Author Topic: neverland 2.2: you can (not) fight  (Read 61693 times)


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #105: March 31, 2021, 05:17:06 AM »
Mientras tanto, fuera del juego...

79.

Era lo suficientemente tarde como para que un padre precavido empezase a preocuparse. Vincent miró de nuevo sus mensajes, pero su hija seguía sin responder desde mediodía.

—Estoy almorzando, igual esta noche me quedo donde papá. —leyó Vincent en alto otra vez antes de frotarse la barbilla con la mano buena.

Vincent arrugó las cejas y volvió a mirar el chat con su marido. A las diez de la noche la niña no había llegado al pequeño apartamento sobre su taller y Cid estaba tan cansado que se había ido a la cama sin esperar más.

—Eso es muy raro. —dijo, volviendo a mirar las redes sociales de su hija por si había alguna actualización, pero ni siquiera se había conectado desde hacía más de diez horas. Incluso había mirado sus cuentas privadas, las que se suponía que no conocía—. Muy, muy raro.

Vincent decidió que ya le había dado demasiadas horas de cortesía y se apartó el pelo de la cara, formulando un plan de acción. Iría al apartamento sobre el taller, miraría si su pequeña estaba durmiendo allí y si no era así… bueno, tenía un hermano en la policía y sabía cómo usarlo.




La mano biónica de Vincent apretó el pequeño aparato tan fuerte que lo oyó resquebrajarse. Vincent estaba de pie en la habitación de Anir. La cama estaba hecha y vacía, su mochila no estaba allí y no había señales por la casa de que hubiera llegado en algún momento.
Y encima esto.

¿¡Cómo que el número al que estaba llamando no estaba disponible!? ¿Desde cuándo Sephiroth no tenía el móvil cargado? ¡Por Dios Santo! Ni siquiera estaba respondiendo ni al número del trabajo.


—¿Tú también? —preguntó Vincent al póster del mechachocobo que cubría parte de la pared de la habitación de su niña.

Y por un momento pensó que era un complot. Pero Anir ya era mayor de edad, no necesitaba que su tío la cubriera para ir a conciertos o hacer maldades. Se bastaba ella sola.

Por un momento pensó en despertar a Cid o en ir a ver si la vecina sabía algo, pero su marido necesitaba descansar y no eran horas para despertar a la pobre mujer, que ya tenía bastante con los dolores de cabeza que le traía su hijo.
Vincent suspiró despacio, entró en la habitación de Cid y le dio un beso en la frente antes de irse a comisaría, a ver si averiguaba algo.




Vincent dejó el papel sobre la mesa de Reno y abrió los dedos de su mano antes de rascar un poco la madera al levantarla.

—Encuéntrame dónde está este teléfono. —ordenó sin ni siquiera mirarle a la cara.

—Buenas noches a tí también… —murmuró Reno, al que no le había gustado ni un pelo el trato. Aunque estaría mintiendo si dijera que su admiración por Vincent no había crecido un poquito más—. ¿Por qué debería hacerlo?

De igual manera, Reno ya había agarrado el papelito, tecleando el número en su base de datos. Llevaba horas aburrido en el turno de madrugada y encima atado a la oficina, esperando a un soplón que no aparecía por ninguna parte, un poco de acción no le iría mal.

—¿Sabes dónde está Sephiroth? —preguntó Vincent, dejando de mirar hacia las ventanas para por fin prestarle atención al agente que tenía delante.

Reno dejó salir una risa desganada.

—Ni siquiera trabajamos en el mismo departamento, tío… —Vincent arrugó el entrecejo y Reno se corrigió en un santiamén—. Digo, Señor Valentine. Madre mía, que caracter. El teléfono está apagado.

—Eso ya lo sé. Triangula la última señal.

Reno parpadeó.

—No puedo hacer eso sin una orden. —informó.

—Te la acabo de dar.

Reno volvió a parpadear.

—¿Tú no estabas retirado? —preguntó mientras hacía lo que le decía, entrando en la cuenta de otro agente y haciendo ver que estaba pidiendo la información desde otro ordenador—. ¿En qué caso trabajas?

Una vez localizada la señal, Reno le dio al botón de imprimir y se levantó para recoger el mapa que se estaba imprimiendo un par de salas más allá.

—No es un caso, es personal.

—¿Tiene que ver con tu hermano? —preguntó Reno mientras usaba una tarjeta que definitivamente no tenía su foto para abrir la puerta.

—¿Por qué preguntas? —dijo Vincent tras una pausa muy larga.

Reno agarró las dos hojas recién imprimidas y las sacudió un poco antes de entregárselas a Vincent.

—Porque tanto tu hermano como el número que me has dado están en arcades.

Vincent levantó los papeles, mirando con intensidad los dos mapas, memorizándolos.

—¿En qué lío estáis metidos? —preguntó Reno, sacando una de sus armas y mirando que la tenía cargada antes de guardarla y asegurarse de que su cuchillo seguía en su bota.

—Yo creía que en ninguno, pero estoy empezando a pensar lo contrario.

Vincent arrugó los papeles, haciendo una bola bien apretada con su mano biónica y se fue sin despedirse. La noche era oscura y húmeda. Parecía que había llovido un poco mientras él estaba en comisaría, pero ya había parado.
Se quedó un segundo con la mano sobre el capó de su coche y justo cuando abrió la puerta, Reno apareció al otro lado del vehículo.

—Bueno, vamos. —dijo con una sonrisa pilla y se sentó en el asiento del copiloto—. ¡Nunca creí que tendría la oportunidad de trabajar con el gran Vicent Valentine!

Vincent apretó los dientes y entró también.

—Cinturón.

Y mientras Reno se ponía el cinturón, Vincent pensó que habría sido mejor idea venir en moto.


Shruikan

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #106: April 30, 2021, 06:30:07 PM »
Sabéis quien tenia sueño escribiendo esto? Yo



La casa de Feanaro era lo que algunos considerarían una reliquia de otros tiempos. Pocos edificios quedaban en la ciudad que todavia conservasen el ladrillo rojo original del siglo industrial, y Artoria tuvo que reconocer el esfuerzo invertido en mantenerlo en buen estado. Toda la fachada era una demostración de dedicación y creatividad: los hierros de la baranda y de la escalinata, las filigranas talladas en la madera de la puerta y los colores de la cristalera. Incluso el jardín estaba plantado con orden y cuidado con esmero, la hiedra creciendo verde y lustrosa.

Le recordó un poco a su propia casa, y sintió una punzada de nostálgia pese a que hacia solo algunas horas que había salido por última vez. Echaba de menos el hogar, pero lo que realmente echaba de menos era a su mujer.

–Muy bien, a ver –dijo Génesis mientras subían los peldaños de la entrada –. Por lo que sé, en la casa de Feanaro todavía vive su viuda, la señora Nerdanel, y al menos un par de sus hijos. Tuvo muchos.

–Sí, eso ya me lo has dicho –suspiró Artoria, ajustándose la camisa. Aunque se hubiese pasado toda la noche despierta quería mostrar un aspecto presentable al menos.

–Ya, bueno, yo te aviso. –Se detuvieron frente a la puerta. Génesis se frotó la palma contra la camiseta.

–¿Estás nervioso? –preguntó ella al verle el gesto. Quizá el mayor indicativo era que el detective se había quedado sin palabras.

–¿Nervioso yo? Pff, que va –bufo, haciendo rodar los hombros, como si quisiera quitarse la acusación de encima. –Estoy tan poco nervioso que voy a llamar al timbre directamente, sin prepararme el discurso, ala.

Fiel a sus palabras, pulsó el botón, que sonó como una campana suave en las entrañas del edificio.

–…¿Crees que nos abrirán? –preguntó Artoria tras un par de minutos sin respuesta.
–Claro.
–No sé, es muy temprano. –Se miró el reloj –. Igual se piensan que somos unos ladrones.
–¡Pues vuelvo a llamar y ya está!

Y así lo hizo. Estuvieron un rato largo esperando alguna clase de señal desde el interior de la casa, con Génesis tocando el timbre a intérvalos cada vez más cortos hasta que la campanilla se volvió una musiquita constante de fondo. Finalmente, el pasillo se iluminó al otro lado del cristal, acompañado de unos pasos pesados y gruñidos por lo bajo. Alguien que debía estar maldiciéndoles seguro.

Quien les abrió la puerta no fue precisamente la señora Nerdanel, si no probablemente uno de los hijos que Génesis había mencionado. Artoria era de baja estatura así que estaba acostumbrada a verse rodeada de gente más alta que ella, pero este señor era alto, del mismo nivel que su cuñado aunque de complexión más delgada. A la luz de las lámparas se podía ver su cabello pelirrojo, de un color cobrizo parecido al de Génesis. Su cara, dormida y enfurruñada, estaba cruzada por un par de cicatrices de aspecto viejo.

Parpadeó un par de veces y les miró de arriba a abajo. Debían hacer una pinta de lo más sospechosa, y la desconfianza estaba patente en su expresión hasta que sus ojos se detuvieron sobre Géneisis. Frunció todavía más el ceño.

–¡Maedhros! –Saludó el detective, con los brazos abiertos –. Cuanto tiempo sin vernos.

El otro no respondió con la misma efusividad.

–Rhapsodos –dijo, arrastrando cada una de las sílabas, y no solo por el sueño. Se pinzó el puente de la nariz, deseando que aquello fuera solo un mal sueño –. ¿Se puede saber que hacer en mi casa a estas horas? Estábamos todos durmiendo.

–¿Os conocéis? –preguntó Artoria, mirándo al uno y al otro.

–Por desgracia –suspiró el tal Maedhros. Se la quedó mirando entonces, con el rostro un poco más suavizado, un tanto perplejo –. Espera… ¿Tú no eres… la heredera de los Pendragon?

–Así es –. Asintió y le tendió la mano, formal –. Artoria Pendragon, a su servicio.

Maedhros le estrecho la mano, bastante desconcertado. Giró la cabeza hacia Génesis.

–¿Qué…? ¿Por qué estáis en mi casa?

El detective abrió la boca, pero fue Artoria quien habló primero.

–Es sobre la gente desaparecida. Esperábamos que la família de Feanaro pudiera ayudarnos.

–¿Qué tiene que ver mi padre en todo esto? –Maedhros pareció espabilarse enseguida con solo dos frases, adoptando un gesto grave –. ¿De que desaparecidos estáis hablando?

–A ver, paso a paso –anunció Génesis, levantando las manos –. Técnicamente, no son personas desaparecidas. Abducidas, más bien. Hace unas horas multitud de gente ha quedado atrapada en cápsulas de juego de realidad virtual, todas al mismo tiempo, ya fuera en centros de juego o en cápsulas personales, pero un único juego en concreto. –Levantó un dedo –. Neverland. Supongo que no tengo que decirte más.

Maedhros había apretado los labios en una línea fina al escucharle. Pasaron varios segundos en silencio, con la tensión palpable en el aire. Justo pareció que iba a decir algo cuando alguien le interrumpió; una voz femenina y tan adormilada como había estado él antes.

–¿Pasa algo Maitimo? ¿Quiénes son?

