Bishoujo Team

“Oye, Naitocchi ¿no harás tarde para el colegio?”

Del monitor se podían ver las palabras de preocupación de mi amiga Kirara. Pero al igual que todas las mañanas, le respondía con la misma frase.

“Lo mismo va para tí ¿no?”
“Ups…hahaha ok, bye then!”

A pesar de que hubiese dicho eso, para mi no era tarde en lo absoluto. Todas las mañanas me despertaba media hora más temprano de lo necesario para hablar con Kirara mientras compartíamos datos y curiosidades sobre el nuevo juego que nos encontrábamos jugando.
Nunca pensé que Kirara, una chica interesada en la moda, le pudieran gustar cosas como Digimon. Pero fue gracias a el juego que nos hicimos amigas. Ella fue la primera persona en ponerme un nickname, y aunque Naitocchi fuera más largo que mi nombre real, para mi significaba mucho.

-Hm, aun tengo tiempo…-

Luego de vestir mi uniforme, salí de mi habitación y me dirigí hacia la cocina. Aún nadie se había levantado así que decidí preparar el desayuno para todos.
Con la tecnología todo era más fácil. Apretando botones de acá y de allá podía preparar todo casi sin necesidad de ensuciarme las manos. Pero esa mañana por alguna razón tenía las ganas y la energía de preparar todo en modo tradicional, así que apagué todo aparato que pudiera activarse automáticamente y comencé a preparar la comida.

Media hora más tarde se levantó mi madre y al ver que ya estaba todo listo, desayunó conmigo.
Y como siempre…

-¿Repasaste las materias para hoy?-
-Yup.-
-¿Hiciste la tarea?-
-La hice en el colegio ayer ¿recuerdas?-
-Oh… cierto.-

A veces creo que mi madre intenta descubrir qué hay debajo del caparazón de su hija. Como si lo que viera fueran dos seres de personalidad contradictoria en una misma persona.
Pero yo no le hacía mucho caso a eso.

-Oye, ¿no debes despertar a Seiji?- Le dije mientras recogía mis cosas para ir saliendo. -Se le va a hacer tarde.-
-Que él se haga responsable de sus actos.-
-Ook. Bye!-

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Una vez en la estación de tren, usé mi celular como siempre para convalidar mi abono, pero en el momento que pasó por la máquina, escuché un sonido que el celular no debería haber hecho.

Revisé el aparato cuanto antes, ya que sería un problema que se me rompiera ahora.

-¡Oye niña quítate del medio!- Creo haber escuchado alguien hablar, pero no le hice caso y seguí revisando mi aparato.

Cuando vi que funcionaba normalmente, seguí mi paso tranquilamente revisando mis aplicaciones y fue cuando escuché el sonido del tren llegar que lo noté.

-¿Qué es esta app?-

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Tratando de tomar aire luego de la corrida para alcanzar el tren, me senté en uno de los tantos lugares libres que había a esa hora de la mañana.

-Definitivamente… es mejor viajar a esta hora.-

Soy una persona a la que no le gustan los aglomerados de gente.

Entonces saqué de nuevo mi teléfono y empecé a inspeccionar la app que había aparecido sin que yo descargara nada.
¿Lo más interesante? Parecía tener que ver con mi juego preferido: Digimon.

La app se llamaba ‘Digivice’, aparentemente no era muy distinta del juego de digimon. Pero tenía algo muy curioso sobre ésta. Y eso era el mensaje inicial.

“Si logras evolucionar a tu compañero digimon, ¡algo fantástico ocurrirá!”

Lo primero que pasó por mi mente fue ¿tan difícil son de evolucionar los digimons? pero no le di mucha vuelta y simplemente comencé a jugarle.

-Poko poko poko~mon- Canturreaba mientras elegía a mi compañera de siempre, Pokomon. -Oh Pokomon, estás a una E away de pasarte al otro bando.- Le decía a mi Digimon mientras observaba los menús del juego y las cosas que se podían hacer.
-Serás un bebé pero bien que comes como un cerdo.- Le decía mientras la veía comer. -Aww ¡eres tan bonita!- Me daban ganas de abrazarla pero mi celular era demasiado pequeño así que me conformé con besar la pantalla.

