Author Topic: A Storm Is Coming — The Birth  (Read 29013 times)


Ekha

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #45: November 30, 2016, 11:09:39 AM »
Debo la mitad de este aporte que se supone debía poner punto final a toda esta parte que ha sido un dolor de cabeza porque los musos se niegan a cooperar. El aporte está bien gracias en mi trabajo porque olvidé sacarlo.


07a. Steps to somewhere far away


Entonces…” pausó Aster para sacar otro pocky de la cajita que se encontraba a un lado del teclado de su computadora. Había estado viendo imágenes la última hora y no parecía mucho más interesado en su conversación telefónica que en las imágenes que desplegaba su monitor.


“Uhm, estás en una posición complicada… Por cierto, ¿Viste el capitulo de anoche?”
“¡AH!, Sabía que había olvidado algo!”, reclamó Wye del otro lado del teléfono antes de agregar “Claro que no, tonto. Prácticamente fui secuestrada por una organización misteriosa con gente muy rara a cargo.”


Wye no respondió. Aster Laker, un chico que no tendría más de 17-18 años, suspiró mientras cambiaba la imagen por la la siguiente.
“Misteriosa sin duda. No había escuchado de un grupo de secuestradores que permitan que su víctima use un teléfono celular con tanta libertad.”
“... Ok, no es un secuestro a toda regla, es más como una misión”
La situación cambiaba con eso.
“Bien, no estás secuestrada, tienes acceso a tu teléfono. ¿Viste el capítulo que salió anoche?”
“... ¿Qué día es hoy?”
“Martes.”
Un extraño ruido como de algo muriendo a la distancia se escuchó a través de la bocina. Aster Laker sonrió mientras bloqueaba la pantalla de su computadora.
“¡¿Por qué no me avisaste?!”, reclamó por fin después de recuperar un poco su compostura.
“Porque normalmente eres tú quien avisa. Fue una noche aburrida sin tener con quién compartir mis impresiones del episodio.”
“¡Ya lo sé! Pero debiste de--!”
“¡De acuerdo! ¿Qué es lo que necesitas?”
“¿Me estás cambiando el tema?”
“Sí, si seguimos discutiendo seguramente perderé todo mi tiempo libre antes de la siguiente revisión.”
“¿Sigues revisando tesis de tus alumnos?”
“Claro, un genio debe compartir e impartir su conocimiento.”
“¿Le das clases a ese par de nerds de casualidad?”
“Casualmente, sí.”
“¿Y notas alguna cosa interesante entre ellos?”, Wye cambió su tono. Siempre había tenido curiosidad al respecto.
“Me temo que tendrás que averiguarlo después. Tenemos asuntos más apremiantes.”
“Oh..”, soltó con decepción.
“De acuerdo a tu versión, has pensado en todo lo que pudiste para encontrar el dichoso poder que esa persona te dijo que tenías.”
“Sí”
“¿Ponerte en peligro?”
“Nope, si necesitara terminar en peligro para usar un poder preferiría no tenerlo.”
Aster se sorprendió un poco, a pesar de los descuidada y despreocupada que era Wye en ocasiones, parecía tener instinto de preservación.
“Me temo que no tengo idea de cómo ayudarte. Me tomas por sorpresa.”, guardó silencio un momento. “¿Has intentado transformarte en una magical girl?”
Un bufido se escuchó del otro lado de la bocina.
“¡Eso fue lo primero que hice. Veintisiete formas diferentes y no, no soy una magical girl aunque…”
“¿Te escucho?”
Que permaneció pensativa.
“Tuve una sensación rara al inicio, cuando pensaba que quizá necesitaría un artículo mágico. No sé qué fue.”
Astee guardó silencio. ¿Por qué cuando necesitaba un artículo?
“¡Ah! Es obvio. Te pareció extraño debido a que, si tus poderes fueron despertador por un trueno, no deberían depender de un objeto mágico. A menos que puedas--”
“¿Por qué cada vez que hablo contigo haces.pausas dramáticas?”
“No,boba. ¡Ahora olvidé qué había pensado”, revisó su reloj. “Y es tarde de cualquier forma. Tengo que ir por Emil antes de la revisión. Le prometí que comería con él”
“Uuuy~”
“Nope. De ninguna manera. Es mi gemelo y es pequeño y adorable. Ni yo lo merecería.”
“Buu. Bueno, mándame el archivo y reza por mí. No sé cuánto podré sobrevivir a este encierro.”
“Pediré una ensalada en tu honor.”


Después de finalizar la llamada, el joven genio Aster Laker, observó su escritorio. Tenía un pequeño desastre de envolturas de dulces en una esquina, lejos de los papeles importantes. Se apresuró a guardarlas en el cajón sólo como una precaución. Observó su escritorio y asintió de forma aprobatoria para sí. Cero pruebas del delito. Sería más fácil desaparecer las cosas a su antojo pero a él no le habían otorgado poderes mágicos y mucho menos era personal de limpieza, ellos sí que hacían magia.
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Arence

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #46: February 28, 2017, 04:12:19 PM »
Entrada 107
Dia xx Mes xx Año xxxx
Diario de Observación de Flora Doméstica 0158



Esto sucedió después de que me fui de la Torre Acondicionada Maligna, Accelerator me lo contó ayer en la noche. Lamento no haber estado ahí pero bueno, eso sucede cuando eres una dueña de un negocio responsable que no deja a su propio hermano encargado todo el tiempo para irse a vagar, que va, yo no hago eso.

Accelerator no es ningún mentiroso, se le nota en la cara a kilómetros cuando lo hace (o tal vez es sólo que soy buena así para leer sus expresiones. Tiene únicamente unos cuatro niveles diferentes de molestia y dos de sarcasmo, no es muy difícil) pero según lo cuenta pasó más o menos así:

Salí al atardecer de la Mas Despreciable Guarida para cumplir mis obligaciones de ser una molestia generalizada para mi hermoso y adorable hermano, y hacer los pedidos del día siguiente de la florería, que de vez en cuando supongo que se debe hacer. Últimamente es cada vez  más fácil, claro, aunque ahora lo complicado es hacerlo en secreto.

Y así, Accel y Regene se quedaron solos, cuando me fui seguían discutiendo sobre algún contacto de la familia de Regene que hacía tratos ilegales con, no sé, seguros médicos, algo así. Planear algo de su justicia divina para el futuro, lo de siempre.

