Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252963 times)


Cho

70.2.


Pasaron las horas y llegó el anochecer. Quedaba apenas una franja anaranjada en el horizonte y las personas en la alameda continuaban disfrutando de los locales y el ambiente veraniego.

Lejos de la zona más llamativa y central de la alameda había un par de bares y algunos negocios de botes y deportes acuáticos cerrados, y el camino se encontraba vacío y con una minucia de la iluminación del área comercial. Fudou caminaba tambaleante en medio del sendero luego de haber conseguido un poco de sake. El pelimorado se había logrado separar de los felices luego de los helados para descansar de permanecer tanto tiempo con otras personas. No sabía dónde estaban todos y ni le importaba. Olvidarlos y deambular mientras saciaba su vicio era todo lo que quería y necesitaba.

De repente, notó a una persona de pie en el filo de un muelle pequeño, y se confundió al reconocer a Monoyoshi.

“Hic…” hipó y le observó extrañado. “Uhh… ¿qué hace…?”

Pese a ser su instinto alejarse de los demás durante aquel estado de ebriedad, Fudou negó ofuscado y terminó por ingresar a ese pequeño muelle. La desaparecida del pelirrosa sí le había dado una mala espina.

Monoyoshi había estado un tiempo prolongado mirando al firmamento y recibiendo la luz de la joven luna de la noche. Él también aprovechó un efímero momento para existir en soledad y apreciar sus alrededores a discreción, para alcanzar una agradable y vacía calma que le permitía palpar su propia existencia…

“¡Oye!” exclamó el pelimorado a corta distancia y un tono casi agresivo. “Hic… ¡despierta!”
“¿Eh? Ehh…” el pelirrosa fue sacudido y se giró, para observar al otro caminar lentamente hacia él. Monoyoshi de inmediato se preocupó. “Fudou-kun, has tomado de más.”
“Hic… uhh… ¿qué cosas dices…?” preguntó cabizbajo y arrastrando sus palabras. “…ese es mi problema… hic…”
“Está bien, no te esfuerces,” Monoyoshi le agarró de los brazos para detenerle. “Ehm, quizás deberías sentarte un poco para recobrarte. Si sigues caminando por el muelle tienes el riesgo de caerte a la aguas…”
“Tch, no exageres…” le miró con reproche. “Hic… y tú también… tan distraído y dando la espalda… estás vulnerable a que algo te empuje… hic… tu celular se echaría a perder…”
“Dudo mucho que eso ocurra, Fudou-kun,” sonrió un poco. “Y pues, el celular es lo de menos, aparte que no he salido portando el mío.”
“…” Fudou se puso a pensar, como si se estuviera viniendo con algo.

Y así fue. Repentinamente, el pelimorado empujó al otro, quien cayó de espadas fuera del muelle y de lleno en el mar. Luego de su espontánea acción, caminó al borde para ver al otro resurgir.

