrera al hacerlo. Y al volver a revisar su actuación dice que tiene una fuerza interna tan grande que hasta podría destruir máquinas expendedoras”.
“… ¿Ah?”
“Jaja, espero no haberla confundido mucho, pero así escribió ella en el papel para que le informara. En pocas palabras, es usted bienvenida a la Academia Art [et] Eatro y puede acercarse durante la semana para inscribirse.”
“Ah… Ok…”
“Mucho gusto, espero verla pronto.”
“…”
“¿Qué pasa?”, preguntó nuevamente Tatara, pero Sayaka simplemente entró a la casa y fue directo a la computadora del rubio, quien la había dejado sobre la mesa. “Preocupas, ¿sabes? ¿Qué te cuesta contar—?”
“HUSH”, con esto lo calló de nuevo y siguió buscando algo. Su amigo, molesto, decidió ver qué hacía y se encontró con que Sayaka buscaba a alguien por facebook.
“Illyana Rasputina…”, leyó mientras miraba la foto de perfil de una chica de cabello rubio largo, ojos celestes y con cara de asesinar gatitos como hobbie. “¿Y esa quién es?”
“Tatara”, murmuró la peliceleste mortificada, “Le dije al diablo que odiaba al diablo.”
“¿Quieres explicarte mejor?”
“Devil wears Prada meets Broadway.”
“Ah…”
“Ah, indeed.”

***
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on December 29, 2014, 02:32:15 PM
Estaba por dejar el aporte de este proyecto para el próximo mes pero tras ver a tantas postear i had to join innn

Dramadramadramadrama.

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Medley 7: Red Lights

La noche había sido un éxito. El público pedía por más, pero los Young Guns sabían que lo más inteligente era dejar el resto de su repertorio para el próximo fin de semana.

Lo importante era que habían cumplido su objetivo: Convencer a Shizuo de quedarse. Y esto lo sabían por el pulgar que levantó el bartender apenas la audiencia rompió en aplausos.

“¡Lo hicimos!” Celebró Mine, todavía con la guitarra colgándole del cuello “¡No nos van a echar I’M SO HAPPYYY!”
“¿Se puede saber dónde esta su dichoso manager?” Hayato, el nuevo bajista, no compartía el mismo entusiasmo que el rubio “Debería estar presente para este tipo de cosas, ¿cierto?”
“Ya le mandé un mensaje de texto” le respondió Sayi. Dijo que estaba en camino.

Kaien tensó el rostro al escuchar eso, pero solo la vocalista se percató de su exabrupto. No hubo tiempo a preguntas, sin embargo, pues Mine les recordó que les tocaba despedirse por esa noche.

“¡Muchas gracias Stray Sheep! ¡We are The Young Guns: Buenas noches y hasta el próximo sábado!” Mine tapó el micrófono con una mano y se dirigió a sus compañeros “¡Que alivio poder decir eso!”

Fue así que la fuerte luminaria del escenario se apago, y fue reemplazada por la clásica ambientación de luces tenues y baladas de rock.
Los músicos no demoraron en recoger sus instrumentos y marchar en fila india hacia los bastidores. En el camino hacia los camerinos más de uno se les acercó, y tras esta presentación la nueva favorita parecía ser nada menos que Kim.

“¿Estas segura que deberías estar aceptando tanto trago?” le preguntó Hayato, mientras veía cómo la nueva baterista a duras penas podía balancear las bebidas que le venían regalando “¿No eras menor de edad?”
La pelirroja fulminó al bajista con la mirada y murmuró entre dientes “Y yo que pensaba convidarles unos cuantos”
“¡Hayato cállate!” le recriminó Mine, empujando al joven a un lado “¿Quieres que te ayude a cargar con un par de estos~?”

El largo pasillo que separaba el bar de los bastidores los recibió. La poca luz de ese ambiente ya estaba condicionada para ellos como sinónimo de final de la presentación, por lo que una vez estuvieron fuera de vista, los cinco músicos se sintieron libres para al fin relajarse.

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Solo había un pequeño detalle que molestaba a Sayi y era la actitud de Kaien. Mientras el resto había sido evidente en su felicidad por el éxito de la presentación, su amigo parecía encontrarse fuera de sí.

“¿Estás bien?” le preguntó. Los demás ya habían llegado al camerino y se encontraban bastante distraídos en dividir el alcohol.
“Si, estoy bien” No era cierto. Lo sabía, pero la joven optó por darle el beneficio de la duda “Me alegra que todo saliera bien hoy”
“¡Si! Shizuo se veía contento… o al menos ese pulgar parecía contento. Con ese sujeto y sus cambios de ánimo hay que tener cuidado” comentó Sayi “Peeero, al menos conseguimos quedarnos. Hubiera sido jodido terminar en la calle ahora”

Kaien sonrió para si mismo y se quedó en silencio. Al final del pasillo se escuchaban a Hayato y Mine discutiendo cuando en eso Sayi rió por una ocurrencia del rubio.

“Creo que mejor vamos a separarlos, ¿no te parece?”

Pero Kaien la detuvo en seco.

“A decir verdad hay algo que debo decirte”
“¿Qué paso?”

Pero su amigo se quedó en blanco. A Sayi le extraño que el joven tuviera tantos problemas para decirle algo. Kaien nunca había tenido problemas en ser honesto y decir las cosas de frente, por lo que debía tratarse de algo especialmente difícil.
Lo que más preocupaba a la peliceleste era que tan grave podía ser para no haberle dicho nada hasta ahora.

“¿Kaien?” Pero Kaien tenía los labios tensos. La peliceleste se acerco más. Quizás se sentía incómodo confiando algo cerca de los nuevos “Puedes decirme lo que sea y lo sabes”
“…Lamento mucho tener que hacer esto”
“¿Hacer qué?”

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La puerta que dividía el bar de los camerinos se abrió de golpe y Spike se asomó. Parecía haber corrido, pues era evidente que le faltaba el aire… o el ejercicio.

Al ver a Kaien, el castaño sonrió ampliamente y caminó hacia ambos.

“¿Qué haces aquí?” le preguntó Spike “¿Osea que decidiste quedarte con ellos? Me sorprende que no tomaras la oferta pero…”

Sayi miró confundida a su manager y seguidamente a Kaien. Al ver la incomodidad en el rostro de su amigo, el por qué de su actitud finalmente comenzó a formar una razón.

“¿Quedarte?” preguntó la peliceleste, una vez más, dándole el beneficio de la duda.

Spike intercambio miradas con ambos músicos y se llevó una mano a la nuca, percatándose de lo que acababa de hacer.

“Eh, estaré esperando en la barra si me necesitan…”
“Espera Spike. Ya que estas aquí dime lo que sabes, por favor” le pidió Sayi “Viendo que Kaien no quiere decir nada”
“Sayi…”

Spike sacudió la cabeza fuertemente. Esto era precisamente lo que quería evitar; el drama, la confrontación, el llanto…
El manager no dijo nada más y salió a zancadas del pasillo, cerrando la puerta tras él.

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“Escucha…” Su amiga estaba cruzada de brazos y Kaien trataba de tomar las palabras adecuadas. Tenía que ser muy cuidadoso para que nada empeorara la situación “Me ofrecieron un contrato... para formar parte del nuevo proyecto de una disquera extranjera”
“¿Un proyecto? ¿Algo de solista o…?”
“Una banda. Me quieren como guitarrista para un grupo” La vocalista asintió con la cabeza al escuchar la palabra banda. Sayi sonreía amargamente y a Kaien le dolió verla así “Lo siento mucho. Intenté convencerlos de que los audicionaran a ustedes, pero me dijeron que ya tenían las posiciones ocupadas”
“Gracias Kaien. Aprecio el gesto” atinó a decir la peliceleste
“Entiendo que te molestes, tu y el resto. La verdad es que me odio un poco por tener que irme así, pero espero entiendas… es una oportunidad única” Y terminó de decir “Jamás imagine que se me presentaría algo así”

Esta vez fue Sayi quien no dijo nada por largos segundos. Solo cuando empezó a llorar fue que se le escaparon un par de risas.

“Ay, dime que estoy soñando” dijo “No puedo creer esto ¿Me estás hablando en serio?”
Kaien estaba apenado, de pie frente a ella “Es en serio”
“Pues entonces vaya mierda Kaien” le espetó, agitada entre lágrimas, risa y coraje “Es que no entiendo como puedes decirme estas cosas. Es que no solo que te vas… sino que te es suficiente que te dijeran que nuestras posiciones estaban ‘ocupadas’. ¿En serio? ¿Somos tan fáciles de reemplazar?”
“¡No quise decir eso!” El pelinegro la tomó de los hombros pero su amiga se libró de él. Kaien cerró los ojos y respiró hondo antes de continuar “Escucha, yo…”
“¡¡No quiero escucharte más!! ¿¡Que no viste lo que Mine y yo hicimos por seguirte!? ¡Creíamos en nosotros! ¡Yo creía que teníamos oportunidad juntos, que seríamos grandes y ahora tienes la concha de decir que jamás…
“Sayi”
“…imaginaste…”
“Déjame hablar”
“…que se te ‘presentaría’ algo así?! ¿Qué mierda fuimos para ti entonces?”
“¡¿Pero qué está pasando?!”

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Los gritos de Sayi se habían colado por encima de la conversación en el camerino. Mine les había dado el alcance, mientras que Hayato y Kim miraban la escena desde la puerta.
El rubio miró asustado a ambos, pero se preocupó más por el llanto inconsolable de su amiga.

“¿Qué paso? ¿Kaien?”
“Que él te diga” le respondió Sayi. La vocalista caminó hacia el camerino, y tanto Hayato como Kim le hicieron espacio para dejarla pasar.

Con bolso en mano, la peliceleste se detuvo frente a sus amigos solo para señalar a Kaien.

“Que te vaya bien. No quiero volver a verte” Y dicho esto se marchó.

El lugar se quedó en un silencio prolongado hasta que un Spike ligeramente más ebrio se volvió a asomar con margarita en mano.

“¿Ya paso el drama?”

Pero al no recibir respuesta volvió a desaparecer tras la puerta.

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Tenía suerte que era sábado en la noche, y la mayoría de personas se encontraran distraídas en sus propios grupos y conversaciones como para percatarse de la loca que corría como descosida por la calle.

Esto era una pesadilla.

Odiaba llorar en público, y odiaba aún más no poder dejar de llorar por más que lo intentase. Pero la verdad era que no quería hacer otra cosa que no fuera gritar… y llorar. Llorar a todo pulmón hasta que ya no le importara nada.

Era la primera vez que se sentía así de menospreciada, y para colmo por una de las personas más importantes para ella. Esto había sido un golpe bajo… y es que su futuro giraba entorno a su grupo, junto con Kaien y Mine.

Las cosas se habían ido a la mierda de la peor manera posible.
¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿Acaso Milch había estado en lo cierto todo este tiempo?

Quizás fue por la prisa, la falta de aire o la maraña de cosas en su cabeza, pero la joven no se fijó en el desnivel que marcaba el final de la cuadra. No se fijó en el semáforo, ni en el cambio de cemento a asfalto.

Se detuvo en seco cuando un claxon retumbó en sus oídos y las luces altas de un coche la cegaron. No pudo ver el momento en que el parachoques la golpeó, levantándola para estrellarla contra el parabrisas. El freno intempestivo hizo que rodara por el capó hasta caer a la pista.

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“¡HIJA DE---!”

Activó las luces de emergencia y se quedó helado en su asiento. La música clásica en su estéreo no le ayudaron a apaciguar sus nervios, y le tomó unos cuantos segundos tomar el valor de abrir la puerta para fijarse en la muchacha que acababa de atropellar.

El semáforo estaba en verde pero aún así esa maniática había cruzado a toda carrera, deteniéndose solo cuando él tocó la bocina y dándole apenas unos segundos para pisar el freno a fondo. No la había golpeado muy fuerte pues el vidrio no presentaba daño alguno… pero uno nunca podía desestimar un accidente de tránsito.

Sea quien fuese, la chica tenía suerte que ese día no había estado acelerado como de costumbre.

Tae Kyung cerró la puerta del piloto y caminó con cautela para observar los daños. La chica parecía inconsciente, pero no había sangre en ningún lado y eso le hizo respirar un poco más tranquilo.

Tenía miedo de sacudirla o levantarla por temor a que estuviese lastimada, pero para su buena suerte la peliceleste volvió en si por su cuenta. Apenas se incorporó se llevó una manó a la cabeza, quejándose del dolor.

“S-si te duele algo deberías ir al hospital” le aconsejó el joven bastante nervioso “Puedo llevarte, pero no pienso correr con los gastos, te advierto. La luz estaba en rojo para ti”

Sayi se quedó en silencio. Le dolía todo el cuerpo, como si todas las resacas de su vida hubieran regresado para caerle a golpes. No obstante se puso de pie, y el joven frente a ella hizo lo mismo.

“Estoy bien” respondió “Pero deberías estar más atento a las personas”
“Lamento haberte golpeado, pero todo esto fue tu culpa” le recordó el pelinegro “¿No te enseñaron que no debes cruzar en luz roja?”
“No necesito esto ahora”
Al ver que se trataba de alguien poco razonable, Tae Kyung optó por terminar con ese encuentro cuanto antes “Al parecer no hubo daño alguno. También agradece que no hubo ningún daño a mi carro. Te podría haber salido bastante caro”

Sayi intentó aniquilarlo con la mirada, y por la luz del carro, el pelinegro se percató que la joven estaba llorando.

“¿Estás segura que estas bie—?“ pero se detuvo el momento en que la peliceleste levantó ambos puños y los golpeó con fuerza contra el capó de su Audi “¡¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?!!”
“Listo, estamos a mano” le respondió, al mismo tiempo que recogía su bolso y retomaba carrera lejos del lugar.

Tae Kyung continuó insultándola de mil y una maneras pero no corrió tras ella. Cuando dedujo que no le cobrarían mucho por levantar la abolladura, el pelinegro la maldijo una última vez antes de retirar su teléfono y llamar al mecánico.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on January 15, 2015, 12:21:44 AM
*repost/no cuenta para probaciones*

9

Era la tarde después de clases y al no tener mucho en mente, Sora fue hacia el mall principal de la ciudad. Era muy conveniente que el colegio privado estuviera apenas cruzando una avenida principal, garantizando que se llenara de estudiantes en las tardes.
Sus dos amigos se excusaron al estar ocupados, así que Sora decidió darse la tarde libre, paseando por ahí y agarrando comida rápida en algún simple puesto de comida de su preferencia. El mall como siempre probaba ser muy popular y llenarse con rapidez de otras personas, por lo cual esperar por su almuerzo y encontrar un lugar para comer tomó algo más tiempo del esperado.

El tiempo que pasó solo y en silencio le hizo recordar la visita de sus amigos el día anterior. Sabía que por más tiempo que tuvieran y por más libres que se encontraran en el momento debido a ser todavía estudiantes de secundaria, tendría que tomarse sus sueños más seriamente. Tenía que dedicarse y aprovechar todo el tiempo que tenía. Viendo a sus hermanos menores, ellos tomaron todas las oportunidades que se les presentaron, lo cual les había hecho llegar a donde estaban en el presente, y aun con esa cómoda y realizada vida todavía daban lo mejor de sí mismos. Tenía que reconocer que eran talentosos y admirables… pero si Luso se enteraba algún día que ese pensamiento había surcado brevemente por su mente en algún momento de la existencia no podría vivir en paz nunca más.

Luego de sacarse ese poco de meditación de su cabeza y de terminar su comida, fue a pasear por el mall repleto de gente, sin tener mucho en mente aparte de mirar lo que estaba en exhibición. Era un mall grande y si bien había tenido pensado disminuir sus gastos para darle la contra a Luso sobre el tema, con tanto que ver uno podría no resistir la tentación.

Fueron dos pasillos muy grandes que surcó, rodeado de personas, pero rápidamente identificó a una entre todos los grupos. Sora no pensó en ver a Reimu salir de una tienda cara de ropa, saliendo revisando un recibo pero sin bolsas de productos. Cargaba su maletín escolar el cual no debía tener espacio para una tienda con bolsas elegantes. ¿Qué hacía ella ahí luego de excusarse con algo ‘importante’ que hacer? Se le acercó antes que se fuera muy lejos.

“¡Reimu! ¡Reimu, espera!” Sora exclamó, caminando rápido para darle el alcance. De un momento a otro le vio sobresaltarse al notarle presente, y se giró con rapidez. Se le notó algo nerviosa y sorprendida, pero intentando sonreír.
“¡O-oh, Sora, qué sorpresa!” dijo ella, sonriendo incómoda. “¿Qué haces por aquí?”
“Vengo por aquí en la mayoría de mis días libres, lo sabes,” él le miró confundido. “Tú eres quien no viene aquí con frecuencia, siempre pensé que todo era muy caro para ti.”
“…” ella sintió un tic en la ceja, mirándole con molestia, pero decidió ignorarle. “Decidí ir por mi cuenta esta vez, tener un poco de espacio y pasearme por aquí, eso es todo.”
“Pero al menos me lo hubieras dicho. Hubiéramos comido juntos o hacer algo,” le miró sospechosamente. “¿Estás ocultando algo?”
“Hm,” sonrió con indiferencia. “No es de tu incumbencia.”
“De no ocultarme nada no habrías dicho esto, es obvio. ¡Entonces sí ocultas algo!”
“Está bien, oculto algo,” Reimu sonrió sin importarle y vio a Sora mirarle en silencio. “¿Por qué me miras con insistencia?”
“Admitiste que ocultas algo,” declaró él, seguido de un momento de silencio. “¿Qué es?”
“Sólo porque admití que oculto algo no quiere decir que lo diré. Respondí tu pregunta,” Reimu sonrió simpáticamente. “Te contesté, ¿me dejarás en paz?”
“¿Por qué te vas?”
“Hmm, estoy en una visita solitaria, creo que lo dije,” Reimu fingió pensar y volvió a sonreír con simpatía, una simpatía que siempre se podía cuestionar. “Tengo mejores cosas que hacer, de seguro hay algo que estudiar. Hasta mañana, nos vemos.”
“No te vayas,” Sora miró el recibo en su mano. “¿Qué es eso?”
“N-nada,” Reimu volvió a mostrar incomodidad, mirando a su recibo como quien se había olvidado de tenerlo en mano.
“Déjame verlo.”
“No, es personal.”
“Un recibo no es personal, y has salido de una tienda normal como otras. ¿Por qué insistes en ocultarlo?”
“¿Y por qué tú insistes en hacerme mostrar algo que no quiero mostrar?”
“Porque actúas raro y como amigos esperaría que no me ocultaras nada. ¿Por qué no vas a confiar en mí?”
“Cosas de chicas…”
“No me convence, tú no eres una chica normal.”
“¿Eh?” Reimu se sorprendió un poco. “¿E-ese comentario fue bueno o malo?”
“Sólo déjame ver tu recibo,” Sora se acercó, pero su intento de quitárselo no le sorprendió y Reimu reaccionó y movió su mano. “¡Dámelo!” volvió a moverlo a otro lado. “¡Deja de ocultarlo!” saltó, pero ni eso fue lo suficientemente rápido porque volvió a mover la mano con el recibo a otro lado, con una facilidad extrema.
“Deja de insistir,” reclamó ella, algo molesta. No esperaba que él le pusiera desafío en reflejos, sobre todo porque Reimu confiaba en sus capacidades como becada en el departamento de deportes.
“Tú deja de actuar así,” Sora volvió a extender su derecha para arrebatarle el recibo en vano, pero con un mismo movimiento, usó su izquierda para agarrar su otro brazo y jalarle hacia abajo, desestabilizándole y dejándole vulnerable. Debido a que ella tuvo que recobrar su balance, Sora llegó a aprovechar para quitarle el recibo.
“¡Eso es trampa!” la chica se ofendió. No estuvo preparada para eso.
“Veamos,” Sora de inmediato dio pasos rápidos hacia atrás, impidiendo que ella lo recuperara, y se puso a leer el recibo. Mencionaba un chal. “¿Eh? ¿Es una devolución?”
“Sí,” le arrancó el recibo y luego de guardarlo en su maletín, desvió su mirada, algo molesta e incómoda. “Hice una devolución, ¿entendido?”
“S-sí pero, ¿cuál es el problema?”
“Ah, te olvidaste. Mejor,” se encogió de hombros y se fue caminando.
“¡Oye, no actúes así!” le volvió a dar el alcance. “¿De qué devolución hablas? Dime.”
“…” ella dio un suspiro. “Supongo ya no tengo por qué ocultarlo. Devolví el chal que me regaló Luso… nada más…” se le notó apesadumbrada.
“¿En serio? Pero recién te lo regaló ayer,” pensando en que su chofer le había dejado en su casa en la noche y de ahí tocaban clases temprano en la mañana, Reimu claramente lo había devuelto en la primera oportunidad que tuvo.
“Sí, sí, lo sé. Y lamento mucho tener que devolverlo… p-pero no pude contenerme,” bajó su mirada, apenada, y también reteniendo leve molestia con Sora por ese mal rato.
“Pero en verdad no entiendo por qué tienes que hacer tanto lío,” Sora miró hacia arriba con confusión. “El mismo Luso te dio el recibo diciéndote que tenías cinco días para cambiarlo por dinero si lo preferías. Eres libre de hacer lo que quieras.”
“Pues sí, yo sé, pero tú eres su hermano y estuviste ahí…” desvió su mirada, con molestia. Volvió a dar un suspiro para tranquilizarse. “Es un poco vergonzoso… y también es una falta de respeto para tu familia y todo…”
“Me sorprende que menciones eso como una razón,” Sora negó, frustrado. “Ni que Luso y yo tuviéramos una discernible compatibilidad o estima entre nosotros para que me sienta ofendido. En verdad no me importa en lo más mínimo.”
“No deberías decir cosas así, Sora,” Reimu sonrió, encontrándolo gracioso.
“Has hecho lo que quisiste hacer así que no te preocupes más.”
“Sí… lástima, en verdad me gustaba ese chal, los colores y detalles eran bonitos.”
“Hm, supongo…” Sora alzó su mirada, sin saber qué decir. “Si en verdad te gusta, date un gusto. No deberías ahorrar dinero toda tu vida.”
“…” Reimu abrazó su maletín de escuela donde seguramente tenía el dinero, como si este se viera amenazado, y siguió caminando con decisión. Sora dejó caer su cabeza a un lado. Tenía sentido; de darse a escoger entre casi cualquier objeto del cual su amiga no dependiera vitalmente y el dinero, Reimu siempre iría por lo segundo.

Ellos siguieron caminando, y un corto silencio fue lo que bastó para dejar ese tema aparte y acabado. Los dos pasaron a hablar brevemente del colegio y también mencionar un poco sobre retomar la práctica de la banda, la cual habían dejado olvidada.

Y luego de comprarse galletas choco chips cortesía de Sora, los dos llegaron a otro amplio pasillo del mall, donde había muchas personas presentes, congregadas en un punto donde debería ser otro kiosco en medio de camino. Por la presencia de camarógrafos y la prensa, claramente ocurría algo importante, así que Sora y Reimu se asomaron a ver qué ocurría.

Llegaron a asomarse justo en el instante en que Vert cortó una cinta con unas tijeras sobredimensionadas, con la mejor de sus sonrisas, y varias personas empezaron a aplaudir por esa acción, al igual que sus compañeras Hearts. Era la inauguración de un pequeño kiosco con mercancía de la banda, un evento que claramente ellas iban a atender para darles a todos la bienvenida.

“No se olviden de aprovechar los descuentos de apertura y seguir nuestras recomendaciones por Facebook,” dijo Noire, sonriendo.
“¡Muchas gracias a todos por su continuo apoyo! ¡Son lo máximo!” exclamó Neptune efusivamente, saltando en su sitio y sonriendo con alegría.
“Pronto les tendremos noticias de competencias y sorteos como consumidores de nuestros productos, no les decepcionaremos,” Blanc dio una reverencia, su callada y modesta forma de agradecer la atención.
“Hasta pronto a todos, tengan una agradable tarde y nos estamos viendo~” Vert se despidió con una mano, manteniendo su sonrisa. Procedieron a retirarse, rodeadas de guardaespaldas, mientras varias fans adolescentes intentaban alcanzarles por autógrafos. Las cuatro se miraron entre ellas y decidieron hacer una corta pausa en su recorrido para atender algunos saludos y firmarles, como agradecimiento.
“¡Chicas!” Reimu llegó a abrirse, notando que Sora no fue tan rápido en saber evadir a toda la mancha de gente. “Muchas felicidades.”
“¡Reimu!” Neptune corrió a abrazarle. “¡Qué agradable coincidencia! ¿Vas a ser una consumidora frecuente en nuestra tienda? ¡¿Sí verdad?!”
“Veré, veré, haha.”
“No le presiones, Neptune. Reimu es muy tacaña,” explicó Blanc, viendo a Reimu frustrarse un poco por su observación. “No es intento de ofensa Reimu. Gracias por asistir, es bueno verte.”
“También me alegra verles en acción, son muy talentosas, y tienen mucho carisma,” Reimu asintió. “El rol de ídolos les queda bien.”
“Tengo que agradecer a nuestro equipo y ayudantes, no lo habríamos logrado solas,” dijo Noire, sonriendo con profesionalismo. “Pero también tenemos nuestra pizca de talento y las ganas dadas por los fans. Todos lo hacemos funcionar.”
“Son palabras muy sabias,” Vert asintió. “Lo que más me gusta es el equipo que las cuatro hacemos y nuestra convivencia es una alegría y bendición para mí todos los días.”
“¡R-Reimu! ¿Dónde estás?” Sora intentaba abrirse entre todos, y se vio un brazo salir de la multitud, tratando de llegar al frente.
“Deberíamos irnos,” Blanc se dio media vuelta. Las otras tres intercambiaron miradas, y luego de frustrarse levemente, tuvieron que acceder. Ellas continuaron caminando, siendo seguidas de la prensa y el grupo de personas. Reimu miró a Sora quedarse confundido.

“Justo iba a llegar, ¿por qué se fueron?” preguntó él.
“P-pues, quizás Blanc no estaba de un buen humor…” su amiga se encogió de hombros, sonriendo nerviosamente. Era claro que ella no quería tener que lidiar con su hermano, menos en momentos tan abiertos y frente al público. Quizás podría temer quedar mal frente a los demás.
“No tienes que decirme nada, puedo adivinarlo,” Sora sentía que no era la única vez que Blanc le ignoraba olímpicamente, sólo siendo abierta cuando estaban en casa. “¿Será que le avergüenzo o algo?”
“Hm… eso se puede arreglar.”
“¿Arreglar?” no lo negó, al menos le fue indirectamente honesta, si es que eso se podía considerar como honestidad.
“Sólo preséntate como un mejor hermano mayor para ella, tal vez estudiando más, trabajando más en la banda. O al menos no llegar a tantos desacuerdos con ella todo el tiempo. Te puedes imaginar que una discusión frente a tanta prensa se vería mal.”
“En eso tienes razón,” esa observación tenía sentido, le hacía sentirse un poco mejor, pero aun así, era verdad que ellos no se llevaban bien.
“Un paso a la vez,” Reimu sonrió. “¿Qué tal si te acompaño a tu casa? Podemos quedarnos estudiando y hacerte un mejor hermano.”
“N-no gracias, hoy ya tenía planes.”
“Planes de tener tiempo libre, sin duda,” le miró fijamente, notando que su amigo no pudo desmentirse. Sonrió restándole importancia. “Está bien, al menos podríamos ver algo de la banda, ahora que ya sabes por qué me excusé no tengo que escaparme.”
“Eso sería mejor,” en verdad no tenía planes, y mientras no tuviera que hacer nada pesado con ese día proclamado libre, no le incomodaba. Siempre daba la bienvenida a presencia de sus amigos, mientras Luso no le arruinara la tarde.

Luego de ponerse de acuerdo, procedieron a continuar con el corto paseo por el mall en lo que el chofer de Sora les daba el alcance. Con un poco de esfuerzo y dedicación, algo podría salir en medio de la tranquila rutina, al menos eso era lo que esperaban.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on January 15, 2015, 12:27:57 AM
Este es otro repost aunque agregué como 300 palabras de diálogo por ahí, luego lo contaré debidamente. Ahora voy a esperar a que alguien más postee para no tener tres posts seguidos (...)

10

Por la presencia de personas, artistas, entre otros, en Eastwood, se podía decir que era una de esas ciudades que nunca dormían. Siempre había algo que ver, hacer, presenciar, y con qué ocuparse, hasta para aquellos con gustos refinados o algo distintos a los de los demás. Esa apreciación era adecuada de compararse con otras ciudades más tranquilas, pero la simple verdad era que ninguna ciudad dormía. Algo siempre ocurría, fuera donde fuera, y había personas que, pretendiendo ser parte del ambiente, tenían los ojos abiertos constantemente para registrarlo todo.

A ellos se les llamaban de distintos modos. Testigos, curiosos, chismosos, reporteros, etc. En Eastwood habitaban en gran cantidad, bajo un nombre un tanto más explicatorio: paparazzi.

Cada uno de ellos tendía a tener sus preferencias, alcance, área, y entre ellos mismos había una relación muy interesante. Todos tenían una pasión a la información enorme, y debían mantenerla durante toda su carrera y posterior trabajo para no quedarse atrás y ser derrotados por los demás con quienes convivían y competían. Era muy raro tener un pase libre a detalles o eventos muy exclusivos, y si dicho pase era de algún modo posible de conseguir, también habría competencia. Por ello, era de vital importancia sacarle provecho a cada evento, cada encuentro casual con celebridades, cada mínima e inoportuna ráfaga o mal tiempo que trajera un escándalo. Ellos eran como personas normales, y tenían el mismo alcance, pero con una costosa cámara y necesidad de reportar material todo el tiempo, debían encontrarlo todo y a veces hasta salirse del camino correcto esperando no meterse en problemas mayores. Todos los paparazzi se conocían, sabían detalles interesantes de cada uno, podían trabajar juntos y a veces andaban en lo que parecían manadas. Se llevaban bien, ocasionalmente había un leve recelo por la buena fortuna de alguno, se auxiliaban en ocasiones y en cada evento de importancia se les podía oír hablar para informarse de la situación, pero en el momento de los hechos, terminaban peleándose con empujones y codazos con tal de sacar la mejor foto.

Con todo lo que había en Eastwood, era el lugar ideal para que muchos excelentes fotógrafos se desarrollaran como paparazzi, y si bien la competencia era compleja, la cantidad de información que el mundo demandaba de artistas y los medios disponibles de comunicaciones prometían al menos una paga modesta si se sabía tomar buenas fotos.

Era un tema delicado. Esos dudosos reporteros muchas veces se ganaban mala fama y podían meter a gente importante en problemas, ganándose problemas ellos mismos. Había eventos donde también se prohibían su asistencia o famosos que contrataban guardias como si se echaran litros de repelente, con tal de alejarlos. En caso de haber algún famoso haciendo un gran boom y lanzarse al estrellato como un cohete, su vida diaria se vería envuelta de gente siguiéndole y esperando cualquier momento, cualquier mínima debilidad. Se vería al día siguiente más de tres periódicos populares publicar el insignificante percance en primera plana, cada compañía usando fotos de un paparazzi distinto, en distintos ángulos, distinto balance de blanco, pero el mismo instante. Las masas comían los escándalos, lo disparaban por todo el Internet, eran recordados en la televisión, las noticias, hasta en los descansos de sus clases o trabajos. Ello justificaba el trabajo incansable de aquellos reporteros, les daba impulso y presupuesto para seguir. Pero al mismo tiempo, de no ser por ellos trayendo cada detalle a la luz, ciudades como Eastwood podrían ser no tan despiertas, artistas podrían no llegar a ser tan conocidos, la industria no contaría con ellos ‘comerciales’ y llamadas de atención. Por ello, era también productivo para los famosos tener su lugar en las noticias y dejarse conocer. Lo más importante del caso era saber cómo crecer del chisme antes de ser atacado por ello, y sobrevivir con la fuerza ya ganada y con los fans que daban todo el apoyo. Algo difícil, algo que demandaba fuerza de la persona, y de pasar todos los males ratos.

Y entre los paparazzi presentes en Eastwood, todos conocían mucho sobre una bastante talentosa, quien no se perdía de ningún detalle. Era todavía joven, recién cerca de sus treinta, y con todo el espíritu vivo y aventurero como si cada noticia que llegaba a sus oídos significara una nueva odisea en su horario de trabajo, un horario que nunca acababa. Por ser una persona muy osada y atrevida, además de ágil e ingeniosa, había llegado a ganar una gran cantidad de contactos y recursos, resultando en excelentes ganancias al punto de haber formado un equipo que trabajaba para ella.

“Nosotros los paparazzi somos como aves de presa. Vivimos en el mismo espacio que los demás, pero tenemos unos sentidos que captan más allá de lo notorio para otros, y no tardamos en agarrarlo en el acto. Muchos lo pueden rechazar o tienen quejas que presentar, pero nos considero otro grupo más de la sociedad, y no se debe ver tan negativamente. Nuestro conocimiento e información es muy importante, ¿no les parece?”

Esas fueron las palabras que ella dio en una entrevista, hace ya algún tiempo, luego de que llamara la atención por tanto éxito que había tenido en su carrera. Por esas mismas palabras, la gente comenzó a referirse a ella y al grupo que trabajaba para ella como los ‘cuervos’ de Eastwood, un título que a ella no pareció molestarle en lo absoluto, hasta se rió y se llamó a sí misma Tengu, un detalle que sólo dio más de qué hablar. A fin de cuentas, el problema con ella no era lo que otros tenían que decir sobre ella, mas lo que ella tenía que decir o exponer de otros.

Como era de esperarse, se trataba de un personaje controversial. Tenía la mejor de las actitudes, paciencia, carisma, y siempre una sonrisa y trato cordial y gentil que a veces contrastaba drásticamente con su rol y acciones. También podía prender y apagar una presencia única de un modo que daba miedo, y todos sus blancos nunca sabían cuándo esperarle, a veces sorprendiéndose en salir en las noticias, con fotos infraganti. Sin lugar a duda, el nombre Aya Shameimaru generaba todo tipo de reacciones al sólo enunciarse.

Vivir en Eastwood y tenerlo como su centro principal de operaciones le llenaba de trabajo. Muchas veces tenía que mandar a sus ‘cuervos’ a cubrir historias, al estar ocupada todo el tiempo, pero ella misma se hacía del mayor tiempo posible, y no dejaba la acción. Ella no podía quedarse sentada por mucho, como en ese mismo día, al saber de la apertura del nuevo kiosco de productos de las Hearts, esa banda de chicas que había estado dando mucho de qué hablar, y quienes prometían noticias a futuro. Valía la pena darles seguimiento y una breve visita. Tan sólo esperaba no estar muy tarde…

“Ahí están,” dijo ella, en el copiloto de un pequeño carro, acompañada de tres de sus cuervos, con uno en el volante. Estaban por el amplio estacionamiento a las afueras del mall, y justo se veía al gran grupo de gente y las Hearts salir de dicho centro comercial. No había perdido su oportunidad. Se le vio muy contenta y colgó su cámara en su cuello, para dirigirse al chofer. “Aquí está bien, detente. Me acercaré a pie.”
“¿Está segura?” preguntó su ayudante, parando su marcha. Este era nada menos que Almaz, conduciendo el vehículo al haber sido dado ese trabajo. El joven todavía seguía siendo el más nuevo en la ‘parvada’ de paparazzi y no estaba muy cómodo con todas las acciones y planes de su jefa. “Puedo acercarles un poco más.”
“Es mejor no llamar atención al carro o lo asociarán conmigo,” Aya sonrió con energías, y le guiñó un ojo. De ahí, pasó a mirar a los otros dos cuervos por el espejo retrovisor. “Ya saben el plan. Mientras yo salga corriendo y llamando la atención de todos, ustedes van a salir y rodear el área, así no les verán llegar. Cuando les note presentes llevaremos nuestro excelente plan en marcha, ¿entendido?”
“Entendido, jefa,” contestó uno de los dos. Ambos estaban en plena acción de ponerse pasamontañas y agarrar lo que parecían ser ventiladores portátiles y recargables.
“Bien,” Aya asintió y agarró el hombro del piloto, haciéndole sobresaltarse un poco. “Y tú vete acercando muy lentamente al lugar de los hechos y espéranos a la altura de ese Range Rover celeste. Mantén el carro prendido y listo para partir.”
“Ehhh…” Almaz tuvo un muy mal presentimiento por las indicaciones. Ni sabía qué iban a hacer los otros tres en el carro.
“Volveremos con excelente información. Ponte en marcha ni bien todos salgamos.”

Con esas palabras, Aya abrió su puerta y salió apurada, acercándose a esa entrada del mall pasando entre los carros estacionados, para no llamar la atención. Mientras se acercaba, aprovechaba el tiempo ajustando la configuración de su cámara y preparando los detalles para empezar a tomar fotos, en caso de estar con prisa. Ya lista y con todo ordenado, sólo quedaba llegar a ese grupo que felizmente se había vuelto a estancar, para saludar a más de sus fans presentes.

“Uhh…” y Vert notó a esa escandalosa pelinegra cuando ya estaba a pocos metros de distancia. “Chicas, no quiero arruinar la fiesta, pero lo mejor es irnos cuanto antes.”
“Pero ya salimos del mall por presión de Blanc, al menos quiero saludar a la gente que nos ha seguido,” se quejó Neptune, un poco desanimada.
“No, Vert tiene razón, miren,” Noire notó a la paparazzi por la mención de la rubia. “Es la Tengu, lo mejor es no darle motivos para arruinarnos el día.”
“Ya hay paparazzi presente, esa Tengu no puede ser tan terrible,” Blanc había oído de ella, también visto anteriormente, pero todavía no entendía por qué todos hacían tanto lío al hablar de ella. “Estamos rodeados de guardias, no nos molestará.”
“¡Buenas tardes! ¡Un gusto verlas por aquí!” les saludó Aya, ya habiendo tomado una gran cantidad de fotos conforme se acercaba. Su disparador no conocía el descanso. La reportera se detuvo a distancia, tomando parte de los paparazzis que eran detenidos por los guardaespaldas. “¿Qué tienen que comentar de su día? ¿Algo interesante, único?”
“Sólo sigan caminando, chicas,” aconsejó Vert a sus compañeras, pacientemente. Las cuatro siguieron caminando, rodeadas de guardaespaldas que cumplían con su trabajo.
“No sean tímidas, chicas, son simples preguntas,” dijo Aya, intentando acercarse, con el leve empuje del guardia frente a ella haciéndole mantener distancia, algo que no afectó su buen humor o metas. “¿Cuáles son sus futuros planes con su negocio? ¿Cómo piensan desarrollarse?” con esa pregunta, volvió a acercarse, y volvió a ser levemente empujada. Iba a insistir, era evidente.
“Ya contestamos preguntas, llegaste tarde,” dijo Neptune, con una sonrisa, pero empezando a desconfiar de ella. Los rumores de la Tengu regresaban a su cabeza poco a poco, al verla presente.
“Sólo pido una pequeña y humilde consideración, como una fan de ustedes,” Aya sonrió educadamente, con sus intocables ánimos. Una mínima respuesta como esa siempre le inspiraba más a seguir. “Les viene muy bien compartir más conmigo, escribo excelentes artículos y puedo incrementar su fama mucho más. ¿Qué tal si les ayudo a promocionar sus productos preferidos?”
“No necesitamos ayuda, y estamos muy ocupadas, que tenga buen día,” rechazó Noire, con un porte fuerte y seguro, y un tono limpio.
“Yo también tengo cosas que hacer, pero haría espacio para chicas tan lindas,” sonrió, y de nuevo se acercó mucho, siendo nuevamente empujada hacia atrás. Alistó su cámara. “Déjenme tomarles una foto. Reconozco a los diseñadores de sus ropas.”
“Aléjate, sólo estás siendo una molestia,” reclamó Blanc, empezando a perder la paciencia con ella. “Ya terminamos aquí. No intentes ser tan familiar con nosotras como si te fuera a funcionar, no te oyes nada profesional.”
“Uhh, la pequeña y callada Blanc con sus honestas declaraciones, como se le conoce,” Aya se le vio por un corto instante apenada, regresando a sonreír, esta vez con inocencia.

Algo que los demás no notaron fue que los secuaces de Aya ya estaban muy cerca del grupo, y ocultos en medio de unos arbustos. Con ello, la Tengu sabía que el momento de actuar acababa de llegar.

“Como profesional, a la gente le gusta también entrevistas más familiares, da un sentimiento de estar más cercanos a sus ídolos. Una foto no dolería,” Aya intentó nuevamente acercarse, de nuevo siendo empujada con suavidad, pero al recibir el empuje, dio un giro rápido y hábil con su cuerpo, pasando al costado del guardia muy rápidamente, luego de haber estudiado cómo se movía. Atravesó su guardia y ello le llevó mucho más cerca de las Hearts de lo que ellas hubieran querido, sorprendiéndolas.
“Ahh…” Vert dio un suspiro, y se mostró algo severa. “Déjanos en paz.”
“¡Sí, acosadora!” exclamó Neptune, reclamándole.
“¡Pero qué lindas se ven de cerca!” comentó Aya, sonriendo brillantemente y esquivando al guardia, el cual no podía meterse mucho con ella porque los otros paparazzi también se avivaron e intentaban infiltrarse. “Unas fotos no lastiman a nadie.”
“¡Te dijimos que no!” respondió Noire con fuerza. Oír al disparador moverse repetidamente les dejó saber que ella les ignoraba, y estaba en pleno trabajo. Ello llenó de cólera a la más pequeña del grupo.
“¡Maldita arpía!” Blanc no se aguantó y la empujó, haciendo que Aya se cayera al piso boca arriba, todo con tal de proteger su cámara. La baterista del grupo miró a sus demás compañeras. “Vámonos, nuestros guardias nos han fallado, y ya me he hastiado.”
“Y este era un día tan agradable…” Noire apoyó un brazo en su cadera, con el otro moviendo una de sus colas laterales. “Qué desilusión.”
“Vamos a comer algo dulce y se nos irá el amargo,” sugirió Neptune.
“Sí, de una vez,” Vert asintió, y ella entonces recordó a esa repentinamente olvidada reportera, que yacía en el piso. La miró, y en ese momento, esa paparazzi envió una seña hacia uno de los arbustos cercanos…

El par de ‘cuervos’ usando pasamontañas saltaron y emplearon los ventiladores a máxima potencia. El fuerte viento impactó a las cuatro Hearts, cayendo en el plan de Aya. Las cuatro divas se encontraban descubiertas por las ráfagas, mientras que Aya yacía todavía en el piso, con su cámara apuntada hacia arriba…

“Shi-ma-pan~” canturreó la Tengu, con una sonrisa victoriosa en su rostro. Ella tomaba múltiples shots de las ropas interiores de las Hearts menores.
“¡AAAHHHHH!” gritaron Neptune, Noire y Blanc, rojas de vergüenza. Jalaron sus faldas y cerraron sus piernas. La extremadamente larga falda de Vert le había protegido de aquel cruel destino, quien de nuevo dio un suspiro de severa frustración. Le había dicho a sus compañeras que no le hicieran caso, de lo contrario quizás hubiera tenido la decencia de no sobrepasar sus límites. Las tres afectadas intentaron pisotear a la reportera, quien con un rápido giro pisó el piso y se levantó como resorte.
“¡Excelente elección de ropa interior!” Aya levantó un pulgar, tomando unas fotos más de sus reacciones. “No pienso hacerles quedar en ridículo esta vez, descuiden, pero el mundo debe saber que siguen la moda, y los shimapan le harán ganarse más fans masculinos, e inspirar a chicas a usarlos también. Deberían estar muy orgullosas. Son recientemente famosas, jóvenes y hermosas, pero todavía usan ropa interior. ¡Qué inspirador!”
“¡Desgraciada!” gritó Noire, comprimiendo sus puños a sus costados.
“Te… te odiaré por siempre…” Neptune hundió sus ojos llorosos en sombras, temblando de pies a cabeza, tanto de ira como de tortura interna y vergüenza.
“¡Te voy a despedazar!” Blanc no se contuvo y corrió hacia ella para atacarle. Aya aprovechó para tomar fotos consecutivas y registrar las expresiones de aquella volátil Heart junto con sus movimientos, para luego hacerse a un lado en el último segundo. Le vio girarse para volver a agarrarle, por lo cual Aya sacó un flash de su confiable canguro, y con ponerlo en su cámara, tomó una foto que cegó a su atacante, dándole la oportunidad para escapar entre todo el caos de los demás paparazzi causado por su descubrimiento.

