Author Topic: 💕 Fluff Starters 💕 [actividad abierta]  (Read 11578 times)


Neko

Re: 💕 Fluff Starters 💕 [actividad abierta]
« Reply #15: September 30, 2016, 03:43:19 PM »
Creo que te quiero.” ♥ Ikki/Neko


Se quedaron mirándose unos segundos. Neko parpadeó lentamente, dejando el brik de zumo entre sus pies, haciendo rodar la pajita.
El viento sopló entre las gradas y ella le preguntó a él si podía repetir lo que había dicho.


—Creo que te quiero.

Volvió a decir Ikki, esta vez con más convicción que la primera. Durante unos segundos más el silencio se instaló entre ellos, hasta que lo espantó la voz de Neko.

—Aaah. —dijo, alargando la sílaba.

Ikki no tenía claro si era que no le creía o era que no le importaba. Neko volvió a mirar al frente, llevándose la pajita a los labios y bebiendo mientras contemplaba el horizonte.
El viento les traía el olor a mar y tuvo que apartarse una de sus coletas rubias porque se le quería meter en la cara.

Ikki se apoyó con los codos en la grada de atrás y estiró los pies, gruñendo frustrado. Después le dio un golpecito con el pie a Neko, que apartó la pierna, no sin antes quejarse.

—Di algo, ¿no? —rezongó él.

—¿Y qué quieres que diga? —despotricó ella, encogiéndose de hombros—. Eres tú el que lo cree, dímelo cuando estés seguro.

Ikki rodó los ojos, empujando la pierna de Neko con su muslo, que le dio un copón tal que resonó por todo el patio.
Ikki se quedó con la barbilla pegada al pecho y Neko se llevó las manos a la boca, encogida mientras esperaba la reacción de su compañero.

Tardó algo en llegar, pero Ikki giró su cabeza poco a poco, con el ceño fruncido y la cicatriz arrugada entre sus cejas. No ponía muy buena cara y Neko intentó aguantarse la risa detrás de sus manos.

—Creo que te he hecho daño. —murmuró Neko, aún sin apartar sus dedos.

—¿Crees? —preguntó Ikki, incorporándose.

Neko asintió con la cabeza, empezando a reír.

—Bueno —dijo entre risas—, tú crees que me quieres.

Ikki levantó las manos, frustrado, y las dejó caer hasta la altura de la cabeza de Neko, que se encogió sobre sí misma, pero continuó riéndose.
Los dedos crispados de Ikki acabaron por agarrar la cabeza de Neko, levantándola un poco más.

—Iiiish —se quejó Ikki, apretando sin hacer realmente daño a la chica—, no sé ni cómo te aguanto, pesada.

Neko tosió un poco y su risa empezó a apagarse, agarró una de las muñeca de Ikki y ladeó la cabeza, apretando una mejilla contra la palma que la sostenía. Y mirando hacia arriba, le sonrió.

—Idiota. —le dijo con cariño.

—Estúpida. —le contestó él, dándole un beso en la frente.

Antes de que pudiese incorporarse, Neko le agarró de la camiseta, tirando de la prenda al mismo tiempo que estiraba el cuello, juntando los labios para recibir un beso que Ikki le dio sin poner pegas.

—Es tu culpa. —le dijo ella, levantándose después de soltarlo.

—¿Cómo mi culpa? —preguntó intrigado Ikki.

—El amor me pone tonta. —dijo ella sin más, encogiéndose de hombros antes de empezar a bajar las gradas.

Ikki se quedó mirándole la espalda unos segundos antes de correr tras ella.
Cuando estuvo a su altura la miró de reojo.

—Así que me quieres. —dijo él, orgulloso.

—Si eso es lo que crees… —respondió ella, misteriosa.

Y tras una nueva discusión, terminaron en la habitación de Neko, jugando con la consola y dándose pataditas y besos para ver quien desconcentraba más al otro.


Airin

Re: 💕 Fluff Starters 💕 [actividad abierta]
« Reply #16: October 09, 2016, 12:24:31 PM »
Vengo a pagar deudas :B Y vengo en octubre porque el mes pasado no tuve tiempo ni pa'meáh, y éste va por el mismo camino. You can't tame me!


💕 Fluffstuff #3:  Hueles tan bien. 💕



—Hueles taaaan bien... —el inesperado murmullo ahogado contra su cabeza acabó en un suspiro que le puso la carne de gallina, mientras el hombre se dedicaba a frotar amorosamente la nariz por su cabello.

—¿Eeh? —los brazos que rodeaban su cuerpo se apretaron un poco más en torno a ella, estrechándola contra un pecho firme y cálido.

—Hueles suave, y bonito y... mhhmm

—¿T-teniente?

Las suaves exhalaciones que notaba contra la piel de su cuello no estaban haciéndole nada bueno, pero aquello, en aquel lugar, no era ni apropiado ni normal. Principalmente por las horas de trabajo. Intentando no dejarse distraer por encima de sus posibilidades, Niriko se revolvió un poco, consiguiendo margen de movimiento suficiente para girarse a observar con gesto crítico a su captor.

—¿Estás borracho? —preguntó arrugando la nariz con delicadeza ofendida al ver un sonrojo delator en el rostro moreno del hombre.

—Mmnop? —contestó su superior con voz rasposa, ocultando la cara entre los pliegues del hombro de su kosode.

—Estás de resaca, —sentenció entonces entrecerrando los ojos— teniente Hisagi.

—Niri-chaaan —se quejó él.

