Author Topic: アゲイン! / Again!  (Read 6311 times)


Shinka

アゲイン! / Again!
« Topic Start: May 25, 2016, 04:06:40 AM »
Buenoooooo x3 Me gustaría publicar mi primer fic >w</ aun me falta practicar mucho pero es un comienzo :'3


Shigure estaba sentada en un cómodo sofá en un rincón de su balcón, había estado así las últimas dos horas, sin pensar nada realmente pero tampoco con la mente en blanco, detestaba sentirse así. Sin embargo sabía la causa de esto: Dentro de unos días empezarían sus vacaciones y no sabía que hacer realmente, los últimos años de su vida habían sido una rutina de trabajo, comer y dormir, ahora que al fin disponía de tiempo libre no estaba del todo segura que deseaba hacer, después de todo solo disponía de dos semanas para hacer todo lo que tenía pendiente. "¿Qué son dos semanas?", pensó con amargura a la vez que soltaba un fuerte suspiro. Decidió recostarse en el suave sofá de cuero para relajarse por un momento, estar así le resultaba ligeramente relajante, no lo suficiente pero al menos le ayudaba a pensar con claridad.


Desde su balcón siempre había podía apreciar todo y llenarse de aire, esa era una de las razones por las cuales adoraba haberse mudado a aquel sitio. Su departamento era su mayor Shigure estaba sentada en un cómodo sofá en un rincón de su balcón, había estado así las últimas dos horas, sin pensar nada realmente pero tampoco con la mente en blanco, detestaba sentirse así. Sin embargo sabía la causa de esto: Dentro de unos días empezarían sus vacaciones y no sabía que hacer realmente, los últimos años de su vida habían sido una rutina de trabajo, comer y dormir, ahora que al fin disponía de tiempo libre no estaba del todo segura que deseaba hacer, después de todo solo disponía de dos semanas para hacer todo lo que tenía pendiente. "¿Qué son dos semanas?", pensó con amargura a la vez que soltaba un fuerte suspiro. Decidió recostarse en el suave sofá de cuero para relajarse por un momento, estar así le resultaba ligeramente relajante, no lo suficiente pero al menos le ayudaba a pensar con claridad.


Desde su balcón siempre había podía apreciar todo y llenarse de aire, esa era una de las razones por las cuales adoraba haberse mudado a aquel sitio. Su departamento era su mayor y único orgullo, si bien era de hecho algo simple eso no era más que parte de su encanto, una simple sala, un baño, un cuarto y una cocina, eso era su departamento.

Su atención fue desviada totalmente por los gritos de unos jóvenes jugando, dos chicas de estatura mediana, con pelo castaño y largo perseguían a un chico alto con el pelo sumamente corto, la escena le resultaba nostalgicamente familiar. Recordó sus días junto a Byakuya, lo divertido que era pasar la tarde junto a ella y sus amigos luego de la escuela, conversar juntos, tomar una malteada, cualquier cosa que sucediera en el momento tenía un toque especial junto a ellos. El recuerdo le sumió en una ligera tristeza, habían pasado diez años desde que los vio a todos por última vez, al acabar la preparatoria todos tomaron rumbos distintos, la despedida no fue exactamente como ella lo hubiera deseado, fue por más simple y corta, más también le trajo a la mente una promesa. Habían prometido volver a reunirse y cumplir un extraño reto, pasar por doce clubes tomando en cada uno de ellos hasta emborracharse, todo en una sola noche. La promesa le causo algo de gracia y risa, se sorprendió así misma riendo luego de mucho tiempo, al terminar de reír algo en su cabeza se iluminó. ¿Por qué no reunir a todos sus amigos y cumplir el reto planeado hace diez años en este momento? La idea le parecía algo loca y apresurada pero no perdía nada intentando.