La Tengu se perdió y se retiró con una simple y limpia sonrisa, corriendo para alejarse de la escandalizada multitud junto con sus dos ayudantes. En ese mismo instante, Vert se la pasó recordando a Noire de mantener su porte, consolando a una Neptune al borde de las lágrimas, y tranquilizando a una Blanc que bien podría desquitarse con el guardia responsable. Lidiaban con Aya, y luego de eso y también por la súbita fama del grupo era muy probable que la volvieran a ver muchas veces, así que tenían que estar lista para ella, y no darle vista a ninguna debilidad, tampoco el privilegio de verse vulnerables, molestas o con cualquier expresión negativa frente a ella. La reportera encontraría su modo de ser impecable, y era probable que ni pudieran ganar un caso de una orden de restricción. Y aun en el remoto caso de tenerla, siempre habría algo para la Tengu que explotar.

El amargo tendría que pasarse con más que dulces, aparte de que esa experiencia ya se había convertido en una lección de vida.

“¡Regrese!” se anunció Aya, entrando al copiloto de su vehículo junto con los otros dos. Por un ligero incremento en su entusiasmo, Almaz supo que ella fue victoriosa en conseguir algo que le satisfaga.
“¿Todo salió bien?”
“Sí,” ella asintió en el momento en que se ponía el cinturón, y sus ojos brillaron de seguridad y fortaleza. “Las tres Hearts menores usan Shimapan. Es nuestra historia.”
“Ehh…” el conductor se confundió. “J-jefa, temo preguntar lo que ha ocurrido…”
“No te preocupes, todo está muy bien. Haremos primera plana mañana, ya verás. Luego invitaré a todos a almorzar. ¡En marcha!”

El grupo partió, con el vehículo pasando desapercibido y las Hearts demasiado distraídas en retirarse en medio de paparazzi entorpeciéndoles el camino y fans que todavía demandaban autógrafos. La Tengu no sería la única paparazzi cubriendo el caos, con muchos con trabajo de antes y después de su intervención, pero sí se ganaría la atención principal como siempre lo hacía.

Las Hearts tendrían que lidiar con más visitas futuras, y no sólo ellas, sino todos con algún tipo de presencia o logro, tenían el lente de la farándula encima, listo para grabar cada detalle de interés.

Eastwood siguió con sus actividades y escándalos, gozando de su constante fama.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on June 28, 2015, 12:23:55 AM
Edito porque esta historia no la continúo. Inicio de cero.


Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Cho on June 30, 2015, 03:53:33 PM
Bienvenida al fic, Miyu, espero que te diviertas~ Y aprovecho a que posteaste para dejar mi siguiente fic.

11

Era la tarde después de clases y Yomi se encontraba en su habitación, terminando una tarea. Ella se había escapado de encontrarse con sus amigas ya que necesitaba un poco de tiempo a solas y sin tener que soportarlas hablar de la banda. Luego de que no hayan podido reservar cupo para un cuarto de práctica, Tomo había decidido que se quedarían toda la tarde hablando sobre canciones o el tan controversial nombre de la banda, pero Yomi decidió desaparecer lo antes posible ya que sólo iban a perder el tiempo.

Había tenido alrededor de dos horas tranquilas para terminar con sus tareas para el día siguiente y le alcanzaba el tiempo para estudiar y luego relajarse con un baño, mirar televisión e irse a dormir. Por tantos intentos de prácticas de su banda en formación ya casi olvidaba qué era tener tiempo para sí misma. Pese a las delusiones de Tomo de ser una futura estrella, Yomi sabía que debía seguir estudiando, y por más que le gustara pasar el tiempo con sus amigas no podía distraerse demasiado. Bueno, todavía tenía el resto del día para sí misma así que con eso tendría las baterías recargadas para lidiar con sus ocurrencias al día siguiente.

Terminó con el último ejercicio y cerró su cuaderno. Alistó sus útiles para el día siguiente y sacó su pesado libro de historia, al cual daría una leída para practicar más tarde. Ni bien se encontró sin nada más que hacer, Yomi no pudo evitar sentir que su habitación estaba muy callada. Sus padres aún no regresaban y se encontraba completamente sola. El silencio le hizo quedarse quieta y meditabunda. Casi extrañaba a sus amigas. No tenía nada urgente que atender, así que pensó en recostarse en su cama por un rato, cuando en eso, entre todo el silencio de su hogar, oyó un extraño sonido venir de la cocina.

Fue como si un intruso estuviera en su casa y hubiera movido algo en su camino. Yomi sintió nervios y antes de hacer nada más, agarró su celular. Ella se acercó a su puerta cerrada para escuchar, pero no pudo percibir nada más. Al abrir, oyó lo que parecían ser diminutas explosiones, y caminó con cautela por el pasillo. Se detuvo al costado de la puerta de la cocina cuando pudo identificar la clase de sonido que era. ¿Alguien estaba utilizando su microondas?

El beep del final de la cocción le sobresaltó y pudo oír a alguien abrir el aparato. Yomi miró con terror a la pantalla de su celular y pensó en marcar a un número de emergencia, pero justo entonces oyó a una voz alegre exclamar, la cual anuló toda su alarma…

“¡El pop corn está listo!” exclamó Osaka, feliz de la vida.
“¡Osaka!” Yomi entró y gritó a su amiga, quien agarraba la bolsa de las palomitas recién hecha. “¡¿Qué haces aquí?!”
“¡AAHHHH!” la intrusa se asustó y soltó su snack. Al reconocer a Yomi, la pequeña dio un profundo respiro y recogió las palomitas. “Aw, no deberías asustar a la gente así, Yomi-chan…”
“¡Tú eres quien no debería asustarme! ¡¿Qué haces infiltrándote en mi casa?!”
“Fue idea de Tomo-chan,” Osaka sonrió como si todo estuviera bien en el mundo. “Ella me dijo que teníamos que venir a salvarte de tu soledad. Creo que fue a buscarte en tu propia habitación.”
“¿Qué?” Yomi se sorprendió, y luego dio un suspiro lleno de frustración. Tener a Osaka ahí era nuevo, pero Tomo sí era una infiltradora común en esa casa. “Tomo no debería andar enseñándote malas costumbres…”

Yomi decidió ir de regreso a su habitación para buscar a la orquestadora de la invasión. Abrió a puerta de su cuarto, y si bien no encontró a su amiga a primera vista, no tardó en notar a un molestoso bulto debajo de las mantas de su cama.

“¡Oye, Tomo!” se enfadó al ver a su amiga pretender dormir en su propia cama. Yomi agarró sus mantas y las comenzó a jalar, notando resistencia de la otra. “¡Sal de ahí! ¡¿Qué haces enseñando a Osaka a entrar a mi casa por las ventanas?!”
“¡Déjame, tu cama es cómoda!” reclamó Tomo debajo de las mantas. “¡Tengo sueño!”
“¡Entonces ve a tu propia casa!”
“¡Mi mamá está limpiando hoy! ¡Si voy para allá me hará ayudarle!”
“¡Pues no es una mala idea que ayudes a tu madre! ¡Vete!”
“¡No!” Tomo siguió jalando con fuerza. Ella intentó quedarse debajo de las mantas, pero desistió al oír el timbre sonar. “¿Eh?”
“¿Alguien está en la puerta?” Yomi se extrañó. No esperaba a nadie.
“Tal vez sea eso…” Tomo ladeó su cabeza.
“¿Qué cosa?”
“Ve a atender la puerta,” Tomo sonrió.
“…” Yomi dio un suspiro más profundo, y agarró a su amiga de improviso al jalarle fuera de su cama. “¡Ya, pero tú sal de ahí!”
“¡Ya, ya, tranquila!”

Yomi fue camino a la puerta principal, notando que Osaka estaba sirviendo el pop corn en uno de sus bowls. Abrió la puerta de su casa y vio a un repartidor de pizza.

“Buenas tardes, traigo su pedido,” reportó el repartidor, de inmediato desempacando la orden que traía.
“¿Ehh?” Yomi se desconcertó. “¿P-perdón?”
“Son dos pizzas familiares, una Hawaiana y otra Meat Lovers’, una porción de palitos de queso y una Pepsi de tres litros,” él le extendió un recibo. “Este es el total.”
“¡¿Q-qué?! ¡P-pero yo no-!”
“Finalmente…” Mai apareció como un espectro a su costado y pagó la cantidad exacta del recibo, centavos y todo. Ella recibió la orden y miró a la dueña de casa inexpresivamente. “Pagué, y a ti te toca darle propina. Piensa en el pobre que ha venido hasta acá por nuestra comida.”
“Ehh… ¿eh?” Yomi vio a su amiga retirarse caminando hacia la cocina y luego miró al joven que esperaba impacientemente su tip. Ella rebuscó en sus bolsillos y encontró una cantidad decente de propina que darle, aunque sus monedas para el pasaje de bus habían disminuido considerablemente gracias a ello.

El muchacho se retiró en su motocicleta, y Yomi sacudió su cabeza. Ella cerró la entrada de su casa y corrió hacia la cocina para demandar una buena explicación. Ahí encontró a Mai agarrando las cajas de pizzas, Osaka cargando el bowl de palomitas y Tomo abrazando su almohada y hasta usando sus pantuflas. La inmutabilidad de Mai y sonrisas vacías de las otras dos le hicieron sentir muchos nervios.

“¿Q-qué hacen aquí?” Yomi les miró con una ligera aprehensión, desconociéndolas.
“¡Estamos aquí para salvarte de tu soledad!” exclamó Tomo, sonriendo como una improvisada heroína. “¡Te desapareciste de la nada, así que antes que tu lado emo y solitario te haga huir de tu verdadera felicidad y amistad con nosotras, venimos para hacerte compañía!”
“No olvides que las cuatro somos un equipo desde que comenzamos con nuestro proyecto de la banda,” Osaka sonrió. “Por eso tenemos que siempre estar juntas y reunir muchas experiencias todo el tiempo. Así que como parte del grupo no podemos dejarte ir.”
“One of us… one of us…” canturreó Mai, monótonamente.
“C-chicas…” Yomi comprimió sus puños, molesta. “No puedo quedarme todo el tiempo jugando con ustedes. Tengo tarea que hacer y ustedes también, ¿recuerdan?”
“Sí, pero eres tan abusiva estudiando que no te toma mucho tiempo. Te apuesto a que ya terminaste,” Tomo sonrió restándole importancia, y pudo ver cómo Yomi no podía refutar su declaración. “Y no estamos haciendo ninguna tarea importante últimamente. No pierdo nada copiándote mañana durante el descanso, ¡hahahaha-AHHH!” recibió un zape justiciero de su amiga.
“Osaka y yo no seremos copiadoras orgullosas como Tomo, pero nosotras también consideramos en relajarnos,” observó Mai. “Ahora que las cuatro somos una banda en formación es necesario pasar mucho tiempo juntas para familiarizarnos, conocernos mejor, y pilotear EVAs en perfecta sincronía en cuanto sea necesario.”
“Además Tomo-chan nos mencionó que tu casa es muy espaciosa, tiene muchos snacks y tus padres casi nunca están aquí. Es el sitio perfecto,” Osaka asintió. “Por eso vamos a rentar películas y las veremos con la pizza, palomitas y gaseosa.”
“…” Yomi negó repetidamente. Debió haberlo imaginado, no podía huir de ellas. “¿Y cómo vamos a rentar películas? El último Blockbuster que recuerdo quebró hace como siete años.”
“Aw, es un decir, señorita anticuada,” Tomo sonrió burlonamente. “Tienes DirectTV, así que miraremos unas cuantas PayPerView. ¿Ya averiguaste la contraseña de tus padres para ver cosas de adultos?”
“¡No, y aun si la tuviera no te la daría! ¡Me meterías en problemas!” reclamó la dueña de casa. Felizmente sus padres estaban bien con que gastara en algunas películas.
“¡DirectTV, genial~!” Osaka se emocionó. “Y mientras esperamos a que comience la primera película podemos continuar con nuestro debate del nombre, ¿qué les parece?”
“No es el momento, Osaka,” Mai negó, solemne. “Frente a un televisor, Tomo puede volverse a venir con nombres poco originales o de palabras ya empleadas en los medios. Dañará su posible originalidad.”
“Oye, soy muy original. Ninguna de ustedes está haciendo un esfuerzo,” Tomo se amargó. “Pero ya vamos a la sala, nos alcanza para ver unas tres películas.”
“No, sólo dos, y eso si son cortas,” sentenció Yomi. Ya no le quedaba de otra que dejarles quedarse un rato. Bueno, sí pudo lograr completar con su tarea, así que no le venía mal estar acompañada de sus compañeras. Al menos habían comprado un par de sus pizzas favoritas.

Las cuatro amigas se acomodaron en la sala y luego de servirse la comida, bebida y snacks, prendieron el televisor para buscar alguna película reciente que les interesara. Con ese plan y la compañía, la tarde se pasaría muy rápido para todas.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on February 29, 2016, 04:53:41 PM
Mi propósito para con ustedes este año es regresar del olvido 8´)
Me da una pena dejar esto super rushed y de paso me acabo de dar cuenta que no es uno de los fics principales así que mi lista ya fue, tocará smashdown.

Anyway, edito en la noche con iconos que no tengo al menos dejé mi starter~

***

¿Nervios? ¿Por qué iba a estar nerviosa?  Era solo una entrevista de trabajo. Había pasado por un montón de estas (3 en realidad, y una fue una simulación para una clase del instituto…). No, no, no. Estaba bien vestida, arreglada, y con unos tacones modestos en los que podría correr si era necesario. Lo que le incomodaba a la rubia era el lugar de la entrevista.
Shiemi releyó la dirección que indicaba la arrugada tarjeta de presentación. Alzó la mirada y las calles coincidían con lo indicado; incluso su ubicación en MAPS acertaba, ese debía de ser el lugar… tampoco se trataba que desconfiara de quien la recomendó…. Pero de todas formas le daba mala espina el lugar. No le parecía el indicado para una agencia: “Ni siquiera hay parqueadero”

Aunque eso tampoco era lo importante: El lugar estaba casi desolado… y en parte le desmotivaba que la oficina estuviese en un tercer piso. -¿Quién pone una agencia de modelos en un tercer piso?- que el ascensor se estuviese reparando tampoco le dio buena espina. Estiró su falda antes de entrar y tomó aire, tocando la puerta una, dos y tres veces… nada. Buscó una cámara arriba de la puerta de madera, un timbre, pero solo encontró polvo y telaraña. Tocó una vez más cuando su puño empujó la puerta. Anunciándose con su suave voz antes de entrar, no obtuvo respuesta, y no la tendría; pues al asomarse dentro de la oficina no había nadie. Ni un rastro de polvo, como si la hubiesen vaciado esa misma mañana.

Shiemi entró en pánico, no del miedo; sino por la desilusión. Se había esperanzado tanto con este trabajo que al encontrarse con nada le resultó un golpe bastante bajo. Encendió su celular, entre agobiada y molesta haciendo una llamada, que apenas notó cuando le dieron un empujón para que terminase de entrar en el desolado cuarto.
“sí, sí querido. Te llamo luego” su risa era escandalosa y la manera en la que la había empujado bastante grosera “Tú debes ser la señorita Senjouhara ¿cierto?... la pubertad de cambió” tosco hasta para su manera de expresarse Izaya le hizo una seña, como si no se tratara de una completa extraña “¡ven para acá!” le insistió altanero, a pesar de estar a casi cinco pasos de distancia.
La rubia obligada se acercó, intentó explicarse, pero el mayor la mandó a callar como si se tratara de un balbuceo: “Como veras, esto está bastante desolado. Ha sido tierra de nadie por lo menos un año… si no es más. Pero lo hice limpiar esta mañana especialmente para ti.” El pelinegro sonrió como si le estuviese haciendo alguna clase de favor “Tu papá me dijo que eres alérgica al polvo o algo parecido, y bueno, no quiero a nadie inflado rondando por la oficina y que mucho menos me anden reclamando por bienestar laboral”
“-pero-”
“¿Qué? ¿Ahora vas a decirme que la luz te hace daño y hay que poner película en las ventanas?”
“no soy Hitagi Senjouhara”
Por primera vez, de los cinco minutos que llevaban compartiendo oxígeno en la misma habitación, Izaya Orihara se regresó a verla. Incluso se retiró los lentes oscuros. Tenía razón. No era Hitagi.
“Conocí a Hitagi en la Universidad.  Ella era un par de semestres mayor a mí… me recomendó para el trabajo…” Shiemi escarbó en su cartera y extrajo un pequeño tarjetero, elegante de metal, del cual sacó una tarjeta de presentación colorida y con relieves. Izaya la miró sin fascinación alguna: a ella y a la tarjeta. La leyó y regresó a verla. Frunció la boca, eso sí que era una mala señal. “típico” suspiró pesado girando los ojos “… bueno… ya que TÚ, señorita Moriyama, vas a encargarte del negocio familiar sin ser la familia…” se aclaró la garganta y continuó con su actitud apática de hace segundos atrás “tu primer trabajo es amueblar este lugar” Izaya le hizo entrega de una tarjeta dorada y un sobre que contenía la carta de poder “No podemos dirigir una agencia de modelos sin modelos. Y no podemos tener a los modelos de pie porque se cansan… así que apenas habilites esto… empezamos con el reclutamiento”
“¿reclutamiento? ¿Eso significa que… no hay nada?”

Izaya se sonrió de oreja a oreja, aquello le divirtió demasiado “Bienvenida a la Mosspaca, buena suerte construyéndolo”
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on February 29, 2016, 04:56:50 PM
(https://media.giphy.com/media/2116PkgyWRPz2/giphy.gif)

YES YEEEEESSSSSS TENEMOS QUE REVIVIR ESTOOO

Y @Nite no te preocupes. Para Probaciones y Reto Anual estas a-ok con postear aquí xD

luego edito con algo útil o borro este post pero la emoción pudo mas sorry not sorry
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on July 30, 2016, 04:01:06 PM
No era exactamente el trabajo que había tenido en mente, pero después de la segunda semana ya se había resignado. Especialmente porque Hitagi Senjouhara no respondía ninguno de sus mensajes.  "Típico" pensó por encima vez "regalale el trabajo que no quieres a alguien que apenas conoces..." Y lo peor de todo (lo que más le preocupaba) es que se trataba del negocio familiar... ¿Qué rayos había estado pensando Hitagi? Y qué rayos había estado pensando ella al aceptar.

Por otro lado si se enfocaba en lo positivo (y tenía que hacerlo)  la paga no era mala y estaba ganando experiencia en... lo que sea que estuviese haciendo.
"¿auxuliar?" Frunció el cejo y miro a Izaya quien parecía molesto consigo mismo por haber vestido varias tonalidades de negro en un día caluroso. "¿auxiliar de qué?"
"Sólo auxiliar" le sonrió ajustándose los lentes de sol  "tómalo como una carta blanca para hacer lo que quieras"
Shiemi sentía agradecida que Izay a se hubiese tomado la molestia de hacerle tarjetería personal para ella. Le daba gusto ver su nombre impreso en tan linda caligrafía; a pesar de tener un cargo inventado.

"... ¿si?"
"... ¿a que hora vas a venir?"
"¿disculpa?"   
"Bueno son más de las 10 y-"
"¿tienes idea la hora que es Moriyama?"
"Sí, más de las 10"
Tras una extenuante e inutil caza tras hitagi Senjouhara, Shiemi había logrado acomodar la oficina en la que ella e Izaya se habían conocido ya hacía dos semanas. El lugar seguía bastante vacío, pero al menos estaba limpio y una mano de pintura le cambiaba la cara a cualquier lugar.
"Me refiero a que he estado haciendo todo yo sola... Sin supervisión"
"..."
"..."
"Voy a pretender que no escuché eso"
"Ok"
"Y bueno, que quieres que haga yo"
"... No se supone que somos una agencia de modelos? Deberíamos de-"
"Es por eso mi querida Shiemi, que tu trabajo es tan importante, no podemos tener una agencia de modelaje en un lugar tan feo ¿no?"
"Pero... ¿y los modelos?"
"Te ocuparás de eso después. No podemos tener a un montón de chicos bonitos parados y haciendo fila como cualquier mercado. Ahora que está limpio el lugar, hay que adecuarlo. Así que compra todo lo que necesites: muebles, cortinas, a/c, una cafetera, un playstatiob. Todo. Te voy a compartir mis tableros de pinterest ¿si? Tengo un montón de buenas ideas sobre cómo debe de quedar la oficina" Izaya Orihara sonaba como colegial emocionado a través del teléfono.
"... ¿xon mi dinero?" Preguntó temerosa.
"Pfft no no!" Casi sintió vergüenza por la forma efusiva en la que su jefe se habia reído ante el comentario "por favor, ni siquiera te alcanzaría para el par de poetavasos que quiero. Te deje un sobre en el viejo gabinete que está atrás. Aún no lo has notado no? Hay cosas muy importantes ahí" Shiemi le colgó al instante, pegando la carrera por las escaleras hasta llegar a la calle, rogando que nadie se hubiese llevado el gran archivador oxidado que no había podido abrir en la semana.
"Ahí encontrarás una tarjeta dorada. Ilimitada. Es de la empresa. Pero puedes comprarte algo lindo, de seguro tus manos necesitan manicura" Izaya siguió hablando como si nada, a pesar de que la rubia le hubiese cortado. No le gustaba que le dejaran con la palabra en la boca. La próxima vez le cortaría el tren con la excusa de que estaba haciendo Home Office.


Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on October 30, 2016, 04:10:23 PM
Fic de proporciones bibilicas que escribí hace unos meses (tenía muchas ganas de participar en este fic). Edito con topes mas tarde.

Chapter 1

Encendió un cigarrillo a pesar de que un empleado le había dicho que no se podía fumar dentro del salón de conferencias. A su lado Sakuya también fumaba tranquilamente. Estaban a punto de comenzar la conferencia de prensa donde anunciarían su *última* gira como DeVilS. 

Aunque lo habían conversado hacia ya mas de 6 meses y el ya lo había aceptado, se sentía un poco dolido y triste.  Todo iba bien en la banda, no había rivalidades ni choques de ego entre los miembros. Tampoco habían perdido la popularidad, las ventas iban bien, seguían siendo una banda bien establecida y su fanbase era enorme. 
Pero, según Sakuya, su ciclo había terminado. Tenia 36 años y el estilo de vida rock and roll lo había cansado. Pronto no podría seguir el ritmo de los más jóvenes, no podría hacer giras mundiales que duraran dos años y mucho menos hacer conciertos que duraran hasta la madrugada dejando a los fans afónicos. El seguiría en el negocio de la música, como una leyenda viviente que se daría el lujo de sacar música cuando y como le diera la gana, sin presiones; produciendo, componiendo y escribiendo para sí mismo y para otros artistas de Neko Entertainment.  Pero definitivamente ya no podría seguir en la banda. 

Para Tasuku "Tatsu" Kurosaki esto era una pila de porquería. Bullshit. Sakuya estaba en buena forma (¿Cómo? Solo dios lo sabría, pues entre tanto tabaco, mujeres, drogas y alcohol tendría que verse como un anciano) y todavía tenia interés en la música. Pero su partida de DeVilS era el fin de la banda. La banda se había formado hacia 18 años y de los integrantes originales Sakuya era el único que quedaba. Fue el fundador de la banda junto a Toshi, el guitarrista principal. 

Cuando Sakuya anunció su salida ni el, ni Gin Fujiwara (el CEO de Neko Entertainment) oficializaron el fin de la banda. Les dieron a entender que podían seguir siendo DeVilS. Pero todos sabían que sin Sakuya ya no serían DeVilS. 

-------

La conferencia inició poco después de que Gin Fujiwara llegó. Le gustaba llegar tarde a todos lados para hacerse el importante. Al entrar y tomar asiento junto a Sakuya, todos en la sala empezaron a murmurar y los flashes de las cámaras empezaron a brillar.  Si el CEO de Neko Entertainment estaba presente, significaba que la conferencia iría acompañada de un anuncio importante. 

Como era costumbre, Sakuya y Loki comenzaron con una broma para romper la tensión y darle ambiente a la conferencia. Momotarou “Taro” en el extremo izquierdo de la mesa estaba risueño y Gin en el extremo derecho de la mesa sonreía satisfecho. Solo Tasuku estaba serio. Siempre lo había sido, y eso le había dado la reputación de ser el huraño de la banda.  Esa era la dinámica de siempre. 

La conferencia transcurrió normalmente; la banda dio detalles sobre su nuevo disco, sobre la gira y donde estarían tocando. Respondieron cada uno las preguntas que les hacían los reporteros sobre sus hobbies, gustos, marcas favoritas y anécdotas personales. Cuando la conferencia estaba llegando a su fin Gin tomó la palabra y les anunció a todos que Sakuya dejaba la banda pero que nada cambiaria, la banda seguiría como tal y después de la gira anunciarían que sucedería. El guitarrista Tatsu tomaría el liderazgo de la banda al iniciar la gira.  Los reporteros que hasta entonces habían estado en silencio, iniciaron a hacer preguntas y los flashes de las cámaras se dispararon una vez mas. 

Tasuku vio a su alrededor. Taro pareció muy triste de pronto. Loki esbozó una de sus sonrisas misteriosas y Gin pareció imitarlo, aunque también parecía preocupado. DeVilS era la banda de visual kei más importante de Neko Entertainment. Sakuya levanto la mano y todos se callaron.  Se puso de pie y agradeció a todos por la asistencia, además de dar una breve explicación del porque de su salida de la banda (la misma porquería que les había dicho a todos) y de nuevo agradeció a todos los fans por su apoyo los últimos 18 años. Pronto los periodistas comenzaron otra ronda de preguntas agresivas pero la banda y Gin dieron por terminada la conferencia y se retiraron.

Camino al camerino Gin se despidió efusivamente y los dejo continuar su penosa al camerino marcha solos. Ninguno dijo nada, hasta que llegaron a la gran sala que la banda usaba como camerino.

-Bien... llegó el fin- dijo Loki con un tono trágico imitando a los mejores actores que han interpretado obras de Shakespeare. Tenia 24 años y antes de unirse a DeVilS había estudiado arte dramático en la universidad. Aparentemente había interpretado a Hamlet por 4 años seguidos.

-Al único que le llegó el fin es a mi- Sakuya trató de confortar a sus compañeros de banda -aprovéchenla mientras son jóvenes...- aconsejó en un tono cansado mientras se quitaba la chaqueta. Tasuku notó que su vestimenta, que consistía en un traje de color negro con una camisa mas negra aún, era bastante discreta comparada a lo que usaba cuando la banda inició. Vaya que los tiempos pasaban y todo el glam del visual kei se desvanecía.

-Eh... creo que voy por algo de comer- dijo Momotarou "Taro" Mikoshiba antes de salir de la habitación. Apenas era un crio y Tasuku se imaginó lo que sentía: apenas había tocado la gloria de la fama y ya todo parecía que se estaba desvaneciendo. Era natural que estuviera efusivo.

-Y yo me voy a duchar- anunció Loki antes de retirarse a las duchas.

Tasuku y Sakuya se quedaron solos. Tasuku encendió un Marlboro y le ofreció la cajetilla y Sakuya, quien con un gesto educado la rechazó para sacar su propia cajetilla de Parliament.

-Lo siento- la disculpa de Sakuya parecía honesta de verdad.

- ¿Por qué? -

-Sé que tu querías salir de la banda desde hace ya un año-

-Sí, pero no creo que sea una opción por ahora. No puedo abandonarlos-

-Que generoso-

Tasuku dio una calada profunda a su cigarrillo -No solo eso... ya sabes me gusta el visual kei y todo, pero ya no es lo mío. Quisiera componer y tocar cosas más autenticas para mí. Salidas directo del alma-

- ¿Como Bob Dylan? - bromeó Sakuya.

Ambos hombres se vieron directo a los ojos y sonrieron con complicidad.

-Si, como Bob Dylan-

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Cuando Ginzou Fujiwara entró a su limosina su asistente personal Mail “Matt” Jeevas y la coordinadora de producción Miwako Sakurada ya estaba esperándolo. Ambos eran su mano derecha dentro de la compañía y le ayudaban un poco a no perder la cabeza entre tantas reuniones, conferencias de prensa, audiciones, firmas de contratos y las otras responsabilidades normales del CEO de una empresa de entretenimiento.

- ¿Qué sigue? – Gin preguntó a Matt mientras encendía la televisión de la limosina.

-En estos momentos se está llevando a cabo la conferencia de prensa de "I gave you my first kiss". Sheryl Nome y Julius Fortner estarán ahí pero nuestro objetivo es el interés romántico secundario, Okita Souji- tras decir esto con un toque a la pantalla de su ipad Matt cambió el noticiario donde pasaban un reportaje sobre la partida de Sakuya de DeVilS a una escena de la película donde se podía ver a Souji renunciar al amor de la protagonista a.k.a Sheryl Nome en una escena de la que ya todos hablaban y que había conmovido a fans y críticos por igual -ya rechazó a dos de nuestros reclutadores. Creemos que no tiene agente aún y que si hablas personalmente con él podría persuadirlo de firmar con Neko Entertainment-

-¡Kyaaaa! ¿a que ese tal Okita-kun es muy lindo, verdad Gin-sama?- exclamó Miwako encantada por el nuevo actor.
Gin, ya un poco cansado después de un día muy largo, recostó los codos sobre sus piernas. A través sus dedos entrelazados observó con detenimiento la actuación de Souji Okita. Era convincente, autentica y bastante buena comparada con la de la actriz principal. Además de que su atractivo era un plus. Era difícil encontrar a una cara bonita que pudiera actuar en estos días. Gin definitivamente lo quería entre sus filas.

Desde que su padre había muerto hacia 6 meses dejándole la pesada carga de un imperio de entretenimiento valorado en millones, Gin había trabajado sin descanso. Su padre era un hombre duro y anticuado entendía poco del entretenimiento, a diferencia de su abuelo cuyo abuelo había iniciado Neko Entertainment con un humilde show de teatro kabuki, que había llevado a la empresa a las fronteras del olvido sino hubiera sido por DeVilS y un puñado de otros artistas talentosos. Pero Gin no solo quería a un puñado de artistas talentosos, sino a un ejercito que lo llevara a ser el rey del entretenimiento en Eastwood. Era joven, millonario, poderoso e influyente. Podía lograrlo.

-------------------------------------

-Llegamos- anunció Matt -hice esta copia del contrato que tenemos para Okita. Nosotros conservaremos el original-

Gin que hasta entonces si había dedicado a revisar con Miwako los detalles de la gira de DeVilS y el lanzamiento de su último disco. Tenían que reservar hoteles, mandar a hacer el vestuario, contratar personal en 7 países diferentes y asegurarse de cumplir los caprichos de cada una de esas divas.

- ¿La conferencia no ha terminado aún? - Pregunto Gin mientras se bajaba de la limosina. Enseguida cinco guardaespaldas le rodearon.

-No. Dentro de 15 minutos-

-Bien. Quédense aquí, arregla una cena para mi en el Ritz al salir de aquí-

Rápido y audaz Ginzou se dirigió a la salita que se encontraba tras el salón donde se estaba llevando la conferencia promocional de la pelicula "I gave you my first kiss". Era el típico drama de escuela con un triangulo amoroso, pero con un elenco de estrellas como Fortner, Nome y el novato Souji Okita la pelicula había salido de su primer fin de semana de estreno triunfante. 

Sin mucho que hacer Gin se instaló en el sofá mas grande que le daba vista total de la entrada. Eran las 8:15 pm cuando la conferencia terminó  y la primera en entrar fue Sheryl Nome seguida de su minion/asistente Yuu Naruse. Tras ellas venían Julius Fortner y el famoso Okita Souji. A diferencia de los otros su presencia era tenue y su ego menos elevado. Después de todo paso de ser un mesero en un barcillo de cuarta a un modelo y finalmente a un extra. Este era su primer papel como protagonista y fue recomendado por nada más y nada menos que Sheryl Nome. Que llevo a la rubia a realizar un acto tan altruista nadie lo sabía, pero se había negado a protagonizar la pelicula si el chico no salía en ella con un papel que le diera mas de 10 minutos en escena.

Después de esquivar a Nome que como siempre preguntaba lo mismo (¿cuándo-me-dejaras-cantar?), Gin se dirigió directamente a Souji. El chico de ojos verdes no se dejo intimidar por la presencia del gran Fujiwara-sama y actuó de manera tranquila durante todo el rato que este le habló sobre firmar con Neko Entertainment.
Oír la propuesta de Gin y ver la copia del contrato talvez asusto un poco al chico, que le pregunto a Gin si tendría que firmar en ese momento.

Después de meditarlo por unos segundos Gin negó con la cabeza -No, no tienes que firmar ahora. Te dejare la copia para que la leas. Tienes tres días para aceptar la oferta tal y como esta ahora. Cuando estés listo llama a mi asistente, su número esta impreso al final del contrato-

Fujiwara estaba convencido de que tenía el interés de Souji. Ninguna agencia se daría el lujo de ofrecerle a un actor novato ese sueldo, el porcentaje de ganancias y regalías a excepción de Neko Entertainment. Sus guardaespaldas lo siguieron de vuelta a la limosina donde lo esperaba sola Sheryl Nome que de seguro había enviado a Matt y Miwako a otro auto.

- ¿Y tú qué haces aquí? - preguntó Gin pasándose la mano por el cabello de manera exasperada. Estaba cansado y solo quería su cena en el Ritz -Ya te dije que según tu contrato tienes una pelicula más que grabar...-

-No vengo aquí por eso- se defendió la rubia - ¿Cómo están Sakuya y los demás? Escuché que la conferencia de prensa estuvo bien-

-Ah eso... todo salió bien... supongo- Gin se recostó en el asiento echando la cabeza para atrás y cubriéndose los ojos con las manos. De repente se sintió exhausto.

-Y... ¿tu estas bien? -

-Estoy preocupado. No sé si esto es el fin de DeVilS-

-Si me pusieras de vocalista...-

-Ni de joda-

-Eres un pesado- Sheryl le dio un golpe en el brazo jugando -Matt me dijo que tienes una reservación en el Ritz. ¿Me dejas en un lugar? te queda de paso...-

Gin se incorporó y torció la boca. Ya sabia a que lugar se refería ella. Sintió una ligera ola de celos, aunque no tenía ningún motivo aparentemente para sentirse así. De todos modos, accedió. Sabia que ella no se bajaría de la limosina a menos que la dejara donde ella quería.

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Después de más cigarrillos y un par de tragos Sakuya y Tasuku bajaron al parking del edificio. Loki aparentemente se había escapado por la puerta trasera del camerino *muy típico de el* y Momotarou les llamó avisándoles que se uniría a la fiesta de unos amigos.

- ¿Seguro no quieres ir? Tengo un par de porros en casa y un nuevo estéreo-

-Suena tentador, pero estoy muerto. Disfrútalos por mí-

Tasuku encogió los hombros -Tu pierdes. Cuídate- se despidió antes de subir a su 1975 Chevy El Camino. Antes de arrancar se aseguro de poner música. Pronto Yes invadió la cabina del carro con su rock progresivo.
Sakuya se despidió con la mano y se fue a su Lamborghini murciélago. Arranco el motor y disfrutó por unos segundos su sonido poderoso antes de poner algo de música clásica.

Paso la mitad del camino preguntándose por milésima vez si había tomado la decisión adecuada. Podría revertirlo todo... con una sola llamada podría volver a ser el líder de DeVilS y asegurarse su posición como rey del visual kei. Podría... y le gustaría, pero por le bien de la banda era mejor dejar las cosas como estaban. "Uno para todos y todos para uno" se dijo a si mismo antes de entrar al elevador que lo llevaría directamente a su apartamento. Marco su piso más su código de seguridad y en menos de 2 minutos llego a su piso que literalmente era un piso. Ocupaba todo el 13avo nivel de un edificio en el área más lujosa de Eastwood. El elevador daba acceso directamente a su sala.

Las luces no estaban encendidas pero una lamparita sobre una mesa de café junto a una gran butaca de cuero negro estaba encendida. La luz era tan tenue que solo alumbraba un par de piernas largas y esbeltas que finalizaban en unos pies pequeños envueltos en unos stilettos rojos de charol. 

-Este es el tipo de recibimiento que me gusta: unas buenas piernas en una minifalda-

- ¿De veras? -

-Lo juro- Sakuya se quitó la chaqueta del traje tirándola por un lado y desabotonando los primeros dos botones de su camisa. Todos sus movimientos exhalaban sensualidad.

- ¿Creíste que era una fan? - Sheryl rio mientras recostaba los codos sobre las piernas y revelaba su identidad bajo la lucecita de la lámpara.

-Uh, reconocería esas piernas donde fuera- bromeó Sakuya tomando un control remoto que encendía las luces. Pronto toda la sala estuvo iluminada y  Sheryl se levanto a abrazarlo y darle un beso en la mejilla. Sakuya la recibió en sus brazos.

-Estás loco, no respetas ni a tu hermana menor- ambos rieron y se soltaron del abrazo.

-Oye tengo hambre. ¿Y si pedimos una pizza? -

-Está bien está bien- dijo Sheryl dirigiéndose al sofá y encendiendo el televisor -pero pide un litro de coca de dieta, que solo tienes cerveza y vodka en la refri-

Sakuya encogió los brazos y llamo a Dominos para ordenar, luego se sentó junto a Sheryl que ya se había puesto cómoda a ver Evil Dead (un clasico favorito de ambos). Les caía bien a ambos sentirse como seres humanos comunes y corrientes de vez en cuando.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Puri on November 30, 2016, 03:13:16 PM
APORTE COMPARTIDO~~

Letra normal: Nite
Letra azul: Yo

¿Recuerdan esas épocas cuando podíamos escribir 20k a la víspera? Pues acompáñennos en esta triste historia de cómo dos personas con las justas llegamos a 2k después de 3 semanas planeando



"INSTALAR A/C" tenía eso en forma de post-it, pegado a la agenda para no olvidarlo. También tenía dicho post-it como fondo de pantalla del celular; ser un poco precavida no está de más. "Creo que estas exagerando", le comentó Koto a medio dormir desde el otro lado de la línea "No puedo creer que me hayas puesto una alarma para esto...".

Entonces, ¿por qué sentía que estaba pasando algo por alto?
Ya había arreglado el papeleo correspondiente de la oficina.
Había comprado la mayoría de muebles en línea y poco a poco iban llegando a la oficina.
Instalar la cafetera fue lo primero que hizo a penas Izaya le dio la tarjeta dorada. No podía seguir a punta de café soluble...

Para su sorpresa se encontró con un alto hombre de agradable presencia frente a la oficina, con cara de pocos amigos y con un joven parecido a él a su lado. No recordaba haber agendado nada; ni siquiera tenían mesa de reuniones (todavía).

"Ya era hora", le escuchó decir. "No quisiera creer que es costumbre de todos hacer esperar de por gusto, ¿no?" Se le crispó la piel. ¿Lo conocía de alguna parte? Claro que no; ¿acaso era alguien importante? "¿Está Izaya Orihara?" -AH- Sí, definitivamente era alguien importante.
"Orihara está por venir pronto... Espero", mintió sacando las llaves de su bolsillo, haciéndolos pasar. Corrió apresurada, haciendo sonar sus tacos, a abrir las ventanas, dejando que algo de aire fresco entrara al lugar.

La agencia era modesta. Pequeña, por ahora. Se veía relativamente vacía porque el segundo encargo de IKEA todavía no llegaba, y tampoco es que pudiera impresionar con par de sofás y mesas de vidrio mal ubicadas.

"¿Con quién tengo el gusto?", preguntó Shiemi un tanto nerviosa, procurando no tartamudear, mientras le tendía su tarjeta de presentación al hombre frente suyo.
<< Shiemi Moriyama >> Asistente ejecutiva Hitagi Model Agency.

El hombre simplemente alzó una ceja, como si no pudiera comprender que existiera alguien en el planeta que no lo conociera, pero el joven a su lado se apresuró en tomar la tarjeta de la chica y extenderle la mano para darle un apretón.

“Mucho gusto, señorita Moriyama”, dijo con una sonrisa.
“Draco Malfoy”, finalmente respondió el mayor, aunque no extendió la cortesía de darle la mano. “Este es mi hijo, Scorpius”, el chico asintió. “Le dije a Izaya que sería inútil discutir los temas del contrato por teléfono cuando había adquirido un espacio donde se podía hacerlo perfectamente en calma… Si es que este es el espacio, claro está”, remarcó mirando con desdén los muebles de IKEA, como si su mera existencia fuese un insulto para él. Shiemi no sabía si sonrojarse de rabia o echarse a llorar.
“Aún no hemos abierto al público”, murmuró con la voz temblando. Rabia, su cerebro había decidido sentir rabia. “Por favor, siéntense”, señaló el sofá más grande y les dio la espalda para dejar sus cosas en una pequeña mesa, a la vez que sacaba su teléfono y le mandaba un mensaje de ‘SOS. MAYDAY’ a su jefe.
“¿Podrías hacerme el favor de prender el aire acondicionado?”, preguntó Draco mientras se sacaba sus lentes de sol y se los daba a Scorpius para que los guardara en su cartera. Shiemi se mordió los labios al ver la cartera de cuero fino del chico, estaba 100% segura que costaba más que un par de sueldos de su antiguo trabajo.
“Uh, sí, eso… Aún no lo hemos instalado”. Draco hizo una mueca horrible y Scorpius simplemente suspiró y se tapó el rostro.
“¿Cómo? ¿Esperas acaso que nos quedemos aquí entonces con la temperatura que está haciendo?”
“Papá…”
“¿Ves esto?”, jaló el chaleco gris que usaba Scorpius. “Es cashmere. ¿Tienes idea de lo que pasa con el cashmere cuando uno suda en exceso?”
“Papá, por favor…”, susurró el otro sonrojado e intentando aflojar su agarre en la tela.
“¡Ok!”, respondió Shiemi lanzando su teléfono al bolso junto a las llaves y corriendo a cerrar las ventanas. “¿Qué les parece si mejor vamos a un Starbucks y esperamos ahí a Orihara?”
“¿¡Un Starb—!?”
“Papá”, le cortó Scorpius con una mirada seria y el mayor solo bufó.
“Bien. Vamos a un Starbucks. Scorpius, pásame los lentes”, dijo mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta. El chico cruzó miradas con Shiemi y le sonrió como si le pidiera perdón, a la par que se encogía de hombros. La rubia no pudo evitar devolverle el gesto, después de todo, el pobre tenía que lidiar con el tesorito este a diario.

