Author Topic: Act 1: Overture  (Read 79021 times)


Apple

Re: Act 1: Overture
« Reply #105: September 30, 2023, 06:51:03 PM »
Igual Miyuuuuu ;_; me alegra saber que no ando aquí sola posteado lol

5

–Oye Sheryl, despierta.

Aunque no eran hermanos biológicos, Sheryl y Sakuya tenían una forma muy adorable de despertar, observó Relena. Ambos abrían sus ojos y por un momento parecían aturdidos, como un cervatillo asustado, como un bebé que recién abrió los ojos y estaba viendo el mundo por primera vez.
Sheryl entreabrió los ojos y vio a la prometida de su hermano. Afuera ya estaba oscuro, posiblemente era hora de la cena.

–Relena– la llamó Sheryl mientras se incorporaba en la cama y tomaba un sorbo de la botella de agua que había dejado en su mesa de noche.

–¿Estás muy cansada? – le preguntó Relena. Se sentó al pie de la cama mientras Sheryl se desplomaba de nuevo en sus almohadas.

–Estoy exhausta. Ya no quiero actuar, ya ni siquiera puedo fingir entusiasmo en las conferencias de prensa.

–¿Ya hablaste con Gin?

–¡Él no me escucha! No cree que pueda manejar una carrera músical seria…

–¿Te lo dijo así?

–No, pero su actitud es obvia.

Relena asintió. En teoría Gin era su jefe… y estaba molesto con ella. No lo había dicho implícitamente, pero su actitud y sus gestos lo decían todo. La culpaba por la salida de Sakuya de DeViLS, aunque ella no tuvo nada que ver en la decisión de Sakuya. Tal vez era la causa de su retiro de los escenarios, pero ella también se sentía contrariada por la decisión y después de que conoció a Ritsuko, supuso que había una forma de ser esposa de una estrella de rock y vivir para contarlo. Pero Sakuya había insistido…

–Ya sabes como es Gin, probablemente los negocios sean su prioridad.

Sheryl entendió enseguida a lo que se refería Relena. Gin tenía una compañía a la cúal dirigir, la cual había sido muy exitosa por tres generaciones y Gin estaba decidido a mantenerlo así.

–Da igual– dijo Sheryl resignada. –Me faltan un par de películas y luego tengo que renovar mi contrato. Creo que puedo enviar al abogado Gin a hablar con el tirano Gin.

Relena solo asintió. Al perecer Sheryl pensaba enviar a la utilería pesada. El abogado Gin Ichimaru, era el abogado y jefe de la oficina familiar de los Ookochi. Relena lo había conocido ya en un par de recepciones de Ritsuko ya que al fin y al cabo, cuando se casará con Sakuya Gin Ichimaru se volvería su abogado también.

Sheryl se levantó de la cama, y se dirigió a su armario a cambiarse. Salió luciendo un vestido largo casual y relajado, apropiado para una cena familiar.

—-------

Sheryl y Relena bajaron al comedor donde Ritsuko, Sakuya y Rangiku ya estaban sentados, disfrutando de unos aperitivos de lo que parecía salmón. Aún en las pequeñas cenas familiares Ritsuko insistía en tener una comida formal con aperitivos, entradas, plato fuerte y postre; además de curar ella misma el maridaje de los platillos y los vinos. En consecuencia de ello todos en la familia Ookochi habían adquirido con el tiempo y la costumbre un gusto por la cocina gourmet; aunque los hijos de Ritsuko podían tolerar las comidas formales e improvisadas, en especial si sus agendas estaban muy ocupadas. La misma Ritsuko se permitía tener una dieta desordenada de vez en cuando y comer un sandwich en su oficina.

A Relena le tomó un tiempo acostumbrarse a la casual vida lujosa de los Ookochi. Ellos no comían foie gras o caviar de beluga porque quisieran darse un gusto o presumir su riqueza, sino porque simplemente estaban acostumbrados a ello. Era parte de su vida diaria, habían nacido así (excepto Sakuya, pero él tuvo el beneficio de crecer dentro de ese ambiente). El concepto de rock stars old money le chocó un poco al inicio de su relación con Sakuya, pero él hizo todo lo posible para ayudarla a aclimatarse y realmente toda la familia Ookochi habían sido maravillosos con ella. Relena estaría agradecida por siempre por no tener que lidiar con una suegra o cuñadas snob clasistas.

Tan pronto como Relena y Sheryl se sentaron en sus lugares, Relena junto a Sakuya y Sheryl junto a Rangiku, el staff llegó con la entrada; una sopa de tomate acompañada de un Sauvignon Blanc. La charla en la mesa pronto se centró en el nuevo apartamento de Rangiku, en el centro de la ciudad.

–Espero que no tengas vecinos molestos o entrometidos– le comentó Sheryl.

–No, básicamente tomó el elevador y voy directo a mi piso, es como en el apartamento de Sakuya – explicó Rangiku –Pero las veces he ido a ver como van las remodelaciones, me he encontrado con algunas personas en el lobby, ¿Parecen gente normal? ¡Oh, sí! ¿Les suena Milliardo Peacecraft, el bailarín principal de la compañía de ballet de Eastwood? 