Detrás de él apareció quien no podía ser otra persona que Nerdanel, sujetándose al brazo de su hijo. No era ni por asomo tan alta como Maedhros, y a penas le llegaba al hombro, pero habia mucha semejanza en sus facciones, aunque las suyas estuvieran desgastadas por la edad. Incluso su cabello, aunque encanecido y menos brillante de lo que hubiese sido en su juventud, parecía haber sido de un tono parecido.

–Es la policía, mamá –le dijo, a lo que Nerdanel abrió mucho los ojos. Él le puso una mano sobre la suya para tranquilizarla –. Ha pasado algo. Creen que tiene que ver con papá.

Ella abrió mucho los ojos. Le miró a él, luego a Génesis y finalmente a Artoria. Tardo unos instantes en reconocerla, tras lo cual empalideció y se ruborizó al mismo tiempo.

–¡Cielos! Diles que pasen –se frotó la frente, dándose la vuelta y arrastrando las zapatillas por el pasillo –. Ya no creo que pueda volver a dormirme.
"Who would understand you after I die? Who else would march forward by your side?"

"when I think that you will live on all alone henceforth, I can’t help but shed tears…"


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #107: November 30, 2021, 02:01:04 PM »
Y aquí se acaba el interludio y POR FIN empezamos arco nuevo! Día catorce por la mañana...

80.

Anir se había vuelto a cambiar de set. Ahora llevaba un jersey color crudo que le venía muy, pero que muy grande, un peto marrón y una mochila en la que podría caber el mundo entero dentro (o al menos eso parecía). Completaba el look con unos zapatos marrones y calcetines amarillos, a juego con los pendientes con forma de lacitos que colgaban de sus orejas. Ladeó la cabeza, haciendo que su única coleta alta se balancease.

—A ver… —empezó, dándose un par de golpecitos en el labio con el bolígrafo que tenía en la mano— Milo, Yuzu, Watari, Max, Monica, Hiksti, Hiro… Jack.

Señaló al último al que había nombrado, que levantó una mano para saludar antes de, a saber cómo, treparse a su bastón y reír risueño.

—Locke, Hyoga, ¿Elsa? —preguntó Anir y ella asintió—. Ikki, Shun, Aya, Dominic y… ¿cómo se llama tu mascota?

—Es mi totem —corrigió Dominic, pero rascó al possum detrás de una oreja antes de nombrarle—. Gulliver, se llama Gulliver.

—Nosotros tenemos a Marshmallow y Lulú. —añadió Shun, levantando a su conejo blanco para ponérselo encima de la cabeza. Marshmallow parecía muy cómodo allá arriba.

Anir asintió y cerró su libretita que pronto se disolvió en píxeles.

—Oficialmente somos catorce miembros activos en Dragon Fury. Si contamos a Jack y Elsa, somos dieciséis. Ocho de tercer nivel y seis de segundo nivel —apuntó Anir, empezando a planear su siguiente paso como Guild—. Tenemos que averiguar cómo se sube el nivel de Jack y Elsa y si podemos equiparlos con cosas, que debería ser así porque a las mascotas se las puede equipar. Cómo mechanic mi prioridad es equiparos a todos y conseguir un transporte grande.

—Lo bueno es que somos cinco, no tardaríamos mucho en construir algún tipo de airship pequeño. —dijo Hiro, sentado encima de una de las mesas de la posada, justo al lado de su hermano.

—Hablando de eso, creo que el equipo está un poco mal compensado —añadió Locke—. Sólo tenemos un tanque y encima es un borde.

Locke estaba señalando claramente a Ikki, que rodó los ojos cruzándose de brazos.

—Tampoco es tan borde. —murmuró Hyoga mirando hacia el techo, aunque sus palabras se perdieron entre las quejas de Shun.

—¡Mi hermano es un buen tanque!

—Una cosa no quita la otra —dijo Anir—. Pero entiendo por donde van los tiros. También tenemos un solo full healer porque Shun se está enfocando más en ataque. No me quejo, tener sagrado en un equipo tan pequeño nos va a ir muy bien.

—¿Dieciséis es un grupo pequeño? —preguntó Hyoga, esta vez bien en alto.

—Catorce —corrigió Milo—, las guilds de nivel uno tienen unos veinte slots, no me acuerdo bien. Y la nuestra es ya de nivel tres. Tenemos muchos huecos que llenar y poder hacer subgrupos va muy bien para estrategias.

—Con este tamaño podríamos intentar hacernos con una base, pero hay demasiados mechanics, nos falta ataque rápido y sobre todo potencia de cura —explicó Locke, mirando hacia los menos experimentados—. Literalmente somos dos dps puros.

Monica asintió con la cabeza, aunque puso la mano en el hombro de Hyoga.

—Tendrías que contar al sorcerer como dps y los mechanics pueden hacer de tanque, cambiarnos encantamientos y reparar equipo en medio de combate, que no está nada mal.

—El chico está muy verde —contrarrestó Locke, que luego miró a Hyoga con un gesto de disculpa—. Sin ofender.

—No, si es verdad. —admitió Hyoga.

Para sorpresa de todos ese fue el momento en el que Ikki decidió hablar.

—Pero tiene potencial. Lo que necesitamos es más cura y subir de nivel a los de segundo job.

Todos se quedaron callados, mirando a Ikki. Menos Jack, que se empezó a reír.

—¿Qué? —preguntó Ikki, a la defensiva.

Hiksti estiró el brazo y le dio una colleja a Jack sin dejar de mirar a Ikki.

—No estoy de acuerdo, primero armar y luego subir de nivel. Si los enviamos ahí fuera sin al menos un par de sets y buenas skills se los van a cargar antes de que puedan subir de nivel. Si esto fuera como antes, que morir no importaba, estaría de acuerdo contigo, pero ya no. —argumentó Neko.

—Tiene un buen punto, hermano… —murmuró Shun, agarrando a Marshmallow y poniéndoselo en el regazo de nuevo. Lulú bostezo a sus pies.

—¿Pero tú no tienes cura? —preguntó Hyoga hacia Milo.

—Sí, pero yo no curo tanto como un cleric, aunque mis buffs son más variados y divertidos. —explicó, haciéndole pistolitas y chasqueando la lengua.

Anir suspiró, pero luego acabó riéndose de forma suave.

—Bueno, ¿alguien conoce a algún candidato? ¿Alguien fiable que no tenga Guild? —Anir miró alrededor, esperando una respuesta—. Sé que es mucho pedir…

—Conocemos un beastmaster y una assassin que podrían estar interesados —comentó Aya—. Sé que no es lo buscamos, pero…

—No, no. Más dps nos irá bien, un buen assassin es una bendición. Y con un beastmaster también ampliamos el catálogo. Contáctales a ver que dicen —ordenó Anir y luego miró al resto del equipo—. Un Runemaster o cualquier support que no tengamos también nos iría bien.

—Conocemos un biochemist —recordó Milo—. ¿Y si le pregunto?

—¿Quieres decir el tío que te tiraste después de rescatar a Watari? —preguntó Yuzuriha desde detrás de su bufanda roja.

—¡Ese mismo! —admitió Milo antes de abrir mucho los brazos—. Tenía un homúnculo enorme, seguro que nos viene bien.

Dominic abrazó a Gulliver con un poquito más de fuerza, encogiéndose un poquito sobre sí mismo y mirando de Milo a Anir.

—Chicos, es literal. Este chico tiene un malboro gigante como homúnculo y aún le falta evolucionarlo una vez más. Además tiene reflejos rápidos y toma buenas decisiones en combate. Mándale un mensaje a ver si ahora le interesa unirse.

—Hablando de mandar mensajes, yo te encontré mirando el top de mechanics, ¿te acuerdas? —comentó Max—. ¿Y si miramos en el top de clerics? Tal vez haya alguno sin Guild, no perdemos nada por enviar un mensaje.

—Buena idea, miraré eso. —contestó Anir, tomando asiento antes de invocar su omnitool.

—¿Y los demás qué hacemos, jefa? —preguntó Locke, poniéndole una mano en la cabeza y palmeando.

—No sé, pero no os vayáis lejos, quiero tener un plan de acción en menos de una hora. Necesito encontrar al menos un cleric que quiera unirse a nosotros y ver qué hacemos con lo del airship.

—¿Vas a querer asentarte? —preguntó Watari, tomando asiento al lado de Anir—. Una Guild con base atrae mucho más que una sin base. Aunque no creo que haya bases libres, tendremos que intentar robar alguna.

—Y para eso necesitamos un mejor equipo, más gente y más fuerte. —añadió Ikki, sentándose delante de Anir, pero mirando hacia un lado—. Es todo un círculo vicioso.

—Lo romperemos. —dijo Anir, estrechando los ojos, mirando muy fijamente la lista de los mejores clerics.

—¿Cómo? La gente fuerte sólo va a ir donde haya más gente fuerte. Y aceptar novatos ahora mismo sería un suicidio, no tenemos recursos para entrenarlos rápido y como debe de ser. —insistió Ikki.

—En eso tiene razón. Crimson Raiders no se montó en dos días y los jugadores fuertes sólo se empezaron a unir cuando la Guild ya era grande.

Anir cogió aire y Watari se apartó un poco. Locke le quitó la mano de la cabeza y se cuadró detrás de ella.

—Vosotros estáis aquí, ¿no? ¿Por qué estáis aquí?

—Porque me caes bien, jefa. —dijo Locke, rascándose la barbilla.

—Te tengo miedo. —confesó Watari, sacándole una sonrisa a Anir.

—Y tú, por mucho que te duela admitirlo, estás aquí porque confías en mí. —le dijo a Ikki y empezó a mirar la lista de clerics otra vez.

Ikki bufó y se echó hacia atrás.

—Vale, tienes una Guild porque tienes amigos. ¿Qué vas a hacer? ¿Hacerte amiga de todo el mundo? Eso es imposible.

Anir se encogió de hombros.

—Nunca lo sabré hasta que no lo intent- ¿eh? —Anir se quedó mirando muy seriamente un nick en la pantalla—. ¿Estoy viendo lo que estoy viendo? Locke, ¿que pone ahí?

Locke miró el nick que Anir estaba señalando.

—Pone Crateris.

Anir levantó la cabeza y miró a Ikki fijamente.

—Igual no me hace falta hacer más amigos, ¡igual puedo ir tirando de los que ya tengo!

Y sin pensarlo más y con una sonrisa de oreja a oreja clicó el nick y empezó a hablar.


Airin

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #108: November 30, 2021, 05:53:34 PM »
Cuánto tiempo por este tema sin que fuera un flashback!  Sorry perdí el rumbo orz


~+68~


—¿Entonces?

El ambiente de Glastheim era siendo optimistas, tétrico; y siendo realistas, tirando a hostil. Una diminuta ciudad fortificada alrededor de un castillo de piedra gris y enmohecida a medio derruir, sobre la cual parecía flotar de forma perpetua una misteriosa bruma que se deshacía a jirones de un extraño e intenso tono azulado.

A Kíli se le habían puesto los pelos de punta solamente de acercarse, y agarrando el brazo de su hermano había dado gracias de no tener que hacer ninguna quest de job allí dentro.

—Acogedor, lo que se dice acogedor… no es que digamos.

—Bah, exagerado, esto con un poco de pladur, escayola y pintura en dos días casita de vacaciones.