>>DONDE MIERDA ESTAS
>>vINO ESTE SUJETO CON SU HIJO A UNA REUNIÓN CONTIGO
>>Y NO ESTAS
>>IZAYA NO ME HAGAS ESTO
>>TEN AL MENOS LA DECENCIA EN AVISARME LAS COSAS. NO SOY ADIVINA. NO ME SÉ TU AGENDA. NI SIQUIERA TIENES UNA.
>> TAMPOCO SOY TU ASISTENTE
>>¿QUIEN ES ESTE TIPO!?


Si fue un suplicio sugerir reunirse en Starbucks, fue uno aún más grande insistirle a Draco Malfoy de que fueran a pie; después de todo el local estaba en la esquina.
Aprovechó el breve momento en que los rubios se subieron al auto para escribirle a Izaya, de haberle llamado habría sido demasiado obvio. Malfoy no le despegó ni un momento la mirada mientras bajaba la calle, e Izaya tampoco es que hubiese contestado...

[Poop emoji]<<
¿Ya instalaron el A/C?<<


Fue difícil obviar las miradas cuando entró junto a los Malfoy al local... repleto como siempre... no iban a pasar para nada desapercibidos.
-Tal vez esto fue una mala idea-
Notaba la incomodidad del mayor en su rostro, y quiso morirse. Se le notaba en la cara, con las mejillas rojas y las orejas a punto de estallar.

"Mil disculpas", intentó excusarse cuando encontró una mesa alejada; tratado de obviar el sin número de personas que pasaban a su lado, grabando vídeos y tomándose fotos para nada disimuladas. "Recién decidieron abrir una agencia aquí; es más. No llevo mucho contratada, y-" empezó a balbucear al ver la expresión de Draco, ¿cómo alguien podía verse tan bien y fulminar con la mirada al mismo tiempo? "Y sé que eso no es excusa, todo pasó muy rápido. Ni siquiera yo tendría que-"

"¿Bueno, qué pasó? ¿Qué es tan importante como para hacerme salir de casa y querer verme la cara Malfoy?".

El pelinegro se sentó sin saludar, tomando el asiento de Scorpius sin siquiera consultarle; sonaba más enojado que cualquiera de los dos. El joven Malfoy se limitó a contemplar cómo los tres se miraban las caras; decidió romper el silencio al notar que uno tenía peor expresión que el otro: "La agencia está vacía y no tienen modelos, ¿cierto?".

Izaya le dirigió una mirada molesta a Scorpius, pero antes de poder contestarle, Malfoy le cortó.

“Señorita Moriyama, si fuera tan amable de traerme un espresso doble. Scorpius, sírvete lo que desees”.

La rubia asintió y se levantó de su asiento… Cuando se dio cuenta que en ningún momento el rubio le dio tarjeta alguna o dinero para la transacción. Miró a Draco, quien la miraba con una ceja alzada; miró a Scorpius, quien rodaba los ojos; y por último miró a Izaya, quien muy pendejamente había vuelto a mirar su celular e ignoraba todo. Shiemi sintió muchísima satisfacción al sacar la tarjeta dorada de la billetera.

“Acompáñame por favor”, le sonrió a Scorpius. “Pide ~lo que quieras~”.

 Scorpius le sonrió agradecido por haberlo librado de la situación y se unió a ella en la cola frente al mostrador. Shiemi pudo ver por detrás de Scorpius unas chicas reírse emocionadas por lo bajo y tomarle fotos de lejos… Al voltearse a ver al rubio notó cómo se había sonrojado a pesar de portar una mirada de fastidio y cruzarse los brazos.

“En serio lo lamento, siempre sucede cada vez que salgo con papá a algún lugar”.
“Oh no… No es ningún problema”. Scorpius asintió con el semblante un poco más relajado aunque su cuerpo seguía tenso. “Er… ¿Qué vas a querer?”. Bajó sutilmente la mirada hacia la pantalla de su teléfono y abrió el instagram.
“Nada, no tienes por qué preocuparte”.
“Insisto”, murmuró tipeando el nombre… Okay, ¿cómo rayos se escribía el apellido? Por primera vez maldijo haber hecho oídos sordos a la sugerencia de estudiar francés. Se sentía como oveja de rebaño por haberse dejado convencer en estudiar chino mandarín.
“Pues… ¿Estaría bien un pastel de—? Oh. “Draco” no se escribe con “K”, ¿sabías?”, murmuró divertido y Shiemi rezó para que la tierra la tragara.
“Ah. Okay. Sí. Qué bueno que estés atento. Thumbs up”. Scorpius sonrió y se tapó la boca para que no se le escuchara reír.
“Pastel de limón”, le respondió. “Y Malfoy se escribe tal como suena, con y griega al final”.
“Ajá”.

Menos mal el siguiente turno en la línea era el de ellos, así que Shiemi pidió el café de Draco, el pastel de Scorpius y un frappuccino para ella porque ese día Buzzfeed había sugerido que uno merecía recompensarse por pequeños logros y haber sobrevivido las primeras horas de ese día ya había sido un logro enorme por sí mismo. Izaya no obtenía nada por ser el pendejo más grande de la ciudad, obvio.

Cuando regresaron con sus órdenes a la mesa, Draco se encontraba leyendo algo en el celular de Izaya y este se había puesto audífonos y escuchaba música de su iPod. Scorpius trajo otra silla y la puso entre Shiemi y Draco, lo cual era sabio, nadie debería estar cerca de Izaya si podía impedirlo. Shiemi aprovechó de sacar su teléfono y abrir instagram de vuelta…

>>#DracoMalfoy

Okay. Tal vez una auxiliar de una compañía de modelos debería de haber previsto que el  hombre que se presentó en la mañana en la oficina tenía 3 millones y medio de followers en instagram. Y que aparentemente era uno de los modelos más cotizados del país e incluso había salido tres veces como portada de Vogue.

“Estoy dispuesto a aceptar todo con dos excepciones”, dijo Draco dejando el teléfono en la mesa y mirando a Izaya. Este se destapó un audífono. “Primero, privilegios de horario de trabajo. Me tomaré la molestia de enviarte una agenda semanal para que sepas qué días iré y qué días no podré ir. Y por último, tengo derecho de veto sobre cualquier actividad”.
“Hecho”.
“¿¡Qué!?”, preguntó Shiemi horrorizada. ¿Cómo iban a darle tanto libre albedrío y aún así le iban a pagar? ¿Qué rayos podía hacer ella para obtener un trabajo así? Y aunque bastó una mirada de Izaya para callarla, no podía decirse lo mismo del señor ‘Tengo-casi-4-millones-de-followers-en-instagram-y-tú-ni-sabes-qué-es-cashmere’.
“¿Algún problema, señorita Moriyama? Hasta donde tenía entendido, le estoy haciendo un favor a Izaya”.
“Yo no lo llamaría exactamente un favor, pero ya que tu autoestima necesita validación…”.
“Oh por favor, como si cualquier cosa que saliera de tu boca sirviera siquiera para eso”.
“Como si no supieras para qué sirve mi boca”.
“Para cualquier cosa menos ahogarte, por lo visto”.
“¿Entonces podemos irnos?”, preguntó Scorpius. Draco le miró con el ceño fruncido y el pobre de Scorpius bajó la mirada.
“No veo por qué no. ¿Llamas al chofer?”, su hijo asintió sin mirarlo y sacó su teléfono. “Bueno, no me esperes lo que resta de la semana, suficiente he tenido con ver tu cara”.
“Oh, pero Draco, ¿no fuiste tú quien sugirió encontrarnos?”.
“Es de conocimiento común que uno necesita obstáculos en su camino para mejorar”. El rubio se levantó, se alisó los pliegues del pantalón y miró a Shiemi. “Con permiso, señorita Moriyama. ¿Scorpius?”. El menor guardó su teléfono y se levantó, sonriéndole a la rubia y asintiendo rápidamente en dirección a Izaya.
“Un gusto”. Dicho esto, los dos rubios se fueron del Starbucks con el sonido de varias cámaras detrás de sí.

Izaya miró a Shiemi. Shiemi miró a Izaya.

“Bueno, eso no fue tan difícil, ¿no? Ya no tienes para qué importunarme a la próxima vez que reclutemos a alguien”.
“Pero—”.
“No me respondiste. ¿Instalaron el A/C?”.
“…No”.
“Entonces no me llames a la oficina hasta que esté instalado”. Izaya se levantó y se fue de ahí sin más. Shiemi aún tenía la boca abierta de la indignación… Hasta que sus ojos se posaron en el espresso que estaba en la mesa y Draco nunca tomó. Se levantó y lo lanzó a la basura.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Sayi on December 31, 2016, 01:44:20 PM
Luego edito bonito, reemplazo detalles y traído otras cosas chupis MIREN DOS AÑOS DESDE MI ULTIMO FIC AQUI FELIZ AÑO :V


Medley 8: Let Down

“Sayi, te voy a dejar esto acá. Intenta comerlo pronto que no sabe bien frio”

Era una mañana bastante fresca, y Mine se sintió algo mal por dejar la comida caliente al pie de la puerta. Sabía Sayi se encontraba adentro, pero la peliceleste no había querido recibir a nadie en días. Al menos, el rubio se contentaba con asegurarse que su amiga no muriera de hambre.

La partida de Kaien les había caído como un balde de agua fría, sobretodo tras una de las mejores presentaciones que habían tenido en semanas. El grupo parecía haberse completado con la llegada de Hayato y Kim, quienes aún con personalidades diferentes entre si, congeniaban bastante bien en el escenario. Pero ahora con esto encima, la supervivencia de los Young Guns parecían balancearse en una cuerda floja una vez más.

Y esta vez las cosas pintaban color hormiga.

“Simplemente no tenemos descanso, ¿no crees?” suspiró Mine, y entonces tomó asiento, apoyando su espalda contra la puerta del apartamento.

Hayato y Kim eran bastante nuevos, y por lo tanto, no habían sido tan afectados por la partida de Kaien en si. No obstante, no eran ciegos para ver que la dinámica del grupo había quedado en el aire, y si la banda no encontraba una dirección pronto nadie podría culparles por buscar otras personas con quienes tocar.

Mine había hecho lo mejor por continuar las practicas entre los tres, pero sin las vocales era difícil practicar seriamente para una presentación. Shizuo, a quien inicialmente habían tenido que convencer para que no los echaran del local, había sido inesperadamente comprensivo con su situación y les había dejado saltarse el último sábado. Pero no era seguro que el bartender podría perdonarlos por mucho tiempo más, y llevar las cosas solo también era desesperante para él.

“Sayi, ¿tu crees que podrías pasarte hoy a practicar? Quedamos en el bar a eso de las 5, y nos haría bien si vienes y nos ayudas a armar un setlist para el sábado”

No le gustaba presionarla pues sabía que Kaien la había lastimado. Pero el se sentía hecho a un lado también, y no poder contar con los ánimos de su amiga lo deprimía aún más.

“No soy un genio como Kaien, así que nadie se me va a acercar con un contrato” continuó. No sabía si ella lo estaba escuchando, pero quería sacárselo del pecho “Pero aún si me ofrecieran unirme a un mega grupo y ahogarme en una piscina de dinero, yo no lo haría si no estuvieras a mi lado”

El silencio solo era interrumpido por los carros que transitaban fuera del condominio. El edificio se encontraba vacío, solo con él sentado en el pasillo mientras parecía hablar consigo mismo.

“Y duele decirlo ahora, pero lo mismo le hubiera dicho a Kaien” continuó. Entonces rió un poco, con una nota amarga, y se giró a observar la puerta cerrada atrás de él “Me ayudaría mucho si pudieras venir hoy. No tanto por la banda, a decir verdad. Digo, si no sabes si continuar o no, podemos seguir dándole unos días y ver como nos sentimos. Pero me haría bien contar contigo, pues yo tampoco estoy muy seguro de qué hacer, y no es algo que pueda decirles a los nuevos, como te imaginarás”

Entonces se puso de pie, se limpió el pantalón y se retiró un cigarrillo de su bolsillo. Mientras lo prendía, sus ojos reposaron sobre la bolsa con comida que había quedado apoyado contra la puerta. Entonces rió al notar que parecía una ofrenda.

“Si sigues así de recluida, voy a enmarcar una foto tuya y dejarla aquí con velas e incienso. Y la gente asumirá que te moriste y ya no me verán tan raro por venir a velarte”

Se guardó ambas manos en su chaqueta, y cuando empezó a caminar fue que escuchó el piano y se detuvo en el acto. Pegó su oído a la puerta, y entonces reconoció que el sonido provenía del apartamento de su amiga. Reconoció la melodía como una de las que había compuesto hace un par de años, cuando aún estaban en el conservatorio.

El rubio no pudo evitar sonreír. No la escuchaba cantar, pero era la primera vez que reconocía algo que no fuera silencio. En ese momento, una abuelita y su perrito maltés subieron por las escaleras y se detuvieron al llegar al piso.

“No la había escuchado tocar en días” Mine se giró hacia ella y la vio sonreír. Mientras tanto, su mascota olfateaba la comida que Mine había dejado en la puerta “Empezaba a pensar que se había mudado”
“¿Le gusta como toca el piano?” le preguntó, y la anciana asintió.
“Si, pero no tanto cuando le entra la inspiración en la madrugada” confesó, y Mine rió ligeramente “Aún así, es agradable de escuchar”
“Lo es” asintió Mine, sintiéndose esperanzado por primera vez en días. La abuela, por su parte, alternó su mirada entre el muchacho y la comida descansando al pie de la puerta.
“No hijo, pero si te peleaste con ella deberías traerle flores, no chifa en taper” lo rezondró “Nadie te perdona pendejadas siendo barato”
“¡P-pero el pendejo no soy yo!” le respondió, con el color en el rostro.

Entonces la abuelita lo señaló, riéndose, y continuó caminando pasillo abajo. Mine sonrió entretenido. Sabía que si Sayi los había escuchado seguramente traería una sonrisa en el rostro también. Y teniendo eso en mente, junto al piano en sus oídos, sentía que las pintaban de mejor color.

¡Din!

Una notificación en su teléfono. Mine reconoció al remitente y tensó los labios, entre molesto y curioso.

“¿Y qué es lo que quiere, ahora?” murmuró para si mismo.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on December 31, 2016, 03:30:24 PM
This was a mistake ;_;
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on February 28, 2017, 04:25:09 AM
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on March 24, 2017, 05:42:36 PM
Cambié de historia.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on May 30, 2017, 07:23:16 PM
Cambié de historia.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Ekha on May 31, 2017, 02:36:46 PM
Un monstruo llamado Arence, me enableó estúpidamente un día luego de que el collab de Tales of Link traía un Eizen cantando.
Soy tan débil que creo que le daré una nueva oportunidad a esto y empezaremos de cero nuevamente.


001 - Razones para conseguir un smartphone nuevo

Regresar al camerino después de un concierto exitoso era gratificante. La sensación de triunfo, mezclada con la sensación de haber dado lo mejor de sí allá afuera eran unas de las cosas que le hacían sentir completo después de una noche como esa.

Se limpió el sudor con una toalla acomodada en el respaldo de su silla, como siempre, su asistente sabía cómo dejar las cosas. No le gustaba tenerla dando vueltas detrás de él pero sin ella no podría organizar su vida así que su forma de trabajar era que él procuraba ser lo más responsable posible y ella se aseguraba de que todo estuviese en completo orden antes, durante y después de un concierto, un ensayo o lo que fuese a ocurrir y estuviera en la agenda.

La única cosa que seguían sin poder controlar era a su compañero de ruedo. Alocado, con un aire de demencia que podías oler hasta a 500 metros de distancia, actitud despojada de la vida y “sólo se vive una vez”. Él era el verdadero dolor de cabeza, aunque, si debía admitir algo, es que era malditamente bueno haciendo lo que tenía qué hacer. Para las masas, tenía carisma y un algo salvaje que complementaba el estilo distante y cerrado del otro. Eran un buen equipo.

Y habían sido amigos por años.

Tal vez de casi toda una vida.

Tanto que había tenido que advertirle más de una vez en la existencia que se alejara de su hermana menor o lo pagaría muy, MUY caro.

Justo pensando en que faltaba una tormenta destruyendo el camerino, su compañero entró, despidiéndose animado del equipo de producción y prometiendo un concierto mucho más salvaje para la siguiente ocasión. Seguramente habría conseguido más de un número telefónico por ahí, como siempre.
Sólo suspiró y se preparó para salir de ahí.

“Oi”

Quizá lo lograría si lo ignoraba.

“Oi, te estoy hablando.”

Una queja salió de su garganta. Claro que lo estaba ignorando. Podía seguir hablando, la última vez había tenido que arrastrarlo, ebrio y totalmente muerto, por decirlo así. Y habría sido bueno que sólo hubiese sido él, otro idiota  amigo suyo había también bebido en exceso y no dejaba de hablar camino al departamento de cómo iba a matar a su hermano mayor algún día o algo así.

“Sé que me estás escuchando, ¿Acaso quieres pelea? ¿Después de un concierto? Me estás jodiendo, ¿No?”

Eizen no respondió. Definitivamente no iba a ceder ante cualquier provocación de Zaveid esta vez. Sólo quería ir a casa y acabar su buen día de buena forma.

Zaveid suspiró, fastidiado. Claro que Eizen no le iba a hacer caso.

“Como quieras, sólo quería decirte que tu asistente me pidió que te dijera que revisaras tus mensajes. Sabe que lo haces pero dice que es urgente.”

Eizen volteó la cabeza sólo un poco, para verle de reojo. ¿Por qué no se lo dijo en persona? Zaveid sonrió con esa enorme y estúpida sonrisa “lo tengo todo bajo control” y volvió a ignorarle. Pudo escuchar claramente cómo chasqueaba la lengua y murmuraba por lo bajo “todavía que te ayudo…” pero no importaba. Buscó su celular, lo desbloqueó e hizo una mueca cuando leyó el nombre del remitente.

“Querido hermano. Debido a que decidiste hacer tu carrera como cantante sin avisar, te fuiste de casa  y decidiste que lo mejor era mandarme lindas postales y recuerdos de tus conciertos, he decidido seguir tus pasos."

Zaveid juró que esa noche escuchó claramente cómo el pobre smartphone de Eizen emitía pequeños cracks uno tras otro mientras su compañero y amigo lo destrozaba lentamente cerrando su puño con cada vez más fuerza sobre él.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on May 31, 2017, 03:50:01 PM
SIDE B: 001
Para el Nada de esto formaba parte del plan...
... y si era sincero consigo mismo, nunca hubo un plan para empezar.

Absolutamente todo lo que le había llevado a ese momento había sido una serie de sucesos; decisiones sin importancia. Consecuencias que tuvo que enfrentar poco tiempo después.
La verdad nunca se habría esperado que las cosas se dieran de tal manera.

"Cálmate Kaito" se repitió esta vez en voz alta, esperando así poder calmarse "Solo te estas sintiendo culpable por no llamar" buscaba justificar su situación. Su ansiedad para ser más precisos, o su falta de ganas de aceptar que efectivamente, estaba por tener un ataque. Lo que más parecía inquietarle era el desagrado consigo mismo hacía la idea de sentirse ansioso. No había razón (todavía) para sentirse mal.
"Siempre puedes regresar a casa. No es que te vayan a echar o algo..." el timbre del estudio le distrajo, para su suerte, y dejó aquel vicioso tren de pensamiento pasar cuando lo recibieron un par de palmadas sobre sus hombros y un par de sonrisas.

"¡Hey!"
Suponía que era bastante normal para cualquier muchacho de 16 años querer ser rockstar a toda costa; y ese delirio fue el que lo motivo a salir de su casa, a marcharse de su pueblo a querer ´sacarles en cara´ como él era capaz de IR y CUMPLIR su sueño a toda costa.
Claro que de animador infantil a rockstar había una gran diferencia.
"¡Quedaste!"
"Felicidades"
Especialmente si tenías 21.

{…}
Kaito Shindo era hijo único; por lo cual estaba acostumbrado a todo tipo de atenciones. De sus padres, su familia, la gente de su remoto pueblo, las chicas del instituto…  era fácil aburrirse en un sitio tan pequeño. Y no era como si detestara su ciudad, pero conforme iba creciendo se dio cuenta que, efectivamente, era fácil aburrirse en un sitio tan pequeño.
Es por eso que ahora recordaba con muchísima vergüenza el escandalo enorme que armo para irse de aquel lugar. Como si de repente, por venir a esta metrópolis, donde uno suda ´arte´ (en toda la extensión de la palabra) por el simple hecho de estar ahí, ganaría fama instantánea. Que equivocado que estaba.
Otro detalle de Kaito era que solía exagerar mucho: Era un puto dramaqueen, y ni él mismo entendía como había sido posible que sus padres lo aguantasen tanto el tiempo que estuvo viviendo con ellos.
No era como si la vida lo hubiese tratado mal. Nunca le tocó dormir en las calles, o pasar hambre. Tenía una gran cantidad de conocidos que resultaban ser extremadamente amables con él; comparado con muchos otros casos que solía escuchar en los bares, él había tenido suerte. Muchísima suerte.
Y era por eso que no se cabía; no entendía porque obtener uno de los 5 titulares dentro de la serie infantil del momento le sentaba tan mal, al punto de quererse ahogar en sus nervios.
Era una excelente noticia, pero no era lo que él quería.

Ser uno de los titulares significaba que iba a tener bastante exposición en otros medios además de televisión, presentaciones casi a diario, entrevistas, giras, sesiones de fotos; y obviamente una paga mucho más extensa que la que recibía como bailarín de fondo (o los ocasionales trabajos de extra en comerciales).  Todo eso no le iba para nada mal… el único pero que le encontraba a toda su situación era que no le gustaban los niños.


Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on June 30, 2017, 04:51:14 AM
Cambié de historia.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on June 30, 2017, 11:31:38 AM
HI PIPLE ; ; decidí unirme porque AL FIN TENGO UNA IDEA DE TRAMA *CRY IN SPANISH[?]* DMC \ m / 


p r o l o g u e
Detroit Metal City — Satsugai (https://www.youtube.com/watch?v=w2ybaocLfGE)

¿Cuál es la peor desgracia que puedes encontrarte en tu desdichada vida? ¿Que ella no te ame? ¿Que el celular te corrija Dios por Dross y lo mandes por WhatsApp?  No.
 
Esta es la peor desgracia, por Dross que me está por demandar al usar la palabra perturbador.
 
Murder, it's murder
Murder, it's murder
(KILL! KILL! KILL! KILL!)
Dye your memories with blood
Murder, it's murder
Murder, it's murder
(KILL! KILL! KILL! KILL!)
Dye your future with blood

Kill, kill, kill your loved ones
Kill, kill, kill everything

El sujeto infernal del escenario ¡ES UN LOCO! Esta pateando el trasero de un hombre enano con una especie de manzana masoquista en la boca y… ¡¿LO DISFRUTA?!
 
Los oídos de nuestra protagonista se van a desgarran, ¡lo harán! Ni entendía como podía haber llegado hasta ese lugar tan mórbido y perturbador (PERDONAME DROSS).
 
“¿QUÉ SUCEDE?” gritó y ¡zas!, el bullicio del ambiente trago la voz de ella. “¿DÓNDE ESTOY?”
 
Condenada nuestra pobre ovejita tapó los oídos con fuerzas y comenzó a caminar hacia la salida. Está siendo pisoteada y tragada por los fans del grupo ese.
 
“¿Ya te vas Erio chan?” le preguntó hablando muy cerca de ella la mejor amiga, por quien había decidido salir de su reclusión en el campus.
“ESO QUIERO” gritó y un sujeto con máscara detrás de ellas comenzó a saltar, todos saltaron,  incluso su amiga y ella… y ella… murió.  ¿?
 
Vio pasar la miserable vida que tuvo hasta el día en que decidió ir a Eastwood para convertirse en diseñador y probar que los aliens existen. Lo último incluso era más importante que lo demás porque es idiota.
 
{flashback}

Ahí está ella de pie, con tacones de diez centímetros y un vestido blanco sin mangas,  perfecto para el calor. Los cabellos ligeros se movían con las ondas del viento y un shine la hacía lucir sexy y kawaii. Esos ojos tan puros como el cielo combinan perfecto con la mata de la cabeza.
 
Este lunes comenzarán las clases, los pasillos del edificio principal totalmente vacío lo confirma con los pocos carteles en las paredes.
 
Ella camina despampanante por el lugar, aún tenía que hacer papeleo pero es la perfecta excusa para observar las prestigiosas obras y pinturas galardonadas de la universidad, su competencia.
 
Erio Touwa lo tiene todo, talento determinación, una diva glamorosa e innata pero, porque todos tienen fallas ¿?, la de ella era su hobbie. Uno que intenta mantener oculto pero al final del semestre ya todos lo sabrían: ella cree en ovnis y cree haber sido secuestrado por uno.
 
Con años de terapia podía salir a la calle y ser algo productiva pero dentro de la casa… hasta tenía un gorro metálico con el típico argumento de “leen mis pensamientos” y ya no sabía si el gobierno o los extraterrestres. Así de mal.
 
“¡Wua!” gritó una fémina de cerca. “Al fin un alma osa pasar por estos lares”.
 
Se acercó a Erio a toda velocidad, como un rayo y cuando la vio, ¡¿era un demonio?! Quizás una lilim o súcubo…
 
“Help me!” le lloriqueo y las cadenas en la muñeca de la extraña la hicieron retroceder. “Estoy perdida”.
 
Dross, era la típica novata que no tenía mapas ni Google Maps.
 
“¿A dónde vas?” casi podría afirmar por las vestimentas que traía ella, debía ser estudiante de teatro o acústica.
“Rectorado” dijo entre sollozos.
“También yo, ¿vamos juntas?” le preguntó,  sería problemático si alguien viera que deja abandonada a una chica.


 {end flashback}

Así fue como nuestra niña perdió el último fin de semana libre, podría estar viendo series en Netflix con comida chatarra y gaseosa, luego salir por helado y postear algunas cosas en el foro cospiranoico sobre cómo Trump es un reptiliano. 
 
Yui era la chica que por desgracia conoció y la que la arrastró a un show de death metal. Entiéndase,  ella pensó que era de algún café de poesía y no. Nada más equivocado.
 
Así debutó en la U,  siendo pisoteada en un remolino de copias baratas de Kiss.


Kill, kill, kill your loved ones
Kill, kill, kill everything

Murder, it's murder
Murder, it's murder
(KILL! KILL! KILL! KILL!)
Dye your memories with blood
Murder, it's murder
Murder, it's murder
MURDER!
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on July 29, 2017, 07:55:33 AM
nou ;v;
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Ekha on July 31, 2017, 07:10:40 AM
002 - Not my division

Papeles de autorización. Documentos. Un sin fin de permisos por sus tutores dado que es menor de edad. Edna estaba harta de ver documentos y documentos que le recordaban que no podía tomar sus propias decisiones debido a su edad.

Zaveid y Eizen la conocían de maravilla. Por más peros que su hermano mayor le había puesto, ella no  habia desistido de su decisión y, al final y más que nada a regañadientes, Eizen no tuvo otra alternativa que cumplir uno más de sus caprichos, más por su amor a su pequeña hermana que por su propia iniciativa.

Al poco tiempo, Edna aparecía en todos lados. Un nuevo talento  mucho más engañoso de lo que aparentaba, consideraba  Zaveid. Edna tenía anuncios en varias partes haciéndola ver como una adorable adolescente, una nueva estrella que prometía brillar entre hermosas canciones optimistas y sonrisas.La verdad no podía estar más lejos. Sólo gente cercana a ella, incluyendo el compañero d de grupo de su hermano mayor, sabían cuán equivocada era la percepción general sobre la joven.

Edna podría tener el cuerpo de una jovencita, pero su personalidad real podía distar kilómetros de la percepción general. Cuando quería, podía ser lo más ácida y cruel que jamás alguien podría imaginar viendo esos carteles llenos de sonrisas angelicales. Verdades duras y directas gobernaban su día a día, bromas pesadas y un sentido del humor de alguien que no apreciaba la compañía humana demasiado tiempo eran parte de la personalidad de la misma joven que saludaba con un optimismo y una gran sonrisa a los transeuntes desde esos carteles.

Zaveid sintió como un escalofrío recorría su espalda. Edna podía ser de muchas formas aterradora para ser tan joven pero esto era un nuevo  nivel. ¿Por qué razón lo hacía? ¿Para llamar la atención de Eizen? No. No por algo como eso. Se tenían el uno al otro y cosas por el estilo pero Edna no caería tan bajo. Debía haber una razón detrás de ese capricho pero, al menos desde su perspectiva, no le correspondía a él averiguarlo. El privilegio era de su compañero, el hermano de la chica, quien en ese momento seguía pensando qué había hecho mal.

“Consentirla”, pensó su amigo. Edna obtenía lo que se proponía, con o sin los medios a su alcance, siempre encontraba la forma de lograrlo. Al menos eso era algo bueno que podía decir de ella: nunca se rendía y, aunque las cosas fuesen complicadas, lograba su objetivo de alguna forma u otra.

Quizá debería compadecer a Eizen y a los amigos de la chica. Al menos él no se encontraba en ese último grupo, a ellos sí que debía tenerles un poco más de lástima.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on July 31, 2017, 01:01:57 PM
01 disappoint (a)

El ingreso al aula terminó alrededor de cinco minutos atrás y ya Touwa Erio tenía que meter la cabeza de delante hacia atrás, bostezando en el proceso.  El profesor seguía hablando y alguno que otro rezagado social le presta atención a la actuación bamboleante de la chica.

A algunos de ellos les gustaría transferir aquel cerebro con aire a sus cuerpos; el profesor grita y grita y ella lo ignora y lo ignora.  Erio ignora palabras como estrés, sí, definitivo.  Los universitarios en ingreso desearían tener la habilidad de ella. Su mente toma un pequeño desvío a las cosas que tiene que hacer y las repasa para limitar a un uno por ciento el margen de error.

“¡Psh!” la llamaron de un costado y ella pasó completamente de ese ruido molesto. “Erioooo” insistió hasta tener clavada la mirada de un puro y profundo océano sobre él.
“¿Nombre?” escupió secamente.
“¡Ah! Lo siento” dijo con las mejillas como tomates bien maduros. “Te vi tan relajada que me pareció agradable”.

Erio observó al compañero de banca y notó que era japonés, como ella, raro. Alguien completamente normal y sin rasgos a destacar.

“Ahhh” apresuró a agregar “soy Soichi Negishi”.
“¿Y?” preguntó sin tener la menor intención de hacer charla.
“Pues, pues… hay un club de yoga por si estas interesada” le sonrió feliz de la vida, hasta lo imagino rodeado de un aura rosa.

Erio meneó la cabeza y la recostó en el pupitre. Tanto sueño y tan aburrida. Nunca imaginó que la universidad fuera así, esperaba una vida glamorosa y llena de solicitudes de ver ovnis en una pradera desierta o aventuras de caza fantasmas por las noches y no. Nada de eso.

“¿De qué hablan?” ahora la voz provenía del otro lado. “Soy Shiona”.
“Un club de yoga, servimos té y galletitas” respondió Soichi aun perdurando la aura con shine.

Erio bostezo tratando de prestar atención pero hasta la clase de cálculo se oía mejor que la charlatanería de estos dos.

“¿Eh, yoga? Eso aún se practica” preguntó otra persona de enfrente de Erio y giró un poco la cabeza. “Apuesto que es como un palo Soichi”. Codeo a alguien del lado de él “escucha esta estupidez Yoshino ”.
El tal Yoshino le contestó suspirando “¿qué, Mahiro? Presta atención a clases”.
“Aburridoooo” habló el rubio “mejor ver que hacen los idiotas de atrás mío”.

El profesor paró un segundo la clase y todos dirigieron la vista al grupo que hacía bullicio allí. El que lleva la clase tenía fama de pocas pulgas y sacar a relucir que solo enseñaba por motivos curriculares y que por pendejos se negaba a tener una mancha negra en su amada carrera.

“¿Quieren compartir con nosotros lo divertido?”

Soichi miró a Shion y los otros dos de adelante entre sí a Erio le creció una burbuja tan grande en la nariz que el profesor se acercó con delicia a pegarle con un grueso libro.

“¿Qué es lo tan divertido?” le apuntó y ella siguió durmiendo.

La ira y el fuego del infierno se sentían en la atmosfera del aula, tiembla Erio, tiembla por lo que se avecina. 
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on August 31, 2017, 05:32:51 AM
nou. ;v;
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Chaos Girl on August 31, 2017, 06:59:24 AM
-Con los pies en el suelo y la mirada en las estrellas.

“Bien, ésta es la última.”
“¡Al fin!”

Con un sonido seco, el chico de cabello celeste dejó una caja sobre otras tantas más, secándose algo de sudor de la frente después. Tras él se asomaba una jovencita menuda y rubia cuyos ojos verdes brillaban llenos de expectación.

“Y con esto ya nos hemos mudado, ¿no?”
“Nero” El otro sonrió con cara de circunstancias. “Primero habría que colocar todo y esperar los muebles que faltan. Esto son sólo nuestras cosas.”
“¡Eso puede esperar, Nin!” La chica hizo un gesto para que la siguiese hasta la ventana, señalando el paisaje más allá del cristal. “¡Mira qué vistas!”

Ninurta no podía negar eso. El estudio que habían comprado para los dos estaba situado en una de las mejores partes del distrito. La parte de arriba era un ático (del que, por supuesto, Nero se había apropiado) que permitía una vista incluso mejor de la plaza donde ahora residían. Abajo tenían una cafetería estilo tradicional y una librería de segunda mano. Todo ello a un precio… No, no era algo que pudiese llamar asequible, pero Nero había dicho que no pensaba conformarse con otra cosa.

Bueno, al menos ella y su amiga de la infancia tenían gustos parecidos para ciertas cosas. Vivir allí no tenía por qué ser desagradable siempre y cuando fuese él quien se encargase de administrar el dinero. Ella se cansaría de todo en unos meses a lo sumo. Como cuando quiso ser pintora, o piloto de carreras, o vidente, o escritora, o… Vaya la lista se estaba haciendo peligrosamente larga.

“¿Puedes verlo? Mi futuro está ahí fuera, esperando. ¡El público clama mi nombre, los aplausos son ensordecedores! ¡¡Y yo estoy en el centro de la multitud, como es de esperar, todos me miran!!”

La chica se separó de una zancada de la ventana para dirigirse al centro de la amplia habitación, justo a la parte libre de cajas. Giró sobre sí misma un par de veces con los brazos extendidos, y con gesto solemne abrió sus labios…

Pero el sonido del timbre saboteó su improvisado concierto antes de que empezase siquiera.

“¿Huh? Creía que los muebles los mandaban mañana.” Nero por supuesto, no estaba nada satisfecha con eso.
“De hecho, pedí expresamente que viniesen mañana para que pudiésemos despejar cajas hoy y no se nos acumulase trabajo. Dame un momento.”

Ninurta se ausentó para abrir la puerta dejándola sola y Nero no pudo sino suspirar decepcionada. Sin público no merecía la pena cantar, así que decidió echar un vistazo a las cajas para localizar sus cosas porque había muchas que no estaban etiquetadas como era debido. Pudo localizar herramientas de cocina, sus sales de baño, ropa de Nin (que le hizo asentir orgullosa porque aún conservaba las prendas que le habría regalado) y unas cuantas cosas más que trató de separar por cuartos. Aunque cuando vio que no alcanzaba las cajas a ordenar se dio cuenta de que había pasado bastante rato como para que ordenase todo lo que estaba a su alcance y su amigo aún no volvía. Eso no podía significar nada bueno.

Por eso mismo, buscó acercarse a la entrada por el pasillo y utilizó su increíble y refinado oído musical para escuchar qué ocurría.

“…pero sabe lo que dijo su padre, si no está dispuesto a volver puede decir adiós al apellido y a cualquier derecho de sucesión, debe entender que yo…”
“No, no te preocupes. Lo entiendo perfectamente.”
“¿Entonces por qué se niega a volver a casa?”
“Siento haberte involucrado en asuntos entre mi padre y yo. Pero eso ya no importa, no es como si hubiese pensado darme algo en algún momento. No voy a volver a casa.”

Era justo lo que imaginaba. Ese idiota que supuestamente era el padre de Nin estaba tratando de ejercer su poder sobre él. A pesar de todas las veces que habría sido horrible con él en público y los rumores de que tenía al menos dos hijos ilegítimos sueltos por el mundo, quería tener siempre la mano sobre su cuello. Los dueños de grandes multinacionales eran siempre así, se sorprendía de que Nin hubiese acabado siendo tan buena persona y tan paciente con los padres que le habían tocado. Por eso le había sugerido independizarse juntos.

“¿Está seguro, joven amo?”
“Totalmente. Por favor, manda saludos a mi madre y a Miya cuando vuelvas.”

El silencio posterior sólo interrumpido por el sonido de la puerta cerrándose hizo que Nero saliese de la esquina tras la que se había escondido. Una vez Ninurta se dio la vuelta y sus miradas se cruzaron, el chico no pudo sino suspirar y sonreír con algo de amargura.
 
“Hay cosas que nunca cambian, ¿eh?”
“Tu padre es idiota, lo digo en serio.”
“…” Ninurta ahora no se sentía capaz de defenderlo como siempre habría hecho desde pequeño. “Tiene sus propios problemas.”
“Eres imposible… Pero está bien.”

La chica le tomó del brazó y le llevó de nuevo hasta la ventana.

“Esto también es un nuevo comienzo para ti. Por ahora puedes ser mi mánager, ¡Pero no dudes en tomar cualquier oportunidad que aparezca! ¡Como tu mejor amiga, sé mejor que nadie cuánto talento tienes y siempre te apoyaré!”

La sonrisa radiante de Nero le hizo calmarse. Sí, no estaba sólo en eso. La rubia podía tener ideas repentinas y absurdas pero era totalmente sincera y honesta; y ponía su alma en todo lo que hacía. Visto así, sí que era una artista en conseguir todo lo que se proponía.

Aún si esta vez… contaba con un problema considerable…

“Mañana iré a mi primera audición, espero que estés listo sobre las diez para acompañarme.”
Nin no pudo evitar dar un respingo sorprendido con eso.
“Pero Nero…”
“¡Vamos, esas cajas no van a deshacerse solas!”

Nero comenzó a abrir cajas animadamente, dejándole con la palabra en la boca. Aunque el ya sabía que incluso si se lo dijese a ella no le importaría así que suspiró resignado y optó por ayudar para que pudiesen instalarse cuanto antes, aún con la idea de las terribles cosas que les iban a deparar el día siguiente.

“Pero Nero… Tú nunca has podido cantar…”

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Me he acoplado aquí, espero que no importe demasiado :3c
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on August 31, 2017, 12:38:21 PM
Siempre a ultimo momento jejejeje : D
PD: ¡Bienvenida al proyecto Chaos Girl y al BT! Que disfrutes harto aquí <3

# # #

―Ichinomiya, Kou―

¿Por qué enseño en una universidad de tercera categoría? Buena pregunta. ¿Por qué debo estar llamando la atención de un ‘alíen’ como ella? Porque tiene beca… ¡Sí! Y por mi currículo, enseñar aquí, entre futuros famosos  (con suerte), me traerá fama.

Exacto, no necesito dinero. No, podría vivir cómodamente y lleno de lujos por siglos.

“Adelante, Touwa”. Suspiré, intentando obtener respuestas de por qué ella se comporta así. “Vamos, despierta” le pegue con el dorso de mi libro. La sensación fue muy buena, llena de placer, ¿para qué mentir? “Sigamos…”

Proseguí con la clase, el ambiente seguía igual y si descuido a Touwa, se duerme al instante. ¿Puede ser eso posible? Bueno, cuando hice mi licenciatura, dormía una hora por día y cuando la finalicé, gosh, fue lo mejor. Dormí una semana con mínimas interrupciones para comer y baño.

Mire por los ventanales gigantes del auditorio, aquel debía ser un hermoso y caluroso día, perfecto para estar ahí, encerrado y viendo niños ingratos. Sí, ¡aleluya! El aire acondicionado parecía a punto de estallar y los ronquidos notorios de Touwa, FINE.

# # #

Por otro lado, el pasillo a primeras parecía vacío y bueno, quizás todos se apartaron al ver llegar a la reina de aquél pabellón. ‘Enomoto Fumiho sama’ le decían a pesar de ser occidentales y junto a ella le seguía el seco  de Hosaka Shouji, quien dedicaría una mirada sanguinaria a aquella persona que ose acercarse a Fumiho.

El chico tenía grandes deseos de fumar, lo necesita desde hace horas, el nivel de nicotina desciende peligrosamente de las venas y la chica un panecillo, tenía hambre.

“¿Quieres ir a la cafetería?” escupió señalando la dirección del comedor. “Creo que aún hay tiempo, Fumiho sama”.

Él debía seguir protocolos pese a las insistencias de la chica en llamarla  ‘Fumiho’ a secas y  cuando el ‘sama’ entro en los pálidos oídos de ella, la vergüenza se apoderó de ella.
“F… ¡Fumiho! Somos amigos desde la infancia, Shouji” a ella le parecía algo grotesco que en pleno siglo veinte y uno aún siguieran habiendo personas que dieran la vida por una paga. Ella tenía que ser alguien ‘especial’ (A.K.A. con dinero) para ser una princesa de la que hay que cuidar.  Shouji solo camino hasta la cafetería y entró, sin darle a tiempo para seguir la charla.

# # #

“¡HEEEY, YUUUUUI!” gritó desde fuera del departamento Kiwako. Kiwako.Tocó la bocina de la motone y un  ensordecedor ruido inundo el pacífico barrio. ¡Ah! Los vecinos le tirarían la bronca.
Kiwako vestía siempre unos shorts cortos y una remera ajustada de alguna banda cutre, la moda no le interesa. El casco negro había revuelto las hebras largas y rubias de la cabellera y eso la tenía de mal humor.
“YUUUUUI” continuó.

Su Honda CRF1000L Africa Twin color fucsia era como su hijo, el regalo de ella para ella más fabuloso que podía tener. Aquel sudor en verano y frío en invierno, había valido la pena.

“LO SIENTO” bajo a toda velocidad su amiga, se veía cansada y poco a poco fue recuperando el aliento. Rara vez Kiwako la llevaba, prefería cargar con un tipo llamado Fuji, por algún extraño motivo.

Las dos subieron sobre el vehículo de dos ruedas y con los cascos puestos partieron hacia la universidad.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Yukari on August 31, 2017, 06:58:07 PM
¡Tambien vengo a unirme molestar aquí! Bienvenida Chaos Girl. Vamos a explotar Eastwood todas juntas kuku... (¿?)

P r ó l o g o

En una tarde soleada en Eastwood, dentro de una pequeña habitación adornada con múltiples posters de distintas bandas y varios instrumentos dispersos por el mismo cuarto, en medio de todo se encontraba una elegante y suave cama con una delicada figura semi desnuda sobre ella, con la mitad de su cuerpo fuera del mullido mueble.

Michiru Hyodo  se froto con ambas manos los ojos, con pesar y un fuerte dolor de cabeza resonando en su cabeza reprochándole lo irresponsable que había sido el día de ayer. Torpemente con la mano derecha empezó a buscar debajo de su almohada su celular, el cual no dejaba de sonar y vibrar. Deseaba asesinar su móvil en este momento, le importaba poco lo caro que había sido el aparato; en este momento lo odiaba por haberla despertado del interesante sueño que había tenido el cual curiosamente lo había olvidado en un pestañear, solo sabía que era una fantasía bastante interesante.

