au donde todos son estúpidos y yo escribo esto en mitad de todo lo demás que debería acabar
fandom: haikyuu!!
pairing: yaku/lev, todos los últimos que se mencionan en el fic
notas: básicamente pensé en que lev algún día se haría un tatuaje estúpido y no puedo creerlo. al final solo surgió.
El tatuaje no era en sí indignante (porque en tal caso Lev se quedaría más que corto), así que era preferible describirlo como humillante. Lo peor de todo es que nadie se animaba a darle una palabra de aliento y sus insensibles compañeros de piso no hacían más que reírse hasta llorar en el suelo, observando la caricatura de Jar Jar Binks que surcaba en su hombro. La situación era más que surrealista.
Si obviaban el hecho que hace unos pocos días habían quedado tan ebrios que habían tomado toda clase de decisiones que en ese mismo instante Lev estaba arrepintiéndose desde lo más hondo de su alma. Un maldito tatuaje de Jar Jar Binks sacando la lengua y exclamando ‘I like it!’ aparentemente había sido su más brillante idea para sentirse al borde del límite. No se había enterado de aquella pesadilla, sino hasta el día de ayer en la tarde que por fin había despertado de entre los muertos, gracias a la resaca más grande que había tenido en ese año.
“Que estúpido soy.” Continuó suspirando Lev deprimido, dejándose de ver en el espejo.
“Lev, dinos algo nuevo por favor” bromeó Kuroo con una sonrisa, aun cuando una almohada terminó aterrizando en su rostro. “Es que en serio tío, fuiste tú mismo el que nos arrastró hasta donde Bokuto para hacerte… eso.” Trató de evitar una mueca, mientras señalaba la pieza de arte que tenía. Ni siquiera pudo aguantar cinco segundos, porque volvió a echarse a carcajear de la mala suerte del peliplateado.
“Y lo repetiste en la charla grupal, muchas veces.” Soltó sin anestesia Kenma, en alianza al moreno para hundirle más el dedo en la llaga. Dejó de lado el videojuego que tenía entre sus manos para corroborar su aventura. "Solo mira", le mostró la serie de mensajes y notificaciones que había dejado en esa infame madrugada.
Lev, [03:11]
aMX GIX SV OY FDS TT DS ATUAJE!!!!!!!J AJSDRRKJARBINK!!!!
Lev, [03:11]
N SDIE ME HTRIEDDTRNG AAAAAAAAAA
(cuarenta mensajes después)
Lev, [03:17]
DDOFNB NDE BOK TUTOD DSAKAAA SGHUISI SDHJDKSA LGUUEBNc
"¿Y no podían tomarse la molestia de detenerme?"
"Te recuerdo que Kuroo estaba tan ebrio como tú en ese momento y Bokuto pensó que no estabas bromeando en lo absoluto, ya sabes cómo es con su trabajo" Kenma no hacía más que reinvindicar su nivel de estupidez sin ninguna cortesía o sensibilidad. Satisfecho con el resultado, no volvió a dirigir la palabra a Lev, para enfocarse en el siguiente nivel que debería superar y no entrometerse más en el meollo.
¿Cómo diablos iba a hacer a deshacerse de un tatuaje permanente?
Sin embargo, antes de que pudiera sacarse media melena por la desesperación, escuchó unos pasos venir por el pasillo.
"Lo sentimos, la puerta estaba media abierta, vine a traer lo que nos prestaron." Saludó Iwaizumi educadamente al lado de Oikawa, trayendo lo que parecía ser una serie de bols, vasos y bandejas de la fiesta anterior. En un principio había sido una fiesta sencilla para celebrar el nuevo apartamento que había conseguido con su novio, pero había acabado como una total perdición gracias a Kuroo y Bokuto.
"Eh Kenma, te he dicho miles de veces que cierres bien la puerta al entrar." Gruñó Kuroo, aún en el suelo.
"Ajá." En ningún momento Kenma despegó la mirada de su nintendo, ignorando a los demás desde su lado del sofá.
Por su parte, Oikawa se apresuró a tirársele encima a Lev para volverse a levantarle de su camiseta. “¡Quieto!” Le ordenó para admirar nuevamente el tatuaje de su hombro.
“Hey, ¿qué haces?”
"Wow, Kuroo no bromeaba, tu tatuaje sí que es asqueroso Lev-chan"
"Cállate Shittykawa" Lev fantaseó por un instante que Iwaizumi sería lo suficientemente amable para compadecerse de él, pero no pudo más que desilusionarse al ver la sonrisa contenida en su rostro. A pesar de querer quedarse en compromiso con él, estaba riéndose como todos. Traidores.
“¿Ahora qué se supone voy a hacer esto? ¿Les importa?”
“Muchísimo, además creo que no recuerdas que Bokuto está muy orgulloso de tu tatuaje,” Kuroo volvió a abrir la boca, solo para torturarle aún más. “Hoy debe estar con Akaashi sacándole un cuadro de la foto que te tomó, me acaba de mandar un mensaje”. Aquello solo provocó que todos rompieran en risa, incluso Kenma
“AAAAH, SON DE LO PEOR, FUERA DE MI DEPARTAMENTO”
“Perdón Lev, pero esta es mi casa también, así que todos podemos quedarnos a mirar a tu precioso.” Insinuó el imbécil de Kuroo.
