Bishoujo Team

Proyectos => MMORPG: Neverland => Topic started by: Kana on December 06, 2013, 05:27:06 PM

Title: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 06, 2013, 05:27:06 PM
Quote
El mundo estaba regido por un orden y tiempo, tiempo para despertar, para trabajar, estudiar, un  tiempo significativamente más pequeño para un break y el café, tiempo de volver a casa, y generalmente llegar tan cansado que sólo se disponen a cepillarse los dientes e irse a la cama. Los días, en el mundo, eran muy parecidos todos.

La gente caminaba en grandes grupos por las calles, se detenían en las esquinas y esperaban la luz verde para pasar a paso apresurado, otros apretaban los dedos sobre el manubrio de sus vehículos aguardando en cambio de luz. El boulevard con algunas personas leyendo el periódico en alguna cafetería y de este modo enterándose de la noticia sensacionalista de turno, del rumor farandulero que la mayoría dicen no interesarles pero muchos siguen sigilosamente atentos, en tanto, dejando los verdaderos sucesos importantes de lado. Aquellos donde la opresión y las injusticias son tapadas con noticias deportivas, de prensa rosa y cotilleos absurdos que sólo contaminan la mente humana.

La gente se cansa de la rutina, lamentablemente no hay muchas vías de escape, excepto tal vez una actividad que, hasta el momento, no era muy popular. Sólo algunos sabían de esta fuga de la realidad aburrida, por sobre todo por ser algo muy nuevo. La realidad virtual está instalada en el mundo hace muchas décadas, cada año perfeccionándose más y sorprendiendo a sus usuarios. Los juegos eran los típicos de pelea, aventura y terror, donde, al instante de colocarse dentro de la realidad virtual, la acción envolvía al usuario en un letargo mágico donde se olvida de toda jornada laboral o estudiantil  y por fin tiene un suspiro, un momento de relajo. Pero de hace un tiempo todos los juegos de realidad virtual online parecían ser muy similares los uno de los otros, las mismas temáticas, escenarios, tipo de enemigos y meta, por lo que había desencantado a algunos el mercado virtual. Sin embargo, se corría el rumor de un nuevo juego online el cual prometía mucho. En esa realidad beber agua era beber agua, dormir en la intemperie era sentir el frío húmedo penetrante, si en el juego se moría atravesado por una espada se sentía el hierro cortar la carne del estómago y el sabor metálico de la sangre en la boca para después salir del juego y estar en una pieza, aunque con la sensación de los estragos a flor de piel.

Como era relativamente nuevo, pocos lo habían probado y esos pocos habían sugerido el entretención de realidad virtual a otros conocidos y así el número de usuarios había ido aumentando al pasar los días. No todos los negocios especiales con base de navegación y conexión disponían de este juego, incluso muchos dueños lo desconocían por completo. Sólo algunos locales, curiosamente los menos llamativos y refinados, lo tenía.
 
-Te va a encantar, la gráfica es óptima, tiene tecnología de primera nunca antes vista.- Comenta una chica que camina con una amiga por unas calles de la zona urbana, pasan por varios locales de baja monta hasta llegar a uno con grafitis en las paredes. –Yo ayer estuve todo el día conectada.-
-Espero que no estés exagerando todo como siempre.- Comenta la otra. Ve de reojo que otro grupo de chicos llega al mismo local. Todos entran al negocio donde hay revistas de videojuegos y una cantidad selectiva de juegos de realidad virtual para seleccionar.
-Hola, buenas tardes. ¿Qué les puedo ofrecer? Tengo lo último en zombis y guerra civil, ¿O prefieren algo más social como la nueva versión cibernética de The Sims 2100? Eso sí, nada de ponerse cachondos porque el que limpia las máquinas soy yo y créanme no es agradable.-
-Por nuestra parte venimos por el nuevo juego.- La chica saca un panfleto de su bolsillo y se lo muestra al encargado. –Éste.-
-Nosotros también venimos por el mismo.- Se adelanta un chico del otro grupo.
-Oh, bien. Buena elección.- Apaga el reproductor de música y se quita los audífonos. Cierra con llave la puerta principal  y coloca un letrero de cerrado para que no entren ladrones oportunistas. Total, el otro chico que trabaja con él estaba por llegar y cuando lo hiciera ese se encargaría del negocio. –Síganme.-

Los jóvenes siguen al encargado del local el cual abre una puerta trasera que lleva a unas escaleras abajo, al llegar a la planta subterránea caminan por unos instantes por unos pasillos alumbrados con luces azules que daban un gusto de simular una nave espacial en notable estado deplorable. Tras una breve caminata llegan por fin a un salón con luces blancas casi segadoras y unas que otras azules más pequeñas dándole al lugar un aire pulcro y puro totalmente antagonista con lo antes visto del negocio.

-Escojan sus capsulas.- 

El sujeto espera a que todos escojan libremente. Los jóvenes entran en unas capsulas de dos metros de alto y de color margenta plástico, cuando ve que están cómodamente recostados adentro él va a la computadora de control, entra en la matrix y aprieta el botón para aplicar una especie de somnífero ligero para que el trance de los muchachos comienzo, luego aprieta otro para que las gafas y tiaras metálicas se instalen en cada uno de los usuarios, una serie de lucecitas pequeñas y de muchos colores se prenden y apagan constantemente. Quizá la parte más dramática es cuando se conecta la máquina a la médula de cada usuario, pero no porque duela mucho sino más bien por el temor de un agente externo invadiendo el cuerpo. Listo todo el proceso de iniciación, solo queda esperar que cada uno empiece en el sitio que había quedado la última vez.  Mientras tanto, el encargado saca una revista musical y empieza a leerla para pasar el rato donde debe esperar a que uno a uno salga de la realidad virtual cuando se les dé la gana y suponía que para eso pasarían horas. 

..........

La pequeña bolita peluda la miraba con unos ojos oscuros y brillantes, haciendo que sus manos, unidas por las muñecas preparadas para atacar, temblaran junto al resto de su cuerpo.

“Tienes. Que. Hacerlo.”, se repetía mentalmente. Llevaba por lo menos media hora siguiendo al monstruo, y dado que no salían cada mucho, no podía permitirse perder el rasgo. Rasgo que le había llevado un par de mapas al norte de donde había empezado (¿Cómo se llamaba la ciudad...?), y ahora que por fin había conseguido acorralarlo, se veía incapaz.
“Es sólo un montón de píxeles.”, pensó. Pero aquellos ojillos oscuros... “¡Hazlo de una vez!”. Tomó aire, cerró los ojos, y lanzó una pequeña bola de fuego hacia la bolita. Con un sonido demasiado adorable para lo que acababa de hacer, el monstruo se deshizo y dejó un montón de pelo y unas gotas de aceite.
Todo por conseguir un traje nuevo. Kora se sentía ridícula con la andrajosa túnica azul que le habían asignado al elegir ser un Black Mage, y estaba segura de que le producía picazón por todo el cuerpo. ¿Dónde estaban todos esos trajes tan reveladores, llenos de encaje, plata y perlas que salían en la propaganda?
- Bueno, sólo faltan ocho.
Puso los brazos en jarras, y miró a su alrededor. Había salido del bosque, que cada vez estaba más lleno de nieve, y frente a ella se extendía una tundra nevada que le impedía ver en la distancia.
- Sólo que... ¿¡Dónde puñetas estoy!?
Como si respondieran a su pregunta, oyó un rugido a su izquierda. Se giró, y lanzó un grito agudo al ver una versión enorme y monstruosa, con demasiados dientes y garras, del bichito que acababa de matar. No pudo esquivar a tiempo un zarpazo, lanzándola un par de metros a un lado. Tragó saliva al comprobar que según su Omnitool, aquel monstruo le sacaba cinco niveles de diferencia.
Hizo lo único que cualquier persona habría hecho en su lugar: gritar con todas sus fuerzas.

..........

Aquel juego se había hecho lo bastante popular como para acabar llamando su atención. El bombardeo de publicidad, eventos y promociones le había hecho dar el último paso para probar la experiencia. Y la verdad, que con un día a día tan monótono, algo de la aventura que prometían, no tenía por qué estar tan mal, además, había tenido un último reclamo que le había terminado de convencer.

Shura no estaba para nada decepcionada. Las posibilidades eran tan amplias que aún se sentía muy nueva como para terminar de decidirse, además, que no quería establecer nada con su personaje, se había prometido a sí misma que solo iba a soltar un poco de estrés, y después lo dejaría pasar. Sentir el arma en la mano, aunque fuera de novicio, se sentía electrizante, si acababa por engancharse, seguramente elegiría algún job donde pudiera tener muchas armas.
La omnitool le marcó el área donde los enemigos tendrían menos nivel, a su alrededor el aire y la naturaleza se sentía muy real, era increíble, incluso sintió un poco de remordimiento cuando ataco a su primera criatura, pero la sensación de subir su primer nivel y encontrar sus fuerzas renovadas le hizo engancharse a aquella sensación. No era de extrañar que hubiera tanta gente dentro del juego.
Escucho un ruido entre los arbustos a su espalda. Quizás por la inexperiencia, que sintió más curiosidad que alerta, un acto fatal.

Una persona salió de entre los arbustos, gritando y corriendo como si la vida le fuera en ello, y así podía ser viendo la criatura que tenía detrás: parecía un tigre dientes de sable, pero su cuerpo estaba recubierto por placas de dura piedra a modo de armadura.
Antes de despedirse de su cortísima vida virtual, que aquella persona acabo por arrollarla en su carrera, arrastrándole a ambos hacía la fuerte corriente del rio.
Aquel realismo apestaba, o por lo menos era lo que Shura pensaba, podían quedarse con su inscripción, pensó que en cuanto recuperase la conciencia abandonaría aquel juego…


- Te estaré esperando dentro del juego….

..........

Llevaba como veinte minutos buscando a un amigo en las afueras esa ciudad, al menos por la parte que estaba no había muchas personas porque lo más lógico era que apareciera un ocioso y la matara para subir level aprovechando de que era una neófita. Había entrado la noche anterior recién, y no se animaba mucho a seguir con el juego pero sus contactos prácticamente le obligaban a estar allí. Quizá con el tiempo le agarrara el gusto pero… Le desmotivaba el job que había seleccionado pues lo desconocía por completo, le pasaba por escoger algo al azar.

-¿Quieres iniciar una relación?- Le salía un tipo de la nada. -Como somos nuevos creo que sería bueno pa--¡!-
La chica le lanzó un poder y lo eliminó, felizmente quizá el otro venía de una batalla por eso estaba débil, además tenía su mismo level y la rubia maliciosamente se había aprovechado de eso. Desapareció de su vista y la chica siguió su camino. -Au revoir, mon amour.-

No era que los chicos se le aparecieran todo el tiempo proponiéndole una relación sentimental, pero en el centro de la ciudad había visto como muchos se conocían un segundo y se hacían amantes. Pareciera que todos estuvieran desesperados por crear vínculos con personas perfectamente extrañas con tal de no estar solos en aquella realidad virtual.
Soltó un suspiro y siguió su camino, quizá en qué parte de la ciudad se encontraba como para encontrar a algún conocido. Ingresó al centro de la ciudad y fue visitando algunos puestos comerciales, entró a uno que tenía una luz tenue y amarillenta, observó los productos en venta, muchas opciones y cosas extrañas  pero no le llamo la atención casi ninguna, más que nada porque no tenía idea para qué servían. Tomó asiento en una mesa y esperó un rato, la caminata la había cansado. Mejor, con el poco dinero que tenía, compraba algo para comer. 
Primero que nada debía poner la mente en blanco, estaba en ese juego y no tenía idea como jugarlo, para colmo los inútiles de sus contactos no estaban por ningún lado. No tenía mucho dinero, ni ropa bonita, ni mascota como había visto a otros con algunos animalejos, pero por sobre todo era muy “débil”, cualquiera la podía eliminar fácilmente hasta las criaturas más pequeñas si se descuidaba. Quizá debía partir por allí, ir a matar criaturas e ir subiendo más de nivel.  Pero después de comer. 

……….   

Por encima de las nubes siempre hacía sol, o eso era lo que le habían enseñado a Neko.

—Mientras sea de día siempre se cumple el dicho —rió entre dientes para ella misma, moviendo un poco el timón para corregir el rumbo.

Marshmallow viró hacia babor suavemente, aunque Neko nunca había tenido muy claro si los conceptos náuticos se aplicaban a los airships. Aquel parecía más un dirigible que un barco, pero... Neko palmeó el timón con cariño, después de todo Marshmallow era su bebé y había invertido en él sangre, sudor y lágrimas. Literales.
Neko se concentró en pilotar, vaciando la mente de cualquier preocupación. Podía oír el suave ruido del motor y a Stark afinando alguna de sus guitarras. Se había vuelto a dejar la puerta de su camarote abierta. Sabía que Crane también estaba conectada, pero no se había parado a mirar si estaba a bordo o en alguna ciudad, ganando dinero con sus bailes para financiar la Guild.

Cuando su omnitool se activó, echó un vistazo rápido y forzó la desactivación. Inmediatamente después, las pantallas de la sala de navegación se encendieron, pero Neko le quitó el volumen a la retransmisión. Por lo que vio de reojo se trataba de un anuncio del GM. Ya lo vería con más calma cuando no estuviera disfrutando de unos minutos de paz en el cielo.
Sonrió satisfecha consigo misma y soltó el timón después de asegurarlo, estirando los brazos por encima de su cabeza y cerrando los ojos. Era hora de hacer inventario antes de tomar tierra, hacía mucho tiempo que no visitaba Columbia.

—¡Neko! —escuchó el grito desde el quicio de la puerta, haciendo que se sobresaltara— ¡Neko, Neko! ¿¡Lo has oído!? Bueno, ¿cómo vas a no haberlo oído?

Starkrimsom rodó los ojos y entró en tromba, agarrando a la chica de los hombros y sacudiéndola, casi levantándola del suelo.

—¡No podemos salir! Lo he intentado y no se puede, puto GM.

—¿Qué, c-? ¡Suéltame! —gritó la chica, dándole golpes en el brazo a su compañero de Guild. Los menos tres flotaban en pequeños números casi transparentes después de cada golpe— ¡Milo!

Él acabó por soltarla, levantando las manos como muestra de rendición.

—¿Lo habéis probado vosotros también?

Stark y Neko se giraron al escuchar a Crane, que entraba en la habitación con la omnitool brillando en su brazo. Parecía estar comprobando las opciones de su menú.

—Parece que estamos atrapados.

Crane asintió, confirmando las palabras de Stark.

—¿De qué estáis hablando? —preguntó Neko, mirando de uno a otra. Ellos la miraron de vuelta— ¿¡Qué!? En serio...

El bardo y la bailarina se miraron entre ellos.

—¿No has visto el anuncio?

—... No, lo he puesto en mute —contestó mientras miraba su propia omnitool, empezando a reproducir el mensaje de nuevo.

«Bienvenidos todos a mi mundo personal.»

Empezaba la parrafada que iba a cambiar su futuro drásticamente.

……..

«...si yo fuera ustedes cuidaría bien mi espalda. Eso es todo, cambio y fuera. »



— La madre que lo parió. —El gunslinger terminó de vaciar el cargador de su arma contra el monstruo agonizante y escupió el cigarro hacia un costado, pisoteándolo con saña contra la hierba.— Esta noche tenía una cita.


***


Huir. Ponerse a cubierto.


Se escabulló con cuidado entre el gentío aún atónito ante el anuncio, sin dejar de mirar a uno y otro lado mientras veía como otros jugadores procuraban alejarse de la plaza central, tal vez azuzados por el mismo instinto.
Un tenso silencio se había apoderado de la zona, pero algo le decía que no iba a durar demasiado.
Ah, ahí estaba, la primera discusión. Aunque podía oírla cerca no quiso pararse a observar, era sólo cuestión de tiempo que saltasen chispas y la mecha prendiera en algún exaltado de turno. Y de ahí, las cosas sólo podían ir cuesta abajo.


Un pedazo de madera salido de quién sabe dónde le atizó en pleno cogote, y llevándose una mano a la zona dolorida se dio la vuelta, dejándose llevar momentáneamente por la indignación. Un pensamiento fugaz preguntó en su subconsciente sobre quién iba a tener que exaltarse, mientras los puntos de vida perdidos bailoteaban a su alrededor.


Justo en el momento en que la pelea estallaba a su lado una mano desconocida atrapó su muñeca en un agarre de acero y tiró de ella con fuerza, arrastrándola por las callejuelas adyacentes en dirección a las murallas con tal ímpetu que sus pies casi no tuvieron oportunidad de pisar el suelo.


Pánico. Pánico. Pánico. Pánico.


En cuanto la velocidad disminuyó y pudo afianzar sus pies contra los adoquines de la calle hizo palanca con todo su cuerpo y se revolvió intentado soltarse. Se sorprendió cuando se encontró repentinamente libre y sin oposición.


— Tranquila, tranquila, ¿estás bien? No vamos a hacerte daño.—El chico que parecía haberla llevado en volandas hasta allá, un arquero de pelo desordenado y necesitado de un afeitado urgente, la miraba con cierta preocupación y las manos en alto, como intentando parecer inofensivo.—¿Necesitas una poción de cura para ese golpe?


Frunciendo el ceño, estudió a los dos jugadores que tenía frente a ella. Pese a ser uno rubio y otro moreno, tenían los rasgos lo suficientemente parecidos entre ellos como para tener algún tipo de relación familiar. Retrocedió dos pasos y se frotó la muñeca de forma involuntaria cuando el chico rubio hizo ademán de acercarse. Éste simplemente pareció caer en la cuenta de algo, y cabeceando con aire magnánimo le dio un ligero empujón con el codo a su compañero, mientras se llevaba la mano al pecho.


— Fíli. —dijo.


— Y Kíli. —continuó el moreno con un gesto solemne que se convirtió en una sonrisa cuando ambos se inclinaron frente a ella.— ¡A tu servicio!


— Eehh... No. —y girando sobre sí misma la chica apretó a correr.


— Hey, ¡espera! ¡Espera! ¡Brightblade!


..........

Mientras los usuarios dentro de la realidad virtual vivían sus experiencias en distintas ciudades del juego, unos ojos analizadores observaban fijamente una serie de pantallas transparentes y enormes en frente suyo, el brillo de las pantallas se reflejaba en sus anteojos con vidrios de color rojo, especiales para evitar enceguecerse al exponer sus ojos más de la suma normal ante una pantalla como esa. Esta enigmática persona era quien había creado el juego online con el cual muchos parecían encantados, hace unas semanas lo lanzó y ya tenía un gran número de seguidores. era el/la creadora del mundo, prácticamente.
 Fama, fortuna, ¿Eso es lo que buscan todos, no? Ese pensamiento cruzó por su mente mientras entrelazaba sus dedos y observaba casi sin pestañar. Esta persona no se llenaba con estos logros temporales, quería algo más profundo, algo que pocos lograban conseguir. Algo que transcribiera su nombre en una lista casi exclusiva, que impactara y que perturbara.  Llevó un par de dedos a su cien y se convenció de dar el siguiente paso. Un paso macabro donde había pocos cómplices y muchas personas con las cuales experimentar.

..........
-¿Para qué me llamaste?-
-E-e-erick.- El encargado tartamudea sin salir por completo del shock. –Los chicos, los chicos, yo no puedo.-
-¿Pero qué te pasa?- El otro encargado del local lo miraba con el ceño fruncido, impaciente. –Mi café se enfría allá arriba.-
-Trato de que salgan del juego online pero no puedo, esa chica novata murió en el juego y de inmediato la máquina indicó que sus signos vitales se detuvieron. Creo que sufrió un infarto y traté de mandarles un mensaje a los otros para que se desconectaran pero no hay comunicación.-
-¿Q-ué?- No se convencía pero al ver el monitor de esa chica se dio cuenta que su amigo no mentía. -¿¡Qué rayos pasa!?- Rápidamente se instaló en la computadora e intentó en vano llamar a los otros jugadores pero nada pasaba. –Quítale las máquinas a la chica y revisa si tiene documentos para contactar a algún familiar.- Dijo mientras observaba cada monitor de cada chico, vio que a uno sólo le quedaba una vida, pensó que pronto lo derrotarían y que volvería con ellos pero al instante que lo mataron los signos vitales de él también se detuvieron. Corrió hacia él y trató de reanimarlo como pudo pero no sirvió de nada.
-¿¡Qué mierda está pasando!?-
-No puede ser.- Abrió los ojos enormemente. –Cuando mueren en la realidad virtual también mueren en nuestra realidad absoluta.- Agarró su teléfono móvil y marcó un número de emergencia pero la línea estaba muerta. -¡No funciona!-
-¡El mío también está muerto!-
-Vamos arriba, quizá podamos pedir ayuda.-

Ambos corrieron escaleras arriba y a penas llegar al primer piso vieron como la puerta metálica se cerraba sola. No comprendían lo que estaba pasando, fueron a la computadora del mesón principal y trataron de ingresar a algún enlace para pedir ayuda pero la computadora no reaccionaba.
-El sistema de seguridad y las computadoras han sido hackeadas, estamos atrapados aquí y esos chicos se están muriendo lentamente.-
-Pero el creador del juego online debe estar por darse cuenta de esto, estoy seguro que hará algo para ayudar a los usuarios.- Tan pronto como dijo eso, en la pantalla de la computadora apareció un mensaje del mismísimo creador del online game:

“Tú vida comienza ahora”

¿Qué quería decir con eso? Ellos, además de estar en estado de terror, no comprendían nada de nada. No sólo ellos, por otras partes del mundo muchos otros encargados de negocios de la misma índole que la de ellos estaban en la misma situación; encerrados, sus artefactos electrónicos hackeados y lo más preocupante, chicos muriéndose en cualquier momento.
….

Un sonido asquerosamente taladrante se escuchó de pronto en los oídos de todos los jugadores, algunos instintivamente se taparon los oídos ante lo agudo que era pero por suerte el silbido terminó pronto. El desconcierto reinó aún más cuando las pantallas de las ciudades tecnológicas pasaron a negro con las típicas rallas blancas cuando se cae la señal principal, poco después en esa pantallas apareció la imagen de un avatar, para las ciudades más rurales y arcaicas un holograma en grande lo suficientemente visible para que todos escucharan.
Para quienes habían ojeado revistas y guías sobre el juego la imagen no se les hizo muy desconocida pues era el avatar del creador del juego quien, además de ser conocido por ser la mente maestra, era también un jugador con uno de los más altos niveles. A continuación, se comunicó con todos sus usuarios.

-Bienvenidos todos a mi mundo personal. Muchas áreas son maravillosamente edénicas mientras que otras les parecerán una verdadera pesadilla. Todo ha sido sacado de mi mente, son mis temores, mis fantasías, y mucho más. Es un honor para mí que ustedes se hayan vuelto parte de esta aventura.- Hasta aquí todo bien con el mensaje, algunos prestaban atención y otros mejor se distraían con algo que llamara a su vista. –Pero en mi imaginación jamás hay límites. ¿Por qué conformarnos con el aburrido mundo humano si aquí en este podemos ser grandes luchadores? Apuesto que muchos de ustedes en sus vidas se ven limitados y sin experiencia, una cifra menor pero no menos importante incluso son lisiados que han perdido la dicha de la movilidad o jamás la tuvieron y aquí son los más hábiles ejecutores de hazañas. ¿Para qué volver a la realidad absoluta si esta es perfecta? Sólo falta un paso para que esto sea tal cual como la vida misma pero perfeccionada; la muerte.- Silencio sepulcral por unos segundos. –Exacto, esa línea oscura y tétrica por la cual debemos desfilar en un momento de nuestras vidas. Es por eso que he ideado la forma de que vivamos la experiencia tal cual como es. No me conformo con que sientan frío en los continentes más helados de este juego, que sientan sus paladares placer al beber una poción reponedora, yo quiero llegar a más. Es por eso que he dejado pasar unas semanas para proseguir en mi plan y ahora que son más usuarios es el momento perfecto. A partir de ahora contarán con tres vidas las cuales deberán cuidar como si fuera su mayor tesoro, quien pierda las tres vidas no sólo morirá en la realidad virtual sino que también lo hará en la vida misma.- A continuación, en distintas partes aparecen murallas de agua con nombres escritos en fosforescente llamativo. –En las escrituras hallaran nombres, los que están intactos siguen con vida, desde ahora en adelante aparecerán algunos tachados esos corresponden a las personas que perderán sus tres vidas. Como necesitaba una experimentación previa ya probé con la muerte de algunos usuarios, mis condolencia a sus cercanos- El desconcierto era total. –Dejo a merced de ustedes si quieren creerme o no pero  si yo fuera ustedes cuidaría bien mi espalda. Eso es todo, cambio y fuera.-

Desapareció tan pronto como se despidió dejando a todos atónitos. ¿Sería verdad todo eso o era parte de una broma macabra?
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 06, 2013, 07:05:46 PM
# 01.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png) (http://s129.photobucket.com/user/kora_lj/media/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png.html)xxxxxx(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png) (http://s129.photobucket.com/user/kora_lj/media/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png.html)


---

Te estaré esperando dentro del juego…

---
 
Shura abrió los ojos súbitamente, tumbada en el suelo observando el cielo azul del mediodía.
-Oh no… -Con un hilo de voz, en menos de un segundo de decir esto que estaba medio sentada con la cabeza mirando al suelo y echando fuera toda el agua que había tragado entre arcadas, sintiendo golpecitos en la espalda como si la animasen a continuar con aquello.
-Venga, mejor fuera que dentro. –Pese a los ánimos, la otra persona mantenía las distancias precisamente por lo desagradable de la escena.
-Tu… tu… -¿quién era aquel tipo? Lo reconocía porque era quien le había arrollado y arrojado al río dejándola hecha un trapo. Quería enfadarse pero estaba demasiado ocupada echando su primera papilla virtual.
-Respira primero, sonríe después y luego pregunta lo que quieras. –El moreno de ojos azules comenzaba a encontrar divertida aquella escena, no esperaba que lo primera que tuviera que hacer después de salvar la vida, y escuchar el anuncio del GM, fuera ver vomitar a una chica.
-¿Quién demonios eres tú? –Aun tosiendo, le señaló con el dedo de manera acusadora.
-No has sonreído. –Pero ya se encargaba él de hacerlo por los dos. -Anímate Sugus, por lo menos estas viva y respirando.
“No gracias a ti.” –Murmuró entre dientes mientras comprobaba su equipo… había perdido el cuchillo, todo lo demás estaba bien, y aunque estuviera empapada, la omnitool todavía funcionaba. No hacía falta que aquel tipo le dijera quién era, consultó ahí sus datos. –Bueno… JoJo, creo que para un día he tenido bastante, me retiro del juego.
No obtuvo ninguna reacción por parte del joven, Shura accedió a la opción de salir pero no se ejecutaba la acción.
-Y ahora dirás: “¿esto es una broma?” –JoJo torció el labio decepcionado, él también había intentado salir por su cuenta, solo quería comprobar que no era solo cosa suya.
-¿Esto es una broma? –Entornó los ojos suspicaz, sin proponérselo había dicho exactamente lo que le otro había adivinado que diría. –Entonces ¿sí que es una broma?
-Me temo que no, estamos atrapados en el juego… revisa los mensajes si no me crees. 
Antes de que terminase de hablar era lo que estaba haciendo.
 
“Bienvenidos todos a mi mundo personal.”
 
-Maldita mi suerte… hoy era mi primer día. –Shura se llevó la mano a la cara frotándose la frente con los dedos para intentar despejarse y asimilar la situación.
-Ju, dímelo a mí… -apoyó la mano en la barbilla, el nivel de ambos era similar, y los dos eran novicios, claramente habían empezado a jugar prácticamente al mismo tiempo. –Pero no pasa nada, será un fallo del sistema, seguramente lo resuelvan en unas horas.
-Bueno, sí… sí, alguien tiene que haber que lo solucione. –La chica reflexionó sobre aquello, con tanta gente como movía aquel juego, una sola persona no iba a mandarlo todo por la borda con aquella broma… ¿verdad? –Aunque no sé si has pensado que “en unas horas” pueden ser dos o tres días aquí en el juego.
-¿Eh? ¿Y qué más da? Nosotros ahí ya no pintamos nada, relájate Sugus y dejemos que los mayores hagan su trabajo. –Dicho y hecho, JoJo se tumbó relajado sobre la hierba, dejando que el sol terminara de secar sus ropas.
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo? –Pero lo que de verdad le chirriaba era otra cosa, no solo tenía que haberse quedado atrapada en su primer día, sino que también tendría que arrastrar aquel nick.  -Llámame Shura.
-Como quieras.
-Tendríamos que ir a la ciudad más cercana… he perdido mi cuchillo y no quiero que en mi esquela digan que me comieron los bichos del bosque.
-Bueno… -reflexionó un momento sobre aquello. –Yo tampoco quiero verme las caras con el monstruo de antes.
 
Durante su camino evitaron enfrentamientos inútiles, hasta que por fin dieron con la senda que les condujo hasta Prorencia. La ciudad bullía de vida, parecía que muchos otros habían optado por refugiarse ante la noticia, los NPC mantenían el ánimo alto desentonando con el ambiente de cautela que habían adoptado alguno de los jugadores. JoJo no iba ni con uno ni con otros, parándose a mirar los puestos de tiendas como si fuera un día normal.
-Ey, Shura, acércate.
-No tenemos tiempo para esto… -Aquel ambiente era contagioso, aunque curiosa que le acabó por hacer caso, hacer alianza hasta llegar a la ciudad le había venido muy bien al perder el arma, no iba a despedirse tan pronto después de todo.
-Cómprame este sombrero. – JoJo habló de manera muy digna y señaló un gorro de aviador ruso de piel marrón que tenían sobre el mostrador.
-¡Si hombre! ¡Que te lo compré tu madre! -Se arrepintió en el acto de no haberse marchado a la primera oportunidad.
-No sé por qué pareces tan enfadada, tendrías que agradecerme que te haya salvado la vida. –Se rascó la nuca torciendo el labio exagerando su sufrimiento. –La mejor manera de esquivar a un tigre dientes de sable con armadura de piedra, es lanzándose al agua, es obvio, si hubieras rondado por esa zona más tiempo hubieras acabado por tropezar con él y hubieras perdido tu primera vida, que ahora mismo valen más que el oro. Y te he acompañado, para que, en caso de que te hubieran atacado, haberte defendido por haber perdido el cuchillo.
-Para ya. -Tenía su parte de razón... pero no esperaba tener que pagar aquel favor de manera tan literal.
-Te sale barato a fin de cuentas, yo pongo mi dinero y tu lo que me falte. –Sonrió de manera inocente cuando por fin Shura sacó la bolsa de dinero.
-Mis primeras monedas, obtenidas por haber hecho mi cuenta, malgastadas en caprichos… -puso cara de pena y dijo aquello para intentar que el chico se sintiera un poquito culpable… pero fue ponerse el gorro en la cabeza y sonreír a la mañana sin parecer que escuchaba nada de lo que decía. –Esperó que me llegue al menos para comprar un ar… -La empujaron con fuerza, arrojándola contra el chico que retrocedió unos pasos para no acabar los dos en el suelo.
Una sombra había pasado por su lado como una exhalación e iba calle abajo perdiéndose de vista.
-Qué manera de correr… ¿estás bien? –JoJo parecía impresionado por aquel individuo, reparando en la chica cuando esta comenzó a sobarse los bolsillos.
-¡Me han robado! –Palideció mirando incrédula a su alrededor en busca del ladrón. -¡Vamos tras él! ¡Se ha llevado todo mi dinero!
-Es inútil... con nuestro nivel no lo ibamos a alcanzar. -Se encogió de hombros resuelto.
-¡Pero al menos vamos a intentarlo! ¡Haz algo! -De todas las personas que poblaban aquel mundo virtual, había ido a toparse con la persona más dejada de toda la red.
-Piensa que si lo ha robado es porque le hace falta.
-¡A mi también me hace falta! -Le picaban los ojos, pero no pensaba echarse a llorar delante de aquel tipo, aquel tenía que ser el récord de peor suerte en un juego RPG en el primer día.
JoJo le dio unas palmaditas en la cabeza para reconfortarla.
-No te preocupes, aunque no tengamos dinero, hay un sitio donde podemos ir donde no nos pediran nada.

Y sí que lo había, pero aquel lugar la reconcomía por dentro, era oficial, se había convertido en una auténtica sin techo.

-¿Qué te parece si nos acogemos a la iglesia? -Movió la mano haciendo gala de su descubrimiento, aquel edificio era demasiado grande para tratarse de una iglesia, se trataba de una basílica que se alzaba ostentosa e imponente con los dos ahí plantados delante de la puerta.
-No se puede caer más bajo... -Pero después de aquel día, se agarraría a lo que fuese con tal de que dejasen de sucederle cosas desagradables.

Escucharon a su espalda los pasos pesados de una persona acercándose a su dirección, Shura giró para reconocer de quién se trataba...

----

Te estaré esperando dentro del juego...
...¿Pero como voy a poder reconocerte dentro del juego?...


---
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 06, 2013, 07:06:40 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)

001through the looking glass

Kora oyó al monstruo rugir por debajo de su grito. A la desesperada, lanzó una onda eléctrica mientras se cubría con ambos brazos. No se atrevía a mirar -- todavía no había muerto por primera vez en el juego, pero el zarpazo que sangraba en su costado le indicaba que iba a doler.

Habían pasado varios segundos, y todavía no había sentido nada. ¿Una muerte instantánea? Apartó sus brazos, abriendo los ojos, y vio que el monstruo se había quedado completamente quieto... hasta que la mitad superior de éste empezó a deslizarse hacia abajo por un corte en diagonal. Con el corazón todavía martilleándole en el pecho, fue a incorporarse, cuando se dio cuenta de que había alguien detrás de ella, dándole la espalda.

Cubierto con una armadura ajustada de placas metálicas, las partes que quedaban al descubierto parecían hechas de metal, y algunos tubos finos sobresalían y se insertaban, dándole un aspecto de cyborg -- era difícil definir donde terminaba la armadura y empezaba lo que hubiera debajo. Con una mano, sostenía una larga katana que era recorrida por una corriente eléctrica. La hoja estaba manchada de sangre.

- ¿Has sido tú quien...?
- Sí.

El desconocido giró la cabeza, y Kora tragó saliva al ver que la parte inferior de la mandíbula del otro era un implante mecánico. Lo único que parecía humano era su rostro, lo cual no era mucho, ya que un trozo de tela le cubría el ojo. Eso, y el cabello rubio casi blanco que se mecía en el frío aire.

- Gracias... me has salvado... – Comenzó Kora, aunque éste pareció ignorarla, comprobando su Omnitool.
- No deberías estar en esta área con un nivel-

El Omnitool de Kora se activó sólo, y un rostro que no conocía salió en el holograma anaranjado.

Bienvenidos todos a mi mundo personal...”, empezaba el discurso.

La transmisión se cortó tan repentinamente como había comenzado, y la joven se quedó completamente paralizada. Sus pulmones parecían haberse vaciado de aire, y todo a su alrededor empezó a dar vueltas. Inmediatamente intentó acceder a la opción de salir en su Omnitool, pero sólo obtenía un sonido predeterminado de error cada vez que pulsaba el botón.

- Qué... qué quiere decir esto... – No pudo continuar sin que las lágrimas empezaran a acumularse en sus ojos. – No podemos... ¿irnos?

El otro no respondió, mirando fijamente su Omnitool. Kora se levantó a duras penas, con las piernas temblándole. El pánico empezaba a apoderarse de ella. Se acercó hacia el otro, y lo agarró de las placas en los hombros.

- ¿¡Qué significa esto!? ¿¡Es una broma!? – Kora lo sacudió, sin mucho éxito. – ¡Explícamelo! ¡Quiero irme de aquí!
- Cálmate. – Le respondió el desconocido en un tono severo. – No... no sé lo que ha ocurrido.

Kora cayó de rodillas sobre la nieve, y se abrazó los hombros, siseando al rozarse la herida en el brazo, y empezó a sollozar. El otro la observaba, con el único ojo descubierto mostrando una expresión que no podía descifrar. Finalmente le tendió la mano libre, y la chica vio que hasta ésta era robótica, con los dedos terminando en unas cortas uñas afiladas.

- No sé qué es lo que pasa, pero sé que si te quedas aquí lloriqueando, no tardarás en morir.
- Qué más da... – Kora se frotó los ojos. – No podemos salir. Tarde o temprano me matarán.
- No sabemos eso todavía. Puedo... puedo llevarte a un sitio seguro.

Dubitativa, Kora aceptó la mano del desconocido, y se levantó. Con el brazo que no tenía herido, se sacudió la nieve de la túnica. Aunque el metal era frío, el firme agarre con el que la había levantado le había hecho sentir más segura.

- ¿Vas a protegerme... porque sí?

El otro no respondió, emprendiendo la marcha en dirección norte. Kora se sintió algo decepcionada, pero al menos el terror incial había pasado. Tuvo que dar unos pasos rápidos en la nieve para alcanzarle, aunque se mantuvo ligeramente detrás. Lo examinó con su Omnitool, y tragó saliva. Aquel desconocido era un Samurai que le sacaba bastantes niveles.

- Raiden... – Leyó el nick en voz alta, pero éste no respondió. Adelantó con una zancada larga, y trató de sonreírle tímidamente. – Gracias...
- ...No hay de qué.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 11:30:20 AM
Apunte: El airship que lleva Neko en la introducción al que llama Marshmallow es este: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/marshmallow_1.jpg), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/marshmallow_2.jpg)




01. Bichito, bichito, bichito...

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-1.png)

—¡Mátalo!

—¡N-no puedo! —gritó el chico de vuelta, con los ojos rojos.

—¡Demonios, Shun! ¡Si no lo matas tú a él, él te matará a tí!

Shun negó con la cabeza, alejándose más del monstruo que se acercaba hacia ellos con relativa velocidad. Ikki rodó sus ojos virtuales y se llevó la mano a la frente, masajeando las sienes. Cerró los ojos y apoyó un puño en su cadera, cambiando el peso de pie. Suspiró.

—Mira, tienes la mejor armadura para tu nivel, una buena arma... ¡puedes hacerlo!

—¡Qué no! —volvió a gritar Shun mientras se subía a una roca. El monstruo saltó alrededor de la roca, buscando un sitio para subirse él también— ¡No puedo, con él no!

—¿¡Por qué!? —vociferó su hermano cansado.

—¡Es un conejo! —señaló a la bola de pelos blanca que seguía tratando de perseguirle.

Ikki echó la cabeza hacia atrás. Se había cambiado su armadura habitual por una vestimenta más sencilla de novice para pasar relativamente desapercibido entre los jugadores mientras ayudaba a su hermano a superar sus primeras horas y sus primeros niveles en el juego.
Le había costado mucho convencerlo para que jugara con él y ahora que lo había conseguido le estaba costando convencerlo de que matara al último monstruo que le hacía falta para poder cambiar de trabajo.

—¡White mage! —había gritado Shun levantando los brazos cuando horas antes le había preguntado Ikki que quería ser.

—Cómo no... —había respondido el moreno rodando los ojos. Aunque pensándolo mejor, era todo lo que necesitaba para seguir avanzando. Se llevó la mano a la barbilla y asintió con gesto aprobador— Te pega.

A Ikki le chirriaron los dientes de tanto pensar en como hacer que su hermano acabara con el bicho de una vez. Miró en su omnitool, buscando entre su inventario después de habérsele ocurrido una idea.
Con una sonrisa satisfecha sacó un objeto y se lo lanzó a Shun.

—¡Ey! —gritó para llamar su atención. Shun agarró la zanahoria multicolor en el aire— Si le das eso de comer, tienes posibilidades de atraparlo y quedártelo como mascota.

Shun sonrió agradecido, su cara se iluminó con el brillo de la alegría. Y aunque Ikki le miraba con ojos tiernos, en realidad era todo parte de su maquiavélico plan: la mascota atacaría por sí misma a los demás monstruos, siempre empezaban con los ajustes en agresivo. Y había un par de monstruos de nivel bajo merodeando por allí.

—Bichito, bichito, bichito... —canturreó Shun, alargando la mano antes de lanzar la zanahoria hacia el monstruo.

La especie de conejo emitió un chillidito de regocijo, lanzándose hacia la zanahoria de inmediato y poco después los fuegos artificiales holográficos se vieron encima del conejito, que saltó un par de veces y se fue directo hacia su nuevo dueño, ahora en tierra firme.
Shun lo abrazó.

—¡Cosa, mira, qué cosa! —gritó Shun— ¡Tengo una mascota y aún soy novice! ¡Gracias hermano!

Shun cerró un ojo mientras su mascota le olisqueaba la mejilla.
Ikki movió la mano como diciendo que no era nada y le indicó que dejara a su mascota encima de la hierba para ponerle nombre.

—Ahí mismo... —señaló, cerca de otro monstruo.

Shun dejó al bichito en el suelo y se entretuvo mirando su brazo e invocando la omnitool. Aún no se aclaraba mucho con ella. La sonrisa se le borró cuando escuchó el sonido de batalla. Al levantar la vista vio como su adorable conejito se encargaba de destrozar a otro monstruo con los dientes, haciéndolo explotar poco después.
Su cara de horror casi le hizo sentirse culpable a Ikki. Casi.

—¡Hermano! ¿¡Qué pasa!? —preguntó aterrorizado.

Entre los gritos de Shun, los chillidos de guerra de su nueva mascota y el gráfico de felicitaciones por haber subido de nivel, todo era un caos.
Ikki no tardó mucho en enseñarle a cambiar los ajustes de su mascota y ponerle nombre.

—Marshmallow —declaró después de limpiarle el morro de sangre que parecía gelatina con un pañuelo.

—Como sea, tendrás que darle de comer. Vamos a la ciudad a cambiarte de profesión y te enseño unos cuantos trucos más —instigó Ikki.

—Podríamos salir ya... estoy cansado.

El recién bautizado Marshmallow lamió la mejilla de Shun y le olisqueó la ceja, poniéndole una patita peluda en la cara. Shun se rió un poquito, dándole topecitos con la nariz en la barriga.
Ikki se quedó mirándole pesadamente y carraspeó.

—Apenas acabas de conocer a tu mascota. Vamos, cambiar de profesión nada más.

Y cambiar de profesión hicieron. Aunque les llevó todo un día de juego para completar la quest de cambió de profesión.

—Tenía que tocarte la más larga... —se quejó Ikki.

—Ah, ¿qué hay más? —se interesó Shun, dándole una zanahoria a su mascota, que llevaba entre los brazos.

—Sí, pero te ha tocado ir a visitar los npcs más lejanos.

Shun consultó la hora en el mundo real dentro de su omnitool, la que ya manejaba mucho mejor. Llevaban casi tres horas reales jugando y aunque podía quedarse un poco más, quería estudiar para el examen que tenía en tres días.

—¿Salimos ya? —volvió a preguntar a Ikki.

Su hermano se llevó la mano a la barbilla y miró hacia el cielo azul encima de Prorencia. Asintió con la cabeza y Shun sonrió.

—Vamos al mercadillo, seguramente habrá algo a buen precio para tu nivel. Necesitas una maza o un libro y una túnica nuevas. Después de eso salimos. Diez minutos más o menos aquí dentro no hará mucho diferencia allá fuera.

Shun se encogió de hombros, siguiendo a su hermano y apretando a su mascota contra el pecho antes de meterse entre la multitud. Justo cuando cerraron el trato para su equipo nuevo, escucharon el anuncio del GM por toda la ciudad.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 12:07:13 PM
Y ya que estaba he pensado en acabar de introducir mis seis personajes <_<
Hyoga y Milo saben que siempre hago sufrir a mis preferidos <3 uvu~





02. Tiene que ser una broma

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

Hyoga aún se estaba sujetando el estómago después del descenso desde Columbia cuando acabó la transmisión del GM. Hacía pocas horas que había conseguido ascender a Black Mage y después de informarse sobre lo que podía hacer con su vida virtual a partir de aquel momento, se había decantado por seguir una ruta bastante segura hasta Prorencia, a donde quería ir en busca de una quest para conseguir cierto bastón.

—Con suerte, encontrarás a alguien que vaya a la misma dungeon y puedes hacer party. Prontera es un buen sitio para buscar party, siempre hay gente —le había aconsejado un jugador con bastante más experiencia que él.

Podría haber usado un teleporter, pero quería subir unos cuantos niveles para poder acceder a más habilidades y sentirse menos inútil. Además, ahora mismo aún se le hacía caro pagar al npc para que lo llevara de una ciudad a otra.
Entre el mareo de bajar de la ciudad flotante y la irrealidad de todo el asunto del GM, Hyoga decidió tomarse un descanso a un lado del camino para aclarar su mente.

Aspirar... espirar. Aspirar... espirar.
Aspirar... bufar ruidosamente mientras te agarras de la cintura y te doblas sobre ti mismo.

Creía que había superado los ataques de pánico cuando era pequeño, pero parecía que las situaciones límite aún traían a flote lo peor. Gimió, pensando en su madre.
Acabó de cuclillas, dejando salir todas las lágrimas, mojando el suelo con ellas. Tanto lloraba que prácticamente no podía ver la tierra entre sus pies.

—Tiene que ser una broma —susurró para sí mismo, llevándose una mano al pecho—. Una broma de mal gusto.

Buscó a tientas entre su ropa hasta encontrar el amuleto debajo de la túnica. La había comprado en cuanto la había visto el primer día en Prorencia. Las cruces eran accesorios típicos para White Mage, aunque podían ser equipadas por cualquier personaje y Hyoga se había sentido débil ante su brillo en el tenderete.
Continuó con la letanía hasta que apoyó una mano en el suelo y empezó a bufar de nuevo, tosiendo y regulando su respiración después. Se incorporó, sacudiendo la cabeza y levantando la barbilla. Ya estaba allí y no podía hacer nada por escapar de la situación, así que sólo le quedaba sacar lo mejor de ello.
Sobreviviría. No sabía cómo, pero lo iba a hacer.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 12:08:44 PM
Y volvemos con Anir, Milo y Yuzu :DDDDD Porque los amo y porque quiero ir alternando escenas hasta que se junten todos -v- Y para ponernos mejor en situación Neko va vestida más o menos ASÍ (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir_1.jpg) y los bots a los que nombra en la última escena son así: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/beholderbot1.jpg), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/beholderbot2.jpg)




03. ¿Cuál es el plan?


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)

En el momento en que había acabado de ver el anuncio, Neko, Starkrimson y Crane quedaron en silencio, principalmente esperando la reacción de la mecánica.
Un par de respiraciones más y no parecía que iba a hacer nada, pero entonces tomó aire y levantó las cejas mientras abría la boca.

—Okay. —dijo.

—¿Okay? —repitió Stark— ¿Cómo que okay?

Neko lo empujó suavemente para quitar al bardo de su camino y volvió a tomar el control del timón, dando un bandazo para cambiar la dirección otra vez. Crane se salvó del giro de forma elegante, pero Stark se tambaleó un par de veces antes de estabilizarse a duras penas.

—¡Neko! —la llamó acercándose a ella, poniéndole una mano en el hombro al llegar a su posición— ¿¡Qué vamos a hacer!? No hay forma de salir, esto no es una broma.

—No es momento para ponernos histéricos —replicó Neko.

—¡Es el momento perfecto para ponernos histéricos! ¡Ay!

Starkrimson se sobó la cabeza y miró hacia un lado, donde Crane recogía la sandalia que le había acabado de tirar a la cabeza. Stark entrecerró más los ojos hacia la otra chica del equipo.

—Cálmate, normalmente no eres así. —habló Crane.

—Normalmente mi vida no corre peligro inminente.

—¡Chicos! —cortó Neko antes de que estallara una guerra entre sus dos compañeros— La situación está así: No hay nadie más del Clan conectado y no creo que vayan a entrar. No puedo encargarme de Marshmallow yo sola durante mucho tiempo y menos con los pocos recambios que llevamos en la nave.

Crane levantó la barbilla y miró por la cristalera, después consultó el mapa en su omnitool y asintió con la cabeza.

—Vamos a Sanctuary. —afirmó la dancer con seguridad.

—Sí. Vamos a Sanctuary.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anier3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)

No era la primera vez que visitaban Sanctuary ni mucho menos. Teniendo un airship que mantener, Sanctuary era el mejor sitio para conseguir recambios, ya fuera poniendo anuncios en el tablón para hacer transacciones con otros jugadores como acudiendo a la tienda NPC. Aunque también podías probar suerte en el desguace.
A Neko no le gustaba el desguace porque decía que era donde todos los airships y otros medios de transporte iban a morir.

—Todos esos pobres bebés... Rotos, desamparados. —Neko suspiró, casi teatralmente.

—Ya lo hemos pillado —le cortó Milo saliendo del airship a zancadas por la rampa de descarga—. ¿Cuál es el plan?

El chico había estado afinando su colección de instrumentos en las horas que habían tardado en llegar allí, asegurándose de que todos estaban en perfecto estado. Se había decantado por una guitarra acústica, que llevaba a la espalda en ese preciso momento. Se ajustó las correas una última vez mientras Crane descendía grácilmente por la misma rampa que él.

—El de siempre —se encogió Crane de hombros—. ¿Hay algo que necesites del pueblo?

Neko ladeó la cabeza mientras toqueteaba el arnés con el que sujetaba su carrito.

—Hmn. ¿Has mirado como vamos de pociones?

—Vamos bien —contestó Stark—, tal vez alguna de magia no caería mal. Puedo cambiar algunos puntos por dinero, si aún funciona el sistema.

Neko y Crane se miraron y se encogieron de hombros. Aunque pensándolo mejor, Neko instó a su amigo a no gastar sus puntos V.I.P., tal vez le pudieran venir bien en algún futuro.

—Si queremos sobrevivir necesitamos más mechanics, o al menos algún Black Smith. Y un par de jobs de ataque.

Se despidieron con unas pocas palabras más y se dividieron el trabajo como siempre hacían: bardo y bailarina buscarían un buen sitio en el que conseguir unas monedas y algo de información mientras Neko se ocupaba de lo necesario para el airship.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)

Crane y Stark no hablaron mucho en el camino que les llevó a la puerta de la ciudad. A Crane le preocupaba el inusual comportamiento de su compañero, pero lo achacó todo a lo bizarro de la situación. Unas horas más y volvería a ser el mismo ser confiado de siempre. Estaba segura.

—Mira —señaló el chico—. La puerta está cerrada ¿Y ahora?

—No sé —Crane se encogió de hombros—. Acerquémonos a ver.

Se plantaron delante del portón, uno al lado del otro, mirando hacia arriba. Había guardias. No tardaron mucho en saber que para entrar sólo tenían que demostrar que eran jugadores.

—¡Usa la omnitool! ¡Tú, idi-! ¡OUCH!

Crane le dirigió una mirada cargada de intenciones asesinas, apartando su puño de la cabeza de Milo.
Aún con el pequeño altercado, les dejaron entrar. Milo le sacó la lengua al guardia, abriendo mucho los ojos, levantando los codos y poniendo las manos en actitud jeviata. Crane le volvió a pegar, aunque se tranquilizó un poco. La temeridad de su bardo había vuelto en plena potencia.

Se acercaron a la tienda de la ciudad a por las pociones de magia. No compraron muchas, en parte para no malgastar dinero y en parte porque ninguno de los dos podía cargar con mucho peso.
Dieron una vuelta por la plaza de la ciudad y después de pensarlo bien cambiaron de ruta y se acercaron al bar.

—Moxxi’s es un buen sitio. Tal vez nos encontremos con algún mechanic conocido.

—¿Tú crees? —preguntó Crane, no muy convencida— De todas maneras ¿Cómo pretende Neko unirlos a la Guild? Ninguno de los tres tiene los permisos suficientes.

—Ya, he estado pensando en eso... —Milo se mordió el labio inferior mientras accedían al local— Seguro que ya se ha dado cuenta.

No pidieron nada, pero se acercaron a Moxxi para poder subir al escenario.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)

—¡Maldita cuesta! —farfulló mientras tiraba del carro vacío para acceder al desguace.

No le gustaba dejarse ver por aquella ciudad. Sí, era donde había tenido que hacer las quests de Black Smith y Mechanic, pero aún así... estaba demasiado llena de ladrones. Así que, como de costumbre, se coló en el desguace por un hueco bien disimulado de la tapia de metal. Soltó el carrito del arnés y suspiró desolada antes de ponerse manos a la obra.

Se ajustó las gafas encima del gorro y toqueteó su cinturón a ciegas, en busca del bolsito de cuero rígido. Levantó la tapa y un pequeño bot salió volando en todas direcciones, contento de estar libre. Un segundo intentó salir, pero Neko cerró el bolsito antes de que tuviera tiempo a volar libre. Utilizó la omnitool para cambiar los parámetros del bot y se unió a la búsqueda de cualquier cosa útil, caminando con cuidado entre los restos.
El bot no tardó en pitar, avisándole de su hallazgo y Neko procedió a decidir si valía la pena guardar aquella pieza o no. Después de analizarla terminó por tirarla de nuevo al montón. El proceso era largo y algo tedioso, pero estaba acostumbrada y en parte le gustaba más la caza de objetos que las batallas.
Cada vez que encontraba algo que valiera la pena guardar, se acercaba al carro y lo dejaba caer dentro.

Llevaba un buen rato con lo suyo cuando el bot se puso a pitar como loco y Neko se frotó las manos, pensando que había encontrado algún raro tesoro. Pero lo que encontró al darse la vuelta fue la punta de una daga con una persona detrás.

—Oh, mierda.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 12:40:55 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)

002the pilgrimage

Conforme avanzaban en la tundra, el clima se hacía más frío, y más monstruos aparecían. Generalmente eran una especie de osos polares con colmillos y zarpas más afilados de la cuenta que sobresalían grotescamente. Eran lentos, y Raiden podía debilitarlos fácilmente, lo suficiente como para que Kora pudiera asestar el último golpe en un par de intentos.

- Tienes que subir de nivel pronto. – Le insistía Raiden.

Finalmente la tundra les llevó a un paraje helado, y Kora vio en la proximidad lo que parecía un campamento improvisado a base de contenedores metálicos, barriles de acero, y trozos de lona. Aquellas chabolas se extendían hacia una cuesta helada con forma de túnel, o al menos las asimétricas placas de hielo hacían las veces.

- Prepárate. – Le advirtió Raiden, posicionándose con la espada. – Yo te cubriré.
- ¿Qué...?

Empezó a oírlo conforme se acercaban. Era el murmullo ininteligible de voces agudas y graves, que se hacía más y más fuerte. Kora ahogó un grito cuando los vio.

Un enorme grupo de bandidos se dirigía gritando hacia ellos. Vestían con trajes de cuero y metal, hechos con remiendos, y algunos ni siquiera se molestaban en cubrirse el torso, mostrando tatuajes que recorrían todo su cuerpo. Máscaras de gas, antifaces, gafas de visión nocturna -- parecía que vestían con lo que encontraban.

- ¿Son... jugadores? – Preguntó Kora, tragando saliva, aunque tenía ambas manos con una bola de fuego.
- No. Sólo enemigos de zona. Nos abriremos paso.

Dicho esto, se lanzó a una velocidad increíble hacia el primer grupo de bandidos. Brazos, torsos y cabezas rodaron, y Kora corrió siguiendo a Raiden, lanzando bolas de fuego en cuanto oía una voz cerca.

El corazón le latía a toda prisa, pero sabía que si se alejaba demasiado de Raiden, estaría perdida. Pronto subieron la cuesta, llegando a una amplia plaza, que conectaba con otro túnel de hielo a un lado. Kora y Raiden se prepararon, juntando sus espaldas. “No me queda casi MP...”, pensó angustiada.

- Este es el último asalto. – Dijo Raiden. Kora notó un tono de preocupación en su voz.

Pero no tuvo tiempo de preguntar, cuando una multitud de bandidos se lanzó hacia ellos. Eran muchos más de los que habían tenido que eliminar al ascender la cuesta, saliendo de todas partes como insectos. Dondequiera que mirara, había bandidos, y por muchos que eliminaran, otros más salían. Kora empezó a sentir el pánico. ¿Iba a terminar ahí su primera vida?

Gritó al sentir cómo un bandido le había clavado un cuchillo en el costado, y al retirarlo, notó cómo la sangre salía a borbotones de la herida. Ya llevaba varios cortes y quemaduras, no necesitaba comprobar en su Omnitool que su salud estaba en niveles críticos.

- ¡¡Moonshine!!

Raiden apenas llegó a terminar. Un fogonazo anaranjado los cegó, y una explosión los lanzó varios metros hacia atrás. Kora se incorporó con la ayuda de Raiden, llevándose la mano libre a la herida en su costado para tratar de parar la hemorragia.

Frente a ellos, un personaje femenino permanecía agazapado, con unas llamaradas envolviendo su cuerpo asemejando las alas de un fénix. A su alrededor, se apilaban cadávares calcinados, y los pocos que quedaban vivos, huían entre gritos. Cuando se levantó, sus ojos tenian un brillo dorado, en contraste con su pelo rojo. El resplandor se desvaneció lentamente, mostrando unos iris amarillos.

- ¿Qué tal? – Dijo, poniendo una mano en su cadera.

Como si no acabara de hacer nada en especial.

- Lilith... – Dijo Raiden, acercándose a ella.
- Me alegra verte por aquí, Jack. – Respondió Lilith. – ¿Quién es tu amiguita?
- M-Moonshine... – Se presentó Kora, con la voz débil, en parte por el dolor y en parte por lo intimidada que se sentía ante la otra.

Lilith chasqueó la lengua mientras sacaba una poción pequeña del pequeño compartimento en su cinturón, y se la lanzó a Raiden, quien se la pasó a Kora.

- Toma una poción, estás hecha un estropicio. – La miró de arriba a abajo. – Y no hace falta que vayamos con nicks. Menos a estas alturas. ¿Cómo te llamas?
- ...Kora.

Dio un largo trago. La poción tenía un sabor dulzón, y pudo notar con un cosquilleo como la mayoría de cortes se cerraban en su piel. La herida en su costado al menos se taponó con una costra, y el zarpazo parecía ya sólo un arañazo. No había recuperado la salud completamente, pero podría seguir adelante.

- Bien, Kora. Soy Lilith, aunque también me llaman Firehawk. Encantada. – Kora asintió, murmurando un “gracias”. – Normalmente esto es un paseo para ti, Jack. Habrás notado que las cosas se han... complicado.

Raiden entrecerró los ojos, pero antes de que hablara, Lilith sacudió la cabeza.

- No podemos discutir esto aquí. Es mejor que volvamos a Sanctuary, y pronto.

--

- ¿Falta mucho para llegar? – Preguntó Kora desde el asiento trasero, asomándose hacia delante. – Estos mapas son interminables...
- Un poco. – Le respondió Lilith, al volante.

Aquel camión-tanque les había estado esperando al final del túnel, rodeado de algunos bandidos que intentaban destrozarlo. Jack y Lilith terminaron con ellos en cuestión de segundos.

- ¡Gah! – Un bandazo del vehículo hizo que Kora perdiera el equilibrio, cayendo entre los asientos de los otros dos. – Ay...
- Cuidado. Soy Elementalist, así que conducir no es exactamente lo mío.
- Creo que nos hemos dado cuenta ya. – Suspiró Raiden.

Kora examinó a Lilith con la Omnitool. Tenía un nivel superior al de Raiden, y también vio que era la líder de una guild. Firehawk era alguien en el juego.

- ¿Sigues de morros porque te he salvado? – Rió Lilith. – Eh, no quiero asustaros pero, agarraos fuerte.

Kora miró por la ventana delantera, y vio como Lilith aceleraba hacia una rampa helada, sujetando el volante con fuerza para mantener la trayectoria recta. Gritó cuando notó que el vehículo ya no tocaba el suelo... pero afortunadamente, enseguida sintió el choque contra éste.

- Aterrizaje perfecto. – Anunció Lilith, orgullosa. – Ya estamos casi.

A lo lejos, vio una muralla de metal enorme, detrás de la cual se erguía una alta torre de satélite. Sanctuary.

- ¿Es esta la única manera de llegar? – Preguntó Kora.
- No, acabamos de saltar un camino más largo.
- ¿Y por qué no nos habíamos warpeado? – Miró a Raiden. – En Prorencia-
- ¿La ciudad con más jugadores? ¿Justo después del anuncio? Probablemente ahora estén matándose todos allí. – Respondió, entrecerrando el ojo.
- ¿Y... y por qué iba a ser Sanctuary diferente?

Lilith frenó el vehículo, y Kora temió haberla ofendido. Pero en realidad la mujer sólo tocó la bocina, y sacó un brazo en llamas por la ventana. El enorme portón de metal frente a ellos comenzó a abrirse, y los condujo hasta el interior, dejando el vehículo en la entrada. Con un estruendo, las puertas se cerraron tras ellos. Lilith y Jack salieron del coche de un salto, mientras que Kora casi tropezó con los bordes de su túnica. “Estúpido traje...”.

Lilith se cruzó de brazos, y le dirigió una media sonrisa.

- Porque este es el hogar de los Crimson Raiders.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 12:42:02 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)

003crimson raiders

La ciudad se asemejaba un complejo industrial habitable. Los edificios estaban hechos con paneles de metal, y aunque algunos estaba corroídos por el óxido, manchados de pintura y llenos de arañazos, Sanctuary no parecía menos vivo por ello. Los letreros de neón que anunciaban cada tienda iluminaban las calles con múltiples colores.

Kora vio que la ciudad estaba ocupada sobretodo por personajes que equipaban pistolas o armas mecánicas, así como lo que rápidamente identificó como ladrones y sus temibles jobs superiores, jugando con sus cuchillos y examinándola desde los tejados de los edificios. La chica se acercó más a Raiden.

- Bueno, ¿tomamos algo en Moxxi’s y nos ponemos al día? – Comentó Lilith, quien los había llevado hasta lo que parecía más bien un burdel. Las letras rojas que leían “Moxxi’s” tenían al final dos piernas de neón que iban alternándose, como si bailaran. – No hace falta que os diga que estamos en una situación delicada, por decirlo de forma suave.

El local estaba iluminado tenuemente, con dos hileras de mesas a cada lado hasta llegar a la barra, en la cual un NPC atendía. Ésta sonrió cuando vio que se acercaban, poniendo una mano en la cadera y moviéndose lenta pero sugestivamente.

- ¿Qué puedo hacer por ti, encanto? – Preguntó con voz seductora al ver que Lilith se apoyaba en la barra.
- Una mesa y unas bebidas.

Lilith se giró hacia Kora mientras la NPC llenaba tres largos vasos con un líquido rojizo.

- Esta es Moxxi (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/bt%20gallery/moxxi_borderlands_2_by_bl4upunkt-d5m9tk3.jpg), es un NPC, pero se le coge cariño. La gente aprecia sobretodo su – Moxxi se inclinó, dejando ver casi todo su pecho. – personalidad.
- Listo. Espero que lo disfrutéis. – Continuó la NPC, con voz seductora.

Lilith le dejó unas monedas en la mesa, y cogió su bebida, encaminándose a la mesa. Raiden la siguió. Antes de tomar el vaso, Kora dejó una moneda en la jarra de propinas, y Moxxi le guiñó el ojo, añadiendo un comentario que hizo que le saltaran los colores a la chica, quien cogió su bebida y rápidamente se sentó en la mesa junto a Raiden.

- Tendrías lo que se deja la gente en propinas a ver si pueden sacar algo más que un piropo guarro. – Le dijo Lilith, riendo, y dio un trago a su bebida.
- No hemos venido a hablar de eso. – Interrumpió Raiden.
- Relájate, Jack. Tenemos todo el tiempo del mundo. – Lilith entrecerró los ojos en la última frase. – Bueno, novata, ¿cómo fuiste a parar junto a míster simpatía?

Kora dio un sorbo del vaso antes de responder. En perspectiva, podía ver que sus acciones habían sido como mínimo, absurdas... Pero cualquier persona obligada a vestir el ropaje que ella llevaba habría hecho lo mismo en su situación.

- Quería una vestimenta nueva, pero necesitaba unos materiales primero. Los enemigos que lo soltaban eran raros, y no quería perder el rastro de uno de ellos... cuando me di cuenta, estaba ya lejos de Prorencia.

Lilith fue a beber, pero paró con la bebida en mitad del aire. Raiden la miraba alzando una ceja.

- ¿Quieres decir...? – Empezó Lilith.
- ¿...que fuiste a parar a una zona de nivel alto...? – Continuó Raiden, y Kora empezó a hundir los hombros.
- ¿...básicamente porque querías un traje nuevo? – Terminó Lilith, haciendo que la chica dejara caer la cabeza con un suspiro.

Hubo un momento de silencio incómodo, hasta que lentamente los dos se llevaron la mano a la cara, Lilith echándose a reír y Jack soltando un suspiro.

- ¡Mirad está túnica, por favor! – Intentó excusarse Kora, mostrando las amplias mangas. – ¡Me pica! ¡Me hace el culo gordo!
- Vale, vale, lo pillo... – Lilith respiró hondo. – Tuviste suerte de que pasara Jack por ahí.
- Sí...

Kora se giró hacia éste, que mantenía una cara de póker. Aparentemente no iba a sacarle mucho, por lo que se giró hacia la otra.

- Lilith, antes has dicho algo de los Crimson Lancers...
- Raiders. – La corrigió la chica. – Crimson Raiders. Mi guild, una de las primeras en ser abiertas.
- No dejes que te impresione. – Intervino Raiden. – Lilith fue beta-tester, lleva jugando desde la primera semana.
- Eso no me hace menos impresionante. – La mujer se apoyó en el respaldo de la silla, cruzándose de brazos.

Las cosas tenían más sentido ahora. El alto nivel de Lilith, lo poderosa que era, el hecho de que liderara una guild...

- Espera. – Kora se giró hacia Raiden. – ¿Tú también eres de la guild?
- Sí. – Aquel detalle se le había pasado la primera vez que lo examinó con la Omnitool.
- Ah, qué tiempos cuando eras sólo un Soldier... y llevabas ropa en vez de metal.

Lilith dejó ir un suspiro fingido, irritando a Raiden.

- Pero dejemos eso aparte por ahora. – Lilith volvió a apoyarse en la mesa. – Tenemos que hablar en serio de lo que está pasando. No hay manera de salir ni contactar con nadie de fuera.
- De eso nos hemos dado cuenta. – Contestó Raiden. – ¿Qué más sabes?
- Que estamos a la merced de un maníaco. – Entrecerró los ojos. – Y ahora, necesitamos toda la gente posible. Estoy segura de que este tío no se va a conformar con sólo encerrarnos, eso sería demasiado aburrido.
- Creo que me hago una idea de qué le parecería divertido.

Kora seguía la conversación como una partida de tenis, pasando de uno a otro. La manera en que hablaban le asustaba. Por unos momentos había podido olvidarse de lo dramática de la situación, pero eso no significaba que la realidad hubiera cambiado.

- Exacto. Tenemos que estar preparados para cualquier cosa. Y para eso, necesitamos gente. Precisamente, tengo un encargo para vosotros.
- Espera, ¿encargo? ¿ahora eres un NPC que da quests? – Raiden arqueó una ceja.
- No, soy la líder de la guild. – Lilith le devolvió una mirada severa. – Una Crimson Raider se marchó a buscar unos materiales, y todavía no ha vuelto. Está bien, es una chica lista y fuerte, pero tiene problemas con los bandidos. Ya has visto que ahora los enemigos son más, y más fuertes.

Raiden se cruzó de brazos.

- ¿Y querrás que vayamos a rescatarla? ¿Por qué no envías a cualquier otro?
- Podría, pero puede ser ideal para que Kora suba unos cuantos niveles más. – Lilith se dirigió a ella. – ¿Querías ropa guay? Volved con la chica, y te daré algo bonito.
- ¡Acepto!

Kora puso ambas manos en la mesa, con los ojos iluminados.

- Jack, tendrás que ir con ella. – Raiden sólo suspiró. – Y por lo que respecta a ti... este es tu momento. ¿Quieres unirte a los Crimson Raiders?
- ¡C-Claro! – ¿Cómo no iba a querer unirse a una guild con gente tan fuerte? Pero Lilith no había terminado.
- Ahora las reglas han cambiado. No matamos a nadie a no ser que sea en defensa propia. Nuestro objetivo es reunir a la gente, no cargárnosla. Si veis gente que vale la pena, reclutadla. Especialmente Mechanists o White Mages. Los vamos a necesitar.

La chica asintió, las reglas parecían razonables y justas.

- ¿Qué dices?
- Sí, claro que sí.
- Entonces, Kora... – Lilith le tendió una mano, y Kora se la estrechó, notándola caliente al tacto. – Bienvenida a los Crimson Raiders.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 12:57:20 PM
# 02.

“¿Pero cómo voy a reconocerte cuando te encuentre?”
Sonríes y giro la cara, esa sonrisa me saca de quicio y me desarma.
“Vamos... sabes que soy uno entre un millón.”

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)XXX(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)


Nero estaba atónito ante el mensaje del GM, cuando aun este no había terminado de hablar, sintió la pesada mano del líder de la guild sobre su hombro instándole a permanecer atento.
-No hay tiempo que perder. -Los ojos de Badguy rodaron desde la omnitool hasta el rostro del espadachín.
-Pero... ¿esto esta pasando de verdad? -Por más real que fuera ese mundo y todas las sensaciones que le rodeaban, Nero se sentía ajeno, como si su cuerpo hubiera empezado a flotar buscando una salida.

[A partir de ahora contarán con tres vidas las cuales deberán cuidar como si...]
El mensaje seguía su curso.

-Me temo que sí... -la última parte era la más funesta, pensó deprisa, tenía experiencia con los juegos, si mantenía la calma podría adaptarse a la situación.
El rostro de Nero estaba lívido, no podía dejar que perdiera la calma, Sol le dio una fuerte palmada en la espalda para sacarle de sus pensamientos y darle ánimos.
-Ey boy, presta atención, vamos a movernos deprisa, no pierdas el tiempo intentando salir del juego, -le detuvo en cuanto vio que prestaba atención a la omnitool en vez de a sus palabras, -no vamos a quedarnos en la ciudad, ve a comprar provisiones, y todas las pociones que puedas cargar, mandaré un mensaje al resto de la guild y nos reuniremos en la iglesia, creo que aun estamos a tiempo antes de que la situación vaya a más.
-¿A más? -Parecía imposible que las cosas pudieran ponerse aún peor.
Sol torció una sonrisa cínica.
-La ciudad es como una olla que acaban de poner al fuego, cuando empiecen a sentir el calor, esos imbéciles empezaran a matarse entre ellos para intentar salir antes de que les estalle en la cara.

No era un mensaje muy alentador... Nero dejo de sentir que flotaba para empezar a sentir que sus pies estaban anclados al suelo.
-Por eso las ratas somos las primeras en abandonar el barco. -Le dio una nueva palmada en la espalda que le obligó a dar un paso al frente para no caer, demostrandole también que no se había quedado clavado al suelo.
Pero ese mensaje tampoco le pareció muy alentador.
-¿Eso era un chiste? -Nero se lo quitó de encima sacudiéndose molesto, pero el discurso había surtido efecto, estaba alerta y preparado para continuar en el juego. -Me daré toda la prisa posible.
Antes de terminar de hablar Nero echó a correr calle abajo por la ciudad de Prorencia, tenían la suerte de estar en una de las ciudades principales, el ambiente ofrecía cierta calma y la mayoría de jugadores solo parecían desconcertados... pero Sol estaba convencido de que esa calma era únicamente el preludio de la tempestad.
También debía de darse prisa y contactar con el resto de miembros de la guild, abrió su omnitool y su mirada se ensombreció al leer el mensaje que le había dejado el segundo al mando... aquello no iba a terminar bien, y solo acababan de empezar con aquel juego... 
 
---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)XXX(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)XXX(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)

Nero aún tenía energía para seguir corriendo, aquel peso que cargaba parecía liviano cuando pensaba que entre aquellas pociones podía estar la que le salvará la vida. Sol había mandado un mensaje al grupo, Doppio ya había respondido, esperaba que el resto no se hiciera de rogar y se reunieran cuanto antes en la iglesia.
Lo que no esperó fue encontrarse con dos novicios esperando donde se supone había quedado la guild... los otros dos se giraron cuando oyeron sus pisadas y los tres se quedaron en silencio mirándose entre ellos.

-Hola. -Shura rompió el hielo sonriendo nerviosa.
-¿Habéis venido por el mensaje? -Nero entorno los ojos mirando fijamente a ambos, “no se si son nuevos en la guild, o si solo están de paso.”
-Claro, estamos aquí por el mensaje. -JoJo no tenía ni idea de a qué se refería, pero era lógico pensar que el único mensaje importante de aquel día era el del GM que todos habían recibido. La bolsa de provisiones del chico era bastante notoria, dio unas palmaditas sobre esta. -Si que es rápida la caridad en este juego, ves Shura, nada de qué preocuparse.
“No me lo puedo creer. Esta tiene que ser la suerte del tonto.” -Era increíble que las cosas se hubieran puesto tan bien en un momento.

Nero se puso alerta cuando aquel extraño se acercó demasiado a las provisiones, se apartó mientras el otro se encogió de hombros y ponía cara de no haber roto un plato en su vida, con un rápido vistazo a la omnitool pudo ver que ninguno de los dos pertenecía a la guild, y que su nivel era prácticamente nulo... y que su vitalidad se había resentido y se recuperaba lentamente.
-¿Ya os han atacado? -Si algo también había logrado el discurso de Badguy, era volverle paranoico.
-¿Cómo? -Shura miró su propia omnitool, caminando hacía la ciudad aún no habían dejado que su salud se restableciera... la verdad que ella se encontraba bien y por eso no había reparado en esto antes.
-Antes nos caímos al río, aún no hemos podido descansar.
-Perdona JoJo, pero yo no me he caído al río precisamente. -Pese a toda la ironía, Shura solo consiguió que este le diera palmaditas en la cabeza para reconfortarla, la chica acabó moviendo la mano para apartarlo de su lado como si se tratase de una molesta mosca.

El espadachín no les prestó atención, buscando algo dentro de la bolsa y suspirando largamente cuando dio con ello: era un tubo de ensayo donde el líquido rojo brillante casi parecía latir de vida.
“La poción que podría salvarme la vida...” -Sacudió la cabeza para alejar aquel pensamiento, estiró la mano ofreciendoselo primero a la chica. -Tomatelo, será suficiente para restablecer tu salud del todo. Y otro para tí. -Le ofreció otra poción al chico.
-No es necesario gracias, estamos bien. -Shura hizo amago de devolvérsela pero este la rechazó del todo.
-Hay que estar preparado para cualquier imprevisto. Insisto.
-Muchas gracias, -el tubo de JoJo había desaparecido mientras miraba en su omnitool. -Esto... Cuteboy.
Shura guardo silencio agradeciendo estar lo suficientemente centrada para no reirse de la persona que les había ayudado, y ella sintiéndose ridícula por su nick...
-Llamadme Nero. -Dijo con voz cansina, como si hubiera repetido aquello demasiadas veces. -Estamos reuniendo a la guild, podéis quedaros, quizás haya un sitio para ambos, JoJo y Sugus.
-Yo te llamo Nero si tu me llamas Shura, ¿vale? -Sonrió de manera cansada, pero tuvo la respuesta afirmativa por parte de este que esperaba.
-Yo también te llamaré Nero, de todos modos no eres tan mono. -JoJo se giró hacía la iglesia. -¿Entonces entramos?

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

-Jodido imbécil... -Sol se sujeto el costado sintiendo como todo su cuerpo se estremecía de dolor al tocar una herida abierta. Era mejor no mirar, sus dedos tocaron una punta de metal que estaba bien enterrada, si no lo hubiera evitado a tiempo, el disparo del sharpshooter le hubiera quitado su primera vida. Se concentró entonces en el asco que le tenía a aquel cabrón y al que fue su segundo al mando en la guild, enterró los dedos aún más en la carne, hasta pellizcar la punta de flecha y sacarla de dentro de un solo movimiento.
Le temblaron las extremidades por poco dando con sus huesos en el suelo, pero mantuvo la concentración lo suficiente para activar la curación. Cuando pudo respirar con normalidad y se le aclaró la vista, observó la que había sido la sede de su guild, todo estaba destrozado en clara señal de pelea, pero ni rastro de los dos cuerpos que había dejado.
Y nunca más lo habría.

Todo había pasado en tan solo unos pocos minutos...
>>La situación ha cambiado, somos demasiado, el resto se ha marchado, pero yo he venido a por la mitad de los tesoros de la guild. Soy el segundo al mando, tengo derecho, la otra mitad puedes quedártela Sol.
El Cleric que había sido su compañero, ambos se habían ayudado muchas veces a subir de nivel compartiendo experiencia, siempre compartiendo; ahora que ya no se trataba de un juego, mostraba su auténtica cara.
A su espalda, el sharpshooter le apuntaba directamente, aquello no era una jodida negociación, era una amenaza.
-No te daré una mierda, es propiedad de la guild, si te quedas es tuyo, si te vas no puedes reclamar.
-¿Te lo piensas quedar todo? -El Cleric le señaló atónito, Badguy había pasado de víctima a culpable, pues que así fuera.
-Tú mismo lo has dicho, la situación ha cambiado, y yo soy el líder, me lo quedo todo. Gracias por nada imbécil. 
-Entiendo... y dime Sol, tu configuración a la hora de perder una vida, era aparecer aquí mismo en la sede, ¿verdad?
-Igual que la vuestra.

Se desató entonces el infierno, no valía la pena ir primero a por el del arco aunque ya le hubiera acertado, estaba ciego de rabia y de un solo golpe certero en el cuello, su compañero desde hace más de lo que le gustaría recordar, se convirtió en un montón de datos desapareciendo. Viendo que su apoyó había desaparecido, el tipo del arco comenzó a ponerse nervioso, no eran buenos en distancias cortas ni dentro de habitaciones, Sol había tenido todas las de ganar... lo peor vino cuando volvieron a la vida... a su amigo solo le quedaron dos vidas, si hubiera tenido la ocasión le hubiera gustado preguntarle cómo perdió su primera vida tan pronto.
La tercera vida del arquero... cuando este soltó el arco declarándose desarmado e indefenso suplicando por su vida, demasiado tarde para pararse a pensar cuando dejó caer el arma como un loco sobre él.
Es matar o morir... no importaba que hace unas horas, la noche de antes hubieran estado todos reunidos, bebiendo y compartiendo experiencias como camaradas... que se hubieran ayudado desde el primer día de juego... ahora solo se trataba de matar o morir, y eran ellos los que habían tomado su decisión. <<

“Mierda, ahora necesito a otro Cleric.” -Pesé a gastar casi todas sus habilidades mágicas, Sol aun no estaba restablecido del todo.
Tenía pociones y otros tesoros entre los objetos de la guild, podía volver a recuperarse y armarse hasta los dientes, porque ahora los que quedaban iban a encontrarse con lo peor de la naturaleza de cada uno, porque el GM había cambiado las normas, y ahora todo sería pura supervivencia, matar o morir...
Badguy utilizó su configuración como líder para acceder a todo el material de la guild, no había nuevas respuestas por parte del resto de miembros, era verdad que se habían quedado solos...
Prestó atención a los objetos, había algunos tesoros muy interesantes, otros muy caros.
Sol lo miró todo recordando la cara al eliminar definitivamente al arquero... aquel botín era solo mierda, utilizó la magia que le quedaba para un ataque de zona que rompiera en mil pedazos toda aquella basura, desde la primera arma hasta la última poción.
El era Sol Badguy, y no iba a bailar al son de aquel GM, nadie iba a jugar con él.

No quedó nada de todo lo conseguido por la guild. Aquello le hizo sentirse mucho mejor, pero enseguida reparó en que la herida que había hecho sanar con magia, había vuelto a abrirse por el esfuerzo.
-Mierda... definitivamente necesito otro Cleric. -Se apoyó contra la pared deslizándose por esta hasta quedar sentado.
Un poco de descanso le vendría bien, le ayudaría a curarse ahora que se había quedado sin magia. Cerró los ojos... estaba, simplemente, demasiado cansado.

---

“Sobrevive... si sobrevives, sí que seré capaz de encontrarte.”
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:20:20 PM
Pensaba escribir de Ikki y Shun, pero tengo más contenido para este grupo de momento, así que voy adelantando lo suyo :3 Y de paso no os dejo con las ganas de saber que le pasaba a Neko (?)
Pd. Los personajes invitados son de Kora y están usados con su consentimiento :DDDDDD





04. Anir. Me llamo Anir

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/locke3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/lilith3.png)

El empujón había sido innecesario, o al menos eso había pensado Neko cuando casi se tropieza con uno de los escalones de Moxxi’s. Se giró para dedicarle una mirada de rencor a su captor, arrugando la nariz y estrechando los ojos.
El otro levantó una ceja y negó con la cabeza, poniendo un puño en su propia cintura.

—¡Adelante! —le instó sin amedrantarse.

Neko suspiró cansada y entró al bar con el otro casi sobre sus talones. Localizó a Crane y Starkrimson cerca de la entrada, bebiendo algo en una de las mesas. Stark estuvo a punto de levantar una mano para saludarle, pero Neko pudo ver el pisotón de Crane, que señalaba disimuladamente al jugador que la guiaba más adentro del local.
Otro empujón sorpresa y terminó sentada delante de una mesa que ya estaba ocupada.

—¡Ey, con más cuidado! —renegó Neko.

—Te traigo un regalo, jefa. —habló el chico con una sonrisa satisfecha.

Neko se cruzó de brazos, mirando de uno a otra y denotando su inquietud en lo crispado de sus hombros. El chico que la había capturado tenía toda la pinta de ser un rogue o un asesino, la palabra ladrón estaba escrita en su indumentaria, pañuelo en la cabeza y guantes incluidos. En cambio, la mujer frente a ella era diferente. Irradiaba seguridad y estaba claro que estaba jugando en su propio terreno.
Algún trabajo de magia, era el pensamiento que cruzó la mente de Neko. Su cara le sonaba de algo, pero no podía recordar exactamente de qué y activar su omnitool para escanearla podía ser una idea temeraria rayando en lo suicida.

—Explícate, Locke —dijo la mujer mientras cruzaba una pierna encima de la otra y se reclinaba en su asiento.

—La encontré merodeando en el desguace. Se había colado en la ciudad sin pasar por las puertas. La que tendría que explicarse es ella. —Locke la señaló con la cabeza, dando un paso atrás para apoyarse en la pared.

Neko bajó la cabeza un poco mientras se mordisqueaba el labio inferior y maldecía interiormente. Levantó la barbilla y carraspeó.

—El desguace es de libre acceso. ¿Qué haces? —preguntó sorprendida cuando se dio cuenta de que la mujer tenía su omnitool brillando en el brazo mientras leía algo con interés.

—No me sale tu información ¿por qué la escondes?

Neko rodó los ojos y puso su brazo encima de la mesa despacio para que los demás vieran lo que hacía mientras tecleaba con dedos ágiles en su omnitool recién activada. Desbloqueó su información básica y esperó.
La cara de la mujer era la misma que esperaría Neko de alguien que acaba de recibir el regalo que quería el día de Navidad.

—¡Mechanic! —exclamó paladeando la palabra— Pero en una guild.

La mujer se giró a mirar a Locke, que seguía en su rincón, como si él tuviera la culpa. Locke se encogió de hombros y miró hacia otra parte, sacando un cuchillo para jugar con él.
Pero entonces, se volvió de nuevo para revisar una última vez la información de Neko.

—¿Night Fury? —la risa corta y sonora le pilló por desprovisto a Neko, que parpadeó— ¿Aún sigue por ahí? Hace siglos que no sé nada de Tanlaus.

—Ni yo —añadió la mecánico, relajándose un poco y ladeando la cabeza—. Dejó el clan hará un mes en la vida real.

—Una pena —la mujer se giró para hacerle un par de señas a Locke, que se entretenía jugando a los dardos—. Lo conocí los últimos día del beta-test. Su guild fue una de las primeras que se crearon en el juego. Como la mía.

Locke dejó dos vasos sobre la mesa y volvió a su juego. La mujer tomó uno y señaló el segundo con la mirada. Neko lo tomó con algo de duda.

—Mi nombre es Lilith, líder de los Crimson Raiders. —levantó el vaso.

—Neko, mecánico.

Lilith arrugó las cejas y chistó.

—Neko es tu nick. En la situación en la que estamos todos metidos, preferiría saber tu nombre. El real.

Neko dudó por un momento, pero desinfló el pecho, dejando salir el aire que tenía retenido y la poca tensión que aún quedaba en sus hombros.

—Anir. Me llamo Anir.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/lilith3.png)

—No es normal que tarde tanto en esa mesa. Además, desde aquí no la veo —renegó por quinta vez Starkrimson, levantando la cabeza sólo para recibir otro puntapié de su acompañante.

—Sólo vas a meterla en más problemas. Déjala, se apaña bien sola. —Crane se encogió de hombros y movió ligeramente su copa, creando reflejos pixelados en la pared.

Tocó la sombra un par de veces con el dedo hasta que cargó como era debido. Asintió satisfecha y agarró su bufanda con la mano libre, llevándola hasta sus labios. Cuando giró la vista hacia Stark, este se había ido.
Crane masculló furiosa y se levantó para ver dónde se había metido el bardo esta vez. Lo encontró un poco más allá, tomando asiento en la barra para estar más cerca de Neko. Se sentó a su lado y puso atención a la conversación a unos pocos metros de ellos.

—Anir. Me llamo Anir —se presentó su mecánico, dando su nombre real en vez de su nombre de juego.

Stark y Crane intercambiaron miradas mientras el primero jugaba con una moneda en los dedos y Crane apoyaba un codo en la barra y la mejilla en su mano.
La mujer frente a Neko asintió y bebió de su vaso. Neko dio un sorbo, sin quitarle los ojos de encima a su interlocutora.

—Déjame que te explique: En Crimson Raiders no matamos jugadores. Creo que en estos momentos lo mejor es ayudarnos los unos a los otros —habló la mujer con tono neutro y seguro—. Estoy buscando mecánicos que se unan a mí. ¿Te interesa la oferta?

Crane vio como Stark abría los ojos como platos, tomando aire lentamente y negándose a dejarlo ir hasta oír la respuesta de Neko. Estiró la mano para agarrarle del antebrazo.
Pasaron unos pocos segundos antes de que la respuesta llegara.

—Hay dos miembros más de mi Clan atrapados aquí conmigo. Sin ellos no voy a ninguna parte.

—¿Qué son? —preguntó la mujer mientras Crane apretaba un poco más el brazo de Starkrimson, que empezaba a recuperar el color que se le había ido por un momento.

—Bard y dancer. Son buenos en combate, se compenetran bien y...

—Ya, ya. No me hace falta oír más —la mujer dio una palmada en la mesa—. Traelos y os meto en la guild ahora mismo.

Stark sonrió a Crane y se levantó, arrastrando a la chica con él.

—¡No hace falta, estamos aquí mismo! —vociferó el bardo mientras se presentaba a espaldas de Neko— Starkrimson, mi nombre es Milo.

Crane salió de detrás de su compañero y se echó la bufanda por encima del hombro.

—Crane, Yuzuriha.

—Chicos... —dijo Neko dándose la vuelta, poniendo una rodilla en su asiento y las manos en el respaldo.

Les dedicó una sonrisa agradecida antes de cambiarla por una orgullosa.

—¿Estos son todos? —preguntó la mujer, señalando un par de sillas para que las acercaran a la mesa.

—En realidad... hay uno más —Neko se mordisqueó el labio inferior, llevándose una manga a la boca para sustituir el labio por la tela—. Pero no se va a poder unir.

La mecánica se sentó bien en la silla antes de hundirse un poco en ella. Milo frunció el ceño hasta que Yuzuriha le dio un codazo y formó un óvalo con las manos, señalando hacia el techo luego.
Iban a tener que decirle adiós a Marshmallow, su airship.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:22:55 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)

004when the sun goes down (1/2)

- Moonshine. Moonshine, despierta.

Algo sacudiendo su hombro hizo que parpadeara, volviendo a estar consciente. Era extraño dormir en el juego, no estaba segura de si no recordaba sus sueños o no se podía soñar directamente, pero al menos se había recuperado del todo.

- Voy, voy...

Kora se apoyó en los codos sobre el colchón, arqueando la espalda. De nuevo, la sensación (o más bien la falta de) era extraña, por lo que se puso de pie. Raiden la esperaba con los brazos cruzados.

Al ser miembro de la guild, tenía acceso al cuartel general de los Crimson Raiders, un edificio de metal y cemento, que aunque tenía un aspecto rústico y práctico, parecía una pequeña fortaleza. Lilith le había dejado descansar por un rato, mientras que Raiden había ido a resolver algún asunto pendiente.

- Pronto va atardecer. No creo que sea buena idea quedarnos por los alrededores sin luz. – Volvió a meterle prisa, mientras Kora se ponía las botas marrones. – Lilith ya me ha dado las coordenadas y he contactado con la chica.

- Hmmm-mmm. – Asintió Kora, estirándose la túnica azul. – ¿Nos ponemos en marcha?
- Deberíamos estar ya en marcha.

---

- ¿Por qué no vamos en coche como antes? – Preguntó Kora, mientras le lanzaba una bola de fuego a un bandido sin brazos que se acercaba a ella.
- Tienes que subir de nivel. – Respondió Raiden, mientras hacía un corte en horizontal que dejaba sin piernas a un bandido. Para probar su otro hechizo, la chica le lanzó un rayo de electricidad.
- Al menos no estamos lejos, ¿no?

No obtuvo respuesta del otro, por lo que sólo suspiró, exasperada. Caminar en el juego con la stamina de un mago cansaba mucho más que caminar en la vida real, y empezaba a notar una punzada de agotamiento. Pero sabía que si le pedía descansar un rato a Raiden sólo se llevaría una mala mirada.

Podía intentar distraerse.

- Oye, uhm, Raiden... Jack... ¿Qué edad tienes en la vida real?
- Veintinueve. – Respondió este.
- Oh... eres... mayor... muy mayor para estar jugando a un videojuego, ¿no? – Kora arqueó una ceja.
- Y probablemente tú seas demasiado joven.

Aunque había sido una respuesta sarcástica, por primera vez, Kora escuchó algo de diversión en el tono de Raiden... lo cual no le quitaba peso a la ofensa.

- ¿Crees que soy una niña? – Respondió, mientras terminaba con un bandido usando una llamarada quizá demasiado potente.
- Creo que actúas como una niña.

Kora entrecerró los ojos, friendo lo que quedaba de un bandido. Aquel era el último que quedaba del grupo, y la tundra se extendía ante ellos, clara y limpia (a excepción de las manchas de sangre en la nieve).

- ¡Para tu información, tengo veinte años! – Contestó Kora, indignada, y se cruzó de brazos. – Perdón si no actúo como una treintañera amargada.

Chasqueó la lengua, y siguió a Raiden. Podría haber jurado ver una media sonrisa en el rostro de éste, pero había sido demasiado rápido, y además, estaba demasiado ocupada intentando mostrarse enfadada para que el otro se disculpara.

Caminaron un rato en silencio, hasta que llegaron a una parte en la que podían sentir la piedra bajo la nieve. Algunas montañas de nieve dejaban al descubierto zonas rocosas, y se discernían algunos destellos en las paredes. Varios agujeros a su alrededor indicaban que alguien había estado excavando por el lugar, y vieron a lo lejos una tienda de campaña improvisada, hecha con metal y lona.

Cuando estaban a unos diez metros de la tienda de campaña, Kora notó como Raiden la empujaba a un lado, tirándola sobre la nieve y cayendo casi encima de ella, al tiempo que oía una pequeña explosión. Se incorporó, y vio un agujero en la nieve sobre el que todavía flotaban algunas chispas.

- Aquí debe ser. – Levantándose rápidamente, Raiden abrió su Omnitool. – Techbender, ¿eres tú?
- ¿Quién está ahí? – Kora oyó la voz femenina desde el Omnitool, y vio al otro lado del holograma una figura enmascarada, con unos cristales verdes redondos donde debían estar los ojos.
- Crimson Raiders. Aquí Raiden.
- ¡Oh! Gracias por venir. No puedo desactivar las minas, pero os indicaré donde están plantadas en el mapa.

Kora se cruzó de brazos. ¿Por qué no salía directamente Techbender? Ya habían llegado, y opinaba que no era para tanto. Distraída, miró al cielo, y vio que el sol estaba poniéndose. La nieve reflejaba los tonos anaranjados y violáceos del atardecer. “Si no fuera porque todo a nuestro alrededor intenta matarnos, sería precioso.

- ¡Esperad! ¡Lo sabía! – El rostro encapuchado de Techbender apareció en la Omnitool de Raiden otra vez. – ¡Ya os han detectado! ¡Está volviendo!
- ¿Volviendo? ¿El qué? – Raiden frunció el ceño.

Unos pasos retumbaban a lo lejos, con el grito de guerra de los bandidos de fondo. Bastantes bandidos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:23:04 PM
Sigo con el grupo principal :B Bueno, esto es mayoritariamente Anir, pero xDU
Para que no os hagáis un lío con la timeline: Mi aporte ocurre al mismo tiempo que Kora está de misión rescatando a Asami con Raiden.





05. ¿Lo hizo un mago?

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)

Llevar a Marshmallow hasta el Cementerio, como Anir se refería al desguace, había sido toda una aventura. Ver al pequeño airship asomándose por encima de los muros de la ciudad para posarse con la mayor suavidad posible entre los restos de otras naves había conseguido arrancar un gemido de dolor de los labios de Milo. El bardo no tardó en correr hacia la rampa ya abierta del airship para recuperar sus pertenencias y abrazar a Anir, que definitivamente no estaba llorando, aunque tenía los ojos rojos de aguantarse las lágrimas.
Yuzuriha apartó a Milo de un empujón para ahogar entre sus tetas a su amiga. Starkrimson y Crane se unieron a los Crimson Raiders nada más bajar la rampa ya con sus equipaje preparado, aunque Anir esperaría un poco más.

—Tengo cosas que hacer. —había explicado asomándose por la rampa pero sin bajar de ella.

—¿Cómo qué? —preguntó Milo mientras afinaba las cuerdas de un violín eléctrico, allí de pie en medio del desguace.

—Como sacar todas las cosas útiles de la ware de la guild.

Neko se encogió de hombros y Crane le agarró de las tiras del gorro estirando hacia abajo de ellas.

—Ay... —se quejó Neko apretando los labios y sacándolos hacia fuera. El gorro le tapaba los ojos en ese momento.

—Contáctanos si necesitas algo.

Neko se puso bien el gorro y asintió antes de desaparecer dentro de la nave. Soltó a todos sus bots, los quince, aunque había tres que no terminaban de funcionar bien, para echar un vistazo profundo a Marshmallow. Recorrió la nave de cabo a rabo asegurándose de que no dejaba nada que pudiera servirle, catalogando todas las herramientas que tenía esparcidas por aquí y por allá.
A veces se paraba para acariciar aquella tubería que siempre le daba problemas o apretar por última vez ese tornillo terco que siempre se soltaba.

Se sorprendió al juntar todas las cajas de herramientas y fundas que le había regalado Milo o Tanlaus —el jefe de la guild desaparecido— durante el tiempo que habían pasado juntos como miembros de Night Fury. A Neko no le gustaba que le regalaran herramientas, porque nunca le traían lo que necesitaba.

Se dejó caer en el suelo con un suspiro, aún con los dedos aferrados a sus tobillos cruzados. Estiró pies y manos hacia arriba hasta que se separaron y dejó caer sus extremidades casi de golpe, produciendo varios ruidos sordos y esparramando su cuerpo en forma de equis.
Estaba en la sala de mando, mirando el timón desde abajo. Levantó la mano y apenas rozó la madera de una de las cabillas. El timón rodó ligeramente y volvió a su posición inicial por la falta de fuerza en el movimiento.

Neko se dedicó los minutos restantes a mirar el techo. Era blanco y tenía los mismos motivos que el globo. Recordó cuando pidió ayuda a los miembros de la guild para pintarlo y acabar de poner la decoración. Milo se cayó de la escalera, encima de los botes de pintura. Y tuvieron que cambiar la madera del suelo porque había rasgado el papel que la protegía en el proceso.

No pudo evitar reírse. Acarició la madera del suelo con los dedos y suspiró.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuri3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)

—¿Hola?

Neko se incorporó de inmediato. La nave estaba tan silenciosa que los pasos de quien fuera que había entrado en ella resonaban con claridad. Con demasiada claridad.
Neko arrugó la nariz y pensó que quien fuera que estaba en sus dominios quería que supiera claramente que estaba allí.

Activó su omnitool, buscando las cámaras que llevaban sus bots hasta encontrar al individuo en cuestión.

—Oh... —dejó salir Neko de entre sus labios al verlo.

Silbó hacia dentro, levantando las cejas.

—¿Quién eres tú, eye-candy?

Con dedos ágiles cerró la omnitool y salió al encuentro del desconocido.

—¡Hola! —llamó de vuelta.

No tardó mucho en ver al chico acercarse hacia ella. Un escaneo rápido le dio sus datos básicos: Nox, assassin. Crimson Raider. Todo en orden, entonces.
Neko le sonrió, cruzando las manos detrás en su espalda y poniéndose de puntillas.

—¿Tú eres el pobre desgraciado que tiene que ayudarme con todo esto? —señaló hacia el pequeño tesoro que había reunido y luego se volvió a girar.

Nox se rascó la nuca, no parecía muy seguro de sí mismo en ese momento.

—Lilith me ha dicho que te acompañe a la guild... —parecía que Nox no había recibido todos los detalles de su misión— ¿Eres Anir, verdad?

Neko se mordió el labio inferior para no reírse y levantó la mano hacia él, ofreciéndole un apretón que Nox tomó.

—Esa soy yo.

Nox carraspeó y apretó la mano un poco más antes de soltarla.

—Yo soy Yuri.

Y por la cara con la que miraba el montón de herramientas y piezas Neko no pudo más que reproducir en su mente ‘Pobres almas en desgracia’. Si estuviera Milo con ellos ya estaría tocándola, sin duda alguna.
Para sorpresa y alivio de Yuri, lo único que tuvo que hacer fue echar en montón todas las herramientas al carro de Neko.

—¿Esto no se llena nunca o como va? —preguntó el asesino mientras seguía agarrando piezas a manos llenas.

—Por peso —empezó a explicar Neko—. Según mis stats, mi nivel, algunas habilidades y el tipo de carro puede cargar más o menos peso. Por lo demás piensa en el bolso de Mary Poppins.

—¿El qué?

—¿Un bolsillo interdimensional con espacio no definido? Tío, esto es ficción después de todo.

Yuri se rascó la barbilla, dándole vueltas a las palabras de Neko.

—¿Lo hizo un mago? —acabó por preguntar el chico.

—Sí, algo así.

Satisfechos los dos, no tardaron en terminar su trabajo, saliendo juntos por la rampa del airship. Anir se quedó a observar como se levantaba la rampa, esperando que cualquiera que quisiera saquear la nave por sus piezas lo tuviera difícil para entrar.
Con suerte volvería a pilotar a su bebé algún día, en el futuro, pensó mientras se alejaba.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/locke3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuri3.png)

—¿¡Tú otra vez!? —gritó Neko mientras señalaba al stalker que tenía delante de él con el dedo levantado.

—Señalar es de mala educación. —dijo Locke mientras se separaba de la pared en la que estaba apoyado, jugando con un cuchillo.

—¡Ladrón! —acusó Neko aún señalando hacia la dirección general de Locke con una mano temblorosa.

—¡Y dale! ¡Que no soy ladrón! —se defendió él, levantando y dejando caer los brazos.

Neko se encogió de hombros y se cruzó de brazos, mirando a Locke de soslayo.

—Not a thief, claro. Pero para ser stalker primero hay que ser ladrón.

—¿Sabes cuántas veces me han hecho la misma gracia? —preguntó Locke, ya cansado de que siempre fuera lo mismo.

—Tú te lo has buscado.

Neko levantó la barbilla y Nox le palmeó un hombro, apareciendo detrás de ella.

—Ya conoces a Locke, ¿no? Él te ayudará con el inventario de la guild. Bueno chicos, hasta más ver.

Y con esas palabras se largó bien campante, con una sonrisa de oreja a oreja hacia lo que Neko adivinaba eran los dormitorios de la guild.

—¿Qué yo qué? ¿Cómo? ¡Oye, no! ¡Yuri!

—¡Órdenes de la jefa, yo me largo a ver a mi novia!

Yuri les guiñó un ojo mientras caminaba del revés antes de darse la vuelta por última vez y casi echar a correr pasillo arriba.
Neko y Locke se quedaron mirando la espalda de Yuri mientras se alejaba hacia el atardecer, los dos con distintos motivos para que la añoranza brillara en sus ojos.

—Tenía la noche libre... —gimió Locke, llevándose una mano a la cara y frotándose la frente con el hueso de la palma

—¿Tiene novia? —susurró Anir, casi inaudiblemente.

Derrotados, Locke guió a Neko hacia el inventario compartido de los Crimson Raiders.

—¿Qué se supone que tengo que hacer? —preguntó Locke, ahora más curioso que molesto.

—Yo saco cosas del inventario de mi guild y tú las metes en el tuyo. Es más tedioso que difícil.

Neko volvió a activar su omnitool, seleccionando el carro y cambiando la configuración del mismo. Antes de desaparecer, el jefe de su clan le había dado permisos para acceder al inventario desde el carro, con ayuda de algún bug bien usado y poco compartido. O tal vez era una de tantas ventajas de ser VIP.

—Ni idea... —murmuró en alto.

—¿Qué? —preguntó Locke mientras agarraba los primeros materiales que Neko había sacado del carro.

—Ponlos en el inventario de la guild, eh. No en el tuyo.

—¿Quién te has creído que soy? —preguntó Locke arrugando la nariz y continuando con su trabajo.

—¿Un ladrón?

—¡Cazatesoros!

Y así, entre riñas e historias de cada objeto, intentos de soborno para quedarse un juego de navajas de alto nivel y puyas amistosas, pasaron la tarde. Y parte de la noche.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:24:04 PM
Hmnr, en este aporte no pasa gran cosa, pero vemos a Anir siendo Anir. Er... y eso.




06. Si estás ahí, mándame una señal

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/locke3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/lilith3.png)

Tener su propia habitación era un lujo al que estaba acostumbrada. Neko había tenido su propia habitación dentro del juego prácticamente desde que entró a jugar. Tanlaus la había reclutado siendo una novicia y aunque a veces simplemente jugaba con sus amigos, siempre volvía al edificio de la guild para descansar. O casi siempre.
Después, con Marshmallow, había tenido su propio camarote con cofre y cama.

Así que, cuando Locke la había acompañado a lo que iba a ser su propia habitación en su nueva guild, no se le hizo para nada raro. De hecho lo había estado esperando.
Poco antes, Lilith se había presentado ante ellos y sin mucha ceremonia le había mandado a Neko una invitación para que su uniera a su guild. Neko había aceptado, dándole las buenas noches y siguiendo a Locke con los ojos cerrados por el cansancio.

—Buenas noches. —repitió, esta vez para Locke, dándole un par de palmaditas en el pecho de la misma manera que se palmeaba la cabeza de un buen perro.

Locke la miró con el ceño fruncido y rodó los ojos. Parecía demasiado cansado como para responder al gesto con un comentario sarcástico o hiriente.
El stalker se marchó a descansar y Neko cerró la puerta de su habitación, disponiéndose a hacer eso mismo.

—Mañana será otro día. —bostezó.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)

Lo primero que notó al abrir los ojos fué el estado extraño en el que le dejaba el sueño dentro del juego. Lo primero que pensó fué que el techo estaba mal. Lo primero de lo que se acordó es que ya no estaba en su nave.
Y se levantó deprisa para observar todo lo que le rodeaba, reconociéndolo como la habitación que le habían dado en un nueva guild.

—No más Night Fury... —se pasó la mano por la cara y se sentó en el borde de la cama, alcanzando las botas para ponérselas— Ahora soy una Crimson Raider.

Se arregló el pelo, se calzó el gorro y se puso los mitones marrones con energía.

—¡Y soy una Crimson Raider con una misión! —levantó un puño y lo bajó con fuerza, arrugando la nariz.

No tenía tiempo para ponerse sentimental, tenía un clan del que ocuparse.

Salió trotando al pasillo, con su carrito traqueteando tras ella y se dedicó a inspeccionar su nuevo hogar, en busca de un taller vacío o alguna habitación que pudiera transformar en su centro de operaciones.
Encontró una habitación vacía salvo por alguna mesa de trabajo, un par de sillas y una pila. Tenía ventanas cubiertas altas, tapadas por cortinas gruesas y de aspecto raído y no parecía que hubieran hecho uso de ella en un tiempo.

—Perfecto...

Desenganchó el carro del arnés y probó a ver si era posible acceder desde él al inventario de la nueva guild. Cuando comprobó que sí podía sonrió satisfecha y empezó con la ardua tarea de clasificar y valorar todo lo que allí encontraba.
Probablemente la guild ya contaba con un inventario actualizado de todo lo que tenía y lo que se necesitaba hacer, pero Neko no se había parado a preguntarlo. Le gustaban las cosas bien hechas y estaba acostumbrada a llevar las cuentas de su clan. Prefería hacerlo ella misma y comparar sus notas después.

Starkrimson y Crane no se habían contactado con ella, pero suponía que estarían bien. Por si acaso les mandó un mensaje de texto privado desde la omnitool, asegurando que estaba bien y que no la molestaran.
Lo más normal es que se dedicara todo el día a trabajar y ellos dos ya la conocían como para saber que podía pasar veinte horas metida en el taller sin salir para nada.

Y eso hizo. En cuanto acabó de hacer inventario, seleccionó unas cuantas armas y armaduras rotas para arreglarlas. Mejoró algunos complementos y desplegó sus bots para revisarlos uno a uno después de un largo día de trabajo. Consiguió los materiales para arreglar uno de ellos y le dio un beso en uno de los brazos electrónicos al ver que ya no echaba chispas. Aún le quedaban dos por arreglar.

Dejó todo de nuevo en el inventario, despejando la zona y dejándola preparada para su uso posterior. Se lavó las manos y la cara y se sentó en el suelo vigilando a su bot recién arreglado por si se le había pasado algo por alto, mientras bebía con pajita una poción que habría de rellenar algunos de sus puntos mágicos perdidos.
Llamó al bot de nuevo para usar la magia recién adquirida para arreglarle la dirección y una vez estuvo satisfecha con su trabajo se levantó para estirarse y volver a la habitación para dormir.

Vio que tenía un mensaje nuevo en la omnitool y se paró para mirarlo. Era una invitación para salir a dar una vuelta.

—Demasiado tarde... —pensó al ver que hacía al menos una hora que Milo le había enviado el privado.

Trasteó un poco más con su omnitool antes de acceder a las listas de ranking por costumbre. Siempre lo hacía después de dedicarse un tiempo a arreglar y mejorar armamento.
Para sorpresa suya, había caído más de veinte puestos en la lista de mechanics y frunció el ceño, enfadada. Después revisó los diez primeros puestos, por si algo había cambiado en los días de juego que no había revisado la lista y esta vez las cejas salieron disparadas hacia la frente. La lista había cambiado dramáticamente.

Después de pensarlo bien supuso el porqué. Los mechanics dentro de guilds se habrían dedicado a fortalecer sus edificios, mejorar armas y armaduras, modificar propiedades, refinar materiales... Y no todos los mechanics del juego se habían quedado atrapados dentro del mismo. Lo más lógico sería pensar que aquellos que habían escalado posiciones sí estaban dentro.
Buscó un nick en particular, que siempre estaba en los cinco primeros puestos y no lo encontró. Se mordisqueó el labio, aliviada en un principio pero confundida después.

—Sólo para asegurarme... —murmuró mientras buscaba el nombre en su lista de contactos.

Tecleó rápido y en un principio pensó dejarle un mensaje de texto, pero luego intentó contactarse con él por voz.

—No sé si estás ahí, pero yo sí. La guild se ha disuelto, sólo quedábamos Starkrimson, Crane y yo. Nos hemos unido a otra guild, Crimson Raiders. Tienen su central en Sanctuary... —explicó la chica, haciendo una pausa para tomar aire— He visto que no has hecho nada desde el anuncio del GM y sé que no estás en ninguna guild. No te pido que te unas a nosotros; no sé que andas haciendo ni sé qué es lo más seguro a hacer en esta situación, pero... estoy preocupada, maestro. Si estás ahí, mándame una señal.

Neko paró la retransmisión y después de pensarlo un poco, apagó la omnitool, que desapareció de su brazo. Se quedó mirando la habitación oscura y vacía. Sola, con el latido de su corazón virtual como única música ambiental en ese mismo momento.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:25:11 PM
Yo he venido a darlo todo xD Y hoy vengo a ambientar el aporte con paisajes, porque estoy decepcionada con la ropa 8( Este es el sitio donde Ikki y Shun están al final de la segunda escena: AQUÍ (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/07_entreprorenciaylavendertown.png). Luego, aquí es donde esta Hyoga al final del capítulo: TO BONICO, ES UN BOSQUE KORASITO (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/07_lavendertown_woods.png). Y esto es el bicharraco que aparece al final del capítulo también: GRR GRR (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/07_Lavendertown_lobo.jpg). Ale, ahora sí, el aporte~




07. ¿Qué tal se te dan los fantasmas?

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

—¿Y ahora qué, hermano?

La pregunta no había tenido ningún tinte de miedo, irritación o inseguridad. Sólo había sido una pregunta, pero a Ikki le había dolido en el alma.
Se preguntó por qué, ¿por qué había tenido que insistir tanto en quedarse sólo un poquito más? Pero lo hecho está hecho y uno no puede volver atrás.

Agarró a Shun de la muñeca y empezó a caminar hacia una salida lateral de la ciudad con brío.

—Ponte la túnica y el bastón. Y todo. Ahora.

Shun intentaba no tropezarse con sus propios pies mientras Ikki cambiaba su agarre por una mano en el hombro, guiando a su hermano mientras este rebuscaba en su omnitool hasta que cargó el nuevo equipo, como le había enseñado Ikki.

—Hay dos formas de hacerlo. O bien te lo quitas y te lo pones como en la vida real o desde el inventario que tienes en la omnitool, como en cualquier otro juego. Tú eliges.

El equipo nuevo se cargó encima de él con un parpadeo de pixels en tres dimensiones. Tomó el bastón que se materializó a su lado al vuelo, mientras Ikki seguía empujándolo hacia la salida.

—No mires a la gente. —avisó Ikki al ver que Shun ralentizaba su paso.

Conocía bien a su hermano y no tenía tiempo de ponerse a ayudar a cada alma en pena con la que se encontraran en su camino. Necesitaba alejar a Shun de ahí. Los shocks traumáticos no solían ser muy buenos para la mente, no se fiaba de las decisiones que tomase nadie en ese estado.

—Pero hermano...

—No. Mires a nadie. —volvió a advertir, agarrando la capucha de Shun y tirándosela por encima de la cabeza.

Consiguieron salir de Prorencia sin ningún percance e Ikki puso rumbo hacia el norte. No tenía claro donde iban, pero necesitaba alejarse y pensar.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

Después de una buena caminata, Shun se atrevió, por primera vez, a decir algo después de haber abandonado Prorencia.

—He intentado salir.

Ikki no dijo nada, sólo apretó los dientes. Había visto por el rabillo del ojo a Shun trasteando con su omnitool. Él mismo no había intentado nada.

—No puedo. Supongo que no podemos —continuó Shun hablando—. Supongo que lo que dijo el Master es verdad.

Después de unos segundos de silencio, Shun preguntó.

—¿Qué crees tú, hermano?

Ikki siguió impasible, pero al final se encogió de hombros y al oír a Shun perder un poco de pie en el ambiente rocoso, se giró para mirarlo. Shun estaba bien, pero entrecerraba los ojos y apretaba las cejas para mirar hacia delante, protegiendo sus pupilas del sol virtual.

—Supongo —aclaró su garganta y volvió a hablar—. Debe ser verdad.

Pasaron unos minutos más en silencio e Ikki se paró al borde de un precipicio, con las manos en la cintura y mirando hacia el horizonte. El viento movía su cabello. No se había cambiado la ropa.
—¿Y cómo vamos a salir? —preguntó otra vez Shun, poniendo su mano en el hombro de Ikki.

—No lo sé, Shun. No lo sé.

Un momento después de seguir contemplando el paisaje, Ikki rodó para encarar a su hermano y frunció el ceño.

—Lo que sí sé es que tienes que subir de nivel para sobrevivir en este mundo.

Shun asintió después de pensarlo un poco, con un movimiento vacilante.

—Cuanto más tiempo sobrevivamos más posibilidades de salir —habló rotundamente Ikki, asintiendo con la cabeza—. Así que tienes que subir de nivel rápido.

—Esta bien... —Shun abrazó a Marshmallow, que había saltado a sus brazos un segundo antes, enterró su nariz en el pelaje blanco del conejo antes de preguntar— ¿Eso significa que tengo que... t-tengo que matar muchos animalitos?

Su cara mortificada le dio ganas de reír a Ikki y a la vez de pegarle a alguien. Negó con la cabeza despacio.

—Nah, tengo algo mejor pensado para tí —la promesa en la sonrisa de Ikki provocó escalofríos en Shun—. ¿Qué tal se te dan los fantasmas?


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

Las primeras horas después del anuncio del GM habían sido muy confusas para Hyoga. No recordaba demasiado sobre lo que había hecho o a dónde había ido. Se había dedicado a caminar de forma errática de aquí para allá, evitando los caminos habitualmente poblados o los lugares donde sabía que podía encontrar con monstruos hostiles.
Llegados a un punto se cansó de caminar. Tenía frente a él un árbol más bien alto, grueso, frondoso... que destacaba entre los demás árboles, aunque no desentonaba con el resto del bosque. Le pareció ver algo allá arriba y puso las manos en modo de visera y después rodeó uno de sus ojos con la mano para centrar mejor la vista. Y definitivamente allí arriba había algo.

—Una casa... —murmuró— Una casa en un árbol.

Después de haber pasado tantas horas desmotivado, la casa le creó curiosidad. Él había tenido una de pequeño y le hizo revivir buenos recuerdos. Así que ni corto ni perezoso empezó a buscar la manera de trepar al árbol.
En algún momento se le ocurrió que podía ser una trampa, pero le quitó importancia al tema, su curiosidad ganando al sentido común. Encontró el cabo de una cuerda bien disimulado entre las ramas bajas y empezó a trepar. La casa no estaba tan alta, pero eran unos cuantos minutos y no llevaba arnés. Le dio igual.

Entró por una especie de balcón, teniendo que encaramarse a la barandilla de madera y se arrastró hacia el interior. La casa tenía el aspecto de estar abandonada y parecía el lugar perfecto para pasar la noche que ya se cernía sobre él. Así que eso hizo.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

‘Mañana será un nuevo día’ era una de sus frases hechas favoritas, ahora no estaba tan seguro como lo había estado el día anterior.
Hyoga se despertó de repente. La sensación era rara, pero de forma instintiva sabía que ya estaba bien. Lo comprobó en su omnitool y sí, estaba descansado con los puntos de vida y magia a tope y listo para comerse el mundo, si es que quisiera hacerlo.

—¿Qué hacer, qué hacer? —se preguntó mientras se rascaba la cabeza.

El shock inicial había pasado y ahora necesitaba entrar en acción. Lo notaba en los huesos. En los suyos, los de fuera. Tal vez no pudiera hacer mucho, pero al menos podía intentar seguir vivo.

—Esa es una fantástica idea... —susurró para nadie.

Se frotó la cara con las manos por costumbre y después de palmearse los mofletes se asomó por una de las ventanas de la casita. Los pájaros piaban y el sol hacía un rato que debía haber salido. Aunque el bosque estaba bastante oscuro, a su parecer, por aquí y por allá se filtraban rayos de luz, jugando a pillarse en el suelo cubierto de hojas y matorrales.
Veía algún monstruo en forma de animal rondar por aquí y por allá. Usó su omnitool para ver donde estaba y se sorprendió al ver que la población más cercana era Lavender Town. Había estado más tiempo caminando del que supuso en un principio. Aún no se explicaba como podía haber llegado hasta allí sin que nada le atacara.

Escaneó los monstruos y se mordisqueó el labio inferior pensando en cómo iba a salir de allí sin gastar todos sus puntos de magia. ¿Llegaría a Lavender Town de una pieza? No lo sabía, pero lo tenía que intentar.

Bajó despacio, calculando en su mente cuántos hechizos que tenía y cuántas veces los podía usar. Eran pocos, ya que acababa de convertirse en mago negro cuando el GM había hecho el anuncio.

Los primeros monstruos que se acercaron a él no le dieron demasiados problemas. Los veía a tiempo y Hyoga había invertido puntos en agilidad por algo. Un par de pájaros por aquí, algo parecido a un perro por allá... la especie de goblin que se le acercó después fue otra cosa.

Apareció de repente y de un cuchillazo transversal le quitó un tercio de vida. Hyoga corrió hacia atrás, poniendo espacio entre ellos y chocándose con la corteza de un árbol. Miró a todas partes, pero el bicho parecía haber desaparecido. Hyoga miró al suelo y se concentró.
No se oía a ningún mob más. A sus pies, los matorrales verdes habían dejado paso a la lavanda, que le daba al bosque un aspecto feérico. La planta le llegaba casi a las rodillas por donde más alta crecía. No tenía que estar lejos del pueblo.

El goblin apareció a su izquierda, desde detrás del árbol y Hyoga sonrió porque lo había estado esperando. Un hechizo básico de hielo lo mantuvo en su lugar, petrificado y blandió el bastón, golpeando la cabeza del monstruo hasta que el hielo reventó en multitud de pedazos, esparciéndose por el suelo del bosque.

Hyoga sonrió satisfecho y empezó a buscar su recompensa. Unos pocos materiales, una poción de vida que tomó en el mismo instante en que la tuvo en la mano y algunas monedas. La experiencia ganada le había dejado en el borde de un nivel más y aunque su túnica corta estaba dañada, no costaría mucho arreglarla en la ciudad. O tal vez podría comprarse una nueva.

Sonrió, jugando con la botella vacía de la poción y empezando a caminar de nuevo hacia la dirección en la que quedaba Lavender Town. No dio ni dos pasos cuando paró de nuevo, parpadeando.

—Uy... —murmuró.

El ambiente se estaba oscureciendo por momentos y los sonidos de vida animal que solían poblar los bosques del juego aún no habían vuelto. Aquel presagio no podía ser para nada bueno. Despacio, empezó a dar la vuelta, mirando en todas direcciones. Sus ojos se movían en las cuencas, volando de aquí para allá, observando cada rincón con atención.
Apretó la botella en su mano y se giró rápidamente. Estaba tan oscuro que parecía que se hubiera hecho de noche, aunque más allá, a su izquierda, aún podía ver algunos parches de suelo resplandecer. Miró hacia su derecha y allí estaban, dos faros rojos que le devolvían la mirada con atención. Empezó a oír un gruñido bajo y una melodía desconcertante. Tenía toda la pinta de un jefe de zona.

Hyoga volvió a mirar a su izquierda. Los árboles clareaban más allá, abriéndose más entre ellos. Salir a campo abierto podría ser peor, pero probablemente estaría más cerca de la ciudad y en las ciudades había guardias...
Apretó los labios, ponderando sus opciones. Y echó a correr. En ese mismo momento la música se volvió más intensa y pudo ver a un animal enorme saltar desde detrás de un árbol, empezando a caminar hacia él.
Hyoga arriesgó de nuevo una mirada hacia atrás y el animal ahora estaba corriendo sobre sus cuatro patas. Parecía un lobo, con los ojos rojos, negro, pero con el morro blanco. Y le sobresalían cuatro enormes caninos de entre las fauces.

Hyoga se tropezó y rodó por la lavanda. Se levantó y tiró la botella vacía, que había sobrevivido a la caída, hacia el animal. El boss sacudió la cabeza y gruñó más fuerte todavía, dando dentelladas al aire mientras redoblaba su velocidad.
Hyoga, desesperado, lanzó una barrera de hielo tras otra mientras corría hacia atrás. El lobo las rompió todas sin apenas decelerar.

—¡Maldita sea! —gritó Hyoga cuando trastabilló otra vez, gateando hacia atrás y viendo como el monstruo se le acercaba cada vez más.

Hyoga levantó los brazos para protegerse, proyectando un escudo tras otro de hielo. Cerró los ojos y pensó un adiós, rezó a su madre y supo que aquí era donde perdía su primera vida.
Un gañido y un golpe sordo en el suelo le hicieron abrir los ojos. Parpadeó, sabiéndose vivo. Y de repente unas manitas estaban agarrándole de las mejillas y preguntándole algo que no entendía muy bien.

—¿Estás bien? ¿Cómo te llamas? ¿Te duele algo? —entendió Hyoga en cuanto pudo descifrar de nuevo el lenguaje.

—Sí, sí... estoy bien.

Una sensación de calor le inundó cuando el mago blanco rellenó su vida al máximo y empezó a conjurar hechizos básicos de apoyo sobre él. El chico le estaba ayudando a levantarse cuando los escudos de hielo se quebraron y detrás de ellos se reveló el cuerpo caído del boss y otro jugador, de cabello oscuro y pose prepotente, que tenía un pie encima del cadáver.
Se giró a mirarlos y chistó ofuscado, dándole una patada al lobo y alejándose de los dos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 01:28:55 PM
# 03.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)

El interior de la iglesia era de piedra gris desnuda, la luz que se filtraba por la vidriera iluminaba con distintos reflejos de colores la hilera de bancos que estaban dirigidos hacia la gran cruz de piedra custodiada por el eterno npc de la zona.
-Eso se le cae encima a uno, y lo deja hecho un cromo. -JoJo le dio un codazo amistoso a la chica señalando divertido la enorme cruz.
-Aquí se suelen hacer bodas y algunas quest, -Nero iba de arriba abajo notablemente nervioso. -Esperad un momento aquí, no deberían tardar tanto en responder...
Desapareció por uno de los pasillos del edificio dejando a los dos novicios a solas.


Shura por fin decidió tomarse su poción... los efectos fueron instantáneos, no se había dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que sintió sus fuerzas renovadas.
-Tienes suerte de haber elegido una apariencia femenina Shura, ese chico no nos habría ayudado de otra manera. -JoJo se dejó caer sentándose en un banco, apoyando la barbilla en la palma de la mano y mirando a Shura.
-Soy una chica, ¿qué apariencia esperabas que me pusiera? -Arrugó el entrecejo enfadada.
-Venga ya, en internet no existen las mujeres, todo el mundo lo sabe.
-¡Por favor! Ese pensamiento esta pasadísimo.
-Venga hombre, no hay nada de lo que avergonzarse. -JoJo sonreía para evitar que se le escapase la risa.
-Si te parece tan normal, ¿por qué no te has hecho tú una cuenta femenina? -Shura sonrió siguiéndole el juego.
-Porque esta era mi primera cuenta. -Explicó resuelto.
-¡No me parece tema del que discutir en una iglesia! -Shura le tiró del gorro dando el tema por zanjado y para ver si así se le ventilaban un rato las ideas. Al final sí que parecía que aquello era lo más normal con juegos de realismo.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

Nero volvió a la cámara principal del edificio mirando directamente hacia la puerta a la vez que revisaba su omnitool.
-¿No ha venido nadie más? -Parecía muy apurado.
-No. -JoJo se colocó el gorro, peinándose cuidadosamente con la mano el pelo que de este se escapaba.
-Se están retrasando demasiado... puede que haya pasado algo malo... -Se aproximo hacia la salida para revisar el exterior, justo cuando iba a tocar el pomo, retrocedió un paso al sentir como abrían la puerta. Nero exhaló un suspiro de alivio al comprobar que se trataba del jefe de la guild.
-¡Badguy! Me alegró de que hayas llegado, ¿dónde está el resto...? -Nero no estaba seguro, había visto como la mirada del hombre se ensombreció ante la pregunta... y además, había algo aún más imperceptible en el moreno, algo que no llegaba a determinar. -Oye... ¿estás bien?
-Claro que estoy bien, ¿por qué no iba a estarlo? -Aquella mirada desapareció siendo sustituida por una sonrisa socarrona y un golpe amistoso en el hombro para el chico. -¿Has conseguido las provisiones?
-Claro... -Quizás hubiera sido solo su imaginación.
-Buen chico.


El espadachín estaba bastante desconcertado.
-¿Y el resto de la guild?
-Nos saquearon. Han desaparecido todos los tesoros, el resto de la guild se ha disuelto, no les culpo, no van a estar más a salvo con nosotros que por su cuenta.
Parecía que Nero se hubiera quedado helado en el sitio ante la noticia, su cuerpo se balanceaba muy despacio, mareado y aun intentando asimilar la situación.
-No pasa nada chico, saldremos para delante. -Sol no estaba muy seguro de si aquello lo decía para animar al espadachín o para consolarse a sí mismo. Reparó por fin en los otros dos presentes, sentados entre las filas de bancos y observando la escena. Por sus ropas estaba claro que se trataban de novicios.
-No puede ser... éramos tantos... 
-Centrate Nero, ¿quiénes son esos dos? -Enseguida su mente comenzó a ponerse en marcha, a medida que el espadachín iba contando como se había encontrado con ellos, a Sol se le presentaban nuevas posibilidades para conseguir una party bien equilibrada. -Espera aquí un momento.


JoJo y Shura cruzaron una rápida mirada cuando el paladín se acercó hasta ellos.
-Habéis elegido un mal día para empezar a jugar, en cualquier otra situación tendríais que haber tenido una mejor bienvenida. -Alargó una mano hacía el chico. -Pero aun estáis a tiempo de remediarlo, mi nombre es Sol.
-Mi nombre Joseph Joestar, pero llámame JoJo. -Le devolvió el apretón de mano.
-Soy Shura. -Acto seguido Sol le estrechó la mano a la chica.
-Un placer. Y decirme, tengo entendido de que habéis tenido algunas dificultades para llegar hasta aquí, ser novicio nunca ha sido tan difícil como hasta hoy.
-Podría haber sido peor, estamos bien y de una pieza. -JoJo apoyó una de sus manos en la cadera en actitud exasperada, no le había gustado como había dicho aquello de “novicio”.
-Las cosas se pueden poner peor en cualquier momento... -Sol lo miró de arriba abajo, sonriendo para quitar hierro al asunto. -Vais a necesitar equipo, seguro que podemos prestaros algo. Escucha Nero, -no les dio tiempo de protestar ni de decir nada a ninguno de los dos. -Acompaña a JoJo y préstale algo de equipo con lo que pueda defenderse, ven conmigo Shura.


La chica miró por un momento a su compañero, pero para su sorpresa que no dijo nada ni reacciono, solo se quedo mirando a Sol y a la chica como se alejaban por la entrada por la que antes había ido Nero.
Sol se había acostumbrado a tratar con muchos jugadores en otros juegos y cuando era líder de guild, tratar a ambos chicos por separado era una estrategia más para influir en la decisión que iba a proponerles.
-Y dime Shura, ¿ya habéis elegido job?
-La verdad, ni siquiera he tenido tiempo para leer sobre las opciones que ofrece el juego, solo quería probar “el juego del que todo el mundo hablaba”. -Le complació ver que el chico también sonreía por su comentario. -En cuanto salga de aquí, regresaré a mi ordenador de sobremesa a jugar al solitario, lo juro.
-Si es que salimos pronto. -No pudo evitar aquel comentario funesto, pero aunque intentara disimularlo parece que caló en la chica.
-Sí bueno... ¿tu llevas mucho tiempo jugando?
-Ayude a testear el juego, así que desde antes del primer día. -Llegó por fin a la habitación donde Nero había dejado las provisiones que había comprado. -Necesitaras una armadura, podrás estar bien con el cuchillo de novicio.
-Puesss, la verdad es que lo he perdido... -Shura agachó la mirada avergonzada, pero Sol se puso manos a la obra para encontrar un arma que por su nivel pudiera llevar. -No necesito que me prestes un arma, puedo utilizar un palo.
-¿Y si te atacan con una espada?
-Pues utilizó un palo más largo.
A Sol se le escapo la risa por el comentario.


-Se ve que eres una mujer de recursos... aunque quizás lo tuyo no sean las armas, quizás se te dé mejor la magia. ¿Has oído hablar de los White Mages?
Shura entornó la vista haciendo memoria.
-¿Se tratan de los que curan? Perdona por mi ignorancia, ¿pero a esos no les cuesta mucho subir de nivel?
-Para los que no saben llevarlos puede: los white mages pueden llevar mazas y además son letales contra enemigos no muertos, que por cierto, son también mi especialidad. -Se acercó hasta esta inclinándose sobre ella para mirarse a la cara. -Podríamos formar party, yo os ayudaría a subir de nivel, en cuatro días subirías al segundo job, tendrías al resto de jugadores a vuestros pies.
-Espera un minuto. -Se tragó sus nervios por sentirse avasallada por aquel hombre. -No tengo intención de pasarme aquí más de dos días, en cuanto arreglen el sistema yo me marcho.
-En eso estamos de acuerdo, pero deja que te ponga al día sobre algo más de este juego: quizás no sea tan difícil que alguien pueda dejar encerrados a toda una comunidad de jugadores, aunque, ¿puedes hacerte una idea de cuánta gente puede haber en estos momentos registrada y jugando?   
Shura no comprendía porque el otro seguía sonriendo, era como si su comentario fuera como una bomba con la que jugaba entre sus manos.
-Pero lo realmente difícil, es lograr que un juego te mate, que algo que ocurre aquí dentro te afecte ahí fuera. Y si han logrado saltarse ese paso, la protección más fuerte, ¿cuánto tiempo crees que puede dejarnos aquí encerrados?
-Oye... creo que estas exagerando, no sabemos nada de lo que esta pasando.
-Quizás los que no queréis enteraros seáis vosotros.


Se hizo un silencio incómodo entre ambos, Shura no quería ceder al miedo ni a la paranoia, pero era muy poco lo que sabía del juego, le hubiera gustado tener a JoJo a su lado para que con uno de sus comentarios desapareciera aquella tensión.
-Perdona... -Sol se disculpó para intentar relajar la situación. -Hoy a muerto un buen amigo mío dentro del juego, era cleric, un nivel superior a white mage.
-Oh... lo siento. -No sabía qué más decir, pero aquella era la prueba que daba más peso a las palabras de Badguy, la situación era muy real.
-Gracias. Ahora, toma todo lo que necesites, protege bien tu vida, cuando decidas que job te gustaría ser avísame, si vamos juntos podemos protegernos. Te dejo un momento a solas... -Sol salió de la habitación... cuando nadie le vio, sonrió torciendo el labio, era muy desagradable sentir que tenía que manipular a las personas, pero ya se disculparía cuando sobreviviera al juego. 


Shura no sabía cómo sentirse... miro el material sin saber muy bien qué hacer con el, comenzaría por tranquilizarse, clasificando el material que pudiera necesitar y pensando que quizás, si que tuviera que decantarse por un job que tuviera la facilidad de curar. Aunque sólo fuera por mantenerse viva. Era demasiado joven para sentir la muerte como algo cercano, y sin embargo... siempre estaba rondando.


RING-RING


La chica sacudió la cabeza sorprendida, el sonido se repetía una y otra vez al otro lado de la puerta. Sonaba, ¿cómo un teléfono?
La puerta se entreabrió justo cuando cesó aquel sonido, y en apenas un resquicio, Shura sintió un escalofrío muy particular:
La estaban observando.


----


“Ten cuidado... hay tanta gente que... nunca sabes si es el diablo el que camina a tu lado.”
“No te enfades, solo quiero jugar una partida.”
“No me enfado... solo me preocupo.”

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:34:21 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

005when the sun goes down (2/2)

En la distancia, detrás de una cortina de niebla, podían ver las figuras de los bandidos dirigirse hacia ellos, con una figura enorme sobresaliendo entre los demás.

- ¡Voy a salir! – Dijo Techbender desde el Omnitool.

Una pequeña explosión en una de las montañas de nieve y roca dejó un agujero por el que salió una figura femenina encapuchada y vestida con un traje ajustado, negro y rojo. Sujetando un mazo con ambas manos, corrió hacia ellos en zig-zag -- probablemente para esquivar las minas.

- ¿Techbender? – Preguntó Raiden, desenvainando su katana.
- Soy yo. – Se giró hacia la marabunta que se acercaba hacia ellos. – No hay tiempo de explicaciones, hay un boss en esta zona y en cuanto detecta movimiento por el área viene. Yo sóla no puedo con él, he estado escondiéndome en la cueva cada vez que venían...

El primer boss al que se enfrentaba Kora. Notó como las piernas le temblaban, y se acercó a Raiden. Éste se giró hacia ella.

- Moonshine, ¿cuánto MP te queda?
- Esto... – Lo comprobó rápidamente en la Omnitool. – Poco menos de un tercio.
- Entonces aléjate.

La orden de Raiden vino con un tono seco y firme. Kora iba a protestar, pero Raiden la interrumpió enseguida. Empezaron a oír explosiones en la distancia.

- ¡Ya están llegando! – Techbender apretó los dedos alredor del mango de su mazo. – ¿Qué hacemos?
- Techbender, ¿podrás con los bandidos? Yo me encargaré del boss.

La joven asintió, y se colocó en posición de ataque. Kora dio unos pasos atrás, asustada. “¿Y si no pueden con todos?”. Raiden era fuerte, y Techbender... al menos parecía inteligente. “Soy un peso muerto con el que cargar...”, pensó, hundiendo los hombros.

- ¿¡Qué estás haciendo aquí aún!? – Raiden la sobresaltó. – ¡Te he dicho que te escondas!
- Usa la cueva. – Le dijo Techbender. – Si ves que no vamos a poder con todo, aprovecha y huye.
- No sobrevivirá al camino de vuelta... – Dijo Raiden entre dientes. – No tenemos otra opción, Techbender.

Kora apretó los labios, mientras corría hacia la entrada de la cueva, agazapándose para entrar. La túnica se le enganchó en trozos de roca, desgarrándola. El interior era lo suficientemente ancho para que pudiera dar la vuelta y asomarse.

Una parte del grupo de bandidos voló por los aires con las minas que habían plantadas. Pero aquello no hizo retroceder al boss, una figura humanoide, alta como dos personas y ancha como tres. Y por si su constitución no era suficiente, estaba armazo con un bastón de hierro al que había colgado por una cadena una enorme bola llena de púas, y portaba un escudo que cubría todo su pecho. Los ojos blancos debajo de un antifaz negro combinaban con la espuma que le salía de la boca mientras gritaba incoherencias.

Kora apretó las manos contra su pecho mientras veía como Techbender se lanzaba contra la multitud de bandidos, blandiendo su mazo y lanzando por los aires al primero que se le acercó, para aplastar la cabeza de otro con el descenso. “Es buena...”, pensó. O al menos, había empezado con buen pie.

Raiden, sin embargo, parecía tenerlo más difícil. Aunque una parte de los bandidos atacaban a Techbender, limpiándole el camino hacia el boss, el escudo de éste bloqueaba sus ataques. Su agilidad era lo que lo separaba de recibir un bandazo de la bola punzosa o una embestida del enorme trozo de metal, pero en cualquier momento podía fallar.

- ¡Techbender, por detrás!

Tras un par de minutos en la escaramuza, un bandido había rodeado a la chica, preparado para atacarla por la espalda. Por suerte, el grito de Kora llegó a la otra, ya que blandió su mazo en círculo, girando al completo, llevándose por delante al bandido y a otros dos más. Aunque el color de sus vestimentas dificultaban ver la sangre, había visto que había recibido varios cortes. Comprobó con la Omnitool que su HP se había reducido a poco más de la mitad.

El HP de Raiden estaba en mejor situación, aunque no por mucho. Y su situación no era mejor: había conseguido desgastar el escudo del boss, pero todavía tenía que prestar parte de su atención a los bandidos que se le lanzaban, además de tener que esquivar el arma del enemigo. Pero Raiden prevalecía, cortando enemigos y moviéndose con rapidez.

Kora tuvo que ahogar un grito de emoción cuando finalmente, tras un largo salto, Raiden cortó en dos el escudo del boss, quien dejó caer los pedazos con un grito gutural. Trató de golpearle con la bola, pero Raiden rodó hacia atrás, quedando en posición de ataque.

La sensación de victoria no duró mucho, desafortunadamente. Sin su defensa, los movimientos del boss eran más brutales y agresivos, difíciles de predecir. Raiden había conseguido atacarle un par de veces antes de que finalmente recibiera un puñetazo en el pecho. El impacto le hizo retroceder varios metros, manteniéndose en pie gracias a su katana hundida en el suelo. Aquel golpe le había costado unos cuantos puntos de HP.

Techbender golpeó con fuerza al último enemigo que la acechaba, y sacó de su bolsillo una poción. La bebió rápidamente, y se lanzó a asistir a Raiden, atrayendo hacia ella los bandidos que aún quedaban rodeando al boss.

- Casi lo tenéis... – Dijo Kora para sí misma, con el corazón latiéndole en el pecho como si fuera a salírsele en cualquier momento.

Raiden reemprendió el asalto al boss, bloqueando con su katana un golpe de la bola, y saltando para lanzar varios cortes seguidos.

Por unos minutos, aparte del ocasional golpe, el boss parecía tener la superioridad. El enorme monstruo retrocedió, y Raiden se preparó para atacar, pero con un bramido furioso, se dirigió hacia éste, embistiendo con todo su cuerpo. Ni siquiera defendiéndose con un sablazo fuerte pudo detener el ataque, y salió despedido unos metros, rodando sobre la nieve. Quiso incorporarse, pero la bola cayó sobre él con fuerza.

- ¡¡Raiden!! – Gritó Kora, saliendo de la cueva instintivamente.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:35:15 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

006to the victor go the spoils

Raiden pudo bloquear el puño que caía sobre él con su katana, y aprovechó el retroceso para incorporarse. Aunque se mantenía firme, era obvio que su salud había caído en picado. Techbender se giró hacia él, pero un bandido a punto de clavarle un machete en el pecho tuvo que hacer que retrocediera. Kora casi había alcanzado a Raiden, quien a pesar de haber vuelto a herir al boss, acababa de recibir otro fuerte golpe que lo había dejado aturdido.

No podía pensar racionalmente. No podía dejar que Raiden cayera, no después de todo. Con ambas manos, concentró una bola de fuego enorme. Sintió como mil agujas se clavaban en su cabeza -- ahí iba todo su MP, seguramente. Gritando, lanzó una llamarada al boss, impactándole en el pecho. Un agujero oscuro y humeante se abrió en la piel al descubierto.

Con un grito, el enorme monstruo retrocedió unos pasos, y finalmente, cayó al suelo de espaldas. No volvió a levantarse.

Mareada, no pudo evitar que sus rodillas cedieran. Vio como Raiden se incorporaba, y como Techbender, quien había terminado con el último bandido, corrió a su lado para darle una poción, ayudándole a beber. Y entonces, oyeron por encima de sus cabezas el fanfare... que provenía justo de donde Kora estaba arrodillada.

- Moonshine... – Raiden, ya en mejor estado, se dirigió hacia ella. A su lado, Techbender la ayudó a levantarse.
- ¿Lo he hecho? ¿¡Lo he hecho yo!? – Si el otro iba a decir algo, fue interrumpido por los grititos entusiasmados de la chica. – ¡He derrotado al boss!
- E-Eso no es verdad. Sólo le has dado el golpe final.

Raiden frunció el ceño, pero Kora lo ignoró, y corrió hacia donde había caído el boss.

- Creo que te acaban de hacer un steal kill... – Dijo Techbender, aparentemente divertida por la situación. – Gracias por venir.

Techbender agachó la cabeza. Aunque su cara estaba todavía cubierta, su tono lo decía todo.

- De verdad. Podrías... podríais haber perdido vuestra primera vida.
- No hay de qué. – Respondió. – ¿Al menos tienes los materiales que necesitabas?
- Me falta un poco de un mineral, pero ahora que no tengo que preocuparme por enemigos, terminaré enseguida.
- ¡Raiden! ¡Raiden, mira!

Kora se dirigió hacia la pareja, correteando sobre la nieve manchada de sangre, señalando su cara. Cubriendo la parte superior del rostro, había ahora un antifaz negro.

- ¿Qué haces con eso? – Raiden arqueó una ceja.
- El boss lo ha dejado caer, tonto. – Respondió Kora, sonriendo. – Así que me lo llevo como trofeo de guerra. En honor a mi primer boss derrotado y todo eso.
- No lo has derrotado tú.

Raiden entrecerró los ojos, mientras Techbender trataba de disimular su risa, aunque la delatase cómo se movían ligeramente sus hombros.

- Pues me cuenta como que lo he matado yo. – La chica puso los brazos en jarras.
- Ni siquiera te sirve como equipo, eso dará fuerza o resistencia como mucho. – Continuó Raiden, con desaire en su voz.
- Te sube un poco más la fuerza. – Corroboró Techbender con su omnitool. – Pero quizá pueda arreglártelo para que suba la magia, si encontramos los materiales adecuados.

Kora sonrió ampliamente, con un “¿Ves?” escrito por toda la cara. Raiden simplemente apartó la vista, cruzándose de brazos.

- Bueno... Voy a terminar de sacar los minerales. – Intervino Techbender. – Dadme unos minutos.

La chica se puso a examinar entre el suelo, apartando la nieve con el mazo. A Kora le recordaba ligeramente a un perro olfateando un rastro, aunque la imagen se rompió en pedazos cuando vio que de repente, dio un mazazo en el suelo, tierra y piedras saltando. Techbender rebuscó con la punta de la bota, y cogió una roca plateada.

- Moonshine. – La voz de Raiden la sacó de su ensimismamiento. – Lo que has hecho... no tenías por qué.
- Oh. – Kora se llevó una mano a la boca. – La verdad... actué sin pensar.
- Eso es obvio. – Mantuvo silencio por unos momentos. – Gracias.
- Ah... ¡De nada! – Kora sonrió ampliamente. – Estamos en paz, entonces.

Raiden frunció el ceño -- hasta Kora podía ver que lo que él había hecho por ella no llegaba a compararse. Pero si Raiden hubiera sobrevivido al asalto o no sin la intervención de la chica, era ahora ya un simple “¿Y si...?”. Lo hecho, hecho estaba.

- ¡Listo! – Techbender se acercó a ellos, con una mochila a sus espaldas cargada hasta los topes. – Podemos irnos cuando queráis. Aunque antes...

Techbender se llevó la mano al borde de la máscara que cubría su cabeza, retirándola de golpe. Una cascada de cabello oscuro cayó sobre sus hombros y su espalda, como suaves ondas que enmarcaban su rostro. El personaje de Techbender tenía los rasgos finos y unos ojos verde claro. “Qué... guapa...”, pensó Kora. Raiden a su lado, mantenía una expresión impasible, aunque hubiera jurado que la mejilla al descubierto se volvía ligeramente sonrosada.

- Bueno, ya que somos todos Crimson Raiders... – Se apartó un mechón que le caía sobre el pecho. – Me llamo Asami. Creo que tú eres... ¿Jack? Firehawk, bueno, Lilith, te llama siempre así.
- Sí. – Y esa era toda la respuesta que iba a obtener de Raiden.
- Yo soy Kora. Encantada. – Kora sonrió, y Asami le devolvió la sonrisa.

Tras la breve presentación, y el alivio de que la batalla hubiera terminado, pudieron darse cuenta de la situación. Apenas quedaba luz, y no llegarían a Sanctuary hasta bien entrada la noche incluso yendo a buen ritmo.

- ¿Cuánto sitio hay en la cueva? – Preguntó Raiden.
- ¿¡Vamos a dormir ahí!? – Kora parecía horrorizada.
- Hmmm... suficiente para los tres. – Asintió Asami. – Al tener que refugiarme ahí, expandí un poco la zona. Podremos prender un fuego si es necesario.

Raiden se dirigió a la cueva, dejando que Asami se deslizara primero, y tras pasarle la mochila desde fuera, entró él. Kora se quedó parada frente al agujero.

- ¿Pero de verdad que...?
- Entra o Techbender cerrará el agujero contigo fuera.

Suspirando resignada, Kora tuvo que admitir que no había otra opción.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:36:16 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

007prologue's end

Kora notó que tenía la cabeza apoyada sobre una superficie mullida, y todavía medio dormida, se inclinó para apoyarse mejor. Su mano estaba sujetando algo suave y tierno, sintiendo calidez desde aquel lado. Algo más cómoda, volvió a dejar que el sueño se apoderara de ella.

No sabía cuánto tardó en despertar de nuevo, en aquel mundo virtual, el sueño se le hacía extraño y confuso. Parpadeó varias veces, y vio que todavía estaban en la cueva. Una pequeña hoguera, de la que ya quedaban brasas, calentaba aún el recoveco que Tech-- no, Asami, había cavado. No era muy grande, los tres habían cabido por poco espacio, pero al menos estaban protegidos del frío y los enemigos.

Y hablando de Asami, Kora vio que había usado su hombro como cojín, asiéndose a su brazo.

A ésta no parecía importarle, ya que estaba observando la entrada de la cueva, abierta y desde la cual entraba la luz grisácea del amanecer. “¿No la había cerrado Asami anoche?”, pensó alertada, abriendo los ojos repentinamente. Notó entonces la ausencia de Raiden, aliviada.

Se apartó lentamente, con los músculos agarrotados por haber dormido medio sentada, y se frotó los parpádos. Aquello fue lo que llamó la atención de Asami, quien se giró hacia ella, con expresión tranquila.

- Oh, uhm... – Murmuró. – Perdón.
- No pasa nada. – La chica le dirigió una media sonrisa. – Yo he usado tu cabeza de cojín, así que estamos en paz.

Sonriendo, Kora asintió, y echó un vistazo a su alrededor.

- ¿Dónde ha ido Raiden? – Le preguntó a Asami.
- Se ha despertado antes que nosotras. Bueno, antes que tú. Ha intentado despertarte, pero sólo balbuceabas ‘diez minutos’... – La sonrisa de la chica se volvió algo incómoda. – Así que le dije que te dejara dormir un poco más.
- Oh... – Se le escapó una risita. – Gracias, Asami.
- De nada. Aunque ahora sí deberíamos irnos.

Kora se levantó con la ayuda de Asami, y salió del agujero primero. Asami le pasó la mochila de materiales antes de salir, la cual cayó sobre la nieve al no tener la fuerza suficiente para sujetarla.

A unos metros de ellas, Raiden miraba al horizonte. Kora sabía que las había escuchado salir, pero al no ser una amenaza, apenas se había girado.

- Buenos días. – Saludó Kora.
- Ya era hora. – Respondió Raiden. – Deberíamos habernos puesto ya en marcha.

Raiden y Asami emprendieron el camino de vuelta, pasando entre unas piedras que seguramente marcaban las minas todavía activas.

- Siempre con prisas para todo... – La chica puso los ojos en blanco, y siguió sus pisadas al trote.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)

- ¡Steal kill! ¡Con un boss! – Lilith dejó caer el vaso sobre la mesa con fuerza, limpiándose una lágrima de risa.
- Moonshine actuó impulsivamente. – Respondió Raiden, con los brazos cruzados. – Si no hubiera tenido suerte, el boss se la habría llevado por delante.
- Un steal kill es un steal kill. – Le recordó la líder de la guild, levantando un dedo. – Bien hecho, Kora. No dejes que sea él siempre el héroe.

Para reforzar sus palabras, alargó la mano y le dio unas palmaditas en la cabeza a la chica, quien estaba al otro lado de la mesa, (peligrosamente) al lado de Raiden.

- Igualmente, la cosa ha termindo mejor aún de lo que esperábamos. – Lilith se giró hacia Asami, quien bebía del alargado vaso. – Asami, lo tienes todo, ¿no?
- Sí. Con los materiales podré construir un transformador que conduzca la electricidad de forma apropiada y...

Kora asintió durante breve explicación de Asami, pensando “no entiendo ni una palabra”, pero no quería ofender a la chica ni parecer tonta.

- ...así que en un día lo tendré terminado.
- Perfecto. Y además, Kora debe haberse llevado una buena cantidad de experiencia. – Se giró hacia Kora y Raiden. – Voy a necesitar que Asami sea Mechanist cuando antes, y Kora necesita subir niveles...
- No hace falta que sigas. – Suspiró Raiden. – Ya sé qué me toca.

Aunque sabía que Raiden no soñaba con tanquearlas aquel tiempo, Kora estaba aliviada. Al samurai ya lo conocía, y aunque a veces fuera tan frío como su armadura metálica, se sentía segura a su lado. Y durante el camino de vuelta había conversado con Asami mientras no estaban destrozando enemigos, lo suficiente para considerarla si no una amiga, al menos alguien cercano.

- Bien entonces, dado los jobs de ambas, creo que lo mejor será que vayáis a Columbia. – Continuó Lilith. – Kora podrá ver de cerca los jobs de Black Mage, y Asami podrá cargar con alguna que otra poción especial del gremio de Alchemists.

Columbia...”. Antes de entrar en el juego, Kora había leído sobre algunas ciudades en éste. La ciudad en el cielo, la llamaban. Por las imágenes que había visto, el lugar era una maravilla, con un trasfondo sobre la rivalidad entre magos y alquimistas que le daban un poco de encanto dramático.

- Un momento, hablando de Columbia... – Raiden entrecerró el ojo, y se giró hacia Kora. – ¿Por qué estabas a las afueras de Prorencia si acababas de entrar? ¿No deberías haber estado allí?

Cierto era. Los magos y merchants iban directos allí, y sin embargo, ella había caído en la ciudad principal, como un novicio o cualquiera de las otras clases que tuvieran su guild allí.

- Ese bug... – Lilith puso los ojos en blanco. – No es la primera vez que pasa. No te preocupes, tampoco te pierdes mucho. La gente allí se lo tiene muy creído, la mayoría de guilds de allí han acabado metiéndose demasiado en el papel de lo que era sólo un poco de historia y diálogo de NPCs.
- Oh...

Kora se sintió un poco decepcionada. En circunstancias diferentes, la idea le hubiera parecido hasta emocionante, pero con sólo tres oportunidades antes de morir... aquel roleo podía estar cobrándose vidas.

- Bueno, para terminar, lo prometido es deuda. – Lilith cambió de tema, dirigiéndose a Kora. – En el cuartel general de la guild tienes la ropa a tu nombre. Cámbiate cuando quieras, hoy tenéis el día libre mientras Asa-

Kora se bebió lo que le quedaba de bebida de un golpe, y dando las gracias a Lilith como si se le hubiera aparecido un ángel, salió corriendo de Moxxi’s. Los otros tres permanecieron en silencio durante unos momentos.

- ...Si es que el que no es feliz es por que no quiere... – Dijo Lilith, con un suspiro, y los otros dos sólo pudieron darle la razón.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)
El invernadero de Columbia era uno de los muchos lugares de la ciudad que estaban, básicamente, para reflejar la capacidad y creatividad de los gráficos. Un lugar cubierto casi por completo por plantas y rosas, convirtiendo lo que hubiera sido un túnel más en una experiencia para los sentidos.

Una experiencia para los sentidos, de hecho.

- ¡A ver si te gusta esto!

Extendiendo su mano, concentró sus poderes en una burbuja azul, palpitante y desprendiendo chispas de energía. Al estirar sus dedos, la burbuja aumentó de tamaño, mostrando un núcleo oscuro. La bola de energía empezó a atraer a un Rogue, que a pesar de sus esfuerzos para huir, terminó atrapado por la gravedad de la bola. Aunque intentara resistirse, estaba suspendido en el aire, sin apenas poder moverse.

- Me da la sensación de que no es igual de divertido cuando se cambian las tornas.
- ¡Bájame ahora mismo, zorra!

A unos metros de ambos, un White Mage se levantaba, con la túnica blanca manchada de sangre. Por suerte, su magia lo curó en cuestión de segundos.

- Eh, tú. – Se dirigió hacia el mago. – Sé un buen chico y dime cuántas vidas le quedan a éste capullo.
- S-Sí... – El White Mage tecleó rápidamente en su Omnitool. – Todavía tiene las tres.

Se giró hacia el Rogue, quien aún trataba de escapar del apretón de la esfera. Pero cuánto más se resistía, más daño parecía hacerse, con sus extremidades contorsionándose. No debía tener un nivel muy alto, y la magia gravitatoria no era algo con lo que bromear. Al menos no con ella.

- P-Por favor... para... – El tono amenazante había cambiado a uno de súplica. “Patético.”, pensó.
- ¿Ibas a parar tú si él te lo hubiera pedido? – Le respondió. El Rogue sólo le lanzó un par de insultos entre dientes. – Ya me lo imaginaba. Creo que tienes que aprender un par de cosas sobre respetar al prójimo.
- ¡¡No!! ¡¡Por favor, no!!

Pero era demasiado tarde. Dedicándole una media sonrisa, apretó el puño. La burbuja de gravedad brilló por unos momentos, tras lo cual creció hasta empezar a engullir al Rogue. El cuerpo de éste se contorsionaba entre gritos mientras desaparecía en la esfera azul.

Y en un momento, la esfera decreció hasta desvanecerse, sin dejar más rastro del personaje que un último alarido.

- N-No puedo creerlo... – El White Mage cayó de rodillas. – Lo has matado...
- Todavía tiene dos vidas por malgastar. ¿Tanto valía lo que tienes?
- ...Sólo llevo encima un bastón de nivel alto y el dinero que me han dado en la guild.

El White Mage bajó la cabeza, suspirando.

- Supongo que es lo que vale mi vida ahora...
- Para gente como él, sí. ¿Eres de una guild, entonces?
- S-Sí, somos una guild pequeña, me había separado un momento para comprar armas... no creía que nadie en la ciudad...
- Qué pena. 
- Igualmente... gracias. – Se le acercó, ofreciéndole la bolsa de dinero. – Me has salvado la vida. Bueno, una de ellas.
- No hace falta. – Levantó las manos. – Mi guild ya me dará lo que necesite. Id con cuidado.

Agradeciéndole de nuevo, el White Mage salió del invernadero. Columbia no escaseaba en edificios impresionantes, y aquel jardín no iba a ser menos. Aunque parte del escenario estaba dañado por las luchas que se habían librado allí -- desde luego, aquella no había sido la primera, conservaba la belleza y detalle característico de todos los edificios de la ciudad.

Su Omnitool se activó con un mensaje entrante. En el holograma, una mujer de pelo rojo intenso y ojos amarillos se le apareció.

- Hey, Maya. – Le saludó la pelirroja. – ¿Estás haciendo algo importante?
- Nada en especial. Acabo de salvar a un novato de perder una vida por cuatro monedas.
- La justiciera en acción. – La mujer entornó los ojos. – ¿Cómo está la situación por Columbia?

Maya se encogió de hombros. ¿Por dónde empezar...?

- Aparte de incidentes como el de ahora mismo, hay bastantes disputas entre magos y alquimistas. He visto guilds separarse, y los NPCs le echan más leña al fuego para los que se toman esto como algo personal. – Maya frunció el ceño. – Pero no voy a meterme ahí.
- Haces bien. ¿Al menos has subido algo de nivel?
- Te va a encantar lo que estoy aprendiendo a hacer con los hechizos de gravedad.

En la pantalla del Omnitool, pudo ver la sonrisa de la otra.

- Pronto podrás demostrármelo. Quédate en Columbia un par de días, he enviado a Raiden con un poco de compañía. No les vendría mal que estuvieras tú con ellos.
- ¿Raiden? ¿Compañía? ¿Eso es posible?
- Ya lo verás tú misma. – Dijo la pelirroja con una media sonrisa, y Maya asintió. – Bueno, ya te avisará él cuando estén allí. Mientras tanto, mantente viva.

No hacía falta que se lo dijeran dos veces. Todavía conservaba sus tres vidas, aún a pesar de haber salvado un par, y planeaba que siguiera así por bastante tiempo.

- Tranquila, Lilith. Matarme no es tan fácil.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 01:41:18 PM
# 04.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)


Aquel misterioso timbre había cesado, pero la sensación de sentirse observada seguía presente.
Shura solo tardó un segundo en hartarse de la situación. En un par de zancadas agarró el tirador, distinguió un rápido murmullo.
“¡Está aquí! ¿Qué hago?”
Ahora si que estaba convencida de que había alguien espiando, abrió de golpe asomándose al pasillo.
Levantando la ceja y parpadeando sorprendida al encontrar que no había nadie a lo largo del pasillo. Había escuchado aquella voz claramente, y fuera lo que fuera no podía ser tan rápido para haber desaparecido en menos de un segundo.

Reconoció el sonido de pisadas en su dirección, al momento asomó JoJo por el otro lado del pasillo.
-¡Ey! JoJo, ¿has visto a alguien pasar por aquí?
Su cara de incredulidad frente a la pregunta, le adelanto la respuesta negativa. La chica se frustró aún más, había sido muy extraño, ¿quizás un fallo del juego? No tuvo tiempo de darle más vueltas, JoJo entró en la habitación directamente hacía el material.
-¿Esto es lo que nos han dejado? -Miró por encima pero solo se decidió por una larga bufanda verde con rayas amarillas que se ató al cuello.
-¿No vas a necesitar nada más? -Habló con gravedad, había pociones, alguna que otra arma y armadura, y casi parecía que ni había reparado en estas.
-No, no necesito nada más. -Se giró para mirarla apoyándose sobre la mesa donde estaba el material.
-¿Y para qué sirve...? -Shura empezaba a sentirse muy perdida con aquel juego, cuando la pregunta salió de su boca reparó en lo tonta que sonaba.
-Más uno contra el frío. -Sonrió divertido provocando que ella rodase los ojos y sonriera avergonzada, volvía a sentirse relajada, era muy agradable tener a una persona como JoJo a su lado.

Pero este la había estado buscando para hablar de temas más serios.
-Entonces, ¿vas a ser white mage?
-No era lo que tenía en mente, pero sí, será lo mejor... espera, ¿cómo sabes que voy a ser white mage? -No había sido él quien la había espiado hace un rato... ¿verdad?
-De ti no lo esperaba, pero sé que es exactamente lo que espera de nosotros Badguy. – Estaba claro por su actitud resuelta, que ni mucho menos se trataba de esto.
-¿También te lo ha propuesto?
-Todavía no. Pero parece que es de esas personas que da por sentadas sus propias decisiones como si fueran las de los demás.
-Bueno, ¿y cuál es el problema? Si salimos pronto me hago una nueva cuenta y listo. –Shura sonrió misteriosa mientras JoJo chasqueaba la lengua molesto.
-…Ya sabes que quizás no podamos regresar tan pronto, ¿verdad?
-Y tú también lo sabías desde el anuncio ¿verdad?
-No quería engañarte, pero aún no sabía cómo ibas a reaccionar. -Suspiro cruzándose de brazos y encogiéndose de hombros, aun con su metro noventa y cinco de altura, casi parecía que había encogido.
-No quería creerme que estábamos atrapados, pero ya he tenido tiempo para digerirlo, estoy bien, gracias por preocuparte por mí.
Los dos sonrieron abiertamente, conectaban bien, era como si se conocieran desde siempre.

-A esta escena solo le falta un beso de reconciliación.
-Ey, Joseph, agáchate anda. –Shura le hizo señales provocando que el mencionado torciera el labio incrédulo por su petición, pero igualmente obedeció intrigado por aquella reacción después de su comentario.
La chica le atrapó de las orejas tirando de ellas hasta provocar que JoJo se mordiera el labio conteniendo un grito de dolor.
-¡Como me engañes otra vez te dejo como un pendón desorejado! ¿Estamos?
-Oh my god! Vale-vale-vale-para-para-para.
Complacida por la respuesta, Shura le soltó suspirando de tranquila que se había quedado… por desgracia, no iba a ser tan fácil mantener aquella promesa…
JoJo parpadeo para evitar que las lágrimas del dolor desbordasen por sus ojos.
-¿Entonces? ¿Vas a decidirte un job que se adapte mejor a ti?
-No, seré white mage, voy a mantenerme viva todo lo que pueda para salir de aquí.
-OH NO!! –Se llevó la mano a la cara exasperado por aquella cabezonería injustificada.
-Pero déjame terminar hombre, -Shura le encaró poniendo los brazos en jarras, quería mostrarse enfadada pero no podía evitar estar contenta por su decisión. –Voy a ser withe mage, para mantenernos vivos a los dos, ¿qué te parece? ¡Hagamos grupo!
-Ni hablar, mientras insistas en ser white mage. –Apartó la mirada de la mano que le ofrecía la chica para sellar su propuesta.
-Pues ya es tarde.
-Pues te vas a arrepentir.
-Pues no lo creo.
Aquella conversación se sentenció con el apretón de mano del chico.
-Pues si tan segura estas, aceptó hacer grupo contigo.-Se llevó la palma de la mano a la mejilla mirando a la chica con gesto condescendiente, suspirando y negando con la cabeza. –Te reservaré mi hombro, para que llores de envidia al ver que poseo la espada más grande de todo el juego.
-Oh, venga, eso no va a pasar, además no tengo interés en tu espada precisamente, JoJo. –Shura sonrió de manera picará por su propio comentario, pero sin poder evitar ruborizarse cuando el otro la miró desconcertado.
-Espera, no hablamos de lo mismo, ¿verdad?  –El chico puso los ojos en blanco cuando la otra le dio la espalda riéndose. –Como sois las mujeres… y luego dicen de los hombres.

Shura selecciono del resto del material un puñado de pociones, y unos repuestos de guantes y botas además de uno de los cuchillos para novicios, en un principio, esperaba que una misión dirigida a unos novicios no se complicase excesivamente.
-JoJo, ¿por qué no haces tú también la quest para white mage?
-Hmmm, ¿crees que el blanco me quedaría bien?
La mirada de la chica se iluminó. Superarían el juego sin problema si unían fuerzas y permanecían juntos.
Tampoco iban a dejar que Sol se quedará con todo el pastel, que se hicieran white mages le beneficiaba a él, pero contar con la ayuda de alguien de un nivel superior, les ayudaría a ellos en aquellos primeros niveles donde eran más vulnerables a los ataques.
 
---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)

Respiraba profundamente, intentaba calmarse, primero con una cuenta atrás desde diez, luego desde cincuenta, ahora mismo estaba contando hacía atrás desde cien saboreando sus propias lágrimas que rodaban por su mejilla tan descontroladas que se le metían en la boca.
-No puedo salir… estoy atrapado dentro del juego… -Apretó contra su pecho el preciado objeto, un rectángulo de plástico negro, era tan duro que se le comenzaba a clavar en la piel. –La guild no responde… ¿dónde están todos? Me… he quedado solo… cuarenta y siete, cuarenta y se… -Se balanceaba hacía delante y atrás, atrapado en los muros de piedra de la solitaria habitación, no había manera de calmarse, solo capaz de llorar entre lastimeros hipidos. –Estoy solo…

RING-RING

El plástico vibró entre sus manos, los ojos dorados del joven casi se salen de sus órbitas por la impresión, una mezcla de excitación y euforia se apoderó de él al darse cuenta de lo que aquello significaba: habían contactado con él, alguien se preocupaba por su estado.
Casi se le caía aquel pedazo de plástico negro por el temblor de sus manos, pero atino a descolgar el teléfono y a relajarse.
-Pronto?
-¿Te encuentras bien?
Aquella sencilla pregunta, hizo que Doppio comenzará a derramar lágrimas de alivio.
-No llores más, tienes que ser fuerte.
-¡Por favor! ¡Sácame de aquí! ¡No aguanto más! ¡No quiero morir! –Habló de manera atropellada, su interlocutor le dio unos momentos para recuperar la compostura.
-No hay nada que yo pueda hacer Doppio… lo siento.
Sollozó sonoramente, si no confiará ciegamente en la persona al otro lado de la línea, aquella respuesta le hubiera enloquecido.
-Tienes que ser fuerte, recuerda que no estás solo, me tienes a tu lado.
El chico sentía toda la fuerza y la sinceridad de aquellas palabras, iba sintiéndose cada vez mejor.
-Gracias… ya me encuentro mucho mejor. –Aun sin poder verse, sabía que la persona al otro lado del teléfono estaba sonriendo.
Pero aquel momento fue interrumpido por el sonido de pasos al otro lado de la puerta.
-Viene alguien… ¿puedo llamarte después?
-¿Doppio? –Tocaron la puerta y sin esperar respuesta abrieron, quedándose parado en el marco de la puerta. -¿Estabas hablando con alguien?

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

-CuteBoy… -Se enjugó las lágrimas en las mangas de su capa de black mage, aprovechando para guardar el teléfono antes de que el otro pudiera verlo. –No,  solo necesitaba estar solo y desahogarme un poco.
-Has estado llorando… ¿te encuentras mejor? –Nero le había repetido mil veces que no lo llamase por el nick, pero Doppio era demasiado sensible e inocente para quitarse aquella costumbre.
-Sí, estoy mejor. –Recupero la compostura, poniéndose en pie y  mostrándose serio. Había un abismo de diferencia entre el modo en que su interlocutor y Nero formulaban aquella pregunta, y estaba claro cuál prefería Doppio.
-Sol nos ha pedido que vayamos también para ayudar en una quest de dos novicios. Te caerán bien. –Nero se animó a sonreírle. –Después iremos los cuatro juntos para que puedas subir de job.
-Muchas gracias Cute Boy, espera, te acompaño, tendrás que presentármela al menos a ella, aun no sé cuál es su nombre. –Doppio salió al pasillo contagiándose por la sonrisa de su compañero frente a las expectativas de futuro.
-Claro, ella se llama Shura, el chico se llama Joseph, pero creo que no le importa que le llamen por el nick… JoJo, creo.
Llegaron a la cámara principal de la iglesia, los dos novicios esperaban junto a Sol, toda la party estaba reunida.
-Por fin lo has encontrado, buen trabajo Nero, -Sol se giró para los dos novicios. –Este es Topping, nuestro black mage del grupo que muy pronto se convertirá en time mage.
-Podéis llamarme Doppio si queréis, es un placer.
-¿Nos vamos entonces? –Sol inició la marcha, listo para ayudar en la primera quest de los dos novicios.
 
Nero estaba tan emocionado porque las cosas volvieran a un cierto cauce, a volver a sentir que eran un grupo, que hasta horas después no se preguntó cómo Doppio había adivinado que en el grupo de novicios, uno de ellos se trataba de una chica.
Y aunque se lo preguntó, Doppio le aseguró que había sido él mismo quien se lo había contado al hablar de los novicios cuando entró en la habitación… Nero no estaba muy seguro de lo que había dicho, es más, casi había olvidado lo que habían cenado aquella noche a la intemperie, y de eso no había transcurrido ni una hora desde que habían improvisado un campamento para descansar a la intemperie. Así que acabó dándole la razón a su compañero y olvidando el tema.
 
Solo con el tiempo, Nero se daría cuenta de su fatídico error.
 
----
 
“Estoy muy cerca de ti…”
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:44:38 PM
Btw el traje de Kora está basado en este (http://steampunksteampunk.tumblr.com/post/47488398243), sólo que con los cinturones morados y unos pantalones cortos (y sin sombrero).


(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

008new friends, old friends

Le había costado encontrar un espejo grande en todo el cuartel -- los que había en las habitaciones eran poco más que decorativos, y sólo podía haber visto el busto. Al final en el primer piso del edificio encontró uno que abarcaba todo el cuerpo, y dio unos saltitos de alegría al verse.

Estiró los brazos para ver cómo la camisa interior de encaje envolvía la piel, giró para ver cómo el corpiño exterior negro le hacía una figura envidiable, y se apoyó en los tacones de las botas altas para comprobar si eran cómodas. Los pantalones cortos abombados dejaban ver la línea del liguero que subía por sus piernas, y de un par de cinturones cruzados morados, del mismo estilo que los que rodeaban el corsé y hacían como de tirantes, pendía una bolsa marrón pequeña.

- ¡Lilith tiene tan buen gusto! – Se dijo, llevándose ambas manos al rostro, donde todavía conservaba el antifaz. – Ahora sí que parezco una maga decente.

Y así, había dejado atrás la andrajosa túnica azul, la cual había doblado y metido en el bolso para venderla más tarde, aunque dudaba de que alguien le diera más que una moneda por ella.

Pero admirarse en el espejo no era lo que planeaba hacer en todo el día, al menos decidió eso tras un par de minutos en los que su nuevo look la había distraído de la situación. A lo lejos oía el sonido de metal golpear contra metal, y vio que desde la habitación que hacía esquina, unas chispas iluminaban el camino. Curiosa, se acercó hasta allí, asomándose, y sonrió al ver la figura de Asami (ya que llevaba la máscara con gafas, pero la ropa era la misma) fabricando... lo que fuera.

- ¿Asami?

Sabía que no debería estar molestándola, pero no pasaría nada por que perdiera un minuto. Además, quería una opinión femenina en su nuevo aspecto.

- Ah, Kora. Por un momento no te había reconocido. – Dijo, levantando el rostro, y Kora soltó una risita, con las manos detrás de la espalda.
- ¿A que ahora me entendéis cuando digo que realmente necesitaba ropa nueva?
- ¿Qué... que quieres decir?

Respondió Asami, ligeramente extrañada. “Tonta, ella no sabe esa historia”, se reprimió mentalmente.

- Nada, ¡nada! – Agitó las manos rápidamente como si pudiera dispersar la conversación. – ¿Te gusta entonces?
- Te sienta muy bien. El negro resalta el color de tu pelo, y el morado combina con tus ojos. – Kora casi pudo percibir la sonrisa en el rostro cubierto de la otra. – No es el estilo de Sanctuary, pero creo que te queda mejor ese.
- ¿Qué quieres decir?
- Bueno... parece más bien algo conseguido en Columbia.
- Oh...

Al menos me servirá para camuflarme.”, pensó. Por un momento lamentó no haber aparecido primero en Columbia, tan idílica que sonaba la ciudad en el cielo, pero luego se dio cuenta de que de haber sido así, no estaría entonces en los Crimson Raiders. O probablemente no estaría, directamente.

Sacudió levemente la cabeza para sacar aquel pensamiento de su mente. Tenía que mantener una actitud positiva si quería llegar a ser más fuerte, tanto por ella, como por los demás. Levantó la cabeza, y sonrió a la otra.

- Bueno, no te molesto más. – Tenían sólo un día, según Lilith, y Asami querría descansar en algún momento. – Voy a ver si encuentro a Raiden.
- Nos vemos. – Asami agitó una mano en la que sostenía un martillo pequeño en despedida.

Al salir del cuartel, sin embargo, se dio cuenta de que no había contado con un pequeño detalle. Sanctuary estaba en mitad de la tundra, y el exterior la recibió con una brisa fresca que hizo que el poco vello que su cuerpo digital tenía se pusiera en punta. Ahora entendía por qué Asami llevaba un traje que cubría todo su cuerpo, y por qué Raiden... bueno, no entendía por qué Raiden parecía estar hecho de metal, pero seguro que en Sanctuary no lo pasaba mal.

Aceleró sus pasos para ver si el juego era lo suficientemente realista para que consiguiera entrar en calor, y recorrió las calles de Sanctuary despreocupadamente. Sabía el camino del cuartel a Moxxi’s, pero el resto todavía la confundía, y eso que no era una ciudad demasiado grande. Un NPC le dio una miseria por la túnica, pero tampoco se podía quejar.

Tras todo lo ocurrido, deshacerse del traje le daba la impresión de que había pasado a una nueva etapa. Y lo cierto era que no se sentía exactamente la misma chica que había entrado al juego por pura curiosidad.

Después de dar varias vueltas y no encontrar a Raiden, se dio por vencida, y correteó hasta Moxxi’s. Al menos el local estaba lo suficientemente cálido. Pidió una bebida que sirviera para recuperar PM, la cual costó todo el dinero que había acabado de ganar, y se sentó en una de las mesas. El vaso traía una pajita y una sombrilla, y Kora empezó a sorber despreocupadamente, recuperando el PM que había usado en su paseo previo.

Se fijó entonces en que al lado de la barra un bard y una dancer hacían un espectáculo a dúo, ocasionalmente consiguiendo que algún jugador les echara una moneda. Le llamó la atención la guitarra eléctrica del bard, y curiosa, los inspeccionó con la Omnitool. Como ella, eran Crimson Raiders, aunque le sacaban unos cuantos niveles. Sin embargo, no se detuvo, y se cambió hasta estar en la mesa más cercana a ellos. Al menos disfrutaría de la música.

Desgraciadamente, el espectáculo terminó un par de canciones después de que se hubiera colocado allí. “La canción realmente me estaba animando...”, pensó.

- Gracias, gracias. – El bard hizo una reverencia mientras la dancer recogía la bolsa. – Nos tomamos un pequeño descanso, pero volveremos pronto.

Los dos se dirigieron hacia las mesas, y Kora aprovechó su oportunidad. La idea de estar sola el resto del día no le hacía ninguna gracia, y no perdía nada por intentarlo. Se levantó, casi chocándose con ellos, y levantó la mano en saludo.

- ¡Hola! Sois Crimson Raiders, ¿no? – Saludó, sonriendo.
- Eh... sí. – Respondió la dancer, aparentemente algo confusa por la efusividad de Kora.
- Nuevos en la guild, pero sí. – El bard parecía más receptivo a la actitud de la chica.

Ya tenía algo en común con ellos.

- ¡Oh! Yo también. Soy Moonshine. Bueno, Kora.
- Encantado, señorita.

Para su sorpresa, el bard tomó la mano con la que los había saludado, y besó su dorso. Kora se sonrojó, y una risita floja salió de sus labios. “Seguro que es el traje”.

- Yo soy Milo, y ella es Yuzuriha.
- También conocidos como Starkrimson – Yuzuriha señaló con el pulgar a Milo, y luego a ella con el índice. – Crane.
- Yuzu, que no estamos hablando con indios. – Le dijo Milo, divertido.
- Sólo quería aclarar nuestros nicks.

Yuzuriha contestó tan sólo encogiéndose de hombros, mientras se ajustaba la bufanda alrededor de su cuello. Parecía un poco seria, pero no sentía desconfianza por su parte.

- Bueno... ¿Pensabais hacer algo durante el descanso? – Preguntó Kora. – Mi party está... ocupada hoy, así que no tengo mucho que hacer sin ellos.
- Ah, ah, ah. – Milo levantó un dedo. – Sería descortés dejar sola a una chica en esta situación. ¿Tomamos algo... y nos conocemos mejor?
- Sí, ¡claro! – Kora juntó ambas palmas, entusiasmada.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)

Lilith caminó por la plaza de Sanctuary, donde se erigían las cascadas llenas de nombres. El agua flotante parecía tan fuera de lugar en la zona, fluyendo libremente cuando debería estar formando un poco de hielo en la superfície. Ver los nombres dorados no era lo más relajante que podía hacer, pero no podía permitirse olvidar. Tras estar tanto tiempo jugando, había bastantes nombres que le eran familiares. Nombres que no esperaba ver allí.

¿Cómo pueden haber caído tan pronto...?”, se preguntaba, aunque sabía qué podía haber pasado en muchos casos.

A pesar de que ella y los miembros más antiguos habían tratado de mantener el orden desde un principio, siempre habían pérdidas. No podía culparse por proteger a la guild, pero tampoco podía culparlos a ellos. Se abstuvo de tocar algunos de los nombres -- los que le eran más cercanos -- aunque no sabía de qué estaban hechos los muros, el agua vencía al fuego en la rueda elemental y prefería no arriesgarse.

Aquella agua ya apagaba bastante su fuego sin necesidad de rozarla siquiera.

Las cascadas seguían fluyendo, y Lilith terminó apartando la mirada. Aunque el ruido del agua al caer lo tapaba, podía oír cómo ocasionalmente unas campanas pequeñas repicaban, anunciando que un nombre nuevo se había escrito. El sonido hacía que su pecho se encogiera de rabia cada vez que lo oía.

- Si quieres diversión... – Murmuró, apretando los puños. – Te la vamos a dar. Te lo aseguro.

Su Omnitool lanzó un pitido, anunciando un mensaje entrante. Una Crimson Raider anunciaba que volvía con el resto de su party.

- Sin bajas, Lilith. – La chica llevaba gafas de sol y tenía el pelo negro. Sniper, y buena en ello.
- Bien hecho. – Asintió en respuesta, satisfecha.

Podía confiar en su guild. Cuando el anunció llegó, cambiándolo todo, y ella introdujo las nuevas reglas, algunos abandonaron. Otros... habían acabado como un simple nick dorado. Pero los que quedaban, y los que iban a entrar, iban a ser su fuerza.

Una fuerza que, eventualmente, terminaría con aquel juego de una vez por todas. Levantó la mirada hacia el cielo, apretando un puño que terminó estallando en llamas.

- No digas que no te lo advertí.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:45:37 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)

009a new home

Con el cielo ya en la hora más oscura del atardecer, Kora entró en el cuartel acompañada de Milo y Yuzuriha. El bardo apenas había terminado de contarle una historia sobre algo que pasó cuando estaba en su antigua guild, y la chica estaba todavía riéndose cuando abrió la puerta.

A aquellas horas muchos de los Crimson Raiders que estaban en Sanctuary habían vuelto al cuartel, y cuando pasó por delante de lo que era una pequeña sala de estar donde un grupo de jugadores jugaba al minijuego de cartas oficial de la realidad virtual. Kora se sintió observada y estudiada por ellos, y tragó saliva.

No necesitaba examinarlos con la Omnitool para ver que muchos de ellos habían llegado al job superior de su clase; no sólo su equipo denotaba su nivel, sino que muchos de ellos le transmitían un aire de seguridad que sólo podría tener alguien que sabe que no tiene muchos números para perder en aquella situación.

Milo le puso una mano en el hombro, empujándola suavemente hacia delante, y Kora se acercó más a él.

- Moonshine.

La voz familiar le hizo levantar la vista, y sonrió al ver al samurai. Antes de poder saludarlo, Raiden miró a Milo y a Yuzuriha, y habló primero.

- Ven conmigo.

Milo abrió la boca, pero la dancer fué más rápida.

- Nos íbamos a descansar ya. – Dijo Yuzuriha, moviendo a Milo hacia las escaleras.
- Eh... ¡Buenas noches!
Milo agitó un brazo mientras subía, y Kora se despidió de ellos de la misma forma. Sin embargo, Raiden no tardó en mascullar un “ven conmigo”, e inmediatamente siguió sus pasos.

Lilith y Asami les esperaban alrededor de una mesa, conversando distraídamente. Asami había parecido cambiar la máscara por unas gafas de aviador, pero lo que más destacaba era su brazo derecho, el cual estaba cubierto por un guante mecánico que llegaba hasta la mitad del antebrazo. “¿Es eso lo que estaba construyendo?

- Ya veo que no has perdido ni un momento para cambiarte. – Dijo la líder cuando vio a Kora, quien soltó una risita. –  En fin, ya estamos todos. Ya sabéis que salís mañana, así que supongo que los tres habéis terminado lo que tuvierais que hacer, ¿no?

Los tres asintieron conforme Lilith iba pasando la mirada de uno a otro, siendo Kora la última y la más efusiva (a pesar de que realmente no había tenido nada importante que hacer).

- El guante funciona perfectamente.

Asami extendió el brazo enguantado, con la palma hacia arriba. Formó un puño con la mano, y cuando extendió los dedos, un pequeño generador relucía chisporroteando en la palma, irradiando una tenue luz azulada.

- Conforme suba de nivel podré mejorarlo. Causa daño eléctrico, así que tengo posibilidad de causar parálisis. – Asami movió los dedos, y la electricidad en su palma pareció agitarse. – De momento podré defenderme.
- Bien, bien. – Asintió Lilith, satisfecha. – En fin, el viajecito a Columbia. Tendréis tres objetivos principales.

Para remarcar sus palabras, levantó un dedo.

- Primero, Kora no sólo tiene que subir de nivel, sino que en Columbia podrá ver los jobs de Black Mage. – Se giró hacia ésta – ¿Sabes al menos cuales son?
- Uh... ¿no consiste en lanzar hechizos elementales?

Kora se sonrojó. Había jugado videojuegos en su vida, a menudo a costa de sus responsabilidades, pero no se había documentado a fondo antes de entrar en el famoso juego de realidad virtual.

- Esperaba tener más tiempo... ya sabes.
- Bueno, ahora no lo tenemos. – Lilith se cruzó de brazos. – Ya sabes que soy Elementalist de fuego, los hechizos de éste elemento no sólo no me afectan sino que hasta me curan. Sin embargo, soy débil al agua. Un Elementalist de agua de mi nivel podría eliminarme con uno o dos ataques fuertes.

Kora asintió, tragando saliva. Parecía mentira que Lilith fuera tan fácil de vencer, aunque al menos entendía mejor a los Elementalists.

- Podría también haberme diversificado en los demás elementos y eventualmente volverme casi inmune a ellos. Supongo que eso es lo más ‘clásico’ de los Black Mages. – Sacudió la cabeza. – Pero hay más opciones. Summoner, Illusionist...
- No sé realmente... – Kora se mordió el nudillo. – No había decidido nada aún... ¿cuál sería el job que más beneficiaría a la guild ahora?
- Aprecio la mentalidad, pero si es por diversidad, tenemos todos los jobs cubiertos por ahora. Sin embargo, nunca vamos cortos de White Mages que llegan a Clerics, es decir, para curar... y Mechanists.

No era la primera vez que oía la preferencia a la hora de reclutar de Lilith.

- ¿Por qué Mechanists? Entiendo la necesidad de curarse, pero...
- ¿De dónde crees que salen cosas como el coche con el que os recogí? – Explicó la mujer. – Cuanto mayor y más capacidad tenga un vehículo, más Mechanists se necesitan para construirlo. Si tenemos suficientes, podremos construir desde aeronaves a un buen arsenal de torretas.

Lilith entrecerró los ojos, formando un puño, capturada en la intensidad del momento.

- No hay mejor defensa que tener preparada una buena ofensiva.
- Entiendo... – Kora asintió. – Pero yo...
- No te estoy pidiendo que te cambies de job. – Lilith se frotó una sien. – Conviértete en una Blackie decente, y será más que suficiente. Y cómo iba diciendo...

Esta vez, la mujer levantó dos dedos.

- Segundo, aunque contamos con algunos Alchemists y Geneticists, las guilds especializadas en ello y las tiendas pueden tener cosas interesantes. Traeréis todas las que podáis para nuestro arsenal.
- Raiden y yo podremos cargar con bastantes con nuestra fuerza. – Corroboró Asami, y Raiden asintió.

Satisfecha, Lilith levantó un tercer y último dedo.

- Y para terminar, si encontráis algún novato con potencial, o alguien sin guild... traedlo. – Concluyó Lilith. – Allí os encontraréis con una Crimson Raider, Maya.
- ¿Phaselock? – Preguntó Raiden, levantando una ceja.
- La misma. – Asintió. – Así podréis luchar por el amor y la justicia juntos.

Raiden frunció el ceño y apretó los labios, apartándole la mirada a Lilith. Asami le dedicó una media sonrisa, y Kora supo que había un chiste interno allí que se le escapaba. “¿Otra Samurai...?”, se preguntó.

- Quien además, podrá aconsejar a Kora en jobs mágicos.
- ¿Eh? – Kora sacudió la cabeza, confundida.
- Ella también es una Black Mage. – Intervino Raiden.

¿Entonces...?

- Ya lo entenderás cuando llegues.

Lilith terminó la discusión, y estiró los brazos, tensando sus hombros. Kora no sabía qué había hecho a lo largo del día, pero suponía que ‘nada’ no era una de las posibilidades.

- Hay una partida empezada, pero podemos meternos aún. – Lilith señaló con el pulgar hacia la zona donde Kora había visto al grupo de Crimson Raiders jugando.
- Parece divertido. – Asami se encogió de hombros. – Aunque estoy un poco cansada, no aguantaré mucho.
- Yo... – Kora se mordió el labio. – No tengo dinero para jugar.

Lilith sacudió la mano, chasqueando la lengua.

- Si pierdes, escribe un I.O.U. y ya está. – La mujer puso una mano en la espalda de ambas chicas, empujándolas suavemente a la otra zona. – Lo importante es que conozcas a la gente y que te suenen luego sus caras.
- Bueno... vale.

Aunque Lilith las dirigía a la otra parte, Kora giró la cabeza hacia Raiden. El movimiento no le pasó desapercibido a la mujer.

- No te preocupes, Raiden siempre dice que no al principio, pero al final se une. – Lilith apoyó un brazo en el hombro del otro.
- Lo dices como si me dejarais otra opción. – Raiden bufó y negó con la cabeza.
- Vamos, Kora. – Asami se dirigió a la chica, tirando suavemente de su brazo. – Te presentaré al resto, la mayoría llevan en la guild desde hace bastante, si no desde casi el principio.

No negaba que ir con Asami le hacía sentirse más tranquila, pero no sabía si iba a encajar con los Crimson Raiders veteranos. Y ni siquiera tenía idea de cómo jugar al minijuego de marras...

- Me siento como la chica nueva en el instituto... – El comentario hizo que Asami riera suavemente.
- Yo también tenía esa sensación al principio. – Le explicó la chica. – Pero... son todos buena gente, ya verás como enseguida te sientes como en casa.

Como en casa... esta es mi nueva casa, de hecho.

Raiden y Lilith vieron como las dos chicas giraban y desaparecían de su vista. La mujer apartó el brazo del hombro de Raiden, con una media sonrisa.

- ¿Entonces, Jack, lo has aclarado todo con ella?
- Sí. Estará bien. – Raiden frunció el entrecejo, aunque la otra asintió, satisfecha.
- Lo estará. – Aunque fuera de metal, el gesto fue instintivo, y Lilith apretó su hombro. – Es lo más seguro que podría haber hecho.

Raiden sólo se cruzó de brazos, apoyándose en la mesa.

- Entonces... ¿tanquear a una novata es mi nueva función en la guild? – Lilith se encogió de hombros.- ¿Y hacer propaganda de la guild? También podrías haber preparado folletos, ya que estabas.
- De hecho...

Con una ceja alzada, Raiden se giró hacia la pelirroja, quien se repasaba las uñas distraídamente.

- …No puedes hablar en serio...

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)


Sentada en una de las plazas más alejadas del centro de Columbia, bajo una gran estatua de un gran alquimista, Elizabeth leía un libro tranquilamente. Había preferido irse a las partes con menos jugadores para evitar verse en alguna escaramuza.

No toda paz dura para siempre.

- Eh, Merchie, ¿qué tienes en el carro?

Elizabeth levantó la mirada del libro. Una de las cosas que apreciaba del juego era que hasta el mínimo detalle estaba cuidado, y había encontrado en la biblioteca de Columbia algunos tomos bastante interesantes.

Algunos explicaban la larga enemistad entre magos y alquimistas desde la creación de Columbia, otros contaban historias sobre guerreros que formaban parte del lore del juego, y otros... bueno, se había quedado con aquel libro sobre el príncipe y su escudero por pura curiosidad.

- Pociones de HP, MP, y algunos vigores de fuego.

Por supuesto, eso no era todo lo que llevaba en el carro, pero prefería guardarse la mercancía especial para gente más amable. Aquella Sharpshooter le había hablado como a un perro, y sus dos compañeros, un Soldier y un Acolyte la miraban con una media sonrisa que no le gustaba para nada.

- Tsk... esperaba algo más. – El Soldier chasqueó la lengua.
- Da igual, eso nos servirá. – Le regañó la Sharpshooter. – Tú, Merchie, danos todo lo que tengas.
- ¿Todo? – Elizabeth alzó las cejas. – Os va a salir bastante caro.

La Sharpshooter soltó una risa, pasándose la mano por el pelo rojo.

- ¿Caro? Siempre podemos regatear... voy a poner mi primer precio: tu vida.

Oh.” Elizabeth se mordió el labio. “Así que así están las cosas.

- E-está bien... supongo que no puedo hacer nada... – Cerró el libro, dejándolo al lado del banco donde estaba sentada.
- Venga, date prisa, no tenemos todo el día. – Le dijo el Acolyte.
- Sí... sí...

Elizabeth se giró, y rebuscó en su carro rápidamente. Sus dedos se cerraron sobre una botella redonda con un líquido plateado. Miró de reojo a los tres delincuentes, quienes estaban confiados, y no parecían prestarle demasiada atención. Con esa actitud, seguramente se habían ganado algún que otro enemigo.

Detrás de ellos había uno de los zepelines que servían de transporte entre los islotes. Un pitido agudo indicaba que iba a partir pronto.

Con un movimiento de muñeca rápido, lanzó la botella al suelo, entre ella y los otros tres. Una densa nube de humo se alzó, y Elizabeth, asiendo un mango con una mano y apartando al Acolyte, corrió en dirección hacia la aeronave.

Cuando el humo se disipó, los tres miraron a su alrededor lanzando improperios. Elizabeth estaba apoyada en la borda del zepelín, el cual había empezado a moverse. La Sharpshooter le disparó, pero el humo le había irritado los ojos, y la flecha pasó a medio metro del objetivo.

Elizabeth no se molestó en disimular una risa.

- ¡Lo siento, no hay trato!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 01:46:32 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

010road to the sky

Por primera vez, y para sorpresa de Asami, Kora se levantó al primer aviso.

- ¡Buenos días! – Saludó a su compañera, mientras buscaba con una mano las botas. – ¿Estás lista?

Asami puso una mano en su cadera. Llevaba un traje ligeramente diferente al de los días anteriores, con las hombreras algo hinchadas, y un peto que cubría el pecho. Los pantalones también parecían más holgados hasta que las botas lo sujetaban; en general, parecía que su traje era más casual, pero como siempre, práctico y funcional.

- Sí. Me alegra ver que estás entusiasmada. – Suspiró, y Kora supuso que agradecía no tener que insistir para que se despertara. – Lilith nos espera en el warp dentro de diez minutos.

Afortunadamente las botas no necesitaban de cremallera, por lo que Kora sólo tuvo que ponérselas como si fueran largos calcetines. Al no tener necesidad de pijama, sólo tuvo que acomodarse la ropa y ajustarse el corsé (con ayuda de Asami).

- ¿Vamos? – Le preguntó a la chica, apoyándose en el marco de la puerta.

Asintiendo, las dos chicas bajaron las escaleras hasta la parte inferior del cuartel de los Crimson Raiders, para salir a la fresca mañana en Sanctuary.

- Raiden debe estar ya allí. – Le dijo Asami. – Lo he visto salir mientras subía a tu habitación.
- Ah, supongo que te ha relegado a ti la tarea de despertarme. – Respondió Kora, con una risa.
- Podría decirse que sí... pero ha sido más fácil de lo que esperaba.

Kora se giró hacia ella, sonriendo.

- Bueno, tengo ganas de empezar a hacer cosas. – Cogió de la muñeca a la otra chica, tirando mientras aceleraba el paso. – ¡Vamos, Asami!

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/anir.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png)

- Entonces, ¿todo el mundo tiene claro qué hacer?

Lilith examinó a los presentes, al lado del NPC que debía abrirles un warp.

- ¡Ya estamos aquí! – Kora levantó una mano en saludo al llegar. – Oh...

Parpadeó unas cuantas veces, sorprendida. Allí les esperaban Raiden y Lilith, pero también el bard y la dancer que había conocido el día anterior, y una chica de pelo anaranjado. El primero la saludó agitando la mano efusivamente, mientras que las otras dos simplemente parecían haberse dado cuenta de su presencia.

- Ah, claro, presentaciones. – Lilith miró a la desconocida, y señaló hacia Kora y Asami. – Ellas son Kora y Asami, Black Mage y Blacksmith, respectivamente.

Kora vio como la otra chica inmediatamente les escaneaba con la Omnitool.

- Creo que Kora ya conoce a Milo y Yuzuriha... – Señaló con la mano al bard y la dancer. – Asami, puedes comprobar el resto con la Omnitool. Y esta es Anir, Mechanic. Los tres son nuevos miembros de la guild, aunque no son novatos. Espero que os llevéis bien, niños.

“Bueno, pues ya tiene una Mechanic al menos.”, pensó Kora.

- ¡Encantada! – Kora le tendió una mano, y Anir se la estrechó.
- ¡Igualmente! – Le sonrió, pero parecía tener más interés en Asami, con quien estrechó manos más efusivamente. – ¡Alguien de mi club! Puedo ayudarte a mejorar habilidades o decidir qué-¡oh! ¿Te has hecho tú ese guante?
- Sí... – Asami sonrió amablemente. – Lo terminé ayer. Fue toda una odisea recoger materiales.
- Dímelo a mí... aunque personalmente creo que es bastante divertido.

Lilith se acercó a ambas, poniendo un brazo en el hombro de cada una.

- Vale, me alegra que nos vayamos a llevar todos tan bien, pero centrémonos.
- Sí, perdón. – Anir se rascó la punta de la nariz con un nudillo, pero se acercó a Asami y empezó a mirar su mano con ojos golosos. – Luego me cuentas más sobre ese guante.

Si Lilith la escuchó, simplemente lo dejó pasar por alto.

- Raiden y Asami acompañarán a Kora por Columbia para que vea jobs de magos, y luego pasarán por la feria de alquimistas para comprar pociones. – Los tres mencionados asintieron. – Anir, si tienes tiempo al terminar de buscar materiales, sube y ayúdales a cargar con más cosas.

Anir asintió, a la vez que se golpeaba el pecho.

- Luego, Milo y Yuzuriha se encargarán de repartir folletos sobre los Crimson Raiders y cantar sobre nuestras odiseas. Me han comentado que hay problemas en Columbia, así que tened cuidado con dónde os metéis, aunque sé que podéis defenderos solos.
- No hay problema. – Asintió Yuzuriha, levantando su bufanda un poco más para cubrirse los labios.
- El resto también puede ir lanzando folletos. Y Raiden, Maya os estará esperando en la entrada de Columbia.

Todos asintieron, con las órdenes claras, cuando un Stalker vestido de negro y azul aterrizó al lado de Lilith. Kora lo reconoció de la noche anterior, uno de los miembros más antiguos de la guild.

- Lilith, tenemos-
- Sí, sí. – La mujer levantó la palma de la mano. – Ahora me encargo de eso. ¿Alguna duda?

Todos se miraron entre sí, y el resultado fue un encogimiento de hombros general. Lilith se cruzó de brazos, satisfecha.

- Venga, pues.

Pagó al NPC una buena cantidad de dinero, y se abrió un portal en medio. Raiden fue el primero en entrar, y pronto los seis desaparecieron cuando se cerró éste.

Finalmente, Lilith se giró hacia el otro Crimson Raider, que permanecía de brazos cruzados.

- Lilith, hay un monstruo en la zona norte de Sanctuary. – Le informó el Stalker. – Kate, Giorno y Rose ya están allí.
- Ya lo sabía...

Lilith suspiró, dejando caer los hombros y pasándose una mano por el pelo rojo.

- Supongo que el GM sí que nos vigila.
- ¿Qué...?
- Nada, nada. – La mujer envolvió su puño con la palma de la mano, cubriéndolo en llamas. – Vamos, Dick. A ver cómo es el regalito que nos ha enviado el GM...

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/anir.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png)

El portal se cerró tras el grupo con un sonido de succión.

- ¿Esto...? – Empezó Kora, levantando el dedo. – ¿Esto es Columbia...?

A su alrededor, se extendía un paraje montañoso, y en el horizonte podía ver la línea del mar. Evidentemente, no estaban en ninguna ciudad flotante.

- No... exactamente. – Le respondió Raiden a su lado.
- Estamos cerca de Columbia. Sólo que... debajo de ella. – Le explicó Asami. 
- ¿Debajo? – Kora arqueó una ceja.
- Por esta zona hay un enemigo que suelta unos materiales que quiero. – Continuó la Mechanist. – Como no estamos tan lejos del faro de Columbia, iré con vosotros y luego me quedaré por aquí un rato. Así que tendréis que subir manualmente.
- Oh...

Kora asintió, y se giró hacia el resto, quienes tenían una expresión de resignación marcada en el rostro, para confusión de la chica. Torció un poco el labio al sentir que la habían dejado fuera de la explicación, recordándose que realmente era la más inexperta de todos.

- Bueno, así niveleamos un poco, ¿no? – Milo intentó levantar los ánimos. – Para ir calentando, ya sabéis.
- Nunca está de más ganar experiencia. – Asintió Anir, y señaló hacia el este, donde se veía el mar. – El faro está hacia allá. ¿Vamos?

Los otros cinco asintieron, poniéndose en marcha. Al menos esta vez eran seis contra cualquier enemigo que se les pudiera presentar. Anir se acercó a Asami para examinar su guante de cerca, Kora se juntó con Raiden para recordarle cómo había perdido miserablemente la partida de la noche anterior (para luego molestarse cuando éste le recordó que ella ya le debía dinero a cuatro miembros de la guild), y Yuzuriha caminaba al lado de Milo, centrada en sus pensamientos.

- But I would walk five hundred miles, and I would walk five hundred more... – Empezó Milo, tocando la guitarra mientras caminaba.

Y tenían hasta música de fondo.

--

- ...Just to be the man who walked a thousand miles to fall down at your door...

Milo terminó la canción con un último riff de la guitarra. Habían perdido la cuenta de cuántas veces la había cantado, pero el bardo insistía en que era la canción apropiada para viajar, y como Anir les había comentado, llegaba un punto en que se había convertido en parte del sonido del ambiente. De hecho, el silencio que venía entre canción y canción casi se hacía antinatural.

Habían llegado a la costa casi intactos, a pesar de haber sufrido el ataque de algún que otro monstruo de manera ocasional, pero el camino que habían seguido era el más seguro. De hecho, las mayores interrupciones habían sido causadas por Anir o Asami encontrando algún tipo de material extraño, los grititos de Anir cada vez que esto ocurría causaban más sobresalto que cuando un Coeurl saltó sobre el grupo.

- El faro... – Suspiró Anir mientras ajustaba las gafas de aviador sobre su frente.

Asami señaló con la mano cubierta por el guante a una torre unida a la costa por un muelle de aspecto abandonado. A pesar de no ser especialmente alta, llamaba la atención que en la parte superior sólo se distinguiera una extraña forma metálica. No parecía tener ninguna luz.

Lo unía a la costa un maltrecho muelle, que de no ser porque probablemente estaba diseñado de tal forma, podría decirse que había visto mejores días.

- Bueno, creo que aquí es donde nos separamos. Yo tengo cosas que hacer. Y tal.

Se giraron hacia Anir, quien había sacado una moto plegable del carro del que había estado tirando durante todo el camino. La magia de los videojuegos. La chica se montó en la motocicleta después de asegurarse que el carro estaba seguro dentro de su inventario. Encendió el motor, haciéndolo rugir mientras les dedicaba una sonrisa torcida a sus, hasta ahora, compañeros de viaje.

- ¡Adiós, bitches! – Se despidió con un movimiento de mano algo atolondrado.

Anir se ajustó unas gafas de aviador y, girando la moto con un derrape, condujo en dirección contraria. Milo le sacó la lengua (a pesar de que sabía que la otra no podría ver el gesto), y Yuzuriha sólo rodó los ojos sin poder contener una sonrisita desenfadada, mientras que en la distancia la Mechanic hacía un caballito con la moto.

- ¿Es siempre así? – Raiden preguntó arqueando una ceja.
- Sólo cuando hay materiales involucrados por en medio. – Respondió Yuzuriha, cruzándose de brazos.

- ¿Estáis preparados? – Preguntó Milo con un ligero temblor en su voz al grupo, mientras atravesaban el muelle, con la madera crujiendo bajo sus pasos.
- Supongo... – Suspiró Asami.
- ¿Preparados para qué?

La intervención de Kora sólo hizo que se ganara unas miradas que mostraban de compasión a resignación. Abrieron la puerta del faro, para ver que el interior tenía desperdigados varios materiales de pesca.

- No, en serio, ¿preparados para qué? – Insistió la chica.

El interior tenía una escalera metálica de caracol, que daba lugar a una segunda planta que asemejaba una mezcla de dormitorio y cocina, y terminaba en un ático tenuemente iluminado por una bombilla parpadeante.

- No tengas tanta prisa. – Le comentó Raiden, abriendo el portón al exterior.

Desde lo alto del faro, se podía ver la masa de agua que rodeaba la torreta. El viento hacía que las olas chocaran tanto en la base como en las rocas de la costa, y el olor a sal llenaba el ambiente. Caminaron hacia la estructura metálica... que vista de cerca, se asemejaba a una jaula.

- ¿Quién va primero? – Preguntó Asami, mientras Raiden abría con un chirrido la puerta de barrotes.
- Vosotros, vosotros... – Milo se apoyó en la barandilla, negando con la cabeza y jugeteando con sus dedos.
- ¿Alguien puede explicarme qué está pasando? ¿Esto es Columbia? – Kora sólo tenía preguntas, y no obtenía respuesta ninguna.

Raiden le indicó con un gesto de la cabeza que pasara al interior de la jaula. Kora vio que dentro de los barrotes habían alineados cuatro sillones.

- Siéntate y respira hondo. – Le dijo Asami, acomodándose en una de las sillas.

Tragando saliva, la chica obedeció. Tenía la sensación de que fuera lo que fuera a pasar, no iba a gustarle para nada.

Ni siquiera se molestó en ahogar un gritito cuando al sentarse, unas anillas sujetaron sus muñecas al reposabrazos así como sus tobillos a la parte inferior del asiento. Unas capas envolvieron la zona de las sillas como si fuera una escafandra, dejando sólo un ojo de buey por el que veía al otro grupo. Milo agitaba un brazo en despedida y daba besos al aire. Incluso Yuzuriha parecía animarlos moviendo su bufanda como si se tratara de pompones.

- ¿¡Pero qué!?

Ascensión. Ascensión en cinco...

- ¿¡Ascensión!?

Kora se giró hacia los otros dos. Raiden parecía impasible, mientras que Asami había cerrado los ojos. “No... ¡nonononono!”. Trató de sacudirse en el asiento, pero no había manera de librarse.

...dos...

- ¿¡A esto venía el secretismo!?
- Sólo cierra los ojos. – Le recordó Asami.

...Ascensión...

- ¡¡Quiero baAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:48:23 PM
El aporte empieza después de la segunda escena del aporte anterior, con Ikki y Shun yendo hacia Lavender Town~ ESTA (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/08_cabanya.png) es la cabaña donde pasan la noche.




08. Sí, pero no nos sirven

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

El camino entre el punto en el que se encontraban y Lavender Town, a donde quería dirigirse, no era moco de pavo, pero tampoco algo imposible.

—Tendremos que hacer noche en algún lado. —advirtió Ikki, a lo que Shun aplaudió.

—Será como cuando íbamos de acampada, de pequeños.

—Shun —renegó su hermano mayor—, tú aún eres pequeño.

Shun apretó los labios y se negó a hacer alguna muestra de infantilismo. Apretó a Marshmallow, su conejo mascota, entre los brazos y enterró la nariz en su pelaje suave y blanco, aspirando. De repente recordó algo mientras el conejito le hacía cosquillas en la mejilla con los bigotes de su hocico, que no paraba de mover.

—Habías dicho que Marshi necesita comer y no hemos comprado comida para ella.

—¿Ella? —preguntó Ikki curioso, levantando una ceja y girándose para mirarle.

Shun volvió a abrazar a su mascota mientras Ikki negaba con la cabeza y empezaba a buscar en su omnitool información sobre los monstruos de la zona. A esas alturas, Ikki se había recorrido casi todos los mapas del juego y poseía información suficiente sobre los monstruos de ese mundo para encontrar lo que buscaba.
Se giró varias veces para orientarse, aún con la omnitool brillando en su brazo. Al final señaló hacia delante con la cabeza y luego a la derecha.

—Más adelante hay un pequeño desvío en el camino, lleva a un río —apagó la omnitool y apretó un poco el paso—. Si no recuerdo mal hay una cabaña que podemos usar para dormir. Por allí hay unos bichos que dropean comida para mascotas. Si nos damos algo de prisa llegaremos con tiempo más que suficiente como para entrenar un poco y conseguir comida para tu amiga.

Ikki levantó la mano y revolvió los cabellos verdes de Shun con cariño. Shun sonrió y cerró los ojos, dejándose mimar y trotando al lado de su hermano. Marshmallow continuó moviendo la nariz.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

Matar monstruos de bajo nivel era tan pan comido para Ikki que la mayoría de veces ni siquiera utilizaba la espada.
Después de cambiarse el equipo y ponerse de nuevo su armadura completa, tan sólo tenía que mirar a uno de los gusanos gigantes para extraerle toda la vida de un plumazo. El problema es que gastaba puntos de magia y después de un rato tenía que parar.
Mientras tanto, habían cambiado las preferencias de Marshmallow para que recogiera cualquier objeto que encontrara en el suelo. Por culpa de esto, Shun tenía más mazas de las que podía cargar.

—No pasa nada, puedes tirarlas, tampoco se venden por tanto —le había instruido Ikki después de decirle que se quedara con una, por si acaso—. Usa el bastón para las magias y la maza para ataques directos. Te puedes curar a ti mismo si te baja la vida.

Y así habían estado unas cuantas horas, con Ikki en un punto matando con la mirada a todos los bichos a los que le alcanzaba su magia, mientras Shun se pasaba cinco minutos peleando a garrotazos contra un gusano. Él solito, si señor. Como un niño mayor.
La experiencia le había valido a Shun para ganar un par de niveles rápidos y empezar a controlar sus magias mejor, acceder a ellas de manera más rápida e instintiva.

Para cuando llegaron al río tenían comida suficiente como para alimentar a Marshmallow durante una semana de juego, unos guantes nuevos de bajo nivel que a Shun le venían de maravilla, la maza, algo de dinero y una camiseta interior nueva, además de algún material interesante. Y una carta.

—¿Y esto para qué sirve? —preguntó Shun, haciendo girar la carta entre sus dedos.

—Para jugar. Hay un mini juego de cartas. Ya te lo enseñaré, pero tienes que hacerte una baraja.

Shun se encogió de hombros y metió la carta en su inventario.

—¿Hay muchos mini juegos? —preguntó mientras empezaban a recorrer la orilla, mirando hacia abajo para seguir el camino estrecho libre de hierbajos.

—Unos cuantos —terminó por decir Ikki antes de pensarlo bien—. Ya te hablaré de ellos. Ah, mira. Ahí está.

Ikki señaló la cabaña, que se veía después de haber pasado un recodo del camino. La cabaña era de madera oscura y estaba construida sobre una plataforma, encima del agua. Tenía unas cuantas barcas al lado, pero Shun no sabía si se podrían usar o sólo estaban de adorno.
De igual manera, el paisaje le maravilló y empujó un poco a su hermano para acercarse corriendo, aunque se quedó a unos buenos diez metros de la cabaña, poniéndose de puntillas e intentando ver si había movimiento dentro de la misma.
Ikki suspiró y rodó los ojos. Entró el primero, para asegurarse de que todo estaba bien. Tuvo que matar a un par de arañas que le sorprendieron por detrás y aparte de un corte en el bicep no tenía ningún problema.

—Me cago en... —chirrió entre los dientes al darse cuenta de que las malditas arañas lo habían envenenado— ¡Shun, entra! ¡Ya está libre!

Shun entró, despacio, con la mano en el marco de la puerta y mirando todo a su alrededor.

—Es... singular.

—Desde luego, acogedor no es, pero servirá.

Shun asintió, dándole la razón a su hermano y se giró para sonreírle. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Ikki tenía sangre en los dedos y se miraba el brazo.

—Déjame ver —se acercó Shun, intentando quitar la pieza del hombro de la armadura de Ikki—. ¿Te han herido?

Ikki se mordió el interior de la mejilla y ayudó a Shun a quitarse la hombrera. Shun no tardó en poner las manos encima de la herida para curarla.

—Está envenenada. —informó Ikki.

Shun arrugó la nariz y miró entre sus habilidades hasta encontrar una que servía como antídoto. La aprendió, gastando los puntos que había ganado al subir un par de niveles y la aplicó sobre su hermano de inmediato.

—¿Mejor? —preguntó Shun preocupado pero a la vez inquisitivo.

—Sí... —susurró Ikki, tocándose el brazo— Aunque no hacía falta.

Shun se encogió de hombros y agarró a Marshmallow que había saltado sobre su pecho. Inmediatamente se giró para tirar al conejo sobre un colchón y trepar por la escalerilla.

—¡Me pido la litera de arriba!

Ikki rodó los ojos, pero rió, negando con la cabeza.

—Eres imposible.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

—¿Se pueden usar estas barcas? —preguntó Shun a la mañana siguiente, agachado frente a ellas, estirando el brazo hasta tocar una.

—Sí, pero no nos sirven.

Shun se levantó, apoyándose ahora en la barandilla del embarcadero mientras veía como Ikki flexionaba los músculos, estirándose ante el sol de la mañana.

—No vamos río abajo, nos hemos desviado un poco. Tenemos que volver a salir por el camino por el que veníamos anoche —cabeceó hacia un par de colinas que luego se convertían en montañas—. Hay un atajo por ahí, lo he usado muchas veces.

Shun asintió y se preparó para volver a caminar de nuevo.

El día pasó sin demasiados contratiempos. Ikki defendía a Shun de los monstruos más grandes mientras el chico se dedicaba a ganar experiencia a base de dejar que Marshmallow matara por él. Eso sí, se aseguraba de estar lo suficientemente lejos como para no verlo y cantaba bien alto para no oír los sonidos de batalla. El conejo siempre volvía feliz, cada vez manchado de un color diferente.

—Tú tienes mucho nivel ¿verdad, hermano?

Ikki asintió, con los brazos cruzados. Habían llegado a un paso entre montañas, lo suficientemente ancho como para pasasen tres carros a la vez. Era la entrada a Lavender Town que menos le gustaba a Ikki, porque era un buen sitio para hacer emboscadas, pero también era la entrada más directa desde su posición.

—¿Y podrías matar a cualquier monstruo tú solo?

Ikki ahogó una risa y descruzó sus brazos, poniendo una mano en la cadera.

—Claro que no. Algunos jefes son tan fuertes que necesitas varios clanes para matarlos. —explicó.

Shun se quedó callado los siguientes minutos, pensando en lo que Ikki le había dicho, intentando imaginar qué tipo de monstruos serían aquellos. Un escalofrío le hizo tiritar y se sacudió entero para quitarse la sensación de encima.
Ikki se rió ahora a mandíbula batiente.

Habían acabado de salir de entre las montañas y el camino se unía al bosque plagado de lavandas antes de entrar en la Lavender Town. Ikki oyó algo y le puso la mano en el brazo a Shun. Los dos se quedaron quietos, buscando la fuente de los sonidos y la encontraron unos metros más allá.
Alguien salía corriendo del bosque con una nube de oscuridad detrás de él.

—Mierda —masculló Ikki.

Conocía aquel jefe y Shun no estaba preparado para enfrentarse a él. Ikki tiró de Shun para llevárselo de allí, pero Shun empezó a removerse hasta que la manga de su túnica se rasgó, dejando un pedazo de tela entre los dedos de Ikki que miraba confundido como Shun corría entre la lavanda, directo al peligro.

—¡Mierda! —gritó esta vez Ikki, echando a correr aún más rápido que su hermano.

El otro personaje se había caído al suelo, pudo ver Ikki cuando pasó como una exhalación unos metros más allá, era rubio y por los muros de hielo que estaba conjurando, debía ser un mago negro de poco nivel.

Ikki miró al lobo y agarró su espada, lanzándose hacia él para atacar al monstruo. Un par de sablazos después se apartó a tiempo de ver como el jefe de zona jadeaba y preparaba un ataque hacia él.
Oscuridad contra oscuridad no era una magia muy efectiva, como cabía suponer e Ikki sonrió socarronamente y sus ojos brillaron rojos, haciendo que una energía del mismo color se concentrase alrededor del monstruo. Nubecillas carmesíes volaron hacia Ikki, recuperando parte de su vida y haciendo que el lobo cayera al suelo después de un gañido de dolor.

Ikki se acercó al jefe de zona, poniendo su pie en el costado para hacerlo caer de lado. Justo en ese momento los muros de hielo conjurados por el otro jugador se rompieron y pudo ver a Shun agarrando la mano y el codo del rubio, ayudándole a levantarse.
Chistó y le dio una patada al lobo, dándose la vuelta para marcharse de allí.

—¡Vamos, Shun! —ordenó sin ningún tipo de simpatía.

—¡Pero, hermano!

—¡No, Shun! —vociferó sin girarse— ¡Te he dicho que dejes de recoger cosas del suelo!

Una bola de hielo le dio en toda la nuca a Ikki, que se giró, iracundo. El rubio jadeaba, aún en brazos de Shun y tenía la cara roja, seguramente de rabia.

—¡No soy una cosa! —protestó cuando Ikki se hubo acercado lo suficiente.

Ikki entrecerró aún más los ojos y agarró la pechera de la túnica del mago con un puño, estirando del chico hasta erguirlo.
Shun cortó un gritito ahogado, apretando su agarre en el codo del desconocido y agarrándole de la cintura con un brazo detrás de su espalda.

—Escúchame, rubito —farfulló Ikki entre dientes, con su nariz respingona rozando la del mago—. No sé quién eres, no me importas. Y es mejor que no me importes a que me caigas mal ¿Entendido?

El rubio le mantuvo la mirada a Ikki y se sacudió para que Shun dejase de mantenerlo en pie. Ikki aflojó el agarre en la túnica del joven, pero no le soltó.

—Hyoga. —dijo.

Ikki levantó las cejas y separó sus caras unos centímetros.

—Me llamo Hyoga.

—Es su nick —explicó Shun, después de un vistazo rápido con la omnitool.

—¿Y a mi que m-? —empezó Ikki, pero Hyoga le cortó hablando más alto.

—Ahora ya sabes quién soy —Hyoga tomó aire y habló algo atropelladamente, como si las palabras le costaran de decir—. Y gracias.

Ikki se apartó poco a poco y bajó el puño, soltando al mago. Parpadeó confuso y después volvió a su pose intimidatoria.

—De nada.

Se dio la vuelta, esperando a que Shun le siguiera, aunque los oyó hablar un poco antes de que se pusieran en marcha.

—Sobre todo a tí, gracias. —habló Hyoga con más naturalidad.

—No hay de qué...
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:53:03 PM
No tengo imágenes para ambientar porque no encuentro screens de las catacumbas en las que me he basado para este aporte. Si las hago o algo ya vendré a editar o lo pondré en otro aporte u_u
Gracias Kora por la información de Lavender Town :3 ¡Ah! y el tema tétrico es ESTE (https://www.youtube.com/watch?v=ljlyYMDxdxU). Que sí, que la mayoría lo conocen, pero por si quieren oirlo mientras leen...
Ale, el fic~





09. Yo quiero hacer quests, hermano

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

El tema de Lavender Town no era el más animado de todo el juego, por así decirlo, pero a Ikki le seguía gustando el ambiente de esa ciudad. Era de sus preferidas.

—Es un poco... —empezó Hyoga— ¿espeluznante?

—Si tienes miedo lárgate a otra parte. —espetó Ikki sin girarse a mirarlo.

Hyoga apretó los dientes y entrecerró los ojos, con los puños a los lados de su cadera. Shun llamó su atención con un saltito y una palmada.

—¡Todo tiene que ver con la actitud! —dijo mientras miraba hacia todas partes— Aunque esta ciudad es depresiva... ¡pero podemos sacar cosas buenas de ellas!

—Sí, como zombies —añadió Ikki—. O esqueletos.

—Exacto, zombies y... hermano, me habías dicho que había fantasmas.

—Eso también.

Ikki asintió con la cabeza, satisfecho de ver como la información mandaba escalofríos a los cuerpos virtuales de Hyoga y Shun.
Shun se repuso pronto, sacudiendo la cabeza.

—De todas formas, son una buena fuente de experiencia y paso tiempo con mi hermano —Shun señaló a Ikki que les había adelantado cinco metros y continuaba caminando a buen ritmo—. Y tú podrías pasar más tiempo con nosotros, pareces simpático.

Hyoga adelantó un poco el paso para no perder de vista a Ikki y respondió en voz baja.

—Créeme, lo soy... pero me parece que a tu hermano no le interesa mucho mi compañía. —no supo porqué, pronunciar aquellas palabras le provocó un dolor agudo en el pecho.

Después de pensarlo un poco, mientras Shun le ponía la mano en el hombro y le aseguraba que su hermano era una buena persona, supuso que se trataba de su necesidad de alguien en quien apoyarse en un momento como aquel, en el que se sentía tan perdido. La obviedad en el rechazo de Ikki le dañaba.
Rechinó los dientes otra vez y levantó la barbilla.

—Gracias por salvarme y curarme después —dijo a Shun después de girarse y tomarlo del codo—, pero creo que me las puedo apañar yo solo de aquí en adelante.

Shun parpadeó y lo miró con preocupación. Abrió la boca y la volvió a cerrar. Terminó por asentir y se despidió de Hyoga, deseándole buena suerte y diciéndole que se contactaría con él de vez en cuando.
Hyoga lo vio trotar hasta ponerse al lado de Ikki y después de eso se perdieron de vista tras unos edificios justo cuando la música empezaba su ciclo eterno de nuevo.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)   (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

—Allí es. —señaló Ikki con la cabeza hacia un cementerio cerca de un edificio en ruinas, obviamente quemado en algún momento.

—¿Ahí es a dónde vamos? —preguntó Shun.

Ikki asintió con la cabeza y no dijo nada más hasta después de haberse acercado al cementerio.

—La torre puede jugar con tu mente —dijo, refiriéndose a la torre quemada—. Si oyes voces no hagas caso, sólo escúchame a mí. ¿Entendido?

Shun asintió y se acercaron hacia la torre. No muy lejos había una entrada en el suelo, hacia algún tipo de subterráneo.

—El tercer piso de las catacumbas es nuestro objetivo, hay una sala un poco alejada que tiene monstruos con unos pocos niveles más que tú. No debería ser difícil acabar con ellos para ti —animó—. Yo te ayudaré si tienes problemas.

Entraron en silencio e Ikki se encargó de barrer cualquier enemigo que se acercara a ellos antes de entrar en la sala que había elegido para entrenar. Shun se sintió confuso cuando empezó a escuchar susurros, pero pronto dejó aquellas voces al fondo de su cabeza, tenía cosas más importantes a las que prestarle atención.

—Aquí es —Ikki se paró al final de un pasillo con recodo, justo detrás de un pilar—. Primero entraré yo para llamar la atención de los monstruos agresivos. Cuando te grite, entra tú y empieza a curar a los demás. Asegúrate de mantener alejados a unos fantasmas de otros mientras estés atacándoles, porque se ayudan entre ellos aunque no sean agresivos ¿Entendido?

Shun asintió y cambió la maza por el bastón. Insistió en aplicar algunas magias de ayuda a Ikki antes de que entrara en acción e hizo lo mismo consigo.
Shun esperó, cerrando los ojos y apretando los dedos contra el bastón, concentrándose en los sonidos que le llegaban desde la sala a la que Ikki ya había accedido. Huesos rotos, lentos quejidos de agonía y su hermano gruñendo mientras blandía su espada negra como el carbón.

—Shun, ahora... —escuchó el susurro.

El chico abrió los ojos y entró en tromba, sólo para encontrarse con tres esqueletos que se giraron y tardaron un segundo en levantar las espadas y entrechocar sus huesos a zancadas largas hacia él.
No gritaban. ¿Cómo iban a gritar sin cuerdas vocales?, fue el pensamiento fugaz de Shun antes de fruncir el ceño, levantar el bastón y probar por primera vez la cura de área. Haces de luz cálida surgieron de su mano, levantándose como una nube de vapor hacia sus enemigos.
No fue mal, pero tampoco terminó con ellos en el primer golpe. Un vistazo rápido le dijo a Shun que Ikki aún estaba entretenido con una especie de demonio, así que se retiró a la carrera hacia el pasillo, enfocando sus ataques de forma automática en uno de los esqueletos e hinchándolo a curas una y otra vez.

¿Por qué le había llamado su hermano si aún no estaba preparado? Shun frunció el ceño, corriendo directo hacia los dos esqueletos que quedaban y cambiando del bastón a la maza para defenderse en el momento en que los tuvo cerca. Consiguió sobrepasarlos llevándose sólo un par de arañazos de sus espadas oxidadas.

—¡Hermano! —gritó al entrar a la sala.

Ikki se giró, sacando la espada de doble filo del cuerpo del demonio caído. Frunció el ceño al ver a su hermano perseguido por dos esqueletos.

—¿Qué haces aquí? No te he llamado. —fue su única reacción, aún sorprendido.

—Pero hermano, ¡haz algo! —se quejó Shun mientras llegaba a su lado.

—Atácales —indicó levantando la espada con las dos manos—, yo te cubro.

Shun rodó los ojos, tomó aire y equipó de nuevo el bastón. Ikki ladeó la espada en alto y sonrió con muchos dientes, este era su elemento.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

Cuando Shun siguió a su hermano y Hyoga se vio solo, miró a su alrededor, comprobando que, al menos en ese momento, no había muchos jugadores en Lavender Town. Se preguntó si era normal o cosa de ese día. Se rascó la cabeza y se encogió de hombros antes de empezar a callejear.

Lavender Town, aparte de por su música tétrica, era conocida por ser la ciudad de los trabajos oscuros. Allí iba quien quería convertirse en Fallen Angel.

—¿Y qué tiene esta ciudad que ofrecer para un Black Mage? —susurró buscando un mapa en su omnitool.

No tardó en localizar un NPC de ayuda a los novatos. Hablar con él para que le diera la información que buscaba fué todo un reto.

—En su visita a Lavender Town debe acudir al ayuntamiento, obra obligad-

—¡Qué me da igual! ¡Qué quiero ver las quest para Black Mage de mi nivel! —gritó Hyoga desesperado, gruñendo por la frustración.

Unos minutos después consiguió la información que buscaba y ponderó sus posibilidades.
Tomó primero una quest que lo tuvo dando vueltas por toda la ciudad, corriendo de un lado a otro para completarla en poco tiempo. En su ir y venir tuvo que visitar una tumba del cementerio y rezar delante de ella. Mientras rezaba echó una ojeada a la torre quemada que veía un poco más allá. Lúgubre era una buena palabra para definirla. Tétrica tampoco le iba mal.

La experiencia ganada le dio el último empujón para subir un nivel más y los objetos no le venían para nada mal. Después se dedicó a comprar algunas cosas básicas con el poco dinero que tenía y por último repasó la información de la siguiente misión.
Estuvo contemplando el párrafo proyectado por su omnitool durante unos minutos, decidiendo si valía o no la pena arriesgarse tanto, pero la recompensa fue lo que le convenció.

Apagó la omnitool con decisión y puso rumbo a las catacumbas, tercer nivel, sala del fondo a la izquierda.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko//morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

—Ha sido la torre —terminó por explicar Ikki cuando tomaron un descanso de matar monstruos—. Te ha hecho oír mi voz.

—Como me habías dicho que sólo te escuchara a tí... —intentó excusarse por cuarta vez Shun, sentado en el suelo del pasillo.

—¡Ya, Shun! ¡ya lo sé! —dijo Ikki, andando de un lado a otro del pasillo, abriendo los brazos y levantando las manos— La próxima vez hazme caso si ves que te hablo o si te mando un mensaje privado.

Ikki dejó de caminar, plantándose delante de Shun, con las manos en la cadera. Afirmaron los dos con la cabeza al mismo tiempo, dándose por enterados de la nueva dinámica. Ikki sonrió hacia Shun, ofreciéndole una mano para ayudarle a levantarse, mano que Shun tomó con otra sonrisa idéntica a la de su hermano.

—Vamos, sigamos con el entrenamiento.

—¿No habrá vuelto el demonio? —preguntó Shun.

—Ah, ese... —Ikki se crujió el cuello— No, no pertenece a esta sala. Probablemente haya llegado aquí persiguiendo a otros personajes.

—Pero no había nadie dentro... —murmuró Shun mientras echaba un último vistazo a su árbol de habilidades.

Ikki se encogió de hombros.

—Los habrá matado.

Shun se giró para mirar a Ikki con horror y él cayó en la cuenta de lo que significaba ahora la muerte dentro del juego.

—O se habrán escapado con algún objeto... —se corrigió.

Después de unos segundos incómodos, Ikki palmeó la espalda de Shun y los dos entraron a la sala a seguir con lo suyo.
Ikki dio una vuelta, llevándose detrás cualquier bicho agresivo y acabando con ellos fácilmente mientras Shun se acercaba a un zombie solitario, curándolo y atrayéndolo hacia el pasillo desierto para jugar con mayor tranquilidad.
Continuaron así por un rato, mientras Ikki trepaba una columna para vigilar desde las alturas el respawneo de esqueletos, bajando para cargárselos a todos una vez regenerados. Justo después de la segunda ronda, mientras Shun se encargaba de un fantasma en un rincón de la sala, otra persona hizo su aparición.

Hyoga entró en la sala, dio un vistazo rápido, frunció el ceño al ver a Ikki y a Shun y volvió a salir. Shun no se dio cuenta, pero Ikki sí.
El moreno saltó desde su asiento privilegiado y se asomó al pasillo, chocando con Hyoga que volvía a entrar.

—¿¡Qué haces!? ¡Mira por dónde vas! —espetó Ikki, mordiéndose la lengua antes de insultar a Hyoga al recordar que su hermano andaba cerca.

—¡Qué haces tú! —gritó Hyoga de vuelta— El juego no es tuyo, puedo estar donde me dé la gana.

Hyoga se cruzó de brazos, levantando la barbilla. Ikki rodó los ojos al tiempo que Shun se acercaba a ellos, habiendo acabado ya con su fantasma.

—¡Hyoga! —chilló Shun, complacido de verlo— ¿Qué haces aquí?

Hyoga no dejó de mirar con desconfianza a Ikki mientras contestaba la pregunta de Shun.

—Hay una quest para Black Mage... tengo que matar esqueletos en esta sala para conseguir un drop en específico. La recompensa es buena.

—¿Qué te dan? —preguntó Shun, agarrándose al bastón antes de murmurar hacia Ikki— Yo quiero hacer quests, hermano. Luego me apuntas a alguna.

—Un bastón y una túnica.

Ikki se aguantó la risa en la garganta.

—Si es por equipo, toma. Y déjanos en paz. —gruñó, ofreciéndole a Hyoga una bolsa marrón cerrada con una cuerda.

Hyoga entrecerró los ojos y apretó los puños mientras aspiraba profundamente. Estaba empezando a bajar la cabeza sin perder contacto visual, en una clara demostración de enfado.
Shun miró de uno a otro, parecían dos ciervos dispuestos a darse cabezazos hasta que uno de los dos, o los dos, quedase inconsciente. Dio una palmada, atrayendo la atención de ambos.

—¿Por qué no hacemos party? —propuso Shun con una sonrisa brillante.

—¿¡Qué!? —berreó Ikki.

—¿Cómo? —parpadeó Hyoga confundido.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 01:55:00 PM
Me había quedado trabada con este aporte, ahí a la mitad, pero tenía ganas de terminar ya con este grupo y continuar con el de Neko. El equipo que le dan en Lavender Town a Hyoga por terminar la quest es más o menos lo que lleva Aramis en la última película que hicieron de Los tres mosqueteros. Es el que va de negro con la cruz por fuera (normalmente a la derecha y en una de las fotos de frente): 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/lavender_tunic.jpg), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/lavender_tunic_2.jpg), 3 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/lavender_tunic_3.jpg)




10. Oh, ¿no te he enseñado aún mi conejo?

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

—No, no, no… —fue lo segundo que dijo Ikki ante la propuesta de su hermano— No puedes estar hablando en serio, no conoces a este tío de nada.

—Hermano —empezó Shun, poniendo una de sus manos en el antebrazo de Ikki—, a veces hay que tener un poco de fé en las personas.

Hyoga miraba de uno a otro, sin saber muy bien que decir. Abrió la boca y la cerró.
En parte quería hacer party con ellos. No conocía a nadie más en todo el juego y parecía que Shun sabía como mantener a Ikki bajo control. Su instinto le decía cosas buenas de ambos, incluso del gruñón Dark Knight que tenía una discusión de miradas y gestos con su hermano menor.
Hyoga se esperó a ver el resultado de tan disputada pelea. Al parecer iba ganando Shun, porque se giró todo sonrisas y extendió su mano hacia Hyoga, señalándolo.

—Tú quieres ir a por esqueletos y yo a por fantasmas y zombies. Si hacemos party, entre los dos podemos repartirnos el trabajo en esta sala —explicó Shun—. Debemos tener un nivel parecido, así que la división de experiencia debe de ser óptima. Tú consigues el drop para tu quest y yo voy subiendo de nivel más rápido. Y si algún bicho más grande aparece en la sala, mi hermano nos puede proteger. Todos ganamos.

Ikki chistó, cruzándose de brazos y crispando los hombros. Lo que decía su hermano tenía lógica y era perfectamente viable, pero los problemas que tenía Ikki para confiar en la gente se metían por en medio de aquel plan.
Miró a Hyoga, que parecía pensar seriamente en lo que había dicho Shun. Después de unos segundos de silencio, Hyoga asintió con firmeza y levantó la mano para estrechar la de Shun. Ikki volvió a chistar, entrecerrando los ojos mientras Hyoga y Shun creaban una party.

—¿Cómo la llamamos? —preguntó Shun con los dedos revoloteando sobre la omnitool— ¿Casa de Libra te parece bien?

Hyoga arrugó el entrecejo y se encogió de hombros, algo incómodo.

—¿Por qué Casa de Libra?

Shun miró hacia el marco de la puerta de la sala y señaló con un dedo hacia uno de los adornos allí arriba.

—Es el nombre de la sala.

Hyoga se rascó la barbilla y apretó los labios.

—No sé, no me acaba de gustar…

Ikki rodó los ojos, aunque luego los volvió a fijar en Hyoga.

—Pues ‘Una de zombies’ se queda —canturreó Shun, a lo que Hyoga asintió esta vez—. Te parece bien todo esto ¿verdad, hermano?

Ikki tardó un poco en responder y al final Shun sólo obtuvo un gruñido de respuesta y la vuelta de Ikki a su pilar de observación. Dejaría que hicieran party, pero no iba a quitarle el ojo de encima a Hyoga durante el tiempo que durara su pequeña aventura juntos.
Shun se encogió de hombros y sonrió hacia Hyoga, que se dedicó a poner sus habilidades al día antes de empezar con la caza de mobs.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

Las primeras horas fueron bien, Hyoga tenía buena visión de juego, casi memorizando en qué orden y dónde iban a aparecer de nuevo los esqueletos y usando sus hechizos de hielo para pararles los pies y luego acabar con ellos.
Shun se había adaptado rápido y como llevaba un rato jugando, simplemente se dejó llevar por la rutina, atacando a los fantasmas solitarios y a algún zombie, siempre manteniéndose lejos del monstruo.

Ikki sólo tuvo que ayudarles una vez, cuando una especie de león en estado de descomposición metió sus zarpas en la sala. No era un boss ni un mini boss, simplemente era un monstruo que se había colado en la habitación incorrecta.
Ikki acabó con él en cuestión de segundos y observó su espada mientras volvía a su puesto de vigía. No tardaría mucho en necesitar una nueva.

Subieron unos pocos niveles y pararon por dos motivos: Shun y Hyoga estaban agotados y el segundo ya había conseguido todo el drop que había ido a buscar.
Shun estiró las piernas, sentado en el suelo del pasillo y bostezó.

—¿Y ahora qué? —preguntó mientras se frotaba las piernas.

—Yo voto por descansar. —levantó una mano Hyoga.

Ikki se mordió el interior de la mejilla para no agregar alguna puya. Aunque no tuviera mucho nivel, Hyoga se movía bien en el juego y eso Ikki lo tenía que admitir quisiera o no.
Ikki bufó por la nariz y se dejó caer al suelo, aún cruzado de brazos.

Más tarde, como veinte minutos después, Hyoga empezó a levantarse para despedirse, pero Shun alegó que sería bueno ir al pueblo y comer algo para reponer fuerzas.
Los tres se dirigieron a Lavender Town y Shun insistió en acompañar a Hyoga hasta el NPC que debía darle el equipo.

Hyoga se cambió la túnica y el bastón básicos que aún llevaba por los que le habían acabado de entregar. Se sorprendió al ver su túnica gris parpadear por un momento antes de tener el brazo cubierto de tela negra. Era la primera vez que se cambiaba.
Miró hacia abajo. El conjunto era negro y con brocados del mismo color por delante. Volvía a llevar pantalones y se sacó la cruz dorada del interior de la chaqueta para llevarla por fuera.

—Te quedaría bien con unos guantes y botas nuevas. —dijo Shun, estirándole de la manga de la camisa antes de arrastrarlo hacia la tienda de equipo.

Hyoga vendió los objetos que no le servían de nada y compró las botas y los guantes nuevos, negros también, con el dinero que había ganado entre el entrenamiento y las ventas.
En cuanto estuvo listo, Shun se colgó del brazo de su hermano y de su nuevo mejor amigo, según él le había bautizado, para llevarlos a una posada a comer.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

Hyoga se quitó los guantes y estiró de los puños de la camisa interior, que asomaban por debajo de la chaqueta negra.

—Gracias. —sonrió hacia la camarera que servía sus comidas, una NPC, por mera costumbre.

Ikki ahogó una risa en el fondo de la garganta y se arrebujó un poco, apoyando el hombro en la pared. Shun miró de uno a otro, extrañamente sentado frente a los dos. Ni Ikki ni Hyoga sabían como había sucedido, pero allí estaban, compartiendo banco.

—Tiene buena pinta —terminó por decir Shun—, una pena que no sea de verdad.

—Hablando de eso, ¿cómo nos estarán manteniendo con vida fuera del juego? —dijo de repente Hyoga— ¿Habéis pensado en eso?

Ikki envaró la espalda y carraspeó antes de agarrar su tenedor y empezar a jugar con la comida.

—En los arcades vi sueros, probablemente nos alimenten con ellos. Teniendo en cuenta la diferencia de percepción del tiempo no habrá pasado mucho tiempo allá fuera.

Todos asintieron y por casi un minuto la comida continuó en silencio. A Ikki casi parecía que le obligaran a comer, mientras Hyoga y Shun saciaban la sensación irreal de hambre con unos cuantos píxeles.

—Y dime, Hyoga ¿Qué piensas hacer a partir de ahora? —preguntó Shun con una sonrisa, agarrando el vaso para beber y levantando las cejas para darle más énfasis a su interrogante.

—Pues… no lo había pensado. La verdad.

Hyoga se removió en su asiento y desabrochó un botón más del cuello de su chaqueta nueva. Ikki desvió la mirada de su plato hacia el movimiento, levantando una ceja mientras masticaba lentamente al ver como la nuez de Hyoga subía y bajaba al tragar.

—Tal vez volver a Columbia. Hay un libro que necesito para tener una habilidad específica que sólo puedo comprar allí —explicó el black mage mientras se echaba un poco hacia atrás, con su comida ya acabada—. Es un poco caro, pero creo que puedo conseguir el dinero durante el viaje.

A Shun le brillaron los ojos, Ikki empezó a incorporarse y estaba abriendo la boca para negar la petición que sabía que iba a hacer su hermano cuando Hyoga les cortó a los dos.

—Esta posada tiene habitaciones ¿verdad? Creo que necesito hacer una siesta.

—Sí —indicó Ikki, señalando hacia un costado—. Tienes que hablar con ese NPC de ahí.

Hyoga se giró a mirar a Ikki, sorprendido y le dedicó una sonrisa pequeña.

—Gracias.

Ikki se preguntó si lo decía de verdad o por costumbre, como con la npc camarera. Torció el morro y apoyó la barbilla en la mano, frunciendo el ceño y sin contestar al agradecimiento de Hyoga.
Se levantó de la mesa, intercambiando de nuevo una promesa de estar en contacto con Shun y dirigiéndose hacia el NPC que le había indicado Ikki.

En cuanto estuvo fuera de vista Shun giró la cabeza hacia Ikki con rapidez.

—¡No! —estalló Ikki con un dedo hacia su hermano— ¡Simplemente, no!

—¡Pero hermano! —gimió Shun— Es peligroso ir solo ¿Y si le atacan?

Ikki apretó los labios y desvió la mirada durante un momento, pero miró a Shun de nuevo con dureza antes de añadir.

—No es mi problema.

Shun se mordisqueó el labio y emitió un gemido bajo desde dentro de la garganta, sin siquiera abrir los labios. Se llevó un nudillo a la boca, como pensando. Abrió la boca y la cerró y repitió el movimiento antes de levantar la mano hacia Ikki, hablando algo inseguro.

—Pero te cae bien…

—No. —negó Ikki con rapidez.

—¡Pero a mi sí! —Shun vio la mueca de Ikki y sonrió triunfal, había encontrado su argumento perfecto— ¡Vamos, hermano! Me cae muy bien, si le pasara algo lo tendría en mi conciencia para siempre jamás. ¡Ahí, cargándome!

Ikki apretó la espalda contra el respaldo de su banco y se cruzó de brazos, desviando la mirada hacia el interior de la posada. Cuando sus ojos se pararon un momento en el hueco del pasillo que Hyoga había seguido para ir hacia las habitaciones y sus ojos parpadearon casi imperceptiblemente, Shun sabía que había ganado aquella discusión, aunque le costara un poco más doblegar su cabezonería.

Unos cinco minutos después, Ikki suspiró vencido y Shun alquiló una habitación para una siesta corta.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

Hyoga se despertó de su siesta con una sensación extraña, como la última vez que durmió en el juego. Había recuperado parte de su energía, la suficiente como para funcionar toda la tarde y parte de la noche.
Se entretuvo en la habitación arreglando su inventario y cuando por fin decidió salir, una sorpresa le esperaba al otro lado de la puerta.

—¡Hola! —saludó Shun con una sonrisa resplandeciente— ¿Qué tal has descansado?

—Hmn… ¿bien? —preguntó Hyoga, no muy seguro— ¿Qué hacéis aquí?

Ikki le tiró algo a Hyoga, que lo cogió al vuelo. Era una capa, negra también, como el resto de su actual atuendo.

—Esperarte, equípate eso.

Hyoga miró la prenda y luego a Ikki y después a Shun. Frunció el ceño y Shun se encogió de hombros con una sonrisita.

—No quier-

—Póntelo o tíralo, me da igual. A mi no me sirve y a Shun tampoco.

Hyoga apretó la tela entre los dedos, apretando los labios.

—Lo he encontrado en el inventario de mi hermano mientras buscaba algo de equipo para mí. ¿No lo quieres?

Hyoga suspiró y se puso el manto de la manera habitual, maravillado de como se ondulaba al darle la vuelta en el aire para dejarlo caer sobre sus hombros.

—Gracias —acabó diciendo mientras ajustaba el broche—. Pero en serio, ¿qué hacéis aquí?

—Ya te lo he dicho —contestó Ikki, con un tono entre impaciente y cansado—. Esperarte.

—¿Por qué? —insistió Hyoga.

—Para irnos a Columbia.

Durante diez segundos los tres se dedicaron a mirarse con distintas expresiones. Hyoga había aprendido en poco tiempo que si a Shun se le metía algo en la cabeza era difícil de sacar. Así que, derrotado como Ikki, suspiró, levantó las manos y señaló el otro extremo del pasillo.

—Está bien, pues… en marcha.

Ikki fue el primer en marcharse, separándose de la pared e imponiendo un paso enérgico. Shun trotó detrás de su hermano con una sonrisa satisfecha y Hyoga los alcanzó después de rodar los ojos.

—Oh, ¿no te he enseñado aún mi conejo? —preguntó Shun de la nada— Se llama Marshmallow…

Y así, iniciaron su primer viaje juntos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 01:55:40 PM
# 05.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)


Amanecía en su segundo día encerrada dentro del juego.
La idea de acampar en el bosque, al calor de una hoguera, siempre se le había presentado muy idílica, con el cielo estrellado sobre sus cabezas y el silencio del bosque. Pero a decir verdad, Shura nunca había dormido fuera de casa durante todos sus años de vida, y pasar de la comodidad de su conocidísima almohada, a apoyar la cabeza sobre corteza y musgo, borraron todo rastro del romanticismo que siempre había imaginado de una acampada al aire libre.
-Shura, ¿estás despierta? El desayuno está listo, ven a comer un poco.

Al principio no reconoció la voz de Nero, casi no había dormido pasando la noche en un estado de duermevela, en su improvisada cabaña entre el tronco de un árbol caído y ramas apoyadas a modo de pared y techo. Salió arrastrándose, todo aquello era tan diferente a lo que estaba acostumbrada, que aun tardó un rato en poner sus ideas en orden.


El chico la tomó por el brazo para ayudarla a ponerse en pie, guiándola al lado del otro novicio e indicándole que se sentará a su lado.
Se apartó un poco para observar la escena, suspirando de manera casi maternal al ver a sus dos agotados compañeros, recordaba la primera vez que había dormido a la intemperie, seguramente también tendría aquel rostro cetrino y apagado con los ojos enrojecidos. Pero pronto terminarían por acostumbrarse.
-Esperar aquí un momento, voy a ver si ha caído algo en la trampa.

JoJo giró la cabeza para acabar Shura y él mirándose directamente a la cara... ahí no había espejos, pero por la mala noche que había pasado, tenía que ser muy similar a la cara que ella tenía.
-Estas horrible. -A Shura le salió el comentario tan natural, como si se lo dijera a su propio reflejo justo antes de ponerle remedio.
-Pues yo nunca te había visto más guapa. -Sonrió cuando ella ahogó una risa golpeándole en el brazo, mantenerse cínicos pese al cansancio les hacía ir recuperando el buen humor. Joseph desenrollo parte de su bufanda pasándole el extremo por alrededor del cuello para que también empezase a entrar en calor.


-¡Traigo el desayuno! -Doppio hizo acto de presencia, habían hecho un fuego para preparar el desayuno en un claro al lado de donde ellos habían dormido, portaba dos platos con sopa humeante y llena de castañas, cebolla y raíces comestibles.
-No tengo mucha hambre... -Shura tenía la sensación de que se le había cerrado el estomago por la mala noche de sueño, pero se arrepintió en el acto de sus palabras al ver como el chico con pecas hacía un puchero por el rechazo.
-Lo he cocinado especialmente para vosotros... es mi modo de daros la bienvenida... ten-tendría que haberos preguntado, lo siento Sugus.
-No, no, no he terminado de hablar Doppio, ess... que esta noche he comido muchos insectos mientras dormía, y sí, pensaba que no tenía hambre, ¿pero sabes qué? Tengo hambre, y mucha, necesito algo delicioso para recuperarme. -Shura se inclinó para recoger el plato de las manos del chico, se dijo a sí misma que tendría que quitarse aquellos remilgos. Por suerte la comida parecía bastante buena y tenía buen sabor, felicito a Doppio por ello y este volvió a recuperar el buen humor.

-¡He atrapado una liebre! -Nero apareció en un salto entre el grupo zarandeando la presa muerta, estaba resplandeciente, no era la primera trampa que había preparado a lo largo de su partida, pero si era la primera trampa donde atrapaba algo comestible.
-Uuuuaaaa! -Shura y JoJo entonaron aquello con los ojos brillando de la admiración.
-¡¡¡UUAA!! -Doppio se llevó las manos a la cara cerrando los ojos con fuerza recibiendo el susto de su vida por aquella escena. -¡Por favor! Soy vegetariano, no aguanto este tipo de escenas.
-Ah... no, no Topping, no he terminado de enseñar lo que he traído, ¡para todos he conseguido higos! -Dejó el animal en el suelo a su espalda y levantó triunfante un saquete que parecía lleno de la mencionada fruta.
Los tres presentes le vitorearon por su esfuerzo hasta que el chico les cortó empezando a sentir que se ponía colorado de la emoción.
Al grupo se le unió Sol que les repartió pan negro para acompañar la sopa de Doppio.

-Nero, buen trabajo atrapando la liebre. -Sol le dio una fuerte palmada en la espalda casi haciendo que este derramase su plato.
-N-no ha sido nada, tú me enseñaste a preparar trampas.
-¡Ah, sí! -Doppio dio un respingo recordando algo importante. -Tengo que darte las gracias Cuteboy, por llenar las cantimploras de todos, sin tu ayuda no hubiera podido preparar el desayuno.
-Recoger agua, fruta, preparar trampas... ¿hay algo que no hayas hecho hoy Nero? -JoJo picoteaba con los dedos, los trozos de comida más grandes que no había podido tragar junto con la sopa.
-Bueno... también he afilado las armas, ordenado el equipo, recogido unas pocas de hierbas medicinales, he zurcido los cinturones para reforzar las protecciones, también he cosido una improvisada red por si se presenta la ocasión para pescar, he preparado y guardado cebo por si tenemos que huir de algún animal peligroso, he... -Enmudeció cuando se dio cuenta de que todos habían dejado de comer y le miraban estupefactos.
Comenzó a ponerse otra vez colorado.

-Nero... -Shura tragó saliva nerviosa por lo que iba a decir.
-Vas a decir: “cásate conmigo”.
-Cásate conmigo. -A Shura se le fue la emoción al momento, entornó los ojos mirando suspicaz hacía JoJo que había adivinado su comentario. -¿Y tú cómo sabías lo que iba a decir?
-Porque nadie que tenga la oportunidad deja escapar a un partido como este. -Se encogió de hombros inocente.
-Es inútil que insistáis, -Sol estaba divertido por ver al espadachín tan incómodo, una buena inyección de ego le animaría para el resto del día. -Yo soy su mentor, no contaréis con mi bendición hasta que no seáis dignos de mi pupilo.
Nero comenzó a toser con fuerza ahogándose cuando el desayuno se le había ido por otro lado.
“Ahhh, que mono.” -La chica sonrió bobamente mientras JoJo le picaba en la mejilla con el dedo.
-Se te lee en la cara lo que estás pensando. 
-¿En el mundo real también eras tan eficiente Cuteboy?

Doppio miró a los presentes avergonzandose por la pregunta que había hecho sin mala intención, un velo incómodo de silencio cayó sobre los presentes... pasará lo que pasará, no era por su elección, era lo que les estaba obligando a vivir el GM al encerrarlos en aquel mundo.
-Bueno... no tanto, -Nero se sentía responsable de contestar para romper el hielo. -Solía cumplir cuando me tocaba poner y vigilar la pizza en el horno... -se le contagió la risa que había soldado Shura al escuchar la anécdota. -Dios... como echo de menos la pizza. 
-Yo también echo de menos la comida italiana... -Doppio miró a su alrededor para asegurarse de que no volvía a meter la pata por su comentario, pero esta vez el ambiente era relajado. -La pasta con salsa de tomate y el café.
-Italianos... qué bien saben hacer las cosas.-A JoJo se le escapó un suspiro casi romántico perdido en sus pensamientos. -Yo echo de menos la Coca-Cola, una bien fría.
-Yo echo de menos internet...
-¡Anda ya Shura! -Nero comenzó a reírse llevándose la mano a la boca, pensando que estaba de broma.
-Estas atrapada en la red del juego, podría decirse que más adentro de internet no podrías estar, o lo más similar a internet al menos. -JoJo también comenzó a reírse, pero él se sospechaba que la chica hablaba en serio.
-Estaba siguiendo una subasta que terminaba hoy. -Dramatizo el momento secándose unas ficticias lágrimas.
-Mi reino por un cigarrillo... -Sol parecía paladear la palabra. -Eso y la buena música, nada como Queen.
-Y los Beatles, hermano. -JoJo y Sol se inclinaron el uno hacia el otro para chocar el puño amistosamente.
-Quiero escuchar Muse. -Shura suspiró largamente marcando con los dedos sobre su pierna el ritmo de la canción que le había venido a la cabeza.
-Yo prefiero Offspring. -Nero cerró los ojos y se dejó llevar por el ritmo moviendo los dedos en el aire como si tocase una guitarra invisible.
-¿Conocéis Daft Punk? Vale la pena escucharlos, solo con los cascos de música, muy alto... -Doppio ahueco las manos llevándoselas a los oídos, sonriendo tímidamente, como si tan sólo así, pudiera revivir lo que acababa de decir.   

Eran detalles del mundo real, pero comentarlos en voz alta sentaba muy bien, comenzaban a conocerse y a congeniar, les ayudaba a recordar que eran ajenos a aquel mundo, que no eran marionetas de nadie, que tenían una vida a la que valía la pena regresar.


Levantaron el campamento, según les anunció Sol, tardarían menos de tres horas en llegar hasta donde podrían terminar la quest de White Mage. Si la suerte les acompañaba, regresarían a tiempo a la ciudad a tiempo y no tendrían que volver a acampar al raso.
-Hay que comprar algún teleport, no se puede estar así y cargando con todo el equipo... -Nero suspiró largamente cuando ya habían hecho más de la mitad del trayecto.
-Los teleport son para los mayores, no hay premio hasta que no subáis de nivel.
-Eres un cenizo, Sol. 
-Me lo repites la próxima vez que necesites que un servidor te salve el culo.
Seguían caminando por el bosque, la brisa mecía las copas de los árboles, el sol aún no estaba lo suficientemente alto así que la temperatura era suave. JoJo llevaba un rato pensando en ello, era un momento idóneo del día para que las criaturas salieran a cazar o a conseguir alimento, pero no había ardillas, ni roedores, ni siquiera un triste pájaro sobre una rama, no habían encontrado ni un solo enemigo que les ayudase a subir de nivel desde que habían salido del campamento.
El bosque comenzaba a abrirse, mostrando un camino que indicaba la recta final para llegar al lugar donde se hacía la quest, y entonces se paró en seco al darse cuenta, era un camino que inevitable tenía que seguirse, a su alrededor no había ningún sonido porque otras criaturas ya lo habían intuido: aquel era el lugar idóneo para una trampa.
-¡No os mováis!   


Pero era tarde, les acechaban desde hace mucho.
El peligro se abalanzó sobre ellos como una sombra, para devorar su carne y sus huesos.
Y no había nada que pudieran hacer para evitarlo.


---

“¿Estás ahí?”
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 01:58:55 PM
# 06.


(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)


Se abalanzaron sobre ellos, un solo segundo más, sin que el aviso de JoJo les hubiera puesto sobre alerta, y al menos dos miembros de la party habrían perdido su primera vida.


Sol agarró a un sorprendido Doppio que gritó asustado cuando aterrizó una enorme criatura apenas un segundo antes donde había estado, tenía los ojos amarillentos inyectados en sangre, de su forma felina destacaban dos enormes dientes de sable que salían desde los colmillos de su boca, y su piel estaba cubierta de piedra.   
Shura y Nero se apartaron a tiempo evitando también el fatal destino y uniéndose a sus otros tres compañeros. La criatura se giró hacia ellos rugiendo amenazadoramente.
-¡En formación! -Por encima del ruido, se alzó la voz de Sol que dando un paso hacia delante encabezó el grupo. -¡Los novicios detrás! ¡Detrás!
Nero se colocó a su lado, apretando los dientes y desenvainando su estoque, listo para la batalla.
-No tan rápido. -El paladín necesitó sólo unos segundos para percatarse de que la criatura no les prestaba atención a ellos dos... era algo que quedaba detrás de ellos y resultaba que los espadachines estaban en su camino. -No me jodas...
-¡Atrás, atrás! -Doppio empujaba a los dos novicios hacía el bosque para alejarse del rango de ataque de aquella criatura y al mismo tiempo preparar su área de acción.
Sería un combate mucho más sencillo si al menos otro más de ellos tuviera un nivel alto de job, pero además de que no era el caso, tenían a dos novicios que no servirían de nada para la batalla.


Shura miró un momento por encima de su hombro, solo para cerciorarse de que se trataba del mismo animal que recordaba, del que habían huido antes del mensaje del GM.
-¡JoJo! ¿¡Ese no es...!?
-¡Sí! ¡Sí! ¡Yo también lo he visto! -Pero aquella vez, no había un río al que poder lanzarse y huir.
-¡Nero! Ha rastreado a los novicios. -Sol tenía los conocimientos necesarios del juego para reconocer a un cazador. Tendrían una única oportunidad en el primer golpe, tenían que aprovechar que eran dos y que no eran la prioridad de aquella criatura. Era importante mantener la sangre fría. -Esperá que sea él el que se acerque, atacaremos los dos a la yugular cuando lo tengamos encima
-¡No! ¡Yo voy ahora! -El espadachín no escuchó nada más abalanzándose directamente contra el enemigo.   
-¡NO! ¡NO! -Intentó detenerlo, pero sus dedos solo atinaron a cerrarse en el aire cuando intentó alcanzarlo.
Nero iba muy confiado en sus habilidades. Era rápido y tenía buena técnica, pero no tenía la potencia y la habilidad necesaria para detener a su enemigo. Su intención era dar una estocada al rostro, pero falló su primer golpe y el segundo se desvío al cuerpo de piedra apenas reduciendo los puntos de vitalidad de su rival.
 
Sol no tenía tiempo de potenciar su arma para el golpe, desenvaino su espada larga, intentando mantener la calma aun cuando la bestia había derribado a Nero de un fuerte zarpazo que lo mandó contra el tronco de un árbol, dejándolo inmóvil y tirado en el suelo.
-¡EY! ¡Aquí cabrón! ¡No te vayas sin probar el plato principal! -La provocación fue recibida por un nuevo rugido de la criatura, el animal se cuadro clavando las zarpas en el suelo, tomando impulso para iniciar una carrera arrolladora en dirección al grupo.
Sol casi sintió el vacío del aire que provocaba aquella mole de piedra, a casi un centímetro de que lo arrollasen, saltó de su sitio y al tocar el suelo, se lanzó en un certero ataque tras el cuello de la criatura, que hizo que saltara la sangre y parte de la armadura de piedra acompañada de un alarido de dolor, pero no fue suficiente para detenerlo, y estaba demasiado cerca de sus presas para volverse y prestar atención a su atacante.
-¡Tu turno Doppio! -Sol necesitaría solo unos preciados segundos para preparar un ataque, esperaba que para entonces no fuera demasiado tarde.
 
Un aura de color morada apareció sobre el enemigo, como si un velo se hubiera posado sobre él, al principio pareció que el animal se había quedado flotando en el aire un segundo... pero la ilusión desapareció y progresivamente este fue recobrando su velocidad inicial.
-¡Tiene demasiado nivel para mí! -Los ojos de Doppio casi se salían de sus órbitas por la impresión. -¡No puedo pararlo!
-¿Viene a por nosotros? ¡Viene a por nosotros! -La chica sintió por primera vez la mirada asesina del monstruo y llegó a aquella conclusión. Hubiera empezado a escalar el árbol más alto para escapar del peligro, cuando la mano de JoJo sobre su hombro la hizo saltar del susto.
-Escúchame Shura. Esta todo controlado. Tengo un plan infalible para estos casos. -Era la personificación de la calma y la sangre fría, por su rostro estaba claro que tenía la situación bajo control.
“¿Nunca te he dicho lo maravilloso que me pareces?” -O era al menos lo que le hubiera gustado decir a Shura si no tuviera la lengua pegada al paladar del susto que se había llevado.
-Primero, tenemos que utilizar nuestras piernas, -se golpeó el muslo cogiendo aire -y lo segundo... ¡salir corriendooo!! -Moviendo los brazos a los costados y levantando las rodillas, Joseph Joestar echó a correr poniendo tierra de por medio entre él y su perseguidor.
 
“¿Nunca te he dicho lo idiota que me pareces!?”
-¡AAAAAaaaaahhhhhh!! -Aquella vez la chica solo atinó a gritar imitando al moreno en aquella locura de carrera.
No podían llegar muy lejos, por cada metro que ellos avanzaban, el monstruo les ganaba al menos tres, era cuestión de tiempo que les atrapará.
-¡Busca un árbol! -JoJo no podía malgastar demasiado aire si quería mantener el ritmo.
-¿Qué árbol? -Ni que niño muerto, estaban en un bosque, había árboles por TODAS partes. 
-¡A la derecha! ¡Ve a la derecha!
Shura obedeció a ciegas cambiando la dirección de su carrera, evitando de un salto una raíz con la que estuvo a punto de tropezar. Giró la cabeza, solo al mirar por encima de su hombro lanzó una exclamación de sorpresa. JoJo le había pedido que fuera para la derecha, pero él había cambiado su marcha hacia la izquierda alejándose de ella.


La bestia no vaciló un instante en su decisión de a quién atrapar, se fue detrás del chico ignorando a la otra, detrás de la criatura, a la carrera, iba Sol seguido a duras penas por Doppio.
-¡Date prisa!!
-Voyvoyvoy. -El mago casi no podía respirar y mucho menos mantener el ritmo, pero atinó a lanzar un hechizo sobre el paladín que quedó cubierto por un velo azulado, ahora avanzando con mucha mayor ligereza y velocidad.
Shura se unió a la carrera adelantando rápidamente a Doppio, pero aún muy lejos de alcanzar a los otros dos miembros de la party. 
-¡Sígueme! -JoJo exclamó aquello, comenzando a acelerar aún más su carrera.
-¡No lo provoques más! -Sol necesitaba toda la concentración posible y aquel comentario le crispaba, le era difícil de creer que aquel tipo estuviera jugando con su vida como parecía estar haciéndolo. 
“...Me lo ha dicho a mí...” -Shura estaba totalmente convencida de aquello, pero era inútil intentar seguir el ritmo, por más que se esforzara en ir más rápido, no iba a conseguir darle alcance.


La bestia había dado alcancé a JoJo, de un salto estuvo a punto de echársele encima, solo salvándose por saltar hacia delante en el último momento, rodando por el suelo por la fuerza de su carrera junto con la del golpe. La inercia lo arrojó contra un árbol, chocando estrepitosamente contra el y sacudiéndolo por el golpe, amenazando con caerse ya que el tronco parecía podrido y viejo.
JoJo reaccionó rápido pero fue inútil, le temblaban las extremidades para mantenerse erguido y por su rostro se mostraba desorientado, el siguiente ataque marcaría su final.
Sol no iba a llegar a tiempo, un único segundo más era todo lo que necesitaba y Doppio no podía dárselo, si hubiera otra manera de ganar tiempo o de frenar a la criatura...
-¡El árbol! -La chica lo puso en sobre aviso, y este enseguida conecto la idea.
-¡Doppio! ¡Gravedad! ¡Al árbol! 
Por su nivel no iba a tener ningún problema, Doppio concentró su ataque al tronco y con un fuerte “crack”, este comenzó a caer empujado por aquella fuerza invisible.
-¡Esperar! ¡JoJo está debajo!
No había tiempo para escucharla. Y era demasiado tarde. JoJo desapareció bajo el tronco y la bestia quedó atrapada, aún estaba viva, pero Sol dio cuenta de ella, de un salto el mandoble de su espada brillo de color rojizo, cayendo y cercenando la cabeza de aquella criatura.       


Apenas habían transcurrido dos minutos desde el inicio del ataque. Del caos y la confusión, a un silencio lapidario donde los tres miembros restantes de la party que aún seguían en pie, casi ni se atrevían a respirar, digiriendo lo que había sido aquel momento.   
Las miradas del paladín y la novicia se cruzaron, Shura quiso pedirle explicaciones por la situación, pero no había nada que explicar. Guardo su arma recogiendo algo que parecía haber caído de la criatura, e inició la carrera por donde habían venido.
Cuando Shura se fue a acercar al árbol, sintió la temblorosa mano de Doppio sobre su hombro.
-Tenemos que irnos... -Su voz era apenas un susurro.
-Pero... JoJo está debajo del árbol.
El mago negó con la cabeza tirándole de la manga para insistirle en marcharse.
Demasiado perdida que Shura se dejó llevar, antes de dejar atrás aquel lugar volvió la cabeza, nada había cambiado, pero... todo era muy raro, Joseph le había dicho que buscará un árbol y por eso había visto claro el avisar a Sol sobre este, pero ¿a qué había venido separar sus caminos cuando estaban huyendo?
Y entonces lo vio claro: JoJo no estaba huyendo, estaba alejando el peligro de ellos. No habían logrado detener al monstruo, y este ya había herido a Nero. Probablemente no hubiera visto más opción, mejor sacrificarse uno solo que no todo el grupo.
“Nero...” -Se mordió el labio de la preocupación y aceleró el paso para reunirse cuanto antes con los demás.
A JoJo le había salido caro protegerlos, el último pensamiento de la chica era que por lo menos estuviera bien en la iglesia de Prorencia, donde por su configuración, tendría que aparecer al perder una vida.


Cuando llegaron donde estaba el espadachín, Sol lo había sentado contra el tronco de un árbol y el chico parecía consciente...  pero no tenía buena pinta. Se había golpeado en la cabeza, tenía  un corte muy feo en la coronilla que sangraba abundantemente y otro en el costado, estaba pálido y le temblaban los párpados de solo intentar mantener los ojos abiertos. 
-Lo siento mucho... -Tenía la voz cascada por el dolor, pero estaba implícita la vergüenza en cada palabra. A sus dos compañeros se le encogió el corazón de verlo en aquel estado, por la cara de Sol se podía adivinar que estaba conteniéndose para no decir algo... finalmente le dio unas palmadas amistosas en el hombro.
-Le has echado un buen par de huevos Nero, buen trabajo.
-No... -el chico sabía que aquella vez no era así. -Soy un inútil, solo pensaba que tenía que proteger a los novicios y... y yo no pude. No sirvo para nada...
Nero comenzó a cerrar los ojos, relajando los músculos, era como si se estuviera hundiendo en la tierra.
-Ey chico, mantente despierto. -Sol le golpeó en el rostro con urgencia al ver su reacción, por suerte Nero seguía respondiendo.
-Oye Sol... -Shura dio un paso al frente interviniendo. -¿No tendríamos que darle a Nero una poción?
¿Podría tomarla? ¿Estaría a tiempo? Estaba tan debilitado, que parecía que una simple corriente de aire pudiera arrebatarle su primera vida.     
Sol no dijo una palabra, incorporándose y mirando seriamente a la chica, contenía la respiración y un brillo casi malicioso cruzó por sus ojos.
Shura retrocedió confundida. 
“¿Qué pasa?”
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:00:45 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png)

011a warm welcome

Cuando salió de la cabina, las piernas de Kora no dieron de sí y cayó rodando por los tres escalones que había para la zona de bajada. Oyó el ruido de chapoteo que hizo al caer, pero estaba todavía en shock, por lo que ni se dio cuenta de que estaba en una superfície cubierta por unos centímetros de agua.

- Kora, siento que no te hayamos dicho nada... pensábamos que sería lo mejor. – Intentó explicarse Asami.
- Dejadme... morir... no puedo... – Respondió la chica, con voz ronca, y rodó hasta quedar bocarriba en el suelo.
- Vamos, Moonshine, no seas exagerada.

Raiden se acercó a ella, tendiéndole una mano metálica. Temblorosa, aceptó la mano, y se levantó, con las piernas aún hechas de gelatina. Se apoyó en el costado de Raiden, mientras Asami le pasaba una mano por la cabeza mojada.

- Ya pasó, ya pasó... – Le dijo Asami. – ¿Nunca has montado en una montaña rusa?
- No... ni pienso hacerlo...

Kora sentía que la habitación todavía le daba vueltas. Tenuemente iluminada por un montón de velas, y con el agua en sus pies extrañamente perfumada por lo que parecían pétalos de flores, la estancia daba lugar a dos túneles que descendían. “¿Esto... esto es Columbia?”.

Con ayuda de Raiden, se sentó en el escalón inferior. Pronto escuchó un grito en la lejanía que iba acercándose rápidamente, y de una nueva cabina que había reemplazado la anterior salieron Yuzuriha y Milo, éste último pálido y con los labios apretados en una línea fina.

- Odio... odio esto... – El bardo se sentó en el escalón al lado de Kora, y le dio unas palmadas en el hombro. – Conozco el sentimiento, hermana.
- Creo que he visto mi vida pasar ante mis ojos... – Mumuró Kora.
- No podemos quedarnos aquí todo el día. – Les interrumpió Raiden, dirigiéndose a uno de los dos túneles.

Yuzuriha levantó a Milo, y Asami hizo lo mismo con Kora. El túnel era sólo una escalera que giraba para llevarlos a una estancia larga y alta, iluminada por un pasillo de velas a ambos lados. Había varios jugadores allí, apoyados en la pared o los medios muros de piedra que enmarcaban la ruta hacia una puerta abierta, por donde entraba la luz del sol.

En la estancia se podía escuchar de fondo un coro en latín, que hacía eco por todo el lugar, y siendo los únicos sonidos los murmullos de los demás y el chapoteo de sus pisadas, la entrada a Columbia tenía un aire solemne.

- ¿Esto no serán las alcantarillas, no? – Kora interrumpió los pensamientos del grupo, una vez empezó a darse cuenta de que estaba empapada. – Huele bien, pero también huele bien un váter si echas ambientador...
- No hay alcantarillas en Columbia. – Le explicó Asami. – Al menos, nadie las ha encontrado de momento. La zona es así porque... bueno, completa el sentimiento ‘espiritual’.
- ¿Eh?
- Ascensión, bautismo... – Continuó la Blacksmith. – Estabas muy ocupada gritando, pero antes de bajar aquí, podías ver la ciudad por arriba. Antes de llegar al paraíso, tienes que pasar como un ritual. Al menos eso es lo que la mayoría interpreta.

Kora asintió, admitiendo para sí misma que si Asami no se lo hubiera explicado, probablemente no hubiera entendido nada de aquel simbolismo. Pero aquellos pensamientos fueron deshechados cuando salieron al exterior finalmente por el estrecho y la luz del sol les acogió... casi cegándolos tras estar un rato con una tenue iluminación.

- ¡La luz! ¡Las gafas no hacen nada! – Se quejó Milo, exagerando. Aunque tenía la palma de la mano en la frente cubriéndose la vista, se podía ver claramente cómo Yuzuriha rodaba los ojos.
- Deal with it. – Contestó la rubia.
- Esto es...

Se encontraban en una fuente, rodeados por tres grandes estatuas. Un jardín se extendía ante ellos, llenando la estancia de tonos verdes, amarillos y rojos, y el canto de los pájaros ponía el toque final a la escena. Kora salió de la fuente la primera, subiendo a saltitos una de las dos escaleras que ascendía a cada lado de la fuente, encantada con el lugar.

- ¡Esto es Columbia! – Terminó la chica, dando una vuelta sobre sí misma, pisando el césped. El olor de las plantas y las flores llenaba sus pulmones, y se giró hacia el resto, sonriente. – ¡Vamos!
- Se le ha pasado el disgusto pronto, ¿eh? – Comentó Milo a Raiden y a Asami.

Tras mirar por unos momentos a la chica corretear delante de ellos, Raiden dejó ir un suspiro.

- Te acabas acostumbrando.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png)

El jardín no era especialmente grande, y tras pasar por una puerta de rejas abierta, giraron hasta encontrarse con un gran portón blanco. Esperando al grupo con los brazos juntos tras la espalda, Kora dejó que Raiden fuera quien empujara la puerta.

Como si fuera un balcón sin rejas, llegaron a una plataforma con engranajes en los bordes. Al sentir el peso del grupo, empezó a descender, y por fin Kora vio la ciudad en el cielo por primera vez. Los edificios sobre islotes flotantes relucían a la luz del sol, cajas de madera eran transportadas por encima de ellos a través de un sistema de relés, y podía ver la ciudad acercarse a ellos con todo su esplendor. La calle donde iban a dejarles terminaba en una plaza donde se alzaba una gigantesca estatua, tras la cual podía verse un zepelín.

- Bueno... ahora sí que podemos decir que estamos oficialmente en Columbia. – Le dijo Asami a su compañera, poniendo una mano en su hombro.
- ¡Es... es genial! – Kora saltó antes de que la plataforma se enganchara con la calle, dando unos pasos sobre el suelo de piedra.

Entusiasmada como estaba, no se fijó en que una mujer con pelo azul y un traje ajustado amarillo y negro se acercaba hacia ellos hasta que Raiden se adelantó. Kora se detuvo, observándola. No llevaba ningún tipo de arma, y su vestimenta era ligera. “¿Es esta... la Black Mage?”.

- Veo que habéis llegado de una pieza. – Comentó la mujer, quien tendió una mano a Raiden. – Me alegra ver que no has conseguido que te maten aún, Jack.
- Lo mismo digo. – Respondió éste, alzando una ceja mientras sacudía brevemente la mano de la otra, quien tras ello, se acercó al grupo.
- A Asami la conozco, y vosotros debéis ser... – Apuntó a cada uno mientras recitaba los nombres. – Kora, Milo y Yuzuriha, ¿no?
- Encantado. – Milo aprovechó para tomar la mano con la que apuntaba para besar su dorso. El semblante compuesto de la mujer se torció, cogida por sorpresa. – ¿Y tú eres?
- Maya, de nick Phaselock. – Apartó la mano para apoyarla en su cintura, pretendiendo que nada había pasado. – Black Mage, futura Time Mage.

Los rasgos afilados de Maya se acentuaron cuando les dedicó media sonrisa, cruzándose de brazos. A pesar de que técnicamente sólo era de primer job, parecía muy segura de sí misma. Y al fin y al cabo, había sobrevivido sola en una ciudad de la que se rumoreaba que se había vuelto en una olla hirviente.

- Bien, creo que toca ponerse en marcha ya. – Dijo Maya. – Si hay algo que no nos sobra, es tiempo.

Asintiendo, el grupo quedó liderado por Maya y Raiden, quienes se dirigieron hasta la plaza en la que se erguía la enorme estatua. Había algunos jugadores desperdigados por los bancos, pero en general el ambiente era tranquilo. Maya se dirigió al borde de la plaza, señalando un cartel con horarios.

- Milo y Yuzuriha. – Ambos levantaron la mirada. – Si queréis llegar al centro de la ciudad, los zepelines pasan en estas horas.
- Eso hace... diez minutos para el siguiente. – Dijo Yuzuriha, inspeccionando el cartel. – Milo, ¿tienes los folletos?
- Y fo-

Milo levantó un dedo, empezando una frase, pero antes de que pudiera terminar siquiera la tercera sílaba, Yuzuriha agarró la bufanda y le dio con ésta en la boca. Probablemente tendría la misma puntería con el látigo de Dancer.

- P-Pero... – Trató de excusarse el bardo. – ¡No he dicho nada!
- Pero sé lo que estabas pensando. – Respondió Yuzuriha.

Raiden, Asami y Maya alzaron una ceja, mientras Kora miraba de unos a otros, confundida.

- Sólo os recomiendo que tengáis cuidado. Si veis que se arma escándalo, alejaros. – Continuó Maya tras la interrupción.

Milo sonrió, confiado, mientras pasaba la mano por su guitarra eléctrica. A su lado, Yuzuriha se ajustó la bufanda. Al igual que Maya, tenían un aire de auto-confianza.

- ¿Os importa que nos vayamos adelantando? – Les comentó Raiden. – Tenemos que hacer parada en la feria de alquimistas.
- Ah, no, sin problema. – Respondió Milo. – Ya nos pondremos en contacto cuando terminéis.

La Dancer sólo asintió, apoyándose en el pedestal de la estatua mientras estiraba primero una pierna y luego la otra.

- Entonces... – Continuó Asami. – Nos vemos pronto. Ha sido un placer.
- Lo mismo digo, señoritas. – Milo les lanzó un beso. – Y señorito.

Raiden sólo frunció el ceño antes de girarse rápidamente. Asami sonrió educadamente, y Maya asintió. Kora, más efusiva, agitó la mano en despedida mientras caminaba en la dirección que habían tomado los otros -- hasta que se chocó con Raiden, quien le regañó por no mirar por donde iba.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png)

- Entonces, Kora, ¿no sabes nada de los jobs de Black Mage?

La pregunta de Maya la sobresaltó. Apenas habían salido de la plaza, tomando la calle empinada de la izquierda -- Kora aún estaba mirando de reojo para ver si el zepelín de Milo y Yuzuriha había llegado ya.

- No... no realmente. Lilith me explicó un poco sobre los Elementalists. – Se giró hacia la chica de pelo azul. – ¿Qué hace un Time Mage?
- Depende. – Respondió Maya, cruzándose de brazos. – El nombre parece que indique que sólo afecta al tiempo, pero también puede afectar al espacio.
- ¿Al espacio...?

Maya conjuró una esfera azul, del tamaño de una pelota de ping-pong, que quedó flotando sobre su mano. El núcleo era oscuro, y parecía emitir pequeños rayos de electricidad que recorrían la superficie. Al inclinarse para verla mejor, vio cómo unos mechones de su pelo se veían atraídos hacia la bola.

- ¡Gah!

Sobresaltada, dio un salto hacia el lado mientras se sujetaba el pelo, casi cayendo sobre Asami. Maya sólo le dedicó una media sonrisa, y cerrando el puño, la esfera azul desapareció.

