Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 434372 times)


Cho

Uhh... estoy muerta, ha sido un mes difícil, pero ya el próximo me desquito (escribí yay~ (...))

116.1.



El día siguiente había llegado, y con este, las celebraciones finalmente estaban en pie. Las competencias de estudiantes de secundaria y universidad empezaban a llevarse a cabo entre las dos instituciones, y la gente presente tanto participando como asistiendo habían tornado a Hanasaki y Rizembool en lugares de celebración, donde para variar no iría a ocurrir una guerra fría, al menos no visiblemente.

De todos modos, las dudas continuaban, y además de ello, la incertidumbre de ni saber lo que en verdad podría ocurrir. Cho se encontraba sentada bajo uno de los muchos toldos puestos por Hanasaki U para que los asistentes pudieran darse un respiro y organizar sus ideas. Ella podía oír a un puñado de estudiantes revisar uno de los horarios y ponerse de acuerdo sobre dónde se reencontrarían ni bien cada uno terminara con la actividad a la cual se habían apuntado. Oírlos le hizo acordarse de sus propios planes en ese día, y luego de apenas recordar la única prueba de rendimiento que estaría tomando en esa fecha, volvió a vaciar su cabeza para mirar al cielo despejado.

Llevaba siendo HiME unos dos años en el pasado y se encontraba surcando por un tercero luego de la supuesta paz entre las escuelas, pero era la primera vez en su vida que podía decir que estar metida en la guerra acaparaba tanto de su fortaleza interna, y hasta de su usual enfoque académico. Pensar en esa chica a la que habían rescatado, estar consciente de los daños causados a inocentes por dicha hazaña, incluso saber que la previa noche hubo una persona de Rizembool causando estragos, y otros también de ese instituto encargados de ponerle un alto. Ya el conflicto empezaba a tratarse menos de los buenos versus los malos, con los buenos habiendo sido indudablemente los de Hanasaki, y parecía convertirse en un caos sin forma, sentido o quizás hasta propósito alguno.

“…” y encima de ello, nada parecía ser capaz de librarle del daño que había sufrido en aquel rescate. Pese a ser una HiME, ni se atrevía a participar en eventos atléticos por temor a padecer de alguna descompensación. Cho llevó una mano a su frente. Sentía como una niebla mental que no le dejaba pensar ni enfocarse, y un desánimo general que le quitaba motivación. De no ser por acompañar a los demás quienes sí participaban más entusiasmadamente en esos días, tal vez hubiera preferido reposar en casa.
“¿Te sientes bien, aruji?” le preguntó Kashuu. Finalmente, este acababa de regresar junto con Osaka, y traía un jugo de naranja para su HiME.
“Eh…” Cho ladeó su cabeza y negó. “Sí, eh, lo siento, me distraje…” entonces miró a esa rara elección de bebida, al haber esperado una botella de agua. “Esto…”
“Es tu jugo favorito, ¿verdad?” le sonrió. “Es obvio que todavía no te recuperas por completo, así que subirte los ánimos es lo más importante ahora.”
“¡Sí, y es un jugo de naranjas mikan, son deliciosas!” exclamó Osaka.
“Heh, gracias,” ella sonrió apenada, aunque lo aceptó con gusto. “Ustedes debieron haberse comprado algo también.”
“No gracias, ya he tomado la suficiente agua por ahora,” dijo Kashuu.
“¡Y yo tengo que dejar mi estómago vacío para la carrera de panes!” Osaka frunció el ceño con gran seriedad.
“Eh, pero Osaka…” Cho alzó una ceja. “Es una carrera de atletismo principalmente. No es que necesites todo el estómago para eso.”
“Olvídalo, aruji, ya sabes que ella sólo está feliz de comerse un pan,” Kashuu negó. “Lo estará celebrando a su manera.”
“Aw, me da pena que no puedas inscribirte a ninguna competencia deportiva,” la prima se apenó. “Marisa-chan ya está alistándose para las competencias de kendo, y ella dice que no tiene mucha experiencia en esa rama. Quizás yo también debí sumarme.”
“Sí me pareció verla hablar con otras participantes en lo que nos despedimos de Roxas en el área de kendo,” Cho se puso a pensar. “Verdad que deberíamos ir a alentarles cuando tengamos libre.”
“Eso si los dos sobreviven a varias eliminatorias de hoy, tu prueba termina un poco tarde, aruji,” le recordó Kashuu.
“Hm, imagino que Roxas sí, aunque no sé sobre Marisa…”
“Oh, pero si Marisa-chan termina entre las primeras al final de las olimpiadas, quizás hasta la directora le diga para que vuelva a ser HiME,” divagó Osaka, entretenida.
“Eh, tengo entendido que tanto ella como tú pueden ser HiMEs en cualquier momento que se animen, no es que tengan que darles la invitación,” observó Kashuu, confundido.
K-Kashuu, por favor no le des ideas,” le susurró Cho a su arma por lo bajo.
“Eh, p-perdón aruji,” este se vio en aprietos.
“Hehe, es cierto, pero lo digo porque Marisa-chan y yo tuvimos una conversación ayer en lo que paseamos por la universidad de noche,” Osaka sonrió, al parecer ni pensando en el más remoto capricho de volver a ser HiME, para gran alivio de su prima. “Marisa-chan se lamenta de que recientemente no hayamos podido estar presentes junto con todas las HiMEs en los momentos de emergencia, y me dijo que, si ella podía hacerse físicamente fuerte, quizás se animaría a ser HiME de nuevo para no perderse de las novedades. Suena divertido, ¿verdad?”
“Pues, realmente me alegro que ustedes dos hayan estado a salvo en medio de lo más reciente,” Cho dio un suspiro. Incluso su muy suertuda prima podría pasar por demasiadas penurias viendo cómo el panorama de la guerra se complicaba cada vez más.