–Por supuesto– dijo Ritsuko –su madre también está en la asociación de damas de Eastwood. Sino estoy mal, después de su cuarto divorcio regresó a vivir con Milliardo y trajo a su hija tambien.

–Oh wow, cuarto divorcio– exclamó Relena.

–Imagínate pasar por cuatro bodas– mencióno Sakuya mientras tomaba la mano de su prometida y le sonreía con complicidad, como diciendo “ese no será nuestro caso”.

–O cuatro divorcios– agregó Sheryl.

–No es como que ella sea la primera en la asociación de damas de Eastwood en pasar por eso. Es más común de lo que ustedes creen niñas, especialmente a mujeres de mi edad.
Rangiku y Sheryl hicieron una broma con referencia a la edad de su madre haciendo reír a todos en la mesa, con excepción de Ritsuko obviamente.

La cena transcurrió con normalidad, aunque Rangiku había obviado algunos detalles de su nueva vivienda… en particular que después de toparse con Milliardo por segunda vez en el lobby del edificio este le había pedido una cita y ella había aceptado.


Kora

Re: Act 1: Overture
« Reply #106: October 31, 2023, 12:00:26 PM »
Tengo una idea para un modern AU que podría encajar aquí, espero continuarlo pronto <3


A lo largo de su vida, Kaeya había sido muchas personas diferentes. Como una segunda piel, usaba identidades de personas que nunca habían existido, para luego deshacerse de ellas cuando desaparecían en la nada de la que provenían; a veces, era casi tentador olvidar quién era y deslizarse hacia una vida que no era la suya. Un fugaz momento de paz, una oportunidad de escapar temporalmente de su pasado y de su futuro.

Nunca había un final feliz, pero nunca se lo habían prometido, así que no podía quejarse.

Y esta vez no sería diferente. Tenía un objetivo, una meta en cuya vida se deslizaría, y cualquier otra cosa que sucediera... dependía de él, siempre y cuando tuviera éxito.

Se ajustó la corbata en el espejo retrovisor, asegurándose de estar lo más guapo posible. Podía ser espía y asesino de oficio, pero eso no significaba que no pudiera lucir lo mejor posible mientras trabajaba. De hecho, ser naturalmente apuesto como era, sería de ayuda durante la misión: independientemente de sus modales encantadores y suaves, una joven princesa moderna sería más fácil de encantar con un traje caro y bien ajustado y un sedoso y bien arreglado cabello.

Tan pronto como puso un pie en el patio de la mansión, una mujer rubia con un traje de oficina se le acercó y se presentó como la secretaria de Crepus Ragnvindr. Dijo haber estado esperándolo y rápidamente lo guió hacia adentro, sin quitarle los ojos de encima ni un segundo.

- El señor Ragnvindr los ha estado esperando. - explicó mientras tocaba una puerta antes de que una voz de hombre les pidiera que entraran. Antes de entrar a la oficina, Kaeya respiró hondo, listo para dejarse atrás y abrazar su nueva vida... mientras durase.

Como profesional que era, Kaeya había hecho sus deberes y estudiado qué información sobre los Ragnvindr estaba disponible (que, por supuesto, no le daría el panorama completo). Había visto sus rostros en todos los archivos que le habían entregado, pero ésta era la primera vez que los veía en persona.

Crepus Ragnvindr era como esperaba, un hombre con una fuerte presencia pero una sonrisa encantadora, las patas de gallo alrededor de sus ojos solo aumentaban su atractivo de hombre maduro. Su apretón de manos fue fuerte y firme, y Kaeya se aseguró de responder con la misma confianza.

Pero las fotos no le hacían justicia a Diluc Ragnvindr. Se veía hermosa en ellas, por supuesto, pero Kaeya no podía haber esperado que se le parase el aliento por un momento cuando su mirada se posó en ella por primera vez. Su expresión serena, casi inescrutable, era una máscara de alabastro, tallada por los propios dioses, desde el delicado arco de su frente hasta el arco de Cupido de sus labios.

Era más que su belleza. Algo en su forma de comportarse llamó a Kaeya: era una dama refinada, eso era seguro, pero a Kaeya le habían enseñado a ver más allá de la superficie. Y vio fuerza en ella, una corriente salvaje bajo un glaciar.

Kaeya nunca había retrocedido ante un desafío.

- Es un placer conocerla, señorita Ragnvindr. - dijo después de salir de su ensimismamiento. No estaba mirar boquiabierto a su objetivo como si nunca antes hubiera visto a una mujer bonita. Le hizo a Diluc una cortés reverencia con la cabeza y la mano en el pecho. - Espero no ser una molestia para ti. Lo único que me importa es tu seguridad.


Miyu

Re: Act 1: Overture
« Reply #107: January 25, 2024, 04:39:59 PM »
La playlist que usé es la que hizo el/la mangaka de "The Guy She Was Interested in Wasn't a Guy At All" vol. 2 (?) y el opening de Mashle de esta tempo LOL



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La música se oía a través de los parlantes de la tienda, junto al aire acondicionado y las cajas de CD’s siendo acomodadas en las estanterías. La transición de una canción a otra es tranquila, al igual que el ambiente del lugar. Pocos clientes iban ya a comprar en formato físico los álbumes y vendían más en línea.
Mitsuki en el mostrador, comenzó a pintarse las uñas de negro, el olor a esmalte hizo que su compañero de trabajo tosiera, pero seguía ordenando la mercancía con cuidado.