—Estás de resaca porque ayer estuviste bebiendo con Kira y Abarai, a pesar de haberte dicho que-

El hombre cortó su reprimenda con beso en la punta de su pequeña y encantadora nariz.

—No pude decirles que no, compréndelo Niri. Además, estuvimos discutiendo cosas de tenientes. —dejó otro beso fugaz y casi casto en sus labios.

—¿Cosas de tenientes? —Niriko arqueó una ceja cuando él apartó la mirada con aspecto de niño sorprendido robando galletas, pero le acarició el pelo igualmente. A esas alturas ya creía haberlo visto todo en la vida, y que su superior intentase escurrir el bulto con cualquier excusa posible en asuntos nimios era pan de cada día.

Él asintió perezosamente, cerrando los ojos y dejándose mimosear.

—Entonces eso quiere decir que te has puesto al día con los formularios de traspasos pendientes ¿verdad? —preguntó ella con malicia.

—Argh, —el moreno se encogió sobre sí mismo y alrededor de Niriko.

—¿Y que has terminado las copias de los informes que faltaban? —insistió la joven echando la cabeza hacia atrás intentando ver su expresión.

Aaaaargghh, —su jefe se dejó escurrir, se acuclilló junto a ella y la abrazó por la cintura,— cruel.

—¿Entonces tampoco has-AAAHH?! —a Niriko no le dio tiempo a terminar su última acusación, puesto que el hombre la levantó en volandas y se la echó al hombro— ¡T-teniente!

—Shhh, hablas mucho. Vuelve a la cama. —Y con la chica a cuestas salió de la oficina.

—¡Hisagi! Suéltame ahora mismo, estas no son formas de... —la mano de dedos largos que acarició cariñosamente el muslo de Niriko fue una forma muy efectiva de silenciarla, haciendo que sólo dejase escapar un pequeño gorgorito ahogado.— P-pero...

 —Ya, ya, además ya ves que Kensei tampoco ha venido,—palmeó su pierna.— ¿Por qué será?

—Uhm... —Sonrojándose, la chica cruzó los brazos bajo el pecho, o lo intentó tan bien como pudo sujeta y colgando del hombro del moreno

—Oh, vaya. Otra vez le has dejado abrazando la almohada que más huele a tí, ¿verdad? Pero qué tramposilla eres, Niri-chan. —comentó Hisagi divertido.

—¡Pero es que los papeles no se hacen solos! Alguien tiene que poner orden en ésta división —protestó ella.

—Ah, no sé qué haríamos nosotros, pobres hombres inútiles, sin los atentos cuidados de Niriko-sama —rió hociqueando contra la tela del hakama de la chica, y dejando un pequeño mordisco juguetón a la altura de su cadera.— Mmhh, qué bien hueles, demonios.

—¡Porque me lavo con jabón! —vergonzosa y colorada hasta las orejas aporreó la espalda del hombre con los puños cerrados, conteniendo su fuerza para no hacerle daño real.

—Enseñadme vuestros secretos, O-Niriko-sama —siguió él con la broma, apretujándola un poquito a cambio.— Y os rendiré pleitesía arrodillado.

—¡S-Shuuhei!

—¿En qué está pensando esa mente tan trabajadora, eh? —no pudo evitar que se le escapase la risa ante el gritito mortificado de su novia.— Verás qué buen recibimiento me da Kensei cuando vea lo que le traigo de vuelta a tiempo para desayunar.

—¡Shuuhei! —Niriko dejó que su mejilla reposase del revés contra la espalda de su transportista, y resopló— ¿Y tu resaca?

—Ah, —murmuró él llevándose la mano libre a la nuca con aire entre contrito y esperanzado,— espero que entre los dos me podáis ayudar a despejarme un poco.

—Oh, Shuuhei… —murmuró Niriko riendo suavemente.

« Last Edit: October 09, 2016, 12:30:51 PM by Airin »

~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~


Eureka

Re: Fluff Starters [actividad abierta]
« Reply #17: October 24, 2016, 11:59:29 PM »
Esto es super self-indulgent <_< en vez de ser fluff terminó siendo un híbrido entre fluff y ... explicaciones detalladas sobre cosas del HiMEverse (?). Pero nunca sucederá, mi historia ha cambiado tanto que esto no va a pasar (OFÁCILSÍ?WHOKNOWS)





“Creo que te quiero.”

Fue un susurro bajito que, de no ser por el silencio de la madrugada, habría pasado desapercibido por completo. Pero Oikawa era muy perceptivo –años de dedicarse al vóley le habían obligado a estar muy pendiente de sus alrededores—, y por otro lado, Eureka no tenía buena suerte, así que no se esperaba que el universo le diera un descanso y no hiciera un complot en su contra, por lo que estaba segurísima de que su comentario no había sido ignorado.
 
Oikawa había llegado a escucharla.

Eureka quería morirse. 
“Uh…”

Oikawa se quedó en blanco por un buen rato, hasta que finalmente procesó lo que había escuchado, y su semblante se llenó de confusión. La miró, como si le hubieran salido un par de brazos extra. Eureka no lo culpaba: la frase había salido de la nada y no le sorprendía la reacción que había causado.

“¿Acabas de decir que—?”
“Ah, no dije nada, jaja~” lo interrumpió Eureka, entre risas forzadas. De los nervios, aceleró su paso y acrecentó la distancia entre ambos.

Cuando se giró a mirarlo, notó que Oikawa había quedado a un par de metros atrás de ella.

