Mi peor fic ª
Se supone que es para el DD, pero por más que escriba se vino a mi mente la historia que dejé atrás llena de drama. Quizás lo continúe aquí, quién sabe, tengo un bloqueo serio u_u
—¿Sabes que Fumi va a estar en Eastwood?
La voz masculina sonó en una habitación lujosa junto al sonido de una taza siendo estrellada contra la superficie de mármol de la mesada flotante.
— No me importa.
Fue lo único que mencionó Belurum molesto, intentando beber otro sorbo de café caliente. El aroma a los granos recién molidos de la marca Colombiana era algo que hacía calmar su mal humor.
—La recuerdo bien como una mujer de gran personalidad.
Su amigo hizo con ambas manos la imitación exagerada de tener dos pares de senos grandes, el hombre se movía de un lado hacia el otro moviendo sus manos.
—¡Basta Miyamura! —intento no reírse de la burda imitación, pero terminó soltando unos sonidos suaves.
—Bien, bien. ¡Decidido! Si no la quieres tú, iré por ella.
Después de volver a su asiento señaló a Belurum. Ambos habían sido amigos todo el instituto junto a otro grupo de jóvenes que se creían yankees. A Toranosuke Miyamura le había agarrado mucho cariño, como un hermano.
— Atrévete y te cuelgo de las pelotas —respondio con una mirada feroz y otro sorbo de su bebida favorita.
Ambos seguían en California, el calor insoportable hacia que esa mañana en particular quisieran irse a Eastwood tranquilamente; ya se había decidido que Belurum retomaría su carrera musical desde allá, después de sufrir una severa adicción a las drogas e intentos de suicidio debido al fallecimiento de su hermana mayor.
Con Fumi se habían conocido en una de sus giras por Japón, ella era una chica dulce y graciosa. Tener un amorío fugaz con una asiática le pareció divertido, más no se veía compartiendo una vida con ella o una relación a largo plazo.
Miyamura lo observó con atención unos minutos.
—¿Por qué no la buscas? En una hora sale nuestro vuelo y en seis estaremos allá.
El albino tenía razón, ninguno de los dos se había comprometido emocionalmente en esos tres meses de tórrido amor. Había sido apasionado, fugaz y divertido.
—No —sentenció con frialdad. El otro chico tomó el celular de él y rápidamente entró a Facebook y con algunos movimientos ya estaba en el perfil de la mencionada.
—Foto con dos hijos —exclamó sorprendido.
—¿Qué? —le sacó el celular de entre las manos y rápidamente se fijó en las fotos—. Son lindos…
—Entre cuatro a cinco años… ¿serán tuyos? —se rió Miyamura, viendo la expresión de sorpresa en el rostro de su amigo.
—No lo creo, no tienen razón míos —apagó el móvil y siguió bebiendo el último trago de café.
—Es japonesa, tampoco se parecen a ella —rió el amigo.