Siguieron discutiendo de eso durante al menos una hora, ahora que lo recuerdo no supe si habían llegado a algún tipo de acuerdo o no, porque, comprensiblemente, se distrajeron un poco después de lo que sucedió a continuación.

Estaban discutiendo de algo trivial, como siempre, Accel ni siquiera lo recuerda, solo dijo 'algo de sus estúpidas ideas de hacer un uniforme o al menos un símbolo oficial. ¡Contratemos a un diseñador! decía, ¡como los stormtroopers! Decía. Como si llamar la atención nos fuera a servir de algo. Somos invisibles porque no nos identificamos, y nadie sabe quién es parte y quien no, demonios' blabla bla. Lo de siempre en verdad. Aunque algunos de los diseños de Regene en realidad sí me agradan, tal vez podríamos vender playeras, mmm…

Bueno, esta era la profunda y productiva conversación que tenían cuando regene se molestó por sus ideas rechazadas, como siempre. E hizo un berrinche de niño bebé, como siempre. En medio de él, lanzó su bastante gruesa carpeta de dibujos e ideas directo hacia Accel, que volteó en el momento exacto para que le diera directamente en la cara.

Excepto que no lo hizo. Ambos vieron como hizo contacto con su nariz y rebotó con la misma fuerza con la que había sido lanzada hacia el otro lado sin causarle ningún daño.

Accel jura que ni siquiera lo sintió; no lo tocó, rebotó unos milímetros antes de tocarlo realmente.

Aparentemente hicieron experimentos durante un par de horas.

Nada lo toca.

¡Excepto yo! Como averiguamos cuando traté de ponerlo a prueba en la noche; las tijeras que le lancé rebotaron inocentemente, pero mi cachetada le volteó la cara con un grito.

Interesante.

Bueno. Al menos eso explica su invitación a la escuela que tenemos mañana. 


Sayi

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #47: March 30, 2017, 11:50:51 PM »
Tengo que rehacer mis iconos :c


Chapter 7 — Down the Rabbit Hole

El paisaje había cambiado dramáticamente desde que abordaron el bus. Las calles transitadas y húmedas de Hell’s Kitchen habían ido apaciguándose, hasta que el entorno capitalio había dado paso a un ordenado y pulido suburbio.

Sus pies no llegaban al suelo, por lo que sus piernas se balanceaban cada vez que el bus paraba y aceleraba hacia su siguiente estación. No había nadie que llevara tanto tiempo como ellos en ese bus, por lo que al menos tenía la tranquilidad que nadie los estaban siguiendo. Aún así, eso no impedía que mirara de reojo a cada persona que caminara por su sitio.

Había recobrado la consciencia hace dos días, y cuando despertó su primera realización había sido que aquellos días en coma habían sido el mejor descanso que había tenido en su vida.

Los doctores no le encontraron nada malo fisiológica ni psicológicamente, y aquello había sido un enorme alivio para su tío. Sus compañeros de universidad habían sido muy curiosos (’¿Te dolió?’ ‘¿Que recuerdas?’) y ella había podido ser completamente honesta sobre lo que sintió al haber sido alcanzada por el rayo.

Y es que no había tenido ninguna epifanía, y el evento no había sido más que un suceso curioso para ella y, eventualmente, para todos a su alrededor.



Sin embargo, había una voz y unas palabras que reverberaban en ella, y la tarjeta que jugueteaba entre sus dedos parecía sostener la clave a algo. O algo así le había dicho su tío, ahora sentado a su lado.

“Según el mapa deberíamos bajarnos en dos estaciones” le dijo el pelinegro “El lugar parece estar a cuatro cuadras a pie”
“Shuu, ¿cómo era el señor que vino a visitarme?”
“Era un hombre raro” respondió su tío “Pero lo que me dijo me dejo la intriga de querer escucharlo más”

Hagumi juntó los labios y bajó la mirada. Su tío había sido su guardián desde niña y había velado siempre por su bienestar. Si algo había llamado su atención, y podría darle entendimiento de lo sucedido, ella sabía que estaba en buenas manos yendo junto a su tío.

La tarjeta entre sus dedos leía el nombre de una institución: Escuela Banner’s para la enseñanza práctica de habilidades aumentadas. Lo había buscado en Google y había llegado a una sola página web con una explicación escueta y sin mucho que agregar. Pero la decisión de su tío que había algo útil en las palabras del tal L, así como el vago recuerdo de una voz en su cabeza… sentía que en ellas resonaba una veracidad difícil de ignorar.

El bus se detuvo en su parada y los Hanamoto bajaron del automóvil, llevando a cuestas un pequeño maletín con algo de ropa para ambos. Ninguno de los dos había decidido si se quedarían una o dos noches (mucho menos más de quince minutos si no les convencía el lugar) pero suponieron que lo decidirían una vez viera que tanto Banner’s tenía por ofrecerles.

El barrio donde habían llegado era un solo de mansiones, amplias calles y cercos vivos muy bien mantenidos. Mientras Shuuji y Hagumi se maravillaban con las ostentosas fachadas, el pelinegro le preguntó a Hagu, por millonésima vez, si había sentido algo raro luego haber sido golpeada por ese rayo.

“No he sentido algo raro. Pero siento que hay algo diferente” respondió. Aquella había sido la respuesta que le había dado desde que despertó, y él era la única persona con quien había podido sincerarse así “Es solo que no puedo saber qué es exactamente”
“Vamos a ver que tienen que decirnos, y en base a ello decidimos que hacer, ¿te parece?” le sugirió Shuuji, y la rubia asintió “Si en algún momento te sientes incómoda, solo mírame, o tira de mi brazo, y volveremos a la parada del autobús”

La pequeña asintió con la cabeza, y justo en ese momento se detuvieron frente a un elaborado portón de metal que separaba la calle de una enorme mansión al final de un largo camino. A un lado había un intercomunicador, y sobre este colgaba la misma insignia que adornaba la tarjeta entre sus dedos.

Shuuji presionó el botón y espero a que alguien se dirigiera a ellos. Una mujer les pregunto por sus nombres, y cuál era el motivo de su visita.

“Mi nombre es Shuuji Hanamoto y vengo acompañando mi sobrina, Hagumi. L Lawliet la invito a que viniera a verlos…”

Tras un corto ‘pase’ se escuchó el sonido del portón abriéndose, y Shuuji procedió a dejar pasar a su sobrina. Entonces cerró la puerta tras ellos.