“Vamos bien,” se dijo a sí misma, y empezó a trotar.
“¡Eu-chan, espera!” Oikawa corrió hacia ella, lo que la puso incluso más nerviosa. Su reacción inmediata fue imitarlo, con las intenciones de escapar de aquella situación. Sabía que tarde o temprano tendría que encararlo –peor aún, ahora que eran roomies—, pero esa noche, en esos instantes, no queria lidiar con eso.
“¡No escuchaste nada!” le gritó, mientras aceleraba más.

Sus alrededores perdieron nitidez de un momento a otro, a lo que Eureka le restó importancia. Demoró unos segundos en darse cuenta de que había hecho uso de su habilidad. Ante esto, Eureka se detuvo en seco, lo que provocó que casi se cayera de bruces al suelo, pero fue capaz de mantener su balance rápidamente.

Sobre su hombro, vio que Oikawa corría a toda velocidad hacia ella, a media cuadra detrás. Meses de haber sido su rebel le habían obligado a mejorar su agilidad y resistencia aun más de lo que el vóley le demandaba.

Eureka sonrió para si misma al recordar el progreso de su exRebel: darle el empate en sus últimas batallas había sido muy complicado (e incluso consideraba que había perdido en muchas ocasiones, por más de que Oikawa fuera un poco humilde en ese aspecto e insistiera que se trataba de un empate), y se sentía orgullosa de él. Era una pena –y una gran alegría— que ya no fueran enemigos (“frenemies”, pensó, con una risa), pero en líneas generales, siempre contaría con buenos recuerdos sobre su contrincante.

Por eso mismo no quería que nada sucediera entre ellos. Un golpe de suerte fue el que le permitió tenerlo como rebel, y estaba tremendamente agradecida por ello. Oikawa cumplió con su rol, pero nunca descuidó la amistad que progresivamente se formó entre ellos. Era extraño: se podían agarrar a golpes, pero al final del día, siempre curaban sus heridas entre anécdotas idiotas de la universidad y uno que otro chiste. Y aunque debía sonar demente para cualquier otra persona, para ellos se había hecho una rutina… hasta que ambos decidieron que lo mejor sería poco a poco aminorar la potencia de sus ataques, por el riesgo de que a Oikawa le pasara algo en el tiempo previo al campeonato. Efectivamente, se lesionó, y tuvo que renunciar, aunque ambos sabían de que esa lesión no era el motivo principal.

Retomó el paso, esta vez siendo consciente de no sobrepasarse: quería ser justa pero tampoco iba a rendirse. 

Continuaron así un par de cuadras: Eureka tomó un par de desvíos para que el trayecto de vuelta al departamento terminara siendo mucho más largo, pero todo fue en vano al toparse con un callejón sin salida. La tentación de usar su habilidad y escapar de allí fue muy grande.

Al girarse a encarar a su amigo, se resignó inmediatamente.

“Si deseas, puedo ignorar lo que dijiste,” le ofreció Oikawa. “Regresamos a casa, Iwa-chan nos resondra por llegar tarde. Pedimos algo de comer, y todo bien.”
“Pero…”
“Pero sé que no quieres eso.”
“No, no es lo que quiero,” Eureka asintió. “Pero lo prefiero a a—”
“Eu-chan,” Oikawa se le acercó, y extendió su mano.

Su primera reacción fue de pura confusión, hasta que reconoció lo que parecía ser una referencia a aquel apretón de manos que había dado inicio a su amistad, hacía ya más de medio año. Eureka sonrió y le estrujó la mano sin pensarla dos veces, pero nada la preparó para lo que se venía: Oikawa tiró del agarre para atraerla a su cuerpo, rodéandola con sus brazos.

“Uh…” empezó, insegura. Eureka no sabía cómo debía tomar la reacción de Oikawa. “Si estás haciendo esto para que tu rechazo no me due—”
“Es… mutuo,” admitió Oikawa, susurrándolo contra su cabello en un tono igual de diminuto que la confesión de Eureka.

La HiME abrió los ojos de la sorpresa, quedándose estática y en completo silencio.

“Soy un desastre para estas cosas, así que pensé en guardármelo porque no quería arruinar esto—” Oikawa la estrujó más fuerte, encorvándose un poco para poder hablarle al oído por más incómodo que le fuera (la diferencia de estaturas jugaba, en esos momentos, en su contra). “Yo… no sé qué hacer.”
“Yo tampoco,” dijo Eureka, rodeando con sus brazos su cintura. “Y wow, pensé que seguirías siendo un don juan perfecto hasta en este tipo de situaciones.”
“¡Claro que no! ¿Por qué crees que he tenido tan pocas enamoradas? ¡No sé qué hacer cuando me corresponden!”
“Cierto, cierto,” Eureka rio. “Me había olvidado de eso.”
“En las películas se ve tan sencillo,” suspiró Oikawa. “Pero el momento real es muy… embarazoso y raro.”
“Creo que nada le gana a este,” Eureka se separó un poco para mirarlo a los ojos. “Pero no me quejo,” y le sonrió.
“¡Ilegal! ¡Es ilegal que me hagas eso!”
“¿Que te sonría?”
“¡SÍ! ¡Ilegal! ¡Me vengaré!”
“¿Ah, sí? ¿Y cómo te vas a vengar?”

Oikawa se separó aún más, para inclinarse y darle un beso… en su mejilla.