Sacudió su cabeza para despejar sus ideas a la vez que revisaba de mala gana la pantalla de su móvil. Todo le daba vueltas, eso era increíble de cierta manera y en solo un segundo su ira asesina pasó de su inocente celular al idiota del mejor amigo ─Kurosaki Ranmaru─. En la pantalla su nombre parpadeaba múltiples veces, cada movimiento junto al timbre de su canción favorita hacía odiar más al albino insensible y de cierta forma a ella misma. Se detestaba por haber puesto la canción que más amaba como timbre, estaba convirtiéndola en la que más odia.

De mala gana deslizo su dedo derecho por la pantalla táctil para responder con voz seca y pesada:

 ―¿Qué quieres? Deseo seguir durmiendo y verás, comúnmente la gente normal no suele dormir con ruido de fondo.

 Al terminar de responder hundió su cara en el cojín a la vez que acercaba al teléfono.

―¿Has visto que hora es? ¡TENEMOS UN ENSAYO EN UNAS HORAS! ―respondió rápidamente Ranmaru por medio del parlante.

Ella se sobre salto y levanto la cabeza para mirar nuevamente su celular, esta vez directamente la hora. 7:40 p.m. Michiru se sentía alarmada, ¿cómo pasó el tiempo tan rápido? La pregunta le causo de cierta forma una gracia absurda, no recordaba ni si quiera la hora a la cual fue a dormir.

Giró su cuerpo, maldecía haber tomado unas cuantas botellas de más, aparte que la resistencia que tenía al alcohol era casi nula. Quería putear, sacar el lado de camionero de su alma y ponerse como una fiera. Quería dormir y le desanimaba bastante el tener que ducharse, cambiarse y tener una sonrisa fingida en su rostro.

En fin, cortó la llamada y se levantó con mucha flojera, estiró sus brazos y torció el cuello, al menos no debía preocuparse por el desayuno, las arcadas por una noche rock ‘n’ roll le habían pasado factura.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on August 31, 2017, 09:49:08 PM
SIDE B: 002.

Debía de ser una broma...
"¿Qué pasa? No se te ve tan convencido" la cara de disgusto no se la sacaba nadie; y es que Kaito parecía ser la única persona con el ceno fruncido en el pasillo de una juguetería. Contrastando inmensamente con la sonrisa de oreja a oreja que adornaba la caja que sostenia en sus manos... Y en el display de las perchas... Y en el banner de la entrada de la tienda... De él... en su traje de gato azul regordete.
"si quieres podemos cambiarlo en el segundo tiraje... aunque creeme, es de los mejores que ha salido. Si vieras otros desastres que hemos vendido" el muchacho a su lado sonaba condesendiente. Momentos antes de que el pelinegro llegara su manager le habia llamado, advirtiendo que Kaito estaba 'un poco sensible' con respecto a su imagen. Con todo al respecto a todo:
"No quiere el trabajo, pero lo hace muy bien. Demasiado bien, y fue el mejor de la audicion. Ademas, las madres jovenes lo adoran. Lo has visto? Bueno, ya lo veras, en fin. Haz que salga de ahi feliz, lo que menos quiero es que se deprima tan pronto a un show en vivo"

"Por cierto, que haces aqui de todos modos. No se supone que les dan uno de cortesia antes del lanzamiento?" Kaito seguia arrugando la caja entre sus dedos mientras pensaba, alguna excusa, algo mas digno que decir la verdad. Nada se le vino a la mente.
"se lo di a mi novia"
"aw"
"...ex...novia..."
"oh"
"Y si... yo se que es ridiculo, especialmente porque me llaman por ese estupido nombre..." dijo con algo de desden, se le erizaba la piel siempre que escuchaba Kenta fuera del estudio "pero supongo que es lo mismo a 'guardar tu primer dolar', digo yo. Despues de todo, no todos los dias hacen figuritas de uno... dios, espero que no sea la unica figura de mi que salga en la vida"
"Claro que no! Eres super atractivo, seguramente sales de esta muy facilmente!!!"
"..."
"!?!?!?"
El silencio incomodo se hizo cada segundo más evidente, y ahora además de pena por si mismo ahora sentía verguenza: Gran día Kaito. Grandioso y maldito día. "Cuánto te debo...?""
"No, no nada. Llévatelo, va por mi cuenta..."
"No-no no quiero deberte nada, no pienso pagarte de otra manera..."
"...ah... no..." se sintio algo ofendido, de paso que intentaba ser amable con el muchacho, no solo por lastima, sino por obligacion, ahora el muchacho creia que se andaba con otras intenciones. Ni que su halago hubiese sido para tanto "entonces dame pases de camerino para su primer show, y tres asientos de primera fila. Se acerca el cumpleanos de mi sobrina y no quiero gastar" Ademas, seria hilarante filmarlo desde primera fila, bailando ridiculo con el enorme trasero de gato y el resto de los animales.
"eso si puedo hacer"
Ah! Ahí estaba de nuevo, su sonrisa... sospechaba que con facciones así después de todo, no estaba tan mal ubicado en un show para ninos. Era una pena que su traje lo cubriera de pieza a cabeza y que se negara a quitarse el disfraz en todo momento.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on September 12, 2017, 01:34:43 AM
Cambié de historia. ;_;
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Chaos Girl on September 25, 2017, 11:29:54 AM
-Como un vendaval

Aquella mañana la oficina de “Más que Pronto”, una de las revistas de prensa amarilla más vendidas del país estaba ajetreada como de costumbre. Aya, una de las reporteras encargadas de los artículos de cotilleo en cambio estaba sentada en su cubículo mirando el techo con expresión ausente. Nada. Llevaba tres números sin poder encontrar nada realmente interesante. Por supuesto, como profesional que era había podido rellenar su cuota con unos cuantos artículos curiosos, pero no había nada que hiciese hervir su sangre, que alimentase su afán de investigadora. Todo lo que ocurría era aburrido hasta puntos impensables. Necesitaba un secreto jugoso, una historia insólita, algo…

“Shameimaru, te llama la directora.”
“¿Huh?”
“Sí, parece que los últimos artículos que has publicado no han tenido la aceptación de costumbre.” Le secreteó su compañero del horóscopo.
“Oh.” Aya sólo alzó las cejas. Así que no era la única insatisfecha con todo eso. Era de esperar de la directora.

Se levantó y preparó su mejor sonrisa diplomática cuando hizo su entrada al despacho de la directora.

“Jefa, me ha llamado. ¿Qué quiere de mi humilde persona?”
“Fotos de Spiderman, ¿qué sino?”

Silencio. Después de carraspear, la mujer continuó.

“Tus últimos artículos han dejado mucho que desear, Shameimaru.”

La periodista no pudo evitar tragar de manera discreta ante la falta de tacto de su jefa. Sabía de sobra sobre su carrera de escritora fracasada, así que era consciente que volcada toda su visión crítica en la calidad de los artículos de la revista… Bueno, toda la calidad que una revista de ese tipo podía ofrecer, por supuesto.
Aya juntó ambas manos con gesto conciliador.

“Ciertamente, estos meses no ha ocurrido demasiado por la ciudad salvo un par de demandas y…”
“Shameimaru. Aprecio tus artículos más que nadie en esta revista. Son afilados, precisos y frescos. No temes represalias y no te molestas en esconder datos o nombres. Pero se nota perfectamente cuando estás motivada y cuando no, y eso es algo poco profesional.”

Oh no, sabía hacia dónde iba ese discurso y no le gustaba en absoluto. Aunque no podía protestar, todo lo que estaba diciendo era cierto.

“Pero te voy a dar otra oportunidad. La última. Te lo jugarás todo en tu siguiente artículo, será para el especial trimestral.”

Un ultimátum. Eso eran dos meses, ¿podría recuperar su motivación y escribir algo bueno en ese tiempo? Sólo podía hacer una cosa.

“No se preocupe, Señor Jameson. Tendrá esas fotos en su mesa para entonces.”
“Excelente.” Su jefa no ocultó la sonrisa cuando Aya continuó su broma. “Sólo espero resultados.”

Con una reverencia, Aya se marchó del despacho con paso ligero. Cuando pasó por su mesa sólo se preocupó por recoger su vieja cámara analógica de uno de los cajones y un bolígrafo y un bloc de notas que pudiesen caberle en el bolsillo de su camisa. Como en sus viejos tiempos de freelancer, no necesitaba nada más. Los especiales le permitían además cubrir mucho más espacio con ese tiempo. Y sabía perfectamente a dónde debía ir a buscar inspiración. Allá donde los jóvenes sedientos de fama y los artistas veteranos perseguían sus sueños.
Sacó su Smartphone y deslizó el dedo por la pantalla sin dejar de caminar hacia el aparcamiento, ya fuera del edificio. Con una sonrisa triunfante mandó el mensaje antes de subir a su moto, colocarse el casco y salir a toda velocidad. Con un simple “Voy para allá”, Aya Shameimaru salió a la caza de la noticia.

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“…No me puedo creer que venga a cobrarse el favor justo ahora.”

Mirando por la ventana de su despacho, Ange suspiró. No era que no quisiese ayudar a Shameimaru, le debía muchísimo en realidad. Fue ella quien desenmascaró a aquel tipo que pretendía arrastrar a sus niñas a hacer videos adultos de manera ilegal con una impecable investigación en cubierto y un artículo que podía haberla puesto en el punto de mira. Si la ponía a ejercer de fotógrafa para la agencia seguramente ni siquiera sufriese pérdidas reales, sino todo lo contrario. Pero tener a esa periodista cerca significaba que las noticias vendrían solas. Sin hacer diferencia entre buenas y malas.

Y justo ahora su pequeña Ako acababa de conseguir un contrato para una teleserie musical para niños. Lo que menos necesitaba era un escándalo rodeando su agencia, ahora que tenía entre sus manos a la futura Hannah Montana de la generación que venía. Pero tampoco tenía modo de detener a la reportera. El mensaje no era siquiera una petición de ayuda, era un aviso porque no aceptaba un no como respuesta. Se conocían demasiado bien a esas alturas de la vida.

Tras recoger su teléfono y dejarle la nueva ubicación de la agencia, Ange revisó su horario por la tarde. Yoga. Perfecto, saludaría al Son con toda su rabia acumulada. Guardó el teléfono en su funda dorada y pulsó el botón del interfono para hablar con su secretaria. Debía tomar algunas medidas.

“Haz que Ako venga en cuanto tenga un hueco en su agenda.”
“Por supuesto, señorita.”

Antes de que la comunicación se cortase pudo escuchar una suave melodía de fondo en la oficina de la secretaria. Era la canción de debut de Ako, Marina de Agosto. Aunque el tono jovial y desenfadado de Ako estaba dirigido a una audiencia más joven, la canción había resultado un éxito sorprendente también entre la audiencia adolescente y un sector específico de hombres adultos que parecían demasiado interesados en su peinado, llamándola Ako-nyan… Más motivos para alejarla de cualquier escándalo o sería comida de esos pervertidos… No, no lo permitiría. En su agencia protegían a las jóvenes promesas, era su lema. Si querían exudar sensualidad y cantar letras provocativas podían hacerlo sin ningún riesgo, si deseaban una imagen moderna y alternativa, les ofrecían medios para moverse por los círculos adecuados. Si como Ako, querían divertir e inspirar a los niños, ella misma caminaría por brasas al rojo vivo por ella y por su audiencia. Nadie podría detenerla, ni siquiera Shameimaru, por mucho que le debiese. De ser necesario estaba dispuesta a sacar a Ako de allí hasta que todo eso pasase.

Pero, ¿A dónde podría llevarla? Seguro que no querría dejar de trabajar además… Si preparaba una gira por las afueras, o pedía que primero rodasen las escenas en exteriores de la serie…

“¿Eh?”

El hilo de sus pensamientos se vio interrumpido por una imperiosa llamada en su puerta. Parpadeó sorprendida, era imposible que Ako hubiera hecho un espacio en su agenda tan rápido, y no creía que Shameimaru estuviera tan cerca cuando le mandó ese mensaje…

“¿Adelante?”

Frente a ella se encontraba una menuda jovencita rubia con unos ojos verdes que destelleaban confianza. No pudo evitar sentir que quizás ese día no tendría que haber ido a trabajar.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on September 30, 2017, 07:09:48 PM
Gracias cosa  :'( <3



Eligió una tela llamativa para un nuevo vestido,  traía su color favorito y patrones cuadrados. La tomó de la tienda y salió disparada hacia el instituto,  aún debía cortar los moldes,  la tela y coser.  Le hacía dar vagancia el solo hacer una lista mental de todo ello. 

Aún debía encontrar modelo y como iba todo,  aún no podía. ¿Dónde estaban los chicos glamurosos o estrellas en ascenso? Suspiró y llegó a un semáforo.

Cruzó mirada con un chico del otro lado de la calle.  Él tenia que ser perfecto.  PERFECTO.  PER FEC TO,  P E R F E C T O…

Seguía con la vista en él,  la tenía clavada.  Una estatura promedio de uno ochenta,  músculos levemente marcados,  una piel caucásica,  con un cabello negro oscuro y facciones masculinas.

El aparato se puso en verde y ambos avanzaron. Ella tenía que atraparlo,  ese chico debía de ser su modelo,  lo decidió.

“¡Ahh!“ tartamudeó con dificultad mientras el entrecruzamiento se hacia inevitable. Erio pensó rápido algún plan para conocerlo e instintivamente terminó siguiéndolo.

El chico parecía cargar algunas bolsas y su mochila tenía un gran peso.  Comparada con el bolso Dior que traía,  a medias,  vacío,  el sujeto era simple. 

Él avanza dos pasos y ella medio,  era cautelosa en no levantar sospechas ni la atención. 

“¡BUENOS DÍAS YOH!” gritó un chico y Erío le agradeció,  pudo descubrir el nombre de aquel perfecto Adonis. 

“Buenas” respondió secamente y ambos se quedaron hablando en una banca de un parque.  Erío por su parte comenzó a tomar fotos con la cámara del celular,  sobre todo a su objetivo,  codigo: Yoh. 

El grupo pronto comenzó a ser cada vez más grande y decidió buscar algún café al paso,  para,  al menos,  no ser tan directa en cuando a su misión. 


El tiempo parecía ir lento y cuando menos lo espero,  quedó dormida con el café en manos sobre un asiento, escuchando las tenues risas de aquel grupo de amigos de Yoh.  Quería conocerlo pronto y pedirle que la ayudara con el desfile, su apariencia destacaba entre todos.

Las cosas de Erio rodaron por el suelo,  incluso el móvil que traía, había sido descuidada y de fondo puso una foto de Yoh con el grupo de él. 

“Ek” dijo uno de los chicos al ayudar a levantar las pertenencias de la chica.  “Tiene una foto de Yoh”.   
Yoh miro a la chica,  se percató que la había visto antes,  en un cruce.  No podía creer que lo espiaran, no así de fácil. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Yoh.  ¿Ahora? 


Los ojos de Erio comenzaron a abrirse y el azul profundo lo atrapó,  sintió como su alma era leída. 

“¡TÚ!” gritó sin darse cuenta y lo sujetó del brazo.  “Se mi modelo”.

Yoh giró y trató de marcharse sin éxito.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Yukari on October 31, 2017, 06:01:48 PM
El local abría sus puertas a las nueve de la noche, sólo quedaba hacer cuentas y el presupuesto de lo que debían recaudar en el día, la parte más tediosa desde siempre; sin contar tener que soportar a clientes y la sonrisa estúpida de ellos intentando coquetearle. Idiotas.

La noche iba a ser un éxito, siempre lo era y es que Seven Heaven era de los puteros y discos más famosos de Eastwood.

Ranmaru se sentó y sacó el cuaderno de contabilidad, suspiró. Otro día a salvo y en dónde podía comer carne de desayuno, porque lo haría. ¡Ahhh, quería cerdo asado y pescado de la mejor calidad!

—¡Te lo estoy diciendo, hombre!

Intentó hacer oído sordo a la voz de fondo, la de su mejor amigo, concentrándose en los números y la cantidad de cerveza que necesitaría. Repasó una y otra vez los nombres, marcas y modelos que necesitaba y los que pediría a su suministrador. 

—¿Qué es Velfarre?  —pregunto una de sus promotoras.
—Una disco parecida a esta, claro, esta es muchísimo mejor —respondió otra—. Aquí tenemos chicas internacionales.
—No le veo lo sorprendente —le miró de mala gana otro que pese a ser de la zona de Roppongi, nunca había visitado Velfarre.

Velfarre… Ranmaru recordaba el lugar como poco agraciado. Era un sitio mundialmente reconocido; no lo discutía y entraba con regularidad en portadas de revistas o notas como de los mejores lugares exclusivos, donde solo un puñado de gente entraba y no precisamente famosos. Una visita obligada para extranjeros y residentes, claro, si dejaban tu ingreso. Normalmente se decían de filas de cuadras enteras para colarse dentro de la discoteca y aun así, podías esperar por horas o días y los bouncers o “gorilas” te impedían el paso.

También se escuchaba mucho de una tal Lilith.

—¡¿Cómo?! —preguntó uno formando una especie de cuencos simulando ser pechos—. ¡Tendrás el castigo divino de la pechonalidad
—Soy copa  C y D —expuso con su cara roja como tomate la promotora.

Ranmaru quería morirse, estas charlas tan triviales para nada eran de su agrado y suspiró con pesadez. Menudo grupo de idiotas había formado para trabajar. Él ejercía la profesión de barman y los demás solo se ocupaban de ser promotores, limpiar, bailar y dos más eran igual que él. Seven Heaven tenía que mostrar calidad y soberbia ante sus clientes y cada uno de sus treinta empleados tenía una tarea única, una que sólo ellos podían realizar.

―La fila ya comenzó ―sentenció un recién llegado―. Ya hay muchas personas allí fuera.
―Que siga así, recién dejen entrar a diez a las nueve y media ―ordenó el jefe, Ranmaru―. Todos vayan preparándose.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Chaos Girl on December 31, 2017, 07:27:32 PM
Después de un par de meses de terrible vida real IM BACK!! o7

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“¿Estás bien?”

Ninurta observaba a su mejor amiga con preocupación. Llevaba más de dos horas en la cama con la cara contra el colchón sin mover ni un músculo como si estuviera muerta. El que no pudiese notar su respiración en esa posición hacía además que la idea pareciese mucho más plausible a medida que las horas pasaban.

Al principio había decidido dejarla estar. Después de todo la directora de esa agencia ni siquiera se había molestado en escucharla a pesar de los esfuerzos que habría invertido para llegar a su despacho. Al no aparecer en su agencia sin cita previa ni referencias simplemente les había echado sin miramientos. La frustración inicial había pasado a un desánimo terrible para el momento en el que habían llegado al apartamento, pero también estaba seguro de que ya con este tiempo Nero ya debería estar repuesta y con nuevos planes…

¿De veras esta vez iba en serio?

“Nero, he preparado algo de comer… ¿Y si discutimos lo que haremos ahora mientras almorzamos?”

Extendió su mano para tocar el hombro de su amiga con delicadeza, a lo que ella murmuró algo amortiguado por el edredón nórdico de su cama. Bueno, con eso al menos podía saber que aún seguía viva.

“Vamos, he hecho estofado.”

“…” La chica por fin se dignó a moverse para mirarle a la cara. “¿Lleva patatas?”

“Por supuesto que lleva patatas, sé que es así como te gusta.”

Con aquello Nero se estiró perezosamente cual gatito y se incorporó con lentitud.

“Sigo queriendo morirme.”

“Claro, espera a que comamos antes de hacerlo.”

Al parecer, todo era fruto del hambre.

Una vez acabados los platos de comida, Nero golpeó la mesa con la palma de la mano. Ninurta, que estaba sirviendo algo de café, tuvo que hacer malabares para que aquello no acabase en una tragedia con quemaduras de tercer grado.

“Tengo una idea.”

“Ah.”

Nin dejó con cuidado la cafetera en la mesa auxiliar que tenían al lado de la principal, había tenido una premonición horrible al escucharle decir eso. Era bueno que no siguiese hundida pero eso no significaba que lo que viniese después tuviese que ser algo mejor.

“Te escucho”

“Ya que no nos atienden cuando vamos a la oficina, ¿y si nos presentamos en un rodaje?”

…Oh, no.

“¿No sería mejor concertar una cita antes de llegar a tomar esas medidas?”

“¡Perderíamos demasiado tiempo, Nin! Hay que atacar antes de que levantes murallas.”

“…”

Creía que se trataba de mostrarles tu talento y atractivo, pero parece que ya es algo personal.

“¡Hoy nos prepararemos para el ataque y mañana cargaremos de frente!”

“¿Ya sabes dónde estarán trabajando mañana?”

“¿Eh?”

Silencio. La sonrisa de Nero tiembla por una décima de segundo, pero es suficiente tiempo para que el chico se dé cuenta de que efectivamente no tiene ni la más remota idea.

“¡No puede ser tan difícil de encontrar! Si me pongo a investigar ahora, lo tendré en menos de lo que imaginas.”

“¿Sí? ¿Puedo dejarlo en tus manos? Esta tarde me apetecería salir a conocer un poco la zona donde vivimos ahora.”

“¿Oho?” La rubia sonrió con complicidad. “Es cierto, nunca habías visitado este barrio. ¿Quieres algunas recomendaciones?”

“Quizás la próxima vez. No quiero distraerte de lo que tienes que hacer ahora.”

“Entiendo…” El puchero de la chica hizo a Ninurta sonreír esta vez. “Bueno, no hay nada que pueda hacer al respecto. Pero la próxima vez seré tu guía.”

El chico asintió aliviado. Al menos esto era señal de que se estaba tomando el tema de la agencia en serio. Ante una devoción tan sincera no podía hacer otra cosa que ofrecerle todo su apoyo como amigo. Volvió a coger la cafetera para servir café para ambos.

“De todos modos si ves algo interesante mándame una foto, ¿vale? Este sitio está muy vivo y siempre aparecen lugares nuevos.”

“No hay problema.”

Los dos se sonrieron y compartieron una charla mucho más anodina con sus tazas de café con leche.

La tarde estaba siendo fría, víspera de fechas de festejos. Las calles se mantenían bulliciosas y había un flujo constante de gente circulando por ellas gracias a ello. A Ninurta le gustaba perderse entre el gentío y olvidarse de sus problemas. Fundirse con el ruido y desaparecer era lo que más le relajaba de estar fuera de su antigua casa donde la silenciosa mirada de su padre le perseguía y juzgaba en cada uno de los rincones de la casa sin dejarle un momento de descanso. Ahora se sentía libre, ligero… quizás algo vacío.

No, debía ser el frío. Mejor entrar en algún sitio para ganar algo de calor. Nero le reñiría e incluso lloraría si se llegaba a enfermar.

Después de dar un par de vueltas por calles menos concurridas algo finalmente logró captar su atención. Unos acordes de guitarra acústica se filtraban entre la gente, dejando escuchar una melodía que de algún modo le sonaba nostálgica aún si estaba totalmente seguro de que no la conocía. Siguiendo el sonido acabó frente a una puerta de madera que daba a un callejón vacío. Algo dentro de él se revolvió, como si sintiese que algo importante le esperaba al otro lado. Se parecía a las premoniciones de problemas que sentía con Nero, pero no podía ignorar aquella canción. Simplemente no podía.

Tomó aire y atravesó el umbral.

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Y con esto vuelvo a la acción. CON GANAS Y FUERZA o9
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on December 31, 2017, 07:45:32 PM
La inactividad me atrapo YOy, reinicio la historia

Viaje.


El viaje desde Tokyo hasta Eastwood fue largo, el playlist de Erio se reproducía una y otra vez, primero había sido un pequeño viaje en avión hasta las costas del lugar y luego un viaje interminable con su abuelo hasta la despampanante ciudad. Allí estudiaría diseño y confección, su sueño de ser diseñadora de modas parecía cada vez más real y palpable de cuando hacía los atuendos para las obras escolares y la elogiaban por ello.

Le sonrió al abuelo y pegó la cara contra el cristal de la ventanilla del asiento de pasajeros, el paisaje tan vacío le producía una extraña sensación… ¡WI-FI! ¿Por qué una ciudad como esa tenía tan mala señal a las afueras? Suspiró y golpeó la frente contra el cristal. ¡CARAJO!

“Ya casi llegamos” la tierna sonrisa del ancianito calmó a la peli turquesa.
“SIIIII” le contestó simulando enojo para luego reír. “Mis padres quedaron muerto diciendo ‘Erio no irá allá’ y que me defendieras, abuelo. Gracias”
“Bueno es mi trabajo hacerlo” expresó el hombre y continuó manejando.

Pronto las luces de neon de la noche viva de Eastwood resplandeció en el vidrio principal del coche y Erio abrió los ojos como platos. TODO TAN MAJESTUOSO Y SUBLIME.

“Es como Las Vegas o una ciudad que nunca duerme pero es bastante tranquilo, puedes encontrarte con tantas estrellas y estrellas en ascenso en cada ámbito” expuso él y ella asintió como niña pequeña, oyendo las explicaciones del nono. 

“Quiero ir a Starbucks y comprar varias cosas, abu” suspiró y miró fijamente hacia delante. “Quizás a Burger King también o algún lado vegano”.
Como quería hacerse un hueco entre las modistas, necesitaba hacer lo que gente popular hacía y ello era eso, en Tokyo solía visitar Roppongi o Shibuya, vestirse con las mejores prendas y aparecer en Tokyo Fashion. Eso le encantaba, ser fotografiada por gente que adulaba sus vestuarios aunque modelar no le parecía encantador.  Encontrar modelos para sus creaciones sería el primer trabajo de ella.
Quería a un japonés pero tan moderno y refinado, sin pasarse a lo amanerado y de mujer a una linda extranjera que contonee las caderas con avidez. <Las medidas de ambos aún debían ser definidas pero más altos que ella, sí.

“¿Cuánto falta?” preguntó ella, recordando que mañana tenía que hacer papeleo para la universidad de aquella ciudad. “NO QUIERO FIRMAR UNA PILA DE HOJAS, los tramites se deberían hacer por internet”.
“Ya casi nada y bueno, Erio, es una sola vez. Luego ya solo usarás el aula virtual para tramitajes”.

El abuelo se había venido a vivir hacía diez largos años y por alguna razón nunca oyeron de él, tenía curiosidad por saber del paradero todos estos años ausentes del viejito pero, tampoco quería meterse donde nadie le ha llamado.

“Siempre tan relajado”.
“La vida es corta pequeña Erio” siguió conduciendo.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on December 31, 2017, 10:07:38 PM
This was a mistake X2 ;_;
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on January 31, 2018, 09:49:30 PM
Shiemi llevaba, para lo que ella era una hora, ocupando una mesa de Starbucks. Con una dona a medio comer y un par de migas sobre la mesa, se sostenía la cabeza por las sienes... pensando.

-Se la ve bastante concentrada-
Durante todo el tiempo que estuvo esperando en fila se había estado atento a a la rubia. Siempre la veía de arriba para abajo, de aquí para allá; con una sonrisa en la cara. Por eso era extraño verla tan seria, incluso con el ceño fruncido.

Le dejó un café sobre la mesa como ofrenda de paz, a lo que Shiemi gruñó en descontento "ya te dije que no quiero nada" se quejó.
"Pues con esa actitud me sorprende que no tengan clientes"
Regreso a ver al rubio, sorprendida, porque nunca lo había escuchado hablar. Es más a penas lo conocía, "disculpa... ¿nos hemos visto antes?"
"... es broma?"
"..."
"Trabajo debajo tuyo. La tienda de vestidos de novia"
Shiemi asintió, pretendiendo entender.
"Argentine"
"No"
"Sí"
Rió nerviosa, y con un ademán tomó el caso, probando el amargo cafe que por poco devolvió por el amargo sabor.
El rubio se autoinvito, y con cara de pocos amigos se sentó frente a ella. Le quitó el café que tan amable le había ofrecido y se lo bebió completo, para seguir con el suyo después. "¿O me vas a decir que nunca te has fijado en la gran tienda con luces y maniquíes por la que pasas todos los días antes de subir a tu piso a zapatear y mover muebles?"
"No zapateamos ni movemos muebles... estamos en proceso de remodelación"
"¿Durante 3 meses?"
"Una remodelación lenta" suspiro "espero no espantar mucho a tu clientela"
"Los muchachos lindos que suben por tu escalera valen la pena" admitió con descaro.  Más de un par se había confundido y habían terminado en su tienda, rodeados de futuras novias y sus emocionadas damas de honor; que chillaban cuando escuchaban que venían por una entrevista de modelaje.

"¿Mal día?"
"Pésimo día"
Suspiro Shiemi deshaciéndose en su mismo puesto.
Prácticamente se había ido a instalar a la cafetería después del mensaje de Izaya temprano por la mañana: <<Ni se te ocurra ir a la oficina>>, eso, sumándole a un correo que Hitagi Senjohara, LA Hitagi Senjouhara, le había enviado. Un correo extenso y detallado en donde ella hablaba en nombre de su empresa, específicamente, la sucursal que ella estaba manejando.
"Oh, entonces por fin van a cerrarlos? Me vendría muy bien ampliar un segundo piso" comentó Argentine como si nada.

Shiemi lo miró furiosa. Tomó sus cosas y empezó a irse.
Un simple comentario y le había hecho hacer lo que ella no había hecho en toda la
Mañana: ponerse de pie y cambiar de cara.
El rubio se sonrió victorioso y le sigui con paso firme "oh vamos! Estaba bromeando, bueno no, me vendría muy bien un segundo piso, pero vamos. No era como si 'de verdad' pensaras que podías con esto" se lo había escuchado a Izaya muchas veces, y por más idiota que este fuera, estaba seguro que no se había atrevido a mencionarlo en cara de su adorable secretaria.
"No tienes ni un debutante"
"Cinco!"
"¿Que?"
"¡Tengo cinco!" Le gritó furica.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on April 30, 2018, 05:15:08 PM
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on June 16, 2018, 06:57:23 PM
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on June 30, 2018, 07:40:51 PM
Aventura.
Primera parte.

Dibujó un  diagrama en el cuarto  que compartía con su prima Hakaze, ella detallo con detalles como debía ser la ascensión a la fama desde lo más bajo. ¿Cómo? Bueno eso es un secreto de la pequeña Yui con hambre de fama, gloria y Rock ‘n’ Roll. Ella tenía la habitación cubierta de posters de bandas y guitarras eléctricas más complementos regados por la habitación sin orden aparente y Hakaze sólo ocupa una pared con libros y un pequeño escritorio con varios cuadernos y un pequeño reloj de sol que trajo el tío de ambas chicas de las vacaciones a Egipto de Samon. 

“Oye, acomoda tus cosas”, le recriminó la mayor, Hakaze. Normalmente ella se ve envuelta en las locuras de Yui y el ánimo es como una ruleta rusa, que a veces está feliz otras, muchas otras más, la quiere asesinar despiadadamente.
“Más tardeeee” acostada en la cama, rodó para darle la espalda a la prima. “No me jodai”.
“¿Jodai? ¿Qué idioma hablas?” con las manos como puestas en las caderas, le dedicó la mirada más fría de todas. “¡¡Habla bien!!”.
“Déjame dormir cinco horas más, mañana es lunes y debo ir a clases” sentenció Yui.
“Ni hablar, el cuarto apesta a encierro”.

Las discusiones con Hakaze son para perder, que ella la golpearía si no la obedece no es nada nuevo y cuando oyó una cuenta regresiva “6… 5… 4…” seguido de un movimiento de muñecas y un sonido de las articulaciones, Yui de un salto se incorporó.

“Ya me tienes… ¿qué quieres?” bostezó y cambió el pijama rosa por un jean y una remera lisa sin mangas y blanca de algodón. Frescura. A saber, las órdenes de la prima fueron limpiar el cuarto pero ella se distrajo afinando las guitarras y eso provocó la ira de la otra chica.

“Chicas, ¿qué hacen?” con media sonrisa y una plancha de cocina, entró al piso y fue directo a la cocina, pasando por la sala, la habitación de las chicas y finalmente caminó directo a las hornallas, el hobby que adquirió el pelirrojo es el cocinar y con algunos libros abiertos  e ingredientes dispersos por la mesada.
“Matando a Yui” inquirió Hakaze con una escafandra en manos y acercándose a la pelirrosa peligrosamente,
“La cena estará lista en media hora” expresó el hombre y volvió a lo suyo, sin prestar atención a lo que pasa en el horizonte del departamento.
“¡Aaaah! Esperen, esta noche me invitaron a una presentación en el club  Ley.  Me tengo que preparar” dijo Yui, corriendo hasta el armario compartido con Hakaze y sacó algunas prendas que dejó sobre la cama desarmada.
“Hey, cuando se es menor de edad no puedes hacer estas cosas” suspiró la otra chica.
“Pero es una ciudad especial, una situación especial y yo soy especial” sonrió entrando al baño con prisa para bañarse y así tener tiempo para arreglar sus largos cabellos magenta.

Ley es de esos lugares que las bandas nuevas se presentan ante el mundo, dejando de ser una banda de garaje, un lugar donde buscar miembros para una banda y sobre todo socializar con otros músicos.

“Irás con Hakaze y punto final”. El punto final fue como un cierre la discusión, si no iba con ella, se quedaría a envejecer en la habitación.
“BIEEEEEN” gritó de mala gana y con sus borceguíes psiando fuerte salió de la casa, en las escaleras, Hakaze la espera para irse juntas.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on July 31, 2018, 03:27:51 PM
Edito despues de comer D:

Chapter 2

Las noches caían en Eastwood tan rápido que sus habitantes apenas se daban cuenta y la vida seguía tan activa como en el día. Los centros comerciales estaban abiertos hasta media noche, las calles permanecían iluminadas con letreros de neón de todos los colores y había bares regados por toda la ciudad que nunca cerraban. No era raro encontrarse con un borrachín por la madrugada que se tambaleaba caminando  a casa.

Vivir en una ciudad tan activa solía llevarte a la dirección que menos esperas. Una noche eres un jovenzuelo medio vago que toca en cualquier bar donde le dan espacio y a las otras estas en una de las bandas de visual kei más icónicas del planeta. Para que luego, sin previo aviso, todo se venga al carajo la noche siguiente.

Tasuku estaba sentando a estilo indio fumando su tan deseado porro en su departamento. De su estéreo salían las notas de Born in the USA the Bruce Springsteen. A pesar de ser un músico influyente su loft reflejaba un estilo de vida ascética. Lo único en lo que no había escatimado gastos era en su estéreo, guitarras y su gran colección de discos. Por el momento estaba solo pero si tenía a la música nunca se sentía solitario. “Alone but not lonely…”

No obstante, esa noche se sentía melancólico. Tenía ganas de salir a tocar a cualquier bar donde lo aceptaran e incluso, tenía ganas de cantar con esa voz tan ronca que lo caracterizaba. Estaba considerando irse a un barcillo de cuarta a conformarse con escuchar a cualquier banda indie cuando tocaron a su puerta.

-¡Oi! Tatsu, soy yo- la voz juvenil, casi aniñada de Momotarou lo llamaba al otro lado de la puerta.

-Abre.

El chico abrió la puerta y entro con timidez. De todos sus compañeros de DeVilS, Tasuku era el que más lo intimidaba. Pero estaba medio borracho y se sentía confuso, y pensó que no había mejor persona a la cual recurrir en esos momentos.

-Permiso- hizo una ligera reverencia con la cabeza antes de sentarse junto a Tatsu.

-¿Qué pasa?

-No quiero ir a mi apartamento. Sé que no podré dormir esta noche y no quiero estar solo.

Tasuku asintió. Entendía perfectamente cómo se sentía el chico. Pero no encontró las palabras para consolarlo.

-¿Crees que este bien?

-¿Sakuya?- no era difícil adivinar a quien se refería el chico. El líder de DeVilS ocupaba los titulares en la sección de farándula y por lo visto la cabeza de todos.

-Mjm.

-Pues…- Tasuku ya había terminado su porro y el cannabis empezaba a hacer su magia – no tengo ni idea. Tengo 12 años de conocer a Sakuya y nunca tengo ni la más puta idea de lo que pueda estar pasando por su cabeza. Siempre mantiene su semblante “misterioso y romántico”. Ya sabes…

Momotarou no intervino. Escuchar a alguien que usualmente era reservado era fascinante.
 
-Tampoco sé porque decidió dejar la banda si eso era lo que venias a averiguar- dijo Tasuku mientras su compañero de banda se sonrojaba a su lado viéndose sorprendido –pero sé de alguien que puede decirnos-

Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on July 31, 2018, 07:14:08 PM
SRY TOOt volvere a editarlo  :'( el tiempo me mata


(01; b)

Erio colocó las maletas sobre la cama, en realidad las literas occidentales nunca le gustaron y por ello se encargó de enrollar un futon de invierno y despejó el armario de las perchas para hacer lo que ella conoce como su rincón o espacio personal, donde dejar el lado creyente de los ovnis salir hacia fuera.  Hizo tanto ruido y bullicio en el cuarto que el abuelo cayó para ver que hace.

“¿Erio?” comenzó a buscar en todas partes con la vista y se dio de bruces con un cuarto vacío y todo desordenado. Él preparó el cuarto para su nieta, le colocó algunos muebles de pino listos a ser pintados del color que ella quisiera, una cama cómoda y amplia de una plaza y media y un pequeño televisor de veinte pulgadas por si quería ver algo; ella normalmente carga la portátil y el celular, o eso penso, hacía tanto que no la veía.
“Por aquí, por allá un loro te saludará” se asomó desde dentro del armario, medir metro cincuenta y cinco tiene sus ventajas, a veces, y ella lo aprovechó en esta ocasión y situó el futón dentro del mueble, junto con algunas cosas más. “Abuelo, necesito más cables para conectar artefactos de mucha… suma… importancia”. Seguía sin moverse del armario y lo miró de reojo; los ojos gigantes y azulados de ella parecían engullir todo al paso, hasta traspasar el alma cristalina del ancianito.

“¿Cuántos?” preguntó sonriente.
“¡Muchos, muchísimos!” respondió con cara reservada y un tono de antipatía total. “Quiero conectar también mi máquina de coser. ¿Cuándo llegaran mis cajas?”.
“Uh” rascó la cabeza ya casi calva. “La próxima semana, hay que ir a anotarte a la Universidad y terminar los papeleos”.
“¡Oh! Con poder evitar que mi información se filtre a la red o a los chinos, rusos o norteamericanos me es suficiente. Papeleos pueden esperar”, sonrió Erio y se escabulló dentro del mueble. “Dormiré unas horas, abue”.

El viejito sonrió amablemente y se despidió de la niete cerrando suavemente la puerta, por piedad a su cordura evitaría hacerle preguntas sobre conspiraciones en futuros cercanos y posiblemente lejanos. Suspiró y fue a la cocina para hablar con la esposa.  Ella hace la cena con alegría, al fin sería una familia grande, como siempre lo quiso ella, de cuatro personas: su hijo menor, la nieta y ellos dos. Todo brilla con una luz diferente para la familia Inuyashiki.

“Hay cerveza en la nevera, querido” le expresó ella mientras revuelve una olla con una cuchara de madera.
“Creo que Erio está mal” rascó la barbilla mientras saca de la heladera una lata de alcohol. “Muy mal y necesitamos comprar enchufes para ella, los pidió”. Sentado ya en la sala, sobre un cómodo diván encendió la televisión y colocó una película de los años noventa. Todo bien, ¿se habría caído de la cuna de bebé? Pero la recordaba cuerda en la infancia… ¿cuándo se volvió así? Recapacitó y echó a reír suavemente recordando las locuras de antaño de ella.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on August 31, 2018, 05:42:13 PM
VIVIENDO AL LÍMITE SRY  :'(

(1; c)

«Ley.»

Repitió mentalmente y uff, la mente del chico divago. «¡¡¡LEY!!»  «¡L-E-Y!»  Canturrea mientras camina por la cálida noche de verano de la ciudad. «¡Leeey—!»  Seguía y seguía haciendo paso entre el gentío que se reían por lo bajo de él. La vestimenta “Terminator” con una musculatura de alambre y gafas de sol más oscuras que su alma no le queda, para nada. 

Lo sabe y la opinión se la pasa por el arco del triunfo, ¡¿quién necesita la opinión de lo demás!  Bah, con eso jamás comería. Como un RRPP VIP del local, sí.

“¡Aaah mi amado Ley!” suspiró al ver el local, aún  cerrado y con gente en la entrada esperando el ingreso. Un día mágico, un día especial; tendrían bandas en vivo, tres, dos de renombre y una en ascenso. 

Metió un pitillo en la boca y expulso todo el humo en un santiamén. Uff, otra cosa que adora, aparte de Ley, es el cigarro. Fumar como chimenea le es normal, a él y todo quien lo tenga al lado.

Otro cigarrillo y otro, antes de ir al local fumaria en la esquina, allí donde dobla el viento. El alma se le encogió al ver como las puertas abrían de a poco y un bouncer de musculatura marcada se colocó frente a la cola. La noche comenzó.

Avanzó y ante la mirada de todos los presentes, saludó al hombre de custodia levantando el cigarro.

“Buenas, Mr. Muscle~”  le dijo, llevando el cuarto pitillo a la boca. “¿Cómo va todo?” 

El otro lo miró y arrugó el labio con cierto asco, admitía que Badou traía gente pero esa apariencia… too much.

“Mal, tuvimos que aumentar la bebida… adentro es un caos y Reika no sabe cómo se lo tomará la gente. Mary anda antipática…”
“Oh” tiró la colilla y luego la aplastó con el zapato “que cosa…  ¿andas más preocupado por la ganancia o Mary” le dedicó una risita a lo que el otro respondió tartamudeando con las mejillas rojas.
“Al fin vienes” de adentro salió un rubio despampanante con un traje carísimo hecho a medida por un sastre. “El grupo de cuarta que invitaste está desaparecido” suspiro, por eso trabajar con novatos siempre le pareció un inconveniente.
“Llamaré al imbécil de Eiji, seguro se peleó con el segundo guitarrista…” suspiró. Algo normal en el pelirrojo de Eiji, ellos solo eran una banda de garaje, antes mucho antes, había sido un guitarrista de primera, hoy solo la sombra de lo que alguna vez fue. “Lo siento Hikawa, Eiji mantiene el temperamento de diva”.

Hikawa es el jefe, el dueño de su amore, de Ley, y por aprecio al buen nombre y fama del local, lo arrastraría, si era necesario, al puto escenario. ¿Cómo se atrevía a fallarle así? Su culpa, por confiar en un treintañero de cuarta con un local de instrumentos en una calle paralela a la gran avenida.

Antes de seguir maldiciendo y nombrando a los mil y un demonios, un utilitario blanco aparcó delante de Ley. Esto hubiera sido motivo de una llamada directa a la policía de tránsito, si no fuera porque dentro Eiji le hizo una señal con la ventana baja.

“Bastardo” le sonrió Badou corriendo hasta la cabina. “Pensé que estarías bajo la cama, temblando como un marica”.
“Que poca fe” le gritó frunciendo el ceño y suspirando. Hoy le había pasado de T-O-D-O. “Atrás está el equipo y los demás, te presento a la bajista de reemplazo” la señaló.

Hundida en el asiento de acompañante le dedicó una mueca forzada. “Murasaki, es un gusto…”.
“Ya, vayan a prepararse, serán los segundos y ya no hay tiempo para ensayos” suspiro Hikawa. “SUERTE~”.

-----

El escenario, como siempre, luce impecable; con luces paseando por toda la tarima y los encargados colocando los instrumentos para el primer grupo; Badou aspiró el aire a limón del ambiente que pronto será manchado por alcohol y tabaco, incluso sexo si alguien en el baño se animase a tal salvajada.