Con prisa y nada de elegancia se levantó del sofá en dirección a su teléfono el cual reposaba en una pequeña mesita con un cajón en medio. Abrió del mismo para dejar descubierta su pequeño cofre lleno de tarjetas, libretas y documentos de importancia, sabía bien donde se encontraba lo que buscaba, por lo cual no le supuso problema meter su mano hasta el fondo de la cajón y sacar una pequeña agenda rosada, un regalo de Byakuya. En ella esperaba encontrar todos los números de celulares de sus amigos, rezaba por que no los hubieran cambiado o se les hubiera perdido. Con un cuidado ceremonial abrió la pequeña agenda, teniendo cuidado de pasar de página en pagina, recordaba vagamente donde estaban el número de sus amigos, así que decidió pasar hasta la página diez sin prestar mucha atención a los demás números. Su corazón dio un pequeño brinco de la emoción y alegría al ver el nombre de Byakuya junto a su número. Trago pesadamente mientras contemplaba el mundo, empezaba a sentir los nervios y la tensión, además de las preguntas acumularse en su cabeza, la emoción no le había dejado pensar claro. ¿Y si estaba ocupada? ¿Y si cambió su número? ¿Y si...? Habían muchos "Y si". Sintió su estomago revolverse por el estrés. Tomo un profundo respiro y río para si. ¿Qué más daba? Era arriesgarse o pasar las dos siguientes semanas encerrada en su departamento mirando el techo.

Con presteza empezó a marcar los números escritos en la agenda, esperando y suplicando internamente para que su llamada fuese contestada.
« Last Edit: May 25, 2016, 04:31:24 AM by Shinka »


Miyu

Re: アゲイン! / Again!
« Reply #1: May 25, 2016, 04:30:34 AM »
Ya es costumbre nunca corregir U////U perdón.~

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



¿Qué era lo buscaba en ese tiempo? cuando miro mi pasado, en ese pequeño poblado, enterrado entre montañas y casi deshabitados un gran abismo se crea. ¿Desde cuándo me volví tan pesimista? ¡Já! yo mismo labre mi camino hasta donde estoy parado actualmente pero, no dejo de recordar mi vida en ese sucio lugar y ahora viéndolo desde ahí me doy cuenta que estoy ante un irrefrenable destino. Cada paso que doy, cada suspiro que sale de mi boca es solo la conformidad y la apatía que gané en todos estos años. Ahora soy esa persona que odie toda mi vida, un ser de provecho para nuestra sociedad.

Ahhh~ hundí mi cara en la bufanda de color negro  enrollada en mi cuello, la suavidad de la tela es algo reconfortante más mis pensamientos me alejan de mi destino.

—¡Heeeey Daiki! Llegaron tipas de buenas curvas.~~
—¿Mh? —miré hacia el frente— ¿Qué pasa Sawamura?
—Vamos hombre, hay FEMINAS DE ANCHAS CADERAS Y BUENAS TETAS EN EL LOCAL ¿QUIERES QUE TE LAS DIBUJE? ¡QUE SE VAN A IR!
—¿Q///QUÉ? ¡Deja de ser imbécil!

Mis mejillas ardían, el ardor de la sangre agolpándose en mis cachetes, las sentía más que bien. ¡Rayos! Actualmente trabajo en una tienda de instrumentos musicales, con la mísera paga de un empleo de medio tiempo y los alimentos que me mandan mensualmente mis padres —agricultores— puedo llegar míseramente a fin de mes. Se suponía que la vida en la capital iba a ser de burdeles, putas, sexo, alcohol, ROCK 'N' ROLL!!! y pues, golpee mi cara contra la realidad, solo eso. Mierda.

Con el sonido de los campanales de la puerta, que avisan cuando alguien entra, me sacaron de mi mundo; ah, no se tocar ni una guitarra.

—¡LLEGAS TARDE MAMURA!
—Lo siento Jefe, culpe al pervertido de los pechos —señalé a mi compañero que ingresaba unos pasos más atrás a los míos.

La tienda en sí es pequeña y nuestro superior siempre nos está retando pero tampoco es la gran cosa, estamos ubicados en una calle poco concurrida, así que a veces se tiene suerte y otras los clientes escasean.

El entrecejo del jefe nunca se va, al poco tiempo te acostumbras.