—Igual primero con una demolición extensa…

Airin dejó escapar un pequeño resoplido por la nariz sonriendo levemente, vaya tres figuras se habían ido a juntar. Y encima después se quejarían de que ella era cínica. Una mano enguantada agarró la suya, y cuando giró la cabeza para mirar vio que Fíli le sonreía con una ceja levantada.

—¿Todo bien?

Airin simplemente asintió y rodó los ojos en dirección a los tres mayores, como dando a entender lo mal que estaban de lo suyo. Por el gesto que hizo, estaba claro que Fíli le daba la razón en eso.

—Entramos a lootear, ¿no?

—¡No! —se negó Kíli de forma instantánea.

Aquello hizo que la chica se girase de golpe a mirar al gunslinger con incredulidad.

—¡Venga hombre, no me vas a decir que no te atreves! —hostigó Pip.

—Lo del sentido común… tú, ya veo que no, ¿no? —contestó la pelirroja con cara de cansancio mental.— Además en Glastheim no se nos ha perdido nada, tengo marcadas las coordenadas de las ruinas donde tengo que ir a hacer mi quest de knight.

—Pero piensa en el drop, ricos y suculentos cofres. —insistió Ikkaku.

Airin lo observó unos segundos con los ojos entrecerrados, mientras el lancer seguía hablando de objetos valiosos y recompensas en metálico con entusiasmo.

—¿Votos a favor? —terminó por preguntar con un suspiro.

Para su sorpresa, cuatro de las seis personas presentes levantaron la mano.

—Os odio a todos. —proclamó Kíli con sentimiento, soltándose de su hermano con un empujón y pasando el brazo por encima de los hombros de su novia. Ahora sí podía decirlo.— A tí no.

Airin le apretó la mejilla desafeitada con un dedo y se encogió de hombros frente a la risita del traidor de Fíli.

—Bueno, pues va. Pero que sepáis que si me hacéis perder vidas por vuestra avaricia por el vil metal, mi venganza será terrible, la de Sephiroth ni os cuento, y poco será aún lo que os pase.

Eso les hizo pestañear en pausa durante un momento fugaz.

—Eeehh, aguántame ahí la amenaza que luego… luego hablamos de eso. —dijo Pip echando a andar en dirección a la puerta principal de Glastheim.

Cuando Yumichika pasó al lado de la pelirroja, se apartó el pelo de la cara y le sacó la lengua.

¡Bleh! ¡Cobardes! —dijo echando a correr tras el gunslinger y el lancer.

—No le hagas ni caso Kíli, —dijo Airin con voz engañosamente dulce y ligera, y un destello de malignidad caótica en la mirada.— Es que con esa cara tan fea que tiene asusta a cualquiera.

Kíli abrió mucho los ojos, Fíli abrió mucho la boca, y en el profundo silencio repentino se pudo escuchar perfectamente el siseo aspirado de Ikkaku y el frenazo en seco de Yumichika.

—¿Qué. Has. Dicho? —replicó el ninja dándose la vuelta muy despacito.

—No le hagas caso, que te está buscando… —Ikkaku rodeó el torso del moreno con un brazo y palmeó contra su pecho, en parte por tranquilizarlo y en parte por tenerlo agarrado, que lo conocía de sobra.

—Que eres feo. —repitió la chica con sencillez.

—¡PUES ME ENCUENTRA!, ¡TE JURO QUE ME ENCUENTR- —rugió el ninja siendo previsiblemente atrapado, sujetado y levantado en volandas, hasta dar casi de frente con una figura menuda y vestida de blanco,— AAAAAARRGHHHHH!!!

El tono de voz de Yumichika cambió de la ira al terror, espoleó una exclamación asustada del lancer que lo llevaba colgado encima e hizo que el gunslinger también gritase al girarse a mirar tras él.

—¡UN FANTASMA!

La figura de blanco se llevó una mano a la boca ahogando un gritito de sorpresa.

—¡Oh no! ¡Yo me encargo! —Y de repente un sonido como de coro de iglesia envolvió a todos los miembros de la party, que se vieron rodeados por una especie de aura dorada que tintineó y desapareció en un segundo.— Ya está, esto debería servir.

La joven, que por lo que ahora podían distinguir parecía ser una cleric, miró al grupo con una sonrisa un poco tímida.

—¿Qué… qué ha sido eso? —Kíli parpadeó sin saber exactamente qué había ocurrido ni de dónde había salido aquella chica.

—He invocado un escudo de protección, para que los fantasmas os dejen tranquilos un rato. ¡Ah! Mi nick es Crateris —se presentó la joven balanceándose de un lado a otro de forma adorable.

—Por dios, es monísima... —murmuró Airin mordiéndose un labio.

—¡Muchas gracias por tu ayuda Crateris! Yo soy GoldenLion. —respondió Fíli con una sonrisa brillante, salvando la situación y encubriendo a los otros tres desgarramantas a espaldas de la chica hasta que recuperasen su dignidad perdida.— ¿Cómo es que estás sola por aquí? ¿Tienes quest, o estás subiendo de nivel?

—Ah, no, no. —Negó la chica quitándole importancia al asunto.— Simplemente estoy esperando a unos amigos, me han invitado a unirme a su guild y  hemos quedado aquí.

Airin y Kíli se miraron entre ellos, juzgando a los amigos en cuestión pero sin decir nada. 


.

~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #109: December 31, 2021, 12:26:51 PM »
Un cleric viene a verme. O más bien al revés xD

81.

Llegar a Glastheim no había sido ningún problema. Los teleports ya funcionaban y contaban con más vehículos de los que en realidad necesitaban.
Por otro lado, el plan “Despertar a Night Fury de la siesta” estaba ya en marcha y viento en popa. Afrodita todavía no les había contestado, pero el BeastMaster amigo de Aya ya había dicho que iba a acabar un pequeño entrenamiento y se unía a la guild sin problemas. Por lo visto la Asssassin de la que hablaban era su hermana y la iba a arrastrar con él.

—¿Cómo son? —preguntó Anir mientras paseaban hacia Glastheim.

—Thunderstruck me cae bien. —comentó Ikki y Anir levantó una ceja con curiosidad.

—¿Es igual de capulla que tú? —quiso saber Anir e Ikki rodó los ojos y adelantó el paso. Sorprendentemente el que le siguió fue Hyoga y no Shun.— ¿Y a estos dos qué les pasa?

Milo, que caminaba al lado de Anir se encogió de hombros, pero miraba las espaldas de los dos chicos con preocupación.

—¿Y el otro? ¿Spark se llamaba?

—Spark es un encanto —habló Aya—, estaba farmeando con él esa mañana cuando apareció el fantasma gigante. Además, tiene algunas bestias de lo más curiosas.

—Es bueno saberlo. A ver si Afrodita responde pronto. —comentó hacia Milo, que sólo asintió algo distraído.

Anir frunció el ceño. ¿Qué le pasaba ese día a todo el mundo?

Al girar la esquina, la catedral de Glastheim les dio la bienvenida de la única manera que sabía hacerlo, sombríamente.

—Esto le sube el ánimo a cualquiera. —comentó DeadEnd, con Gulliver viajando encima de su cabeza.

Se veía que al totem le gustaba muchísimo estar allí. Igual había cogido la costumbre de Marshmallow que estaba siendo adorable encima de la cabeza de su dueño. Lulú trotaba al lado de Shun como si fuera suya. Igual era porque Shun le daba golosinas sin parar, ese perrito iba a subir de nivel muy pero que muy rápido.

—Siempre puedes imaginarte cómo era antes de quedarse así. —comentó Shun.

—Siempre ha sido así, fue como lo diseñaron. —corrigió Yuzuriha y Dominich frunció más el ceño.

—No sé cuál de las dos cosas me pone más triste. —murmuró.

—¡Estás conmigo, hombre, no vamos a dejar que te pongas triste! —aseguró Aya, sonriendo mientras le tocaba la mejilla a Dominich con el índice.

Dominich intentó no sonreír, pero acabó fallando.

—Barbara está en la entrada de la dungeon, no estamos muy lejos ya —explicó Anir antes de palmearle la cabeza a Dominich—. Si alguien te puede animar esa es Crateris, ya verás.

Y Anir echó a correr hasta alcanzar a Locke, que iba el primero en la marcha. Aya apretó los labios y miró a Dominich de reojó, que le levantó una ceja.

—¿No te basto yo para animarte? —preguntó Aya, con la nariz arrugada y los ojos entrecerrados.

Dominich asintió rápido mientras Watari, Hiro y Hiksti se reían a su espalda.

—Jefa, igual sería buena idea entrar en la dungeon de Glastheim, sé que no estaba en los planes pero ya que estamos aquí.

Anir asintió.

—También lo había pensado. Aquí hay una skill de quest para Shun muy buena y los primeros niveles no son difíciles para nuestro grupo. Podríamos poner en práctica algunas estrategias y conseguir materiales únicos de esa dungeon.

Locke sonrió antes de frotarse la nariz y guiñarle un ojo a Anir.

—Sabía que los materiales te podían seducir.

Anir suspiró de forma exagerada.

—Soy una mechanic muy fácil —admitió sin tapujos—. Vamos, Crateris está con una party que no saben si entrar o no a la dungeon y no me fio de dejarla sola.

—¿Crees que le puedan hacer algo? —preguntó Locke, apretando más el paso. Anir se puso a su altura en seguida.

—No, pero igual los asusta de lo dulce y amistosa que es. ¡Rápido!

Locke frunció el ceño, sin acabar de entender qué quería decir su jefa. Y Neko echó a correr, con Locke tras sus talones.




Localizar a Barbara en medio de Glastheim no era difícil, sólo tenías que encontrar el rayo de luz brillando en la oscuridad del paisaje. Casi literal, porque siempre iba vestida de blanco.

—¡Crateris! —gritó Neko al verla de lejos y ella estiró el brazo y empezó a saludar con la mano, toda caramelitos y entusiasmo.

—¡Neko, amiga mía! —exclamó Crateris con voz cantarina.

Ahí fue cuando Anir parpadeó y se giró a mirar de reojo al grupo que acompañaba a su amiga. Y su visión túnel se centró en un chico rubio con bigotes trenzados que la miraba con la boca abierta. Anir empezó a sonreír, pero antes de poder saludar a GoldenLion Crateris se le plantó delante.

—¡No sabía que tú también estabas aquí dentro! —le dijo, ladeando la cabeza y con las manos detrás de su espalda. Sus coletas se columpiaron desde lo alto de su cabeza de forma adorable— Te habría ido a buscar antes.

—Lo mismo digo, chica. Lo mismo digo… —comentó Anir, agarrando el hombro de Barbara y sonriéndole con dulzura. Su gesto cambió pronto por uno de preocupación— Hablando de gente que no sé si está en el juego, ¿tú hermana…?

Barbara entrompó los labios y frunció el ceño, llevándose un puño a la boca.

—Jean ni siquiera sabe que hoy entré a jugar… uf… —Barbara suspiró cabizbaja—. No ha pasado ni un día desde que estamos aquí dentro, no creo que se haya dado cuenta de mi ausencia, está muy ocupada con sus asuntos.

Neko le palmeó el hombro antes de apretar, intentando animarla, y buscó los ojos claros de Barbara antes de hablarle.

—No pasa nada, ahora estamos juntas, yo cuidaré de ti. Y tú hermana se dará cuenta de que faltas en algún momento y le dará un buen par de azotes al GM —aseguró con una sonrisilla ladeada—. Ese tipo no sabe a quienes se enfrenta.