Ni siquiera podía disgustarse en su propia casa, era inaudito.
**
Pero afortunadamente, después de una larga conversación con Akaashi y el escándalo de Bokuto, pudo confirmar que nada estaba tan perdido como pensaba. A partir de ello, lo único que tenía que hacer era soportar unas dolorosas sesiones para removerse el tatuaje. Lo cual no alegró en absoluto al experto tatuator, pero estaba seguro que sobreviviría a la ley de hielo que había recibido por parte del rey de los idiotas. Además, Lev no tenía muchos ánimos para enfrentar a quién había puesto una monstruosidad en su cuerpo. Sin el tatuaje, lo demás no era muy importante. Era su vida amorosa la que estaba en peligro, dado no quería ni imaginar que sería si sus amigos seguían compartiendo la foto de su tatuaje en todas las redes sociales existentes en el internet. Básicamente se había convertido en el meme de su círculo de amistades. Inclusive su hermana se había sumado a la serie de bromas.
Su vida se había convertido un martirio gracias a unas copas y un dúo de imbéciles. Era increíble.
Al final, había llamado inmediatamente al consultorio de dermatología, tal como se le había indicado para concertar una cita urgente. El tiempo apremiaba y él solo deseaba deshacerse del tatuaje de una vez por todas. Cuando la recepcionista llamó por su nombre, entró al consultorio del doctor que rezaba por apellido Yaku. Ya estaba completamente seguro de lo que tendría que decir.
Sin embargo no había imaginado que se quedaría prendado a primera vista, al ver a su doctor.
“Oh, no creí que mi doctor fuese tan… ¿pequeño? ¿Cuántas cabezas le llevo?” Intentó ser sutil, pero al final acabó casi siendo estrangulado por el otro. El carácter de su nuevo dermatólogo no parecía fácil de dominar, aunque tratándose de Lev, casi todo el mundo acababa siendo molestado por la serie de frases que salían de su boca por desgracia.
“¿Dices que quieres removerte un tatuaje en el hombro?” Su doctor volvió al modo serio, revisando el historial que había llenado. “Ven a la camilla, quítate la camisa y ponte encima, por favor.” ¡Incluso se había puesto unos lentes que lo hacían ver mucho más atractivo que era! “Que te mueves te dije.” Lo empujó el otro de una patada. Tarde se había dado cuenta que estaba babeando y siendo extremadamente evidente.
Lev hizo tal como el otro le había ordenado, mientras Yaku tocaba de forma clínica su piel. Todo el ser de Lev gritaba por pedirle el número a su doctor. “Uhm, sí, es algo grande, nos tomaré al menos unas diez sesiones para sacarte el tatuaje.”
“¿Y dolerá mucho doc?”
Yaku solo frunció la ceja al escucharle y luchó por morderse el labio para no replicar. Había hecho que la última palabra sonara demasiado sugestionable.
“Bastante, me encargaré que te duele bastante.”
“Ah, eso suena… genial.”
“Me alegra.”
Solo quería que aquel degenerado con el tatuaje horrible desapareciera de su vista con las nuevas indicaciones. “Ah, doctor Yaku… ¿puedo decirle solo Yaku, no?, tenía una pregunta”, ya casi era hora para que Lev se retirase, aunque era lo que menos deseaba hacer.
“¿Qué?”
“¿Me deja su número? Es que estoy seguro que voy a tener que contactarlo frecuentemente” ¿Su idea de obtener una cita con su doctor? Perfecta. Inclusive se felicitó a sí mismo por sacarle tanto partido de aquel golpe de mala suerte que le había traído a conocer a aquel dermatólogo tan atractivo. Por fin su inexistente vida amorosa daría un cambió.
“No salgo con pacientes y mucho menos con idiotas que se dejen poner un Jar Jar Binks, ya vete” Le detuvo en seco Yaku, sin siquiera pestañear.
“¡P-pero es necesario! Soy alto y guapo, ¿no lo cree---?” Se abalanzó sobre el otro, tropezándose y dejando que el peso de su cuerpo cayera sobre la otra persona.
“QUE TE VAYAS, ¡SEGURIDAD!”
**
“A ver déjame entender…tuviste un flechazo con tu doctor y ¿luego la seguridad del consultorio te sacó a patadas?” Kuroo seguía riéndose en el suelo, por enésima vez. “Así vas a terminar limpiando todo el suelo del departamento.” Dijo Kenma caminando sobre su novio, para acomodarse en su lugar del sofá con el plato de macarrones con queso que habían preparado de cena. No tenía ni el más mínimo interés si las costillas de Kuroo habían sobrevivido para contarlo.
“Lo peor es que no sé si mis siguientes diez sesiones siguen en pie.”
“Yo creo que debes estar por seguro que están arruinadas por acoso sexual.”
Lev echó un grito que acabó por alterar a todos los vecinos de la cuadra. Su vida era una mierda.