—¿Y las bellezas? —preguntó el otro.
—Se fueron, notó —suspiró un segundo, levantándose de su asiento detrás del mostrador—. NOTÓ QUE LAS ESTABAS SEÑALANDO. INÚTIL Si no odiase a los extranjeros, ustedes dos ya estarían despedidos.
—¡Oh vamos jefecito Kimura sama! Con lo rabioso que es, seguro se escapaban a los días~! A los japoneses nos puede sobre explotar e igual lo haríamos más que bien al trabajo.
—NO CUANDO LE SEÑALAS EL TRASERO Y LOS PECHOS A LAS CLIENTAS —siguió con su voz elevada Kimura. Nunca supimos bien quién es él, pero siempre ha tenido un aspecto de ex rockero, con sus cabellos teñidos de rojo ardiente y una camiseta negra entallada que deja al descubierto sus músculos, de abajo siempre jeans y unas zapatillas de tenis.
—Las tipas nunca compran instrumentos, vienen a ligar —añadí a la charla, comparado a sus treinta y tantos, mi edad parece insignificante.
—Daiki tiene razón, solo vienen a buscar algún polvo y novios...
—Pero nunca se fijan en ti Sawamura —dije sonriendo, mientras dejaba mi chaqueta y bufanda colgadas en el perchero. Saqué un paño de un estante y un sprite para lustrar.

Los días pasan lentamente mientras mi juventud se desvanece de mis manos, dejé escapar un suspiro; viendo mi reflejo en la madera de la Gibson, ojos rasgados y sin vida, pareciendo siempre cansado, unas delineadas ojeras que enmarcan mis orbes negruzcas~ ¡quiero ya acabar con todo!

—¡Un cliente Mamura! —sentenció Eiji— ¡Prestas atención!
—Sí —suspiré

Elevé mi mirada hasta el mostrador, dejando la guitarra colgada. Siempre entran niños gritando con sus sueños puestos en la punta de sus lenguas, el jefe tiene más experiencia en eso así que normalmente les da un discurso de por qué deberían seguir estudiando, a veces lo veo como un padre otras como un capullo de primera.

—¡Ah Daiki! —la voz que chilló fue la de un antiguo compañero de la secundaria, ha cambiado bastante; más alto, más seguro y enfundando un traje de negocios. ¿Cuál era su nombre?
—¿En qué puedo servirte? —mi mirada confundida y su sonrisa estúpida me hizo recordarlo, el sujeto alegre, que nos llevaba siempre a todos en sus aventuras y se la pasaba sonriendo, ahora que lo pienso, qué hipócrita que era este tipo: Suwa Hiroto.
—Soy yo Hiroto —se señaló a sí mismo, me sorprende que aún tenga decolorado sus cabellos en ese tono naranja.
—Lo sé, la sonrisa de mono es inconfundible —carraspee, llevando mi mano hecha un puño hasta cerca de él, Suwa la golpeó con la suya—. Tanto tiempo.
—No has cambiado nada, hasta te sigues tiñendo de rubio —siguió tocando mis nudillos contra los de él—. Jo hombre, estamos viejos.
—¿A qué vienes?, dudo que tengas ganas de tocar algún instrumento.
—Perdona, es que a la loca de Shigure se le ocurrió visitar nuestro pueblo natal en la golden week, quiere que hagamos el reto de los doce clubes.
—Hey Mamura, si no compra algo que se vaya, aquí no es tienda de sociales, al menos has que pase atrás —Eiji nos señaló la puerta de los empleados, a decir verdad, el lugar es pequeño pero tiene una máquina de café y un televisor.
—Ok —respondí, empujando a Suwa hasta la sala del staff y haciendo que se siente en una de las sillas— ¿Qué hay con eso? Estamos viejos para jugar a los adolescentes borrachos.
—Gracias —me sonrió, yo comencé a dar vueltas molesto, hace bastante tiempo que perdimos el contacto con ellos—. Mi esposa me obliga, ¿SÍ? Habló con ella y sucedió, tengo un hijo pequeño, preferiría pasar mis vacaciones con ellos.
—¿Entonces? —pregunté intrigado, que tenga hijos o esposa me sorprendió pero hace tanto tiempo que supongo, es normal.
—Mi esposa, Byakuya, es… MOLESTA. Me insistió TAAAANTO que no tengo opción —suspiró.
—¿Y bienes a molestarme a mí?
—Bueno, eres el más cercano a mi trabajo y hablé con tus padres, estan felices de que vayas —sonrió nuevamente, mostrando un aura con brillitos y shine alrededor de él.
—¡¿Q-U-É?! YOYOYOYO NO QUIERO, ODIO ESE LUGAR Y DEBE ESTAR CONGELADO, MORIRÉ DE FRÍO, MI SISTEMA NERVIOSO AHORA ES DE CIUDAD NO DE CAMPO.
—¿Sistema nerviosa? Pfff ¿reprobaste alguna materia con biología?
—¡YAAA! No iré.
—Tus padres te esperan. ^—^
—NOOOOOOOOOOOOOOOO, ¡NADIE ME A OBLIGAR!
—Revisa tu contestador cuando llegues a casa, Daiki ¿ok?