“Eiji el bastidor está por allá” le señaló unas escaleras con forma de caracol y enseguida este se dirigió hacia allí con el resto de integrantes.
“Esto va mal, muy mal” corriendo, una mujer voluptuosa se pasea entre el personal de limpieza.
“¿Qué sucede Reika?” la detuvo en seco sujetándola por la muñeca.
“¡Badou!” le abrazó amistosamente “eh, los precios se dispararon y hay que corregir los precios de las bebidas”.
“Tranquila, mujer” apartó sus brazos de ella de inmediato y se alejó unos centímetros, Reika siempre parecía apoyarse en alguien y la víctima de esa noche era él… “Hikawa dijo que dejará entrar damas gratis para incentivar a la gente, hay que ver qué pasa”.

Yui tomó de la mano a Hakaze y ambas comenzaron a correr hacia la entrada de Ley, fuera ya sólo quedan algunos renegados que aún no entrarían o no hasta que el grupo de renombre de esa noche tocase.
“¿Cómo piensas entrar, Yui?” la miró mientras sus pies seguían el paso de la otra.
“Fácil, hoy toco. Saki dijo que entramos en segundo lugar y ya casi termina el primero so… ¡¡CORREEEE!!”.
“¡Alto, alto! Dijiste que sólo vendrías de invitada no a tocar… ¿Saki? ¿Quién es? ¿De dónde la conoces?” comenzó a interrogar la prima.
“¿Esperabas que trajera una guitarra para hacerme la rockstar?” comenzó a reir mientras llegaron con el guardia. “Vengo con Eiji, el tipo de ceño fruncido y chino teñido a full”.

Él la miró, dejar pasar a una menor que a leguas se nota la multa que le pondrían a Ley si ella entrase le hizo tragar saliva, por otro lado el que tuviera que tocar pronto, a minutos, le hizo agachar la cabeza y dejar el ingreso libre.  Peor  Hikawa que una pequeña coima y casi nunca se hacían controles.

Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on September 30, 2018, 07:29:24 PM
Under the bridge es la canción menos comercial de rhcp, ¿qué pensaba cuándo escribí este bodrio? :v

Debía ser adolescente huewona...

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on September 30, 2018, 07:33:29 PM
( 2 ; a )

“Una estudiante que desertó vistiendo pijama, antes de que llegaran las vacaciones de verano dejó la escuela”.

Tarareaba Erio con entusiasmo mientras corta una gran tela color amarillo, queria hacer una paleta de colores neutros para tener de referencia. El chico que fuera a vestir sus creaciones debía de entrar en perfecta armonía con el color favorito de la diseñadora (el amarillo).

“Incluso si la sociedad me llama alienígena, en la sala de espera del universo tal vez nos veamos de nuevo”.


Prosiguió con la tarea propuesta y al ritmo pegadizo de una melodía…  ¡zas!  Corte, corte. La idea de prepararse para la U con patrones e idear a sus modelos predilectos la vuelve loca.

“Erio” la llamo su abuelita desde el comedor y ella con un ‘ya voy’ corrió al encuentro. “¿Podrías ir a comprar algunas cosas en la tienda?” Rechazar el pedido era un no rotundo por lo que asintió y salió de la casa.

Una aspirante a hikkimori como ella aprovecharía la ocasión para visitar la meca otaku de Eastwood y comprar el sustento de sus hobbies.

###

Como ratita se adentró por los pliegues de las calles y entró a la primera tienda discreta del lugar.

“¿Dónde está la sección de doujines yaoi?” preguntó con la respiración apresurada, había corrido para que nadie la viera. Ser descubierta como otaku en el primer día de facultad podría ser un problema.

El chico de la tienda la miró con un rostro sombrío y le marcó una estantería bien al fondo, muy atrás, donde las sombras la ocultaran de la parte de adelante.

“¡Gracias!” dijo sin más y fue por su sangre de alma, vicio principal y amor al arte. Lo último porque así suena menos pervertida. ¿¿¿???

Miro al chico desde el lugar aquel y él sintió la mirada aguda sobre la espalda… ¿sería asesinado?, se preguntó y negó con la cabeza. Las chicas siempre iguales, por ser japonés queriendo ligar con él.

Erio se fijó en la estatura ¿182 cm? Uh, la boca se hizo agua. Apariencia perfecta, mirada profunda y un aura misteriosa. ¡El perfecto modelo que tanto quería! Bueno, lo encontró rapidísimo y eso le extraño. Si esto era una señal de algún dios, lo rechazaría. 

”¡Ah, olvide las cosas!” exclamó y tomó el último trabajo de Momose sensei y algunos de un nuevo grupo al azar, abastecerse fue lo prioritario.

“¿Llevas eso?” le preguntó y ella asintió, los ojos inquisidores de Erio fueron hasta el distintivo de la solapa del uniforme. “Gracias por su compra” le sonrió una vez pagado el producto.

Ella quiso esconderse una vez supo el nombre de ‘Komiyama Yoh’, culpable por haber descubierto aquello pero no iba a dejar que el perfecto modelo de sus sueños se escapara. ¡No! Y corrió con las mejillas sonrojada, como adolescente, a una tienda orgánica a unas cuadras más abajo.

###

Yoh cansado de la actitud de niñas molestas sonreía como príncipe demoníaco, la idea de que alrededor de él pulularan niñas con sueños de casarse con un japonés lo asquea más que nada. Es más, nunca se interesaron en la persona tras el asiático, sólo que su nacionalidad duerma la del sol naciente. Por suerte el auge de los coreanos lo alivió un poco.

Ese día fueron a la tienda varias personas totalmente olvidables pero en la tarde, una chica extraña se ocultó detrás de la cartelera de anuncios ¡sólo para entrar allí! ¿Acaso lo espiaba? ¿¡Desde cuándo!?

“¿Dónde está la sección de doujines yaoi?”

Ay mujer, la voz entrecortada y a trompicones la dejó expuesto como un viejo verde. Rogó porque se fuera pronto y librarse de otro bicho raro. Cada vez que tomaba el turno de la tarde esto pasaba.

Luego de un rato ella se marchó y pensó que finalmente la paz regresaría al local pero se equivocó ¡monumentalmente! La otaku olvidó uno de los libros y corrió a perseguir al cliente.

“¿Me estás dando amor? ¿Debería hacerte enojar? Entre todos los que me evitaban tú estabas mirándome sorprendido” la escuchó murmurar en una intersección y la tomó del hombro para atraer la mirada de la chica.

Unas pupilas de azul claro lo miraron con asombro y el sedoso cabello turquesa resplandecía bajo los destellos del sol. Si este fuera un manga, él se quedaría prendado por ella, ¿acaso el caprichoso destino los juntó? Nah, eso jamás existiría. 

“¡Ah, el perfecto modelo!” dijo ella sin pensar y llegó a los oídos de Yoh. Hombre, que chica tan problemática.
“Olvidaste esto” le tendió el libro con una portada de hombres besándose y ella giró la cabeza y corrió hasta perderse en la lejanía.

Yoh suspiró y presintió que una arruga saldría en la frente.

“¡Hey, brodah!” le saludo un pelirrojo a la distancia, alzando un brazo y con la otra sosteniendo un pucho. “¿Qué haces con una revista porno gay?” y entendió por qué la mujer huyó de él desesperada, casi al punto de parecer una maniática.

Otra arruga se apoderaría de la frente del asiático.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on October 31, 2018, 09:57:50 PM
Cortito y compartido con la Mishu (Miyu), lo de ella esta en color raro  :'(

(2 ; b)

Azotó cuanta puerta osara presentarse frente a ella, nada ni nadie la frenaria en la dramática huida lejos de el tal Komiyama Yoh, dejó la bolsa del supermercado sobre la mesa para ayudar a la abuelita y paso a cerrar la puerta del armario puesto como cuartel general en el cuarto que los parientes prepararon especialmente para ella, hasta que un ruido molesto la atacó, este proveniente del estómago.

Hambre.

Salió a hurtadillas por el balcón del departamento, la pena y vergüenza, la deshonra porque alguien descubriera su hobby del yaoi le impide sacar algo del refri y fue directo hacia las escaleras de incendio, descendiendo con prisa. ¡Una tienda, una tienda!  ¡PUDIIIIIIN, HELADO,  GALLETAS E INCLUSO SECAS VAINILLAS!, coff, coff… compraría algunas cosas y volvería para leer sobre alienígenas.

Escucho ruidos desde abajo del último escalón y de bruces dio con dos pequeñitos de entre cuatro y cinco años correteando de allí para aquí, absortos en el mundo de juegos y risas, sin preocupaciones.

“Nombres” los señalo Erio, los sentía como cómplices de maldades.
—Okuni —dijo la niña, algo sorprendida por ser descubierta en el escondite favorito junto a su hermano gemelo—. Soy la mayor.
—Baren —respondió después que la hermana, dejando a vista quien mandaba entre ambos: Okuni. Aunque ella se ocultó tras él, al percibir como la figura de una extraña persona se les acercaba.

Los dos chicos lucían idénticos, como si uno fuera la parte del sexo opuesto del otro; la diferencia crucial era el parche reposando sobre la cuenca derecha del que respondía al nombre de Baren.

—Somos los Hozumi del segundo B (2 B) —le comentaron al unísono—. ¿Usted, señorita?
—Inuyashiki Erio —los observó con intensidad y sin pestañear.

La jovencita les pareció hermosa, con pupilas tan azules que casi no diferenciaban entre el cielo y el mirar de ella; cabello turquesa les pareció con un brillo tan único que titilaba como los adornos de navidad. Ambos se quedaron absortos en las facciones de Erio.

—Hermano, hermano —lo sujetó de la manga de la yukata y ambos se pusieron en cuclillas, muy cerca del suelo hecho de arenilla y se sujetaron por los hombros. Reunión secreta de los Hozumi—. Tiene las mejillas regordetas, es una l-o-l-i —deletreo lo último como si fuera lo más importante del mundo.
“¡Taimu!” abrió la boquilla en un mal ingles e imitó la pose de los niños y con mirada asesina y memoria para vengarse más tarde los miro fría. “¿QUIÉN TIENE LAS MEJILLAS GORDAS?” les gritó para propinarles un coscorrón a cada uno y sin mezquinas fuerza.
“¡Ittaaa! Eso dolió” hablaron al mismo tiempo a la vez que con las manos tapan la supuesta herida.
“Eso pasa cuando le dicen a una SEÑORITA DE DIECINUEVE AÑOS GORDA Y PENDEJA” sonrió dulcemente hasta las tripas rugio y lo niños comenzaron a reír hasta tirarse al suelo de golpe.
“¡YAAAA!” los pateo con furia y suavidad, con la cara de rojo intenso. Servicios infantiles esto no es lo que parece... ¡NO! [?]
“¿Quieres comer algo, onee san?” mencionó el enano.
“Nuestro piso está antes que el de onee san” sonrió Okuni consintiendo la invitación.

Con bastante pena, Erio caminó tomada de cada lado por uno de los gemelos. Le extrañaba que los chicos enfundaran ropas tan clásicas siendo esta una ciudad luminosa y llena de glamur pero suspiro guiada por el hambre y los chicos diabólicos con sonrisas endemoniadamente adorables la tenían de rehén.
 
El departamento de los Hozumi se mostraba desierto, algo raro para niños en esa edad pero cada familia era un mundo y los pequeñines parecían en buen estado como para intervenir. 

“¡Sabemos cocinar!” la guiaron por la cocina y Baren corrio directo al microondas para encender y presiono botones y así dejar la comida diez minutos.
“Aquí viene el aperitivo” paso apuradisima la hermanita mayor con una charola de comida que fue dentro del aparato.

Erio los aplaudió impresionada de como reparten las tareas para hacer todo a la velocidad de la luz. Pero diez minutos… moriría de inanición  de hambre, ya que sabia ella. ¡Comida, comida, comida! Todo lo que piensa es en eso.

“¿Tienen pan?” quizás logre sobrevivir si un milagro sucedia “¿pudín, mermelada? ¡ALGO QUE ESTÉ YAAA!” gritó y los pendejitos la callaron de inmediato sin piedad.
“Mamá duerme” dijo el hombrecito en miniatura con el dedito señalador sobre la boca.
“Entra a trabajar dentro de nada” con el mismo gesto terminó la frase la mayorcita.

―¡Ahh~! ―un gigantesco bostezo se hizo presente en el solitario y casi oscuro departamento y la voz de una femenina adormecida comenzó a llenar el lugar, todo parecía revivir a su paso, incluso la mirada de los niños se tornó en redondos ojos que brillaban como perlas―. ¿Volvieron Oku chan y Ren kun? ―los saludó, saliendo del cuarto.

La mujer peinaba sus hebras rosadas con un cepillo, tratando de ahorrar tiempo en la ducha y una mascarilla de aguacate bien distribuida la hacía parecer una ama de casas en sus cuarenta y tantos largos años. Aún llevaba puesto el pijama y Erio se cuestionó el tipo de situación en que vivían, quizás era madre soltera,

―¡Bienvenida! ―aún dormida la saludó cortésmente―. Si quieres algo dulce en la lacena, lejos de los monstruitos, están las chucherías engordadoras de traseros.

“¡También los temibles michelines!”  gustosa de conocer a otra japonesa como ancla a la cultura sonrió sin fijar los ojos en la mascarilla verde. “Erio Inuyashiki, es un verdadero placer”.
“Oh, Mademoiselle, el placer es todo mio” tranquila acarició despeinando a cada hijo. “Tengo marido” adivino el pensamiento de Erio casi al instante y ella sorprendida bajo la cara avergonzada.
“¡LO ZIENTOOOOH!” orz “una mujer tan linda como usted soltera…” con cabeza en el tapiz la reverenció como disculpas repetidas veces.
“Oh, oh, oh” rio cómoda “está bien, mi esposo está en un estado deplorable actualmente y hable de más” el silencio gélido pasó entre los cuatro “Hozumi Tamamo, puedes decirme Tama chan”


El próximo ruido en cortar el ambiente tan cargado fue el sonido de alarma del microondas, la comida ya dejaba olerse agradable y el estómago de Erio correspondió al aroma de la comida de los tallarines chinos.

―Bueno, disfruten. Debo prepararme para mi trabajo y buscar al inútil de mi esposo, gracias por cuidar de mis niños ―le dedicó una gran sonrisa y fue directo al baño para cambiarse a ropas más apropiadas.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on November 30, 2018, 11:49:19 AM
Dejo esto asi bien pobre porque me voy  :-[


(3 ; a)

Intento olvidar a la extraña chica y a que Badou lo vio agitando un doujinshi en la vía pública del género que comprometía su hombría y que jamás repetiría el nombre de esa demografía, ni en mil años. De suerte que la chimenea andante se fue a hacer algunos recados y a visitar a otros amigos.
Yoh dejo que toda la humanidad escapara por la boca, estúpido que es por aceptar un trabajo en una tienda para bichos raros… que si no entran para fastidiarlo, lo hacen para comprar revistar porno de dibujitos.  ¡MIERDA! Gritó para dentro, que las maldiciones se sumergieran en el alma negra de el.

Por la vitrina miro alrededor del local, el lugar desierto y plano, sin personas cerca, le dejo claro que hoy no vendería más de lo que ya había hecho en toda la jornada y mensajeo a la jefa para ver si le permitía irse antes de tiempo. Un no llego como respuesta y suspiró.

“Aaamh” pronto divisó la silueta de una chica con uniforme escolar, con los labios fruncidos carraspeo para llamar la atención del empleado, en este caso  Komiyama Yoh, quien devolvió la mirada con un rostro de perro de pelea.
“¿Sí?” si quería unas palabras de bienvenida, no, estaba muy lejos de Japón.
“¿Dónde están los nuevos mangas?” dijo con la cara totalmente enrojecida, de oreja a oreja, y Yoh le señaló una estantería de las primeras.

Yoh comenzó a meditar sobre el motivo que le trajo hasta Eastwood y la imagen de su hermana le vino a la mente, ella dijo que el primer paso era aquí y luego un paso largo hasta Hollywood.  Suspiró por tercera vez.

“Me publicaron… ¡ME PUBLICARON!” comenzó a gritar la chica con una sonrisa gigantezca, la quiso hacer callar pero como cliente no hay, la dejo ser. “Aaaaah” eufórica tomo la revista de la shonen jump y fue directo hasta la caja registradora, donde dejó el dinero y salio disparada como si el aire se contaminara con la alegría de ella y la cara de pocos amigos.
Yoh ojeo una revista de la misma línea que ella y revisó los nuevos mangas que se serializaban ese mes, entre ellos una tal Mary se asomó a la cabeza, la chica ganó un concurso en que el primer premio era ese, ser publicada.

“YOOOH” desde fuera el olor a cigarro ya se sentía, alzo la mirada de la revista y se fijó en el sujeto que lo llamo.

Cuarto suspiro.
“La chica de recién si que era un corre caminos” sonrio y largo humo de entre los dientes.
“Y tan ruidosa y desagradable como tú” bajo la vista a la revista con curiosidad por el tipo de historia que planeo la tal Mary.
“QUE OFENSA MÁS GRANDE” gritó divertido, los dos se conocen desde hace tanto que las bromas de ese estilo ya eran como una costumbre, algo de machos, dirian sus amigos. “Si fuera mayor y con relleno donde debe, quizás la cortejaria”.
“¿Cortejar? Ven con otro chiste” si la apariencia poco masculina de Badou desde secundaria ahuyenta a cualquier candidata al puesto de pareja y, de paso, a las pretendientes de el.
“¿Vienes a Ley?”  pregunto antes de sentarse en un banquito frente al lugar de Yoh, donde el mostrador los separa.
“Esos sitios no van conmigo” masculló, leyendo las viñetas del manga.
“Sera divertido, las chicas estaran allí y Asami ya dijo que asistiria” replico.
“No lo hara” un sexto suspiro casi sale. “El novio ni tomado la dejaría ir”.
“Pon algo de música, este lugar es asqueroso y aburrido. Si le sacas partido a tu apariencia, la pasta te llovera”.
“Y tambien niñas molestas de entre doce y quince…” ver lo malo en todo es su especialidad “no las soportaría, lo apuesto”.
“Aquí están las tipas mas raras” alzo una ceja, tomo otro cigarro y lo calo hasta el fondo.
“Igual que en Ley” ambos rieron con complicidad, ninguno de los dos se especializa en conquistas o coqueteos, por eso se llevan bien desde hace tanto tiempo.

Yoh se puso en pies y fue hasta la computadora para poner alguna canción del repertorio; en secudaria intento estar en una banda y luego la dejo, sin haber tocado ni una vez en público.
“Esta te va completamente” sonrio Yoh, subiendo al máximo el volumen de los parlantes.
Entre las carpetas de canciones pirateadas las que más escucha son las de los noventa, rock alternativo  y la sala se inundo con las extraños acordes de Blur, chicas y chicos.

Girls who want boys
Who like boys to be girls
Who do boys like they’re girls
Who do girls like they’re boys
Always should be someone you really love

En la parte de los coros, Badou no dudo en ponerse de pie sobre la silla e imitar el sonido de los “oh, oh ooh” con un movimiento hipnótico de caderas.
“Asqueroso, bájate ya mismo” le tiró el tomo que leía.
“¿Me bajo los pantalones? Oh my…” sonrió con picardía y una pila de objetos estrellaron contra él. 
“Chicos… chicos…” los llamo desde la entrada una señora rara “si quieren les pago el telo fu fu~”
“¡Eeeeh!” las cejas fruncidas llegaron hasta la locutora y la mirada divertida de Badou también. “Jefa”.
“¿Quién más?” la radiante sonrisa de ella los dejo ciegos a ambos. “Yoh, desde hoy hay un nuevo empleado”.  La mujer camino con paso tranquilo y suave, elegante, luciendo a tope el traje ajustado a la figura, que brilla por la tela negra y corta.
Mitsuko Souma, una joven emprendedora que llego a Eastwood cuando tenia doce años y rápidamente llego a la cima de actrices en doramas para la televisión. La figura delineada con curvas y unos senos perfectos y simétricos, junto a la mirada angelical le sumaron puntos al talento.  A Yoh nunca le intereso demasiado las novelas o el cine.
“¿Quién?” bajó la música mientras seguía con la mirada el paso de Mitsuko.
“Quiero tapizar la tienda” los labios carnosos con tono de vino mate le dejo ver una perfecta dentadura.  “Hanemura Megumu” completo ella. “Vendra mañana, sabes que contrato únicamente japoneses” miro con desden al amigo del empleado.
“Para esto mejor manda un mensaje, tu presencia siempre atrae demasiado la atencion” comento, pese a que Mitsuko posee unos tres años más que el, la trata así.
“Visitar esta tienda siempre me da repelus pero hoy no, hay poca gente” lo ignoro.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on November 30, 2018, 09:52:20 PM
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Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on December 09, 2018, 03:39:34 PM
Este aporte lo puse en el mes de junio en el patio, ahora lo coloco aquí ya corregido (porque olvidé hacerlo allá lol)

Después modifico mejor los iconos, me quedan muy grandes :'v

(https://i.imgur.com/VjySZpV.jpg) (https://i.imgur.com/K81i1p5.jpg) (https://i.imgur.com/q8mQzTs.jpg)


Capitulo 1: Yori Asanagi


La primera vez que los vi tenía quince años, había ido a un bar cuyo aroma penetraba en mis fosas nasales, podía oler el alcohol en el aire, mezclado con el humo a cigarros y el sudor de hombres saltando al ritmo de las canciones. Aún me pregunto cómo es que no vomite…

Y ahí estaba Eiji, con un ardiente cabello rojizo tocando una guitarra y probando los pedales, el sonido que salió aún hoy me marca como persona. El grupo era emm… ¿Shibari? Son algo conocidos, la banda rival de “Beck: Mongolian Chop Squad”. Realmente nunca los seguí.
Amé a la bajista y la estética en general del grupo, pero, definitivamente, Eiji se llevó mi corazón o al menos su talento lo hizo.

Su melena ardiente, su expresión de desinterés, los parpados caídos… bueno, la primera impresión fue terrible; en medio del concierto su guitarra dejó de emitir sonido y tuvieron que resolverlo mientras la segunda guitarra hacía un solo. Fue genial.


—Senpai, senpai… ¡Te encontré!

La voz energica de una chica interrumpió sus pensamientos. El viento sopló entre ambas; una fría brisa que indica que el otoño está próximo. Los cabellos cortos de Asanagi Yori se elevaron y se mantuvieron en suspensión por algunos minutos.

—¿Cuándo entraste, Harumin? —preguntó Yori con una pequeña mueca de confusión, intentó sonreír, pero falló miserablemente torciendo su mueca.
—¡No me veas con cara de culo, Yori! —le respondió la recién llegada.

Yori posee una apariencia andrógina que a menudo atrae la atención de las jóvenes de su edad. Su rostro es delicado, con rasgos finos que le otorgan una expresión suave y encantadora; destaca especialmente su mentón puntiagudo, que se estrecha ligeramente hacia abajo.

Su cabello corto y desigual le da un aire despreocupado y juvenil; dos mechones caen grácilmente a los costados de su cabeza, llegando debajo de sus hombros. El cabello es sedoso al tacto y emana un sutil aroma a castañas.

Los ojos de Yori tienen una forma almendrada que resalta su mirada. El matiz gris azulado de sus pupilas crea un contraste atractivo con su cabello oscuro, realzando aún más su apariencia única. Su mirada suele transmitir una mezcla de calma y curiosidad, reflejando su personalidad que es capaz de mantener la serenidad incluso en momentos de sorpresa.

—Bueno, es la azotea de la universidad —suspiró pesadamente la chica—, puedo venir cuándo quiera. ¿O no?

La otra chica asintió, intentando que pareciera que la presencia de su amiga no era ningún inconveniente.  Había estado concentrada en sus pensamientos y no escuchó cuándo la puerta de metal se abrió.

Harumi Taniguchi había sido su mejor amiga desde que llegó a Eastwood, cuándo tenía dieciséis. Ahora ambas cumplirían veinte en poco tiempo.
 
—Himari te estaba buscando, ¿cuándo se harán novias? —cuestionó Harumi, sentándose en el suelo junto a su amiga—. Harás que se desilusione.
—¿Eh? —más confundida que nunca, la interrogó con su mirada—, Himari es mi amiga. Tanto juntarte con Yuzu y Mei te hace tener vibras raras.

Yori tomó su guitarra criolla y empezó a mover sus dedos por algunas cuerdas y el mástil, los sonidos pronto salieron, aunque no era más que la escala musical. La idea de tener que decidir qué hacer con Himari la volvía loca, ella nunca se había enamorado y, aunque su pretendienta es hermosa, está alejada de su tipo ideal. Para empezar, aún no sabía sobre sus preferencias sexuales.

 —Lo mejor será que hables con ella, le estás dando falsas esperanzas.

Harumi tenía razón, no había forma de que la relación con Himari fuera a ser algo más que una amistad. Su amiga siempre había sido la voz de la razón y la mejor para dar consejos.

—Lo haré, lo haré —Asanagi siguió tocando un poco más sus acordes en la guitarra y anotó algunas cosas en su libreta.

El viento volvió a soplar y ambas chicas dejaron escapar un silencio, las dos tenían bastantes cosas qué pensar.

Su grupo de amigas se conformaba por japonesas, después de todo, vivir en Eastwood, lejos del Sol Naciente, hacia que los clubes 「日本人のみ」 (only japaneses) pulularan; aunque realmente veía como una bendición no tener que seguir los estándares de aquel país y poder relajarse entre una vida bohemia y contemporánea.

Les había tomado gusto a ellas: Kinjou Haru, Kitagawa Marin, Taniguchi Harumi, Aihara Mei, Okogi Yuzu, Shabana Ume y Mizusawa Matsuri.


Todas seguían alguna especialización en la Universidad relacionada con artes o humanidades por lo que se cruzaban seguido en el campus y en algún café para beber y estudiar a gusto.

Antes de que Harumi pudiera arrastrarla a una cita de juegos en el arcade, decidió marcharse y emprender su regreso a casa. Se colocó los auriculares y puso su playlist favorita en el celular. Empezó a caminar por las calles anchas y los callejones más estrechos.

Al llegar al piso fue recibida por su hermana mayor: Chiyo, quién, como siempre, se encontraba sumergida entre alguna infusión de té y libros de épocas de antaño. Por algún motivo Chiyo se dedicaba a estudiar el comportamiento humano de épocas pasadas. El título de Tasación y Peritaje en Arte le otorgaba la posibilidad de desconectarse del mundo actual y sumergirse en papiros y pergaminos antiguos.

Chiyo definitivamente era la mujer más bella que conocía, con la figura que las Kardashian habían pagado millones por obtener a base de lipos e implantes, pero, su hermana, no quería modelar ni siquiera ser la cara de algún producto. Ella prefería fungir de traductora de libros y escritora para varias revistas.

—Yori, bienvenida —la voz de su hermana era suave, como un susurro y una risa alegre se escuchaba. Las dos hermanas tenían mucho en común, aunque físicamente eran opuestas.
—Hermana, ¿aún sigues trabajando? —Yori se sacó los zapatos y los puso en el vestíbulo—. Está un poco frío, ¿prendiste la calefacción? terminaremos cogiendo un resfrío.
—Tú sabes, Agriche está molestando últimamente y sus cuadros me hacen investigar en bastantes raíces. Me toma bastante tiempo.

Las pupilas de Chiyo se pusieron más oscuras de lo normal. El peor error de su hermana había sido ir al Art Club de Eastwood, un lugar clasista de artistas dedicados a lo clásico. La mujer era extraña y la palabra no le hacía justicia, su personalidad ponía de punta los pelos de cualquiera que veía sus obras, aunque era una genio de lo macabra. Retrataba criaturas deformes, monstruosas y antinaturales: los más ancianos lo veían como una rechazada, una marginada cuya arte debía ser destruido, por otra parte, Chiyo decía que sacaba los horrores escondidos en la psique humana. Una autora transgresora cuyo enfoque era la repulsión y el horror.


—Renuncia —su hermana menor le dijo sin más. La estabilidad mental siempre era más importante que un salario jugoso.
—Tú sabes —se encogió de hombros—, estas cosas me encantan y, por más que Agriche sea una loca, es alguien capaz de revolucionar el mundo del horror y que deje de ser algo de nicho.
—No, no te entiendo —al final terminó sonriendo con pocas ganas, las comisuras de sus labios no llegaban a formar una mueca de felicidad, al menos si de apoyo para su hermana mayor.

Yori sacó su teléfono y tomó una selfie con su hermana y los libros atrás de ella. Hacía tiempo que no subía nada a Instagram ni Youtube.


Después de un largo tiempo sin compartir contenido en sus redes sociales, Yori sintió la emoción de capturar un momento tan bizarro dónde Roxana Agriche se presentaba en la charla con su hermana. Con felicidad en el rostro, sacó su teléfono y se posicionó junto a Chiyo, asegurándose de que los libros se vieran claramente sobre la mesa de té de la sala.

La luz natural que entraba por la ventana iluminaba la habitación, creando una atmósfera cálida y acogedora. Yori ajustó el enfoque de la cámara y aseveró que todos estuviera en un encuadre perfecto.

Una vez asegurado de que la foto fuera perfecta, Yori compartió la imagen en su cuenta de Instagram, Este acto de compartir en las redes sociales significaba un regreso para la menor de las hermanas Asanagi, quien se había tomado un descanso de aquella vida tan agitada que era ser influencer en ascenso.


Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Eureka on December 31, 2018, 01:48:25 AM
Ahhh hola! Hace unos días se me ocurrieron ciertas historias para este fic así que aquí vengo con mis desmadres :'v

yo lo sé, mi thirst por Mama es muy obvio, I know I know
y qUÉ HORRIBLES MIS ÍCONOS hace años que no diseño nuevos shame on me





(https://i.imgur.com/JkfuiQc.png)


Existen distintos niveles de desahogo emocional.

El primero y el más tradicional es llorar y llorar hasta que eventualmente uno se duerma del dolor de cabeza. El once implica inventarse una conversación ficticia en la que se pueda explicar la situación a una persona idealizada e inexistente que sólo asiente y le da palmaditas en el hombro.

El nivel ciento trece es su favorito, y el que usualmente es escenario de sus sueños más grandes: inventarse un universo alterno en el que se puede dar el lujo de explicar todo en un talk show, siendo una persona sumamente famosa que cuenta toda la mierda por la que ha pasado en los últimos años. Sin repercusiones, sin demandas y sin CosPro llamándola para mentarle la madre porque cómo es posible que hable así de MaM, uno de sus idols más populares dentro de Eastwood y a nivel mundial.

Madara no tenía la culpa. Bueno, tal vez sí, si Eureka se dejaba de cojudeces y analizaba la situación sin dejarse llevar. Algo le impedía pensar racionalmente cuando se trata de ese idiota. Y por más de que llevaba negándolo por mucho tiempo y “I’m not in love” de 10cc contaba con más de quinientas sesenta y ocho reproducciones en su Iphone, la realidad era distinta.

No lo odiaba. Al contrario, lo adoraba. Le soportaba todos sus berrinches y sus metidas de pata porque aunque parezca lo contrario, Madara nunca ha sido perfecto. Parece ser sumamente altruista y alegre, un verdadero sol, pero siempre ha sido la persona más egoísta del mundo cuando se trata de ella.

Y siempre lo ha tenido en mente porque Madara se aparece en los momentos menos oportunos, sin aviso previo y sin intención a dejarle decidir. Una llamada suya basta para sacarla del sitio en que se encuentre: sea una obra, un ensayo, una audición. Y era injusto. Era y es una babosa, y lo sabe.

En retrospectiva, tenía sentido que pocos productores de teatro la tomaran en serio. Eran contados los que sabían de su delicada situación y eran dos o tres los que aceptaban aquella vida sacrificada que llevaba como la niñera de su amigo. Todo porque aquellos productores estaban relacionados directamente con CosPro o porque querían hacerle un favor a aquella agencia y quedar bien.

Pero Eureka sabía que no podía seguir así. Lo sabía… y seguía sin hacer algo al respecto.




(https://i.imgur.com/JkfuiQc.png) (https://i.imgur.com/d6KpmiW.png)


Es una rutina que se ha aprendido de memoria.

Primero, siempre debe estar en una situación o muy complicada o muy calmada: ya sea en una audición para un rol importante, en el ensayo general de una de sus obras de aquella temporada o… un momento de paz en el que no tiene deberes y puede darse un tiempo para sí misma.

Segundo, llega la llamada de Katie, la mánager, pidiéndole que a), le reviente el teléfono a Madara; b), lo busque; c), lo albergue en su morada o d), todas las anteriores. Usualmente es la última opción, porque luego de llamar tanta atención, le es imposible regresar a su penthouse rodeada de 192830 paparazzi.

Tercero, Eureka obedece como el borreguito que es, cada paso en orden. Madara siempre contesta si se trata de ella: medio tono y ya está su voz alegre y despreocupada al otro lado de la línea, como si no supiera lo que ha hecho. Luego, le da una dirección y ella lo encuentra fumando con un gorro que nunca llega a taparle el peinado desgarbado y unas gafas oscuras que en vez de esconder su identidad, tienen el efecto contrario. Finalmente, Madara se queda a dormir en su casa. Su ofrenda es una relación ambigua que no le otorga nada de estabilidad y al contrario, le causa mil problemas y una agotamiento emocional que ni sus papás le dieron cuando Eureka vivía con ellos.

Y esa noche no fue la excepción a la regla: habían pasado unas semanas desde el último escándalo, y esta vez, la noticia llegó a ella mediante las redes sociales. Revisando su newsfeed, Eureka encontró en facebook un par de fotografías de Madara junto a Nejire en el set de la serie que grabaron unos meses atrás. Juzgando por las sonrisas en sus rostros y el lugar en el que se encontraban —un restaurante cinco estrellas en una villa de Roma—, Eureka estaba segura de que las fotos ya eran objeto de los rumores más desatinados.

Y los comentarios en la noticia comprobaron su teoría.

Su celular empezó a ser bombardeado de llamadas de varios números: Katie, de seguro, y otros productores o administrativos de CosPro.

Les contestó porque Eureka es como el perrito de Pavlov, condicionada a meter la pata y a olvidarse de que tiene una vida más allá de ese estúpido.

“Aló.” Eureka contó con las esperanzas de transmitir todo su odio y su apatía, pero sabía bien que era en vano: siempre, siempre termina poniendo a Madara antes que todo. Es una completa idiota, realmente. Incluso más que él.
Eureka, gracias por contestar,” le saludó Katie. “¿Has visto las noticias?
“Sí, acabo de ver. ¿Ahora es Nejire?”
Mama no me contesta y esto está saliéndose de control. Necesitamos organizar una conferencia de prensa para mañana, pero no puedo contactarlo. Y tú… tú sabes que sólo a ti te contesta. Por fav—
“Sí, sí. Lo llamo. Lo busco. Lo arrastro a mi departamento. Lo de siempre.”
Mil gracias. Me avisas cuando lo encuentres, ¿sí?
“Mm.” Eureka suspiró y colgó, sin dejarle despedirse.

Girándose hacia el lado opuesto de su cama, Eureka alejó el celular de su oreja para buscar el número de Madara. Lo presionó, desganada, y colocó el celular de nuevo en la oreja.

“¿Dónde estás?” le preguntó luego del primer ring, sin dejarlo hablar.
Afuera de tu departamento~
“Oh, eso es nuevo.”
Te ahorré el viaje esta vez. Pero… lo siento. Debes estar cansada de lo mismo—
“No entiendo para qué me sigues hablando si te sabes el código.” Eureka se permitió una risa breve, por más de que le hervía la sangre de la ira.
Ahí voy.
“¿Le aviso a Katie que ya te encontré? O que me encontraste. No sé.”
Cuando suba, espérame.

Eureka rodó los ojos y colgó. Se levantó con cero ganas de interacción social, y caminó parsimoniosamente hacia la puerta principal de su departamento, donde se detuvo a esperar a Madara. Apoyada en la pared, observó sin mucho interés las fotografías en la mesita de la entrada: distintos pasajes de su infancia, de sus logros en la universidad y de sus pocas obras de teatro. Muchos de esos montajes le causaron orgullo, recordando lo mucho que tuvo que esforzarse para conseguir aquellos papeles.

El sonido del panel numeral electrónico afuera de su departamento la regresó al presente, y se armó de valor, preparándose mentalmente para explicarle a Madara que esa sería la última vez que le permitiría hacer esto. Su amigo abrió la puerta e ingresó sin mucho cuidado, colocando sus lentes de sol y su gorro en la mesita de la entrada. Al notar a Eureka a unos metros de allí, Madara corrió a cargarla en sus brazos, besándola como si no se hubieran visto una semana y media atrás. A Eureka le tomó unos segundos reaccionar, pero no demoró en hacer a un lado su orgullo y dignidad para devolverle el beso con la misma emoción. Se separaron al cabo de unos instantes, y la sonrisa en el rostro de Madara la movió a suspirar y a rodar los ojos, hastiada. Siempre era lo mismo.

“¿Qué pasó con Nejire?” preguntó Eureka, con la intención de incomodarlo.

Madara no se inmutó en lo absoluto.

“Nada,” le dijo, sincero. “Estábamos almorzando junto al equipo luego del rodaje, pero se adelantaron y nos quedamos un poco atrás. Allí tomaron las fotos, supongo.”
“Mm…” Eureka suspiró. “Todo lo tergiversan, al parecer.”
“Sí.” Madara la alzó y la colocó en su hombro. “Es un problema,” mencionó, mientras caminaba hacia la sala.
“Espera, ¿qué haces—?”
“Wasshoi, wasshoi~”
“¡Mike!”
“¿Qué cosa?” Madara le sonrió, mientras la colocaba en el sofá y se sentaba a su lado. “No sé en qué andabas pensando~”
“…” Eureka rodó los ojos. Por un momento, había malinterpretado sus intenciones. “En fin. Debemos llamar a Katie, que anda muy preocupada por todo.”
“No entiendo por qué se complica tanto si sabe que entre Nejire y yo no hay nada.”
“No creo que sea eso lo que le moleste, realmente. Es más por esa manía tuya de desaparecer cuando se te antoja. Le preocupa que te pase algo, y aunque en Eastwood siempre terminas aquí, supongo que es peor cuando estás en el extranjero. ¿Cómo haces en esas ocasiones?”
“Usualmente… me voy al motel menos vistoso y más lejano de la locación o estudio donde andamos grabando.” Madara suspiró. “Pero no es lo mismo si no estás conmigo.”
“Acá tienes una cama caliente y comida a tu antojo, cierto.”
“¡No es por eso!” le reclamó. “Tú sabes bien a lo que me refiero.”
“¿Creo?” Eureka sonrió de lado. “No estoy segura. Tengo mis dudas.”

Madara se deslizó hasta acorrarlarla contra el sofá.

“Podría ayudarte a aclararlas,” mencionó Madara… y luego se partió de la risa. Eureka no pudo evitar unírsele: los intentos fallidos de Madara de hacerse pasar por un galán eran de lo más jocosos. “Haha~ Por más que intente, siempre sueno cursi.”
“Me alegra que estés consciente de ello,” le dijo Eureka. Luego, se levantó del sofá, haciéndolo a un lado. “Tengo que ir a dormir temprano, tengo una audición mañana.”
“¿Oh~? ¿Un musical, supongo?” mencionó Madara, siguiéndola al cuarto.
“Grease,” comentó Eureka, removiendo las sábanas de su cama. “Estoy apuntando a Sandy, sería mi primer papel principal,” mintió. Era cierto que audicionaría para Grease, pero nunca había pensado en Sandy.
“¡Mucha suerte!” la animó Madara. “Sé que te irá genial~”

Madara se dirigió al armario en busca de una muda de ropa. De reojo, Eureka observó a su amigo revisando el cajón que contaba con sus prendas de vestir, de donde sacó un polo y un jogger que vestía cuando se quedaba a dormir allí. Sin perder el tiempo, se dispuso a cambiar de vestuario allí mismo, y Eureka volteó la mirada, avergonzada. Aún no entendía por qué lo hacía si no había nada nuevo que ver.

Optó por distraerse con el pensamiento de que varias de las pertenencias de su amigo se habían quedado en su departamento: un cepillo de dientes, varios de sus colettes y ganchos de cabello, una taza, un netbook, algunos libros que leía en su tiempo libre, y la lista continuaba.

Era muy irritante.

“Eso espero,” respondió Eureka. “Hace tiempo que no intento ser tan ambiciosa.”
“¿Por qué?”
“…” Eureka se tragó las ganas de decirle la verdad: siempre elegía los papeles secundarios porque le permitía más libertad a la hora de ausentarse de los ensayos. Y eso sólo lo tomaba en cuenta porque necesitaba disponer de un tiempo para él. Sin embargo, también sentía que era su propia culpa. Nada le impedía elegir su propio bienestar antes que el de Madara, pero igual lo hacía. “No sé. Supongo que no confío tanto en mis habilidades,” le dijo, a la vez que se giraba a encararlo. Madara yacía sentado en la cama, revisando su celular sin mucho interés.
“Mm… Sé que me estás mintiendo, pero entiendo que tienes tus razones para ello.”
“Gracias por ser tan comprensivo,” mencionó, sarcástica. Madara rio.
“No entiendo por qué te molesta,” le dijo Madara, alzando la vista para observarla. “En serio no pretendo obligarte a decirme la verdad.”
“Sí, lo sé.” Eureka suspiró. Caminó hacia la cama, y tomó asiento al lado opuesto de su amigo. De reojo, notó que la batería de su iphone estaba a punto de morir. “Si quieres, tengo un cargador en la mesa de noche que está a tu lado.”
“Mm.” Madara asintió. “Buena forma de cambiar el tema,” mencionó, aunque le hizo caso y sacó el cargador del primer cajón. Se dispuso a conectarlo en el tomacorriente que andaba entre la mesa de noche y el estante de libros de su amiga.
“¿No que entendías mis razones para mentirte?”
“Sí,” dijo Madara, a la vez que regresaba a la cama. Se echó a su lado. “Pero sospecho que lo haces por mi bien, y eso no me gusta.”
“Nada pasa desapercibido para ti, al parecer.”
“Nope.” Madara sonrió. “En serio, Eu. No te limites por mi bienestar.”
“…Créeme, lo he intentado, pero no puedo evitar—”
“Prometo que no te voy a causar tantos problemas de ahora en adelante.”
“Siempre dices lo mismo.”
“Esta vez voy en serio.”

Eureka tuvo la intención de encararlo y seguir con la discusión, pero recordó las audiciones del día siguiente y la bilis y la rabia se disiparon. Asintió, sin muchas ganas, y se volteó a darle la espalda. Madara la abrazó por detrás, atrayéndola a su pecho.

Todo esto también formaba parte de la rutina: una promesa vaga que nunca se iba a cumplir y un abrazo de disculpas.

Eureka era la idiota más grande del mundo, al parecer.




(https://i.imgur.com/JkfuiQc.png) (https://i.imgur.com/JaHWcAg.png)


Souji le dedicó una mirada preocupada cuando la vio llegar con un café venti, gafas oscuras y el cabello desordenado. Y no podía culparlo: sabía que andaba muy desarreglada, todo por culpa de Madara. Había elegido el peor momento de la mañana para regresarse a su departamento antes de la conferencia de prensa, aún a pesar de su promesa idiota de no seguir complicándole la vida.

Eureka se unió al grupo de postulantes, saludando a Souji con un abrazo. Su amigo le sonrió de lado.