“En serio, no se apunten a ser HiMEs sólo porque creen que se pierden de algo,” comentó Tenshi, quien se apareció junto con Suzuka.
“¡Oh, buenos días, Tenshi-chan, Suzuka-senpai!” saludó Osaka, alzando una palma.
“…no tienen que llamarme senpai, en serio,” Suzuka dio un pesado suspiro. “Aunque, Tenshi, considerando que ayer saliste lastimada, casi temo que tú también te decidiste a ser HiME en parte por querer pelear.”
“Ahh, entiendo que ayer actué mal, realmente no esperé que esos orphans fueran tan fuertes, aparte que ese chico hermano de Saki me sacó un poco de quicio y quise darle la contra,” la otra frunció el ceño e hizo un puchero.
“Esas no son escusas…” Kashuu negó.
“¿Están yendo a sus competencias?” preguntó Cho.
“Pues, se viene una académica pronto para mí, pero realmente no le veo el punto,” contestó la peliblanca, frustrada.
“Por mi parte, me toca apoyar a mi equipo de jalar la soga, así que tengo que irme pronto,” Tenshi sonrió entusiasmada.
“La mentora te habrá sanado, pero pienso que no deberías participar, Tenshi,” observó Suzuka. “Continúas convaleciente.”
“Ah, ya no me sobreprotejas, por favor, estoy bien,” Tenshi rodó los ojos. “Participar en esto me curará emocionalmente, ¡así que más ganas tengo que ponerle!”
“¡Sí, ese es el espíritu!” Osaka celebró y terminó chocando manos con la peliazul.
“…” Cho se reservó comentarios. No estaba de acuerdo del todo con ese punto de vista, aunque por lo que conocía de Tenshi, sí creía que esta dependía mucho en sus corazonadas, por lo cual podría tener algo de razón.
“Igual no debes usar tus poderes en esta competencia, ¿de acuerdo?” dijo Suzuka.
“Ay, ya suenas a mi madre, obvio que no lo voy a hacer,” Tenshi se cruzó de brazos y resopló.
“Por cierto, ¿qué es de kuso jiji?” preguntó Kashuu.
“Esa es una manera inapropiada de hablar sobre él…” comenzó la peliblanca, quien de inmediato se mostró cansada y exasperada. “Y estoy totalmente de acuerdo. ¿Qué será de él? Andará divagando en algún punto de estas olimpiadas al menos. Pensaba ir a buscarle ya que ni está contestando mis llamadas.”
“Realmente me da vergüenza pensar en él como otra arma que debe servir a su aruji…”