Obviamente no podía no notar las pocas miradas curiosas alrededor mío, pero si ellos vieran lo adorable que era Pokomon, me entenderían perfectamente así que no les presté atención y solo seguí con mi juego.

-Pokomon, estamos por llegar a la escuela así que durante las clases no podré jugar contigo.- Al escuchar eso, Pokomon puso una cara triste, lo cual me sorprendió. -Pokomon… ¿tú me escuchas?- No hubo respuesta. -Pokomon… ¡te quiero mucho!- Y entonces las mejillas de Pokomon se pusieron tan rojas e hizo una sonrisa tan adorable que no pude contener mi emoción y abracé el celular. -¡ERES TAN ADORABLE!-

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Llegando a la escuela, no podía quitar los ojos de mi Digimon. Pokomon respondía a todo lo que yo decía y se hacía entender cada vez que tenía una determinada necesidad. 

-Mira Pokomon, esta es la escuela.- Girando mi celular hacia el otro lado, le mostraba a mi Digimon el lugar en el que estudiaba todos los días. -Cuando termine de estudiar aquí iré a una escuela muuucho más grande que ésta.- Le comentaba mientras ella observaba curiosa su alrededor. -Y cuando termine de estudiar allí podré conseguir un trabajo que me permita ganar muuucho dinero ¡y así podré tener la tecnología suficiente para llevarte conmigo a todos lados! ¿No es genial Pokomon?- Le pregunté mirándole a los ojos y ella me respondió con una sonrisa. -¡Exacto! Bueno aunque ahora también te llevo conmigo a todos lados… ¡pero ya sabes! ¡con dinero tal vez pueda contratar a alguien que te haga real! ¡hahaha!- Obviamente estaba bromeando, aunque la idea de tener un Digimon conmigo todo el tiempo era algo que desde pequeña siempre había soñado.

Y yo no era la única.

-¿Sabes Pokomon? cuando llegue a casa te presentaré a mi hermano. ¡Él es un fanático de Digimon como yo aunque no lo quiera admitir! De pequeños pasábamos todo el rato juntos mirando Digimon y jugando a los juegos...- Le comentaba mientras pasaba por la puerta de entrada ignorando las miradas y susurros de curiosos.- Y a diferencia de mí ¡él es super popular en la escuela! Estoy segura que si no fuéramos hermanos mellizos nadie creería que soy su hermana ¡hahaha...! Bueno, efectivamente eso es algo que una vez me han dicho así que de ahí saco la seguridad…- Pokomon notó un tono algo triste en mi voz y comenzó a saltar y hacer volteretas para animarme. -Aw ¡Pokomon! ¡No te preocupes! No estoy triste, ¿como puedo estar triste cuando te tengo a tí? Además, si mi hermano es feliz yo también soy feliz.- Cuando dije eso, Pokomon sonrió aliviada.

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Había llegado la hora del almuerzo y como esta mañana tuve tiempo de sobra para prepararlo, llevé mi comida afuera, al lugar donde solía comer todos los días.

-Mira Pokomon, este árbol es perfecto.- Le decía a mi Digimon quien también había comenzado a comer su almuerzo. -¡Es un árbol con doble vista! Si te pones de un lado, puedes ver a todos los alumnos ir de acá para allá, pero si te pones del lado opuesto, solo ves el vacío y siempre una gran brisa pasa por este lado.- Pokomon me miró con una cara confusa. -Pues yo tampoco sé por qué no se siente la brisa del otro lado, solo sé que éste es mi lado preferido.-

Pasamos un buen rato en silencio, cada uno aprovechando para comer su almuerzo, cuando de repente escuché a Pokomon pronunciar su primera palabra.

-¡Na-i-tou!-
-¿Hm?-
-¡Naitou!-
-¡¿Oooohh?!-

Sabía que los Digimons podían hablar, pero esta era la primera vez en mi vida que escuchaba a uno decir mi nombre.

-¡Pokomon! ¡Eres tan inteligente!-

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Cuando tomamos el tren de vuelta a casa, Pokomon comenzó a mostrarme el lugar donde ella vivía. A diferencia de muchos otros juegos de Digimon, este poseía un mundo bien definido en el cual había día y noche como en nuestro mundo, ríos y mares, plantas, árboles y todo tipo de cosas que uno puede encontrar en la naturaleza. Pero claro, era habitado completamente por Digimons.
Pokomon no tenía una casa, pero le gustaba recorrer el mundo para entrenar y volverse más fuerte. Era un digimon bastante independiente.