“Te ves terrible.”
“Gracias por la sinceridad.” Eureka suspiró, y le dio un sorbo a su café.
“¿Madara?” preguntó Souji, bajando un poco el volumen de su voz.
“…” Eureka asintió, hastiada. “Sí. Pero bueno, al menos llegué a tiempo.”
“Si quieres de ahí me cuentas todo.”
“No hay nada nuevo, realmente. Sólo que cada día aumentan mis ganas de mandarlo por un tubo.”
“Eso te escucho decir desde que te conocí.” Souji sonrió.
“No. Pero esta vez voy en serio.”
“Sí, claro.”
“¡Souji! En serio. Te tengo noticias.”
“¿Qué pasó?” Souji la observó, curioso.
“No voy a ser tu Betty.”
“¡La traición!” exclamó Souji, llevándose el dorso de la mano a la frente, una sonrisa divertida en su rostro. “¿Vas a audicionar por Sandy?”
“Creo que sí. Es hora de cambiar de rutina. Ya estoy harta de irme por los papeles secundarios.”
“Betty no era tan secundaria que digamos…” ofreció Souji, riendo.
“Cierto. Pero Sandy… bueno, cuando piensas en Grease, piensas en Danny y Sandy.”
“Nadie piensa en Betty o en Kenickie.” Souji suspiró. “Yo haré que eso cambie.”
“Buena suerte~” canturreó Eureka. “Sólo espero que Sho no se ponga celoso con la actriz de Betty.”
“Ah.” Souji pareció caer en cuenta de lo que significaba no tener a Eureka en aquel papel. De ahí, recordo que Sho se estaba acostumbrando poco a poco a lo que implicaba tener a un actor como pareja, y sonrió, enternecido. “Tranquila. No creo que se moleste por eso.”
“Aw~ ¿En serio?”
“Sí.” Souji asintió. “Bueno, ya vamos a cumplir medio año, así que tiene sentido.”
“Qué lindo~ ¡Cómo pasa el tiempo!”
“¡Sí! Ah, cierto, me olvidé de decirte—”
“¿Qué cosa?”
“Ten cuidado. Tengo un amigo que va a postular por Danny y sé que ustedes dos se van a llevar de lo peor.”
“Lo dudo, Souji. Igual, ¿cuáles son las posibilidades de que los dos obtengamos esos papeles?”
“Digo, no más.”
“Buenos días,” saludó la productora a todos los presentes, interrumpiendo varias conversaciones como la de Souji y Eureka. Los dos se giraron hacia ella para prestarle atención. “Mi nombre es Marie Kusumi, y soy la productora de este relanzamiento de “Grease”. Gracias a todos por su presencia. Vamos a proceder a realizar los calentamientos. Seguidamente, iniciaremos con la audición. Nuestro director, Alma Karma, y nuestro coreógrafo, Yuu Kanda, los guiarán con unos pasos y observaremos la destreza y habilidad de cada uno. Comprendo que hay varias caras conocidas por ahí—” mencionó, cruzando su mirada con la de Souji.
“Me olvidé que eras amigo de la productora,” comentó Eureka, por lo bajo.
“Sí.”
“Y me alegra que varios actores y actrices de renombre apliquen para la diversidad de papeles de la obra. A todos ustedes, les deseo la mejor de las suertes.” Marie le sonrió a todos.
“¡Buenos días a todos!” saludó Alma, emocionado. “Es un placer tenerlos con nosotros. Como Marie ya explicó, empezaremos con los calentamientos y la primera selección. De allí los dividiremos por papeles, donde cada uno pasará al frente a presentar la canción de su personaje junto a otro postulante. Allí se dará la segunda selección. Finalmente, los que queden tendrán entrevistas personales conmigo. ¡Les deseo la mejor de las suertes!”

Los calentamientos iniciaron sin mucho problema y, como estaba programado, se continuó con la primera selección, donde Souji y Eureka, junto al resto de postulantes, imitaron los gráciles pasos de Alma y Yuu. Los dos amigos clasificaron, y luego, partieron con rumbos distintos, Souji al grupo de los postulantes para Kenickie y Eureka al grupo de las postulantes para Sandy.

La obra contaba con mucho peso: Alma Karma era un director de renombre, y por ello, todos los postulantes tenían cierto nivel de actuación, canto y baile. Eureka se sentía un tanto intimidada por ello, pero agradecida y orgullosa de sí misma por haber pasado la primera valla.

Esperó tranquila mientras el resto de jóvenes pasó al estrado a recitar unas cuantas líneas y presentaron parte de las canciones de sus personajes. Para Danny y Sandy, Alma había propuesto que se turnaran las audiciones entre los postulantes, puesto que varios habían pensado en cantar “Summer Nights” y necesitaban a un compañero para aquel dueto, así como coros. Alma se había ofrecido a cantar los coros, pero planteaba aquel sistema de audición para observar la química entre algunos postulantes.

Un actor resaltó entre todos al pedir que le pusieran la pista de “Grease Lightnin’”, a diferencia del resto. Alma aprobó su pedido, y él, junto a varios de los postulantes, le hicieron los coros.

Eureka se vio a sí misma coreando con el resto. Sin querer, había caído en la trampa de aquel actor. Su energía y su carisma habían logrado que todos los presentes se unieran a su canto, por más de que muchos competían con él por el mismo papel.

Eureka pensó para sí misma que ese era el tipo de gente del que debía cuidarse. Madara tenía ese mismo don y habría sido una persona de temer, de no ser porque lo conocía de toda una vida.

Luego de aquella audición, el resto pasó desapercibido. Aquel actor había opacado al resto de postulantes para Danny: Eureka estaba segura de que él quedaría para el papel.

Cuando llegó su turno, Eureka corrió al escenario, hecha un manojo de nervios. No podía evitar sentirse un tanto preocupada, siendo esa la primera vez que postulaba a un papel principal. Más aún, con la presión de cumplir las expectativas que había dejado aquel “Danny”, puesto que no se veía lo suficientemente capaz de cautivar al público como para invitarlos a cantar con ella.

“Tu nombre, por favor.” Alma le sonrió desde la mesa del equipo, a unos metros del estrado. A su lado, estaba su pareja y coreógrafo, Yuu Kanda; la productora, Marie Kusumi y la directora de arte, Anemone Sollel.
“Eureka Starphase,” les dijo.
“¡Gracias por venir, Eureka!” dijo Alma, emocionado. “¿Qué vas a cantar?”
“Summer Nights.”
“Descuida. Te conseguimos un Danny—”
“Yo puedo acompañarla, si gustan,” dijo el actor carismático, y salió de la multitud para subir al escenario con ella. “No hay problema,” afirmó, con una sonrisa.
“Oh, bueno, gracias, Oikawa.”
“Alma, ¿no deberíamos permitir que otro postulante haga la parte de Zuko?” sugirió Anemone.
“¡Tranquila! Tengo un buen presentimiento de esto,” le aseguró Alma, y se volvió a girar hacia el micro. “Bueno, les haremos los coros y las intervenciones de otros personajes como en casos anteriores. Suerte, Eureka.”

La canción inició, y Eureka aprovechó la parte instrumental para agradecerle a… ¿Oikawa? Así lo habían llamado.

“Muchas gracias,” dijo ella, en voz baja.
“De nada~” Oikawa le sonrió. “No lo arruines, no más.”
“¿Perdón?”
Summer lovin, had me a blast…

Eureka no tuvo otra opción que entrar a tiempo y hacer a un lado su indignación, cantando su parte a la perfección y adoptando la actitud inocente de Sandy. Por dentro, sin embargo, quería partir en cincuenta a aquel tipo arrogante que andaba presentando el dueto con ella.

Sólo esperaba que Alma y su equipo no notaran su disgusto.




(https://i.imgur.com/JkfuiQc.png)


Eureka estaba segura de que aquel dueto había cavado su tumba, si bien había conseguido llegar a la etapa de entrevistas personales. Era imposible que Alma y el resto de su equipo no se percataran de sus ganas de estrangular a Oikawa, quien se le había hecho la persona más arrogante de aquella audición. En un inicio, había contemplado la posibilidad de haber escuchado mal, pero lo cierto era que luego de la canción, su colega había hecho otro comentario despectivo respecto a su performance, dándole tips como si se tratara de una verdadera novata.

Pero Eureka sabía de etiqueta básica y sólo se mordió la lengua y le sonrió de vuelta. Sintió, sin embargo, que parte de esa energía negativa se había manifestado en su entrevista con Alma, y eso la apenaba un poco.

Por ello le sorprendió recibir una llamada de Marie confirmándole que había conseguido el papel.

“¡Muchas gracias! Ah, qué emoción~”
Felicidades.
“Tengo una consulta, por cierto.”
Sí, por supuesto.
“¿Quién… quedó para el papel de Danny?”
Oh, claro. El actor que quedó como Danny fue Tooru Oikawa.

Ah.

Tenía sentido.

Qué mala suerte, realmente.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Mimi Tachikawa on December 31, 2018, 02:36:13 AM
Yo tambien ando con la inspiracion y pues me uno xDD

(https://vignette.wikia.nocookie.net/symphogear/images/0/08/Tsubasa_Live_GX.png/revision/latest?cb=20170723014132&path-prefix=es)

Era un nuevo dia de trabajo en la vida de Tsubasa Kazanari, aunque el dia de hoy era un dia especial ya que era su cumpleaños numero 23, desde los 16 años Tsubasa habia ingresado al mundo de la música, era muy popular y muy querida por sus fanáticos, ya que a pesar de su complicada agenda siempre se daba tiempo para responder los mensajes de sus fanáticos por Twitter e Instagram, ademas que siempre se quedaba a firmar autógrafos hasta que terminara la larga cola de fanáticos. Solamente tenia un dia donde solo se lo dedicaba a ella y esta era el dia de su cumpleaños.
Se encontraba durmiendo en su habitacion, cuando la puerta se abrió y las cortinas de las ventanas se corrieron para que la luz del sol alumbrara aquella limpia y pulcra habitacion

Tsubasa-sama ya es hora de que despiertes…- un joven de cabellos castaños rubios amarrados en una coleta y vestia ropa de mayordomo le movia suavemente para despertarla-

Uhm??...- la joven peliazul abria los ojos lentamente- Miyauchi-san…buenos días…-

Que tengas un muy feliz cumpleaños…- le dijo con una suave sonrisa y le dio una pequeña bolsa de regalo-

Muchas gracias…siempre acordándote de mi cumpleaños…- dijo cogiendo el regalo y lo abrió, cuando vio que era un broche en forma mariposa- es muy hermoso…me lo pondré ahora mismo…-le dijo emocionada-

De nada…solo es un pequeño detalle…- le dijo mientras empezaba a llevarse las sabanas-como todos los años el dia de hoy no hay nada en la agenda, asi que puede tomarse todo el dia para hacer lo que mas quieras…-

Muchas gracias por hacer también de mi agente porque en verdad no puedo confiar en nadie mas que en ti…después de la muerte de mis padres, eres la persona mas importante en mi vida y no seria la persona que soy si no estuvieras aquí a mi lado-

No soy digno para tantas palabras de afecto Tsubasa-sama pero siempre hare lo mejor que pueda para que seas feliz haciendo lo que mas quieres…-

Y te lo agradesco mucho…- sonriéndole suavemente-y Hajime ya se levanto??-

Hajime-sama se encuentra preparando el desayuno para su querida hermana…-

Le dije que íbamos a comer los tres afuera…-suspiro pesadamente- pero como siempre le gusta hacer las cosas de esa manera…bueno después de tomar el desayuno saldremos a pasear por la ciudad deacuerdo?-

Esta bien…entonces preparare el auto y me cambiare para poder acompañarlos a los 2 sin llamar mucho la atención…-

Muchas gracias ahora si me cambiare…-

En la cocina se encontraba Hajime el hermano menor de Tsubasa que tiene 17 años, al igual que Tsubasa, Hajime era un idol aunque este pertenecia a un grupo a diferencia de su hermana que era solista, Hajime al igual que Tsubasa fue bendecido con una hermosa y angelical voz, muchas veces las agencias querían tenerlo como solista pero el joven no queria y queria seguir con sus amigos, también adoraba a Miyauchi como si fuera su padre ya que él los crio a ambos.

Tsubasa finalmente se acerco al comedor ya estaba vestida con ropa casual y una gorra de color azul con lentes oscuros para no llamar la atención

Y asi parece que fuera yo??...- dijo observando a su hermano que terminaba de servir el desayuno- buenos días querido Hajime…-

Oneechan!! Feliz cumpleaños!!! Y si te ves irreconocible…-corrio a abrazarla- feliz cumpleaños!!-

Le devolvió el abrazo afectuosamente- muchas gracias querido hermanito…- le dio un beso en la frente- te dije que íbamos a salir desde temprano-

Pero queria hacer el desayuno ya que pocas veces podemos estar juntos como familia debido a los complicados horarios que ambos tenemos, y queria prepararte algo especial por ser un dia especial…-

Muchas gracias…lo aprecio de todo corazón..tienes razón… mañana tengo que participar en una miniserie como invitada y tu comienzas tu gira con Ra*bits…- se quito la gorra y los lentes y los dejo a un lado- tengo muchos planes para hacer los tres…-

Miyauchi también apareció en escena y ya no vestia el traje de mayordomo sino vestia con ropa mas informal claro que el cabello lo tenia amarrado

Hajime-sama yo iba a servir el desayuno asi habíamos quedado-

Pero Miyauchi-san también es tu dia de descanso y como trabajas mucho por ambos al menos yo podía hacer esto…asi que me perdonas??-

Claro que lo hare…-le dijo sonriéndole-

Es verdad también es el dia de descanso de Miyauchi-san y como familia los tres tenemos que relajarnos mucho y que mejor que ir a la playa…-

Es una buena idea oneechan…entonces debere de preparar algo para comer y los trajes de baño y las toallas…-

Pero Hajime…-

Nada de peros oneechan tenemos que ahorrar y no podemos darnos el lujo de comer en la calle…-

Esta bien…-dijo con una gota en la cabeza, cuando el teléfono sono- disculpen un momento voy a contestar, se alejo del lugar y contesto- alo?

Tsubasa!! Feliz cumpleaños!!!! Espero que tengas un espacio para reunirnos y celebrar como se debe tu dia no??

Maria-san…muchas gracias por tus saludos, pero no estabas en la grabación del live-action del manga de Fruits Basket?-

Lo estoy, pero pedí que mi dia libre sea el dia de hoy para poder estar contigo en tu cumpleaños…aunque me dijieron que no, al menos tengo espacio libre para hoy en la noche ya que mañana descansaré-

Uhm…a que hora de la noche?-

Supongo que a las 8 de la noche, estare preparándote una gran sorpresa y mas te vale que vengas porque sino no te lo voy a perdonar, no te preocupes por la prensa que les pedi a la gente de mi agencia que arregle todo para dar información falsa y asi que no nos molesten en este dia especial para ti…-

Bueno esta bien ire…va a ser en tu departamento?-

Pues claro…no podemos ir a lugares que llamen la atención…-

Tienes razón…entonces nos vemos a esa hora…-

Muy bien…nos vemos a esa hora y saludos a Hajime e Ichirou-san!!...- colgó-

La peliazul suspiro pesadamente-

Quien era ¿?Maria-san??-

Si, solo queria saber si podía reunirme con ella y pues le dije que si porque ya sabes como es ella si le digo que no es capaz de secuestrarme…-

Es cierto-rio divertido- entonces iremos a la playa un momento a relajarnos y luego llegamos temprano a casa para que te alistes y puedas ir donde Maria-san…-

Pero y nuestro tiempo juntos?-

Vamos a pasar varias horas juntos asi que no hay problema oneechan es tu cumpleaños y también debes de verte con los amigos que te quieren mucho-

Por eso te quiero mucho Hajime por ser un hermanito tan lindo…- le acaricio suavemente los cabellos.
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Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on December 31, 2018, 12:30:38 PM
Bienvenidas chicas, que disfruten fickeando aqui harto! <3


( 4 ; a )

Esa noche a Yoh lo arrastraron miserable hacía Ley, que es uno de los tantos pubs de moda en la ciudad. Vestido con una camiseta negra sin mangas y un jean bombilla, el bastardo brilla con elegancia atrás de los cabellos desordenados. “Chino bastardo” le oyó maldecir a Badou alguna que otra vez, más cuando acapara la sonrisa de Reika.

“¿Qué quieres para beber?” preguntó el barman al gruñón de Yoh, quien se sentó en la barra.
“Con suerte y termino una birra” dijo con una ínfima sonrisa.  Normalmente escogería un asiento bien lejos de cualquier humano con aspiraciones a iniciar una conversación con él, pero el calor del lugar lo hizo elegir un sitio bien cercano al único aire acondicionado, que para su desgracia queda detrás del mozo.
“¿Y si invito algo más fuerte y costoso?” inició la charla una mujer de treinta a treinta y cinco años, con maquillaje suficiente para preferir el calor insoportable al espantoso perfume.
“Mejor empiezo mi abstinencia total de alcohol. Dame algo sin nada, un energizante” la ignoró total.
“¿Qué crees que haces?” levantó la voz alentada por la bebida acabada en la copa de cristal.
“Señora, haga silencio. Entre sus griterios, el perfume barato que usa y los parlantes de quinta categoría de Ley me estoy muriendo” expresó cansado del trabajo, de ser arrastrado por sus amigos y de lo vivido ese día. La chica que conoció, específicamente sus grandes ojos como el cielo, lo atormentan como sombras por alguna extraña razón. 

La mujer con el autoestima por el suelo sujetó la copa de cristal y la lanzó contra la barra, el objetivo es Yoh pero lo esquivó rápido debido al acostumbramiento de tener amigos borrachines e impredecibles. 

“Aquí no se puede pelear” la seguridad de la puerta arrastró a la mujer fuera del establecimiento y Yoh respiró de alivio, viendo el lado bueno logró entretenerse por unos cinco minutos.

Volviendo al pensamiento que lo atarea, penso en helado crema del cielo y susurró “sabroso” casi sin pensarlo. <- Lo que pasa cuando los niños buenos saltan sus comidas.

En fin, ya sentado en el sitio privilegiado donde el aire fresco del aire le da, decidió sacar el celular y fijarse en facebook si algún conocido reconocía a la extraña y desquiciada niña, por que claro, ignora que de hecho Erio es ya toda una adulta no hecha ni derecha pero por ahí anda.

“Hombre, al menos te hubiera mojado o que se yo” al lado de él cogió el lugar otra señorita, aunque esta sonrió amable.
“Iwasawa, bienvenida” la saludó el cantinero, trayendo una lata grande de energizante para Yoh, junto a un vaso. “¿Quieres lo de siempre?”
“Sí, el primer grupo telonero se retrasó y bueno, tengo tiempo” la voz suave y tranquila de la mujer lo dejo a gusto. ¡Las demás mujeres con las que se topa deberían aprender de ella!
“Ser rockero ya no es rentable” sonrió detrás de la barra el sujeto. “Ahora traigo el café, Iwasawa”.

Yoh la miró de reojo, bastante intrigado por ella.

“¿Buscas a alguien?” señaló el teléfono, que se encuentra en la página de búsqueda en Facebook.
“Sí, una niña bastante excéntrica” respondió con honestidad.
“¿Eh—?” la curvatura en los labios de Iwasawa hizo que la interrumpiera antes de terminar de formar una oración.
“La chica olvidó una compra donde trabajo” apresuró en decir.
“Ya veo” contempló pensativa “¿eres Komiyama Yoh?  Si me dices alguna forma de reconocerla le diré que la buscas”.
“Mn” pensó “cabellos y ojos como el cielo, destellan y las pupilas son penetrantes, creo que si te sientes calada hasta el alma por su mirar… es ella” pronunció “¿cómo sabes mi nombre?
“Eras un poco famoso en el mundo deportivo, el básquet, creo. Intentaré estar atenta a la chica pero con esa descripción tan vaga… “
“Es que no entiendes, si la encuentras sabras que es ella porque asi es” suspiró y luego bebio de un trago el líquido en el vaso, estrellando el vidrio contra la barra “ella es notable a primeras. Te aseguro eso”.
“Ok, ok. Soy Iwasawa Masami. Trabajo de telonera en varios lugares con una banda, Girls Dead Monster, espero verte por aquí seguido” el mesero trajo el café que ordeno, con hielo y lo bebio rápido. “Nos vemos, Yoh”.

Sin despedirse apropiado, Yoh suspiro pesado. Las mujeres alrededor de él siempre son raras. Sí, definitivo.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on February 23, 2019, 06:49:53 PM
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on February 27, 2019, 11:00:05 PM
Tengo que editar y hacer topes omg ;_;

Despertó aturdida, algo ya de costumbre. Tardó unos minutos en recordar donde se encontraba y con torpeza se levantó de la cama para asomarse por la ventana. Estaba en la habitación de huéspedes del apartamento de Sakuya y afuera las luces de la ciudad todavía alumbraban y apenas se veían unos autos por la calle.

La ansiedad que usualmente la acompañaba por las madrugadas estaba ausente. Nunca se acostumbró a dormir en hoteles y hasta el momento no tenía su propia residencia permanente. Se la pasaba de un lado a otro y el departamento de Sakuya era lo más cercano a un hogar que tenía en Eastwood.

Revisó su teléfono, eran las 4:28 a.m. Tenía varios mensajes, eso no era sorpresa, pero el único que le interesó fue el de Tasuku Kurosaki invitándola a tomar un trago por la tarde. No le pareció rara la hora, Tatsu usualmente se levantaba después de las 12 después de pasar la mayoría de sus noches ocupado con su guitarra.  Sheryl no dudó en aceptar la invitación, Kurosaki le agradaba bastante y supuso que el guitarrista estaba inquieto ante la situación de Sakuya.
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No era raro encontrar celebridades en los bares de Eastwood. Era una de las capitales del entretenimiento y los famosos, como cualquier mortal, necesitan un buen daiquiri de vez en cuando.

El Bling Ring era un bar sencillo pero querido entre los rockstars y otros VIP. Cuando Sheryl entró los aullidos del dios dorado conocido como Robert Plant salían de la rocola. Con el vestidito rojo de satín que llevaba llamo la atención de un par de conocidos y otros desconocidos. Saludo de lejos a los que conocía y se dirigió a la mesa de siempre.  La misma mesa donde su padre solía sentarse con su banda y donde los integrantes de DeVils se solían sentar ahora.

Ahí estaba Tesuku Kurosaki, con lentes oscuros y su típica chaqueta de cuero, tan sensual y peligroso. Sheryl no negaba que se sentía atraída por él, pero había una regla implícita en el mundo de la música donde no salías con la hermana de uno de tus compañeros de banda.

-¿Sakuya te dejó salir de la casa así?- preguntó Tesuku con un cigarrillo entre los labios.

-¿Qué? ¿No te gusta?

Tesuku solo gruñó. Que Sheryl coqueteara con él lo ponía en una situación muy incómoda.

-¿Quieres tomar algo?

-Una copa de rosé estaría bien.

-No sé si tienen esas cosas de princesas por aquí- gruñó Tesuku antes de llamar al bartender -¡hey! Una copa de rosé y  otra pinta de Guinness por aquí.

Cuando llegaron sus bebidas ambos bebieron en silencio. Tetsu parecía en su ambiente con su cerveza oscura en la mano y escuchando la energética melodía de Crazy Train de Ozzy Osborne. Para Sheryl esta reunión era casi como traicionar a Sakuya, pero sabía que Tatsu dejo ir su oportunidad de volverse solista y sintió que le debía  una explicación por lo menos.

-¿Quieres hablar de lo Sakuya?

-Mjm- el rubio encendió un cigarrillo –es cargante que no sea sincero con nosotros.

-Yo creo que toda la situación es injusta para los cuatro- Sheryl empezó a juguetear con la caja de cigarros de Tetsu –Sakuya los quiere mucho y disfruta mucho tocar con ustedes pero bueno… conoció a alguien y quiere casarse.

Tesuku Kurosaki nunca trato tanto de mantener su “cool” hasta ese momento. Alzo una ceja y vio a Sheryl fijamente a través de sus lentes oscuros. Espero un momento en silencio esperando a que la rubia rompiera en una carcajada confesándole que todo era una broma. Secretamente Tatsu mantenía la teoría de que Sakuya tenía alguna enfermedad terminal, a lo Freddie Mercury, y que deseaba alejarse del mundo del espectáculo para que sus fans no presenciaran su caída. Pero nunca imagino que Sakuya quisiera casarse.

-Es la nueva compositora de la banda…- continuó Sheryl –tienen como 8 meses viéndose de esa manera.

-Así que… esa chica. Nunca me lo hubiera imaginado. Vaya líder, nos deja por una mujer y encima tiene la audacia de ocultárnoslo.

-Ya sabes cómo son las cosas… ella es tímida a morir.  Y conociendo a las fans de Sakuya, la destrozarían en mil pedazos. El solo quiere protegerla a ella y a ustedes.

Tesuku aun procesaba todas esas palabras. ¿Resentía a Sakuya por querer casarse? Definitivamente no. Lo que le dolía era que Sakuya no se lo hubiera contado a él personalmente. Sin querer apretó el vaso con la cerveza oscura hasta que sus nodillos se volvieron blancos. Solo la cálida sensación de la mano de Sheryl sobre la suya lo sacó de ese trance.

-¿Crees que por lo menos nos invite a su fiesta de compromiso?- bromeó al final. Era raro en él, pero en ese momento era lo único que pudo hacer.

-Pues claro, yo misma estoy organizando una pequeña recepción.

-Creo que me harán falta un par de pintas para poder entender bien todo- admitió el.

-¿Quieres que te acompañe a tu apartamento hoy?

Bajo otras condiciones Tesuku hubiera rechazado la pecaminosa preposición de la rubia. Pero esa noche no pudo resistirse. Por supuesto, su intención no era la de vengarse de Sakuya acostándose con su hermana pero…

-Sakuya no puede saberlo.

-Por supuesto que no- aseguró ella guiñándole el ojo de manera coqueta –Nunca lo sabrá.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on March 23, 2019, 11:27:44 PM
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on April 30, 2019, 06:46:55 PM
🌊🌊 Olitas del mar! 🌊
Presentando a Hikawa y Kuwabara  :)


( 4 ; b )


"Parece que tienes problemas" alguien lo abrazo por los hombros "bebé, deja que mami te de tus medicinas"
"Kuwabara mejor que te apartes o yo…" Yoh lo miro por el rabillo del ojo y frunció las cejas. "Qué raro que tu novio este desaparecido esta noche".
"Va a escuchar el palpitar de mi corazón y va a venir corriendo. ¡Lo apuesto!”

Escéptico el otro muchacho bajo la vista hasta la cremallera de Kuwabara y los misterios del mundo se revolvieron o casi.

“Asco” repitió varias veces en voz baja y volvió la vista al vaso de cerveza “mierda, el llamado que haces a Hikawa es un asco”.
“Ajá, el viene siempre con mi palpitar” contesto con una sonrisa.
“Mejor me voy, tanto marico por aquí me da repelús. Hay boliches homos”.
“¿Qué? ¿Quieres probar?”
“¡Por supuesto!” cuando Yoh sonrio de manera espeluznante, Kuwabara supo de inmediato que si sugería algo así una vez mas iba a ser un castrato. 
“Bien, bien… el infeliz de Hikawa se perdió. El trabajo lo tiene ocupado”

El hombre tomo asiento al lado de Yoh y ordeno al dueño rápido una bebida.
 

“Me preocupas tu, enseñando a niños jóvenes. ¿Tu rabo distingue entre lo que está bien o no?”·
“Tengo a Hikawa” masculló el rubio “es el único que me importa”
“Creo que lo sofocas”
“En lo más mínimo. En cualquier momento llegara un mensaje de el e iremos a un hotel”
“Mucha informacion” suspiro desganado “a mi me importa poco y nada tus amoríos con Hikawa. Me conformo con que no te quedes ebrio, estires tu trucha de más y persigas a cualquiera apestando a mal aliento. Es decir, evita hacerme pasar vergüenza Kuwabara”.
“Algo imposible” alguien rio en voz baja atrás de ellos dos “Kazuo es bueno en eso” el humo a cigarro volo entre los dos sentados y Kuwabara de un salto abrazó a la persona que llego.
“Te eperaba Hikawa” lo beso en la mejilla, apunto a los labios pero el contrario giro el rostro.
“Estoy fumando” lo salvo de una quemadura segura.
“¿Bebes con nosotros?” preguntó su pareja, Yoh ya se bajo el vaso y pidio otra, por su lado a Kuwabara recién le alcanzaron el alcohol.
“Esta sera mi última, quiero dormir. Tengo trabajo mañana y debo encontrar a una pendeja que se olvidó sus mangas gays en mi tienda”
“¿Cómo es?” preguntó curioso Kuwabara, la idea de que Yoh Komiyama, el tempano glacial, el hombre más frío del mundo, se interesara en alguien debía ser un suceso inesperado.
“Una chica de cabellos y ojos raros, estatura promedio o un poco más baja, era rara…” no al mismo nivel que Kuwabara pero si rara.
“Explicate más” tomo asiento en la barra Hikawa, muy cerca del acompañante y le robo la bebida, junto al cenicero.
“Como el cielo, la gama de colores de ella eran como el cielo y brillantes, me parecio rara… dijo algo de modelo perfecto”
“Quizas es una loca que hace doujinshi o una acosadora, si es así volverá” contestó Hikawa.
“Espero que no y menos cuando este en la tienda Badou o las cosas serán peores”.
“¡Mierda! Eso va a estar interesante” sonrio Kuwabara.

El más joven de los cuatro dejo lo que debía sobre el mostrador y se levanto del asiento, después de todo Yoh ya pocas veces disfrutaba de fiestas y cada vez más le empezaron a gustar cosas serenas como ver Netflix los fines de semana y evitar a toda costa al sexo opuesto.

“Nos vemos chicos” se despidió Yoh y los dos hombres le correspondieron.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on April 30, 2019, 09:58:31 PM
[spoiler]


Cargando una hora de sueño, decidió salir al mundo. Un desastre: mal maquillada y con sólo una muda de ropas… ¿cómo había llegado a este punto? Se colocó unas gafas que encontró en el armario y salió con prisas hacia la avenida. Hoy le tocaba trabajar como modelo para una marca de perfumes y a la tarde asistiría al Húngaro Ganessa, por esta semana trabajaría allí como favor a los directivos.
Peino como pudo el cabello rebelde y dejó la piel libre de maquillaje, las chicas en el camerín se encargarían de dejarla perfecta. Lo que más le gustaba de su trabajo como modelo independiente era eso, hacer lo que quisiera, cuando lo quisiera hacer y que la maquillasen maravillosamente.
 
—Sacaré turno para un spa —susurró antes de encaminarse al parking donde dejó el coche.
 
Los cabellos pelirrojos de ella se movían con suavidad y el elegante andar de la joven sacaban a relucir tanto su estatus social como profesión, por todas partes del delicado y bien formado cuerpo de Habin salía la palabra “especial” y, de hecho, lo era.
 
—¡Habin nim! —escuchó desde uno de los costados de la cochera.
 
Ella vivía en la zona más lujosa de todo Eastwood, en un apartamento que compro con los trabajos que realizaba para una revista de moda así que debía compartir garaje con los demás inquilinos del inmueble: grave error; después de ir a un pub a pasar el rato y beber hasta el amanecer, decidió acostarse con un universitario de diecinueve años que la perseguía por todos lados… ¡ni recordaba su nombre, solo el apodo!
 
Aceleró el paso y casi consiguió entrar al convertible, casi…
 
—¡Habin nim! —repitió atrás de ella y la mencionada giró suavemente.
—¿Qué quieres? —le dijo— tengo trabajo…
—Lo siento es que… —el chico estaba nervioso, se notaba como temblaba— no respondes ninguno de mis mensajes.
 
Lo aterrador era que ella nunca le dio su número ni la dirección en que vivía, aunque al teclear su nombre probablemente estuvieran puestos sus datos en cualquier página.
 
—¿Por qué debo responder?  —se acercó a él y le colocó una mano en el hombro—. Escucha… lo nuestro no fue nada, un revolcadon de fin de semana. ¿Entiendes?
 
El chico se quedó descolocado unos segundos antes de articular alguna respuesta.
 
—Pero —soltó y ella inmediatamente lo interrumpió.
—Lo siento, nada de lo que digas ni hagas cambiará mi opinión —suspiró pesadamente—. Gracias por todo y hasta nunca.
 
Si Jang Do Hyun hubiera sido un chico normal, de personalidad pacífica y en lo absoluto un acosador, se hubiera detenido… pero no, no fue así y lo que siguió fue que una vez Habin se subió al coche, él se dedicó a animarse para proseguir con lo que consideraba su amor predestinado.
 
 

En la casa de las Miyamoto todo era un caos, el reloj marcaba las uno y media de la madrugada y Yuma había mensajeado para avisar que ya habían terminado y que se irían a un bar; Fumi le había prometido a Habin presentarle a Shibari y no quería faltar a su palabra, también deseaba saludar a la tomboy y al pelirrojo, ellos habían sido sus dos mejores amigos en USA.
 
Musashi acababa de llegar de su trabajo en el Lily Fitness Club y fue asaltada rápidamente por la mayor de ellas, Fumi.
 
—¡Habin llega en quince minutos y los gemelos duermen! —gritó rápidamente, mientras seguía maquillando su rostro, hacía tiempo que dejó los delineadores y los lápices labiales—.  Siento tener que dejarte todo, la cena está en el horno, Musashi.
—Tranquila —respondió la otra, dejando sus cosas sobre un mueble y los zapatos en el recibidor—, los niños dormirán hasta tarde. ¡Me encargaré de todo! Hehe~
 
 
Los nervios estaban de punta y cuando terminó de maquillarse y vestirse, salió a prisa del departamento. Hoy había elegido llevar uno de sus antiguos atuendos, un vestido de encaje corto, que se ajustaba a la cintura con un lazo de matiz vino, al igual que todo el conjunto, y caminó con prisa hasta fuera.
 
Las imágenes los tres amigos de Yuma vinieron a la mente e intentó recordar las características de cada uno: Eiji llevaba puesta la banda de líder y se lo imaginó cómo sería con cinco años  más. ¿Tendría líneas de expresión? No, aún era relativamente joven para eso; ¿llevaría el cabello de rojo?... sí… su distintivo y algo que no dejaría tan fácilmente aunque la piel trigueña de él desencajara con el rojizo del tinte. La siguiente fue Kon, ella probablemente no hubiera crecido ni un centímetro pero, ¿seguiría tan cool como cuando ambas se emborrachaban? ¿habría conseguido novia? La idea la llenaba de entusiasmo, podían hablar de todo y ponerse al día en seguida; después recordó a xxxxx y xxxxxx, imposible mencionar a uno sin el otro, ojalá no estuvieran peleados o el mundo se vendría abajo.
 
En la avenida Habin le tocó bocina para alertarla de la ubicación y rápidamente divisó el coche de ella.
 
“Oh, you let your feet run wild
Time has come as we all
Oh, go down
Yeah but for the fall oh, my
Do you dare to look him right in the eyes?
Yeah”

—¿La hora sad? —le sonrió para saludarla y la otra rió tranquilamente—. Eso empieza como a las ocho, cuando te despiertas en casa ajena y con un ogro a tu lado…
—Perdón por evitar “the longest wave”, cari —dobló el rostro en dirección de la recién llegada e inclinó la cabeza, haciendo que sus labios se contrajeran un poco, como pato—. Vamos. ~
 
“Because they will run you down
Down till the dark
Yes and they will run you down
Down till you fall
And they will run you down
Down till you go
Yeah so you can't crawl no more”

Los parlantes reproducían una canción de Kaleo, la voz tranquila y potente del vocalista con la explosión de sonidos y la buena combinación del rock blues le encantaba a ambas. Reconoció al instante la canción al abrir la puerta y dejó que “way down we go” penetrase por cada poro del cuerpo antes de subir.
 
Los tacones de cinco centímetros le hicieron trastabillar y rápidamente colocó el bolso sobre sus rodillas y miró de reojo a la pelirroja que emanaba un aura de gloria y glamour que sólo en sus mejores sueños podría alcanzar ella. Las hebras rojizas de Habin resplandecían como si fueran gemas de la mejor calidad y terminaban por ondularse en las puntas: la perfección según sus estándares de belleza.
 
“And way down we go, go, go, go, go
Way down we go, go, go, go, go
So way down we go, go, go, go
Because they will run you down
Down till you fall
Oh, way down we go”

—¿Te maquillaste? —fingió sorpresa abriendo  los ojos como platos—. ¿Sabes maquillarte?
—Tanto como tú de cocina —dijo en tono irónico. Sabía lo básico y eso significaba… nada.
—¡Mujer! —ofendida le tendió un labial borgoña mate que hacía juego con las prendas de Fumi— pero no te queda con ese cabello —la obligó a deshacer el peinado  alto y dejar libre su melena rosada, cuando estuvo ya conforme con la apariencia de su amiga, recién encendió el coche y se alejó de la casa pisando el acelerador a fondo.
 
Habin traía sobre el tablero del vehículo  el celular y varios paquetes de cigarrillos y algunos sueltos, junto al encendedor comprado en el mismo sitio que lo otro, normalmente se olvidaba el suyo en casa.
 
“Father did you miss me?
I've been locked up a while
I got caught from what I did but took it all in style
Laid to rest all my confession I gave way back when
Now I'm versed in so much worse, so I am back again
And he said”

Una nueva melodía sonó estrepitosamente y las melenas de ambas jóvenes comenzaron a moverse al ritmo de la guitarra.
 
“For the lines that I take, I'm going to hell
For the love that I make, I'm going to hell”

 
—¿Going to Hell?
—¡Going to Hell! —confirmó la conductora que sonreía de oreja a oreja, haciendo playback de la voz tan característica de Taylor Momsen—. ¿Y bien?
—¿Qué? —la miró mientras la otra seguía atenta al camino.
 
Cuando Habin se lo proponía llegaba a ser más misteriosa que las tramas de películas dirigidas por Ingmar Bergman y esta noche no tenía ganas de analizar las actitudes de ella pero, cuando comenzó la nueva canción, supo que la mierda se había prendido y estaba lista para romper el jodido pub con su todo su erotismo.
 
La vio mejor y se dio cuenta que traía un hermoso vestido con abundante escote y trasparencias en los lugares adecuados para no caer en lo vulgar.  El negro resaltaba cada curva del cuerpo y estaba segura que en la parte trasera, ahora apoyada en el asiento de conductor, estaba igual de dotada y perfecta.
 
“For the way I condescend and never lend a hand
My arrogance is making this head buried in the sand
For the souls I forsake, I'm going to hell

Gettin' married to the devil, you can hear the wedding bells”

—Jez…, querida… —exhaló aire tratando de concentrarse en las calles congestionadas de fin de semana de joda— más te vale que entre tus amigos haya uno ‘partible’ o moriré.
—Pues… ¿puedes partirles los instrumentos? —trató de ocultar el nerviosismo, estaba convencida de que ninguno de ellos se impresionarían de la belleza de Habin porque ellos habían teniendo contacto regular con alguien tan increíble como su mejor amiga.
—Mierda —masculló—, ¿son costosos? Si es así puedo conformarme.
—¡Ah! Tienen un nuevo integrante, algo de Shiro —pronto recordó al miembro que habían reclutado después que ella dejó California, no lo conocía y tampoco estaba convencida de que fuera guapo pero Yuma lo llamo “hombre de pocas palabras” y “siniestro”… quizás Habin agarraría interés en él—, es albino…
 
Como respuesta la que manejaba comenzó a tararear el tema que seguía reproduciendo el coche.
 
“Back to these backdoor bitches begging me to behave
Jamming Jesus down my throat note
I don't want to be saved
Ain’t a chain on my brain I'm nobody's slave
I got one foot in the cradle and one in the grave"

Y continuó con la canción Fumiko, intentando seguirle los agudos a la vocalista.
 
“It's a fucked up world
Sex and love and guns light a cigarette
It’s a fucked up world
What do you get from it
Sex and love and guns light a cigarette”

Desde que ambas jóvenes se conocieron quedó claro una cosa: a Habin le iban los cenizas y si eran unos bastardos… ¡muchísimo mejor!
 
Las dos terminaron la canción a dueto con Momsen mientras continuaban con el movimiento rítmico de sus cabelleras.
 
“It's a fucked up world
Sex and love and guns light a cigarette”
[spoiler]
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on May 31, 2019, 04:43:59 PM
shajsha

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Othinus on May 31, 2019, 08:18:49 PM
Otro fic super flash jajaja  :-[
Empiezo paginaa!

( 5 ; a )


Varias semanas pasaron desde que bebió con sus compañeros de juerga y un nuevo mañana llegó filtrado por las rendijas de la ventana americana en el pequeño departamento de Yoh, quien consiguió un pequeño sitio muy cerca del campus, lo malo es que comparte cuarto con un hombre tan extraño que a veces llegaba tarde del trabajo únicamente para evitar contacto con él: “Sister”. Apodo, obvio.

El susodicho se dedicaba a pasar cosplayado 27/7 de monja… un otaku…, seguro.  Nunca lo considero homosexual porque a poco y muestra interes por algo que no sea fumar y Badou fue quien se lo presento, un compañero de pitillos.

“Hey, si vienes te matare. Este sitio no es para que aparezcas a la hora que te plazca” dijo el otaku  mientras mantiene la vista en la cocina, le gusta preparar la comida del día a día. “¿Entiendes?” para enfatizar alzo el cuchillo de cocina al aire y giro hasta apuntarlo a Yoh con la punta afilada del arma blanca.
Yoh suspiró y asintió de mala gana, discutir con Sister no es su fuerte “está bien, mamá pero si vas a controlarme, al menos da el ejemplo de vida ejemplar”.
“La diferencia es que soy adulto, te duplico la edad, niño” aunque la edad no es más que un número, las fuerzas de discutir con el rarito se fueron por completo. “¿Y volvió la niña?”
“No, supongo que después de todo no era acosadora y aun tengo su revista BL allí tirada”
“Tipico de ti y tu sentido del deber” sonrió el hombre, volviendo a sus tareas domésticas.
“¿Eso crees?” preguntó apoyando los codos en la mesa para sostener la barbilla. ¿Tan aburrido es? Pensó.
“Bueno, te ganas el título de 100% japonés” volvió a reír, Sister por su parte emigró de algún lugar de Rusia; el rubio natural acompañado por unos raros ojos azules indican su origen y la cicatriz en la cara lo dejan como una persona de respeto.
“¿Qué es ese título?” preguntó curioso por lo que Sister piensa de él.
“No lo sé, los asiáticos son de otro planeta” prosiguió a dar vuelta la tortilla en el sartén y le hecho queso para hacer un omelette.
“¿Eso crees? Nosotros tenemos ciertas leyes y una educación estricta, supongo que por eso nos ven así”.
“Pero lo tuyo se pasa, Yoh. Ya ha pasado más de una semana y la sigues esperando” le dio un tono picaro a la voz, en realidad nunca vio a su compañero tan interesado en una fémina; quizá la rareza en ella lo atrajo.

Pronto el sonido de una campana indicando que el café esta listo inundo la habitación y el pelinegro se levantó para servirlo desde la cafetera, justo a tiempo para que Sister tuviera listo dos platos con las tortillas francesas.

Sister colocó los platos en la mesa y Yoh las tazas, ambo se sentaron y dedicaron el saludo respuestuoso: uno rezando en silencio y el otro con el “itadakimasu” y comenzaron a comer. El primero en terminar fue el otaku pero espero al asiático para levantar la mesa. Antes de ir a trabajar quería dejar todo limpio.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kana on June 14, 2019, 08:01:21 PM
Algún día iconos.

