Siempre a ultimo momento jejejeje : D
PD: ¡Bienvenida al proyecto
Chaos Girl y al BT! Que disfrutes harto aquí <3
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―Ichinomiya, Kou―¿Por qué enseño en una universidad de tercera categoría? Buena pregunta. ¿Por qué debo estar llamando la atención de un ‘alíen’ como ella? Porque tiene beca… ¡Sí! Y por mi currículo, enseñar aquí, entre futuros famosos (con suerte), me traerá fama.
Exacto, no necesito dinero. No, podría vivir cómodamente y lleno de lujos por siglos.
“Adelante, Touwa”. Suspiré, intentando obtener respuestas de por qué ella se comporta así. “Vamos, despierta” le pegue con el dorso de mi libro. La sensación fue muy buena, llena de placer, ¿para qué mentir? “Sigamos…”
Proseguí con la clase, el ambiente seguía igual y si descuido a Touwa, se duerme al instante. ¿Puede ser eso posible? Bueno, cuando hice mi licenciatura, dormía una hora por día y cuando la finalicé, gosh, fue lo mejor. Dormí una semana con mínimas interrupciones para comer y baño.
Mire por los ventanales gigantes del auditorio, aquel debía ser un hermoso y caluroso día, perfecto para estar ahí, encerrado y viendo niños ingratos. Sí, ¡aleluya! El aire acondicionado parecía a punto de estallar y los ronquidos notorios de Touwa, FINE.
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Por otro lado, el pasillo a primeras parecía vacío y bueno, quizás todos se apartaron al ver llegar a la reina de aquél pabellón. ‘Enomoto Fumiho sama’ le decían a pesar de ser occidentales y junto a ella le seguía el seco de Hosaka Shouji, quien dedicaría una mirada sanguinaria a aquella persona que ose acercarse a Fumiho.
El chico tenía grandes deseos de fumar, lo necesita desde hace horas, el nivel de nicotina desciende peligrosamente de las venas y la chica un panecillo, tenía hambre.
“¿Quieres ir a la cafetería?” escupió señalando la dirección del comedor. “Creo que aún hay tiempo, Fumiho sama”.
Él debía seguir protocolos pese a las insistencias de la chica en llamarla ‘Fumiho’ a secas y cuando el ‘sama’ entro en los pálidos oídos de ella, la vergüenza se apoderó de ella.
“F… ¡Fumiho! Somos amigos desde la infancia, Shouji” a ella le parecía algo grotesco que en pleno siglo veinte y uno aún siguieran habiendo personas que dieran la vida por una paga. Ella tenía que ser alguien ‘especial’ (A.K.A. con dinero) para ser una princesa de la que hay que cuidar. Shouji solo camino hasta la cafetería y entró, sin darle a tiempo para seguir la charla.
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“¡HEEEY, YUUUUUI!” gritó desde fuera del departamento Kiwako. Kiwako.Tocó la bocina de la motone y un ensordecedor ruido inundo el pacífico barrio. ¡Ah! Los vecinos le tirarían la bronca.
Kiwako vestía siempre unos shorts cortos y una remera ajustada de alguna banda cutre, la moda no le interesa. El casco negro había revuelto las hebras largas y rubias de la cabellera y eso la tenía de mal humor.
“YUUUUUI” continuó.
Su Honda CRF1000L Africa Twin color fucsia era como su hijo, el regalo de ella para ella más fabuloso que podía tener. Aquel sudor en verano y frío en invierno, había valido la pena.
“LO SIENTO” bajo a toda velocidad su amiga, se veía cansada y poco a poco fue recuperando el aliento. Rara vez Kiwako la llevaba, prefería cargar con un tipo llamado Fuji, por algún extraño motivo.
Las dos subieron sobre el vehículo de dos ruedas y con los cascos puestos partieron hacia la universidad.