“…” Cho vio a su arma y HiME mayor desquitar sus múltiples frustraciones con el enigmático Norimune. Notaba lo inconformes que se veían, aunque no evitaba encontrar graciosos sus puntos de vista.
“Oye Cho,” dijo Tenshi.
“Sí, ¿qué sucede?”
“¿Sigues igual que ayer? ¿Todavía no te sientes mejor?”
“Eh… pues no, pero no te preocupes, sólo no debo esforzarme todavía.”
“Hm, ya veo…” frunció el ceño y desvió su mirada.
“Tenshi…”
“Porque yo sí me siento un poco mejor, ya me estoy recuperando,” concluyó, casi inconforme.
“Eh, qué bueno.”
“Pero es injusto que tú sigas padeciendo ya que en tu caso han pasado varios días,” bajó su mirada. “Ya todos hasta se habían olvidado que no te sentías bien ayer. ¿Sabes? Deberías recordarles a los demás de vez en cuando, o seguirán olvidándose.”
“Pues… supongo que sí, anoche estuve acompañando a todos, y no fui más que un estorbo en medio de la emergencia, lo siento…”
“No quise decir eso, Cho, date un respiro, por favor,” le recriminó mirándole fijamente.
“Eh…” era curioso pensar que esa chica era al menos cuatro años menor ya que le daba un aire muy seguro de sí misma y una fuerte personalidad.
“Pero veo que eres de esas buenitas, así que sólo intenta comunicarte por tu propio bien, ¿sí? Y de ahí, vete a dormir a tu casa si ya no quieres andar de animadora de los demás,” le dio un par de palmaditas en un hombro. “Cuídate, ¿de acuerdo? Tienes que prometérmelo.”
“…” Cho asintió, decidida. “Sí, lo prometo, por eso he evitado las competencias que me parecían muy cansadas.”
“Bien, es algo,” Tenshi se encogió de hombros. Percibía que hablaba con ‘un caso perdido’ desde su punto de vista, aunque al menos se trataba de alguien que intentaba lo mejor que podía. “Bueno, ya me voy o se me hará tarde. Nos vemos por ahí.”
“Sí, que te vaya bien, tú puedes,” le alentó la peliceleste.
“Claro, ya verás que llevaré a mi equipo a la victoria, y sin magia,” sonrió con confianza y empezó a marcharse.
“Tenshi, espera, recuerda no excederte,” Suzuka terminó por despedirse algo atolondrada para así seguirle el paso a su intrépida kouhai.

“Oh, hablando de las competencias,” Osaka asintió con su propia certeza y enfoque. “Vi un sabor de pan relleno en un kiosco cercano que no he comido antes. Tengo que ir a degustarlo para al menos tener un poco de práctica con él.”
“Osaka…” Cho terminó por desistir de pelear contra su manera única de pensar las cosas.
“Pues, camino para allá podemos ir viendo cómo van las competencias,” observó Kashuu, amenamente. “Vamos, aruji, una tranquila caminata te hará mucho bien.”
“Sí, gracias…”

Y con ese simple intercambio, les esperaba muchas cosas durante los próximos días, entre lo cotidiano y esperado, y algunos sucesos que no habrían podido ver llegar de ninguna manera.



Eureka

Se logroooo (siempre digo lo mismo)




“Siempre me he preguntado…”
“¿Mm?” Gojo observó a su alumna, un tanto curioso por su repentina pregunta.

Llevaban caminando en silencio desde hacía unos diez minutos, momento en el que habían ingresado a uno de los barrios más cercanos de Hanasaki, una zona ubicada a unas pocas cuadras del campus. Neuvillette los seguía en silencio, curioso por los escaparates, los puestos de comidas y accesorios y las personas que pasaban a su alrededor.