Y así es como mi vida terminó en un abrir y cerrar de ojos, quizás cometer suicidio y arrojarme en las vías del subte no es tan mala opción, al menos traumaría a unas cuantas personas…
« Last Edit: May 25, 2016, 09:33:17 PM by Miyu »


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Miyu

Re: アゲイン! / Again!
« Reply #2: June 30, 2016, 12:28:22 PM »
Tampoco está corregido ni releído QwQ ains, coloco topes luego y pues ¡AL FIN USO A SHO-CHAN! <3

┅ ☆ ┅
El clima invernal venía golpeando a la capital desde hace algunos días, el frío seco tumbaba las pocas ganas de sus alumnos en asistir al instituto y eso él, el gran Shinagawa Daichi, recién graduado de la facultad no podía permitírselos, esos rufianes tendrían que aprender que dejar en espera A SU AMADO PROFESOR Y ENCARGADO DEL SALÓN, era algo absurdo.

Caminando por la entrada de Monshiro, repasó mentalmente una lista de cosas que deberían estar en un perfecto orden sagrado:

→ Cabellos decolorados y en punta. ✓
→ Sonrisa millonaria. ✓
→ Traje negro, caro y lustroso. ✓
→ Corbata no tan ajustada y sobresaliente. ✓
→ Zapatos relucientes a juego. ✓
→ Maletín repleto de mangas de la Shounen Jump para leer en su baño privado. ✓
→ Billetera para comprar panes de yakisoba. ✓
→ Espada castigadora de bambú en hombros. ✓

¡Sí! Todo en orden y perfecta armonía para la entrada triunfal del autoproclamado mejor profesor de instituto sobre la faz de la tierra. En fin, acomodó sus gafas y con pasos presurosos correteó por los pasillos.

—¡BIEEEEEEN! —entró como demonio dentro de su aula, golpeando la puerta con sus zapatos— DE PIE —sonrió, ladeando la comisura derecha de sus labios.
—Shina sensei, ESE ES TRABAJO DE LA ENCARGADA DEL CURSO —replicó una de las chicas de los primeros asientos, estrellando ambas manos en su pupitre—. Digo cofcof, ¡de pie queridos compañeros!
—¿TENGO QUE RECORDARTE QUIÉN MANDA, ENANA? —lanzó su maletín hasta la chica, quien con un hábil patada lo devolvió directo al estómago del profesor— M—a—ma—maldi—tagdsfas cuatrosahs ojoasja —K.O., calló al suelo.
—Hoy tendremos hora de estudio.~

La sonrisa de Adachi Hana y el susto de sus compañeros, pronto se transformó en ruidos y risas.