Con cada paso que daban la mansión crecía en tamaño, y no solo eso, sino que parecía estar habitada por más de una familia: Habían jóvenes descansando en los jardines, jugando algún deporte u ocupados yendo de un lado a otro.

A simple vista todo se veía normal, pero le bastó un vistazo a Hagu para notar que estaban al tanto de su presencia. Y es que había cierto recelo en cómo la miraban, cómo si tuvieran algo que esconder de ellos.

“¿Qué es este lugar?” se preguntó Shuu por lo bajo. La tarjeta decía que era una escuela, pero era evidente que aquella no era una institución común y corriente.

Antes que ambos se fueran mucho por las ramas, una voz familiar los saludo desde la entrada de la mansión. Tanto Shuuji como Hagu dejaron de evaluar su entorno, y se giraron al mismo sujeto que los habían visto en el hospital.

Cabello y ojos negros. Despeinado y descalzo, y con su dedo índice cerca a sus labios, cómo si estuviera por hacer una pregunta.

Los miró un momento, observo el maletín que traían consigo, y entonces Hagu reconoció una minúscula sonrisa curvar sus labios.

“Me alegra que hayan venido. Bienvenidos a Banner’s”

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Ekha

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #48: April 30, 2017, 12:31:28 PM »
08 - The cost of...


“Sus signos vitales son estables”, alcanzó a escuchar. Se sentía como sumergido en alguna especie limbo. Su cuerpo no respondía a sus intentos iniciales de moverlo. ¿Le habían sedado? El ambiente no era tenso.

“Despertará cuando deba. Después de todo, recibió un fuerte golpe en la cabeza”, comentó otra voz, una masculina y fastidiada.

“Si tiene la voluntad suficiente, lo logrará”, respondió una tercer voz, una mujer con un tono serio que, por alguna razón, le hizo sentir algo parecido al miedo pero, en ese momento, eran sensaciones lejanas, un tanto ajenas a él pero con las que se podía entender.

Sentía ganas de despertar pero su cuerpo todavía no respondía adecuadamente, ¿Qué había ocurrido? Recordaba haber viajado con un grupo de desconocidos. Su amigo, mejor amigo en realidad, le había sugerido que lo hiciera a pesar de que él mismo no estaba de acuerdo.

Había una razón para todo… pero no recordaba exactamente cuál hasta que un recuerdo fugaz invadió su mente.  En él, se abalanzó sobre un chico con ropa de motociclista. Forcejeo. Él había tenido la ventaja desde el inicio, era más fuerte y el hambre aumentaba esa habilidad. Después de eso, oscuridad.

¿Fue ahí donde recibió el golpe en la cabeza?

Recordaba a su amigo albino, una conversación, su hastío respecto al tema, incluso su incredulidad y esa sonrisa con sorna que le dedicó en su momento. Su propia frustración al recibir las palabras de su amigo le hicieron recordar el mal sabor de boca del momento.

Lo complicado llegó después.

No sólo había atacado al joven motociclista, había atacado a L-elf. Le tomó por sorpresa sin duda. Forcejeo. ¿Por qué recordaba esto justo ahora? No había podido recordarlo antes, aun momentos después del incidente. Forcejeó con el albino lo suficiente para hacerle perder la paciencia y ocasionar que lo inmovilizara en el suelo. Cuando recuperó el control de si, L-elf le veía con desconfianza y recelo.

Despertó, por fin, en una habitación no muy grande pero lo suficientemente espaciosa para dos personas, al parecer, alguien se había quedado haciendo guardia ahí puesto que había mantas en el sillón.

Se llevó las manos a la frente, ¿Sentía dolor? No en realidad. Pero recordaba un poco de lo que había pensado, de lo que había acontecido.

Y ahora tenía una idea de dónde se encontraba, posiblemente.

“Banner’s…”

La institución que esas personas habían mencionado. Y de la que L-elf, a pesar de todo, desconfiaba. Wye debía estar ahí también, después de todo, su amigo la había enviado y ella había aceptado  casi sin resistencia alguna.

¿Qué clase de habilidad tendría?

“Al parecer eres más peligroso de lo que pensábamos.”

Una persona estaba en la puerta de la habitación, observándole con curiosidad más que con precaución. Su cabello revuelto y las ojeras, la curiosa forma de mantenerse de pie…

L-elf había investigado al respecto. Lo recordaba, no tenía mucho. Era parte de su trabajo después de todo, lo cual indicaba que ahora se encontraba en un sitio aun más peligroso que lo que él mismo podría llegar a ser.
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Arence

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #49: May 31, 2017, 03:32:56 PM »
Es una tarde como todas las demás, estudiando con L-elf como siempre. Bueno, viendo a L-elf cambiar la página de algo que parece un grueso manual técnico (¿en ruso? ¿eso es ruso? ¿L-elf sabe ruso? Haruto ni siquiera está tan sorprendido, honestamente) a una velocidad preocupante mientras Haruto hace notas cuidadosas. Levanta la mirada para preguntarle algo a L-elf, necesita entender bien este tema antes del examen de...

Repentinamente se siente desorientado y un segundo después un dolor agudo le dobla el cuerpo justo en el abdomen. Entre un parpadeo y el siguiente todo cambió de lugar. Le toma un momento entender qué es lo que sucedió, que cambió o como pudo haber sucedido. En lugar de estar sentado junto a L-elf, sillas algo distanciadas para ocupar cada quien una buena parte de la superficie de la mesa, ahora ambos están en el suelo, L-elf sobre él. No puede enfocar bien su mirada, le cuesta trabajo. En el rostro de L-elf hay un gesto que casi nunca ha visto; tensión absoluta, mirada penetrante y ceño fruncido. Pero también parece algo confundido, aunque en alerta. La dolorosa presión sobre su cuerpo es la rodilla de L-elf, enterrándose en su estómago.

Intenta preguntar qué sucede y se da cuenta de que se ha quedado completamente sin aire. Respira profundamente, le es difícil, lo intenta de nuevo, un ataque de tos se lo impide.

L-elf pone ambas manos sobre sus hombros con fuerza, su espalda golpea el suelo, apenas alcanzó a librar la cabeza.

"¡¿QUÉ TE PASA?!"

¿Qué pasa? Eso quisiera saber él. Respira agitadamente y mira a su amigo con los ojos desorbitados.

"N-no... no" respira, respira, no puede respirar.