“¡Estás jugando sucio!”
“¡Já!” Oikawa la soltó para poner sus brazos en jarra. “¡La mejor venganza!”
Eureka se cruzó de brazos. “…No sé por qué somos amigos,” mencionó, derrotada.
“¿Aún lo somos?” preguntó Oikawa, de simple curiosidad. Al darse cuenta de sus palabras, se le subieron los colores a la cara. “E-Eh…”
“…”
“¡N-No dije nada!”
“Igual tenemos que hablar de eso,” dijo Eureka. “…Y de lo que implica.”
“¿A qué te refieres?”
“Mira, tenía planeado esconderlo por un tiempo… hasta que se me pasara, porque pensé que era algo temporal,” contó Eureka. “Pero no. No lo es. De hecho, recién caí en cuenta de algo muy importante.”
“¿Qué?”
“Eres mi key.”
“…¿¡Qué?!” La cara de Oikawa era todo un poema.
“Y el detalle es que… no es reciente. Lo has sido todo este tiempo.”
“E-Espera, no— ¿Desde que empezamos a pelear?”
“No tanto, bestia,” Eureka rio. “Recién nos conocíamos. Pero hará unos cuatro meses, más o menos.”
“…entonces… Morgana—”
“Sí, Morgana no nació por… tú-ya-sabes-quién.”
“Jaja, me encanta llamarlo como Voldemort~” Oikawa rio. “¿Cómo te diste cuenta?”
“Morgana dice que se siente mucho más fuerte desde que dejaste de ser rebel… y eso me hizo entrar en duda, porque tu renuncia no debía afectarle en lo absoluto.”
“Mm, eso suena lógico…”
“Luego me senté a analizar el transcurso de los últimos meses, desde su aparición: y conforme avanzaron, mi relación con el que creía que era mi key… pues empeoró.”
“Sí, soy testigo de eso.”
“Entonces… Morgana debió desaparecer. O debilitarse. Nunca supe muy bien cómo funcionan los childs, pero algo debió pasarle…” dijo Eureka. “Mis sentimientos cambiaron. Es imposible que Morgana no se haya visto afectado por eso.”
“¿Pero no te pareció raro desde un inicio? Era un child distinto al que habías tenido en el conflicto pasado.”
“Buen punto,” Eureka asintió. “Pero pensé que el cambio se debía a que mis sentimientos habían madurado y nuestra relación iba muy bien,” Eureka desvió la mirada, apenada. “Ahora sé… que no es cierto.”
“Hey,” Oikawa se le acercó de nuevo, para atraerla a sí mismo y rodearla con sus brazos.
“Ya no me molesta tanto, tranquilo,” dijo ella, a la vez que le correspondía. “Todo bien. Sólo que… me preocupaba mucho lo de Morgana, porque no tenía ningún sentido,” Eureka hizo una pausa breve. “Pero no sólo fue eso lo que me ayudó a darme cuenta de mi error.”
“¿Qué más?”
“¿Te acuerdas que al inicio nos decía que estaba muy inseguro de su identidad? De que algo no cuadraba muy bien con él. Estoy segura de que era esto: que eras mi rebel y por ningún motivo debías ser mi key. Por eso Morgana sentía que no debía existir, pero como yo… le hice ver que su verdadero… uh… ‘papá’, era otra persona, pues—”
“Se olvidó de eso.”
“Ajá,” Eureka asintió. “Pero no era la verdad. Tú eras mi key, siempre lo fuiste.”

Oikawa se quedó en silencio: el peso de las palabras de Eureka era demasiado como para permitirle formular una respuesta inmediata.

“¿…Se lo has dicho?”
“Pues se lo comenté, y según él, todo calza a pollo,” Eureka se separó para volver a sonreírle. “Y está feliz. Recién entiende por qué es cómo es. Encima, sus poderes han aumentado en grandes cantidades desde tu renuncia.”
“Wah, ahora me dará vergüenza verlo,” confesó Oikawa. “¡Qué padre desnaturalizado he sido!”
“No te guarda rencores, así que no te preocupes~ Y… siempre te has portado bien con él, por más de que tus orphans… no tanto.”
“Haha~” 
“Pero… lo siento. Debería de estar dándote un descanso,” Eureka suspiró. “El campeonato se acerca y sé que es muy importante para ti.”
“¿Por qué lo dices? No entiendo.”
“…Uh,” Eureka desvió la mirada. “¿Puede que desarrolles poderes? Como eres mi key y ya no eres rebel…”
“¿Para apoyarte?”
“Sí… ¡Pero si pasa, no tienes que hacerlo! ¡Sé que estás ocupado! ¿y… no quiero… incomodarte?”
“¿Eres idiota?” Oikawa se veía muy indignado. “¿Me vienes a decir que soy tu key pero que no debo apoyarte?”
“No quiero—”
“¡No voy a dejarte sola!” Oikawa la soltó, para tomar sus mejillas y forzarla a mirarlo a los ojos. “No me niegues el derecho a ayudarte. Más aún con ese rebel que te han asignado… Si llego a desarrollar poderes, déjame apoyarte, por favor.”
“No quiero que Iwaizumi y los chicos se enojen por esto…”
“Los conoces,” Oikawa le sonrió. “Y te tienen un cariño tremendo. Incluso Ushiwaka-chan, aunque no lo creas. No les molestará verme ayudarte… por más de que ya perdimos un bloqueador tremendo por eso.”
“Pero Satori es genial.”
“Sí, felizmente nos queda él,” Oikawa asintió. “Pero en serio, olvídate del campeonato y de mis amigos. Concéntrate en tí misma y lo que se viene. Voy a estar contigo.”
“Gracias, Tooru.”
“No hay problema… pero tengo una duda.”
“Dime.”
“¿Quieres… estar conmigo?” Oikawa ladeó la cabeza, muy confundido.
“¿Qué tan denso eres como para no darte cuenta de eso?”
“¡No hagas trampa! ¡No respondas mi pregunta con otra pregunta!”
“Sí, quiero estar contigo,” Eureka rodó los ojos. “…si quieres, claro.”
“¡Waaaah!” Oikawa se veía al borde de lágrimas. Volvió a estrujarla contra sí, sumamente emocionado. “¡Tengo que contarle a Iwa-chan! Jaja, su cara será un poema cuando le saque pica~~”
“Pero él y Marie están en planes…”
“¡Ack! ¡Cuéntame!”
“No, que él te cuente.”
“¡Ya pues!”