Barbara asintió, tapándose una sonrisilla tímida con la mano.

—Y ahora que estás mejor… creo que es hora de qué salude a esos de ahí —comentó Anir, señalando con la cabeza hacia la party que aún no se decidía a entrar o no y con el pulgar hacia su espalda—. Y tú ve presentándote a los que están llegando.
« Last Edit: December 31, 2021, 12:29:03 PM by Neko »


Airin

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #110: December 31, 2021, 03:32:51 PM »
Que no se me olvide subir el aporte antes de irme a cenar, porque F 😱
Feliz Año Nuevo~



~+69~


—¡Si la saco el último  viendo lo que tienen los demás como haces tú yo también gano!

—No es cuán rápido seas en sacarla, sino cómo la manejes chaval.

Airin resopló aburrida de la discusión, mientras Fíli y Kíli hacían un esfuerzo inútil y poco recompensado por disimular sus risitas.

Ichiban colega, que estás haciendo trampas y lo puedo ver hasta yo debajo del parche. —Ante las protestas del lancer Pip se encogió de hombros sin remordimiento alguno— Ademas si vamos por jerarquía de nivel, soy yo el que sale ganando en el reparto.

Mesándose los bigotes trenzados, Fíli se adelantó un paso hacia el trío que discutía.

—Ah, no, de eso nada. Aquí reparto igualitario para todos o cambio mi voto y no hay looteo. —dijo con una sonrisa de abogado que hizo que se le entrecerrasen un poquito los ojos.

—¡Democracia e igualdad! ¡No pienso consentir que estos dos idiotas se lleven por la cara más botín que yo! —exclamó Yumichika sin dudar un segundo.— Y además, ya me he cansado de tanto piedra papel tijera, que parece que no haya otra forma de decidir las cosas.

Crateris seguía balanceándose sobre sus pies mientras tarareaba una melodía que se le hacía extrañamente familiar pese a que Airin habría jurado que no la había escuchado antes. Pero ese tipo de ocurrencias solo alimentaban el ambiente perturbador del lugar, así que la chica decidió dar por hecho que era porque le recordaba a alguna otra cosa que conocía y no ubicaba.

—¿Cómo es posible que sea tan mona? —le preguntó a Kíli. El arquero se encogió de hombros sin saber qué responder y Airin le susurró de nuevo,— Seguro que cuando canta se le acercan los animalitos como a una princesa de cuento.

—No me extrañaría, da el pego. —contestó esta vez Kíli, ladeando la cabeza hacia su novia pero con los ojos pegados en la cleric.

—¡Bueno, entonces entramos! —anunció el gunslinger dando una palmada que resonó ominosa entre la bruma azul.

—¿Me puedo salir de la party? —murmuró el arquero en voz baja con tono de gemido.

—Ni de coña. —susurró la pelirroja de vuelta apretujándole el brazo con fuerza, para después girarse al resto y señalar a Crateris.— Pero no vamos a dejarla aquí a que espere a sus amigos ella sola ¿no?

La chica rubia movió las manos, negando también con la cabeza.

—Oh no, por mi no os preocupéis, me puedo cuidar sola, de verdad. Si queréis entrar no hace falta que cambiéis de planes por mi. Además mis amigos deberían de estar ya al caer. —dijo con una sonrisa azorada.

Airin ya iba a responder que por supuesto no era ningún problema, faltaría más, pero una voz a cierta distancia cortó de cuajo su intento de escaqueo.

—¡Crateris!

—¡Neko, amiga mía! —oyeron exclamar a Crateris con voz cantarina.

Fíli giró la cabeza tan rápido que las cuentas de sus bigotes golpearon varias veces a ambos lados de su boca.

—¿Neko? ¡¿Ha dicho Neko?! —pero sin darle más tiempo a reaccionar Crateris ya se había puesto en medio de su visión gloriosa.

Efectivamente, la chica que se acercaba correteando toda llena de felicidad era la misma mechanic con la que el knight había estado mensajeándose de forma constante desde los varios días que hacía que se conocían.

—¡Anda! ¿Esa no es Anir? —preguntó Kíli sorprendido.

—Oooh, la trama se complica~ —canturreó el ninja asomándose junto al hombro de Fíli, que se lo apartó de encima con un manoteo como si fuera una mosca pesada.

Durante unos momentos las dos muchachas parecieron hablar entre ellas de cosas serias; pero por la forma en que Neko agarraba el hombro de Crateris y le dedicaba una sonrisa alentadora, de seguro sería como había pasado con todos ellos antes, asegurarse de que estaban bien, darse ánimos mutuamente y evaluar un futuro que se presentaba de lo más incierto para los jugadores atrapados.

A la par que indicaba algo a su espalda, Neko señaló hacia la party con un movimiento de cabeza que hizo que su coleta se balancease. Pero de nuevo, antes de que el knight tuviera una oportunidad de saludar por fin a la mechanic, otra figura se interpuso en medio.

—¿Pero se puede saber qué haces tú aquí? ¿Tienes amigos en todas partes? —inquirió un sonriente Pip dándole vueltas al final de su trenza y apretando un cigarro entre los dientes.

La chica echó los hombros hacia atrás, se llevó las manos a las caderas y lo estudió de arriba a abajo, y vuelta de abajo a arriba con lentitud chulesca y despectiva. Aquello solo hizo que la sonrisa del gunslinger se ensanchase con orgullo.

—Vaya, vaya Bernadotte… ¿cómo tú, plantado aquí…? —Anir pareció titubear durante una fracción de segundo.

—¿...como un pasmarote? —terminó el pareado Airin toda casual y sin un mínimo rastro de duda.— Sin más, es lo que hace habitualmente.

—¡Eh! —protestó el gunslinger.

—La quiero. —dijo Anir muy seria y con rostro intensamente inexpresivo.— La quiero. ¿Me puedo casar con ella?

—¡Eh, no! —protestó esta vez Kíli frunciendo el ceño y morriteando como si fuera un cachorro ofendido.

—¿E-eh? —fue lo único que consiguió atinar la pelirroja, confundida. 


.

~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #111: January 31, 2022, 04:50:53 PM »
Weeee~ primer aporte de año!

82.

Barbara se estaba balanceando suavemente, haciendo que su falda se moviese como una campanilla al viento, no muy segura de cómo presentarse a los demás.

«¡Venga, Barbara! ¡Tú puedes!» pensó la chica antes de actuar.

Tomó aire y dio una palmadita suave antes de sonreír.

—¡Hola! Soy Crateris, gracias por acogerme en vuestra guild. —dijo hacia el grupo entero, ladeando la cabeza encantadoramente.

De entre todos ellos se adelantó un chico con el pelo verde y con un conejo blanco por sombrero.

—¡Bienvenida! Yo soy otro de los healers del equipo, también tenemos a Aya —comentó el chico, señalando con la cabeza hacia una chica morena que le saludó con un movimiento tímido de mano—. Supongo que trabajaremos mucho juntos, ¡seguro que nos llevamos bien!

Y Barbara sonrió, preguntándose porque se había preocupado tanto. Entrelazó los dedos y se encogió de hombros. Seguro que este iba a ser el inicio de algo bueno. Cómo mínimo alguna que otra amistad.




A notathief le gustaba mucho trepar. Siempre había tesoros escondidos en los sitios más recónditos de las dungeons y las vistas desde lo alto eran maravillosas. Pero si algo le gustaba de verdad, era descolgarse sigilosamente detrás de su objetivo y atacar por la espalda sin ser esperado. Así que trepó.
Trepó y visualizó la mejor ruta para llegar a su objetivo y cuando se dejó caer detrás de una sombra sin hacer ningún ruido ni ser detectado sonrió.

—¿Entonces vamos a entrar, jefa? —preguntó mientras se ponía en pie detrás de Neko, que gritó y se dio la vuelta para empujarle.

—¡Locke! ¡Gato malo!

Locke se empezó a reír, frotándose el hombro que le había golpeado Neko con saña.

—¿Mascota nueva? —preguntó el hombre con parche, llevándose una mano a la cadera y levantando una ceja. Parecía muy entretenido con la situación.

—Por desgracia no, o lo metería en el inventario por asustarme. —recriminió Neko, con ambas manos en la cintura y el ceño fruncido—. Eres un segundo al mando muy travieso.

Locke sonrió coqueto, ladeando la cabeza y dejando caer los párpados.

—¿Qué puedo decir? Es parte de mi encanto.

—Pues sé menos encantador y más útil. —contestó Anir y Locke se llevó una mano a la barbilla.

—¿Eso es que sí que vamos a entrar en la dungeon? —preguntó Locke y Neko se giró a mirar a toda la panda de desconocidos.

—A mi no me mires —dijo el del parche levantando las manos—. Son tu futura esposa y su novio los que no quieren ir.

Anir se giró hacia la pelirroja con una sonrisa pilla que Locke creía que le sentaba muy, pero que muy bien.

—Así que novios ¿Ya es oficial?

La pelirroja abrió la boca, con las mejillas sonrosadas. Parecía tener alguna respuesta en la punta de la lengua, pero el arquero a su lado contestó más rápido.

—¿Ya te puedo llamar cuñada? —preguntó todo falsa inocencia.

—Es una relación en obras, vamos por los cimientos. —contestó Neko con seguridad y un asentimiento de cabeza.

Locke no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero un chico rubio se estaba frotando el final de una trenza que le colgaba del bigote con cara de empanado.

—¿Jefa?

—Ah sí, tenemos un Adept en la Guild y quería ver si puede sacarse Duple Light.

—¿Qué es eso? —preguntó el chico castaño que había hablado antes.

—Es una skill para Adept y Saint, se coge aquí en la catedral y luego tenemos que ir a la dungeon que hay en el castillo y a la de la catedral. —explicó Neko.

—¿Hay dos dungeons aquí? —preguntó el chaval con curiosidad.

—Técnicamente hay cinco, si recuerdo bien —le dijo Locke—, pero algunas de ellas están interconectadas.

—Sólo tenemos que ir al primer nivel de la del castillo y luego al cementerio detrás de la catedral. —añadió Neko.

—Eso es donde la biblioteca, ¿no? Pero sin entrar a la cárcel ni a la sede en ruinas de los caballeros y todo eso. —preguntó el del parche.

—Exacto. Son las dungeons fáciles.

—¿Biblioteca? —preguntó la pelirroja—. ¿Me puedo quedar leyendo mientras os pegáis con monstruos?

—Esa es una buena idea, la podemos usar de cebo. —dijo Locke.

—¡Hey! ¡No me dejes sin novia tan pronto! —se quejó el castaño y Locke se encogió de hombros.

—No dejaré que le pase nada y si le gusta leer pasará un buen rato, hacemos una party y puede ir ganando experiencia sin mover un dedo. Según yo, todos salimos ganando.

La pelirroja agarró a su novio del brazo mientras se lamía los labios.

—¿Cómo cuánto es de fiar este chico? —le preguntó la pelirroja a Anir, que levantó un pulgar con su sonrisa más brillante—. Pues igual…

—¡Airin! ¡Traidora! —gritó el chaval, cruzándose de brazos.

—Venga Kíli, que no es para tanto. —habló el rubio del bigote trenzado, pasándole un brazo por los hombros al castaño.