Pasa una pequeña eternidad donde no hay nada más que su propia respiración. Sobre él, L-elf parece hecho de mármol. La luz blanca de su cocina, donde han pasado tantas tardes en silencio, tanto tiempo discutiendo de cosas que ahora no puede ni recordar, lo ilumina desde atrás.

Por fin logra respirar.

L-elf se mueve como de un salto, se pone de pie y da varios paso hacia atrás, aun a la defensiva. Se lleva la mano al cuello y la mira. No hay nada, no hay nada extraño con su cuello.

Haruto se percata de que el cuello de su camisa está rasgado.

Se incorpora lentamente. Aun sigue en el suelo, pero se apoya en sus codos para poder sentarse lentamente. Se lleva las manos al abdomen, aun consciente del dolor.

"... ¿Me golpeaste?"

L-elf no desvía la mirada. "Intentaste atacarme." Su voz es extraña, fría. Haruto no había recibido esa voz que usa en la gente que no conoce en mucho tiempo.

"¿Qué?"

Claramente sigue desorientado. No escuchó bien ¿Atacar a L-elf? ¿Por qué haría algo así? Haruto no ha atacado a nadie en su vida. L-elf se lleva la mano al cuello de nuevo.

"Intentaste morderme."

Hay una ligera nota interrogativa al final de la última palabra.

L-elf nunca duda de esa manera tan tentativa. No es hasta ese momento que Haruto realmente se da cuenta de que algo muy, muy extraño acaba de suceder. L-elf parece impasivo, pero hay algo en sus ojos que tal vez no sería evidente para cualquier persona.

Desconcertado.

Y de repente, está normal otra vez. En calma y en control. Camina hacia él con paso decido.

"Ten cuidado, no te muevas. Creo que te pude haber dislocado el hombro cuando te empujé al principio."

¿El hombro? Ni siquiera le duele el hombro. Tal vez no ha pasado ni un minuto, pero ya no le duele nada.

"No me due--"

L-elf se hinca junto a él, después de una serie de movimientos rápidos y seguros, tiene ambas manos sobre su hombro izquierdo, Haruto está medio recargado en su pecho. L-elf hace una ligera presión con sus manos. Otra vez.

"... está bien."
"T-te dije que no me duele."
"No. Definitivamente lo disloqué."

Haruto sí desvía la mirada. Trata de responder que se encuentra bien. Trata de preguntar por qué L-elf haría semejante cosa.

Se quedan así un momento más.

"...¿Qué fue lo que hice?"
"No lo recuerdas. Ya veo."

¿Qué?
"¿Qué?"

L-elf solo niega con la cabeza. Se pone de pie y ayuda a Haruto a hacer lo mismo.

Tres días después, Haruto aun no sabe nada de él.
« Last Edit: May 31, 2017, 03:34:27 PM by Arence »


Arence

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #50: July 31, 2017, 03:00:53 PM »
La Primera visita a Banner's

Llegada la fecha, tuvimos que ir a la cita en la escuela. Con toda honestidad, tras tanta espera y ansiedad (la cual pasamos haciendo experimentos muy interesantes sobre Accel y sus nuevas capacidades rebotantes), al final fue bastante anticlimático:

La escuela está en un lugar bastante remoto, llegar en el transporte público fue una pequeña aventura en si. Hubo un momento en el que sentimos que, a pesar de estar siguiendo un camino recto, habíamos dado vueltas en círculos, pero tan pronto como lo dijimos en voz alta notamos que había un pequeño camino alterno, un poco oculto entre las ramas caídas de los árboles, que nos llevó directo a la entrada principal. Estuvimos de acuerdo en que fue algo Extraño. E-extraño. Últimamente lo decimos mucho, tiene su propio acento particular.

Fuimos dirigidos a un auditorio por alguien que parecía un estudiante nervioso. Pensé que iba a haber más personas, pero solo éramos, no sé, tal vez menos de 20. Todo el mundo se sentaba en parejas separadas al llegar, había algunas chicas que iban solas, pero después de un rato algunos empezaron a platicar entre ellos. La conferencia se retrasaba. Admito que Accel y yo hemos practicado mucho para momentos como ése, él lo llama "con estas malditas caras de maleantes maniacos que tenemos al menos estamos a salvo de los entrometidos insoportables". Es tan tierno <3

Una media hora después entre caminando muy lentamente un chico que nunca en su vida ha conocido a un peine para el cabello. Lentamente, caminó hasta el podio y miro a su alrededor por un momento. Regresó, lentamente, hacia atrás del escenario y volvió empujando, oh sí, lentamente, una silla de escritorio sobre la cual había una caja; puso la caja en el suelo y se sentó en la silla de forma curiosa.

"Eeeh." Sí, también hablaba lentamente. "Lamento informarles que su entrevista inicial con el Doctor Banner ha sido pospuesta por ahora, está ocupado," y aquí hizo un gesto vago con una mano que a penas y separó del respaldo de la silla, donde las tenia apoyadas "salvando al mundo, o a gente inocente o esas cosas que hace él." Una vez que había iniciado su discurso resultó que no hablaba tan lento después de todo. Algunas personas en el auditorio se rieron. Pero no muchas. "Eeeh, desgraciadamente no soy la persona de los discursos iniciales y no estoy muy seguro de que les dice el Dr. Banner para convencerlos de regresar después de las maneras realmente invasivas en las que nos ponemos en contacto con ustedes."

Alentador.

“Lo importante es que ya que están aquí puedo darles algunas instrucciones básicas. Primero que nada, todo lo que sucede aquí es confidencial. Ya lo saben. Creo que queda muy claro cuando hacemos el contacto inicial. Ahora, aunque creo que todos aquí ya tienen en donde vivir también ofrecemos dormitorios en caso de que deseen permanecer en un lugar seguro. Ofrecemos una serie de clases de entrenamiento --los horarios para quienes deseen asistir a las platicas se encuentran aquí en la caja-- para ayudarles a conocer y controlar sus habilidades-- ”

Esto del ‘lugar seguro’ y el ‘entrenamiento’ suena muy bien y todo. Siempre y cuando todo sea realmente opcional.

Demasiado bueno para ser real, si me preguntan a mi.

Anoche, Accelerator dijo, “Me pregunto que tan lejos llegan para ‘ayudarnos’. ¿Sabes?”

Viendo estas instalaciones, muy, muy lejos.