-Pokomon, ¿quieres evolucionar?-
-¡Sí!- Respondió. -¡Pokomon quiere ser el más fuerte!-
-Hehe, así se habla.-

No veía la hora que mi Pokomon se convirtiera en la bella y fuerte Renamon.


Llegadas a nuestra parada, bajé del tren y me dispuse a buscar a mi hermano. Pero aparentemente ya no estaba.

-Hm… ¿tal vez se bajó en otro lado?-
-¿Seiji?-
-Sí… no lo veo por ningún lado… bueno, ¡lo conocerás cuando lo veamos en casa esta noche entonces!
-De acuerdo.-

Notaba que poco a poco Pokomon iba ‘creciendo’. No solo aprendía cada vez más palabras, si no que iba desarrollando su verdadera personalidad y abandonando sus modismos de bebé.

-Aun así sigues siendo super adorable.-
-¡...!- Pokomon se sonrojó y se dio la vuelta.
-Tsun tsun dere tsun dere tsun tsun~- Canturreaba en el camino de vuelta a casa.

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-¡Ya volví!- Grité mientras me quitaba los zapatos. -¿Y Seiji?-
-Oh Naitou, hola.- Me recibió mi madre. -Seiji aun no vuelve.-
-Debe haberse ido a otro lado entonces… bueno, qué más da. ¡Madre mira!- Le dije mostrándole mi celular.
-¿Hm? ¿No es el mismo juego de siempre?-
-¡No no! ¡Mira! Pokomon, ella es mi madre.- Le dije y Pokomon se inclinó como pudo en un saludo cordial.
-Mucho gusto señora madre.-
-¡Oooh! ¡Pero qué bonito! La tecnología de estos días me sorprende cada vez más…-
-Hehe.- Estaba tan orgullosa de mi Digimon que casi había olvidado que se trataba solo de un producto más de la avanzada tecnología de nuestra sociedad.

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Luego de haber comido rápidamente para seguir jugando, me dirigí hacia mi habitación y puse en carga el celular. Algo en lo que la tecnología seguía fallando era en las baterías de los celulares de alta generación. Todos muy bonitos pero ninguno con batería durable.

-Debería pensar en cambiársela uno de estos días…- Decía mientras sacaba mis libros de la mochila. -Oye Pokomon, te he creado el ambiente perfecto para tu entrenamiento ¿puedes hacerlo mientras termino mi tarea?-
-Por supuesto.- Respondió muy decidida.

Pasó un buen rato hasta que completé todos mis deberes, y entonces llamé a mi Digimon.

-¿Pokomon?- Pero no hubo respuesta. -¿Hm? ¿Se habrá apagado? Pero estaba bajo carga…-
Al encender el celular, vi que en lugar de Pokomon, aparecía un mensaje.

“Listo para evolucionar.”

-¡OOHH!- Mi emoción subió a mil al leerlo.
Y bajo esa frase había dos opciones.

“GO” y “NO”

-Pues me parece más que obvio.-

Y al presionar “GO” con todo el entusiasmo posible, no pude evitar gritar. -¡POKOMON SHINKAAAAAA!-

Y entonces una fuerte luz emitida por el aparato me envolvió por completo.





Hoy me he levantado un poco más tarde de lo usual y justo ha sido el día de la prueba de historia, no debí haber tratado de memorizar tanto anoche-“Minamoto no yoritomo, Minamoto no yoriie, minamoto no sanetomo, kujo yoritsune..” – Trato de decir en voz alta los nombres de los shoguns mientras me alisto para salir rápido.

Bajando las escaleras me encuentro con mamá quien esperaba a que bajara apurado.

-¡La alarma no sonó, no sé qué ha pasado! –me adelanto a su regaño y su cara lo dice todo, pero no responde a mi excusa y dice.

-Naitou ha salido hace unos minutos, si corres alcanzas a tomar el tren con ella, acompáñala.- Asiento la cabeza y empacó un pan que planeo comer en el tren.