—Mi hermana me vendrá a recoger en poco —el hombre se acercó al mostrador con una cara totalmente rancia, a juego con su voz rasposa— ¿Puedes poner algo más femenino?
—¿Femenino? —levantó ambas cejas con sorpresa y después miró el ordenador de dónde había puesto la playlist—. ¿Qué es femenino?

La chica parecía totalmente nerviosa, con gotas de sudor frío recorriendo su cara, probablemente si no usara mascarilla se vería ridícula.

—Femenino, femenino, femenino —repitió Mitsuki varias veces, rascando la parte posterior de su cabeza. Sus cabellos cortos le permitían sentir el fresco de la habitación.
—No sé, algo de alguna Idol —Gyutaro sacó su móvil y Google rápidamente, traía el mismo color de uñas que Mitsuki—. El otro día Ume se quejó llamando vejestorio a la música de aquí.
—Bro, es una tienda de Rock —señaló un poster de Nirvana detrás de ella—. A duras penas tenemos algo de Maneskin y Mammoth WVH y este último porque toca el hijo de Van Halen.
—Busca en YouTube o en Spotify —el chico se sacó el delantal negro para dejarlo sobre el mostrador.

Después de poner Spotify el top de canciones de Japón, presionó la primera canción de Creepy Nuts. En ese momento la campanilla de entrada sonó, alguien ingresó a la tienda, el suave y delicado sonido del campanilleo se sobrepuso sobre el extraño rap oriental que sonaba a todo volumen.

Mitsuki apuntó sus ojos a los azules de Gyutaro, ambos entraron en pánico, esa canción estaba alejada del sonido femenino que ambos buscaban para hacer que la mimada hermana menor de él se sintiera más cómoda.

“Oye Espejito, espejito di quién es el mejor.
 Pues soy yo,
Oh yeaah Mientras permanezca vivo lejos iré
Hasta el número uno ser
Cantando
Bling-Bang-Bang, Bling-Bang-Bang-Born
Cantando
Bling-Bang-Bang, Bling-Bang-Bang-Born
Cantando
Bling-Bang-Bang, Bling-Bang-Bang-Born
Hasta el número uno ser”


—Viejo… ¿ESO TE PARECE FEMENINO? —Gyutaro saltó sobre el mostrador para intentar pausar la canción.
—¡QUÉ SE YO! ¿POR QUÉ ERES TAN MOLESTO? —Mitsuki, al igual que él, fue rápido al mouse. Ambos se pegaron contra la pantalla de la computadora.

En ese instante la voz femenina de una chica carraspeó para llamar la atención de ambos, se veían totalmente ridículos. Entre empujes y los movimientos que hacían sobre el ordenador, terminaron poniendo más alto el volumen de la música y el “Bling-Bang-Bang-Born” sonando agudo.

—¿Qué hacen? —puso sus manos en jarra y los miró con sus filosos ojos azulados, aún con las cejas cruzadas se veía hermosa—. Hermanito, aléjate de esa marimacha.
—¿Yo? —se señaló así misma Mitsuki, dejando caer un poco su cubrebocas. Parecía muy sorprendida.
—¡Ume! —la regaño su hermano, tratando de contener la risa—. Bueno, nadie te manda a vestirte como tomboy, Koga.

Después de unos minutos volvieron a la vieja lista de canciones, que ya casi terminaba de sonar 1979 de Smashing Pumpkins y comenzó a sonar Foo Fighters con My Hero, Mitsuki cerró sus ojos para oír los acordes de la guitarra y una pequeña sonrisa se formó entre sus mejillas.

Los dos hermanos salieron de la tienda de música, Ume iba sujetando el brazo de su hermano mayor. Pese a llevarse tres años ambos tenían una buena relación y el hermano mayor siempre mima demasiado a la menor.

—¿Música femenina? —Ume alzó su vista hacia su hermano—. Eso sería Pop, quizás Doja Cat. Uhmmm… últimamente escucho Kura Kura de TWICE o BLACKPINK.

Ume llevó sus uñas finamente esculpidas, con un diseño rosado y algunas flores dibujadas con pequeños diamantes falsos incrustados hacia sus labios para pensar en lo que Gyutaro se refería con “música femenina”.

—¿Dua Lipa? —mordió con delicadeza la uña del dedo índice e inclinó ligeramente su cabeza, sus largas hebras doradas con las untas limas se movieron de una manera suave con ella.

En ese momento ambos hermanos vieron una cosa dorada saltando sobre la menor de los Shabana y abrazándola fuerte.

—¡UMECITA! —gritó quién impacto contra ellos, abrazando a la chica con fuerza. El movimiento hizo que ambos hermanos se alejaran entre sí—. Tiempo sin vernos, ¿cómo estás? ¿Mitsu chan está en la tienda?