“Siempre me he preguntado por qué la ropa de hombre es tan… aburrida,” mencionó Eureka frente a la tienda de Lacoste. Los polos y pantalones básicos eran más monótonos de lo que había esperado ver. Sabía que la marca se caracterizaba por ese tipo de prendas, pero las que tenía en frente superaban negativamente a sus expectativas.
“Bueno, supongo que muchos hombres le tienen alergia al color o a las prendas de formas divertidas.”
“Eso te incluye.” Eureka sonrió. “Una camisa blanca y unos pantalones negros con zapatillas no son el último grito de la moda, creo yo.”
“Yo tambien estoy vestido así, Eureka-dono.” Le comentó Neuvillette.
“¡Tú no cuentas, tranquilo! No fue tu intención. Era lo único que Gojo-sensei tenía a la mano.”
“Pero no me has visto en una cita.” Aclaró Gojo. “Ahí si me arreglo como se debe.”
“¿Qué? ¿Te pones una gabardina y una caffarena y consideras que eso es chic?” Eureka arqueó una ceja, aguantándose las risas.
“¡Ack!” Gojo saltó en su sitio, atacado por el comentario. “¡Esa combinación es perfecta!”
“Si usas zapatillas, lo dudo.”
“…Bueno, no quiero verme tan serio. Para eso está Suguru~” canturreó, y la HiME hizo una mueca de asco.
“¿Ese es tu novio o qué?”
“¿Me parece o me has agarrado mucha confianza de un momento a otro?” Le dijo el profesor, con una sonrisa de oreja a oreja.
“No es tanto como que te haya agarrado confianza… sino que tú cuentas los detalles de tu vida personal sin mucho cuidado.”
“Es cierto. Yo también tengo entendido que Suguru Geto es su…”
“¡Gracias, Neuvie-chan!” Gojo lo interrumpió en un santiamén. “Y pueees… no sé qué decirte. Me gusta contarle cosas a la gente. Más aún si siento que son de confianza.”
“Entonces… tú eres el que me ha agarrado confianza a mí.”

Uno de los vendedores de Lacoste se acercó desesperado a los tres.

“Disculpen, dama, caballeros… ¿van a ingresar a comprar?”
“Ah, no.” Eureka le sonrió un poco triste. Le daba pena incomodar a los asistentes de ventas. “Solo estábamos mirando.”
“Sí, el caballero está buscando algo más extravagante,” comentó Gojo, pero Neuvillette no se inmutó ante su broma de mal gusto.

Ni Eureka. La HiME y el child ya habían avanzado y le llevaban al menos unos metros de distancia al mayor.

“¡Oigan! ¡¿Qué les pasa?!” Se quejó Gojo, corriendo para alcanzarlos. “¡Debieron haberme esperado!”
“Lo siento” Eureka le sacó la lengua. “Pero el vendedor nos interrumpió. Dime, ¿por qué me has agarrado confianza? Soy una HiME común y corriente, sensei. Y tampoco… soy tan brillante que digamos.”
“Bueno, es porque…”
“¿POR OIKAWA?” Gritó, indignada. “¡Sería el colmo que te llame la atención por mi key! Pero tendría sentido. Todo el mundo pensaría que un tipo con poderes sería más fuerte que una chica. ¡¿Dónde quedó el feminis…?!”
“¡Jaja!” Gojo le revolvió los cabellos. “Ni me dejas contestarte y ya te armas tremenda película en la cabeza.”
“…” Eureka hizo un puchero. “Bueno, dime, entonces.”
“Es porque les veo mucho potencial en conjunto.” Comentó, sin girarse a mirarla. “No solo por su dinámica de dúo de comedia. De hecho, esa dinámica me indica que tienen mucha sinergia y que aún no la han podido explorar porque no han contado con algún entrenador que pueda guiarlos en ese ámbito. No quiero desprestigiar a Ohara y a Matsuura, pero esas chiquillas y sus amigas no deberían llamarse entrenadoras. Es cierto que los han ayudado a desarrollar más fuerza, resistencia y otros factores, pero el entrenamiento de HiME y Key incluye otros aspectos.”
“¿Como los que exploraron en el campamento de Keys?”
“Exacto~ Imagino que igual Matsuura y Ohara intentaron orientarlos con sus poderes, pero no pudieron hacer mucho al respecto.”
“No.” Admitió la HiME. “Aun así, no puedo negar que nos han apoyado muchísimo.”
“Y pueden seguir entrenando con ellas.” Gojo le sonrió. “También le serviría a Neuvillette.”
“Lo aprecio,” dijo el Child.
“¿Entonces…?” La mirada confundida de Eureka hablaba por ella.
“Entonces, quiero apoyarlos. Son como mi proyecto personal, por así decirlo. Lo de ellas es algo adicional. Lo que yo haré con ustedes… es distinto.”
“Eso… suena peligroso.”
“¡Lo es! Parte de eso implica cazar orphans. No sé qué tan enterada estás al…”