No me esfuerzo para alcanzarla. Ya estoy acostumbrando a que ella parta muy temprano, todos los días se me adelanta en el desayuno y toma el tren justo antes del mío.

Llegando a la estación veo el reloj en mi celular y notó que he llegado  justo a la hora que usualmente lo tomo, bien!

Me subo al vagón lleno de gente y entre medio veo un rostro familiar. – No piensas saludar eh Seiji.

-Imposible ver tu cara deslavada cada mañana, Hiroshi – Hiroshi es un compañero de clase. Lo conozco desde que éramos pequeños y aunque no lo considero un amigo siempre me lo topo en el tren así que obligado a iniciar conversación.

-¿Qué tal estas para la prueba? Muchos nos estamos jugando si vamos a disfrutar de vacaciones de verano o no en esto.
-Pues no tan mal. Estuve casi toda la noche tratando de leer el libro, sin embargo tantos nombres se me confunden – saco mi cuaderno y reviso de nuevo.
-Quien fuera como tu gemela eh. Nosotros la gente común luchamos para aprobar sin embargo escuche que ya hicieron esta prueba a la otra clase y ella le ha ido excelente como siempre.

No respondo. Siendo honesto como le vaya a ella no es asunto mío. Tampoco le he querido pedir ayuda.  A ella poco la veo estudiar y aun así siempre llega con logros. En mi caso y como menciona Hiroshi, siempre estoy al borde de reprobar.

-Hey escuchaste del “digivice”?- Hiroshi interrumpe de nuevo los preciosos minutos que tengo en el tren para seguir repasando. – Digiqué?-
-Digivice. Dicen que es una especie de app basado en Digimons, pero que no se sabe con certeza si es oficial o no…. Mira.- Hiroshi me muestra desde su celular la famosa app donde se ve una especie de huevo y continua – No sé como llego a mi teléfono, ni nadie que la tiene lo sabe tampoco, eso es parte del misterio, pero se supone que hay que lograr que el huevo nazca y evolucione, como el anime sabes?-

Digimon era una serie que veía junto con mi hermana de pequeños, a ambos nos emocionaba mucho levantarnos temprano cada domingo a verlo, sin embargo había olvidado acerca de esos.

-¿Y qué tiene de especial ese tamagochi? – trato de mostrar al menos un poco de interés.
-Pues la parte interesante es que hasta ahora nadie ha pasado al digimon de la etapa training a child. Y dicen que de lograrlo te ganas un premio o algo así jeje – Hiroshi guarda su voz como si estuviera contando un secreto cuando en realidad su rumor es acerca de un juego tonto.

Y así llega la hora de bajarme sin poder repasar como quise.
-
La prueba fue a primera hora y no estuvo tan difícil, por ahí una pregunta acerca de los periodos de Tokugawa Shogunate me dejo pensando mucho…

Fuera de los problemas de tests, puedo por fin hablar libremente con mis amigos de clase. Todos parecían igual de preocupados y por tanto el alivio de todos por haber pasado el momento se nota.

Nos reímos mientras comemos nuestro almuerzo y noto desde la ventana que ahí está, Naitou. En su lugar solitario de siempre, bajo el árbol del patio.

No me he fijado que hace últimamente pero hoy está muy interesada en su celular, al punto de que al parecer no ha probado su bento.

“No tiene nada que ver conmigo” pienso en voz alta y sigo riéndome de las estupideces de Hiroshi que se ha emocionado tanto que la leche le ha salido por la nariz.
-
Al terminar las clases le he preguntado a mis amigos si querían ir a algún lado, pero al parecer todos ya tenían otras cosas que hacer. Me toca volver temprano por hoy.

En el tren devuelta a casa veo a Naitou de nuevo en otro vagón; Sigue mirando  ese celular. ¿Quizá tiene un novio? Já!

Aunque podría ser…. Digo…  ella no suele ser muy social con los compañeros de su clase pero quizá esta comunicándose con un chico de otra escuela?... mejor no pienso tonterías.
Hiroshi se ha subido en la estación siguiente y me ha pedido que lo acompañe a comprar manga.
-   Nada mejor qué hacer – respondo y paso el resto de la tarde comparando precios de volúmenes.