De inmediato ambos reconocieron a la hiperactiva de Marin Kitagawa, ambas chicas median casi lo mismo y traían sus cabellos sueltos.

—¡Aléjate! —contiguo dijo la albina—. ¡Aléjate, Marin!
—Hermana —Gyutaro suspiró ante la mala actitud de su hermanita.
—¡Nada de hermana, me está arrugando el uniforme! —Ume parecía molesta e intentaba alejar la cara de la otra mujer de encima—. ¡Quítamela!
—No quiero, jeje —se reía con la cara pegada a la de Ume—. Tan linda y gruñona.~

Gyutaro no entendía cómo es que su hermana había podido hacer tantas amigas desde que llegó a Eastwood, aunque siempre tenía que tener cuidado con los hombres que se le confesaban a ella.

—Koga está en la tienda aún —respondió el hombre, señalando en dirección a dónde trabaja.
—¿Lo dices en serio? —Marin parecía totalmente emocionada y abrazó un poco más fuerte a la chica—. ¡AHHH, AL FIN LA VERÉ! Aunque cruzarme con Yori chan sería bueno también.
—¡HERMANITO! —los niveles de odio de Ume rayando el límite, pidió ayuda a su hermano.
—¡Oh sí! —Marin se alejó unos centímetros de ella y de su mochila rojiza, marca Supreme, sacó una bolsa con el logo de 6%DokiDoki—, espero les guste —la sonrisa de ella se amplió bastante y miró a Gyutaro también.

Ume la tomó con cierta curiosidad, sus ojos se agudizaron un poco y Marin le acarició la cabeza.   

—¡Te dejaré hacerlo por esta vez, hmph! —movió su cabeza hacia un lado, inflado sus mejillas, pero sin agradecer por el obsequio.
—Gracias —apresuró a decir Gyutaro—, y perdón por ella.
—¡HERMANO! —protestó ella.
—No te preocupes, es bien linda —la rubia le acarició por algunos minutos más la cabeza y después se despidió de ambos para ir hacia la tienda de CD’s.

Marin se había puesto unos shorts de jeans cortos, junto a una camiseta corta con una estampa de Nirvana en ella, se veía bastante linda. Respiró hondo profundo antes de ingresar a la tienda y, con la mejor sonrisa, se apresuró al mostrador.

Al detenerse frente oyó las notas y la voz tenor que reproducía los parlantes del local, el conjunto de notas y acordes hacían de la canción algo nostálgica.

—La voz de Brandon Boyd me hace estremecer —susurró la platinada, intentando tararear Drive.
—“Whatever tomorrow brings. I'll be there With open arms and open eyes, yeah. Whatever tomorrow brings. I'll be there I'll be there, yeah, ohh” —Mitsuki cantaba bajo el mostrador, mientras ordenaba algunas cosas que se cayeron cuándo con Gyutaro intentaban apagar la canción de Creepy Nuts.
—Me gusta Incubus —Marin se hizo hacia delante del mueble, apoyando sus brazos en la parte de arriba, para ver a la mujer del otro lado—. Tiempo sin vernos, Mitsu-chan.
—Sí, Kitagawa —ambas se rieron y la mencionada apoyó su mochila grande se Supreme sobre el mostrador de la tienda—. ¿Cuándo regresaste de tu viaje a Japón? Hace poco Ume estuvo en la tienda.
—La vi —respondió emocionada—. ¡Fue todo un espectáculo! La abrace el doble.
—Imagino que casi te golpea —dejó escapar una pequeña risa y se acomodó en la silla.
—Sí, sí —asintió rápidamente—, Debería dejar de ser tan linda si no quiere que la abrace.

El grupo de amigas se había formado en la Universidad, al ser japonesas todas era normal que terminaran entablando amistad. En su grupo había demasiado chicas: Haru, Yori, Ume, Matsuri, Harumi, Yuzu, Mei, Mitsuki, Aira, Musashi, Marin, Nobunaga, Souji, Okuni, Yuzuriha y Sagiri, todas en especialidades diferentes y con pocas clases compartidas, sin gustos en común y aún así se habían hecho muy buenas amigas.

—Volví ayer —confesó Marin, buscando en su mochila un regalo como suvenir—. Traje regalos para todas las chicas. ~
—Espero que no sea maquillaje —se volvió a reír la pelinegra, quitándose el delantal de trabajo de la tienda—. Pronto cerraré, ¿quieres ir a comer algo?
—¡Crepas! —respondió de inmediato.
—¿Eh? -la miró sorprendida, pues fuera de Japón no había locales de crepas—. Vamos al Starbucks.
—Ah, cierto —le entregó una bolsa de A Bathing Ape—. Ojalá te guste.
—¿BAPE? —tomó la bolsa y le dio una ojeada, viendo una camisa de Denim—. Gracias, no te hubieras molestado.
—Tuve que hacer varios trabajos en Harajuku y conseguí descuentos en varias tiendas —acomodó las cosas de nuevo en la mochila y la cerró.
—¿Te fue bien? Últimamente estoy viendo varios spots publicitarios tuyos en la televisión e internet.
—Sí, incluso me hicieron fotos para revistas de Gal’s allá —emocionada, infló su pecho. Aunque su trabajo en el mundo de la moda no era más que para sustentar sus hobbies como otaku.
 