“—eeh,” Dijo el joven de nuevo. Su voz era más que familiar. Definitivamente era la voz de la L en el teléfono. “no crean que hacemos esto porque somos muy lindas personas. No solamente son un peligro para ustedes y para todos los que los rodean andando por ahí con sus habilidades desconocidas a un simple susto de ser desatadas, además, buscamos adultos bien capacitados para ayudar a otros en su misma situación.”

Bueno, por fin algo verdaderamente alentador en toda esta farsa.

“Francamente, la suya es una buena situación, si aún queda suficiente de ustedes para estar aquí hoy. No todos tienen esa suerte.”

Retiro lo dicho.


Cho

Re: A Storm Is Coming — The Birth
« Reply #51: August 06, 2017, 12:49:13 PM »
Finalmente termino con la introducción de mis stormborns...

IX. Climax and Branching Out

“…”

Silencio. Eso era lo único que podía expresar ante la revelación frente a ella.

Naoto se había ido a descansar ni bien regresó en la noche, y se levantó un poco antes del amanecer para atender la presente investigación lo antes posible. Habiendo recuperado su bienestar y energías, ella se alistó, pero por curiosidad empleó su balanza cacera para realizar una prueba que no había considerado necesaria.

“…”

Pero ello le dio una increíble revelación. La ligereza corporal que sentía no fue simplemente un síntoma de enfermedad o un malestar mental y de cansancio. No. Su cuerpo literalmente pesaba la mitad de su peso habitual.

Se frotó los ojos y sacudió su cabeza, pero ello no iba a cambiar la lectura de la balanza. Naoto pensó en probar otros objetos a su alrededor con pesos estimados, pero con mucho pesar desistió en darle cuerda al asunto. Estaba muy interesada en resolver ese bizarro caso policial, por lo cual dejaría sus propias preocupaciones en segundo plano. Mientras no notara un mayor cansancio del usual ni juzgara que su condición pusiera en peligro su vida, no se molestaría en atenderlo… sólo esperaba que sus incógnitas no le agobiaran demasiado.



El día transcurrió con la logística necesaria con tal de que la policía pudiera instalarse en aquel restaurante italiano sin levantar sospechas de nadie. Ese lugar sonaba como el blanco ideal en comparación con los últimos lugares donde ocurrieron los robos, pero esa recomendación de parte de la persona encapuchada no era completamente confiable, por lo cual la policía seguiría con más investigaciones y rondas por otras partes de la ciudad, en caso de que dicho mensaje hubiera sido falso o incluso una distracción. Sin embargo, el director Dojima tenía una fuerte corazonada de aquella información.

“Han entendido el plan,” recapituló el director. “Yo lideraré un grupo que esperará al ladrón dentro del local. Mantendré a otro grupo de policías que nos vigilarán de las afueras en autos de civiles y dos edificios al otro lado de la calle. En caso de que veamos algún movimiento sospechoso, lo detendremos inmediatamente,” él miró hacia otros policías. “Ustedes conducirán sus rondas por las áreas determinadas y estaremos en constante comunicación. Tenemos que movernos de una vez. Como es posible que el criminal vigile el local con anticipación, debemos infiltrarnos cuanto antes para camuflarnos entre clientes y residentes de la zona.”

Los policías asintieron a sus palabras y fueron a alistarse para iniciar con la operación antes de que se hiciera demasiado tarde. Dojima se dirigió a su oficina, pero fue seguido por Naoto.

“Director,” ella le dirigió la palabra con un tono serio e impaciente.
“Shirogane, debes preguntarte por qué no te asigné a mi equipo dentro del restaurante,” dijo el mayor, sin dar rodeos.
“Siento que podría asistirles. Además, fui yo quien obtuvo el veredicto de aquel vendedor de la tienda sobre el atacante.”
“No dudo en tus habilidades. Sin embargo, considero que este caso es riesgoso para ti ya que a veces no tiendes a medir tus acciones, y no sabemos a lo que nos estamos enfrentando.”
“Pero…”
“Eres parte del equipo que nos observará desde uno de los edificios. No estaremos muy lejos, y en caso que el criminal pretenda huir, nos ayudarás con su aprehensión.”
“…” la peliazul bajó su mirada. Como el director había mantenido las rondas por zonas peligrosas de la ciudad, no había formado un grupo con los más experimentados de la estación, y por ello había apuntado a algunos detectives jóvenes como ella que sí le acompañarían. No evitaba tomárselo como si hubiera algo malo en sí misma…
“Tienes una gran vocación y mucho potencial, Shirogane, y no sólo lo digo por tu linaje,” le agarró de un hombro en un intento de animarle. “Te hace falta un poco de prudencia, y pienso que este rol que te estoy dando te ayudará en el futuro. También he notado que no te has estado sintiendo bien estos días, y por ello no quiero exigirte demasiado. Me acompañarás en otra oportunidad, lo prometo.”
“…entendido,” sólo le quedó asentir, y se dio media vuelta para alistarse al igual que los demás.



Siguiendo los protocolos de la misión, el director y su grupo se internaron en el restaurante como un grupo de amigos que iban a almorzar, y se quedaron dentro del local hasta pasada la hora de cierre con el permiso del dueño. Por la gran cantidad de personas que solían atender dicho lugar, fue fácil despistar el hecho que los oficiales nunca salieron.

Estaba por ser las once de la noche y Naoto continuaba instalada en el primer piso del edificio al cual había sido asignada. Estaba en un grupo de cinco personas con los otros cuatro siendo mayores que ella y con mayor experiencia. Sabía que no había punto en insistir en ser parte del grupo infiltrado a esas alturas, y continuaba con su misión de observar a los alrededores del restaurante. Como ese lugar se encontraba en una esquina, había muchas direcciones de las cuales podría surgir el tan buscado criminal.