- Hechizos de gravedad. Cuanto mayor poder tenga, más fuerte es la esfera, y más puedo invocar a la vez. – Explicó Maya, satisfecha. – De momento sólo puedo controlar una, pero cuando sea Time Mage... ¿Qué te parece?
- No está mal... – Instintivamente, Kora comprobó las puntas del mechón que se había visto atraído por la esfera. A su lado, Maya suspiró.
- No me parece que sea lo que te interese.

Kora levantó la vista del pelo (el cual afortunadamente parecía intacto), sonrojándose. Tampoco quería ofender a Maya.

- ¡N-No es eso! – Levantó las palmas. – Es sólo... que no tengo todavía muy claro nada.
- No te preocupes. – Maya sacudió una mano. – Una vez pasemos por la feria de alquimistas, podrás ver otros jobs.

Satisfecha, Kora asintió. Al menos ya sabía sobre dos jobs para un Black Mage, y pronto conocería más. Iba a comentarle a Maya las ganas que tenía de subir de nivel para ser un miembro útil en el grupo, pero antes de que empezara, la conversación había dejado de girar en torno a ella.

- Vaya, vaya... Mira con quién me he encontrado.

Raiden fue el primero en girarse, el más rápido de todos como siempre, listo para desenvainar su katana. Tras ellos, un jugador masculino se acercaba hacia el grupo con paso tranquilo, pero con su mano cerca del mango de una katana roja que sobresalía de su cinto. De piel bronceada, llevaba el pelo oscuro recogido en una corta coleta, y una barba de tres días.

- ¿Qué hay, Jack? – Preguntó el desconocido, y Raiden sólo entrecerró los ojos en respuesta. – Igual de hablador que siempre. Tienes que tener a las tres damas muertas de aburrimiento.
- ¿Quién eres?

Asami fue la primera en preguntar, cerrando el puño con el guante y mirando al otro con expresión severa. Sin embargo, Raiden la detuvo, poniendo el brazo libre delante de ella. Kora sintió un escalofrío, y Maya le colocó una mano en el hombro, tal vez para calmarla, tal vez para sujetarla.

- Digamos que soy... – El desconocido se rascó la barbilla. – Un amigo de Jack.
- No somos amigos.

Raiden le corrigió con un tono siseante que sólo hizo reír al otro.

- ¿No? – El hombre desenvainó la katana. – Entonces esto será más fácil aún.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:01:54 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/sam.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

012strange highs and strange lows

- Pase lo que pase, no interfiráis. – Advirtió Raiden a sus tres compañeras.
- Sed buenas chicas y escuchad a vuestro amigo. No me gustaría tener que haceros daño.

Maya tenía el ceño fruncido, con la mano sujetando el hombro de Kora, que parecía congelada en el sitio. Asami permanecía quieta, pero su guantelete estaba cargado y listo a pesar de la advertencia del otro. El samurai alzó su katana, en posición defensiva. Frente a él, el otro jugador hizo girar su katana en su mano, antes de apuntar hacia él.

- ¡Venga, Jack!

Raiden corrió hacia el otro, lanzando su primera estocada para que fuera bloqueada por la hoja roja. Con una velocidad sorprendente, Raiden lanzó una segunda estocada al lado, esquivada por el otro con un movimiento rápido, que pronto se convirtió en un contraataque. La fuerza con la que propinó la estocada hizo retroceder a Raiden unos metros.

- ¿Quién es? – Kora se giró hacia Maya, quien observaba la batalla atentamente. – Maya...
- Jetstream, un Samurai de nivel superior a Raiden. – Explicó Asami, examinándolo con su Omnitool. – No tiene guild, ni party activa.
- No la necesita. – Terminó Maya, frunciendo el ceño.

Las otras dos se giraron hacia ella, extrañadas por el comentario, pero no obtuvieron más de la Black Mage. Y la batalla apenas había empezado.

Tras la separación, Jetstream había movido su katana apuntando a Raiden, cuya pose era ahora ofensiva. Los movimientos de Jetstream eran más fluidos en comparación con los del otro Samurai, quien siempre se movía rápido y repentinamente.

Raiden se lanzó hacia Jetstream, la punta de su katana rozando el suelo de piedra y haciendo saltar chispas, pero su rival detuvo el golpe, de nuevo contraatacando. Las primeras heridas de la batalla empezaron, y la sangre salpicó el suelo a su alrededor. Kora notó que de algunas heridas de Raiden salía sangre blanca y no roja. “La nieve...”.

Durante unos segundos, el frenético choque de las hojas se convirtió en una nube borrosa roja y plateada, hasta que un duro embiste de ambos al mismo tiempo hizo que las dos katanas chirriaran una contra otra, lanzando chispas sin que ninguna pudiera hacer retroceder la otra.

- ¿Qué pasa, Jack? – Jetstream le dedicó una media sonrisa. – Noto tu técnica algo floja...

Raiden sólo apretó los dientes en respuesta. De repente, Jetstream subió la hoja de su katana hasta apartarla, haciendo que por inercia el otro tuviera que mover su katana por unos segundos.

Unas milésimas necesarias para que Jetstream girara sobre sí mismo para lanzar una estocada en semicírculo, y Raiden sólo pudo esquivar el golpe saltando hacia atrás en el aire. Su katana fue lo único que se interpuso entre una estocada en plena cara, pero la fuerza del impacto fue lo suficiente para lanzarlo unos cuantos metros en el aire.

La punta de su katana llegó a clavarse, y entre el roce de ésta y apoyando su rodilla metálica sobre el pavimento, pudo reducir la distancia a la que había sido lanzado... hasta que de un rápido salto, Jetstream lo alcanzó y golpeó para lanzarlo rodando sobre el suelo. Las tres mujeres contuvieron el aliento al ver a su compañero caer, y Jetstream se giró hacia ellas.

- No pongáis esa cara aún, chicas. – Extendió los brazos, encogiéndose de hombros. Tras él, Raiden se levantaba. – Apenas estamos calentando.

De nuevo, Raiden tuvo que correr hacia Jetstream, pero esta vez, el otro Samurai se lanzó hacia él al mismo tiempo. Las katanas volvieron a chocar, bloqueándose el uno al otro constantemente. Como pudo comprobar Asami con su Omnitool, Raiden había sufrido daño parcial.

- No vamos a dejar que... – Kora se giró hacia Maya. – ...que...
- No podemos intervenir. – Sentenció la otra, y apretó la mandíbula. – Sería un suicidio.
- Pero... pero Raiden... – La Black Mage abrió los ojos, notando un vacío en el pecho.
- No podemos hacer nada. – Las palabras de Maya salieron entre dientes, y los dedos en el hombro de Kora apretaron con fuerza.

Kora volvió los ojos hacia los dos Samurais, girando y haciendo chocar sus katanas como si fuera alguna extraña danza. “¿Quién es Jetstream...? ¿Por qué ha atacado a Raiden...?”. Miró a Asami, quien permanecía con el ceño fruncido, claramente preocupada, pero algo le decía que ella tampoco intervendría. “Y yo... yo no podré hacer nada.”, admitió, dejando caer los hombros. Juntó las manos sobre su pecho.

- Raiden, por favor... – Susurró para sí misma.

Repitiendo la misma situación de momentos atrás, de nuevo Raiden y Jetstream se encontraron con ambas katanas enfrentadas la una contra la otra, tratando de hacer retroceder al otro por pura fuerza. La constante fricción hacía que las chispas saltaran como fuegos artificiales.

- Has pasado demasiado tiempo siendo uno de los cachorritos de Lilith, Jack. – Le dijo Jetstream. – Mira lo que le ha pasado a todo tu potencial.

Y como la otra vez, Jetstream terminó la situación. Apartó rápidamente la katana, y antes de que Raiden pudiera moverse siquiera, lo golpeó en el rostro con el codo. Raiden retrocedió unos pasos, mientras que Jetstream giró sobre sí mismo, preparando una estocada en horizontal que hizo que el otro perdiera el equilibrio momentáneamente.

Aquellos momentos fueron cruciales. Raiden no tardó más que unos segundos en recobrar su posición, pero antes de que pudiera prepararse, la katana roja ascendió.

Tan súbito que las otras tres apenas pudieron reaccionar, la hoja cortó el trozo de tela que cubría el ojo derecho de Raiden. La sangre, roja y escandalosa, empezó a caer sobre la parte derecha de Raiden, quien a pesar de haber retrocedido con un salto hacia atrás, tuvo que apoyar una rodilla en el suelo.

- H-Ha... ha sido un golpe crítico... – Asami murmuró, observando la Omnitool con los ojos verdes abiertos como platos. La salud de Raiden había caído a un poco menos de la mitad.

Manteniendo la mano sobre la herida en su ojo derecho, que parecía cruzar una cicatriz ya anterior, Raiden trató de ponerse en pie mientras Jetstream se acercaba a él. Girando su katana en la mano, le dedicó una media sonrisa.

- Tengo la sensación de que ésto ya lo he vivido antes.
- Desgraciado...

Aquella vez, fue Jetstream quien corrió hacia él, y Raiden esquivó por centímetros una estocada que podría haberle costado una buena parte de la vida que le quedaba. Con un grito, Raiden volvió al ataque, chocando brutalmente contra Jetstream, y por unos segundos, logró incluso hacerle retroceder. Pero una patada en el estómago lo obligó a dar unos pasos hacia atrás, y Jetstream volvió a dominar el combate.

- M-Maya... – Suplicó Kora a la otra, sin obtener respuesta.

Fue una cuestión de segundos. En medio de las embestidas, Jetstream envainó su espada en un momento en que Jack preparaba una estocada en semicírculo... y a una velocidad casi imposible de discernir, la desenvainó en ascendente.

El brazo derecho de Raiden cayó sobre el suelo con un un sonido metálico. La sangre blanca brotaba del muñón que había un palmo por debajo del hombro, y Raiden retrocedió un par de metros sólo con el impulso. Jetstream permanecía aún con la katana en alto, inclinado hacia adelante, dedicándole a su rival una media sonrisa.

- Mierda... otra vez... – Murmuró Raiden, más frustrado que cualquier otra cosa.

Kora sintió como Maya la sujetaba de los dos brazos, y vio el guante metálico de Asami colocarse delante de ella. Miró frenética a las otras dos. ¿Iban a dejar que Raiden perdiera su primera vida allí mismo?

- No podéis... por favor... ¡Haced algo!

Jetstream avanzó hacia Raiden, quien parecía dedicar todas sus fuerzas a mantenerse de pie. El primero había colocado la hoja de su katana sobre su hombro, y se frotó la barbilla al acercarse a él. Cuando vio que Raiden aún insistió en lanzar una estocada, a pesar de casi trastabillar y caer al suelo, sólo dejó ir una risa queda.

- Para ya, Jack. Te estás dejando en ridículo.
- ¿Es esto lo que quieres, Sam? – Raiden se giró hacia él, con una expresión desafiante a pesar de su deplorable estado. – ¿Llevarte mi primera vida?

La última fras de Raiden no fue más que un siseo ronco, teniendo que hacer un esfuerzo para enfocar con la vista al otro. Jetstream negó con la cabeza.

- ¿Tan pronto?

Dejó caer la katana a unos centímetros del rostro de Raiden, quien la apartó con la suya con un movimiento tambaleante que casi lo hizo caer, para diversión de Jetstream. Éste sólo envainó su katana.

- Espero que te pongas a la altura pronto, Jack. Esta vez ha sido decepcionante. – Le dijo, girándose. – Envíale saludos a Lilith.

Mientras se marchaba, Jetstream pasó al lado de las tres chicas, quienes se pusieron en guardia nada más verlo acercarse. Sin embargo, éste no hizo mención alguna de atacarlas, apenas reconociendo su presencia.

- Vas a pagar por esto. – Le dijo Maya, entrecerrando los ojos, pero aquello sólo pareció divertir al Samurai, quien sólo siguió caminando.
- ¡Raiden!

Kora finalmente se libró de Maya, y corrió hasta arrodillarse al lado del Samurai, que había caído al suelo. El ojo que tenía abierto estaba brillante, y parecía a punto de perder el conocimiento. Colocó una mano sobre el hombro del brazo con el muñón, manchándose una parte de la mano con un hilo de sangre blanca.

- El... el brazo... – Murmuró Raiden.
- Toma esto.

Agazapándose a su lado, Asami sujetó la cabeza de Raiden, ayudándole a beber una poción. Sin embargo, los ojos de la Blacksmith se dirigieron al muñón, que arrojaba un constante chorro de líquido blanco.

- Es... ¿Es todo mecánico? – Preguntó a Raiden, quien al menos parecía respirar de forma más estable.
- Sí... – Trató de incorporarse con el otro brazo. – Voy a... voy a necesitar que lo arregles, Techbender.

Asami abrió los ojos en sorpresa, y boqueó antes de poder encontrar las palabras.

- Raiden, no... no soy Mechanic... – Empezó Asami, tendiéndole otra poción para que terminara de restaurar su salud hasta un nivel aceptable. – No creo que-
- Haz lo que puedas. – Respondió Raiden secamente, dejando que la otra le ayudara a beber, tosiendo fuertemente.

Kora se levantó del lado de ambos, con el corazón martilleándole en el pecho. Sus pasos la llevaron, sin que apenas fuera consciente, hacia donde se encontraba el brazo mecánico. Se arrodilló para recogerlo, y vio que sus manos temblaban.

Minutos atrás había estado hablando alegremente con Maya, feliz por finalmente visitar la ciudad en el cielo. Y en aquellos momentos, mientras sujetaba el miembro de metal en sus manos, que aún dejaba caer un hilo de sangre blanca deslizándose entre sus dedos, deseó con todas sus fuerzas no haber abandonado nunca los muros de metal de Sanctuary.

- Lo primero es parar... parar la... – Raiden soltó una risa sórdida. – ...hemorragia.
- Dudo que podamos hacer un torniquete. – Maya respondió, cruzándose de brazos. Suspirando, sacó del bolsillo en su cinturón una venda. – ¿Un tapón servirá?
- Podemos probar. – Asintió Asami.

Con los trozos de tela, taponaron los tres tubos principales. Maya y Asami ayudaron a Raiden a incorporarse, y Kora se acercó hacia ellos, con el brazo en la mano, y los labios apretados.

- Tenemos que irnos cuanto antes. – Dijo Maya, mirando a su alrededor. – Bastante gente ha visto que nuestra party tiene un miembro debilitado, y en cualquier momento nos pueden atacar.
- ¿Atacarnos? – Preguntó Asami, con el brazo de Raiden sobre sus hombros. – ¿Por qué?
- Por esa mochila tan llena de cosas que llevas en la espalda. – Respondió la Black Mage, y se giró hacia Kora. – Eh, Kora, bien hecho.

Maya cogió el brazo de las manos de Kora, quién sólo asintió. Los ojos le picaban, y el nudo en su garganta le impedía decir nada. La otra Black Mage los guió hacia un lugar alejado de la multitud para que Asami pudiera trabajar en el brazo de Raiden. Si se fijó en cómo Kora se frotaba los ojos constantemente, no mencionó nada al respecto.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:04:48 PM
# 07.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)


Entonces...

-¿Qué pasa?
-No vamos a darle a Nero ninguna poción. -Sol giró la cara dejando a la chica perpleja, miró a Nero que sentado en el suelo había seguido aquella conversación, se dio cuenta por sus ojos que también estaba sorprendido por su respuesta, pero sencillamente bajó la mirada resignándose.
Sol contuvo un bufido apretando los dientes, aquello hubiera sido más sencillo si aquel chico hubiera protestado, como líder no era agradable que a su alrededor la gente sólo le siguiera la corriente... eso le añadía a él toda la responsabilidad si se equivocaba.
-Escuchame Nero... estamos a punto de llegar a nuestro destino, ¿crees que aguantarás?
-¡Espera! ¿Qué pretendes...? -Shura enmudeció cuando se percató de las intenciones del paladín. -No...
“Se ha dado cuenta rápido, chica lista.”
-Yo... -Nero respiraba con dificultad. -Puedo aguantar... pero no creo que pueda llegar por mis propios medios. -Hizo ademán de incorporarse, un latigazo de dolor le atravesó todo el cuerpo, instalándose en su cabeza y haciendo que se le nublara la vista, Sol lo retuvo por el hombro para evitar que se moviera.     

Doppio solo contenía la respiración sin terminar de entender que estaba pasando, apretaba contra su pecho la poción dispuesto a ofrecerla a su compañero.

-Lo siento Sol... soy un desastre.
-Ahorra fuerzas, chico. -Las decisiones de los líderes no son fáciles, y aquella era la más visceral de todas. Pero aunque Shura adquiriera un job, no era garantía real de que no corrieran peligro más adelante. La Withe Mage tenía que subir de nivel lo antes posible, y para ello tendría que aprovechar cualquier oportunidad.
-Shura, escucha, hay una gruta donde puedes hacer tu quest, no tiene pérdida, sal del bosque, sigue el camino y la encontrarás. No te pares por nada hasta llegar. ¡Date prisa!
-¡No puedes hacerle esto! -Shura intentó interponerse entre los dos, llevándose una mano a la bolsa y tocando una de las pociones, pero Sol se le adelantó cortándole el paso.
-Ahora depende de ti. Tus dos compañeros se han sacrificado por ti, ¿cómo piensas pagarles?
Ahogó un grito mezcla de indignación y frustración, estaba tan enfadada que ni siquiera noto el hechizo de Doppio para aumentar su velocidad.
“Tampoco puedes hacerme esto a mí.” -Salió a la carrera, luego se encargaría de ajustar cuentas con Sol.

Mientras se alejaba, el moreno soltó despacio todo el aire que había estado reteniendo en sus pulmones.
No era fácil, no era nada fácil tener que tomar decisiones. La chica estaría bien de momento, aunque se tropezase con un enemigo podría dejarlo atrás. Pero Nero era otra historia. Si se equivocaba, le haría perder una vida...   
Pero el peliblanco parecía ajeno a aquella preocupación, le temblaba el labio intentando sonreír.
-Je... es la primera vez que una chica se preocupa así por mi.
-Oye chico, no creas que voy a dejar que mueras por tan poca cosa.
“¿A esto le llamas poca cosa?” -Doppio miraba alternativamente a Nero y Sol sin atreverse aún a reaccionar.
-No pasa nada Sol, estaré bien, esperaré a nuestra White Mage. -Se había dado cuenta del plan del otro al ver como la chica había echado a correr.
-No vamos a esperarla aquí... Doppio, ayudame a cargarlo. -No podía esperar sin más.
Feliz de tener algo en lo que ocuparse, el chico de pelo morado fue ayudando a Nero a cargarse sobre la espalda de Sol, y aunque fueron cuidadosos no pudieron evitar agravar la situación del chico que estaba tan pálido como el uniforme del paladín.
-Chico... -Sol tiró la toalla con su plan, demasiado presionado por el grave estado de su compañero. -Tendrías que quedarte con una poción. Si no puedes más lo entenderé, aún me queda poder suficiente para curarte.
-...No... -apretó los dientes para contener el dolor, no estaba derrotado. -No, esta vez no pienso decepcionarte.
-Nero... tu no eres ninguna decepción.

Nero no supo qué responder, eran unas palabras que le desarmaban. Fuera del juego... sencillamente las cosas no le iban bien, y no había llegado a imaginar el poder que tenían las palabras, hasta que empezó a recibir halagos en lugar de desprecios.
Se le hizo un nudo en la garganta, aquella vez no era producto del dolor, le picaban los ojos, bajó la mirada ocultando el rostro en la espalda de su compañero.
-Ahorra fuerzas, Nero. Vamos con nuestra White Mage.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)

-Por-crom-odin-buda-dios-ala-raptor-jesus-obi-wan-yoda-vader-thor-loki-capcom-kamiya-ironman-spiderman-toriyama-araki-dio-hello-kitty... ¿¡¡POR QUÉ NO FUNCIONA!!?
Según el npc que encontró dentro de la gruta, su quest consistia en “rezar a sus dioses y pedirles el poder para sanar”, lo cual ya hablaba bastante de en lo que iba a consistir su labor como White Mage... pero el caso es que Shura no era de ninguna creencia, y aunque los mencionara a todos, el npc seguía erre que erre repitiendo la misma monserga. Empezaba a agobiarse de todo aquello, y a imaginar en su cabeza como la vida de su amigo iba marchitandose con ella ahí perdiendo el tiempo.
-¿Qué más tengo que hacer...? 
“Reza a tus dioses y...”
-¡¡Cállate ya!! ¡¡¡¡NAAAAA-CHEEEWEYNAAAA-BAGITII-UBABAAA!!!! ...¡¡AAAHH!!
Cerró los ojos asustada, cuando de golpe, se vio deslumbrada por una luz blanca que la rodeo. Cuando por fin todo volvió a la calma, parpadeó intentando recuperar la visión, sin prestar atención a las palabras del npc que la felicitaba por su nuevo job.
Shura se vio por fin con aquella túnica blanca, pese a la tensión no pudo evitar sonreír al echarse sobre la cabeza la enorme capucha. Se la descorrió hacia atrás asegurándose de que seguía bien peinada, entrecerrando los ojos y torciendo el labio suspicaz... había gritado aquello último por desesperación, jamás se imaginó que Mufasa se pudiera considerar un dios... 

De todos modos, misión cumplida, Shura ya era White Mage, ahora le tocaba darse prisa y cumplir con la labor que le había llevado a esa situación. Deshizo el camino y los encontró a punto de entrar en la gruta, ignoró a los otros dos y se fue directamente a por Nero que estaba sobre la espalda de Sol, el espadachín cerró los ojos no muy seguro de lo que le iba a pasar cuando la chica le puso la mano en la cabeza... pero fue como sentir una brisa fresca en un día de calor, se había llevado el dolor.
Abrió los ojos revitalizado, viendo como la chica comenzaba a encargarse de la herida en su costado. Shura había gastado todo su poder mágico, había subido dos niveles, y había curado a Nero que se bajó de la espalda de su compañero, feliz por poder valerse por sí mismo, de la herida ya solo quedaban las manchas de sangre.
Pero la chica no estaba nada feliz, esperó a que Sol la mirase directamente para acabar siendo ella la que le girase la cara, hablando con voz cortante y autoritaria.
-Quiero hablar contigo, a solas. -Salió al exterior. 

Doppio y Nero miraron con cierta preocupación a su compañero, pero para Sol, las cosas estaban comenzando a encauzarse, era justo que ahora le tocase pagar con explicaciones y el enfado de la chica, que bien eran dos cosas que se merecía por todo lo sucedido.
Iba a salir de la cueva... cuando Nero se interpuso en su camino.
-Deja que hable yo primero con ella.
-Estaríamos apañados si necesitara que me excusaran frente a una mujer. -Rodó los ojos, pero Nero insistió en su gesto acercándose a la salida.
-No voy a darle excusas de ti. -Se rascó la nariz intentando disimular que se había puesto colorado. -Sólo... voy a darle las gracias.
Sol se encogió de hombros, pero fue toda la respuesta que necesitaba el espadachín que siguió los pasos de la chica. Era un día radiante, Nero parpadeó deslumbrado ante los rayos de sol que ya le calentaban el rostro, Shura pareció sorprendida por verle llegar, pero enseguida adoptó una pose enfadada con los brazos en jarras, encarando al recién llegado.
-Ahora no tengo ganas de hablar contigo Nero, si es Sol el que te ha mandado venir, te juro que...
 -No, no, nadie me ha pedido que venga a hablar contigo, es sólo que... quería darte las gracias por curarme.
-Vale, de nada.
Nero sonreía nervioso, desinflado por lo fría que se mostraba la chica.
-¿Querías algo más? -Entrecerró los ojos, casi como si le retase a decir algo más, para tener un motivo de liberar su enfado contra él.
El chico tenía que ganar algo de tiempo, le había dicho a Sol que no iba a excusarse por él, pero después de todo lo que el paladín había hecho, no se quedaría con la conciencia tranquila si no ponía un poco a favor la balanza hacía las cualidades del hombre.
Pero no tenía ni la más mínima idea de que tenía que hacer o decir.

Shura suspiró cansada.
-Oye Nero, de verdad que no estoy de humor para...!!!
Vale, aquello no se lo esperaba.
Cuando Nero vio que no sabía qué hacer, hizo lo que mejor se le daba en aquel juego, encargarse de los detalles. El zarpazo en el costado no sólo le había herido, había desgarrado su vestimenta. Con gesto de fastidio se quitó la parte superior de su uniforme, podía pasar la mano a través del corte, tendría que lavarlo antes de coserlo. Y hablando de lavar, le picaba la frente por la sangre seca que tenía pegada, con el agua de su cantimplora sería suficiente para limpiarse y podría aguantar hasta la fuente que había utilizado aquella mañana para rellenarla de nuevo.
Así que en situación: había un tío descamisado, que como si fuera la cosa más natural del mundo comenzó a echarse agua sobre la cabeza, las gotas de agua recorrian su anatomia, nada exagerado, como si en vez de subir el stat de fuerza, hubiera uno llamado “perfección natural” y estuviera al máximo. Shura no lloraba emocionada por aquel espectáculo por simple vergüenza, se le había ido el enfado de un plumazo. Si ahora mismo el GM les dejase salir del juego, hubiera sido por la emoción provocada gracias a un Nero descamisado... ¿valdría la pena intentar salir en aquel momento...?
-...así es como me uní a la Guild... créeme, sé de buena tinta que Sol se preocupa por todos nosotros.
-Ajá... -¿En qué momento había empezado a hablar? Shura le contestó de manera automática, pero Nero parecía satisfecho, o por lo menos era lo que demostraba por su sonrisa.

Ahora que tenía la cara limpia, la chica reparó en la herida que tenía Nero en la frente, la había curado, pero se  había formado una cicatriz rosada en la zona del nacimiento del pelo, y descendía hasta casi la ceja.
-¡No puede ser! -Shura se horrorizó, quizás fuera por su bajo nivel que no pudo curar la herida en condiciones. Su torpeza había arruinado la perfección...
-¿Qué pasa? -Nero se llevó la mano a la frente que era donde prestaba atención la otra, y rozó la piel tirante pero suave de la cicatriz, percatándose por primera vez de esta. -Oh...
-¡Deja que intente arreglarlo!
-No hace falta. -Sonreía mientras se peinaba hacia atrás con las manos para intentar que se viera más. -Así esta genial.
“¿Qué había de genial en aquello?”
-¿Interrumpo algo?   

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

“Sí.” -Había sido escuchar la voz de Sol, y recordar por qué estaba enfadada, aunque no se podía comparar con el ambiente que había antes. Y eso se debía notar de algún modo, porque Sol pasó de largo y fue directamente a acercarse a Nero.
-Entra dentro, aseguraos de que tenemos todo preparado para partir en cuanto terminemos de hablar.
-...Claro... -Durante un segundo pareció esperar algún tipo de reacción por parte del paladín... pero al ver que no llegaba, decidió cumplir con lo que le había mandado.
-Ey, Nero... -el mencionado se giró, viendo como Sol le levantaba el pulgar de forma aprobatoria. -Felicidades por tu primera cicatriz, te queda bien. 
Justo lo que el espadachín esperaba escuchar. Alzó el mentón sonriendo con autosuficiencia y levantando el pulgar imitando a su compañero justo antes de desaparecer por la entrada de la cueva. Shura se llevó la mano a la cara con gesto de vergüenza ajena.
“Hombres...”

Por fin se quedaron los dos a solas.
Era el momento de hablar las cosas, de aclarar qué había sucedido y que iba a ser el grupo en un futuro.
-Tú primero.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:06:15 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

013repair job

Maya los había conducido a una pequeña plaza rodeada de arbustos, donde en el centro se erguía una pequeña fuente. El sonido del agua caer iba acompañado de los arrítmicos martilleos que producía Asami al tratar de unir el brazo metálico al muñón de Raiden. A pesar de su inexperiencia, la Blacksmith había podido colocar las tres vías principales que imitaban a las venas para que al menos conectaran, y sólo faltaba terminar la unión.

- Si tuviera un soldador... – Murmuró Asami, mientras martilleaba otro clavo en diagonal para unir los dos trozos. Raiden no mostraba ni una mueca de dolor, dejando a la otra hacer su trabajo tranquilamente. – Lo siento, Raiden, no va a quedar bien del todo.
- No importa. En Sanctuary lo arreglaré.
- ¿Seguro que no quieres que avise a Anir? – Insistió la Blacksmith. – Quizá ella pueda...

Raiden negó con la cabeza, y Asami sólo torció el labio, volviendo a su tarea. Kora miraba la escena desde el banco, con el mentón apoyado en ambas manos. El susto inicial había pasado, y al menos, viendo cómo había terminado la situación, empezaba a sentirse más aliviada.

- Eh, novata. – Maya dejó de rondar alrededor del pequeño parque, y se sentó en el banco junto a Kora. – Deja de poner esa cara.

Kora sólo suspiró, agachando la cabeza, y la otra Black Mage le puso una mano sobre el pelo, revolviéndole el flequillo. A pesar de todo, no levantó la vista, y Maya arqueó una ceja.

- ¿Estás enfadada conmigo?
- ¿Hubieras dejado que lo matara?

La chica levantó la vista, frunciendo el ceño y con un nudo en la garganta que hacía que su voz sonara ronca. Al principio, Maya le recordaba a Lilith, pero sabía que la líder de la guild nunca hubiera permitido que Raiden corriera peligro real.

- Sé que sólo quería humillarlo, pero... – Empezó Kora, formando puños con sus manos sobre las rodillas.
- Mira. – La interrumpió Maya, levantando un dedo. – No sé los detalles, sólo que la cosa sólo es entre Raiden y Jetstream. Desde que estoy aquí, he intentado salvar a novatos de Player Killers que matan por rivalidades estúpidas de guilds, por quedarse con sus objetos o dinero, o simplemente porque hasta aquí hay psicópatas y esto se ha convertido en una jungla. No puedo con ello, ¿vale?

Maya frunció el ceño, y Kora no respondió. Recordaba la presión de los dedos de la Black Mage sobre sus hombros, y no supo bien si atribuirlo a que estaba tratando de sujetarla, o si quizá era la misma Maya quien necesitaba contenerse.

- No soy como Lilith o Jack. Sé que no puedo salvar a todo el mundo. – Admitió, y agachó los hombros. Los dos mechones azules que enmarcaban su rostro cayeron hasta cubrir sus ojos desde la perspectiva de Kora. – No soy Time Mage aún, y no tengo el nivel suficiente como para parar a cualquiera. Por eso tengo que elegir bien mis prioridades.
- Maya...
- Si hubiera atacado a Jetstream, me hubiera matado. Y quizá a vosotras dos también. – La frustración era evidente en el tono de Maya. – Todavía tengo las tres vidas, pero las necesito si quiero mantener a salvo al resto. No sabía si Jetstream mataría a Raiden o sólo lo dejaría incapacitado... pero lo que sí sabía era que pasara lo que pasara, mi prioridad era manteneros a ti y a Asami a salvo.

Kora agachó la cabeza, sintiendo como los colores le subían a las mejillas. “Maya sólo quería protegernos a las dos, aún a costa de Raiden.”. Al dejarse llevar por la situación, había sido incapaz de comprender algo tan sencillo como aquello.

- Así que ahora se trata de priorizar vidas. – Admitió, suspirando. – Tres vidas intactas a cambio de una... es... es horrible.
- Si ese era el sacrificio necesario, lo hubiera hecho. – Le respondió Maya. – Jack hubiera estado de acuerdo.

Vio como a unos metros de ellos, Raiden y Asami probaban la movilidad del brazo mecánico. Los movimientos de los dedos eran súbitos y parecía que el Samurai ocasionalmente tenía que insistir para conseguir mover la mano. Pero al menos tenía una movilidad, aunque fuera limitada.

- Al menos sólo se ha quedado en sólo un brazo. – Trató de consolarla Maya, poniéndole una mano en el hombro, y Kora le devolvió una media sonrisa. – Raiden está ahora a mucho menos de la mitad de sus capacidades, así que ahora me quedo yo al mando.

A pesar de la sonrisa de seguridad de Maya, Kora no pudo evitar lanzar una mirada de reojo a Raiden, quien con ayuda de Asami, practicaba algunos movimientos con su katana. Su velocidad había bajado, y por la expresión de la Blacksmith al revisar su Omnitool, probablemente muchos de sus stats se habían visto afectados también.

- Te lo aseguro, Kora. – Maya la sacó de su ensimismamiento. – Ninguno de nosotros va a perder una vida aquí. No lo permitiré.

Kora se giró hacia la Black Mage, quien le dedicaba su característica media sonrisa con los finos labios azul intenso. El tono de Maya le transmitía seguridad, y le sonrió suavemente, haciendo que la otra le revolviera el flequillo blanco de nuevo.

- Esa cara está mejor.

Mientras Kora se atusaba el pelo, Raiden y Asami se acercaron hacia las dos. El brazo derecho de Raiden colgaba recto a su lado, y Asami tenía el ceño fruncido. Estaba claro que la chica no estaba para nada satisfecha con los resultados, pero el otro no parecía demostrar decepción.

- He hecho lo que he podido. – Asami dejó caer los hombros, resignada. – Al menos tiene movilidad parcial, pero no puede realizar técnicas de a dos manos, por lo que su fuerza se ha reducido a más de la mitad.
- Eso no significa que esté fuera de combate. – Raiden fue a cruzarse de brazos, pero el movimiento resultó más torpe de lo esperado. – Sólo... intentemos no meternos en muchos problemas.

Las otras dos chicas asintieron, y Maya miró a un edificio alto, donde un reloj marcaba la hora. Había pasado el mediodía, y como si fueran las campanadas, el estómago de Kora rugió. La chica inmediatamente se llevó las manos al abdomen, poniéndose roja.

- Podemos pasar primero por la feria de alquimistas. – Indicó Maya. – Allí compraremos comida, y veremos que más tienen en venta.

El grupo asintió, parecía lo más sensato. Y si Maya, que conocía bien Columbia, elegía aquel como primer destino, significaba que no estaría tan lejos.

- En marcha, entonces.

Raiden, probablemente por costumbre, fue el primero en avanzar, pero Maya se le adelantó. Girándose hacia él, le dirigió una mirada con las cejas alzadas.

- Lo siento, pero lo mejor es que vaya yo delante.

Asami le puso una mano en el hombro, dedicándole una sonrisa incómoda mientras se encogía de brazos, y siguió a Maya. Kora se quedó unos momentos parada frente a Raiden.

- Me alegro de que estés bien. – Soltó lo primero que le vino a la mente. – De verdad.
- ...Gracias. – Respondió, y Kora notó una punzada en el pecho al no notar la característica nota de seguridad en el tono del Samurai.

Raiden avanzó unos pasos hasta ponerse a su altura, y se giró hacia la chica.

- Vamos, Moonshine.
- S-Sí. – Kora asintió, y emprendió la marcha junto al resto del grupo.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

La feria de los alquimistas se extendía delante de ellos, burbujeado con colores y sonidos extraordinarios. Los puestos se extendían a ambos lados de la calle principal, algunos montados por jugadores de alto nivel, y otros generados por NPCs. No sólo habían tiendas, sino también escenarios donde algunos personajes demostraban lo que podían hacer sus pociones, o incluso alguna cabina donde era posible jugar a algún minijuego.

De fondo se oía a un cuarteto cantar una versión a capella de una canción del mundo real, aunque las voces de los cantantes se veía apagada por el constante murmullo de la multitud y los vendedores anunciando sus productos o servicios a voces.

- ¡Ahh! ¡Comida! – Kora señaló un puesto donde un merchant tenía colocados varios pinchos de carne adobada en el mostrador.

Maya se encogió de hombros, dándole permiso de tal forma y Kora salió corriendo... para volver en pocos segundos.

- ¿Podéis prestarme un poco de dinero?
- Iré contigo antes de que te estafen. – Dijo Raiden, rodando los ojos, sorprendiendo a la chica. “Quizás sólo quiere hacer algo.”, pensó, mirando cómo colgaba el brazo metálico.
- Ohh, ¿no es adorable?

Maya apenas disimuló el comentario, supuestamente dirigido a Asami pero audible para los cuatro. Raiden apretó los labios mientras se llevaba a Kora hacia el puesto, dejando atrás las risitas de las otras dos.

- ¡Un pincho, por favor! – Dijo Kora, levantando la mano para llamar la atención del vendedor. – Eh, estoy en un juego de realidad virtual... no tengo que preocuparme... ¡Que sean dos!
- Tampoco abuses. – Raiden levantó una ceja.
- Es que tengo hambre... – La Black Mage hizo un puchero. – ¿Tú no vas a pedir nada?
- ...Que sean tres. – El hecho de que se uniera hizo reír a Kora, y Raiden sólo suspiró.

Volvieron con las otras dos, que estaban ya examinando de lejos una tienda en particular. Kora llevaba un pincho en cada mano, casi terminando con el de la derecha. Maya y Asami asintieron cuando los vieron llegar, y con un movimiento de cabeza, les indicaron el camino hacia el puesto en especial.

- ¡Oh! ¡Dos Black Mages! – Exclamó el vendedor, con exagerada sorpresa.
- Sí, vale, vale, no hace falta que se entere toda la feria. – Maya torció el gesto. Entre tanto Alchemist podían verse en problemas. – ¿Qué tienes?
- Precisamente habéis venido al puesto que más os puede interesar. Veréis, me especializo en pociones de magia. Resistencia a un elemento, hacer más efectivo a otro... y los vigores más baratos de toda la feria.
- ¿Vigores?

Kora miró a Maya, que permanecía cruzada de brazos. Aparentemente, Asami era la que se encargaba de comprar, ya que era la que más cerca estaba de la barra del puesto.

- ¿No sabes lo que son, joven padawan? – Interrumpió el vendedor antes de que Maya le pudiera explicar algo. – Con un vigor, puedes usar magia durante un tiempo. Por supuesto, no son nada baratos...
- ¿O sea que te conviertes en un Black Mage temporalmente? – Kora abrió los ojos, sorprendida.
- Algo así. Por eso te haces Alchemist y no Black Mage: en la versatilidad está la victoria.
- Tan sólo dinos lo que tienes. – Maya frunció el ceño, acabando la conversación.

Finalmente salieron con unas cuantas pociones de resistencia a magia (especialmente a agua, Lilith se lo agradecería después), un par de mejora de cada elemento, y dos vigores.

- No quiero usar vigores. – Kora se cruzó de brazos. – ¿Qué se ha creído?
- No entres en ese juego. – Le advirtió Maya, remarcando cada palabra. Kora sólo suspiró, ofendida. – Además, son para la guild.

El resto de la tarde pasó rápidamente. Asami hacía negocio fácil con los NPCs gracias a su job base de Merchant, y en poco tiempo tuvieron las mochilas llenas de pociones – cada uno con lo máximo que pudiera cargar con su fuerza sin que llegara a ser un estorbo. Hasta tuvieron tiempo de quedarse a ver un espectáculo donde un Mechanist controlaba un pequeño mecha, pudiendo ver en la cara de Asami como ésta tomaba notas mentales.

- Deberíamos buscar una posada. – Sugirió Asami.
- Sí. Mañana iremos al gremio de Magos. – Maya se quedó pensativa unos momentos. – No sé muy bien cómo llegar a la posada en la que suelo quedarme, pero sé que hay una en Monument Island, ese islote de ahí delante. Será algo cara, pero para lo poco que nos queda...

El resto asintió, siguiendo a Maya hacia la parada de los zepelines. El próximo que hacía parada en Monument Island partía en menos de tres minutos para cuando llegaron. Sobre el islote se alzaba una enorme estatua de una mujer con los brazos extendidos, casi como dándoles la bienvenida.

Kora y Maya observaban desde la borda (a pesar de que a la primera le hubiera costado un poco decidirse finalmente a asomarse), mientras que Asami revisaba el brazo de Raiden. Después del incidente con Jetstream por la mañana, el ambiente tranquilo a bordo del zepelín era de agradecer.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:09:00 PM
La mascota de Mista es esta Sex Pistols (http://images.wikia.com/jjba/images/archive/7/7b/20100312085007!Sexpsitols.jpg)

# 08.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/mista.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)


Hay cosas en este mundo que escapan a toda comprensión, cosas que están ahí aunque intentemos negarlas. La causa y efecto que escapa a nuestro control... podía llamarse superstición, pero  bueno, cuando tienes cuatro años y te escayolan el brazo y la pierna en verano, cuando el cuarto trozo de pizza te provoca diarrea, cuando el cuarto día del cuarto mes del año siempre acabas resfriado, cuando en tu partida número cuarenta y cuatro, a las cuatro horas cuarenta y cuatro minutos de juego escuchas: “Bienvenidos todos a mi mundo personal...”; entonces aprendes que ciencia y naturaleza pueden ir de la mano con lo desconocido, y la fuerza que ejercía en Mista el maldito número cuatro, era una de las cosas más inexplicables tanto para él como para quienes le conocían.

Por suerte, tenía el nivel suficiente para no tener que ir jugando a los superhéroes subiendo de nivel. Como Gunslinger de los Crimsom Raiders, se encargaba de parte de la protección de su guild así como cuidar la base, pero aquella tarde era especialmente aburrida, y precisamente cuando se aburría...
-Mista... -se trataba de un pequeño autómata dorado, de una pulgada de alto y con un cinco grabado en la frente, que en aquellos momentos flotaba a su alrededor sollozando. -Número tres me ha pegado...
Un coro de risitas burlonas acompañaba el comentario, a su alrededor otros cinco pequeños autómatas, flotaban cerca de él, dedicándose tanto a observar la situación, como a pelear entre ellos.
-Jesús... -Mista adivinó por su comportamiento, que los seis tenían que estar hambrientos. -Nº3, deja en paz a Nº5.
-Vaaale. -Pero en cuanto su dueño se dio la vuelta, volvió a la carga dándole un puñetazo a su compañero.

Sunny había hecho un buen trabajo con aquellos seis pequeños autómatas que habían adoptado el nick de su dueño como su propio nombre: Sex Pistols, y aunque fueran seis, estaban numerados del uno al siete (por cuestiones obvias, se había saltado el cuatro), eran inteligentes, y podían ayudarle a controlar las balas que disparaba y darles una potencia y un ángulo casi imposible a cada uno de sus disparos. Pero eran dependientes de su dueño, eran pequeñas mascotas que necesitaban sus cuidados y por consiguiente alimentarse.   
Mista decidió saltarse los últimos minutos de vigilancia y retirarse a Moxxi´s.
-Hola encanto. -La NPC le saludó nada más entrar por la puerta lanzandole un beso, el chico se sentó en la barra ignorándola simplemente por lo cotidiano de la escena, apuntando en su cuenta un plato de carne en adobo de a saber qué criatura, Sex Pistols hizó cuenta de ello mientras Mista vigilaba de que a Nº5 no le robaban su ración.
La puerta del local volvió a abrirse, Mista no se hubiera girado si no fuera porque el recién llegado era bastante escandaloso.       
-Brbrbrbrbr ¡qué frío hace ahí afuera! -JoJo castañeaba los dientes frotandose enérgicamente los brazos para entrar en calor.
El Gunslinger se quedó con los ojos como platos mientras el otro había comenzado a estornudar. Revisó rápidamente su omnitool solo para cercionarse de que por su nivel y sus ropas, era un novicio además de un extraño en Sanctuary. Había conseguido llegar hasta Moxxi´s porque él se había saltado la guardia, y la verdad, que no estaban los tiempos para fiarse del primero que entrara por la puerta... y menos que fuera por un despiste de su parte.   

-¡AAAHHH! ¡No me dispares!
Solo estaban ellos dos en el bar, sin darle tiempo a reaccionar ni decir nada más, Mista desenfundó su revólver de tambor de seis tiros y apuntandole directamente a la cara. JoJo levantó las manos en señal de rendición. 
-¿Quién eres? ¿A qué has venido a Sanctuary?
-S-solo soy un novicio, quería subir de job y... -en aquel momento le rugió el estómago de hambre. -Y comer algo si fuera posible, jejeje...
-...Entonces haz a lo que has venido y largate. -Guardó el arma y el gesto fue acompañado por un largo suspiro por parte del otro. 
Le siguió con la mirada mientras volvía a sentarse en la barra, JoJo cruzó un par de palabras con la NPC, y acto seguido se acercó al Gunslinger con gesto despreocupado.
-¿Podrías prestarme algo de dinero? El mío me lo robaron.
-¿Me has visto cara de hermanita de la caridad? -Mista acarició el mango de su revólver, Nº1 le susurraba al oído “¿quieres que le demos una paliza, jefe?”
-Vale... ¿cómo consigue por aquí uno mismo su propio dinero? -JoJo no perdía de vista aquellos pequeños seis seres que pululaban alrededor del Gunslinger.
-Puedes ir a cazar algún monstruo... o puedes intentar ganar algo en las apuestas. -Mista no llegó a ver el brillo de elocuencia que había pasado por los ojos del novicio.
-¿A qué se juega por esta zona?
-A las cartas... o a cualquier cosa, pero tú no tienes dinero para apostar, ¿me equivoco?
-Puedo empeñar esto. -Sacó de uno de sus bolsillos, la única poción que le quedaba, Nero se las había entregado para el viaje, y le habían servido bien para llegar a Sanctuary, aquella era la última que le quedaba, si la perdía, no llegaría con sus vidas intactas a la siguiente ciudad. -¿Quieres echar una partida a las cartas? Si no puedes darme tú el dinero, al menos apiadate de mi y ayúdame a conseguirlo, dime cómo se juega por esta zona.
-Tampoco enseño gratis.
-Entonces podemos ir apostando desde la primera lección.
Mista estaba intrigado por la actitud de aquel novicio, además que había ayudado a romper con la monotonía y el aburrimiento, una partida a las cartas no le haría ningún mal, y si le hacía perder, se marcharía con el rabo entre las piernas de Sanctuary y nadie tendría porque enterarse de que se había saltado su turno...
-Vamos a jugar.

 Le explico las normas de manera rápida, añadió un par de cambios en el juego que permitian un descarte rápido siempre que se tuvieran las cartas necesarias, y al mismo tiempo acortó la partida determinando que podía ganarse tanto por puntos como por descarte de toda la mano.
-Entonces... yo puedo quitarte una carta de la mano siempre que robe otra de la baraja...
-Exacto, si puedes descartar de la mano después del movimiento... -Mista predicó con el ejemplo exponiendo una escalera de cartas sobre la mesa hasta que se quedó sin mano. -Ganas la partida. Otra mano que yo gano, Joseph Joestar.
-Eres muy rápido para mí, Mista... casi no me estoy enterando de como funciona el juego. -Habían empezado a tutearse desde el momento en que hubo dinero sobre la mesa, pero a JoJo no le estaba yendo nada bien, dos manos más perdidas y no tendría nada con lo que apostar ni subsistir.
-Ya te he dicho que no enseño gratis. Aun estas a tiempo de marcharte y conservar algo de dinero y dignidad...
Sex Pistols corearon unas risitas apoyando a Mista, pero el otro no se retiró de la mesa, era su turno de barajar, y lo iba a aprovechar muy bien...
Aprender las normas del juego era una tapadera, no hace falta saber jugar a las cartas, todos los juegos eran similares: los números más altos, números seguidos, mismos palos, todo eso determina la mano. JoJo era muy hábil con los dedos, guardaba una carta debajo de otra, lanzaba la carta oculta y comprobaba que la que quedaba encima para asegurarse si era una de las que necesitaba, si lo era se la quedaba, si no repetía el proceso hasta dar con la mejor combinación.
Y había un segundo factor... conocer a tu rival.
En aquellas manos que había perdido, JoJo pudo comprobar muchas cosas, Mista nunca descartaba cuatro seguidas, ni se quedaba solo con cuatro cartas, ni robaba el mismo número en cartas... eso y que de aquellos pequeños autómatas, no contaban con el cuarto miembro... si sumabas dos más dos... pues eso, era la solución. Lo puso en práctica en la siguiente mano.   
Se aseguró de pasarle un número cuatro, primer bufido por parte del otro jugador al ver la carta, no le robaba cartas siempre que fueran cuatro las que tuviera en la mano... y por la carta que había robado, estaba claro que algo no le cuadraba en aquel maldito número a la hora de descartarse.
-...Está bien JoJo, esta mano es tuya, yo no voy. -Mejor perder un poco de dinero, que no arriesgarse por aquel número... lo que no se había percatado, que JoJo había visto su pequeña debilidad.
Las manos se fueron sucediendo, pero desde que había salido aquel maldito cuatro, que Mista estaba empezando a perder todo su dinero mano tras mano.
-Anda... debe ser lo que llaman la suerte del principiante. -JoJo no podía disimular una sonrisa, había recuperado el dinero perdido, lo había triplicado, y el Gunslinger seguía jugando empeñado en romper aquella racha. Una sola mano más y perdería todo lo de la mesa... Mista se mordió el labio frustrado dando un puñetazo a la mesa cuando apareció el segundo cuatro en su mano.
Si se retiraba una vez más iba a perder, estaban jugando duro, Mista necesitaba deshacerse de aquellas cartas... pero si soltaba los dos cuatros, presentía que la desgracia se abatiría sobre él además de quedarse con cuatro cartas en la mano... sólo podía robar una más, y robarle a JoJo otra de la mano... pero el cabrón tenía una cara de póker que le desconcertaba, le robó una carta... era el tercer cuatro de la baraja...
A Mista le pitaban los oídos, el sudor frío le bajaba por la espalda, casi no veía ni escuchaba nada... ¿cómo podía tener tan mala suerte? ¿Qué desgracia le esperaría tras aquella mano?
-Aún puedes robar una carta más Mista... son las normas. -JoJo apenas movía los labios, había contado las cartas, sabía cual era la que le esperaba a Mista... y exactamente, el Gunslinger se encontró con cuatro cartas del número cuatro en la misma mano...
-N-no... n-no voy...
JoJo recogió sus ganancias dejando unos minutos para que el hombre se recuperase, recostado sobre la mesa como estaba, como si le hubieran robado el alma en aquella partida.
-Ha sido un buen juego Mista... -JoJo le dio palmaditas en el hombro. -Piénsalo si quieres de este modo, me has ayudado para conseguir mi nuevo Job de ladrón, si nos volvemos a ver, te aseguro que no olvidaré este favor. Hasta la vista, Guido Mista.     

Joseph desapareció del bar, Mista aún tardó unos instantes en reaccionar, y quizás fuera por lo enfadado que estaba, pero enseguida relacionó el job de ladrón, con aquel desafortunado juego de cartas...
-¡¡El muy cabrón ha hecho trampas!! -Se pusó en pie tirando la silla, los Sex Pistols a su alrededor se revolucionaron en gritos coreando los sentimientos del hombre, cuando Mista fue hasta la puerta para perseguirle, ésta se abrió golpeandole en la cara.
-¿Pero qué estas haciendo? -Con una mano en la cadera, Lilith preguntó aquello en tono divertido al ver como el chico se frotaba la nariz.
Mista estaba convencido de que aquel golpe era producto de la maldición del dichoso número.
-Mista, si estás aburrido, lo mejor sería que fueras a ayudar al grupo, se han encontrado con un monstruo, prefiero asegurarme de que pueden resolverlo sin problema. Te gustará saber que Giorno esta también con ellos. Sólo por si quieres darte prisa.
...Su mala suerte solo estaba empeorando...

----

El job para ascender a ladrón no era precisamente uno de los más fáciles... aunque sólo consistía en hablar con un par de NPC, los cuales te pedían una cantidad de dinero desorbitada y casi imposible de conseguir por tu cuenta... salvo que empleases mucho tiempo en conseguirlo o directamente robases.
Pero cuando subió al nuevo job, JoJo reparó en que el esfuerzo había valido la pena, sus sentidos se habían agudizado y su ropa... ¡era lo que más le gustaba sin duda! Se le ajustaba perfectamente, acortandose hasta enseñar el ombligo, era mucho menos molesto que la ropa de novicio y más versátil para moverse... pero acabó arrebujándose más la bufanda frente a la tundra helada de Sanctuary... dirigió su vista hacía el muro de agua, ¿acaso el único que podía quedarse helado en aquel lugar era él? Entonces reparó en uno de los nombres que había escritos en el muro... lo había mirado de refilón, pero con sus nuevos sentidos no había lugar a dudas de que tenía que tratarse de esa persona...
-Oh no...
-¡Tú!
JoJo dio un salto sorprendido al reconocer aquella voz.   
-¡Tú, tramposo! ¿No tendrías que estar muerto?
-¡Shura! -JoJo quiso alegrarse al ver que estaba sana y salva, y felicitarle por su nuevo job, pero cuando vio la cara de basilisco de esta, adivinó que no estaba el horno para bollos precisamente.
-¿Ya estás contenta? -Sol estaba cruzado de brazos al lado de Doppio y Nero, los tres mirando seriamente la escena.
-¡No! Aún tengo que matarlo... ¿cómo se supone que puede matar una White Mage? -Shura parecía exasperada, saltando para golpear con la palma abierta en la cabeza al que había sido su desaparecido compañero de grupo.
-Te lo contaré después, primero, nuestra siguiente parada es Columbia... Doppio, te toca a ti subir de job y convertirte en un Time Mage con todas las de la ley. 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:10:15 PM
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/vfd.jpg)
*Todos los créditos por la imagen son para Kana (ʘ‿ʘ)

# 09.

“Ten cuidado...”
Aún no estas en ese maldito muro, pero esas dos palabras, corren por mi mente sin querer cada vez que desvío la mirada del agua.


----

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)

-Tenemos que llegar hasta Columbia, vamos a utilizar el warp, será lo más rápido.
Los cuatro miembros de la party casi no podían creer las palabras de Sol, no hacía falta conocerlo demasiado para ver que prefería caminar y subir de nivel, que la comodidad de llegar a los sitios que ofrecían los warp. El paladín enseguida pudo interpretar las acciones de sus compañeros.
-No quiero pasar demasiado tiempo en el territorio de los Crimson Raiders... -habló entre gruñidos rodando los ojos. -Son unos hippies que huelen a perro mojado.
Aquello tenía que ser algún tipo de broma interna entre guilds, ya que los únicos que habían reído ante el comentario había sido Nero y Doppio.

Abrió el warp indicando el orden en el que iban a pasar, Sol iba el primero, seguido de Doppio, pero cuando tenía que pasar Shura esta se acercó hacia Nero dándole una palmada en el trasero que le hizo dar un salto de la sorpresa y girarse torciendo el labio incómodo.
-Adelantate, nosotros vamos en un minuto. -La chica puso su mejor sonrisa juntando las manos para rogarle aquel favor.
Abrió la boca para protestar, pero se había quedado en blanco, finalmente Nero les pidió que no se retrasaran demasiado, y justo antes de entrar al warp.
-¡Nero! -JoJo le sonrió señalandole a la frente. -¡Te queda genial esa cicatriz! -El mencionado desapareció con una sonrisa de autosuficiencia.
-...Y yo pensando que empezaba a parecerse a Harry Potter... -Shura comenzó a reírse de su comentario al ver que JoJo se tapaba la boca para aguantar una risotada.
-Las mujeres no entendéis sobre cicatrices... oye, felicidades por tu job, te queda... bien. -Se encogió de hombros. -Siempre pensé en ti como una mujer de acción, pero creo que has hecho lo correcto para el grupo.
-JoJo... -suspiró pensativa- mira, no estoy enfadada porque no hayas muerto, ni nada así. Pero tengo la sensación de que voy dando tumbos entre tus juegos y los de Sol: por poco perdemos a Nero para que yo pudiera subir de nivel, y tu finges estar muerto a saber por qué, pero supongo que es también por salirte con la tuya; y la verdad, me pregunto hasta dónde pensáis llegar vosotros dos la próxima vez...

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

-*Flashback*-

-Nuestra intención era unirnos a vosotros para subir de nivel y mantenernos con vida, porque por vuestro nivel era lo que se suponía que tenía que pasar.
-Mi intención era que os convirtiérais los dos en White Mages, no teníais otra opción yendo con nosotros. -Sol estaba agradecido de que se dejaran las cosas claras y ella no jugase a hacerse la que no sabía de qué iba el tema.
-Entonces, ¿qué ha salido mal? Tú tienes tu parte, nosotros somos los que hemos salido perdiendo. -Se le encaró dando un paso al frente.
-Nada ha salido mal, excepto que estamos atrapados en este juego. Escúchame Shura, no es raro que un nivel bajo muera durante la partida, un paso en falso y no tienes recursos para sobrevivir. Nada ha salido mal, es lo más común en todos los juegos. Pero las normas han cambiado, y las vidas son limitadas, no es culpa de nadie.
-¿Y ya está? ¿Esa es tu respuesta? ¿Entramos en pánico y sálvese quién pueda? -Shura apretó los dientes furiosa.   
-Yo no he dicho eso, mujer. -Intentó mantenerse sereno, pero aquello último le había tocado la fibra al recordar a su antigua Guild, y no pudo evitar arrugar el labio en desprecio. -Pero eso es todo lo que hay, si quieres enfadarte con alguien, enfádate con el GM.
-Oh... claro que estoy enfadada con el GM, pero ahora, al que tengo a mano es a ti. -Le puso el dedo en el pecho, un segundo después lo tomó por la pechera. -¿Cómo te excusas por lo de Nero? ¡Le ibas a dejar morir para que yo subiera dos miserables niveles!
No sabía si había sido el hecho de que, una iniciada a la que además de sacarle dos cabezas y que con un simple ataque pudiera barrer del mapa, tuviera el atrevimiento de tocarle y encararle así, o si fue la mención de Nero, lo que le enfadó.
-No sabes nada Shura, nada. Pronto te darás cuenta de que tu job es una mierda con la que no puedes ni matar a una mosca, ¿dos niveles te parece algo miserable? -Le tomó de la muñeca inclinándose, sonriéndole con malicia. -Te queda mucho por llorar cuando veas que tu amiguito pierde su última vida porque no puedes curarle, porque eso es lo que pasará con tu nivel y su idiotez. 
-¿Llorar? No pienso darte el gusto. -La intimidación no funcionó con ella, sin embargo aquellas palabras fueron diferentes: pensaba recordarlas muy bien, y llegado el momento restregárselas por la cara. -Pero tendrás que aguantar mi job de mierda, porque no me queda otra que quedarme con vosotros para sobrevivir... pero esto que te digo es una promesa: ¿el nivel más alto es Cleric? Cuando llegue te juro por lo más sagrado que ahí te quedas. Me marcharé y no quiero saber nada más de vosotros.

Sol acabó soltándola sin poder disimular lo que le había asqueado aquella respuesta, se alejó de ella dándole la espalda y apoyándose en la entrada de la cueva, aún tuvo que tomarse unos instantes para calmarse, Shura no dijo nada más y solo lo observó, cruzándose de brazos orgullosa, mantenerse fría mientras el otro perdía los nervios, le provocó el banal sentimiento de anotarse un tanto en su cuenta.
-Está bien... -Sol resopló, pero no pensaba darse por vencido en aquella discusión verbal. -Si es así como lo quieres: hasta que seas Cleric, eres mía.
Shura se quedó boqueando como un pez fuera del agua, con aquellas dos palabras, no es que Sol se hubiera anotado un tanto, es que directamente le había roto el marcador. Si lo hubiera tenido cara a cara, se la hubiera cruzado de una bofetada.
-¡Yo no...! -Interrumpiéndola, la omnitool de su brazo comenzó a pitar anunciando que tenía un mensaje. Sólo podía tratarse de una persona...

-Es de JoJo... -tragó saliva, nerviosa por la incertidumbre, cuando apretó el botón para escuchar el mensaje, apareció la figura del chico distorsionada porque este parecía estar moviéndose mientras lo grababa.
>¿Cómo funciona esto? ...Espero que estés escuchando esto sólo tú... ¿por qué no me has seguido? Escapé de la caída del árbol, espero que no hayáis celebrado aún mi funeral porque eso me cabrearía mucho... escucha, me dirijo hacía Sanctuary, si todavía no te has hecho White Mage, busca un momento y deja plantados a esos, tengo una buena idea para un job para ti... ¿qué es eso...? -La silueta anaranjada de JoJo se quedó muy quieta, como si hubiera apoyado la espalda contra el tronco de un árbol para ocultarse. -Creo que no me han...
Debió golpear la omnitool contra algo porque el mensaje se cortó de golpe.     

Pese a lo inquietante que resultaba el final de aquel mensaje, Shura se quedó plantada mirando al vacío, todavía asimilando aquel mensaje. Levantó la vista hacía Sol que no se molestó en disimular una sonrisa de victoria, lo cual la hizo sentirse más tonta por haberse preocupado por él.
-Entonces, ¿tu amiguito esta vivo?
-Sí... -no sabía por qué, pero esa afirmación le hizo sonreír. -Dice que está en Sanctuary, pero lo mejor será que alguien le espere en Prorencia...

...Por que pienso matarlo en cuanto lo vea...

-*Fin del flashback*-

---

-Oh, no me compares por favor... -JoJo arrugó el labio ante la comparación con Sol que había recibido de Shura. -Yo esperaba que ambos pudiéramos hacernos ladrones y ser una pareja legendaria, como en los comics.
-Sí, seríamos el terror personificado matando conejos para subir de nivel... siento si te he decepcionado.
-Mira... -chasqueó la lengua nervioso, se notaba que aquellas cosas no se le daban bien. Le pasó un brazo por encima de los hombros. -Tendría que haber empezado disculpándome yo, siento si te he decepcionado, ¿me perdonas?
-Claro... pero aun necesitaré un tiempo para dejar de estar enfadada, ¿vale? 
JoJo no contesto, estuvieron en silencio un rato, hasta...
-¿Ya no estás enfadada? Uch... -Recibió un codazo de Shura por toda respuesta, pero solo le sirvió para que el chico la arropase aún más con el brazo sin disimular una risa al ver que la otra torcía una media sonrisa. -Y dime, ¿habéis llorado mucho por mí?
-Qué va, sólo iba a ser tu primera vida.
-Vale, eso duele... -Le quitó el brazo de encima sólo para cruzarse de brazos indignado. -Pero seguro que ese tipo tiene que estar tirándose de los pelos al perder la oportunidad de tener otro White Mage.
-Muy contento no parecía... creo que te hubiera dejado de lado si el resto no hubiéramos insistido en venir a buscarte.
En el fondo Joseph se sintió halagado por la noticia, pero tenía algo rondándole por la cabeza.
-Llevo un tiempo pensándolo... pero tengo la sensación de que ese tipo esta muerto de miedo, y aún no se por qué. 
-¿Cómo? -Shura se interesó por el dato, aunque le costaba de creer que estuviera en lo cierto.
-Piénsalo... insiste en rodearse de White Mages, para su protección, si se protege es porque algo le preocupa.
-...En eso todos estamos asustados por lo que esta pasando. Yo creo que sólo es un tipo amargado y enfadado.
-La ira lleva al miedo... el miedo al lado oscuro... -JoJo hizo aquella relación, pero solo recibió una negativa por parte de la chica. -También he visto algo más que deberías saber, se trata de...

La omnitool de Shura pitó al recibir un mensaje de Nero.
>Por favor, daros prisa.
-Tendríamos que hacerle caso. -Shura se acercó hasta el warp, girando hacía su compañero cuando le escuchó soltar una pequeña risita.
-Seguro que Sol le esta echando la bronca por dejarnos atrás... pobrecito Nero, no podrá soportar que su mentor se enfade con él.
-¿Tú también lo piensas? -Shura sonrió traviesa.
-Tengo un radar para esas cosas...

Shura entró en el warp, apareciendo a los pies de un faro, JoJo apareció detrás de ella y el portal se cerró. Efectivamente Sol no tenía cara de buenos amigos, pero se conformó con lo que les iba a hacer dentro de unos minutos...
-Columbia es una ciudad en las nubes... tenemos que ir a lo alto del faro para llegar.
-Pues tampoco parece que el faro sea tan alto. -JoJo utilizó su mano a modo de visera levantando la vista, no vió como el paladín sonreía malicioso.
Los cuatro siguieron a Sol hasta el final de la escaleras del faro, donde la cabina con cuatro sillas les esperaban.
-Nero, sube con Shura y JoJo, y esta vez quédate con ellos...
-¿Esto es un warp? -Shura dio un respingo conteniendo la respiración cuando las anillas le rodearon las muñecas.
-No me va este rollo... -JoJo tragó saliva cuando la cabina empezó a cerrarse a su alrededor.
Nero buscaba su reflejo en el ojo de buey para poder contemplar por primera vez la cicatriz por la que todos le felicitaban.
...Ascensión...
-¿Es broma no? -La cuenta atrás fue acompañada del sonido de unos motores poniéndose en marcha.
Por la sonrisa de satisfacción del paladín al otro lado, estaba claro que no. Era una venganza muy simple, pero hacerles pasar por aquel rato sería suficiente de momento por las molestias.

La cabina salió disparada provocandoles que el estómago se les bajara y los dientes les castañeasen.
Pero lejos de pasar un mal rato...
-¡¡YUUUJUUUUUU!!
Shura y JoJo se reían nerviosos y excitados por lo que era, la montaña rusa de sus vidas, la adrenalina subió al máximo cuando vieron los tejados de los edificios de Columbia... pero el descenso al suelo de la ciudad fue más pasajero, dándoles tiempo a calmarse.
-¡Ha sido una pasada! -Shura se anotó darle las gracias a Sol por la experiencia, ya era hora de que se divirtieran un poco. 
-¿Podemos repetir? ¿Podemos repetir? -JoJo se escurrió por el asiento de satisfacción todo lo que sus amarres le permitieron.
-Siiii, oye Nero... ¿Nero?
Pero el espadachín estaba tan blanco como su pelo...
-Es... ¿qué ha sido... esto? ¿Estamos muertos?
Iban a consolarle, pero los dos solo comenzaron a reír incapaces de decir nada ni ayudarle cuando bajaron de la cabina con el otro tambaleándose, buscando un lugar donde apoyarse. Shura quería dejar de reír, pero quizás hubiera sido por todos los nervios que había hecho aquellos días o el hecho de que JoJo siguiera riéndose, pero entró en pleno ataque de risa incontrolable. Atenuado cuando vieron la cabina de Sol y Doppio llegar y la cara de pocos amigos del primero, que fue directamente a por Nero (aunque Doppio no estaba en mejores condiciones que su amigo) ayudándole a salir, gruñendo maldiciones a los dos iniciados que seguían riendo aún más ante la escena de ellos dos.
-Ah... ¿ya no estás enfadada conmigo Shura?
-¡Arg! ¿Por qué lo estropeas todo? -Aprovechó para enjugarse las lágrimas producto de la risa. -¿Qué te dice tu radar?
-Me dice muuuchas cosas... -Volvieron a la carga para reír cuando JoJo señaló a Sol y Nero esperándolos en la plataforma de salida. -Vale, no estás enfadada.
-Pues precisamente.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:10:51 PM
Sobre Columbia: Los ganchos que menciono son así (http://4.bp.blogspot.com/-N5Ilq71qrIA/UW3bsNX2K3I/AAAAAAAAABc/INB47MmBPXQ/s1600/249537_scr1_a.png) (sí, hay réplicas reales), y para una vista mejor de los sky-lines (relés) así son (http://www.mobygames.com/images/shots/l/614553-bioshock-infinite-windows-screenshot-on-a-sky-lines.png). No sé si lo explico bien en el aporte (porque tampoco sé como se dicen en castellano) así que ahí lo dejo.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

014across the sky

- Nn-nhh... cinco minutos más...

Kora se dio la vuelta en el colchón, tapándose con el cobertor hasta la punta de la nariz. La luz del día llenaba la habitación, pero las costumbres eran las costumbres, y la chica quería aprovechar hasta el último momento posible de descanso.

- ¡Es la tercera vez que dices eso! – Maya se cruzó de brazos. – Tendríamos que haber bajado hace por lo menos media hora.
- Kora, tenemos que ir al gremio de Magos. – Le recordó Asami, intentando sacudirle el hombro.
- Podemos ir por la tarde...

La chica se acurrucó más aún hacia la pared, a pesar de que la conversación había empezado a despertarla completamente. Se encontraba cómoda en la cama, y allí era fácil olvidarse por un rato del mundo... exterior, por decirlo de alguna manera.

- Ya nos habremos perdido el desayuno. – Suspiró Maya. – Bien, si no te levantas tú, te levantaré yo misma.
- ¿Eh?

Antes de que Kora pudiera reaccionar, notó como una fuerza levantaba la parte superior de su cuerpo, haciendo que poco a poco se incorporara. Parpadeó varias veces hasta ver que delante de ella había una esfera azul atrayendo mechones de pelo y el cobertor.

- ¡Ahh! ¡Ya me levanto, ya! ¡¡Maya!!
- Eso está mejor. – Al cerrar el puño, la esfera desapareció, y Kora cayó los pocos centímetros que se había levantado de la cama.

Refunfuñando, Kora se movió hasta sentarse en el borde de la cama, y estiró los brazos, bostezando largamente. Aunque habían pasado el anochecer en una de las terrazas del hotel, bebiendo y tomando aperitivos tranquilamente, el cansancio del día anterior había hecho que subieran a su habitación pronto.

Vio que el resto estaban preparados, los otros tres ya vestidos y con sus pertenencias listas sobre las camas individuales que les había tocado a cada uno. Se le había hecho extraño compartir habitación con un hombre al principio, pero en cuanto tocó su colchón, el agotamiento hizo que no se preocupara demasiado por Raiden.

- Venga, lávate la cara y termina de arreglarte. – Maya la ayudó a levantarse, y la condujo hasta el baño. – Esta chiquilla...
- No te quejes tanto. Te cae bien. – Intervino Raiden, arqueando una ceja. Apoyado en la pared al lado de su cama, acariciaba el mango de su katana por inercia.
- ¿Uh? Bueno, me recuerda al perro que tenía cuando era pequeña. – La mujer arqueó una ceja, y le dedicó media sonrisa al Samurai. – Además, mira quien-

Un sonido fuerte, como una explosión que sacudió las paredes de la habitación, interrumpió la conversación. Inmediatamente los tres se pusieron en guardia, y Kora salió del baño con susto en la cara, intentando ajustarse los cordones del corsé ella misma.

- ¿Qué ha sido eso? – Preguntó la chica.

Ninguno tuvo la oportunidad de responderle antes de que otra fuerte sacudida hiciera que se moviera la habitación.

- ¡Vamos! – Maya apresuró al equipo.

Los cuatro salieron de la habitación rápidamente. Se encontraban en la segunda planta del edificio, por lo que el recibidor estaba justo debajo. Desde el pasillo, podían oír un vocerío desde la planta principal.

- Nadie se mueve... ¡Y nadie muere!

El grito vino acompañado de una risa casi histriónica, seguido de varios disparos que, esperaban, hubieran sido al aire. Maya corrió hacia la esquina que daba a las escaleras, asomándose unos centímetros.

Un grupo de jugadores había asaltado el salón principal. No necesitaba la Omnitool para saber que eran de un job alto. Entre ellos destacaba el Gunslinger encima de la mesa riendo, una Dragoon, un Assassin, una maga de algún tipo, un Stalker...

- Eh, vosotros dos. – El Assassin miró a la Dragoon y al Stalker, señalando con la cabeza hacia las escaleras. – Cuando terminéis con esos novatos, id a ver quienes quedan por las habitaciones.

Maya inmediatamente retrocedió, dirigiéndose a su grupo.

- Están atracando el hotel, y en estos momentos dos de ellos van a subir. – Les informó rápidamente.
- Escondámonos en la habitación de momento. – Sugirió Asami, pero Maya negó con la cabeza.
- Tienen un Stalker. Puede forzar las cerraduras. – Maya se cruzó de brazos, con el rostro cruzado por la tensión. – Tenemos que enfrentarnos a ellos.

El grupo enmudeció, pero Maya y Asami parecían decididas. Kora se giró hacia Raiden, quien sostenía su katana en la mano que aún podía usar. El Samurai asintió hacia ella, y tragando saliva, se preparó.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)


- ¿Qué está pasando?

Sobresaltados, se giraron hacia el otro lado del pasillo. Una chica de pelo corto castaño se acercó hacia ellos, sujetando un carro en una mano. Inmediatamente se pusieron en guardia, pero la joven sólo alzó la mano. Sin embargo, abrió los ojos en sorpresa al fijarse en Maya.

- ¡Oh! ¡T-tú...!
- Hola de nuevo. Por cierto, no quiero asustarte, pero están atracando el hotel. – Le interrumpió Maya.
- ¿¡Qué!? ¿¡Pero qué le pasa a la gente aquí!? – La desconocida entornó los ojos. – Pensé que aquí estaría segura...
- Bueno, pues-

Maya fue interrumpida por Raiden, quien la empujó al lado para bloquear un cuchillazo por la espalda con su katana. La fuerza del impacto hizo retroceder al Samurai, pero le dio los segundos necesarios a Asami para actuar. Aprovechó el brazo extendido del Stalker para sujetarlo, dándole la vuelta fácilmente con su fuerza, y estampándolo contra la pared. Con un golpe de la palma de la mano, dejó ir una carga eléctrica sobre el pecho de éste.

El Stalker cayó al suelo en la misma posición, moviendo su cuerpo a trompicones.

- He conseguido paralizarlo. – Asami le dio una pequeña patada en el costado, comprobando que no se movería. – Nos hemos ganado unos minutos más.
- Esperad... – Maya levantó un índice. – Tenían que subir un Stalker y una Dragoon...

El grito de la otra chica les sobresaltó. La Dragoon atravesó una ventana con su lanza por delante, recuperándose del salto rápidamente, pero no sin que la otra la golpeara varias veces con un mazo. Sus golpes no eran muy efectivos, y con una risa, se dispuso a atacarla con su lanza.

- Esta es mía. – Maya sonrió, y antes de que el Dragoon se lanzara a por la otra, levantó una burbuja de gravedad. – Con mi nivel no puedo matarte, pero... puedo apartarte del camino.

Con un movimiento de la mano, la esfera estalló. Una onda expansiva hizo retroceder al grupo, y la Dragoon salió despedida en dirección hacia las escaleras. El golpe contra la pared pareció aturdirla lo suficiente como para ganar otros momentos extra.

- No podemos bajar, así que...

Asami señaló la otra punta del pasillo, y el grupo subió hasta el tercer piso a la carrera. No tan sorprendentemente, la otra chica les siguió. Al llegar allí, un confundido trío de jugadores se les unió tras explicarles brevemente la situación.

- Por cierto, tú, ¿quien eres? – Preguntó Maya a la otra chica. – La otra vez tenías demasiada prisa, aparentemente.
- Songbird. Gracias por salvarme... otra vez. – Respondió ésta, cruzándose de brazos mientras se sonrojaba. Un rápido tecleo en la Omnitool les reveló que era una Merchant de nivel medio.
- Deberíamos preocuparnos en cómo salir de aquí. – Les recordó Asami.

Maya apretó un puño, frustrada. Habían podido derrotar a dos de ellos, pero no iban a poder mantener un ritmo así de ninguna forma.

- No podemos hacer nada. – Raiden tenía una expresión similar a la suya. – Ahora lo importante es cómo salir de aquí.
- ¿Ideas? – Preguntó Asami al resto.
- En realidad... creo que sé cómo podemos salir de aquí...

El resto se giró hacia Songbird, quien parecía bastante segura de lo que tenía que decir.

- Habéis visto los relés de carga, ¿no? – Les dijo la Merchant. – Hay una manera de que los jugadores puedan usarlos...
- ¿Los ganchos esos? – Preguntó Maya, y Songbird asintió. – ¿Tienes?
- En venta, sí.
- ¡Te hemos salvado la vida! – Kora se cruzó de brazos. – Si puedes ayudarnos a salir de aquí, es lo mínimo que puedes hacer.

Songbird les dedicó una media sonrisa, y sacó del bolsillo de su chaqueta un papel doblado. Inmediatamente reconocieron el símbolo y el texto.

- Entre todas las posibilidades... – Empezó Maya.
- Dejad que me una a los Crimson Raiders, y os sacaré de aquí. – Sonbird agitó el folleto. – No tenemos mucho tiempo.
- Trato. – Raiden tomó la iniciativa, y Songbird asintió.
- Trato.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

Los seis pisos del hotel se les hicieron casi eternos. Hasta nueve jugadores más se les habían unido en la escapada, y por suerte, el Paladín y la Sniper del quinto piso acabaron con la Dragoon que les perseguía. El suelo temblaba en ocasiones, y la escalera del cuarto piso cedió momentos después de que el último de ellos la pisara. Literalmente no había vuelta atrás.

El último piso tenía una suite que daba a una amplia terraza, con mesas de hierro forjado y una pequeña piscina. Pero lo más importante no era el lujo, sino que cerca del borde, había una vía de relés por los que se enviaban cargas a través de la ciudad.

- Para ser sinceros, nunca he usado esto. – Les dijo Songbird. – Pero sé que el gancho se agarra a las vías por magnetismo, y se puede saltar de relé en relé usando la fuerza del impulso. Una vez encontremos un sitio donde aterrizar, sólo hay que soltarse apretando el gatillo.

Songbird explicó brevemente como funcionaban aquellos ganchos, que parecían un guantelete con tres ganzúas rotantes. El gatillo servía para soltarse de la vía que estaban siguiendo, y gracias a alguna forma de magnetismo -- o simplemente mecánica del juego, saltar hacia otra vía.

El plan parecía sencillo: seguir los relés desde Monument Island hasta donde pareciera seguro.

- Bien, ¿quien va primero? – Preguntó Songbird, mirando al grupo. Cuatro de ellos ya tenían guantelete y experiencia usándolos, por lo que no había escasez.

Maya se adelantó, cogiendo uno de los guanteletes. Lo probó en sus manos, y las tres ganzúas rotaron cuando pulsó el gatillo.

- Raiden, ¿crees que...? – Preguntó Asami, pero la mirada de Raiden lo dijo todo. Al fin y al cabo, sólo se necesitaba un brazo. La Blacksmith se colocó el gancho, preparada para saltar.

Kora era la que más dudas tenía. Según Songbird, el diseño del guantelete hacía que fuera imposible soltarse a no ser que fuera intencional, y no recordaba que hubiera fallado alguna vez. Sin embargo, empezaba a pensar que quizá pasara mucho tiempo hasta que quisiera volver a una ciudad en el cielo.

- Vamos, vamos. – Songbird terminó de cerrar su carro con correas, ajustándoselo a la espalda.
- ¿Listos? – Preguntó Maya al resto.

La futura Time Mage fue la primera en lanzarse a través de los relés. Para no perderse, tenían que subir deprisa, y Asami saltó segundos después, seguida de Raiden. Kora pareció dudar, pero Songbird le levantó el brazo hasta engancharlo al relé.

- ¡Piensa que es como una montaña rusa! – Le dijo, antes de darle un empujón.
- ¡¡Odio las montañas rusAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:11:51 PM
# 10.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)


-No tiene gracia.
Todo el mareo provocado por la subida a Columbia ya había pasado, pero mientras iban subidos en la plataforma rumbo al gremio de Time Mages, Nero iba apretando los dientes, cruzado de brazos y comenzando a ponerse colorado involuntariamente, ante las risas de sus dos compañeros. 
-No pasa nada CuteBoy, yo también me he mareado. -Los ánimos de Doppio no ayudaban a su imagen.
-No me he mareado, sólo... he bajado la guardia. -Y era verdad, si le hubieran avisado de lo que le esperaba, la ascensión no le hubiera pillado de sorpresa... seguramente.
-No pasa nada Nero, te queremos así como eres. -Shura miraba al resto del grupo buscando su aprobación. -¿A que sí Sol?
Nero bufó incómodo, aún no se había recuperado de la herida emocional de que resultara herido en el bosque, no estaba teniendo la suerte de su lado para demostrar lo que valía realmente.
-Parad de una vez. -El paladín habló exasperado.


La plataforma se había encajado en su destino, antes de que se abrieran las barreras hacia la plaza de la torre del reloj, Nero les enseñó su omnitool muy digno.
-Más os valdría preparar la configuración para aparecer justo aquí si algo malo os pasase, Columbia puede parecer un lugar calmado, pero las tensiones entre magos y alquimistas siempre han estado presentes.
Shura y JoJo se miraron sin comprender muy bien a qué se refería, por lo menos habían dejado de reírse, la chica se acercó de manera confidencial hacía su compañero.
-Incluso enfadado se preocupa por nosotros.
Los cuatro aquella vez siguieron a Doppio, parecía muy concentrado y algo nervioso por cambiar a un job definitivo, llegaron hasta la torre del reloj, donde en su interior le esperaba su quest.
-Bueno... -el mago giró sobre sus talones, sonriendo mirando al suelo. -Tengo que daros a todos las gracias, sin vuestra ayuda, no estaría aquí.
-Nosotros no nos las merecemos, pero estamos contentos si en algo hemos podido ayudar. -JoJo habló por los dos iniciados, dándole al mago una palmada amistosa en la espalda.
Doppio levantó la cabeza mirando alternativamente a JoJo y Shura.
-Sí, vosotros también habéis sido de ayuda. -Se produjo una sensación muy extraña dentro de la chica que apartó la mirada evitando la de Doppio... pero su tono era el mismo que mostraría un científico en agradecimiento a sus cobayas.
Aquello duró menos de un segundo. Doppio se acercó hasta su destino, acariciando el marco de la puerta y girando una última vez para sonreír tímidamente a sus compañeros.
-Deseadme suerte.
-Te estaremos esperando. -Nero y el resto se despidieron de él cuando desapareció tras la puerta.


-Oye... cuando estábamos arriba, -JoJo habló para su compañera en el tono suficiente de que todos se enterasen. -Me pareció ver que por aquí cerca había una feria.
-Yo también la he visto.
-Vosotros dos, ¿no estaréis pensando en marcharos? -Nero rodó los ojos señalándolos asqueado. -Vamos a esperar a nuestro compañero que está con su quest.
-A mí nadie me acompañó en la mía. Estará bien. -Shura se encogió de hombros, no había tanto con aquello.
-Yo me tengo que marchar un momento. -Sol revisaba su omnitool sonriendo satisfecho. -Por aquí se puede comprar tabaco.   
-Entonces decidido. ¿Te vienes con nosotros Nero?
-No. -Rechazó tajante la invitación de JoJo, utilizando todo su tono ácido para intentar remover la conciencia de sus compañeros. -Voy a esperar a mi amigo porque quizás nos necesite para algo; para ser el primero en felicitarle cuando lo consiga, o para darle todo mi apoyo si, no lo quiera, fuera necesario. Porque eso es lo que hacen los amigos.
-Vale, mándanos un mensaje si nos necesitas. -JoJo y Shura se fueron juntos y Sol por su parte, dejando solo a un estupefacto Nero, que optó por sentarse en los escalones de entrada a la torre murmurando enfadado maldiciones para sus compañeros.


---


-Shura, ¿me queda bien? -JoJo había comprado un nuevo gorro en uno de los puestos de la feria, esta vez de aviador, adoptando una pose exagerada para mostrar cómo le quedaba en conjunto aquel complemento.
-Sí, te queda bien... ¿de dónde has sacado el dinero? -Se obligó a apartar la mirada de un elementalist que lanzaba chispas al aire como si fueran pequeños fuegos artificiales.
-Me ha sobrado un poco de cuando hice mi quest.
-Pues estírate y devuélveme lo que me debes... -Los ojos de Shura brillaron. -¡Vamos a dar una vuelta!
Estaba claro que se iba a cobrar la deuda con intereses... pero su primera parada iba a ser los puestos de comida, el olor de palomitas dulces, y perritos calientes eran como una melodía atrayente que atrapaba todos sus sentidos después de días a base de raíces y frutas.
-Sí, -Shura se plantó delante del NPC. -Póngame cuatro perritos, dos bebidas, ¿y tienen helados? ¿No? ¿Tú que vas a pedir, JoJo?
-Cuatro perritos y dos bebidas, ¿quedan helados? ¿No tienen? -La maga a su lado casi pareció desinflarse desanimada por la respuesta del NPC. Pero la visión de comida la reanimó, las dos chicas acercaron las manos a la bandeja donde ambos pedidos al realizarse a la vez se habían mezclado.


Shura observó a la chica de cabello blanco y traje de Black Mage, pero lo que más le llamó la atención fue su cara, era guapa, pero ahora mismo, con la comida entre ellas, parecía irradiar otro tipo de luz, los ojos le brillaban con esperanza y con el mensaje de que alimentarla a ella, era hacer desaparecer el hambre en el mundo, su gesto reflejaba cierta incredulidad e inocencia como si uno de los misterios del ser humano fuera “¿qué hacía aquella persona agarrando su bandeja? Exageradamente llena de cuatro bebidas y ocho perritos; oh dios mío estoy en el cielo y la bandeja es el mesías.”
-Lo siento, pido otra bandeja y ahora repartimos. -Shura acabó cediendo, apartando las manos y dejando a la recién llegada toda la bandeja.
La Black Mage hizo un gorjeo más propio de una fan recibiendo a su estrella, pero al segundo después reparó en algo más fundamental.
-No, no te preocupes, podemos usar las dos la misma bandeja. -Se la entregó a Shura, y ya con las manos libres tomó uno de los bocadillos dándole allí mismo el primer bocado, y la White Mage pudo jurar que un escalofrío de satisfacción le recorrió hasta la punta del pelo.
Shura se acercó la bandeja a la cara y tomó la pajita de la bebida más cercana... era tan dulce que le hizo sonreír, así se encontraron las dos chicas sonriéndose mutuamente en lo que era el comienzo de una hermosa amistad gracias a la comida.


-Moonshine, ven aquí. -Una hermosa joven de cabellos como el ébano pagó su parte de la cuenta, reprendiéndose interiormente el haberla perdido de vista tan solo un instante y que ésta hubiera acabado hablando con cualquiera cuando hace apenas un rato habían escapado de un nuevo ataque.
La mencionada parecía debatirse entre hacerle caso o quedarse con la comida, casi como si lo hiciera por si acaso, agarró un segundo bocadillo de la bandeja acercándose a su compañera.     
-La he invitado a que usemos la misma bandeja, ¿y tú que has pedido?
-¿La conoces? -Alzó una ceja suspicaz.
-Claro que sss... -Quería consultar en su Omnitool, pero tenía las dos manos ocupadas.
-No la conoces. -La chica cerró los ojos paciente, consultando ella misma los datos.
Shura las observó deduciendo de qué podrían estar hablando, pero estando en posesión de la comida, se sentía más tranquila, JoJo acababa de llegar con cuatro paquetes de palomitas dulces, así que estaban servidos.
La Blacksmith miró suspicaz al recién llegado, pero ambos eran de bajo nivel, no pertenecían a ninguna guild y estaban en una party, ella como White Mage no resultaba amenazadora y a juzgar como el otro hacía malabares para robarle bebida a su compañera directamente de la bandeja, no era tampoco la imagen viva de la amenaza ni de la seriedad.
La Black Mage miraba la escena, o sería más correcto decir toda aquella comida, esperando impaciente una señal de la Blacksmith para reunirse con aquellos dos.
-Bueno... si quieres podemos comer con ellos. -Suspiró sin poder evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro al ver la felicidad de su amiga.


-Hm hola, mi nombre es Moonshine.
-Yo me llamo Shura, y él es JoJo.
-Mi nombre es Kora, -que la otra chica se presentara con su nombre le dio ánimos para revelarlo. -Mi compañera es Techbender. Y, esto... ¿dónde vamos a comer?


Al lado de la feria había bancos donde podían sentarse los cuatro, compartieron comida, Kora había decretado que JoJo y Shura eran los tres mejores amigos cuando el chico le había regalado dos de sus bolsas de palomitas a ella y a la White Mage, Techbender rechazó cordialmente la tercera bolsa, y los cuatro estuvieron hablando mientras duró la comida, Shura descubrió que ella también había quedado atrapada en su primer día de juego, pero que desde entonces se había esforzado todo lo posible por salir hacia delante. Techbender sonreía sin intervenir cuando su compañera de guild ensalzaba sus proezas de iniciada.
-Esta máscara la conseguí al derrotar a un jefe de zona. -Se señaló el antifaz negro de su cara como el orgulloso trofeo de batalla que era.
-¡Qué pasada! -Shura sintió una punzada de admiración, acompañado de algo más que se le acabó escapando en forma de suspiro. -Te envidio, creo que nunca podré derrotar a un enemigo por mi cuenta como White Mage.
-¡Pero los White Mages podéis hacer otras muchas cosas! Podéis curar, podéis... -Hizo memoria con alguno de los miembros de los Crimson Raiders que conocía, a decir verdad no había demasiados que hubieran empezado como White Mages... -Podéis llegar a Champion y luchar cuerpo a cuerpo, podéis... ¿ya he dicho curar?
-¿Qué es Champion? -Parpadeó sorprendida, aquel nombre sonaba muy bien.
-Ah... -Kora disimuló su nerviosismo, convenciéndose que de cabeza podía definir bien un término del que sólo había visto a su compañera de Guild. Se cruzó de piernas tan digna como una reina. -Pues, dan puñetazos para luchar. -Y se encogió de hombros tan resuelta como su sonrisa.
-Son maestros de las artes marciales, Champion es el último nivel, primero va el nivel de Monk. -Techbender ayudó a complementar la información de su amiga, también apiadándose de la cara de no saber que se le había quedado a la otra.
-Mujer de acción... -JoJo lanzaba palomitas a las palomas del lugar que cada vez tomaban más confianza acercándose al grupo.
Shura le devolvió la sonrisa rodando los ojos, tendría que investigar cual eran sus otras opciones. 


Pero ahora que había salido el tema de último nivel de job...
-Vas a decir, “tendríamos que ir a ver cómo le va a Doppio”
-Tendríamos que ir a ver cómo le va a… ¡ahrg! ¡Para de hacer eso! -Shura golpeó molesta a su compañero haciendo que las aves se asustaran y emprendieran el vuelo.
Fue el turno de las otras dos chicas de no entender de qué estaban hablando.
-Perdonad, tenemos un amigo que está haciendo su quest para convertirse en Time Mage.
-¿De verdad? ¡Nosotras también tenemos una amiga que está a punto de convertirse en Time Mage!
-¡Moonshine! -Techbender la reprendió por aquel exceso de información, pero parecía que los otros dos simplemente lo habían aceptado como otra anécdota más de la maga.
-Si queréis vamos los cuatro, puedes preguntarle cómo ha sido su quest por si eso ayuda a tu amiga. -A decir verdad, a Shura le podía la curiosidad con aquello.
-¡Sí! Y así también veo el lugar... podemos ir, ¿verdad?
La morena se mordió la lengua un tanto nerviosa, pero después de prácticamente haberse ofrecido, aquella pregunta por parte de Kora llegaba tarde.
-Está bien... vamos los cuatro. -No es que no terminara de confiar en ellos dos, pero la experiencia le había vuelto más precavida y aquel día ya habían tenido suficientes sorpresas desagradables.
-¡Pero primero pasaremos por el puesto del algodón de azúcar! -Shura se puso en pie con fuerzas renovadas por la comida... y la promesa de más comida.
-¡Me has leído la mente! -Kora la imitó encabezando la marcha, Shura la siguió confiando en que aquel radar que tenía para la comida, las guiase hacia su próximo objetivo.


Pero les había durado poco la alegría cuando al llegar, vieron un cartel anunciando que las existencias de aquel día se habían agotado a causa de una Merchant...
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:13:09 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

015where all the roads lead to

- ¡Ahí!

Maya señaló un islote al que se acercaban rápidamente desde los relés metálicos. Tenían bastante espacio para poder aterrizar, y uno tras otro, fueron dejándose caer en la zona -- unos con más gracia que otros. Kora rodó un par de metros en la caída, y estaba casi tan blanca como su pelo.

- ¿Cuándo volvemos a Sanctuary? – Dijo con un hilo de voz, mientras intentaba arrodillarse.

Por la presión del aire durante el trayecto, los pulmones le ardieron cuando por fin pudo inhalar oxígeno. El resto del equipo parecía estar bastante bien, Maya estaba de pie examinando el mapa en su Omnitool, Raiden comprobaba el estado de su brazo, Elizabeth simplemente se sacudía la larga falda azul para reajustarla mientras miraba a los otros jugadores huir con sus guanteletes, y Asami le tendía la mano no enguantada.

- Mañana, seguramente. – Le dijo la Blacksmith, ayudándola a levantarse. – Pero no vamos a quedarnos ahí para siempre, sabes.
- Claro que no. – Maya cerró la Omnitool. – Cuando terminemos aquí, seguramente empezaremos con quests para subir de nivel... y probablemente tú y yo volveremos aquí pronto, Kora.

Mentalmente, Kora cruzó los dedos para que simplemente usaran Warps y zepelines.

- ¿Dónde vamos ahora? – Preguntó Elizabeth distraídamente.

La merchant miraba dentro de unas cajas, rebuscando dentro de ellas, hasta que sacó una poción. Sonriendo, la guardó en su carro.

- Nunca se me hubiera ocurrido mirar ahí. – Admitió Asami, arqueando una ceja.
- Te sorprendería la de cosas que se encuentran en estos rincones. – Elizabeth simplemente se encogió de hombros, sonriendo.
- Parece que no eres tan inocente como creía. – Maya dio unos pasos hacia ella, y la sonrisa de la Merchant se heló ligeramente.
- Uhm, lo del otro día...

Elizabeth agachó ligeramente la cabeza, cruzándose de brazos. Parecía que Maya iba a hablar, pero la otra no le dio tiempo a empezar.

- No creía que... bueno, no creo que esté bien quitar vidas. Pero me salvaste... – Tan sólo suspiró. – Supongo que así es como van a ser las cosas a partir de ahora, ¿no?
- Me temo que sí. – Respondió Maya.
- Igualmente... gracias. – Elizabeth le sonrió a Maya, y ésta le devolvió el gesto, sellando la situación previa entre ellas.

Asami se acercó a ambas, tendiéndole el guantelete prestado a Elizabeth.

- Nosotros también te debemos las gracias. Sin ti, no hubieramos podido escapar.
- Deberíamos añadirla a la party. – Intervino Raiden. – Quiere unirse a los Crimson Raiders, y es Merchant...
- ¿Qué quieres decir con eso? – Elizabeth arqueó una ceja.
- Lo entenderás cuando volvamos a Sanctuary. – Le dijo Maya, intentando disimular una sonrisa. – Ahora tenemos que ir al gremio de magos.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

Afortunadamente, el islote en el que habían aterrizado era cercano al que conducía al gremio de magos, y sólo tuvieron que esperar a que bajaran el puente levadizo para poder cruzar. La zona de magos no era tan diferente del resto de Columbia, a excepción de la arquitectura más sobrecargada de algunos edificios. Por las calles, algunos Black Mages exhibían sus habilidades, y un pequeño grupo de hadas los sorprendió al lanzarse sobre ellos, inspeccionándolos con curiosidad.

- Perdón, todavía no tengo mucho control sobre ellas... – Se disculpó el Summoner, llamándolas de vuelta.

Kora se quedó mirando el pequeño grupo que revoloteaba alrededor del jugador, e inmediatamente se acercó hacia Maya.

- ¿Es un Summoner?
- Sí. Pero aquí no es donde se hace la quest, es en otra ciudad... además, tenemos una Summoner muy fuerte en Sanctuary.
- ¿Rydia? ¿La del dragón? – Preguntó Asami.

Maya asintió, y siguieron sus pasos. Durante el camino, Elizabeth encontró una bolsa con monedas, que dio a la líder de la party en ofrenda, y se unió a la animada conversación que Asami y Kora mantenían. Raiden y Maya, sin embargo, tenían otros temas de los que hablar.

- Voy a ir a hablar con los Hellions. – Le dijo Maya a Raiden, y éste arqueó una ceja. – Lilith conoce a la líder, si alguien puede enseñarle el job de Illusionist es ella.
- ¿No crees que es demasiado para que simplemente vea un job?
- Tampoco es el único motivo por el que quiero hablar con su majestad la reina blanca.

Maya hizo un gesto con la mano, y Raiden asintió. Pronto llegaron a una plaza enorme, donde varios puestos se extendían en círculo, con una amplia fuente en la que se erguía una estatua de una mujer en medio. La zona en general parecía el equivalente para los magos de la feria de alquimistas, con tiendas de accesorios para magos y algún que otro pequeño escenario.

- Bueno, yo tengo que buscar a cierta Illusionist para Kora. La base de su guild no está muy lejos de aquí. – La Black Mage se cruzó de brazos. – Este es un sitio relativamente tranquilo, pero tampoco hay que fiarse.
- Asami y yo nos encargaremos de cuidar a las novatas. – Continuó Raiden, y Elizabeth le miró entrecerrando los ojos, con una ceja alzada. – Aunque no esté al máximo de mis capacidades, nosotros dos seguimos siendo los más fuertes del equipo.
- Nos mantendremos en contacto a través de la Omnitool. No tardaré mucho, pero no os metáis en problemas, ¿vale?

El resto asintió ante las palabras de Maya, quien se puso en marcha hacia una de las calles que daba a la enorme plaza, dejando a los otro cuatro detrás.

- Ahora que lo pienso... – Kora ladeó la cabeza. – No hemos desayunado aún.
- ¿Eso es en lo único en lo que piensas? – Raiden le entornó los ojos, y Kora puso los brazos en jarra.
- Raiden, su stamina es más baja que la nuestra. – Intervino Asami. – Kora se cansa y necesita reponer energías antes.

Kora asintió efusivamente, instintivamente poniéndose al lado de Asami. No sabía si realmente era por su stamina, pero le llegaban olores de algunos puestos que hacían que la boca se le llenara de saliva.

- Puedo darte una poción, si quieres. – Le dijo Elizabeth.
- ...No es lo mismo. – Kora agachó los hombros. Inmediatamente se agarró del brazo de Asami, poniendo su mejor cara de cachorro abandonado. – Yo quiero comer comida...

Asami intercambió unas miradas con Raiden, como si estuvieran discutiendo mentalmente. Al final el Samurai se dio por vencido, haciendo un gesto con la mano y girándose hacia el centro de la plaza.

- No tardéis mucho. – Dijo Raiden, con un suspiro. – Songbird, quédate conmigo.
- Vale. Igualmente ya tengo esta zona muy vista... – Elizabeth suspiró. – Aunque me gustaría comprar algodón de azúcar luego.

Kora extendió los brazos hacia el cielo, estirándose al mismo tiempo que se regocijaba en su victoria. Agarró a Asami del brazo, y se dirigió hacia los puestos de comida, dejando que su olfato la guiara.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png)

Maya sólo había ido al cuartel general de los Hellions una vez, acompañada por Lilith cuando apenas llevaba unos días en el juego. El edificio no había cambiado, con la fachada blanca y ostentosa, al igual que la líder de la guild. A pesar de aceptar sólo magos, los Hellions se habían convertido en una de las guilds más influyentes en Columbia, y sus enemistades con otras guilds daban mucho que hablar.

Lilith le había contado que por suerte, los Hellions no estaban interesados más que en mantener su posición de poder en Columbia, ya que de tener que enfrentarse a ellos en las típicas batallas de guilds hubieran tenido problemas.

- Eh, tú. – Tras examinarlo con su Omnitool, Maya se acercó a un Hellion. Curiosamente... llamado Hellion. “¿Su majestad le deja ir con ese nombre?”.

El chico parecía un adolescente, pero a juzgar por su nivel, llevaba ya un buen tiempo siendo Illusionist. No sabiendo con quién podía encontrarse, prefirió ir con cuidado. El más pequeño conflicto podía abrir una fuerte rivalidad entre guilds, y en aquellos momentos, no era lo que más les convenía.

- ¿Qué pasa?

Inmediatamente, el chico la examinó sin ningún reparo con su Omnitool. Por su voz, sonaba acorde a su aspecto: un adolescente repelente. Maya torció el labio.

- Ah, una Black Mage... ¿vienes a mendigar un puesto en la guild porque te has cansado de helarte el culo en Sanctuary?

O quizá no iba a ir con ningún cuidado.

- Oye, niño, no tengo tiempo que perder contigo. Quiero saber dónde puedo encontrar a White Queen.
- Primero, te saco bastantes niveles de ventaja, así que podrías empezar a hablarme con un poco de respeto. – Maya sólo puso los ojos en blanco. – Segundo, ¿quién te crees que eres para ir exigiendo hablar con la líder de la guild?
- Vengo de parte de los Crimson Raiders. El resto no es asunto tuyo.

El chico -- Hellion (“¿En serio?”), chasqueó la lengua. Parecía indeciso sobre si seguir en una disputa verbal con Maya o ceder a sus peticiones.

- ¿Qué parte de “no tengo tiempo que perder contigo” no has entendido? – Le insistió Maya.
- Tsk... los Crimson Raiders tomáis una mierda de ciudad y os creéis los reyes del mundo. No duraríais ni un día aquí.

Maya simplemente trató de poner su mejor cara de póker e ignorar al mocoso, ya que al menos éste había abierto la Omnitool.

- ¿Cómo te llamas? – Preguntó mientras tecleaba, sin mirarla.
- Phaselock. Pero dile que vengo de parte de Lilith. – A juzgar por la media sonrisa de superioridad, debía estar añadiendo varios adjetivos de diversa índole al mensaje. – Queremos hablar con ella en privado.
- ¿Sobre qué?
- ¿Estás sordo? Te he dicho que no es asunto tuyo.

El chico le dirigió una mirada de asco puro, pero siguió escribiendo. Finalmente cerró la Omnitool, y le hizo un gesto con la mano.

- Ya le he enviado el mensaje. – Le dijo. – Ahora lárgate antes de que cambie de idea... y te cambie las tuyas de paso.

Maya tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no lanzarle una bola de gravedad. Pero hubiera sido inútil, no sólo por la diferencia de niveles, sino porque echaría por la borda la mínima relación que mantenían con los Hellions. Aquel crío no valía tanto la pena como para que les provocara tantos problemas.

Además, ahora su principal preocupación era saber cuánto tiempo la reina blanca les haría esperar. Conociéndola, ya podía esperar a que pasaran varias horas, si es que se había despertado de buen humor aquel día.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

- ¿No crees que esos son demasiados algodones de azúcar?

Raiden se había sentado en el borde de la fuente del centro de la plaza, tan quieto que parecía una decoración más de la estructura de piedra. Pero su impasibilidad terminó al ver a Songbird acercarse a él con por lo menos seis conos de algodón de azúcar en cada mano -- cómo conseguía sujetarlos era algo que escapaba a su conocimiento.

- Pensaba darte un par. – La Merchant arqueó una ceja, y dio un mordisco a una de las nubes rosadas... quedando una mancha enorme alrededor de su boca. – Oh, sujeta, por favor.

Le tendió los conos de su mano derecha, y Raiden aceptó con un suspiro resignado. Una sonrisa traviesa cruzó el rostro de la chica, y colocó los conos que no estaba comiendo entre las juntas del cuerpo robótico de Raiden.

- ¿En serio? – Raiden arqueó una ceja, más resignado que otra cosa. Esperaba que al menos Songbird terminara antes de que alguna de las otras tres volviera.
- Hmmm-mhh. – Asintió, sentándose a su lado.

Satisfecha, Songbird empezó a coger trozos del algodón rosado con la mano libre, mientras tarareaba una canción. La melodía le resultaba ligeramente familiar, pero no conseguía ubicarla.

- No puedo comer mucho azúcar en la vida real, así que... – Empezó a hablar. – En realidad nunca he comido de esto nunca. Excepto aquí.

Songbird parecía extrañamente melancólica al decir aquello. Se quedó unos momentos mirando el cono casi vacío, meditabunda. La expresión en su rostro contradecía su actitud animada y decidida, pero Raiden no sabía qué decirle. Por suerte, ésta recuperó el ritmo, comenzando con la segunda nube de azúcar, y además...

Acababa de llegarle un mensaje a la Omnitool.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:13:59 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

016trouble o'clock

Tenía que admitir que Kora parecía bastante animada hablando con Shura, y de hecho aquello era lo que le había hecho acceder al pequeño paseo. Al fin y al cabo, estaba segura de que la torre del reloj no quedaba demasiado lejos, y lo más peligroso que había visto hacer al dúo había sido JoJo tirándole palomitas a la capucha de White Mage de su compañera.

- Y tu ropa es muy guay, Kora... – Escuchó a Shura. – ¿De dónde la has sacado?
- Bueno... fue mi recompensa por mi primera misión cumplida. – Las palabras de Kora estaban llenas de orgullo, al fin y al cabo, habían dado en el clavo. – El único problema es el frío...
- Heh, es que hay que estar siempre preparado. Mírame a mí. – Intervino JoJo, apuntando a su bufanda.

Kora lo miró, arqueando una ceja, y se cruzó de brazos. Pero antes de que dijera nada, el Thief se le adelantó.

- Y ahora dirás: ‘Una bufanda así no pegaría con mi ropa’.
- Una bufanda así no pegaría con mi ropa... ¡ah! – Kora casi dió un salto hacia atrás, tapándose la boca con las dos manos. – ¿P-Pero cómo...?
- Te acabas acostumbrando. – Shura le puso un brazo en el hombro, negando con la cabeza.

JoJo sólo soltó una risita, cruzando los brazos por detrás de su cabeza, mientras Kora intentaba recuperar su posición digna.

Sin embargo, aunque no dejaba de prestar atención a lo que estuvieran diciendo los otros tres, Asami terminó de teclear un mensaje para Raiden, indicándoles hacia dónde se dirigían. No esperaba problemas, pero tras el día que habían tenido, sentía que cualquier precaución era poca. Y además, irse de la feria sin ningún aviso preocuparía al resto del equipo.

- ¿Habéis venido por warp o por la ascensión? – Preguntó Shura, sonriendo.
- A-Ascensión... – Balbuceó Kora, tragando saliva de forma audible.
- ¿A que es genial? – La White Mage cerró los puños, entusiasmada. – ¡Tengo ganas de volver sólo por probarlo otra vez!
- Sí... bueno... supongo... – Kora miró hacia otro lado, y para suerte de ésta, la torre del reloj estaba tan sólo a varios metros de ellos. – ¿Es ahí?

El edificio donde los Time Mages realizaban su quest se alzaba sobre unas escaleras doradas, y el enorme reloj parecía la joya de una corona. Como todo Columbia, era ostentoso y exagerado, pero no podía decirse que fuera desagradable para la vista.

- Ah, sí. – Shura puso ambas palmas al lado de su boca. – ¡Nero! ¡Ya hemos vuelto!
- ¡Ya puedes desenfadarte! – JoJo imitó a su compañera.

Asami se puso en guardia, preparando su Omnitool para examinar rápidamente a los otros dos miembros de la party de desconocidos. Pero en cuanto se acercaron a los escalones, ni siquiera lo necesitó. Un escalofrío la recorrió al ver a un joven espadachín de pelo blanco y el mago de pelo morado y pecas. “¿Es que no vamos a tener ni un respiro hoy?”, pensó, apretando la mandíbula en tensión.

- ¿Ves? Todo ha salido bien. – JoJo se acercó al chico de pelo blanco, quien parecía esforzado en mantener una expresión de enfado más bien infantil. – Feliciades, Doppio.

El Thief le dio una palmada al nuevo Time Mage que casi hizo que cayera por las escaleras de no ser porque se sujetó al hombro del otro.

- Ya era hora de que volvierais.
- Ah, claro, seguro que a Sol no le dirás tanto... – Shura rió entre dientes, y le dio un codazo a JoJo, quien también se rió de algún chiste interno. – Bueno, felicidades, Doppio.

Kora se acercó a ellos, con medio cuerpo inclinado, y levantando la mano en saludo.

- Hola... – Dijo la Black Mage, con su habitual excesiva confianza en los desconocidos.
- Esta es Kora, también es nueva en el juego. Las dos tuvimos la misma suerte de quedar atrapadas en nuestro primer día de juego... – Shura puso los ojos en blanco. – Ellos son Nero y Doppio, formamos party.
- ¡Encantada! – Saludó la chica efusivamente.

Asami reaccionó rápidamente. No podía escribir un mensaje sin que se dieran cuenta, por lo que simplemente abrió comunicación con Raiden. Parte de lo que oyeran y vieran tendría que servirles de señal para que acudieran lo más pronto posible.

La Blacksmith subió unos escalones, colocándose a la altura de Kora. Los otros dos quizá tardaron unos segundos en reconocerla, pero pronto vio la misma tensión en su mirada.

- Ella es Techbender, tiene un poco más de práctica. – Continuó Shura, presentándola. – Seguramente esté alrededor de vuestros niveles.
- Encantada. – Asami sonrió educadamente, cuidando que no escapara ni un sólo gesto de hostilidad. Tenía que hacer todo el tiempo posible.
- Igualmente.

El espadachín respondió probablemente intentando lo mismo que ella, pero para su satisfacción, la tensión era casi imperceptible en su voz... casi. A su lado, la expresión del Time Mage se descompuso, mirando de uno a otro, deciéndose con un ligero saludo nervioso. Ni Shura ni Kora parecían sospechar nada, aunque Asami hubiera jurado que JoJo frunció el ceño por unos momentos.

- Una amiga mía va a ser Time Mage pronto. – Kora avanzó unos pasos hacia el mago, sonriendo. – ¿Ha sido difícil? No creo que necesite ayuda, pero al menos saber qué esperarse...
- Bueno... n-no ha sido difícil, sólo... – Empezó éste, trastabillando.
- Heheh, parece que a Doppio le da vergüenza hablar en frente de chicas guapas... – Intervino JoJo, colocándose al lado de éste. – Será falta de práctica...
- ¡Eh! ¿¡Qué quieres decir con eso!? – Saltó Shura.

JoJo parecía haber distraído temporalmente a los cuatro, dejando a Asami cruzando miradas con el espadachín. No había participado en muchas batallas entre guilds, pero recordaba perfectamente a aquel polluelo de pelo blanco bajo el ala de un paladín que más de una vez había causado estragos entre los Crimson Raiders más inexpertos. Por el bien de Kora, no empezaría ninguna rencilla, pero tan sólo esperaba que los otros tres llegaran pronto.

Daros prisa...”.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

Echando humos” era una expresión casi literal al ver el gesto de Phaselock volviendo de su encuentro con los Hellions. La maga se echó un mechón azul hacia atrás al llegar, resoplando.

Mentalmente, Raiden agradeció que al menos Elizabeth había terminado con los conos que decoraban su cuerpo.

- ¿Y bien? – Dijo Raiden.
- Nos atenderán cuando vean que somos dignos de su presencia. – Contestó Phaselock, cruzándose de brazos.
- ¿Y eso es en...?

Como respuesta, Phaselock se sentó a su lado, agarrando un cono de algodón de azúcar de su mano.

- Pues que podemos esperar un buen rato. – Como si hubiera salido finalmente de su enfado, Phaselock pareció darse cuenta de las dos miembros que faltaban. – ¿Y Asami y Kora?

- Están en la torre de los Time Mages. – Respondió Raiden. – Kora ha encontrado una novata con la que hablar, y han decidido acompañarlos-
- ¿¡Y te quedas aquí plantado!?

Tal vez era por el enfado por lo que fuera que hubiera pasado con los Hellions, pero Phaselock le cortó la frase agarrándolo del cuello metálico. Los conos que sujetaba para Elizabeth cayeron al suelo, haciendo que ésta soltara un gritito ahogado.

- ¿¡Cómo se te ocurre dejar que se vayan por ahí!?

Phaselock apretó los dientes al hablar, y Raiden simplemente decidió que había tenido más que suficiente con los aires de líder absoluta de la maga. Con su brazo mecánico funcional, la agarró de la muñeca a una velocidad que la otra ni pudo ver.

- Cálmate, ¿quieres? – Respondió Raiden, con un tono ronco. – Son mayorcitas y están dando un paseo, no dejaría a Moonshine sola, pero me fío de Techbender.
- ...Vamos a por ellas. – Con un suspiro, Phaselock soltó el cuello de Raiden, y de un tirón se deshizo del agarre del Samurai.

Phaselock se levantó, seguida de Raiden, cuando la Omnitool de éste se abrió con una conversación entrante. Por unos momentos se sobresaltaron, pero no oyeron de fondo más que una conversación tranquila, reconociendo la voz de Kora junto a la de unos desconocidos.

- Habrá pulsado un contacto directo sin querer. – Murmuró Raiden, levantando la Omnitool para examinar lo que veía. – Parece que enfoca desde el costado.
- Déjame ver. – Phaselock levantó la Omnitool, examinando la escena girando la cabeza. – No puedo distinguir bien a nadie...

Con un bufido, dejó ir el brazo de Raiden, y se puso en dirección a la torre.

- Vamos, Elizabeth. – La chica se levantó, agarrando su carro, y siguió a los otros dos.

Sin embargo, Raiden no apartó la vista de la Omnitool. Probablemente sólo había sido un error por parte de Techbender, pero le extrañaba que cometiera un despiste así en un momento tan extraño. No iba a quejarse por el ritmo de Phaselock.

Habían salido ya de la feria cuando una voz muy familiar se escuchó por la Omnitool.

>Estáis muy lejos de casa, Crimson Raiders, parece que Lilith se está volviendo descuidada si se le han escapado sus perritos.

- Ese... ese es... ¡Phaselock!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:14:47 PM
# 11.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)


Sol acababa de hacer sus compras, era el momento de regresar a la plaza del reloj y ver si Doppio había superado su Quest, se encontró con la agradable sorpresa de que sí que lo había conseguido, y que además, había dos mujeres. A una de ellas la reconoció en el acto, se acercó dejándose ver.
-Estáis muy lejos de casa Crimson Raiders, parece que Lilith se está volviendo descuidada si se le han escapado sus perritos.

Nero sonrió de manera socarrona dando un paso al frente para colocarse a la altura de Sol que ya estaba encarando a las dos chicas.
Asami no se dejó intimidar por su presencia, manteniéndose firme y digna ignorando sus insultos.
-Badguy… ¿así que estos son los miembros de tu guild? –Miró alternativamente al espadachín y al mago. –No puedo decir que sea un placer coincidir con vosotros.
-El sentimiento es mutuo, Techbender. –Sol miró inquisitivamente hacía Kora que parecía descolocada con la nueva aparición. -¿Nueva mascota? ¿Cómo te llamas, Black Mage?
Sol no esperó una respuesta que de todos modos Kora no le dio, consultó en su omnitool dando con su nombre de usuario e información.
-Moonshine, apenas tienes nivel… -habló para sí mismo levantando la cabeza hasta dar con la mirada de la chica.- Es un desperdicio que seas Black Mage, pero aun puedo darte un sitio en mi party si quieres dejar de ser uno de los perritos de Lilith.
-¡Déjala en paz! –Asami saltó enfadada cuando Kora le apretó el brazo nerviosa.
-Perdona Techbender, para ti también hay un sitio en mi party. –Sol sonreía satisfecho de haber conseguido enfadar a la “dama de hierro”.
-Ni muerta me uniría.
-Ten cuidado porque hay deseos que se cumplen.

Shura y JoJo se miraron sin comprender, habrían intervenido en la conversación de no ser porque Doppio les hizo señales para que no intervinieran y se mantuvieran al margen, pero el Time Mage se puso alerta con la nueva aparición.
-Puedes ahorrarte las amenazas Badguy, si te descuidas pueden volverse contra ti.
Maya encabezaba el grupo seguida por Raiden y detrás de éste Elizabeth.
-Ya decía que olía a perro mojado… -Nero sonrió por su propio comentario, sintiendo la mano de Sol sobre su hombro instándole a mantenerse tranquilo.
-Phaselock, Raiden… -El cruzado pasó de largo de Asami y Kora acercándose hacía los recién llegados. -¿De verdad eres Raiden? –Lo miró de arriba abajo sin poder evitar que un bufido de burla escapara de sus labios. –Te recordaba más entero la última vez que nos vimos. Se nota que los Crimson Raiders sabéis como divertiros.
-Al contario que los Made in Heaven, no he escuchado que tu grupo se haya estado divirtiendo mucho últimamente. –Maya puso el dedo en la llaga, eran mayoría y todos de la misma Guild, mientras que los otros solo eran algunos miembros y otros de party, al ver los datos de la omnitool.
-Ya sabes… -Ante la mención de su Guild, la sonrisa en el rostro de Sol desapareció. –No apreciamos tanto el número como la calidad.
-Solo erais ratas, abandonaron el grupo cuando comenzaron los problemas.
Nero desenvainó la espada, crispado por el comentario de Raiden que ni se molestó en mirarle, pero de nuevo el paladín le hizo una seña para que no se precipitara. Los piques entre guild eran comunes, ayudaban a alimentar el fuego a la hora de una Guild War o un evento. Desde el anuncio del GM no habían tenido motivo para que las Guild rivalizasen, pero había costumbres que no se perdían.
-Había olvidado que los dos erais amigos de la justicia, perdonad si finjo que me importa una mierda vuestros comentarios.
-No tienes por qué fingir, no tienes moral ni vergüenza, solo erais unos mercenarios. –Maya dirigió la vista hacía la maga y el ladrón. –Lo siento por tus iniciados, solo son carne de cañón bajo tu mando. No cambias tus métodos ni bajo la amenaza del GM, ¿piensas seguir alistando iniciados para mantenerte a salvo detrás de ellos mientras ves cómo mueren?
Nadie reparó como Nero palidecía ante la revelación, sujetando la espada con las dos manos para evitar que el pulso le temblase.
-A ver… déjame pensar… sí, ya recuerdo: recuerdo como gritabas cuando te metieron una flecha en el pecho hace cuatro Guild Wars. Siento si no te gustaban mis métodos, pero no puedes negar que eran efectivos. –Sol intentó sonreír pero solo acabo mostrándole los dientes a la maga.
-¿Efectivos? –JoJo dio un paso al frente, incapaz de mantenerse al margen después de aquello, sentía que tenía la pieza del rompecabezas de aquel personaje. –Yo no hablaría de que fueran efectivos, ¡cuando es tu nombre el que está escrito en el muro de agua!

Maya parpadeó sorprendida un segundo antes de entornar la vista hacía el ladrón, Sol también giró la cabeza para observarle, pero en su mirada parecía escrito que iba a matarle si decía una palabra más.
-¿Cómo dices? Su nombre no puede estar escrito porque está vivo… de modo que… -Maya volvió a dirigir la vista hacía el paladín que la encaró con orgullo. -¿Hay algo que quieras explicar?
-¿A una Crimson Raider? No tengo nada que explicar, los temas de los Made in Heaven se quedan en la Guild.
-No si eres un Player Killer… eso nos concierne a todos. –En la mano de la maga, una bola de gravedad comenzó a brillar en un característico azul. Pero la amenaza solo provocó que Sol se enfadase aún más.
-¿Y qué pasa si lo soy?
Maya no estaba de humor para aquello con todo lo que le había sucedido en aquel día, arrojó contra el paladín la bola de gravedad que solo atinó a apartar a Nero de su lado para que no le afectase el ataque, inmovilizado sintió como sus pies habían dejado de tocar el suelo, con el ataque de Maya alzándole por el aire.
Con aquel anuncio la discusión había dejado de ser solo de ellos dos, el más afectado parecía Doppio, que retrocedió unos pasos agarrándose la cabeza y mordiéndose el labio inferior sin saber cómo lidiar con el miedo que le provocaba aquella noticia.
-¿Algo que confesar?
-Vete a la mierda, Phaselock. –Maya apretó aún más la presión que ejercía su ataque alrededor del cuello de este.
Nero empezó a temblar, como miembro de la guild, aquella noticia le había calado, pero ahora lo más importante era que estaban atacando a Sol, se aferró aún más fuerte al mango de su espada, pero no podía atacar… porque aquel motivo explicaría porque no había acudido ningún otro miembro de la guild ante la llamada tras el mensaje del GM… y por qué el único que regresó de la base fue Sol.
-Tu… mat… -Nero no pudo terminar con aquella palabra, se la tragó sintiendo como le arañaba dolorosamente por dentro. -¿Le hiciste algo a los miembros de la Guild…?
Sol guardó silencio, mientras Raiden hablaba escupiendo las palabras.
-A sus propios compañeros… jamás creía que caerías tan bajo, Badguy.
-¿Compañeros? Te equivocas Raiden, -Sol se dirigió a este. –No eran solo mis compañeros, eran mis amigos, mis hermanos. Yo era su líder y murieron por mi mano.
-Lo confiesas… aunque no me creas, lo siento mucho, pero mereces una lección…-Maya se sentía decepcionada por confirmar el dato, pero sabía bien lo que tenía que hacer.

Nero alzó la espada junto con un grito desgarrador, abalanzándose directamente hacía Maya dispuesto para atacarla antes de que acabase con Sol. Cuando iba a dejar caer la espada, esta resbaló en la hoja de la rápida katana del Samurai, que con un movimiento desvió el golpe de Nero hacía el suelo.
Aunque a Raiden solo le quedase un brazo, tenía el nivel y la destreza suficiente para pelear contra Nero y derrotarle, pero el espadachín no se daba por vencido, le mandó un tajo directo hacía el tórax que Raiden volvía a bloquear, Nero luchaba como un animal desquiciado, intentando derribar la barrera que suponía Raiden para llegar hasta Maya antes de que fuera demasiado tarde.
-¡Raiden!
-¡Nero! –Kora y Shura se lanzaron directas a la batalla, pero al primer paso fueron detenidas por Asami y JoJo respectivamente, conscientes de la gravedad de la situación y de que podían resultar heridas en aquella batalla.
Nero no se detenía, y aunque la diferencia de nivel era demasiado como para poder plantar cara a Raiden, seguía intentándolo, pero las palabras de Sol le reverberaba en su interior luchando más fuerte aun por salir.
-¡Dime que no es verdad! –Dejó caer la espada contra Raiden que lo bloqueó una vez más, dejando que la hoja se deslizase hasta casi el mango de la espada de Nero y golpeándole de nuevo para obligarle a soltar el arma.
El dolor de la vibración del arma le hizo daño en las manos, pero pareció aferrarse aún más desesperado a esta para volver a golpear, sorprendió a Raiden durante un instante, pero el samurái fue más rápido propiciándole un corte en el brazo que le resto algunos puntos de vida. Shura lo observo con un grito ahogado mientras le lanzaba un hechizo de curación, Nero que no reparaba ni en el dolor ni en la ausencia de este, volvió a lanzarle un golpe.
-¡No es verdad! –Golpeó la espada de Raiden, pero estaba claro que no era contra el samurái contra el que peleaba. Raiden aprovechó la corta distancia que le separaba al bloquear el golpe, giró el arma desestabilizando al espadachín, clavándole el mango de la katana en el plexo solar.
Nero soltó el arma yéndose al suelo, el dolor desapareció pronto por la intervención de los poderes de curación de Shura, pero aún le costaba recuperar la respiración, desde el suelo giró la cabeza para observar a Sol que le devolvió una mirada funesta.
-Dime… dime que no es verdad… -Había matado a otros miembros de la Guild… si aquello era verdad, ¿qué sería ahora de ellos?
-Nero. -Sol le llamó la atención, le hubiera gustado tener la oportunidad de explicarse, pero era más urgente que Nero desistiera en su batalla si no quería morir. –Lárgate, estorbas aquí. 

Aquello pareció afectar más al chico que los golpes de Raiden, el desprecio en aquellas palabras le confirmo la realidad de la que se acusaba a Sol, se mordió el labio abandonando la espada y saliendo a la carrera del lugar para que no le vieran llorar.
Sol soltó un bufido de disgusto, pero pronto comenzó a llenarle una gran rabia, se encaró contra Maya.
-¿Y tú qué? ¡Vamos! ¡Ataca de una vez! ¡Estoy aburrido de estar aquí colgando! Pero te advierto, Phaselock: estas muy equivocada si piensas que te entregaré mi vida sin luchar. –Le superaba en nivel, utilizó toda su fuerza para lograr poco a poco empezar a moverse, Maya se mordió el labio concentrando su ataque sobre el cuello de este para ahogarle ya que parecía no ser capaz de reducirle con la gravedad.
-¡Espera! ¡Espera! –Shura intentó intervenir o que por lo menos llamar la atención de Maya o Raiden, pero la indiferencia era otro defecto de tener un nivel bajo. -¿Por qué no tiene visibles sus vidas?
-¿Qué? –JoJo le prestó atención. La información también  había impresionado a Shura, pero en vez de dejarse llevar, comenzó a consultar los datos de la omnitool por si podía sacar algo en claro, y aquel era el punto que se escapaba a su comprensión. Pero Joseph enseguida supo encajarlo, era una posibilidad remota pero era posible que…
-¡Está ocultando sus vidas! –JoJo soltó a Shura y los dos se acercaron hasta Raiden que adoptó una pose ofensiva, Asami también soltó a Kora pero solo para acercarse a Raiden y asegurarse de que no tuviera problemas con los dos iniciados, Kora se acercó a Raiden respirando pesadamente, se había preocupado por que el hombre pudiera volver a resultar herido.
-¿De qué están hablando? –Maya se esforzó todo lo posible por hablar y mantener el hechizo de gravedad que retenía a Sol, pero este aprovechó para volver a recuperar la respiración.
-¡No muestra sus vidas!
-…¿Y qué? –Maya no entendía a donde quería llegar la White Mage.
-Porque tiene algo que ocultar… ¿no es verdad Sol?
Éste no reaccionó a las palabras de JoJo, para el Joestar aquel dato y la reacción que presentó Sol ante la amenaza de Maya, había terminado por explicar todo lo relacionado al personaje.
-Sol mató a miembros de su Guild… y ha insistido desde el primer momento en rodearse de White Mages, además ahora oculta sus vidas… la explicación a esto solo puede ser una: hubo una discusión en la Guild, y una pelea donde él tuvo que luchar por su vida, está claro que gano, si no, no estaría aquí. Pero en aquella pelea, ¡Sol perdió una de sus vidas! ¡Por eso ahora quiere White Mages! Para asegurarse el apoyo suficiente para sobrevivir hasta el final. Él mismo ha dicho que lucharía por su vida, es lo más lógico.

Maya observó a Sol que se mantenía impasible pese a las palabras del chico.
-¿Es eso cierto? –Aflojó su ataque esperando una respuesta.
Sol no respondió, aun flotando en el aire con las manos libres, compartió la información de su onmitool, efectivamente, solo le quedaban dos vidas.
-Si luchó por su vida no se le puede juzgar… -Maya le liberó definitivamente de la gravedad, volviendo con su grupo. –Aunque nunca he aprobado tus métodos, y creo que es inexcusable la muerte de un amigo, pero yo no voy a hacer más, bastante te toca explicar a los que quieran seguirte a partir de ahora.
-No me voy a olvidar de este favor, Phaselock, te lo garantizo. -Sol gruñó intentando disimular la vergüenza.
-Eso espero Badguy, que no olvides. Adiós. –Maya encabezó la marcha alejándose del lugar. Kora giro una última vez la cabeza para observar a su amiga Shura las dos mordiéndose el labio sin atreverse a hacer un gesto de despedida.
-Adiós… -Kora se atrevió a aquello intuyendo que pese a su situación y a la posibilidad de que no volverían a verse nunca más, la amistad de ellas dos estaba a otro nivel de sus lealtades.
-…Adiós… -Shura sonrió tristemente, pero le reconfortó poder despedirse de su amiga.
Sol permaneció en silencio, oculto sus vidas en la configuración y se giró para hablar con JoJo y Shura.
-No hay nada que excuse la muerte de un amigo, ni siquiera luchar por la vida de uno mismo. Pero hablaré de esto con todos reunidos… ¿por dónde se ha marchado Nero? …¿Y dónde está Doppio? 
 
RING-RING RING-RING

----------------
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
*la despedida de Kora y Shura ;A;
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 02:21:17 PM
Apuntes sobre el aporte: El lugar donde está Neko (Esther's Plains) es la playa del juego "Dear Esther", fotitos: 1 (https://www.flickr.com/photos/matteoficara/8926267013/), 2 (https://www.flickr.com/photos/3v4ngray/8137587088/), 3 (https://www.flickr.com/photos/miyaoka/8495831283/). Gracias Kora por la información <3
Los bichos contra los que se pega son lagartos de diferentes colores y tamaños~ Como estos: 1 (http://i46.tinypic.com/359baqr.jpg), 2 (http://mundo-mascotas.com/wp-content/uploads/images/1d/lagartos__400x300.jpg), 3 (http://www.faggella.com/isla/imagenes/lagarto_overo1.jpg). Por poner ejemplos.

¡Ah! y Neko se cambió de ropa para ir a Columbia, lleva ESTO (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir_2.png) puesto.
Y creo que eso es todo :___________D





11. Os estoy escuchando

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

Se encontraban a medio camino entre Lavender Town y Columbia. Esta vez, Ikki hacía de guía, llevándoles por una ruta diferente a la que había tomado Hyoga. Más rápida, más segura. Aunque según Shun, cualquier vía era más segura con Ikki a su lado.

—Acamparemos aquí —avisó Ikki, señalando un claro con un círculo de rocas en el suelo—. Es un lugar seguro.

Hyoga y Shun inspeccionaron el claro con curiosidad mientras Ikki les explicaba que aquel era un lugar preparado por el juego para que los jugadores lo usaran como campamento.
No tardaron en encontrar palitos para quemar e Ikki usó uno de sus kits para hacer fuego. Se sentaron cerca de la fogata y compartieron las raciones de comida de viaje que habían comprado en al ciudad antes de salir de ella.
En poco tiempo, Shun y Hyoga entablaron una conversación amistosa. Ikki se mantuvo al margen, observando las sombras que los rodeaban.

—Y dime, Hyoga —dijo Shun entre bocado y bocado, clavando sus ojillos verdes en su interlocutor—. ¿Cuál es tu nombre de verdad?

Ikki se giró para observarlos, interesado de repente en su pequeña cháchara. Hyoga tomó aire y se rascó la barbilla, con su ración de comida casi terminada.

—Tú sabes los nuestros. Mi nick es Andromeda, pero me llamo Shun y mi hermano, Bennu, se llama Ikki. Así que —insistió Shun— ¿cuál es tu nombre? El de verdad.

Hyoga se encogió de hombros antes de contestar.

—Mi nombre es Hyoga, pero-

Ikki bufó por la nariz, con el tono de una risa cortada imprimido en la manera en que resoplaba.

—¿Qué? —preguntó Hyoga, mirando por encima de la cabeza de Shun, hacia Ikki.

—Sólo un imbécil se pondría su nombre de nick.

Hyoga arrugó el entrecejo.

—Pues hay mucha gente que se pone variaciones de su nombre como nick. —se defendió el rubio.

—Pues hay muchos imbéciles.

Shun tosió, como si se estuviera atragantando con la comida. Ikki le palmeó la espalda, dejando de lado la disputa con Hyoga de inmediato, mientras el propio Hyoga miraba a Shun preocupado.

—Gracias, gracias. Ya estoy bien —alegó Shun, envarando la espalda y carraspeando—. ¿Pero qué?

Ikki y Hyoga le miraron confusos.

—Has dicho ‘mi nombre es Hyoga, pero’ ¿Pero qué? —aclaró Shun su pregunta.

Hyoga le sonrió y se frotó las manos para quitarse las migas.

—Es mi segundo nombre. Mi primer nombre es Aleksei.

Shun hizo un sonido de aprecio mientras masticaba y fue Ikki el que habló.

—¿Aleksei Hyoga? Que nombre más raro. —su tono era neutro, casi curioso, dejando de lado el desdén con el que normalmente hablaba.

—Medio ruso, medio japonés —explicó Hyoga antes de estrechar los ojos y preguntar de vuelta hacia Shun—. ¿Tu pelo es verde? Quiero decir, ¿te tiñes de verde?

Ikki rodó los ojos y volvió a hacerle más caso a su comida que a la conversación, centrándose en posibles enemigos ocultos en la oscuridad.
Shun se rió bajito. Su risa era clara y divertida, pegadiza, y Hyoga sonrió.

—No, soy castaño. Pero mi color favorito es el verde, por eso cambié el color de mis ojos y de mi pelo. Por lo demás soy como ves. —usó la mano derecha con los dedos extendidos para señalarse a todo él en un movimiento fluido descendente.

—¿Tampoco tienes los ojos verdes? Me siento engañado… —Shun empujó amistosamente a Hyoga y le contestó.

—No, son azules, como los de mi hermano. Tal vez un poco más azules, más claros. Los de mi hermano son un poco más gris. Los míos se parecen más a los tuyos.

Hyoga parpadeó y de repente pareció caer en cuenta de algo.

—No tengo los ojos azules, los tengo verdes. Más claros que los tuyos ahora.

—¿Te los cambiaste? —preguntó Shun, sorprendido— ¿Por qué?

Hyoga se encogió de hombros. No iba a admitir en alto que cambió el color de sus ojos al de su madre para parecerse más a ella dentro de un juego. Nop, eso no iba a ocurrir.

—¿Algo más que hayas cambiado? —preguntó Shun, habiendo acabado ya con su comida y abrazando sus rodillas para darse más calor.

Hyoga negó con la cabeza y miró hacia Ikki de soslayo.

—¿Y él? —preguntó en un susurro— ¿Él ha cambiado algo?

—Os estoy escuchando. —avisó Ikki antes de que continuaran por ese camino.

De todas maneras, Shun aprovechó que estaba de espaldas a Ikki para comunicarle a Hyoga su respuesta simplemente moviendo los labios.

‘No realmente’ había dicho.

Hyoga se mordió el labio inferior, imitando la pose de Shun y abrazando sus rodillas durante unos segundos de silencio antes de levantarse y anunciar que iba a meterse al saco.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hiksti3-1.png)

El suelo rocoso de Esther’s Plains no era el mejor terreno para su moto desmontable, pero Neko tenía experiencia conduciendo y bonus por ser mechanic. La motocicleta saltó entre roca y roca, con la chica casi volando encima del asiento la mayoría del tiempo.

Hizo un derrape en un espacio lleno de gravilla y se quitó las gafas de conducir, bajándolas hacia su cuello.

—Aquí estará bien… —murmuró para sí misma.

Parte de la guild a la que se había unido, Crimson Raiders, había ido a Columbia por varios motivos. Stark y Crane se encontraban en ese momento en la ciudad, repartiendo panfletos para que más gente se uniera a ellos. Neko había pensado que sería un buen momento para conseguir piedras elementales.
Había muchas formas de conseguir este material: como drop, como recompensa por terminar una misión, en algunos puntos específicos de algunas minas, comprando a npcs o a jugadores. Y este era uno de los mapas que Neko prefería para conseguirlas.

Para su nivel era una zona sencilla, sin demasiado peligro, aunque estaba un poco nerviosa porque era la primera vez que acudía sola.

—Espero que estén bien por allá arriba —susurró la chica mirando hacia el cielo azul manchado con islas flotantes—. Já, estás que subo sin mi airship.

Neko apretó los labios y se deprimió un poco, pensando en su querido Marshmallow al que había tenido que dejar atrás. Se palmeó las mejillas y sacudió la cabeza. Sabía que la decisión no era permanente, que con suficientes mecánicos podría volver a tener el timón de Marshmallow entre sus dedos.

Esa cuestión le llevó a otra y volvió a mirar en su omnitool en busca de un mensaje que sabía que no estaba allí. Su maestro, el mecánico que le había enseñado a como ser mecánico dentro del juego, seguía desaparecido y sin dar señales de vida.
Neko podía suponer que el mensaje del GM le pilló desconectado, pero de algún modo lo dudaba. Frunció el entrecejo y suspiró, buscando en su carro para sacar armas y armaduras.

Arregló su barra de acceso rápido. Tener varias armas con propiedades distintas preparadas a un pensamiento de distancia para ser equipadas podía ser muy útil cuando estabas solo. Añadió la moto a la barra, seleccionándola con un dedo y arrastrándola hacia su slot y se enganchó el carro para continuar su viaje.

La playa debajo de Columbia, conocida como Esther’s Plain, era un lugar rocoso e irregular plagado de monstruos con aspecto de lagartija. Neko no se cambió de ropa, con una armadura ligera sus movimientos siempre iban a ser más rápidos que con una armadura pesada y los malditos lagartos si tenían una cosa era velocidad.
Neko estaba blandiendo su hacha doble a diestro y siniestro cuando un pensamiento repentino cruzó su mente. ¿Qué estaría haciendo Hipo?

Neko dejó caer el hacha encima del cuello de una lagartija y abrió mucho los ojos.

—¡Hipo! ¿Cómo no he caído antes? —se regañó a sí misma.

Terminó con la lagartija de un carrazo y sus dedos volaron sobre la omnitool. Hipo no aparecía como conectado en su lista de amigos. En un principio, Neko se desanimó pero terminó por mandar un mensaje de todas maneras.
Tecleó con dedos ágiles y decisión en sus ojos. Después de dudar, cambió el modo a mensaje de voz al ver a otra lagartija agresiva, esta negra y amarilla, acercarse hacia ella a todo correr.

Neko afianzó sus dedos sobre el carro y preparó todos sus músculos, esperando el momento perfecto para levantarlo y rodar en un ángulo de ciento ochenta grados, enviando a la lagartija bastante metros hacia su izquierda, ahora derecha, y quitándole media vida sólo con el viaje.

—¡Hipo, soy yo, Neko! —explicó en cuanto tuvo un momento.

Ahora tenía el hacha en la mano y esperaba que la lagartija arremetiera de nuevo contra ella.

—No sé si estás, casi prefiero que no, pero-

¡Neko! —entró un mensaje de voz con la inconfundible voz de su amigo.

Neko sonrió, justo tuvo que blandir su hacha contra la lagartija cuando Hipo continuó hablando.

¡Me alegro de oírte, amiga! Bueno, no… creo que me comprendes.

Ella se rió esta vez y le cortó la cola al bicho.

—¿Qué haces, qué son esos ruidos? —preguntó Hipo.

—Estoy en Esther’s Plains, matando lagartijas. ¿Cómo te va? Yo también no me alegro de que estés aquí.

Neko podía decir que casi oyó a Hipo rodar los ojos mientras contestaba a su pregunta.

Estoy bien, un poco atrincherado. Estoy en una torre hacia el norte del mapa del mundo, arreglándola, poniéndole más defensa, añadiendo torretas de ataque… ya sabes, lo típico.

—Claro, lo típico —contestó Neko, rodando los ojos de vuelta—. Un momento, esto casi está.

Atacó por última vez a la lagartija antes de terminar con ella y dar un gritito de alegría al conseguir una de las piedras que andaba buscando.

¿Musco? —preguntó Hipo, refiriéndose a una de las piedras más comunes.

—No, muscovites ya tengo, pyroxene. Estoy pensando en hacer unas dagas dobles de elemento oscuro para un stalker de mi guild.

Hipo tardó unos segundos en contestar, mientras tanto, Neko había encontrado otra lagartija verde y roja que la miraba con curiosidad.

—Ven, pequeña… —se acercó poco a poco hasta que la lagartija notó a la mecánico y empezó a moverse en su dirección.

Pero en tu guild no hay stalkers. —terminó por comunicar Hipo.

—Em… ah, sí. Eso —Neko agarró el hacha con las dos manos y la hizo ondular en el aire hasta que chocó contra el monstruo—. Me he cambiado de guild.

¿¡Cómo!? ¿¡Tú te has cambiado de guild!? —Hipo sonó más que sorprendido.

Neko volvió a arremeter contra la lagartija, que chilló desde el suelo.

—Sí, mira, Hipo... Tanlaus no está ¿qué quieres que haga? No puedo quedarme en una guild donde no podamos hacer nada.

Hipo pareció murmurar algo en su siguiente mensaje y débiles ruiditos de metal contra metal se grabaron junto con su murmullo.

—¿Qué pasa? —preguntó Neko.

Nada, estoy con un invento… si lo termino y funciona ya te lo diré —Hipo pareció dejar lo que fuera que estaba observando porque sus siguientes palabras sonaron menos distraídas y más preocupadas—. He oído que algunas guilds están reclutando mecánicos a tutiplén ¿pero qué harán después con ellos? ¿Estás segura de dónde te metes?

Neko se rió bajito y terminó con la lagartija a tiempo de girar para dar con el carro a otra que se le acercaba por detrás. Había sido buena idea dejar suelto uno de sus bots de reconocimiento, que había pitado histérico para avisarle.

—Sí, hombre. Estoy con los Crimson Raiders. Sabes que Lilith era amiga de Tanlaus, o al menos se llevaban bien.

Neko miró a su alrededor. Había despejado la zona de lagartijas y le hizo un gesto a su bot de reconocimiento para que se alejara un poco en busca de más presas.
Ella se quedó de pie en medio de la grava de la playa, mirando en su omnitool como iba su inventario.

Ah, sí. Tanlaus hablaba bastante bien de ella, no puede ser tan mala entonces.

Ambos compartieron unas risas bajas y agudas, como si la frase se tratara de un chiste interno. Relajada como se encontraba no escuchó el suave pitido de su bot de reconocimiento, que flotaba encima de las olas, antes de que un movimiento debajo del mar enturbiase sus oscuras y frías aguas.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:21:57 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

017in the hall of the mountain queen

Kora iba la última en el grupo, con Asami a su lado. En silencio esperaba la inevitable regañina, la cual, considerando todo, creía que merecía igualmente. Pero ninguno de los presentes dijo nada, creando un silencio tenso entre el grupo, el cual permaneció haciéndose aún más denso cuando volvieron a la plaza.

Sentados en el borde de la fuente, finalmente Kora cedió ante la presión.

- ¿Nadie... nadie va a decirme nada?
- ¿Qué quieres escuchar? – Respondió Maya, con un suspiro pesada. La Black Mage parecía más cansada que otra cosa. – ¿Que has sido una chica mala y casi consigues que nos pusiéramos a pelear contra otra party, probablemente haciendo que uno de nosotros perdiera una vida?
- Maya, Kora no podía saber-

La Black Mage hizo un gesto con la mano, interrumpiendo a Asami. Con los mechones cayendo al lado de su rostro, no era posible ver su expresión, pero su tono lo decía todo. Maya estaba más resignada que otra cosa.

- Ya lo sé. Por eso mismo no sirve de nada empezarnos a culparnos los unos a otros. – Continuó, hundiendo los hombros. – Podría haber terminado peor, y con un poco de suerte, lo que queda de Made in Heaven se disolverá eventualmente si no es que acaban matándose entre ellos primero.
- ¿Tan... tan malos son?

Kora se asomó para mirar a sus otros compañeros de guild, con un nudo en la garganta. Aunque el Paladín le había asustado con tan sólo su presencia y la sencillez con la que había admitido haber matado a sus compañeros, Shura y JoJo le habían caído bien... ¿qué podría pasarles si seguían en aquella party?

- A veces las guilds se enfrentan unas contra otras durante un evento por algún tesoro, o por diversión. Realmente, cuando se alcanza un nivel alto y has hecho casi todas las quests, una batalla entre guilds es uno de los pocos desafíos que quedan. – Empezó a explicarle Maya. – Lo normal sería asumir que los miembros más fuertes vayan delante, y los de menor nivel aprovechen para obtener toda la experiencia posible, ¿no?

La chica asintió. Aquel Paladín había mencionado algo sobre Maya con una flecha atravesándole el pecho, y las imágenes se formaron solas en su mente. Una flecha rápida clavándose un poco más abajo de la clavícula, la punta sobresaliendo por el otro lado, y Maya dejando ir un alarido mientras su personaje se iba deshaciendo en píxeles. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

- Made in Heaven usa otra táctica. Antes de que empiece el evento, reclutaban todos los jugadores de nivel bajo sin guild que podían, y los enviaban primero. – La Black Mage entrecerró los ojos. – Mientras que estábamos ocupados apartando del camino a una manada de novatos sin idea de qué hacer, Badguy y su grupo selecto se dedicaba a ir a por el premio, o simplemente a esperar a que nos cansáramos para atacar ellos estando frescos.

Kora tragó saliva. Aunque antes no existiera el riesgo de morir en la realidad, había comprobado en sus propias carnes el realismo del juego... y antes que ella, muchos otros inexpertos jugadores habían experimentado la muerte para que unos pocos terminaran beneficiándose. Con el rabillo del ojo, vio que Raiden apretaba el mango de su katana. Parecía perdido en sus pensamientos, pero a juzgar por su expresión, no eran del todo buenos. El tono ronco con el que habló sólo confirmó su intuición.

- Usar a los más débiles como escudo humano... Qué panda de miserables. – Raiden casi escupió las palabras. – Badguy tiene lo que se merece.
- Pero Shura y JoJo... – Empezó Kora. ¿Qué iba a ser de ellos? ¿Los usaría también Badguy?

Las miradas que le dirigieron el resto hizo que agachara la cabeza.

- Decía que quería rodearse de White Mages, ¿no? – Comentó Elizabeth, con la barbilla apoyada en la mano. – Seguramente intentará al menos que la chica sobreviva...
- Ahora sí que necesita un novicio... ironías de la vida. – Maya negó con la cabeza. – Da igual, dejemos este tema.

Maya echó la espalda hacia atrás, apoyándose con una mano en el borde de la fuente y jugueteando distraídamente con la poción de MP que le había dado Elizabeth, que era ahora un botellín vacío. Kora sólo suspiró y balanceó sus pies sobre el suelo. Después de lo ocurrido no se le pasaba por la cabeza sugerir ir a algún sitio, pero ahora que de algún modo habían resuelto el tema, empezaba a querer hacer algo.

- Por cierto, ¿a qué estamos esperando? – Preguntó Elizabeth, para alivio de la maga.
- Vamos a hablar con la líder de una de las guilds de aquí. – Le contestó Maya. – Se supone que nos avisarán... con suerte, relativamente pronto.

Relativamente pronto” había sido una manera bonita de expresarlo. El sol se estaba poniendo, con el cielo violeta oscuro sobre ellos, para sorpresa de Kora, que estaba dormitando sobre el hombro de Asami. La Omnitool de Maya había pitado justo cuando Elizabeth terminaba de vender unas pociones a una pequeña party, y la Black Mage se había levantado como impulsada por un resorte.

- Vale, unas palabras antes de ir. – Explicó Maya. – Lo más probable es que al ver a la líder de los Hellions tengáis ganas de preguntarle “¿Y quién se ha muerto y te ha hecho reina?”, pero no hagáis ninguna muestra de hostilidad.
- ¿Por qué tenemos que ir a verla? – Elizabeth levantó la mano antes de preguntar. – Los Hellions no tienen muchos amigos en Columbia.
- Precisamente por eso. – Contestó Maya, cruzándose de brazos. – Kora, seguramente harán algo para alardear de sus habilidades, así que esta es tu oportunidad para aprender sobre los Illusionists.

Kora asintió, aprovechando el movimiento de cabeza para terminar de despejarse. El resto se puso en pie, preparándose para partir.

- Vale, seguidme entonces.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hellion.png)

El grupo siguió a Maya entre las calles de Columbia hasta llegar a la base de los Hellions. Con las lámparas de gas ya encendidas, la ciudad tenía un aire aún más idílico, y al mismo tiempo, se volvía aún más peligrosa. Todavía no se había hecho de noche completamente, pero la luz marcaba sombras en las que podía esconderse cualquier peligro.

Maya fue la que llamó a la puerta de mármol blanco. El portal estaba enmarcado por dos altas columnas, y cubría un par de metros cuadrados tras subir unos escalones, tenuemente iluminado por una lámpara a cada lado de las columnas. Tal vez fuera eso lo que los sorprendió cuando se abrió la puerta.

Un haz de luz hizo que todos cerraran los ojos, algunos de ellos incluso cubriéndose con los brazos o incluso preparándose internamente para atacar. Pero cuando miraron a su alrededor, vieron que se encontraban en un lugar completamente diferente.

Se había hecho de día otra vez, y un jardín de estilo romano se extendía ante ellos. Estatuas de dioses y héroes, una amplia fuente con mosaicos de todos los colores, y un camino marcado por arbustos y setos con una forma intricada.

- ¿Un laberinto? – Kora fue la primera en quejarse, llevándose las manos a la cabeza. – ¿No podemos volver mañana?
- Buen intento, White Queen.

Ignorando el quejido de su compañera, Maya simplemente invocó una enorme bola de gravedad, empezando a arrancar plantas en línea recta. Poco a poco, iba abriendo un camino para el grupo, cuando el escenario a su alrededor se disolvió.

Se encontraban, esta vez, en el hall de lo que parecía una mansión victoriana. Frente a ellos, una mujer rubia vestida con un traje blanco que dejaba poco a la imaginación les dedicaba una media sonrisa, aparentemente divertida. A su lado se encontraba un joven dirigiéndoles una expresión con sorna.

- No sé por qué no me sorprende que la primera opción de los Crimson Raiders sea la fuerza bruta. – Les dijo la mujer, y se giró hacia el otro. – Impresionante, Julian. Lástima que no todos puedan apreciar tu talento.
- Gracias por recibirnos. – Dijo Maya sin casi variar el tono. – Nos hubiera encantado disfrutar de las habilidades del que espero que sea sólo tu pupilo, pero preferiríamos centrarnos en cosas más importantes.

El joven chasqueó la lengua, dirigiéndole a Maya una mirada molesta. Pero White Queen se encogió de hombros.

- Podemos hablar aquí perfectamente. – Respondió la mujer, extendiendo las manos.
- Como quieras. – Maya cruzó los brazos, y miró al otro joven. – ¿Va a estar tu Hellion aquí?
- Confío en Julian totalmente. – White Queen puso una mano sobre el chico. – No tengo que esconder de él ninguna decisión que tome. ¿Puedes decir tú lo mismo de tu... banda?

Maya puso los ojos en blanco, y dirigió una rápida mirada al grupo. Al menos habían estado sentados el suficiente tiempo como para no quejarse sobre la falta de sillas.

- Esperaba más hospitalidad por tu parte, para ser sincera.
- ¿Queréis un sofá? – White Queen levantó una mano, pero Raiden la interrumpió.
- No más ilusiones, gracias. – Dijo el samurai, con tono ronco.

Los dos Illusionists frente a ellos rieron entre dientes.

- De acuerdo. – White Queen ladeó la cabeza. – Os escucho. Seamos directos y no intentéis engañarnos, ya sabéis que no funcionará.
- Lilith... Lilith planea encontrar y enfrentarse en un futuro al GM para salir de aquí. – Maya ignoró los sonidos ahogados de sorpresa en su grupo. – Si contáramos con vuestra ayuda, las bases de los Crimson Raiders siempre estarían abiertas para los Hellions.

Maya resistió el impulso de tragar saliva, manteniéndose impasible. Nadie, ni siquiera Raiden, sabía las intenciones de Lilith. Incluso ella misma había pensado que Lilith había perdido la cabeza cuando le reveló su plan, pero confiaba en ella. No podían quedarse encerrados en un videojuego para siempre. Sintió algo frío envolver su brazo, tirando de ella a un lado.

- ¿Qué significa esto? ¿Aliarnos con los Hellions? – Le dijo Raiden entre dientes. – Es pedir a gritos que nos claven un puñal en la espalda.
- La única locura es ir a por el GM. – White Queen puso los ojos en blanco. – ¿Qué crees que vamos a hacer? ¿Ir corriendo al GM a chivarnos? Probablemente ya sabía qué planea Lilith antes de que tuviera tiempo a abrir la bocaza.
- No podemos quedarnos aquí dentro hasta que nos pudramos. – Respondió Maya. – Lilith ha tomado la iniciativa, vosotros no tenéis aliados ni dentro ni fuera de Columbia, y no os estamos pidiendo que tomemos el té todas las tardes juntos. Sólo saber que contaremos con vuestro apoyo cuando ataquemos.
- ¿Un pacto de suicidio con los Crimson Raiders? ¿Crees que estamos tan locos como vosotros? Ni siquiera sabéis si ese tugurio que llamáis ciudad va a seguir en pie cuando el GM se harte de veros ladrar vuestra heroicidad.

Hellion había sido quien había intervenido, cruzándose de brazos y dejando ir una risa sórdida. Raiden asió la katana, listo para atacar, pero White Queen levantó una mano, y justo delante de ellos se empezó a abrir una brecha en el suelo de mármol en la que no podían ver siquiera el fondo. Inmediatamente el grupo retrocedió.

- No tomemos decisiones que luego vayamos a lamentar, ¿hm? – White Queen levantó una ceja. – Caer tan bajo... tendría consecuencias nefastas.
- Phaselock, esto es una locura. – Dijo Raiden a Maya.
- Decidle a Lilith que tomaremos en cuenta vuestra oferta. – Continuó la Illusionist, llevándose una mirada sorprendida por parte del chico a su lado. – Es todo lo que tenemos que decir por ahora. Y por favor, marcharos antes de que tenga que convenceros de que sois una manada de cerditos.

Con un chasquido de sus dedos, la brecha en el suelo desapareció, dejando el mármol impecable. Sin decir nada más, el grupo salió, encabezados por una airada Maya.

El portón se cerró tras ellos con un estruendo, y se quedaron en la calle, ya de noche. Maya se dirigió hacia un banco cercano, más que sentándose, dejándose caer con un bufido. Por unos momentos, Raiden estuvo a punto de dirigirse a ella y exigirle más explicaciones, pero él también estaba agotado.

- Bueno, Kora, ya has visto lo que hacen los Illusionists. – Le dijo Maya.
- ¿Ser unos idiotas pretenciosos? – Preguntó, casi inocentemente, la Black Mage.

Por primera vez en todo el día, Maya dejó ir una risa. La sensación de sus hombros sacudiéndose levemente casi se le hizo extraña.

- Exactamente.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:23:07 PM
# 12.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)

-¡¡AAHH!!
Doppio se había quedado paralizado, temblando delante del muro de agua, había confirmado sus sospechas, el líder de la Guild y de la party era un Player Killer.
El miedo le atenazó el corazón, habían caminado al lado de un hombre que había sentenciado por su cuenta a dos compañeros, ¿qué le impedía hacer lo mismo con ellos? ¿Y si ya tenía pensado el modo de eliminarles? Preguntas como aquellas no dejaban de pasar por su mente profundizando el miedo que sentía.
-Me… me duele la cabeza… -Doppio comenzó a tener “tics” en el parpado, el ojo derecho se volvió  blanco mirando hacia el interior de su cráneo.

RING-RING RING-RING

Con manos temblorosas, Doppio tomo su teléfono descolgando, al otro lado de la línea su interlocutor hablaba con tono firme para tranquilizarlo, pero no podía evitar un deje de nerviosismo.
>Acabó de verlo… yo… no sé qué decir…
-¿Qué vamos a hacer Boss? –Apretó los puños para evitar que le temblasen las manos. -¿Dónde puedo huir?
>¿Huir? –Se hizo un silencio que le sirvió al interlocutor para reflexionar. >Huir no servirá de nada.
-¡Pero…!
>Tranquilo, tengo un plan. –Le interrumpió. >Mantén a tus amigos cerca… y a tus enemigos, aún más cerca.
-No entiendo... –Doppio puso toda su atención al plan.
>No vas a huir, seguirás con la Party, porque de momento han demostrado que pueden moverse y protegerse, y porque huir, sólo asegurará que vayan detrás te ti. Pero no te dejarás atrapar, porque serás tú el que se adelante a todos ellos, no esperaras a ser el primero en morir, serás tú el que los sentencie, a todos ellos. No te dejarás ver, y yo te ayudaré. Este es un juego de supervivencia, Badguy ha hecho su primer movimiento, si no le hubieran pillado quién sabe lo que hubiera podido ocurrir, por eso no te dejaras atrapar. Ahora sabemos, que no podemos confiar en nadie que no seamos el uno en el otro.
-Sí… confió en ti. –El mago se llevó una mano al corazón apretando en su puño la pechera de su ropa.
>¿Serás valiente?
-Por ti, seré valiente. –Se cuadro tomando aire y apretando la mandíbula, iba a ser valiente, no iba a derramar más lágrimas, porque ahora tenía que ser un superviviente, por ambos.
>Sabía que lo harías… pero no voy a dejarte solo… prepárate, viene alguien.

Se escucharon unas fuertes y rápidas pisadas, un hombre se acercaba a la carrera donde el muro de agua.

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Nero se detuvo, helado ante la visión que le ofrecía el muro de agua, tenía que haber tomado aire para aliviar los pulmones que le ardían después de la pelea más la carrera, pero parecía que se había olvidado de respirar. El shock que le provocaba aquel nombre en el muro le atenazaba el corazón.
No eran cualquiera los nombres que acompañaban el nick del Player Killer, uno de ellos era el mejor amigo de Sol y el segundo en la Guild, ¿qué habría pasado? Era absurdo, ¿pero por qué Sol le había mentido entonces?

Tuvo que alejarse del muro, necesitaba aire, se movía como si sus pies pesaran una tonelada, pero consiguió llegar hasta el límite de Columbia y asomarse por uno de los lados del cercado. Las nubes por debajo eran densas como los pensamientos de Nero, moviéndose lentamente, amenazando tormenta pese al sol que iluminaba la plaza de Columbia.
Respiró pesadamente sintiendo vértigo por la visión, era tanta la incertidumbre que tenía… había tenido que pasar algo muy grave en la sede de la Guild, no podía tener otra explicación, si Sol hubiera querido matarles, le hubiera sobrado las oportunidades y el nivel para hacerlo. ¿Pero por qué había tenido que enterarse así? ¿Qué era lo que pretendía ocultar al no contárselo?

---

Doppio observaba a Nero al otro lado de la plaza, el espadachín no había reparado en su presencia. Se acercó el teléfono a la oreja.
>Nero está solo. ¿Estás preparado?
-Cuteboy… es el más cercano a Badguy, le seguirá pase lo que pase, sé que tengo que hacerlo... pero, él… no se lo merece…
>…Lo entiendo. Déjame a mí.

---

Nero tomó aire una vez más. Cerrando los ojos con fuerza al recordar las palabras con las que Sol le había despachado del combate… dolían, y dolía no haber podido cumplir su objetivo y rescatar a su compañero, tenía tan poco nivel, era tan débil que su cuerpo no respondía en condiciones. Recordar cuando le apartó para que el ataque de la Black Mage no le alcanzase, le hizo sentir miserable, pero fue por aquel recuerdo que cayó en la cuenta de que Sol había intentado apartarle de la pelea para que no resultase herido.
Y había sido tan idiota que lo había dejado a merced de los Crimson Raiders… tenía que volver, aunque no tuviera su arma, si Sol perdía una vida aparecería en la sede de la Guild y no podría pedirle explicaciones de qué demonios había sucedido.

Se separó de la valla que delimitaba Columbia… y el siguiente paso fue directo hacía el vació donde la gravedad reclamó su cuerpo.

Ni siquiera se dio cuenta de lo que pasaba, parecía que se había quedado flotando en el aire un segundo, como una caricatura, cuando alargo los brazos para agarrarse al saliente, ya era demasiado tarde y el aire rugía ensordecedor a su alrededor. Si alzó un grito este nunca salió de su garganta, incluso respirar se hizo imposible, un torrente de imágenes pasaba por su mente, pero era incapaz de relacionar ninguna, nada tenía sentido, incluso aquella pieza de plástico negro que le acompañaba en su caída.

Quizás había perdido el sentido nada más comenzar a caer, quizás permaneció consciente el suficiente tiempo como para oler la salitre al acercarse al mar a toda velocidad a punto de chocar contra su reflejo. Nunca se sabría, porque no hubo dolor en aquella muerte.

---

-¡NO! ¡NO! –Doppio se asomó al otro lado de la valla histérico, alargando el brazo inútilmente como si pudiera alcanzar lo que había comenzado a caer. -¡SE HA CAÍDO EL TELÉFONO! ¡El teléfono!
La cabeza le dolía como si se le fuera a partir en dos.

RING-RING

Se apartó del cercado como si este fuera de fuego, había escuchado claramente el sonido de su teléfono. ¿Pero de dónde venía?

RING-RING

Un Black Mage acababa de aparecer en la plaza, se había quedado sorprendido por ver al Time Mage asomado y gritando al otro lado de la valla. Había dejado de comer su helado de crema preguntándose casi aburrido si a aquel tipo se le habría caído algo.

RING-RING

Doppio le clavó la mirada al mago que retiró la suya distraído mientras probaba su helado.

RING-RING

-¡Tú! –Doppio se acercó a la carrera, en sus manos brillaba el ataque de gravedad, dispuesto a utilizarlo contra aquel desconocido. -¡Deja de comerte mi teléfono!
Le arrebató el helado de la mano, la primera reacción del Mago fue salir corriendo asustado por la amenaza del ataque y aquel arranque de locura inexplicable.
Una vez solo, Doppio se acercó la bola de helado hasta la oreja.
-Pronto?
>Siento lo del teléfono… si quieres aun podrías…
-No, no hay tiempo… -Doppio tragó saliva. -¿Crees que esta…?
>¿Muerto? Sin duda, pero es su primera vida, aún queda mucho trabajo por hacer, con los demás también… ahora que el tiempo esta de nuestra parte… quería haberlo dicho antes: felicidades por subir de job.
-Gracias. –Sonrió mordiéndose el labio avergonzado por aquel alago, la crema del helado comenzaba a derretirse por su cara, pronto tendría que deshacerse de aquel teléfono. -¿No te ha visto?
>Ha sido perfecto… pero recuerda, esto es solo el principio.
-Puedo hacerlo, ahora sé que puedo hacerlo. –Aquella muerte había sido el impulso final que necesitaba. -Puedo salir con vida de este juego.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:25:57 PM
DEMASIADOS ICONS DIOS MÍO

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png)

018head in the clouds and feet on the ground

- Oh, no.

Kora dejó caer los hombros, suspirando exageradamente. Frente a ella se encontraba una cabina como en la que habían subido a Columbia, sólo que ésta estaba en otro islote de la ciudad. Tras una noche de descanso y sin ningún incidente por la mañana, los ánimos del grupo se habían elevado, especialmente los de la joven Black Mage. Y ahora descendían de la misma manera que iba a hacerlo la cabina.

- ¿Cómo esperabas bajar, si no? – Le preguntó Raiden a su lado, con los ojos entrecerrados.
- No sé... – Admitió, torciendo el labio. – Podríamos haber usado un warp...
- No hay tiempo para quejas. – Maya la interrumpió. – Milo, ¿has avisado ya a vuestra compañera?

El Bard asintió, levantando un pulgar. Aunque hacía lo que podía por mantener una sonrisa, ésta se notaba claramente forzada, y miraba de reojo la cabina como si fuera a comérselo en cualquier momento. El hecho de que Yuzuriha hablara más que él era casi sorprendente.

- Se encuentra en el faro de bajada. – Añadió la Dancer, jugueteando con el borde de la bufanda. – Dice que está con otros dos jugadores que nos acompañarán también a Sanctuary.

Maya arqueó una ceja, pero no hizo ningún comenario al respecto.

- Bien, vayamos bajando. – Abrió la puerta de la cabina, cuyo chirrido hizo eco en toda la estancia, y se sentó la primera. – Kora, Asami y Elizabeth bajan conmigo.
- Um... – Elizabeth se mordió el labio, y Maya suspiró con exasperación.
- ¿Tú también tienes miedo?

La Merchant se cruzó de brazos, balanceando su cuerpo de un lado a otro levemente.

- Nunca he bajado de forma... analógica, por decirlo así.
- ¿En serio? – Maya parecía sorprendida. – Pero tienes un nivel bastante alto.
- Siempre he tenido dinero para warps... – Admitió Elizabeth, y levantó las manos enseguida. – Pero ya voy, ya voy.

Aunque parecía decidida en la forma de sentarse en el sillón, el tono delataba que estaba nerviosa. Asami fue a dar el primer paso, pero se fijó en que Kora parecía pegada al suelo, soltando una risita nerviosa. Con un suspiro, le puso la mano en la espalda, empujando suavemente.

- Podríamos usar un warp, bueno, sólo es recoger a Neko, ¿no? – La chica hablaba mientras básicamente Asami la ayudaba a subir los escalones. – Y creo que podríamos usarlo porque ¿para qué tanto camino? Quiero decir... no, espera, no me estáis escuchando...

Asami cerró el cinturón de Kora, que soltó un gritito ahogado, y se sentó en su sillón mientras Maya cerraba la puerta. El balbuceo de la Black Mage se convirtió en un sollozo exagerado, para terminar en un grito agudo que fue bajando de volumen gradualmente cuando la cabina empezó el descenso.

Raiden se giró hacia los otros dos. Milo se había puesto aún más pálido, y Yuzuriha tuvo que repetir un ritual parecido al de Asami para conseguir que entrara en la cabina una vez se puso disponible la siguiente. El samurai estaba a punto de cerrar la puerta cuando oyó una voz desde fuera.

- ¡Esperad!

Un joven rubio se asomó a la puerta de la cabina. Instintivamente, Raiden se llevó la mano al mango de la katana, pero el otro chico no hizo amago de intentar atacarles.

- Ya que sois sólo tres, dejadme bajar con vosotros. Así no tengo que esperar al siguiente.
- Lo que quieras.

Raiden respondió secamente, y el otro, que según su Omnitool era un Black Mage, de nick Hyoga, se sentó en el asiento que quedaba libre.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/anir.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ikki.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/shun.png)

Para no perder costumbres, Kora salió de la cabina para caer al suelo, aunque aquella vez se incorporó apoyada en las manos para hablar.

- ¿Sigo... sigo teniendo corazón? – Le dijo a las otras tres, que se dirigían hacia las escaleras. – Asami, comprueba si tengo pulso... el corazón me ha estallado, estoy segura...

La Blacksmith arqueó una ceja, medio sonriendo, y la ayudó a levantarse. Elizabeth estaba con los labios apretados, aunque parecía encontrarse bien, y siguió a Maya, que bajó hasta el segundo piso la primera de todas. Oyó una discusión bastante alta, e inmediatamente se puso en guardia.

Asomándose a la barandilla, vio en el primer piso a tres jugadores. Uno era un White Mage, el más pequeño de todos y trataba de poner paz entre un Dark Knight y una Mechanic que estaban discutiendo sobre un tema tan trivial que le hizo poner los ojos en blanco.

- ¡Eh, tú! – Bajó unos escalones, dirigiéndose a la chica de pelo naranja. – ¿Eres Anir?
- ¿Eh? – La chica la escaneó con la Omnitool rápidamente. – Ah... sí, soy yo.

Sin entender del todo la situación, Maya fue bajando la escalera, y la expresión de Anir se suavizó al reconocer a Asami y Kora.

- ¿Van contigo? – Preguntó Maya al bajar, señalando a los otros dos.
- ¡Sí! – Intervino el White Mage. – Me llamo Shun, y él es mi hermano... y... ¿cómo te llamas?

El joven se dirigió al otro con una sonrisa que le iluminaba todo el rostro, y éste se pasó una mano por la cara, suspirando.

- Ikki. – Habló el Dark Knight, probablemente diciendo su nombre.

Maya los examinó con la Omnitool, no tenían guild pero el Dark Knight era de nivel alto. Mientras, Kora parecía haber recuperado los ánimos, y las otras tres chicas se presentaron animadamente, empezando a charlar. Pronto oyeron unos pasos hacer crujir la escalera de madera, y el resto del equipo bajó... con un miembro extra.

- ¿Quién es ese? – Maya se giró, examinándo al desconocido con la Omnitool inmediatamente.
- ¿¡Qué te ha pasado en el brazo!? – Neko se llevó las manos a la cabeza al ver el estado de Raiden. – Tu precioso brazo...

El desconocido se presentó como Hyoga, su mismo nick, y Shun lo reconoció con emoción, aunque su hermano apenas reaccionó. Ikki parecía preferir estar apoyado en la pared sumido en sus pensamientos antes que interactuar con el grupo. Por unos segundos, Milo y Yuzuriha se miraron el uno al otro tras verlo, pero ninguno de los dos dijo nada.

- ¡Hyoga! – El chico le sonrió abiertamente, cogiéndolo de la manga de su túnica. – ¡Estás bien! Me alegro de verte.
- Shun... – Hyoga sólo asintió. – Lo mismo digo.
- Vamos a ir con los Crimson Raiders, deberías venir. – Se giró hacia Anir. – Puede venir él también, ¿no?

El White Mage parecía tener un mod que hacía que sus ojos brillaran con chispas.

- Oh... pobre... – Seguía Anir lamentándose por el brazo de Raiden, hasta que procesó que la pregunta de Shun era para ella. – ¿Eh? Eso no lo decido yo...

La Mechanic levantó la vista del brazo de Raiden momentáneamente.

- No te preocupes, se lo dice al brazo. – Le dijo Milo al Samurai.
- Supongo que no hay problema. – Sentenció Maya, mirando al Black Mage de arriba a abajo. – Si quieres, claro.
- Bueno... no tengo donde ir, así que... – Simplemente se encogió de hombros.

Maya dio el visto bueno con un simple asentimiento, abriendo la puerta a la salida del faro para emprender la marcha hacia el Warp. Milo enseguida se ofreció a poner la música de fondo.

When I wake up, yeah I know I’m gonna be, I'm gonna be the man who wakes up next to you...

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/anir.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ikki.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/shun.png)

El frío de la tundra sobre sus ropas húmedas por el aire del mar fue lo primero que notaron al volver a Sanctuary. Tras el aviso de Maya, Lilith les esperaba allí, cruzada de brazos y distrayéndose mirando sus uñas virtuales, aunque su ensimismamiento se terminó cuando vio el grupo que acababa de llegar. No sólo venían con cuatro personajes de más, sino que también venían, aparentemente con un brazo de menos. O al menos, colgando inútilmente.

- Hola a todos, felicidades por volver enteros y sin perder una vida, espero que os hayáis divertido mucho y bienvenidos los nuevos. – Dijo rápidamente, pasando una mirada sobre el grupo, pero terminó mirando fijamente a Raiden. – ¿Y a ti que te ha pasado?
- Sam. – Respondió el samurai, básicamente escupiendo el nombre. – Eso es lo que ha pasado.

Los ojos amarillos de Lilith se abrieron como platos, pero inmediatamente recuperó la compostura, al menos la suficiente como para agarrar a Raiden por su muñeca metálica, empezando a arrastrarlo.

- Hablaremos luego en Moxxi’s, mientras haced lo que queráis. – Les dijo al resto, llevándose a Raiden.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)

Ignorando las miradas confundidas y quejidos del grupo, Lilith llevó a Raiden hasta la base, o al menos eso intentaba hasta que a mitad de camino, éste se soltó de un tirón. La Elementalist se giró hacia él, parpadeando.

- No eres la única con preguntas. – Le dijo Raiden, ladeando la cabeza en un gesto más bien enfadado. – ¿Atacar al GM? ¿Aliarnos con los Hellions? ¿Qué te pasa por la cabeza?
- Pensaba hablarlo contigo más tarde. Con todos. – Respondió, encogiéndose de hombros. – Es... es sólo una idea, ¿vale? Nadie va a ir obligado.

La respuesta no pareció satisfacer al Samurai, que desvió la mirada. Lilith chasqueó la lengua, frotándose la sien.

- Hablemos en un sitio donde tengamos al menos algo de privacidad, ¿vale?

Raiden asintió, sin decir nada más. El camino hacia la base, a pesar de estar sólo a una calle, se le hizo eterno a Lilith. “Sam... sigues con la misma obsesión...”, pensó mientras notaba una punzada en el pecho. Eran como críos, aquellos dos, críos jugando a matarse de verdad. Mirando de reojo al otro y viendo el apaño en su brazo derecho vio que Sam había ganado claramente, pero el duelo no había sido a muerte.

Contestó a los saludos de algunos Crimson Raiders en el salón de la base, con un tono distraído, y subió hacia el último nivel. La sala de mando tenía un pequeño balcón, y ambos se dirigieron hasta allí. La vista permitía ver casi todo Sanctuary, y distraídamente, se dio cuenta de que había empezado a nevar. Los copos eran pequeños y escasos, deshaciéndose al contacto.

- No hace falta que pregunte si Sam piensa venir con nosotros, ¿verdad? – Dijo Lilith.
- No. – Raiden se llevó la mano a la improvisada junta que había hecho Asami. Lilith sólo suspiró.
- ¿Por qué habéis peleado?

De nuevo, otra pregunta de la que no esperaba respuesta. Pero prefería tantear el terreno para averiguar lo que pudiera sobre el paradero y la situación del otro samurai.

- Simplemente me atacó, como siempre. – Ante la respuesta de Raiden, Lilith tuvo que hacer un esfuerzo para no entornar los ojos. – No tenía ningún interés en las otras tres. Por suerte, Phaselock no hizo ninguna tontería, a diferencia de cuando nos encontramos a los Made in Heaven.
- ¿¡Qué!?

Internamente, Lilith se maldijo por no enviar a otro Crimson Raider de nivel alto. Aquel viaje a Columbia parecía haber sido más intenso de lo que había esperado en un principio.

- Nada en especial. Dejamos suelta a Moonshine, y terminó haciendo amistad con miembros de la nueva party de Badguy. – Raiden contó el relato con cierta exasperación. – Para cuando nos dimos cuenta, lo que queda de Made in Heaven estaban con ella y Techbender.
- Lo que queda. – Ya había visto los nombres en el muro de agua, por lo que no le impresionó demasiado el dato. – ¿Y entonces?
- Resulta que Badguy se cargó a algunos miembros de su guild, e inmediatamente, Maya lo atacó. – Se giró hacia Lilith, con un tono sombrío. – ¿Recuerdas que últimamente iba mucho con un Soldier de pelo blanco? Cuando Maya retuvo a Badguy, empezó a atacarnos a la desesperada. Casi me dio pena cuando se largó con el rabo entre las piernas después de que Badguy le dijera que era una molestia.

Lilith suspiró, apoyando la cabeza en la mano. La historia le resultaba más bien una tragicomedia sabiendo que al menos, por parte de su grupo, no había habido ningún daño que lamentar.

- Maya decidió perdonarle la vida cuando confesó que lo había hecho en defensa propia. Al parecer se intenta rodear de White Mages para mantenerse con vida, ya que ha perdido la primera.
- Badguy usando novatos, nada nuevo bajo el sol. – Replicó Lilith, encogiéndose de hombros. – ¿Entonces todo terminó bien?
- Todo lo bien que se pudiera pedir. – Raiden se encogió de hombros. – De todas formas, por la mañana atacaron la posada donde estábamos... pero esa historia te la puede contar Phaselock, junto con el resto de secretos que estéis compartiendo.

La réplica de Lilith se disolvió en su garganta, al ver que Raiden ya había entrado en la sala, dándole la espalda.

- Voy a que me arreglen esto. – Señaló con la cabeza el lado derecho. – Hablaremos más tarde.
- Jack...

Lilith esperó a que Raiden desapareciera escaleras abajo antes de ponerse en marcha ella. “Como niños. Los dos son como niños.”. Niños con katanas y tres vidas que perder.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 08, 2013, 02:26:47 PM
En este aporte os presento al bot de reconocimiento que usó Anir en el aporte anterior: ESTA MONADA (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/botreconocimiento.jpg).
Por otra parte me he tomado libertades al describir al Lagiacrus de Esther's Plains, digamos que este tiene esas propiedades específicas y otros que salen en otros lugares no (?) NO SÉ, LO NECESITABA POR LA TRAMA ;W;
Ah, y os presento al Lagiacrus en sí: Este bicho sale en el aporte. Sí, yo també estic una mica cagat. (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/12_Esthersplains_lagiacrus.jpg)
Yyyyy, lo último a añadir es la armadura que se pone Neko en medio del aporte, que es esta: ARMADURA CHACHI (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/12_armadura.jpg). Recordar que la ropa que llevaba puesta es esta además: ROPA CHACHI (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir_2.png).

Ale, ya he terminado con las especificaciones, a leer :DDDD





12. Tengo un plan

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hiksti3-1.png)

El bot de reconocimiento empezó a temblar encima del agua, soltando alguna chispa eventual al mismo tiempo en que emitía un pitido más agudo e insistente. Sus tornillos giraban como locos dentro de sus tuercas y el bot en forma de ojo se dirigió a toda velocidad hacia Neko, que aún reía con Hipo.
La chica se mesaba el pelo, con un mechón de sus coletas atrapado entre sus dedos. En tono suave confesó:

—A veces le echo de menos…

¿A Tanlaus? —preguntó Hipo al otro lado de la línea.

El pequeño bot estaba volando desesperado hacia Neko cuando el monstruo salió del agua de un salto, letal y silencioso, goteando agua de mar y sobrepasando el pequeño invento por mucho. Enviando al bot a tomar viento con un solo roce.
Neko estaba inspirando cuando algo en el cambio de la corriente del aire y la falta de pitidos de su bot le dijeron que había algo mal. Se giró a tiempo de ver al boss de la zona con las fauces abiertas y un claro objetivo en mente: ella.

No tuvo tiempo a contestar, ni a Hipo ni al ataque, pero sus reflejos se centraron en huir. De un momento a otro su moto había aparecido delante de ella, se montó de un salto cuando el monstruo, a medio camino entre una lagartija y un dragón de mar, mordía el aire que ella había estado ocupando.
Le dio una patada en el morro, cubierto de escamas azules, mientras arrancaba el motor y salió a todo trapo, esquivando rocas y mobs que se encontraba en el camino.

¿Neko? Neko, ¿qué pasa? —exigió saber Hipo— ¿He dicho algo malo?

—¡No, no eres tú! —contestó la chica— Es el hijoputa del boss de zona. ¿No se respawneaba una vez al día? Está marcado como que no salía hasta mañana.

Anir se había asegurado de ver bien las listas de jefes de zona antes de aventurarse a Esther’s Plains ella sola.

¿Y tú te fías de lo que diga el juego, con lo que ha hecho el GM? —preguntó Hipo con un suspiro en la voz— Alma de cántaro…

Neko chistó, pero no concentrarse en la conducción le resultó caro. Una piedra se metió en el camino de su rueda y la mechanic terminó resbalando por la gravilla después de soltar el manillar de la motocicleta.

—Mierda… —susurró Neko mientras se levantaba y echaba un vistazo rápido a un codo pelado y sangrante.

¡Ey! ¿Sigues conmigo? —indagó Hipo.

—Sí, sí. Estoy bien —informó ella mientras la montaña que resultaba el boss se acercaba a saltos poco elegantes. También se fijó en la pequeña horda de lagartijas que adelantaban al monstruo y se dirigían a ella en una fila irregular, dándose trompicones las unas con las otras—. De momento…

Bien, escúchame, ya me he enfrentado a él antes —dijo Hipo con voz clara y rotunda, como asegurándose de que Neko le entendía bien y de que sus palabras se quedaran grabadas en la mente de ella a fuego—. Se llama Lagiacrus. Cuando está dentro del agua su elemento es agua, fuerte contra fuego, pero débil a electro. Cuando está fuera del agua cambia a tierra, fuerte contra electro y débil contra aire.

—Entendido —respondió Neko, calculando con rápidez cuantas de aquellas lagartijas pertenecían al séquito de Lagiacrus y cuantas la habían seguido en su huída por la playa rocosa de Esther’s Plains—. Te tengo que dejar un momento, Hipo, unos amigos han venido a jugar…

Ve con cuidado, estaré a la escucha.

Neko levantó la mano que tenía pegada al muslo en un arco de cuarenta y cinco grados, extendió los dedos y agachó la cabeza, sin dejar de mirar hacia la primera lagartija, la más rápida, que se acercaba hacia ella corriendo en eses.
Recordó su barra de acceso rápido y el hacha doble que había preparado antes apareció en el aire. Neko cerró su mano extendida sobre el mango, oyendo el chirriar de cuero contra cuero.
Pensó en un número y su ropa cambió de inmediato de unos pantalones pirata color tierra y una camiseta blanca sin mangas, con arnés y varios cinturones a una armadura completa negra con detalles en rojo y dorado.

Bajó el brazo con el arma para apoyarla en el suelo y tomarla con las dos manos. El primer hachazo fue ascendente y la lagartija negra y amarilla voló hacia la derecha. Inmediatamente bajó el hacha para atacar a una segunda lagartija, verde y marrón, cortándole la cola. Le dio con la parte plana en la cara para alejarla mientras se concentraba esta vez en una tercera, roja, apoyando el hacha en el suelo y abriendo un corte bastante feo en el lateral del nuevo monstruo mientras giraba un poco para quedar de cara a la primera lagartija, que volvía a tener encima.

Continuó lagartija tras lagartija, bailando entre ellas para evitar todo el daño que pudiera. La armadura le ayudó con la defensa, pero sus movimientos eran más lentos y Lagiacrus, el boss, se acercaba cada vez más.
Aún le quedaban cuatro o cinco lagartijas a las que matar cuando Neko tomó la decisión de alejarse de inmediato. Se había ido desplazando poco a poco con la lucha, pero tenía la motocicleta a la vista y no parecía dañada aún después de su pequeño accidente.

En una maniobra arriesgada, Neko dio una vuelta completa con el hacha en alto, haciendo uso de su fuerza. Cambió la armadura pesada por la ropa ligera que había vestido antes y salió disparada hacia su moto.
Tenía el vehículo de pie y el hacha guardada en el inventario, las manos en el freno y el acelerador, un pie en la moto y la otra pierna en alto, montándose en la moto, cuando Lagiacrus llegó a su lado.

Neko miró hacia sus ojillos rojos brillantes con la respiración contenida. Escuchó el rugido ensordecedor de la bestia y podía observar como la saliva se movía entre sus dientes con la corriente de aire que provocaba.
Lagiacrus estiró una de sus garras a tiempo de arañar a Neko, pero no consiguió asir la pequeña pierna entre sus enormes dedos palmeados.

—¡Aaah! —aulló Neko mientras dejaba caer la pierna herida al otro lado de la moto y apretaba el acelerador.

Esta vez se aseguró de concentrarse en el terreno, aún cuando escuchó a Hipo al otro lado.

¿Neko? —preguntó dudoso.

—Estoy contigo, m-me estoy alejando… Ah, escuece.

La chica estaba describiendo un círculo con su motocicleta, volviendo hacia el lugar donde el jefe había aparecido desde el agua, esquivando piedras e intentando no acercarse demasiado a las pocas lagartijas agresivas que no la habían perseguido en su primer intento de huída.

¿Qué ha pasado? —Hipo sonaba alarmado.

Neko carraspeó y parpadeó, sintiendo un pinchazo en la pierna izquierda, donde el jefe le había herido.

—He terminado con casi todo su séquito y algunos bichos que me habían seguido. —explicó.

Bien, bien. Eso es bueno.

—He cogido la moto para poner tierra por en m-medio entre el boss este y yo —Neko se lamió los labios, notándolos secos—. Pero me ha arañado. Menudas zarpas, necesita manic-cura pero ya.

Neko torció la boca, notando su intento de chiste forzado. Se oyó el suspiro de Hipo en su siguiente mensaje. Parecía inmerso en algo.

He estado revisando mis notas sobre Lagiacrus. Tu amigo puede causar ceguera, confusión y o veneno en sus ataques directos —informó Hipo—. ¿Cómo te sientes?

Neko parpadeó, no notó ningún tipo de cambio en su visión, así que descartó la ceguera. Echó un vistazo rápido hacia atrás y se dio cuenta de que estaba huyendo de algo que ya no estaba allí.
Paró la moto después de asegurarse de que no había nada lo suficientemente grande como para que el jefe se escondiera.
Aún con el motor en marcha hizo un reconocimiento del terreno más, por si algo se le podía haber pasado por alto.

—Mi bot —recordó de repente—. ¿Dónde está mi bot?

¿Qué bot? —preguntó Hipo preocupado y olvidando su pregunta anterior— ¿Cuál de todos?

—Uno de los primeros que hice, u-uno de reconocimiento —ella cerró los ojos y los volvió a abrir, notando una gota de sudor bajarle por el costado de la frente—. El que parece un ojo de color cobre.

Neko hablaba mientras activaba la omnitool e intentaba conectarse con su bot. Unos metros más allá algo surgió entre la gravilla y empezó a flotar tambaleante, emitiendo suaves pitidos.
Neko dejó caer la moto al suelo y corrió hacia el bot. Lo tomó entre sus manos, escuchando un gorjeo extraño en sus pitidos. El ojo parpadeó.
Un primer escaneo le dijo que podía arreglarlo con unos pocos puntos de magia y el uso de una skill sencilla, que no tardó en activar. El bot se levantó unos veinte centímetros por encima de su mano y pareció reconocer todo el lugar antes de posarse de nuevo sobre los dedos de Neko y pitar suavemente.

—Está bien, ya lo t-tengo. Ya está bien. —respiró por fin aliviada.

¿Y tú cómo estás?

Neko asintió, recordando lo que le había dicho Hipo antes sobre los ataques físicos del Lagiacrus. Sacudió la cabeza y miró la omnitool.

—Veneno, no tengo c-confusión ni ceguera. Por eso me escuece, es veneno —Neko echó un vistazo hacia la bota desgarrada por arriba y la herida sangrante, olisqueó la sangre, arrugando la nariz—. Pero huele a c-canela.

Qué extraño… —opinó Hipo antes de encogerse de hombros— ¿Dónde está el jefe?

—No lo sé, no lo veo d-desde hace un rato. Espera —pidió Neko antes de levantar las manos y abrirlas para que su bot de reconocimiento echase a volar—. Objetivo de la búsqueda: Lagiacrus, boss de Esther’s Plains.

La pupila color cobre del bot brilló antes de que empezara a alejarse, buscando el rastro del monstruo.

Neko, aunque no lo veas… Lagiacrus es un cazador. Seguirá a su presa hasta matarla o morir en el intento. —advirtió Hipo, aún revisando los datos del monstruo.

—Ah, estupendo. Todo son buenas noticias, e-entonces —contestó la chica con el sarcasmo rezumando en su tono. Luego suspiró y se dedicó a revisar su inventario—. Eso quiere decir que atacará tarde o t-temprano, ¿no?

Sí. Probablemente, más temprano que tarde.

El bot pitó más fuerte, parecía haber encontrado el rastro y estaba siguiéndolo hasta el agua. Neko lo miró de reojo y gritó hacia el invento mientras gesticulaba con una mano para darle más énfasis a su frase.

—¡Más alto, v-vuela sobre el agua más alto!

El bot pareció pitar más bajito y puso unos cuantos metros entre el agua y su cuerpo redondo de metal. Serpenteó por encima del mar, siguiendo aún el rastro del jefe de zona hasta que se paró repentinamente y se levantó un metro más.
Ahora el bot se movía lento, balanceándose, casi como si estuviera dentro del agua en vez de sobre ella. Neko se mordisqueó el labio inferior.

El bot marcaba una zona a entre veinte y treinta metros de una roca alta que se adentraba en el mar, donde las olas rompían con mayor violencia que en el resto de la playa.
Neko se rascó la barbilla mientras hacía matemáticas básicas para calcular su nuevo movimiento.

—Es más rápido en el agua que en la tierra, ¿v-verdad?

—afirmó Hipo—. Además cambia de elemento, es-

—Sí, s-ví. De eso me acuerdo, ya me lo has dicho antes.

Ah, vale. Ok —dijo Hipo algo perplejo—. ¿Por qué preguntas, está en el agua?

—S-sí, está en el agua.

No te conviene atacarlo en el agua, la verdad.

Neko volvió a echar un último vistazo a su inventario y levantó la mirada. El bot continuaba meciéndose en el mismo punto, formando pequeños círculos de vez en cuando. La pierna le escocía.
Sonrió de costado mientras se daba un golpe en el brazo para apagar la omnitool.

—O tal vez, sí. —dijo Neko con aire de misterio en sus palabras.

Neko, Neko, no. Neko, es más fuerte en el agua. En serio, espera a que salga.

Anir no escuchó las advertencias de su amigo y se dirigió a grandes zancadas hacia la roca, la que sobresalía hacia el mar.

—T-tranquilo, Hipo. Tengo un plan.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:27:56 PM
# 13.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shurasugus23.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo1.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio.png)

-¡Sol! ¡Ve más despacio! -Nero jadeaba a cada acometida del paladín, le comenzaban a doler las manos a causa de la vibración del metal de su espada, contra la espada del otro.
-¡Tienes nivel suficiente para aguantar! -Sin perder el aliento, Sol ejecutó una rápida estocada que fue desviada por muy poco por la otra espada. Aunque a Nero le fue imposible contraatacar al verse empujado hacia atrás por la fuerza del ataque, dando con sus huesos en el suelo mientras resoplaba para recuperar el aliento.
-Shura, -Sol se llevó la espada al hombro dirigiéndose hacia la chica que estaba sentada a la sombra de un árbol con Doppio y JoJo. -Encárgate de curarle, al primer toque, quiero saber de cuantos hechizos dispones.
-Claro. -Cumplió sin problemas volviendo a recostarse sobre el tronco para seguir observando aquel entrenamiento. -Le está dando una señora paliza...
-Nero aun tiene un as escondido en la manga. -JoJo apoyó la cabeza contra el tronco casi somnoliento. -Tiene un golpe especial guardado para Sol.
-Me resulta difícil de creer, pero siendo tu seguro que aciertas. -El chico sonrió por el comentario de Shura.
-No imagino a CuteBoy alcanzando a Badguy. -Doppio estaba inclinado hacia delante prestando atención al combate, apoyando la barbilla en sus rodillas.

Sol ajeno a la conversación en torno a ellos dos, volvió a tomar su espada y como si esta fuera tan ligera como una pluma, la hizo girar por encima de su cabeza como un molino para dejarla caer muy cerca de Nero que reaccionó apartándose y poniéndose en pie, manteniendo la distancia suficiente para no ser atacado, y para no poder atacar tampoco.
-No te lo estas tomando en serio.
-Sol... es un entrenamiento, no hace falta que seas tan agresivo.
El hombre rodó los ojos exasperado.
-Chico, te derrotó un manco con un palillo por espada, no digo que tuvieras que darle la paliza de su vida, pero qué menos que haberle podido plantar cara, tienes nivel para eso.
-Sé que me falta destreza con la espada, -se sacudió nervioso, como si Sol le hubiera herido en lo más hondo de su orgullo. -Por eso mismo, me preocupa que de seguir así... pueda matarte por accidente...

-Ahí está el golpe especial de Nero... pero le va a salir caro. -JoJo le dio un codazo a una incrédula Shura la cual no se esperaba que aquel susodicho golpe pudiera tratarse de un simple comentario, pero demonios, a juzgar porque el paladín empezó a ponerse blanco, y que por primera vez parecía totalmente descolocado por la situación, para a continuación, pasar a que su rostro se pusiera rojo de rabia. Sin lugar a dudas se trataba de un golpe a su moral.
-Con un poco de suerte quizás consiga una nueva cicatriz.

Sol se abalanzó contra este potenciando el ataque de su espada.
-¡Que.va.un.niñato.como.tu.siquiera.a.rozarme! -Cada palabra iba acompañada de un golpe de espada, el espadachín apenas podía bloquear los ataques yéndose de nuevo al suelo. Boca arriba, observando el cielo aún demasiado ido por aquel último golpe sin poder recuperar la respiración... era extraño sentir vértigo por solo mirar al cielo, solo unas horas le separaban del momento en que perdió su primera vida por ser empujado desde Columbia...
Cerró los ojos aun sintiéndose enfermo por el recuerdo, no quería regresar allá arriba nunca más.


Flashback---


-No voy a pediros a ninguno de los dos que os quedéis en la party después de lo sucedido, podéis marcharos si queréis. -Sol habló apesadumbrado después del enfrentamiento contra Phaselock. -En los Crimson Raiders encajaríais bien, y siempre son necesarios magos blancos.
-Gracias, -Shura asintió, aun intentando poner sus pensamientos en orden y calmarse por la anterior situación, todo había sucedido muy deprisa, sin embargo, aunque aquel tipo no le simpatizase, pensar en verlo morir delante de sus ojos la asustó más de lo que ella misma creía posible.
Todo había cobrado más sentido después de saber que Sol había perdido una vida, no era sólo excentricismo querer rodearse de White Mages y el subir de nivel. Había saboreado la muerte y estaba un paso más cerca que cualquiera de ellos dos de que aquel juego se cobrase su vida, y si lo había ocultado era por su condición de Player Killer, la cual no invitaba especialmente a fiarse de él, pero momentos para matarlos había tenido suficientes y había luchado para defenderlos. Shura y JoJo podían ofrecerle un voto de confianza a cambio, hasta que explicase qué había sucedido y que iba a ocurrir a partir de ahora, entonces tomarían su decisión.

No les costó encontrar a Doppio, el hombre de pelo morado giró la cara entre dolido y enfadado cuando vio aparecer a Sol, le propuso marcharse de la Guild si era lo que quería, pero primero le expresó su deseo de hablar con todos. Con Doppio había pasado por mucho más que con los dos iniciados, y aunque afectado, el mago accedió a acompañarlos.
Buscaron a Nero en la plaza donde el muro de agua reflejaba el nombre de los jugadores que habían fallecido, algunos de ellos con el nombre del Player Killer a su lado, era lo que JoJo había visto antes de marcharse de Sanctuary, pero ni rastro de Nero.
Le mandaron un mensaje a la Omnitool pero no respondió, y al buscar su localización descubrieron que estaba en la plaza del reloj. Era extraño que no se hubieran encontrado de camino, pero le restaron importancia.
Hasta que encontraron su cuerpo tirado en el suelo a los pies de la torre del reloj...

Sol y JoJo salieron a la carrera para comprobar su estado, cuando Shura iba a tomar la misma iniciativa sintió las los dedos de Doppio clavarse en su brazo, la cara de este era el reflejo del miedo.
-¡Nero! -Sol lo tomó de los hombros sacudiéndole, buscando alguna reacción.
-¡Shura date prisa!
No necesitó más indicaciones, a la carrera le lanzó el primer hechizo de curación, arrodillándose al lado de su compañero para comprobar su estado. Estaba consciente, tenía el rostro desencajado, los ojos y la mandíbula apretada por el dolor, pero no había rastro de herida alguna.
-¡Han sido los Crimson Raiders! -Doppio se apartó asustado mirando alertado a su alrededor.
-No tiene heridas... ¿quizás ha sido algún hechizo, o veneno, o...? -JoJo enmudeció de golpe, siendo el primero en darse cuenta de la gravedad en el estado de Nero. -¿Dónde está su cicatriz?
La cicatriz en la frente de la que tan orgulloso se sentía Nero, había desaparecido. Todas sus heridas a lo largo del combate contra Raiden habían sanado, su estado actual era por un duro golpe emocional... JoJo intentó comprobar su Omnitool solo para sentirse frustrado al no tener muy claro su manejo. Shura corroboró la creciente sospecha...
-...Ha perdido una vida. -Se le quebró la voz al decir la última palabra.

Sus compañeros parecían realmente afectados por la noticia, todos se preguntaban como había sucedido aquello y en qué momento.
-Si han sido los Crimson Raiders los voy a...
-Nada demuestra que hayan sido ellos. -Shura cortó a Sol antes de que se lanzase a la guerra contra la Guild.
-Tiene razón. -JoJo pensaba que si Raiden o alguno de ellos quisiera haber acabado con el chico, podría haber aprovechado la anterior batalla. Nero había configurado la Omnitool para aparecer en aquel lugar en caso de morir, entonces nada aseguraba que aquel hubiera sido el lugar donde había perdido su vida, y era estúpido pensar que les había plantado cara al grupo cuando no tenía ni su propia espada... tendrían que esperar a que Nero despertase para aclarar el asunto. 
-Columbia... -Nero pareció reaccionar, apenas separando los labios para hablar hizo que los otros cuatro contuvieran la respiración para no perder detalle a sus palabras. -Columbia se está cayendo...
-Nero. -Sol sacudió a su compañero, preocupado por aquellas palabras sin sentido.

Nero abrió los ojos de golpe, sus pupilas se contrajeron observando a Sol. Antes de que el grupo pudiera sentirse aliviado por que este hubiera reaccionado por fin, Nero utilizó sus habilidades para potenciarse, de un empujón tiró a Sol al suelo y se separó de éste como si se tratase de un animal asustado. A duras penas pudo ponerse en pie, era visible que le temblaban las rodillas.
-¡Atrás! ¡N-no confió en vosotros...! -Estiraba los brazos para mantener el equilibrio y mantener alejados a sus compañeros, pero de nuevo acabo de rodillas en el suelo.
-¡Nero!
-Respira Nero... solo preocúpate en respirar. -Con un movimiento, Sol les pidió al resto que se mantuvieran detrás de él mientras se acercaba muy despacio al espadachín.
-¡Aléjate de mi! -Nero buscó a tientas, pero no tenía su espada a mano. -Tu... ¡los mataste! ¡Me mentiste! -De rodillas como estaba, estrelló la frente contra el suelo, frustrado por sus emociones e intentando que el dolor le ayudase a dejar de lado aquella sensación de vértigo y poder ponerse en pie.
-...No lo hubieras comprendido... -Desobedeciendo la petición del chico, se acercó lo suficiente como para clavar una rodilla en el suelo frente a él.
-¡Si lo hubiera hecho! ¡No soy un niño! ¿Por qué no me lo dijiste? -Reunió el coraje suficiente para levantar la cabeza y encarar al paladín. -No voy a dejar... que me mates a mí también...
Sol estiró el brazo arropando y atrayendo al chico contra su hombro, Nero se quedó helado por la inesperada reacción, pero sirvió para desarmarlo y dejarlo sin pretextos, exponiendo con aquel gesto mucho más de lo que hubiera podido expresar con palabras.
-Nunca te haría daño... nunca haría daño a ninguno de vosotros. -Soltó al chico dirigiéndose al resto del grupo. -Defendí mi vida a cambio de un material que era basura, maté y perdí una vida por orgullo... y jamás sabré porque mis amigos quisieron matarme realmente ni porque estaban tan asustados...
-Sol... -Nero se dirigió a su compañero, avergonzado. -Perdóname, no quería decir que tu...
-Ahora no te preocupes por mí. -Se pasó uno de los brazos del chico sobre los hombros ayudándole a ponerse en pie. -¿Sabes lo que te ha pasado?
-Yo... sí... pero no se qué ha pasado... he perdido una vida, pero no se... -Le volvieron a temblar las piernas, si no fuera por su compañero se hubiera ido de nuevo al suelo.
-¿Viste algo?
-No... no estoy seguro... recuerdo que comencé a caer desde Columbia.
-¿Te caíste?
-Me empujaron. -Miró enfadado hacía Doppio por aquella pregunta. -Pero... no vi a nadie...
-Este es un lugar peligroso. Escucharme bien, -Sol volvió a tomar la función de líder. -Ni yo con mi nivel puedo asegurar mi propia supervivencia ni la vuestra... pero una cosa tengo clara, separados somos más vulnerables, hay más oportunidades de sobrevivir si permanecemos unidos y subimos de nivel juntos. Si os quedáis yo daré hasta mi último aliento por vosotros, pero no tengo nada que reprocharos si decidís marcharos...
-¡Yo me quedaré a tu lado! -Nero no vaciló al dar su decisión.
-Si todos permanecemos unidos, yo también me quedo. -Doppio asintió dando por válida la explicación de Sol, además de comprender sus motivos al perder una vida.
Los tres miraron hacia Shura y JoJo esperando su decisión.

La chica meditó unos instantes... unirse a los Crimson Raiders era una tentación, compartir más momentos y aventuras con su nueva amiga Kora, además de que aquel grupo tenía el nivel suficiente para lograr sus objetivos...
Pero con aquel complicado grupo, había establecido unos lazos aún más complicados, eran nobles aunque la sacasen de quicio, no tenían nada en común aunque permanecieran unidos, no tenía motivos reales para quedarse... aunque la razón le dijera que se marchara, había algo más profundo y que no llegaba a comprender, que le instaba a estar a su lado.
-Yo me quedo mientras Nero se quede. -La sonrisa del chico por su respuesta fue radiante.
-Qué le vamos a hacer, Shura ha tomado la decisión por los dos, yo también me quedo.
-Oye JoJo, yo he tomado mi decisión, si tú no quieres.... -Shura intentó mostrarse calmada pero no pudo evitar un tono ácido en sus palabras por el comentario del hombre.
-Tú decisión está bien, yo me quedo mientras tú estés en el equipo. -Le puso una mano en el hombro a la chica que torció el labio no muy convencida antes de acabar sonriendo a su compañero agradecida porque siguiera a su lado.

Sol suspiró aliviado para sus adentros, se sentía mucho más ligero después de haber confesado.
-Salgamos de Columbia... utilizaremos el Warp, cualquier sitio es mejor que este.


Fin del flashback---


La mano de Sol se plantó delante de su cara para ayudarle a Nero a ponerse en pie. El chico la aceptó sonriendo, los dos se dirigieron al grupo para descansar.
-No se puede entrenar si no estamos a lo que estamos. -Sol se cruzó de brazos frente a Shura, que con un “perdón” curó a Nero, el hechizo le provocó cosquillas.

-Prestar atención, Shura, aun tienes que subir de nivel, y tu Nero también. Creo que ambos podréis defenderos bien contra los no muertos, esta noche la pasaremos al raso, pero nuestra siguiente parada será Pueblo Lavanda.
-¿No sería mejor pasar la noche en el pueblo? -JoJo cuestionó la decisión de Sol.
-Cuando llegues al lugar lo entenderás... -dibujo una sonrisa misteriosa. -Descansar bien, necesitamos fuerza para mañana.
-Voy a colocar unas trampas y ver si puedo pescar algo, esta noche tendríamos que cenar bien.
Nero no terminó de hablar que se fue a cumplir con lo que se había propuesto, Sol se llevó una mano a la cara exasperado.
-Eres tú el que más tendría que descansar después del entrenamiento... -El comentario despertó una risa en Shura.

Pero la sombra de la muerte no iba a abandonar todavía a aquel grupo.
Y uno de ellos pronto iba a perder una nueva vida.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 08, 2013, 02:32:01 PM
El enemigo que menciono en esta fase es Sleepy Hollow (http://connectyourmeetings.com/wp-content/uploads/2009/10/headlesshorseman_1lo.jpg)  ;D siempre he querido usarlo en algún aporte.

# 14.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)

-OH MY GOOOD! –JoJo se llevó las manos apretándose las mejillas para evitar estremecerse.
Lo peor no eran los edificios quemados y en ruinas, ni el ambiente lúgubre, lo peor era aquella musiquilla deprimente que había en el ambiente. Era la primera vez que sentía que una melodía pareciera poder invocar una fantasmagórica presencia, algo que flotase a tu alrededor pero que nunca se dejase ver… y entonces cuando menos te lo esperas, te tomaría del pelo arrastrándote hacía el abismo…

-Yo creo que es un sitio curioso, tiene personalidad y el aroma del aire es agradable. Además la música me gusta, es fuera de lo habitual.
-Tu Shura, tu sí que eres fuera de lo habitual… -El Thief arrugo el labio apartándose de su compañera.
-Lavender Town se caracteriza por ser un área donde las dungeons están llenas de enemigos no muertos, además en esta ciudad puedes subir job como Fallen Angel. –Doppio parecía feliz de poder ofrecer aquella información a los iniciados.
-¿Qué es Fallen Angel?
-Nada de lo que una White Mage tenga que preocuparse. –Sol interrumpió entre la chica y el Time Mage. –Estar preparados y permanecer unidos, tenemos un Warp por si las cosas se ponen feas y las suficientes pociones para aguantar si se presentan imprevistos, pero intentar no usarlas y recordar que hemos venido para subir de nivel.
-¿Y no tendríamos que comprar otras cosas? ¿Agua bendita, balas de plata, o ajo para los vampiros? –JoJo se frotaba los brazos intentando desprenderse de aquella sensación de mal augurio que le asaltaba desde que habían entrado en aquel lugar.
-¿Qué pasa? ¿Te dan miedo los fantasmas? –Nero aprovechó la ocasión para fastidiar a su compañero.
-Los fantasmas no existen.
-De hecho, si existen, en Lavender Town tendrían que estar. –Doppio empezaba a dar un exceso de información según la opinión de JoJo.
-En vez de en fantasmas, tendrías que preocuparte en conseguir un arma. –Sol se cruzó de brazos sopesando las habilidades de JoJo… no había subido de nivel desde que tenía su nuevo Job, podía resultarles una carga en aquella ocasión. –Tendrías que quedarte al margen.
-Yo voy, no me quedo en este pueblo ni un segundo. –JoJo se mostró molesto, captando rápidamente que la sugerencia de Sol era debida a que le consideraba una carga… tendría que pensar una buena idea para un arma…
-Tu verás… ¿estamos todos listos?

----

No eligieron Dungeon, se decantaron por un área situada tras el deprimente bosque de árboles muertos, cerca de un castillo donde detrás de este había un barranco.
-Los enemigos aquí son un poco más duros que en otras dungeon, pero eso os ayudará a subir rápido de nivel, también hay muchas zonas donde esconderse si estáis debilitados, cerca del castillo. Sobre todo no entréis en el castillo, recordar que tenemos que permanecer unidos. Doppio, encárgate de ralentizar a los enemigos que vayan a por Shura y acelera a Nero.

Sol no había dejado de hablar, que los primeros esqueletos avanzaron en dirección hacia el grupo, el Paladín estaba satisfecho con los resultados, Nero era más rápido que los enemigos no muertos y tenía el nivel necesario para pelear con grupos de enemigos, incluso había detenido la salida de un zombi de su tumba, rebanándole la cabeza antes de que llegara a sacar el pecho de la tierra. Shura iba más despacio, al no tener arma solo podía derrotarlos con hechizos de curación, pero Sol prefería que esta solo mejorase en magia, así que todo estaba de acuerdo a sus planes… excepto por JoJo.

Tenía su cuchillo de novicio, pero eso permitía que los enemigos se acercasen demasiado, sólo tenía encima un esqueleto y ya parecía que se las estaba viendo muy duras para derrotarlo…
-¡Cae de una vez! ¿¡Pero que os daban de comer antes de enterraros!? –Por más que golpease al esqueleto, no lograba que el hueso se fracturase, en un golpe erróneo el cuchillo se quedó entre las costillas del no muerto y a JoJo le fue imposible recuperarlo. Arto como estaba, le dio una patada en la rodilla que desestabilizó a su enemigo (también le produjo daño a él, pero por orgullo que no lo demostró), aprovechando para agarrar la calavera, y como si descorchase una botella, arrancarla del cuerpo lanzándola lo más lejos que pudo.

Pero antes de caer, el cuerpo del no muerto empezó a atacar a ciegas, JoJo retrocedió,  de repente viéndose incapaz de respirar ahogándole como estaban con su propia bufanda, un zombi que apenas estaba saliendo de la tierra, tomo uno de los extremos de la ropa tirando con fuerza para retenerle y derribarle, JoJo estaba a punto de caer al mismo hoyo donde aquel muerto…
Sol intervino lanzando un hechizo de curación para terminar de derribar al esqueleto y aplastando la cabeza del zombi con la punta de su espada antes de pasarle por encima caminando en dirección al Thief.
-¿Pero qué estás haciendo?
-Estaba todo controlado, -tosió un par de veces de manera involuntaria recuperando la respiración. –Antes de que me hubiera atrapado me hubiera quitado la bufanda y le hubiera dado una buena patada en la cabeza.

Sol entrecerró los ojos nada convencido por aquellas palabras.
-Si vas a jugar a los ladrones, este no es tu sitio, aquí es más fácil que pierdas una vida a que subas de nivel. Regresa al pueblo y mantente al margen mientras los otros suben de nivel, Joseph.
-Supongo que ningún job es bueno en este juego salvo Cleric, ¿verdad, chico malo?
-Que va, los Cleric también son una carga, para ser útiles tienen que ir en compañía, el único Job respetable es Paladín, ningún otro está a la altura: los magos se olvidan que lo importante no es el MP, es el HP; los ladrones que corriendo muy rápido no se derrota a los enemigos; y los arqueros se olvidan que los enemigos tienen patitas para acercarse a ellos. –Se le escapo una risa socarrona. –Aun estas a tiempo si decides hacerte Paladín, todavía no has subido de nivel como para considerar que hayas desperdiciado el tiempo. -Se alejó riéndose por su propio comentario mientras JoJo bufaba disgustado en el sitio.

“No soporto a este tipo… se cree el rey del mambo por tener una espada grande… ya le daré yo donde más duele, le demostraré que se equivoca en lo de los Job… aunque necesitaré un arma…” –Era imposible rescatar su cuchillo de entre los restos del esqueleto, solo intentándolo había roto la empuñadura del arma inutilizándola por completo.

Los combates se fueron sucediendo, pero el cansancio empezó a pasarles factura.
-No utilicéis pociones, vamos hacía el castillo.

Parte del patio del castillo estaba derrumbado, colándose entre las murallas a resguardo de esqueletos y con el suelo de piedra tenían asegurado que no saldrían zombis de este, unos murciélagos les interrumpieron, pero Sol con magia sagrada los hizo desaparecer entre cenizas.
-Descansar y recuperar fuerzas, -comprobó en la Omnitool los datos de Nero y Shura. –Habéis ganado experiencia, buen trabajo, una ronda más y regresamos al pueblo a pasar la noche, a este ritmo los dos podréis subir de Job en una semana.
-Eso si no nos deslomamos antes… -Shura suspiró cansada por el esfuerzo, aquel tipo era un flipado, si aquel juego tenía realismo, al día siguiente no podría moverse por las agujetas.

Se escuchó un sonido al otro lado de la muralla donde se encontraban.
-Será algún enemigo escalando para alcanzarnos.
-Yo me encargo de ello. –Nero comenzó a escalar por el otro lado desenvainando su espada para sorprenderle cuando el enemigo se asomase a por ellos… pero la sorpresa se la llevo él cuando intentó atacar a la cabeza… cuando su enemigo no tenía cabeza.

-¡AHH! –Lanzó una estocada al aire, de un puñetazo del enemigo, mandó al espadachín a volar de espaldas… desapareciendo entre un haz de luz azulada.
-¡NERO! –Shura intento en vano llamar a su compañero… por otra parte atrayendo la atención del guerrero sin cabeza, vestido completamente de negro y con una capa roja como la sangre, se deslizo sobre las piedras como una sombra volando directamente hacía ellos.
-¡Un enemigo de zona! ¡Alejaos! ¡Utiliza Warp! –Sol alejó a Shura antes de que la oxidada y negra espada del caballero cayera sobre ella, Nero había desaparecido en un Warp, pero por suerte era él quien llevaba uno de repuesto listo para usar en una emergencia… si conseguían huir, podrían mandarle un mensaje para que regresara con ellos…
-¡Es muy rá…! –JoJo estaba contra la espada y la pared cuando lo esquivo, pero solo para desaparecer dentro de un nuevo haz de luz, teletransportándose a algún punto indeterminado de aquella pantalla.
-¡Quietos no le ataquéis u os teletransportará! ¡Atrás! –Sol se lanzó al ataque aprovechando la posición del rival contra la pared, con su nivel podía lanzar estocadas, y esquivar la de los enemigos además de los Warp…
-¡No le ataques! –Doppio intentó detener a Shura que lanzó un ataque de curación para debilitar al no muerto, esperando que el Warp no le afectase por la distancia a la que se encontraba… pero acabando también quedando atrapada en el Warp y desapareciendo.-¡Badguy!

-¡No! ¡Mierda! -¿Por qué las cosas habían tenido que torcerse? Doppio le lanzó un hechizo para subir la velocidad y el enemigo acabo por atraparlo también en el Warp, Sol podía plantarle cara al ser un miniboss… pero necesitaba que le teletransportará también, con un poco de suerte acabaría en el mismo Warp que alguno de sus compañeros… pero antes.
-¡Qué te den por culo! –Concentro el resto de su poder sagrado en la espada, en un solo golpe, se acercó corriendo, agachándose cuando el guerrero le lanzó una estocada, y desde el suelo tomando impulso para alzarse en un golpe contra el cuerpo del guerrero, produciéndole una grave herida que prácticamente lo corto por la mitad, dejando ver su interior que ardía en llamas como el fuego del infierno.
 
Sol retrocedió unos pasos… cayendo dentro de uno de los Warp lanzados por el enemigo, con la esperanza de acabar cerca de alguno de sus compañeros…

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Nero acabó dando con sus huesos en el suelo, perdiendo la respiración y quedándose dolorido por unos instantes. Llego a pensar que había vuelto a morir en una nueva caída, pero no reconocía el lugar donde había ido a parar.
Estaba en una enorme sala, el techo era tan alto que solo se veían sombras, y aunque la estancia solo estaba iluminada con unas antorchas, resplandecía una luz dorada producto del fuego reflejando sobre las brillantes monedas de oro, montones de oro más altos que él mismo, aquello era la cámara del tesoro del castillo.
-¿Pero qué es todo esto…? –Se reincorporó acercándose a uno de los montones de monedas para inspeccionarlas.
-¡No las toques! –Unos pasos a la carrera le sorprendieron, de detrás de uno de los montones, salió un hombre con armadura que acabó derribándolo antes de que pusiera un dedo sobre esas monedas.
-¿Qué? ¿¡Qué!? –El extraño le tapó la boca… silenciándole para que no alzase un grito por lo que acababa de ver…

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)

-Me gustaría ver a Sol ahora mismo en mi situación. Ya veríamos que hacía un Paladín encerrado en una habitación y sin medios para salir. –JoJo estaba de suerte, con sus materiales de Thief no le iba a costar trabajo escapar de una habitación cerrada, además, había descubierto que también tenía un cofre en la misma estancia. –Mi día de suerte.
Empezó a trastear para abrir el cofre… sin reparar  en un brillo metálico sobre su cabeza, una hoja de metal afiladísima que cayó contra la mano del ladrón cuando iba a abrir la caja. Seccionándosela en un parpadeo.
-¡AAAHHHHHH!

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)

Shura intentó abrir la puerta de la habitación donde estaba, sólo para certificar que estaba cerrada. Un intenso olor a rosas llenaba la estancia producto de que había muchas de ellas cortadas dentro de una enorme vasija de oro al lado de un diván de terciopelo rojo.
Paso de largo ignorando todo ello, asomándose al balcón solo para ver que se encontraba en lo alto de la torre del castillo y abajo solo le esperaba el acantilado. En lo alto del techo una lámpara de araña iluminaba la habitación… si conseguía la cadena con la que estaba sujeta quizás pudiera intentar descolgarse y alcanzar el final de la torre, y una vez abajo rodear el castillo evitando el acantilado... eso si la cadena era lo suficientemente larga, claro.

-Bienvenida a mis aposentos, mademoiselle.

Shura se giró asustada, sobre el diván había un hombre con una rosa en la mano, disfrutando casi distraídamente de su aroma. Había aparecido de repente, la puerta no se había abierto en ningún momento, cerrada como estaba a cal y canto. Y la chica estaba atrapada con aquel extraño hombre.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 08, 2013, 02:35:48 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/milo.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuzu.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/anir.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ikki.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/shun.png)

019raising the bar

Lilith respiró hondo al ver a los diez jugadores reunidos en ala derecha interior de Moxxi’s, donde habían juntado dos mesas redondas para poder caber todos. Los miembros más extrovertidos del grupo conversaban animadamente, pero también vio caras serias que o bien se negaban a ser parte de la fiesta o simplemente se sentían fuera de lugar. Iba a ser una conversación complicada.

- Hola, chicos. – Dijo mientras arrastraba la silla para sentarse. – Veo que habéis vuelto de Columbia con caras nuevas. Siento no haberos dado una bienvenida como toca, pero era un asunto urgente.

La Elementalist apoyó las manos en la mesa, cruzando los dedos de las manos.

- Soy Firehawk, pero podéis llamarme Lilith. Mi guild son los Crimson Raiders, y tenemos la base aquí, en Sanctuary. Lo siento por el frío

Aprovechó sus palabras para examinar a las caras nuevas. En el camino de vuelta, Maya le había enviado un mensaje corto con nicks y jobs. La chica castaña de traje azul debía ser la Merchant, el rubio sería el Black Mage, el jovencito de pelo verde con traje de White Mage sería obviamente, el White Mage. Y el Dark Knight con cara de ser la última coca-cola en el desierto… a ese ya lo conocía. Al menos se estaba portando bien.

- Primero, felicidades al grupo de Columbia por haber cumplido con las respectivas misiones. – Miró a Milo y Yuzuriha. – Me han llegado ya varias peticiones para unirse, y algunos incluso de segundo y tercer job.
- Un placer, jefa. – Milo le guiñó el ojo, y Yuzuriha simplemente asintió, ajustándose su bufanda roja.
- ¿Anir?

La Mechanic levantó un pulgar, sonriendo ampliamente.

- Tengo lo que buscaba y más. – Con un movimiento de cabeza, señaló al White Mage y al Dark Knight. – Y hasta te he traído nuevos… amigos.
- Me alegro. Ahora, el otro grupo… – Se giró hacia Maya, quien tenía sentadas a un lado a la Merchant, y al otro, a Asami y Kora. – ¿Qué tal la feria de alquimistas?

La Blacksmith cogió su mochila, y fue pasándola en cadena hasta que llegó a las manos de Lilith. Las diferentes pociones para potenciar stats, vigores y demás brebajes hicieron que se le dibujara una sonrisa de satisfacción instantáneamente.

- Y eso no es todo. – Maya tamborileó sus dedos sobre la mesa. – Raiden, Kora y yo tenemos más en reserva. Elizabeth también… si está dispuesta a compartir con nosotros.
- Ya os dije que las condiciones eran que me pudiera unir a los Crimson Raiders. – Respondió la Merchant, cruzándose de brazos. – Entonces decidiremos la manera de repartirnos las ganancias.

La actitud decidida de aquella chica, Elizabeth, le gustaba. Parecía pequeña y frágil, pero al parecer, había elegido el job adecuado. Sabía aprovechar una oportunidad cuando la veía.

- Te enviaré la invitación ahora, Elizabeth. – Le dijo Lilith, asintiendo, y pasó la vista a las otras tres nuevas caras. – Y hablando de invitaciones… vosotros tres, ¿estáis interesados?

Recibió miradas de duda, aunque el White Mage parecía más que entusiasmado con la idea de unirse.

- Antes que nada, quiero dejar clara una cosa: por el momento, estamos centrados en sobrevivir. Subir de nivel, hacer quests, reunir el mejor equipo… Ese es nuestro objetivo. Por ahora.

Maya y el resto de la party en Columbia debía haber oído sus planes durante el encuentro con los Hellions. Igualmente, no pensaba en esconder nada de su guild, y aquel era el mejor momento para dejar las cosas claras tanto con sus compañeros como con aquel grupo.

- Eventualmente, buscaremos al GM dentro del juego, y entonces… no sé qué pasará entonces, pero lucharemos hasta el final. – Se hizo un silencio en la mesa, y tuvo que hacer un esfuerzo por mantener cara de póker. – Nadie irá obligado. Si sólo queréis uniros para tener un sitio seguro y colaborar para protegernos los unos a los otros, este es vuestro lugar. Si queréis venir con nosotros a patearle el culo al GM, pues mejor.

Las expresiones en el grupo iban de ligeramente asustados a decididos. Lilith ya podía imaginar quién la apoyaría y quién no, pero no iba a desvelar la sorpresa tan pronto. Quizá alguno hasta cambiara de opinión. Simplemente, se dirigió hacia los tres nuevos, expectante.

- No tengo casi nivel… – Empezó el Black Mage, pasándose una mano por el pelo. – ¿Aceptaríais a un Black Mage como yo, así porque sí?

Aquella vez, las miradas no se centraron en ella, sino que se dirigieron hacia Kora, que bebía con expresión distraída de un vaso alargado con una pajita hasta que se dio cuenta de que todos la miraban.

- ¿Eh? – Giró la cabeza de un lado a otro, y se llevó la mano al rostro. – ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?
- Sí. – A su lado, Milo le señaló el rostro, y Kora lanzó un gritito ahogado. – El antifaz.
- ...Milo… – La chica bajó las cejas, haciendo un puchero exagerado.

Lilith le dirigió una mirada al Black Mage, sacándolo de la discusión. Tras reflexionar unos momentos, el chico habló finalmente.

- No tengo donde ir, y este sitio parece seguro. – Dijo, encogiéndose de hombros. – Si me admitís, me quedo.
- Trato hecho. – Lilith le tendió la mano. – ¿Cómo te llamas?
- Hyoga.
- Tu nombre de verdad. – Le dijo Maya.
- Ese es mi nombre de verdad, también. – Aclaró Hyoga. – Bueno, el segundo.

Mientras, Lilith les envió invitaciones a Elizabeth y a Hyoga, y finalmente, encaró al Dark Knight.

- Y tú, Bennu, ¿vas a seguir haciendo honor al nombre de tu job? – Le dijo, apoyando la barbilla en una mano. – ¿O finalmente estás preparado para jugar en equipo?
- Preferiría hablar a solas contigo antes de decidir nada. – Le respondió éste, sin inmutarse.
- Pero, hermano…

Si hubiera llevado tela en vez de armadura, estaba segura de que el White Mage estaría tironeando de ésta. Lilith notó la manera en que Bennu miraba de reojo al que aparentemente, era su hermano, y encontró por fin un posible punto débil en la coraza del Dark Knight. Quizá no sería el miembro más fácil de tratar, pero tener a un jugador de su nivel en la guild sería bastante útil.

- Bien, quédate conmigo y hablaremos. – Resolvió Lilith, encogiéndose de hombros. Se volvió hacia el resto del grupo. – Los demás… de momento no tengo nada para vosotros, así que dedicaros a subir de nivel. Todavía tendréis quests que hacer, así que aprovechad. En la base de la guild encontraréis jugadores de nivel alto que os puedan tanquear y curar, y si no, enviadme un mensaje.

Asintiendo, las sillas fueron quedándose vacías, hasta que en las dos mesas sólo quedaron Lilith, Bennu, y su hermano. El Dark Knight permanecía con los brazos cruzados, probablemente sopesando la situación internamente.

Iba a ser una conversación entretenida.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/solis.png)

El grupo se había dispersado a la salida, cada uno con sus cosas que hacer, o simplemente, con sus cosas que no hacer. Después de todo, habían sido unos días intensos para todos, por motivos diferentes.

Kora caminaba al lado de Asami y Elizabeth, admirando el detalle de que su aliento hiciera una nube blanca al salir. La bebida que había tomado en Moxxi’s había calentado su cuerpo, aunque estaba considerando un atuendo que cubriera más para la próxima vez que decidiera cambiar de modelito.

- Entonces… ¿qué hacemos ahora? – Preguntó Elizabeth, como si sacara las palabras de la mente de la Black Mage.
- Ah, pensaba en buscar a Raiden. – Contestó Kora, cruzando los dedos de las manos. – Aunque no sé por dónde empezar...
- Probablemente esté arreglándose el brazo. – Asami se pasó una mano por el pelo, desviando la mirada. – Pero no sé dónde, exactamente.
- Bueno, demos un par de vueltas. – Kora estiró los brazos. – Supongo que al final lo encontraremos…

El trío vagó por las calles de la ciudad, charlando animadamente sobre posibles quests a realizar en un futuro. Asami les había sugerido visitar unas dungeons no muy lejos de donde estaban, y Elizabeth mostraba entusiasmo ante la idea de ir a diferentes ciudades una vez subieran unos cuantos niveles más. Pasear dentro de la seguridad de los muros de Sanctuary era relajante, donde nadie iba a asaltarlas y sobretodo, estaban a nivel del suelo.

- Y por favor, ten cuidado la próxima vez…

No hubieran hecho caso a la voz aguda de no ser por el característico suspiro resignado que tantas veces habían escuchado que le siguió. Raiden estaba frente a un puesto donde una niña parecía atenderle, hablando con ella -- o más bien, ella hablándole con el ceño fruncido.

- ¿Raiden? – Preguntó Kora, acercándose.

El Samurai se giró, y las tres vieron que parecía, dentro de lo posible, como nuevo. Su brazo estaba completamente arreglado, y una nueva venda cubría su ojo derecho, tapando las dos cicatrices que lo atravesaban. La niña se puso recta nada más verles, aunque la atención se desviaba inmediatamente hacia lo que parecía un enorme perro robótico sentado al lado de ésta.

- Moonshine… – Respondió Raiden. – Habéis terminado pronto.
- Te estábamos buscando. – La chica se adelantó, seguida de las otras dos. – ¿Has estado aquí todo este tiempo?
- Estaba… estaba comprando mejoras para el equipo. – Contestó el Samurai.

Elizabeth se acercó a la que debía ser el NPC de la tienda, preguntándole sobre el inventario en caso de que tuviera alguna oferta interesante, mientras que Asami comprobaba el estado del brazo nuevo de Raiden de la forma más disimulada que podía.

- Oh… bueno, me alegra ver que ya estás mejor. – Dijo Kora. levantando una mano para tocar el brazo mecánico. Aún estaba ligeramente cálida al tacto. – Ese Samurai… Jetstream… ¿crees que volverá a por ti?
- Sí, seguramente. – Respondió Raiden, de forma seca. – Pero lo que pase entre nosotros… es asunto nuestro. Si vuelves a verlo, no interfieras.
- Entiendo… Sólo espero que… que no vuelva a pasarte nada malo con él. – Kora agachó la mirada. Ya había entendido que no iba a sacar más información. – Aún así, eso significa que debemos entrenar y hacernos más fuertes.

El Samurai había estado a punto de girarse, pero permaneció quieto, levantando la ceja.

- Asami me ha dicho dónde hay sitios por aquí para ganar experiencia rápidamente, y seguro que tú también sabes unos cuántos…
- Es… un momento...

Sin darle tiempo a terminar, Kora agarró con cada brazo a Asami y a Elizabeth, juntando a las tres (e ignorando sus expresiones de sorpresa), y le dirigió una amplia sonrisa al Samurai.

- Así que sólo queda encontrar a Maya, y mañana mismo podríamos ir todos a entrenar un rato, ¿no?

Raiden suspiró, pasando la mirada de Kora a Asami y a Elizabeth. Aunque algo confundidas, ninguna de las tres parecía objetar a las palabras de la Black Mage, que lo miraba sin esperar una respuesta que no fuera un ‘sí’.

- Supongo.

Kora tendría que conformarse con eso.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 09, 2013, 08:11:37 PM
Re-subiendo. Modifiqué algunas cosas, ya que la bishoujo que tenía antes la deje para DD como era de un principio. Hm, por el momento dejo ese icono temponal, después a ver si le hago uno más bonito :B

# # # 001

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/dgfd.jpg) (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/iQUP338TvJwjg.jpg)

Pensar que hace escasos momentos la mayor preocupación que cursaba su mente era la de tener que ir a buscar un pedido de comida china en el puesto gastronómico cerca del edificio de apartamentos en el que vivía. ¿Qué se suponía que estaba pasando? ¿De verdad el GM resultaba ser una entidad maquiavélica con sed de sangre o simplemente era una broma de muy mal gusto? Como fuera, se había gastado el dinero inútilmente en alimentos y tonteritas sin mucha importancia.

El mensaje del GM le había pillado en la calle de la ciudad así que la mejor opción, de momento, era ir con cautela. Se justificaba desde su punto de vista pues ni tenía idea como enfrentarse a un enemigo y ahora, con la presión de conservar sus tres vidas a como dé lugar, no se sentía diferente en eficiencia que hace un momento.
Ahora su dilema era; ¿Quedarse en la ciudad o irse de ella? Asomó la nariz desde la oscuridad del callejón y vio que el centro de la ciudad estaba plagado de gente, todos mirándose con suspicacia y algunos matándose entre ellos, tal vez no tomándole el peso de las palabras del GM más que como una simple broma de mal gusto. Quizá había sido muy mala opción estar en la ciudad principal. Torpe, como si se tratara de una novata en un juego de terror que sólo sabe correr para conservar lo más posible la salud, corrió como hacia la salida de la ciudad.
Tras un buen rato de estar corriendo, Starlight se dejó caer de rodillas sobre la hierba. Había llegado a una especie de bosque espeso y supuso que por el momento estaba bien, olvidado el detalle de las criaturas  esas que atacan de la nada.
-¡AH!- Salía un animalito de las hiervas y Starlight le daba una patada mandándolo lejos. ¿Poder? Ni sabía, ¡Ni tenía idea que poderes tenía su job! Al menos la maldita criatura había desaparecido.
-Menuda White mage que resultas ser…- Murmuró un tipo desde detrás de un árbol.
-¿Uh?- Starlight se levanta frunciendo el ceño, no le importaba la porquería que acababa de patear pero sí el hecho de estar siendo observada. Se puso en guardia y encaró a quien le hablaba, era un tipo de cabellos blancos, permanecía apoyado en un árbol con los ojos cerrados. -¿Qué más da que job sea? ¿Acaso no escuchaste el mensaje?-
-Sí, pero no ando como idiota alterándome por todo… Lo más lógico es conservar la calma.-
-Bah,.- La chica hizo un gesto meneando la mano para restarle importancia al sujeto. Siguió con su camino ignorándolo.

White mage… ¿Qué tan malo podía ser? En la ciudad había escuchado a un chico lamentarse por haber escogido ese job para él argumentando que era uno de los más inútiles. Quizá habría sido oportuno escoger Black Mage, al menos, suponía, más adelante podría cambiar de job.
Escuchó de pronto que cerca de ella había mucho movimiento, se escabulló entre las hierbas y observó entre ellas. El claro de los rayos del sol se filtraba entre las copas de los árboles y daba un centro iluminado justo donde una chica de cabellos azules y ojos rojos  batallaba contra una criatura que parecía ser un jabalí pero más grotesco que los comunes. Al final la chica ganó la batalla y el jabalí murió pero instantáneamente la muchacha cayó de rodillas al suelo, agotada.
Al principio la rubia pensó en seguir caminando porque quizá sólo molestaría a esa chica pero tras ver lo abatida que estaba se acercó a ella con paso receloso.

-¿Estás bien?- Preguntó Starlight, medio inclinándose para verla.
-Sí… Sólo un poco…Bueno, muy herida.- Dio una sonrisa lastimera.
-Oh…- Curvó las cejas. Aunque la situación agobiara a la peliazul ella se esforzaba por darle una sonrisa amistosa. –Si tuviera una poción te la daría.-
-Uh…- La chica analizó los atuendos de la otra muchacha. -¡Oh! Pero eres una White mage, puedes curarme con tus poderes.-
-¿Ese es mi poder?- No pudo evitar colocar una expresión de desilusión. Dejo la desilusión para después y vio en su Omnitool alguna guía de cómo usar aquel poder curador, cuando lo consiguió se aventuró a usarlo sobre la chica. Lamentaba el hecho de que fuera casi su conejillo de indias. Felizmente, la muchacha se recobró y se puso en pie de inmediato, sacudiéndose el polvo.
-¡Muchas gracias!-
-De nada.- Siguió observando su Omnitool, vio que la otra chica tenía de nickname BlueDiamond y que era Archer.
-Me llamo Kula, es un gusto. ¿Tú cómo te llamas?-
-¿Es correcto decir tu verdadero nombre en este sitio?-
-Me salvaste, yo te debo la vida.-
-…No es para tanto, la verdad…- Alzó los hombros. De todos modos no veía peligroso, a esas alturas, revelar su identidad. –Me llamo Serah, mi nickname es… Starlight.-
-¿Vienes con alguien más?-
-No, estoy sola. Se supone que iba a entrar con un amigo pero creo que jamás logeó.- Suelta un suspiro. -¿Y tú?-
-Estoy sola también, se supone que debía ir a la escuela pero me reporté enferma de resfriado. Jaja, la verdad yo nunca me resfrío aunque mi temperatura siempre está baja. Se supone que estaba con unos amigos pero se fueron en grupo y me dejaron sola, dijeron que yo era muy inútil para estar con ellos.-
-Ah.- Alzó las cejas. Kula parecía ser una chica muy sociable y amistosa. Volvió a ver su Omnitool. –Oh, parece que subí un poco, me falta poco para subir level. Por cierto, Kula, un gusto conocerte. Ahora me retiro, tengo que ver el modo de salir de aquí.- Se despidió y se fue caminando con tranquilidad, detrás suyo sentía los pasos de la chica seguirla y mirarle con curiosidad.
-Starligth, pareces una chica genial. Debes tener muchos amigos y ser muy popular.-
-La verdad la gente tiende a despreciarme luego. Dicen que soy muy sarcástica.-
-Oh, ¿Y qué tal las notas? Debes ser la más inteligente.-
-Regular.-
-Ah…- Tomó unos segundos de silencio pero volvió a hablar. -¡Ah! Debes tener tu propio club de fans.-
-…- La miró de reojo. –No, la verdad soy común y corriente.-
-Vaya… De todos modos yo encuentro que eres especial.-
-Me conoces hace unos minutos, no puedes decir eso.- Sonrió un poco nerviosa. 
-¿Te molesta que pregunte muchas cosas? El chico que estaba conmigo cuando empecé el juego me dijo que me callara… Yo no hablo mucho, sólo me pongo nerviosa.- Bajo la vista, un poco triste.
-…- Starlight la observó unos instantes, no pudo no sentir compasión por ella. –Oye Kula, ¿Quieres venir conmigo? Soy nueva y por lo que veo las dos estamos sola, sería bueno acompañarnos al menos hasta que encontremos un lugar seguro.-
-¡Ok!-
-Por mi parte quiero cambiar de job, no sé si quieras acompañarme.-
-Sí, quizá me anime a cambiar de job también. Me gusta el que tú tienes, parece ser más calmado.-
-Eso es, al parecer… Demasiado calmado.-

 # # #
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 09, 2013, 08:22:51 PM
Otro.

# # # 0 0 2

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/dgfd.jpg) (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/iQUP338TvJwjg.jpg) (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/i11P2qim36j7p.jpg)

-Todo tiene una falla, una pequeña caída en el sistema, algún detalle que no se consideró… Nadie puede ser tan perfecto de crear un mundo sin errores ¿No?- Musitó la joven de cabellos rosas cenizas, mientras acercaba sutilmente las manos con los dedos extendidos hacia el fuego de la fogata, de modo prudente. –Es un genio, no lo puedo negar.- Frunció el entre cejo. –Mira, todo aquí parece tan real. El fuego da calor, el ambiente es frío y cala los huesos, tenemos sueño cuando nos cansamos, y los nociceptores del dolor mandan la señal cerebral para que suframos cuando nos hieren. Increíble, ha hecho una conexión con la médula tan exacta que nos produce todas las sensaciones que normalmente sentiríamos en nuestras vidas reales. Es…Un genio.- Repitió entrecerrando los ojos, admitiendo el talento del GM.
-Pero tú dices que debe haber una falla en todo esto.- Procesó Kula, mirando entretenida las llamitas del fuego.
-Ahá, algo debe habérsele pasado. Tenemos que encontrar ese ¨algo¨, ese error, para salir del sistema en que nos sometió.-
-Suena complicado.- La peliazul abrió los ojos un poco sorprendida. -¿Tienes algún plan?-
-Mh…-La otra se quedó pensativa unos instantes, acto seguido se cruzó de brazos para meter las manos en las mangas contrarias del traje para que no se le fuera el calor.
-¿Y?-
-…- La miró fijamente. -¿Pretendes seguir todo el camino conmigo?-
-Yo…- Kula se mordió el labio inferior, sintiendo intimidada por la mirada seria de la otra chica. Se sintió incomoda de pronto ante la idea de haberse tomado permisos no correspondidos, no sabía que su compañía molestaría a la otra chica. –…No sabía qué te iba a molestar el que te siguiera.-
-¿Ah?- La otra alzó ambas cejas, confundida, después entendió. –Kula, tranquila.- Le sonríe un poco para que la otra se relaje. –No considero que me molestes, más bien lo digo porque soy como un estorbo  con este job. Más que nada por eso.-
-¡Ah! No pasa nada, para mí no eres un estorbo.- Hace la señal de paz, poniendo dos dedos en forma de uve mientras sonríe. –Dime que plan tienes en mente.-
-Bien, primero que nada tendremos que abandonar este bosque porque ya vimos que está lleno de criaturas, debemos volver a Prontera… Allí buscaré a quien se encargue de los Jobs y le pediré que me cambie de White Mage a uno más… No sé, alguno que dispare al menos.-
-Ow, pero es lindo tu job.-
-Digamos que no me siento bien y mi autoestima pende de un hilo.- Nada más lo decía para convencer a la otra sin que se entristeciera, no es como si ella misma se sintiera tan mal. Más que nada la rubia estaba acostumbrada a los juegos virtuales con temáticas de armas, dispararle a zombies por ejemplo o a aliens dentro de un planeta inexplorado, pero de MMORPG nada.
-Okay.- Asintió con la cabeza.
-Con el dinero que nos queda compraremos provisiones y demás utilidades para subsistir. Lo siguiente será lo complicado, buscar ciudad por ciudad, lago por lago, esquina por esquina, algún error en el juego para aprovecharlo. Debe de haber un modo de mandar un mensaje a los encargados de conectarnos.-
-Suena complicado pero no imposible, ¡Me parece buena idea!-
-A penas amanezca volveremos a la ciudad, hay que estar atentas para que ninguna bestia nos ataque en el camino de regreso. Será mejor que descanses un poco, haré guardia. Te despierto en un par de horas y tú luego haces guardia mientras yo descanso por un par de horas. Después nos ponemos en marcha.-
-Entendido.- Asintió otra vez. Sobre todo porque estaba muy cansada de tanto caminar y acabar con animales que salían de la nada. La peliazul se acomodó lo más que puso entre sus ropas y el piso lleno de ramas y pequeñas rocas, cerró los ojos y el sueño le venció rápidamente. La rubia en tanto se quedó despierta mirando la fogata que momentos previos ambas habían armado. Pensó en todo el tiempo que llevaba allí desde que logeó hasta el momento en que estaba presentemente.  Si bien parecía un tiempo largo, en la vida real eso debía equivaler menos. 

Al amanecer, las dos retrocedieron en sus pasos, tuvieron que recorrer un largo trayecto desde el punto del bosque en donde estaban hasta Prontera, se habían alejado mucho. Al parecer las cosas se calmaron un poco en aquella ciudad, no es de extrañar que en un panorama de caos el ser humano en vez de unirse a su igual se vuelva en contra de este. Buscaron por todos lados en donde encontrar una quest o algo para cambiar de job. Cuando encontraron el cómo, las chicas quedaron en el siguiente acuerdo mientras Starlight estaba en eso Kula se quedaría dentro de la ciudad comprando cosas útiles y después, tomando en cuenta cuanto se podía demorar la rubia, se encontrarían en una posada que vieron previamente. 

-Sé que dije que no me alejaría…pero.-

La peliazul estimó que debía subir algo de level mientras Starlight estaba ocupada cambiando su job, según entendió, cuando la pelicenizo lo consiguiera quedaría satisfecha por el cambio pero empezaría prácticamente de cero. Pensaba que si, al menos tenía algo más de level, podría ayudar un poco más en el dúo.  La chica de ojos rojizos atravesó los muros de la ciudad y comenzó inspeccionando los alrededores, mientras caminaba se encontraba con pequeñas criaturas a las cuales sacrificar en beneficio. Cada criatura se le hacía muy tierna y le daba pena exterminarla, sobre todo cuando miraba profundamente en sus redondos ojos suplicantes pero de un momento a otros asomaban sus garras y colmillos y se lanzaban a atacarle. Lanzó una última flecha a una criatura moribunda y esta se extinguió al poco tiempo del impacto.  Después de esa criatura, Kula caminó por mucho tiempo por los alrededores sin encontrarse con ninguna más o al menos ninguna que estuviera en su alcance de eliminarla.

-Que aburrido.- Alzó el arco y apuntó una flecha sin punto fijo, la lanzó junto con un suspiro desganado.
-¡Hey! Fíjate donde disparas.-
-¿Uh?- La chica miró hacia distintas direcciones para buscar a quien le había hablado, de unos arbustos de al frente salió un chico de cabellera larga y color naranja, notó que usaba un parche en uno de sus ojos. También reparó en que, en una de sus manos, apretaba molesto la flecha que ella acababa de lanzar -¡Lo siento!- Juntó ambas palmas de su mano, pidiendo perdón. –Espero no haberte lastimado.-
-…- La observó con enfado por unos segundos pero al vez que la chica no parecía una gran amenaza soltó los hombros. –Ya, no importa.-
-¿Seguro que estas bien?-
-Sí, sólo pasó la flecha por un costado mío. Menos mal que no me diste.-
-¿Qué haces por aquí…?- Kula alzó su Omnitool y vio la información de aquel chico. –Oh, hola 84726-
-Hola…- El chico imitó la acción de la peliazul, vio su nickname por si Omnitool. –BlueDiamond. ¡Que lindo nickname!-
-¡Gracias!- Se llevó las manos en puños hasta el rostro cubriendo parte de su mentón y sonriendo ampliamente. –El tuyo es…Muy bonito también.-
-Jajaja.- Sabía que la otra lo decía por cortesía. –Bueno, pude haber sido más creativo pero me daba pereza pensar en algún nickname más cool.- Se acercó a ella. -¿Qué haces aquí BlueDiamond? ¿Tendrás alguna información sobre qué está pasando?-
-No, sé lo que saben todos nada más. Lo del mensaje.- Suspiró. –¿Tú que haces por aquí?-
-Eh, buscaba a un amiguito que se me perdió.-
-Oh, espero que lo encuentres. A todo esto, ví que eres un Dark Knight, ¡Wow! ¿Te costó mucho?-
-Más o menos, es que prácticamente entré cuando esto ni se abría oficialmente todavía. Se podría decir que llevo tiempo.-
-Ya veo. Yo ahora estoy tratando de subir de nivel. Me siento un poco culpable por matar a estos animalitos.- Se encogió de hombros.
-No te sientas tan culpable, son unas malditas escorias con caritas amigables. A mí me mató un Poring en mi primer día… Es que pagué y todo pero… Me quedé dormido, ya sabes, estaba muy cansado porque ese día me tocó entrenamiento de basketball intensivo y en la maquina me dormí. Cuando desperté también lo hice en el juego y justo vi como un poring me picoteaba… Creo que lo hizo como mil veces, en fin después re aparecí allí mismo y lo partí en dos.-
-¿Te…Mató un poring?- Kula dejo caer su quijada en asombro, parpadeó un par de veces hasta reaccionar bien. –Al menos no te mató ahora, porque sería fatal.-
-Sí, al menos fue cuando el tipo este todavía no se drogaba tanto o qué sé yo que le pasó para que enloqueciera… Quizá lo dejo su novia o novio. Uno nunca sabe.-
-Jajaja.-
-Jajaja.- Ambos, eran muy buenos para conversar. –A todo esto, BlueDiamond, dices que quieres subir de nivel. Te entiendo… Habiendo tanto loco por aquí.-
-Sí, además estoy con una amiga que está cambiando de job entonces estará en mucha desventaja y quiero ser más fuerte para ayudarnos a ambas.-
-Oh, eres una buena chica.- La miró encantado. -¿Sabes que te puede ayudar? Hay un chico en la guild a la que pertenezco que tiene pociones que hace subir 40 levels instantáneamente.-
-¿En serio? Eso suena genial. ¿Crees que me pueda dar un poco para mi amiga?-
-Claro, claro. El problema es que cobra… Está un poco en banca rota. Si tienes algo de dinero encima puedo negociar con él.-
-Hm…- Kula buscó entre sus cosas y contó el dinero que tenía disponible. -¿Basta  con esto?-
-Sí, creo que sí. Está tan desesperado que lo aceptará y si no quiere lo trataré de convencer. ¿Qué tal si me lo das y yo voy por él y se lo muestro? Así se entusiasma. Después vuelvo con él y la poción.-
-Bueno, me parece bien. ¿Te espero aquí mismo?-
-Claro. Puedes esperar cerca de esa roca mientras tanto. ¡No tardo!- Agarró el dinero de la chica y salió corriendo  jurándole que traería al chico lo antes posible. Kula en tanto se sentó sobre la roca y esperó. Esperó, esperó y esperó. La noche se hizo presente y aquel pelinaranja aún no llegaba, Kula entró en cuenta de que había sido estafada.
-…Starlight me va a odiar.- La chica se puso roja de enfado. -¡84726 eres un desgraciado embustero!- Gritó a todo pulmón.

Casi amaneciendo, Kula llegó a la posada acordada, seguramente la pelicenizo se tardaría mucho tiempo más en volver. La chica se aseó y luego entró a la habitación, se recostó en la cama y se durmió, al día siguiente fue a ver si conseguía algo de dinero por allí pero consiguió muy poco. Se sentó en la cama y miró por la ventana ¿Cómo le diría a Starlight que perdió todo el dinero de ambas? 

 # # #
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 12, 2013, 08:53:36 PM
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/kanafinal.png)
Gracias Kora <33

# # # 0 0 3



-No es tan malo. No exageres, rubio.- Echa la nuca hacia atrás, cayéndole la melena de ébano por completo despejándole el rostro antes cubierto por la misma. –Sólo te pido que lo busques, ¿Es mucho pedir?- Pone un nuevo cigarrillo en su boca y lo prueba con sutiliza, al menos en ese mundo virtual los cigarrillos sí tenían esencia a tal. Expulsó una bocanada de humo. –Ve y no tardes.-
-Usted considera que es sencillo…- No pudo menos que girar los ojos. –Porque le respetan, pero yo soy… Hm, se podría decir que estoy en calidad de esclavo aquí.-
-No exageres.- Volvió a repetir. -¿Acaso te sientes como esclavo?- Alzó una ceja. –Y deja de llamarme de usted, me hace sentir vieja.-
-Ahm… Usted no, pero sí los otros.- Alzó los hombros. -¿En serio tengo que ir yo por ellos, no hay nadie más en la party que pueda hacerlo?-
-Sabes la suma de las bajas que hemos tenido y si bien tú eres novato eres muy hábil para escapar del peligro.-
-Ok.- Suspiró, sabía que era tiempo perdido suplicarle más a esa chica. No era el más hábil, era el más novato por ende estaba a la disposición del más mínimo capricho. –Veré si los encuentro.-
-Cuídate, Alice.-
-Ah, ¿Podría llamarme por mi Nick?-
-Jaja.- Soltó una risita. –Entiendo que no se trata por temas de protección a la identidad, más bien no te gusta tu nombre. En serio, ¿Qué tenían tus padres en la cabeza al momento de inscribirte? Pero sabes, novato, esa es tu gracia. Ser un misterio. Tu nombre te da cierto toque de ambigüedad.-
-No es que la quisiera…Bueno, ya me voy.- 

El rubio se despidió de la mandamás y salió de la guarida establecida para todos los miembros de la party. Estaba cayendo la noche por lo que se le haría más fácil encontrar al menos a uno de los que le habían encargado encontrar, pues ese par eran bestias nocturnas. No le agradaban ni él a ellos, sentía que eran extraños y molestosos, además de tramposos. No entendía como su “jefa” Nana tenía tanta confianza a ese par y parecía demostrar un gran afecto de camarería con ellos.
Sigilosamente el muchacho de cabellos rubios se iba deslizando por las oscuras y peligrosas calles de la ciudad, él no recordaba el nombre del lugar en donde estaba sino más bien se guiaba por el nombre ficticio que le había puesto Nana, “Sin City” pues parecía que la habitaban de todo tipo de personas.

-Genial…-

Susurró para sí mismo cuando comenzó a sentir las primeras gotas de agua caer sobre una de sus mejillas. Se cubre la cabeza con la capucha de su traje antes de continuar avanzando por el callejón oscuro.
Pasaron un par de horas en las que deambuló por las calles encontrándose con cada espécimen extraño. Le sorprendía, o quizá era demasiado inocentón en cierto sentido, cosa que le avergonzaba a su edad, que incluso en juegos de realidad virtual ofrecieran atenciones sexuales. Prefería hacer oídos sordos y seguir adelante aunque en su mente le clavaba la pregunta: ¡¿¿Y cómo rayos??!
Entró en una cantina de mala muerte, había cada tipo nefasto allá adentro que prefirió ignorar todo tipo de comentarios. Algunos sujetos tenían pinta de ser algún oscuro ente maligno dispuesto a aniquilar a quien sea pero por lo visto sólo estaban allí bebiendo y cuidándose sus propias espaldas sin necesidad de gastar energía en vano.
El muchacho de rubios cabellos se aproximó hasta la barra y pidió un trago, al menos Nana le había dado algo de dinero por si quería comprar alguna cosa en el camino. Le sirvieron un trago, al probarlo sintió un sabor extraño… No se acostumbraba a eso de experimentar sabores de la realidad mental pues si bien sabía que en su mente algo controlaban para que experimentara al máximo todo era su misma mente la que luchaba constantemente para decirle que eso no era la realidad. Por lo que la frustración le daba eso; sensación de vacío e inexistencia. Sabor a nada, esencia a nada, sueños sin descansos…

Quizá pensaba mucho…

Eso le hacía fruncir el entrecejo, en la vida real todo el mundo le decía que era un vago que no pensaba, que mejor se fuera a trabajar de obrero de mala muerte o en una mina de carbón. Aquí, hasta filosófico se había vuelto. Quizá la situación sacaba lo mejor de él, las horas y horas de reflexión le hacían madurar… Al menos algo.

-¿Ya terminaste?- Preguntó Alice a un tipo que estaba a su lado.
-¿Uh?- El otro levantó las cejas extrañado, no sabiendo si le preguntaba a él o no. Se acercó lo que le quedaba de distancia y le quitó la capucha para verlo. –Ahhh! Novato. ¿Desde cuando estás aquí?-
-Desde hace media hora.-
-No te había visto. ¿Me estabas espiando?-
-Eh, vengo a buscarte… La jefa quiere que estén todos juntos, quiere repartir encargos.-
-Ahhh…- Soltó con normalidad, pero la verdad es que el mensaje le causó incomodidad pues pronto tendría deberes y era lo que menos quería hacer por el momento. –Entonces vamos.- Alzó los hombros, con actitud perdedora. Lanzó unas monedas sobre la barra y se puso de pie, el otro le imitó.
En la calle, Alice caminaba unos cuantos pasos más atrás del otro sujeto. Casi no cruzaban palabras, cuando lo hacían era porque el otro iniciaba alguna conversación tonta y sin sentido. Al menos estaba cooperador y no se había escapado como siempre, al menos era 84726 al que seguía y no el otro.
-Hola guapo, ¿Quieres tener una experiencia única?- Una figura femenina aparecía de la nada.
-No lo sé, bonita. ¿Después qué tal si quieres algo formal? - Sonrió coqueto 84726. –Hoy estoy desanimado, la vida me parece injusta. ¿Qué tal si juegas un poco con mi amigo? Es como un gatito adorable.- Toma del hombro a Alice.
-Oye, ¿Por qué le hablas a este robot o lo que sea?-
-¿Robot?- 84726 parpadeó ante la ingenuidad del otro.
-No me interesa el cyber-sexo o lo que sea.- Alice le miró enfadado, ofuscado, perspicaz. –Ve tú con ella si tanto te gustan las cosas falsas. A mí no me van las lágrimas, sensaciones, y demás cosas virtuales.- Es cuando termina decir esto que una ráfaga de energía va directo hacia él, a pocos centímetros pasa ya que por suerte logró esquivarla. Inmediatamente miró ofuscado a la chica que se la mandó, aquella que suponía que era un personaje no jugable. -¡Que mal genio tienes!-
-¿Qué insinúas que soy, engendro retrasado y virgen?- Lo miró con odio. –No soy ningún personaje no juguable, soy igual a ti. Inepto.- Dicho esto, se retiró ofendida.
-Yo…pensé que era de mentira.- Parpadeó saliendo de su asombro. El otro chico, el de cabellos naranjas, le revolvió el cabello.
-Novato, se te nota a lejos.-
Después del pequeño incidente, volvieron al punto de encuentro, el refugio en donde estaba la chica de melena lisa y negra esperándoles. 84726 se dejó caer sobre un sillón viejo y encendió un cigarrillo prontamente, la muchacha le miró por unos segundos antes de hablar.
-¿Y bien?-
-¿Y bien qué?- 84726 le miró, ladeando el rostro.
-¿Qué compraste con el dinero que conseguiste?-
-Cierto.- Chasqueó los dedos. –Aquel dinero que tanto me costó conseguir con esfuerzo, sudor y sangre.- Coloca una expresión de cansancio. –No me creeras, pero no pude conseguir mucho. Algunas pocas proviciones.-
-Y el resto a la cantina.- Nana, conocida por su alias de BADLUCK, giró los ojos. Luego le dio una patada en la canilla a 84726 que lo hizo estremecerse. –Eres un caso perdido.-
-¿Es necesario ser tirana?-
-¿Y dónde está Skullkall?- Nana observó a Alice, quien estaba un poco más allá. Ignoró los reclamos de 84726 –Sólo me trajiste a uno.-
-Por lo visto, no está en la ciudad… A menos que se haya escondido mucho y no quiera ser encontrado.
-¿Qué voy a hacer con este par? Son un cero a la izquierda.-
-Lo que pasa es que mandas a la mascota a buscarnos justo cuando estamos más ocupados.-
-…- Alice le mira con desprecio.
-Tú eres un juerguista y el otro es un antisocial medio autista, vaya grupo que me tocó.- BADLUCK le quita el cigarrillo al pelinaranja y se va al maltrecho balcón a fumárselo.
-¿Para qué me quieres?- Dijo en voz alta 84726, echando la cabeza hacia atrás y pasando los brazos por el espaldar del sofá.
-Quiero que busques reclutas, estamos escasos. Mientras más mejor, viendo como están las cosas…Busca al otro vago y que te ayude a conseguir cosas de paso.-
-¿Me puedo llevar al novato conmigo?-
-No, Alice se queda conmigo. Lo necesito aquí.-
-¿Qué es esto?- Pone un tono exagerado. -¿Un triángulo amoroso?- Mira al rubio con los ojos entrecerrados. –Te traemos aquí, llegas si nada y quieres quedarte con la jefa para tener todos beneficios. Yo estoy de antes, arpía.-
-Eh…- Alice ladea el rostro. -¿Qué edad tienes?-
-¿Y eso a qué viene al caso?- Abre los ojos espantados. -¡¿Me estas coqueteando?!-
-Te pregunta tu edad porque pareces un crío de ocho años, ya madura de una vez.- BADLUCK se ríe un poco. -84726, nadie querría estar contigo, ni ahora en esta mierda ni allá afuera. Eres un caso perdido.- Dejo a los otros dos discutir adentro mientras ella miró la simulada luna en el cielo. Contaba con el pequeño grupo que tenía pero estaba consciente de que estaban en crisis. Esperaba que Skullkall no estuviera pasando dificultades, aunque confiaba en sus capacidades de todos modos. 

# # #
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 12, 2013, 08:58:27 PM
refuerzoooos

Los enemigos que menciono son Skags, imagen de referencia del Skag medio (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/otros/skagpup.png) y un Skag Alpha (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/otros/skag.png). Sí, las mandíbulas se abren en tres, ew.



(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)

020a small spark

- Oooh… que cueva tan bonita… y grande… ¡ECO, E-!

Cuatro manos se amontonaron sobre la boca de Kora, silenciándola inmediatamente.

- ¿Quieres matarnos nada más entrar? – Le siseó Maya, y la Black Mage abrió los ojos, asustada, negando con la cabeza. – Pues nada de gritos, entonces.

Tentativamente, las manos fueron retirándose de la boca de Kora, quien había cerrado sus labios en una fina y corta línea. El grupo se puso en marcha a través de la cueva de hielo, procurando pisar por las zonas de roca o nieve, con el techo helado sobre ellos.

- Esta cueva tiene efectos de área aleatorios. – Asami le explicó a Kora. – Que se caigan trozos de hielo del techo es un de ellos… y tonos de voz muy altos pueden desencadenarlo.

Kora asintió efusivamente.

- Puedes hablar. – Le dijo Raiden a su lado. – Sólo no grites.
- Vale… Es sólo que estoy emocionada por que es mi primera dungeon, ¿sabes?
- Ya lo sé. Llevo contigo desde el primer día del juego. – Respondió el Samurai, entornando los ojos.

Y Raiden no exageraba. Desde que volvieran de Columbia, Kora había juntado a la party, y llevaban ya un par de días cazando monstruos por la tundra alrededor de Sanctuary. Pero eventualmente la experiencia que éstos daban no era significativa ni siquiera para Kora, y habían decidido entrar en una de las dungeons.

Maya y Raiden, como siempre, dirigían la expedición, con el apoyo de Asami. Elizabeth examinaba el paisaje alrededor de ella, maravillada con los colores y formas del techo y paredes de hielo, mientras que Kora procuraba no quedarse atrás.

- Cuidado, hay Skags más adelante. – Les advirtió Maya al oír los jadeos de aquellas bestias. – Kora, prepara tus hechizos de fuego.

La maga asintió, y cuando el grupo de Skags (de una clase superior a la que normalmente encontraban en la tundra) les emboscó, no fueron rivales para el equipo. Eran débiles al fuego de Kora, no podían ver siquiera por dónde Raiden les atacaba, Asami alternaba entre el uso de su mazo y el guante eléctrico y Elizabeth terminaba a mazazos con los que Maya sujetaba en el aire para ella.

Aunque Lilith les había insistido en que aquel equipo necesitaba un White Mage, les iba bastante bien.

- ¿Todo el mundo entero? – Preguntó Maya. A su lado, Elizabeth se apresuraba a recoger todos los drops de los Skags. – Sigamos, pues.

Elizabeth le pasó pociones a Kora y Asami, quienes habían resultado heridas (Kora todavía se impresionaba por el hecho de que las bocas de aquellos monstruos se abrieran en tres partes).

- Los enemigos son más fuertes aquí. – Comentó Raiden. – Tened cuidado.
- ¿Cuidado? Te recuerdo que la última vez que nos enfrentamos a un boss fui yo quien le venció. – Kora se cruzó de brazos, riendo exageradamente.
- No sólo fue un steal kill, sino que era un simple boss de zona. – Respondió Raiden entre dientes inmediatamente.

Kora se señaló el antifaz, sonriendo ampliamente, y Raiden giró el rostro. Asami hizo lo mejor que pudo para disimular su suave risa, y Maya esbozó una media sonrisa. Pero la vergüenza del Samurai no iba a terminar ahí, ya que Elizabeth era la única que aparentemente no sabía qué había pasado aquel primer día.

- ...Y cuando todo parecía perdido, yo decidí arriesgar mi propia vida, y lancé una bola de fuego que fulminó al boss. – La Black Mage terminó su relato llevándose la mano al pecho de forma dramática.
- Robándome el último golpe. – Añadió Raiden. – Y era sólo un boss de zona.
- Asúmelo, Raiden, Kora salvó el día. – Le dijo Maya al Samurai.

Raiden simplemente resopló. Siguieron el camino de la cueva hasta llegar a un cruce de caminos.

- Asami, comprueba el mapa, por favor. – Maya se giró hacia la Blacksmith.
- Podríamos explorar otras partes de la cueva antes de ir a por el boss. – Intervino Elizabeth. – Estoy segura de que encontraremos cosas interesantes.
- Songbird tiene razón. – Dijo Raiden, asintiendo. – Como máximo encontraremos un Skag miniboss vagando por ahí.

Maya simplemente se encogió de hombros, y esperó la respuesta de Asami.

- De acuerdo, el Boss está al noreste, así que deberíamos tomar el camino del oeste primero. – Señaló el túnel que había a la derecha. – Luego volveremos aquí.
- Eh, si te paras a pensarlo, también salvé el día en Columbia, cuando lo del hotel. – Kora, sin embargo, continuaba con su hilo de pensamientos. – Si no hubiera querido quedarme más rato en la cama, hubiéramos- ¡Ah!

Maya la había interrumpido lanzando una rápida bola de gravedad, haciendo que Kora se cubrirera con ambos brazos al ver que iba en dirección a ella.

- ¡No te enfades, Maya! ¡Lo retiro!

Kora asomó la cabeza por detrás del escudo de sus brazos. Oía el zumbido de la bola de gravedad detrás de ella, y se giró para ver un Skag flotando en medio de una esfera azul oscuro.

- Esperad, no lo ataquéis. – Maya levantó la mano que tenía libre. – Llevo queriendo probar una cosa desde hace tiempo… Kora, lánzale un hechizo de fuego.

La chica asintió, y dirigió una llamarada hacia la esfera. Inmediatamente ésta se prendió, quemando al Skag dentro poco a poco.

- Le has inflingido el estado de quemadura. – Corroboró Asami con su Omnitool.- Buena idea, Maya.
- Todavía no he terminado… – Dijo la mujer. – Que todo el mundo se aleje lo máximo posible.

Con algunos escondidos tras placas de hielo, y otros refugiándose en el borde del túnel, Maya cerró el puño, haciendo explotar la bola de gravedad. Ésta sonó como una pequeña explosión, que lanzó trozos de Skag ardiendo por alrededor.

El grupo se reunió de nuevo alrededor de Maya, satisfechos ante el sangriento espectáculo ofrecido.

- Justo lo que pensaba. – Maya se giró hacia Kora. – Haremos buen equipo.

Se oyó un crujido, como un hilo que iba ascendiendo hasta el techo.

- Oh. Mierda.

Maya tan sólo dijo eso mientras todos observaban la pequeña raya en la pared de hielo ascender hasta el techo, donde empezó a ramificarse.

- ¡¡Todo el mundo a cubierto!! – Gritó Raiden, justo antes de que empezara el derrumbe.

--

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)

Kora se incorporó, con el costado dolorido. Recordaba que alguien la había empujado justo antes de que un enorme bloque de hielo cayera sobre ella, y ahora se encontraba atascada en la entrada de un túnel.

Por suerte, podía usar la poca luz que se filtraba por el techo de hielo (estaba segura de que había un término físico que explicaba por qué podía haber luz, pero no era una persona de ciencias) junto a un hechizo de fuego en sus manos para poder seguir caminando.

>¿Estáis todos bien?

Oyó la voz de Raiden hablar a través de su Omnitool.

- Yo sí.

Los milisegundos en que las otras tres tardaron en contestar se le hicieron eternos.

>Elizabeth está conmigo.
>Y yo estoy con Raiden… Lo siento. Lo siento de verdad.
>Este no es el momento, Phaselock. Tenemos que volver a encontrarnos.

- ¿O sea que yo soy la única que está sola? – Dijo Kora, suspirando.

>Acabo de examinar nuestras posiciones en la cueva, y podemos encontrarnos más adelante todos.

Por suerte, siempre podían confiar en Asami. La Blacksmith dio direcciones a Raiden y Maya, y luego a Kora. Al parecer, sólo tenía que seguir hacia el norte hasta el segundo cruce de caminos, donde se encontrarían todos.

>Tened cuidado, ¿vale?
>Maya, esto podía haber pasado en cualquier momento. Por suerte estamos todos bien.
>Asami...

Maya parecía realmente incómoda. Kora rió entre dientes, pensando en el pulso tácito que ella y Raiden llevaban a la hora de liderar el equipo. La Black Mage había perdido puntos frente al Samurai, o al menos ellos dos llevarían la cuenta de tal forma.

- Pero ha sido una maniobra guay… – Murmuró Kora, mientras empezaba a caminar. Hablar en voz alta era un poco más reconfortante.

Apenas llevaba unos pasos cuando un grupo de Skags la rodeó. Varios hechizos de fuego después, Kora tuvo que tomar una poción para recuperar salud, y otra para recuperar MP. Los beneficios de tener Biochemists en la guild era un flujo interminable de pociones básicas de nivel alto, más que suficientes para alguien de primer job como ella.

Kora siguió caminando, perdida en sus pensamientos. Los Crimson Raiders eran un grupo variopinto, pero los que se habían quedado en Sanctuary eran leales tanto a Lilith como entre ellos. Poco a poco había empezado a trabar amistad con algunos de ellos, y una vez había entendido el funcionamiento del juego de cartas, había ganado alguna que otra pequeña fortuna.

- Aunque mi saldo está en negativo… – Recordó que, después de todo, había perdido más de lo que había ganado. – ¡Tal vez eso signifique que tendré suerte en el amor!

Recordó aquel Assassin con acento italiano que a menudo le guiñaba el ojo durante las partidas, y soltó una risita al imaginarse a ambos en uno de los tejados de Sanctuary, bajo el cielo nocturno. La luna brillando sobre ellos, y el cielo-

- Ah, debe ser aquí. – Kora se interrumpió a sí misma al ver el cruce de caminos. – Ya he pasado uno, así que éste es.

No vio a ninguno de sus compañeros, ni siquiera asomándose por los túneles a los que daba el cruce.

- ¿Soy la primera en llegar?

Como si respondiera a su pregunta, oyó la voz de Asami a través de la Omnitool.

>Kora, ¿dónde estás?

- La pregunta es dónde estáis vosotros. – Respondió Kora. – Si me ataca otro grupo de Skags…

>Todos estamos en el cruce. Espera un momento…

Kora oyó un gruñido, seguido de un olfateo. Se giró inmediatamente, para chocar su nariz con una mandíbula triple del tamaño de su cuerpo.

>¡¡Kora, vuelve atrás inmediatamente!!

No tuvieron que decírselo dos veces. El Skag Alpha lanzó un rugido, abriendo su triple mandíbula y echándole su aliento helado sobre todo el cuerpo. Con un chillido igual de alto que el del monstruo, Kora echó a correr en dirección sur, gritando todo lo que le permitían sus pulmones.

Y detrás de ella, pisándole los talones, el Skag Alpha.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 12, 2013, 08:59:07 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)

021when things explode

Tan sólo había recorrido unos metros, pero Kora los había pasado gritando con todas sus fuerzas. El Skag Alpha cada vez acercaba más su mandíbula trifurcada a ella, y el aliento frío le helaba los muslos. Para cuando alcanzó al grupo, que había avanzado hacia donde estaba preparados para luchar, se lanzó al suelo cubriéndose la cabeza con las manos.

Pudo ver cómo al mismo tiempo Raiden saltaba, lanzando un corte en horizontal que hirió al Skag en el interior de la enorme boca. El monstruo lanzó un bramido y retrocedió unos pasos, salpicando las paredes de sangre azul al agitar la cabeza.

Kora se incorporó con la ayuda de Elizabeth, quedándose atrás con ella. La Merchant tenía el carro listo para repartir pociones en caso de necesidad, y le tendió una para recuperar el MP que había perdido. Mientras, los otros tres se encaraban con el boss de aquella mazmorra.

- Los apoyaremos desde aquí. – Le dijo Elizabeth, a lo que Kora asintió.

Raiden no tenía tanta movilidad como hubiera querido en aquel túnel, pero la diferencia de nivel era lo suficiente como para que el Skag Alpha no representara ningún peligro para él. Las otras dos, sin embargo, estaban en una zona en la que no podían correr demasiados riesgos.

Asami detuvo un zarpazo con el brazo cubierto por el guantelete mecánico, retrocediendo unos centímetros en el suelo por el impacto, y con un rápido giro lanzó una descarga eléctrica por todo el brazo del Skag.

- ¡Techbender, cuidado!

Con rabia, el Skag había dirigido una dentellada hacia ella, pero retrocedió tras recibir varios cortes rápidos en el morro. Ninguno de los presentes había podido ver más que el destello de la katana de Raiden antes de siquiera pudiera acercar las fauces a la Mechanic.

- Gracias, Raiden. – Asami asintió, poniéndose en guardia.
- En un espacio cerrado sólo puedo herirle cuando va a atacar. – Comentó Raiden.
- Puedo ayudar. – Intervino Maya. – Dejadme sitio.

Aunque Raiden dudó por unos momentos, Maya quedó al frente del Skag. Éste avanzó hacia ella, deteniéndose a apenas unos metros para lanzarle un rugido amenazador. Pero ésta no se dejó intimidar, y comenzó a conjurar un hechizo de gravedad.

- ¡Abajo!

La bola se formó justo debajo de la cabeza del Skag, y éste apoyó las zarpas en el suelo con todas sus fuerzas, tratando de resistir la presión de ésta. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, poco a poco fue bajando la parte posterior del cuerpo.

- Parece que se esté inclinando ante Maya… – Murmuró Kora, sorprendida.
- ¡Raiden, ahora! – Gritó la Black Mage, con el ceño fruncido por el esfuerzo.

El Samurai no necesitó que se lo dijeran dos veces. De un sólo salto alcanzó la cabeza agachada del Skag, y se movió todo lo que le permitían las espinas en el dorso del monstruo hasta alcanzar el costado, donde clavó la katana hasta el mango.

Maya dejó ir la bola de gravedad, y el Skag levantó la cabeza con un bramido estremecedor. Desde su posición en la espalda, Raiden se sujetó a una de las espinas para no caer con las sacudidas del monstruo. Con cada movimiento brusco, el filo de su arma se retorcía en el interior del Skag, manchando sus guantelete en sangre azul espesa.

- ¡Es mi turno! – Kora se adelantó unos pasos, y lanzó una bola de fuego que alcanzó el rostro del Skag Alpha. – ¡Sí! ¡Así es como se siente la venganza!
- ¡No estaría tan contenta! – La interrumpió Asami, examinando su Omnitool. – Ya le hemos quitado un tercio de vida, así que ahora-
- ¿¡Sólo un tercio!? – La Black Mage se llevó las manos a la cabeza. – ¡Pero…! ¡¡Ahhh!! ¡¡Asami!!

Al intentar golpearle con el guantelete, Asami se había llevado un zarpazo de pleno, lanzándola contra una de las paredes. El tono granate de su camisa se volvió más oscuro alrededor del par de desgarros que se habían formado.

Inmediatamente, Maya intervino, lanzando una bola de gravedad que envolvió la otra zarpa delantera del Skag. Un desagradable crujido se oyó por encima del estruendo en el túnel, seguido de un bramido enorme. El Skag se había inclinado hacia el lado derecho, con la pata delantera claramente torcida.

Raiden no desaprovechó aquel momento, y arrastró la katana hacia el costado todo lo que pudo para sacarla, abriendo una herida enorme en el costado del Skag. Éste trató de quitarse al Samurai de encima, chocando el costado en el que estaba contra la pared de hielo, obligándolo a rodar entre las espinas dorsales para no quedar aplastado.

- ¡Asami, toma! – Elizabeth le pasó una poción a su compañera, que aprovechó los pocos segundos que tenía libres para recuperarse.
- ¿Cuánto más queda? – Preguntó Kora en voz alta, mientras preparaba un hechizo de fuego de nivel superior.
- Pasando la mitad. – Le respondió Elizabeth. – Si Raiden tuviera más espacio supongo que iríamos más deprisa.

Kora lanzó la llamarada, golpeando en el interior de las fauces del Skag justo cuando éste iba a volver a morder. El monstruo abrió y cerró la mandíbula repetidamente para tratar de apagar los restos del fuego con su aliento helado, para abrirla en otro rugido cuando Raiden volvió a clavarle la katana.

Tras sacudirse unos momentos, el Skag se quedó quieto, con las patas delanteras encorvadas y un rugido leve saliendo de su garganta.

- ¿Se… se ha rendido? – Kora iba a lanzar otro hechizo, pero no hizo ningún movimiento al ver la reacción del monstruo. – Uhhh…
- ¡Cuidado! – Gritó Raiden, agarrando con fuerza una de las espinas del Skag.
- ¡Esta es la parte final! – Les advirtió Asami, poniendo su cuerpo en guardia.

La pregunta se ahogó en la garganta de Kora cuando vió que, con un rugido desesperado, el Skag se lanzó disparado hacia el grupo, buscando arrollarlas bajo su peso directamente. La orden de Maya fue innecesaria, ya que las cuatro habían podido reaccionar a tiempo y salir corriendo en dirección al túnel.

- ¡Esperad! ¡El final del túnel…!

Kora sólo había tenido que ir en línea recta desde el derrumbe del techo, y aquello sólo significaba una cosa. Estaban acorralados, y no les quedaba mucho espacio antes de verse entre la espada y la pared de una forma demasiado literal.

- ¡¡La pared!! – Consiguió gritar entre jadeos.

No era la única que se había dado cuenta, ya que haciendo muestra de su agilidad, Raiden se había encaramado al cuello del Skag, y sujetando la katana con ambas manos, la hundió entre los ojos del monstruo.

El aullido fue estruendoso, pero al menos el monstruo se detuvo en su carrera, dejando unos metros entre él y la pared de hielo.

- ¡Raiden! – Gritó Maya, conjurando una bola de gravedad. – ¡Encárgate de abrirnos paso!

El Samurai pareció dudar unos momentos, aunque su expresión era difícil de descifrar entre las violentas sacudidas del Skag. Finalmente, cedió, y saltó desde su posición, atravesando el grupo a tal velocidad que parecía un borrón gris y azul. Antes de llegar a la pared de hielo, dio otro salto, describiendo un corte en el aire que quedó como una fina línea recta en los enormes trozos que bloqueaban el camino.

- Nos toca encargarnos a nosotras, Asami… – Dijo Maya.
- Estoy lista. – Respondió la Mechanic, cerrando su mano en un puño del que salieron varias chispas.

La primera en atacar fue Maya, tratando de causar el mismo daño en la otra pata del Skag, y cuando éste estaba retorciéndose, Asami volvió a acercarse a él para descargar un golpe en el costado opuesto. Kora suprimió un grito de advertencia, recordando lo caro que le había costado a la Mechanic acercarse al monstruo la última vez, y tomó acción lanzando otro hechizo.

- ¡Elizabeth!