┅ ☆ ┅

—¡¡GENIAL!!
Apoyó su cabeza contra la mesa, últimamente visitaba a menudo esa cafetería y con un pan de yakisoba al lado y sus mangas al rededor, suspiró.
—Le muhoz maas seor.~
La voz de una pequeña entró por sus oídos, le sorprendió que una niña con voz aguda y mala pronunciación le dirigiera su palabra, normalmente ver a un hombre con apariencia de delincuente asustaba a la mayoría.
—¿QUÉ? —gritó, aun apoyando sobre la fría madera— Hab... —se contuvo al encontrar su objetivo con la mirada de reojo, ella traía un pequeño aparato en sus oídos y calló.
—Disculpa Shina —otro ruido llenó el lugar y esta vez levantando la mirada, pudo ver a una chica joven de cabellos largos y rosados, casi violeta claro.
—¿Hmn? ¿Quién eres? —preguntó sorprendido de que supiera su mote.
—Vamos hombre. ¿Tu cerebro es tan pequeño que se olvidó de nosotros? —esta vez ladeó sus orbes hasta toparse con un enano que lo conocía más que bien, se sorprendió al verlo en un traje y aun fingiendo ser un nerd.
—Izumi —sonrió de mala gana, aún no recordaba a la otra chica— Me sorprende de que te casaras...
—¡¿AH?! —sorprendido le hizo la señal de fuck— esta es Mimori. ¿Eres imbécil?
—¡Perdón! en aquellos días tenía el cabello corto y era una tabla —viró su vista al lado contrario de los chicos, algo sonrojada—. Ella es Shouko Suwa, es hija de Hiroto.
La pequeña realizó una reverencia, sonriendo al levantar su cabeza.
—¡Oh! —golpeó su mano hecha puño contra la palma contraria— ¿Quieres del yakisoba Shouko? —la niña asintió y pronto Shinagawa colocó el plato en un asiento libre de la misma mesa— Siéntense, ya recordé quienes son, ustedes vivían conmigo en mi antiguo pueblo.
—Gracias —dijo Byakuya tomando asiendo al lado de Shouko e Izumi del lado contrario a ellas.
—Heeey Natsumi, tres cafés, un licuado de fresa y un pan de yakisoba ¿quieren algo de comer?
—No. Me sorprende que te hayas civilizado... —con un silencio incómodo, Daichi se puso de pie, sujetando la corbata del enano.
—¡Basta! —los detuvo la mujer, señalando a su hija algo asustada.
—Niña, con este tipo nos llevamos así —lo soltó, luego de largar un suspiro y arrojarse en la silla.
—Erh, tenemos algunos asuntos que atender contigo yankee —acomodó sus gafas Izumi.
—¿Qué? —imitó a su antiguo amigo— Si es por dinero, estoy QUE—BRA—DO...
—No, no. Shigure me llamo hace unos días atrás —colocó una pausa algo larga entre la charla Byakuya, bajando su mirada hasta los tejanos que traía—; ella quiere que vayamos en la golden week a nuestro antiguo poblado y hagamos ese reto de los doce bares.
—¿Shigure? ¿Doce bares? ¿EEEEEH? —sorprendido por no poder acordarse el nombre de la otra chica de su grupo, prontamente la imagen de los cabellos castaños de la mencionada aparecieron en sus memorias e intercambió miradas y gestos de mala gana con Gaku— ¿Aceptaste?
—No tengo motivos para rechazar la invitación —se encogió de hombros, Gaku Izumi parecía a simple vista un nerd cuatro ojos, sin ningún rasgo característico, un asiático más en simples palabras pero pocos podrían saber que él, en sus años de crío, había sido un pandillero de esos que andan en motocicleta y causan caos en todos los lugares que visitan, tenía una pésima reputación. Al entrar en la secundaria alta, cambió de pronto a la apariencia de chico solitario y anteojudo, luego su grupo de amigos habitual se comenzó a juntar con él y de alguna forma terminó siendo uno de sus mejores amigos.
—Umm bueno, beber hasta caer desmayado no suena tan mal, aún que me sorprende que esa pequeña haya sido la de la idea. Acepto.
Con la aceptación de Shinagawa, las personas que a Byakuya le tocaba, estaba completa y en un par de días, todo el grupo –en el mejor de los casos– estarían allá, listos para cumplir aquel reto que dejaron pendientes años atrás.


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