Gojo se interrumpió al notar cómo Eureka se detuvo en el acto.

“¿Eureka?”
“Gojo-sensei… hay algo que tal vez debería contarte.”








“Mm.” El rostro confundido de Aventurine llamó su atención.

Se habían quedado haciendo hora en una de las rotondas de la universidad. Shiki se había escapado a sus clases (o a quién sabe dónde), y la única víctima a disposición de Kokichi era Aventurine, quien había dejado de prestarle atención a sus tonterías desde hacía un par de minutos.

“¿Qué pasa, Churin?”
“¿Recuerdas el problema de tu HiME?” Le consultó. “La petición que te hizo. Bueno, nos hizo. De recuperar los videos de las cámaras de seguridad.”
“¿Síp?” Kokichi sonrió, confundido. “No entiendo. ¿Encontraste algo más? Porque en el almuerzo le enviaste todo… O bueno, tu contacto. No sé cuál de ustedes fue. A todo esto, es Saruhiko Fushimi, ¿no?”
“No. Y… mi contacto logró recuperar algunos de los videos que al inicio no pudo.”

Su expresión sombría le dijo todo lo que debía saber.

“Puede que quieras ver esto.”

Y le extendió el celular.
« Last Edit: July 31, 2025, 07:48:27 PM by Eureka »


Mimi Tachikawa

Hoi hoi minna!! vengo con fic rapido....

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En la playa, lejos del bullicio de la casa de los Kinomoto y de las revelaciones recientes, Mashu caminaba en silencio, dejando que sus pies descalzos se hundieran en la arena. A su lado se encontraba Tsumugi que la miraba en silencio.
Lo que más latía en el pecho de Mashu no era inquietud, ni miedo, ni incertidumbre.

Sino era felicidad de estar al lado de la persona que ama.

Así que Sakura ya está comprometida - dijo Tsumugi finalmente, rompiendo el silencio.

Mashu asintió, sin apartar la mirada del mar.

Si…-dijo asiento con la cabeza- tanto ella como Syaoran-kun fueron honestos en sus sentimientos y decidieron comprometerse sin la presión de ambas familias.

Era obvio que iban a terminar juntos - respondió el peliazul con una sonrisa- me alegro que siempre te ha tenido a ti a su lado todo este tiempo.

Mashu no respondió de inmediato. Cerró los ojos al sentir el viento agitar sus cabellos lilas. Durante tantos años había guardado silencio, cargando con verdades peligrosas por el bien de su hermana, ocultando sus propios temores y sentimientos. Pero ahora, con Tsumugi allí, justo a su lado, sintió que podía respirar.

-Obviamente tengo que estar con ella es mi amada hermana menor- murmuró- Aunque en varias ocasiones me he sentido sola.

Él se detuvo, y sus ojos se suavizaron aún más.

-Nunca has estado sola  Mashu, siempre he estado a tu lado aunque no estuviera cerca de ti…-

Ella lo miró entonces, sus labios temblaron ligeramente. Tsumugi se acercó un paso más, hasta que sus sombras se tocaron sobre la arena.