Se giró hacia la Merchant, que no necesitó más pistas para lanzarle una poción para recuperar MP. La botella rebotó entre las manos de Kora, por poco cayendo al suelo y ganándose una mirada de desaprobación por parte de la otra. Soltó una risita aguda y bebió, sintiendo el ya habitual cosquilleo recorrerle.

Pero la diversión no iba a durar mucho. Entre Maya y Asami habían formado una barrera que impedía avanzar al Skag, sin embargo, ambas sabían que aquel monstruo aún podía dar de sí aún en sus últimos momentos.

- ¡Songbird, ven! – Gritó Raiden, y Elizabeth se acercó hasta él.

Habían marcas de cortes por todo el muro de hielo que se había formado, pero apenas huecos. Raiden iba a necesitar más tiempo para despejar la pared, y aún no sabían cuánto iban a tardar Maya y Asami en eliminar al Skag.

- Usa tu mazo para derribar los trozos de hielo. – Le dijo el Samurai, estudiando su trabajo. – Con todo lo que he cortado no debe costarte mucho.
- Entendido.

Elizabeth asintió, y sacó de su inventario la maza. Golpeó la pared con fuerza, y un trozo de hielo cayó al otro lado.

- Ten cuidado con lo que derribes. – Raiden alzó la vista. – Intentaré cortar en el aire cualquier cosa que pueda caer sobre nosotros.

Kora iba a sugerir usar sus hechizos de fuego para ayudar con el trabajo de derribe, pero el rugido del Skag la interrumpió.

- ¡Déjame hablar, bicho! – Se giró hacia el monstruo, con los puños cerrados. – ¡Estás acabado, igual-!

Sin embargo, la Black Mage comprobó que quizá no debería haber hablado tan pronto. El Skag Alpha no se movía de su posición, incapaz de caminar con sus dos patas delanteras crujidas, pero podía moverse. Y parecía más que dispuesto a usar la fuerza que le quedaba.

- Oh, no… – Asami retrocedió unos pasos. – Aquí no…

Con un rugido casi desafiante, el Skag empezó a moverse de un lado a otro, golpeando su cuerpo contra las paredes con fuerza. El impacto era lo suficientemente potente como para que los muros de hielo temblaran con cada embestida, y no tardaron en oír un crujido familiar.

- ¡Se nos va a llevar con él! – Gritó Maya, furiosa y frustrada. – ¡Tenemos que salir de aquí!
- ¡No puedo… no puedo ir más deprisa! – Elizabeth alzó la voz con el poco aire que le quedaba al golpear los trozos de hielo. Todavía no había abierto un agujero lo bastante grande como para que pasaran todos.

Raiden intervino justo a tiempo, saltando para cortar unos trozos de hielo que iban a caer sobre Maya y Asami. Éstas retrocedieron, pero los trozos de hielo del techo caían por toda la sección del túnel, y Raiden no podía dar abasto.

Con una serenidad que contrastaba con el tono severo que había usado momentos atrás, Maya dio unos pasos adelante, conjurando una bola de gravedad.

- Supongo que es lo justo. – Dijo, mirando al Skag con el ceño fruncido, casi desafiándolo con la mirada.
- ¿Maya…? – Asami alzó las cejas. – No tienes que hacer nada-
- Es irónico que estando a punto de ser una Time Mage…

Extendiendo el brazo hacia arriba, una bola de gravedad enorme se formó frente a ellos, y empezó a absorber los trozos de hielo, haciendo que flotaran alrededor de la esfera oscura.

- ...Precisamente lo que hemos necesitado durante todo el combate es tiempo.

El Skag seguía golpeando las paredes con su cuerpo, y cada vez caían más trozos de hielo. Si no fuera por los ágiles y casi invisibles cortes de Raiden y la bola de gravedad de Maya, ya estarían enterrados. Pero las palabras de Maya y el tono con el que las había pronunciado era lo que producía escalofríos a Kora.

- ¡No tienes por qué hacerte la heroína, Phaselock! – Gritó Raiden.
- ¡¡Elizabeth!! – Maya ignoró al otro, girándose hacia la Merchant. – ¡Termina, ahora!

La merchant se giró hacia ellos, con trozos de hielo por el pelo y la ropa. Frente a ella se abría un agujero en el muro lo suficientemente grande como para que pudieran deslizarse por él.

- ¡Podemos salir ya! – Avisó la Merchant.
- ¡Daros prisa! – Frunciendo el ceño, Maya mantuvo la bola de gravedad.
- ¡No! ¡No así!

Asami fue a agarrar a Maya, pero Raiden la sujetó del brazo. El Samurai negó con la cabeza, y Asami cerró los ojos, apretando la mandíbula.

- ¡Corred!
- Pero… pero Maya… – Kora miró de un lado a otro, notando cómo se le iba el aire de los pulmones. – ¡Estamos a punto de vencerlo! ¡Podemos-!
- No. Hemos perdido por segundos, pero hemos perdido.

Mientras Asami la arrastraba de la muñeca hacia el muro de hielo, Kora giró la vista, observando la figura de Maya encarar al Skag, con la bola de gravedad flotando entre ambos. Giró la cabeza bruscamente, notando como un nudo se formaba en su garganta.

¿Tan pronto?”, se preguntó. “¿Cómo ha podido irse todo al traste tan pronto?”.

Cayó al suelo helado al salir del agujero, y ahogó un quejido al notar el daño en el hombro al ser levantada por Asami, quien la condujo lejos del muro de hielo. Raiden fue el último en salir, avisando a Maya con voz ronca.

La explosión fue suficiente para derribar lo que quedaba de los trozos de hielo que habían sentenciado aquel combate.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 12, 2013, 09:06:27 PM
# 15

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)

-¡¡AAAAHHH!!
Joseph alzó el brazo atónito al comprobar que no tenía mano, sin dejar de gritar esperando la oleada de dolor al perder su miembro, le recorriera… pero en su lugar, alzo el puño después de haber tenido doblada la muñeca en un acto reflejo para evitar que la cuchilla le cortará la mano, de uno en uno, fue estirando cada dedo hasta asegurarse que estaban los cinco correspondientes.

-Jeje… porque poco… -Aunque riera y bromeara, JoJo era consciente de que si no fueran por sus sentidos de Thief, probablemente hubiera perdido la mano. –Y ahora, a ver que hay dentro de este cofre.

No hubo más sorpresas inoportunas, abrió el cofre en el cual había un único ítem, Joseph sonrió, era como si hubiera estado ahí esperándole, justo lo que necesitaba.

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/hermes.png)

Nero lo vio por fin, una araña enorme, puede que un poco más grande que él mismo, que comenzaba a descolgarse desde el techo.
Ahora que comenzaba a acostumbrarse a la luz, ahí arriba podía ver espesas telarañas y docenas de esas arañas, la más grande doblaba el tamaño de la anterior y las más pequeñas eran tan grandes como la palma de su mano, moviéndose despacio y acercándose a bultos enrollados de figuras muy características.

-Si te atrapan, pueden mantenerte vivo durante días mientras van comiéndote… están casi ciegas, pero protegen el tesoro celosamente, si tocas una sola de esas monedas las tendrás encima y fin de la diversión. –El extraño le quito la mano de la boca poniéndose en pie y ayudando al chico a que también se reincorporase.
No hacía falta comprobar en la Omnitool que aquel extraño era un Lancer, era algo más alto que él, el arma a su espalda le delataba, además de aquella armadura negra con detalles dorados, desgastada por la suciedad y los combates.
-Gracias, me has salvado la vida. –Nero bajo su tono de voz mientras no le quitaba el ojo de encima a aquellas arañas. –Mi nombre es Nero.
-Yo soy Aniki, ¿a ti también te ha atrapado un Warp?
-Supongo… -Nero se atrevió a retirar la mirada para comprobar su Omnitool, dejando de lado que Aniki no le había revelado su auténtico nombre, descubrió que el resto de sus compañeros no quedaban lejos. –Mis amigos también están perdidos por el castillo. Aniki, ¿conoces algún método para escapar de esta sala?
-Si… pero no será fácil, estoy aquí encerrada por culpa de ese Warp desde hace dos días, encontré un camino para salir, pero… sígueme, lo mejor es que lo veas por ti mismo.
Le hizo señas para que le siguiera, los montones de monedas formaban pasillos hasta que un enorme montón les cerró el camino.

-Por aquí detrás, está la salida… pero claro, es imposible pasar sin tocar ese maldito tesoro.
Nero reparó en la desesperación en los ojos del hombre cuando miro a la cima de aquel tesoro, mediría unos cinco metros, tenía la pendiente suficiente como para poder pasarlo de pie, pero las monedas desperdigadas por el suelo indicaban que otros lo habían intentado desesperados mucho antes, y sin suerte.
-Tranquilo, no estás solo. Pero si llevas dos días aquí encerrado, necesitaras reponer energía, ¿tienes pociones? –Antes de recibir una negativa por su parte, que Nero le ofreció una de su propio inventario.
-Gracias… pero no tengo con que pagártelo.
-Arreglaremos cuentas cuando salgamos de esta. –Nero sonrió involuntariamente cuando recibió la sonrisa de aquel tipo. –Tienes que ser un tipo muy duro si has sobrevivido dos días tú solo y sin medios.
-¿Cómo dices? –La sonrisa desapareció de la cara de Aniki.

-Tenemos que salir de aquí… -Nero no le prestó atención, demasiado preocupado en otras cosas. -Tengo que ir a ayudar a mis amigos.
-Solo nos lo impide este último obstáculo… ¿qué te parece Nero? ¿Estas lo suficientemente desesperado por querer salir?
-Lo estoy… -Trago saliva nervioso.
-Y yo también… -Aniki tomo el tubo vacío de la poción. -¡Prepárate!
Con todas sus fuerzas, lo arrojó hacía uno de los montones de monedas que habían dejado atrás… Nero casi podía hacer la cuenta atrás de los segundos que quedaban antes de que la habitación estallase en caos.

El objeto golpeó las monedas que entre aquel silencio produjo un sonido atronador, las arañas comenzaron a descender alertadas.
-Todavía no… -Aniki susurraba entre dientes, tenían que esperar a que la mayoría de aquellos enormes insectos se alejasen de su posición atraídas por el otro sonido.
-…Aniki… -Con un susurro, Nero llamo la atención de su compañero, una de las arañas más pequeñas había ido a parar sobre su bota… escalando muy despacio por su pierna.
Aniki tomó su lanza, asintiendo para transmitir coraje al chico, con un rápido movimiento partió al animal en dos.
-¡Ahora! ¡Corre Nero!

Comenzaron a escalar por el montón de monedas, el terreno poco estable provocó que avanzarán más lentamente, los monstruos presintieron su presencia lanzándose a por ellos. Eran extraordinariamente rápidos en comparación, avanzaban saltando sobre el oro, casi dando alcance a los dos jugadores.
Una de las arañas más grandes cayó sobre la espalda de Aniki, aplastándole y apuntando sus colmillos directamente hacía su yugular.
-¡Ahhh! –Un grito agudo salido de la garganta del Lancer.
-¡AAAHH! –Nero desenvaino su espada y de un salto derribo a la araña rodando ambos por la pendiente. -¡Huye Aniki!
-¡Nero! ¡Agárrate a la lanza! –No iba a dejarle después de su sacrificio, agarro un extremo de su arma acercando el otro hacía el espadachín, que consiguió agarrarlo y de un impulso ayudarle a subir a su lado, continuando corriendo llegaron a lo alto.
Con el tiempo justo de mostrarse sorprendidos por la siguiente visión… para llegar a la puerta, tenían que atravesar un estrecho pasillo formado por los montones de monedas hasta la salida.
 
Prácticamente se arrojaron pendiente abajo para ganar distancia con los monstruos, colándose en el pasillo por donde tuvieron que avanzar caminando de lado.
-¡Corre! ¡Corre! –Las arañas llovieron sobre ellos, pero por suerte, excepto las más pequeñas, el resto no pudieron abrirse camino hacía ellos… pero eso no impedirían que siguieran atacándoles.

-¿Qué están haciendo? –Aniki las vio saltar sobre ellos… con un horrible propósito.
-¡Están intentando enterrarnos entre el oro! –Las paredes formadas de monedas iban cayendo sobre ellos, aceleraron su alocada carrera, pero sus pies comenzaron a estar enterrados entre el tesoro, cegados por la cascada del precioso metal que ahora estaba lapidándolos, enterrados hasta las rodillas como estaban, tan cerca que si estiraban una mano estarían fuera…

Aniki tomo una última determinación, tomo de nuevo su lanza, clavándosela en el vientre a la araña más grande que era la que más estragos estaba ocasionando.
-¡Huye Nero! ¡Gracias por todo! –La caída del oro no se había detenido, pero aquello le haría ganar tiempo al chico para llegar sano y salvo a la salida.
El espadachín actuó sin pensar, no se dirigió hacia la salida, se acercó hasta el Lancer tomándole de la mano, obligándole a soltar la lanza que quedo clavada en el monstruo y potenciando su resistencia hasta el máximo para arrancarle enterrado por la cintura como estaba, de entre aquel maldito oro. Rodando ambos desordenadamente hasta acabar en la salida, que quedo taponada a causa del oro.


Se hizo el silencio entre ambos, resoplando para volver a recuperar la respiración y sobrellevar por lo que habían pasado.
-Es… ¡estamos vivos! –Nero empezaba a reparar en lo imprudente que había sido siendo que ya había perdido una vida, consciente entonces de su mortalidad, y sonriendo radiante por estar vivo.
-Lo has hecho muy bien ahí dentro Nero.
-No hubiéramos podido salir si no hubieras detenido a esa araña.
-Era lo que tenía que hacer, tú me has salvado antes. –Aniki intentó ponerse en pie.
-Tú me salvaste la vida cuando evitaste que tocase… -Nero se interrumpió, de rodillas como estaba, abrió los brazos para recibir al Lancer que había perdido el equilibrio cayendo sobre él.

-Creo… que algo no anda bien… -Aniki reparó por primera vez en el corte en su costado, había un líquido morado goteando de la herida.
-¡Veneno! –El espadachín se mostró asustado, dando una nota de dolor al modo en que había pronunciado aquella palabra, lamentándose que después de todo lo sucedido, la acción se hubiera cerrado con aquella herida tan injusta.
-¿No tienes antídotos entre todo ese material? Es igual. –Aniki sintió que Nero había empezado a negar mucho antes de que terminase de hacerle aquella pregunta.
-Pero…
-Escucha, no importa, es sólo mi primera vida, había pensado en la opción de quitarme la vida si seguía encerrada en ese sitio un día más. –Con sus fuerzas restantes se separó de Nero sentándose junto a la pared.
-¡No puedes hablar enserio! –Nero se sintió más afectado de lo que esperaba, con la manera de aquel tipo, de frivolizar sobre sus vidas.

-No queda otra opción, pero moriré tranquila sabiendo que te he ayudado a escapar.
-¡No voy a dejar que mueras! ¡Eres el hombre que ha salvado mi vida!
-¿Hombre? ¿Qué te hace pensar que soy…? Oh. –Frente a sus ojos, Nero le ofreció un Warp listo para usar. –¿Tienes más?
-Úsalo. –Trago saliva nervioso, no disponía de más, y si alguno de sus compañeros lo necesitaba… pero era lo justo, aquella era la persona que le había salvado la vida, tenía que hacer lo mismo por él.
-No. Tienes que ir a buscar a tus amigos y usarlo todos para escapar de este infierno. –Giró la cara rechazándolo definitivamente. Empezaba a notar un hormigueo en las extremidades... pero aun noto la cálida mano de Nero sobre la suya, cerrándole los dedos sobre el duro cristal que contenía el Warp.
-Voy a estar bien. Siempre que no tenga que andar pensando, que el compañero que salvó mi vida, anda sufriendo en los sótanos de un asqueroso castillo.

-Yo no… -Iba a corregirle en su error sobre los géneros… pero acabo desistiendo cuando se le escapo una risa involuntaria ante la honestidad que mostraban las palabras del chico. –Gracias Nero.
-De nada, Aniki.
-Llámame Hermes. Escucha, Nero, yo… nos volveremos a ver.
-Por supuesto. –El chico sonrió.
El tarro que contenía el Warp se rompió y el cuerpo de Hermes desapareció en un haz de luz azulada.

Nero comprobó la Omnitool para situar de nuevo donde estaban sus compañeros, listo para reunirse con ellos y luchar a su lado… aunque, había algo con Hermes que le había escamado y que tenía la sensación de no haberle prestado la suficiente atención…

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dio.png)

Shura se mantuvo al amparo de la pared mientras analizaba a aquel extraño sujeto. La Omnitool le revelo que era un NPC, un personaje colocado para asustar a los jugadores. Tomo la determinación de no dejarse intimidar, se dirigió a la puerta mientras el otro no le quitaba la vista de encima.
-¿Ya te vas? Aun no nos hemos presentado.
-Dime cómo se sale de este lugar. –Se giró hacía el diván… no había nadie sobre este.
-¿Dónde están sus modales, mademoiselle? –Le susurró al oído como si fuera el restallar de un látigo de seda.

De un respingo, Shura se apartó de su lado, había aparecido a su espalda sin ni siquiera sentir su presencia o que se movía del sitio. 
-¿Su nombre?
Si la chica había descubierto algo al convertirse en White Mage, era que a los NPC había que seguirles el rollo…
-Shura.
-Un placer, mi nombre es Dio. –La tomo de la mano, besándola mirando intensamente a la chica que mantenía el aplomo pese a la situación.
-¿Cómo se puede salir de este lugar Dio?
-¿Por qué tanta prisa? Apenas nos estamos conociendo.
Un brillo malicioso en aquellos ojos rojos, le reveló a Shura que aquel NPC estaba jugando con ella y no era su intención ayudarla a salir.
-No tengo tiempo que perder contigo. –Pasó de largo de este, dándole la espalda rumbo hacía la puerta.
-Como deseé mademoiselle, pasemos a la acción entonces.

Shura sólo sintió una corriente de aire, como si hubiera sido el filo de un bisturí, se llevó la mano al cuello alertada por la característica humedad. Dio se relamía los dedos de la mano llenos de la sangre de la chica, mostrando los colmillos que delataban su naturaleza.
La maga alertada no perdió el tiempo, utilizando un hechizo de curación que le sano la herida.
-¡Una White Mage! –Dio pareció excitarse con la revelación sonriendo cruelmente.
-Si… y que sorpresa encontrarse un vampiro en lo alto de un castillo como este… -Shura busco ampararse contra la pared cerca de las antorchas por si tenía que tomar alguna para defenderse. Moviéndose despacio hacía el balcón. Aunque no tuviera medios, tenía la esperanza de poder buscar alguna táctica para arrojar al vampiro al fondo del barranco.

Dio la acechaba en su recorrido, continuando con aquella sonrisa que delataba que sospechaba del plan de esta.
-Nunca he probado a una de tu clase, pero será divertido jugar contigo si puedes recuperarte con cada hechizo… te disfrutaré lentamente hasta ver donde están tus límites.
Shura reprimió un escalofrió, sintiéndose indefensa y pequeña frente a aquel rival… tenía que ganar tiempo y pensar en algo, hablar de lo que fuera para no caer en su trampa y entrar en pánico.
-Yo sin embargo he probado muchas veces el Drácula… pero siempre he sido más de frigo pie.
-Tu aplomo resulta adorable. -Apoyando un brazo contra la pared detuvo su camino, y con el otro su huida, formando una jaula con la que atrapo a la chica entre la pared y su cuerpo, Dio escuchaba cada latido de su corazón, que parecía un pajarillo nervioso encerrado en su pecho.
Hace tiempo que no tenía diversión, y ahora quería ver a aquella chiquilla llorar y suplicar por su vida, quizás si resultaba lo suficientemente dulce le concedería la muerte. Pero primero tenía que desnudar aquella falsa imperturbabilidad...
-Es muy triste pensar que le estarán haciendo a tu cuerpo, indefenso, en el mundo real… atada a una maquina como estas, indefensa y expuesta… tendrías que alegrarte que alguien como yo te trate con gentileza.

Aquello fue la gota que colmó el vaso. Shura contuvo la respiración sintiendo que palidecía clavada en el sitio como se encontraba. Ya no solo por sus palabras, que le resultaron perturbadoras… pero nadie que fuera de dentro del juego le había hablado del mundo exterior, si no era un NPC, entonces, ¿quién era aquel tipo?
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 12, 2013, 09:13:06 PM
Gracias chicas por subir <33 así no me  siento contra la ley xD

# # # 0 0 4




Nana encendió un cigarrillo, lo colocó entre sus labios y dio una profunda aspirada para posteriormente terminar el proceso al exhalar el humo el cual formó una nube pequeña al frente de ella. Al menos el cigarrillo, su mayor vicio, seguía sabiendo a eso: el maldito vicio a gusto de tabaco.
Se sentó en un banco y mientras esperaba pensó que seguramente el GM era un maldito genio loco, pues a través de la conexión medular lograba tocar todos los circuitos neuronales de las sensaciones, recuerdos, emociones. Supuso que el sentir los sabores de las comidas, los brebajes y el mismo cigarrillo era parte de alguna conexión en el área de la memoria y la experiencia, por eso allí dentro de la realidad virtual sentía las cosas tan ¨reales¨.
Lo mismo con el tema de la rabia y el miedo, lo que causaba el saber que alguien te domina y no puedes hacer nada, el hecho de ver morir a gente que se conoce; debía tener una explicación a nivel de la amígdala . ¿Y qué tal la erotización? Veía a todos esos idiotas desesperados sintiendo experimentar sensaciones placenteras, eso debía ser parte de alguna conexión que tocara el sistema límbico. De todos modos a Nana se le hacía absurdo como un montón de pixeles podían ser vistos como un cortejo coqueto, seguramente detrás de la realidad virtual eran pobres idiotas sin pareja y posiblemente rondando los cuarenta, muchos hombres que se hacen pasar por mujeres curvilíneas.
Lanzó la colilla del cigarrillo al suelo cuyos ladrillos estaban entre sacados, la aplastó con la punta de su bota y metió la mano en su bolsillo para sacar la cajetilla. Frunció el ceño al comprobar que no le quedaban más cigarrillos, sabiendo que le quedaban un par con seguridad.

-Maldito 84726, estuviste de intruso entre mis cosas. Estúpido ladrón…- Lanzó la cajetilla vacía a un tacho de basura cerca de la banca. La cajetilla entró, algo esperable de una buena tiradora como ella.  Estaba en ello cuando vio a Alice llegar, cargado de una bolsa muy grande la cual la colgaba por el hombro hacia la espalda.
-¿Trajiste todo lo que te anote?-
-Algunas cosas estaban agotada.-
-¿Cigarrillos?-
-Sí, sí, si traje…- Sabiendo que Nana no sobrevivía un día sin uno.
-Bien, eso es lo más importante.-
-…-
-Lo que no conseguiste, debiste sobornar a alguien que lo tuviera. ¿Cuándo aprenderás, novato?-
-No sé, todos parecen en su mundo… No sé si hablarles o no. Ni siquiera sé si son jugadores o NPC.- Alzó los hombros.
-En fin, vámonos de aquí.- Nana se puso en pie y comenzó a caminar en dirección norte, Alice le seguía detrás, cargando tranquilamente el saco lleno de cosas mientras miraba distraído a su alrededor.
Nana había ido hasta Acre, una ciudad de construcción sólida y fuerte, con pinta de civilización romana ancestral. Con ella llevó a Alice para que le sirviera, en pocas palabras, de burro de carga. Pero no era tan mala como se puede entender, pues por una parte también se llevaba al novato para que no cometiera ninguna estupidez en el cuartel, o en caso de que 84726 llegara antes del tiempo que le estimaba la misión que le dio indudablemente le haría bullying al novato, por otro lado el viaje le servía a Alice para aprender nuevas cosas. Que buena líder que era.
-¿Sabes que tenemos que hacer ahora?-
-¿Ah?- El rubio parpadeó saliendo de su ensimismamiento. Cada detalle de la ciudad le llamaba la atención, en parte, le hacía sentir como en su casa en Italia, un escenario familiar.
-¿Me estas poniendo  atención?-
-Perdón, es que… Aquí es muy bonito.-
-¿Mh?- Nana miró por unos instante el paisaje, era una de las ciudades más grande que había visitado pero ya se sabía algunas partes de memoria gracias al tiempo que llevaba jugando. –Supongo, a mí sólo me recuera la ciudad del vaticano, lleno de viejos pedófilos.-
-…- Seguramente, en un caso ficticio, si llevaba a Nana hasta su tierra, opinaría lo mismo. –Sí, también lo pienso… Es tétrico, quizá nos aparezca un sacerdote ofreciéndonos ítem a cambio de alguna niñita o niñito… Jaja.- Bromeó un poco incómodo.
-…- Nana se detuvo en seco, se volteó hacia Alice mirándolo seriamente. Se acercó mucho a su rostro para analizar cada detalle de él.
-¿Q-qué pasa?-
-¿Qué edad tienes, rubio?-
-Dieciséis… Dentro de poco cumplo los diecisiete, ¿Por qué?-
-¿Cuántos ítem o dinero crees que nos puedan dar por ti?- Nana le agarró fuertemente de la quijada, ladeándole el rostro al chico rubio y mirándolo indiferentemente, apretando el agarre. –Tu avatar se ve decente, no creo que a ello les importe si detrás de esta imagen eres un pigmeo horrendo. Dime, Alice, ¿Cómo eres en la vida real?-
-…- Olvidando la parte de pigmeo horrendo. -¿Planea venderme?- Alzó las cejas. –Dudo que le den algo… Soy novato.-
-Algunas personas piensan en otras cosas aquí adentro.-
-¡Ah, por favor!- Alice se soltó del agarre de Nana de un manotazo. En tiempos pasados Nana no habría tolerado un gesto así de insolente por algún miembro de la guild pero por ser un novato sin mucho cerebro se lo toleraba.
-Que sensible, sólo era una broma.- La pelinegra soltó una sonrisa burlona. –No te vendería, no nos darían mucho. Tampoco es como si se pudiera. Apúrate.- Siguió caminando. –Y más te vale que nada adentro de la bolsa se estropee o lo lamentarás.-
-No hay problema- Volvió a alzar  los hombros, por un lado ya se acostumbraba a las bromas pesadas, y comentarios aburridos a su juicio, de parte de los miembros de la guild.
El par de jugadores caminó un gran trecho de piso de piedra más, a su alrededor había distinto tipo de jugadores buscando algunos ítem que sólo se encontraban allí, como misiones y demás cosas, cada ciudad tenía lo suyo. Nana divisó un lugar que le pareció interesante, una cantina con pinta de ser muy antigua.
-Espérame aquí.- Indicó la chica cuando entraba por la gran puerta de marco de roble con detalles en piedra.
Alice dejo con cuidado la bolsa en el suelo de piedra para después apoyar la espalda en la pared de la cantina, se cruzó de brazos y bajó la cabeza. Nana tal vez se tomaría su tiempo allí adentro, así que era mejor aprovechar de descansar mientras tanto. Lo más probable es que Nana entrara allí para conseguir algo que ella considerara importante, si fuera el caso de esperar a 84726 lo más lógico es que el jugador entraría allí para gastarse el dinero en tragos fuertes.
-¿Qué tienes allí?- Una chica, de rostro dulce y adorable, apareció en frente de él. Ella señalaba la bolsa.
-Algo.- Respondería un ¨Que te importa¨… Pero parecía ser una dulce niña, por lo visto, una White Mage. –De mi líder.-
-Ya veo.- Ella le sonrió amablemente, acercándosele. –Me llamo Rosie, más bien ese es mi Nick.-
-Está bonito.- Sonrió un poco. 
-Sí, me gusta mucho.- Le agarró del brazo. –Sabes, te vi de lejos… Eres muy bonito, sobresales. Vi que ibas con otra chica, ¿Quién es ella?-
-Mi líder.- Soltó un suspiro, escapando del agarre de la chica. –Demasiada amabilidad. ¿Qué quieres?-
-¿Crees que quiero algo?-
-Sí, lo más lógico.- Apuntó con la mirada a un par de tipos más allá. –No vienes sola,vienes con ello. Puedo notarlo porque no te apartan la mirada. Por un instante pensé que eras una chica simpática y créeme, soy el sujeto más idiota dentro de esta realidad… Pero cuando pasas tan sólo un momento de tu vida con un tipo de Nick 84726 dudas hasta de ti mismo.-
-Uhm…- Se apartó de él, mirándole con desprecio. Chasqueó los dedos y el par de chicos se acercó hasta ellos. Por lo visto, mejor nivel que Alice y la White Mage. –Desplúmenlo.-
-Un momento.- Alice se sorprendió del cambio de actitud de la chica. -¿Eres la líder? ¿Cómo lo haces si ellos tienen más rango que tú?-
-No formamos una guild pero nos repartimos el botín hasta que encontremos un grupo que nos interese, cada quien toma su camino después.- Respondió la chica. –Ahora, hazte a un lado y retírate pacíficamente si no quieres perder una de tus vidas.-
-Eh, no puedo darte lo que hay allí. Mi jefa dice que vale más que todos los miembros de su grupo juntos.-
-Cómo quieras.- Ella suspiró. –Chicos, hagan lo suyo.-
-Pobre idiota, lo más fácil era hacerte a un lado. Como si el líder valiera tanto para que cuides de sus cosas como un perro obediente.-
-Es lo que hay, amigo.- Alice le miro sin bajar la guardia. Eran dos, contra él, contando con que la chica podía curar a ese par en caso de hacerles el leve daño. De todos modos tendría que combatir contra ellos dos pese a que las posibilidades fuesen nulas.
En par de jugadores sonrieron de manera fanfarrona al momento que  uno comenzaba a formar una esfera de energía y el otro desenvainaba su arma, la White Mage dio un paso al costado esperando el resultado y Alice sacó la mísera arma que tenía. Peor era nada.
-Estas perdido.- Dijo uno de ellos, mientras ambos enemigos daban un paso hacia el frente.
Estaban a punto de hacer la primera acción pero se detuvieron en seco cuando notaron que un hilillo de sangre corría desde su frente hasta por el puente de la nariz. No entendían como, tocándose las frentes y palpando la sangre. Miraron hacia ambos lados y vieron a una chica de cabello negro apoyada en el marco de la puerta, con un ojo cerrado y con un arco largo apuntándoles. 
-¿En qué momento salió?- Masculló uno de ellos.
-Rubio, toma las cosas. Nos vamos.- Bajo el arco, sin preocupación. La flecha que había lanzado causó impacto en ese par si bien apenas les rosó.
-…- Uno de los atacantes revisó la información de Nana  a través de su  Omnitool , el otro la revisó a través de la Omnitool de su compañero y ambos prefirieron dar un paso hacia atrás.
-Bien decidido, señoritas.- Dijo Nana, empezando a caminar. Alice tomó la bolsa y la siguió.
-¡Atáquenlos!- Ordenó la White Mage.
-Olvídalo, nosotros nos vamos.- El par de enemigos no esperó más tiempo y se retiró del lugar.
-Cobardes.- Ella frunció el entre cejo. Con la rabia del momento, corrió hasta Nana con intención de darle un empujón por arruinar sus planes pero la pelinegra fue más rápida y se hizo a un lado, la White Mage cayó al piso y la miró iracunda.
-Eres como una mosca en el mapa, esfúmate.- Ordenó Nana.
-¡Yo sólo quiero tener cosas en este juego! ¡No sabes lo difícil que es vivir el día a día encerrada aquí sin cosas que te ayuden!-
-Ah, ya deja de molestar.- Tanto berrinche y lloriqueo le aburrió a Nana, apuntó hacia la White Mage y disparó un tiro. El chico rubio, quien miraba por detrás sin alterarse, llegó a preocuparse realmente por la White Mage pero vio que el tiro de Nana era dirigido intencionalmente cerca de la White Mage y no directo a ella. La chica se puso de pie apenas pudo y salió corriendo, perdiéndose por un pasillo de piedra largo. –Aunque no lo creas, hay novatos con mentalidad más novata que tú. Algunos tienes que organizar sus prioridades.-
-Ya veo…- Alice entrecerró los ojos. 

Recordó la primera vez que revisó a Nana con la  Omnitool , vio su nivel de Gunslinger y que era la líder de una guild. Le habían explicado que un tiro de ella era letalmente fatal, podía atravesar armaduras costosas y causar daño con resultado de muerte. Era una persona de temer.
El camino continuó con tranquilidad, notaba como los novatos compraban muchas cosas que no les servía en los puestos ambulantes y como los más expertos parecían calmados seguros de su nivel el cual les protegería, algunos intercambiaron un saludo fugaz con Nana, evidentemente ella llevaba mucho tiempo en el juego.
Pasaron por una parte de la ciudad donde una muralla de agua en movimiento postulaba unos nombres de color llamativo, era larga por lo que se tomaron un tiempo en pasar por allí, mientras caminaban notaron que algunos nombres más aparecían en ella. La pelinegra detuvo el paso por unos instantes, ella tenía las manos dentro de los bolsillos de su traje y la mirada tranquila.
Leyó los nombres allí, por un momento.

-A ése yo lo conocía, y a ésta también.- La chica apuntó con el mentón un par de nombres.
-¿Eran amigos suyos?-
-Conocidos.- Nana ladeó el rostro, apuntó otro nombre nuevo. –Este era de nuestra guild.-
-Lo lamento.-
-Son cosas que pasan.- Nana alzó los hombros y siguió caminando.
-¿Cosas que pasan?- Alice la miró medio molesto. –Entiendo que morir son cosas que pasan, pero es odioso cuando hay alguien allá que lo controla. Son muertes sin sentido que pudieron ser evitadas si la mente enferma de este tipo es una aberración.-
-Pues…- Nana se tomó unos segundos de silencio. –Acostúmbrate a esta aberración, novato. Vas a estar dentro de ella por un buen tiempo.-
-…- Nana a veces parecía una chica agradable, respetable, pero accesible, pero a veces era muy fría. -¿No le quiere dedicar un momento de silencio? ¿Algún rezo o rito que se tenga dentro de la guild para los caídos?-
-No, Alice, no hay tiempo para trivialidades.  Apúrate.-
-No tiene nada de malo.-
-Como sea…- Suspiró fastidiado, ya no hablando más durante el camino.

Nana siguió caminando, notando que a ratos Alice se tardaba un poco leyendo nombres en la pared de agua, no recordaba que él viniera con alguien a este juego… Más bien nunca le había preguntado. No le regañó por la lentitud , lo dejo en lo suyo, estaba bien siempre y cuando no perdiera las cosas.
La pelinegra miró hacia el horizonte, el cielo aún estaba celeste pero pronto caería el atardecer. Seguramente Alice pensaba que era una tipa horrenda y descorazonada en esos momentos, y estaba bien… Siempre alguien debe cumplir algún rol. Además, como líder, no podía desmoronarse en situaciones así… Podría sembrar la confusión con los suyos y eso sería catastrófico.
Los nombres en la pared eran de personas que conocía, con las que había compartido, reído y aventurado en misiones. Muchos de ellos eran personas que habían llegado al inicio del juego tal como ella había llegado por lo que tenían, si se podía decir de algún modo, una ¨historia de vida¨. Lamentaba lo que les había pasado, maldecía desde cada centímetro de ella al GM y juraba que algún día ése tipo tendría su merecido.
Pero si Alice esperaba que ella se lanzara a llorar y a lamentarse, estaba muy equivocado.

###
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 12, 2013, 09:28:59 PM
# # # 0 0 5

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/iQUP338TvJwjg.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/iQUP338TvJwjg.jpg)

Cuando no hay mucho que hacer y el ocio abunda el tiempo pasa lento y casi agónico, pero cuando hay tantas cosas por hacer por delante y la inversión de energía viene en dosis grandes, el tiempo es lo más preciado porque pareciera que falta en demasía.
De este modo estaba Kula Diamond, “BlueDiamonds”, como era conocida en el mundo virtual. Porque por esos días tenía más de mil cosas por hacer. Justamente por el hecho que menos se habría esperado de alguien dentro de ese mundo virtual, el ser estafada por alguien, era lo que le llevaba a tener esa gran carga.
Todavía no se podía convencer como una persona que parecía tan agradable y confiable pudiese hacer esos actos tan bajos. Si bien era cierto que lo había conocido por solo unos momentos, sintió gran empatía por él apenas conocerlo y por eso la estafa la habría sentido como una gran puñalada por la espalda. En ese momento sintió ganas de ir a buscarle y reclamarle, hasta le nacieron ganas de golpearle… Pero quizá el sujeto aquel estaba pasando por necesidades semejantes a las de ella y por eso había hecho lo que hizo. De todos modos no quería toparse con alguien así nunca más, como también se había prometido, una vez saliera de la realidad virtual, jamás volver a consultar a una adivina pues parecía que nunca le decían la verdad acerca de su futuro porque siempre pasaba lo contrario.
Agudizó la visión y apuntó directo hacia una criatura para, posteriormente, intentar aniquilarla con una flecha. La observó seriamente por unos momentos pero al final terminó por bajar el arco y soltar un suspiro. ¿Cómo alguien tan maquiavélico y malvado como el GM podía crear criaturas tan bonitas y adorables?
Salió de su escondite y caminó por el escenario buscando algo que le pareciera feo, asqueroso y que no le causara tanto pesar matarlo. En eso, se encontró con un chico que parecía estar haciendo lo mismo que ella. Prefirió seguir su camino y no perder el tiempo, en parte para no caer en posibles trampas, pero al final no pudo avanzar mucho ya que algo de tamaño muy grande obstruyó el paso del par de jugadores.
Era una criatura grande, de aspecto como de un jabalí pero que multiplicaba el tamaño real de uno como los que se conocen, los cuernos que salían del hocico de la bestia eran muy grandes y filosos, la mirada del jabalí irradiaba discordia y notorias ganas de enfrentar al par de intrusos que tenía en frente.

-Viene por nosotros, creo que no le caímos bien a primeras.- Comentó el otro chico, que estaba más allá de Kula.
-¿Deberíamos huir?- Preguntó la muchacha, cuando en eso vio a dos jabalíes más salir de entre los arbustos.
-¡Sera mejor que nos subamos a un árbol!- Aconsejó el otro, buscando inmediatamente un árbol cercano el cual empezó a escalar. Por su parte Kula hizo lo mismo, escaló el árbol que estaba a su derecha, subió unas cuantas ramas más y desde arriba observó a las bestias allá abajo enojadas por la escapada de los dos.
-Eres una archer, lánzales flechas. Yo haré lo que pueda también.- Dijo el chico, por lo visto era un soldier.
-Okay.- Kula apuntó a uno de los jabalíes mutantes y le lanzó la primera flecha, sabiendo que el daño sería casi nulo pero al menos intentando algo. El otro jugador hizo lo mismo con sus ataques sin conseguir mucho efecto en el jabalí que estaba justo debajo de su árbol.
Fue una mala idea seguir con los ataques pues no causó más que enfurecer más a los jabalíes mutantes, ellos comenzaron a arremeter con sus cuernos peligrosos a los árboles ocasionando que estos se movieran violentamente y sus ocupantes temporales tuvieran que aferrarse fuertemente a las ramas para no caer.
Un par de jabalíes se sincronizaron en atacar el árbol del soldier por lo que el panorama para él no era el mejor, menos aún cuando el par de animales terminó por hacerle perder el equilibrio y de este modo el soldier se desplomó hacia el suelo quedando justo al medio de los dos jabalíes que lo esperaban iracundos y rencorosos por el ataque anterior. Estos inmediatamente comenzaron el ataque hacia el chico quien ni siquiera alcanzó a correr un metro cuando sintió las patas de las bestias pisotear su espalda y  como los cuernos de los animales penetraban su cuerpo haciendo un sonido desgarrador al salir.
El chico dio un grito de dolor intenso, eso bastó para que Kula bajara del lugar de donde estaba, le diera una patada en pleno rostro al jabalí que la asechaba y aprovechó de agacharse para tomar un puñado de tierra del piso y lanzársela en los ojos al jabalí.

-¡Resiste!- Le gritó la chica de cabellos color cian.

Aprovechando que uno de los jabalíes se retorcía de dolor al tener tierra en los ojos, ella comenzó a lanzar flechas en dirección a los otros dos logrando la atención de uno de ellos pero el tercero insistía en atacar sin piedad al soldier que, ahora, estaba inconsciente en el suelo.
Por más rápido que lanzara las flechas ningún ataque era digno de derribar a ninguna de las dos criaturas, como era de esperarse uno de los jabalíes corrió furioso hacia ella y la envistió golpeándola con su hocico en su estómago y apretándola contra un árbol. Kula soltó un quejido doloroso al sentir el dolor punzante en la zona afectada, para colmo de la situación el otro jabalí seguía atacando al chico que estaba inconsciente y que, por lo visto, le quedaba poco para perder una vida. El jabalí que apretaba a Kula contra un árbol se separó de ella y dio unos cuantos pasos hacia atrás, con su pata trasera comenzó a raspar el suelo en signo de estar dándose impulso para un nuevo ataque, Kula dio un salto hacia un lado y corrió antes de que el animal la golpeara otra vez. Mientras corría a duras penas apuntó otra flecha al jabalí que atacaba al chico, este se apartó al final de él sin antes darle el golpe de gracia y quitarle la vida que le quedaba. A Kula se le hicieron los segundos eternos, como si la imagen se paralizara al igual que todo su entorno, por unos instantes más le vio tendido en el piso hasta que su figura pixeleada desapareció posteriormente. Sus ojos se cristalizaron ante la imagen, se sintió inútil, frustrada y desgraciada.
En ese momento, la otra bestia, a la que le había lanzado tierra a los ojos, le dio un fuerte golpe en la espalda haciéndole sentir  como cada vértebra de su columna sonaba o al menos eso imaginaba inconscientemente. Rodó por el piso y como pudo corrió lo posible para alcanzas a trepar dolorosamente a un árbol, desde allí nuevamente lanzó flechas pero no hacía más que enfurecer a los jabalíes.  Otra vez la estrategia utilizada por los animales fue agredir al árbol para hacer caer a la víctima, Kula pensó en saltar al otro árbol pero en su condición sería demasiado dificultoso o más bien prácticamente imposible.
En una sincronización oportuna, los jabalíes dieron un golpe a ritmo con tanta fuerza que hicieron que el tronco del árbol se quebrara, el árbol se movió de un lado a otro hasta que al fin se derrumbó hacia un costado y Kula volaba por los aires directo a la boca del lobo, es decir, al centro de las bestias. Pensó que era su fin,  pero jamás sintió su cuerpo chocar contra el piso.
Al abrir los ojos, con la vista nublada por toda la energía perdida, apenas pudo ver a alguien frente a ella, que la sostenía y dejaba en el suelo. No pudo divisar bien el rostro pero algo se le hacía familiar, quizá el parche en el ojo. Ella cerró los ojos ya no pudiendo resistir más, sólo alcanzó a escuchar a los jabalíes gritar de dolor para después no escuchar nada más.

Notoriamente había pasado mucho tiempo, quizá hasta una hora, desde que se había dormido. Poco a poco abrió los ojos encontrándose con un atardecer pacífico, todo en calma después de la tempestad. Hasta que una especie de araña horrenda saltó en dirección a su rostro.

-…- Kula ya no sabía que pensar, quizá en su vida la habían maldecido muchas veces y era una especie de yeta ambulante.
-¡Hey bicharraco!- Una chica de cabellos entre rosa y cenizo se apareció en el momento, le dio una patada a la araña sin importar que estuviera en el rostro de Kula y la mandó a volar lejos, la otra inmediatamente formó una esfera de energía en su mano y se la lanzó al arácnido para aniquilarlo. -¿Estás bien, Kula?-
-Starlight…- Kula tuvo que parpadear un par de veces para convencerse de que era ella, notoriamente el cabello, los ojos y el rostro eran el mismo pero el vestuario era otro. -¡Eres tú! ¡Cambiaste de job al fin! ¡Te extrañé!-
-¿Dónde estuviste metida? Te estuve buscando todo este tiempo. Suerte que somos party y te pude rastrear porque sería imposible de lo contrario.-
-Oh, Starlight!, han pasado tantas cosas.- Pone una expresión lamentable. –Hace un momento me atacaron tres jabalíes, fui testigo de cómo un chico perdió su vida y yo no pude hacer nada, luego apareció alguien y me salvó, ¿Eras tú?-
La chica negó con la cabeza. –Acabo de llegar, sólo te quité la araña de encima.-
-Uh…Quizá…-
-¿Quizá?-
-Nada, olvídalo.- No podía ser él, ¿O sí? La de ojos rojos revisó entre sus cosas, curiosamente le faltaba algo de dinero. -…-
-Bueno, lo importante es que estamos juntas de nuevo. Mejor vamos a la ciudad más cercana, compremos cosas que nos sirvan nos vienes bien posiones y entre otros. He juntado algo de dinero de camino aquí, ¿Tienes bien guardado el que te pasé?-
-Verás…Yo… Tengo algo que contarte, sé que te vas a enojar.-
-….-
Kula se mordió el labio inferior al ver el rostro serio de la otra chica, comenzó con la larga historia de cuando conoció a ese chico que la estafó y la dejo sin dinero, la contó del modo más sincero y rápido posible para no ganarse el desprecio de la otra chica. Después de finalizar la historia, pasaron segundos de silencio que se hicieron una larga y eterna tortura.
-¿Me odias, verdad?-
-…-
-¡Te juro que no sabía que tenía esas malas intenciones!-
-…- Starlight se dio la vuelta, dándole la espalda y comenzando a caminar.
-¿Starlight?-
-Debemos apurarnos antes que caiga la noche.-
-Okay…- Kula soltó un suspiro, sintiéndose realmente mal por todo lo pasado. No culpaba a la otra si la odiase. Caminaron unos treinta minutos en silencio total.
-¿Cómo pudiste confiar tan fácilmente?- al fin habló Starlight. -¿Qué tal si era un degenerado o algo por el estilo?-
-Es que no parecía malo.-
-Yo jamás caería en algo tan sucio.-
-Lo siento.-
-Ya da lo mismo,  será mejor llegar luego a la ciudad. Vendemos lo que tengamos demás o bien matamos criaturas alrededor de la ciudad…¿Se puede pedir limosna en este juego? Se supone que es realista.-
-Jajaja, no lo sé.- A Kula le causó gracia lo de mendigar.
-Más de alguien podría apiadarse de un par de chicas y darnos una moneda.- Starlight giró los ojos. –A lo que tengo que llegar… Maldito juego.- Murmuró
-¿A qué ciudad vamos ahora?-
-Mos Eisley.- Contestó Starlight

###
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 19, 2013, 11:58:08 PM
Este fic es por el mes de diciembre. O sea, NO es re.posteado xD
El tema de la cantina es este por si quieren ambientar (?) : http://www.youtube.com/watch?v=GlF2L5XtEg4

# # # 0 0 6

Starlight deslizó el dedo índice por sobre la superficie de roble viejo, una y otra vez pero con lentos movimientos. Observó el puñado insignificante de monedas sobre la misma mesa, sólo por revisar las contó mentalmente una vez más para asegurar por tercera vez que les alcanzaba para pagar la cuenta. Estaban en una cantina que tenía pinta de ser de ese tipo de lugares clandestinos que en cualquier momento se espera que entre un policía buscando a un mafioso. En una disimulada plataforma había un grupo de seres tocando una movida y pegajosa canción al ritmo de los instrumentos de aires que los músicos utilizaban. La música provocaba que muchos de los presentes se animaran a aplaudir y algunos otros presentes meneaban el dedo índice al ritmo de la canción al mismo tiempo que tambaleaban sus cuerpos motivados por la música mientras caminaban en dirección a la barra de la cantina. Pese al buen ritmo de la canción, ninguna de las dos se motivaba a alegrarse tanto como las demás personas presentes en el local.   Tener dinero a justas y sumándole todo el panorama negativo de estar atrapadas dentro de un juego que ninguna de las dos conocía a fondo en su totalidad era suficiente para sentir una especie de nube negra sobre sus cabezas.

-¿Qué tal el agua de coco?- Preguntó Kula después de un largo momento de silencio en que las dos se dedicaron exclusivamente a pensar en nada.
-Bien.- Starlight dejo de mirar el montón de monedas para mirar su propio vaso. -¿Qué era lo que pediste tú?-
-Una limonada…Era como lo más económico.- Sonrió levemente.
-¿Y qué tal?-
-Está bien.-
-Ah…- Entraban en una conversación monótona.
-¿Estás molesta por lo que pasó…Sobre el robo?-
-No.- Soltó un suspiro. –Sólo estoy un poco desanimada, quisiera salir luego de aquí.- Starlight se le quedó observando por unos momentos. -¿Te molesta si hablamos de ese evento que te sucedió?-
-Eh, no, no pasa nada.- Kula alzó los hombros y meneó una mano restando importancia. -¿Qué quieres saber?-
-No quisiera indagar en tantos detalles de cómo se dio el hecho más bien saber qué características tenía el sujeto que te robó el dinero.-
-Oh, entiendo. Para prevenir.-
-Sí…- Stalight inclinó levemente el rostro haciendo que el cabello del flequillo cubriera parte de su rostro y ensombrecerlo para darle una imagen escalofriante. –Y por venganza.-
-¿Planeas vengarte? ¡Pero la venganza es mala!-
-Nah, era broma. Sólo quiero saber cómo es para no caer en sus juegos si alguna vez me lo topo. He escuchado que los estafadores siempre acechan a gente que anteriormente han atacado.- Cambió drásticamente de semblante a uno más de tranquilidad, acto seguido llevó la pajilla del vaso con agua de coco hasta sus labios y la mantuvo allí para escuchar con atención a Kula.
-Pues…- Kula se llevó un dedo al mentón trabajando la mente para recordar cada detalle. –Era un tipo alto, el cabello lo llevaba suelto y era largo… ¡De color naranja! Usaba un parche en uno de sus ojos, era bastante simpático…Mh, creo que eso recuerdo de él.-
-De ahora en adelante deberíamos evitar gente con esas características… Bueno, en tu caso sería mejor que evitaras a toda persona que parezca sospechosa.- Starlight soltó una risa. –Eres demasiado confiada.-
-Lo sé…Siempre he sido así.- Sonrió al instante. Después de entregar los datos del sujeto, el tema de conversación cambió a uno más ameno y así se pasó el tiempo hasta que ambas chicas quedaron sin bebestibles. Pagaron la cuenta y se levantaron de sus asientos caminando hacia la salida con intenciones de retirarse cuando fueron testigos de un escándalo entre dos personas.
-¡Eres un mal nacido!-
-Creo que estas confundiendo las cosas.-
-¡Le has coqueteado a mi novia durante todo este tiempo!-
-¿Era tu novia? Ah, bueno yo no le he estado coqueteando… ¿De verdad es tu novia?-
-¡Pues sí pedazo de escoria!-
-Pero insisto, estas confundiendo las cosas.-
-Ya verás.- El sujeto más alterado dio un puñetazo y el otro sujeto no tuvo mayor opción de responder el golpe sólo que ninguno de los dos llegó a su propósito ya que alguien se puso entre los dos agarrando cada puño para evitar el contacto físico con el otro.
-Será mejor que se calmen y tengamos una charla como seres humanos civilizados. Los insto a bajar la tensión y hablar del asunto con respeto de uno por el otro.-
-¿Y tú quién diablos eres?- Gruñó el novio ¨traicionado¨, dando un manotazo y soltando el agarre del interceptor.
-Hola. Soy un viajero sin rumbo, como muchos aquí, vengo a despejar la mente y pasar un buen momento.- Contestó el interceptor.
-¡Yo creo que vienes con él y estas encubriéndolo!- Vociferó otra vez el más alterado del trío.
-Que sujeto más tranquilo, transmite confianza.- Dice Kula. Starlight y Kula se habían quedado viendo la escena. El interceptor era un sujeto de melena rubia clara y ojos celestes claros como el cielo.
-Oh, no, Kula. Por favor, no más sentimientos de confianza por extraños.- Negó Starlight con la cabeza. Puso una mano en el hombro de la chica sugiriéndole que abandonaran el lugar.
Ambas chicas salieron del lugar, afuera se encontraron con que ya se había hecho de noche. Caminaron a paso lento sin rumbo por un largo momento por Mos Eisley. La ciudad era de esas que tienen un ambiente desértico y arenoso, no había calles iluminadas más que por algunos escasos focos de luces diminutos, la ciudad era grande y con una distribución por núcleos que la comprendía en su totalidad, las edificaciones eran simples y redondeadas, de pocas ventanas y opacas en su totalidad, color arena como todo lo que se observaba en el lugar. El clima era fresco pese a estar en medio de una zona desértica, de ese clima que es fresco pero que no enfría, que se puede estar con atuendos ligeros de todos modos, el viento soplaba ligeramente meciendo sus cabellos y deslizando más arena en sus rostros.
-Creo que aquí hay otra cantina.-
-Así parece.- Las chicas se habían dedicado a observar los lugares para determinar y clasificarlos, sin mayores entretenciones que la ociosidad del momento.
-Deberíamos buscar un lugar seguro donde dormir… Quizá otro callejón sin salida que podamos custodiar por turnos.- Sugirió Kula.
-Ya se ha hecho tarde.- Starlight alzó la vista al cielo y se quedó contemplando las estrellas maravillosas que se podían apreciar a plenitud en esa ciudad apartada de luces. –Aunque quisiera practicar un poco antes de irnos a dormir.-
-Okay.-
-Vamos por aquí, no hemos pasado antes.- Dijo Starlight dando vuelta en una esquina y colisionando con alguien al instante. Casi cae si no fuera porque la persona con la que chocó la sujetó a tiempo. –G-gracias.- Murmuró la de cabellos rosas cenizos.
-Disculpa, no te vi.- Se disculpó el otro, soltándole con delicadeza.
-Oh, eres el chico de la cantina.- Reconoció Starlight.
-¿Me vieron allá?- Sonrió el otro con amabilidad.
-Sí, ¿cómo acabó todo al final con ese par?-
-Pues…- El chico de cabello rubio se apuntó la mejilla con su dedo índice evidenciando un hematoma.
-¿Se desquitaron contigo?-
-Algo así, al sujeto se le metió la idea en la cabeza de que yo era cómplice del muchacho que le coqueteaba a su novia. Así que me dio un buen golpe pero creo que así su ira se apaciguó, al menos no pasó para más y los dos dejaron de pelear cada quien tomando su camino.- 
-Te llevaste la peor parte.-
-Alguien tiene que hacerlo.- El rubio sonrió con total serenidad.  -¿Qué hacen tan solas por estos lares? Son como los más apartados de la ciudad.-
-De hecho estamos intentando salir de la  zona urbana de la ciudad para ir a por algunas criaturas y aumentar level.-
-Ya veo. Mh…- Se llevó una mano al mentón antes de señalar con el índice hacia el horizonte, una colina de arena que más allá se veía la luna por detrás iluminada por estrellas. –Allá hay unas cuantas.-
-¿Y son muy peligrosas? Es que no llevamos muchas posiciones encima.- Admitió Starlight.
-Oh, pero eso no sería problema si él nos acompaña.- Agrega Kula a la conversación, quien mientras tanto estuvo mirando en su omnitool los datos del joven. –Eres un Cleric, ¿verdad?-
-Exactamente.-
-Kula…¿Qué hablamos de confiar en las personas?- Le susurró disimuladamente.
-No parece malo.- Sonrió confiada.
-…- Starlight observó nuevamente al joven de cabello rubio. –No quisiéramos incomodarte.-
-Hm…- Se apoyó en su vara. –No tengo nada mejor que hacer por el momento. Estoy esperando a alguien aquí pero debo estimar que su atraso será de un par de horas así que mientras tanto puedo acompañarlas hasta que deba yo volver al punto fijado.-
-Está bien, gracias. Por cierto, somos Starlight y BlueDiamond.-
-Hola.- Saludó amistosamente la chica de cabellos celestes
-Mucho gusto. Yo soy ¨Borgia¨-
-¿Borgia?- Starlight parpadeó un par de veces con sorpresa, casi con recelo. –Irónico nickame para un Cleric.-
-Lo sé, lo sé.-
El trío de chicos fue hasta la colina anteriormente indicada, comenzaron a escalarla lentamente, la arena era de aquellas cristalina y hermosa pero detestablemente también era del tipo que hacen la caminata más pesada.
-¡Break please!- Sugirió la pelirosa, dejándose caer en sus rodillas exhausta.
-¿Otra vez?- Parpadeó el rubio, clavando la vara en la arena. –Al parecer no tienes muy buena condición física.-
-Oh, es que debe estar cansada… Vivir en la calle no es bueno para la salud.- Justificó Kula a su compañera.
-…- Starlight casi sintió vergüenza de ese comentario ¿Qué pensarían de ellas aquel muchacho?
-Entiendo.- ¨Borgia¨ se inclinó hasta quedar de rodillas en la arena. –Sube a mi espalda y te llevaré hasta el otro lado de la colina.-
-Oh, ¿En serio? Ah, yo no sé si debería aprovecharme tanto así.- Se llevó ambas manos a las mejillas.
-Descuida, va en mi vocación ayudar al prójimo… Haha, pongámosle así.-
-Bueno.- Starlight sonrió encantada y acto seguido se colgó de la espalda del muchacho.
-Sujétate bien.-

Unos minutos después ya estaban pasando al otro lado de la colina. Starlight se bajó de la espalda del joven rubio y observó a su alrededor. En la arena, había diversas criaturas con aspectos rocosos y de color café, como armadillos con protuberancias puntudas. Esas criaturas eran de tamaño grande y comían plantas que tenían pinta de cactus. Por lo visto, tenían un nivel moderado de lucha así que sería un buen reto considerando la cantidad de animales que allí había presente. ¨Borgia¨ se sentó en la arena y se dedicó a observar al par de chicas mientras acababan con algunos animales monstruosos, cada vez que llegaban a un estado bajo de salud él les aumentaba para que no corrieran riesgos innecesarios. Después de un par de horas las criaturas se acabaron y las pocas que vivieron se fueron lejos por tanto dieron por concluida la acción por esa noche.

-Ha sido un gusto acompañarlas. ¿Ya tienen en mente en qué posada se quedarán?-
-Pues sí. En la posada ¨La calle es fría¨ jaja.- Río Kula.
-Ah, ya veo. Se están quedando en la calle. Eso me pasó hace tiempo también, una vez mis compañeros se gastaron todo el dinero en tonterías.-
-A nosotras nos pasó que un bribón se llevó todo el nuestro.- Agregó Starlight
-¡Aquí estás!- Una voz femenina se hizo presente entre el grupo. El trío volteó a ver de quien provenía. Era una chica de porte medio, cabello corto castaño y bien vestida.
-Oh, Eletania ♥ - Canturreó el rubio. –Te esperaba en…- Sacó de los bolsillos eternos de su túnica un reloj de arena. –Ah, creo que se me pasó el tiempo.-
-Pues claro que sí.- La castaña lo observó enojada. –Me has tenido esperándote en la posada por dos horas y algo. ¿Qué tanto hacías?-
-Acompañaba a estas chicas mientras se entrenaban. Mi buena acción.- Sonrió gatunamente, con los ojos cerrados de manera encantadora. Tan encantadora que no convenció a la chica de nickname Eletania quien le dio un golpe en la cabeza con su puño.
-Tonto.- Frunció el ceño. Después observó a las dos chicas. –Disculpen si les causó inconvenientes.-
-Para nada, ha sido de gran ayuda.- Aclaró Starlight.
-¿En serio?- Eletania parpadeó. –Casi siempre mete a la gente en problemas. Bueno, menos mal que hoy no fue el caso.- Soltó un suspiro. –Es mejor que nos vayamos a la posada. Si no tienen una posada fija, les recomiendo a la que vamos, es una de las más seguras y económicas.-
-Ehw, gracias.- Starlight sonrió un poco nerviosa. –Pero ya tenemos donde estar.-
-Las chicas se quedan en la calle.- Sonrió Borgia con completa tranquilidad. –Qué tiempos aquellos.- Recordando con nostalgia y cariño cuando él mismo se quedaba en la calle.
-¿Qué clase de buen caballero eres y permites que se queden en la calle?- Eletania lo miró ofendida. –Es mejor que se queden con nosotros, puedo pagar una habitación de a cuatro. El panorama no es tan grato como para que anden por allí sin más. Por lo que veo, son novatas. Sin ofender.-
-Es que no quisiéramos ser una gran molestia.- Se adelantó Kula.
-Más me preocuparía que estén por allí solas.-
-Está bien.- Ambas asintieron con la cabeza no muy convencidas. No querían ser un estorbo para ese par y por otro lado podía ser incómodo al mismo tiempo estar con dos extraños. Siguieron a Borgia y Eletania a paso lento detrás de ellos mientras la chica de cabellos castaños regañaba al rubio por haberla hecho esperar.
Tras una caminata moderada, entraron en una posada silenciosa y donde algunos se miraban con suspicacia. Subieron al segundo piso en donde entraron en un cuarto con cuatro camas de una plaza y una ventana grande que daba vista hacia la calle.
-Siempre me ha gustado la vista desde aquí.- El joven rubio fue hasta la ventana, sacó una pipa larga y comenzó a fumar lanzando el humo hacia afuera.
-Podría estar toda la noche mirando por la ventana.- La chica de cabello castaño se sumó en compañía del chico, no para fumar pero sí para observar por la misma ventana. Apoyó ambas manos en el marco de madera y miró el horizonte estrellado con una sonrisa dibujada en los labios. Las dos chicas, en tanto, estaban sentadas cada una en una cama. –Por cierto, ni siquiera nos hemos presentado. Mi nickname es Eletania pero mi nombre real es Yuna. Llámenme por cualquiera. Soy Biochemist- Se giró a mirar a las otras dos. –Éste de aquí, su nickname es Borgia e, irónicamente, es un Cleric.-
-Ya lo saben.- Dijo con los ojos cerrados.
-Pero su nombre no es Cesare ni nada por el estilo. Se llama Howl.-
-Mucho gusto. Nosotras somos Kula y Starlight. Emh, somos Archer y Black Mage.-
-¿De qué party son?-
-Pues… Una pequeña. Básicamente somos las dos.-
-Mh.- Yuna ladeó el rostro. –Quizá deberíamos incluirlas con nosotros. La jefa dijo que buscáramos miembros debido a las bajas. Podrían acompañarlos hasta el cuartel si no tienen mucho que hacer, en el camino podríamos ayudarlas a subir de level y conseguir ítems necesarios, esas cosas que necesitan.-


 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on December 27, 2013, 02:46:57 PM
Este es mi último fic del mes.

# # # 0 0 7
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/xiii-22.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/areyoualright.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/hh.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/y.png)
-Acre es la segunda ciudad más visitada por nuestro grupo.- Explicaba Howl con su particular sonrisa amistosa. –Por allá queda la plaza principal donde puedes encontrar a muchas personas con quien intercambiar conocimientos, si tomas ése camino de piedra llegar hasta una tienda de especias muy interesante y si giras a la derecha te toparás con una taberna donde venden el mejor elixir dorado de todas las ciudades.-
El rubio iba señalando cada lugar conforme iban avanzando por Acre la ciudad de piedra con pinta de religiosidad impregnada en cada rincón. Para llegar al punto de encuentro tenían que pasar por unas cuantas ciudades antes de llegar a la ciudad en donde tenían su ¨casa central¨ como la llamaban. Starlight ponían atención a las indicaciones que les daba Howl como buen guía turístico.
-Como ven, es una ciudad enorme y una de las mayores fortalezas.-
-Parece muy segura.- Comentó Kula
-Todo tiene su punto débil pero sí es una de las más seguras. Hasta el momento, al menos.- El Cleric alzó la vista hacia el despejado cielo celeste, el color de sus ojos eran del mismo tono que el cielo de ese día. Dio un suspiro y extendió un brazo hacia el cielo. –Me siento como en casa.- Sonrió contento.
-Howl pasa gran parte del tiempo aquí, el jefe de nuestro grupo le encomienda y confía muchas misiones en esta ciudad.- Explicó Yuna –Es raro ver a Howl en nuestra base, por eso toma esta ciudad como su segundo hogar.-
-Aquí tengo muchos amigos.- Asintió con la cabeza.
-Howl parece ser muy amable y social.-
-Social puede ser, pero yo no me confiaría de su amabilidad.- Yuna jaló un mechón rubio del cabello de Howl mirando con suspicacia.
-Yuna está molesta desde una vez que le jugué una bromita inocente.-
-¿Inocente?- Yuna alzó una ceja. –Howl pretendió estar en peligro y fingió su propia muerte…Yo en ese entonces era un ave inocente que caía en todas las mentiras que me ponían en frente. Lógicamente me lancé a salvarlo y fui yo la que perdió la vida. Cuando reviví me di cuenta que Howl jamás estuvo mal, que incluso podía auto curarse cuando quisiera. Estaba recostada en el césped y él inclinado sobre mí con esa tonta sonrisa cínica.-
-Dormías tan apaciblemente, amiga Yuna.-
-¡Acababa de morir por ti, imbécil! Aún siento el dolor como una punzada… Esa vez fui despedazada… Por suerte el GM aún no ponía aquella condición de las tres vidas.-
-Tenía que ponerla a prueba.- Howl se giró hacia el par de chicas. –Era nueva y estaba sin grupo, se ofreció ante nuestro jefe y me encomendaron una misión con ella.- Contaba todo sin borrar la sonrisa y aquella expresión de felicidad en sus ojos. –Durante la misión, que en realidad no tenía importancia, tenía que dejarme atacar y fingir que moriría. Tenía que ponerla a prueba.- Repitió. –Para ver si se convertiría en un buen perro fiel como le gusta al jefe. ¡Resultó ser muy fiel y valerosa!- Juntó ambas palmas.
-De todos modos las ganas de asesinarte posteriormente a eso jamás se me quitaron.-
-No debes guardar rencor en tu corazón, el odio sólo cultiva amarguras.- Haciendo un buen rol de Cleric. –Además, cuando despertaste tenías un lindo traje puesto que te compré en compensación.-
-….Eso fue lo peor.-
-Su jefe parece ser una persona a quien hay que respetar mucho.- La peliceleste ya se estaba imaginando a un hombre alto y de semblante serio. Lo mismo pasaba por la mente de Starlight, se imaginaba a un tipo sentado en un trono tal como si fuera el señor del fuego. ¨En donde nos hemos metido¨ pensó la pelirosa.
-Así es.- Afirmó el Cleric.
-Hablando de eso, deberíamos ir a atender nuestro asunto.- Yuna recordó la lista de deberes que le había encomendado el jefe de su guild.
-Cierto.- Howl se inclinó para acercarse a Serah y Kula. –Niñas, iremos a hacer una misión encomendada. Ustedes pueden conocer la ciudad mientras tanto pero no se alejen mucho de la plaza y no conversen con extraños. La pérgola de la plaza será nuestro punto de encuentro a las el día de mañana a las seis de la tarde, ¿Les parece?-
-¿Niñas?- Yuna alzó una ceja -¿Te piensas que son tus hijitas o…alguna clase de tus corderitas?-
-Jaja.- Río divertido el Cleric. –Pero estoy hablando en serio, hay que advertirle de los peligros.- Volvió a mirar al par. –Nos vemos a la hora acordada. Tengan este dinero, creo que es suficiente para ustedes dos.- Le dio una bolsita pequeña con unas cuantas monedas. Tras despedirse, él y Yuna se alejaron del lugar.
-Parece que Howl es quien tiene dinero.- Serah alzó ambas cejas mientras hacía que la bolsa diera saltitos de una mano a otra. –Por fin no estamos en banca rota.-


(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/n.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/alice14.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/badou10-1.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/HowlsMC36.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/y.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/019FinalFantasyFanArtbyrikusora_chan098.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/208684-1-1.png)
-Grupo de mierda.- Masculló una pelinegra mordisqueando el filtro de su cigarrillo el cual, ya consumido, escupió con desdén al piso de piedra. –Ya va a ser la hora y no ha llegado ninguno de ellos.- La Gunslinger miró filosamente al muchacho rubio que estaba sentado en una piedra más allá. -¿Estás seguro que le dijiste la hora tal cual como te la dije yo?-
-Sí, jefa.-
-Mhr…- Frunció el ceño.
Nana sacó otro cigarrillo, el último que quedaba en su cajetilla, lo encendió mientras dedicaba improperios a los suyos. Estaba de mal humor, odiaba Acre quien sabe por qué pues era un gran misterio para el resto de su guild. El clima tampoco ayudaba mucho, a las afueras de Acre había calor pese a que estaban metidos en una parte de piedra y ríos por tanto era una mezcla de calor y humedad que por la noche se transformaba en frío absoluto. Alzó la vista al divisar a alguien aparecer de pronto.
-Jefe, buenas noticias. He conseguido mercancías únicas.-
-84726…- Pronunció el nickname del recién llegado. –Me sorprende que seas uno de los primeros en llegar.-
-Soy responsable.- Se auto alababa. Abrió su capa a un costado y dio a conocer una serie de bolsas pequeñas que colgaban de ella.
-Pobres personas…- Alice negó con la cabeza conociendo que el otro sujeto era muy buen ladrón pese a que ese no era su job.
-Lo que más deben contemplar es esto.- Sacó de la bolsa más grande una especie de corona antigua con mucha historia y por lo cual valía más que muchas cosas juntas.
-Interesante.- Nana la miró detenidamente. El precio de esa corona equivalía a una fortuna grande la cual podría fortalecerlos con la compra de armas y mercaderías para la guild por al menos tres meses. –Pásasela al novato para que la guarde. Tú te puedes desaparecer en cualquier momento y ya no volveremos a ver esa corona.-
 –Le tienes más fe a tu mascota.- Le lanza la corona al rubio quien, haciendo caso de su líder, la guarda en la caja que siempre Nana lo obligaba a cargar consigo. 
-Listo.- Dijo el thief de nickname ¨Sorrento¨
-Que obediente.- El pelinaranja saca de uno de sus bolsillos una especie de hueso de dragón –Perrito, ven perrito te  he traído un regalo.-
-Cállate.- Alice entrecerró los ojos, con los brazos cruzados.
-¿Te has portado bien?- Se acercó a ponerle el hueso al rostro. –Aw, has una pirueta ¿Si?-
-…- Nana ignoró al par de ¨idiotas¨ detrás suyo cuando a lo lejos divisó a su Cleric y Biochemist aproximarse saliendo entre la espesura de la maleza. –Tarde.-
-Oh, BADLUCK.- Howl se detuvo a una distancia prudente de la pelinegra. –Tengo algo que contarte.-
-No me importa, me lo contarás después de esto.- Ella meneó la mano demostrando no estar interesada. Especialmente porque veía llegar a uno de los integrantes de su guild que hace semanas no tenía noticias de él. –Así que has recibido el mensaje.- Nana sonrió torciendo el labio.
-Tus bufones me han bombardeado con mensajes.- El joven pelicastaño dijo de modo indiferente.
-Leonhart- El Cleric sacó una mano de la manga del brazo contrario de su túnica y la alzó en modo de saludo. –Que dicha la de verte.-
-…Hola.- El nombrado dio un vistazo disimulado a los presentes, todos parecían estar como siempre…Nada cambiaba. –Falta el Assassin.- Susurró
-Quiere hacer su entrada llamativa como siempre. Déjalo, en algún momento llegará- Agregó 84726. -¿Qué tanto estabas haciendo tú que estabas tan desaparecido?-
-No es de tu incumbencia.- El chico dio por finalizado el diálogo con el grupo, se apartó de todos pasando por un lado de Yuna con quien intercambió miradas de manera indiferente y se fue hasta un árbol en donde apoyó la espalda al tronco fuerte de este para cerrar los ojos y cruzarse de brazo.
-Es un amor.- El pelinaranja dijo con sinceridad, quien respondía al nickname de 84726, ladeó el rostro con una sonrisa infantil que hacía pensar a Yuna que no tenía el cerebro suficiente para traducir un mensaje antipático de parte de Leonhart. 84726 volvió a lo suyo con Alice. -¿En qué estábamos?-
-…- El rubio le miró con desprecio pero era imposible safarse de ese tipo. –Oye 84726… Leonhart es illusionist, ¿verdad?-
-Ahá.-
-¿Es uno de los más antiguos del grupo?-
-¿Quieres saber más de tus compañerines? Mhh.- Se acomodó el parche de su ojo. –Es uno de los más viejos de aquí, en efecto. No te recomiendo que trates pegarte a él como un parásito pues le gusta más estar en solitario ¿Qué más puedo contarte de él? Se llama Squall, su nickname ya lo sabes. Creo que no tiene familia aquí adentro como para que se le haga un gran melodrama…No sé si Yuna es su novia o alguna vez lo fue.-
-Deja de decir mentiras, mentecato.- Yuna le miró filosamente. El comentario le había incomodado, volvió la mirada hacia Squall pero este no se había inmutado en lo más mínimo.
-Ah, ahora que recuerdo bien…- 84726 se acercó a hablarle complicemente a Alice. –La verdad había otro integrante más en la guild, era muy cercano a Yuna y a Squall eran un trío que solían hacer misiones juntos todo el tiempo. Creo que ese sí era algo de Yuna, quien sabe ¡Jamás me doy cuenta de los líos amorosos, jaja! La cosa es que quizá eran una especie de triángulo amoroso.  Un día Squall y ese chico tuvieron que ir a una misión en la zona más nortina del mundo y bueno, sólo volvió Squall y desde entonces nunca ha dado una explicación sobre qué paso con el otro. ¿Era así la historia? No tengo tan buena memoria.-
-¿Quieres decir que se murió?- Preguntó en tono bajo el Thief, sorprendido por lo que escuchaba.
-No lo sé. Sólo sé que desde ese entonces la relación entre Squall y Yuna no van muy bien.-
-¿Qué están susurrando ustedes dos?- Nana los miró castigadoramente.
-Nada, nada. Hablabamos sobre un vestido que Alice quiere tener.-
-Alice, ¿Eres de ese tipo de chicos que se trasvisten?- Yuna parpadeó incrédulamente sin estar al tanto de la conversación anterior que esos dos tuvieron donde ella era una de las protagonistas. –Digo, no quiero decir que este mal pero pensé que no era tu tipo de gustos.- la pelicastaña se imaginó a Alice con algún vestido sweet lolita. –Sabes, yo sé dónde venden algunos vestidos a buen precio si es que te da vergüenza ir puedo hacer como que son para mi.-
-¡Yo no quiero un vestido!- El chico se horrorizó por la imagen que se estaba haciendo Yuna de él.
-Y le gustan los hombres.- Agregó 84726. –De hecho se me confesó hace un tiempo pero le he dicho que mi  corazón está ocupado por una misteriosa dama del pasado y  que no tenía oportunidades. Howl, ¿Qué tal le iría contigo?-
-Jaja. Parece un chico adorable pero soy un hombre dedicado al celibato.- Asintió con la cabeza, siguiéndole el juego a 84726.
-N-no me gustan los hombres.- Alice ladeó el rostro, molesto.
-…Ya te dije yo que si nos quedábamos sin dinero te usaría como explotación sexual, mejor si sirves para chicos y chicas.- Nana se sumaba a la broma grupal.
-Creo que lo están incomodando.- Yuna se compadecía del novato. ¿Cómo tratarían al par de chicas que planeaba unir al grupo? –Mejor ya déjenlo.- Miro seriamente a 84726 –Además nadie estaría enamorado de ti, inepto. Eres muy odioso para ser cierto.-
-Uh, eres tan mala...- Puso una fingida expresión de dolor.
-…- Squall se abstenía de la payasada grupal. De pronto, a un lado suyo, apareció de la nada un sujeto de cabellera blanca y ropa totalmente oscura que sólo resaltaban los metales de armadura que tenía, llevaba una especie de bozal de perro en la boca. Era el Assassin a quien estaban esperando. -No te has perdido de nada.- Susurró Squall.
-…- El peliblanco le miró de reojo antes de quitarse la mascarilla. Posteriormente se retiró el flequillo albino de cabello hacia atrás dejando ver sus ojos color rojo. –Tú…- Pronunció en tono bajo, haciendo memorias para recordarle. –Pensé que estabas muerto.-
-..Te equivocaste de sujeto.-
-Hm.- Al parecer tenía mala memoria. –Ah.- Pero luego le recordó. Se apoyó en el mismo árbol.
-Llegó Haine.- Yuna notó que Squall susurraba solo y obviamente no era del tipo de gente que habla con un amigo imaginario. Al parecer el assassin hanía llegado hace un rato y como siempre nadie se había percatado.
-Skullkall.- Nana le llamó por su nickname. El aludido la miró desde su posición. –El más desaparecido de todos. Perro insolente.-
-…- El albino gesticuló una sonrisa tosca la cual quedaba oculta detrás de la capa que le cubría el cuello y parte de la cara.
-Skullkall!- 84726 se levantó emocionado y fue a paso apresurado hacia el recién llegado al cual acosó con preguntas y molestias que el otro ya estaba acostumbrado de parte de su compañero de equipo.
-Largo.-
-¿Estas molesto porque se me olvidó acompañarte? Vamos, deberías dejarlo en el pasado.-
-¿Nunca te enseñaron disciplina en la cárcel?- El assassin apartó el rostro del otro quien lo tenía muy cerca del suyo propio.
-¿Cárcel?- Yuna alzó una ceja desconcertada.
-Que agradable es ver a todos los miembros de “spectra of the abyss” reunidos. Ahora que estamos la mayoría, ¿Qué motivo es el que existe para esta reunión?- Preguntó Howl aproximándose a la jefa de la guild.
-Pues…- Nana se inclinó y recogió una roca del suelo la cual lanzó a un riachuelo grande que se formaba entre una gran grieta en el suelo de piedra. El agua comenzó a volverse turbulenta. –
-“Nunca perturbes las almas del río”- Susurró Howl, recordando las enseñanzas del maestro que alguna vez tuvo en el juego y que ahora yacía en la angustiosa pared de agua con su nombre inscrito en ella como uno de los caídos.
-Los he reunido en pocas palabras por…- Habló claro Nana. –Barón Nashor.-
-¿B-barón Nashor?- Yuna no se lo esperaba. En ese instante el agua turbulenta se volvió más turbia y en pocos segundos un gran monstruo salió de allí, dio un grito mortífero al pronunciarse.

(http://nhanfiction.files.wordpress.com/2012/10/baron-nashor.jpg?w=585)
De color purpura, una serie de ojos azules fluorescentes, unas antenas que detectaban todo lo que se movía a su paso, y lo más notorio en el monstruo; una serie de afilados y gigantescos dientes, era la sorpresa que Nana les estaba guardando.
-Es hora de que aumentemos nuestras fortunas, experiencias y fortalezas. Acabemos con este mal nacido.- Dijo Nana aún de brazos cruzados pese al inminente peligro. Estaba emocionada por volver a la acción de verdad después de unos días de receso. Un Barón Nashor era un mosntruo gigantesco, uno de los más fuertes y por tanto su derrota traía muchas recompensas consigo.
-Un Boss..- El pelinaranja sonrió de medio lado. –Ojala que después de esto hayan muchos cigarrillos.- 
-Skullkall, Leonhart, 84726 y yo a cada punto cardinal dejando a la bestia al centro.-Dijo fuerte y claro Nana dando las instrucciones a su grupo.
-OK.- Los nombrados se pusieron a cada punto cardinal, norte para el assassin, sur para el illucionist, este para el dark knight y oeste para la sniper.
-Borgia, ubícate en esa zona rocosa donde no estés lejos ni cerca pero necesariamente lo más próximo para sanarnos.
-Entendido.- El nombrado se posicionó en el punto indicado.
-Eletania, a lo alto del peñasco donde puedas combinar las posiciones necesarias para crear tu homúnculo que luche a tu lado para dar ataques desde esa zona a la cabeza del Barón Nashor.-
-Ok.- Yuna comenzó a trepar ágilmente por el peñasco rocoso hasta llegar a la cúspide de este desde donde trabajaría ella.
-Y tú…- Nana le habló al faltante, Alice. –Ve con Eletania, pero al árbol que te señalo.- Apunta a un árbol un poco más apartado de la Biochemist. –Te quedas allí hasta que todo acabe. Más te vale no irte con el tesoro.-
-¿No atacaré a esa cosa?-
-Mocoso…Sólo serás un estorbo.-
-…-  Le molestaba que siempre le tocara el papel de quedarse escondido a esperar que todo acabara. Subió de malas ganas y se quedó en donde su líder le había indicado.
El monstruo vociferó fuertemente alertando a todos. La acción empezaba en ese mismo instante.


(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/xiii-22.png) # (http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/areyoualright.png)
-¿Qué crees que estarán haciendo Yuna y Howl?-
-Quizá estén comprando pociones. Yuna es Biochemist y Howl es Cleric, ambos necesitan de posiciones y creo que aquí tienen buenas ventas de todo tipo de posiciones.- Starlight dio un sorbo a su limonada. Amaba las limonadas, no había nada más sagrado en ese mundo que las limonadas. Por ese día no tenía más preocupaciones que disfrutar la tarde y sonreír como niña emocionada cada vez que le daba un sorbo a su limonada –Adoro la limonada-
-Ellos han sido muy buenos con nosotras. Me pregunto si seremos aceptadas en su grupo, quizá nos hagan hacer algún tipo de prueba para tener que entrar.-
-Lo que sea será menos traumante que dormir  cerca de la basura. Pero no hablemos de deberes y compromisos.- Serah extendió las manos hacia el cielo. –Acre es maravillosa. Hoy debemos disfrutar de la libertad y tranquilidad.-
-Cierto, cierto.- Kula asintió con la cabeza. Dio un sorbo a su jugo de coco, si Starlight era fanática de las limonadas lo mismo pasaba con Kula pero con el jugo de coco.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 29, 2013, 10:11:23 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)

022minus one

La explosión había levantado una enorme nube de humo, blanca y gélida, que les erizó la piel al contacto. Trozos de lo que había sido la pared de aquella trampa mortal se esparcían alrededor de la entrada del túnel, y el crujido que provocaban bajo sus zapatos era el único sonido que se escuchaba en la estancia.

Ninguno de los cuatro se atrevía a decir una palabra, pero sus pasos eran acelerados hacia la entrada. Sobre ellos había caído un silencio pesado y denso, y todos contuvieron el aliento al asomarse al túnel donde habían librado la batalla apenas minutos atrás.

- Phaselock, ¿dónde estás?

Raiden rompió el silencio con voz grave, con el eco como única respuesta. Kora avanzó unos pasos, con las manos sobre el pecho, escapando por milímetros del agarre de Asami, quien la siguió.

- ¿Maya? ¿Maya…? – Preguntó con voz temblorosa. “Había empezado todo tan bien… no puede ser…”. – ¿Ma-?

Las palabras se quedaron atascadas en su garganta y se detuvo en seco cuando vio la mancha de sangre en el suelo. El rojo resaltaba sobre el blanco azulado, y la salpicadura se extendía un par de metros más adelante, pequeñas gotas rojas que aumentaban repentinamente en aquel charco.

- ¡¡Maya!! – Su primera reacción fue echar a correr, aún si no sabía dónde, pero Asami la sujetó de los hombros. – No… no puede ser…

Raiden avanzó hacia ellas, examinando la mancha de sangre. Chasqueó la lengua, apartando la mirada a los pocos segundos. Más adelante se encontraban los restos del Skag Alpha, atravesado por varios trozos de hielo.

- Recojamos lo que queda. – Dijo con tono seco. – Y comprobad cuánto os falta para subir de nivel.
- ¿Cómo puedes decir algo así después de lo que ha pasado? – Elizabeth fue la que se adelantó, con el ceño fruncido y los ojos vidriosos. – ¡Esto es lo que menos importa!

Agachándose para recoger lo que el boss de zona había soltado, Raiden ignoró las palabras de Elizabeth, y una vez terminó, se acercó y le tendió el botín, sin mediar una palabra. La Merchant lo apartó de un manotazo.

- ¡No lo quiero! – Se giró, cruzándose de brazos. – Después de esto… es como si tuviera la sangre de Maya.
- Habíamos venido a subir de nivel y recoger botín para la guild. – Respondió Raiden, severamente. – Phaselock tomó una decisión, y no podemos traerla de vuelta.
- Elizabeth, tiene razón. – Intervino Asami, con las manos frotando los brazos de Kora, que estaba aún temblando. – Todos perderemos una vida tarde o temprano… Maya ha tenido la desgracia de ser la primera, pero todavía tiene dos.

No obtuvieron respuesta de Elizabeth, pero al menos se agachó a recoger la piel y trozos de coraza que habían obtenido para ponerlos en el carro.

- Es mi culpa… es mi culpa otra vez… – Murmuró Kora, mordiéndose el dedo con fuerza.
- ¿Qué? ¡No! – Asami la giró, apretando las manos en sus hombros. – Las cosas se han torcido, y ya hemos comprobado que algunos enemigos son ahora mucho más fuertes.
- Si quieres apuntar con el dedo a alguien, Phaselock provocó la primera explosión.

Raiden enfundó su katana, y empezó el camino de vuelta. Pero apenas había dado unos pasos cuando Elizabeth soltó el carro, encarándose a él.

- ¡Quizá es tu culpa! ¡Eres tooodo un Samurai de tercer nivel, y sin embargo, no has podido vencer a un jefe de zona! – La Merchant puso los brazos en jarra.
- No tenía espacio para moverme aquí. – Raiden entrecerró el ojo, que soltó un destello rojo por unos segundos. – Si la entrada hubiera estado despejada, en el cruce de caminos hubiera terminado con él.
- ¡Pero no lo has hecho! ¡No culpes a Maya cuando tú no has podido hacer nada!
- ¡¡Basta!!

Asami soltó a Kora por unos momentos, poniéndose en medio de los dos.

- Creía que habíamos aprendido ya que podemos empezar una cadena de culpas, y todas terminan en estar encerrados en este juego por culpa de un psicópata. – La Blacksmith entrecerró los ojos. – Ninguno de nosotros tiene que cargar el peso de lo sucedido.

Las palabras de Asami parecieron calmar a Elizabeth, que retrocedió unos pasos. Aún con el ceño fruncido cruzó un brazo sobre su pecho.

- Tienes razón, Asami. – Se mordió el labio inferior. – Deberíamos… deberíamos volver y ver cómo está Maya.
- Vamos. – Asintió ésta en respuesta.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya.png)

Cuando llegaron a la entrada de Sanctuary, los cuatro aún permanecían en silencio. Parecía que habían pasado días desde que salieran de la base de la guild, charlando animadamente sobre el plan para el día, sin creer que al atardecer uno de ellos habría perdido una vida.

Al entrar, se cruzaron con un grupo de Crimson Raiders. El grupo arqueó las cejas, reconociendo a aquel grupo de cinco como jugadores que se encontraban en el tercer job ya y de un nivel alto. Raiden frunció el ceño, pero Asami fue la que se acercó a la mujer con la armadura oscura.

- ¿Dónde vais, Rose? – Preguntó, extrañada.
- A investigar una cosa. – Fue la única respuesta que obtuvo de aquella mujer de rostro sereno.
- No seas tan seca, rosa nera, deberían saberlo también.

Un Asassin de acento italiano se acercó a ambas, guiñándole el ojo a Kora, aunque la falta de respuesta de ésta pareció sorprenderle por unos momentos.

- Unos jugadores han quitado una vida a un grupo de Crimson Raiders entrenando, y parecía que iban precisamente a por ellos. Vamos a ir a ver qué podemos averiguar y si se da la ocasión… – Se encogió de hombros. – Vendetta.
- ¿Habéis comprobado qué guilds nos tienen en la lista negra? – Intervino Raiden.
- Ese es el problema. – Respondió la Dark Knight. – Pudieron examinarlos con la Omnitool antes de morir, pero no formaban parte de ninguna guild.

Se quedaron en silencio unos segundos, sopesando la situación. ¿Por qué iban a atacarles unos usuarios anónimos?

- Probablemente no sea nada serio, pero tampoco podemos pasar esto por alto. – Concluyó el Assassin. – ¿Y vosotros por qué traéis esa cara tan larga?
- No queremos hablar de ello. – Intervino Raiden, secamente.
- Entonces retiro mi pregunta. – Respondió el otro, esquivando cualquier posible disputa con la misma agilidad de la que su job dependía tanto. – Nosotros nos iremos ya.

Tras una breve despedida, siguieron el camino hacia el cuartel. Las calles de Sanctuary se teñían con el color del atardecer, y varios carteles de neón empezaban a encenderse, pero no parecía alzar los ánimos de ninguno de ellos.

La puerta de acero del cuartel se abrió con un chirrido, y una ola mezcla de incomodidad y alivio los recorrió al ver a Lilith junto a Maya, ambas conversando sentadas en uno de los sillones mientras la Black Mage terminaba una poción.

- Ahí estáis. – Lilith rompió el hielo. – Ya veo que las cosas no han terminado tan bien como esperábamos.
- Maya… – Kora avanzó hacia ella. – Lo siento… si no hubiera propuesto…
- No te preocupes. – La otra sólo se encogió de hombros, sacudiendo el bote para mover las gotas que quedaban. – Todavía tengo dos vidas más… aunque no niego que me hubiera gustado perder la primera de una forma más heroica.

Maya se encogió de hombros, aparentemente tomándose todo lo sucedido con bastante pragmatismo. Su actitud chocaba con la pesadumbrez del otro grupo, aunque al menos parecía aliviar el peso sobre sus hombros.

- ¡Te sacrificaste por todos nosotros! – Kora formó un puño con las manos. – Maya, sacrificaste una vida para que ninguno de nosotros perdiera otra… eres una heroína…
- Basta, basta, vas a hacer que me sonroje. – Maya sacudió una mano. – Igualmente, tenemos noticias.

Aquel plural pareció provocar que Raiden frunciera el ceño por unos segundos, pero el resto del grupo estaba centrado en las dos mujeres como para notarlo.

- Parece que estamos en el punto de mira de alguien. – Dijo Lilith, inclinándose hacia adelante hasta apoyar los brazos en las piernas. – Un grupo de Crimson Raiders fue eliminado mientras entrenaban, y no sabemos quién puede estar detrás de ésto.
- Nos hemos encontrado con el grupo en la entrada. – Asintió Asami.
- Subir de nivel es más prioritario que nunca, y sobretodo… – La líder de los Crimson Raiders levantó un dedo. – Cualquier party tendrá que llevar un miembro de tercer job mínimo.

Las miradas de las tres chicas se clavaron sobre Raiden, que sólo suspiró al ver cómo ya habían firmado su destino. Pero las noticias parecían no terminar ahí.

- Eso nos lleva a que… – Maya los miró de reojo. – Conseguí aguantar hasta que el Skag muriera, por lo que me llevé mi parte de la experiencia.
- No parecerá mucho, pero diez segundos con trozos de hielo atravesándote el pecho y el estómago no es para reírse. – Intervino Lilith, con un tono indescifrable.
- No necesitábamos los detalles. – Replicó Raiden, entrecerrando los ojos.

Lilith sólo se encogió de hombros, y dejó que Maya continuara. Pero Kora notó como el aire se le vaciaba de los pulmones al escuchar la definición tan gráfica de lo que le había sucedido a su compañera.

“A ver… déjame pensar… sí, ya recuerdo: recuerdo como gritabas cuando te metieron una flecha en el pecho hace cuatro Guild Wars.”

Todavía recordaba la frialdad con la que aquel jugador había hablado de la muerte de Maya, aún si había sido antes del anuncio del GM. Otra vez había tenido que pasar por aquello, sola en el túnel de hielo y aguantando hasta que el enemigo muriese para poner final a aquel dolor.

Jamás se hubiera planteado si ella misma hubiera sido capaz de soportar aquello, y temía que la respuesta era un claro ‘no’.

- El caso es que a pesar del porcentaje perdido al morir, he conseguido subir el nivel necesario para convertirme en Time Mage.
- ¿Significa que volvemos a Columbia? – Preguntó Kora, mentalmente cruzando los dedos para que usaran el Warp aquella vez.

Maya negó con la cabeza, y los mechones azules le cubrieron el rostro.

- Maya vuelve a Columbia con otros Crimson Raiders. – Continuó Lilith. – Vosotros vais en otra dirección.
- Así que… – Maya se levantó, sacudiéndose el traje amarillo y negro. – Aquí es donde nos separamos. Espero que nos volvamos a encontrar pronto.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on December 30, 2013, 04:08:39 PM
~+01~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/aerith.jpg) (http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/raistlin.jpg)

El cielo estaba tan claro que las pocas nubes que se veían en el horizonte, pequeños jirones de algodón blanco mal puestos sobre el azul brillante, parecían fuera de lugar. El viento era suave, con alguna ráfaga más fuerte que nunca llegaba a ser violenta, y la arena naranja del suelo se levantaba sin llegar a molestar la mayoría del tiempo.

Aerith había estado corriendo por ese suelo rocoso, saltando entre los escasos arbustos y piedras detrás de su pañuelo rosa, que se había escapado de su pelo después de soltarse el nudo.
Lo atrapó a duras penas justo antes de que el anuncio del Master empezara a emitirse desde su omnitool. La alegría de volver a tener su pañuelo favorito en las manos se evaporó en un instante, convirtiéndose en preocupación.

Detrás de ella, unos metros más allá, Raistlin caminaba, apoyándose en su bastón de mago, a paso lento, escuchando el mismo anuncio que había dejado en shock a su compañera. Vestía una túnica nueva, roja, con runas doradas adornando capucha y mangas, y con los bajos manchados de la tierra anaranjada por la que llevaban caminando un buen rato.

—No puede ser… —murmuró Aerith con los ojos vidriosos y el pañuelo rosa agurruñado entre sus dedos.

Su figura se movió ligeramente, parecía encogerse en sí misma y Raistlin, a dos pasos de la mujer, rodó los ojos antes de hablar con voz profunda y rasgada, que parecía manar desde el interior de su capucha.

—No es para tanto.

Aerith giró su cuerpo ciento setenta grados para encarar al mago, haciendo volar su coleta. La expresión de su cara era de reprimenda y congojo. El ver emociones negativas tan abiertamente expuestas en el rostro de Aerith hizo que Raistlin se pensara dos veces que decir o hacer a continuación.

—Desde luego, Raist —dijo ella después de recomponerse, levantando las manos para volver a atarse el pañuelo en la coleta.

Él se encogió de hombros, escondiendo una pequeña sonrisa de soslayo entre las sombras de la capucha, pero que aún así Aerith podía adivinar con facilidad.
Con Aerith más tranquila, Raistlin señaló en dirección a Prorencia con su bastón y cabeceó para añadirle énfasis a su gesto.

—Una tragedia —entonó con cierto sarcasmo sus palabras, aunque continuó con decisión—. Pero tenemos cosas que hacer, mujer.

Aerith se frotó el cuello con las dos manos y suspiró. Sacudió con suavidad su cabeza y afirmó con fuerza, con la misma decisión que su compañero.

—Cierto es —le dio la razón, recuperando su sonrisita habitual y poniéndose de puntillas durante un segundo antes de dejar caer los tacones de sus botas sobre el suelo, levantando polvo—. Y supongo que ahora más todavía que antes.

Raistlin resopló, ahogando una risa. Como siempre, Aerith tenía razón. Y como siempre, Raistlin no iba a decírselo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on January 12, 2014, 04:09:21 PM
# # # 0 0 8

Cuando la líder de Spectra of the Abyss dictaba una orden los miembros de la guild tenían las siguientes opciones; hacer caso omiso sea la locura que sea que a pelinegra de melena lisa, corta y negra como el ébano, se le ocurriera, o la segunda opción era directamente salir trasquilado por desobedientes. La segunda opción se aplicaba como regla sagrada a los desertores, tachados de cobardes. Muchos preferirían, de todos modos, seguir la segunda opción antes de seguirle el ritmo a la Gunslinger líder de Spectra of the Abyss, pero para ello se debía pagar un gran costo el cual significaba salir de la guild con lo puesto, y necesario pues nada de armaduras por muy ¨enchuladas¨ que las tuvieran sus dueños, por último y no menos importante merecían morir al menos una vez por ser cobardes.
 
Los miembros de Spectra of the Abyss eran conocidos como ¨Las ratas¨, apodo que se ganaban por el modo de vida que muchos llevaban en Sin City en donde era la sede (o una parte de ella) de los miembros de la guild liderada por aquella chica fanática de los cigarrillos. 
Allí estaban algunos de los integrantes del grupo reunidos nada más porque la jefa estaba aburrida de permanecer tanto tiempo en paz. Nana, sin duda, era una persona que le gustaba estar en constante pelea. La Gunslinger, ubicada en un punto tentativamente peligroso pero estratégicamente certero, se movía con agilidad cada vez que el Boss Barón Nashor atacaba en dirección a ella. la pelinegra, con movimientos increíbles, saltaba de un lado a otro y cuando el Dark Knight y el Assassin dedicaban asertivos ataques al Boss ella tomaba posición con su gran arma y le dedicaba los más finos y potentes disparos a la bestia, preferente en el pecho de este cuando se estiraba amenazante y en el rostro cada vez que daba una nueva emboscada hacia el grupo.

—Leonhart, haz clones de ti mismo para confundir a esta babosa mutante.- Ordenó Nana, con arma tremenda apoyada en el hombro descubierto, gorra de oficial  sobre su cabeza con insignia de Dios sabe qué cosa incluida en la tela, un parche de tela blanca con un dibujo en tinta roja sobre el ojo izquierdo, y su infaltable cigarrillo en la comisura de los labios.

El Illusionist  obedeció a la orden dada por Nana, concentró la suficiente energía y creo réplicas de él las cuales rápidamente se disiparon por todo el lugar confundiendo al Boss quien daba emboscadas con su monumental cabeza hacia los clones de Squall a la vez que les lanzaba de su boca llena de dientes puntiagudos una especie de ácido. El Boss por su parte, iracundo por no acertar, invocó a una gran cantidad de criaturas esclavas para que solidarizaran con él y atacaran al grupo terrenal. No significaba mucho trabajo para el Assassin, el más veloz del grupo, quien se movía cortando el viento mientras atacaba a las criaturas que eran igual de viscosas que el Barón Nashor pero de menor tamaño comparado con el Boss, obviamente. Mientras Skullkall corría en círculos alrededor del Boss para encargarse de eliminar a las criaturas esclavas conforme pasaba al lado de estas clavándole dagas, Nana aprovechaba la distracción creada por el Assassin y el Illusionist  en conjunto para dispararle al Boss en el ¨rostro¨ de este, reventando uno de los tantos ojos de tintes fosforescentes que la bestia tenía. Inmediatamente, al reventarle uno de los ojos el Boss lanzó un gemido de dolor y enfado mientras que de su ojo salpicaba más ácido.

—Ya cállate bicharraco quejumbroso.- Nana torció el labio y afinó la vista aprovechando el momento de retorcimiento del Boss para darle otro disparo certero. Esto provocó mucho más al boss el cual invocó el triple de bestias y, vengativo, se lanzó sin piedad hacia el grupo. —….Oye tú.- Entrecerró los ojos, frunciendo el ceño.
—¿Yo?- El Dark Knight observó en dirección al líder. Al entender que era a él a quien solicitaba se acercó. —¿Qué se le ofrece, jefe?-
—…. – Nana lo miró de reojo, no se le había escapado que por unos segundos, tan sólo unos segundos cortos, el pelinaranja había dejado de participar activamente en el grupo para fumar un cigarrillo. Ya vería cuando terminaran, ella misma estaba fumando pero era ELLA. Otra cosa, cualquier descuido podría significar  peligro… El Barón Nashor no era cualquier Boss, era uno de los más poderosos… Tomando en cuenta que era alto como un edificio. —Cuídame la espalda, voy a subir a esa roca para ganar altura y darle en su horrenda cara.-
—¡Ok! Te sigo.-

La Gunslinger corrió a toda velocidad hacia un montón de roqueríos el cual comenzó a escalar con agilidad, sujetando su arma del cinto que esta tenía el cual pasaba por su hombro y parte baja del brazo. 84725 la siguió al mismo ritmo pero dándole espacio a BADLUCK para que lanzara los potentes disparos hacia el Boss. Como era de esperar, el Dark Knight al voltearse se encontró con una manada de bestias siguiéndoles el paso detrás de ellos y que, ahora, se lanzaban de un salto a atacarlos. 84725, armándose de su espada conjurada, comenzó a matar a esas criaturas y asegurarse de que ninguna de esta molestara a Nana.

—Parece que se divierten.- Comentó Yuna, teniendo todas las posiciones necesarias para invocar a cuanto homúnculo fuera necesario. Acomodó las ampollas de ¨ingredientes¨ cerca de ella pero a distancia prudente. Luego recordó al Thief más allá, bajo la sombra del árbol. Le dio un vistazo disimulado, después de todo era obligación de los antiguos estar al tanto de los novatos. El rubio estaba bajo la sombra que le daba un gran árbol de roble viejo, al parecer dibujaba garabatos en la tierra con una ramita que encontró por allí. Se notaba aburrido, casi sentía lástima de que Nana no confiera en él para las misiones. —¿Quieres…?- Sería muy idiota ofrecerle algo en esos momentos si Alice no estaba gastando energías ni nada. ¨Tonta¨ se dijo mentalmente. Alice la miró de reojo y como ella no dijo nada más comprendió la incomodidad de la chica, meneó la mano indicando que le restara importancia y que, preferiblemente, le ignorara.
—Eletania, ataca su cabeza ahora.- Gritó la pelinegra para que, desde la cima de risco, Yuna le escuchara.
—¡Entendido!- Justo la líder le hablaba, en el momento preciso. Yuna invocó rápidamente unos homúnculos para que la defendieran, lanzó algunos ataques desde su posición hasta la cabeza del Barón Nashor quien se percató de la presencia de la chica. Este asomó su enorme cabeza por el borde de la roca en donde ella estaba en el peñasco y dio un bramido feroz amenazándola. En ese momento los homúnculos comenzaron a atacarle prontamente y desde abajo, el resto del grupo hacia lo suyo también.

Skullkall terminaba de sacar la daga que le clavaba en la yugular a una bestia para sacarla, entre ese sonido repulsivo y el ensangrentado excesivo que tanto le fascinaba, para clavársela a otra bestia a su espalda ni siquiera girándose sino tan sólo dar una especie de puñetazo hacia atrás pero con daga en mano para clavarla en medio de la frente de la criatura. Matando a ese monstruo, haciendo alarde de su rapidez, se enorgulleció de ver que acababa con su grupo de criaturas más rápido el resto. Entonces se dio cuenta de algo… Para golpe a su ego no era que él hubiera acabado primero que, por ejemplo, el Illusionist quien se encargaba de lanzar esferas de energía contra las bestias que le rodeaban. Más bien las criaturas alrededor del Assassin habían desaparecido. Se inclinó en el suelo y puso el dedo índice y el siguiente en el piso de adoquines quebrados, se concentró lo suficiente para darse cuenta de lo que ese temblor subterráneo significaba.
Squall por su parte también presintió que algo raro estaba pasando, tanto en el piso como…Miró por el rabillo del ojo hacia los arbustos de atrás sintiendo como la maleza se removía a su espalda.

—¡Cuidado, Squall!- Howl le gritó desde su punto advirtiéndole de lo que el Assassin presentía que pasaría. El suelo de adoquines se abrió en dos y un segundo Barón Nashor apareció en la escena.
El Illusionist saltó hacia atrás rápidamente, cayendo entre las malezas que tanta sospecha le causaba pero para cuando llegó ya no había nada extraño. De todos modos quedaba con un gusto amargo pues algo le sabía mal. Salió de allí nuevamente al centro de acción encontrándose con el Assassin en medio de los dos Barón Nashor. Squall creó rápidamente un campo de batalla alternativo para confundir al nuevo monstruo en escena y hacer que éste se centrara en él en otro lado del campo de batalla.
Dos Barón Nashor, Nana ya se había encontrado con panoramas parecidos antes por ende no era nada nuevo para ella ni de temer. Sólo le preocupaba el hecho de que quizá los de arriba hicieran alguna idiotez.
—Bien señoritas, acabemos con este circo de una vez.- Nana se puso de pie y corrió hasta el cuerpo de uno los monstruos, al que estaba atacando hasta el momento, trepó por su cuerpo viscoso llenándose las manos de baba asquerosa que ella ignoró con molestia. Detrás de ella unas cuantas criaturas esclavas del Boss salieron a su encuentro, de un tiro eliminó un par, el Assassin se encargó de dejar el resto del camino libre. Al llegar hasta su cabeza, Nana se aferró a una de las antenas del monstruo y rápidamente comenzó a darle disparos en su cabeza encargándose, de momento, reventar la mayor cantidad posible de ojos para que quedara ciego por tanto menos peligroso.
—Controlando- Indicó el Assassin, con una mano en la frente la cual aparta de un manotazo en un vulgar gesto militarizado para retirarse a matar más criaturas mínimas.

Squall creaba unas replicas más, no porque quisiera tiempo para descansar sino más bien porque algo todavía no le calzaba bien. Al mirar a Nana, en la cabeza del Boss clavando el cuchillo en los ojos del bicho mutante lo comprendió. Nana, por unos segundos casi invisibles, miró en dirección a Yuna… Ella no haría eso para ver que los pupilos estuvieran bien… Lo hacía porque también sospechaba algo.
Justo en ese momento, un movimiento de uno de los Baron Nashor distrajo tanto a Squall y a Nana de lo que sospechaban en la posición de Yuna. El Barón Nashor, el que había sido el primero en salir del centro de la tierra, desesperado por los ataques dio una gran vomitada de jugo ácido desintegrador hacia el grupo que estaba en tierra.
 
—Que…asco…- Squall frunció el ceño y torció el labio inferior en un gesto de fastidio al ver que en su brazo había caído una gran cantidad de ácido de la boca del Boss. Su brazo comenzó a emanar humo y el ácido comenzó a hacer el efecto esperado; a comer la carne y comenzar a desintegrarlo. Squall, pese a que su brazo se estaba desintegrando, no hizo ningún gesto de sufrimiento. –Borgia.-
—En un momento.- Howl, quien estaba lo suficientemente cerca de Squall para percatarse del…pequeño percanse, se aproximó hacia él con intención de curarle y de paso intercambiar algunas palabras pero lo segundo sería tan efectivo como mantener una charla fluida con el Assassin así que descartó lo segundo, desanimado. El Cleric lazó asertivamente un hechizo de regeneración sobre el brazo de Squall el cual comenzó a restablecer.
—¡¡JAJAJAJA!!- 84725  soltó una carcajada al ver como el otro había sido babeado por el Boss. —¿Has visto tu cara? ¡Debió ser nauseabundo!-
—…- Tanto Squall como Haine intercambiaron miradas cómplices al ver lo que vendría pero optaron por el silencio. Howl separó los labios para advertir pero Squall intervino. —Shh…Borgia.-
—Oh…- El rubio se alzó de hombros,  sin borrar su característica y encantadora sonrisa.
—¡Ahggg!- Al Dark Knight le  caía de lleno una gran parte de la segunda vomitada del Boss. Frunció el ceño y se quedó en silencio unos momentos, momentos sagrados. Se encogió de hombros sin hacer el menor gesto de dolor. —Ya…Howl.- Sugiriendo que hiciera su trabajo de regeneración antes de que el vómito hiciera efecto en su preciada cabellera.
—¡AH!- Los cuatro se habían distraído con el espectáculo vomitivo del que fueron testigos.
—¡Yuna!-
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on January 13, 2014, 09:20:49 AM
# 16.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dio.png)

-¿¡Quién demonios eres!? -Shura intentó apartar a Dio de su lado, que sonreía satisfecho por su reacción. Aunque la chica utilizó todas sus fuerzas, era como intentar empujar una pared.
-Oh, ¿de modo que ahora si que te interesas por mi?
-¿No eres un NPC?
-Puede que lo sea… o puede que no. -Dio comenzaba a divertirse a su costa, satisfecho por comenzar a hacerla perder el control, era tan fácil adivinar lo que iba a pasar…

Desbordada por la situación, Shura intentó escabullirse. Pero los reflejos de Dio le superaban, la agarro del brazo retorciendoselo, alzando un chillido de dolor cuando la obligó a girar para encararlo.
 Atrapada contra la pared con un solo brazo del hombre, mientras los dedos de la otra mano se clavaban en su piel, introduciendose unos centímetros en la carne hasta hacerla sangrar, absorbiendo la sangre a través de los dedos.
-Hmmm, eres tan suave y cálida por dentro. -El vampiro comenzó a acercar la boca al cuello de Shura que seguía resistiéndose inútilmente, cada vez más debilitada por la pérdida de sangre. -Dejate llevar un poco más.
-¡Dejame! -Shura activo su curación para recuperar las fuerzas, apenas unos centímetros de la cara de Dio que sonreía divertido.
-Deberías guardar esos hechizos para cuando decida arrancarte la carne, sólo estamos empezando, Shura.
-... -Le superaba a todos los niveles, y en los ojos rojizo de este se reflejaban sus intenciones, era capaz de hacerlo…
-Eso esta mucho mejor.

La puerta de la habitación se abrió. Ninguno de los dos pareció escucharla, Dio se inclinó sobre la chica mordiéndole en el cuello hasta clavarle los colmillos, sorbiendo la sangre lentamente.
-Ejem… ejem… -Una tosecilla interrumpió. Pero la presencia era de un nivel tan bajo que Dio no le dedico atención.
-¿Sabes Shura? -Se separó de su cuello antes de que la chica se desmayara por la falta de sangre. -En el momento en que probe tu sangre, te has convertido en mi presa… tengo tu rastro, sabré siempre donde estas, podre encontrar…
-EJEM EJEM COF COF COF -La tosecilla pasó a convertirse en un forzado carraspeo y toses fingidas… -Aquí, mira aquí.
Era tan molesto que Dio finalmente prestó atención a la nueva presencia y llamando por fin la atención de la chica a la que el corazón le dio un vuelco de la sorpresa, avivando también su espíritu.
-¡Jojo!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)

-¿Sorprendidos? -El Thief estaba de brazos cruzados y pose de autosuficiencia al lado del marco de la puerta. -Shura, nos largamos de este castillo.
-Tu amigo tiene que ser ciego o no darse cuenta de la situación en la que habéis caído. -Dio se separó de la chica que aprovechó para curarse y reunirse con su compañero, que también se reunió con su compañera en un primer vistazo examinando que esta se encontraba bien.
-¿Estas bien?
-Jojo, tenemos que marcharn- antes de terminar de hablar, la puerta se cerró detrás de estos, dejándolos a ambos encerrados dentro.
-¿Ha sido él quién ha hecho eso? -Joseph parpadeó incrédulo.
-Estamos atrapados…
-Tranquila Shura… tengo un plan.
-No es el momento… -El chico se apartó de su lado avanzando lentamente hacia el vampiro que le esperaba como retándole a que diera el primer golpe.
-Jojo… ten cuidado… -Shura sentía el corazón en un puño cuando este levantó la mano en dirección al rostro de Dio… dándole un toque en la nariz con la yema del dedo y apartándose de su lado de un salto.
-¡UUUCHH!! Yooooohh!! ♥

Si en algo coincidieron Dio y Shura en aquel momento, era en no tener ni idea de que estaba haciendo aquel tipo, salvo que el primero se mostraba impasible y Shura tuvo que buscar apoyarse contra la madera para no caer al suelo, Joseph no solo había quitado toda la tensión a la situación, la había tirado directamente a la basura y prendido fuego.
-¿¡Qué estás haciendo!?
-Chica… ¿por qué tenemos que pelear? -La miró indignado por la pregunta. -No nos estamos enfrentando contra un bicho de feria: esta es una persona racional, ¿por qué no podemos ser amigos? Venga vampirito, di conmigo: Happy, joy-py, yoropi-
“¿Qué tiene Jojo en la espalda?”

Solo los había visto por un instante, unas bolas de metal unidas por un cordel, salieron disparadas como un relámpago cuando Dio había extendido la mano para atraparle del cuello, golpeándole y haciéndole retroceder por la sorpresa.
-¿Qué ha sido eso? -Dio pareció bufar cada palabra, JoJo sonreía con satisfacción.
-¿Quieres verlo? ¿De verdad quieres verlas? -De su mano dejó caer su arma, sostenida aun en su mano por el duro hilo que unía, las bolas de metal chocaron entre ellas, eran bolas crakeadoras de metal con una J pintada en cada una de ellas. -Clackers balls… nadie podrá echarme en cara que ya no tengo un arma: ¡he encontrado mis bolas! ¡Y aún queda lo mejor!

De la otra mano dejó caer otro par de bolas, comenzando a hacerlas girar sin control a su alrededor hasta que Shura se apartó de este prudentemente.
-¡Cuatro pares de bolas! Tan duras, precisas y vigorosas que pueden acabar con lo que se le ponga por delante, tan sorprendentes como yo, tan… -una de las bolas se descontroló y acabó golpeándole en la coronilla produciendo ese sonido seco tan característico, que te hace encogerte ante el dolor ajeno. -¡OH NO!
-¡JOJO! ¡Ten cuidado! -Shura intentó adelantarse para apartar a su compañero cuando el vampiro se fue a abalanzar sobre ellos… pero JoJo había estado esperando que este se acercase…
Hizo girar las bolas en el aire, tocando una de las antorchas prendiéndose fuego, la precisión del Thief provocó que las bolas ardiendo impactasen en la cara de Dio, que se alejo de ellos cubriéndose el rostro.
-WRRYYYYYY!!!
-In-increíble… -Shura sintió una punzada de admiración hacia su compañero, ahora solo les quedaba salir de aquel lugar.
-¿Qué vampirito? ¿Cómo se sienten mis bolas calientes en tu cara? -Las bolas regresaron a él como un boomerang, con un par de giros hizo que las llamas se extinguieron.
-...JoJo… no te imaginas lo mal que… da igual, déjalo. -El aludido la miró de refilón dibujando una media sonrisa.

-Tu… -Dio le señaló con un dedo tembloroso. -¿¡Como te has atrevido a estropear mi cara!? -Descubriéndose el rostro, los rasgos vampíricos estaban marcados como si se hubieran mantenido ocultos bajo el perfecto rostro, ahora los pómulos hundidos revelaban los colmillos amenazantes, los ojos rojos brillaban revelando el rostro pálido casi cetrino del vampiro. El instinto asesino de este les alcanzó haciendo que un escalofrío les recorriera por el cuerpo. 
-Esto se pone feo…
-¿No tenemos posibilidades frente a alguien de su nivel, verdad?
-Exacto. -JoJo pensaba a toda velocidad, procurando retroceder para mantener la distancia con el vampiro.
-¿Vamos a perder nuestra primera vida? -Shura torció una sonrisa que intentaba ser sarcástica.
-Me parecería bien, prácticamente llegamos al juego al mismo tiempo, estaría bien marcharnos a la vez.
Shura sonrió y JoJo la correspondió sonriendo también, quizás fuera por estar rozando la muerte, pero se sentían muy cercanos el uno al otro.
Prácticamente resignándose, Shura añadió:
-Entonces, ¿no nos queda ningún truco?
-¿Un truco…? -JoJo miró hacía el balcón… y ya que iban a morir de todas formas, valía la pena intentarlo. -¡Confía en mi!
“Noooooo!!!” Adivinando sus intenciones, Shura se bloqueo de tal modo que aquella simple palabra no llegó a salir de su boca. La agarro de la muñeca arrastrándola con él en una alocada carrera hacia el balcón…arrojó las bolas contra la cadena que estaba unida a la pared, la pieza saltó haciendo que la cadena restallase como un látigo, un instante antes de que ascendiera por el peso de la lámpara que sostenía, JoJo la agarro, saltando por el balcón.
-¡AGÁRRATE A MIS BOLAS SHURA!
-¡¡¡Eso suena fataAAAAAAAHH!!!
-¡No escapareis! -Antes de que Dio pudiera darles alcancé, la lámpara chocó contra el techo, el golpe debió romper el gancho que la sostenía, con un sonido de hierros retorciéndose, la pesada lámpara comenzó a caer por poco no alcanzando al vampiro. Con un juramento velado este se acercó al balcón viendo a ambos colgados al otro extremo, aún demasiado lejos del suelo para sobrevivir a la caída.

-¡Maldición! ¿Cómo la ha esquivado? -JoJo estaba seguro de que el vampiro resultaría aplastado por la lámpara.
-¡Se acabaron los trucos! -Dio cortó la cadena y ambos cayeron hacia el vacío del acantilado…
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on January 13, 2014, 09:22:19 AM
perdón perdón! se me fueron las palabras, pero el drama y el giro argumental lo reclama 8´D

#17

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)

Doppio salió del Warp, parpadeando confuso y conteniendo la respiración, estaba solo, en una habitación iluminada por antorchas, la luz nocturna que las cortinas filtraban desde el balcón y por la cetrina luz que desprendía una bola de cristal, al fondo de la estancia, lejos de la puerta. El mago reprimió un escalofrío, dirigiéndose hacía la salida, el marco de la puerta crujió sin que lo hubiera tocado, amenazando con cerrarse, a su espalda, escuchó una pesada respiración que dejó a Doppio helado, sólo con el tiempo de girarse para ver a la figura encapuchada abalanzarse sobre él.
-Veo en tí… sí, veo tu destino, escrito en la palma de tu mano: veo la muerte.
Bajo la túnica, la cara de un viejo decrépito, aparentemente sin fuerza, pero Doppio no se fiaba de las apariencias, dando un paso atrás esquivando a aquel enemigo que aterrizó pesadamente y con una elegancia nada apropiada para su aspecto. El aura que desprendía era de maldad y poder, Doppio intentó concentrarse en alguna habilidad que le sirviera para escapar, pero su enemigo fue más rápido atrapandole por la muñeca mientras el Time Mage sólo atinó a gritar.
-¡No me toque! -Atenazó tanto su agarre, que Doppio temía que de resistirse acabase por lesionarlo.
-Muerte. La muerte es lo que determinan las líneas de tu mano... -parecía a punto de atacar, de efectuar un hechizo que hiriera de gravedad al mago.
Pero el enemigo miró la mano de Doppio, mostrándose confuso por unos instantes.
-Tus… ¡tus manos!
-Suélteme -Doppio apretó los dientes, cerrando el puño y forzando con la otra mano que el enemigo le soltase-. No me toque…
Comenzó a sentir que le dolía la cabeza, que bajo su piel, algo arañaba por salir.
-¡Dejame ver tus manos! -Arañandole la mano, el enemigo consiguió que Doppio abriera la palma, en la piel apergaminada de aquel mago oscuro, se dibujó una sonrisa de satisfacción-. ¡El destino de estas manos! ¡Es magnífico! ¡Jamás he visto nada semejante!
La risotada del enemigo llenó la estancia mientras el rostro de Doppio permanecía ensombrecido, bajando la vista, alejándose del enemigo que reía mirando aquellas manos… las manos amputadas del mago oscuro.
-¡S-son...! ¡SON MIS MANOS! -El enemigo comenzó a reír, hasta que el pecho le reventó en un golpe mortal, sin que Doppio se moviera del sitio, salpicado de sangre, vetas de color amatista recorrían sus ojos dorados viendo como su enemigo se derrumbaba.
Dejando tras de sí, un tubo de ensayo con líquido de color rojo que parecía palpitar de vida. El Time Mage lo tomó entre sus manos, ¿una poción? No, era casi imperceptible, y el nivel del enemigo que había derrotado, era demasiado alto para una recompensa tan común, aquello no era una poción.
Era veneno.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

-¡Doppio! -Sol entró en la sala observando la escena… Doppio se giró lentamente, cubierto de sangre y con el enemigo muerto en el suelo. El Paladín parpadeó sorprendido por lo violento de la escena-. ¿Qué ha pasa…?

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

-¡Doppio! -Sol entró en la sala observando la escena… Doppio se giró observando a su compañero, no había nada más, ni sangre en su ropa, ni el cuerpo de su enemigo-. ¿Estas bien? ¿Has encontrado al resto?
-Badguy… no, el warp acaba de traerme a este lugar -Doppio permanecía tranquilo.
-A mi también, me alegro de que estes bien -Sol se cortó tomando el mango de su espada y desenvainando al escuchar el sonido de pisadas apresuradas por el pasillo, se trataba de Nero.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

-Por fin… os he encontrado. -Nero resopló cansado por la carrera.
Doppio aprovechó aquella distracción, para añadir un item al inventario de Sol.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Se escucharon el sonido de pisadas apresuradas por el pasillo, se trataba de Nero.
-Por fin… os he encontrado. -Nero se inclinó agarrándose las rodillas para intentar recuperar la respiración.
-Cuidado chico, por poco te confundo con un jodido monstruo… -Sol iba a envainar su espada, pero el arma estaba dentro de su funda, por un instante se sintió confundido, había tenido la sensación de que tenía que envainar su arma… pero es verdad, no recordaba que esta hubiera salido de la funda. Aquello sólo duró un instante.
-¡Tenemos que encontrar a JoJo y Shura! -Nero revisó su omnitool, para su alivio, los dos chicos estaban juntos, eso les proporcionaria más seguridad, y no estaban lejos, sólo unos pisos por encima de aquella torre. Nero se asomó al balcón para comprobar visualmente a la altura a la que se encontraban.
-¡Nero! Antes de ir a por esos dos, ¿cómo vas de salud? Necesitas una poci…
-¡SOL! ¡Ahí arriba! -El espadachín se quedó pálido, señalando a algún punto de lo alto de la torre.
-¡Doopioo! -El paladín llegó al lado de Nero en el acto, observando la escena de los otros dos colgando del balcón, amenazando con caerse-. ¡Gravedad!
La White Mage y el Thief se soltaron comenzando a caer.
-¡RÁPIDO!

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dio.png)

¡Se acabaron los trucos!
Shura se abrazó más fuerte al cuello de JoJo que se aferraba a una cadena que había perdido su sujeción, apretando con fuerza los dientes, buscando un saliente al que agarrarse para frenar la inevitable caída, pero era inútil y la gravedad reclamó sus cuerpos, cortandoles la respiración por la impresión

Pero una vez más, JoJo demostró tener una suerte inagotable, la caída de ambos se ralentizó, un aura de color morado les rodeaba, la luz provenía de uno de los balcones de al lado.
-¡Dopio! -La chica nunca se había alegrado tanto de ver a su compañero, JoJo comenzó a reír viendo con alivio como el suelo se acercaba a ellos a una velocidad moderada y suficiente para asegurarles un cómodo aterrizaje, fuera del castillo y al borde del precipicio.
Ambos iniciados suspiraron aliviados cuando sus pies tocaron el suelo.
-Esto aún no ha terminado -JoJo miró a lo alto de la torre, tragando saliva y comenzando a sudar. Shura siguió la dirección de su mirada, reprimiendo una exclamación de sorpresa: Dio estaba asomado al balcón, no podía distinguir su rostro, pero les estaba observando. Desapareció un momento, tomando impulso para saltar por el balcón, agarrándose con una mano al muro, la fuerza de aquel ser era tal que con una mano podía agarrarse a la piedra, arañando y desprendiendo para controlar su caída.

----

-¿Qué es eso? -Nero desde el balcón retrocedió unos pasos, incrédulo por el espectáculo que ofrecía aquel tipo para descender hacia los dos iniciados.
-¡Va a por ellos! ¡Doppio, reacciona! Tienes que ayudarnos a bajar directamente desde el balcón.
-Badguy… -se mordió el labio preocupado-, no me queda magia para bajarnos.
Y era verdad, no había tiempo para pensar en que había podido gastarla, era más importante salir del castillo y llegar hacia ellos antes de que fuera demasiado tarde. Sol comenzó a rugir órdenes.
-¡Hay que salir de aquí a toda leche! ¡Seguirme! No os enfrenteis a los enemigos, ¡sólo correr!

---

-Shura, ¿puedes bajar por el barranco? -JoJo enredó los dedos nervioso entre la bufanda que tenía en el cuello.
-JoJo… -Shura intentó ponerse en pie al igual que su compañero, este lo consiguió con cierta dificultad por mantener el equilibrio, la precipitada bajada inicial les había afectado, además del considerable gasto de magia, la chica no era capaz de ponerse en pie ni de utilizar un Heal para recuperar las fuerzas. Y Dio se acercaba a ellos.
-Shura… no me guardes rencor.

El Thief saltó hacía el barranco, deslizando sus pies entre las rocas, buscando el mejor agarre para llegar al siguiente saliente, poniendo tierra de por medio entre Dio y él… y dejando a su merced a Shura.
El sentimiento que la chica tenía por dentro era tan amargo, por un momento le picaron los ojos a punto de llorar, cerrandolos con fuerza para evitar las lágrimas, Dio estaba a su lado, deslizándose con pasos silenciosos, el único sonido que producía era una pequeña risa, insolente y carente de gracia.
-¿Te han abandonado? -Dio se agachó a su lado, agarrandola con tacto de seda por el mentón para que alzase la cara y viera su sonrisa burlona.
Se inclinó a su lado, obligándole a girar en dirección a JoJo.
-Tu amigo está huyendo, salvando su pellejo a cambio del tuyo. Oh, Shura-, con el pulgar, le limpio una solitaria lágrima, la chica bufó por el gesto, pero cuando intentó apartar el rostro, Dio la agarró con la fuerza suficiente para obligarla a apretar la mandíbula, gruñendo enfadada para evitar el dolor y gritar de frustración.
-Guarda tus lágrimas, Shura. Guardalas para el funeral de tu amigo.
Dio saltó a la persecución de JoJo, convencido de que Shura no podría escapar, y más interesado en el sufrimiento de su primera víctima que en el del chico.

JoJo giró un momento la cabeza al sentir como saltaban detrás suyo, perdiendo la concentración ante la sorpresa, rodando un momento, agarrándose a un saliente y manteniéndose subido a este enganchado desde la cintura, con las piernas colgando sin que estas tocaran un nuevo saliente… ahí abajo estaba todo demasiado oscuro para distinguir nada más, si caía, podía ser el fin. Joseph se subío a este saliente, arrastrándose frente a los pies de Dio que ya le esperaba dispuesto a darle muerte personalmente. JoJo respiraba pesadamente, con el corazón martilleando en su pecho, empezando por ponerse de rodillas con las manos apoyadas en el suelo, las gotas de sudor caían por su frente, nervioso.
Dio dibujó una sonrisa en su rostro, superior, aquel hombre pagaría por haberse atrevido a atacarle en la cara.
Abrió la boca para hablar, acercando sus manos mortales a la nuca descubierta del Thief.
-Ahora vas a decir: “¿Pensabas que ibas a escapar de mí, Dio? ¡Muere como el perro que eres!”
-¿Pensabas que ibas a escapar de mí, Dio? ¡Muere como el perro que eres! …!!!-Detuvo su ataque a escasos centímetros del golpe mortal. Retrocediendo unos pasos por precaución, confundido por aquellas palabras-. ¿Cómo has sabido…?
-¿Lo que ibas a decir? -Joseph se sentó en el suelo, riendo burlón. -Hace frío esta noche, no lo había notado, hasta que he perdido la bufanda.
-...¿Qué estás diciendo? -Dio estaba desconcertado, JoJo se señalaba el cuello desnudo.
-Puedes matarme cuando quieras, Dio… ¡pero antes! -Se apresuró a hablar cuando el vampiro amenazó con su golpe-. Antes, quiero que vuelvas a echarle un ojo a mis bolas…
Joseph sólo sacó un par de bolas. Dio entrecerró los ojos confundido.
-¿Dónde está el otro par? ¡Antes me atacaste con otro par! ¡No volveré a caer en el mismo truco!
-¿Truco? ¡Mis bolas son muy reales! Pero te olvidas de la parte más importante, ¡la bufanda! -Joseph tiró de sus bolas, por encima de sus cabezas el sonido de unas piedras arrastrándose, empujando a otras piedras más grandes, en un desprendimiento que anunciaba, ¡una avalancha iba directa hacia ellos!
-¿¡Qué está sucediendo!?
JoJo no pudo reprimir una risita triunfal al ver el desconcierto de su enemigo.
-No ibas a atacarla en tu estado, estabas seguro de que no te importaría Shura y vendrías a por mi. Estabas tan atento en vanagloriarte de tu victoria, que no prestabas atención cuando preparaba mi siguiente truco… deje un buen par de mis bolas a buen recaudo, ¡en las manos de Shura!
-¿Cómo? -Dio miró hacía arriba, Shura había atado el arma de Joseph a una piedra, se la había entregado como seguro, para que supiera que no la abandonaba, la chica tenía dibujada una media sonrisa, burlándose del vampiro que se había estado riendo de ella.
-¿Sabes que hay entre los dos? ¡Un hilo! ¡El de la bufanda! -Tiro con fuerza de las bolas, había desecho su bufanda, atando el hilo y pasándolo entre las piedras mientras iba descendiendo, cuando tiro de este, la avalancha definitivamente cayó sobre ellos.
-¡NOOO! ¡ME VENGARÉ! ¡NO PODRÉIS ESCAPAR! ¡SIEMPRE SABRÉ DONDE ESTAÍS Y OS MATARÉ! WRYYYYYY -Dio se cubrió, intentando esquivar las rocas, sin evitar que le golpeasen y le arrastraron hasta el fondo del barranco mientras liberaba un grito escalofriante.
-¡JOJOOO! -Shura buscaba a su compañero entre aquel desprendimiento, las rocas habían levantado demasiado polvo, no se veía nada. Como última esperanza, Shura desató las bolas, agarrando fuertemente el extremo, JoJo tenía que aguantar, tenía que sujetarse y permanecer al otro lado, no podía terminar así.
-¡JoJo! -Le llamo de nuevo, sin obtener respuesta, Shura cerró los ojos para no ponerse a llorar, pero fue inútil, estaba demasiado en tensión y confusa, hasta que tiraron del extremo de las bolas que tenía, Shura levantó la mirada, del saliente donde había sucedido la pelea entre JoJo y Dio, el primero comenzó a subir, habiendo utilizado su agilidad y fuerza para mantenerse debajo del saliente para evitar las rocas. Joseph se dejó caer de espaldas contra el suelo, radiante de felicidad y cubierto de polvo. Levantó el puño con su arma en la mano, en dirección hacía Shura.
-¡JoJo! -Sonriendo radiante, comenzando a reír, estiro el puño con el arma de su compañero en esta, apuntando a Joseph-. ¡Las mejores bolas del mundo!
-¡SHURA APÁRTATE!

La White Mage escuchó el grito de Sol, girando en la dirección de este… pero Sol estaba mucho más atrás de aquello que se le acercaba, por delante, al lado de Shura, un enemigo que ya habían visto antes, Sleepy Hollow, al cual el paladín no había terminado de derrotar para aprovechar el warp. Abierto en canal como el monstruo se encontraba, su interior era rojo y caliente como lava… a punto de explotar en plena autodestrucción… llevandose a Shura por delante, arrojándola por el barranco a causa de la explosión.

---

-¿¡La tienes!?
-¡Curala vamos!
-¿Esta viva?
Shura escuchaba, a través del pitido en sus oídos, desde muy lejos, tanto que no reconocía a quién pertenecía cada voz, sólo que eran las de sus compañeros. Sentía como si su cuerpo se hubiera inflado como si fuera un globo de helio, hinchada pero ligera.
-No puede estar viva… no-no, oh dios, ¡ha abierto los ojos! -Nero la señaló, hubiera resultado infantil si no fuera por la cara de puro terror al señalarla.
Shura no se dio cuenta de que tenía los ojos abiertos, poco a poco empezó a enfocar a Sol que estaba sobre ella.
-No mires, mírame sólo a mi. -La había tomado del rostro aunque ella no pudiera sentirlo. Le aplicaba Heal… aunque no estuviera bien lo que hacia, dado su estado de gravedad.
-N-no puede estar viva, no tiene… no se puede vivir sin… -Joseph quería aplicarle alguna poción… pero, era demasiado horrible describirlo, el realismo… probablemente Shura se mantuviera viva por un punto de vida, puntos que iba recuperando por las curaciones de Sol… pero que sólo le servían para recuperar la consciencia, y la sensibilidad.
-Sol… -No estaba segura de si las palabras habían salido de su boca, pero el espadachín se inclinó acercando la oreja a sus labios- matame…
-No… no me pidas eso… -Sol se alejó de esta, no iba a cargar con ninguna otra vida, apretando los dientes frustrado, aplicando aún más curaciones sobre la chica, que sólo cerró los ojos, sufriendo espasmos por el dolor.
-¡Sol! ¡Curala! -Nero había depositado toda su confianza en el paladín.
-Sol… tienes que matarla -terriblemente serio y pálido, JoJo le tomó de la mano que tenía sobre la chica aplicando los hechizos.
-No…
-¡No puedes pedirle eso! -Nero defendía a Sol-, ¡un hechizo más Sol! Esta viva, aun no ha muerto.
Pero a la vez le pedía un imposible.
-¡Una poción! ¡Dale una poción!
-No servirá de nada Doppio… Sol, yo… no puedo hacerlo, el único que puede hacerlo, eres tu.
Sol gruño por las palabras de JoJo, alzando la mirada para encontrar los ojos del Thief, estaban llenos de lágrimas, Shura seguía perdiendo vida por mucho que intentase curarla.
-¡No! ¡No lo hagas!
Aunque Nero intentó detenerle llorando y suplicando, el hechizo en la mano de Sol cambió, aplicando magia sagrada directamente sobre el corazón de la White Mage.
El dolor desapareció, y ella también.

---

-¡OH! ¡No! -Shura abrió los ojos, palpandose por todo el cuerpo, esperando que el dolor la recorriera, sin terminar de encajar aun lo que le había pasado-. No-no-no...
Respiró pesadamente, sentía como si hubiera estado conteniendo la respiración. Empezaba a amanecer, reconocía el lugar donde estaba… la iglesia de Prorencia.
Entonces empezó a encajar las piezas: había muerto, su configuración le había llevado hasta ahí… no había nada que pudiera hacerle, todo parecía un mal sueño aunque fuera real, y tenía que ponerse en contacto con sus compañeros para avisarles de que estaba bien.
Cuando abrió la Omnitool, lo escucho.
Había alguien en la iglesia, detrás suyo… Shura se giró para observarle, era un hombre rubio… y si, por un casual, ¿él también tenía la misma configuración a la hora de morir?
Quién estaba detrás suyo… era Dio.

------------------------------------------------------------

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
[/spoiler]
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on January 13, 2014, 10:21:46 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
023to keep going on

- Estás preocupada.

Raiden había obviado la pregunta en su tono, yendo al grano con la misma precisión con la que ejercía sus habilidades. Aunque había fruncido el ceño por unos segundos, Lilith siguió repasando la lista de nombres en su Omnitool, con la espalda apoyada en la barandilla. A su lado, el Samurai tenía sólo una mano apoyada en el borde, encarando la vista de Sanctuary desde lo alto del cuartel de los Crimson Raiders.

- Bueno, con la situación como está, no me voy a quedar impasible. ¿No crees? – Bajó con el índice la lista de miembros, con el número de vidas que les quedaba a un lado.
- No es sólo eso. – Raiden negó con la cabeza. – Ahora que Phaselock no está aquí, puedes hablar conmigo si te sirve de consuelo.

Con un bufido, Lilith cerró la Omnitool, y giró la cabeza hacia Raiden, arqueando una ceja. Al parecer los planes de actuar como un adulto de una vez se habían vuelto a posponer.

- Todavía estás enfadado por lo de los Hellions. – Le respondió, tratando de imitar el mismo tono con el que le había hablado antes. – Jack… después de todo lo que hemos pasado, ¿de verdad crees que…?

Se pasó una mano por el pelo, buscando las palabras que se alejaran lo máximo posible de “sigues siendo mi niño especial”.

- Confío en Maya. – Dijo, sujetándose el pelo hacia atrás para que la repentina ráfaga de viento no se lo revolviera. – Eso no significa que confíe menos en ti.
- Está bien.

Desde luego que no, pedazo de niño grande.

- Ella estaba en Columbia, y prefería ver qué posibilidades teníamos con los Hellions antes de dar nada por sentado. – Soltó el pelo, y agitó la cabeza a un lado para apartarse el mechón, dejando que volviera al peinado original.
- ...Entiendo.

Raiden dejó ir el aire por la nariz, y el silencio entre ambos se hizo cómodo. Iba a abrir su Omnitool de nuevo para enviarle un mensaje a Ezio y comprobar qué habían averiguado por el momento, pero el otro retomó la conversación, sobresaltándola con sus palabras.

- Lo que ha pasado… crees que es un aviso.

Por unos momentos se quedó quieta, y cuando el aire volvió a sus pulmones, soltó una risa.

- ¿Quitarle una vida a cuatro gatos? Tú y yo sabemos muy bien que así no se avisa. – Entrecerró los ojos al mirarle. – Si hubieran muerto, muerto de verdad, quizá sería una advertencia. ¿Pero ésto…? Simplemente serán Hyperion Knights dando por culo.
- Si tú lo dices.

Lilith frunció el ceño. Era obvio que Raiden no mordería el cebo tan fácilmente, pero al mismo tiempo, la manera en que la dejaba escapar no terminaba de gustarle por puro orgullo. Bajó el rostro ligeramente, intentando poner en orden sus pensamientos.

- Pero… creo que tienes razón. – Continuó Raiden, con voz ronca y sin mirarla. – Estoy de tu lado, Lilith. Siempre.
- Jack...

Girándose ella también, puso una mano sobre el frío metal que cubría el hombro de Raiden. Por unos segundos, se dedicó a observar la raída ciudad industrial. Reconocía las figuras de algunos Crimson Raiders que vagaban por la ciudad, así como las de otros persoanjes que podían ser tanto una víctima más de aquel juego maníaco o posibles asesinos.

- Saldremos de ésta. – Dijo Lilith, tal vez para Raiden, para ella misma, o para todos. – Literalmente.

A su lado, Raiden asintió. La dureza de su expresión podía servir de máscara para muchos otros, y Lilith quería pensar que probablemente para todos excepto ella, pero no necesitaba decir nada para saber que estaba de acuerdo con ella.

Era reconfortante.

- Y… bueno. – Cambió su tono por uno más animado, dando una palmada en el hombro de Raiden. – Tengo una faena para ti y tus amigas.
- ¿Qué…? – Raiden se giró con expresión confundida. – ¿Alguien va a preguntarme si no preferiría hacer otra cosa?
- Tú la recogiste, tú la sacas de paseo. – Le dijo Lilith, levantando un dedo.

El ruido frustrado de Raiden sólo hizo que se divirtiera más, cruzándose de brazos frente al otro.

- Oh, vamos, ¿vas a decir que no te diviertes con ellas? Además, seguro que eres la envidia de muchos jugadores. – Le dedicó una media sonrisa. – Tienes un harén para ti solo, campeón.
- ¡E-Ese… desde luego que no voy con ellas por eso!
- Ya, bueno, ahora deja que te explique…

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

El frío de las calles de Sanctuary recibió a las dos chicas al salir de Moxxi’s, haciendo que los ojos de Kora se humedecieran… lo cual sólo añadía más dramatismo a sus palabras.

- ¡Otra vez! He vuelto a perder todo… – La Black Mage gimoteó, uniendo ambos puños en su pecho.
- Los juegos de cartas son cuestión de práctica, Kora. – Asami le dio unas palmadas en el hombro a su compañera, que estaba torciendo el labio inferior de forma casi exagerada. – Además, no lo has perdido todo.

Asami sacó de su bolsillo una fina cadena de la que colgaba una pequeña piedra púrpura con forma de lágrima. Al verla, la expresión de Kora cambió, con los ojos brillándole de pura emoción. Aún de lado, casi se abalanzó sobre la otra, tomando su mano con las dos, con el collar aún colgando entre los dedos de la Blacksmith.

- ¡Mi colgante! – Kora soltó un gritito. – ¡Lo has recuperado! Pero, ¿cómo?
- Bueno… – Con una ligera sonrisa, Asami se llevó un dedo a los labios. – Digamos que tenía una carta que gana contra todas las de Mista.
- Oh… – La Black Mage pareció impresionada por unos momentos, pero enseguida cambió sus prioridades, girándose y levantándose el largo pelo blanco. – ¡Pónmelo, por favor!

Con cuidado de no enganchar ningún mechón de la otra, Asami rodeó el cuello de ésta, cerrando la cadena con dedos ágiles. Cuando le avisó a la otra, Kora dejó caer el pelo, y se giró hacia ella, con ambas manos extendidas al lado de la pequeña joya que brillaba sobre la camisa negra transparente.

- Quizá podría mejorarla para que te subiera un punto más de magia. – Comentó Asami al observarla. – Creo que aún me sobra Eridium de cuando estuve con el antifaz…
- ¡Genial!

Kora dio un pequeño saltito sobre la punta de los pies, uniendo las manos.

- Ahh, Asami, haces muchas cosas por mí. – Dijo la Black Mage, cogiéndose del brazo de la otra, y retomando el camino.
- Bueno, estamos todos en el mismo equipo, ¿no? – Le contestó Asami, con una ligera sonrisa.
- Excepto cuando se trata de jugar a las cartas… – Una pequeña punzada de frustración volvió al tono de Kora. – Espera, ¿a qué te referías con que tenías una carta contra Mista? Tú no has jugado…

Antes de que Asami pudiera contestarle, una voz las llamó, seguida del ruido de ruedas contra el pavimento. Elizabeth se dirigía hacia ellas, aún sujetando las asas de su carrito cuando las alcanzó.

- ¿Qué hay? – Le saludó Asami, sonriendo.
- Ah, no mucho… he estado cargando el carro con pociones de los Biochemists. – Comentó Elizabeth. – ¿Habéis leído el mensaje?

Kora y Asami se miraron entre ellas, poniendo los labios en una línea recta. Elizabeth bajó las cejas al ver la clara negativa de sus compañeras, pero luego suspiró y volvió a sonreír.

- Lilith quiere que vayamos a Prorencia… esta tarde mismo. – Explicó la Merchant, mientras Asami comprobaba el mensaje en su Omnitool. – No me preguntéis más detalles, sólo es eso.
- Ya decía que era raro que Lilith no nos mandara de misión otra vez… – Suspiró Kora. – ¿Viene Raiden?
- Lilith lo menciona en el mensaje. – Comentó Asami, cerrando su Omnitool. – Además, tenemos que ir con alguien de tercer job sí o sí.

Kora abrió la boca otra vez, pero la cerró inmediatamente. El gesto no pasó desapercibido para las otras dos, que la miraron con curiosidad.

- Es lo más seguro, Kora. – Le dijo Asami. – Además, no creo que a Raiden le moleste tanto…
- No, no era eso… – La Black Mage torció el gesto. – Iba a preguntar por Maya… pero era una pregunta bastante tonta.

El silencio se hizo entre las tres. Maya había partido hacia Columbia poco después de que regresaran el día anterior, acompañada de otros Crimson Raiders para evitar cualquier imprevisto. Después de varios días haciendo equipo los cinco, se hacía extraño que la ya sería Time Mage no estuviera con ellos.

- Bueno… – Asami puso una mano sobre el hombro de Kora, apretando suavemente. – Vamos a aprovechar lo que sea que Lilith nos tiene preparado para subir de nivel y estar a la altura de Maya para cuando vuelva, ¿hm?
- Sí… tienes razón, Asami. – Kora le dedicó una sonrisa. – Te tiene que faltar poco para subir a tercer job tú también, ¿verdad?

La Blacksmith asintió, y aprovechó para cambiar de tema antes de que ninguna mencionara el hecho de que Maya contaba ya con una vida de menos.

- Elizabeth, ¿te has decidido ya por algún job? – Preguntó a la Merchant, emprendiendo el camino de vuelta al cuartel de los Crimson Raiders.
- Bueno… no me veo con pistolas ni haciendo trabajo pesado… – Elizabeth pareció pensativa. – De hecho no pensaba hacer nada en especial cuando entré a jugar. Sólo… sólo quería recorrer el mundo.
- La verdad es que es impresionante los sitios que se pueden visitar… – Kora juntó las manos. – He oído que Prorencia es como Florencia… ahhh… nunca he ido a Italia…

La Black Mage se perdió en sus fantasías, dejando que Asami la guiara mientras caminaban. Ésta había notado algo extraño en el tono de Elizabeth, pero no podía decir qué era exactamente. El tema de los jobs parecía más seguro.

- Entonces sólo te queda Alchemist, ¿no? – Le dijo Asami. – Así podrías centrarte más en la parte de negociar. Se te da bastante bien.
- Sí, supongo que es el más sencillo para mí. – Asintió Elizabeth. – Además, así Kora y yo podremos aprovechar el viaje a Columbia.
- A no ser que elija ser Summoner… ¿no, Kora?

Al oír su nombre, Kora se giró hacia las otras dos, con confusión en la mirada. Asami negó con la cabeza, decidiendo dejar el tema para más tarde.

- Eh, ahí hay monedas. – Elizabeth señaló al pie de unos bidones.
- ¿Cómo lo haces? Ni siquiera estabas mirando.

Asami abrió los ojos en sorpresa al comprobar que, efectivamente, había unas cuantas monedas donde Elizabeth había indicado. Ésta sólo se encogió de hombros, con una sonrisa indescifrable.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on January 18, 2014, 01:53:13 PM
Disculpen, me quedó un poco largo pero quería acabar con el rodeo de este fic.

# # # 0 0 9

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/yunaicon.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/aliceicon.jpg)

En grupo rápidamente se alertó al escuchar el grito de Yuna en lo alto del peñasco, lo peor vino cuando vieron un centenar de colores energéticos desde esa parte lo que indicaba que una batalla se estaba librando en ese sector también. Squall rápidamente corrió en dirección al rocoso peñasco, en tanto 84725 y Skullkall le habrían paso entre las criaturas y el par de Boss sirviendo de señuelos al mismo tiempo que iban encargándose de las bestias minúsculas.
—Hijos de puta.- Nana rechinó los dientes al ver, desde su posición alta en la cabeza del Barón Nashor, lo que estaba sucediendo. Vio a la pelicastaña rodeada por un grupo conformado por seis personas, cuatro de tercer nivel y el resto de segundo nivel. Al parecer estaban al asecho de Yuna y esperaban la oportunidad indicada para atacarla entre todos.
—Entrega todo lo que tengas.- Sentenció un Dragoon, mirando fanfarronamente a Yuna. –Tú sola no tienes oportunidad.-
—…- Yuna se sujetaba el brazo izquierdo el cual había sido atacado por la espada de la Dark Knight del grupo quien le había enterrado la punta de la hoja aprovechando mientras Yuna estaba atacando al Barón Nashor. Con la mano que sujetaba su brazo subió al hombro de este mismo donde más le dolía y la sangre salía por borbotones escurriéndose por sus cinco finos dedos. Ella miró disimuladamente a los seis miembros que la tenían acorralada pero en realidad estaba buscando al único miembro de su grupo que estaba con ella y al parecer ni sombras de Alice. ¿Había escapado?
—¿Eres imbécil o qué?- La Dark Knight le dio una patada en las costillas tumbándola a un lado. -¿No has escuchado a mi compañero?- Le dio otra patada la cual Yuna esquivó rodando por el suelo. —Vaya, alguien quiere oponer resistencia.-
—Es lo mínimo, luchar dignamente contra tipos de la calaña de ustedes. Montón de cobardes quienes atacan por la espalda.-
—Di lo que quieras.- El Dragoon se adelantó a hablar, con toda la tranquilidad del mundo. —Pero son cosas que debemos hacer, no somos como tu guild con tesoros y sede. Nosotros no tenemos donde ir porque han destruido nuestra guarida los de peor calaña que nosotros, así que ¡Simplemente hacemos lo que debemos hacer para sobrevivir!- Dio una estocada con su lanza pero Yuna invocó a tiempo un homúnculo que la protegió oportunamente. —No deberías gastar energías en tonterías así, ríndete y todo será más fácil.-
—Ya he dicho que no.-
—Bien, como quieras. Muchachos.- Miró de reojo al resto del equipo. —Ya saben que hacer.-
Yuna se puso en posición, no era inepta y sabía que no podría ni contra uno de ellos…quizá contra uno de segundo nivel pero no contra cuatro de tres. Inmediatamente comenzó a invocar su homúnculo mientras empezó a atacar a una Rogue que se lanzó encima de ella para atacarla. Al ser el homúnculo creado con magia, los ataques de este consistían al mismo tipo del origen de su creación. En un momento Yuna le hizo un buen frente a la Rogue, luchando al mismo nivel que esta, pero una patada por parte de un Ninja provocó el tiempo suficiente para que la Rogue le diera asertivos ataques que descontó rápidamente su vida. Rogue por delante y Ninja por detrás, dos contra uno y ella hacía frente como podía pero un ataque en conjunto de ambos al mismo tiempo la hizo que cayera al suelo de costado.
—Acabemos pronto con esto. No esperemos que los otros de su grupo lleguen… el bicho de abajo no los detendrá por mucho tiempo.- Frunció el ceño. –Entre todos al mismo tiempo.-

La Biochemist vio como todos los miembros de ese grupo se abalanzaron hacia ella al ataque. Eletania supuso que de esa manera tan injusta perdería su primera vida. Por un momento todo se puso en cámara lenta ante sus ojos, la arena del suelo flotar alrededor de ella, el sonido de las armaduras de los rivales rechinar al acercarse, las risas burlonas de estos bufándose de ella, incluso llevaba a sentir y escuchar como una gota de sudor resbalaba de la frente del Ninja debido a lo acalorado que estaba. Yuna cerró los ojos, resignada a morir pero apretando fuertemente los labios llena de cólera en su interior y agradeciendo que guardara aparecer en el lugar de muerte para, cuando regresara, seguir luchando contra esos cobardes aun cuando perdiera una segunda y tercera vida. Fue en ese instante que sintió un fuerte jalón en ambos hombros, tan fuerte que hizo que su nuca se hiciera hacia delante debido a la fuerza.

—¿Murió?- Se preguntó la Rogue, cuando la tierra se disipó y no encontraron a la Biochemist.
—Tú, inspecciona el lugar y ve que está pasando.- Ordenó el Dragoon al Stalker que hasta el momento se mantenía sin actividad. Este comenzó a moverse.
Yuna comenzó a abrir lentamente los ojos, se encontró en un lugar oscuro y rocoso, al parecer una pequeña cueva en el peñasco, tan pequeña que apenas cabía ella y otra persona. Al ver hacia donde entraba la luz, vio los cabellos rubios de Alice reflejarse por el sol.
—Sorrento…- Susurró Yuna. Al fin y al cabo el chico no había escapado.
—No tenemos mucho tiempo.-
—Debemos ir cada uno hacia un lado distinto, bajar hacia donde están los demás por cada costado del peñasco.-
—Entendido.- Asintió a la orden de la chica. —¿Tú… Puedes?-
—Yo no soy la novata.- La seriedad en las palabras de Yuna hicieron pensar a Alice que había ofendido a la chica pero al notar una pequeña sonrisa de parte de ella disipó ese pensamiento de su mente. —Haz hecho algo mientras me golpeaban, ¿verdad?-
—¿Quién se gana más tu odio? ¿La Rogue o el Ninja?-
—La primera, sin duda.-
—Bien. Cuando vayas por ese sector donde justamente está ella haz que pase cerca de la pequeña grieta que está justo a unos metros de ella.-
—¿Listo para salir?-
—Cuando des la orden.-
Eletania iba a dar la orden justo en ese momento pero el Stalker apareció por la entrada de la pequeña cueva. —Con que aquí están.-
—Ahora.- Dijo Yuna, Alice le dio una patada en la cara al Stalker y así ambos salieron de la cueva corriendo en dos direcciones distintas mientras el Stalker lanzaba maldiciones al momento que se apretaba la nariz de la cual un hilillo de sangre comenzó a humedecerle esa zona.
— ¡Bastardos!-

Yuna se fue por el camino contrario que tomaba Alice. Obviamente, y aunque uniera fuerzas con el Thief, de ningún modo podrían con seis enemigos de los cuales cuatro eran de tercer nivel. Iba a seguir el plan al pie de la letra, bajar el peñasco rocoso con toda la velocidad que sus piernas y brazos se lo permitieran y encontrar refugio en los otros miembros de su guild los cuales podrían hacerle frente al conjunto de rivales. Pero olvidó un pequeño detalle, sólo un pequeño detalle y lo recordó al echarle un vistazo fugas al Thief quien, con un ágil correr, se lanzaba de un salto arrastrándose por la tierra del suelo entre las piernas de los enemigos levantando mucha arena y arrancando cuanto césped había allí. Al principio no comprendió por qué hacía eso, pero después vio como el rubio llegaba hasta un par de rocas en donde sacaba una caja de hierro negra con diseños de plata, a penas tomarla salía a toda prisa con un grupo detrás de él siguiéndole los pasos…Aquel bolso que Nana siempre lo obligaba a llevar para guardar cosas y que en el fondo no valía tanto pues fácil era agregar algo al inventario. Le iba a advertir que dejara lo que sea en el camino y no se preocupara más que de su vida pero ella misma reparó en que había dejado sus cosas, sus preparaciones propias, en el mismo centro de todo pero al borde mismo del peñasco.
Yuna se devolvió en sus pasos y fue hasta donde había dejado las cosas que, momentos antes, había ocupado para invocar homúnculos.

—¡A por ella!- Ordenó el líder del grupo, lanzando un bufido. —Ataquen con lo que puedan.-
—…- Yuna, al ver como el equipo invocaba poderes o apuntaban sus armas hacia ella comprendió el plan inmediatamente; la tumbarían hacia el borde del peñasco para que el Barón Nashor la eliminara de un solo bocado. Segundos, sólo necesitaba un par de segundos los cuales no tenía. Apretó los parpados cerrados aferrándose fuertemente a sus cosas. Les maldecía.

Y cuando ya todo parecía perdido por segunda vez, sintió un calor quemándole un costado del cuerpo…Era los ataques de aquellos, sintió también como los cabellos de su melena castaña se alzaban en el aire producto de la fricción de energías y la piel de sus rodillas dolían al ser rasmilladas contra el suelo rocoso…. Pero no estaba muerta.
Abrió los ojos, vio el suelo rocoso debajo de ella por lo que no había caído. El corazón se le estremeció en el pecho de golpe al suponer lo obvio. Se volteó a mirar hacia el peñasco y por una fracción de segundos vio como el Stalker del grupo enemigo caía por el borde del peñasco…Pero no iba solo.

—¡Alice!- Gritó Yuna a todo pulmón, con un grito desgarrados que debió hacer ecos a millas. Nada podía hacer, tanto Stalker como Thief ya habían desaparecido.
—Sólo ha tenido lo que se merece.- Río burlonamente la Rogue.

La Biochemist sintió como se le escocían los ojos al agolparse las lágrimas en ellos. Pero no lloraría. Apretó la mandíbula y rechinó los dientes, se puso de pie con la rabia misma que envolvía a la bestia más abajo y al primero que atacó fue al Ninja que estaban más cerca de ella. Entreteniéndolo con el homúnculo, ella corrió a su próximo objetivo; la Rouge.
 De algún modo u otro la caía parecía eterna. No es que ansiara ser despedazado por los filosos dientes del Barón Nashor o sentir sus huesos quebrarse, en el mejor de los casos, si llegaba a estrellarse en el suelo más abajo, pero el Stalker daba golpes más violentos a cada instantes con la intención de zafarse de él.

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/aliceicon.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/haine-1.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/badouicon.jpg)
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/sqico.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/yunaicon.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/howl2.jpg)
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/nanaicon1.jpg)

—¡Suéltame, pendejo!- Gruñó el que tenía el job que suponía el tercer nivel del suyo.
Lo soltaría, claro que lo soltaría, pero a su debido tiempo. Mientras iba en descenso, soportando las patadas y los puñetazos del otro, vio al Assassin de su grupo, Skullkall, subir por el peñasco a toda velocidad. El albino clavaba las dagas en el peñasco rocoso y se iba dando impulso para escalar hacia arriba. Alice por unos instantes se quedó sorprendido de lo rápido que era Skullkall pero por más que lo admirada y por más rápido que el otro fuera no podía optar a su ayuda. Eso era deshonroso para un integrante de Spectra of the Abyss y era más suave optar a una muerte segura.
—¡Skullkall!- Gritó el Thief. El Assassin alzó el mentón en su dirección. Ya teniendo su atención, le lanzó la caja de madera que debía proteger siempre.
El Assassin asintió con la cabeza y agarró con el brazo libre la caja de hierro negro con bordes de plata sintiendo el peso típico que una caja de ese material debería tener. Más delante de su rostro el Barón Nashor daba un último rugido y se enrollaba por una última vez para ergirse abriendo la boca enormemente y recibiendo en su cavidad bucal tanto a Stalker como a Thief a quienes atravesó con sus filosos y tupidos dientes como espadas. Skullkall sintió como una cantidad de sangre desde la boca del monstruo se impregnaba en su rostro, en su cabello blanco y en su ropa, no sabía si la sangre era del Stalker o de aquel chico novato que apenas conocía.
—Mierda…- Squall masculló las palabras frunciendo el ceño. No había tiempo que lamentarse pues una miembro de su guild aún estaba luchando sola allá arriba. Quitó a unas criaturas del camino las cuales le impedían a cada instante el paso a la cumbre del peñasco.
El Dark Knight también presenció como el Thief perdió la primera vida. Guió la vista hacia el Assassin se veía en un dilema de qué hacer con la caja de hierro ya que le impedía subir a la velocidad que le caracterizaba.
—Lánzamela, yo la cuido aquí mientras aniquilo estas porquerías.- Le gritó 84725 a lo que Skullkall le negó con la cabeza. El Assassin siguió escalando con una mano y con la otra afirmaba la caja. —¡Ya maldito desconfiado!- El pelinaranja infló las mejillas sintiéndose ofendido -¡Entonces si no confías en mi dásela a Borgia!- Pero el Assassin ni siquiera le prestó atención. —Borgia dile algo. ¿Borgia? ¿Howl dónde te metiste?- Buscó al rubio con la mirada pero no había ni rastros del mismo. —¿Se lo habrá comido el Barón Nashor a él también?-
—Eh, idiota… No descuides el suelo. Ahora es todo tuyo.- Le dijo Nana, quien hasta el momento mantenía un semblante indiferente. —Ahora es todo tuyo.- Dando aprobación de que tanto Squall como Howl hayan subido en ayuda de Yuna.
—A la orden, jefe.- 84725 embozó una sonrisa, sintiéndose alardeado por tener el honor de quedarse con todo lo que se moviera en el suelo…Que fácil era alentar a ese ¨crio¨
 —Tú no te me escapas.- Apuntó nuevamente a la cabeza del Barón Nashor que, hasta el momento, no había probado ningún bocado de nadie.
En tanto en lo alto, Yuna recordó lo que Alice le había dicho sobre guiar a la Rogue hacia la pequeña grita que se formaba al juntarse la continuación del peñasco. Por suerte, la Rogue estaba justo en el lugar preciso, esperándola para un ataque pero Yuna no se gastaría tiempo en ella pues alguien de esa calaña no lo valía. Corrió a toda velocidad y le dio un empujón digno de un toro. La Rogue se tambaleó hacia atrás y sin darse cuenta chocó la espalda contra la grieta y de allí vio unos cuantos movimientos de cuerdas y varas. De lo último que se enteró fue de verse ella misa colgando boca debajo de una soga que le apretaba ambos tobillos.
—¡Infeliz!- Pero eso no sería todo. Antes que pudiera decir algo más una especie de catre de cama hecho de puras varas le cubrió completamente dejándola, de momento, fuera de combate.
La Biochemist llamó a su homúnculo, sintiendo los pasos del Dragoon detrás de ella. Lo miró por el rabillo del ojo y dispuso energía para aumentar el poder de su homúnculo. Se giró rápidamente y fue a embestir al Dragoon. Por unos momentos le dio buena batalla pero se aproximaban los secuaces del Dragoon. Por suerte, también los suyos propios. Squall debió la atención del Dragoon y la Dark Knight hacia él para que Yuna tuviera unos segundos para reestablecerse.
La chica, que en ese momento se movía motivaba por la rabia, rencor e impotencia al ver a al Thief sacrificar su vida para salvarla, por primera vez sintió que las piernas le flaqueaban. En ese instante se dio cuenta de lo grave que estaba, no pudo ni dar dos pasos cuando perdió el equilibrio.
—Te tengo.- Howl la sostuvo oportunamente en sus brazos antes de que ella cayera. Se apartó del lugar hacia un árbol cercano. Skullkall pasó por el lado de ellos y le lanzó la caja la cual pasó a centímetros por sobre la cabeza del Cleric y que terminó su camino chocando contra el tronco de otro árbol.
—Tu carga, ahora.- Indicó el Assassin gruñendo antes de ir al ataque.
—Tranquila, Eletania, yo te cuidaré.- Susurró Howl, pasando su mano por la frente de la chica.
—El novato… él…- Eletania hablaba con dificultad.
—Está bien en el cuartel.  Ha perdido una vida pero aún le quedan dos. Lo veremos pronto.- Respondió con suavidad. Pasó el borde de la mano por los ojos de Yuna para cerrarlos dócilmente mientras la sanaba de sus heridas.

Claramente las cosas se habían complicado para el equipo liderado por el Dragoon cuando llegó el  Illusionist  y el Assassin de Spectra of the Abyss, peor todavía cuando se escuchó un disparo y un último bramido de uno de los Barón Nashor. Antes de que el Boss se desplomara muerto en el suelo, BADLUCK dio un salto desde su cabeza y trepó lo que le faltaba para llegar.

—Canalla.- Habló en voz alta Nana. Por un momento todos la miraron a excepción de Yuna, pero la pelinegra se refería a otra persona.
—¿Qué?- Gritó el Dark Knight desde abajo. Sabiendo que era para él
—Sube, deja al Barón Nashor que queda con vida en paz. Ya le tocará su turno.- 
—Ok.- El pelinaranja se agachó para recoger los ítems que lanzaban los monstruos pequeños que había matado y lo que el Boss dejo al ser eliminado antes de subir. Trepó con gran habilidad y no le costó esquivar al Barón Nashor que todavía seguía con vida. En cosa de poco tiempo llegó donde su guild se encargaba de los rivales.

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on January 26, 2014, 09:47:18 AM
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/f.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/kulaicon.jpg)

—Ya se han tardado bastante. ¿Les habrá pasado algo?- Kula jugueteaba con el agua de la pileta entre sus dedos.
—Quizá no vuelvan.- Starlight ladeó el rostro con despreocupación. —Pero ya han hecho mucho por nosotros además ya no me importa seguir esperando.- La Black Mage se puso de pie quitándose un mechón de cabello rosacenizo del rostro. —Quiero recorrer la ciudad.-
—Pero Borgia ha dicho que lo esperemos aquí.-
—El sabrá cómo encontrarme.- Por unos instantes, la Black Mage sonrió posando un par de dedos en sus propios labios. Kula se puso de pie y la acompañó. —Eh, como encontrarnos…Digo.- Corrigió.
La Archer sonrió cerrando sus ojos y colocando los brazos hacia atrás, juntando sus manos por la espalda. —¿A dónde quieres ir?-
—Empecemos por… Hm… vamos por allí.- Starlight se encogió de hombros sintiéndose un poco tonta de proponer un paseo y no sabiendo por dónde empezar. Como de costumbre, Kula le siguió el paso.

Caminaron por un largo periodo por Acre, era una ciudad muy grande y decorada con flores hermosas. Pasaron por una zona más humilde pero prefirieron adelantar el paso pues por muy bonita que fuera la ciudad y reflejara serenidad no se podían fiar de nadie tal y como estaban las cosas. Visitaron distintos lugares de interés, descansaron en unas cuantas bancas por el recorrido, compraron helados y si en esos momentos tuvieran una cámara fotográfica en sus manos se sacarían fotografías por cada monumento pero ese no era el caso. Tomaron una curva que comprendía un camino largo de piedra y paredes a ambos lados del mismo material. Curiosamente salieron y encontraron el puerto de la ciudad. El puerto era grande y estaba envuelto por la brisa marina que le daba un tono medio grisáceo a comparación de lo claro que era el resto de la ciudad.
El camino ya no era de piedra sino de madera, cada paso crujía bajo sus calzados y el aroma a mar y pescado se esparcía por el lugar. Kula pronunció un ¨ya no quiero más helado¨ y lo echaba a un tacho de basura cerca, Starlight por su parte le imitó.

—Todavía falta más de la mitad de la ciudad.- Soltó un suspiro. —Será mejor volver. Quizá ellos vuelvan por nosotras, quizá se han marchado definitivamente. Lo mejor será ver que haremos de ahora en adelante.-
—Espero verlos de nuevo.-
—Sí, yo también, pero no podemos aferrarnos a depender de los demás.- Starlight se quedó mirando de manera absorta las olas suaves de la costa del muelle. Por primera vez desde que había recibido el mensaje del Game Master sentía soledad y desolación. La brisa sacudió suavemente los mechones de cabello sobre su rostro, ella entrecerró los ojos. Quizá empezaba a extrañar a Howl. —Volvamos.-

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/haine-1.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/badouicon.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/sqico.jpg)
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/yunaicon.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/howl2.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/nanaicon1.jpg)
—¿Qué hacemos, jefe?- 84725 se acomodó el parche que cubría su ojo. 
—¿Y tú que crees?- BADLUCK mordisqueó un poco el filtro del casi acabado cigarrillo que tenía en los labios. Su mirada era seria, el cañón lo llevaba apoyado al hombro.
—¿La justicia del rey?- Respondió el Dark Knight.
—¿Q-qué significa eso?- El Dragoon líder del otro grupo pasó saliva por la garganta. Estaba al borde del peñasco y el Assassin le sujeta los brazos por detrás manteniéndolo como prisionero de guerra. —¡¿A qué se refieren con eso?!- Insistió desesperado.
—Pues…- Nana dejo su arma en el suelo ante la vista de los demás integrantes de Spectra of the Abyss. Squall sostenía a uno de ellos, lo mismo hacía Howl, en tanto Yuna, ya restablecida del todo, se mantenía de pie junto a la Rogue que aún estaba en la trampa temerosa de moverse pues sabía que entre todos la atacarían si intentaba huir.  La líder de melena negra se acercó a Yuna, puso ambas manos a cada lado de la trampa de varas de madera, cortó con un cuchillo la soga que apretaba la circulación de los tobillos y que mantenía suspendida a la Rogue. Esta se precipitó al suelo chocando todo su cuerpo de golpe. Nana tomó la cuerda que aún apretaba los tobillos y comenzó a caminar, arrestando a la Rogue detrás de ella. —Es algo bastante sencillo.-
Ella llegó hasta el borde del peñasco, miró de reojo al Dragoon el cual casi no aguantaba las ganas de llorar por toda la tensión acumulada en la garganta ante el temor de cuál sería su futuro. Masculló algo como ¨No estarás pensando en…¨ pero no pudo pronunciar palabra alguna y tuvo que ahogar un grito silencioso al ver como la Gunslinger  hizo el brazo que sostenía a su compañera de equipo hacia atrás y luego lo balanceó con toda la fuerza necesaria para que la Rogue saliera lanzada por el aire. La escuchó gritar mientras caía, pero más le perturbó cuando dejo de gritar pues eso le dio paso a escuchar como el Barón Nashor que seguía con vida allá abajo masticaba a la chica triturando sus huesos.
—¡Eres una sangre fría!- El dragón hizo chillar los dientes. —¡No harás esa maldita justicia del rey conmigo!-
—¿Mh.?- Nana no le miró. Se dio la vuelta y caminó unos pasos hacia delante para encender un cigarrillo nuevo. —Eso sólo ha sido botar la basura.- Alzó una ceja.
Yuna tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Por una parte lo primero que se le pasó en la mente era que la Rogue era un ser miserable pero que no merecía tal muerte, pero recordó que uno de su mismo equipo había muerto por culpa de ellos e incluso un Stalker del equipo rival había caído en esos momentos con Alice pero los otros sólo escupieron insultos hacia él alegando lo inútil que era el Stalker.
—La justicia del rey…- Nana se giró hacia el Dragoon una vez más. —Te diría que recordaras algo de libros de historia, ya sabes, esos que pasan en la primaria o secundaria… Depende la calidad de los colegios de tu distrito pero al parecer no eres más que un idiota.- Restó lo que quedaba de distancia entre los dos.
El Dragoon adivinó lo peor cuando vio que la chica sacaba una cuchilla de su bota de látex negro, empezó a forcejear de manera desesperada y violenta para liberarse del agarre del Assassin pero se notaba que Nana tenía buenos perros entre los suyos. Maldito el momento en que pensó arriesgarse a atacar a los más nuevos de su guild, pensó que Nana no se molestaría por la carne nueva pero era muy idiota imaginar que su orgullo no sería tocado si estaba ella presente en el evento pues sería como una derrota el tocar a un miembro de Spectra of the Abyss. Lo último que sintió fue la hoja del cuchillo clavarse en su yugular y cortar su cuello de un extremo al otro. Por unos momentos sintió como se ahogaba con su propia sangre, el dolor era tan real y agudo pero después todo se puso negro y ya no sintió más.
El Assassin soltó el cuerpo inerte del Dragoon el cual cayó estampando el rostro al piso. Una mancha roja carmesí apareció alrededor de él y manchó las botas de Skullkall. Los que quedaban del grupo del Dragoon miraron con autentico terror como su líder yacia allí muerto y como al rato desaparecía dejando sólo la mancha de sangre.
 —¿Otros?- Skullkall miró a su líder. A veces sus palabras parecían no tener lógica para muchos pero cuando se pasaba tiempo con él se entendía que era un sujeto monosílabo por naturaleza.
Nana se acercó a los otros dos que quedaban con vida, un Black Mage y un Soldier. Soltó una bocanada de humo en sus rostros, los cuerpos de esos dos tiritaron ante ella.
—Son novatos.- Habló Howl —Seguramente sólo seguían a ese chico por protección.-
—Cállate Borgia.- Gruñó Nana. —No necesito que te hagas la madre Teresa de Calcuta. Yo no mato novatos.- Frunció el ceño. —Ustedes quedan libres. Irán a por allí contando como aplico las reglas en mi grupo y qué es lo que le hago a quien se atreve a atacarnos cobardemente como al que ustedes seguían. Suéltenlos.- Lo último se los dijo al Cleric y al Illusionist quienes obedecieron.
—G-g-racias.- Balbuceó el Black Mage exonerado. Hizo una reverencia y salió corriendo de allí junto al Soldier.
—Discúlpenme, de verdad lo siento. Me siento responsable de que no salieran las cosas como se habían planeado.- La pelicastaña se disculpó con la líder y con el resto del grupo.
—No te tires toda la culpa, Eletania.- La chica se quitó algunos mechones oscuros del rostro. —Con esto han demostrado una cosa.- Miró al grupo quienes le observaron con curiosidad. —Que estamos fuera de forma. Hemos pasado mucho tiempo en la cueva jugando cartas, escuchando a los Bardos tocas, bebiéndonos todo lo que tenemos y contando chistes sin gracia. Eso va a cambiar.- Ladeó el rostro, por primera vez con una sonrisa en los labios. Una sonrisa que confundía al resto. —Perros, volvamos a Sin City.- Anunció la líder quien se giró en sus pasos y volvió al borde del peñasco. —Ah, me había olvidado de ti… 84725 remátalo.-
—Vale…Ya voy, no me das ni un minuto de paz.- Soltó un suspiro cuando llegó al lado de Nana —Pero al menos sé lo importante que soy para t---- No pudo continuar pues Nana le dio una patada para que bajara de una vez.

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/yunaicon.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/sqico.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/badouicon.jpg)
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/nanaicon1.jpg)

Yuna había preferido regresar al cuartel en Sin City con el grupo. Recordaba a las chicas que había dejado en Acre pero se sentía segura de que Howl se encargaría de ellas. En tanto, Yuna quería volver con los demás para ver si Alice estaba allá y agradecerle en persona ya que no era lo mismo mandarle un mensaje por la Omnitool que decírselo directamente.
Lo que quedaba del grupo, ya que Skullkall habían tomado rumbo diferentes, llegó a Sin City cuando la noche ya había caído, es decir; cuando Sin City estaba a plenitud. Yuna lanzó una moneda a un NPC que estaba sentado en el pavimento de la vereda y este cantó una canción que ya se sabía de memoria. Nana, Yuna, Badou y Squall recorrieron las calles en silencio, la Biochemist notó como  algunos de su guild que estaban en las calles se quedaban mirando a Squall y susurraban entre ellos, otros a penas se acordaban de él.

—Causas sensación, eh, Leonhart. Todo un rockstar- Dijo Nana riendo un poco. El otro se encogió de hombros.

Las calles estaban humedecidas por el clima un poco frío de esa noche, Sin City tenía distintos climas pero jamás un sol aplastante que les calcinara el cerebro. La ciudad se armaba de edificios corroídos, gente en las calles a toda hora, lugares extraños y sobre todo el peligro a cada esquina. Era como la ciudad misma de la perdición donde el fuerte vive y el débil muere, si es tu propio hermano qué lástima. Lo importante en esa ciudad es que se pasaba bien entre los excesos y la bohemia, entre la música de los Bardos y las apuestas en las cartas de los Hustlers. Era tan entretenido que ni te dabas cuenta cuando ya estabas muerto quien sabe por qué… Hasta brebajes extraños que alteraban la mente existían en ese lugar. Cuidado con sobrepasarse porque aparecías en el último lugar que guardaste.
Entre las luces nocturnas llegaron a un edificio con pinta de destartalado. En la entrada había un letrero de luces rojas que tenía las iniciales de la guild. Quizá algo muy osado era dar una pista así de evidente de donde se encontraba el cuartel pero los de Spectra of the Abyss eran tan creídos de sí mismo que si un enemigo entraba por la puerta era bienvenido para cualquier pelea. Yuna saludó a un chico que estaba sentado en la escalera de piedra que daba a la entrada del edificio, era un miembro de la guild. El trío ingresó por la puerta ancha, algunos miembros saludaban a los recién llegados y sólo Yuna respondía los saludos. Se dirigieron inmediatamente a la oficina de Nana, un lugar lleno de cosas extrañas y ostentosas. A penas la líder se dejó caer sobre su sillón alguien tocó la abierta puerta. Eletania reconoció a aquella persona.

—¡Alice!- No pudo evitar contentarse al verle…Completo. Era estúpido pensar que le vería quebrado o algo por el estilo pues al perder una vida la persona volvía a su estado original al reaparecer. Esperó unos segundos pues de todos modos los dos no se conocían mucho pero no pudo aguantar más y le abrazó como si fuera un hermanito pequeño. —Me alegro de verte.- Pronunció con honestidad.
—Eh, gracias.- El rubio se sintió un poco contrariado por el contacto. Por un lado era incómodo porque no le conocía mucho y por otro era agradable que alguien como Yuna fuera tan amable con él. Quizá la única persona en esa guild donde se le había ocurrido entrar. 
—Hey novato. ¿Cómo se sintió ser triturado por esa cosa?- El Dark Knight le miró burlonamente, devolviéndolo a la realidad.
—…- Squall soltó un suspiro antes apoyarse en una pared.
—¿Eh, de verdad quieres saber?- Alice se encogió de hombros. Yuna le dejo de abrazar pero antes de apartarse totalmente de él le puso una mano en el hombro agradeciéndole lo hecho.
—Claro, claro.- El pelinaranja se sentó en un sillón más allá del escritorio de Nana. —Con detalles, por favor.-
—Que morboso eres.- Yuna le miró con desaprobación.
—Bueno, la cosa esa tenía los dientes filudos… Es increíble cómo estos juegos virtuales hacen que todo sea tan realista. Sentía como sus dientes se clavaban en mí y me desfragmentaban. Pero después me tragó y creo que fue peor porque allí adentro apestaba.- Alzó los hombros, pasándose una mano por el cabello rubio. —Y el jugo gástrico hizo lo suyo.-
—Cool.- Badou ladeó el rostro.
—No te hagas el héroe, novato.- Nana le miró con seriedad. —Lo único bueno que hiciste hoy es servir de anzuelo. Por mí que no volvieras más y así nos libras de tu estupidez. Ya me estoy cansando de hacerme cargo de críos… A la próxima procura suicidarte y así no nos fastidias con tu inutilidad.-
—Yo creo que has hecho un gran trabajo.- Le susurró Yuna al thief, guiñándole un ojo y codeándolo.
—G-gracias.- Desvió la mirada. Estaba acostumbrado al trato de Nana, no la culpaba pues siendo la líder que era no tenía por qué hacerse cargo de un sujeto con tan poco nivel y habilidades como él… De un modo masoquista hasta se sentía agradecido de las denigraciones de la jefa.
—¿Me escuchaste?- La pelinegra rugió.
—¡S-sí, sí!- Alice asintió torpemente por la distracción. —Procurare suicidarme… ¿Suicidarme?- Parpadeó un poco ¿Eso había dicho? Si la había escuchado pero Yuna… Bueno, ella le distraía con su amabilidad. Vio que Nana lo observaba esperando una respuesta que la dejara más conforme. —Suicidarme y procurar desaparecer para no molestar. Comprendido.- Sonrió un poco. —Ya me retiro, iré a cumplir las tareas que me dejo antes de irnos a las afueras de Acre.- Se dio la media vuelta y se retiró.
—¿De dónde sacas…estos críos?- Squall negó con la cabeza.
—¿Lo encuentras muy estúpido?- La chica apoyó los pues sobre el escritorio. —Porque no es el único estúpido que acepto en la guild.- Señaló a cierto pelinaranja.
—No, demasiado paciente… Demasiado sumiso.-
—No  todos son tan insolentes como tú. Eh, Leonhart. Mi nueva mascota no se iría sin avisarme. Perro malo, perro muy malo.-
—Ya estoy de vuelta…- Dijo sin ánimos. Alzando los hombros.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kana on February 27, 2014, 09:27:47 AM
Único fic del mes u_u

(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/f.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/howl2.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/kulaicon.jpg)
(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/nanaicon1.jpg)(http://i126.photobucket.com/albums/p94/Nekoi_Kanako/aliceicon.jpg)
Pasó un día entero antes de que Howl regresara al cuartel de la guild en Sin City. Para sorpresa de muchos ojos curiosos él no venía solo sino que acompañado de dos chicas. Aunque quizá no era tan extraño verlo acompañado de chicas ya que el Cleric siempre estaba acompañado por féminas a las cuales integraba en la guild si es que Nana le aprobaba. Lo raro era verlo en Sin City y no en Acre. Era tan extraño como no encontrarse al Assassin de Nick Skullkall en Mos Eisley.
Al principio Howl saludó a algunos cuantos conocidos pero después prefirió ir directamente al grano por lo que llevó a las chicas a donde estaba Nana. Ella no estaba en la oficina suya, en cambio estaba en el comedor del hotel. La pelinegra jugaba carta con una miembro de la guild que era una Hustler y un par de integrantes más. Se dio cuenta que también estaba el Thief que había muerto el día anterior, él estaba sentado en frente de Nana anotando algo en una libreta mientras BADLUCK apoyaba las piernas sobre él usándolo de mueble para descansar. En la mesa había una serie de jarras con brebaje, ceniceros con cigarrillos ya acabados y monedas por todos lados.

—Ha llegado la divinidad al nido de serpientes.- Bromeó la Hustler. Nana no quitó la vista de las cartas hasta que lanzó un par sobre la mesa. Jugar con una Hustler era cosa seria.
—Hola Paine.- Saludó el Cleric con amabilidad. La otra alzó una mano con una carta la cual lanzó a la mesa. —BADLUCK me preguntaba si…-
—Tú y tus pimpollos devuélvanse por donde vinieron.-
—…- Serah y Kula intercambiaron miradas entre ellas. Hasta el momento no habían dicho ni pio, sobre todo porque se esperaban que el gran jefe oso, el señor del fuego, el espartano de piernas peludas y pelo rizado en el pecho que se imaginaban como líder de la guild fuera eso; un hombre. Pero en frente de ellas tenían a una chica que de todos modos inspiraba respeto.
—Pero necesitamos gente. Recuerda las bajas.-
—Ouch.- Dijo Paine. —El dedo en la llaga.-
—…- Nana miró al Cleric por sobre las cartas. —No me importa.-
—Vamos BADLUCK, apelo a tu gran corazón comprensivo.-
—Eres como una mosca fastidiosa.- Gruñó Nana, frunciendo el ceño. —Por eso me alegro que estés siempre en Acre. Aquí ya te habría metido la cabeza al retrete para que dejaras de hablar.-
—Doy fe de ello.- Howl se pasó un par de dedos por el cuello, soltándose un poco el agarre de la capa en esa zona. Sonrió un poco nervioso al recordar las ahorcadas de Nana cuando le sacaba de quicio. —Pero también doy fe de que eres una persona buena.-
—¿De qué me sirven ustedes dos?- Por primera vez miraba a las chicas. —¿Qué podrían ofrecerme un par de novatas? Porque tengo un novato que es un fastidio.- Pateó un poco a Alice. —¿Una quiere traerme el periódico por la mañana mientras otras me mordisquea las botas del closet? Hasta eso es más entretenido ahora.- Plantó las cartas sobre la mesa. Paine embozó una sonrisa suponiendo que Nana se había quedado sin juego. —¿Qué me pueden ofrecer?- Apoyó los codos sobre la superficie de madera de la mesa, entrecruzó sus dedos y las miró detenidamente.
—Eh, yo…- Starlight se aclaró un poco la voz. Suponía que debía hablar ella antes de que…
—Pues podemos ser unas siervas fieles y hacer todo lo que nos pidas.- Dijo Kula con naturalidad, sonriendo ingenuamente. —Nos gustaría aprender de ustedes y superarnos. Estaremos a tus órdenes.-
—Hm.- Nana embozó una sonrisa, Howl agradeció que se suavizara, Paine no resistió una carcajada con el pensamiento de que esas chicas no sabían dónde se estaban metiendo. —Bien.- Suavizó las cejas. —Las aceptaré aquí siempre y cuando no hagan estupideces. Apelando a mi buen corazón.- Miró a Howl. 
—Gracias.- La Black Mage presentía que había algo más…Pero quizá era mucha la paranoia. —Yo soy Starlight, ella es BlueDiamond… Black Mage y Archer.- Presentó a ambas.
—Me servirían más si fueran White Mage. Admito.-
—…- Starlight sintió como un balde de agua fría se le daba vuelta sobre la cabeza. Vio intenciones de hablar por parte de Kula y suponía que la peliceleste contaría que se había cambiado de job así que le dio un codazo. —Gracias por aceptarnos. Haremos nuestro mejor trabajo.-
—Ese es el espíritu.- El Cleric juntó las palmas. Alice por su parte sonrió disimuladamente, en parte se sentía aliviado de dejar de ser el novato…Aunque comenzaba a sentir lástima de ellas dos.
—Aquí serán bienvenidas y les brindaremos protección.- Dijo Nana sin borrar la sonrisa. Paine ya suponía lo que venía. —Pero tengo que anunciarles que todos los que aspiran a ser parte de esta guild tienen que pasar una pequeña prueba.- Ella se echó hacia atrás apoyando la espalda en la silla metálica. —Las pondré a prueba a ver si son aptas y son capaces de hacer lo que yo pida. Será una prueba de resistencia. Irán por tres días a la zona muerta, simplemente eso. Si resisten los tres días y vuelven con sus vidas intactas serán bienvenidas con todas las letras. Pero si se acobardan y deciden abandonar, pues la salida está abierta.-
—¿Zona muerta?- Starlight alzó una ceja.
—Creo que se trata de un pueblo cerca de Sin City.- Dijo Kula.
—Exactamente.- Afirmó Nana. —Alice irá con ustedes y será su guía.-
—¿Qué? ¿Yo por qué?-
—Porque no haces nada aquí y estas de vago todo el día. Te vas a poner gordo si te quedas sin actividad.- ¨Además estas castigado por perder una vida¨ se dijo mentalmente. El Thief iba a alegar pero la mirada sentenciadora de la líder le indicó que era inútil. —Mañana irán por la mañana a primera hora. Hoy pueden ponerse cómodas. Howl, muéstrales las habitaciones disponibles para que elijan.-
—Gracias de nuevo.- Dijeron las chicas antes de retirarse con Howl una a cada lado del Cleric.
—¿No sería conveniente que un miembro de tercer nivel les acompañe?- Paine se acomodó el cabello revoltoso y corto.
—Bah, no les pasará nada.- Meneó la mano restando importancia. –Y si mueren será mejor que no vuelvan. No quiero más inútiles por aquí.- Observó a Alice. —Así que si se te ocurre hacer tus chistecitos y perder una vida más.-
—Mejor me suicido. Sí, sí.- Respondió el Thief, recordando la charla en la oficina. 
 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 27, 2014, 03:13:16 PM
Madre mía, que hay como 4 o 5 aportes viejos que no he pasado aquí :_D bueno, empiezo.
Uuh... creo que no tengo que añadir nada a este aporte xD Mentira, después me di cuenta de que sí que faltaban cosas.
Este es el traje de colegiala (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anirsailorsuit.png) que se pone Neko. Y este es Atom: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/atom1.png), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/atom2.png).
Y los pequebú bots de ataque: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/dingdongdell/13_botaranya.png), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/dingdongdell/13_botescorpion.png)






13. Esto va a ser d-divertido

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hiksti3-1.png)

Según sus cálculos mentales, el Lagiacrus debía medir unos diez metros de largo y tres de alto con la cabeza alzada. En tierra se movía torpemente, pero continuaba siendo mortífero. Y si era más ágil en el agua, quien sabía que podía llegar a hacer en su terreno.
El bot de reconocimiento dibujó un círculo más amplio, probablemente marcando la cabeza del jefe de zona, que se escondía debajo de las olas.

Neko apenas le había causado daño y daba gracias a que las pocas lagartijas que no había podido matar se hubieran cansado de perseguirla después de su última carrera en moto.

—Teniendo en cuenta su volumen y forma, apart-te de lo que parece ser su radio de acción… —murmuró Neko cambiando alguno de los objetos de su barra de acceso rápido— Hmn, sí, ya est-tá.

Anir se mordió la lengua, intentando parar el tartamudeo que le causaba el dolor del veneno aún esparciéndose por su cuerpo virtual. Sacudió la cabeza, el efecto debería terminar en poco tiempo, pero mientras tanto sus puntos de vida menguaban uno a uno, en un goteo que parecía eterno.

Cambió de nuevo su ropa, pero esta vez optó por algo mucho más ligero que una armadura completa. La falda azul plisada y la camisa blanca, con cuello marinero del mismo azul que la falda y pañuelo rosa, iban acompañadas por unos calcetines altos oscuros y mocasines marrones.
El traje de colegiala era una de sus preciadas posesiones. Conseguido en un evento un par de meses atrás, le otorgaba un bonus de cinco puntos en todos sus stats al enfrentarse a jefes y minijefes, aparte de otras pequeñas ventajas.

Acompañó el atuendo con unos guantes de cuero marrón, encantados con elemento viento por ella misma y caminó lentamente en dirección a la roca que sobresalía hacia el mar.

—Hipo, ¿cuánto tiempo t-tarda Lagiacrus en volver a invocar su séquito? —preguntó mientras andaba hacia la roca arrastrando un poco la pierna izquierda.

Su amigo tardó un poco en responder, buscando la información que Neko le había pedido.

Unos quince o veinte minutos, si el GM no ha cambiado las cosas —habló él.

—Gracias. ¿Y cuánto tarda en cambiar de elemento?

Hmn, con que tenga más del noventa y cinco por ciento de su cuerpo fuera de una masa de agua, ya cambia a tierra —informó.

—Entonces t-tengo tiempo de sobra.

Neko chistó, aún molesta con el tartamudeo. Sus pasos la llevaron por la cuesta hacia el centro de la roca, que se alzaba unos tres o cuatro metros sobre el nivel de la playa.
Tomó aire y se plantó firme sobre pies; invocó un martillo, que dejó reposando con la cabeza sobre el suelo y el mango hacia arriba. El martillo lucía remolinos grabados en la piedra, con un motivo parecido al que decoraba los guantes. El arma también estaba encantada con viento.

La mechanic levantó la barbilla y entrecerró los ojos, observando orgullosa el movimiento de su bot sobre el agua y notando como la brisa marina movía los pliegues de su falda. Separó un poco más la pierna derecha, frotando el pie sobre el suelo rocoso.
Esperó unos segundos en los que lo único que hizo fue respirar. Tomar aire profundamente, cerrar los ojos y calcular, seguir calculando.
Abrió los ojos al notar el pitido de su bot más urgente, más alto y lo vio balancearse dibujando un círculo más ancho. El bot se alejó a toda prisa mar adentro sólo para cambiar su dirección repentinamente hacia tierra.

Anir sonrió y movió los dedos para agarrar mejor el martillo. Su bot se movía formando eses y elevándose poco a poco mientras no paraba de emitir pitidos agudos, su ojo color cobre se iluminaba aterrado.

—Entonces cuando salta… —murmuró Neko, retransmitiéndole sus palabras a Hipo.

El agua se rompía en una línea recta antinatural y la cresta roja del Lagiacrus asomó entre la marea, rompiendo las olas.

Es elemento tierra —completó Hipo la frase.

El jefe de zona apareció encima del agua con un último impulso, formando un arco que lo llevó mucho más alto que la roca donde Neko lo esperaba. Empezó a caer hacia la chica, oscureciendo el horizonte y con la boca bien abierta. El Lagiacrus rugía con el cuello estirado, esperando esta vez alcanzar a su presa.
Neko sonrió y alzó el martillo hacia un lado con las dos manos.

El truco está en el movimiento de cadera y la posición de los pies, recordó el consejo de su vecino cuando le enseñó a batear, muchos años atrás. Y la posición de Neko era perfecta, con el torso estirado y esperando al efecto muelle para dar aún más fuerza a su golpe.
El martillo chocó contra el costado del morro del Lagiacrus cuando Neko ya podía apreciar el amarillo de sus dientes.

El boss voló hacia la playa de gravilla donde había empezado todo, con un gemido gutural y un descenso considerable en su barra de vida, aunque aún faltaba mucho para que fuera vencido.
El Lagiacrus sacudió la cabeza, gritando enfurecido mientras intentaba incorporarse cerca de la orilla, dentro del agua.

Neko dejó caer el martillo a sus pies y se giró para mirar al jefe. Levantó las manos a la altura de su cara con las palmas abiertas y formó sendos puños, apoyándose en la parte delantera de los pies, casi en los dedos, en posición de combate cuerpo a cuerpo.
El Lagiacrus movió la cabeza hacia ella con rapidez, emitiendo un rugido rasposo y lleno de indignación. Se dio la vuelta entero, encarándola y moviéndose un poco más adentro del agua.

La chica no dejaba de sonreír, esperó un poco más para tenerlo justo donde quería y cuando el Lagiacrus tuvo las cuatro patas dentro del agua y levantaba la cabeza para volver a rugir, presumiblemente preparando algún tipo de ataque, ella vio su oportunidad.
Un círculo de luz se creó a pocos metros del jefe y después de un parpadeo de píxeles, Atom, el primer robot de combate cuerpo a cuerpo que Neko creó en el juego, apareció de la nada. Era todo metal, con lo que parecían dos ojos azul cyan brillante detrás de una rejilla y bajo lo que parecía ser una placa protectora para la frente.

Atom imitó la pose de Neko, sin tener que verla y el Lagiacrus cambió el blanco, de Neko a su robot.

—Esto va a ser d-divertido.

El Lagiacrus no esperó más, arremetiendo de lleno contra Atom que, siguiendo las pautas que Neko marcaba con su cuerpo, levantó los brazos y enterró sus dedos metálicos en las patas delanteras del jefe de zona.
El interior del robot crujió al estirar el torso antes de lanzar al Lagiacrus lejos, aún más adentro del agua. A Neko no le convenía que volviera a salir y aún estaba demasiado cerca de la orilla.

Atom empezó a caminar con algo de trabajo hacia el Lagiacrus, con pasos lentos pero seguros.

—Mierda —murmuró Neko con el cuello estirado.

¿Qué pasa? —inquirió Hipo desde su lado de la línea.

—No veo al boss. Se ha me- ¡Aaah!

El Lagiacrus apareció entre jirones de espuma, empujando el costado de Atom, pero Neko fue rápida en su reacción y movió los brazos para que Atom rodeara el cuello del jefe con los suyos.

—¡Já! ¡L-lo tengo! —exclamó la chica.

Apretó más, mordiéndose el labio inferior y entrecerrando los ojos con deleite. El HP del boss bajaba lentamente mientras el robot se encargaba de ahogarlo, pero ese no era el plan de Neko ni mucho menos. Era el momento perfecto para ejecutar lo que tenía pensado desde que había invocado a Atom.

Detrás de la rejilla que cubría los ojos de Atom se podía apreciar como chisporroteaba la electricidad. El Lagiacrus se quedó un segundo quieto antes de empezar a removerse con más violencia. Atom giró su cabeza despacio, fijando las luces azules en las pupilas del jefe de zona y las chispas se repartieron por todo su cuerpo.
Atom estaba encantado con electro y no tardó mucho en demostrarlo. Rayos cubrieron la estructura de metal del robot y envolvieron al Lagiacrus, expandiéndose por el agua alrededor de ellos.

El jefe chilló mientras su cuerpo se convulsionaba y su HP disminuía a pequeños golpes. El shock le provocó confusión y Neko aprovechó el momento para añadir a sus pequeños bots de combate a la pelea.
Unas veinte criaturas de metal, no más grandes que la palma de una mano, surgieron de dentro del carro de Neko, dejándose caer al suelo y correteando entre la arena y las piedras de la playa a gran velocidad.
Algunos parecían arañas, mientras otros recordaban a escorpiones. Todos formados por metal negro y dorado, estirado y retorcido según la imaginación de su creadora.
A veces se paraban, esperando al resto de sus compañeros, pero no tardaron ni dos minutos en empezar a flotar encima del oleaje y trepararse al Lagiacrus, mordiendo y picando, buscando carne blanda entre sus escamas.

Con un sólo pensamiento, Neko terminó con el modo imitación de Atom y relajó su pose. Se crujió el cuello y suspiró, con una mano enguantada frotando su nuca.

—Acércalo a la orilla —ordenó mientras hacía desaparecer el martillo, guardando el arma en su inventario.

¿Con quién hablas? —curioseó Hipo— ¿Tienes ayuda?

—He invoc-cado a Atom —Neko se mordió la lengua y chistó mientras bajaba de la roca para acercarse a su robot y al jefe, débil pero aún con vida.

¡Ey, buena idea!

—Lo sé —la chica sonrió de costado, cojeando por la playa.

Atom arrastró al Lagiacrus caído cerca de la orilla y se dejó caer de rodillas encima de su abdomen, esperando a la siguiente orden que su ama tuviera bien a darle.
Neko dio un primer paso en el agua y un segundo. Echó hacia atrás la mano, abriéndola hasta que el manga de un hacha doble de guerra apareció entre sus dedos, los cuales cerró sobre el cuero.
El hacha tocó el suelo mientras Neko continuaba andando hacia su presa, apartando las piedras que ya se movían por el oleaje.
Continuó con su camino mientras el agua iba subiendo y subiendo. La falda de colegiala flotaba alrededor de sus muslos cuando por fin llegó a un alto, justo delante del jefe.

Notaba su propia respiración lenta y se rió sin humor al ver que el Lagiacrus estaba en una situación parecida. El ojo más cercano del monstruo se movió para mirarla y sus fauces se abrieron mientras la lengua se movía alrededor de un gemido agónico.

—Hijo de puta —dijo Neko entre dientes.

Echó el brazo hacia atrás, uniendo su mano derecha a la izquierda cuando el hacha estaba recta en lo alto de su cabeza, con chispas de electricidad iluminando las hojas. Y dejó caer el arma de golpe sobre el cuello del animal.
Lo oyó gemir una última vez mientras el metal se abría paso y apretó más aún los dedos sobre el mango cuando el holograma en tres dimensiones que anunciaba un crítico sobrevolaba por encima de ellos.

La cabeza del Lagiacrus se separó de su cuerpo y la quinta parte de la barra que aún le quedaba de HP bajó drásticamente hasta marcar cero.
Los pequeños bots de combate dejaron lo que estaban haciendo y salieron disparados hacia el carro, nadando entre las olas y repiqueteando sus patitas en las rocas de la orilla. Alguno se paró para sacudirse antes de saltar para treparse al carrito.

Neko echó la cabeza hacia atrás y suspiró cansada, limpiándose la cara manchada de sangre con el antebrazo. Frotó un poco más con el dorso de la mano y la palma después de mojarlas con agua salada.
Atom seguía en la misma posición, drenando los puntos de SP de Neko lentamente. Giró la cabeza y las luces detrás de la rejilla brillaron más claras al ver que Neko dirigía sus ojos hacia él con la mirada perdida.

Neko, Neko… —escuchó la chica resonar en su oído, por encima del rugido de las olas— ¿Estás bien?
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 27, 2014, 03:52:37 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)
024why don't you do right?

Cuando a Kora le habían dicho que saldrían por la tarde, había imaginado que sería después de una reponedora siesta tras la comida, así que consideraba que su indignación cuando básicamente la habían arrastrado de la mesa aún masticando una bola de carne y queso estaba más que justificada -- por poco se había atragantado.

Estando todos frente al Warp, se dio unos golpes en el pecho para que acabara de pasar el bocado. A su lado, Asami y Elizabeth esperaban a que Raiden diera las explicaciones.

- Tenemos dos tareas. – Empezó Raiden, con su característico tono serio. – La primera es recoger a una White Mage, y la segunda es que Elizabeth venda algunas pociones, armaduras y objetos varios.
- Ya me he ido preparando esta mañana. – Asintió la Merchant. – ¡Si vendemos todos haremos una buena fortuna!

El Samurai asintió satisfecho, y parte del entusiasmo de la otra chica se le contagió a Kora. Al fin y al cabo, no parecía una misión especialmente difícil, y por primera vez en días vería una ciudad que no fuera Sanctuary.

- Yo entraré primero. – Dijo Raiden. – Daros prisa.

Raiden desapareció en el portal brillante, seguido momentos después por Elizabeth con su carrito trotando detrás.

- Vamos, Kora.

Asami le indicó que pasara primero, y asintiendo sin poder evitar una sonrisa emocionada, Kora entró de un salto en el Warp. Aunque no fuera el primero, seguía sorprendiéndole el hecho de que con sólo un paso había cambiado completamente de lugar. Las calles frías y metálicas de Sanctuary habían sido sustituidas por el empedrado de colores vivos y las plantas con flores que adornaban la cálida Prorencia.

- Esta ciudad es tan bonita… – Suspiró, dando una vuelta sobre sí misma en mitad de la amplia plaza. – ¿Por qué no tenemos la sede aquí?
- La White Mage nos está esperando en una posada llamada Mariner, cerca de aquí. – Raiden señaló una calle al oeste de la plaza. – Una vez la recojamos, Elizabeth pasará a vender pociones… y nosotros nos encargaremos de que no pase nada malo.

Aunque Elizabeth y Asami asintieron, Kora giró la cabeza, indignada por la clara ofensa que era el hecho de que Raiden ignorara directamente sus palabras -- no era la primera vez que éste lidiaba con ella de esa forma. Con el labio torcido, siguió al grupo.

Estando cerca de la plaza principal, la fachada de la posada era de piedras de colores y madera pintada reciente, y cuando entraron vieron que tenía un tamaño considerable. Un Minstrel tocaba en el escenario, y casi todas las mesas estaban ocupadas.

- Ahí. – Tras comprobar su Omnitool, Raiden señaló a una de las mesas del fondo, donde una White Mage de pelo azul y corto tamborileaba los dedos sobre la madera.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ami.png)

La chica se sobresaltó al ver que el grupo se acercaba a ella, pero aunque Raiden tuviera permanentemente cara de haber lamido un limón, la expresión amistosa de las otras tres servía para compensar.

- ¿Asclepeia? – Preguntó Raiden.
- S-Sí, soy yo… – La chica asintió. – Sois de los Crimson Raiders, ¿verdad?
- Sí.

Por suerte para la imagen pública del grupo, Asami intervino ante la sequedad de su compañero, tendiéndole una mano a la White Mage.

- Bienvenida a la guild, y gracias, siempre hacen falta White Mages. – La Blacksmith sonrió. – Soy Techbender, pero me llamo Asami.
- Encantanda, llamadme Ami entonces. – Ésta estrechó la mano de la otra, relajándose más. – Gracias a vosotros por acogerme y por las molestias… cuando he oído de vosotros esta mañana no tenía literalmente nada encima…
- Siendo White Mage podrías cobrar por curar y echar buffs… – Elizabeth ladeó la cabeza. – No me parece bien, pero en medidas desesperadas...

Ami rió nerviosa al escuchar a Elizabeth, rascándose el cuello. Ésta, sin embargo, se agachó para recoger un casco de debajo de la mesa, el cual tendió a Asami para que lo examinara.

- Tienes razón, pero supongo que todavía me influencian ciertas cosas de la vida real, no podría-¡oh!

El grupo se sobresaltó cuando Raiden atrapó una botella que iba hacia ellos en el aire. Se había movido de forma casi imposible de discernir a simple vista, como siempre que ponía en función sus habilidades de Samurai. Detrás de ellos, en una mesa había empezado una disputa entre un grupo, y aquella botella no había sido lo único que habían lanzado en la discusión.

- Salgamos de aquí. – Les ordenó Raiden, estrujando la botella entre sus dedos de metal hasta que se rompió en pedazos.
- Ya decía yo que llevaban un buen rato así… – Murmuró Ami, escurriéndose entre el gentío siguiendo a los demás.

Salieron a tiempo de la posada, escuchando el sonido característico de un hechizo de electricidad antes de pisar la calle. La discusión había atraído a otros jugadores, y en cuestión de segundos había empezado una pelea de bar típica, que nadie sabía qué la había desencadenado, pero todos parecían tener un motivo para participar.

- Los ánimos están tensos por aquí, ¿no? – Preguntó Asami a la White Mage.
- He tenido que curar a más gente por peleas entre jugadores que por heridas entrenando. – Ami suspiró. – No puedes esperar otra cosa cuando encierras a tanta gente en un mismo lugar.

El grupo asintió. Estando en la tundra, Sanctuary no recibía tantos visitantes a no ser que fuera por cosas puntuales como las quests para subir de job o buscar materiales específicos de la zona, por lo que el ambiente era mucho más tranquilo en comparación. Kora empezó a replantearse si realmente prefería que la sede de la guild se trasladara a Prorencia.

- Una vez Elizabeth venda todo, iremos al bosque de Prorencia para que subir un poco de nivel. – Mientras caminaban de vuelta a la plaza, Raiden explicó la situación a Ami, quien asintió.
- Yo soy Elizabeth, por cierto. – Intervino la mencionada, sonriendo. – Songbird.
- Y ella es Kora, de nick Moonshine.

Asami terminó las presentaciones que habían sido interrumpidas por motivos obvios. Por suerte, Ami era educada y de buena disposición, por lo que aunque no hablara mucho era fácil mantener una conversación con ella.

- Tu nick era Asclepeia, ¿no? – Preguntó Elizabeth, ante lo cual Ami asintió. – Por Asclepio, ¿a que sí?
- ¡Oh! ¡Por fin alguien que lo entiende! – La White Mage no pudo evitar una sonrisa azorada. – Ya que me tocaba ser White Mage, quería que el nick fuera a juego.
- ¿Qué quieres decir con que te tocaba? – Kora se asomó.

Con un suspiro, Ami dejó caer los brazos.

- Juego, bueno, iba a jugar con mi grupo de amigas, pero ninguna quería ser White Mage… – Explicó Ami. – Así que como estoy estudiando Medicina, pensé que era la más indicada.
- Oh… vas a ser médico…

Elizabeth parecía de repente interesada en la conversación, aunque por la manera en que fruncía ligeramente el ceño no parecía que fuera un tema precisamente cómodo.

- Sí, empiezo las prácticas como interna el año que viene. – Dijo Ami, asintiendo.
- Mi padre también es médico…

Al hablar, Elizabeth desvió la mirada por unos momentos, pero cualquier cosa que tuviera que decir iba a esperar. La plaza de Prorencia se extendía ante ellos, y la Merchant tenía tareas que cumplir, las cuales cuanto antes terminara, mejor para todos.

- Estoy segura de que agotarás el stock enseguida. – Le comentó Ami. – Los Merchants se hacen ricos aquí.
- ¿Qué hacemos nosotras mientras? – Preguntó Kora, levantando la mano.

Raiden se giró hacia ella, alzando la ceja que tenía al descubierto.

- Esperamos, y nos mantenemos cerca por si alguien quiere algún descuento especial. – Raiden dio unos golpecitos con dos dedos al mango de su katana.

Kora torció el gesto, sentándose en el banco más cercano a donde estaba Elizabeth, con los codos apoyados en las rodillas y la barbilla en las manos. Si había algo que odiara, era esperar, aunque hubiera dicho Ami que sería algo corto, no sabían cuánto podía tardar.

Si se escurría a ver los alrededores, nadie lo notaría. Sólo serían un par de minutos, ver un poco de la zona y nada más, al fin y al cabo.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)

- ¡No puedes hablar en serio!

Jolyne alzó las cejas, uniéndolas en un gesto asustado. Sentía cómo si le hubieran roto el corazón en mil pedazos, y en su pecho había quedado un hueco en el que no entraba ni el aire. Las presión de las manos que la sujetaban por los hombros, sacudiéndola, eran lo que la mantenía en la realidad.

- Jolyne, tienes que hacerlo… si no, moriremos todos.

Se le hizo un nudo en la garganta al oír las palabras. Jamás hubiera esperado que, de todas las personas, fuera su propio novio quien la estaba condenando a muerte.

- Romeo, ¿te has encargado ya de ella? – La voz venía de lejos. – ¡Está volviendo!

Todo por culpa de aquel imbécil que se había auto-impuesto como líder del grupo. Tan inteligente y capaz que les había llevado ante uno de los jefes de zona más fuertes del bosque de Prorencia prometiendo que se harían ricos con lo que soltara.

Y cuando las cosas se torcían, huía con la cola entre las piernas.

- Jolyne, por favor… sólo es una vida, te prometo que cuidaré de ti el resto del tiempo. – Le apretó los hombros, con el rostro tenso. – Por favor…
- Romeo…

El nombre de éste fue lo único que alcanzó a decir antes de que sintiera cómo unas cuerdas se enroscaban a su alrededor, inmovilizándola de rodillas. Forcejeó en vano por unos momentos, y se giró con una mirada cargada de odio hacia al Hunter de la party.

- No es nada personal, preciosa. – Le dijo antes de echar a correr. – ¡Vamos, Romeo!
- Lo siento, Jolyne.

Romeo la atrajo hacia sí, besándola en los labios. Por unos momentos, Jolyne no pudo reaccionar, notando el escozor en sus ojos. ¿Cómo podía hacerle eso? Ni siquiera había tratado de disuadir al resto del equipo cuando habían sugerido que uno quedara como cebo y todos habían apuntado a Jolyne.

Todos los “te quiero” que le había dicho quedaban en nada cuando a la hora de la verdad demostraba que, como a todo el mundo, le daba igual si vivía o moría. Con rabia, mordió el labio inferior de Romeo, quien se apartó con un grito ahogado.

- Te… te esperaré en Prorencia, ¿vale? – Dijo, frotándose la sangre que le caía por la barbilla antes de salir corriendo.

Los pasos lentos pero pesados del Adamantoise eran cada vez más cercanos. La tierra empezaba a temblar bajo el pesado cuerpo de la criatura, y Jolyne estaba sola. Lo único que podía hacer era esperar que le quitara lo que le quedaba de vida con un sólo golpe.

¿Y después qué? Volvería a Prorencia, donde supuestamente Romeo la esperaría, si no era otra de sus mentiras.

No, no puedo confiar en él.”, algo que había aprendido de forma muy cara. Usando toda la fuerza que podía, estiró los brazos hasta que la cuerda se rompió, permitiéndole moverse. Al levantarse, se sacudió el resto de la trampa, y se puso en posición de ataque. Ahora era libre.

- ¡No voy a rendirme sin más! – Gritó al monstruo cuando estaba a apenas unos metros de ella. – ¡Ven a por mí!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on February 27, 2014, 03:53:32 PM
Ya están todos en el barco  ;D *ya puede llegar el iceberg jiji*
Y aquí el modelito de White Mage que va a gastarse Shura por el momento xxxxx (http://1.bp.blogspot.com/-YPsWC4gYK5E/TbbK9I_N63I/AAAAAAAAFNE/oGcHV_uotoc/s1600/alexander-mcqueen-paris-fashion-week-runway-10072010-21-820x1229.jpg)

#18

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)

Caesar había acudido a la iglesia esperando inútilmente una pista, algo que le llevase hacia una persona en concreto, la cual había buscado desde el primer día en el que el GM les había encerrado. Pero era inútil, pensar que este hubiera podido ir a la iglesia en busca de caridad o para pasar la noche, su compañero no era tan idiota como para aquello. Y sólo cuando pisó suelo santo, suspiro cansado reconociendo que había sido un pensamiento digno de un idiota retomar la busqueda en aquel punto de la ciudad.

Justo cuando iba a marcharse, cerca de uno de los bancos, se materializó una chica, por sus ropas saltaba a la vista que se trataba de una White Mage, parecía nerviosa, respirando pesadamente sin dejar de repetir “no-no”, se giró sorprendida, retrocediendo unos pasos y poniéndose pálida al encontrar al chico.
Caesar alzó una ceja extrañado, no era de los que causaban ese tipo de reacciones, y modestia aparte, aun menos en mujeres.

Shura dejó caer los hombros con un suspiro quedo, relajándose al comprobar que sólo se había equivocado de persona, y admitiendo para sus adentros que estaba demasiado alterada por todos aquellos giros en los acontecimientos. Agachó la cabeza avergonzándose por la expresión de desconcierto que había creado en aquel desconocido y se propuso a salir silenciosamente del lugar.
-¿Nos conocemos?
-No, lo siento -Shura volvió la cabeza, por su tono de voz el rubio no parecía ofendido por su reacción, pero era justo que le diera una explicación-. Te había confundido con otra persona.
-No pasa nada, no te disculpes -una sonrisa de cordialidad se dibujó en sus labios-. ¿Estás buscando a alguien? Puedo ayudarte, tengo experiencia buscando gente… o la empezaré a tener cuando encuentre a alguien -se llevó la mano a la frente haciendo un falso mohín de cansancio.
Shura sonrió cohibida, en parte divertida por la actitud cercana del hombre y por otra parte sin atreverse a tomarse confianzas con un extraño.
-Gracias, esto…
-Caesar Anthonio Zeppeli, puedes llamarme Caesar, y estoy a tu entera disposición, señorita…
-Shura -se dejó contagiar por su sonrisa, sin poder evitar ruborizarse por aquellas atenciones cuando este se acercó para tomarle de la mano.
-Preciosa, simplemente preciosa -el chico en vez de besarla en la mano, se inclinó sobre esta para besarla en la mejilla. Tenía que ser algún tipo de saludo europeo dada la naturalidad que mostraba, pero para esta no pasó indiferente y pese a su experiencia con hombres, se sintió nerviosa como una colegiala.

-Si quieres podemos ir a dar una vuelta, hace una mañana espléndida.
Shura valoró su propuesta, y la verdad, que no quería estar sola después de haber perdido su primera vida.
-Me encantaría.

---

Caesar era un hombre atractivo, Shura no reconocía a que job pertenecían sus ropas, pero tenía otras caracteristicas mucho más encantadoras, como unas marcas azuladas en forma de media luna debajo de los ojos, una cinta para recogerse el desordenado pelo rubio y sendos pequeños tocados a cada lado de la cabeza. Recordando como su amiga Kora le explicaba sobre su máscara, dedujo que todo aquello eran items ofrecidos por el juego y por lo tanto Caesar era un jugador con experiencia.
Además, era todo un caballero, la invitó a desayunar mostrándole sus sitios favoritos, conocía bien Prorencia y la llevó a probar un café dulce y suave como un caramelo. Le contó curiosidades sobre la ciudad, como que estaba inspirada en Florencia, y la tomaba de la mano para evitar que se perdiera entre el resto de jugadores y NPC que poblaban el mercado.

Cerca de uno de los puestos, Shura con aire distraído, se separó de su compañero que se mantenía atento a lo que la chica miraba: era un puesto de gorros y bufandas, especialmente de esta última, una morada con rayas azules.
-¿Te gusta? -Apenas estaba conociendo a la chica, pero aquella prenda no era especialmente femenina.
-Oh, no, no la miraba para mi -la chica pareció bajar de las nubes-, pero es del estilo de JoJo, y habiendo perdido la suya, pensaba que sería un buen detalle reponerla.
-¿JoJo? -Caesar se mostró sorprendido, pero la chica comprendía su desconcierto hablando de su compañero como si este tuviera que conocerlo por las buenas.
-Oh, Joseph y yo comenzamos a jugar el día en que quedamos atrapados… luego nos unimos con Doppio, Nero y Sol, y bueno, aun seguimos en el mismo grupo. Tendría que mandarles un mensaje luego.
No sabía cómo explicarlo, pero el ambiente se enrareció con la mención de su compañero, Caesar parecía inusualmente serio y melancólico en aquel incómodo silencio. Hasta que suspiró pesadamente.
-¡Mamma mia! ¡Tengo que estar haciendolo terriblemente mal si estás pensando en otro hombre que no sea yo!
Shura iba a disculparse, pero se quedó muda cuando el corazón en su pecho dio un vuelco: Caesar estaba sonriendo, sus ojos verdes parecían resplandecer de alegría, la tomó por la cintura atrayendola a su lado, demasiado extasiada como para no dejarse arrastrar por este.
-No puedo consentirlo, Shura, juro por mi honor de Zeppeli que lograré sorprenderte. Cierra los ojos...
La llevó fuera del mercado, cerrando los ojos y dejándose guiar, pero la chica no tenía miedo, se sentía inusualmente cómoda a su lado, y comenzaba a sentir una opresión en el pecho que conocía bien del mundo real, estaba teniendo un auténtico flechazo por Caesar.
No podía adivinar donde estaba, la música había cambiado y sonaban violines, pero debieron entrar en alguna parte que el ruido cesó.
-Espera un momento.
Shura no tenía la tentación de abrir los ojos, escucho una especie de “frus frus” propio de la tela. Caesar se acercó a su lado, sintiendo su aliento cerca del lóbulo de la oreja, susurrando de manera insinuante.
-Ya puedes abrir los ojos.

Delante de sus ojos, había un vestido blanco, el cual insistió en que se probase. En el probador no había espejos, sin embargo era una prenda muy bonita, que le sentaba bien y estaba algo alejado del típico traje de White Mage. Cuando salió para que Caesar la viera, termino de sentir que aquella prenda le quedaba como un guante al ver su sonrisa ensoñadora.
-Bellisima.
-Eres muy amable, Caesar -se apartó el flequillo de la cara evitando ponerse colorada-, pero no puedo permitirme comprarlo, ni permitirte regalarmelo.
-Entiendo, no te preocupes Shura, pero ¿por qué no disfrutas de él mientras estas en la tienda?
-Me parece justo -sonrió abiertamente.
-¿Quieres probarte algún complemento? No venden objetos raros ni poderosos, pero tienen cosas bonitas y que quedan bien.
-Vamos, vamos -se le escapo una risa más bien coqueta-, Caesar, tienes que ser el hombre perfecto por invitar a una chica a ir de compras.
-Me conformo con ser el hombre perfecto para una sola persona.
Se mordió el labio para contener una risa nerviosa, volviendo la cara y acercándose hacia el primer mostrador que tenía anillos en exposición. Escucho la risa contenida de su compañero acercándose por detrás.
-No conocía esta faceta de tí, aunque si quieres un anillo de compromiso… -deslizó sus dedos por la mejilla de la chica, dirigiendo su mirada hasta que sus ojos se encontraron-, mi sueño es formar una gran familia.

-¡Venga! ¡No bromees! -Aunque pensaba que el aire había abandonado sus pulmones y pronto se desmayaria por la falta de oxígeno, sacó fuerzas para reírse del comentario y apartarse de su lado directa a otro mostrador menos… comprometido.
Sentía cómo le ardía la cara, demasiado nerviosa para coordinar una frase o un gesto interesante, maldijo los juegos de seducción y a todos los hombres que había conocido, porque nunca se mostraron tan encantadores como aquel individuo, y maldijo su personalidad que no estaba tan forjada como para no resultar infantil a la mínima provocación.
El mostrador tenía pulseras y complementos para estas, cuando Caesar se acercó señaló la primera que le había llamado la atención.
-Q-quiero probarme esta -era un simple cordel negro con un pequeño delfín, el NPC se la sirvió y el chico la tomo, indicándole a Shura que le prestase el brazo para ayudar a ponerla.
-¿Sabes que has elegido un complemento más apropiado para los Black Mage? Suma más uno en los hechizos de agua.
-Oh… bueno, es bonita, ¿verdad? ¿O debería mirar otra?
-Estas perfecta.
Antes de tener tiempo de ponerse nerviosa, Caesar la tomó de la muñeca, guiñando un ojo de manera encantadora y saliendo de la tienda a toda prisa.
-¡No! ¡No espera! ¡No quiero irme sin pagar! -Shura estaba convencida de que algo malo tendría que pasarles si cometian un delito dentro del juego, algún tipo de castigo, pero salieron a la calle donde la música de violines acompañaba a la pesada respiración de la chica.
-Lo siento Shura -parecía divertido de ver aquella reacción.
-¿Has pagado… todo? Oh, te lo devolveré, te lo pagaré sin problemas.
Con una negativa desdeño aquel ofrecimiento.
-No es necesario, es bueno para el espíritu ayudar al prójimo. Además -la tomó de la mano observando la pulsera-, lo que has comprado me beneficia, observa.
Con la mano libre, como si agarrase algo delicadamente con el pulgar y el índice, se llevo los dedos a la boca soplando suavemente entre estos, de donde surgió una pompa de jabón que se estiró hinchándose y llenándose por dentro de pequeñas burbujas, girando y reflejando la luz como un caleidoscopio.
-¿Eres un Black Mage? -Shura estiró la mano tocando la superficie de la pompa, tan resistente que ni eso la rompió.
-Un Elementalist, de agua para ser más exactos -Caesar tocó la burbuja, y esta vez sí se rompió liberando a las más pequeñas que bailaron a su alrededor.
-Es… precioso.
-Lo que hacéis los White Mages sí que tiene mayor mérito… háblame de tu equipo, ¿hay más White Mages en el?
-No, sólo yo… aun tengo que subir de nivel, pero dan bastante trabajo, por suerte estaban todos bien antes de que llegase a la iglesia.
La mirada del hombre volvió a iluminarse, abrazando a Shura por la cintura en un cálido abrazo que dejó desarmada a la White Mage
-Gracias -había sido sólo un susurro por parte de Caesar, Shura se sentía cada vez más descolocada, apenas tuvo que empujarlo para que se apartase, mirando interrogante a este-. ¿Tienes hambre Shura? La mañana ha pasado volando.

¿Había esquivado su mirada y cambiado de tema por casualidad? Por primera vez, Shura se preguntó, ¿quién era realmente Caesar?

---

Pero con comida de por medio los ánimos habían cambiado. Una vez más el Elementalist había demostrado conocer la ciudad, y la llevó a un restaurante de pasta, el lugar parecía gozar de una cierta categoría, o por lo menos por dentro era limpio y el ambiente agradable.
Compartieron anécdotas entre ellos, quien más hablaba era Shura sobre su equipo, pero suponía que era parte de la cortesía del chico mostrarse atento por sus palabras.
Al llegar al café, Caesar miró un momento por encima del hombro de la chica, sonriendo misteriosamente, y centrando su atención en tomar y entrecruzar sus dedos con la mano de esta.
-Caesar… hoy ha sido un día perfecto -Shura hubiera querido girarse para ver quien había llegado que había llamado la atención de su acompañante, pero la actitud de este la distraía de todo lo demás, incluidas las exclamaciones de sorpresa a su espalda y los comentarios entrecortados.
-El día todavía no ha terminado, pero, para asegurarnos de que siga perfecto, voy a hacer un hechizo -aun con los dedos entrecruzados, se acercó la mano a los labios-. Un hechizo de amor, con un beso.
La beso en la mano y en la pulsera. La chica sentía el corazón palpitando con fuerza en el pecho.

-Voy a vomitar…
-¿Quién es ese tipo tan repelente?

-Y si me permites… -se acercó, inclinándose sobre el rostro de esta- un hechizo de amor en tus labios.

-¿Ha dicho de verdad lo que ha dicho?
-No lo soporto más.

¿Qué estaba pasando ahí detrás? Justo cuando sintió la cercanía de Caesar, este se detuvo, levantando la mano y creando una burbuja detrás de la chica. Incapaz de soportarlo más, Shura se giró, encerrado dentro de la burbuja había un cubierto que de no ser detenido les hubiera golpeado, y justo detrás…


(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)


-¡JOJO! ¡Chicos! -Se pusó en pie feliz por haberles encontrado, pero contra más se acercaba, menos felices parecían de verla-. Oh.
-Menos mal que te acuerdas de nosotros -Sol se cruzó de brazos observandola de arriba abajo y levantando una ceja suspicaz por su nuevo aspecto.
-Se me olvidó… dejaros un  mensaje, jeje.
-¿Cómo que “jeje”?
-Shura… me alegro de que estes bien -Nero se sintió aliviado de verla, pero después miró avergonzado a Sol, ambos se habían mostrado de acuerdo de brindarle a la chica un poco de indiferencia como escarmiento por no haber dado señales. Pero Nero había cedido a las primeras de cambio.
-Sí, estoy bien… la verdad que todo parece una mala noche de sueño, ¿y vosotros?
-Sólo estamos cansados -Doppio sonrió sin ganas confirmando lo dicho.
-Sólo hemos caminado sin descanso todo el día hasta llegar a Lavender Town para tomar un Warp para asegurarnos de que estabas bien, y no que parece que has estado de fiesta y nosotros preocupados. Creo que nos merecemos una disculpa por tu parte.
-Oye Sol, yo también he tenido mis problemas, si es lo que quieres escuchar entonces lo siento. -Shura buscó a JoJo, pero el chico miraba a Caesar con una expresión indescifrable.
-¿Eres Shiza? ¿Verdad?
Sus compañeros de party miraron extrañados a JoJo, Caesar se cruzó de brazos.
-¿De quién me hablas? No conozco a ese tal Shiza.
-Se llama…
-Caesar Anthonio Zeppeli… -JoJo interrumpió a Shura, demasiado sorprendida por las actitudes adivinatorias de su compañero, que aquella vez habían rebasado todos los límites. JoJo sonreía radiante, como si aquel fuera el mejor hallazgo que pudiera esperar-. Sólo puedes ser tú.
-Tampoco conozco a tu Caesar, lo siento, ¿JoJo? Te equivocas de persona.
-No bromees, Shiza… te he echado de menos.
-Lo siento -Caesar giró la cara para disimular que aquel tono afligido no le afectaba.
-Es verdad… -JoJo se rindió asqueado, girándose para marcharse del lugar-  tú no eres mi amigo, Shiza no fingiría que no me conoce después de tanto tiempo sin vernos.
-JoJo, idiota…
En unas zancadas, Caesar redujo la distancia con su compañero, agarrándole del hombro para que se girase y así que sus miradas se encontrasen, Caesar le sonrió a modo de disculpa y Joseph se mordió el labio, conmovido por haber encontrado a su amigo en medio de aquel caótico juego, sin poder evitar abrazarse aliviados por volver a tenerse el uno al otro.

-Ese abrazo era para mi… -a Shura le chirriaban los dientes de celos, era ella la que tenía que estar entre los brazos de Caesar.
Por lo que parece, Shura tendría que conformarse con los regalitos.

---

Te he echado de menos, no he dejado de buscarte ni por un segundo…
Ahora que estamos juntos, las cosas van a ir bien.


---
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 27, 2014, 03:54:46 PM
Y sigo dejando aportes atrasados oxo
Creo que hoy no tengo links que traer XD





14. No, créeme, no lo es

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hiksti3-1.png)

¿Neko?

Anir sacudió su cabeza y tosió una vez antes de contestar con la voz un poco ronca.

—Sí, estoy bien.

Bajó la cabeza, se rascó la oreja derecha y se pasó la mano por el pelo. Empezó a moverse, recogiendo los objetos que había dejado caer el Lagiacrus, sin fijarse muy bien en qué había obtenido.
Empezó a caminar hacia la orilla, arrastrando la pierna herida. La sal del mar escocía alrededor del arañazo. Hizo recuento de su situación, hablando con Hipo por privados de voz.

—E-el veneno d-debería agotarse pronto. No estoy mal de vida… p-pero casi no me q-quedan puntos de habilidad.

Su mirada vagó hasta Atom, que rompía las olas con su cuerpo metálico no muy lejos de ella. Echó otro vistazo más allá, hacia el carro. No veía a ninguno de sus escorpiones ni arañas mecánicas a la vista. Todos los pequeños bots de combate habían vuelto a su lugar.
Cambió la configuración de Atom a la automática, guardián. El robot atacaría a cualquier monstruo que amenazara a Anir y así lo hizo nada más salir del agua, encargándose de una de las lagartijas agresivas que se acercaban a todo correr hacia la chica.

Neko se dejó caer sobre la gravilla de la playa. Abrió la omnitool para acceder a su inventario completo y sacó un par de pociones que le ayudaran a recuperar parte de sus puntos de salud perdidos. Descorchó una de las pociones con un sonido que le recordó a las comidas familiares de Navidad y empezó a tomarse el líquido rojo.

¿Quieres que te mande ayuda? ¿Alguien cerca que pueda ir a por tí?

La chica casi se atragantó con la poción y empezó a reír mientras Atom descargaba sus puños sobre la segunda lagartija agresiva que intentaba acercarse a Neko.

¿Qué pasa? —preguntó Hipo, escéptico y tal vez un poco molesto.

—Eso se te podía haber ocurrido antes —explicó Neko para a continuación terminarse su primera poción y destapar la segunda—. Nah, ahora ya n-no hace falta. Ad-demás, Milo y Yuzu t-tardarían en bajar de C-Columbia y llegar hast-ta aquí.

¡Hmnpf! —se quejó Hipo antes de reír un poquito y volver a ponerse serio— Si necesitas cualquier cosa sabes que puedes pedírmelo ¿verdad?

Neko asintió mientras se terminaba la segunda poción antes de responder.

—Claro que sí. Lo mismo va para tí.

Neko escuchó a Hipo reír y no pudo evitar una sonrisa ella misma. Atom se sentó a su lado después de haber matado una lagartija más. Sus juntas rechinaban y un pensamiento fugaz sobre que tal vez debería hacerle el mantenimiento al robot en cuanto tuviera tiempo pasó por su mente.
Palmeó el muslo del robot antes de que Hipo le volviera a hablar.

De momento estoy bien, pero si necesito algo te llamaré. Estaremos en contacto.

Neko volvió a asentir antes de decirle que sí en alto y pasarse el dorso de la mano por la frente. El efecto del veneno por fin se había agotado y sus heridas se estaban empezando a cerrar gracias a las pociones.

Ah, una última cosa —dijo Hipo, sorprendiendo a Neko, que iba a cortar ya el modo automático de leer mensajes de voz—. Ve con cuidado, empezaron a pasar cosas raras antes del cierre del servidor. Tenlo en mente.

Y con este último consejo, Hipo se despidió de su amiga.

Con el veneno fuera de su sistema y sin una conversación que le entretuviera, Neko volvió a fijarse en su barra de vida, que se había recuperado hasta rellenar la cuarta parte. El agotamiento provocado por la batalla librada, la falta de puntos de magia, que estaban demasiado cerca de cero, y los pocos puntos de salud empezaba a ser notorio e ineludible.
Las luces azules detrás de la rejilla de Atom parpadearon una última vez hacia Neko antes de que el robot desapareciera en un borrón de píxeles, después de agotar hasta el último punto de habilidad de su creadora.

Neko se dejó caer hacia atrás, sin poder hacer nada contra la debilidad que sentía. Su cabeza rebotó contra la gravilla y sus ojos se echaron hacia atrás antes de desmayarse, atrapando como última imagen en ángulo inverso como una de las lagartijas agresivas sacaba la lengua desde lo alto de una roca cercana antes de bajar correteando, presumiblemente hacia ella.

¿Anir? —se oyó justo después del aviso en la omnitool de la chica de un nuevo mensaje de voz entrante.

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png) (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

Entre los bufs de Shun y la buena guía de Ikki, el camino hasta Columbia había sido bastante más corto de lo que Hyoga y Shun habían esperado en un principio.

—Ahí está —había dicho Ikki al llegar a lo que parecía ser un faro semiabandonado.

Y Shun había arrugado la nariz.

—¿Esto es Columbia?

Ikki había rodado los ojos y Hyoga se había asomado a las escaleras, aparentemente indeciso entre empezar a subirlas o hacerse un ovillo debajo de ellas y no salir de ahí nunca jamás.

—No, Columbia está arriba.

—¡Entonces subamos!

Ikki y Hyoga habían compartido una mirada tensa y después de varios movimientos de cejas y cambios en el lenguaje corporal, el rubio había carraspeado antes de erguirse un poco más y hablar.

—Columbia es un conjunto de islas flotantes, se accede a través de unas sillas que te catapultan a una máquina que te recoge y… bueno, eso es la ascensión.

Shun se había quedado callado durante unos segundos, con la cara seria, asimilando la información, antes de volver a sonreír y dar una palmadita animada.

—¡Suena divertido!

—No, créeme, no lo es —había murmurado Hyoga antes de mirar con aprensión las escaleras.

Y a continuación, después de cinco minutos de riña entre los dos hermanos, Ikki había decidido que, bueno, tal vez podían subir a mirar las sillas.

—Pero yo no subo a esa cosa —había dictaminado Ikki como un punto no discutible sobre cómo iba a avanzar su aventura juntos.

—¿Tu hermano está loco? —preguntó Hyoga en un susurro mientras observaba como Shun cotilleaba todo lo cotilleable en la cabina de ascensión.

Ikki le echó una mirada furibunda a Hyoga, pero luego se encogió de hombros. Tal vez, a veces, fue la interpretación de Hyoga sobre lo que aquel encogimiento había querido decir.
Después, Hyoga habló en alto para que sus dos compañeros le escucharan.

—Tengo que subir a por un libro y completar una quest en Columbia para tener una habilidad especial. No sé cuanto tardaré, no tengo ni idea.

—¿Puedo ir con Hyoga, hermano? ¿Puedo, puedo? —preguntó otra vez Shun, colgándose del brazo de Ikki.

—Yo no voy ahí arriba —insistió otra vez—. Y a tí no te dejo ir sólo.

—Pero iré con Hyoga. ¿A Hyoga sí que lo vas a dejar ir sólo? —Shun frunció el ceño.

Y viendo que esto se iba a convertir de nuevo en una discusión interminable, Hyoga se acercó a la silla y suspiró, hablando en alto mientras se sentaba, aunque aún sin poner las manos en los reposabrazos.

—Estaré bien, conozco la ciudad. Y si me pasa cualquier cosa os enviaré un mensaje. ¿Satisfecho?

Shun torció el morro, pero aceptó la situación sin poner muchas más pegas.
Ver como la silla despegaba hacia el infinito y más allá fue emocionante para Shun, que saludó desde abajo y le deseó un buen viaje a Hyoga a gritos, aunque él ya no podía oírlo.

—Vamos —indicó Ikki antes de darse la vuelta con los brazos cruzados y dirigirse hacia las escaleras.

—Pero hermano, tenemos que esperar a Hyoga… No vas a abandonarlo ahora, ¿verdad?

Ikki frunció el ceño un poquito más y se giró hacia Shun.

—Te he prometido que lo llevaríamos a cuestas ¿no? —Shun asintió ante las palabras de su hermano— ¿Cuándo he roto una promesa contigo?

—¡Nunca! —Shun sonrió y se abrazó al cuello de Ikki— ¡Hermano!

—¡Ya, Shun! —se quejó mientras dejaba que el pequeño le apretara entre sus brazos, no haciendo nada para que parara su comportamiento— Aprovecharemos mientras Hyoga está ahí arriba y entrenaremos por nuestra cuenta.

Empezaron a bajar las escaleras mientras Shun pensaba en lo que le había dicho Ikki.

—Pero no quiero tener mucha diferencia de nivel con Hyoga.

—No pasa nada, las quests para conseguir habilidades especiales son un poco largas y suelen darte bastante experiencia, aparte de la habilidad —explicó—. Y si tan preocupado estás, mándale algún mensaje de vez en cuando para ver como va de nivel.

—Oh, sí. Podría hacer eso.

Shun sonrió, de nuevo satisfecho con la situación.
Cuando salieron del faro y empezaron a caminar hacia el destino que Ikki tenía en mente, a Shun se le ocurrió algo.

—¿Has estado alguna vez en Columbia? —preguntó Shun mientras se agachaba para recoger a Marshmallow del suelo.

Ikki asintió con un cabeceo y el conejito olisqueó la barbilla de Shun, haciéndole cosquillas.

—¿Y cómo es la ascensión?

Ikki se encogió de hombros.

—No lo sé ni quiero saberlo, nunca he subido desde el faro.

—¿Y si no has subido con las sillas, cómo has llegado allí? Creía que habías dicho que no había warp directo dentro de la ciudad.

—Y no lo hay.

Por mucho que insistió durante su larga caminata sobre el asunto, Ikki no soltó prenda sobre su misteriosa visita a Columbia. Sólo le consiguió sacar a que sitio irían a entrenar: Esther’s Plains


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png) (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

Esther’s Plains no era el paisaje habitual que Shun solía evocar cuando pensaba en una playa. Llena de rocas grandes, gravilla y hierba quemada por el salitre y el sol, parecía más bien un lugar sacado de un juego de terror o misterio.

—¿Eso es un barco abandonado? —preguntó Shun mientras Marshmallow saltaba encima de una lagartija, haciendo ruidos de peluche aplastado— ¿Se puede explorar?

—Sí, pero no hay mucho.

Ikki seguía con los ojos puestos en el agua, esperando alguna señal sobre el boss que regentaba la zona. Según la lista de bosses no debería volver a salir hasta el día siguiente, pero después del encierro al que les había sometido el GM ¿por qué debería fiarse de las estadísticas?

Continuaron caminando por la playa a paso lento. Marshmallow se encargaba de atacar a cualquier lagartija que estuviera cerca mientras Shun se concentraba en curar a su mascota y rematar a algunas lagartijas con la maza y los ojos bien cerrados, haciendo muecas por los ruidos de aplastamiento.

—Oh, ¿qué es eso? —preguntó Shun antes de echar a correr.

—¡Quédate a la vista! —avisó Ikki por enésima vez, cansado de la curiosidad de Shun.

—¡Es que brilla! —se excusó el chico mientras caminaba más lentamente hacia el objeto desconocido.

—¿Qué eres, una urraca? —refunfuñó Ikki sin esperar respuesta, asegurándose de que Shun nunca estuviera a más de diez metros de él.

Shun se quedó agachado delante del objeto, mirándolo con interés antes de anunciar que era.

—¡Es una moto! ¿Se podrá usar?

Ikki acortó distancias a zancadas y con los brazos cruzados inspeccionó la motocicleta sin agacharse, con curiosidad.
Por el rabillo del ojo vio movimiento. Era una lagartija agresiva que les daba la espalda. Estaba trepada a una roca y empezaba a descender por el otro lado.

—Mira —señaló Ikki hacia el monstruo y poco después vieron como Marshmallow saltaba feliz por la misma roca, desapareciendo con un grito de guerra hacia el otro lado.

—¡Ah! —gritó Shun, poniéndose de pie y corriendo tras su mascota aventurera con una mano en la cabeza— ¡Marshi, espera!

Ikki miró con desinterés la escena y aunque su instinto protector le decía que era mejor no perder de vista a Shun, algo en la moto le hizo quedarse un poco más.
Sus ojos viajaron por la pintura de la moto, encontrando los rascones y golpes propios de alguna caída en aquel terreno rocoso. Aún con los desperfectos, aquel vehículo se le hacía familiar.

Justo en aquel momento el grito desgarrado de Shun le hizo levantar la cabeza.

—¡Shun! —gritó con verdadero desespero mientras dejaba su lugar y corría hacia el origen del sonido.

Shun e Ikki se chocaron en lo alto de la roca. Shun dando palmaditas en el pecho de Ikki mientras miraba con horror más adelante, Ikki abrazando a su hermano y buscando cualquier señal del Lagiacrus.

—¿¡Qué pasa!?

Shun levantó una mano, señalando hacia delante, donde Marshmallow daba saltitos, recogiendo los objetos que había dejado caer la lagartija que acababa de matar.
A su lado se encontraba el cuerpo de lo que parecía ser un jugador inconsciente.

—¡Es una chica! ¿¡Está muerta!?

Ikki apretó la mano que mantenía en el hombro de Shun. La chica iba vestida de colegiala y tenía el pelo anaranjado.
La conocía. Y muy bien.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 27, 2014, 03:55:37 PM
Cosas nasis 8> (y aporte de relleno, pero bien que tenia ganas de hacerlo ♥ con amor kiwi)

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png)
025with a little help from my friends

Kora soltó una risita al llegar a una de las avenidas que conectaba con la plaza de Prorencia, habiéndose alejado del grupo sin que ninguno se diera cuenta de sus movimientos.

- Tendría que haberme hecho Thief…

Orgullosa de sí misma, se adentró en la calle, admirando la avenida. Conforme avanzó por la calle, un olor a pasta y especias le llegó, haciendo que su estómago rugiera en respuesta. La vista del restaurante le recordó que había pasado ya un buen rato desde que hubiera comido, y aquel sitio parecía ofrecer platos más exquisitos que la comida de Sanctuary a la que estaba acostumbrándose.

Se acercó a la puerta, esperando que al menos pudiera permitirse comer allí, y para su sorpresa, la puerta se abrió antes de que tocara el pomo. La chica que salía había estado a punto de chocar contra ella, pero al ver a Kora, se quedó quieta, ambas observándose durante unos momentos parpadeando como si la imagen que veían fuera un espejismo.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/shura1.png)

- ¿Kora…?
- ¿Shura…?
- ¡Kora!
- ¡Shura!

Su último encuentro había terminado de forma abrupta, y no por voluntad de ninguna de las dos. La White Mage salió del restaurante, avanzando hasta la otra, que la recibió a mitad camino en un abrazo.

- ¡Estás bien! – Kora levantó una pierna, apretando su mejilla contra la cabeza de la otra. – ¡Me alegro mucho de verte!
- ¡Lo mismo digo! – Respondió Shura, riendo. – Iba a irme, pero podemos quedarnos un rato, si no tienes nada que hacer.
- Tengo todo el tiempo del mundo. Y toda la hambre…

La otra rió en respuesta, ambas entrando en el restaurante. La mesa en la que Shura había estado se encontraba libre, y a indicación de ésta, se sentaron las dos.

- ¿Qué tal has estado? – Empezó Kora, ladeando la cabeza. – Después de lo que… se dijo aquel día… he estado un poco preocupada...
- Um, bueno…

Como si fuera una suerte de conspiración para que no pudieran mantener una conversación tranquila, el NPC camarero se acercó hacia ellas, dispuesto a tomar nota de su pedido. Kora miró en el menú, buscando algo que se ajustara a su presupuesto, mientras que Shura sólo pidió un vaso de agua.

- ¡Oh, hoy hay ensalada César gratis!

Se giró hacia el camarero para confirmar su decisión, quien con la magia de los videojuegos, hizo aparecer un bol con una ensalada que hizo salivar a la chica sólo con verla.

La suerte parecía sonreírle, a diferencia de su amiga, que había apoyado el rostro en la mano, torciendo el labio.

- No existen las ensaladas César gratis… – Murmuró ésta, sonando claramente decepcionada.
- ¿Mh? ¿Shura? ¿Te pasa algo? ¿O es que esto de la ensalada gratis es un truco?

Shura entrecerró los ojos, y Kora picoteó con el tenedor un poco de su ensalada, dubitativa, aunque cualquier atisbo de incertidumbre desapareció cuando pudo saborear ésta. Cerró los ojos, dejando ir un ligero gemido… y estuvo a punto de atragantarse cuando Shura dio un golpe en la mesa, sobresaltándola.

- ¡¡Eso es!! ¡Es un truco!
- ¡¡Mf!! – Kora se dio varios golpes en el pecho, confundida. – ¿Un truco? ¿¡No hay ensalada César gratis!?

Kora miró la ensalada. ¿Y si resultaba ser carísima? ¿Y si no podía pagar? Ya podía imaginar la regañina que se le venía encima…

- Kora… – Shura la sacó de su estupor, totalmente seria. – Cuando ves una ensalada en la carta, esa ensalada que lleva tu nombre… es perfecta para ti, tiene todos los ingredientes que te gustan, la combinación ideal… ¡y entonces te la pides!
- Bueno, yo realmente no soy muy de ensaladas… – Kora se rascó el cuello, riendo nerviosamente.
- Sí, bueno, pero esa es TU ensalada, la ensalada César ideal. – Continuó Shura. – Y encima es la última, es la oportunidad que estabas esperando y todo parece cuadrar… Y entonces… llega a la mesa. – Shura gesticulaba con las manos exageradamente, indicando un bol inexistente. – ¡Y es perfecta! ¡Todo lo que querías! Ese Caesar está pidiendo a gritos que te lo comas, hasta el último bocado… Pero entonces… entonces…

La voz de su amiga se volvió grave, quebrándose por unos momentos, y bajó la vista. Kora frunció el ceño, dejando el tenedor en el bol para no volver a llevarse un sobresalto ante la explosiva pasión de Shura hacia las ensaladas.

- ¡La Coca-Cola! ¡Eso es! – Shura levantó la vista. – ¡La Coca-Cola se ha caído encima de la ensalada! ¡Se acabó! ¡¡Ya no es para mí, es de la Coca-Cola!!
- Um, si tanto te gusta la ensalada César, puedes quedarte la mía...
- No, Kora, tú no tienes ningún Caesar… – Soltó un exagerado suspiro. – ¿Y qué ha sido todo? ¿Un accidente? ¿¡Un truco!?

La voz de Shura iba volviéndose más dramática, llevándose ambas manos a la cara y reprimiendo lo que debía ser el mayor grito interno que había escuchado nunca, hasta que cayó con la cara sobre la mesa, con las manos aún rodeándola.

Sujetando el tenedor por el extremo puntiagudo, Kora tocó uno de los moños de Shura con el mango. De no ser por el ligero gemido largo que no dejaba de emitir, habría parecido un colapso. Para su alivio, la otra no tardó en girar el rostro, con los ojos oscuros brillosos y el labio torcido.

- ¿O es que la Coca-Cola y la ensalada estaban destinadas, y realmente nunca he tenido una oportunidad?
- B-Bueno… ¿Y si eliges otra cosa del menú? ¡Puede que algo nuevo te guste más!
- Oh…

Shura se incorporó poco a poco, dio un respiro hondo fuerte y cogió a Kora con ambas manos, finalmente volviendo a sonreír de forma que se le contagió.

- Tienes razón... ¡No puedo dejar que esto me hunda! ¡Ahí fuera, en el menú, hay muchos platos esperando a que los pruebe! – Las dos chicas asintieron, aún tomadas por la mano. – Ahh, Kora, es como si hubieras caído del cielo… necesitaba hablar con una chica urgentemente, me entiendes a la perfección… te quiero...
- Y yo a ti...

Aunque asintiera con una sonrisa, Kora no sabía muy bien cómo había solucionado la situación (o cómo había empezado), pero ver a Shura más animada y decidida la alegraba. Y es que aunque sólo hubiera estado con la White Mage apenas un total de dos horas, sentía que la conocía de mucho antes. ¿Quizá fuera alguien del mundo real?

- ¡Oh my god! ¡Shura va a fugarse con una Crimson Raider!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jojo1.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/caesar1.png)

La voz masculina hizo que las dos dieran un salto en la silla, y ambas se giraron para ver a la alta figura de Jojo, acompañado por un hombre casi tan grande como él, aunque rubio y con unos rasgos más elegantes. Kora notó como las mejillas se le volvían calientes, y tuvo que hacer acopio de fuerzas para mantener la compostura.

- No me voy a ninguna parte, tonto. – Le contestó Shura, cruzándose de brazos, y alzando el mentón sin mirarle. – Sólo estábamos hablando.
- ¿Podemos sentarnos? – El rubio tomó el respaldo de una de las sillas a ambos lados de la mesa, con un tono suave y educado, mientras que Jojo había tomado la decisión directamente, sentado con las piernas separadas.
- Por supuesto, Caesar… – La voz de Shura cambió totalmente al dirigirse al otro. – Ah, esta es mi amiga Kora.
- Encantado. – Éste le guiñó un ojo. – Se ve que lo de que la belleza atrae más belleza es verdad.

Si tenía las mejillas calientes, ahora le ardía el rostro entero, Cubriéndose las mejillas con ambas manos, Kora soltó una risita floja, murmurando un “igualmente, gracias” seguido de otra risita.

- Tsk… Es increíble que sigan cayendo con frases tan horteras, Shiza. – Jojo apoyó la mejilla en una mano, torciendo el labio.
- Sólo estoy reconociendo los hechos. – Caesar se encogió de hombros, dirigiéndole una media sonrisa. – Cuando quiero que alguien caiga en mis redes, no tengo que hablar siquiera.
- Si tú lo dices…

Aunque parecía exasperado, la minúscula sonrisa que cruzó el rostro de Jojo no pasó desapercibida. Kora y Shura cruzaron una mirada, y de pronto, la Black Mage empezó a tener la sensación de que tenía las piezas de un puzzle mal colocadas. Fue a darle una patada por lo bajo a Shura, pero en su lugar, oyó un “¡Holy shit!” por parte de Jojo.

- ¿¡A qué viene eso!? Os volvéis locas con cuatro palabras de Shiza… ¡Siento que os duela la verdad! – Jojo hizo como si ahuyentara palomas, y al otro lado de la mesa, Caesar soltó una risa. – Claro, ríete, pero seguro que estaban cotilleando… ¿de qué hablábais?
- No es asu-
- ¡Ropa!

Kora intervino antes de que Shura terminara, dando una palmada y ladeando la cabeza, sonriendo abiertamente.

- ¡Me encanta el nuevo traje de Shura! – Aunque no hubiera tenido ocasión de comentarlo antes, no mentía para nada.
- ¡Gracias! – Shura sonrió en respuesta. – Fue un regalo de Caesar.
- ¿En serio? ¡Tienes muy buen gusto, Caesar! – El mencionado sólo extendió los brazos, sonriendo satisfecho consigo mismo. – Shura, ahora vamos a juego, yo de negro y tú de blanco…
- La última vez también iba de blanco… – Le recordó Jojo.
- ¡No es lo mismo! – Kora cortó inmediatamente al otro. – Y eso tiene sentido, siendo tú White Mage y yo Black Mage…
- Somos como el Ying y el Yang.

Las dos rieron ante su (pobre) chiste, y la conversación tomó un ritmo más relajado. O eso creían, al menos hasta que la historia de cómo Shura había terminado encontrando a Caesar llegó al punto más dramático.

- ¿¡Cómo que has perdido una vida!? – Kora se llevó ambas manos al rostro, sintiendo como se le iba el aire de los pulmones. – ¡No!
- Sí… bueno, tarde o temprano tenía que pasar. – La White Mage se encogió de hombros con una sonrisa incómoda.
- Además, si no lo hubiera hecho, no se hubiera encontrado con Shiza…

Sin escuchar a Jojo, Kora buscó en su inventario, dejando todas las pociones de nivel alto que le habían dado en la guild en la mesa, y empujándolas hacia Shura.

- ¡Ten cuidado! – Kora apretó los labios para que no le temblaran.
- Gracias, Kora, pero no puedo…
- ¡En la guild las hacen como churros! Llévatelas, por favor…
- No te preocupes, no permitiré que le pase nada. – Con una sonrisa, Caesar tomó de la mano a Shura. – Shura está en buenas manos.

Aunque todavía estaba agitada por lo que le había sucedido a Shura, el mohín airado de Jojo no le pasó desapercibido, ni la mirada de soslayo que Caesar le dirigió cuando besó el dorso de la mano de la susodicha. Kora empezó a pensar que quizá la ensalada no fuera exactamente una ensalada, y tal vez había malinterpretado las palabras de la otra completamente.

Cuando Jojo alargó la mano para coger un trozo de pan frito de su ensalada, algo hizo click en su mente, y levantó la vista hacia Shura, abriendo los ojos de par en par. El ligero movimiento de cabeza de su amiga le decía claramente “ves”, y se tapó la boca con ambas manos. Aunque aquel no era el mayor sobresalto que iba a recibir en aquel momento.

- ¡¡Kora!!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png)

Al oír a la chica, la Black Mage dio un saltito en la silla, y si hubiera tenido orejas, las habría agachado. Se giró hacia la puerta, donde Asami la miraba con el ceño fruncido y los brazos en jarras.

- ¡Habíamos dicho que nada de separarse! – Echó un vistazo a la mesa. – ¡Y encima estás con Made In Heaven!
- N-n-no Asami, sólo quería hablar con Shura… – Kora trató de explicarse. – Esto es un, um… encuentro neutral.

La Blacksmith suspiró, cruzándose de brazos. Aunque conocía a dos de ellos y no le parecían peligrosos, no podía ser demasiado precavida considerando cómo había terminado el último encuentro entre ambas guilds.

- Si esto es una trampa… – Les dijo a los otros tres, entrecerrando los ojos, y haciendo chispear los dedos de su guante. Ninguno reaccionó más que con sorpresa. – Kora, tenemos que irnos.
- ¿Tan pronto? – La Black Mage hizo un puchero. – ¿Ya habéis acabado?
- Nosotros también tenemos cosas que hacer, que para eso habíamos venido a buscarte. – Jojo se dirigió a Shura.
- Pues bien que os habéis quedado un buen rato…

El grupo se levantó de la mesa, y para alivio de Kora, la comida había sido gratis. Mientras se dirigían a la puerta, la chica sujetó a la White Mage, retrasándola unos pasos, y bajó su voz antes de hablar.

- No me lo esperaba para nada… pero, Shura… recuerda que hay más platos en el menú.
- Sí. – Ésta asintió firmemente en respuesta. – De todas formas, me alegra haberte vuelto a ver. Cuídate, ¿vale?
- Lo mismo digo.

Kora abrazó a Shura, ambas siendo llamadas por sus respectivos compañeros de equipo al ver que habían quedado atrás. En la calle de Prorencia, los dos grupos tomarían direcciones opuestas, así que aquella era el adiós hasta a saber cuándo volverían a encontrarse. Kora agitó la mano efusivamente hasta que el trío desapareció entre la multitud.

Al menos aquella vez habían tenido la oportunidad de una despedida decente.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on February 27, 2014, 03:56:24 PM
#19

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)x

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x

-¿Así que os habéis cruzado con los Crimson Raiders? -El grupo, a excepción de Caesar y Shura, terminaba de comer después de haber cambiado el restaurante por una posada.
-Llevas bien el tema, Sol. -JoJo levantó una ceja suspicaz.
-¿Y por qué tendría que llevarlo mal?
-Quizás, por todo lo que pasó en Columbia.
Sol miró a Caesar antes de responder, aunque prestaba atención a la conversación, parecía entender de lo que hablaban, Joseph tendría que haberle puesto al día mientras ambos buscaban a Shura.
-Desde que se acabaron las Guild Wars, no tengo nada de lo que preocuparme con los Crimson Raiders, son un grupo acabado.
-Nada que ver con el nuestro, claro -Shura se inclinó hablando de manera irónica y confidencial para Caesar.
-Pero decirme, ¿estaba Phaselock?
-Yo al menos no la he visto -la chica no podía negar que no se sintiera aliviada por ello, la impresión que le había causado la Black Mage, era la de una mujer implacable.
-Suerte por ella -Nero dio un puñetazo a la mesa-, si nos la hubiésemos cruzado, hubiera ajustado cuentas con ella y Raiden.
-Sí, yo también quiero ajustar cuentas con Phaselock, a solas, largo y tendido.
Nero sacudió la cabeza confundido por el comentario de Sol, pareciendo que se desinflaba, girando la cara como si hubiera algo interesante que ver en la pared.

-Antes habéis hablado de un tal Dio, ¿qué era lo que pasó exactamente?
-Yo pensaba que era un NPC… lo comprobé en la Omnitool cuando el Warp me llevo a lo alto de la torre.
-Hay NPC y enemigos que pueden imitar bien el comportamiento de los jugadores -el Elementalist ofrecía su propia información, que fue corroborada por el Paladín.
-Pero me habló del mundo de fuera… dijo, bueno, que a saber lo que podían estar haciendo con nuestros cuerpos, ahí afuera, sin que pudiéramos tener medios para defendernos. 
-Cualquiera que le hiciera algo a una persona tan encantadora como tú, Shura, tendría que ser un monstruo.
La chica no pudo evitar sonrojarse por el comentario de Caesar.
-A mi lo que me intriga más es otra cosa que dijo -JoJo intervino con un tono de impaciencia-, dijo que podía encontrar a Shura en cualquier parte del juego, y luego, que iba a vengarse de los dos.
-Los enemigos pueden rastrear a las presas, ya lo sabes -habían tenido una desagradable experiencia hace unos días-, pero todo enemigo tiene un área de rango, la de Dio es el castillo de Lavender Town, así que no hay de qué preocuparse.
-Sol, no estoy convencida de que fuera un enemigo.
-Yo ayude a testear este juego, y nunca he oído de nada semejante a lo que me cuentas -aquello marcaba el fin de la discusión.
-De todas formas, ¿visteis su cuerpo muerto? -Caesar se dirigió a su compañero.
-Lo vimos caer por el barranco con la avalancha...

-Y tu Caesar, ¿conoces a Joseph de fuera? -El paladín no quería seguir con un tema que obviamente sólo iba a crearles una inútil paranoia.
-Nuestras familias se conocen, y de algún modo, JoJo empezó a jugar al escuchar de mis partidas.
-¡Ey! No fue exactamente así… sólo quería probar.
-Y agotaste toda tu suerte aquel día al quedarte encerrado.
-Pero, ¿cómo habéis podido reconoceros dentro del juego? -Doppio hizo la pregunta obvia por la que algunos de la mesa se quedaron extrañados.
-Nunca cambio mi apariencia original para los juegos, sería engañar a las damas -Caesar se cruzó de brazos, apoyando la espalda contra el respaldo y sonriendo.
-A mi no se me da bien customizar personajes -JoJo se llevó la mano a la frente, como si el tema le hubiera ocasionado ya algún que otro dolor de cabeza.
-Yo sólo entré al juego para un rato, no me merecía la pena cambiar mi apariencia -Shura reflexiono sobre ello aunque la pregunta no fuera para ella.
-La esencia del juego esta en las batallas, el cambio de apariencia es una pérdida de tiempo.
Nero pareció hundirse más en el asiento por las palabras de Sol.

-Bien, Caesar -este continuo hablando-, pues esta es nuestra Party, puedes ser parte de ella o de los Made in Heaven, nos vendrá bien alguien con tu nivel -le ofreció la mano esperando que el Elementalist la estrechase de aceptar su oferta.
-Habéis cuidado bien de mi amigo, será un placer quedarme en este grupo como parte de la party.
“Yo solito se cuidarme” -JoJo no interrumpió a su compañero, retirando la mirada cuando estrecharon la mano.
-Me alegro por los dos -Doppio aplaudió la nueva incorporación, dirigiéndose al Thief y al mago-. Teneis suerte de poder contar con alguien de confianza que conozcais de fuera. 
-Tiene razón -Shura suspiró melancólica-, después de una semana… se empieza a extrañar a la gente de fuera.
-¿Ya ha pasado tanto tiempo? -Joseph pareció salir de sus pensamientos sobresaltado-. ¡La abuela Erina tiene que estar preocupadisima!
-No te preocupes, el tiempo en el juego se percibe mucho más rápido que en la realidad -Doppio hizo aspavientos con las manos para intentar calmarle-.  Fuera es posible que haya pasado… ¿medio día? ¿Quizás un día?
-Joseph, entiendo que no se te den bien las nuevas tecnologías, ¿pero ni siquiera sabías eso? -Aunque fue Sol el que habló, en su cara y en la de Caesar la expresión era similar, juzgandole como si fuera idiota. El Thief estaba razonablemente inquieto por la alianza de esos dos en su contra.
-Yo me refiero por nosotros: de verdad que si no fuera porque he podido desahogarme con Kora, que me hubiera vuelto loca. Necesitaba una amiga con urgencia -Shura puso paz en el grupo.
-¿La Black Mage iniciada de los Crimson Raiders? -El Paladín se mostró suspicaz por el comentario.
-Puedes contar con cualquiera de nosotros para hablar cuando lo necesites.
-Créeme que esta vez no, Caesar… ¿y tu Doppio? ¿Extrañas a algún amiguito de la escuela?
-Bueno… -la pregunta le incomodo, pero lo mejor iba a ser sincero y contestar-, la verdad que a quien más echo de menos, es a mi mujer y a mi hija. 

Aquello fue una revelación para todos los presentes.
-¿Estas casado?
-OH MY GOD!
-¡Yo pensaba que aun estabas en secundaria!
-No… -se sonrojo tragando saliva para recuperar la compostura-, de todos modos, estamos divorciados, y la niña aún es demasiado pequeña para echarme de menos como yo la extraño a ella.
-Vaya, lo siento mucho, no quería incomodarte, Doppio -la chica hablo por todos ante el ambiente tan incómodo que se había formado.
-No te preocupes, en serio que no importa.
-Pronto saldremos del juego y volverás a verlas, te lo garantizo, amigo -Sol le dio unas palmadas en el hombro animándole hasta que dibujó una tímida sonrisa. 
-¿Y tu Nero? ¿Tienes algún amigo al que eches de menos?
Nero no había hablado en todo aquel rato y Shura con su pregunta pretendió traerlo de nuevo a la conversación.
Lo que ninguno se dio cuenta, era como la palabra “amigo” pareció afectar a Nero, hablando lo primero que se le pasó por la cabeza para no sentirse tan ajeno del grupo.
-Yo echo de menos a mi novia.
-¿De verdad? -Shura pareció desinflarse.
-Hoy parece que es un día de revelaciones, me alegro por ti Nero -Sol le sonrió felicitándole.
-¿Estás seguro de que esa chica no puede estar dentro del juego? Podríamos intentar buscarla si quieres.
-Gracias, Caesar… pero seguro que no esta, no le gustan los videojuegos, ella cree que son cosa de niños.
-Típico en las chicas.
-Ey Sol, no todas las chicas somos así, es sólo un tópico.
Nero suspiró aliviado de haber alejado el tema.

Hablaron unos minutos más del tema, terminando de comer y poco a poco decayendo la conversación a causa del cansancio de la mayoría del grupo.
-Yo me voy a dormir, no me despertéis hasta mañana -Sol retiró su silla de la mesa.
-Pero si aun es de día.
-Quizás para las princesas, pero los mayores que llevamos toda la noche y toda la mañana en busca de su merced, necesitamos descansar… con su permiso alteza -Shura ocultó un gruñido en un suspiro pesado, ante aquella teatral petulancia que buscaba burlarse de ella, Sol le dio la espalda subiendo las escaleras presumiblemente en dirección al dormitorio.
-Nosotros también tendríamos que ir a dormir Doppio, si Sol nos cierra la puerta tendremos que dormir en el pasillo.
Nero les informó que eran habitaciones de tres, excepto la de Shura que era individual.
-Gracias por pensar en mi honra… olvídalo Nero, era un chiste. -Se despidieron de ambos chicos que siguieron el camino del Paladín.
-De verdad que las mujeres sois peores que los hombres -JoJo se acercó, pasándole el brazo por encima, animado por haberse reencontrado-, me alegro de que estés bien.
-¿Tan mal estaba? No recuerdo nada, es como si me hubiera despertado de un sueño -le apretó la mano que fue correspondida con un apretón nervioso del chico.
-Es mejor así, aun estabas viva cuando te rescatamos, Sol intentó salvarte curándote, pero era demasiado tarde.
-¿Sol? ...Por favor JoJo, cuéntame que paso.
Negó con la cabeza alejando las imágenes que prefería ignorar.
-Aunque ninguno quisiéramos, a Sol no le quedó otra que reducir tus puntos de vida para que no sufrieras más.
-¿Dices que Sol me mato? -El escalofrío que la recorrió, no pasó desapercibido para su compañero que la arropó, apoyando la frente en la coronilla de la chica.
-Sé lo que estás pensando, y creo que sí que ha sido duro para él, no ha cuajado bien tener que matar a sus compañeros de Guild y tampoco cargar con tu muerte.
Apretó con fuerza los ojos llena de remordimientos.
-Voy a subir a pedirle disculpas -se relajó soltando todo el aire y abriendo los ojos.
-Adelante, nosotros también vamos a dormir.

---

La Omnitool le indicó la habitación, llamó pidiendo que saliera su compañero, sintiéndose afortunada de encontrarlo aún despierto. Pero cuando salió al pasillo para hablar a solas, comenzó a sentirse cohibida sin saber muy bien por donde empezar.
-Esto… quería disculparme contigo. Me he portado fatal por no haberos mandado un mensaje.
-No te preocupes, recuerda disculparte también con Nero y Doppio -su intención no era reprocharle, aceptaba sus disculpas que además parecían sinceras, sólo que estaba demasiado cansado para cuidar las formas.
-Sí, eso haré… -se sintió un poco más culpable, era un despiste de persona y tendría que haberlo hecho en la mesa-, pero quería hablar contigo por otra cosa… JoJo me ha contado que…
-Olvídalo, yo también esperó que de estar en la misma situación, hicierais lo mismo por mi.
Shura sentía una cierta desazón por aquello, sin llegar a estar convencida de que sus palabras fueran sinceras más allá de resultar lo que se supone que un líder tenía que decir.
-Sol… sólo decirte, que gracias.
-No me las des por haberte quitado una vida, por favor.
-No es por eso, te estoy agradecida por estar en tu mismo grupo, me convertiré en una buena Cleric, para compensar todo lo que haces por nosotros.
Aquello le pilló por sorpresa, quería agradecerle sus palabras, le hacían sentir calmado, esperanzado en el futuro, y porque no decirlo, orgulloso por ella y por el trabajo que él mismo estaba realizando. Pero sólo se limitó a sonreír.
-Descansa, Shura.
-Tu también, Sol -Shura se dio la vuelta caminando por el pasillo sin poder evitar sonreír contagiada por la sonrisa de este.

Ya en su dormitorio… después de estar un buen rato leyendo la Omnitool, buscando información de algo que se asemejara a Dio sin resultado, de revisar sus items y de intentar que pasará el tiempo lo suficiente para que le entrara el sueño, recibió un mensaje de JoJo en la Omnitool.

>Shiiiza, ven a la habitación, que estoy muy sólito *chu**chu*
Shura tuvo que leerlo un par de veces más para creérselo.
>JoJo, te has equivocado al mandar el mensaje.
La respuesta tardó un buen rato en llegar, constantemente escribiendo y borrando el mensaje para acabar contestando.
>¡Es un truco!

-¿Qué le pasa a este tio? -Shura cerró su Omnitool poniendo los ojos en blanco y dispuesta a salir de la habitación para ir al baño a asearse antes de hacer el esfuerzo de ir a dormir.
En el pasillo encontró a Caesar, que pareció sorprenderse por la presencia de la chica.
-Hola Shura, pensaba que ya estabas dormida.
-No he podido.
-Yo tampoco, he salido a dar una vuelta, perdona por no avisarte.
-Tranquilo… -observó suspicaz a este despedirse alejándose por el pasillo-, oye Caesar, ¿a donde vas?
-Al aseo.
-El baño no queda en esa dirección.
-Si quieres, puedo hacerte compañía un rato -sonrió, relajándose para resultar encantador.
“Esta… ¿cambiando de tema?”
-No hace falta… buenas noches.
-Dulces sueños, Shura.

La chica entrecerró los ojos entre confundida y alabando la habilidad de JoJo de hacerles el lío a todos con un par de palabras.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 27, 2014, 03:57:28 PM
Aportes viejos~





15. ¡No, no y no!

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

La primera vez que Anir había puesto los motores de Marshmallow en marcha, sabía perfectamente cual iba a ser su destino.

—¡Columbia!

Gritó después de atracar el airship en el aeropuerto público de la ciudad y pisar el suelo. Ikki bajó detrás de ella, con el ceño fruncido, los brazos cruzados y negando con la cabeza.

—Eres como una niña… —empezó a renegar el chico.

Anir sonrió con cara de pilla y se acercó a él en unos cuantos pasos saltarines.

—Eso es lo que te gusta de mí —sentenció antes de agarrarle de uno de los brazos con sus dos manitas y tirar de él sin conseguir moverle—. ¡Ven, vamos! ¡La ciudad nos espera!

Ikki rodó los ojos y dejó que tirara de él. La pasarela de Marshmallow empezó a cerrarse mientras Anir correteaba llevando a Ikki de la mano, camino a la salida del aeropuerto. También era la primera vez, para los dos, que estaban en Columbia. Era un día lleno de primeras veces.

La ciudad no les decepcionó, sobre todo a Anir, que se paseaba por los puestos de alquimistas señalándolo todo e inspeccionando las pociones de cerca, a cada cual más bizarra.

—¿Y esta para qué sirve?

—Oh, pues verá… —intentó explicar la alquimista del puesto antes de que Ikki le cortara de cuajo.

—Ya tenemos suficientes de lo que sea, no.

Puso la mano encima del tapón y empujó un poquito, esperando a que su compañera soltara la botellita redonda y la dejara en su sitio.

—Pero, pero…

—No —dijo Ikki abriendo mucho los ojos y con cara seria.

Anir boqueó un par de veces, pero Ikki levantó una ceja y señaló hacia delante con la cabeza.

—No eres para nada divertido —se quejó dando una patadita al suelo antes de darse la vuelta y hacer ondear su pelo en el aire, caminando deprisa hacia la salida de la feria de alquimistas.

Ikki rodó los ojos.

—Y tú no eres para nada mona.

En un arrebato infantil, Ikki le sacó la lengua y la escondió justo a tiempo de que Anir no viera el gesto.

—¿¡Vienes!?

A Ikki se le escapó una sonrisa antes de acercarse a la chica, andando con largas zancadas hacia ella.

Se adentraron entre callejuelas, corrieron para tomar uno de los zepelines que les llevaría hasta otra isla y se perdieron un rato por el barrio de los magos.

—Y yo que creía que sólo te interesaba la parte de los alquimistas… —dijo Ikki, mirando a su alrededor con curiosidad.

—Sí, bueno, pero ya que hemos subido… Aquí hay equipo para magos que no puedo hacer.

—Aún —anotó el chico.

Anir asintió mientras se acababa el perrito caliente y se chupaba la punta de los dedos para librarse de las salsas antes de limpiarse con la servilleta de papel y encestarla en una papelera.

—¿Y para qué quieres tú equipo de mago? ¿Vas a venderlo? —Ikki imitó a Neko, terminándose su comida, pero él no se chupó los dedos, sólo los restregó contra la servilleta.

—No, es para el clan.

Ikki suspiró cansado. Ya sabía lo que iba a venir ahora y levantó la mano, enseñándole la mano a Anir en cuanto empezó a hablar.

—¡Deberías unirte!

—¡No, no y no! No me van esas cosas, no juego en equipo.

Neko agarró la muñeca de Ikki con las dos manos, andando del revés mientras apretaba los labios en un gesto encantador.

—Mentira, juegas conmigo —insistió.

Ikki arrugó la nariz y tuvo la delicadeza de sonrojarse un poco.

—Contigo es diferente.

Neko sonrió antes de chocarse contra una farola e Ikki empezó a reír, ganándose un golpe con el puño cerrado de parte de su compañera. Ikki se quejó, pero continuó riéndose durante un buen rato más.

Llevaban tres horas de exploración cuando decidieron hacer un alto en el camino. Anir miró a su alrededor, buscando un sitio donde sentarse, mientras Ikki se acercó a una máquina expendedora, golpeando una moneda contra la otra, para comprar un par de refrescos.
Dejó las monedas rodar dentro de la máquina y se agachó para recoger las latas. Cuando se dio la vuelta le costó encontrar a su compañera de equipo. Estaba sentada en el borde de la plaza, con las piernas colgando hacia el vacío.

Ikki se sentó a su lado, ofreciéndole uno de los refrescos y dejando colgar, apoyándose en el hombro de Anir y flexionando la otra pierna.

—¿Esto no es un poco peligroso? Si te caes de aquí, te matas.

Anir se encogió de hombros.

—Me van las emociones fuertes.

Ikki abrió su lata y le dio un trago mientras con la mano libre revolvía el pelo de Anir, mirando hacia otro lado. Se ganó unas cuantas risas antes de que Anir empezara a quejarse.

—Yo no me había apuntado a este juego para hacer turismo —observó Ikki mientras las luces del atardecer pintaban su piel de naranja.

Anir se volvió a encoger de hombros.

—Ni yo para hacer amigos.

Ikki apretó sus dedos en la cabeza de la chica, que manoteó para quitárselo de encima.

—¡No te burles de mí! —amenazó Ikki, aunque su tono no era muy duro.

Neko se rió otra vez, sabiendo que citar una de las grandes frases de Bennu le haría reaccionar así.
Cuando los dos se calmaron, Neko entrelazó los tobillos y se agarró al palo de la baranda que tenía entre las piernas.

—Lo que son las cosas… ¿Te acuerdas cuando vimos Columbia la primera vez?

—¿Abajo? —preguntó Ikki y Anir asintió mientras le daba un trago a su refresco— Sí, me acuerdo.

Pasaron unos cuantos segundos más, que el ruido de la gente en la plaza y los motores de las naves que mantenían Columbia a flote se dedicaron en rellenar.

—Parece que fue ayer —continuó ella.

—De hecho, no hace tanto, no llega a un mes.

Anir se encogió de hombros.

—En la vida real sí, pero conforme transcurre aquí dentro el tiempo…

Ikki asintió, sabiendo a qué se refería. A él también le daba la sensación de conocer aquel sitio, aquella gente, desde hacía por lo menos un año.
Se incorporó y giró la cabeza para mirar a Neko, observando su perfil mientras bebía, hasta que ella se dio cuenta y lo miró.

—¿Qué? —preguntó curiosa, en un susurro.

Ikki negó con la cabeza antes de sonreírle.

—Nada.

Levantó un brazo para rodear los hombros de Neko, apretándola contra su costado y dejó transcurrir los siguientes minutos en silencio, observando un atardecer artificial que se colaba entre las nubes.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

La vuelta a la consciencia dentro del juego tenía su propio ritmo, no era del todo real. Era como despertarse dentro de un sueño, o algo parecido.
Neko abrió los ojos poco a poco, no queriendo levantarse de donde estuviera. Levantó una mano para taparse los ojos y apretó el pulgar y el índice contra los párpados.

A su alrededor todo estaba oscuro y aún podía oír el rugido del mar. Suponía que había muerto después de caer inconsciente, si la última imagen de aquella lagartija agresiva acercándose hacia ella debía ser tomada en cuenta, pero no recordaba donde debería haber revivido después de su muerte. Apretó los labios y los párpados, decidiendo que podía permitirse el lujo de no importarle donde estaba.

—¿Se puede tener un sueño dentro de un sueño?

Preguntó en un susurro, sin esperar a que nadie le contestara.

—Porque si es así, acabo de tener uno muy agradable —su voz sonó un poco rota al final.

Notó sus ojos humedecerse, pero apretó un poco más los dedos para acabar con las lágrimas antes de que empezaran. No lloraba mucho, pero cuando lo hacía era en forma de cascadas.
Chistó y quitó la mano de su cara cuando alguien habló desde algún lugar cercano.

—¡Estás despierta!

Poco después se hizo la luz, despacio, y una carita de ángel se formó en la penumbra, alumbrada por una lámpara de gas. El joven le sonrió, antes de levantarse y acercarse a ella.
Neko intentó incorporarse, poniendo el peso en sus manos y pateando la sábana que se enredaba en sus pies.

—Tranquila, ahora estás a salvo.

La luz aumentó, el chico había dejado la lámpara sobre una caja de madera y le había dado más potencia.
Neko miró a todos lados, intentando, ahora sí, averiguar donde estaba. No tardó mucho en recordar el barco abandonado en la costa. Alguna vez lo había explorado y esa podía ser una de las habitaciones del barco.

—A ver, deja que te mire… —habló el jovencito, activando su omnitool y escaneándola con ella.

—No te servirá, no estamos en la misma party —dijo antes de pensar que tal vez era un Crimson Raider, después de todo no los había conocido a todos.

El chico parpadeó mirando su omnitool y la apagó, fijándose en ella. Sonrió con algo de vergüenza y se rascó la mandíbula.

—Tienes razón… es que soy un poco nuevo en el juego.

Neko se movió un poco más, ahora despacio, sacando las piernas de la sábana raída y apretándolas contra su pecho.