Eureka se quedó mirando para arriba por un buen rato, ensimismada con la sonrisa genuina y deslumbrante de su exrebel. El gesto la hizo reír, feliz, y hasta se arrepintió de haber intentado esconderle la verdad.
No iba a ser fácil, pero sabía que junto a él, sería capaz de enfrentar el reto, pase lo que pase.

“Regresemos, que Iwaizumi debe estar preocupándose por nosotros.”
“¡Tienes razón!” Oikawa se separó de ella, pero la tomó de la mano. “¡Nos matará!”
“¿A mí? No creo. ¿A ti? 100% probable.”
“¡No! ¡A ti también!”
“Tooru, lo dudo.”
“¡Ya verás!”


***


Cuando llegaron, ambos recibieron un regaño de Iwaizumi.

Oikawa la miró de reojo, y Eureka sólo pudo soltar un suspiro en señal de derrota.
« Last Edit: October 25, 2016, 12:11:39 AM by Eureka »


Shinka

Re: 💕 Fluff Starters 💕 [actividad abierta]
« Reply #18: October 31, 2016, 08:44:37 AM »
ME ENCANTÓ LA IDEA ;w; amé esos prompts ♥ aquí tengo mi fic, lo tengo preparado hace un mes pero no he tenido tiempo >w<

Calla y vuelve a la cama         


Izayoi se despertó siendo sacudido. Estaba aturdido y confundido, lo primero que contempló al disiparse su visión borrosa fueron los cabellos azulados de su esposa, la cual estaba peinada y maquillada, parecía lista para salir.

―¿Dónde están las llaves del carro? ―Preguntó la “coneja” con urgencia en su voz.― ¡Voy a llegar tarde al trabajo!
―¿Has visto la hora?― Le cuestionó mientras bostezaba descontracturando la espalda para tomar el celular de la mesita de noche. Lo prendió para vislumbrar la hora― Son las seis a.m. recién…

Sus ojos carmesíes se abrieron como plato, no lo podía creer; ¿acaso su reloj biológico había cruelmente fallado? Eso le parecía muy raro, siempre se levantaba a las siete a.m., pero esta vez no. Saco el móvil del interior del escote de su vestido rojo con vuelos blancos –que usa como uniforme del casino de la ciudad donde ambos viven– y reviso la hora; efectivamente eran las seis a.m., se sintió algo avergonzada por haber levantado a su pareja de tal forma, más sabiendo el temperamento de éste.
 
―¡Bue… bueno! Igual… ¡mejor me pondré a hacer el desayuno para ambos!― Dijo ella encogiéndose de hombros, de cierta forma esperaba disculparse así por haberle despertado tan de madrugada.
―Naw, calla y vuelve a la cama.― Respondió el rubio con sus hebras desparramadas por sobre la almohada de la cama, que ambos compartían, a la vez que la tomaba del brazo y la atraía hacia sí, haciéndole caer encima suyo de forma nada elegante.― Tú te quedas aquí conmigo.
―¡Mooo! ―bufó ella, posando las manos suavemente sobre el torso de Izayoi.― ¡Espera, vas a arrugar mi ropa!
―No creo que la vayas a necesitar hoy, cariño. Mejor relájate y recuéstate a mi lado.― Le murmuro mientras llevaba sus manos a la espalda de ella para acariciarle suavemente.

A ella le costaba decirle que no a su esposo, así que prefirió no luchar contra su propuesta, después de todo sabía que al final él ganaría. Kurousagi puso sus brazos sobre la cama para levantarse un poco y rodo hacia el lado de él recostándose sobre las mantas. Al caer encima del colchón sintió algo en su espalda e inmediatamente se incorporó poniéndose de pie y tomó entre sus manos lo que había cruelmente aplastado, creyendo que seguramente se trataría de los audífonos de él.
Era pequeño el aparato. Lo reconoció al instante una vez hurgó entre las telas, era el celular de su esposo; presiono la tecla del bloqueo y  quedó helada al ver la hora que marcaba las siete treinta. ¡¡Imposible!! Ya no llegaría a tiempo hacia su trabajo. Se sentó en la cabecera de la cama y miro fríamente a Izayoi.

―¿Qué significa esto?― Interrogó confundida entretanto le mostraba el aparato con el tiempo diferente al suyo.― ¿Por qué tu celular tiene diferente horario al mío?

Como respuesta mordió su labio con fastidio. Que su esposa descubriera el celular y viera la hora arruino totalmente su plan. Resignado decidió contarle lo que sucedía.

―Lo siento, es solo que... ¡La idea era que no lo vieras! Es decir, ¿sabes qué día es hoy? Es nuestro aniversario. No quería que fueras a trabajar hoy así que decidí atrasarlo hasta las seis, tenías que llegar tarde a tu trabajo. De todas formas hablé con tu jefe y te dio el día libre, pero planeaba sorprenderte. Te tenía un regalo que quería darte luego de contarte lo que había hecho, lo lamento tanto.