-Cuando me pediste que fuera tu novia... -Mashu rompió el silencio, apenas en un susurro-Por un momento pensé que no merecía tener una persona tan maravillosa como tú a mi lado,que el tiempo y mis decisiones habían cambiado todo entre nosotros.

Tsumugi ladeó la cabeza, sin dejar de sonreír.

-Pero no cambiaron en lo más mínimo y prueba de ello es que yo sigo aquí.

- ¿No te decepcionó que no hablara de ti con mis padres hoy? Que los haya dejado pensar que aún estoy sola…-

-Para nada -respondió él con suavidad-

Ella alzó los ojos, sorprendida por su madurez.

-Eres demasiado bueno Tsumugi-kun…-

-No creo que sea porque soy bueno o no, solo es que he esperado mucho tiempo por ti.

El corazón de Mashu latió con fuerza. Sin decir palabra, lo tomó de la mano. Los dedos de ambos se entrelazaron con naturalidad, como si lo hubieran hecho toda la vida. Y quizás así era.

-Quiero presentarte oficialmente- dijo ella en voz baja- Que sepan quién es la persona que ha estado a mi lado en silencio, esperándome pacientemente.

Tsumugi no dijo nada por un instante. Su mirada era tan cálida como el sol.

-Cuando lo hagas… estaré listo -respondió-

Mashu asintió y apoyó su cabeza contra su hombro. Allí, con el murmullo de las olas como única música, cerró los ojos.

Unos minutos más tarde, ambos se sentaron sobre una roca cercana, con los pies colgando sobre la arena. El cielo se había vuelto azul profundo, y las primeras estrellas comenzaban a asomarse. El viento marino traía consigo olor a sal y recuerdos.

-¿Sabes?-dijo Tsumugi mientras observaba el cielo-. A veces pienso en ese día en que actué por primera vez para ti. Era solo un niño, pero sentí que había hecho algo importante.

Mashu sonrió.

-Y lo hiciste. Esa actuación del príncipe de las frías tierras de Siberia me salvó.

Él la miró con los ojos entrecerrados, juguetones.

-¿Quieres que lo vuelva a interpretar ?-

-¿Aquí y ahora? -dijo ella visiblemente sonrojada

Tsumugi cerró los ojos y empezó a recitar sus palabras. Su voz era clara, serena, como el reflejo de la luna sobre el agua. No era una interpretación profunda. Eran unas frases que hablaban de esperanza, de consuelo, de promesas que no se rompen.

Cuando su interpretación terminó, el mundo parecía más tranquilo.
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La mañana siguiente amaneció envuelta en un silencio sereno, como si el mundo aún meditara sobre las emociones del día anterior. El canto de las aves se colaba por las ventanas de la residencia Kinomoto

Wei Wu Xian revolvía el contenido de una olla de desayuno con entusiasmo exagerado, y Lan Wang Ji se encargaba de preparar la mesa con precisión casi ceremonial.

Mashu se había despertado antes que todos. Sus pensamientos la habían mantenido en vela gran parte de la noche.
Y ahora, allí estaba. De pie en el umbral del comedor, con las manos apretadas a los lados de su yukata azul marino.

Respiró hondo. Dio un paso, luego otro, hasta quedar frente a sus padres.

Wei Wu Xian la notó primero.

-¡Mashu-chan! Buenos días, ¿dormiste bien? ¿quieres probar mi sopa celestial con algas? -agitó una cuchara frente a ella-

-Wu Xian - intervino Lan Wang Ji, colocándole un tazón en las manos para que se calmara. -Deja a nuestra hija que hable.

Mashu los miró a ambos, y luego a Sakura, que alzó la cabeza con curiosidad. El aire parecía más denso de pronto, aunque nadie decía nada. Entonces Mashu respiró profundamente.

-Papá… Wu Xian… Sakura -dijo, su voz firme, aunque algo temblorosa- Quiero decirles algo importante-

Wei Wu Xian frunció el ceño con suavidad y dejó la cuchara sobre la mesa.