“Sun Hee… Yo… Siempre te he amado. Has sido la única a la que realmente he amado. Lamento haberte fallado una y otra vez.” Apretó la delicada mano entre las suyas, reteniéndola, suplicándole. “¡No me abandones así! ¡Te lo imploro!”
“Dae-Hyun… te…te perdono.” Una fina lágrima se deslizó con debilidad por la pálida mejilla de la muchacha. Su sonrisa plasmaba todo el afecto auténtico que había sentido por aquel chico desde hace años. Amor que no había variado en intensidad con los años, desde sus tiernos inicios e incluso en momentos en que el joven no se había comportado muy bien con ella. “Siempre te acompañaré y cuidaré… Gracias por todo”
“¡Sun Hee! ¡Sun Hee!.” La agarró de los hombros. Sacudió su frágil cuerpo con desespero. “¡Sun Hee! ¡No me dejes! ¡No! ¡Te lo prohíbo!” la conmoción de emociones golpeándole en el pecho permitió que sus ojos se cristalizaran en un llanto controlado.
“Te amaré por siempre…Mi Dae-Hyun” suspiró cansada. Cerró los ojos y no los volvió a abrir más.

El joven, negándose a perderla, volvió a sacudirle de los hombros. Al no tener respuesta de la chica, la aferró a él y la abrazó duramente, en un frenético acto de mantenerla a su lado. Una solitaria lágrima rodó por su mejilla, apretando fuertemente sus ojos cerrados renegando la dura verdad que debía enfrentar: Sun Hee se había ido para siempre.
El pitido agudo de la máquina de signos vitales no indicaba otra cosa que no fuera el cese de los latidos cardiacos.

“¡No!” gritó cuando sintió una mano sobre su hombro. Era el doctor quien intentaba en vano persuadirlo para que saliera de la sala de operaciones. “¡Deben salvarla!”
“Señor Dae-Hyun, no hay nada más que hacer…”
“¡NO ES CIERTO!” Dae-Hyun soltó suavemente el cuerpo inerte de la que fue en vida su novia.

Aquella dulce y buena chica con quien había iniciado un inocente amorío de adolescentes y quien, tan puramente, le había perdonado todos los dolores al corazón que Dae-Hyun le provocó conforme iban creciendo y conforme éste iba adquiriendo fama con su grupo musical hasta convertirse en un Idol. Porque conforme fue ganando dinero y fama, el joven también comenzó a comportarse mal con ella pese a que Sun Hee le había apoyado en cada uno de sus pasos, desde que era un don nadie.
Eso era lo que más le dolía. ¿Cómo fue capaz de traicionar una y otra vez a una chica tan buena como ella? ¿Cómo ésta le perdonaba sus temperamentos, sus infidelidades, sus desprecios? No. Él jamás la había merecido. Y lamentablemente ahora, que ya no estaría nunca más presente, se daba cuenta de lo que perdió.
Después de tanta crisis y problemas, habían logrado nuevamente retomar la relación de un modo más sano. Pero, la vida era injusta y cruel y en vez de castigarlo a él por sus actos Sun Hee había recibido todo el daño.
Ella, tan noble y buena hasta el final, se lanzó para empujarlo cuando estuvo a punto de ser arrollado por un auto. En consecuencia: Sun Hee había recibido el impacto del golpe y ahora, en el hospital, dio sus últimos respiros de vida.

Toda esa mezcla de emociones lo colapsó. Salió de la sala y destruyó todo lo que encontró a su paso en el Hospital. Tuvo que ser sacado del recinto por guardias. Afuera, sus amigos lo esperaban para consolarlo, pero él no podía escuchar palabra alguna.

Salió corriendo de allí. Quería desaparecer. Lanzarse de cualquier edificio. Lanzarse a un lago y morir. ¡Jamás podría superar el dolor que le quemaba en el pecho!

Años después…
Se veía a un Dae-Hyun con un par de años más. La enseñanza de la vida le había dado la experiencia de volverse alguien más empático y altruista. Gran parte del dinero que ganaba lo donaba a los más necesitados y con el tiempo inauguró una organización de beneficencia a la que le dio el nombre de Sun Hee.
Sus compañeros de banda fueron un gran apoyo. Si no fuera por ellos habría terminado suicidándose, lo más seguro. Pero allí estaba, con el recuerdo de Sun Hee mientras observaba el océano hacia el horizonte.

“Tal vez en otra vida… Volveremos a estar juntos...Sun Hee”

-FIN- 

Unas horas después todo el elenco del Dorama se encontraba viendo la repetición del último capítulo de la telenovela. Tanto en Corea, como en China y Japón el Dorama había sido todo un éxito. El ranking era tan alto que destruyó literalmente toda competencia.

“Escuchen” dijo una de las directoras, leyendo los twitters  “Cito: La actuación de Dae-Hyun me ha dejado llorando por horas! Jamás esperé que Sun Hee muriera, ¡Que dolor! y si bien Dae-Hyun merecía sufrir… ¡No esperaba que fuera de ese modo!” siguió con otro “¡¿Por qué Sun Hee?! ¡Era tan buena! Dae-Hyun sólo era inmaduro, no merecería sufrir ese final. ¡Me duele el final de los dos!” otro “La actuación de ambos protagonistas ha sido magnífica. Lloré con última mirada de Sun Hee y lloré mil más con el sufrimiento de Dae-Hyun. ¡Me da tanta pena que él sufra así!”
“Creo que lo hicimos bien” comentó la actriz que llevó el papel de Sun Hee. Le daba satisfacción saber que el público quedó conmovido con su actuación. “Tan bien, que la gente sigue estando del lado de Dae-Hyun aunque haya sido un canalla en toda la telenovela.” Rio divertida, mirando a su compañero. “Te luciste”
“Gracias. Tú también.”
“Una fotografía de los dos protagonistas post último capítulo” la directora les sacó una fotografía a los dos jóvenes. Las personas shippeaban bastante a esos dos actores que, justamente, habían protagonizado otro Dorama haciendo de pareja. Muchos pensaban que eran novios en la vida real. “¿Qué escribo en la imagen?”
“Gracias por acompañarnos en todo este tiempo y ser tan fieles al Dorama. Sun Hee y yo estamos felices de haber llegado a sus corazones.” Dijo el actor de Dae-Hyun.
“Listo!” Al momento de publicar, vio inmediatamente un montón de likes. “Sorprendente…”

Después de celebrar el alto ranking televisivo donde estuvo todo el equipo presente brindando. Los protagonistas de esa telenovela se retiraron juntos.
Decidieron caminar hasta sus respectivos hogares.

“¿Qué harás ahora que ya terminamos este Dorama?” Preguntó la joven.
“Aún no tengo nada definido, ¿y tú?”
“Bueno…” se manifestó un poco avergonzada. “Acabo de recibir un mensaje de Yong Min… Me dice que está interesado en que protagonice un nuevo dorama.”
“Es una buena noticia.” Aunque ese director no le caía en gracia puesto que era del tipo de sujetos que le coqueteaba a las actrices. El joven elevó la vista para mirar el cielo estrellado.
“¿Qué harás tú?”
“Aún no tengo nada planificado… Hemos trabajado dos años contando el Dorama anterior. Pensaba que quizás debía tomarme unas vacaciones… Volver a Japón a ver a mis familiares, de paso.”
“Ya veo…” ella bajó la mirada, melancólica. El chico a su lado había llegado a Corea hace un par de años desde Japón y desde el primer momento que le vio le pareció alguien sumamente interesante y atractivo. Le causaba tristeza pensar en su partida… Eran muy íntimos después de compartir tanto tiempo juntos.
“Bueno, será mejor que vuelva a mi departamento. Estoy un poco cansado…” volvió a mirarla, le sonrió suavemente. “Gracias por ser mi compañera de trabajo tanto tiempo. Has sido una gran amiga y me has ayudado mucho en mi estadía en Corea.”
“Lo dices como si te fueras definitivamente.”
“Hm…” negó con la cabeza. “Sólo quería darte las gracias.”
“…” le vio hacerle un gesto de despedida. Antes de que se fuera, le llamó: “Akira-kun…” éste se volteó a mirarla y ella aprovechó para rodear su cuello con sus brazos y juntar sus labios con el del chico uniéndolo en un efímero beso.
“…” parpadeó sorprendido. No esperaba que su compañera terminase besándolo. Ella se apartó, al no ser correspondida.
“Disculpa.” Sonrió con desconsuelo. Dicho esto, un silencio fatigoso exigió que apretara sus puños y saliera corriendo de allí. “¡Éxito en todo!” gritó a lo lejos, invadida por una vergüenza y humillación.
“…”

A la mañana siguiente su manager había aparecido demasiado temprano en su departamento. Esta le agitaba una y otra revista en el rostro mostrándole la imagen de él besándose con su compañera de Dorama. Los tacones de la elegante mujer resonaban por todo el lugar.

“¡Ahora todo el mundo habla de esto!”
“…”
“¡Y ella hace poco se había comprometido con Tae-Min! ¡Y tú hace unos meses terminaste tu relación con Jun Sun, la protagonista del Dorama rival! ¡Van a pensar que eres igual de canalla que tu personaje de Dae-Hyun!” Nona se llevó las palmas de su mano al rostro, enojada.
“Yo… No tenía una relación con Jun Sun.”
“No. Sólo salían a cenar seguidito… ¡Uh! ¿Qué no lo ves? ¡La gente quiere verte con ¨Sun Hee¨ cómo novios! Pero tú y ella tienen sus parejas respectivas. Y…Y… Tae-Min es un maldito magnate y Oppa de Corea! ¿Sabes que tiene influencias que pueden destruirnos? ¡Literal D-E-S-T-R-U-I-R-N-O-S!”
“Yo soy soltero.” Dijo seriamente. “Y Tae-Min me tiene sin cuidados. Si quiere hacer uno de sus ridículos show me importa un bledo.” Alzó los hombros. Ese tipo lo amenazaba desde hace tiempo, de todos modos. Estaba celoso de que Suni, su prometida, dedicara tanto tiempo a él en el Dorama… Y Akira sabía que Suni lo amaba. Pero no podía corresponderla.
“¿Qué se supone que hagamos?”
“¿Qué se supone que hagamos?” le repitió, porque no sabía que responderle a su manager.
“¡Tienes que estar con Suni! La gente así lo quiere y te juro que nos ganaríamos unos cuantos millones con el material que puede salir de allí.”
“…” Akira curvó las cejas. No parecía estar de acuerdo con el plan de su manager.
“¿Acaso tienes algo mejor en mente?”
“¿No dices tú misma que Tae-Min nos buscará pleito si me ve cerca de Suni?”
“…Puedo usar mis influencias también…” Nora entrecerró los ojos, sospechando algo más. “¿O es que tienes otra cosa en mente desde antes, Akira?”
“Pues…” el chico miró por el ventanal hacia la ciudad. “Creo que ya pasé demasiado tiempo en Corea. Si bien dije que me tomaría unas vacaciones, la verdad es que necesito buscar nuevos aires… He pensado… Cómo será Eastwood”
“¿Estás loco? Aquí tienes una carrera en ascenso. Allá no te irá mal porque eres conocido mundialmente, pero ¡Aquí están obsesionados contigo! ¡Tienen unas jodidas tazas de té con tu cara y todo!”
“Eso mismo me enferma en estos momentos… Necesito irme lejos de estos fanáticos trastornados y enceguecidos. Todo lo que hago, aunque sea aberrante, lo toman como un ejemplo a seguir o lo justifican ciegamente… No puedo salir de mi casa porque se viven sacándome fotografías. No puedo salir con mis amigos porque una avalancha de tipos se me lanza sobre mí para pedirme autógrafos, besarme o sacarme algo como recuerdo… Registran mi basura para quedarse con cosas mías… Me tienen saturado.”
“No creo que irse sea una opción”
“Lo siento. Yo ya tomé mi decisión. Me iré dentro de poco.” Dijo decididamente “Y… No quiero que nadie de Corea lo sepa, Nona-san.”
“¡Ahhh! ¡Me vas a volver loca!”
“Bueno, ¿Acaso quieres que me quede para que Tae-Min me mande a ¨borrar¨? No creo que quieras arriesgar a tu ¨chico de oro¨ si puedes usar este mismo boleto en otro lugar y explotarme mejor... Lejos de tantos locos…”






Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on August 31, 2019, 09:28:31 PM
reboot
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on September 30, 2019, 02:34:13 PM
Llevo tiempo queriendo escribir esto, así que introducción corta antes de poner todo lo demás. Este mes edito con los icons porque nada que he hecho me gusta *_*;;

Sólo la tenue luz del ordenador portátil alumbraba la oscuridad de la habitación, pero Ignis estaba acostumbrado a las sombras, y no le importaba la presión en su vista. Con una mano en la barbilla, su mirada estaba fija en el email que todavía no había empezado, desarrollando un guión en su mente antes de empezar a escribir - siempre había preferido pensar antes de actuar.

Noctis Lucis Caelum. Su nuevo objetivo era un joven escritor, actualmente postrado en cama la mayoría del tiempo, y previo interés romántico de un agente del servicio secreto que había desaparecido en el último par de años. Por qué Crystallium tenía interés en tal agente era algo que no se le había dicho a Ignis, y tampoco lo necesitaba saber, pues lo que realmente importaba era que debía estimar si Noctis sabía su paradero y cómo extraer la información del joven.

El uso de la fuerza no era aconsejable en situaciones como aquella, e Ignis consideraba que era mucho menos arriesgado para su identidad el mostrar su rostro a alguien que no fuera a asociarlo con violencia y miedo. Entrar en la vida de alguien para desaparecer poco después era un procesor simple y limpio, y la gente tendía a olvidarse del breve tiempo que habían compartido. O morir, si era ese el objetivo de su misión.

Ignis había considerado largo y tendido cómo acercarse a Noctis, considerando primero el infiltrarse en el personal médico del hospital, pero cambiar horarios para un empleado nuevo que desaparecería poco después podría levantar algunas sospechas, y la idea había quedado como un plan B. Entonces, se le había ocurrido su plan actual: posar como uno de los fans de la novela de Noctis, y ganarse su confianza hasta poder visitarlo en el hospital. El libro había sido una lectura interesante, en realidad, así que sus halagos podrían sonar aún más sinceros.

Lo cual le llevaba a su situación actual. Tras dejar ir un suspiro por la nariz, Ignis empezó a teclear.

Hola, Noctis

Llevo tiempo dudando si debería enviarte este correo o no, pero me gustaría mucho decirte cuánto me ha gustado tu libro - el cual terminé en dos días, y porque tenía que ir a trabajar entre medias… casi llegué a llamar diciendo que estaba enfermo.

Si algún día estás por Downtown District, me gustaría invitarte a una cerveza y charlar sobre el libro un rato. Hay partes que me llegaron al corazón, pero no me gustaría descargar sobre ti tanta información personal ahora mismo.

Saludos,

Ignis S. S.


Invitarle a tomar algo era cebo para hacerle sugerir que no podía salir, lo cual Ignis usaría después para ofrecerse a visitarlo. Así era como funcionaban las cosas: tocar la parte sentimental de alguien mostrando vulnerabilidad, y entonces aprovechar su reacción. Ignis se había inmunizado a la culpa que sentía al jugar con las emociones de otras personas: el mundo era injusto, y todos estaban en él haciendo lo posible por sobrevivir.

Y ahora, tocaba esperar.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on September 30, 2019, 09:51:28 PM
rebootx2
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on October 30, 2019, 09:57:52 PM
No era mi aporte y necesito el post~
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on October 31, 2019, 10:50:25 PM
<Mensaje recibido a las 07:10 AM>
De: Yue.****@mosspaca.com
Para: Izaya.Oh!@mosspacs.com
ASUNTO: OFICINA

Estimado Orihara-san,
He pasado varias veces por la oficina y llamado durante la semana. Sin embargo, no he tenido respuesta suya cuando me acerco al edificio. Escucho sonidos dentro, incluso rosas y conversaciones; y me parece una falta de respeto-

- - - - -
Izaya azoto su laptop para cerrarla; frunciendo el ceño ante el mensaje si terminar de leerlo. ¿Lo estaba reprendiendo? ¿Cómo a un chiquillo?
Miro con cierto recelo su ordenador, aún con el sinsabor del tono del mensaje. Podía imaginar la figura alta de Yue repetir palabra por palabra, en su monótono tono, pero no estaba molesto por eso.

Estaba molesto porque más de una vez, durante esa semana (en la Yue había confirmado que había pasado por la oficina) había invitado -repetidas veces- a Shizuo a salir.
Había sido evidente, muy claro; muchas veces. Tanto que había estado seguro que había perdido la vergüenza (si no fueses por su dignidad ya).

Y era aquello lo que le molestaba.
Que no hiciera tiempo para él.
Aunque su relación no fuera nada más que de empleado y empleador.

————
<Mensaje recibido a las 07:10 AM>
De: Izaya.Oh!@mosspacs.com
Para: Yue.***@mosspacs.com
ASUNTO: RE: OFICINA

Ya voy a ver el asunto.
Estoy trabajando desde casa

< Enviado desde mi Iphone >

——-
La llamada entrrñante lo descoloco. La Foto de Yue lo ponía de mal humor; especialmente porque el urgente correo le había arruinado la paz que tan  poco le había costado conseguir.

“Yue~” fiii el tono, para sonar amable. En seguida enmudeció el microfono para que no lo escuchara y básicamente confirmó la fecha solo por si las dudas...

Reviso nuevamente la fecha en el calendario; incluso fue a la cocina, a revisar el de cortesía que le había regalado en el chifa para verificar. La señora que iba a limpiar semanalmente siempre lo tenía al día: efectivamente era 25 de Octubre.

Frunció el ceño y volvió a activar el sonido de su llamada, Yue seguía hablando y le respondió con un seco: “lo resolveré en seguida” y colgó de inmediato.

Lo estaban evitando.

Y no sólo se trataba de Shizuo, Shiemi también. Más de una vez.
Incluso le había mentido, en su cara.
¿Cómo se atreví a ponerse a trabajar cuando le había dado semanas de paga sin trabajar? ¿Que clase de persona hacia eso!?

La ira pudo más con él y tomó sus cosas. Refunfuñando y maldiciendo por lo bajo la buena productividad de su asistenta: “debería de sentirse agradecida porque le voy a pagar por hacer nada” gruño, encendiendo su auto. No quería perder más el tiempo, y sobretodas las cosas, quería alcanzar al rubio albañil.

Todavía se encontraban en la cocina. Reviso las cámaras desde la aplicación de  su celular. No estaba los dos solos; pero claro, tampoco iba o tenía porque sentirse celoso de Shiemi, en absoluto... era Shiemi...

“¿Estoy celoso?” Fue a la conclusión que llego al subirse al autor. Se fijo en su reflejo sobre la ventana y frunció el ceño “tal vez un poco” admitió. Más que celoso de ella, era celoso de la situación.
¿Peor a quien se le ocurría trabajar cuando no habían modelos que promocionar? 
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on February 01, 2020, 12:59:34 AM
Era un día tranquilo.
Había ido una temporada tranquila, demasiado ... (si lo admitía para sí mismo...) pero no fue hasta que se lo echaron en la cara que lo empezó a considerar.

“¿No tienes un trabajo? ¿O qué?”
El tono en el que Shizuo le habló fue seco y despectivo, destruyó la sonrisa que el peli negro mantenía pintada en sus labios. Frunció el ceño también; Izaya se sintió ofendido.
Pero su declaración tenía fundamentos: lo había llamado tres veces esa semana, consecutivas; igual que en las últimas dos semanas. Para que reparara algún daño menor en el departamento, un daño que obviamente él (Izaya) había hecho. Era más que evidente, y Shizuo se había dado cuenta a su tercera visita, porque el otro no se molestaba en ocultar su fechoría.

El día de hoy había sido algo más elaborado (y debía de darle crédito); había aflojado los tornillos del ventilado de su sala. Así que además de un extraño sonido, corría el peligro de decapitarlo. Izaya se veía como el tipo de persona que pasaba mucho tiempo en la sala (si no era todo el día). Habría dejado un charco de sangre inlavable de su alfombra blanca, y seguramente nadie lo habría encontrado en días... semanas probablemente.

E Izaya tenía la costumbre de quedarse en la misma habitación que él viéndolo trabajar; no porque desconfiase de él, sino porque simplemente le gustaba mirarlo. Era evidente, y estaba seguro que lo hacía a propósito... ni si quiera le hacía conversación. Tampoco contestaba los vanos intentos de conversación que hacía, y lo miraba de reojo cada vez que sonreía cuando este se quejaba o emitía gruñido alguno.

Shizuo no se quejaba. Cosas más extrañas le han pasado, y agradecía el dinero recibido. Aunque fuera solo por verle el cuerpo. “Pues deberías cobrarle más” recordó que le dijo su amigo, al comentarle sobre su peculiar cliente “Ya báilale, seguro y le alegras el día. Prefirió no responder eso y engullirse el resto de su cerveza con las orejas coloradas.

... “¿y no trabajas? ¿O que?”...
Ese tono despectivo le sacó de quicio, e Izaya se tuvo que imaginar su cara, porque el rubio estaba de espaldas a él, en lo alto de la escalera, concentrado en que un tornillo no se le cayera de la boca.
“Claro que trabajo” dijo sumamente ofendido, y luego de casi dos semanas de solo verle, cruzó la sala hasta su habitación y sacó su laptop, bajo su brazo. Cargándola sin la mayor preocupación del mundo (como si pudiera conseguir otra con solo chasquear los dedos); y después de SEMANAS Izaya Orihra reviso su bandeja de entrada.

Se le aceleró el pulso, Shizuo podría jurar que hasta se puso más pálido “¿estas bien?”
Todos los mensajes sin leer eran de Hitagi Senjouhara, y el que coronaba su bandeja de correo de Yue.

Oficialmente estaba jodido.
   
   
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on April 30, 2020, 09:43:27 PM
" Pues fue bastante curioso, un día recibi un correo electrónico de parte de ella señorita Senjouhars, habías ido juntas a la uni, teníamos ciertas clases juntas, pero aún así creo que nos graduamos en promociones diferentes" la rubia alzó la mirada, tratando de hacer memoria, acompañado por un ligero chasqueo de lengua tratando de hacer recuentol "en fin, quería que le hiciera un favor, y me cito en un café bien bonito y elegante. No lo sabía, yo pensé que era un nombre y ya; desentonaba un montón. Y por cierto, el café no estaba tan bueno como lo promocionan, si me das a elegir prefiero mil veces el te de burbujas… resulta que no había te de burbujas, ni Hitagi. Ella nunca llegó, a cambio estaba el señor Orihara esperando"
Interrumpió su relato cuando vio que Tuve hacia una mueca al escuchar las palabras 'señor' y 'Orohara' seguidos; se notaba que trataba de reprimir una sonrisa y no podia. Era demasiado gracioso.

Manteniendo la calma y tratando de no atropellar con sus palabras, tomo aire y siguió: "me dijo que Hitagi lo había enviado por el favor y que básicamente me convertiria en su asistente … si hubiese sabido que ese día me iba adar un trabajo hubiese ido mejor vestida." Suspiro "se me hizo extraño, porque que yo recordara, no le debo nada a Hitagi Senjouhara como para que me pida algo de tal magnitud; ni yo deseo estar en deuda con ella por… cualqueir cosa…"io nego con la cabeza "aún así, Izaya puede ser bastante persistente" lo vio anotar algo en su cuaderno y prosiguió "y bueno… ioaquí estaba yo a cargo de una agencia de modas junto a él" se encogió en hombros "vaya sorpresa! Que curioso! Especialmente porque no soy… yo no…"io se señaló completa, a su sencillo pero cómodo atuendo "soy como Andy, de El Diablo Viste a la Moda" su pequeña referencia le hizo reírse entre dientes, no lo había pensado hasta ahora.

"Y así fue como recibimos una agencia en un segundo piso… y tú dirás ¿Por qué en un segundo piso? Pues… nunca obtuve explicación por parte de nadie" se encogió en hombros "pero tiene sus beneficios, es discreto y sinceramente estar arriba de una tienda de vestidos de novia es bastante conveniente. Cómo puedes ver tenemos un espacio bastante amplio. Además dices Kleyns y te ubican en seguida… una vez hechos los arreglos y que la oficina quedará habilitada el siguiente paso fue conseguir a los modelos. Obvio"

Tomo un buen y merecido descanso, bebeidno agua. Yue seguía frente de ella, sin decir una palabra, garabateando en su libreta.
Después de refrescarse, Shiemi siguió con su relato, con la misma energía, como no hubiese parado "fue difícil, obvio, pero también fue divetido. Gracias a Kleyns debajo también tuvimos nuestro primer contrato como pudiste ver" le tendió las fotos y los flyers que habían hecho para la activación en la tienda "y el desfile es como en… dos meses?" Trato de recordar y confirmo al ver la fecha escrita en dorado y con estrellas en su gran calendario de la pared.

"Como ves! Nos va de maravilla"
...

"y me estás contando todo esto porque..."

El tono en el que Yue le hablo le hizo palidecer, casi sentir que desaparecía en el vórtice que se había abierto en su estomago.
"¡Contexto!" se apresuro a decir Shiemi con algo se color en sus mejillas "contexto. Una buena historia se entiende mejor con contexto"

"¿Y que historia es esa?" No faltó la ceja acusatoria y su expresión en conjunto. Su tono de voz hizo que se le helada la sangre y volvió a sentirse como ratón sin salida.
Para empeorar (o mejorar) aún las cosas, la puerta se abrió, haciendo sonar el distintivo cascabel que Shiemi había puesto al principio del día como decoración (y también porque traía un amuleto de la buena suerte). Izaya entro en la sala con su laptop debajo del brazo, como quién llega tarde a clases y entra de rosas formas: sin una preocupación en la vida.
Hasta que junto miradas con Yue y el silencio se hizo aún más evidente...

"La historia de cómo Orihara y yo montamos la agencia de nuevo sin ayuda de ustedes, evidentemente" dijo confiada tras una gran bocanada de aire y una sonrisa de oreja a oreja. Recuperando la confianza que se había deenado de su cuerpo minutos atrás.

Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on January 31, 2021, 10:55:50 PM
La escena no podía ser más catastrófica:
En un extremo se encontraba Yue Tsukishiro, tan pulcro y calmado como siempre. Apoyaba su mano en el mentón, mientras con una expresión sería esperaba una respuesta de parte del pelinegro. Cualquier tipo de respuesta en este punto habría sido hilarante. Es más, esperaba con ansias escuchar lo que saldría de la boca Izaya Orihara en estos momentos.


Izaya por su parte, desde el marco de la puerta, traía su cara pálida como nunca y estaba seguro que de abrir la boca,el corazón se le asomaria por esta.
El fuerte trago de saliva que dió únicamente lo hizo ponerse más nervioso.
"Yue..."

"Pues todo está bien desde la última vez que vine. No han habido mayor cambio" la voz de un tercero fue lo que corto la tensión, y asombrosamente el color regreso a la pálida cara de Izaya. Su expresión de sorpresa pudo más e incluso provocó que Yue arqueara una ceja, para regresar a ver a quien al otro intensamente miraba.
"Gracias por venir tan rápido"  le agradeció Shiemi "tenemos una inspección repentina y quería asegurarme que todo estuviera en su lugar" según ella, tan desentendida del asunto, esperaba que su comentario no se hubiera escuchado por la intensa conversación de ambos. Pero al pasar al estudio fue recibida por el contundente silencio que la hizo destacar como televisor en un aparador.

"Gracias a ti por la confianza" Shizuo se terminaba de guardar su caja de herramientas cua do se encontró con tan familiar cara en ese lugar "..." Por un momento se sintió desorientado... Acaso, ¿Acaso ese loco lo estaba siguiendo?  Si no hubiese sido por una foto que vio a penas en la pared que terminó por convencerle que aquel era su lugar de trabajo.
"Buenas tardes" se despidió de la rubia, y con un gesto bastante solemne hacia él peliblanco antes de cruzar la habitación y ver por el rabillo del ojo a Izaya en una cuasi expresión de disgusto.

Fue demasiado evidente que no había Sido de su agrado cuando el rubio salió por la puerta.


"Bueno" retomó Yue aclarandose la garganta  "Me parece que haz hecho un excelente trabajo aquí Srta. Moriyama, estoy segura que a la Srta. Senjouhara le encantará escucharlo en la cena de mañana"
"... La qué?"
"Y en cua ti a ti..." Su tono de voz y semblante cambiaron por completo cuando se refirió a Izaya, incluso aprovecho para casi arrinconarlo contra la puerta de una manera sutil... "Espero que tengas tu agenda libre... Me urge verte esta noche"

Aquello no había sido una declaración; más bien una amenaza. Una a las que Yue e Izaya estaban tan acostumbrados a intercambiar.

"Y no necesito equipos ni reportes" le aseveró antes de dejarle su tarjeta y salir del lugar "cambie de número" fue lo último que agregó antes de salir del lugar.


El pelinegro se quedó perplejo sosteniendo aún la tarjeta entre sus manos. Antes de arrugarla y murmurar un ácido "lo sé"

Con la partida de Yue la tensión se había disipado, dejando a ambos un poco agitados y alterados.
"... Nos fue mejor de lo que esperaba, ¿No es así Orihara?" Ofreció Shiemi con una sonrisa.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on March 31, 2021, 10:59:55 PM
El pelinegro estaba demasiado distraído como para haber escuchado bien la primera vez; se podía escuchar chat al otro lado de la línea risas, sillas moverse y el sonido de un bar de fondo, que tuvo que ponerse de pie y salir para atender mejor la llamada.
"¿Aló? ¿Me escuchas?"
"Sí, sí. Perdón, ¿Quién es?"
"Kaito-san, le dieron el papel para el puesto que audicionó con nosotros" la voz al otro lado de la línea sonaba dulce, y la euforia y la ebriedad desaparecieron del cuerpo del pelinegro en un dos por tres.

Se enderezó y apretó tanto el celular entre sus manos que sintio que podría romperse entre sus dedos.
"¿Kaito-san? ¿Prefiere que lo llame en otro momen-"
"¡No! No! Aquí estoy, aquí estoy gracias! Gracias" no se contigo más que hasta salto de la emoción. Todos lo vieron. No le importó.
"Así que, lo esperamos mañana en la tarde para firmar los papeles y explicarle más sobre el programa. Le enviaré un correo con los detalles"
"¡Sí! ¡Sí! ¡Por supuesto! Claro, gracias. GRACIAS"
El tono de llamada fue su cue para volver a gritar de la emoción, casi sacudirse. Entro de vuelta al bar con la mirada expectante de su grupo de amigos, que en ningún momento dejaron se parlotear o gastarse bromas, pero verlo tan animado de un momento para otro les llamó demasiado la atención (su amigo se mostraba algo desanimado últimamente).

Exclamar que invitaba la siguiente ronda, acompañada por una gran sonrisa, fue más que evidencia para saber que algo bueno le había pasado.

Celebraron toda la noche y bebieron hasta que no pudieron más.
Uno de ellos le repitió más de una vez en toda la noche "Quizá deberías de irte, mañana es un día importante"
Pero Kaito renegaba; había pasado demasiado tiempo recibiendo malas noticias, y esto simplemente lo había renovado por completo.

"Déjalo ser, quien sabe cuando tenga otra oportunidad, ya sabes que las estrellas tienen un régimen muy estricto"

_____________

Asombrosamente, llegó temprano a su cita. Había jugado a su favor que la han importante reunión hubiera Sido agendada por la tarde, la mañana hubiese sido un total desastre. A pesar que terminaron al amanecer, la emoción y los nervios no lo habían dejado dormir.

La sonrisa no se le había borrado del rostro, prevalecía a pesar de su dolor de cabeza y la cruda que llevaba encima. Su aspecto era el total opuesto por como se sentía por dentro: No sé había despegado de su botella de agua desde el momento que salió de su depa. Y las gafas de sol le ayudaban a disimular mucho el cansancio... Le ayudaron a disimular aún más la sorpresa cuando leyó el título del capítulo piloto y el nombre del programa "..." Su sonrisa se transformó en una mu va y en seguida busco a la mujer a la que pertenecía aquella voz con la que estuvo hablando la noche anterior.

"¡Hola! Hola, perdón"
"Kaito-san! Buenos días"
"Tardes"
"Sí, buenas tardes, ¿En qué te puedo ayudar hoy?"
Dudo bastante antes de hacer la pregunta, tanto que hasta le temblaron los labios, pero era mejor pecar de tonto en ese momento "¿Para qué programa me dijiste que me seleccionaron?"

La chica lo miró un tanto sorprendida, con clara confusión en su rostro, señaló los papeles que el joven tenía arrugado en sus manos y repitió el nombre del programa:
"El rincón feliz de Kaito-san" (nombre sujeto a cambios) agregó con un tono jovial que no le sacó una sonrisa al muchacho.

"... ¿Un programa infantil...?"
"Pues sí, para eso aplicaste... ¿No?"
"¡No!"
"¿No?"
"¡No! Yo aplique para el show de música como presentador, y para un reality..." el pequeño "OhhhHH" casi desinflado que escucho por parte de la secretaria fue un tanto desalentador y tras un breve y cortó silencio agregó, casi pidiendo perdón: "las audiciones que no son aceptadas se las reparten entre algunos programas del estudio... Así que seguramente alguien tomo de ahí la tuya y pensó en castearte..."

"Para un programa infantil" repitió incrédulo.

"..." Se escuchó la puerta abrirse y cerrarse y la secretaria estiró el cuello para ver de quien se trataba "pues ... Ahí acaba de llegar la directora, por si quieres declinar el papel..."

Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Nite on September 30, 2021, 09:58:35 PM
(No puedo creer que A. no he escrito desde hace un millón de años Y SE NOTA y B. Que no posteo aquí desde Marzo orz)

La Cena: Lado A, pt1

Tal vez era una habilidad, complicar las cosas sencillas... o tal vez, verdaderamente se trataba de una situación extraña (más extraña de lo que debería de ser...)

>> ¿Alguna vez haz ido a Noso Bistro?
"Por supuesto que ha ido Shiemi, es famoso"
La rubia se volteo a ver a su compañero, con las orejas rojas de la verguenza, más que molesta porque el otro estuviera espiando sobre sus hombros leyendo sus mensajes.
"Argentine!"
"¿Qué? tienes la letra gigantesca, ¿Acaso no puedes leer?"
Ella volvió a voltearse, tratando de corregir ese pequeño detalle y un gritito de desesperación combinó con su cara.
"No es esó!" le reclamo frustrada bloqueando su celular, sin leer la notificación "no sé que hice y ahora no sé como quitarlo"

Este otro rió a carcajada limpia y solo la vio sonrojarse aún más. Podría jurar que la cara iba a explotarle.
>> No.
>> Pero papá ha ido varias veces.


Después de todo, ¿qué tipo de consejos podía darle un niño sobre lugares elegantes? Sabía que con Argentine estaba en buenas manos, aún así estaba muy nerviosa. Le costaba recibir ayuda de alguien que recién conocia; solo trabajaban en el mismo edificion, eran prácticamente desconocidos.

"¿No crees que eso es demasiado?"
"¿Perdón? ¿Acaso no fuiste tú la que vino pidiendome ayuda porque no sabía que ponerse para la cena de hoy?"
Y no podía negarlo, ella había pedido eso... pero de todas formas veía con desagrado el conjunto que el otro había elegido para ella.
"UGH, okay... elige lo que quieras y te digo si funciona o no"
Ella asintió más relajada y se perdió en la tienda, yendo y viniendo poco a poco con ropa que iba descartando antes de probarse.


El pedido sin duda había sido curioso, pero no iba a negarselo, Shiemi no había sido nada más que amable desde el primer momento en el que se conocieron. Eso y sumando a que el motivo lo había dejado intrigado:

"Mi amiga de la universidad que me contrato para que llevara a cargo su empresa familiar en el segundo piso, me invitó a una cena hoy de noche en este lugar super caro. y no sé que ponerme... o de qué hablar, ni siquiera ibamos en la misma promoción. ¿Qué hago? ¿Puedes ayudarme?"

En primer lugar, ni siquiera sabía que lo que había arriba de su tienda era una agencia de modelos. Siempre pensó que tenía algún negocio turbio o era... una especie de estudio fotográfico erótico por la cantidad de hombres atractivos que subían y bajana  las escaleras y distraían a sus clientas.

"¿Y solo vas a ir tú? ¿O también va a estar ese ser indeseable?"
"¿Qué ser indeseable?" preguntó al instante de meterse en el armario "Oh! Orihara-san!  No, él tiene su propia cena con Tsukishiro-san"
"¿En el mismo lugar? ¿En la misma mesa?... eso no es algo ¿incómodo? y extraño, sumamente extraño"
"No, a él lo citaron en otro lugar"
Argentine tuvo que hacerle un gesto tonto a la dependienta que los veía a lo lejos con una cantidad abismal de ropa, mientras Shiemi elegía que era lo que realmente quería probarse. Si las cosas seguían así tendrían el tiempo en su contra: "Le Bernardin"
".... ese lugar es más para una cita romántica que de trabajo" comentó en voz sumamente baja seguido por un "bastardo suertudo".
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on May 31, 2023, 07:31:06 PM
Necesito motivación para hacer mis topes :') ....

Chapter III

–¿Sabes algo? Siempre me ha sorprendido cómo DeVils ha sobrevivido hasta ahora…

Tesuku, que estaba vistiéndose, se volvió hacia Sheryl que todavía estaba acurrucada en la cama, jugueteando con su vape.

–Digo– continuó Sheryl. –El rock dominó bastante hasta los 90’s… Pero ahora estamos en 2023 y todo el mundo quiere escuchar trap, hip hop y esas cosas.

–Puedes darle el crédito a tu hermano. Sakuya es un excelente músico.

–Todos los son. – Objetó la rubia. –Pueden sacar a DeVils adelante y cuando sea el momento puedes volverte solista, como siempre has querido.

–Heh, quizá algún día lo logré. Por el momento tendré que hacerlas del patriarca protector…

Exhausto Tasuku se dejó caer en la cama, su cabeza sobre el pecho de Sheryl, que lo envolvió en sus brazos y empezó a bañar su frente y mejillas con besos. Con los rubios mechones de Sheryl cubriéndolo, Tasuku sintió que estaba envuelto en una crisálida que lo protegía del mundo exterior.

–¿Qué tipo de música quieres hacer? – La voz de Tasuku sonaba sofocada por la cercanía de sus labios con el cuello de Sheryl.

–Solo quiero cantar. No tiene que ser nada político ni disque intelectual.

–Hm.

–Eso no significa que esté dispuesta a cantar basura, o hacerlo solo por hacerlo.

–Supongo que Sakuya podría ayudarte ahora que se volverá productor para otros.

Sheryl bostezó y pensó en el prospecto de llevar a cabo sus planes, cantar en serio y enfocar su carrera en la música. Definitivamente, no era algo imposible; no obstante, le intimidaba en prospecto de poner su carrera en manos de otros productores y el bobo de Gin ya que sería lo mismo de su actual carrera como actriz y terminaría insatisfecha y sintiéndose como un títere. Y claro, no podía negar que el hate que recibiría por ser otra de las nepo babies le molestaría más de lo que debería.

–Quiero la ayuda de Sakuya obviamente, pero no quiero dejar mi música en manos de otros. No me interesa ser controlada por completo por un agente o una disquera. Y mucho menos que se aproveche de mi un productor. – explicó Sheryl. 

Tasuku se apartó de sus brazos y la vio directamente a los ojos. Conocía a Sheryl desde que se incorporó a DeVils y aunque muchos la veían únicamente como una bimbo con cara bonita, él ya se había percatado que era bastante inteligente y observadora.

–Vaya, si que lo has pensado bastante. – comentó él antes de darle un breve beso en la punta de la nariz. –Aunque termines cantando en las calles por monedas, no dejes que ningún tipejo en traje te dé órdenes.

Sheryl asintió mientras daba una calada a su vape de cereza. Una sonrisa se dibujó en sus labios y un brillo travieso apareció en sus ojos.

–Por eso quiero que TÚ me ayudes. Desde ya te estoy nombrando productor. MI productor.

–¡Oye! No me digas que solo por eso te acostaste conmigo– bromeó Tasuku.

Para Sheryl, una broma de su parte significaba «sí».

–No seas bobo– dijo ella y le dió un golpecito en el brazo. –Tú eres la persona más capaz para el trabajo. Obviamente, le pediré ayuda a Sakuya porque es muy bueno en lo que hace, y de todos modos me acusarán de ser una nepo baby. Pero tú harás que el proyecto sea mejor. Necesito que aportes todo lo que tengas.

Tasuku asintió. De lo que Sheryl hablaba eran puros conceptos abstractos, de un «algo» meramente inconcreto, que hizo que Tasuku sintiera desde ya un enorme respeto por Sheryl como cantante.

De nuevo sus miradas se encontraron, y ambos sintieron un profundo entendimiento del otro.

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Aika se quitó las zapatillas de ballet y se permitió sentir unos segundos de alivio antes de ver sus pies.

Eran feos, estaban heridos y llenos de cicatrices. Un grotesco testimonio de su devoción a la danza. Siempre dolían, siempre sangraban pero Aika llevaba sus heridas con orgullo.

El ballet era todo lo que tenía, lo único que valía la pena en su vida.

La chica tomó de su bolso el pequeño botiquín con vendas, curitas y todos los menjurjes para aliviar el dolor y garantizar que sus pies siguieran funcionando como debían hasta la siguiente clase o función.

Eastwood era un lugar de ensueño, donde los artistas podían aspirar a cumplir sus ilusiones de fama, poder y fortuna. Eastwood también era un lugar cruel y elitista, donde la competencia era dura; y nunca hacía falta quien quisiera apuñalarte por la espalda, aprovecharse de tí o simplemente destruirte porque tenían el poder para hacerlo.

A su lado, Aika escuchó a Frejya quejarse por el dolor. Sus pequeños gemidos iban acompañados de quejas. La mayoría de los bailarines de la compañía juvenil de ballet de Eastwood despreciaban y criticaban a Frejya por quejarse, por mostrar debilidad pero para Freja esas eran cualidades y no defectos. Le gustaba la honestidad y vulnerabilidad de Freyja; era la única que se mostraba tal cual en ese frío edificio. No pretendía ser la típica reina del hielo, la inalcanzable bailarina, imitando a un cisne o intentando encajar en los estereotipos.

Aika lo entendía; Freyja lloraba no porque fuera débil, sino porque se permitía sentir sus emociones, ser ella misma. Algo le era imposible a los demás miembros de la compañía, incluyendo a la misma Aika. Era por esto que Aika consideraba a Frejya como su única amiga, a la única en que confiaba.

 –La práctica de hoy fue muy dura… Necesito ir a Starbucks por algo muy dulce para recuperarme– dijo Frejya mientras se vendaba los pies.

Aika solo asintió. Trató de volverse hacia Frejya para asegurarse de que estuviera bien, pero la mirada al otro lado del salón desvió su atención.  Eran esos ojos castaños, casi ámbar, los que la miraban con una mezcla de admiración y asco. La juzgaban y la destruían. Y, aunque fuera solo por un breve momento, deseaban que desapareciera de la faz de la tierra.

Aika evitaba interactuar con Sumia dentro de lo posible. Eran las eternas rivales, una situación tan típica en las compañías de ballet que solo empeoró hacia un par de años cuando Aika ganó el papel del cisne blanco, Odette; y Sumia el del cisne negro, Odile. Muchos en la compañía criticaron la decisión porque ninguna de las dos encajaba en el papel. En teoría Sumia era la perfecta Odette, pura y resplandeciente. Y Aika era un ser oscuro y frío que encajaba con Odile.

Así era como su mundillo dentro de la compañía decidió caracterizarlas. Y no estaban tan equivocados del todo.