Se sentía algo avergonzado y a la vez un poco preocupado ¿Se había enojó? Esperaba algo pero sin duda alguna ella no hizo nada de lo que él profesaba. La croupier cubrió su boca y empezó a reír eufóricamente.

―¡Bien dicen que las grandes mentes piensan iguales!― Respondió ella entre risas, el otro se sentía conmocionado. Ella intento controlar un poco sus gestos, tomo un respiro y empezó a desvestirse mientras le explicaba lo que sucedía.― También hablé con mi jefe y le pedí que me diera el día libre; Takumi se mofó y me dijo que estaba bien, no entendí por qué se reía pero ahora sé. Te pedía las llaves para que fueras al armario y vieras la sorpresa que compré para ti, bueno… para mí, por nuestro aniversario. ¿Aún quieres ir a ver nuestro regalo?

Izayoi aún tenía sus pensamientos completamente enredados por las palabras que acababa de oír pero como si fuera un autómata se levantó y fue hasta el armario. En el carguero vio un traje de sirvienta, también encontró una caja que no había visto nunca antes, la tomo y abrió. Lo que encontró le hizo salir una gran carcajada, ¡unas orejas de gata! Sujetó el uniforme de la percha junto a las orejas y se volteó para ver a su esposa, la cual ya estaba cubierta con la sabana hasta el cuello. Con sus pupilas clavadas fijamente en él y con cierta expectación.

―¿Y? ¿Qué te parece tu regalo? Una linda maid con un nekomimi para ti, ¿te gusta?― Preguntó ella con tono juguetón ligeramente sonrojada.
―¡Claro que sí!― Respondió emocionado y eufórico, no podía esperar a verla con el traje ya puesto.― ¿Te lo pondrás ahora? ¿Te lo paso? ¿Cuándo lo compraste?
―Calla y vuelve a la cama, tonto, ¡¿no ves que me estoy apenando?!― Respondió ella arqueando levemente sus labios en una pequeña sonrisa.

No dudó en correr hasta la cama y dejo el traje con las orejas a un lado mientras se recostaba encima de su esposa posando suaves besos por toda la nívea piel de su amada hasta morderla con delicadeza una de sus mejillas.

―Por cierto ¿qué me ibas a regalar tú?― Pregunto ella en mitad de las caricias. Él se detuvo y se quedó pensante unos segundos antes de gesticular respuesta alguna.
―Ahora iré por él, aunque es algo gracioso… también es un presente que en realidad es para mí.― Respondió el riendo para sí, ahora su compañera era la que estaba confundida.

Salió de la habitación y volvió al instante, lo primero que noto fue que el traje y las orejas, ya no estaban en la cama si no en la cabeza de su esposa, la cual  parecía un tomate, a su vez ella notó al instante que Izayoi traía puestas unas pequeñas orejas de neko.

―Tú misma lo dijiste, las grandes mentes piensan iguales.― Comentó mientras se metía bajo las mantas con ella carcajeando nuevamente.― Hace años me dijiste que querías verme con estas cosas puestas, me las compré y te gustaron pero se me perdieron y hace poco volviste a comentarme algo así, así que pensé... ¿por qué no? Esperaba servirte todo el día con ellas puestas, perooo aún me da mucha vergüenza, je. Sin embargo admito que me causa gracia el darme cuenta que realmente deliberamos igual.
―¡Es porque somos dos genios!― Respondió la “conejita” a la vez que empezaba a reír junto a su marido.
―Quería darte mi regalo “real” en la noche, pero creo que habrá un adelanto de planes.― Susurró la chica, a la vez que empujaba el cuerpo del contrario hacia el colchón para atraparlo entre sus brazos.
―¿Eh? ¿Regalo real?― Preguntó mientras acomodaba sus manos en el trasero de ella, haciendo que lo apoyara sobre sus caderas, como era costumbre antes de hacer el amor en esa pose.
―Sí. ¿Cómo desea mi amo que le sirva hoy?


Shinka

Re: 💕 Fluff Starters 💕 [actividad abierta]
« Reply #19: November 30, 2016, 02:52:42 PM »
Otra vez ;//w//;

Calla y vuelve a la cama.



Byakuya estiró su cuerpo con vigor sobre la cama, se sentía bastante bien. Lo primero que hizo al despertar fue ver a su novia aún dormida a su lado; recordaba los eventos del fin de semana y se sentía muy feliz. En ese preciso momento se consideraba la persona más afortunada del mundo, había pasado los últimos días junto a ella y haciendo todo tipo de cosas.

El jueves recibió la noticia de parte de Kobeni, ella tendría un fin de semana largo de viernes, sábado y domingo, es decir, totalmente libre para él. Luego de varios días ocupados, entre los dos, al fin tendrían un poco de tiempo para poder relajarse.

El viernes habían decidido ir al cine, pasaban varias películas interesantes. Kobeni quería ver algo de romance pero él deseaba ver algo de acción y comedia, al final entre los dos en medio de risas y besos decidieron ver las dos películas seguidas, ¿para qué limitarse a una sola cosa? Le había dicho Kobeni. Byakuya se lo tomó de buena forma, amaba las soluciones simples pero dulces que tomaba su novia por ambos, su amor incondicional y la forma en la cual siempre deseaba lo mejor para ambos era una de las cosas que más amaba de ella; siempre sentía que juntos podían hacer de todo sin descuidar los pasatiempos personales de cada uno, ella sabía encontrar el punto justo entre ambos.