“F-Fudou-kun, ¿por qué hiciste eso?” preguntó el otro, torturado.
“Hic… ¿y tanto dijiste que no ocurriría, Mono-chan?” le devolvió la pregunta, sonriendo burlonamente. Se encogió de hombros. “Soy un insecto que no piensa… hic… al menos agradece que pregunté si tenías tu celular…”
“Pero, ¿por qué?” insistió. Monoyoshi frunció el ceño, apenado. “No sé por qué siento que me estás castigando, Fudou-kun. ¿He hecho algo para merecérmelo?”
“¿Ahh?” el otro le miró casi indignado por esa pregunta, y terminó encogiéndose de hombros y restándole importancia. “Hic… no digas estupideces, Mono-chan. Sólo quería ver tu reacción. Hic…” desvió su mirada. “Y me has decepcionado…”
“Ehm…” esa no fue una respuesta clara.
“Tch, ¡¿pero qué haces quieto en el agua como una víctima?!” le gritó. “Hic… ¡salte de ahí si no quieres enfermarte!”
“Eh, no te inquietes, estoy bien,” le aseguró.
“Ay, ay, ay…” Fudou se dio un facepalm y negó repetidamente. “Sólo un idiota se quedaría en el agua luego de ser empujado y diría eso… hic… ya pues…” se sentó de cuclillas y le extendió una mano. “Hic… ven, sube.”
“Gracias, Fudou-kun, pero hay unas gradas a un costado,” Monoyoshi sonrió con torpeza. “Estás muy ebrio. Podríamos terminar los dos en el agua si te descuidas.”
“Tch…” se impacientó y vio al otro moverse hacia esas gradas para alcanzarlas y subir. Ganas no le faltaban de volverle a empujar.
“Ihh, la brisa se siente más fría ahora…” Monoyoshi dio un suspiro.
“Tsk… obvio…” rodó los ojos.
“Pero siéntate, Fudou-kun,” dicho esto, el pelirrosa tomó asiento, y vio al otro resignarse e imitarle. “No esperé encontrarme con nadie, pero ya que estás aquí podemos admirar el firmamento juntos,” dijo, sonriendo amablemente. “Hehe, pese a no estar muy lejos del centro comercial, tenemos una vista muy nítida.”
“…hic…” Fudou le miró con incomprensión, y negó rendido. El otro ya se había olvidado de su travesura y no había punto de mencionarlo.
“¿Cómo has estado?” le preguntó amablemente. “No ha sido mucho desde que nos vimos, pero sé por Gokotai que varios de sus hermanos han estado llegando, así que las cosas deben haber estado movidas.”
“Sí, sí… hic… estúpida familia perfecta…” se quejó con cansancio.
“Sé que no te sientes muy cómodo con otros, Fudou-kun, pero son también como una familia para ti,” observó el pelirrosa. “Has venido a este paseo por ellos también. Sin duda te tienen en consideración. Me alegro mucho por ti.”
“Créeme que no tengo nada más que decir aparte de lo que ya has dicho… uhh…” bajó su mirada. “Maldición… hic… empujarte me ha dejado maltrecho.”
“Ehh…” sonrió incómodo.
“Pero ignórame… hic… sólo soy un pobre diablo que abandonó el colegio…” dijo con hastío. “¿…no tendrás tú más que decir?”
“En verdad no. Siempre tengo una rutina monótona, como dije antes…”
“Cierto… antes…” rodó los ojos. “Uhh… necesito recostarme…”
“Tal vez lo mejor sería que regreses a descansar, Fudou-kun. No te ves muy bien.”
“Tch deja de preocuparte por mí… hic…” le miró fijamente, con cansancio. “Sobre eso… hic… te fuiste demasiado rápido…”
“Sí, puedes decirlo…” Monoyoshi sonrió apenado. “Pues… se veían muy ocupados entre ustedes. Supuse que no me necesitaban…”
“No, no, no te tienes que explicar, Mono-chan…” negó repetidamente. “Hic… sé precisamente por qué te fuiste. Te conozco…”
“Pues…” el otro desvió su mirada.
“Uhh… odio actuar como intermediario, pero… hic…” dio un suspiro. “El idiota de Gotou no entiende… hic… se vio animado de volverte a ver… pensará que estás molesto con él…”
“Eh, no es así, ¿por qué pensaría eso?” preguntó confundido y perplejo.
“¿Qué es lo que la gente usualmente hace… hic… cuando ve a alguien indeseable?” se encogió de hombros. “…obvio, ¿no?”
“…” ello le incomodó un poco.
“Ahhh… tú eres el raro que no evade a los problemáticos… hic…” Fudou tomó un poco de sake de su botella casi vacía y resopló. “Fff… hic… me estás escuchando hablar tonterías…”
“Fudou-kun, somos amigos, no deberías menospreciarte, por favor,” le pidió atentamente. “E intenta no tomar más. Mañana te va a caer mal. Necesitas agua…”
“Tsk… ¡no me digas qué hacer!” le requintó. El otro cerró sus ojos brevemente por la sorpresa, aunque no se vio particularmente asustado. “Uhh… imbécil, no quiero sobresaltarme mucho…”
“En verdad no deberías tomar tanto, no es saludable…” comentó, preocupado.
“No digas tonterías…” rodó los ojos ante esa obvia observación. Fudou desvió su mirada. “Hic… ese Gokotai no sabía que conocías a Gotou… estaba confundido…”
“Sí, no se lo había dicho.”
“¿Por qué no?” le preguntó, volviendo a mirarle con intensidad.
“Pues…” Monoyoshi llevó una mano a su mentón y lo pensó brevemente, aunque terminó sonriendo con torpeza. “No lo sé, en verdad. Supongo nunca hablamos al respecto.”
“…” volvió a mirar a un costado. “En fin… hic… Gotou no se lo dijo tampoco, así que no es sólo tu asunto.”
“Gotou-san no sabría que Gokotai y yo somos compañeros, Fudou-kun.”
“¿Eh?” le extrañó que lo dijera con tanta certeza, además de su optimista amabilidad.
“Es que Gotou-san siempre está muy ocupado, y sería sorprendente de él estar al pendiente de sus hermanos menores al nivel escolar, sobre todo con respecto a sus amigos o asuntos más personales,” comentó Monoyoshi, con toda naturalidad. “Gotou-san es una buena persona, pero esa no es su área en sí. Él vela por sus hermanos a su manera.”
“Ah, sí, supongo… hic…” se vio cansado. “Por algo siempre digo que es volado…”
“Hehe, no es justo que digas eso, Fudou-kun. Gotou-san tiene demasiado sobre sus hombros.”
“Será…” miró al otro con reproche. “Tsk… me enfermas… hic… le tienes mucho respeto.”
“Hay que reconocer todo lo que ha hecho. Además, somos amigos.”
“…” le miró como un idiota, pero Fudou sabía que sea ‘idiotez’ era parte del pelirrosa. Realmente decía todas esas palabras idealistas y amables con honestidad. Pese a eso, Monoyoshi no era un tonto, aunque no era algo que sacaba a flote. Por ello mismo, Fudou estaba confundido, y un tanto receloso, de lo que había visto en la tarde. “Hic… oye…”
“Sí, ¿qué sucede?” le preguntó con curiosidad.
“Con respecto… a esa grulla…”
“Te refieres a senpai, ¿verdad?”
“¡¿Qué haces llamándole así?! Hic… él no es un infante de tu secundaria…” le cuestionó con impaciencia y amargura.
“Ehh, no hay infantes en mi colegio…” sonrió con leve gracia ante su comentario.
“Tch… no me gusta esa grulla para nada…” recalcó con gran recelo. “Hic… uhh, hay algo que me enferma de él… parece falso… actúa con suma indiferencia… hic… se ve peligroso…”
“Fudou-kun…” le observó con curiosidad.
“Tsk, espero esa confusión de los ilusos Toushirou… hic… también de Taikogane, pero tú no eres un idiota como ellos…” Fudou apretó los dientes. “Y Mitsutada tampoco… ¿por qué deja que ustedes dos sean cercanos a él?”
“Ehm, Mitsutada-san se lleva muy bien con senpai, aparte que no es un sirviente.”
“Yo sé eso… hic…”
“Fudou-kun, no puedo hablar sobre otra persona, pero sé que senpai no tiene malas intenciones,” le aseguró Monoyoshi, sonriendo. “No con nosotros, al menos…”
“¿…?” ello dibujó una interrogante en su rostro.
“Sé que Mitsutada-san ha hecho la misma observación que yo. También ha hecho una amistad con Taikogane-san, y ha estado ahí por mí,” asintió y se vio contento. “Hehe, él también me entiende, al igual que tú, Fudou-kun. Por eso estoy muy agradecido con él.”
“Uhh…” desvió su mirada. No iba a cambiar de parecer, pero Fudou había oído suficiente. Sabía lo solitario que su amigo era, pese a las apariencias o al renombre de su familia. Entrecerró los ojos. “Hic… ¿y por qué le llamas senpai?”
“Hehe, me dieron ganas de hacerlo,” Monoyoshi se animó. “Sentí algo especial en él, algo que conectó conmigo y me hizo sentir admiración de su forma de ser. Quisiera ser capaz de inspirar esa atracción y ese lindo sentimiento en otros algún día. Es algo agradable que quiero poder compartir con los demás.”
“¿Ah?” le miró extrañado y alzando una ceja. “Hic… ¿por qué esa grulla inspiraría algo así?”
“Pues, dudo poder explicarlo,” Monoyoshi se levantó. “Ehh, perdón, pero estoy comenzando a sentir mucho frío. Te ayudaré de regreso, Fudou-kun. No quisiera que camines solo.”
“Te preocupas de más…” el pelimorado intentó levantarse por su cuenta, pero se cayó sentado al primer intento, lo cual hizo que el otro le extendiera una mano.
“Está bien, Fudou-kun, puedes confiar en mí,” le aseguró con una sonrisa.
“Hic…” le miró por un momento, y terminó resignándose. “Uhh… ya… pero si me apoyo en ti me vas a mojar.”
“Ehh… es un poco injusto que me acuses de eso…” sonrió amenamente.