###

—Ume, se más amable con tus amigas —Gyutaro se palmeó su propia frente al ver que su hermanita golpeó con el bolso a Yuzuriha y Sagiri entró en pánico.
—¡Es culpa de estas estúpidas por creer que me pueden tocar! —volvió a impactar su bolso contra la cara de Yuzuriha.
—¿Estás bien, Yuzuriha-san? —preguntó Sagiri, tomándola del hombro.
—¡Sagirin! —fingiendo que le dolió, apoyo su delicado rostro entre los pechos de la mujer más alta.
—¡PERVERTIDA! —Ume miró a través de las mentiras de ella y la golpeó de nuevo para alejarla de Sagiri—. Hermano, definitivamente Yuzuriha no es mi amiga.
—Esto… —Sagiri se quedó quieta, observando como Yuzuriha quedó en k.o. en el suelo por los ataques de la albina. Sagiri media 1.72 cm, mientras que Gyutaro 1,80 cm—. No seas tan dura con ella, Ume-san.
—Eres demasiado buena con esa pervertida, Sagirin —con el entrecejo aún cruzado, se colocó su bolso en el hombro y tomó el brazo de su hermano—. Por eso es que ella hace lo que quiere contigo.
—¡Phew! ¡PERO ELLA ES MÍA! —exclamó Yuzuriha, besando la mejilla de la otra mujer e imitando el gesto de Ume al agarrar el brazo de su pareja.

Gyutaro se rascó con su mano libre la mejilla, en sí le daba envidia ver a una pareja tan linda demostrando su cariño en público.

—Yuzuriha-san, nos ven —susurró apenada Sagiri.
—¿Oh? —levantó su mano Marin—. ¿Están por aquí aún?
—Kitagawa-san —Sagiri les sonrió a las dos chicas que venían en dirección contraria a ellas-. Koga san.
—Viejo, no quiero verte después del trabajo —Gyutaro miró apático hacia la tomboy.
—¿Eh? —Mitsuki se puso nerviosa nuevamente, tras de ella traía el estuche con la guitarra—. Me pides cosas imposibles, Shabana.
—Vamos a Starbucks, ¿vienen? —emocionada, Marin fue hacia los otros cuatro e hizo lo mismo que con los demás, busco en su mochila regalos para las dos chicas.
—¡Quiero! ¿Me pagas Sagirin? —con ojitos de cachorrito mojado, viró hacia la mujer.

La otra chica tragó saliva y sacó su billetera de los bolsillos de su pantalón, haciendo cálculos mentales para saber cuántos dólares gastaría en una bebida y alguna botana, mientras tantos la charla de las mujeres y el hermano mayor de Ume seguía su curso.

—¿Querías ir a comer crepas? —Ume seguía sujetando el brazo de su hermano-. Hay una confitería que vende helados y crepas.
—¿Sí? —la sonrisa de Marin volvió a aparecer y estuvo a punto de abrazar a la albina, sino fuera por Mitsuki que agarró a su amiga del cuello de la parte posterior de su camiseta.
—Si haces eso se armará un nuevo espectáculo y no creo que Sagirin lo soporte —le susurró la tomboy.
—Oye, parece que pagaras mi helado —Yuzuriha volvió a besar la mejilla de su pareja para llar su atención.
—¿Helado? —regresó a mirar su cartera y a contar su dinero.
—Pagaré yo —finalmente suspiró Yuzuriha, mostrando en su celular el monto que tenía en el banco.
—Paga el mío y el de mi hermano, pervertida —Ume le dio un golpecito en el hombro y dijo seriamente.
—¡Crepas gratis! —Marin se sumó al pedido de la albina—. ¿Verdad Mitsu chan?
—Lo siento Yuzuriha —le susurró Mitsuki, tratando de atarse sus cabellos en la parte posterior. La tarde era muy calurosa.
—Está bien, está bien —suspiró la de cabellos cortos y guardó el móvil en su bolso—. Pagaré, pero no se acostumbre que no tengo dinero de sobra…
—Si eres una gran gimnasta, no te hagas la pobre —Ume levantó su mochila para amenazarla con pegarle.
—¡N-no siempre! —se cubrió detrás de la altura de Sagiri.
—Tu hermanita es muy abusiva —Mitsuki se acercó a Gyutaro y le mostró su celular, había hecho una pequeña playlist de canciones que consideró femenina.
—No conozco ninguna —encogió de hombros el único hombre del grupo. Tras escuchar que su hermano habló, Ume señaló a Mitsuki algo furiosa.
—¡Aléjate de mi hermano, TÚ TÚ TÚ MARIMACHO!

Yuzuriha intercambió miradas con Marin y Sagiri empezó a mirar hacia todos lados al ver que llamaban la atención del resto de transeúntes.