—¿Entonces entráis con nosotros? —quiso saber Anir antes de avisar—. Mi única condición es que si véis a una espada gigante con dientes llamada Tirfing me gritéis. Tengo una vendetta personal con ella. Esa puta es mía.


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #112: February 28, 2022, 05:09:46 PM »
Nos vamos de dungeons :B

83.

La catedral tenía pinta de haber visto mejores tiempos y Shun se agarró el gorro para que no se le cayese mientras miraba hacia arriba para contemplar los palcos y los candelabros llenos de polvo. Algo de luz se filtraba por las vidrieras, creando mil reflejos de colores en el suelo delante de ellos. Algunos de los bancos estaban apelotonados hacia un lado, pero era obvio que alguien mantenía la parte derecha del pasillo limpia y en orden.

—Por aquí. —dijo Neko, agarrando a Shun del brazo para que no se escapase a explorar la zona.

Ikki intentó contener una risa, no muy bien, pero él hizo el intento. Anir se giró con los ojos entrecerrados a mirarle.

—La primera vez que entramos aquí te subiste a cada palco —le recordó el dark knight, señalando uno de ellos con un pulgar—. Te caíste de ese.

—No me caí, me tiré a propósito —corrigió Anir, aún tirando de Shun hacia una capilla bien iluminada con velas—. Intentaba probar un planeador, pero no se abrió a tiempo.

—Claaaro. —contestó Ikki, rodando los ojos.

Anir le ignoró a favor de dejar a Shun delante del npc que estaba rezando en la capilla y empezó a chivarle las respuestas para conseguir la quest que estaban buscando.
Alguien agarró a Ikki del codo y cuando para cuando se giró de repente tenía a Aya agarrada de su brazo, mirándole con ojos bien grandes.

—¿Para qué sirve la skill? —preguntó curiosa.

Ikki entrecerró los ojos, dejando caer el brazo para ver si así Aya se soltaba, pero el truco no pareció funcionar.

—Invocas dos luces, una te bufa el ataque básico y la otra el ataque mágico.

—Oooh, qué interesante —comentó la chica con los ojos brillantes, aunque luego puso morritos, toda triste—. Esto es una catedral, ¿tú crees que habrá algo para mí por aquí?

Ikki se encogió de hombros, la verdad es que no solía juntarse con acólitos.

—¿Por qué no le preguntas a Anir? Parece que lo sabe todo. —le contestó Ikki con cierto resquemor en la voz.

Alguien más se unió a su conversación con un carraspeo suave y los dos se giraron a mirar. Crateris les sonreía, balanceándose sobre sus pies.

—Tal vez te puedo ayudar.

Y en un abrir y cerrar de ojos las dos chicas estaban hablando entre ellas y caminando hacia el pasillo, desapareciendo por la entrada de la sacristía. Ikki apretó los labios, sin saber si era mejor quedarse con su hermano o seguir a las otras dos chicas.
Anir le dio un golpe en el brazo.

—Tu amiga está a salvo con la mía. Además, Barbara sabe dónde vamos.

Ikki chistó y Anir le volvió a pegar en el brazo.

—Shun, ¿te queda mucho? —preguntó Ikki y él se encogió de hombros.

—No sé, me ha mandado a por unos objetos a la sacristía, pero no me marca en el mapa donde está.

Anir sonrió y señaló a un costado del altar roto.

—Es esa puerta. Barbara te los debe haber buscado —le avisó antes de darle una palmadita en la espalda a Shun—. Ale, andando.

Esta vez Ikki no les siguió. Unos cuantos de segundos de silencio después, Ikki notó que Hyoga le estaba mirando.

—¿Qué? —le preguntó.

Hyoga negó con la cabeza y siguió sentado en el banco del pasillo, mirando de reojo a Ikki  cuando creía que él no le estaba mirando.




—¿Estaréis bien? —preguntó Shun, mientras Milo hacia aparecer una de sus guitarras y tocaba un par de acordes.

—Hemos ayudado en esta misión un par de veces, sabemos el camino. —aseguró Yuzuriha, que se había vuelto a cambiar de equipo, aunque seguía llevando su bufanda roja.

—Además es mucho más corta que la que váis a hacer vosotros. Nos veremos en el cementerio en un rato. —continuó Milo con una sonrisa confiada en la cara.

Dominic y Hyoga también iban a acompañar a Aya y Barbara en la búsqueda de un sérum que sólo los acólitos y su rama podían fabricar en la misma catedral en la que estaban, mientras que el resto del equipo estaba preparándose para acceder a la primera dungeon del castillo.

Hiro estaba con los brazos cruzados y cara de pocos amigos porque en un principio había querido unirse a la primera expedición.

—Pero a ver, niño, ¿tú quieres dar vueltas y guardar una puerta o explotar cosas? —le preguntó Neko.

—Explotar cosas parece más interesante. —admitió Hiro y empezó a seguir a Neko mientras arrastraba los pies.

—Ya creía yo.

Hiksti miró a Jack con cara de incredulidad.

—¿Y por qué a ella le hace caso pero a mí no? —preguntó Hiksti y Jack le dio un par de palmaditas en la espalda mientras se reía.

—Es que hablan el mismo idioma.

Hiksti levantó los brazos y los volvió a dejar caer, indignado.

—¡Pero yo también hablo mecánico!

—Ya, ¿pero hablas pirotécnico? —le preguntó Jack, con una mano en la barbilla y una ceja levantada.

Hiksti rodó sobre sí mismo y se fue hacia la puerta quejándose en un idioma que pocos de allí entendieron.
Jack se tuvo que limpiar las lágrimas mientras se reía a carcajadas. Su risa resonó en la catedral como mil campanitas de hielo, marcando el inicio de su marcha hacia el castillo.



Airin

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #113: February 28, 2022, 05:44:52 PM »
Esto en realidad va antes del de Neko ^ Por fin en GlastHeim! TvTU sorry por tardar



~+70~


—Bueno, si es algo personal supongo que podemos hacerte el favor. —Pip levantó las manos en un gesto a medio camino entre a impotencia y la magnanimidad, a lo que Neko asintió seriamente.

—No me esperaba que fueras tan cobardica, —se dirigió el lancer incordioso hacia su compañera de equipo.

—He visto cosas que… —Airin se detuvo a media frase y ladeó la cabeza, pensativa.— Bueno, ¿a lo mejor sí creeríais? Quiero decir, llevo muchas emociones en poco tiempo y estoy cansada. No me apasiona la idea de entrar ahí a pasar miedo de gratis.

—¡Pero si nosotros damos más miedo que el coco! —Ikkaku le agarro la cara con una mano enguantada y le apretujó los mofletes moviéndole la cabeza de lado a lado sin piedad.— Pero si, entiendo a lo que te refieres.

—¡Cebo vi-vo! —canturreó Yumichika esquivando una patada de la chica.

—Pensándolo bien, con la cantidad de gente que vamos a entrar ahora a sitios distintos, no está de más tener a alguien de vigía por la parte de arriba.—dijo Pip haciendo un recuento mental rápido de los participantes.— Te quedas de base-com.

—¿De qué? —preguntó el ninja.

—Coordinador base de comunicaciones. —respondió la pelirroja sin pestañear.

—Hmm, sexy. —dijo Kíli levantando las cejas varias veces y agarrando la mano de la chica.— Te perdono por haberme traicionado.

—Idiota. —contestó Airin sonriendo a regañadientes.

—¿Entonces estamos todos listos? —La voz de Neko se elevó por encima de las varias conversaciones simultáneas.

—No, algunos están claramente tontos, pero qué le vamos a hacer, —refunfuñó Airin a poca distancia de ella mientras el arquero le frotaba su barbilla barbuda por la cabeza.

—Mira. Mira, te quiero. —dijo Neko mirándola muy fijamente y con cara de emoción intensa. Después la empujó.— Ya te vale. ¡Ale, vamos que nos vamos!



Airin empujó la puerta de entrada a la biblioteca, se escabulló hacia dentro y la cerró con cuidado tras de sí, intentando que no hiciera demasiado escándalo pero sin tenerlas del todo consigo. El lugar era tétrico, pero al echar un vistazo a su alrededor sintió que lo que se ponía en modo alerta era su alergia. Comenzó a andar hacia adelante por el pasillo central en dirección hacia la cúpula redondeada por cuyas vidrieras entraba luz del exterior. Observando al pasar las estanterías polvorientas llenas de libros y sintiéndose un poco engañada por sus expectativas ambiciosas de encontrar un buen rincón para leer mientras los demás luchaban y se llenaban de mugre, le pareció percibir a su espalda un movimiento repentino por el rabillo del ojo.
La chica se paró, miró al techo con gesto de hartazgo infinito y se dio la vuelta con un dedo acusador en alto.

—¡NO! —Espetó con brusquedad hacia el pasillo oscurecido.— No, ¿eh? No.

Y  tras ajustarse la cota de malla y el cinturón de la espada con un resoplido, siguió caminando por donde iba con paso decidido.

—No son agresivos dicen, ¡no, la que se va a poner agresiva soy yo! —refunfuñó con el ceño fruncido.

 Airin respiró profundamente y llevó la mano a la empuñadura de su arma sin perder el ritmo. Algo que sonaba como a madera rechinando a ser arrastrada contra las losas del suelo le iba siguiendo con toda la discreción de la que parecía ser capaz el monstruo, que era más bien tirando a poca, y el ruido le estaba poniendo de los nervios.
No había terminado de llegar a la zona iluminada cuando se le terminó de acabar la poca paciencia de la que disponía en esos momentos.

Dio un paso más hacia el círculo de luz.

Ñiieeec, —sonó de nuevo a su espalda, despacito.

—¡Bueno ya está bien! —bramó la chica desenvainando la espada a una velocidad no habitual en un soldier y acorralando a lo que parecía ser un joyero de madera con adornos metálicos contra una estantería.

—¡Ñii-! —el monstruo se quedó inmóvil con la tapa abierta como si hubiera echado los brazos en alto suplicando por su vida, y Airin se percató de los ojillos brillantes que parpadeaban frenéticos en el centro de la oscuridad antinatural del interior de la caja.

“Damos más miedo que el coco” había dicho Ikkaku hacía un rato, y la chica se encontró haciendo un esfuerzo por contener una risita incrédula al darse cuenta de que el monstruo parecía tenerle más miedo a ella que al revés.

—¡Estamos en una biblioteca! —susurró entre dientes con tono de ofensa, mirando al bicho con autoridad.— No hagas ruido.

Airin bajó la espada, y el monstruo joyero descendió su tapa muy lentamente, en silencio y pareció volver a respirar con cautela.

—Mira, —comenzó ella con tono suave y envainando el arma,— sé que hemos empezado mal, pero tú no me haces nada, yo no te hago nada, ¿de acuerdo?

El monstruo chasqueó la tapa un par de veces, y se detuvo expectante. Airin se agachó y lo recogió con cuidado, quitándole el polvo y frotándose las manos contra los pantalones.

—¿Si te dejo en esa mesa y te leo algo te portas bien? —la caja pareció vibrar entre sus brazos, y Airin decidió que después de todo, ni tan mal.



.