“Qué aburrido…” se quejó uno de los detectives, quien se servía té de un termo.
“Todavía no hay señales de dicho criminal,” dijo otro.
“Sí, pues, es bastante temprano aún, podemos quedarnos despiertos toda la noche. Si es que aquella pista fue verídica, claro está,” comentó un tercero.
“Veo a un par de personas caminar hacia el restaurante,” reportó Naoto.
“Déjame ver…” el cuarto detective que estaba cerca de su puesto miró a los individuos y sacó un fólder con datos para confirmar sus sospechas. “La señora es la propietaria del edificio y quien renta los dos primeros pisos al restaurante. Como un edificio con varios apartamentos, se puede esperar ver a personas entrar y salir. Sí, está caminando hacia la puerta que lleva directamente al tercer piso y posee una llave. Sin duda es ella.”
“¿Y quién será el otro?”
“Hm, parece su hijo. Nos dijeron que le visita con frecuencia,” no podían observar los detalles por sólo poder verles de perfil, pero la señora sí era conocida y no tuvieron nada que sospechar al respecto.
“…” aunque Naoto se encontraba inquieta.
“Si tanto te incomoda, le enviaré un mensaje al director para que se mantengan al tanto de cualquier posible movimiento. Nosotros no podemos actuar hasta que no veamos algo sospechoso,” le recordó, y se alejó de la ventana para buscar su celular. “Has estado prendida a la ventana por horas, ¿no quisieras un refrigerio?”
“Estoy bien, gracias,” le contestó sin despegar su mirada de afuera.
“Vamos, Shirogane, eres muy joven para andar estresándote la vida,” le reclamó uno de los detectives, en tono de broma.
“Déjala, sabes que no te va a escuchar,” comentó otro. “Así son las mujeres, de todos modos.”
“…” Naoto sintió un tic en la ceja. Oyó a los otros detectives conversar mientras tomaban su refrigerio alrededor de la mesa preparada para ellos. Volvía a sentirse con el mismo extraño y reincidente cansancio de los últimos días, pero no iba a despejar sus ojos ni por un segundo.

Observó a los dos individuos ingresar al edificio de departamentos, y sorprendentemente, detectó un movimiento sospechoso en el callejón entre aquel edificio de interés y el aledaño. Lo que había parecido una bolsa negra de basura al costado de un tacho de metal cobró vida y corrió para internarse en el callejón. Naoto no tenía duda alguna. Era su stalker y estaba por involucrarse en la escena del crimen. ¿Acaso sí fue el criminal todo el tiempo o era un freelancer intrépido y arriesgado?

Ella se giró para hacer el comentario, pero al hacerlo vio a los cuatro reírse a carcajadas por una anécdota que había ocurrido el mismo día. La joven dio un pesado suspiro y negó. Sabía que no le iban a tomar con seriedad ni creerían lo que acababa de ver. Además, ya tenía varias horas acumuladas de frustración por ser la única que tomaba su trabajo con tanta diligencia. Estaba convencida que no iba a dejarlo ser y que tendría que actuar por su cuenta.



“Todavía no hay ningún avance,” reportó uno de los detectives, luego de revisar los periódicos mensajes que los policías se transmitían. “Tendremos una larga noche.”
“Sí, todos lo esperábamos,” otro se encogió de hombros, rendido a su deber.
“Por ello es que no deberías quedarte tan atenta, Shirogane…” un tercer detective miró hacia la ventana, pero la peliazul ya no se encontraba ahí. “¿Eh? ¿A dónde se fue?”
“Más le vale que haya ido a usar los servicios nomás,” el cuarto se dio un facepalm. “Dojima nos la encargó como para que se ande metiendo en problemas…”



Dojima había recibido el mensaje de mantenerse alerta, lo cual no iba a cambiar mucho su presente actividad sin tener más detalles. Él y su grupo se encontraban escondidos detrás de las sillas y mesas arrimadas en el primer piso del restaurante. A simple vista sería difícil detectarlos debido a la ausencia de luz, lo cual les permitiría rendir una emboscada al ladrón ni bien se acercara lo suficiente al centro del local, donde estaba la caja registradora. Por la advertencia, el dueño había retirado todos los contenidos de la caja y otros objetos de valor permanentes, por lo cual, incluso si el ladrón pudiera evadir a la policía, no tendría la posibilidad de sacar provecho a su hazaña. El local también tenía un sistema de seguridad que sonaría la alarma de detectar movimiento en las puertas y ventanas, y los policías tenían un control prestado para activarlo en caso de alguna emergencia.

Fue entonces que ellos detectaron algo muy extraño. El sistema de alarma se apagó como visto en las luces de los censores.

“¿Qué es esto?” susurró el policía que tenía el control, el cual no respondía ni quería volver a prender el sistema. Ello inspiró temor en el grupo, quienes de inmediato oyeron un par de pasos distintos caminar por el segundo piso del local, en dirección hacia ellos.
“…” Dojima miró a sus compañeros con determinación y les asintió para que alistaran sus armas. Los dos individuos caminaron hacia la caja cuando entonces el grupo encubierto se levantó con sus pistolas. “¡Deténganse con las manos en alto!”
“Tsk…” un joven que portaba una gorra rodó los ojos y con toda naturalidad agarró a la otra persona por detrás y le puso una pistola en la sien. La policía no fue lo suficientemente rápida como para evitarlo, y el ladrón contaba con que todos los policías estaban frente a él por estar posicionado detrás de una gruesa columna. Él habló con una voz un tanto frustrada aunque bastante indiferente. “Ya, ya, lo comprendo. Me atraparon.”
“¡Deje a esa persona ir!” reclamó otro policía. La advertencia que habían recibido hace poco estuvo en lo correcto: era la dueña del edificio quien había facilitado la entrada al ladrón por dentro del área de departamentos y desactivando la alarma. Pero, considerando los robos anteriores, ¿lo habría hecho bajo voluntad propia? Todos se inquietaron al ver a aquella señora perfectamente tranquila y prácticamente ‘ida’, y había un muy tenue brillo rojo emanar de sus ojos. Todo parecía indicar que esas supersticiones imposibles del criminal controlando a otras personas estaban en lo cierto.
“No tengo interés alguno en matar a nadie. Soy un ladrón, no un asesino…” comentó como un dato curioso. “Sin embargo, si se mueven o me presionan, lo haré. Para mi pesar, tendría que matar a todos aquí.”
“Miserable…” Dojima estaba indignado por esa actitud tan indiferente del joven que carecía de cualquier tipo de rendimiento.
“Pero lo reconozco. Buen trabajo dando con mi siguiente parada. Me pregunto cómo lo habrán hecho…” se encogió de hombros. “Pensaba desaparecerme luego de este robo, pero ya que, no me dan opción…” ensanchó su sonrisa de manera amenazante. “Tendré que enseñarles una lección a todos ustedes…”

Entonces, sus ojos brillaron de un rojo intenso. Uno de los policías jóvenes recordó la advertencia de hacer contacto visual con el ladrón y pudo evitar su efecto. Sin embargo, los demás policías mantuvieron el contacto visual con él y terminaron cayendo bajo su control. Ello se evidenció por cómo dejaron de mantener una pose de tensión y bajaron sus armas, y también por cómo sus ojos se inundaron el ominoso brillo rojo presente en la mirada del criminal.