—¡No soy eso! —Mitsuki se puso colorada—. ¡Es mi estilo!
—Es muy linda enojada —la rubia le sacó una foto a la chica que gritó.
—La imagino funada en TikTok con el título de “enana gritona se desquicia por su brocom” —Yuzuriha se rió.
—Enana linda y gritona con brocom —añadió la que tenía su celular apuntando a la que aún sostenía su dedo en la tomboy.
—Feo —continuó Ume—. Feo, feo, feo.
—¡ME GUSTAN LAS MUJERES, IDIOTA! —finalmente explotó la chica que parecía mas un hombre, saliendo sin querer del closet.
—¡Oh! —Ume retrocedió y bajó su cabeza.

Sagiri se sorprendió un poco, pues ella misma usaba a veces ropa de hombre porque su cuerpo se veía mejor con algo unisex.

—Y ahí va otra —Yuzuriha no parecía sorprendida—- Con esta van nueve amigas lesbianas.
—Matsuri y Harumin son más bien pansexuales —Marin añadió, tampoco sorprendida por las declaraciones de su amiga.
—¿Y tú? —levantó una ceja, para indagar—. Matsuri se ha besado con varias chicas, está enamorada de Harumin.
—Shizuku-tan sexual —declaró orgullosa de su waifu de anime y eroge, después guardó su celular en el bolsillo del short.
—¡Hermanito, me llamó tonta! —alzó se dedo índice para volver a señalar a Mitsuki, mientras con la otra mano abraza a su hermano—. Dile algo.

Gyutaro miró a Mitsuki desganado y le acarició la cabeza a su hermanita. Él ya sabía las preferencias de su compañera de trabajo.

—Te lo mereces, eres tonta —el chico le habló bajo, limpiando con la diestra unas lágrimas que se formaron en los lagrimales de su hermanita.

Los seis se fueron hasta una pequeña tienda frente al Viretta Park, que nombraron así en honor a Kurt Cobain, con una replica exacta de la banca donde el artista se sentaba. Pidieron crepas de matcha, Nutella y frutilla.  El grupo se quedó junto hasta después del atardecer, hablando sobre diversas cosas y el viaje de Marin a Japón.

—Espero que no suban el vídeo a las redes —Ume furiosa empezó a revisar cada App nsyalada en su celular y después escribió en el grupo de chicas de LINE.

Daki: ¡MAS LES VALE NO PUBLICAR NADA O YA NO TE DEJARÉ ABRAZARME, MARIN!

—Estás exagerando.

Gyutaro estaba en la cocina del pequeño departamento, haciendo la cena y preparando los almuerzos de mañana. El joven traía su cabello atado en una pequeña coleta, por alguna razón las hebras de él se habían vuelto bicolor, siendo las raíces negras y el largo hasta las puntas de un lima oscuro.

—Eso no es cierto —continuó mandando stickers enojados—. Aparte que, si la dejo hacer lo que quiera, será peor luego.
—Lo que digas —respondió sin ganas, tener que convivir con tantas mujeres a su alrededor lo dejaba exhausto.
—Yori subió una foto con Chiyo neesan —giró el celular para mostrárselo a su hermano, ella estaba sentada en el sofá de la sala dónde tenían un televisor y una pequeña mesa ratonera.
—Muestra mucha teta —suspiró él como respuesta—. Ni parecen hermanas.
—¿Sí? Me parece más linda que todas las chicas y más agradable —le dio un corazón y escribió un pequeño mensaje dirigido para Chiyo—. Le puse que las copas G deben ser difíciles de encontrar.
—Esa observación está de más —Gyutaro traía un delantal de cocina, debajo enfundaba un jean de Denim y una camisa de leñador. Dejó de revolver el estofado para mirar a su hermana una vez más por la mesada flotante—. También debe ser difícil caminar…
—Y bañarse —agregó ella— o vivir en general.
—No digas eso frente a Chiyo nee-san —continuó cocinando.
—¿Por qué no? —le preguntó, subiendo sus pies al sofá y continuando con la ojeada en Instagram—. Yuzupon y Mei hicieron un live.
—Eso no es cortes —luego pensó que el problema es que su hermanita no es cortes.
—¿Uhm? —inquirió, virando sus orbes azuladas a su hermano—. ¿Y?

Después de unos minutos vio un comercial de línea de cosméticos por televisión, con Marin como cara principal.

—Esa gal me aparece hasta en la sopa —refunfuñó, cambiando de canal y dejando en una película.
—¿Subimos una foto a Instagram? —se levantó de su asiento y corrió hacia su hermano, abrazándolo por la cintura. Parecía una niña así.
—¿Me puedo negar?
—No.

Apretó el botón para poner el temporizador y eligió un filtro neón para colocar, en pocos minutos ya había subido la foto de aquel pequeño y dulce momentos de los hermanos Shabana.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.




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Apple

Re: Act 1: Overture
« Reply #108: May 31, 2024, 08:22:51 PM »
ya ni prometo topes uwu pero extrañaba mucho escribir aqui.

#6

–Vaya mierda… — pensó Sheryl mientras ojeaba el libreto de la serie donde tendría un pequeño papel. Básicamente sería la víctima de un culto en una serie policial, así que solo saldría viva en flashbacks y unas escenas del primer episodio. El libreto no era malo, y la premisa tampoco, pero para Sheryl últimamente todo lo relacionado a la actuación era una mierda.