El sábado decidieron ir a un parque de atracciones. El rubio prodigio siempre había deseado ir a uno, nunca en su vida había pisado el suelo de esos lugares y cuando lo hizo por primera vez el sábado se sentía como un niño pequeño en una tienda de dulces, corrió por todos lados, probó todo tipo de dulces y comidas. Fue a todas las tiendas de regalos y compro todo lo que llamó su atención, al final se subieron a casi todas las atracciones, en tanto su pareja le había acompañado a cada sitio sin quejarse, compartiendo su alegría y felicidad. Sin embargo le pidió que dejasen para el final una atracción que quería ella. Él acepto, después de todo iban a dejar el final la rueda de la fortuna. Cayendo la noche ambos se subieron a la rueda de la fortuna, curiosamente era la atracción con menos gente y la cual su fila estaba conformada meramente de parejas. Hace un tiempo Byakuya los hubiera visto con desprecio a esas parejas y las hubiera maldecido pero ahora se sentía feliz y sin nada que envidiar a nadie.

Aquel recuerdo le hizo resonar una vez más lo afortunado que era al tenerla a ella de novia. Mientras hacían la fila se acercó más a Kobeni y le abrazo con fuerza, ella se sobresaltó y sorprendió pero le devolvió el abrazo. Se tomaron de las manos y esperaron la fila así; una vez llego su turno y subieron, el chico se sorprendió al ver el paisaje y la hermosa vista que ofrecía la ciudad al anochecer, las luces se prendían tal cual luciérnagas en el anochecer y desde esa altura parecía verlo todo. Su pareja le tomo del brazo y se acercó a él para recostarse a su lado mientras que su acompañante observo una vez más el paisaje y luego la observó. Si tuviera que comparar la belleza entre ambas vista, sin duda alguna su novia ofrecía un esplendor mucho mejor. Desde el día que le conoció vio una luz irradiar de ella, desde el momento que le hablo sintió una calidez enorme al estar junto a ella. Se sorprendió al darse cuenta que el sentimiento era mutuo, que Kobeni le correspondía y su relación desde el primer día fue totalmente completa y satisfactoria para ambos. Byakuya se sintió tan liviano contemplándola, tan tranquilo, sus facciones femeninas, su pelo rosado hasta el cuello, su cuerpo delgado. Se veía tan frágil, como una muñeca de porcelana, muy al contrario de su personalidad tan energética y llena de ideas alocadas. Él realmente amaba cada cosa que componía su pretendiente, desde lo más simple hasta lo más complejo, para él: Ella era la perfección personificada. No existía mejor vista que la de su novia sonriendo, no existía más exquisita melodía que la gentil voz de su novia, no existía mejor tacto, que las caricias gentiles y de terciopelo que le ofrecía su amada. Suspiró enamorado antes de besarle con dulzura en lo alto de la rueda de la fortuna, deseando fervientemente que esto durará para siempre y sabía bien que así sería, él lo haría realidad.

Luego de bajar de la rueda de la fortuna se habían dirigido a un hotel, se había hecho muy tarde y aún tenían que planear que hacer para el domingo. Una vez en el hospedaje a pesar de lo cansados que estaban decidieron hacer el amor. Ambos anhelaban el tacto mutuo, ambos deseaban poderse sumergir en el placer y calidez que se ofrecían mutuamente.

Byakuya continuaba sonriendo y saboreando cada recuerdo hasta que una voz lo saco de su ensueño.
—¿Por qué sonríes tanto?— Le preguntó mientras se frotaba suavemente los ojos.— ¿Has estado pensando cosas raras de nuevo?
—¡Yo nunca pienso cosas raras! Bueno, a veces... pero ¡esta vez no!— Respondió el joven algo sonrojado, la verdad era que si pensaba cosas raras y lo hacía todo el tiempo.— Solo recordaba lo lindo que ha sido nuestro fin de semana y lo bella que es mi novia.

La de cabellos rosados río suavemente, su risa le hacía acelerar el corazón, le parecía tan tierna e inocente, tan linda y serena.

—Sí, ha sido un fin de semana de lo más interesante, he disfrutado cada minuto contigo.— Respondió, aun soltando pequeñas risitas.— Sin embargo ¡tengo una queja!
—¿Cuál?— Se apresuró a preguntar algo preocupado, ¿Fue muy egoísta ayer y la arrastró consigo a todo lado sin pensar en si lo estaba pasando bien o no ella?
—Pues... tu bella novia no se quedó del todo complacida ayer.— Murmuro suavemente con un tono provocador, mientras caminaba lentamente su dedo índice y de en medio de su mano derecha por el pecho de su enamorado.— Pero te perdonaré porque estábamos muy cansados.
—Podría compensarte en este preciso momento.— Respondió de forma un poco torpe, se sentía sonrojado, el contraste que ofrecía el aspecto inocente y tierno de su novia a su personalidad tan coqueta y juguetona siempre le había resultado enloquecedor, era como un hermoso ángel con la personalidad de una diablilla.— Déjame ir por los preservativos
—No.— Respondió ella, con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Pero ¡No tengo condones!— Contestó de mala gana él, siempre los olvidaba y más de una vez se quedaron por las ganas con lo mismo, sin embargo esta vez iría rápidamente a comprarlos. Se paró para ir por su ropa y exclamo rápidamente.— ¡Volveré pronto!
—Calla y vuelve a la cama.— Dijo ella mientras se mordía el labio suavemente— Ya sé qué haremos todo el día de hoy. Lo haremos sin condón, pero solo será por este día, ¿vale?  ♥


Kora

Re: 💕 Fluff Starters 💕 [actividad abierta]
« Reply #20: August 31, 2018, 08:02:42 AM »
hewwooo uwu

Me gustaría que los Fluff Starters quedaran como actividad abierta sin límite de tiempo para todas las miembros. He pensado en hacer unas badges para las miembros que participaron o piensan participar, tipo:

(ya sé que está fea pero es un prototipo de 3min T_T)

Además añadir más starters. En todo caso haré rehaul del primer post pronto, así que si pica la curiosidad por participar todas son bienvenidas :')

Yyy dejo mi primer FS (haha...) porque CS2 duele.




rean x crow
"salir a ver las estrellas ha sido buena idea."