El par caminó fuera de la alameda y llegaron a la puerta de la casa de playa de los Toushirou, donde Monoyoshi soltó a Fudou.

“Listo, ahora puedes ir a descansar, pero toma un poco de agua primero,” le aconsejó Monoyoshi, alzando un índice. “Eso te ayudará a metabolizar el alcohol.”
“Tsk…” le miró cansado. “Hic… vete ya o te dará más frío.”
“Sí, seguramente también andarán preguntándose dónde estoy. Senpai iba a salir a comprar algo para comer. Debo haberle hecho esperar demasiado…”
“Tch…” no se iba a acostumbrar a aquel peculiar apodo. “…él es tu familia, Mono-chan. Deberías ser más cercano a él.”
“¿Eh?” se confundió. “¿A quién te refieres?”
“Hic… al menos no le llames ‘Taikogane-san’,” dijo imitando su voz, hastiado. “Uhh… se retorcerá de frustración cada vez que te oye… tú que eres mayor que él…”
“Ehh, pese a ser joven, Taikogane-san es una gran promesa para mi familia. Estoy convencido de eso,” dijo animado y con su inmutable sonrisa. “Él sí parece tener lo necesario para seguir los pasos de mis padres y de nuestro hermano mayor.”
“¿Qué significa eso?” se extrañó.
“Mitsutada-san siempre le ha servido de apoyo y de un buen ejemplo indiscutible. Por ello, no me considero necesario para él.”
“¡¿Ahh?!”
“Ehh, también somos muy distintos, no lo puedo comprender,” confesó con torpeza. “Taikogane-san siempre se inquieta o molesta conmigo, así que no sé cómo tratar con él. También dice que soy ‘uncool’ todo el tiempo y pues… tiene razón.”
“Ahh… no te culpo por ese desaire… hic…” le miró frustrado. “Pero él es mucho más simple que tú. Aunque sí… son diferentes.”
“Bueno, me tengo que ir. Nos vemos,” Monoyoshi le sonrió y alzó una palma, para así caminar de regreso.
“…” Fudou le observó marcharse, y chasqueó la lengua. “Hic… sigues igual…”






La noche había caído y los Toushirou se encontraban en la sala conversando en lo que la cena terminaba de prepararse.

“Ohh, ¿Shingetsu-kun ha venido junto con Hotarumaru-san?” preguntó Maeda, sorprendido.
“Ehh, sí,” Yukko asintió y sonrió un poco. “Al parecer Hotarumaru le preguntó a su padre si Nagisa podía acompañarle y él no tuvo problemas.”
“Preguntó un par de veces por ti, así que tienen que encontrarse mañana,” dijo Shinano, a su hermanito. “Hehe, sí que eres un terrón de azúcar, Maeda. Parece que te llevas bien con todos tus compañeros de clase.”
“Agradezco el cumplido, Shinano-niisan, pero estás exagerando un poco,” el menor sonrió con torpeza y se giró a su mellizo. “Hirano, es una buena oportunidad para que conozcas a Shingetsu-kun. Creo que los dos se llevarían muy bien.”
“Es verdad que te he oído hablar de él, pero hasta el momento no hemos coincidido,” comentó sonriendo incómodo.
“Shingetsu-kun suele estar ocupado estudiando y también pasa su tiempo libre en el laboratorio de su padre con proyectos. Me alegro que Hotarumaru-san haya intercedido por él para que pueda darse un merecido descanso.”
“Sí se ve inteligente, y dijeron que su progenitor es un científico de Rizembool,” Hakata asintió y sonrió con perspicacia. “Heh, conoces a gente muy interesante, Maeda. Empiezo a sentir que tengo competencia.”
“Ehh, no te pongas muy competitivo, hermano…” sonrió nervioso.
“Descuida, Hakata es prudente, y es importante que tenga ese espíritu,” le aseguró Gotou, sonriendo con energías. “Ya que eso le llevará muy lejos y nos hará a todos orgullosos. No es así, ¿Hakata?”
“Heh, por supuesto, Gotou-nii,” el rubio sonrió decidido y alzó un puño. “¡Superaré todas sus expectativas, lo prometo!”
“Espero ser igual que tú, Hakata, aunque reconozco que todavía me falta un montón,” comentó Hirano, pensativo.
“Vas muy bien, Hirano, confío plenamente en ti,” dijo el cuatro ojos, dándole unas palmaditas en un hombro.
“Sí, en verdad tengo hermanos muy geniales…” Gokotai sonrió con torpeza. “Ehh, no me comparo ante ustedes, p-pero me enorgullecen un montón…”
“Pero tú eres un precioso marshmallow, Gokotai~” canturreó Shinano. “Eres un miembro muy importante en nuestra familia. Hehe, sólo tienes que preguntarle a Namazuo-nii.”
“Ehh, gracias, Shinano-niisan…”
“Es cierto, todos tienen utilidades, y sé que hay varias cosas que personas como tú pueden hacer mejor que yo, Gokotai,” dijo Hakata, encogiéndose de hombros. “Así que no te disminuyas.”
“S-sí, perdón…”
“Lo importante es que nos llevemos todos bien,” dicho esto, el rubio miró a Yukko. “Luego de esta tarde, comprendo que eres una buenita al igual que Shinano, aunque sí te ves más humilde y más trabajadora que él. Podrías servirle de ejemplo.”
“O-oye, no digas eso…” Shinano hizo un puchero.
“Ehh, gracias, Hakata,” la chica sonrió nerviosa. Le sorprendía mucho esa conversación tan positiva entre los hermanos, y cómo todos los pequeños estaban determinados a dar lo mejor de sí y salir adelante. Se le hacía incomprensible, y supuso que esa mentalidad era el motivo por el cual la familia era tan próspera. Sí que entrar a Rizembool le hizo sumergirse a un mundo de personas diferentes a lo usual.