Originalmente el libreto requería a Sheryl hacer un desnudo y ella lo había aceptado, pero Gin metió las manos y demandó que en lugar de ser encontrada desnuda en un riachuelo helado en medio del bosque, Sheryl sería encontrada utilizando un camisón de seda que igual dejaba poco a la imaginación pero que dejó al castroso de Gin más tranquilo.

–No es tan malo – le respondió Matt, uno de los asistentes de Gin que se había quedado con ella para hacerle compañía y supervisar que los términos del contrato de Sheryl se cumplieran al pie de la letra. No desnudos en particular.

–Sólo estoy decepcionada de no hacer el desnudo en lo que podría ser mi última actuación.

Matt chasqueó la lengua y sonrió a medias. La situación del contrato de Sheryl era una olla de presión que podría explotar en cualquier momento y él ya se lo había dicho a Gin, pero su jefe era obstinado y parecía determinado a renovarle el contrato por servicios de actuación a Sheryl.

Los motivos de Gin Fujiwara podrían ser cuestionables pero Matt, que conocía bien a Gin, los entendía. Para comenzar, Gin tenía sentimientos por Sheryl. No era muy obvio y solo alguien cercano al joven CEO de Neko Entertainment podría percatarse de esa situación. Luego estaba la cuestión sobre la vasta experiencia de Sheryl en la actuación, algo que llevaba haciendo desde los 5 años, y su nula experiencia cantando aunque ella fuera de una familia músical.

Gin sabía que Sheryl sabía cantar, por su puesto, pero otra cosa era llevarlo al estudio y los escenarios. Además el CEO entendía que una gira de conciertos no era lo mismo que los tour promocionales para películas y series; si bien ambas eran experiencias agotadoras las giras de conciertos (gracias a la piratería) cada vez se volvían más largas y tenían que abarcar más fechas para que los márgenes de ganancia e impacto fueran mayores. Y todo lo que pasaba en esas giras… drogas, alcohol y toda clase de hedonismos estaban a la orden.

Otra cosa que le preocupaba a Gin eran las acusaciones de nepotismo, que Sheryl ya conocía bien, pero, que sin duda, serían más ruidosas si Sheryl siguiera los pasos de su padre y hermano.

En fin… todo lo que Gin quería era proteger a la rubia, a su manera imperfecta.

Sheryl, por su parte, en algún punto dejó de querer actuar y ese deseo sólo se intensificó con el anunció del retiro de su hermano. Y… el affair o lo que sea que tuviera la rubia con Tasuku Kurosaki de DeViLS.

Matt no sabía los detalles, pero desde hacía un mes, más o menos, que veía a Sheryl diferente. No podría apuntar cuáles eran esas diferencias, pero si no hubiera sido por una vez que vio a la rubia subir de manera furtiva al Chevy vintage de Tasuku y besarlo no hubiera atado los cabos.

“Oh, la que se armará” pensó Matt. Si Gin tenía sentimientos por Sheryl, pero esta estaba con Tasuku a las espaldas de Gin y Sakuya, era posible que la situación escalara. Aparentemente, en el mundo de las bandas había una regla explícita sobre salir con las hermanas y madres de los compañeros de banda (y casi como que fuera una broma, la regla no aplicaba a las esposas).

Sheryl por su parte se asomó a la ventana de su vestidor y sacó su vape. Un hábito horrible, sí pero conforme se acercaba el tour final de DeViLS, su ansiedad alcanzaba niveles estratosféricos. DeViLS también estaba a una semana de lanzar su nuevo disco, el último como Sakuya como líder de la banda, y por ende cada vez tenía menos oportunidades de ver a Tasuku.

Últimamente estar en los brazos del tosco guitarrista era lo único que la confortaba. Le gustaba el hecho de que Tasuku fuera un engendro pesado y arrogante, pero con ella se mostrará tierno y protector. Su relación no tenía nombre, no era como si fueran novios pero tampoco eran solo amigos con beneficios. La sensación de estar haciendo algo prohibido, viéndose con Tasuku a espaldas de todos, le gustaba e irónicamente le quitaba de encima otras preocupaciones.

Un plus era que tenía un adelanto de la música en la que trabajaba el rubio. El mundo tenía apenas un vistazo de su talento considerando que una pequeña fracción de la música que le hacía era lanzada. Muchas canciones no pasaban de simples fragmentos, pero Tasuku convertía la mayoría de ellas en demos que él solo producía y grababa en el estudio que tenía en su apartamento. Desafortunadamente, solo algunos de esos demos salían a la luz, cuando eran grabados por DeViLS y cada miembro de la banda ponía su input.

Desde su llegada a DeViLS cuando era apenas un adolescente, Tasuku se empeñó en componer música para la banda y dejar su toque personal. Sakuya, siendo generoso y reconociendo su talento, le permitió tomarse bastantes libertades creativas. Claro… siempre y cuando éstas encajaran con los estándares estéticos que Neko Entertainment tenía para la banda.
Y después de un tiempo se volvió evidente que Tasuku quería tomar otra dirección y enfocarse a proyectos que si bien eran buenos, no tendrían el éxito comercial de DeViLS.