~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~


Airin

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #114: March 31, 2022, 05:23:56 PM »
No pero en serio, yo también quiero uno TvT faltan iconos, welp


~+71~


—Una vez, hace mucho, mucho tiempo, hubo un reino lleno de gloria que se hallaba situado en los cielos, —Airin leyó en voz no demasiado alta y con tono suave, como si estuviera grabando un audio libro para niños en su hora de irse a dormir, en vez de a un mob en una biblioteca abandonada en mitad de unas ruinas espectrales. Pero el bicho, que seguía sus palabras con mucha atención, se arrastró despacio más cerca del libro lleno de polvo que sostenía, como queriendo ver los dibujos, y a Airin le pareció un poquito adorable.

—De ese reino surgió una heredera a la corona, encargada con la tarea de encontrar la Perla del Génesis en el Reino de la Oscuridad.—La chica pasó un dedo sobre la tapa del joyero monstruoso que tenía en la mesa frente a ella, y el mimic pareció ronronear. Definitivamente ib a encontrar la forma de: uno, engrasarle las bisagras chirriantes de la tapa, y dos, llevárselo con ella hasta su casa como fuera posible.

Iba a continuar el párrafo, cuando una sensación fría a su espalda le hizo pausar un par de segundos. En los adornos metálicos del mimic le pareció ver un reflejo oscuro moviéndose, pero decidió que le daba igual tanto si era algún otro monstruo aburrido como si era un espectro fisgón. Mientras no le estorbasen la lectura, bien podían quedarse a escuchar.

—Así pues, —prosiguió leyendo con su mejor voz de cuenta cuentos,— la primera heredera a la corona emprendió su viaje en la búsqueda de la perla. Pero durante su camino fue engañada, y las memorias de sus orígenes nobles se desvanecieron.

—Ahora creía que ella era la Reina del Reino de la Oscuridad. —narró con voz ominosa.

Bajo su mano, el mimic gimió con un sonido enlatado, y creyó notar cómo la sombra a su espalda temblaba. Y de repente por uno de los pasillos entre estanterías vio una ráfaga de acero y tela azul, seguido de un extraño ruido gutural y ahogado. Airin parpadeó sorprendida, recordando al miembro de la party de Neko que la había acompañado como guardaespaldas. Ah, pues bueno, mientras los bichos agresivos se dejasen matar calladitos, ni tan mal. Felicitaciones al stalker por su habilidad.

El pequeño monstruo empujó su mano con la tapa un par de veces, y tras unas palmaditas, la chica volvió de nuevo la vista al libro.

—Pero no pierdas la esperanza, porque un segundo heredero a la corona se había puesto ya en camino para seguir la senda donde la primera había tropezado. —Un soplo de aire gélido le dio en el cogote, y Airin irguió la espalda y encogió los hombros hacia arriba con irritación. A pesar de todo, la sensación que le daba parecía haber sido más de alivio que de hostilidad. El mimic debía estar de acuerdo porque dejó escapar un ruido que sonó a “mieh”.

La chica decidió mirar hacia atrás de reojo, y pestañeó con incredulidad. Un caballero negro espectral la observaba con fijeza. Airin levantó el libro con aire de disculpa, mostrando el papel mordido y arrancado.

—Le faltan páginas a la historia.

El caballero soltó un gruñido molesto que resonó como si proviniera de más allá de la tumba, cosa muy probable en su caso, y agitó la cabeza haciendo que la pluma de su casco se menease al compás. Frente a los ojos de la muchacha, el espectro se desvaneció en el aire con un refunfuño, y la corriente fría que lo envolvía se escurrió alejándose por entre los pasillos de la biblioteca.

Airin toqueteó el borde adornado del joyero con aire distraído y ausente.

—Chico, yo qué sé. No me preguntes a mí porque yo ya, ni idea.


—¿Qué ha sido eso? —dijo una voz desde su lateral

—AAAAAHHHHH!!!! —Airin gritó saltando de la silla, agarrando el joyero y desenvainando la espada todo en la misma ráfaga de movimiento. notathief no se llevó un corte de pelo inesperado porque sus reflejos le hicieron apartarse a tiempo.— ¡Joder qué susto me has dado!

—¿Qué susto te he dado YO?! —el stalker se llevó una mano al pecho, casi se diría que ofendido.

—¡Le hablaba al mimic! —Airin dejó ver al pequeño monstruo que temblaba contra su pecho.

notathief la señaló con la mano abierta, y ladeó la cabeza con el ceño fruncido.

—Eso es un mob, son agresivos. —declaró como quien explicase a un niño de cinco años que algo era peligroso.

—¿Y? Ahora es mio. —Airin acarició al monstruo.— Además, hemos llegado a un acuerdo.

El mimic batió la tapa como dándole la razón a su recién adquirida y aceptada dueña.

—Pero dan drops, como elunium, y cartas… —el stalker dudó sobre si seguir su explicación, ya que tanto jugadora como monstruo empezaban a tener cierto aire obstinado.

El mimic se convulsionó un par de veces, y con los ojillos entrecerrados, como si quisiera dejar clara su voluntad y el ridículo al joven, escupió algo.
Airin recogió la carta.

— Pone “PET”. —dijo con asombro en voz baja.

Notathief se estampó una mano contra el rostro con una risita resignada, imaginando los grititos extasiados de Neko cuando se lo contase.

—Vale, ese bicho es como un gato y ha elegido a su dueña.

Con un ruidito chirriante de satisfación el mimic aceptó la carta de mascota de vuelta, y la engulló hasta pellizcar suavemente los dedos de la chica.

—Tengo la mascota más guay del mundo, —murmuró Airin con ojos grandes y brillantes.



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~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #115: April 30, 2022, 01:37:17 PM »
Alguien se acercaaaa!

84.

A Zuko no le gustaba Prorencia. Aunque no era ninguna sorpresa porque tampoco le gustaba Columbia ni Sanctuary, Mos Eisley, Two Rivers o Amatsu. Apenas podía soportar Palanthas y ya no hablemos de Rabanastre.

—Pero aquí no hay casi gente. —comentó Finny antes de sorber de la pajita de su bubble tea.

Zuko frunció el ceño y se pasó una mano por el pelo antes de bufar. Y Finny ladeó la cabeza señalando a su primo con el bubble tea.

—Y aquí no tienes esa cicatriz.

Zuko se puso la mano encima del ojo izquierdo, donde en la vida real tenía una buena cicatriz. A veces se olvidaba que estaban atrapados dentro de un juego, pero Finny no fallaba en recordárselo.

—Poca gente sigue siendo demasiado gente —explicó Zuko, agarrando a su compañero del brazo para hacerle caminar—. Si queremos sobrevivir…

—Tenemos que escondernos. Ya lo sé, Zuko, me lo has repetido muchas veces. —añadió Finny con un suspiro.

—Y tenemos que sobrevivir.

—Si, tío Iroh se enfadaría mucho si nos dejamos matar aquí —comentó Finny, tirando el bubble tea terminado en una papelera y encogiéndose de hombros—. O peor, se pondría triste, pero necesitamos ir a ciudades si queremos reabastecernos.

—No creo que nos muramos de inanición dentro del juego. —dijo Zuko, cruzándose de hombros.

La música tétrica de Lavender Town se intensificó un poquito.

—En realidad hay un estado alterado llamado famélico que te va bajando la fuerza y la resistencia y los puntos de vida poco a poco y…

—Ya, sí, deja de hablar —le ordenó Zuko, agarrándose el puente de la nariz con dos dedos y apretando los ojos—. ¿En serio existe eso?

Finny asintió con la cabeza y se puso a revisar su inventario por si necesitaban hacer alguna compra de última hora antes de largarse de la ciudad, pero todo parecía estar correcto.

—¿Hacia dónde vamos ahora? Te diría de ir a la ciudad de las mascotas, pero sé que te incomoda. —le dijo Finny con una sonrisa pequeñita y cargada de malicia inocente.

Zuko rodó los ojos y abrió el mapa para que los dos pudieran verlo. Señaló Lavender Town con el índice, justo sobre el punto rojo que decía “Usted está aquí” en letras luminosas y luego deslizó ese mismo dedo hacia el sureste antes de golpear el nombre de su destino un par de veces.
Finny lo miró sorprendido.

—¿Estás seguro? ¿No es un lugar peligroso?

Zuko negó con la cabeza.

—No creo que haya mucha gente y es fácil de defender. Podemos asentarnos en una de las torres del castillo, lejos de las entradas de las dungeons y del paso de gente. Si es que hay alguien.

Finny se volvió a encoger de hombros, sacando dos caramelos de su inventario y quitándole el envoltorio a uno de forma distraída. Luego se lo llevó a la boca y sonrió otra vez mientras le ofrecía el otro caramelo a Zuko, que lo cogió sin rechistar.

—Pues si estás seguro… Glastheim, ¡allá vamos!

Zuko se llevó también el caramelo a la boca y empezó a caminar hacia la salida que les llevaría en la dirección correcta.

—¿Y el caramelo? —preguntó antes de darle un par de vueltas en la boca. Era de eucalipto.

—Por si te dolía la garganta, eso era lo más que me has hablado en una semana.

Zuko le dio una patada sin fuerza en el culo a su primo antes de empujarlo por el hombro, aunque Finny simplemente se rió y se recolocó el gorro en su sitio.

—Idiota.

—Ya, pero soy un idiota a tu cargo —contraatacó Finny, entrelazando los dedos detrás de la nuca—. ¿Tú crees que haya algún huertito en Glastheim? Podría empezar mi propia cosecha, tengo algunas semillas y solo necesitan un día para dar fruto.

Zuko estaba demasiado entretenido con el caramelo como para ponerle caras a su primo, pero acabó contestando.

—Glastheim está lleno de cuervos.

Finny apretó los labios, empujándolos hacia fuera en un puchero adorable.

—Bueno, tendré que buscar un buen espantapájaros, con eso ya estaría, ¿no?

Zuko asintió y siguió caminando, pero un minuto después miró hacia el sonriente Finnian con sospecha.

—No pienso quedarme todo el día en medio de tu huerto para asustar a los cuervos.

—Ouch… —murmuró Finny que se ganó otro empujón de parte de su primo, aunque Zuko sólo consiguió hacerle reír con ganas.

Finnian no se lo había pasado tan bien desde que tenía uso de razón, para él la vida ya estaba bien como estaba en ese momento. Si no fuera por el pequeñísimo detalle de que no podían salir del juego. Pero bueno, él ya estaba acostumbrado a estar encerrado, ¿qué era otro sitio más? Al menos ahí tenía la sensación de la brisa sobre la piel y un amigo a su lado.
No podía pedir más. ¿Verdad?


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #116: January 31, 2023, 02:43:07 PM »
Venga, que vamos a la dungeon y todo xD

85.

Bernadotte frunció el ceño y se reajustó el parche justo después de sacar el hacha del cuerpo del payaso que se estaba disolviendo en píxeles.

—No me acordaba que aquí había payasos —comentó y se giró hacia el sonido de otra pelota saltarina que seguro que venía con otro payaso montándola cual vaquilla de rodeo—. ¿Por qué hay payasos?

—¡Porque el GM sabe que los odio! —respondió Anir soplándose un mechón que se le había cruzado por la cara y levantando su propia hacha por encima de su cabeza—. ¿¡Dónde está el otro cabrón!? ¡Lo estoy oyendo!