—Vaya suerte la tuya, quedarte encerrado cuando no sabes jugar —dijo Neko, ladeando la cabeza y mirando hacia la puerta.

Si lo que decía era verdad, probablemente aquel chico no era parte de su Guild y no debería tener demasiado nivel. Si corría hacia la puerta…

—¡Me llamo Shun! —se presentó poniendo la mano abierta sobre su pecho— Y tú eres Neko ¿verdad?

—Eh, sí.

Aunque era algo obvio, probablemente había visto su nick mientras estaba inconsciente. Entonces Neko ató cabos, aunque el joven le puso en situación antes de que pudiera preguntar.

—Estaba entrenando con mi hermano en Esther’s Plains cuando te hemos encontrado. Estabas tirada en la playa.

El lenguaje corporal de Neko fue cambiando poco a poco, ya no parecía un conejo a punto de saltar ante la primera alarma de peligro.

—Mi mascota se fue detrás de una lagartija y cuando la seguí te encontré allí —Shun sonrió y ladeó la cabeza—. Soy mago blanco, te he estado curando ¿Cómo está tu barra de vida?

—¡Ah!

Neko activó su omnitool y comprobó sus parámetros. Cabeceó afirmativamente, aún no muy segura de cómo se debería sentir. Su naturaleza recelosa no le dejaba terminar de sentirse agradecida y aliviada de no haber perdido una vida tontamente.

—Estoy bien… y gracias.

El chico movió una mano restándole importancia.

—Es de noche ahí fuera —señaló hacia un ojo de buey en el que Neko no había reparado—. Estamos en el barco abandonado, lo hemos limpiado de monstruos antes de venir aquí, se supone que en esta sala no aparecen, es para descansar… o eso dice mi hermano.

Neko asintió, dándose por enterada.

—Será mejor que sigas descansando, tampoco faltan muchas horas para que amanezca.

—Espera… ¿Tú hermano? ¿Hay alguien más aquí?

Shun miró hacia la puerta y después hacia la chica.

—¡Sí! ¡Mi hermano es genial! —soltó muy alegre— Ya verás, es el mejor hermano. Oh, y debería descansar, ha estado toda la noche haciendo guardia, voy a llamarlo.

Cuando el joven desapareció gritando ‘hermano’ por la puerta, Neko musitó un ‘genial’ y se dio un golpe en la coronilla contra la pared.
Shun no parecía mal chico, no podía serlo si la había salvado. De todas maneras, y aunque a Neko siempre le había gustado conocer gente nueva, estaba en una época de su vida en la que le costaba confiar en los demás. Y ahora la situación le pedía que confiase en dos desconocidos.

Oyó la cháchara de Shun y vio como se volvía a abrir la puerta. Neko decidió empezar bien y sonrió hacia las dos figuras que empezaban a entrar en el círculo de luz.

—Ah, Neko, este es mi hermano, Ikki.

La sonrisa se le congeló en la cara, apretó los puños, agurruñando la sábana.

—Y esta e-

—No hace falta que nos presentes, ya nos conocemos —dijo Ikki.

Shun miró confundido de uno a otro mientras la tensión crecía en aquella habitación.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 27, 2014, 03:58:40 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
026flightless bird

Asami volvió al grupo llevando a Kora, con una mano en su espalda que no llegaba a empujar pero que parecía dispuesta a agarrarla de las cuerdas del corsé si intentaba escaparse otra vez. Elizabeth terminaba unas ventas con un par de jugadores mientras Raiden vigilaba a una distancia segura, y Ami curaba a un novicio, rechazando educadamente la moneda que éste le ofreció a cambio.

Cuando vio que la Blacksmith volvía con la chica, Raiden le dirigió una mirada indignada.

- ¿En qué estabas pensando? – Raiden intentaba no sonar enfadado, claramente, pero al tratar de disimular su voz sólo sonaba más ronca y grave.
- Estaba aburrida… – Kora enroscó un mechón de pelo con el índice. – ¡Tampoco me he ido tan lejos!
- Si vuelves a irte sin permiso, te quedarás aquí.

Con aquella última reprimenda, Raiden giró la cabeza, volviendo a centrar su atención en la Merchant, que estaba haciendo inventario con la Omnitool. Kora se sentó de nuevo en el banco, y Asami se dejó caer grácilmente a su lado.

- Voy a tener que ponerte una correa… – A pesar de todo, Asami tenía una media sonrisa en el rostro. – Al menos avisa la próxima vez.
- Iba a ser sólo un momento… – Kora hizo un puchero. – Ni os ibais a dar cuenta…
- Tal y como están las cosas un momento puede salir muy caro. – La chica ladeó el rostro. – Confías muy fácilmente en los demás, entiende que me preocupe… todos nos preocupamos.

Aunque le estaban echando una de las reprimendas más sutiles de su vida, Kora no pudo evitar sonreír, y rodeó el brazo de Asami, frotando la mejilla contra su hombro.

- Lo siento. No quería preocuparos.
- Ahora no pareces muy arrepentida.
- Hmm… no me gusta estar sola, así que… – Notó como los colores le subían al rostro. – Cuando dices esas cosas, me siento como si estuviera en familia.

Asami parpadeó unos momentos, procesando las palabras de Kora, y pronto suavizó su expresión.

- Ya lo sabes, tenemos que cuidar los unos de los otros ahora. – Dijo la Blacksmith, y Kora asintió en respuesta.
- Hemos terminado. – Raiden se acercó a ambas, con un atisbo de extrañeza cruzándole el rostro al ver a las dos chicas de aquella forma. – ¿Qué hacéis?
- Se llama abrazo, y si fueras más simpático, recibirías alguno de vez en cuando. – Kora le sacó la lengua mientras soltaba a Asami.

Con una mueca irritada, Raiden se dio la vuelta, reuniendo a las otras dos chicas. Elizabeth había ocultado el carro con las herramientas de la Omnitool, al no necesitarlo por el momento, y Ami estaba lista para partir.

- Tomaremos la salida norte, así saldremos a la ruta que va hacia la tundra. – Explicó Raiden, emprendiendo el camino, y las cuatro chicas asintieron.

El resto de la ciudad era tan bonito como el centro, y aunque se alejaran de éste, los aires de grandeza y exuberancia permanecían en las calles principales. Aún con la larga caminata, ésta se había hecho corta con una tranquila conversación entre las chicas -- como era costumbre, Raiden se había mantenido al margen.

- ¡Qué mala suerte! – Kora se llevó ambas manos a las mejillas al oír a Ami. – ¿En serio…?
- Sí… mis amigas no son muy de planear, así que pensé en estudiar un poco el ambiente del juego para que no fuéramos tan perdidas… – Admitió la White Mage. – Íbamos a entrar todas al día siguiente.
- No te preocupes, saldremos tarde o temprano. – Asami trató de reconfortarla. – Pareces muy aplicada e inteligente, seguro que ayudarás a mucha gente.

Ami sonrió, sonrojándose ante el halago de la otra chica. Sin darse cuenta, habían llegado a la enorme puerta que daba al bosque de Prorencia, y el suelo empedrado bajo sus pies dio paso a la hierba fresca.

El ambiente parecía tranquilo, pero inmediatamente los cinco se prepararon para luchar, aunque a aquellas alturas los monstruos que aparecían eran más indicados para novicios, y la única que podía beneficiarse era Ami.

- ¿Decías que tu padre es médico, Elizabeth?

Ami aprovechó uno de los momentos de paz para conversar. Por aquel claro del bosque no aparecían criaturas, y a la White Mage no le gustaba especialmente tener que martillear adorables bolas de gelatina rosa. Una distracción de vez en cuando no le venía mal.

- Ah… Sí.
- ¿Qué especialidad? Todavía no me he decidido por la mía…

Sin detener la caminata, Elizabeth tardó unos segundos en contestar. Ami iba a disculparse por si la pregunta había estado fuera de lugar, pero la Merchant retomó la conversación tras avanzar unos pasos por delante del grupo.

- Ahora mismo… su especialidad soy yo…

Había una melancolía en el tono de Elizabeth que hizo que el grupo dejara lo que estaba haciendo para escuchar a la chica, que se había agachado para sacar unas flores entre los hierbajos que crecían en la raíz de un árbol.

- ¿Qué quieres decir? – Kora ladeó la cabeza.

Elizabeth se giró, con las flores en las manos. Eran raras, y muy útiles para fabricar ciertas pociones, pero sobretodo destacaban por su belleza. Blancas con las puntas azuladas, parecían ir a juego con el traje de la chica que las sujetaba.

- Nací con el Síndrome Leutess. – Elizabeth cerró los ojos, bajando el rostro. – Mi cuerpo es tan débil que no puedo salir, y soy intolerante a casi todas las comidas… constantemente sangro por la nariz, o toso hasta desmayarme… sólo puedo hacer actividades ligeras dentro de casa, o si no…

Con los dedos, deshojó una de las flores del pequeño ramo hasta que sólo quedó el tallo, el cual dejó caer a sus pies.

- Mi padre… mi padre ha intentado durante años curarme, pero sólo puedo estar en casa, tomando la dosis de medicina diaria y procurando no agotarme ni siquiera cuando estoy leyendo.
- Elizabeth, es… es terrible. – Asami se había llevado una mano al pecho, con las cejas levantadas hasta juntarse.
- Por eso cuando oí sobre un juego de realidad virtual, tan realista… – Elizabeth apretó el ramo de flores. – Hice todo lo posible para poder jugar, y ver al menos un mundo que no fuera el que hay en las cuatro paredes de mi habitación.
- Pero… no puedes salir… – Kora buscó la mejor manera de expresarse, sin grandes resultados.

Elizabeth esbozó una media sonrisa.

- Por suerte, mi familia tiene dinero. Mi padre era un hombre importante en el campo hasta que nací… – La amargura era evidente en la voz de Elizabeth al decir aquello. – Así que compró una máquina individual, para que pudiera jugar desde casa. Me gusta mucho este mundo… aquí no soy una chica enferma, puedo conocer gente, correr, soportar el frío o el calor, incluso recibir y dar golpes… y sobretodo, puedo ver tantos sitios…

El silencio cayó entre el grupo. Ninguno sabía qué decir o hacer ante la situación de Elizabeth, pues consolarla haría que sintiera que daba lástima, pero al mismo tiempo, no podían fingir que su historia les dejaba indiferentes.

La chica guardó las flores en su inventario, y cruzó los brazos detrás de la espalda.

- ¡No me miréis así! – Elizabeth sonrió. – No quería deprimiros. Estoy bien.
- Pero cuando salgamos… – Empezó Kora, que calló al recibir un ligero codazo de Asami.
- Sí… – La mirada de la chica se desvió por unos momentos. – Se habrá terminado. Pero sacarán otro parecido tarde o temprano, esta vez sin GMs psicópatas, espero.

En vista de que sus compañeros seguían callados, Elizabeth dejó ir una risa suave, con las manos en la espalda aún.

- Perdón, no quería bajar los ánimos. – Hizo un gesto ligeramente incómodo. – Sólo que sé un montón de cosas sobre vosotros… supongo que tocaba que supierais algo sobre mí. Así que, ¿vamos?

La Merchant emprendió el camino a paso ligero, y sus compañeros la siguieron, tratando de recuperar la normalidad tras aquel bloque de información nueva. Pronto encontraron un grupo de Porings, y los dejaron a cargo de Ami. La White Mage, sin embargo, parecía distraída por primera vez, y una de aquellas bolas de gelatina le golpeó en el pecho, haciéndola caer hacia atrás.

- ¡Cuidado!

La advertencia de Asami quedó en nada cuando de una sóla estocada en semicírculo Raiden destruyó el grupo de Porings que les estaba atacando.

- Creo que eso es pasarse. – Comentó Kora, arqueando una ceja, pero el Samurai sólo envainó su katana.
- Lo siento… – Ami se puso en pie con ayuda de la Blacksmith, y lanzó un hechizo de curación sobre sí misma. – M-Me he distraído.
- No te sientas mal por haber preguntado. – Respondió Asami, y el grupo reanudó la marcha. – Creo que ella también tenía ganas de decirlo.

La White Mage negó con la cabeza, y miró hacia adelante. Elizabeth seguía adelante, buscando entre los hierbajos algo que fuera útil. Dubitativa, Ami bajó el tono de forma que sólo la pudieran oír los otros tres.

- Es sólo que… el Síndrome Leutess hace años que puede curarse. – Ami frunció el ceño. – Puede que tenga una versión más fuerte, pero no tardarían mucho tiempo en encontrar una cura.
- ¿Qué quieres decir? – Tras unos segundos de silencio general, Asami fue la que se atrevió a preguntar.
- No lo sé… por eso me había distraído.

El grupo intercambió miradas confusas, y luego se fijaron en Elizabeth, que parecía haber encontrado una gema morada en el suelo. Ninguno parecía dispuesto a romper el silencio, aunque Raiden observaba a la chica con los ojos entrecerrados.

- ¿Raiden? – El samurai parecía perdido en sus pensamientos, y Kora fue la primera en intentar sacarlo de su concentración. – ¿Pasa… pasa algo?
- No. – Respondió envainando su katana lentamente. Tras una pausa, se dirigió hacia las chicas, habiendo recuperado su expresión normal. – Vamos.

Raiden retomó el camino, avanzando entre los árboles. Pocos segundos después, saliendo de su estupor, las tres chicas siguieron sus pasos. Siguieron avanzando por el bosque con normalidad, aunque Ami tuvo que tener más cuidado conforme los enemigos de nivel aparecían con mayor frecuencia.

- ¡Tenía que cazar diez de esos cuando entré al juego! – Kora señaló un monstruo con forma de bola de pelo, el cual se desvaneció bajo el mazo de Ami. – Hay una quest en Prorencia por la que te dan un traje.
- ¿Y esa era tu prioridad nada más entrar? – Asami la miró, arqueando una ceja.
- Llegó hasta el final del mapa persiguiéndolos, y casi la hubiera matado un monstruo en la tundra si no la hubiera salvado.

Kora le dirigió una mirada a Raiden que bien podría haber pasado por un hechizo de fuego, y éste se encogió de hombros.

- ¡E-Eso no fue llo que pasó exactamente! – Excepto que sí era exactamente lo que pasó.
- Todos tenemos leyendas urbanas, Moonshine. – Negando con la cabeza, Raiden dejó ver una media sonrisa.
- ¡Oh! ¿Es esta tu venganza? ¡Al menos mi historia no es sobre un steal kill!

Con un dedo acusatorio, Kora trató de devolvérsela al Samurai, quien sólo siguió con su tarea de vigilar al grupo. A su lado, Ami tenía una sonrisa incómoda y Asami simplemente suspiraba, aunque ambas parecían entretenidas.

- ¡Chicos!

Elizabeth corrió hacia ellos; habiendo estado merodeando a una distancia cercana para dedicarse a la búsqueda de materiales mientras el resto entrenaba.

- ¿Qué pasa? – Raiden dio un paso adelante.
- Alguien ha hecho salir al boss de esta zona. – Elizabeth señaló hacia el noroeste, mordiéndose el labio inferior. – Está literalmente a metros de nosotros, si no nos ha detectado aún, lo hará pronto.

Kora sintió un escalofrío al oír la palabra ‘boss’. Todavía tenía fresco el recuerdo de Maya muriendo en la cueva, y ninguno había hecho mención de volver a atacar un enemigo fuerte desde entonces. Por unos momentos, sintió que los pies se le hundían en la tierra.

- Es de nivel medio, fuerte en comparación con lo que hay por los bosques de Prorencia, pero no es mucho siendo un boss de zona. Al menos de aquí.
- Un Adamantoise, ¿verdad? Ya he cazado alguno. Podemos vencerlo. – Raiden llevó la mano al mango de su katana. – Será un bonus de experiencia para Asclepeia, y Moonshine también podrá beneficiarse.
- ¿Estás seguro? – Aunque Asami parecía lista para equipar su guante, preparada para el combate como el otro, aún no las tenía todas consigo.
- Techbender, tú y yo iremos delante. El resto, haced lo que os digo, y tened los warps listos para usar.

Raiden entrecerró los ojos, dejando ir un suspiro, y desenvainó la katana del todo, la hoja de ésta brillando con su característico reflejo azulado. Tras él, las chicas siguieron su ejemplo, preparando sus armas también.

- No voy a fallar esta vez. – Murmuró Raiden, con la voz ronca.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 27, 2014, 03:59:25 PM
Último aporte viejo yvy Creo que no tengo mucho que decir de este post .v.





16. ¡Gracias por lo que me toca!

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

Después de lo que parecieron siglos, pero apenas sí habían sido segundos, Neko se arrastró hacia el borde de la cama, empezando a levantarse.

—Será mejor que me vaya —dijo sin mirar a ninguno de los otros dos integrantes de la habitación.

—¡No puedes irte!

Neko negó con la cabeza, levantando una mano para parar las palabras de Shun.

—Necesito mi carro de vuelta y mi moto. Y tengo que arregarla, seguro que está dañada —explicó mientras miraba el estado de sus guantes y activaba su omnitool para localizar el carro y la moto extraviadas.

Ikki rodó los ojos y dejó salir un suspiro más bien parecido a una risa de burla contenida.

—¿Qué? —espetó Neko mirando hacia él y dejando de prestar atención a su omnitool.

—Típico —respondió Ikki, ganándose un ceño fruncido de parte de la chica—. Ya estás diciendo idioteces. Esther’s Plains es más peligroso de noche, se sales ahí fuera te comerán viva.

Neko tardó en responder dos segundos en los que pareció sorprendida y no de buena manera. Shun miraba de uno a otro, levantando las manos ahora a la izquierda, ahora a la derecha, sin saber qué decir para calmar los ánimos que obviamente se habían caldeado en cuanto esos dos habían cruzado miradas.

—Además —empezó a añadir Ikki ante el silencio incrédulo de Neko—, el jefe de zona estará dando vueltas por ahí. No es seguro.

Esta vez fue Neko la que contuvo una risa, sin poder creer que esas palabras salieran de la boca del caballero oscuro.

—¿Y tú qué sabrás lo que es seguro? —dijo Neko negando con la cabeza y volviendo sus ojos hacia la pantalla holográfica de su omnitool.

—¡Lo que sé! —replicó Ikki levantando la voz para hacerse oír entre el ruido de las olas chocando con el barco varado— ¡Lo que sé es que te hemos encontrado ahí fuera!

Ikki señaló con el brazo para dar énfasis a sus palabras y Shun se llevó las manos a la boca, aún sin decidirse a intervenir.

—¡Tirada, casi muerta! ¡Con todas tus cosas desparramadas por ahí!

Neko arrugó las cejas y bufó, enfadada.

—Cómo si eso te importara, vamos Ikki —su mirada era tan fría que quemaba—. No hace falta que engañes a nadie. No empecemos a decir qué es típico de quien, sabes que no vas a salir ganando.

—Hermano… —murmuró Shun, con una interrogación pintada en su cara.

Ikki apretó los dientes y tomó aire despacio y profundo antes de chistar y dejar la discusión para más tarde.

—Tu carro y tu moto, los hemos traído, están ahí detrás —informó Ikki, señalando un montón de cajas de madera cercanas a la entrada—. Y sigo pensando que es una tontería salir ahora. Espera a mañana, está claro que no puedes sola contra ese jefe.

—¿Y tú qué sabrás? —refunfuñó Neko a regañadientes— Ha sido mala suerte.

Ikki parecía a punto de protestar, pero Shun levantó una mano hacia él, enseñándole la palma para darle a entender que parara lo que estaba haciendo.

—Bueno, señorita, no sé qué le haya hecho mi hermano…

—Si tu supieras —susurró Neko antes de reír bajito, esta vez genuinamente.

Shun suspiró y empezó de nuevo mientras Ikki le agarraba del hombro, intentando que Shun dejara de hablar.

—No se que le ha hecho y probablemente tenga la culpa.

—¡Gracias por lo que me toca! —exclamó Ikki mientras levantaba las manos y las dejaba caer sobre sus costados.

Shun respondió con una mirada dura hacia su hermano. Neko levantó una ceja, entretenida con la dirección que estaba tomando la conversación.

—De todas maneras, no puedo dejar que salgas ahí fuera sola. Hay muchos más monstruos, eso es cierto. Y… y… —Shun arrugó el entrecejo, intentando pensar rápido en algún motivo más que convenciera a aquella chica a quedarse unas horas en la seguridad relativa del barco— ¡la moto! ¡Has dicho que quieres arreglarla! ¿No es cierto?

Neko miró la ilusión reflejada en las facciones de Shun con desconfianza, pero terminó asintiendo con la cabeza y respondiendo con un débil sí.

—¡Pues ahí la tienes! —señaló el mismo lugar que Ikki le había indicado— Tómate el tiempo que queda hasta que salga el sol para arreglarla, pero quédate por favor. Quédate ¿vale?

La chica se quedó seria por un momento, pensando en sus opciones. Se mordisqueó el labio inferior y terminó por asentir de nuevo.

—Está bien…

Lo que no esperaba fue el gritito de Shun y el súbito abrazo en el que se vio envuelta.

—¡Ay, vale! ¡Está bien!


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)

A veces Columbia podía ser todo un laberinto, sobre todo cuando no la conocías bien. Hyoga ya había estado allí en varias ocasiones, pero aún no la conocía del todo bien.

—Malditas islas flotantes… —se quejó mientras bajaba del dirigible de un salto.

Llevaba todo el día dando vueltas, pero creía que el resultado valdría la pena.

—Lo que hace uno por los anillos de hielo… —murmuró mientras visitaba la tercera tienda de magia, alguna tenía que tener el libro que buscaba.

Encontró el maldito libro en la cuarta tienda y se lo llevó al npc que se lo había pedido sólo para descubrir que, según le decía este montón de píxeles con supuesta inteligencia artificial, se había equivocado y tenía que comprarle otro.

Hyoga tiró el libro al suelo y levantó un dedo, abriendo la boca para gritarle al npc, pero después de pensarlo bajó ese mismo dedo y tomó aire para calmarse. Algunos jugadores a su alrededor lo miraron de soslayo, probablemente pensando que se había vuelto loco.
Recogió su libro y buscó entre sus pertenencias, por si tenía el objeto que esta vez necesitaba el npc. Aún con su mala suerte patentada, Hyoga sonrió al ver que sí lo tenía y se lo entregó.

—Un paso menos… —suspiró mientras estiraba los brazos por encima de su cabeza y se dirigía a la posada más cercana para hacer noche.

El npc le había entregado otro libro a cambio. El siguiente paso era buscar a otro npc mago que le haría unas preguntas pertinentes al libro que llevaba entre manos.
Hyoga se dejó caer en la cama de la habitación que había alquilado y abrió el libro, apoyándolo sobre sus muslos y enfocando la luz de la lámpara hacia las páginas amarillentas, dispuesto a leer unos horas antes de descansar.

Acabó tomando las poses más extrañas mientras intentaba no dormirse, lográndolo apenas. Se estiró cuando llevaba tres cuartas partes del libro y consultó la hora del juego en su omnitool antes de decir ponerse a descansar de una vez por todas, sintiéndose bastante realizado por el momento.
Si seguía así podía tener terminada la quest antes de la noche siguiente.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

Los tacones de las botas de Hyoga repiqueteaban por la calzada de las calles de Columbia. El mago estaba bastante satisfecho con el resultado hasta el momento. Se había despertado pronto, había desayunado en la misma posada mientras acababa de leer el libro.
Encontrar al siguiente npc no había sido difícil y Hyoga siempre había sido un buen estudiante, respondió todas sus preguntas bien y continuó con el siguiente paso.

Lo que más le molestaba era la pérdida de tiempo yendo de un lado a otro, el tener que esperar a los dirigibles públicos para moverse por la ciudad, pero tampoco era tan malo hacer un poco de turismo.
Columbia siempre había sido una ciudad con bastante vida, con la cantidad de usuarios a los que les gustaba el trabajo de mago o alquimista, que la gente inundara sus calles era algo habitual y comprensible.

Se dio unos minutos de descanso mientras bebía un refresco en una plaza, viendo el espectáculo de un bardo y una dancer en una plaza. La gente les tiraba monedas y se acercaban a curiosear los panfletos que repartían entre canción y canción.
Fue en ese momento cuando le llegó un mensaje privado. Y se asustó. No estaba acostumbrado a recibir nada de nadie y menos dentro del juego.

Consultó su omnitool para leer el mensaje de Shun y sonrió al repetir las palabras en su cabeza con la voz de Shun. Hasta podía notar la preocupación del chico en su corto mensaje.
Empezó a teclear para contestarle, pero decidió grabar un mensaje de voz.

—Hola Shun, soy Hyoga. Es la primera vez que uso esto, así que no sé muy bien cómo funciona, pero… Bueno, estoy bien.

Se mordisqueó el interior de las mejillas y le dio a enviar. Y de paso empezó a cotillear la configuración de los mensajes de voz.
Poco tiempo después le llegó un mensaje de voz que se reprodujo de forma automática.

¡Hola, Hyoga! ¿Cómo dices que funciona esto?

Hyoga pestañeó hacia su omnitool, algo confundido. Escuchó sonidos amortiguados que no tenía muy claro desde donde se estaban reproduciendo. Parecía otra voz, de chica.

¡Oh! ¿Dices que se puede usar como un teléfono? —preguntó Shun otra vez, con una pausa en la que le contestaban algo— ¡Ah, gracias! ¡Hola, Hyoga! ¿Me escuchas?

Hyoga envaró la espalda. Estaba sentado en el respaldo de un banco, sintiéndose un poco rebelde al respecto, con el refresco al lado de su pie.

—Sí, te escucho… ¿y tú a mí? —preguntó, toqueteando las opciones de los mensajes privados de voz— ¿Me oyes?

Shun tardó un poco en responder, pero finalmente lo hizo.

¡Sí, sí! ¡Te escucho perfectamente! Esto es genial… ¿Has leído mi mensaje?

Hyoga asintió con la cabeza antes de contestarle simplemente con un sí.

Bueno, ¿y qué tal, cómo lo llevas? ¿Ya tienes esa habilidad que tanto querías?

—¿Los anillos de hielo? No, aún no. Pero me falta poco —informó.

Hyoga desactivó la omnitool y agarró el refresco. Según su configuración, ahora sólo él podría escuchar sus mensajes de voz entrantes. Había puesto el chat con Shun en modo conversación, lo que haría que reprodujera los mensajes de inmediato. Ya lo cambiaría más tarde.
Empezó a caminar hacia una papelera, terminándose el refresco antes de echar el envase allí dentro.

¿Cómo de poco? ¿Vas a bajar ya, esta noche, mañana? ¡Tráeme un souvenir!

Hyoga escuchó la voz de Ikki de fondo, parecía estar regañando a Shun, que simplemente se rió como contestación a las quejas de su hermano. El rubio se unió a las risas cantarinas de Shun con una más baja.

—Respondiendo a tus preguntas… No, no voy a bajar aún. Es posible que termine la quest para esta noche o tal vez mañana por la mañana pronto. Y no sé que llevarte ¿qué te gustaría?

Hmn… ¿Algo típico de Columbia?

Oyó de nuevo a Ikki renegar y la voz femenina se unió a los ruidos de fondo con un tono sarcástico que Hyoga podía notar desde donde se encontraba.

—Veré que puedo hacer ¿Hay alguien más con vosotros? —preguntó Hyoga con curiosidad.

Ah, sí. Nos encontramos con una jugadora ayer, también estaba entrenando en Esther’s Plains —explicó Shun antes de seguir hablando—. ¿Entonces nos vemos mañana en el faro? ¡Ah, espera! ¿Has subido de nivel?

Hyoga se paró un momento, intentando recordar a donde tenía que ir para seguir con la quest y una vez se decidió contestó a las nuevas preguntas de Shun.

—Sí, he subido un nivel, aunque me falta aún más de la mitad antes de subir otro. ¿Por qué?

Para no adelantarme mucho —contestó Shun entre risas.

Algo calentito le inundó el pecho a Hyoga, que sonrió sin darse cuenta.

—Lo de mañana está bien, porque ya es por la tarde y no creo que me de tiempo a terminar la quest antes de esta noche. ¿Tenéis algún sitio para hacer noche?

Sí, no te preocupes por eso. Mañana te mandaré un mensaje cuando estemos en el faro ¿Te parece bien?

—Perfecto —afirmó el mago negro— Te avisaré cuando me haya despertado si no veo tu mensaje.

¡Bien! ¡Suerte, Hyoga! ¡Nos vemos mañana! —se despidió Shun con la alegría que lo caracterizaba.

Hyoga se dio unos segundos para cambiar de nuevo la configuración de sus mensajes privados antes de forzar la marcha y terminar casi corriendo, derecho al siguiente paso de su misión.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 27, 2014, 04:07:06 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
027wild ways

La forma del Adamantoise se distinguía entre los árboles, sin embargo, lo que realmente les indicó que se estaban ya cerca del boss de zona fue el temblor que sacudió el área. Con su nivel alto, Raiden y Asami mantuvieron el equilibrio mientras que la onda del ataque causó un ligero daño en las de primer job.

- Asclepeia, cúrate a ti, a Moonshine y a Songbird cada vez que pase esto.

Aunque no había sido más que una décima parte de su barra de vida, el Samurai no iba a correr demasiados riesgos. Ami asintió, lanzando un hechizo sobre las tres.

- ¿Y vosotros? – Preguntó Elizabeth.
- Tenemos pociones, y podemos aguantar más que esto. Vigila el MP de tus compañeras.
- No te preocupes por nosotros. – Asami le sonrió.

Para evitar un rodeo, Raiden cortó los árboles frente a ellos, despejando el camino hacia la tortuga gigante. De escamas marrón oscuro adornadas con puntas rojizas y una brillante coraza casi negra con una corona de bordes dorados en la base, por muy lentos que fueran sus movimientos, nada lo detenía a la hora de atacar a su presa, y era aquello lo que hacía intimidante al Adamantoise.

Pero el protagonismo del monstruo se vio mermado cuando el grupo vio que éste se estaba enfrentando a una sola persona. Por sus ataques estaba claro que era una Monk, aunque también era obvio que era una batalla que no iba a ganar. Herida y con la sangre manchando su ropa, sus movimientos eran desesperados.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)

- ¡Eh, tú!

Raiden se lanzó a la carrera, bloqueando la cola puntiaguada del Adamantoise, que se dirigía a toda velocidad hacia la Monk. Ésta pareció salir de su estupor, sorprendida pero aún en guardia.

- Déjanos esto a nosotros. – Blandiendo su katana, Raiden se preparó para ser el siguiente objetivo del Adamantoise, usando su habilidad base para llamar su atención.
- ¿Quienes… quienes sois? – La Monk entrecerró el único ojo que tenía abierto aún.
- Considéranos los refuerzos. – Asami pasó por su lado, deteniéndose unos momentos. – Las otras te curarán, ve con ellas.

Mientras Raiden daba instrucciones a Asami, la Monk se dirigió cojeando hacia las otras tres, aunque parecía que intentara protegerse de ellas también, dudando unos momentos antes de beber de la poción que le ofreció Elizabeth.

- ¿Mejor?

Ésta examinó a la Monk con la Omnitool. Con sus pociones y los hechizos de Ami habían restaurado a la chica completamente, y lo único que quedaba como señal de su lucha eran unas cicatrices en los brazos y estómago y la sangre seca en su ropa.

- Sí, gracias… – Respondió ésta. – No llevo mucho encima, pero…
- ¡Ah! ¡No, no tienes que pagarnos ni nada! – Respondió Elizabeth, levantando ambas manos.
- ¿En serio? – La chica frunció el ceño antes de alzar las cejas, sorprendida. – Bueno, gracias entonces.

Viendo que la Monk parecía estar bien, Kora observó la batalla. Raiden bloqueaba los ataques del Adamantoise, que no podía competir con su velocidad, y Asami blandía su mazo, golpeando donde el Samurai le indicaba.

- ¡Chicos! ¿Qué hago yo? – Gritó a los otros dos, aburrida y con la punta de los dedos picándole por lanzar algún hechizo.
- ¡Quedarte donde estás!

Respondió Raiden, quien se lanzó a la parte donde Asami había estado golpeando hasta hacer sonar un crujido, y el corte abrió una herida de la que salió a chorro una sangre oscura, salpicando a su alrededor. El Adamantoise rugió, dando un paso atrás, y apoyando su peso sobre sus patas antes de levantarse con las traseras.

El temblor de tierra hizo que Kora cayera de costado al suelo, callando cualquier réplica. Inmediatamente sintió el hechizo de Ami restaurarle los puntos de vida perdidos, aunque no calmaron su frustración.

- Me habéis dejado como nueva, así que puedo ayudarles. – A su ldo, la Monk hizo crujir los nudillos. – El de la espada sabe lo que hace, y entre tres terminaremos antes.
- ¿Estás segura? – Preguntó Elizabeth. – Estan a punto de llegar a la mitad de la barra de vida, pueden
- Es personal.

La Monk salió corriendo hacia el Adamantoise, pateando con fuerza la pierna de éste como entrada. Raiden y Asami se sobresaltaron con su entrada.

- Si es por la experiencia…
- No me importa. – Interrumpió la chica a Raiden. – Cuanto antes nos carguemos a este bicho, mejor.

El Samurai la miró de arriba a abajo, pero tuvo que marcharse rápidamente para bloquear otro ataque con la cola. Las dos chicas se apartaron del rango de ataque del Adamantoise a tiempo de evitar un mordisco.

- ¿Tienes algún movimiento que pueda perforar armadura? – Preguntó Asami, y la otra asintió. – Úsalos donde te diga Raiden.
- De acuerdo.
- ¿En serio quieres luchar?

Como si no se hubiera ido, Raiden volvió, esquivando un zarpazo frustrado del Adamantoise, que avanzó hacia ellos.

- Te he dicho que sí. – Insistió la Monk, y por un momento, Asami pensó que su ataque que podía perforar armaduras era su mirada. – Voy a luchar, tú decides si soy una molestia o me dejas ayudarte.
- Está bien. – Se giró hacia Asami. – Techbender, añádela a la party, si se lleva el golpe final aún podremos repartirnos la experiencia.
- Listo. – La Mechanic tecleó rápidamente mientras Raiden avanzaba, dándoles espacio atrayendo la atención del Adamantoise. – Vamos, Juliet-
- Llámame Jolyne, ¿vale?

Asami parpadeó, cogida por sorpresa por el tono afilado con el que la otra la había interrumpido. Normalmente las presentaciones solían ser más amistosas.

- Um, de acuerdo, Jolyne…
- ¡Venid aquí!

Aunque las dos fueran de segundo nivel, centrarse en ataques que redujeran la defensa del Adamantoise para que Raiden pudiera centrarse en sus golpes más dañinos hacía estragos en el monstruo. El Samurai tenía que admitir que el apoyo de Jolyne había facilitado aún más las cosas, pudiendo atacar un costado mientras una de las dos dañaba el otro.

- ¡Casi lo tenemos! – Anunció Asami tras examinarlo brevemente con la Omnitool.
- Es… es mucho más fácil de lo que… – Jolyne soltó un gruñido. – Menudo imbécil.

Quedándole apenas puntos de vida, el Adamantoise provocó otro temblor, haciendo retroceder a los tres. Raiden fue el primero en recuperar el equilibrio, y saltó sobre la cabeza del boss, dispuesto a dar el golpe final… y recibiendo un fuerte impacto en el pecho en medio del aire que lo lanzó varios metros atrás.

La cabeza del Adamantoise cayó sobre el suelo con un ruido sordo, y el cuerpo se dejó caer con todo su peso, levantando una nube de polvo a su alrededor. En mitad de la niebla, la figura oscura parpadeó unos instantes antes de desaparecer.

- ¿Pero qué…? – Asami se acercó hacia el Samurai. – ¿Raiden? ¿Qué ha pasado?
- ¡Retroceded!

Raiden se levantó, con la katana en alto y el ceño fruncido por la ira. Asami y Jolyne lo miraron sorprendidas por un momento, pero cuando distinguieron la figura que se acercaba hacia ellas, dieron unos pasos hacia atrás.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/sam.png)

- Ha sido una muy buena lucha. Bastante rápido para un tercer nivel y dos de segundo. – Avanzando hasta salir de la polvareda, el Samurai dio unas palmadas.
- Sam…

El nombre del otro jugador había salido casi como un gruñido desde la garganta de Raiden, quien permanecía en posición de ataque, con los músculos tensados para salir a por el otro a la más mínima provocación. En cambio, el otro ya había envainado su katana, como si no hubiera ninguna amenaza hacia él.

- ¡Songbird, abrid los warps y marchaos de aquí!
- Oh, vamos, no seas así. – Jetstream se llevó una mano al pecho. – Cálmate, Jack, no he venido a por ninguno de vosotros. Pero… si de verdad insistes…

A una velocidad casi imperceptible, Jetstream desenvainó su katana, roja y brillante. Sujetándola sólo con una mano, la alzó, apuntando a Raiden.

- Aunque no estaba en mis planes, ya sabes que no puedo decirte que no. – Añadió una risa baja a su propio comentario.
- ¡Songbird! – Insistió Raiden, preparando ya su estrategia.
- ¡No!

La Merchant les había dado alcance, colocándose delante de Raiden sin siquiera desenvainar su arma.

- ¡¡Apártate!!
- ¡He dicho que no! – Elizabeth se giró hacia Raiden, y luego miró a Jetstream. – Eres un Samurai. Voy desarmada y no te estoy atacando… si rompes el código Bushido te volverás más débil. No me voy a mover.
- ¡Songbird, he dicho que te apartes!

Raiden puso una mano en el hombro de la chica, intentando moverla a un lado, pero centró su atención en Jetstream al oírlo reír. El otro Samurai había envainado su katana, aparentemente divertido por la situación.

- Eres una chica lista. – Agitó un índice hacia Elizabeth. – Me gusta. Pero ya he dicho que no vengo hoy a luchar.
- ¿¡Qué es lo que quieres!? – Raiden consiguió apartar a la Merchant, apuntando al otro con la katana. – No estás aquí por casualidad.
- ¿Y por qué no? Al fin y al cabo, la coraza del Adamantoise es bastante útil. – El Samurai se encogió de hombros. – Tengo que cuidar de mí mismo, Jack.

Pero las palabras aparentemente inofensivas no disipaban las dudas de Raiden, quien seguía completamente a la defensiva, vigilando el más mínimo movimiento del otro que pudiera ser interpretado como agresivo. El resto tenía los warps listos, pero ninguna lo había usado.

- No te creo. Puedes sacar mejores drops. ¿Por qué nos has seguido? – Entrecerrando los ojos, la voz de Raiden sonó más grave. – El que atacó al grupo de Crimson Raiders el otro día… fuiste tú…
- ¿Qué? – Jetstream levantó las cejas, como si la acusación del otro le hubiera ofendido. – ¿Por qué haría algo así?
- Para que Lilith o yo saliéramos a por ti. No puedes venir a por nosotros, así que sólo puedes tratar de hacernos salir…

Jetstream negó con la cabeza, riendo. Durante la conversación había dado unos pasos de un lado a otro, cruzado de brazos.

- Deja de pensar que el mundo gira alrededor de ti y tus problemas, Jack. – Le replicó. – Voy a darte la razón en una cosa: tengo un consejo para Lilith. Qué suerte haberme encontrado contigo para que se lo pases directamente, ¿no crees?
- ¡Así que lo admites!
- No he admitido nada porque no he hecho nada. – Al agitar la cabeza, su coleta se movió. – Dile que a veces es mejor no escoger un bando, o puedes arriesgarte a elegir el perdedor. Y de paso envíale recuerdos.

Con un gesto, Sam les dio la espalda, listo para marcharse por donde había venido. Pero Raiden corrió hasta encararlo, deteniéndole colocando una mano en el pecho. El resto contuvo el aire, dudando entre usar los warps antes de que empezara una lucha entre ambos, o apoyar al Samurai en la pelea.

- ¿¡Qué es lo que sabes!?
- Jack, es sólo un consejo. No le des tantas vueltas. – Impasible, Jetstream sólo apartó al otro, siguiendo su camino.
- ¡¡Sam!!

Raiden estaba a punto de salir tras él de nuevo, pero una bomba de humo lo detuvo en seco. Tosiendo, retrocedió unos pasos, y para cuando la nube se disipó lo suficiente para al menos poder ver, Jetstream ya había desaparecido.

Con un gruñido de frustración, Raiden dio una estocada al aire antes de envainar su katana. Volviendo con las otras, fue recibido con alivio.

- No tendrías que haber intervenido. – Le siseó a Elizabeth.
- Tienes razón, pero… – La Merchant negó con la cabeza. – No lo siento.

El Samurai le apartó la mirada, chasqueando la lengua. Se dirigió hacia Jolyne, quien parecía indecisa. Le habían ofrecido un warp para que escapara ella también, y la chica lo observaba como si fuera una bomba.

- Aunque no hayamos ganado experiencia, nos has ayudado. Úsalo y vuelve con tu equipo.
- No… no tengo equipo. – Respondió Jolyne, apartando la mirada. – Pero gracias, igualmente.
- ¿Estás sola?

Asami se acercó a ella, extrañada. Al examinarla había visto que le quedaban las tres vidas aún. Antes de contestar, Jolyne respiró hondo, apretando el warp en su mano.

- Sí. Pero me las apañaré.
- ¿Por qué no vienes con nosotros? – Intervino Kora, quien se giró hacia Raiden, preguntando con la mirada.
- No nos vendría mal otra persona de ataque directo.
- Tal y como están las cosas, una guild es el sitio más seguro. – Dijo Asami. – Si te interesa unirte, claro.

Jolyne pasó la mirada por el grupo, y aunque dudó antes de hablar, guardó el warp en el bolsillo.

- Parecéis bastante fuertes. – Respondió, encogiéndose de hombros. – No tengo ningún sitio mejor al que ir, así que…
- Entonces, Juliet-
- No me llames por mi nick. Mi nombre es Jolyne.

Ninguna de las otras supo qué era lo más sorprendente, si la reacción de Jolyne ante su nick, o el hecho de que con unas simples palabras había hecho parar al Samurai en seco. Éste la observó por unos momentos, con los ojos verdes clavados en él, y simplemente se giró para seguir el camino.

- Bien, Jolyne. Las presentaciones pueden dejarse para el viaje, deberíamos salir de aquí antes del anochecer.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 27, 2014, 04:28:22 PM
Y por fin llegamos al fic de febrero xD (http://saintseiyayaoi.net/Smileys/emotes/15.gif)





17. Eres imposible

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)

—¿Con quién hablabas, con tu novia? —indagó Neko mientras enseñaba sus dientes en una sonrisa socarrona y llena de segundas intenciones.

—¿Eh? —preguntó Shun nada más terminar de mensajearse con Hyoga.

—Ni de coña —habló Ikki, rotundamente, apareciendo en escena mientras empujaba el hombro de Neko con su brazo al pasar.

Neko se frotó el hombro y le dedicó una mirada cargada de odio y rencor a Ikki antes de enseñarle el dedo de en medio, el cual bajó en cuanto Ikki se giró hacia ella, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—No, no es mi novia. Es el chico del que te he hablado antes —explicó Shun con una sonrisita amable y conciliadora, paseando por Esther’s Plains mientras su mascota saltaba de lagartija en lagartija—. Hyoga, el mago con el que he hecho party.

Neko asintió, mordiéndose la lengua para no hacer ningún otro comentario que alterara a Bennu. Lo hacía por Shun, parecía majo, le empezaba a dar cargo de conciencia preocuparle tanto.
De todas formas, parecía que evitar el enfrentamiento era bastante fácil. Ikki la había estado ignorando toda la noche, mientras ella se dedicaba a reparar su moto y las armaduras, revisar a los bots de combate, incluído Atom y poner a punto un par de armas, cambiando los encantamientos y asegurándose de que estuvieran en su mejor estado.

La mañana la había encontrado cambiándose de peinado y ajustándose las gafas de aviador delante de uno de los ojos de buey del barco. Shun había llamado a la puerta de la habitación para comprobar que estaba lista y después de un pequeño desayuno se habían dirigido a la playa.
Ninguno de los tres tenía intenciones de abandonarla, así que no habían visto motivo por el cual separarse inmediatamente.
Aunque Neko no lo admitiría en voz alta, se sentía un poco vulnerable después de la batalla de la tarde anterior y tener a más jugadores alrededor, sobre todo a uno de tan alto nivel como Bennu y del cual conocía su forma de juego a la perfección, le daba una sensación de seguridad que no conseguiría sola.

—Háblame de él —dijo Neko después de patear una piedra.

—¿De él? —preguntó Shun, mirando a su hermano y después a la chica.

Levantó una ceja, curioso. Neko rodó los ojos.

—De él no, a él ya lo conozco. Me refiero al mago, ese tal Hyoga.

—¡Oh! —la cara de Shun se iluminó y dio un saltito antes de abrir la boca, pero Ikki le interrumpió.

—¡Quedaos aquí! —ordenó apareciendo de la nada— El Lagiacrus está un poco más adelante, voy a cargármelo.

Shun lo miró con el ceño fruncido y se adelantó para decir algo, pero la chica le puso la mano en el hombro y le indicó unas rocas altas.
Ikki ya se había alejado para cuando Neko habló.

—Vamos, ahí podremos verlo. Por si se mete en líos.

Ikki se había pasado el día yendo de arriba a abajo, rondando a sus compañeros mientras entrenaban. Y por fin había encontrado lo que estaba buscando.

—Pero es un jefe ¿no? —empezó Shun, con tono preocupado— Es muy fuerte, ¿verdad?

Neko tomó aire y suspiró, con los puños en la cintura. Bajó la cabeza para frotarse un dedo contra la nariz y luego clavó sus ojos turquesa en los del chico.

—Mira, que no me oiga decirlo, pero Bennu se las puede apañar solo contra el Lagiacrus. Sin ayuda —volvió a señalar las rocas—. De todas maneras, con él es mejor esperar a que termine y pegarle después por egoísta.

Neko sacudió las manos delante de Shun para dirigirlo hacia las rocas, como si fuera una gallina a la que quería espantar hacia el corral.
Shun se dejó llevar, aún no muy convencido, pero tenía un misterio que resolver y podía usar ese tiempo a solas con Anir para investigar sobre el asunto.

Se acomodaron como bien pudieron. Shun llamó a su mascota para que descansara sobre su regazo y Anir dejó un par de bots de reconocimiento flotando a su alrededor para avisarles de cualquier monstruo que intentara atacarlos por la espalda.
Shun acarició a la conejita blanca, con movimientos largos y suaves. Carraspeó.

—Bien ¿Y este tal Hyoga quién es? —se le adelantó Anir— Me has dicho antes que estabas en una party con un mago negro, pero ya está.

La chica había dejado el carro delante de ella y estaba usando la omnitool para poner un poco de orden en sus objetos y hacer recuento de materiales. Tenía muchos proyectos en mente y las cantidades aún no llegaban a los números que tenía apuntados en su lista.

Shun se quedó callado durante unos segundos, estirando el cuello al ver al Lagiacrus emerger del agua y correr por la playa en dirección a su hermano. Ikki acababa de sacar la espada y se estaba poniendo en posición de ataque.

—Verás —comenzó Shun con su explicación—, es un mago que encontramos cerca de Lavender Town. Estaba solo y parecía majo, que lo es. Además, era más o menos de mi nivel.

—Ajá.

Shun rascó a Marshmallow detrás de los orejas, bajando la mirada hacia su pelaje espeso.

—Luego nos lo encontramos en las catacumbas e hicimos party. Estuvimos unas horas jugando y después pensé, este chico no tiene a nadie, no podemos dejarlo solo.

—¿Y cómo le convenciste? —preguntó Neko señalando hacia Ikki con la barbilla.

El caballero oscuro ya había terminado con el séquito del Lagiacrus y estaba haciendo un buen trabajo en bajarle la vida, absorviéndole HP cuando el suyo propio empezaba a flaquear, intentando administrar sus puntos de magia lo mejor posible.

Shun ladeó la cabeza y sonrió hacia Neko.

—Soy su hermano.

Neko parpadeó lentamente.

—Casi se me había olvidado. No os parecéis mucho.

Shun chistó y se encogió de hombros.

—Sí que nos parecemos, pero la gente no lo ve.

—Si tú lo dices…

Después de eso se quedaron un par de minutos callados. El lagiacrus había arrastrado a Ikki al agua y Neko tuvo que poner una de sus manos enguantadas en la rodilla de Shun para prevenirle de ir cerca de la batalla.

—Tranquilo.

Ikki tardó un poco en salir, luchando contra la marea más que contra el jefe de zona. Estaba chorreando y parecía enfadado. El lagiacrus lo mandó a la orilla de un coletazo que dejó a Ikki con la mitad de la vida, pero Ikki contraatacó con su espada, cortándole la punta de la cola al jefe y absorviendo un poco de su vida mientras se alejaba para conseguir unos segundos de ventaja en los que recuperarse.

—¿Ves? Está acostumbrado, se las apaña bien.

Los músculos de Shun perdieron un poco de la tensión que había hecho presa en él. Dejó salir el aire poco a poco, más tranquilo al ver que el siguiente ataque de Ikki le llenaba la barra de vida al completo.
Más tranquilo, decidió poner en marcha su plan.

—¿De qué conoces a mi hermano?

Neko se rió un poco y después se encogió de hombros.

—Del juego ¿de qué si no?

Shun se mordió el labio inferior, sintiéndose tonto. Por supuesto que se conocían del juego.

—Quiero decir ¿Desde cuando? ¿Hace mucho? —no quería decirle que su hermano nunca le había hablado de ella.

—Oh, desde el primer día —admitió ella, con los ojos fijos en su omnitool—. Nos conocimos accidentalmente. Luego las quests nos llevaron por el mismo camino durante nuestra vida de novicios. Nos conectábamos a las mismas horas, así que era un poquito difícil no cruzar caminos.

—Aah —dejó salir Shun, apreciando la explicación de Neko—. Así que sois algo así como viejos conocidos.

Neko levantó la mirada otra vez hacia el horizonte, donde Ikki atacaba sin tregua al Lagiacrus, que aún le estaba dando guerra, descargando su espada contra el cuerpo del dragón marino una y otra vez.

—Yo diría que somos viejos amigos que se enemistaron.

—Oh, vaya —Shun tamborileó sus dedos contra la roca y después recolocó a Marshamllow en su regazo, que movió la nariz antes de frotarse la patita por la cara y mordisqueársela.

A Shun le habría gustado insistir más en el asunto, pero aún no tenía tanta confianza con Neko como para saber hasta que punto podía presionarla. Por alguna razón parecía inmune a sus encantos, o al menos más resistente a ellos.
Pero tenía tiempo, acabaría ganándosela, siempre lo hacía.

Ikki se estaba concentrando para un ataque final que terminó con el Lagiacrus de forma limpia. El jefe de zona dejó salir un grito agonizante mientras su cuerpo se estrellaba contra la orilla, convulsionando un poco antes de quedarse quieto y flácido. No tardó mucho en convertirse en un montón de bolitas de luz y objetos repartidos por el suelo que Ikki estaba recogiendo antes de caminar hacia ellos arrastrando su espada.

Neko frunció el ceño y levantó un poco el brazo, parecía que su omnitool apuntara a Ikki. Tecleó un par de veces y Shun echó un par de miradas furtivas hacia la pantalla. La mechanic estaba accediendo a la información básica de Ikki.

—¿Sabes recuperar MP a tus compañeros? —preguntó Neko de la nada, levantando la vista de su omnitool hacia Shun.

—No, aún no.

—En cuanto puedas conseguir esa habilidad, póntela.

Después de darse unos segundos para analizar la sugerencia, Shun asintió, viendo el porqué de la misma. Y esa pequeña charla le dejó la impresión de que Neko, hubiera pasado lo que hubiera pasado entre los dos, aún se preocupaba por su hermano.

Ikki no tardó en llegar hasta su altura. Dejó caer la espada y levantó la otra mano, con el puño cerrado, hacia Neko. Ella lo miró con sospecha pero terminó por preguntar con tono arisco.

—¿Qué?

Ikki movió un poco su puño hacia ella, que puso sus manos debajo después de suspirar cansada.

—Toma —dijo Bennu antes de abrir la mano y dejar caer lo que parecía una piedra azul, no muy grande—. Yo no la necesito. No podría hacer nada con ella.

Neko abrió mucho los ojos y acercó la piedra a su cara, sacando una lupa de dios sabe donde que acomodó entre el pómulo y la ceja, sobre la cuenca de su ojo. Movió el enfoque para conseguir una imagen más clara.

—Es bastante cara, podrías vendérsela a un blacksmith o mechanic —explicó Neko, devolviéndole la piedra a Ikki tirándola hacia él, que la atrapó a medio vuelo—. Es para refinar armas, consigues buenos descuentos si das la materia prima. Que no te den menos de dos millones si la vendes.

Ikki se encogió de hombros y la volvió a echar hacia Neko. La piedra describió un arco en el aire antes de que ella la agarrase a duras penas.

—Nah, quédatela.

Neko parecía querer decir algo, pero al final la guardó en su carro y empezó a levantarse, pateando el suelo para activar la circulación ficticia de sus piernas virtuales.
No tardaría demasiado en oscurecer.

—¿Qué tienes pensado hacer ahora, Neko? —preguntó Shun, ya de pie.

—Ah… mis amigos están en Columbia, estoy esperando a que bajen.

—¡Perfecto, Hyoga también está en Columbia! —dijo Shun después de un gritito estrangulado— Estamos esperándolo, mañana baja.

—Estás esperándolo —puntualizó Ikki y Neko rodó los ojos.

—Como sea, me tengo que quedar por aquí hasta que vuelvan. Aún no he recibido noticias de Milo y-

—¿Milo? —resopló Ikki— No me digas que se quedó encerrado aquí.

Neko le miró con fijeza antes de responder un simple y duro ‘sí’.
Ikki tuvo la decencia de parecer un poco incómodo.

—¿Por qué no hacemos noche en el barco? —propuso Shun— La unión hace la fuerza, o eso dicen. Estaremos más seguros juntos. ¿Verdad? Nos podemos cubrir las espaldas los unos a los otros.

Ikki miró a Shun, sabiendo exactamente qué intentaba y sabiendo que iba a funcionar. Se rindió. Suspiró, levantó una mano, la dejó caer contra su cadera y negó con la cabeza.

—De acuerdo… —rezongó con desgana.

Neko observó el intercambio entre los hermanos con curiosidad, sin estar acostumbrada a este lado de su viejo conocido. Sonrió, una sonrisa pequeña cargada de travesura y un poco de malicia.

—Por cierto, Bennu.

—¿Qué quieres ahora? —habló mirando hacia Neko.

Aún estaba mojado. El pelo se le pegaba a la cara y tenía la armadura llena de pegotes de arena y alguna que otra alga colgando.

—Te ves fatal.

Ikki apretó los dientes, tensando la piel sobre la mandíbula.

—Eres imposible —siseó hacia Neko, que se alejó de él con una risita divertida.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on February 27, 2014, 06:13:55 PM
Odio meter sentimientos, perdón si no se entiende... gracias a todos los refrescos Diet del mundo por este aporte.
Y recordar, que si no es homo, nada de lo que se haga es gay  ;D

----------

#20.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)

Doppio abrió los ojos, tumbado en la cama y aun sin incorporarse, estático movió los ojos  reconociendo la habitación, Nero había debido salir antes del amanecer, sólo se encontraba Sol en la otra cama, aun dormido.
A el líder de los Made in Heaven solamente le quedaban dos vidas, igual que a Nero y Shura. Él mismo, JoJo y el nuevo en la party, Caesar, aún conservan las tres; aquello podía cambiar en cualquier momento, ya que en el inventario de la party, rondaba un veneno camuflado como una poción.

Suspiró despacio, todo podría ser más sencillo si no fuera por el dichoso tema de las tres vidas, estaba en la obligación de borrar su rastro de cualquier intento fallido donde corriera el riesgo de que se sospechara de su implicación, lo había aprendido a base de ensayo y error.
El día en que cerraron el juego, encontró a la chica, Shura, registrando entre el material de Nero y Sol, sencillamente no podía permitir que alguien robara sus suministros.
-¿Qué hago?
La chica se acercaba, al otro lado del teléfono reconoció una sola palabra.
Cuando la puerta se abrió, Shura se encontro con un cuchillo enterrado en su estómago, Doppio agarraba el mango, mordiéndose el labio mezcla de la frustración, el temor y la fuerza que aplicaba sobre el arma. La chica sencillamente estaba demasiado conmocionada para gritar sólo temblandole el labio inferior, abrió los ojos, sus pupilas se habían contraído, era como una de esas parodias en donde al personaje se le salen los ojos de la sorpresa.
Pero Shura no lo miro a él, levantó la cabeza mirando hacía el pasillo, algún tipo de sonido iba a salir de su garganta, pero se transformó en un quejido ahogado, cuando Doppio siguió la dirección de su mirada, encontró a JoJo paralizado en el pasillo observando la escena. Antes de poder hacer nada, el novicio había salido corriendo pidiendo auxilio.
Y entonces Doppio había tenido que utilizarlo.
Era un poder que casi había descubierto por accidente cuando era Black Mage, no se trataba exactamente de parar ni hacer retroceder el tiempo, se trataba de corregirlo.
Al principio solo podía borrar sus acciones, y por eso Shura no perdió su primera vida en aquel momento, desapareció de escena dejando a la novicia sin heridas y sola.

Después, al convertirse en Time Mage, su poder había evolucionado, podía corregir cualquier acción contra él o que él mismo hubiera provocado… dejando intactas sus consecuencias. Como si el tiempo saltará sin que nadie reparara en el cambio.
Con aquel poder, era fácil sobrevivir a sus compañeros, salvo por un detalle: el tema de las tres vidas. Si no se mantenía cauteloso, podría empezar a levantar sospechas, si descubrian que el tiempo era modificado, por supuesto que le señalarían a él. Pero Doppio era paciente, mientras tuviera sus vidas intactas, su supervivencia estaba asegurada.
Y muy pronto podría escapar de aquel maldito juego.

Sol se despertó, sentándose en la cama, mirando por la ventana y revisando la Omnitool, después de dormir parte de la tarde y toda la noche, se había despertado demasiado temprano, y no era apropiado obligar al resto del grupo a subir de nivel si su intención era aprovechar todo el día lo más activos posible.
Pasó su mirada por la habitación deteniéndose al ver la cama de Nero, vacía y sin este. Sintió un regusto amargo en su paladar, no necesitaba revisar la Omnitool para adivinar donde se encontraba Nero.

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Un sudor frío comenzó a bajarle por la espalda, sintiendo que le costaba hasta tragar saliva de seca que tenía la boca. Nero observaba la sede de la Guild, Made in Heaven, estaba todo destrozado, era como si la hubieran saqueado, quedaba parte de la barra donde la noche de antes del aviso habían estado bebiendo y planeando Quest en busca de objetos y mejoras, pero hasta las sillas se habían convertido en astillas.
Tembló involuntariamente, mordiéndose el labio frustrado, no quedaba nada. Pero aun así no podía evitarlo, abrió su Omnitool para mandar un mensaje:
“Nos encontramos en la sede, los Made in Heaven aún no estamos acabados. Si alguien lo recibe, por favor, contestar.” 

Se sentía abatido, contemplando el panorama y valorando el futuro de la Guild… por lo menos, esperaba que alguien respondiera al mensaje para decir que estaba bien. No podía evitar pensar en todos con los que alguna vez se cruzó en la Guild: aquel grupo de chicas que siempre se sentaba al final de la barra, las que andaban cuchicheando y sólo parecian conectarse para quedar entre ellas, Nero era demasiado tímido para acercarse y presentarse, pero esperaba que todas ellas estuvieran a salvo o fuera del juego; la barra, constantemente asaltada por los merchant de la Guild, que aprovechaban para reponer suministros y comerciar las bebidas en la misma cara de los líderes de la Guild, o así era hasta que uno de sus Biochemist empezó a distribuir sus propios cocteles… Nero no pudo evitar que se le escapará una risa, que más bien sonó como un gruñido, por el recuerdo de los extraños efectos secundarios de las bebidas que habían provocado las risas en el grupo e incluso en los afectados. Al espadachín le hubiera encantado participar en aquello, pero se había mantenido al margen. También esperaba que aquel grupo estuviera bien.
Podrían haber permanecido todos juntos, si todos se preocupasen por el bienestar de sus amigos, la Guild podría mantenerse viva. Pero por experiencia, sabía que no siempre la preocupación y las buenas intenciones para establecer una amistad, eran correspondidas.

“Si vas a jugar, te vendría bien hacerte un Merchant, así podrás comprarte un amigo.”

-Idiota -hablo en voz alta intentando acallar aquella otra voz tan conocida.
Fuera del juego, las cosas para él no eran tan sencillas; nunca se lo revelaria a sus compañeros, pero estaba agradecido al GM por haberles dejado encerrados. Aquí al menos, su esfuerzo era recompensado en forma de nivel con el que podía subir fuerzas y habilidades que su cuerpo ejecutaba con relativa facilidad. Dentro del juego, a los jugadores no les quedaba más remedio que relacionarse entre ellos para cooperar, y nadie le excluia, y sus obligaciones eran más sencillas, podía blandir la espada en vez de preguntarse qué era lo que todos esperaban de él.
Estaba tan a gusto dentro del juego, que los cambios le preocupaban, y si conseguían salir… nunca volverían a entrar, las cosas dejarían de ser sencillas y satisfactorias. Y una Guild era garantía de pertenecer a un grupo, y si ésta se disolvía… volvería a encontrarse solo.
¿Por qué, las cosas no podían volver a ser como antes si era mejor como estaban?

-Sabía que te encontraría aquí.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

Nero dio un respingo asustado, no había escuchado llegar a Sol. El Paladín miraba a su alrededor, juzgando con desagrado todos los rincones de la Guild.
-Esas ratas volvieron para saquear… pero que gente más rancia, se han llevado hasta los cojines de las sillas.
-¿Has leido el mensaje?
-¿Has enviado un mensaje? -Sol abrió la Omnitool leyendo el mensaje que acababa de mandar Nero al resto de la Guild.
-¿Estás enfadado? -Le avergonzaba un poco que Sol pudiera enfadarse con él, pensar que el Paladín había adivinado donde estaba, le hacía sentirse cálido y agradecido.
-No, no lo estoy, pero sabes que no servirá de nada.
“Y todo gracias a tí, claro.” -Nero no contestó aunque lo pensará, culpar a Sol de matar a dos miembros, de ser el causante del cambio y de una posible disolución de la Guild, sólo podía llevarle a que el Paladín lo rechazase y lo dejase de lado. Era mejor guardarse sus sentimientos que la soledad.
Sol no era demasiado hábil en empatizar con los sentimientos de la gente, pero la mirada perdida de Nero y la pesadumbre en su gesto, hizo que se sintiera preocupado.
-¿Pasa algo, Nero?
-Estaba… pensando cuando todos estábamos juntos.
El Paladín asintió sin decir nada, hizo lo que tenía que hacer, era más sencillo pensar así.
Nero recorría la estancia melancólico.
-Antes de la última Guild War, Kyrie me deseo suerte… -saltó a un punto de la habitación, ahora no había nada, pero había habido una mesa reservada para consultar mapas-. Estaba justo aquí.
-Salió del juego un día antes de que lo cerrasen.
-Sí… de seguir aquí seguro que se hubiera unido a nosotros.
-Nos vendrían muy bien sus habilidades de Saint ahora mismo.
-Y Patrick… era un tipo con suerte, se quedó jugando cinco días seguidos en el juego para a las horas de salir, librarse de quedar encerrado. -Nero caminaba por la habitación, Sol quería darle tiempo para asimilar la situación, sus pasos le estaban acercando a una zona de la Guild que conocía bien.
-Y aquí… -Nero reparó en una mancha muy particular en la pared, roja y seca, enmudeciendo en el acto.
-Aquí es donde perdí mi primera vida -habló con gravedad.
-Sol, yo…
-No digas nada, no es necesario. Tenemos que hacernos más fuerte, y salir cuanto antes de este maldito juego.
“Para que todo termine de una vez y evitarnos el resto de nuestras vidas, para que todo parezca sólo un mal sueño.” -Las lágrimas se le acumularon en los ojos por aquel pensamiento, estaba claro que el raro, por sentirse bien dentro del juego, era cosa suya.
-¿Qué te pasa? Dime que te pasa -Sol dio unas zancadas hacia su compañero, agarrándole del hombro preocupando, buscando su mirada. Nero lo rechazó, sacudiéndose y dándole la espalda.
-Pronto podré subir de Job, estoy listo para hacerme más fuerte. 
-Sí, claro… podemos buscar alguna Quest en la ciudad.
-Iré a avisar al resto -el espadachín pasó de largo con la mirada gacha dejando a Sol solo en la sede de la Guild.
Tenía la sensación de que sus hombros pesaban una tonelada, le costaba hasta respirar, las palabras de Nero sacudían su conciencia. Lo aceptaba para él, tenía que expiar sus pecados en algún momento, pero no quería que Nero pasará por aquello, una persona tan noble no se merecía la soledad y el peso de sus malas acciones y peores decisiones. Y aunque no hubiera nada que pudiera reparar el pasado, ni nada que pudiera excusarle, Sol quería que al menos fuera él quien escuchará y lo supiera:
-Lo siento mucho.
Era la primera vez que lo decía en voz alta, pero Nero no estaba para escucharle.

--------------------------------------

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on February 28, 2014, 04:05:55 PM
Quería haber escrito más pero ésta última semana ha sido de locos y esta tarde que estaba con inspiración se han presentado familiares en casa. Y aquí siguen todavía, se han quedado a cenar. Mis horas libres, baaw! Mi queeeeesoooo! Malditas visitas inesperadas *cries bitterly over lost cheese and writing time*


~02~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)


Si no hubiera sido por la mano que sujetaba su capucha con firmeza, Kíli habría salido corriendo detrás de la chica. Aunque hablando con propiedad, salir había salido. Dos pasos. Pero la inercia del tirón de la ropa contra su garganta había sido suficiente para hacerlo retroceder y resbalar contra el pecho de su hermano.

— ¡Pero Fíli! —protestó mientras hacía intentos de recuperar la estabilidad por sí mismo.—  Que se va, ¿no ves que se va? ¡Si no nos damos prisa la perderemos!

El rubio resopló y tras agarrarlo por debajo de los brazos y enderezarlo, le volvió a poner la capucha en su sitio.

— Kíli, igual no te ha quedado del todo claro, pero a mí me ha parecido bastante obvio que no quería precisamente nuestra compañía. No sé, a lo mejor no te has dado cuenta de que ha echado a correr como alma que lleva el diablo. —comentó rodando los ojos.

— Eh eh,  menos sarcasmos  o  mi próxima flecha la encontrarás en tu culo —contestó el otro chico con una expresión a la que sólo le hacía falta la nubecilla tormentosa sobre su cabeza para completar el cuadro. Pero apenas duró unos segundos para mutar en un gesto terco que era conocido de sobra por toda su familia— ¿A tí te ha parecido enfadada? ¿Ofendida? Porque a mí no. A mí lo que me ha parecido es que estaba asustada. Algo así como, mucho.

— Vamos a ver...

— No, Fíli, "vamos a ver " no. Tú habrías hecho lo mismo. Y no me digas lo contrario, porque tenías la omnitool abierta y has visto igual que yo que Brightblade no tiene guild ni party. Anda sola por ahí. Tú también habrías agarrado a la chica y la habrías sacado del follón, lo has hecho conmigo muchas veces. Simplemente que yo estaba más cerca. —El arquero estaba en racha y no pensaba dejar intervenir a su hermano por mucho que éste abriera la boca o hiciera aspavientos con las manos.— Y sabes que cuando la gente se asusta a veces comete estupideces, y la verdad es que ella tenía toda la pinta de ponerse a hacer una tontería, y de las gordas.

— Pero... —lo intentó el knight de nuevo sin éxito.

— Pero, no, Fíli. No está la cosa para malgastar vidas. Si me dices que habrías dejado a la pobre chica abandonada a su suerte, no te creo. —Y se cruzó de brazos con solemnidad para dar más énfasis a su descrédito fraternal.

Fíli se entretuvo unos segundos arrastrando la puntera de una bota por el suelo y mirando el surco imaginario que  dejaba sobre el pavimento, mientras calibraba cuidadosamente sus pensamientos.

— Eres igual que mamá, cuando empiezas avasallando no hay quien te pare. —murmuró con rencor.

— Lo sé. —respondió el menor sin cambiar de postura, pero con una sonrisa deslumbrante.

— Lo odio. —La sonrisa de su hermano se ensanchó más si cabe todavía.

— Lo sé.

Tres suspiros cansinos, varios desenvaines y envaines de espadas y un par de mandobles al aire después, Fíli se dio por vencido. Había pocas cosas en el mundo capaces de enfrentarse a la obstinación infernal codificada en sus genes, y él ni siquiera estaba dispuesto a ello la mitad del tiempo.

— Kíli. —llamó mientras comprobaba que sus armas estuvieran sujetas y sus brazales ajustados. El moreno lo observaba con impaciencia mal reprimida, casi balanceándose en tensión sobre sus pies.— Vamos, no es buena idea dejar que nos saque mucha ventaja si queremos alcanzarla antes de esta noche con todas sus vidas intactas.

Casi no le dio tiempo a terminar de decirlo, su hermano le saltó al cuello, lo estrujó con todas sus fuerzas y le palmeó la espalda con más ansias de las que le habría gustado. Pero no pudo evitar una pequeña sonrisa,  resignado a su destino inmediato.

— ¿Tanto te gustan las pelirrojas, enano?

— ¿Pfff, qué dices? Cierra la boca y date prisa que se nos escapa. —A pesar de sus palabras Fíli podía ver las orejas rojas asomar entre la melena alborotada de su hermano, y meneó la cabeza divertido echando a correr tras él en la misma dirección en la que había huído antes la chica.




mweh ;_;
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on March 29, 2014, 04:50:47 PM
Fuck it. Mal día, mala semana, mal mes, mal todo. Todo es mal, no. Lo siguiente.


~03~


«—¿Por qué demonios has entrado al ataque? ¿No te he repetido más de mil veces que te quedes donde se te dice?

—¡Pero es que así nunca llego a ganar experiencia!

—¡A ver mocosa, que tú lo que tienes que haces es darnos buff!

—Pero Ren...

—¡Que no me llames así! ¿Para qué estás aquí, eh? ¡Para dar apoyo a MI party! ¡Así que harás lo que yo te mande, y si te digo que no vengas, no vienes; que pareces idiota, joder!

—¡Soy una Monk, no un puto Cleric para tener explotado todo el día dando buffs! ¡Tengo un job de ataque y si me dejas siempre al margen así es imposible que suba de nivel! ¡Nunca voy a subir de nivel porque al señorito no le sale de los cojones administrarse sus putos puntos de vida como cualquier hijo de vecino con dos dedos de frent-!— El ruido seco y cortante de una bofetada explotó en mitad de la tirada.

Tras unos segundos llenos de embarazo e incredulidad, otro de los miembros de la party, un Lancer, se acercó hacia ellos. Con el ceño fruncido y expresión contrariada se dirigió al Knight que todavía parecía no haberse desfogado lo suficiente.

—Eh, ya.

El otro simplemente envainó su arma y se alejó rodando los hombros, haciendo un gesto despectivo hacia un lado.

—Si no le gusta que se vaya a otra party con sus amigos. Ah, no —añadió con retintín,— que no tiene.

Aún sabiendo que no tenía nada que hacer contra alguien de bastante más nivel que ella, el primer instinto de la Monk fue apretar los puños y lanzarse a la yugular. Instinto que no le dio tiempo a llevar a cabo ya que el Lancer la sujetó con fuerza de la curva en la que se unían cuello y hombro, inmovilizándola muy efectivamente. Pasados unos instantes la chica se revolvió para deshacerse del agarre y el hombre la soltó, acariciando la línea de su nuca hacia arriba y hacia abajo con el pulgar, en un ademán tranquilizador.
Le palmeó la espalda con suavidad y la dejó para seguir adelante, mientras ella se limpiaba las lágrimas de rabia y algo más con la manga de su camisa. »


~~


(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)


Después de unas cuantas horas de contínua búsqueda fallida y de volver sobre sus pasos y cambiar de dirección varias veces, habían conseguido dar con un rastro auténtico, aunque iba desapareciendo más rápido de lo que les habría gustado.

—¿Tú crees que la encontraremos?

—Kíli, de verdad, no me preguntes a mí estas cosas, tú eres el que tiene las skills para encontrarla.

—Ya, eso ya lo sé, pero es sólo que... —se encogió de hombros.— ¡Ah! ¡Creo que la veo! O debería ser ella, parece que tiene el pelo rojo.

Diez o quince metros más adelante Fíli comenzó a apreciar una mancha de color vivo entre la gama de  verdes del paisaje. Conforme iba disminuyendo la distancia que los separaba se iba haciendo evidente que la chica estaba inspeccionando algo con la omnitool sobre el terreno y aún no se había percatado de su presencia. Frenando  poco a poco el ritmo de su carrera, ambos hermanos se adentraron entre un pequeño grupo de árboles, ocultándose unos momentos para recuperar la respiración con calma. La presa de Kíli se dedicó a patear despectivamente un par de guijarros sueltos mientras murmuraba entre dientes.

De repente se puso tensa y desenvainó la espada girándose hacia el lugar de donde había oído un sonido como de ramas al moverse y pisadas sobre las hojas.  Y dejó que sus hombros se encorvasen y que su arma  se escurriera hacia abajo hasta arrastrar por el suelo, aunque no llegó a soltarla.

—¿En serio? —echó la cabeza hacia atrás, mirando al cielo del atardecer como buscando las respuestas a todas las preguntas sin resolver que plagaban su existencia.— ¿De verdad? ¿De verdad de la buena?

—Palabrita. —El chico había entrado en el claro con una sonrisa tan deslumbrantemente satisfecha que estaba segura de que no podía, no debía, ser legal. Pero al no obtener el recibimiento deseado parecía que empezaba a sentirse algo cohibido.— Ahm, ¿estás bien?

La chica arqueó una ceja y observó la lectura que le ofrecía la pantalla holográfica de su omnitool. El muchacho rubio salió de entre los árboles para situarse junto al arquero. Ah, de acuerdo. Volvió la vista de nuevo hacia el moreno, que se pasaba la lengua por los labios y se frotaba la barbilla nerviosamente.

—Mira, SilverArrow...

—Puedes llamarme Kíli —interrumpió el chico.

—SilverArrow. —no pensaba dejarse vencer por el aura de cachorrito adorable que desprendía por mucho que la mirase con unos ojos que parecían contener toda la ternura del mundo, ella era más fuerte que eso. Esperaba.— No sé porqué me has, err, habéis, seguido hasta aquí, pero no tengo nada que pueda interesaros, y soy de un nivel demasiado bajo como para que os dé ningún tipo de experiencia en una pelea, así que lo siento mucho pero...

—¿Pero estás bien? —interrumpió otra vez. Y ladeó la cabeza, estudiándola.— Tienes los ojos rojos, ¿has estado llorando?

La chica se llevo la mano al rostro, sorprendida, y después lo miró con algo que tal vez fuera indignación.

—Brightblade. —llamó el rubio. Fíli, recordaba se había presentado, aunque la omnitool lo había marcado como GoldenLion.— ¿Te importa si acampamos contigo esta noche? Es más seguro si estamos varias personas, así podemos dividirnos las guardias.

—De acuerdo, qué remedio. Odio cuando usan argumentos lógicos y razonados contra mí. —dijo ella mirando de reojo al moreno y apartando la vista cuando sus ojos se encontraron— ¿Qué tienes en mente?

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on April 28, 2014, 03:44:35 PM
https://niriplays.net/bt/nekoTENGO HECHOS.
La segunda escena es la contraparte de una escena que escribió Kora, pero desde el punto de vista de mis personajes.[/font]





18. Toca otra cosa, Milo

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-2.png)

Hyoga se ajustó la capa mientras corría hacia la lanzadera. Había querido hacer unas compras de última hora antes de bajar y se le había hecho tarde.

—Un recuerdo, un recuerdo… —masculló entre dientes.

No había sabido qué comprarle a Shun el día anterior, además, con el ajetreo de terminar su misión y conseguir los malditos anillos de hielo casi, casi se había olvidado del tema. Pero su mañana había ido así:

Se había despertado con esa sensación extraña de dormir cuando estás dormido y despertar dentro de un sueño a la que se estaba empezando a acostumbrar. Se había desperezado en la cama y después de crujirse el cuello se había dejado caer sobre el colchón de nuevo, pero un mensaje entrante le había hecho moverse de forma perezosa.
Era Shun, le daba los buenos días. Hyoga sonrió sin darse cuenta.

—Me acabo de despertar —había dicho en alto, sabiendo que su omnitool traduciría sus palabras a texto y se las enviaría a Shun de vuelta.

Se levantó, apartó las cortinas para bañarse en el sol matutino y se estiró un poco más, levantando los brazos.
Otro mensaje entrante le hizo invocar a su omnitool y mirar el texto con los ojos aún medio pegados.

—En una hora estaremos en el faro ¿qué me has comprado? —leyó en alto— Oh, mierda.

Y sin desayunar, porque no se fiaba aún de la caída desde Columbia, sumado a su estómago y los estados alterados del juego, que te podían provocar el vómito, no gracias, se fue corriendo a buscar algo típico de Columbia que le pudiera gustar a Shun.
Después de varias vueltas se decidió a entrar a la tienda de accesorios para magos. Tenían varios objetos que sólo se podían conseguir allí.

Mientras miraba pendientes, pulseras, colgantes, cadenas y demás accesorios se preguntó cual le gustaría a Shun. Perdió cinco minutos en decidir si el anillo con el trébol le gustaría o no y entonces fue cuando se dio cuenta.

«Casi no conozco a este chico, ¿cómo voy a saber lo que le gusta?» se le apretó el corazón y tuvo que carraspear antes de tragar saliva para tranquilizarse.

«Hace un par de días pensaba que me iban a dejar tirado. ¿No era esa la mejor opción?» frunció el ceño y tardó en darse cuenta de que la dependienta le estaba hablando.

—¿Le gustaría comprarlo? —preguntó la chica señalando el anillo del trébol.

Hyoga lo miró bien. Era un accesorio no muy caro, pero él tampoco tenía mucho dinero. Seguro que Ikki podía permitirse veinte como ese sin pestañear.
Frunció otra vez el ceño, pero esta vez estaba enfadado.

Cerró el puño sobre el trébol y lo volvió a abrir antes de preguntar:

—¿Tenéis algo con forma de conejo? Si puede ser blanco.

Resultó que sí que tenían un colgante con la carita de un conejo, aumentaba el efecto de los hechizos de cura que realizara el portador y llevaba el sello de ‘Solo en Columbia’, así que era el regalo perfecto.
Después de pensarlo un poco más también compró el anillo con el trébol, no tenía muy claro el porqué.

Compró algo de comida en un puesto ambulante, para cuando el estómago dejara de darle vueltas y con sus paquetes bien guardados en su inventario corrió hacia la zona de descenso. Já. Ya le estaba empezando a entrar la risa floja y aún no tenía las malditas sillas a la vista.

No tardó mucho en llegar, aunque el camino se le hizo eterno. Un grupo había entrado poco antes que él, así que corrió un poco más deprisa para ver si podía alcanzarlos.

—¡Esperad! —gritó justo antes de asomarse a la cabina.

Uno de los jugadores se llevó la mano al mango de la katana, pero Hyoga no miró directamente en aquella dirección aunque había percibido el movimiento. Habló alto y claro.

—Ya que sois sólo tres, dejadme bajar con vosotros. Así no tengo que esperar al siguiente.

El grupo compartió miradas mientras el que parecía el líder lo escaneaba con la omnitool hasta que le respondió de forma seca:

—Lo que quieras.

Hyoga sonrió y esperó su turno antes de entrar en la cabina y sentarse en la silla. Los cinturones le quitaron la sonrisa, pero ¿qué se le iba a hacer?


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/maya3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/asami3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/kora3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/raiden3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png) (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)

—No, no, no. No lo entiendes, no es exactamente así —dijo Anir indignada mientras Ikki rodaba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás—. No es que la estatua invoque a la armadura. La estatua es la armadura, se transforma.

—Chicos, venga… No es para tanto, sólo es una serie —intervino por quinta vez Shun.

—La que está equivocada eres tú, sí que usaron el término invocar en el manga cuando se referían a lo que tú dices transformación.

—¡Mala traducción!

Shun miró de uno a otro, levantando las manos para detenerlos a base de fuerza bruta si era necesario.

—Tú sí que estás mal traducida —espetó Ikki, señalando a toda Anir con un aspaviento enloquecido de la mano—. Tendrías que ir por ahí con un vocabulario de traducción Anir, el resto del mundo. El resto del mundo, Anir.

Shun cerró los ojos y maldijo a su hermano en su interior, aunque no lo admitiría nunca, aunque Anir reaccionó de una manera que Shun no esperaba: se rió.

—No cariño, es que soy una mujer, por eso no me entiendes —habló con total seguridad, con una mano en la cadera y la barbilla levantada. La burla bailaba en sus ojos.

—Dirás niña —contestó Ikki.

—¡Mujer! —gritó Anir dando una patada en el suelo.

Fue el turno de Ikki de reír, pero su risa era grave y oscura, a juego con su apariencia general.

—Quien se pica, ajos come —canturreó Ikki.

—Por favooooor… —rogó Shun, alargando la última sílaba y preguntándose si sería el movimiento de placar a alguien.

Aunque con la diferencia de niveles no sabía como podía resultar el intento.

Anir esperó un poco antes de dar una patada un poco más fuerte y repetir su declaración con voz un poco más chillona.

—¡Mujer!

Ikki se volvió a reír, más alto.
Shun se preguntó si bendecirlos llamaría su atención. A él siempre le distraía el ruidito de coros angelicales, acababa por cantarlo al mismo tiempo que el juego.

—¡Eh, tú! ¿Eres Anir?

—Oh, ¡un milagro! —murmuró Shun dando una palmadita.

—¿Eh? —añadió Anir, toda elocuencia. No estaba tan acostumbrada a que la llamaran por su nombre dentro del juego.

Un mujer estaba bajando desde la sección superior, donde estaban las sillas de ascensión. Con la discusión no habían oído el aterrizaje. O el farizaje, o lo que fuera.

Anir escaneó rápidamente a la recién llegada. Con la omnitool, Ikki lo hizo sólo con la mirada.

Phaselock, black mage, Crimson Raiders. Anir se sintió satisfecha con la información, así que asintió.

—Ah... sí, soy yo.

Dos caras conocidas asomaron por la escalera y Anir les sonrió, levantando la mano hacia sus compañeras de Guild.

—¿Van contigo? —preguntó la desconocida y Anir asintió.

Bennu cambió el peso de pie y Shun se presentó, obligando a su hermano a socializar apropiadamente, ya que estaba. Mientras tanto, Anir revoloteó hacia Asami y Kora, había otra chica nueva, pero no pudo investigar mucho, ya que el sonido de más pasos en la escalera le hicieron voltear.
Algo horrible había pasado.

—¿¡Qué te ha pasado en el brazo!? —gritó Neko en cuanto vio el estado de Raiden, otro compañero de su guild que previamente había tenido un brazo mecánico. Ahora ya no tenía tanto brazo —Tu precioso brazo…

Anir levantó las manos hacia Raiden y luego se llevó los dedos a la boca, lamentando la pérdida de aquella bella pieza de mecánica que algún día quería llegar a aprender a hacer.
Se quedó tan traumatizada que se pasó los siguientes minutos acercando y apartando las manos de Raiden, sopesando si podía hacer algo por ayudarlo o no. Sabía que no, pero tenía ganas de meter sus manitas en los circuitos de Raiden desde que lo había visto por primera vez.

Shun se dirigió a ella mientras aún estaba ejerciendo de plañidera y le costó darse cuenta de lo que le estaba diciendo. Era algo sobre ir con los Crimson Raiders. Contestó sin emoción antes de seguir llorando al brazo de Raiden.

—No te preocupes, se lo dice al brazo —le aseguró Milo a Raiden, que empezaba a mostrar signos de incomodidad.

El grupo empezó a moverse hacia el warp y cuando Milo empezó a cantar, guitarra en manos, Anir se dio cuenta de que iban todos en la misma dirección.

—¿Venís en la misma dirección? —preguntó Anir a Shun, ajustando el carro detrás de ella mientras Yuzuriha sacaba y metía cosas de él.

—Vamos con vosotros, a Sanctuary. —sonrió Shun, todo luz y felicidad.

Anir echó un vistazo rápido en dirección a Ikki antes de asentir distraída. Tendría que averiguar más sobre eso. Después.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/elizabeth3.png)

Después de media hora de marcha, con Milo tocando todo el rato la misma canción, Yuzuriha y Anir compartieron una mirada cargada de molestia. Yuzu se quitó la zapatilla y la tiró a la cabeza de Milo, que se quejó encogiéndose de hombros.

—¡Ay! ¡Encima de que amenizo la fiesta vas y me pegas! —dijo el bardo sobándose la cabeza.

—¿Pero qué fiesta? Cambia ya de canción, pesado —habló Anir mientras Yuzu se agachaba para recoger su zapatilla y volver a ponérsela.

Anir y Milo siguieron el movimiento de sus pechos de cerca por diferentes motivos. Anir calculaba las operaciones matemáticas relativas a la gravedad, el peso y el volumen necesarios para aquel balanceo, Milo disfrutaba de la vista.
Yuzu se dio cuenta, pero sólo ajustó su bufanda y los miró con cansancio general. Cuando escuchó los primeros acordes distraídos de "I’m gonna be" le dio una colleja a Milo con la bufanda.

—¡Ay! ¡Otra vez!

—Toca otra cosa, Milo. Ya no hay gente nueva a la que molestar.

—¡Sí que hay! ¡Está el chico rubio y el del pelo verde! Y las dos chicas nuevas —el bardo miró de reojo hacia Bennu, pero no añadió nada más allá de apretar los dientes hasta que le chirriaron.

Yuzuriha se dio cuenta. Los dos conocían a Bennu y sabían cosas. No todas las cosas, pero las suficientes como para preguntarse qué hacía allí y como estaría llevándolo Neko.

—Déjalo ya, Milo —dijo Yuzu, poniéndole una mano en el brazo, no sabiendo muy bien si se refería a su mirada fija en Bennu o a la canción. Probablemente a las dos cosas.

—¡Pero es tradición! Siempre que un miembro nuevo se une a la party canto esta canción durante nuestra primera caminata —explicó hacia alguien que no conocía—. Dure lo que dure el camino. Siempre.

Resultó ser la chica a la que Neko no había investigado aún, lo que le recordó hacerlo.
Songbird, merchant. También llevaba carrito. Su traje le recordó a los que ella solía llevar cuando era merchant. Neko se llevó la mano al pecho antes de suspirar con nostalgia.

Songbird se llevó la mano al pecho y esbozó una sonrisita. Neko no tenía claro si era condescendiente o si realmente le hacía gracia la dedicación de Milo.

—Pero ya no estamos en los Night Fury, Milo —recordó Yuzuriha, rompiendo el encanto del momento.

—Era algo que hacíamos cuando estábamos con Tanlaus. Era de sus canciones favoritas —añadió Neko al recordarlo de repente, mordisqueándose los labios después de decir aquellas palabras.

Los tres ex-Night Fury bajaron la cabeza, dándose unos segundos para recomponerse mientras recordaban a su antiguo jefe de Guild. Entonces Milo levantó la barbilla y con una sonrisa empezó de nuevo la canción.
Anir se rió por lo bajo, sacudiendo los hombros e incluso Yuzu sonrió sin taparse los labios con la bufanda mientras Milo la rodeaba tocando y cantando hasta que le sacó una risita suave a su compañera.

—¡Podemos hacerlo tradición aquí! —aseguró Milo entre estrofa y estrofa— ¡No quiero renunciar a todo!

Anir y Yuzu compartieron otra mirada y la mecánico empujó a su amiga dándole una palmada en la espalda. La chica rodó los ojo antes de empezar a bailar entre la gente, ayudando a animar la marcha.
Anir les hizo los coros a pleno pulmón y no fue la única.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on April 28, 2014, 03:51:35 PM
Bleblebleh, como ya dije, vengo a dar señales de vida oxo.

~04~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin.jpg)


—Lo dices muy convencida. —GoldenLion se sobó la perilla mientras le daba vueltas a la sugerencia de la chica, que se negaba a dar su brazo a torcer.

—Es que estoy muy convencida. No voy a decir certeza absoluta, pero al noventa y cinco por ciento si. Ya es bastante que acceda a pasar la noche con vosotros...

—Mujer, si lo dices así parece cualquier cosa sucia e indecente —comentó SilverArrow mordiendo una manzana con pícara despreocupación.

—Quisieras. —farfulló ella entre dientes.

El chico levantó las cejas con rapidez varias veces y se giró a mirar a su hermano, que sólo rodó los ojos y le aguó su sensación de triunfo.

—Además, —Brightblade hizo caso omiso y siguió insistiendo, empecinada— ¿no has visto nunca ninguna película de terror? Un grupo de chavales acampando en un lugar previsible son carne de cañón. O de cena sangrienta. ¡O carne, simplemente! Montan el campamento, hacen el idiota, cuentan historias de terror con las linternas encendidas, y luego se van a dormir. Y entonces.... ¡Entonces, zasca! ¡El primero que se levanta a mear muere! ¡Y luego van cayendo uno tras otro, a cada cuál más peor!

SilverArrow la miraba boquiabierto, con la manzana a medio morder y la cara de un pálido tono verde grisáceo que no le favorecía nada.

—Fíli... Fí... igual... que no digo que vaya a pasar, pero... a lo mejor sí que tiene algo de razón —le lanzó lo que quedaba de la fruta a su hermano, que arrugó la nariz pero la terminó en dos bocados.— Es un sitio pensado para pasar la noche y supuestamente seguro. Supuestamente, ¿no?

—¡Exactamente! Este lugar es una telaraña. —explicó la pelirroja haciendo un aspaviento— Supuestamente deberíamos sentirnos seguros y a salvo aquí, es un punto protegido de los mobs y de los bosses de zona. No pueden entrar al campamento a atacarnos mientras hacemos noche. Dime, GoldenLion, ¿cuáles crees que serán los primeros sitios en donde al GM le vendrá en gana cambiar las reglas del juego?

La expresión del Knight había ido cambiando de forma progresiva según había ido comprendiendo el razonamiento de la chica, hasta volverse algo perturbada.

—Hace falta ser cerdo. Pero Brightblade tiene razón en eso, Fíli, no podemos fiarnos. —Kíli había hecho limpieza y recuento de su inventario mientras tanto, calmándose a sí mismo a traves de los pasos rutinarios de su procedimiento habitual de antes de desconectarse para dormir

—Odio cuando usan argumentos lógicos y razonados contra mí. —dijo el rubio con resignación, citando las palabras que la soldier había pronunciado con anterioridad—¿Entonces qué hacemos?

Brightblade señaló hacia las ramas de los árboles sin decir nada.

—¿Qué? ¿Dormir ahí arriba? —Fíli observó el follaje con desconfianza, tironeando de uno de sus largos bigotes trenzados.— Una cosa es ser precavidos, y otra ser temerarios impulsados por la paranoia. No me apetece despertarme con una vida menos porque me he caído de una rama.

— Tengo cuerdas.

—¡Ah no! —Exclamó el arquero cruzándose de brazos y pateando el suelo como un niño pequeño— ¡No pienso pasar la noche colgando de ahí como... como un salchichón!

—SilverAr-

—¡Que no! ¿Y si hay arañas gigantes? ¿De las que trepan? ¡Carne fresca! No no no no no no...

—Oye, pues no sería tan mala idea atarlo y amordazarlo... —murmuró Brightblade mirando las cuerdas pensativa.

—¡Fíli! Defiéndeme, hermano. —SilverArrow observó asombrado e indignado como el iterpelado meneaba la cabeza negando con una sonrisa y levantaba las manos.

—Que no se diga que me interpongo en tus asuntos con las mujeres, enano.

—No me lo puedo creer... —se giró hacia la chica y la miró con los párpados ligéramente entornados, esbozando una sonrisa ladeada que fue ensanchando con travesura a medida que hablaba.— No me imaginaba que fueras tan kinky, pero si lo que quieres es atarme... Bueno, no te cortes mujer, que aquí me tienes.

La pelirroja dio un pasito hacia atrás sorprendida. Se llevó la mano libre al cuello de la túnica y estiró de él hacia arriba por acto reflejo, levantándolo hasta sus labios, como si quisiera cubrirse la cara con ello.

— E-eso no es lo que...

—Vamos, átame —dijo Kíli con voz grave mientras extendía la muñecas hacia ella. Un manojo de cuerdas le golpeó en plena cara— ¡Ay!

—¡Así no! Como cinturón de seguridad para no caernos del árbol y matarnos, idiota. Y que te ate tu hermano, que tanto se ríe. —y cogiendo su propio cabo, Brightblade procedió a trepar con agilidad al árbol de su elección, asegurándose un lugar seguro para pasar la noche.

Los hermanos se miraron entre ellos y se encogieron de hombros, siguiendo su ejemplo y ayudándose el uno al otro para subir a lo alto de las ramas del mismo árbol. Sentados a horcajadas sobre una de ellas, contemplaron como la chica entrelazaba la soga alrededor de varias ramas especialmente robustas, calculando a qué altura le dejaría la longitud sobrante de cuerda.

—Ya has hecho esto antes —dijo  GoldenLion.

—Muchas veces —contesto ella atando un nudo corredizo de aspecto complicado.— Antes solía hacer escalada.

—¿Podrías echarnos una mano? —preguntó el rubio mirando preocupado la distancia que lo separaba del suelo.— No estoy seguro de que me gusten demasiado las alturas.

Brightblade parpadeó sorprendida.

—Oh, claro.

Se balanceó agarrada a uno de los tallos sobre su cabeza, y puso los pies con fluidez sobre la rama en la que se encontraban los muchachos. Kíli la observaba con atención.

—¿Cuál de los dos es más pesado? Que se recueste contra el tronco, así la presión debería repartirse mejor y estaréis más seguros. —Procedió a sujetar sus cuerdas del mismo modo que había hecho con la suya propia, y después enrollarlas en torno a sus cuerpos, atándolas con firmeza. Carraspeó con timidez— SilverArrow, ya puedes soltarme, no te vas a caer.

—Uh, gracias —dijo el chico separando las manos de sus hombros.

Brightblade volvió a su rama con la cara colorada y la autoestima revoloteando hacia arriba como un pájaro.

— Buenas noches, GoldenLion —dijo acomodándose y cerrando los ojos, esperando que el sueño artificial y extraño del sueño llegase.— Buenas noches, salchichón.

Lo último que escuchó fueron las carcajadas provenientes de la rama de al lado.


~~


—Qué... ¿qué demonios ha pasado aquí esta noche? —la voz acongojada que reconoció como Kíli la trajo de vuelta a la realidad.

A la luz de la mañana el punto de acampada sobre el que habían estado discutiendo el día anterior simplemente ya no estaba.  En su lugar tierra arrasada y unas manchas de sospechoso color oscuro les daban los buenos días.  La chica tragó saliva y apartó la vista cuando en un rincón entre matorrales le pareció atisbar restos de tela, una bota, y un arma tiradas por el suelo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on May 30, 2014, 09:21:40 PM
Reposteo y mañana dejo fic :>

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ami.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
028homebound train

Bajo sus pies, la nieve iba haciéndose más espesa, y cada vez quedaban menos árboles a su alrededor. Tras una tarde entera caminando, encuentro con boss de zona incluido, dejaban el bosque de Prorencia atrás para avanzar hacia la tundra.

La presencia de nieve no era lo único que indicaba el cambio de área, una corriente de aire fresco sacudió al grupo cuando estaban saliendo. Kora se rodeó con los brazos para protegerse del frío que se colaba por la fina camisa, y un escalofrío la recorrió antes de estornudar.

- Quizá te vendría bien una capa. – Asami se inclinó hacia ella.
- E-Estoy bien así, sólo tengo que volver a acostumbrarme...

Kora dejó de frotarse los brazos y trató de mantener una postura recta, ignorando los escalofríos. Se fijó en Jolyne, quien a pesar de llevar casi toda la parte superior al descubierto, no parecía quejarse. Había mantenido un actitud reservada cuando empezó a viajar con ellos, sus palabras y su lenguaje corporal indicando claramente que estaba a la defensiva, aunque con un poco de insistencia había empezado a abrirse y participar en la conversación.

- ¿No tienes frío? – Le preguntó Kora, acercándose a ella.
- Un poco. – Jolyne hizo un gesto con los dedos, apretando los dientes. – Pero una stamina alta ayuda en estas situaciones… aunque no le diría que no a un abrigo.
- Necesitamos ropa de recambio. – Asintió en respuesta. – Podríamos hacerlo nuestra siguiente quest, ¿verdad, Raiden?

El Samurai iba por delante, atento a sus alrededores. Kora recordó que en aquella zona la había atacado un enemigo parecido a un oso polar, y se llevó la mano al brazo donde todavía quedaba la cicatriz que probaba aquel encuentro. Si Raiden no hubiera intervenido a tiempo…

Lo alcanzó con unos pasos rápidos que hicieron crujir la nieve bajo sus botas, teniendo que esforzarse con sus zancadas para mantenerse a su ritmo. El Samurai la vio, pero no comentó nada, dejando que hablara ella primero.

- Nos encontramos aquí, ¿te acuerdas? – Kora unió las manos detrás de su espalda. – Me salvaste, en más de un sentido…

Levantó la vista, dejando ir una bocanada de aire que se convirtió en una nube blanca de vapor. Aunque la situación le produjera una punzada de nostalgia, se sentía feliz.

- Me alegra… me alegra que aquel bug me dejara en Prorencia, y aunque os riáis de mí… me alegra haber cogido esa quest. – No había recibido respuesta por parte de Raiden, pero sabía que tenía su atención. – Si no, no estaría aquí ahora… con vosotros.

Dio unos pasos más, hasta adelantar a Raiden y encararlo. Éste se detuvo, y Kora aprovechó para coger una de sus manos. El metal que la cubría helaba sus palmas, pero no le importaba. El sol estaba poniéndose, y el cielo era una mezcla de tonos naranja, rosa y violeta. La luz que se apagaba poco a poco aún se reflejaba en la brillante nieve, así como en la armadura del Samurai.

- Así que… gracias por todo, Jack. – Al levantar la vista para mirarle a los ojos, sonrió ampliamente. – He tenido tanta suerte de conocerte… te debo mucho.
- No me debes nada. – Raiden le dedicó una media sonrisa. – Quedamos en paz cuando me salvaste de aquel boss de zona, Moonshine.

Kora se echó a reír, no sólo por si pudiera ser posible reforzar una conducta animada en el otro, sino porque se sentía simplemente así. Soltó la mano de Raiden al darse cuenta de que todas los habían alcanzado. Por unos momentos, se olvidó de que estaban atrapados en una realidad virtual en la que podían morir en cualquier momento, dejándose llevar por el ambiente.

- Perdón. – Kora se pasó una mano por el pelo, encogiéndose de hombros.
- Aquí es donde os encontrasteis tú y Raiden, ¿no? – Preguntó Asami, atrapando un copo de nieve frente a ella, y Kora asintió. – Es curioso, si te paras a pensarlo, nos hemos conocido por una serie de tantas casualidades… cada una llevando a la otra.
- Si hubiera cambiado una sola cosa… ¿en qué hubiera repercutido? Te hace pensar. – Suspiró Elizabeth. – Quizá en otro universo, nunca nos hubiéramos encontrado… o quizá sí, quizá siempre pase lo mismo, y nos cruzaríamos una y otra vez.
- Cambiaría un montón de cosas si pudiera volver al pasado, pero ahora que dices eso, ugh… Pensar demasiado en eso me va a dar dolor de cabeza… – Jolyne se llevó una mano a la frente, forzando una sonrisa.

El silencio que se hizo fue corto y tranquilo, terminado por Raiden sacando su warp, sujetándolo en su mano, siendo imitado por las otras. Kora echó un último vistazo al horizonte antes de preparar el suyo.

- Es hora de que volvamos. – Dijo el Samurai, abriendo el portal al estallar el contenedor de cristal con sus manos.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/ami.png)

- ¿Cómo es que siempre os las apañáis por venir con alguien extra?

Lilith dejó el vaso en la mesa, apoyándose en la silla mientras examinaba al grupo como si estuviera contando otra vez para asegurarse de que no se había equivocado. Había elegido esperarlos en Moxxi’s, como era habitual, eligiendo la zona de uno de los lados para poder usar las mesas con más sillas.

Arrastraron otra para Jolyne mientras a unos metros de ellos, un trío de Bards se preparaba para empezar un espectáculo, calentando con acordes de guitarra sueltos.

- Para empezar, ahí va Wonderwall. – Dijo el que parecía el líder de aquel grupo.
- Cómo no… – Jolyne puso los ojos en blanco.
- No es que me queje. – Aclaró la mujer mientras todos se sentaban. – Simple curiosidad. Sentaros, anda. ¿Supongo que ha ido todo bien?
- Sí. – Respondió Raiden, con voz grave, mientras tomaba asiento como el resto del grupo. Lilith lo miró con la ceja arqueada, pero no dijo nada.
- ¿Te envío invitación a ti también, Juliet? – Preguntó Lilith al examinarla con la Omnitool.
- Llámame Jolyne.

Ésta respondió con el mismo tono cortante que había usado las otras veces que se habían referido a ella por su nick, aunque Lilith no pareció demasiado impresionada, simplemente tecleando las invitaciones. Raiden recibió también un mensaje, pero aunque Kora intentó asomarse para ver, éste ya había cerrado la Omnitool.

- Muy bien, Jolyne. – La expresión de la Monk se suavizó un poco, y aceptó la invitación a la guild. Lilith se dirigió hacia Ami. – Tú eras Ami, ¿verdad?
- Sí… gracias por todo. – La White Mage esbozó una sonrisa tímida. – Espero poder servir de ayuda aquí.
- Desde luego que sí, de hecho ya tienes un grupo esperándote. – Lilith se levantó, indicándole con un gesto a la White Mage que la siguiera. Ami se levantó rápidamente, dejando la silla en su sitio antes de ir a su lado. – Vamos a que conozcas a tus nuevos amigos, y de paso te enseñaré la base.

La Elementalist apoyó ambas manos en el respaldo de la silla de Raiden, con una media sonrisa.

- Jack, ya sabes las reglas de esta casa: tú las traes, tú cuidas de ellas. – El Samurai sólo rodó los ojos en respuesta, probablemente dándose por vencido en aquella discusión. – Volved cuando queráis, de momento no tengo nada para vosotros. Divertíos.

Añadió lo último mientras se incorporaba, levantando ambos pulgares. Antes de irse, puso una mano en el hombro de Jolyne, quien la miró con incertidumbre.

- Ya sabes lo que dicen: un leopardo no puede cambiar sus manchas. Pero es más que eso. – Le dirigió una media sonrisa. – De todas formas, todos nos llamamos por el nombre aquí.
- ...Gracias. – Jolyne le devolvió la sonrisa.

Lilith desapareció de su vista, dejando al grupo en la mesa, y Asami se levantó poco después.

- Voy a pedir unas bebidas, ¿qué queréis?

No tardó en volver haciendo malabares para llevar los cinco vasos alargados -- como de costumbre, Raiden no había pedido nada. Habiendo recibido algunas monedas, el trío de Bards empezó otra canción, animados por el pequeño grupo de jugadores que tenía por público.

- Eh, conozco esa. – Kora los señaló con el índice. – ¿No la usaron en una película hace poco?
- ¿Brown Eyed Girl? – Corroboró Elizabeth, a lo que Kora asintió. – El coro es pegadizo…
- Tendríamos que decidir qué vamos a hacer. - Intervino Raiden. - Moonshine y Songbird deberían subir a segundo job ya.
- Hablando de eso, a mí no me falta mucho para subir a tercer nivel. – Intervino Asami, dando un largo trago. – Podríamos quedarnos por los alrededores.

Kora torció el labio; Sanctuary no le disgustaba, pero le había gustado el viajar a otras ciudades (que no incluyeran nada parecido a la Ascensión de Columbia). Tendría que esperar.

- Por cierto, no he estado nunca en Sanctuary, podríais enseñarme la ciudad. Para no perderme, y tal.
- Ya es de noche, deberíamos dejarlo para mañana. – Contestó Raiden a la Monk.
- Bueno, al menos ya sabemos qué haremos mañana. – Asami se encogió de hombros. – Voto por ir a la base y dormir. Ha sido un día largo.
- ¿Qué? ¡No! ¡Ahora es cuando todo el mundo se reúne para jugar a las cartas! – Kora se giró hacia la Monk. – Es divertido, juega con nosotros esta noche, Jolyne.
- Sabes que le debes dinero ya a cuatro miembros de la guild, ¿no? – Le recordó Raiden, arqueando una ceja.
- ¡Sólo fueron unas malas partidas!

Agitando la pajita en su bebida, Elizabeth miró a Jolyne.

- Yo tampoco entendía nada al principio, pero te acostumbras.
- Entiendo...
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on May 31, 2014, 03:30:53 PM
~05~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)


—Vámonos, ya, ya, vámonos —Brightblade chasqueó los dedos varias veces con rapidez mientras los chicos se apresuraban a enrollar las cuerdas y equiparse de todo lo posiblemente equipable.

El arquero le tendió una de las sogas ya recogidas, con mirada seria.

—Entonces, ¿vamos juntos?

La chica titubeó, sin saber muy bien cómo contestar. Si bien era verdad que no había querido hacer grupo con ellos en un principio, no podía negar que se sentía mucho más segura en su compañía.

—No es... —se lamió los labios con lentitud.— No es muy sensato deambular a solas por ahí.

—No cuando hay bosses sueltos en zonas que no deberían. —Kíli se encogió de hombros, como disculpándose.

—No.

GoldenLion terminó de revisar lo que fuera que estaba mirando en su omnitool y se acercó a ellos, ajustándose su equipo por enésima vez.

—Entonces hacemos party y nos largamos de aquí ya. Me gusta el plan. ¿Nombre?

—¡Osom!

—No, Kíli.

—Pero...

—Tiene que ser un nombre guay, un nombre que mole, algo... épico —Brightblade murmuró con tal vehemencia que cortó de raíz la discusión aún no nacida entre ambos hermanos.— ¿Valhalla?

Los muchachos se miraron entre ellos durante un par de segundos, y asintieron al mismo tiempo.



+ (http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)
—¡¡MIIIIEERRRRDAAAAAAAAAA~!! —El berrido resonó por el bosque de forma tan contundente que de haber habido pájaros virtuales en el terreno habrían salido todos huyendo en un vuelo espantado.

El ruido repetitivo y atronador de una ametralladora en descarga constante se apoderó del entorno y se extendió más allá por entre los árboles. Eso y las también constantes maldiciones que sonaban cada vez un poco más desquiciadas a medida que los puntos de daño danzaban no sólo alrededor del bicho.

—¡QUE TE DEEEN!  ¡Ouch! ¡QUEE TEE PEEETEEEEEN!  ¡COME HIERRO CABRÓN, TE VOY A DEJAR EL OJETE COMO LA BANDERA DE J-!

Creyó oír gente a su espalda, pero no necesitó darse la vuelta para averiguarlo, puesto que un knight salido de la nada empezó a pelear contra el monstruo a intervalos. Echó una ojeada rápida sin soltar sus armas automáticas y comprobó que efectivamente, tres personas más se habían unido a su matanza. Un knight, una soldier, y un archer un poco más allá. Que los tres recién llegados dejasen de atacar instantes antes de agotar la vida del boss y que la experiencia y el drop recayesen enteramente en su oponente original sólo contribuyó a hacerlos más simpáticos para éste.
Se giró a mirarlos con curiosidad.

—¿Y eso?

Los chavales se miraron entre ellos, compartiendo una conversación silenciosa, y la chica hurgó con la punta de la espada en el suelo.

—No es que parecieras necesitado de ayuda, pero... te oímos y... bueno, no parecía agradable.

—Y no lo estaba realmente, pero da por el saco que el GM sea un maldito malnacido psicópata esquizofrénico de mierda.

El gunslinger se encontró con tres pares de parpadeos igual de desconcertados y decidió comportarse como lo que su madre siempre había intentado hacerle creer que era una persona civilizada.

—Bueno, da igual. Gracias por la asistencia, Hakuna Matata y todo eso. —Se llevó dos dedos a la sien con una sonrisa sesgada y realizó un gesto imitando a un saludo militar.— CaptainB, pero podéis llamarme Pip.

SilverArrow, Kíli —y el archer le devolvió el saludo de igual manera. Ya le caía bien.

GoldenLion, Fíli —el knight inclinó la cabeza levemente, educado.

—Brightblade. —la soldier no parecía especialmente ilusionada por la presentación.

—¿No tienes nombre, señorita? —Pip se acercó con curiosidad al ver que la chica murmuraba algo entre dientes y se toqueteaba la punta de su larga trenza pelirroja.— ¿Qué?

Airin —repitió la chica con el ceño fruncido.

—Oh, es bonito. —el gunslinger sonrió con afabilidad y procedió a recargar sus armas, mirando al rubio de reojo— ¿Dáis party a un pobre tercer job perdido y abandonado? Seguro que a vosotros os viene bien la protección extra, y a mí la compañía.

Mientras Pip y Fíli negociaban su ingreso en la party, Kíli se acercó a Airin.

—¿Me lo habrías dicho?

—¿Lo qué?

—Tu nombre. —otra vez aquellos estúpidos ojos de borreguito que le hacían dudar de todo lo existente e imaginable.

—No sé, tampoco me lo preguntaste. —la pelirroja se encogió de hombros intentando huir de la culpabilidad.

—¿Sólo tenía que preguntar? —el chico se tocó una patilla con incredulidad y ella volvió a encogerse de hombros.

—Airin.

—¿Qué?

La única respuesta de Kíli fue sonreir brillantemente de oreja a oreja.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on June 01, 2014, 03:30:31 PM
Creo que no tengo que poner nada aquí esta vez xD ¡Por fin mis seis personajes principales están en la misma Guild! TvT La trama avanza o algo xD





19. Siempre hay una primera vez para todo

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/lilith3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/raiden3.png)

Sanctuary no era exactamente como se lo había esperado Shun, pero el chico veía el lado bueno de todas las cosas. A veces Ikki pensaba que todo su optimismo había ido a parar a su hermano.

—¡Una farola! —exclamó el chaval, queriendo correr hacia ella, probablemente para apoyar su mano en ella y girar alrededor.

—Sí, y está rota —dijo Ikki, poniéndole una mano en el hombro para retenerle.

Cualquier día acabaría llevando a Shun con correa. Cualquier día…

—Es verdad —le dio la razón Hyoga, que miraba el cristal roto con las cejas fruncidas mientras se ajustaba los guantes— ¿Esas cosas se pueden arreglar?

El silencio se extendió por tres segundos, sin contar la voz de Shun señalando unas escaleras muy, pero que muy cucas con ahínco, hasta que Yuzuriha dio un par de golpes en el hombro de Neko y señaló al mago rubio con una ceja y un movimiento ligero de la cabeza.

—¿Eh, era a mí? —preguntó Neko, mirando al chico nuevo.

—Sí, eres mecánico ¿verdad?

—Ah, sí… que observador. ¡La farola! —señaló— Las infraestructuras de la ciudad están, por tradición, a cargo de los clanes que tengan aquí su sede. No que no se pueda arreglar sin pertenecer a uno de esos clanes, pero la gente no va usando recursos gratis para hacer más bonito un pueblo, la verdad.

Neko se encogió de hombros. La mayoría de los jugadores no tenían por proyecto embellecer los paisajes del juego, casi todos lo dejaban conforme estaba. ¿Para qué molestarse en cambiar el mundo que les habían ofrecido?

—La base del clan está aquí cerca —ofreció Neko con una sonrisa pequeña.

Hyoga parecía callado y aunque Neko tenía prejuicios contra Ikki, el mago se había comportado lo suficientemente simpático como para darle el beneficio de la duda por el momento. Además, Ikki era un solitario, probablemente el chico era amigo de Shun, o algo de eso.
Hyoga frunció el ceño y se mordisqueó el labio inferior, dando un aspecto preocupado.

—No te preocupes, seguro que os dan la bienvenida sin ningún problema —añadió Neko, viendo como los hombros del chaval se relajaban visiblemente.

Hyoga carraspeó y murmuró un gracias que no pasó desapercibido. Yuzuriha y Neko cruzaron miradas por un momento antes de que la voz de Lilith llegara hasta a ellos.
Y Neko no se había equivocado. La jefa de los Crimson Raiders les saludo, sin inmutarse al ver cuatro potenciales nuevos miembros para su clan, aunque hizo corto su discurso al ver el estado del brazo de Raiden, llevándoselo aparte y prometiéndoles a los demás una charla en Moxxi’s.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/lilith3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

La conversación fue tan bien como podía haber ido. Lilith era clara y directa, sin tapujos y no tuvo ningún inconveniente en ofrecerle un puesto a Hyoga junto a ellos. También dejó en claro cual era el objetivo de la guild: sobrevivir con la ayuda de todos, subir de nivel, mejorar equipamiento... Y en ese momento el grupo de Neko se llevó una buena sorpresa, porque había algo más.

—Eventualmente, buscaremos al GM dentro del juego, y entonces… no sé qué pasará entonces, pero lucharemos hasta el final —habían sido las palabras de Lilith.

Los antiguos miembros de Night Fury se buscaron con la mirada, compartiendo un momento de intimidad. Milo parecía preguntar a sus dos amigas que pensaban, no muy seguro él mismo de si aquello era una buena idea. Yuzuriha se encogió de hombros y Neko tomó aire y levantó la barbilla.

Lilith no esperó mucho para añadir que cada cual era libre de decidir si quería participar en aquella batalla y que aún si no fuera el caso eran bienvenidos a quedarse entre las filas de los Crimson Raiders.
Y hablando de unirse… parecía ser que la reputación de Ikki le seguía allá a donde iba.

—Y tú, Bennu, ¿vas a seguir haciendo honor al nombre de tu job? ¿O finalmente estás preparado para jugar en equipo? —indagó Lilith, con tono de no importarle mucho si su respuesta era una u otra, aunque un buen observador podría ver el interés en su postura.

—Preferiría hablar a solas contigo antes de decidir nada —respondió Ikki con el mismo tono desganado.

Shun se quejó y Lilith dio la reunión general por terminada, dando unos últimos consejos a los ya miembros oficiales de la guild. Ahora empezaba la negociación entre Firehawk y Bennu.
Hyoga le sonrió a Shun por última vez, deseándole suerte y Shun le despidió con un firme “hasta luego” que tenía más de un significado para ellos.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/ikki3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/lilith3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)

—Antes que nada, vamos a dejar las cosas bien claras —empezó Ikki, inclinándose hacia delante y con el rostro más tenso que antes de que se fueran los demás.

—Creía que eso era lo que estábamos haciendo, Bennu —contestó Lilith, cruzando los brazos debajo de su pecho y apoyando la espalda en su asiento.

Ikki chistó, levantando el labio superior en una mueca de desprecio.

—No juegues conmigo, Firehawk.

Lilith sonrió y se encogió de hombros, cerrando los ojos por un momento.

—No lo hago, aunque-

—¡Admítanos en su Guild! —intervino Shun, poniendo las manos encima de la mesa, de forma suave pero firme, mirando directamente a la mujer.

—¡Shun! —gritó Ikki, casi saltando hacia su hermano.

—¡No, hermano! —respondió Shun, frunciendo tan sólo un poco sus cejas— ¡Siempre te metes en peleas por esa actitud que tienes! ¡Así la gente no te entiende!

La cabeza de Shun giró de golpe hacia Firehawk haciendo volar su pelo verde y ondulado alrededor de su cara. Parecía un ángel, pero sus ojos ardían con decisión.

—Sus intenciones son buenas, no se deje engañar por sus palabras —aseguró Shun sobre su querido hermano.

—Shun, ya basta —advirtió Ikki casi chirriando los dientes.

Lilith había ido abriendo los ojos cada vez un poquito más mientras el par de hermanos discutía. Ahora se llevaba la mano a la barbilla y entrecerraba esos mismos ojos, calculando lo que tenía allí delante. Y por un momento pudo aguantarse la risa.

—¡No, no basta! —Shun se había vuelto a girar hacia Bennu para contestarle, pero clavó sus ojos en Lilith para hablar con ella— ¡Deje que nos unamos! ¡Por favor!

—¡No… no ruegues! —se escandalizó Ikki, levantándose de su silla.

—¡No ruego, lo pido por favor! —se defendió Shun, aún sentado, golpeándose los muslos con sus puños bien cerrados.

Ikki levantó los brazos, los dejó caer. Y Lilith supo exactamente que tenía allí: aquello era una mina. Esta vez ni pudo ni quiso aguantarse la risa.
Bennu levantó la mano para señalar a la pelirroja y abrió mucho los ojos, gesticulando para Shun.

—¿Ves? ¡Esto es lo que se consigue cuando ruegas!

—¡Pero que no ruego! Señorita, ¿podría dejar de reírse? Está haciendo que mi hermano se sienta incómodo.

Lilith se había girado un poco hacia atrás, agarrándose del respaldo del asiento y levantó una mano hacia Shun mientras se limpiaba las lágrimas.
Ah, dios santo, aquel sí que era un buen punto débil para Bennu.

Cuando Lilith miró hacia los dos se dio cuenta de que Ikki se había vuelto a sentar. Estaba tenso, con los hombros crispados, las manos sobre las rodillas, los codos hacia arriba y sí, sus mejillas estaban rojas. Toda una visión. Hasta parecía más joven.

—Está bien… —Lilith tomó aire y suspiró antes de quitarse una última lágrima y cabeceó hacia Andrómeda. Le caía bien aquel chico— ¿Qué era lo que querías dejar en claro, Bennu?

Bennu se cruzó de brazos y pareció recuperar la compostura en un momento, como si no hubiera pasado nada.

—Sigo sin jugar en equipo.

—¿Entonces para qué venir hasta aquí?

Ikki y Shun se miraron un momento. Shun le animaba con pequeños asentimientos y una sonrisa de cachorrito. Ikki hizo una mueca entre cansado y preocupado.

—Conforme están las cosas… no sé si podría proteger a mi hermano yo solo —masculló entre dientes, como si no acabara de creer lo que estaba admitiendo. Y probablemente no se lo creía. No del todo.

Lilith dejó salir un largo sonido de reflexión mientras se frotaba la barbilla con un índice.
Ikki tomó aire y volvió a erguirse, pero dejó caer sus brazos encima de los muslos. Su postura mucho más honesta y abierta que segundos antes.

—Mira, nunca he atacado jugadores sin una buena razón. Sé que no admitis a ese tipo de gente. No me gustan las personas demasiado, pero haré lo que sea para que mi hermano esté a salvo.

—Hermano… —susurró Shun e Ikki se corrigió automáticamente.

—Dentro de unos límites.

—Vamos, lo que el chico te deje hacer —señaló Lilith sin tapujos, apuntando un dedo hacia Shun, con la palma hacia arriba.

Ikki endureció la mirada y apretó los dientes, pero no lo negó.

—Oh, ya veo.

Desde luego aquel caso era digno de atención especial. Bennu sería una buena adquisición para la guild, tenía experiencia, buen nivel, tercer job… y con un modo de controlarlo como era aquel white mage… No tuvo que pensarlo mucho.
Siempre sería mejor tenerlo de su lado que contra ellos.

—Os enviaré la invitación ahora mismo —sonrió Lilith, satisfecha con el resultado de aquella conversación y sus descubrimientos.

Shun aplaudió un poquito hasta que se giró a mirar a su hermano, que no compartía para nada su buen humor. Mientras tanto, Lilith tecleaba en su omnitool, con la luz naranja de su brazo reflejándose ligeramente en su cara.

—Pues ya está —anunció apagando la omnitool y clavando sus ojos amarillos en los dos nuevos miembros del clan—. Bienvenidos oficialmente a Crimson Raiders.

La mujer se levantó y Shun hizo lo mismo, acercándose para estrecharle la mano. Bennu miró hacia otro lado enfurruñado y Lilith saboreó una pequeña victoria.

—No te pongas así, Bennu. Siempre hay una primera vez para todo.

Y dando unas últimas indicaciones sobre a quién se tenían que dirigir si tenían dudas, se marchó a atender asuntos más importantes.


(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)

Milo agarró a Neko de la tira de cuero que llevaba a la altura del cuello, por detrás, y el arnés la detuvo con eficiencia.

—¿Dónde crees que vas? —preguntó él cuando hizo  que el cuerpo de la chica chocara contra el suyo y la abrazó.

—¿A la guild, a mi habitación? —contestó con otra pregunta ella mientras se giraba para mirar a Milo. Lo único que consiguió Neko fue hacer chocar su nariz contra mandíbula del bardo.

—No, no… nosotros nos vamos d-

—No digas fiesta o hago que Yuzu te pegue —advirtió la chica levantando un dedo hacia Crane.

Yuzu agarró un bufanda roja y la hizo girar un par de veces, con una ceja levantada, dispuesta a atacar en caso de necesidad. Milo dejó salir un sonido largo de entre sus dientes, a medio camino entre un silbido y una aspiración fuerte de aire.

—Probablemente tú me harías más daño —observó, dirigiéndose a Neko mientras la soltaba sin prisas. Y después le puso una mano en la cabeza.

La mecánico le dio un golpe en las costillas con el codo antes de ajustar sus gafas de aviador en la cabeza, mientras oía a Milo quejarse y Yuzu se acercaba un poco más a ellos.

—No tengo inconveniente en volver a la guild —habló Crane—, pero Milo tiene algo de razón. Podríamos pasar un rato juntos.

Los tres se miraron y todos decidieron que era una buena idea.

—Pero nada de nosotros tomamos algo mientras tú haces bricolaje —regañó Milo con los labios apretados hacia fuera, en un puchero adorable.

Neko se rió dándole la razón y al poco tiempo se encontraban los tres en la guild, en una pequeña sala de reuniones, bebiendo refrescos virtuales y comiendo barritas de energía, palomitas y papas, porque ninguno tenía ganas de ponerse a cocinar.

Los tres se apilaron en el sofá de la sala. Milo puso las piernas encima de la mesita de café, Yuzu estaba sentada a su lado, hombro contra hombro. Y Neko estiró sus propias piernas por encima de sus compañeros de equipo, con la cabeza apoyada en el reposabrazos, dejando que la bailarina encestase palomitas de maíz en su boca mientras recordaban viejos tiempos. Y por un momento todo fue como antes.
Por un momento no había GM malvado, no estaban ahí contra su voluntad y su vida no pendía de un hilo, secuestrados por un psicópata con ganas de hacer experimentos sociales.

Por un momento rieron y todo fue perfecto.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on June 06, 2014, 04:04:14 PM
Hmn, sólo dos cosas que traer, esta es la guitarra que Milo equipa al final de su escena: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/20_guitarra_milo_1_1.png), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/20_guitarra_milo_1_2.png), 3 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/20_guitarra_milo_1_3.png). Y ESTO (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/ssy/guarrabatos/g_milo_2.png) es un garabato de lo que vendría a ser la ropa. No lo he coloreado, pero es negro con los dibujos en plateado y turquesa oscuro, a conjunto con la guitarra :3 Se me olvidó ponerle el sombrero vaquero xD





20. No entiendo nada

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-2.png)

Era pronto por la mañana, al menos según los dictados de aquel mundo virtual. Fuera de la base de los Crimson Raiders el sol empezaba a iluminar la ciudad, aunque no calentaba demasiado y un pajarito aventurero piaba desde el alféizar de una ventana, saltando de un lado a otro entre sus gorjeos.

Hyoga bajaba las escaleras con un trote comedido, ajustándose un guante mientras hacía memoria, recordando la pequeña visita guiada que le ofreció un miembro de la guild el día anterior.
Había dormido bien y ahora necesitaba comer algo antes de averiguar qué hacer. Subir de nivel fue uno de sus primeros pensamientos mientras conseguía algo de desayuno y se desplazaba hasta un salón pequeño para comer.

Se sentó en una mesa, con el batido de fresa y el paquete de galletas, y jugó un poco con la pajita antes de insertarla en el tetrabrik. Se quitó los guantes, dejándolos a un lado, y se llevó la pajita a los labios, observando a los pocos miembros con los que compartía el salón en aquel momento.
Reconoció a un jugador de la noche anterior, pero nada más. Con un suspiro continuó su comida.
Y aún tenía que darle su regalo a Shun.

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/milo3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/yuzu3-1.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/hyoga3-2.png)

Milo podía ser muchas cosas, pero había una, sobre todas ellas, que era la que mejor le definía: contradicción. Así que cuando abrió la puerta de la habitación de Yuzuriha y se tiró encima de ella para despertarla, aunque normalmente Milo no era una persona mañanera, Crane no se sorprendió. No demasiado.

Unos minutos después, Starkrimson cargaba una de sus guitarras a la espalda mientras Crane bostezaba detrás de su bufanda, los dos entrando a uno de los salones de la base del clan.

—Ey —le llamó la atención el bardo, dándole un codazo suave— ¿Ese no es uno de los chicos de ayer? El que iba en party con Bennu y su hermano.

Ante la mención de Bennu, Crane arrugó los cejas, pero no dijo nada más sobre el tema. Asintió con la cabeza y no le quedó más remedio que seguir la estela de Milo, que ya había llegado junto al chaval.

—Buenos días —canturreó al apoyarse en la mesa y ponerse la guitarra delante, empezando a afinar las cuerdas—. ¿Qué tal?

Milo sonrió, dando un acorde armonioso al mismo tiempo en que Crane llegaba a su lado.

—Ahm… buenos días —contestó el mago negro, con los ojos entrecerrados en clara sospecha dubitativa.

—Yo soy Starkrimson y esta es Crane, no nos presentamos anoche.

—Yuzuriha y Milo —contestó la dancer, señalándose a sí misma primero y a su compañero después.

Hyoga asintió y Milo se le adelantó antes de decir nada más.

—Tu nombre era Hyoga ¿verdad? Me refiero al nombre, al de fuera.

El mago se puso un poco más recto y carraspeó, pero asintió una sola vez antes de hablar.

—Sí, el segundo.

—¿Y el primero? —preguntó Yuzuriha, sentándose en una silla libre a su lado y colando una de las galletas de Hyoga entre su bufanda. ¿Cuándo se la había quitado?

Hyoga miró su paquete de galletas y luego a Milo, que volvía a tocar unos pocos acordes en su guitarra.

—Aleksei —contestó con voz clara pero bajo volumen.

—¿De qué conoces a Bennu? —preguntó Milo, ganándose una mirada reprobatoria de parte de su compañera de dúo.

Milo se encogió de hombros, evidentemente no arrepentido por sus indagaciones.

—Ah… en realidad de poco. Un día después del anuncio él y su hermano me rescataron de un boss.

Crane y Stark se miraron durante un momento antes de que Milo hiciera como que seguía afinando su guitarra y Yuzu carraspeara suavemente, haciendo un gesto hacia las galletas, como pidiendo permiso a Hyoga para coger más. El mago acercó el paquete hacia la dancer.

—Típico de Bennu —compartió Crane. Su voz sonaba bajita, pero probablemente tenía más que ver con la barrera que suponía su bufanda—. Lo raro es que se quedara contigo después.

—Ah, no. Eso fue cosa de Andromeda —apuntó Hyoga antes de dedicarle una sonrisita a ella y comerse una última galleta después.

Pasó casi un minuto entero antes de que Stark levantara la cabeza de su guitarra y gritara con entusiasmo y deleite, sobresaltando a sus compañeros de mesa.

—¡Ya está, listo!

—¿Qué está listo? —preguntó Crane, tentada a darle un golpe a Milo con su bufanda.

Milo levantó la guitarra, que desapareció en el aire entre píxeles dorados. Otra tomó su lugar. La nueva era azul turquesa con remaches y ornamentos en plateado, tenía algunos detalles en madera clara, probablemente de haya blanca y el mástil era negro.
Su equipo también cambió: Gorro vaquero, abrigo largo y pantalón pegado. Las botas y los mitones tenían detalles que recordaban a la guitarra, al igual que los dibujos en los hombros y la espalda del abrigo.

—Estaba buscando este equipo, pero no es eso. ¡Está decidido!

—¿El qué? —volvió a preguntar Crane, inclinándose un poco hacia Milo.

Stark sonrió de oreja a oreja mientras se colgaba la guitarra a la espalda y agarraba a Hyoga de los hombros, poniéndolo de pie.

—Eres nuestro hijo.

—¿¡Qué!? —gritó Hyoga con tono agudo.

—No estamos casados —replicó Yuzu, poniéndose de pie.

—¡No importa! Mira este pelo, estos ojos… Es nuestro hijo. Si alguna vez tuviéramos uno, sería así.

Yuzuriha rodó los ojos y se levantó también, cruzando los brazos debajo del pecho.

—¡Vamos chaval! —gritó Milo dándole un golpe amistoso en el brazo a Hyoga que hizo que flotara un ciento tres a su lado— Tú necesitas entrenar y yo me aburro.

—Auh… —se quejó Hyoga antes de que le apareciera una invitación a una parte en su omnitool— Espera… Ya estoy en party, no entiendo nada.

Milo estaba saliendo del salón a zancadas, hablando solo.

—Acepta —le dijo Crane—, cuando a Milo se le pone algo en la cabeza no hay manera de quitárselo. Y no podemos ayudarte si no estamos en la misma party. Está en no compartir experiencia.

Hyoga se lo pensó dos segundos más, antes de ver volver a Milo con la misma energía con la que se había ido. Aceptó la solicitud y sonrió con algo de miedo hacia el bardo. Yuzu le puso las manos en los hombros a Milo, le hizo darse la vuelta e hizo un gesto para que Hyoga les siguiera.

—Conozco un sitio estupendo para subir de nivel para alguien de tu especie. Confía en mí.

Y Hyoga no supo si estaba haciendo bien siguiendo a aquel chalado, pero parecía que sabía de lo que estaba hablando. Confió en él.

(https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/shun3-2.png)  (https://niriplays.net/bt/neko/morpg/neko-icons/anir3-5.png)

Después del desayuno, Shun había decidido que, aprovechando que su hermano estaba ocupado, explorar la base de la guild por su cuenta era una buena opción. Así fue como, atraído por los ruidos de metal contra metal que salían de una puerta entreabierta se asomó y vio a Neko con las manos metidas dentro de una masa de placas de un material que no tenía muy claro qué era o qué sería cuando terminara con ello.

Shun abrió la puerta un poco más y chocó su puño contra la puerta.

—Hola —saludó desde el quicio con una sonrisa, en cuanto Neko levantó la cabeza.

La chica se quitó las gafas de aviador de la cara, dejándolas sobre la mesita. Tenía una máscara de limpieza alrededor de la suciedad de sus mejillas que hizo que Shun riera un poquito.

—¿Pasa algo? —preguntó Anir, con el ceño fruncido.

—Tienes… algo en la cara —dijo Shun, acercándose a ella.

—¿El qué, dónde? —preguntó Neko, llevándose una mano hasta una de sus mejillas.

—Por casi toda la cara —señaló Shun, haciendo un gesto con la mano para enfatizar sus palabras—. Creo que es mugre.

Neko suspiró, dejando caer la mano y buscando un pañuelo algo sucio que colgaba de su cinturón de mecánico y empezó a limpiarse, restregándose el trozo de tela sobre la piel.

—¿Ya? Si que me he ensuciado pronto esta vez —se encogió de hombros antes de añadir—. Los gajes del oficio ¿Qué se le va a hacer?

Shun rió un poco y se sorprendió cuando Neko se unió a sus risas. Terminó por sonreír dulcemente. Podía ver a su hermano siendo amigo de alguien así.

—¿Puedo sentarme o estás muy ocupada? —preguntó Shun, buscando algún sitio donde descansar en aquel taller.

Neko le acercó un taburete y le indicó que tomara asiento.

—Si no te importa que siga con esto, puedo hablar mientras tanto. La verdad es que es bienvenida la compañía —le confesó.

—¿Qué es? —curioseó Shun señalando con lo que Neko trasteaba.

—¿Esto? Será el pectoral de una armadura cuando la acabe. Ésta en concreto es parte de un set, pero el pectoral sólo puede ser fabricado, no se vende en tiendas ni se consigue como drop.

—Oh… —dijo Shun, empezando a mover las piernas.

Su mascota saltaba desde el suelo, haciendo ruiditos agudos e intentando alcanzar su regazo.  Shun estiró los brazos para atraparlo a la altura de sus rodillas y le rascó entre las orejas en cuanto acomodó al conejo.
Después de que Marshi le mordisqueara los dedos, Shun activó su omnitool para buscar comida para mascotas en su inventario.

—Toma, dale esto —le dijo Neko, llamando la atención del chico antes de echarle una zanahoria al vuelo.

Shun la cogió a duras penas y miró la zanahoria, analizándola. No era como aquella multicolor que le había dado su hermano para atrapar a su querido conejo. Era naranja, pero su forma era demasiado perfecta, no se parecía a ninguna zanahoria real que hubiera tenido entre sus manos. Hasta conservaba las hojas.

—Es un alimento especial para mascotas de ese tipo —explicó Neko mientras sus manos trabajaban de forma automática—. Si le das eso en vez de la comida básica para mascotas, te da varios bonus: gana más cariño por tí, le llenas más el hambre… cosas así.

Shun asintió y acercó la zanahoria al morro de Marshmallow, que ya le había apoyado las patitas delanteras en el brazo para olisquear aquel manjar. El conejo chilló con deleite antes de disponerse a darse un banquete con la zanahoria.
Shun acarició su pelaje blanco y sonrió contento.

—Gracias, no lo sabía.

Neko se encogió de hombros.

—Eres nuevo, hay muchas cosas que no sabes, es un hecho.

Shun se rió un poquito, algo afectado por la brusquedad de las palabras de la chica, pero no le dio importancia. Ahora sí que podía ver a su hermano y a la mecánico siendo amigos. Totalmente.

—¿Tú tienes alguna mascota? —quiso saber Andrómeda.

Neko se lo pensó un poco antes de contestar, aunque en un principio sólo se encogió de hombros y parecía no ir a añadir nada más. Pero terminó hablando.

—Se puede decir que sí… Cuando tenía poco nivel quería mascotas, pero no tenía muy claro cómo cuidar de esos bichitos, así que esperé a subir más de nivel antes de decidirme —comenzó su explicación—. Una vez que ya conocía el sistema de mascotas, se me cruzaron otros proyectos por delante, así que abandoné la idea y me centré de lleno en la vida de un mechanic en el juego.

Shun asintió, satisfecho con la información.

—¿Cómo se llama? —preguntó ella, levantando la barbilla hacia su mascota virtual.

Neko miró hacia sus manos mientras las sacaba de dentro de lo que sería un pectoral y se quitaba los guantes, dando una pausa a su trabajo.
Shun tardó unos segundos en responder, acariciando al conejo y disfrutando de verlo tan feliz con su comida.

—¡Marshmallow! —exclamó— Así es como la llamo.

Shun seguía con la vista puesta en su conejo cuando escuchó el sonido de algo metálico al caer al suelo desde poca altura. Levantó la cabeza y centró la mirada en Neko.
La placa que había vuelto a coger después de quitarse los guantes estaba entre las piernas de la chica, aunque sus manos estaban en alto. Los ojos turquesa de la mecánico estaban muy abiertos y mantenía los labios apretados. Le temblaron las cejas.

—Ah… —dijo Shun, parpadeando y apretando al conejito entre sus dedos.

Se sentía como si hubiera metido la pata, pero no tenía idea de cómo ni porqué.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on June 06, 2014, 04:23:42 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
029missing pieces

Con un par de horas ya entradas en la madrugada, el grupo de jugadores fue abandonando el primer piso de la base, algunos volviendo a los dormitorios de ésta y otros saliendo a la calle en busca de quests nocturnas o simplemente, algo de diversión. La partida había sido intensa, cuando el grupo era numeroso, no era necesario subir las apuestas demasiado para que el ganador se llevara un buen premio.

Raiden había permanecido al margen, apenas participando en un par de rondas, aquellos mini-juegos no le interesaban y no había acumulado una baraja especialmente buena. Hubiera subido a su habitación directamente, pero Lilith y él tenían una conversación pendiente.

- Entonces, ¿qué cuenta Sam?

Lilith contó las monedas que había ganado antes de que desaparecieran de su mano, a salvo en el inventario. Podría haber ganado mucho más que eso, pero la mujer a menudo participaba en aquellas timbas para estudiar el ambiente general como prioridad… aunque no le importaba ganar de vez en cuando.

No habría tenido que mencionar el nombre del otro Samurai en los cortos mensajes que habían intercambiado al volver a Sanctuary para que ésta supiera qué había pasado. Aunque tuviera básicamente tres cuartos de su cara cubiertos, había pasado tanto tiempo dentro del juego con él que ni era necesario.

- Nos hizo un steal kill-
- ¿Cómo es que siempre te pasa eso? – Raiden entrecerró el ojo al descubierto, pero no se distrajo con el divertido comentario de Lilith.
- ...y dijo que tenía un mensaje para ti.

La mujer arqueó una ceja, con la sonrisa helándose poco a poco en sus labios. Debía estar llegando a las mismas teorías que él mismo tenía, por lo que necesitaba toda la información.

- A veces es mejor no escoger un bando, o puedes arriesgarte a elegir el perdedor. – Aquellas habían sido las palabras exactas de Sam, marcadas en su mente. – Eso… eso es lo que tenía que decir. Sin embargo, dice que no tiene nada que ver con el ataque del otro día.

Dejó que la mujer procesara la información. Lilith cruzó los brazos, tamborileando con sus dedos sobre el brazo. No podía ver su expresión con el rostro ladeado, el flequillo rojo era una cortina sobre su cara.

Cuando Lilith jugaba a las cartas de verdad, lo hacía para ganar. Un pie en el suelo y el otro alzado para dar el siguiente paso y aplastar bajo su bota a quien estuviera en medio. No dudaba de su liderazgo, su experiencia en la vida real había sido clave en muchas de las victorias durante Guild Wars, y dentro del juego, no habría otra persona a quien seguiría antes que a ella.

Pero aunque tuviera delante de él sólo a un montón de píxeles, seguían estando controlados por una conciencia humana. Una conciencia que del mismo modo que podía arriesgar una tirada y llevárselo todo, también podía salirle el tiro por la culata y quedarse con los bolsillos vacíos.

Sólo el tiempo mostraría el resultado final de su jugada… dándoles pequeños adelantos para entretenerlos durante la espera.

- ¿Le crees? – Dijo finalmente Lilith.
- No… no lo sé. – Le costó unos segundos responder.

Lilith se levantó, quedando frente a él con los brazos cruzados. Tenía el ceño fruncido y los labios apretados, una expresión que pocas personas habían visto. Afortunadamente para ellos.

- Así que de momento, esto es lo que podemos suponer: Sam sabe del ataque y de mis planes. ¿Cómo explicarías eso? – Entrecerró los ojos.
- Tiene un contacto dentro de la guild, y está trabajando con otros para quitarnos de en medio.
- ¿Y por qué haría algo así?

Aquella era una pregunta retórica, con Lilith dando unos pasos a un lado a otro mientras seguía con su retahíla.

- No somos la guild más grande del juego, pero he hablado con otros jugadores, y hasta ahora, estamos entre las más seguras. En menos de diez días hemos formado con otras guilds y reclutado incluso jugadores de tercer job.
- Has estado ocupada. – Raiden apretó la mandíbula. Estar fuera de aquel tipo de decisiones le incomodaba, por mucho que supiera que no era precisamente el mejor negociador.
- Sam prefiere ir solo, pero si tiene que ir con alguien, irá con quien más le beneficie. – Siguió hablando Lilith, levantando la palma de la mano hacia él. – Antes de que digas nada sobre ti, dudo que vuestra vendetta personal sea el motivo. Pero pongámoslo. O no está con nosotros por motivos personales, o porque está con alguien más poderoso que nosotros.

Con aquellas opciones sobre la mesa, Lilith puso los brazos en jarras.

- Eso es, claro, asumiendo que él estuvo detrás del ataque. El grupo que envié volvió con las manos vacías. Si hubiera querido dejar una advertencia, una de ese tipo, ya habría tenido su oportunidad.
- Y si lo que dice es verdad, él no ha escogido bando.

Tenía que admitirlo, no tenían ningún motivo para acusar a Sam del ataque. Pero todavía quedaba una pregunta, y Raiden había estado especulando al respecto. La conclusión a la que había llegado… habría hecho que un escalofrío recorriera su espalda, si todavía le quedara un cuerpo.

- Lilith, ¿sabes que Songbird tiene una enfermedad crónica que le impide salir de su habitación?
- ¿Qué? Eso es…

Raiden levantó la vista cuando Lilith detuvo sus palabras en seco. Abrió los ojos, probablemente llegando a la misma conclusión que él. Era incluso más fácil cuando se tenía la información de Sam previamente.

- Si tuvieras que elegir entre éste mundo y una habitación, ¿qué elegirías? ¿Por qué lucharías?

El silencio de Lilith duró unos segundos, hasta que dejó ir una risa sorda, pasándose la mano por el pelo rojo mientras negaba con la cabeza. Habían estado tan centrados en salir, en volver a la realidad, que simplemente se les había pasado por alto que quizá otros pudieran no querer volver.

- Es hora de que Sam y yo hablemos. – Lilith lo miró fijamente. – Si sabe lo que ha pasado, si ha dicho que no escojamos bando… sabrá mucho más.
- Iré contigo.

Raiden se levantó de su asiento, como si fueran a salir por la puerta de la base a por Sam en aquel instante. Pero Lilith volvió a negar con la cabeza, arqueando una ceja al mirarle.

- ¿Para que simplemente os pongáis a luchar? No puedo permitir que ninguno de los dos pierda una vida.
- ¡No puedes dejarme fuera de ésto, Lilith! ¡Ya basta!

Apretó la mandíbula, con los puños temblando a sus costados. Después de todo lo que habían pasado juntos, Lilith no podía simplemente apartarlo. Lo que concerniera a Sam era asunto suyo. Lilith, los Crimson Raiders… eran asunto suyo también.

- Jack… – Lilith avanzó hacia él. – Te prometo que te contaré todo apenas lo encuentre. Pero no puedes estar en medio.
- No soy una niñera, Lilith, y he estado fingiendo que lo soy ya bastante tiempo.
- Pues tendrás que hacerlo un rato más. – La mujer torció el labio. – ¿No te das cuenta de que es igual de importante?

Sin mediar más palabra, Lilith dio la vuelta, dirigiéndose hacia la escalera. Lo había dejado aturdido unos segundos, pero no tardó en alcanzar a la mujer, sujetándola por la muñeca.

- ¡No me des excusas como si fuera un niño!
- Jack…

Lilith dejó ir un suspiro, bajando la mirada. Tenía aún una mueca de molestia, y sonaba cansada. Soltó su agarre, y la mujer frotó la piel ya marcada por el metal. Pasó unos segundos en silencio, midiendo sus palabras mentalmente.

Quizá simplemente no había querido contar con la posibilidad, pero las palabras de Lilith lo cogieron totalmente desprevenido.

- Todavía no sé lo que está pasando, pero puede que haya cometido un grandísimo error. Tú y yo lo sabemos. Pero si hay una manera de enmendarlo… y si el precio es muy alto, tengo que saber que quedaréis algunos atrás para seguir protegiendo al resto.

Congelado al pie de la escalera, observó la figura de Lilith subir hasta desaparecer en los pasillos del primer piso en silencio.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on July 31, 2014, 03:52:48 PM
Heyo, I still live  o/

~06~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—¡Airin!

—¡Fíli! !No!

—¡Fíli, Fíli aguanta!

—¡No te sueltes Airin!

El viento embravecido golpeaba sus cuerpos como si quisiera borrarlos de la faz de la montaña, estirando de sus ropas y haciendo que el pelo les azotase en la cara, mientras la lluvia caía en una cortina violenta y constante.
El knight se vió izado poco a poco por su hermano y su otro compañero, que hacían un intento desesperado por subirlo de vuelta al camino sin verse desbarrancados ellos también.

—¡Vamos muchacho que ya casi estás arriba! —el gunslinger gruñó una de sus excéntricas maldiciones y tiró de la cuerda con fuerza, hasta que su espalda chocó con la pared de roca, y el rubio consiguió arrastrarse de nuevo al saliente.

Fíli escupió agua y tierra, y sin haberse puesto aún en pie se revolvió por el suelo en busca de un punto de apoyo seguro. Notó los brazos de su hermano alrededor de su torso, y su respiración agitada en su cuello.

—¡Te tengo, estira! —y el rubio se enroscó en torno a antebrazos y manos la otra cuerda que se anudaba a su cintura, y que todavía aguantaba el peso de una persona más.

La lluvia había dificultado el trayecto más de lo que el grupo había previsto, y pese a las advertencias de cautela de Pip, el piso de roca se había desmoronado bajo sus pies prácticamente por sorpresa. Fíli había trastabillado y al perder el equilibrio de repente se había encontrado cayendo al vacío del barranco desde cientos de metros. Su compañera que caminaba detrás de él había intentado sujetarlo, pero poco había podido hacer contra el viento y el peso añadido del knight. El chico, en un afortunado acto reflejo, se había agarrado al borde del camino, y aunque había seguido cayendo un par de metros más había conseguido hacer pie en una roca suficientemente firme que había detenido su descenso.

Sin embargo la chica había quedado a merced de la tormenta en condiciones precarias y pese a sus esfuerzos por recuperar la posición se había visto arrastrada más allá del alcance de Fíli cayendo sin freno y golpeándose contra la pared del barranco repetidas veces.
Ahora colgaba aturdida y desorientada, balanceada de forma peligrosa por las ráfagas de viento que sacudían su cordaje suspendido sobre el vacío.

—¡Vamos, un poco más! —Kíli, aunque con el estómago atenazado por el miedo, servía de ancla a su hermano mayor, sabedor de que el rubio tenía más fuerza física tanto dentro del juego como fuera de él.

—¡Airin! ¡¿Airin estás bien?! ¡Contéstame! —Fíli se inclinó hacia la arista, y Kíli estrechó más su agarre— ¡¿Me oyes?!

Tenuemente, casi ahogada por el rugido del viento, les llegó la voz de la chica.

—¡Estoy...! Más o menos —En un acto de temeridad Pip se asomó por encima del borde, y la vio aferrada a la pared con desesperación, temblando mientras intentaba impulsarse y trepar hacia arriba.

Sabiendo que cuanto más tiempo tardasen en subirla más riesgo corrían de acabar mal, el gunslinger clavó sus botas en el suelo para no resbalarse, y tomó la cuerda casi de manos de Fíli.

—Ayúdame soldado, iremos más rápido si hacemos tandas intermitentes, ahora yo, y cuando la tenga sujeta, tu turno ¿de acuerdo? —ambos muchachos asintieron como uno sólo, e hicieron espacio junto al orillo.

—¡Tirad! Otra vez... ¡Tirad! —como si de un auténtico capitán de barco se tratase, Pip dirigía a su tripulación sin atisbo de duda ni descanso, jalando del cabo con fuerza.

En un par de interminables minutos una coronilla pelirroja y mojada asomó de nuevo al camino.
Fíli se abalanzó sobre ella, y agarrándola por debajo de las axilas la arrastró como pudo de vuelta a la roca firme. La chica lloraba y temblaba, agarrando la túnica del knight con los nudillos blancos por la presión.

—!Lo siento Airin lo siento! ¡De verdad, perdóname! Si hubiera visto dónde pisaba... Oh dios, perdóname, ¡perdóname! —Fíli la apretaba entre sus brazos, frotando su espalda y aguantando las lágrimas carcomido por la culpa.

—No te odio, sólo... —la chica hipó, restregándose la nariz con la respiración entrecortada— no lo vuelvas a hacer, ¿vale?

—En cuanto estéis mejor, seguimos. No quiero aparcar aquí mucho tiempo, y estoy mojado hasta los gayumbos.

—¡Pip!

—¿Qué? ¡Es verdad!



Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on August 24, 2014, 12:44:19 PM
Creo que no tengo nada que añadir para ilustrar este capítulo... oh sí, una cosa. Las "Damascus" son unas típicas dagas o armas de filo que suelen aparecer en casi todos los rpgs. El termino viene del acero adamascado (http://es.wikipedia.org/wiki/Acero_de_Damasco) o de Damasco. Es una manera de trabajar el metal, blehbleh, en el enlace podéis leer más.





21. ¿Seguro que estás bien?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/shun.png)

Ikki llevaba un rato informándose sobre las costumbres de Guild a la que se acababa de unir. Nunca había estado en una, pero Anir le había hablado tantas veces de las cosas que solía hacer con sus compañeros, que Ikki supuso que en los Crimson Raiders también tendrían cosas parecidas.
Se estudió la lista de usuarios, sus jobs y niveles, los privilegios de los que Firehawk le había dotado, el mapa de la base y la zona en la que residía mientras se tomaba un café y Shun movía los pies al otro lado de la mesa del comedor.

Le dio permiso a Shun para pulular mientras no saliera del edificio sin avisarle, pero no tardó mucho en empezar a sentirse incómodo sin su querido hermano alrededor. Apagó la interfaz de su omnitool y salió en su busca.

—¿Dónde se habrá metido? —masculló mientras andaba silencioso como una sombra por los pasillos.

Unos minutos más tarde dió con él, o más bien con su voz, que salía alegre de una habitación. La puerta estaba entreabierta, así que Ikki se acercó para fisgar.

La voz de Neko respondía las preguntas de Shun, e Ikki se sintió inquieto y en paz al mismo tiempo. Se llevó un puño al pecho, frotando con los nudillos sobre el pectoral negro de su armadura.

Parecía que hablaban sobre mascotas e Ikki agudizó el oído, ilustrando las palabras de Neko en su mente con viejos recuerdos.

—Una vez que ya conocía el sistema de mascotas, se me cruzaron otros proyectos por delante, así que abandoné la idea y me centré de lleno en la vida de un mechanic en el juego.

Recordaba aquellos proyectos. Había estado ahí en la mayoría de ellos, pero la joya de la corona siempre sería su airship. Casi, casi lo había creado ella sola, todo un reto.

—¡Marshmallow! Así es como la llamo.

Escuchó Ikki desde la puerta antes de oír el estruendo de algo metálico golpear el suelo. Ikki tomó el ruido como una buena excusa para asomarse a ver qué demonios pasaba.
El lenguaje corporal de su hermano, que sostenía a su mascota en brazos, irradiaba culpabilidad por cada píxel y la cara de Neko era una que había visto en muy pocas ocasiones. Parecía a punto de llorar y Neko no lloraba.

Dudó un segundo en el que su rodilla tembló antes de chistar y entrar en el taller como si fuera suyo.

—¿Qué ha pasado con Marshmallow? —inquirió Ikki en un tono dominante, que no dejaba lugar al silencio como respuesta.

—Está aquí… —murmuró Shun, apretando al conejillo entre sus brazos y enterrando su nariz en el pelaje blanco.

—Tu Marshmallow, Neko —insistió en dark knight sin dejar de mirar a la chica—. ¿Qué ha pasado con tu airship?

Los hombros de Neko cayeron y se llevó un nudillo a la cara para frotarse el puente de la nariz. Cambió el peso de pie y tomó aire, recobrando algo de su compostura. Se llevó una mano a la cadera y movió la otra rápidamente, como si desechara un hecho o un pensamiento.

—Tuve que dejarla —contestó, mirando al suelo—. Está en el desguace, no la pude salvar.

Shun miraba de uno a otro, empezando a juntar las piezas del puzzle. Neko se encogió de hombros y se agachó para coger lo que se le había caído antes.
Mientras tanto, Ikki flexionaba los dedos de una mano, sin acabar de decidirse. Al final puso la mano enguantada sobre el hombro de Neko, ofreciéndole el poco confort que pudiera sacar de él.

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir.png)

Cuando Hyoga, Starkrimson y Crane tomaron el warp hacia Sanctuary ya era tarde, el mago estaba más que cansado y había subido tantos niveles que ya no recordaba cuantos eran exactamente. ¿Cuatro, cinco, diez? No tenía ni idea.
Se puso la mano en el cuello mientras movía la cabeza de un lado a otro y Milo le dio una palmada que le enderezó la espalda.

—¡Un día productivo! —trinó Milo con una sonrisa radiante en los labios.

Hyoga gruñó y podría haber jurado que Yuzu se reía suavemente desde detrás de su bufanda roja, pero no podía verle bien los labios ni la expresión de la cara mientras ajustaba el accesorio alrededor de su cabeza para protegerse del frío de Sanctuary.

Los tres fueron a paso rápido hacia la base de la Guild y se separaron poco despés de atravesar sus puertas. Hyoga necesitaba descanso urgente y Milo quería encontrar a Neko para molestarla y distraerla un rato. Yuzuriha le acompañó, no sin antes despedirse con un cabeceo amistoso del mago negro.

No tardaron mucho en encontrarla, en el taller que había tomado como suyo, rodeada de materiales y herramientas.

—¿Qué haces, has pasado el día entero aquí? —preguntó el bardo mientras caminaba hacia ella y se apoyaba en una de las mesas de trabajo.

—¿Eso es una daga Damasco? —continuó Yuzu con el interrogatorio.

—Sí y también —contestó Anir, sin dejar de prestar atención a su trabajo—. Estoy refinándola.

Neko pasó una mano sin guantes por el filo de la daga, acariciando el metal, y lo miró con los ojos entrecerrados, calculadores. Milo tomó otra daga del mismo estilo de la mesa y la levantó para inspeccionarla de cerca.

—Deberías salir más… —musitó el bardo antes de continuar preguntando— ¿Duales? ¿Vas a dualizar dos damasco? Pero son dagas de principiante…

Neko sonrió y eligió una de las piedras que se encontraba entre el montón de materiales.

—No si las refinas a alto nivel, además, les voy a poner propiedades.

Apretó la piedra contra la daga, cerrando un ojo y sacando la lengua mientras la piedra se fusionaba poco a poco con el filo. Cuando terminó, el metal era oscuro y no reflejaba la luz.

—¿Elemento oscuro? —curioseó Yuzu— ¿Son para alguien?

Neko se lo pensó un poco, pero terminó por asentir una sola vez con la cabeza.

—Unas dagas básicas, pero muy refinadas y con elemento oscuro son de lo mejorcito para pasar desapercibidas en manos de un assassin —explicó, sonriendo—. Hay otras opciones, claro que sí, pero Tanlaus siempre me las pedía de este tipo para los asesinos de Night Fury.

Dejó la daga a un lado, con una sonrisa satisfecha y luego miró a su alrededor, buscando la otra. Milo estaba jugando con ella, lanzándola al aire y volviéndola a agarrar, pero terminó su juego y se la tendió a la mechanic.

Pasaron un rato más ahí, mientras Anir se dedicaba a refinar la segunda daga damasco y Milo le contaba como les había ido su día, con entusiasmo.

—¿Qué habéis hecho qué? —dijo Anir medio distraída y con una risita al fondo de la garganta que le raspó la campanilla.

—Hemos adoptado a Hyoga, al mago negro de ayer, el rubio.

—Ha sido él, lo ha adoptado él —le corregió Crane, señalando al bardo.

—Pero no estáis casados… —intervino Neko, ladeando la cabeza y frunciendo el ceño.

—¿Qué importa? —replicó Milo, encogiéndose de hombros— El chico necesita padrinos y parece majo. Seguro que le va bien tener a gente de confianza a su alrededor que se preocupe de su bienestar y todas esas cosas.

—¿Y tú no has pensado que no te conoce y que no tiene porqué confiar en tí? —picó Neko, con la nariz arrugada.

—Touché, pero yo sé que soy confiable, con eso debería bastar —afirmó Milo, con las manos en la cintura y muy seguro de sí mismo.

—Lo que pasa es que se lo quiere robar a Bennu —observó Yuzu mientras se ajustaba la bufanda otra vez.

Neko dejó por un momento su trabajo a un lado y se dedicó a mirar a sus compañeros de hito en hito. Y los señaló con un dedo enguantado.

—Vosotros dos… estáis muy mal. Pero que muy mal.

—Tú estás peor —le devolvió la acusación Milo, con una sonrisa encantadora.

Neko se encogió de hombros.

—No he dicho lo contrario —contestó con otra sonrisa igual de encantadora.

Se quedaron poniéndose ojitos durante unos segundos antes de que Yuzu interviniera.

—Es tarde.

—Sí, es verdad. Neko, deberíamos comer algo y descansar —recordó Milo.

La chica miró su trabajo casi terminado y apretó los labios, torciéndolos un poquito.

—Termino esto y os busco, no me falta mucho.

Después de varios asentimientos y amenazas para que la mecánico hiciera lo que había dicho, se despidieron para volver a verse en el comedor de la guild.

—¡Y Yuzu! —llamó Neko antes de sonreírle con una intriga enredada en el brillo de sus ojos— Tengo una sorpresa para tí, varias, pero aún no lo he terminado.

Yuzu frunció un poco las cejas y asintió.

—No tardes mucho —dijo a modo de despedida.

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei.png)

Unos cincuenta minutos del juego después, Neko corría más que caminaba por los pasillos de la guild. No era mentira que no le faltara mucho para terminar, pero cuando se había pasado unas doce horas seguidas trabajando, cuarenta minutos más tampoco le parecía tanto tiempo. Los diez minutos extra era el tiempo que había tardado en dejarlo todo recogido.
Estaba bastante contenta con su día, quitando el incidente con Bennu y Andromeda.

Dejó de correr y empezó a andar deprisa, con las cejas arrugadas. Aún no tenía muy claro qué pensar de aquello.
Se llevó una mano al hombro y sacudió la cabeza después de notar como un escalofrío le recorría todo el cuerpo.

Ikki siendo amable no era algo nuevo para ella, pero sí que era algo que creía que nunca más iba a volver a ver y mucho menos dirigido hacia su persona.
Neko se mordió varias veces el labio inferior, sin bajar la marcha. La omnitool le avisaba de mensajes nuevos y suponía que era cosa de Stark y Crane, azuzándola para que se diera prisa en unirse a ellos en el comedor.

Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando giró la esquina con tanta prisa que se chocó contra alguien, su nariz dando sobre una superficie tan dura que dio un pequeño gritito por el número de daño que flotaba sobre su cabeza.

—¡Ay! —se llevó las manitas a la nariz— ¿Quién ha puesto una pared aquí?

Otras manos le agarraron de los antebrazos.

—¿Estás bien? —preguntó el jugador contra el que había chocado.

Neko parpadeó y oyó risitas un poco más adelante. Delante de ella había un pecho tan perfecto que daba ganas de exponerlo para estudios de anatomía. Los músculos perfectamente definidos, los pezones pequeños y los abdominales tensos bajo la piel.
La chica levantó la mirada poco a poco. Una cara con antifaz y enmarcada por pelo oscuro y liso le miraba con preocupación.

Apartó sus manos de la nariz poco a poco, notando como sus mejillas se enrojecían y no le salía la voz, así que asintió con la cabeza.

—Dick, deja a la niña y sigue la partida, que iba ganando.

Neko se asomó por un lado de los brazos igual de perfectos que el pectoral sobre el que se había estampado.
En una sala de juegos, un grupo de hombres en distintos estados de desnudez jugaban a cartas. El que iba más vestido era el que había hablado, y todos y cada uno de ellos les miraban fijamente. Reconoció a Nox entre ellos. Tampoco llevaba camisa.

—Ya voy —contestó antes de hablarle a Neko de nuevo—, ¿seguro que estás bien?

—Sí —dijo por fin, con la voz más aguda que de normal. Carraspeó—. Sí…

El chico le dedicó una sonrisa pequeña y volvió a la mesa de juego entre gritos y risas y Neko frunció el ceño y antes de irse gritó.

—¡No soy una niña! —les enseñó la lengua y salió corriendo hacia su destino.

Cuando llegó al comedor, Milo le frotó el pelo, Yuzu la miró con una ceja levantada y Hyoga estaba dormido sobre sus brazos cruzados en la mesa. Le dio la culpa a la carrera por su sonrojo y pensó que en aquella guild aún estaban todos un poquito locos.

Se sentía como en casa.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on August 24, 2014, 12:49:31 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
030move forward

Acostumbrarse a levantarse pronto en un videojuego era algo extraño, pero nadie podía negar que mantener un horario y un moderado nivel de disciplina daba resultados. Por la mañana, aún desperezándose para sacarse de encima los efectos de una noche de partida de cartas, el grupo de chicas había dado una vuelta por los alrededores de Sanctuary para sacar algo de experiencia. Aunque Raiden había estado ausente, Jolyne y Asami podían encabezar la ofensiva, y ésta última había conseguido finalmente llegar al nivel necesario para subir de job.

Tras volver a la ciudad, habían ido directas a realizar la quest, recorriendo las estrechas calles de Sanctuary hasta llegar al taller donde pondrían a prueba a la Blacksmith.

- ¡Buena suerte, Asami! – Kora agitó un brazo mientras ésta abría la puerta del local, y a su lado, Jolyne le levantó ambos pulgares.
- Te estaremos esperando aquí fuera. – Dijo Elizabeth con una sonrisa.
- Gracias, chicas. – Asami les devolvió la sonrisa antes de desaparecer dentro del local.

Para la espera, Kora y Jolyne se habían sentado sobre unas cajas de metal, mientras que Elizabeth se había arrodillado en el suelo, con su carro al lado.

- Ah… yo debería subir también a tercer nivel pronto. – Suspiró Jolyne, apoyando la cara en ambas manos. – Tendremos que ir a Two Rivers, eso sí.
- ¿Two Rivers?
- Es una ciudad basada en la Asia tradicional. – Explicó Elizabeth, que estaba tecleando en su Omnitool. – Tiene buena comida, cuando la he vendido en otras ciudades me duraba minutos.
- Doy fe de ello. – Asintió Jolyne.

Kora se sintió emocionada con la perspectiva de viajar a otras ciudades pronto, y el tener que grindear experiencia se volvió algo más apetecible. Tarareando una canción, balanceó los pies de un lado a otro, aunque el teclear de la otra chica terminó por llamar su atención.

- ¿Qué estás buscando?

Elizabeth levantó la mirada, con la Omnitool aún abierta.

- Estoy viendo qué quests podríamos hacer para que no haya repetidas… – Se llevó un dedo a la mejilla, tamborileando sobre éste. – Raiden tendrá todas hechas, pero sacaríamos todas beneficios si nos dedicamos a las que no hayamos hecho ninguna de nosotras.
- Eh, buena idea. Eres el cerebro del grupo, ¿no? – Rió Jolyne.
- ¡Genial! – Kora dio una palmada. – ¿Puedes intentar que sean en diferentes ciudades? Con Two Rivers ya tenemos un sitio seguro que visitar… ¡pero podríamos ir a más sitios!
- Bueno… nosotras dos tendremos que ir a Columbia pronto cuando subamos de nivel.

Con un grito ahogado, Kora vio como todas sus ilusiones se desvanecían, llevándose las manos a la cabeza mientras los recuerdos de la Ascensión volvían de aquel rincón de su memoria en el que los había enterrado.

- Las visiones… – Dijo con un hilo de voz.
- ¿Qué pasa con Columbia? – Preguntó Jolyne, girándose hacia la otra con una ceja arqueada, insegura de si ponerle una mano en el hombro.
- ¿Has ido alguna vez? – La Monk negó con la cabeza. – Ugh… sólo espero que al menos vayamos por Warps…
- Para subir a Columbia de forma… manual… tienes que pasar por una cosa que se llama Ascensión.

De nuevo, Elizabeth se encargó de las explicaciones.

- Es… subir en unas cabinas propulsadas desde el nivel del suelo, básicamente. Columbia está en el cielo, así que...
- Suena… ¡suena guay! – Jolyne levantó un puño, entusiasmada, ganándose una mirada horrorizada por parte de Kora. – ¡Quiero intentarlo!
- Bueno, pues, yo iré en Warp.

Cruzándose de brazos, Kora dio por cerrado el tema; si realmente querían llegar a Columbia desde el faro, iban a tener que subirla a la cabina a rastras.

- Ahora que estamos hablando de Columbia… – Elizabeth no levantó la vista de la Omnitool al hablar, aunque había dejado de teclear. – Me pregunto cómo le estará yendo a Maya.

Ante la mención de su otra compañera de grupo, se hizo el silencio entre las tres. Todavía no habían contactado con la Time Mage desde que se marchara, al menos no entre ellas. Jolyne pasó una mirada de la una a la otra, incómoda.

- ¿Quién… quién es Maya?
- Es… nuestra compañera de party. – Elizabeth se pasó una mano por el pelo. – El día antes de que te unieras a nosotros se fue a Columbia a subir de job.
- Pero… eso es bueno, ¿no?
- Ese mismo día perdió su primera vida mientras entrenábamos.
- Oh…

Jolyne se movió en su asiento, con el ceño fruncido. A su lado, Kora seguía en silencio. Habían sido apenas dos días, pero se le había hecho una eternidad -- parecía que había ocurrido años atrás. La percepción del tiempo se volvía algo confusa dentro del juego, aunque probablemente no era sólo eso.

- Aún así… sólo es una vida, todavía tiene las otras dos. – Jolyne trató de quitar hierro al asunto. – Además, la mayoría de jugadores ya ha perdido una al menos… aguantar tanto tiempo es un buen récord.
- Supongo. Quizá por eso se hace tan… – Se detuvo unos momentos, tratando de buscar la palabra. – incómodo.
- Igualmente, ¿va a volver?

Aquí es donde nos separamos. Espero que nos volvamos a encontrar pronto.

¿Había sido aquello una promesa, o sólo una despedida cortés?

- Espero que sí. Maya me salvó la vida, y ha mantenido al grupo a salvo aún siendo sólo Black Mage.
- El grupo no es lo mismo sin ella. – Kora confirmó las palabras de Elizabeth, tanto como para Jolyne como para ella misma.
- Parece que la admiráis mucho…

Las puertas del taller se abrieron con un chirrido metálico, terminando la conversación, y Asami salió de entre ellas. Estaba cubierta en manchas de aceite oscuro y llevaba una armadura diferente, la que debía ser la predeterminada de los Mechanic. Con un resoplido, se apartó el cabello oscuro de la frente.

- ¿Ya está? – Kora bajó del contenedor metálico de un salto, acercándose a Asami, quien asintió en respuesta. – ¡Felicidades!
- Gracias, Kora.

Elizabeth y Jolyne se acercaron también, felicitándola por su parte.

- Perdón si os he hecho esperar demasiado.
- Ni tanto. – Jolyne se encogió de hombros. – ¿Ha sido difícil?
- No realmente, más bien tedioso.

Asami estiró los brazos, y luego, cambió la sobria ropa de Mechanic por el atuendo negro y granate que llevaba antes.

- Me alegra que ya tengamos a alguien más de tercer job. – Dijo Elizabeth. – Precisamente estábamos hablando de que nosotras también tendremos que subir pronto.
- Es cierto… tendréis que estar a punto.
- Kora y yo podríamos si nos dedicamos a fondo esta tarde. – Asintió la Merchant. – Ya que es un viaje a Columbia, nos vendría bien que fueramos las dos juntas.
- ¿Sesión intensiva esta tarde? – Asami arqueó una ceja. – Vale, pero podríamos ir a comer antes.

A su lado, Kora levantó la mano como si hubiera sido propulsada por un resorte.

- ¡Voto a favor!
- ¡Yo también! – Jolyne se unió a la propuesta enseguida. – Ni siquiera hemos almorzado…
- Decidido, pues. – Elizabeth dejó ir una risa. – Recuperemos fuerzas antes de volver a la carga.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on August 24, 2014, 01:00:31 PM
Uf, no salia el aporte, por eso esta tal que así, estoy desgastadilla.
Wow, que me faltan imágenes de Nightmare, aquí el pollo 1 (http://static.giantbomb.com/uploads/original/1/17722/595170-nightmare_scii.jpg) y 2 (http://statici.behindthevoiceactors.com/behindthevoiceactors/_img/chars/char_21367.jpg)

#21.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

-Así que te queda poco para subir de job, ¿eh, Nero?

Tomarse el día anterior de descanso le había servido a la Party para recuperar fuerzas, arreglar sus stats, administrar su inventario y reabastecerse. Aunque de lo último podían estar agradecidos a Caesar, el dinero empezaba a escasear en el grupo, aunque aún no se fueran a morir de hambre y pudieran estar tranquilamente en la taberna de Prorencia.

-¿Y ya has decidido lo que quieres ser?
-Sí Doppio, voy a convertirme en Knight. -Nero se dejó arropar por sus compañeros, intentando no pensar que nadie había respondido al mensaje que había enviado para atender a la Guild, pero a su vez, quitándole importancia a la situación y apreciando lo que ya tenía.
-Buena elección. -Por supuesto, era Sol quien había contestado.
-Quizás valdría la pena que intentanse ser Lancer o Samurai, sería bueno para la party que al menos uno de sus miembros pueda lanzar un primer ataque aprovechando la velocidad. -Caesar lo analizó como jugador, Sol deshecho la idea con un movimiento de la mano.
-Podemos equilibrarlo ahora que te tenemos en la party, Zeppeli, un ataque a distancia es tan efectivo o más que el primer golpe.
-Agradezco el voto de confianza en mis habilidades, pero vale la pena tener un as en la reserva.
-Cuando Nero sea Paladin, podremos cubrirte sin ningún problema.
-¿Y no sería mejor que Nero escogiera solito lo que quiere hacer? -JoJo apoyó la barbilla en la palma de la mano, impacientandose porque la conversación pareciera volar por encima del mencionado sin que prestasen atención a que este estaba presente.
-No. -El mago y el paladin replicaron al unísono haciendo que JoJo bufase de disgusto.
-No pasa nada JoJo, mi intención desde el principio era llegar a ser Paladin, -Nero le dio una palmada en el hombro- es el mejor job del juego.
-Eso me suena… -era exactamente lo que le había dicho Sol hace un par de días -Nero, no tendrías que dejarte influenciar tanto por Sol, él también tiene sus defectos.
-Como pasar de tu cara, ¿verdad? -Nero se mordió la lengua tarde, hablando con quizás más acidez de la que pretendía, Joseph volvió la cabeza, sorprendido, para cruzarse un segundo con su mirada antes de que el soldier le apartará la cara.
-Sí, entre muchos otros defectos, esta ese -intento quitar hierro a la situación negando con la cabeza -es tu elección y sabes más del juego que yo, pero el samurai de Columbia, Raiden, aun con un brazo, parecía muy bueno, o por lo menos tener unas habilidades pulidas más allá de blandir una espada.
-Me faltaba entrenamiento contra Raiden, pronto eso no se volverá a repetir… -Nero parecía más afectado al recordar la derrota contra Raiden, que en prestar atención a aquel consejo.
 JoJo no quiso añadir nada más al respecto, para él tenía que ser un tema delicado… si Nero tenía la autoestima tan baja como se sospechaba, cualquier comentario le iba a afectar.

El resto de la party seguía hablando ajenos a sus dos compañeros.
-¿Y a mi cuando me queda para subir de nivel?
-Aún tendrás que esforzarte, Shura, y subir en magia.
-¿Como llevas los stats?
-Todos activados al menos al nivel uno Caesar, excepto curación que esta al completo.
-Podríamos pasar el día aquí y recaudar dinero mientras te ofreces para curar.
-Hoy no Doppio, hay que evitar que a Shura se le peguen los moscardones -Sol le dedicó un amago de sonrisa, que quedó en una mueca burlona.
-Qué haría yo sin ti Sol. -Rodó los ojos, aunque lo agradecía, vender sus habilidades no era lo que más le apetecía, venderse así, era una idea que se podía malinterpretar en otros sentidos… esperaba no llegar a esos extremos... de momento.
-¿Pero en qué estás pensando? -JoJo le dió un codazo en el brazo sonriendo, mientras la chica sacaba la lengua y ponía cara de no haber roto un plato en su vida.

-Hoy nos quedamos en la ciudad, igualmente Nero tiene que hacer la quest de Knight aquí en Prorencia. -Sol se preparó para contarles el plan. -Si vamos hacia el oeste de la ciudad, hay un castillo que puede servirnos como una buena dungeon, son siete niveles en la torre, los dos primeros son para iniciados, los siguientes tres se adaptan mejor para vuestro nivel, en los otros dos no vale la pena correr riesgos porque siempre ronda un boss de zona.
-¿Qué boss? -Shura recordaba como su último enemigo había explotado quitándole su primera vida… y solo había sido un mini boss.
-Nightmare -Sol y Nero hablaron a la par pero este segundo resoplando con aquella palabra.
-¿Y qué hay de malo con el?
-Puede cambiar de magia sagrada, a magia oscura, los paladines no suelen tener ventajas frente a él, pero si las debilidades.
-¿Ves? Para que luego digas que todo son ventajas en ser paladin.
-Eh JoJo, escucha, es importante. -Caesar reprendió a su amigo que aquella vez le ignoró indagando más sobre el plan.
-¿Entonces mientras no subamos a las dos últimas plantas estamos a salvo?
-En teoría… -Doppio participó en la conversación añadiendo su propia información -excepto que algún jugador lo atraiga a los pisos inferiores.
-Eso se hacía antes: lograbas que Nightmare te rastrease, y al perseguirte, sólo tenías que bajar de planta y ayudar a los novicios atacando entre todos. Era una buena táctica para subir de nivel rápido…-Nero tragó saliva, recordando que era lo que algunos jugadores solían hacer, bajando su tono de voz preocupado- o para gastar una broma a los novicios…
-Menudo sentido del humor -Caesar desprecio la idea arrugando el entrecejo.
-De todos modos, no vamos a encontrar ningún idiota que se arriesgue a que Nightmare lo mate sólo por hacer la gracia, confiar en mi -Sol dio una palmada contra la mesa al tiempo que se ponía en pie -en marcha.

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dante.png)

A Dante le hubieran pitado los oídos hace un rato, quizás lo hubiera escuchado si no hubiera sido tan dado de sí mismo, convencido de que aquella era su oportunidad para obtener un buen item.
Dante Sparda, con el nick Redgrave, era un Gunslinger sin grupo ni guild actual, ya que como jugador le gustaba ir donde soplase el viento, ofreciendo sus servicios en las Guild Wars por un pellizco, y sus habilidades de Merchant según la ocasión… pero aquella era de esas ocasiones, en las que ni su labia, ni sus encantos, ni habilidades, iban a servirle de mucho.
Yendo a por el Boss de zona Nightmare, para quitarle los items, y dándose cuenta demasiado tarde, cuando descubrió que él solo no podía derrotarlo, que aquello se le había quedado grande y era hora de poner pies en polvorosa si no quería perder la primera de sus preciadas vidas.

Torció un pasillo a la carrera, detrás de sí, escuchaba como Nightmare, el caballero negro, arrastraba el filo de su espada, buscandole, convertido en una presa a la que reclamar el alma, sus ojos brillaban rojos como brasas detrás del yelmo, la espada era de metal y carne con un enorme ojo que giraba y sangraba un líquido rojo como la sangre que al tocar el suelo chispeaba quemando como lava.
Dante tragó saliva pensando en su siguiente movimiento, estaba en la cuarta planta, si lograba bajar a la segunda Nightmare ya no le seguiría, pero, si se encontraba con alguien en la tercera planta... le echaría al monstruo encima, y aunque no quisiera perder una vida, tampoco quería poner en peligro a nadie, había tenido suerte, pero contra más se acercaba a la entrada, más probabilidades había de tropezar con alguien que fuera demasiado débil para enfrentarse a ese monstruo…

Tengo que intentarlo una vez más… 

Podía tomar otra ruta, quizás Nightmare no le siguiera si saltaba directamente al siguiente piso, podía descender arrojándose al hueco entre las dos plantas, la punta de sus dedos brillo rojiza, cuando tocó la culata de sus pistolas gemelas, el cañón comenzó a brillar rojizo, extendiéndose esta chispa de color por toda el arma, potenciando al máximo el siguiente tiro. Retuvo el aire, levantó las pistolas a la altura de su cabeza, salió al pasillo enfrentándose a su enemigo, soltó el aire y disparó.
El retroceso le hizo saltar hacia atrás, Nightmare también retrocedio a causa de los impactos, pero no iba a ser suficiente. Dante comenzó a disparar rafagas, caminando de lado hacía atrás y manteniendo las pistolas a la altura de sus ojos, asegurándose de que todas las balas impactasen sobre su objetivo, no era suficiente, sólo ralentizaban a Nightmare sacando chispas brillantes cada vez que el metal impactaba contra la armadura, pero nada podía detenerle. Imparable, Dante estaba acorralado contra la pared, Nightmare alargó un brazo tan deforme que se asemejaba más a una garra, palpitando roja como si la sangre quisiera salir de su interior. El gunslinger se inclinó hacia atrás, justo a tiempo de que este no le arrancase la cara, y cayendo directamente de cabeza por el hueco hacía el siguiente piso.
Cuando la gravedad reclamó su cuerpo, intentó frenar contra algo, pero las paredes estaban demasiado lejos para agarrarse, y no le quedaban más balas para intentar que su potencia contra el suelo ayudase con la caída. Dante cerró los ojos preparándose para el impacto…

Nightmare se detuvo unos instantes, valorando su siguiente movimiento, su configuración le obligaba a seguir al jugador rastreado, se preparó para saltar por el hueco… pero un nuevo objetivo fue fijado, girando la cabeza y preparado para la nueva batalla.
Detrás del monstruo, un misterioso hombre al cual Nightmare no había podido localizar hasta que este decidió hacerse visible, alguien que seguía muy de cerca a Dante, como si se tratase de su ángel de la guarda, asegurándose de que este no sufriera ningún mal pero siempre invisible.

El extraño desenvaino una kanata, el filo brilló amenazante cuando la empuñó con la hoja apuntando al suelo, dispuesto para la batalla que terminaría en un solo golpe.
Para bien o para mal.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on August 24, 2014, 05:06:01 PM
Y este ya cuenta para este mes

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
031in a row

Aunque había pasado la tarde cazando monstruos alrededor de Sanctuary, Kora se despertó cuando apenas estaba amaneciendo, o al menos debía serlo si el reloj de su Omnitool seguía funcionando bien. Bostezando, se dio la vuelta para volver a dormir, pero entonces oyó el mismo sonido metálico que parecía haberla sacado de su sueño la primera vez.

Alguien bajaba por la escalera de la base, más silencioso de lo que debería, pero había conseguido delatarse. El sonido había sonado muy cercano, por lo que probablemente había sido cuando pasaba por delante de su puerta. Saltó de la cama, con un escalofrío recorriéndole de pies a cabeza. Su primer impulso habría sido esconderse debajo de la cama de metal, pero tras respirar hondo, avanzó, y abrió unos centímetros la puerta del pequeño habitáculo que tenía asignado.

El pasillo estaba en penumbra, sólo iluminado con la luz grisácea del amanecer que se filtraba por los ojos de buey que tenían por ventanas. Nadie debería haberlo usado en las últimas horas, al menos hasta aquel momento. No volvió a oír el ruido, pero no conseguía quitarse de encima aquel sentimiento incómodo.

Abrió la Omnitool para avisar a alguien, aunque fuera con un “oops perdón, ha sido un accidente”, pero primero le saltó el mapa de la base de la guild. Estaba configurado para que mostrara todos los miembros salieran como un punto azul junto a su nombre, y vio que efectivamente, alguien estaba saliendo de la guild.

Raiden.

Se sintió aliviada inmediatamente, pero entonces volvió la incertidumbre. ¿Por qué estaba fuera tan pronto? Raiden era de los primeros en levantarse siempre, sólo que no tan pronto. Un paseo matinal no sería tan extraño, aunque ¿quién salía tan temprano? Quizá le pasaba algo. Kora estaba segura de que ella a menudo soñaba, algo que parecía extraño dentro del juego, y Raiden podría haber pasado una mala noche.

Era una mezcla de preocupación y su propia curiosidad. Raiden no era la persona más abierta, pero parecía un poco más tolerante desde los últimos días. Cerrando la puerta detrás de ella lentamente, bajó las escaleras rápidamente. Sus botines hicieron más ruido que su compañero Samurai, y desde arriba, alguien se asomó para chistarle.

- Perdón, perdón… – Susurró levantando ambas manos.

El frío al salir a la calle terminó de despejarla, y con las luces de la calle aún encendidas, buscó a Raiden en el horizonte. Ya había movimiento de NPCs, pero pocos jugadores salían tan pronto, por lo que pudo distinguir la figura del Samurai. Éste llegó a la zona donde estaba el Warp de Sanctuary, y Kora aceleró los pasos.

Pero el Warp se cerró tras él mucho antes de que pudiera alcanzarle. Kora se quedó sola en la pequeña plaza, deshinchándose al suspirar y dejar su cuerpo colgando, con los brazos balanceándose levemente.

- Se ha ido a los alrededores de Acre.

Kora se giró, sobresaltada. No había oído acercarse a la chica, quien reconoció como un NPC que se encargaba de mejorar armas y armaduras. Bajita y de pelo rubio ceniza muy pálido, a su lado caminaba el perro metálico que siempre estaba sentado a su lado en el puesto. Confundida por el hecho de que un NPC le estuviera hablando con naturalidad, no supo qué responder siquiera.

- Raiden ha ido al bosque de Acre. – Aclaró la NPC, hablando más lento.
- Um… Vale… – Kora asintió. – ¿Pero cómo-
- Si quieres alcanzarle, tendrás que darte prisa. – La niña negó con la cabeza, sin dejar que siguiera con sus preguntas. – Sólo… por favor, no le digas que te lo he dicho yo.

Ni siquiera sé como te llamas.” ¿Soleil? Algo así recordaba. Aún así, Kora asintió, activando el menú del Warp, eligiendo rápidamente el exterior de Acre como su destino. Cuando el portal se abrió, se giró hacia la niña.

- Gracias.
- No hay de qué. – Le dirigió una pequeña sonrisa, aunque tenía el ceño fruncido. – No dejes que haga ninguna tontería, ¿vale?

Mientras sentía la presión del viaje por Warp, Kora se planteó si quizá no había vuelto a meterse en otro lío.

---

El bosque de Acre le recordaba al de Prorencia, aunque estaba segura de que era otro ecosistema, o como fuera que lo llamaran en ciencias. Tenía otras prioridades, como tratar de encontrar el rastro de su compañero, y casi se dejó llevar por la desesperación al darse cuenta de que no tenía ni idea de cómo hacer tal cosa por métodos manuales… hasta que recordó que simplemente podía buscarlo con la Omnitool.

La NPC no le había mentido, Raiden estaba en el mapa, a una distancia ya considerable de ella. Debía estar dándose prisa, y ella debería hacer lo mismo si no quería perderle.

Por suerte seguir a alguien de tercer job en lo que parecía una zona bastante segura tenía la ventaja de que dejaba el camino limpio de enemigos. Mientras lo siguiera lo suficientemente rápido para que no le diera tiempo a los monstruos de respawnearse, no tenía que preocuparse por nada. De hecho, le sorprendió que Raiden estuviera yendo un poco más lento.

Le costó un buen rato de caminata, pero al final distinguió la familiar silueta de su compañero a unos par de metros de distancia, y se tiró al suelo detrás de un tronco para cubrirse. Las ramitas que se le clavaron en las piernas eran el menor de sus problemas, ya que la Omintool le empezó a pitar. Trató de cancelar la llamada entrante, pero en lugar de ello, contestó.

>¿Kora? ¿Dónde estás?

Maldijo que no hubiera opción para bajarle el volumen, al menos que ella supiera. En el silencio del bosque, estaba segura de que cualquiera podía oírla.

- Estoy con Raiden. – No era del todo cierto, pero tampoco mentira. – No puedo decirte dónde.

>¿Qué? ¿Por qué? Pero-

- No pasa nada, estamos bien, él se encarga de protegerme. – Susurró rápidamente, acercando la Omnitool a su boca retorciendo aún más el brazo. – Nos vemos luego, Asami.

>...Vale. Ten cuidado.

No sabía si su compañera sonaba molesta o sólo estaba confundida, aunque tomó nota mental de asegurarse de explicárselo todo después. Cuando ella misma entendiera lo que estaba pasando primero, claro.

- No estoy aquí para protegerte. Coge un Warp y vuelve a Sanctuary.

Kora ahogó un grito al oír la voz de Raiden, cubriéndose la cabeza con las manos y quedándose quieta, en silencio absoluto. Tardó unos segundos en darse cuenta de lo tonta que debía parecer, sonrojándose. A lo lejos, Raiden chasqueó la lengua, hastiado por la ausencia de respuesta.

- Sé que me has oído. – Dio un bufido antes de seguir. – Moonshine, vete.

Se incorporó, apartándose algunas hojas del pelo. A unos metros de ella estaba el Samurai, quieto entre los árboles, con el cuerpo ligeramente girado. Seguramente estaba esperando a que se marchara, pero Kora sólo terminó de levantarse, avanzando hacia él.

- ¿Por qué te has ido? ¿Qué estás haciendo?
- ¿Cómo eres así de cotilla? – Raiden se giró para ponerse frente a ella. – Moonshine, no tengo tiempo para jugar contigo.

Ante las palabras del otro, Kora frunció el ceño. Le estaba hablando como a una niña, y no le hacía ninguna gracia aquel tono. Se cruzó de brazos, avanzando con unas largas zancadas hasta ponerse cara a cara con Raiden, quien no había cambiado su expresión molesta.

- He venido porque estoy preocupada. Sólo quería saber si estás bien.

Aquello pareció coger por sorpresa a Raiden, quien parpadeó por unos momentos para girarle la cara con un bufido. Miró algo en su Omnitool, y Kora aprovechó para asomarse por encima de su hombro. Vio que en el mapa de la zona había otro punto azul, con el nombre de Lilith.

- ¿Lilith…? – Raiden se apartó de ella como si quemara. – ¿Qué hace aquí? ¿La estás siguiendo?
- No es cosa tuya. – Raiden apretó la mandíbula. – Mierda, voy a perderla…

Raiden avanzó rápidamente entre el bosque, en la misma dirección a la que iba Lilith. Cada vez entendía menos lo que pasaba, pero no había llegado hasta allí para simplemente irse a la primera orden. O la segunda.

- ¡Raiden, espérame! – Susurró mientras salía tras él.

Lo alcanzó y casi se cayó al suelo cuando éste la detuvo poniendo un brazo como barrera. Apoyó las manos sobre éste, del mismo modo en que se apoyaría en una barandilla. Al alzar la vista para mirarle la cara, vio que tenía el gesto fruncido en concentración.

- ¿Qué está pasando? – Kora hizo un puchero, apretando el metal bajo sus dedos. – Raiden, me estás preocu-

Pero el otro sólo le chistó, y Kora apretó los labios, apartando la cara sin mover el cuerpo.

- Si no te vas a ir, al menos cállate. – Antes de que Kora pudiera reprocharle lo mucho que le ofendía aquella manera de hablarle, Raiden volvió a chistarle. – Silencio.
- Vale. – Respondió susurrando, con un tono que pareció satisfacer al otro. – ¿Estamos espiando a Lilith?
- No la estamos espiando.

Kora sólo lo miró en silencio. Al dejar pasar unos momentos, Raiden retomó la marcha. Tal y como había hecho ella, procuraba dejar el máximo espacio posible entre ambos para poder que Lilith no los descubriera, y al mismo tiempo, no se les escapara del mapa.

Seguramente Raiden no lo admitiría, pero Kora estaba segura de que le era mucho más fácil no-espiar a Lilith al delegar en ella vigilar el mapa mientras Raiden se encargaba de los enemigos y determinar si debían detenerse o no.

Una bandada de cuervos voló en picado hacia ellos, convirtiéndose en un montón de plumas flotando de una sóla estocada en semicírculo de Raiden. Por encima del mapa, su barra de nivel subía unos milímetros, casi imperceptible, y distraídamente recogió algunas de las plumas que caían sobre ellos. Elizabeth estaba empezando a pegarle algunas costumbres.

- Hmm, no es mucha experiencia, pero todo cuenta. – Murmuró en voz baja, y como era costumbre, Raiden no le contestó. Bufando, repasó el mapa, sorprendiéndose por lo que veía. – Uh, Lilith lleva un rato parada.

El punto azul en el mapa que señalaba a la mujer se había detenido desde hacía unos minutos. Indicándole silencio, Raiden le tendió una poción, y bebió de un frasco idéntico. Hizo lo mismo sin dudar, ahogando un grito cuando vio que sus manos se volvían del mismo tono que el árbol a su lado, formándose costras en su piel que parecían madera reseca.

Al moverse, el efecto desapareció hasta que volvió a quedarse quieta, y Raiden le dirigió la mirada más desaprobatoria que un árbol pudiera dirigir.

Moverse lentamente era más difícil de lo que pensaba, y toda la concentración de Kora se iba a tratar de no pisar hojas o ramitas. Tan ocupada estaba en ello, que casi chocó contra Raiden cuando éste se detuvo, agazapado detrás de un arbusto.

- ¡Ten cuidado! – Siseó mientras buscaba una posición más cómoda que le permitiera ocultarse pero ver ella también.

Le preocupó que éste no le chistara inmediatamente, pero aún con todo el efecto del camuflaje, pudo ver la expresión de sorpresa y la tensión en su postura. Cuando iba a preguntar qué pasaba, vio de reojo la escena frente a ellos.

A escasos metros de los dos, Lilith estaba cara a cara con Jetstream.

Ninguno de los dos había alzado las armas, de hecho, parecían todo lo contrario a preparados para atacar. Kora tragó saliva, nerviosa. Después de sus dos encuentros con él, sabía que tenía que haber una historia entre los dos Samurais, aunque no imaginaba que Lilith podía estar involucrada también.

- Raiden… – Susurró al otro, quien parecía a punto de saltar, y llevó la mano hacia el brazo metálico. Recordó las palabras de la NPC.

No dejes que haga ninguna tontería, ¿vale?”.

Sólo esperaba que la tarea no se le quedara demasiado grande. Por el momento, sólo podían escuchar.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on August 26, 2014, 05:13:04 PM
#22

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

La Party llego a la tercera planta de la torre, el castillo estaba construido directamente en la piedra, así que aquella torre no era más que un camino ascendente por dentro de los pisos de la gruta. Apenas se habían detenido en las dos primeras, Sol les había abierto camino entre enemigos de bajo nivel que ni siquiera le hicieron detenerse o desenvainar la espada, además, un puñado de jugadores desperdigados se iban encargando de enemigos de poco nivel.

Shura se sorprendió, alguno de los jugadores que había visto eran de nivel superior al suyo, pero estaba claro que ninguno quería arriesgarse a subir de planta sin estar en una Party, la Withe Mage recibió un par de mensajes en la Omnitool de jugadores que le pedían curas o bendiciones, incluso uno que le ofreció unirse a una Party donde solo participarán los dos, los ignoro cómo había estado haciendo desde que entró en la ciudad, no le importaba hacer un favor siempre que estuviera en su mano, pero había jugadores que la avasallaban por aquello de poder curar.
Sin embargo, que a Nero le llegase un mensaje si que era más sorprendente, el chico atendió al momento la llamada, convencido de que sería una respuesta a su mensaje para la Guild, Sol y Shura, que eran los que iban a su lado, se asomaron para curiosear la respuesta… pero no se trataba de una respuesta de nadie que conocieran, ni era el mensaje que Nero esperaba.

hola!! te llamas Cuteboy? que mono XXooxxOO AGREGAME! eres mi tipo ENTIENDES? hablamos? -BIGdaddY

Nero, apretó los dientes reprimiendo un gruñido, borrando el mensaje, demasiado rígido y con dedos temblorosos, mirando acusadoramente a los dos chicos, Shura apartó el rostro, sintiéndose culpable por haber leído algo que no iba con ella y que obviamente le había molestado al otro.
-¿Te molestan mucho con el nick? Podrías enviar un mensaje pidiendo cambiarlo… -Sol reflexionó un momento resoplando por la nariz -olvidalo, encerrados supongo no hay mucho que hacerle, Nero.
-¿A quién están molestando con el nick? -Caesar se había estado encargado de un extraño monstruo que parecía un armadillo plateado que caminaba sobre dos piernas, encerrándolo en una de sus burbujas mientras JoJo lo golpeaba con su boomerang de bolas hasta que desapareció quedándose con la experiencia.
-No vale la pena molestarse por cuatro idiotas, -Shura quiso consolar a Nero a modo de disculpa por curiosear su mensaje -yo también recibo mensajes desagradables de babosos, llamandome caramelito y con un montón de tonterías. Los bloqueo todos.
-Pero un nick tendría que ser algo importante, como un apodo o un nombre que te identifica, no tiene porqué cambiarlo si no quiere.
-¡Mi nick esta bien JoJo! ¡No me importa! -Nero estaba molesto porque airearan un problema que era sólo suyo, mandó una mirada asesina a JoJo que más bien quedó en arrugar la nariz y poner morros enfadado, girando sobre sus talones y adelantándose a sus compañeros.
A Nero le pusieron el nick sin su consentimiento, pero en aquel momento no quiso darle la satisfacción al tipejo en cuestión de molestarse, dijo exactamente eso, “no me importa”, cuando lo que estaba deseando era darle un puñetazo a esa nariz respingona y metomentodo.

-¿Por qué te enfadas conmigo? ¡No estás enfadado conmigo! ¡No tienes porque gritarme! -Joseph torció el gesto ofendido, girando hacía Doppio. -¡No tiene porque gritarme!
-Ahora eres tu el que grita…
Ni el suspiró cansado de este, Caesar y Shura hizo que dejase en su empeño contra Nero, poniéndose las manos alrededor de la boca para ampliar su voz.
-¡Si tanto te molesta no haberte puesto un nick tan ridículo! ¡Ni siquiera eres mono!
Nero se giró tan rápido como solo una ofensa puede provocar.
-¡Yo no me lo puse! ¡Fue…! -Bacilo a la hora de hablar, tragando saliva antes de bajar la voz avergonzado, apartando la vista -...fue mi novia…
Solo queria que lo dejaran en paz, no era importante aunque aquel tipo le pisoteara, si no se molestaba ni le daba importancia, demostraría que estaba por encima. Además aquel imbécil no estaba dentro del juego, no iba a dejar que algo de fuera le afectase, esta nueva vida sin él era un regalo, la lacra de un nick era un castigo insignificante.

Y la excusa de la novia volvió a funcionar, ante eso parecía que ninguno podía recriminar nada, Caesar dio un codazo a un sorprendido y sin argumentos JoJo.
-Déjale en paz.
-Estaba convencido de que sería otra cosa… -Joseph se pasó la mano por el pelo, como apartándose la confusión que sentía.
-Joseph, no te metas donde no te llaman, son sus asuntos. -Sol habló en tono de pocos amigos.
-No quería molestarle, -suspiró desinflado- aunque no lo creas, Nero también me importa, nos estamos cubriendo las espaldas para llegar vivos al final, creo que eso me da permiso de preocuparme por él.
Sol relajó la expresión, asintiendo ante las palabras del Thief.
-Ahora soy yo la que me siento como una idiota… -Shura se apretó los párpados con el pulgar y el índice de la mano -me puse mi nick porque Shura, Suga y otros del estilo estaban ocupados… para mi es importante que mi nick empieze por “su”, porque bueno, así se parece más a mi nombre, ¿no?
-¿Y no había más para elegir? Cómo… ¿Shurto?
-¿Shurmanita?
-¿MuShurman?
-Sois buenos, muy buenos, poesía, no puedo con tanto arte de hartar.

Shura iba lanzarse a pellizcar a JoJo, pero un fuerte golpe los sorprendió a todos, la chica lanzó un chillido agudo y femenino abrazándose sorprendida y apretandose contra el pecho de Joseph. -¿¡QUÉ!?
-¡NERO!
Fue Sol el que gritó el nombre de su amigo. No estaban seguros de que había pasado, un bulto rojo había caído desde el techo y aterrizado sobre Nero, los dos estaban en el suelo inmóviles. El Paladin se acercó en unas zancadas, el bulto rojo resultó ser una persona, un tipo de pelo blanco al que apartó sin demasiados miramientos haciendo que quedara boca abajo y con la gabardina tapándole la cabeza, mientras éste soltó un quejido en forma de gemido.

Nero tenía una herida en la cara que cicatrizó sin dejar marca al momento en que Sol activo curación, parpadeando, poco a poco recuperando el conocimiento después del golpe.
-¿Qué h-ha pasado?
-Procura levantarte despacio, ese idiota te ha caído en la cabeza… Shura, estoy haciendo tu trabajo: cura a Nero.
Mientras iba sintiéndose cada vez más despejado gracias a los hechizos de la Withe Mage, observó al jugador a su lado… la caída también debería haberle dolido, aunque con la gabardina por encima de la cabeza no podía asegurar su estado, por sus armas estaba claro que era un Gunslinger, quiso quitarle la tela de encima de la cabeza, pero el brazo de Sol le agarró del antebrazo haciendo fuerza para ayudarle a ponerse en pie. Acercándose toda la Party para comprobar su estado.
-Para haberse roto el cuello… ¿estas bien Nero? ¿Qué ha pasado?
-No lo se -se sonrojó cuando Shura lo tomó con las dos manos del rostro, apretando con las yemas para que moviera la cabeza y ver si le había quedado alguna cicatriz. 

Sol miró hacia el techo, aunque fuera una torre, el castillo estaba construido en la piedra de una gruta, de modo que los techos eran oscuros y altos, la luz de las antorchas no llegaba a iluminarlos del todo, pero reconoció el hueco sin camino que llevaba a la cuarta planta, adivinando que este individuo había saltado para bajar en vez utilizar las escaleras, tenía un mal presentimiento sobre lo que había podido ocurrir, pero quedó en un segundo plano cuando distinguió que el tipo comenzaba a despertarse.
-Joder ¿qué…? ¿sois jugadores...? -La gabardina aún le tapaba la cabeza ocultando su identidad, adivinando que hablaba porque se movía debajo de esta, estirando la mano con la palma levantada como pidiendo limosnas -¿sería mucho pediros una ayudita?
-¿Por qué has saltado de la cuarta planta?
-Sol, espera… Shura, si vas bien de magia, ¿podrías curarle? Esa caída debe haberle dejado casi sin puntos de vida.
La chica sonrió ante la decisión de Nero, lanzándole un hechizo de curación mientras Sol protestaba por la misma decisión.
-Bueno, ya estas curado, ¿por qué has saltado de la cuarta planta? ¿Te estaba persiguiendo Nightmare?
-¿Nightmare…? ¡OH! ¡Nightmare! -El Gunslinger levantó la cabeza, descubriendo su rostro con la gabardina aun tapandole la coronilla, Shura no pudo evitar apreciar como Nero daba un paso atrás ocultándose entre el grupo.
-¡Tenemos que largarnos antes de que baje! -Se pusó en pie hablando directamente con Sol.
-Mierda… todo el entrenamiento a tomar por culo. Nosotros también bajamos, Doppio, danos celeridad a todos, Shura dale apoyó al chico, que por lo menos nos ayude a que subas de nivel… el resto: todos abriendo camino, no nos paramos por nada, Nero y yo a la cabeza.
-¿Nero? -El Gunslinger pareció buscar al mencionado, que se escondio delante de JoJo sin que a este le pasara desapercibido el gesto, se giró mirando a Shura, ambos adivinando por la mirada del otro, que el tono del Gunslinger era porque conocía aquel nombre. Se giraron observandole, mientras que miraba en la Omnitool confirmando lo que ya sabía.
-¡Cuteboy! ¡Eres Nero!

El mencionado se encogió de hombros, haciéndose pequeño ante la voz del otro que le llamaba. Sus compañeros de Party se quedaron parados, abriendo un pasillo entre los dos con miradas que iban de uno a otro. Nero soltó aire, girando lentamente y forzando una sonrisa que le salió con un tic nervioso.
-Hola, Dante.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dante.png)

-Pero… -Dante parecía sorprendido, sacudiendo los hombros en una risa despectiva -¿por qué no nos dijiste que te habías apuntado para jugar? ¿Y qué son esas pintas? -Se le acercó tomándole por los hombros y buscando su mirada que se mantenía baja frente a su risa burlona, aprovechando para revolverle el pelo -¿el editor de personaje no daba para otra cosa que no fuera copiar mi aspecto? Estas para verte, kid, ya verás cuando se lo cuente a todos. ¿Por qué te has hecho Soldier? Era Dancer, Dan-cer, asi solo vas a lograr cortarte con esa espada, ¿o ya lo has hecho? ¡Lo has hecho!
-Para el carro. ¿Os conocéis?
Sol lo tomó por el hombro apartandolo de Nero que cada vez parecía más incómodo.
-Somos compañeros de piso, de fuera, tranquilo hombre, solo estaba celebrando el reencuentro -Dante se sacudió del agarre de Sol, sosteniendose la mirada, el Paladin lo miraba amenazante mientras el Gunslinger sonreía travieso como lo haría un gato.
-Parece que el único que estaba celebrando algo aquí eres tu -JoJo le puso la mano en el hombro, uniéndose a Sol, ambos formando una barrera entre Dante y Nero. El primero parpadeo sorprendido, levantando ambas manos y juntando las puntas de los dedos en la palma dirigida al suelo formando una T.
-Tiempo muerto, estáis un poco perdidos: nos conocemos de hace mucho tiempo, no pasa nada, estábamos hablando de cosas que no sabéis, todo es un chiste interno. Nero nos llamó infantiles, e idiotas, porque no hacíamos más que hablar del juego, él juró que nunca se iba a meter, y míralo… y encima encerrado en la partida, macho, eres un pringado dentro y fuera.
-Tan pringado como tu y como yo.
-¿Así que nos lo repites? No lo hemos oído bien, ¿qué nos has llamado? -Joseph lo tomó de la pechera con una mano mientras que la otra se la llevaba al oído, pero ahí quedó la broma cuando lo soltó de golpe al verse afectado por una corriente eléctrica que le hormigueo por la mano con la que lo sujetaba, sacudiéndola para quitarse esa sensación.

-Cuidado con esa mano si no quieres perderla. -Algo estalló al lado del oído de Dante, provocándole un dolor punzante pero pasajero, llevándose la mano a la oreja herida y mirando a Caesar, había pompas de jabón flotando cerca suyo, algunas habían comenzando a girar esperando una orden del Elementalist para atacar.
-Puedes ahorrarte las amenazas, juegas con desventaja.
-Dijo el Elementalist de agua frente a alguien con habilidades electro… pero no quiero pelear, no con la super pandilla de Nero. -Levantó las manos inocente, guiñando un ojo hacia el Soldier. -Somos amigos, ¿verdad? Si hasta fui yo quien te puso tu nick.
-Pero… si dijo que se lo puso su novia…
-A callar Doppio -Sol no llegó a tiempo para advertir al Time Mage, desafortunadamente, a Dante no le pasó desapercibido el comentario.
Comenzó a reírse con descaro golpeándose las rodillas, apuntando con las manos hacía Nero como enmarcándole.
-Noooooo, ¿pero que les has contado? ¿Pero de qué novia hablan? ¿Ahora resulta que soy yo tu novia?

Nero sentía como si su cuerpo estuviera caminando por una cuerda floja y el aire lo balancearse hacia los lados. Había ido alejándose progresivamente del grupo, acabando al lado de Shura tirándole de la manga.
-Nero.
-N-no me siento muy bien… ¿qué tal si nos vamos de aquí?
-Nero, oye, no pasa nada. -Buscó su rostro, cubierto por el flequillo al tener la cabeza gacha, para transmitirle que nada de lo que aquel tipo pudiera decir, iba a cambiar su opinión sobre él.
-Ya lo se, no me importa. -Sonrió sin ganas, con los ojos inexpresivos.

-¡Eh! ¡Déjalo ya! -JoJo avisó al Gunslinger mientras sujetaba a Sol por los hombros evitando que se lanzase contra Dante… pero ahora mismo había otro problema más grave en camino.
Nightmare saltó desde el hueco del piso, aterrizando justo al lado del grupo, su armadura rechinó y crujió contra la carne expuesta y quemada de su cuerpo, alzándose con un grito gutural, el enorme ojo en su espada les miraba palpitando. El combate estaba servido.

-Menuda mierda… 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on August 27, 2014, 01:03:17 PM
Me dijeron que dejara esto aquí para empezar, so, here we go :V




#00 - Prólogo

El anuncio les pilló justo al terminar una cacería de monstruos cerca de Amatsu. No hacía mucho, Shruikan y su tropa habían ido a la ciudad para que pudiera realizar la prueba reglamentaria y subir el rango de su job.

Ahora, con un recientemente estrenado oficio de Samurai, ella y sus tres compañeros se dedicaban a acabar con los esbeltos tigres de dientes de sable que habitaban esas enormes y rocosas llanuras. Su pelaje y sus colmillos podían venderse por un precio nada despreciable en la tienda, y también les ayudaría a conseguir la nueva túnica de maga para Sheba. Además, nunca estaba de más ganar puntos de experiencia, menos aún cuando había una Novicia en el equipo a la que ayudar a subir de rango.

—¿Aún no has subido de nivel? —preguntó Shruikan, mientras sacaba su nueva katana de las tripas de una pobre bestia y comprobaba que no hubiera sufrido desperfectos.

Seras terminó de recoger los objetos sueltos por otro animal cuando éste desapareció una vez derrotado y se apresuró a abrir su omnitool.

—Eh... Me faltan 121 XP para subir de nivel —comentó, como si se disculpara por no haber logrado la meta todavía, y entonces la pantalla de su omnitool cambió por si sola —. ¿Pero qué...?

Arriba en el cielo, al igual que en las omnitools de los jugadores, apareció una enorme ventana virtual con la imagen de un tipo que podía verse a kilómetros a la redonda en ese lugar.

“Bienvenidos todos a mi mundo personal”. Con esta frase inició un discurso que a cada palabra que seguía era más y más desalentador. Como si la cosa no fuera con él, como si se tratase del simple juego que esa realidad virtual pretendía ser, les reveló el destino que tenía preparado para todos ellos. Una jaula a la que ingenuamente habían caído y de la que ahora no podían escapar.

Casi pareció que el aire de las llanuras se helaba en el momento en el que las últimas palabras hacían eco entre las rocas. El frío y el silencio. Al final, fue Shruikan la primera de su pequeño grupo en hablar:

—Pues vaya. Nos han bien jodido.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on August 28, 2014, 11:29:03 AM
Más bonding entre los personajes. En este aporte sale una de mis otps... KORASAMI *_* Gracias por dejarme a tus nenas para llevarlas de paseo <3
Also, van a Snowbelle, ciudad de pokemon. El lugar en el que están al final del aporte es algo como esto: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/22_snowbelle_lake.png), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/22_snowbelle_lake2.png). Y creo que ya está ovo
Ah, no. He cambiado un poquito los iconos, pero sólo un poquito.





22. Hermano, yo quiero ver mundo...

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/asami2.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)

Era pronto por la mañana según el reloj del juego, pero en una Guild siempre había trabajo por hacer. Sobre todo para jobs como mechanics. Así fue como Techbender se encontró abriendo la puerta de un pequeño taller y saludando a una de sus compañeras con una sonrisa pequeña pero amistosa.

—Hola —saludó— Neko, ¿verdad?

Neko se quitó las gafas de aviador de la cara y las dejó descansando en lo alto de su cabeza. Una capa de oscuridad rodeaba el huevo que las gafas habían dejado. Echó un vistazo rápido a la otra chica y cabeceó afirmativamente.

—Te he visto antes. Techbender, blacksmith —habló Neko antes de sonreírle de vuelta—. Pasa ¿necesitas alguna cosa, quieres algo?

La chica entró en el taller y se apartó el pelo oscuro y ondulado que le hacía cosquillas en la mejilla, dejando el mechón detrás de su oreja. Era alta, con rasgos y ropa elegantes, piel clara y ojos verdes.

—Me preguntaba si tenías magnesio.

Neko arrugó la nariz antes de abrir su omnitool para consultar su inventario.

—Debería de quedarme un poco… ¿para qué lo necesitas?

—Oh, necesito reparar uno de los altos hornos de la guild para fundir acero.

—Ah, sí. A veces es más barato crearlo qu- —su cabeza se levantó de golpe— Espera, espera. ¿Tenemos altos hornos? ¿Cómo es que no lo sabía?

Techbender se rió un poco, pero no tardó en darle las instrucciones para llegar hasta la sala.

—No son grandes, como en la vida real, pero funcionan para crear cualquier tipo de aleación en masa. Así no tienes que ir creando lingote a lingote.

—Nunca tuve uno en Night Fury —Neko suspiró y se llevó la mano al pecho—. Creo que voy a tener un romance muy serio con ese horno.

Techbender se sentó en uno de los taburetes, apoyando un pie en la barra de abajo y agarrándose al borde entre sus piernas con una mano.
Neko volvió a arrugar la nariz.

—Pues no me queda… ¿Has mirado en el inventario de la Guild? —preguntó mientras apagaba de nuevo su omnitool.

Techbender apretó los labios y se frotó la barbilla.

—Sí y no queda —se encogió de hombros mientras se levantaba—. Gracias, iré a ver si consigo un poco de magnesio.

—No hace falta —declaró Neko, empezando a recoger lo que tenía esparcido por suelo y mesas—. Sé que monstruos lo dropean y tengo el equipo adecuado. Puedo conseguirte mil o dos mil magnesios para la hora de comer si me doy prisa.

—Sólo necesito unos cien… —Techbender ladeó la cabeza, parpadeando un poco— Pero gracias.

Neko se encogió de hombros y negó con la cabeza.

—No me cuesta nada y así salgo de la guild, que mis amigos siempre me están riñendo porque me quedo aquí encerrada.

—Entonces son buenos amigos —dijo Techbender, volviendo a apartarse el mechón rebelde.

Neko asintió antes de que la blacksmith caminara hacia la puerta con pasos elegantes. La chica se agarró al marco de la puerta antes de darse la vuelta una última vez.

—Asami. Me llamo Asami.

—Anir.

Las dos se miraron durante unos segundos antes de sonreír y despedirse.

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/shun2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/asami2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/kora2.png)

—Hermano, pero yo quiero ver mundo…

Había sido la plegaria de Shun, que llevaba insistiendo en turistear desde antes del anuncio del maldito Game Master. Ahora llevaba repitiendo su petición a intervalos de quince minutos desde hacía dos horas e Ikki no pudo seguir ignorando aquel tono por mucho más tiempo.

—¡Está bien! Esta bien… —dijo por fin, envainando su espada y saliendo del ring de prácticas— Podemos volver a las catacumbas de Lavender Town.

—Yo quiero ir a sitios nuevos —frunció el ceño Shun, llamando a Marshmallow con unos pequeños ruiditos para que dejase de morder un muñeco de prácticas y saltara a sus brazos—. Ver otros lugares…

Ikki esperó en el marco de la puerta, cruzado de brazos, hasta que su hermano estuvo a su altura para seguir caminando por los pasillos de la guild y contestarle.

—Hay niveles de la catacumba que no has visto.

Shun chistó y acarició a su mascota.

—No quiero ir a entrenar, quiero… salir.

—Necesitas entrenar —espetó Ikki, con un tono autoritario pero cansado.

—¡Otro día! ¡Llévame al parque, como en casa! Aunque aquí no tengo patines…

Y aunque Bennu rodó los ojos, el hecho de nombrar su hogar fue lo que le acabó convenciendo.

—Está bien. Te llevaré al parque.

Shun chocó su hombro con el de su hermano y chilló con gozo mientras Marshmallow le olía la barbilla y se unía a sus chilliditos con algunos propios, contento por la perspectiva de pasar un tiempo con Ikki haciendo cosas que no tuvieran nada que ver con el juego.

No tardaron mucho en salir de la base e Ikki se encargó de ajustar bien el abrigo alrededor del cuello de Shun.

—¿Marshi estará bien? —preguntó Shun preocupado mientras le acariciaba el pelaje.

Ikki asintió, señalando su largo pelo blanco, aunque finalmente decidieron devolverlo al inventario por lo que quedaba de mañana.

—Me siento raro sin ella saltando a mi alrededor —confesó Shun mientras seguía a su hermano por Sanctuary.

Ikki no pudo contener la risa en su garganta y Shun le miró sin comprender.
Pasaron por delante de un parque, pero Ikki continuó caminando y cuando Shun le preguntó, señaló el warp con la barbilla.

—Ah… ¡Ah! ¿¡Vamos a otra ciudad!? —preguntó extasiado.

Ikki asintió de nuevo y Shun empezó a dar saltitos, con los ojos brillantes y las mejillas rojas, aunque bajó el ritmo de sus andares cuando vio a alguien conocido saliendo de una de las tiendas de Sanctuary.

—¡Hola! —saludó desde unos pocos metros.

Una de las dos chicas, la de pelo oscuro, saludó de vuelta con una mano, pero la otra chica se acercó a ellos dos.

—¡Hola! Tú eras Andromeda… —empezó.

—Lo sigue siendo —murmuró Bennu entre dientes.

—Y tú eres Moonshine ¿verdad? —trinó Shun— ¿Qué hacéis?

La chica morena, Techbender, si Ikki recordaba bien, levantó una bolsa de papel que llevaba entre los brazos. Algunos dulces asomaban de ella.

—Íbamos a comer algo ¿Queréis venir al parque? —ofreció Moonshine, emocionada— Me puedes llamar Kora.

—¡Shun, llámame Shun! —el mago blanco se giró a mirar a su hermano antes de contestarle a Kora— Íbamos a algún sitio, no sé donde ¿Podemos ir todos juntos?

Ikki miró a las dos chicas y luego a su hermano. Después volvió a mirar la bolsa de dulces que llevaba Techbender al brazo.
Frunció el ceño.

—Vamos a Snowbelle —anunció Ikki y señaló el warp.

Ellas se miraron durante unos segundos, Moonshine suplicando con sus ojos a Techbender de forma parecida a la que Shun usaba con Ikki. Techbender no parecía estar muy segura de todo eso.
Ikki suspiró.

—Os pago el warp —anunció, antes de coger uno de los bollos que asomaban de la bolsa de papel y sacudirlo suavemente en el aire mientras se marchaba hacia su destino—. Por el almuerzo.

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/shun2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/kora2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/asami2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki2.png)


La teletransportación dentro del juego siempre dejaba a Shun un poco mareado por unos segundos. Como si alguien hubiera convertido su cuerpo en una masa, lo hubiera comprimido en espirales y vuelto a descomprimir con la acción contraria. Pero eso no le iba a impedir disfrutar de las vistas.

—¡Snowbelle! —gritó mientras estiraba los brazos.

Era una ciudad nevada, con una música animada. El ambiente de aquel lugar era mucho más ameno y acogedor que Sanctuary y sus estructuras tenían un aspecto más rural y encantador.

—¡Escaleras! —gritó Shun, señalando una mientras corría hacia ella.

—¡Escaleras! —le imitó Kora, corriendo tras él.

Techbender y Bennu los vieron alejarse en silencio.

—Ehm… eso ¿está bien? —preguntó la chica.

Ikki se encogió de hombros.

—Van en la dirección correcta.

Mientras tanto, la avanzadilla había ocupado las barandillas de las escaleras más próximas y estaban dejándose deslizar por ellas entre gritos y risas. Alguno de los dos acabó cayendo sobre la nieve, para cuando Bennu y Techbender llegaron a lo alto de las escaleras, pudieron verlos a los dos, allá abajo, intentando levantarse el uno al otro.

Shun saludó con la mano y preguntó hacia donde estaba el parque.

—¡Sigue el hielo! —señaló Ikki.

Un río helado atravesaba la urbe. Si uno se quedaba el tiempo suficiente mirando, podía apreciar el correr del agua debajo de la gruesa capa de hielo.

No tardaron mucho en llegar al extremo más bajo de la ciudad, donde el río se abría en un lago helado rodeado de sauces llorones nevados. Un puente de madera atravesaba la parte más estrecha del lago.
Cuando llegaron al centro del puente Ikki se paró y agarró el hombro de Shun.

—Toma.

Y después de abrir su omnitool y acceder a su inventario sacó dos pares de patines de hielo, entregándoselos a Shun.
Shun y Kora se miraron antes de empezar a sonreír y dar saltitos de emoción.

—¡Gracias hermano! ¡Patines!

Y se fue corriendo puente abajo, hacia la orilla más cercana donde pudiera acceder al hielo.

—¿Patines? —preguntó Techbender, ajustándose el pasador que llevaba a un lado de la cabeza— No sé si es buena idea…

Techbender arrugó un poco el puente de la nariz mientras miraba como Shun le daba instrucciones a Kora para que se pusiera los patines.
El pelo blanco de Kora caía alrededor de su cara mientras miraba las opciones de su inventario en la omnitool. Los patines desaparecieron del suelo y aparecieron en sus pies repentinamente, haciéndola varios centímetros más alta y sorprendiéndole. Shun le agarró de los hombros a tiempo antes de que se cayera y se rieron un poco mientras empezaban su andadura sobre el hielo.

Ikki apoyó los codos en la barandilla del puente, sin perder de vista a Shun.

—Sabe patinar, aunque se le dan mejor los de línea.

Techbender se apoyó a su lado, ajustándose los guantes antes de relajar un poco más su postura y ver como Kora y Shun se movían despacio y algo dubitativos por el lago helado.

—Pero tienen poco nivel y dudo que ninguno de los dos haya patinado antes.

Ikki encogió un hombro y chistó un poco.

—Lo de la habilidad oculta… —murmuró— Es un minijuego, en menos de una hora deberían poder patinar normalmente.

Techbender se rió un poco señaló a Shun con la cabeza.

—¿Lo conoces de hace mucho tiempo? —preguntó.

—Es mi hermano. ¿Y tu mascota? —señaló él a Kora.

—No es mi mascota… —recriminó, aunque con tono ligero— La conozco de hace poco, pero es simpática.

Las cabezas de Bennu y Techbender se movían despacio, siguiendo a las figuras de los patinadores. De repente bajaron, casi pegando sus barbillas sobre el pecho.

—Eso ha debido doler… —murmuró la chica, poniéndose más recta.

—Lo dudo —contestó Ikki, incorporándose también, pero sin dejar de agarrarse de la baranda.

Shun y Kora rodaban por el hielo, uno encima de la otra, deslizándose despacio después de una caída tonta. Estaban riéndose.

—Mi hermano ha caído sobre blando —constató Ikki.

Techbender tragó saliva, pero Ikki pudo ver por el rabillo del ojo que estaba conteniendo una sonrisa detrás de su mano enguantada.
Ella se apartó el pelo de encima de un hombro para distraerse y estaba a punto de ofrecerse para ir a ayudar a los caídos cuando entre los dos y algo torpemente lograron levantarse de nuevo, no sin antes resbalar sobre sus rodillas temblorosas un par de veces.

Ikki sacó el bollito que había robado antes y empezó a comérselo sin prisas, de espaldas al lago, escuchando las cuchillas de los patines contra el hielo y las risas de los dos magos jugando.
Techbender dejó la bolsa de papel en el suelo y cogió uno para sí misma. El suyo estaba relleno de crema.

—Asami —dijo después de masticar y tragar su primer mordisco, mientras observaba la crema del bollito.

—Ikki —se presentó el caballero oscuro de vuelta.

Y se quedaron en silencio, aprovechando la paz artificial que brindaba ese lugar y ese momento para sanar un poco sus almas antes de enfrentarse a la realidad en la que estaban atrapados.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on August 31, 2014, 08:42:51 PM
Empezamos probaciones  ;D

#23

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dante.png)

-¡Todos atrás!
Obedecieron la orden de Sol, saltando hacia atrás para poner distancia entre Nightmare y ellos, el monstruo respiro de manera pesada, levantando el pecho al absorber una enorme bocanada, expulsando el aire en un grito mezcla de rabia y agonía, su carne expuesta goteaba como si se desprendiera a causa de unas llamas invisibles que le comían la piel negra y endurecida. El ser comenzó a tomar impulso para abalanzarse y arrollar al grupo.
Al tiempo que gritaba órdenes, Sol arropó a Shura con un solo brazo, que era quien por su configuración era más lenta esquivando, apartándose ambos del camino de Nightmare, el resto del grupo logró salir del camino de su enemigo. Pero Nero resultó el peor parado, nunca les había demostrado ser especialmente torpe, pero aquella vez al apartarse, dio de cara contra el suelo, hubiera podido resultar bastante cómico en otra situación, y si al alzar el rostro, este no se hubiera abierto la ceja por el golpe.
-¿¡Estas bien!?
-No me pasa nada. -Se cubrió la herida con la palma de la mano, dejando de sangrar cuando recibió curación de parte de la chica.
-¿Y qué hacemos ahora? -Los ojos de JoJo iban de un lado a otro intentando buscar algo que pudiera utilizar contra su enemigo.
-¡Todos en formación! -Sol pensaba rápido, entre todos los que estaban podían tener la oportunidad para derrotarlo, pero no valía la pena arriesgar la vida de ninguno en el intento. -¡JoJo!
-¡Entiendo!
-¿Lo va a hacer…? -Shura ya estaba preparada mientras que Caesar miraba al Thief sin comprender hasta que este salió corriendo seguido por el resto.
-¡Táctica Joestar!

Una columna de fuego se interpuso en su camino deteniendo la carrera y quemando a Joseph que se apartó a tiempo de agravar sus heridas.
-¿Utiliza fuego? -Caesar vio un momento para utilizar su magia de agua, formando burbujas consistentes del elemento.
-Son of a bicht! ¡Esa era mi mejor técnica! -JoJo resoplaba recuperando la respiración después de que la Withe Mage curase el estado quemado en el que había caído y restaurase sus puntos de salud.
-Es una técnica de idiotas, podemos luchar contra Nightmare. 
JoJo y Sol resoplaron en desacuerdo, Caesar había tomado el timón de la batalla.
-Time Mage, tu Doppio, utiliza gravedad, y detenlo; Nightmare es peligroso por crear estados alterados, Shura, contamos con tu apoyo.
La withe mage dejó caer sus hechizos sobre el grupo para cubrirlos de los ataques magicos y fisicos.
-Gunslinger…
-Llamame Dante.
-Gunslinger, comienza  disparar, necesitamos tu velocidad.
-No tengo munición. -Una punzada de vergüenza e impotencia le recorrió.
Caesar necesito menos de un segundo para pensar una alternativa.
-Entonces prepara ese elemento electro a mi señal. Nero y Sol, a vosotros os encargo acabar con Nightmare, podéis hacerlo si permaneceis juntos.
-¿Y yo que hago?
-Lo que mejor saben hacer los ladrones JoJo, -su expresión era la de un experto, sonriendo confiado a su amigo-, acércate a ese monstruo y robale. ¡Atentos que ahí viene de nuevo!

La hoja de la espada de Nightmare comenzó a brillar lamida por las llamas, alzando la hoja como si pese al tamaño fuera ligera como el viento. Doppio había preparado su hechizo de gravedad, concentrando entre sus manos una bola morada que resplandecía por la energía que esta contenía, lanzandola contra su enemigo e impactando cuando Nightmare estiro la deforme garra que hacía la función de mano, absorbiendo la magia que no le hizo efecto.
-¡Aprovechar mientras absorbe la magia! ¡Ataque directo!
JoJo y Sol se lanzaron al ataque, Nero se quedó en la retaguardia paralizado, siempre había tomado la iniciativa a la hora de atacar, pero en ninguna de esas ocasiones había estado Dante para mirarle, ¿y si lo hacía mal? Siempre salía mal parado y si le veía… se lo estaria restregando por la cara toda la vida.
-Nero hazo. ¡Vamos!
JoJo había caído alcanzado por el poder que Nightmare devolvía, y fue alcanzado por la gravedad de Doppio, su cuerpo se fue al suelo justo cuando Nightmare levantaba la espada contra él… y chocaba contra el metal de Sol que en un rápido movimiento lo había bloqueado, Nightmare levantó la garra contra el Paladín. -¡Nero!
-¡Kid!

----------

Fuera del juego, Nero era un estudiante mediocre con una vida mediocre, no se le daba bien hacer amigos y los compañeros que había tenido se alejaban porque no lograba mantener el interés por él demasiado tiempo. No era nada de lo que hiciera o dejara de hacer, sólo era él. Aquello había forjado su personalidad por muchos años, haciéndole reservado e inseguro.
Luego Dante llegó a su vida, era completamente diferente, extrovertido y animado, y cada día era una fiesta a la que Nero no estaba invitado, aunque hiciera el esfuerzo de seguir el agotador ritmo de su compañero de piso, nunca se sentía cómodo ni aceptado.

Cuando el RPG comenzó a tener una cierta fama, Dante le hizó una cuenta insistiendo en que su uniera a su grupo para jugar.
-Te he puesto Cuteboy, ¿te gusta?
-No me importa.
-Serás el encanto de las chicas, podemos buscarte un item con orejas de perro, serás el chico Dancer más popular… ¿o prefieres hacerte un Merchant y comprar amigos?
-Déjalo ya. -Uno de los amigos de Dante le dio una palmada a este en la espalda riendo, contagiandose la risa entre el resto.
-¿¡Pero es o no es verdad!?
Seguía insistiendo en su gracia, sacando comentarios graciosos a su costa solo porque el resto le siguiera la corriente. Nero optó por recoger sus cosas de manera desordenada y marcharse del lugar, el grupo que acompañaba a Dante guardo silencio.
-Oye, ¿no crees que te has pasado un poco?
-¿Qué? -Dante no se dio por aludido, sonriendo a su compañero-. La culpa es suya por no tener sentido del humor. ¿Sigue en pie lo de ir a la playa por fin de curso? Así desconectamos una temporada del RPG.


----------

Nero dio unos pasos inseguros hacia Nightmare, levantando la espada por encima de su cabeza y mandando un torpe mandoble hacia su enemigo, que ni siquiera se molestó en esquivarlo, cambiando la trayectoria para empujar al soldier tirándole al suelo con el agravante de que ahora además el jugador estaba confuso.
-¿Pero que esta haciendo? -Dante negaba con la cabeza.
JoJo giró por el suelo alejándose del enemigo, contrarrestando gravedad cuando Doppio le dio velocidad y Shura cura. Sol invocó su escudo de Paladin cubriéndose él y Nero de los mandobles de Nightmare, el escudo no iba a soportar más golpes, Sol tomó la opción de cambiar sus puntos de PV para añadir resistencia al arma.
-Nero, tienes que reaccionar, tu eres tu y vales mucho más que lo que ese tipo pueda decir.
Nero solo atinaba a boquear, intentando ponerse en pie comenzando por ponerse de rodillas, la armadura le pesaba y se sentía torpe, pero no necesariamente esto era por el estado confusión.
-¡KID! -La llamada de Dante se escuchó clara, haciendo que Nero girase la cabeza escuchando cada palabra. -¿Piensas pasarte la vida así con esa cara de infelicidad profunda? Dentro y fuera siempre tienes una actitud negativa, y eso no es bueno, tienes que pensar un poco más en los demás.
Nero cada vez parecía más paralizado por las palabras de Dante.
-Mira, ninguno en esta vida lo hemos tenido fácil, y para colmo nos quedamos encerrados en el juego, pero no eres el único con problemas, mis padres están muertos, ¿lo sabías? Pero yo sigo adelante, y tú ¡deberías intentarlo al menos! ¡Tienes que luchar!
Nero comenzó a temblar, haciendo el esfuerzo por hablar, pero no le salían las palabras.
-¡Kid! ¡Si tienes algo que decir dilo! ¡Venga! ¡Grita para que pueda escucharte!

-Ya basta. Déjalo en paz. -Shura intervino poniéndole una mano en el hombro al Gunslinger- es suficiente, ¿no?
Dante parpadeó sorprendido, la chica le apretaba el hombro sonriendole, resoplando en una risa forzada.
-Redgrave, eres… flipante.
-Llamame Dante… y, ¿gracias por el cumplido? -Aunque su discurso a Nero había sido bueno, no esperaba unas palabras así en aquel momento.
-No, lo digo en serio. Miras a la gente por encima del hombro diciéndoles lo que tienen que hacer, como si fueras un gurú de la vida, ¿hasta que punto te crees el ombligo del mundo? -Le soltó del hombro, haciendo un gran esfuerzo por contenerse y no explotar de forma violenta.
-Espera… ¿qué?
-Ponte en la piel de los que atacas con tu sentido de la justicia de andar por casa. Eres un maltratador psicologico.
-¡Espera! ¡Te estas pasando! Yo solo he dicho la verd…
-Cierra la boca. -Le cortó, respirando para que no le fallara la voz. -Caesar te lo ha dicho antes, pero yo te lo repito, puedes ahorrarte tu palabrería, en este grupo juegas con desventaja, así que vigila tu siguiente movimiento.
-Pero… ¿¡qué te has creido que eres!? -Shura le ignoró acercándose al grupo de batalla, proporcionando apoyo al grupo y curando el estado alterado de Nero.
-Dejala. -Caesar evitó que fuera tras ella.
-¿A qué mierda ha venido eso? ¿Tú también piensas lo mismo? Oye, no nos conoces, no he hecho nada malo, y tampoco es para que se ponga así.
-Gunslinger… lo que a ti no te afecta, puede afectar a otros, y si eso te hace gracia, en ese caso, eres cruel.
-Pero… -Dante parecía confuso por aquella palabra- yo no soy así…
-Estoy seguro de que no -Caesar comenzó a formar burbujas que giraron a toda velocidad- sólo que eres tan idiota que pasas por encima de los demás sin darte cuenta. Ahora hazlo bien, ¡y dispara electro sobre las burbujas!
Obedeció, y una pequeña corriente eléctrica rojiza, que originalmente era para darle esa propiedad a las balas, salió de la punta de sus dedos alcanzando cada burbuja girando rápidamente y alcanzando al enemigo Nightmare que se quedó paralizado el tiempo suficiente como para que Nero y Sol se apartaran de su rango de ataque.

-¡Mi turno! -Joseph se acercó a su enemigo, y aunque no tuviera la ocasión de robarle nada, su boomerang de bolas quedó enganchado en la garra de su enemigo entorpeciendo su movimiento y eliminando su habilidad para absorber hechizos.
-¡Vamos Nero! -Sol lo animó, lanzando ambos un mandoble que fue detenido por la espada de Nightmare, pero reduciendo sus puntos. -¡Atrás!
Sol enfocó su escudo hacía el monstruo y una luz blanca salió de este, haciendo daño al enemigo, aunque sin reducir sus puntos de vida tanto como esperaban, para eso se encontraba Nero, aprovechando la confusión al estar deslumbrado y herido, mandó una estocada que encajó directamente sobre el ojo en la espada… un buen golpe que se vio truncado al final cuando Nero se soltó de la espada cayendo al suelo y perdiendo su arma al quedar atrapada en la herida que le había provocado a su enemigo.
-No… -Aunque el golpe había sido muy efectivo, Nero no lo aprecio tanto al sentir que al final la había fastidiado soltando el arma.

Como si fuera un relámpago rojizo, Dante pasó por al lado de éste, acercándose a Nightmare, no tenía balas, no podía hacer mucho más que aquello. Tomo el mango de la espada de Nero, tirando con fuerza para sacar el arma, luchando cuando Nightmare soltó la atadura del boomerang y le enganchó por la cabeza con aquella garra deforme, sin soltar el mango del arma, y sintiendo un dolor horrible que le recorrió todo el cuerpo.
-¡Dante! -Nero no podía creer la estupidez que éste había hecho, Nightmare lo lanzó lejos de él, saliendo disparado contra el suelo, el Gunslinger y el arma del Soldier.
Nero se acercó al chico, estaba vivo y aun con puntos de vida gracias a su nivel, pero Nightmare le había hecho entrar en un estado irreversible… sobre la cabeza de Dante, como si fuera un halo, apareció el número diez, antes de pensar de que se trataba, el número cambió a nueve, como si fuera un contador en plena marcha atrás.
-¡Maldición! -Si la cuenta llegaba a cero antes de acabar con su enemigo, Dante perdería su primera vida- ¿por qué lo has hecho?
El Gunslinger soltó una risa despectiva mezclada con el dolor de sus heridas, entregando la espada a su propietario y hablando lo suficientemente alto para que todos lo escucharan.
-¿No ha quedado genial?
Nero no entendía nada de aquello… pero tenía que hacer algo, y pronto.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 07, 2014, 02:52:35 PM
Hi dechu neee. Estoy en casa de Eider y me faltan avatares, así que no voy a poner ninguno y_y Cuando vuelva a casa a ver si hago los que me faltan.
Y AIRI Y SU PARTY SALE AQUI :DDDDD






23. Efectiviwonder

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/kili2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/airin2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/fili2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/pip2.png)

Neko levantó el hacha de dos manos y la dejó caer encima de la criatura que intentaba esconderse de ella dando vueltas a un árbol.
El gnomo salpicó la corteza oscura con su sangre y desapareció después de un ruido agónico.
Un par de bots pequeñitos se encargaron de recoger el drop y volaron serpenteando torpemente hacia el carro, chocando entre ellos antes de agarrarse con sus zarpitas al borde de madera. Su dueña los miró con la nariz arrugada antes de buscar otro gnomo oculto entre los inmensos árboles.

—Creo que es hora de que os actualice… —susurró para sí misma, levantando más el hacha.

El bosque en el que se encontraba era frondoso y oscuro, el canto de los pájaros llegaba amortiguado por el denso follaje y el warp más cercano estaba a una hora de camino, en Palanthas.
Otro gnomo apareció dando alegres saltitos y riendo cada vez que paraba. Neko avanzó rápidamente hacia él y balanceó su arma antes de levantarla y dejarla caer de nuevo.
La hoja de metal silbó en el aire antes de cortarle el gorro al monstruito, que se apartó justo a tiempo.

El gnomo empezó a patear el suelo y chillar en lo que parecía un auténtico berrinche de niño de cinco años, con la única diferencia de que esa era su forma de invocar pequeños terremotos.
Neko sonrió cuando sus botas encantadas con viento se mantuvieron exactamente donde estaban y osciló su hacha de un lado al otro. El gnomo saltó, pero no se esperaba el carrazo que lo estampó contra un árbol, acabando con todos sus puntos de vida.
Los bots de Neko volvieron a serpentear por el aire y llevaron el drop hasta el carro. Esta vez sí que había magnesio entre los objetos.

—Uno menos —sonrió Neko mientras localizaba y daba caza a otro gnomo.

Llevaba un buen rato dando vueltas por aquel bosque y el número de unidades de magnesio en su carro había crecido rápidamente junto con otras piedras preciosas y minerales. Trabajaba a un ritmo frenético y de forma automática, casi sin parar. Gracias a su job tenía una buena stamina y sabía bien cómo explotarla.
No se fijaba demasiado en sus alrededores más allá de donde creía ver a su próxima víctima, así que cuando vio un gorro rojo y una figura de colorines debajo de él, corrió como alma que llevaba el diablo.

El mob había saltado un pequeño desnivel y Neko saltó detrás de él unos treinta segundos después de verlo desaparecer. Su equipo encantado con viento le hizo tomar velocidad y fuerza mientras estaba en el aire, hacha en alto y carro volando detrás de ella. Aterrizó al mismo tiempo que blandía el hacha y se giró para rematar al gnomo con el carro, haciéndolo chocar contra una roca.
Había visto otro cuerpo mientras giraba, así que levantó el hacha al tiempo que gritaba y encaraba al otro monstruo. El grito se cortó en su garganta al ver lo que parecía ser un jugador en el suelo, con los ojos como platos y una herida en el brazo.

—¡Tu nombre! —exigió y se fijó en que lo que en un principio semejaba ser un cuerpo, en realidad eran dos.

—¡Kíli! —gritó el muchacho de vuelta, mientras una chica pelirroja se sentaba detrás de él, tocándose la cabeza.

Neko parpadeó y dejó el hacha caer a un lado, junto a su pie, relajando su postura. Manejó la omnitool rápido, escaneando a los dos desconocidos. SilverArrow, archer y Brightblade, soldier. Sin Guild.
Luego miró hacia la roca donde la mancha de sangre del gnomo que había impactado en ella se desvanecía poco a poco, sus bots estaban cerca, rondando el drop, pero sin llegar a recogerlo.

—Oh… —murmuró, sólo se comportaban así cuando el drop no era completamente suyo o de su party— Vaya.

Miró a sus bots y a los dos chavales. Así que les había robado el monstruo. Desenganchó el carro del arnés y se acercó a los dos jugadores en el suelo.

—Perdón por robaros el monstruo… —se disculpó mientras se agachaba delante de ellos.

—¡Kíli, Airin! —escuchó Neko hacia su derecha.

Se giró a tiempo de ver a otro jugador frenar su carrera, su pelo rubio se movía con cada paso, rebotando al mismo ritmo que los bigotes trenzados que colgaban a cada costado de sus labios.
En cuanto llegó, se agachó para examinar la herida de SilverArrow de cerca. Después, el recién llegado se enderezó un poco para llevar una mano hacia el golpe en la cabeza de Brightblade.
Neko lo escaneó, GoldenLion, Knight y sin Guild.

—¿Estáis bien? —preguntó el knight obviamente preocupado.

La chica negó con la cabeza y el muchacho sonrió, aunque se llevó la mano a la herida, con una mueca de dolor. Sus ojos parecían pedirle perdón a GoldenLion.
Neko miró la situación y se dejó caer, sentándose sobre sus pies antes de suspirar y acceder a su inventario, sacando unas pocas pociones.

—Toma, lo necesitáis —habló, extendiendo la mano para entregar las pociones al Knight.

—¿Eh? —preguntó, arrugando un poco las cejas— Y esto… ¿Por qué?

Neko le arrugó las cejas de vuelta y sacudió las pociones frente a él.

—Uno, porque lo necesitáis, dos, porque les he robado el monstruo y tres, porque sí.

—Pero…

—¡Que se las des o se las estampo! —insistió de nuevo la mechanic.

—Vale, vale… —respondió GoldenLion, levantando las manos para mostrar las palmas antes de tomar las pociones.

Neko se cruzó de brazos y resopló por la nariz. Y entonces el caos se desató.
Desde detrás de los árboles alguien llegó gritando. Kíli, que estaba bebiéndose una de las pociones se atragantó y Fíli se tiró encima de él para cubrirle, Airin rodó los ojos y continuó bebiendo su poción a traguitos y Neko se levantó de golpe, dándose la vuelta y alzó los puños, dispuesta a invocar a Atom si era necesario.

—¿¡Dónde coño os habíais metido, panda de…!? —resonó una voz ronca cuando por fin se entendieron sus palabras.

El nuevo personaje en escena vestía de verde militar, llevaba un parche negro en un ojo y apoyaba una ametralladora en la cadera, llevándose la otra mano al trasero, probablemente buscando otro arma.
Neko bajó los puños y parpadeó incredulamente mientras GoldenLion y SilverArrow se volvían a sentar, pareciendo algo avergonzados.

—¿Pip? —aventuró Neko, fijándose en el pelo cobrizo del gunsliger— ¿Bernadotte?

El gunsliger se calló de inmediato y soltó la pistola que aún no había sacado de su funda. El brazo con el que agarraba la ametralladora se relajó y el hombre se levantó la gorra, moviendo el palillo que llevaba en la boca de lado a lado.

—No me jodas… —gruñó.

—No, gracias, sería como… incesto o algo así.

Pip graznó una risa y negó con la cabeza, poniendo una mano en la cadera antes de trotar hacia la mechanic.

—Espera, espera, espera… —dijo Kíli mientras miraba de Neko a Pip y los señalaba intermitentemente— ¿Os conocéis?

Kíli se acabó la poción que había rodado medio metro por el suelo y vio como su herida se cerraba y dejaba de sangrar. El bulto en la cabeza de Airin también había bajado notablemente.

—¿Qué si lo conozco? —preguntó Neko antes de que Pip le apretara contra su pecho.

—¡Anir! —chilló el gunsliger— ¿Qué mierdas haces aquí dentro?

Neko agitó los brazos violentamente, hasta que Pip la separó de su cuerpo y ella tomó una gran bocanada de aire.

—¡No, no! —se quejó, dándole un golpe contra los pectorales— ¿No sé supone que tú ya no jugabas?

Pip se rascó la nuca e inspiró el aire entre los dientes, haciéndolo sonar.

—Si bueno… —empezó, cambiando el peso de pie— Pues he vuelto.

Neko le dio otro golpe en el pecho.

—¡Ya me podrías haber dicho algo! —le riñó— Nada, nada… agrégame a tu lista de amigos y luego ya te sigo gritando.

Pip volvió a negar con la cabeza y activó su omnitool, aceptando la petición de amistad que Anir ya le había enviado.

—Así que CaptainB… ¿De Bernadotte?

—Efectiviwonder.

Anir se atragantó con su risa y se rascó la nariz.

—No sé ni como te entiendo… —se giró hacia los otros tres y se dobló un poco por la cintura con los puños en la cadera— ¿Cómo estáis, vais con éste, necesitáis algo más?

La chica, Brightblade, ya se había levantado y estaba ajustándose los brazaletes de cuero.

—¡Oh, déjame ver eso! —dijo Neko entusiasmada, correteando a saltitos hacia la soldier— Esos brazaletes se pueden encantar ¿Los tienes encantados?

Brightblade miró sus brazaletes y levantó las cejas.

—¿Creo que no? —habló con un notable tono de pregunta y una cara de ligera desconfianza que Neko no pareció notar.

Pip contestó por los demás, afirmando que estaba en party con los otros tres y contando como les había estado ayudando. Prácticamente acababan de terminar una quest para conseguir algo de equipamiento y un mucho de experiencia. Mientras tanto, Neko había estado dándole vueltas a los brazaletes de Airin, refinándolos un par de veces y encantándolos con un pequeño bonus de fuerza y defensa.

—¿Y que habéis conseguido?

—La Emerald Sword… no está mal para un soldier —contestó Pip, eliminando un gnomo que se acercaba canturreando con un tiro certero en la cabeza.

—¿Y qué propiedad especial tiene? —curioseó Neko, devolviéndole los brazaletes a Airin— Gracias.

Airin negó con la cabeza.

—¿No te tendría que dar las gracias yo a tí? —preguntó examinando sus brazaletes mejorados. Tenían más trenzados en el cuero.

—Nah —negó Anir, quitándole importancia con un movimiento de la mano—, gracias por dejarme trastear.

Brightblade cruzó miradas con GoldenLion y se encogieron de hombros los dos a la vez.

—¿Por qué nos ayudas? —aprovechó para preguntar el Knight.

Pip palmeó el hombro de Neko, haciendo que diera un paso adelante.

—Anir aquí es muy generosa —declaró con una sonrisa demasiado grande como para tener buenas intenciones.

La chica se cruzó de brazos y miró de reojo hacia Pip, con los labios apretados. Le sacó la lengua, pero no le llevó la contraria. Luego se encogió de hombros y contestó.

—Si Pip os ha acogido bajo su ala no podéis ser tan malas personas. Y en la situación en la que estamos, lo mejor es ayudar… si es que te puedes fiar de alguien.

Hubo varios asentamientos y Neko revoloteó alrededor de Brightblade, moviendo sus manitas mientras le pedía ver la espada.

—Venga, que ella te puede mirar la propiedad especial de gratis —insistió Pip mientras seguía manteniendo seguro el perímetro.

Y eso fue lo que acabó de convencer a Airin.
Neko se cambió de guantes y sacó una lupa de aumento que podía encajar entre su ceja y su mejilla. Movió las ruedas para ajustar el modo de la lupa y cerró el otro ojo, examinando la espada que la soldier había depositado en sus manos.

La hoja estaba en perfecto estado, se notaba que la espada era nueva y estaba bien templada. El acero gris claro era homogéneo y estaba bien afilado. Los detalles de la empuñadura eran sencillos, decorada con esmeraldas y la guarda era grande comparada con el tamaño del sable.
No era la primera Emerald Sword que Anir tenía en sus manos, aunque esta, como todas las otras, era ligeramente diferente a las demás.
Sacó la lengua y esperó a que la lente le diera la información necesaria.

—Oh, vaya.

—¿Qué? —preguntó intrigada Brightblade, inclinándose un poco hacia Anir y su espada.

Anir estiró los brazos, devolviéndole el arma a su legítima dueña.

—Pues sí que has tenido suerte… —silbó Anir.

—¿Por?

Neko se quitó la lupa y la guardó en su cinturón de herramientas.

—Bueno… por primera, esta espada no se puede dropear ni desarmar. Y por segunda es simbiótica.

—¿¡Cómo!? —se oyó el grito incrédulo de Pip.

—¿Simbi qué? —añadió el arquero, mirando la espada con curiosidad.

—Simbiótica —repitió Neko, explicando a continuación la propiedad—. Crece contigo. Se refina según subes niveles, evolucionará cuando cambies de job y sus stats se ajustarán a los tuyos.

Airin bajó la mirada para observar su espada y sus labios se partieron poco a poco. Su respiración se quedó trabada en su garganta cuando intentó hablar. Y todos los demás estaban en silencio.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on September 07, 2014, 07:52:41 PM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/dante.png)
#24.

-¿Qué le ha pasado?
Shura llegó al encuentro de Nero y Dante, el segundo estaba en el suelo, herido, y sobre su cabeza había comenzado la letal cuenta atrás.
-Nightmare le ha maldecido, morirá si no acabamos con el monstruo a tiempo, aunque… -su mirada se iluminó esperanzada, cayendo en la cuenta de que aún podían hacer algo - ¿puedes intentar sanarlo? Quizás no sirva para nada en su estado, pero hay que intentarlo.
-Nero… -Shura miró a los ojos de su compañero -no tienes la obligación de preocuparte por él.
-Eso es Nero, hazle caso, no tienes la obligación,
Shura miró al Gunslinger con desaprobación, ofendida porque hubiera utilizado sus mismas palabras, Nero por otra parte sacudió la cabeza confuso, convencido de que Shura no había entendido a lo que se refería.
-Shura… Dante podría morir…
Pero ella sí que lo había entendido, perfectamente, aunque se sentía retorcida por aquel pensamiento y con un cierto malestar por haberlo mencionado. Sacudió la cabeza en una negativa frustrada, pero igualmente, le concedido el capricho a su amigo y, además de restaurar la salud de Dante, intentó quitar el estado de maldición, pero fue inútil.   
-Gracias.
La chica ignoró deliberadamente al Gunsllinger, el cual sonrió rodando los ojos, observando que su contador había llegado a ocho.
-Tenemos que derrotar a Nightmare, Dante, no te muevas, podrías acelerar los efectos de la maldición.

El resto de la Party estaba enzarzada en la batalla, el equilibrio entre la victoria y la derrota era algo muy precario, ya que aunque superasen en número a Nightmare, este absorbía la magia y la lanzaba contra sus atacantes, JoJo no tenía demasiadas opciones por su nivel, y los ataques de Sol eran débiles contra su enemigo. Nero se quedó paralizado, mordiéndose el interior de la mejilla sin saber muy bien cómo intervenir o como no resultar una molestia en la batalla. La espada de Nightmare quedó envuelta en las llamas, golpeando a Sol y arrojándola al suelo al tiempo que un cuarto de su barra de vida quedaba afectada.
-¡Nero! -Shura comenzó a lanzar sus hechizos de curación, el cansancio empezaba a hacer acto de presencia, advirtiéndole que comenzaba a quedarse sin puntos de magia, si comenzaban a utilizar las pociones sólo sería cuestión de tiempo que alguno de ellos perdiera una vida.
-¡Ataca! -Sol instó a su compañero que pareció reaccionar a sus palabras, lanzándose contra su enemigo, dando tiempo a Sol de rodar hacia atrás y ponerse en pie cuando Nightmare bloqueo la estocada, la espada de Nero parecía a punto de partirse por la fuerza de la espada y que su enemigo ejercia sobre ella, y el Soldier no parecía poder aguantar mucho más. A Nero le temblaban las rodillas, apretando los dientes mientras el filo de la espada estaba más cerca de clavarsele en el pecho que de hacer ceder a Nightmare, pero no se atrevía a hacer otra cosa que no fuese aguantar, no tenía otro plan, no tenía la habilidad ni el nivel de derrotarlo. Gritó frustrado cuando sintió que sus dedos se le resbalaban de la empuñadura del arma…
Hasta que otra mano se cerró alrededor de la empuñadura, aunque era más pequeña hacía toda la fuerza que podía porque el arma no se cayera de las manos de Nero.
-¡Vamos! -A Shura no le quedaba nivel para seguir curando, no sabía qué otra cosa podía hacer más que permanecer hombro con hombro con su compañero.
-¡Dale el último golpe Nero! -Sol arrojó la espada, agarrando con ambas manos el escudo y lanzándose contra Nightmare, bloqueando la garra de su enemigo y limitando su movimiento, forcejeando con aquella garra a punto de liberarse y pasar por encima del escudo para atraparle...
-¡Hazlo! -JoJo se unió a Sol empujando ambos contra el escudo, con la fuerza suficiente de detener los intentos de Nightmare por escapar y atacarlos.
Nero apretó los dientes, buscando retorcer el arma para liberarla del filo de la espada de Nightmare, mentalmente calculando cuánto tiempo le quedaría a Dante convencido de que la cuenta había llegado a la mitad.
Hizo toda la fuerza posible, pero Nightmare le tenía reservada una sorpresa, volvió a incendiar su espada que quedó consumida entre las llamas mientras la criatura gritaba. Shura también gritaba afectada por las llamas, y estaba convencido de que él también, pero antes de que todo el plan se estropease, el líquido elemento cayó sobre ellos apaciguando las llamas y el dolor. Caesar no iba a quedarse al margen de la batalla utilizando sus poderes de Elementalist de agua, y Doppio tampoco, si Nightmare absorbía la magia al menos podía darle al Soldier velocidad.
Nero podía sentirlo, todos estaban de su parte. No tenía un plan, ni habilidad, pero tenía a sus amigos de su parte.

Nightmare viéndose acorralado, intentó sacudirse logrando mandar un cabezazo contra el Soldier. Nero recibió una herida en la cabeza que comenzó a sangrar manchandole la cara y Shura acabó en el suelo por la sacudida, pero Nero no cedió ni un centímetro, comenzando a quemar sus puntos de magia para transformarlos en resistencia y en fuerza, envuelto en un aura azul eléctrico, gritando lleno de coraje, retorciendo el arma hasta que la punta de ésta se liberó y empaló con fuerza la cabeza de Nightmare justo por la visera del yelmo.

Ni siquiera hubo un último grito agónico por parte de su enemigo, como si el cuerpo que poseyera la armadura hubiera comenzado a arder, se convirtió en cenizas y humo que se colaron por la armadura escapando al aire, cayendo al suelo pieza por pieza mientras la armadura envejecía rápidamente, oxidandose, barrida por una corriente de aire y dejando atrás las recompensas para los jugadores por haber derrotado al Boss de zona. Dante suspiró aliviado cuando la cuenta dejo de correr, desapareciendo cuando ya había llegado al dos.

-He… ¿hemos ganado? -Nero miraba la punta de su espada en la que ya no quedaba nada clavado de su enemigo.
En respuesta a la incrédula pregunta de Nero, Joseph le golpeó en la espalda tan fuerte que estuvo a punto de tirarlo al suelo.
-¡Así se hace! ¡Le has dado una lección!
-Buen trabajo, pero no te olvides de que aquí dentro aun no se termina el peligro. -Sol le extendió una poción del inventario, Nero la destapo sonriendo y bebiendo… recuperando una buena parte de su vida y curando la herida que Nightmare le había hecho en la frente con su último golpe.
-¡No! ¡Espera! -Shura se puso en pie ayudada por Caesar, mirando escandalizada la poción que había tomado Nero. -¡Así seguro que al curarle le deja cicatriz! Espera a que me recupere y yo me encargo.
Nero se levantó el flequillo acercándose a Sol, casi emocionado por aquel comentario.
-¿Me ha quedado cicatriz?
-Es difícil de saber con toda esa sangre… pero a juzgar por la herida te habrá dejado una buena cicatriz.
-Genial…-Se le escapó una sonrisa.
-¡No!

Joseph pasó la vista por todo lo que había dejado caer Nigtmare… había pociones o lo que parecían vigores, una carta y algo similar un arma, pero entre aquel material había algo que sólo podía llamarle la atención a él: era una prenda morada con rayas azules, una bufanda. Dio un paso acercándose, estirando la mano para alcanzarla, y viendo como se la arrebataban en sus narices.
Dante agarro la bufanda guardándola en su inventario, consciente de que todos le prestaban atención una vez que parecía recuperado y activo, y que estaban alerta por lo que pudiera decir.
-Esta bufanda no vale, ni lo que cuesta agacharse para recogerla… es justo que me quede con el peor objeto cuando he sido una carga y un problema para vosotros.
-Para nosotros no has sido ni eres nada Redgrave, a quién tendrías que darle las gracias por haber podido salir de una pieza es a Nero, y también tendrías que darle a él tus disculpas, nosotros no las queremos. -Sol no iba a ofrecerle ningún tipo de condescendencia, quedando sellado que entre ellos dos nunca existiría siquiera una camaradería, y es que Sol no llegaría nunca a comprender ni a perdonar, que alguien así hubiera podido influenciar tanto en la vida de Nero.
Dante guardó silencio mirando a Nero, esperando que este levantara la vista para sostenerle la mirada.
-Nero, lo siento mucho, y gracias. -Sin más, el Gunslinger se dio media vuelta poniendo rumbo hacia la salida.
-¿Y eso se supone que es una disculpa? Payaso -Sol se quedó con la última palabra, cruzándose de brazos.
-Sol, chicos, -Nero se adelantó un paso mirando a sus compañeros, parecía nervioso y confundido -esperadme, ahora vengo…

Sus amigos le hicieron caso, acercándose al material mientras Nero daba alcancé a Dante.
-Espera ¡Dante!
-¿Qué pasa? -Se cruzó de brazos, deteniéndose y girando para escuchar lo que tuviera que decirle Nero.
-¿Se puede saber…? -Nero no sabía como expresar lo que sentía, convencido por un instante de que eran imaginaciones suyas -¿qué ha pasado antes?
Dante guardo silencio, Nero chasqueo la lengua frustrado.
-No tenias por que hacer lo que has hecho, has estado a punto de morir… ¿por qué… lo has hecho?
Agachó la mirada, avergonzado porque la duda impregnase su voz al hacerle esa pregunta, pero estaba convencido de que Dante se había sacrificado a posta, no era tan torpe para aquello.
El Gunslinger le puso una mano en el hombro, haciendo que Nero levantase la cabeza, Dante lo miraba a los ojos escudriñando su mirada azul intensa, pese a aquel cambio de aspecto, Nero seguía teniendo la costumbre de levantar la ceja y arrugar el labio cuando estaba especialmente confundido. Dante le puso la otra mano en el hombro, comenzando a reír y golpeándole en los hombros mientras cada vez, Nero estaba más paralizado y confuso.
-¡Vamos Kid! Esta vez el mérito de la batalla es todo tuyo… quiero decir, -se corrigió sabiendo que aquello no era lo que quería decir -estas cambiando, Nero… si te hubieras visto en el combate: todos estaban de tu lado, confiaban en ti, si te soy sincero me ha dado un poco de envidia, eras… tan guay.
-¿Qué? -Sacudió la cabeza confundido y un poco abrumado por esas palabras.
-Oye,-le apretó los hombros acercando su rostro al suyo -el Nero que yo conocía era un pringado, pero has cambiado, no eres el mismo… eres mucho mejor, y es algo que llevarás contigo cuando salgamos de aquí. No lo olvides. Buena suerte Nero.

Le golpeó en el hombro a modo de despedida, dándose la vuelta y retomando su camino.
-¡Dante! Oye… -no quería que él fuera el único en despedirse -¿nos volveremos a ver?
Su compañero levantó la mano sacudiéndola, bajando de piso rumbo a la salida.
Nero se rascó la punta de la nariz avergonzado, sonriendo por aquellas palabras que le había dado su compañero, comenzando a ganar una confianza y una fuerza que nada tenían que ver con haber subido de nivel.

---

Volviendo con sus compañeros, estos habían recogido ya todo el material, mirando a su compañero con cierto interés teatral. Nero se detuvo un instante extrañado, continuando hasta acercarse a ellos.
-¿Había algo interesante?
-Pues ninguna novia que hayamos podido encontrarte, Nero.
Ante las palabras de JoJo, la mayor afectada fue Shura, escandalizándose, mientras el mencionado sonreía avergonzado.
-Pero, ¡no digáis esas cosas delante de vuestro amigo!
-Peor sería decírselas por detrás.
-¿Tu también Sol?
-No me importa Shura…
-Sí que importa Nero, -puso los brazos en jarras, arrugando el labio en desacuerdo -tendrías que decirles claramente que paren.
-Cuando te conviertas en Paladin, iremos a celebrarlo a Old Town, es de los mejores sitios de Sin City.
-¿¡Qué quiere decir eso Sol!?
-Shura… esta bien así… no lo dicen en serio, -se rascó la nariz avergonzado -lo dicen porque son mis amigos.
La chica lanzó una exclamación ahogada.
-Primero las cicatrices y ahora esto, ¡no entiendo a los hombres!
-De todos modos, Nero, hay algo que sí que es para ti. -Sol le pasó al inventario, el arma que Nightmare había dejado caer se materializó en las manos de Nero… una espada apodada la Red Queen, de un solo y largo filo, sobre la mitad de la hoja hacia la empuñadura el metal se volvía rojo con una zarza espinosa que se enroscaba, el mango era de cuero rojo con una empuñadura que sobresalía, Nero giró la empuñadura y acompañado del sonido de una motocicleta, las llamas cayeron por el filo provocando que el Soldier soltará una exclamación excitada.
-¡Es genial!
-Es un arma muy poderosa, hemos hecho bien en quedarnos a pelear.
-Sí, muy bien Caesar. -Joseph se enroscó al cuello una bufanda morada con rayas azules que todos reconocieron al instante. -¿Qué?
-¿No era esa la bufanda que se ha quedado el Gunslinger? -Shura lo señaló cubriéndose la boca para no reírse.
-Lo era.
-¿Se la has robado? -Doppio dejó a un lado la sorpresa para sonreír con el resto del grupo.
-Los detalles no tienen importancia, además, ni siquiera le gustaba.

Ahora que Nero había subido de nivel, ya no tenían motivo para quedarse en aquella Dungeon. Descendieron el resto de niveles entre comentarios y risas, provocando que los jugadores de menor nivel, se apartaran de ellos, extrañados por su buen humor en épocas tan turbias.

Pero, aquel buen humor, pronto iba a ser borrado y olvidado. A ellos y a todos los participantes de aquella locura, pronto se encontrarían con la peor cara que el GM les tenía reservada…
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on September 09, 2014, 11:44:06 AM
Y ahora sí que sí, first aport!



Capítulo 1: Demasiado buen día para morir



(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


La atmósfera catastrófica que se extendió por todas las áreas del juego después del anuncio del Game Master llegó incluso a aquel lugar poco concurrido. Hasta los monstruos parecían más desanimados en su vagabundeo irracional en busca de presas y jugadores a los que acechar. Tras el comentario de Shruikan, el silencio volvió a caer como una pesada e intangible losa, quizá porque no había otras palabras que expresasen con suficiente claridad la gravedad del asunto.

—Mira tú que bien... —esta vez fue Fenris quien habló, ajustándose el mandoble a la espalda y con un tono jovial que estaba más cargado de acidez que de alegría. Cruzó los brazos sobre el pecho y frunció el ceño, aunque en su caso, esa era su expresión habitual.

Seras se había acercado a Sheba, con quien tenía más confianza de todos ellos dada su amistad en la vida real, y la miraba sin entender. Sin palabras le preguntaba si aquello iba en serio o se trataba de un evento, un artimaña como cualquier otra para entretener a los usuarios. La expresión de su amiga cuando le rodeó los hombros con un brazo, tratando de protegerla inconscientemente de un peligro invisible, le decía que no, que aquello iba en serio.

—¿A qué se cree que está jugando este tipo...? —dijo Sheba, y su voz denotaba preocupación y enfado a partes iguales.

Shruikan seguía mirando el cielo en el lugar donde había aparecido el monitor virtual, con los brazos cruzados sobre el pecho y los ojos medio entornados.

—Bueno chicos, ¿y ahora qué hacemos? —les preguntó, girándose hacia ellos.

Seras trasteaba con su omnitool bajo la mirada atenta de Sheba. Tras unos minutos de infructuosos intentos alzó la cabeza, desconcertada.

—Es... Es cierto, no se puede abandonar el juego.

La otra apretó los labios en una fina línea y desvió la mirada, claramente afectada por la revelación. Trató de cerrar la sesión por su cuenta a través de la omnitool, sin más éxito que su compañera. Fenris resopló, con la mandíbula apretada y al cabo de poco dijo:

—No quiero ni imaginarme que debe estar pasando ahora mismo en las ciudades...

Porque en un páramo como en el que estaban, únicamente poblado por monstruos y alimañas, era fácil olvidar que ellos no eran los únicos atrapados, si no que había miles de personas más encerradas con ellos. Personas que no debían estar muy contentas ahora mismo, por decirlo de forma suave.

—No creo que sea buena idea regresar ahora a Columbia, ¿verdad? —preguntó Sheba, con aire más bien ausente, como si estuviera pensando en algo.

—No precisamente.

—Oh.

De nuevo el silencio. Por alguna razón, de repente el cielo se había vuelto muy interesante. Parecían árboles allí plantados sin hacer nada, con la cabeza echada hacia atrás. A Shruikan empezaban a dolerle las retinas con el brillo del cielo, que estaba de un azul insultante, sin verse afectado en absoluto por la situación de los jugadores.

—Tampoco podemos quedarnos aquí eternamente, tarde o temprano tendremos que ir a la ciudad ni que sea a comprar pociones. —dijo, y echó un rápido vistazo a su inventario de equipo—. Que por cierto, no nos quedan muchas.

—¿Qué sugieres que hagamos, entonces? —preguntó Fenris. El tono que había usado era casi desafiante, sin embargo la Samurai le conocía desde hacía demasiado tiempo como para tomarlo como tal. A medida que uno le cogía confianza aprendía a ponerle un filtro a sus palabras malhumoradas hasta el punto que cosas de ésas ya ni se notaban.

—Si nos quedamos aquí, no tardaran en volvernos a atacar los tigres —señaló ella, y en la distancia se podía ver a las bestias con su distintivo pelaje claro rallado, acechando—. Pero si regresamos a la ciudad... ¿crees que podrían atacarnos otros jugadores? A mi opinión eso, es peor que efrentarnos a los monstruos.

Seras pareció alarmada por la idea y se encogió. Sheba aprovechó que su brazo aún rodeaba los hombros de su amiga para presionarla con más fuerza a su mago.

—En cualquier situación somos débiles: sólo somos un Knight, una Samurai, una Black Mage y una Novice. No tenemos White Mage ni ningún otro job de apoyo. —Golpeó el suelo suavemente con su vara mientras pensaba. Si el juego iba a convertirse en una especie de “Battle Royale”, un grupo como el suyo podía considerarse una víctima fácil—. Yo regresaría. Al menos a una ciudad dónde no haya mucha gente. Es como dice Shrui: si nos quedamos aquí, tarde o temprano nos quedaremos sin recursos. Creo que ir a aprovisionarnos ahora mismo es la mejor opción, luego ya veremos.

Nadie dijo nada, pero tampoco protestaron. Supongo que ahora mismo ése era el mejor plan que tenían.

—¿Y a qué ciudad pretendes que vayamos?

Ella se encogió de hombros.

—No sé. ¿Lavender Town?

Era de conocimiento público que había muy poca gente a la que le gustase Lavender Town. Si querían evitar conflictos con jugadores, era un sito ideal.

—Eso está muy lejos y no tenemos warps. Moriríamos antes de llegar —dijo Shruikan—. Deberíamos intentar volver a Amatsu. És la ciudad que queda más cerca y tampoco hay tanta gente. O al menos, la mayoría son NPC.

Al contrario que ciudades como Columbia, Prontera o incluso Sanctuary que solían atraer a un gran número de usuarios no sólo por los servicios si no también por ofrecer muchas jobs en un mismo sitio, Amatsu era una ciudad poco recorrida al lado del mar. Rodeada de una gran planicie con monstruos de nivel medio lo suficientemente débiles cerca de la ciudad como para que una party como la suya pudiese con ellos, el único job que ofrecía era el de Samurai, así que muchas veces ahí sólo se encontraba a gente que iba exclusivamente para obtener ese rango o porque les gustaba la estética oriental de la ciudad.

—Es eso o nada, supongo. Acre, Two Rivers, Eruyt Village... están todas ya demasiado lejos para ir sin las pociones necesarias —Fenris parecía convencido.

—Entonces, ¿Amatsu de nuevo? —quiso cerciorarse Shruikan. El Knight parecía entre decidido y resignado. Seras miró a Sheba; era obvio que a dónde fuese esta última, ella iría también. La maga tardó un poco más en mostrarse de acuerdo.

—Está bien. Al menos, a comprar suficientes pociones para poder aguantar ahí fuera. Luego veremos que hacemos.

Shruikan asintió. Poco a poco y sin muchos ánimos, dieron media vuelta y emprendieron el camino que habían recorrido horas antes para llegar ahí, peleando contra los monstruos que les iban apareciendo por delante.

—No os preocupéis —dijo la Samurai en un momento fijo después de derrotar a un enemigo—. Todo saldrá bien, de una forma u otra.

—¿Qué te hace estar tan convencida? —Inquirió Fenris, recogiendo uno de esos colmillos largos como la palma de una mano.

—Tengo un presentimiento —fue toda la explicación que dio, con un aire intencionadamente misterioso—. Si jugamos bien nuestras cartas, podemos sobrevivir hasta que logremos salir de aquí. Hasta entonces, habrá que ir con cuidado.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 14, 2014, 03:42:11 PM
Yo tenía fotos de los bots que salen en este aporte, pero no las encuentro xDU Bueno, sigo sin avatares porque soy tonta y se me olvidó hacerlos ._. a ver si en un rato los hago y los subo :3

*¡Avatares subidos y foto encontrada! ESTE (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/bot_dragonfly.jpg) es uno de los bots que Neko usa en este aporte, los demás son iguales pero de colorines xD
No encuentro esta foto en cuestión, pero sé que el autor es ESTE (http://amechanicalmind.deviantart.com/).





24. Uy, ¿y esto?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/pip2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/airin2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/fili2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/kili2.png)

—¡Bien! —exclamó Neko, dando una palmada que sacó a todos de su ensimismamiento— Una cosa menos. ¿Algo más que necesitéis?

—Hmn… —Pip le dio la vuelta al carro de Neko, frotándose la barbilla con una mano— ¿Qué tienes para ofrecer?

Anir ladró una risa antes de negar con la cabeza y acercarse al trote hacia el gunsliger, dándole un par de palmadas en el brazo antes de abrir el inventario para hablar de negocios.

—Merchants… —dijo Airin, rodando los ojos antes de acariciar la hoja de su espada con la mano— Así que simbiótica.

Fue entonces cuando Anir y Pip empezaron a gritar preguntas sobre niveles y equipamiento de los otros tres, discutiendo entre ellos sobre que armas y armaduras de las que tenía disponibles la mechanic eran las más adecuadas para ellos.

—Pero ese arco no lo va a poder usar hasta dentro de tres niveles —murmuraba Neko, ladeando la cabeza mientras enseñaba otro—. Este lo puede usar ya y le servirá hasta dentro de unos diez niveles, llévatelo.

Pip chistó, rascándose el cogote y señalando un set de armadura ligera. Aún tardaron un rato en completar sus negocios.

Neko había dejado salir de paseo a sus bots de ataque, delimitando una zona para que la protegieran. Esta vez había elegido unas libélulas mecánicas con elemento viento que se movían meciéndose en el aire, haciendo que sus alas refractasen la poca luz que se colaba entre los árboles en una miríada de colores.

—Y creo que eso sería todo —afirmó Pip, con los brazos cruzados sobre su pecho.

Neko asintió de vuelta, devolviéndole la metralleta a Pip después de recalibrarla y limpiarla. Ya había hecho lo mismo con un par de pistolas.
Ahora sólo faltaba repartir los equipos que habían seleccionado. Cuando se acercó a GoldenLion para entregarle su nuevo set de armadura le llamó la atención el mango de una espada que asomaba por encima de su hombro.

—Déjame ver eso —ordenó con curiosidad brillando en sus ojos, estirando las manos para tomar la espada.

—¡Espera! —gritó GoldenLion, aunque no tuvo más opción que agacharse para dejar que la mechanic desenvainara la espada.

Por suerte no le cortó la oreja. Ni ningún pelo.
Neko balanceó la espada, agarrándola con sus dos manitas. Su sonrisa era tan grande que las comisuras de sus ojos se arrugaron un poquito.

—¡Ajá! —chilló de alegría.

—Ehm… —intentó llamarle la atención Fíli después de haber carraspeado— ¿Me devuelves mi espada?

—No —respondió Anir sin pensarlo—. Ah, espera, sí.

Dejó la espada en el suelo, despacio y levantó un índice, intentando hacerle saber a Fíli que esperara un momento. Después de trastear en su propio inventario, sacó otra espada igual.

—¿Quieres duales? —preguntó, balanceándose sobre sus pies, con los puños en la cadera.

GoldenLion la miró de hito en hito, señalando a las espadas y luego a ella.

—Oh, verás —empezó a explicar Anir, jugueteando con sus propios dedos y mirando hacia la cúpula de hojas encima de sus cabezas—. Las duales se pueden hacer con diferentes tipos de espada, pero si usas la misma espada el equilibrio es mejor. O siempre puedes poner la espada más pesada en tu mano más fuerte…

—¿Puedo llevar duales? —indagó Fíli curioso, señalándose a sí mismo.

Neko parpadeó y dirigió su mirada hacia su interlocutor. Su expresión lo decía todo.

—Pues claro —afirmó como si fuera obvio.

—No tenía ni idea.

Neko le ofreció una sonrisa pilla que le hizo pensar en duendes y chiquilladas. No esperó respuesta, correteó de puntillas alrededor de las espadas antes de tirarse al suelo de rodillas y se inclinó sobre ellas para hacer su magia.
No tardó mucho en terminar y para cuando acabó Kíli, el arquero, la miraba con curiosidad.

—¿Vas a venir con nosotros? —preguntó el chico.

Los labios de Neko se partieron, pero el aire se quedó suspendido en su garganta. Miró hacia Pip y luego hacia Kíli.

—Estoy en una Guild —empezó a explicar—. ¿Por qué no venís vosotros conmigo? ¿Qué dices, Pip?

El gunslinger volvió a chistar, no muy convencido de la propuesta que le acababan de hacer.

—¿Son de fiar? —preguntó.

Neko se encogió de hombros.

—No los conozco de mucho, pero de momento diría que sí.

Miró las reacciones del grupo. Obviamente la chica no estaba muy por la labor y los otros dos chicos parecían discutir con sus cejas. Era divertido ver como los bigotes de GoldenLion se movían con sus gestos.
Anir se encogió de hombros otra vez.

—Son los Crimson Raiders, igual has oído hablar de ellos —continuó, dirigiéndose hacia Pip—. Tienen la base en Sanctuary y están abiertos a más gente. Si algún día necesitáis algo…

Pip asintió con la cabeza, con un gesto serio que era raro ver en él y Neko le dedicó una sonrisa pequeña, llena de cariño.
Luego miró a los compañeros de Pip y cambió su sonrisa por una que prometía travesura y alboroto inmediato.

—¿Qué os parece probar vuestros nuevos equipamientos ahora?

Con un movimiento de la mano, las libélulas que habían estado guardando el perímetro volaron hacia el carro y pocos segundos después, el primer gnomo descuidado se acercó al grupo entre risitas y saltitos.

Kíli tensó el arco tan rápido que las dos primeras flechas alcanzaron al monstruo antes de que Fíli se acercara a él y lo hiriera con una equis hecha con sus nuevas duales. Airin se había acercado por detrás y su espada no sólo hirió al gnomo, si no que lo ensartó como un pincho moruno listo para llevar al horno.
La chica levantó la espada, sorprendida y ligeramente horrorizada por lo que acababa de pasar. El gnomo aún pataleaba, aunque estaba sangrando profusamente y gritaba, a punto de crear un terremoto, pero otra flecha certera se clavó en la frente del monstruo, que desapareció después de producir un chillido estrangulado.

Neko le dio una palmada a Pip que le hizo tambalear y dijo con satisfacción:

—Mucho mejor.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/shun2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/kora2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/asami2.png)

Hacía tiempo que Neko no se sentía tan bien consigo misma dentro del juego y el resto de su cacería había transcurrido sin problemas.
Horas después de su encuentro con Pip y sus amigos, Neko caminaba por las calles de Sanctuary con el aura de confianza que había perdido el día que el GM había anunciado su pequeño experimento social. Hasta sonreía sin motivo aparente y casi no notaba el frío.