-¿De qué se trata, hija?-

Mashu alzó la vista. Su mirada estaba decidida.

-Es sobre Tsumugi-

Sakura parpadeó, y Lan Wang Ji se quedó completamente quieto. Wei Wu Xian ladeó la cabeza, como si tratara de confirmar que había escuchado bien.

-¿Tsumugi...? ¿Tu amigo de la infancia? ¿El chico que solía hacer origami contigo en el templo del jardín trasero?-

-Sí, ese Tsumugi -dijo con una leve sonrisa- Quiero que sepan que… estamos juntos, nos hicimos novios no hace mucho.

El silencio cayó como una hoja suspendida en el viento.

Wei Wu Xian abrió los ojos como platos. Lan Wang Ji no reaccionó de inmediato, pero sus dedos se detuvieron en el borde del tazón. Sakura se incorporó lentamente, con una expresión de sorpresa y una sonrisa apenas contenida en los labios.

-¿Desde hace algunas semanas…? -repitió Wu Xian-. ¿Y no dijiste nada hasta ahora?

No quería causarles más preocupación en medio de todo lo que está pasando. Pero ahora… quiero hacerlo bien.Quiero que vean por ustedes mismos lo mucho que significa para mí.

Lan Wang Ji la observó detenidamente. Sus ojos eran serenos, pero intensos.

- ¿Te sientes feliz con él? -

-Mucho -respondió Mashu sin dudar.

-¿Te respeta?-

-Por supuesto que si, desde que éramos niños-

Wei Wu Xian se levantó de golpe, haciendo que la silla crujiera. Caminó hasta ella y le revolvió el cabello con una sonrisa melancólica.

-¡Mi Mashu-chan está enamorada! ¡Y yo sin haber preparado ningún discurso de bienvenida! - luego se giró- ¿Dónde está Tsumugi? ¿Está aquí?

Mashu asintió, ligeramente ruborizada.

-Lo invité a venir esta mañana… Está en el jardín delantero.

-¿Y lo vas a hacer esperar allá afuera? -exclamó Wu Xian- ¡Ve a traerlo! ¡Ve!

Mashu asintió rápidamente y salió. En cuanto se perdió de vista, Sakura suspiró con una sonrisa.

-Lo sabia sabia que ambos iban a terminar juntos, siempre supe que Tsumugi-niichan se iba a quedar con neechan…-

-Lo sé -dijo Lan Wang Ji en voz baja.

Wei Wu Xian lo miró.

-¿Y tú? ¿Vas a darle una oportunidad?

-Lo observaré -respondió simplemente-Si sus intenciones son sinceras, lo sabré.

En ese momento, Mashu regresó por el pasillo, acompañada de Tsumugi. Él vestía con sencillez, un haori claro sobre una camisa blanca y pantalones negros, pero su postura era recta y sus ojos, determinados. Se detuvo frente a los adultos y se inclinó profundamente.

-Buenos días Wei Wu Xian-san, Lan Wang Ji-san, es un honor volver a verlos nuevamente…-haciendo una solemne reverencia- Vengo a declarar mis serias intenciones por Mashu-san.

Wei Wu Xian entrecerró los ojos con un gesto dramático.

-¿Y dime Tsumugi, tienes alguna habilidad especial? ¿Sabes tocar el shamisen o preparar té mientras recitas poesía?
Tsumugi se quedó en silencio un instante. Luego respondió:

-Sé hacer reír a Mashu cuando siento que se siente triste y no quiere decirme lo que siente-.

Lan Wang Ji alzó ligeramente una ceja. Wei Wu Xian quedó mudo.

-Bien - dijo Lan Wang Ji finalmente-. Te puedes quedar para el desayuno.

Sakura soltó una pequeña risa.

Y es así como has recibido la bendición de la familia Tsumugi-niichan…-

Tsumugi se sentó junto a Mashu. Sus manos no se rozaron, pero sus miradas bastaron. En ese momento, entre el murmullo del viento y el aroma del arroz recién cocido, una nueva etapa comenzaba.
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matta ne!!