Y se marchó rauda a grito de guerra pelado alejándose por el pasillo con la gracia de un cerdito al trote.
GoldenLion se llevó la mano al pecho antes de suspirar.

—Llevas muy mal lo tuyo. —le dijo Bernadotte con una mano en la cadera.

—No sé de qué me hablas. —contestó Fíli con una sonrisa tonta antes de trotar pasillo abajo en busca de Anir.

—Lleva muy mal lo suyo. —repitió Bernadotte, ahora mirando a Shun, que le sonrió todo amabilidad.

—Esos dos… ¿van bien o tenemos que girar por otro lado? —preguntó Shun—. Es que cuando a Neko le da el ansia asesina a veces se olvida de lo que estamos haciendo.

A Bernadotte le salió una risotada y negó con la cabeza.

—Eso suena a ella. Pero van bien, es por ahí.

Hacía unos minutos que la party había dejado atrás la biblioteca y ahora se dirigían hacia el salón de baile, donde Shun debía enfrentarse a unos búhos aristócratas con unas luces dándoles vueltas. O algo así le habían contado.

—Ella se quedará por las escaleras que es por donde suele rondar la Tirfing, pero la entrada al salón está justo a un lado.

Shun asintió, dándole las gracias a Bernadotte y casteándole una serie de buffs antes de corretear en la misma dirección en la que había desaparecido Anir.

—Niños —comentó Bernadotte antes de reírse y lanzar el hacha contra otro payaso que había girado una esquina y pretendía atacar a sus bebés—. Tienes que amarlos.




Encontrar el salón de baile no había sido difícil, con seguir el rastro de píxeles naranjas voladores que iba dejando Anir en su camino se llegaba bien.

—Es aquí —le dijo Neko, señalando la puerta. Cuando Shun había ido a abrirla su jefa le había detenido—. ¡No, no! Va a estar lleno de monstruos, es mejor que esperes a que el resto del equipo nos alcance.

Shun asintió y quitó la mano de la puerta, mirando la madera con curiosidad. La puerta estaba tallada y en algún momento había sido pintada y barnizada, pero daba toda la sensación de haber visto mejores días en un pasado lejano.
Y ahora que se daba cuenta, Shun podía escuchar la música ahogada por las paredes que provenía del interior del salón.

—¿Está muy lleno?

Neko asintió y luego le puso la mano en el hombro a GoldenLion.

—¿Vas a querer entrar o te vienes conmigo a cazar la Tirfing?

Fíli se mesó el bigote y jugó un poco con una de las cuentas de sus trencitas antes de encogerse de hombros.

—¿Cómo de personal es? —le preguntó—. Por si prefieres que os deje a solas.

Anir sonrió antes de contarle que antes venía al menos tres veces a la semana a tener un encuentro romántico con la daga saltarina.

—Así que lo que veas, no me importaría que te unieras.

—¿Llevo velas? —preguntó Fíli, sonriendo exactamente de la misma manera que Anir.

—Ew, qué asco, romance. —comentó Hiro que ya iba a entrar al salón cuando Hiksti lo agarró de la cintura y lo separó de esa puerta en volandas—. ¡Eh! ¿¡Qué haces!?

—Salvarte la vida, mendrugo —contestó Ikkaku, con una mano en la calva y la otra agarrándose a la lanza apoyada en el suelo—. ¿Estamos todos?

—No estamos todos, pero somos todos los que estamos —dijo Bernadotte, empezando a encenderse un cigarro—. No me mires así, es mi mecha rápida. Exploto cosas.

Ikki se cruzó de brazos y tomó su sitio al lado de Shun, mientras Monica y Max se quedaron chismoseando entre ellos al pie de las escaleras.

—Otro que habla pirotécnico, perfecto. —suspiró Hiksti, haciendo reír a Jack.

—Ese es amigo mío. —dijo Anir dirigiéndose a Hiro y señalando a Pip—. Con lo amenaza que eres también se hará amigo tuyo.

—Enana, no me hagas adoptar a más niños. No tengo la capacidad emocional para encariñarme de tanta gente. —se quejó Bernadotte.

—Ah, ahora veo porque te hiciste amiga de mi hermano. —murmuró Shun.

—¿Estamos todos? —preguntó Yumichika, cayendo del techo de repente y escondiendo un par de shurikens ensangrentados.

—¿Lo de repetiros es porque estáis casados o…? —preguntó Jack hacia Ikkaku, que no le atacó con la lanza porque lo había visto flotar antes.

—Sí, creo que estamos todos. —dijo Anir después de contar cabezas, añadiendo las de Kíli y Watari que estaban a punto de alcanzarlos.

—¿Casado? ¿Yo? —Yumichika se llevó una mano al pecho, claramente indignado— ¿¡Con este!?

—No estamos casados —contestó Ikkaku—. Yo me merezco algo mejor.

Y antes de que Yumichika ejecutase sus represalias y mientras la mitad de la party se reía del tira y afloja entre esos dos, Kíli se plantó en mitad del grupo y dijo bien alto:

—Perdón por llegar tarde, no quería venir.

Para mayor efecto se había puesto las manos en los bolsillos y tenía expresión de no estar muy interesado.
Watari miró de Kíli a Anir y se encogió de hombros, sacando uno de sus búhos mecánicos del inventario, ya que pronto lo iba a necesitar.

—Bueno… Este es el plan.

« Last Edit: January 31, 2023, 03:00:18 PM by Neko »


Airin

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #117: January 31, 2023, 04:52:39 PM »
Se han alineado los astros O_O Y esto va a acabar por ser un "hazte con todos" Menos con Xiao que no me cae porque es puto, pero yo soy terca


~+72~


—¿Vas a seguir matando cosas mientras haces las rondas? —Preguntó Airin quitando uno de sus guantes del alcance de la tapa del mimic cada vez que éste parecía que iba a conseguir morderlo.

Notathief ladeó la cabeza, parpadeando.

—¿Vas a seguir adoptando mobs agresivos y tengo que pedir permiso antes de deshacerme de ellos o…? —el stalker se hallaba en un ligero estado de confusión no imbuída mágicamente, sino provocada por una conflictiva mezcla de emociones. Envidia, diversión e incredulidad eran las tres más potentes.

—Si me siguen a casa y se portan bien qué quieres que le haga, —la chica se encogió de hombros, y volvió a apartar el guante en el último momento.— ¿Sabías que hay una puerta en una quest en Palanthas que sólo se abre si se lo pides por favor?

—Nah, eso no es cierto. No lo es ¿no? —la sonrisa de condolencias de Airin le decía que o merecía un premio a buena mentirosa o sabía de primera mano que era muy cierto.— Bueno, da igual, tú sigue a lo tuyo y yo sigo a lo mío que no te van a hacer nada.

—Aunque no lo parezca soy soldier eh, puedo defenderme hasta de cosas que me dan miedo, —dijo ella mirándolo fijamente.

—Ya lo sé, ya, —comentó Locke pasándose una mano por su flequillo casi recién despuntado y volviendo a desaparecer entre las sombras,— era por recordar, sin más.

Airin miró a su… ¿monstruo? ¿mascota? ¿Monstruo-cota?, con cara de sabérselo los dos ya, y le dejo morder el guante y tirar de él un par de veces. Mientras el mimic mordisqueaba los dedos de cuero y arrastraba el accesorio por la mesa, la chica se levantó, echando un vistazo de reojo a su alrededor entre las estanterías cercanas. Lo del caballero negro espectral desde luego había sido raro de narices.

—Hmmm, me pregunto si es que aún con tanto tiempo fantasmeando en una biblioteca encantada no pueden leer por ellos mismos. —comentó la muchacha en voz baja.

Ñiieeec, —chirrió el mimic al moverse con su juguete robado por la mesa.

—Shhh~ —lo acalló Airin ya por inercia, pasando los dedos con suavidad sobre los lomos polvorientos de varios tomos.

—Oh cariño, —rió una voz dulce y coqueta y NO de Locke junto a su oído,— no te preocupes tanto por ese pequeño maleante habitual, no voy a echar de aquí a alguien con buenos modales como tú.

La chica primero se mordió los labios hacia adentro para no dejar escapar una maldición que desmintiese sus presuntos buenos modales, y después tragó saliva.

—Ah, perdón, ¿te he asustado? —la figura semi transparente que vio al girarse todavía tuvo la desvergüenza de enroscarse un mechón de cabello castaño claro entre los dedos con aire frívolo.

Airin respiró profundo. No agarró la espada. Y contó despacio hasta cinco.

—No me has mandado de vuelta con mi madre porque mi madre hace muchos años que está muerta y yo estoy atrapada por la fuerza en este videojuego de conexión neural del que no puedo desconectarme o perder vidas sin consecuencias fatales, pero vamos, que ha estado cerca, si.

El aparente fantasma femenino pestañeó varias veces claramente sorprendido ante el volcado de información sin filtro, y abrió y cerró la boca, flotando con elegancia sin saber muy bien qué responder a eso.

Airin se encogió de hombros, sacó de la estantería un libro de cubierta roja, lo limpió con cuidado y volvió a la silla que había estado usando antes. El mimic se acercó a ella, ya satisfecho de maltratar a su presa prestada y escupió su guante, arrugado pero al menos no lleno de babas. Pequeñas ventajas, habría que suponer.
El pequeño monstruo la observaba con sus ojillos relucientes parpadeando con curiosidad como esperando a ver si volvía a leerle algo en voz alta, y mirando de vez en cuando en dirección a la estantería a su espalda.

Tal y como pensaba, el espectro flotó en dirección a la mesa, y sin necesidad de apartarla se deslizó en la silla a su lado, sin llegar a tocar el asiento.

—Yo…  te pido disculpas, no pretendía llegar hasta tal punto, —musitó la mujer con expresión contrita.

—Supongo que las acepto, entonces, —murmuró Airin pasando distraídamente las hojas del libro.

El mimic abrió la tapa con asombro, y extrañamente tangible por un momento, el fantasma se la cerró con un dedo.

—Oh, venga ya, no vengas ahora a hacerte el sorprendido. Yo solo quería darle un pequeño susto, que gritase un poquito…

—¿Y regañarme por no guardar silencio en un lugar de estudio? —resopló Airin rodando los ojos con ironía.— Eres la bibliotecaria ¿verdad?

La mujer asintió con un leve sonrojo culpable en su complexión translúcida.

—La verdad es que tiene que ser aburrido estar atado a un lugar al que poca gente entra, y yo no soy muy social que digamos, pero de vez en cuando poder hablar con alguien… —dijo la soldier con tono comprensivo.

Oh no, encanto, —dijo el fantasma inclinándose ligeramente hacia ella con una pequeña sonrisa traviesa y seductora a partes iguales,— no estoy atada a este sitio. Yo no.



.

~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~


Neko

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #118: February 26, 2023, 01:37:39 PM »
Este mes dejo aporte pronto que no voy a estar uvu <3

86.

Anir señaló a la imagen que estaba proyectando con su omnitool, en concreto a una zona del salón de baile del Castillo de Glastheim.

—El salón de baile es una zona de respawn natural dentro del castillo. Por la cantidad  de monstruos que había en los pasillos y en la entrada supongo que no ha venido gente en unos cuantos días.

Algunos asintieron con la cabeza y Pip chistó y dio una calada bien larga.