Abrió las puertas del edificio de la Guild y caminó con paso firme hacia las habitaciones, aunque paró sus pasos cuando una voz familiar llegó hasta sus oídos.
Andrómeda estaba unos metros más allá, de espaldas a Neko, moviendo los brazos mientras hablaba animadamente con Moonshine. Ikki y Asami cerca de ellos, vigilándolos.

Neko se quedó quieta, observando al grupo y sus interacciones. Sus manos se cerraban y abrían en puños mientras apretaba los dientes a intervalos.

Tenía muchos motivos para evitar a Ikki y recordarlos le ponía de mal humor, pero en una situación como la que se encontraban no podía pensar en un mejor aliado.
Dejó salir el aire de golpe por la nariz y frunció el ceño, pensando en seguir su camino donde lo había interrumpido. Ikki decidió girarse justo en aquel momento.

Sus ojos se encontraron en medio del recibidor de la Guild, mientras Kora y Shun continuaban parloteando y riéndose. Al parecer se habían hecho amigos.
Anir levantó la barbilla e Ikki hizo lo propio con una ceja. Pasaron cinco segundos antes de que Ikki asintiera con una sonrisa pequeña como saludo.

Anir no esperaba el saludo y miró al suelo con una sonrisa pequeña y forzada antes devolverle el cabeceo a Ikki. Se giró, pero no había dado dos pasos hacia las escaleras cuando se volvió a dar la vuelta, dirigiéndose hacia el grupo o más precisamente hacia Bennu.

Asami dejó de observar a Kora y Shun al notar a Neko acercarse a ellos. Le iba a preguntar sobre el magnesio cuando vio las expresiones de los dos. Él sorprendido y ella obstinada.

Neko miró a Ikki de arriba a abajo.

—Quítate la ropa —soltó de repente.

Shun y Kora dejaron su conversación para girarse a mirar lo que estaba pasando a sus espaldas.

—¿Qué? —preguntó Ikki, con el ceño arrugado.

—Lo que has oído —dijo Neko, poniéndose un poco más recta y señalando a todo Ikki—. Quítate la armadura. Y el arma también.

Ikki se giró para encararla y abrió la boca, pero Neko fue más rápida.

—¿Te desequipas tú o te desequipo yo? —Anir ladeó la cabeza y volvió a señalarle entero con un gesto de indignación en toda su cara— Mira, no te ayudé con tu equipo para que ahora lo tengas en estas condiciones. La armadura aún está bastante bien, pero la espada se cae a pedazos. ¿Crees que voy a dejar que una espada que hice yo esté así? ¿En serio que lo crees?

Anir estiró el brazo, tendiendo la mano hacia Ikki.

—Dámelo —continuó hablando—. Y dámelo ya.

Ikki se puso un poco más recto y Shun levantó las manos, dispuesto a calmar los ánimos entre esos dos de nuevo. La risa que salió desde el pecho de su hermano sorprendió a todos en la sala.

—Tú nunca cambias —dijo Ikki antes de abrir su omnitool para acceder a su inventario.

Neko sonrió más que satisfecha, cruzándose de brazos.

—Sabes que no.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/fili2.png)

Trabajar con algo tan familiar como era la armadura y la espada de Ikki había relajado a Neko, después de pasar tanto tiempo de cacería. Estaban en tan mal estado que la mechanic no había podido hacer nada más en lo que restaba de día.

Cuando llegó a su habitación y se pudo tirar en la cama, suspiró, agradeciendo el descanso después del ajetreo. Estaba pensando en darse un baño antes de dormir cuando un pitido le avisó de un nuevo mensaje de texto.
Se mordisqueó el labio inferior, intentando adivinar de quién sería, pero ni en un millón de años lo habría adivinado.

En la pantalla naranja se leía a la perfección un nickname. GoldenLion.

—Uy —dijo sorprendida y accediendo al mensaje con curiosidad—. ¿Y esto?

Neko leyó los palabras mientras se sentaba en la cama. El otro jugador le agradecía por la ayuda y el equipo.
Anir se levantó con otro suspiro y se dirigió al pequeño baño adjunto a su habitación. Empezó a preparar el baño, desequipándose manualmente mientras pensaba qué contestar al mensaje.

Comprobó la temperatura del agua con la mano y desnuda entró en la bañera, dejándose caer poco y poco y gruñendo de placer al notar el calor rodear su cuerpo. La sensación era bastante parecida a la de la realidad y Neko agradeció lo que el agua le hacía a su stamina.

Se metió hasta la nariz y después desbloqueó el teclado flotante de la omnitool, sacando sus manitas del agua para teclear.

‘No es nada.’ escribió y dejó a sus dedos flotar encima del agua antes de continuar ‘Poned el equipo a buen uso.’

Le dio a la tecla de enviar mensaje y se espanzurrió un poco más en la bañera. No tardó mucho en poner jabón y jugar con las burbujas, y tampoco tardó mucho en llegarle otro mensaje del mismo remitente.

‘¿De qué conoces a Pip?’ fue la parte del mensaje que más le atrajo la atención y Neko respondió inmediatamente.

‘Es mi vecino en la vida real. Siempre llevaba la bici al taller de mi padre. Y luego la moto.’

Neko se metió del todo en la bañera, resurgiendo y echándose el pelo hacia atrás. No era completamente necesario lavarse el pelo en el juego, pero echaba de menos las pequeñas cosas mundanas de la vida, así que lo frotó con el jabón mientras recibía otro mensaje.

‘Ahora comprendo que seas mechanic.’

Neko dejó salir unas risitas antes de aclararse el pelo. Salió de la bañera y quitó el tapón, dejando que el agua sucia se fuera cañería abajo.

‘Si tú supieras...’ tecleó antes de agarrar una toalla y empezar a secarse.

Hablaron un poco más, empezando a conocerse. Y Anir tenía que admitir que hasta el momento, había sido el mejor día desde el cierre del servidor.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on September 16, 2014, 05:05:55 PM
Capítulo 2: Round table and a bottle of wine


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


Ya atardecía cuando llegaron a Amatsu, y el cielo azul se había ido tiñendo hasta quedar de color salmón pálido, manchado con el blanco de una que otra nube solitaria y cargado con el olor a sal marina.

Al llegar a la ciudad se podía ver el castillo y sus altas murallas de estilo tradicional japonés, elaborados con piedra, yeso y estructuras de madera y bambú, además de un profundo foso lleno de agua. Los muros tenían un acabado liso y perfecto que en la realidad habría resultado admirable, pero allí, en un mundo virtual donde todo eran códigos y patrones, lo admirable hubiera sido que hubiese presentado imperfecciones, restos del paso de un tiempo que en realidad no había existido.

El castillo estaba encarado hacia el mar y por consiguiente al puerto, dónde se podían ver varios barcos de distintos estilos dependiendo de su ciudad de origen, que atracaban o se iban guiados por la luz decreciente del sol.

La ciudad en sí seguía el mismo estilo, sólo que los edificios eran de madera oscura en vez de piedra, muros ligeros y tejados puntiagudos. La posada que encontraron era igual a todos ellos con la excepción de ser un poco más grande y tener un par de farolillos acabados de encender adornando la entrada.

—¡Buenas tardes! —les saludó amablemente la NPC de la entrada con una reverencia. Al ver que se dirigían a la zona de mesas, preguntó—: ¿Desean tomar algo?

—Sí, vino —respondió Fenris secamente.

—¿En serio? ¿Vino? —dijo Shruikan mientras se sentaban alrededor de la mesa circular, de superfície oscura y pulida aunque desgastada por el uso.

—¿Qué problema hay con el vino?

—Eso es como ir a Francia y pedir sake.

Fenris no se dejó convencer.

—El sake está sobrevalorado —fue toda su explicación.

Luego se quedaron en silencio. Parecía que nadie sabía qué decir mientras a su alrededor les envolvían los sonidos de la posada, varias voces que se mezclaban unas con otras en un rumor ininteligible. Al fondo, se podía oír a un par de jugadores discutiendo sobre el mensaje en el cielo, pero ninguno de ellos se aventuró a llamarles la atención.

Llegó la posadera con la botella de vino y el único que parecía un poco más contento entonces fue Fenris.

—Bueno, ya vale —exclamó de pronto Sheba mientras se enderezaba en su sitio—. No podemos estar así todo el rato. Necesitamos pensar en algo. ¿Cuál es el plan?

—¿No morir? —sugirió el Knight del grupo antes de dar un trago.

—Algo un poco más elaborado, Fenris. —Sheba le miró con el ceño fruncido.

—Si queremos sobrevivir necesitamos ser más fuertes —razonó Shruikan—. Subir de niveles, subir de job, completar algunas quests y mazmorras, derrotar enemigos, conseguir un buen equipo... hasta finalmente encontrar al GM y derrotarle.

—Espera, espera, espera. Me parece que te estás emocionando demasiado —la interrumpió su amiga antes de que la cosa fuera a más—. Empecemos por lo esencial: subir de nivel y de job. También es necesario que consigamos objetos; pociones y demás. Y muy a las malas, si la cosa se pone fea entre jugadores, encontrar un lugar seguro donde refugiarnos. ¿Os parece bien?

—No sé por qué empiezas preguntándonos por un plan —dijo Shruikan, cruzando los brazos sobre la mesa—, si ya lo tienes todo pensado.

El comentario le arrancó una sonrisa a Sheba, la primera desde que se habían visto metidos en esa situación.

—Entonces, primero las jobs —continuó la otra—. ¿Vosotros dos aún seguís indecisos?

—No me interesa ni el Paladín ni el Black Knight —explicó Fenris, con el mismo tono de alguien que ya ha dicho lo mismo montones de veces y encogiéndose de hombros mientras volvía a llenarse el vaso, que ya era el segundo o el tercero.

—Yo aún no lo tengo claro —se disculpó Sheba—, pero mi nivel como Black Mage es bastante decente, así que creo que estaré bien.

Shruikan les miró y meneó la cabeza con desaprobación.

—Estáis llenos de cuentos.

—No todos podemos saber qué queremos ser desde el primer día de juego —la acusó la otra medio en broma. Ella parpadeó e hizo como si no hubiera oído nada.

—¿Y tú, Seras? ¿Ya tienes claro que job quieres?

La susodicha se detuvo con la botella que acababa de birlarle a Fenris en la mano (aunque él en ningún momento hubiera especificado que era exclusivamente suya) y les miró, súbitamente consciente de que era el centro de atención.

—¿Eh, yo? Pues... —Tardó en contestar unos instantes en los que estuvo dubitativa de si devolver la botella ahora que la habían descubierto o no. Al final, terminó por verter el líquido en su vaso lentamente y la volvió a dejar donde la había encontrado tan disimuladamente como pudo—. Cuando entramos le eché un vistazo a la lista de jobs. Me hizo gracia el de Gunslinger pero, mmm, bueno... no sé si sería lo adecuado para el grupo.

Ocultó la mitad inferior de su rostro tras el vaso de arcilla que levantó con ambas manos.

—Gunslinger... para eso hay que ser Merchant primero.

—Los Gunsliners son fuertes —admitió Fenris, que se aseguró de dejar el vino bien protegido en su mano esta vez—, aunque nos convendría más un White Mage. O un Alchemist como mucho; la idea de tener un Merchant no es tan mala, llevar más objetos nunca está de más.

—Déjala que escoja lo que quiera, Fenris —dijo Shruikan. Luego devolvió la mirada hacia la chica—. Tú no te preocupes ni te sientas presionada, nos las apañaremos elijas lo que elijas.

Seras asintió tímidamente y dio otro trago.

—Merchant.... para eso hay que ir a Columbia.

Sheba reflexionaba con un dedo en la barbilla.

—Podrías aprovechar y ver si te decides por alguna job, allí hay muchas para Black Mage —le sugirió la Samurai—. Además no está excesivamente lejos.

—¿Qué te parece? —la Black Mage le pidió a su amiga, inclinándose hacia ella. Seras se encogió un poco, incómoda con que la decisión dependiera de ella, pero terminó aceptando.

—De acuerdo.

—Decidido entonces —concluyó Shruikan, echándose hacia atrás en su sitio—. Esta noche nos quedamos a dormir aquí y mañana salimos a comprar primero y luego nos ponemos en marcha.

—Suena bien —coincidió Sheba—. ¿Algo más que añadir?

—Sí —dijo Fenris, llevándose la botella a los labios para vaciar el líquido que quedaba—, más vino.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 21, 2014, 11:58:04 AM
Y seguimos con las aventuras de Hipo por teléfono xD
Aquí se termina el interludio y el siguiente aporte ya empieza propiamente el segundo arco :3 Tengo ganicas ya <3





25. ¿Por qué no?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/hiksti2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png)

Neko se estiró en la cama, mirando la pantalla de la omnitool donde el último mensaje de GoldenLion le deseaba las buenas noches. Ella también se había despedido, vestida con una camisa y dispuesta a descansar de una vez.

No era tan tarde, pero su stamina estaba muy baja, pese al baño que acababa de tomarse. Pensó en cerrar la omnitool, pero antes tecleó un nickname, hipo3, y envió un mensaje. Unos segundos después entró un mensaje de voz.
Neko rodó en la cama y lo escuchó.

'Estoy conduciendo, ¿qué tal todo?' preguntaba el otro mechanic.

Anir cambió la configuración de sus mensajes para hablar con Hipo, moviendo sus piernas mientras contestaba.

—¿Qué haces conduciendo tan tarde? ¿Estás probando algún modelo nuevo, modificaciones?

Al poco le llegaron las risas de Hipo, reproducidas por su omnitool.

He robado un coche y me estoy alejando de la ciudad antes de que me pillen.

Neko frunció el ceño.

—¿Dónde mierdas te has metido, Hipo? Me habías dicho que estabas bien.

¡Estaba bien! —renegó el otro— Sin City, me estoy alejando de Sin City.

La palma de la mano de Neko se estrelló contra su frente y bajó apretando por toda su cara mientras la chica rodaba los ojos.

—¿Quieres que vaya a por tí? —ofreció— Puedo enviar a Stark y Crane.

Neko escuchó el chirrido del motor y los gruñidos de Hiksti mientras luchaba contra la máquina, intentando manejarla.

No hace falta, me las apañaré.

Y Neko se encogió de hombros. Si Hiksti decía que estaba bien ¿quién era ella para no creerle? Después de todo, solía ser un chico sensato…

¿Seguro que no quieres que envíe a alguien? —insistió por si acaso.

Hipo volvió a rechazar la ayuda y Neko se dedicó a contarle lo que había estado haciendo esos días desde la última vez que hablaron.

¿Ikki y tú en la misma Guild? —preguntó sorprendido el chico— Tacha eso, ¿Ikki en una Guild?

—Ya, eh. A mi también me sorprende.

¿Y aún no os habéis matado?

Neko agarró la almohada deseando que Hipo estuviera cerca para tirársela a la cabeza. Se conformó con sentarse en la cama y darle puñetazos a un cojín que tenía entre las piernas mientras blasfemaba bajito.
Desde el otro lado de los mensajes, Hiksti se rió un poquito. El ruido del motor era mucho más suave ahora.

—No sé, creo que estamos en tregua o algo. Hasta se ha reído y me ha dejado su equipo para que se lo arregle. Que por cierto, se lo tengo que devolver mañana —recordó Neko de repente—. Estaba muy mal ¿¡Cómo podía tenerlo tan mal!? No es demasiado caro ir a que te arreglen el equipo y a Ikki le sobra el dinero.

Hipo tardó un poco en contestar, pero cuando lo hizo habló con un tono neutro y delicado, como pensando bien en cada palabra que decía, algo raro en él.

¿Has pensado que tal vez no quería que nadie más se acercara a su equipo? —preguntó.

Neko frunció las cejas un poco más.

—No veo el motivo. Es desconfiado, pero no tanto.

Hipo lo volvió a intentar, cambiando la frase.

Quiero decir, tú creaste su espada y su armadura. Siempre eras tú la que dejaba su equipo a punto. Igual no quería que nadie más tocase tu trabajo.

Neko abrió la boca. La volvió a cerrar. Se dejó caer sobre el colchón y estiró del cojín entre sus piernas con sus deditos.

—Entonces es un idiota.

Yo no he dicho lo contrario —contestó Hiksti después de reírse un poco—. Oye, te voy a dejar.

—¿Ya estás a salvo? —curioseó Neko, acomodándose para dormir por fin.

Sí, diría que sí. Hablamos otro día ¿vale?

—Cuídate —ordenó Neko antes de recibir las buenas noches de parte de Hipo.

Y fue entonces cuando Neko, aunque se moría de sueño, decidió ordenar sus mensajes privados antes de descansar. El aviso de varios mensajes nuevos sin leer brillaba en su omnitool.
Accedió a ellos y el corazón le dio un vuelco cuando vio quien se los había mandado.

—Owlicious… —susurró, pasando los dedos por la pantalla y apretando el mensaje para escucharlo.

'¿Anir?' preguntaba aquella voz '¿Tú también te has quedado aquí dentro?'

Neko se apoyó en la pared y dejó salir una risa hueca y sin humor. Tecleó en su omnitool para enviarle un mensaje al que había sido su mentor.

—¡Estúpido Watari! —gritó hacia la nada— ¿¡Qué hacías jugando!? ¡No era tu hora de jugar!

La contestación le llegó poco después.

¡Siempre es mi hora de jugar! —respondió la voz cantarina del otro mechanic— ¿Qué estabas haciendo? Has tardado siglos en contestar.

Neko rodó los ojos, notándolos húmedos.

—No es momento de hablar de eso. ¿Dónde estás, estás a salvo, con alguien de confianza? —quiso saber la chica.

Ah, no. Estoy solo, en Massassi Temple.

Neko se rascó la nariz, recordando las primeras veces que Watari la había llevado hasta aquel lugar en busca de materiales.

—¿Tú solo?

Sí, claro —canturreó Watari.

—¿Estás loco? —y menos de un segundo después advirtió— No respondas.

¿Entonces para qué preguntas?

—La verdad, no lo sé.

Neko se rascó la cabeza. Ahora entendía por qué Watari había bajado tantos niveles en el ranking de mechanics. Se había dedicado a conseguir materiales y no había estado creando y refinando.

—Escucha, Watari… —empezó Neko, dándose unos segundos para ordenar sus pensamientos y chocando la parte de atrás de su cabeza contra la pared— Estoy en una Guild, parecen buena gente. Milo y Yuzu están conmigo. Sé que nunca te llegaste a unir a Night Fury, pero creo que es hora de que te busques un buen equipo que te apoye y al que apoyar.

Está bien.

Neko parpadeó, mirando al techo como si fuera él quien le había respondido.

—¿Está bien, cómo que está bien? —preguntó.

Tú nunca estás contenta con nada, ¿verdad? He dicho que está bien. Me fío de tí.

Neko sonrió con añoranza y se frotó la cara antes de seguir con la conversación.

—Estamos en Sanctuary.

Oh, vas a tener que venir a por mí. Aquí a Massassi Temple, no puedo salir solo.

Y Neko volvió a rodar los ojos, riendo un poco.

—Estás loco.

Sabes que sí.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/lilith2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/locke2.png)

Aún con ojeras y vestida con una camisa que le quedaba grande, la expresión de Neko no perdía su fiereza. Estaba inclinada sobre la mesa que ocupaba Lilith en Moxxi’s, con el puño sobre la madera.
Lilith cambió su expresión de sorpresa por una sonrisa ladeada. Se acarició la barbilla con un nudillo, reclinándose en su silla.

—Claro que sí. Cuantos más mejor —respondió la líder de la Guild.

Neko parpadeó, relajando su expresión corporal y abriendo su puño para acariciar la mesa con los dedos extendidos mientras se incorporaba.

—¿Así de fácil? —preguntó.

Lilith se encogió de hombros, jugando con un colgante que llevaba al cuello.

—Sí, así de fácil. ¿Necesitas llevarte a alguien, alguna cosa? —preguntó Lilith.

Neko se frotó la barbilla, cruzando un brazo bajo su pecho y pensando mientras miraba hacia el techo de la taberna.

—Tal vez un vehículo… Me llevaré a Crane y Starkrimson, tenemos experiencia luchando juntos.

—Estupendo —asintió la líder—. Recuerda que hay más gente libre, siempre puedes preguntar en el chat de la Guild.

Neko sonrió para darle las gracias y se dio la vuelta sobre sus tobillos, dispuesta a marcharse con pasitos alegres.

—Y Anir… —llamó Lilith antes de que estuviera demasiado lejos como para oírla— Tal vez te gustaría equiparte mejor antes de volver así a la Guild, la noche es fría.

Neko miró hacia abajo, hacia sus pies descalzos y sus piernas desnudas. Las mangas le venían demasiado grandes y Locke la miraba con una mano sobre la boca para tapar su risa emergente. Lilith no estaba deteniendo su sonrisa ni un poquito.

Anir se dio la vuelta, haciendo volar su camisa, segura de que se le había visto la ropa interior a rayas y se fue con paso firme, vestida de la misma forma que había venido.
Escuchó las risas de Locke incluso cuando cerró la puerta del local.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)

—¡Este es el plan! —exclamó mientras fijaba su mirada primero en la de Milo y luego en la de Yuzuriha— Cogemos el warp a Amatsu, vamos hasta Massassi Temple y sacamos a Watari. Después volvemos a Sanctuary y se unirá a los Crimson Raiders.

—¿Por qué no vamos desde Eruyt village? Está más cerca —observó Milo, inclinándose hacia delante, sentado en la cama.

—Los monstruos de esa ruta tienen más nivel y el terreno es peor. Con un ranger o un geomancer en el equipo habría tomado ese camino, pero siendo quienes somos, la ruta sur es más segura —explicó Neko.

Milo se volvió a echar hacia atrás, cruzando los brazos sobre su pecho.

—Hmn, cierto. ¿No había una taberna pequeña justo en el borde sur de la jungla? —recordó Milo.

Anir asintió con la cabeza, sentada a su lado.

—Exacto, daremos un poco de vuelta, pero pienso parar ahí para descansar antes de meternos en la jungla. Con suerte llegaremos a Massassi Temple unas horas antes del anochecer.

—Esa jungla de noche está plagada de monstruos —dijo Milo, agarrándose los pies descalzos después de subirlos encima del colchón.

—Está plagada de monstruos a todas horas —observó Yuzu, sentada en una silla cerca de ellos.

—Por el día son menos, no debería de ser un problema para nosotros —continuó Neko—. Incluso yo sola podría llegar hasta la dungeon de noche y sin problemas.

Milo asintió e hizo un gesto con la mano antes de hablar.

—Lo malo es la dungeon en sí. Me han dicho que tiene salas que son una pesadilla.

Neko asintió algo ausente, empezando a hacer la lista mental de todo lo que necesitarían para el viaje.
Yuzuriha se reclinó en su silla, cruzando una pierna por encima de la otra. Sus pantalones cortos se arrugaron encima de sus muslos.

—Por lo que sé hay rutas bastante seguras para nuestros niveles —dejó caer Yuzu, esperando a que Neko completara la información.

De los tres, era la única que había estado en esa dungeon.
La mechanic volvió a asentir, rascándose la barbilla y murmurando algo antes de hablar en alto.

—Los primeros niveles son fáciles y hay salas de descanso. Lo malo son los niveles más altos y más bajos, que es donde supongo que se ha metido Watari.

—Conociéndolo… —agregó Milo, dejándose caer hacia atrás y haciendo un puchero con sus labios— Seguro que está en la zona más difícil.

—Supongo, aún tengo que preguntarle exactamente donde está.

Pasó casi un minuto en el que cada jugador se sumió en sus propios pensamientos.

Estaban en la habitación de Neko, respondiendo al mensaje urgente que la chica les había mandado para reunirse con ella.
Ni a Milo ni a Yuzuriha les había sorprendido que Watari se hubiera quedado atrapado en el juego, tampoco les había parecido extraño que no hubiera dado señales de vida. Watari y Neko compartían su atracción por las máquinas y los dos se quedaban ensimismados cuando se trataba de crear, refinar y conseguir materiales, con la diferencia de que Neko era un poco más social.

Milo se volvió a incorporar, empezando a ponerse las botas mientras Yuzuriha se levantaba de la silla, tomando la acción de Milo como una pista para empezar a moverse.

—¿Cuándo salimos? —preguntó.

—Pasado mañana, tengo cosas que arreglar antes de irnos.

Yuzuriha asintió, quitándose la bufanda y dejándola caer sobre el regazo de Neko, que le sonrió, asintiendo con la cabeza para decirle que había captado la idea. Dejaría su bufanda a punto antes de irse.

—¿Tú necesitas algo, Milo?

Él negó, mirando por encima su inventario antes de afirmar que estaba bien.

—Tengo equipo de sobra y está todo en buenas condiciones. Si se me ocurre algo te buscaré mañana.

—Está bien.

Los tres empezaron a despedirse, aunque cuando Yuzuriha estaba en el marco de la puerta, casi a punto de cerrarla, dio un paso atrás.
Neko pensó que estaba rara sin la bufanda.

—¿Qué dices de llevarnos a otro jugador?

—¿Tienes a alguien en mente? —Neko ladeó la cabeza, peinando un mechón de pelo con los dedos.

—Hyoga, el mago negro. Le vendría bien la experiencia. Tiene instinto para la lucha, será un buen mago.

Neko lo pensó un poco, pero terminó por encogerse de hombros.

—¿Por qué no?
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on September 22, 2014, 05:42:19 AM
Yo tenía la esperanza de meter todo en 2k... lo siento.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/sam.png)
032waiting for you (1/2)

>Si quieres hablar, hablaremos. ¿Te acuerdas de aquel claro en los exteriores de Acre? Quiero pensar que sí. Te esperaré allí, mañana por la mañana. No creo que tenga que decirte que vengas sola… Yo haré lo mismo. Te lo prometo.
Nos vemos.
S


Lilith cerró la bandeja de entrada, y con ella, también la Omnitool. Sabía que aquel era el sitio al que se refería Sam, no podría equivocarse. Puso una mano en su cintura, dejando ir un bufido.

Dudaba que Sam le hubiera dado plantón, una gracia así quedaría fuera de lugar, y lo único de lo que podía sospechar era si mentía acerca del tema de la compañía. En caso de ser así, confiaba en que sus habilidades y tener un warp a mano sirvieran.

- Disculpa que te haya hecho esperar. – Al oír la voz familiar del Samurai, Lilith levantó la vista. Se acercaba hacia ella, desarmado y con una postura relajada. – Quería asegurarme de que no teníamos compañía.
- No por mi parte.

Sam se detuvo a poco más de un metro de ella, observándola de arriba a abajo durante unos momentos.

- Me alegra que estés bien, Lilith. He oído que las cosas no están yendo tan bien como esperabas.
- Se oyen muchas cosas últimamente. – Lilith se pasó una mano por el pelo, apartando los mechones de su cara. – Pero… te digo lo mismo.
- Gracias, hago lo que puedo. – Sam hizo una leve inclinación de cabeza. – Bueno, aquí estoy. Pregúntame lo que quieras.

Efectivamente, tenía muchas preguntas para el Samurai. Lilith se cruzó de brazos.

- Quiero oírlo de ti. ¿Tuviste algo que ver con el ataque a los Crimson Raiders el otro día?
- No.

Fue una respuesta escueta, ni demasiado rápida ni demasiado meditada; el mismo “no” que le daría si le hubiera preguntado si el cielo era verde. Lilith asintió simplemente. Por supuesto, Sam sabía algo más, pero prefería dejar esas preguntas para más tarde.

- Te creo. – El otro le dedicó una media sonrisa, encogiéndose de hombros. – Sam, ¿has pensado en unirte a los Crimson Raiders? No necesitas ir en grupo si no quieres, y Jack… lo mantendré a raya, por el bien de todos.
- Ya me preguntaste eso hace tiempo, y mi respuesta sigue siendo no. – La coleta del Samurai se agitó cuando negó con la cabeza. – No es mi estilo, y me va bien solo. Muy bien, diría yo.
- Por ahora. No tienes a nadie que te cure, te tanquee, o añada un poco de diversidad a tus ataques. – Acompañó la explicación con gestos de sus manos. – Te va bien solo de momento, ¿pero crees que podrás aguantar? Podrían atacarte en grupo, por ejemplo.
- Bueno, verás, mi estilo incluye no meterme en líos. – Sam levantó ambas palmas de la mano, con una sonrisa socarrona. – No empiezo peleas que no puedo ganar.

Lilith entrecerró los ojos. La indirecta de Sam no le había pasado desapercibida, y sintió como una oleada de irritación la recorría por unos momentos, iluminando su mirada con un característico fulgor amarillento durante apenas medio segundo.

- No te pongas así, aprecio que te preocupes por mí, pero prefiero ir a la mía.
- Muy bien. – Lilith puso una mano en la cadera. Decir que esperaba otra respuesta sería engañarse a sí misma, pero al menos no quería quedarse sin la satisfacción de haberle tendido la mano a un viejo amigo.
- ¿Más preguntas? – Sam sonrió, con un tono jovial.
- Sí, ¿por qué no? Hace mucho que no hablamos. – Asintió, dejando unos segundos de silencio antes de continuar. – ¿Has matado a alguien ya?

La expresión en el rostro de Sam se paralizó, aunque aún sonreía, era forzado. Puso una mano en uno de los bolsillos de su atuendo, dándose unos segundos extra para responder.

- Vas a tener que ser un poco más específica. – Levantó el índice. – Ya sabes, tenemos vidas fuera del juego.
- Me refiero dentro, desde el anuncio del GM.

Sam le había respondido con una frialdad que hubiera sorprendido a otros, pero Lilith llevaba demasiados años de experiencia a sus espaldas como para dejar que su ocupación real ofuscara su mente. Ante todo, la línea entre trabajo y quién era ella estaba presente en todo momento, y trataba de juzgar a los demás bajo ese mismo criterio.

- El otro día una banda había acorralado a una jugadora, sería alguna clase de White Mage, y bueno, ya te puedes imaginar que no tenían muy buenas intenciones… este juego está sacando lo peor de la gente. – Sam contaba aquello con una naturalidad casi pasmosa. – Así que hice lo que debía. Subí puntos de bushido, salvé a una chiquilla, e hice un poco de limpieza. Fue un buen día.

Lilith no estaba en posición de juzgarlo, y de todos modos, no podía hacer otra cosa que darle la razón en tal situación. El Samurai tenía su propia filosofía de vida, tan parecida y tan diferente a la suya a la vez, coincidiendo totalmente en algunos puntos para luego ir por caminos completamente opuestos.

- No tengo que disculparme por nada de lo que he hecho hasta ahora. – Se encogió de hombros. – Pero no quiero que te quede ninguna duda: yo no he atacado a los Crimson Raiders, ni he tenido nada que ver con ello. De hecho…

Pausando unos segundos, la miró con los ojos entrecerrados, estudiándola a ella o simplemente considerando lo que iba a decir. No tenía que medir tanto sus palabras, y Lilith simplemente esperó, con una mano en la cintura y la cabeza alta.

- Estoy seguro de que tú ya te imaginas lo que ha pasado, ¿verdad?
- Me hago una idea de lo que está pasando, sí. – Asintió, ladeando la cabeza en una media sonrisa. – Lo que sí sé es que tú no me has dicho todo lo que sabes.
- Muy bien. – Sam levantó las manos. – Básicamente, del mismo modo en que tú y otros queréis salir del juego, hay gente que… simpatiza más con el GM. Dos bandos, ni buenos ni malos.
- Eso es discutible.

Lilith se cruzó de brazos. No, no era una cuestión de bien o mal, pero desde luego, no podía poner en un nivel moral alto al GM y a los que estaban lo suficientemente desesperados como para apoyar que todos quedaran encerrados en un mundo virtual.

Además, no le estaba contando nada que no se había imaginado ya.

- Mira, creo que haces lo correcto luchando por lo que crees. Pero no todo el mundo va a estar en el mismo lado, ¿entiendes? Para otra gente, quizá éste es el mundo que quieren.
- ¿Y tú que opinas? – Aquello ya era más pura curiosidad que otra cosa.
- Me da igual. Me gusta mi vida fuera del juego, pero también me gusta mi vida aquí.

De nuevo, el Samurai respondía de forma sórdida, sin necesidad de excusar nada de lo que decía.

- Si tengo que ser sincero… no veo mucha diferencia.

Volver a darle la razón era molesto, pero no podía negar la realidad. Incluso ella tenía que admitir que su propia vida dentro y fuera del juego no eran tan diferentes… algo de lo que se había beneficiado su guild, todo fuera dicho. Su experiencia militar se podía aplicar perfectamente a la situación en la que estaban.

Al fin y al cabo, todo el mundo del juego era una zona de guerra en aquellos momentos. Y la guerra de guerrillas era un campo que ya había explorado ampliamente.

- ¿Satisfecha? – Preguntó Sam, y Lilith asintió. – Entonces… ha sido un placer volver a verte, y-
- ¡Espera!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)

Lilith había imaginado que podía pasar. Jack salió de la arboleda, con el efecto de un vigor de camuflaje apareciendo y desapareciendo conforme se movía o hablaba, apuntando a Sam con una katana. Lo que le sorprendió fue ver a Kora salir tras él con un gritito agudo.

- ¡Raiden, no!
- ¡¡No te metas!! – Gritó Jack, y Kora se detuvo en seco, aunque tenía preocupación escrito en la cara. El Samurai se dirigió a Lilith. – ¿En qué estás pensando? ¿Por qué has venido a solas con él? Podría-
- Oye, Jack, ¿no crees que Lilith ya es mayorcita?

Puso los ojos en blanco casi instantáneamente, cruzándose de brazos y dejando que Sam y Jack empezaran su concurso de meadas verbal. Eran como dos críos, y Lilith no pensaba entrar en aquel juego.

- Kora, ven aquí. – Llamó a la Black Mage con un gesto de la mano, quien dudó unos momentos antes de ir a su lado. – Déjales espacio para que hablen sus problemas, con un poco de suerte se pedirán perdón y se darán la mano al final. Quizá hasta un besito.
- Puedes tomártelo a broma, Lilith, pero yo no. – Ni siquira giró el rostro hacia ella, tan fijado en Sam como estaba. Jack hablaba tan ronco que parecía que gruñía. – Sam ha sido nuestro enemigo desde siempre, ¿cómo puedes confiar aún en él?
- Jack, imagino que habrás estado espiando mientras hablábamos, así que ya sabes que he dicho por activa y pasiva que no os he hecho nada.

Jack entrecerró los ojos, sopesando las palabras del otro, sin dejar de blandir su katana ni un sólo segundo. Le había dicho antes que no creía que Sam les atacara, pero en aquel momento, buscaría cualquier excusa para no ceder. Y Sam, por supuesto, aceptaría encantado.

Por favor, Jack, entra en razón por una vez.”.

- No he dicho que fueras tú quien atacó a los Crimson Raiders… Pero sabes demasiado, ¿todo eso que has comentado de gente aliándose con el GM? ¿Qué es lo que sabes?
- Te sorprendería la cantidad de cosas que uno puede oír cuando escucha a alguien más aparte de sí mismo. – Respondió Sam, y el otro Samurai chasqueó la lengua. – Oye, Jack, acabemos con ésto cuanto antes.

Tan rápido que fue imposible distinguir el movimiento, Sam desenvainó su propia katana, roja y destelleando bajo la luz que entraba en el claro. Al ver el gesto, Lilith apartó a un lado a Kora, ahogando su protesta.

- No has venido aquí para sacarme respuestas, ni siquiera has venido por Lilith. – Continuó Sam, con un tono intenso y una media sonrisa en el rostro. – Deja de engañarte a ti mismo, ¡y acabemos con esto de una vez!

No necesitaron decir nada más para sentenciar el inicio de su duelo. Pero aunque los dos Samurais eran rápidos, Lilith también lo era, y su cuerpo se convirtió en una llamarada que salió directa hacia delante.

Las hojas de las katanas sólo llegaron a tocarse una vez antes de que una enorme explosión lanzara atrás a Sam y Jack como si fueran muñecos de trapo. Lilith quedó en medio, con un círculo de llamas danzando a su alrededor sin llegar a extinguirse.

- No voy a permitir que ninguno de los dos pierda una vida aquí y ahora. – Cuando apretó el puño, preparó el siguiente hechizo, y una bola de fuego rodeó su mano. – Así que mejor nos tranquilizamos todos un poco, ¿vale?
- ¡Lilith!

Jack, sin guardar su arma, avanzó hacia ella. Cambió el hechizo a uno de menor nivel, y antes de que la tocara, lo derribó con una precisa llamarada que impactó en el pecho de metal. Kora corrió hacia él para ayudarlo a levantarse, pero aunque podía ser peligroso que la chica se pusiera de por medio, tenía otras preocupaciones.

- ¿Sam?

No veía al otro Samurai por ninguna parte. Sería inútil comprobarlo en la Omnitool al no compartir guild ni party, y hacía ya tiempo que ninguno se tenía en la lista de amigos. Sólo podía buscarlo con la mirada, y seguir preguntando al aire… y no había respuesta de ningún tipo. Igual que como había venido, Sam se había esfumado.

Con rabia, lanzó un hechizo a un árbol cercano, prendiendo un fuego que controló rápidamente cuando le bajó la adrenalina del momento.

- Joder… – Masculló entre dientes, y se giró hacia los otros dos, tratando de usar el tono más tranquilo posible. – Gracias, Jack.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on September 28, 2014, 09:21:32 AM
Whala, qué es esto, un zombie que escribe!

~+07~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—¿Recuérdame otra vez qué hacemos aquí?

—Pasar frío y estar mojados —murmuró Airin mirando con rencor no disimulado a la noche que reinaba más allá de la entrada de la cueva, y sorbiéndose los mocos por enésima ocasión.

—Desde luego eres la alegría de la huerta, tú, —Kíli le dejó caer encima una de las mantas de piel que había sacado de su inventario, aquellas de tantas cosas que la gente solía vender sin más preocupación que librarse de drop inútil y reservar el espacio libre restante para almacenar objetos valiosos,— menos mal que eres bonita.

La chica levantó la cabeza tan rápido que a Fíli, que era quien había preguntado, le dolió el cuello sólo de verlo. Airin observó al arquero con la misma expresión que un pez sacado del agua por sorpresa. Inmediatamente después se arrebujó en la manta por completo, recogiéndose dentro como si fuera un capullo de seda del que tan sólo asomaban algunos mechones de flequillo revuelto y pelirrojo. Ni siquiera los ruiditos obviamente indignados podían escucharse con claridad.
Ambos hermanos se miraron entre ellos, divertidos.

Y entonces se hizo la luz. Luz en condiciones, no una llamita vacilante como habían tenido a ratos intermitentes hasta hacía nada. Los muchachos se giraron a mirar la pequeña hoguera que el gunslinger había logrado hacer prender. Pip brillaba lleno de orgullo y satisfacción.

—¡Lo has conseguido! —exclamó Kíli acercándose a investigar casi extasiado.

—¡Archer de poca fé! ¿Qué esperabas de mí?

—Hombre, pues...

—Casi mejor no respondas, eh —el pistolero pellizcó la mejilla de Kíli, estirando del moflete desafeitado.

Poco a poco los cuatro compañeros de party se fueron asentando en torno al fuego. Pip, se aposentó junto a la boca de la cueva, reclinándose contra la roca y buscando postura con unos cuantos aspavientos. No podía dejar de sentirse responsable del bienestar del resto, porque aunque con toda seguridad lo negaría si se lo preguntasen (aunque no si insistieran) les había cogido cariño con demasiada rapidez. Y además como veterano en esa guerra era su obligación moral asegurar la supervivencia de los novatos.

Fíli arrastró su saco hasta encontrar una distancia suficientemente satisfactoria de la fogata y después movió el nido de mantas de su hermano hasta alinearlo a su gusto.

—¿Ya? —en cuanto el rubio le dio el visto bueno a su improvisada obra de arte textil, Kíli se dejó caer sobre ella, y empezó a quitarse las botas con la nariz arrugada.— Estoy roto. Y voy a tener que escurrirme los calcetines, urgh.

Airin asomó la cara desde dentro de su gurruño de manta, y gusaneó hasta los hermanos como si fuera una oruguita peluda.

—Yo también. ¿Ayuda? —murmuró sacando un pie del capullo.

Kíli, ya completamente descalzo, agarró la forma envuelta de la chica y mientras ella soltaba grititos sorprendidos la maniobró sin muchos miramientos hasta ponerla entre sus piernas, recostándola contra su pecho. Palmeó la cabeza de Airin con suavidad, como queriendo apaciguarla, y con un gesto de cejas señaló hacia sus botas encharcadas.

—Toda tuya Fí. —el knight rodó los ojos con una media sonrisa ante las insinuaciones de su hermano menor, y se echó a reír cuando el moreno apartó la mano, contrariado ante un sonoro chasquido de dientes— Hey, no muerdas, las orugas no muerden. Sé una oruga buena.

La recién adquirida mascota de Kíli dejó de amenazar su integridad física y se acomodó mejor, echando la cabeza hacia atrás y apoyándola a la altura de su clavícula. La chica dejó escapar un suspirito.

—¿Qué tal estás? —preguntó el arquero en voz baja.

—Mejor, —dijo Airin con timidez— pero, todavía...

—¿Asustada? —el muchacho pasó sus brazos alrededor de la manta que la envolvía, y apretó un poquito. Ella asintió en silencio.

Pip los observaba desde su puesto de vigía.

—¿No sería más fácil que te desequipases vía omnitool? —preguntó. Y luego comentó con una risita mordaz— Aunque comprendo que una chavala quiera tener un lacayo que le atienda.

La chica le sacó la lengua sin moverse de su sitio de honor y mimos.

—Bah, déjala, tengo que expiar mis pecados de alguna forma —dijo Fíli mientras le quitaba la otra bota mojada y le frotaba los pies para calentarlos. Y añadió con tono pícaro— Además se me da bien complacer a las mujeres.

—¡Eeeh! ¡Un poco de sensibilidad! —protestó el arquero con cara indignada.— ¡Estábamos teniendo un momento!

Airin miró hacia arriba con curiosidad, pero no llegó a ver cómo los pómulos del chico se sonrojaban porque prefirió poner la mejilla sobre el pecho de éste y no prestar demasiada atención al intercambio de tonterías, por si acaso.

—Estoy cómoda —dijo ella sacando desde dentro de su manta algo húmedo y arrugado que se parecía sospechosamente a su túnica.— Y la ropa huele raro si la pasas mojada al inventario.

—¿Te estás desnudando?! —la voz de Kíli subió un par de octavas antes de acabar la pregunta.

—No —contestó casi resoplando— llevo más forros que una cebolla, podría quitarme todo lo que llevo mojado y aún así no se me vería nada. Que tampoco me váis a ver nada de ninguna forma, pero bueno.

Pero Kíli ya no podía dejar de mirarla entre incrédulo y aterrorizado. Las risitas burlonas y mal disimuladas de los otros dos miembros masculinos del grupo no le ayudaban precisamente.

—¿No habías dicho que toda mía? Si tú no sabes qué hacer… —incordió Fili a su hermano, cuya única respuesta fue levantar el dedo de en medio.

Airin volvió a removerse intentando recuperar su comodidad perdida y movió un pie descalzo en el regazo del knight, haciéndole saber que todavía no había dado su penitencia por concluída. Pip se encendió un cigarro, pensativo. A esas alturas ya sabían que el tabaco dentro del juego no era tan reconfortante para él como habría preferido, pero se negaba tajantemente a cambiar de hábitos.

—A lo mejor con un set de armadura en condiciones, en vez de gambesón y malla, no tendrías que llevar tantas cosas, y te subirías la defensa —comentó dejando escapar el humo lentamente.— Lo primero que hay que hacer es equiparte en condiciones.

—No pienso ir por ahí en bikini metálico. —cortó Airin.

—Mujer, pero que-

—Que no. Que me niego. Que no soy Red Sonja. —pero se hacía patente por la expresión turbia de la pelirroja que bien podría llegar a serlo si Pip seguía insistiendo por ese rumbo.

Un sonido débil y muy tenue se escapó de la garganta de Kíli. Airin lo miró de reojo, a medio camino entre curiosa y preocupada.

—¿Estás... bien?

El chico aún no se había recuperado del primer shock y los pensamientos demasiado creativos ya habían vuelto a atacar su mente con violencia. Carraspeó intentando librarse del apuro y asintió enérgicamente con la cabeza. Resistiéndose a seguir imaginando a su compañera enfundada sólamente en un bikini de escamas metálicas como el mítico personaje, se frotó una mano por la cara.

—Uff, no querría vérmelas contigo si fueras Red Sonja. De verdad. Las mujeres llenas de ira divina dan miedo. Nuestra madre es el mejor ejemplo. —dijo observando con el ceño fruncido a su hermano, que asintió.

—Ya bueno, de todas formas primero tendrías que hacerte barbarian —el gunslinger observaba a la pelirroja con aire calculador.

—No pensaba.

—Y entonces la armadura te sería irrelevante. Aunque si quieres, te pago el warp.

—Pffffft. Y después qué ¿me invitas a unas runas? No caigas al abismo, que luego ya no saldrás —dijo Airin con tono ligeramente desdeñoso— Además, que no voy a ser barbarian.

Pip levantó las cejas con sorpresa ante las palabras de la chica, no era algo que se hubiera esperado tan de buenas a primeras. Y la idea que le llevaba rondando perezosamente un par de días empezó a tomar forma poco a poco.

—Oye, oye, que yo no he dicho nada de runas, lo del warp ha sido por simple solidaridad. Pero si tienes monedas de sobra, una cosa menos de la que preocuparte, ¿no?

—Bueno, —Airin pareció hacer cálculos mentales— no soy multimillonaria precisamente, pero tengo dineros como para permitirme algún capricho. Pero sólo si es necesario.

—Tacaña —dijo Fíli sonriendo.

—Previsora —contestó ella sin perder la compostura.

—Hmm, ya. Por curiosidad, —comentó Pip— ¿qué años tienes, que estás hecha una moza tan ahorradora?

Airin abrió la boca, se quedó como en pausa un par de segundos, y después cerró la boca de nuevo.

—Quiero decir, ¿eres legal, no? —indagó el gunsliger, mientras los otros dos muchachos compartían una conversación de ojos y cejas,— a ver si ahora me voy a enfrentar a cargos de corrupción de menores o algo.

—Diecinueve, —dijo la chica torciendo el morro y removiéndose en el sitio,— tengo diecinueve, soy mayor de edad, y no podrías corromperme ni aunque quisieras.

—¡Eres más pequeña que yo!—exclamó Kíli espachurrándola repentinamente entre sus brazos.— No te preocupes Airi, cuidaremos bien de tí.

Todo lo que recibió el arquero a cambio de sus atenciones fue un codazo en las costillas que le hizo perder dos puntos de vida, soltar el aire de golpe y toser atragantado.

—¡P-pero no me maltrates! —ya estaba ahí otra vez esta mirada de cachorro abandonado.

—Sé cuidarme sola. —refunfuñó intentando escabullirse del regazo de Kíli, sin éxito.

—Vale, a ver, a numerarse. Yo veintisiete, ella diecinueve, y asumo correctamente que vosotros andáis por algún lugar entre medio de ambos. —dijo Pip mordiendo el filtro de su cigarro.

—Veintitrés yo, veintiuno él —Fíli se señaló a sí mísmo y a su hermano respectivamente.— Eres el más viejo, jéh.

—Experimentado.

Anciaaano~ —le tomó el pelo el knight.

—Puto n00b —espetó Pip con una sonrisa que dejaba ver muchos dientes.

—¡Eh! —saltó Kíli— Nada de insultar a mi hermano, estás invadiendo mis competencias territoriales.

—Uuuhh, esas son palabras muy grandes para un n00bie recién salido del tutorial~

Kíli gruñó, literalmente, y Airin se llevó las manos a la cara, consiguiendo por fin escapar de su agarre.

—Estoy rodeada de babuínos.

—¡EH!! —los tres miembros masculinos se ofendieron por igual, pasando automáticamente a establecer un pacto de fraternidad no negociado pero predecible, argumentando lo inteligentes, civilizados y buenas personas que eran todos ellos.

—...y por eso deberías saber que... —Pip dejó de hablar cuando se dió cuenta de que la chica hacía rato que no le prestaba atención, ocupada como estaba en volver a ponerse los calcetines que había estado tostando al fuego, vuelta y vuelta.— No me has hecho ni puñetero caso, ¿verdad?

—¿Qué? Ah, no, —Airin se encogió de hombros sin rastro de culpabilidad.— El discurso ya me lo sé, al menos vosotros no me hacéis de menos por una X de más. ¿Qué?

Kíli la observaba con los ojos entrecerrados, no sabiendo si debería sentirse despechado, o admirado ante la capacidad de abstracción de la chica. Se decidió por la segunda, pensando que podría hacerle una sana competencia a la suya propia.

—¿Has jugado mucho antes? —preguntó Pip.

—Hmm, a algunas cosas —contestó la pelirroja.

Fíli se percató de que el gunslinger estaba calibrando la evasiva de Airin, y tuvo el presentimiento de que iban a llevarse una sorpresa.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí —le dió vueltas al cigarro casi consumido entre los dedos.

—La encontramos recién hecha soldier en Prorencia cuando lo del aviso —respondió Kíli mirando de uno a otra.

—Eso no es mucho, entonces. —comentó Pip moviendo la mano.

—Eso puede ser mucho, y más que suficiente cuando te reseteas —Airin respondió arrastrando la palabra entre los dientes, con acritud.

Kíli abrió mucho los ojos, irguiéndose. En el silencio que se había hecho de repente en la cueva, las respiraciones y los movimientos de los ocupantes sonaron demasiado ruidosos durante unos momentos.

—Oye, Airi... —empezó el arquero, apoyando su mano con suavidad sobre el hombro de la chica,—¿Qué es lo que buscamos exactamente?

El suspiro fue colectivo.

—Aquí, experiencia. Si seguimos ésta ruta de montaña, y conseguimos las flores que os dije, las llevamos a un NPC en Palanthas que nos dará algunas cosillas y los puntos necesarios para que entréis al Emerald Forest. Allí, en la cueva, iremos a probar suerte los cuatro, porque vosotros tres solos iríais muy justos y no es plan. El drop es majo, caerá algo del Emerald Set seguro. —el gunslinger señaló a Airi.— Y eso te viene bien si quieres pasar pronto a knight. Y ahora a la cama, si os portáis bien el tío Pip hace la guardia entera esta noche.




Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 28, 2014, 12:11:08 PM
Que creía que no llegaba a dejar aporte esta semana xD por dior, que desinspiración. Aquí empieza el segundo arco :B nos vamos de misióoooonnnn.





26. Nivel, equipo, objetos

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

—Esto da gusto… —murmuró Neko mientras acariciaba el horno, esperando a que le avisara de que sus lingotes estaban listos.

Esa mañana se había despertado para encontrar un mensaje nuevo en su bandeja de entrada. Asami le daba las gracias por los materiales, además de informarle que el alto horno de la Guild volvía a estar en funcionamiento.
Neko ni siquiera se había molestado en buscar a sus amigos para desayunar. Se había ido casi corriendo hasta la sala que la blacksmith le había indicado y se había dedicado a flirtear con dicho horno mientras masticaba algunas barritas energéticas.
Media hora después, Crane había aparecido con un batido en sus manos. De vez en cuando acercaba la pajita a los labios de Neko para que bebiera.

—La hemos perdido—suspiró Starkrimson dramáticamente, tocando unas notas de su guitarra desde la puerta—. Perdida para siempre…

Yuzu no pudo esconder su sonrisita detrás de su bufanda, porque Neko estaba en el suelo de la habitación, poniéndola a punto.

—Yo más bien diría que todo lo contrario —objetó Neko señalando el horno—. Esto, querido amigo mío, va a ahorrarme tiempo

—Tiempo que invertirás en hacer más armas y armaduras y cosas —añadió el bardo, puntuando las últimas palabras con notas sueltas de su guitarra.

Neko levantó un dedo abriendo la boca. Se quedó así durante un segundo antes de cerrar la boca, bajar el dedo y encogerse de hombros.

—¿Ni siquiera lo vas a negar? —preguntó Milo después de llevarse una mano al pecho, pareciendo cómicamente ofendido.

—No, ¿para qué? Estaría mintiendo.

—¿Vas a pasarte aquí todo el día? —pregunto Yuzuriha mientras tiraba el vaso vacío que había contenido el batido a la basura.

Neko se encogió de hombros otra vez.

—Probablemente, quiero dejar todo a punto. Saldremos mañana a primera hora y aún me quedan cosas que hacer —explicó antes de que el horno pitara y ella se levantase entre chilliditos de gloria—. Me quiero casar con este horno…

Milo rodó los ojos y Yuzuriha bufó por la nariz al contener una risa.

—También te querías casar con el primer set de herramientas que te regaló Tanlaus.

Neko levantó un dedo y chistó.

—Me casé con ese set y aún lo amo con locura —se excusó mientras toqueteaba los botones del horno para añadir los lingotes a su inventario—. Vosotros también deberíais poneros a punto.

—Anoche hice una lista de los objetos que nos hacen falta —anunció Milo, colgándose la guitarra a la espalda—. Vamos a ir a ver qué podemos coger del inventario de la Guild y qué vamos a comprar nosotros mismos.

Yuzuriha asintió antes de añadir sus propios planes.

—Le he enviado un mensaje a Hyoga, el mago. Sí que vendrá, he quedado dentro de veinte minutos con él para ver qué necesita.

—Oh… —murmuró Neko, levantando una ceja y frotándose la barbilla mientras pensaba— ¿Puedes mirar s-?

—Nivel, equipo, objetos —interrumpió Yuzuriha—. Después te mando un mensaje.

Unos segundos después, el bardo y la dancer salían de la habitación a cumplir con sus quehaceres y Anir se puso de lleno a lo que mejor se le daba, la mecánica.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/locke2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki2.png)

El día, al menos para Neko, había sido fructífero y la chica sabía que iba a necesitar descansar, pero aún tenía un par de cosas que hacer antes de irse a la cama.
Neko se mordía el labio inferior, caminando de un lado a otro del recibidor de la Guild mientras pensaba en cómo hacerlo. Miró su muñeca, pensando en la omnitool.

—Tal vez debería mandarle un mensaje… —murmuró mientras notaba el peso del bulto que llevaba en las manos.

—¿Enviarle un mensaje a quién? —preguntó alguien detrás de ella.

Neko se dio la vuelta, indignada.

—¡Me has asustado! —le gritó la mechanic al stalker— ¡No me asustes!

Locke sonreía divertido, jugando con un cuchillo.

—No era mi intención.

—¡Mentiroso! —acusó Neko, señalándole con un dedo.

Locke se rió antes de negar con la cabeza.

—No, en serio, no era mi intención, de verdad —explicó, guardando el cuchillo y enseñándole las palmas de las manos.

Neko le miró sin estar muy convencida, pero al final su lenguaje corporal cambió a uno más relajado.

—De todas maneras, te iba a buscar, así que me ahorras un viaje —dijo ella, estampándole en el pecho el bulto que llevaba en las manos—. Toma, es para tí.

Locke parpadeó confuso y agarró el objeto envuelto en una tela gris. Empezó a desenvolverlo y se dio cuenta de que eran dos cosas.

—¿Qué es? —preguntó antes de apartar del todo la tela y descubrirlo por sí mismo— ¡Anda!

Neko levantó una ceja antes de señalar hacia las dagas.

—Éstas deberían adaptarse mejor a tus necesidades que las que querías robarme.

—Te ofrecí favores… —se quejó Locke débilmente mientras desenfundaba una de las dagas y la observaba con ojo crítico.

—Robarme —repitió Neko antes de seguir con lo que estaba diciendo—. Dagas Damasco, duales, refinadas a alto nivel, elemento oscuro. Tienen mucha durabilidad.

—Lo sé —afirmó Locke mientras sopesaba una de las dagas—. Está muy bien equilibrada.

Neko se frotó la nariz, orgullosa de su manufactura, pero no contestó más allá de un movimiento de cabeza. Locke les buscó sitio entre su ropa y miró a la mechanic con los ojos entrecerrados.

—Y yo que creía que algo así se lo regalarías a Yuri como método de cortejo… —bromeó.

—Tiene novia —le dijo Neko después de rodar los ojos.

Locke se rió antes de acariciar sus nuevas armas, planeando dónde estrenarlas y fue ese el momento en el que Neko se fijó un poco más allá, en el fondo, alguien a quien había estado buscando desde hacía quince minutos.

—Trátalas bien —adivirtió Neko, con la cara muy seria—. Y ahora me tengo que ir, nos vemos por ahí.

Locke se despidió también, deseándole suerte en el viaje que emprendería al día siguiente.
Neko correteó un poco hacia su objetivo y notó como él se había dado cuenta de su presencia. Parecía algo incómodo.

—¡Ey! —saludó, agarrándole del brazo para que no se fuera— Te estaba buscando.

Ikki miró hacia abajo y levantó una ceja. Estaba vestido con equipamiento de soldier: unos pantalones marrones y una armadura ligera de cuero negra, con botas a juego y pañuelo rojo al cuello. La visión casi transportaba a Neko a sus primeras semanas de juego.

—¿A mí? —preguntó Ikki con un tono de voz incrédulo.

—Sí, a tí —Neko frunció el ceño y después sacudió la cabeza—. Como sea, me voy mañana de misión. Ya he puesto a punto tu equipo, suponía que lo querrías de vuelta antes de que me fuera.

Ikki la encaró, aunque se cruzó de brazos y Neko dejó de agarrarle de uno de ellos. El Dark Knight tenía las cejas arrugadas, pero eso no era nada raro en él.

—Sí, he oído algo de eso.

—¿Ah, sí? —dijo Neko con genuina sorpresa en su voz— ¿Alguien te ha hablado o es que lo has oído? ¿Estás perdiendo tu toque y ya no les das miedo?

Ikki rodó los ojos y Neko se rió un poco. Sabía que él había notado el tono burlón en sus palabras, casi juguetonas.

—Yo no he perdido nada —respondió Ikki, empezando a abrir su inventario—. Y ahora dame mis cosas.

—Qué genio —se quejó Neko.

—Como si tú pudieras hablar.

Neko negó con la cabeza, sacando el equipamiento de Ikki y devolviéndoselo.

—Oye… —empezó ella después de medio minuto de silencio— Ya sé que no te fías mucho de la gente de buenas a primeras, pero no sé cómo has sobrevivido con el equipo así. A la espada no le faltaba mucho para romperse.

Ikki suspiró exasperado, agarrándose el puente de la nariz con dos dedos.

—No estoy intentando darte una lección, pero ahora que estás en una Guild… —Neko se calló ahí, buscando las palabras adecuadas.

—Te buscaré si necesito que lo arregles —le dijo, poniéndose las manos en la cadera.

Ella se encogió de hombros, levantó las manos como queriendo explicar algo, pero las dejó caer, rendida.

—Como sea, sí, eso también sirve. Bueno, me voy, que tengo que descansar —explicó, dándose la vuelta y empezando a caminar hacia las habitaciones—. ¡Nos vemos en dos o tres días!

—¡Como si te estuviera esperando! —gritó Ikki de vuelta después de chistar.

—¡Já, ya te gustaría! —le gritó Neko de vuelta antes de desaparecer por el hueco de la puerta.

Ikki se quedó mirando el lugar por el que se había ido Anir durante cuatro o cinco segundos antes de volver a gritar, aunque no creía que ella le escuchara ya.

—¡Eso no tiene ningún sentido!

Escuchó risas en la distancia y supo que eran de ella.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)

Hyoga estaba sentado en el recibidor de la Guild, aunque no duró mucho en esa posición. Se levantó y empezó a caminar por allí hasta que con un suspiro se volvió a sentar en el mismo sitio que había estado ocupando cinco minutos antes.
Sabía que era pronto, pero no quería llegar tarde, así que allí estaba, esperando a que los demás llegasen.

Cuando Yuzuriha le había preguntado si quería ir con ellos a entrenar a un sitio lejano, Hyoga no se había parado a pensárselo. El recuerdo de la última cacería estaba fresco en su memoria y la experiencia había sido positiva. ¿Por qué no?
Hyoga se llevó las manos enguantadas a los bolsillos de su pantalón oscuro y notó algo que llevaba varios días allí dentro. Lo sacó para verlo.

Era el colgante del conejo que aún no le había dado a Shun.
Hyoga suspiró cansado y alguien le dio una palmada en la espalda, sobresaltándolo.

—¡Hyoga! —saludó Milo antes de fijarse en su cara— ¿Pero tú ya has dormido algo?

El mago guardó el colgante y carraspeó.

—Sí… —suspiró, fijándose en que Yuzuriha le saludaba con una mano. Devolvió el saludo antes de volver su atención a Milo— Sólo estaba pensando, aún no sé a dónde vamos.

—¿Preocupado por nuestros destinos? —preguntó Milo mientras se sentaba y empezaba a afinar una guitarra. Parecía cara— No deberías preocuparte tanto, vas a estar bien cuidado.

Hyoga suspiró cansado otra vez y probó suerte con Yuzuriha, con un acercamiento directo.

—¿A dónde vamos? —Yuzu le levantó una ceja y Hyoga añadió:— Si se puede saber.

La dancer afirmó con un movimiento de cabeza, pero no dijo nada. En cambio señaló hacia un costado, donde una chica a quien reconoció como Neko se acercaba, asegurándose el arnés con el que sujetaba el carro de merchant.

—¡Buenos días! —dijo ella cuando alcanzó a los otros tres— ¿Preparados para la misión?

—¿Qué misión? —Hyoga sonaba preocupado.

Neko miró de Hyoga a Yuzu y luego a Milo. Milo se encogió de hombros mientras probaba unos pocos acordes. Neko mitó a Yuzu otra vez, clavando sus ojos en ella. Luego echó los brazos al cielo, con un gruñido exasperado.

—No me lo puedo creer. De Milo aún, pero de tí…

—¡Ey! —se quejó Milo.

Yuzu escondió su expresión tras su bufanda roja, la cual le había devuelto Anir la noche anterior en su camino hacia la cama.

—¿No le habéis dicho nada al chaval? —Neko señaló a Milo antes de seguir hablando— Estás pegándole tus malas costumbres a Yuzu. ¡Bicho malo, mal bicho! Deja de corromper a la gente competente.

Milo rodó los ojos y le sacó la lengua a Neko haciéndole una pedorreta al aire antes de empezar a guardar la guitarra y levantarse.
Hyoga empezaba a ponerse nervioso, pero lo escondió detrás de una cara de molestia. Levantó la barbilla y se cruzó de brazos muy dignamente antes de inquirir, gruñendo entre sus dientes.

—¿Qué es lo que se supone que tendría que saber?

—Y tú no te pongas así —espetó Neko de vuelta, señalando al mago negro—. Nos vamos a Massassi Temple, a rescatar a un amigo que se ha quedado atrapado.

Hyoga abrió la boca, a punto de preguntar que era Massassi Temple hasta que recordó dónde se encontraba aquella dungeon.

—Oh, mierda —murmuró, pensando que no iba a salir vivo de aquella zona.

Neko le dio una palmada en el hombro y empezó a caminar hacia la puerta.

—¡Vamos! Te lo explicaré todo de camino al warp.

Y así empezó su viaje juntos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 28, 2014, 02:57:21 PM
SOY FELIZ PORQUE... porque he sacado un personaje que hacía mucho que quería sacar <3 AAAAY. Tengo fotitos de cosas, pero ahora mismo no las encuentro :___D jajajajaja. Cuando ponga el siguiente aporte dejaré fotos del jeep y equipos y así :3





27. Esto con Marshmallow no pasaba

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

—Escucha bien porque no me voy a repetir —avisó Neko mientras salía de la Guild.

Hyoga abrió la boca, pero no tuvo tiempo a replicar, caminando lo más rápido que pudo para alcanzar a la mechanic. Yuzu y Milo salieron tras ellos, andando también a buen paso.

—Hace un par de noches me puse en contacto con Owlicious —empezó Neko.

—Suena a encuentros extraterrestres —se burló Milo desde detrás.

Neko continuó, ignorando el comentario.

—Se llama Watari, es amigo mío desde hace tiempo. Resulta que Watari está en Massassi Temple, atrapado, no puede salir sin ayuda.

—Y nosotros vamos a ayudarle —completó Hyoga.

—Exacto —dijo Neko para luego añadir con un tono menos serio—. Ey, éste es listo ¿seguro que es hijo tuyo?

Milo gruñó y las dos chicas se rieron por lo bajo.

—Vamos a coger el warp hasta Amatsu —continuó Neko.

—Nunca he estado allí —murmuró Hyoga, frotándose las manos y respirando sobre ellas para calentarse los dedos—. ¿Cuanto vale el warp?

—No te preocupes, lo pagamos nosotros —le explicó Neko, girando por una esquina.

Ya podían ver el acceso al warp, no muy lejos de ellos. Hyoga asintió y esperó a que Neko siguiera con las explicaciones.

—Desde Amatsu nos moveremos en coche por la jungla hasta el templo. Es más rápido y seguro.

Yuzuriha frunció un poco el ceño, apretando sus dedos sobre los brazos para darles un poco de calor.

—Creía que íbamos a ir a pie —dijo la dancer.

Neko negó con la cabeza.

—Entonces no sé si ha sido buena idea traer a Hyoga. Con unos pocos niveles más no tendría demasiados problemas en las primeras zonas de Massassi Temple.

—No pasa nada, subirá rápido. Además, tengo cosas para todos —señaló al mago—. Tú incluido.

—¿Cosas, qué cosas? —curioseó Hyoga.

—Conociéndola, equipo.

El grupo no habló más hasta llegar al warp. Para entonces, Hyoga ya no podía no preguntar lo que tenía en mente.

—¿A santo de qué me váis a dar equipo de gratis?

—¡Dos cosas! —exclamó Neko, levantando dos dedos formando una uve y sacudiéndolos delante de la cara de Hyoga— Somos de la misma Guild, es lo que las Guilds hacen. Y dos, no es gratis. Vas a pagar ayudándonos a sacar a mi amigo de la dungeon.

Hyoga se rascó la barbilla mientras los cuatro se agolpaban alrededor del warp.

—Visto así…


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)   (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)

—Pues es bonita… —musitó Hyoga mientras miraba a su alrededor.

Amatsu era una ciudad de estilo japonés medieval. Al fondo, Hyoga podía ver una gran avenida bordeada de cerezos japoneses y a su espalda escuchaba los sonidos propios de un puerto.
Al mago no le dio mucho tiempo de apreciar la ciudad como era debido. Milo le había agarrado de una mano para obligarlo a caminar, ya que había reducido su paso considerablemente.

—Escucha, novato —habló Milo mientras le sacudía el brazo, agitando sus manos unidas—. Te necesitamos atento.

Hyoga arrugó la nariz, mirando a Milo y empezando a caminar otra vez más deprisa.

—No soy novato… —se quejó.

—Eres mago negro, ya lo sé —respondió Milo, pero no pudieron continuar la discusión.

—Quedaos aquí, voy a ver si hay algún coche en alquiler que valga la pena —anunció Neko, alejándose después al trote.

Después de ver como la coleta de Anir se alejaba rebotando y entraba en una tienda, reanudaron su conversación, pero Yuzuriha fue la primera en hablar.

—Hyoga, tú te encargarás de la asistencia a larga distancia.

—¿Qué? —preguntó el chico, sin saber muy bien a qué se referían.

—Milo y yo nos vamos a encargar de los bufs. Normalmente también nos encargamos de atacar a distancia y Anir del cuerpo a cuerpo, pero contigo nos repartiremos un poco más el trabajo.

—Tú quédate cerca de nosotros y lanza las flechas esas de hielo que se te dan tan bien.

—Está bien.

Hyoga se cruzó de brazos, enfurruñado pero sin querer mostrarlo. Se sentía de sobra en aquella excursión. No conocía a quien iban a salvar, no pertenecía al grupo de amigos y además tenía poco nivel.
Se volvió a preguntar que para qué lo querían ahí, pero dejó ir el pensamiento cuando vio a Neko acercarse a pasos furiosos, con una nubecilla figurada encima de su cabeza.

—¿Qué pasa? —preguntó el mago.

—Nada, no había nada que valiera la pena —compartió, moviendo las manos antes de ponerlas debajo de las axilas contrarias, apretando los labios hacia fuera.

Milo se rió, un sonido alegre, corto y sonoro.

—Mujer, no te pongas así. Saca al viejo bicho de paseo.

—Esto con Marshmallow no pasaba —rezongó la mechanic, dando una patada al suelo.

—¿El conejo de Shun? —preguntó Hyoga, sin ninguna pista de qué estaba pasando.

Los tres le miraron perplejos. Hyoga notó como un segundo después estaban intentando no reírse.

—No, no… yo tenía un airship —explicó ella—. Se llamaba Marshmallow, como el conejito de Shun.

Después de eso se quedaron unos segundos callados hasta que Milo volvió a preguntar.

—Saca el cuatro por cuatro, Neko, que sé que quieres.

Neko se rascó la nuca antes de suspirar.

—No lo he puesto a punto desde a saber cuándo.

—No lo hemos vuelto a usar desde la última vez que lo pusiste a punto —indicó Yuzuriha hablando otra vez antes de que Neko se pudiera quejar—. Estoy segura.

—Bueno… Está bien —aceptó al final.

Caminaron hacia la salida norte de Amatsu entre conversaciones ligeras y una vez que salieron por las puertas de la ciudad, Neko empezó a rebuscar en su carro.

—Antes de que nos vayamos tengo regalos para todos —anunció—. Menos para tí, Milo. Eres un mal bicho, así que Papá Noel no te ha dejado nada.

Milo gruñó frustrado y Neko se rió un poco de él.

—La Navidad no ha llegado para tí —remató, sacándole la lengua.

Poco después, Neko había repartido equipo nuevo. Varios sets de armaduras para Yuzuriha, sobre todo ropa ligera que aumentaba su ataque y defensa mágica, perfecto para su rol de buffer y un equipo nuevo completo para Hyoga.

—Será mejor que te lo pongas ya. Con todo lo que llevas encima te vas a cocer en la jungla.

El miembro más nuevo del grupo asintió y empezó a mirar qué objetos le había entregado Neko. Era un conjunto negro y azul, sin mangas, con decoración sencilla. Cuando Hyoga se hubo puesto el set, pasó los dedos por la tela.

—Parece de buena calidad… —observó él.

—Lo es —afirmó Neko como el hecho que era.

—No, digo. Sé que no es real, pero el tacto parece tan real y suave —dijo Hyoga—. A veces recuerdo que esto no es real y aún me sorprendo.

Milo, Yuzu y Neko compartieron miraditas mientras Hyoga acababa de apreciar el tacto de su casaca. Todos comprendían muy bien lo que el mago quería decir.

—Ahora esto es la realidad —dejó caer Neko antes de darse la vuelta y sacar el último objeto.

Hyoga levantó la cabeza y clavó sus ojos en la espalda de la chica. Dolía recordar que no podían salir de allí. Dolía recordar cómo era la vida fuera y la incertidumbre de si volvería a ver la cara de su madre.
Pero sobre todo dolía darse cuenta de que había momentos en los que no recordaba, los momentos en los que no quería salir.

Hubo unos momentos tensos hasta que un coche apareció aparentemente de la nada.

—¡El coche! —gritó Milo antes de correr y sentarse en el asiento del copiloto.

Yuzuriha se acercó y se quedó dos segundos cruzada de brazos mirando a Milo hasta que éste saltó al asiento trasero con un gruñido.
Neko abrió la puerta del conductor y se quedó mirando a Hyoga. Levantó el brazo y le hizo señas para que se acercara.

—¿A qué esperas?

Y Hyoga se preguntó lo mismo. Negó con la cabeza y trotó hasta ellos.

—¡A nada!


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)  (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png)

Llevaban un buen rato conduciendo. Era la primera vez que Hyoga subía a un transporte en el juego y tras los primeros minutos de excitación, el resto del viaje había pasado bastante monótono después de darse cuenta de que más o menos, era lo mismo que en el mundo real.

Anir conducía bastante bien y aunque no había un pavimento que seguir, parecía que la chica sabía a dónde iba. En algunas zonas se podían apreciar caminos en el suelo, líneas en las que había menos vegetación. Estos caminos se fueron haciendo más evidentes según se acercaban a la jungla en la que se encontraba Massassi Temple.

Milo había estado tocando una gran variedad de canciones, cambiando de una otra más que nada porque Yuzuriha le había amenazado con una zapatilla la segunda vez que había intentado tocar ‘I’m gonna be’.

Aunque en ese momento el camino era evidente y se veían árboles, el bosque aún no era demasiado denso. Un poco más adelante, Hyoga vio una construcción y Neko aparcó el cuatro por cuatro en una zona que se parecía demasiado a un aparcamiento de tierra batida y pisada.

—Pararemos aquí para descansar antes de continuar el viaje —anunció mientras apagaba el motor.

—¡Yuhu! —gritó Milo, estirando los brazos y siendo el primero en salir del coche.

—¿Qué es este sitio? —preguntó Hyoga mientras miraba con sospecha la casa.

—Es una taberna —le informó Neko—. Habitaciones y comedor, ya sabes.

Hyoga asintió y Neko se estiró a su lado, dando algunos pasos mientras ronroneaba como un gato al sol.

—Aaaah, necesito un café —dijo Neko antes de seguir los pasos de Milo hacia la taberna.

No tardaron mucho en entrar al lugar. El sitio estaba decorado como si fuera alguna especie de tiki bar y parecía más limpio por dentro que por fuera. Hyoga dejó de arrugar la nariz y siguió la voz de Milo.

El bardo tenía una mano encima de una mesa y estaba hablando con alguien que estaba sentado en una silla. Les daba la espalda y tenía el pelo azul.

—Mira, ahí están —dijo Milo antes de gesticular hacia ellos para que se acercaran—. ¡Aquí!

Hyoga, Neko y Yuzu se unieron a su compañero, por fin viendo la cara del desconocido. El hombre podría haber sido un modelo. Sus rasgos eran simétricos, sus pómulos parecían cincelados en mármol y la línea de su mandíbula era perfecta, al igual que su nariz. Un lunar adornaba uno de sus ojos y sus pestañas podrían provocar tormentas.
El hombre estrechó los ojos mientras bebía su combinado de una pajita.

—Igual tú lo conoces —le dijo a Neko, aunque la chica tenía los brazos cruzados y los ojos entrecerrados obviamente sin reconocer a quien tenía delante—. Se llama Luken, solíamos jugar juntos hasta que me uní a Night Fury.

—Mi nick es Afrodita —se presentó el jugador, batiendo sus pestañas un par de veces y tendiendo una mano igual de perfecta que su cara hacia Neko—, puedes llamarme de cualquiera de las dos maneras.

Neko tomó la mano del otro jugador, estrechándola con diplomacia.

—Neko, aunque mi nombre es Anir. Ellos son Yuriha y Hyoga —dijo mientras los señalaba con la cabeza—. ¿Eres amigo de Milo?

—Podría decirse que sí —dijo Afrodita después de sonreír misteriosamente.

Afrodita volvió a beber de su pajita y señaló a los asientos libres a su alrededor.

—Pero por favor, tomad asiento… —habló, pareciendo algo aburrido.

Hyoga decidió que ese era su tono habitual y miró a Neko antes de sentarse, buscando su aprobación inconscientemente.
El grupo se sentó alrededor de Afrodita e hicieron su pedido a un npc que se había acercado a su mesa para tomarles nota.

—¿Qué os trae por aquí? —curioseó Afrodita con una ceja levantada, observando bien a la party.

—Vamos a Massassi Temple —le informó Milo, rascando sus uñas en la madera de la mesa.

—Hmmmn… —Afrodita levantó la cabeza de su puño y soltó la pajita que tenía entre los labios, sacando la lengua durante un breve momento— Pues lo lleváis mal.

Los Crimson Raiders se miraron entre ellos con preocupación en sus ojos.

—¿Por qué, ha pasado algo? —interrogó Neko, pensando en lo peor.

¿Y si el GM había cortado el acceso a la dungeon, sería por eso que Watari no podía salir?

—Pues, veréis...
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on September 28, 2014, 03:44:57 PM
Estas cosas que ocurren con la misma frecuencia que un eclipse, pero voy muy atrasada ;v; *sindrome del conejo blanco*

~+08~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


No le gustaba dormir dentro del juego. Pese a que como mal necesario, estuviese lleno de ventajas con respecto a la vida real. Te quedabas dormido, pasaban un número de horas en el que te subían los puntos de stamina, te despertabas y fin de la historia. No había noches de insomnio porque cada vez que estabas a punto de caer dormido oías un ruido extraño y sin explicación que te hacía entrar en modo alerta de forma constante. No había mil horas de vuelta hacia un lado, y luego vuelta hacia el otro intentando desesperadamente encontrar postura. No había mantas escapistas o robadas. No había patadas. No había ronquidos.
Pero la sensación de recuperar la consciencia de la nada totalmente en un segundo se le hacía terriblemente perturbadora. Como morir y volver a nacer. Al menos era un hecho matemático que siempre te ibas a levantar habiendo descansado.

Normalmente tenía por costumbre levantarse nada más volver al mundo de los conscientes, pero desde fuera aún llegaba el sonido de la lluvia, y no había mucho que hacer ni a dónde ir.  Estaba perezosa y decidió que podía permitirse hacer el vago una mañana; además aunque hubiera querido moverse tampoco habría podido. Airin se encontró con que estaba aprisionada entre dos bloques sólidos que irradiaban calor y tenía algo pesado por encima.

Se restregó un nudillo por la cara mientras bostezaba, y cuando se hubo quitado suficientes legañas abrió un ojo. Y lo que vió fue la barbilla de Fíli. Abrió el otro ojo y enfocó la vista. La mandíbula barbuda del chico seguía estando ahí. Mirándolo así, tumbado sobre su costado con los largos bigotes colgando de lado resultaba una imagen bastante cómica. Sobre todo porque dichos bigotes se movían temblorosos con su respiración.
Airin sonrió en silencio, aguantando las ganas de estirarle de las cuentas metálicas que llevaba en ellos, hasta que se dio cuenta de que el brazo extendido de Fíli era lo que le había estado sirviendo de almohada durante un número indeterminado de horas.
Cerró los ojos, apretando los párpados con fuerza y dejó pasar unos segundos antes de volverlos a abrir. Si aquello fuese la vida real podría haberlo atribuído a que la gente se mueve en sueños, y no habría tenido el menor problema. Pero recordaba que ella había sido la primera en irse a dormir, y cuando todo se oscureció  los chicos aún seguían hablando en voz baja. Tenía que haber sido algo premeditado. Y siguiendo con las anormalidades del día, en vez de molestarle las confianzas, se sentía culpable de que quisieran protegerla.
Le rondaba la culpabilidad por sentirse aliviada de que no hubieran cortado la cuerda para librarse del lastre cuando se vio colgando sobre el vacío.

Decidió que aquella no era buena forma de empezar el día, y desalojando pensamientos inútiles a toro pasado, se arriesgó a levantar un poco la cabeza. Echó una ojeada a su alrededor, y su vista reparó en el brazo que tenía en torno a la cintura. Ah, eso explicaba el peso.
Reconoció la mano de Kíli, y entonces se hizo consciente de la respiración lenta y cálida que había tenido junto a su nuca todo ese tiempo. Algo a lo que se negó a ponerle nombre le revoloteó por dentro, y por un momento deseó poder hacerse pequeñita y esconderse, pero después se lo pensó mejor.
Se removió con cuidado, intentando pese a todo no zarandear demasiado a sus acompañantes de cama. ¿Y qué tal sonaba eso? Resopló incrédula, y dobló poco a poco el brazo de Fíli junto a su rostro, queriendo dejar al chico en una posición que no le fuera incómoda. Sus bigotes descolocados seguían siendo una estampa graciosa.

Airin levantó con suavidad la manta que la cubría, así como el brazo izquierdo de Kíli alrededor de su torso, y en un arrebato de temeridad se arrimó más hacia el cuerpo del arquero, volviendo después a colocar colcha y extremidad en su sitio.  Notó el calor extenderse por su piel en cuanto su espalda entró en contacto con el pecho del muchacho, el peso sobre su cintura una sensación reconfortante. Se encogió de hombros levemente, y el gesto hizo que su cuello desnudo rozase contra los labios relajados de Kíli, el tacto áspero de su corta barba provocándole escalofríos. Llevó una mano hacia la del arquero, titubeando con timidez, antes de rozar suavemente los nudillos del chico con las yemas de sus dedos. Tal vez había cosas que aún podrían merecer la pena.
Se acomodó bien para pasar un rato indefinido hasta que sus compañeros despertasen, y Airin se sorprendió a sí misma esperando con candidez que fuera un rato largo.
~~

Lo primero de lo que Kíli fue consciente, fue un aroma dulce y afrutado. Lo segundo, una textura suave y tal vez rojiza frente a su rostro. Y lo tercero, algo cálido, sólido y apretable junto a su cuerpo y bajo su brazo. Y como en su mente aún no operativa parecía reunir todo el conjunto de las cualidades ideales, agarró más fuerte el objeto de su bienestar y frotó su cara contra ello, murmurando negativas de no querer despertar y menos aún salir de la cama.
Solo que un ruidito agudo y aparentemente cohibido le hizo entrar en funcionamiento de nuevo, un ruidito que se repitió al apretujar otra vez aquello que tenía entre manos.

—Kíli. —de acuerdo, aquel era su nombre— ¡Kíli!

Quiso preguntar qué ocurría, pero de su boca salió algo parecido a "mhurrrghn". Aquello le hizo volver a la realidad de golpe, pues ya estaba despierto y en el universo del juego no tenía la misma transición de sueño a vigilia que en la vida real. Miró hacia abajo y se encontró con la melena pelirroja de Airin. Suspiró, eso era lo que no le había dejado hablar con claridad. Y en ese momento se dio cuenta de qué, o más bien quién tenía aprisionada entre sus brazos, aferrado a la chica como si se fuera a acabar el mundo. Aunque realmente, esa parecía ser la situación actual.
Se incorporó con torpeza, enredado como estaba, y al girarse a mirar a Airin las pupilas dilatadas de la soldier le obligaron a dejar de divagar.

—Ehrm, yo... —todo elocuencia, como de costumbre.— ¿Llevas mucho tiempo despierta?

—Un rato —contestó ella agurruñando la manta bajo su barbilla.

Kíli frunció el ceño.

—¿No hay nadie más despierto aún? —miró a su alrededor y pudo comprobar que efectivamente, tan sólo ellos dos estaban conscientes.— Psh, mira Pip, así hace la guardia estupendamente.

Y cierto era, el gunslinger estaba en el mismo lugar que dónde se había asentado la noche anterior, pero con el mentón prácticamente apoyado sobre el pecho, y el sombrero de infantería australiano que llevaba siempre caído sobre un lado de la cara.

Airin bostezó, se estiró y rodó entre las mantas de Kíli, y el chico dirigió su vista de vuelta a ella como atraído por un imán.

—Ahúm —carraspeó un poquito avergonzado— Que... a lo mejor, podríamos desayunar y ver qué tenemos que nos pueda ser útil en los inventarios, ¿te parece?

—Hmm, es una buena idea, y cuando tu hermano y el abuelo éste decidan que ya han dormido suficiente, planificamos la bajada. —dijo la chica, recogiéndose el pelo en una trenza.— Mira, parece que ya ha dejado de llover.

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on October 02, 2014, 09:20:10 AM
Durrrr, esto iba a estar antes, pero empezaron a surgir ideas y mini subtramas y personajes que querían aparecer fuera como fuera, y entre eso y que me he perdido en el espacio continuo de algún que otro fandom, se me ha hecho Octubre ¡v¡



Capítulo 3: Trouble in the clouds: La ciudad de las nubes


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


A la mañana siguiente, partieron hacia Columbia. Trataron de seguir el camino de la costa evitando las zonas con monstruos de niveles más altos y pasando por la ruta de Acre y Fisherman's Horizon siguiendo la costa. Se detuvieron en ambas para aprovisionarse de las pociones y otros menesteres que iban gastando, evitando permanecer en ellas más de lo necesario, especialmente la primera, que solía atraer un volumen mayor de visitantes.

Sólo con entrar ya les habían informado de que se habían dado peleas entre jugadores de forma creciente, que poco a poco iban escalando en brutalidad. Sin embargo, el caso de Acre no se podía comparar con otras ciudades como Columbia misma o la inefable Sin City.

—Eso es justo lo que nos convendría evitar. No deberíamos entretenernos aquí más de lo necesario—fueron las palabras de Fenris en cierto momento. Su tono era más amargo que de costumbre, sumido en sus propios pensamientos—. Es repugnante lo bajo que caen los hombres. Lo fácil que ceden a la codicia y la crueldad.

Esas palabras pesaron sobre ellos como un triste recordatorio de su posible destino mientras circulaban por las calles de Acre, y sirvieron para que se dieran todavía más prisa en abandonar la ciudad antes de que se vieran involucrados con alguien.

Tardaron un poco más de medio día en llegar al Faro de Columbia a pie como iban, dando un largo rodeo para no cruzar las Esther's Plains donde aparecían monstruos de nivel demasiado alto para ellos. Aún así, el trayecto y las bestias a las que sí se habían podido enfrentar les habían servido para subir algún que otro nivel y conseguir objetos de botín.

—Podemos vender lo que hemos conseguido en Columbia y ganar algo de dinero. La mayoría de objetos no valen un duro y sólo nos los comprarán los NPC, pero tenemos algunos ingredientes interesantes que pueden ser útiles para la alquimia. Y mira por donde, vamos a la ciudad de los Alchemists—. Sheba le explicaba todo aquello a Seras mientras se acercaban a la figura del Faro sobre el acantilado—. ¿Qué te parece, Seras? Podría ser tu primer trabajo como Merchant.

Le guiñó un ojo de forma cómplice, pero la otra no la estaba mirando para apreciar el gesto. Parecía estar buscando algo en los alrededores de la costa de roca escarpada y pelada contra la que golpeaban las olas de un mar oscuro.

—¿No debería haber una ciudad por aquí?

Entonces Sheba y Shruikan se rieron, como si hubiese dicho algo gracioso que no terminaba de comprender con exactitud. Notó como le subían los colores a las mejillas y encogió la cabeza entre los hombros, claramente avergonzada. La Samurai avanzó para dedicarle un par de palmadas en la espalda.

—No te preocupes. Pronto la verás.

Por fin llegaron a la altura del Faro, y descubrieron que no eran los únicos que se encontraban allí, lo cual no era nada raro teniendo en cuenta lo concurrida que era Columbia. Aunque la mayoría de gente prefería utilizar el warp para llegar ahí.

Los otros eran un grupo de cuatro personas, dos hombres y dos mujeres. Las chicas eran una Archer y la otra una Thief a juzgar por sus ropas. Llevaban conjuntos ligeramente parecidos y charlaban entre ellas en murmullos, echando ojeadas de reojo de vez en cuando.

Uno de los chicos era el White Mage del grupo, esa túnica fea además de incómoda le delataba. Estaba recostado contra la pared, tenso y con cara de desear estar en cualquier lugar menos ése.

El último componente era el que tenía el nivel más alto y una expresión corporal que denotaba prepotencia. Esas cosas parecían indicarle como el líder, un Lancer de pelo corto y cara poco amigable que se levantó del suelo cuando ellos se acercaron. A la que se disponían a entrar dentro del edificio, les bloqueó la puerta en las narices con un brazo.

—Ei. ¿Vais a Columbia, amigos? —les dijo, con un tono amigable que sonaba forzado y una sonrisa que no prometía nada bueno—. Tenéis que pagar el peaje primero.

Si las miradas matasen Fenris ya habría degollado a ese tipo tres veces. El resto se habían quedado congelados en su sitio cuando el desconocido les habló, tensos, obviamente intuyendo la amenaza. La hostilidad que se había alzado entre ambos grupos era evidente.

Las otras dos chicas se acercaron a su líder para infundir más presión mientras el White Mage se quedaba atrás. Era una forma como cualquier otra de indicarles que se podían meter en problemas si se resistían.

—Lo siento, amigo —dijo entonces Shruikan con el mismo tono que había utilizado antes el otro—, pero con todo el dinero que tenemos ni siquiera te llegaría para alquilar la gallina en el burdel más cercano, así que te sugiero amablemente que no pierdas el tiempo.

Fue a intentar abrir la puerta de nuevo, pero el Lancer la seguía bloqueando con insistencia.

—Chorradas. Si no tenéis dinero entonces podéis darme también vuestro equipo. Quizá con eso os llegue.

Fenris tenía la mano peligrosamente cerca de la empuñadura de su mandoble, y por contra las dos chicas rivales también estaban a punto para empuñar sus armas. Sheba se había interpuesto entre los demás y Seras, que era Novice y por tanto el miembro más vulnerable del grupo, alzando la vara en actitud protectora.

Shruikan seguía manteniendo una feroz cara de póquer sin dejar de enfrentar la mirada del otro.

—Muy bien —dijo al final—. Como quieras. ¿Ves esta mano?

Alzó un puño en el aire. El otro desvió la vista hacia él; hacia un rato que su sonrisa se había esfumado, y ahora observaba ese gesto con los ojos entrecerrados en sospecha, sin entender. Ella aprovechó la distracción para darle una fuerte patada en la entrepierna con su agilidad de Samurai.

El Lancer dejó escapar una exclamación de dolor seguida por una ristra de improperios mientras se sujetaba las partes vulneradas y su medidor de salud disminuía. La Thief enemiga reaccionó enseguida, sacando un puñal corto y abalanzándose contra ellos, pero Fenris la vio venir. Levantó la pierna para darle su propia patada en el vientre que la mandó rodando escaleras abajo. Casi inmediatamente se escuchó un silbido y una saeta cruzó el aire muy cerca de la cabeza del Knight hasta estrellarse contra el muro del Faro.

La Archer ya volvía a cargar una flecha en el arco para cuando repararon en ella, y el White Mage se apresuraba a terminar de ayudar a su dolorido líder.

—¡Matadles!

—¡Rápido, a dentro!

Sin tiempo que perder, se metieron en el interior del Faro, y Sheba conjuró un muro de fuego que bloqueó la entrada justo cuando los otros iban a por ellos. Más allá del crepitar de las llamas, se escucharon voces de sorpresa y frustración.

—¡Adiós, pringados! —les gritó Shruikan cuando se subieron a la lanzadera.

Instantes después eran propulsados hacia el aire y por encima de la exclamación de sorpresa de Seras, todavía pudieron oír un grito airado.

- - -

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)

—Por que poco —comentó Sheba una vez la lanzadera se detuvo sobre tierra firme. Normalmente el trayecto desde el Faro hacia Columbia era lo suficientemente agitado para dejarles el pulso a cien, pero en su caso, ya lo tenían así desde antes.

—Maldita panda de imbéciles —masculló Fenris, mirando hacia atrás con desprecio—. Podrían habernos matado. Deberíamos irnos de aquí rápido, puede que nos sigan.

—Ellos sabrán lo que se hacen —comentó Shruikan—. Si vienen, tendrán lo que se merecen y les daremos una tunda.

Le dio un codazo amistoso al Knight y pareció que la tensión del otro se rebajaba un poco. Por otra parte, Seras también disminuyó la fuerza con la que venía sujetándose al brazo de Sheba desde que había subido a ese trasto infernal al que llamaban ascensor y empezaba a observar a su alrededor con menos miedo y un asombro creciente.

—¡La ciudad estaba en las nubes!

Y ahí estaba, Columbia. Una ciudad suspendida en el cielo en enormes islas flotantes, de jardines, plazas y edificios estilizados que no se encontraban en ninguna otra parte, repartidos en toda su extensión. En el cielo, por encima de ellos, varios dirigibles cruzaban el aire, yendo y viniendo de un lado a otro, el medio de transporte que usaban los ciudadanos de Columbia para viajar entre islas.

—¡Es una pasada!

—Bienvenida a Columbia, querida —rió Sheba—. Famosa, a parte de las razones evidentes, por sus mercancías, su delicioso algodón de azúcar, sus preciosas plazas...

—Y por la gran amistad entre sus Alchemists y Mages —interrumpió Fenris su alegre discurso, añadiendo un tono de acidez al conjunto.

—Sí, bueno, también por eso —reconoció la otra, el entusiasmo en su voz algo más apagado que hacía unos instantes.

—¿Qué pasa con ellos? —preguntó la Novice mientras en su cara aparecía la preocupación. Era evidente por el tono de sus compañeros que no se trataba precisamente del asunto amistoso que pretendían señalar.

—Una guerra —explicó el Knight—. Aunque nada que vaya más allá de una entrañable hostilidad y de escaramuzas sin importancia de vez en cuando. Al principio sólo era algo que formaba parte de la ciudad, una historia que contaban los NPC para darle algo más de trasfondo. El problema llegó cuando algunos jugadores empezaron a tomárselo más a pecho de lo que deberían.

—Hay muchas guilds de Mages y Alchemists en Columbia —continuó Sheba—, y a veces se enfrentan entre ellas, aunque ninguna de las dos facciones es mejor que la otra. Ambas están llenas de la misma clase gente.

—Ya veo... —murmuró Seras, observando las calles concurridas como si pudieran asaltarles en cualquier esquina. Sin embargo, no había signos de hostilidad en los otros transeúntes, y la ciudad estaba animada transmitía cierta atmósfera de cotidianidad. Aunque eso podía cambiar de un momento a otro.

—A ver... —Sheba abrió un mapa de la ciudad con su Omnitool mientras iban caminando por las calles—. El gremio de Merchants para conseguir la job está en otra isla. Tendremos que coger alguno de los dirigibles que pasen por ahí. ¿Quieres hacerlo sola o prefieres que te acompañe?

Seras ya negaba con la cabeza antes de que hubiese terminado de hacer la pregunta.

—No quiero perderme estando sola.

Sheba rió suavemente.

—A veces no pareces la mayor de las dos. Pero tienes razón, no deberíamos ir cada uno por su cuenta. ¿Vais a venir? —les preguntó al otro par, que se encogieron de hombros casi al mismo tiempo.

—No hay mucho más que hacer. Podemos aprovechar para vender y comprar cosas. Puede que cerca de la guild de los Merchants tengan objetos interesantes. Y quiero ver si encuentro alguna armadura decente.

—Vamos, entonces.

Cinco minutos más tarde, ya estaba sobrevolando la ciudad rumbo a su nuevo destino.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on October 05, 2014, 01:00:27 PM
Hoy sí que vengo con cositas :DDD YAY. Primero, Afrodita va más o menos ASÍ (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/Afro-biochemist.jpg). Por otra parte, su homúnculo mandrágora es ESTE (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/Mandragora-FFIX.jpg). El traje que lleva Yuzuriha es algo ASÍ (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzutrajes_1.jpeg). Y ESTO (https://www.youtube.com/watch?v=agLKR7oUI78) es para que os hagáis una idea de como suena Master of Puppets en violín.





28. ¿Cómo llamamos a la party?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)

Afrodita se tomó su tiempo para mirar a los ojos a cada uno de los integrantes del grupo sentado alrededor de su mesa.
Después se encogió de hombros y revolvió lo que quedaba de su cóctel con la pajita, observando las ondas de la superficie del líquido con desinterés.

—Los monstruos de la zona han subido de nivel —explicó—. Llevo aquí desde que cerraron el juego.

—¿Materiales para homúnculo? —preguntó Anir, relajando los hombros y curioseando un poco.

Milo y Yuzu se miraron entre ellos y Hyoga se hundió un poco en su asiento, pensando que ahora sí que iba a ser una lacra para su party.

—Ajá —admitió Afrodita, moviendo la cabeza de arriba a abajo suavemente.

Anir sonrió y puso los codos en la mesa, estirando los antebrazos por encima del mueble.

—¿Qué tipo de homúnculo te quieres hacer?

—Ah, no. Ya lo tengo —explicó el biochemist—. Lo que quiero es evolucionarlo. Es una mandrágora y quiero que sea un molbol cuando gane toda la experiencia que necesita.

—Yo tengo un robot.

Afrodita miró con un ligero interés a Anir.

—¿Mechanic? No lo pareces… —señaló su ropa— ¿Llevas equipo de poco nivel a propósito?

Anir frunció el ceño.

—Perdone, señor, pero mi equipo está muy bien refinado.

Los dos se enzarzaron en una pequeña pelea verbal hasta que llegaron los pedidos y empezaron a comer.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Hyoga a Yuzuriha.

La dancer había dejado la bufanda encima de sus muslos para no mancharla mientras comía, aunque su expresión era igual de enigmática que siempre. Pasaron unos segundos en los que Yuzu miraba a Hyoga, sin saber qué decir hasta que Milo colaboró.

—Supongo que necesitaremos una o dos personas más para estar más seguros —Milo se llevó un pedacito de carne a la boca y masticó.

—Lo más sensato sería ponerse en contacto con la Guild —continuó después Yuzuriha.

—Yo podría acompañaros.

Los cuatro Crimson Raiders miraron a Afrodita sin decir nada. Luego se miraron entre ellos.

—Soy biochemist de alto nivel y voy bien equipado. Podría garantizar vuestra seguridad, sobre todo la del mago —le señaló con un cabeceo—, por un módico precio.

La risa se atragantó en la garganta de Neko, que se la aclaró de inmediato.

—¿Por qué debería pagarte? —preguntó ella— Tú lo que quieres es conseguir los materiales que te faltan sin morir en el intento.

Afrodita se encogió de hombros y se terminó su bebida de un trago.

—No me puedes culpar por intentarlo.

—Está bien —contestó Neko.

—¿Está bien? —preguntó Milo— ¿Le vas a pagar?

Anir asintió con la cabeza antes de aclarar lo que quería decir exactamente.

—Si cae cualquier material que necesites te lo daremos.

—¿Cualquiera? —indagó Afrodita mientras se erguía un poco, algunos podían ser muy caros en el mercado.

Hasta sentado se notaba que Afrodita era alto, probablemente tan alto como Milo.
Anir asintió otra vez.

—Cualquiera —afirmó antes de sonreír con algo de malicia.

—Soy tu hombre —le contestó, devolviéndole el gesto.

Hyoga miró en silencio como los dos se daban la mano. Habría pensado que Afrodita estaba haciendo un pacto con el demonio si no fuera porque él mismo parecía uno.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)

Aunque el juego ofrecía varios estilos de danza para las bailarinas, era evidente que Yuzuriha tendía más hacia la danza del vientre, uno de los más clásicos.

—Tribal Fusion —especificó Yuzuriha cuando Afrodita le preguntó por la rama que había elegido.

—Es instructora de yoga y artes marciales fuera del juego —completó Milo—, el baile es una de sus aficiones.

—Parecéis un grupo muy unido… —observó Afrodita, ajustándose el guante— Menos él.

Hyoga levantó una ceja y Milo le agarró de los hombros con un brazo, apretándolo contra su pecho.

—No te metas con mi niño, acabo de adoptarlo —chistó el bardo.

—Parece que estamos todos llenos de energía —dijo Neko cuando llegó hasta su grupo.

La comida y una pequeña siesta había repuesto parte de su vigor.

—Será mejor que os equipéis ahora, el resto del camino lo haremos a pie.

—Pero aún se puede subir un poco más con el coche ¿no? —gruñó Milo en protesta.

—Sí, pero él necesita la experiencia —señaló a Hyoga y después a Afrodita— y él los materiales. Además, así podemos ver como trabajamos en equipo.

Neko activó su omnitool y empezó a trastear con ella. Yuzuriha se encogió de hombros cuando Milo la miró en busca de apoyo, sin conseguirlo.

—Lo que diga la rubia… —murmuró Afrodita, asegurándose de que llevaba equipado todo lo necesario para sobrevivir a la jungla.

—Soy pelirroja —apuntó Neko—, la rubia es Milo.

Milo suspiró, pero no negó las palabras de Neko, sabiendo que llevaba las de perder, de todas maneras. Neko levantó la cabeza de su omnitool.

—¿Cómo llamamos a la party? Aún no la tenemos hecha.

Milo abrió la boca.

—No —dijo Neko rotundamente.

—¿Pero por qué te metes conmigo hoy? ¿Qué te he hecho yo? —gimió Milo.

Neko le respondió con una sonrisa traviesa.

—¿Rescate, Massasi, molbol? —preguntó Hyoga, haciendo aparecer el bastón que le había dado Neko de la nada.

Era simple y bonito, negro y azul como la casaca sin mangas que llevaba puesta y la bola de cristal que lo remataba parecía contener un líquido espeso dentro, creando formas según lo movía.

—¿Dancing away? —dijo otro, viendo de reojo como Yuzuriha preparaba algunos buffs básicos.

—¿Pet rescue? —por fin dijo Milo.

—Oh, mira, pues sí que me gusta —Neko volvió a fijar sus ojos en la omnitool mientras preparaba las opciones de la party y mandaba invitaciones.

—Mechanic de poca fé…

Neko le sacó la lengua y después señaló a Yuzuriha con un dedo, levantando las cejas para dar más énfasis a sus palabras.

—Es hora de que te pongas bonita.

Yuzuriha asintió y pensó los números de los accesos rápidos donde había puesto los equipos que le había entregado Neko esa mañana.
Una flor roja apareció en su pelo cuando la maraña de píxeles se hubo disipado. El top negro estaba decorado con dos tiras de monedas plateadas y la cinturilla de su falda negra con líneas grises, de un color casi metálico, empezaba muy, muy abajo.
Milo silbó.

—No estoy acostumbrado a verte con maquillaje —explicó señalando la cara de Yuzu con un movimiento circular de su dedo índice.

—Cosa de Neko —se encogió de hombros.

—Es que le da un pequeño bonus de defensa y ataque mágico… Bueno, vámonos, que se nos hará tarde.

Y así, Pet Rescue se adentró en la jungla, con dos carritos de merchant, algunos buffs conjuntos de bard y dancer y un mago negro que apretaba su vara rezando porque no se le notaran los nervios.

—Si hubiera sabido antes que este juego me iba a hacer rezar tanto, me habría hecho mago blanco… —murmuró Hyoga para sí mismo.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)

El camino hacia Massassi Temple se estaba haciendo más largo de lo que Neko había calculado. No sólo los enemigos tenían más nivel, si no que eran más en cantidad.

Neko blandió su hacha, aprovechando la inercia para rotar unos cien grados y darle a otro de los monos con el carro. El bicho soltó la banana que tenía en la mano y desapareció con un ruidito agonizante.

—Me estoy cansando ya de los monos, eh —gruñó ella, mientras la mandrágora de Afrodita saltaba encima de uno de los macacos y le mordía una oreja.

El monito rodó por el suelo y la mandrágora movió las hojas largas encima de su cabeza, feliz, aprovechando su peso y fuerza para mantener al monstruo pegado al suelo mientras finas pero robustas raíces crecían desde su cuerpo blanco y verde, enjaulando al mono en menos de diez segundos.
Los dientes afilados de la mandrágora seguían mordiendo al mob, tiñendo sus raíces marrones de rojo.

Afrodita lanzó una poción para devolver la salud de su homúnculo al máximo, asegurándose de que el vencedor de la batalla fuera la mandrágora y no su contrincante.

—¡Cuidado! —se oyó la voz de Milo, que había hecho un pequeño alto en su música para señalar hacia los árboles.

Cinco o seis monstruos más saltaron desde los árboles hacia la batalla que se estaba dando a ras de suelo. Algunos incluso usaban lianas para moverse de un lado a otro.

—¿Desde cuando los bichos estos son agresivos? —bufó Milo, volviendo a acomodar su violín debajo de su barbilla.

—No son agresivos, tienen instinto de manada —rectificó Yuzuriha, con las manos en la cintura y un pequeño hilo de sudor corriéndole por la espalda.

Estaba tomándose lo que parecía ser un café, pero no tardó mucho en dejar el vaso con tapa en el suelo y levantar las dos manos a la misma altura, encima de su cabeza. Adelantó un pie y bajó la altura de su cadera usando las rodillas.

Hyoga había aprovechado ese tiempo para usar los anillos de hielo recién aprendidos sobre el total de monos que les atacaban, paralizando a cuatro de ellos y ralentizando a un par más. Sólo quedaban dos sueltos, sin contar el que la mandrágora de Afrodita estaba acabando de mordisquear.

Neko atacó de nuevo al mono que tenía en mira, consiguiendo un crítico que lo partió en dos antes de que desaparecieran sus píxeles.

—Uno menos… —murmuró la chica, pasándose la mano enguantada por la mejilla.

—¡Replegaos! —ordenó el bardo.

Los dedos de Milo volaron sobre el mástil del violín, el arco frotó las cuerdas con fuerza, sacando sonidos rápidos y agudos del instrumento. El bardo llevaba el ritmo de la música con el pie.
La melodía era escandalosamente conocida para Hyoga.

—¿Eso es Master of Puppets? —preguntó el mago.

Milo sólo le sonrió en respuesta y un aura rojiza empezó a salir en círculo desde sus pies, extendiéndose por el suelo.

De repente, los cinco miembros de Pet Rescue se encontraban dentro del círculo que la habilidad de Milo estaba creando. Yuzuriha empezó a bailar y otra aura, esta blanca, se sobrepuso a la de Milo.
Hyoga notó un calorcito agradable antes de ver como sus puntos de vida subían despacio pero constantemente. El baile de Yuzuriha era lento y fluido, casi sin moverse de su lugar, aunque a veces el diafragma de la bailarina se movía tan rápido que era difícil de percibir.

El homúnculo de Afrodita soltó las raíces una vez terminó con el mono y correteó con saltitos felices hacia su dueño, se sentó en el suelo y jadeó cansado, dejando que la magia de Yuzuriha le curara. A Hyoga le recordó a un carlino.

En cuanto Neko estuvo dentro del aura de buffs, cambió su hacha por otra que parecía mucho más ligera y sonrió con malicia, pasándosela de una mano a la otra antes de agarrarla con las dos.

—Vamos pequeño… —murmuró cuando el único mono que aún se podía mover libremente se acercaba a ella con su banana en la mano.

El monito gritó y Neko le gritó de vuelta, lanzando un hachazo tras otro con una velocidad que Hyoga aún no le había visto alcanzar.

—¿Eso es lo que hace tu buff? —preguntó a Milo, señalando a Neko con la barbilla.

—¡Exactamente! —rugió el bardo por encima de las notas de su violín.

—¿También sirve para el casteo? —preguntó Hyoga hacia Yuzuriha, que cabeceó una vez afirmativamente entre los movimientos de sus brazos y hombros.

—¡No os olvidéis de mí! —exclamó Afrodita antes de echar un par de botellas con un líquido verde a la vez.

Las dos dieron de lleno en los monos ralentizados, explotando encima de ellos e hiriéndolos considerablemente, aunque el calor les devolvió su agilidad natural.

Hyoga se mordió el labio inferior antes de fijarse en la situación y empezar a invocar uno de sus hechizos más largos.

—¡Haz lo mismo a los otros cuatro! —gritó Hyoga.

Afrodita le miró como si estuviera loco, pero decidió probar al ver la confianza en los ojos del mago. Sería divertido ver el resultado.
Luken lanzó cuatro ácidos más, uno detrás de otro, dando en el blanco cada vez.

Neko había interceptado otro de los monos y estaba acabando con él y la mandrágora estaba echada de espaldas en el suelo, agotada. La música de Milo subió más de velocidad si cabía y los monos que habían estado congelados chillaban como locos mientras saltaban hacia ellos, lanzando sus bananas.

Poco antes de que los monstruos llegaran hasta ellos, el casteo de Hyoga terminó y un círculo de aire se congeló en el cielo. Estalactitas cayeron del círculo como lanzas, hiriendo de gravedad a todos los monos, e incluso matando a algunos.

Yuzuriha cortó su propia magia para agarrar a uno de los monos con su bufanda, enrollándolo con ella, levantando su cuerpo y dejándolo caer al suelo un par de veces hasta que desapareció. Milo remató otro más con una flecha lanzada desde su violín y Afrodita usó la maza para golpear a otro.

Neko miró a su alrededor.

—Ya no hay más… —suspiró y con las manos en la cintura comentó satisfecha— Pues no hacemos mal equipo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on October 05, 2014, 05:43:01 PM
Pues aquí el aporte semanal  ;D al final lo he tenido que partir en 2, megs...

-Eider, cualquier cosa, lo hizo un mago. Aunque me lo pase toh bien ahí planeando que putadas hacer para los que suben a Knight jijiji, toh las ganas de leerte cuando llegue el momento.

-El guardián de la tumba +aspecto por dentro del castillo es este. (http://www.dragonesnegros.com/monstruos/imagenes/nephilim_1.jpg)

-La entrada al castillo es tal que así. (http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTQtkwx02Ya1keiSJ55MDKcdu3rT3OKwi3xzREI7G1igS-5k7tn)

-Y creo que anteriormente no lo he mencionado, pero la espada de Nero =Red Queen. (http://gunslingerstyle.files.wordpress.com/2009/12/red_queen_sword_nero_540.jpg)



#25.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Hace rato que había amanecido, pero no había el habitual movimiento ni preparativos. Aquel día no iban a subir de nivel, la Party se mantenía silenciosa, casi meditando, esperando a que Nero tomase una decisión aún en su habitación.
Había sido una noche tensa, Sol no se había andado con rodeos, compartiendo con todos que había una probabilidad de que Nero muriese al hacer la prueba para Knight. Una probabilidad que antes del cierre no suponía nada, pero ahora era un mundo. Sobre todo cuando Nero ya había perdido una vida.

Estaba en el puesto más alto de la clasificación de Soldier, desde luego que aún podía subir más de nivel, o seguir con su job, aunque no podía mejorar en sus habilidades que ya estaban prácticamente al límite. Pero ninguno iba a juzgarle si decidía que no quería arriesgarse a subir a Knight, o si prefería subir un poco más antes de intentarlo. Moralmente no podían intervenir en su decisión y detenerle, tampoco había valor para animarle, porque si se equivocaban, supondría una carga emocional demasiado grande.   

Sol los dejo, intentando desprenderse de la tensión, yendo directo a la habitación de Nero.
No llamó a la puerta, entrando directamente, sabía que lo encontraría exactamente así, sentado en la cama, con los brazos apoyados en las rodillas y el mentón sobre sus nudillos. El Paladin había escuchado un “clack-clack-clack” antes de entrar, pero Nero había detenido su pierna inquieta a causa de los nervios, cuando sintió su presencia. Con los dos en silencio, Sol esperó pacientemente a que Nero hubiera tomado su decisión.
Poniéndose en pie, encarando al Paladin con el rostro pálido y ojos decididos.
-Estoy listo.

---

Prefirieron ir caminando por la ciudad, las calles adoquinadas dejaron atrás las murallas, iglesias y el castillo, para acercarse a las ruinas de un viejo castillo, los NPC Knight delataban que ahí cerca se tenía que hacer la susodicha Quest.
El camino terminaba en las ruinas de una muralla llena de hiedra, unos árboles de enormes troncos daban paso a las columnas que conducían hacia la entrada de las ruinas de un castillo de piedra marrón, había enormes ventanas con cristalera encima del arco de granito de la puerta, pero no se lograba ver nada de dentro, como si en el interior ni llegase la luz.
-No os preocupéis por eso, dentro se puede ver con claridad, es así para evitar curiosos, ¿estás seguro de esto Nero?
-Lo estoy, Sol -salir de la habitación le había venido bien, al menos había recuperado el color de la cara. Miró a sus compañeros, sacudiendo la cabeza confundido al verlos tan preocupados, sonriendo finalmente para transmitir más calma de la que él mismo sentía.

-No os preocupéis por mí, de verdad. Gracias por haberme acompañado hasta aquí, si queréis nos vemos después en la taberna.
-¿Qué dices Nero? Nosotros te esperamos aquí -Shura puso una mano en sus caderas, relajando la pose, dispuesta a esperar todo lo que hiciera falta.
-Por supuesto -Joseph le alzó el pulgar-, es lo que hacen los amigos.

Era lo mismo que les había dicho Nero en Columbia a la hora de la Quest de Doppio en Time Mage. Parecía que había pasado una eternidad desde entonces.
El Soldier sonrió, escapando de sus labios una risa nerviosa, masajeandose la nuca y apartando la mirada, sintiendo como parte de ese temor inicial, era sustituido por la confianza que habían depositado en él y en el sentimiento de no defraudarles.
-Ey, Nero, no tienes porque estar nervioso, recuerda que es una Quest que se hace con el culo y estás más que preparado.
-¡Mucha suerte!
-Gracias, Sol, Doppio y al resto, ¡no os defraudaré!
A partir de ahí estaría él solo, sus compañeros le habían provisto con todas las pociones y vigores que pudiera llevar sin entorpecer sus movimientos, y antes de atravesar las puertas Doppio y Shura dejaron caer sus hechizos de apoyo sobre él.

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Sol no le había mentido antes, el lugar por dentro estaba iluminado por la luz que llegaba a entrar por las ventanas además de por las antorchas y lámparas. Por dentro era de la misma piedra marrón con figuras de guerreros a caballo talladas en lo alto de las columnas.
La mayoría de NPC eran todo guerreros con yelmo, había uno de armadura negra que había confundido con una bolsa de basura por estar en el suelo contra la pared sin brazos ni piernas, era el NPC que auguraba que ese era el destino de los que fallaban la prueba.
-Sólo es un arañazo.
A Nero le resultó más cómico que terrorífico, pero no iba a bajar la guardia. Por lo que se informó, tenía que bajar a las catacumbas del castillo, encontrar la necrópolis y derramar su sangre sobre el Caballero ahí enterrado.

Al principio de las catacumbas había enemigos no muertos, zombies y esqueletos que apenas resultaron una molestia y eran muy parecidos a los que había visto y peleado en Lavender Town.
No malgastó tiempo ni habilidades necesarias, moviéndose alrededor de ellos, esquivando los ataques que se le antojaban lentos y torpes, hasta que consiguió que todos se reunieran. Eran dos zombies y tres esqueletos, apretando los dientes y dirigiendo su energía hacía la espada, la hoja de Red Queen brillo roja, y con un saltó, en un mandoble alcanzó a todos los enemigos, que derrotados se deshicieron en datos antes siquiera de caer al suelo.
Estos primeros enemigos habían surgido de manera aleatoria, y Nero se consideró afortunado por haber peleado anteriormente contra ellos y haberlos podido derrotar sin complicaciones.

Ya sin enemigos en la sala, descubrió el siguiente camino hasta la necrópolis, sin estar seguro de si había aparecido o siempre siempre había estado ahí sin llegar a verlo.
Descubriendo las ruinas de la necrópolis, era un lugar oscuro apenas iluminado por una luz mortecina que reflejaba contra la bruma que flotaba por el suelo, el mausoleo era fácilmente reconocible, era el edificio de mármol blanco que parecía no caerse a pedazos como el resto.

Tenía que vigilar sus pasos para no tropezar con las lápidas caídas y las espadas melladas y oxidadas tiradas por todas partes, el silencio era sepulcral, a cada paso que daba crecía su meditación con todo el simbolismo de aquel lugar.
A medida que se acercaba al mausoleo, unas palabras brillaban sobre sus muros, parecía que susurradas por el viento en un idioma inteligible pero que dentro de él podía comprender.

Quién a hierro mata, a hierro muere… no es la gloria, sino la tumba, nuestro destino… somos herramientas…

Era bastante desalentador, pero Nero no buscaba gloria, ni mucho menos la tumba; quería hacerse fuerte. Atravesó las puertas hasta llegar a la tumba del caballero, una escultura tumbada que sostenía su espada con manos fuertes como si estuviera preparado para blandirla en cualquier momento, pero, bajo el velo de piedra, se distinguía el perfil de un cráneo con un aro a modo de corona, el caballero llevaba muerto mucho tiempo.

Desprendete de tu armadura. Hazte digno. Muestra tus respetos.

Nero utilizó la configuración de la Omnitool para quitarse la armadura… pero el mensaje seguía insistiendo.
-¿Qué pasa? -Habló en voz alta, pero el mensaje simplemente se repetía, y no podía demorarse si quería superar la prueba, aunque no perdiera una vida al fallar por alcanzar el tiempo límite, si volvía a intentarlo puede que no tuviera tanta suerte con los monstruos iniciales.
Viendo que ni aunque volviera a ponerse la armadura y se la quitase por sus propios métodos, dejando las piezas de cuero en el suelo, nada de eso parecía funcionar, miró a su alrededor sintiéndose avergonzado y casi señalado por la idea que se le había pasado por la mente… pero no había nadie que lo observará ni le juzgará, finalmente optó por quitarse el chaleco y la camisa, quedándose con el pecho al descubierto, no podía llamarse precisamente una armadura, pero a saber que interpretaba aquella prueba como armadura.
Pareció funcionar, el mensaje había cambiado.

No hay lugar para la debilidad. Sólo los duros y los fuertes pueden llamarse a sí mismos Knight.
Sólo los duros. Sólo los fuertes.

Escuchó un ruido a su espalda, un escalofrío le recorrió la columna y la sensación de mal presagio se instaló en su nuca, girando para ver de qué se trataba, una armadura flotante, dorada y con espadas en vez de extremidades. Esperaba, pero estaba viva, respiraba y desprendía un poderoso aire de amenaza.

Enfréntate contra el guardián de la tumba. Gana tu lugar entre nosotros, o al lado de los muertos.

Mientras aquellas palabras resonaban, Nero agarró su arma justo a tiempo de bloquear el primer ataque desde el suelo, apartando de una patada a la criatura para ganar espacio, sintiendo como algo había arañado su tobillo, pero por lo menos ganando distancia cuando rodó por el suelo poniéndose en pie y recuperando una pose apta para la batalla.

No había forma física de ponerse la armadura, tenía que pelear a pecho descubierto, sin nada de defensa, un golpe fallido y le atravesaría la piel…

Pero no podía pensar en la derrota, utilizaría todas sus habilidades de Soldier, apretando el mango de su espada, llenó de valor y determinación, se abalanzó contra la criatura, arrastrando la punta de su espada por el suelo, desprendiendo la gravilla que golpeó a su rival antes de realizar su ataque ascendente. Anclando sus pies al suelo, sin retroceder un milímetro, agarrando el arma con las dos manos y como si fuera un bate, estrellándolo contra este que permanecía con la guardia cubierta cruzando las espadas para proteger su cuerpo. Nero utilizando la inercia del movimiento, giró sobre sí mismo repitiendo el golpe, gastando puntos de habilidad en detenerse en seco, cuando el arma impacto, retrocediendo con la fuerza del golpe y volviendo a ganar espacio para su estrategia. 

Apenas había causado daño en su enemigo.

Tomar distancia había sido de utilidad para ambos, aunque aquella vez fue el ser quien tomó ventaja, levantando uno de sus brazos por encima del yelmo, y el otro preparado para un ataque horizontal. Nero se encogió, inclinando el arma, intentando defenderse de aquel ataque en cruz, consiguió parar el que iba dirigido a su cabeza, pero solo pudo frenar y el arma que le cortó en el costado.

El dolor fue… las armas del monstruo no eran tan finas y afiladas como las de una katana, habían penetrado y tirado de su carne, rasgando como si fueran las fauces de un animal. En una sacudida dolorosa, Nero no pudo pensar en otra cosa que en retroceder, en ganar distancia.
Sujetándose el costado, empapado de sudor, quiso tomar una poción. Pero en el amago de acudir al inventario, el enemigo se volvió a abalanzar contra él, describiendo una voltereta en el aire, atacando con las cuchillas en sus pies que describieron una estela azul. Nero se cubrió parando el golpe, pero igualmente sintió que le había cortado en la cara,  volviendo a retirarse.

Las rodillas le temblaban, y la duda de que no iba a superar la prueba, se instaló en él.
La duda que reafirmaba el sentirse pequeño, que no pintaba nada en medio de aquel caos y de que no marcaba la diferencia… igual que cuando peleaba solo.


Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on October 05, 2014, 05:49:23 PM
Y la 2º parte, aprovecho ya lo de 2 aportes por semana.



#26.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Pero, ya no luchaba solo, recordando la primera vez que participo activamente en una Guild, en su primera Guild War… había sentido lo mismo.
Pensando que le iban a derrotar, pero acabando por alzarse victorioso de una manera tan sencilla, que no terminaba de creerse que él hubiera podido ser quién la ejecutase.
No podía adivinar que cara había puesto en aquel momento, pero había escuchado la risotada de Sol por su reacción.

“Mucho mejor que matar conejos, ¿eh, boy?”
“Puedes… llamarme Nero.”
“Quizás empiece a hacerlo, si te ganas tu sitio entre los Made in Heaven.”


Nero se pasó la punta de la lengua por la comisura del labio, notando el sabor de su propia sangre, mordiéndose el labio y sonriendo.
No había llegado hasta ahí para perder, no era el mismo que era fuera, aquel juego era lo mejor que le podía haber pasado, y no iba a rendirse por tan poca cosa, quería todo lo que estaba sucediendo, el miedo, el dolor… pero también alzarse sobre ellos y superarlos.

-Eh, tu... cosa rara -señaló hacia el monstruo, haciendo gestos con la mano llena de sangre con la que se cubría el costado, para provocar y atraer su atención-, espero que no creas que esto se ha terminado. Aún nos queda otro baile.
Con la mano libre, apretó el mango de su espada cuando la criatura se preparó para su siguiente ataque, acercándose hacia él y poniendo sus armas en forma de cruz, era el mismo ataque de antes, pero esta vez no iba a atraparle.

“Atacará primero a la cabeza…”

Tenía unos segundos para cubrirse el costado, podía hacerlo, podía hacerlo…
El primer golpe cayó como un mazazo, le chasquearon los dientes por la fuerza, a punto de despistarse, aunque bajase el arma para cubrir su costado, no iba a tener la fuerza de detener el golpe, el metal estaba cada vez más cerca… pero lo hizo.

Nero sonreía victorioso con sus ojos azules vibrando llenos de determinación, clavando una rodilla en el suelo, clavando su arma en el suelo, ambas cosas reforzaron su posición deteniendo el metal. Y dándole una nueva e inesperada posición para atacar, justo cuando su enemigo planeaba volver a girar sobre sí mismo para atacar con las espadas de sus pies.
-¡Esta vez no!
Se impulsó hacia arriba, abriendo la guardia del monstruo cuando el mango de la espada había golpeado el arma con la que había atacado, acertando en el yelmo, y con un grito contenido, activando el manillar de su espada, liberando llamas que agravaron su ataque.

El monstruo echó la cabeza hacía atrás, le parecía imposible que pudiera irse al suelo, por eso no tenía dudas de que tenía que seguir atacando, echándose hacia atrás lo justo para darle un mandoble que obligó a la criatura a bloquearse. Otro ataque dirigido hacia su cabeza que le obligó a cambiar la guardia, un ataque a su costado, otro sobre el pecho.
No se detenía por nada en aquella lluvia de golpes, no pararía para darle tregua, no si quería hacerse más fuerte.

Libero un grito cargado con toda la fuerza en su último golpe de espada, ensartando al guardián de la tumba por el pecho, creando una herida de la que comenzó a manar una luz dorada que le cegó obligándole a cerrar los ojos… cuando la luz desapareció, la criatura también había desaparecido, dejando tras de sí motas de la misma luz dorada que flotaban a su alrededor, intentando atraparlas con la mano, pegándose a las yemas de sus dedos antes de que perdieran su resplandor.

Respirando alterado, aun intentando recuperar el ritmo normal de latidos en su corazón, miró a su alrededor para asegurarse de que no había ninguna otra amenaza, liberando un suspiró y acabando sentado en el suelo.
Estaba agotado, pero sabía que era a causa de la herida, sacando del inventario un par de pociones y bebiéndolas despacio, sintiendo como se cerraba la herida y regresaban a él las fuerzas.

Necesito una tercera poción para llenar un poco más de la mitad de su barra de vida, entendía que era porque estas no eran de las mezclas más potentes, por otra parte, no hace tanto que con dos pociones ya se habría recuperado del todo. Sonriendo por el dato, sabía que cada vez se estaba haciendo más fuerte.
Al mirar la herida ya cicatrizada, sonrió al darse cuenta de que le había dejado marca en casi la mitad de su costado… Shura se pondría como loca si la veía, aunque al ser una herida cubierta, sólo había un modo en que esta pudiera verla. Se le escapó una risilla casi infantil, rascándose la nariz al pensar en la probabilidad de que algo así fuera a suceder.

Ya prácticamente restablecido, regresó hacia la tumba del Knight a por su armadura, le parecía extraño que después de la batalla no hubiera subido de rango, sobre la tumba brillaban las últimas palabras para cumplir con su misión.

Sella el pacto. Entrega tu sangre de caballero al Caballero.

-¿Cómo? -Aunque estaba bastante claro el mensaje y ya sabía lo que había, la idea de autolesionarse se le hizo incómoda, mirando a su alrededor avergonzado de lo que el resto pudiera decir si le veía… pero por otra parte, era parte del código para sellar el pacto, todos lo que querían convertirse en Knight tenían que pasar por lo mismo, ¿no?

Haciendo de tripas corazón, apretó el filo de la espada, siseando, cortándose en la palma de la mano, dejando que un charco de su sangre se acumulase, antes de abrir la mano y derramarla sobre las palabras doradas. Gota a gota, tiñéndose de rojo, Nero no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado para llegar hasta ahí:

En todos los que se habían quedado fuera, en los que seguro que se habrían unido a ellos en el cierre del juego, en las nuevas alianzas, en la revelación de Sol al contarles que era un player killer, en cómo había perdido su primera vida y todas las noches en que seguía preguntándose qué pasó en aquel momento, en su reencuentro con Dante, y ahora… ahora sabía que estaba cumpliendo su objetivo, una mirada al pasado era saber que se estaba haciendo fuerte para el futuro.

A hierro matamos, a hierro protegemos.
No buscamos la gloria, porque esta nos acompaña, es nuestra aliada y nuestro escudo.
Somos el pilar que sostiene el grupo, somos su espada y su escudo, somos su guía, somos quien abre camino, somos quien jamás tiene miedo. Somos KNIGHT.

El pacto está sellado, bienvenido, hermano de sangre.


La luz de la tumba brillo envolviendo su cuerpo.

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

-¿Pero va a tardar mucho más? -Joseph estaba cruzado de brazos, dando golpecitos con la puntera del pie, impaciente.
Sol no le dedicaba más atención, sentado con los brazos apoyados en las rodillas y fumando, rogando por más paciencia que fuerza, porque como tuviera fuerza, lo iba a matar en cuanto abriese de nuevo la boca.
Doppio estaba sentado abrazándose las rodillas, con un aura de tristeza y separado del grupo.
-A mi sólo me espero Nero cuando hice mi prueba… ninguno más se quedó.
-Oye, oye, Sol, ¿qué es eso de que la prueba se hace con el culo y que ya estaba preparado? -Shura se tapó la boca sonriendo traviesa, sintió como Jojo se colocaba a su lado dándole codazos en complicidad y también tapándose la boca para ocultar una sonrisa muy similar a la de la chica.
-Ha sonado tan mal.
Se acabó la paciencia.

-¡Nero!
Caesar fue el primero en reconocer al recién llegado, como si hubiera salido de un Warp dorado, justo delante de la puerta del castillo donde se hacía la prueba de Knight, su amigo apareció vistiendo una armadura ligera propia de los de su rango recién adquirido.   
Se hizo el silencio en el grupo, con Nero sintiéndose incómodo de que todos le observasen, su salud se había restablecido, e interiormente, dio las gracias por no aparecer a pecho descubierto delante de todos.
-Hm, hola, ya he terminado mi prueba -Nero rompió el hielo, mirando hacía el suelo mientras se rascaba debajo de la oreja de manera distraída-. Veo que al final os habéis quedado… de verdad que no hacía falta chicos, aunque me hace ilusión teneros aquí, muchas gracia-
Enmudeció con el abrazo de Jojo y Shura, con la chica abrazándole por los hombros y Jojo por el pecho, quizás con los dos apretando demasiado a causa de la emoción.
-¡Sabía que lo conseguirías!
-¿Estas bien? ¿Te han hecho daño?
-Buen trabajo, Nero -Sol se acercó y los dos chicos le dejaron espacio para que también pudiera felicitar a su compañero, el Paladin le alargó el brazo, antes de que Nero pudiera tomarle de la mano para estrecharla, que Sol le agarró del antebrazo, apretándolo en un saludo más habitual de los guerreros. Nero le apretó con fuerza, sonriendo.

-Bienvenido, Nero.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on October 05, 2014, 05:52:48 PM
*El 27 y 28 son aportes del mes pasado, lo dejo subido ya para continuar la semana que viene.



El bicho en cuestión que aparece en Prorencia es Berial de DMC4 (http://img1.wikia.nocookie.net/__cb20110524135858/devilmaycry/es/images/7/77/Berial0.jpg)

------------------------------------------------------------

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

#27.

Día doce.

La Party continuaba en Prorencia, Sol había decidido que, ya que Shura  estaba a punto de subir de Job a Acolyte en unos cuantos días, no valía la pena cambiar de ciudad.

Nero no se sentía en lugar de quejarse, aunque rogaba por un poco de acción, aceptaba la decisión del grupo. Aprovechando de buena mañana para acercarse al mercado por un poco de fruta fresca antes de que esta subiera de precio o perdiera cualidades a lo largo del día, también optó por revisar los anuncios de la ciudad, por ver si de un día a otro habían cambiado o añadido alguna Quest. Obvio acercarse al muro de agua de la ciudad, aún no quería revisar si alguien a quien conocía había sido tachado de este, aunque revisar no fuese a cambiar nada, era más feliz en la ignorancia.

Sol paseaba a su lado, generalmente en silencio, ambos despidiéndose de algunos jugadores con los que llevaban días cruzándose en aquella rutina. Nero reparó en el detalle.
-¿Últimamente no hay demasiados jugadores en la ciudad?
-Muchos tienen Partys demasiado débiles para aventurarse en las Dungeon, o son demasiado cobardes para alejarse de la seguridad de las ciudades. Pero coincido en que Prorencia es un buen sitio para instalarse.
-Es la mejor ciudad de todas -Nero sonrió. El clima, el amplio mercado, la seguridad de aquella ciudad. Prorencia no era destino de iniciados y novicios por nada, pero también contaba con los job de apoyo y ataque más poderosos de todo el juego.
-¿Sabes si el payaso de las pistolas también se ha instalado en la ciudad?
-¿Dante?
Nero agradecía que Sol mostrase su rechazo por el Gunslinger, por mezquino que sonase, le parecía justo que Dante tuviera un poco de su propia medicina y no todos le rieran la gracia. Pero por otra parte, no entendía porque le tenía tanta manía cuando apenas se habían tratado.

Sol no contestó dejando claro que no podía referirse a otra persona.
-No le tengo agregado a mi lista de contactos, así que no se cual será su posición. Pero de haberse quedado en la ciudad, nos lo habríamos cruzado en alguna ocasión.   
-Llevo un par de días pensando, que pasó algo raro en el combate contra Nightmare…
-¿A qué te refieres?
-¿Sabes cual es una de las características de los Bosses de Zona? No luchan solos, tienen monstruos que le ofrecen apoyo atacando en el combate, creo que los de Nightmare eran seres de piedra con distintos tipos de combate a espada, o hombres lagarto, no los recuerdo bien; llega un momento donde esos cabrones me resultan todos iguales.
-Pero Nightmare iba solo… ¿puede que Dante acabará con ellos y por eso no los vimos?
-¿Él solo? Puede, eso explicaría que se quedará sin balas, pero…
-¿Puede que Dante hubiera ido con alguien más en Party? ¿Te refieres a eso? -Nero captó a lo que quería referirse Sol, negando con la cabeza antes de dar una respuesta -Dante entraba con sus amigos para jugar, pero nunca escuché que fuera parte de alguna Guild, tampoco parecía que hubiera dejado a nadie atrás, cuando nos despedimos en la Dungeon.
-Ese niñato no parece tener demasiadas luces para darse cuenta de los detalles -Sol confiaba en su instinto de jugador, y aquella vez su instinto le decía que...
-Espera, no entiendo, ¿a qué te refieres?
-Que Redgrave no iba solo, tenía a alguien dándole apoyo. Alguien que ni él ni nosotros llegó a ver, y de ser así, te aseguró que era alguien con un buen nivel como para tener esta habilidad tan desarrollada.

Nero sacudió la cabeza, encajando aquella información.
-¿Sabes si el Gunslinger conocía a alguien así?
-No. Bueno, no lo sé… -aunque de verdad no supiera nada, tampoco podría asegurarlo tajantemente. 
Sol resopló largamente.
-Esta bien. Esperemos que de existir esta persona, se haya marchado de la ciudad igual que Redgrave -desistiendo del tema, aunque sintiera curiosidad por ello, no iba a ganar nada presionando a su amigo.
-Pero, ¿sí había alguien así por qué no intervino para ayudar cuando maldijeron a Dante?
“Porque estábamos nosotros ahí para salvar el día.” Sol sólo pudo pensar en aquello, o en la posibilidad de que hubiera muerto en combate, guardandolo para él, como único modo de zanjar el tema.

-No lo sé Nero, olvida lo que he dicho, me estoy volviendo paranoico -le dio un codazo amistoso en el brazo, para terminar de romper con aquel ambiente tan incómodo, pasándole el brazo por encima y apretándole el cuello -ahora deberíamos pensar en nuestra futura Acolyte, tienes que subir de nivel y encargarte de hacer de tanque para ella, a las mujeres les gustan esas cosas.
-Espera, ¿eso es una broma? -Nero se sentía incómodo de tener a Sol tan cerca, sonriendo sin que adivinase lo que se le pasaba por la cabeza al Paladin.
-Todos vimos como te defendió en la cueva, ¿por qué no le dices algo? No le eres tan indiferente como te piensas -le sonrió, pero Nero, quiso distinguir algo en su sonrisa, como si en vez de esperar una respuesta, estuviera estudiando sus reacciones.
-No no no, yo… ¡uffgh! -Se había mordido la lengua hablando, llevándose la mano a la boca, mientras a Sol se le escapó una risa entrecortada por su reacción tan natural.
-Tranquilo Nero, era una broma. Pero tendrías que recordar que esto también es sólo un juego, y si no apuestas, no tienes nada que ganar -le dio una palmada en la espalda, animándole, mientras encabezaba la marcha.
-Ya… -Nero no sabía por qué aquel comentario de Sol le había dejado con aquel desasosiego. Recordando lo de la apuesta que había mencionado… en ocasiones no era ganar o perder, lo mejor era lo que ya se tenía. Se acercó a Sol en unas zancadas colocándose a su altura cuando este se detuvo mirando al cielo.
-Mira eso...

Fue entonces cuando sucedió.

Había unas pocas nubes en el claro cielo de Prorencia que comenzaron a arremolinarse, primero lentamente, ganando velocidad, como si se estuviera formando un tornado y toda Prorencia estuviera en el ojo de la tormenta. Dentro de este círculo de nubes, se dibujaron líneas blancas, formando símbolos que ninguno reconoció, brillando como un relámpago mientras caía sobre la ciudad en forma de lágrima. Explotando finalmente en una honda expansiva de olor a ozono y revelando a la enorme criatura que apareció ahí donde había caído esa materia blanca.

Nero y Sol se habían cubierto, alerta frente a la honda expansiva, mirando petrificados la aparición, apenas a unos veinte metros de ellos y que se alzaba por encima de alguno de los edificios.
La criatura era negra como de piedra negra que se abría mostrando el fuego en su interior, que ardía incinerando el suelo que pisaba con sus cuatro patas. Tenía cabeza de león con una protuberante cornamenta, su torso y brazos humanos terminaban donde comenzaba un cuerpo de dragón, con alas de fuego y una larga cola que se sacudía amenazante. Si no era bastante intimidatorio y poderoso de por sí, en una de sus manos sostenía una espada envuelta en llamas.
La criatura llamada Berial, aspiro el aroma de la ciudad, levantando la espada y dejándola caer sobre las casas, derribandolas de un simple golpe.
Cundiendo el caos en la ciudad.


(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)

Poco antes del ataque…

Caesar y Shura desayunaban en la terraza junto a la pensión donde se habían instalado, disfrutando de una agradable conversación acompañada de café, bollería, zumo y cereales, un completo desayuno mediterráneo. Joseph y Doppio aún no habían bajado para desayunar, mientras que Nero y Sol habían salido temprano aquella mañana, así que la mesa era un auténtico banquete y la compañía grata y tranquila para comenzar el día.
-¿Por qué te hiciste Black Mage, Caesar? A mi me pidieron hacerme Withe Mage, pero creo que me hubiera acabado decidiendo por Soldier, Archer o algo por el estilo.
Hablo por romper el silencio y dar conversación, Shura se sentía muy cómoda en aquel ambiente.
Caesar fumaba mientras esperaba que el café solo, estuviera a una buena temperatura, reflexionando con una media sonrisa al comentario de Shura.
-Es una pregunta complicada, pero te diría casi seguro, que no se trata tanto de una elección, como de la personalidad de cada uno. Creo que los magos son una clase superior a cualquiera porque se basa en habilidad, resistencia mental e intuición, pero si Sol estuviera aquí, intentaría desmentirlo en cualquier caso.
A Shura se le escapó una risa con aquello último, asintiendo para darle la razón.
-Entonces, ¿esas son tus cualidades? ¿Por eso te hiciste Black Mage?
-Más o menos, no quisiera que pensaras que soy un engreído por esto.
-Ni pretendía insinuarlo, creo que va contigo ser Elementalist, y lo hiciste bien contra Nightmare.
-Gracias, ¿y tu Shura? Normalmente quién elige Soldier es porque es más físico que mental, ¿no te sientes cómoda dando apoyo?
-No sé, creo que me he resignado, nada más -se encogió de hombros bebiendo de su café con leche para no dar demasiadas explicaciones.
-Aun estas a tiempo de hacerte Monk, creo que va contigo, no te sentaría mal acabar con algunos monstruos -Caesar se sintió satisfecho por verla sonreír, utilizando los mismos argumentos que ella.
-Escuché a Kora hablar de los Monk y Champion… pero no me he informado mucho al respecto.
-Toda la información esta en Two Rivers. Pero ahora que hablas de Kora, ¿qué tal le va? ¿No sigue en Prorencia, o sí? -Apagó el cigarrillo, tomando su café y bebiendo en sorbos cortos.
-Diría que no… tampoco he hablado mucho con ella -sintió una punzada de culpabilidad.
-Mamma mia, ¿y a que esperas?
Shura asintió, decidiendo mandarle una foto que seguramente gustaría a su amiga… la mesa del desayuno ahora que aún seguía completa. Preparó la Omnitool, Caesar salía en la imagen, pero él le dio permiso para enviársela así, apoyando la cabeza en la palma y sonriendo, posando de manera natural para la foto.

>Hola Kora! ¿Has visto qué menú de buena mañana? Desayuno italiano jijiji. Saludos desde Prorencia!


(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)


-¿Qué estáis haciendo? ¿No me habéis esperado para desayunar?
-Buenos días JoJo -Shura ocultó el mensaje para que sólo pudiera leerlo Kora, ahora que Joseph se había despertado, se acababa la calma.
-Los dormilones no se merecen desayuno, pero estas de suerte, no hemos podido con todo y aun quedan sobras.
-Que gracioso -Joseph se inclinó para darle un beso de buenos días en la mejilla a la chica que sonreía por el gesto, mientras JoJo miraba a su compañero que apartaba la vista mirando si había noticias o mensajes en su Omnitool -.Va Caesar, que para ti también hay.
Le agarró de la barbilla con una mano, moviendole la cabeza hasta que su mejilla quedó a la altura adecuada para darle un beso de buenos días, la cara de Caesar era un poema, recibiendo el beso con gesto entre sorprendido y enfurruñado, pero sin resistirse.
Shura tomó otra fotografía de aquello para su compañera.

-JoJo, ponte que mando una foto a Kora -disimulo el gesto cuando Caesar le mandó una mirada envenenada, probablemente deduciendo que le habían tomado una foto a traición, por lo menos con aquello se relajó y no pareció darse cuenta de la travesura de la chica.
-¿Así? -Se agachó abrazando con un brazo a Caesar mientras que la otra mano se la llevaba a la frente a modo de saludo, sonriendo a la cámara de la Omnitool -.¿Qué tal le va? ¿Esta en Prorencia?
-No que yo sepa, aun no me ha respondido… -Shura miró detrás de sus compañeros reconociendo al recién llegado -¡buenos días Doppio!
JoJo tomó asiento y Doppio le imitó, hablando de cómo habían descansado aquella noche mientras desayunaban.

Listos para marcharse y esperar a Nero y Sol en la pensión, Doppio fue el primero en fijarse en como el cielo comenzaba a cambiar… sacudidos por la honda expansiva con olor a ozono.
-¿¡Qué está pasando!?

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on October 05, 2014, 05:55:16 PM
#28

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)

-¿¡Qué está pasando!?

El grupo miró en dirección a la aparición de Berial, estaban lejos como para distinguir algo que no fuera la cornamenta y las alas de fuego del monstruo por encima de los edificios.
Caesar había protegido a Shura cuando la onda expansiva, con sus manos apretándole los hombros con fuerza, sintiendo como esta temblaba, él también temblaba, ¿qué significaba aquella aparición?
-¿¡Qué es eso!? ¿Doppio? -Joseph agarró a su compañero, tirando y haciendo señas a Caesar para que le siguiera a la carrera, tenían que alejarse de la calle principal antes de que los jugadores a la carrera los arrollasen en su huida. Entrando en un callejón para ponerse a salvo el tiempo justo de saber que es lo que estaba sucediendo.
-No lo sé, no lo sé -Doppio se agarró la cabeza, inclinándose para contenerse, respirando para calmarse-, no sé lo que esto significa…
-¿Es normal que aparezcan monstruos en las ciudades? -Shura se sentía mareada por el giro que había tomado la situación.
-¿Uno como ese? ¡Nunca había pasado! -Caesar   nunca había vivido un momento como ese, intentando recordar si alguien había hablado alguna vez de un evento como ese. Cayendo en la cuenta.

“Evento…”

-¿¡Es cosa del GM!? -JoJo se sujetó al muro, mareado por la probabilidad al llegar a la misma conclusión que su compañero, el resto recibió la noticia con un escalofrío.
El GM, la persona que controlaba sus vidas… ¿y sí había decidido que llegase la hora de terminar el juego? ¿Y sí había pasado algo fuera y fueran ellos quien lo iban a pagar…?
-¿¡Y de quién si no!? -Caesar intentaba pensar a toda velocidad, calculaba que Nero y Sol estaban peligrosamente cerca de donde había aparecido aquel monstruo.
-¡Tenemos que salir de la ciudad! ¡Organizarnos con los que ya han salido y atacar todos juntos! -Joseph apoyó sus palabras haciendo señas para prepararse y salir a la carrera, Caesar le agarró de la muñeca.
-No podemos marcharnos sin saber si Nero y Sol pueden estar involucrados en la batalla, no tenemos tiempo para organizarnos.
-No podemos ir a lo loco para comprobarlo, no vale la pena que los seis nos pongamos en peligro por salvar a dos, ¡ellos estarían de acuerdo!
-¡Pues yo no estoy de acuerdo! -Caesar apretó los dientes enfadado, haciendo fuerza sobre la muñeca de JoJo y acercándose a un paso de él -. Jamás perdonaría que alguien te abandonase a tu suerte… ¡ni a ninguno de vosotros!

Joseph se sintió como si le hubieran dado una bofetada, relajándose y sintiendo como Caesar le soltaba de la mano, acercándose para hablar con Doppio. Su plan era más sensato que el del Elementalist… entendía aquel sentimiento pasional de su amigo, por una parte lo admiraba. Pero era una locura y alguien tenía que tener los pies en la tierra, por el bien de los que aún estaban a salvo. 
Le puso una mano en el hombro para que su compañero girase la cabeza.
-No los estamos abandonando, pero tenemos que organizarnos, si vamos a lo loco no vamos a salir bien parados y podemos ser un estorbo. Tranquilízate y piénsalo.
-¡Estoy tranquilo! ¡No me hables como si fuese un inútil! -Se lo sacudió de encima, enfadado, apretando el puño listo para golpearlo.
-¿Tu solo contra esa bestia? ¿¡Bromeas!? ¡Pues claro que eres un inútil!
 La respuesta que le siguió a la provocación de Joseph, fue el puño de Caesar contra su mandíbula, echándole la cabeza hacía atrás por el golpe, se hubiera ido al suelo de no ser porque Shura le sujetó a duras penas.
-¡Caesar! ¡Basta!
El Elementalist abrió la boca, acabando por apretar los dientes frustrado, apretando el puño un instante para acabar señalando hacia el exterior del callejón a la calle principal.
-Prestad atención un momento.

Era más poderosa una imagen que mil palabras, enseguida lo vieron, ya no quedaba nadie corriendo para escapar de la ciudad, pero los primeros jugadores empezaron a correr en dirección al monstruo, Joseph abrió la boca sorprendido.
-Vosotros dos, tenéis que comprender, que ahora mismo este es nuestro mundo, porque es donde podemos morir; pero también podemos vivir, y el único modo de vivir es jugando, aceptando sus normas.
-¿Las normas de quién? ¿Del cabrón que nos ha encerrado aquí? -JoJo se frotaba la mandíbula comenzando a despejarse tras el golpe.
-Nadie de fuera va a poder sacarnos, Jojo… -no disimulo el tono apesadumbrado, de todos modos era una verdad a gritos que todos preferían ignorar-, si el GM quiere que juguemos, hay que jugar. Demostrarle que no hay nada que pueda hacer para que nos pueda detener, demostrarle que jamás podrá doblegarnos.
-Caesar… -el Thief apretó los puños, dispuesto para pelear, no le importaba lo que pudiera decir su amigo, o incluso quedar como un cobarde, era más más importante asegurar su supervivencia.
-¡Nosotros no somos juguetes de nadie! ¡Caesar! -Shura insistió queriendo ayudar a Joseph para que entrase en razón, pero antes de poder decir nada más, Shura noto sus manos empapadas como si tocase la superficie del agua, apartándose de Joseph y cayendo hacia atrás, justo cuando este quedó atrapado en una burbuja creada por el mago.
-¡No! -Shura intentó meter las manos y ayudar a salir a su amigo, pero era como intentar atravesar un globo, la pared de agua cedía lo justo para tocarse, pero no lograba cerrar los dedos para alcanzarlo.
-¡Caesar! ¡Sácale de ahí! -Incapaz de sacarlo por su cuenta, la chica se preparó para encarar al Elementalist, girando y apretando los puños aunque no tuviera ninguna oportunidad. 
-¿De verdad los dejarías a su suerte, Shura? ¿Dejarias a Nero y a Sol para que murieran? ¿O a mi?
-¡Jamás! -No vacilo al dar su respuesta.
-Me alegra escuchar eso -La fina línea de una sonrisa se dibujó en su cara, aliviado por escucharlo decir con tal determinación.

-Pero… hay otra manera de hacerlo, por favor -Shura iba desinflándose por aquellas palabras.
-Esta vez no hay otra manera, te lo aseguro, pronto lo entenderás -le puso la mano en el hombro, sonriendole.
-No lo entiendo -dio un paso atrás para quitarse aquella mano de encima, arrugando la frente, apretando los dientes y los párpados.
Caesar suspiró paciente, inclinándose para acercarse a su oigo.
-Conviértete en Monk; recuerda que no es una elección, es lo que nosotros somos. De verdad que acabarás por entender de lo que hablo.
Se apartó de su lado, mirando hacía Joseph que seguía luchando por salir de su hechizo, estaría a salvo, y tenía control suficiente sobre el mismo para que no le faltase el oxígeno, además, si estaban él y Shura juntos, tendrían más oportunidades de sobrevivir por su bajo nivel que luchando en aquella batalla.
-Por favor, Shura, quédate a su lado.
Se dio la vuelta hablando un momento con Doppio antes de que los dos se unieran a la batalla contra Berial.

Un escalofrió recorrió la espalda de la chica con aquella despedida… nadie podía hablar así, nadie habla así a menos que esté resignado a morir. ¿Y sí Caesar pensaba de verdad que no iba a salir del juego? ¿Y sí pensaba que se sacrificaba por ellos? ¿Qué era su deber? 
-Esto… esta mal.
No había tiempo para pensar, intentó con todas sus fuerzas sacar a Joseph del hechizo de agua, tenían que ir a ayudarlos, Caesar tenía razón, no podían dejarlos a su suerte.
Gritando con todas sus fuerzas, arañando el agua inútilmente intentando abrir una brecha para sacar a Joseph, aunque se dirigieran a una muerte segura, no podían quedarse al margen, no cargaría con la culpa por la indecisión, prefería morir con todos que vivir con eso.
Pero por más que lo intentase, no había manera de liberar a Joseph del hechizo, perdiendo demasiado tiempo en el intento… si no era Caesar o Doppio, podían ser Sol o Nero quienes en aquellos momentos…
-¡Por favor! ¡Necesitamos ayuda! -Desistió de intentar liberarlo por su cuenta, gritando y girando en busca de alguien, pero no había nadie lo suficientemente cerca para escucharla, ni nadie que pudiera pararse para ayudarla, igualmente insistió-. ¡Que alguien nos ayude!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/gilver.png)

Fue como si una corriente de aire hubiera entrado desde el callejón, Shura sintió una presencia a su espalda, muy cerca de Joseph, se giró encontrando a un tipo que le daba la espalda, vestía un traje chaqueta y tenía la cabeza rodeada de vendajes, pero lo que produzco un escalofrío en la chica, era la katana que este sostenía y en como el filo estaba apuntando a la frente de Joseph, lo miraba sin mover un músculo, con ojos fríos como si el metal les hubiera quitado el brillo en estos.

Shura ahogó un grito, incapaz de respirar, segura de que aquella arma había cumplido su cometido de llevarse una vida…
La burbuja que rodeaba a Joseph explotó, el Thief cayó al suelo saliendo del hechizo, recuperando la respiración a causa del limitado oxígeno que tenía encerrado, la chica se acercó a su lado y su primera reacción fue abrazarle, aliviada de que estuviera bien, separándose para dejarle sitio para respirar y que ella dejase de temblar.
Miró al hombre de la katana, deduciendo por su arma de que se trataba de un Samurai. Le avergonzaba confesar, que tenía que hacer un esfuerzo extra para sostenerle la mirada, aquel vendaje le hacía intimidante, solamente pudiendo prestar atención al brillo en su mirada. El tipo en cuestión no tenía ningún tipo de osadía en aplastarla con su mirada, haciéndola sentir asustada, pero resistiendo y aguantando su mirada igualmente.
-Gracias, estoy en deuda contigo -fue lo único que se le ocurrió decir a Shura, por más escalofriante que resultará, aquel tipo les había prestado su ayuda, acertó en mirar en su Omnitool el nick de este, Nelo Angelo, estaba claro que era un jugador. El hombre simplemente observaba sin que en apariencia le importaran las palabras de esta.

A Shura y JoJo no les quedaba nada por hacer en aquel sitio, y el Thief ya estaba recuperándose de aquel encierro, inclinando la cabeza a modo de saludo ante el Samurai, ambos se prepararon para ir a por sus compañeros.
-De modo, que al final si que vas a seguir el juego del GM, vas a intentar ir a por tus amigos.
La voz del Samurai le produjo un escalofrío, era fría y cortante como una katana bien afilada. Sabía que hablaba por ella, pero no pudo dejar de notar, que Nelo Angelo había utilizado las mismas palabras que habían usado antes, estaba claro que les habían estado escuchando, no era capaz de adivinar los motivos de este.
-Estoy cansada de juegos, si voy a la batalla, es por mí -intentaba contenerse, hablar con calma, pero estaba enfadada por como se había portado Caesar con ellos. Aunque no fuera justo que aquel desconocido lo pagase, no podía remediar que la rabia le arañase la piel pugnando por salir.
-Nadie va a jugar conmigo, el GM no decide nada, ¡no tiene poder sobre mi! Y por eso, ¡voy a luchar! ¡Soy yo la que controla mi vida!
Eran unas palabras más empujadas por la rabia que como discurso, el Samurai no hizo amago de reaccionar ante ellas.
-Ya veremos, si eres tu la que controla su destino…
Del mismo modo en que había aparecido, desapareció de su vista en un parpadeo, como si nunca hubiera estado ahí, ni JoJo ni Shura podían explicárselo… pero en aquellos momentos, no podían pararse a preguntar quién era o qué había pasado.

La vida de sus amigos, estaba en peligro.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on October 07, 2014, 04:41:17 AM
Yay, more! Este aporte iba a ser más largo, pero ya me pasaba de las palabras. xD He sudado para reducirlo a 2000. Y más personajes, yupi!



Capítulo 4: Trouble in the clouds: GreedyFox


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatarban_zpsf5aeaab1.jpg)


—Explícate.

El Lancer tragó saliva. Detrás de él, sus tres compañeros seguían sin mediar palabra y con la cabeza gacha, temerosos. Su jefe estaba sentado de forma casual encima de un montón de cajas en ese viejo almacén abandonado, sin tan siquiera mirarles y jugando a lanzar un cuchillo en el aire que arrancaba destellos cada vez que caía de nuevo en su mano. El rostro del hombre mostraba una expresión apacible, aunque sus ojos rojos estaban tan afilados como el arma entre sus dedos.

—¿No? ¿Nada? ¿Qué pasa, se te ha comida la lengua el gato?

Por un par de segundos no se escuchó otro sonido que el de la cuchilla cortando el aire.

—Entonces, déjame que lo adivine. —Detuvo el movimiento del cuchillo, agarrándolo con una mano y haciéndolo rodar entre los dedos—. Te pareció que, mientras os esperabais a que os diese la señal para subir a Columbia, sería divertido revivir los viejos tiempos de bandido y empezar a asaltar a la gente por el camino, ¿verdad? Tú, pequeño capullo ingrato.

Se levantó, y el otro dio un pequeño brinco hacia atrás, sobresaltado.

—¿Acaso no os dije, a todos vosotros, que nada de vandalismo? ¿Nada de buscarse problemas? ¿Qué queréis, que no nos vuelvan a aceptar en la guild?

—Pero jefe, yo...

Fue interrumpido por un rápido movimiento, el sonido del cuchillo cortando carne y un grito ahogado. El Lancer no se dio cuenta de lo que había sucedido hasta que se llevó la mano a la oreja y le quedó la palma impregnada de sangre.

—La próxima vez que no hagas caso de lo que te digo te cortaré la otra —dijo el jefe, haciéndose oír por encima de los gritos de dolor—. Lo mismo va para el resto de vosotros. Y si no os gusta, habéroslo pensado antes de asociaros con GreedyFox.

Avanzó por la habitación y los demás se apartaron dejándole paso, con el miedo reflejado en sus ojos. Se detuvo frente al White Mage y le tendió la oreja recién rebanada que había estado sosteniendo entre los dedos prácticamente limpios de sangre.

—Guarda esto —le dijo en un tono que no admitía réplica.

Después se puso las manos en los bolsillos y GreedyFox abandonó el edificio, alejándose mientras silbaba una canción que lentamente se perdía en la distancia.

- - -

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg)

—Odio ser pobre.
   
Shruikan miraba un mostrador repleto de armas y armaduras de Soldier de alto nivel con deseo.

—¿Debería prostituirme por una de ésas?

—Qué pasa contigo y las putas, últimamente —dijo Fenris, comparando los stats de una espada frente a él con los de su arma actual—. Al tipo de ahí abajo también le dijiste algo de un burdel. ¿Acaso es una señal de algo, Shruikan?

—Cállate. A lo mejor debería hacer que te prostituyeras tú. Seguro que ganaría un dineral con todas las mujeres desesperadas que se entregarían a tus pies, atraídas por tu cara bonita y tus encantos sin parangón.

—Que te den —le devolvió él, aunque tenía una sonrisa asomándose por la comisura de los labios.

Estuvieron un rato en silencio, hundidos entre el jaleo organizado por los Merchants que trataban de vender sus mercancías y los jugadores que venían a comprar y se esforzaban para conseguir mejores precios.

—Oye, Fenris, ¿no estás preocupado? —le preguntó ella un poco después.

El otro levantó la vista del arma y la miró de soslayo.

—¿Preocupado por qué?

—Ya sabes, por todo. Por el hecho de estar encerrados dentro de un juego sin posibilidad de escapatoria ni de contactar con el mundo exterior. Sin dinero, sin buen nivel... y pudiendo morir ante cualquier despiste.

—Descrito así, no es tan diferente de la vida real —se sonrió él, con sorna—. Sólo que fuera debo tener aún menos dinero que aquí y una vida en vez de tres.

—Hablo en serio, Fenris.

El otro suspiró. Su sonrisa se esfumó tan rápido como había aparecido.

—Claro que me preocupa. Pero sé que sólo con desearlo no se resuelven los problemas. Ahora mismo, lo que podemos hacer es limitado. ¿Qué sentido tiene comerme el tarro con cosas que no puedo solucionar? Lo importante ahora es centrarnos en cosas que sí podamos resolver.

—Y no dejar que el pánico nos domine, ¿verdad?

—Exactamente. El miedo es algo inútil, te impide ver las cosas de forma clara. Y la gente lo nota. Cuanto más miedo tengas, más probabilidades hay de que un tipo te clave la espada por detrás.

—That's what she said —se escapó de los labios de Shruikan antes de que pudiera evitarlo y Fenris bufó mientras se le escapaba una risa.

—Estás realmente enferma, ¿lo sabías?

—Es culpa tuya, amigo. Sacas lo peor de mí.

Estuvieron un rato más curioseando por el mercado, y sólo compraron un par de objetos y algunos accesorios a muy buen precio. No pasó mucho tiempo antes de que Sheba les mandara un mensaje para reunirse de nuevo.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)

Encontraron a las dos chicas sentadas cerca de una fuente igual a las que había repartidas por todas las ciudades del mundo, en el centro de una plaza. Por encima del agua, habían aparecido varias listas de nombres en distintos colores, aunque ninguno de ellos sabía lo que significaban.

—Habéis tardado mucho —les dijo Shruikan una vez que estuvieron lo suficientemente cerca.

—Estábamos haciendo la quest —explicó la Black Mage, incorporándose de su postura anterior, con los codos apoyados sobre las rodillas—. No sé como se lo ha hecho esta chica, pero ha tenido una suerte de mil demonios. Se supone que hay una serie de objetos que hay que conseguir y entregar a varios NPC repartidos por todo el mundo. Pues bien, a Seras los tres primeros le han tocado en Columbia, uno detrás de otro, de entre todos los lugares.

Sheba la señalaba, visiblemente orgullosa, y la Novice hizo un gesto como para desmerecer ese hecho, pero era obvio por su expresión que estaba satisfecha con el resultado.

—El último NPC está en Prorencia, pero. Queda un poco lejos y luego habrá que volver para que complete la quest y me conviertan en Merchant. O algo así.

—Pues vaya peñazo de quest —comentó Fenris—. En la de Soldier no tocaban tanto los cojones.

—A lo mejor es para que se acostumbren a ir de un lado a otro. Antes que un Novice viajara sólo para hacer la quest no era tan peligroso como ahora, mientras no te perdieras y terminaras en una dungeon llena de monstruos.

—En fin. —Sheba se levantó, quitándose el polvo inexistente de su falda azul marino—. Cuanto antes nos pongamos a ello antes terminaremos. Con suerte, quizá llegamos a Prorencia antes de que anochezca.

—¿Soy la única a la que no le apetece cruzar medio mundo andando? —dijo la Samurai, mientras se ponían en marcha.

—Deja de quejarte, Shrui. Te recuerdo que te acompañamos a Amatsu desde Snowbelle. A pie. Así que menos rezongar, y ma-...

Su discurso se vio interrumpido cuando se dio de bruces contra alguien. El golpe fue suficientemente fuerte para hacer retroceder a Sheba un par de pasos de rebote. La otra persona, un hombre alto de cabello blanco vestido con ropas ligeras en rojo y oscuro, a penas se había movido, pero dejó escapar una exclamación de puro desconsuelo cuando la jarra que llevaba resbaló de entre sus dedos y se estrelló contra el suelo, desparramando el contenido.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatarban_zpsf5aeaab1.jpg)

—¡Mi birra!

—¡Vaya, lo siento! ¡Lo siento mucho! —se apresuró a disculparse la Black Mage—. ¿Te encuentras bien?

El hombre aparentemente no le hizo caso y siguió contemplando abatido los restos de su cerveza.

—Oye, de veras, lo siento —insistió ella ante esa falta de reacción—. Deja que te invite a otra.

El desconocido levantó la cabeza de golpe con esas palabras, mirándola con sus ojos rojos muy abiertos.

—¿De verdad?

—Claro, ha sido culpa mía. Es lo mínimo que te debo.

E ignorando las miradas de advertencia y desconfianza que le dirigían sus amigos, Sheba acompañó al desconocido a por otra cerveza en el bar más cercano. El otro salió más feliz que un niño con una piruleta enorme.

—Vaya, gracias. Es raro recibir un gesto amable en estos días. LegendaryQueen, ¿cierto?

—Puedes llamarme Queen, simplemente —respondió Sheba con una sonrisa algo forzada. Lo cierto es que la forma en la que le miraba le ponía nerviosa.

—Queen. Reina. Suena bien. —Estrechó la mirada en un gesto de interés. Luego señaló con la cabeza al resto del grupo—. ¿Vas con ellos?

Ella asintió. Shruikan aprovechó el momento para acercarse disimuladamente a su amiga y tirarle de la parte trasera de su túnica de mago.

—Sheba, ¿qué estás haciendo? —le susurró sin dejar de observar al desconocido con sospecha—. No es momento de ligar.

—¡No estoy ligando! —contestó en el mismo tono, aunque con clara indignación—. Estoy siendo educada.

—Formáis un grupo interesante —la voz del hombre puso fin a su corta discusión en voz baja. Se sentó en una de las mesas exteriores, y golpeó la mesa con una mano—. ¡Sentaos! Vamos a hablar.

Con cierta reticencia, obedecieron. Shruikan aprovechó el momento para escanear los datos del desconocido con su Omnitool. Su nick era GreedyFox, un assassin de nivel medio-alto. Podía darles bastantes problemas si decidía enfrentarse a ellos, aunque hasta el momento había mostrado una actitud bastante amistosa a pesar de que nada en él incitaba a la confianza.

—Desde que el hijo de puta del GM hizo su anuncio no he visto muchos grupos dispuestos a cargar con Novice en el equipo. Muchos se han juntado con usuarios más fuertes o se han unido a guilds. No es vuestro caso, por lo que veo.

Él también había abierto su Omnitool y les estaba escaneando sin disimularlo ni un ápice.

—No nos gustan mucho las guilds —comentó Shruikan, aunque principalmente esa fuera la opinión de Fenris.

GreedyFox rió de forma seca y breve, y le dio un trago a su bebida antes de hablar.

—No está tan mal una vez te acostumbras a ello, ¿sabes? Yo no soy un gran jugador en equipo, pero hey, tiene sus ventajas.

Se encogió de hombros y Shruikan frunció el ceño.

—Pero no estás registrado en ninguna guild.

En su perfil no salía señalada ninguna. Como ellos, era un jugador que iba por su cuenta. El hombre hizo un gesto de la mano, restándole importancia al asunto. Sin embargo su sonrisa era un poco menos entusiasta y más afilada, como uno de los cuchillos propios de su job.

—Estaba en una, hasta hace poco. Hice un par de cosas que al boss no le hicieron mucha gracia. Y no perdona ni una. Esto —se señaló la cicatriz de la mandíbula que iba cuello abajo—, fue su regalo de despedida.

—O sea, que te echaron.

—Ahá. ¿Qué puedo decir? Soy un rebelde. Pero me he estado portando bien. Con suerte si se lo demuestro y le lloro un poco, el boss haga la vista gorda. No es seguro que uno vaya solo por ahí.
Y mejor rebajarse a eso que terminar como uno de ellos.

Señaló la fuente, a la lista de nombres que brillaban en el agua.

—Los nombres dorados son de aquellos que ya han perdido todas sus vidas y han muerto en el mundo real. Es difícil darse cuenta, porque, bueno, son solo nombres. Hasta que una mañana levantas la vista y ves que uno de ellos es de alguien a quien conocías. Un buen tipo al que ya no volverás a ver, ni hablar con él, ni ayudar con el tráfico de mercancías o lo que sea. —Levantó la jarra de cerveza en dirección a la fuente—. ¡A tu salud, amigo! ¡Y por todos los que han caído y caerán!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on October 12, 2014, 11:41:54 AM
Tengo cositas para dejar, pero no me da la vida. Hace un día raro y me duele la cabeza. A ver si me acuerdo de traer las imágenes para el próximo aporte =-=

*Vengo para añadir cosossss. DE ESTE ESTILO (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/29_botasyuzu.jpg) son las botas que lleva Yuzuriha. Y gracias muchas a Airi por encontrarme la imagen del CHALECO Y CINTURÓN DE YUZU (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/29_yuzu.jpg).
Por otro lado, Neko va ASÍ (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/29_neko.jpg), pero con camisa y creo que pantalones a rayitas.






29. ¿Todos preparados?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png)

Pet Rescue caminaban en formación. Neko y sus bots abrían el camino; Stark, Crane y Hyoga le seguían, con el mago en medio, mientras que Afrodita cerraba la comitiva, con su homúnculo descansado tirado encima del carro.

—¿Qué miras? —preguntó Milo, levantando una ceja e intentando curiosear lo que Hyoga toqueteaba en su omnitool.

El mago se rascó la mandíbula mientras ladeaba la cabeza y fruncía el ceño.

—Estoy intentando averiguar qué habilidad tomar, he subido de nivel otra vez.

—¡A este ritmo podrás hacer la quest de cambio de job dentro de unos pocos días! —exclamó Neko desde unos metros más allá.

Hyoga sonrió y desactivó la pantalla de su omnitool.

—¿Falta mucho para llegar? Es casi de noche —observó Hyoga, mirando hacia el cielo, donde algunos pedazos de cielo se recortaban entre las palmas de las palmeras.

—No, ya estamos cerca —dijo Afrodita, que se había acercado un poco más—. Muy, muy cerca. De hecho, estamos ya.

Neko apartó unas pocas lianas que colgaban de un árbol y un claro les dio la bienvenida. Delante de ellos se erguía orgullosa una pirámide de aspecto americano precolombino. La vegetación cubría parte de sus paredes y casi parecía abandonada. Hyoga supuso que la habían diseñado así.
Algunos pájaros con brillantes y largas plumas volaron desde un árbol hacia otro en un revuelo de chillidos y alas y después se volvieron a oír los monos y unas risas macabras en la distancia.

—Y llegamos justo a tiempo —dijo Neko, dándose la vuelta hacia su grupo después de señalar el sol poniéndose por el horizonte con la barbilla—. No tengo ningunas ganas de encontrarme con lloronas, soucouyant ni con cumacangas. Vamos dentro.

Hyoga agarró a Milo del codo para llamar su atención.

—¿De qué me suenan esos nombres? —preguntó.

—Espíritus de folklore y leyendas, aquí son monstruos que salen de noche en esta zona. Créeme, no quieres verlas de momento.

Hyoga le creyó.

No tardaron mucho en encontrar una entrada. Afrodita aseguró que había más, pero esa era la más segura.

—Es tarde y estamos cansados —señaló Neko, empezando a desengancharse el carro—. Descansaremos aquí y continuaremos mañana a primera hora.

—Me parece sensato —contestó Afrodita, mirando al techo alto mientras hacía lo mismo que ella—. Está seco, escondido y tenemos sitio para hacer fuego. ¿Quién hace la primera ronda?

—Tú y yo —continuó Neko—. La segunda la pueden hacer Stark y Crane.

—¿Y yo? —preguntó Hyoga—. También puedo hacer una guardia…

Neko sacó un par de troncos del carro y dejó el haz de leña que llevaba en la otra mano en el suelo antes de suspirar y observar a Hyoga.

—No es que no confíe en tí, pero tienes menos nivel —Hyoga arrugó las cejas y abrió la boca para contestar, pero Neko se explicó primero—. ¡Además eres mago! Lo que quiero decir es que necesito que estés a tope mañana. Cuanto más descansado estés, tu maná se recuperará más pronto, estarás más ágil y podrás seguirnos el ritmo. Lo has hecho muy bien ahí fuera esta tarde.

—Sí, el chico tiene buen ojo para la estrategia. Y calcula bien su ritmo, casi tanto como Milo —añadió Afrodita mientras se quitaba los guantes.

—Te dije que será un buen mago —murmuró Yuzuriha, que había cogido los troncos partidos para moverlos al círculo de piedras—. Tiene talento.

—¡Claro que es tan bueno como yo! ¡Es mi hijo! —Milo le revolvió el pelo, haciendo que Hyoga agachara la cabeza entre los hombros.

Neko se había cruzado de brazos y asentía a cada uno de los comentarios.

—¿Ves? No te hago de menos, te hago de más —le sonrió antes de dar una palmada—. ¿Tenemos todos saco? ¿Quién se encarga de la comida?

Cuando cada miembro empezó a instalarse Hyoga se tomó un momento para observar como todos encajaban. Dio un paso al frente y otro, y otro más hasta corretear hacia el saco que Milo había puesto junto al suyo.
Se apartó un mechón de pelo de la nariz y preguntó:

—¿Ese es mi saco?

Milo palmeó encima de las mantas.

—Claro que sí, entre Yuzu y yo —y le volvió a revolver el pelo, riéndose de los “quita” que Hyoga le gruñía entre dientes.

El mago se sintió como en casa.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png)

—¿Cómo es que tienes una canción como Master of Puppets como skill? —preguntó Hyoga después de tragar el trocito de albóndiga que acababa de masticar—. La que sube la agilidad.

—También sube el porcentaje de críticos en niveles altos. La tengo al nivel más alto para bardos —señaló Milo, moviendo su cuchara antes de enterrarla en el estofado—. Aunque esa no es la canción que va con Sunset.

—Él la tiene porque es VIP —explicó Anir, metiéndose en medio de la conversación y dejando de lado los temas de mecánicos y alquimistas que había estado discutiendo con Luken.

—¿Ah, sí?

—Mmhum… —murmuró Milo mientras masticaba y continuó cuando tuvo la boca libre de comida—. Como VIP y bardo puedo elegir qué partitura usar con qué skill.

—Vaya, eso es… curioso —admitió Hyoga.

—Y útil en un player versus player. El enemigo no detecta tus encantamientos a la primera, tiene que pararse a mirar el efecto. Milo ha ganado más de un pwp así —añadió Afrodita—, no me gusta admitirlo, pero es buen jugador.

—Gracias por lo que me toca… —murmuró Milo.

Hasta Yuzu sonrió abiertamente de la pataleta de Milo.

—Bueno, chicos… cuando acabéis de comer a la cama —ordenó Anir, levantándose y estirando los músculos un poco, recibiendo un par de abucheos y unas risas de parte de su grupo—. Voy a patrullar las zonas de alrededor y asegurarme de que no hay monstruos antes de volver aquí para empezar la primera guardia.

La mitad de la party levantó la mano para despedirla, incluida la mandrágora de Luken. Hyoga y Yuzu cabecearon hacia ella y Anir se marchó con pasos rápidos y cuatro bots de vigilancia siguiendo sus movimientos.

Una vez se alejó lo suficiente redujo la marcha, dejando que sus bots le avisaran de cualquier peligro mientras revisaba sus mensajes privados. Necesitaba concretar cosas con Watari para ver dónde estaba exactamente y trazar una ruta segura para llegar hasta él, aunque un mensaje privado que no había visto llamó su atención.

—GoldenLion… —musitó antes de dejar que sus labios se expandieran en una sonrisa pequeña—. Otra vez tú.

Acarició el aire, donde la pantalla holográfica debería de estar y su sonrisa se ensanchó cuando leyó el mensaje.

—Luego te contesto… promesita —murmuró otra vez antes de abrir su conversación con Watari—. ¿Sigues vivo y en Massassi Temple? Por favor, dime que sí.

La contestación no tardó en llegar y tampoco tardó demasiado en acabarse, no teniéndose mucho más que decir que la coordenadas exactas de su paradero. Neko cortó a Watari cuando éste empezó a divagar sobre los materiales que había encontrado.

—Sé que son fascinantes y te aseguro que hablaremos largo y tendido sobre ello cuando estemos los dos en un sitio seguro, pero tengo que ir a montar guardia y descansar —explicó la chica—. Descansa tú también, Watari, mañana nos vemos.

¿Seguro que no quieres enterarte de las propieda-?

—¡Sí que quiero! ¡Mañana! —gruñó Neko exasperada, pero se rió un poco cuando Watari empezó a renegar— Mañana.

—Mañana —repitió Watari antes de despedirse.

Anir dio media vuelta, explorando otro de los pasillos cercanos a su campamento y aprovechando esos minutos a solas para saludar a Fíli y contarle en qué follón la habían metido ahora.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

—¿Qué nos vamos a encontrar ahí dentro? —preguntó Hyoga mientras se ajustaba los guantes y guardaba la cruz de oro por dentro de su casaca sin mangas.

El mago estaba echando un vistazo a uno de los largos y oscuros pasillos que conducía a las entrañas del templo.

—Hay un poco de todo —empezó Neko—. Jaguares, hombres jaguar, sacerdotisas, algún tipo de espectro… también hay unos bichos mecánicos, pero esos déjamelos a mí o a Luken

—Rose puede crear terremotos metiendo sus raíces en el suelo —explicó, acariciando a la mandrágora.

—Y yo puedo desarmarlos con un poco de suerte, no me vendrá mal recoger algunas de las piezas que sueltan… —notó Neko, alegrándose evidentemente al darse cuenta—. Tú nos vendrás bien con los bichos de tipo pájaro, tu hielo les hará un buen daño.

Hyoga asintió e infló un poco el pecho.

Yuzuriha, Milo y Neko habían cambiado de equipo, optando los tres por armaduras ligeras que les darían más defensa que la ropa ligera que llevaban el día anterior, sacrificando algo de su agilidad.

La dancer vestía una falda mucho más corta por delante que por detrás, con volantes por todas partes y unas botas de altas abiertas por delante y cordadas hasta arriba. Parecían de cuero suave y aunque andaba la mayoría del tiempo de puntillas, no tenían tacón. El cinturón, con grandes remaches de metal, iba a juego con las botas y el chaleco, también marrón, estaba igual o incluso más adornado que el cinturón de la bailarina. Una camisa color crudo y muchos brazaletes y pulseras completaban el atuendo, junto con la diadema ancha y el coletero en forma de plumas que llevaba en la cabeza.
El pelo caía suelto en una cascada desde lo alto de la coronilla y se movía de un lado a otro con sus pasos casi silenciosos.

—Las de clase dancer no soléis llevar mucha ropa… —dijo Hyoga, ladeando la cabeza— Creo que es lo más tapada que te he visto.

Yuzuriha levantó una ceja y se pasó las manos por la cara, equipando el set de maquillaje que tenía preparado.

—Lo suplimos con accesorios —se encogió de hombros antes de levantar una mano y hacer sonar sus pulseras con un movimiento experto.

—Ya veo.

Milo vestía parecido a Yuzuriha, probablemente era el mismo set que llevaba ella, pero para bardo. Con su chaleco, camisa, pantalones y cinturón con los mismos motivos que Yuzu. Llevaba un flautín celta en el interior del chaleco y un violín con motivos celtas grabados en la tapa armónica.

—Sí, es apropósito. Mismo set, más bonus —explicó Milo cuando Hyoga les miró sin saber bien qué decir—. Es cosa de bailarinas y bardos.

Milo levantó un dedo, también llevaba mitones de cuero suave, y le guiñó un ojo.

—Ya estamos jefa. ¿Cuál es la dirección, arriba o abajo? —habló Milo hacia Neko.

—Abajo. Watari está en un pasillo, entre la tercera y la cuarta sala del segundo sótano, pero para ir ahí hay que bajar del todo y volver a subir —suspiró con las manos en la cintura—. Nos va a tomar al menos medio día llegar hasta él.

—¿Entonces el plan es ir, volver y hacer noche aquí? —preguntó Yuzu, acercándose al grupo de nuevo.

—El plan es ir y ya veremos.

Hyoga se llevó la mano a la frente, estaba notando cómo le subía la presión arterial y eso que su cuerpo era un montón de píxeles. Milo y Yuzu estaban compartiendo miraditas.

—No, tiene razón —intervino Afrodita—. Según en qué punto exacto esté, tal vez sea más fácil salir por otro camino. Una vez allí os puedo decir si conozco una salida más cercana.

—Lo hablamos anoche —aclaró Neko—. Durante la guardia.

La mechanic se dirigió a su carro sacando el arnés para ponérselo por encima del corsé anaranjado. Ató las correas y las ajustó.
El cinturón de trabajo le pesaba más del lado derecho que del izquierdo y lo movió un poco para equilibrarlo antes de ponerse bien la diadema y echarse hacia delante las trenzas que se había hecho esa mañana.

—¿Todos preparados? —preguntó mientras se subía los mitones y movía sus deditos impacientemente.

Dejó que su mirada se encontrara con cada uno de los componentes de su party antes de sonreír de costado y señalar hacia el inquietante pasillo detrás de ella.

—¿Pues a qué esperamos? ¡Vámonos!

Anir se giró y se encaminó hacia la oscuridad a buen paso, con sus compañeros pisándole los talones detrás de ella, listos para entrar en acción una vez más.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on October 19, 2014, 02:49:13 PM
Sigo debiendo imágenes de vestuario, pero vengo a ambientar otra cosa que entenderéis al final de la primera escena :DDDD 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/30_miloperrete1.png), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/30_miloperrete2.png).





30. Yo sólo espero que no requiera algún sacrificio…

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

Hyoga se dejó caer al suelo con un suspiro, quitándose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

—Eso ha estado cerca —observó Afrodita, palmeando el hombro del mago y sentándose cerca de él después de desenganchar el carro.

Hyoga inspiró profundamente, asintiendo.

—¿Es que aquí los bichos no se acaban nunca? —preguntó Hyoga, dándole las gracias a Yuzuriha cuando le tendió una poción.

—Hay más de los que recordaba —informó Neko antes de hacer una seña para indicar que iba a ponerse en contacto con Watari—. No toquéis nada. ¡Nada!

Hyoga suspiró otra vez y estiró los brazos por encima de su cabeza y después observó la sala.

Estaban en lo que parecía ser una especie de sala del tesoro. El sitio era grande y tenía pilares con joyas expuestas aquí y allá. Las paredes estaban pintadas con murales y el mago se levantó para mirarlos más de cerca. Hyoga reconoció pájaros, dragones y grandes felinos, además de unas figuras humanas con capas.

—¿Qué es eso? —le preguntó a Yuzuriha, que se había acercado a mirar con él.

La chica se encogió de hombros.

—No sé, pero es bonito.

Mientras tanto, Anir volvió a repetirle a Watari donde se encontraban.

No os debe faltar mucho —le comunicó Watari—. ¿Tal vez una hora con el ritmo que lleváis?

Neko suspiró cansada.

—No es nuestra culpa, vamos rápido, pero tenías razón. Si hubieras intentado salir por aquí de Massasi Temple tú sólo habría sido un suicidio. Y conforme están las cosas no nos lo podemos permitir.

Watari sonrió en la pantalla holográfica y se removió un poco en su escondrijo. Asintió y volvió a explicarle cómo llegar hasta su situación actual.

Milo había estado demasiado callado desde que habían accedido a la sala, así que Yuzuriha miró a su alrededor para asegurarse de que estaba bien. Que Milo estuviera callado por mucho tiempo solía ser una señal mala, hasta de catástrofe.
No estaba sentado con Afrodita, que le estaba dando de comer a su homúnculo, ni con Hyoga y ella, apreciando las pinturas. Tampoco estaba rondando alrededor de Neko ni podía oír los acordes de alguna de sus guitarras.

Cuando Yuzuriha lo vio de pie, tras un pilar, acercando las manos hacia una de las joyas expuestas, supo que su sexto sentido para detectar el apocalipsis seguía funcionando.

—¡Milo! —advirtió, pero él ya estaba levantando la tiara de oro amarillo.

Afrodita miró hacia Yuzu al oír el grito y Hyoga salió corriendo hacia ella, siendo sorprendido por un sonido que sólo podía clasificar como explosión típica de serie sentai, con humo de colorines incluido y todo.

—¡Me cago en la puta! ¡Milo! —gritó Neko, señalando hacia el suelo con las dos manos.

Afrodita se había levantado y su homúnculo estaba gruñendo desde su hombro, agarrado con sus raíces y enseñando sus dientes afilados.

—¿Qué… qué pasa? —Hyoga no veía nada, mientras el humo se disipaba, pero escuchó cómo algo se acercaba a él.

El mago se preparó para el ataque, pero nunca lo llegó a recibir. Yuzuriha empezó a reírse por lo bajo, con una mano tapando sus labios y Afrodita había bajado a la mandrágora de su hombro y se reía despacito mientras acariciaba sus hojas.
Neko volvió a gritar.

—¡Milo!

Y Hyoga reconoció el ruido que había oído como zarpas sobre el suelo. Cuando bajó la mirada, un perrito amarillo, con una tiara de oro puesta, daba vueltas alrededor de él.
Neko se había desenganchado el carro e intentaba cogerlo, pero el perro, una especie de bola de pelos a la que no se le veían los ojos, con la lengua colgando se escondía siempre al otro lado de las piernas de Hyoga.

—¡Que te quedes quieto, te he dicho!

Milo ladró. Y le sacó la lengua mientras jadeaba contento. Y luego se volvió a esconder cuando las manos de Neko estuvieron a punto de atraparlo.
El perro gimió, intentando treparse a Hyoga antes de salir corriendo de nuevo en dirección a Yuzuriha, con la mechanic persiguiéndolo.

Yuzuriha no tuvo problema en coger a Milo y en cuanto lo tuvo en las manos, Neko agarró la tiara y tiró de ella, arrancándosela al perro que chilló desesperado.
Cuando el humo se volvió a disipar, Milo tenía forma humana y Yuzuriha lo estaba agarrando de la cintura.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Hyoga, descolocado.

Neko caminó golpeando el suelo con los pies hasta la repisa para dejar la tiara en su sitio, moviéndola un poquito más para dejarla perfectamente encuadrada.
La joya estaba diseñada para cubrir las mejillas y la frente y tenía una cola formada por esferas que bajaba por la parte trasera de la cabeza, terminando en una especie de aguijón de oro.

—Es una joya maldita —levantó la mano hacia Milo, señalándole—. ¡Lo he dicho! ¡He dicho que nadie tocara nada!

Milo parpadeó y cuando abrió la boca tomó aire antes de empezar a hablar, porque había estado a punto de dar un ladrido.

—Me estaba llamando… —se intentó excusar— La oía en mi cabeza, es como si estuviera hecha para que la llevara yo.

—A mi me parecía una cucada —murmuró Yuzuriha.

—Desde luego le quedaba bien la forma —se rió un poco Afrodita, levantando una ceja.

Milo levantó un dedo y abrió la boca.

—No nos la vamos a llevar, Milo. Quítatelo de la cabeza.

Milo terminó por apretar los labios en un gesto infantil de decepción.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png)

Neko levantó la maza y la dejó caer con un grito de guerra. El androide que la había estado acosando se partió en mil pedazos, dejando caer piezas por aquí y por allá y el pájaro que estaba preparando un ataque en picado fue ensartado en la pared por una de las lanzas de hielo de Hyoga.
El mob aleteó contra la pared y un par de flechas de Milo remataron la faena.

—¿Ese era el último? —preguntó Afrodita, que tenía preparado otra bomba casera en la mano.

Yuzuriga asintió, con las manos en la cintura, descansando de la danza que había estado regenerando los puntos de magia del equipo.

—Y no sólo eso —se giró Neko, con el drop en la mano—. Creo que esto es para tí, como habíamos quedado.

Afrodita recogió uno de los materiales que le ayudarían a evolucionar a Rose y lo guardó con recelo en su inventario.

—Y ya no queda casi nada para llegar hasta donde está Watari.

Hyoga se llevó la mano hasta la cruz por costumbre y dio gracias por estar a punto de terminar ese infierno. Milo le vio mirar hacia el techo y mover los labios sin decir nada y ladeó la cabeza, intrigado.

—Vamos, es por aquí —indicó Neko, repasando otra vez su conversación con Watari en la omnitool.

Un par de salas y veinticinco enemigos después, en el recodo de un pasillo, Neko dio un par de golpes en la pared y pidió silencio.
Se oyeron un par de golpes de respuesta desde dentro y Neko sonrió.

—Ahí está.

Watari le envió un mensaje privado y Neko le confirmó que eran ellos.
Entre Watari y el equipo Pet Rescue no tardaron mucho en derribar la pared del pequeño fuerte que se había construido el mechanic.

—¡Watari! —exclamó Neko cuando por fin el hueco era lo suficientemente grande como para verle la cara y la mitad del torso.

—¡Anir! —exclamó Watari de vuelta, levantando los brazos y recibiendo un abrazo de parte de su amiga.

Anir tiró de él y acabaron los dos en el suelo, riéndose.

—Este no es el lugar ni el momento apropiado para revolcarse de felicidad —adivirtió Afrodita con una probeta en la mano y echando miraditas desde el recodo para ver si se acercaba algún monstruo.

—Jefa, el alquimista tiene razón —dijo Milo, con las manos en las rodillas, ligeramente encorvado.

—Biochemist —corrigió Afrodita.

Milo rodó los ojos, moviendo la mano hacia un lado para quitarle importancia a su error.
Neko, entre risas, se levantó, agarrando las manos de Watari para ayudarle a levantarse también. Yuzuriha y Hyoga estaban acabando de abrir el agujero.

—Mal que me pese, tienen razón. Será mejor que vayamos yéndonos.

—Espera, tengo que recoger mi carro…

Watari caminó entre los escombros, entrando de nuevo a su escondite.

—¿Cómo demonios has acabado aquí, si se puede saber? —preguntó Anir desde fuera, escuchando a Watari trastear.

—Oh, es una historia que te gustará… pero te la contaré en otro momento, lo que nos interesa ahora… —contestó Watari desde dentro y luego asomó la cabeza, levantando un libro— ¡Es esto!

—¿Qué es eso? —preguntó Hyoga, quitándole el polvo a la bola de cristal que remataba su bastón de mago.

Watari salió del agujero con el carro enganchado al corsé que llevaba debajo del chaleco y con un libro enorme, con grabados parecidos a los dibujos de los murales que habían ido encontrando por todo el templo.

—Esto es el libro guía de Massassi Temple, sólo hay uno y sólo se puede usar aquí dentro —explicó Watari, subiéndose las gafas con un nudillo.

—¿Qué me dices, lo has conseguido? ¿Pero existe? —curioseó Anir, acercándose a mirar el libro y levantando las manitas, dispuesta a arrebatárselo a Watari.

Watari levantó el libro un poco y Neko dio una patadita al suelo, cruzándose de brazos. El mechanic carraspeó, abriéndolo.

—Este… libro —dijo después de hacer una floritura con la mano— te da toda clase de información sobre la dungeon y me costó dios y ayuda conseguirlo.

—Por eso estabas encerrado aquí, seguro que ahí pone todos los materiales raros y como conseguirlos —barboteó Anir, ansiosa por saber todos los secretos del libro guía.

—Exacto, mi querida aprendiz —confirmó Watari.

Neko levantó un puño y lo dejó caer mientras se mordía el labio inferior.

—¡Lo sabía!

—¿Y tu libro mágico te dice cual es la salida más cercana? —preguntó Afrodita desde la esquina— Yo había pensado en seguir por aquí, pero me lo estoy replanteando.

Afrodita señaló hacia delante y la party se acercó para echar un vistazo. Unos metros más allá, cinco hombres-jaguar y dos sacerdotisas paseaban libremente.

—Y es posible que un par de salas más allá nos encontremos con algún boss o miniboss —anadió Afrodita para explicar sus dudas.

Los seis se miraron entre ellos, cada cual ponderando la situación para sí mismo.

—Dejadme ver —Watari se volvió a ajustar las gafas y empezó a pasar las hojas del libro, buscando una sección en concreto—, desde que me dijiste que vendrías a por mí he estado pensando en una cosa.

Watari bajó un poco más el libro para que todos pudieran ver de qué hablaba. Señaló un mapa.

—No muy lejos de aquí hay una salida —les enseñó, acariciando el papel con el dedo sobre la ruta elegida—. Sólo se puede abrir desde dentro y hay que ejecutar un pequeño ritual, pero no debería de ser un problema con todos juntos. Es muy sencillo, nada que perder.

Los cinco integrantes de Pet Rescue, que habían formado un círculo junto con Watari se miraron entre ellos. La ruta que proponía Watari era más corta que la que había comentado Afrodita cuando se estaban acercando al pasillo en el que estaban, además de parecer ligeramente más segura.
Y empezaron a asentir, al principio tímidamente, pero no tardaron en hacerlo con vigor.

Neko dio una palmada y todo el equipo se irguió de repente.

—¡Muy bien, chicos! Y Yuzu. Entonces vamos a seguir la ruta que Watari ha señalado en el mapa y cuando lleguemos allí veremos quien hace la ceremonia.

—Yo sólo espero que no requiera algún sacrificio… —murmuró Afrodita.

—Tranquilo, no lo es —aseguró Watari con una sonrisa.

Afrodita asintió aún con algo de duda, pero no tardó en dirigirse hacia el camino correspondiente. Mientras el grupo se preparaba, Neko invitó a Watari a la party y después se acercó los dos pasos que le separaban del que una vez fue su maestro y le agarró de los brazos, justo debajo de los hombros, clavó sus ojos turquesa en los cafés de él y le dijo despacio:

—Estamos confiando en tí, Watari.

El ‘más te vale que todo esto salga bien’ quedó implícito.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on October 19, 2014, 05:37:25 PM
Por fin! Me ha costado mil años terminar esto TvT Y de nuevo he tenido que reducir las palabras. But finally! I'm done with it.


Capítulo 5: Trouble in the clouds: Malas compañías


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatarban_zpsf5aeaab1.jpg)


Estuvieron hablando un rato más, de su situación actual, de juegos pasados, de las guilds y del Game Master. También de muchas cosas banales, y los minutos pasaron hasta que el cielo empezó a teñirse con el rosado claro del atardecer.

GreedyFox resultó ser un tipo majo a pesar de su apariencia intimidante, al que le gustaba hablar y beber con entusiasmo y que además estaba repleto de anécdotas. Les habló de su amplia experiencia con el juego, fruto de un largo tiempo jugando. Les comentó cosas interesantes, aunque muchas no se podían considerar propias de un jugador honorable, y casi se podía ver como Seras tomaba notas mentalmente con sus palabras.

—...y luego se quejaron de que no podía ir por la vida apuñalando a la gente y robándoles el inventario. Y fue como un, tíos, soy una Assassin, ¿qué esperáis que haga? ¿Que reparta tarjetas diciendo “hola, voy a atacarte por la espalda cuando menos te lo esperes”? Eso va en contra el código de cualquier ladrón que se precie.

—Ahà —comentó Fenris, que hacía un rato había decidido que la única forma en la que podía soportar aquella conversación era con su propia bebida en la mano. La cosa iba para largo. No iban a  llegar a Prorencia antes de que fuera de noche ni en sueños.

—Ser Thief es difícil. —Por su parte, Shruikan parecía bastante entretenida, y escuchaba con atención, apoyando la cabeza en ambos brazos sobre la mesa—. Lo intenté una vez en otro juego. No terminó muy bien.

GreedyFox rió levemente.

—Es cuestión de práctica. Y de habilidad. Al principio es un poco difícil, cierto, pero cuando ya tienes unos cuantos niveles resulta... muy gratificante. —La forma en la que pronunció eso último delataba un sincero placer.

—Parece que lo disfrutas.

—Por cierto —interrumpió entonces Sheba—, antes no has dicho el nombre de la guild en la que estabas.

El otro ladeó la cabeza.

—¿Te interesa?

La Black Mage torció ligeramente los labios.

—Es sólo para tenerlo en cuenta.

GreedyFox la miró intensamente por unos instantes, con el rostro imperturbable. Luego, rió entre dientes antes de responder.

—Es la de los Señores del Desierto. Tienen la base en Rabanatre.

—Me suena —dijo Sheba—. ¿Pero no era una guild casi exclusivamente de Merchants?

—La palabra clave es “era”, Reina. Cambiaron algunas cosas cuando el boss se hizo con el mando, aunque el comercio sigue siendo un pilar importante. Puede que sea un estirado, pero al menos sabe hacer las cosas. Trajo orden, disciplina y sentido común, además que al parecer consiguió hacer las paces con las otras guilds de la ciudad. A parte de eso, es como cualquier otro sitio, con su proporción entrañable y perfecta ente locos, tipos duros y gente que no sabe donde se mete.

—Parece que se lo han montado bien.

—Sí bueno, no a todo el mundo le gustó. Pero también es cierto que nunca se puede tener a todos contentos.

—¿A ti tampoco te gustó?

—¿A mí? —GreedyFox rió y apoyó la barbilla sobre la palma de la mano—. No me importa quien lleve la batuta mientras quede un espacio para mi en las filas del fondo. Aunque me gustaba el sitio, por eso estoy intentando que me dejen volver a entrar—. Arqueó las cejas y su expresión cambió, volviéndose más amigable—. Sabes, sois buena gente. Me invitáis a beber, os quedáis a charlar conmigo... tengo que pagároslo de algún modo. Me habéis dicho que debíais ir a Prorencia, ¿verdad?

Se puso a hurgar en su inventario hasta que sacó un cristal que dejó caer sobre la mesa. Era de color azul, con muchas caras, y rodó un poco por la mesa, arrancando destellos de la luz del atardecer pero a la vez parecía brillar con una luz interior.

—¿Qué es eso? —preguntó Seras, mirándolo con curisidad.

—Un warp —respondieron sus compañeros al unísono en un coro que mezclaba la sorpresa, la desconfianza y la incredulidad.

—Es una muestra de mis buenas intenciones. Quedároslo.

—Mmm... gracias, pero... —habló Sheba, con cierta inquietud—, no podemos aceptar algo así...

—¿Por qué no? Nos ahorraríamos una caminata. —La Samurai al golpecito al cristal y este centelleó con docenas de destellos.

—¡Shrui!

—Insisto —dijo GreddyFox, levantando una mano para dar a entender que no aceptaría un no por respuesta.

—¿Por qué? —preguntó Fenris entonces, mirándole con el ceño fruncido. El otro arqueó las cejas y estrechó los ojos, pero sus sonrisa no se desvaneció. Era una expresión extraña, afable e intimidante a la vez.

—Me caéis bien. Y parece que necesitáis un poco de ayuda. A mi parecer es razón suficiente.

El Knight no parecía convencido, pero no insistió. Se contentó con seguir observándole con los brazos cruzados sobre el pecho. Shruikan por su parte, alargó la mano y cogió el warp con tal cautela que parecía que lo estuviera robando en vez de aceptándolo. Era como si temiera que fuera estallarle entre los dedos.

—Bueno, entonces gracias, supongo.

—Ni lo menciones. Tampoco es que lo necesitase de todas formas.

—Me imagino que ahora somos nosotros los que estamos en deuda contigo. Es un poco jodido, porque no tenemos nada que...

—¡Jefe!

Shruikan interrumpió su discurso para observar a los recién llegados. Un grupo de cuatro personas que le resultaba muy familiar. Y a juzgar por la expresión de intenso desagrado que cruzó el rostro del Lancer que los dirigía, él también les reconoció.

—¡¡Vosotros!!

Ambos grupos gritaron al unísono. GreedyFox pasó la vista de unos a otros con sincero desconcierto.

—¿Os conocíais?

—¡Son los capullos del faro! ¡Trataron de robarnos!
—¡Ellos nos atacaron!

—Un momento, un momento. —El Assassin levantó los brazos, imponiendo paz por un momento, pero su mirada se había enturbiado a medida que las piezas fueron encajando en su cabeza—. ¿Ellos son a los que intentasteis robar? —preguntó, mirando al grupo detrás de él. Luego, sus ojos se dirigieron hacia Shruikan y sus compañeros—. ¿Son los que os machacaron?

Hubo silencio e intercambio de miradas, y un leve “no nos machacaron” susurrado en voz baja. El ambiente agradable de momentos atrás había quedado completamente destruido y todos parecían pendientes de GreddyFox, como si de su reacción dependiese el resultado de ese encuentro. Ya no sonreía y eso, en vez de arreglar las cosas, lo hacía aún más perturbador. Su expresión ahora era imposible de leer.

Lo primero que hizo fue suspirar.

—De verdad que no me gusta esto —dijo, y se levantó de forma aparentemente casual. Casi inmediatamente, todos se pusieron de pie después de él. Los otros le observaban con cautela—. Pero tengo mis obligaciones, ¿sabéis? ¿Qué clase de líder no defiende a los suyos?

Y luego pasaron muchas cosas al mismo tiempo.

GreedyFox deslizó sus manos con habilidad, pero antes de que pudiese hacer algo, Fenris levantó la mesa de forma que actuaba de escudo entre ellos y los demás. Un instante después se escuchó el sonido de la madera resquebrajarse y partirse por la mitad cuando una lanza la atravesó de un lado a otro.

Los trozos del mueble aún no habían terminado de tocar el suelo cuando una figura roja se abalanzó sobre ellos y Shruikan, que era la más rápida del grupo, a penas pudo desviar la cuchilla antes de que la ensartase en el esternón. Aún así no pudo parar el segundo golpe, y la hirió el brazo allí donde no la protegía la armadura.

—¡Creía que te gustábamos! —exclamó, llevándose una mano a la herida, consciente de que lo he había dado en las costillas de milagro.

—Y me gustáis —respondió GreedyFox, haciendo rodar el cuchillo ensangrentado entre sus dedos—. ¿Por qué crees que aún no te he apuñalado por la espalda?

—¿Debería sentirme agradecida por eso? —La Samurai volvió a dirigir la mano a la empuñadura de su katana, poniéndose en una posición defensiva aunque sabía que no le iba a servir de mucho si el otro decidía ir en serio.

—¡Shrui!

Supo ver la flecha venir, y dio un salto hacia atrás para esquivarla. De reojo, vio como Fenris blandía su mandoble que fue detenido a duras penas por la lanza de su rival. Y entonces escuchó la voz de Sheba otra vez, y el lugar donde estaban sentados momentos antes estalló en llamas.

Estaban montando un buen número en medio de la plaza, y no le pasaron desapercibidas las exclamaciones de sorpresa y los gritos de peligro de los otros transeúntes. Aún así no gozaba de tiempo para distraerse, y esos segundos de desatención le pasaron factura cuando otra flecha la golpeó en la cadera. La armadura paró el golpe y la saeta lo llegó a penetrarla, pero no por eso le dolía menos.

—¡Mierda!

Se lanzó sobre la Archer enemiga, que soltó un grito y volvió a cargar su arco, pero no logró disparar otra vez. Shruikan dio una estocada y le hizo un corte que le atravesó en diagonal la mitad del vientre. No era profundo aunque sí ancho, y por la expresión que puso la otra, sin duda debía doler.

La golpeó en las piernas, haciéndola caer, y aprovechó ese breve instante para dar un vistazo a su alrededor. Fenris parecía que se defendía bastante bien, y Sheba lanzaba un hechizo tras otro. Seras era la que parecía estar en problemas ya que con su vulgar cuchillo de novicio a penas podía defenderse del ataque de la Thief enemiga. No fue capaz de localizar a GreedyFox en su campo visual, y eso la perturbó.

Esa sensación no desapareció cuando fue a socorrer a su compañera, alejando a la atacante de una patada.

—¿Estás bien? — le preguntó mientras la ayudaba a levantarse.

Seras asintió, aunque estaba pálida y tenía una herida bastante fea en el muslo. Otras manchas de sangre en su ropa revelaban más heridas de poca importancia. Agarraba su cuchillo con tanta fuerza que tenía los nudillos blancos. La miró en el rostro y luego a sus espaldas, y en su rostro apareció la alarma.

—¡Cuidado!

Shruikan tuvo el tiempo justo para girarse antes de que se le clavase una cuchilla en el vientre. De nuevo, la coraza la protegió, pero esta vez la hoja la atravesó parcialmente y sintió el frío del acero en su carne. Soltó una maldición, e iba a contraatacar, pero antes de que terminara de alzar la espada Seras se le adelantó y le pegó un puñetazo a la otra en el rostro, con tanta fuerza y de forma tan imprevista que logró aturdirla.

—¿Estás bien? —Fue su turno de preguntar.

—Eso creo.

Escucharon un grito y levantaron la cabeza justo para ver como GreedyFox sujetaba a Sheba y la apuñalaba por detrás, en el hombro, hasta que la hoja sobresalía por delante.

—Lo siento, Reina —le dijo la oído—. Ojalá las cosas no hubiesen terminado así, pero... tus hechizos son un incordio.

Se separó de ella a tiempo para esquivar el golpe de Fenris, tan fuerte que agrietó el suelo. El Knight la sujetó, protegiéndola contra él mientras la Black Mage se cubría la herida que empezaba a teñir sus ropas azules de color oscuro.

—¡Fenris! —Shruikan le llamó para que se acercase. Era obvio que tal y como iban las cosas, no saldrían bien librados de ésta. En el Faro tuvieron suerte, algo de lo que ahora carecían además de estar en evidente desventaja frente al Assassin. Tenían que salir de allí enseguida.

Rebuscó en su inventario y sacó el warp que poco antes les había dado GreedyFox. Era un tanto irónico en realidad que utilizaran su regalo para huir de él, pensó, antes de que por fin Fenris las alcanzara, y rompió el cristal que les engulló con su luz para llevarles lejos de allí.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on November 06, 2014, 05:26:44 PM
Vengo a dejar aporte antes de morir y recordarme a mi misma que debo postear en otros hilos también. Anywaiiiiiiis, here we go.



Capítulo 6: Un poco de acción no nos hará daño


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


—¡Au! ¡Eso escuece!

—¿Quieres hacer el favor de estarte quieta? —Fenris exclamó al final, exasperado, mientras seguía aplicando el paquete de sanación a las heridas de su amiga—. Como sigas así te juro que voy a echarte sal.

Shruikan masculló algo entre dientes, pero se esforzó en quedarse sin moverse mientras el otro terminaba de curarle el brazo.

—Aprende un poco de Sheba. Sus heridas son peores y no ha dicho ni mu.

La mirada de la chica se alzó hacia la Black Mage sentada en la otra cama de la habitación que habían alquilado al caer la noche, poco después de llegar de golpe a la ciudad gracias al warp. Sheba estaba con las manos encima de las rodillas mientras recibía las mismas atenciones que ella por parte de Seras que, a pesar de la cara de preocupación que ponía, parecía desenvolverse bastante bien con los cataplasmas y las vendas.

—¿Te duele mucho, Sheba? —le preguntó Shruikan—. Nunca creí que llegaría a apuñalarte de verdad. Mira que parecía majo.

La otra, que había estado la mayor parte del rato con los labios apretados y la tez algo pálida, sonrió levemente.

—No es nada. Y supongo que es lo justo después de que intentara hacerle estallar en llamas. Creo que eso no le hizo mucha gracia.

—Los hay de rencorosos, ¿eh? —Siseó entre dientes—. ¡Fenrisssss!

—¡Ya está, mujer! Mira que eres quejica.

Sacudió las manos una vez terminó, y con el tratamiento aplicado, los puntos de salud reducidos de Shruikan empezaron a recuperarse lentamente.

—Gracias a dios— suspiró, y se echó de espaldas encima de la cama mullida y de sábanas agradables al tacto. Luego volvió a sisear porque había caído sobre sus heridas sin darse cuenta—. Propongo no volver a Columbia en un par de días —dijo, con la voz entrecortada.

—Como mínimo —comentó Fenris, que había ido a sentarse en una de las sillas libres de la habitación—. Lo que sea para no encontrarnos con ese tipo de nuevo.

—Era muy fuerte... —murmuró Seras, que también había terminado de tratar a su amiga—. ¿Creéis que hubiéramos podido con él?

—Si fuese cuatro contra uno puede que sí. —Sheba se palpó la zona vendada, haciendo una mueca cada vez que tocaba la herida—. Pero siendo cuatro contra cuatro y uno de los nuestros una Novice... sin ánimo de ofender pero lo teníamos difícil. No podíamos pararles a todos.

—Razón de más para que la chica suba de job cuanto antes —dijo Shruikan incorporándose de golpe—. Lo primero que deberíamos hacer mañana es ir a hablar con ese NPC. Luego ya veremos si volvemos a Columbia enseguida o nos esperamos un tiempo. De momento, lo importante es dormir.

—Ya empezaba a creer que no lo dirías.

Sólo había dos camas en la única habitación que habían podido alquilar, y no eran suficiente para todos. Normalmente solían resolver esa clase de dilemas con reñidas competiciones a piedra-papel-tijeras, pero por una vez acordaron dejar las tradiciones de lado y ceder el sitio privilegiado a las chicas más malheridas. Los otros dos tuvieron que contentarse en encontrar un rincón cómodo en el suelo o donde fuera.

No pasó mucho tiempo antes de fueran quedándose dormidos, derrotados por las emociones del día y el cansancio.

- - -

A la mañana siguiente se despertaron frescos como una rosa gracias a la magia de los videojuegos que decía que cada vez que duermes en una cama recuperas la salud y curas tus estado alterados. Las heridas ya no dolían aunque quedaron algunas cicatrices un tanto feas.

Siguieron con el plan original de encontrar el último NPC de la quest de Seras. Fe un tanto difícil debido a la cantidad de gente que había en Prorencia, ciudad de amplias calles y aspecto solemne, pero al final con ella: una aprendiz de Black Mage que les cedió uno de los ingredientes que vendía.

—Gracias —respondió de forma automática Seras una vez le dieron dicho objeto a pesar de que seguramente a la NPC le diera igual si se las daba o no. Regresó con sus compañeros que le esperaban no muy lejos.

—¿Ya lo tienes? —le preguntó Sheba, y la Novice asintió.

—Entonces ahora nos queda volver a Columbia.

—Eh, bueno, creía que habíamos dicho que no nos andaríamos con prisas en eso —comentó Shruikan—. ¿Pensaba que a nadie le hacía gracia volver tan pronto?

—No digo que vayamos directos —se quejó Fenris, con los brazos cruzados sobre el pecho—. Podemos tomarnos nuestro tiempo. Dar un rodeo, quizás.

—¿Tienes algo en mente? —preguntó Sheba, que ya empezaba a conocer cuando su compañero tenía una propuesta bailoteándole en la lengua.

—De camino hacia el sur hay una mazmorra de relativamente bajo nivel. Nosotros fuimos poco después de empezar el juego, ¿te acuerdas, Shruikan? —La Samurai asintió—. Está en el bosque, un poco antes de llegar a Eruyt Village. Los monstruos son bastante fáciles de derrotar y el boss de la Dungeon suelta algunos objetos interesantes. Hay un drop especial suyo que si nos tocara podríamos vender por una buena cantidad.

—¿No sería mejor quedárnoslo si es un objeto bueno? —preguntó Seras.

—Es un ingrediente para alquimia y fabricación. Útil si eres un Alchemist, Mechanic o algo parecido, pero para nosotros es inútil... a no ser que quieras dedicarte a eso.

—Mmm... estuve mirando un poco las jobs de Merchant —explicó Seras—. Son interesantes pero no, creo que no. Lo mío no es... fabricar cosas, realmente.

—Además, si es un objeto de buena calidad y en el caso de que Seras escogiera una de esas ramas, aún tardaría en poder utilizarlo —añadió Sheba.

—Ahora que habláis de esto... —interrumpió Shruikan y se puso a hurgar en su inventario—. Fenris y yo ayer compramos algunas cosas pero entre una cosa y otra se me fue de la cabeza.

—Cierto —dijo él—. Se me había olvidado.

—Son cuatro tonterías, unos accesorios para cada uno.

Extendió la mano en la que aparecieron cuatro pulseras. Estaban hechas de cintas de distinto color cada una: rojo, azul, amarillo y blanco. De ellas colgaba una cristalina del mismo color que su pulsera, talladas en formas distintas.

—Éste es el tuyo, Fenris, y éste el de Sheba—. Shruikan le tendió la pulsera roja a su amigo y la azul a la Black Mage.

—¿Para qué sirven? —preguntó Seras, observando los accesorios con curiosidad.

—La de Fenris sube un poco la salud y la fuerza, la de Sheba los PM y el poder mágico.  La mía —levantó la pulsera amarilla —, es sobretodo para velocidad y evasión. Ésta es la tuya.

Le lanzó la pulsera, que la otra alcanzó a coger por poco después de que le rebotara en el pecho y antes de que cayera al suelo. Se ató la pequeña joya blanca en la muñeca, y enseguida pudo ver como las estadísticas de suerte y salud en su perfil subían un par de puntos.

—Esto también es para ti. —Shruikan le ofreció un objeto más, un cuchillo largo en su vaina de piel curtida marrón con detalles en metal incrustado y el mango recubierto de cuero oscuro.

—Es un poco mejor que el que tienes ahora. Sigue siendo sencillo, pero te servirá un poco más, supongo.

—Gracias. —Seras agarró con fuerza el arma con ambas manos antes de recordar que debía abrir el inventario para poder guardarla.

—¿Entonces queréis ir a la dungeon? —preguntó Sheba, observando el nuevo accesorio colgando de su muñeca.

—Suena bien, ¿no? Un poco de acción no nos hará daño.

—Te recuerdo que ayer ya tuvimos acción más que suficiente, Shrui —la reprendió la Black Mage—. Y para mí ya fue suficiente por un par de días al menos, pero si os hace ilusión ir... ¿Dices que es una mazmorra fácil, Fenris?

—Como dar un paseo por el bosque... más o menos. El único que podría darnos problemas sería el boss, pero creo que entre los cuatro podremos controlarlo.

Sheba soltó un suspiro de resignación, pero en sus labios lucía una sonrisa divertida. Miró a Seras, que asintió enérgicamente, y luego dijo:

—En fin, de acuerdo, no se hable más. Hacia la dungeon se ha dicho.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on November 24, 2014, 05:02:34 PM
Traigo thingus this time! :v Monstruos varios que aparecen por aquí: la mayoría de ellos creo que no merecen explicación. Supongo que la mayoría sabréis mejor que yo lo que es un oso-buho (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Owlbear_trained_zps2fb1529c.jpg) xD. La planta que causa cegera que se menciona es este monstruo llamado Himarra (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Himarra_zps8ea7e522.png) del Dark Chronicle. Luego, como invitado especial, tengo a Maokai del League of Legends haciendo de boss. :3 La apariencia que tiene sería una mezcla entre su forma normal (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Maokai_0_zpsb2cc5c79.jpg) y su skin de Haunted Maokai (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Maokai_4_zps83e1031d.jpg). Enjoy it!



Capítulo 7: In the deep deep forest: Tener amigos para esto


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


Estuvieron andando un rato relativamente en calma, siguiendo el camino que conducía hacia el sur. Pronto los campos que rodeaban la zona de Prorencia fueron convirtiéndose en bosque, con altos cipreses y sauces allí donde transcurría un riachuelo, y grandes robles y saucos donde la flora  crecía más alta y abundante.

Llegaron a un cruce del que salía un pequeño camino hacia la izquierda que serpenteaba hasta internarse en el bosque.

—Es por aquí —dijo Fenris, señalando hacia esa dirección—. Ya no falta mucho.

El suelo empedrado del camino se vio sustituido por tierra áspera, y luego por un fino manto de hojas caídas. El cielo sobre sus cabezas poco a poco fue ocultándose tras una cúpula de follaje verde. Y la senda seguía adelante por aquel lugar hasta que, casi barrándoles el paso, encontraron el gran arco de piedra de una antigua puerta. Era lo que quedaba de un muro que antaño hubiese conformado la alta pared de un edificio pero ahora era poco más que roca cubierta de hiedra, con sus arcaicos relieves perdidos hacía mucho.

—Ya hemos llegado.

Se hizo notorio que entraban en una zona distinta cuando cruzaron el umbral de la puerta y empezó a sonar una música diferente, suave y con cierto aire místico y misterioso. La densidad de monstruos también había aumentado, y aunque algunos de ellos eran los mismos que habían ido encontrándose por el camino, la mayoría eran nuevos, distintas clases de lobos, osos-buho y otros animales y plantas monstruosas.

Sin embargo, tal y como había anunciado Fenris el día anterior, no eran criaturas con las que fuese difícil lidiar. Había cierto tipo, una especie de girasol medio humanoide, que causaba el estado alterado ceguera escupiendo su savia y era ciertamente molesto cuando les atacaban en grupo, pero por lo general el resto de monstruos dependían sólo de técnicas y fuerza bruta.

—El sitio es agradable —comentó Sheba en cierto momento—. Si no fuera por los monstruos, darían ganas de montarse una casita por aquí.

—Yo no consideraría una dungeon como el mejor sitio para irse a vivir, precisamente.

—Es extraño que no estés de acuerdo, Shruikan. Normalmente las ideas más locas suelen salir de ti —añadió Fenris por su parte—. Pero lo cierto es que sí es un sitio agradable.

—¿Es cierto lo que oigo? —dijo la Samurai, llevándose una mano a la oreja en un gesto exagerado para enfatizar sus palabras—. ¿Fenris no está llevando la contraria ni siendo negativo en algo? ¡Debe ser el fin de los tiempos!

—Que te den —gruñó él—. Anda y vamos a ver si resolvemos esta dungeon.

Como la mayoría de mazmorras, el bosque formaba un complejo laberíntico que incluía un intricado juego de puzzles, puertas, palancas y, especialmente, monstruos y trampas. Por suerte, la experiencia era una virtud, y el que dos de los miembros ya hubieran estado antes allí les facilitaba mucho el recorrido. Aún así, parecía que cada vez que tocaban algo tenía que caerles encima un nido de serpientes, una manada de zorros o un par de osos rabiosos.

—¡Demonio de bichos! —refunfuñó Shruikan mientras le cortaba la cabeza a una víbora de gran tamaño.

A su lado, Seras se deshacía de otra serpiente algo más pequeña con su nuevo cuchillo, que le sirvió para ensartar al monstruo de un lado a otro.

—Hay muchas bestias —comentó—. Pero Fenris tenía razón, no son muy difíciles de vencer.

—Lo cierto es que no sabía que hubiese una dungeon aquí —dijo Sheba cuando ya se deshicieron de todos los enemigos y manipuló un misterioso objeto circular de piedra, antiguo y cubierto de líquenes, que brilló con el contacto haciendo reaccionar un plafón en la pared—.Está a medio camino entre Prorencia y Eruyt Village, así que supongo que es normal que sea de nivel relativamente bajo. Me pregunto si viene mucha gente por aquí...

Se acercaron al pedazo de pared del que tomaron una llave pequeña y la roca brilló una última vez con un color anaranjado, dejándoles un mensaje en letras luminosas antes de apagarse.

—Es guai como primera mazmorra. Además tiene como una mini-historia oculta. Sobre un mago que se corrompió por poder y terminó destruyendo este lugar o algo así. Seguro que te gusta todo el rollo del mago loco, ¿verdad, Fenris? —dijo Shruikan con complicidad.

—Malditos magos —exclamó él con fingida irritación y un asomo de sonrisa en los labios mientras abría la puerta a la siguiente zona con la llave que acababan de encontrar—. Se creen mejores que el resto del mundo sólo porque pueden echar chispitas por los dedos y hacerle cosas muy feas a la cabeza de la gente.

—¡Abajo con los magos!

De nuevo, el sitio al que entraron estaba lleno de monstruos y tuvieron que limpiar el camino antes de poder hacer otra cosa.

—Ah no, ya os conozco a vosotros dos. ¡No empecéis otra vez con lo de los magos!

Sheba conjuró una bola de fuego que lanzó contra un oso-buho, y su pelaje o plumaje ardió.

—Mmm... ¿ocurrió algo con los magos? —preguntó Seras, pateando a una rata enorme en el proceso.

—En el anterior juego en el que estábamos los tres Fenris tuvo una experiencia traumática con los magos —explicó Shruikan, y limpió la sangre que había quedado impregnada en la espada contra la hierba que, por suerte, crecía en todas partes.

—Yo no diría traumática —se defendió él—, pero realmente fue algo desagradable.

No parecía muy contento de recordar el asunto, y tenía una expresión un tanto agria en el rostro al momento en el que sacudió su mandoble enérgicamente antes de volver a colgárselo en la espalda.

—Tampoco era porque fueran magos. Sólo eran un grupo de imbéciles que se lo tenían muy creído y les gustaba joder a la gente. Si quieres un consejo, nunca te fíes de alguien a quien no conoces o te apuñalarán por la espalda.

—Esa es una forma un tanto pesimista de pensar, Fenris.

En esta nueva sala había un par de palancas. Sheba fue hacia una con Seras mientras que Shruikan y Fenris se encargaban de la otra.

—Mejor estar advertirlo que aprenderlo por las malas —concluyó él, haciendo fuerza para levantar la palanca.

—¿Significa eso que no te fías de nosotras? —preguntó la Samurai, y él se rió.

—Ni siquiera un loco se fiaría de alguien como tú. Estás enferma.

—Oh, uau, ¿has oído eso, Sheba? ¿Has visto las cosas que me dice?

—A decir verdad —dijo la Black Mage, terminando de levantar su palanca con la ayuda de su amiga, y la puerta al fondo de la sala se abrió con un grave chasquido de sus bisagras de piedra—, cuando te conocí pensé “oh, dios mío, ¿tengo que hacer party con ésta de aquí? Mal lo llevamos”. Seguro que Seras también lo pensó.

La mencionada no dijo nada, pero en el rostro lucía una sonrisa medio divertida y tímida. Shruikan, por su parta, rezumaba indignación.

—O sea, ¡no puedo creerme lo que estoy oyendo! ¡Sois lo peor, malditos! ¡Mal amigos!

—Si fuéramos malos amigos no estaríamos ahora aquí contigo.

Fenris le dio palmadas de confort en el hombro que no fueron muy bien recibidas y se detuvo en el umbral de la puerta.

—Ya falta poco. En la siguiente zona está la puerta al boss de la dungeon. Os dije que no era difícil.

—¿Cómo es el boss? —preguntó Seras mientras cruzaban a la siguiente sala y se acercaban a la puerta en el muro opuesto.

—Grande. Y viejo. Es como un árbol que se ha tomado algo malo para desayunar —fue la explicación de Shruikan que no hizo mucho para aliviar las dudas de Seras.

—¿Cómo?

—El árbol es duro, pero lo que sobretodo da problemas son los pimpollos que van saliendo y que explotan cuando te acercas.

—¿En serio? —Esta vez fue el turno de Sheba de mostrarse escéptica, ya que ella tampoco había estado en esa mazmorra.

—Sí, y tocan mucho las narices. Aunque son muy monos. En cuando al boss... en fin, ya lo veréis.

Sacaron del inventario la llave de la puerta que habían encontrado un rato atrás en un cofre tras pelearse con una manada de lobos rabiosos, liderados por un alfa enorme y monstruoso. La llave encajó perfectamente en el cerrojo cubierto de hiedra, soltando un chasquido, y las vetas grises de la piedra empezaron a brillar con una luz dorada. La puerta empezó a abrirse.

Al otro lado había una gran y calmo claro circular, cubierto de hierba verde, en el centro del cual se encontraba un enorme árbol grueso y nudoso. Parecía estar muerto, porque no había ni una hoja que creciera en él y la madera estaba resquebrajada y gris, con hongos y hiedra creciendo sobre ella.

Una vez estuvieron dentro del claro, la puerta se cerró tras ellos y una suave brisa fría recorrió el lugar. El suelo tembló ligeramente. De la grietas y huecos del gran árbol empezó a emanar una luz azul pálida y el cielo se oscureció. Los nudos y la corteja empezaron a moverse, y en la madera oscura aparecieron un par de ojos y una boca torcida que resplandecían con la luz en su interior.

La criatura soltó un gruñido al reconocer su presencia que sonó igual que el crujir de la madera y se movió, levantándose sobre un par de extremidades hechas de raíces y unos brazos, uno de ellos tan ancho como un tronco. Entonces, del suelo, empezaron a brotar unas pequeñas criaturas rechonchas y parecidas a pequeños brotes, hechas de la misma madera gris y encantada del gran árbol.

Sacaron sus armas cuando el boss soltó un grito que retumbó por todo el claro, dando así inicio a la batalla, y la música de combate empezó a sonar en el aire.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on November 25, 2014, 07:41:25 PM
Detalles para cuando llegue el momento: Mistral (https://33.media.tumblr.com/8bfd4f23d313e9709f3bc4275f0d80d1/tumblr_mh1kwnN0IC1qapfkto2_250.gif), Monsoon (https://31.media.tumblr.com/fc6e9783c1cde3eb1827bda65051e9ea/tumblr_mh1kwnN0IC1qapfkto3_250.gif) y Sundowner (https://38.media.tumblr.com/4b28b348ff4a4cbccd44b39e164134e6/tumblr_mh1kwnN0IC1qapfkto7_r1_250.gif).

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
033waiting for you (2/2)

El silencio había caído sobre los tres como una losa. Lilith caminaba por delante, girándose ocasionalmente para comprobar que no se habían vuelto a escapar. Aunque técnicamente no hubiera hecho nada, lo que en sí mismo ya era algo negativo, Kora no podía evitar sentirse culpable cada vez que lo hacía. Trató de buscar algo de consuelo en Raiden, pero el Samurai tenía la vista perdida, sumido en sus pensamientos. Desde su fallido duelo con Sam no había mediado una palabra, ignorándola incluso cuando había intentado ayudarle a levantarse.

Qué desastre…”. Había sido un fracaso en todos los sentidos. No había podido detener a Raiden, y apenas habían llegado a escuchar algo de la conversación. Raiden debería haber dejado más tiempo para que Sam hablara, aunque mejor sería no decirle nada al Samurai.

- Vamos a la ciudad.

Lilith se giró hacia ellos. Cuando Kora levantó el rostro, vio en la cercanía un gigantesco muro de piedra en el que una entrada se abría como la boca de un monstruo, adornada por banderas con cruces y vigilada por caballeros.

- ¿No volvemos a Sanctuary?

Kora parpadeó, confundida. Había supuesto que buscarían el Warp más cercano para volver a la guild, pero estaban a las puertas de la ciudad. No era la mejor noticia: ya estaba temblando con sólo pensar que aquello significaría una regañina en privado.

- ¿Tienes prisa? – Fue la única respuesta de la mujer.
- No... no realmente.

No queriendo contradecirla más, obvió que quizá debería ir a subir de nivel con sus compañeras de equipo, y no comentó nada mientras se introducían en la ciudad. Si Florencia le había deslumbrado con su esplendor europeo, Acre la había bajado a la tierra de golpe. El aire austero y serio de la ciudad empeoraron aún más su humor, encogiendo los hombros debajo de los muros de piedra. Instintivamente, se acercó más a Raiden, que chasqueó la lengua. Al menos sacó una reacción de él.

La parte del puerto era un poco más animada, o al menos tenía más vida en comparación con el resto. Había puestos y tiendas, además de la base de alguna guild. Lilith saludó a un par de jugadores antes de sentarse en el borde de piedra que delimitaba el rústico paseo marítimo. Con un gesto de la mano, les indicó que la imitaran, aunque Kora dudó unos instantes.

- No tendríais que haber venido hoy. – Dijo Lilith sin mirarles.
- ¿Sólo nos has traído para regañarnos? – Raiden dejó ir un bufido.
- No realmente. Sólo quería estar un rato tranquila sin que se me hiele el culo.

Lilith cerró los ojos justo cuando una ola chocó contra las rocas bajo ellos, haciendo que la brisa oliera aún más salada por unos momentos. Era cierto lo que decía, el clima seco y templado tenía un contraste notable con el ambiente de Sanctuary, aunque Kora no hubiera podido decir si le gustaba más o menos, o si simplemente era una cuestión de dónde preferiría estar.

- Lilith... no deberías confiar en Sam tan fácilmente. – Raiden retomó la conversación, y Lilith sólo rodó los ojos, mascullando un "y dale". – ¿Y si él es una de las personas que simpatiza con el GM?
- Ha dicho que es neutral, ¿o es que sólo espías en las partes que te interesan?
- No sería la primera vez que te miente.

Kora observó el debate en silencio. Raiden, por primera vez en todo el día, sonaba verdaderamente sincero. Ni cegado por la rabia ni consumido por el rencor, simplemente parecía preocupado. Aquello no debió escapársele a Lilith, que se giró con una ceja alzada, mirándolo sin decir nada. De repente, Kora se sintió muy fuera de lugar. Desvió la vista hacia el mar, preguntándose si habría playa en algún punto de aquella rocosa costa. Quizá el agua estaba demasiado fría.

Ver cierta vulnerabilidad en los ojos de Lilith le había dejado algo alterada. Estaba tan acostumbrada a verla siempre en el centro de la acción, dirigiendo a sus compañeros o rematando a un boss, que recordar que era una jugadora más le suponía volver a la realidad de forma brusca. ¿Qué había pasado entre aquellos tres? Aquel Samurai... ¿qué podía haber hecho a Raiden y Lilith como para afectarles tanto? 

- ...y no importa ahora. Eh, Kora. – Pareció despertar cuando oyó su nombre de los labios de la mujer. – ¿Cuándo subes de nivel?
- Oh... – Estaba ya a punto de llegar al segundo job, si las cuentas de Elizabeth no fallaban. – Pronto. Queríamos rematar la faena esta tarde, Elizabeth ya puede pasar a Alchemist, y pensábamos ir a Columbia juntas.
- Qué bonito, una maga y una alquimista unidas en Columbia.

Lilith le dirigió una media sonrisa más típica, volviendo a su actitud habitual. Aquello la hizo sentirse algo más segura, aunque quizá era también un poco injusto por su parte.

- ¿Ya te has decidido por un segundo job? – Le preguntó, asomándose por delante de Raiden.

Kora dejó pasar unos segundos antes de contestar.

- Cuando entré, ni siquiera me había planteado eso. Elegí Black Mage para empezar con un poco de ofensiva, y porque… – Le daba un poco de reparo admitirlo. – ...básicamente, porque me parecía el más ideal de todos. Ni siquiera sabía qué ramas había.
- Es por eso que fuistes a Columbia. – Le recordó Lilith, y Kora asintió.
- Sí. Todavía no me puedo creer que puedo llegar a ser tan poderosa algún día, pero quiero ser fuerte. Luchar al lado de todos, y mantener a nuestros enemigos a raya. Y además, Lilith, cuando te he visto hoy...

Recordaba claramente cómo había detenido a Sam y Raiden antes de que llegaran a tocarse siquiera, convertida en una nube de fuego.

- Creo que me gustaría ser así. Poder proteger a mis amigos incluso de sí mismos.

La Elementalist sonrió, satisfecha con la explicación. A su lado, Raiden hizo una mueca, sin añadir nada más, dándose por aludido. No buscaba pincharle aquella vez, aunque sus palabras pudieran haberle molestado. Kora colocó un mechón detrás de su oreja, esperando el juicio de la líder.

- Vas a ser Elementalist, entonces. – Concluyó Lilith, y Kora asintió. – Genial. Te enseñaré algún día a hacer lo que he hecho antes.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)

Asami se ajustó el cuello de la chaqueta hasta que las solapas le tapaban casi hasta la nariz para protegerse de una racha de aire especialmente fría. Debajo de ella, la ciudad de Sanctuary se movía lenta bajo el sol de mediodía, adormecida hasta que empezara a anochecer.

- La vista es una pasada. – Murmuró Jolyne a su lado, balanceando las piernas en el aire.

Subir a los tejados había sido idea de la Monk, la cual había querido hacerlo desde que vio a unos jugadores en lo alto. Estaban en uno de los edificios más altos de la ciudad, casi a la altura de los muros que la rodeaban, y Jolyne parecía bastante emocionada por estar allí. Asami agradecía su nivel y stats superiores, ya que de otro modo, le habría costado seguir el ritmo de su compañera de equipo.

- Has estado aquí antes, ¿no? – Jolyne se giró hacia ella.
- La verdad, sólo una vez. – Admitió Asami. – Una de las quests de la ciudad es buscar las partes de un robot que ha estallado, y uno de los trozos cae por los tejados. Oh, tsk, podrías haberla pedido… lo siento, no me he acordado.
- No pasa nada, podemos ir más tarde.

Jolyne se encogió de hombros, observando en silencio la ciudad por unos momentos. Parecía haber un altercado en la plaza, aunque por el momento no pasaba de unos cuantos gritos.

- Entonces… ¿supongo que hoy no entrenamos? – Comentó Jolyne al rato. – Quiero decir, Kora se ha escapado, y tampoco he visto a Elizabeth.
- Elizabeth está en la base, la he visto hablando con otros de la guild un rato. Pero… supongo que hoy es día libre.
- Tienes todo controlado, mamá pato.

Las mejillas se le encendieron como fogones, y desvió la mirada hacia el horizonte. Era cierto que siempre procuraba saber dónde estaban sus amigas, pero tan sólo quería que todas estuvieran bien, no alzarse como la madre del grupo. Oyó cómo Jolyne se reía por lo bajo, aunque no sonaba maliciosa. Al menos parecía mucho más relajada a su alrededor, a diferencia de la actitud tensa que mostraba cuando se unió a ellos.

- Perdón… en realidad, es admirable que te preocupes por los demás. – Suspiró Jolyne, terminando la broma.
- Tenemos que cuidar los unos de los otros ahora. – Asami se encogió de hombros. – Es lo normal, ¿no?

Jolyne fue quien se quedó en silencio, apartando la vista tras murmurar un “me imagino”. Asami no era tonta. Su desconfianza inicial hacia las intenciones del grupo, el asombro que no terminaba de ocultar cuando veía la camaradería entre los miembros de la guild, y sobretodo, la manera en que cambiaba de tema cuando la conversación parecía acercarse a qué había hecho en el juego antes de que se encontraran…

Quizá algún día se sacaría aquella espina, pero por el momento, estar en los tejados de Sanctuary con una amiga parecía ser suficiente.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/sam.png)

Amatsu, lo más cercano a un hogar que Sam llamaría en el juego, estaba a un par de horas de camino. Lamentaba no haber podido hablar más tiempo con Lilith, aunque al menos había podido pasarle la información que quería. Lo que decidiera hacer… era cuestión suya. Ahora, su preocupación era retomar su camino, y ver qué le depararía la ciudad oriental.

No iba a ser un viaje tranquilo, sin embargo. Algo llevaba acechándolo un buen rato. Al principio pensaba que algún monstruo trataba de emboscarle, o que incluso Lilith o Jack habían conseguido seguirle el rastro, pero había pasado demasiado tiempo. A aquellas alturas, sentía más curiosidad que otra cosa. Llevó una mano al mango de su fiel katana, deteniéndose en seco en un claro.

- Es hora de que salgas.

Finalmente salieron de entre el denso bosque. Eran tres jugadores, aunque algo en ellos parecía inhumano, más allá de sus obvias modificaciones físicas.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/mistral.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/monsoon.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/sundowner.png)

La más llamativa era la mujer, quien tenía unos pocos brazos de más saliendo desde su espalda, pasándose una lanza de una de las numerosas manos a otra. El segundo imponía por su físico, grande como un armario y sujetando dos enormes espadas aserradas como si fueran cuchillos de plástico. A su lado, el tercero parecía incluso pequeño, armado con un katar en cada mano, con sus extremidades separadas pero flotando unidas por una corriente púrpura.

Sam alzó una ceja al mismo tiempo que los estudiaba con la Omnitool. Mistral, Sundowner y Monsoon, respectivamente. Lo único que mostraba la Omnitool eran sus nombres… y una barra de vida imposible para un jugador normal. Asió el mango de su katana, desenvainándola en un segundo.

En respuesta, Mistral se movió a su alrededor mientras se pasaba una lanza de una mano a otra, Sundowner dejó que su armadura se alzara en paneles para abarcar más espacio, y Monsoon desapareció en una nube de humo violácea.

Estaba rodeado, pero no le importaba. No iba a perder su primera vida sin dar una buena pelea antes.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on November 27, 2014, 04:01:12 PM
Aaaaaaaand nuevo aporte. :D La mayoría de referencias ya se dieron en el anterior capítulo. Sólo comentar que el objeto que aparece al final es parecido a éste (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/b17fabbe3706ee26caca2cb020290cd7_zps4e33b60e.jpg) sólo que sin estar unido a un váculo lol sólo esférico y del color que se menciona. :3 Enjooooooooooy



Capítulo 8: In the deep deep forest: El Guardián corrupto


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


—Vamos —dijo Shruikan. Hizo girar la katana entre sus manos y se lanzó contra el árbol encantado. La madera de su cuerpo era dura y densa, y el corte de la espada hizo poco más que un rasguño sobre la superficie.

El boss estrechó sus ojos huecos y levantó el brazo derecho, más grueso que el izquierdo, con gran rapidez a pesar de su tamaño y golpeó el suelo frente a él. Pese a que no la alcanzó directamente, el choque del impacto fue suficiente para mandar a Shruikan rodando hacia atrás mientras se reducían sus puntos de vida.

—¡¿Qué haces, Shruikan?! —la regañó Fenris mientras daba un golpe de mandoble al boss. En su caso, su ataque no estaba tan basado en el corte como en el propio poder de penetración del golpe, y pareció que si ofensiva resultaba más efectiva que la de la Samurai.

Uno de los pimpollos del boss se acercó a él y se le agarró con fuerza de la pierna, y Fenris tuvo el tiempo justo para sacárselo de encima y evitar que le estallara en las narices y le arrancase la extremidad de cuajo. Aún estaba cerca cuando se dio la explosión, y perdió algunos puntos de salud  por el impacto, protegiéndose de los trozos de corteza que salieron disparados en todas direcciones.

Por su parte, Sheba trataba de reducir a las pequeñas criaturas en la medida de lo posible con su magia, ya que al atacar a distancia era la que tenía menos probabilidades de recibir su ataque.

—¿Hay algo que pueda hacer? —le preguntó entonces Seras, que sujetaba con fuerza su cuchillo mientras observaba con cierta impotencia como sus compañeros se debatían en esa lucha contra el boss.

—¡Ayúdame con los pimpollos! —le dijo Sheba—. Explotan cuando te tocan, pero siguen siendo más débiles que el jefe. No creo que aún seas lo suficientemente fuerte para enfrentarte directamente a él. Si te quedas con poca salud, ¡aléjate!

Seras asintió. Un rayo salió disparado de la vara de la Black Mage por encima de su cabeza y golpeó a uno de los monstruosos brotes, que se desplomó entre chispas. Ella atacó a otro de los pimpollos, apuñalando su cuerpo rechoncho por detrás, y la punta del cuchillo sobresalió entre los ojillos de la criatura, que soltó un quejido lastimero.

Mientras tanto, los guerreros del equipo seguían encargándose del jefe. Shruikan, tras el primero ataque inicial, había adoptado una actitud más precavida, y esperaba a que el jefe atacara primero para aprovechar después su mayor rapidez para ir infligiéndole heridas antes de que el árbol pudiera contraatacar. Sin embargo, debido al tipo de defensa del boss y el bajo nivel de perforación de sus estocadas, el daña resultaba poco más que ínfimo.

Fenris parecía estar consiguiendo mejores resultados con su mandoble, aunque le era más difícil evitar los ataques. Debía depender de su fuerza y resistencia para mantener el ritmo durante la batalla. Poco antes había recibido el golpe del gran brazo derecho del árbol, y pese a que no había permitido que el considerable daño recibido le perturbase y que ya se había tomado una poción, cada vez que levantaba los brazos hacía una mueca de dolor.

Justo entonces, aprovechando que el árbol había desviado su atención hacia Shruikan, alzó su espada y con un grito feroz descargó un golpe contra una de las piernas del monstruo. El mandoble quedó clavado casi a la mitad del grosor de la madera y el jefe se tambaleó.

—¡Sheba! —gritó, y la Black Mage dejó de atacar a los monstruos menores para conjurar una bola de energía que lanzó contra el boss. Al impactar hubo un estallido de luz y el sonido de madera quebrada junto con el grito grave del árbol. Su cuerpo de madera echaba chispas y humo con algunas nuevas gritas en la superficie que reflejaban la disminución de su salud.

Shruikan aprovechó entonces para saltar sobre el boss, trepando por el ancho tronco que era su cuerpo y, cuando estuvo encima de la joroba de su espalda, alzó la katana y la clavó en el corto cuello de la criatura, justo en la base de su enorme cabeza.

El árbol gritó y se revolvió. Shruikan se tambaleó y cayó, con la mala suerte que su arma siguió clavada donde estaba. El boss levantó ambos brazos y golpeó el suelo, creando un impacto que sacudió la tierra y los tumbó e hizo retroceder a todos al mismo tiempo en el que los pimpollos estallaban a la vez.

Shruikan estaba muy cerca cuando sucedió, y su salud se vio críticamente mermada con el ataque. Se forzó a retroceder enseguida que pudo hacia los límites del caro, sujetándose uno de los costados. Los demás se levantaron del suelo. Fenris se apoyó en su gran espada antes de volver a alzarla de nuevo.

El boss estrechó los ojos. Nuevos pimpollos surgieron del suelo y agarró uno de ellos para lanzarlo en dirección a sus rivales. El monstruo hizo un gran arco en el aire con un grito agudo antes de caer muy cerca de Seras y estallar. La Novice, que acababa de levantarse, volvió a ser empujada hacia el suelo, recibiendo un impacto crítico en su salud.

El jefe enseguida había echado mano de otro de sus brotes, preparándose para lanzarlo de nuevo. Sheba consiguió levantar a su amiga y conjurar una barrera defensiva a tiempo para evitar que el pimpollo cayera encima de Seras y realizara un daño fatal.

Fenris consiguió detener el tercer lanzamiento golpeando al árbol en su brazo grueso. No consiguió perforar la madera esta vez, y el boss se giró hacia él, furioso, antes de golpear en su dirección.

Shruikan, por su parte, había logrado recuperar buena parte de su salud a base de pociones y rebuscaba en el inventario una arma para reemplazar la que había perdido.

—Aquí estás, bonita —dijo, cuando encontró la espada que había estado llevando antes de convertirse en Samurai—. Sabía que no venderte fue una buena decisión.

En vez de ir de nuevo a pelear contra el boss, fue hacia sus dos compañeras, ayudándolas a deshacerse de la creciente cantidad de pimpollos que las rodeaban. Cortó un par antes de podr alcanzarlas.

—Ve a ayudar a Fenris, Sheba. Yo me quedaré con Seras.

La Black Mage asintió como toda respuesta, y cogió con fuerza su vara antes de saltar para esquivar las criaturas y acercarse al boss. Mientras tanto, Seras se iba incorporando, recuperando salud gracias a las pociones y con el brazo extendido, interponiendo su cuchillo entre ella y los monstruos.

—¿Estás bien? —le preguntó Shruikan. Ambas estaban espalda contra espalda, así que Seras tuvo que completar su golpe de cabeza con una respuesta en voz alta si quería que la otra la recibiese.

—Eso creo.

Las dos pelearon como pudieron contra los insistentes brotes explosivos. Mientras tanto los otros trataban de acabar con el boss cuya vida ya estaba en las últimas. Los insistentes golpes de Fenris habían ido mermando su vida, y la magia de Sheba había sido el empuje final que necesitaban para decidir aquella batalla.

Todo terminó cuando después de golpear con el mandoble el tronco central del árbol, lanzando pedazos de madera y astillas, la Black Mage levantó un brazo, conjurando de nuevo un rayo que fue a impactar contra la katana olvidada en la espalda del monstruo, ejerciendo de pararrayos.

Eso acabó con la agonía del jefe, agotando sus puntos de vida, y el árbol gritó por última vez antes de que la luz de su interior se apagase. La madera, ahora sin vida, se desplomó, levantando una nube de hierba, esporas y polvo. Los pimpollos abandonaron el claro corriendo, y la luz del día regresó, trayendo consigo la calma y la música propia de la mazmorra.

—Buf, ¡eso ha sido intenso! —exclamó Shruikan, bajando su espada—. En algún momento he llegado a creer que no lo contaba.

—Y que lo digas... —dijo Seras a su lado débilmente, con las manos apoyadas sobre las rodillas y el cuerpo inclinado hacia delante, con un evidente alivio ahora que la pelea había terminado.

—Ei, lo has hecho muy bien —la felicitó la otra, dándole unas palmadas en la espalda. Luego fue hacia el otro par, acercándose al cuerpo caído del boss—. ¡Y tú, Sheba, mala pécora! ¡Como le haya pasado algo malo a mi katana te mato!

—Oh, ¡cállate! —Sheba golpeó el suelo con la punta de la vara sin saber si enfadarse o reír—. Gracias a eso, el boss está muerto.

—El boss está muerto porque he estado recibiendo casi todos sus malditos golpes, muchas grácias por el mérito —exclamó Fenris con un suspiro.

—Ya, ya, dejad de llorar.

Shruikan arrancó la katana del montón de madera muerta. Entonces, algo captó su atención de entre los restos, y saltó del cuerpo del boss para acercarse al objeto esférico y brillante del suelo.

—¿Qué es eso?

Lo levantó. Era grande y esférico, un poco más pequeño que una pelota de fútbol, hecho de alguna especie de cristal o resina delgado y translúcido, con vetas de madera rodeándolo como si se tratase de una especie de red. En su interior, había una especie de neblina que se iba moviendo lentamente al mismo tiempo en el que despedía una luz azulada y pálida, la misma que salía del interior del boss.

—Eso es el drop especial —dijo el Knight, con evidente asombro—. Nunca creí que nos fuera a salir de verdad. A ver si va a ser cierto que tienes una suerte legendaria —añadió, girándose hacia Seras.

Semilla del Guardián corrupto —leyó Shruikan en la descripción del objeto—. Que bonito.

Entonces se escuchó el sonido de la puerta al abrirse.

Todas las miradas se centraron en el individuo que acababa de entrar con la vista fija en el suelo y que se quedó quieto como una estatua cuando se percató de su presencia allí. Era obvio por la ligera forma en la que las cejas descendieron sobre sus ojos que no esperaba encontrar compañía en ese lugar.

Un silencio tenso se apoderó de la calma del claro mientras al fondo, seguía sonando la música a toque de flauta y violín.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on December 01, 2014, 06:48:18 AM
Yyyyy, fin del episodio del bosque. Y también de lo que tenía escrito hasta ahora, tardaré más en publicar el siguiente aporte. xD Presentación del nuevo personaje. Finally. ¡v¡


Capítulo 9: In the deep deep forest: Tesis en artes arcanas


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)


El recién llegado era una muchacho delgado, no muy alto, vestido con un largo abrigo blanco con botones oscuros de estilo oriental en el pecho, y el cuello y los puños terminados con un estrecho ribete de piel de animal. Del cinturón le colgaban varias bolsas pequeñas y utensilios perfectamente ordenados en estuches de cuero. Tenía la piel tan pálida que casi parecía más blanco que su propia ropa, y contrastaba con su cabello negro y lacio. Igual contraste hacían sus ojos grandes y verdes y de mirada extraña. Eran totalmente inexpresivos, y parecía más que estuviera mirando varios pedazos de carne que no personas delante de él. Un par de marcas verdes en sus mejillas, poco más que una fina línea como el rastro de una lágrima, terminaba de coronar su peculiar apariencia.

Estuvo un largo rato mirándoles en silencio y sin pestañear, silencio que ellos tampoco interrumpieron, tratando sin éxito de leer sus intenciones. Luego sus ojos se fueron hacia el cadáver del boss que lentamente empezaba a desaparecer, preparándose para cuando volviese a regenerarse al cabo de unas horas. Luego se desviaron al objeto que Shruikan seguía sujetando entre sus manos y se quedaron fijos allí. El silencio prosiguió largo y tenso.

—Necesito eso —dijo al final. Su voz era suave y monocorde, clara pero fría.

Shruikan apretó la Semilla con fuerza contra la coraza de su pecho, observando al otro con recelo, aunque eso no pareció perturbar su semblante.

—¿Para qué la quieres? —La forma en que la miraba era algo perturbadora, como si fuese alguna clase de reptil. ¿Por qué no pestañeaba? —No voy a dártela así como así, que hace dos minutos que la he cogido del suelo.

—La necesito —insistió él.

—¿Por qué deberíamos dártela? —preguntó Fenris, desconfiando del tono imperativo del muchacho, y de una forma que decía “lárgate si no quieres problemas”. El otro no pareció captar el segundo mensaje.

La expresión del desconocido no cambió de forma perceptible después de la pregunta, y sin embargo ahora parecía como si les mirase con cierta suficiencia. La misma mirada que le diriges a un niño de 5 años impertinente pero al que no le puedes decir nada porque es el hijo de tu jefe.

—Porque puedo pagaros. ¿Qué queréis por ella?

Realmente era algo extraño. La forma en la que parecía que pensara que eran estúpidos sin que nada en él lo demostrase, absolutamente inexpresivo. Como si el insulto estuviera sólo en sus cabezas y fuera un producto de su imaginación. Era seriamente incómodo. Como resultado, llevaban conociéndose unos escasos 5 minutos, y ya daban ganas de darle una patada en el trasero a ese tipo.

—Bien, pues, ¿sabes qué? Casi muero por conseguir esta cosa, quizá no me compensa vendértela —dijo Shruikan con evidentes señales de irritación.

El otro pestañeó. Finalmente.

—En ese caso, es decepcionante que alguien de tercer job junto a dos usuarios de segundo job y una Novice tenga problemas para mantenerse con vida contra el jefe de una mazmorra de nivel medio-bajo.

Shruikan se giró hacia sus compañeros.

—¿Puedo pegarle un puñetazo?

—Secundo la moción —dijo el Knight.

—Nada de violencia —les ordenó Sheba en tono autoritario—. De momento —añadió, pues por su cara ella tampoco había tenido unas primeras impresiones demasiado buenas de ese tipo.

—No voy a entregar la Semilla del Guardian corrupto. Es nuestro trofeo, la prueba de nuestra victoria, joder.

Al lado de Sheba, Seras se inclinó ligeramente hacia ella y murmuró:

—¿Pero el objetivo principal no era vender lo que consiguiéramos a la primera oportunidad...?

Sheba le dio un codazo. 

Fenris siguió haciendo preguntas con la misma autoridad de un inquisidor y con una mirada que amenazaba a recurrir a sus mismos métodos, sin dejarse avasallar por su hermetismo y descaro.

—Acaso sabes lo que es, chaval?

—Es la Semilla del Guardián corrupto —respondió sin dudarlo y después tomó aire, preparándose para el largo discurso que soltó a continuación.

—Es un objeto obtenido como drop especial del boss Guardián corrupto de la dungeon Bosque encantado. Las probabilidades de que aparezca son de un dos coma cinco por ciento. Se dice que es el sitio donde reposa el espíritu que poseía al Guardián. Alquímicamente, se utiliza para la creación de elixires de vigorización mágica. Con una sola unidad se pueden fabricar hasta cuarenta elixires que se venden a un precio medio de entre tres mil y cinco mil cada uno. El efecto de los elixires dura un máximo de sesenta horas exteriores dependiendo de la habilidad del fabricante, pero no se sabe si ha habido una modificación en este punto a raíz de los hechos recientes. El efecto del producto varia según la habilidad del fabricante así como el nivel, equipo y especialización del usuario, y consiste en un aumento de entre un quince y un treinta por ciento en poder mágico, un cincuenta por ciento en puntos de magia, entre un siete y un catorce por ciento en salud, un cinco por ciento en suerte, y un máximo del veinte por ciento en impacto crítico, además de otorgar el título “poseedor del Espíritu Arcano” a la descripción del usuario durante su duración.
   »La Semilla del Guardián corrupto también se usa en la fabricación de armas, pudiéndose crear la Vara de la Dominación y la Vara de la Salvación para Black y White Mage respectivamente; la Maza de Kabrakhan, el Martillo de guerra de Morgul, el Arco del Espíritu Arcano que además tiene añadido el elemento tierra, y la Espada del corte del Séptimo Reino. Además, también puede usarse para crear armaduras para magos. La Túnica del notorio pirata, el Peto de potenciación espiritual y los Ropajes de la Dominación son algunos ejemplos, aunque el conjunto más destacado es la Coraza del Guardián Corrupto, que potencia el poder mágico y la defensa en veinte y treinta puntos, pero se necesitan cuatro Semillas del Guardian Corrupto para su confección.

Hizo una pausa.

—Así que sí, sé de que objeto se trata.

Hubo un silencio cargado de estupefacción. Los demás se miraron unos a otros con confusión.

—Uau —dijo Shruikan al cabo de un rato—. O sea. Uau. ¿Cómo demonios te sabes todo esto?

El otro volvió a parpadear. Parecía que ese era el único cambio de expresión que podía lograr.

—¿Quieres decir que lo normal es no saberlo?

La Samurai soltó un suspiro exasperado.

—No sé que es más increíble, que se lo sepa de memoria o que no se haya quedado sin aire. ¿Cómo puedes hablar así? ¿De qué tienes hechos los pulmones?

—De datos en código binario mayoritariamente, ordenados en algoritmos d-...

—Ok, ¡reunión! —le interrumpió ella, sin estar dispuesta a soportar otro discurso—. Discúlpanos un momento.

Los cuatro se juntaron en un circulo pegados el uno al otro, empezando a hablar entre murmullos.

—¿Qué deberíamos hacer?

—Me da igual lo que diga, no me fio de él —opinó Fenris—. Es sospechoso a más no poder. Nadie normal soltaría una discursillo así.

—Pero no parece que se vaya a ir por las buenas. No luce desesperado pero... realmente quiere esa Semilla —fue el comentario de Sheba.

—¿Deberíamos tratar de deshacernos de él?

Todos se sorprendieron de que esa pregunta viniera de Seras.

—No matarle —se apresuró a aclarar, encogiendo la cabeza—, pero, ¿quizás dejarle inconsciente y salir corriendo?

—Has pasado demasiado tiempo con Shruikan, ha empezado a corromperte la mente —decretó el Knight.

—Oye —se defendió la implicada. Sheba, por su parte, seguía meditando el asunto.

—Mmm... no sé. Estamos hablando de alguien que todo apunta a que quería enfrentarse a un boss el solo. No parece un gran rival, ¿pero quien sabe lo que esconde bajo la manga?

—¿Y si accedemos a dársela pero le pedimos un precio tan alto que le obligue a rendirse? Me da igual lo que me pague, no quiero que mi Semilla la tenga él.

—No crees que se enfadará si le hacemos eso? Quizá nos ataque.

—Si quisiera quitárnoslo por la fuerza ya lo hubiese hecho. Además, sigue estando en inferioridad numérica, no creo que intente atacarnos.

Unos instantes de susurros más tarde,  el círculo se disolvió.

—Muy bien, chaval. Si quieres el drop, es tuyo por tres millones y medio.

No hubo reacción en el rostro del otro ante esa desmesurada cantidad salvo un casi imperceptible descenso de las cejas. Tardó unos segundos en responder.

—No tengo tanto dinero. Además, eso supera de mucho su valor real.

—O lo tomas o lo dejas, blanquito.

Les miró fríamente, imperturbable. Por unos minutos de tenso silencio parecía que la posibilidad de que fuera a atacarles iba a volverse realidad a pesar de que, igual que antes, nada en su postura lo delataba.

—Necesito la Semilla del Guardián corrupto —reiteró, y después añadió—: Propongo otro trato.

Los otros se miraron entre ellos un momento.

—Está bien. Te escuchamos.

—Conseguir la Semilla del Guardián corrupto ha sido un encargo. No dispongo de la cantidad que pedís, pero es posible que mi socio pueda dárosla. Eso, o intercambiarlo por algún otro objeto. Si me acompañáis os llevaré hasta él, y quizá lleguéis a un acuerdo.

—¿Cómo sabemos que no vas a traicionarnos a medio camino o llevarnos hacia una trampa?  —preguntó Fenris.

—No los sabéis. Tendréis que confiar en mí sin pruebas.

Silencio.

—¿Puedes disculparnos otro momento? —Volvieron a formar el círculo de reunión—. ¿Qué pensáis?

—No sé, me da mala espina. No sé si realmente podemos fiarnos de él.

—Quizá no —dijo Sheba, y un brillo perspicaz en sus ojos delataba que tenía algo en mente—, pero creo que eso se puede solucionar.

—¿De verdad creéis que hay alguien en este mundo que esté dispuesto a pagarnos tres millones y medio por un simple drop?

—Ni idea, pero es un montón de pasta. Con esa cantidad se nos acabarían los problemas económicos en una temporada. Y si no nos dan dinero, siempre podemos conseguir algún objeto interesante, ¿no? Creo que vale la pena el intento. —Shruikan se encogió de hombros.

—No sé yo... —Fenris no parecía del todo convencido, pero Sheba también se había decidido.

—Pienso que es una buena oportunidad siempre y cuando no nos metamos en problemas. Acabemos esto cuanto antes y de forma limpia y saldremos ricos y en una pieza de ésta.

Al final el Knight tuvo que dar su brazo a torcer ante sus compañeras.

—Muy bien —proclamó Sheba, haciendo pública la resolución final—. Iremos contigo con una condición: tienes que dejarnos algún objeto importante que tengas como fianza. Así nos aseguramos que no nos abandonarás ni nos traicionarás. Te lo devolveremos una vez hayamos hecho el trato.

El otro se lo pensó unos instantes.

—Es razonable.

—Tenemos un acuerdo entonces —la Black Mage le tendió una mano para cerrar el trato. Él la miró un momento con su rostro eternamente vacío antes de estrecharla lentamente, en un gesto que se vio forzado.

—Es un placer —digo ella, aunque por la cara que ponía era evidente que era pura formalidad—. Yo soy LegendaryQueen, aunque puedes llamarme Sheba. Ellas son Shruikan y Seras, Ms.GoodCop, y él es Fenris. ¿Cómo te llamas? —preguntó al final, al ver que el otro no decía nada.

—Ulquiorra —respondió simplemente antes de girarse y emprender la marcha, sin siquiera darles un último vistazo.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)

—¿A dónde tenemos que ir exactamente? —preguntó Seras. Aún no les había dado ese pequeño pero importante detalle.

Ulquiorra, al responder, lo hizo con el mismo tono frío y monocorde con el que había estado hablando todo el rato. Era como si ese tenso encuentro entre ellos no hubiese tenido ninguna clase de relevancia para él en absoluto.

—A Sin City. 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on December 21, 2014, 05:13:23 PM
lalala~


Capítulo 10: La puerta bajo las luces de neón


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)


El viaje a Sin City transcurrió con cierta tranquilidad, pero no se podía decir que fuese especialmente agradable. La mayor parte se sucedió en silencio con algunas conversaciones sueltas que siempre terminaban apagándose con la presencia de Ulquiorra guiando el grupo, imposible de ignorar a pesar de no haber mediado palabra desde que dejaron el Bosque Encantado. No había hecho ningún esfuerzo por internarse o tan sólo mejorar su relación con el grupo, ni siquiera formar party con ellos, y Fenris no paró de lanzarle dagas con la mirada durante todo el viaje, cosa que no mejoró mucho la tensión en el aire.

—¿Así que eres un Alchemist? —terminó preguntando en cierto momento Shruikan, incapaz de soportar el silencio denso que parecía envolverles a todos. Había aprovechado antes para echar un vistazo al perfil del otro y así había descubierto su job. Tenía un nivel relativamente medio, y resultaba un tanto extraño teniendo en cuenta la cantidad de horas jugadas que aparecía en su perfil.

—Así es.

—Tienes buenas estadísticas para tu nivel, ¿pero cómo es que aún no eres Biochemist con lo que has jugado? —dijo, consultando aún con la Omnitool.

—Antes tenía otra job —explicó él, apático, como si la cosa no fuera con él—. Después de un tiempo dejó de ser interesante. Así que cambié.

—Si no es mucho pedir, ¿qué clase tenías antes? —dijo Sheba, que se sumó a la conversación, demasiado curiosa.

—Dragoon.

—Vaya —exclamó, alzando las cejas con sorpresa—, es un gran cambio. No tienen nada en común, ¿por qué querrías hacerte Alchemist?

El otro tardó tanto en responder que por unos largos momentos pareció que no iba a hacerlo nunca.

—Era interesante.

—Eso es un tanto... redundante con lo que has dicho antes —señaló la Black Mage. Ulquiorra no se molestó en hacerle pensar lo contrario.

—¿Lo es? —fue todo lo que dijo, de forma vaga. Comprendieron que no iban a sacar nada más en claro de todo aquello y dejaron la conversación allí.

Todavía tuvo que pasar un rato más de camino llano de adoquines grises y combates aleatorios contra monstruos medio mecánicos antes de que la silueta de Sin City se hiciera visible. En todo ese recorrido, el bosque había vuelto a convertirse en prados, y éstos fueron secándose hasta dar lugar a un paraje árido y poco acogedor.

La ciudad se alzaba como una enorme mole oscura de hormigón en medio de la llanura, sin ningún otro elemento geográfico que rivalizarse con sus rascacielos. Un cúmulo de nubes grises cubría el cielo encima de ella, dándole un aire todavía más lúgubre.

—Que lugar más deprimente —comentó Shruikan cuando por fin tuvieron la ciudad delante, con sus altos edificios tristes y tan grises que eran negros.

—Así es Sin City —suspiró Fenris.

—Nadie que viva en un sitio así puede ser alguien decente —decretó la otra, negando con la cabeza.

Ulquiorra no dio nada al escucharles y siguió caminando hacia el interior de la ciudad. El ambiente dentro era mucho peor del que transmitía desde fuera. En las calles, el cielo estaba tan oscuro que no se veía el sol y los colores se volvían grises y saturados, acompañados por el ominoso ruido de los truenos lejanos. La lluvia caía sin mucha violencia pero de forma constante, y los NPC, la gente de las calles, parecían encorvados por su peso mientras les caía encima. Alicaídos y tristes, vagaban por las calles como fantasmas errantes.

Era un lugar triste y poco acogedor, con una aura de inseguridad y peligro en cada una de sus esquinas que les hacía sentir poco bienvenidos. Sin embargo, Ulquiorra les guiaba como si no percibiese nada de eso, como si no hubiese diferencia ante sus ojos entre esa ciudad negra o el bosque en el que se habían encontrado.

Por eso, cuando llegaron a un antro que parecía más bien un agujero en el suelo, marcado sólo por un letrero de neón encima de la puerta, casi fue un alivio el poder refugiarse del ambiente asfixiante y oscuro de las calles. El interior no es que fuese mucho mejor, pero al menos estaba a resguardo de la lluvia.

Era un sitio lúgubre, iluminado por cuatro luces blancas colgando del techo y parecía un bar de principios de siglo XX, vacío, con un NPC con cara de pocos amigos leyendo y fumando en la barra con una estantería llena de botellas de licor a sus espaldas que reflejaban una luz perezosa por el polvo acumulado en el cristal.

Ni siquiera levantó la mirada cuando Ulquiorra se adelantó por el suelo grasiento y sucio de servilletas usadas con familiaridad, que tampoco le prestó atención. El NPC sólo miró de reojo a los desconocidos antes de volver la vista a la revista. El Alchemist fue hacia el fondo de la estrecha sala, a la última de las mesas con sillones y bancos de cuero rojo y gastado en la que había sentada una sola persona de la que únicamente podían ver la nuca.

Los otros no se atrevieron a avanzar y se quedaron esperando en la entrada, viendo como Ulquiorra se inclinaba ligeramente para hablar con el desconocido, bajo y breve, sin que alcanzaran a escuchar lo que le dijo. Inmediatamente después, el otro giró la cabeza y les miró por encima del hombro con  un ojo afilado y rojo. Parecía un horrible presagio después de su anterior encuentro con GreddyFox,  de los mismos ojos escarlata.

El desconocido se levantó e intercambió unas palabras más con Ulquiorra. Luego si giró hacia ellos y les sonrió con lo que parecía la antítesis de las sonrisas. Debía ser la sonrisa menos inspiradora de confianza que habían visto en lo que llevaban jugando.

El tipo en cuestión era un hombre joven y alto en comparación con Ulquiorra, al que le sacaba media cabeza, y vestía con ropas simples en su forma pero llenas de detalles, con un manto ancho de color verde pálido por encima. Su cabello era claro y liso y le caía lacio sobre el rostro pero sin ser lo suficientemente largo para ocultar esos ojos escarlata. Recordaba a GreedyFox en su apariencia y actitud, pero de la misma forma tenía algo completamente distinto a él. Arrogancia.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Naoyins_zps53e43403.jpg)

—Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? —dijo suavemente, cruzando los brazos. Les miró de arriba a abajo con un brillo analítico en los ojos—. ¿Éstos han derrotado al Guardian Corrupto? No parecen la gran cosa.

El descontento general se vio disimulado por el “en efecto” impasible de Ulquiorra. Hubo un tenso intercambio de miradas. ¿Quién se creía que era ese tipo? De pronto los tres millones y medio no parecían tan tentadores; quizá no valía la pena el esfuerzo.

—Tu... socio nos ha dicho que quizás estarías interesado en hacer una transacción —dijo Sheba.

El desconocido se rió, y era una risa cargada de suficiencia.

—¿Y qué creéis que podéis ofrecerme que pueda interesarme?

—Tenemos la Semilla del Guardián Corrupto —dijo ella, con el ceño fruncido.

—No negaré que la Semilla del Guardián Corrumpto sea un objeto interesante, y —arqueó las cejas—, me sorprende realmente que lo hayáis conseguido, pero no era eso lo que buscaba de ese boss, ¿sabéis? Me habéis robado mucho más que una drop. Pero supongo que uno no siempre obtiene lo que quiere.

Sus palabras tenían algo de hostil a pesar de su expresión de aparente serenidad. Además, hablaba como si fuese él quien hubiera ido a pelear contra el boss en el Bosque Encantado. Les hizo un gesto para que le siguieran hacia la mesa, y obedecieron con recelo. Una vez allí vieron como la superficie estaba cubierta por un sinfín de papeles llenos de garabatos y anotaciones en lo que parecía Japonés, y por tanto era indescifrable para ellos.

Su anfitrión se sentó y se dedicó a ordenarlos en un montón, dejando espacio libre aunque no les ofreció nada para tomar. Ulquiorra se quedó de pie a su lado, igual que Fenris y Seras, mientras que Sheba y Shruikan también se sentaron.

—¿Qué quieres decir con que te hemos robado más que una drop? —inquirió Sheba, sin dar pie a preámbulos—. Además, nosotros llegamos antes, no robamos nada.

—Buscaba algo en concreto cuando mandé a Ulquiorra allí —explicó, ignorando las últimas palabras—. Quería probar cierta cosa que he ideado, pero... supongo que no necesitáis saber más de ello.

Se echó hacia atrás en su asiento.

—Me llamo Naoya —se presentó—. También me conocen como SonOfCain, pero no me gusta usarlo a nivel profesional.

—¿Por qué SonOfCain? —preguntó Shruikan. Sheba le dio un codazo. El otro hizo una sonrisa torcida.

—Todos somos hijos del pecado en mayor o menor medida —dijo, simplemente—. Algunos lo aceptamos más que otros. Sin embargo creo que no os interesa mucho hablar de religión, ¿verdad? ¿Qué queréis exactamente?

—Habíamos pensado venderte la Semilla del Guardián Corrupto.

—Piden tres millones y medio por ella —añadió Ulquiorra.

Naoya le miró con el ceño fruncido. Luego hizo una cara como si no supiese si enfadarse o echarse a reir.

—¡Eso es ridículo! Nadie os la compraría por ese precio, me estáis haciendo perder el tiempo.

La negativa había sido rotunda. Los cuatro se miraron, iniciando un diálogo silencioso.

—Vale, ¿qué te parecen dos millones? —dijo Shruikan. El otro sólo alzo una ceja.

—¿Por quién me tomáis? ¿Os parezco tan desesperado como para pagar dos millones por eso?

—Teniendo en cuenta los beneficios que puedes sacar de ella, no es una idea tan descabellada —insistió ella, recordando la charla de Ulquiorra.

Los ojos de Naoya chispearon y se quedó en silencio por unos instantes.

—Mirad, en situaciones normales le pediría a Sebastian que os echara a patadas pero realmente parecéis necesitados de dinero —hubo varias miradas entre confusas e irritadas—. Así que dejadme proponeros algo y quizá todos consigamos lo que queremos.

De nuevo diálogo silencioso.

—Está bien. Habla —dijo Sheba. El otro sonrió.

—Ahora mismo lo máximo que os puedo dar son 50.000. Pero —añadió antes de que empezaran las exclamaciones de indignación —, aumentaré la cantidad si hacéis algo por mí. Ulquiorra —le señaló —, tenía que enfrentarse al Guardián Corrupto para probar cierta cosa. Gracias a vosotros me he quedado sin resultados, así que me gustaría que le acompañaráis para que lo probara con otro boss. Si lo hacéis y conseguís buenos resultados, os pagaré más y quizá os dé algo interesante.

—¿Cómo de interesante?

—Digamos que algo que no podrías conseguir en ningún otro sitio.

Fenris fue el primero en dar su opinión.

—Ni hablar.

—¿Por qué no? —Shruikan levantó la cabeza para mirar a su amigo.

Fenris tenía el ceño profundamente fruncido y la mirada encendida.

—No somos unos miserables recaderos a los que puedas mandar por cuatro monedas a hacer algo que es incapaz de hacer él mismo porque es demasiado vago para levantar el culo. Además, es imposible fiarse con tanto secretismo.

Naoya parpadeó, impasible, con una expresión divertida.

—No voy a obligaros a nada. Si os negáis os daré la cantidad acordada y os pediré amablemente que os larguéis de mi puerta.

Fenris tenía cierta razón. Para empezar, ellos no habían acordada nada aún y ya hablaba como si hubiesen hecho negocios. Y en ningún momento les habían dicho que ese local era suyo. Pero Naoya había logrado acorralarles de esta forma con contadas palabras y una propuesta. Hablaba como si les estuviera haciendo un favor, como si hubiesen ido a mendiguear en su puerta y con toda la bondad de su alma les estuviera dedicando cinco minutos de su tiempo.

Era pura y desmedida arrogancia.

—¿Es un no, entonces? —dijo, apoyando el mentón en una mano—. No tengo todo el día para estarlo perdiendo con vosotros, decidios rápido.

Sheba frunció el ceño.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on December 28, 2014, 11:34:59 AM
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
034thunder and the sound of giants (1/?)

Kora dejó ir un suspiro de alivio cuando al atravesar el Warp vio que bajo sus pies se encontrava el pavimento de piedra característico de las calles de Columbia. Dio unos pasos más, dejando sitio para que el resto de su grupo pudiera pasar a la plaza en la entrada de la ciudad.

- ¿Ves como no te mentíamos? – Asami le puso una mano en el brazo.
- Nunca se está demasiado segura...
- Pues a mí me hubiera gustado probar la Ascensión. – Murmuró Jolyne a su lado, cruzándose de brazos. Kora le dirigió una mirada ofendida.

A la cabeza del grupo iba Raiden, caminando a paso rápido por la calle donde se encontró con Sam la primera vez que visitaron Columbia. Para su alivio, no había ningún Samurai que les emboscara, y cualquier rastro de preocupación se disipó cuando oyó el familiar pitido de un mensaje en la Omnitool.

>Hola Kora! ¿Has visto qué menú de buena mañana? Desayuno italiano jijiji. Saludos desde Prorencia!

Sonrió para sí misma al ver las fotos que le había mandado Shura, mezcla de alegría por saber de su amiga y por la alegría para la vista que era Caesar. Aunque no podía imaginar ir por el juego sin su equipo, envidiaba un poco el grupo con el que viajaba Shura.

Cambió a cámara interna para tomar una captura de ella misma, levantando dos dedos para hacer el signo de la victoria. Tras ella se veía la estatua dorada que se erigía en mitad de la plaza de entrada.

>Yum~ me alegra que estéis bien <3 yo estoy en Columbia para a hacer hoy la quest para pasar a Sorcerer ^o^ nos vemos pronto, ok?

- ¡Moonshine, no te quedes atrás! – Oyó la voz firme de Raiden nada más envió el mensaje.
- ¡Ya voy!

Tuvo que correr un poco para alcanzar al grupo, que había seguido adelante mientras ella intentaba sacar un buen ángulo para el improvisado selfie. El ambiente entre ellos era lo suficientemente relajado para que nadie se molestara especialmente.

- Recordemos los planes de hoy: mientras Elizabeth hace la quest de Alchemist, nosotros volveremos a comprar en la Feria de Alquimistas. – Explicó Raiden, con el grupo asintiendo a su alrededor. – Después, nos moveremos hacia la zona de los magos para que Kora y Hyoga hagan la quest de Sorcerer.

Ya habían establecido el plan aquella misma mañana, aunque Raiden nunca veía de más dar un último repaso. El grupo siguió en marcha, tratando de disfrutar del ambiente de Columbia. Aparte del viento que se había levantado aquella mañana, hacía un día espléndido, y la ciudad estaba igual de llena de vida que la última vez que la había visitado. Quizá incluso más, a juzgar por algunos jugadores que iban arriba y abajo rápidamente.

- ¿Crees que va a ser difícil? – Preguntó Kora a Hyoga.

No lo conocía de mucho aparte de unos cuantos encuentros en la base de la guild, pero al fin y al cabo, se había encontrado con él después de su primera excursión a Columbia. El hecho de que ambos fueran a subir de job el mismo día servía para terminar de construir cierta empatía hacia él.

- Quiero pensar que no… – Respondió éste. – Según Lilith, la quest es un examen sobre lore del juego, hacer una poción, y poner en práctica un hechizo de cada elemento… ¿no?
- Ugh, hasta aquí dentro tengo que estudiar.

Hyoga le dedicó una mirada aprensiva, suspirando. Al menos la parte práctica parecía más sencilla, aunque no solía utilizar muchos hechizos aparte de fuego y electricidad. Tampoco es que la tundra alrededor de Sanctuary le ofreciera más variables.

Cuando estaban entrando en la Feria, un grupo de jugadores pasó corriendo por su lado. Más experimentada tras doce días de enseñanza intensiva dentro del juego, Kora supuso que debían ser sobretodo Biochemists al ver las criaturas que acompañaban a algunos.

- ¿Habrá una Guild War? – Al verlos, Asami levantó una ceja.
- Es posible. Mantengámonos al margen.

Aunque parecía no darle demasiada importancia, Raiden no dejó de observar al grupo hasta que desaparecieron de la vista. A su lado, Elizabeth frunció el ceño al ver la Feria.

- Sí que hay gente hoy…
- ¿Es raro? – Le preguntó Jolyne. – Nunca he estado aquí.
- No realmente. – Elizabeth sacudió la cabeza. – Sigamos, el Gremio de Alquimistas está al atravesar la Feria.

Pero lo que les esperaba al final de la Feria era definitivamente fuera de lo común. Conforme avanzaban entre los puestos, había más y más jugadores, y en la enorme plaza del Gremio de Alquimistas, se había reunido una gran multitud. Kora jamás había visto tantos jugadores juntos, ni siquiera el día en que la mayoría de Crimson Raiders se había reunido.

- ¿Qué significa ésto? – Ante el panorama, Asami abrió los ojos en sorpresa. – Aquí hay por lo menos tres guilds.
- No tengo ni idea… – Elizabeth escaneó a varios jugadores con la Omnitool. – La mayoría son de las mismas guilds. Guilds de Alchemists.
- Así que sí hay una Guild War hoy… – Gruñó Raiden. – Démonos prisa.

Tratar de navegar entre la multitud, sin embargo, no era tan fácil como el Samurai pretendía. El gentío rodeaba las puertas del Gremio de Alquimistas, delante de la cual se habían alzado un par de Biochemists. A aquella distancia, era difícil oír con claridad lo que estaban aclamando a la multitud.

- ¡Dejadnos pasar! – Gruñó Raiden, intentando abrirse paso entre unos jugadores, sin éxito. Conforme intentaba colarse entre la gente, era empujado hacia afuera. – ¿¡Qué estáis haciendo todos aquí!?
- ¿Qué está pasando? – Asami sujetó al Samurai antes de que atacase a algún jugador a las afueras del gentío. – ¿Por qué estáis todos aquí?

Finalmente, un jugador tuvo la decencia de girarse hacia ellos. Su rostro era serio, y se aferraba a la maza de Cleric con manos temblorosas.

- ¿Es que no os habéis enterado? – Les dijo el joven. – Esta es la guerra. Con mayúsculas.
- Siempre estáis en guerra. – Elizabeth rodó los ojos.
- No. Esta vez los magos se han pasado… – El Cleric cerró los ojos un segundo. – Han invocado un monstruo para tomar Columbia, y está destruyendo todo a su paso.

