Otro más c:
yo hace unos días: si porque amo a Lelouch antes que a todo
yo, hoy: *fic fluff con Oikawa como key por 9380234 vez*
Estoy que juego con las mil y una formas en la que Oikawa se puede enterar de que es key y me da MUCha RISA TENGO taNTOs DOCS de ESO
Prompt: “Creo que eres mi Key”
[el status de Oikawa de 'rebel' no cuenta para este AU u_u]
Eureka ingresó al departamento, cerrando la puerta tras de sí. Escuchó una canción muy pegajosa que inmediatamente llamó su atención y la jaló hasta dar con la fuente del sonido: era Oikawa, jugando un juego en su sofá. Le tomó unos instantes reconocerla, hasta que dio con que era parte de ese juego de Steam que le había recomendado a su amigo. Los mejores 20 dólares que había gastado en esa semana.
“Ohhh, estás jugando Night in the Woods,” le dijo, entrando finalmente a la sala.
“Yo, Eu~” canturreó Oikawa, despegándose de la pantalla de su laptop para sonreírle a la recién llegada. “Dame un segundo y salimos~”
“¿En qué parte vas?”
“Recién lo empecé hace un rato,” dijo Oikawa. “No me ha dado el tiempo para probarlo por los entrenamientos.”
“¿Cómo van?” Eureka se sentó en el sofá, colocando su bolso en la mesita central de la sala.
“Me estoy muriendo internamente, pero… lo disfruto mucho. El entrenador se ha puesto duro, ahora que el campeonato se acerca…”
“Me imagino que sus menús son para morir.”
“Lo he estado considerando,” bromeó. “Pero la dinámica de equipo ha mejorado un montón. Ushiwaka-chan… está más pasable, ahora.”
“Wow, ya ha pasado un poco más de medio año desde que se unió, ¿no?”
“Quién lo diría,” Oikawa cerró la tapa de su laptop. “Yo y él en el mismo equipo… Ah, por cierto, todos te extrañan.”
Eureka rio. “¿En serio? Fui la peor mánager del universo.”
“Nah, cumpliste con tu parte,” Oikawa le sonrió. “No tenías nada de experiencia y te costó, pero hiciste lo que pudiste.”
“Gracias, Tooru,” Eureka le devolvió la sonrisa, agradecida desde lo más profundo de su corazón.
Aún a pesar de todo, la experiencia en el equipo de vóley había sido entretenida, y se sentía orgullosa de sí misma porque junto con su exRebel, habían reunido a los hermanos Choi. Saeran se veía más animado con el deporte gracias a esto, y lo más importante: habían saldado la deuda con Saeyoung.
“Bueno,” Oikawa hizo a un lado su laptop. “Creo que me faltan mis llaves—” se levantó, pero se detuvo en seco cuando Eureka lo jaló de la manga de su polera.
“Oikawa…” empezó, dudosa. No era el mejor momento para traer el tema a colación, pero sabía que, si no lo hacía en esos momentos, nunca lo haría. “Uhhh, hay algo que me he estado preguntando. Desde que perdiste tus poderes, ¿te has sentido raro?”
“¿Mn? ¿Desde que renuncié? Pues un poco, pero supongo que es porque me extrajeron el chip ese raro y todo eso,” Oikawa la miró, curioso. “¿Por qué preguntas?
“H-haha, no, nada, supongo que me dio un poco de… ¿curiosidad?”
“¿Pasó algo contigo?”
Eureka tragó saliva. El coraje que había sentido hacía unos segundos se esfumó raudamente, dejándola con un miedo muy intenso hacia la futura reacción de Oikawa.
Eran sospechas, pero todo daba a entender de que estaba en lo cierto… y no sabía que tan atinado era soltar la sopa a estas alturas del partido. Después de todo, Tooru no necesitaba enterarse. Podía guardar el secreto para sí misma y ya.
“Nada, es que… no tengo key desde hace un tiempo,” al terminar su frase, volteó los ojos hacia un punto fijo en la cocina, sin poder dignarse a mirarlo a la cara. Los colores se le subieron a la cara, avergonzada con el tema.
La situación le parecía mil veces más vergonzosa que una confesión de amor… aunque en cierta forma, eran muy parecidas.