—Así que también he de suponer que no ha entrado nadie ahí dentro tampoco. —comentó, poniendo la mano sobre la puerta doble del salón.

—¿Quieres decir que estará lleno de monstruos? —preguntó Shun con curiosidad.

—Hasta los topes. —respondió Ikkaku.

—Lo bueno es que hay un límite de monstruos por piso. Lo malo es que creo que la puerta no se ha abierto y tienen que estar todos los monstruos de este piso dentro del salón.

—Yo no he visto a los barones ni a los duques, ¿cuántos había en este mapa? —quiso saber Yumichika—. ¿Siete, ocho?

—Seis barones y veinte duques. —aportó Hiksti, que estaba asegurándose de tener sus atajos en orden.

Yumichika abrió mucho los ojos y parpadeó lentamente. Ikkaku le dio un codazo.

—¿Qué, son muchos para tí?

Yumichika se puso una mano en la cintura y rodó los ojos antes de apartarse el pelo por detrás de la oreja.

—No, pues tampoco son tantos…

Jack se rió suavito y Pip le dio una palmada en la espada a Yumichika.

—Pues entonces tú te encargas de que al enano no le pase nada. —le adjudicó, aunque Ikki gruñó que para eso ya estaba él.

—No, pero sí, la idea es que Yumichika se encargue de neutralizar a los payasos, son muy rápidos, pero sólo atacan de cerca.

Yumichika estaba a punto de protestar, pero Anir siguió hablando por encima de sus quejas.

—Ikki y Hiksti son buenos tanques, pueden ocuparse de los búhos que no tengan las dos luces volando alrededor de sus cabezas. Eso no son necesarios para la misión. Watari y Hiro, las sirvientas y los espejos son vuestros.

—¿Espejos? —preguntó Hiro, que nunca había estado en la sala de baile del Castillo de Glastheim.

—Ya los verás —comentó Watari—. Supongo que los fantasmas son de Monica y Max.

—¿Fantasmas? —volvió a curiosear Hiro, que estaba empezando a preguntarse si valía la pena invocar a Baimax desde ya.

—Sí. —afirmó Anir.

—¿Y nosotros qué? —dijo Pip, señalando al resto.

—Vosotros encargaos de que el resto siga con vida, Kíli puede rematar a cualquier bicho que vea que se acerca demasiado a los demás.

—Bueno, puedo hacer eso. —admitió Kíli, descolgándose el arco y contando cuantas flechas le quedaban en el inventario.

—Y si lo haces bien, tengo un regalo para tí. —le dijo con una sonrisa llena de dientes.

Kíli entrecerró los ojos, murmurando que porque no se lo daba ahora y ya.

—Las lanzas también tienen rango bastante amplio —continuó Anir, señalando a Ikkaku—, y tú tienes buen ojo para dar órdenes en medio del combate.

Pip sonrió con el cigarro colgándole de la comisura del labio.

—¿Y yo? —preguntó Jack señalándose.

Anir se encogió de hombros.

—No sé nada de tus habilidades y técnicamente perteneces a Hipo, lo lógico es que le hicieras de apoyo —y luego se giró hacia Fíli—. Y tú te vienes conmigo.

—Sí. —contestó Fíli con una sonrisita impaciente en los labios.

Max se puso las manos en la cadera y se echó un poquito hacia delante, con el ceño fruncido en un gesto travieso.

—Y da las órdenes la que no va a estar.

—Para algo que se le da bien… —comentó    Ikki, con las manos en los tiradores de las puertas del salón, sabiendo que iba a hacer caso del plan de Anir de pé a pá—. Vamos, que los bichos no se matan solos ni las quests se hacen solas.

Y con un buen empujón las puertas rechinaron y la música y las risas se dejaron oír por todo lo alto. Luces de colores irrumpieron frente a ellos, tiñendo la armadura de Ikki con una explosión de arcoiris y el olor a comida y alcohol les llegaron de golpe.
El primer shuriken voló por encima de Ikki y se clavó en la pelota del payaso que les había visto nada más abrir la habitación.

—Hay como cincuenta… —contó Yumichika que lo siguiente que hizo fue escurrirse a la habitación saltando de mueble en mueble para buscar un sitio alto.

Ikkaku levantó la lanza por encima de la cabeza y entró a grito pelado detrás de Ikki. Los demás les siguieron en más o menos orden. Kíli ya tenía una flecha preparada antes de acceder al salón.
Hiro tenía los ojos muy abiertos.

—¿Esos son los espejos? —preguntó, señalando a unos veinte objetos oscuros de unos tres metros de alto que parecían retorcerse en las paredes del salón.

—Sí… —suspiró Watari antes de quejarse, casi a punto de llorar—. ¿Por qué me has dejado los espejos?

—Porque los odias tanto que eres el más efectivo matándolos.

Watari se mordió el labio inferior antes de empujar a Hiro hacia el barullo del salón, donde los sonidos de la batalla ya se oían fuertes y claros. No podía negar lo que Neko acababa de decir, era totalmente cierto.

Las puertas se cerraron con el crujir de goznes sin engrasar en años y el silencio se apoderó otra vez del pasillo.

—¿Estarán bien? —preguntó Fíli que negó con la cabeza, se cruzó de brazos y asintió—. Estarán bien.

Anir le dio una palmadita en el hombro.

—Claro que estarán bien, ¿pero sabes quién no va a estar bien en breve? —canturreó Anir con una sonrisilla bailándole en la cara.

—¿La tirfing? —se aventuró Fíli.

—La tirfing. —corroboró Anir.


Airin

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #119: February 28, 2023, 10:25:11 AM »
*Tacha del bingo* Ha sido un bug


~+73~


—Yo no.

Si a Airin se le pusieron los pelos de punta no fue por el fantasma en sí, sino por la carga de posibilidades que arrastraban sus palabras.

—Espera, espera espeeeera. —la mujer se limitó a seguir sonriendo mientras observaba los engranajes figurados dar vueltas y echar humo sobre su cabeza.— No estás atada a la biblioteca de Glastheim, eso… ¿eso se puede, de verdad?

El fantasma asintió, haciendo el gesto de apoyar un codo en la mesa y la barbilla sobre el puño cerrado, como cualquier vecina que fuera al té y a compartir del último chisme del barrio.

—Entonces no eres un… —Airin se detuvo, mordisqueándose el pulgar. Había cosas que no tenían sentido, o no deberían tenerlo.— No eres un boss, ¿cierto?

—No que yo sepa, —concedió la mujer.

—Pero no eres un jugador. —siguió la soldier.

Técnicamente….

—Técnicamente, vale, frena ahí. —Airin levantó la mano enguantada.— ¿Qué quieres decir con técnicamente? Explícamelo como si tuviera cinco años y alguna que otra limitación.

El fantasma ahogó una risita contra el puño por la comparación.

—En realidad yo tampoco lo tengo claro del todo. No, no soy un boss. No estoy segura de ser un jugador, al menos no ahora mismo, pero sí estoy segura de que tengo un… digamos, set de habilidades concretas.

—Ajá.

—¿Qué?

—Que me elabores eso. —Airin enderezó al mimic que se había caído hacia atrás por abrir demasiado la tapa y yacía patas arriba sobre la mesa, vibrando en el sitio sin poder moverse.— ¿Qué habilidades?

—¡Pero cielo así no hay misterio! —lamentó la bibliotecaria translúcida.

—Señor, por qué voy coleccionando a todos los dramáticos del mundo. —farfulló la soldier entre dientes intentando no rodar demasiado los ojos, no fuera que le diese un tirón o algo.

—Oh, está bien, —el fantasma le hizo una mueca de vuelta y se recostó contra la silla que en realidad no llegaba a tocar.— Electro, principalmente.

Airin se irguió frente a ella, observándola con detenimiento.

—¿Electro? ¿Sólo?

—No solamente, pero como al ochenta por cien, más o menos.

—Osea como un elementalista.

—Hmm. —Había algo en la expresión del fantasma que a Airin le resultaba intrigante, pero no tenía claro de cuál de los cabos que veía posibles empezar a tirar.

—¿Tienes nombre? —preguntó la soldier.

—¿Nombre?

—Si claro, nombre propio por el que llamarte, Fantasma de la Biblioteca de Glastheim es muy largo y demasiado impersonal, ¿no te parece?

—En todo caso, —corrigió la mujer,— sería Fantasma de la Bibliotecaria.

Airin se encogió de hombros, tanto daba mientras pudiera referirse directamente a ella con algo que no fuera un “disculpa” constante o mil millones de palabras.

—Supongo que puedes llamarme Lisa.

—Mi nick es Brightblade, pero mi nombre es Airin.

—Un placer conocerte encanto, —dijo Lisa estrechando su mano sin guante de forma intangible, pero dejando una sensación fría contra la piel de la soldier.— Si averiguamos cuál es mi nickname serás la primera en saberlo.

Airin inclinó la cabeza de forma magnánima, como si fuera un general en consejo de guerra, y Lisa escondió una sonrisa divertida tras el dorso de su mano.

—Tengo la sensación… —continuó la bibliotecaria volviendo la vista hacia el libro de tapas rojas que reposaba sobre la mesa,— de que antes sí era un jugador más.

—¿Antes? ¿Te refieres antes de que el GM bloquease las conexiones? —la soldier vio algo moverse por el rabillo del ojo, y se acordó de repente de que Locke aún seguía por los alrededores.

—Hmm, es por algo de lo que has dicho al principio, ¿eso de que no puedes desconectarte o perder vidas sin consecuencias fatales? Es obvio que no soy un NPC ni un boss, tengo perfecta conciencia de mí misma, pero el cuándo, el dónde y el cómo están ligeramente borrosos. Por eso creo que existe la posibilidad de que haya sido un accidente.

—¿Un accidente? —Airin se llevó una mano a la cabeza con los ojos muy abiertos.— Pues tremendo bugazo, ¿no?

—Tch.

—No no no, no ruedes los ojos que puede ser cierto. ¿Qué es exactamente lo último que recuerdas? Último, primero, ya me entiendes. —El nudo de posibilidades estaba empezando a tomar una forma curiosa.

Lisa guardó silencio unos momentos mientras pensaba, analizando con detenimiento todos sus datos disponibles.

—Entiendo que tu teoría es… plausible.

—Yo no he dicho nada sobre ninguna teoría, —se defendió Airin a medio gas. Porque no lo había dicho, todavía.

—Bueno, pues ya va siendo hora de que compartas con la clase cielo. —dijo Lisa levantando una ceja inquisitiva y cruzándose de brazos.

—Si de entrada ya me estás dando la razón...—refunfuñó la pelirroja.— Pero vamos, mi teoría, es que o estabas bajo los efectos de algún estado alterado o bien estabas procesándote en el lobby de entrada al juego. No es que lo haya visto antes, pero a mí me parece que tiene sentido.

—Y lo tiene. Creo que estaba respawneando aquí.



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« Last Edit: May 31, 2023, 02:45:51 PM by Airin »

~      H e g o a k    e b a k i    b a n i z k i o,    n e r i a    i z a n g o    z e n,    e z    z u e n    a l d e g i n g o.       ~
~      B a i n a n    h o n e l a,    e z    z e n    g e h i a g o    t x o r i a    i z a n g o,      ~
~      e t a    n i k    t x o r i a    n u e n    m a i t e.       ~