Pero ahora que Sakuya se iba… bueno la salida de Tasuku era un tema que quedaba fuera de discusión por un tiempo indefinido.

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–Muy bien, necesitaré otra toma desde un ángulo diferente – indicó el director. –¿Sheryl, te encuentras bien?

Un asistente de producción colocaba una bata sobre Sheryl y le daba una toalla. Estaban grabando la escena en la que descubren a Sheryl muerta en un riachuelo, la hermana mayor de la protagonista que eventualmente se volvería una excéntrica y ruda policía que trataría de resolver al misterio del asesinato de su hermana a manos de un culto.

Como era un día caluroso dentro del estudio tenían el aire acondicionado encendido a tope, y en consecuencia, Sheryl se estaba congelando pretendiendo estar muerta en el agua vistiendo únicamente el infame camisón que se pegaba a sus curvas y que por ser blanco se transparentaba estando mojado.

“La estaría pasando mejor estando desnuda…” pensó la rubia.

–Estoy bien. Pero quisiera terminar pronto, tengo un poco de frío.

–Sí, sí no te preocupes. Debemos ajustar las cámaras, no nos llevará mucho tiempo – le explicó el director. Parecía que en realidad le importaba un carajo que Sheryl se estuviera congelando y sólo preguntó por parecer cortez.

–Vaya, parece difícil interpretar un cadáver – mencionó alguien.

Sheryl reconoció la voz pero no se volteó para insultar o reclamarle. La sonrisa fácil y coqueta de Souji la saludó y por un momento le alegró el día.

–¿Por qué no te tomas un descanso cariño? – le preguntó la asistente del director a Sheryl. Al parecer ajustar las cámaras tomaría bastante tiempo. –Te llamaremos cuando todo esté listo.

La rubia encogió los hombros y salió del gélido estudio, al calor del exterior.

Los estudios de filmación en todos lados son más o menos lo mismo en todos lados, ya sea Los Ángeles o Westwood. Básicamente, bodegas gigantes con escenarios dentro y edificios de oficinas. Afuera del estudio donde habían construido el pueblo rural el cual era el setting de la serie, estaba lleno de trailers. Algunos eran de los actores y otros eran del personal. También había unas sillas por ahí bajo sombrillas, y la compañía de catering que el estudio había contratado se había instalado bajo un toldo y puso una mesa con todo tipo de snacks y bebidas no alcohólicas.

Sheryl y Souji se instalaron en unas sillas de plástico después de tomar unas bebidas de la mesa de refrigerios. Souji sacó un cigarrillo que encendió con un zippo viejo, y Sheryl buscó en los bolsillos de su bata por su vape de cerezas.

Afortunadamente afuera hacía calor y Sheryl sintió como su cuerpo recuperaba su temperatura. Además Souji había aparecido de imprevisto y ella disfrutaba bastante de su compañía. Había conocido a Souji de la forma más trivial, cuando él era barista (o intentaba serlo) en un café del centro. Lo que le agradó de él era que nunca había actuado como un idiota frente a ella y no se molestaba en ocultar cuando odiaba su trabajo cuando no estaba atendiendo clientes. Por supuesto, sus habilidades actorales salían a relucir cuando tenía que fingir que le importaban las órdenes de café demasiado caro y azucarado. Para Sheryl fue claro que él tenía talento y esa cara de niño lindo tampoco estaba de más.

Después de charlar un poco sobre temas sin importancia, Sheryl le preguntó a Souji que hacía por ahí.

–Estoy grabando mi primer papel protagónico en el estudio de al lado – le dijo Souji.

–Wow, ¿tu primer protagónico? Felicidades Souji. Debería enviarte unas flores y champán a tu camerino…

–¿No lo sabías? Todo el mundo me está llamando el Timotheé Chalamet asiatico… no sé si es un cumplido o  qué.

–No te preocupes, todos en la industria dicen estas estupideces… les encanta comparar. – explicó Sheryl antes de darle un toque a su vape. –Por cierto, perdón por no enterarme antes. Con la gira y el lanzamiento del nuevo disco de DeViLS, y otras cosas, lo último que me importa en la industria.

–Te entiendo. No hay problema, supuse que estabas ocupada. De todos modos quería agradecerte. Tenías razón cuando me dijiste que hiciera esperar a Fujiwara, el contrato que me dio es demasiado bueno.

Sheryl lanzó una carcajada.

–¿Ves? Te lo dije, hay que encontrar sus puntos débiles. Además Gin no te iba a dejar ir así como así… Eres un buen actor. Al contrario de mí de seguro ganas un Oscar en unos años después de hacer un papel donde tengas que perder o ganar demasiado peso.

Souji sonrió. Ni aún en sus sueños más locos Sheryl Ookochi se convertiría en su hada madrina.
–Oye… por cierto, ¿te gusta DeViLS? Tengo varias entradas extras para el concierto que dará inicio a su gira aquí en Westwood, iré con familia y amigos y me preguntaba si te quieres unir.

–Por supuesto – dijo Souji. Parecía que la vida para él solo estaba haciéndose mejor.