- Salir a ver las estrellas ha sido buena idea. - Dice Crow mientras rodea la cintura de Rean, acercándolo aún más hacia él y besando su sien. Rean, por su parte, se gira y apoya la cabeza en el hombro de Crow.

El cielo nocturno se veía con claridad en Trista, y ni siquiera han tenido que ir muy lejos. Entre los dos habían encontrado pronto la mayoría de constelaciones que conocían. Pero el verdadero placer era simplemente estar al aire libre, escuchando sólo a las cigarras y disfrutando de la brisa de una noche de verano. Y por supuesto, estar el uno junto al otro.

- Ah, mira. - Rean señala al cielo. La luz de la luna resalta su perfil, brillando en su pelo, la punta de su nariz, sus labios. Sin poder contenerse, Crow le da otro beso, esta vez en la comisura de la boca. Lo que fuera a decir Rean se queda en nada cuando éste se aferra a su cuello y finalmente, junta sus labios. Cuando los separa, sus rostros todavía están cerca y sus manos todavía están en el cuello de Crow. - Ya veo lo que te interesa.
- Me interesa. - Sonríe Crow, ladeando la cabeza y robando un beso rápidamente. - Pero ya sabes que no puedo prestar atención mucho tiempo seguido.
- Dime la verdad, ¿querías ver las estrellas o que nos lo montáramos fuera? - Pregunta Rean, sonrojándose y mordiéndose el labio inferior.
- Las dos, palabra. Pero… - La sonrisa de Crow se vuelve ladina. - Ahora me apetece más lo segundo.
- Crow…

Rean frunce el ceño antes de dejar ir una risita, besándolo. Las manos de Crow van a su espalda y cintura, acariciando por encima de la camisa en círculos, mientras Rean juguetea con los piercings en la oreja de Crow, pasando el dedo por encima de cada aro, tirando un poco. Como siempre, Crow dejó ir un gemido bajo en el beso, abrazándolo fuerte mientras lo empujaba para que ambos caigan sobre la manta en la que están. Ligeramente de lado, con Rean sobre él. Sus dedos se entrelazan.

- Crow… - Repite Rean, mirando a un lado. Crow puede leer la preocupación en sus ojos, y lo besa otra vez.
- Nadie va a venir por aquí ahora. - Los besos bajan por la mejilla, la mandíbula y el cuello lentamente, con una mano abriendo el primer botón de la camisa. - Además, ¿no crees que le da un poco de morbo?
- ¡No! - Imaginarse a cualquiera de sus compañeros, o la instructora, o cualquier vecino de Trista encontrándoselos en aquellas circunstancias hace que Rean se sienta tan avergonzado que tiene que hundir la cara en el hombro de Crow.
- Mmm, cuál sería peor… oh, ¿te imaginas si nos pilla Machias? - Una risita se le escapa a Crow, pero Rean sólo deja ir un quejido.
- Si sigues, me voy.
- Vale, vale… no te preocupes, mi amor, no va a venir nadie. - Con la mano libre, lo apreta contra sí, besando el trozo de Rean que ha quedado expuesto y dejando que su mano libre continuara explorando su espalda y brazos.

Ante las caricias y los besos, Rean pronto sucumbe, devolviendo estos con cada vez más entusiasmo. Le encanta besar a Crow, o que éste le bese, no está seguro, sólo sabe que todo el vello de su cuerpo se eriza cada vez que sus labios se tocan. Su mano libre va hacia el cabello de Crow, hundiéndose un poco antes de quitarle la bandana. Crow parece estar a punto de quejarse, pero los dedos de Rean despeinándolo, acariciando su cabeza arañando lo justo, sólo lo hacen gemir.

Crow gira sobre sí mismo, sin soltarse de la mano, dejando a Rean boca arriba debajo de él. Puede sentirlo revolcarse cuando se apreta contra éste, y una pierna se enrosca sobre su cintura, presionando aún más sus cuerpos. Rean se ha vuelto más atrevido, piensa con la satisfacción de ser él quien ha estado siendo la mala influencia en el bueno de su chico. Crow se separa un poco, con una mano en la mandíbula, acariciando la mejilla de Rean con el pulgar. Las mejillas sonrosadas, los labios hinchados y casi rojos, los ojos entreabiertos. El Rean que sólo él ve.

- ¿...Qué? - Pregunta Rean.
- Nada. - Crow desliza su pulgar hasta que presiona el labio inferior de Rean, quien lo acaricia con la punta de la lengua. Una descarga eléctrica recorre el cuerpo de Crow. - Rean…

Bajo el cielo nocturno, Rean le dedica una mirada cargada de afecto a Crow. Crow toma la mano de Rean y le besa los nudillos, inclinándose para retomar las cosas donde las habían dejado. Cuando por fin vuelven a besarse, Rean casi suspira.

- A riesgo de repetirme… - Murmura Crow contra su cuello y la clavícula, un beso por cada palabra. - Salir a ver las estrellas ha sido buena idea.