“…¿Y eso que tiene que—? Oh,” Oikawa se incorporó, alejándose del respaldar del sillón de golpe. Apoyó sus codos en sus muslos, y tomó su mentón, pensativo. Al cabo de unos segundos, abrió los ojos y frunció el ceño. “¿Soy tu key?” le preguntó, y con eso, obligó a Eureka a encararlo.
“…Creo.”
“¡Eso es genial!” y la estrujó contra su pecho. Al parecer, se demoró un poco en procesar todo, y cuando le cayó como un baldazo de agua fría, se separó de Eureka. “…Eso no es genial.”
“Lo sé.”
“…Mierda, mi equipo me va a matar.”
“Iwaizumi es el que te va a… dios mío, cuando se entere, no sé qué te va a hacer…”
Ambos sintieron escalofríos al pensar en el spiker. Iwaizumi se había mostrado en contra del conflicto en todo momento, alegando que, además de ser tan problemático, amoral y demandar tanto de su amigo, no era saludable para Oikawa, puesto que tenía que esforzarse de más para cumplir con su deber como rebel y como capitán.
Oikawa pareció tener una epifanía. Se alzó de un brinco, y la señaló, visiblemente alterado por las noticias.
“¡TIENES QUE CAMBIAR DE KEY AHORITA! ¡AHORITA! Mm, ¡Hey!” Oikawa se cruzó de brazos, con una expresión de sabelotodo. “¡Uh… Hizumi-chan es perfecto para el puesto!” dijo, confiado de sí mismo, como si hubiera descubierto la pólvora.
Eureka negó con la cabeza. “En la vida tendría un key tan irresponsable como él. Me debe una muy grande, pero nunca tanto.”
“Awn ): él es muy genial, y eso que me cuesta admitirlo.”
“A veces me pregunto cuáles son tus estánd-- ¡PERO! ¡HEY! ¡No puedo decidir quién es mi key! ¡Sabes muy bien eso!” Eureka reaccionó finalmente.
“Lo sé,” Oikawa suspiró, resignado. “Porque también me pasó.”
“¿…Te pasó qué?”
“Que no elijes quien es tu key. Sólo… pasa.”
“¿Tú tení—? ¿¡QUÉ!?”
“¡Jaja! ¡Caíste!” Oikawa soltó una risotada, aunque en su mente, se daba a sí mismo palmadas en los hombros por salvar la situación. Casi se delataba. “Ya, pero pongámonos serios, Eu. Es un honor, pero—” Oikawa se interrumpió a sí mismo, negando con la cabeza. “No, lo siento, haz como que no me escuchaste. Voy a ayudarte de todas formas.”
“Hey, no, no te pedí—”
“¡Nada!” Oikawa frunció el ceño. “No niegues mi ayuda, porque de igual forma voy a estar ahí para ti. Sé que aún no te asignan a un nuevo rebel, pero mejor es que desde ya, tengas a tu key de apoyo.”
“Pero aún no desarrollas poderes.”
“De seguro se tarda un poco más conmigo porque fui rebel…”
“Mm, buen punto,” dijo Eureka, fingiendo calma. En su mente, calculaba el mejor plan de escape para aquella situación.
“Eu,” Oikawa la tomó de los hombros. “Por favor, mírame,” le rogó, y a regañadientes, Eureka le hizo caso.
“¿Podemos hacer que esto no pasó?”
“Es muy tarde para eso,” dijo Oikawa.
“No quiero cargarte con más… es muy injusto para ti. Por eso renunciaste…”
“Pero no puedes ignorar lo que sientes, no vas a cambiar de key de la noche a la mañana. Si tengo que seguir en esta batalla, es por algo. Y si sé que te puedo ayudar, no me voy a quedar de brazos cruzados.”
“A veces eres muy lindo, Tooru,” Eureka le sonrió.
“…” Oikawa se quedó sin palabras. Se vio obligado a soltar a la HiME, y se giró hacia la izquierda para taparse la cara con las manos, producto de la vergüenza que sentía.
“Omg, te quebré.”
“ME QUEBRASTE” y la señaló. “¡Uno no suelta cumplidos así de la nada!”