En aquel momento, Ichigo y Namazuo salieron de la cocina con un par de bandejas llenas de aperitivos.

“¡Hermanitos! ¡Miren lo que les hemos preparado!” exclamó Namazuo, lleno de alegría.
“El estofado tomará un poco en terminar, así que decidimos iniciar con estos bocadillos,” comentó Ichigo, apoyando su bandeja sobre la mesa. “Esperamos que sean de su agrado.”
“Vaya, qué considerado, Ichi-nii, muchas gracias,” Gotou sonrió ampliamente y se acercó a la bandeja. “A ver, a ver…”
“¡Están muy ricos!” dijo Shinano, maravillado. “¡Gracias, hermanos!”
“Nosotros felices de consentirlos~” canturreó Namazuo en lo que sus demás hermanitos degustaban los bocados. “Vamos, tú también, Yukko. Ya debes andar con hambre.”
“Oh, eh, ¿en serio?”
“¡Claro que sí!” le extendió su bandeja. “Adelante, hay un montón~”
“Hehe, muchas gracias,” la chica se animó y tomó uno.
“Espero que hayamos podido acomodarte debidamente, Yukko-san,” dijo Ichigo, sonriendo amablemente y con su mano derecha sobre su pecho. “Debo agradecerte por llevarte tan bien con mis hermanos, y espero que este sea el inicio de una duradera amistad.”
“Ehh… g-gracias a todos, han sido increíbles, en serio,” la chica sonrió tontamente, impresionada por la bondadosa e intachable aura del primogénito. “M-más bien siento que me aprovecho de ustedes.”
“Ya te dije que ha sido un honor y un gusto para mí, Yukko,” le aseguró Shinano.
“Y es obvio que todos mis hermanitos piensan igual~” Namazuo asintió. “Por cierto, antes que se me olvide, Jiji llegará mañana en la mañana y vamos a desayunar todos juntos, y estás cordialmente invitada, por supuesto~”
“P-pues, muchas gracias pero…” comenzó la chica, quien se vio repentinamente incómoda.
“Tendrá que ser en otro momento, Namazuo,” Gotou negó. “Yukko ya se puso de acuerdo con Hotarumaru para tener desayuno con ellos mañana.”
“Entiendo, entonces deseo que pases un agradable desayuno en compañía de Hotarumaru y sus hermanos,” dijo Ichigo, sonriéndole. “Esperaré contar con tu presencia para otra ocasión.”
“Ohh…” los ojos de Yukko se iluminaron ante aquel cautivador y sublime tono de voz del peliceleste, junto con su semblante angelical y aura sanadora. Los hermanos menores se vieron divertidos ante esa reacción, la cual no había sido la primera en todo el rato.
“Hehe, Ichi-nii es el mejor, de eso no hay duda,” declaró Hakata, ajustándose las gafas y con bastante orgullo.
“S-sí, ¿verdad?” Gokotai sonrió ampliamente.
“Ahh, sí, sin duda mi carisma no se compara al de él,” se lamentó Shinano en voz baja.
“Oh, Ichi-nii,” Maeda se levantó. “Ya que nos han preparado una merienda, me gustaría preparar un té como acompañamiento.”
“Cierto, lo mismo digo,” Hirano se le unió.
“Ah, sería un privilegio, queridos hermanos,” Ichigo se animó y agarró un hombro de cada uno. “Pienso que es justo lo que necesitamos ahora, muchas gracias por su oferta.”
“¡De nada, Ichi-nii!” dijeron ambos, contentos por la aprobación de su hermano.
“Aw, son tan lindos~” Namazuo se conmovió. “Justo había puesto una tetera a hervir, aunque sus tés siempre son los mejores. ¡Vamos juntos, que tengo que revisar la comida!”

Luego de ese intercambio, los tres se fueron mientras que Ichigo tomó asiento y acompañó a sus hermanos y Yukko mientras se ponían a hablar sobre las actividades del día siguiente.

Alrededor de cinco minutos después, Gokotai decidió salirse del grupo para buscar a sus tigres, ya que pronto les tocaba comer. Aparte del tigre que le acompañó, el cual estaba dormido sobre el regazo de Yukko, los otros cuatro seguían libres, y luego de pasearse por los pisos de arriba sin éxito decidió bajar al jardín trasero de la casa.

El peliblanco entró y no tardó en identificar a sus cuatro tigres durmiendo debajo de un grupo de arbustos. Se agachó para atenderles, pero antes de dirigírseles oyó una súbita voz en medio de la oscuridad…