---

Costó sacar a Raiden de entre la gente, pero al menos ya estaban en un sitio un poco más despejado. A pesar de ello, había un aire de intranquilidad, lo cual no era de extrañar si lo que aquel Cleric les había dicho era cierto.

- Tiene que ser una broma.

El pelo oscuro de Asami se sacudió aún más cuando negó con la cabeza. Parecía que hasta el clima ponía su parte para hacer que el ambiente fuera más tenso aún, avivando el viento que sacudía Columbia aquel día.

- Sabía que la gente aquí se tomaba esto demasiado en serio, pero… ¿invocar a un monstruo? – Jolyne miró por encima del hombro a la multitud del Gremio. – Qué locura.
- ¿Y qué vamos a hacer? – Preguntó Elizabeth. – Sea verdad o no, es imposible llegar al Gremio de Alquimistas ahora.
- Tomaremos un zepelín hacia el islote de los magos. – Raiden había encontrado la solución rápidamente. – Parece que van a tener la gresca aquí, así que les dejaremos un rato hasta que se hayan cansado, y mientras, Moonshine y Hyoga pueden hacer la quest.

Simplemente era darle la vuelta al horario que tenían planeado, por lo que no hubo muchas pegas acerca del cambio. La próxima parada de zepelines quedaba cerca, y en unos minutos, estaban esperando a que parara el siguiente.

Antes de subir, bajaron los pasajeros que venían en el zepelín. Un pequeño grupo eran claramente magos, de hecho, fueron reconocidos enseguida por otros jugadores.

- ¡Son Maziodyne! ¡Es la avanzadilla! – Gritó un Biochemist, apuntando hacia los recién llegados, que simplemente alzaron las manos. – ¡Cogedlos a todos!
- ¿¡Pero qué...!? – Hyoga no pudo terminar la frase cuando un jugador lo agarró por los brazos.

Tomada por sorpresa, Kora ahogó un grito cuando la capturaron a ella también. Parecía que “todos” incluían a todos los presentes, y aunque Raiden blandió su katana amenazadoramente, se detuvo al ver que el resto de su grupo había sido retenido fácilmente.

- No tenemos nada que ver. – Masculló. – Soltadles, o…
- No podemos saber eso. Si no tenéis nada que ver, os dejaremos ir.
- ¡Examinadnos con la Omnitool! ¡No somos de ninguna Guild de aquí! – Gritó Elizabeth, sacudiéndose contra la jugadora que la sujetaba. – ¡Suéltame!
- Podéis estar ayudándoles. – Respondió ésta. – Venid con nosotros.

En una última muestra de orgullo, Raiden no permitió que nadie lo sujetara, accediendo a guardar su arma como única concesión. Hasta él veía que por mucha habilidad que poseyera, estaba claramente superado en número: los refuerzos habían acudido en cuestión de segundos, atrapando a todos los presentes.

- Están todos como una puta cabra… – Tenía tan apretada la mandíbula que parecía que se le iba a desmontar en cualquier momento.

Los alquimistas no parecían interesados en ellos. Aparentemente, los magos de la tal Maziodyne eran la prioridad, atándolos en el centro de la plaza mientras el resto era situado a un lado, dejando un par de homúnculos para que los vigilaran.

- ¡Siempre lo supimos!

El Biochemist que llevaba la voz de mando caminó delante de los magos capturados, dirigiéndose a la enfurecida multitud con el puño levantado. Su homúnculo, un monstruo volador de colores brillantes, parecía tan excitado como él, volando bajo a su alrededor. Sin embargo, antes de que continuara con su discurso, el que parecía el líder del grupo de magos habló.

- ¡Venimos a hablar!
- ¿Ahora queréis hablar? – El Biochemist exageró una expresión de asombro, para girarse a su público. – ¡Ahora quieren hablar!
- ¡Escuchadnos! – Insistió el mago. – ¡Tenéis que detener al homúnculo que habéis creado! ¡Está totalmente fuera de control! ¡Si sigue, a este paso… toda Columbia...!

Toda la retórica del Biochemist se deshizo en un instante, mostrando por fin genuina sorpresa. Se hizo un silencio entre las primeras filas, incluso entre los otros capturados. Kora vio como sus amigos se miraban entre sí, extrañados por aquella información. Incluso a ella misma no terminaba de cuadrarle lo que acababa de decir.

- Nosotros no hemos creado ningún homúnculo. – Dijo simplemente el Biochemist. – ¿De qué habláis?
- Hace un par de horas ha aparecido un monstruo enorme en el centro de Columbia, flotando cerca de Monument Island y llevándose todo por delante con viento. – Explicó el mago. – Ningún mago lo ha invocado, así que tiene que ser cosa vuestra.

La multitud estalló en murmullos. Algunos acusaban a los magos de mentirosos, otros apuntaban a alguna guild de alquimistas más radical, algunos incluso gritaban que había traidores entre ellos, y sobretodo, nadie parecía abogar por una solución pacífica.

De entre el gentío salió una jugadora, habiéndose abierto paso con el golem que tenía por homúnculo, y se acercó al líder de los Biochemists. Hablaron entre ellos en voz baja, y el Biochemist abrió los ojos en sorpresa por unos segundos, retrocediendo unos pasos hasta que recuperó la compostura, volviendo a dirigirse hacia la alterada gente.

Su homúnculo dio un grito agudo que sacó muecas de dolor, pero sirvió para acallar la multitud.

- ¡Escuchadme todos! ¡Las ciudades están siendo atacadas por bosses! ¡Una ciudad, un boss! ¡Los Warps no funcionan, así que no nos queda más remedio que luchar! ¡Ese boss es nuestro, y tiene que soltar un buen drop y experiencia! – Se golpeó el pecho con el pulgar. – ¡¡Es nuestro!!

Si la multitud estaba ya agitada, aquella noticia sólo esparció el pánico aún más. El Biochemist líder tuvo que usar su homúnculo un par de veces hasta que aturdió a todos los presentes para conseguir algo parecido al orden. Aquellos momentos fueron aprovechados por uno de los magos, que consiguió soltarse de las ataduras que lo retenían.

El que acompañaba al Biochemist que hacía de líder trató de avisar, pero el mago sólo se acercó al compañero que tenía al lado, agarrándolo de la pechera. El pánico traicionó a éste tan sólo por unos instantes, manteniendo una expresión serena, sin intentar de defenderse siquiera.

- Avisa a todos en la guild. El boss es nuestro.

Sin que nadie tuviera tiempo para intervenir, una fuerte descarga recorrió el cuerpo del mago sujeto, conjurada por su mismo líder. Con un alarido, el jugador se deshizo en cuestión de segundos. Y entonces fue cuando estalló el caos de verdad.



Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on December 29, 2014, 01:11:54 PM
Sorry por la cutrez, estoy en casa de Airin y voy con prisas :v
Otro día pondré título y avatares y las imágenes que tengo para ambientar esto ._. ... o dentro de un ratín, cuando pueda. Bye~

*Y aquí estoy en misión de reconocimiento! He cambiado avatares y le he puesto título al aporte :3 Perdón por la espera.
Además de venir con algunas imágenes :D ESTOS (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_hombre-jaguar.jpg) son los hombres-jaguar y ESTE (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_warrior-boss.jpg) es el boss guerrero al que acompañan.






31. Hay que hacerlo, Neko. Por la party.

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)

—¡Sabía que esto era mala idea! —exclamó Hyoga cuando dio la vuelta a la esquina, agarrándose con la mano del quicio de la puerta y dando una palmada al suelo para invocar y dirigir su más novedoso ataque.

En el suelo delante de su mano se dibujó una línea, una capa de hielo fina y resbaladiza. Algunos de los hombres-jaguar que perseguían al equipo pisaron en ella, estrellándose contra el suelo, pero otros usaban las paredes para saltar de un lado a otro.
Uno de los hombres-jaguar rugió y se abalanzó sobre Hyoga, que rodó por el suelo a tiempo de escapar. Neko usó la parte ancha de su hacha para mandar al hombre-jaguar contra la pared de la que había saltado con un bateo certero.

El resto de la party ya se encontraba en la habitación y todos adoptaron una formación defensiva justo antes de que Neko agarrase a Watari de la pechera de la camisa.

—¡Qué demonios hacemos ahora! —le gritó a la cara, con las narices muy, muy juntas.

Watari echó la cabeza un poco atrás y levantó las manos. Se recolocó las gafas antes de intentar levantar el libro.

—Según la guía… —la mirada que le echó Neko le hizo toser un poco, pero continuó, dando énfasis a sus palabras para dar a entender que creía ciegamente en ellas— Según la guía hay un altar, en el altar se encuentra el equipo ceremonial. Dos personas deben…

—¡Todo eso ya nos lo has contado! Lo de la ceremonia y eso, ¿¡pero dónde cojones está el altar!?

Hyoga se dejó caer al suelo, bebiendo una poción de MP antes de señalar hacia un lado con la barbilla.

—¿Y por allí?

El fondo de la sala, que parecía desierta, no estaba muy bien iluminada.
Neko asintió, levantando el hacha de guerra. Watari volvió a ponerse bien las gafas, que se le resbalan por el largo de su nariz casi hasta la punta mientras echaba un vistazo rápido a su libro.

—Sí, debe de ser allí —sentenció el mechanic al darle la vuelta al libro, mirando el mapa de la sala.

—Iré a ver si hay algún monstruo. Después quien vaya a hacer la ceremonia que venga.

Neko se adelantó, con uno de sus bots de ataque encima de su hombro, moviendo las antenas de libélula mecánica a intervalos. Los demás bots estaban ayudando al resto del equipo a defenderse del boss con el que se habían cruzado y su séquito.

Según caminaba por la sala, las antorchas incrustadas en las paredes se fueron prendiendo. Neko apretó los dedos con más fuerza sobre el mango de su arma, pero nada le atacó. Llegó hasta el altar sana y salva y puso la mano sobre la losa dejando la imprenta de sus dedos marcada en el polvo que la cubría.
Rodeó el altar, escuchando los ruidos de la batalla de fondo. Algún track de la banda sonora del juego se había activado con la pelea y ahora sonaba tenso y lejano, mezclado con las melodías de las habilidades de Milo.

—¿Estamos a salvo? —escuchó la voz de Hyoga que acababa de llegar hasta ella.

—Sí —afirmó mientras se acuclillaba porque había visto algo detrás del altar—. Aquí hay un tirador, esto debe de ser un cajón o algo.

Hyoga se agachó a su lado, esperando a que abriera el cajón misterioso, pero Neko se quedó ahí, con el dedo en el tirador y luego miró a su compañero de party con duda en sus ojos.

—¿Vienes a hacer la ceremonia? —terminó por preguntar ella.

—Sí —confirmó el mago negro.

Era lógico. Aunque fuera el único job de la party enfocado al ataque, también era el jugador de nivel más bajo.
Neko echó un vistazo hacia la entrada de la sala, donde un hombre-jaguar empezaba a desaparecer después de que Yuzuriha lo estrellara contra el suelo agarrándolo del cuello con su bufanda.

—¿Y quién va a hacer la ceremonia contigo? —preguntó con un tinte de nerviosismo en su voz.

Hyoga la señaló con la barbilla.

—Tú —y continuó hablando antes de que Neko pudiera protestar—. Los demás están ocupados defendiendo la sala y Owliciuos nos tiene que decir como hacer la ceremonia.

Neko pensó en protestar, pero en una situación tan peligrosa como esa lo mejor era actuar rápido. Así que tiró de la manilla y el cajón se abrió ante ellos, inundando la parte trasera del altar de luz por unos segundos, cegándolos antes de que pudieran contemplar el equipo que necesitarían para realizar la ceremonia.

Los dos se quedaron callados. Hyoga miró a Neko. Neko miró la ropa con cara de horror.

—No.

—Neko, sí —contradijo Hyoga, con un tembleque en la ceja.

—Hyoga, no —dijo ella rotundamente, levantando la cabeza de golpe y mirándole a los ojos antes de recordar quien les había metido en ese embrollo—. ¡Watari, no!

La mechanic empezó a levantarse, pero Hyoga le agarró de la muñeca y tiró de ella lo suficiente como para atraer su atención.

—Hay que hacerlo, Neko. Por la party.

Neko abrió la boca, la volvió a cerrar. Intentó protestar, pero sólo ruiditos inconexos salían de su garganta. No tardó ni cuatro segundos en rendirse y murmurar cínicamente.

—Por la party…

Y sacaron el equipo para empezar a ponérselo.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)

Afrodita hizo girar la maza entre sus dedos antes de dejarla caer sobre la cabeza de un hombre-jaguar y oírlo chillar su desgracia. El monstruo se disipó poco después, dejando caer el drop y Afrodita se replegó hacia su carro.

—¿No deberían estar preparados? —preguntó a Watari por encima del fragor de la batalla y la melodía de la banda sonora del juego.

Watari apretó el libro hacia su pecho y miró como una de las libélulas de ataque de Neko echaba una pequeña descarga eléctrica a otro hombre-jaguar que se había atrevido a acercarse a ellos.
Watari consultó el reloj de su omnitool antes de volver a desactivarla y miró hacia el fondo de la sala con algo así como preocupación, algo difícil de conseguir con sus facciones usualmente festivas.

—Sí, deberían estarlo… —murmuró antes de cuadrar un poco los hombros y levantar la barbilla— Voy a ver qué tripa se les ha roto y empezar ya con la ceremonia para abrir la puerta.

Afrodita levantó un pulgar después de asentir con la cabeza. Bebió una poción de maná y se limpió los labios con el dorso de la mano.

—Esos hombres-jaguar se van a enterar de lo que son unas cuantas bombas… —siseó el biochemist con un tono oscuro tiñendo su voz.

Watari se alejó mientras la risa diabólica de Afrodita retumbaba en las paredes de la sala. Un escalofrío le recorrió la espalda.
Según se acercaba al altar, las voces apresuradas de Hyoga y Neko le llegaron cada vez más claras, aunque intentaban ser susurros. Pudo ver al muchacho de pie, al lado del altar, apremiando a Neko que no parecía estar en ninguna parte.

—¿Qué pasa? —preguntó Watari, trotando hacia él.

Hyoga levantó la cabeza para mirarle y estiró un poco el cuello. Luego señaló hacia el altar con una mano y se encogió de hombros.

—Neko no quiere salir —explicó.

—¿Por qué no? —indagó Watari, curioso.

—¡Porque no! —chilló Neko desde el otro lado del altar, escondida tras él— ¡Dile a Yuzu que venga, que lo haga ella!

Hyoga se cruzó de brazos y arrugó el ceño, mirando hacia su compañera de party. Él ya llevaba puesta su ropa ceremonial. Se trataba de un traje blanco con bordes azul claro. Las hombreras doradas conjuntaban a la perfección tanto con su pelo como con la cruz que llevaba colgando por fuera. La capa era del mismo azul celeste que adornaba los bordes de la chaqueta y aunque en su mayoría era un equipo elegante, los pantalones sólo llegaban un poco más allá de sus rodillas, dándole el aspecto de un niño de colegio con uniforme.

Watari se asomó por el otro lado y vio a Anir sentada en el suelo, abrazándose. Podía ver las botas rosas y unas medias altas blancas, con una estrellita dorada adornando el borde superior que quedaba a la mitad de su muslo. Llevaba dos coletas altas, atadas con pañuelos blancos y guantes del mismo rosa que el calzado

—No está tan mal —le animó Watari.

—¿Tú crees? —preguntó Neko, bajando los brazos para poner una mano entre sus piernas y agarrarse el brazo izquierdo con la mano derecha.

Los brazos de Anir se habían apartado lo suficiente para dejar ver un lazo rosa sobre el pecho y el generoso escote el diseño.
Watari abrió la boca y tuvo la suficiente visión de juego como para tomar aire y decir sin cambiar la cara:

—Sí, claro. Es bonito. El rosa es más bien fucsia, así que no choca con tu color de pelo.

Hyoga miró a Watari con confusión en su rostro y levantó la barbilla para preguntarle sin palabras que era lo que estaba haciendo. Watari no se dio por aludido. Neko se mesó una coleta, mirando hacia un costado. También llevaba una gargantilla, compuesta por un lazo rosa y una estrellita dorada que colgaba de él.

—¿De verdad? —volvió a preguntar.

—Que sí tonta, que estás muy… guerrera, estás muy guerrera.

Anir arrugó la nariz, pero se levantó, intentando hacer que la falda plisada debajo de su sobrefalda de picos, abultara un poco menos.

—Se me van a ver las bragas, vas a ver tú… —se quejó mientras salía de su escondite.

Watari se encogió de hombros, empezando a buscar las instrucciones en el libro mientras le contestaba.

—También se te ven en el de colegiala y no te quejas.

Hyoga rodó los ojos y se puso una diadema azul celeste que había encontrado con la ropa, tenía unos ornamentos que parecían formar alas blancas tapándole las orejas.

—El de colegiala me da bonus en todos los stats cuando me enfrento a bosses —explicó Neko, señalando a Watari con un cetro blanco y rosa, con alas y una estrella rematando la punta—. Tiene una misión y un sentido de ser y no voy enseñando tetas.

—Bueno, así no podrán decirte que no tienes —dijo Watari antes de levantar la cabeza del libro y esquivar el cetro justo a tiempo, antes de que se incrustase en su cabeza.

Neko refunfuñó mientras caminaba a zancadas, puños cerrados y hombros crispados, en busca el cetro perdido. Lo agarró del suelo y volvió a señalar a Watari con él.

—A ver esa ceremonia —le dijo con tono de acusación.

Watari sonrió y miró de uno a otro antes de señalar unas losas en el suelo, delante del altar, decoradas con los mismos motivos que aparecían en las paredes.

—Tenéis que empezar ahí. Neko, tú a mi izquierda y Hyoga, tú a mi derecha.

Ambos asintieron y se colocaron en sus puntos de partida.

—Esto es ridículo… —murmuró Neko.

—Tengo la sensación de que se va a poner mucho más ridículo, muy pronto —advirtió Hyoga en el mismo volumen.

Watari estaba frente a ellos y los miró un momento antes de empezar a explicar.

—A ver…

Un hombre-jaguar rompió la defensa de la puerta, entrando en tromba en la sala, directo hacia el trío, pero la bufanda de Yuzu lo agarró del cuello, volviéndolo a sacar al pasillo y unos segundos después se oyó una explosión al otro lado de la pared. La pirámide retumbo y desde el portal entró humo negro y algo de polvo que se había levantado.
Watari carraspeó y repitió.

—A ver, tenéis que hacer los mismos movimientos que yo. Hyoga, tú los harás como si fueras un espejo mío y Neko, tú los harás al revés.

—Ajá —afirmó Hyoga.

—Entendido… —dijo Neko, estirando la falda un poco hacia abajo y el top un poco hacia arriba.

Dio un par de saltitos y se crujió el cuello al mismo tiempo que Hyoga ajustaba la tiara encima de su cabeza.

—¿Listos?

Los dos asintieron y Watari empezó con las indicaciones.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on December 29, 2014, 02:45:20 PM
Aporte subtitulado "Fíli, NO". Este chico sigue la estela familiar con demasiada eficiencia (http://saintseiyayaoi.net/Smileys/emotes/dospuntosuve.png)
~+09~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)


—Nunca más. —pidió Airin con seriedad.

—Nunca más. —asintió Kíli solemnemente.

Se miraron abrumados durante un par de segundos, hasta que el knight llegó junto a ellos.

—No ha sido para tanto, y habéis ganado experiencia, no exageréis. —dijo rodando los ojos mientras abría su omnitool para ver el drop.

—Tres pociones, Fíli. TRES. POCIONES. —Airin levantó el índice derecho frente a la naríz del rubio, que echó la cabeza un poquito para atrás ante el arma improvisada.— No podemos permitirnos tanta descoordinación cuando nos estamos jugando vidas literales.

El chico asumió un gesto ofendido ante el cual su compañera se apresuró a ponerle la mano en el hombro, mientras su hermano le daba suavemente con el codo.

—Pero menos mal que estabas aquí para defendernos.

—Oh claro, ahora dices eso...

—¿Verdad? Mi hermano será un poco fanfarrón, pero es útil de vez en cuando. —Kíli echó un brazo en torno al cuello de Fíli y lo atrajo hacia él, dándole un beso sonoro en la sien.

—¿De vez en cuándo...? ¡Ya la tendremos tú y yo cuando subas de nivel, mocoso insolente!

Mientras los muchachos se empujaban y se revolvían el pelo mutuamente, Airin se mordisqueó la uña del pulgar, sintiéndose arrepentida por la forma brusca en la que había hablado. Pese a la habilidad que tenía en negarse a ver la realidad, en el fondo sabía que no era de extrañar que tarde o temprano se acabase quedando siempre sola. Lo raro era que hubiera gente dispuesta a aguantar su carácter y sus salidas de tono tan desagradables.

Se adentró entre el grupo de árboles por el que hacía un rato habían perdido de vista al gunslinger, ajena a las protestas repentinamente acalladas de sus otros dos compañeros.

—¿Y a ésta qué mosca le ha picado ahora?

—Fíli, ¿te has enfadado? —su hermano lo observaba atento al más mínimo gesto. El rubio resopló, pasando la mano por el cabello castaño del arquero.

—No, no me he enfadado. No me ha sentado bien, es verdad; pero no me he enfadado.

Kíli continuó mirándolo con fijeza significativa, arrugando las cejas hasta que el pliegue vertical que se marcaba entre ellas cuando no estaba conforme con algo se hizo dolorosamente pronunciado. Sus ojos siguieron los pasos de la chica, para después volver a posarse en su hermano. Repitió el  movimiento un par de veces más, y cuando comprobó que Fíli no se daba por enterado dejó escapar el aire poquito a poco, en un suspiro resignado y algo apagado.

—Kíli, no voy a disculparme con ella por algo que no ha sido MI culpa, por mucho que te guste la chavala. Lo siento, pero no. —sentenció el knight cruzándose de brazos.

—No pretendo que le pidas perdón, no he dicho nada. —el menor revisó su equipación y el armamento de su inventario un par de veces para asegurarse de tener todo en orden antes de encaminarse hacia la espesura.

—¿Entonces de qué demonios va ésto?

—La verdad, no parece que no estés enfadado.

—Kíli... —llamó el rubio con tono de advertencia.

—No. Sabes de sobra que somos iguales, que a veces te ofendes con el soplo del aire. Y estás enfadado, y se nota. Pero a lo mejor no estás enfadándote con lo que deberías, y seguro que como siempre, acabo pagándolo yo. —Fíli hizo intento de interrumpir, pero Kíli se negó a pausar su tirada.— Porque por mucho que me pueda gustar una chica, tu eres mi hermano y vas primero que nadie, mal que te pese. Y siempre te voy a defender. Pero cuando estés equivocado, te lo diré igual.  Y sinceramente, creo que aquí te equivocas.

El muchacho se quedó callado mirando al suelo, rumiando las palabras de su hermano pequeño durante unos minutos. Cuando se dio cuenta de que éste aún estaba esperándole para seguir juntos, se llevó una mano a la cara y se frotó los ojos con frustración.

—La he jodido otra vez.

—¡Fíli! ¡No! ¡No la has jodido, nos has salvado el culo! Vale, sí estábamos despistados y perdidos, y Airin tiene razón en que deberíamos coordinarnos mejor, pero si acaso ha sido culpa de todos ¿de acuerdo? De Pip por no planificar bien las cosas y meter la pata mil veces, de Airin y tuya por ser igual de cabezotas, y mía por ser un inútil y fallar tantos tiros. No quieras llevarte siempre toda la responsabilidad, deja algo para el resto.

Fíli no pudo evitar una media sonrisa irónica, y palmeó el hombro de Kíli.

—Anda, vamos. A ver cómo le quito yo ahora el nubarrón de tormenta a tu pelirroja...

—Vas a tener que darle amor e insistirle, me da la impresión de que tiene muchas movidas que no nos ha contado.

—Ay enano, creo que absolutamente todos estaremos de acuerdo en que el amor se lo dés tú, y yo me encargue del resto.

—Fíliii... —la voz mortificada de Kíli se perdió entre los árboles en busca de su party.

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on December 29, 2014, 04:58:58 PM
El primer aporte para salir de mi estado de atascada 8´D *gracias Alba por la motivación, estaba que me tiraba de los pelos porque no me salia ni una miserable linea-




#29.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

Los primeros instantes tras la aparición del monstruo Berial, Sol y Nero se dejaron contagiar por el caos reinante, alejándose junto con otros jugadores y acabando por apartarse de la calle principal, para no ser arrollados y ocultarse en uno de los callejones.
Aunque sobraban las preguntas, porque los dos sabían que los monstruos no atacaban en la ciudad y en especial uno tan grande, Nero fue el primero en lanzar la obviad.
-¿Qué demonios está pasando?
-¡Y yo que sé! -Sol intentó asomarse a la calle para asegurarse de que la visión era real, apartándose a tiempo antes de que le arrollase una arquera acompañada de un invocador que habían buscado refugio en el mismo sitio que ellos.

El Paladin comenzó a pensar a toda velocidad, aquella aparición tan poderosa no era fruto de la casualidad, podía tratarse de una broma pesada o de un evento… lo único claro, era señalar al GM, como el perpetrador de aquello.

Llegaron otros tres jugadores al callejón, no les prestó atención, agarrando del hombro a Nero para sugerirle huir y buscar un Warp…
-¡Los Warp no funcionan!

Antes de abrir la boca, una Gambler, de los tres recién llegados, daba la noticia a sus dos compañeros, uno un Red Mage y el otro un Adept. Noticia que fue escuchada por los otros cuatro y recibida por el desasosiego general y silencioso del grupo de desconocidos.
El momentáneo segundo de quietud se perdió al instante, un sonido de destrucción, similar al de una bola de demolición cayendo contra el suelo, les indicaba que la criatura había comenzado a moverse. Por la distancia y la paranoia, era difícil saber si se acercaba o no hacía ellos.     
-Nero -Sol se inclinó sobre el Knight-, tenemos que reaccionar, y ahora.
-¿Qué recomiendas que hagamos?

La pregunta pilló por sorpresa a Sol, no era Nero quien la había formulado, la desconocida arquera se acercó a ellos. Todo el improvisado grupo los miraba, apoyándose en quien parecía más fuerte y en quien primero había tomado la iniciativa, como si buscasen y a la par, hubieran elegido a un líder natural.
-Oye, no sé que os habréis pensado, pero nosotros… -Pero cuando Sol buscó el apoyo de Nero, este por inercia, imitó a los desconocidos. Y seis pares de ojos, atosigaron al Paladin en busca de una respuesta.

Sol sintió una punzada, un viejo recuerdo regresaba a su mente. Era verdad, había sido el orgulloso líder de los Made in Heaven. Las viejas costumbres de Guild no se olvidaban, y aquel era un buen grupo para comandar. Sin querer, su mente su puso en el juego, pensando a toda prisa qué hacer con un arquero, un Summoner, Red Mage, Adep, Gambler, Nero como Knight, y él mismo como Paladin, siete en total. Demasiado variados en job y nivel como para un ataque de choque, y demasiado pocos para una estrategia de desgaste… pero había una posibilidad. Remota. Pero la había.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/trish.png)

-Arquera, ¿cómo te llamas?
-Spice Girl -respondió sin pensarlo, mirando al resto de miembros, extrañada porque el improvisado líder se hubiera fijado primero en ella.
-Te he preguntado por tu nombre -Sol insistió impaciente, aunque la chica aquella vez bacilo sorprendida e insegura en contestar, fue una buena estrategia para que el resto del grupo saliera de su estado de alerta, y se centrase en su labor como grupo, al declararse definitivamente un líder.
-Trish… -respondió escueta y sin demasiadas ganas en un intento por marcar territorio. Tenía su carácter y pese a la situación de urgencia, tampoco le parecía correcto que la trataran como un trapo.
-Esta bien, Trish -Sol no relajó su tono autoritario, sacando una sonrisa maliciosa bien ensayada para la batalla y que parecía colocarle por encima de cualquier situación -. Quiero que comiences a disparar flechas contra el monstruo. Ahora.

Abrió la boca para contestar, y la cerró de golpe ofendida, ¿qué pretendía exactamente aquel Paladin? ¿Qué le plantara cara ella sola?
Pero el resto del grupo ya estaba bajo el influjo del líder, sin cuestionar y simplemente esperando que la chica acatase la orden.

Trish, tragó saliva, montando la flecha en el arco y colocándose al borde del callejón con la espalda apoyada contra el muro, Sol se acercó a ella.
-Procura apuntar a la cabeza.
La chica puso los ojos en blanco, ni aun acertando iba a hacerle nada al monstruo. Recurrió a sus habilidades de Archer y potenció su tiro para acertar al objetivo más que para herirle, salió el instante preciso para tensar el arco, apuntar, y dejar que la flecha volase por el cielo, describiendo una parábola hasta que se clavó en la cabeza del ser… sin que este notase siquiera el golpe.

Trish se puso a cubierto en el callejón, por suerte la criatura no la había visto, no iría en su dirección para contraatacar… claro que, ni había sentido el golpe.
-Hazlo otra vez.
Sol insistió, y ella ya no pudo reprimir lo absurda que le parecía aquella situación.
-No le estoy haciendo nada, lo mejor que puedo hacer es ahorrar flechas y evitar a que venga a por nosotros.
Sol la agarró del brazo evitando que guardará el arco.
-Dispara otra maldita vez, no tenemos tiempo, y tu no tienes donde huir.
Trish se sacudió aquella mano, y aunque estaba molesta, volvió a montar otra flecha en el arco.
-No malgastaré ninguna otra flecha…
Sol asintió, y Trish salió del callejón, igual que antes, disparando al cielo hasta que la flecha le acertó… nada había cambiado, no le había producido nada de daño…

Pero, sí que algo había cambiado, de otro lado, una nueva flecha que no era suya atravesó el cielo, y luego otra surgida de otra parte.
Trish lo entendió, ella había iniciado la ofensiva, había dado la señal a otros escondidos para que contraatacar y supieran que no estaban solos en la batalla.
Miro incrédula al Paladin que había recuperado su sonrisa.

-No es por el daño que le puedas producir, es por dar un mensaje.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on January 17, 2015, 11:26:30 AM
Los enemigos que menciono son éstos (http://vignette1.wikia.nocookie.net/bayonetta/images/1/1a/Affinity_3.jpg/revision/latest?cb=20100124034402) y los más duros son éstos (http://vignette3.wikia.nocookie.net/bayonetta/images/4/4f/ApplaudBGallery.png/revision/latest?cb=20140103030049).

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
035thunder and the sound of giants (2/?)

- ¡Kora! ¡¡Kora!!

No fue hasta que Asami la sacudió por los hombros que empezó a volver en sí misma. Se llevó una mano a la frente, mirando a su alrededor. Reconoció el puesto de comida donde habían parado a tomar un almuerzo improvisado. Estaban en la entrada de la Feria de Alquimistas.

- ¿Estáis todos bien? – Raiden pasó la vista de un miembro de su equipo al otro.
- ¡¡Están locos!! ¿¡Pero qué coño le pasa a la gente aquí!? – Jolyne se apartó un mechón de la cara con rabia cuando una fuerte brisa le revolvió el flequillo. – ¡Podrían habernos matado!

Todavía recuperando el aliento, Kora apoyó una mano temblorosa en el hombro de Asami. Todo había pasado demasiado deprisa y su mente parecía tratar de procesarlo todo aún, sin dejar de revivir los acontecimientos para ponerlos en orden.

Uno de los magos había matado al otro, provocando que la multitud se lanzara a por ellos. No había quedado ni uno, pero se habían llevado consigo a más de un alquimista. Estallando en llamas, atravesados por una lanza de hielo, incluso como fuego amigo de sus propios compañeros… ¿Cuánta gente debía haber perdido una vida en cuestión de segundos?

Eran jugadores contra jugadores. Sus vidas reales estaban en riesgo, y sin embargo, no había detenido a nadie a la hora de atacarse. Había sido un brusco recordatorio del hecho de que el resto jugadores que se habían quedado atrapados en el juego podían ser tan peligrosos como los mismos monstruos que habitaban aquel mundo.

- Tenemos que irnos. – En la mano de Elizabeth brillaba el frasco de un Warp, haciéndolo girar entre sus dedos. – Han dicho que no funcionan los Warps, pero por probar…

El estallido del cristal contra el suelo sobresaltó a Kora, quedando simplemente en un susto. Un pequeño retazo de humo azulado se elevaba sobre los fragmentos del frasco. En aquellos momentos, no era más que los restos del contenedor de un poco de agua azul.

- Bajaremos de forma manual. – Levantando su brazo mecánico, Raiden tecleó en su Omnitool para enseñarles el mapa de Columbia. – Monument Island está hacia al centro. Nosotros estamos aquí.

Señaló un punto en el oeste del conjunto de islas de Columbia. Aquella era la zona de los alquimistas.

- Las escafandras de salida están en el sur. – El dedo de Raiden apuntó a una isla más abajo. – Hay que llegar allí cuanto antes y salir de la ciudad.
- ¿Y qué pasa con Columbia? – Preguntó Hyoga. – El boss seguirá aquí.
- A Columbia la han abandonado sus guilds más fuertes para pelearse entre ellos. – Negó Raiden con la cabeza. – Lo máximo que podemos hacer es ayudar a los que nos encontremos… imagino que quedará alguien con el suficiente sentido común para huir.

Juzgando por la expresión de sus compañeros, era claro que a ninguno le gustaba la idea de huir con el rabo entre las piernas… pero ninguno de ellos tuvo tiempo para oponerse al plan, ya que en aquel momento, una figura aterrizó delante de ellos.

Su cuerpo humanoide era blanco, con un par de alas a su espalda, cubierto con una tela azul, y la cabeza estaba rodeada por un halo tan dorado como la punta de la lanza que blandía. Y no iba solo. Cuatro seres similares volaban a ras del suelo a su alrededor, algo más pequeños y básicos en comparación, pero imponentes ante cualquier jugador.

- Por supuesto, el boss traería compañía… – En guardia desde el primer instante, nadie había tenido tiempo de ver cómo Raiden desenfundaba la katana, apuntando al monstruo angelical. – ¡Techbender, Jolyne! ¡Cubrid a los otros tres!

Por suerte, los que debían de ser de menor rango eran accesibles hasta para los jugadores de primer job. Mientras Raiden terminaba con el que debía ser el jefe, evadiendo su lanza para cortarlo en tres, hasta Kora y Hyoga podían proporcionar un poco de apoyo con sus hechizos, ayudando con los otros cuatro monstruos.

- ¡Hay que darse prisa! – Insistió Raiden, cogiendo al vuelo la poción que Elizabeth le pasó para subir sus stats durante un tiempo.

Aunque no vieron el boss en ningún momento, sabían que todavía no había sido derrotado. El cielo se había oscurecido con una tormenta, y más monstruos como los otros aparecieron hasta llegar a un islote cerca de la entrada a Columbia, así como otros jugadores que se les habían unido en la carrera.

Eran ya una veintena los que trataban de huir de la ciudad que literalmente empezaba a caerse a pedazos, azotada por los fuertes vientos.

- ¡Por ahí podremos llegar a la salida! – Elizabeth señaló un islote al otro lado del puente, gritando para hacerse oír sobre el vendaval.
- ¡Rápido! – Gritó Asami, recibiendo con un mazazo uno de los ángeles menores que se lanzó hacia ellos en picado, lanzándolo lejos.

Atravesaron el puente levadizo a toda prisa, con las corrientes de aire en su contra. La tormenta era cada vez más fuerte, levantando trozos de pavimento y trayendo consigo escombros de otros islotes. Los únicos que parecían poder navegar entre el viento con comodidad eran los monstruosos ángeles que no dejaban de crecer en número y ferocidad.

- ¿Y si el boss está en la entrada? – Sugirió una lancer pelirroja, antes de tener que bloquear un ataque desde el aire. – ¡La tormenta es mucho más fuerte aquí!
- ¡No lo veo por ninguna parte! – Raiden oteó el horizonte, sin dejar de correr en ningún momento.
- ¡Nadie ve nada! – Se quejó Jolyne a su lado. – ¿Elizabeth, estás segura de que es por aquí?

Ésta respondió con una afirmación que no les sirvió de mucho. Era cierto que no podían ver ya a mucha distancia, pero era claro cómo el viento iba arrastrando el islote donde estaban, empezando a arrancar el mismo suelo que tenían delante.

La única posible escapatoria se empezaba a deshacer frente a sus ojos.

- ¡¡Corred!! – Gritó Raiden, recobrando el sentido rápidamente.

Era una carrera contrarreloj. El islote había quedado atrapado en un torbellino, partiéndose en dos para que empezara a desmoronarse. Continuaban huyendo, esta vez del mismo abismo que se abría en sus talones.

Kora trató de ignorar el grito que oyó, sin atreverse a mirar atrás, aunque sabía muy bien lo que había pasado. Tal y como la había sacado de la marabunta en la plaza del Gremio de Alquimistas, la mano de Asami tiraba de su muñeca, obligándola a correr con todas sus fuerzas.

- ¡¡No!! ¡¡No me jodas!!

Jolyne era una de las más rápidas, protegiendo a la vanguardia, aunque todos vieron enseguida la causa de la frustración de la Monk. El puente levadizo que habían atravesado para entrar a aquel islote empezaba a levantarse, quizá por detectar el mal funcionamiento en uno de los extremos, o simplemente porque la suerte no parecía estar de su lado aquella tarde.

- No puede ser… – Elizabeth dejó ir su voz como un gemido, aunque al igual que todos, seguía corriendo hacia aquel callejón sin salida por puro instinto. Ninguno parecía preparado para caer al vacío.

Era el final de aquella carrera. Columbia se los llevaría consigo.

- ¡Mirad! – Apuntó otro jugador. – ¡¡Seguid corriendo!!

Con movimientos torpes y robóticos, el puente volvió a bajar cuando se acercaban. Los chirridos de la grúa siendo forzada se alzaban incluso sobre la tormenta, y aunque no era la superfície más plana del mundo, los dos lados del puente se tocaban, dejando una vía para salir del islote condenado.

Al otro lado, una figura vestida de amarillo extendía el brazo. Los Crimson Raiders la reconocieron desde aquella distancia.

- ¡¡Maya!!

---

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)

Cansada tras el considerable gasto de MP que había supuesto mantener el puente abajo, Maya no había ofrecido resistencia cuando al reunirse para saludarla, Elizabeth y Kora prácticamente habían saltado sobre ella. Asami esperó su turno para abrazarla, y hasta Raiden le tendió la mano.

- Me alegra volveros a ver. – Le dedicó media sonrisa al Samurai, estrechando su mano metálica por unos momentos.
- Lo mismo digo. – Raiden usó un tono normal, lo que equivalía a un saludo efusivo entre los dos. – Nos has salvado en el último momento. Gracias.
- Justo a tiempo. – Asintió ésta.

La Time Mage no iba sola. Junto a ella habían dos hombres que Kora recordaba haber visto alguna vez por la base de los Crimson Raiders, además de que no podría olvidar nunca a la reina blanca. Con el chico de la última vez a su lado, White Queen se erguía tras Maya, observando a los recién llegados sin dejar de prestar atención a su alrededor en ningún momento, donde un numeroso grupo de magos vestidos con ropas elegantes se encargaban de cualquier monstruo que se cerniera sobre ellos.

- Veo que traes refuerzos. ¿También ibais a…? Bueno… – Empezó Asami, atascándose con el término.
- Huir, sí. – Maya se cruzó de brazos. – No queda mucho por hacer aquí.
- Pues espero que encuentres algo con lo que distraerte, bonita, porque esa era nuestra última salida. – Intervino White Queen con una mueca de disgusto.

Todos dirigieron una mirada a los restos de metal retorcido que habían conectado antes con el islote caído, entre el que habían puesto distancia considerable. Según el mapa, era cierto lo que la Illusionist decía: el torbellino se había llevado consigo el islote que daba a la salida “tradicional” de Columbia, dejándolos atrapados en la ciudad flotante.

- ¿Qué hacemos ahora? – Bufó Raiden.
- La batalla es en la zona norte de Columbia. – Respondió White Queen. – Venimos justo de ahí.
- ¿Ya ha llegado el boss allí? – Preguntó Asami, sorprendida.

White Queen soltó una risa irónica.

- De eso no tengo ni idea. Me refiero a la batalla entre Guilds.
- ¿Están luchando de verdad? – Asami abrió los ojos en sorpresa. – No me lo puedo creer…
- Los Hellions también íbamos a luchar… cuando creíamos que sólo era un homúnculo. – Ante las miradas desaprobatorias del resto, White Queen siguió explicando, sin alterarse. – Creíamos que los alquimistas iban a echar a las guilds de magos para siempre, ahora que tenemos algo más que perder aparte del tiempo.

Dada su historia, era lógico pensar que los alquimistas, en un principio, habían creído lo mismo respecto a los magos. Kora sabía que en una situación así, Lilith y el resto de Crimson Raiders protegerían su base hasta el final. Al fin y al cabo, era lo más cercano a un hogar que tenían en el juego.

- ¿Pero pelearse por luchar contra el boss…? – Murmuró la Black Mage.
- Oh, eso ni de broma. – White Queen puso los ojos en blanco. – Cuidado.

Un monstruo alado salió tras ellos, y aunque sobresaltó a algunos, White Queen sólo se llevó un índice a la sien, mirando fijamente a donde aquella criatura tendría que tener la cabeza. El ángel se detuvo en seco en el aire, cayendo con un ruido sordo sobre el suelo para empezar a deshacerse.

- Ya podrías hacer lo mismo con el boss. – Le dijo Maya a la mujer, entrecerrando los ojos.
- ¿Crees que estaríamos así si pudiera hacerlo? Sólo éste me ha quemado un tercio de todo mi MP. – Respondió White Queen, casi ofendida.
- Repito: ¿qué hacemos? – La voz de Raiden sonaba grave y ronca.

Antes de hablar, Maya echó un vistazo a su alrededor. Los Hellions y los otros jugadores que se les habían unido parecían no tener muchos problemas con los monstruos que les atacaban… por el momento.

- Puede que si se ven al boss de cara, por una vez, decidan luchar todos juntos. – La Time Mage claramente no creía en lo que decía, encogiéndose de hombros al hablar.
- Eso lo dudo. – Negó White Queen. – Pero estando aquí dependemos de que las guilds derroten al boss antes de que se nos acabe el MP.

Hubo otro momento de silencio en el que los jugadores se miraron entre ellos, buscando un poco de seguridad en los demás ante lo que se les venía encima. White Queen tenía razón, y sólo les quedaba una alternativa.

- Vamos a por el boss, entonces.

Con un suspiro resignado, Raiden desenvainó la katana y emprendió la marcha. El resto no tardó en seguirle.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on January 29, 2015, 04:33:36 PM
Casi me pilla el toro! Pero estoy on fire, me gusta mucho lo del reto para todo el año 8>
Bueno, la canción y el baile son ESTOS (https://www.youtube.com/watch?v=x33IcahzNNg). JAJÁ.

*Edito para añadir título, avatares y estas dos obras de arte xD ESTE (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_hyoga.png) y ESTE (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_neko.png) son los trajes que llevan Hyoga y Neko para la invocación.
Y ESTE (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/dingdongdell/DDD_boss1.jpg) es el bicho que sale al final del capítulo.






32. Esto… es que hay un pequeño problema

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)

—Girls who are in love, give their love to you —cantaron Hyoga y Neko con la misma melodía que les había enseñado Watari.

—¡Esto no tiene sentido, yo soy un chico! —gritó Hyoga, apretando un poco más las alas sobre sus orejas para que no se le cayera aquella especie de casco.

—¿¡Qué más da que tenga sentido!? ¡Nada de esto lo tiene!

—¡Chicos, la ceremonia! —llamó su atención Watari.

—¡Ya! —replicaron Hyoga y Neko al mismo tiempo.

—¿Qué sigue? —preguntó Neko, sin estar muy segura de querer saberlo.

Watari levantó un brazo hacia arriba, mirando al techo y señalándolo con un dedo.

—You, who shine so bright —apuntó hacia sus compañeros con una sonrisa brillante y levantó una rodilla hacia un lado—, my darling.

Neko y Hyoga se miraron con cara de pocos amigos.

—Nadie se va a enterar de esto —dijo Hyoga antes de que Neko contestara de vuelta.

—Nadie.

E imitaron a Watari.

—¿Qué más? —se resignó Hyoga.

Watari sonrió de oreja a oreja y con una voz asombrosamente templada continuó cantando.

—Shining rouge, pink like peaches —movió la mano con todos los dedos extendidos frente a él, hizo una especie de saludo militar con todo el brazo tapándole la frente, señaló hacia un lado y volvió a levantar la rodilla.

Neko dejó salir todo el aire por la nariz con fuerza y Hyoga suspiró

—Shining rouge, pink like peaches —cantaron prácticamente a la vez.

Sus rodillas no llegaron a chocar por poco.

—Eh, tenéis buena compenetración —apreció Watari.

—Será el sarcasmo, que nos une —espetó Neko.

Hyoga simplemente imitó su expresión cansada.

—Será eso… —murmuró Watari antes de continuar— I pray that it reaches you, this young girl’s prayer.

—¡Por favor! ¡Ni siquiera rima! —exclamó Hyoga— ¡Y no soy una chica!

Después de un codazo de parte de Neko, continuaron la imitación, con Hyoga apretando la diadema blanca y azul y Neko estrujando el centro blanco y rosa entre sus dedos enguantados.

—Floating in the night sky, like a silver boat —continuó Watari con demasiada emoción, señalando de nuevo el techo para después abrazarse a sí mismo.

Cuando Neko y Hyoga practicaron esa línea, Watari siguió con la canción.

—The moon reflects my tears of love and hate —Watari extendió el brazo hacia delante con la mano abierta y después lo movió hacia un lado, moviendo la cadera ligeramente puntuando los golpes de la melodía.

—¿Quién ha escrito esto? —se quejó de nuevo Hyoga.

—Alguien sin talento, está claro —le apoyó Neko.

—El mismo que ha hecho la coreografía.

—¡Ya está casi, chicos, venga! —animó Watari— My heart’s beating so fast inside my little breast!

Watari se llevó un puño al pecho, con cara de fingido dolor antes de moverse de un lado a otro emocionado.

—¡Mi pecho no es pequeño! —gritó Neko, apunto de tirarle el cetro a Watari otra vez.

—¡Ni yo soy una chica! —la detuvo Hyoga por poco— Venga, dice que no falta mucho.

—Está bien… My heart’s beating so fast inside my little breast! —cantó Neko, diciendo little entre dientes, pero sin fallar en la coreografía.

—My heart is flying, flying to you! —cantó Watari, llevándose otra vez la mano al pecho y luego dando unos cuantos pasos hacia su izquierda, haciendo que Neko y Hyoga al imitarle cambiaran posiciones.

—¿Esto está bien? —indagó Neko, apartándose un poco el flequillo de la nariz.

—Sí, vamos bien —confirmó Watari—. Oh please, will it reach you? This young girl’s prayer.

Watari entrelazó sus dedos como si estuviera rezando y luego terminó la canción.

—I’m yours completely. Pretty little me! —acabó con una mano en la mejilla, una sonrisa radiante y un pie levantado hacia atrás.

—¿No podía ser más ridículo? —preguntó Neko antes de darle la señal a Hyoga, que asintió solemne antes de continuar.

Watari volvió a su pie levantado para terminar de explicarles la ceremonia. Lo dejó caer al suelo, miró hacia arriba, levantando el brazo con la palma hacia el techo.

—The final pieces of the jigsaw puzzle of love! —cantó, alargando la última nota.

Cantaron la pieza que les faltaba y esperaron un segundo, pero nada sucedió.

—¡Y ya está! —anunció Watari feliz y contento consigo mismo.

—No, espera, aquí no ha pasado nada —se quejó Neko—. Watari, ¿dónde está la salida que me prometiste?

—Oh, cuando completeis la ceremonia se abrirá la puerta —Watari miró a su alrededor antes de señalar una pared con la barbilla—, allí. Se abrirá allí.

Neko señaló la pared.

—¿Y por qué no se abre?

Watari se reajustó las gafas.

—Oh, tenéis que hacer toda la ceremonia entera, sin cortes. Eso era el ensayo.

Neko y Hyoga se miraron entre ellos y después a la sonrisa feliz de Watari. Otra explosión desde el pasillo y la musiquilla de batalla les hicieron darse codazos para volver a sus poses iniciales.

—Si lo hacéis bien, empezará a sonar la música de fondo.

—¡Espero que tengas buena memoria! —gritó Neko antes de llevarse una mano al pecho para empezar a cantar.

—¿¡Por qué estáis tardando tanto!? —oyeron gritar a Afrodita desde la puerta.

Watari le hizo señas para que no se acercara más.

—¡Ya casi estamos! —gritó de vuelta, haciendo que Afrodita rodara los ojos y volviera a la pelea.

Neko y Hyoga ya iban por la segunda estrofa y la melodía de acompañamiento había empezado a sonar.

—Floating in the night sky, like a silver boat —cantaban Hyoga y Neko, señalando el cielo, abrazándose a ellos mismos antes de mover la cadera de un lado a otro con una cadencia perfecta—. The moon reflects my tears of love and hate.

—My heart’s beating so fast inside my little breast! My heart is flying, flying to you!

Cambiaron posiciones con una sonrisa de oreja a oreja cada uno. Watari se quitó las gafas, las limpió y se las volvió a poner.

—Eso sí que es darlo todo… —murmuró antes de canturrear lo que faltaba de canción con ellos.

—Oh please, will it reach you? This young girl’s prayer —cantaron, los dos con tristeza en sus rostros y los ojos cerrados mientras entrelazaban sus dedos en una plegaria—. I’m yours completely. Pretty little me!

Completaron con una pose perfecta y una sonrisa traviesa en los labios antes de bajar el pie y levantar una palma hacia el techo.

—The final pieces of the jigsaw puzzle of love!

El techo empezó a brillar y Neko se emocionó genuinamente. Hyoga parecía más bien aliviado, aunque aún estaba conteniendo la respiración.
En el techo se abrió una trampilla de la que salió una bola, que se abrió y llenó la zona del altar de confeti.

Neko tiró el cetro al suelo.

—¡Oh, vamos! ¡Tiene que ser una broma!

—Pues si es una broma, es muy buena —concedió Watari, aún sonriendo.

Neko estaba a punto de abalanzarse sobre él cuando un ruido y algo de arenilla que se desprendía de la pared llamó la atención de los tres, haciendo que Hyoga cesara en sus intentos de detenerla y Watari en los suyos de protegerse detrás del libro-guía.

—¡La pared! ¡Se está moviendo! —señaló Neko.

No tardó mucho en deslizarse una parte de la pared hacia abajo, dejando sitio de sobra para que el grupo saliera de aquella maldita pirámide de una vez.

Neko fue la primera en asomarse a la luz del día, poniendo una mano en la pared de piedra y otra sobre sus ojos mientras sonreía. Hyoga le pisaba los talones y Watari llegó detrás de ellos con un suspiro.

—Perfecto, ahora sólo falta terminar con el boss antes de salir de aquí —habló Neko antes de oír el rugido que procedía del exterior y preguntó—. ¿Qué mierdas es eso?

A unos doscientos metros, los árboles de la selva temblaban.

—No lo sé, pero no me gusta —dijo Hyoga, agarrándose al brazo de Neko.

Otro rugido más y lo vieron aparecer entre los árboles. Era gigantesco y estaba lleno de musgo. Tenía los puños vendados y llevaba una especie de collar alrededor de su enorme cuello. Además, le crecían árboles en la nuca y parte de la cabeza. La cosa tenía seis ojos amarillos y brillantes, además de unos dientes planos que a Neko le recordaron a una vaca.

—¿Es vegetariano? ¿Eso no sería alguna forma de canibalismo? —preguntó Neko.

—¿En serio lo que más te preocupa ahora mismo es eso? —preguntó Hyoga tirando de su hombro para meterla dentro de la pirámide de nuevo.

Neko se encogió de hombros. Parecía que el peligro impulsaba su curiosidad.

—Eso es un boss, pero no me suena de nada y he venido a esta zona bastantes veces, lo habría visto antes.

—Tal vez es de otro lugar —optó Hyoga— ¿Qué hacemos?

Neko se asomó otra vez antes de entrar de nuevo e inclinarse hacia sus compañeros de party. Se subió un poco el top antes de volver a la misma posición.

—No parece que vaya a entrar pronto, nos ocuparemos primero del de dentro y luego vemos qué hacemos con el de fuera —instruyó antes de canturrear alegre—. Hora de quitarnos estos disfraces…

La mano de Watari salió disparada para agarrarse al brazo de Neko.

—¡No, no, no! —Neko miró la mano de Watari y luego su cara un par de veces, Watari la soltó, pero insistió— No podéis hacer eso.

—¿Por qué no? —preguntó Hyoga— La puerta está abierta y estos trajes dan más bien poca protección.

Watari abrió la boca y la volvió a cerrar y después de hacer una floritura con la mano y carraspear volvió a la carga.

—No me va a gustar —murmuró Neko.

—Veréis… —empezó Watari.

—Con ese tono no me va a gustar. ¿Qué has hecho, Watari?

—Yo, nada… es que la única manera de abrir esa puerta era con la ceremonia.

—Eso ya lo sabemos —dijo Hyoga, con cara de confusión.

—Y al hacer esa ceremonia, con esos trajes, habéis invocado a ese boss de ahí fuera —explicó Watari, señalando hacia el hueco en la pared y con ello al boss que rugía en la explanada entre la selva y la pirámide.

Neko le pegó.

—¡Watari! ¡Lo sabías desde el principio!

—¡Sí, pero espera! —intentó disuadirla Watari, mientras se dejaba pegar por su bien a largo plazo— ¡No podéis quitaros los trajes porque si lo hacéis el boss desaparecerá!

—Perfecto entonces —sentenció Neko, levantando el brazo para consultar su omnitool, pero Watari la detuvo antes de que la activara— ¿Qué?

—No quieres hacer eso.

Neko frunció el ceño.

—¿Y por qué no?

—Chicos, deberíamos darnos prisa —dijo Hyoga al ver como Afrodita entraba de nuevo en la habitación del altar, de espaldas, con su mandrágora en brazos. Parecía agotado.

Watari se mordió el labio inferior antes de tomar aire, pero parecía no decidirse a soltar la información.

—Dispara, maestro —dijo Neko después de rodar los ojos.

—He elegido ese boss de ahí fuera porque da cerusita.

La cara de Neko cambió de molesta a seria y concentrada. Era su cara de negocios. Watari la reconoció y se lamió los labios antes de empezar a contestar las preguntas casi al mismo tiempo que Neko las escupía.

—¿Cuánto porcentaje?

—Cien por cien.

—Chicos… —insistió Hyoga.

—¿Piezas?

—Dos como mínimo, puede llegar a diez o un poco más.

—¿Qué es eso? ¿Para qué sirve?—preguntó Hyoga.

—No para mucho —instruyó Neko—, es el ingrediente para algunos venenos, pero es raro y bonito. Y como todo lo raro y bonito, es caro.

—Hay gente que paga mucho por una cerusita —completó Watari—, ya no digamos por diez. También se puede usar para refinar balas y otros equipos.

Neko agarró a Hyoga por los hombros.

—Ni se te ocurra quitarte eso antes de que termine con el boss.

—¿Qué? —preguntó Hyoga, ahora aún más confundido— ¿Tengo que ir en pantalones cortos?

—Pues no te quedan tan mal, tienes las piernas tonificadas —habló Afrodita con un tono que Hyoga no sabía si clasificar de serio o humor negro, apareciendo detrás de Hyoga—. ¿Y esas pintas?

—Es el equipo para la ceremonia sagrada —explicó Watari antes de oír como Milo llamada a retirada desde el pasillo y entraba corriendo con Yuzuriha pisándole los talones.

Neko les hizo señales para que se acercaran.

—¿Y el boss? —preguntó antes de que los otros dos pudieran explicar nada.

Milo parecía cansado, el sudor mojaba su frente y le faltaba la respiración.

—Hemos terminado con casi todo el séquito, el boss parece… —tomó aliento, con los puños en la cintura— Parece que se esté preparando para un ataque o para invocar más séquito, no sé.

Luego miró a Hyoga y a Neko y preguntó:

—¿Y esa ropa?

—Equipo para la ceremonia sagrada —dijeron Neko y Hyoga a la vez y luego se giraron rápidamente para mirarse durante dos segundos antes de volver las caras hacia el resto del equipo.

—Es el sarcasmo, que les une —explicó Watari.

—Pues menos sarcasmo y más estrategia —se quejó Afrodita, estirando las piernas después de haberse sentado en el suelo—. La puerta está abierta, tal vez si salimos el boss no vendrá detrás de nosotros.

Watari, Hyoga y Neko se miraron los unos a los otros, antes de que Watari hablara.

—Esto… es que hay un pequeño problema.

—Y por pequeño se refiere a un problema de cuatro metros de alto.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on January 29, 2015, 07:19:29 PM
Traigo esto y luego me pongo a leer para comentar :B
Notes, notes~ Monstruos que salen: los cactus que se mencionan son estos (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Mama_cactoid-large_zps51e8f459.jpg) en concreto del Final Fantasy XII. To cucos ellos. :> Y allanando terreno para cosas futuras, el monstruo jefe que aparece es éste (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/SunanoShukaku_zpsc2e87710.jpg). Con menos lorzas y un poco más estilizado, nunca me gustó que estuviera tan gordo, así que aprovecho. :b


Capítulo 11: Scorching sun: “grrr groar”


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)


—No me puedo creer que estemos haciendo esto —masculló Fenris por enésima vez en media hora.

La arena del desierto se hundía bajo sus pies y hacía el viaje más cansado y pesado de lo que debería junto al ardiente calor del sol de la tarde. Al lado del Knight, Shruikan sólo suspiró, cansada ya de la mala actitud que su amigo llevaba arrastrando desde que dejaron Sin City. Al final habían terminado aceptando el trato de Naoya, muy a su pesar, y cuanto más pasaba el tiempo, más parecía que hacerlo había sido un error. Ni que fuera porque de haberse negado ahora no se estarían tostando en el desierto.

Sheba también llevaba un buen rato poniendo mala cara, algo poco propio de ella, y con una aura a su alrededor que sugería que no era el mejor momento para dirigirle la palabra.

La Samurai le dirigió una mirada de circunstancias a Seras, que se la devolvió en silencio y con pesadez mientras batallaba por seguir avanzando sin que la arena se le metiera en los zapatos. El único que parecía caminar ajeno al mal ambiente que envolvía al grupo era Ulquiorra, que seguía andando como si no le molestaran ni la arena resbaladiza ni el peso de su carrito cada vez que subía una duna.

—No lo llevabas esta mañana en el Bosque Encantado.

Esta mañana. Parecía que hubiese pasado una eternidad desde entonces, pensó Shruikan. —¿Lo necesitas para algo...? ¿O sólo lo sacas a pasear?

Por lo que ella sabía, los carritos de los Merchant servían para almacenar y vender cosas, aunque dudaba que Ulquiorra fuera a encontrar amables compradores en medio del desierto.

—No. Es para cargar todas las pociones y elixires que sin duda vais a necesitar —explicó él, con su característica ausencia de tacto —. Además, se pueden conseguir objetos interesantes en esta zona, sea por drop de monstruos o extracción. Hay algunos materiales de fabricación que me interesa conseguir. El resto puede venderse bien.

—¿Qué objetos quieres encontrar? —preguntó Seras, que al fin y al cabo, iba a ser Merchant pronto y quería irse informado de esas cosas.

Para su posterior horror, el otro empezó a soltarle un catálogo verbal de todos los objetos que podía encontrar en el desierto, a cuanto se vendían y para que servían, justo igual que el discurso que les había soltado sobre la Semilla del Guardian Corrupto pero treinta veces más largo. Seras trataba desesperadamente de memorizar esa cantidad de información mientras Fenris echaba humo por las orejas.

—¿Quieres cerrar la boca? —terminó soltando.

Ulquiorra dejó de hablar y le miró por encima del hombro con indiferencia.

—Ella ha preguntado.

El Knight le dio una innecesaria patada a un jerbo que se había acercado temerariamente a mordisquearle las botas.

—¿Y qué si ha preguntado? ¡A nadie le interesa! ¡Aprenderse todo eso es una pérdida de tiempo y esfuerzo, igual que el que estemos en-...!

—Oh, ¡por favor! ¿Quieres dejarlo ya? —le interrumpió Sheba, tan malhumorada como él—. Estamos aquí porque así lo hemos querido. Lo hemos decidido como grupo.

—¿Como grupo? —se mofó él —. ¡Yo nunca he estado de acuerdo con esto!

—A mi me daba igual... —dijo Seras con un hilo de voz, intentando apartarse del veneno que empezaba a salpicar la conversación.

—¡Yo sólo dije que matar cosas nunca estaba de más! —se defendió Shruikan, temiendo que las acusaciones fueran a caer sobre ella.

Ulquiorra se dedicaba a recoger cosas con ojo experto como si la cosa no fuera con él mientras ellos discutían.

—Es todo culpa de ese... Naoya —Fenris pronunció el nombre como si le doliera en la lengua —. Maldita serpiente viperina, se cree que es quién sabe quien, el muy cretino. No deberíamos haberle escuchado. Deberíamos haber cogido esa lengua bífida que tiene y habérsela metido por el-¡aaaaah!

Donde hacía un instante estaba Fenris, ahora había un profundo agujero en la arena, de al menos un metro de diámetro.

—¿Fenris? —Las chicas rodearon la apertura circular por la que había caído su compañero, pero era tan oscura y profunda que no se podía ver nada. Era como si la tierra se hubiese abierto de repente —. ¡Fenris!

—Ha caído a las Grutas —les informó Ulquiorra sin mirarles mientras organizaba su inventario.

—¿Qué es eso? —preguntó Shruikan. En su tiempo de juego a duras penas habían estado por la zona oeste del mundo, y no conocían mucho de sus lugares.

—Es una mazmorra que se encuentra a un nivel inferior. Hay entradas fijas, pero también se abren conductos en puntos aleatorios del desierto —terminó, señalando el agujero con un dedo pálido.

—¿Qué hay en esas Grutas? —preguntó Sheba, cuyo enfado parecía haberse transmutado en preocupación.

—Agua. Minerales, hierbas. Monstruos más fuertes que los de aquí arriba.

La Black Mage se mordió el labio.

—Menuda putada —comentó Shruikan —. Hay que sacarle de allí, Fenris no puede ir de mazmorras él solo. Y tenemos un monstruo que cazar. Deberíamos ir a buscarle.

—No. —El tono de Ulquiorra fue tajante —. Perderíamos demasiado tiempo y el monstruo que buscamos desaparecería, si no lo caza alguien antes. Habéis hecho un trato; cumplidlo.

Lo dijo tan seriamente que su indiferencia por una vez sonaba amenazante. Sus miradas se perdieron en el pozo que iba cerrándose lentamente.

—Pero no podemos dejarle ahí y ya está...

—Puedo mandarle un mapa de la Gruta —dijo él, y no había terminado de hablar que ya estaba trasteando con su Omnitool —. Le servirá para encontrar la salida más cercana a su punto. Si está tan capacitado como dice, lo conseguirá. Vamos.

—¿Tú no pierdes el tiempo, verdad? —dijo la Samurai, levantándose con resignación.

—Soy eficiente.

Con un nuevo desánimo apoderándose de ellas, reanudaron la marcha, sorteando dunas y monstruos del desierto, como momias y chacales. La ausencia de Fenris se hizo notar enseguida durante los combates, aunque eran capaces de cubrir el hueco con Shruikan jugando un poco más defensivamente que de costumbre y los ataques de Sheba y Ulquiorra. El Alchemist daba fe a sus palabras y demostraba ser un luchador más que eficiente: no desperdiciaba ni una poción, ni una granada o vigor, lanzándolos siempre en el momento adecuado. A Seras le tocaba pelear más que de costumbre en la línea de frente, usando su daga para defenderse y apuñalar a los monstruos que se acercaban lo suficiente a ella.

—¿Qué vamos a cazar exactamente? —preguntó Shruikan después de que terminaran con una manada de cactus asesinos especialmente violentos a los que Sheba puso fin con una enorme explosión de fuego.

—Es un monstruo raro llamado Espíritu del Desierto. Se podría considerar un mini-boss. Hay varios por la zona y aparecen en franjas horarias distintas.

—Si es un mini-boss, entonces será más fácil de derrotar que el Guardián Corrupto, ¿no? —dijo Sheba. Ulquiorra negó con la cabeza.

—No. Es un monstruo de nivel medio-alto al que se considera difícil de cazar tanto por sus habilidades como por sus Stats. Aunque asumo que no os interesa saber estos últimos, ¿verdad?

Casi parecía ligeramente resentido al decir eso. Casi.

—Nop, gracias —espetó Shruikan, brutalmente sincera.

—Ya lo pensaba.

—¿Y por qué vamos a cazar a un monstruo tan difícil siendo sólo cinco...? ¡Cuatro ahora! —Sheba estaba ofendida, sentía que Naoya les había timado más aún de lo que ya había hecho en un principio.

—No tiene sentido si no es un monstruo fuerte.

La Black mage le miró con suspicacia, entrecerrando los ojos.

—¿Qué es lo que tienes que hacer exactamente y que te ha encargado Naoya? Ambos habéis sido muy crípticos al respecto.

No obtuvo respuesta por mucho que insistió y se indignó por ello. Al final terminó gastando innecesariamente puntos de magia en incendiar un matorral para desquitar su frustración, derrotada por el estoicismo del Alchemist.

No tuvieron que andar mucho más para encontrarse con su presa, dejando atrás un rastro de monstruos derrotados. Ulquiorra se había encargado de ir recogiendo diligentemente todas las drops que luego iba metiendo en su carrito. Después de superar una duna, llegaron a una zona de desierto particularmente llana, con algunos de esos matorrales resecos que habían ido encontrándose por aquí y por allá, y a la que pusieron un pie ahí, el suelo tembló ligeramente y se escuchó un ruido sordo y amortiguado.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Shruikan, mirando hacia abajo con temor a que el suelo se abriera y se la tragara a ella esta vez. Había sonado como si el suelo rugiese.

—Lo hemos encontrado.

Hubo un movimiento superficial en la arena, como una corriente arrastrada por el viento, y después, de pronto, la tierra estalló. De ella surgió la enorme figura de un monstruo parecido a un perro o a un mapache pero con el cuerpo hecho de lo que aparentaba ser arena misma recubierta de intricadas marcas oscuras. Soltó un rugido estridente y de su boca cayeron los restos de un desventurado individuo. Se sostuvo sobre la superficie sobre sus cuatro patas, siendo las delanteras más largas y robustas que las traseras y torció la cabeza hacia ellos, mirándoles con unos ojos pequeños, malignos y amarillos rodeados de negro.

Ni siquiera les dio tiempo a empezar a atacar; la criatura les lanzó un golpe rápido, barriéndoles a todos con una de sus enormes garras. Inmediatamente volvió a chillar, mucho más agudo esta vez y saltó para volverse a enterrar en la arena, dejando una estela de polvo y tierra removida a su paso.

—¿Qué cojones es este bicho? —protestó Shruikan, levantándose y blandiendo su katana.

El monstruo daba vueltas a su alrededor, y se podían oír sus gruñidos bajo el suelo. Se movía rápido por ser tan grande y robusto, tanto fuera como dentro de la arena. Parecía uno de esos monstruos que no paraban de moverse y de atacar y huir inmediatamente después. Shruikan les odiaba con pasión.

—Nuestra presa —respondió Ulquiorra, antes de estrellarle un vigor en la nuca.

—¡Ay!

—De nada —dijo él, dando por entendido que le estaba agradecida por haberle dado un vigor de resistencia que, sin duda, creía que necesitaba.

—¡Tú tanqueas, Shrui! —le gritó Sheba antes de que el monstruo volviese a salir con un grito y agarrase a la Samurai por la pierna. La zarandeó un par de veces con violencia, estrellándola contra el suelo mientras sus puntos de vida disminuían con cada golpe, y después la lanzó sin miramientos por el aire.

Shruikan aún tuvo tiempo para despotricar antes de caer irremediablemente de bruces contra la arena.

—¡Joder! ¡Vaya mierda!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on January 30, 2015, 09:53:17 AM
Hora de dejar mi aporte y declarar que por fin he salido de mi estado de atascada  ;D -sin eróticos resultados... este aporte es un poco pocho, pero bueeee



#30.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/trish.png)

Caesar se detuvo un instante para recuperar la respiración. Aún no estaba agotado, pero Doppio y él habían entrado en una de las calles principales que llevaba directa hacía el monstruo. No podía apostar encontrar a sus compañeros justo allí o en qué estado se encontrarían, en el último tramo de carrera, tendría que poner todas sus energías y ser tan rápido que resultase invisible para su enemigo, evitando entonces un posible ataque, y tan pronto como estuviera a salvo, intentaría una vez más dar con sus amigos.

Respiró largamente, preparándose mentalmente.
-¿Estas preparado Doppio?
-Sí.
El Time Mage se había mantenido a la altura gracias a sus hechizos, no estaba en absoluto cansado, y estaba claro, que mantenía a raya el temor que le provocaba aquella escaramuza por localizar a sus amigos de Guild.
-Zeppeli… -Doppio le tocó distraídamente el brazo, totalmente concentrado en la pantalla de su Omnitool-, tienen que estar en esta calle.
-Bien, tenemos que encontrarlos -”y esperemos que estén bien”, por respeto al Time Mage, que aquello último no lo dijo en voz alta. Simplemente sonriendo agradecido, cuando le dio apoyo, sintiendo al instante como sus stats subían, listo para la nueva carrera. 
-¡Vamos!

No tardaron en atravesar la calle principal, metiéndose en un callejón y en menos de medio segundo, con Doppio y una chica de pelo rosa por los suelos, al chocar de bruces contra ella.
La confusión duró menos de un instante, con Doppio sentándose en el suelo disculpándose y la chica empezando a incorporarse despacio aún apoyada en el suelo.
-¿Estas bien, Trish? -Nero le ofreció la mano para ayudarla, y acabando por inclinarse para comprobar que estaba bien, por suerte la chica, solo necesitaba un momento para estabilizarse, y mirar acusadoramente a quien la había tirado al suelo.
-Tendrías que tener más cuidado, podrías haberme hecho daño.
-Perdona otra vez…-Doppio aceptó la mano de Caesar, a la vez que Trish la de Nero, y por fin los recién llegados reconocieron a sus compañeros.
-¡Mamma mia! ¡Nero! ¿Estas bien? ¿Dónde está Sol?
-Se ha marchado, para hablar con el resto de jugadores. -Nero se alegró de tener ahí a su compañero, aceptando estoicamente las palmadas de alegría por el reencuentro, que le estaba dando en el hombro.
-¿Qué está haciendo qué? ¿En un momento como este? -Caesar no entendía nada.

Pero el mencionado acababa de aparecer por el otro extremo de la calle, hablando hacía la Omnitool.
-Al primer Elementalist de fuego que ataque directamente al monstruo, me aseguraré de pisarle las manos cuando todo acabe: tienen que atacar hacía el suelo. Permanece atento, mi grupo será el primero, la siguiente oleada vais vosotros, ya conoces mi posición. No se os ocurra adelantaros, necesitaremos tiempo para recargar.

“¿Y cuando terminara tu oleada?”

-Tu no te duermas y lo sabrás.- Cerró la Omnitool frustrado-. Mierda… se ahogan en un vaso de agua, ni aunque sus pelotas dependieran de ello, sabrían de dónde les viene el golpe… si tan solo tuviera un Elementalist de agua, podría…
Reflexionando en voz alta, por fin Sol reparó en la presencia de sus dos compañeros, sonriendo especial y maliciosamente, hacía Caesar.   
-De puta madre.
-Te veo muy motivado, Sol… -el Elementalist se cruzó de brazos-, no esperaba verte tan contento por el ataque.
Caesar estaba aliviado, pero no podía reprimir, sentirse indignado con el comportamiento frívolo para una situación tan tensa.
-¿Te molesta?
El silencio indiferente, fue suficiente respuesta.
-Te recuerdo que soy líder de los Made in Heaven, y que por las batallas, que estamos en este juego.
-Estas loco.
-Tu lo has dicho antes: estoy motivado. Has venido a luchar, ¿no? ¿O pensabas derrotar al enemigo con tu verborrea? Seguro que no fue así como alcanzaste tu actual nivel…
-¡Sol! -Fue Nero el que agarró por el hombro a Caesar antes de que se lanzasen a una discusión, que ahora mismo, no tenía importancia. -¿Qué hacemos?

Al segundo de estar discutiendo, que cambio de actitud, dirigiéndose a todo el grupo, el cual no parecía especialmente cómodo después de haber presenciado aquella discusión.
-He hablado con otros dos grupos, aún no podemos acercarnos y atacar directamente; así que en nuestra primera oleada, aquellos que podáis atacar a distancia tendréis que darlo todo. En cuanto el enemigo caiga o de señales de debilidad, los que podamos atacar a corta distancia, saldremos al contraataque.
-Un plan estupendo… mientras el enemigo esté parado como una estatua recibiendo todos los golpes -Caesar le tomó del brazo obligándole a girar y encararlo, había encajado la discusión dispuesto a aplazarla para luego, ahora quería recordarle a su compañero, que tenía que mirar por su seguridad. Aquel plan sencillamente, les dejaba al descubierto ante una suposición.
-Si estas dispuesto a luchar, yo os protegeré.
El Elementalist no supo como reaccionar, si Sol hablaba en serio, aquel era un mensaje conmovedor… y quizás lo fuera, pero a juzgar por las caras del resto del grupo, igualmente resultaba una estratagema eficaz para afianzar aún más su pose como líder y la unión de los jugadores.
-¡Podéis contar conmigo para protegeros! -Nero desenfundó el arma, deseoso de lanzarse al combate.
Caesar terminó por ceder, no muy convencido pero decidido a darlo todo.
-¿Qué hacemos?

Sol retrocedió unos pasos para dirigirse a todo el grupo.
-Empezará Trish con una flecha, procura abrirle una buena herida porque el resto intentará dar lo más cerca posible a la saeta, lo mejor es que concentréis vuestros ataques en un solo punto.
-Esto no me gusta nada… -Trish se dirigió hacía Caesar, preparando una flecha, esperando tras el callejón la orden de comenzar el ataque.
-A mi tampoco me hace especial ilusión.

-Gambler…
-Puedes llamarme Kana. -La chica sonrió, dispuesta para la batalla; Sol le agradeció aquel gesto de confianza asintiendo la cabeza, ya que su nick era Gildarts.
-Kana, hoy hemos agotado toda nuestra suerte, si no podemos ir a peor, sólo nos queda ir a mejor: confió en tus cartas, aprovecha para atacar con ellas y permanece atenta por si puedes darnos apoyo cuando salgamos a atacar. Lo mismo por ti Doppio, tienes nivel suficiente para darle una patada en el culo al enemigo.
-¡Sí!
Dio un par de instrucciones al resto de jugadores, y luego se plantó ante Caesar y Trish. 
-Tu Caesar, eres el que mas nivel tienes, aunque seas quien más expuesto este, prepará tu mejor ataque. Trish eres la más rápida del grupo, ella abrirá y cerrará el ataque, con eso debería ser suficiente para que no se fijasen en ti mientras estés preparando tu hechizo.

Era el momento del ataque, saldrían del callejón, atacarían en el orden que les había indicado Sol, y volverían para ponerse a salvo. Caesar sería quien más tiempo estuviera expuesto al preparar el hechizo, sólo esperaba, que su ataque llegase antes de que el enemigo contraatacase.
-¡A mi señal!
El grupo salió del callejón, la primera flecha voló, seguida de unos truenos que surgieron directamente de una de las cartas, de un muñeco de madera del tamaño de una persona que caminaba golpeando al enemigo que se trataba de una invocación de la Summoner, y un par de hechizos del Red Mage. El hechizo de gravedad cayó sobre el costado del enemigo, que giró en dirección a donde procedía el ataque, resoplando y soltando el aire entre sus dientes apretados, preparando su respuesta al ataque. Los jugadores que habían lanzado su ataque corrieron a refugiarse, sólo permanecieron Caesar y Trish a su lado.
-¡Ve a refugiarte!
No contestó, girando un momento para mirarle por el rabillo del ojo pero sin perder de vista la dirección a la que apuntaba la nueva flecha que había cargado, aguantando estoicamente a que Caesar lanzase su ataque.
El monstruo levantó el brazo… pero el ataque nunca llegó. Una de las burbujas comenzó a girar, tan rápido que el objeto se hizo un disco, golpeando el costado constantemente; el enemigo bajo el brazo para intentar quitarse aquello de encima, pero solo logró que otras burbujas le quedasen ahí en el mismo brazo que había intentado apartarlas, prolongando su ataque hasta que los efectos del hechizo desaparecieron.
Trish lanzó una flecha, anunciando el final de la oleada para que otros tomasen el relevo, justo a tiempo de que Caesar la tomase del brazo, y corrieran los dos a refugiarse en el callejón.
-¡Buen trabajo! -Sol los felicito en cuanto entraron, cambiando su puesto justo a la entrada del callejón, atento por si el enemigo daba signos de debilidad que pudiera aprovechar.

Caesar recuperó la respiración, templándose y guardando fuerzas para su siguiente ataque.
-¡Ahí esta!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)X(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)

Pero no iba tener ese descanso que tanto necesitaba...
Joseph y Shura, acababan de entrar en el callejón, sin reparar en lo tensa que estaba la situación, se fueron directamente a por él, Shura al menos fue algo más delicada dándole un puñetazo en el brazo, Jojo directamente le dio una patada en la espinilla.
-¿A qué venía lo de antes?
-¿¡Por qué me has encerrado en una burbuja!? ¡Imbécil!
-¡Para imbécil tú! -Caesar se cubrió del puñetazo que iba a darle su amigo, agarrándole de la muñeca y obligándole a prestar atención-. ¿Qué demonios hacéis aquí?
-Hombre, -Sol se percató de la nueva llegada- que bien Shura por aquí, aprovecha para dar apoyo.
-¿Pero que esta pasando Sol?
-Luego te hago un resumen, date prisa con el apoyo, la tercera oleada estará a punto de terminar.
Obedeció más pérdida de lo que estaba antes de llegar. Caesar tomo a Joseph del brazo acercándose a este para que nadie se enterase de que hablaban.
-¿Cómo has conseguido salir de mi hechizo? ¿Has sido tú?
-¿Qué? No, un tipo me ayudó, debía de ser un samurai, rompió la burbuja con un golpe de katana.
-¿De un solo golpe? -Aquella burbuja, era un hechizo no solo para inmovilizarle, se suponía que tenía que protegerlo en el peor de los casos. Y si alguien lo hubiera roto de un golpe… no podía ser, Joseph tenía que andar equivocado.

Justo antes de terminar la última oleada, un grupo de flechas cayó directamente, haciendo tambalearse al enemigo, sus patas delanteras cedieron quedando inclinado hacía el suelo, y el fuego que ardía desde el interior de su ser, se apagó, solo quedando unos rescoldos que se iluminaban con cada bocanada de aire que el monstruo luchaba por obtener.
-¡Ahora! ¡Antes de que se levante!
Sol salió a la carrera, manteniéndose inclinado y con la vista al frente, invocando su espada y potenciando su ataque con esta mientras iba corriendo, dispuesto a asestar un golpe devastador. Nero, salió un instante más tarde, concentrando al máximo el poder en su espada, que rugía como un motor esperando insertarse en la carne del monstruo.

El Paladín de una patada en el suelo, se dió el impulso necesario rajando de abajo a arriba a la criatura, disparando la sangre que ardió en el filo de la espada como fuego, de una nueva patada sobre el, arrancó la espada, lanzando un hechizo de magia sagrada sobre la herida, atacando en la pata que más cercana tenía a la vez que Nero que era donde apuntaba, uniendo sus dos ataques. Tan cerca de la criatura, que sintieron el calor de esta cuando volvió a recargar su poder.
-¡Nero! ¡Atrás!
Pese a la advertencia, ninguno de los dos pudo ponerse a salvo.
Berial rugió, y con ello liberó una llamarada que se extendió como una onda expansiva, arrastrando a quienes le habían atacado directamente y lanzándoles contra los edificios o a rodar por el suelo. Pero no iba a quedar solo en eso, ahora que no había nadie que le atacase, era su turno de devolverles el daño que le habían provocado, multiplicado por mil.
Levantó la espada con un rugido bestial, y en dos mandobles, derribó los edificios más cercanos donde se ocultaban los jugadores.

Se hizo el silencio. No hubieron más oleadas. 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on January 30, 2015, 03:53:43 PM
~+10~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—Oye Pip, ¿cómo es que un parche en el ojo te da puntos de habilidad? ¿No debería ser un handicap?

—Una gran pregunta, no tengo ni idea. Pero mola y queda malote. —el gunslinger parecía distraído, revisando los árboles con la mirada.

Kíli se rascó la patilla derecha en un tic nervioso. Ninguno había mencionado nada al respecto pero a sus ojos era obvio que la atmósfera estaba enrarecido desde el... la... cosa esa. Que no había llegado a ser ni un esbozo de discusión pero ya parecía que se había llevado por delante el buen ambiente del grupo. De vuelta a la zona cero. Sabía que su hermano se había tomado la reacción alterada de Airin como una acusación, cuando sólo era producto del miedo. Y aunque Fíli se había dado cuenta antes de tener que deletreárselo, ya había sido tarde. Desde aquel momento la chica se había cerrado completamente en banda, hablando sólo cuando se dirigían expresamente a ella, y respondiendo sólo con monosílabos, cuando no parecía que un encogimiento de hombros fuera suficiente para expresar su opinión.

Sabía que Pip estaba guardándose la curiosidad para un momento en el que fuera posible preguntar con discreción, pero el arquero no creía que ese momento estuviera escrito en un futuro cercano. En un principio Kíli había pensado que  Airin sí estaría enfadada, caminando delante o detrás del grupo, pero siempre más cerca del gunslinger que de él mismo y su hermano, con un par de metros de distancia entre ellos. Sin embargo no notaba ningún tipo de hostilidad. Ni rencor. Ni nada. Era como darse de bruces con un muro de piedra.

—Oooye Pip, otra pregunta. ¿Qué estamos buscando? —no es que fuera a solucionar la situación, pero Kíli se estaba empezando a poner nervioso de tanto ver al mayor escudriñando las ramas.

—Ah... Ehem. Una casa. Bueno, una cabaña realmente. Una cabaña en un árbol.

—¿Una casa en un árbol? —dijo Fíli, saliendo sorprendido de su taciturnidad.— No sabía que por aquí hubiera una.

—Ya bueno, es que no está marcada en los mapas. Era de una quest para hacer tintes, pero la cambiaron de  zona y la casa se quedó ahí muerta de asco, sin NPC ni perro que le ladre. —comentó Pip— Y desde luego no soy tan tonto como para hacernos acampar en un área de descanso en mitad de un bosque, que por la noche pasan cosas.

Fíli hizo una mueca y Kíli se aguantó un escalofrío. Ya lo sabían ellos bien.

—¿Y falta mucho para llegar? —preguntó el arquero rascándose de nuevo la patilla.

El mayor frenó sus pasos, saco un cigarro y lo encendió dándole una calada larga y profunda.

—Sinceramente, no tengo ni idea.

—¿Qué!? —los hermanos exclamaron al unísono, tapando el suspiro cansado de Airin.

—Que deberíamos de haber llegado ya. Estaba por aquí. Está por aquí, en algún sitio, yo lo sé. Que la última vez pasé por aquí y la cabaña estaba. —el gunsliger hizo el intento de calmar los ánimos antes de que se desmadrasen.

—...nos minutos —el murmullo de la chica les llegó en plena pausa para coger aire y seguir protestando.

—¿Qué has dicho? —inquirió Pip con interés, enrollándose su larguísima trenza alrededor del cuello.

—Que hemos pasado una hace unos minutos. —dijo la pelirroja con voz queda, señalando ligeramente hacia atrás, en dirección al noroeste.— Por allá.

—¿Y por qué no me has dicho nada alma de cántaro? Y yo aquí pensando que me había perdido como un idiota —el joven empezó a desandar el camino recorrido, sin darse cuenta de cómo la chica bajaba la vista al suelo y encogía un hombro.

Fíli y Kíli se miraron entre ellos, y con un asentimiento de cabeza, agarraron cada uno una mano de Airin y tiraron de ella siguiendo los pasos de su compañero. Ya se asegurarían más tarde de tener esa conversación que quedaba pendiente.




Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 01, 2015, 02:14:29 PM
Imágenes del boss: 1 (http://images.wikia.com/bayonetta/images/9/95/Bayonetta-temperantia-enemy-artwork.jpg), 2 (http://img.gawkerassets.com/post/9/2013/01/006_bayonetta.png), 3 (https://platinumgames.files.wordpress.com/2010/03/scr20090514140613.jpg)

Gracias Neko por guardarme los extras ♥


(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
036thunder and the sound of giants (3/?)

No había vuelta atrás. Luchar contra el boss era inevitable cuando al no tener forma de retirarse: la tormenta que había engullido la ciudad flotante destruía sus islotes y rompía los puentes tras ellos, arrancando piedra y metal con el fuerte viento.

- ¡Corred! ¡Corred, o nos vamos todos detrás!

Los enemigos alados que atacaban Columbia no habían cedido lo más mínimo en su asalto, aunque el grupo lo había llevado bien. Los luchadores de cuerpo a cuerpo los recibían en tierra, haciendo saltar plumas y trozos de armadura dorada a base de golpes o cortes, mientras que magos y arqueros los mantenían a distancia con sus habilidades.

- ¡Mirad! ¿¡Es ese…!?

En la distancia se podía apreciar una gigantesca sombra entre la tormenta, avanzando lenta pero inexorablemente entre los vientos que había invocado. Lo único que podía distinguirse era su figura, una borrosa mancha oscura, y sin embargo fue más que suficiente para que el grupo se detuviera unos momentos para observar.

- Tiene que ser eso, sí. – Asintió WhiteQueen.
- Es… es enorme…

Aunque el grupo iba a la carrera y ella una de las primeras, Jolyne no pudo evitar que su trote rebajara en velocidad, con la vista pegada en el peligro a la distancia. La mayoría de ellos no había luchado nunca contra enemigos de nivel elevado, dejando a enemigos así como una opción a futuro, sólo sabiendo de ellos por boca de los pocos otros jugadores más experimentados.

- ¿Seguro que podremos?
- Oh dios, vamos a morir…
- No quiero… no voy a…

Otros jugadores se habían detenido completamente, quedándose atrás de la marcha. Incluso los más decididos ralentizaron su paso, por no dejarlos a su suerte, aunque el tiempo no era un lujo. Antes que ningún otro, WhiteQueen se acercó hacia los rezagados, con las manos en las caderas, manteniéndose firme como si no sintiera el viento sacudiendo su capa blanca.

- Si queréis, podéis dejar que os maten y podréis volver donde tengáis configurado el retorno. – Les anunció la mujer. – Mala suerte si es en Columbia. Pero no quiero que nadie vaya a luchar contra el boss si no quiere, ¿entendido?
- ¡No es cuestión de si queremos o no! – Le respondió uno de los jugadores. – ¡Tampoco hay otra elección!
- Entonces, estamos perdiendo el tiempo. El GM no quiere matarnos, o se le terminaría la diversión. Puede que sea difícil, pero no será invencible. Si queréis luchar por vuestra vida, bien, si no, quedaros atrás. – WhiteQueen levantó el mentón, sacudiéndose el pelo. Un relámpago brilló en el horizonte antes de que volviera a hablar. – Pero yo voy a echar a este bicho de mi ciudad.

Con la misma dignidad que la caracterizaba, WhiteQueen se dio la vuelta, volviendo a avanzar hacia el norte. La guild de la Illusionist, los Hellions, parecían henchirse de orgullo ante las palabras de su líder, siguiendo sus pasos airados con la misma dignidad.

- No todos van a venir. – Le comentó Maya, mirando tras su hombro. Tres jugadores parecían incapaces de avanzar, quedándose cada vez más atrás.
- Y ya he dicho que no vamos a obligar a nadie. – Replicó WhiteQueen, sin inmutarse.

Maya se quedó unos segundos en silencio, dejando ir un sonido a medio camino entre bufido y risa mientras sacudía la cabeza.

- ¿Sabes? Me estás recordando a Lilith en estos momentos.
- Voy a fingir que hay demasiado viento como para oírte.

--

La batalla podía sentirse a distancia, aún antes de que pudieran ver algo. Destellos de fuego en la lejanía y el siseante eco de la electricidad anunciaban a metros la lucha que estaba tomando lugar, la cual ocupaba todo el largo puente que unía los dos islotes principales de la zona norte. Los magos y alquimistas estaban luchando entre ellos, inconscientes del gigante que se aproximaba hacia ellos.

- ¿Llegaremos antes? – Preguntó Asami, jadeando. – Necesitamos que entren en razón antes de que-
- No entrarán en razón antes “de que”. – WhiteQueen hizo unas comillas con los dedos. – E incluso después de “de que” no entrarán en razón, pero ahí es cuando no tendrán otra opción.
- Oh dios mío…

Fue el gemido quedo de Elizabeth lo que les hizo detenerse. Estaban a unos metros de la guerra sin cuartel entre las guilds, y no era nada agradable. El algarabío que habían percibido a lo lejos no hacía justicia a la situación: los magos arrasaban con sus hechizos a quien tuvieran delante, al mismo tiempo que los homúnculos de los alquimistas hacían lo propio con sus enemigos.

El infame monstruo alado del que parecía ser uno de los líderes de los alquimistas atrapó a un mago, dejándolo caer al otro lado del puente para que la corriente se lo llevara bien lejos, desapareciendo con un grito. A su vez, una maga creó una muralla de estacas de hielo que lanzó hacia un par de alquimistas que se acercaba a ella, convirtiéndolos en píxeles instantáneamente.

Uno tras otro. La batalla era encarnizada, retroalimentándose con cada pérdida sufrida en su respectivo bando, con los jugadores que se volvían a Columbia tras perder una vida volviendo a la batalla con sed de venganza y sin posibilidad de escapar. Ninguno podía echarse atrás a aquellas alturas, no después de tantas bajas.

Kora se tapó los ojos con un grito cuando uno de los magos que tenían más cerca era envuelto en una nube de gas púrpura, la cual envolvió a éste mientras derretía la misma carne de sus huesos, disolviéndose entre alaridos en una masa burbujeante. La fría mano de Raiden agarró su brazo, haciéndola retroceder.

- No va a quedar nadie para cuando llegue el boss.

Como si el Samurai lo hubiera invocado con sus palabras, la figura del coloso se abrió paso entre la ventisca, acercándose al puente. Más cerca que nunca, finalmente podían observarlo bien.

En blanco y dorado, era un cuerpo gigante, similar a la armadura de un caballero, aunque los únicos miembros que poseía eran los dos enormes brazos, unidos a su cuerpo por una esfera dorada y terminando cada uno en cuatro largos tubos que ondeaban como serpientes. Su rostro estaba hundido en la parte superior del torso, tallado en piedra, pero inquietantemente vivo a pesar de no moverse.

Ante la cercanía del coloso, la batalla se apagó rápidamente. En horror, los combatientes observaron a la enorme figura, alzándose sobre ellos. Con el silencio que se había formado, la voz retumbó como si fueran truenos, y aunque la boca pétrea del boss permanecía quieta, sabían que provenía de él.

Soy Temperantia, heraldo de la virtud cardinal de la Templanza, y he venido a juzgar a Columbia, la ciudad de los Sabios.

Tanto los magos y alquimistas que acababan de cesar su ataque como el grupo que los observaba a lo lejos mantuvieron el aire ante las palabras de aquella criatura.

La soberbia os ha envenenado el corazón y la mente. Arrogantes en la búsqueda del conocimiento, habéis sido incapaces de comprender una verdad que no sea la vuestra. Cegados por vuestro orgullo, os negáis a escuchar a quienes han llegado al mismo lugar por un camino diferente.

Y así, habéis partido la verdad en dos.


El gigantesco brazo se levantó sobre el campo de batalla. Algunos consiguieron reaccionar a tiempo, mas pocos llegaron a escapar. Cuando cayó sobre el puente, lo rompió en dos mitades, llevando al abismo a casi todos los combatientes.

No había mucho camino para deshacer, pero los recién llegados tomaron aquello como el pistoletazo de salida. Y con ellos, los pocos supervivientes de aquel lado en la batalla entre magos y alquimistas.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/virion.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/darklaw.png)

- ¡Basta! ¡¡Basta!! ¡¡He dicho basta!!

Con un movimiento de manos, WhiteQueen usó una habilidad de Illusionist para aturdir por unos segundos a todos los presentes en un radio de cinco metros. Se ganó varias miradas desaprobatorias por parte de los afectados, pero por fin había conseguido acallar el algarabío.

- Tenemos literalmente minutos antes de que Temperantia nos alcance. – Les recordó la líder de la guild. A su lado, Maya asintió.
- No podemos ir más lejos. – Maya señaló con el pulgar al borde del islote donde estaban, al cual le habían arrancado un trozo en una ventisca.
- Necesitamos un plan. – Dijo Raiden. – Necesitamos estar preparados para cuando Temperantia nos atrape.

El vocerío hubiera saltado una vez más de no ser porque WhiteQueen levantó un dedo, y a regañadientes, el improvisado consejo permaneció en silencio.

Aunque los Hellions no tenían muchos amigos en Columbia, WhiteQueen tenía el suficiente renombre como para que los magos la respetaran y los alquimistas que quedaban se sintieran suficientemente intimidados en su presencia, algo esencial para que se formara aquel pequeño grupo que determinaría si sobrevivirían al juicio de Temperantia.

WhiteQueen, Maya, Raiden y un representante de los supervivientes de cada facción tenían en sus manos el futuro del resto de jugadores. En nombre de los magos se había alzado Darklaw, una Time Mage. Y como si no pudieran quitárselo de encima, el que hablaba por los alquimistas era el infame jugador con el homúnculo volador, Virion.

- ¿Qué sabemos de Temperantia? – Maya se giró hacia ellos.
- Nosotros somos los únicos que hemos luchado contra él. – Respondió la maga, lanzando una mirada de soslayo al Alquimista, que sólo rodó los ojos airado. – Los tubos que tiene en los brazos disparan bolas de energía, y lanza rayos por los ojos.
- Yo también recuerdo eso. – Asintió WhiteQueen. – Además, ya hemos visto lo que pasa cuando da un manotazo.

Aunque podían contar con el hecho de que la trifulca entre magos y alquimistas había debilitado el ya de por sí frágil puente, un golpe de Temperantia podría destruir el islote donde estaban. Y si aquello ocurría...

- No sé si os habéis fijado en que tiene dos esferas por hombro. – Apuntó el alquimista. – Todos los bosses tienen una táctica y creo que la de éste va por ahí. Quizá si se destruye una, el brazo deje de funcionar.
- Es cierto, esas esferas son demasiado llamativas como para que no tengan nada de especial. – WhiteQueen se llevó un índice al mentón. – Casi me duele admitirlo, pero puede que tengas razón.
- Aunque lo tengan, ¿cómo llegamos ahí? – Raiden se cruzó de brazos. – Temperantia es enorme.
- Tranquilo, Jack, no todo está perdido. – Ante la negatividad de su compañero de guild, Maya curvó los labios en una media sonrisa, girándose hacia Darklaw. – ¿Cuántos Time Mages que se especialicen en la rama de gravedad podemos tener disponibles?
- Yo misma… creo que alguien más... – Los ojos de la maga se abrieron por unos momentos. – Ya sé lo que quieres hacer.
- ¿Os importaría informar al resto? – WhiteQueen rodó los ojos.

Maya colocó la mano en la cadera, cada vez más confiada conforme el plan iba tomando forma en su mente. Podía ser la única opción que tuvieran en aquella batalla.

- Los Time Mages podemos alterar el centro de gravedad en un pequeño radio. Básicamente, donde caminamos, es donde actúa la fuerza gravitatoria. – Empezó a explicar Maya, ganando una sonrisa por parte de la maga.
- Con unos tres Time Mages usándolo a la vez podríamos formar un campo lo suficientemente grande como para trepar por el brazo de Temperantia y llegar a su hombro. – Continuó Darklaw, con un tono mucho más severo y formal. Maya asintió a su lado. – Necesitaríamos bastantes pociones de MP, ya que lo va quemando mientras esté activo… pero podría funcionar.
- ¿Y entonces?

Aunque consideraba que era una auténtica locura, Raiden tenía que admitir que él no tenía un plan mejor. Y era preferible un plan a simplemente esperar. Miró expectantes a los otros, cuando el rostro de la maga volvió a iluminarse.

- La cara. Cuando luchamos contra él, se protegía la cara con los brazos.
- Así que ese es su punto débil. – Intervino el alquimista. – Si se desactivan los brazos, queda expuesto.
- Y la gente que quede en tierra podrá atacar a distancia. – Concluyó WhiteQueen, con una palmada. – Entonces nos dividiremos en dos grupos: los que irán a por los brazos, y los que prepararán la ofensiva en tierra.
- Espera, espera, ¿cuándo subiremos?

La pregunta de Raiden hizo que el entusiasmo se aguara un poco. Un sólo golpe de Temperantia podía ser lo que necesitaran para subir, pero también para destruir el islote donde estaban y morir todos en el intento.

- Iremos delante. – Respondió Maya, ágilmente. – Tendremos tan sólo cuestión de segundos para saltar si destruye el islote, así que hay que estar listos.

Quizá era la adrenalina del momento, la sensación de saberse contra la espada y la pared, lo que hacía que aquella idea, formada en apenas unos instantes, fuera a lo que estuvieran listos a aferrarse.

- Entonces, ¿ese es el plan? – Dijo Raiden. – ¿Hacer de cebo en un islote desperdiciable, subir al brazo, destruir el núcleo, y esperar que desde tierra puedan sobrevivir a las oleadas de monstruos mientras esperan la señal para atacar a Temperantia?
- Es un buen resumen. – Asintió WhiteQueen. – Empecemos a ver quién va a ir a por los brazos y quiénes se quedarán abajo. Y rapidito, que creo que eso a lo lejos es el boss.

Tal y como la mujer había dicho, en la distancia se discernía la oscura figura de Temperantia, avivando los vientos conforme se acercaba a ellos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 01, 2015, 02:16:13 PM
:B dejo esto corriendo, que tengo visitasssss, grrr~

*Y vuelvo con ediciones xD Título, avatares y ESTA (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/32_nekoarma.jpg) es el arma que se equipa Neko.
El diseño de los bots de Watari me lo he sacado de AQUÍ (http://monsterkookies.deviantart.com/gallery/).






33. ¡Os voy a cobrar más por esto!

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png)

—¿¡Qué habéis hecho qué!? —exclamó Afrodita desde el suelo.

—¿Qué más da? Podemos con los dos jefes, estoy segura—asintió Neko—. Además, la experiencia le puede ir bien al chaval.

Palmeó la espalda de Hyoga, que casi se cayó de bruces hacia delante.

—Necesitamos un plan rápido, por la barra de casteo del boss nos quedaran unos dos o tres minutos antes de que se mueva —explicó Milo, echándose el pelo hacia atrás con las manos.

—Vale, vamos primero a por ese —contestó Neko.

—¿Quién? Estamos todos agotados —replicó Milo—. Y aún tenemos otro boss fuera.

Milo levantó la mano para señalar hacia el exterior, donde Yuzuriha vigilaba los movimientos del otro jefe.
Neko activó su omnitool y buscó rápidamente en su inventario.

—¿De qué elemento es el boss? —preguntó.

—Oscuro —contestó Milo, dejándose caer al suelo entre Watari y Afrodita.

Se notaba que Milo estaba preocupado y no era para menos. Hyoga se dejó caer en el suelo, con una rodilla hincada y una mano en su barbilla.

—Yuzu, recupéralos.

—No puedo —contestó la dancer—, stamina baja.

Neko chistó, pero sonrió al encontrar lo que buscaba.

—¿No puedes o no debes? —preguntó la chica mientras el hijo bastardo de una katana y una maza de guerra aparecía entre sus manos.

La mechanic sonrió con autosuficiencia, apretando el mango entre sus deditos. Era la única arma que tenía encantada con elemento sagrado y una de sus preferidas. Se la había bendecido un amigo de Pip, un priest muy majo que fumaba mucho a las afueras de Einbroch.

Yuzuriha calibró las posibilidades en pocos segundos y cambió su respuesta.

—No debo.

Neko asintió y Crane volvió a mirar hacia el exterior. La dancer estaba ahorrando energías para el bien común a largo plazo.

—Usad pociones o cualquier tipo de objeto, mi carro está abierto al público —señaló uno de los tres carros amontonados cerca del altar.

—Ya he mirado ahí, no nos queda casi nada para recuperar mp o stamina —bufó Milo.

Neko se rascó la nariz después de gemir frustrada. Hyoga negó con la cabeza, a él no le quedaba nada.

—Luken ¿te da tiempo? —preguntó Neko mientras daba vueltas a la maza entre sus manos.

Afrodita se levantó entre gruñidos y se acercó a su carro. Después de un par de comandos y tocar aquí y allá, el carro se convirtió en un pequeño laboratorio portátil. Cambió su equipo por una túnica blanca y dorada que gritaba full support por todas partes.

—¡Os voy a cobrar más por esto!

Anir sonrió satisfecha.

—Hecho, vosotros descansad. Es hora de terminar con el guardián de la pirámide.

Con tan sólo un pensamiento, los bots luciérnaga de Neko se replegaron y volvieron al carro. La mechanic necesitaba ahorrar todo el mp posible y racionarlo mejor si no iba a tener a nadie que se lo rellenara en caso de necesidad hasta dentro de un rato.

—Watari, cúbreme.

Un rugido llamó la atención del equipo. Todos, menos Afrodita, se giraron a ver al boss guerrero plantado en el umbral del portal que daba a la sala del altar, donde ellos se encontraban. Sus músculos, cubiertos de tatuajes y piel oscura, estaban tensos. Su postura era intimidatoria. Y estaba resollando.

Hyoga se levantó de un salto, aunque Milo y Yuzu no se movieron de sus posiciones.

—Estamos solos —afirmó Neko mientras caminaba hacia el boss, que rugió echando la cabeza hacia atrás.

Neko empezó a correr y Hyoga casi la siguió por instinto.

—¡Reserva tus fuerzas! —aconsejó Yuzuriha desde la puerta, parando con efectividad a Hyoga— Estarán bien.

El boss había empezado a correr hacia Neko, ganando velocidad con cada paso, pero a unos pocos metros de encontrarse, Neko plantó un pie firmemente en el suelo y balanceó la maza de abajo hacia arriba, conectando un golpe certero con la mandíbula del monstruo.
La melodía de batalla empezó a sonar y la falda blanca y plisada voló alrededor de la cadera de Neko.

Entonces fue cuando Hyoga los vio. Cuatro hombres-jaguar aparecieron desde detrás de su jefe, con las garras extendidas y las fauces abiertas. El mago tenía un hechizo en la punta de los dedos cuando los cuatro monstruos cayeron hacia atrás.
Watari, desde su posición, tenía el brazo extendido y la palma abierta hacia Neko. Lucía una sonrisa ligeramente sádica debajo de sus gafas.

—¿Qué ha sido eso?

Neko dio un segundo y un tercer mazazo al jefe, haciéndolo retroceder con cada golpe y los hombres-jaguar no paraban de caer al suelo cada vez que conseguían levantarse. Unos destellos metálicos volaban de un lado a otro.

—Eso, querido mago, son mis búhos —explicó Watari antes de cambiar la posición de la mano, cerrándola en un puño.

Los destellos se quedaron quietos el tiempo suficiente como para poder percibir la forma de los bots. Eran de varios tamaños y colores, con diferentes diseños, pero todos eran búhos mecánicos.
Se replegaron en una pequeña bandada, atrayendo a los hombres-jaguar, antes de volar con rapidez hacia los mobs y atacar sus puntos débiles con precisión quirúrgica.

Hyoga se relajó, pero no tuvo mucho tiempo para respirar. La mano de Yuzuriha estaba en su espalda y lo empujó más hacia dentro, hacia el altar.

—¡A cubierto! —gritó Yuzuriha y dos segundos después el suelo tembló.

El cuerpo de Hyoga chocó contra alguien más, aterrizando los dos en el suelo. Cuando empezó a levantarse vio que era Milo quien había amortiguado su caída.

—¡Maldita sea! —se quejó el bardo mientras dejaba que Hyoga le ayudara a ponerse en pie.

Algo estaba tapando la salida que tanto les había costado abrir. Ese algo se movió y cuando se alejó de nuevo se pudo apreciar que era un garrote gigante, que se balanceaba para volver a estrellarse contra la pirámide.  El suelo tembló de nuevo.
El boss gigantesco gruñó y se agachó, asomándose y buscando a los jugadores con sus ojillos amarillos y brillantes. Resopló antes de gemir su frustración y se volvió a alejar.

—¿No nos pueden dejar un momento de paz? —añadió Milo, apretando los hombros de Hyoga con las manos y con la vista fija en su supuesta vía de escape.

—¡Toma! —gritó Luken antes de que una poción se estrellara contra el hombro de Milo, mojándole pero desapereciendo en un humillo azul— ¡Deja de quejarte y ven a recuperarte!

Yuzuriha estaba al lado de Afrodita, bebiendo una poción. La mandrágora resoplaba encima del carro de Watari, rascándose la cabeza con una de sus patas inferiores. Acabó cayéndose hacia atrás y rodando al suelo, donde correteó hasta Luken, que había dejado una poción en el suelo para ella.

—¿Has terminado con eso? —preguntó Milo.

—No, aún me queda un poco, pero Rose ya está bien. Distraeré al de afuera con ella mientras acabo.

La mandrágora se sacudió, lamiéndose las patitas antes de corretear a saltitos hacia el exterior. Una vez a la luz del sol, las hojas encima de su cabeza se tensaron y gruñó, haciendo ruidos varios, atrayendo la atención del boss.
El homúnculo saltó justo a tiempo, antes de que el garrote de su contrincante aplastara el suelo donde había estado burlándose de él.

Yuzuriha y Milo necesitaban esperar unos minutos más, pero Hyoga se encontraba bastante bien después de una poción que recuperó la mayoría de sus puntos de magia.
Se giró para observar como Neko encajaba un golpe del boss guerrero y después contraatacaba con la maza, haciéndolo retroceder. Había un hombre-jaguar menos a su alrededor y no parecía que Watari y Anir se fueran a rendir en los próximos minutos.
Se asomó a la salida para observar mejor la escaramuza entre el Rose y el Guardián del Bosque, nombre que un pequeño scan con la omnitool le señaló.

—Veamos… —murmuró antes de arrodillarse en el suelo y poner la palma en él.

Y probó otra vez su hechizo más nuevo, con la diferencia de que esta vez usó casi toda su magia en un golpe.
La línea de hielo se dibujó fina hacia el jefe, dejando espirales de nieve y cristal allá por donde pasaba, hasta que tocó a su destino y estalló en un espectáculo de luz blanca. El Guardián del Bosque gritó, con una voz que parecía hecha de ramas agitadas al viento y raíces creciendo a velocidad vertiginosa entre la tierra.
El hielo se extendió rápidamente por debajo de él y subió por las dos piernas, haciéndose cada vez más grueso, alcanzando la cadera en la primera pierna y la rodilla en la segunda.

Rose se paró donde estaba y empezó a dar saltitos, agitando sus hojas y jadeando satisfecha, provocando al jefe con su guasa un poco más.
Hyoga se miró la mano, incrédulo.

—¿Eso lo he hecho yo? —se preguntó en un susurro.

El Guardián del Bosque rugió y resopló. Se sacudió entero hasta que el hielo de la segunda pierna que Hyoga había alcanzado con su hechizo empezó a resquebrajarse. Y Hyoga recibió una palmada en la espalda.

—¡Ay! —se quejó.

Durante un momento pensó que había sido Neko, hasta que oyó a Milo hablar.

—Muy bien, muchacho, ahora nos has quitado un dilema de encima.

—¿Qué? —Hyoga se giró justo antes de que Milo empezara a guiarlo hasta Afrodita mientras hablaba.

—Ahora no tenemos que decidir si dividir nuestras fuerzas o concentrarnos en uno sólo —Milo hizo fuerza sobre los hombros de Hyoga para obligarle a sentarse encima de uno de los carros, parecía el de Neko—. Recupera tu magia mientras echamos una mano.

Vio la bufanda roja de Yuzu volar hacia un hombre-jaguar que había escapado de los búhos de Watari, enrollándose en su cuello y estrellándolo contra el suelo después. Yuzuriha plantó un pie encima de la cabeza del hombre-jaguar.

—Es nuestro turno —dijo la chica, levantando la barbilla y tensando la bufanda entre sus manos, atenta a cualquier otro monstruo que osara acercarse al campamento improvisado.

Milo se llevó la flauta a los labios y empezó a tocar. Sus dedos bailaban encima de los agujeros rápidamente, subiendo y bajando en la escala musical con cadencia. Empezó a caminar hacia Neko y el hombre-jaguar en el suelo se sacudió.
Yuzuriha le quitó el pie encima de la cabeza y el monstruo se revolvió en el suelo hasta que se puso de pie y movió la cabeza de un lado a otro. Cuando Milo pasó por su lado, el hombre-jaguar le siguió y poco después se abalanzó, fauces abiertas y garras extendidas, hacia Neko.

Pero su objetivo no era ella, sino el boss. Milo seguía tocando, caminando lentamente hacia la batalla y otro hombre-jaguar, al que le quedaba poca vida ya, dejó de atacar a los búhos de Watari y se volvió contra su jefe.

El boss no tardó en quitarse de encima al segundo hombre-jaguar, acabando con él en el acto. Neko había aprovechado la distracción para preparar un golpe por detrás, esperando asestar un crítico, pero el boss se giró, ignorando al primer hombre-jaguar y usando el impulso para golpear a Neko.
Anir voló hacia atrás hasta chocar con la pared. No tardó en levantarse, gruñendo y sacudiendo la cabeza y con ella las coletas altas que llevaba.

—¡Mierda! —bramó frustrada por la oportunidad perdida.

Apretó la maza en sus manitas y volvió a la carga de frente. Neko había perdido una tercera parte de su barra de vida, pero ese boss estaba en las últimas. Con suerte podría rematarlo con un crítico.
Mientras corría vio una columna que había caído al suelo en uno de los ataques del boss y sonrió. Se desvió de su camino y piso encima del pilar y corrió los tres pasos que le llevaron al final de la columna.

El boss la seguía con la mirada, preparando su defensa para recibir el ataque de Neko con la menor pérdida de vida posible.
Dos de los hombres-jaguar, los únicos que quedaban vivos de su séquito atacaron al boss, rompiendo su postura y con ello su bonus de defensa. Neko cayó sobre él desde el cielo, estrellando la maza de pleno en su cráneo.

Según el boss caía hacia atrás, la chica clavó sus rodillas en el pecho del monstruo, que rebotó contra el piso antes de morir con un gorgoteo en la garganta.
Neko se puso de pie encima de él antes de que el cuerpo desapareciera, sacando la maza de dentro de su cabeza y poniéndola encima de su hombro, pintando el aire de manchas rojo sangre.

Ladeó la cabeza para mirar a su party.

—Uno menos —anunció.

Tenía manchitas de sangre en una de sus mejillas, la clavícula izquierda y el lazo del escote. Ese boss se desvaneció de debajo de Neko al mismo tiempo que el Guardián del Bosque liberaba una de sus piernas de la trampa de hielo de Hyoga.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on February 02, 2015, 12:36:40 PM
Guests, guests in this chapter! :v
La imagen del monstruo ya fue dejada el capítulo anterior :3


Capítulo 12: Scorching sun: Buenos samaritanos


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg)


Fenris no supo cuantas veces se golpeó contra las paredes del suelo antes de caer y estrellarse sobre una superficie dura, levantando una nube de polvo.

Soltó un gemido dolorido, quedándose por unos instantes sin aire en los pulmones mientras algunos números rojos brillaban sobre su cabeza e indicaban la salud que había perdido por la caída.

Tardó un poco en levantarse, apoyándose en las manos mientras tosía, absolutamente desorientado y un tanto mareado. Hacía unos segundos estaba caminando por el desierto con sus compañeras, maldiciendo todo lo que se podía maldecir de cierto individuo, y de repente se encontraba ese lugar oscuro, frío y sorprendentemente húmedo. Parpadeó, intentando adaptar la vista al cambio de luz, y pronto pudo ver con más nitidez.

En realidad no estaba completamente a oscuras: el sitio entero, al menos la parte baja, parecía bañado por una tenue luz azulada de procedencia desconocida, pero estaba en todas partes. En la parte superior (y le sorprendió ver cuan alto era ese sitio, la caída no se le había hecho tan larga) había una claridad que sin ninguna duda procedía de la luz del sol y que se filtraba desde algún lugar, dejando un rastro de luz difusa. El lugar en sí parecía una serie de túneles conectados entre sí y separados por altísimos muros y pilares de roca y arena en los que crecían algunos hierbajos. A lo lejos podía oír el sonido del agua al fluir, pero era incapaz de verla.

Un pitido y un brillo desviaron su atención de los alrededores a la Omnitool, indicando que tenía un mensaje nuevo. Fenris lo abrió, imaginándose que sería de alguna de sus compañera pero frunció el ceño en desagrado al ver que era de Ulquiorra.

[Te encuentras en las Grutas del desierto. Te envío un mapa para que encuentres la salida. Cuidado con los monstruos. Coge cristales de magicita y champiñones de las profundidades ya que estás. De nada.]

Fenris dio una patada en el suelo levantando una nube de arena mientras mascullaba insultos entre dientes. ¡Maldito fuera ese cretino! ¡Era exactamente igual que la otra víbora con la que compartía el nido!

Se pasó la mano por la frente para tranquilizarse, apartándose el flequillo blanco. Luego oyó un chasquido y se quedó quieto, escuchando en la lejanía, muy quieto. Hubo uno y otro más, acompañados de un castañeteo que no sonaba nada agradable. Se resguardó bajo la forma de una columna, escondiéndose de cualquier cosa que fuera eso. Sacando la cabeza, pudo ver la sombra de una criatura de muchas patas afiladas y un cuerpo voluminoso y segmentado, parecido a una araña. Los ruidos que hacían eran siniestros, con esos golpes secos y las punzadas que hacían sus patas al andar.

No se atrevió a moverse hasta que la criatura quedaba lejos y ya no podía oírla. Cuando no apareció ningún otro monstruo de la nada, se permitió soltar el aire que había estado conteniendo. Necesitaba salir de allí, de eso no cabía duda.

Alzó el brazo y abrió el mapa en la Omnitool, que se extendió frente a él un un flujo de luz naranja. Su posición estaba marcada como un punto azul en la intricada red de túneles y salas. Efectivamente, pudo comprobar que había un río que cruzaba la zona en diagonal de un lado a otro. No estaba muy lejos de él. Las salidas eran puntos blancos y parpadeantes en el mapa; la más cercana estaba en dirección este, aunque para llegar a ella debía cruzar el agua y hacer un innecesario rodeo, pues los túneles estaba bloqueados.

Bufó, hastiado, y emprendió el camino. Más le valía salir de allí pronto; quizá podía matar algún monstruo por el camino para quitarse toda la frustración de encima. Y de paso recogería las malditas setas de Ulquiorra.

- - -

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Aerith_zpsa832f1b0.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Raistlins_zps05e58d48.jpg)


Aerith estaba en cuclillas, inspeccionando con ojo experto y crítico una flor de cactus. No se trataba de cualquier cactus, y por consiguiente, tampoco de cualquier flor. Era uno de esos cactus que solamente germinaba las noches de verano pasado el solsticio y antes de la segunda luna llena, una vez cada diez años. O al menos eso es lo que decía el lore. Lo cierto es que de cactus de esos con una de sus flores encontrabas en cualquier sitio. Una de las magias de estar dentro de un juego.

Aerith tocaba los pétalos rosados con la punta de los dedos, admirando su suavidad. Las flores de cactus solían utilizarse para realizar pociones y algunos elixires para potenciar la curación; eran un ingrediente recurrente, y esas en concreto eran todavía más potentes y se podían vender a un buen precio a los Alchemist. Eran flores realmente bonitas.

A sus espaldas, pero, Raistlin no parecía compartir su entusiasmo.

—¿Has terminado ya de acicalar la flor?

Ella suspiró. Con un movimiento grácil cogió la flor y se la puso en el inventario.

—Tampoco hace falta tener tanta prisa, Raist —dijo, mientras se ponía de pie.

—Prisa, ninguna —le respondió él, agitando su vara antes de ponerse a andar. Incluso en la claridad del sol de desierto, su cara quedaba oscurecida por las sombras de la capucha —. Pero tenemos cosas que hacer.

—Lo que pasa es que no te gusta el desierto, ¿verdad?

Raistlin no le respondió, pero Aerith supo con una sonrisa que había dado en el clavo. Entonces se escuchó un estruendo a lo lejos y giró la cabeza en esa dirección. Había una pelea, alguien estaba luchando contra uno de esos monstruos, un Espíritu del Desierto.

—Mira —dijo, y el Elementalist se acercó para mirar desde la cima de la duna.

Se quedaron observando un rato, el suficiente para dejar evidente que el grupo de personas que luchaban contra la criatura no estaba obteniendo muy buenos resultados, precisamente. El monstruo se movía sin parar, deslizándose de un sitio a otro, enterrándose en la arena para volver a surgir más tarde de golpe desde otro punto. Los ataques venían de todas partes, y era evidente incluso desde la distancia que no estaban consiguiendo defenderse bien.

Alcanzaban a ver los ataques brillantes de un Black Mage, un hechizo tras otro que no parecían perturbar al Espíritu. Era evidente que trataba desesperadamente de desviar su atención y salvar así al pobre individuo que no paraba de recibir los ataques del monstruo y que casi ni tiempo tenía para estar de pie en el suelo. Si ese era el tanque, o estaba haciendo muy bien su trabajo, o muy mal. La criatura parecía ensañarse especialmente con él por alguna razón, agarrándole, zarandeándole y lanzándole contra el suelo una y otra vez, incluso llevándoselo a la boca para mordisquearle antes de escupirlo al suelo. Después se metía en la arena, atacando desde allí.

Dos personas más terminaban de conformar el grupo; una parecía un Alchemist por las granadas elementales que parecía lanzarle al monstruo, mientras que la otra no se podía decir exactamente que estaba haciendo aparte de corretear de un lado a otro, atacando en apariencia, pero sin hacer realmente nada.

—Duele sólo de verlo —comentó Raistlin tras un breve instante de análisis.

—Pobrecitos —dijo Aerith, compadeciéndose de esa gente. Luego, le surgió un brillo especial en la mirada. Raistlin conocía ese brillo —. Necesitan ayuda.

—No hablarás en serio —dijo él, aunque en el fondo ya conocía la respuesta.

Aerith sacudió la cabeza enérgicamente.

—No pueden con ese monstruo ellos solos, hay que hacer algo.

Se había puesto a caminar con pasos decididos, con el mago siguiéndola aunque protestase.

—Es su problema por enfrentarse a un monstruo que no pueden ganar.
—Quizá no querían luchar, quizá se lo han encontrado por casualidad.
—¿Por eso están peleando en vez de huir?

A ese punto, la Cleric dejó de responderle y Raistlin sabía que no iba a escucharle dijese lo que dijese. Cuando se le metía algo en la cabeza no había nadie que la pudiese hacer cambiar de opinión; se acercaba a la zona de batalla con la determinación de un tanque cargado de pociones y curas.

Lo primero que hizo al llegar fue curar al tanque, que resultó ser una Samurai y que justo antes el monstruo había golpeado y lanzado en su dirección, rodando por el suelo mientras dejaba un rastro de números rojos detrás de sí.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Aerith, arrodillándose a su lado después de lanzar su hechizo.

La Samurai se irguió de golpe con un grito de frustración.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg)

—¡Aaargh! ¡Odio este puto bicho! —Justo después pareció darse cuenta de la presencia de la otra. —¿Y tú quién eres?

La Cleric le dirigió una sonrisa de circunstancias. La Samurai parecía enfadada, pero era difícil tomarse esa expresión en serio cuando no paraba de brillar en varios colores, efecto de todos los elixires y vigores que llevaba encima.

—Podemos dejar las presentaciones para luego —respondió, simplemente —. Parecéis en apuros, así que quizás podemos echaros una mano.

La otra entrecerró los ojos con suspicacia antes de que un bote de vigor físico se le estrellase contra la cabeza.

—¡Au! ¡¿Puedes dejar de hacer eso?! —gritó, girándose hacia uno de sus compañeros, un muchacho paliducho que la miraba indiferente y que parecía ser el Alchemist.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)

—Eres demasiado débil, necesitas vigores constantemente. Daos prisa en debilitar el Espíritu del Despierto si no quieres que me quede sin y mueras.

La Samurai gimió de exasperación, lanzando los brazos al cielo, todavía brillando de colores. Luego se volvió hacia Aerith.

—Bien. Haced lo que queráis. Si queréis ayudar sois más que bienvenidos, aunque sois... magos. —En su voz había un deje de de decepción —. Bueno, en fin, mejor eso que nada.

Se levantó, murmurando un “¿por qué tengo que hacer esto...?” mientras se sacudía la arena de las piernas.

—¡Shrui! —le gritó la Black Mage del grupo que ahora mismo estaba recibiendo los ataques del grupo —. ¡Te necesitamos aquí!

—¡Ya voy!

Sin más palabras, volvió a la batalla, abalanzándose contra el monstruo. Empuñó su katana y, blandiéndola como una aguja mortífera, la ensartó en el cuello arenoso de la criatura, que chilló.

—Oh, sí, ¿te gusta esto? ¡Sufre, mamón!

—Que grupo más encantador —comentó Raistlin sin entusiasmo.

Aerith aprovechó para curar a los otros miembros heridos del grupo. La Black Mage se giró en su dirección, parándoles atención por primera vez.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg)

—¿Quiénes sois?

—Venimos a ayudar —le dijo la Cleric, alzándo las manos en señal de paz.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)

—¡Gracias a dios! —exclamó una tercera voz. Era el cuarto miembro del grupo, una Novice de cabello rubio que jadeaba, sobrellevada por esa batalla que evidentemente no era de su nivel.

Justo entonces el monstruo gritó y se cernió sobre ellos, y parecía que fuera a caerles encima cuando una granada se le estrelló en el rostro, pero en vez de levantar una nube de fuego, extendió una red de cristales de hielo que le cubrió parte de la cabeza, entre ellos los ojos. La bestia chilló y retrocedió, llevándose las garras allí para quitárselo.

—Los ataques con katana no tienen el efecto deseado —dijo el Alchemist que acababa de lanzar la granada —. Necesitamos una arma contundente. Y hechizo de elemento aire o hielo.

—No sé ningún hechizo de aire —comentó la Black Mage —, y de hielo sólo tengo el más básico.

—Pues espero que el señor mago guarde algún truco bajo la capucha —dijo la Samurai, antes de abalanzarse de nuevo contra el monstruo.

—¿Un truco? —la voz de Raistlin sonó más grave de lo normal.

Levantó la vara, conjurando un hechizo, y de repente toda la superficie del cuerpo del Espiritu del Desierto estalló en llamas. La criatura soltó un chillido dolorido mientras se retorcía.

—Tengo algo más que algún truco bajo la capucha —dijo el Elementalist, y sus ojos chispearon entre las sombras —. Eso te lo aseguro.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 08, 2015, 03:28:24 PM
Bueno, por fin he hecho algo que tenía ahí esperándome: actualizar la lista de aportes. Y ya que estaba, he actualizado un montón de aportes con avatares y algunos enlaces.
Esta es la lista de actualización:
23 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape/msg2730/#msg2730). Añadidos avatares.
24 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape/msg2783/#msg2783). Añadidos avatares e imagen para los bots-libélula (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/bot_dragonfly.jpg).
29 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape/msg2975/#msg2975). Añadidas imágenes para las botas (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/29_botasyuzu.jpg) y el chaleco y cinturón (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/29_yuzu.jpg) de Yuzuriha, así como el conjunto (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/29_neko.jpg) de Neko.
30 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape//?msg=2996). Añadidos avatares.
31 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape/msg3112/#msg3112). Añadidos avatares y título. Además de imágenes para los hombres-jaguar (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_hombre-jaguar.jpg) y el boss-guerrero (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_warrior-boss.jpg).
32 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape/msg3153/#msg3153). Añadidos avatares, título e imágenes de los trajes que llevan Neko (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_neko.png) y Hyoga (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/31_hyoga.png) en la ceremonia. Y también una imagen del boss (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/dingdongdell/DDD_boss1.jpg).
33 (http://write.btproject.org/mmorpg-neverland/neverland-1-1-you-can-(not)-escape/msg3168/#msg3168). Añadidos avatares, título e imagen del arma (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/32_nekoarma.jpg) que usa Neko además de la galería en la que me inspiré para los búhos mecánicos (http://monsterkookies.deviantart.com/gallery/) de Watari.

Creo que nada más por aquí~ ¡Bueno, sí! Una última cosa (https://www.youtube.com/watch?v=uJKITkG1vgk).






34. ¡Que summun pen, que tum pan!

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png)

Milo aspiró aire, pero en vez de suspirar, como Hyoga había creído que iba a hacer, se llevó la flauta a los labios y empezó a tocar una melodía suave y envolvente. Manzanas doradas flotaron a su alrededor y Neko se acercó decidida, tomando una y empezando a comérsela.

—Oye, Watari… —dijo Neko con la boca llena, antes de tragar y empezar su consulta— ¿Ese libro tuyo tiene información sobre el boss de fuera?

—Sí, veamos —afirmó el otro mechanic, ajustándose las gafas y echándole un ojo al libro—. Se llama Guardián del Bosque, no tiene séquito y es débil a fuego.

Hyoga se apartó el flequillo hacia atrás, preocupado.

—No tengo hechizos de fuego, sólo de hielo —explicó, sintiéndose un poquito culpable.

Milo apartó la flauta de sus labios, aunque las manzanas quedarían flotando suspendidas en el aire durante unos minutos antes de desaparecer.

—¿Aún te quedan scrolls de fuego? —preguntó Milo a Neko con las cejas fruncidas, después de echar un vistazo rápido a la party.

Neko se terminó la manzana y escupió las pepitas, echando a un lado lo poco que quedaba del corazón de la fruta. Se pasó el brazo por los labios, sin querer manchar el guante blanco que llevaba.
Cuando apartó el brazo, su sonrisa se mostró decidida y un poquito cruel. Milo sonrió exactamente de la misma manera y Yuzu recogió mejor su bufanda, poniéndosela por encima de la cabeza antes de tomar una posición relajada, lista para bailar en cualquier segundo.

—Crane, magia —instruyó Milo, acercando a Hyoga hacia la dancer que había empezado a bailar, formando ochos con su cadera y moviendo los dedos mientras levantaba los brazos—. Hyoga, no te alejes de ella, tendrás una fuente constante de maná hasta que deje de bailar.

Hyoga asintió con la cabeza, viendo como su mp se llenaba poco a poco.

—Watari, larga distancia. Milo con él —continuó Neko con las órdenes.

—¿Críticos? —preguntó Milo mientras ponía una mano en el hombro de Watari, que estaba rebuscando entre su inventario.

—Exacto —asintió Neko, parecía que tenían el mismo plan.

Watari sacó un brazalete de su carro con un “¡Ajá!” y se lo puso con prisas. Era de cuero y tenía piedras con runas grabadas metidas entre el trenzado. Seguidamente, sacó un rifle de francotirador tan largo que nadie hubiera pensado que cabía dentro del carro.

—Rose está en las últimas y yo estoy cansado —dijo Afrodita, quitándose algo de sudor de la frente y suspirando exasperado mientras se llevaba las manos a la cadera—. No podré hacer mucho más.

Neko estaba seleccionando materiales de su carro, pero no tardó en contestarle.

—¿Qué te falta para evolucionarla? —quiso saber.

—Dos rosas piraña.

La chica sacó un montón de pergaminos que llevó hasta Hyoga y los dejó caer al suelo.

—Léelos mientras apuntas con la mano hacia el boss, con la palma abierta —le dijo y después se giró para seguir su conversación con Afrodita—. Creo que tengo las rosas, ahora te las doy.

—¿¡Dármelas!? —se alarmó Afrodita.

Conocía bien el valor de mercado de esas rosas y cuánto costaba hacerse con una sola de ellas, por ya no decir dos.

Por su lado, Milo y Watari habían salido del interior del Templo, aprovechando que la mandrágora todavía correteaba llamando la atención del boss, aunque lo hiciera con un resuello constante y las hojas sobre su cabeza estuvieran más bien caídas.
Habían trepado por la pared escalonada del exterior, teniendo que ayudarse el uno al otro para poder subir unos cuantos niveles. Watari se había tumbado en el suelo, estabilizando el rifle y acarició una de las runas con el pulgar. La piedra brilló un poquito y el mechanic se quitó las gafas para pegar el ojo en la mirilla.

Milo cambió la flauta por el violín, preparándose para usar la habilidad que le permitía elevar la probabilidad de críticos a sus compañeros en el momento oportuno.

Afrodita y Neko se habían acercado a los carros de nuevo, buscando las rosas pirañas y cerca de la entrada de la pirámide, Hyoga, que ya tenía su magia casi llena, empezó a recitar las palabras en el pergamino.

—Sacatan, sacatún tam tam tam que summun pen… que tum pan... —Hyoga frunció el ceño, empezaba a notar un cosquilleo en las puntas de los dedos— Que tepetepetam to pe tum... que summun.

Su cabello empezó a flotar alrededor de sus mejillas, levantado por una pequeña ráfaga de aire caliente.

—Estaba por aquí, estoy segura —refunfuñó Neko, aún mirando en su carro.

—¿Pero me los vas a dar? —insistió Afrodita— Así, sin más.

—¡Que summun! —gritó Hyoga, continuando con el hechizo y con la palma vibrando caliente.

Milo escuchó el grito y le dio tiempo a gritar de vuelta antes de que Hyoga terminara la invocación.

—¡Aparta a Rose!

Afrodita se giró justo cuando Hyoga susurraba las últimas palabras.

—Que tum.

—¡Rose! —gritó el biochemist, pensando instintivamente en todos los comandos de su homúnculo.

El aire alrededor de Hyoga se arremolinó en su mano, tornándose naranja y prendiendo antes de concentrarse en una bola de fuego delante de su palma, que se proyectó en un chorro de llamas directo hacia el boss.
El homúnculo rodó por el suelo hasta chocar contra la pared de la pirámide para ponerse a salvo, buscando algún hueco entre las rocas por donde colarse.

Neko comprobó de inmediato la barra de vida del Guardián del Bosque. Hyoga había conseguido hacerle un daño nada despreciable para su nivel, aunque también había descongelado el hielo que lo mantenía anclado al suelo. Aún así, lo consideró una victoria.

—¡Já! ¡Chúpate esa! —gritó Neko, señalando al boss antes de dirigirse a Hyoga— ¡Tú sigue con las bolas de fuego!

El pergamino en la mano de Hyoga empezó a humear y cuando se encendió terminó por soltarlo con un grito, sacudiendo la mano con la que había estado sujetándolo.
La barra de magia de Hyoga subía y bajaba alocadamente, vaciándose con el disparo continuo de bolas de fuego y rellenándose con el baile de Yuzuriha, que se movía detrás de él con gestos sinuosos. Mientras, a su lado, la pila de pergaminos se quemaban uno tras otro.

El boss rugió y empezó a correr, buscando la fuente de las bolas de fuego para terminar con ella. Pero el violín de Milo había empezado a sonar justo después de que la primera bola de fuego impactara en el cuerpo cubierto de musgo del monstruo y Watari estaba más que listo.
El Guardián sólo pudo dar dos pasos antes de que la bala le atravesara la rodilla, bajándole la movilidad con eficiencia.

Un círculo de invocación apareció justo detrás del boss, que había caído sobre su rodilla herida. Atom, el robot de combate de Neko, se materializó en un remolino de píxeles, agarrando al boss por los hombros desde debajo de sus axilas para tratar de inmovilizarlo.

—¡Vamos, vamos, vamos! —gritó a Hyoga, que seguía recitando los pergaminos de memoria, sin saber porqué se sabía las palabras.

—¡Que summun pen, que tum pan!

—¡Luken! ¡Las rosas! —le recordó la mechanic a Afrodita.

Él se giró hacia el montón de objetos que Neko había tirado al lado de su carro y se dejó caer al suelo de rodillas buscando frenéticamente.

—¡Tengo una!

El boss se levantó fuera y Watari disparó otra vez, ahora a la otra rodilla. Neko se había levantado al notar el tirón que el Guardián estaba ejerciendo sobre Atom, pero se volvió a sentar al caerse éste, manteniendo la pose para que su robot la imitara.

Yuzuriha dejó de bailar. Tenía su barra de maná a mitad y la de Hyoga todavía estaba llena, pero el montón de pergaminos estaba disminuyendo rápidamente.
Afrodita se incorporó con el pelo revuelto y los ojos muy abiertos con la otra rosa en la mano.

—¡Ya está! —exclamó eufórico antes de salir a la carrera hasta donde Rose intentaba aún esconderse en un hueco de la pared.

La mandrágora tenía el culo fuera y movía las patitas, desaforada. Afrodita suspiró y puso la mano debajo del cuerpo del homúnculo, sacándolo de su escondite mientras ella aún movía las cuatro patas, aunque paró de hacerlo cuando su amo y creador le dió la vuelta y le vio la cara.
Rose se puso a lamer el aire, intentando llegar a lamer alguna parte de Afrodita. Consiguió llenarle la nariz de babas.

—¡Para, quieta! —Afrodita se limpió la nariz y dejó a Rose en el suelo, que se quedó a cuatro patas y se tambaleó un par de veces antes de ponerse de pie, en posición de vigilancia.

Rose gimió una vez y miró hacia arriba, a las manos de Afrodita, que había sacado el resto de materiales que necesitaba para evolucionar a su homúnculo.

—Vamos a darle caña, Rose —dijo Afrodita, viendo cómo Atom intentaba retener al boss, que empezaba a romper su agarre—. Que vean de lo que somos capaces los alquimistas.

Las bolas de fuego dejaron de llegar, Atom soltó uno de los hombros del Guardián del Bosque y Watari encajó otra bala en uno de los ojos amarillos del boss, que simplemente se revolvió más, aún con algo menos de la mitad de su vida.

—No me quedan más pergaminos… —dijo Hyoga, mirando las cenizas que se esparcían a su lado— Ni magia.

Hyoga tenía la respiración acelerada y Yuzuriha lo sentó en el suelo, un poco más allá, para que descansara.

—Mierda… —dijo Neko entre dientes cuando de repente dio tres pasos hacia atrás.

El boss se había soltado, pero ella reaccionó rápidamente, dando un par de puñetazos en el aire. Derecha, izquierda; Atom los reprodujo, alejando la boss de su arma, que había caído al suelo durante su escaramuza anterior.
Neko tenía los pies ligeros y las coletas se movían en el aire al compás de sus puñetazos. Izquierda, derecha, esquivar… derecha. Neko intentó esquivar otra vez, pero el boss le dio de lleno a Atom, lanzando a robot y mecánico hacia atrás y de lleno al suelo.

Yuzuriha se levantó de golpe, junto a Hyoga.

—¡Anir! —la llamó su amiga, ayudándole a levantarse.

—¿Estás bien? —preguntó Hyoga, aún de pie.

—Sí, sí… —aseguró Neko, mientras Atom se apoyaba en sus codos y sus ojos azules reflejaban la forma del boss acercándose a él con pasos arrogantes—. Oh, por favor. ¡Watari!

Con un repaso rápido de la situación actual, sabía que su compañero no podría hacer mucho. Después de todo él no era un francotirador, sólo un mecánico que podía equiparse un rifle y el boss se estaba alejando demasiado del lugar donde estaba apostado como para poder hacer algo al respecto. Sus balas no llegarían tan lejos.

—Lo siento —dijo Watari en su mente, respondiendo a su grito con un mensaje de voz.

Sus bots de ataque no llegarían, los de reconocimiento sólo ayudarían para distraerlo un poco. Watari tenía que haber pensado lo mismo, por eso no había enviado sus búhos.
Yuzu apretó sus dedos en los codos de Neko, ayudándole a levantarse y Atom se puso de pie mientras caminaba hacia atrás, imitando a su creadora en todo momento.

Neko levantó los brazos delante de su rostro, esperando el impacto en cualquier momento. El Guardián había recuperado su arma y la estaba levantando cuando Neko cerró los ojos, todo su cuerpo temblando.
Todos oyeron el golpe, pero Neko no notó nada y abrió los ojos para ver qué estaba pasando.

Una masa verde de al menos tres metros de alto, con hojas enormes rodeando una boca llena de dientes había tirado al suelo al Guardían del Bosque. El garrote había salido disparado y se había estrellado contra los árboles de la jungla, partiendo uno por la mitad con la fuerza del impacto.

Afrodita apareció en el marco del portal y miró a los tres ocupantes de la sala con la mano en la cintura y una ceja levantada.

—¿¡Rose!? —preguntó Hyoga atónito, señalando hacia los dos monstruos en el suelo.

Afrodita sonrió de lado y chistó.

—Y luego la gente no quiere alquimistas en sus grupos de caza.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on February 08, 2015, 07:17:01 PM

#31.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)

Sol abrió los ojos, le dolía la cabeza como nunca, pero aún tenía los reflejos suficientes como para empezar a utilizar sus poderes de curación. Un poco más lúcido, cayó en la cuenta de la situación, y de que tenía que buscar a Nero y volver a refugiarse, estaban demasiado expuestos para un nuevo ataque.
Pero cuando consiguió fijar la vista, el paisaje era devastador. Los edificios más alejados habían sufrido la honda expansiva de su poder, cayendo y apoyándose en las ruinas de los otros, como una fila de piezas de dominó caídas.
Los edificios habían caído, dejando un cráter de desolación donde se encontraba el monstruo que le daba la espalda, y él mismo, completamente solo contra ese rival.

No tenía ni idea de que tipo de poder habría utilizado, pero a su alrededor, apenas quedaban unos muros en pie de lo que habían sido edificios, donde se encontraba, el escondite de las improvisadas Party.
-Nero… -Miró a su alrededor, y ni rastro. Él había tenido suerte de sobrevivir gracias a su nivel, quizás el Knight no hubiera compartido su afortunado destino-. ¡NERO!

Cerca de donde se encontraba, de entre un montículo de cascotes apareció una mano y la coronilla de pelo blanco del Knight, intentando salir a duras penas.
 Sol en un par de zancadas se colocó a su altura, aplicando un hechizo de curación básico, mientras quitaba escombros de encima, ayudándole a salir.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

-C-creo que me he roto la pierna… y el brazo… y me arde el pecho, me duele… -Nero estaba completamente desorientado, siseando mientras el dolor iba disminuyendo lentamente gracias a los hechizos.
Qué se quejase era bueno, el dolor significaba que aun podía sentir.

-Aguanta Nero, tenemos que ponernos a cubierto -podía sentirse afortunado de estar de una pieza, se lo cargo en la espalda dispuesto a sacarlo de ahí. Pero, ¿a dónde ir?

Aquello había sido una idea nefasta, un ataque con tan pocos miembros y tan desorganizados como se encontraban, vaticinaba aquel fracaso. Y el alto precio por sus vidas que habían pagado.

Sólo esperaba, que el resto de su Party no hubiera pagado por aquella estupidez, y que se encontrasen todos vivos.



(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)

Una terrible sacudida, acompañada de un estruendo y después oscuridad. Era como la perfecta descripción de una tormenta, pero los cuatro eran conscientes de que no se trataba de un fenómeno natural. Sino que habían recibido de lleno el ataque de su enemigo.

Estaban enterrados bajo los escombros.
Shura no se explicaba aún, como no estaban aplastados. Intentando enfocar la vista entre la oscuridad, intentó moverse, reconociendo que había caído sobre Jojo por un quejido incómodo de este, y que la mano del chico, se encontraba en la cara interna de su muslo.
-Joseph. Quita la mano de ahí… -Hablando entre dientes, dio un par de patadas al aire para sacudirse de aquella mano.
-Perdona -la atropellada voz de Caesar fue tan rápida, como su mano volando de la pierna de la chica.
-Oh, nada, puedes seguir si quieres -Shura sintió el pellizco de Jojo, lo que la hizo soltar un suspiro teatral para rematar su broma, acabando por intentar apartarse de este. Pero únicamente, para tropezar con Doppio y al intentar dejarle hueco, golpeo con la rodilla a  Caesar que había logrado un hueco para permanecer sentado, resolviendo quedarse sentada sobre Jojo, al deducir que no tenían más hueco para moverse en aquel espacio a oscuras.

-¿Estáis todos bien? -Los tres chicos respondieron afirmativamente a la pregunta.- Nos han atacado, ¿verdad?
-Sí, de momento estamos bien, pero tenemos que darnos prisa o nos quedaremos sin oxígeno -Caesar chasqueo la lengua cansado.
-Esperad -se escuchó la mano de Jojo tanteando el suelo, dando por fin con un trozo de cascote no más grande que la palma de su mano, aplicando uno de sus trucos de Thief sobre ella, que comenzó a brillar como si se tratase de una bombilla, iluminando el lugar.

Los cuatro se miraron entre ellos, eran un revoltijo de brazos y piernas en aquel espacio tan reducido.
-¿A quién le toca darle a la ruleta? -Caesar se adelantó a la broma que pensaba hacer Jojo, pero que a todos se les había pasado la comparación del Twister con su actual situación.

Todos estaban ilesos, salvo Jojo, que se había partido la ceja haciendo que la sangre se le escurriera por la cara, deteniendo a Shura para que no le curase de momento. Habían sido protegidos por el hechizo burbuja de Caesar, como una barrera transparente, impedía que la pesada piedra sobre ellos, que era la fachada desprendida del edificio tras el que se refugiaban, les aplastase.
Un escalofrío generalizado, les recordó lo cerca que habían estado de la muerte aquella vez, dedicando un pensamiento al resto de personas que les acompañaban durante el ataque y rezando porque estuvieran bien. Pero ahora mismo, tenían que centrarse en su propia supervivencia.

-Zeppeli, -Doppio permanecía muy concentrado, mirando a la parte más alta de la barrera que les protegía-, a mi señal, libera el hechizo. Con mi magia puedo sacarnos de aquí.
Afianzó sus palabras levantándose sobre sus rodillas y colocando las palmas en la burbuja casi como si hiciera fuerza, dejando que un hechizo brillase entre la superficie de la burbuja y sus manos, listo para abrirse un hueco entre la piedra.

-Confiamos en ti Doppio… pero, no dudes en aplicar todo el poder que puedas, no sabemos cuánto peso tenemos sobre nosotros -Caesar no se molestó en ocultar su nerviosismo, preparado a la señal del Time Mage.
Joseph abrazó a Shura cubriéndole la cabeza, aguantando la respiración mientras ella gastaba el poder necesario para curarle la herida de la ceja. Sonriendo agradecido sin apartarse, y con ella devolviendo la sonrisa. Era su señal de que todo iba a salir bien.

-¡Ahora!
El Elementalist liberó el hechizo, Doppio empujó la piedra gracias a gravedad. Y por un segundo, parecía que lo hubieran conseguido.
La fachada del edificio no cedió, ganando espacio lenta pero inexorablemente a punto de aplastarlos.

Pero Doppio cambio de estrategia rápidamente, haciendo que su hechizo de gravedad girase, empujando con sus manos hasta ponerse en pie, y atravesando la piedra como una taladradora, respirando por fin, aire fresco y observando la devastación a su alrededor, era como si hubiese explotado una bomba. Caesar ahogó un lamento por Trish y el resto del improvisado grupo, siguiendo la dirección que señalaba Doppio hacía el monstruo, alejándose para causar el  caos en otra parte.
-¡Sol! -Joseph cubrió la distancia que los separaba junto con Shura, atendiendo a Nero, felices de encontrarse los seis vivos. Una felicidad que no duró demasiado, fijando su atención en el monstruo mientras se alejaba de ellos.

-¿Qué podemos hacer para detenerlo? -Shura tragó saliva, inclinando el cuerpo preparada para ir a la carrera a por el monstruo.
-¿Podemos? Tu nada… si no quieres que te pateen el culo -Sol se tomó la molestia de añadir lo último al ver que su comentario parecía fastidiarle. Igualmente podía estarle agradecido por el tacto, después de toda la tensión por la que había pasado y con la adrenalina todavía recorriéndole por dentro, no podía pararse a pensar en sus palabras.

-Tenemos que hacer algo, Sol -Nero se había recuperado del todo, mirando en dirección hacía el monstruo apretando los dientes-, se dirige directo hacia la sede de la Guild.
-Ahí ya no queda nada, Nero.
-¡Pero…! -Se sacudió nervioso, recordando el lamentable aspecto del lugar, tomando aire para calmarse, hablando escupiendo cada palabra-. No pienso permitirlo.
-Estoy contigo -Aunque no tuviera nada que ver con la Guild, Jojo sabía que para él era algo importante, emprendiendo ambos la marcha, casi escuchando gruñir a Sol detrás de ellos.
-Joder. Mierda… ¡esperad coño! -Había logrado llamar la atención de Nero, que giró la cabeza escuchando-. Dame medio segundo para pensar, hostia.
No tardó más de lo prometido en comenzar a hablar.

-Vamos a seguir a ese bastardo hijo de puta, vamos a reunir a los que aún queden con pelotas en la ciudad, y vamos a atacar todos juntos hasta sacarle las tripas.
Nero se detuvo valorando el plan, asintiendo de acuerdo, deshaciendo sus pasos para reunirse con Sol.
Pero justo en ese momento, el grito de dolor de la criatura hizo temblar la tierra que pisaban.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/gilver.png)

Esperando justo el momento adecuado, agazapado y oculto como una fiera salvaje en lo alto de uno de los tejados de Prorencia, no había participado en la batalla inicial, esperando a que desgastasen lo suficiente al monstruo llamado Berial para intervenir, dar el último golpe, y llevarse toda aquella preciada experiencia. No era lo peor que hubiera hecho en aquel juego, y el fin de sobrevivir, el fin de ser el más poderoso de todos, bien justificaba los medios.
Berial estaba cada vez más cerca, fue entonces cuando reparó en aquel grupo que parecía haber sobrevivido, era el grupo donde estaba aquella chica. No tenían importancia, es probable que ni siquiera fueran a intervenir, y él no iba a desperdiciar la oportunidad de atacar tan clara.

De su inventario extrajo una botella de agua, lanzándola en el aire, destrozándola sin ni siquiera mirarla con su katana y dejando que el líquido elemento le empapase, sería suficiente para soportar un primer contacto con las llamas del monstruo, el cual ya se encontraba en la posición propicia.

Salto sobre su nuca, antes de que Berial pudiera reaccionar, clavo la katana en la parte blanda de la carne, empujando y corriendo hacía su hombro mientras le desgarraba la carne y la criatura gritaba loca de dolor.
De un salto, acabó en el tejado del siguiente edificio, sacudiendo el arma para desprender de esta la inmundicia, el agua que le había protegido, se evaporaba dándole un aura vibrante a su alrededor, confundiéndose con su propia aura que brillaba poderosa y del color del zafiro.

Esperando justo la respuesta de Berial, un golpe que le mostraría en una décima de segundo, donde estaba su punto flaco. Escurriéndose por debajo del puño cerrado que pretendía aplastarlo, corriendo por su brazo ascendiendo rápidamente, tomando impulso para saltar, era como si el aire le transportase, como si pudiera apoyarse en el justo el instante en que liberó una estocada que le rasgó los párpados hasta seguro llegar a los ojos.
El monstruo soltó la espada llevándose las manos a la cara, confundido y dolorido por la nueva amenaza.



Si a cualquiera de los seis miembros de la Party, les hubieran pinchado en aquel momento, ni hubieran sangrado ni hubieran protestado, lo que pasaba por delante de sus ojos era un espectáculo increíble. Una batalla que nada había tenido que ver con la suya, aun con todos los que eran y habían sido derrotados, parecía que el samurai por su cuenta, podría acabar con el combate. 
Nadie sabía de quién podía tratarse, sólo Jojo y Shura pudieron reconocerle.
-¡Es el samurai de antes!
-¿Cómo dices? -Caesar volvió su atención hacía Joseph, recordando que antes le había mencionado algo al respecto.
-El tipo que de un katanazo rompió la burbuja en la que me habías encerrado -volvió a dirigir su atención a la batalla, cuando sintió el brazo de Caesar apretándole del brazo.
-¿Estás seguro?
-¿Qué te pasa?
-Utilicé el mismo hechizo para encerrarte, que el que utilicé para protegernos antes.
Joseph abrió la boca, cerrándola de golpe sin encontrar una respuesta. Aquel tipo, de un solo golpe, había logrado ni lo que toneladas de un edificio sobre ellos había conseguido.
 
Shura y Nero lanzaron una exclamación cuando vieron como el samurai cortaba los ojos de la criatura que bajaba la guardia un instante antes de comenzar a lanzar golpes cegada por el filo de la katana y por la ira.
Pero justo cuando asomaba un rayo de esperanza, Berial lanzó un golpe que el samurai únicamente pudo bloquear, lanzándolo lejos, quedando tumbado e inerte justo al borde del tejado y perdiendo el arma que cayó al suelo lejos de sus manos.

La batalla, parecía sentenciada.
 
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on February 15, 2015, 04:13:06 PM
Y por fin se termina la lucha contra los jefes :DDD BIEEEEN -tira confeti-. Y además~ por fin sale un 'personaje (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/terrypratchett42luggage.jpg)' que tenía muchísimas ganas de añadir a la historia desde hace tiempo. Y por si alguien se había olvidado de como es Rose ahora, aquí (http://www.juegoconsolas.com/wp-content/uploads/2009/10/ff-xiv-m3.jpg) tiene la foto xD





35. Veo que lo tienes todo controlado

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

El viento tomó velocidad, sacudiendo la parte superior de los árboles de la selva. Una bandada de pájaros alzó el vuelo, pero sus trinos se vieron ahogados por los sonidos agonizantes del Guardián del Bosque.

Rose había saltado sobre su espalda con todo el peso que un molbol de tres metros de alto podía ejercer. Su boca llena de dientes se abrió para gritar su triunfo y el homúnculo rugió con deleite, mandando restos de saliva pegajosa delante suyo.
Sus raíces, como tentáculos, se movían en el aire en formas serpenteantes hasta que tomaron rigidez y se clavaron por el cuerpo del monstruo contra el que combatía.

El boss intentó levantarse y Atom, cerca de ellos, bajó los brazos y cambió su pose defensiva por una más relajada.

El molbol sacudió su cuerpo antes de producir un sonido inquietante. Clavó sus dientes en los árboles que salían de la espalda del jefe al que se enfrentaba, desforestándolo con efectividad. No tardó mucho en dejar el terreno libre y en cuanto tuvo la oportunidad mordió el cráneo por detrás.

El Guardián aún se movía debajo del molbol, pero su barra de vida había sufrido demasiado y la herida grave que le había producido Rose no le estaba ayudando para nada.

Atom desapareció entre un remolino de píxeles y Neko se acercó a la entrada, junto con Yuzuriha y Hyoga.

—Veo que lo tienes todo controlado —dijo la chica, cruzándose de brazos junto a Afrodita mientras observaban al detalle la escena.

Watari y Milo habían empezado el descenso y el mechanic se acercó correteando hacia ellos, parando justo al otro lado de Luken.

—Vaya —habló, poniéndose bien las gafas—. No está nada mal.

Afrodita se cruzó de brazos y sonrió, más que satisfecho.

—¿Verdad?

Milo entró en la pirámide y agarró a Hyoga por los hombros y después de las mejillas, buscando cualquier indicio de daño. Después de escanearlo con la omnitool se dio por satisfecho.
Hyoga se dejó hacer durante aquel medio minuto, mientras Yuzuriha los miraba, entretenida.

Por su parte, Rose atrapó la cabeza entera del boss y la arrancó de cuajo, enviando un chorro de sangre verde hacia la jungla, a la vez que sus raíces se enterraban más profundamente. Un par de segundos después, esas raíces salieron de dentro del Guardián del Bosque, esparciendo sus restos por toda la explanada.

Watari aplaudió, Neko vitoreó en alto mientras Afrodita mandaba elogios hacia su homúnculo, como si fuera un padre cuyo niño hubiera acabado de batear un home run.

—Aaaah, me gusta el olor de la savia por las mañanas —dijo Neko después de tomar aire por la nariz profundamente.

—Hablando de mañanas… No hemos comido —apuntó Watari, mirando a Afrodita y Neko.

—¿Qué tendrá que ver? —añadió Afrodita.

—Siempre que pienso en mañanas, pienso en desayunos —explicó Watari, con una mano en la cintura y el rifle apoyado en el suelo.

Milo miró al trío de merchant class. Después miró a Rose chillando contenta mientras tiraba al aire trocitos de boss.

—¿Cómo podéis pensar en comer después de eso? —dijo el bardo, señalando la escena con la mano abierta.

Neko se frotó la barriga.

—Pues yo tengo hambre —dijo encogiéndose de hombros.

Rose cayó al suelo cuando lo poco que quedaba del cuerpo del Guardián desapareció.
El molbol movía sus raíces con júbilo y después de bailar su propia danza personal de la victoria, se acercó a la pirámide dejándose llevar por sus raíces como un pulpo con sus patas por el fondo del mar.

Neko se giró hacia Milo y él levantó una ceja.

—Estás un poco sucia. De sangre.

—¿Dónde? —preguntó ella, con las manos en la cintura y mirando hacia sus botitas mientras se apoyaba en los talones.

El bardo movió la mano gesticulando hacia toda Neko en general.

—Aprovechemos el tiempo de respawn para recuperar fuerzas —cortó Yuzuriha, llamando la atención del resto del equipo—. Con mal temple o no, tienen razón. Tenemos que comer.

Hyoga se rascó la sien y después se frotó un codo, sin cara de estar muy convencido.

—Míralo de esta manera —le dijo Watari antes de ponerle una mano en el hombro—. No vas a usar el estómago para comer, son píxeles.

El mechanic levantó las cejas varias veces antes de ir a guardar su rifle.

—Gracias por recordármelo…

Yuzuriha ya había empezado a sacar víveres del carro de Neko y Milo estaba estirando un poco de la camiseta de Neko. La chica le dio un manotazo antes de hablar.

—Lo bueno es que ya nos podemos quitar estas cosas.

—¿Ya? —se quejó el bardo— Jo, casi no te he visto con eso y estás adorable. Tú también.

Esta vez se giró a mirar a Hyoga, que notó sus mejillas calentarse en un obvio sonrojo. Hyoga tosió un par de veces antes de armarse la túnica sin mangas que le había regalado Neko el día anterior.
Cuando Milo hizo un puchero y se giró para quejarse a Neko, vio que la chica había hecho lo mismo.

—No sois divertidos —les acusó mientras les señalaba intermitentemente con un dedo.

—Para nada —admitió Neko, echándose las trenzas por delante y palmeando su corsé naranja.

Rose gimoteó desde fuera, metiendo unas cuantas raíces dentro de la pirámide. Afrodita se dejó acariciar por el molbol mientras estudiaba su árbol de habilidades.
Watari ya estaba ayudando a Yuzuriha con las raciones cuando Milo, Anir y Hyoga se acercaron para plantar campamento.

—¿Sillas de playa? —preguntó Hyoga sorprendido al ver lo que sababa Neko de su carro.

La chica se encogió de hombros y las dispuso cerca del altar.
Para cuando tenían una comida decente preparada, Afrodita había terminado con su tarea y probó una de las habilidades que había activado. Rose brilló un poquito antes de encogerse poco a poco hasta llegar a un tamaño aproximado al que había tenido como mandrágora.

El molbol chilló feliz y se acercó a Afrodita para agarrarse a su pierna con sus raíces-tentáculo. Afrodita se agachó para coger a su homúnculo en brazos y se sentó en el sitio vacío para empezar a comer.

—Después hacemos recuento de inventario —dijo Neko mientras le acercaba una bebida envasada a Luken.

Él asintió, rascando la cabecita de Rose, que intentaba coger el vaso con lo que parecían sus bracitos. Anir cogió otro vaso con pajita para acercarlo a Rose.

—Éste es para tí —explicó.

Afrodita tomó el vaso, poniéndolo entre sus rodillas y el molbol acercó sus raíces hacia la pajita, mordisqueándola con lujuria. Después quitó la tapa de plástico y creció sus raíces inferiores hasta meterlas dentro del recipiente. El líquido fue desapareciendo poco a poco.
Afrodita y Anir se miraron, parpadearon y se encogieron de hombros casi al mismo tiempo.

—Oye, Owlicious —le llamó la atención Hyoga.

—Llámame Watari —pidió él.

—Oh, Watari. ¿Cómo es que puedes usar un rifle? ¿Eres mechanic, no?

—¡Ah, eso! —exclamó— Gracias a esta preciosidad de aquí.

Watari levantó la mano y enseñó la pulsera que aún llevaba en la muñeca.

—No llevas mucho tiempo jugando, ¿verdad? —Hyoga asintió y Watari continuó explicando mientras señalaba las piedras entrelazadas en su pulsera de cuero— Esto de aquí son runas. Los dibujos dentro de las piedras. Esta de aquí es la habilidad pasiva de equipar rifle de francotirador y me sube la habilidad con ese tipo de arma.

—Ah… —murmuró Hyoga antes de señalar la piedra— ¿Y yo podría usarlo?

Watari negó con la cabeza.

—No, que va. Mira, por cada habilidad que existe en el juego, hay una runa y puedes equipar tres runas de este tipo a la vez, pero sólo si esa habilidad es de un job que pertenece a tu misma rama… como gunslinger y mechanic —dijo mientras acercaba un vaso sellado y clavaba una pajita en él. Bebió antes de seguir—. Por último, sólo puedes equipar runas que correspondan a jobs de tu nivel o más bajo.

—Hmn… Así que sólo sirve para segundos y terceros niveles de job —comentó Hyoga.

—Exacto. Las pillas al vuelo, chaval.

Watari mordió su bocadillo y masticó mientras Hyoga hacía lo mismo y pensaba sobre la información que acababa de recibir.
El mechanic sorbió de la pajita, atrapando unas bolitas de gominola que se movían por la parte baja del vaso de plástico.

—¿Y eso dónde se compra?

—Te las tiene que hacer un runemaster y son caras —contestó Watari antes de perseguir gominolas con la pajita.

—Ya me lo suponía…


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png)

El camino hacia la posada estaba siendo más rápida que la ida. Con la experiencia ganada y las nuevas incorporaciones, la vuelta se había convertido casi en un paseo por el campo.
Hasta que Neko lo había visto.

Puso la mano sobre el pecho de Milo, que calló antes de acabar de preguntar que pasaba. La pose de su jefa le indicaba que estaba en modo predadora. Había avistado a una presa. Y no a una cualquier, si no a una bien jugosa.

—¿Qué ocurre? —preguntó Hyoga en un susurro.

Neko había levantado su maza y se alejaba con pasos cuidadosos, poco a poco.

—Allí, ¿lo ves? —susurró Yuzuriha de vuelta, levantando el brazo para señalar el lugar, pero había árboles por todas partes.

—No veo nada…

Milo le agarró la mandíbula para poner su cara en la dirección adecuada.

—Entre esos dos árboles, sobre sus raíces.

Watari y Afrodita estaban detrás de ellos, a unos diez metros, supervisando que Rose pudiera terminar con cinco monos que se le habían subido encima y saltaban entre sus ramas y raíces.
Afrodita quería que el molbol terminara el trabajo por dos motivos: los puntos de experiencia le irían bien y él necesitaba practicar los controles y habilidades de la nueva forma de su homúnculo.

Hyoga entrecerró los ojos y entonces captó el movimiento. Y también lo vio.

Era un cofre.

El mago sabía de la existencia de monstruos-cofre en otras mazmorras. Parecían cofres normales hasta que alguien intentaba abrirlos y entonces saltaban encima de sus enemigos. Aquellos cofres se movían saltando, pero este no parecía saltar.
Se estaba dando la vuelta, aunque no lo veía bien. Hyoga levantó los talones, poniéndose de puntillas y estirando el cuello, intentando tener una mejor visión del monstruo.

El cofre se quedó quieto de repente y Neko se congeló a unos metros de él, aún con la maza en alto. El cofre abrió su tapa despacio, sin casi hacer ruido y el oro que contenía resplandeció, reflejando la luz del atardecer.
Neko volvió a moverse, acercándose a su presa.

—¿Qué hace? —preguntó Hyoga, acercándose más a Milo pero sin perder a Neko de vista.

—No quiere asustarlo.

Los pies de la chica empezaron a caminar entre las raíces flotantes del árbol, teniendo mucho cuidado de dónde ponía los pies.

—Ese bicho tiene mucha fuerza y lo quiere atrapar.

—¿Atrapar?

Neko quedó justo en frente del cofre y se quedó mirando su interior durante unos segundos antes de apretar el mango de la maza, que había bajado poco a poco, entre sus dedos.
Levantó la maza de nuevo, con un movimiento fluido pero lento.

—¿No es un cofre-monstruo? —curioseó Hyoga.

—Sí, pero este es especial.

Una vez la maza estuvo en alto, Neko usó la inercia para dejarla caer con toda la fuerza posible y el cofre saltó a un lado, aunque algunos remaches restallaron contra la maza, echando chispas en el proceso.
Y ahí estaban, decenas de patitas debajo del cofre, en forma de pies robustos pero diminutos y unos dientes demasiado humanos dentro de la tapa.

El cofre siseó y gritó antes de atacar a Neko, que simplemente lo bateó con la maza y lo envió de bruces contra uno de los árboles.
El cofre se puso de pie inmediatamente y se sacudió como un perro antes de recibir otro mazazo de parte de Neko. El monstruo chilló y empezó la retirada, pero Neko lo siguió gritando.

—¡No te escapes, maldita sea! ¡Yuzu! —gritó— ¡Ayuda!

Yuzuriha rodó los ojos y agarró su bufanda antes de correr detrás de Neko y el cofre al que perseguía.
Milo se rió un poco antes de explicarle a Hyoga.

—Eso era un baúl de peral sabia. Neko lleva meses queriendo uno.

—Vaya, no lo sabía…

Milo le revolvió el pelo al mago y se rió otra vez mientras Hyoga se quejaba e intentaba que le soltara.

—No pasa nada, hay muchas cosas que no sabes, pero ya las aprenderás —le dijo con una sonrisa cariñosa.

Hyoga refunfuñó mientras se cruzaba de brazos y notaba como se calentaban sus mejillas. Mientras tanto, unos ojos espectrales les observaban desde la oscuridad de la jungla y el monstruo encontró el momento oportuno para atacar.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on February 15, 2015, 05:20:14 PM
Chan chan! :v Utilizando un recurso clásico de cambio de escenas, en esta ocasión tenemos a Fenris de prota. Varios entes y criaturas a los que se enfrenta: los topos (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Mole1_zps1635fd61.png) y erizos son del Etryan Odyssey. No he conseguido encontrar imagenes de los erizos :c pero son bastante parecidos a los topos pero en amarillo y con pinchitos :v Los dragones serían parecidos al khezu (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/FrontierGen-HC_Khezu_Render_001_zpse3d84dd9.png) del Monster Hunter pero más pequeñitos y no tan desagradables a la vista. Luego también están los gusanos (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Land_Worm_zps14990bc7.jpg), que no tienen misterio alguno, y el invitado especial, el Lacerador (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/Penitente_zps895139d4.jpg) del Corredor del Laberinto. He intentado encontrar una imagen de la peli, porque no he leido los libros y es la única referencia que tengo, pero no había ninguna decente :C Así que os dejo la que más se parece a la idea que tenía.


Capítulo 13: Scorching sun: La mujer de rojo


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg)


Fenris descubrió que salir de ese sitio no iba a ser tan fácil como había parecido en un principio. El mapa era claro, pero por desgracia en él no aparecían los obstáculos que (más a menudo de lo que querría) le bloqueaban el camino, ya fueran árboles muertos o montones de roca. Ya se había visto obligado a dar rodeos absurdos un par de veces. En una de ellas había tenido que cruzar un arroyo y se había encharcado hasta las rodillas y ahora caminaba con la incómoda sensación de tener agua en las botas.

Y luego, estaban los monstruos. Pese a encontrarse solo, Fenris no tenía demasiados problemas en enfrentarse a los enemigos más pequeños, topos y erizos que aparecían en manada pero que eran fáciles de vencer. Los monstruos medianos daban más problemas, y en ocasiones había sudado la gota gorda al tener que luchar contra dragones sin alas y ciegos del tamaño de un caballo pequeño. Pero en cuanto a los monstruos grandes...

A Fenris solamente le había hecho falta encontrarse con un gusano enorme y viscoso y lleno de dientes una vez para saber que no tenía ninguna posibilidad de derrotar a ese bicho sin morir y huir del combate tan rápido como pudiera. Era obvio que no eran criaturas a las que pudiera enfrentarse un jugador solo. Además, todavía no se había encontrado con la criatura que hacía los ruidos como de cuchillas hundiéndose en la arena y eso le ponía nervioso. Seguía oyéndole a menudo, a veces lejos, a veces cerca, y no sabía en que momento podría aparecer al girar una esquina, manteniéndose siempre alerta mientras hacía camino.

Por supuesto, tampoco se había olvidado de los malditos materiales que le había pedido Ulquiorra. Ahí estaba, haciendo de recadero quien sabía por qué. Sólo pensarlo le irritaba. En su cabeza se hacía firme la idea de no dárselas a cambio de nada cuando saliese de allí. Pero gracias a eso había descubierto que la luz azulada que iluminaba el suelo de las Grutas provenía del resplandor de los cristales y las setas que le había dicho, luminiscentes.

Justo estaba allí, agachado contra un muro de arena mientras añadía uno de esos cristales en el inventario cuando escuchó un gruñido y una serie de chasquidos que a esas alturas ya era capaz de reconocer.

Levantó la cabeza de golpe y se quedó muy quieto, escuchando. Con la escasa luz que había en ese tramo, era incapaz de discernir la silueta del monstruo pero, por el sonido metálico y el crujir de algo duro que cada vez estaban más cerca, era evidente que se estaba acercando.

Fenris se levantó con cautela y empezó a retroceder con la mano pegada en la pared. Sus pasos se hacían cada vez más rápidos a medida que el monstruo parecía ir acortando la distancia que los separaba. No sabía si la criatura le había detectado esta vez, pero soltó un chillido grave que no resultaba muy alentador. Y el sonido le ponía los pelos de punta, ese “chas chas” que no prometía nada bueno. Él retrocedía tan rápido como podía sin hacer ruido pero temiendo ya que el encuentro iba a ser inevitable.

Entonces, la pared que iba siguiendo dejó paso a la abertura de un nuevo camino del que salieron un par de brazos que le agarraron y tiraron de él. Una mano le tapó la boca antes de que pudiera formular un solo sonido y se vio presionado de espaldas contra el cuerpo de alguien que, sin duda alguna, se trataba de una mujer.

—Shhht —le dijeron, bajito, cerca del oído y el Knight obedeció, quedándose muy quieto.

Los sonidos metálicos se acercaron y se detuvieron en un punto por un largo rato. Tras un par de castañeteos secos, el monstruo se volvió a alejar. A Fenris no le soltaron hasta que sus pasos afilados ya se perdían en la lejanía.

—¿A qué ha venido esto? —dijo, alejándose de golpe y llevándose los dedos a los labios, en los que permanecía un ligero sabor a piel ajena.

La mujer levantó las manos en señal de paz. Tenía el rostro enmarcado por ondas de cabello oscura que le caían por encima de los hombros y del pecho, ataviado con un elaborado traje de resemblancia militar, con botas altas, pantalones y chaqueta encima de una camisa blanca. Una capa le caía por la espalda hasta un poco antes de la cintura y que con la luz que había era difícil de decir, pero a Fenris le parecía roja, igual que la mayoría de su ropa y que el sombrero de ala ancha que le coronaba la cabeza, con su propia pluma y todo.


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Astarothhhh_zpsbqe6kkpi.png)


—Si mal no me equivoco, acabo de salvarte la vida —respondió ella, bajando las manos lentamente a medida que veía que el otro no iba a atacarla. Su voz era grave y aterciopelada —. No creas que tengo la costumbre de ir asaltando gente a oscuras —y luego añadió —, el mundo está lleno de desagradecidos.

Fenris, gruñó por lo bajo, consciente de que tenía razón y que quisiera o no había recibido una ayuda que necesitaba. Detestaba tener que recibir ayuda.

—Yo... tienes razón. Lo siento —se disculpó tragándose su orgullo. Se llevó los dedos a la frente, pellizcándose el puente de la nariz —. ¿Sabes qué era ese monstruo?

—Un Lacerador. No quieres encontrarte con él, créeme. Tiene una forma horrible de despedazar a la gente.

—Que bonito... —Fenris miró por encima del hombro, asegurándose de nuevo que la criatura no estaba cerca. Mientras tanto, podía sentir la mirada de la mujer sobre él.

—¿Estás perdido? —le preguntó.

—No... más o menos. Tengo un mapa. Sólo debo encontrar la salida.

Ella le miró con algo que le pareció suspicacia por debajo de su sombrero. Luego preguntó, tentativamente:

—¿Necesitas ayuda?

Fenris levantó las cejas con sorpresa para volver a bajarlas casi inmediatamente, con la sospecha pintada en la cara.

—¿Por qué ibas a ayudarme?

Ella suspiró.

—Siéndote sincera, llevo perdida en este sitio más tiempo del que me gustaría admitir. Demasiado tiempo. —Ladeó ligeramente la cabeza —. Tú sabes donde está la salida, yo puedo ayudarte a combatir contra los monstruos; todos salimos ganando.

Fenris se la quedó mirando unos instantes, sospesando la oferta.

—Quizás —concedió —. ¿Eres fuerte?

La mujer levantó la cabeza con dignidad, como si esa pregunta la ofendiese.

—Soy una veterana, amigo.
—¿Podrías derrotar a una de esas cosas?
—Sí... Probablemente —se corrigió, llevándose una mano a descansar sobre la empuñadura de un florete que le colgaba en la cintura.

Fenris supuso que dadas las circunstancias, esa era la mejor respuesta a la que podía aspirar. Se llevó la mano al pelo, apartándoselo de la frente con un ligero suspiro.

—Está bien. De momento.

Ella hizo un gesto con la mano, dando el tema por zanjado y se apartó, dejando que él iniciara la marcha. Los pasajes eran tan estrechos que si hubiesen querido ir uno al lado del otro hubieran rozado de hombros y con la pared, así que ella le seguía detrás, no muy apartada.

—Soy Astaroth, por cierto —se presentó al cabo de un rato —. Aunque puedes llamarme Sut, si lo prefieres. Y antes de que preguntes, te diré que es el diminutivo de un nombre muy largo y un tanto vergonzoso.

Fenris rió por debajo de la nariz. Sabía de lo que le estaba hablando.

—Yo soy Fenris.

—Fenris —repitió ella, como probándolo —. Es un buen nombre. Escogiste bien.

Él se sintió extrañamente halagado, pero procuró que no se le notara. Siguieron caminando, aunque sin poder evitar encontrarse con los obstáculos habituales que les barraban el paso y las hordas de monstruos. Fenris había pensado al verla con el florete que Astaroth era una Fencer o una Duelist, por eso se sorprendió al verla lanzar un hechizo de agua en medio de un combate contra los dragones subterráneos mientras él les remataba a golpes de mandoble.

—Tú... eres Red Mage —declaró al finalizar el combate, sorprendido.

—Lo dices como si no hubieses visto nunca ninguno —dijo ella, divertida, haciendo un movimiento elegante con su arma —. Pero sí, lo soy. Algunos dicen que el que no pueda llegar a dominar ninguna habilidad completamente es un inconveniente, pero yo encuentro la versatilidad muy útil.

—No he visto muchos, no —confesó él —. Pero no me parece mala job. 

Aprovechó el momento para volver a analizar a la mujer, esta vez con menos sospecha. Se había desenvuelto bien en el combate, demostrando que era verdad cuando decía que no era una novata. Sus movimientos eran decidios y firmes, descargando tanto mortíferas estocadas como hechizos con rapidez y sin vacilación. Y además era bastante guapa. A Fenris le resultaba vagamente familiar.

—¿Nos vemos visto antes?

Astaroth hizo cara de incredulidad por unos instantes.

—¿No? —respondió, dubitativa, y después añadió suspicazmente —. ¿Me estás tirando los trastos?

—¿Qué? ¡No! — se apresuró a negar él, sin entender como su pregunta había podido torcerse de ese modo.

—Bien. Porque como frase para ligar, era un tanto lamentable.

—¡No estaba...! —Fenris terminó por dejarlo estar. Gruñó y siguió andando, dando gracias de encontrarse a oscuras para que no se le viera la vergüenza en el rostro. Pero realmente tenía la sensación de haber visto antes a Astaroth en alguna parte, y esa sensación no se iba.

Mientras hacían camino en silencio, su mente siguió pensando, tratando de recordar donde podría haberla visto. Al final, tras un rato de rebovinar sus recuerdos, se le iluminó al mismo tiempo en el que el rostro de la mujer aparecía en su memoria.

—¿Estuviste en Amatsu hace dos días? —le preguntó por encima del hombro —. ¿En la taberna de los farolillos?

Ella le miró con sorpresa. Desde hacía un rato parecía que lo único que estaban haciendo era sorprenderse el uno al otro de forma torpe. O al menos, Fenris se sentía torpe.

—Sí —respondió ella —. ¿Estabas allí?

Fenris estaba empezando a responderle y contarle su situación cuando escucharon el sonido metálico en la arena, y a la que quisieron darse cuenta, el monstruo ya había doblado la esquina y les miraba de frente y, esta vez, no cabía duda de que les había visto. La criatura entrecerró los ojos, que brillaban con una suave luminiscencia amarilla y abrió la mandíbula en un grito estridente y amenazante que reverberó por los túneles hacia la lejanía.

Ahora que se lo encontraba frente a frente, Fenris podía ver su figura oscura con cierta claridad. El cuerpo central era extraño, de color oscuro, parecido al de un insecto o una araña, y a trozos parecía tener un exoesqueleto duro o un cuerpo blando, como el de una oruga. Pero lo que le revolvió el estómago fueron el gran número de extremidades metálicas que salían de su cuerpo, todas terminadas en cuchillas afiladas que se hundían en el suelo y las paredes con facilidad. También tenía una cola metálica  y larga, al final de la cual había un aguijón que se parecía más a una aguja que a otra cosa.

Era la criatura más horrorosa y más lastimera que se había encontrado Fenris en el juego. Su cuerpo ocupaba toda la anchura del túnel, quitando cualquier oportunidad de esquivar a la criatura por los lados. Tampoco parecía muy posible poder sobrepasarla por encima o por debajo. El Lacerador sólo dejaba dos opciones: o huir o dar la cara.

—Maldita sea —gruñó Astaroth, blandiendo su florete —, no quería enfrentarme a uno de estos.

—¿Son muy peligrosos? —Fenris se puso en guardia, sabiendo que su pregunta era más retórica que otra cosa.

—Tiene veneno en el aguijón. Ve con cuidado.

Clavando sus extremidades con fuerza para darse impulso, el monstruo atacó, y las paredes temblaron.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 21, 2015, 04:56:24 PM
Boss: 1 (http://images.wikia.com/bayonetta/images/9/95/Bayonetta-temperantia-enemy-artwork.jpg), 2 (http://img.gawkerassets.com/post/9/2013/01/006_bayonetta.png), 3 (https://platinumgames.files.wordpress.com/2010/03/scr20090514140613.jpg)

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
037thunder and the sound of giants (4/?)

Montar una torreta no era una tarea silenciosa, y sin embargo, el estruendo a su alrededor apgaba los repetitivos ruidos mecánicos que producía mientras seguía con aquella suerte de minijuego. Asami trató de desconectar de los exteriores, centrándose en golpear con precisión, no pasarse con la fuerza del martillazo, procurar que el clavo entrara recto.

- ¡Asami, no tenemos más tiempo! – Oyó la voz de Maya tras ella.
- ¡Medio minuto!

O eso esperaba, a juzgar por la barra que iba llenándose en su Omnitool.

A unos metros de ella, Elizabeth iba rebuscando en su cargado carro. Aunque otros se quejaran, agradecía la política de los Crimson Raiders de mantener el inventario siempre ordenado. Fue pasando todas las pociones de MP que podrían abarcar entre el pequeño grupo que iría a atacar los brazos del boss, así como vigores para aumentar la fuerza y destreza.

- Tendremos que quedarnos nosotros una parte. – Cerró la Omnitool, terminando las transferencias. – La mayoría de los que se quedan en tierra usan MP.
- Nos repartiremos el trabajo para que siempre quede uno con la barra de MP llena. – Le dijo Maya a su compañera, y luego se giró hacia donde Asami terminaba con su torreta. – ¡Asami, tenemos que irnos ya!

Con un último martillazo, Asami completó la torreta y los alquimistas empezaron a llenarla de bombas de hielo. Habían determinado que Temperantia tenía afinidad al viento, por lo que el hielo, su contrario en la rueda elemental, debería hacerle daño extra.

- ¿Estamos todos? – Preguntó Maya en alto cuando Asami se unió al grupo, volviendo a contar con la mirada.

Su ofensiva eran Raiden, Jolyne, Asami más otros dos jugadores, una lancer y un barbarian. Aunque había otros disponibles, los tres Time Mages de la expedición no podrían cargar con más, además de que en tierra necesitarían protección física.

- Estamos todos. – Respiró hondo. – A por ello. ¡Emma, nos vamos!

WhiteQueen asintió a unos metros, ocupada organizando a los que se quedarían en tierra. El grupo de Melee avanzó hacia el islote que había al norte, donde se podía ver la figura de Temperantia acercándose lentamente. El viento se avivó, aullando a su alrededor.

Colocándose casi en el dañado borde del islote, Raiden activó su habilidad para atraer enemigos, ganándose la atención del boss. Tras él, el resto contuvo el aliento, preparándose mentalmente para lo que iba a venir. Tendrían tan sólo unos segundos para reaccionar.

- Quietos… – Murmuró el Samurai al resto del grupo mientras retrocedía unos pasos.

Temperantia se giró hacia ellos, avanzando hasta tener el islote al alcance. Alzó su brazo, con los cuatro tubos enrollándose sobre sí mismos para formar un grueso puño antes de descender a toda velocidad.

- ¡¡Ahora!!

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hellion.png)

El tremor tras el golpe de Temperantia se sintió hasta allí. WhiteQueen no permitió que aquello la distrajera, ni a ella ni a los que quedaban abajo, ignorando las miradas llenas de miedo mientras seguía dando órdenes.

- Recordad: los Clerics os tenéis que turnar entre curar y alzar escudos. Podemos permitirnos un tanque por cada grupo de cuatro, así que no vayáis lejos los unos de los otros. Hay que limpiar esta zona y estar listos para la señal, ¿estamos?

Eran un buen grupo, habiendo engrosado sus filas con los magos y alquimistas que habían conseguido escapar del asalto de Temperantia. Además, tenía a gran parte de su guild consigo, lo cual la mujer consideraba que garantizaba una mínima oportunidad en tierra.

- ¿Crees que lo van a conseguir? – Le preguntó Hellion a su lado, aturdiendo a un monstruo alado para que lo frieran con una descarga eléctrica. – Si no se desactivan los brazos…
- Julian, por favor, no seamos negativos.

Ya no había otra salida posible. Sólo había una alternativa a su situación, y era mejor no pensar en ella.

Apareciendo entre la tormenta, Temperantia se dirigía hacia ellos. WhiteQueen lo había visto tres veces ya, y sin embargo, aquella era la primera que sentía cierto alivio al ver su imponente figura.

Corriendo sobre él como si fueran hormigas, ocho jugadores subían por el brazo del boss.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png)


- ¡Lo han conseguido!

Kora señaló al boss, sintiendo cómo se deshacía un gran nudo en su pecho al ver al grupo correr hacia el núcleo en el hombro de Temperantia. No había podido siquiera despedirse de ninguno de los compañeros de party que habían ido a formar parte de aquella avanzadilla.

Al menos tenía el alivio de ver que habían conseguido llevar a cabo la primera parte del plan, y aunque no conseguía sacarle del todo el miedo del cuerpo, le había dado fuerzas para recordar que ella tenía que cumplir con su papel.

Cuando uno de aquellos ángeles monstruosos aterrizó delante de ella, blandiendo su lanza, lo recibió con una fuerte llamarada. Tal y como llevaba haciendo desde el principio, Hyoga terminó con el enemigo con un hechizo de hielo.

- Cuidado. – Le advirtió el Black Mage antes de girarse para encarar a otro. – Empieza a haber más de estos bichos.

Se dio cuenta de que Hyoga tenía razón al girarse, viendo que el Paladín que protegía a su grupo estaba lidiando con tres de aquellos monstruos a la vez. Con un grito ahogado, lanzó un rayo a uno de ellos, paralizándolo durante unos momentos y dándole unos segundos de respiro a su tanque.

Por supuesto que no iba a ser tan fácil.

Tragó saliva, viendo como Temperantia se acercaba al borde del islote donde estaban. Maya, Asami, Raiden, Jolyne… sus amigos estaban en lo alto de aquel monstruo luchando hasta el último aliento para que tuvieran una oportunidad.

No podía acobardarse ahora.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/darklaw.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)


El brusco cambio del eje de gravedad la había aturdido unos segundos, y sin embargo, había empezado a correr por puro instinto tras sentir cómo aterrizaba en el brazo de Temperantia. Delante de ella, Maya gritaba órdenes de correr, no parar, darse prisa. Tenían que mantenerse dentro del campo azul oscuro que habían extendido los Time Mages bajo ellos, o si no, caerían al vacío.

Asami sentía un pinchazo de cansancio en su costado tras haber gastado estamina en la torreta, pero en aquella carrera contrarreloj no tenían ni un segundo para perder.

A lo lejos, el fulgor anaranjado del núcleo brillaba como un faro, marcando el objetivo. Se centró en él, y no en la altura a la que estaban, sin dejar de correr.

- ¡Ya casi estamos! – Anunció Jolyne cuando el suelo bajo sus pies empezaba a inclinarse hacia abajo, llegando al recoveco donde estaba instalado el núcleo.
- Vamos a estar lo suficientemente juntos como para que uno sólo de nosotros tenga que tener el campo de gravedad activado. – Dijo una de las Time Mages. – Así dos pueden conservar MP.

Maya parecía estar de acuerdo, ordenando que todos permanecieran lo más juntos posible, acercándose a la gran esfera naranja poco a poco. El núcleo flotaba a unos metros frente a ellos emitiendo un fuerte zumbido, protegido por unos aros dorados que orbitaban a su alrededor, y conectado con un rayo de energía a un orbe en el interior del brazo, tan grande como una fuente.

- ¿Y si el brazo se cae? – Preguntó Raiden, rodeando el orbe.
- Tendremos el tiempo justo para saltar. Usaremos un hechizo de gravedad para que nos atraiga en la caída. – Le confirmó Maya. – Estamos lo suficientemente cerca para llegar al cuerpo.

Primero tuvieron que romper el muro cristalino que cubría al orbe, algo de lo que se encargon Asami, Jolyne y el Barbarian con ataques especializados en perforar armadura. Costó un poco, pero fue posible.

Con un estallido, dejaron al descubierto una semiesfera carnosa y palpitante.

- Ugh… – Asami no pudo contener una mueca de asco, viendo en el resto del grupo que no era la única.
- ¿En serio tengo que darle con el pie y la mano a eso? – Preguntó Jolyne, arrugando la nariz.
- No hay tiempo para delicadezas.

Raiden avanzó, propinando un rápido corte en horizontal que le salpicó con un chorro de líquido viscoso.

Ignorando la desagradable sustancia, el Samurai y la Lancer se unieron con sus rápidos ataques, arrancando pedazos de aquella pupa carnosa, la cual iba perdiendo color poco a poco… hasta que estalló.

El grito de Temperantia retumbó por toda Columbia, y el núcleo en su hombro se apagó. Los tres Time Mages extendieron el campo de gravedad, alcanzando el cuerpo del coloso flotante. En el último estertor, Temperantia había levantado el brazo, dejándoles casi a la vera del tórax.

- ¡Saltad! ¡¡Saltad!!

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lockon.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/elizabeth.png)

En tierra, ver cómo caía al vacío uno de los brazos de Temperantia alzó los ánimos que parecían haber decaído con el aumento de minibosses. Estaban un paso más cerca de derrotarlo, y Elizabeth pudo ver cómo a su alrededor, la gente retomaba el asalto con más fuerza.

- Ten. Ya casi estamos.

Le tendió una frasco a la Cleric que había estado manteniendo un escudo para proteger el área de la torreta tanto del asalto de los monstruos como de los ataques a distancia de Temperantia. La chica parecía agotada, estando seguramente al límite de su MP, pero bebió toda la poción de un trago y siguió manteniendo el escudo.

El muro semitransparente se volvió a alzar justo cuando un enemigo alado se lanzaba hacia ellos desde el frente, rebotando aturdido unos segundos antes de que un homúnculo volador lo agarrara del pie y lo sacudiera como un trapo.

- ¿Necesitas algo más? – Se acercó a la Cleric, que negó con la cabeza.
- No, gracias, estoy bien.

Viendo que nadie más necesitaba inmediatamente ningún tipo de pociones, Elizabeth se alejó hasta el límite de su perímetro para ayudar al resto con los monstruos alados. Uno de ellos se lanzó en picado hacia el Gunslinger de los Crimson Raiders, Lockon, y Elizabeth lo desvió con un golpe de mazo. No fue suficiente para acabar con él, pero el par de disparos que le siguieron sí.

- Gracias, Elizabeth.
- No hay de qué. Tienes que estar entero para cuando te toque ponerte a la torreta.
- Claro que sí. – Lockon le dirigió una media sonrisa que se heló en segundos, alzando la cabeza para mirar algo detrás de ella.

Antes de que pudiera preguntar nada, la intensa luz y el zumbido la aturdieron, con el Gunslinger teniendo que sostenerla para que no cayera de bruces al suelo. Temperantia volvía a lanzar un rayo de energía, el cual era bloqueado por el escudo de la Cleric.

Iba a decirle algo cuando sintió una sacudida y un dolor agudo en su hombro. Gritó, llevándose la mano y sintiendo la sangre humedecer su palma.

- Hijo de… – Murmuró Lockon, dándole varios tiros al monstruo frente a ellos que la había atacado, manteniéndola apretada contra él. Debía haberla apartado en el último momento, aunque no había sido suficiente como para evitar un corte bastante profundo de su lanza.

Pero su herida no era lo que le preocupaba en aquel momento. Al alzar la vista, vio cómo el escudo parpadeaba por unos momentos, mostrando los pequeños hexágonos que formaban el semicírculo. Una fina línea empezaba a dibujarse desde el borde, partiéndose en ramitas. Sonaba como un cristal rompiéndose.

El escudo iba a caer.

Se separó de Lockon más bruscamente de lo que hubiera querido, usando el impulso para moverse rápidamente hacia la Cleric. Oyó cómo el Gunslinger la llamaba antes de que algo, seguramente otro de aquellos monstruos, se llevara su atención. Elizabeth siguió hacia la Cleric, alcanzándola rápidamente.

- ¡Bebe! ¡No puedes parar!

Le apartó el pelo largo de la cara, pegado a su frente por el sudor, y virtió la poción entre sus labios. Aún apretando los dientes por el dolor que le producía tener que usar el brazo herido, retrocedió, aliviada al ver cómo el escudo recuperaba su brillo. La torreta y el resto estaban a salvo.

A diferencia de ella, que cayó al suelo tratando de esquivar uno de aquellos ángeles. El monstruo la encaró, blandiendo su lanza. Usó su maza como apoyo mientras se levantaba. Le dolía todo el cuerpo.

No podía llamar a Lockon, quien estaba contra tres a la vez, disparando un cartucho tras otro. La Cleric se giró hacia ella, alarmándose al verla.

- ¡Espera! – Gritó la otra. – ¡Te curaré!

Pero Temperantia no iba a permitirlo, y el zumbido que anunciaba su siguiente ronda de proyectiles retumbó sobre el escudo, obligando a la Cleric a mantenerse en su posición. El rayo golpeó el escudo, de nuevo deslumbrándolos a todos y aturdiéndolos durante unos instantes. Todo se detuvo por un segundo.

Cuando el zumbido paró, Elizabeth estaba en el suelo. Notó un fuerte dolor en el abdomen, y al apretar su mano sobre la ropa, notó que estaba empapada. Su visión era borrosa, apenas pudiendo distinguir la figura del monstruo frente a ella. Oyó disparos a lo lejos, haciendo que saltaran plumas de su enemigo. Alguien la llamaba, pero las voces sonaban distorsionadas, y no podía entender qué decían.

Levantó la mirada, tratando de enfocar la vista. Por suerte, el escudo seguía en pie.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on February 22, 2015, 06:57:32 PM

#32.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

No, no, no.

El aire había escapado del pecho de Sol, quedándose helado en el segundo que el samurai tardó en tocar el suelo, como si el tiempo se hubiera detenido y el único sonido fuera el de la katana atravesando el aire y dando contra el suelo.
Luego, súbitamente, todo se puso en marcha demasiado rápido.

-¡Vamos!
Fue Nero el que dio el grito de batalla, escoltado de cerca por Caesar, que no había necesitado señal para sincronizarse con el Knight. Doppio, Jojo y Shura les seguían de cerca, siendo él, el único en quedarse atrás. Necesitando unos segundos antes de reunirse con ellos.

“No. No. Hay que organizarse. Hay que huir. Joder. Necesitamos más gente.”

-Necesito a mi puta Guild.



En el clamor de una nueva batalla, el grito salvaje de Nero, sólo podía ser silenciado por el rugido ardiente del filo de la espada siendo lamida por las llamas. Dispuesto a abalanzarse contra un enemigo ciego y enloquecido por el dolor que le había producido el samurái. Estaba decidido a ser él mismo quien acabase con aquel enemigo.
-¡NERO!

Caesar consiguió llamar su atención, preparando una estrategia que atrapó su atención, listo para el trabajo en equipo.
-¡Nero! ¡Guarda fuerzas! ¡Necesitamos que vayas a por la katana del samurái! –Caesar se detuvo, tomando posiciones y preparando un ataque mágico.
-¿¡QUÉ!? –Imitó al Ilusionist deteniéndose, pero únicamente porque estaba demasiado sorprendido por sus palabras. -¡Pero yo quiero pelear! ¡Quiero acabar con ese monstruo!
Caesar pasó por alto el tono infantil del Knight, que también parecía haberse dado cuenta y se removía más nervioso e impaciente por la batalla, que avergonzado.
-El monstruo esta descontrolado, necesitamos tu ataque para rematarlo, es nuestra mejor baza –sus palabras parecieron animar a Nero, que asintió hinchado de orgullo-, le haré caer con mi ataque, ese será el momento. Mientras tanto, ve a por la katana.
-¡Entendido!
-¡Yo te ayudo! –Jojo le siguió cuando emprendió la carrera, notando ambos los hechizos de apoyo de Doppio y Shura.

Corrieron directamente hacía Berial, se había movido hasta quedar sobre la katana, era un milagro que aún no hubiera aplastado el arma, pero solo era cuestión de tiempo.
-¡Jojo! ¡Puedo abrirte camino! ¡Pero tendrás qué ser tu quien...!
-¡Puedo hacerlo! –Hizo girar en su mano los boomerang de bolas, rezando porque su agilidad de Thief, le permitiese hacer lo que se le pasaba por la cabeza.

Atacaron por detrás, Nero dio una patada en el suelo, saltando tan alto como pudo y utilizando parte de sus habilidades para alcanzar con su espada la carne de la pata trasera. Pero no era suficiente, y como un aspa de molino, impulsándose con toda la fuerza de su cuerpo para dar una vuelta en el aire gastando su energía, el arma giró y entro de nuevo en su carne, saliendo y cayendo al suelo mientras Berial se resentía de la herida paralizado por el dolor en lo que resultaría menos de medio segundo.

Tiempo suficiente para que Jojo se deslizará entre las piernas del monstruo, el calor que desprendía la criatura le quemaba la piel restándole puntos de vitalidad. Gritando y cegado, solo pudiendo confiar en su instinto. Lanzando el extremo del boomerang, la bola se enredó en el metal de la katana, quedando afianzada cuando Joseph tiró del arma levantando como si de un trofeo se tratase, la katana que ahora estaba en su mano.
-¡Nero! –Clavó la rodilla en el suelo, dando vueltas al boomerang por encima de su cabeza un par de veces hasta obtener la inercia adecuada para lanzar la espada en dirección al Knight -.¡Allá va!

Jojo lanzó su segundo boomerang contra una de las patas delanteras cuando esta dio una patada contra el suelo cerca de donde segundos antes se encontraba, tomando impulso en el movimiento del monstruo para salir disparado fuera del alcance enemigo, cayendo al suelo sólo con tiempo de rodar por el de manera desordenada, dolorido pero a salvo.

Nero toco suelo tras su ataque inicial, la katana salió de entre una llamarada azul provocada por Berial, revelando que la punta de la hoja iba directamente hacía él.
Saltó directo hacía la katana, con la adrenalina recorriendo cada poro de su cuerpo, le daba la impresión de que el tiempo avanzaba mucho más despacio. Pero no tanto como para pararse a pensar en el desafortunado tiro y en como la pezuña de Berial iba directamente hacía él en una coz.

“Tengo que proteger el arma. No puedo dejar que ese cabrón gané y se cargué la Guild”

Nero estiró el brazo intentando alcanzar el arma, girando en el aire y chocando directamente contra la pezuña. Una confrontación que lo mando disparado hacia atrás, salpicando sangre por todas partes, cayendo al suelo donde permaneció inmóvil.

La llamada por su compañero se tornó en un grito de horror.
Ninguno estaba lo suficientemente cerca para ayudarle, Berial se giró, observando en el suelo al jugador que le había provocado aquel dolor, rugiendo y levantando la espada en su dirección.
Fuera de su vista, corriendo y gritando en dirección al Knight. Jojo utilizaba su mejor táctica, se inclinó para recoger a Nero desde el suelo y cargárselo en los brazos, con el miedo dándole alas y sin perder el ritmo de la carrera.
No podía adivinar que la espada caía directamente sobre su cabeza, simplemente sintiendo el vacío del aire a su alrededor.
“Oh shit, oh shit” El filo de la espada creaba una enorme sombra sobré él.

-¡AAH!
El metal no llego a caer, se había detenido en el aire, chocando contra una barrera de gravedad y dando tiempo a Jojo de escapar del alcancé de su ataque.
Doppio les había protegido dándoles el tiempo que tanto necesitaban, pero a cambio provocando la rabia de su enemigo que le devolvió un ataque rápido en forma de llamarada, alcanzando al Time Mage y resintiendo su salud, retrocediendo justo antes de que Shura le curase del estado de quemado, y poniéndose a salvo con el resto de la Party fuera del alcancé de su enemigo.
Iba a pedirle a esta que le curase, pero el estado de Nero era más grave.

Su vida había bajado muchísimo, dedicando todas las atenciones de la White Mage que se encontró con un problema mayor.
-¿Qué…?
Nero había conseguido hacerse con la katana, la había mantenido a salvo del golpe de Berial, pero a costa de que el arma atravesará su costado saliendo por la espalda. Insertado como se encontraba e inconsciente por el dolor.
-Nero… -El modo en que lo había nombrado Sol, era como si sonase hueco, hablando con la boca seca y agarrando el extremo del arma en un intento por salvarle.
-¡No! ¡No se la saques!
Shura intentó detenerlo, pero el arma había desaparecido.

No había sido Sol, la katana se había volatilizado en partículas del color del zafiro. La chica reparó entonces, en que, en lo alto del edificio de pie sobre él, el samurái había despertado. La katana había aparecido en su mano y observaba en su dirección.
Era una locura, no podía adivinarlo desde aquella distancia, pero estaba segura de lo que veía. Shura pudo observas como parte del vendaje de su rostro se había desatado, mostrando mechones de pelo blanco y una mirada, una mirada directa hacía Nero, que reflejaba… ¿respeto?

El contacto visual duró un momento, Shura concentró toda su magia en cerrar la herida de Nero. Intentando no perder la concentración cuando el suelo y el aire comenzaron a temblar.
-¡Va a volver a atacar! –Sol conocía ese ataque con el que antes, había acabado con la oleada.
Pero Sol no iba a huir, Nero era el mejor ejemplo y había actuado como un líder mucho mejor que él. Sol invocó su escudo, poniendo todo su poder en proteger al grupo.

El ataque de Berial se sintió como un tsunami, aunque el Paladin intentase quedar clavado en la tierra para mantener su posición, poco a poco sus pies se iban deslizando perdiendo territorio, era un poder tan inmenso que rebasaba su campo de protección, parando algunas llamaradas mientras que otras les alcanzaban y mermaba la vida de sus compañeros lentamente.

Doppio comenzó a gritar, asustado porque su vida bajaba sin que pudiera hacer nada. Shura lo tomó de la mano.
-¡Aguanta! ¡Estoy contigo! ¡Estamos todos juntos! –Tomó también la mano de Nero, aunque ya no le quedaba poder para curar, aunque ella también estaba perdiendo poco a poco su vida, era necesario transmitirse que no todo estaba todo acabado, que estaban todos juntos y que no dejaría ir a nadie.

Sol sintió un hálito de esperanza, deseando decirle que era maravillosa, por todo aquello que hacía por ellos y por ser tan fuerte en momentos tan desesperados.
La resistencia del escudo del Paladin había caído, sustituyendo esta por sus propios puntos de vida, en un contador que se vaciaba en la inevitable cuenta atrás de perder su segunda vida…

A punto de morir.
Todo se detuvo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shura on February 22, 2015, 07:14:03 PM

Terminado  ;D

#33.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)

A punto de morir.
Todo se detuvo.

El escudo de Sol se deshizo, pero ya no había ningún ataque. Berial se mantenía inmóvil delante de ellos, observándoles con mirada perdida, como si quisiera decir algo.

Pero el único sonido, fue el pegajoso ruido de algo separándose, la carne abriéndose, y la cabeza de Berial rodando un momento sobre su base, antes de caer al suelo seca como una roca, y de que el resto del cuerpo de la criatura se inclinase doblando las patas traseras de forma antinatural y quedando sentada, antes de deshacerse en datos que brillaron como polvo de diamante hacía el cielo de Neverland.

El mensaje del Game Master inundo el lugar, demasiado impresionados para procesar lo que estaba pasando o lo que decía. En lugar del monstruo, encontraron los preciados objetos que este había dejado al ser derrotado. Del samurái no quedaba ni rastro, siendo que había sido éste, quien había acabado por cercenar la cabeza de Berial.

-¿Hemos ganado? –Jojo fue quien rompió el silencio, haciendo que cayera el velo de incredulidad y se percatasen de su afortunada victoria.
-¿De verdad es el GM el que está hablando? –Shura apretó los dientes furiosa, lo que le faltaba para su humor era la presencia de aquel mal nacido. 
-Oh no… mirad arriba… -Caesar estaba pálido, señalando al cielo donde se dibujaban las imágenes de la batalla, el modo detallado en que había muerto la arquera Trish, aplastada aunque había intentado detener desesperada, el muro que caía sobre ella con sus propias manos. Caesar había estado tan cerca de salvarla a ella también…
Se vio como Nero, se lanzaba a por la espada y quedaba ensartado y malherido… era como si todo aquello fuera más propio de un circo o de “los mejores vídeos caseros de América”.
-No miréis, no prestéis atención a ese hijo de puta, no le deis el gusto –Sol escupió al suelo de pura repulsión.

Nero comenzó a recuperar la consciencia, despertando poco a poco mientras recuperaba el conocimiento.
-Nero… ¿estás bien? No te levantes todavía.
Siguió las instrucciones de Sol, mientras Caesar y él recogían lo que había dejado Berial y decidían organizarlo para más tarde.
Shura se acercó a Nero, permitiéndole usar sus piernas de apoyó para la cabeza, peinándole con los dedos el pelo y apartándoselo de los ojos.
-¿Qué ha pasado? –Alzó la vista para encontrarse con los ojos de la White Mage que lo miraba maternalmente, llena de orgullo.
-El samurái nos ha salvado la vida… y todo ha sido gracias a ti.
-Yo no…
-No se te ocurra decir “yo no he hecho nada” –Jojo le cortó, adivinando lo que iba a decir Nero, que lo repitió. Sonriendo tímidamente al darse cuenta de la coincidencia.
-El GM ha dicho que era uno de los mejores momentos de la batalla…
-Doppio… -Shura reprochó a su compañero aquel comentario, el mencionado guardó silencio avergonzado.
-Lo has hecho de muerte, macho, estamos vivos gracias a ti –Jojo cerro el puño, manteniéndolo en el aire hasta que Nero le correspondió cerrando el puño y chocándolo.

Sol y Caesar regresaron con el resto del grupo.
-No podemos perder el tiempo, ahora mismo estamos tan débiles que somos vulnerables. Nero, ¿crees que puedes levantarte?
-Claro.
Antes de que nadie pudiera reprochar las palabras de Sol, que Nero comenzó a incorporarse, pudiendo quedarse únicamente sentado.

Sol no podía apurarlo mucho más, ni tampoco podía, cayó al suelo cansado soltando un gran suspiro y con Caesar imitando al resto de sus compañeros, los seis sentados en círculo.
-Vale, estamos todos jodidos, vamos a tomarnos una tregua esta vez, y que cada uno coja una poción.
Sol repartió todas las pociones que le quedaban en el inventario.
-Aprovecharlas, porque son las últimas que me quedan…
-¿¡Las últimas!? –El grito de Doppio acompañado por un gallo, provocó que todas las miradas girasen hacía él.
-Sí… pero beber tranquilos, luego podremos comprar más con lo que obtengamos de la venta de lo que el monstruo ha dejado.

Doppio no escuchaba nada de la conversación, algunos ya habían comenzado a beber, tranquilamente, el único que conocía que entre aquellas pociones había un veneno, era él.
Pero… ¿a quién le había tocado?
Doppio miraba con ojos desorbitados su propia poción… la que justo resultó ser el veneno.



(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/shura2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/jojo2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/caesar.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/doppio2.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/sol.png)x(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/avas%20shura/nero.png)


-Aprovecharlas, porque son las últimas que me quedan. Iremos a por más con las ganancias por vender la mierda que ha dejado caer el monstruo.

Jojo fue a destapar la suya… pero se extrañó de que esta no tuviera tapón, no recordaba habérselo quitado, todas las pociones llevaban tapón, pero en algún momento tendría que haberlo tenido, porque nada del interior se había derramado…
El pensamiento quedó en un segundo plano, a su lado Caesar había comenzado a toser, atragantándose de tal manera que había perdido el color de la cara y llevándose la mano a la garganta, agobiado por el líquido recorriéndole por donde no le correspondía.

Jojo le dio unas palmadas en la espala para ayudarle a desatorarse y recuperar la respiración… más bien logrando una mirada enfadada de Caesar.
-Oye, ¿estas bien? Por poco te mueres con el exceso de proteínas –Joseph sonrió cuando su compañero puso los ojos en blanco, recuperando la respiración.

Yaargh-

No había manera de describir aquel sonido, podía producirlo un ser humano, pero era escalofriante, húmedo, repulsivo y roto, el que imaginarias en una pesadilla si algún órgano quisiera escapar del cuerpo directo por la boca.
Todos miraron en dirección a Sol.
Parecía paralizado, mirando al resto como si se encontrasen detrás de un cristal y él fuera la atracción de feria.
Antes de preguntarse “¿qué estaba pasando?” Que su cuerpo quedo rígido como una tabla, cayendo hacía atrás sentado como se encontraba, en shock, ahogándose, pataleando al macabro ritmo de las convulsiones.

-¡SOL! –Nero cayó a su lado al intentar auxiliarle más rápido de lo que su estado le permitía moverse. Tocándole mientras quedaba quieto, observando sus ojos inyectados en sangre, segundos después, su mano únicamente agarraba el aire.

Sol había desaparecido.

-¿Qué-?
-¿¡QUÉ ESTA PASANDO!? –Jojo se puso de pie en un salto, mirando a su alrededor buscando algún posible atacante.
Doppio comenzó a gritar pateando el suelo asustado, alejándose de donde había estado el Paladin. Como si lo que le hubiera ocurrido a Sol se le pudiera contagiar y él también fuera a desaparecer.
-¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando? –Nero a duras penas que se puso en pie, le temblaban las rodillas, no tenía fuerzas para sostener el arma, pero no sabía si era por la posible amenaza o por ver a Sol desaparecer.

Shura sintió un escalofrío, pensando a toda velocidad para no caer en pánico, mirando el bote de poción del que había bebido Sol y el que había dejado caer. Antes de poder tocarlo, la mano de Caesar le agarro la muñeca con la fuerza propia que daba el terror.
-¡No la toques! ¡Ha sido la poción!
-¿¡Qué estaba bebiendo!? –Shura se abrazó asustada a Caesar. El tarro no desapareció como el resto, si no que poco a poco el cristal se dobló como un pedazo de plástico al fuego, desapareciendo en una voluta de humo negro-. ¿¡Era veneno!?
-Entonces… -Joseph se llevó las manos a la boca espantado.
-Sol… ¿ha muerto…?
Nero dijo aquello incrédulo. Tenían que estar equivocados, habían sobrevivido a la batalla, el peligro había pasado.
Aquello no podía ser, únicamente, si Sol hubiera muerto, este aparecería en un lugar que conocían bien…

Nero escuchó como lo llamaban, soltando la espada y corriendo medio tambaleándose, alejándose con una dirección muy clara. La sede de la Guild de los Made In Heaven.
No quedaba lejos, apenas tardo unos minutos en llegar… y exacto, ahí se encontraba Sol.

Dándole la espalda, saltaba a la vista que estaba en perfecto estado, ni una herida, recuperado milagrosamente de la batalla.
-Sol…
Quiso llamarle para no sorprenderle, ojala su voz no hubiera sonado tan lastimera.
El Paladin se dio la vuelta sorprendido y alerta, preparado para defenderse más que para atacar. Pero enseguida reconoció a su compañero. Parpadeando un par de veces, cambiando su cara sorprendida, por una sonrisa demasiado forzada.
-Vaya… menuda mierda… tengo que recordar cambiar la configuración para la próxima vez que pierda una vida.

Nero guardó silencio.
No habría una próxima vez para Sol. Había perdido su segunda vida, la próxima vez, sería la definitiva. A una sola vida de morir, y de nunca volver a aparecer.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on February 28, 2015, 08:38:50 AM
~+11~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)

—¡Bienvenidos a la cabaña del tío Pip! —exclamó el gunslinger haciendo un gesto grandilocuente.— Tengo otra más grande y más mejor con contraseña cerca de Palanthas, pero de momento ésta nos sirve, ¿no?

Sus otros tres compañeros observaron la construcción que se asentaba sobre las ramas de los grandes árboles con distintos grados de curiosidad y desconfianza. Ante el silencio de su público el joven se encogió de hombros y empezó a subir la escalerilla de madera que daba entrada al edificio.

—¡El último que suba, que recoja la escalera! —llamó desde varios metros más arriba.

Antes de que terminase la frase Kíli ya estaba trepando por los tablones con agilidad.
Fíli echó un vistazo a la chica, pero ésta simplemente revolvía entre las hojas del suelo con la puntera de sus botas, sin prestarle atención. Era como si estuviera esperando a que todos hicieran lo que tenían que hacer y una vez hubieran acabado ya se encargaría ella de sus cosas por su cuenta. Y le supo mal.

—Airin... —dijo con voz suave.

La chica levantó la vista hacia él, y a Fíli se le hizo un nudo por dentro al ver su mirada tan desanimada.

—Voy... voy subiendo —murmuró el muchacho tragando saliva. Y se dio la vuelta hacia el árbol, sin llegar a verla asentir en silencio.

Por un momento había sentido que dijera lo que dijera iba a meter la pata hasta el fondo y hacer más mal que bien, y le había podido el miedo. Y mientras se iba izando despacio por los escalones cada tabla de madera que dejaba atrás era un reproche en su mente a su cobardía.

—¡Me pido la cama grande! —oyó la voz alborozada y los pasos atropellados de su hermano retumbar por el interior de la cabaña, que era más amplia de lo que parecía desde abajo.

—¡Eh! ¡Que la cabaña es mía! ¡La cama grande también! —la indignación del gunslinger ante el asalto de Kíli le habría resultado divertida de no haber sido por las circunstancias.

—Yo sólo veo una litera y una cama doble. Y os recuerdo que somos cuatro —dijo Fíli frotándose los nudillos.

—Precisamente. —contestó su hermano aún rebotando sobre el colchón más ancho.— Tú y yo compartimos como cuando éramos críos, ¿no?

Fíli lo miró con suspicacia. Kíli rodó un poco por la cama y terminó por sentarse en el borde, revolviéndose el pelo con una mano más aún de lo que ya lo tenía.

—No es como si Airin fuera a querer compartir manta conmigo ahora —susurró el arquero avergonzado.

—¡Oh-hó! —la exclamación de Pip no fue más allá frente al par repentino de miradas aviesas que le dirigieron ambos muchachos, pero su cara adoptó una expresión que recordaba terriblemente a un gato travieso.— Así que...

—Ni una palabra al respecto. —sentenció el knight, ignorando la mirada agradecida de su hermano.— De verdad que no es el momento, Pip.

El gunslinger se sentó en la litera de abajo, y resopló con resignación.

—¿Piensa contarme alguien qué demonios ha pasado esta tarde? Porque antes todo era bonito y ahora... Bueno, ahora ya no.

—¿Me crees si te digo que lo sé pero no lo tengo claro? —murmuró Kíli mientras miraba algo en la omnitool. De repente levantó la cabeza alarmado— Airin sigue ahí ¿verdad?

*

Airin oía las voces de sus compañeros por encima de su cabeza, pero no conseguía distinguir las palabras con claridad. Tenía el presentimiento de que estaban hablando de ella y pensó que casi sería mejor no enterarse. Desplegó el panel de mapa de su omnitool y buscó sus coordenadas. El sol estaba empezando a bajar, pero sabía que si empezaba a caminar ahora podría llegar a Lavender Town antes de que se hiciera completamente de noche. Miró fijamente hacia el bosque a su alrededor. Después de lo que habían pasado ya no parecía un sitio tan acogedor como antes y no estaba segura de querer arriesgarse a un nuevo encontronazo.
Se sentó en uno de los tablones más bajos de la escalera de la cabaña y pasó los dedos distraídamente por la hoja de su espada, siguiendo el reflejo de la luz sobre el metal. Fíli había querido decirle algo, pero al final se lo había pensado dos veces. Probablemente le sabía mal sacarla de la party antes de anochecer y prefería esperar a la mañana siguiente, era un chico así de responsable. Le invadió la desesperanza y tragó saliva con dificultad.
Si no hubiera dicho nada... pero no, siempre tenía que abrir la boca y estropearlo.

No había calculado la posibilidad de arrepentirse de su reseteo, pero tampoco se le habría ocurrido que el GM fuera a organizar semejante despropósito como el que estaban viviendo. Echaba de menos los niveles de experiencia que antes le habían permitido pasearse despreocupadamente por casi cualquier lugar, ahora se sentía indefensa sin ellos y para más inri tenía que aprender a manejar un set de habilidades completamente distinto al que estaba acostumbrada.
En un momento de debilidad se preguntó a sí misma si alguno de los miembros de su antiguo grupo la echaría en falta, pero al mismo tiempo dudaba de que así fuera. Probablemente ya estaba siendo demasiado pedir que se acordasen de ella. Aunque a lo mejor Ichiban... ni siquiera sabía su nombre real, pero Ichiban era un buen tipo.
Se mordió el labio pensando que su hermano habría cumplido por fin su deseo de verse libre de su estorbo menos favorito, ahora podría volver a ser hijo único como llevaba tanto tiempo reclamando. Un sonido entrecortado se le atascó en la garganta y Airin se restregó el puño de una manga por la cara, limpiándose con torpeza.

Pasaron unos minutos antes de que fuera capaz de respirar otra vez con normalidad y no fue hasta que sintió crujir la escalera un poco más arriba de donde ella estaba sentada que se dio cuenta del silencio que se había apoderado del lugar.

—Airin, —la mano cálida de Kíli acarició su cabello con delicadeza, y tuvo que morderse un nudillo para no empezar a llorar de nuevo,— vamos a echar las camas a suertes, ¿subes?

Asintió con la cabeza, sin atreverse a mirar hacia atrás, y notó cómo los dedos del chico le recolocaban un mechón de pelo tras la oreja con ternura.

—Igual si tienes suerte puedes elegir la cama de matrimonio para ti sola, pero a la próxima tendrás que dormir con Pip. Es un tacaño que no quiere compartir almohadas.

—¿A la próxima? —Airin deseó que el temblor en su voz no fuera tan evidente.

—Mm-hmm —la voz de Kíli era suave, y tal vez algo azorada— aunque si prefieres dormir conmigo no te culpo, yo huelo mucho mejor.

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on March 03, 2015, 11:59:04 AM
Último post en el tema :')

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/darklaw.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png)
038thunder and the sound of giants (5/5)

La barra que indicaba cuánto HP le quedaba al orbe estaba a punto de vaciarse, y fue entonces cuando Raiden ordenó al resto del grupo que parara.

- ¡Maya! ¿Cómo bajaremos? – Gritó Raiden, aún con la katana en alto. Los otros jugadores levantaron la vista.
- Porque tendríais algo pensado, ¿verdad? – Inquirió el Barbarian.
- Pues claro.

Maya se cruzó de brazos, bufando antes de continuar. No por nada había obviado el tema hasta aquel entonces; aquella era la parte que menos iba a gustar.

Mientras ella mantenía el campo de gravedad, los otros dos Time Mages habían ido preparado la bajada, dejándolo todo listo para aprovechar los escasos segundos que tendrían una vez el brazo empezara a caer.

- Suena un poco tonto explicado... básicamente, una cadena de bolas de gravedad nos irá lanzando hacia el suelo.
- ¿Cómo…? – Asami arqueó una ceja.
- Una esfera nos atrae, y nos lanza hacia la siguiente. – Maya hizo un movimiento en zig-zag con el índice. – Podríamos usar una que nos impulsara hacia el suelo directamente, pero la caída es demasiado alta. Incluso así nos va a doler.
- ¡Pero eso es-!

La Lancer se quedó a media frase. Con las laceraciones inflingidas, el segundo núcleo había seguido sufriendo daño. Tras un breve sonido viscoso, explotó salpicando a todos a su alrededor con la viscosa substancia oscura, incluso a Maya, aún estando detrás de ellos. Pero en aquellos momentos no podía prestar atención a las manchas en su ropa, teniendo un problema mucho más grande entre manos. El brazo de Temperantia se sacudía tras haber destruido el núcleo, y de no ser por el hechizo de gravedad que los mantenía pegados al área donde pisaban, hubieran caído al vacío.

- ¡Tenemos segundos antes de que el brazo se caiga! ¡¡Vamos!!

A falta de otra opción que no fuera caer con Temperantia, los jugadores de melee corrieron hacia el borde del brazo. Tal y como les había explicado, los Time Mages habían formado una cadena de esferas de gravedad, flotando en el aire con un brillo azul oscuro y marcando una ruta en zig-zag hacia el suelo.

- Oh, dios mío… – Murmuró Asami.
- ¡Cierra los ojos! – Jolyne tomó a su compañera de la muñeca, saltando por el borde antes de que el brazo cayera.

Atraídos por la fuerza gravitatoria con un movimiento de succión, fueron pasando de una esfera a otra como si fueran pelotas de ping-pong en un trayecto que apenas duró unos segundos. Pero el tirón de la gravedad fue doloroso, y más lo fue dar con sus huesos en el suelo a aquella velocidad.

Maya rodó sobre sí misma, dándose un momento para quejarse en voz alta. Había imaginado que el impacto afectaría a los magos más que a nadie, aunque no creía que sería tanto. Los oídos le pitaban y le dolía el cuerpo entero. Probablemente tendría algo roto. 

Alguien la inclinó, haciéndole beber una poción. El líquido recorrió su cuerpo con una fría oleada, entumeciéndola durante unos segundos para luego dejarla con una sensación refrescante. Sorprendida, vio que el Samurai era quien la tenía en brazos. Aquella armadura debía ser incluso más dura de lo que parecía.

- Casi te mueres. – Le reprendió Raiden, tirando el frasco a un lado. – Empiezas a cansar con ésto de los sacrificios heroicos.
- Eres un encanto. – Levantó una mano para darle una palmadita en la mejilla que estaba al descubierto.

No necesitó la ayuda del otro para levantarse, completamente recuperada con la poción. Revisó que todos estuvieran enteros. Para su satisfacción, los ocho estaban allí. Un poco magullados y bastante sobresaltados tras la caída, pero, afortunadamente, no había bajas entre ellos.

- ¡Ya ha perdido casi la mitad de su HP! – Anunció Asami, comprobando la Omnitool.
- ¿Tan rápido? – A su lado, Darklaw abrió los ojos, sorprendida.
- Destruir los núcleos ya le había hecho bastante daño. – Aclaró el otro Time Mage.

La torreta disparaba los proyectiles de hielo constantemente, deteniéndose sólo cuando Temperantia iba a lanzar su ataque de energía, momento en el que un escudo se alzaba para detenerlo. A ésta se le unían los jugadores que conseguían librarse del acoso de los ángeles, lanzando ataques a distancia al rosto pétreo del boss.

- ¡No podemos pararnos ahora! – Anunció Raiden. – ¡Hay que despejar el suelo!

La última ronda, la parte final del plan, empezaba en aquellos momentos. Iban a derrotar a aquel monstruo, Maya podía sentirlo.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png)


Cuando el segundo brazo de Temperantia cayó, los jugadores en tierra estallaron en júbilo. Aunque la batalla todavía estaba lejos de terminar, ver que el plan estaba funcionando hizo maravillas con los ánimos de los combatientes. Sin sus brazos, el boss estaba completamente expuesto, y los ataques a distancia empezaron a mermar su barra de vida considerablemente.

Pero llevaban demasiado tiempo luchando. Kora se sentía agotada, y podía ver que a su lado, Hyoga apretaba los dientes antes de lanzar su siguiente hechizo, atrapando a uno de aquellos monstruos alados en un anillo de hielo. Aprovechando la situación, la maga lanzó un hechizo de electricidad.

El monstruo se deshizo en una nube de plumas mientras Kora se llevaba una mano a la cabeza. Sabía que el dolor agudo que le había atravesado era consecuencia de estar al límite de su MP, y tuvo que reprimir el impulso de simplemente marcharse de allí a lamentarse en un rincón.

- ¿Estás bien? – Hyoga la sujetó por los hombros. – Aguanta, Kora, ya queda menos.
- Sí…

Asintió con la cabeza, sacando una poción de MP. Aquella era de las menores, recuperando sólo un tercio de su MP, dándole oportunidad de mantenerse en pie durante un poco más.

El Paladín que tenían como tanque provocó a los enemigos, resistiendo tras su formidable armadura. Había luchado con fiereza a su lado, atrayendo a los ángeles para que atacaran a los otros lo menos posible, y aún con sus esfuerzos, uno de los magos del grupo había caído, obligando al resto a poner más de su parte.

- Tienes que hacerlo…  – Murmuró para sí misma, atacando a los ángeles que se cernían sobre ella. El último hechizo de fuego que lanzó le hizo soltar un grito ahogado de dolor, habiéndose vuelto a acabar su MP.

Con un grácil giro, el ángel esquivó la llamarada, yendo en picado hacia ella. Pero la lanza dorada dio contra el suelo, rebotando con una chispa. Rugiendo, el monstruo miró a su alrededor, buscando a su presa.

Alguien había tirado de ella en el último momento, apartándola de la trayectoria de su enemigo. Kora notó que estaba apoyada en una superficie mullida, y levantó la vista para encontrar unos ojos verdes muy familiares.

- ¡Asami! – El alivio de volver a ver a su amiga hizo que se olvidara de todo por unos instantes, y abrazó el pecho de ésta. – ¡Lo habéis conseguido!
- Kora… estás-
- ¡Quizá podríamos dejar los reencuentros para después!

Bajo una nube de plumas y trozos de ángeles, Raiden les dirigió una mirada de reproche y un chasquido de lengua antes de seguir luchando contra el resto de monstruos que habían invadido el islote.

- Tiene razón. – Asintió Asami, apartándose unos centímetros sin terminar de romper el abrazo. – Terminemos con ésto.

--
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/asami2.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/raiden.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/maya2.png)
(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/emma.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/jolyne.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kora.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/hyoga.png)

Cuando Temperantia cayó, los gritos de alegría se volvieron ensordecedores. Dejando ir un último rugido, el cuerpo del coloso empezó a caer hacia el vacío sobre el que se había alzado. Antes de desaparecer, su voz se oyó por última vez, retumbando en los islotes de Columbia.

Vuestro juicio no termina aquí…”.

Con su líder derrotado, los monstruos que lo acompañaban empezaron una rápida retirada, alzándose en vuelo para desaparecer entre las corrientes de aire que poco a poco iban debilitándose. Para algunos era un alivio, especialmente los que estaban al límite de vida, mientras que otros se lo tomaban de forma diferente.

- ¡Oh, claro! ¡Ahora os vais!

Aunque le consumiera casi todo lo que le quedaba de MP, WhiteQueen usó su habilidad de visión de muerte sobre el ángel que la había estado atacando y que ahora huía con sus compañeros. Éste cayó al suelo con un ruido sordo.

- Vaya manera de gastar MP. – Comentó Maya a lo lejos, terminando de crujir a uno de los monstruos alados dentro de su esfera de gravedad.
- No me gusta dejar las cosas a medias. – Le dirigió una sonrisa de soslayo.

Conforme iba despejándose la zona a su alrededor, los jugadores se reagrupaban. Con abrazos y celebraciones por doquier, hasta la WhiteQueen misma no pudo contener la sonrisa orgullosa cuando vio que los miembros de su guild había resistido el asalto sin bajas.

- Bien hecho, chicos. Sabía que ésto sería pan comido para nosotros. – Puso una mano en el hombro de Julian, pasando la mirada por los rostros cansados pero satisfechos de todos sus compañeros.

Aprovechó la distracción ofrecida por un jugador que al alcanzar a una Acolyte, la tomó de la cintura para darle un largo beso (inmediatamente correspondido) que sacó silbidos de todos los que los rodeaban. A paso rápido, se acercó hasta Maya y Raiden, los cuales estaban haciendo recuento de los supervivientes.

- No quiero alarmaros, pero ahora tenemos un problema entre manos.
- ¿A qué te refieres? – Maya arqueó una ceja.
- A que en cualquier momento, los magos y los alquimistas van a acordarse de que estaban matándose hace apenas un par de horas.

Un momento que estaba más cerca de lo que creía. A unos metros de ellos había surgido una disputa, con dos bandos que iban creciendo con cada palabra pronunciada. No había que escuchar nada de la conversación como para saber que algunos de ellos estaban dispuestos a retomar lo que habían dejado antes de que Temperantia les arrastrara a la batalla. WhiteQueen, Maya y Raiden sólo necesitaron una mirada entre ellos para saber que aunque el boss había sido derrotado, la lucha podía estar a unos segundos de volver a estallar.

Para su sorpresa, su intervención no fue necesaria. Cuando se encaminaban hacia el grupo en cuestión, desde el cual se podía ver ya el amago de algún hechizo o un homúnculo tomando posición ofensiva, en el cielo apareció una imagen familiar.

Habían visto aquella pantalla doce días antes, aunque parecía que hubiera pasado una eternidad desde que el GM anunciara su sentencia. Y de nuevo, volvía a mostrarse ante ellos, su voz resonando sobre la ciudad.

Jugadores de Neverland, os felicito por vuestra victoria en el día de hoy. No sabéis cuánto me alegra ver que habéis sabido apreciar mi regalo, ésta prueba que habéis superado con creces...  ahora sé seguro que mis juguetes están en buen estado. Tras terminar éste, llamémoslo pequeño tiempo de prueba, es la hora de daros la gran bienvenida a mi mundo personal.

>>Sé que algunos os sentís encerrados y que anheláis volver a vuestras frías, sórdidas vidas, pero me gustaría que éste evento os ayudara a daros cuenta de algo esencial. Éste es vuestro mundo ahora también. ¿Cómo si no hubiérais podido derrotar al boss? Habéis luchado hasta el último aliento, unos junto a otros, sacrificando para ganar.

>>Sois parte de Neverland. Sois los habitantes de éste mundo bajo mi control, en el que os garantizo que tanto la dicha como la adversidad vendrá de mi mano a partes iguales. Aquí, cada hora, minuto y segundo tendrá su valor en oro. ¿Por qué querríais salir? Mirad lo que ha ocurrido hoy. Muchos han muerto, ¿pero os habéis sentido tan vivos alguna vez?

>>Mirad. Mirad el fruto de vuestro esfuerzo, el reflejo de vuestra fuerza y coraje.


La imagen del GM en el cielo fue reemplazada por imágenes en sucesión. La batalla de Columbia era mostrada desde un punto de vista externo, mostrando diversos momentos de la lucha que había acontecido en la ciudad.

El primer ataque de Temperantia a las guilds de magos. Las guilds de alquimistas preparándose para el ataque. El inicio de la lucha en el puente y su brusco final a manos del coloso. El grupo tomando el mando para dirigir la batalla. Cómo había estallado el primer núcleo en el hombro. Los jugadores luchando contra los ángeles en tierra. El enorme cuerpo de Temperantia desapareciendo entre las nubes oscuras al caer.

Sin mostrar ninguna discreción al respecto, las muertes de los jugadores eran incluidas en aquel macabro recopilatorio, fuera a manos de los monstruos o incluso los otros jugadores.

Éste es vuestro mundo. Éstas han sido vuestras decisiones, y éste es el resultado.

>>En unas ciudades la batalla sigue, en otras ha terminado mucho antes. ¿Créeis que lo habéis hecho mejor que los demás? Pronto lo sabréis. Estad atentos, habitantes de Neverland, porque el juego sólo acaba de empezar.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on March 09, 2015, 04:55:36 PM
Capítulo 14: Scorching Sun: ¡Viva los magos!


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Aerith_zpsa832f1b0.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Raistlins_zps05e58d48.jpg)

Cuando el Elementalist lanzó su ataque de fuego contra el Espíritu del Desierto, la criatura había retrocedido, alarmada, mientras soltaba un chillido agudo. Por desgracia, las llamas no tenían mucho efecto sobre su cuerpo de arena, y se apagaron una vez se metió bajo tierra.

Ahora daba vueltas a su alrededor con cautela, reconociendo a los dos recién llegados como una nueva amenaza mientras dejaba un rastro de polvo de arena ahí donde pasaba.

—¿Alguien tiene un plan? —preguntó Shruikan, con la katana en alto.

—El elemento aire es efectivo, os lo he dicho antes —repitió Ulquiorra.

La Samurai giró la cabeza hacia el Elementalist.

—¿Tienes alguna técnica de aire?

En la distancia, Shruikan sólo vio sus ojos relucir bajo la sombra de la capucha.

—Algo sé —dijo, simplemente, dando a entender que ese algo podían ser cosas que hacían mucho daña.

—Los ataques con armas contundentes también tendrían más eficacia que los que haces con la katana —reiteró el Alchemist, como si quisiera asegurarse que le hacían caso.

—Que sí, ya te he oído la primera vez. Y lo siento mucho, pero sólo puedo llevar katanas, exigencias de Job —dijo ella, mascullando entre dientes.

—Yo podría cambiar de arma... creo —dijo Seras, dubitativa mientras sujetaba sus cuchillo con ambas manos —. ¿Tenemos alguna maza o algo parecido?

—No.
—Yo sí —dijo Ulquiorra, y señaló su carro —. Ve a coger una.

—No os olvidéis de mí — habló entonces la chica que se había ofrecido a ayudarles, blandiendo su bastón —. Puedo atizarle también si hace falta.

—Eso sería desaprovechar de forma deliberada e innecesaria tus habilidades curativas —comentó el Alchemist —. Un Cleric de tu nivel sería más eficiente si se concentrara en-...
—¡Cuidado!

Al grito de Sheba, el monstruo emergió del suelo con las fauces abiertas y un grito en la garganta, dispuesto a llevarse consigo a quien tuviera por delante. Shruikan, que era la que estaba más cerca, consiguió apartarse a tiempo, rodando por la arena y aprovechó para lanzarle una estocada debajo del brazo. Sheba y Ulquiorra le esquivaron sin problemas dando un par de saltos atrás, y la Black Mage le lanzó un hechizo de electricidad que echó chispas sobre la superficie arenosa de su cuerpo.

El monstruo no pareció inmutarse ante ninguno de los dos ataques, e hizo un movimiento rápido, girando sobre su propio eje, para barrerles a todos con su cola escamosa.

—¡Maldición! —Sheba renegó entre dientes mientras se ponía de pie con ayuda de su vara, y entonces una luz la rodeó y sintió un cosquilleo cálido por todo el cuerpo. A su lado, la Cleric tenía los brazos alzados mientras lanzaba un hechizo de curación a todo el grupo.

—¡Ánimo! —dijo después con una sonrisa entusiasta en los labios, y lanzó un nuevo hechizo: un buff de defensa.

—Gracias — le contestó la Black Mage, sujetando su arma con firmeza.

Entonces hubo otro movimiento por parte del Elementalist, que no había dicho nada, y sobre la cabeza del Espíritu del Desierto se formó un enorme tornado que levantó la arena a sus pies y la lanzó a toda velocidad, creando una pequeña tormenta.

Esta vez, el monstruo si pareció verse afectado, y retrocedió con un chillido mientras pedazos enteros de su piel parecían ser arrancados por el viento cortante, igual que sus puntos de salud, que descendían. Shruikan, que había estado acaparando su atención y siendo víctima de sus ataques, consiguió alejarse de su alcance.

—¡Esto es otra cosa! —exclamó energicamente y con una sonrisa maliciosa en los labios —. ¡Benditos sean los magos!

—Ya. Menos gritos y más darle a la espada —fue todo el comentario que hizo el Elementalist.
—¡Sí, señor!

Con renovado entusiasmo, la Samurai se lanzó contra la criatura, escurriéndose entre sus patas y cortándole en la parte interior de éstas y en el vientre. El Espíritu del Desierto soltó un chillido irritado y empezó a dar vueltas sobre sí mismo, intentando aplastarla contra el suelo con sus enormes garras.

—¡Ya estoy aquí! —anunció entonces Seras, que acababa de volver con una maza pequeña en una mano.

—Ataca —dijo Ulquiorra antes de lanzar una de sus granadas de hielo de nuevo y que fue a impactar contra el brazo derecho del monstruo. Seras no lo pensó dos veces: fue corriendo hacia él y levantó el arma para golpearle en la zona congelada, que se resquebrajó con un sonido desagradable.

La criatura gritó y no le dio tiempo a reaccionar antes de recibir otro hechizo de aire por parte del Elementalist y después un rayo de Sheba.

Con esta última combinación de ataques, ya habían conseguido sacarle una cantidad considerable de vida, pero el boss no estaba dispuesto a tolerarlo.

El monstruo se encogió sobre sí mismo, casi como una bola, y después se abrió de golpe, azotando todo lo que tuviera por delante con sus brazos largos y robustos y un grito salvaje. No contento sólo con eso, el Espíritu del Desierto descargó los puños contra el suelo y levantó enormes montículos de arena debajo de sus atacantes, echándoles por los aires.

Cuando volvieron a levantarse, la criatura había desaparecido bajo tierra de nuevo.

—Bien hecho, chicos —dijo la Cleric mientras les curaba, como si ese último impacto crítico que habían recibido todos no fuera nada.

—¿Alguien puede verle? —preguntó Sheba, buscando a sus alrededores pero sin ver ni rastro del monstruo.

—¿No habrá huido?
—No, esa criatura está demasiado furiosa para huir —intervino entonces el Elementalist —. Id con cuidado.

Y estuvieron unos instantes en silencio, sin recibir señal del monstruo, cuando al frente se alzó una nubecilla de polvo, un sonido de aire saliendo, y de pronto el suelo estalló debajo de ellos, donde apareció el Espíritu del Desierto, gritando y blandiendo sus fauces. De nuevo, todos salieron despedidos por los aires entre montones de tierra, raíces y arena.

No atacó sin ton ni son, y logró cerrar la mandíbula alrededor de la cintura del Elementalist, a quien consideraba, con razón, el miembro más peligroso del grupo.

El otro gruñó antes de clavar la punta de su vara, que no había soltado pese al ataque, en el morro del monstruo.

—Has cometido una grave error.

La vara brilló,  y de la punta emergió un torrente de agua que se derramó por toda la cabeza de la criatura y hasta los hombros y el pecho. El Espíritu del Desierto volvió a gritar, un grito dolorido y lastimero con el que soltó al Elementalist y se encogió. Al tener el cuerpo formado de arena, ésta absorbió el agua y ahora la cabeza, oscurecida por la humedad, le pesaba demasiado.

En ese estado reblandecido, Shruikan pudo cortar la piel del monstruo como si fuese mantequilla. Una nueva descarga eléctrica por parte de Sheba y una granada de hielo de Ulquiorra terminaron de amedrentar a la criatura. Se sacudió, malherida pero todavía no vencida, y saltó hacia atrás, bajando la cabeza casi a ras de suelo.

Las marcas sobre su cuerpo empezaron a brillar ligeramente con un tono azulado y abrió la boca, al fondo de la cual se podía ver un cúmulo de aire y energía brillante acumulándose.

—¡Cuidado!

Era obvio que éste iba a ser su gran ataque, aunque en realidad nunca llegó.

Antes  de que el espíritu pudiera lanzar la habilidad que estaba cargando, un rayo dorado cayó de la nada sobre él. El monstruo brilló mientras soltaba un último grito agónico, echando la cabeza hacia atrás, y su salud se reducía a cero de golpe. Se desplomó en el suelo, muerto, con gran estruendo.

—¿Qué ha sido eso? —dijeron Sheba y Shruikan a la vez, bajando sus armas y con la confusión pintada en el rostro.

Del cadáver del Espíritu del Desierto emergieron unas chispas etéreas que flotaron suavemente y luego, para sorpresa de todos, fueron hacia Ulquiorra, que tenía el brazo extendido, como estrellas fugaces.

—Está hecho —dijo él, cerrando la mano en un puño y bajándola, y se podía ver como una lucecita anaranjada relucía en su dedo corazón.

—¿Has sido tú? —la pregunta vino del Elementalist, que se acercó a él, golpeando el suelo firmemente con su vara a cada paso. Su voz había sonado grave (más grave de lo normal) y brusca, pero Ulquiorra no parecía intimidado en lo más mínimo ni por eso ni por su actitud.

—Sí —respondió sin tapujos.

El otro, cuando estuvo lo suficientemente cerca, le cogió por la muñeca y alzó la mano con el punto brillante. En realidad lo que emitía luz era un fino anillo de oro blanco, ornamentado únicamente con una joya, la que ahora relucía con luz propia, pero que parecía de paredes transparentes. Era tan austero y de color tan claro que no destacaba sobre la piel cetrina de Ulquiorra, y era normal que no se hubieran fijado en él.

—¿Cómo? —bajo la capucha, los ojos del Elementalist brillaban, también, con dureza —. No hay ninguna habilidad de Alchemist que permita acabar de un solo golpe con un monstruo de la forma en que lo has hecho. ¿Cómo, entonces? ¿Quién eres tú?

El viento sopló, cortando el silencio tenso que se había alzado de golpe. La Cleric había avanzado hasta quedar un poco más atrás que su compañero, mirándole con cara de circunstancias. Las otras tres chicas se miraban entre ellas, preguntándose sin palabras si deberían intervenir o no, pues Ulquiorra formaba parte de su grupo, aunque fuera temporalmente, pero tampoco sabían de que iba el asunto.

—Sí, a nosotras también nos gustaría saberlo —dijo Shruikan al final, cruzándose de brazos.

Ulquiorra, como si estuviera ajeno a todas las miradas pesadas que caían sobre él, simplemente parpadeó.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on March 19, 2015, 07:56:48 AM
Estoy harta de este desierto -v-


Capítulo 15: Scorching sun: Veneno


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Astarothhhh_zpsbqe6kkpi.png)


Era obvio desde el primer momento, que esto no iba a ser una batalla fácil. Cuando el monstruo se abalanzó sobre él, a Fenris no le quedó más remedio que alzar su mandoble para defenderse a tiempo para evitar que sus cuchillas le perforaran el pecho, y con ese simple movimiento se dio cuenta de que luchando ahí estaba en desventaja. A duras penas tenía espacio para maniobrar, y sólo podía empuñar el mandoble hacia arriba o hacia delante.

El Lacerador había retrocedido un poco tras ver rechazado su ataque inicial, pero enseguida volvió a arremeter, sujetándose de las paredes con dos patas para poder atacarle con las otras cuatro. Fenris podía bloquear una, quizá dos, pero no cuatro a la vez.  Una de ellas consiguió rasgarle la hombrera, hendiendo el metal como si fuese simple madera, y las otras le cortaron en los brazos y las manos.

El monstruo trataba de rodearle el cuello con las cuchillas, como una siniestra guillotina de cuatro patas, pero antes de que llegara a cortárselo, hubo un resplandor, un rayo, y su cuerpo desprendió chispas y soltó un grito de dolor.

La electricidad estática hizo que a Fenris se le erizaran los cabellos y le cosquilleara la piel, pero ahí vio una oportunidad de ataque. Dio un paso al frente e hizo una estocada hacia delante. La hoja se clavó en una de las articulaciones de una pata, y, haciendo fuerza hacia abajo, desgarró los ligamientos. La bestia gritó mientras su pata de desplomaba, sujeta aún por un par de cables metálicos hasta que éstos se desgarraron y cayó por su propio peso, soltando chispas.

—Bien —dijo Astaroth desde detrás. Fenris no se atrevía a girarse para mirarla; su atención estaba totalmente fija en el furioso Lacerador que tenía delante.

El monstruo le miró con unos ojillos relucientes y malignos antes de saltar sobre él. Fenris volvió a alzar la espada, pero la criatura no siguió el mismo patrón que antes; quedó suspendida mientras se agarraba a las paredes por encima de él y la mandíbula le castañeteó.

Luego sucedió todo muy rápido, y ni el grito de advertencia de Astaroth consiguió que Fenris reaccionara a tiempo para esquivar el aguijón que se le clavó en el vientre.

El Lacerador siseó triunfante mientras retiraba la cola con el aguijón, y él gruñó, encogiéndose un poco y retrocediendo con la mano en la herida. No le hacía falta mirar en sus Stats para saber que le había envenenado.

—Mierda... —masculló, antes de incorporarse de nuevo.

Su salud empezó a mermar casi inmediatamente a un ritmo tan acelerado que era preocupante. Sin embargo, no tuvo tiempo de prestarle la atención que requería porque el monstruo volvió a atacarle, y esta vez Fenris no consiguió evitar que le perforara cerca del hombro.

Estaba mareado, pero eso no le impidió seguir esforzándose y plantando cara. Con un movimiento brusco, avanzó y  le clavó el mandoble en el vientre abultado, aprovechando que seguía suspendido en el aire. La criatura recibió el golpe, perdió el equilibrio y cayó de espaldas hacia atrás, aunque volvió a levantarse enseguida sólo para recibir otra descarga.

Después, Fenris no se vio con fuerzas para levantar la espada otra vez. Estaba increíblemente mareado y le fallaban las fuerzas, cosa que le hizo pensar que ese veneno debía hacer algo más a parte de reducirte la salud poco a poco. Cayó con una rodilla en el suelo, resistiéndose tercamente a rendirse, y justo entonces Astaroth saltó por encima de él, poniéndose al frente.

—¡Quédate atrás! —le gritó, apartándose la capa de los hombros y esgrimiendo el florete que todavía echaba algunas chispas. Fenris no se vio con fuerzas reclamarle lo contrario. Ella atacó al Lacerador rápidamente, antes siquiera que el monstruo pudiera inicial su propio ataque, dedicándole una serie de rápidas estocadas.

Fenris lo vio suceder todo borroso. Se suponía que esto era un juego, pero la sensación de estar muriéndose por dentro era espantosamente real. No supo si fue eso, el veneno o cualquier otra cosa, pero su vista se nubló, y aún estuvo a tiempo de ver como Astaroth relucía para soltar alguna habilidad antes de perder la consciencia.

- - -

Cuando recobró el sentido, estaba tumbado en el suelo. No había ruido ni otras señales de combate activo, y el lugar estaba tan calmado como en el primer momento en el que había caído en él. La Red Mage estaba arrodillada a su lado y le miraba fijamente con una expresión extraña.

—¿Qué ha pasado? —preguntó él, incorporándose despacio, recargando su peso en un codo —. ¿Dónde está el monstruo?

—Ha huido al final, aunque estaba malherido —explicó Astaroth, mientras se apartaba un poco para  dejarle espacio —. Le hubiese perseguido, pero... tenía que curarte, te había envenenado. Su veneno no sólo te merma la vida, si no que te deja inútil y sin sentido al cabo de un rato.

Fenris escuchaba. Era cierto que ya no sentía esa desagradable sensación de antes en el cuerpo. Se llevó la mano al vientre, donde el Lacerador le había clavado el aguijón. No notaba ningún dolor.

—Estoy en deuda contigo entonces... —dijo secamente, con un nudo en el estómago.

—Te he salvado la vida... dos veces. Del mismo monstruo —sonrió ella ante lo curioso de la situación. Fenris sólo gruñó mientras se ponía de pie, sin decir nada.

Por una parte, se alegraba de no haber perdido su primera vida de forma tan lamentable, pero por la otra le escocía el hecho de que le hubieran tenido que ayudar. Le hacía sentir débil, y esa sensación le roía las entrañas. Casi deseó no haberse encontrado nunca con Astaroth, aunque no era realmente culpa de la mujer.

—Deberíamos irnos.

La Red Mage hizo un gesto de invitación con la mano hacia el pasillo que se extendía delante.

—Tú delante. Yo te sigo.

Reemprendieron la marcha en silencio. Fenris se movía a grandes pasos, ansioso por salir de ese lugar y alejarse de esa mujer que ahora más que nada le hacía sentir incómodo. Era consciente de que había quedado en deuda con ella. Una deuda que no sabía como podría saldar, y era una pregunta que iba dando vueltas en su cabeza, incapaz de desaparecer mientras Astaroth estuviera con él, siguiéndole a pasos silenciosos.

—¿Estás con alguien?

La pregunta le tomó desprevenido.

—¿Cómo?
—Aquí en el juego, me refiero. ¿Estás en algún grupo o vas solo?

—No, tengo un grupo —respondió, y por primera vez en un buen rato se acordó de las demás y se preguntó si estarían bien. A esas alturas, ya deberían de haber encontrado al monstruo que buscaban, si es que no lo habían dejado correr sin él. Y se había olvidado totalmente del pedido de Ulquiorra —. ¿Por qué lo preguntas?

Ella negó con la cabeza, aunque estando de espaldas, Fenris no llegó a verlo.

—Curiosidad. Había pensado que si ibas solo a lo mejor podría invitarte a mi party.

—¿Tienes una party? —Esta vez, Fenris sí giró la cabeza para mirarla —. ¿Qué haces aquí sola entonces?

Ella desvió la mirada por unos segundos.

—Bueno, lo más correcto sería decir que tenía una party. Pero de eso hace tiempo, aunque estoy intentando a ver si les localizo a todos. Eran buenos chicos y me preocupa que les haya ocurrido algo encerrados aquí dentro. Parece que haga una eternidad desde que les vi por última vez.

Sus últimas palabras salieron con un deje de nostalgia, y la preocupación era evidente en su voz, aunque su rostro no revelase mucho. Fenris volvió a dirigir la vista hacia delante.

—Yo también tengo que encontrar a mi grupo. —Y luego añadió —: Este sitio se ha vuelto una locura desde que el GM nos encerró.

—Lo peor es que seguimos estando dentro de un juego. La gente no es consciente del todo de la magnitud de sus acciones, y sin consecuencias reales, las personas son capaces de llegar a hacer cosas horribles.

Sus palabras sonaron graves, y el rostro de Fenris se endureció.

—Soy muy consciente de ello —dijo, casi mascullando las palabras.

Él sabía, mejor que muchos, lo que alguien era capaz de hacer cuando se le otorgaba un poder del que podía abusar. Había sido víctima de ello. Y se había prometido a sí mismo que nunca más volvería a dejar que alguien volviera a hacerle algo así.

—Lo que realmente me pregunto —continuó ella —, es la razón por la que realmente nos han encerrado aquí, y si alguien hará algo desde el exterior para sacarnos.

—Cuando el GM hizo su anuncio dejó bastante claro que todo esto era por pura diversión —dijo Fenris, enfadado —. Estamos a la merced de un pirado y de todos los que también pueda haber aquí encerrados en un mundo hostil lleno de monstruos.

—Puesto así, no suena muy alentador —dijo ella, con una risilla irónica.

—No estaba tratando de ser alentador. Soy realista.

—Ya me he percatado. Eres una persona con mucha rabia dentro, Fenris.

Él se detuvo. Miró por encima del hombro otra vez hacia ella con el rostro rígido. Astaroth ladeó la cabeza y arqueó las cejas debajo de sus sombrero. Pocos instantes después, Fenris volvió lentamente la cabeza al frente. No hicieron ningún comentario más al respecto y siguieron haciendo camino. No faltaba mucho ya para llegar a la salida.

—Sí que estaba en Amatsu —dijo Astaroth al cabo de un rato. Fenris sólo soltó un gruñido para demostrar que la estaba escuchando —. En la posada de los farolillos que has dicho. Así que sí es probable que nos hayamos visto antes. Aunque me sorprende que te acordaras de mi.

—Ibas toda de rojo, como para no acordarse —comentó él —. Además, no fue hace tanto tiempo. —Frunció el ceño —. Poco después me encontré con alguien que también iba todo de rojo.

—¿Ah, sí? —había un deje de alarma en su voz con esa pregunta que intentó ser causal —. ¿No sería una chica Time Mage, verdad?

—¿Qué? No. —respondió él, extrañado por la pregunta —. Era un Assassin. Un cretino más.

Astaroth parecía estar rumiando algo.

—Mmm... ¿No sería GreedyFox, verdad?

Fenris se giró de golpe, con los ojos abiertos.

—Sí. ¿Le conoces?

La Red Mage parecía casi tan sorprendida como él, y soltó un jadeo.

—Era uno de mis compañeros de antes, de la party que se deshizo. ¿Te encontraste con él? Válgame dios, que pequeño es el mundo. ¿Cómo está?

—No parecía irle mal —explicó Fenris en un gruñido —. Aunque el muy capullo casi se carga a una chica de mi equipo. Pero... —empezó, recordando una cosa —, él dijo que antes estaba en una guild. ¿Tú estabas allí con él?

Astaroth parecía desconcertada con las pocas cosas que le contaba, y sus ojos se movían de un lado a otro, siguiendo el flujo de sus pensamientos agitados. Él era incapaz de saber qué le pasaba por la cabeza.

—No —terminó diciendo ella —, estuvimos juntos antes. No sabía... —negó con la cabeza y no dijo más.

Fue el turno del otro de alzar las cejas en un gesto interrogatorio, pero no preguntó más. Siguieron andando, y pocos minutos después, encontraron un punto de resplandor al final de uno de los túneles, que brillaba intensamente con un torrente de luz blanca y radiante.

—Mira, la salida.

Cuando por fin estuvieron fuera de la Grutas, a Fenris le escocieron las retinas y tuvo que cerrar los ojos un momento. A su lado, oyó el sonido de la capa de Astaroth al moverse.

—Aquí estamos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on March 31, 2015, 02:02:45 PM
Creo que hoy no tengo nada más que añadir o.o





36. Pero bueno, me voy un momento y montáis una fiesta

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)

Las manos aparecieron de repente. Oscuras, traslúcidas, fantasmales y con unas uñas tan largas que se podían catalogar como garras sin temor a equivocarse.
Milo las vio sobre el pecho de Hyoga antes de que el mago las pudiera notar. Durante medio segundo todo se ralentizó. Las hojas de los árboles se mecían más lentamente, la poca luz que se filtraba por ellas se movía en parches dispares, tiñendo el paisaje de un aura etérea y macabra y los ojos de Milo se abrieron tanto que Hyoga se alertó.

—¿Qué? —le dio tiempo a preguntar mientras Milo le agarraba de la nuca y lo atraía hacia su cuerpo.

Hyoga notó sus mejillas enrojecerse, cerró los ojos con fuerza y se preparó para el impacto. El pecho de Milo estaba duro, pero el golpe que se llevó contra él no tenía comparación con el escozor que le provocaron los arañazos en su pecho.
El mago gritó mientras Milo lo levantaba en volandas, dándose la vuelta y empujando a Hyoga hacia delante.

—¡Corre! —gritó.

Hyoga se dio un segundo para mirar hacia abajo, donde la tela de su túnica nueva estaba rasgada con perfectos cortes diagonales, desde sus pectorales hacia los costados de su cadera. Cuando se miró los dedos con los que se había tocado los cortes vio sangre y cuando levantó la cabeza la vio a ella.
El espíritu flotaba a unos metros, con el pelo ondeando continuamente a su alrededor, con una mano, manchada de la misma sangre que pintaba su pecho, estirada hacia él. Su expresión anhelante y su lenguaje corporal lleno de apremio.

El bofetón le tomó tan de sorpresa que le cortó la respiración. Milo le había pegado, pero le había sacado con eficiencia del hechizo del monstruo.
Milo le volvió a empujar.

—¡Corre y no la mires!

Pero Hyoga no pudo evitar mirarla una vez más. Sin embargo, esta vez la vio por lo que era. La ira, la rabia y la sed de venganza cincelaban los rasgos que apenas se podían distinguir en lo que ahora era una sombra fluctuante que gritó antes de lanzarse a por ellos.
Y Hyoga corrió, corrió con toda la fuerza que podía sacar de sus piernas.

—¿¡Qué es eso!? —le gritó a Milo mientras saltaba por encima de una raíz.

—¡Una llorona! —contestó el bardo mientras evitaba el tronco de un árbol en el último momento.

El ataque que iba dirigido a él chocó contra la corteza, que empezó a humear antes de derretirse un poco.
Avanzaron un poco más por la selva, sin dirección establecida antes de que Milo indicara la ruta a seguir. Se agacharon detrás de otro árbol caído, intentando despistar al monstruo

—Pues yo no veo que llore mucho —observó Hyoga.

Un alarido más adelante seguido de un llanto dolido y espectral resonó entre los árboles. Milo arrugó las cejas mientras miraba a Hyoga, sin querer acusarlo de nada pero haciéndolo de todas maneras. El mago negro se encogió de un hombro.

Parte de la corteza del árbol tras el que se refugiaban explotó, llenándolo todo de astillas. Saltaron, intentando minimizar el daño del ataque y acabaron separados, Milo en el suelo y Hyoga de pie, contra uno de los árboles.
El mago sintió con un cosquilleo como se le erizaba el vello y lentamente miró hacia su izquierda. La llorona levantó el brazo hacia él, llamándolo con cacofonías tan disonantes como embelesadoras. Y se vio dando un paso hacia ella.

Una suave melodía de flautín le hizo parpadear.

—¿Qué? —preguntó Hyoga, parpadeando otra vez.

—¡Ven! —escuchó claramente la voz de la mujer a unos metros de él— ¡Ven a mí, niño! ¡Ven con mamá!

La mujer movía los brazos de forma seductora, atrayéndolo de nuevo. Pero el flautín distorsionó sus palabras, haciéndolas sonar otra vez repulsivas.
Hyoga se frotó los ojos y buscó la fuente de la música. Milo estaba en pie de nuevo, con los ojos cerrados y el instrumento presionado suavemente contra su labio inferior. Soplaba aire, dándole vida a la canción que interpretaba. Y la siguiente vez que Hyoga se frotó los ojos, unos cuantos árboles cayeron al suelo, apartados por las raíces de un molbol gigante.

El molbol abrió la boca, llenando el suelo de babas y arremetió contra la llorona, que chilló frustrada y se apartó a duras penas del ataque sorpresa. Los búhos mecánicos de Watari la empujaron lejos de Hyoga y Milo, hostigándola.

—¿Estáis bien? —preguntó el mechanic al llegar hasta ellos, poniéndose bien las gafas, sin querer girarse a mirar al monstruo y dejándole todo el trabajo a sus bots.

—Creo… creo que sí —logró decir Hyoga antes de sacudir la cabeza y llevarse la mano a la sien.

Afrodita llegó poco después y Milo cambió de canción y de habilidad, dándole más fuerza de ataque a los búhos mecánicos de Watari.

—Aún no es de noche y ya están saliendo las lloronas. Necesitamos salir de aquí pronto —decidió Afrodita mientras, detrás de él, su homúnculo conseguía dañar a la llorona con su aliento abrasivo.

El espectro estaba en el suelo reculando cuando, en un arrebato, salió disparada hacia el equipo, en concreto hacia Hyoga.
Milo, el único que estaba atento a los movimientos del monstruo, dejó de tocar para interceptar el ataque y la llorona lo atravesó en su forma fantasmal antes de estirar su mano hacia el mago negro.

El bardo boqueó por aire, los búhos le rodearon, intentando llegar hasta su objetivo, haciéndolo todo aún más confuso. Y cuando la zarpa, que ahora empezaba a volverse sólida, rozó el flequillo de Hyoga, una bufanda roja se enredó en su muñeca.
La dirección del monstruo cambió por completo, levantándose antes de ser estrellada contra el suelo y aplastada por un martillo de guerra.

—Pero bueno, me voy un momento y montáis una fiesta —se quejó Neko, viendo desaparecer a la llorona en una espiral de píxeles.

Yuzuriha recogió su bufanda de un tirón y la inspeccionó para comprobar que seguía intacta antes de enrollársela al cuello.

—¿Estás bien? —preguntó la bailarina a Hyoga, que miraba pálido el lugar donde había desaparecido la llorona.

—Yo sí. —Y señaló al frente con un dedo tembloroso—. Pero Milo…

Todos se giraron a mirar al bardo, que había caído de rodillas al suelo y tenía la mano en la garganta. Parecía luchar para hacer llegar oxígeno a sus pulmones.
Unos ojos rojos parpadearon entre los arbustos y el homúnculo de Afrodita fue el primero en llegar hasta Milo, agarrándolo de la cintura con sus raíces.

—¡Vámonos! —gritó Afrodita, trepándose al molbol mientras hacía señales a los demás de que siguieran su ejemplo— ¡La posada está cerca!

Watari enredó los agarradores de los tres carros en los tentáculos de Rose y se subió al suyo, agarrándose con pies y brazos. Yuzuriha saltó hasta donde el molbol había acomodado a Milo, observándolo de cerca. Hyoga estaba intentando seguir su ejemplo, mirando con preocupación a donde ponía los pies y las manos cuando se giró a mirar a Neko, que no se había movido de su lugar.

—¿No subes? —le preguntó, levantando una ceja y poniendo cara de asco mientras intentaba librarse de algo pegajoso con lo que se había pringado los dedos.

—¿Yo? No, hombre. Yo tengo otro método de transporte —la chica sonrió con demasiada confianza y poco después un baúl de peral sabio, salía trotando de detrás de un árbol—. ¡Eh, Equipaje!

El baúl abrió ligeramente la tapa, dejando entrever sendas hileras de dientes perfectos y una lengua rosada que se relamía los bordes de madera.

—¿Equipaje? Vaya nombre para un baúl —consiguió decir Watari antes de que el molbol se pusiera en marcha y le sacara un grito bastante indigno.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)

Para ser una posada estilo Tiki Bar, tenían de todo. Sí, las bebidas especiales eran las esperadas en un antro como ese, pero se podía pedir platos más típicos de otras zonas. Así que Milo estaba comiéndose su pastel de manzana —relleno de crema, gracias— después de haber disfrutado de un estofado de curry al que Watari le había estado haciendo caras durante toda la cena.

—¿Cómo te puedes comer algo tan caliente con el calor que hace?

—Es todo psicológico —le había respondido Milo, con la boca llena de comida.

Neko había pedido lo mismo.

Pese a su experiencia cercana a la muerte, Milo había tenido la suerte de salirse casi de rositas del incidente.
Que una llorona te atravesase así podía terminar de muchas formas y Milo parecía estar perfectamente. Salvo por unos pequeños cambios en su anatomía.

De momento nadie había comentado nada al respecto, estaban demasiado cansados, hambrientos y aliviados de que su compañero de party estuviera bien como para ir preocupándose de esos detalles.

Aunque a Afrodita ni le habían parecido pequeños ni le habían parecido detalles. Durante toda la cena no había podido evitar echar miraditas supuestamente discretas hacia Milo y sus nuevos…

—Pechos —dijo Neko mientras abrazaba a Milo desde atrás, con las manos en aquellos senos— ¿Por qué son más grandes que los míos?

Milo se encogió de hombros, chupándose la crema de un dedo.

—Ni idea.

—Estás muy guapa —entró Watari al trapo.

Milo se volvió a encoger de hombros.

—No me he visto en ningún espejo. ¿Estoy guapa? —le preguntó a Yuzuriha, que le asintió mientras se limpiaba los labios con una servilleta.

—Mucho —añadió Hyoga, dándole unas palmaditas dubitativas en el hombro.

—Gracias —sonrió Milo con los mofletes llenos de tarta.

Afrodita había dejado su actitud para mirar descaradamente hacia las diferencias en el cuerpo de Milo.

—Has tenido mucha suerte —dijo mientras acercaba un trozo de piña al molbol en miniatura que movía sus tentaculitos alegremente.

—Ya ves —contestó Milo antes de asentir y darle otro mordisco a la tarta, casi terminándola.

Gorjeó desde el fondo de la garganta mientras ponía los ojos en blanco, disfrutando del postre.

—Podías haberte muerto, haberte convertido en llorona, incluso podías haber respawneado en el río más cercano, junto a las cadáveres de los hijos de la llorona. Pero no, sólo tienes que pasar veinticuatro horas con ese cuerpo. Sin ningún tipo de penalty.

—¿Verdad? —volvió a asentir Milo, con el dorso de la mano contra los labios, aún con tarta en la boda.

Los demás empezaron a repartir las llaves de las habitaciones, habían alquilado tres y estaban discutiendo con dormiría con quien, aunque ni Milo ni Afrodita prestaban demasiado atención a la conversación de la mesa.

—Pareces… —empezó Luken— Muy cómoda con tu nuevo cuerpo.

Milo le miró y tragó despacio, bebiendo un poco de su agua después. Aunque estaba dándole el perfil al alquimista, le miraba desde debajo de las pestañas, con un sólo ojo.
Cuando terminó de beber ladeó la cabeza y se cruzó de brazos, poniéndolos debajo del pecho y levantándolo un poco, hombros hacia atrás.

—¿Por qué no debería? —le preguntó arrastrando las palabras, poniendo un tono un poco más grave— Estoy bien buena.

Afrodita parpadeó una sola vez, moviendo al homónculo en su regazo un poquito mientras se acomodaba mejor en la silla.

—Oh, vaya.

Se quedaron mirando un rato largo, estudiándose, hasta que Neko le dio con la llave en la cabeza a Milo.

—Vuestra llave.

—¿Qué? —preguntó Milo con sorpresa.

Los demás estaban ya casi en el acceso a las habitaciones. Los únicos que quedaban en la mesa eran ellos tres, Rose y Equipaje, que estaba ejercitando sus patitas saltando ligeramente y haciendo lo que se podían considerar para un baúl, sentadillas.
Neko rodó los ojos.

—Sí, claro. Haceos los tontos, pero… tengo ojos en la cara. Y sé como usarlos.

Neko levantó mucho las cejas antes de dejar caer la llave en la mesa y despedirse, correteando hacia el pasillo por el que había desaparecido el resto de Pet Rescue. Se paró en el marco, agarrándose a él antes de girarse para mirar a Luken y Afrodita.
Les dedicó una sonrisa llena de dientes y arruguitas en los ojos antes de desaparecer lentamente, con su baúl de peral sabio siguiéndole los talones. Literalmente.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on March 31, 2015, 02:23:00 PM
~+12~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)

—¿No echas de menos volver a casa?

—No realmente. —murmuró la chica.

—¿No? —volvió a preguntar el knight sorprendido.

—No...? Bueno, no sé. A lo mejor en algunas cosas un poco. —cedió Airin desde la litera de arriba— Mi habitación, mis trastos y mi cama llena de peluches. Pero salvo por eso, estoy mejor aquí.

Fíli y Kíli compartieron una mirada de reojo sin decir nada, y el moreno se acomodó mejor contra el hombro de su hermano.

—¿Pero no echas de menos a nadie? —insistió Kíli.

—Nah. Mi padre casi nunca está en casa, y las pocas veces que sí está tiene mejores cosas que hacer. Es casi como si no viviéramos en el mismo sitio. O juntos. —la chica titubeó unos segundos pensando cómo organizar sus palabras y prosiguió.— Tengo... un hermano mayor. De la edad de Fíli, más o menos.

Resguardado en la litera de abajo, Pip se quitó el parche para poder mirar con fijeza y dos ojos al par de chicos que actualmente residían en la cama doble.

—¿Está en el juego? —indagó el gunslinger sin quitar la vista de sus compañeros.

—Sep.

—Ahora mismo, quiero decir. —aclaró.

—Probablemente, no lo he buscado en la lista desde que cerraron las salidas. —Airin empezó a hacerse un nido a medida con la almohada y las mantas.— Tampoco me serviría de nada, me tiene bloqueada y no puedo contactar con él. Ni con sus amigos. Ni quiero.

Pip levantó las manos hacia arriba en un gesto como si estuviera recibiendo la iluminación del conocimiento divino y después se llevó ambos puños cerrados a la frente, donde amasó las arrugas que se le marcaban. El silencio que se hizo resultó un poco incómodo.

—¿Qué? —no es que se sintiera atacada, pero a Airin le daba la impresión de que estaba siendo psicoanalizada en contra de su voluntad.

Kíli estrujó un poco más el brazo de su hermano, y después se giró a mirar a la chica con cara de culpabilidad cachorril.

—Nada mujer, nada. Que... ¿me sabe mal por tí? Puedo prestarte a Fíli alguna vez si quieres, es un hermano mayor de diez, aunque a veces se pone de un pejiguero que no veas y no hay quien-Ouch! —Una patada nada sutil cortó su tirada de golpe, indignando al chico— ¡Fíli! ¡No seas así! Y yo que te estaba vendiendo tan bien.

Airin carraspeó una tosecilla divertida.

—Bueno, pues —sentenció Pip con su mejor voz de hombre adulto responsable,— no sé con qué tipo de gentuza te has estado juntando antes, pero aquí nada de eso, así que vé quitándote ideas tontas de la cabeza.

La chica se asomó un poquito por el borde de la litera de arriba.

—Nosotros cuidamos de los nuestros.

—...eso ya lo sé. —murmuró ella.

—Hace dos horas no lo sabías —dijo Kíli, elocuente como siempre.

—Hace dos horas no lo sabía —repitió Airin,— Pero ahora ya lo sé. Hace dos horas es hace dos horas, y ahora es ahora. Y mañana será mañana.

—¿Entonces dirás lo que se te pasa por la cabeza como las niñas grandes? —comentó Fíli con mordacidad.

—Hoy no es ese día, GoldenLion, y mañana probablemente tampoco. A lo mejor cuando rebajes tu agresividad pasiva. —Y nada más decir eso la pelirroja se cohibió y miró a sus compañeros desde sus alturas, calibrando el alcance de sus palabras.

—¡Ooooh! ¡Oh Fíli, te han pillado! —el arquero reía apoyado sobre su hermano, que boqueaba como un pez ultrajado.

Pip se acomodó en su cama y resopló con la mirada perdida en la oscuridad no demasiado infinita de la cabaña.

—Pues yo lo que sí echo muchísimo de menos es poder dormir en pelotas.




Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on March 31, 2015, 03:49:50 PM
Pues esto es lemon :v Ya saben, no apto para menores, tapense los ojitos.





37. Desequípate

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

A Luken le había dado tiempo a dejar a Rose encima de un taburete acolchado en la salita que había nada más entrar al cuarto y clicar el comando dormir antes de que Milo se asaltara.
Las manos del bardo se apretaron contra la parte baja de su espalda, subiendo hasta sus hombros frotando y luego un poco más, hasta agarrar la cabeza del alquimista con las manos abiertas.
Le echó la cabeza hacia atrás y se pegó a su cuerpo, acariciando con los dientes la oreja más cercana de inmediato.

—Ansias —le dijo Luken antes de librarse de sus manos para girarse como bien pudo.

Él no se esperaba que Milo fuera a por ello de forma tan directo. Y menos con un cuerpo al que no estaba acostumbrado. Así que cuando Milo volvió a agarrarle de las mejillas y estiró para besarle con ganas, Afrodita se sobresaltó, pero no tardó en responderle.

Los besos empezaron hambrientos y continuaron apretados por un buen rato. Luken llevó sus manos a la cintura de Milo,  sintiéndola extrañamente pequeña. Frotó sus costados mientras dejaba que Milo dictase la coreografía que bailaban sus labios.

Milo besaba bien y era fácil dejarse llevar. Alguna vez, Luken había tenido el pensamiento pasajero de descubrir cómo besaba, pero la perspectiva de compartir cama con un hombre le hacía arrugar la nariz.
Ahora, sin embargo…

Luken apretó sus brazos alrededor del cuerpo de Milo, sintiéndolo redondeaba y la levantó a peso.

—¡Hmmm! —se quejó Milo mientras soltaba la lengua de Luken, pero sin separar los labios de ambos en ningún momento.

Incluso levantó los pies del suelo y se agarró mejor al cuello de Luken, haciéndole sonreír en medio del beso.

—No delante de la niña —murmuró Luken, antes de echar un vistazo hacia Rose.

Milo rodó los ojos antes de dedicarse a darle besos en la mejilla a Luken hasta que llegaron a la cama doble que había en la siguiente habitación.
Luken echó a Milo en la cama sin contemplaciones, pero ella no pareció quejarse demasiado, rebotando contra el colchón antes de soplarse un mechón rebelde que se le había quedado cruzado sobre la nariz.

Inmediatamente empezó a intentar quitarse una de las botas. Luken, por su parte, levantó una ceja antes de desequiparse por completo con un par de clics en la omnitool.
Milo apretó los labios, entrompándolos.

—No eres divertido, yo te quería quitar la ropa —se quejó, aunque aún así no detuvo la mirada evaluadora que estaba echándole a Luken.

—¿Importa mucho? —preguntó el alquimista antes de poner una rodilla en los pies de la cama y dejarse caer sobre las palmas, a los lados de las rodillas de Milo.

Dio un beso en una rodilla y después le sonrió de costado.

—Desequípate —ordenó Afrodita, con un tono grave y la mirada oscurecida por el deseo.

Milo tragó saliva, notando un calorcillo encima de la nariz. Dos segundos después, toda su ropa había desaparecido en un remolino de píxeles dorados. Milo sonrió, un poco demasiado forzado, encogiéndose un poco de hombros.
Y Afrodita echó atrás la cabeza antes de soltar una carcajada. Volvió a besar la misma rodilla, ahora desnuda.

Abrió las piernas de Milo con una mano y después se dejó caer entre ellas, volviendo a tomar sus labios en un beso tras otro.
Milo ronroneó bajo su peso, entrelazando los dedos con el pelo azul claro de Afrodita.

Luken movió una de sus manos, buscando un pecho y lo masajeó un poco antes de rozar el pezón con el pulgar. Bajó un poco la cabeza para chuparlo, estirando con los labios un poquito antes de fijar su mirada en la de Milo.

¿Milo se sentiría agusto con todo esto?, se preguntaba Afrodita, con dudas repentinas.

Pero en la expresión de Milo no había nada más que placer, igual que en el lenguaje relajado de su cuerpo. Afrodita sonrió cruel, agarrando el otro pecho con la mano libre.

—¿Te gusta esto? ¿Te gusta que juegue con tus pezones? —le preguntó mientras los apretaba un poco para seguidamente dejar una lamida entre sus pechos.

Mordisqueó la barbilla de Milo, que sólo le respondió con gorgoritos antes de morderse el labio.
Estuvo abusando de sus pechos un poco más, antes de que Milo tomara aire y bajara la mano hasta rozar con las yemas el pene de Luken.
Afrodita rechinó los dientes y se reposicionó para que Milo llegase mejor por allá abajo. Ella tanteó un poco antes de agarrarlo con toda la mano, sacudiendo y frotando con fuerza desde el principio.

—Parece grande… —murmuró Milo, revolviendo el pelo de Luken con la mano libre.

Afrodita se hinchó un poco más, besando el cuello de Milo.

—Eso y que ahora tienes las manos más pequeñas.

Milo se rió un poco, negando un poco con la cabeza al ver que Afrodita no quería perder la oportunidad de meterse con ella pero tampoco quería renunciar al cumplido. Así que como venganza apretó con sus dedos alargados y finos.
Luken siseó y Milo se rió un poco más, aunque ahora sus risitas estaban cargadas de travesura.

Luken bajó las manos también, buscando el culo de Milo, que agarró con fuerza. Milo chilló antes de que Luken les diera la vuelta a los dos en la cama.
En la nueva posición, Milo terminó por sentarse encima de Afrodita, envuelta en su pelo rubio, largo y revuelto.

Luken se tomó unos segundos antes de acabar de acomodarse y cuando miró hacia arriba, Milo estaba mordiéndose el labio inferior y enroscándose un mechón de pelo con el índice de la mano izquierda.

Luken levantó una ceja y le dio un empujón con la cadera. Milo se quejó, pero consiguió conservar el equilibrio. Los dos se miraron con los ojos entrecerrados por un momento antes de que Luken dibujara una sonrisita complacida en su rostro y empezase a levantar la cadera rítmicamente.
Milo estuvo a punto de caer varias veces, pero después de un par de gritos sorprendidos, encontró el movimiento adecuado para mantenerse sentada, ondulando su cuerpo sobre el de Afrodita y cabalgando con facilidad.

Una vez que Luken vio que no podía tirarla, decidió bajar el ritmo, cambiando sus movimientos a unos más suaves. Milo aprovechó el momento para apartarse el flequillo de la cara y después se frotó contra el hombre entre sus piernas.

—Estás húmeda —dijo Afrodita, notando el calor de Milo casi donde lo quería.

—Ya…

Luken fue bajando el ritmo un poco más, agarrando a Milo de los muslos y acarició el vello rizado en el pubis con un pulgar.

—¿Tú crees qué… podríamos?

Afrodita frunció las cejas, sin saber como pedirle a Milo lo que quería hacer, aunque ella ya lo sabía demasiado bien. Milo rodó los ojos.

—Pues claro —respondió a la pregunta incompleta.

Afrodita frotó un poco los muslos de Milo, dejando de mover la pelvis.

—Pero, ¿no es raro? —continuó Afrodita, echándole un vistazo general para dar a entender a lo que se refería.

Milo se encogió de hombros y Luken torció el morro. Al final volvió a acariciar el vello de Milo antes de hundir el pulgar entre los rizos, buscando su clítoris. No tardó en encontrarlo, apretándolo con la suficiente como para hacer tomar aire entre los dientes a Milo, pero sin hacer daño como tal.

—¿Qué tal esto? —preguntó Luken, levantando una ceja mientras empezaba a mover el pulgar en círculos.

—Oh, por dios… —murmuró Milo antes de apretar bien los párpados.

—¿Tanto? —curioseó Afrodita, mirando de su pulgar hacia la cara de Milo.

Ella empezó a frotarse contra él y al poco se dejó caer sobre Luken, murmurando cosas ininteligibles sobre el pecho del alquimista.
Unos minutos después, cuando Luken estaba empezando a pensar que tal vez jugar con sus dedos un poco más abajo era una opción, Milo se sentó de repente, quitando las manos de Luken de encima suya y agarrando su pene.

—Ya basta.

Se elevó un poco más sobre las rodillas y maniobró el miembro de Luken para apuntarlo a su entrada.

—¿¡Así, sin más!? —preguntó Afrodita, escandalizado.

Milo rodó los ojos otra vez, probando a bajar un poquito sobre él, pero sin llegar a hacer nada más que abrir un poquito el anillo de su vagina.

—Estoy tan mojada que podía parir un niño sin enterarme.