-
Cuando he vuelto a casa al parecer Naitou ha comido de antes y está encerrada en su habitación. ¿Qué tanto le pasara?

Me recuesto cansado en mi cama y reviso los mensajes que me han llegado. La mayoría son de mis compañeros y amigos que comentan sobre los últimos deslices de los ídolos de moda, sobre juegos y por supuesto sobre cual chica es la más bonita.

-Pues esto ok, esto acá y esto ohh ya veo.. – sigo revisando hasta toparme con una notificación.
“Digivice se ha instalado correctamente”

¿Qué cara..? Es justo la aplicación que mencionaba Hiroshi en la mañana. Me huele a estrategia publicitaria para que vuelvan los digimons o algo.

La reviso y su diseño parece ser bien simple.  Al parecer tengo que elegir entre una serie de huevos y empezar una especies de mini juegos sacados de las épocas de videojuegos retros y que eso va a lograr que el coso suba en sus stats o algo…

De aburrido he seguido el juego y he logrado que el coso llegue al nivel bebe y, después de una hora, a in-training.

Sin embargo repetir lo mismo que antes ni pasando los juegos miles de veces ha logrado que evolucione más allá.
Ya, me rindo. No sé qué tontera espera a quienes se obsesionen con averiguar la forma de avanzar pero no es algo que me involucre.

Dejo el teléfono en la cama y voy a comer algo a la cocina. Subo de nuevo y la puerta de Naitou sigue cerrada. ¿Qué tanto sigue haciendo ahí?

Se está haciendo un poco tarde así que aprovecho de ir a tomar un baño.

Saliendo del baño,  la puerta de Naitou sigue cerrada. Y me doy cuenta que no he hablado con ella en semanas, y la última vez con suerte hemos cruzado un par de palabras.

No hay nada qué hacer, así son algunas relaciones de hermanos. Que seamos mellizos es solo un detalle, mas ambos mantenemos una relación dentro de lo esperado para personas que no se llevan tan bien.

Me termino secando el cabello en mi habitación pensando en los planes que hice con Hiroshi y su grupo mañana cuando escucho un par de ruidos fuertes desde la habitación de Naitou.

Al parecer se está moviendo en su cama o algo. Quizá se le ha caído una caja, pero la ignoro y sigo en lo mío
Por alguna razón no dejo de pensar en ese juego de digimon. ¿Me ha frustrado no lograr lo imposible quizás? Ok un último intento.

Justo cuando estaba en medio del mini juego he escuchado un grito de al lado

-‘POKOMON SHINKAAAAAAAAAAA!!!! – La molesta voz de Naitou resuena en la pared y escucho como mi madre nos llama a callar al instante.

Pero yo… ya no puedo. Me ha tenido todo el día curioso qué tanto está haciendo ella y si está hablando con alguien o no.

Tomo mi cuaderno de matemáticas como excusa para tener un tema de qué hablar y toco su puerta.

-¿Estás ahí? ¿Puedo hablar un poco contigo?- Pero nadie contesta.- ¡Oye que necesito tu ayuda! – pero no hay respuesta. - ¡Oye ya pues dejate! – y fuerzo mi entrada.

Y ahí en la habitación: nadie.

La ventana estaba perfectamente cerrada y todo estaba lo normal. Pero no estaba ella.

-Muy gracioso Naitou, ahora sale de tu escondite- Pero  a pesar de buscar debajo de la cama y en su closet no estaba en ningún lado. Y pienso en lo último que gritó.

“Pokomon shinka”… ¿el nombre de un digimon? ¿Naitou estaba jugando con su aplicación de digimon?
En eso reviso mi celular y que aun estaba en juego.

No sé qué ha pasado mientras no lo he revisado pero mi Wanyamon parece estar comportándose de forma rara.
Un mensaje sale “Listo para evolucionar” y dos opciones “GO” y “NO”. Mi dedo no ha dudado en presionar la primera opción.

Una luz intensa salió de mi celular y sentí como mi cuerpo se envolvió en ella.

He perdido el conocimiento.
-

Mi consciencia ha vuelto pero al abrir mis ojos estoy en un lugar nunca antes visto. ¿Dónde … mierdas… estoy?.