“Hic… oye.”
“¡IIIHHH!” Gokotai gritó aterrado, lo cual despertó de un sobresalto a sus tigres y causó que Fudou hiciera una mueca de dolor y se tapara los oídos.
“¡Ahh, carajo!” maldijo el pelimorado, agarrando su cabeza. “Tch… mi cabeza…”
“¿Eh?” el Toushirou se giró y se inquietó al ver al otro torturado por su alarido. “¡F-F-Fudou-san, l-lo siento mucho! ¡Lo siento, lo siento! ¡Ehhh, ¿estás bien?!”
“Tsh, ¡sí! Hic… sólo baja la voz,” dijo en voz baja y apresuradamente.
“P-perdón, y-yo…” Gokotai se vio apenado y nervioso.
“Uhh… hic…” Fudou le miró con reproche, pero hizo un esfuerzo en guardarse mayores quejas. Ya sabía por la vez que se encontraron en esa sala de los Toushirou que no llegaría a ningún lado si seguía asustándole. Le tocó descargar su frustración en un profundo suspiro, el cual brindó la suficiente pausa como para que el pequeño se calmara un poco. “Oye…”
“Ehh… sí,” asintió. “Ehm… ¿necesitas algo, Fudou-san? P-perdón…”
“Ya no te disculpes… hic…” rodó los ojos y terminó desviando su mirada. “…quiero hablar contigo.”
“¿S-sí?” Gokotai se sorprendió considerablemente. “E-está bien, pero… ¿p-por qué…? ¿S-sucede algo, Fudou-san?”
“…” este negó brevemente, y terminó sentándose sobre el césped, para mirar al firmamento. “No… hic… es raro que te pida eso, ¿no es así? Sólo… tengo curiosidad sobre algo…”
“Sí…” el pequeño asintió y por inercia se sentó también en el piso. Los pequeños tigres se les acercaron y buscaron la atención del par al subirse sobre sus regazos, por lo cual Gokotai se puso a acariciar a dos de sus mascotas hasta que escuchó al mayor.
“Dime… hic… ¿qué clase de estudiante es Mono-chan?”
“¿Eh? Te refieres a senpai…” Gokotai se puso a pensar y sonrió un poco. “Hehe, pues senpai es una persona increíble. Es muy amable, inteligente, cumplido y siempre está ahí por los demás. Él me ha ayudado muchas veces con los estudios o quehaceres por el colegio, así que quisiera ser como él algún día.”
“…” Fudou mantuvo su mirada en el firmamento, completamente inmutado aparte de sus insistentes hipos.
“Ehm… ¿por qué lo llamas Mono-chan?” Gokotai se mostró confundido. “O sea, es un apodo infantil y adorable, y no sé si le va…”
“¿Ah?” le miró de reojo.
“¡E-ehhh!” ello bastó para intimidar al pequeño. “¡N-no digo que esté mal! ¡P-perdón! ¡Ehhh, s-si lo conoces de antes p-puede ser, n-no sé cómo se llevan entre ustedes, ehh…!”
“Tsk, no te asustes…” frunció el ceño y se encogió de hombros. “Hic… obviamente aquel que le llama senpai se confundiría… uhh…” negó frustrado. “Y entiendo que digas que es un apodo lindo, pero no lo es… hic… a Mono-chan no le gusta que le llamen así.”
“¿Eh?” Gokotai ladeó la cabeza. “Entonces… ¿por qué le llamarías de ese modo…?”
“Hic… ¿desde cuándo soy alguien que hace lo que otros quieren?” preguntó con hastío.
“Ehh…” el peliblanco se incomodó y desvió su mirada.
“En fin, uhh…” dio un respiro. “¿Y cómo se lleva Mono-chan con sus compañeros?”
“¿C-cómo se lleva?” Gokotai se confundió más. “Pues… senpai es muy bueno y todos lo admiramos por cómo es. Ehm… no le veo acercarse mucho a nadie, pero es una persona genial y sé que todos lo valoramos un montón. No soy el único,” asintió y sonrió animado. “Pienso que es popular, sé que hay muchas chicas que lo admiran también. Creo que hasta le llegan cartas de sus admiradoras de vez en cuando.”
“¿Eh?” Fudou se vio brevemente indistinto, aunque terminó por dar un aliviado suspiro y alzó su mirada a las estrellas. “Ya veo… hic… está bien, tiene mayor sentido… ya veo que la gente no es tan estúpida…”
“Fudou-san… ¿sucede algo?” Gokotai le miró atentamente. “Yo, eh… n-no sé si me concierne preguntarlo, pero… es como si estuvieras preocupado por mi senpai… si preguntas todo eso…”
“Ahh…” dio un suspiro más exasperado y volvió a mirar hacia su acompañante de reojo. “Hic… sí, podrías decirlo…”
“¿Por qué?” al oír la afirmación, el menor se afligió y llevó sus manos al nivel de su pecho.
“Ehh, no, no…” Fudou negó con una palma. “Hic… no pasa nada. Es sólo que, pues, tu senpai es tal y como dijiste que es.”
“S-sí…” ladeó su cabeza.
“¿Le preguntaste a Gotou sobre Mono-chan?”
“¿Eh?” le extrañó que desviara su punto, pero de todos modos pasó a contestarle. “Sí, quise saber sobre cómo se conocían, aunque…” Gokotai bajó su mirada, pensativo. “Gotou-niisan no me dijo mucho. Dijo que estudiaron juntos en la primaria, antes del fallecimiento de nuestros padres, pero mi hermano se quedó un poco confundido por cómo senpai se fue repentinamente, y no me dijo nada más. Eh, bueno, sí me dijo que podía confiar en él, y que le animaba que fuera mi compañero de clases, ahora que lo pienso…”
“Vaya…” Fudou entrecerró sus ojos y optó por tomar un breve trago de sake antes de continuar. “Uhh… hic… siempre tan descuidado. No quiero a ser yo quien narre la historia…”
“¿A…a qué te refieres…?” Gokotai comenzaba a marearse.
“En fin… como decía, Mono-chan es un tonto buena gente que para haciendo favores a todo el mundo…” se encogió de hombros, impaciente. De repente, su tono se volvió más cadencioso y profundo. “Hic… pero, ¿sabes? Él también es un humano y tiene sus defectos…” desvió su mirada. “…es un idiota que no cuida de sí mismo…”
“…” volvió a afligirse.
“Debes haberlo visto, en algún momento… hic… debe haberse incomodado por alguien más, por más que no era su deber… y siempre sonriendo como si todo estuviera bien…”
“…” recordó el último día de clases, donde Monoyoshi pensó quedarse a limpiar todo el salón por su cuenta luego de que sus supuestos ayudantes se excusaran al último segundo. “Sí…”
“Hic… si las cosas son como me dices y la gente lo estima, no creo que tengas que preocuparte…” dijo Fudou, intentando restar importancia al asunto. “Pero… necesito un favor.”
“Eh, por supuesto,” asintió.
“…mantenle un ojo encima a tu senpai… hic… si algo te parece fuera de lugar, avísame. Yo me encargaré de él.”
“Fudou-san…” Gokotai le miró con leve sorpresa.
“¿Y bien?” al no recibir una afirmación inmediata, Fudou le miró con molesta.
“¡S-sí, l-lo haré! ¡Perdón!” el pequeño asintió repetidamente.
“Tch, ya, no exageres…” rodó los ojos.
“Ehh… sí… pero… s-si puedo preguntar.”
“¿Qué?”
“¿Por qué quieres ayudarle?”
“Pues, somos amigos, ¿cierto?” preguntó con toda naturalidad.
“S-supongo…” se puso a pensar.
“Hic…” Fudou le miró y regresó su mirada al cielo. “…sé qué piensas… alguien tan desagradable como yo que para peleándose con tus hermanos de la nada se preocupa por alguien a quien ni ve seguido…”
“Ehh…” el menor se inquietó.
“Hic… está bien, es válido…” hizo una breve pausa y su voz volvió a adoptar cierta profundidad y tranquilidad. “Hic… ese Mono-chan es de esos que ayudan a quienes lo necesitan… te ha ayudado a ti… hic… yo también le debo unos favores…”
“…” se sorprendió.
“…incluso un insecto como yo quiere ayudar a alguien como él… hic… pese a su familia y apariencia, él no es perfecto o inalcanzable… y necesita que otros lo comprendan…”