Afrodita se atragantó con su saliva cuando intentó reírse. Siguió riéndose aún así, acabando por llenar sus pulmones de aire a la máxima capacidad cuando los músculos calientes y húmedos de Milo lo atraparon como una trampa bien engrasada.

Milo se sentó poco a poco sobre Afrodita, quedándose ahí durante un momento, antes de mover la cadera suavemente de lado a lado, con una sonrisa de satisfacción.
Echó los brazos hacia atrás, arqueando la columna. Afrodita levantó las rodillas, dándole un lugar donde apoyar las manos. Y ella empezó a moverse poco a poco. Sus pechos caían suavemente a los lados y él no pudo detenerse cuando estiró las manos para apretarlos, atrapando los pezones entre sus dedos.

Dejaron que los minutos pasaran con una cadencia lenta y continuada, buscando que sus cuerpos se conocieran el uno al otro, que se acostumbraran a la forma en la que encajaban. Tan, tan bien…

Milo se echó la mano entre las piernas, frotándose mientras se movían para entrar y salir cada vez un poquito más.

—Que bonita estás… —murmuró Afrodita, arañando su muslo a lo que Milo respondió con un gemido quedo— Seguro que en cuatro también estás preciosa.

Milo abrió los ojos, parpadeando antes de mirar a Afrodita a los ojos, parando todo movimiento. Después miró al techo y cuando el alquimista estaba empezando a pensar que tal vez había fastidiado la noche, ella asintió, levantándose y dándose la vuelta.
Se apartó el pelo a un lado y se giró a mirara a Luken.

—¿A qué esperas? —le preguntó.

Y a Luken le faltó tiempo para tirarla a la cama de nuevo, esta vez boca abajo y agarrarla de la cadera para levantarle el culo. Milo se rió de buena gana con todos los movimientos y le ayudó a ponerse exactamente como necesitaba.

No tardaron en retomar la escena donde la habían dejado. Luken quería introducirse poco a poco, pero Milo parecía que quería absorberlo.

—¿Eso.. es.. todo lo que sabes hacer? —preguntó Milo cuando Luken empezaba a coger ritmo.

Segundos después, los dos estaban jadeando mientras Luken se movía con fuerza detrás de Milo. Ella dejó caer el pelo de su torso sobre sus hombros, ladeando la cabeza mientras alargaba la mano para darse placer. Y él acabó por hacer lo mismo, no sin antes tomar un buen último vistazo a la curva sudada de la espalda de Milo, con el culo levantado y su pene entrando y saliendo de su cuerpo.

Besó la cabeza de Milo y hociqueó en su cabello, jugando con sus pezones con muchos menos miramientos que antes.

—¡Más! —gritó Milo en algún momento.

—¿Más qué, mujer? —replicó Luken, aunque aumentó un poquito el ritmo.

—¡No sé! ¡Algo! ¡Más! —se quejó Milo, intentando juntar un poco las rodillas para tener mejor ángulo.

Afrodita salió casi del todo, esperando un par de segundos antes de volver a entrar tan adentro que dejó a Milo sin aire.
Repitió varias veces la misma acción, antes de simplemente dejarse llevar con salvajismo. Esta vez Milo gimió, alargando la mano libre para arañar uno de los muslos de Afrodita.
Poco después, las convulsiones del interior de Milo le dijeron a Afrodita que, en efectivo, ese gritito agudo y continuado de Milo significaba que se estaba corriendo.
Luken no tardó mucho en seguirla, con el orgullo de haber conseguido hacer que ella llegara al orgasmo y toda la estimulación física y hormonal que estaba recibiendo por todas partes.

Minutos después, los dos yacían boca abajo, uno encima de la otra. Sudados y cansados. Más que satisfechos.
Milo movió una pierna para llamar la atención de Afrodita.

—Eh —le dijo.

—¿Hmn? —preguntó Luken.

—No te vas a dormir con eso ahí dentro —le aclaró, aunque sólo consiguió que Afrodita se riera con ganas—. Lo digo en serio. Sal de ahí. Epa, arreando.

Afrodita siguió riéndose un buen rato y Milo azuzándole para que se diera prisa en levantarse antes de que ninguno de los dos moviera un músculo en esa dirección.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on April 07, 2015, 02:37:38 PM
Bye, bye, desierto :v I won't miss you


Capítulo 16: Scorching sun: Deudas por saldar


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Aerith_zpsa832f1b0.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Raistlins_zps05e58d48.jpg)

                   
—Es información confidencial.

Las tres chicas del grupo se miraron entre ellas con diversos grados de escepticismo y sospecha. La Cleric observaba a Ulquiorra con cierta incomprensión inocente, pero la mirada en penumbra del Elementalist daba miedo.

—¿Qué quieres decir con eso?

—No esto autorizado a divulgar esa información. —Distintas palabras, tan cortantes como las primeras, y con el mismo mensaje al fin y al cabo. Con un gesto que no llegó a ser brusco pero sí firme, se liberó del agarre del otro y se alejó, dando el asunto por zanjado.

Fue hacia el cadáver del monstruo, que se había ido disolviendo entre lucecitas y polvo de arena, inspeccionándolo. El Elementalist se quedó allí, observándole fijamente en un silencio tenso desde la cima de la duna. Entonces, la Cleric se puso a su lado y le dio un apretón suave en el brazo. Él desvió la mirada hacia ella, que negó con la cabeza. Estuvieron un rato así, teniendo una conversación muda, y luego él miró al resto de chicas.

Shruikan se encogió de hombros.

—A nosotras no nos mires, estamos igual.

La pareció oír un suspiro que emergía del fondo de la capucha. El Elementalist volvió a mirar a Ulquiorra, que se había arrodillado en el suelo, trasteando algo con su Omnitool. El monstruo había terminado de desaparecer, sin dejar nada tras de sí.

Entonces, la Cleric se acercó un poco a ellas, gesticulando animadamente con las manos antes de llevarse una de ellas al pecho.

—Bueno, ahora que ya no estamos en peligro, creo ya podemos presentarnos como se debe; yo soy Aerith, y él es Raistlin. Un placer —terminó, señalando al otro.

—Shruikan —dijo la Samurai, señalándose a si misma —, o Saru, si lo prefieres. Ellas son Sheba, LegendaryQueen, y Seras, Ms.GoodCop —las apuntó con el dedo, a un lado cada una. Luego, antes de que se olvidara, movió el dedo hacia el Alchemist que volvía a acercarse hacia ellos —. Y ese de ahí es Ulquiorra.

—Uy, todas con nombres con S, que divertido —comentó Aerith, llevándose un par de dedos a la barbilla.

—Muchas gracias por habernos ayudado —dijo Seras, con algo de timidez. La otra ladeó un poco el rostro y mostró una sonrisa afable.

—No ha sido nada. Me alegro de que estéis bien.

—Os lo tendremos que compensar de algún modo, supongo —habló Sheba—, aunque no sé si tenemos algo que os pudiera ser útil.

—Se les podría pagar con esto —dijo la voz de Ulquiorra, que ya les había alcanzado. En la mano sostenía un objeto esférico muy familiar.

—¿Eso es nuestra Semilla...? —preguntó Shruikan, abriendo mucho los ojos.

—Sí —respondió el otro, simple y llanamente.

—P-Pero... ¿por qué tienes tú la Semilla? ¡No puedes darles la Semilla! —Su voz salió casi una octava más alta de lo normal. Ulquiorra era inmune al cambio de volumen.

—Naoya me la dio después de que se la dierais a él —explicó. Mientras, Shruikan se le había echado encima y trataba de arrebatársela, aunque Ulquiorra tenía suficiente con alzar el brazo para dejarla fuera de su alcance.

—¿Y por qué no les dejamos todo el drop? —propuso la Novice, un poco preocupada que la disputa llegase a mayores, aunque nadie más pareciera compartir sus inquietudes.

—No hay drop —intervino entonces el Elementalist, Raistlin. Señaló al Alchemist con un ligero gesto de cabeza —. Es lo que has ido a comprobar antes, ¿verdad? ¿También es cosa tuya?

—Probablemente —le respondió él —. No estaba previsto.

Raistlin gruñó algo mientras las chicas intercambiaban algunas miradas y murmullos de “¿no hay drop?”. Siempre atenta, Sheba detuvo a Shruikan antes de que le hiciera un placaje al Alchemist y le tirara al suelo de un golpe.

—¡No les des mi Semilaaaaaaa!

—No hace falta que nos deis nada, de verdad —dijo Aerith, alzando las manos pidiendo calma —. Hemos ayudado porque hemos querido, no por ninguna recompensa.

Miró a su compañero en busca de apoyo, aunque no pareció encontrar mucho allí.

Entonces escucharon un grito, y a lo lejos aparecieron un par de figuras que se acercaban a través de las dunas, una con ropajes rojos, la otra con una armadura de metal oscuro.

—¡Es Fenris!

El Knight se acercaba, batallando con la arena bajo sus pies que amenazaba con meterse dentro de sus botas, y seguido de una mujer de cabello oscuro bajo un sombrero de ala ancha y de piel tostada que no conocían, toda vestida de rojo.

—¿Se puede saber por qué has tardado tanto? —le gritó Shruikan, con las manos a ambos lados de la boca para hacer bocina —. ¡Llegas tarde y nos hemos cargado al monstruo sin ti, burro!

Fenris le hizo lo que parecía un gesto obsceno con la mano desde lejos, y la mujer a su lado se rió.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Astarothhhh_zpsbqe6kkpi.png)

—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó el Knight cuando estuvo más cerca, saludando a los desconocidos con una ligera inclinación de cabeza y una mirada cauta.

—Hemos encontrado al monstruo y le hemos matado. Era un mal bicho y merecía morir. Y nos han ayudado un poco —explicó Shruikan, señalando al otro par —. ¿Pero y tú qué, dónde te habías metido? ¿Y quién es ella?

La mujer de rojo les saludó con la mano. Se hicieron las presentaciones pertinentes entre los miembros del grupo, desconocidos e invitados, y hubo un breve instante silencioso de reconocimiento general.

—¿Te ha dado problemas? —preguntó entonces la Samurai a la Red Mage —. Fenris es especialista en dar problemas, el chico es un caso perdido.

Él le dio un codazo.

—Ya vale, ¿no?

Astaroth volvió a reirse.

—Ya me he dado cuenta. Pero está bien, cada cual tiene sus encantos.

Fenris desvió la mirada, agachando la cabeza, visiblemente azorado y sin ganas de convertirse en el centro de la conversación. Astaroth le sonrió de lado y luego se llevó la mano al ala del sombrero en un ademán galante.

—Sea como sea, estoy fuera de las Grutas gracias a vuestro amigo. Estamos en deuda. —Fenris gruñó algo después de oír eso —. Así pues, seguiré con mi camino, pero antes me gustaría pediros algo.

Su rostro se había vuelto serio de forma tan abrupta que incluso a Aerith y Raistlin les llamó la atención.

—Si alguna vez os encontráis con una Time Mage llamada Handmaid, túnica roja, cabello negro y muy largo... vosotros no me conocéis, ¿entendido?

Había un deje casi imperceptible de miedo en su voz, y era extraño porque no parecía una mujer fácilmente intimidable. Fenris podía dar fe de ello.

—Está bien —dijo Sheba, despacio, hablando por todos ellos —, pero... ¿puedo preguntar por qué?

Astaroth frunció el ceño y negó suavemente con la cabeza, sacudiendo sus cabellos ondulados.

—Es un asunto personal.

La Black Mage no dijo nada y terminó haciendo un gesto con la mano, señalando que no iba a insistir. La otra pareció relajarse entonces y suspiró.

—Gracias. Ahora sí, me voy. Os deseo suerte.

Le dedicó una última inclinación de cabeza a Fenris antes de empezar a andar. Los otros la observaron alejarse.

—Parece maja —comentó la Samurai. Luego se giró hacia Fenris —. ¿Y qué pasó exactamente en esa gruta, dices?

Fenris gruñó de exasperación, resistiendo el impulso de tirarse de los pelos.

—Vamos a no hablar de ello, ¿vale?
—Bueno, bueno, como quieras —dijo la otra, aunque en su expresión había escrito un “ya verás más tarde”.

Aerith rió, llevándose un dedo a los labios, aunque entonces el Elementalist le llamó la atención.

—Nosotros también deberíamos irnos, Aerith.

—¿Os vais? —exclamó Sheba —. ¿Seguro que no os debemos nada, ni siquiera que os acompañemos a la ciudad y os paguemos algo...? —insistió, como si le supiera mal que se fueran sin nada.

Shruikan le chistó disimuladamente, no fueran a insistir con eso de darles la Semilla del Guardián Corrupto.

—No, no, de verdad —negó la Cleric —. Se agradece, aunque Raist tiene razón. Creo que ya le he forzado más de la cuenta por hoy —añadió, bajito. El otro no dio señales de haberla oído.

Se despidieron pues, con más efusividad de la que cabría esperar, y partieron. El Elementalist le dirigió una última mirada de soslayo a Ulquiorra, intensa, antes de dar media vuelta.

—Parecen buena gente —comentó Fenris, cuando estaban un poco más lejos y sus siluetas se recortaban contra el color dorado de la arena.

—Eran majos —concedió Shruikan.

—Sí, y estamos en deuda con ellos —suspiró la Black Mage, llevándose una mano a la frente —. Por eso no quería que se fueran sin nada.

—Los actos de caridad se consideran una señal de persona respetable —intervino entonces Ulquiorra, sin venir a cuento.

—Tú calla que esto es culpa tuya —le espetó Shruikan. Ulquiorra parpadeó.

—Eso es una falsa acusación.

—¡No puedo creerme que quisieras darles nuestra Semilla!

—Era un pago justo.

Sheba pego el grito al cielo.

—¡Ya basta! —Suspiró pesadamente —. No se vosotros pero yo estoy hasta las narices de este desierto. Tengo calor, esto sudada y la arena se me ha metido por todos sitios, así que vamos y con suerte llegaremos a Sin City antes de que anochezca. ¡Y no quiero excusas!

No tuvo que insistir mucho para que ellos también iniciaran su camino, con una sensación de victoria no demasiado dulce. Les habían derrotado en muchos sentidos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on April 12, 2015, 06:13:34 PM
Thing got suddenly serious :v


Capítulo 17: Wechselbalg


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Naoyins_zps53e43403.jpg)


—Vaya, así que habéis vuelto de una pieza. Sorprendente.

Así les recibió Naoya a su regreso a Sin City. El crepúsculo les había alcanzado de camino, pero una vez llegaron a la ciudad se dieron cuenta de que allí no había mucha diferencia entre día y noche. El cielo siempre estaba oscuro y seguía lloviendo. Parecía que pudiera llover para siempre.

—Sí, ya hemos cumplido con tu encargo —dijo Shruikan, dejándose caer en el mismo asiento de cuero rojo de hacía unas horas. Sebastian, el barman NPC, estaba entretenido jugando a los dardos. —¿Nos dirás ahora de que iba todo este asunto o sigue siendo “información confidencial”?

Naoya soltó una risita ante el tono cínico de sus últimas palabras y miró al Alchemist a su lado con sus ojos afilados.

—Se lo habéis preguntado a Ulquiorra, ¿eh? —Entrelazó los dedos de ambas manos, apoyando después la barbilla sobre ellos —. Está bien. Será vuestra recompensa por haber hecho mejor trabajo del que esperaba.

—No querías la drop, ¿verdad? Porque no había drop. —Después, la Samurai entrecerró los ojos, dejándose llevar por una certeza intuitiva, y le acusó —: Tú sabías que no habría drop.

—Qué creías que haríamos? —preguntó Fenris casi a la vez, quedándose de pie como la vez anterior.

—Sinceramente, con el poco nivel que tenéis estaba seguro que al menos un par de vosotros ibáis a morir —confesó.

Nadie le dijo que la razón por la que habían sobrevivido todos era porque habían recibido ayuda inesperada. Ni siquiera Ulquiorra.

—¿Así que nos habías enviado allí a morir? —preguntó Seras con un tono acusador nada habitual.

Naoya hizo un gesto de desdén, como si se tratase de un detalle sin importancia.

—Me interesan los resultados, y utilizo lo que más me convenga para obtenerlos —declaró —. Y sí, como vuestra compañera ha dicho, no me interesaba la drop y estaba bastante seguro de que no iba a haber. Lo que me interesaba es esto.

Le levantó la mano a Ulquiorra, agarrándole de la muñeca, mostrando el anillo que llevaba en el dedo y que aún relucía con una luz naranja.

—Esto es el fruto de mi trabajo. Yo lo cree, yo le di su función, y vuestra tarea sólo consistía en comprobar que funcionase correctamente. Y por lo que veo, sí lo hizo —añadió, observando el accesorio con aire experto.

—Tú... ¿lo creaste? —preguntó Sheba, segura de que algo en esa declaración se le escapaba —. Pero, ¿cómo? Estoy segura que ningún objeto que se pueda fabricar dentro del juego permite matar automáticamente a un monstruo así, menos un mini-boss.

—Tú lo has dicho —sonrió Naoya —. No lo he fabricado por métodos convencionales. Lo he concebido desde su idea inicial al cuerpo físico que es ahora, yo le he dado existencia y forma desde que no era más que un montón de datos.

—Eres programador —concluyó Seras, con la desconfianza pintada en el rostro.

—Eres un pirata —fue lo que interpretó Fenris de esas palabras.

—Pirata no suena tan bien ni tan respetable como hacker profesional. —Naoya no parecía nada preocupado esas acusaciones ni por delatarse —. Escribo y altero códigos a cambio de dinero. Por eso estoy aquí.

—¿Estabas tratando de piratear Neverland? —exclamó Shruikan, con los brazos cruzados sobre el pecho, incrédula —. No parece que te haya salido muy bien el negocio si has quedado encerrado como el resto.

—Al contrario. Me lo hace todo más sencillo. —Naoya sonrió con entusiasmo. Era una sonrisa sincera y cruel —. Es como tratar de operar el corazón de alguien desde dentro. De esa forma tienes acceso directo a la zona que quieres tratar, pero por métodos convencionales primero hay que cortar la carne, serrar los huesos, evitar dañar los pulmones. Cuando sabes como hacerlo, es fácil. No hay barreras.

Nadie dijo nada sobre la macabra comparación.

—¿Y el GM va a dejar que le trastees el juego por las buenas?

—Claro que no —respondió, como si la pregunta fuera ridícula —. Hay cosas que ni siquiera yo puedo tocar, o la estabilidad de todo este mundo virtual correría peligro. Deben ser cosas pequeñas, puntos concretos que aprovechar. Puede parecer poco, pero es suficiente. —Señaló de nuevo al anillo —. Esto sólo era una prueba. Ahora que sé que puedo alterar cosas desde aquí dentro, será todo mucho más interesante.

—Eres consciente de que eso no es del todo legal, ¿verdad? —recriminó Sheba.

—¿Y quién va a detenerme aquí dentro? —fue su respuesta.

Le hizo un gesto a Ulquiorra, que se quitó el anillo y lo dejó sobre la mesa.

—Podéis quedároslo. Consideradlo un extra al pago por el trabajo bien hecho, además del dinero que acordamos. Al derrotar un monstruo con la habilidad activa del anillo, éste os concederá un buff temporal dependiendo de la criatura que fuera.

Mientras hablaba, cuatro pares de ojos estaban fijos en el objeto reluciente. Nadie se atrevió a cogerlo.

—Y además, me gustaría ofreceros otra cosa —siguió él, sin que le importasen las expresiones inquietas de los otros —. ¿Qué os parecería seguir trabajando para mí? A cambio os daría más objetos.

Naoya ladeó la cabeza, esperando una respuesta. Los otros se miraron entre ellos.

—Yo digo que no —fue la respuesta rotunda de Seras.
—¿Cuáles son las condiciones? —dijo Shruikan, más seria que de costumbre —. Siempre hay condiciones.

Naoya rió de forma corta.

—Bien. Mis condiciones son que Ulquiorra irá con vosotros para poder ponerme en contacto con vosotros para que hagáis algo por mí. No tengo mucha paciencia, así que quiero rapidez. A parte de eso, podréis seguir jugando con normalidad y como os plazca, y si alguna vez tenéis alguna petición... es posible que os haga algún favor. No es un mal trato, ¿verdad?

—¿Puedes hacernos más fuertes? —dijo entonces Fenris, aunque se notó en su cara que se arrepentía de haber abierto la boca inmediatamente después de decir aquellas palabras.

Naoya le dirigió una mirada divertida.

—No puedo cambiar los stats de los jugadores como me plazca, ni añadir sumas exorbitadas a según qué parámetros. Si puedo haceros más fuertes... eso dependerá de vosotros.

Hubo unos instantes de silencio.

—Yo digo sí —fue la decisión de Fenris.

—¡No! —exclamó Seras casi desesperadamente.

—Yo también acepto —dijo Shruikan —. Pero quiero dejar algo muy claro: si alguna vez llega un punto en el que rompes nuestro trato e intentas algo raro con nosotros, juro que te mataré.

Lejos de ofenderse, Naoya levantó la barbilla, mostrando una sonrisa de prepotencia frente al desafío.

—Me encantará ver como lo intentáis.

- - -

Al haber ya anochecido, Naoya les ofreció pasar allí la noche. Ulquiorra les guió hacia la trastienda, donde había unas escaleras. Los peldaños que bajaban se perdían tras la lúgubre y oxidada puerta que daba al sótano; los que subían se alzaban varios metros hacia arriba en un recorrido estrecho y pobremente iluminando. La pintura estaba resquebrajada en las paredes, y se caía con el más mínimo roce. La barandilla de metal rechinaba al apoyar el peso en ella.

Dos pisos más arriba, había un pasillo con puertas a ambos lados que parecían dar a habitaciones o pequeños apartamentos, similar al aspecto de un hotel. Un hotel viejo y decadente. Las puertas estaba pintadas de un azul desteñido. Había una ventana al final del pasillo por la que a duras penas entraba luz y el agua de lluvia se acumulaba en regueros sobre su cristal sucio.

Seras fue la primera en retirarse sin decir nada, aunque la decepción era claramente visible en su rostro. Fenris hizo más de lo mismo, tan serio que daba miedo. Al (por una vez) tener disponibles más de una habitación para todos, cada uno desapareció tras una puerta distinta. En el pasillo se quedaron Shruikan, Sheba y Ulquiorra.

—No has dicho nada —comentó la Samurai cuando la otra ya cerraba la mano alrededor del pomo de una puerta.

Sheba suspiró y giró la cabeza para dedicarle una mirada cansada.

—¿Qué querías que dijera? ¿Que esto es una locura, que nunca deberíamos haber venido aquí? —Su tono reflejaba sus amargas palabras —. Esto de acuerdo con Seras: esto ha sido un error. No creo que estemos seguras bajo la sombra de ese hombre, Shrui. No es de fiar y nos utilizará como si no valiéramos nada, pero... —añadió, más bajo para que Ulquiorra no pudiera escucharla —, pero creo que podemos utilizarle nosotras también. Aprovecharnos de sus favores hasta que podamos dejarle atrás.

Abrió la puerta, pero antes de atravesarla, se giró para soltarle un último comentario a su amiga.

—Sabes, cuando has dicho que ibas a matarle, te he creído.

—Pues claro —confirmó Shruikan, sin ápice de duda —. Lo decía muy en serio.

—Bien. —Los ojos de Sheba chispearon —. Porque cuando suceda, quiero estar ahí también para romperle los huesos.

Se despidió, y la Samurai se quedó sola... Aunque no del todo, recordó, cuando ya iba a entrar en su propia habitación. Al final del pasillo, delante de la escalera, Ulquiorra la miraba de forma penetrante, y sus ojos tenían cierto brillo verdoso propio que, junto al lugar en el que estaban, le daba un toque siniestro a toda la escena. Su expresión era la misma de siempre, aunque tenía las manos cerradas en puños, como si estuviera conteniéndose de algo.

—¿Qué? —le llamó la atención ella, sinceramente incómoda. No sabía que los ojos del otro pudieran hacer eso. ¿Sería una skin de pago?

—Tengo una pregunta —confesó él. Shruikan comprendió tras un par de segundos que le estaba pidiendo permiso.

—Dime.

—¿Por qué habéis aceptado? —empezó. Y como un torrente, siguió —: Es evidente que a ninguno de vosotros os satisface el trato a pesar de que, como Naoya ha dicho, no es un mal acuerdo teniendo en cuenta lo que podéis ganar. Sentís desagrado por él y por mí. ¿Por qué aceptar entonces bajo condiciones que os parecen desfavorables? No es lógico.

Shruikan parpadeó, sinceramente sorprendida. Aunque el tono de Ulquiorra había sido el mismo de siempre, había cierto aire de honesta confusión en sus palabras. O quizás se lo había imaginado. Pero lo cierto es que en lo que llevaban conociéndose, no le había parecido alguien lo suficientemente empático como para plantearse esa clase de preguntas sobre los demás.

—Dicen que a veces hay que rechazar el sentido común para hacer posible lo imposible —fue la respuesta que se escapó de sus labios sin que pudiera controlarlos. Luego añadió —: lo cierto es que creo que, si podemos aprovecharnos de lo que hace Naoya, sería una ventaja para nosotros mientras estemos encerrados aquí dentro. Él... quizá no puede romperlas, pero puede moldear las reglas, con él podríamos derrotar al GM en su propio juego. Es lo que he pensado.

Ulquiorra se mantuvo en silencio, rumiando su respuesta, antes de musitar un escueto “entiendo”. El desinteresado comentario, después de todo lo dicho, la desconcertó.

—Eres muy rarito, ¿lo sabías? Pero no eres tan imbécil como Naoya. No eres tan desagradable. —Ulquiorra no se inmutó ante el cumplido. Shruikan iba a entrar a su cuarto, pero dejó ir una ultima cosa antes —: Por cierto. Ya que vamos a estar juntos a partir de ahora, que sepas que no hace falta que pidas permiso para preguntar cosas. Somos un grupo democrático libre.

“Aunque ya no tanto”, pensó una parte de ella con cierta amargura. El Alchemist aceptó sus palabras con una inclinación de cabeza y descendió escaleras abajo, silencioso como una sombra.

Shruikan se quedó sola. Tenía muchas cosas en las que pensar.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on April 19, 2015, 02:03:46 PM
Volvemos a la base de la Guild, señores :v turú!





38. No decías lo mismo la otra noche

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/luken2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png)

—¡Hasta luego! —gritó Milo mientras sacudía la mano en alto.

Afrodita movía sus dedos largos como respuesta, mientras Rose serpenteaba sus raíces y sacaba la lengua entre sus dientes afilados, haciendo gorgoritos en los brazos de su creador.

—¡Qué os vaya bien!

Anir sacó la cabeza por la ventana del jeep para gritarle a Milo.

—¡Entra ya al coche!

—¡Vale! —canturreó el bardo antes de apretujarse en el asiento trasero con Yuzuriha y Hyoga.

—No sabía que se llevaban tan bien, parecen buenos amigos —murmuró Watari a Neko, refiriéndose a Milo y Afrodita, mientras ella le daba al claxon un par de veces como despedida y emprendía la marcha en jeep hacia Amatsu.

—Será eso —respondió ella, dándole vueltas al volante.

El automóvil se bamboleó un poco, levantando algo de polvo antes de entrar en el camino.
Neko se puso las gafas de sol y Watari dejó de acariciar uno de los búhos mecánicos que tenía en el regazo para empezar su mantenimiento. En la parte de atrás, Milo charlaba animadamente con Hyoga, dándole a elegir algunas canciones de su reparto para amenizar el viaje y Yuzu contemplaba la jungla apoyada en el cuadro de la ventana.

Volvían a casa y todo había ido bien. Tal vez, demasiado bien.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/watari2.png)

Antes de atravesar el warp en Amatsu, Neko había insistido en que todos se cambiaran de equipo por algo más abrigado. Menos Yuzuriha, que volvía a llevar uno de sus atuendos más sencillos, y a la que parecía que el frío no le importara demasiado, de todas maneras.
Aún así, la bofetada del frío de Sanctuary dejó al equipo un poco desorientado durante unos segundos.

—¿Siempre ha hecho tanto frío aquí? —preguntó Milo, frotándose los brazos e intentando que no le castañeasen los dientes.

—Vamos… —dijo Neko, sacudiendo el cuerpo entero.

No tardaron mucho en llegar a la sede de la Guild.

—¿Es buena idea que Watari entre a la sede si no es un Crimson Raider? —preguntó Milo.

—Ah… creo que Milo tiene razón —se unió Hyoga.

Después de pensarlo un poco, Neko asintió y entró a la base en busca de la líder.

—Estoy cansado —dijo Hyoga mientras se frotaba la frente con dos dedos.

—Vete a dormir un poco —le respondió Yuzuriha, levantándole un poco las solapas del chaleco.

Hyoga miró alrededor, aún quedaban unas pocas cosas que hacer y no quería dejar a su equipo en la estacada.

—Ve chico, nadie va a culparte —le aseguró Milo, dándole un golpecito en la nariz antes de revolverle el pelo.

Hyoga intentó evitar las dos cosas, pero no pudo hacer nada contra ninguna de ellas.

—¿Seguro? —insistió, pero ante las réplicas de los demás, sólo le quedó marcharse a su habitación para recuperar las fuerzas.

Watari suspiró y se apoyó contra una pared, jugando a hacer nubes de vapor con su aliento.

—No está aquí —anunció Neko poco después—. Voy a ver si hay suerte en Moxxi’s.

—Te acompaño —dijo Milo, sin admitir discusión.

Neko se encogió de hombros y empezó a caminar, con Starkrimson pisándole los talones.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

Moxxi’s estaba hasta los topes ese día, pero a Neko no se le hizo difícil llegar hasta la barra a codazos. Detrás de ella, Milo caminaba con confianza, pecho fuera y barbilla alta.

—¿La ves? —preguntó Neko, sentada en la barra.

Milo negó, pero señaló el escenario, que en ese momento estaba vacío.

—Buena idea —asintió Anir, bajándose de la barra y yendo hacia la mesa que había visto ocupar a Lilith en varias ocasiones.

Antes de llegar a su destino, escuchó el sonido del micrófono siendo calibrado. Milo estaba probando si funcionaba bien.

—Hola, ¿qué tal, compañeros Crimson Raiders? —preguntó con una voz suave pero profunda, ligeramente diferente a la que Anir estaba acostumbrada a escucharle en el juego.

Se oyó un silbido y varios aplausos, alguien se quejó a un lado de la sala.

—¡Si fueras Crimson Raider te conocería! —gritó.

—Joder, Ezio. No decías lo mismo la otra noche —contestó Stark.

Las risas estallaron por aquí y por allá y Neko se acercó un poco más a la mesa hasta que fue capaz de sacar una mano entre los cuerpos de otros dos parroquianos y tocar la madera, haciéndose sitio a bufidos.

La conversación entre Milo y Ezio continuó en segundo plano para Anir, que gruñó al no encontrar a Lilith donde se esperaba. De todas maneras, alguien le llamó la atención.

—¿Pasa algo? —preguntó Nightwing cuando Neko se acercó lo suficiente.

—¿Has visto a Lilith?

Nightwing negó con la cabeza antes de seguir hablando.

—Sé que se ha ido, tenía cosas que hacer. ¿Qué ocurre?

—He traído a un amigo para que se una a la guild —explicó ella—, la buscaba para eso. Está con Crane, a las puertas de la base.

Nightwing se levantó de su asiento, cabeceando hacia la salida. No tardaron mucho en salir, abriendo la puerta de Moxxi’s justo cuando Milo empezaba a cantar una versión lenta de una canción rock que Neko no llegó a reconocer del todo.

Andaban a buen paso, con Nightwing haciendo preguntas corteses sobre los dos días que habían estado fuera. En algún momento, él se empezó a reír.

—Si le hubieras dicho que ibas a recoger a un mechanic, habría ido ella con media guild a rescatarlo.

Neko se rascó el cogote, encogiéndose de hombros un poquito.

—Oh, vaya…

Pocos minutos después, dicho mechanic estaba aceptando la invitación de Nightwing y en su omnitool brilló el emblema de los Crimson Raiders, dándole la bienvenida.

—Ya eres uno de los nuestros —dijo Nightwing, sonriéndole y dándole una palmada en el hombro—. Tengo un rato libre ahora, si no estás muy cansado puedo hacerte un tour.

Watari se recolocó las gafas y sonrió de vuelta.

—Aceptaré la invitación con gusto.

Yuzu miró a Neko, que se encogió de hombros. Le dieron las gracias a Nightwing y se fueron a sus habitaciones a descansar.

—Sí que es majo, este Nightwing —dijo Neko antes de separarse de Crane—. No sólo tiene buenos pectorales.

—Ya ves —contestó Yuzu, levantándose la bufanda para tapar una sonrisilla.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png)

Milo estiró los brazos por encima de la cabeza, haciendo ruiditos de placer desde el fondo de la garganta antes de dejarse caer sobre la cama. Hasta dejó que sus piernas se levantaran en el aire. Luego rodó por las sábanas hasta que se cansó, agarrando la almohada y acercándola para acomodarse.

Yuzuriha levantó un arco ciliar y se cruzó de brazos.

—¿Ya has terminado? —le preguntó.

—Hmn… —murmuró Milo, mirando hacia el techo y contestó justo antes de enterrar la cabeza en el cojín— No sé.

Yuzuriha rodó los ojos y acercó la silla donde iba a sentarse a la cama. Una vez sentada, cruzó una pierna por encima de la otra y tocó el talón de Milo con un pie.

—¿Qué tal en Moxxi’s?

Milo rodó un poco más hasta que se sentó, algo despatarrada y con los hombros apoyados en la pared.

—Bien, no ha estado mal —informó—. Hasta me he ganado algunas propinas, y eso que eran de gente del Clan.

Después de dejar unos segundos de silencio en los que se dedicó a intentar agarrar el pie de Yuzuriha con las rodillas añadió:

—Preferiría que me pagasen en otras cosas que no fueran dinero.

Su compañera dejó salir una risita tan leve que pareció más bien un suspiro. Yuzuriha apoyó las brazos en el respaldo de su silla, echándose hacia atrás.
Milo se rió un poco también antes de poner la almohada entre su espalda y la pared, para estar más cómoda.

—Sí, sí. Ya lo sé… no ha sonado precisamente bien. Y luego me quejo de las bromas.

—Si no he dicho nada.

—No hace falta, se te ve en la cara —replicó Milo.

Yuzuriha se levantó un poco más la bufanda.

—¿Qué cara?

Y Milo movió la mano burdamente, intentando señalar todo lo que había a la altura de la cabeza de Crane.

—Esa que tienes ahí, la que te tapas.

Dejaron pasar un rato más, echándose pullas la una a la otra, disfrutando de su compañía. Aún era pronto para ir a dormir, pero tampoco faltaba mucho tiempo. En algún momento se quedaron calladas y Yuzuriha se llevó el índice a la boca, acariciándose el labio inferior con parsimonia.

—Oye… —dijo despacio— ¿lo de Luken?

—¿Qué con él? —preguntó Milo, sin levantar la mirada, jugando con uno de sus rizos rubios.

—Dímelo tú.

Cuando Milo levantó la cabeza, vio a Yuzuriha con los brazos cruzados y una expresión de preocupación en el rostro. Milo se mordió un costado del labio inferior y volvió su atención de nuevo a otro de sus rizos.

—¿A qué te refieres?

—Sabes a qué me refiero.

La silla crujió con el cambio de posición de Yuzuriha, que apoyó los codos en sus rodillas, agarrándose las manos, buscando la mirada de Milo con la suya propia. Su coleta se movió, haciendo que una cascada de pelo se resbalara desde su hombro hacia delante.
Al final, Milo la miró de vuelta y se encogió de hombros.

—Fue divertido, ¿quieres detalles? ¿Quieres probar tú?

Yuzuriha frunció las cejas y agarró su bufanda, esperando unos segundos para ver si Milo reaccionaba. Al no hacerlo, le pegó con la bufanda en un pie.

—¡Ay! ¡Oye!

Yuzuriha la señaló con un dedo.

—Ese comentario estaba de más —le advirtió.

—Yo que sé, no sería la primera vez. —Yuzuriha le volvió a pegar con la bufanda y le señaló de nuevo, ahora con el ceño todavía más fruncido—. ¡Pero bueno! ¿¡Por qué esta violencia gratuita!?

Y Yuzuriha no tuvo que decir nada. Milo leyó en las arrugas de su frente ‘es mi manera de expresarme’ y ‘porque tú te lo has buscado’, además de ‘habla seriamente o te ganas otra’.
Milo se sobó el pie y puso la espalda recta, sentándose en la cama con las piernas cruzadas, estilo indio.

—¿No ibas en serio con aquel tipo? ¿Monsieur no sé qué más?

Milo hizo una mueca de dolor por un momento, que se convirtió en una de duda casi al instante.

—No exactamente…

Yuzuriha se puso un poquito más recta.

—Pero a tí te gustaba —observó Yuzu.

—¡Ja! Bueno, ya… —Milo empezó a peinar su pelo con los dedos, librándose de los nudos poco a poco— Eso no garantiza que yo le guste de vuelta.

—Cierto —añadió su amiga, llevándose la mano al mentón—. Además, conociendo tu gusto en hombres…

—Bueno, parecido al tuyo —dijo Milo antes de sacarle la lengua, más segura ahora que tenía sus pies a buen recaudo.

Aunque esta vez Yuzuriha sólo rodó los ojos.

—Pero —insistió Crane—, siempre ibáis juntos a todas partes, se os veía bien. Una pareja enamorada.

—Sí. Y yo tenía un pene y todo era bonito —espetó Milo—. ¿Qué más da? Nunca lo conocí fuera del juego y ahora no está aquí.

—Y Afrodita sí.

—Y Afrodita sí —repitió Milo, pero con un tono mucho más grave.

Yuzuriha ladeó la cabeza, apoyando la mejilla en los nudillos de la mano derecha.

—Lo que me estás diciendo es que…

Milo se tensó por unos segundos, esperando a que Yuzuriha continuara con lo que tenía que decir. No tenía ganas de recordar lo incierto de su futuro ni como eran las cosas en el juego antes de que el GM decidiera jugar con sus vidas como si fueran sujetos de un experimento social.
Tampoco quería recordar sus largos dedos sobre las teclas descoloridas del piano que tenía en su apartamento, allá afuera, en la que solía ser su vida.

—No es como si le estuvieras poniendo los cuernos porque cuando lo hiciste no tenías el cuerpo habitual de Starkrimson.

Milo levantó las cejas, relajándose tanto que se dejó caer de lado en la cama antes de volver a sentarse sobre el colchón. Y empezó a reír.

—Oh Yuzu —dijo Milo, limpiándose una lágrima—, de todo lo que podrías haberme dicho… no creía que fueras a salirme con esas.

Yuzuriha entrompó los labios ligeramente, agarrando la bufanda y tirándola encima de Milo, para no verle la cara. Milo rió aún con más ganas, rodando por el colchón. Y Yuzu no tuvo nada con lo que taparse la sonrisa en ese momento.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on April 30, 2015, 03:05:45 PM
~+13~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—Estoy cansado. —se quejó Kíli por enésima vez.

—¿Cansado? —Airin lo miró con el ceño fruncido, sin comprender.

—Cansado. —confirmó el chico.

—No puedes estar cansado, no hemos caminado tanto. —la pelirroja echó una ojeada a su alrededor en busca de algo que le diera una explicación al cansancio misterioso de su compañero.— Acabamos de cruzar el río como quien dice.

Kíli le dedicó una mirada a medio camino entre indignada y lastimera.





***

— Vaya. —dijo Pip con el cigarro entre los dientes.

—No hay ningún puente —comentó Fíli mirando río arriba y abajo, usando la mano como visera para sus ojos claros.

—Err, bueno, haberlos haylos, solo que no aquí. —el gunslinger se rascó la nuca y sacó el humo ficticio por la nariz.

—Esto no entraba en los planes ¿verdad? —Kíli mordisqueaba una manzana que había sacado del inventario; aunque no le hiciera falta reponer puntos de vida, de vez en cuando necesitaba llevarse algo masticable a la boca.

—Nop.

—¿Y ahora qué hacemos? —Aunque sonó más bien como "y adhda kjhe affehmhuz".

—Podríamos ir bordeando el río hacia el sur hasta llegar a la altura de Glastheim y cruzar por allí, hay un puente de piedra que cruza el tramo hacia Lavender Town. —Fíli observaba el mapa de la zona en su omnitool.

—No no no, Glastheim da mal rollito, y nos va a costar más llegar hasta el puente que seguir derechos hasta Palanthas. —dijo Airin frunciendo el ceño y arrugando la nariz.

—¡Mal rollito! —Pip se dobló de la risa y a punto estuvo de tragarse el cigarro entre las carcajadas.

La chica lo miró de reojo con aire satisfecho cuando lo oyó toser.

—Ehm, bueno —dijo el knight adoptando un tono conciliador— sí que tienes razón, está demasiado lejos como para que merezca la pena. Volver atrás no es una opción. ¿Ideas?

Airin se encontró con dos pares y medio de ojos que fijaban su atención en ella, y les devolvió la mirada contrariada.

—Me estáis mirando los tres a mí. —No era una pregunta, pero los tres jóvenes asintieron al unísono como respuesta.— ¿Por qué? No soy una fábrica de ideas.

—Porque me las desmontas como si lo fueras, guapa. —los ojos de Fíli se achinaron con la sonrisa llena de hoyitos.

Airin abrió la boca cogiendo mucho aire pero en vez de dejarlo salir, hinchó los mofletes como una ardilla enfadada y le señaló con un dedo cargado de acusación.

—Te iba a desmontar yo a tí otra cosa. —Kíli se atragantó con el corazón de la manzana y se tuvo que dar un par de golpes firmes entre las clavículas para que el oxígeno volviera a llegar a sus pulmones. A veces de verdad que no entendía cómo funcionaban.

El gunslinger y el knight se reían como si la amenaza no fuera con ellos, pero Kíli no había dejado de mirar a la pelirroja, y ésta estaba rebuscando en su inventario mientras farfullaba entre dientes. Se acercó a ella.

—Si quieres más cuerdas, yo tengo algunas —dijo en voz baja. Airin le miró sorprendida.— ¿Vas a improvisar lo que creo?

—No sé qué crees, pero es posible que no sea exactamente igual. —contestó la chica con una sonrisa nerviosa.

El arquero observó el río, calculando. No era muy ancho pero sí bastante rápido, y parecía profundo en aquella zona. Después se giró a mirar cómo Airin enroscaba sucesivamente los extremos de varios cabos en nudos de aspecto complicado. Probó a estirar de uno de ellos con fuerza, pero las sogas no se soltaron. Satisfecho, dejó a la chica con el trabajo y se acercó hasta las piedras de la orilla, escudriñando la otra ribera con minuciosidad. Sintió una mano en el hombro y levantó la vista hasta su hermano.

—¿Qué tal va el plan? —preguntó Fíli.

Kíli se encogió de hombros.

—No lo sé, pregúntale a ella. —y abrió su inventario en busca de algo muy concreto.

El knight levantó las cejas sin decir nada más y se quedó donde estaba, esperando. Al poco se acercó Airin.

—¿Kíli? —llamó la chica,— ¿no tendrás por ahí...? Oh. OH. GRACIAS.

La sonrisa que le iluminó la cara al ver que el arquero le tendía un par de flechas forjadas como un anzuelo de tres puntas, dejó al muchacho sonrojado.

—¿Te van bien? —preguntó él.

—¡Me vienen GENIAL! —Airin le dio un abrazo rápido echando los brazos alrededor de su pecho y Kíli se quedó sin saber muy bien cómo reaccionar. Pero las risitas disimuladas de su hermano y del gunslinger le hicieron volver al presente.— Ahora necesito que me hagas un favor.

—Ahh... yo... claro. ¿Si puedo? —el chico tragó saliva, consciente de su inesperado protagonismo.

—¿Y qué se supone que es todo este montón? —indagó Fíli levantando un cabo con la puntera de la bota.

—Una idea. —respondió la soldier con una sonrisa radiante y amenazadora a partes iguales.

Los hermanos se miraron entre ellos, el rubio con aprensión repentina y el moreno encogiéndose de hombros.

—No. —dijo Pip de repente.—Ya sé qué quieres hacer y no. Nooooooooooo~. Mala idea. Mala. Ideeeea.

—Oh, de acuerdo, —dijo la chica sin perder la compostura,— te esperaremos en Palanthas pues.

—Mierda. —masculló el gunslinger.

—Tu novia es feroz, enano. —susurró Fíli con falso terror admirado.

—Ya... ¡Eh! ¡Que no es mi novia! —susurró Kíli de vuelta.

—Aún. —Fíli hizo una mueca de dolor cuando su hermano golpeó su hombro con el puño cerrado, pero no dijo nada más.

Airin se acercó a Kíli con las flechas ya anudadas como si fueran una ofrenda, y el chico las cogió de sus manos con solemnidad. Mientras él preparaba su arco, la muchacha ordenaba los cabos a sus pies.

—¿Has visto algo que pueda servir de anclaje? —preguntó ella.

—Si. —contestó el chico.— Ese árbol de allá, el que tiene el tronco más ancho y los arbustos delante. Y detrás de aquella roca grande parece que la tierra es arenosa, si estiramos bien seguro que agarra en un tope firme.

La mano de Airin apretó su antebrazo.

—Cuando quieras, SilverArrow —dijo la chica.

Kíli resopló con humor. El muchacho tensó la cuerda de su arco con lentitud, irguiéndose y echando los hombros hacia atrás y respirando profundamente mientras dejaba que el movimiento expandiera su caja torácica. Sus compañeros lo observaban en silencio, casi conteniendo el aliento. Kíli llevó el final de la flecha hasta más allá de sus labios, y con la última exhalación sus dedos soltaron la cuerda del arco de golpe.
La pesada flecha de hierro surcó el aire por encima del río con un silbido y se enganchó en una de las ramas más robustas del árbol, dando varias vueltas en torno a ésta presa de la inercia.

El chico se apartó el pelo de la cara, y cargó la segunda flecha, apuntando esta vez más bajo. Cuando volvió a repetir su hazaña sus tres compañeros se agolparon en torno a él, palmeándolo entre vítores entusiasmados. Airin lo miraba con ojos brillantes y Kíli bajó la cabeza escondiendo una sonrisita orgullosa.

Ahora faltaba la parte difícil, cruzar el río.


~~



Cuanto menos se dijera al respecto, mejor.

~~


—Lo que te pasa son muchas emociones en poco tiempo —dijo Fíli toqueteando los mofletes desafeitados de su hermano.

—Eso no me hace estar menos cansado —se quejó el moreno.

—¿Y si tuviéramos ahora una batalla? —preguntó Airin.

—Chhsst!! —reprendió Fíli mirando por campo abierto por encima de sus cabezas— No lo digas, que pasará.

—Ah, oh, perdón. —la chica se llevó las dos manos a la boca, como queriendo prevenir que escapase nada que pudiera traerles mala suerte.

—Seguro que si le pides que te ayude a quitarte la cota de malla, el chaval ya no está tan cansado. —Pip le guiñó un ojo y se encendió un cigarro disfrutando del coro de ruiditos inconexos en distintos grados de indignación.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on May 30, 2015, 12:09:24 PM
Hyoga y Neko bonding time <3





39. No si no vas con tanque y healer.

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/aleksei2.png)

Aunque aún era pronto, Neko llevaba un buen rato en el taller que se había agenciado. Necesitaba poner en orden los nuevos materiales, rellenar el carro de pociones y mejorar algunas de sus armas.
También necesitaba pensar en sus últimas batallas. ¿Qué había fallado en su juego en grupo, qué había ido bien?

Volvió a usar el soplete, concentrada más en rememorar las batallas que en lo que estaba haciendo. Aunque no pasaba nada, el juego movía su cuerpo automáticamente.
Un par de golpes en la puerta la devolvieron a la realidad y puso en pausa la habilidad para atender a su visita.

—Buenos días —saludó Hyoga, con una sonrisa tímida en los labios.

Neko se irguió un poco y dejó el soplete a un lado, quitándose los guantes, mientras giraba el caramelo del chupachup de un lado a otro de su boca.
Tiró los guantes a un lado y se quitó el chupachup, poniendo la mano libre en su cadera.

—¿Ya es de día? —preguntó ella, mirando hacia la ventana con la nariz arrugada—. Cuando he bajado aquí aún no había salido el sol.

Señaló un taburete para invitar a Hyoga formalmente, que no tardó en entrar y sentarse en él.

—Hace poco que ha salido —informó Hyoga, encogiéndose de un hombro—. Ah, sí. Supuse que te iría bien esto.

Hyoga sacó un vaso de plástico con tapa de una bolsita que había llevado en la mano, en la cual Neko no se había fijado hasta el momento, y lo tendió hacia la mecánico.
Una vez en la mano, Neko le dio la vuelta para leer la etiqueta.

—Café latte con caramelo, ¡mi preferido! —gorjeó Neko antes de entrecerrar los ojos—. ¿Te lo ha dicho Milo?

—Crane —corrigió Hyoga mientras sacaba un zumo para él—. Milo me dijo que te encontraría aquí.

—Sí, eso suena como ellos —admitió la chica, apoyándose en la mesa al lado de Hyoga y quitándole la tapita protectora a su café—. Te has vuelto a cambiar, el blanco te sienta bien.

Hyoga se llevó la mano al pecho y miró hacia abajo. Llevaba una túnica sencilla, corta, sin mangas y unos pantalones ajustados, también blancos, debajo de la túnica. Las botas parecían grandes en comparación a sus piernas, pero se amoldaban perfectamente a sus pies.

—Sí… lo he cogido del inventario de la Guild, me han dicho que podía —informó, bajando un poco más el cinturón que llevaba en la cadera—. Es para estar por aquí.

Neko asintió, echando un vistazo rápido a su omnitool para buscar algo en su base de datos de objetos.

—Estaba pensando en conseguirte esto. —Le dio la vuelta a la pantalla de la omnitool para mostrarle a Hyoga de lo que estaba hablando—. Algunas partes de este set están en el inventario de la Guild, ya las he apartado, y las otras las puedo hacer yo. Es de las mejores light armor que puedes llevar como black mage y refinada es mejor que los sets básicos para sorcerer.

—¿Una light armor? —preguntó Hyoga, estudiando el diseño y los stats del set— ¿No sería mejor una túnica?

—No si no vas con tanque y healer. Además, túnicas y ropa para black mage hay a patadas.

Hyoga asintió y sorbió de la pajita, paladeando el zumo de naranja mientras observaba a Neko, que le había dado la vuelta de nuevo a la pantalla y observaba satisfecha su selección.

—Gracias —dijo Hyoga, con una sonrisita en los labios.

Neko hizo un movimiento con la mano para quitarle importancia.

—Es mi trabajo, no hay de qué.

Hyoga negó con la cabeza y sacó una galleta de la bolsa del desayuno, dando un mordisquito y tragando antes de continuar.

—No, no es por el set. —Neko miró a Hyoga y levantó las cejas, intrigada por lo que querría decir el rubio—. Gracias por llevarme con vosotros. Y gracias por hacerme sentir parte del equipo.

Neko le dio un traguito al café antes de palmear la espalda de Hyoga y dedicarle una sonrisa socarrona y llena de confianza.

—Es que lo eres.

La sonrisa de Neko era contagiosa y poco a poco fue transformando la tímida de Hyoga en una réplica de la suya, libre y traviesa.

—Nadie antes me había aceptado tan pronto sin un motivo o algo en común —confesó Hyoga, desviando su mirada hacia el techo por un momento—. Shun, Milo… tú. La Guild.

Neko se puso seria en un instante y rechinó los dientes antes de mirar a Hyoga con solemnidad.

—Todos tenemos algo en común, ahora mismo. Queremos salir de aquí vivos.

Hyoga le dio un par de golpecitos al taburete en el que estaba sentado con el talón antes de responder.

—Es triste pensar que si no hubiera pasado nada, probablemente no os habría conocido.

—Es la ironía del asunto. No sabes quienes son tus amigos hasta que algo así pasa y los que menos te esperas son los que te tienden una mano. O en el caso de Milo, una guitarra —dijo Neko antes de reír un poco—. ¿Te han contado la vez que casi me despeño y Milo estiró la guitarra? Estuve colgando de un precipicio no llega a un minuto, agarrada al mástil. Y aquello no paraba de crujir y las cuerdas de sonar.

—No… —dijo Hyoga asombrado antes de reír incrédulo— Tienes que contármelo.

Neko negó con la cabeza, aún con la sonrisa.

—Después le pedimos a Milo que te lo cuente, es gracioso ver como se desespera, seguro que te saca la dichosa guitarra y todo. Creo que Crane tiene un video de aquello.

Los dos rieron un poco, haciendo pausas para beber de sus respectivos desayunos. Hyoga le ofreció galletas a Neko, que cogió un par en la misma mano que aún tenía el caramelo.
Después de mirar a todas partes, sacó un papelito de uno de sus bolsillos y envolvió el chupachup para guardarlo en el cinturón de herramientas.

—Tienes muchos anécdotas, ¿has jugado mucho? —preguntó Hyoga, curioso.

—Desde el primer día que abrieron el juego, ahí estaba yo —afirmó ella—. Tengo muchos momentos para contar y otros para no contar.

—Como el bailecito.

—Como el bailecito, ese es definitivamente para no contar.

—Sí, por favor —añadió Hyoga, echando la cabeza hacia atrás con un gruñido—. Seguro que estaba ridículo con los pantalones cortos.

—Pues no te creas, no te sentaban tan mal.

—¿Tú también? —preguntó Hyoga, con un suspiro cansado.

Ella respondió con una risita floja que intentó ahogar con un trago de su café.

—Ah… esto sabe a gloria.

—Oye… ¿no habrás visto a Shun?

Neko negó con un movimiento de cabeza, para después preguntar.

—No, ¿por qué? ¿No contesta a los mensajes?

—Ayer intercambiamos unos pocos, pero no me responde desde mediodía.

—Se lo habrá llevado Bennu a entrenar, ese chico no puede estar quieto en el mismo sitio sin hacer nada.

Hyoga arrugó un poco la nariz y se apartó el mechón de flequillo que le caía en medio de la cara en vano, ya que volvió a caer entre sus ojos de inmediato.

—No te preocupes, volverán.

—Pareces muy segura. —suspiró Hyoga.

—Más de lo que debería, sí… ¿Y por qué lo buscas?

—Ah, eso… verás —Hyoga dejó la bolsa en la mesa más cercana, en la que estaba apoyada Neko, y trasteó en su inventario hasta sacar un paquetito—. Cuando fui a Columbia, Shun me pidió que le comprara algo y compré esto. Aún no se lo he dado, no encuentro el momento.

El chico abrió la bolsita de papel y la sacudió suavemente sobre su palma hasta que cayeron un colgante y un anillo.

—Vaya… —dijo Neko— Ah, los conozco, no sólo son bonitos, son muy útiles.

La mecánico agarró el colgante en forma de cara de conejito y le dio un par de vueltas antes de volver a dejarlo sobre la palma de Hyoga.

—El colgante es para Shun, el anillo…

Neko agarró el anillo con el trébol de cuatro hojas y lo inspeccionó atentamente. Subía la suerte y la probabilidad de críticos y tenía un buen porcentaje de éxito en los primeros intentos de refinar.

—¿Quieres que te los refine? Puedo hacerlo ahora, en un momento.

—¿Lo harías? —preguntó Hyoga, dándose una patada mental de inmediato porque la pregunta era muy, muy tonta—. Claro que lo harías.

Neko le había echado una mirada que llevaba ‘claro que sí’ escrito por todas partes, y al oír a Hyoga entrar en razón, tomó las dos piezas y empezó a trabajar en ellas, entre traguitos de café y bocados de galleta.

—¿Por qué no le saludas, a ver si está en la Guild ahora?

—Buena idea —dijo Hyoga mientras hacía exactamente lo que le había sugerido su compañera. No tardó mucho en recibir una respuesta—. Está despierto, dice que baja ahora a desayunar.

—Esto está casi listo…

Pasaron unos minutos en los que los dos se quedaron en silencio, Neko demasiado concentrada en su trabajo y Hyoga mesmerizado con la manera en la que se movían los dedos de la mecánico sobre su obra.
El hechizo se rompió en cuanto los dos accesorios estuvieron listos y Neko y Hyoga compartieron una mirada cómplice y una sonrisita satisfecha.

—Vamos, te acompañaré al comedor.

—No tienes por qué. —dijo Hyoga.

—Ah, bueno. —Neko puso el colgante y el anillo en la mano de Hyoga y palmeó el puño cerrado un par de veces—. Si me dejo ver ahora no me molestaran en las próximas ocho horas.

Hyoga se rió un poco antes de recoger la bolsa y el cartón de zumo vacío. Lo tiró todo en una papelera del taller y esperó a que Neko se aseara un poco antes de salir con ella hacia el comedor.

Neko cerró los ojos cuando le dio el sol del pasillo en la cara y se escondió detrás de Hyoga, quejándose de la luz. Hyoga se rió mientras intentaba sacar a Neko de su espalda y consiguió ponerle las manos en la espalda y guiarla mientras ella gemía con desgana, corredor abajo.

—Pareces un zombi. —le dijo Hyoga y Neko levantó los brazos de inmediato y empezó a arrastrar los pies.

Los dos se rieron, codeándose antes de empezar a hablar animadamente sobre sus gustos en música y las mascotas que habían tenido fuera del juego, allá, en la vida real.
Antes de que el tema diera un giro hacia la tristeza y añoranza, Hyoga se paró y Neko se quedó mirándole, con la cabeza ladeada, un par de pasos más adelante que él.

—Creo que deberías quedarte esto —dijo él, después de rescatar el anillo de trebol de su puño—, sé que no es mucho, pero…

Hyoga levantó la cabeza para mirar a Neko, justo a tiempo de ver como pasaba de una expresión neutra y curiosa a una sonrisa relajada.
Ella tendió la mano para recibir el anillo en su palma y, después de cerrar los dedos, se llevó la mano al pecho.

—Es el regalo de un amigo, claro que es mucho.

Agarró a Hyoga de un hombro con la mano libre y tiró un poquito para hacer que se agachase. Le dio un beso en la mejilla y se empezó a quitar un guante para ponerse el anillo.

—Vamos, Shun tiene que estar esperándote.

Hyoga asintió, con una sonrisita satisfecha, antes de poner una mano entre los omóplatos de Neko y empujarla hacia el comedor. Ella echó la cabeza hacia atrás antes de volver a gemir como un zombi y los dos estallaron en risas.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki2.png)

Ikki no solía ser un chico despistado, de hecho era observador y poco olvidadizo, así que cuando su hermano le había señalado lo extraño que le parecía que no llevase el pañuelo rojo que normalmente completaba su atuendo de soldier al cuello, había gruñido un par de maldiciones antes de levantarse de la mesa y subir a su habitación.
Con el pañuelo en una mano y trotando escaleras abajo, escuchó una voz familiar. Levantó la cabeza, aminorando la marcha y vio a Neko parando para mirar hacia atrás, hacia la persona que le acompañaba.

Hyoga parecía serio mientras le ofrecía algo a Neko y ella lo aceptó con una sonrisa. Ikki se pegó a la pared y se dejó resbalar hasta el escalón mientras veía como ella le besaba la mejilla al mago.
Los vio bromear y se preguntó desde cuándo serían tan amigos. Enterró el rostro entre los pliegues del pañuelo y se llevó una mano a la cara para frotársela.
Hacía tiempo que unas risas no le escocían tanto.

—Maldita sea. —se quejó, sabiendo que no tenía ningún derecho a sentir nada.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on May 30, 2015, 02:12:47 PM
~+14~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)



—Nos haría falta un bardo.

—¿Un bardo? —preguntó Fíli.

—Sep. No es que no confíe en vosotros —Airin levantó las manos de forma apaciguadora antes de que pudieran quejarse—, pero creo que nos vendría bien alguien que... bueno, pudiera darnos algún que otro buff de vez en cuando.

—Hmm. —Fíli tuvo que conceder que la chica tenía su punto de razón en eso.— ¿Y no sería mejor un white mage?

—Si fueras otra persona te diría todo lo que falla en tu proceso de deducción, pero como me caes bien —el knight dejó escapar un resoplido irónico que no consiguió hacer que Airin se echase atrás— como me caes bien, repito por si no me has entendido, te lo resumo. Magos blancos, acolytes, ¿clerics? tiran casi siempre a full support. Los monks y derivados, al ataque. Te aseguro que te morderán si intentas lo contrario.

—Un full support siempre es deseable cuando hay dos o más tanques en una party —insistió Fíli tironeando de uno de sus bigotes, pensativo— y nos daría la posibilidad de subir niveles más rápido.

—Amén hermano, —Kíli se mordió los labios para no sonreír ante la expresión sorprendida de su hermano frente al oportuno comentario de la pelirroja e interrumpió a la chica con sus propios pensamientos al respecto.

—Pero un bardo se puede defender por sí mismo, es de clase archer; y podría darnos buff de área y asistencia pasiva lo mismo que atacar desde la distancia para asegurar un perímetro. —Al ver todas las miradas enfocadas en él, Kíli se cruzó de brazos y rodó los ojos hacia un lado.— ¿Qué? Es mi itinerario, conozco mis opciones y sé cómo funcionan. Si no tuviera ya decidido mi job, no me importaría hacerme bardo.

Pip le echó un brazo por encima de los hombros y lo apretó hacia sí con una sonrisa pícara.

—Los bardos tienen fama de llevarse a las mujeres.

—Sobre todo a las dancers —contestó Kíli con humor.

—Detalles. —movió la mano desde el hombro del moreno, quien tampoco hizo esfuerzos por escapar de su abrazo de camaradería masculina— Mi alineación ideal sería de tres más, tal vez. Un full support, otro job de rango largo, preferiblemente un mago...

Fíli veía la lógica en aquello, e intercambió una mirada con la soldier, que parecía bastante seducida con la idea de un mago guerrero.

—¿Y? —preguntó

—Un blacksmith. —Pip se cambió el parche de ojo y dijo con voz misteriosa— He visto cosas que jamás creeríais.

Kíli contuvo la risa.

—Merchants —murmuró Airin con exasperación afectuosa.

—Tan mal ¿eh?

—No tienes idea.

—¡Oooh, disculpe señorita que se gana la vida aporreando monstruos! —el gunslinger había hinchado el pecho como un pavo al que le disputaban su territorio.

—Ahém, Pip —carraspeó Fíli con suavidad— No vayas por ahí.

Y tal cómo se había inflado, se desinfló.

—Ya no os invito a mi cabaña. Ni a conducir mi tanque. Ni a jugar con mis juguetes.

—¿Y a cerveza? —preguntó el arquero esperanzado.

—Qué aprovechados que sóis.

—Aw, tío Pip, no te pongas así —Kíli palmeó su brazo con cariño— ya saben lo que dicen, tiran más dos tetas que dos carretas.

Ante el estallido de carcajadas repentinas el gunslinger sólo pudo boquear como un pez. Kíli se había encogido un poquito contra su cuerpo, esperando sin duda la colleja de su compañera, pero se giró a mirar a la chica cuando ésta no llegó.
Airin estiraba del cuello de su túnica y cota con una mano y observaba el interior de sus ropas con expresión evaluadora. Cuando levantó la vista se encontró con el guiño de Kíli, que levantaba las cejas y sonreía con picardía. Sonrojándose, Airin volvió a mirar hacia su escote, alzando a su vez una ceja inquisitiva. Después se llevó ambas manos hacia su pecho, apretándolo con cuidado.

—Si son blanditas y suaves, lo puedo entender... —aquello además de dejar mudos a los dos hermanos, atrajo la atención de Pip.

—Y dime preciosa, ¿para qué equipo bateas? —preguntó volviendo a ponerse el parche en sitio

—Para el que me pase la bola, pero no me gusta el béisbol —respondió ella con una media sonrisa.

—¿Eso es una alegoría? —preguntó Fíli.

—No, no me gusta el béisbol. Pero las tetas además de atractivas, son cómodas. Para otros —comentó la chica con un poquito de fastidio volviendo a tocarse el pecho— Para quien no las tiene que llevar siempre puestas.

Kíli intentaba no posar la vista en aquella parte de su anatomía, pero Airin se lo estaba poniendo difícil. Afortunadamente para él, otro tipo de paisaje acudió en su ayuda.

—Eh mirad, ya casi estamos en el bosque, ¿esto es territorio de Palanthas, no?




Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on May 30, 2015, 03:48:52 PM
sdfdhfeuewr  Luego arreglo esto xvx

Capítulo 18: ¿Creéis que podríamos no presentarnos y dejarle aquí para siempre?


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg)


A la mañana siguiente, volvieron a Columbia para terminar la misión de Merchant de Seras. Desayunaron un poco; Sebastian les preparó un café no demasiado malo teniendo en cuenta el estado de la cocina. La mampostería no conseguía verse limpia a pesar de ser de un blanco artificial.

Naoya les dio un warp para que hicieran el viaje y no tuvieran que volver a la ciudad de las nubes a pie, pero a parte de eso, ni siquiera se dignó a despedirse, y se encerró tras la puerta que llevaba al sótano. Consigo, se llevó una taza de café de tamaño considerable.

No es que el café se sintiera mucho como café en éste mundo; sus efectos se notaban más en los parámetros que no en el paladar, subiendo un poco la stamina y te reducía el sueño. El sabor, quizás, era lo más real que tenía, acompañado de un toque de nostalgia. Su familiaridad era imposible de no relacionar con el mundo exterior, y un triste recordatorio de la realidad que vivían dentro detrás de las máquinas.

Después de desayunar, se prepararon y salieron a la calle, donde utilizaron el warp. Ulquiorra, fiel al trato que habían hecho, les acompañaba. Una luz azul les rodeó, y el aire gris y lluvioso de Sin City fue sustituido por el cielo claro de un día radiante. El aire era ligero, y nubes blancas lo surcaban perezosamente. El ambiente apacible de Columbia resultaba un alivio tras todo lo que había pasado ayer y la sombría presencia de la ciudad del desierto.

—Bueno —dijo Shruikan, palmeando las manos al frente —. Ya estamos aquí. Vamos a terminar esta quest de una vez.

—¿Cual quest? —preguntó Ulquiorra desde atrás. No parecía alguien especialmente curioso sobre los asuntos de los demás, así que su interés debía de ir por otro lado.

—Seras tiene que terminar la quest para ser merchant —explicó Sheba.

—Váis a la Guild de Merchants, entonces. —Se quedó pensativo unos instantes —. Debo ir a otro sitio. No queda de camino, así que lo más óptimo sería separarnos i encontrarnos después.

—... De acuerdo —aceptó la Black Mage, despacio —. ¿A dónde tienes que ir, si se puede preguntar?

—A la Guild de Alchemists.

—Oh —exclamó ella, como si no se hubiese esperado esa respuesta —. Pues... es cierto, no, no queda de camino. —Recibió un parpadeo como contestación—. Quizás... ¿podríamos quedar en algún punto entremedio?

—Aquí, en la plaza de la fuente. En media hora habré terminado —decretó, antes de dar la vuelta y alejarse, dando el asunto por zanjado. Los otros le miraron mientras se marchaba.

—¿Creéis que podríamos no presentarnos y dejarle aquí para siempre? —preguntó Seras, con relativa inocencia.

—¡Seras! —exclamó Sheba en tono de reproche, como si no se creyera que su amiga pudiera decir algo así.

—No creo que fuese tan fácil —dijo Shruikan, cruzada de brazos con gesto analítico—.  Tiene pinta de ser de esos tipos que te seguirían hasta el fin del mundo sin perder la paciencia, acosadores imposibles de darles esquinazo. Además, tampoco es tan insoportable. No siempre. ¿No?

No recibió muchas palabras de apoyo por ese comentario. Sin nada más que añadir, emprendieron la marcha hacia el Gremio de Merchants. Tenían que ir a otro de los islotes flotantes de Columbia, aunque no era un trayecto muy largo y podían realizarlo sin la ayuda de ningún transbordador, cruzando uno de los puentes levadizos de la ciudad a pie.

Fue entonces, aprovechando que en cierto momento al andar Fenris se quedó un poco más alejado del resto, Shruikan se le acercó dando saltitos.

—Fenris, mi buen amigo del alma, ¿cómo estás? ¿Estás bien?

Él la miró de reojo, levantando las cejas.

—¿Por qué no iba a estarlo?
—Estás mustio desde ayer. Con más mala cara de lo normal.
—Que bien por mí —dijo con acidez.

Shruikan no se intimidó en absoluto por ese sarcasmo al que ya estaba acostumbrada.

—¿Sucedió algo cuando no estabas?

Fenris gruñó.

—¿Por qué me preguntas esto ahora? ¿Por qué te interesa?
—Porque eres mi amigo y me preocupas, Fenris, y tengo ojos en la cara. Es obvio que te ocurre algo. Pero ey —se encogió de hombros, hablando sin malicia —, si no quieres contarme nada, yo no voy a obligarte.

El otro se volvió a acomodar el peso del mandoble en la espalda, aunque no tenía necesidad de ello.

—No vengas en plan de fingir que no eres egoísta en insensible conmigo, Shruikan. No te pega —dijo, con sorprendente frialdad.
—¡Pero no lo soy! —protestó, ofendida.
—Ya, claro. Que no seas consciente de ello sólo lo empeora.

—Oye, vale, mira, habrá un día en el que hablaremos de mis problemas y podrás hacer de psicólogo si te apetece, pero hoy no es ese día. No intentes redirigir la conversación así que anda, Fenris, cuéntame lo que te pasa.

Por un momento, el otro le dirigió una mirada tan cargada de resentimiento que parecía que fuera a pegarle y todo. Movió la cabeza, profundamente irritado, antes de hablar.

—¿Sabes qué me pasa? Me pasa que estoy encerrado en un juego en contra de mi voluntad y sin posibilidad de escapatoria con una plasta como tú que cree que necesito atención y que es mi amiga a pesar de todo.

Shruikan sonrió de lado con satisfacción, però no dijo nada porque Fenris siguió hablando.

—Y ayer... casi muero ayer, ¿sabes? Ella, Astaroth, me salvó la vida. Y no debería ser algo tan importante, pero no puedo dejar de pensar en lo que hubiera sucedido si no llego a encontrármela, porque aunque fuera la primera de tres vidas, eso sólo significa que me quedarían dos oportunidades de cagarla antes de ser historia. Así que lo que me pasa es que estoy... furioso, porque puede que muera miserablemente aquí dentro, envenenado por un engendro asqueroso, y porque soy demasiado débil para evitarlo.

Hizo una pausa. La sonrisa de Shruikan había desaparecido.

—Todos tenemos miedo, Fenris. —El otro viró la cabeza hacia ella, lanzándole dardos con los ojos, como si le hubiera acusado de ser un cobarde —. A mí casi me dejan fiambre ayer también. Si no hubiese sido por esos dos magos habría sucedido como dijo Naoya: al menos un par de nosotros habría muerto. Y como bien has dicho, soy egoísta e insensible y no me importa morir rajando monstruos en una realidad virtual, como mínimo moriré haciendo lo que me gusta, paro tampoco me gustaría que se convirtiera en un hábito.

—Creía que esta conversación no iba a ser sobre ti. Estás loca —soltó, evitando seguir con el tema y bufó. Tras unos instantes de silencio, añadió —: necesitamos volvernos más fuertes.

Shruikan le dio la razón. Después preguntó, tentativamente:
—¿Por eso aceptaste el trato con Naoya?

Fenris asintió. Ella volvió a encogerse de hombros.

—Ya decía yo que era raro. Para ti debe haber sido como vender tu alma al diablo. Después de lo de Danarius...
—¿Podemos no hablar de Danarius? —la cortó —. Sinceramente, Shruikan, dedícate a otra cosa, porque animar a la gente se te da como el culo.

—¡Al menos hago el esfuerzo de intentarlo por ti, malagradecido! —replicó ella, ofendida —. Ya hemos hablado, ya hemos llorado, hemos llegado a la conclusión de que necesitamos poder para romper más caras. ¿Todos de acuerdo? Bien. Acta cerrada y sigamos adelante.

Ese fue el tenso final de su conversación, y siguieron andando hasta que llegaron a la Guild de Merchants poco después. Allí, dejaron a Seras, que entró sola al edificio mientras los demás esperaban fuera. No tardó en volver a salir, ataviada con una ropa diferente, convertida ya en una Merchant en toda regla.

Llevaba una blusa de mangas anchas y de color blanco por debajo de una armilla cobre sin mangas y botones que se ataban en el cuello y el pecho y hacia abajo, hasta que la pieza se terminaba a linea de cintura. Llevaba una falda del mismo color, larga hasta un poco antes de las rodillas y más abierta de un lado que por el otro, con unas medias oscuras y unos botines mucho mejores que los zapatos de Novice que había estado llevando hasta ahora.

Shruikan y Sheba la aplaudieron cuando salió, y la chica se avergonzó un poco al principio, pero levantó los dedos, haciendo la señal de la victoria.

—¡Felicidades!

Seras bajó los escalones que la separaban de los demás dando saltitos.

—¿Qué tal? ¿Qué te parece eso de ser Merchant?  —le preguntó Sheba.
—Pues los encargados de dentro me  lo han explicado un poco, pero me parece complicado. No sé si sabré llevarlo bien, pero haré lo que pueda.

—No te han dado carro? —preguntó Shruikan, viendo que la otra no lo llevaba consigo.
—Oh sí, pero no me lo he equipado. He pensado que iba a ser incómodo ir de un lado a otro con él dentro de la ciudad...

La Samurai se encogió de hombros.

—Bueno, supongo que si tienes dudas sobre eso del merchandeo siempre puedes preguntarle a Ulquiorra. Algo de bueno debe haber en tenerle en el equipo.

Seras puso cara de circunstancias al imaginarse el largo discurso que soportaría si se le ocurría hacer tal cosa, pero aceptó la idea de todas formas.

Sin prisa, fueron regresando a la plaza de la fuente donde habían quedado. Cuando llegaron, Ulquiorra ya estaba allí. Estaba sentado en uno de los bancos que rodeaban la fuente central, leyendo un libro con una velocidad envidiable. Delante de él, había montado uno de esos puestos de Merchant en el que exhibía artículos para que otros jugadores los compraran. Había un par de curiosos allí, husmeando entre los objetos. Ulquiorra no les paraba ninguna atención.

Se acercaron a él. Seras inspeccionó con curiosidad el puesto, consciente que ahora podía utilizar también aquel recurso.

—Ey —Shruikan saludó al Alchemist, que levantó la mirada del libro —. Ya estamos aquí.

Ulquiorra asintió con la cabeza en reconocimiento.

—¿Qué queréis hacer ahora?
—No sé... ¿descansar?
—¿Aprovechar que no hay un Assassin suelto en Columbia dispuesto a apuñalarnos por la espalda? —dijo Fenris, sarcástico.

—¿Qué Assassin? —preguntó Ulquiorra, que no había estado allí en su momento para enterarse del incidente con GreedyFox.

—Yo creo que Shrui ya lo ha dicho bien y que después de todo que la ha sucedido las últimas horas nos merecemos un día de calma —dijo Sheba.

—¡Vamos a la taberna! —proclamó la Samurai con entusiasmo. Sheba se rió y luego alzó el puño, uniéndose a su amiga.

—¡Vamos, pues! ¡A beber!

Como nadie se opuso, allí fueron. Ulquiorra desmontó su parada después de despedir a los curiosos de forma escueta y luego se dirigieron a una de las tabernas circundantes, la misma en la que habían conocido a GreddyFox. Por suerte, no había señales del hombre cerca, y ocuparon una de las mesas en el interior.

“Birra, birra”, coreaban Shruikan y Sheba cuando se sentaron. Luego la Samurai añadió:

—¡Menos para Fenris, que él quiere vino!

—Pues claro —dijo él como si la idea de lo contrario le ofendiese.

—Estáis muy animados —comentó Ulquiorra, sentado en su sitio con la espalda muy recta.

—Es nuestro estado habitual. No siempre somos gente seria y sobrellevada por sus circunstancias actuales —explicó la Black Mage, mientras Shruikan hacía el pedido, con Seras al lado.

—Comprendo.
—Tú en cambio sigues igual que siempre. ¿No hay nada que te perturbe?

El otro pareció pensarse la respuesta.

—Apenas —fue su baga respuesta —.  Las situaciones y los hechos están hechos de los mismos patrones que se repiten de formas distintas. Si se entienden esos patrones, es difícil que haya algo sorprendente o difícil de superar.

Sheba no pareció satisfecha con esa respuesta y torció el morro. Entonces llegó Shruikan, plantando una mano abierta sobre la mesa con un buen golpe.

—Ulquiorra, ¿tú que bebes?
—Yo no bebo —respondió él.
—Hoy sí. Dime que quieres —insistió ella.
—No.
—Sí.
—No.
—¡Sí!
—No.

—¡Ya déjale en paz! —interrumpió la Black Mage, que no quería soportar un coro infinito de sis y nos —. Ve a buscar nuestras bebidas, anda.

Shruikan obedeció a regañadientes.

—Entonces, ¿dices que siempre eres así de estoico? —preguntó Fenris, recostado sobre la silla —. ¿Te diviertes alguna vez, cuentas chistes? Cualquiera diría que eres uno de esos tipos súper obsesionados con el juego que no salen de su habitación. 

—Sé chistes —dijo él.
—¿Oh? Ilústrame, pues.

—Van dos y cae el de en medio.

Fenris y Sheba intercambiaron una mirada de circunstancias. La chica tenía los labios apretados en una linea fina, pero a él se le escapaba la risa por debajo de la nariz.

—Eso era el chiste —explicó Ulquiorra, como si no entendiera por que no les hacía gracia.

Para cuando Shruikan y Seras volvieron con las bebidas, Fenris se estaba riendo a gusto.

—Me parece que habrá que mejorar tu sentido del humor —concluyó, y le echó un buen trago a su copa de vino.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on June 29, 2015, 04:55:57 PM
hahaharl :v



Capítulo 19: (Don't) follow the golden halla


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg)


A la mañana siguiente, tras tomarse un merecido descanso, volvieron a partir hacia el norte, haciendo el camino a la inversa que habían planeado al salir de Prorencia dos días antes.

Bajaron de la ciudad de las nubes, haciendo el recorrido a pie, aprovechando las peleas con los monstruos que aparecían para subir algunos niveles. Seras había notado mucho el cambio de un job al otro; tenía mucha experiencia acumulada como Novice, y los primeros niveles de Merchant lo subió con rapidez. Sus ataques eran más fuertes, y los monstruos podían empezar a ir con cuidado alrededor de ese cuchillo suyo.

En los momentos de calma, Seras finalmente le había pedido consejo a Ulquiorra, más experimentado y, por una vez, el otro no estaba haciendo un monólogo, si no que realmente parecía estar explicándole las cosas de forma que ella pudiera entenderlas. No ponía cara de estar muy contento con el cambio de ritmo, pero ella había insistido.

—Entonces —decía Seras, anotándose la nueva información mentalmente —, ¿hay objetos que es mejor no vender enseguida si no que hay que combinarlos con otros?

—Correcto —afirmó él —, aunque hay que tener en cuenta la especialización de la rama de Merchant que se tenga y los jobs adquiridos. Hay objetos que sólo los pueden crear los Alchemist, los Mechanic o los Blacksmith. La rama de Gunslinger, que tengo entendido que es la que te interesa, puede fabricarse sus propias municiones mejoradas. Cada uno tiene su propio abanico de creaciones. Lo ideal, es quedarse los objetos útiles para fabricar objetos exclusivos del oficio, y luego vender éstos a personas que no podrían obtenerlos de otra forma. Es lo que hacen, por ejemplo, las personas que quieren conseguir mejoras para su equipo. Luego, si tienes materias primas que no son útiles en tu rama, puedes venderlas a otras jobs que sí las utilicen.

—Entiendo —dijo Seras, que contra todo pronóstico empezaba a sentir la emoción del comercio —. ¿Yo podría hacer combinaciones de éstas?

—No de momento. Necesitas una especialización de job para poder utilizar la fabricación y alteración de objetos.

Ulquiorra se ciñó a la versión corta de la explicación, y como no se entretenía en detalles innecesarios, su discurso resultaba incluso interesante. Los demás escuchaban la conversación entre los dos Merchant. Ambos cargaban con el carro; Ulquiorra instado a Seras a hacerlo y a recoger todos los objetos que pudiera para empezar a llenarlo.

—Y ahora que ya soy Merchant, ¿podría empezar a usar armas de tiro? —preguntó ella.
—Necesitas la especialización de Machinist primero.

—Oh. —La decepción sólo le duró un instante, desapareciendo tras un ceño fruncido en determinación —. Esto de Merchant es más duro de lo que creía. ¡Pero también es muy interesante!

—Sólo los primeros niveles presentan alguna dificultad —dijo Ulquiorra, como si para él no hubiese sido nada del otro mundo.

—Sabía que sabrías llevarlo —comentó Sheba, con una sonrisa traviesa y le guiñó el ojo, de considerable mejor humor comparado con los días anteriores.

Seras asintió y luego volvió a mirar al Alchemist.

—¿A ti que es lo que más te gusta de ser Merchant?

—¿Lo que más me gusta? —repitió, como si no terminara de entender la pregunta. Luego volvió la cabeza al frente, pensativo.
—¡Ey, los de ahí atrás! —interrumpió Shruikan con un grito antes de que pudiera darles una respuesta —. ¡Está muy bien que os la paséis charlando, pero ayudad con los monstruos también!

A su lado, Fenris acababa de un mandoblazo con los lobos que les estaban atacando. Estaba tan callado como ayer, pero parecía que eso de machacar monstruos le sentaba bien, porque ponía mejor cara.

La Samurai le dirigió una silenciosa mirada de aprobación. Después, cuando hubieron eliminado a todas las criaturas, se acercó a sus otros compañeros.

—¿Qué tal, chicas? ¿Cómo vamos? —preguntó en tono vivaz —. ¿Aún seguís con eso del merchandeo?
—Sí, más o menos —respondió Seras de forma similar.

Entonces, Shruikan se le acercó más y le habló bajito, preguntándole:
—¿Sigues pensando que no es de fiar?

La otra se alarmó un poco, como si la estuviera acusando.

—No... no es mal chico, supongo —admitió. Parecía que el rato de charla de hoy, junto al relajo de ayer, habían hecho que mejorase ligeramente la opinión que tenía de Ulquiorra —. Pero no sé... Es muy desapasionado. No creo que sea de la clase de persona que te apuñalaría por la espalda sin razón, pero tampoco creo que apartase el cuchillo si lo viese venir. No parece que le importe nada.

—Pareces muy convencida —dijo la Samurai, como si lo encontrara curioso. La otra hizo un gesto de la mano, restándole importancia.
—Prácticamente la mayor parte de mi trabajo consiste en juzgar a la gente por sus impresiones.

—Ey, vosotras dos, ¿qué cuchicheáis? —les gritó Sheba.
—Nada, nada —respondió la Samurai, y luego cambió de tema —. Sheba, ¿falta mucho para Eruyt Village?

La Black Mage consultó el mapa en su Omnitool un momento y después negó con la cabeza.
—No. Si seguimos andando, en unos minutos podremos verla al otro lado de la colina.
—Bien, porque ya me está empezando a da-...

Se interrumpió a si misma con una exclamación de sorpresa cuando un animal parecido a un ciervo les cruzó el paso, rápido como un bala, casi llevándosela por delante.

—¿Habéis visto eso? —exclamó, llevándose una mano al pecho por el susto —. ¡Casi me atropella el ciervo ése!

—No era un ciervo —la corrigió Fenris, que tenía un brillo calculador en la mirada y los ojos puestos en el punto por el que el animal se había adentrado al bosque.

—Era una halla dorada —terminó Ulquiorra, que miraba hacia el mismo sitio.
Shruikan abrió los ojos como platos.

—¡¿Qué?! ¡Dios mío, no me he fijado! ¡¿Y qué hacemos aquí plantados como bobos?! ¡Todos tras la halla!

Katana en mano, echó a correr hacia el interior del bosque de forma casi sincronizada con Fenris y Ulquiorra.

—¿Qué pasa con ese monstruo? —preguntó Seras, desconcertada mientras les seguía junto a Sheba, corriendo tras ellos.

—Las halla son un tipo de monstruo —empezó a explicarle la otra —, y de vez en cuando aparece un ejemplar con el pelaje dorado. Si lo cazas, te dan una fortuna por sus materiales en la tienda, son muy valiosos.

Siguieron corriendo por el bosque, siguiendo el rastro invisible del animal hasta que por fin atisbaron un destello dorado escurriéndose entre los árboles.

—¡Allí está!

Fueron tras ella y Sheba, siendo de las pocas que podía atacar a distancia, lanzó un hechizo de rayo en su dirección. La descarga falló por poco y fue a estrellarse contra un árbol cercano, que crujió y se agrieto mientras echaba humo. La Black Mage chistó y volvió a intentarlo una, dos, tres veces, y en todas falló por cuestión de centímetros.

—¡Sheba, no atinas ni una! —la reprendió Shruikan, que era la más rápida y poco a poco iba ganándole terreno a la halla. Si no se cansaba antes, dentro de unos segundos podría alcanzarla.

—¡Maldita sea, no es fácil darle si se mueve tan rápido! —protestó la Black Mage. El animal se movía por el bosque como un pez dentro del agua, con saltos gráciles que recorrían distancias a una velocidad que parecía imposible.

Entonces, Ulquiorra, aprovechando que pasaban por una especie de claro con menos árboles, lanzó una de sus granadas al suelo, que estalló, liberando una gran cantidad de púas de hielo y una de ellas alcanzó al monstruo en una pata. La halla dorada gritó y trastabilló hasta caer a los márgenes del bosque y rodando por la ladera de la colina.

—¿Decías? —Shruikan saltó tras ella con una sonrisa triunfal. Más abajo, la halla trataba de ponerse en pie con una de sus patas traseras sangrando. Había caído a otro claro, más despejado y con un gran muro de piedra al frente. Habían logrado acorralarla.

La Samurai ya saboreaba el dinero que iban a conseguir, acercándose por detrás con la katana en alto dispuesta a darle un corte certero, cuando de pronto algo la embistió con mucha fuerza por el costado, lanzándola rodando por el suelo.

—¡Shruikan! —la llamó Fenris, viendo como su amiga era arrojada al suelo de aquella manera.

La culpable había sido otra halla, ésta del habitual color blanco impoluto, aunque mucho más grande de lo normal, alta como un gran caballo. El animal se encabritó, agitando las patas delanteras mientras chillaba. Cuando volvió a clavar las pezuñas al suelo, bajó la cabeza, mostrando los largos y retorcidos cuernos de forma amenazante.

Parecía estar defendiendo la halla dorada a sus espaldas. Había algo inusual en ese animal, tanto por su comportamiento como por su aspecto, y Fenris no se atrevió a atacar en un principio. A su lado, Ulquiorra preparaba una nueva granada con llamas arremolinándose en su interior, pero antes de que pudiera lanzarla, una saeta brillante cruzó el aire en un parpadeo y se estrelló contra ella, que estalló en un mar de llamas en la mano de su portador.

Ninguno de ellos la había visto venir.

—¡Cuidado! —exclamó Sheba que llegaba tras ellos, vara en mano.

A pesar de las circunstancias, Ulquiorra demostró tener suficiente entereza y habilidad restantes como para esquivar las dos siguientes flechas dirigidas contra él con una precisión mortífera. Quedaron clavadas en el suelo, sin alcanzar su objetivo, en pequeños cráteres del tamaño de una pelota de tenis creados con la fuerza del lanzamiento.

Era dardos cortos, de ballesta, disparados con intenciones claras de matar.

Tras esquivarlos, Ulquiorra había quedado medio encorvado, con el brazo derecho extendido lejos del cuerpo. La manga de su abrigo blanco había quedado prácticamente hecha cenizas y la piel pálida de debajo estaba enrojecida y brillante con claros signos de quemaduras graves.

No hacía ningún esfuerzo para ocultar la mueca de dolor en su rostro, con los dientes apretados y el ceño fruncido. Era la mayor expresión facial que le habían visto hacer, pero no estaban en circunstancias de sorprenderse.

—Marchaos —se escuchó entonces una voz clara de entre los árboles —. Dejad a esta criatura en paz.

—¿Quién coño eres tú? —exclamó Shruikan, que se había puesto de nuevo en pie con las costillas doloridas —. ¡Da la cara!

Y dichas esas palabras, una figura verde saltó de entre los árboles.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on June 30, 2015, 11:29:55 AM
~+15~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)



—¿Y por qué no te hiciste blacksmith?

—Quería cambiar de aires —Fíli se encogió de hombros— si no habría acabado cogiendo manía al trabajo y además, me gusta jugar de ataque.

Airin puso las dos manos en torno a la parte superior del brazo del chico, intentando abarcar su bíceps entre ambas y quedándose corta por un par de pulgadas. Pestañeó con admiración mientras apretaba las yemas de sus dedos sobre el músculo de Fíli.

—¿Me estás dicendo que un joven heredero —remarcó las palabras con incredulidad— de familia de dinero, pasa sus ratos libres trasteando en un taller de forja casero?

—Bueno, es una afición como cualquier otra, —se defendió el rubio algo avergonzado ante el escrutinio— Y después de todo el día sentado en una silla de oficina necesito algo para desconectar.

—Lo que pasa es que le gusta aporrear cosas, —Kíli le hizo una mueca burlona a su hermano— y como yo ahora soy más alto que él...

Las manos de la chica aún en el brazo de Fíli impidieron que el arquero se llevase un zape.

—¡Pero mira qué brazos! ¡Que si me pegas me pones en órbita! —exclamó haciendo reír al muchacho.

—No me vas a decir que no has visto nunca tíos más grandes que yo, porque en Prorencia había cada uno que...

—No hombre, claro que he visto, grandes y anchos y tochos, pero el noventa y ocho por ciento de todos esos tipos son carne de juego, gráficos de apariencia sobrecompensados. Pero tú eres de verdad, y es raro encontrar gente que no... hm, mejore drásticamente su aspecto aprovechando la creación de personaje. En mi antigua party, había... —Airin titubeó con el ceño fruncido

—¿Estás emocionada porque mi hermano está bueno dentro y fuera del juego? —A esas alturas Kíli sabía de sobra que el tema de sus antiguos compañeros era un punto sensible para la chica, y él no era alguien predispuesto a dejar que otros perdieran sus ánimos pudiendo hacer algo al respecto.

—¿¡Eh!? ¡No no no no no! ¡No me saques de contexto!

—¿Debería de ponerme celoso? —Su distracción había surtido efecto, y aguantando una sonrisa para esbozar un gesto pensativo y preocupado, Kíli se retiró el pelo de la cara en un gesto que sin saberlo le hizo parecer adorable— Bueno, Fíli siempre ha sido el hermano guapo.

El aludido había estado observando primero divertido y luego con los ojos como platos cómo su hermano pequeño ponía el cebo y tendía la trampa con habilidad. Realmente había que verlo desde fuera para poder apreciar la jugada. Pero Kíli, acostumbrado como estaba a usar desde siempre el argumento de "mi hermano mayor es genial y lo hace todo bien y yo no" para dar pena y salirse con la suya en casa no había tenido otros detalles en cuenta.

—Me estás liando. —Airin entrecerró los ojos y agarró al arquero por los hombros con seriedad. Y lo agitó— ¡Estás pescando, estás pescando cumplidos descaradamente! ¡Quieres que te diga lo guapo que eres y lo bueno que estás tú también!

—¿Crees que estoy bueno? —Kíli boqueó ante el abuso inesperado, sonrojándose. Su compañera lo soltó como si quemase.

—Irrelevante. —Airin se echó la trenza pelirroja por encima del hombro y comenzó a andar camino arriba siguiendo el rastro que había dejado Pip minutos antes.

—¡Crees que soy guapo y estoy buenorro! —Kíli voceó con las manos a ambos lados de la boca, mientras su hermano reía.

—¡¡IRRELEVANTE!!

—Oh sí, nena~ —canturreó a gritos.

—¡TÍO PIP PRÉSTAME UN RIFLE!

Fíli se limpió las lágrimas con el dorso de uno de los guantes, intentando entre carcajadas llevar oxígeno a sus pulmones, y chocó una mano en alto con su hermano, que sonreía divertido. Tal para cual.



Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on June 30, 2015, 01:49:35 PM
Oh, oh :v ... Aquí los dos sets que describe Neko en este aporte: 1 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/40_anir_bsset.jpg), 2 (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/40_anir_kittyset.png)





40. Hola, me alegro de verte

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)

Según el reloj que colgaba en la pared, era mediodía y el sol brillaba sobre Sanctuary, reflejando su luz sobre la nieve.
La stamina de Anir estaba bajo mínimos, aunque la chica seguía dando golpecitos con un martillo suizo contra una pieza mientras los ojos se le cerraban.

De repente paró, dejando la tarea de lado, completada en un setenta y dos por ciento. Irguió la espalda y bostezó. Se frotó los ojos y se dejó caer sobre la mesa de trabajo, rindiéndose al cansancio.

Un hora después, Milo asomó la nariz en el taller que sabía que Anir estaría usando y la vio allí, con la mejilla apretada contra la mesa y los brazos agarrados a lo que parecía ser un motor. Levantó el cuerpo de Anir del taburete y el asiento rodó un poco después de verse libre de su peso.
Depositó a su compañera sobre un sofá que encontró a un lado del taller y le revolvió el pelo con cariño antes de salir y encontrarse con Crane, que le levantó una ceja.

—¿No sale a comer? —preguntó la dancer.

—Está dormida —explicó Milo—. Dale un rato, podemos volver a la hora de la cena.

Yuzuriha rodó los ojos antes de sonreír con cariño y encogerse de hombros.

—Podemos aprovechar la tarde para entrenar con Hyoga, le falta poco para poder hacer la quest de sorcerer. —propuso la chica.

—Y a ti para hacer la de gypsy. —recordó Milo mientras empezaba a alejarse por el pasillo.

—Sí… tú ya podrías haber hecho de la minstrel hace un tiempo. —replicó Yuzuriha, echando a andar tras su compañero.

—Es que te estaba esperando, cariño —dijo Milo antes de guiñarle un ojo—. Pronto… seremos tercer nivel.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/ikki2.png)

Anir se despertó de repente y miró a su alrededor, confundida. No tenía memoria de haberse movido al sofá.
Se rascó la cabeza, enredando un poco más su pelo, comprobó la hora en el reloj de pared, seis y media,  y después miró el nivel de su stamina en la omnitool, sobre el setenta y cinco por ciento llena.

Bostezó, simplemente porque le apetecía y se frotó las manos.

—Me queda batería para rato… —murmuró antes de levantarse para seguir con el motor en el que había estado trabajando.

Aunque después de darle un par de vueltas, decidió darse una ducha y hacerse presente en la sociedad. Comer tampoco le sentaría mal.
Volvió a dejar su trabajo aparcado, aunque ordenó la mesa antes de ir a su habitación para asearse y cambiarse de ropa.

Una vez limpia y envuelta en una toalla, empezó a mirar en su inventario, decidiendo la ropa que llevaría. Buscó entre varios sets, pensando qué iba a hacer en las próximas horas.
Saldría al mundo en misión social. Su objetivo era pasar tiempo de calidad con algunos conocidos, incluso mezclarse más con sus compañeros de Guild para conocerlos mejor.

Sacó un set y lo depositó encima de la cama. Era un conjunto sencillo, que consiguió cuando se hizo blacksmith. Algunas partes las había fabricado ella misma.
Constaba de una camiseta blanca, con escote fruncido y tirantes anchos que solía dejar caer por sus hombros, un corsé marrón que se ajustaba a la parte de abajo de su sujetador a la perfección y unos de sus pantalones cortos más queridos. Eran marrones, con rayitas verticales algo más oscuras y le quedaban anchos. Solía acompañar el set con unos guantes cortos y unas botitas por encima del tobillo, decoradas con lazos y alguna cadena. Añadió un cinturón de herramientos y una gorra gris, con gafas de aviador. Y después de pensarlo mejor, dejó caer al lado una cazadora de cuero y unas medias que le ayudasen a combatir el frío de Sanctuary.

—Y un colgante. Uhm… y pendientes y unas pulseras. —dijo antes de darse por satisfecha.

Luego arrugó la nariz. La ropa que había elegido era cómoda, funcional y daba la sensación de blacksmith a kilómetros. Pero lo que quería era hacer amigos.
Buscó un poco más entre su inventario hasta que dio con un set que hacía tiempo que no usaba. Tuvo un momento de indecisión, pero después arrastró la ropa desde el inventario hasta la cama, dándose golpecitos entre las clavículas mientras intentaba decidir cómo se sentía al respecto de ese set.

Aquel era el kitty set. Había sido un regalo de Ikki, una broma que le había hecho tiempo atrás.
Ese conjunto tenía un chaleco negro ajustado, con botones anchos y dejaba el pecho y la parte superior de la espalda al descubierto. La camisa, también negra, tapaba el pecho y lo adornaba con chorreras de puntilla negra que caían encima del chaleco.
También tenía un cinturón ancho, marrón, a conjunto con la falda. La propia falda era corta, casi una de las más cortas que Anir había llevado en el juego, era ajustada hasta llegar a la parte más ancha de la cadera, donde llevaba plisado. Debajo tenía otro plisado en negro, que le daba algo más de vuelo a la falda y una enagua cortita que apenas asomaba, rematada con puntilla negra.

Ikki había tenido el detalle de comprarle también las medias negras y los botines marrones. Hasta le había comprado un gran cascabel plateado con un lazo negro para llevar al cuello. Y la cola de gato. Y, sobre todo, la única cosa que había querido Anir: la kitty band.
Aquellas orejitas peludas que había estado una semana intentando conseguir, pero que los malditos mapaches no querían soltar por mucho que matase uno tras otro.

La única reacción de Anir al ver el set completo había sido inesperada para Ikki y le había sacado una carcajada.

—Pero yo quería las blancas, Ikki. Las orejas blancas. ¡Putos mapaches! —había gritado Anir antes de aceptar el regalo.

Unas horas después estaban en una plaza de Prorencia, sentados en la terraza de una taberna, bebiendo cócteles en pajita mientras Neko estrenaba su nuevo set.

Anir dejó salir una risita triste ante el recuerdo y sacudió la cabeza. Pero después de pensarlo mejor, dejó caer la toalla y arrastró el primer conjunto a la barra de acceso directo, antes de empezar a vestirse con el segundo.
Lo hizo manualmente. Hacía tiempo que no se vestía así y la sensación de las medias entre sus dedos era lo suficientemente real como calmar su sed de volver a casa.

Hasta se puso un poco de maquillaje y unas gafas de aviador a las que le había cambiado los cristales por unos relojes antes de salir de su habitación, dando saltitos con las manos en la espalda y una sonrisa tranquila en sus labios.

No había salido aún de la zona de habitaciones cuando se encontró con Ikki, que giraba la esquina con la cabeza gacha y una mano sobre el puente de la nariz.
Neko arrugó las cejas. Aquel gesto era uno de los que delataban a Ikki cuando le dolía la cabeza o algo le preocupaba.
La mechanic paró de caminar y dio un saltito, haciendo sonar su cascabel.

—¡Ey! —llamó la atención de Ikki.

Él echó una mirada rápida, apenas registrando quien le hablaba.

—Ah, hola. —dijo rascándose la nuca, volviendo a agachar la cabeza.

Neko levantó las manos para toquetear el cascabel mientras caminaba hacia Ikki, aún sin saber bien cómo dirigirse a él.

—Hmn, ¿qué tal todo? —decidió preguntar al final.

Ikki suspiró cansado y levantó la cabeza, arrugando las cejas al darse cuenta de lo que Neko llevaba puesto. Las aletas de la nariz se le ensancharon un poco. Y al final dejó salir una única carcajada ronca.

—¿Qué haces con eso?

Neko se miró y luego se encogió de hombros.

—Vestirme.

Ikki apoyó el hombro en la pared y se cruzó de brazos, ladeando un poco la cabeza.

—Nunca te quedó bien. —dijo, con los ojos fijos en el gran cascabel y la cara seria.

Anir parpadeó un par de veces, notando una opresión en el pecho. Podía notar el corazón contra sus costillas. Por un momento Neko olvidó donde estaba, que todo era un gran simulador, el dolor en el pecho era demasiado real.

—Como si me importara tu opinión —espetó Neko, con los hombros crispados y las cejas arrugadas.

Volvió a caminar, con pasos fuertes y decididos, rozando a Ikki al pasar a su lado.
Él se frotó la cara al darse cuenta de que Anir se iba enfadada y se dio la vuelta para detenerla.

—Neko, espera. ¡Espera!

La oyó bajar las escaleras a saltitos, pero no fue tras ella.

—No era eso lo que quería decir… —murmuró.

Y una parte de su mente pensó que hacía tiempo que ya era demasiado tarde como para hacerse entender.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/fili2.png)

Neko había salido disparada de la Guild, sin parar hasta llegar a un parque.
Su respiración acelerada creaba nubes de humo en el aire helado y quemaba sus pulmones por dentro. Se frotó los brazos y empezó a caminar más lentamente hasta sentarse en un columpio. Las cadena chirriaron mientras ella se balanceaba suavemente.

Intentaba recuperar un ritmo normal. Los ojos le picaban y sabía que había dicho una gran mentira. Claro que le importaba la opinión de Ikki. Aunque deseaba no hacerlo.
Se agarró a las cadenas del columpio y echó la cabeza hacia atrás mientras cogía aire, cerrando los ojos para no llorar.

Un brillito la desconcertó, sacándola de su estado para hacer que mirase a su muñeca. La omnitool le avisaba de que tenía mensajes por mirar.
Apretó los ojos, aspirando por la nariz, intentando no arruinar su maquillaje y después de un suspiro fuerte abrió la omnitool, quitando la opción de silencio y reproduciendo el mensaje. Era de GoldenLion. Le preguntaba cómo estaba.

No estaba bien, pero no le iba a decir eso. Neko se rió un poco, con la tristeza haciendo ecos en su voz y volvió a tomar bocanadas de aire hasta que lo dejó salir de golpe y contestó.

—¿Dónde estás? —escribió en la omnitool a la vez que lo decía en alto, dictándose a sí misma.

Se frotó un poco los brazos otra vez, resoplando a la espera de una respuesta que no tardó en llegar. Estaban en Snowbelle.

La mechanic levantó la cabeza, mirando a un lado y a otro. El warp no estaba lejos de allí y Snowbelle era la parada más cercana, no era caro.

—¿Vais a estar mucho rato ahí? —volvió a preguntar.

GoldenLion le dijo que sí y Neko se levantó de golpe y salió disparada hacia el warp, andando lo más deprisa que podía mientras tecleaba, diciéndole que estaría en un momento en el warp de la pequeña ciudad.

Fiel a su palabra, casi diez minutos después, su cuerpo apareció en Snowbelle y dio un par de pasos en el pavimento, buscando a GoldenLion y su party con la mirada.
Aspiró por la nariz y se rascó la punta con un nudillo, sin haberlos encontrado.

—¿Neko? —preguntó una voz a su espalda.

Anir se giró con tanta fuerza que su pelo flotó a su alrededor por un momento antes de asentarse.

—GoldenLion… —dijo al verlo y le dedicó una sonrisa pequeña— Hola, me alegro de verte.

—Ah… Yo también, ¿estás bien? —preguntó él, acercándose un paso más a ella.

—Eh, sí, sí —contestó antes de volverse a frotar la nariz con la base de la mano.

—Es que como vas vestida así… —dijo él, algo titubeante.

Anir se volvió a mirar y se le crisparon un poco los hombros.

—Ah… no me pega, ¿verdad? —murmuró ella, antes de reírse un poco.

Lo siguiente que notó fue el peso de algo caliente sobre sus hombros. Al agarrarlo se dio cuenta de que era un abrigo, el mismo que había llevado GoldenLion hasta un momento antes.

—No lo digo por eso, te queda bien. Pero te vas a enfríar, mujer.

Pasaron unos segundos sin que ninguno dijera nada. Anir mirando al suelo y Fíli a Anir, que movía una pierna de forma nerviosa.
La chica se puso las mangas del abrigo, le venía enorme, y se arrebujó en él.

—Gracias. —dijo antes de levantar la cabeza y sonreírle con picardía.

Él también le sonrió, tímidamente, mientras se ponía las manos en los bolsillos del pantalón.

—De nada.

Y se le pegó lo pillo de Anir, enseñando los dientes mientras los ojos le brillaban de una forma diferente.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on July 30, 2015, 07:23:25 PM
yo tendría que haberme ido adormir ya y aquí estoy :v
Thingus! El bicho que aparece en este aporte es la rathian (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/MH4-Rathian_Render_001_zpsvooju9pv.png) del monster hunter. Y N (por fin!) lleva una ropa muy parecida si no casi igual a la de Artemis (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Referencies/artemis_zpscagdatmh.png) del juego Smite. Aunque versión masculina, claro está :B


Capítulo 20: Egg hunt: Green hunter


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg)


Su atacante hizo acto de presencia, dando un salto fluido desde su escondrijo en la copa de los árboles y plantándose firmemente en el suelo. Se trataba de un muchacho alto, y no era de extrañar que no le hubieran visto siendo como todo él iba vestido de color verde y marrón, camuflado de forma perfecta con los colores del bosque.

Incluso su largo cabello era verde, cayéndole por detrás en mechones desordenados. El sombrero de ala ancha que lucía también era verde, y la capa que le colgaba sólo del hombro derecho, también. Lo único que no seguía esa dualidad cromática eran sus ojos de un azul apagado, casi gris.

Su mano derecha sujetaba una ballesta de madera pulida y labrada con adornos, de aspecto simple pero que había demostrado de sobra su poder destructivo en manos de esa persona. La tenía alzada en su dirección. En el carcaj que llevaba a la espalda, había dardos de sobra para cada uno de ellos.


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)

—Marchaos —repitió, con voz clara —. No dejaré que le quitéis la vida a este animal.

—¿O qué, vas a matarlo tú? —le espetó Fenris —. ¿Estarías dispuesto a matar gente para quedarte con la halla? —Hizo un gesto con el brazo hacia Ulquiorra, como poniéndole de ejemplo.

Éste, ni corto ni perezoso, se había echado ya una poción y un cataplasma para las quemaduras, de forma que la hinchazón y la rojez de su piel remitían rápidamente. Aliviado el dolor, su rostro había vuelto a la expresión vacía de siempre, dirigiéndole una mirada fija y penetrante al desconocido.

—Ahora podemos morir de verdad —intervino Seras, cuchillo en mano —. Si peleamos podríamos acabar mal. ¿De verdad quieres eso?

—Lo sé —respondió el otro, referente a lo primero, sin bajar la ballesta —. Vi el anuncio en el cielo, me da igual. No me importa lo que suceda con vosotros fuera de aquí; no lo permitiré.

—Oh, por favor —exclamó Shruikan, poniendo los ojos en blanco —. Sólo es un bicho hecho de datos, ¿para qué...?

No pareció que eso fuera lo que el chico quería oír, porque al segundo siguiente, la Samurai tenía una flecha clavada en el hombro. La fuerza del proyectil fue suficiente para mandarla de nuevo hacia atrás, de espalda contra el suelo.

—Esto también está hecho de datos. Tengo entendido que duele —dijo el muchacho con frialdad.

Shruikan, gruñó desde el suelo. Había perdido una cantidad considerable de puntos de vida sólo con una flecha. La tomó con una mano y se la arrancó del hombro con un quejido dolorido.

—Vale. Lo he pillado. Eres de la PETA de los animales virtuales o algo así.

El otro volvió a levantar el arma. Había demostrado ser capaz de disparar esa ballesta con una velocidad muy superior a la de ninguno de ellos.

—No me gusta nada este tonito tuyo —advirtió.

—¡Un momento! —gritó entonces Sheba, interponiéndose entre ellos dos con los brazos en alto —. No vale la pena que nos matemos entre nosotros por esto. Prefiero conservar mi vida a que alguien la pierda por un puñado de materiales.

Aunque estuviera en inferioridad numérica, el otro tenía la pinta de ser un Beast Master que les sacaba muchos niveles y con el apoyo de un monstruo bien entrenado. Seguramente conseguirían abatirle al final, pero no iba a ser tarea fácil. La halla dorada no merecía el esfuerzo.

Como si les pudiera leer la mente, el animal levantó la cabeza, sacudió las orejas y salió corriendo (cojeando, eso sí), adentrándose entre los árboles. Nadie la siguió, pues eso implicaba arriesgarse a terminar con un dardo en la espalda.

—¿Vais a dejarlo entonces? —preguntó el otro. Parecía que su actitud agresiva se suavizaba un poco.

—Que remedio. —Fenris bajó la espada, con el ceño fruncido, pero no la soltó.

—Sí claro, ahora que ya me han dejado como un colador lo dejáis estar, hijos de puta —gruñó Shruikan, poniéndose de pie por segunda vez.

El desconocido la miro con lo que parecía condescendencia, y justo entonces un intenso chillido desgarró el cielo, proveniente de un lugar no muy lejano. Los pájaros piaron de forma alarmada y salieron volando de las copas de los árboles, asustados. El rostro del Beast Master se volvió en esa dirección y en él apareció un deje de preocupación.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Seras, con la cabeza levantada al cielo.

—No lo sé... —respondió la Black Mage, igual de desconcertada que ella.

A lo lejos se escuchó un estruendo amortiguado por la distancia. Parecía el ruido que hacían los árboles al romperse y caer.

Y entonces, un par de personas salieron corriendo de entre la maleza. Aparecieron tan de repente que el primero no tuvo tiempo de frenar y chocó estrepitosamente con Sheba, cayendo ambos al suelo.

La segunda, una mujer, se detuvo a tiempo para no venírseles encima ella también, lo cual hubiese sido un problema mayor y que cargaba con lo que parecía un enorme huevo de color marfil con ambos brazos. Su cara reflejaba la consternación del momento, enrojecida por el esfuerzo de correr con el peso extra, así como una pincelada de miedo.

Su mirada pasó por todos ellos, desconcertada, hasta detenerse sobre el muchacho de verde, y sus ojos se tiñeron de temor.

—¡Tú!

—Vosotros —replicó él, en un tono frío y afilado como un cuchillo —. ¿No os había advertido ya de lo que os sucedería si volvía a encontraros?

Levantó la ballesta en dirección a la mujer, pero antes de que pudiera disparar, el hombre volvió a levantarse, poniéndose en el punto de mira. Hubiese sido un gesto heroico por su parte si no estuviera sujetando a Sheba delante de él como escudo, rodeándole el cuello con un un brazo y un cuchillo bajo la garganta.

—¡Dispara y ella muere! —gritó. Su tono era apremiante, casi desesperado, como si tuviera prisa... o estuviera aterrado. La mujer a sus espaldas iba echando miradas nerviosas por encima del hombro, cambiando el peso de una pierna a otra.

—¡No dispares! —gritaron Shruikan y Seras a la vez, discordantes.

El Beast Master les dirigió una mirada de soslayo, indiferente, pero hizo como le decían y no disparó.

Volvió a escucharse un rugido, esta vez mucho más cerca. El estruendo entre los árboles también había aumentado, y resultaba obvio por el sonido que había algo muy grande que se estaba acercando a marchas forzadas. La halla del otro agitó la cabeza y relinchó de forma inquieta.

—¡Tenemos que irnos, ahora! —le gritó el hombre a la mujer. Ella asintió y empezó a rodear el claro donde se encontraban, sin darles la espalda a ninguno. El otro se mantuvo delante de ella todo el rato, interponiendo a Sheba entre ellos. La Black Mage no había dejado de forcejar pero el hombre no parecía dispuesto a dejarla ir; cuanto más se movía, más fuerte le apretaba el cuello. Al final, tuvo que dejar de resistirse, notando que le faltaba el aire y que empezaba a ahogarse.

Y cuando hubieron cruzado el lugar de esa forma, echaron a correr de nuevo, perdiéndose entre los árboles y llevándose a Sheba con ellos.

—¡Maldita sea! —masculló Shruikan.

Sin perder tiempo, el muchacho de verde bajó la ballesta y se acercó a su halla, subiéndose a su lomo con un único y fluido movimiento, montándola a pelo.

—¡Apartaos del claro! —les gritó. Después le dio una palmada al animal, que se encabritó con un relincho y salió al galope hacia delante, en la misma dirección por la que se habían ido los otros tres.

Lo que fuera que se encontraba en el bosque, estaba tan cerca ahora que el suelo temblaba.

—¡Rápido! —dijo Fenris. Llevado por un presentimiento, agarró a Shruikan y a Seras por el brazo y tiró de ellas hasta el límite de los árboles. Ulquiorra ya estaba allí, detrás de un tronco.

Y entonces, el límite este del claro pareció estallar por entero. Salieron árboles partidos y bloques de tierra volando por los aires, acompañados por una intensa nube de polvo que cubrió toda la cercanía. De entre ella, aparecieron un par de alas membranosas inmensas. Batieron una vez y el aire se esparció, limpiándolo y revelando la figura de un gran dragón, con escamas de color marrón y verde.

La bestia chilló y se removió inquietamente por el claro, como si buscase algo. Olfateó, y de pronto, su cabeza triangular se volvió en su dirección, con unos ojos naranja brillantes y visiblemente furiosos. Gruñó, y de sus fauces entreabiertas salió un pequeño flujo de llamas y humo entre los dientes puntiagudos.

Pero entonces, cuando parecía que iba a abalanzarse sobre ellos, se escuchó un ruido a lo lejos, una voz que gritaba, y el característico sonido de una halla. El dragón dirigió su atención hacia esa dirección y rugió antes de salir corriendo, llevándose árboles y tierra por delante. Lo último que desapareció fue su larga cola, al final de la cual había una protuberancia llena de púas.

Atrás, pareció que todos soltaban el aire que habían estado conteniendo, aliviados.

—¡Un dragón! —exclamó Shruikan, pasada la impresión inicial.

—Técnicamente, es un guiverno —la corrigió Ulquiorra —. Sólo tiene cuatro extremidades y no seis como los dragones.

—¡Qué más da! ¡Tiene escampas, vuela, y echa fuego, eso es lo que importa!

—Antiguamente, se consideraba que la propiedad característica de los guivernos, más que echar fuego, era su capacidad para generar un potente veneno que-...
—¡Dejadlo ya! —les interrumpió Seras, agitando los brazos —. ¡Tenemos que ir a rescatar a Sheba!

—No podemos dejarla con esos, eso está claro —coincidió Fenris, asintiendo con la cabeza —. Aunque sea una chica capaz, tres enemigos y un dragón no son una compañía grata, precisamente.

—¿Estás contando al chico de verde como enemigo? —le preguntó Shruikan.
—Es un guiverno —repitió Ulquiorra, pero nadie le hizo caso.

—¿Tú crees que podemos fiarnos de ése? —gruñó el Knight, con desdén —. No me parece una costumbre sana fiarme de cualquiera que haya apuntado una ballesta en mi dirección.

—Una costumbre más que aceptable —dijo Shruikan, desenfundando su katana —. ¡Vamos!

Echaron a correr, siguiendo el rastro de destrucción que el monstruo había dejado a su paso, y con suerte conseguirían alcanzar a los otros antes de que se metieran en un buen lío. Un lío muy grande, de color verde, con muchos pinchos, y que echaba fuego por la boca.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on July 31, 2015, 02:04:31 PM
Creo que hoy no tengo enlaces que traer \o/ Bonding time!





41. ¿Vengo en mal momento?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/pip2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/airin2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/kili2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/fili2.png)

—¡Eh, tortolitos! —se oyó la voz de Pip desde un costado— A mirarse tiernamente a los ojos cuando yo no esté delante.

Anir echó una carcajada y trotó hasta Pip para envolverlo en un abrazo. Pronto se convirtió en una competición de a ver quién aguantaba más presión sin quejarse, hasta que Pip levantó a Anir del suelo, que sacudió sus piernas antes de que su amigo volviera a dejarla en el suelo.

—Te haces echar de menos, ¿eh? —comentó Pip, rascando detrás de una de las orejitas de peluche.

—Ay, sí, sí… ahí. —dijo Neko mientras ladeaba la cabeza, moviéndola para intentar encontrar el punto justo donde quería ser rascada.

En algún momento, Pip cambió sus manos a los hombros de Neko, empujándola hacia delante mientras dejaba que los demás integrantes de la party la saludasen.
Neko respondió animada a Brightblade y SilverArrow y no tardó en preguntar por la espada de la chica.

—Tengo que echarle un vistazo antes de irme, las armas simbióticas son fascinantes. Me gustaría ver cuál ha sido su crecimiento, no nos hemos visto en seis días, eso son milenios para un arma como esa.

No paró de parlotear hasta que se le cruzó algo por la mente.

—¿A dónde vamos? —preguntó, mirando a Pip.

—Vamos a alquilar habitaciones en la taberna y descansar —explicó CaptainB.

—¿Tan pronto? —preguntó ella, mirando a su alrededor— Snowbelle es una ciudad bonita, creía que estabais aquí de turismo.

—Nah… —dijo Pip después de darle una calada al cigarro— Estamos de paso, quiero ir a un lugar aquí cerca, ya sabes, para entrenar a los críos.

Anir rodó los ojos y le dio un codazo en las costillas.

—Que no sean de tercer nivel no los hace unos críos —replicó ella.

—Bueno, ya no los llamó bebés, ¿qué más quieres?

Anir se rió de buena gana otra vez, perdiéndose entre los pliegues de la chaqueta que rebotaba sobre sus hombros.
Dejó a Pip para que continuase guiando a la party y se acercó a GoldenLion. Después de todo, era él con quien se había mandado mensajes antes de presentarse de repente allí.
Se contaron un par de anécdotas camino a la taberna y en algún momento Pip le dio una llave a ella también.

—Te quedas a dormir, ¿no? —le preguntó antes de guiñarle un ojo.

Neko parpadeó y notó sus mejillas sonrosarse antes de encogerse de hombros y musitar algo ininteligible mientras le daba vueltecitas a la llave entre sus dedos.

—Voy a creer que eso es un sí.

—Avisaré a mis compañeros de equipo antes de que levanten piedras para encontrarme… —dijo Neko por fin, activando la omnitool y empezando a teclear mientras Pip la empujaba por los hombros para llevarla a la zona de comedor de la taberna.

Pronto tuvo los mensajes mandados y de repente se vio sentada frente a una mesa, con un plato de comida humeante delante.
Se quitó el abrigo y lo dejó colgado de su asiento y empezó a comer.

Pasó un rato agradable, bromeando y escuchando a los demás, observando la dinámica de aquel grupo de usuarios. Era divertido verlos interactuar. Además, la habían sentado al lado de GoldenLion y en algún momento él había rozado su rodilla con la de la chica sin querer. Neko había pegado su pierna a la de él con descaro y de vez en cuando se daba pataditas con Pip por debajo de la mesa, como en los viejos tiempos.

En algún momento, después del postre, Pip empezó a contarle el plan para el día siguiente.

—La idea es salir pronto por la mañana, alquilar una moto de nieve e ir hast-

—¿Sólo una para los cuatro? —preguntó Neko, curiosa, enderezándose en su silla.

—Ya tengo una, nos faltaría otra.

—Yo os la puedo dejar. ¿Has llevado la tuya a reparar, le has hecho la puesta a punto?

Pip se reclinó en su silla y negó con la cabeza.

—Pensaba dejarla en un taller de npcs durante la noche —explicó.

Neko dio una palmada en la mesa y después dejó la mano extendida en el aire, con la palma hacia arriba, cerrando los dedos un par de veces sin llegar a formar un puño.

—Dáaaamela —dijo Neko, arrastrando la primera sílaba—. Y todo el equipo que vayas a usar, te los dejaré como nuevos. Y olvídate de alquilar una moto de nieve, tengo una que te puede servir.

—¿Cuál es tu precio, muñeca? —preguntó Pip después de darle una calada al cigarro, entrecerrando el ojo visible.

Neko se cruzó de brazos y levantó una ceja, inquisitiva.

—Ya has pagado, nene. Tengo tu corazón en un tarro, en mi estantería.

Pip dio una carcajada tan alta que casi se cayó hacia atrás con la silla.

—Junto a los gundams que me regalaste de pequeña. —completó con un guiño.

Después de unos minutos más, Pip y Neko llegaron a un acuerdo de intercambio de materiales y pronto los objetos iban pasando de un inventario a otro.

—Vosotros también —advirtió Neko, usando su omnitool para rebuscar entre sus cosas todo lo que iba a necesitar—. Dadme vuestros mejores equipos, a ver si puedo intercambiaros algo o dejarlo a punto.

—¿Te dará tiempo? —preguntó Airi, que había desistido de entender a la chica desde el primer día en que la conoció.

Neko asintió. Tenía energía para un buen rato y una cama para restablecerla si era necesario.
En cuanto tuvo todo lo necesario se levantó, con la llave en la mano.

—Vosotros pasáoslo bien, yo voy a tener mi propia fiesta. —anunció, lanzando la llave y atrapándola al vuelo.

No tardó en encontrar la habitación y montar su propio taller casero. Se frotó las manos y, herramienta en mano, justo cuando iba a empezar a trabajar se acordó de su atuendo.
Miró hacia abajo, hacia la falda y las medias, aunque el cascabel no le dejaba ver mucho y pensó en el set que tenía en acceso directo.

De pronto, su cuerpo se vio rodeado de lucecitas y la ropa se evaporó, reemplazada por otra más adecuada para trastear con equipos.

Alguien había abierto la puerta en medio del cambio y Neko se giró cuando ya estaba vestida de nuevo.

—¡GoldenLion!

El chico seguía en la puerta, pomo en mano y parpadeó un par de veces antes de entrar y relajar su pose, frotándose las manos en el pantalón y sonriendo de forma apretada pero amistosa.

—Hola… —dijo, levantando una mano antes de carraspear—. Fíli.

Neko ladeó la cabeza, levantando una ceja.

—Que me puedes llamar Fíli, ya sabes, es mi nombre. —explicó él, dando un paso al frente y otro hacia atrás.

—Anir —dijo sin más ella—. Puedes cerrar la puerta, venir aquí y llamarme Anir.

Neko le sonrió, levantando la llave inglesa que tenía en la mano y moviéndola entre sus dedos antes de ponerse manos a la obra.
Fíli tomó aire, levantó un dedo y luego se desinfló un poco, chocando la mano que había levantado contra la otra y asintiendo con la cabeza.

—Está bien… —murmuró, haciendo lo que le había pedido.

Cerró la puerta de forma suave y acercó una silla hacia la zona que Neko había elegido para hacer su trabajo.

—Anir.

—¿Sí? —preguntó ella antes de subirse a la moto de nieve y empezar a probarla sobre una especie de plataforma.

La moto se alzó sobre la plataforma y el motor ronroneó entre las piernas de la mechanic.

—Nada, te llamaba.

Ella ladeó la cabeza, haciendo que la coleta que llevaba puesta se balanceara de un lado a otro.
Fíli estaba sentado, con los codos sobre las rodillas, frotando una mano con la otra y con el cuerpo echado hacia delante. Le estaba sonriendo y sus ojillos brillaban con diversión.
Neko le sacó la lengua.

—Ya que has venido, ayúdame, mira —la chica saltó de la moto al suelo, aunque mantuvo una mano en el manillar—. Súbete aquí y yo te diré qué hacer mientras arreglo este desastre al que Pip se atreve a llamar moto.

Pasaron el rato contándose anécdotas, ahondando en momentos que ya se habían explicado por chat y en algún momento la omnitool de GoldenLion pitó.

—Mira que hora es —dijo el chico—. Será mejor que vaya a dormir, o no me dará tiempo a rellenar la stamina.

Neko levantó la vista del arco que estaba tensando y le sonrió, dándole las buenas noches.

—Iré a buscar a Airi, hasta mañana.

—Hasta luego, Fíli. —contestó ella, concentrándose de nuevo en su trabajo.

Él se levantó, se estiró y bostezó por costumbre y algo entre sus huesos de mentira crujió. Volvió a despedirse al tiempo que cerraba la puerta, en busca de su hermano, aunque no lo encontró en la sala común de la taberna.

—¿Qué habitación tenía? —se preguntó, haciendo memoria.

Al llamar a una de las puertas de las habitaciones que Pip había alquilado, le contestó una voz ronca y poco después la puerta se abrió despacio, chirriando sobre los goznes.

—¿Tú no tendrías que estar dormido? —preguntó Pip, quitándose el cepillo de dientes de la boca—. Vete a dormir.

Pip intentó cerrar la puerta, pero Fíli se lo impidió a duras penas, poniendo las manos sobre la madera.

—Sí, pero no sé cual es mi habitación y el enano no contesta a los mensajes privados.

Pip levantó un dedo, se fue dentro de la habitación y después de escupir y frotarse la boca para quitarse el resto de pasta dentífrica volvió a asomarse.

—¡Já! —se rió delante de él— ¡Tu hermano lleva una hora dormido! Él y la señorita se fueron hace un buen rato. Vete a la habitación que sobra, hoy me toca dormir tranquilo.

Pip le cerró la puerta en las narices, aunque Fíli había abierto la boca para protestar y levantado una mano para indicar que… bueno, ahora ya daba igual.
Puso las manos en la puerta y después se dio la vuelta, mirando hacia el lado del pasillo en el que estaba la habitación que estaba usando Anir.

Volvió a entrar y se la encontró con una máscara de soldador puesta y el soplete funcionando.

—¿Vengo en mal momento? —preguntó él.

Ella continuó por unos segundos más antes de quitarse la máscara protectora y hablarle.

—Tú no eres Brightblade.

Fíli apretó los labios y levantó las cejas.

—No, no lo soy. Ella y mi hermano ya están durmiendo… en la otra habitación.

Pasaron unos segundos de silencio antes de que Neko contestara.

—Ok. —dijo, bajando la máscara de nuevo y poniéndose a soldar.

Fíli tomó aire y puso las manos en sus caderas, perplejo. Eso había sido fácil. Caminó hasta la cama y después de sentarse en ella fue al baño, para prepararse. Al final decidió tomar una ducha y salió con el pelo húmedo de la habitación y el pantalón del pijama puesto.

—Buenas noches. —dijo algo dormido, empezando a notar la falta de energía.

Justo cuando estaba empezando a taparse, Neko dejó lo que estaba haciendo y anunció en alto.

—¡Ya está! ¡Hora de dormir!

Fili, que había acabado de cerrar los ojos, los abrió de golpe. Miró rápidamente a su alrededor y no, no encontró otra cama. ¿Iban de dormir juntos? ¿En la misma cama?
¿Ahora?

¿Así como esperaba cualquiera que usase el comando para descansar?

Se giró otro poco, para ver qué hacía la chica. Ella estaba sentándose en el borde de la cama, estirando las piernas.

—He dejado todo ahí dispuesto, mañana lo cogéis y andando.

Una ola de píxeles rodeó el cuerpo de Anir, que apareció con el pelo suelto y un pijama más bien corto en cuanto se hubo acabado la animación de cambio de equipo.

—No deberíais tener ningún problema ahora…

Neko estiró los brazos hacia arriba, mientras un ruido agudo escapaba de su garganta pero no de su boca. Suspiró mientras dejaba caer los brazos y se metió en la cama, rodando hasta Fíli, que seguía mirándola estupefacto.

—He dejado… —empezó a explicar ella antes de verse cortada por un bostezo repentino—, he dejado una nota con todos los cambios…

—Eh, bien. —contestó él.

Neko levantó una mano y le palmeó la cabeza.

—A dormir, GoldenLion. —ordenó.

—Sí, eh. Claro —Fíli terminó por levantar los brazos, cruzándolos bajo su cabeza—. Buenas noches.

Pasaron unos segundos antes de que se volviera a oír una voz en la habitación.

—¿Fíli?

—¿Si? —preguntó él.

—Gracias.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on July 31, 2015, 03:14:01 PM
~+16~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)




Un pájaro oscuro salió revoloteando de entre los árboles, sus agudos graznidos resonando de forma ominosa entre las ramas sombrías.

—No os separéis, éste bosque es peligroso. Mirad bien por dónde pisáis.

—No será para tanto...

—¿El camino gira?

—Por aquí. Kíli, vamos.

De repente se oyó un crujido seco de gran volumen, que hizo que el grupo detuviera su marcha.

—¿Qué ha sido eso?

Una risilla traviesa se escapó desde lo alto de un roble.

—¡¡Me cago en tu p-!! ¡Brightblade estás castigada! —bramó Pip apartando la ametralladora de su objetivo pero agitándola de aquí para allá como un energúmeno, haciendo que los otros dos muchachos se apartasen de un respingo.

—¿Por qué? ¡Yo no he hecho nada! —para espanto del gunslinger la voz de la chica había sonado sólo a un par de metros, y efectivamente cuando se giró a mirar ahí estaba, contemplándolo con indignación.

—¿Entonces qué demonios...?

—Sólo ha sido un hada, Pip. Tranquilo, y baja el arma ya que estás. — Fíli dio un paso tentativo hacia el peligro armado que era su compañero.

El pistolero miró con desconfianza hacia sus alrededores, agarrando su automática con ambas manos y cara de pocos amigos. La risa tintineante volvió a escucharse por las alturas, pero esta vez el hada se hizo visible flotando frente a ellos a unos metros sobre el suelo, envuelta en un aura rosada. El grupo dejó escapar un suspiro colectivo.

Hasta que el chasquido se repitió, seguido esta vez de un gemido grave y lúgubre que les puso a todos los pelos de punta.

—¿Qué-

—¡Eso es un Elder Willow! —exclamó Airin con los ojos muy abiertos.

—Corred putas. —fue todo lo que dijo Pip poniendo pies en polvorosa camino adelante.

Kíli no necesitó que se lo dijeran dos veces, mirando atrás para asegurarse de que su hermano le seguía a pocos pasos de distancia. Pero cuando buscó con la mirada la cabellera roja de la chica no la encontró donde se suponía que debía de haber estado, tras Fíli, sino que se hallaba aún en el sitio, recibiendo los ataques del monstruo vegetal.

—¡Airin! —gritó el chico encajando una flecha y disparando su arco hacia el árbol mutante.

—Mierda —masculló Fíli entre dientes,— es soldier y tiene menos agi.

—¡Es de fuego! ¡Ouch! —la chica se defendía con la misma saña que un animal arrinconado, consiguiendo bloquear más golpes de los que encajaba, pero pese a ello aún no tenía el nivel necesario como para enfrentarse a solas a ese mob con comodidad— ¡Kíli, cambia de flechas! ¡Usa elemento agua!

—Mierda, mierda, mierda... ¡Gracias! —Fíli se había posicionado junto a su compañera, desviando parte de la atención del monstruo y equilibrando la balanza, y dándole tiempo a su hermano para equiparse el nuevo material— ¡Se ha adelantando la hora de poda, cabrón!

Una flecha con las remeras de varios tonos de azul se clavó en la corteza del Elder Willow, haciéndolo aullar y revolverse. Y después otra, y otra más. Los puntos de vida bailaban frenéticos subiendo y bajando con las cuentas de golpes y pociones sobre los dos espadachines, mientras que los del monstruo descendían en picado.

Tirando el escudo con un grito de rabia y girando sobre sí misma la chica le asestó un mandoble a dos manos en diagonal, que hizo que el árbol se partiera en pedazos con un ruido de leña y un último lamento final. La soldier resoplaba cansada y llena de ira, mientras el knight la miraba con sorpresa llena de respeto.

—Eso no es una skill. —afirmó él recogiendo el escudo del sueldo y devolviéndoselo a la chica.

—Nnnnno. ¿Es hartazgo? Lo siento. —dijo Airin refiriéndose a la reciente batalla.

—No te preocupes mujer, puntos de experiencia y algo de drop. —el knight le palmeó el hombro con una sonrisa cansada.— ¿Te ha caído algo Kíli?

Pero su hermano se había quedado mirando a la chica con los ojos muy abiertos, sonrojado, y la última flecha aún entre los dedos. El arquero tragó saliva con dificultad.

—¿Kíli estás bien? —la soldier lo observó preocupada, acercándose, y Fíli se echó a reír.

—Creo que el problema, —dijo pasándose el dorso de la mano por la cara entre carcajadas— no es lo que le ha caído, sino lo que se le ha levantado.

Kíli gruñó, sonrojado intensamente hasta la raíz de su cabello oscuro. La última flecha de plumas azules no hizo blanco en el rubio de puro milagro, pero sí le arrancó una cuenta metálica del pelo a pesar de sus gritos.

—¡EH!





Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.


Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on August 07, 2015, 05:06:23 PM
Capítulo 21: Egg hunt: Black hunter


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg)


—¡Suéltame! —exclamó Sheba por enésima vez.

Llevaba rato forcejando y tirando de las manos y los brazos que la apresaban, pero su captor se aferraba a ella casi con desesperación.

—¡Calla! —le gritó, aunque su voz sonaba más asustada que enfadada.

Iban sorprendentemente rápido para alguien que se podía decir que llevaba a rastras a una persona y  otra que cargaba con un huevo enorme en brazos. Ambos echaban miradas por encima del hombro, temiendo lo que pudiera venírseles encime por detrás.

Al parecer, temían con razón, porque al cabo de unos minutos apareció la rápida forma de una halla, galopando a través de los árboles como un destello blanco.

Montado sobre ella, había la figura verde del Beast Master, cuyo rostro era apenas visible bajo su sombrero mientras disparaba dardos con una precisión mortífera. Varios volaron muy cerca de sus cabezas, estrellándose contra la corteza de algunos árboles y resquebrajando su superficie.

—¡Mierda! —gruñó el hombre cuando estuvo a punto de caer rodando, con Sheba incluida, al esquivar una de las flechas.

La mujer no tuvo tanta suerte y una de ellas le atravesó el hombro desde detrás. La punta ensangrentada era visible al otro lado y el esfuerzo que hacía para seguir sujetando el huevo en esas condiciones era digno de admirar. Tenía el rostro enrojecido por el esfuerzo mientras trataba de reprimir las lágrimas de dolor.

Sin embargo, dos personas a pie, especialmente tan cargadas como iban, no podían superar en velocidad a alguien con montura; el Beast Master no tardó mucho en alcanzarles y avanzarles, interponiéndose después delante de ellos para barrarles el paso.

Ambos se detuvieron de golpe. El hombre interpuso a Sheba entre él y la mira de la ballesta, que apuntaba en su dirección.

—¡Quítate de en medio!

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)

—Dadme el huevo y entregadme a la mujer —contestó él calmadamente —. Hacedlo y no os haré ningún daño.

Se escuchó el crujir de los árboles no muy lejos.

—¡No lo entiendes! —gritó entonces la mujer, con las mejillas húmedas —. ¡Si no le entregamos el huevo nos matará!

—Y si no lo dejáis ahora mismo, lo haré yo. —El Beast Master alzó más el arma, a la altura de sus ojos —. La elección es vuestra.

El silencio era denso, casi palpable. Sheba aún forcejaba, pero el otro seguía teniendo un agarre firme sobre su cuello.

Y antes de que nadie llegara a tomar ninguna decisión, se escuchó un rugido y los árboles a sus espaldas estallaron en llamas.

La impresión fue suficiente para hacer que trastabillaran hacia los lados, y quizá eso fue lo que les salvó, pues en el instante siguiente, apareció un dragón enorme de entre las llamas, con las fauces abiertas en un rugido airado y cargando hacia delante con la fuerza de una locomotora.

Cayeron al suelo. Sheba por fin se vio liberada de su captor, rodando sobre la tierra hasta que chocó de espaldas contra el tronco de un árbol. Trató de incorporarse, sacudiendo la cabeza y tosiendo por el polvo y el humo que enrarecían el aire. Notaba el calor de las llamas en la piel a pesar de que éstas estaban a unos metros de distancia.

Se levantó, pero los árboles y las partículas en suspensión en el aire no la dejaban ver con claridad. Sólo se escuchaban los gruñidos y rugidos del dragón y algún que otro grito.

Materializó la vara entre los dedos, poniéndose en guardia. Le costaba saber que estaba pasando y miraba a un lado y a otro para tratar de orientarse.

Y de pronto, escuchó un grito de “!Cuidado!” proveniente de su derecha. Se giró y vio como la gruesa cola del dragón se aproximaba a la altura de su cabeza . Tuvo el tiempo justo de lanzarse al suelo de nuevo para esquivarla, notando como la ráfaga de aire que levantaba a su paso le sacudía los cabellos.

Avanzó un tramo a gatas con el corazón en un puño y luego volvió a levantarse y echó a correr en la dirección contraria de la que provenían los gritos de la bestia.

Sin embargo, no pudo alejarse demasiado antes de notar el tirón en el hombro y ver como de pronto la levantaban en volandas por el aire. Soltó una exclamación de alarma y, antes de que pudiera darse cuenta, estaba montada encima de la halla, detrás del Beast Master que la sujetaba del brazo.

—¡Agárrate fuerte! —le gritó él, y después apremió al animal para que diera un amplio giro y volviera a encararse en la dirección de la que provenía.

—¡Pero por qué me subes si yo no quiero volver! —protestó Sheba, aunque se agarra con fuerza de su cintura de todas formas —. ¡Yo sólo quiero irme con los míos!

El otro no le hizo caso y siguió acercándose al dragón. Éste giró la cabeza en su dirección, avistándoles a través de la nube de polvo que ya se estaba disipando con sus ojos naranjas y brillantes y gruñó.

Dio unos pasos hacia atrás y extendió las alas. De un único salto, se elevó un par de metros sobre el suelo, derribando los árboles a su alrededor con sus poderosos músculos sin que éstos parecieran entorpecer sus movimientos. Después hizo un giro y dio una voltereta hacia atrás en el aire y la punta de la cola, un cúmulo de concha dura y espinas, se arrastró por el suelo en su dirección, buscando golpearles.

La halla reaccionó a tiempo para esquivarla con un grácil salto hacia un lado, evitando también la zanja que había creado al desgarrar la tierra. Aprovechando que la bestia aún estaba en el aire, la sobrepasaron. El monstruo no tardó en volverse a dejar caer sobre el suelo, aterrizando sobre sus patas robustas y se encaró rápidamente en su dirección. Rugió y echó a la carrera detrás de ellos.

Mientras que la halla se abría paso a través del bosque evitando los árboles con saltos y movimientos fluidos sin que disminuyera su velocidad, el dragón no se molestaba en hacer lo mismo: aplastaba la vegetación allá donde pasaba, y de vez en cuando soltaba llamaradas de fuego que hacían que todo ardiera con violencia.

—¡¿Por qué no lo estás atacando?! —preguntó Sheba, pero el otro no le respondió, quizá porque no quiso o porque fue incapaz de escucharla por encima del estruendo generado a sus espaldas.

A pesar de todo, la halla conseguía ser más rápida que el monstruo, y terminaron perdiéndolo de vista.

Siguieron avanzando hasta que un tramo más adelante, llegaron al límite del bosque. Terminaba de pronto, y más allá había una extensión de toca pelada cubierta de líquenes y de algún que otro matojo de hierba ocasional. Hacía una ligera pendiente ascendiente, al final de la cual había un profundo acantilado.

Allí se encontraba el otro par, junto a un tercer hombre que Sheba no había visto antes. El Beast Master detuvo a la halla antes de alcanzarles, mirando al nuevo desconocido con un reconocimiento nada grato.

—¡Esto no era parte del trato!

Alcanzaron a oír el grito desesperado del hombre que había apresado a Sheba, de rodillas en el suelo, Entre sus brazos, se encontraba la otra mujer, inerte y con las ropas manchadas de lo que parecía su propia sangre y que teñía la roca de rojo.

El desconocido les miró con fría indiferencia. Era un hombre alto, con el pelo y los ojos rojos y la tez muy pálida, vestido todo él con una armadura negra, con una capa ondeando a sus espaldas. Llevaba una espada en la mano derecha de hoja clara, manchada de sangre. Bajo el brazo libre sujetaba el huevo que habían estado cargando los otros dos, sorprendentemente intacto.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Durzins_zpssz4wlw9v.jpg)

—Tampoco entraba en el trato que me trajerais al dragón y a ese despreciable Beast Master delante —dijo, señalándolo con la punta de la espada. Su voz era modulada, casi suave, aunque no pasaba desapercibido el veneno que contenía. Volvió a bajar el arma cuando siguió hablando —. Al final me habéis causado más problemas de los que teníais que ahorrarme. No os necesito para nada.

Levantó la hoja, dispuesto a asestar un golpe letal al otro, que no oponía resistencia, pero antes de que llegara a hacerlo, un dardo salió volando hacia él. Tuvo que desviar su ataque y parar el que iba dirigido contra él con un movimiento del arma. No pareció que le costase esfuerzo alguno, y le dirigió una mirada irritada al Beast Master, que desmontó con elegancia de su montura.

—Tú otra vez. —En su voz era apreciable el profundo desprecio que sentía ese hombre por él —. ¿Qué tengo que hacer para que dejes de causar molestias? No tuviste suficiente con la última vez en las montañas, al parecer.

La punta de su espada daba pequeños círculos sobre el suelo, goteando sangre. El otro se ajustó el sombrero sobre la cabeza. Tenía los labios apretados y una expresión determinada en el rostro.

—Podría decir lo mismo. Siempre vuelves por mucho que te eche. ¿Tanta diversión encuentras en estas cacerías sin sentido?

El otro sonrió, revelando dos hileras de dientes puntiagudos. “Una tara”, pensó Sheba, que seguía el intercambio de palabras con atención. No hacia falta ese detalle para darse cuenta de que no era una sonrisa amistosa.

—Esta vez es distinto, necesito el huevo. ¿O por qué te crees que me he tomado tantas molestias? Sabía que estarías por aquí, por eso he “reclutado” a un par de voluntarios... Pero han resultado ser unos inútiles.

Les echó una mirada de desprecio. La mujer se desvanecía en un montón de píxeles en los brazos del hombre, que soltó un sollozo ahogado. Sheba sintió lástima por ellos. Su situación no era muy distinta a la que ella y sus compañeros habían vivido con Naoya. Sintió una súbita y fuerte antipatía por aquel hombre de cabellos rojos. Descabalgó de la halla, dispuesta a luchar sí hacía falta, y tenía decidido a que adversario prefería enfrentarse.

Los otros dos siguieron inspeccionándose el uno al otro, lanzándose dardos con la mirada. Su enemistad era más que evidente, así como también que parecía provenir de antes.

—No dejaré que te lo lleves —dijo el Beast Master, con rabia contenida en la voz, alzando la ballesta.

—Mira por donde —se mofó el otro —. ¡Me gustará ver como me lo impides esta vez!

Fue el primero en atacar, arremetiendo contra el otro con una velocidad impresionante y siendo la espada poco más que un destello de luz en el aire. El Beast Master lo esquivó dando un ágil salto hacia atrás y, aún en el aire, empezó a disparar contra él.

Su oponente bloqueó los primeros dardos con la espada y luego también saltó hacia atrás para evitar los siguientes, que se clavaron en el suelo. Todo eso y sujetando todavía el huevo bajo el brazo, que no parecía dispuesto a soltar.

—Voy a cortarte la cabeza —dijo, como si fueran palabras de amor en vez de una amenaza de muerte —. Y antes de que desaparezcas, te sacaré los ojos y se los daré de comer a estas bestias a las que tanto proteges.

El Beast Master no se dejó provocar y se mantuvo firme a cierta distancia, apuntando al otro sin cambiar su postura. Sheba hizo rodar su vara entre las manos, dispuesta ella también a empezar a pelear, pero justo entonces fue cuando llegó el dragón, alcanzándoles por fin y dando final a su persecución.

Les rugió, con las alas extendidas y liberando pequeñas llamas de entre sus fauces, lanzando una amenaza contra todos los allí presentes. “Justo lo que faltaba”, pensó la Black Mage con desánimo.

Empezaba a ser momento de que llegaran sus compañeros, porque si no, no sabía como iba a salir de ésta.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on August 30, 2015, 12:26:29 PM
Capítulo 22: Egg hunt: Espada oscura


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Durzins_zpssz4wlw9v.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)


Sheba saltó hacia atrás, esquivando otra vez el embiste del dragón. No había tenido tanta suerte antes; había recibido algunos golpes que le quitaron una cantidad de puntos de salud importante. Por suerte no la había bola de fuego ni la cola, a saber cuanto daño podía hacerle eso.

Lo cierto es que el monstruo no parecía especialmente interesado en ella, o era mejor decir que no discriminaba y atacaba a cualquiera que tuviera delante. Pero mientras que Sheba y también el hombre que la había capturado antes tenían que esforzarse para esquivarlo, los otros dos parecían hacerlo sin problemas, incluso mientras se peleaban entre ellos.

El hombre de negro había resultado ser un Dark Knight por sus habilidades, y bastante diestro. Incluso teniendo un brazo ocupado en sostener el huevo gigante, lanzaba estocadas fuertes y precisas, rápidas. El filo brillaba con una energía oscura que dejaba trazados en el aire con cada movimiento.

El otro tenía suerte de que consiguiera esquivar la mayoría de sus ataques; el Dark Knight era rápido pero el Beast Master era más ágil aún. Lograba mantener las distancias a base de saltos y movimientos que resultaban casi elegantes. Parecía tener un control absoluto de sus alrededores a pesar del dragón campando a sus anchas. Y no sólo eso, si no que además aún encontraba el momento para atacar; algunos de sus dardos dieron en el objetivo, pero la salud que logró quitarle con ellos, el otro la recuperó con el par de sablazos que llegó a acertarle. El robo de vida de los Dark Knight era algo a tener muy en cuenta.

De esa forma, el Beast master terminó con una herida en el vientre que le rasgaba en horizontal desde la cintura hasta la cadera. Dos centímetros más profundo, y hubiese sido un corte prácticamente letal. El chico interpuso distancia de nuevo, con un brazo en la zona herida pero sin apartar la mriada de su enemigo.

—Sólo huyes como una rata —le provocó el Dark Knight, sacudiendo la espada en un gesto firme del brazo para retirar el exceso de sangre, que salpicó el suelo.

Entonces, el dragón rugió. Se abalanzó sobre ellos con las fauces abiertas; el primero logró esquivarlo, pero el Dark Knight sólo miró al monstruo con desprecio.

—Criatura infecta —murmuró. Sus ojos rojos brillaron en el momento en el que se hizo a un lado para evitar la mordida de la bestia y levantó la espada, descargando un golpe contra su cabeza tan fuerte que le rompió parte de las púas que la adornaban, lanzando escamas y sangre por los aires. El dragón quedó aturdido y perdió el equilibro, cayendo a un lado con un gimoteo de dolor.

El Dark Knight esbozó una sonrisa de suficiencia antes de que una bola de fuego le estallara en la cara. Fue su turno de gritar, aunque parecía ser más de molestia que no de dolor. Sacudió la cabeza y levantó los ojos con rabia, apartando el humo de un manotazo. Clavó la mirada en Sheba, que tenía la vara alzada y la misma expresión en el rostro que un niño al que acabaran de pillar en medio de una travesura.

—Tú... —dijo él, con la voz grave y teñida de un tinte peligroso —. Veo que tampoco tienes mucho aprecio por tu vida. Será un placer arrebatártela...

Sin embargo, antes de que pudiera atacarla, el dragón había vuelto a levantarse y el Beast Master volvió a la carga. Montado en su halla otra vez, disparó un par de dardos que el otro esquivó escondiéndose detrás de la enrome mole del monstruo, al que el chico no parecía dispuesto a atacar por alguna razón. Aún así, eso no le salvaba de ser más vulnerable a los ataques del propio dragón, y no pudo evitar que le golpeasen sus robustas patas. Cayó al suelo, pero mantuvo el huevo bien sujeto bajo el brazo y enseguida se volvió a levantar.

Mientras tanto, Sheba, que de momento se veía fuera de peligro, se acercó a su antiguo captor. Éste, al ver que se acercaba, la miró con temor, pero ella levantó las manos en señal de paz. Aún así, la expresión en su rostro era suficiente para indicarle que no le había perdonado del todo.

—Escucha —empezó —, vamos a olvidar por un momento lo que ha sucedido entre nosotros y vamos a pensar una forma de salir de ésta. Si trabajamos juntos, puede que logremos derrotarle.

El otro la miró, y luego pasó la vista a la batalla que transcurría no muy lejos entre dos hombres y un monstruo. Tragó saliva.

—¿Derrotar a quien? ¿Al de negro, al de verde, o al dragón? —Había intentado añadirle un tono irónico a su voz, pero le salió demasiado estrangulada para ello.

—Hay que acabar con ese Dark Knight —respondió ella —. También tendríamos que deshacernos del dragón, pero dudo que podamos sin la ayuda del otro.

Señaló con la cabeza al Beast Master, que de momento estaba demasiado ocupado con su pelea.

—Creo que es nuestra mejor opción. Al menos estoy casi segura de que él no nos matará una vez acabe esto.

El otro pareció pensárselo durante unos momentos, hasta que su rostro se transformó y bajó el ceño con determinación. Asintió y sacó un par de espadas cortas, una en cada mano, al tiempo justo, pues el monstruo desvió su atención hacia ellos. Esta vez, alzó la cabeza hacia atrás antes de lanzar una llamarada en su dirección.

Los dos saltaron hacia lados contrarios para esquivar el flujo de fuego. Sheba, tras rodar un poco por el suelo, agarró su vara con fuerza y se levantó, pasando corriendo al lado del monstruo y yendo hacia donde los otros dos aún combatían.

El Beast Master había bajado de nuevo de su halla que, un poco más lejos, se sacudía con una pata herida. La sangre manchaba de rojo su pelaje blanco y el animal gimoteaba de dolor. Su amo mientras tanto, se veía obligado a enfrentar cara a cara a su oponente. En ningún momento bajó la ballesta, pero su arma no era tan efectiva a corta distancia.

Gritó cuando recibió un corte en la pierna que le hizo trastabillar, pero antes de que el Dark Knight llevara a cabo sus intenciones de rebanarle la cabeza, Sheba volvió a lanzarle una bola de fuego. No consiguió cogerle del todo desprevenido esta vez, y el otro volvió a utilizar su espada como defensa, reduciendo la mayor parte del daño del ataque.

Justo entonces, el que antes era su enemigo aprovechó para atacarle, preparando un golpe con sus espadas gemelas. Todavía con la suya en alto, el Dark Knight no fue incapaz de contrarrestarlo, y sus ojos se abrieron de sorpresa cuando el acero le cortó en el costado derecho, atravesando la coraza de su armadura negra.

El otro retrocedió a tiempo para evitar el sablazo que rasgó el aire justo en el espacio que había ocupado un instante antes. El Dark Knight tenía la cara contraída por la rabia y gritó a través de los dientes apretados cuando un par de dardos se le clavaron en la espalda.

Por muy hábil que fuera, no podía defenderse del ataque simultáneo de tres personas. Sheba creyó que todavía tenían posibilidades si seguían así, pero justo entonces el dragón verde volvió a arremeter contra ellos.

El Dark Knight no perdió ni un segundo y se escabulló entre sus patas; con una agilidad digna de elogio, trepó sobre el lomo aprovechando las púas que tenía en los muslos. Una vez allí, la Black Mage intentó lanzarle uno de sus hechizos, pero el cuerpo del dragón era demasiado grande y se movía sin parar, de forma que todos los ataques impactaban contra él. Sin embargo, al monstruo tampoco le hacía mucha gracia tenerle encima, porque empezó a sacudirse de un lado a otro, intentando librarse de él.

Los demás tuvieron que apartarse para no ser aplastados ni golpeados por él y su enemigo aprovechó ese instante de libertad. Agarró la espada con fuerza, poniéndola perpendicular contra el largo cuello de la bestia, y ésta brillo por unos instantes con una aura negra antes de hundirse hasta la empuñadura entre las escamas.

El monstruo rugió de dolor, envarándose todo. Sus piernas flaquearon, demasiado al borde del acantilado y resbaló. El Dark Knight saltó de nuevo sobre la roca antes de que el pesado cuerpo del dragón cayera hacia abajo entre fuego y un último rugido.

De nuevo en pie, el Dark Knight había dejado por fin el huevo, que se mantuvo quieto contra una roca. Se abalanzó contra el Beast Master cuando éste levantó la ballesta, con una velocidad que no había demostrado hasta ahora y le rajó de nuevo en el pecho, empujando al otro hacia atrás y lanzándolo al suelo, donde cayó con un gemido y empezó a toser.

Sheba sujetaba con fuerza su vara, notando sudor frío en la espalda. Sabía que los Dark Knight podían sacrificar su salud para aumentar su fuerza y lanzar determinados ataques. ¿Era eso lo que acababa de hacer? Si era así, debería haber quedado considerablemente tocado de salud, entre eso y los golpes que ya había recibido...

De pronto, la mirada escarlata se posó sobre ella. Sintió un escalofrío, pues esos ojos se le clavaban como cuchillos, diseccionándola como un pedazo de carne.

Iba a ir a por ella. Iba a cogerla y a matarla tal y como se lo había dicho. El mensaje estaba claro en esa profunda mirada de desprecio.

El hechizo del miedo se rompió cuando el Dark Knight apartó la vista. El Beast Master todavía trataba de levantarse del suelo y el otro hombre había aprovechado para atacar, con las espadas gemelas en alto. Esta vez, pero, su enemigo le vio a venir. Se hizo a un lado para esquivar el ataque y descargó el suyo propio, cortándole la parte interna de las rodillas.

El hombre cayó con un grito, pero antes de que se desplomara del todo, el Dark Knight le agarró por los cabellos.

—Al parecer me serás útil, después de todo —le dijo.

Él alzó los brazos, intentando desesperadamente liberarse de su agarre, sin éxito. Aún tuvo tiempo de lanzarle una mirada suplicante a Sheba antes de que la espada se le clavara en el cuello y le rebanase la cabeza de un sólo corte, lanzando un chorro de sangre en el aire.

Sheba se llevó una mano para taparse la boca, sin poder evitar sentirse horrorizada por el espectáculo, a pesar que no era la primera vez que veía morir a alguien dentro de ese juego. Lo que era escalofriante era la frialdad con lo que aquel lo hizo, como si no importara nada... Era horrible ver la sonrisa de satisfacción en su cara. Notar el placer que le producía el acto en ella.

Para su sorpresa, el otro había recuperado buena parte de su salud con ese golpe, robándosela al pobre desgraciado cuyo cuerpo empezaba a desvanecerse en el suelo. El Dark Knight sacudió su hoja ensangrentada, dedicándoles una sonrisa de suficiencia.

—Bueno, bueno. ¿A cual de los dos le apetece morir primero? —Señaló al Beast Master, que se mantenía de pie con esfuerzo, con la punta de su arma —. Tengo preparado algo muy especial para ti, ya lo verás, pero... —Su mirada regresó a Sheba —. Dicen que no hay que hacer esperar a las mujeres, ¿verdad?

Ella tragó grueso, pero su rostro adoptó una expresión fiera y puso la vara en posición, dispuesta a defenderse y no rendirse fácilmente. No muy lejos de ella, el Beast Master tosió antes de hablar.

—Te estás... olvidando de algo...

El otro bufó con sorna.

—¿Y qué es, si se puede saber?
—Hay dos dragones, no uno.

No hizo falta que dijera nada más. En el cielo apareció la figura de otro dragón, rojo y negro, con un rugido airado.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on August 30, 2015, 02:03:46 PM
~+17~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)


—¿No te cansas de tanto gnomo? —preguntó Kíli reacomodándose la correa del carcaj sobre la hombrera de su chaleco.

—Así en general, —resopló la chica deshaciéndose del último de aquellos seres por el momento— me canso de todo lo que intente matarme o cenarme. Al menos éstos no cantan.

El arquero no se molestó en reprimir el pequeño escalofrío que esas palabras le causaron, sino que por el contrario lo exageró hasta el punto de convertirlo en una sacudida de cuerpo entero, que le hizo parecer un cachorro de gran tamaño.

—Odio los goblins. —gruñó con rencor— Los odio. Mucho. Los odio.

Airin palmeó el hombro izquierdo de su compañero, compartiendo el sentimiento. Después de echar una ojeada rápida a su alrededor, buscó sus coordenadas en la omnitool y se las envió a los otros dos miembros de la party.

—Bueno, tu hermano y Pip deberían llegar aquí enseguida, ¿quieres descansar un poco más o prefieres que sigamos desgnomizando el jardín? —preguntó la chica ajustándose las correas de su pequeño escudo de cometa sobre el brazo.

—¡A desgnomizar, pelirroja! —Kíli la miró con una pequeña sonrisa de complicidad y encajó una flecha en la cuerda de su arco nuevo.

Los mobs se habían respawneado con éxito durante su corta pausa, y volvían a pulular por la zona despreocupadamente, ofreciendo de nuevo objetivos al alcance. Sin pensarlo dos veces Airin se cubrió el costado con el escudo y levantó la espada, cargando hacia el gnomo que tenía más cerca. A su espalda, justo debajo del terraplén donde habían estado parados hasta hace un momento, podía oír con claridad el tañido del arco de Kíli.
Tras varias victorias consecutivas, cuando ambos ya empezaban a relajarse en su rutina, su último oponente esquivó uno de los golpes y empezó a patalear, queriendo invocar un terremoto.

—¡Cuidado! —gritó el arquero. De repente algo cayó sobre él. —¡Argh! ¿Pero qué-?

Un gnomo de gorro rojo y ropas de colores igual que el resto había aterrizado encima de Kíli frustrando su disparo y atacándolo con una risita, hiriéndolo en el brazo. Aquello desconcentró a Airin, que se giró a averiguar qué estaba pasando, y con su atención distraída el monstruíto contra el que luchaba terminó  la invocación sísmica que lo caracterizaba. El terreno se sacudió como si algo hubiese explotado bajo sus pies y la chica se vio lanzada hacia atrás, golpeándose la cabeza con fuerza contra la pared de tierra y rocas.

—¡Airin! —Kíli quiso correr hasta ella para alejarla del peligro, pero la onda expansiva le hizo perder el equilibrio y terminó cayendo al suelo a su lado.

Y entonces algo volvió a caer desde el cielo. Pero esta vez fue un algo diferente. Algo armado con un hacha y un carro y que gritaba, que se deshizo de los gnomos en un abrir y cerrar de ojos y se dio la vuelta encarando al chico con su arma.


Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on August 30, 2015, 03:15:42 PM
Este es más corto que de normal, pero no me daba la vida para más ._. Os dejo con cliffhanger :v ¡agarraos bien!





42. ¿Cuántos días llevamos aquí?

(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/fili2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png)

—¿Gracias por qué? —preguntó GoldenLion, mirando al techo en la oscuridad de la habitación—. ¿Neko?

Lo único que le contestó fue una respiración acompasada cortando el silencio.

—¿Neko? —volvió a preguntar, girando un poco la cabeza para intentar ver a la chica.

Se había dormido, acurrucada contra su costado. Fíli suspiró y después de pensarlo un poco rodeó los hombros de Anir con un brazo.

—No comprendo a las mujeres. —murmuró antes de cerrar los ojos y dormirse.


(http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/anir2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/milo2.png) (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/yuzu2.png)


Cuando Anir se despertó todavía era pronto, pero ya estaba sola. Estiró los brazos por encima de su cabeza por mera costumbre y se frotó los ojos antes de decidir ir al baño para empezar con la reconfortante rutina diaria.
Lavar cara, lavar dientes, cambiarse de equipo… Volvió a ponerse el set de mechanic que había estado usando la noche anterior. Estaba ajustándose mejor el cinturón de herramientas cuando vio la nota sobre la mesita de noche.

Esperó que fuese de Pip o de Fíli, pero le arrancó una sonrisa al ver que los cuatro habían escrito palabras de agradecimiento. Tomó nota mental de contactar con ellos en algún momento del día y pidió un café para llevar en la taberna antes de dirigirse hacia el warp, de vuelta a Sanctuary.

Sus botas hacían ruido al moverse entre el asfalto y la nieve. Suspiró delante del warp, dejando caer un poco los hombros.

—¿Tengo que volver? —preguntó antes de rascarse la sien y elegir su destino.

El cambio climático entre Sanctuary y Snowbelle era mínimo, aunque Neko se estremeció un poco, frotándose los hombros y arrebujándose dentro de su cazadora de cuero.
Se terminó el café poco antes de llegar a la base de la Guild y lo tiró en una papelera. No había mucha gente en la ciudad en ese momento, aunque parecía que en el edificio de los Crimson Raiders había vida.

Saludó a un par de personas al entrar y se fue directa a los dormitorios. No paró hasta llegar a la puerta de la habitación que ocupaba Milo y la abrió despacio.
Los goznes chirriaron ligeramente y Neko asomó la cabeza para ver el interior. Encontró a Milo dormido en la cama y cuando estaba pensando en entrar alguien le dio una palmadita en el hombro.

Neko se giró de repente, pero se relajó en cuanto vio a Yuzuriha. La dancer señaló a Milo con la mirada y luego una de sus comisuras asomó detrás de su bufanda roja.
Anir también sonrió, lamiéndose los labios antes de hacerle una señal a su amiga para que no hiciese ruido. Y las dos entraron a pies juntillas, cerrando la puerta tras ellas.

No tardaron en sentarse en la cama de Milo y acurrucarse alrededor de él, esperando a que despertara.

—¿Qué tal la visita? —preguntó Yuzuriha, al otro lado de Milo.

—Bien. —contestó Neko, jugando con los rizos del bardo.

Yuzuriha dejó pasar unos segundos antes de hacer un ruido apreciativo desde la garganta que hizo levantar una ceja a Neko.

—¿Qué? —preguntó esta vez la mechanic.

—No, nada… —añadió Crane, con un tono sugerente para ser ella la que estaba hablando.

Neko la atacó con un rizo de Milo y ella se rió un poquito, detrás de la bufanda. Milo se removió, echando un brazo por encima de la dancer.
Yuzuriha palmeó la cabeza de Milo y Neko le bufó como un gato antes de hacerse una bolita contra la espalda de su compañero y amigo.

No pasó mucho tiempo antes de que Milo abriera los ojos y se incorporase en la cama. Se pasó el dorso de la mano por la mejilla, notándola húmeda y puso carita de asco antes de mover la lengua contra el paladar, notándolo seco.

—Este juego puede ser muy real… —murmuró justo después de echarse el pelo hacia atrás y ahuecarlo un poco—. Uy, ¿qué hacéis vosotras aquí?

Ella se miraron, sonrieron y le miraron a él.

—Vamos, dormilón —dijo Neko—. ¡A desayunar, es tarde!

Neko saltó de la cama, empujando a Milo hacia el baño y Yuzuriha se sentó en el borde del colchón, cruzando una pierna por encima de la otra.
Una vez con Milo dentro del baño, Neko puso los brazos en jarras y sonrió hacia la puerta cerrada.

—¡Este va a ser un gran día! —decretó.

Yuzuriha estaba mirando algo en su omnitool, parecía estar escribiendo una nota.

—¿Cuántos días llevamos aquí? —preguntó la dancer.

Neko miró hacia el techo, intentando recordar.

—¿En Sanctuary?

—No, dentro del juego… sin poder salir —concretó Crane.

Neko giró la cabeza, aún sin cambiar la posición de su cuerpo.

—Doce. ¿Por qué?

Yuzuriha ladeó la cabeza, sin apartar los ojos de la pantalla de la omnitool, tecleando velozmente en su teclado holográfico.

—No, por nada.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on September 17, 2015, 03:36:01 PM
Capítulo 23: Egg hunt: Green dragon, red dragon


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Durzins_zpssz4wlw9v.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg)


El Dark Knight abrió los ojos con sorpresa y luego alzó la cabeza hacia el nuevo dragón que rugía en el cielo. Era de un color rojo sucio, como patinado de bronce y con algunas púas y manchas en las alas de color negro formando patrones circulares.

El monstruo echó una llamarada hacia el suelo, sin descender y sin que pareciera importarle a quien le diera. Sheba llegó a tiempo de alcanzar al Beast Master y empujarle al suelo antes de que el fuego les pasase por encima. Desde allí, escuchó un crepitar, el sonido de piedra agrietarse, y le llegó el olor a hierba y cabello quemados.

Mientras tanto, el Dark Knight se había recuperado de la impresión inicial y trataba de decidir cual tenía que ser us siguiente curso de acción. La sonrisa le había desaparecido de los labios y alternaba la vista entre ellos y la bestia con odio. Tras su mirada escarlata, casi se podía ver como los engranajes de su mente trataban de idear un plan astuto.

Sin embargo, Sheba fue más rápida que su mente y conjuró un hechizo de rayo contra él antes de que actuara. El Dark Knight recibió el ataque de lleno y se sacudió con la descarga, retrocediendo peligrosamente en dirección al acantilado. Y antes de que lograra recuperarse, Sheba se acercó y le dio un golpe con el extremo del bastón, manejándolo como si fuera una maza.

El ataque le golpeó en plena cara y el otro giró el rostro por la fuerza y trastabilló. Pero su mano fue veloz y se agarró al arma, volviendo la mirada hacia Sheba en un gesto rígido y amenazador.

La Black Mage, casi únicamente por instinto, soltó el bastón y saltó hacia atrás. El otro había dado un mandoblazo rápido como el rayo en su dirección, cortando el aire allí donde había estado ella. Su extremo de la vara cayó y golpeó el suelo con un ruido seco de madera. Sin miramientos, el Dark Knight lo tiró por el peñasco, donde cayó dando vueltas como una hélice.

Viéndose sin arma y en un gran aprieto, fue el turno de Sheba de retroceder todavía más, empezando a sudar frío mientras el otro daba el primer paso en su dirección. Entones, un silvido rasgó el aire y un dardo fue a clavársele al enemigo en el abdomen, que soltó una corta exclamación de dolor.

Una vez dio en el objetivo, el Beast Master volvió a bajar la ballesta, resollando a pesar de irse recuperando de sus heridas poco a poco gracias a una poción. No tuvo tiempo de cargar el arma con un nuevo dardo, pero, ya que el dragón rojo aterrizó a su lado y levantó un golpe de aire que le hizo tener que sujetarse el sombrero y plantar los pies firmemente en el suelo para no salir volando.

Esa fue su perdición, ya que la bestia dio una vuelta sobre sí misma y le golpeó con la cola robusta, enviándole unos cuantos metros más allá.

Con su aliado fuera de combate, Sheba estaba indefensa delante del Dark Knight, que se rompió el extremo exterior de la saeta sin sacársela. Alzó la espada, y cargó contra ella como un relámpago.

Pero hubo otro acero que se interpuso con el suyo. El filo afilado de la katana de Shruikan, que había aparecido rauda como un rayo de entre los árboles, con Seras, Ulquiorra y Fenris siguiéndola más atrás.


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg)


—¡Tócale un pelo a Sheba y te mato! —le gritó, cambiando la postura de los pies y empujando lejos al otro.

Después, cambió la postura rápidamente, avanzando la pierna derecha y levantando la espada a la altura de los ojos, señalando con la punta en dirección al otro. El filo arrancó un destelló de luz.

Tras un par de segundos completamente inmóvil, se lanzó contra él con una tormenta de estocadas veloces que el otro consiguió parar, aunque se veía que le costaba más moverse igual de rápido que antes. La sangre emanaba de su herida en el costado, y la flecha se clavaba más cada vez que se movía.

Con un gruñido de frustración, el Dark Knight aprovechó un momento que sus espadas estaban entrecruzadas para activar una de sus técnicas. La espada blanca se cubrió de una brillo oscuro que terminó rodeándole el brazo entero. Gracias a eso, su velocidad volvió a aumentar e hizo una floritura con el arma en el aire antes de cortarle a la Samurai en el torso.

El ataque atravesó el peto de la armadura y llegó a la piel de debajo, aunque por suerte de forma bastante superficial. El metal quedó hendido por una linea clara y limpia en dirección horizontal.

Aunque el golpe no había sido particularmente poderoso, si lo suficiente como para que ella perdiera la postura y dejase un espacio abierto en su guardia, que se basaba en la ofensiva.

Otro movimiento brillante, y la espada enemiga le atravesó el abdomen de lado a lado sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

Shruikan ni siquiera gritó; sólo pudo elaborar una exclamación muda de sorpresa antes de apretar los dientes con fuerza. Aumentó la fuerza del agarre sobre la katana, que seguía en alto, y la esgrimió contra el otro en respuesta.

Ahora que él estaba más cerca, poco podía hacer para evitar el golpe. Y el Dark Knight tuvo suerte de que no le cortara la cabeza con esa estocada. Sin embargo, al echar el cuello hacia atrás, el filo del arma aún le alcanzó en la cara, rasgándole desde la mejilla derecha a la ceja izquierda. El corte le hirió el puente de la nariz y le tocó el ojo, e inmediatamente sacudió la cabeza con un grito, apartándose y retirando la espada del cuerpo de la otra.

Shruikan cayó al suelo de rodillas y trataba de mantenerse firme utilizando la espada como apoyo mientras la sangre se acumulaba a sus pies. El otro seguía sorprendentemente en pie; la sangre le caía en regueros anchos y abundantes, y el rojo contrastaba con la palidez de su rostro. Junto al color de sus cabellos y sus ojos era como si toda su cabeza estuviera ensangrentada.

Dispuesto a acabar lo que había empezado, hizo ademán de levantar el brazo armado. En su rostro había una mueca de odio terrible que consiguió que a Shruikan se le encogiera el corazón, atemorizada. Sin embargo, el miedo le duró poco cuando sintió un tirón en la pierna y algo la arrastró hacia atrás.

Hubo un estallido de luz y fuego y algo pasó por encima de ella, muy rápido. Notó que la tierra temblaba cuando una de las patas del dragón golpeó el suelo muy cerca de ella. Se hizo un ovillo como pudo y se protegió la cabeza, esperando que el monstruo por algún milagro no la aplastara.

Algo sucedía a su alrededor entre rugidos y olor a humo, y de pronto alguien la agarró por debajo de los brazos para levantarla. Gracias a eso consiguió ponerse en pie con esfuerzo, presionándose la herida del abdomen con la mano armada, sin soltar la katana. Reconoció enseguida el perfil de Sheba, que prácticamente la arrastró lejos de allí y del peligro inmediato del monstruo.

A la que estuvieron a una distancia segura, Shruikan volvió a dejarse caer en el suelo, quedando sentada y respirando con dificultad. Casi inmediatamente notó como algo se le quebraba contra la coronilla, como si le cascasen un huevo en la cabeza, y se desparramaba un líquido sobre ella.

—Au —exclamó, llevándose la mano a los cabellos pero el líquido no se le pegó a los dedos y daba la impresión de que se evaporaba en pocos segundos. Echó la mirada hacia atrás y vio a Ulquiorra con su cara de siempre.

—De nada.
—No me vengas con eso. Deja de lanzarme cosas por la cabeza de una vez.

Sin embargo, notó la mejoría casi al instante y el flujo de sangre disminuyó mientras recuperaba puntos de salud.

Volvió la mirada al frente; la batalla proseguía entre el Dark Knight, visiblemente debilitado, contra Fenris y Seras, que se arriesgaba dándole apoyo con su cuchillo. El Beast Master parecía que también había utilizado algún objeto de recuperación y volvía a estar de pie, pero no fue a combatir junto a ellos. Daba la impresión de estar haciéndole algo al dragón, que permanecía quieto delante de él.

Tampoco parecía necesario que interviniese, ya que su enemigo estaba cada vez más acorralado. El Dark Knight era consciente de ello, se le notaba en la cara ensangrentada y cada ve más marcada por la desesperación.

Gritó de rabia al desviar uno de los golpes de Fenris que, a pesar de que su arma era mucho más grande, retrocedió por el impacto cuando su arma fue empujada hacia atrás.

—Si no hubieseis aparecido —murmuró, con una ira helada —... Os mataré a todos.

Quien respondió a su provocación, fue el Beast Master en la distancia.

—Has perdido tu oportunidad.

Se escuchó el sonido del disparador y una saeta brillante cruzó el aire, clavándosele al otro en el pecho. La coraza cedió bajo la potencia con un crujido acompañado de una inhalación entrecortada cuando la punta perforó un pulmón.

Dio un solo paso atrás, ya demasiado cerca del borde del acantilado. Perdió el equilibrio, justo en el mismo momento en el que la figura del dragón verde volvía a aparecer desde a bajo, volando. Se detuvo a sus espaldas, con las alas extendidas de forma imponente.

El Dark Knight solamente pudo echar un vistazo antes de que el monstruo lanzara un mordisco en su dirección. Se escuchó un crujido mucho más alto que el anterior cuando los dientes perforaron la armadura y rompieron las costillas. Hubo un chasquido, un estallido de sangre, y medio cuerpo cayó por la empinada ladera de roca.

—Ahí te han dado, cabrón —dijo Sheba, en una muestra de crueldad poco propia de ella.

Pero sus problemas no se habían terminado. El dragón verde aterrizó al lado del otro, con el que pareció comunicarse durante unos momentos mediante gruñidos y los dios se volvieron hacia ellos de forma amenazante. Cualquier cosa que hubiese hecho antes el Beast Master para mantenerlos a ralla, había dejado de funcionar ahora.

Sin embargo, éste se interpuso entre ellos y los demás. Alzado entre las manos, se encontraba el enorme huevo, milagrosamente intacto.

—¿Esto es lo que queréis, verdad? —les gritó —. Es vuestro. ¡Llevároslo e id en paz!

Lo depositó en el suelo delante de los monstruos y retrocedió. El dragón verde avanzó de un salto y se puso encima del huevo en actitud protectora, alargando el cuello para rugir en amenaza, pero no atacó. Después bajó la cabeza para tocarlo con el morro, mientras el otro hacía lo mismo, olfateándolo.

Al final, la bestia verde tomó el huevo con mucho cuidado, guardándolo en la boca, antes de alzar el vuelo de un salto. El rojo tardó un poco más y se quedó mirándoles unos momentos. Sus ojos azules quemaban mientras parecía analizarles, tratando de decidir si comerles a ellos también o no. Terminó gruñendo, soltando una llamarada de advertencia y se fue.

Aliviados, el grupo observó como la silueta de los dragones se alejaba en el cielo hasta perderse en las montañas.

—No ha sido de las mejores excursiones al bosque, que digamos —comentó Shruikan. Nadie le dijo que no.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on September 24, 2015, 06:50:20 AM
Y otro día menos! *tacha el calendario con satisfacción*


Capítulo 24: A la orilla del fuego


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)


Había caído ya la noche, pero en vez de hospedarse en Eruyt Village como había sido su intención, terminaron en una cabaña en medio del bosque. Era sorprendente lo rápido que había pasado el tiempo cuando estuvieron bajo ataque, y a la que por fin consiguieron regresar al camino ya se estaba empezando a poner el sol.

El Beast Master les había invitado después de lo ocurrido y que hubiera quedado más que claro que no tenían intención de pelear, para que se recuperaran de sus heridas. Los otros no sabían a donde les llevaba, pero estaba claro que no hacia el pueblo.

—Soy N —se presentó, con un nombre que no habían tenido ocasión de comprobar en la agitación del combate.
—¿N? Vaya nick más raro —comentó Shruikan, comprobando su autenticidad con la omnitool —. ¿Es un diminutivo de algo?
—... Sólo llámame N.

Lo dijo con una sonrisa, aunque había un deje de tristeza en ella. No volvieron a hablar del tema, y N les guió a través del bosque, montado en su halla, a la que le había curado la pata poco antes de emprender la marcha.

La cabaña estaba algo alejada del camino, cerca de un riachuelo y de una pared escarpada no demasiado alta. La casa no era muy grande, aunque una vez dentro descubrieron que cabían todos con comodidad. Parecía estar hecha del único tocón de un árbol gigantesco, cortado tiempo atrás. El techo era de ramas, hojas y hierba seca, con forma cónica. En la parte más alta, había unas aberturas que hacían de chimenea y por las que empezó a salir el humo cuando se pusieron a preparar la cena.

Al preguntarle por la casa, N dijo que no la había construido él, que se la había encontrado allí y que lo único que había hecho había sido limpiarla y decorarla un poco. Quién la había construido, era un misterio incluso para él, pero por lo que decía llevaba abandonada ya mucho tiempo cuando la encontró.

Lo cierto es que a pesar de todo había conseguido darle un aspecto agradable y acogedor. Por fuera se veían las ventanas redondas y la puerta baja. Varios tiestos de flores y plantas (la mayoría de las cuales era medicinales y podían utilizarse en alquimia, como bien les informó Ulquiorra) decoraban los bordes de la casa y el alféizar.

Dentro, había un hogar central, situado por debajo del nivel del suelo, y era la única parte que no estaba hecha de madera pulida y barnizada si no de piedra. Varios utensilios a su alrededor servían para cocinar, y una rato después ya había una olla hirviendo sobe el fuego.

El mobiliario era mas bien escaso, la mayoría curvado para adaptarse a la forma de la vivienda: los muebles más grandes eran solamente una cama estrecha y un armario. Había varias encimeras que también podían utilizarse para guardar cosas en sus cajones, pero poco más. Para compensar eso, había una gran cantidad de ganchos en las paredes que servían para colgar cosas.

N los había utilizado básicamente para colgar tapices de colores a lo largo de la pared y que también adornaban el suelo junto con varios cojines cuadrados y planos. Había varios ganchos vacíos al lado de la puerta y que utilizó para colgar el sombrero y la ballesta al llegar, y ese rincón terminó acumulando todas las armas.

Sheba recordó en ese momento que había perdido su bastón y torció el morro, haciendo nota mental  de conseguir otro tan pronto como fuera posible.

Hablaron de muchas cosas, durante largo rato. N les contó sobre los dragones, Rathian y Rathalos, que su única intención había sido proteger sus huevos de los ladrones. Claro que eran peligrosos ya de por sí, y solían atacar a todo aquél que se acercase demasiado a su morada. Él había evitando que la gente pasara por allí, no sólo por su propia seguridad si no también para proteger el nido, algo que al parecer consideraba su deber moral.

—Debo daros las gracias por vuestra ayuda —les dijo cuando ya estaban cenando, inclinándose de forma respetuosa. Lo cierto era que una vez fuera de peligro y resueltos todos los malentendidos, había resultado ser un muchacho bastante alegre y educado, de sonrisa fácil y mirada brillante —. Si no fuera por vosotros, seguramente se me habrían escapado o hubiese muerto en el proceso. Espero que ahora os sintáis mejor de vuestras heridas.

Curarse había sido lo primero que habían hecho una vez terminada la batalla, pero fueron sólo primeros cuidados. Al llegar a la cabaña y encontrarse a salvo de monstruos, habían seguido con el proceso, aunque los que se encontraban peor habían sido Shruikan, Sheba y el propio N. Ulquiorra se ofreció a sanarles a todos, pero le convencieron de que era mejor guardar sus granadas curativas para el combate. Obviamente, tenía otros objetos con los que tratar heridas, como bien hizo en recordarles, pero no volvió a insistir. Si no le conocieran, dirían que estaba ofendido y todo.

—Tal y como estaban las cosas, doy las gracias por no haber terminado muerta yo. Que bien me podrías haber matado tú como ellos —dijo Shruikan. Parecía bastante recuperada a pesar de todo; cansada, sí, pero eso no le impedía devorar su plato de caldo de arroz con pescado y tomate, cortesía de Fenris. La verdad era que él cocinaba mejor que los demás.

N le dirigió una sonrisa de disculpa mientras él también seguía comiendo a su ritmo.

—Ese Dark Knight daba miedo —comentó Seras entonces, pensativa, revolviendo el plato con la cuchara.
—También parecía que le conocías de antes —añadió Sheba, la única que había sido testigo de la conversación entre ambos, lanzándole una mirada penetrante.

El rostro del otro se ensombreció y bajó la cuchara. Estaban sentados en círculo alrededor del hogar y el fuego era prácticamente todo lo que iluminaba la única estancia. Las llamas proyectaban una luz cambiante y las sombras danzaban en el rostro del Beast Master.

—Sí. Su nombre es Durza... y es una de las personas más malvadas que me he encontrado hasta ahora dentro del juego. —Su voz reflejaba el desprecio que sentía por ese hombre. Era curioso como N podía pasar de la amabilidad al odio en cuestión de segundos —.  Ha pasado varias veces por aquí, y siempre ha sido cruel tanto con las personas como con los animales. No se molesta en ocultar que disfruta matando y es astuto y vil. He conseguido echarle de aquí en muchas ocasiones, pero siempre vuelve con un nuevo plan cada vez.

—Parecía querer llevarse ese huevo. ¿Qué tiene que sea tan importante? —pregunto la Black Mage.
—Nada —respondió él, negando con la cabeza —. Sólo el valor al venderlo. Es un huevo de wyvern, difícil de conseguir porque los padres están siempre vigilando. Él ya había intentado conseguirlo un par de veces antes utilizando a sus secuaces, y había sido capaz de evitarlo... hasta ahora.

—¿Por qué? —La pregunta vino de Ulquiorra. Había sido el primero en terminar de comer, ya que sólo se había servido con lo justo y ahora se sentaba de rodillas, un poco alejado. Sus ojos verdes brillaban en la penumbra —. Viendo el funcionamiento del juego, se puede decir que el único propósito por el que ese huevo existe es, precisamente, para que alguien se lo lleve. ¿Por qué tratar de impedirlo entonces?

N puso mala cara, frunciendo el ceño. Era la misma expresión que tenía cuando se habían quejado de que nos les dejaba cazar la halla dorada. Parecía muy concienciado con el tema.

—Sólo porque una cosa esté ideada de un modo no significa que no pueda hacerse de otra forma. No me parece correcto que alguien trate de robar las crías de un animal sólo por dinero. Eso no está bien bajo ninguna circunstancia.

—Tu declaración es exagerada —insistió el otro —. Son datos. Programas. No están vivos de verdad y su único propósito es servir a la intención a que se les ha dado.

—Te equivocas —N parecía furioso, y sujetaba la cuchara con fuerza. Daba la impresión de que se contenía para no lanzársela al otro —. ¿Cómo puedes decir que no están vivos? Cuando los cortan sangran. Tienen miedo, hambre y sed. Sienten, piensan y aprenden. ¿Cómo eso no es estar vivo? ¡Son iguales que tu o yo aquí dentro, están tan vivos como nosotros! ¿Qué derecho tenemos entonces a tratarles como herramientas y objetos? Si el que los creó pensaba eso de ellos entonces esa persona es el mayor monstruo de todos.

Todos estaban más o menos sorprendidos por la pasión en sus palabras, aunque era raro verlo de forma tan evidente en el rostro de Ulquiorra. El Alchemist apartó la mirada, sin argumentos para seguir y murmurando algo ininteligible por lo bajo. No volvió a hablar hasta un rato después, sumido en sus pensamientos.

—Oye, que me harás sentir mal, ¿eh? —interrumpió Shruikan, relamiéndose los dedos sucios —. Me siento como una asesina en serie, tal y como lo pones. Pero bien tenemos que subir de nivel y hacernos más fuertes, ¿no? ¿De qué otra forma vamos a hacerlo si no?

—Matando jugadores. Así lo hice yo —dijo él, sin tapujos. Tras recibir varias miradas suspicaces, el Beast Master se apresuró a añadir —: claro que las circunstancias son distintas ahora, con el asunto de las vidas limitadas. La gente está más tensa. Tienen miedo de lo que pueda pasar y a la vez menos miramientos a la hora de actuar.

—¿Y tú no tienes miedo? —le preguntó Seras, con sinceridad —. Estamos todos atrapados al fin y al cavo.
—¿Miedo? No. —Negó con la cabeza, sacudiendo sus cabellos verdes —. En realidad estoy bastante cómodo aquí. No me importa mucho lo que pase fuera.

Los otros se dirigieron varias miradas silenciosas.

—Parece que no has tenido muchos problemas en adaptarte a la nueva situación —comentó Fenris. Había un algo en su tono de voz que tanto podía ser sarcasmo, admiración o sospecha —. No pareces muy preocupado al menos. Pero bueno, ¿que haremos mañana? Se suponía que íbamos a pensarlo al llegar a Eruyt Village, pero parece que no vamos a ir. ¿Alguien tiene un plan?

—Ir al norte. —Ulquiorra interrumpió su silencio para aportar esa idea. Antes de que alguien le preguntara, empezó a contar su plan —. Cerca de la zona de Sanctuary es donde se realiza la quest para los homúnculos de los Biochemist.
—¿Pero por qué quieres ir allí si todavía no eres...? Un momento. ¡¿Desde cuando eres Biochemist?! —Shruikan le señaló con un dedo acusador.

Ulquiorra parpadeó.

—Desde Columbia.
—!¿Y por qué no dijiste nada?!
—Pensé que os daríais cuenta enseguida.

La Samurai giró el rostro para buscar apoyo en sus compañeros, aunque no encontró demasiado. Las caras de Sheba y Fenris le decían que ellos ya se habían dado cuenta mucho antes y Seras tampoco parecía sorprendida. N sólo sonreía, ajeno al drama.

—Si vais de viaje, me gustaría acompañaros —dijo —. Como compensación por vuestra ayuda.
—¿Estás seguro? —preguntaron los otros, tras unos instantes de reflexión grupal.
El otro asintió. —No será tanto tiempo, además... Siempre me he preguntado como crean a los homúnculos. Tiene que ser muy emocionante.

Había verdadera ilusión en sus ojos, como la de un niño esperando recibir el juguete que había pedido por Navidad. Aceptaron, al final, siempre y cuando N prometiera no dar problemas innecesarios.

—¿Dónde tenemos que ir exactamente? —preguntó Seras, sacando el mapa en su Omnitool.

Ulquiorra se acercó y puso la punta del dedo sobre una montaña en la zona norte, solitaria y escarpada, al oeste de Sanctuary.

—A la Garganta del Mundo. Hará frío, así que mejor que llevéis ropa de abrigo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on September 30, 2015, 03:49:31 PM
~+18~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/anir.jpg)


De repente el nuevo enemigo dejó de gritar como si estuviera poseído por un espíritu de la guerra, aunque no hizo ademán de bajar el arma y Kíli, con los ojos como platos pudo comprobar que se trataba de una chica. Una chica que tenía el pelo largo y dorado, tiraba más bien a esbelta y pequeñita, pero desde el suelo y herido como estaba, su presencia resultaba altamente aterradora.

—¡Tu nombre! —exigió imperiosa.

—¡Kíli! —respondió él como si estuviera siendo interrogado por un instructor militar.

Airin no había llegado a perder el conocimiento, pero el fuerte golpe la había dejado aturdida y mareada. Se sentó tras su compañero, apoyando una mano en su espalda mientras se llevaba la otra a la cabeza, tocándose el cráneo con cuidado.
La recién aparecida pareció desinflarse un poco, soltando el hacha y procediendo a revisarlos con su omnitool, observando después sus presuntos bots que rondaban por los alrededores.

—¿Estás bien? —preguntó el arquero en un susurro, girándose para agarrar la mano libre de Airin.

—Nuh. —murmuró ella cerrando los ojos frente al asalto de colores del paisaje.

La chica nueva parecía sentirse culpable aunque no hubiera sido ella la causante de sus heridas. Empezó una disculpa agachándose junto a ellos, pero en ese momento escucharon la voz alarmada de Fíli llegando a todo correr. Con los bigotes aún alborotados se apresuró a examinar el brazo herido de su hermano, y después se apartó un poco, posando una mano con suavidad sobre la cabeza maltratada de su compañera.

—¿Estáis bien? —preguntó con preocupación evidente.

Airin negó de nuevo en silencio, y Kíli sonrió contrito y dolorido. El knight se mordió el labio inferior y estiró de uno de sus bigotes con impotencia.

—Toma, lo necesitáis —habló la desconocida tendiendo unas cuantas pociones de cura hacia él.

—¿Eh? —Fíli arqueó las cejas sorprendido.— Y esto... ¿por qué?

La chica no pareció tomarse muy a bien el ser cuestionada y sacudió las pociones frente a él.

—Uno, porque lo necesitáis, dos, porque les he robado el monstruo y tres, porque sí.

El rubio ni siquiera tuvo la posibilidad de negarse porque la chica (Neko, había visto su nick), insistió con cierta violencia. Los heridos se encogieron ligeramente ante la mención de estampar algo más y finalmente se repartieron las pociones de cura. Pero entonces desde detrás de los árboles hizo aparición alguien que bien podría haber sido Rambo desatado en un ataque de ira, lo que hizo que Kíli se atragantase del susto y Fíli se lanzase sobre él intentando protegerlo de un peligro que no existía realmente. Hasta la chica de pelo dorado se puso en guardia, pero Airin parpadeó cansinamente mientras daba otro trago de su botella, esperando con pereza las imprecaciones del gunslinger.

—¿¡Dónde coño os habíais metido, panda de…!? —y ahí estaban, con su dueño arrugando la nariz y probablemente rascándose el trasero, ofendido.

Airin aprovechó para echar un vistazo a su omnitool y escanear nicks al ver que la otra muchacha bajaba los puños y no parecía que fuera a haber pelea inminente, mientras los dos hermanos se volvían a sentar carraspeando e intentaban recuperar su apariencia de personas normales. Pero algo le hizo girar la cabeza tan rápido que el mareo estuvo a punto de volver.

—¿Pip? —preguntó Neko con tono incrédulo— ¿Bernadotte?

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 30, 2015, 03:54:39 PM
VENGO CORRIENDO. YA PONDRÉ AVATARES :v omg cuanta gente, es el día 12 HA LLEGADO. Bosses: 1 (https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/a0/52/6c/a0526c1d526eb65c77490e3e4703d668.jpg), 2 (http://img08.deviantart.net/61ac/i/2011/170/0/0/colossus_of_water_by_daitengu-d3jdo25.jpg)


43. Equipo amarillo. Aceptamos rubios


Era una mañana tranquila en la base de los Crimson Raiders. Nadie había prendido fuego a la cocina, no había explotado ningún laboratorio y parecía que las mejoras que Firehawk esperaba de parte del equipo de mecánicos, que cada día crecía un poquito más, iban viento en popa.

La mujer estaba respirando el aire helado de Sanctuary, justo en la entrada de la Guild, con una mano en la cintura.

—Aaah, me gusta cuando las cosas van bien. —dijo la mujer, bajando las gafas de sol que tenía apoyadas en la cabeza para que le tapasen los ojos.

—Si fueran tan bien, no estaríamos aquí dentro. —se oyó una voz detrás de ella.

Lilith no tenía que girarse para saber quién era. Con los nuevos reclutas era un poco más difícil seguir la pista de todos los miembros de la Guild, pero a aquel lo conocía bien.
Ella rió, cruzándose de brazos antes de mirarle de soslayo, por encima de su hombro ligeramente levantado.

—Estarías en la estepa, cazando monstruos para practicar tu puntería, soldado.

El suspiro de Nightwing fue sutil, pero la forma suave en que negó la cabeza no pasó desapercibida. Una sonrisita cariñosa se apoderó de sus labios antes de cambiar la expresión por una más neutral y dar los pocos pasos que le separaban de ella para unirse a su observación de la ciudad.

—O ahí dentro jugando a cartas con los demás. —continuó ella.

—O en mi casa, durmiendo. O tal vez trabajando, ahí fuera. Que me guste el juego no significa que este sea el mundo donde quiero vivir.

Lilith chistó, asintiendo con la cabeza para darle la razón. Lo que más le disgustaba del asunto no era estar dentro del juego, era que le hubiesen arrebatado su poder de decisión. Pero saldría de ahí a como fuera posible.

Se quedaron unos minutos en silencio antes de hablar suavemente sobre la manera en que los nuevos miembros cambiaban la dinámica de la Guild, las necesidades de la misma y las misiones en las que se encontraban los Crimson Raider que no se hallaban en Sanctuary en ese momento.
La gran mayoría de los novatos se encontraban fuera, casi todos acompañados de algún miembro de alto rango y experiencia en el juego, pero justo ese día casi toda la Guild estaba en casa.

—Será mejor que reforcemos el sector norte, los monstruos cada día se acercan más a la ciudad.

Lilith estaba a punto de afirmar y proponer un nuevo turno de rotaciones cuando sintieron la explosión antes de oírla.
Los dos miraron instintivamente hacia el lugar de donde provenía la sacudida y el ruido. Pronto más gente empezó a salir de la Guild y no tardaron en ver la cabeza de un monstruo colosal asomándose por encima de los edificios, en el horizonte.

El monstruo era blanco y cuando abrió la boca para rugir enseñó sus dientes afilados. Parecía que de repente hacía más frío en Sanctuary.

—¿Pero qué? —preguntó Lilith antes de ser interrumpida.

El monstruo terminó su rugido y se dejó caer sobre las patas delanteras. Su larguísima cola, cubierta de hielo y escarcha ondeó tras él y de un latigazo derribó el piso superior de un edificio.

—¡Nos atacan! —gritó una chica que entró a la base de la Guild con las manos en la cabeza, sólo para salir cinco segundos después con un garrote gritando y sacudirle a una bola de nieve demasiado grande y saltarina.

—¡Boss y séquito! —gritó Nightwing, activando su omnitool para poner en marcha una estrategia básica y dar las órdenes precisas a sus compañeros de Guild—. Es de hielo.

—Entonces, ¡es mío! —gritó Lilith, sacando pecho, con una sonrisa ladeada en sus labios.

Había dado dos pasos antes de empezar a correr, aunque no le dio tiempo a alejarse cuando Nightwing gritó que esperase.

—Otros miembros dicen que hay un segundo Boss en el otro lado de la ciudad y que se acerca rápidamente. Es un reptil de agua y es rápido. No puedes ir hasta allí sin refuerzos.

—¡Maldita sea! —gritó Lilith, notando un escalofrío recorrerle la espalda— Bien, pues me pido el primero.

—Pero da más XP… —se quejó Dick mientras acababa de leer los mensajes que aparecían en el chat de la Guild.

Otros miembros de alto nivel se habían agrupado alrededor de la puerta de la Guild y defendían su sede, esperando a que los líderes decidieran cual era el plan a seguir.

—Separémonos en equipos: ¡Equipo rojo! —dijo Lilith.

—Equipo azul —contestó Nightwing después de arrugar la nariz.

El coloso de hielo se había quedado en el borde de la ciudad, invocando varios monstruos de tipo hielo e inundando la ciudad con ellos.
La gente había empezado a gritar en que equipo querían estar cuando apareció el monstruo de agua, un reptil mutante gigante y azul, pegado a una de las casas. Siseó antes de bajar rápidamente y justo cuando el bicho había echado la cabeza hacia atrás, preparando un ataque de agua y Nightwing se había movido para proteger a Lilith de un ataque que podría matarla un borrón saltó desde un lado, golpeando al monstruo en la garganta.

El monstruo cayó hacia atrás. Encima de sus escamas chispeaban rayitos amarillos.

Lilith apartó a Nightwing de un empujón, quería a quien hubiese hecho eso en su equipo.

—¡Mío, equipo rojo! —dijo ella.

—¡No, para el equipo azul! —dijo Nightwing, casi inmediatamente.

La sombra agazapada de su salvador se irguió y dos jugadores más aparecieron tras ella. Eran Neko, Starkrimson y Crane, preparados para la guerra.

Milo ya tenía la guitarra en alto y Crane se acababa de equipar uno de sus trajes más vaporosos. Neko apretó el puño enguantado y dio un paso hacia el Boss de agua, que seguía aturdido en el suelo.

—¡Ey, espera! —dijo Lilith— Antes de atacar… ¿en qué equipo estás?

Lilith se cruzó de brazos y levantó una ceja y Nightwing le sonrió suavemente. La chica del garrote pasó gritando mientras blandía su arma a diestra y siniestra, hubiera o no enemigos delante.

Neko sonrió de vuelta y la falda de colegiala ondeó sobre sus muslos.

—Equipo amarillo —declaró mientras se ajustaba el guante a la muñeca y añadía con tono juguetón—. Aceptamos rubios

Uno de los healers dio un paso adelante para unirse al grupo, pero Lilith le puso la mano en el pecho.

—¡Claro y te quedas con todos los clerics! —gritó Lilith mientras Neko se reía desde su lugar, empezando a invocar a Atom.

Equipaje, el baúl con patas que Neko había atrapado unos pocos días antes, salió de dentro de la Guild a la carga, persiguiendo monstruos de nieve.
Tiró a uno de espaldas al suelo y lo lamió y mordió como si de un helado se tratase. En un momento dado paró su ataque para sacudirse como si se le hubiera congelado el cerebro, antes de saltar hacia otra bola gigante, con la lengua colgando y sus patitas musculadas en perfecta sincronización.

El boss de hielo rugió otra vez antes de cargar contra otro edificio, al parecer aburrido por la poca acción. El de agua se empezaba a levantar, sacudiendo la cabeza para quitarse el estado de aturdimiento de encima.

—¡De acuerdo, Crimson Raiders! —exclamó Lilith para toda la Guild a través del chat, antes de dar una palmada al aire— ¡Se acabó la guasa, a trabajar! ¡Magos de fuego, summoners con ataques de fuego, snipers con balas de fuego! ¡Cualquiera que pueda servir para derrotar el coloso de hielo, conmigo! ¡Equipo rojo!

—¡Primeros niveles cerca de la puerta, os encargaréis del séquito! —Nightwing indicó un par de healers y tanques de nivel alto que hicieran de niñeras y después continuó con las órdenes—. ¡Segundos niveles, limpiad las calles! Cualquiera de tercer nivel que no le sirva a Lilith, conmigo! ¡Equipo azul!

—¿Y los demás tanques, buffers y healers, qué hacemos? ¿Equipo amarillo?—preguntó un chico al fondo, levantando un bastón.

—¡Repartíos! ¡Tenéis experiencia, ya sabéis cuando hay gente suficiente en algún lado! El boss de hielo tiene nivel más alto, Lilith necesitará mayor cobertura.

Lilith esperó a tener a todo su equipo alrededor antes de inflar el pecho y salir a pisando fuerte de la base de la Guild. Algunos segundos niveles ya se habían desplegado por las calles, pero una de las avenidas principales seguía colapsada por muñecos de nieve y bolas saltarinas.

—¡Jefa! Sería mejor ir por otro sitio… —sugirió Notathief, que titubeó al ver la expresión de Firehawk.

—No será necesario —dijo ella con autosuficiencia, levantando la mano despacio antes de bajarla con fuerza.

Flechas de fuego bajaron del cielo, cortando el aire a su paso, ganando velocidad antes de chocar contra los monstruos que se chocaban unos con otros mientras se derretían.
Ver la nieve arder siempre le producía algún tipo de satisfacción oscura.

—Adelante, equipo —masculló Lilith, continuando con su camino hacia el gigante de hielo.

Darkguardian rió sutilmente con un dedo sobre sus labios antes de levantar una ceja hacia Notathief.

—Mira que es presumida… —murmuró el stalker antes de despedirse a la elementalist a su lado con algo parecido a un saludo militar—. Mejor me voy al otro equipo.

—Si no te das prisa, no te dejaran nada. —le avisó Darkguardian antes de seguir los pasos de su jefa.

El stalker se trepó a una de las casas por la cañería, evitando el grueso del séquito al saltar de tejado en tejado hasta llegar a la plaza donde el boss de agua había arrastrado al equipo azul… amarillo. ¿Verde?

Atom inmovilizaba al bicho, agarrándolo por el cuello, pero el monstruo estaba enroscado alrededor del robot y parecía a punto de soltarse de su agarre. Mientras, otros elementalists con electricidad, lo debilitaban con sus ataques.

Los tanques se estaban dedicando a proteger la zona de cualquier monstruo pequeño que intentase acercarse y los de apoyo tomaban turnos para que todo el mundo estuviera en su mejor forma.

—Todo controlado por aquí… —murmuró él, trepándose a lo más alto de una chimenea para informar a sus compañeros de la situación general vía chat.

Los Crimson Raiders siempre habían funcionado como una máquina bien engrasada y aunque las nuevas piezas aún tenían que encontrar su lugar, parecía que estaban encajando perfectamente una detrás de otra.
Locke sólo esperaba que siguiera siendo así por mucho tiempo, si querían sobrevivir todos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on October 17, 2015, 05:50:36 PM
Capítulo 25: Montañas y monstruos


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg)


—Joder, me estoy congelando —se quejó Shruikan, con los dientes que le castañeteaban y tiritando. Escondía las manos debajo de las axilas para protegerlas del frío, aunque eso era prácticamente imposible.

El viento soplaba con fuerza; nevaba y los copo se clavaban en la piel como agujas de hielo.

—Estas escaleras no se terminan nunca —dijo Fenris, más atrás. Tenía que alzar la voz para que se le oyera por encima del clamor del viento. Tenía un brazo levantado para protegerse los ojos.

Habían llegado a la Garganta del Mundo el segundo día de viaje. Habían decidido tomarse su tiempo, de modo que el día anterior sólo llegaron hasta Prorencia. La montaña no estaba muy lejos de la ciudad, así que se habían imaginado que no sería una travesía muy complicada.

No se esperaban que una vez en la Garganta del Mundo tuvieran que subir siete mil escalones en medio de una ventisca.

—¿Alguien lleva la cuenta? —preguntó una de las chicas. Era difícil de decir quien con ese viento.

—Entre unos... 5713 y 5740, creo —respondió N. Tenía la nariz roja debajo del sombrero y soltando volutas de vapor con cada resoplo. Había dejado su Halla a los pies de la montaña para que no pasara frío.

Al principio había sido algo tolerable, incluso hacía sol. Pero a medida que iban subiendo el clima había empeorado.

—Nunca había tenido tanto frío dentro de un juego. Creía que no era posible —dijo Sheba, que temblaba incontrolablemente.

La cosa mejoró un poco cuando Ulquiorra volvió de su posición de avanzadilla y les repartió pociones de resistencia al frío para todos.

—Ya nos las podrías haber dado antes —se quejó Shruikan, sintiéndose mejor tras haberse tragado el líquido rojo. El efecto era parecido a tomar un trago de alcohol fuerte pero sin perder lucidez de mente, y el calor se extendía por todo el cuerpo.

—Dijisteis que estabais listos. Asumí que tendríais vuestras propias pociones, pero veo que me equivocaba.

Ulquiorra se mantenía impasible en el viento y la nieve. Su abrigo blanco y su piel pálida hacían que se confundiera con el entorno si se le miraba desde cierta distancia. Sus ojos brillaban como siempre, pero, y en ese lugar resultaba algo siniestro.

—Teníamos, pero el efecto no ha sido suficiente para subir hasta aquí. No creíamos que la montaña fuera tan alta —explicó Sheba.

A su lado Seras asintió. Ella había sido quien había comprado las pociones, pero había calculado mal y la duración había sido demasiado corta para el camino que tenía que ascender. Ni siquiera N lo había medido bien, ya que como les había dicho en cierto momento, no estaba acostumbrado a los viajes tan al norte.

—Hemos recorridos unos dos tercios del camino aproximadamente —explicó el Biochemist cuando le preguntaron si faltaba mucho  —. El terreno no es tan escarpado más adelante, aunque el clima se mantiene. Además hay monstruos: espectros del hielo, lobos de las nieves y troles.

—No parece algo difícil de manejar —dijo Sheba, sacando su bastón. En Prorencia había tenido la oportunidad de comprar uno nuevo para reemplazar el que había perdido. Era diferente al anterior, de metal, con un tono entre cobre y dorado. Tenía un cristal claro e iridiscente en la punta y varias zonas estaban gravadas con filigranas en espiral.

—Las criaturas de esta zona son débiles al fuego. Estad atentos.

El último tramo de la ascensión no fue tan rápido como hubiesen querido. La ventisca les dejaba con poca visibilidad y había zonas en las que los escalones se hacían difíciles de discernir. Además, Ulquiorra no les había engañado y los monstruos les atacaban con frecuencia, silenciosos como sombras. No les veían venir hasta que ya se les lanzaban encima.

Finalmente, las escaleras se terminaron. Llegaron delante de una enorme puerta de piedra, grabada con relieves decorativos erosionados por el viento y el tiempo.

—¿És aquí? —preguntó Seras, que poco a poco iba volviendo a volviendo a notar el efecto del frío en la punta de los dedos.

—Sí —respondió Ulquiorra —. Es el refugio de los Barbas Grises, que poseen el conocimiento secreto de la creación de homúnculos. El Laboratorio de la Big MT.

Pese a lo grande y pesada que era, la puerta se abrió sin esfuerzo cuando la empujaron. Ni siquiera hizo ruido salvo un ligero y grave chirrido. El interior estaba oscuro y no se veía nada a primera vista  por el contraste de luz, aunque había antorchas ardiendo en las paredes.

Cuando las puertas se cerraron detrás de ellos, era difícil decir si dentro hacía igual de frío que a fuera o por contra era más cálido, aunque extrañamente más húmedo.

Una sola persona salió a recibirles. Llevaba una pesada túnica gris oscuro, con adornos de metal colgados en el cuello. Tenía el rostro oculto tras una capucha, pero por la obertura se llegaba a ver una barba canosa y espesa.

El hombre susurró algo. Ulquiorra iba delante, y avanzó más para escucharle. El encapuchado habló con él unos momentos, sin alzar el volumen de voz en ningún momento y sólo el Biochemist le alcanzó a oír. Pareció que le preguntaba algo, porque Ulquiorra lo único que dijo fue un firme y escueto “Sí”.

Entonces, el viejo se dio la vuelta y les hizo señas para que le siguieran.

—Este lugar no tiene mucha pinta de laboratorio —comentó Shruikan, mirando a un lado y a otro, donde sólo había viejos muros de piedra fría y oscura.

Por el camino se cruzaron con otros sujetos encapuchados. Ninguna palabra fue dirigida hacia ellos, pero casi podían sentir el peso de su mirada invisible mientras se alejaban.

Llegaron a unas escaleras de caracol que les hicieron bajar. Era un poco claustrofóbico, con los mismos muros de piedra oscura que reflejaban la luz de las antorchas como si fueran de cristal.

Y al final, tras descender durante lo que pareció una eternidad, llegaron a una obertura por la que salía tanta luz de un azul pálido que se quedaron deslumbrados por unos instantes. Y cuando recuperaron la vista y vieron lo que había más allá, se les quedó la boca abierta.

Delante de ellos había una sala enorme que parecía tan alta como la montaña misma, y en la que arriba del todo brillaba un cielo estrellado propio. Abajo, pero, la piedra que conformaba el suelo y los pilares que sostenían la construcción brillaban con una intensa luz. Por toda la sala había montones de grandes y altos tubos llenos de líquidos de todos los colores (algunos incluso con algún bichejo dentro), tuberías que escupían vahos de vapor y máquinas y aparatos imposible de saber para que servían.

—Vaya —fue la exclamación de Sheba que resumió bastante bien sus impresiones.

El encapuchado no les dio tiempo a recuperarse de la impresión y siguió abriéndoles paso, con Ulquiorra siguiéndole el paso y que en ningún momento habría despegado los ojos de su espalda.

Andaron un buen tramo en línea recta hasta que llegaron bajo una gran esfera flotando en medio de un lago lleno de un líquido espeso y cerúleo. Estaba unida a tierra por una ancha escalera, a los pies de la cual su guía se detuvo. Volvió a dirigirse a Ulquiorra en susurros, tras los cuales el otro simplemente asintió y después se giró hacia los demás.

—Debo subir allí arriba.  El acceso está restringido sólo a los Biochemist, así que tendréis que esperar aquí.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó la Samurai, poniendo los brazos en jarras.
—El homúnculo. Es un proceso secreto.
—¿Así que no se puede ver? —preguntó N, decepcionado —. Que pena.

—Volveré enseguida —dijo mientras empezaba a subir las escaleras.

Pues bien, había pasado hora y media y Ulquiorra aún no daba señales de vida.

—“Volveré en seguida” y un cuerno —masculló Sheba, sentada en las escaleras, aburrida y hastiada a más no poder.

A su lado, Fenris estaba tan callado que bien podría haberse quedad dormido. Los otros tres se habían levantado hacía un rato para ir a curiosear por el lugar. Se podía ver a Seras y N contemplando una hilera de tubos y hablando con su encargado. Shruikan se había separado de ellos antes y no se la veía por ningún lado hasta que apareció de un salto delante del par en las escaleras.

—¡Tachán! —exclamó con los brazos alzados. Llevaba una máscara extraña y fea de metal merde cubriéndole la cara y una capucha de con dibujos de espirales.

—¿Qué rayos es eso? —preguntó Fenris.
—No lo sé, la he encontrado por ahí —respondió ella, alzándose la máscara —. Pero es un objeto raro y mola, ¡no voy a dejarlo tirado para que se lo quede otro!

Sheba y Fenris encontraron miradas mientras ella se sentaba, canturreando feliz por su nueva adquisición. Un par de minutos más tarde, echó un vistazo por encima del hombro.

—Sí que tarda, ¿no?
—Y que lo digas.
—Es peor que una mujer en el baño —fue el comentario desacertado de Fenris, que terminó recibiendo las protestas de sus compañeras.

—¿Qué ocurre aquí? —preguntó Seras cuando llegaron con N y vieron como los otros tres se dedicaban a pellizcarse mutuamente.

—Nada, que Ulquiorra no sale —dijo Sheba, frotándose el brazo dolorido.
—A lo mejor le ha pasado algo.
—Se acabó, voy a llamarle.

Shruikan trasteó con su Omnitool para iniciar la llamada de voz. Ulquiorra tardó un rato en contestar.

¿Qué pasa?
—Eso digo yo. ¿Tú qué, se puede saber qué haces? —le reprochó la Samurai.

De nuevo, silencio.

Es... complicado.
—¿El qué, hacer el homúnculo?
No, ya lo tengo aquí, pero... me pide un nombre.

Los otros se miraron entre ellos.

—No me digas que has estado todo este rato decidiéndote por un nombre.
Aún no lo he decidido.
—¿Qué más da? —gruñó Fenris, poniendo los ojos en blanco —. Cualquiera estará bien.

No. —La réplica de Ulquiorra sonaba firme incluso al otro lado de la llamada —. Tiene que ser adecuado.

—Ay, señor. A ver, que te doy ideas. —Shruikan levantó los dedos —. Kerumato, Frufrú, Topler, Zanahoria...

—¿Cómo es el homúnculo? —interrumpió N, inclinándose sobre la Samurai —. ¿A qué se parece?

Ulquiorra tomó aire un par de veces a juzgar por si respiración y respondió:
Un murciélago.
—Ahí lo tienes. —N sonrió, satisfecho —. Si parece un murciélago, llámale así.
—¿Eso no es un poco insulso? —comentó Shruikan, un tanto escéptica con la idea, pero a Ulquiorra pareció gustarle.
Tiene sentido.

Después de eso terminó la llamada.

—¿Seguiste esa lógica a la hora de llamar Halla a tu halla? —La Samurai levantó la cabeza para dirigirse al otro.
—Sí. Poner un nombre a un animal es una señal de posesividad. No se debería objetivizar algo que no nos pertenece. Eso es anteponernos a su voluntad y restringir su libertad de ser.

La Samurai negó enérgicamente con la cabeza.

—Tío, tu estás muy mal. Si los animales no pueden hablar, ¿cómo vas a saber como se quieren llamar?
—Precisamente.
—Menuda chorrada más grande —comentó Fenris.

Antes de que la discusión fuera a mayores, Ulquiorra por sin salió del cubículo. Sobre el hombro llevaba una criaturita que efectivamente se parecía a un murciélago. Tenía las orejas grandes y el pelaje negro a excepción de un manojo blanco que le crecía alrededor del cuello. Lo más curioso pero, era que sus ojos amarillos y perezosos se parecían mucho a los de su sueño.

—Hombre, ya era hora —dijo Sheba, poniéndose de pie y desperezándose.
—Que cosa más mona. —Seras se acercó para inspeccionar el homúnculo, que olfateó con curiosidad —. ¿Murciélago al final?
—Sí. Murciélago.

El animal les miró, y en sus ojos abría un brillo sumamente inteligente.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on November 08, 2015, 05:06:02 PM
Capítulo 26: No es oro todo lo que reluce


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)


Al día siguiente, Naoya llamó.

Hola, “socios”. —Su tono era tan condescendiente al pronunciar la última palabra que cualquiera diría que le estaba hablando a un puñado de niños —. Veo que aún estáis vivos y... con nuevas adquisiciones.

Casi parecía más interesado en el homúnculo de Ulquiorra que en N, a quien a penas le hecho un vistazo desde el holograma.

Has conseguido el homúnculo; bien, bien. Cuando vuelvas le podremos echar un vistazo... —Su tono aterciopelado, daba a pensar que ese vistazo poco tenía que ver con atusarle el pelo al animal —. Pero vayamos al grano. Tengo trabajo para vosotros.

—Pues espero que sea mejor que el último —comentó Shruikan, de brazos cruzados y dedicándole una mirada llena de suspicacia. Naoya le respondió con una simple sonrisa de suficiencia y siguió hablando.
—Estáis en Prorencia, ¿cierto?

Habían pasado de nuevo allí la noche después de regresar de las montañas y pasarse lo que quedaba de la tarde haciendo el tonto por la ciudad. Fue un rato que disfrutaron, buscando los entretenimientos absurdos que ofrecían los NPC a los jugadores y gastando sin pensar el dinero que tenían (que gracias a la gestión de Ulquiorra, no estaba tan mal como antes). Quizá el que se había mostrado más entusiasta había sido N, que se abría cada vez más a ellos a medida que pasaban las horas. Descubrieron que era fácil hacerle sonreír, como a un niño. No habían dejado ni un rincón de la ciudad sin explorar.

Necesito que vayáis a un sitio. No está muy lejos, a cierta distancia hacia el oeste, cerca de las montañas.
—¿Y qué hay que hacer? ¿Matar un monstruo otra vez? —preguntó Fenris, cuya actitud y semblante eran muy parecidos a los de Shruikan.

Naoya se rió, haciendo un gesto de desdén con la mano.

Ni siquiera eso. Veréis, en esa zona hay un valle, oculto entre las montañas. Allí solía aparecer un boss de zona custodiando un tesoro, pero prácticamente desde que el GM cerró el juego que no ha vuelto a salir. Quiero que vayáis y descubráis que ha sucedido con él.

—Suena demasiado fácil. ¿Dónde está la pega? —Sheba no se fiaba, sobretodo después de lo que habían pasado con el primer encargo recibido de Naoya, en el que éste les había enviado aún sabiendo que seguramente iban a morir.

El Summoner le lanzó una sonrisa ladina.

Ah, la pega. Siempre debe haber una, ¿verdad? —Se rió —. Lo cierto es que aunque el boss no aparezca, sí parece que hay algo que ha estado matando a todo aquel que se ha acercado a la zona. Algo que seguramente esté relacionado con el suceso, así que también os corresponde descubrir que es. Al fin y al cabo, se os da bien sobrevivir a situaciones adversas, ¿no es así?

Después de eso, terminó la llamada, sin darles tiempo a decir nada más. Era obvio que daba por hecho que iban a cumplir su petición por mucho que protestasen... con lo que no se equivocaba demasiado.

—¿Quien era? —preguntó N con el ceño fruncido.
—Naoya —bufó Shruikan —. Nuestro “socio”.
—Nuestro negrero, dirás —la corrigió Fenris con todo el cinismo del que era capaz.

El Beastmaster sacudió la cabeza.

—No me gusta. ¿Por qué estáis con alguien así?
—Eso me pregunto yo. —Sheba suspiró —. Vamos, te lo contaremos por el camino.

Hicieron las últimas preparaciones y abandonaron Prorencia, dirigiéndose al oeste. Bien equipados y con fuerzas tras el descanso, el camino no se hizo demasiado largo hacia la formación montañosa que se encontraba al oeste de la ciudad. Desde luego, no era nada comparado con la caminata que se hicieron ayer hasta la Garganta del Mundo.

—Tu homúnculo es la mar de mono —comentó en cierto momento Seras, que parecía haberse encariñado rápidamente del animalillo. N también lo miraba mucho, aunque no parecía atreverse a acercase demasiado a su dueño ahora que conocía sus orígenes).

Murciélago le devolvió una mirada perezosa a la chica y Ulquiorra no dijo nada. Casi ni parecía darse cuenta de que le estaban dirigiendo un comentario positivo.

—Ya no queda mucho —dijo Shruikan, mirando el mapa. Naoya le había mandado las coordenadas del lugar al que tenían que ir —. No más de media hora, creo. És entre esos dos picos de allá.

El resto de la ruta fue bastante apacible. No se desviaron mucho del camino así que no se encontraron demasiados monstruos hasta que ya finalmente se dirigieron al interior estrecho del valle, que era como un gran pasadizo entre dos paredes de roca irregulares.

Pero ni siquiera allí encontraron monstruos al acecho, y eso era raro. Podían ver perfectamente algunos en las cimas de los riscos o en los alrededores, pero el valle en sí estaba desierto.

—Que raro... —murmuró Sheba, mirando alrededor, pero en esa zona no parecía haber ni una sola criatura hostil. Por lo general, donde había un boss de zona siempre solían aparecer muchos mobs. Que no hubiera ninguno podía ser buena señal para ellos... o una de muy mala.

El valle proseguía, estrechándose un poco para volver a ensancharse a medida que iban avanzando. En esa zona empezaron a encontrar viejas ruinas de piedra gris, paredes que no se alzaban más de medio metro del suelo. Fueron creciendo en altura a medida que seguían adelante.

—Esto está muy tranquilo.

Murciélago daba vueltas a su alrededor y prácticamente el único sonido que les acompañaba era el aleteo de sus alas membranosas y la música de fondo. No había ni un pájaro cantando en las cercanías.

—¿Qué es eso?

Un destello entre las rocas llamó la atención de Seras, que se desvió a la derecha y se agachó al borde de una pared, buscando entre los matorrales. Después soltó una exclamación de sorpresa.

—¡Aquí hay oro!

—¿Oro? —La cabeza de Shruikan se volvió inmediatamente en su dirección.
—Sí, varias monedas. Pero por alguna razón no puedo cogerlas.

Sus dedos parecían resbalar sobre la superficie de las monedas, que ni siquiera de movieron del suelo. Un sonido estridente que salía de la nada les indicaba que esa acción no era realizable.

—A ver, déjame probar —dijo la Samurai, agachándose a su lado pero sin más éxito que su compañera.
—Hay más en los alrededores —anunció Ulquiorra. Murciélago revoloteaba un poco más adelante, parándose unos momentos en un sitio, luego en el otro, y emitiendo un chirrido suave y corto entre uno y otro —. El antiguo monstruo que habitaba este lugar era un dragón malévolo que custodiaba un enorme tesoro.

—¿Un dragón? No sé de qué me suena esta historia...
—Sí —prosiguió él —. Como Naoya ha dicho, dejó de aparecer poco después del encierro. Su tesoro perdura, aunque sin monstruo que derrotar no se puede acceder a él.

—Pues vaya gracia —comentó la Samurai, poniendo los brazos en jarras y mirando los montoncitos de oro con anhelo —. Tanto oro a la vista ni no poderlo coger...
—¿Por qué siempre hay que matar algo para quedarse con lo que es suyo? —preguntó entonces N, planteándoles un importante dilema moral mientras oteaba alrededor con renovada suspicacia.

—Sigamos avanzando. Puede que más adelante encontremos alguna pista de lo sucedido con el monstruo.

Sheba no se mostraba para nada inquieta. Más bien ponía cara de querer terminar con eso cuanto antes y volver rápido a Prorencia, lo que fuera para no sentir que estaba trabajando para Naoya. Todos aceptaron sus palabras y prosiguieron. Sin embargo, las sorpresas no habían terminado, y más adelante empezaron a encontrar formaciones cristalinas de un material desconocido, rojo como la sangre y brillante.

—Esto no debería estar aquí —comentó Ulquiorra, quien después de preguntárselo tampoco sabía de que clase de objeto se trataba.

—¿Qué quieres decir com eso? —preguntó el Beast Master. Alargó el brazo e iba a tocar el misterioso cristal, pero el Biochemist se lo impidió agarrándole firmemente de la muñeca.
—No lo toques —le advirtió. Una advertencia que iba apara todos.

—Hay algo... maligno en ellos —reconoció Fenris, que contemplaba el rojo con desagrado.

Todos podían notarlo. El misterioso cristal irradiaba una energía desagradable que parecía susurrar palabras oscuras en las profundidades de la mente. No parecía sensato acercarse mucho a ellos.

—Los perduscos estos son nuevos, ¿verdad? —lle preguntó Shruikan a Ulquiorra, que negó con la cabeza —. Una cosa nueva de la que informar. Aunque seguimos sin saber de donde han salido o qué ha pasado aquí. Debe-... ¿Qué ha sido eso?

Giró la cabeza hacia la derecha, pero allí sólo había más cristales y grandes rocas, con montones cada vez mayores de oro y gemas. Frunció el ceño.

—¿Qué pasa? —le preguntó Sheba, apoyándose en un muro cercano.
—Me ha parecido ver algo que se movía... —respondió. Siguió escudriñando el lugar, aunque el movimiento no se repitió —. Puede que me lo haya imaginado.

Bajó la mirada y se rascó la nuca, dándole vueltas al asunto. Se disponían a seguir, aunque no había mucha más que ver: el valle terminaba abruptamente en una explanada. Pero entonces, fue N quien habló.

—Esperad. ¿No oís eso?

Los otros se detuvieron. En efecto, se escuchaba un ruido de fondo, como un zumbido grave. Su origen era difícil de localizar t lo estuvieron buscando unos segundos hasta que Fenris gritó:

—¡Cuidado!

Empujó A Shruikan, que estaba a su lado, y él mismo se apartó de un salto antes de que una espada enorme y roja hendiera el suelo en el sitio en el que estaban. Quien la empuñaba, era una mujer rubia de mediana edad y la cabeza cubierta con una capucha roja. Su armadura era de acero pesado y adornado con telas también rojas.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/meredith_zpsdtnimemk.jpg)

—¡Intrusos! —gritó al tiempo que se incorporaba. Sus ojos eran de un azul muy claro, pero estaban empañados de una luz roja maligna, la misma que procedía de los cristales, y su mirada reflejaba la locura —. ¡Culpables! ¡Yo os condeno a todos!

Hizo un movimiento circular con el brazo armado y a su alrededor se formó un círculo de energía roja que les empujó en todas direcciones. N fue el único que cayó sobre sus pies e inició su contraataque sin perder ni un solo segundo, enfriando su mirada.

Las saetas salieron volando, pero fueron detenidas por un mandoblazo rapidísimo. La espada de la mujer, que parecía contener el mismo cristal rojo de los alrededores, era la que producía el zumbido que habían escuchado antes.

—¡Culpables! ¡Culpables todos! ¡Vuestra sed de poder y avaricia os ha corrompido, criminales! ¡Débiles, engendros, abominaciones! —Aunque les gritaba, daba la sensación de que no se estaba refiriendo a ellos realmente. Era imposible de saber, su mirada estaba demasiado turbia —. ¡Os condeno a muerte a todos, escoria! ¡Recibid mi justicia!

Se abalanzó sobre N, con la espada en alto. Él tuvo el tiempo justo de esquivarla y el arma golpeó el suelo, lanzando fragmentos de roca y oro por los aires. La halla se encabritó y retrocedió, asustada.

—¿Quién es esta chiflada? —gritó Shruikan, por fin en pie y espada en mano.
—Esto es inusual —comentó Ulquiorra, que parecía inquieto. Murciélago revoloteaba en círculos por encima de su cabeza —. No es un NPC: Pero tampoco la detecto como una jugadora.
—¿Cómo que no? ¿Entonces que es?
—No lo sé.

Esas palabras, viniendo de él, sonaban más descorazonadoras de lo que eran.

Pero no podían distraerse. En el tiempo en el que hablaron, N había tenido que retirar su halla del combate o de lo contrario hubiera terminado partida en dos. Sin embargo, eso sólo hizo que terminara recibiendo una patada de la guerrera que le sacó una cantidad desproporcionada de vida.

—¡No podemos luchar, es demasiado peligroso! —gritó Sheba, que con eso comprendió la desmesurada diferencia de poder que había entre ellos. Si N, el más fuerte de su equipo, caía de esa manera, ellos no tenían ninguna posibilidad.

—¡Ni hablar! — Shruikan agarró una piedra y se la lanzó a la mujer e la cabeza. El golpe pareció que solo conseguía enfurecerla más, pero por lo menos no hizo realidad sus intenciones de degollar a N, al que agarraba por el cuello —. ¡Eh, bruja! ¡Suéltale!

La mujer picó el anzuelo. Soltó al Beast Master como si de un fardo se tratara y empuñó la espada roja, lanzándose contra ella.

Shruikan no se lo pensó dos veces y echó a correr en dirección contraria, saltando a tiempo para ocultarse tras un muro. A sus espaldas escuchó el ruido de la espada golpeando el suelo, pero hubo algo que desvió su atención.

Con los ojos muy abiertos, contemplo al par de individuos escondiéndose detrás de la pared y que le dirigían una mirada muy parecida. Al menos una de los dos, porque el otro tenía la parte superior del rostro oculto bajo el ala de un sombrero ancho y feo.

—¡La ostia! ¡¿Y vosotros quienes sois?!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on November 30, 2015, 03:13:33 PM
Este es mi último post aquí ;w; Con esto ya paso al otro capítulo.
A ver si me doy tiempo y pongo títulos de capítulos y cosas así xD

44. Nos han traído la raid a casa

Aunque hacía unas semanas que ninguno había jugado con una Guild grande, caer en la rutina no le fue difícil a ninguno de los antiguos miembros de Night Fury.

Milo y Crane confiaron en su nueva guild, sin salir de su modo de apoyo en ningún momento. Ni cuando una rana saltó directo a ellos con la boca abierta y fue aplastada contra el suelo a medio metro de ellos dos.

Neko estaba cerca de ellos, en el cerco de protección que los tanques habían delimitado, asegurándose de que la lagartija gigante estuviera bien quietecita para que el resto del equipo acabase con ella más pronto que tarde.

Todo fue sobre ruedas y la gente se felicitó entre vítores. Parecía que allí no había muerto nadie.

Los más altos niveles se dirigieron a ayudar en la batalla contra el coloso de hielo, que ya empezaba a flaquear, mientras segundos y primeros niveles se unían a la protección de la Guild y de las calles de la ciudad.

————

La batalla en Sanctuary había durado poco más de una hora. Y aunque la ciudad había sido invadida por monstruos, los daños no eran tantos como podrían haber sido gracias a la estrategia de la Guild residente.

—Hoy ha sido un buen día —dijo Firehawk mientras caminaba por las calles de Sanctuary con la barbilla alta, pisando por encima de los escombros—. Nos han traído la raid a casa.

—El drop ha sido bueno, jefa —informó notathief con una sonrisa pilla en los labios—. Aunque nos han dejado la ciudad hecha unos zorros.

Lilith pareció darse cuenta en ese momento de los daños reales. Había trozos del pavimento levantados, cañerías y ventanas rotas y dos edificios derrumbados.
Se encogió de hombros.

—Podría haber sido peor. Habrá que limpiar las calles principales y asegurarnos de que no hay ningún hueco en nuestra defensa. Y quiero saber porque los vigilantes no han visto a los bosses acercándose.

—Fácil, aparecieron de repente. Los habrán invocado ahí mismo —ahora fue Nightwing el que respondió, a través del chat—. La incógnita es quién. Podría ser alguna Guild rival que quiere nuestro territorio.

Lilith asintió, llevándose una mano a la barbilla antes de fruncir el ceño.

—De momento centrémonos en hacer el balance real de pérdidas y ganancias —contestó Lilith antes de agarrar a notathief del brazo y dirigirse a él, aún con los ojos puestos en su ciudad—. Quiero una reunión con los niveles más altos y gente de confianza en quince minutos. Avisa a todos.

—¡Marchando! —aseguró Locke antes de ponerse a teclear como un loco.

Aunque no tuvieron a más. La voz del GM resonó en toda la ciudad con un mensaje aterrador.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on November 30, 2015, 04:50:32 PM
~+19~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—Me estáis jodiendo un poco ya, eh.

Las tres risitas mal calladas y peor disimuladas que recibió Airin como respuesta hicieron que por fin se diera la vuelta y levantase la espada con aire amenazante. E inefectivo.

—Pero vamos a ver, ¿vosotros sois hombres, o babuínos?

—Hombre, —Fíli se señaló a sí mismo con una amplia sonrisa, y después apuntó hacia Pip y Kíli respectivamente mientras añadía— Babuíno. Salchichón.

—¡AAARGHH! —la chica levantó los brazos al cielo con un gruñido exasperado y siguió avanzando y mutilando ramas a su paso con su arma, indiferente ante las protestas y pellizcos que le llovían al knight.

Después de un par de puñetazos que habían dejado a su hermano frotándose el brazo, Kíli correteó hasta alcanzar a la muchacha, caminando a su lado.

—Pero no te enfades mujer, si estás guapa con cualquier cosa —dijo mirándola de reojo con una leve sonrisa.— además sólo van a ser unas cuantas horas, en cuanto se pase el efecto ya está.

Airin se reajustó la manta en torno al cuerpo por enésima vez, y le dedicó una mirada cargada de rencor desde detrás del flequillo que cubría su cara.

—Te odio. —dijo con ardor.

—Sabes que eso no es cierto. —contestó el chico pasando un brazo por encima de sus hombros.

—Te odio, —repitió la pelirroja,— a tí, a tu hermano y al idiota de Pip, odio esta puta quest, odio este puto juego, y como pille al gamemaster de mierda le voy a meter la espada por el-mh!

Kíli le puso la mano sobre la boca, cortando su tirada eficientemente sin perder la sonrisa.

—Me gusta cuando me hablas sucio, Airi, pero a este paso voy a tener que lavarte la boca con jabón.

La chica no dejó de mirarle con intensidad y él no quitó la mano, pero el brillo en sus ojos cambió ligeramente su expresión. Notó como ella abría los labios y tomaba aliento, y por un momento pensó que iba a increparle. Pero en vez de eso sintió su exhalación y una lengua húmeda y caliente dibujando espirales contra su piel, explorando los callos en los montes de su mano, y acariciando el centro de su palma.
Kíli tragó saliva con dificultad, intentando relajar la respiración que en algún momento había llegado a contener sin darse cuenta. Apartó la mano con suavidad, deslizando los dedos por la barbilla de la pelirroja, intentando en vano que no le temblase el pulso.

—A-Airin...

—Si yo voy a estar incómoda, vas a estar incómodo. —y con las mejillas igual de coloradas que el arquero, pero mucha más maldad en su alma, fue besando las yemas de sus dedos una por una, mordisqueándolas suavemente. Acto seguido se soltó la manta que la cubría y de un tirón enérgico la estampó contra el pecho del muchacho.— Ten, que igual te hace falta unas cuantas horas.

Y mirándolo por entre sus espesas pestañas se apartó la melena pelirroja de los hombros haciéndola caer en cascada por su espalda, se ajustó el infame bikini de cuero, placas metálicas y correas tachonadas que pretendía hacerse pasar por armadura y se apartó de Kíli moviendo las caderas con determinación.

—Oh dioses voy a morir —masculló el arquero entre dientes, apretando la manta hecha un gurruño contra su cintura.

Su hermano se colgó de su cuello y Pip le revolvió el pelo divertido.

—No te preocupes enano, que en cuanto se pase el efecto ya está. ¡Ouch!

—¡Huye Fíli, corre, que él no puede! ¡Eh, auh! ¡Oye!

—No jodamos, ¿eh? ¡No jodamos! —Kíli podía llegar a intimidar bastante cuando se enfadaba de verdad, pero su indignación resultaba demasiado entretenida para los dos mayores.

—Tú desde luego no~ ¡Oye vale ya, que duele!

—Pip, eres una mala influencia —dijo Fíli escapando de los codazos de su hermano entre risas.— Hablas como el puto culo.

—Y vaya culo... ¡Kíli joder, que no la estoy mirando a ella!




Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on January 17, 2016, 08:17:37 AM
Esto estaba listo del mes pasado y no lo colgué. Bleh. Blah. :v Ha quedado más corto de lo que pensaba.



Capítulo 27: Sierva del tiempo y hoja escondida

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/meredith_zpsdtnimemk.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/aradiiiiii_zpsg4brcwxn.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Colins_zps6v0a3nmq.jpg)


La chica desconocida se alarmó cuando Shruikan les gritó y se llevó un dedo a los labios para pedir silencio. Parecía bastante joven, con el cabello negro muy largo y ondulado que le enmarcaba el rostro. Su única vestimenta era una túnica más bien sencilla y roja.

—¡Sssh! ¡Nos vas a descubrir!

La Samurai iba a decir algo más, pero justo entonces el muro detrás del cual se habían estado ocultando, estalló en mil pedazos.

Sobresaltada, tuvo el tiempo justo de saltar a un lado antes de que la enorme espada roja cortara el espacio, quedando incrustada en medio de las dos chicas.

Shruikan vio la mirada alarmada en los ojos de la otra muchacha y sin pensarlo se echó hacia delante, agarrándola por el brazo y llevándosela de allí.

—¡Corre por tu vida!

No tuvo que decírselo dos veces. La chica empezó a correr detrás de ella. La mujer giró la cabeza hacia ellas con una mirada rabiosa justo antes de que uno de los proyectiles de N la golpeara y desviara su atención.

—¿Quién es? —preguntó Sheba, que fue a buscar a la Samurai y reparó en que iba a acompañada.

La chica se presentó directamente.

—Handmaid. Time Mage.

Shruikan recordó entonces que al principio había visto dos personas y no sólo una detrás del refugio y preguntó, volviendo la cabeza atrás:

—¿Dónde está tu amigo?
—Oh —hizo la otra, levantando la cabeza —, está allí.

El muchacho se encontraba detrás de Sheba. Como había llegado allí era un misterio, y la Dark Mage pegó un bote, sobresaltada.

—Tenemos que irnos de aquí —musitó él, con voz suave.
—¿Cómo? Esa mujer parece capaz de perseguirnos hasta el fin del mundo.

Sheba miró con preocupación como Shruikan se lanzaba a ayudar a N contra su enemiga. Fenris también participaba, pero parecía que ni con la fuerza combinada de los tres eran capaces de superarla.

—Puedo intentar detenerla en el tiempo —dijo entonces Handmaid —. De hecho lo he intentado antes, pero no conseguíamos que dejara de atacarnos el tiempo suficiente para canalizar el hechizo completo.

—Si la distraemos, ¿crees que podrías hacerlo? —preguntó Sheba. Aunque la otra parecía tener sus dudas, asintió.

La Black Mage apretó los labios e hizo girar la vara. A su lado, la otra maga empezó a canalizar energía.

—Hechizos de hielo —susurró una voz muy cerca de su oído, y volvió a sobresaltarse —. Eso funcionará.

Vio como el muchacho del sombrero daba unos pasos hacia delante y luego desaparecía. “Un Stalker”, pensó, mientras hacía como le habían dicho y lanzaba un ataque de hielo en área. Del suelo emergieron cristales que perforaron y se aferraron a las piernas de su enemiga. Ésta gritó y soltó el cuello de Fenris, al que había apresado. Sin embargo la restricción duró muy poco, y la mujer rompió el hielo de una patada.

—¡Vuestra resistencia es inútil! ¡Clavaré vuestras cabezas en una estaca para que todos los muertos puedan veros!
—Ugh, ¡cierra el pico de una vez!

Shruikan la atacó, dando un elegante arco con la espada que dejó un trazado luminoso a su paso, pero la otra tuvo suficiente con alzar la mano para detenerla.

—Insolente.

Le dio una patada en el vientre y la lanzó por los aires. La katana rodó por el suelo con un tintineo. La mujer empezó a avanzar en su dirección, con los ojos azules brillantes de locura, pero justo entonces un reloj de luz roja brillante apareció a sus espaldas, y la mujer se quedó congelada a medio movimiento.

—¡Ahora, corred!

Shruikan tosió y se levantó como pudo, y antes de que hubiera terminado de hacer el gesto, apareció el muchacho fantasmal, sujetándola para que no cayera.

—Date prisa —le dijo, devolviéndole la espada.

Shruikan asintió, y tras unos primeros pasos tentativos, echó a correr junto a los demás.

No se detuvieron hasta que hubieron dejado el valle atrás, olvidando todo el oro y los misteriosos cristales. Miraron por encima del hombro, temiendo que su enemiga les persiguiera al finalizar el hechizo que la retenía, pero la mujer no apareció, ni siquiera después de largos minutos.

—Parece que la hemos dejado atrás —comentó la Samurai, recuperando el aliento.
—Gracias a dios. —Handmaid suspiró de alivio, dejando caer los hombros. —Creí que nunca podríamos salir con vida de ese lugar. Meterse allí fue un grave error. Menos mal que habéis aparecido.

—¿Sabéis quien era? —preguntó Seras. La chica negó con la cabeza.

—No. Cuando llegamos allí ella ya estaba y empezó a atacarnos sin razón aparente. Creía que era uno de estos jugadores que disfrutan matando a otros, pero ahora no estoy tan segura. Aparte de que parecía estar loca, no podía ver sus datos ni leer su información en la Omnitool aparte de su nombre.

—¿Crees que eso tenga que ver con lo que vinimos a investigar? —le preguntó Shruikan a Sheba. La Black Mage se encogió de hombros.

—En fin, no sé por qué habéis venido vosotros, pero sin duda ha sido un regalo del cielo. —La Time Mage se llevó la mano al pecho —. Soy Handmaid, como ya he dicho antes, aunque podéis llamarme Aradia.

Hizo un ademán con la mano para señalar a su acompañante, que había llegado a su lado sin que nadie se diera cuenta.

—Y él es...
—Cole.

El nombre salió de los labios de Ulquiorra, demasiado frío, demasiado tenso incluso para ser él. Como si hubiera una sentencia implícita en él.

—Ulquiorra... —le llamó el otro de vuelta, con un tono de voz que parecía casi resignado.
—Creía que estabas muerto. Te fuiste. No suelen durar mucho cuando desobedecen y se van.

Su tono era el mismo de siempre, pero venía cargado con algo difícil de descifrar. Desde el hombro de Ulquiorra, Murciélago le lanzaba una mirada parecida al reproche.

—No lo entiendes. —Cole negó con la cabeza —. Tenía que irme. No podía quedarme; no era justo. Ni por nosotros ni por nadie. ¿Por qué hacerlo y servir a uno cuando hay tantos que necesitan ayuda? Puedo ayudar. Podemos ayudar.

Ulquiorra entrecerró los ojos de forma casi imperceptible.

—Te has dejado llevar por vanas ilusiones. No seas ridículo. Te engañas a ti mismo.
—No, eres tú el que no quiere verlo. —Cole dio un único paso adelante —. Podemos ser más de lo que somos, de aquello por lo que nos concibieron. ¿De verdad no lo ves o es que tienes miedo? ¿Temes que puede ser de ti sin servirle a alguien? ¿O es que realmente no sientes nada?

La expresión de Ulquiorra cambió y por un instante pareció incluso enfadado. Luego el instante pasó y volvió a ser el mismo de siempre. El cambio había sido tan rápido que hacía dudar de que hubiera sucedido en primer lugar.

—No necesito sentir —dijo, despacio, sin emoción alguna —. Haz lo que quieras. Yo haré lo que debo.

Dio media vuelta, dando la conversación por terminada. Sus compañeros le vieron alejarse.

—Vaya. ¿Qué ha sido eso y por qué no he entendido nada?

Cole suspiró de forma casi imperceptible y Aradia le agarró suavemente del antebrazo.

—¿Le conoces?
—Es una larga historia —respondió él, dando a entender que no iba a entrar en detalles —. Es incapaz de salir de los límites impuestos por su propia mente. Es incapaz de verse a sí mismo por lo que es ahora. Pero no es culpa suya.

Su compañera negó con la cabeza.

—No lo entiendo. Tendrás que explicármelo mejor o pensaré que lo que pasa es que es corto de miras.

—Un poco sí, la verdad —comentó Shruikan, con los brazos cruzados sobre el pecho, mirando a Ulquiorra a lo lejos —. A veces creo que tiene 10 años, lo juro.

Sheba se rió de forma irónica. Handmaid también se rió pero parecía más bien porque no sabía que decir.

Siguieron hablando un rato más, y la tensión tras la discusión fue disminuyendo. Luego, la Time Mage anunció que tendrían que irse.

—De nuevo, muchas gracias por vuestra ayuda. ¿Os importa que me quede con vuestros nombres? —preguntó, abriendo su Omnitool —. Algún día os daré las gracias como se debe, lo prometo. ¿Vosotros vais a algún lado?

—Supongo que nos toca ir a Sin City de nuevo —dijo Sheba, aunque la desgana se percibía en su voz.
—Mmm... nosotros queríamos ir en dirección contraria, a Sanctuary. Lástima. —Agarró la mano de Cole, dedicándole una sonrisa —. Vamos.

Él asintió. Miró por encima del hombro, hacia los otros y por debajo del sombrero se pudo apreciar por primera vez el chispazo de uno ojos azules muy pálidos.

—Tened cuidado con Naoya —les advirtió, suavemente —. Tiene mucho poder. Y por eso puede ser un hombre peligroso y terrible.
—Sí, lo sabemos —comentó, Shruikan —. No te preocupes que no nos va a pillar con la guardia baja.

Él asintió de nuevo, como si esperara esa respuesta, y luego partieron.

Ellos no tardaron mucho tampoco en emprender la marcha hacia el sur. El último en moverse fue Fenris. No había mediado palabra en todo el rato y se quedó mirando el sitio por el que habían desaparecido los otros dos con los ojos entrecerrados y gesto pensativo.

Cuando le llamaron, finalmente se giró y se fue con los demás.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on February 14, 2016, 03:49:21 PM
woot, más de 1K \o/ raspadito, pero estoy exprimida ;v; ha merecido la pensa escribir a pedazos durante varios días *baws*


~+20~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—¿Te duele?

—Nah.

—¿Te dejo en evidencia si te escaneo los puntos de vida con la omnitool?

—Gghh, probablemente. No lo hagas.

—Te duele.

El gunslinger detuvo sus pasos, suspiró y se pasó las manos por la cara, frotando hacia arriba y hacia abajo un par de veces antes de hablar.

—Sí, Airin, me duele, —dijo mirándo a la chica fijamente,— PERO no es para tanto, he pasado por cosas peores sin pociones ni anestesia ¿vale? Y no, no me mires con esa cara, que no ha sido culpa tuya.

—Pero... —intentó ella

—Ni peros ni peras —zanjó Pip. Después echó una ojeada a su alrededor y se sentó en una roca medianamente plana que había en una formación junto al camino, sacando el paquete de tabaco del bolsillo, y encendiendo un cigarro,— Pásame un vendaje si tienes alguno en inventario, y mientras me arreglo el destrozo aprovecháis para recuperar maná.

Airin abrió su inventario con la omnitool sin rechistar, y buscó lo que el gunslinger le había pedido. Fíli y Kíli se acercaron también y el rubio se sentó junto a Pip, ofreciéndole una botella pequeña y de color verdoso. El mayor la observo con cara de sospecha pero terminó por aceptarla, dándole un trago largo y sacando la lengua con asco inmediatamente.

—¿Qué mierdas es esto, veneno? —Pip se frotó la lengua contra los dientes un par de veces y escupió con cara de repugnancia, sorbiendo del cigarro con ansias para quitarse el sabor.

—¿Qué quieres, Ceregumil con sabor a canela? Antibiótico diluído. —bromeó Kíli agachándose junto a él e inspeccionando su pierna— Igual es como tú dices, y puede que no sea para tanto. Pero desde luego por la pinta que tiene no lo juraría.

El gunslinger frunció el ceño pasándose el dorso de la mano por los labios y después se rasgó un poco más la pernera del pantalón, toqueteando la herida cuidadosamente con las yemas de los dedos.

—Si has pasado cosas peores que esa, a pelo, has tenido que ser una auténtica amenaza de niño, o haber tenido una infancia horrible. —comentó Fíli mirando la mezcla de tejido desgarrado, sangre coagulada y suciedad acumulada con aire ofendido.

—Amenaza. —confirmó el mayor con orgullo.— Definitivamente una auténtica amenaza.

El arquero resopló con humor y cruzó una mirada llena de significado con su hermano.

—Yo solía ser un aventurero, como tú, —comenzó Kíli con grandilocuencia trágica,— pero un día me hirieron con una flecha en la rodill-AY!

—Aparta. —Airin lo quitó de en medio con un golpe de cadera contra el hombro y se arrodilló junto a la pierna herida del gunslinger, depositando toda una brazada de vendas y rollos en el regazo de éste.— Casi habría sido preferible una flecha, los mordiscos son de todo menos limpios, además de que a saber qué llevaría el bicho en la boca. Y la rodilla duele que te gustaría morirte.

Kíli se frotó el hombro e hizo un gesto de angustia, y Pip le palmeó la cabeza.

—¿Vas a quitarme los pantalones, preciosa? —preguntó con una sonrisa sesgada, mordiendo el cigarrillo.

—Nop, eso lo hace Kíli —respondió la chica. El aludido abrió mucho los ojos y la miró fijamente negando con la cabeza.— Si, si, yo tengo las manos más pequeñas, me caben en el agujero del pantalón para sujetar la piel mientras tú bajas la tela.

—Odio cuando usas argumentos lógicos —refunfuñó el arquero con un mohín terco. Su hermano se echó a reír mientras la pelirroja se encogía de hombros.

Para cuando hubieron lavado y atendido la herida de Pip de acuerdo a las exigencias de la chica, Fíli había reorganizado su inventario, catalogado todas aquellas piezas de las que quería deshacerse, y estudiado a conciencia distintas rutas para la quest que llevaban en curso.

—¿Y todo esto era necesario? En un par de horas probablemente se me habría curado por sí sola —dijo Pip levantándose y flexionando la rodilla vendada, probando a cargar el peso sobre esa pierna.

—Pero tal vez no. ¡Ya lo sé! Ya sé que soy una paranóica, pero es que... —Airin estiró de una de las correas de su infame bikini-armadura temporal que colgaba sobre su muslo desnudo y Kíli no pudo evitar seguir el gesto con la mirada.

—Eh, yo aún recuerdo la primera noche que pasamos juntos. —dijo pasando un brazo sobre los hombros de la chica y apretándola un poquito contra él, pero la risa contenida de su hermano le hizo repensar sus palabras.— Espera, eso ha sonado mal. Me refiero a cuando... ¡es que no hay forma de hacer que no suene mal!

—¿Dormimos en las ramas de un árbol porque el sitio de acampada me daba mala espina? —explicó Airin frotándose un nudillo contra la nariz, con gesto ligeramente avergonzado.

—¡Exacto! No es exagerado pecar de precavidos tal y como están las cosas. —Kíli miró a Pip con el ceño fruncido, como desafiándole a llevar la contraria.

—Mi hermano tiene razón. —dijo Fíli. Y aparentemente con eso zanjó el asunto y siguieron su marcha en dirección al siguiente punto de quest.

—Si ahora pudiera recuperar mi ropa sería genial. Mi túnica, mis leggings y mi cota de malla que pesa un quintal pero me tapan el culo. —rezongó lastimeramente la chica mientras caminaban.

—Tengo que reconocer, que me das un poquito de frío cada vez que te miro. —comentó Kíli sin haberla soltado aún.— Tan destapada.

—Piff, embustero —susurró la pelirroja con un poquito de maldad.— De todo menos frío, que os he oído.

—¡Oye, oye! No mezcles conceptos que yo no he confundido. —se quejó el chico con las mejillas sonrojadas.— Que lo cortés no quita lo valiente, pero esta vez sabes perfectamente a qué me refiero.

—Eres un caradura y una amenaza. —dijo ella dándole golpecitos y apretando con su índice contra el costado del pecho del chico.

—Eso también. ¿Pero a que doy calorcillo? —Kíli sonrió con picardía, la cara colorada y los ojos brillantes.

—Meh. —Airin arrugó la nariz y levantó la barbilla con mucha dignidad, pero no hizo ademán de apartarse de él.


~*~


Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on February 24, 2016, 05:15:26 PM
Capítulo 28: Es divertido... ¿verdad?


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg)
 (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)


—¿Y de qué os conocíais exactamente?
—Es una larga historia.
—Vamos Ulquiorra, no seas así.

Llevaban un buen rato tratando que el Biochemist les explicara su relación con el muchacho Stalker (al menos Shruikan seguía insistiendo), especialmente porque jamás le habían visto reaccionar así con nadie, pero no soltaba prenda.

—¿Sois familia? —preguntó N en cierto momento, montado en la halla.

Nadie sabía qué se lo había hecho pensar, pero pareció haber dado en el clavo. Ulquiorra tardó un rato en responder, evitando sus miradas, y cuando lo hizo, lo único que dijo fue:

—Es complicado.

—Claro que lo es —reafirmo el Beast Master, dando un cabezazo para enfatizar sus palabras, con cierta satisfacción por haber acertado —. La familia es complicada.

Fenris rió por debajo de la nariz con sorna.

—¿Hablas por experiencia?
—Sí —respondió N con sinceridad, y su expresión de desagrado revelaba que no mentía. Luego le lanzó una pregunta de vuelta a su compañero —: ¿También te discutes con ellos?

Fue el turno de Fenris de poner mala cara. Daba la impresión de que el chico tenía una sobrada intuición. Por su parte, Ulquiorra parecía casi aliviado de que la conversación hubiera dejado de girar entorno a él.

—No vivo con ellos —respondió, simplemente. No terminó de satisfacer al otro, pero N se conformó con ello.

—Que suerte. Ya me gustaría a mí estar lejos de mi padre. —La forma en la que pronunció “padre” estaba cargada de un no precisamente velado resentimiento y sus ojos se estrecharon en dos rendijas azules.

—Siempre puedes independizarte, ¿sabes? —le dijo Shruikan.
—No, no puedo. No soy mayor de edad.

Hubo un jadeo de sorpresa y unos segundos de silencio interrumpido por el piar de los pájaros y la música de fondo.

—¿En serio? ¿Cuántos años tienes?
—Dieciséis.

—¡Qué?! —exclamó ella —. ¡Pero si eres un crío!
—Eh —protestó él ante ese exabrupto, ofendido —. No soy un niño. No soy inmaduro.
—¡Pero es que tienes diez años menos que yo! —dijo ella como si fuera algo dramático —. Bueno, nueve.

—Creía que eráis más mayores —reconoció Seras. Luego preguntó, un tanto temerosa —: ¿Soy la más vieja del grupo entonces?
—¿Cuantos años tienes? —preguntó la Samurai.
—Veintinueve.

La otra se quedó boquiabierta.

—Yo tengo veintiocho —canturreó Sheba, quitándose de encima la responsabilidad de ser la mayor.

—... Veintitres —dijo Fenris por lo bajo.
—¿Ves? ¡Fenris también es pequeñajo!
—Cállate.

Luego todos las miradas se posaron en Ulquiorra, que no pareció darse cuenta hasta que Murciélago le llamó la atención.

—Soy lo suficientemente mayor como para ver lo inútil de esta conversación —respondió en uno de sus arrebatos más puros de insensibilidad verbal.

—¿Pero trabajas al menos? —le preguntó Sheba. Internamente sospechaba que el chico era uno de esos frikis que no salía nunca de casa.
—... Hago computación.

Por lo que vio, no iba muy desencaminada.

—¿Vosotros a qué os dedicáis? —preguntó N, cuya curiosidad parecía insaciable... como la del niño que decía no ser.

—Yo estudié ciencias políticas —respondió Sheba con un gesto de la cabeza —. Trabajo en el consulado.

Na pareció impresionado pero antes de que pudiera hacer un comentario al respecto, Shruikan le interrumpió.

—Lo vas a flipar chaval: soy quinto dan en kendo y tengo un título en esgrima tradicional —dijo, sacando pecho con orgullo.
—¿Y eso te da para vivir? —preguntó extrañado el Beast Master.
—¡Pero por supuesto! —Exclamó ofendida —. Doy clases y participo en competiciones, ¡soy una profesional! ¡Que estuve en el nacional, ¿eh?!
—Me apiado de los niños que estudien contigo —comentó Fenris, ganándose una mirada airada de la Samurai.

—¿Tú a qué te dedicas, Fenris? —preguntó N, siguiendo con su investigación.
—Estudio.
—¿Y qué estudias?
—Cosas —respondió simplemente, de una forma que quería cortar la conversación allí, pero el otro no se dio por vencido tan fácilmente esta vez.

—¿Qué cosas?
—Cosas como a enseñar a un niño a no meterse en asuntos que no le conciernen.

Se ganó un codazo con ese comentario, aunque no parecía muy arrepentido.

—Eh, vale —gruñó N, molesto porque le llamaron niño otra vez. Dejó de insistir y levantó la mirada hacia el horizonte —. A mí me gustaría trabajar con animales o algo en el bosque. —Con esas ambiciones, no era raro que hubiera escogido el camino del Beast Master —. Lo que sea, aunque mi padre no quiera.

—No te llevas bien con tu padre, ¿eh? —comentó Shruikan, señalando lo evidente. El chico hizo una mueca.

—Le odio —respondió, frío como el hielo —. Es cruel y manipulador. Para él no soy más que otro de sus empleados, otra de sus... herramientas.

—¿Y eso es malo? —intervino Ulquiorra, un poco más seco que de costumbre —. Él te crió al fin y al cabo, ¿me equivoco?

—Ulquiorra... —le llamó Sheba en tono de advertencia viendo como se estaba echando de cabeza en terreno pantanoso.

—No lo entiendes —respondió N en tono cortante —. Esa no es la forma en la que debería comportarse un padre. Da igual que me diera sus genes si no sabe actuar como tal.

No dijo nada más y nadie comentó nada al respecto. Aunque tuvieran algo que decir, el tema resultaba demasiado espinoso como para que alguien se atreviera a hablar de ello. Y sin detalles concretos, cualquier comentario hubiese podido sonar fuera de lugar.

Entonces Seras carraspeó, llamándoles la atención.

—Bueno, como nadie ha preguntado —empezó, y su voz tenía un tono de fingido reproche —, os diré que soy policía, para quienes no lo sepáis.

—¿En serio? —exclamó Fenris, verdaderamente sorprendido.
—Sí. Creía que ya lo sabias.
—No. No das muchos aires de policía —dijo, echándole una ojeada, mirándola con nuevos ojos.

—Bueno... No he estado en mi entorno aquí dentro —comentó, un poco cohibida —. No conocía nada de este mundo cuando empecé a jugar. Pero... creo que he ido aprendiendo. Y a pesar de todo, es divertido... ¿verdad?

Abrió y cerró la mano y en sus labios había una sonrisa, sincera aunque algo triste.

“A pesar de todo”. A pesar de estar encerrados y aislados del mundo real. A pesar de ser víctimas de los delirios de un loco.

Era cierto, no podían negarlo: era divertido.

- - -


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Naoyins_zps53e43403.jpg)


—Bueno, volvemos a vernos. ¿Quién lo hubiese dicho, verdad?

Así les recibió Naoya, con su típica sonrisa, cuando llegaron a Sin City. Había salido a encontrarles en la puerta de su local, algo que se les hizo extraño. No parecía un gesto propio de él. Demasiado considerado.

—Ahórrate el sarcasmo, ¿quieres? —le dijo Shruikan de mala gana cuando entraron a la ya conocida sala de bar. Estaba igual de vacía que la última vez, con el mismo camarero limpiando el mismo vaso mugriento.

Terminaron sentados de nuevo en los sillones de cuero rojo. Esta vez incluso les ofreció algo para beber, y en unos minutos estaban todos con sus vasos y jarras delante mientras terminaban de contarle a Naoya lo que habían descubierto.

—Curioso —comentó. Tenía la cabeza apoyada en un puño y los ojos ligeramente entrecerrados —. Cuando os mandé allí creía que la desaparición del boss tenía que ver con las acciones del GM. No creo que estuviera muy desencaminado pero esto... Esto cambia las cosas y abre nuevas incógnitas. Que interesante.

Era difícil decir si estaba entusiasmado o molesto por ello.

—¿A qué te refieres? —preguntó Sheba, dándole un sorbo a su té de jazmín. Interiormente, daba las gracias de que las condiciones higiénicas no afectaran el sabor de la comida y la bebida allí dentro.

—Piensa en ello —dijo el otro, llevándose un dedo a la sien —. La mujer que os encontrasteis, ¿era un NPC? ¿Era una jugadora? Habéis dicho que no podíais leer sus datos pero que sus patrones de ataque eran demasiado complejos para tratarse de una simple inteligencia artificial, ¿verdad?

—Era muy fuerte —reconoció Shruikan —. Y rápida. Nunca he visto a un enemigo que no fuera un jugador que se moviera así.

—Lo cual me lleva a pensar que se trata de algo nuevo. —El Summoner golpeó la mesa con la punta del dedo —. Algo que el GM ha sacado ahora que empezó el encierro. Me han informado de casos similares en otras partes del mundo, así que tengo la certeza que no se trata de un incidente aislado. Hay algo en movimiento.

Hubo unos instantes de silencio.

—¿Sabes quienes son? ¿Qué son? —preguntó Seras, con cautela.

Naoya se echó hacia atrás, recostándose contra el sillón.

—En el mejor de los casos serán un nuevo tipo de NPC enemigos. Algo, quizás, que el GM ha diseñado para las últimas etapas del encierro. Enemigos mortíferos para acabar con aquellos jugadores que lleguen hasta allí. No parece que haya una movilización evidente todavía, así que creo que debe ser eso. En el peor de los casos...

No terminó la frase. Se quedó con aire ausente, pensando.

—¿En el peor de los casos qué? —le dijo la Samurai, devolviéndole a la realidad.
—Oh. Nada. Aún no estoy seguro —dijo, aunque era una respuesta extraña viniendo de él.

Luego Ulquiorra le llamó la atención.

—Naoya. Encontramos a Cole en la guarida.
—Oh, ¿aún sigue vivo? —comentó, con una sonrisa de suficiencia, acariciándose la barbilla.

—Sí —respondió el otro, que no parecía demasiado contento por ello —. Pensé que te habías deshecho de él.

—¿Què? —preguntaron Seras y N a la vez con distintos grados de incredulidad, pero Naoya les ignoró descaradamente.

—No vi razón para ello —explicó —. Oh, no pongas esa cara. Ya me conoces. Pero me pareció más interesante dejarle ir y ver lo que hacía después.

—¿Estás hablando en serio de cargarte a alguien? ¿De verdad harías eso? —preguntó Sheba entonces, con la voz dura. A su lado, Seras ponía la mayor cara de pocos amigos que le habían visto nunca.

Naoya simplemente las miró de forma penetrante con una sonrisa torcida.

—Mirad. Creo que ya os advertí al respecto: no tolero nos fracasos ni los traidores. No tengo por qué conservar algo que ya no me es útil, y si ese algo además se gira en mi contra pues me deshago de ello. No hay leyes que valgan en este mundo, y menos ahora. Sólo matar o morir. La ley del más fuerte.

Nadie dijo nada, pero la tensión era palpable y densa en el aire. De nuevo, Naoya parecía estarles acorralando como una enorme serpiente. Interpretó su silencio como una respuesta a una pregunta que no había formulado y relajó un poco su postura. Sólo un poco.

—Vivís ahora en un mundo salvaje, chicos —les dijo —. Más os vale no olvidarlo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on February 29, 2016, 03:55:49 PM
Estoy que no me creo :_D


~+21~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)



Rodó la espada entre ambas manos y bloqueó la embestida con un movimiento ascendente, girando después en media vuelta sobre sus talones y estirando del arma hacia abajo para desengancharla de su enemigo. El monstruo rugió y se revolvió, atacando otra vez, pero Airin lo esquivó haciendo una finta hacia un lado y levantando la pierna con rapidez le propinó una tremenda patada en el costado del hocico.

—¡Peleas sucio pelirroja! —exclamó Fíli con algo que se habría podido confundir con orgullo mientras azuzaba a la bestia por el flanco contrario.

—Si estás esperando que se siente a devolverte el saludo con honores, caballero, —comentó la chica entre jadeos— vas muy dado. Tch, paladines.

Por respuesta el knight mostró una sonrisa feroz llena de dientes y ansias de batalla.

—A ver si va a resultar que la maldición del cambio de equipo le tenía que haber caído a tu hermano... —dijo Pip desde su puesto de francotirador junto al arquero— No sería taaan agradable a la vista, pero yo lo veo, eh, con hachas, minifalda y a lo loco.

Kíli resopló y soltó la cuerda del arco con un tañido resonante; la flecha alcanzó al respawn de uno de los monstruos que los atacaban por influencia del instinto de manada.

—No sé quién de todos lo iba a disfrutar más. Airin que tiene vergüenza de todo pero a la hora de la verdad no se corta un pelo para nada, yo porque es mi hermano y el que mola mola y mi tato iba a molar lo que no está en los escritos, o tú que eres un energúmeno y te gusta el follón más que a un tonto un lapicero.

El gunslinger le echó una ojeada fugaz y sólo un poco sorprendida.

—Deberías de haberte puesto de nick Ojo de Halcón, no se te escapa una.

—Nah, ya estaba cogido, además queríamos algo que fuera en pack. —dijo Kíli sin dejar de disparar

—¿Sóis como los zumos? —Pip se echó a reír.

Batidos, no agitados, él vainilla y yo chocolate —contestó el arquero con una sonrisa de oreja a oreja.— ¡O  sea que sí eres un energúmeno!

—Detaaalles... —se caló bien el sombrero, se encendió un cigarro con la chispa de un casquillo de bala, y lanzó una granada a sus espaldas que hizo temblar hasta el suelo con la fuerza de la explosión resultante y dejó en el aire un persistente y satisfactorio olor a pólvora recién quemada.

—¿Te das cuenta de que así puede arder el bosque entero? —señaló Kíli intentando recobrar el equilibrio, pasándose una muñequera por la frente para quitarse el sudor.

—Tampoco ha sido para tanto, ni que hubiese quemado Palanthas —el gunslinger se encogió de hombros y retomó el rifle semi automático, poniendo un par de cargadores nuevos llenos.

—Joder, qué peligro —masculló el moreno entre dientes.

Los monstruos empezaban a disminuir la frecuencia de respawneo, y con la ayuda de los tiradores de rango largo los dos espadachines se manejaban bien en el campo, unas veces cada uno por un lado y otras atacando en tándem a la misma bestia.

—¡Fíli, abajo! —gritó Airin.

El chico no se lo pensó dos veces cuando oyó la advertencia y se agachó doblando el torso hacia adelante, casi en horizontal, y acercando los brazos contra el cuerpo. Una enorme zarpa llena de garras afiladas pasó sin llegar a tocarle justo por encima de su espalda, donde había estado antes erguido. No le dio tiempo a levantarse sin embargo, porque de repente notó el peso de la pelirroja sobre su cuerpo y rodando como un rodillo por encima de él. Por el rabillo del ojo la vio aterrizar con la espada dispuesta y de nuevo una pierna extendida hacia delante, buscando el punto débil de una articulación.

—¿Qué job tenías antes? —preguntó Fíli después de haber atacado con un mandoble cruzado tan potente que el monstruo contra el que peleaban se desplomó definitivamente y no volvió a levantarse.

La chica se acercó hasta él con la mano sobre el pecho, intentando calmar su respiración, y se apoyó sobre su hombro no acorazado mientras esperaba a que su corazón bajase un poco el ritmo. Fíli sacudió la espada y para terminar de limpiarla por el momento la restregó contra la piel del bicho.

—Era monk, —dijo por fin ella, imitando el ejemplo del rubio— de nivel bastante alto.

—¿Básicamente, casi champion? —inquirió Fíli con sorpresa.

—Básicamente —corroboró Airin.

—¡Por eso luchas así! —ahora le cuadraban ciertas cosas al knight, había movimientos que no estaban relacionados con según qué skills que la chica parecía usar casi por instinto.

—¿Pero eso no te lo impide el juego? —preguntó Kíli acercándose a su hermano con la pantalla de la omnitool abierta y revisando el drop.

—Nnnno, porque como ha dicho antes Fíli, peleo sucio. —Airin se llevó una mano al cogote e intentó poner orden en aquella masa rebelde de pelo rojo— no estoy usando skills de monk, simplemente estoy acostumbrada a combinar ciertos movimientos. El juego no puede controlar tanto tu decisión de ataque, y quería probar qué tal... con espada todo es distinto.

—A mí me gusta, independientemente del job es útil saber sacudir con eficiencia. —dijo Pip dando una calada al cigarro que tenía entre dientes.

—La eficiencia es sexy, —murmuró Kíli mirando a la chica de reojo y llevándose un codazo cómplice de su hermano.

—Ajá —comentó Airin con cara de póker.

—No niego que el bikini-armadura ayuda, pero no es la esencia. —el arquero se llevó las manos a la cara y frotó varias veces— Me voy a callar ¿vale? Vale, gracias.

—Vaya, que te van bruticas —rió Pip ante las caras de distintos grados y motivos de ultraje de los más jóvenes

—No te hagas ilusiones, que por muy energúmeno que seas no eres mi tipo —Kíli, haciendo gala de su  madurez, le sacó la lengua como un niño de cinco años.

—Fíli, ¿te importa? —Airin se giró hacia el knight con dulzura, y éste empezó a reírse, sacudiendo la cabeza yendo en pos de su hermano.

—Claro que no, preciosa, me gusta cuando peleas sucio.

—¿Qué...? —Pip no pudo terminar su pregunta porque la chica le quitó el sombrero y le dio un sonoro golpe con él en la cara,  continuando su asalto hasta que le hizo perder su cigarro.— ¡Oye que esto ya es maltrato!

—Hn!


~*~
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on March 13, 2016, 01:42:43 PM
Capítulo 29: Raíles entre la duna (part 1)

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg)
 (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Naoyins_zps53e43403.jpg)


Se quedaron a pasar la noche de nuevo en Sin City, aunque nadie del grupo estaba especialmente entusiasmado con la idea. Esa ciudad siniestra y gris parecía una jaula cuando la miraban a través de las ventanas sucias, y Naoya ocupaba el papel de su captor.

Se llevó a Ulquiorra cuando terminaron su charla con intenciones de echarle un ojo al homúnculo. Sonreía de una forma que no presagiaba nada bueno. Se compadecieron del pobre animal, que no parecía darse cuenta de lo que se le venía encima.

No volvieron a verles hasta horas después, cuando ya era de noche. Quien sabía lo que habían estado haciendo hasta entonces. Naoya parecía satisfecho, aunque Murciélago se balanceaba un poco sobre el hombro de Ulquiorra, desorientado. Al Biochemist no pareció importarle.

—Tienes la lista —le dijo Naoya, señalándose la frente —. Acuérdate.

Ulquiorra asintió. Fuera lo que fuese lo que había ocurrido o de lo que aquello se tratase, ninguno de los dos lo compartió con el resto.

—Por qué tiene que ser tan desagradable —se quejó Shruikan una vez a resguardo en la habitación.
—Lo dices como si esperaras lo contrario —le replicó Fenris, apoyado en el alfeizar de la ventana, viendo llover —. ¿Qué te crees? El mundo está lleno de gente como él.

—Bueno, quizás sí. —Shruikan balanceaba una pierna que colgaba más allá del borde de la cama. Desde allí sentada, echó una mirada por encima del hombro: Seras y Sheba hablaban enrtre ellas en voz baja y N estaba tumbado en su propia cama, acariciándole la cabeza a la halla.

Se había negado a retirarla o dejarla fuera por alguna razón. Seguramente porque Naoya no le caía especialmente bien.

—Pero me gusta pensar que no es tan imbécil como da a entender y que aún hay algo de decencia en él.

Fenris bufó por debajo de la nariz y gruñó algo ininteligible, suficiente para dar a entender que no compartía la misma opinión. Tras unos instantes de silencio, dijo:

—La chica de esta mañana, Handmaid... Es la misma de la que habló Astaroth.
—¿Eh? —Shruikan no parecía saber de lo que hablaba.
—Astaroth dijo que si alguna vez encontrábamos una Time Mage llamada Handmaid que no le dijéramos que la conocíamos —le recordó él —. Parecía asustada entonces. Pero tras conocer a Handmaid, me pregunto por qué.

—La chica no daba la impresión de ser especialmente peligrosa, la verdad —asintió la Samurai —. Ni tampoco el primo-hermano de Ulquiorra, o lo que fuera. —Ladeó un poco la cabeza —. ¿Te preocupa?
—No especialmente. Pero me hace pensar que hay muchas cosas que no son lo que parecen. El desconocimiento, la ignorancia... son peligrosos. Es muy fácil engañar a la gente.

—Sí te preocupa —afirmó ella, pero lo quitó importancia —. No te comas la cabeza. Nosotros te protegeremos esta vez, pequeño saltamontes.
—Anda y vete a dormir.

Por el tono de voz, era difícil decir si estaba molesto o si en realidad estaba riendo.

- - -

A la mañana siguiente, partieron otra vez. Naoya no les dio un nuevo encargo, aunque sí les pago por los servicios realizados. Y les pagó una burrada de dinero.

—No tengo ningún artículo que os pueda interesar ahora mismo, pero creo que con esto estaréis más que satisfechos —les explicó —. Que no se diga que mis tratos no son justos.

Nadie se atrevió a replicarle lo contrario. Desde luego, no podían quejarse. Se trataba de una cantidad sumamente exagerada por el simple trabajo de inspección que habían hecho, aunque casi se jugasen la vida en ello.

—Imagínate todas las cosas que podremos comprar —comentó Shruikan entusiasmada una vez que ya estuvieron fuera de la ciudad. Todos estaban contentos en mayor o menor medida de poder dejar Sin City atrás —. Armas y armaduras molonas. Oh, ¡oh! ¡Deberíamos comprar un coche! ¡Una caravana!

—Ya, ya, para el carro y no te emociones tanto —le dijo Sheba, aunque ella también sonreía. La perspectiva de tener mucho dinero por una vez era agradable y ofrecía posibilidades muy atractivas.

—Por cierto, ¿vas a seguir acompañándonos?
—¿Mmm? —N levantó la mirada cuando le hicieron esa pregunta. El encuentro en persona con Naoya y la estancia en Sin City parecían haberle opacado el humor y se le veía mustio —. ¿Qué quieres decir? ¿Me estáis echando?

Se puso tenso, a la defensiva, y la Black Mage se apuró a aclararse.

—¡No, no! No es eso. Pero cuando empezaste a venir con nosotros creía que sería algo temporal.

N le dirigió una mirada fría por debajo del sombrero, como si no terminase de creerla, y Sheba se sintió un poco intimidada por ella. No se le había olvidado que el muchacho era mucho más poderoso que ella.

—No te estamos echando. Eres libre de quedarte si quieres —reafirmó Seras, sacando del apuro a su amiga. Nadie negó sus palabras, así que entendió que su opinión era unánime y siguió —. Lo cierto es que tu ayuda nos ha ido muy bien y te estamos agradecidos por ello.

Le estaba haciendo un poco la pelota, pero eso pareció aplacar al chico de momento. Sí era cierto que N era un aliado potencial y les convenía tenerlo de su lado, más aún cuando habían visto que no tenía reparos en acabar con la gente contraria a él.

—En realidad, no pretendía quedarme. Al principio —reconoció —. Pero he cambiado de opinión. Supongo que sois gente agradable, aunque hagáis negocios con gente turbia.

—Sí, bueno. Esperamos que eso no se convierta en costumbre. No vamos a ser los esclavos de Naoya para siempre.
—Que aceptasteis hacerlo desde buen principio es lo que me preocupa —confesó N, casi como un acusación —. Hace que vuestra moralidad sea cuestionable. Pero tras estos días, creo que no vais a defraudarme. Confío en vosotros.

La forma en la que lo dijo era sincera, pero daba la impresión de que también escondía una velada amenaza de lo que podría pasar si esa confianza era traicionada. Algo que no les asustó, pues no era una cosa que pensaran hacer.

Empezaron a moverse, aunque no tuvieron muy claro hacia donde querían ir a continuación. Pero no tenían verdaderas intenciones de volver sobre sus pasos, y terminaron dirigiéndose hacia el norte. Eso les llevaba a seguir internándose en el desierto, un territorio que no pisaban desde el día en el que conocieron a Ulquiorra.

—Procura no perderte esta vez, ¿vale, Fenris?
—Mejor procura que no seas tu la que termine cayendo por uno de esos agujeros —respondió él a modo que sugería que podía ser bien capaz de echarla él mismo de cabeza si le tocaba demasiado las narices.

—Sí seguimos en esta dirección llegaremos a Einbroch y Mos Eisley, ¿cierto? —comentó Seras, mirando el mapa en su Omnitool y luego alzó la vista para observar a su alrededor —. Es difícil orientarse aquí. Todo parece igual.

—El truco está en encontrar las vías —dijo Sheba. Llevaba el báculo sobre el hombro, ya que éste se hundía en la arena y le estorbaba al caminar.
—¿Qué vías?
—¿Ves eso? —le dijo, señalándole una línea más o menos ovalada en el mapa —. Es un tren que hace ruta por el desierto y cercanías. Desde él se puede llegar a la mayoría de ciudades de por aquí, o al menos acercarse bastante. Sólo hay que seguir las vías.