“…” el único policía no hechizado temblaba de pies a cabeza y les miraba con un terror incontenible mientras ahogaba como podía sus ganas de ponerse a gritar…



Naoto tuvo que darse la vuelta a una manzana para aparecer en la visión de sus compañeros detectives lo menos posible, y entró en un callejón que eventualmente conectó con aquel al costado del edificio. Ahí vio que las escaleras de incendio estaban puestas para que ella subiera, y ni bien lo hizo, observó cómo esa persona encapuchada le estuvo esperando y se adentró en una ventana del segundo piso del restaurante. Ella tensó su expresión y de inmediato le siguió.

Entró sigilosamente al oscuro restaurante luego de haber perdido la pista al encapuchado, y caminó sigilosamente hasta el balcón que daba al primer piso. Ahí vio algo que le estremeció. Casi todos los agentes, incluyendo al director, yacían parados y con los ojos rojos mientras miraban con completa atención a quien parecía ser el ladrón, el cual se sintió lo suficientemente cómodo como para soltar a su rehén y caminar distraídamente frente a su nuevo público.

“Fue más fácil de lo que pensé, será que mis habilidades están incrementando…” comentó el joven, distraídamente, mientras miraba entretenido a la mano que no agarraba su pistola, la cual tenía una pulcra manicure hecha. “Pero vayamos al punto. Ustedes como policía nos mantienen tan limitados, y sin lugar a dudas nos tratan como insectos más bajos que suciedad. Viendo que mi único botín ha sido robar a esta indefensa anciana, haré que ustedes se saquen de combate mutuamente. ¿Qué les parece? Así tendré a menos policías de los cuales ocuparme por un tiempo. Hm, pero no se maten. No quiero estar asociado con algo de tan poca clase como un asesinato…”
“…!” el único policía fuera no manipulado tembló y apuntó hacia el ladrón con rabia, pero su reacción tan llamativa causó que uno de sus propios aliados le diera un disparo en el brazo. “¡AHHH!”
“¿Ehhh?” el ladrón miró de reojo a aquel joven. “¿No caíste? ¿Acaso oíste de mi habilidad y fuiste lo suficientemente escéptico como para evadirme?” le sonrió con simpatía. “Está bien, pese a ser un muggle, aprecio tu mente abierta y tu reconocimiento hacia nosotros… pero…”
“¡AHHHH!” él había intentado sacar su celular para enviar un mensaje de auxilio, pero los otros policías fueron donde él para golpearle y pisotearle. Su celular fue apuntado primero y se destruyó con un par de fuertes pisoteadas.
“No puedo dejar que nadie recuerde mi hermoso rostro…” comentó el ladrón, borrando su sonrisa y regresando a su aburrimiento. “Debes terminar aquí…”
“…” Naoto se angustió y corrió hacia las escaleras. En ese momento, su cuidado había desaparecido de su mente y corrió apresurada con tal de prevenir que aquel compañero fuera asesinado en ese lugar. Sintió un horrible terror en su pecho, pero lo venció para gritar. “¡Detente! ¡Piedad!”
“…” el ladrón le miró de reojo y trató de usar su truco, pero Naoto de inmediato desvió su mirada. “Hm, ¿otro detective? Ahh, esta ha sido una emboscada, mejor me voy.”
“¡N-no te atrevas!” Naoto levantó su arma y apuntó a su pecho con tal de no mirarle a los ojos. Notó cómo los policías habían dejado de golpear al joven, aunque este estaba muy mal herido e inconsciente.
“Oye, no seas tan impulsiva…” el ladrón se encogió de hombros. “Ni creas que soy yo de quien tienes que preocuparte.
“…” Naoto vio a sus previos aliados levantar sus armas hacia ella. No había escapatoria. Ese parecía ser el final.



Pero no lo fue, porque la persona encapuchada finalmente hizo aparición, y con una revelación en su propia voz que dejó a Naoto con la sangre helada.

“…si hay algo que odio más que los criminales… son los incompetentes…” sentenció esa voz desde la oscuridad. Era una idéntica a la de la detective, al punto que ella casi siente que salió de su propia garganta.

Seguido de las palabras, varios disparos partieron de un enorme arreglo floral en el segundo piso, los cuales impactaron a cada uno de los policías en zonas no letales. Ellos cayeron incapacitados al piso donde corrían el riesgo de un muy serio desangrado.

“…!” Naoto se estremeció.
“Tsk, demonios…” y al ladrón se veía alterado, pero a diferencia de la peliazul quien estaba concentrada en los heridos, él se dirigió a la detective. “¿Acaso también eres…?”

Él no pudo terminar porque recibió un disparo que con mucha suerte esquivó, pero que le causó un corte superficial en una mejilla. Luego de dirigir un inmenso odio a Naoto con sus ojos, el criminal corrió hacia las cocinas donde fue a tomar la salida trasera del restaurante.

“¡Espera!” Naoto quiso seguirle, pero entonces el encapuchado saltó del segundo piso y aterrizó frente a ella. En una acción muy limpia, instintiva e inexplicablemente coordinada, ella y el desconocido se apuntaron mutuamente con la misma rapidez y los mismos gestos.
“No me dispares, estoy de tu lado… y únicamente de tu lado…” comunicó el encapuchado nuevamente tomando su voz prestada.
“T-tú…” Naoto temió ver a aquella persona, y este deshizo su capa improvisada de un plástico negro… para revelar su mismo rostro, sólo que con unos ojos ámbar que le daban una apariencia inestable y temible. “…!”
“Soy tu doppelgänger, y llevo trabajando en el mismo caso desde hace días. De no ser por mí, nunca hubieran dado con el ladrón,” declaró, sonriendo. “Como fue de esperarse, tus allegados no te ayudaron y siguieron limitándote. Tú quieres la verdad, y matar al ladrón desde el segundo piso te la hubiera negado. De lo contrario, lo habría hecho.”
“…”
“Pero como tú quieres la verdad, ya sabes que no podemos quedarnos del lado de los policías…” su clon miró de reojo al inconsciente Dojima y apuntó a su cabeza con su pistola.
“¡N-no le hagas nada!” exclamó Naoto, asustada.
“Él no será más que inútil a partir de ahora…”
“¡Detente!”