Siguió un corto silencio que hizo que Gokotai también prestara atención a las estrellas en el firmamento. El menor meditó lo que había oído, y llevó una de sus manos a su pecho para palpar su estado de ánimo y las palabras que acababa de recibir.

“Fudou-san…” después de esa meditación, bajó su mirada. “Tus palabras suenan tristes, inspiran desolación… presiento que hay algo que no me estás diciendo…”
“¿Hm?” el pelimorado alzó una ceja y le miró de reojo.
“Pero está bien,” Gokotai negó. “No necesito saberlo. Pues… si soy sincero, desde que me adelanté en los estudios y llegué a la secundaria, vi a senpai como una persona de fuera de este mundo. Hay algo en él… muy cálido, muy increíble…” sonrió con torpeza. “Hehe, hasta sólo verle iluminado por el sol causa una gran impresión. Es… bueno… no sabría explicarlo bien.”
“…”
“Pero también siempre me inspiró mucha soledad. Todo el tiempo me ha recordado que tengo una familia única y que soy muy afortunado por ello… supongo ahora sé que lo dice porque conoce a Gotou-niisan, ¿no es así?” sonrió con tristeza. “Pero nunca me habló de él o de su familia, y nunca pasa los descansos con nadie ni es cercano a otros, por más popular que sea en mi colegio…”
“…”
“Pero… aun así… me alegra mucho que tú lo conozcas bien, Fudou-san, y que quieras ayudarle,” Gokotai asintió y sonrió. “Y sobre todo soy feliz de que pueda serte de ayuda. Siempre he querido retornar lo que senpai ha hecho por mí, y haré lo posible. También quiero conocerle mejor, realmente hacerlo…” alzó sus puños al nivel de su pecho. “Senpai es muy bueno conmigo, pero quisiera ser su amigo también, como tú lo eres. Quisiera pasar los recreos con él y que sea abierto sobre sus pareceres. Aunque, aun si no pudiera ser, espero comprenderle, como has dicho que debe ser, Fudou-san.”
“…” Fudou le miró levemente sorprendido, y pasó a acariciar uno de los tigres con una actitud frustrada. “Hic… no está mal lo que dices, pero es difícil acercarse a Mono-chan…”
“Ehm, ¿en serio?” Gokotai se desanimó un poco.
“Pero… él sí se acerca a quienes cree que necesitan de él… y por tu forma de ser, no lo espantarías, Gokotai… hic… quizás se te dé, entonces…”
“S-sí, entiendo…” asintió, y sonrió con torpeza. “Muchas gracias, Fudou-san.”
“¿Eh? Hic… ¿qué he hecho yo?” le miró como bicho raro.
“Nada, es sólo que realmente eres una buena persona,” dijo alegremente. “Mis tigres deben haberlo notado, te quieren mucho. Así que, muchas gracias, gracias por ser como eres.”
“Ehh…” al oír eso, Fudou se incomodó y desvió su mirada, entre fastidiado y avergonzado. “Tch… ¿qué tonterías dices? Hic… n-no hay nada de bueno en ser como soy…”
“No digas eso, Fudou-san…” Gokotai sonrió comprensivamente, y en aquel momento ambos fueron sorprendidos por otro recién llegado, quien los abrazo de un brazo cada uno.
“¡Los atrapé!” exclamó Namazuo, feliz de la vida. “¡Justo los que faltaban! ¡Estamos por cenar, así que vengan~! ¡Y qué lindo te ves hablando con mi Gokotai y sus tigrecitos, Fudou-chan!”
“Tch… ¡suéltame!” exclamó el pelimorado. “¡Estás gritando en mi oreja!”
“Namazuo-niisan, ya vamos,” dijo Gokotai, sonriendo nervioso y soltándose sin problemas. “Ehm, sé amable con Fudou-san, por favor…”
“¡Ay pero por supuesto, si es parte de la familia!” dicho esto, Namazuo aprovechó la libertad de su otro brazo para apachurrar al pelimorado con grandes fuerzas. “¡Ven aquí!”
“Ihh…” este comenzó a quedarse sin aire, y repentinamente su rostro se puso azul y sintió todo el alcohol que había tomado regresarle por el esófago. “Uhh… v-voy a vomitar…”
“¿Eh?” Namazuo se confundió.
“¡Ahh, hay que llevarle adentro!” exclamó el menor, asustado.

Ese primer día se terminó de una manera mayormente pacífica y los presentes descansaron para recobrar energías y continuar con sus vacaciones de la mejor manera.







Llegó la mañana siguiente y era hora del desayuno. Los Toushirou acudieron a la casona tradicional de los Sanjou en aquel distrito, donde fueron recibidos por los mismos y tomaron desayuno en un largo y amplio salón tradicional. Ahí, Shishiou y Marisa también se presentaron, aunque ya eran conocidos por la mayoría, y Tsurumaru terminó dándoles una sorpresiva visita para integrarse en el grupo y compartir la comida.