Irónicamente, Aika se había refugiado detrás del papel de la reina del hielo como mecanismo de protección y afrontamiento. Su debilidad la había llevado a convertirse en el tipo de personas a las que criticaba y despreciaba.

El instante con Sumia le perturbó un poco, pero Aika logró recomponerse y se volvió hacia Frejya.

–Termina con los vendajes y nos vamos a Starbucks.

La sonrisa de Frejya se iluminó, así como sus mejillas que recobraron el color rosa como el de los leotardos.

–¡Atención, todos! – Megumi Takani entró al salón, era la antigua primera bailarina del ballet de Eastwood y principal profesora de danza. –Sé que la práctica ya acabó, pero quiero hacerles un anuncio. Un nuevo alumno se ha transferido a nuestra academia desde Nueva York. Denle la bienvenida a Heero Yuy.

Todos los ojos cayeron en el chico que no se inmuto. Como nadie dijo nada Megumi continuó con la introducción.   

–Heero recién se mudo a Eastwood. En Nueva York era el bailarín principal de la compañía juvenil, así que no dudo que sea un excelente bailarín. Ya que se acercan las audiciones para el próximo recital de fin de año la competencia será más dura. Como siempre, espero que practiquen lo suficiente y den todo de sí.

El salón se llenó de murmullos y algunos estudiantes se acercaron a Heero para darle la mano y presentarse. El chico los saludo, y antes de salir paró en seco, como si hubiera olvidado algo dentro de la habitación. Se volteo por un breve instante, y Aika sintió cómo se sumergía en el océano de cobalto de los ojos de Heero.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on June 30, 2023, 06:52:36 PM
Topes, algun dia. Supongo.

Chapter IV

El breve, pero definitivamente perturbador, contacto visual entre Aika y Heero se interrumpió cuando Gintoki Sakata regresó del baño.

Al parecer ver a Heero lo impresionó tanto que dió un pequeño salto para atrás.

–Oh mierda, es Heero Yuy. Heero c’est toi ? –le preguntó el peliblanco rodeándolo, como examinando cada centímetro de la persona de Heero.

–Merde – dijo Heero entre dientes, mirando al peliblanco con obvio fastidio.

–Señor Sakata, le recuerdo las reglas de la clase y entre ellas es evitar las palabras soeces– interrumpió Megumi.

–Oh sí, lo siento mademoiselle Megumi.

–Bien, la práctica terminó. – continuó Megumi sin prestarle mucha atención a su alumno, el típico «chistosito». –Mañana el señor Yuy se incorporará a la práctica con nosotros. Tengan en mente que este es su último año en la compañía juvenil. Los estaremos preparando para el taller que determinará quiénes serán contratados en la compañía para continuar su carrera como bailarines.
Heero salió junto con Megumi, y los estudiantes se dirigieron a los lockers para cambiarse o ducharse. Aika y Freyja solo recogieron sus cosas, dispuestas de salir lo más rápido del lugar y refugiarse en el Starbucks de la esquina para comer y beber algo.

En el lobby de la academia se encontraron con Quatre Raberba Winner, el compañero de pas de deux de Aika del año pasado y quien había interpretado a Siegfried en el Lago de los cisnes. Era el mejor bailarín de la compañía juvenil, con más gracia y porte que muchas de sus compañeras.  No eran mejores amigos ni nada, pero Aika apreciaba su amabilidad hacía Frejya y la sinceridad de su buena disposición.

–Quatre ¿quieres ir a Starbucks con nosotras? – preguntó Frejya cuando lo vió.

–¿Eh? Oh, hola chicas.

Quatre estaba distraído y no le fue difícil a Aika saber cuál era la razón. Al otro lado del lobby, donde estaba la entrada de los salones de ensayo de la compañía principal, estaba Trowa Barton, su crush. Aunque era un año mayor que todos en la compañía juvenil ya que había ingresado al conservatorio de ballet un año tarde, era lo suficientemente bueno como para interpretar al Baron von Rothbart. El castaño hablaba con una de las bailarinas de la compañía, Clare. Parecía una charla casual, aunque era inusual que los bailarines se fijaran en los chicos del conservatorio juvenil.

Había una especie de regla no oficial, le había dicho su hermano a Aika, de que los bailarines no hablaban con los de la juvenil hasta que se graduaran e ingresaran a la compañía principal. El mundo del ballet de Eastwood era así de elitista.

–Oye Quatre ¿por qué no le hablas a Trowa? – le preguntó Aika al rubio.

–Bueno hoy le dije buenas tardes…

–No me refiero a eso bobo.

–Aika tiene razón Quatre, deberías de intentar um… ser su amigo. – dijo Frejya.

–Trowa es muy distante– explicó Quatre. –Por si no lo han notado no tienen ni un amigo en la clase.

–Tu podrías ser su primer amigo– dijo Frejya inocentemente.

–No funciona así…– empezó a decir Quatre cuando los murmullos de varios estudiantes llamaron su atención.

Clare y Trowa ya no estaban juntos. Dos personas se les habían unido; Milliardo, el hermano de Aika y bailarín principal de la compañía de ballet de Eastwood. Y Theresa, su compañera de pas de deux y primma bailarina de la compañía.

–Oh vean, Trowa está con Theresa y Milliardo– susurró alguien trás el grupo de Aika.

Varios de los más jóvenes se quedaron viendo la conversación, como que fuera el espectáculo más fascinante del mundo. Aika vió asombro en la cara de muchos y un ligero toque de envidia en la de otros. Y… ahí iba la disque regla no hablada de Milliardo.

Lo que más llamaba la atención era que la usualmente distante y desinteresada Theresa ponía toda su atención en Trowa, riendo de lo que él decía y centrando su atención en él. Aika sabía que a partir de ese momento Trowa sería el chico más popular de la compañía juvenil.

Por su parte, Quatre miraba la conversación mortificado, siento que sus imaginarias esperanzas e ilusiones con Trowa se iban por el desagüe. Ni siquiera era amigo de Trowa, mucho menos su novio, y no sabía qué pasaba con Theresa pero sentía que era una pelea que ya había perdido, una pelea que ni siquiera empezó porque nunca tuvo oportunidad. Era la horrible sensación de ver a tu crush con alguien más, alguien con quien nunca podrás competir.

-----------



Cuando Sheryl llegó a la casa de su madre, aún con el mismo vestido que había usado la tarde anterior para encontrarse con Tasuku, no le sorprendió encontrar a su progenitora al teléfono.

–Estoy considerando poner cinco acuarelas en el mercado, trabajos del rey Carlos cuando aún queda el príncipe de Gales– decía Ritsuko al teléfono. –Por tres millones.

Su interlocutor dijo algo, y Sheryl vio la cara de su madre arrugarse ligeramente en disgusto.

–¿Tres millones por todas? No cariño, quiero tres millones por cada una– Ritsuko explicó con poca paciencia. –Acabo de recibir la autorización de Buckingham para  hacer la venta. Claro, un porcentaje irá a la caridad.

Sheryl se recostó sobre el marco de la puerta del salón donde su madre hablaba al teléfono. Ritsuko aún no se había percatado de la presencia de su hija más pequeña. Era una mujer de negocios implacable. Al perecer el interlocutor de su madre había captado bien el mensaje.

–Bien, empieza a hacer una lista de clientes potenciales a los que invitaremos a la galería el día que inicie la venta. Piensa en coleccionistas que estén interesados en comprarlas todas, sería una pena separarlas.

Cuando por fin Ritsuko se percató de la presencia de Sheryl en la habitación una sonrisa se dibujó en sus labios y le dio un pequeño saludo con la mano.   

–Sí, sí, quiero cerrar el trato rápido. Todo tiene que estar listo antes de que la gira de mi hijo finalice. Mi asistente te enviará los detalles pronto, tengo que irme.

Y sin esperar respuesta de su interlocutor, Ritsuko colgó el teléfono y se acercó a Sheryl para abrazarla. Sheryl devolvió el abrazo de su madre, encontrándolo especialmente reconfortante.

–¿Cómo estás? ¿Por qué no viniste antes Sheryl?

–Mamá, estoy bien. La promoción de la película fue… más ocupada de lo que pensé.

Ritsuko asintió. Sus instintos de madre le decían que podría haber algo más ahí, pero decidió no presionar a su hija.

–¿Te estabas quedando donde tu hermano?

Sheryl sonrió. Le daba mucha ternura como su madre quería tanto a Sakuya, a pesar de que habia ningun vinculo de sangre y Sakuya se unió a la familia como un niño de 5 años, cuando Ritsuko apenas tenía 23 años y recien se habia casado con su padre en una ceremonia improvisada (y probablemente motivada por el alcohol y quien sabe que más).

–Sí mamá, no te preocupes. Pero ahora que la promoción terminó quisiera quedarme aquí un tiempo hasta mi próximo trabajo.

–Por supuesto cielo. Las cosas estarán un poco agitadas por el inicio de la gira de Sakuya y su boda después.

Sheryl sonrió. El prospecto de la boda de su hermano le emocionaba mucho y Relena, la prometida de Sakuya, ya le había pedido que fuera una de sus damas. A pesar de que todo el tema de DeViLS y la salida de Sakuya la ponían un poco nerviosa, Sheryl se imaginó el día de la boda con un hermoso vestido bailando con… Tasuku?

La rubia detuvo sus pensamientos por un momento y se regañó a sí misma por un momento ¿por qué se estaba imaginando junto a Tasuku?
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on July 31, 2023, 08:41:29 PM
Ahhh me alegra verte por aquí Apple TOT



Capítulo 7: Roxana Agriche.
Roxana se movió entre los pasillos de la universidad con elegancia, su cabellera dorada se ondeaba con la brisa matutina que entra por las ventanas abiertas y los pasos apresurados de quienes llegaban tarde a sus aulas.

Ella estudiaba en la clase de Arte, por lo general no asiste debido a que ya poseía una pequeña galería que había logrado abrir gracias a la fortuna de los Agriche.

Sus tacones Pigalle sonaban al pasar y la suela roja la hacía lucir refinada y atrevida; todo aquel lugar se había vuelto una pasarela para sus largas piernas. Por lo general, intentaba lucir elegante y refinada, ella misma promocionaba sus pinturas con su cuerpo, teniendo algunos tatuajes en forma de mariposas por sus brazos y muslos que ella misma había bocetado con un estilo macabro.

La sociedad del Club de Arte ya había dejado en claro que Roxana no era bienvenida ahí. Sus pinturas grotescas, a veces mezclada con una gota de su sangre, eran repulsivas y jamás apoyarían semejante basura. Lo entendía y aceptaba, sus obras no eran para todo público, incluso en las clases le habían advertido que iba a reprobar si seguía siendo tan excéntrica con sus entregas.

Se paró frente a la entrada del baño de mujeres y fue directo al espejo para darse ánimos. Era hermosa, con un lace choker de encaje sobre su cuello, que resaltaba su piel tersa; sus pupilas de rubí la hacían lucir encantadora y misteriosa. Junto a un labial Rouge de Channel y su cabellera ondulada de matiz rubia miel, cálido como la sangre que fluye en sus pinturas o así lo piensaba ella.

Acomodó su ropa y fue rápidamente a su clase, allí no reconoció a nadie. Cada rostro le aparecía borroso, incluso los profesores le resultan extraños después de tres meses sin aparecer en las cátedras.

Subió las escaleras hasta acomodarse en algún sitio lejano del auditorio en anfiteatro, fijándose cuidadosamente que nadie estuviera cerca de ella. Simplemente no quería charlar ni fingir que no le importaban las negativas de los “ancianos rancios” del Club de Arte.


—¿Roxana Agriche?

Oyó cómo su nombre era susurrado atrás de ella y rápidamente giró,

—¿Hola? —su voz suave y confundida se dirigió hacia la chica que la llamó.

Al instante la reconoció de algunas publicidades y revistas de moda, las fotos no le hacían justicia en lo más mínimo a la modelo que tenía frente a ella.

—¡Lo sabía! —gritó como loca y empezó a dar pequeños saltitos de alegría en su lugar—. Soy Marin Kitagawa, amo tus pinturas y estatuillas… ¡SON IMPRESIONANTES! Tus mariposas parecen cobrar vida desde ciertos ángulos. 

La otra mujer la miró con un semblante amable y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios rouge, pronto una suave risa salió de su boca.

—Gracias —acomodó tímidamente un mechón de sus largos y ondulados cabellos detrás de la oreja—. También te he visto en varios lados, eres una reconocida modelo.

Las dos chicas congeniaron de inmediato, Marin era parecida a ella físicamente, pero sus hermosos ojos rosados la hacían lucir aniñada, como una versión menos oscura de ella.

Entre clases ambas fueron a una cafetería cercana. Roxana pidió un café doble, mientras Marin encargó un Frui Parfait de fresa. El lugar es simple, como un restaurante familiar con manteles tipo picnic. Los que atendían tampoco son glamurosos, el que les trajo sus pedidos tenía el cabello largo desaliñado, con gafas gruesas que ocupan casi todo su rostro.

Ambas pagaron y empezaron a degustar sus pedidos, mientras una pequeña charla se forma entre ambas. La comida, así como la charla parecía algo trivial; Roxana, por lo general, no tenía ninguna afición que a las chicas de su edad le gustaran y menos hablar de cómo a la pintura le mezcla algunas gotas de sangre y una de sus fuentes de inspiración es Hermann Nitsch, aunque nunca tan extremo. Ella no iba a matar animales para ningún tipo arte.

 —En Japón hubiera sido una Gravure Idol —negó con la cabeza, asqueada por la idea de posar casi desnuda para hombres—. Aquí la paga es muy buena y puedo dedicarme a mis hobbies.   

Roxana bebía con parsimonia su café recargado, escuchando lo que decía Marin sobre su trabajo como modelo de ropa y cosméticos.

—¿Eso es malo? —ella muchas veces había dibujado escenas de mujeres teniendo sexo sobre altares paganos, por lo que sus pinturas hacían énfasis en la sexualidad femenina y la búsqueda de placer sin el sentimiento de culpabilidad.
—¡Claro que no! —apresuró a decir—, pero la paga es mala allá y muy pocas modelos terminan siendo de renombre. Ahora mismo puedes ver un comercial mío por tanda publicitaria.

Los ojos rosados de la japonesa volvieron a arder con intensidad, con un brillo y emoción que la misma Roxana había dejado de tener hacía años.

—Lo malo de aquí, es que hay menos materiales para realizar cosplay —suspiró pesadamente, mientras comía la última parte del parfait de fresa—. Tengo que esperar semanas para que llegue algún paquete. 
 
La charla continuó por casi media hora, hasta que ambas tuvieron que regresar a clases. Roxana se fue a otra parte del campus y Marin se dirigió al lado opuesto. Al parecer no estaban en la misma carrera, pero compartían algunas clases.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Apple on September 30, 2023, 06:51:03 PM
Igual Miyuuuuu ;_; me alegra saber que no ando aquí sola posteado lol

5

–Oye Sheryl, despierta.

Aunque no eran hermanos biológicos, Sheryl y Sakuya tenían una forma muy adorable de despertar, observó Relena. Ambos abrían sus ojos y por un momento parecían aturdidos, como un cervatillo asustado, como un bebé que recién abrió los ojos y estaba viendo el mundo por primera vez.
Sheryl entreabrió los ojos y vio a la prometida de su hermano. Afuera ya estaba oscuro, posiblemente era hora de la cena.

–Relena– la llamó Sheryl mientras se incorporaba en la cama y tomaba un sorbo de la botella de agua que había dejado en su mesa de noche.

–¿Estás muy cansada? – le preguntó Relena. Se sentó al pie de la cama mientras Sheryl se desplomaba de nuevo en sus almohadas.

–Estoy exhausta. Ya no quiero actuar, ya ni siquiera puedo fingir entusiasmo en las conferencias de prensa.

–¿Ya hablaste con Gin?

–¡Él no me escucha! No cree que pueda manejar una carrera músical seria…

–¿Te lo dijo así?

–No, pero su actitud es obvia.

Relena asintió. En teoría Gin era su jefe… y estaba molesto con ella. No lo había dicho implícitamente, pero su actitud y sus gestos lo decían todo. La culpaba por la salida de Sakuya de DeViLS, aunque ella no tuvo nada que ver en la decisión de Sakuya. Tal vez era la causa de su retiro de los escenarios, pero ella también se sentía contrariada por la decisión y después de que conoció a Ritsuko, supuso que había una forma de ser esposa de una estrella de rock y vivir para contarlo. Pero Sakuya había insistido…

–Ya sabes como es Gin, probablemente los negocios sean su prioridad.

Sheryl entendió enseguida a lo que se refería Relena. Gin tenía una compañía a la cúal dirigir, la cual había sido muy exitosa por tres generaciones y Gin estaba decidido a mantenerlo así.

–Da igual– dijo Sheryl resignada. –Me faltan un par de películas y luego tengo que renovar mi contrato. Creo que puedo enviar al abogado Gin a hablar con el tirano Gin.

Relena solo asintió. Al perecer Sheryl pensaba enviar a la utilería pesada. El abogado Gin Ichimaru, era el abogado y jefe de la oficina familiar de los Ookochi. Relena lo había conocido ya en un par de recepciones de Ritsuko ya que al fin y al cabo, cuando se casará con Sakuya Gin Ichimaru se volvería su abogado también.

Sheryl se levantó de la cama, y se dirigió a su armario a cambiarse. Salió luciendo un vestido largo casual y relajado, apropiado para una cena familiar.

—-------

Sheryl y Relena bajaron al comedor donde Ritsuko, Sakuya y Rangiku ya estaban sentados, disfrutando de unos aperitivos de lo que parecía salmón. Aún en las pequeñas cenas familiares Ritsuko insistía en tener una comida formal con aperitivos, entradas, plato fuerte y postre; además de curar ella misma el maridaje de los platillos y los vinos. En consecuencia de ello todos en la familia Ookochi habían adquirido con el tiempo y la costumbre un gusto por la cocina gourmet; aunque los hijos de Ritsuko podían tolerar las comidas formales e improvisadas, en especial si sus agendas estaban muy ocupadas. La misma Ritsuko se permitía tener una dieta desordenada de vez en cuando y comer un sandwich en su oficina.

A Relena le tomó un tiempo acostumbrarse a la casual vida lujosa de los Ookochi. Ellos no comían foie gras o caviar de beluga porque quisieran darse un gusto o presumir su riqueza, sino porque simplemente estaban acostumbrados a ello. Era parte de su vida diaria, habían nacido así (excepto Sakuya, pero él tuvo el beneficio de crecer dentro de ese ambiente). El concepto de rock stars old money le chocó un poco al inicio de su relación con Sakuya, pero él hizo todo lo posible para ayudarla a aclimatarse y realmente toda la familia Ookochi habían sido maravillosos con ella. Relena estaría agradecida por siempre por no tener que lidiar con una suegra o cuñadas snob clasistas.

Tan pronto como Relena y Sheryl se sentaron en sus lugares, Relena junto a Sakuya y Sheryl junto a Rangiku, el staff llegó con la entrada; una sopa de tomate acompañada de un Sauvignon Blanc. La charla en la mesa pronto se centró en el nuevo apartamento de Rangiku, en el centro de la ciudad.

–Espero que no tengas vecinos molestos o entrometidos– le comentó Sheryl.

–No, básicamente tomó el elevador y voy directo a mi piso, es como en el apartamento de Sakuya – explicó Rangiku –Pero las veces he ido a ver como van las remodelaciones, me he encontrado con algunas personas en el lobby, ¿Parecen gente normal? ¡Oh, sí! ¿Les suena Milliardo Peacecraft, el bailarín principal de la compañía de ballet de Eastwood? 

–Por supuesto– dijo Ritsuko –su madre también está en la asociación de damas de Eastwood. Sino estoy mal, después de su cuarto divorcio regresó a vivir con Milliardo y trajo a su hija tambien.

–Oh wow, cuarto divorcio– exclamó Relena.

–Imagínate pasar por cuatro bodas– mencióno Sakuya mientras tomaba la mano de su prometida y le sonreía con complicidad, como diciendo “ese no será nuestro caso”.

–O cuatro divorcios– agregó Sheryl.

–No es como que ella sea la primera en la asociación de damas de Eastwood en pasar por eso. Es más común de lo que ustedes creen niñas, especialmente a mujeres de mi edad.
Rangiku y Sheryl hicieron una broma con referencia a la edad de su madre haciendo reír a todos en la mesa, con excepción de Ritsuko obviamente.

La cena transcurrió con normalidad, aunque Rangiku había obviado algunos detalles de su nueva vivienda… en particular que después de toparse con Milliardo por segunda vez en el lobby del edificio este le había pedido una cita y ella había aceptado.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Kora on October 31, 2023, 12:00:26 PM
Tengo una idea para un modern AU que podría encajar aquí, espero continuarlo pronto <3


A lo largo de su vida, Kaeya había sido muchas personas diferentes. Como una segunda piel, usaba identidades de personas que nunca habían existido, para luego deshacerse de ellas cuando desaparecían en la nada de la que provenían; a veces, era casi tentador olvidar quién era y deslizarse hacia una vida que no era la suya. Un fugaz momento de paz, una oportunidad de escapar temporalmente de su pasado y de su futuro.

Nunca había un final feliz, pero nunca se lo habían prometido, así que no podía quejarse.

Y esta vez no sería diferente. Tenía un objetivo, una meta en cuya vida se deslizaría, y cualquier otra cosa que sucediera... dependía de él, siempre y cuando tuviera éxito.

Se ajustó la corbata en el espejo retrovisor, asegurándose de estar lo más guapo posible. Podía ser espía y asesino de oficio, pero eso no significaba que no pudiera lucir lo mejor posible mientras trabajaba. De hecho, ser naturalmente apuesto como era, sería de ayuda durante la misión: independientemente de sus modales encantadores y suaves, una joven princesa moderna sería más fácil de encantar con un traje caro y bien ajustado y un sedoso y bien arreglado cabello.

Tan pronto como puso un pie en el patio de la mansión, una mujer rubia con un traje de oficina se le acercó y se presentó como la secretaria de Crepus Ragnvindr. Dijo haber estado esperándolo y rápidamente lo guió hacia adentro, sin quitarle los ojos de encima ni un segundo.

- El señor Ragnvindr los ha estado esperando. - explicó mientras tocaba una puerta antes de que una voz de hombre les pidiera que entraran. Antes de entrar a la oficina, Kaeya respiró hondo, listo para dejarse atrás y abrazar su nueva vida... mientras durase.

Como profesional que era, Kaeya había hecho sus deberes y estudiado qué información sobre los Ragnvindr estaba disponible (que, por supuesto, no le daría el panorama completo). Había visto sus rostros en todos los archivos que le habían entregado, pero ésta era la primera vez que los veía en persona.

Crepus Ragnvindr era como esperaba, un hombre con una fuerte presencia pero una sonrisa encantadora, las patas de gallo alrededor de sus ojos solo aumentaban su atractivo de hombre maduro. Su apretón de manos fue fuerte y firme, y Kaeya se aseguró de responder con la misma confianza.

Pero las fotos no le hacían justicia a Diluc Ragnvindr. Se veía hermosa en ellas, por supuesto, pero Kaeya no podía haber esperado que se le parase el aliento por un momento cuando su mirada se posó en ella por primera vez. Su expresión serena, casi inescrutable, era una máscara de alabastro, tallada por los propios dioses, desde el delicado arco de su frente hasta el arco de Cupido de sus labios.

Era más que su belleza. Algo en su forma de comportarse llamó a Kaeya: era una dama refinada, eso era seguro, pero a Kaeya le habían enseñado a ver más allá de la superficie. Y vio fuerza en ella, una corriente salvaje bajo un glaciar.

Kaeya nunca había retrocedido ante un desafío.

- Es un placer conocerla, señorita Ragnvindr. - dijo después de salir de su ensimismamiento. No estaba mirar boquiabierto a su objetivo como si nunca antes hubiera visto a una mujer bonita. Le hizo a Diluc una cortés reverencia con la cabeza y la mano en el pecho. - Espero no ser una molestia para ti. Lo único que me importa es tu seguridad.
Title: Re: Act 1: Overture
Post by: Miyu on January 25, 2024, 04:39:59 PM
La playlist que usé es la que hizo el/la mangaka de "The Guy She Was Interested in Wasn't a Guy At All" vol. 2 (?) y el opening de Mashle de esta tempo LOL



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La música se oía a través de los parlantes de la tienda, junto al aire acondicionado y las cajas de CD’s siendo acomodadas en las estanterías. La transición de una canción a otra es tranquila, al igual que el ambiente del lugar. Pocos clientes iban ya a comprar en formato físico los álbumes y vendían más en línea.
Mitsuki en el mostrador, comenzó a pintarse las uñas de negro, el olor a esmalte hizo que su compañero de trabajo tosiera, pero seguía ordenando la mercancía con cuidado.

—Mi hermana me vendrá a recoger en poco —el hombre se acercó al mostrador con una cara totalmente rancia, a juego con su voz rasposa— ¿Puedes poner algo más femenino?
—¿Femenino? —levantó ambas cejas con sorpresa y después miró el ordenador de dónde había puesto la playlist—. ¿Qué es femenino?

La chica parecía totalmente nerviosa, con gotas de sudor frío recorriendo su cara, probablemente si no usara mascarilla se vería ridícula.

—Femenino, femenino, femenino —repitió Mitsuki varias veces, rascando la parte posterior de su cabeza. Sus cabellos cortos le permitían sentir el fresco de la habitación.
—No sé, algo de alguna Idol —Gyutaro sacó su móvil y Google rápidamente, traía el mismo color de uñas que Mitsuki—. El otro día Ume se quejó llamando vejestorio a la música de aquí.
—Bro, es una tienda de Rock —señaló un poster de Nirvana detrás de ella—. A duras penas tenemos algo de Maneskin y Mammoth WVH y este último porque toca el hijo de Van Halen.
—Busca en YouTube o en Spotify —el chico se sacó el delantal negro para dejarlo sobre el mostrador.

Después de poner Spotify el top de canciones de Japón, presionó la primera canción de Creepy Nuts. En ese momento la campanilla de entrada sonó, alguien ingresó a la tienda, el suave y delicado sonido del campanilleo se sobrepuso sobre el extraño rap oriental que sonaba a todo volumen.

Mitsuki apuntó sus ojos a los azules de Gyutaro, ambos entraron en pánico, esa canción estaba alejada del sonido femenino que ambos buscaban para hacer que la mimada hermana menor de él se sintiera más cómoda.

“Oye Espejito, espejito di quién es el mejor.
 Pues soy yo,
Oh yeaah Mientras permanezca vivo lejos iré
Hasta el número uno ser
Cantando
Bling-Bang-Bang, Bling-Bang-Bang-Born
Cantando
Bling-Bang-Bang, Bling-Bang-Bang-Born
Cantando
Bling-Bang-Bang, Bling-Bang-Bang-Born
Hasta el número uno ser”


—Viejo… ¿ESO TE PARECE FEMENINO? —Gyutaro saltó sobre el mostrador para intentar pausar la canción.
—¡QUÉ SE YO! ¿POR QUÉ ERES TAN MOLESTO? —Mitsuki, al igual que él, fue rápido al mouse. Ambos se pegaron contra la pantalla de la computadora.

En ese instante la voz femenina de una chica carraspeó para llamar la atención de ambos, se veían totalmente ridículos. Entre empujes y los movimientos que hacían sobre el ordenador, terminaron poniendo más alto el volumen de la música y el “Bling-Bang-Bang-Born” sonando agudo.

—¿Qué hacen? —puso sus manos en jarra y los miró con sus filosos ojos azulados, aún con las cejas cruzadas se veía hermosa—. Hermanito, aléjate de esa marimacha.
—¿Yo? —se señaló así misma Mitsuki, dejando caer un poco su cubrebocas. Parecía muy sorprendida.
—¡Ume! —la regaño su hermano, tratando de contener la risa—. Bueno, nadie te manda a vestirte como tomboy, Koga.

Después de unos minutos volvieron a la vieja lista de canciones, que ya casi terminaba de sonar 1979 de Smashing Pumpkins y comenzó a sonar Foo Fighters con My Hero, Mitsuki cerró sus ojos para oír los acordes de la guitarra y una pequeña sonrisa se formó entre sus mejillas.

Los dos hermanos salieron de la tienda de música, Ume iba sujetando el brazo de su hermano mayor. Pese a llevarse tres años ambos tenían una buena relación y el hermano mayor siempre mima demasiado a la menor.

—¿Música femenina? —Ume alzó su vista hacia su hermano—. Eso sería Pop, quizás Doja Cat. Uhmmm… últimamente escucho Kura Kura de TWICE o BLACKPINK.

Ume llevó sus uñas finamente esculpidas, con un diseño rosado y algunas flores dibujadas con pequeños diamantes falsos incrustados hacia sus labios para pensar en lo que Gyutaro se refería con “música femenina”.

—¿Dua Lipa? —mordió con delicadeza la uña del dedo índice e inclinó ligeramente su cabeza, sus largas hebras doradas con las untas limas se movieron de una manera suave con ella.

En ese momento ambos hermanos vieron una cosa dorada saltando sobre la menor de los Shabana y abrazándola fuerte.

—¡UMECITA! —gritó quién impacto contra ellos, abrazando a la chica con fuerza. El movimiento hizo que ambos hermanos se alejaran entre sí—. Tiempo sin vernos, ¿cómo estás? ¿Mitsu chan está en la tienda?

De inmediato ambos reconocieron a la hiperactiva de Marin Kitagawa, ambas chicas median casi lo mismo y traían sus cabellos sueltos.

—¡Aléjate! —contiguo dijo la albina—. ¡Aléjate, Marin!
—Hermana —Gyutaro suspiró ante la mala actitud de su hermanita.
—¡Nada de hermana, me está arrugando el uniforme! —Ume parecía molesta e intentaba alejar la cara de la otra mujer de encima—. ¡Quítamela!
—No quiero, jeje —se reía con la cara pegada a la de Ume—. Tan linda y gruñona.~

Gyutaro no entendía cómo es que su hermana había podido hacer tantas amigas desde que llegó a Eastwood, aunque siempre tenía que tener cuidado con los hombres que se le confesaban a ella.

—Koga está en la tienda aún —respondió el hombre, señalando en dirección a dónde trabaja.
—¿Lo dices en serio? —Marin parecía totalmente emocionada y abrazó un poco más fuerte a la chica—. ¡AHHH, AL FIN LA VERÉ! Aunque cruzarme con Yori chan sería bueno también.
—¡HERMANITO! —los niveles de odio de Ume rayando el límite, pidió ayuda a su hermano.
—¡Oh sí! —Marin se alejó unos centímetros de ella y de su mochila rojiza, marca Supreme, sacó una bolsa con el logo de 6%DokiDoki—, espero les guste —la sonrisa de ella se amplió bastante y miró a Gyutaro también.

Ume la tomó con cierta curiosidad, sus ojos se agudizaron un poco y Marin le acarició la cabeza.   

—¡Te dejaré hacerlo por esta vez, hmph! —movió su cabeza hacia un lado, inflado sus mejillas, pero sin agradecer por el obsequio.
—Gracias —apresuró a decir Gyutaro—, y perdón por ella.
—¡HERMANO! —protestó ella.
—No te preocupes, es bien linda —la rubia le acarició por algunos minutos más la cabeza y después se despidió de ambos para ir hacia la tienda de CD’s.

Marin se había puesto unos shorts de jeans cortos, junto a una camiseta corta con una estampa de Nirvana en ella, se veía bastante linda. Respiró hondo profundo antes de ingresar a la tienda y, con la mejor sonrisa, se apresuró al mostrador.

Al detenerse frente oyó las notas y la voz tenor que reproducía los parlantes del local, el conjunto de notas y acordes hacían de la canción algo nostálgica.

—La voz de Brandon Boyd me hace estremecer —susurró la platinada, intentando tararear Drive.
—“Whatever tomorrow brings. I'll be there With open arms and open eyes, yeah. Whatever tomorrow brings. I'll be there I'll be there, yeah, ohh” —Mitsuki cantaba bajo el mostrador, mientras ordenaba algunas cosas que se cayeron cuándo con Gyutaro intentaban apagar la canción de Creepy Nuts.
—Me gusta Incubus —Marin se hizo hacia delante del mueble, apoyando sus brazos en la parte de arriba, para ver a la mujer del otro lado—. Tiempo sin vernos, Mitsu-chan.
—Sí, Kitagawa —ambas se rieron y la mencionada apoyó su mochila grande se Supreme sobre el mostrador de la tienda—. ¿Cuándo regresaste de tu viaje a Japón? Hace poco Ume estuvo en la tienda.
—La vi —respondió emocionada—. ¡Fue todo un espectáculo! La abrace el doble.
—Imagino que casi te golpea —dejó escapar una pequeña risa y se acomodó en la silla.
—Sí, sí —asintió rápidamente—, Debería dejar de ser tan linda si no quiere que la abrace.

El grupo de amigas se había formado en la Universidad, al ser japonesas todas era normal que terminaran entablando amistad. En su grupo había demasiado chicas: Haru, Yori, Ume, Matsuri, Harumi, Yuzu, Mei, Mitsuki, Aira, Musashi, Marin, Nobunaga, Souji, Okuni, Yuzuriha y Sagiri, todas en especialidades diferentes y con pocas clases compartidas, sin gustos en común y aún así se habían hecho muy buenas amigas.

—Volví ayer —confesó Marin, buscando en su mochila un regalo como suvenir—. Traje regalos para todas las chicas. ~
—Espero que no sea maquillaje —se volvió a reír la pelinegra, quitándose el delantal de trabajo de la tienda—. Pronto cerraré, ¿quieres ir a comer algo?
—¡Crepas! —respondió de inmediato.
—¿Eh? -la miró sorprendida, pues fuera de Japón no había locales de crepas—. Vamos al Starbucks.
—Ah, cierto —le entregó una bolsa de A Bathing Ape—. Ojalá te guste.
—¿BAPE? —tomó la bolsa y le dio una ojeada, viendo una camisa de Denim—. Gracias, no te hubieras molestado.
—Tuve que hacer varios trabajos en Harajuku y conseguí descuentos en varias tiendas —acomodó las cosas de nuevo en la mochila y la cerró.
—¿Te fue bien? Últimamente estoy viendo varios spots publicitarios tuyos en la televisión e internet.
—Sí, incluso me hicieron fotos para revistas de Gal’s allá —emocionada, infló su pecho. Aunque su trabajo en el mundo de la moda no era más que para sustentar sus hobbies como otaku.
 
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—Ume, se más amable con tus amigas —Gyutaro se palmeó su propia frente al ver que su hermanita golpeó con el bolso a Yuzuriha y Sagiri entró en pánico.
—¡Es culpa de estas estúpidas por creer que me pueden tocar! —volvió a impactar su bolso contra la cara de Yuzuriha.
—¿Estás bien, Yuzuriha-san? —preguntó Sagiri, tomándola del hombro.
—¡Sagirin! —fingiendo que le dolió, apoyo su delicado rostro entre los pechos de la mujer más alta.
—¡PERVERTIDA! —Ume miró a través de las mentiras de ella y la golpeó de nuevo para alejarla de Sagiri—. Hermano, definitivamente Yuzuriha no es mi amiga.
—Esto… —Sagiri se quedó quieta, observando como Yuzuriha quedó en k.o. en el suelo por los ataques de la albina. Sagiri media 1.72 cm, mientras que Gyutaro 1,80 cm—. No seas tan dura con ella, Ume-san.
—Eres demasiado buena con esa pervertida, Sagirin —con el entrecejo aún cruzado, se colocó su bolso en el hombro y tomó el brazo de su hermano—. Por eso es que ella hace lo que quiere contigo.
—¡Phew! ¡PERO ELLA ES MÍA! —exclamó Yuzuriha, besando la mejilla de la otra mujer e imitando el gesto de Ume al agarrar el brazo de su pareja.

Gyutaro se rascó con su mano libre la mejilla, en sí le daba envidia ver a una pareja tan linda demostrando su cariño en público.

—Yuzuriha-san, nos ven —susurró apenada Sagiri.
—¿Oh? —levantó su mano Marin—. ¿Están por aquí aún?
—Kitagawa-san —Sagiri les sonrió a las dos chicas que venían en dirección contraria a ellas-. Koga san.
—Viejo, no quiero verte después del trabajo —Gyutaro miró apático hacia la tomboy.
—¿Eh? —Mitsuki se puso nerviosa nuevamente, tras de ella traía el estuche con la guitarra—. Me pides cosas imposibles, Shabana.
—Vamos a Starbucks, ¿vienen? —emocionada, Marin fue hacia los otros cuatro e hizo lo mismo que con los demás, busco en su mochila regalos para las dos chicas.
—¡Quiero! ¿Me pagas Sagirin? —con ojitos de cachorrito mojado, viró hacia la mujer.

La otra chica tragó saliva y sacó su billetera de los bolsillos de su pantalón, haciendo cálculos mentales para saber cuántos dólares gastaría en una bebida y alguna botana, mientras tantos la charla de las mujeres y el hermano mayor de Ume seguía su curso.

—¿Querías ir a comer crepas? —Ume seguía sujetando el brazo de su hermano-. Hay una confitería que vende helados y crepas.
—¿Sí? —la sonrisa de Marin volvió a aparecer y estuvo a punto de abrazar a la albina, sino fuera por Mitsuki que agarró a su amiga del cuello de la parte posterior de su camiseta.
—Si haces eso se armará un nuevo espectáculo y no creo que Sagirin lo soporte —le susurró la tomboy.
—Oye, parece que pagaras mi helado —Yuzuriha volvió a besar la mejilla de su pareja para llar su atención.
—¿Helado? —regresó a mirar su cartera y a contar su dinero.
—Pagaré yo —finalmente suspiró Yuzuriha, mostrando en su celular el monto que tenía en el banco.
—Paga el mío y el de mi hermano, pervertida —Ume le dio un golpecito en el hombro y dijo seriamente.
—¡Crepas gratis! —Marin se sumó al pedido de la albina—. ¿Verdad Mitsu chan?
—Lo siento Yuzuriha —le susurró Mitsuki, tratando de atarse sus cabellos en la parte posterior. La tarde era muy calurosa.
—Está bien, está bien —suspiró la de cabellos cortos y guardó el móvil en su bolso—. Pagaré, pero no se acostumbre que no tengo dinero de sobra…
—Si eres una gran gimnasta, no te hagas la pobre —Ume levantó su mochila para amenazarla con pegarle.
—¡N-no siempre! —se cubrió detrás de la altura de Sagiri.
—Tu hermanita es muy abusiva —Mitsuki se acercó a Gyutaro y le mostró su celular, había hecho una pequeña playlist de canciones que consideró femenina.
—No conozco ninguna —encogió de hombros el único hombre del grupo. Tras escuchar que su hermano habló, Ume señaló a Mitsuki algo furiosa.
—¡Aléjate de mi hermano, TÚ TÚ TÚ MARIMACHO!

Yuzuriha intercambió miradas con Marin y Sagiri empezó a mirar hacia todos lados al ver que llamaban la atención del resto de transeúntes.

—¡No soy eso! —Mitsuki se puso colorada—. ¡Es mi estilo!
—Es muy linda enojada —la rubia le sacó una foto a la chica que gritó.
—La imagino funada en TikTok con el título de “enana gritona se desquicia por su brocom” —Yuzuriha se rió.
—Enana linda y gritona con brocom —añadió la que tenía su celular apuntando a la que aún sostenía su dedo en la tomboy.
—Feo —continuó Ume—. Feo, feo, feo.
—¡ME GUSTAN LAS MUJERES, IDIOTA! —finalmente explotó la chica que parecía mas un hombre, saliendo sin querer del closet.
—¡Oh! —Ume retrocedió y bajó su cabeza.

Sagiri se sorprendió un poco, pues ella misma usaba a veces ropa de hombre porque su cuerpo se veía mejor con algo unisex.

—Y ahí va otra —Yuzuriha no parecía sorprendida—- Con esta van nueve amigas lesbianas.
—Matsuri y Harumin son más bien pansexuales —Marin añadió, tampoco sorprendida por las declaraciones de su amiga.
—¿Y tú? —levantó una ceja, para indagar—. Matsuri se ha besado con varias chicas, está enamorada de Harumin.
—Shizuku-tan sexual —declaró orgullosa de su waifu de anime y eroge, después guardó su celular en el bolsillo del short.
—¡Hermanito, me llamó tonta! —alzó se dedo índice para volver a señalar a Mitsuki, mientras con la otra mano abraza a su hermano—. Dile algo.

Gyutaro miró a Mitsuki desganado y le acarició la cabeza a su hermanita. Él ya sabía las preferencias de su compañera de trabajo.

—Te lo mereces, eres tonta —el chico le habló bajo, limpiando con la diestra unas lágrimas que se formaron en los lagrimales de su hermanita.

Los seis se fueron hasta una pequeña tienda frente al Viretta Park, que nombraron así en honor a Kurt Cobain, con una replica exacta de la banca donde el artista se sentaba. Pidieron crepas de matcha, Nutella y frutilla.  El grupo se quedó junto hasta después del atardecer, hablando sobre diversas cosas y el viaje de Marin a Japón.

—Espero que no suban el vídeo a las redes —Ume furiosa empezó a revisar cada App nsyalada en su celular y después escribió en el grupo de chicas de LINE.

Daki: ¡MAS LES VALE NO PUBLICAR NADA O YA NO TE DEJARÉ ABRAZARME, MARIN!

—Estás exagerando.

Gyutaro estaba en la cocina del pequeño departamento, haciendo la cena y preparando los almuerzos de mañana. El joven traía su cabello atado en una pequeña coleta, por alguna razón las hebras de él se habían vuelto bicolor, siendo las raíces negras y el largo hasta las puntas de un lima oscuro.

—Eso no es cierto —continuó mandando stickers enojados—. Aparte que, si la dejo hacer lo que quiera, será peor luego.
—Lo que digas —respondió sin ganas, tener que convivir con tantas mujeres a su alrededor lo dejaba exhausto.
—Yori subió una foto con Chiyo neesan —giró el celular para mostrárselo a su hermano, ella estaba sentada en el sofá de la sala dónde tenían un televisor y una pequeña mesa ratonera.
—Muestra mucha teta —suspiró él como respuesta—. Ni parecen hermanas.
—¿Sí? Me parece más linda que todas las chicas y más agradable —le dio un corazón y escribió un pequeño mensaje dirigido para Chiyo—. Le puse que las copas G deben ser difíciles de encontrar.
—Esa observación está de más —Gyutaro traía un delantal de cocina, debajo enfundaba un jean de Denim y una camisa de leñador. Dejó de revolver el estofado para mirar a su hermana una vez más por la mesada flotante—. También debe ser difícil caminar…
—Y bañarse —agregó ella— o vivir en general.
—No digas eso frente a Chiyo nee-san —continuó cocinando.
—¿Por qué no? —le preguntó, subiendo sus pies al sofá y continuando con la ojeada en Instagram—. Yuzupon y Mei hicieron un live.
—Eso no es cortes —luego pensó que el problema es que su hermanita no es cortes.
—¿Uhm? —inquirió, virando sus orbes azuladas a su hermano—. ¿Y?

Después de unos minutos vio un comercial de línea de cosméticos por televisión, con Marin como cara principal.

—Esa gal me aparece hasta en la sopa —refunfuñó, cambiando de canal y dejando en una película.
—¿Subimos una foto a Instagram? —se levantó de su asiento y corrió hacia su hermano, abrazándolo por la cintura. Parecía una niña así.
—¿Me puedo negar?
—No.

Apretó el botón para poner el temporizador y eligió un filtro neón para colocar, en pocos minutos ya había subido la foto de aquel pequeño y dulce momentos de los hermanos Shabana.

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