Pero antes de que ocurriera algo más, su doppelgänger recibió un disparo desde arriba. Ella comenzó a caer hacia delante, pero se desintegró y Naoto sintió que sus energías se recobraron como antes del impacto con el rayo. También notó cómo ya no se sentía tan ligera.

“Doppelgänger,” dijo una recién llegada desde el balcón del segundo piso. Sólo decir esa palabra causó que Naoto se sobresaltara. “Vaya, una stormborn con ese poder. Me compadezco de ti.”
“Usted…”
“Vengo del Banner’s School, un instituto para personas con habilidades superhumanas. Como tú, y como el ladrón que estuviste buscando. Mi nombre es Astrid,” ella le sonrió y le lanzó una tarjeta de negocio con los datos del lugar. Naoto la tomó con torpeza. “Te estuve buscando porque has desarrollado un peligroso poder recientemente, y necesitas de nuestra ayuda.”
“…” Naoto estaba prendida de la tarjeta.
“Ven donde nosotros, no tengo más tiempo,” Astrid sonrió con ironía. A diferencia de muchas personas, sabía que no necesitaba convencerle. Esa detective le buscaría porque podía percibir una curiosidad natural surgir de ella. “Y en lo posible, no se lo comentes a nadie. Quién sabe cómo tus amigos policías te tratarían…”
“…”

Esa misteriosa mujer se retiró corriendo y apenas medio minuto después, los escuadrones de detectives que estuvieron observando el lugar forzaron su entrada por la fuerza principal luego de que el director no les contestara sus llamadas preguntando por los sonidos de disparos. Naoto sólo atinó a guardar la tarjeta dentro de su abrigo y caminó con torpeza hacia los demás.

“¡Shirogane!” le reclamó uno de los detectives, y los cuatro caminaron hacia ella angustiados. “¡No puedo creer que estabas aquí!”
“¿Qué sucedió? ¿Y el ladrón?” él miró hacia la dueña del edificio, quien seguía parada en pleno ambiente y completamente ida. “¿Qué está pasando aquí?”
“A-ayuden al director… por favor…” dijo en voz baja, todavía en shock. “Llamen a emergencias…”



El grupo de investigación sufrió un gran golpe por la cantidad de oficiales lastimados en lo que iba a ser un encuentro con un supuesto simple ladrón que cometía crímenes menores con frecuencia. Todos los policías fueron atendidos y se presentaron estables, pero sorprendentemente, ninguno de ellos recordaba lo que había ocurrido. A lo mucho, reportaron ver a la dueña del edificio entrar, pero a partir de ese punto, lo demás era un borrón en sus mentes, y no pudieron dar datos sobre el ladrón. El policía que no estuvo bajo el control del criminal dijo que sí lo recordaba, pero se encontraba en un estado de pánico e histeria por lo vivido que no podía dar ningún claro veredicto y sus compañeros temían que hubiera perdido la cordura. La señora envuelta en el crimen tampoco estaba dando una recopilación coherente de los eventos, y decía que no recordaba la entereza de los últimos dos días, ni mucho menos haber estado en contacto con otras personas. Daba la impresión que el efecto del criminal seguía presente ya que se notaba un tanto desconectada de la realidad.

Y finalmente, Naoto fue interrogada para que diera su versión. Sin saber qué decir y qué no, ella se concentró en reportarles que había llegado muy tarde para ver exactamente qué había ocurrido aparte de que el ladrón fue capaz de herir a todos los policías y, cuando notó que había sido emboscado, se echó a la fuga. Ella fue interrogada varias veces y recibió diversas preguntas al respecto, ya que había abandonado su puesto en un momento tan preciso sin alertar a nadie. Al final, todas sus respuestas fueron consistentes y los demás detectives no tuvieron razones para desconfiar en ella. De todos modos, fue dada un tiempo de descanso de sus deberes al igual que los policías heridos debido a la horrible escena que tuvo que presenciar.



“¿Cómo se encuentra el director?” preguntó Naoto, un día después del suceso. Pese al descanso que había recibido, asistió a la central para hacer preguntas sobre sus compañeros caídos.
“Lamentablemente, todavía no despierta, pero los doctores son optimistas,” le contestó la secretaria, quien también estaba visiblemente consternada por lo ocurrido, aunque trató a la más joven con cordialidad y amabilidad ya que sabía por lo que estaba pasando. “Tú también tienes que concentrarte en sentirte mejor, Naoto. Te prometo que te llamaré ni bien tenga más noticias.”
“Sí, muchas gracias,” agachó su cabeza, apenada.

Se despidió brevemente y regresó a la calle, para caminar sin rumbo en un día en el cual nada estaba ocurriendo.

Por primera vez, levantó su cabeza hacia esa concurrida calle bajo plena luz del día y sintió que habitaba en un planeta distinto del cual había venido. Naoto se sentía sin base, sin conocidos… casi sin identidad propia.

Había leído con respecto a los doppelgängers para confirmar sus sospechas. Era otra versión de sí misma, una aparición adicional de su persona. Muchas veces, su lado maligno y oculto o simplemente un alter ego. Pero seguía siendo ella misma. Estaba estresada por pensar en que una extensión de su ego fue quien hirió a sus compañeros detectives sin remordimiento alguno y que, al mismo tiempo, no atacó al ladrón por estar interesada en ‘aprender la verdad’, muy por encima de todo lo demás. Y al final, ese ladrón quien no había sido más que la punta del iceberg se había escapado sin sufrir mayores represalias.

Y si bien era inquietante pensar en que el criminal continuaba libre como cualquier otra persona, Naoto se sentía temiblemente semejante a él. Ella también era una criminal que se había escapado de sufrir las consecuencias por disparar a cuatro agentes de la policía.

“…”

Sabía lo que tenía que hacer. Usaría ese descanso obligatorio para seguir la primera pista que esa mujer incógnita le había dejado e iría detrás de la verdad. Su doppelgänger la conocía bien. Resolvería ese caso de cualquier forma posible y averiguaría qué estaba ocurriendo. Y si a fin de cuentas ya no podía ser parte de la policía por su presente estado, quizás sí sería lo mejor para ella y para sus allegados que no regresara nunca más. No tenía que pertenecer al grupo policial, siempre y cuando continuara con el linaje de su familia de detectives y resolviera el caso.

No le quedaba más que sobrevivir a aquel nuevo mundo al que sentía que ya no pertenecía…