“Bueno, me alegro mucho de verles,” dijo Shishiou animadamente a los hermanos Yukimitsu. “Hehe, ¡qué genial que coincidamos en este paseo! ¿Y qué planes tienen?”
“…” sin embargo, el par le miraba con desconfianza e incomprensión.
“Oigan, ¿qué hay con esos rostros?”
“¿Por qué nos hablas como si fuéramos amigos de toda una vida?” preguntó Tharja, entrecerrando los ojos. “Tsk, queremos pasar desapercibidos.”
“No nos conoceremos mucho, pero me caen bien, y en verdad me alegro de verles. No es que sea tan raro,” argumentó el rubio con toda naturalidad. Él se fijó en Fudou, quien había rápidamente bajado su mirada luego de esa mirada de desaprobación, y se veía desposeído y débil. Shishiou sonrió comprensivamente y le dio unas palmaditas en el hombro. “Hola Fudou, veo que te pegaste una fuerte borrachera ayer. Come algo ligero y recuéstate, ¿sí?”
“¿Ah?” este le miró de reojo y sacudió su hombro para soltarse. “Tch… si sabes que bebí, déjame en paz… uhh… malditos madrugadores que quieren desayunar temprano y que me obligan a asistir… los odio…”
“Estoy seguro que sólo andan preocupados por ti, Fudou,” recalcó Shishiou.
“Cierto, y no deberían,” Tharja se encogió de hombros y miró decepcionada a su hermano. “Al menos pensaría que habrías sacado la mayoría del alcohol de tu organismo cuando arrojaste en pleno camino al baño ayer. Qué vergüenza…”
“Déjame en paz, bruja, y no te avergüences por mí…” dicho esto, Fudou miró a los alrededores y notó a los demás hablar en grupitos y distraídamente. “Tch… ¿cuándo terminarán? Ya quiero desaparecerme de aquí.”
“Al menos come algo, te caerá bien,” dijo el rubio. “No te he visto tocar nada aún.”
“Y tú déjame en paz… ¿No eres el vasallo de Shinano o algo?”
“Oye, somos amigos,” Shishiou se encogió de hombros. “Ya entiendo que no pararás de quejarte, aunque intenta aprovechar el momento,” entonces, se giró a la mayor. “Ah, pero puedes aprovechar a hablar con Jiji, Tharja.”
“…” la chica le miró con ojos afilados y pasó a retraerse y bajar su mirada. “…no lo digas en voz alta. Además ya está distraído.”
“Está bien, no te forzaré,” dijo el rubio, levantando sus palmas para tranquilizarle. Él observó hacia la cabecera de la larga mesa, la cual estaba a corta distancia. Pese a que se encontraban adjuntos a Jiji, este se encontraba lo suficientemente distraído conversando con Ichigo, Tsurumaru y Namazuo como para prestarles atención, y entendía que Tharja no sería de llamar la atención a nadie. Sin duda tendía a desaparecer ante la presencia de otros. Pese a la dificultad en interactuar con el par de hermanos, Shishiou no estaba desanimado y seguiría intentando buscarles conversación. “Ah, pero dijeron que iremos a la playa ni bien terminemos con el desayuno. ¿No están emocionados?”
“Hmm…” curiosamente, Tharja se encogió de hombros, aunque no mostrar fastidio o desgano delató que sí lo esperaba. “Mientras dejen pasar una media hora estará bien. Recién andamos comiendo…”
“Sí, imagino que así será,” Shishiou sonrió y asintió.
“Maldición…” por su parte, Fudou apretó sus dientes. “ Tsk, por supuesto, la playa… uhh la cabeza me martilla… moriré ahí…”
“Ehm, no tienes que ir…” comentó el rubio, sonriendo incómodo.
“No, alguien me obligará…” dio un suspiro, torturado.
“Yo te obligaré, a ver si eso te enseña una lección,” sentenció su hermana, mirándole desde arriba sin misericordia.
“Tch… te odio, bruja…” le miró con furia.
“Y-ya, ya, no se peleen…” Shishiou se puso nervioso y alzó sus palmas.
“¿Por qué no le agarras aversión al alcohol? Ya te hizo vomitar ayer.”
“Tonta, el alcohol no me hizo vomitar. Fue el neurótico de Namazuo, y a él ya le he agarrado anticuerpos desde hace años.”
“No sólo me refiero a ayer, borracho.”
“¡Pues es mi problema!”
“¡Les digo que paren de discutir!”