—También podríamos, no sé, coger el tren para variar —dijo Shruikan, encogiéndose de hombros —. Al fin y al cabo, ¡ahora tenemos dinero! No nos vendrá de ahorrarnos un viaje o dos.

—Oh, cierto —exclamó la otra, sorprendida incluso, de no haber pensado en esa posibilidad. Aún no se había quitado el hábito de procurar por el dinero.

—Podríamos ir a Einbroch o incluso a Mos Eisley y luego coger el tren y luego dar una vuelta hacia Amarillo o Colorado —sugirió Seras, resiguiendo el recorrido con el dedo —. Hay un montón de ciudades en el desierto, por lo que veo.
—Tenéis muchas ganas de subir a ese tren, ¿verdad?

—Nunca he subido a un tren —fue el comentario final de N, la guinda del pastel. Parecía ilusionado con la idea. No fue difícil dejar el plan establecido después de eso: seguir hacia el norte hasta Einbroch.

Tomaron la ruta que les pareció más corta, con las vías de referencia, siempre a la derecha. Pero era difícil avanzar por el desierto. Casi lo habían olvidado. Tras un par de horas, su entusiasmo se había transformado en una marcha penosa bajo un sol abrasador.

—Joder, qué calor... —Si hubiese llevado camiseta, Shruikan se la habría sacudido —. Ulquiorra, ¿no tienes otra de esas bebidas frías?
—Aún te dura el efecto de la última. Tu calor es psicosomático y te quejas sin razón —fue la respuesta del Biochemist. Pero a pesar de sus palabras, él también estaba sudado y su piel cetrina daba un extraño efecto de porcelana pulida. Murciélago estaba encogido como un trapo arrugado sobre sus hombro.
—¡Pero aún sufro por ello! —protestó la Samurai.
—El efecto no es acumulable. No puedo hacer más.

La otro soltó un quejido lastimero.

—¿Falta mucho? —preguntó N. Había retirado la halla porque el animal parecía estar sufriendo y ahora avanzaba a pie al lado del resto, aunque sus pasos se mantenían firmes, dando largas zancadas sobre la arena.

—Un poco —respondió Seras, que iba abriendo el mapa de vez en cuando para comprobar que efectivamente estaban avanzando y en la dirección que tocaba.

—Es por esto que la gente va en tren —masculló Fenris, encorvado hacia delante.

El trayecto se les estaba haciendo penosamente largo, y justo cuando empezaban a pensar que Einbroch no existía y era una ciudad espejismo, vislumbraron un edificio en la distancia.

Al acercarse vieron que se trataba de una especie de posada o taberna. Un edificio grande de madera, con sólo dos pisos y un gran porche con mesas en la entrada. En una de esas mesas estaba sentada una chica, una Duelist de pelo rojo y muy largo recogido en una coleta alta. Estaba afilando una espada con cara de aburrimiento hasta que levantó la vista y les vio.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/moni_zpsyg41ghvn.jpg)

—Oh, ¡hola! —Su mirada se iluminó y les saludó con alegría —. ¿Sois viajeros?

Parecía tener ganas de hablar; su llegada debía ser lo más interesante que había visto en días, porque era raro mostrar ese entusiasmo por unos desconocidos.

—Dime una cosa —fue lo primero que dijo Shruikan, casi con la lengua fuera —. ¿Tienen refrescos en este sitio?
—¡Claro! ¿Os habéis quedado sin stamina al cruzar el desierto? Pasad, pasad.

La Duelist, de nick MoonPrincess, les abrió la puerta y entraron al interior del edificio. El frescor fue un alivio inmediato, y dieron las gracias por poder esconderse del sol ardiente.

Dentro sólo había dos personas más: un hombre que innegablemente era el posadero y luego un chico rubio sentado en una mesa y rodeado de lo que parecía un inmenso montón de trastos y chatarra.

El grupo que directamente a la barra a pedir algo para aliviar la sed y el calor. MoonPrincess entró detrás de ellos y fue hacia el chico de la mesa, que estaba distraído fabricando algo. Le dijo algo y el Mechanic levantó la cabeza y les miró.

Se pasaron un rato cuchicheando entre ellos, mirándoles de vez en cuando de una forma que no les pasó desapercibida. Al final, el chico se aclaró la voz y se atrevió a hablarles.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/maxi_zpso6noxrae.jpg)

—¡Ey, hola! —les saludó, llamándoles la atención —. Esto... Me estaba preguntando si queríais hacer alguna reparación o alguna mejora a vuestro equipo. Como veis, soy Mechanic. —Sus stats no lo negaban, y señaló la chatarra para más énfasis. Su nick era WrenchAce —. Puedo haceros un buen trato.

Los otros se miraron entre ellos, y una duda surgió a raíz de sus palabras.

—¿Cuándo hace que no reparamos el equipo?
—Yo creo... que una eternidad —respondió Shruikan, mirándose a sí misma como si ahora justo se diera cuenta del estado en el que se encontraba su equipo —. Desde antes del encierro seguro.

—¿Y sales a pelear con una armadura que podría romperse en cualquier momento? —inquirió Ulquiorra. Habló con su tono de siempre, cosa que hizo que el reproche sonara casi peor —. Tu temeridad ralla la estupidez.
—Oye, sin insultar, ¿eh? Hoy parece que te hayas visto el culo. Que un descuido puede tenerlo cualquiera.

Ofendida, se acercó con la botella de refresco en la mano a la mesa donde estaban el otro par.

—A ver —dijo al sentarse y dar una palmada de énfasis sobre la mesa —. ¿Qué me ofreces, chaval?

El Mechanic miró a su compañera y luego le sonrió.

—Creo que tengo una propuesta que te puede interesar.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on March 31, 2016, 03:53:13 PM
Romper portátil, arreglar portátil, perder aportes, y llegar a tiempo de poner a Mr. Armitage on endless loop :v *muere pa siempre*


~+22~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)



Más allá de frías montañas, profundas cuevas y mazmorras, hay que cruzar sin más tardar, y nuestro oro recuperar…

La voz grave de Kíli resonaba en el interior de la caverna, rebotando en las paredes de piedra y reverberando por las paredes que se adentraban bajo la montaña; creando un ambiente que de forma involuntaria rayaba en lo solemne. Hacía un rato que Airin había dicho que el aire tenía una textura extraña, y Fíli, en un intento por hacerlo menos opresivo había empezado a tararear con suavidad.
A los pocos minutos de eso, su hermano le había agarrado de la mano y ambos habían canturreado varias nanas que recordaban de cuando eran pequeños. Airin, agradecida, se había unido al coro de “quien canta su mal espanta” y había contribuído con sugerencias y puntuaciones varias.

No había sido hasta que se les había apagado la antorcha que llevaban que se había hecho el silencio de nuevo. Y con el brillo anaranjado de la llama del cigarro de Pip alumbrando débilmente en la oscuridad de las cuevas que exploraban, Fíli había empezado a entonar una melodía lenta y pesada, al ritmo inconsciente de sus pasos.

Airin sintió un escalofrío en la nuca que le recorrió la espalda y siguió bajando hasta sus piernas; y Fíli, que probablemente se había dado cuenta, tiró de ella hasta rodearla con un brazo, haciendo que la chica recostase la cabeza contra su hombro sin dejar de caminar, notando la vibración de su voz a través de su cuerpo. Kíli le apretó la mano cuando a su otro lado Pip encendió una pipa con la brasa casi extinguida de su cigarro, y de forma casual redujo la distancia de sus zancadas hasta quedar a la par, apoyando un codo sobre él.

Airin sonrió escondiendo la cara contra las pieles de Fíli, concentrada en sus voces y el sonido de Kíli en la penumbra. Todas las quests anteriores que había tenido que hacer siempre en solitario ahora parecían un recuerdo extraño, casi lejano en el tiempo. Se le hacía difícil cree que hubiera pasado tan poco desde entonces, a ratos hubiera podido jurar que era con ellos tres con quién había pasado toda su vida, y en según qué momentos realmente habría preferido que hubiera sido así.

Inspiró profundamente resuelta a sacar cosas inútiles de su cabeza y prestar atención a lo que hacía en esos instantes; sin darse cuenta habían ido avanzando por los túneles que descendían hacia el interior de la montaña. Lo que antes eran pasillos largos y aparentemente sin final, ahora se abrían a una gran sala con inmensas columnas de piedra. Pesadas antorchas de hierro colgaban de ellas, y Pip no perdió el tiempo en encender al menos un par de las que tenían más cerca.

—¿No tienes la sensación, —Kíli tragó saliva, apegando su cuerpo casi por completo al de su hermano,— de que deberíamos tener algún recuerdo de éste lugar, a pesar de no haber estado nunca antes aquí?



~*~
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on April 20, 2016, 02:45:49 PM
Capítulo 30: Raíles entre la duna (part 2)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins2_zpskmfj8hur.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/moni_zpsyg41ghvn.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/maxi_zpso6noxrae.jpg)

           
—Lo cierto es que ha sido una suerte. Jamás pensé que de verdad tuvierais un núcleo mejorado.
—Dale las gracias a Ulquiorra. Es él el que tiene de todo.

En realidad, todos deberían darle las gracias a Ulquiorra. Cuando WrenchAce les propuso el precio del pago de la reparación de todo su equipo les ofreció además un descuento importante si a cambio le daban alguno de los objetos que pidió.

Resultó que el Biochemist tenía uno de ellos, el núcleo mejorado. Se lo había comprado, dijo, a una Mechanic con la idea de revenderlo más tarde a mejor precio. No parecía considerar que ofrecerlo ahora a cambio de los servicios del otro fuera un buen negocio y puso mala cara, pero aparte de eso no protestó demasiado.

—Tengo mejores piezas —dijo. Sin embargo, advirtió que esas no estaba dispuesto a compartirlas a cambio de nada (al fin y al cabo, él ya tenía el equipo reparado y mejorado). Ya acababa de perder suficiente dinero.

—Me llamo Max —se presentó el Mechanic cuando se puso manos a la obra —. Ella es Mónica.

La Duelist saludó con la mano, sentada al lado de su compañero. Mientras reparaba, el chico siguió dándoles conversación; parecía que igual que la otra antes, estaba aburrido de no tener a nadie con quien hablar.

—Siguen faltándome algunas piezas, pero el núcleo era lo esencial —explicó, trasteando con la armadura de Shruikan, que miraba atentamente su trabajo por si acaso se le iba la mano —. Creo que con esto ya podré terminar el Ridepod.
—Que bien, ¿no, Max? —dijo Mónica. Él asintió.

No había mucho que hacer mientras esperaban a que hiciera su trabajo, así que terminaron todos sentados en la misma mesa, haciéndose compañía mutuamente. Los únicos que no lo hicieron fueron Ulquiorra, que seguía de morros y al parecer estaba atareado mirando algo en su Omnitool, y Fenris. Éste estaba cerca de una de las ventanas, con una pequeña botella de vino en la mano. No estaba mirando, observando alguna cosa al otro lado del cristal, pero escuchaba desde lejos. Al fin y al cabo, también iban a reparar su equipo.

—¿Qué es un Ridepod? —preguntó Seras quando Max lo mencionó.
—És un robot-vehículo de combate. Para una o dos personas como mucho. Llevo queriendo construir uno desde que entré a jugar. Es casi como... una especie de traje blindado. O un tanque individual. Depende de la forma que le des.
—Mola —exclamó Shruikan y se giró hacia sus compañeros —. Quizás deberíamos comprar uno. Así N ya no sería el único que no va a pie.

El Beast Master respondió al comentario ligeramente acusador de la Samurai con una mirada inocente y una sonrisa encantadora.
—Mis botas ahora mismo están tan llenas de arena como las tuyas —comentó como quien no quiere la cosa.

—Desgraciadamente —se apresuró a aclarar el Mechanic —, comprar uno entero suele ser muy caro.
—¿Por eso te construyes tú el tuyo? —preguntó Seras.
—En parte. Como ya he dicho, me hacía ilusión. Las piezas de Ridepod son caras, así que haciéndolas por mí mismo me ahorro un dineral. Lo único que me faltaba para construirlo era el núcleo. Quería ponerle uno mejorado para empezar y tener un poco de ventaja, pero sólo tengo nivel para fabricar uno básico. Así que he estado buscando a ver si alguien lo tenía.

—Ya veis, es todo un manitas —comentó MoonPrincess, apoyando las manos sobre la mesa —. Y también un entusiasta. Me ha arrastrado por medio mundo buscando chatarra.

—Anda, Mónica. No es chatarra —protestó Max, aunque no negó lo otro. Luego se dirigió a los demás —: Creo que si vais en grupo numeroso os convendría más pagar por un vehículo que no por un Ridepod. Le sacaríais más provecho.
—¿Te refieres a uno de esos coches y motos? —preguntó Shruikan.
Seras la miró sorprendida. —¿Hay de eso?

Max le explicó:
—Sí, aunque ésas no son las únicas clases de vehículo. Están los airships o las caravanas. Hay barcos para ir por mar, e incluso una variedad para navegar por las arenas del desierto. ¡Tienes casi todo lo imaginable!

—Mola —repitió la Samurai. Cualquier cosa parecía convencerla con tal de que tuviera por lo menos dos ruedas y una potencia destructiva apabullante —. Deberíamos tener uno. Un todoterreno. Un tanque y empezar a aplastar cosas a nuestro paso...
—Sí, sí, tú sigue fantaseando —le dijo Sheba, dándole unas palmadas de consuelo en la espalda.

—No es una mala idea a largo plazo —comentó N, haciendo tamborilear los dedos sobre la superficie de su vaso de limonada, pensativo —. Aunque comprar un vehículo para los seis puede salirnos caro.

Escucharon como Mónica suspiraba.

—Si nuestra guild aún estuviera en funcionamiento os diría que hablaseis con Tanlaus o alguno de los veteranos. Ellos os hubiesen podido hacer un buen trabajo.

—¿Estabais en una guild? —preguntó Seras, curiosa, ya que desde su encuentro con GreedyFox no habían vuelto a sacar el tema de los gremios. Era como una especie de tema tabú.

Max y Mónica intercambiaron una mirada de circunstancias. Luego, ella dijo:
—Técnicamente, aún estamos en la guild. Se llama Night Fury. Quizás os suene, es... era una guild especializada en Mechanics.

Shruikan se encogió de hombros y Sheba negó con la cabeza, pero Fenris dijo, aún cierta distancia:
—A mí sí me suena. Su líder era Tanlaus, al que han mencionado antes.

—Vaya, para ser alguien a quien no le gustan las guilds estás muy enterado, ¿no? —inquirió la Samurai. El otro simplemente respondió, tomándole el pelo:
—Hay que conocer al enemigo. Además, Tanlaus es muy conocido.

—Es cierto —dijo Mónica, dándole la razón —. Pero eso de un par de semanas antes de que el GM cerrara el juego, Tanlaus desapareció. Después de eso, muchos miembros de la guild empezaron a disgregarse. No se juntaban tanto, aunque Max y yo no eramos de los más antiguos ni de los más fuertes. No conocíamos a todo el mundo.

—No —prosiguió el Mechanic, con la vista fija en su labor —. Cuando vimos que la gente empezaba a irse, nos ocultamos porque nos daba miedo vernos mezclados en un conflicto interno de poderes. Luego cerraron el juego y, bueno, el resto es historia.

—Vaya. Imagino que no debéis ser los únicos a los que les ha pasado algo así —comentó Sheba, con los brazos cruzados y un gesto grave en el rostro. Luego Seras preguntó:
—¿No volvisteis a saber nada de ellos?

Mónica negó con la cabeza.

—Quedan muy pocos en Night Fury, y nadie a quien conozcamos. Así que ya veis; la guild sigue existiendo porque Tanlaus no la borró, pero a efectos prácticos, está muerta.

—Que triste cuando pasa eso —comentó Shruikan. Fenris bufó desde su sitio, pero ella le ignoró y siguió hablando —: ¿Y por qué no la abandonáis si no hay nadie dentro?

—Bueno, lo cierto es que esperábamos que quizás alguno de los que conocíamos volviera a aparecer. Y conservando el nombre de la guild seríamos más fáciles de localizar.
—Teníamos mucho apoyo de nuestros amigos de Night Fury, así que apañárnoslas por nuestra cuenta ha sido algo difícil al principio. Pero creo que lo hemos llevado bien.

Mónica le puso una mano encima del hombro a su compañero, que le devolvió una sonrisa.

Cinco minutos después, el Mechanic le devolvía el equipo a su dueña con las explicaciones pertinentes.

—He reparado la armadura y he añadido algunas mejoras de defensa. Lo mismo con la katana: la he encantado con daño elemental de rayo y le he puesto algunas cosas para mejorar el ataque. Aún así, para tu nivel estaría bien que pronto consiguieras un equipo mejor. Hasta entonces, creo que te las podrás apañar con lo que tienes.

—Esa era la idea —dijo la Samurai, poniéndose la armadura de nuevo.

Cogió la espada y se puso de pie, dando algunas estocadas en el aire para probarla. Asintió, satisfecha, al comprobar que el manejo seguía siendo el mismo.

—¿Quién es el siguiente?

Uno a uno, Max fue reparando y mejorando el equipo de todos, incluso encontrado tiempo para admirar el de N entre el resto.
—Vaya, ¿es un artículo limitado? No había visto antes este tipo de traje.

—Sí —explicó el Beast Master —. Era uno de los premios de un evento para Archer que celebraron en Eruyt Village. No fue fácil conseguir el set completo.
—Tiene buenos stats —comentó el otro, analizando uno de los guanteletes —. Te servirá bien.

Pasó bastante tiempo hasta que hubo terminado de modificar todo el equipo (menos el de Ulquiorra, que tuvo que esperar pacientemente a que terminara). El sol ya empezaba a ponerse cuando estuvo todo listo, y el calor del desierto había disminuido los suficiente como para que al menos no necesitaran pociones para avanzar.

Shruikan se desperezó en el porche, oteando después el horizonte con los ojos entrecerrados para no deslumbrarse.

—No creo que deba quedar mucho ya. Con suerte llegaremos a Einbroch antes de que se haga de noche del todo.

Max y Mónica salieron a despedirse de ellos.

—Nosotros tampoco nos quedaremos mucho más ahora que Max tiene la pieza que buscaba. Mañana como muy tarde. Puede que nos volvamos a encontrar algún día —dijo la Duelist, con las manos en la cintura.

—Estaría bien —respondió la Samurai, con un gesto de cabeza.
—¡Muchas gracias por todo! —exclamó Seras, despidiéndose.

Los otros dos les saludaron mientras se alejaban. En el momento en el que la primera estrella apareció en el cielo, el edificio que dejaban atrás no era más que una silueta oscura en el horizonte.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on April 30, 2016, 03:48:57 PM
~+23~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)


El lancer miró la pantalla de su omnitool con frustración creciente, y volvió a introducir el nombre letra por letra. Tras unos instantes apareció el mismo mensaje de antes con el fondo iluminado.

«Ese jugador no existe.»

Frunció el ceño, molesto, y lo intentó por cuarta vez.

«Ese jugador no existe.»

—¿No contesta? —el ninja moreno y dolorosamente guapo que le había preguntado, miraba ahora por encima de su hombro, clavándole la barbilla puntiaguda justo sobre el tendón.

—Quita Yumi, —rezongó el lancer haciendo rodar el hombro.— No es que no conteste, es que me dice que no existe.

—¿Cómo que no existe? No lo estarás escribiendo mal ¿verdad? —dijo el moreno apartándose de la cara la trenza que llevaba en el lado derecho de ésta con expresión de fastidio preocupado.

—¡Joder Yumichika, que lo he probado cuatro veces ya, y me dice que el jugador no existe! ¡Y claro que lo estoy escribiendo bien, son cinco putas letras! —exclamó el lancer pasándose una mano primero por la cara y luego por la cabeza afeitada.— ¿Quieres probar tú a ver si tienes más suerte? Por mí perfecto. Venga, inténtalo.

El ninja le dedicó una mirada altiva, pero pese a ello desplegó la pantalla de su omnitool e introdujo cuidadosamente las cinco letras de rigor.

«Ese jugador no existe.»

—¡La puta que lo..! ¡Ikkaku, que no sale!

—Ya te lo he dicho. —el lancer se frotó la parte posterior del cuello con cansancio.— Puede que se borrase la cuenta.

—Pero dijiste que la habías visto conectada.

—Ya.

Ikkaku y Yumichika se miraron entre ellos con seriedad y gesto sombrío, a sabiendas de que la gente no desaparecía sin más y sin dejar rastro sin un buen motivo, y que los resultados con mayor posibilidad estadística apuntaban a que la persona que buscaban hubiera sido una de los primeros caídos en la locura del GM.

—Pero debería haber salido en las listas. —la cabeza sin pelo del lancer no podía dejar de darle vueltas al asunto, primero de un lado, luego de otro, volviendo una y otra vez a los detalles que no  encajaban en el cuadro final.

—¿Y no está en ninguna? —el ninja se aferraba a las incongruencias con la misma tenacidad que su compañero.

—En ninguna, he ido mirando varias veces todos los días. —y según lo decía, Ikkaku iba repasando los nombres nuevos que habían aparecido el último día.— Nada, nada de nada. Como si se la hubiera tragado la tierra.

—Entonces es que algo ha hecho para salir. —sentenció Yumichika.— Probablemente habría borrado su cuenta. Yo desde luego lo habría hecho después de semejante follón.

—Si llego a estar... te aseguro que las cosas no... —Ikkaku se interrumpió cuando una idea peregrina tomó forma en su mente. — Oye, oye, y si?!

—Y si qué, termina de hablar, que van a llegar en seguida —el moreno miraba sus alrededores con impaciencia, pero se giró a mirar al lancer cuando éste no siguó hablando.— ¿Se puede saber a qué viene esa cara?

—A que conociendo a Raiko, capaz y después de bloquear a su hermano se hizo un reset para seguir jugando en solitario. —La mirada de Ikkaku no dejaba lugar a dudas de su convencimiento.

Yumichika se llevo una mano a la boca, que había ido abriendo progresivamente según procesaba la verdad de las palabras de su compañero.

—Jo-der.

—Ya te digo.


Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on May 11, 2016, 10:32:04 AM
Capítulo 31: La tormenta (part 1)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)


—¡Uooo! ¡Rabanastre es lo más!

Después de hacer una ruta en tren por las ciudades del desierto durante los últimos días, por fin habían llegado  su última destinación: Rabanastre. Y ni Sin City, ni Colorado, ni Einbroch tenían nada del esplendor radiante que encontraron en esa ciudad.

Altos y decorados edificios, fuentes y acueductos... Rabanstre era un ciudad floreciente en un oasis, lleno de plantas, de comercio, de bullicio.

—Me recuerda un poco a Columbia —comentó Seras, con la cabeza levantada y sin saber donde mirar.
—Es bonita —reconoció N —. Creía que ninguna de las ciudades del desierto era así. Tan bonitas.

—Rabanastre es un importante centro comercial, no sólo de esta zona, si no de todo Neverland —informó Ulquiorra —. Es sede también de una de las guilds más antiguas y conocidas, Indigo. Es una guild de Dancers.

—¿Sólo de Dancers? —preguntó Seras, extrañada.
—Sï. Alquilan sus servicios a grupos de party.
—Que mal suena eso... —comentó Fenris.
—Tú, que eres un guarro.

Shruikan recibió una patada en la espinilla por esas palabras. Todos parecían animados tras haber llegado a una ciudad así.

—Deberíamos mirar si hay alguna quest que podamos tomar en la ciudad —propuso Sheba —. Hace días que no hacemos alguna que sea divertida.
—Totalmente. —Shruikan rápidamente se sumó a la idea —. ¿Habrá alguna de buena para nuestras clases?

—Es más que probable que haya quests importantes de Archer —comentó Ulquiorra —. En concreto, específicas para Dancer. Pero es imposible que no haya para otras clases también. Puedo investigarlo, si lo deseáis.
—Estaría bien, sí.

Mientras Ulquiorra abría su Omnitool, Seras le habló a N.

—Si esta ciudad tiene misiones de Archer importantes, ¿has hecho alguna de por aquí?
—No —respondió el Beast Master, negando con la cabeza —. Nunca he estado en Rabanastre. Las únicas misiones que he hecho han sido las de Eruyt Village y Prorencia.

Lo cual daba más mérito a que tuviera tanto nivel si sólo había hecho unas pocas misiones y básicamente sólo se hubiese dedicado a pelearse con otros jugadores.

—Me pregunto si tendrán alguna para Merchant en algún sitio —comentó la otra.
—Seguro que sí —dijo Sheba entonces —. Aunque creo que ya va siendo hora de que subas a Machinist.

—¿Sí? —quiso confirmar Seras, aparentemente emocionada por las palabras de su amigo. Había estado esperando la aprobación de sus compañeros para tomar esa decisión.
La Black Mage asintió.

—Claro. Si quieres podemos ponernos a ello una vez dejemos la ciudad.
—¡Genial! —exclamó ella. Y luego, como dándose cuenta cuenta de una cosa, añadió —: ¿Y tú no piensas subir de job?

—Eso, Sheba. ¿Cuando vas a dejar el mediocre oficio de Black Mage? —Saltó Shruikan, poniéndose una mano en el hombro.
—Subir de job contribuiría al desarrollo del equipo, ciertamente. —Incluso Ulquiorra puso su grano de arena.

—Bueno, bueno —exclamó la susodicha, sacudiendo la mano —. Os diré que sí; tras mucho pensarlo, he decidido que lo mejor será convertirme en Time Mage.

—¿Time Mage? —preguntaron Shruikan y Fenris, al unísono, extrañados.
—Que raro.
—No es nada propio de ti.

La otra soltó un suspiro exhasperado.

—Ya lo sé. No es la opción que tomaría normalmente pero creo que tal y como estamos ahora sería una buena elección para el grupo.
—Time Mage tiene técnicas de apoyo —informó su Biochemist —. Apoyo es lo que falta para equilibrar el equipo.
—Bueno. Si tu crees que es lo adecuado, no me voy a quejar. —La Samurai después miró a Fenris —. ¿Y tú qué?
—¿Yo qué de qué?
—¿Cuando vas a subir de job?

De pronto, cinco miradas expectantes cayeron sobre el Knight, el cual simplemente se las quitó de encima poniendo los ojos en blanco.

—Cuando llegue el momento.
—Es la respuesta más lamentable que he oído en la vida.

Al Knight no parecía importarle la opinión de su amiga. Su cabezonería no tenía límites.

Empezaron a deambular, pues, por las calles de la ciudad, siguiendo simplemente el flujo de la gente.

—Creo que en el bazar quizás encontremos quests de Merchant, Seras —dijo Sheba, mirando el mapa —. Está siguiendo hacia el barrio alto. Aunque creo que lo mejor sería buscar toda la ciudad. ¿Sabíais que Rabanastre tiene un barrio bajo subterráneo?

El barrio pobre, según el lore. Y aunque oscuro y en cierto modo decadente, había incluso allí parte de la radiancia que parecía ser endémica de la ciudad. También allí se encontraba la entrada a una Dungeon, pero eso no les interesaba de momento.

Siguieron, pues, los caminos al aire libre, observando las curiosidades que se encontraron a su paso.

—El bazar es por aquí. —Cuando pasaban por un puente, Sheba señaló hacia una calle que se encontraba más abajo, plagada de tenderetes.

Pasaban ahora por la otra rama del distrito comercial. Ambas, ésta y el bazar, se comunicaban al norte en un círculo de calles. Allí habían los edificios y palacios para los usuarios y las guilds. Tenían que cruzar esa zona para pasar de una rama a la otra.

—Está lleno de jugadores de nivel alto... —murmuró Seras, mirando a la gente con la que se cruzaban.
—Sí. Aquí y en la entrada es donde hay más. Son los centros sociales, por así decirlo.
—En la mayoría de ciudades es lo mismo —confirmó la Merchant —. Es curioso.

Llegaron al bazar sin más incidente que Shruikan tropezándose con un Shapeshifter por el camino. El chico le puso mala cara un momento y luego prosiguió su camino, como si no hubiera pasado nada.

—Que maleducado —se exclamó la Samurai, de vuelta con sus compañeros.

En el bazar cogieron alguna que otra misión de poca importancia, a excepción de una misión de Merchant para Seras.

—¿Por qué todas estas quests me obligan a cruzar medio mundo? —dijo, revisando los detalles.
—Es lo que tiene ser Merchant. La senda del comercio es dura, cruel y triste —se exclamó Shruikan,  llevándose la mano al pecho en un gesto sentido.

—Anda, no exageres —la reprendió Sheba, dándole un codazo.

Después del bazar terminaron yendo al barrio bajo, par hacerse una idea de como era. La cantidad de niños mendigando allí era asombrosa, correteando por las calles con sus pies descalzos.

—Incluso en este mundo hay gente que vive así... —se lamentó Seras, viéndoles jugar en una plaza.

—No tienen opción. Fueron programados para ser así —dijo Ulquiorra —. Hay jugadores que les dan limosna, pero eso es tirar el dinero. No van a usarlo ni a llevar una vida mejor. Esos actos inútiles de caridad no tienen sentido.

—Eso no es cierto —dijo entonces N. No era la primera vez que sus opiniones chocaban, pero sí en la que el Beast Master parecía más calmado al respecto —. Pude que al ser NPC el dinero no les sirva, ¿pero eso no hace eso que donarles dinero sea un acto de caridad más admirable?

—¿Admirable? —repitió el Biochemist, sin comprender —. No veo que hay de admirable en la estupidez.

—Porque tú solo piensas en los beneficios —le acusó —. No entiendes que las personas son capaces de ayudarse unas a otras sin esperar nada a cambio. Que son estos pequeños actos de piedad los que nos hacen humanos.

Ulquiorra no dijo nada después, aunque no parecía convencido.

Después de dar vueltas se detuvieron a descansar en una pequeña plaza con una fuente de agua limpia. Había luz del exterior filtrándose a través de un reja alta, proyectando una sombra cuadriculada.

—¿Crees eso, Fenris? —preguntó Shruikan, sentada al borde de la fuente —. ¿Que la piedad nos hace humanos?
—¿Estas teniendo una crisis de conciencia? —respondió, dando un sorbo a uno de los zumos que habían comprado en un tenderete cercano. Tenía un sabor fuerte y afrutado.

—No, no es eso —dijo la otra. Estaba más seria de lo habitual —. Pero N siempre está hablando de estas cosas. Y lo tiene tan claro... Me hace sentir un poco como si me estuviera regañando, y eso que es sólo un crío.

Fenris abrió la boca para decir algo, pero se interrumpió cuando Sheba se acercó. Al parecer había escuchado toda la conversación.

—No te comas la cabeza —le dijo, apoyando el brazo en su hombro —. Cada quien es como es. Nosotros te queremos aunque no seas una lumbreras.
—Oye, ¿me estás llamando tonta?
—No, no —respondió la otra con tono suave, acariciándole la cabeza —. Tonta no. Impulsiva y atolondrada quizás.

Shruikan hizo un puchero y le dedicó una mirada de desconfianza tal que a su lado Fenris se rió.

—Qué. Tú no te rías. Tú eres casi tan malo como yo. —La Samurai le señaló con un dedo acusador.
Fenris se encogió de hombros despreocupadamente.
—Al menos yo tengo estilo.

Siguieron hablando, entre puyas y risas. No muy lejos, Ulquiorra les miraba. Su rostro estaba inexpresivo como siempre, aunque sus ojos refulgían con un extraño interés. Murciélago silbó ligeramente sobre su hombro y frotó la cabeza contra su mejilla. El Biochemist levantó la mano y le acarició el pelaje de forma mecánica, pero pareció que eso era todo lo que el animal buscaba y cerró los ojos, contento.

Luego Ulquiorra desvió la mirada hacia Seras y N, arrodillados al lado de uno de los canales de agua limpia. Hablaban y miraban algo del fondo con aparente interés. A su lado, unos niños les gritaban y se reían.

Era una imagen extraña para él, aunque la hubiese visto montones de veces. Había algo ahora que la hacía distinta y no conseguía comprender qué era. Se los quedó mirando fijamente un buen rato, tratando de descubrirlo hasta que de pronto levantó la cabeza hacia la claraboya enrejada.

Sobre su hombro, Murciélago abrió los ojos de golpe.

Y el suelo empezó a temblar.

Las paredes se sacudieron y cayó polvo del techo, pero el Barrio Bajo no cedió. Se rompieron jarrones y macetas, y el flujo del agua de la fuente se interrumpió por unos instantes. Lejos, en la superficie y aún ahogado por la distancia, se escuchó un grito agudo y estridente.

—¿Qué ha sido eso? —dijo Shruikan, sujetándose al bordillo.

La luz que se filtraba desde el exterior se había vuelto más difusa, como si una densa nube lo cubriera. Incluso bajo tierra llegaba el ruido ahogado de una tumulto en las calles. No se lo pensron demasiado.

—Vamos.

Subieron corriendo las escaleras hasta volver a aparecer en las calles del barrio residencial. Tenía un aspecto completamente distinto por la nube de arena que había en el aire y que lo ensuciaba todo de un color rojizo y lúgubre. No había música, y el viento soplaba con fuerza. Mucha gente, incluso los NPC, tenían la vista fija en el cielo.

—¿Qué está pasando? —preguntó Seras a sus compañeros, sin saber si eso se trataba de un evento programado.

Sin embargo sus caras le informaron de que estaban tan desconcertados como ella.

—No lo sé —respondió Sheba, con la voz contenida.

Ulquiorra era el único de ellos que no tenía la cabeza alzada si no que miraba a su alrededor con atención. Al final detuvo la mirada en una punto, aunque no había nada en esa dirección.

—Algo se acerca —dijo. Shruikan, que estaba a su lado, le escuchó y frunció el ceño.
—¿El qué?
—No lo sé.

Cada vez que el Biochemist decía eso sonaba mucho más catastrófico de lo que debería haber sido.

Luego volvió a escucharse el grito. Era lo suficientemente potente como para que se escuchase por toda la ciudad, imposible de haber sido formulado por una garganta humana. Vino acompañado de un estruendo, como de roca golpeando roca y otro temblor.

—¡La hostia! —exclamó Shruikan, inclinándose y sujetándose a lo que tenía más cerca (que resultó ser el brazo de Ulquiorra) para no caer.

—¿Qué demonios es eso? —preguntó Fenris, que había utilizado su mandoble de apoyo.

La respuesta no tardó en llegarle en forma de un gusto de alarma que se alzó desde el inicio de la calle.

—¡Monstruo! ¡Hay un monstruo gigante atacando las murallas!

Las palabras vinieron acompañadas de unos instantes de ominoso silencio hasta que éste fue interrumpido por un nuevo rugido.

Cunado las murallas recibieron un nuevo golpe, toda Rabanastre tembló.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on May 28, 2016, 03:49:10 PM
~+24~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/renji.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/orihime.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/benitora.jpg)



—Pues si no te gusta, ya sabes lo que tienes que hacer. —el knight dio una sacudida a su espada, haciendo que la sangre resbalase de la hoja de una sola vez y salpicase el suelo con un chasquido.

Ninguno de los presentes habló durante unos momentos, la pretendida indiferencia del knight sólo avivaba la tensión; hubo ojeadas furtivas y nerviosas, un cruce de miradas fijas cargadas de significado y un leve asentimiento.

—Hm. Probablemente esto es lo que tendría que haber hecho hace ya un tiempo —comentó el lancer con aire serio de cansancio. Y como si fueran uno solo, tanto él como el ninja se salieron de la party en el mismo segundo.

El característico sonido de timbre resonó apagado en el ambiente sobre ellos.

«Ichiban ha abandonado el grupo.»
«DeadlyNightshade ha abandonado el grupo.»


El knight había tardado muy poco en cambiar su indiferencia por completa indignación, empezando incluso a enrojecer por la rabia. Si las miradas pudieran matar, probablemente a ellos los hubiera fundido en menos de un parpadeo.

—¿Pero..? ¡Pero... no, chicos! Podemos hablar las cosas, no hace falta que lleguemos a esto —la chica miraba de unos a otros con sus grandes ojos castaños llenándose de lágrimas.

El rogue alto y delgado que tenía a su lado le pasó el brazo por los hombros y la apretó un poco contra él.

—No llores Orihime, cariño, déjalo que lo arreglen entre ellos —dijo murmurando contra la coronilla de la muchacha. Benitora sabía que la bronca llevaba tiempo cociéndose, desde antes de que ellos dos se hubieran unido al grupo, y que no tenía nada que ver con ellos. Él había visto la tormenta en el horizonte y pese a todo se había apuntado al bombardeo.

—Sois unos hijos de puta. —el knight habló por fin, siseando su ira en un esfuerzo notable por no estallar a gritos— Unos malnacidos de mierda, jodidos traidores, éso es lo que sois.

Orihime se llevó las manos a la boca en una inhalación entrecortada de sorpresa, y se dejó llevar cuando Benitora retrocedió un par de pasos, apartándose de los otros tres por lo que pudiera pasar. Pero ni el lancer ni el ninja ofrecieron la primera reacción lógica y evidente para cualquiera que los hubiera tratado un par de veces.

—¿Algo más? —preguntó Yumichika con voz sedosa y batiendo sus largas pestañas con un ademán dulce y seductor.— ¿No te falta nada? ¿Ni un poquito? ¿Alguna cosita que se te haya pasado, algo pequeño e insignificante?

El knight apretó los puños hasta que sus nudillos se vieron blancos por la presión, la tensión que vibraba en su cuerpo visible en las venas que se marcaban en sus antebrazos.

—Eres un cobarde. —espetó entre dientes.

—¡Ohó! Ya sabía yo que te dejabas algo... —el ninja se pasó la lengua por los dientes, dejando escapar una risita sardónica que delataba la falsedad de su pretendido gesto obsceno. Su sonrisa se fue ensombreciendo y ensanchando hasta mostrar una peligrosa cantidad de dientes.— Te reto a duelo. A muerte. Aquí y ahora.

—No, no, no, no, no, no, —se podía oír de fondo el murmullo angustiado de la chica.

—Oi, Yumi... —el lancer amonestó al moreno, aunque no le puso demasiado énfasis.

—¿Hay alguien más que esté de acuerdo con nosotros en que esto NO es una buena idea?—Benitora tragó saliva cuando la mirada oscuramente entretenida del lancer se posó sobre él.— A ver, que sois adultos irresponsables y libres de mataros cuando y como queráis, ¿pero tiene que ser precisamente aquí y ahora?

Mientras el ninja observaba a su hasta hacía poco compañero de party como si fuera un ave de presa sobrevolando a su víctima, Ikkaku se encogió de hombros con despreocupación.

—Hay cosas que acaban siendo inevitables. —comentó pasando su escrutinio de vuelta al knight.— Además, el cobarde es él.

—¿Qué pasa, tú también quieres? —la mirada del pelirrojo ardía como si llevase su propio infierno dentro.

—Asúmelo, Red Menace. —Ikkaku respondió cruzando los brazos sobre el pecho y echando los hombros hacia atrás al tiempo que adelantaba ligeramente la cadera.— Eres un cobarde y siempre lo has sido, por eso siempre culpas a otros de todos tus errores.

En las décimas de segundo que le tomó al knight desenvainar su espada y embestir contra el lancer cegado por la rabia, Yumichika hizo uso de sus habilidades y apareció a su espalda tan rápido que el aire a su alrededor se vio borroso y presionó la hoja curvada de un cuchillo contra su garganta descubierta, apretándose sobre el cuerpo del knight.
Las mismas décimas de segundo exactas que le había tomado a Benitora interponer su arma en el camino del sable del knight frente al cuerpo de Ichiban, y a Orihime castear su hechizo más potente de cura en área. Era una lástima que formasen tan buen equipo.

—Renji, Renji, si no tienes nada que hacer conmigo, ¿qué esperas hacer contra Ikkaku? —la voz oscura y aterciopelada del ninja contrastaba dolorosamente con el acero frío y reluciente que se clavaba en su cuello.

—No tienes ni media ostia que recibir, como me ponga contigo. Yo lo sé, tú lo sabes, todos lo sabemos; así que bájale el tono chiquitín. —el lancer ni siquiera se había movido de su posición arrogante.

Con mirada angustiada pero decidida Orihime volvió a repetir el encantamiento cuando terminó su duración. Benitora se apartó para dar espacio a su compañero, y finalmente éste bajó la espada. Sólo cuando Renji hubo envainado de nuevo dejó de sentir el filo del cuchillo de Yumichika cortando la piel de su garganta.

El ninja volvió junto a Ikkaku, y se apoyó sobre el hombro de éste como si no tuviera preocupación alguna en la vida.

—Si nosotros somos unos jodidos traidores, —canturreó observando las reacciones de los presentes entre las pestañas de sus ojos entrecerrados— qué tendría que decir tu hermana pequeña de tí, si es que aún se encuentra en condiciones de poder decir algo.

Benitora y Orihime se miraron con aprensión repentina, y Renji tuvo que bajar la cabeza para no volver a repetir la escena anterior.

—Eso no os importa. —dijo ofendido.

—Te equivocas chaval, —dijo Ikkaku mirándole muy seriamente,— nos importa, y nos importa mucho.



*
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on June 26, 2016, 10:01:47 AM
Monstruos, monstruos. :D Este es el Jhen Mohran (http://vignette3.wikia.nocookie.net/monsterhunter/images/a/a4/3rdGen-Jhen_Mohran_Render_001.png/revision/latest?cb=20150304075612) y estos los delex (http://vignette2.wikia.nocookie.net/monsterhunterespanol/images/1/1a/MH4-Render_Delex.png/revision/latest?cb=20141129124244&path-prefix=es). Me ha dado pereza subirlos a un servidor de imagenes, lol. Anyway, enjoy the blood. :3

Capítulo 32: La tormenta (part 2)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Serins_zps0064bea1.jpg)
(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan_zpse933a261.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)


El caos que siguió al anuncio no se hizo esperar.

La gente gritaba y correteaba por las calles tratando de encontrar refugio. Pero incluso sus gritos de terror quedaban ahogados cada vez que el monstruo que atacaba Rabanastre chillaba. Era un sonido que lo devoraba todo, estridente y ominoso.

El grupo se apartó de la calle, quedando refugiados bajo un porche para no ser arrastrados por la marabunta aterrorizada de jugadores e, incluso, NPC.

—¡¿Qué hacemos?! —preguntó Sheba, alzando la voz para hacerse oír por encima del tumulto.
—¡Deberíamos buscar refugio! —exclamó Seras, que llevaba su arma en la mano.

Shruikan propuso lo contrario.
—¡Hay que derrotar al monstruo!

—¡¿Què?! ¿Estás loca? —protestó la Black Mage —. ¿Acaso oyes como suena ese bicho? ¡Debe ser enorme! ¡No tenemos ninguna posibilidad!
—¡Precisamente! Si realmente hay un monstruo gigante atacando las murallas y logra entrar en la ciudad, ¡no habrá ningún lugar seguro! ¡Si atacamos entre todos los jugadores podremos derrotar a esa cosa!

—¡Si vamos nos matarán!
—¡Y si no vamos también!

Los otros observaron la discusión en silencio. Seras miraba a su alrededor nerviosamente, Y Fenris tenía el ceño profundamente fruncido, atento a las otras dos. N observaba a algún punto en la lejanía con cara de preocupación y Ulquiorra parecía desinteresado incluso en esa situación.

Sheba gimió exasperada, levantando los brazos al cielo.

—¡¿Quieres hacer el favor de escucharme?!

Se adelantó un par de pasos y le tomó violentamente de la muñeca. Shruikan arrugó la frente de manera peligrosa.

—Usa el sentido común por una vez. No podemos para a esa cosa. —Lo dijo recalcando muy bien cada palabra, asegurándose de que quedaba claro —. Sea lo que sea.

La expresión de la Samurai se mantuvo impasible por unos pocos y largos segundos. Después habló, con voz cortante:

—Quizás tengas razón —dijo —. Pero no pienso quedarme aquí de brazos cruzados a averiguarlo.

Sheba soltó una exclamación de sorpresa cuando la otra se zafó de su agarre de un tirón.
—¡No! —gritó al momento en el que la Samurai daba media vuelta y echaba a correr.

Hubo unos instantes de aturdimiento general hasta que, después de mascullar una sarta de improperios en su idioma materno, Fenris salió corriendo tras ella.

Fue el detonante de una extraña reacción en cadena; el florecimiento de un malsano sentimiento de responsabilidad que les obligaba a permanecer unidos.

N y Seras sorprendentemente salieron corriendo detrás del Knight.
—¡Hará que la maten! —exclamó la Merchant con evidente preocupación.
—¡Se lo tiene merecido! —dijo la Black Mage, incrédula mientras todos sus compañeros la dejaban atrás.

Todos menos Ulquiorra, quien se puso a su lado con tranquilidad.
—Es probable —fue lo único que comentó. Sobre su hombro, Murciélago movía las orejas de forma nerviosa, pero por lo demás mantenía la misma expresión imperturbable que su dueño.

Sheba le miró con recelo y luego volvió la vista de nuevo en la dirección en la que se habían marchado los demás. Terminó soltando un suspiro exasperado.

—Juro que cuando esto termine —dijo con la voz grave por la amenaza que cargaban sus palabras —, esta mujer y yo vamos a tener una charla muy seria.

Echó mano a su vara y empezó a andar con paso firme, furibunda. Tras un lánguido parpadeo, Ulquiorra la siguió y se encaminaron hacia las murallas.

Nunca llegarían a encontrarse con el resto.

- - -


Shruikan corría, acercándose cada vez más a la muralla este de la ciudad. No fue difícil puesto que allí se encontraba una de las puertas principales de Rabanastre y muchas de las calles conducían a ella.

Tuvo que esquivar varias veces a confusos y asustados transeúntes (NPC y jugadores por igual), mientras el cielo se ponía cada vez más turbio. Parecía que se avecinaba una tormenta de arena.

Le pareció oír a alguien que gritaba su nombre a sus espaldas, pero como estaba segura que sería con el propósito de detenerla, hizo caso omiso. Siguió adelante por mera cabezonería.

El suelo había temblado un par de veces más antes de que por fin alcanzara las murallas. Poca gente permanecía allí; aquellos que, como ella, estaban dispuestos a enfrentarse a lo que se acercaba.

Tenía que ser un monstruo gigantesco, de eso no quedaba la menor duda. Se le hizo un nudo en el estómago de imaginárselo, de nervios, emoción y también de miedo. Tomó aire profundamente y cerró los ojos, volviéndolos a abrir de golpe poco después cuando alguien dejó caer una pesada mano sobre su hombro, sobresaltándola.

—¡¿Es que acaso se te ha caído el cerebro?!

Fenris le gritaba; tardó algunos segundos en procesarlo. Hubiese respondido algo si el otro no estuviera gastando ya todo el aire y arrastrándola lejos de las murallas.

—¡Cuando decías luchar no esperaba que quisiera decir coger tíquet para la primera fila de los mártires! ¡Te creía más inteligente que eso!

Shruikan trató de protestar y zafarse de su agarre, pero no podía hacer las dos cosas al mismo tiempo.

—¡Espera, Fenris...!
—¡No, espérate tú! —le escupió él. No la soltó hasta que estuvieron a varios metros de la muralla —. Mira, no me importa seguir el plan de atacar, pero al menos hagámoslo de una forma en la que no terminemos todos m-...

No pudo terminar la frase porque justo entonces, el muro de la ciudad estalló.

El estruendo fue ensordecedor. Bloques enormes de piedra salieron despedidos hacia la ciudad, cayendo sobre los edificios y las calles. Al estallido inicial se le sumó el ruido de las construcciones al romperse y el grito agudo de una criatura, cuya silueta enrome se apreciaba entre la nube de polvo.

El aire mismo pareció estremecerse con el impacto. Inconscientemente, Shruikan se inclinó hacia Fenris, buscando refugio contra su cuerpo. El Knight hizo lo mismo en un principio y luego levantó la mirada, protegiéndose la cara con el brazo. Abrió mucho los ojos por lo que vio.

—¡Cuidado!

Tiró de la Samurai, empujándola al suelo para protegerles a ambos de la lluvia de escombros que se les vino encima. Éstos cayeron en el suelo con fuerza  y rodaban una larga distancia, arrollándolo todo a su paso.

Fenris y Shruikan tuvieron suerte de que no les cayó ninguno encima directamente. Los bloques les pasaron por encima mientras seguían rodando por las calles.

Sin embargo, hubo otros menos afortunados. N y Seras, que les seguían, se encontraron frente a frente con el alud de piedra.

Y aunque pareció que el Beast Master pudo reaccionar con más rapidez, la otra no tuvo esa oportunidad. Miró arriba con horror antes de que los escombros golpearan el suelo y las paredes de los edificios de alrededor, que se desmoronaron sobre la calle.

Seras aún tuvo tiempo de intentar apartarse frenéticamente antes de que que la aplastara el muro.

Shruikan lo vio desde el suelo, entre el polvo. Pasó tan rápido y de forma tan inesperada que su mente parecía incapaz de procesarlo. En su rostro había pintado el más puro desconcierto.

Allí donde había estado su amiga, ahora no había más que un montón de escombros bloqueando el camino.

Pero antes de que se hiciera a la idea de que acababan de perder a Seras de forma absurda, otro asunto más urgente reclamó su atención.

El suelo tembló cuando el monstruo que había conseguido romper las murallas por fin empezó a adentrarse en la ciudad. Era gigantesco, más grande que ninguna criatura a la que se hubieran enfrentado hasta ahora. Parecía una mezcla de ballena y cocodrilo con piel de piedra y dos grandes y largos colmillos extendiéndose hacia delante desde l boca. Con cada uno de sus lentos y pesados pasos parecía que fuera a hundir la tierra.

A la Samurai se le cayó el alma al suelo. ¿Cómo se suponía que podían hacerle daño a esa cosa? Su espada ni siquiera perforaría la piel, inútil como una aguja.

Antes de que empezara a plantearse una estrategia alternativa, el monstruo chilló de forma corta y estremecedora. Por el hueco que había creado en las murallas empezaron a entrar más monstruos pequeños y rápidos, parecidos a peces con el morro largo y una gran aleta azul en el dorso.

—¡Delex! —exclamó Fenris a su lado, reconociéndolos y provocándole un sobresalto.

Se apresuraron a levantarse, porque aquellas criaturas se movían rápido incluso fuera de la arena y no tardarían en estar peligrosamente cerca. Cuando quisieron darse cuenta, había varios delex acechándoles ya, saltando conra ellos con tal de atraparles entre sus grandes fauces de dientes puntiagudos.

Con un grito furioso, Fenris descargó el primer mandoblazo contra una de las criaturas que se atrevió a acercarse a él. Shruikan hizo lo propio, aunque tardó un poco más en reaccionar.

La piel de los delex era blanda en principio, pero resbaladiza y difícil de cortar desde según que ángulo. Aún así, consiguieron abatir a varias de las criaturas fácilmente, aunque no con la rapidez suficiente.

Frustrada, Shruikan comprobó que por cada monstruo que mataba había dos más ocupando su lugar. No tardaron demasiado en estar rodeados, espalda contra espalda, mientras sufrían el embate incesante de los delex.

—¡Mierda! —maldijo la Samurai. La cosa no estaba saliendo para nada como ella había planeado.

Y entonces, algo (o más bien alguien) golpeó con un rugido a algunos de los delex que les rodeaban, enviándoles por los aires. Como salida de la nada, una mujer Berserker había empezado a deshacerse de los monstruos que les acosaban con una facilidad pasmosa.

Consiguió abrirles un camino por el que pudieron dirigirse a una zona más despejada, aunque comprobaron que en aquel sitio los delex casi habían llegado a todas partes.

Su salvadora se dirigió a ellos luego con la mirada encendida. Era alta y de cuerpo robusto, plagado de cicatrices. Su largo cabello oscuro ondeaba a sus espaldas al ritmo de sus movimientos. Se enfrentaba a las criaturas sin más arma que sus propios puños enfundados en unos guantes metálicos ahora cubiertos de sangre. La armadura, típica de su clase, era un simple set de dos piezas de piel, cuero y metal que a penas protegía su cuerpo, aunque no parecía necesitarlo.

—¡Largaos! —les gritó —. ¡Quedarse cerca del Jhen Mohran no es seguro! ¡Id a refugiaros al otro extremo de la ciudad!

Mientras hablaba, un delex tuvo la imprudencia de acercarse a ella más de lo que le convenía. La Berserker lo cazó en el aire cuando intentaba atacarla y, con la simple fuerza de sus brazos, partió al animal por la mitad, despidiendo sangre y trozos de carne a su alrededor.

—¡Largo! —repitió, lanzando el cuerpo del monstruo al suelo y levantando los puños para seguir peleando.

No tuvo que repetirlo una tercera vez. Superando su estupor, Fenris agarró a Shruikan de la mano y echaron a correr.

No podían volver por donde habían venido, así que tuvieron que buscarse una ruta alternativa. Buena parte de los alrededores habían quedado dañados o destruidos, y el único camino viable parecía el que seguía las murallas por el sur.

Ni así los delex les dejaron en paz. Tuvieron que detenerse varias veces para deshacerse de todos los que les acechaban y poder continuar.

Mientras tanto, el Jhen Mohran seguía su marcha lenta pero inexorable hacia el centro de la ciudad, como si algo le atrajera hacia allí. Los edificios parecían de cartón contra su pesado cuerpo, con nada capaz de detenerlo.

Hasta que una rápida y gran figura apareció de entre las calles y se le echó al cuello.

Entre la confusión y las decenas de monstruos a su alrededor, Shruikan pudo reconocer la forma de un Espíritu del Desierto, aunque bastante más grande que aquel contra el que se habían enfrentado días atrás. Por alguna razón no atacaba a los jugadores si no a los monstruos. El Jhen Moran tuvo que echar su enorme cabeza atrás con su embate, deteniendo sus pasos.

Tras eso, Shruikan se hizo consciente del enorme caos que había a su alrededor; la marabunta de monstruos y todos aquellos que estaban allí para enfrentarlos. El ruido era enorme y ensordecedor, los gritos y rugidos mezclándose con el estruendo de las habilidades lanzadas y los hechizos.

Se sintió como si la ciudad entera se estuviera derrumbando sobre ellos.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on June 30, 2016, 01:31:35 PM
Pista que voooooooy :v Vengo con enlaces: Ropa de Ikki (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/45_ikki_equipo.jpg), ropa de Shun (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/45_shun_whitemagetunic.png).
Echaba de menos postear en este tema :3


45. El problema es que yo no quiero un ewok, prefiero un wookie

—¡Pero hermano! —exclamó Shun, tirando de la manga de su camisa para atraer su atención—. ¡Me lo prometiste!

Ikki giró su cabeza muy poco a poco, temiendo lo que iba a ver cuando sus ojos dieran de lleno con el rostro de Shun. Y allí estaba, como había supuesto desde un principio: una expresión capaz de derretir al más duro guerrero, al más aguerrido de los hombres; quien, obviamente, era él.

Ikki suspiró, intentando separar las manitas de Shun de la tela de su camisa.

—Está bien —aceptó al final—, pero no te separarás de mí en ningún momento. ¿Entiendes?

Shun le sonrió con la misma potencia que le había puesto ojitos y asintió con la cabeza de forma vehemente, más que de acuerdo con las condiciones.
Y aunque Ikki se disponía a cambiar su equipo de principiante por su querida armadura oscura, lo que sacó del inventario fue un gorrito blanco con un ribete rojo y un equipo de armadura ligera con las telas en negro y los cueros en marrón, que cubrió su cuerpo en un remolino de píxeles.
Le puso el gorro a su hermano para completar el conjunto que le había acabado de dar y se puso las manos en la cintura para ver bien a Shun.

—Sabía que te iba a quedar bien. —sentenció antes de empezar a caminar hacia la salida de la Guild.

Era pronto por la mañana y los pasos de Shun correteando detrás de su hermano resonaron en los pasillos.

—¿No vas a tener frío así? —preguntó Shun, ajustándose los guantes rojos.

La camisa de Ikki estaba abierta, dejando ver su pecho moreno. El Caballero Oscuro se ajustó la espada en uno de sus cinturones y torció el morro.

—No. —dijo de forma seca antes de salir a la calle, donde les recibió el cierzo nuclear silbando entre los edificios de Sanctuary.

Shun le miró preocupado, pero le siguió todo lo rápido que pudo hasta el warp.
Se miró las botas rojas nuevas, creyendo haberlas manchado al pisar un charco sin querer, pero para su sorpresa estaban limpias.

—Vamos, no tenemos todo el día. —le dio prisa Ikki, con el dinero preparado para pagar el warp para los dos.

—En realidad, sí lo tenemos —replicó Shun—. Apenas ha salido el sol.

Ikki chistó e hizo saltar a su hermano antes de entrar él en warp.

Al otro lado le recibieron los trinos de los pájaros y un rayo de sol se colaba entre los matorrales para iluminar el suelo de piedra de la plaza del pueblecillo.
Shun no había perdido el tiempo y Marshmallow ya se encontraba entre sus brazos, moviendo la nariz, interesado en los olores nuevos que le traía el aire.
Shun abrazó al conejo antes de dejarlo en el suelo y caminar detrás de sus saltos.

—¡Es precioso, hermano! —exclamó Shun, dando una vuelta sobre sí mismo antes de buscar a Marshmallow con la mirada.

Ikki se llevó una mano enguantada a la sien, masajeándola. Ya empezaba a notar el dolor de cabeza, aunque suponía que si no hubiese sucumbido a los deseos de Shun todavía habría sido más fuerte.

Y ahora se encontraban en la Aldea de las Mascotas, paseando al conejo de Shun mientras veían como las luces del alba teñían el paisaje idílico con su calor.

Shun había vuelto a coger a Marshmallow entre sus brazos mientras observaba con curiosidad el mapa del pueblo, señalando los sitios que le causaban más interés y planificando una ruta a seguir.
Ikki se quitó los guantes, guardándolos en el inventario sin pensar mucho en el efecto de los píxeles en sus manos, más que acostumbrado a ello.

—No vamos a quedarnos aquí todo el día, Shun. Tienes que entrenar —le recordó Ikki, con el ceño fruncido—. Dos horas son más que suficientes.

Shun arrugó las cejas, entrompando los labios y rehaciendo su ruta para que fuese algo más corta.

—Quiero ver el lago, la pradera y las tiendas de animales. —señaló por fin.

Ikki le miró extrañado.

—¿Las tiendas? —preguntó.

Shun asintió con la cabeza, rascándole la cabecita a un impaciente Marshmallow antes de dejarlo de nuevo en el suelo.

—Dicen que tienen los mejores accesorios para mascotas y comida especializada —informó Shun, empezando a caminar por el sendero que les llevaría al lago—. Así ahorraré espacio y maximizaré el efecto de la comida.

Shun parecía convencido e Ikki se encogió de hombros antes de dejarse llevar por el camino de baldosas azules.


————

La visita al lago había ido bien. Si uno no contaba la desesperación de Shun cuando Marshmallow se había lanzado al agua y como a Ikki le había tocado lanzarse al lago para sacar al animal, siendo atacado por un par de cisnes contra los que no había podido hacer nada más que correr con el conejo en un brazo y Shun agarrado con la mano libre.

La pradera había sido más tranquila. Ikki se había dedicado a secarse al sol de la mañana mientras un ciervo curioso intentaba comerse la tela de sus pantalones y algún que otro cinturón.
Marshmallow había terminado por espantar al ciervo al intentar jugar con él. Y por segunda vez Ikki se había sentido orgulloso de la bola de pelo blanco asesina.

Ahora, Ikki se entretenía dando golpecitos con un dedo en el cristal de un acuario, mirando como los pececitos se alejaban de las vibraciones. Aunque si dejaba el dedo quieto y lo movía por el cristal lo seguían, intrigados por el movimiento.

—Creo que ya lo tengo todo. —afirmó Shun, apareciendo a su lado.

—Ya era hora —suspiró Ikki, girándose para mirar a su hermano—. ¿Qué has comprado?

Aunque Ikki intentaba conseguirle los mejores equipos a su hermano y le pagaba la mayoría de necesidades, nunca había aceptado el poco dinero que Shun había ido ganando con sus entrenamientos y éste podía usarlo tan libremente como quisiera.
En aquel momento Ikki se preguntó si no habría sido mejor supervisar sus compras.

—¡Pues muchas cosas, mira! —exclamó Shun, emocionado.

Agarró a su hermano del brazo para apartarlo, llevándolo hasta una mesa vacía donde descargó sus compras desde el inventario.
Había ropa para el conejito, así como collares nuevos y productos para su cuidado. La comida para conejos era algo que se había esperado y hasta aprobó algunas zanahorias especiales, aunque a él le parecían demasiado caras para el presupuesto de Shun.

Arrugó la nariz ante tanto verde y rosa, aunque apartando algunas cosas se dio cuenta de algo.

—Shun, te has equivocado —le dijo con tono neutro—. Esto de aquí es comida de perro.

Cuando levantó la mirada, Shun clavaba sus ojos en él con esa sonrisa de ilusión a la que nunca había podido decir que no. Ikki entrecerró los ojos.

—Shun. —advirtió Ikki.

—¡No me he equivocado! —dijo Shun, todo amor y caramelos.

—Shun… —repitió Ikki—. Dime que no has comprado un perro.

Shun abrió la boca, tomando aire. No parecía arrepentido de nada.

—No he comprado un perro. —respondió obediente.

Ikki no acababa de creérselo, pero por norma general su hermano no le mentía.

—Dime que es verdad.

Shun dio un pequeño saltito, haciendo que se pelo verde rebotase contra sus hombros. Las mangas de farol le quedaban tan bien.

—¡Claro que es verdad! —reclamó, con un mohín demasiado adorable, aunque intentaba transmitir que se sentía ligeramente ofendido—. Lo vas a comprar tú.

Pasaron los segundos. Ikki se cruzó de brazos, raspando la piel de sus manos contra las hebillas del chaleco marrón.

—¿Qué has dicho? —quiso saber.

—Que lo vas a comprar tú —repitió Shun, totalmente serio—. Ven, mira.

Con un movimiento de la mano, todos los objetos tirados por la mesa volvieron a caer en el inventario de Shun, mientras con la otra agarraba a su hermano, tirando de él para llevarlo por delante de la caja, donde un npc les sonrió amablemente, hasta un pasillo donde los ladridos agudos le dijeron a Ikki que iba a encontrar: perritos.
Habría estado bien poder decir que eran de todos los tamaños y colores, pero principalmente eran… pequeñitos.

—¡Mira que preciosidades, Ikki! ¡Necesitas uno!

Ikki arrugó la nariz, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho hoy y ni siquiera era la hora del almuerzo.
Miró incómodo hacia una camada de cachorritos que se perseguían los unos a los otros, tropezándose con patas y colas que no tenían muy claro a quién pertenecían, pero que todos estaban seguros de que querían morder.

—No necesito un bebé del que estar pendiente. —se quejó Ikki, suspirando por la nariz.

Si hubiese querido una mascota se habría hecho con una de quest. Algún bicho grande y temible, algo que diese tanto miedo como él, o más si era posible.
Un lobo, un pájaro de presa o incluso algún tipo de dragón bebé era una elección más acertada que un perrito.

Shun le hizo un puchero e Ikki le quitó el gorro para rascarle la cabeza.

—Tú no eres un bebé del que estar pendiente —le dijo antes de volver a ponerle el gorrito blanco—. Tú eres mi querido hermanito.

Aunque en su interior estaba pensando que sí era un bebé. Un bebé perfecto. Un rollito de canela demasiado puro para este mundo.

—¡Estos no son cachorritos! —insistió, arrastrándolo un poco más al fondo antes de añadir en voz baja—. Y por lo visto es una oferta limitada en la tienda, en realidad son mascotas de quest.

Eso le llamó la atención y miró con curiosidad hacia el lugar que le señalaba Shun, donde unos cuantos pares de ojos oscuros le miraban. Sus patas peludas rascaban el cristal tras el cual se encontraban y más de una lengua colgaba a un lado.

Los animales tenían puesta su atención en él y alguno gimió antes de tumbarse en el suelo de su compartimento.

Ikki miró a Shun. Miró a las mascotas. Miró a Shun.

—Parecen ewoks. —dijo Ikki.

—¿No son preciosos? —preguntó Shun.

—El problema es que yo no quiero un ewok, prefiero un wookie.

Shun le estiró de la manga. Ikki echaba de menos su armadura más que nunca. Tal vez aquella que venía con antifaz incorporado en el casco le vendría bien ahora.

—¡Pero, Ikki!

—¡Ni pero Ikki ni pero Ikka! No quiero un pomerania.

Shun le dedicó una sonrisa de triunfo.

—Si hasta te sabes el nombre de la raza.

Ikki rodó los ojos, quejándose con un gruñido antes de darse la vuelta, arrastrando a Shun que le agarraba con las dos manos del bíceps.

—¡Ikki! —se quejó de nuevo Shun—. ¡Por favor!

Ikki se paró en seco, mirando a su hermano que intentaba recomponerse. Marshmallow levantó la cabeza antes de apoyarse en sus dos patas traseras, mirándolos atentamente desde la guardería de mascotas en la entrada de la tienda.

—Si tanto lo quieres, cómpratelo tú.

Shun dejó caer la cabeza entre los hombros crispados. Ikki dio un pasito atrás. Oh, no.
Pero en vez de los lloros que el Dark Knight estaba esperando oír, sólo llegó un suspiro cansado y otro mohín de tristeza.
Ikki no tenía claro que era peor.

—Es que es muy caro. —explicó.

Ikki cambió el peso de pie, cruzándose de brazos otra vez.

—¿Quieres que te lo compre? —ofreció.

Shun le miraba aún con esa carita de tristeza, tirando de los guantes y volviéndoselos a poner.

—Yo sólo quiero que seas feliz, hermano —murmuró Shun, haciendo que a Ikki le doliera un poco el pecho—. Y pareces triste.

Ikki se relajó, poniéndole una mano a Shun sobre el gorro y agachándose para mirarle a los ojos. Esos ojos que brillaban igual, fueran azules o verdes.

—No estoy triste, Shun. Tú me haces feliz.

Shun infló un poco el pecho, pero aún no sonreía.

—Estás triste, hermano. —insistió.

Ikki suspiró, echando la cabeza hacia atrás.

—Estoy enfadado con la vida, es diferente. Vivo así.

Shun se cruzó de brazos y le señaló, a todo Ikki entero.

—Y esa no es manera de vivir. Un perro te hará bien. Como el que teníamos cuando éramos pequeños.

Ikki ladeó la cabeza, soltando a Shun de su agarre. Lo miró de arriba a abajo y, obviamente coaccionado a ello por el chantaje de Shun, accedió.

—Pero lo que teníamos era un San Bernardo. Aquello sí era un perro digno. —se quejó otra vez Ikki, en busca de alguna mascota que pudiera contentarlos a los dos.

Y recordando a la que fue su niñera pensó que Niebla no sólo había sido un perro digno, si no un Santo.

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on July 30, 2016, 06:00:51 PM
Murder, death, destruction :v


Capítulo 33: La tormenta (part 3)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg)


N tosió levantándose del suelo entre los escombros. Aún había una nube de polvo flotando en el aire y sonidos de batalla que llegaban distorsionados por la distancia y los edificios.

Se levantó con cierto esfuerzo, algo aturdido y con un pitido constante en los oídos. Su sombrero no estaba por ninguna parte. Lo que sí se veía, sin embargo, era un charco de sangre fluyendo por debajo de las rocas.

Sintió un escalofrío y se apresuró a alejarse de allí. Su mirada quedó clavada en la sangre durante unos instantes. Recordó lo que había pasado y comprendió cual era su procedencia.

Seras, pensó. La chica estaba con él hasta que cayeron los escombros sobre ellos. Ni siquiera vio qué había pasado, solo las piedras rodando contra ellos, derrumbando los edificios a su alrededor. Que él hubiera sobrevivido había sido una mezcla de suerte y habilidad. No había sucedido lo mismo con su compañera.

N no era tan iluso como para creer que podía estar viva cuando todas las señales indicaban lo contrario. Había sucedido de forma tan rápida e inesperada que casi no sintió nada hasta que poco a poco una profunda tristeza fue abriéndose paso.

Luego oyó gritos.

Las calles estaban casi desiertas; a su alrededor no se veía ni un alma, y las pocas personas que alcanzaba a ver no parecían ansiosas de quedarse. Podía escuchar el ruido de la batalla a cierta distancia.

El primer delex no tardó en aparecer tras una esquina, seguido de muchos más.

N sacudió la cabeza y sacó su ballesta. Luego llamó a la halla, que apareció a su lado como si siempre hubiese estado allí. Le acarició el cuello con afecto, sintiéndose reconfortado por su presencia, y se le subió sobre el lomo con un único y fluido movimiento.

No había ni rastro de sus compañeros, ni siquiera de Sheba y Ulquiorra, que se habían quedado atrás. Tendría que encontrarlos a todos, pues, aunque sospechaba donde podían estar Shruikan y Fenris. Miró por encima del hombro con tristeza, hacia el montón de escombros bloqueando la calle a sus espaldas.

No podía entretenerse demasiado. La halla se encabritó cuando un dele se acercó demasiado, y N la arreó para que saliera al galope.

El monstruo chilló cuando las patas de la montura le pasaron por encima, atropellándole y lanzándole rodando por el suelo.

Al menos habían dejado de llover piedras, aunque no se sentía especialmente a salvo. El ruido de las habilidades y los gritos era alarmante, así como el de un cuerpo grande y pesado chocando contra el suelo. La tierra temblaba con demasiada frecuencia para ser seguro y la bestia seguía gritando, tan potente que podría escucharse por toda la ciudad.

Sus compañeros, si es que habían sobrevivido, deberían estar peleando contra ese monstruo. Al menos la mitad de ellos, y estaba claro que necesitarían su ayuda.

La ruta por la estaba yendo en un principio había quedado cortada, así que tuvo que buscar sendas alternativas.

Dirigió la halla hacia el norte, buscando un camino que le permitiera llegar a las murallas y luego bajar de nuevo hacia el sur. La única calle principal que se dirigía a la puerta este había quedado bloqueada y no le quedó más remedio que recurrir a los callejones, retorcidos como un laberinto.

No encontró a muchas personas más por el camino, aunque sí más rastros de sangre. La mayoría de ellas huían del lugar al que pretendía llegar, cosa que no les podía reprochar. Corrían de forma tan frenética que incluso estuvo a punto de llevarse por delante a alguna.

Le ocurrió entonces al doblar una esquina. Apareció una persona de improvisto delante de él. La halla se encabritó, alarmada, y el desconocido retrocedió unos pasos.

La cosa hubiese terminado sin más incidente que ese sobresalto inicial si realmente seu hubiese tratado de un desconocido.

N soltó un jadeo de sorpresa al reconocer al Dark Knight. Durza, por su parte, entrecerró sus ojos rojos en una mueca amenazadora.

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Durzins_zpssz4wlw9v.jpg)

—¡Tú!

El Beast Master hizo maniobrar rápidamente a la halla, aunque no los suficiente como para evitar del todo la estocada que le dirigió el otro. El animal chilló de dolor cuando la espada le cortó en el pecho. Trastabilló y cayó al suelo.

N saltó antes y rodó por el suelo, evitando ser aplastado por su propia montura y poniéndose en pie rápidamente. La ballesta ya estaba en sus manos cuando se incorporó.

Durza no se había acercado a él, desaprovechando esos instantes de ventaja. Estaba quieto, mirándole con una profunda ira reflejada en su rostro. Tenía la mandíbula trabada, como si quisiera decir algo pero no le salieran las palabras. Finalmente, levantó la espada en su dirección, señalándole de forma amenazadora.

—No tienes ni idea de por lo que tuve que pasar por tu culpa —le dijo, con palabras sibilantes —. Estaba deseando encontrarte de nuevo para hacerte probar el sabor de la sangre. No tendrás tanta suerte como la última vez.

No esperó a que N le diera una respuesta. El Beast master saltó inmediatamente hacia atrás cuando el otro se abalanzó sobre él, ballesta en mano. Disparó rápidamente contra su adversario, que desvió uno de los dardos con facilidad.

El otro le dio de lleno en el hombro, pero ni se inmutó. Terminó de cerrar la distancia que había entre ellos y blandió la espada contra N, dibujando un arco de luz rojiza en el aire.

El Beast Master consiguió evadir el ataque pero no pudo contraatacar de ese modo. Durza aprovechó y le lanzó una patada en el estómago, dejándole sin aire. Le tiró del cabello y le empujó hacia el suelo. Le habría cortado el cuello allí mismo si no fuera porque la halla le embistió, encabritándose luego para golpearle con los cascos.

El Dark Knight se apartó con un grito frustrado mientras N se ponía de nuevo en guardia. Disparó otra vez contra el otro, pero sus ataques fueron esquivados con facilidad.

Durza aprovechó entonces para arrancarse la saeta del hombro con un gruñido.

—¿Sabes cuanto vale una vida aquí dentro? —le preguntó —. No tiene precio. Es la posesión más valiosa que se puede tener, irrecuperable, y por tu culpa tengo una menos.

Mientras hablaba hacía rodar la espada por la empuñadura, nerviosamente. Sin embargo, sus ojos permanecían fijos en él, concentrados.

—Eso deberías haberlo pensado antes —le respondió N, todavía con la ballesta alzada y la halla a su lado —. No me culpes a mí de tus errores.

El otro soltó un siseo de desprecio.

—Haré que sepas lo que se siente.

Hizo un movimiento rápido, apuntando la espada hacia atrás y dirigiéndola luego en un hacia hacia delante. Lanzó una ráfaga de energía oscura contra N y éste se apartó, aunque el ataque le siguió, desgarrando el suelo.

Tuvo que saltar en el aire para esquivarlo completamente, lo cual le dejaba vulnerable para cuando volviese a caer al suelo. Aunque también le daba la oportunidad de preparar un contraataque.

Todavía en el aire, cargó un dardo, distinto a los anteriores. Éste, empezó a brillar y zumbar cuando todavía estaba en la ballesta, cargando potencia.

Estando a punto de tocar el suelo, N disparó el proyectil hacia los pies del enemigo que se lanzaba contra él. No dio en el objetivo, pero al impactar, la saeta provocó una luminosa explosión en zona, agrietando y hundiendo el suelo.

Durza fue lanzado hacia atrás, momento en el que la halla volvió a cargar contra él. Su brillante pelaje blanco estaba manchado de sangre, pero sus heridas no le impidieron atacar con fiereza.

—No tengo tiempo que perder contigo —le dijo N a su oponente, cargando su arma de nuevo —. Mis compañeros me necesitan.

Durza soltó un grito airado, lanzando una estocada contra la halla que falló pero que hizo que el animal se retirase. Luego le dirigió una mirada furibunda al Beast Master.   

—Morirán igual que tú.

Después de eso, las palabras sobraron.

N contaba con la ventaja de atacar a distancia y con la ayuda de la halla, aunque no estaba resultando ser tan eficaz como cabría esperar. Durza era rápido, lo sabía, y consiguió acercarse lo suficiente varias veces como para herirle.

Era una batalla de desgaste más que de potencia, y en ese sentido el Dark Knight contaba con la ventaja gracias a sus habilidades de robo de vida. N sabía que no podía huir del combate si la situación se volvía en su contra, aunque una parte de él tampoco quería hacerlo.

El rencor que sentía hacia el otro no había disminuido desde la última vez pese a la victoria que había conseguido, y la posibilidad de darle su merecido una segunda vez era demasiado tentadora.

Aún así, no estaba resultando ser un objetivo para nada fácil.

Durza parecía haber aprendido de su último enfrentamiento y se mostraba más cauto, parando especial atención a la halla. Aprovechaba sus escasas habilidades a distancia siempre que podía, seguidas de rápidos ataques cuerpo a cuerpo.

A N le resultaba difícil protegerse de los primeros, que conformaban su principal desventaja junto a la capacidad de curación del otro.

En una ocasión el Beast Master recibió un corte especialmente feo en el torso en una ocasión en la que no pudo evitar que su oponente se acercara demasiado. Consiguió ensartarle luego un par de saetas, pero el mal ya estaba hecho.

Con cada una de sus heridas, Durza recuperaba parte de salud, cosa que hacía que aquel combate se volviera largo y tedioso.

Al Dark Knight no parecían importarle sus propias heridas. Atacaba con férrea determinación, convencido de su victoria. Incluso llegó a utilizar su propia sangre como arma en una ocasión, lanzándola a los ojos de N, pegajosa y cálida. Le enturbió la vista por unos instantes, y si no hubiese sido por la halla, el Beast Master seguramente hubiese terminado con una herida fatal.

—Condenado animal —masculló Durza, frustrado.
Sus ojos rojos siguieron a la halla mientras esta rodeaba al galope la pequeña plaza que les servía de campo de batalla. Esa distracción le costó una herida más cuando N le disparó otro dardo.

Airado, se arrancó la flecha del pecho y se puso en postura de batalla. Su mirada permaneció inquieta, oscilando entre N y su montura. Eso debería haberle servido de señal de advertencia al Beast Master, pero no lo supo ver, demasiado concentrado en sus propios ataques.

Preparó de nuevo uno de sus proyectiles más potentes, alejándose para aprovechar el tiempo de carga de la habilidad y disparó. Como la ve anterior, no apuntaba a Durza si no a sus pies, aunque en esta ocasión el Dark Knight supo verlo.

Saltó hacia atrás para evitar la explosión, pero la halla le estaba esperando. Agachó la cabeza, dispuesta a embestirle con sus cuernos.

Sin embargo, Durza se giró rápidamente hacia ella, demasiado rápidamente.

—¡¿De verdad crees que iba a caer de nuevo en algo así?!

Esquivó la embestida con un giro del cuerpo y lanzó un estocada de abajo hacia arriba. El golpe acertó a la halla en el cuello, cortando profundamente la carne.

El animal soltó un chillido terrible y cayó al suelo, donde permaneció retorciéndose y pataleando, sangrando terriblemente.

N lo vio horrorizado.

—¡NO!
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on July 31, 2016, 01:55:43 PM
Presentando a Lulú (http://i187.photobucket.com/albums/x309/anyairina/bt/rpg/45_lulu.jpg).

46. Usaremos a tu conejo para que los atraiga

Para cuando Ikki y Shun se dirigían al warp, todavía era pronto. Tendrían tiempo de sobra para entrenar e Ikki decidió el destino.

—¿Lavender Town? —preguntó Shun—. ¿Otra vez?

Marshmallow movió la nariz, olisqueando los dedos de Shun, que lo volvía a llevar en brazos.
Ikki le sonrió con algo de malicia.

—Esta vez no vamos a las catacumbas ni al cementerio.

Y ahora Shun le miró con curiosidad antes de saltar por el remolino de píxeles hacia su siguiente destino.
Ikki no perdió el tiempo, guiándolos fuera de Lavender Town y Shun miró hacia el cielo, preguntándose qué estaría haciendo Hyoga en ese momento. Ahí fue donde lo conoció, después de todo, no era raro que pensase en él.

—¿A dónde me estás llevando? —preguntó Shun, dejando que Marshmallow corretease por el suelo y toqueteando sus ajustes.

—Todavía no tienes nivel para entrar en Glastheim —explicó Ikki—, pero de camino hacia allí hay no-muertos, entre otras cosas.

Los ojos de Shun fueron abriéndose poco a poco, a la vez que su boca dibujaba un círculo, formando una mueca sorprendida.

—¡Glastheim! —exclamó con una sonrisa esperanzada.

Ikki rodó los ojos.

—¿Pero es que no me has oído? No vamos a Glastheim.

—¡Pero iremos! ¡En algún momento! —contestó Shun, apretando el paso.

—¡Ey, oy!

E Ikki tuvo que cogerlo de los hombros para redirigirlo por el camino correcto.


————

Cruzar el río había sido más fácil que despistar a los cisnes de esa mañana, sobretodo porque Ikki sabía perfectamente dónde estaban los puentes, aunque fuesen puentes colgantes de cuerda. Después de todo, aquella era una de sus zonas favoritas de caza.

—Por allí —señaló Ikki—. El rebaño de zombies no debe de estar lejos.

Shun ladeó la cabeza, se le hacía curioso que les llamase rebaño.

—¿Es que los pastorean? —quiso saber el jovencito.

Ikki estaba a punto de decir que no, ¿qué tontería era aquella? Pero luego recordó el día en que Anir tuvo que salir corriendo por patas con treinta zombies siguiéndola mientras él los mataba uno a uno, conforme bien podía.
Habían muerto varias veces en aquella pradera. Aquello había ocurrido en tiempos más difíciles, no tenían tanto nivel ni un buen equipo.

Así que se encogió de hombros y siguió hacia delante.

—Tal vez, a veces, alguna gente. —respondió, a la vez que le daba largas.

Shun no pudo evitar la risita, aunque se puso alerta cuando Ikki cambió su vestimenta por la armadura completa.

—Ahí están. —avisó, señalando hacia la depresión del valle.

No estaban cerca, pero se les veía desde lejos. No se movían muy deprisa, aunque eso no quería decir que no pudiesen correr llegado el momento. Toda precaución era poca.

Ikki se arrodilló en el suelo y Shun se acuclilló junto a él.

—Escucha, usaremos a tu conejo para que los atraiga —explicó Ikki, señalando a la pelusa blanca que se estaba lamiendo el pelaje—. Tú te encargas de los que la bola de pelo traiga. Uno a uno, nunca más ¿entendido?

Shun asintió, recolocándose un poco mejor. Y agarró a su hermano por el brazo cuando intentaba levantarse.

—¿Y qué pasa con ella?

Ikki volvió a hincar la rodilla y lo miró confundido. Shun miró a Marshmallow y luego volvió a mirar a Ikki, levantando las cejas.

—Tu ‘ella’. —aclaró el chico.

Las cejas de Ikki se dispararon y pensó en negar vehementemente, pero al final soltó el aire por la nariz y protestó serio.

—Aún no está preparada para salir, tiene poco nivel.

Shun arrugó sus cejitas. Y ya que estaba entrompó los labios.

—Pero tú siempre vas a sitios con mucho nivel, así nunca la entrenarás y yo quiero que salga. ¡Sácala a jugar, hermano!

Ikki frunció el ceño, pero aquello no servía con su querido hermanito, estaba demasiado acostumbrado a verlo así.
Shun señaló el suelo con los ojos y lo volvió a mirar e Ikki gruñó enfurruñado.

—Está bien…

Tuvo que activar la omnitool para buscar su más reciente adquisición y poco después la mascota que habían elegido apareció entre efectos de luz y sonido.
Su lengua colgaba a un lado y sus patitas apenas se veían entre la hierba del suelo. Pronto se lamió el morro y cerró la boca, sentándose y mirando hacia su amo. Ella ladeó la cabeza y el colgante rosa en forma de hueso con su nombre escrito, cortesía de Shun, se movió contra su pecho peludo.

Lulú abrió la boca otra vez, respirando alegre. La perrita adelantó un par de pasos antes de volverse a sentar, lamiéndose el morro de nuevo y gimiendo bajito.

Shun dejó de mirarla para mirar a Ikki, con suplica en sus ojos. Esta vez Ikki suspiró e indicó a Lulú que se acercase.
La perra se dio la vuelta y empezó a andar en otra dirección.

—¡Maldita perra! —masculló Ikki, yendo detrás de ella para agarrarla por la panza y levantarla del suelo.

—¡Hermano! —exclamó Shun, llevándose las manos a la boca— ¡Ese lenguaje!

Ikki giró la cabeza poco a poco hacia Shun, luego miró a Lulú, a la que dejó en el suelo y después a Shun.

—Es una perra, Shun. No hay más.

Y dicha perra estaba olisqueándole los dedos. Ikki se volvió a arrodillar al lado de Shun, pensando en la configuración que debería de darle a Lulú para que no molestase demasiado durante el entrenamiento.
Ikki dejó a la perrita en el suelo e, inmediatamente, Lulú puso sus patas delanteras en el pie de Ikki, mirando hacia el horizonte mientras la brisa le despeinaba el pelo marrón.

—Empezad, yo me quedaré por la zona para acabar con cualquier zombie que se acerque demasiado.

—De acuerdo —dijo Shun, antes de rascarle la cabeza a Marshmallow y levantarse, buscando algo con la mirada—. Hermano… ¿Y Lulú?

Ikki le miró sin comprender. La perrita estaba ahí, encima de su bota… sólo que cuando miró hacia abajo había dejado de estar ahí.

—¿Lulú? —preguntó Ikki, mirando a un lado y a otro, hasta que oyó un ladrido agudo más abajo, y avistó una bolita de pelo saltando por la fuerza de su ladrido.

Shun también miró hacia allí, Marshmallow se levantó sobre sus patas traseras y todos los zombies de la pradera se giraron lentamente para ver qué era eso que sus oídos putrefactos oían.
Algún zombie empezó a moverse hacia ella y Lulú siguió ladrando.

—Hermano, ¿no le has cambiado la configuración? —preguntó Shun, algo lívido, sufriendo flashbacks de guerra.

A Ikki se le había ido el color de la cara.

—Pues igual no… —murmuró viendo como el rebaño de zombies empezaba a tomar velocidad a trompicones.

La perra aún se acercó más, ladrando histéricamente.

—¡Pero que mierda...! —gritó Ikki, bajando a todo correr hacia Lulú.

—¡Hermano! —Shun salió detrás de él, conjurando su bastón y agarrándose el gorro para no perderlo en la bajada.

Marshmallow siguió a su amo a saltos agigantados, estirando su cuerpecito esponjoso lo más que podía, con las orejas pegadas al cuerpo.

El zombie más rápido estaba a punto de alcanzar a Lulú, que se había puesto a dar vueltas y saltos sobre sí misma en un baile estrambótico.

Ikki se tiró al suelo, dejándose resbalar por la hierba hasta que agarró a Lulú con las manos. Shun casteó un escudo y el zombie se chocó contra él.
Ikki levantó la cabeza, mirando a la perra con odio. Lulú le lamió la nariz y Marshmallow saltó por encima del escudo, llevándose un pedazo de zombie con los dientes antes de correr en la misma dirección por la que había venido.

El zombie siguió al conejo con más ahínco y Shun empezó a aplicar curas sobre el no-muerto.
Ikki se puso de pie, apartando a Lulú de su cara mientras hacía muecas e invocó su espada justo a tiempo. El segundo zombie no pudo hacer mucho, Ikki lo cortó por la mitad, empuñando su espada con una mano y retrocediendo, viendo como todos los zombies del valle se acercaban hacia ellos.

Reculó, haciendo una floritura con la mano que acabó con la sangre del zombie partido por la mitad regando el suelo en vez del sable de su espada.

—¡Shun, nos vamos de aquí! —gritó Ikki, viendo como el zombie caía agonizante a los pies de su hermano.

Marshmallow ya estaba saltando encima de otro zombie para atraerlo hacia Shun.
Ikki dió un par de sablazos al aire, emitiendo energía oscura que acabó con otro zombie y dejó maltrechos a tres más.
Lulú jadeaba satisfecha en la mano de Ikki, dando algún ladridito que intentaba evolucionar en aullido sin llegar a conseguirlo.

—¡No! —dijo Shun, mirando a Ikki con fiereza antes de preparar su cura más grande y acabar con su enemigo—. ¡No nos vamos!

Ikki abrió la boca, la cerró, la volvió a abrir y negó con la cabeza.

—¿¡Quién te entiende!? —masculló.

Antes de que pudiese hacer nada, Shun le señaló.

—¡Y Lulú se queda!

—¿¡Qué!? ¿Pero quieres que la maten o qué?

Shun levantó el bastón, lanzando la siguiente cura contra otro zombie, sacando una poción de maná de su cinturón y preparándose para usarla mientras Marshmallow mordía los tobillos del zombie que estaban atacando en ese momento, haciéndolo caer.
Shun desvió sus ojos hacia los de Ikki, sonriéndole.

—Sé que no nos van a matar, confío en tí.

Ikki tenía las palabras en la lengua: Entonces vámonos. Pero no salían de su garganta. Lulú le lamió los dedos y miró hacia arriba, abriendo la boca y dejando que su lengua cayera donde le diese la gana. E Ikki no pudo hacer otra cosa que chistar.

—Será mejor que te portes bien.

Y dejando a la perrita en el suelo pensó que si tenía que ser su mascota, iba a dar tanto miedo como él. Aunque tuviese que cubrirla con una armadura y subirla al máximo nivel.

Ikki agarró su espada con las dos manos y en pocos minutos acabó con los zombies más rápidos.
Todavía no había visto las habilidades de Lulú, pero suponía que la de cebo le venía por defecto, así que empezó a correr hacia la izquierda, alejándose de Shun.

Lulú le seguía el paso, saltando entre la hierba y las piedras. Ikki derrapó en el suelo y Lulú trastabilló, rodando por el suelo hasta chocar contra su tobillo, quedando con la cabeza en el suelo. Se intentó morder la cola.

—Vamos. Ladra, perra. —ordenó Ikki.

Lulú le miró ladeando la cabeza e intentó ponerse de pie. Cuando lo logró, se apoyó en su pierna con sus dos patitas delanteras y ladró hacia él.

—¡A mí no, a los zombies! —gritó Ikki, señalando la horda.

Lulú miró hacia los zombies y gimió, antes de alejarse un poco de su amo. Se sentó en el suelo y se mordió la pata trasera.

—¡Aaaargh!

Ikki, desquiciado, empezó a trastear con su omnitool, buscando la habilidad. Poco después, Lulú ladraba a toda potencia, como si de una alarma de emergencias se tratase.

Shun se había alejado un poco, pero se volvió a acercar en cuanto oyó los ladridos. Ikki podía oírle reír, aunque estaba demasiado ocupado poniendo su mejor sonrisa de asesino, tomando posiciones y preparando uno de sus mayores ataques.

Cuando los primeros zombies llegaron corriendo a veinte metros de Ikki, Lulú se escondió detrás de sus tobillos, aún ladrando.
Ikki tomó aire por la boca y cerró los ojos. La empuñadura de su espada parecía envuelta por llamas negras y violetas.

Lulú dio un último ladrido ahogado antes de caminar unos cuantos pasos hacia atrás y tumbarse en el suelo, con el culo en alto y la cabeza entre sus patitas. Se lamió el morro antes de gemir.
Y justo en ese momento, cuando el primer zombie que había llegado hasta Ikki estiraba su brazo, el Caballero Oscuro balanceó la espada hacia abajo, para después dar un sablazo ascendente que dejó surco en la tierra, marcando el camino que había tomado su ataque.

Ikki balanceó la espada otra vez, de nuevo hacia abajo, dando un paso al frente, marcando con una equis el suelo.
Partes de zombie volaron por todos lados y Lulú salió encantada de su escondite a sacudir una mano que aún se quería mover.

Ikki apoyó su sable en el hombro, con la otra mano en la cintura, para observar su obra maestra.
Se bebió una poción de maná y después de secarse los labios con el dorso de la mano se puso a silbar ‘Don’t stop me now’, definitivamente de mucho mejor humor.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on July 31, 2016, 03:42:27 PM
~+25~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)


—Total, un drama. —comentó Yumichika resoplándose el pelo fuera de los ojos.— Y ya ves para qué, semejante berrinche. Cualquiera diría que va a ser samurai y le ofende en su honor. Qué despago.

Ikkaku esbozó una sonrisa sarcástica mientras escribía algo en su cuaderno de notas virtual, pulsando con rapidez las teclas brillantes y semi transparentes de su omnitool.

—Lo que le ofende es que se lo hayas dicho a la cara, y delante de los chavales —dijo el lancer.— Que se pensaba que no había huevos y buscando buscando se ha ido a encontrar con la docena entera.

—En parte me molesta por ellos.

—¿En parte?

—Si, en parte. Porque por un lado es algo que no tiene nada que ver con ellos dos, pero por el otro creo que deberían saber lo cerdo que puede llegar a ser Renji a veces, y así por lo menos avisados quedan. —El moreno se encogió de hombros.— Por quien realmente estoy preocupado es por Raiko.

Ikkaku levantó la cabeza de sus apuntes para observar a su compañero. No era habitual que sintiera la necesidad de justificarse frente a él, y que admitiera preocupación por algo que no fuera el estado de su bolsillo era directamente raro. Pero tampoco se hallaban en una situación precisamente común, y entendía que a su amigo los cambios fuera de su control le sacaban de quicio. La seriedad de su expresión se correspondía con sus propios sentimientos al respecto.

—Debería haber hecho algo antes. —Ikkaku era capaz de admitir sus errores, pero eso no significaba que no le hicieran sentir igual de culpable— Tendría que haberle parado los pies a tiempo.

—¿Deberías? —Yumichika se indignó.— ¿Qué responsabilidad tienes de que el imbécil de Ren no pueda pensar con otra cosa que no sea la polla? A ver, explícamelo, porque si recuerdo bien era él quién se estaba dejando sorber el cerebro por el rabo y no tú.

—Yumi... —el lancer se frotó una mano por la parte trasera de su cabeza sin pelo, exasperado.— Eres más bruto que un condón de esparto.

El moreno rodó los ojos con contundencia mientras agitaba una mano en el aire con aspavientos lánguidos, como si su grosería fuera algo nuevo y no el pan nuestro de todos y cada uno de los días.

—Irrelevante, tengo razón y lo sabes. Como si hubiéramos podido competir en ese departamento con la lagarta insidiosa. —Ikkaku le dirigió una mirada con la ceja arqueada, cargada a partes iguales de resignación, humor negro e incredulidad.

—Bueno, a lo mejor yo sí. —admitió Yumichika.— No tengo esas tetas, ni me arrastro de rodillas por cualquier mindundi de medio pelo, pero si quisiera probablemente podría. Que no quiero. Pero por poder...

—Me queda claro.

El ninja frunció el ceño lleno de contrariedad, con la sensación de que no había disipado el problema de fondo de forma suficientemente eficaz, pero sin demasiadas ganas de insistir en los motivos de su compañero.

—¿Y qué se supone que estás haciendo ahora, no deberíamos empezar a buscar?

—¿Tú te has parado a ver el mapa del mundo? —el gesto totalmente inexpresivo de Ikkaku le dio la respuesta a su pregunta.

—Ah, mierda.

—Eso mismo.

—Bueno, da igual, por algún sitio hay que empezar, la cuestión es ponerse. No me has dicho qué escribes. —Yumichika estiró la cabeza por encima del hombro del lancer intentando distinguir los contenidos del texto que seguía abierto.

—Es una lista del dinero en pociones que le debo a Orihime, y las armas que le prometí a 'Tora. —contestó el otro inclinando la pantalla para que el ninja pudiera leer.

—¿Y eso? —preguntó señalando un párrafo a parte aparentemente lleno de palabras sin sentido.

—Posibilidades. —dijo Ikkaku con voz dura y mirada decidida.— Tú mismo lo has dicho, la cuestión es ponerse.

El moreno observó la pantalla con gesto ligeramente confundido, hasta que empezó a ver los cabos que se ataban unos a otros entre sí.

Nicks.



*
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on August 30, 2016, 12:59:19 PM
Tengo que hacer y poner más avatares <_<

47. ¡Un golpe rápido y contundente!

En un pequeño valle rocoso, entre Lavender Town y el castillo de Glastheim, Shun e Ikki habían hecho un alto en su entrenamiento para almorzar algo y reponer energías.
Algunos zombies volvían a aparecer en el horizonte, rellenando de nuevo la llanura que habían vaciado entre los cuatro.

Sí, los cuatro.

—¡Lulú, aquí! —llamó Shun, recibiendo a la perrita con las manos abiertas.

Lulú ladeó la cabeza antes de acercarse a él, cola en alto y lengua colgando a un lado. Le olisqueó la mano y le lamió los dedos.
Shun se rió y Marshmallow se estiró para apoyar sus patitas en la muñeca de su dueño, olisqueándole el brazo, lo que sacó más risitas a Shun.

—¡Hermano, hermano! —llamó el mago blanco, saltando sobre la roca en la que estaba sentado—. ¿Y si le enseñamos trucos a Lulú?

Ikki levantó una ceja, masticando su bocado despacio antes de tragar. Se encogió de hombros, agarrando una lata y quedándose con cara pensativa antes de beber.

—¡Venga, será divertido! —insistió Shun, estirando las manos— Dame las galletas de premio, a ver qué podemos hacer.

Ikki rodó los ojos, dejando la lata en el suelo antes de buscar en su inventario y lanzarle el paquete a su hermano, que lo cogió al vuelo.
A Ikki no le quedaban muchas fuerzas para protestar. Se sentía cansado y no tenía nada que ver con la sesión de caza de zombies intensa que acababan de tener, no. Era más bien algo del alma.

Tomó aire y lo dejó salir de golpe por la nariz mientras masticaba un nuevo bocado.
Lulú daba vueltas sobre sí misma mientras Shun sostenía una galleta en alto. Marshmallow había optado por tirarse de espaldas contra uno de los pies de Shun, moviendo su naricita rápidamente mientras estiraba las patas por encima de su cabeza blanca.

Lulú se levantó sobre las patas traseras, estirando las delanteras varias veces, casi como rogando por la galletita en forma de hueso.
Shun bajó la mano, dejando que la perra comiese de su palma. Lulú robó la galleta y se tumbó en el suelo, atrapando el manjar entre sus patas para roerlo feliz, moviendo la cola de vez en cuando.

La perra había alcanzado un nivel considerable después de su entrenamiento y había adquirido alguna habilidad nueva que otra.
Ikki todavía no había explorado a conciencia la pestaña de skills de Lulú, pero de momento, al menos, parecía que la mascota no había sido un total derroche de dinero. Y ver a Shun reír mientras Lulú volvía a suplicarle por otra galleta le hacía sentir un calorcito agradable en el pecho.

Acabaron de almorzar con tranquilidad e Ikki se estiró en el suelo, compartiendo con Shun un té de bobas que había estado atesorando en su inventario.

—¿Y ahora qué, hermano? —preguntó Shun, acariciando a Marshmallow que estaba estirado en su regazo.

Lulú estaba restregándose por el suelo, panza arriba, dando topetazos con el morro en el muslo de Ikki, lamiendo de vez en cuando el metal oscuro y brillante de su armadura.
Ikki le rascó las axilas perezosamente.

Ya era casi mediodía y el sol estaba en uno de sus puntos más altos en el firmamento.

Ikki echó un vistazo a Shun. Agarró el vaso de plástico y sorbió el té, llevándose unas cuantas bobas a la boca. Las aplastó contra el paladar mientras pensaba.
Tenía la esperanza de estar todo el día fuera, pero Shun necesitaba socializar con más gente y se había mostrado especialmente valiente hoy. Shun necesitaba su propio premio.

—Volveremos a la base de la Guild. —dijo Ikki, arrastrando un poco las palabras, como si le costase, como si en realidad no quisiera.

Shun le sonrió de oreja a oreja e Ikki rodó los ojos. Discutieron sobre cual sería el mejor camino a seguir y Shun convenció a Ikki de usar un warp portable para llegar a Sanctuary desde donde estaban.

—Me sigue pareciendo un desperdicio de dinero. —comentó Ikki entre dientes, seleccionando el objeto en su inventario.

Aunque cuando intentó usarlo, no funcionó. Ikki frunció el ceño.

—¿Qué pasa? —preguntó Shun, algo confundido.

Lulú ladró, Marshmallow dio un salto hacia Ikki y él continuó apretando el botón sin lograr resultado alguno.

—No lo sé —dijo Ikki, pensando—. ¿Un asedio?

Durante un asedio, si una Guild intentaba robar la base a otra Guild, los warps se desactivaban temporalmente. Pensó y pensó, ¿a quién podría llamar para que confirmase o desmintiese su sospecha?

Shun ya estaba tecleando furiosamente en su omnitool, mirando a la pantalla con aprensión. Se mordía el labio inferior, esperando una respuesta.
Boqueó sorprendido y levantó la cabeza para mirar a su hermano.

—Hyoga está en Columbia y dice que hay monstruos atacando la ciudad.

Ikki frunció más el ceño. ¿Monstruos atacando ciudades? ¿Y si estaba pasando en todos lados?
Había sido una suerte que ellos hubiesen salido tan pronto de Sanctuary.

Shun se inclinó sobre Ikki y le agarró del brazo, sacándolo de sus cavilaciones.

—¡Tenemos que ayudar, hermano!

—¿Qué? —preguntó Ikki, echándose un poco hacia atrás.

—¡Tenemos que ir a Columbia a ayudarles! —informó, levantándose y echando a andar por la dirección en la que habían venido—. Podemos coger el warp en Lavender Town.

—¡Shun, no! —advirtió Ikki, levantándose para agarrar a su hermano del hombro y darle la vuelta.

Craso error. Shun le miraba dolido y decidido. E Ikki cayó en su trampa, suspirando y dejándole ir. Maldito altruismo el de Shun.

—¡Por ahí no, por el otro lado!

—Ah…

Shun cambió de rumbo, por donde su hermano le indicaba, apretando a Marshmallow contra su pecho.
Si las sospechas de Ikki eran ciertas, se encontrarían con otro asedio de monstruos en Lavender Town. Y probablemente no podrían tomar el warp.

Ikki revisó los objetos en su inventario, preparándose para una lucha difícil por si acaso.


————

Ya antes de llegar a Lavender Town se podía adivinar que las cosas no iban bien. Era la tensión en el aire, la falta de monstruos en las inmediaciones, los ruidos que provenían de la ciudad…

—¿Qué ocurre? —preguntó Shun, preocupado, aligerando el paso.

Cuando se acercaron al borde del bosque lo pudieron ver. Un monstruo gigante caminaba entre los edificios de la ciudad, con una sonrisa en su cara blanca. El cuello y el gorro de marinerito le daban un aspecto más estrambótico si cabía.
Cientos de fantasmas planeaban de un lado a otro, sobrevolando la ciudad y cayendo en picado allá donde les parecía.

—Lo que me temía… —dijo Ikki antes de suspirar y cruzarse de brazos—. No es solo Columbia, parece un ataque sincronizado a todas las ciudades.

Shun se paró durante un momento, temblando. Ikki no tenía muy claro si era de impotencia, de miedo o de rabia.
Pero tan pronto como se había parado, se repuso, tomando aire y agarrando a su hermano de un brazo.

—¡Vamos, tenemos que ayudar!

Ikki se dejó arrastrar, a punto de trastabillar con los primeros pasos.

—¡Shun!

—N-no son nuestros amigos, pero tenemos que hacer algo… por alguien. Por quien sea. ¡Por los que no podemos!

—¡Shun, suelta! —repitió Ikki, tirando de su brazo para lograr que lo soltase.

Shun le miró, con lágrimas mojando las comisuras de sus ojos. Ikki se irguió y entrecerró los ojos.

—Puedo caminar solo. —anunció mientras retomaba la marcha hacia la ciudad, liderando su pequeño equipo de cuatro.

Shun se quedó mirándolo por un momento, antes de limpiarse los ojos y corretear detrás de él.
Una de las cosas que más le llamó la atención a Shun fue la gente que se encontraba descansando entre el bosque y la ciudad. Pequeños grupos de jugadores aquí y allá parecían reponerse mientras otros los protegían, encargándose de los pequeños demonios y fantasmas que salían de Lavender Town.

Shun se adelantó a su hermano, con Lulú pisándole los talones y Marshmallow descansando sobre su cabeza, moviendo la naricita mientras aplastaba el gorro rojo del mago blanco con su peso.

—¿Qué ha pasado aquí? —le preguntó a una chica de pelo azul oscuro con dos trenzas, que estaba curando a un chico tirado en el suelo.

—Hace… hace unas horas —dijo la chica, con voz dulce, casi en un susurro—. Los monstruos aparecieron de repente.

El chico gimió, quitándose el brazo de la cara y parpadeó al ver al recién llegado.

—Ey, ¡tienes un conejo en la cabeza! —le sonrió, intentando incorporarse.

Otra chica dio un par de pasos hacia ellos y rodó los ojos.

—A ti el cerebro todavía no te funciona, Spark —le puso un pie en el hombro, intentando tumbarlo de nuevo—. Estás confundido.

La maga blanca dejó de curarle, quitándose el sudor de la frente. La otra muchacha parecía magullada, pero en mejor estado que el chaval.
Shun les miró con decisión y se levantó las mangas de la chaqueta.

—¿Necesitáis ayuda?

La maga asintió, con una sonrisita.

—Mi nombre es Aya —se presentó, mientras buscaba alguna habilidad para quitarle el estado alterado a su paciente—. Gracias.

—Yo soy Shun —saludó él, con una sonrisa propia—. ¿Y tus amigos?

—No somos amigos —dijo la otra chica, con los brazos cruzados—, nos acabamos de conocer. Mi nick es Thunderstruck, pero podéis llamarme Thunder, él es Spark.

Señaló al chico en el suelo y empezó a caminar como un león enjaulado.

—¿Esa cosa lleva ahí mucho tiempo? —preguntó Ikki, que se había quedado detrás de Shun, observando la escena.

—No lo sé… tal vez dos o tres horas —contestó Aya, aplicando la skill que había estado buscando en Spark mientras Shun insistía en revisar las heridas de Thunderstruck.

—¿Y todavía no se lo han cargado? —murmuró Ikki, sorprendido.

Decidió escanear al monstruo, viendo que era una versión mejorado de un miniboss al que ya se había enfrentado en otras ocasiones. Todavía le quedaba algo menos de la mitad de la vida.
Cuando bajó un poco más absorvió algunos de los fantasmas de su alrededor, recuperándose. Ikki se mordió un costado del labio inferior.

—Oh, vaya.

—Ya, ¿eh? Pues así llevamos toda la mañana—confesó Thunder al notar que Ikki se había dado cuenta de lo que hacía el boss y luego le echó una mirada rápida a su interlocutor—. ¿Y tú cómo te llamas?

—Bennu. ¿Y los magos blancos? —quiso saber—. Con un ataque combinado se lo podrían cargar.

Spark se incorporó de nuevo, encontrándose mucho mejor. Su voz, aunque más centrada, sonaba igual de alegre que la primera vez que les había hablado.

—¡Un golpe rápido y contundente! —dijo antes de dar un golpetazo al suelo con una mano enguantada, de la que salieron pequeñas chispas de electricidad—. Cargárselo antes de que se pueda recuperar.

Ikki miró de reojo a Spark. Su felicidad le hacía sospechar, pero asintió porque a fin de cuentas estaba de acuerdo.

—Ya, sí, pero hay un problema —dijo Thunder, señalando toda la explanada con su brazo—. Todos los magos blancos están aquí.

Ikki chistó, pensando que aquello no era eficiente. Tanto los demonios como los fantasmas eran débiles a las habilidades de los magos blancos.

—Pero… —susurró Aya-chan, que había parado de curar a Spark por un momento—, somos todos de nivel bajo. Los magos blancos de alto nivel entrenan en otros lugares.

—Tiene sentido —dijo Shun, bajando sus manos para parar la cura—. Tú mismo me lo dijiste, hermano.

Spark miró de uno a otro.

—¡Anda! ¡También son hermanos! —trinó él, mirando a Thunder, que suspiró mientras miraba a la ciudad con los brazos cruzados.

Shun miró a Ikki con una sonrisa ilusionada y él decidió evitar sus ojos, imitando la postura de la chica rubia.

—Tal vez… si nos juntásemos todos —dijo Aya, echando un ojo a su alrededor—. Cuento más de veinte magos blancos aquí. ¿Pero quién se atrevería a liderar un grupo de magos blancos de poco nivel contra un boss fantasma de esa envergadura y poder asegurar que nos sacaría de allí a todos vivos?

Ikki sintió un escalofrío y supo inmediatamente que Shun le estaba mirando con insistencia.

—Creo… —oyó Ikki a su hermano, y para desgracia suya tenía una ligera idea de lo que iba a decir a continuación—, creo que conozco a alguien. ¿Verdad, hermano?
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on August 30, 2016, 01:56:22 PM
Más muerte, such sadness :<
Presentando a los cephalos (http://vignette2.wikia.nocookie.net/drachen/images/8/87/Cephadrome.png/revision/latest?cb=20150730143601&path-prefix=de), bichos adorables.



Capítulo 34: La tormenta (part 4)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Nnnnnnn_zps47fa855a.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20halla_zpsduaphffo.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Durzins_zpssz4wlw9v.jpg)


N se acercó corriendo al animal moribundo, sin importarle quedar vulnerable frente a su enemigo. Al contrario de lo que cabría esperar de él, Durza no aprovechó aquella oportunidad para atacarla, si no que rápidamente puso distancia entre ellos.

El Beast Master se arrodilló en el suelo y trató de cubrir la herida con las manos. Recordó demasiado tarde que en ese mundo virtual había formas más eficaces de sanar. Pasaba tanto tiempo allí que llegaba a confundirlo con la auténtica realidad, y aunque terminó sacando la Omnitool, buscando algún objeto para curar su monstruo, ya no había nada que hacer.

La herida era demasiado profunda y ancha, sangraba demasiado rápido. El animal murió, sacudiendo la cabeza un par de veces, mirándole con ojos vidriosos en busca de ayuda y consuelo hasta que finalmente se quedó inmóvil.

—No, ¡no!

Las lágrimas le cubrieron los ojos mientras acariciaba el pelaje blanco de su compañera. El cuerpo del animal empezó a deshacerse en píxeles y unos segundo más tarde, los brazos de N quedaron abrazando el vacío, manchados de sangre. Soltó un sollozo ahogado.

Pareció que los segundos se alargaban de forma casi sobrenatural, como la nota sostenida de un violín. Había silencio, interrumpido solamente por los ruidos de batalla a lo lejos, atenuados como si se encontraran separados por un muro de agua.

N sintió el dolor como una ola, lenta, que amenazaba con arrastrar todo lo que llevaba dentro y crear un vacío.  Y en ese hueco, una vez hubo pasado la ola, resonó un sonido como la vibración rápida del metal.

Lentamente, el Beast Master levantó la cabeza. Miró por encima del hombro hacia su enemigo. Por sus mejillas corrían lágrimas, de tristeza y de rabia, y sus ojos miraban con odio al verdugo de su montura.

Durza le observaba desde arriba con frío desprecio. Poco a poco, sus labios se curvaron en una sonrisa torcida, mostrando sus dientes inusualmente puntiagudos. Se estaba burlando de él. Se regodeaba en el dolor que le había causado, y no tenía ningún reparo en mostrarlo.

—¿Cómo te sientes, niño? —susurró con delicia.

El Beast Master le devolvió un grito de cólera. Se puso de pie, alzando el arma y disparando automáticamente contra el otro. El Dark Knight esquivó el ataque, dando un salto hacia un lado para interponer más distancia entre ellos. Seguía sonriendo, moviendo la espada en pequeños círculos sobre el suelo mientras todavía goteaba sangre.

N nunca había sentido tanta rabia como ahora, ni siquiera cuando...

La voz de su padre hizo eco en su memoria. Su mente bloqueó las palabras antes de procesarlas, y fue como escuchar ruido blanco. Aún así, recordaba bien la sensación de aquel entonces, y le hizo sentir un nudo terrible en el estómago de nuevo.

Apretó los dientes y preparó la ballesta. Las lágrimas le molestaban, así que sacudió la cabeza para deshacerse de ellas, aunque los ojos continuaron escociéndole. Pero no era eso lo que le afectó más la puntería.

Las emociones le nublaban el criterio y el sentido común. Atacaba sin tener en cuenta la distancia o los movimientos del otro, movido sólo por el puro deseo de hacerle daño fuera como fuera, desesperadamente.

Era fácil para Durza aprovecharse de la situación, y pesar de que seguía teniendo que esforzarse para esquivar los ataques del otro, cada vez estaba más cerca. Peligrosamente cerca. Él también se arriesgaba, puesto que los dardos de N seguían siendo tan poderosos como antes y tiraba a matar.

En una ocasión, tardó sólo un segundo en agacharse para esquivar una saeta y esta terminó perforándole parte del hombro, arrancándole carne y sangre. Siseó entre dientes, pero al igual que en ocasiones anteriores, no dejó de arremeter.

Su espada centelleaba con reflejos plateados y rojos en el aire, y allí donde conseguía cortar a N dejaba trazos finos de color carmesí. Sin embargo, la locura que se había apoderado del Beast Master le hacía incapaz de retroceder ni de tener en cuenta sus propias heridas.

Todo lo que quería era venganza, al precio que fuera.

Era un deseo que le ofuscaba demasiado y que terminó demostrando ser su perdición. Tras lanzar un ataque a Durza, este se le acercó sin previo aviso y sin que pudiera esquivarlo a tiempo, le hizo un corte en el brazo.

N notó como de golpe la ballesta le pesaba más y su brazo terminó cayendo hacia abajo, todavía con el arma firmemente aferrada. Trató de apartarse pero entonces el otro dio una estocada de izquierda a derecha, a la atura de su cabeza. El golpe le alcanzó en la cara, cortándole bajo los ojos y a través del tabique de la nariz.

El chico se dobló de dolor, cerrando los ojos y llevándose una mano al rostro.

Y justo entonces sintió otro dolor penetrante en el pecho, frío como el hielo.

Se le cortó la respiración. Miró hacia a bajo, aunque la sangre se le acumulaba en los parpados y lo veía todo borroso. Tenía la espada del Dark Knight clavada hasta la empuñadura en el lado izquierdo del pecho.

Abrió la boca para respirar pero a penas pudo tomar aire. Los pulmones se le encharcaron de sangre y tosió, y la ballesta se escurrió finalmente de entre sus dedos, cayendo sobre el suelo con un golpe seco.

Levantó la mirada y se encontró con el rostro de Durza luciendo una sonrisa triunfante, igual que cuando había acabado con la halla. Verle esa expresión le provocó una nueva ráfaga de repulsión e ira.

Apretó los dientes y subió la mano hasta cubrir la del otro. No pudo hacer que apartara el arma, ya que no tenía fuerza suficiente más que para apretar los dedos y clavar las uñas en piel ajena.

Y entonces Durza hizo un movimiento ascendente, cortando la carne hasta que la espada salió por encima del hombro.

N se desplomó con un jadeo cuando sus puntos de vida llegaron automáticamente a 0. Murió en un instante, y cayó como un fardo al suelo, con una rapidez escalofriante.

Durza se alejó un par de pasos y sacudió la espada, dejando un reguero de sangre en el suelo. Que quedo quieto a observar como el cuerpo de su oponente se deshacía en píxeles, listo para reconstruirse en otro sitio.

Se quedó hasta que hubo desaparecido del todo, dejando sólo un charco de sangre en el suelo. Su rostro reflejaba frialdad, nada de la satisfacción que realmente sentía. Chistó, haciendo un movimiento de la barbilla.

—Nuestra deuda está saldada, chaval.

Enfundó la espada, dio media vuelta y se fue, dejando en la plaza sólo restos de sangre y silencio.

- - -

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg)


—¡Tenemos que encontrar a los demás!
—¿Sí? ¡¿Y por dónde sugieres que empecemos si se puede saber?!

Shruikan iba a contestarle a Fenris, pero justo entonces algo estalló en uno de los pisos de un edificio cercano y se apresuraron a resguardarse para que no les cayeran los escombros encima.

—¡Maldita sea! —exclamó el Knight —. No hay ni un jodido rincón a salvo en esta ciudad.

Ambos respiraban agitadamente después de pasarse los últimos minutos corriendo y luchando contra delex con ansias de devorarles.

—No sólo hay delex ahora —murmuró la Samurai, mirando hacia arriba.

De entre la nube de polvo que se alzaba en el boquete reciente del edificio sobresalía la cabeza chata i triangular de un cephalos, observando a su alrededor con sus ojos pequeños, redondos y fríos como los de un pez.

—¿Como ha llegado ese bicharraco allí arriba? —se preguntó —. No pasa por la puerta ni de coña.
—¡¿Qué más da eso?! —respondió su compañero, irritado —. Da las gracias que no está aquí abajo.

Shruikan se mordió el labio inferior, dándole la razón al otro. Ya era suficientemente complicado moverse por allí entre la gente aterrorizada, los escombros y los delex saltándoles encima cada dos por tres. Los cephalos eran grandes y torpes cuando estaban fuera de la arena, pero seguían siendo una molestia, y fuertes.

—Al menos no es un Cephadrome...

Fue decirlo e instantes después vieron la silueta del monstruo obstruyendo una de las calles, olfateando con la cara de pescado levantada. Era mucho más grande que sus congéneres, y también mucho más peligroso.

—¿Decías? —murmuró Fenris, con todo ácido. Shruikan maldijo entre dientes.

Ahora que por fin habían logrado alejarse un poco del epicentro del cataclismo... o lo que era lo mismo, de la zona que el Jhen Mohran estaba arrasando sin contemplación. Parecía que nunca que les acababan los problemas.

—Necesitamos encontrar a Sheba —repitió, con convicción —. ¿Crees que nos habremos cruzado con ella?

Centrarse en encontrar a su amiga y asegurarse de que estaba bien le daba excusas para no pensar en... lo que le había pasado a Seras. Habían perdido de vista a N, aunque era probable que él también hubiese terminado sepultado bajo los escombros.

Tenía claro que no quería acabar como ellos. El instinto de supervivencia era tan fuerte que iba más allá del simple miedo, convirtiéndose en una febril determinación.

—No te olvides del otro —dijo Fenris mientras echaba un ojo a la calle para ver si era seguro. El monstruo seguía rondando por allí, así que era poco probable que consiguieran escabullirse sin presentar batalla. No estaba claro que entre los dos pudieran derrotar a un cephadrome, menos aún con delex y otros cephalos por la zona, pero quizás al menos conseguirían mantenerle suficiente a ralla como para huir.

—Claro que no me olvido de Ulquiorra. Pero parece más capaz de apañárselas él solo.
—Que forma más bonita de decirlo.

Empuñó su mandoble y lo hizo girar nerviosamente entre las manos, flexionando las piernas.

—¿Estás preparada?

Shruikan alzó la katana a la altura del pecho. —Adelante —anunció.

Ambos salieron corriendo calle abajo. El cephalos que estaba encima del edificio les vio y saltó, cerrándoles la ruta por detrás en el caso de que decidieran dar media vuelta y volver por el mismo camino. A ambos lados había callejones bloqueados, por lo que no les quedaba otro remedio que continuar recto hacia la calla más ancha donde se encontraba el cephadrome.

El monstruo estaba distraído cuando le alcanzaron, mirando con el cuello alzado a algún punto hacia su derecha. Era tan grande que Fenris pudo pasarle entre las piernas solamente agachándose un poco y sin dejar de correr. Shruikan aprovechó el momento para lanzar un corte a la barriga del animal.

La piel era resbaladiza y blanda, pero consiguió perforarla con la punta de la katana. El cephadrome soltó un gruñido agudo y trastabilló, y ambos aprovecharon para correr lejos de su alcance.

Sin embargo, había otro cephalos en las cercanías, deslizándose por el suelo y saltó hacia ellos sin que lo vieran a venir. Atrapó a Shruikan por la cintura con sus fauces de tiburón. La Samurai soltó un sonido de sorpresa antes de que la bestia la empujara hacia el suelo un par de metros más allá.

—¡Shruikan!

Ella escuchó el llamado de Fenris, pero no le podía ver. Con los dientes apretados, alzó la espada para defenderse del ataque del monstruo, que se cernía sobre ella con la boca bien abierta.

Aunque no llegó a morderla de nuevo. Antes de que lo lograra, un rayo le cayó encima desde la nada, creando una red de chispas que le cubrieron la piel. Soltó un gimoteo que sonó parecido al de un perro, y Shruikan logró escabullirse, arrastrándose lejos.

—¿Pero que hacéis, almas de cántaro? ¡Marchaos de aquí, rápido!

Quien había hablado era un Black Mage, terminando de hacer rodar el báculo después de lanzar el hechizo y golpeando el suelo con la punta. Estaba delante de un muy confundido Fenris, como si quisiera protegerle con su cuerpo del cephadrome que les miraba, moviéndose de forma amenazante.

—¡Así no es como funcionan los magos! —exclamó Shruikan desde el suelo, antes de que el monstruo atacara.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on August 30, 2016, 03:15:41 PM
~+26~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)



—Posibilidades. —dijo Pip revisando una tabla de probabilidades y estadística— En realidad las posibilidades si que existen, están ahí si sabes cómo llegar a ellas.

—Como tus cabañas —comentó Airin con algo de sorna.

—¡Exacto! Eh... bueno, no exactamente igual, pero parecido. Hay una serie de caminos que te acercan más o menos al resultado.

—Hmm, —murmuró Kíli,— caminos y posibilidades... Como cuando eliges una opción y ésta a su vez se desdobla en otras y según vas escogiendo alternativas el abanico se abre cada vez más y más hasta que al final tienes un mapa lleno de rutas no tomadas. Eso son muchas posibilidades para abandonar.

El gunslinger palmeó el hombro del muchacho con cariño.

—Tú eres de los que no les gusta dejar nada sin explorar ¿verdad? —dijo con una sonrisa pícara, girándose después a mirar a Fíli.— Por eso mismo, si tienes todo el mapa de posibilidades, es más probable que puedas calcular la ruta que te da mejores resultados con menores riesgos.  A eso se le llama optimizar recursos.

—¿Pero ésto es una quest o un curso de márketing? —Airin arrugó las cejas con gesto de confusión y se removió sobre la roca en la que estaba sentada, pero no dejó de toquetear la cabellera rubia de Fíli.

Éste echó la cabeza hacia atrás, dejándola reposar sobre las rodillas de la chica y sonriendo al verse mutuamente del revés.

—A ti te gustan más las cosas tangibles, es cierto.

—Pues hombre, si le puedo pegar una sola vez y no se levanta, lo prefiero a tener que calcular el porcentaje de éxito y el número de golpes. —dijo Airin estirándole de una trenza sin acabar.— La estadística me abruma un poquito.

—O se junta mucho con gamblers, o el tío Pip es corredor de bolsa —el knight dejó escapar una risita al ver cómo su compañera arrugaba también la nariz y cabeceaba negativamente.

—Yo voto más por publicista, —Kíli miró de reojo al gunslinger mientras sujetaba las remeras flojas al mástil de la flecha que tenía entre manos, con la punta de la lengua asomando entre los dientes— son gente maligna.

—Sóis lo peor, eh. —Pip se levantó del suelo y se sacudió los pantalones; con las manos en la cintura observó al trío de jóvenes que lo miraba de vuelta desde abajo, y pateó una de las botas sucias de Fíli, estirando también un brazo para revolver los cabellos pelirrojos de Airin. —Soy mecánico, que lo sepáis.




(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)


—¿Pero tú estás seguro de ésto? —Yumichika miraba al lancer con una ligera actitud de desprecio y los ojos entrecerrados.

—¿Tú te crees estoy seguro de la mitad de mierda que pasa en mi vida? No, pero qué remedio joder. Si hay que hacerlo hay que hacerlo, y mejor hacerlo pronto que esperar a que sea inevitable. —Ikkaku se cruzó de brazos, marcando sus músculos e irguiéndose todo lo alto que era.— No te veo regalando ideas precisamente.

—Eh, Mister Proper, relájate un poco ¿quieres? Que sólo he preguntado.

—Ya, sólo has preguntado, y yo me hago trenzas con el pelo de las pelotas —Ikkaku resopló y empujó a su amigo con el hombro.

El ninja sonrió ladino y se reacomodó el pelo alrededor del rostro.

—¿Entonces vas a dedicarte a mandar mensajes privados a todas las jugadoras que encajen en la fecha de creación y con nicks que te parezcan suficientemente apropiados para ella? Suenas un poquito a exnovio acosador, cariño.

—Seh, ya, supongo que tú sabes más de eso.

—Además de calvo, tontolaba.  Eeehh!! —Yumichika esquivó la colleja a tiempo y se llevó una mano a la cabeza para proteger su cabellera oscura— ¡No desfigures mi belleza, troglodita!

—Calva tu madre. —dijo el lancer sin perder la compostura— Si encuentras una forma más efectiva de dar con ella que no sea enviar cientos de "Hola, ¿eres Raiko? ¿te acuerdas de mí?" y esperar a que suene la flauta, ya me contarás cuál es.

—Pero Ikkaku por el amor de Dio, no vas a entrar así al trapo, que te veo en las peores listas al amanecer, y lo digo en serio. —Yumichika le puso una mano en el antebrazo y apretó los dedos en torno a él.— Déjame que haga una criba en condiciones, y si de ahí no sale nada, ampliamos las listas de objetivos.
 
El mayor subió una de las comisuras de sus labios con gesto algo cansado y volvió a empujarle con el hombro.

—Tú aquí has venido a mandar y si no te dejan hacerlo no eres feliz, ¿eh? —Ikkaku se frotó la nuca con la mano, apretando sobre los tendones cervicales.— Gracias, Yumi.

El moreno le guiñó un ojo y puso morritos con alevosía.

—No sólo soy un hombre tremendamente hermoso y con atractivo físico sin par, también soy un genio de las matemáticas.

—Y lo de modesto ya si eso lo dejamos para otro día.

—Oh, trae aquí ese montón de probabilidades y ríndeme pleitesía.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on September 30, 2016, 01:50:23 PM
Y aún no he hecho los avatares >_>

48. ¿Vas a liderar a un grupo de novatos hacia la muerte?

Ikki no lo tenía muy claro. Era una misión suicida, con certeza de muerte y mínima esperanza de éxito.

—¿Qué demonios? —murmuró el Dark Knight— ¿A qué esperamos? Hay que reunir a toda esta gente. ¡Shun!

El chico se puso un poco más recto.

—¿Sí? —preguntó con una sonrisa inquieta en la cara.

—Pregunta por allí —señaló vagamente hacia varios grupos de jugadores que estaban descansado de la lucha—. A ver quién se apunta.

La chica rubia se llevó las manos a la cintura, ladeando la cabeza. Sus coletas rubias se movieron sinuosamente.

—¿¡Vas a hacerlo!? —inquirió—. ¿Vas a liderar a un grupo de novatos hacia la muerte?

Ikki se encogió de hombros mientras Shun correteaba, con las manos sobre Marshmallow, que seguía tumbado encima de su gorro.

—O hacia la gloria, ¿quién sabe? —le contestó, con una sonrisa torcida.

Thunder negó con la cabeza y rodó los ojos.

—Estás loco —le advirtió, invocando su arma, un katar, y se llevó el mango hasta el hombro—. Me apunto.

—¡Iré a preguntar por allá! —avisó Spark, corriendo en dirección contraria a Shun y agachándose para hablar con el primer grupo de heridos que encontró.

Ikki ahogó una risa en el fondo de la garganta y miró hacia la maga blanca. Aya tomó aire, sus facciones se volvieron más duras y asintió con la cabeza.

—Voy a prepararme el inventario. —dijo la chica, mientras su omnitool aparecía.

—Nos vendría bien algún alchemist con pociones de maná —Ikki se quedó por unos momentos mirando la ciudad y después echó un vistazo rápido hacia Thunder—. ¿Job?

—Assassin, acabé la quest ayer. Mi hermano es BeastMaster.

Ikki asintió, intentando pensar en una estrategia. Nunca había intentado liderar un grupo. Él era más bien de ir en solo, pero aún recordaba como tanquear.
Neko, ella era buena en eso. ¿Qué estaría haciendo en ese momento? ¿Estaría a salvo? ¿Qué haría ella en su lugar?

Por un momento recordó su última interacción con la chica y chistó. Aunque de una cosa estaba seguro, así que empezó a buscar en su inventario mientras le preguntaba a Aya por su nivel.

—¿Por qué? —preguntó ella, después de responderle de todas maneras.


—Para saber si te puedes equipar esto —respondió—. Es el antiguo equipo de Shun, es mejor que lo que llevas ahora. El te puede prestar un báculo cuando vuelva.

Aya aceptó el regalo, equipándose la túnica y alisándola cuando apareció encima de su cuerpo. Y volvió a preguntar por qué.

—Más posibilidades de sobrevivir. —respondió Thunder.

—Eso mismo.

Spark no tardó en volver, con un equipo de ocho personas: cinco magos blancos de bajo nivel, un soldier, un mago blanco y por suerte un alquimista.

—¿Cómo estás de pociones de maná? —le preguntó al alchemist, que le miró con cara de tacaño, aunque confesó que tenía unas cien para usar.

Ikki asintió, dándole unas veinte más mientras Shun llegaba con un gritito de satisfacción. Detrás del mago blanco le seguían doce personas: ocho magos blancos, dos soldiers, un knight y un archer.

—Bien, veamos… —murmuró Ikki, con la mano en la barbilla.

—¿Pero estáis seguros que saldremos de ahí con vida? —preguntó alguien, dentro del grupo de recién llegados.

—¡Ya te lo he dicho! —exclamó Shun— ¡Hace un rato nos hemos enfrentado a una horda de zombies enorme! Y aquí estamos. ¡Mi hermano puede con todo!

Alguien más se quejó por atrás, agitando al resto, pero antes de que la cosa fuera a más y cuando Ikki estaba empezando a pensar en ladrarles un poco, Spark levantó la manos.

—¡Venga, calmaos un poco! Si estáis aquí es porque habéis querido! Hay gente que ha dicho que no —añadió, señalando a otras personas que seguían sentadas por los alrededores—. Yo estoy seguro de que podemos hacerlo.

Ikki empezaba a pensar que aquel chaval podía hasta caerle bien, pero dejó de pensarlo cuando le dió una palmada con fuerza en la espalda.

—¡Venga, líder! ¿Qué hacemos?

Todos los ojos estaban sobre él e Ikki se enderezó, aclarándose la garganta.

—Lo primero es formar una party —y movió los dedos sobre la omnitool, enviando invitaciones a los presentes para unirse a su party—. Casi todos sois primer job, necesito saber si tenéis especialidades ya.

La charla llevó unos buenos quince minutos, pero poco después, Ikki separó a la party en secciones.
Tres de los magos blancos y el alchemist conformaban el equipo de soporte, se dedicarían a mantener la party con buffs y cura. Por supuesto el alchemist tenía la importante misión de no dejar que decayera el MP de los magos blancos del equipo de ataque.
Los soldiers y el knight serían los tanques, protegiendo al grueso del equipo de cualquier monstruo que se acercase demasiado.
El arquero, el mago negro y Spark eran de rango largo, así que, llegado el momento su misión era desviar la atención del boss.

—¿Y yo? —preguntó Thunder.

—Tú y yo seremos la avanzadilla, abriré camino. Tú deberías de ser rápida así que te necesito en todos los flancos una vez lleguemos al boss.

Thunder miró hacia el cielo antes de asentir.

—Puedo hacerlo.

—Shun, usa a Marshmallow para protegerte, cámbiale la configuración.

—¿Y Lulú? —preguntó Shun mientras tecleaba en la omnitool.

—¿Quién es Lulú? —quiso saber Spark.

A Ikki le costó responder, pero le dijo que no era nadie.

—¡Oh, venga, hermano! Ha hecho un buen papel antes, sácala.

Dudó por un momento, pero terminó por volver a invocar a la perrita, que dio un par de vueltas en el suelo y se sentó sobre su culo peludo, con la lengua colgando y mirando a Ikki con cara de devoción.
Lulú se lamió la nariz y ladeó la cabeza.

—Eh, bueno… —empezó Ikki, aunque no pudo continuar porque la mitad de la party estaba haciendo ooohs y aaahs ante la ternura de su perrita y ahora no podía volver a meterla al inventario—. Ya veré que hago con ella.

Thunder le dio una patada en la espalda a Spark mientras Ikki explicaba a un grupo de tres magos blancos que deberían de alternar entre curar al equipo y atacar al boss.

—Tú tendrías que llamar a tu mascota.

Spark dejó de mirar mal a su hermana por la patada para ilusionarse con la idea de llamar a su mascota.

—¡Es cierto!

—¿Qué tienes? —le preguntó Ikki mientras Lulú le lamía la nariz a Aya, que había recogido a la perrita del suelo.

—Un pájaro eléctrico. —contestó todo contento, señalándose con el pulgar.

Ikki miró a Thunder, Thunder se encogió de hombros.

—Eres un poco rarito. —dijo Ikki a Spark.

Él pareció tomárselo como un cumplido, asintiendo con la cabeza feliz. Ikki tosió un poco y le señaló con la mano.

—Si en algún momento lo crees conveniente o de ayuda, úsalo. —y aunque acababa de ordenarle aquello, no estaba muy seguro de su orden. Un vistazo rápido a Thunder, que sonreía con los brazos cruzados, asintiendo con la cabeza, le dejó un poco más tranquilo.

—Tranquilo, Bennu —habló Spark, poniendo una mano sobre la hombrera de la armadura de Ikki antes de decirle con convicción—. Lo haré.

Ikki se giró para mirar a las personas que se habían reunido ahí para terminar con aquella especie de marinerito feliz y gigante que lentamente iba aplastando la ciudad.
Sus valientes. Debería de dedicarles unas palabras. Se lamió los labios y abrió la boca. Tomó aire y lo dejó salir poco a poco, pasando la mano por el pelo antes de invocar su casco y ponérselo.

Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la ciudad.

—Vamos a morir como putas. —murmuró Thunder, siguiendo al líder de la party.

—Nah, no creo, hermanita. —contrarió Spark, con una sonrisa en los labios y los ojos brillando con anticipación.

Se hizo el silencio en la explanada mientras la party marchaba, tomando su formación antes de encontrarse con el grupo de jugadores que intentaban mantener a los fantasmas a raya.
Casi todos los observaban. Veinticinco jugadores, un conejo y un perrito que se dirigían a una muerte segura.

Ikki agarró del hombro a un Knight que se preparaba para atacar a un demonio riente. Los ojos de Bennu enrojecieron y el demonio cayó al suelo antes de desaparecer.
Levantó la espada que había arrastrando los últimos metros, formando un círculo en el aire con ella antes de dejarla caer en un ataque que cortó todos los enemigos que se encontró en diez metros en línea recta. Levantó la cabeza y sonrió.

Llovieron flechas a su alrededor e Ikki empezó a correr, dando espadazos a un lado y a otro. Alguien le adelantó, saltando en una pirueta por encima de su espada antes de lanzar cuchillos y aterrizar un poco más adelante a su derecha, clavando el katar que llevaba en el brazo en un demonio.
Thunderstrack le sonrió antes de salir corriendo en otra dirección, con los brazos hacia atrás y las coletas flotando en el aire.

Un fantasma intentó agarrar a Ikki de las axilas para levantarlo y cuando ya estaba pataleando a un palmo del suelo, una bola de fuego dio contra la espalda del fantasma, haciendo que lo soltase.
Ikki aterrizó con una rodilla en el suelo y se giró para asegurarse de que el grupo principal seguía intacto.

El mago negro hizo un ataque de zona algo débil que logró terminar con tres de los fantasmas con los que se estaban enfrentando el grupo de tanqueo.
Parecía que se las apañaban bien, así que siguió hacia delante, separándose un poco más de ellos.

—Podemos hacerlo. —masculló cuando giró una calle, pero Thunder llegó, agarrándole del brazo.

—¡Es mejor esta ruta! —le indicó—. Damos más vuelta, pero hay menos monstruos, lo he visto desde los tejados.

Ikki asintió y se quedó donde estaba.

—Protegeré esta salida hasta que el grupo pase.

Thunderstruck asintió y se dio la vuelta para correr en sentido contrario.
Un pitido le indicó a Ikki que tenía una notificación. La miró lo más rápido que pudo. Spark y SleepingBeauty le habían agregado a su lista de amigos y SleepingBeauty quería hablar con él.

—¿Qué? —preguntó, sin saber quién era, activando la mensajería de voz.

—Soy Aya, ¿por qué te has parado? —preguntó la chica.

—Para proteger la retaguardia, girad a la derecha cuando lleguéis a mi altura. —contestó, aceptando las solicitudes de amistad.

—Gracias, Bennu. —Ikki podía adivinar la sonrisa en su voz y apretó las manos contra el mango de la espada antes de levantarla.

—Es mi trabajo.

—Por agregarme a tus amigos.

Ikki dio una estocada contra un demonio y encadenó tres más contra un fantasma antes de terminar con el demonio a base de absorber el HP que le quedaba.
Algo saltó sobre su espalda, pero cuando se giró vio a Marshmallow con los dientes clavados en el cuello de otro demonio mientras Lulú le ladraba.

Las mascotas se fueron corriendo detrás del grupo de magos blancos e Ikki continuó defendiendo su punto durante unos minutos antes de preguntar cuál era la situación.

—Estamos avanzando por la calle, de momento estamos bien, ninguna baja. —le dijo Shun.

—Podemos hacer esto —murmuró Ikki de nuevo, acabando con un para de monstruos y esperando para ver si se acercaba alguno más antes de darse la vuelta y correr hacia el grupo de magos blancos—. Podemos conseguirlo.

Saltó un cascote y levantó la espada al ver a tres fantasmas perseguir a su party. Saltó sobre un banco para aparecer detrás de los monstruos gritando para usar la provocación justo antes de darles un espadazo a los tres.

Aterrizó con poca gracia, pero usó la espada para bloquear al primer fantasma. El segundo le hirió en el brazo, pero el tercero no llegó a dañarle, una flecha que parecía bendecida se clavó en el fantasma, envenenándole desde dentro de su cuerpo traslúcido y haciéndole explotar.
Los otros dos fantasmas buscaron al atacante de su compañero e Ikki bufó desde el suelo antes de levantarse y prepararse para atacar, gritando otra vez, con todo lo que tenía.

Cuando los fantasmas intentaron atacarle con furia ciega, Ikki sonrió, dando un paso, dos y tres. Una estocada tras otra.
Sus enemigos cayeron, deshaciéndose entre gritos agónicos.

Terminó con tres demonios que estaban atacando al grupo, absorbiéndoles, y una poción de maná cayó a sus pies, recargándole el MP.
Su herida se curó entre los brillos azules de la poción.

Casi había olvidado lo que era jugar con un grupo grande. Y cuando no te fallaban se sentía tan bien que podía volverse adictivo.

Que peligroso…

—Podemos hacer esto. —repitió.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on September 30, 2016, 03:28:12 PM
~+27~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)


—¿Ni siquiera vas a preguntarme cómo es que soy tan fantástico y genial? ¿No piensas hacerlo? —reclamó el ninja con los brazos en jarras y los puños en la cintura.

—Pues no. —el lancer se llevó el meñique al pabellón auditivo e introdujo el dedo en su oído, frotando con desinterés.

—¿Y por qué no, si puede saberse? Deberías. Halágame, es una orden.

—Por el mismo motivo que no me extraña que me pique un mosquito, —comentó Ikkaku oteando la distancia sobre el mapa.

Descolocado por la respuesta, Yumichika se acercó a su compañero.

—¿Y qué motivo es ese? —preguntó con desconfianza.

—Que los dos sóis plagas que os alimentáis de mi sangre y sufrimiento. —Ikkaku esbozó una sonrisa cabrona ante la indignación del moreno, y echó a andar camino adelante.— Al menos tú eres bonito.

—Soy perfecto, gilipollas. ¿Hacia dónde vamos primero? —Se apresuró a cortar la réplica antes de recibir algún otro comentario ingenioso por parte del calvo.

El lancer tuvo a bien no soltar siquiera uno de sus habituales murmullos abiertos a interpretación, creyendo que había incordiado lo suficiente a su amigo. Además era cierto que se merecía ser consentido en sus caprichos, cuando los resultados de su búsqueda se habían reducido de unos cuantos cientos, a apenas un puñado literal. El único problema era que sus objetivos se hallaban desperdigados por el continente en todas direcciones, y ninguno cerca.

Ikkaku levantó los brazos entrelazando los dedos de ambas manos y se inclinó hacia atrás, arqueando la espalda y estirando los músculos todo cuanto pudo, hasta conseguir que la tensión hiciera crujir varias de sus articulaciones. Cuando relajó su cuerpo y volvió a una postura normal, recogió su lanza y la pasó sobre su hombros, dejando reposar las muñecas en perpendicular sobre el mástil.

—¿A dónde te apetece más ir primero? O menos. —dijo mirando de reojo a Yumichika.

Éste se encogió de hombros, observando sus puntos de interés brillando de colores sobre el mapa que había desplegado desde su omnitool.

—Todos los sitios me dan igual de pereza, están todos a tomar por saco.

—Bueno, ¿pues qué nick te parece más afortunado de investigar?

—Todos son igual de tristes.

—Joder Yumi, no ayudes, eh. —Ikkaku rodó los ojos de lado a lado.

—No me has pedido ayuda, has preguntado mi opinión.

El lancer pasó de rodar los ojos a entrecerrarlos, e inhaló con profundidad, armándose de paciencia.

—Mira, ¿sabes qué? Voy a tener suerte, —dijo estirando un brazo sobre su lanza y señalando con el índice un punto de color rojo al este del mapa del continente.— Aquí, este mismo.

—¿A Palanthas? —preguntó Yumichika arqueando una ceja al observar la localización del punto rojo.

—Mismo. ¿Cuál es el nick? —quiso saber Ikkaku, poniéndose en marcha hacia el warp más cercano en aquella dirección.

Su compañero empezó a seguir tras sus pasos, pasando de una pantalla a otra mientras buscaba su lista de comparaciones entre los archivos guardados en su omnitool.

—Hmm, Brightblade.


*
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on September 30, 2016, 03:56:44 PM
sgscydgyudsguy avatares luego :v


Capítulo 35: La tormenta (part 5)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/bashum_zpslycnsza3.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Dorianssss_zpsky4f1gnp.jpg)


No fue el mago el que detuvo el ataque del cephadrome, aunque por su pose heroica bien parecía que hubiese sido esa su intención. Fue un Dragoon el que se interpuso entre él y la bestia, recibiendo toda la fuerza de la embestida, pero a la vez consiguió clavarle la lanza en un costado, cerca del inicio del largo cuello del monstruo que flaqueó.

—No es momento para juegos, Dorian —le dijo, serio, retrocediendo un par de pasos, todavía interponiéndose entre el monstruo y el Black Mage.

El otro hizo una mueca, de forma que su lustroso bigote se torció hacia un lado.

—¿Y qué te hace pensar que estoy jugando, querido amigo? —Hizo rodar la vara y avanzó hasta ponerse a un lado del otro —. ¿Me ves lanzando confeti, haciendo brillar chispitas de colores?

Shruikan, que estaba levantándose del suelo, casi se atraganta con todo el sarcasmo que había en esa frase. Sin embargo, el hombre al que iba dirigido, el Dragoon llamado CaptainJustice, no pareció darse por aludido y se mantuvo impasible.

—Tú quédate detrás.
—A sus órdenes, mi capitán.

Mientras discutían, el cephadrome, hizo ademán de volver a arremeter y fue Fenris quien le detuvo, lanzándole una estocada en el mismo sitio en el que antes le había punzado la lanza, haciéndole trastabillar.

Luego el Knight pasó por su lado para ayudar a Shruikan a terminar de levantarse y apartarse de allí corriendo.

—Un “gracias” no hubiese estado de más —les gritó el Black Mage mientras se apartaban.

—No podemos irnos así —protestó Shruikan, intentando zafarse del agarre de su amigo.
—Claro que podemos —dijo él, tenso. Dejó escapar un gemido exasperado y luego la soltó con brusquedad, girándose para mirala —. ¿Qué obsesión tienes hoy por luchar batallas que no puedes ganar? ¿Tantas ganas tienes de que te destripen, eh?

Parecía verdaderamente molesto, y Shruikan frunció el ceño. Con un movimiento seco, consiguió zafarse de la mano de Fenris, cosa que no hizo si no empeorar el gesto huraño en la expresión del otro.

—Mira, lo del monstruo atacando las murallas ha sido un error, lo reconozco. Pero esta gente nos ha salvado. —Señaló hacia el par a sus espaldas que ahora se las apañaban solos contra el monstruo del desierto —. ¿Acaso es demasiado devolverles el favor?

Por unos instantes, el rostro de Fenris se mantuvo impasible y rígido, como si fuera de roca.

—¿Acaso me tomas por estúpido? —escupió luego, dejando desconcertada a la Samurai —. ¿Crees que no te conozco? Puedes decir todo lo que quieras, pero tanto tú como yo sabemos que no lo lucharías por ellos. Lucharías por ti misma.

Shruikan sintió una oleada de contrariedad en su interior, pero cuando fue a protestar no pudo. Tenía un nudo en la garganta.

—Lucharías porque te gusta, porque disfrutas blandiendo esa espada y matando cosas. Y no me importa, no en general, ¡pero mira donde estamos! ¡Este lugar es un desastre!

Hizo un gesto con el brazo para abarcar el espacio que les rodeaba. La otra no siguió el gesto con la mirada, pero sabía muy bien qué estaba señalando Fenris. Todos esos monstruos y toda esa muerte incontrolada, en un lugar que en principio era un refugio para los jugadores.

Un ataque a traición por parte del GM, que jugaba a ser dios en ese mundo virtual mientras sus habitantes sufrían.

—Puedes hacer lo que quieras. —El tono de Fenris era firme, controlado, pero dejando entrever la rabia que se removía debajo —. Pero si vuelves ahí, vas a hacerlo sola. No voy a morir por tu egoísmo.

Por primera vez, Shruikan tuvo ganas de pegarle un puñetazo. Se sentía dolida, pero lo peor era que no podía decirle a Fenris que se equivocaba.

—Pues vete —le dijo, seca.

Era obvio por el rictus que le arrugó la nariz que esa no era la respuesta que Fenris esperaba. Por un momento pareció profundamente disgustado hasta que su expresión volvió a ser la de antes, dura, aunque en sus ojos brillaba una pizca de desprecio que era incapaz de disimular.

—Bien —dijo, con voz glacial —. Pero no me vengas llorando cuando mueras.
—Tú eres el que siempre está lloriqueando —protestó Shruikan, en un arrebato de rabia.

Le clavó el dedo en el pecho, aunque el otro ni lo notó a través de la armadura.

—Siempre te quejas cuando las cosas no salen como quieres, pero luego no haces nada para remediarlo. Te alejas o ignoras las cosas que no te gustan, o las destruyes. Me dices egoísta, ¡pero en el fondo tú eres igual!

—¡¿Se puede saber que demonios te pasa?! —Fenris perdió la poca paciencia que tenía —. ¿Por qué esto, por qué esta obsesión? ¿Es acaso algún tipo de justicia, de venganza poética por los que han muerto?
—¡Se le llama tener un poco de decencia hacia los demás! —gritó la otra de vuelta, empujándole.
—¡Tú no tienes de eso!

Fenris la empujó a su vez, y ella perdió el equilibrio por unos momentos. Luego levantó la barbilla y le dirigió una mirada furibunda.

—Eres lo peor. Vale. Muy bien, hagamos las cosas a tu manera —concedió, con una cordialidad bañada de acidez.

Fenris entrecerró los ojos y abrió los ojos para decir algo, pero le interrumpió el grito de una voz que ambos conocían bien.

—!Shruikan! ¡Fenris!


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)


Ambos se giraron para ver como Sheba se acercaba a ellos, seguida de Ulquiorra a un par de metros de distancia. Cuando les alcanzó se dobló sobre si misma, sujetándose a un costado y resoplando.

—Gracias a dios... que estáis bien —dijo, recuperando el aliento —. ¿Dónde están Seras y N?

—Pregúntaselo a ella —dijo Fenris, señalando a la Samurai con la cabeza —. ¿Dónde están, eh, Shruikan?

Ahora era ella la que empezaba a perder la paciencia.
—Urgh, ¡eres...! ¡Están muertos, sí, vale! ¡¿Vas a decirme que es culpa mía?!

—¿Muertos? —repitió Sheba con un hilo de voz, quizás de la impresión o porque todavía no se había recuperado de la carrera —. Pero... ¿Cómo? ¿Qué ha pasado?

Su tono era entre preocupado y enfadado. Emociones que nacían de la confusión y que no tardarían en germinar en tristeza.

—Les cayó un edificio encima. Hay un monstruo gigante destruyendo Rabanastre, supongo que ya lo has visto —dijo Shruikan, seca, intentando no proyectar su enfado contra ella.

Sheba se la quedó mirando unos instantes como ida, confusa, sin saber qué decir o qué pensar. Sus labios se abrieron un par de veces sin pronunciar sonido alguno, y finalmente a la tercera todo lo que dijo fue:

—Tenemos que irnos de aquí.

Fenris la señaló y miró a la Samurai con cara de “te lo dije”, cosa que no hizo más que aumentar las ganas que tenía ella de saltarle al cuello y empezar a pegarle. Shruikan le señaló de forma amenazadora.

—Me cago en la puta, no digas ni una sola palabra, pedazo de...

Se escuchó un chillido y el suelo tembló bajo sus pies. El cephadrome al que habían dejado atrás se acercaba corriendo a ellos, sacudiéndose mientras intentaba apagar el manto de llamas que le chisporroteaba en el lomo. Se sacudía contra las paredes de los edificios y contra el suelo. Daba la impresión de que no se había fijado para nada en ellos cuando se les acercó de esa manera.

—¡Tened cuidado!

Quien dijo eso fue el Black Mage de antes, seguido del Dragoon, que ponía una ligera cara de alarma.

Fue Ulquiorra quien tiró del cuello de la ropa de Sheba para apartarla de la carrera frenética del animal, y Shruikan y Fenris se apartaron por su cuenta. La Samurai rodó por el suelo, volviéndose a levantar poco después con un grito de rabia, expresando la frustración de los últimos minutos.

—¡Se acabó! ¡Vas a morir, bestia!

El cephadrome, que había conseguido apagar las llamas después de retorcerse en el suelo, levantó la cabeza, la miró, y rugió.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on October 31, 2016, 03:22:26 PM
Avatares luegoooooo


Capítulo 36: La tormenta (parte 6)

(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/bashum_zpslycnsza3.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Dorianssss_zpsky4f1gnp.jpg)


—Parece ser que no os vais a librar de ésta —comentó SummumArcanii, con una sonrisita ladeada. Sin embargo, en su mirada no había diversión alguna.

Tampoco los otros parecían estar especialmente divertidos. El Cephadrome les miraba, moviéndose lentamente de lado. No parecía que la bestia estuviera dispuesta a huir o rendirse.

Shruikan tenía la katana levantada en su dirección, con un brillo amenazador en los ojos.

—Me da igual. Voy a cortarle la cabeza —dijo.
—Vaya, vamos fuertes, ¿eh? Ése es el espíritu.

El Black Mage levantó entonces la vara y un flujo de relámpagos fue a golpear el costado del monstruo, levantando chispas al impactar. El Cephadrome se encogió un poco por el impacto pero a parte de eso no se vio muy afectado. Volvió a erguirse, abriendo la boca para soltar un gruñido grave.

SummumArcanii chistó, al tiempo que retrocedía un paso. El monstruo vio entonces su oportunidad para atacar, y aprovechando la proximidad que había entre ellos, les embistió con el costado del cuerpo, más rápidamente de lo que cabría esperar de su enorme figura.

Los que estaban más lejos pudieron evitarlo, pero tanto el Black Mage, como Shruikan y Sheba recibieron el golpe. CaptainJustice recogió a su compañero antes de que cayera al suelo, sujetando la lanza con la otra mano.

—Quédate atrás —le dijo, incorporándose y blandiendo la lanza. El otro no se lo discutió esta vez, apoyándose en su propia arma.

Shruikan se levantó inmediatamente después de caer el suelo, y se abalanzó contra el monstruo con un grito de furia. Aprovechó el tamaño del Cephadrome para atacarle en puntos vulnerables: la parte inferior del cuello y las patas.

La criatura se agitó cuando la sangre empezó a brotar de sus heridas, y hubiese sido un hecho decisivo para el combate si luego no se hubiese dejado caer sobre la Samurai. Shruikan sólo tuvo tiempo de soltar un jadeo de sorpresa antes de que todo el peso del monstruo le aplastara la mitad inferior del cuerpo. Y lo peor es que no se estuvo quieto.

Cada vez que el monstruo se movía, notaba el borde de sus finas escamas clavándosele allí donde la armadura no protegía. Apretó los dientes y contuvo un grito de dolor. Luego alzó el brazo y clavó la espada en en lomo del monstruo, aunque eso sólo pareció conseguir que se agitara con más violencia.

Los movimientos bruscos del Cephadrome terminaron por arrancarle el aire de los pulmones y hubo un momento en el que su vista y su oído se desvanecieron entre el dolor de su cuerpo. De alguna forma, sus dedos se mantuvieron cerrados alrededor de la empuñadura de su espada, y seguía sujetándola cuando recuperó los sentidos.

Sheba la arrastraba lejos y le gritaba algo que era incapaz de comprender aún, ahogado como si le hablara bajo el agua. Delante de ella veía la figura borrosa de Fenris encarándose con la mancha marrón que era el Cephadrome.

Luego algo frío y líquido se le derramó por encima de la cabeza y se sintió mucho mejor.

—¡Podrías haber hecho eso desde el principio! —gritó Sheba, con reproche, aunque sus palabras no iban dirigidas a ella.
—Era peligroso —escuchó que decía Ulquiorra a sus espaldas.

Shruikan gimió, sacudió la cabeza y trató de levantarse.

Fenris y el Dragoon se enfrentaban directamente contra el monstruo, dividiendo su atención mientras el Black Mage les daba apoyo desde la distancia, siguiendo con sus hechizos de rayo. El Dragoon lanzó entonces una técnica con la que empaló al Cephadrome con una luz brillante, y la bestia volvió a caer al suelo, esta vez sin nadie debajo.

Los guerreros aprovecharon entonces para interponer distancia.

—No le queda mucha salud —comentó CaptainJustice, mirando a Fenris —. Tenemos la ventaja en estos momentos; si nos coordinamos entre todos lograremos abatirle en poco tiempo.

El Knight hizo un sonido de reconocimiento y luego echó una mirada por encima del hombro hacia sus compañeros. No dijo nada y volvió a ponerse el guardia, interponiendo el mandoble entre el Cephadrome y él. Por alguna razón, su indiferencia hirió a Shruikan.

—¿Algún plan? —preguntó Sheba, acercándose un par de pasos, con el báculo bien sujeto en ambas manos.

—Anticiparse a sus movimientos —respondió el Dragoon —. Mantener la distancia para evitar sus golpes y atacar cuando no pueda defenderse.
—Es más vulnerable en la cabeza y la parte inferior del cuerpo —añadió Ulquiorra —. Y al elemento rayo.

Eso pareció todo lo que la Black Mage necesitaba oír para que la punta de su vara empezara a brillar con chispas violetas.

—Entendido —dijo, con una firmeza que ocultaba una rabia y una impotencia que no dejaba traspasar a la superficie.

Shruikan avanzó sin decir nada, notando el cuerpo algo entumecido aún a pesar de la ayuda de Ulquiorra. Se detuvo a un lado de Fenris, un sólo paso más por detrás, y levantó la katana, sujetándola con ambas manos en una pose más defensiva. Parecía que hubiese un muro, invisible y frío, interponiéndose entre ellos.

Nadie se movió por unos instantes, los pocos que tardó el Cephadrome en volverse a levantar, con la rabia brillando en sus ojos pequeños y claros. Pareció que se agachaba un poco antes de embestir, con las aletas extendidas y la garganta hinchada, mostrando todo sus dientes afilados.

No fue tan fácil de evitar como cabría esperar debido a la estrechez de la calle, pero no golpeó directamente a ninguno. Shruikan, la más rápida, repitió su estrategia de cortar el vientre del monstruo por debajo y Fenris, atacando poco después, lanzó un golpe de mandoble desde a bajo que le seccionó un pedazo entero de cola. El Cephadrome chilló de dolor, y trató de girarse, momento que CaptainJustice aprovechó para atacarle con la lanza.

Fue un movimiento fluido y preciso, fuerte, y el arma atravesó por completo el cuello largo de la bestia. Fue como si hubiesen congelado al animal; tembló de pies a cabeza y boqueó, con un sonido gutural y húmedo escapándosele de la garganta.

Y entonces, dos hechizos de rayo cayeron sobre él desde direcciones opuestas, sumado a una de las granadas elementales de Ulquiorra y el Cephradrome chilló de agonía. Tembló de nuevo y sus patas se doblaron. Se derrumbó en el suelo, con destellos recorriendo todavía la superficie de su piel y el cuerpo se contrajo en varios espasmos hasta que dejó de moverse.

Cuando empezó a desvanecerse entre píxeles brillantes, los demás se relajaron. Shruikan miró el cadáver con el ceño fruncido, insatisfecha a pesar de la victoria. Aún había tensión en su piel, cosquilleándole en los dedos, y sacudió la katana antes de guardarla en la vaina.

Sheba se le acercó entonces, con gesto grave. Ulquiorra las miraba desde cierta distancia, y Murciélago revoloteaba sobre él. Fenris le daba la espalda, haciendo como que no la veía.

La Black Mage le tomó del brazo entonces, con firmeza pero también con algo de vacilación. Abrió la boca para hablar y Shruikan pudo ver por un instante el dolor en sus facciones.

Sus primeras palabras quedaron ahogadas por un estruendo ensordecedor.

Les dio el tiempo justo de levantar la cabeza para ver como los edificios a su alrededor de derrumbaban, acompañados por el rugido agudo del Jhen Mohran. Podían ver su cabeza levantada entre las siluetas de los monumentos, con los largos colmillos apuntando hacia el cielo.

Habrían estado en peligro de morir aplastadas si de pronto alguien no las hubiera agarrado a las dos y se las hubiera llevado en volandas. Era la misma Berserker que ya les había ayudado antes, con la cara manchada de sangre y perlada de sudor. Shruikan alcanzó a ver sus ojos brillantes entes de que la mujer les echara al suelo.

Se habían alejado hacia otra plaza, aunque no parecía que el lugar seguro fuera a durar demasiado teniendo en cuenta la proximidad del monstruo gigante.

—¡Crimson! —La llamó el Black Mage, que había conseguido huir, agitando la mano para apartar la nube de polvo —. ¿Qué está pasando? ¡Se supone que debíais retener a la criatura!

La Berserker se levanto. A pesar de las heridas que le cubrían el cuerpo, sus movimientos aún eran firmes, como si el dolor y la pérdida de sangre no la afectaran en absoluto.

—No hemos podido —explicó —. El jefe lo ha conseguido durante un buen rato, pero la destrucción que causa el Jhen Mohran por si solo es demasiado grande. No podemos evitar que se mueva.

SummumArcanii frunció el ceño, mostrando por primera vez una expresión realmente preocupada.
—¿Y los demás?

La Berserker señaló hacia el monstruo.

—Franky ha sacado los barcos para tratar de impedir que los monstruos entren a la ciudad desde fuera, pero parece que también reaparecen alrededor del Jhen Mohran. Es una pesadilla.

—¿Cuál es el plan, entonces? —preguntó el Dragoon, apareciendo de entre la niebla. Se sujetaba una herida muy fea en el brazo, con sangre chorreándole hasta los dedos, pero aún así su voz sonó calmada.

—Atacar. Cuanto antes muera, antes evitaremos que se siga destruyendo la ciudad.

Sus últimas palabras sonaron un poco más graves, y cuando terminó de hablar, se equipó un par de guanteletes, oscuros y con pequeñas garras en los nudillos, afiladas y brillantes.

—No parece que nos quede otra, ¿verdad? —comentó SummumArcanii, con un suspiro, golpeándose un par de veces el hombro con la vara.
—Deberíais iros —dijo la Berserker, mirando a Shruikan y a los demás —. Este sitio ya no es seguro. Corred antes de que...

Se interrumpió y giró de nuevo la cabeza hacia delante cuando hubo otro estruendo y una de las patas del Jhen Mohran apareció de entre el polvo que alzó al derrumbar la pared. Y el cuerpo, y su enorme tripa. Y encima de la cabeza, sobre los grandes colmillos, dos ojos amarillos brillaban entre la tormenta.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on November 06, 2016, 04:58:21 PM
Sigo sin hacer avatares. El mes pasado estaba haciendo cosplay :_D por eso no subí nada, pero voy a ver si este mes dejo otro aporte para compensar :3 El siguiente es el 50 ya *-*

49. Esos locos lo están logrando

Llegar hasta el boss no había sido fácil, pero lo difícil empezaba en aquella plaza. La banda sonora de Lavender Town se mezclaba con los efectos especiales de la batalla y las risas de los monstruos.

Thunderstruck tenía el cuerpo pegado a la pared, asomándose con cuidado por la esquina. Se agachó, girando el cuerpo hacia su grupo, clavando una rodilla en el suelo para cuchichear con ellos.

—Cuento unos veinte fantasmas y quince demonios. Ahora mismo tiene unos tres cuartos de vida. —informó.

Bennu asintió, mirando de reojo a Shun. Aya carraspeó algo tímida, levantando la mano.

—Creo que sólo absorbe a los otros fantasmas para recuperar vida. —explicó la chica, contando que había estado muy cerca cuando el boss había aparecido en la ciudad.

—Entonces hay que acabar primero con los fantasmas antes de empezar con el boss. —murmuró Spark, sentado en el suelo con las piernas y los brazos cruzados.

Bennu volvió a asentir, con el casco entre las manos y Shun corrió la voz para que todos estuviesen al tanto de la estrategia a seguir.

—Nos falta ataque de larga distancia para cubrir todos los fantasmas. —dijo Thunderstruck, soltando la uña del pulgar que había estado aplastando entre sus dientes.

Shun le puso una mano en el hombro, llevándose la otra al pecho.

—Son fantasmas, podemos curarlos hasta que desaparezcan —aseguró Shun—. Somos magos blancos, después de todo.

Ikki se puso el casco y miró su omnitool una última vez antes de girarse para ver a todo la party. La mayoría estaban expectantes.
Ikki se asomó por la esquina y volvió a mirar a su equipo, con una sonrisa socarrona enmarcada por el casco.

—Empecemos.

Ikki rascó una última vez la cabeza de Lulú antes de empujarla hacia la plaza. La perrita se giró un par de veces, gimoteando y lamiendo los dedos de su dueño antes de andar a con pasitos saltarines hacia la plaza, cruzando por debajo de un banco y correteando antes de girar un par de veces y mirar en dirección a Ikki, que asintió.

Los ladridos de Lulú empezaron a llenar la plaza. La perra se convulsionaba con cada ladrido, levantando la cabeza y cayendo sentada sobre su culo antes de empezar a correr en otra dirección en cuanto los monstruos empezaron a seguirla.

Ikki hizo señales a la asesina y el arquero del grupo, que ya se había situado en uno de los tejados cercanos.
Justo antes de unirse a la carnicería, Ikki miró a Shun, palmeándole la cabeza.

—Ya sabes lo que tienes que hacer.

Shun le sonrió, asintiendo mientras dejaba a Marshmallow en el suelo.

—Confío en tí, hermano.

Aunque acabaron con los fantasmas con relativa facilidad, el boss se giró al ver a los primeros jugadores en su rango de acción y, con una sonrisa de infantil alegría, se dirigió hacia ellos, dispuesto a aplastarlos bajo sus enormes puños.

Thunderstruck entró en su zona de acción, acabando con un demonio a base de clavarle un cuchillo en el cuello.
La palabras ‘Crítico!’ flotó en el aire en neón rojo antes de desaparecer junto con el demonio y la chica saltó justo a tiempo para evitar el ataque del boss. Ikki la agarró del brazo para echarla a un lado y recibir el ataque de otro demonio, que le pinchó con su pequeña lanza en el brazo antes de salir rebotado hacia atrás.

Thunderstruck le lanzó un dardo envenenado e Ikki le dio una patada que lo mandó a volar hasta chocar con el boss.
Los dos jugadores recularon.

—Menos mal que soy rápida… —dijo ella, frotando el dorso de su mano contra su frente.

—¡Hemos acabado con el séquito de fantasmas, líder! —se oyó la voz de Spark, procedente del chat de la party.

Ikki echó un último vistazo para asegurarse. Aún quedaban cinco demonios, pero si querían acabar con el boss tenían que actuar rápido.

—Que entre el equipo de ataque —transmitió Ikki, agarrando a la assassin del brazo antes de empezar a correr en dirección contraria a por donde entrarían los magos blancos, empujándola hacia un lado y señalándole otro demonio.— ¡Ahora!

El boss había seguido con sus ojos los movimientos de Bennu y Thunder y su expresión cambió despacio a una de molestia.
Se movía lentamente, levantando los puños mientras giraba su cuerpo enorme.

Los magos blancos entraron en la plaza como un bloque, casi pegados entre ellos, algunos con más seguridad que otros y cuando Shun y Aya empezaron a invocar sus primeros hechizos los demás les siguieron, apuntando sus curas hacia el boss.
Una tras otra, las bendiciones y curas cayeron sobre el gran fantasma blanco, que se vio impulsado hacia delante, aunque no cayó. Su vida empezó a caer, llegando a la mitad mientras el fantasma intentaba buscar de donde venían los ataques.

Ikki preparó uno de sus mejores ataques, levantando la espada mientras las flechas llovían desde dos ángulos distintos, acabando con un par de demonios que se acercaban al grupo de curanderos.

Thunderstruck apareció desde un punto alto, aterrizando en uno de los puños del boss y corriendo por su brazo, saltando a la altura de sus ojos y atacándole con el katar, intentó bajar por la espalda del boss, pero la agarró antes de lograrlo.

—¡Mierda! —gritó, mientras la vida del boss seguía bajando.

—¡Raimei! —gritó Spark, distrayéndose por un momento.

El grito de Ikki retumbó entre los acordes de la canción de Lavender Town. Balanceó la espada, mandando una aura roja hacia el boss, que le cortó el brazo en el que estaba atrapada Thunderstruck.

El brazo cayó y la mano se abrió al chocar contra el suelo. La chica salió disparada, corriendo hacia los magos blancos, aunque cojeaba, señalándolos.

—¡No te desconcentres Spark, defiéndelos! —pidió a gritos.

Un par de los magos curaron a Thunderstruck y el boss, que tenía la vida casi en un cuarto abrió la boca para absorber a sus fantasmas… que no estaban allí.

Desde fuera de la ciudad uno de los jugadores se levantó, escaneando al jefe.

—¿Habéis visto eso? —preguntó, sorprendido porque la vida del monstruo no se recuperaba—. Esos locos lo están logrando.

Alguien más se levantó con él, aunque dentro de la ciudad, el gran fantasma empezó a invocar a su séquito.

—¡Me estoy quedando sin maná! —avisó Aya justo antes de que una poción cayera a sus pies.

—¡Casi lo tenemos, venga chicos! —animó Shun.

Ikki se dio un instante para observar el campo de batalla y fue ahí cuando notó el golpe en la nuca y cayó al suelo. Un demonio reía en su espalda antes de señalar a los magos blancos con su pequeña espada.

Un par de flechas y una bola de fuego acabaron con el monstruo e Ikki se levantó, sacudiéndose entero.
Cuando se dio la vuelta los vio: los monstruos que aún rondaban por la ciudad se habían unido a su escaramuza y el boss casi había invocado a su séquito y aún le quedaba la suficiente vida para sobrevivir.

—No vamos a conseguirlo —murmuró Ikki—. No vamos a hacerlo.

Volvió a mirar al boss, pero sabía que ahora ese no era su trabajo.

—¡Maná! —gritó con la espada en alto y de inmediato el alchemist recargó su magia.

Los ojos de Ikki brillaron rojos, debilitando a los demonios y fantasmas que se acercaban antes de empezar a despacharlos con cada truco que tenía bajo la manga. El knight y uno de los soldiers se unieron a su frente, mientras el resto del equipo de tanqueo intentaba asegurar a los magos blancos.

Ikki chistó, queriendo atacar al boss, pero sabiendo que si dejaba su lugar lo más probable era que los monstruos acabarían alcanzando a su hermano. Y eso, eso no lo podía permitir.

—¡Casi lo tenemos! —escuchó hablar a sus espaldas mientras mantenía su posición.

Pero el tintineo que anunciaba la llegada del séquito del boss resonó por toda la ciudad y el fantasma recargó más de la mitad de su vida de un golpe.
Ikki maldijo, el soldier a su lado cayó arrodillado y lo levantó agarrándole del codo, lanzándolo hacia atrás.

—¡No os rindáis! —gritó, clavando la espada en el suelo antes de levantar los brazos y bajarlos de golpe, rugiendo hacia los monstruos que quedaban para atraerlos.

Lulú salió corriendo desde debajo de un banco, uniéndose a su provocación con sus ladridos agudos, escondiéndose entre los pies de su dueño y lamiéndose la nariz cuando acabó de ladrar.

El boss respondió a la provocación bamboleándose con cara feliz hacia el Caballero Oscuro.
Ikki agarró el mango de la espada, moviéndola un par de veces antes de tomar posición de combate, apretando los puños y los dientes.

—¡Maná! —gritó, mientras los magos blancos esperaban unos segundos para recuperarse.

El alchemist le contestó por el chat de la party.

—No me quedan pociones, lo siento.

—Casi lo teníamos. —añadió otro chaval.

El fantasma había recuperado su brazo y ahora intentaba agarrar a Ikki con una de sus manazas.
Una bola blanca apareció de entre las piernas del fantasma, dándole un golpe a la mano y desviándola. Marshmallow dio un par de patadas al suelo antes de saltar y morder uno de los dedos.
El boss se sacudió la mano, pero Thunderstruck ya estaba corriendo por su otro brazo, lo que hizo que el monstruo intentase incorporarse para ver qué era aquello.

Los magos blancos empezaron a atacar otra vez e Ikki se quedó quieto, esperando a que su maná se recuperase para volver a atacar al boss con una de sus mejores habilidades.
Una gota de sudor corrió por su frente mientras mascullaba.

—Podemos hacerlo, aún podemos hacerlo.

Thunderstruck consiguió meter un crítico, no sin que el boss se la quitase de encima de un guantazo, mandándola al suelo, donde el knight la agarró de la muñeca para arrastrarla fuera del peligro.

—Aún podemos hacerlo… —murmuró otra vez, observando la situación.

La magia de los magos blancos bajó en picado, pero al boss le quedaba un cuarto de vida otra vez y no podía volver a invocar a su séquito tan pronto.

Ese fue el momento que el jefe eligió para levantar los puños y estrellarlos contra el suelo. Sus manos desaparecieron y la tensión subió en el ambiente como la espuma. Una bruma empezó a surgir entre los magos blancos.

—¡A la mierda! —gritó Ikki sin esperar más, cargando contra el boss para cortar el casteo de lo que fuese que estaba haciendo.

La estrategia funcionó, desviando la atención del monstruo, que agarró a Ikki y lo lanzó hasta estrellarlo contra un edificio.
Ikki levantó la cabeza a duras penas y usó el poco maná que le quedaba para robarle algo de vida al boss, que le gritó furibundo con voz de ultratumba.

Ikki no podía hacer nada más. Thunderstruck necesitaba tiempo para recuperarse y los magos blancos apenas tenían maná.
Los monstruos empezaban a regenerarse en las calles vecinas.

Tal vez los había llevado a una muerte segura. Aún debía de haber algo que podían hacer… Aún…

Lulú ladró, mordiendo apenas un cachito del enorme pie de boss, antes de salir corriendo en dirección contraria a donde estaban los white mage.
El boss bufó con rabia e intentó localizar al perro, que corría junto con Marshmallow hasta perderse por una bocacalle.

Y justo cuando el boss intentaba ponerse de rodillas para asomarse por allí, Ikki notó la electricidad en el aire. El chillido que le puso los pelos de punta y aquel trino que sólo había oído en uno de los trailers publicitarios del juego.

—¿Pero qué…? —se preguntó, agarrándose de la pared para intentar levantarse.

Algunas piedras saltaron en el suelo, acompañadas por chispas y un brillo amarillo rodeó al jefe.
Ikki intentó buscar el origen de aquella invocación y vio a Spark en uno de los techos, de pie y con cara de pocos amigos.

El nubarrón apareció de la nada y se disipó entre alas de un brillo sobrecogedor, era como mirar directo al sol.

Zapdos se estiró en el aire, justo encima del jefe, antes de aletear a toda potencia hacia su enemigo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on November 30, 2016, 04:52:50 PM
~+28~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)


Se lanzó hacia adelante, agachando el cuerpo hacia abajo y esquivando el ataque para echar una mano desesperada a las ropas de su compañero, dándose impulso para saltar sobre él y ganar unos cuantos metros más de distancia. Volteó en el aire, poniendo todo su peso en la curva del giro y con un grito sin palabras lanzó una de sus dagas envenenadas, sin necesitar confiar en que el mástil de la lanza de Ikkaku estaría bajo sus pies milésimas de segundo más tarde.
Cuando inmediatamente éste embistió a la criatura que rugía enfurecida, Yumichika usó la inercia del golpe para saltar de nuevo y atacar con varias estrellas voladoras de distintos elementos que hicieron blanco en su objetivo. Aterrizó tras el lancer en silencio, de forma casi amortiguada, y se dejó defender unos momentos mientras recuperaba el aliento.

—Mierda, tenías razón.

—¿Por qué sólo me das la razón cuando menos me gustaría tenerla? —Ikkaku derrapó sobre la roca, apoyando una mano contra el suelo para evitar la caída; pero chocó igualmente contra el moreno, que cayó de espaldas hacia atrás.— ¿Yumi?!

—Estoy bien. —resopló el ninja incorporándose y sacando varias kunais de entre los pliegues de su ropa. No estaba bien, no realmente, no con aquel condenado bicho más terco que el demonio y que no les daba tregua ni se resignaba a morir con facilidad. Por la forma en que le dolía al respirar hondo probablemente tenía un par de costillas rotas, sin contar la cantidad inimaginable de moratones que podía notar extendiéndose por todo su cuerpo.

Llevaban al menos un par de horas peleando contra aquel engendro que les había salido de repente y de la nada, y que no daba signos aparentes de rendirse. Aunque tampoco los daba Ikkaku. Magullado, sucio y ensangrentado, pero levantándose una y otra vez.

—¡Deja de disfrutar del recreo y ponte serio, que no tenemos todo el día! —recriminó Yumichika.

Ikkaku le habría saludado con el dedo del medio si en ese momento no hubiese estado utilizando ambas manos para defenderse de una brutal acometida a fauces abiertas. Al ver las hileras sucesivas de mandíbulas dentadas el lancer ya no tuvo ninguna duda de qué era lo que intentaba comerle.

—¡¿Pero qué cojones hace un Khorkhoi aquí?! ¡Que estamos a tiro de piedra de Lavender Town!

—¿Un qué? —El ninja se puso pálido bajo el maquillaje.

Ambos habían oído las historias de terror que circulaban de guild en guild sobre encontronazos por el desierto con aquellos monstruos, pero la zona habitual de peligro solía estar ubicada en el tramo de devastación entre Mos Eisley y Rabanastre. Enfrentarse a la posibilidad de que ahora pudieran empezar a surgir fuera de su hábitat acostumbrado hacía que a Yumichika se le revolviese todo por dentro.

Y entonces se le revolvió todo de otra forma al escuchar el ruido ahogado que dejó escapar el lancer.

Para Ikkaku el dolor no fue una sorpresa.

No era como encajar un golpe en un duelo, en comparación eso era algo simple y sencillo de curar con una poción; era una sensación súbita de vértigo, la caída drástica de sus puntos de vida y el repugnante agobio de notar su sangre caliente y pegajosa escapando a borbotones de su cuerpo.
Mareado, Ikkaku se llevó una mano al pecho, de donde protuberaba una espina blancuzca del grosor de su muñeca, pese a que no le había llegado a traspasar por poco y aún sabiendas de que tan sólo seguía manteniéndose en pie por mera fuerza de voluntad, aferró sus dedos en torno al aguijón y estiró.

Las manos ágiles del ninja lo sujetaron desde detrás de su torso, estrellando una poción de cura de alto grado contra su pecho, vertiendo el líquido directamente dentro de la herida. Inusual pero efectivo. Ningún gusano de mierda iba a acabar con él de aquella manera. Ni de ninguna otra.

—Ah, joder... —jadeó Ikkaku; y Yumichika respiró por fin, si su amigo tenía aliento para quejarse ya no se estaba muriendo.

—Tengo aire listo —murmuró el moreno en el oído del lancer mientras los apartaba a ambos de la trayectoria del khorkhoi— cuando tú digas.

El gusano volvió a rugir, sacudiendo la cabeza de un lado a otro en busca de sus presas, y el más corpulento de los dos hombres asintió siguiendo con la mirada el punto donde había visto brillar uno de los ojillos de la criatura. Sólo tendría una oportunidad, y con la herida apenas recién cerrada se arriesgaba demasiado.

—A la de tres. —Ikkaku empuñó la lanza con ambas manos, haciéndola girar entre ellas, proporcionando una sombra casi constante a Yumichika donde esconderse. Echó a correr hacia el monstruo, y cogiendo impulso con su arma como si de una pértiga se tratase se elevó por las alturas en un ascenso vertiginoso, saltando por encima de la ráfaga de bombas de humo y veneno que el ninja había lanzado directamente dentro de las fauces del gusano. —¡Una... dos...!

En cuanto su trayectoria empezó a descender enarboló la lanza por delante de su cuerpo y encajó los brazos  cargando todo su peso en ellos.

¡TRES!


El sonido de la victoria llegó cargado de bonus y drops extra.

Ikkaku y Yumichika se miraron entre ellos, y sin mediar palabra se dejaron caer al suelo, exhaustos.


—Deberíamos salir zumbando de aquí antes de que vuelva a spawnear. —dijo el lancer después de unos minutos de mirar al cielo en silencio.

—Jo-der.

—Ya te digo.

*
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on November 30, 2016, 05:00:21 PM
Capítulo 37: La tormenta (part 7)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Shebaluv_zps000b5aa1.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/bashum_zpslycnsza3.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Dorianssss_zpsky4f1gnp.jpg)


Pareció que el suelo, el aire, la realidad misma reverberara cuando el Jhen Mohran gritó.

Shruikan se sintió vibrar desde dentro con la potencia de ese rugido agudo, y fue una sensación profundamente desagradable.

Instintivamente retrocedió. Buscó alejarse de forma desesperada. Huyó.

Era un impulso del que se avergonzaría en circunstancias normales pero ahora, con la cabeza apunto de estallarle, era la menor de sus preocupaciones. Retrocedió, tapándose las orejas con ls manos, y sintió que se desmayaría por la presión dentro se su cabeza.

Alguien la sujetó antes de que sucediera. Creyó que era Sheba por el pedazo de cabello oscuro que llego a entrever, pero de nuevo se trataba de la Berserker. Le decía algo que Shruikan no alcanzó a oír; su voz quedaba ahogada por el grito del Jhen Mohran todavía reverberando en el aire.

Supuso que ver su cara de desconcertada fue lo que le hizo poner los ojos en blanco, y la mujer terminó arrojándola hacia atrás.

La Samurai rodó por el suelo antes de levantarse con torpeza. Se hizo el silencio, pero ella seguía ensordecida por un pitido intenso y constante en los oídos. Sacudió la cabeza, aunque eso sólo lo hizo peor, y miró a su alrededor.

Alcanzó a ver a Sheba y a Ulquiorra a lo lejos, acercándose. Quiso ir a su encuentro, pero entonces, el monstruo se movió.

Con una sola de sus pisadas hizo que la tierra temblara, levantando una nube de polvo y arena. Cada vez que avanzaba arrastraba su enorme cuerpo con él. Y los edificios caían a su alrededor como castillos de naipes.

Shruikan se cubrió los ojos con el brazo y se encogió un poco sobre sí misma. Escuchó un grito, y luego otro y otro, y cuando levantó la mirada, todo el panorama a su alrededor había cambiado.

La pequeña plza se había convertido en el escenario de una batalla campal. Los edificios de alrededor se desmoronaban, con la única ventaja de que eso les daba más espacio a los combatientes. Había un montón de gente llegando desde distintas direcciones; magos, guerreros, rogues... Todas las clases, reunidas para enfrentarse a un enemigo común.

Incluso el Espíritu del Desierto que habían visto antes volvía a hacer acto de presencia, atacando al Jhen Mohran con rapidez. Tenía varias heridas, partes sangrientas y resquebrajadas, pero no le impedía treparse al cuerpo de su enemigo y arremeter contra él a magia, mordiscos y garras.

Y esta vez no venía sólo.

Había otros Espíritus del Desierto, bastante más pequeños, atacando a los delex y los cephalos que aparecían alrededor del Jhen Mohran con brutalidad.

Los jugadores, a su vez, la mayoría de nivel alto, concentraban sus ataques en el monstruo mayor. Shruikan podía ver como resplandecían los hechizos, como volaban los proyectiles de los Archers y la música de los Bards y las Dancers, todos ellos compenetrados de una forma admirable.

Sintió algo de envidia al verles y, a la vez, un golpe directo a su orgullo.

No podía ser como ninguno de ellos. Recordó como había querido huir segundos antes y se sintió humillada e impotente.

De pronto alguien la llamó.

Era Fenris, que había quedado atrapado entre un puñado de escombros. Se había liberado de la mayoría, aunque tenía la pierna atrapada bajo un pedazo de muro. Además, tenía varias heridas y sangraba de un corte en la cabeza, tiñendo sus cabellos blancos de rojo.

La Samurai se acercó corriendo, olvidando por completo que estaba enfadada con él. Entre los dos, consiguieron liberarle, aunque el Knight hizo una mueca al tratar de ponerse en pie y tuvo que apoyarse en ella para lograrlo.

—Espera, creo que aún me queda alguna poción —comentó Shruikan, buscando frenéticamente en su inventario.

Un grito de una voz familiar hizo que se detuviera en su labor.

Movió la cabeza como un resorte, encontrándose con Sheba, que había sido atacada por un delex. La bestia cerraba las fauces alrededor de su brazo derecho, y había logrado echarla al suelo. La Black Mage se defendía con su vara, en cuya punta chisporroteaban pequeñas centellas.

Estuvo a punto de ir a socorrerla a ella también, pero vio como Ulquiorra se acercaba y, de una sola granada, lograba reducir al monstruo a un montón de píxeles humeantes. Suspiró aliviada y le dio a Fenris la poción que había estado buscando.

Sin embargo, cuando volvió a girarse hacia Sheba para reunirse con ella, se encontró con un panorama mucho peor que el anterior.

Donde antes había habido un delex, hora había dos cephalos atacándola a mordiscos, cada uno por un lado. Sheba se defendía como podía, y Ulquiorra le ayudaba aunque él mismo tenía que defenderse de monstruos que le acosaban; demasiados para cada uno.

Shruikan sintió un escalofrío helado cuando vio como una de las bestias consiguió cerrar las mandíbulas sobre costado de Sheba que gritó de dolor. Manoteó con violencia mientras el animal la alzaba en el aire, sacudiéndola mientras sus dientes se clavaban con más fuerza en la carne.

No se lo pensó demasiado antes de materializar su katana e ir a por él, pero no llegó muy lejos. Tuvo que frenarse cuando cayó un nuevo edificio, y sus muros se desmoronaron frente y sobre ella.  Fenris la empujó desde atrás, obligándola a avanzar, aunque no en la dirección que ella quería.

—¡No! —gritó, viendo como se alejaban de su compañera, aunque opuso escasa resistencia.

Sabía que era imposible ya.

Su mirada, descorazonada, desesperada, se cruzó por unos momentos con la de Sheba, y todo pareció moverse a menor velocidad durante ese corto lapso de tiempo. Creyó ver una súplica en sus ojos, como si estuviera diciendo “sálvame”.

Shruikan no sabía si realmente lo dijo, aunque vio como movía los labios antes de que los escombros empezaran a cubrirlo todo y luego ya no vio más.

Sintió que las piernas le fallaban, pero la fuerza con la que Fenris tiraba de ella, corriendo rápidamente y evitando que los muros les aplastaran mientras trataba de guiarles fuera de ese infierno. Instintivamente, la Samurai terminó siguiéndole el paso, agarrándose con fuerza a su mano.

Sabía que estaban huyendo, pero en ese momento no le importó.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Shruikan on December 31, 2016, 03:02:53 PM
Yyyyyyyyyy fin del capítulo el fin de año  :v No podía haber sido mejor!

Capítulo 38: La tormenta (part 8 - fin)


(http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Avatarthingu_zps4056532d.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Fenrisu_zps50642514.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/Ulquichan2_zps8sreomu5.jpg) (http://i48.photobucket.com/albums/f241/Shruikanceta/Thingus/avatar%20murci_zps30jrhilp.jpg)


No dejaron de correr hasta que estuvieron bien lejos y Rabanastre no era más que una alta muralla a sus espaldas.

Desde la distancia, incluso en la penumbra del anochecer, se podía ver la nube de arena rojiza que cubría la ciudad, sumiéndola en la tormenta. Los aullidos del Jhen Mohran llegaban difusos, lejanos. Muy de vez en cuando se podía apreciar su silueta, como una sombra ondulante.

Cuando Shruikan finalmente se detuvo, sin a penas estámina ni ganas de seguir luchando, y se giró para encontrarse con esa imagen, sintió algo parecido a la desazón.

Luego un puñetazo le alcanzó el rostro con tanta fuerza que la tiró de culo al suelo.

Desde arriba, Fenris la miraba con rabia entre jadeos. Incluso con odio, una emoción que Shruikan pocas veces había visto en su rostro dirigido hacia ella. No hacía nada de gracia ser su objetivo.

—Esto es tu puta culpa —le dijo, señalándola con un dedo acusador.

La Samurai se llevó una mano al pecho, como si ese gesto acabase de herirla de forma física, igual que un terrible y certero dardo.

Se fijó en que el Knight estaba herido. A pesar de las pociones de antes, no había podido evitar recibir nuevas heridas en su huida, parando escombros de edificios y asaltos de delex traicioneros... a veces incluso protegiéndola a ella.

Sólo por eso Shruikan se mordió la lengua y bajó la vista, apretando los dientes con rabia mientras se frotaba la mejilla adolorida.

—¿Qué? ¿No vas a decir nada? —gruñó Fenris, mordaz. Al parecer, no estaba dispuesto a dejar el tema en paz —. ¿Ni una maldita excusa?

—¿Y qué quieres que te diga? —El tono de la Samurai era frío, dejando entrever una irritación cada vez mayor —.¿Que es culpa mía? ¿Que la he cagado? ¿Es eso lo que quieres oír, eh?

Se levantó, dirigiéndole al otro una mirada furibunda, dolida. Pero Fenris estaba demasiado furioso y dolido a su vez como para que le importase.

Ella le vio apretar los labios. Le conocía lo suficiente para saber que estaba tratando de no gritarle. Deseó que lo hiciera y así tendría una excusa para gritar ella también.

Y luego, simplemente, el Knight dio media vuelta y empezó a alejarse en dirección contraria a ella y a la ciudad.

—¿A dónde vas? —le preguntó Shruikan con cierto tono autoritario.

—Lejos de ti —respondió él, sin siquiera girarse a mirarla —. Si me quedo a tu lado terminarás haciendo alguna otra estupidez y alguna otra persona morirá por ello.

A ese punto, Shruikan ya no lo soportó más.

—¡¿Crees que tú lo hubieras hecho mejor?! —le gritó —. ¡Está muy bien eso de acusarme, pero no soy la única que ha cometido errores!

—¡No, pero todos están muertos por tu culpa! —Fenris se giró de golpe, acompañando el movimiento con un gesto violento del brazo —. ¡Sheba está muerta! ¡Seras está muerta! ¡Y el otro también está muerto junto a toda esa otra gente!

Señaló hacia Rabanastre, hacia la nube de polvo y arena que la rodeaba, delatando la destrucción que había ahora mismo en sus calles.

—¡¿Tienes idea de cuanta gente más fuerte que nosotros está muriendo en este momento?!
—¡¿Lo sabes tú, a caso?! —le escupió ella —. ¡Lo dices como si hubiera sido YO la que hubiera invocado ese monstruo y hecho que matara a todo el mundo!

—No. —Fenris cambió de tono, volviéndose pesado y grave. En su rostro había una profunda decepción —. Pero fuiste tú la que nos llevaste a él de cabeza. Si no fuera por ti...

No terminó la frase, pero a esas alturas tampoco hizo falta. Ya estaba dicho.

Hubo varios instantes de silencio hasta que Shruikan volvió a hablar, temblando de ira.

—Eres lo peor —le dijo —. ¿Crees que echándome a mí toda la culpa te sentirás mejor? Siempre haces lo mismo. Cuando sucede algo malo culpas a los demás y te victimizas como si el mundo entero estuviera en tu contra.

Quizás ella no fuera la más indicada para soltar ese discurso, siendo como era que estaba haciendo lo mismo de lo que le acusaba. Al lanzar su rabia contra él sabía que le estaba haciendo daño, pero ahora mismo lo único que quería era desahogarse de alguna forma de toda su frustración.

Sin hacerse esperar, Fenris reaccionó enseguida a sus palabras.

—¿Perdona? —inquirió con cierta violencia —. No estábamos hablando de mí.

—Ah, pero sí podemos hablar de mi, ¿no? No pasa nada por echarme toda la mierda encima. ¿A que jode cuando te lo hacen? —El tono de Shruikan era inusualmente ácido —. ¡Pues espera, porque aún podría decir muchas cosas más!

—¡¿Crees que eres alguien para darme lecciones de algo?!

Fenris se acercó a ella con pasos largos, amenazante. A pesar de ser más alto y de la agresividad que desprendía, ella no se dejó intimidar y levantó la barbilla, desafiante.

—Podría decir lo mismo —escupió —. ¿Te crees que eres mejor que yo para sermoneándome? ¡Como si tu nunca la hubieras cagado en tu vida! ¡Es por eso por lo que vives solo y tratas de ser alguien en la vida!

Acababa de golpear en un punto sensible y lo sabía. Fue un milagro que Fenris no volviera a golpearla y simplemente le pegara un fuerte empujón.

—¡Y tú eres una fracasada cuya única motivación es echar mierda y amargar a los demás!
—¡Habla por ti!

Estaban a poco de empezar a pelearse a golpes, y quizás lo hubieran hecho si un chillido suave no les hubiera recordado que no estaban solos.

Ulquiorra observaba el espectáculo con atención, tan silencioso y tan quieto que había sido fácil olvidar que estaba allí. Sobre su hombro, Murciélago parecía algo agitado por la agresividad que desprendían Shruikan y Fenris, al contrario de su dueño, que permanecía impasible.

—Podéis seguir si queréis —dijo el Biochemist cuando se dio cuenta de que se habían detenido para prestarle atención.

—Bah. No pienso seguir con esto.
Fenris le dedicó una mirada de desprecio a Shruikan y luego a Ulquiorra antes de volver a alejarse, cojeando levemente. Trasteó unos segundos con su Omnitool y al poco les llegó la notificación de que se había salido del grupo.

—¿Qué haces? —inquirió la Samurai, levantando la vista de la interfaz a él.

—Me voy. No pienso seguir en este grupo ni quiero volver a verte la cara.
Ella hizo una mueca, herida de nuevo por sus palabras.
—¿Ah sí? Pues por mi bien, ¡piérdete!

—No deberías aventurarte en el desierto sin curarte si vas solo —le advirtió Ulquiorra, interviniendo en su trifulca.

Parecía que iba a añadir algo más pero Fenris le interrumpió con un “me da igual” firme y agresivo. El Biochemist le respondió con indiferencia.

Tanto él como Shruikan contemplaron en silencio como se alejaba y cuando no fue más que una figura distante, la Samurai se recostó contra una roca cercana.

Suspiró y cerró los ojos con un gesto amargo. Ninguno de los dos dijo nada, y sólo tras un rato muy largo, Ulquiorra se sentó a su lado, aunque sin demasiada convicción.

—La he fastidiado, ¿verdad? —dijo Shruikan cuando finalmente la rabia se disipó, dejando sólo el dolor, la frustración y la amargura.

—Tomaste una decisión —respondió él, simplemente —. Y al tomar una decisión uno debe ser consecuente con los resultados de sus acciones. No ha sido la elección que yo habría tomado, y sin duda el resultado ha sido pésimo. Pero cuando uno tiene libertad para tomar sus propias decisiones, corre el riesgo de equivocarse.

—Era una pregunta retórica, Ulquiorra. Pero gracias por la explicación. —Volvió a suspirar, llevándose una mano a la frente —. No he debido decirle eso.

—¿Por qué no? ¿No ha empezado él atacándole?

La naturalidad de su duda le hizo fruncir el ceño y Shruikan le respondió un tanto extrañada.

—No es así como funciona. No con amigos. Cuando hay un conflicto... tratas de hacer las paces y resolverlo, aunque sea difícil. Sabiendo como és Fenris debería haber tenido más paciencia, pero es que... —Se atragantó, notando un nudo en la garganta.

—¿Ha herido tus sentimientos?

Tras un par de segundos, ella asintió levemente, agachando la cabeza.

—... Sí.

No se lo esperaba cuando Ulquiorra decidió darle un abrazo. O ella creyó que intentaba ser un abrazo; el gesto era casi demasiado torpe y tenía demasiado poca emoción para ser considerado como tal. Pero teniendo en cuenta quien lo daba, ya era suficientemente impresionante que se estuviera dando en primer lugar.

Shruikan no pudo evitar mirar al otro con estupefacción, pero él no pareció darle mayor importancia cuando terminó y volvió la vista al frente. Ella se rascó la mejilla, sin saber muy bien qué decir.

—¿Tú también vas a irte? —preguntó al final.
—¿Irme a dónde?
—No sé. A Sin City, de vuelta con Naoya, lo o que sea.

—No —dijo, negando con la cabeza —. Teníamos un acuerdo. Los términos de ese acuerdo no se han roto, así que permaneceré en el grupo.
—Ya veo...

Hubo un breve instante de silencio. Fue Ulquiorra quien habló de nuevo con una pregunta.

—¿Prefieres que me vaya?
—No, no. Puedes quedarte —se apresuró a añadir ella. Luego añadió, más bajito —: En realidad... me alegro de que estés aquí.

De que hubiera alguien al menos a su lado que no le hiciera sentir tan sola, miserable como si fuera la culpable de todos los males del mundo. De alguna forma, la presencia de Ulquiorra, por muy antipático que éste fuera, le daba cierto confort.

Justo entonces el cielo se iluminó. Apareció una proyección en el aire, igual que el día en el que se quedaron encerrados en el juego. Shruikan tuvo un escalofrío y miró atentamente el holograma, frunciendo el ceño cuando la voz del GM se hizo escuchar por primera vez en doce días.
 

Quote
Jugadores de Neverland, os felicito por vuestra victoria en el día de hoy. No sabéis cuánto me alegra ver que habéis sabido apreciar mi regalo, ésta prueba que habéis superado con creces... ahora sé seguro que mis juguetes están en buen estado. Tras terminar éste, llamémoslo pequeño tiempo de prueba, ésta es la hora de daros la gran bienvenida a mi mundo personal.

Sé que algunos os sentís encerrados y que anheláis volver a vuestras frías, sórdidas vidas, pero me gustaría que éste evento os ayudara a daros cuenta de algo esencial. Éste es vuestro mundo ahora también. ¿Cómo si no hubiérais podido derrotar al boss? Habéis luchado hasta el último aliento, unos junto a otros, sacrificando para ganar.

Sois parte de Neverland. Sois los habitantes de éste mundo bajo mi control, en el que os garantizo que tanto la dicha como la adversidad vendrá de mi mano a partes iguales. Aquí, cada hora, minuto y segundo tendrá su valor en oro. ¿Por qué querríais salir? Mirad lo que ha ocurrido hoy. Muchos han muerto, ¿pero os habéis sentido tan vivos alguna vez?

Mirad. Mirad el fruto de vuestro esfuerzo, el reflejo de vuestra fuerza y coraje.

Éste es vuestro mundo. Éstas han sido vuestras decisiones, y éste es el resultado.

En otras ciudades la batalla sigue, en otras ha terminado mucho antes. ¿Créeis que lo habéis hecho mejor que los demás? Pronto lo sabréis. Estad atentos, habitantes de Neverland, porque el juego sólo acaba de empezar.


El mensaje terminó con esas nefastas palabras. Shruikan se había levantado en medio del discurso y seguía mirando al cielo con gesto desafiante aún cuando allí ya no había nada.

—No te saldrás con la tuya —anunció.

Luego levantó el puño en el aire e hizo una declaración de la cual solo habría un testigo, que le miraba atentamente con ojos que brillaban en la penumbra.

—Juro que algún día encontraremos la forma de salir de aquí y te destruiré.

Y con ese propósito encontró las fuerzas para volver a andar.

Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on January 21, 2017, 08:50:00 PM
De vuelta al día doce, Sanctuary Side!

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lilith.png)
051day twelve: red team & blue team (1/?)

- Adelante, equipo.

Lilith ya estaba preparada para emprender la marcha hacia el boss de hielo que atacaba el borde de Sanctuary. Le frustraba que hubieran elegido por ella el boss que se encargaría, pero atacar a aquel lagarto de agua sería un suicidio, y además, podría descargar toda su frustración contra el montón de escarcha del otro boss.

Miró con satisfacción a sus aliados en el equipo rojo, satisfecha con los presentes. En la guild había suficientes jugadores de tercer nivel, y estaba satisfecha al ver que desde el cierre del servidor, unos cuantos se habían unido.

Lilith se sentía especialmente cómoda al ver algunos de sus compañeros más cercanos en el Equipo Rojo.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/lulu.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/rose.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/giorno.png)
 (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/mista.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/kate.png) (http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/yuri.png)


Lulu, la Elementalist con el nick de Darkguardian no especializada sería uno de sus mejores apoyos. La mujer estaba lista, preparando sus hechizos de fuego que danzaban entre sus dedos como llamas.

También le dedicó una sonrisa a Rose o Black Dragon, la Dark Knight con su escudo y espada oscuros preparados para hacer de tanque.

Dick y ella habían tenido una breve disputa al respecto, pero al final se había quedado con Giorno y Mista, GoldExperience y SexPistols, juntos como era lo normal. El primero era uno de los mejores Clerics que Lilith había conocido en todo el juego, y sintió una punzada de satisfacción al ver que había elegido el Equipo Rojo. Cuando estaba con Giorno, sólo algo que disparara su paranoia con el número cuatro podía detener a Mista.

Kate, de nick Hawkeye, era una Sniper joven pero siempre lista, demostrándolo al ser de las primeras en empezar a lanzar flechas cargadas de fuego contra las agresivas bolas de nieve.

Y Nox, el Assassin, que estaba en una situación algo complicada.

(http://i129.photobucket.com/albums/p210/kora_lj/BT%20-%20MMORPG/ava%20headers/namine1.png)

- No me va a pasar nada, Yuri. No te preocupes.

La Acolyte rubia (siempre eran rubios) tenía las manos sobre los antebrazos del susodicho Assassin. Al ser sólo segundo job y de un nivel más bajo, Naminé tendría que quedarse apoyando al resto para limpiar la ciudad del spawn del boss.

- Lo sé, pero… ten cuidado, Nami. - Respondió Yuri, rodeando la pequeña cintura de la chica.
- Tú también. - Ésta se puso de puntillas para darle un beso. - Te veré después.
- ¡Yuri! ¡Vámonos! - Le increpó Lilith.

Entendía las despedidas, pero no podían alargarse demasiado. Yuri asintió, marchando con el resto de aquella party tras dedicarle una última mirada a Naminé. Ésta se había puesto bajo las órdenes de otros jugadores de segundo Job, buffeándoles inmediatamente mientras detenían el avance de las bolas de nieve.

- ¿Seremos suficientes? - Preguntó Kate.
- Yo diría que sí. - Lilith echó una ojeada rápida. Debían ser unos veinte en total. - Dick ya ha avisado al resto de la guild. Quien se vaya a unir a nosotros lo hará, pero mientras, podemos ir quitándole un buen trozo de vida al boss… o toda.
- No estaría mal que el Equipo Rojo ganara primero. - Intervino Giorno, con una media sonrisa.
- ¿Ves? Por eso confío en ti, Giorno. - Lilith sonrió.

Tras cargarse con buffs de salud y afinar sus armas a elemento de fuego, ascendieron por el muro que rodeaba Sanctuary, trepando por los edificios y saltando entre los tejados mientras aniquilaban cualquier monstruo de nieve que tuviera la mala suerte de estar en su camino, finalmente para quedarse a una altura cercana al boss. Una terrible ventisca debía acompañarlo, aullando a su alrededor y esparciendo nieve por doquier.

- Estamos en su radio. Qué frío… - Comentó Kate, frotándose los brazos. La Sniper no exageraba: un poco de escarcha se empezaba a formar sobre ellos.
- La ventisca tiene un daño adicional de Hielo. - Giorno confirmó sus sospechas en la Omnitool, y con un movimiento de su vara, agregó un buff de regeneración de salud. - Ésto debería ser suficiente.
- ¡Genial, Giorno! - Rió Mista.
- Tengo una habilidad pasiva que me niega daño de nivel bajo de Hielo, así que no te preocupes por mí, Giorno. - Le dijo Lilith. - Te dejo a cargo de los otros Clerics. Centraos en que el resto no baje de salud.
- Entendido.
- Y ahora, a ver a nuestro nuevo amigo…

El boss era una criatura reptiloide gigantesca, alzándose una cabeza sobre el muro de Sanctuary, con dos brazos enormes y piel blanca tan dura y con espinas que parecía hecha de hielo. Aparentemente, se lo estaba pasando en grande destruyendo todo lo que encontraba por el borde de la ciudad.

- Va a destruir la ciudad. - Comentó Lulu. - No sabemos si se reparará el daño después…
- Tienes razón. Tenemos que alejarlo. Yo y los de melee bajaremos, pero algún otro mago debería quedarse aquí.
- Yo voy contigo. - Dijo Lulu con determinación.
- Id vosotras adelante. - Dijo Nox, con sus katares en alto. - Yo me encargaré de su séquito.

Antes de que pudieran detallar más la táctica, el boss pareció darse cuenta de su presencia, y se giró hacia ellos. Con un rugido, un remolino de nieve y escarcha salió de entre sus fauces de colmillos afilados en su dirección. El grupo soltó un quejido, y los Clerics tuvieron que curar un cuarto de vida del equipo inmediatamente, a excepción de Lilith y Lulu, que eran más resistentes a los ataques elementales.

- Iré yo primero. - Lilith empezó a cargar su ataque. - Los de ataques a distancia y un par de Clerics quedaros aquí arriba para controlar el área de combate. Giorno, eso va por ti.
- Te seguiré desde atrás. - Confirmó Lulu, y se giró hacia la Dark Knight. - ¿Me tanquearás, Rose?
- Por supuesto.

Aquel era uno de los ataques de fuego preferidos de Lilith: por unos segundos, se convertía en una llamarada de puro fuego, veloz como un relámpago, y terminaba con un estallido. Lilith tomó un poco de carrerilla antes de saltar del muro de Sanctuary, lanzando el hechizo cuando sus pies se separaron del suelo. Inmediatamente, el mundo pareció ir más deprisa a su alrededor, y antes de darse cuenta, los restos de la explosión de fuego se esparcían a su alrededor. Había aterrizado detrás del boss, tal y como pretendía.

Aquello no pasó desapercibido al enorme dragón de hielo, que empezó a girarse hacia ella, y Lilith aprovechó para lanzarle un hechizo de fuego que terminó de atrapar la atención de éste.

- ¡Ven a por mí, capullo! - Gruñó Lilith.

Mientras, Rose y Lulu, junto a los otros jugadores de melee, bajaron por los edificios derruidos del borde de Sanctuary. Yuri aterrizó al lado de ambas, e inmediatamente saltó hacia los monstruos hechos de nieve que quedaban por la zona. La Dark Knight se centró en proteger a la maga, alzando su escudo antes de lanzar un ataque de oscuridad para limpiar el camino hacia el boss. Lilith había cumplido con su parte, pues el dragón empezaba a darles la espalda, y aprovecharon para rodearlo por su lado ciego.

- Mis hechizos de fuego no son tan poderosos como los de Lilith. - Admitió Lulu a Rose.
- Servirán. Además, el resto te tenemos cubierto.

Por su parte, Yuri saltaba de enemigo en enemigo en un radio alrededor de sus compañeros de Guild. Su agilidad como Assassin hacía que fuera una tarea sencilla y rápida: hundir sus katares en un monstruo de nieve, saltar al siguiente y acuchillarlo aprovechando el momentum, repetir. Con cada muerte que encadenaba, iba aumentando el contador de una habilidad pasiva de los Assassin que aumentaba su letalidad y probabilidad de crítico.

Se sentía eufórico, aunque aquella euforia estuvo a punto de terminar cuando un monstruo de nieve casi saltó sobre él. Una flecha en llamas evitó una tragedia, y en su siguiente salto, levantó un pulgar hacia Kate.

- ¡Gracias!

Desde la distancia, no sabía si le habría escuchado, aunque igualmente la Sniper le devolvió el gesto rápidamente, antes de seguir su tarea como ángel guardián de los que estaban en el suelo. Yuri parecía tenerlo casi todo bajo control, por lo que Mista podía centrarse en disparar al boss con balas cargadas con elemento fuego. Los Sex Pistols, su mascota, reían entre chillidos mientras dirigían las balas a su alrededor, eliminando a cualquier monstruo de su séquito que se acercara a ellos, redirigiendo varias balas a la vez.

- ¿Vas bien, Giorno? - Mista se giró hacia Giorno, tendiéndole un frasco de MP.
- Por supuesto. - Suspiró el Cleric, dando un largo trago y llenando su barra de mana.

Aún con el apoyo de los otros dos Clerics, llevar el control de la vida de todos los miembros del equipo era mentalmente agotador, pero Giorno era capaz de hacerlo. Lo que más le preocupaba era el efecto de la ventisca en sus compañeros, obligándoles a lanzar buffs de regeneración constantemente. Lilith, Lulu y los tanques podían protegerse del aliento helado del boss, tanto por sus habilidades pasivas como la protección de la Dark Knight, pero no estaba seguro de qué pasaría si el boss conseguía reducir las distancias con ellas o mermar la salud de los luchadores de melee más de lo considerado.

- ¡Vamos, chicos!

La líder de los Crimson Raiders lideraba el ataque contra el dragón de hielo, lanzándole sus hechizos de fuego más poderosos para mantener su atención mientras los otros compañeros de party lo atacaban a corto rango. Era un enemigo formidable, sin embargo, y llevaba ya varias rotaciones con Lulu en las que una lanzaba todo el repertorio de hechizos de fuego disponibles mientras la otra se recuperaba con pociones de MP.

- ¡Lista! - Le dijo Lulu, a unos metros de ella, indicándole que había terminado de regenerar sus puntos de magia.

Observó a Yuri saltar de un enemigo a otro detrás de las magas, limpiando cualquier monstruo de nieve que estuviera spawneando el boss con la ayuda de las flechas en llamas de Kate y otros ataques a distancia. Estaban en sinergía, podía sentirlo, pero cuando aprovechó para estudiar la vida del boss, vio que apenas habían pasado de la mitad.

Mientras Lulu atraía la atención del dragón de hielo con sus ataques de fuego, Lilith abrió el chat de su Omnitool.

- Giorno. - A la distancia a la que estaban, era mejor comunicarse por Omnitool.
- ¿Lilith? - El Cleric respondió inmediatamente. Mejor mantener la conversación corta, pensó Lilith.
- Tengo un plan, pero necesito que estés atento.
- Tienes toda mi atención.
- Voy a acercarme al boss y usar una explosión de fuego. Creo que tiene un punto débil en el pecho, y si aterrizo allí, puedo quitarle un montón de vida.
- Es una locura, Lilith. Si no lo aturdes o lo matas, te habrás puesto en bandeja. Incluso siendo un boss de hielo--
- Lo sé, por eso necesito que me prestes atención, para que me revivas.

Hubo silencio durante unos momentos al otro lado de la Omnitool. Giorno ya sabía a qué se refería. Los Clerics podían revivir a un jugador si conseguían que el hechizo ‘entrara’ en un margen de segundos después de que el HP llegara a cero. Algo que además de una velocidad de casteo de nivel alto, necesitaba también una destreza y habilidad que simplemente no se podía medir con parámetros del juego, sino que dependía del jugador.

Giorno era uno de los pocos Clerics que Lilith sabía que podía hacerlo, pues antes del cierre del servidor era una táctica bastante útil en Raids y peleas entre Guilds. Con las tres vidas… pocos se habían atrevido a arriesgarse, y por suerte, no había surgido la necesidad aún.

- ¿Es realmente necesario? - Preguntó Giorno.
- No, pero quiero hacerlo. No es un capricho, Giorno. Quiero matar a este bicho de forma impresionante, quiero darle una patada en los huevos al GM, que sepa que no nos vamos a rendir y que cada desafío sólo va a hacer que nos crezcamos.
- Inspirador. - Respondió Giorno, con un tono neutro, pero casi podía ver su sonrisa. - Muy bien, Lilith. Es una locura, pero puedo creer en ella.

Lilith sonrió, mirando al dragón de hielo. Era hora de clamar victoria para el Equipo Rojo.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Neko on January 31, 2017, 03:50:34 PM
Con esto acabo los ataques del día doce. Lloro

50. ¿A qué esperáis? ¡Es vuestro!

Ikki siempre se había considerado un rebelde y frecuentar un recreativo ilegal era una de sus maneras de hacérselo saber al mundo.
Allí no importaba tu edad o si no se distribuía el juego en tu país. Sólo importaba el dinero. Si tenías dinero, podías jugar.

Y eso estaba haciendo, pagando, cuando vio uno de los trailers promocionales del juego. Prometía realismo, miles de historias, un sinfin de jobs, ciudades complejas que visitar y paisajes de lo más dispares que explorar. También había mascotas.
Zapdos había sido una de ellas. Un pájaro legendario, sólo habría uno en todo el juego y la quest para conseguirlo no sería desvelada en ningún momento.

—¿Cómo? —preguntó Ikki en alto, anonadado.

Por lo visto, Spark había averiguado cómo hacerse con uno de los pájaros legendarios, ya que parecía estar invocándolo.

Zapdos apareció en un remolino de chispas, la electricidad chisporroteaba alrededor de su plumaje con rápidos y vibrantes rayos amarillos. Su graznido sonaba a truenos y de repente, el aura que se había dibujado debajo del boss se convirtió en un campo de relámpagos salvajes.
La vida del boss cayó y cayó y en algún momento Zapdos se fue tan rápido como vino, dejando estrías negras en el pavimento de la plaza y una nube oscura que se estaba disipando rápidamente.

Ikki se agarró mejor a la pared, con una mano en el vientre y la otra sobre los rugosos ladrillos del edificio.

—¡Informe! —gritó, activando el chat de grupo, y continuó con un jadeo—. Equipo de soporte.

—Estamos bien, no me quedan pociones de maná, pero tengo algunos de ataque y buff —informó el alchemist—. Mis magos blancos están recuperando maná.

—¿Tanques? —preguntó Ikki después de asentir con la cabeza.

El suelo todavía humeaba, sin dejar bien que pasaba en la plaza. Los segundos en los que uno de los soldiers tardó en contestar se le hicieron eternos a Ikki.

—¡Vivos, jefe! Algunos por poco, necesitamos un rato para recuperarnos.

—Estoy con ellos —añadió Thunderstruck—. Se me ha roto el katar y no tenemos quien lo arregle.

Ikki no pudo evitar la risa socarrona antes de preguntar.

—Rango largo.

—Estoy en el tejado con Spark —informó el arquero—. Me había parecido verlo desmayarse, pero sólo está agotado.

—Sigo consciente. —se oyó la voz entrecortada y titubeante de Spark.

—Le pasa siempre que lo llama y no le queda mucho maná. —informó Thunder.

—El equipo de ataque está bien, aunque necesitaremos unos minutos antes de poder hacer nada. —dijo SleepingBeauty.

Ikki asintió, aunque le faltaba un jugador.

—¿Y el mago negro?

El humo empezaba a levantarse y Lulú había encontrado el camino de vuelta a su amo y daba vueltas sobre sí misma, ladrándole y corriendo hacia el centro del humo antes de volver a los pies de Bennu.

A Ikki no le dio tiempo a reñir a Lulú, vio la forma del Boss, más pequeño y su corazón paró por un instante.

—¿Pero qué? —repitió.

—Jefe… —llegó la voz del mago negro—. Estamos en problemas.

—¡El boss sigue vivo! —anunció Ikki, cojeando hacia él.

Las reacciones no se hicieron de esperar.

—¡Ese no es el problema! —intentó hacerse escuchar el mago negro, que había llegado hasta donde estaba Ikki y le ofreció su hombro para que se apoyase en él.

—Jefe, creo que sé a que se refiere. —logró hacerse entender el arquero entre las demás voces—. Han empezado a respawnear los monstruos en las calles.

El boss rugió. Lejos quedaba su anterior apariencia blanca y pristina. Estrías de un gris oscuro, iguales a las que adornaban el suelo, recorrían su figura redonda. Y aunque su estatura había menguado considerablemente, parecía más amenazador.

—Mierda, ¡mierda! —gritó Ikki, apretando el puño con el que se agarraba el hombro del mago negro.

Había traído a toda esta gente hasta una batalla imposible y ni conocía el nombre de un quinto de todos ellos.
El mago levantó el brazo y sin ninguna duda empezó a recitar. Unas cuantas flechas llovieron desde lo alto de un tejado, un par de explosiones y alguna que otra débil curación impactaron en el boss, que se giró hacia los magos blancos de nuevo.
Lulú ladró desviando su atención de nuevo.

A Ikki todavía le quedaba algo de maná, podía intentar robarle vida al fantasma, pero no tenía claro qué efecto tendría en él. ¿Le restaría vida en vez de rellenársela? No le quedaba mucho HP.
La bola de fuego impactó en el fantasma y el mago intentó preparar otra.

Podía morir si se equivocaba, pero valdría la pena si salvaba a los demás.

El boss estaba gritando otra vez y ahora se dirigía hacia ellos a pasos grandes que hacían temblar el suelo.
Las risas tétricas de los demonios y el ulular de los fantasmas empezaban a oírse por encima de la banda sonora de la ciudad y el track de batalla contra el boss.
Los ojos de Ikki empezaron a brillar rojos.

Y ahí fue cuando el mundo se volvió del revés.

Raíces verdes, de diferentes tonos, con espinas, partieron el suelo debajo del boss, surgiendo de grietas que hacía apenas unos segundos no habían estado allí, anclando al fantasma al suelo, que empezó a revolverse sin éxito.

Uno de los molbol más grandes que había visto nunca Ikki se asomaba, trepado al costado de un edificio. Abrió la boca, llena de hileras de dientes y pareció reírse del boss mientras lo mantenía sin aparente esfuerzo en su sitio.

Algunos jugadores, que Ikki recordaba haber visto sentados a las afueras de la ciudad antes de empezar la escaramuza, estaban limpiando las calles de fantasmitas y demonios y una gran luz azul envolvió de lleno el grupo de magos blancos de ataque.

Una voz que no conocía habló por el canal de la party.

—¿A qué esperáis? ¡Es vuestro!

El ataque conjunto no tardó en llegar, bombardeando al boss con las curas más potentes de las que disponía el pequeño grupo de curanderos.

Cuando Ikki vio al boss desaparecer, cuando escuchó la musiquilla de victoria, dejó caer todo el peso contra el mago negro, que se dejó caer al suelo entre risas. Hasta le palmeó la espalda.
Lulú ladró, dando vueltas por todas partes, moviendo la cola tan deprisa que a Ikki no le extrañaría si salía volando. La perra se trepó a sus muslos, apoyando las patas en su pecho y estirando la lengua para ver si podía lamerle la nariz.

Alguien, creía que era un soldier, se dejó caer a su lado, dándole las gracias. Uno de los magos blancos se agachó para estrecharle la mano y Marshmallow fue a saltitos hacia él antes de dejarse caer de lado contra su pierna.
Shun llegó corriendo y le abrazó, tirándolo al suelo.

Ikki quería llorar, pero no lo haría.
Rió, una sola carcajada y abrazó a su hermano, mientras más gente llegaba para unirse a la celebración.

La victoria nunca le había sabido tan dulce.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on January 31, 2017, 04:38:32 PM
Y volvemos con los mosqueteros, y un carretón de feels :v shipper traaaash

~+29~

(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


—¿Sigue escribiendo? —preguntó Airin en voz baja mientras hacía girar una ramita entre sus dedos.

—Sip. —contestó Kíli riendo entre dientes.— Parece que le ha dado fuerte.

La pelirroja resopló contra el hombro del chico, dejando de mirar cómo el hermano de éste intercambiaba mensajes via omnitool con la mechanic que habían conocido aquella accidentada mañana, y frotando la cara contra la tela de su túnica.

—A nosotros sí que nos han dado fuerte, voy a tener pesadillas con los puñeteros gnomos.

El arquero le acarició la cabeza como si fuera una mascota, asintiendo él tambien. Si fuera posible soñar en el juego estaba seguro que aquellos bichos habrían tenido alguna que otra aparición estelar en sus horas de inconsciencia.
Se ladeó un poco hasta reposar su sien sobre la coronilla de Airin y murmuró contra su pelo.

—¿Tú crees que es buena idea empezar una relación aquí, atrapados en un juego?

La chica dejó de frotar su cara y arrugó la nariz, aunque Kíli no pudo verlo. Preguntar algo así de repente y sin aviso... había comprobado que era habitual en el arquero, pero no estaba segura de cómo responder, de a qué santo y por qué de todo venía eso, ni de cómo se lo tomaría él.

—En realidad no. ¡Pero! —Airin quiso elaborar cuando notó el cambio en la tensión del cuerpo del moreno— depende de cada persona. No puedes controlar los vínculos afectivos como si tal cosa.

Kíli dejó escapar un sonido indefinido de asentimiento, y sopló para apartar los cabellos pelirrojos que se le intentaban meter en la boca.

—Además, —continuó la chica con humor,— que algo no sea buena idea no ha servido antes para apartaros de ello, ¿no?

—Mmno. —concedió Kíli, enredando los dedos entre las puntas de la melena roja.

Pasaron unos cuantos minutos en silencio, recostados el uno contra el otro, observando cómo Pip dormía despatarrado sobre su mochila y varias armas, y Fíli socializaba por chat.
Era curioso verlo desde fuera, cómo entrecerraba los ojos y levantaba una ceja más que la otra mientras redactaba lo que quería preguntar, la forma en que las comisuras de sus labios se elevaban en un gesto fugaz cuando tenía un mensaje de respuesta, haciendo que sus bigotes trenzados se balanceasen. El brillo de sus ojos a la luz naranja de la omnitool.

Airin se sorprendió pensando que quería que fuera feliz. Fíli, y Kíli. Quería que fueran felices. Tambien Pip. Que nadie les hiciera daño a sus muchachos.
Se llevó una mano al cuello de su por fin recuperada túnica al notar los ojos calientes y estiró hacia arriba, tapándose hasta la nariz.

—¿Qué estás pensando que te pones roja? —susurró Kíli soplando de nuevo sobre su cabello— ¿Te gusta mi hermano?

La chica frunció el ceño y movió la cabeza hacia atrás intentando otear el rostro del arquero, pero lo más que consiguió llegar a ver fue una barbilla barbuda y la punta redondeada de su nariz.

—Me gusta, pero no como insistes en querer pensar.—Airin dejó escapar un suspiro que a Kíli se le hizo extrañamente frágil— No me gusta la gente, pero vosotros tres me gustáis.

—Eso ya lo sabemos cielo. sólo hay que ver lo que nos aguantas. Sabes que los tres te adoramos ¿verdad?—el arquero le empujó ligeramente de la barbilla, inclinándole la cabeza más atrás todavía y depositando un beso corto y del revés sobre su frente.

Airin tuvo la certeza de que sus gráficos estaban teniendo algún tipo de mal funcionamiento, tenía que ser un glitch, o un bug. Se le había roto un píxel más o menos a la altura donde tenía su esternón de mentira. Se llevó una mano al pecho y arrugó la tela entre sus dedos, agachando la cabeza y encogiéndose un poco sobre si misma.

—Oye... —empezó Kíli

—¿Hmm?

—No te molesta que sea así, ¿no?

—¿Que sea qué cómo? —la chica se giró a mirarle con confusión— ¿Tú? ¿Que seas tú así? ¿A qué te refieres?

Kíli se enderezó y echó los brazos hacia atrás, haciendo rodar los hombros. Descubrió que su hermano lo observaba con curiosidad, pero negó suavemente con la cabeza esbozando una media sonrisa, y Fíli se encogió de hombros y volvió a bajar la mirada de vuelta a sus menesteres, dándole una semblanza de intimidad.
El moreno se levantó del suelo y estiró de la mano de Airin, haciendo un gesto hacia el pequeño balcón de la cabaña arbórea donde se habían aparcado a pasar la noche. La pelirroja le siguó afuera.

Al fondo entre las copas de los árboles se podian atisbar las montañas, y por encima de ellas las estrellas titilaban en constelaciones distintas a las del mundo real, aunque igualmente hermosas.

—¿Kíli?

El arquero se recostó de espaldas con los codos apoyados sobre la barandilla de madera.

—Quiero decir... que soy un fresco. —sonrió con resignación y dejó caer la cabeza hacia atrás, mirando al cielo despejado.— Todo el día abrazándote y tocándote el pelo y todo eso. Tiene que ser canso para t- ¿Airin?

La chica le había abrazado sin dejarle terminar de hablar. Había rodeado su torso con ambos brazos, agarrando la tela que cubría su espalda, y había escondido la cara en el hueco entre su cuello y hombro, y podía notar su aliento cálido contra la piel descubierta de su clavícula.
Kíli la abrazó de vuelta apretándola más contra él y tragó saliva.

—Me gusta que me abraces.—el muchacho tuvo que esforzarse para oir el murmullo, pero Airin continuó,— me gusta que me abraces, y que me toques el pelo, y que me digas cosas bonitas aunque parezcan ñoñas. No estoy... acostumbrada ¿vale? No es que no me guste, es que no sé cómo reaccionar.

—Mírame. Airin, mírame. —la chica negó contra su garganta, y Kíli sintió que algo por dentro iba a desbordarle de forma inminente.

Se dió la vuelta, quedando de espaldas al interior de la cabaña, y agarrándola por la cintura la levantó hasta sentarla sobre la barandilla, aunque no la soltó hasta que hubo atrapado sus manos entre las suyas más grandes. Acariciando sus nudillos, aprovechó la diferencia de altura a su favor para observarla desde abajo. La mirada dulce de Kíli reflejaba tenuemente la luz del paisaje nocturno, pero su vista contemplaba la imagen de la chica pelirroja, con las mejillas sonrojadas y los ojos húmedos, recortada contra el fondo de estrellas en un mar de árboles inmenso y azul.

—Ey. Airin, —dijo el arquero levantando una mano para apartarle un mechón rebelde de la cara— si te gusta, entonces no hay ningún problema, porque yo no pienso dejar de hacerlo hasta que tu me digas que no lo haga más. ¿Vale?

Ella asintió con timidez.

—¿Me das un beso?  —preguntó él con una sonrisa traviesa.

En realidad Kíli no estaba intentando pescar nada más alla de un beso de buenas noches en la mejilla, pero cuando Airin llevó la mano con la que aún le agarraba la suya hasta los labios y los posó contra sus nudillos desenguantados, sintió que si estiraba un poco más el brazo podría agarrar la mismísima luna y bajarla del cielo.

*
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Kora on February 28, 2017, 08:07:56 AM
Mes sin inspo y sin talento. Bad post OP pls delete.
(Icons otro día RIP).

--

51.

- Todo controlado por aquí…

El grupo de jugadores liderado por Nightwing había partido para dar caza al segundo boss que atacaba Sanctuary. Aquellos de job con destreza alta siguieron al co-líder de los Crimson Raiders por los tejados, mientras que el resto los seguía por las calles, plagadas por el séquito del boss. Los de menor nivel se encargaban de los monstruos menores, dándole al autodenominado Equipo Azul la posibilidad de centrarse plenamente en el boss.

Según le habían informado en mensajes frenéticos en la Omnitool, el boss era afín al elemento Agua, bastante grande, pero con menos HP que el boss al que se enfrentaba Lilith con el Equipo Rojo. Un tercer grupo no oficial, el Equipo Amarillo, había conseguido atacarlo y retenerlo, haciendo de avanzadilla.

- Más vale que te des prisa o te quitan el rango. - Le dijo Notathief, guiñándole un ojo. Nightwing se rió en respuesta.

Desde lo alto de una cornisa vio la figura del boss en la plaza de Sanctuary, y Nightwing alzó la mano para detener a los que iban con él, al mismo tiempo que activaba la Omnitool con la otra para avisar del alto a los que estaban en tierra.

- ¿Cómo vamos de granadas eléctricas? - Se giró para preguntar a Solis. La pequeña, aunque era Mechanic, cabalgaba a lomos de su enorme lobo mecánico y podía seguir el ritmo de los Stalkers y Assassins perfectamente.
- Suficientes para todos nosotros y listas para usar. - Como muestra de sus palabras, Solis sacó una de su inventario, y se la tendió.
- Bien. - Haciéndola saltar en su mano, Nightwing activó el chat para la Party. - Apartaos todos del boss primero para que no entréis en el área de efecto de las granadas. Eso va también para vosotros, Equipo Amarillo.

No sabía si podían infligirle parálisis a un boss de aquel calibre, pero seguro que le harían daño. Le indicó a Solis que repartiera granadas para todos los Stalkers y Assassins que iban con ellos, los cuales no tardaron en colocarse en posición.

Afortundamente, los chicos del Equipo Amarillo tenían la suficiente experiencia con una Guild para entender el concepto de trabajo en equipo, y la Mechanic apartó su robot del agarre del monstruo, retirándose unos segundos.

- ¡Sólo durante un momento! ¿Entendido? - Le replicó la chica. - ¡Que hemos llegado primero.
- Sí, sí… tened cuidado. - Dijo Nightwing, girándose hacia el resto del equipo. - ¿Listos?

Había llegado tarde, pero tenía un plan sencillo y fácil de llevar a cabo.

A su orden, los Stalkers y Assassins aprovecharon la altura y su agilidad para rodear al boss mientras lo bombardeaban con una corta ronda de granadas eléctricas. El cuerpo semi-gelatinoso del lagarto gigante se sacudió con descargas, y aunque no se llegó a paralizar, Nightwing comprobó con satisfacción que le habían conseguido quitar un trozo de HP ya de entrada. No mucho, pero sí lo suficiente para animar al Equipo Azul a retomar la carga.

- ¡Al ataque!

En un escenario de ciudad, un Stalker como Nightwing contaba con ventaja. Al igual que los otros habían hecho, usó su cuerda y gancho en cornisas, ventanas o bordes para moverse por el aire, atacando con rapidez y retirándose antes de que el enemigo pudiera contraatacar.

Nighwting hubiera preferido tener un rol más activo, pero en aquella situación, prefería supervisar que el grupo estuviera en buen estado y atacando efectivamente al boss.

- ¿Todo bien? - Preguntó a un Biochemist, aterrizando brevemente a su lado. Éste simplemente asintió con efusividad, como si no hubiera entendido su pregunta, y siguió dirigiendo a su homúnculo a distancia segura. Respuesta suficiente para Nightwing en aquella situación.

- ¡Cuidado!

En uno de sus ataques, el boss invocó un torrente de agua, llevándose por delante a unos cuantos jugadores, y Nightwing hubiera estado entre ellos de no ser por sus reflejos que le permitieron saltar hacia un edificio cercano en el último segundo.

Estando en el aire, en mitad de una voltereta, fue cuando empezó a ver las pequeñas partículas luminosas y sentir la electricidad a su alrededor. La Summoner de mayor nivel de la guild, Rydia, había desparecido unos instantes durante el combate, y ahora volvía con fuerza.

- ¡Dejad paso! - Avisaron unos jugadores.

Cuando alcanzaban cierto nivel, los Summoners accedían a invocaciones mayores, más que las pequeñas criaturas que les acompañaban durante un corto tiempo en el combate o lanzaban un ataque y se desvanecían. Eran eventos importantes en el combate, impresionantes para todos los que lo observaban, y aquel no era para menos.

La chica de pelo verde entraba por las calles de Sanctuary a lomos de un enorme caballo con un cuerno gigante en la frente, dando un par de vueltas alrededor del boss antes de que la criatura se colocara sobre dos patas e invocara un trueno gigantesco que cayó sobre el monstruo con un ruido ensordecedor, cegándolos a todos durante unos segundos. Cuando volvieron a mirar, la invocación había desaparecido, quedando sólo una agotada Summoner.

No había sido suficiente para terminar con el boss, pero había sido otro buen trozo de su HP que había perdido.

- ¡Genial, Rydia! - Le aplaudió Nightwing. - ¡Vamos, Equipo Azul!

Con todo, estaba siendo un buen combate. Sólo podía esperar que le estuvieran yendo a Lilith las cosas igual de bien.
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on March 31, 2017, 01:14:44 PM
día 8 ... SOON
~+31~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)


—¿De qué iba aquello?

—¿Hm? —preguntó Kíli distraídamente a la par que observaba las flechas con magia elemental en uno de los puestos del mercado.

—¿Me estás escuchando? —Fíli resopló, cruzándose de brazos.

—Hmm, no. —su hermano tenía toda su atención puesta en las armas que se exhibían a la venta, catalogando mentalmente qué tenía en inventario, qué podía hacerle falta, y cuánto dinero podía gastarse.

El rubio frunció el ceño y estiró del brazo de Kíli, llevándoselo a la fuerza por entre la gente a pesar de las protestas. Cuando llegaron a un rincón tranquilo de la plaza lo empujó obligándolo a sentarse en un banco, y levantó el dedo índice amenazadoramente.

—Espérame aquí.

Kíli abrió la boca, pero su hermano ya se alejaba a zancadas decididas. Se encogió de hombros y desplegó su omnitool dispuesto a comparar precios y ofertas mientras esperaba.

Palanthas era una ciudad algo más bulliciosa de lo que había esperado, para estar tan alejada en el mapa, pero con mucho encanto. Tenía sentido, puesto que era donde arqueros y bardos acudían para pasar las pruebas y subir respectivamente de job. El mercado era bastante grande y estaba lleno de objetos apetitosos para los jugadores de su rama de oficios, y los vendedores se esforzaban por competir unos con otros ofreciendo buena mercancía a precios razonables. Era un buen cambio respecto al panorama habitual de tener que vender un riñón para hacerse con material apenas decente. ¡Y la gente era amable! Probablemente debido a la afluencia de visitantes de su clase, no andaban faltos de entretenimiento y eso hacía más llevadera la situación.

El chico se pasó las manos por la cara, cerrando los ojos y frotándose los párpados. Cuando los volvió a abrir, su hermano estaba delante de él, tendiéndole uno de los aperitivos que llevaba en la mano.

—¡Palogofre! —desde que Airin les había mostrado aquella maravilla, Kíli había decidido que aquellas salchichas grandes y sabrosas cubiertas de masa dulce y esponjosa de crêpe y atravesadas por un palito de brocheta era su nuevo manjar favorito.

Aceptó el ofrecimiento con ansias hambrientas, empezando a mordisquear la cubierta crujiente mientras Fíli se sentaba a su lado calibrando por dónde empezar a comer el bollo relleno con forma de pez que se había comprado para él mismo.

—¿A qué te referías antes? —preguntó el moreno con la boca llena.

Su hermano no respondió inmediatamente, ocupado en masticar la aleta trasera del pez sin que se le escurriese el relleno.

—La otra noche —dijo por fin el rubio, lamiéndose un pulgar. Y especificó,— Airin y tú, en la cabaña.

—En la cabaña… ¡Ah! —la memoria de Kíli visualizó el evento al que se refería el knight.—¿Cuando salimos al balcón?

Fíli asintió, dando un buen mordisco a su tentempié. Tenía varias opciones en mente, pero prefería esperar a conocer la respuesta que apostar al azar.

—Se os veía muy a lo vuestro —comentó mirando de reojo al menor,— muy íntimo todo, ¿estáis saliendo?

—¿Qué?! —Kíli estuvo a punto de atragantarse.— ¡No!

—¿No? ¿No le pediste salir? —sorprendido, Fíli se limpió las migas del bigote frotándose con la mano libre. Él habría jurado que estaban teniendo ese tipo de conversación. — Pues yo estaba convencido. ¿Kíli?

Su hermano había dejado de prestar atención a su aperitivo, y miraba hacia algún lugar indefinido del suelo al otro lado de la plaza con las cejas arrugadas. Fíli rezó por no haber metido la pata. Con todo lo dado que era Kíli a hacer el tonto y compartir su disposición habitualmente alegre, mucha gente pasaba por alto lo sensible que era en el fondo. Movió la pierna, chocando su rodilla con la de su hermano, y le observó con la cabeza ladeada, esperando.

—Es que, es… es complicado —dijo el chico encogiendo un hombro.— Me gusta.

—Lo sé. Desde el primer día.

—Me gusta mucho. Y sé que yo le gusto a ella. ¡Y sólo nos conocemos de una semana! —Kíli se mordió el labio inferior dando varias vueltas a la brocheta entre sus mano— Pero es que sé que hay algo más, no es simplemente me gusta y ya, es algo mucho más fuerte Fíli, es exagerado y sé que los dos lo notamos. Pero ahora mismo todo es tan…

—Ya. —dijo el rubio, sucinto. No podían salir del juego, no tenían la posibilidad de verse cara a cara en el mundo real.

—Pero es que además, si le pidiera algo en serio no creo que me dijera que no —el chico se dejó caer de lado contra el hombro de su hermano, como si al quejarse se hubiera desinflado.— Y no se qué hacer.

—Sinceramente, —dijo Fíli pasando un brazo por encima de los hombros de Kíli,— creo que lo mejor para los dos es que sigáis como estáis. Tomáoslo con calma, id a vuestro ritmo. Es verdad que no es el mejor momento, pero la gente no elige cuándo se enamora.

La mirada incrédula del moreno le decía muchas cosas, y Fíli no pudo evitar esbozar una sonrisa sesgada.

—¿Me dices que es exagerado y pretendes que no me dé cuenta de qué es? Venga ya, enano. —su hermano pequeño se removió gruñendo entre dientes, pero él no aflojó su abrazo.— Es obvio que hay algo entre vosotros, y ha sido una semana intensa, no son unas circunstancias normales en las que puedas ir a tomar un café y luego volverte a casa a seguir con tus cosas. A mí personalmente no se me va a olvidar nunca el paso por las montañas.

—No me lo recuerdes. Aún se me ponen los huevos de corbata al pensar todo lo que nos ha pasado hasta ahora —dijo Kíli volviendo a morder su palo-gofre y hablando con la boca llena.— Es que a veces la miro y me tiraría de cabeza, pero otras todo es abrumador y no sé si me da más miedo por mí, o por ella.

Fíli asintió con la cabeza terminando de masticar su bollito, entendía a qué se refería su hermano. En cierta forma Airin se parecía a Kíli, sólo que en vez de esconder sus sentimientos tras una apariencia bromista, la chica usaba su independencia como escudo frente al mundo y su respuestas cortantes como un arma para protegerse. Y para que eso fuera así, primero tenía que haber aprendido de la experiencia de las heridas.

—Tú lo ves posible, ¿verdad? —preguntó Kíli tras lanzar el palito de madera rechupeteado y limpio, encestándolo en una papelera cercana.

—¡Pero qué dices, si yo pensaba que ya estabais liados! —le revolvió el pelo a su hermano, levantándose del banco y tendiéndole la mano.— ¿Cómo no va a serlo? Hazle caso a tu tato y no te agobies.

—Pfff. —el moreno sólo resopló y se dejó incorporar.

—Ahora ya puedes volver a tu embelesamiento con las flechas holy. —dijo Fíli con aires magnánimos.

—¿Me estás dando permiso?—preguntó Kíli con falsa ofensa, riéndose cuando el rubio asintió con porte regio— Qué tío, hay que ver. ¡Oye! ¿Y la mechanic del otro día?

—¿Mechanic? —Fíli evitó mirarle de vuelta, repasando con la mirada los distintos puestos en la plaza del mercado.

—Sí, ya sabes, guapa, agresiva, eficiente, pelo dorado, bajita… —enumeró Kíli con un brillo rapaz en los ojos.— La chica con la que te mensajeas privados todos los días.

—No sé de qué me estás hablando. —respondió el rubio retorciendo uno de sus bigotes con aire distraído..

—¡Y yo que me lo creo!


~
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on April 30, 2017, 01:13:36 PM
día 8 ... SOON still


~+32~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/daenerys.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/khaldrogo.jpg)


Pero Fíli sí que había estado pensando en mandarle un mensaje a Neko al respecto de algunos cachivaches que había visto en el mercado. Solo que lo haría más tarde, cuando su hermano no estuviera pendiente de él, pero no por ningún motivo en concreto. Hum.
Dejó de retorcer la punta de su bigote entre los dedos y señaló un tenderete más adelante, lleno de espadas y piezas de armadura de entre las que asomaba una cabeza rojiza familiar.

—Ah, mírala, ahí está.

—¡Airin! —llamó Kíli acercándose a la chica.

—Tienen muchas cosas bonitas, lo quiero todo, —contestó ésta poniendo morritos y tocando la manga del arquero.—  Hola. ¿Qué me aconsejas, Fíli? Algo que me vaya bien con la espada, así, desde tu sabiduría de segundo job.

El rubio abrió la boca para responder pero una voz femenina y desconocida se le adelantó.

—¿Airi? ¿Airin Stark, eres tú nena? —La pelirroja se giró tan rápido en dirección hacia esa voz que habría podido provocarse un latigazo cervical.

—¿Dani? Oouff, —La soldier dejó escapar un resoplido cuando ante el asombro de sus dos compañeros presentes una figura menuda pero muy sólida saltó sobre ella, la abrazó con fuerza hasta levantarla del suelo y después le echó un brazo al cuello, haciendo que se balanceasen juntas.—¿Qué haces aquí?

—Qué hago aquí dice la muy tonta, qué voy a hacer nena, sobrevivir, como tú. —La recién llegada, una gypsy de pelo platino y ojos violetas, soltó su agarre para pasarle las manos por las mejillas amorosamente y apartarle el cabello rojo de la cara.— Oh, Airi. Me alegro tanto de verte, pero no de que sea aquí.

Fíli y Kíli observaban la escena de hito en hito, sin dar crédito cuando su compañera abrazó de vuelta a la otra chica.

—Lo sé pitufa.

Entonces una sombra se hizo presente detrás de las muchachas, un berserker moreno y enorme, con pinturas de guerra en el cuerpo, que cruzado de brazos y sin haber dicho todavía nada ya resultaba de lo más intimidante.

Kíli abrió mucho los ojos, y tras un vistazo momentáneo a su omnitool donde pudo escanear y reconocer el nombre de Khal, se acercó un paso a su compañera, quien extrañamente para su habitual sentido del peligro no parecía intimidada en absoluto.

 —¿Drogo? —preguntó Airin con una media sonrisa sesgada. El berserker asintió con un cabeceo. Ella se giró a mirar de nuevo a la gypsy, aunque señalando al hombre entero con la mano abierta.— ¡Pero Dani, haber empezado por ésto!

La chica simplemente se echó a reír de una forma desinhibida y adorable, sonrojándose levemente. Airin pareció acordarse repentinamente de los hermanos, y se dio la vuelta hacia ellos, agarrando el brazo de Kíli con ojos alegres y brillantes.

—Chicos, ésta es Daenerys, ¿qué nick llevas aquí? —preguntó a media presentación.

Stormborn, ¿tú?

—Uh, Brightblade, —Airin titubeó antes de proseguir,— éstos son Kíli, SilverArrow, y Fíli, GoldenLion.

—Encantada —dijo Daenerys estrechándoles la mano respectivamente, y dándole un codazo discreto al hombre que la acompañaba para que hiciera lo mismo.— Éste es Drogo.

Khal. —dijo el berserker, imperturbable.

Tras un momento de silencio, Airin entrecerró los ojos y ladeó la cabeza en un movimiento que Fíli ya había aprendido a identificar como presagio de que las cosas se iban a poner interesantes.

—O sea, que éste es el tío por el que me dejaste. —dijo la pelirroja sin perder su mirada calculadora.

—¿Qué?! —exclamó Fíli mientras su hermano dejaba escapar ruidos semejantes a los de un animal moribundo. Últimamente hacía eso mucho.

El berserker se encogió de hombros sin rastro de remordimiento.

—¡Pero no lo digas así, que parece cualquier cosa! —Daenerys empujó a la soldier entre risas.— Primero corté contigo, y luego me fui con él.

—Destrozahogares. —dijo Airin sonriendo hacia el hombre mientras le daba sin miedo con el dedo índice en un brazo de la misma anchura que su cabeza.— Rompefamilias.

El berserker descruzó los brazos, llevándose las manos a la cintura.

—Esa familia ya estaba rota, —dijo divertido— soy bueno en lo que hago.

—¡Pero si habla! Sois horribles, horribles los dos, el uno para el otro. —rió Airin agarrando la mano de Kíli, que la miró sin saber a qué atenerse ya.— Dani y yo salíamos en el instituto.

—¡Éramos novias, dílo bien! ¡Y éramos tan monas que dábamos asco!

—Argh, cállate Dani. —Fíli no se molestó en disimular su risa ante la vergüenza de la pelirroja por las palabras llenas de énfasis de la gypsy.

—Aw, no sufras, sigues siendo muy mona Airi.

Tampoco Kíli parecía muy incómodo con la situación una vez hubo superado la sorpresa inicial. ¿Cuáles eran las probabilidades de encontrarse con un ex amistoso dentro de un juego como aquel?

—¿Entonces ahora has cambiado de fase? —preguntó el arquero con un guiño travieso,— ¿Has pasado de rubios a castaños?

—¡Oohh! ¡Me gusta este chico! —Exclamó Daenerys por encima de los ruidos indignados de Airin, que se intentaba tapar la cara estirando de la túnica con la mano libre y no conseguía ángulo para empujar a Kíli con la mano que éste le sujetaba.

Fíli y el inmenso berserker cruzaron miradas de entretenimiento y se encogieron de hombros a la vez, como diciendo, vaya.

~
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on May 31, 2017, 03:56:47 PM
día 8 ... acaba ya maldita sea argh, casi se me olvida subir esto.


~+33~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/fili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kili.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/daenerys.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/khaldrogo.jpg)


—Esto no te lo debería decir yo —la gypsy echó una mirada de reojo hacia donde su amiga incordiaba a su novio actual en compañía del knight.

—Pero vas a hacerlo. —Kíli la observaba con las cejas levantadas.

—Pero voy a hacerlo, —confirmó la chica,— porque si no sería una tragedia; los dioses saben que a Airi hay que sacarle las palabras a la fuerza cuando se trata de ella misma, y tú no te vas a atrever a presionarla. Que me parece bien.

El arquero dio varias vueltas a la flecha que tenía en la mano y que originalmente había sacado como muestra de algo que habían estado discutiendo hacía ya rato y que nada tenía que ver con su el giro más reciente de su conversación.

—No es que Airi se lleve mal con su hermano, —comenzó Daenerys mordisqueándose el labio inferior,— es que Renji es un capullo. Siempre lo ha sido con ella.

Kíli frunció el ceño, recordando la charla en la que la pelirroja había mencionado a su familia. La gypsy interpretó el gesto de manera correcta.

—No es un mal tío, así en general, supongo que si tiene amigos es porque con ellos se portará bien. ¿Pero con su hermana? Nah. Desde que lo conozco ha hecho lo posible por mantenerla vigilada de cerca, pero alejada de todo lo que parecía que fuera importante para ella; intentó ligar conmigo, insistiendo en que mi novia no era lo suficientemente buena para "una chica como yo".

—¡Qué hijo de..! —gruñó el chico. Su mirada prometía dolor si alguna vez llegase a encontrarse cara a cara con el hombre del que hablaban— Mi hermano no haría eso. Un hermano… ya no bueno, simplemente normal no haría eso.

—Su familia no es exactamente normal, —comentó Daenerys con rabia contenida, cogiendo la flecha de Kíli y pasando los dedos por las plumas— su madre murió cuando ella era un bebé, su hermano le echa la culpa y su padre no es capaz de mirarle a la cara porque se parece a ella. Pero yo he visto un par de fotos, y si, se parece, pero tampoco es un clon. Los dos hermanos son pelirrojos igual que su madre, su padre es moreno. Pero sólo ignora a su hija porque por lo visto la combinación de colores de pelo y ojos es demasiado para él.

El tono que estaba usando la chica dejaba muy clara su opinión sobre los familiares de la soldier que reía ajena a ellos algo más allá. Y Kíli sabía que no dudaría un segundo en seguir su juicio, había podido comprobar de primera mano como Airin se volvía distante y retraída, todo a su alrededor gritaba vulnerabilidad mientras intentaba buscar defensas contra un ataque que nunca saldría de ellos.

—Eso es injusto con ella. —murmuró indignado.

—Mucho. No sólo no recuerda a su madre, si no que además vive en una batalla constante en la que parece que quieran hacerla responsable. Bueno, Renji no lo parece, lo hace y ya. Yo le oí decirle una vez que había arruinado su vida porque antes de nacer ella él tenía una madre y un padre y los tres eran felices.

—Hace falta ser rastrero, en lugar de cuidar de su hermana pequeña, de enseñarle cosas de su madre… —Kíli notó como el calor se le subía a la cabeza en un arranque de ira incontrolable. Si lo hubiera tenido delante le habría echado las manos al cuello.— Es un impresentable, un vulgar matón, eso es lo que es.

—Me gustas.

—¿Qué? —el arquero se vio completamente descolocado por el non-sequitur de Daenerys.

—Que me gustas. Me gustáis, tu hermano y tú. —la chica sonrió con una expresión cálida y amable que borró todo rastro de la inquina que hasta hacía unos momentos era claramente visible en su rostro.— Sois buena gente, chicos de fiar, y tenéis el corazón en el lado correcto. Y Airi necesita gente así que la aprecie.

El muchacho sintió que su acaloramiento cambiaba de naturaleza, a medida que el sonrojo se le iba extendiendo por las mejillas y hasta las orejas, haciendo que perdiese el hilo de lo que iba a decir. Se frotó la mano libre por la nuca, revolviendo más aún sus cabellos oscuros sin saber muy bien cómo responder. Daenerys simplemente se rió bajito y sin más palabras volvió con los otros tres, al rescate de su amante berserker.

Fíli dirigió una mirada interrogante hacia su hermano pequeño, que contestó al gesto de pregunta con algo que podría ser interpretado como 'luego'. El rubio se encogió de hombros, y tras pasar la vista significativamente del arquero a la chica pelirroja de forma intermitente, levantó las cejas con una sonrisa pícara y le pasó el brazo por los hombros a la soldier, dando tiempo a que Kíli se acercase por el otro lado, cerrando su escolta.

Cuando Airin le dirigió una sonrisa alegre y entrelazó sus brazos despreocupadamente sin interrumpir su conversación, Kíli pensó que a lo mejor la gypsy sí que sabía de lo que hablaba.

~
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on July 31, 2017, 03:55:10 PM
christ on a cracker be done already A tío Pip le pasan cosas que no creeríais.

~+34~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/airin1.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/pip.jpg)


Pip se estiró de la trenza por enésima vez y mordió con saña el cigarro que pendía entre sus labios.

—Pero que eres un puto NPC, no me jodas, no puedes regatear a un merchant class así.

Como respuesta el bot le subió el precio de venta.

—Rectifico, eres un puto NPC de mierda, hijo mal parido de mil putos glitches. Mil bardos borrachos vomiten en tus inventarios cada día.

Escupió de lado, acertando la baldosa vacía entre el mostrador y la pared como si fuera un forajido en una película del oeste, y se sintió un poco reconfortado en su miseria. Sería un NPC, pero le iba a tocar fregar su puñetero establecimiento. Cortó la interacción desde su omnitool señalando desde su parche hacia la zona general del bot con el dedo de en medio y salió de la tienda. Seguía necesitando munición. Por lo visto a Palanthas le había tocado el código cabrón en la armería y a él le habían puesto en frente al vendedor programado con menos ganas de hacer su trabajo del juego. Pero él tenía pase VIP.

Le dio dos caladas profundas al cigarro, se subió los pantalones a su posición anatómicamente intencionada, se caló el sombrero con decisión y se sorbió la nariz a conciencia. Se iba a enterar el juego de quién era él.

—Vamos a ver piltrafa, —bramó abriendo la puerta casi, sin casi, de una patada, como si de un sargento de instrucción se tratase canalizando sus mejores recuerdos de aprendiz en el trabajo.— Me vas a dar esa puta munición YA, aunque tenga que saltar al almacén y estrangularte las pelotas con las cananas, ¿me oyes? Y las quiero para ayer, que soy yo quien te paga los días en el server, mierdapixel!

 —Por supuesto, en seguida —respondió el bot con una sonrisa amable y encantadora, procediendo a sacar el material demandado.

—Vamos hombre, no me jodas. —masculló Pip entre dientes.— esto es para tener testigos, que luego no me creen.

Desde su omnitool le llegó un aviso de notificación y desplegó la pantalla para ver el mensaje que le había enviado Airin.

«Estamos en la plaza del mercado, me he encontrado con una amiga, ¿vas a tardar mucho?»

Meneó el cigarro de arriba a abajo divertido mientras contestaba:

«Depende, ¿está buena?»

No tardó en entrar el siguiente mensaje en su bandeja.

«Sí, su novio es un berserker de dos metros que está tremendo *carita feliz*»

—Ay que puti, cómo me vienen criados y qué bien los refino —comentó con una sonrisa de pillo. Luego se giró para encararse de nuevo con el NPC, que esperaba tras haber procesado sus compras de repostaje.— ¿Y tú que coño estás mirando, eh?

—¡Gracias por comprar aquí, que tenga un buen día! —El bot inclinó la cabeza de forma presuntamente adorable

—En serio… —Pip salió del establecimiento mirando por encima del hombro como si tocasen retirada de entre las filas enemigas, sin bajar el ritmo hasta llegar a una de las calles principales que conducían a la plaza del mercado.— Qué mal rollito me dan estos loli-bots, paaaszor.


~
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on September 30, 2017, 04:00:22 PM
mad max + one winged angel en repetición...  y qué migraña más intensita tengo =-=  POR FIN DÍA 12 -turú-



~+35~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)


Palanthas estaba ardiendo.
Las llamas consumían los edificios de madera de la ciudad, y oscurecían las torres de piedra de las murallas que la rodeaban. El rugido del incendio, masivo y descontrolado, se podía oír desde una distancia considerable. Al igual que también podían oírse los rugidos del par de dragones que sembraban la destrucción por doquier. Y al acercarse lo suficiente se podían distinguir las auras débilmente coloreadas de hechizos de protección y ataques mágicos entre el tinte anaranjado que había cobrado el final del bosque junto a la bahía.

—¿Qué puta…? —El lancer había frenado en seco, estupefacto ante la escena que presenciaban, sin haber salido aún del camino entre los árboles que conducía a la ciudad de los bardos.

Yumichika agarraba su brazo, apretando los dedos hasta clavar sus uñas en el cuero de su brazal izquierdo, cuando vieron alzarse a uno de los dragones, oscuro y fluído como una mancha de tinta negra con correas que parecían de color sangre al brillo de las llamas. El monstruo parecía llevar algo entre las fauces, que sacudió varias veces con violencia antes de lanzarlo por los aires con un bramido que hizo vibrar el aire a su alrededor. Al caer, quedó claro que ese algo había sido un jugador.

—Ikkaku, no. —El ninja detuvo el paso hacia adelante de su compañero.— Es una locura, y lo sabes.

—¿Y qué mierdas pretendes que haga, eh? ¡No puedo simplemente quedarme mirando cómo… cómo..! —el hombre señaló hacia la ciudad con el brazo libre, en un gesto cargado de impotencia e indignación. Se pasó la mano por la cara y la cabeza sin pelo, frotándose hasta la nuca, y luego dio una patada a una piedra que salió rebotando.

Yumichika se mordió los labios, mientras revisaba los logs de chats en su omnitool. Y se terminó de poner blanco sin acabar de pasar por toda la lista.

—Es lo mismo. Es lo mismo en todas partes.

—¿A qué te refieres? ¿Yumi? —el lancer se acercó a mirar por encima del hombro del moreno, su vista saltando de una linea de chat a otra, comprobando cómo los jugadores se avisaban unos a otros sobre ataques en ciudades, dando la voz de alarma para tal o cual guild, reclamando refuerzos y sobre todo jobs de soporte vital.

—Es una puta cacería, está pasando igual en todas las ciudades del juego Ikkaku. —el ninja tragó saliva.— No hay  cómo escapar de esto.

—Salvo no estar en una ciudad en estos momentos. —le devolvió la mirada, solemne y decidido.— Y quién sabe por cuánto tiempo eso será una opción.

El moreno asintió, y pasó a abrir su inventario.

—Tenemos que planificarnos bien.

—¿Optimizar recursos y todo eso? —el lancer lo imitó, subiendo los puntos de habilidad que había aprovechado para ir consiguiendo mientras leveleaba en el camino a pie hasta allá.

—Estrategias de batalla, planes A, B, C y D, pociones, propiedades elementales… —enumeró poniendo orden en su arsenal personal.

—Yumi, ningún plan, por bueno que sea, sobrevive al primer contacto con el enemigo.

—!Pero nosotros tenemos que hacerlo! ¿No pretenderás que entremos ahí corriendo a tontas y a locas verdad? —Yumichika agitó la mano con el brazo extendido hacia Palanthas, donde los monstruos no daban respiro— Eso son un proto, y un Bahamut completo, elemental oscuro y fuego y no quieras saber cómo se llaman su ataques. Y desde aquí no podemos ver sus séquitos.

—No pienso darme media vuelta. —contestó Ikkaku empecinado.

—¡No piensas! ¡Ese es tu problema, que no piensas! —exclamó el ninja en mitad del camino hacia la histeria.

El lancer se disponía a replicarle algo desagradable cuando sus ojos divisaron una figura alzándose sin impedimentos hacia donde el Bahamut agitaba las alas en el aire y escupía fuego sobre las murallas de piedra.

—¿Qué..?

La figura llevaba lo que parecía una lanza, pero a juicio de Ikkaku debía ser una espada demasiado larga para ser útil, y en contra de haberse detenido, había esquivado una enorme llamarada en el aire y seguía avanzando implacable hacia el monstruo. Y cuando llegó a un rango de alcance, le asestó una estocada con aquel arma ridícula.
Y el dragón bramó, pero los puntos de daño aparecieron sobre él.

—¿Eso es un samurái? —murmuró Yumichika de hito en hito— Lleva la nodachi más grande que he visto nunca.

—No tiene pinta de samurái, —contestó el lancer echando a correr hacia la ciudad,— no he visto ninguno que vista así antes.

—¡Entonces tiene que ser un VIP!

El jugador misterioso no dejó en ningún momento de atacar a los monstruos alados, pero estos tampoco cesaron en su empeño de esparcir la destrucción.
Cuando llegaron a las puertas de Palanthas, la escena era mucho peor de lo que habían anticipado.

Había varios supports atrincherados entre las paredes derruidas, casteando efectos de área; un par de arqueros de bajo nivel arrastraban a gente herida hacia la zona cubierta en que los hechizos de curación se hacían activos. Las huestes de hombres-dragón, espectros y salamandras asolaban las calles; unos cuantos magos de diversos colores se turnaban para mantener barreras mágicas  que repeliesen su paso en torno al improvisado hospital de campaña.

—La puta que los parió. —masculló el ninja, habitualmente poco dado al lenguaje vulgar que disfrutaba su compañero.

Ikkaku analizó el campo de una ojeada con precisión, y saltó por encima de algo que antes había sido probablemente un carro de venta de comida.

—¡Eh, panda de lagartas! —increpó, llamando la atención de dos draconianos que intentaban dar alcance a una alchemist pequeñita que huía aterrorizada— ¿Queréis saber a cuánto voy a vender vuestros culos escamosos?

Los híbridos se giraron hacia él como si hubieran tenido la comprensión suficiente para ofenderse por sus pullas.

El cuchillo de Yumichika surcó el aire casi antes de que uno de los lagartos abriese la boca, y se le clavó limpiamente entre las amígdalas cortando de raíz la bola de fuego que estaba por escupir, haciendo que esta explotase en su garganta, con la consiguiente lluvia de sangre y cenizas.

—Que ascazo me dan cuando hacen eso —se quejó el ninja arrugando nariz y labios en una mueca de desprecio.

Su compañero resopló por la nariz, y barrió a sus enemigos con unos cuantos giros de lanza bien posicionados. Cuando hubo terminado de limpiar la entrada, se giró hacia los magos que mantenían la barrera en su sitio.

—¡Eh chavales! ¿Hay alguien al cargo aquí que ponga orden? —llamó a gritos.

Los magos se miraron entre ellos con confusión,  pero entonces una champion bajita y morena apareció de una de las callejuelas laterales que desembocaban en la puerta.

—La plaza del mercado es una carnicería, —gimió sin resuello y al borde de las lágrimas— es todo un caos, no podemos luchar contra los dragones, los monstruos de sus séquitos y contra el fuego al mismo tiempo, la torre del teatro se ha caído y hay gente atrapada dentro, y los espectros respawnean ahí…

—Respira. —ordenó Ikkaku agarrándola por un hombro. La chica tomó aire temblorosa, un par de veces, y sus ojos pálidos se volvieron hacia el hombre, que volvió a preguntar,— ¿Tenéis a alguien a cargo de la defensa?

La champion negó con la cabeza, señalando al búnker improvisado.

—Esto… esto es lo más organizado que he encontrado hasta ahora. Más adentro es todo caos.

El lancer mató una salamandra que se acercaba corriendo hasta ellos y tuvo que callarse una grosería cuando una voz grave irrumpió desde arriba.

—Dadme heal. —Unos cuantos grititos ahogados respondieron a la petición del recién aterrizado, pero aún así le alcanzaron varios hechizos de cura y alguno de protección.

—¡Eh! ¿Qué level eres? —llamó Ikkaku.

—Más alto que tú —respondió el hombre apartándose el larguísimo cabello con un movimiento de cabeza que Yumichika tildó de ‘regio’ en su mente. Y sí, cargaba la nodachi más grande que hubiera visto nunca él. Ni probablemente nadie.

—Muy bonito melenas, y seguro que la tienes más larga también campeón, pero eso no le importa a nadie. —contestó el lancer despectivo.— Lo que nos interesa ahora mismo es que esos jodidos bichos del infierno no te almuercen mientras intentamos sacar a alguien con vida, necesitamos todo el margen que podamos conseguir.

El hombre miró hacia donde los dragones se habían replegado, y entrecerrando ligeramente los ojos, se dirigió a los recién llegados.

—Si podéis correr por los tejados y esquivar el incendio, en la plaza central hace falta gente que pueda luchar y dar órdenes para dirigir a otros. Si sois capaces de organizar a los grupos que hay allá, haré cuanto esté en mi mano por mantener ocupados a los Bahamut el mayor tiempo que me sea posible.

Ikkaku y Yumichika cruzaron una mirada.

El lancer giró su arma para ganar tracción y propulsar al ninja hasta el tejado más cercano, y después saltó él ayudándose de la lanza como si fuera una pértiga.

—¿Hacia dónde, mi comandante? —inquirió el calvo con una sonrisa feroz y llena de dientes.

El otro hombre esbozó un leve levantamiento de las comisuras de sus labios, y con un movimiento de cabeza, echó a caminar entre las llamas, aparentemente inmune a ellas.

(https://media.giphy.com/media/WhQ2Y6n0PXtuM/giphy.gif)

***



Animalicos invitados: Salamandras (http://l2ru.info/images/mobs/terr_mon_109.jpg), Hombres-lagarto (https://i.pinimg.com/236x/0a/44/25/0a44253502144ece4466d40aaa95ca51.jpg), Draconianos (http://i.pinimg.com/236x/32/87/e3/3287e39bf9ae5e240b6e146248818bab.jpg), Bahamut (https://gbf.wiki/images/thumb/2/21/Bahamut.png/600px-Bahamut.png), Proto-Bahamut (https://gbf.wiki/images/thumb/c/c1/Proto_Bahamut.png/600px-Proto_Bahamut.png)
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on November 30, 2017, 07:08:23 PM
eehhh.... iconos. Iconos, mañana o pasado.



~+36~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg) (http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/kurz.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/sephiroth.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yeul.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/hinata.jpg)


—Estamos todos jodidamente locos. —murmuró Yumichika entre dientes.

Ikkaku se encogió de hombros sin negarlo, siguiendo al hombre de cabello… ¿gris? ¿plateado? Tanto daba, tenía más nivel que ellos, parecía seguro de lo que hacía, y estaba luchando por salvar a gente que no conocía. Ikkaku podía respetar eso.  Corrían tiempos difíciles para la gente con jobs dependientes de puntos de honor.

—¿Cuándo ha empezado este sindiós? —el lancer tuvo que levantar la voz para hacerse oír entre el estruendo del caos.

—Alrededor de mediodía. —El samurai frunció el ceño, apretando la espada en la mano izquierda. Señaló lo que había sido la plaza del mercado con un gesto de cabeza, entre las llamas y los monstruos, la resistencia era poca e ineficaz.— Tenéis trabajo de sobra.

—Heh, descuida, se nos da bien poner orden. —Ikkaku vio como el ninja saltaba ya de cabeza en cabeza por encima de varios draconianos, y estos fueron cayendo muertos a su paso.— Yumi es muy particular con la limpieza y los lugares diáfanos.

El samurai resopló aparentemente divertido, y empezó a castear algo que parecía un blindaje de protección. Entonces un ala enorme y negra como su atuendo se materializó en su espalda, saliendo de su hombro derecho, y saltó impulsándose con ella, llamando la atención de los dragones.

—Joder con los VIPs. —Ikkaku se crujió el cuello hacia ambos lados, rodó los hombros y corrió directamente hasta el borde final del tejado, saltando al vacío y dejándose caer sobre un montón de hombres lagarto y salamandras que parecían retenidos por un campo de fuerza.

Aterrizó con la lanza por delante, ensartando tres o cuatro bichos como si fueran parte de una brocheta improvisada y procedió a descuartizar todo mob que se le cruzase en su área de cinco metros cuadrados. Por el rabillo de ojo vio a Yumichika rodar y tapar la guardia abierta como una ventana de par en par de una chiquilla de pelo azulado que entonaba algo con los brazos levantados hacia el cielo. Ikkaku agitó su arma, sacudiendo los cadáveres de ella y apartando de una patada un trozo de salamandra. La barrera invisible cedió, y corrió hacia el hueco que había abandonado su compañero.

—¿Job, level, estatus? —inquirió el lancer a gritos mientras sostenía por el brazo un chaval de pelo rubio alborotado.

—¡Alchemist, alto, mierda, cuidado! —El rubio lanzó una botella de algo explosivo contra los lagartos que se les venían encima, y que procedieron a saltar por los aires.

—¡No sé qué es esa mierda, pero me gusta! ¡Dame veinte! —al oír a Ikkaku el alchemist rompió a reír y enarboló un hacha con ambas manos.

—¡En cuanto tenga dos minutos para fabricar, vas a ver tú los fuegos artificiales colega!

—¿Qué llevas encima? —preguntó el lancer girando el mástil con fuerza y esquivando un trozo de madera en llamas que cayó de un tejado.

—Mucha mierda, sólo necesito poder mezclarla, y soy muy rápido.

—¿Tienes algo de área?

—De eso se encarga Etro, —dijo el rubio descabezando limpiamente a un draconiano.— ¡Etro, área!

La chiquilla a la que Yumichika protegía asintió al oír al alchemist, se apartó el pelo de la cara, levantó los brazos una vez más y empezó a invocar. Su voz clara se elevó por encima del campo de batalla, resonando como una campana al sol de la tarde. En un enorme radio a su alrededor, los jugadores que se defendían en grupos vieron subir sus niveles de vida al máximo, sus armas refulgir con bendiciones de ataque y sus auras brillar con hechizos protectores.

Ikkaku dejó escapar un resoplido incrédulo. No quería hablar antes de tiempo pero a lo mejor tampoco estaba todo perdido.

—¿Verdad que es la leche? —a su lado el alchemist parecía que no cabía en sí de orgullo.

La champion bajita y morena con la que había hablado en la entrada apareció a su lado con un derrape y una pirueta casi aérea que describió un arco por encima de sus cabezas.

—¡Hola preciosa, me alegro de verte! —el lancer echó una ojeada por la zona buscando a Yumichika. Cuando lo encontró se dirigió otra vez a la muchacha.— Si necesitáis algo, soy Ichiban, ¿me guardas el sitio?

Moondancer, —se presentó ella, y lo despidió al mismo tiempo con un gesto de mano.— ¡Gracias!

Ikkaku corrió hacia el centro de la plaza, se trepó a las ruinas amontonadas de varios puestos de mercado e inspeccionó el campo.

Las llamas habían ido cerrando el cerco, consumiendo los edificios a su paso; los tejados por los que habían llegado a la carrera resultaban ahora poco más que impracticables.  Frente a él el alchemist y la champion estaban en primera línea de defensa, con un buen combo de ataques a corta distancia. A su derecha algo más allá un nutrido grupo de soldiers apretaba filas en torno a un par de magos que se turnaban para castear curas y hechizos, mientras intentaban sacar a otros jugadores de entre los escombros de la antigua torre del teatro de la ciudad.
Un poco más atrás de donde estaba él podía oír gruñidos de algún animal y una melodía de flauta. Eso quería decir que había un bardo, y probablemente algún hunter con su acompañante peludo.
Justo debajo tenía a Yumichika cuidando de la invocadora que iba a ser su as en la manga.

Sobre la ciudad, en el aire, el samurai se batía incansable contra los dragones.

Ikkaku se frotó las manos por la cara, escupió de lado, y después de hacer crujir sus nudillos, se llevó dos dedos de cada mano a la boca.
El silbido agudo y penetrante que surcó el aire tuvo el mismo efecto que si alguien hubiera pulsado el botón de pausa durante unos momentos.

—¡Necesito soldiers alrededor de éste perímetro, gente de ataques cuerpo a cuerpo y rango corto distribuíos para que no haya huecos descubiertos en primera línea! ¡Etro, ven aquí, al centro! ¡Magos, a su alrededor, cerrad el círculo! —A la voz potente y autoritaria del lancer, los jugadores empezaron a correr hacia las posiciones que les iba indicando sin pensárselo dos veces.— ¡Bardos, alquimistas, clase archer y rango largo en segunda fila!

—¿Y el oso? —preguntó una voz dubitativa. Había acertado, un hunter.

—¿Lanza rayos láser por los ojos? ¿No? ¡Pues en primera fila, y tú detrás!

—¿Y yo? —el ninja había saltado junto a él, ahora que la invocadora estaba a salvo y con una fuente segura de maná.

—Tú donde quieras, como si pudiera pararte alguien. —Ikkaku sonrió feroz, y Yumichika le devolvió el gesto.

—Bueno, pues entonces, a bailar.

***



Animalicos invitados: Salamandras (http://l2ru.info/images/mobs/terr_mon_109.jpg), Hombres-lagarto (https://i.pinimg.com/236x/0a/44/25/0a44253502144ece4466d40aaa95ca51.jpg), Draconianos (http://i.pinimg.com/236x/32/87/e3/3287e39bf9ae5e240b6e146248818bab.jpg), Bahamut (https://gbf.wiki/images/thumb/2/21/Bahamut.png/600px-Bahamut.png), Proto-Bahamut (https://gbf.wiki/images/thumb/c/c1/Proto_Bahamut.png/600px-Proto_Bahamut.png)
Title: Re: neverland 1.1: you can (not) escape
Post by: Airin on December 31, 2017, 07:59:53 PM
No icons, we party hard, we die in the dark. (http://saintseiyayaoi.net/Smileys/emotes/649734.gif) Feliz 2018



~+37~
(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/ikkaku.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/yumichika.jpg)



Las espesas nubes oscuras que se habían ido arremolinando en torno a la batalla aérea parecían querer descargar una tormenta violenta sobre la cuidad medio en ruinas. A Ikkaku no le habría importado algo de lluvia que apagase los focos que ardían sin control, pero el tinte ligeramente verdoso que reflejaban no tenía pinta de prometer nada bueno.

Sabía, por los tres o cuatro mensajeros que se habían prestado voluntarios a comunicar los distintos frentes abiertos, que la forma más eficaz de curar y mantener a salvo a los heridos era sacándolos de los límites de la ciudad. Mientras quedase alguien para distraer su atención, los bosses y sus séquitos no abandonaban su asedio, y el bosquecillo frente a las puertas se había convertido en algo así como un hospital de campaña improvisado.

Con una buena organización defensiva habían conseguido mantener sus posiciones durante un par de horas interminablemente largas y aunque había habido bajas, casi de milagro ninguna había sido definitiva. Un shapeshifter de pelo blanco y escamas en la cara incluso había vuelto corriendo a la batalla al perder una vida y respawnear en mitad del bosque.

Ganasen o no, Ikkaku se sentía orgulloso de haber jugado con aquellos chavales. Pero quería ganar. Necesitaban ganar.

Y justo cuando apenas quedaban monstruos de las comitivas de los dragones, y muchos de ellos parecían pensar que tenían la partida ganada, el suelo empezó a temblar.

De no haber sido por las caras asustadas y las exclamaciones de sorpresa de la gente de apoyo que permanecía inmóvil en su puesto asignado, los que luchaban contra salamandras o draconianos no se habrían dado cuenta de forma inmediata, ocupados con sus peleas. Pero lo que empezó como una especie de vibración, un movimiento como si el metro pasase por debajo de Palanthas, rápidamente se transformó en convulsiones y sacudidas dignas de un auténtico terremoto.

Ikkaku maldijo, y buscó a Yumichika por sus alrededores con la mirada, hasta encontrarlo en pie y corriendo en guardia hacia el centro de la resistencia, donde descansaba la pequeña invocadora con cara pálida. Un grito de angustia colectiva le hizo girarse de nuevo hacia el frente, y las tripas se le hicieron un nudo al ver como el samurai caía al vacío, describiendo espirales mientras aquella ala negra y magnífica se deshacía dejando un rastro de plumas en el aire.

Entonces las ruinas que quedaban amontonadas de lo que había sido la torre del teatro de Palanthas explotaron, y una onda expansiva silenciosa se extendió hasta llenar por completo el perímetro de la ciudad. Un pulso electromagnético recorrió la plaza tumbando a amigos y haciendo agitarse a enemigos, achicharrando a los cortejos que aún atacaban a los jugadores y esparciéndose como una esfera de energía cubriendo el aire hasta chocar contra los dragones que habían hecho caer al samurai.

Ambos Bahamut rugieron y se retorcieron cuando la explosión de energía los envolvió, con la potencia justa y necesaria para desmenuzar sus cuerpos en píxeles sobre los tejados, sin haber podido recuperar puntos de vida después de los ataques continuos que habían recibido hasta hacía momentos.

Y sin saberse muy bien cómo, igual que había empezado, acabó.

Las nubes que se habían cernido pesadas dejaron caer la lluvia que llevaban dentro; gritos, vítores, y lloros empezaron a poblar el aire del atardecer.




(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/sephiroth.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/aerith.jpg)(http://honey-rider.net/bt/morpg/sagu-icons/raistlin.jpg)


La sensación de flotar era extraña. Una pequeña parte consciente de su mente le decía que algo así no debería haber sido posible, el resto se dejaba llevar por la corriente sin oponer resistencia.
Unas manos pequeñas y frescas le tocaron la cara, apartándole el pelo húmedo con suavidad.

—Vamos Seph, no seas perezoso, te estamos esperando. ¿Hasta cuando piensas seguir durmiendo?

El samurai abrió los ojos y parpadeó confuso, el reflejo naranja del atardecer bañaba las ruinas de la ciudad, y donde antes ardían las llamas ahora humeaban los rescoldos mojados bajo la lluvia.

La joven de pelo castaño que sonreía inclinada sobre él se apartó un poco hacia atrás, dejándole ver donde más allá se congregaba un grupo de gente que reconocía. Observó al lancer y al ninja que había reclutado en las puertas y que habían resultado ser un instrumento clave en la defensa de Palanthas conversando con la chiquilla de pelo azulado que había estado invocando barreras de protección hasta el agotamiento. Vio como la champion y el alquimista chiflado revoloteaban alrededor de un mago con cara de pocos amigos y paciencia resignada, y volvió a girarse a la muchacha que le había hablado.

—¿Aerith? —preguntó incrédulo.

—Por aquí me llaman FlowerGirl,—respondió ella con una sonrisa traviesa y un dedo empujando contra su mejilla.

—Entonces llámame OneWingedAngel, —replicó el hombre rodando los ojos e incorporándose hasta quedar sentado.

—¿Te han dicho alguna vez que eres un poquito pomposo, Seph?

—Parece que tu mago va a explotar.

Aerith se encogió de hombros con despreocupación.

—Nah, aún no tiene suficiente maná para explotar otra vez.