“¿Tus fans siempre lo hacen?”
“¡Pero tú eres mi amiga más cercana! ¡Y acabo de enterarme que soy tu key!”
“Ah,” ahora era ella la que se tapaba la cara.
El cerrojo de la puerta principal empezó a sonar, y en pocos segundos, Iwaizumi ingresó a la sala, para encontrarse con sus dos amigos en la misma posición: cubriéndose el rostro con las manos, y gritándose tonterías.
“Díganme que ya están, por favor,” Iwaizumi rodó los ojos, mientras cruzaba la sala para llegar a la cocina.
“¡IIIIIWA-CHAAAAN!” gritó Oikawa. “¡NO ES ESO!”
“De hecho, yo le contaba a Oikawa que—” Eureka se interrumpió a sí misma al recordar que Iwaizumi podía reaccionar de una manera muy violenta al hecho de que Oikawa seguía involucrado en el conflicto Rizembool-Hanasaki. “que… QUE SÍ, ÉL ME GUSTA”
“¿QUÉ?” Oikawa soltó un alarido que retumbó por todas las paredes del departamento.
“Ah,” Iwaizumi abrió los ojos de la sorpresa. “Yo lo decía por joder, pero felicitaciones. Oikawa hablaba mucho de ti, ya era hora.”
“¿…En serio?”
“¡IWA-CHAAAAAN, NOOO!”
“Shittykawa, te estoy haciendo un favor,” Iwaizumi se llevó una mano a la cara. “En fin. Pensé que ya se habían ido, pero bueno, tendré que esperarlos afuera. Me llaman cuando van a salir.”
“Okay,” Eureka asintió.
“Los veo,” Iwaizumi salió del apartamento, dejándolo solos de nuevo.
“¿¡P-POR QUÉ DIJISTE ESO!?” le recriminó Oikawa, acusándola con el dedo.
“¡¿QUERÍAS QUE IWAIZUMI SE ENTERE DE QUE ERES MI KEY?! ¿Y DE TU SPEECH?”
“Ah, cierto, cierto,” Oikawa asintió. Eureka tenía razón… aunque no fue la mejor forma de evadir ese tema, logró que Iwaizumi no sospechara del asunto de las HiMEs, y eso era una victoria para los dos.
“Peroloquedijeesverdad,” murmuró la HiME, luego de unos instantes de silencio.
“¿Qué?”
“QUE ES VERDAD” lo gritó, mirándolo fijamente.
“Oh,” Oikawa se veía muy confundido. Se demoró unos instantes en procesar todo, y cuando los engranajes de su mente finalmente hicieron click, la abrazó.
“¿Q-qué haces?”
“Algo que debí hacer hace un tiempo,” dijo Oikawa. “Iwa-chan ya me delató, así que no tengo nada que esconder.”
“Wow, hasta puedes aparentar ser maduro a veces~”
“¡Eu!”
La HiME lo tomó de las mejillas, y luego, las pellizcó.
“¡AYAYAY!”
“Llamemos a Iwaizumi, que debe andar echando humo.”
“No creo, ya estaba harto de escucharme hablar de lo mismo una y otra vez, así que ahorita de seguro anda un poco más tranquilo~” canturreó Oikawa. “…Al menos, hasta que se entere de que soy tu key.”
“…TOCA MADERA”
Al otro lado de la puerta principal, Iwaizumi se empezó a reír. Oikawa y Eureka intercambiaron miradas, y se quedaron fríos.
“Son un par de idiotas, no hay nada que hacer,” les gritó Iwaizumi desde afuera del departamento.
“¿…Hace cuánto estás ahí, Iwa-chan?” Oikawa sudaba frío.
“Desde que confesaste que eres su key, Shittykawa,” Iwaizumi abrió la puerta para entrar de nuevo a la casa. “Pero no entiendo qué tan cojudos pueden ser como para no darse cuenta de que eso no me importa ahora.”
“¿Ahora que…?”
“Ahora que están.”
“Oh.”
“Felicidades,” Iwaizumi les sonrió, sincero. Para alguien que siempre andaba con el ceño fruncido, Hajime tenía una sonrisa preciosa.
Eureka y Oikawa le esbozaron una de vuelta.