“Haha, qué lindo mi hermano,” comentó Marisa en lo que veía a su mayor en aprietos y tratando de calmar las aguas. Ella se giró a sus acompañantes en la mesa del desayuno. “Y nuevamente, soy muy feliz de haberlos acompañado. ¡Gracias por la amabilidad!”
“No es nada, Marisa-dono,” dijo Hizamaru, asintiendo respetuosamente. “Tu hermano y tú han demostrado congeniar muy bien con nuestros parientes y son una agradable compañía.”
“En verdad que sí, hermanito,” Higekiri sonreía distraídamente y miraba a la invitada atentamente, con su cabeza apoyada en una de sus manos. “Ustedes leoncitos tienen un aura muy linda y asequible, y pienso que son buenas personas.”
“Hehe, te devuelvo lo mismo,” la chica asintió.
“Eh, ¿está bien que te llame así?” preguntó Iwatooshi a Marisa. “Si no te sientes cómoda con el apodo, podríamos ver si pensamos en otro para ti, considerando que Higekiri no es bueno recordando nombres.”
“Haha, tú descuida, Iwatooshi,” Marisa rió y agitó una palma para restarle importancia. “Shishiou y yo hemos sido conocidos como leoncitos desde que tengo uso de razón. No hay forma que la bruja de Seija me haga sentir mal por ese apodo.”
“Vaya, me cuesta creer lo que me dices,” Shinano estaba impresionado y se puso nervioso. “Ehh, siento que Seija les haya causado tantas inconveniencias ayer. Uhh, así que es una Princess…”
“Pues, debí haberlo visto venir,” Marisa rodó los ojos y rápidamente volvió a sonreír. “Pero tú no te preocupes, Shinano, no es tu cuestión, y no nos pasó nada. Hahaha, más bien, Seija recibió su debida paliza cortesía de Ima-chan. ¡Le debo una!”
“¿E-en serio?” Gokotai se sorprendió. Él miró rápidamente hacia el pelicenizo, quien se encontraba hablando animadamente con sus otros hermanos. Sin duda el pequeño Imanotsurugi era muy fuerte pese a su usual actitud y edad. “Increíble…”
“Tengu-chan es nuestro pequeño tesoro y no se le puede subestimar,” comentó Higekiri, entretenido. “Más bien, suena divertido hacerle frente a una persona con poderes mágicos y derrotarle. Hmm…” entonces, alzó su mirada al techo. “Casi dan ganas de hacer lo mismo que él, ¿no es así?”
“Ahh, anija, no digas esas cosas, por favor,” Hizamaru se inquietó.
“Está bien, hermanito, sólo bromeaba~” Higekiri comió otro aperitivo antes de mirar hacia la cabecera. “Nosotros debemos vivir en paz entre nosotros y con la sociedad. Fue aquel el pacto que realicé con Jiji hace años, y pretendo respetarlo.”
“¿Hm?” Shinano ladeó su cabeza e intercambió miradas con Gokotai.
“Eh, s-sí, Ichi-nii desea que sigamos el linaje guerrero de la familia, pero también nos pide que poseamos responsabilidad con él…” comentó el peliblanco, meditativo.
“A mayor poder, mayor responsabilidad, Tora-chan~” canturreó Higekiri, quien acarició al pequeño Toushirou en los cabellos. “Eres un buen chico. El primogénito de ustedes es también un buen y cuidadoso líder. Sin duda él y Jiji son compatibles.”
“Han sido amigos desde la infancia, por supuesto,” declaro Iwatooshi, quien sonrió frustrado y se encogió de hombros. “Pese a que Jiji tiende a tomarle el pelo. Bueno, tú también solías llamarle fresita hace poco tiempo, Higekiri. Me alegra que ya no lo hagas.”
“Ehh, n-no se lo menciones, por favor,” pidió Hizamaru, preocupado. Desvió su mirada. “Ehm, anija podría recaer en eso.”
“Está bien, está bien, hermanito,” Higekiri se vio animado. “Entiendo que el nombre del primogénito no significa lo que suena, además ya tenemos a una linda frutita en su familia,” dicho esto, miró hacia Shinano. “¿No es así, manzanita?”
“Ehh… hehe…” Shinano sonrió incómodo. “S-sí recuerdo que te gusta llamarme así…”
“¡Aww, manzanita!” exclamó Marisa, emocionada y conmovida. “¡Verdad que tu cabeza me recuerda a una manzana acaramelada! ¡Podría comerte de un solo bocado!”
“Ahh, no me desagrada el apodo, pero no le presten tanta atención,” Shinano dio un suspiro.
“Hehe…” Gokotai sonrió con torpeza. “Me siento agradecido de pasar estas vacaciones con ustedes. Son parte de nosotros.”
“Claro, el gusto también es nuestro,” Iwatooshi le sonrió. “¡A aprovechar el tiempo!”

“…y entonces mucha agua se levantó y me agarré al mazo con todas mis fuerzas,” narró Imanotsurugi, con mucha alegría y claramente ganándose la completa atención de su pequeño público. “¡Y así alcancé a la Princess y le di una fuerte patada!”
“¿En serio?” preguntó Hakata, impresionado.
“¡Ohh, eres increíble, Imanotsurugi-san!” exclamó Maeda, en shock.
“No dudaría de tu gran habilidad, pero me alegra que no te haya ocurrido nada,” dijo Hirano, dando un aliviado suspiro. “Aun así, te estás volviendo cada vez más fuerte.”
“Hehe, no es nada, aparte que tenía que proteger a los presentes,” Imanotsurugi asintió y pasó a fruncir el ceño. “Y esa Princess mala pudo haber lastimado a Iwatooshi. No iba a dejar que eso fuera a ocurrir.”
“Entiendo cómo te sientes, y te felicito por tu gran hazaña, pero recuerda tener cuidado,” dijo Gotou. “Yo también hubiera peleado si alguno de mis hermanos hubiera estado en peligro, pero sé que mis mayores son más fuertes que yo, y en este caso Iwatooshi nos gana a todos en fuerza. Seguramente sabía lo que hacía al querer salvar a esa HiME.”
“Hm, tienes razón…” Imanotsurugi se puso a pensar. “Sí se vio sorprendido cuando me vio acercarme a pelear. Tal vez no debí precipitarme tanto, pero lo que importa es que todo salió bien. Hehe, y me alegro de haber podido ser de ayuda.”
“Sí es verdad que eres muy responsable con tus habilidades, y muy fuerte para tu edad,” reconoció el mayor, sonriendo. “Heh, me recuerdas un poco a mí, aunque a este paso serás más fuerte que yo cuando crezcas.”
“¡Gracias, Gotou! Aunque sé que los Toushirou mayores son fuertes,” dijo Imanotsurugi, sonriendo. “¡Oh, más bien, quisiera jugar contigo! ¡Siempre quiero practicar mis técnicas con todos los que sepan pelear!”
“Haha, claro, sería un placer.”
“Hmm… también debería practicar, entonces…” Hakata se puso a pensar.
“Sé por Shinano que has estado practicando estos últimos meses que has estudiado fuera de la ciudad, Hakata,” comentó Hirano, amablemente. “Debes estar más fuerte que antes.”
“Bueno, tienes razón, Hirano, pero me sigue faltando bastante.”
“Hirano y yo más bien necesitamos de más entrenamiento,” confesó Maeda, sonriendo incómodo. “Intentamos ser estudiosos y disciplinados, pero nos hace falta rendirle honor a nuestro legado. Sin duda somos muy débiles aún…”
“Eso siempre se puede arreglar, Maeda-chan,” le aseguró Imanotsurugi con una simpática sonrisa. “Cuentan con todos nosotros para enseñarles, y yo personalmente amaría ayudarles con unos entrenamientos.”
“¿Seguro?” preguntó Hirano, confundido.
“¡Por supuesto! Hehe, siempre los he visto como mis adorables hermanitos, y es hora que cuide de ustedes y les ayude como sea posible,” les dio un guiño. “¡Y aparte nos divertiremos!”
“Muchas gracias, Imanotsurugi-san,” Maeda hizo una respetuosa venia.
“Siempre eres muy amable con nosotros,” Hirano le imitó.
“No se cohíban tanto,” Imanotsurugi les revolvió las cabezas con fuerza, lo cual los confundió e incomodó. “Ya dije que somos como hermanitos. ¡Siéntanse cómodos conmigo! ¡Quiero verles disfrutar como los niños que son! ¡Es importante!”
“…” Hakata observó a los dos pequeños Toushirou aplanarse los cabellos y sonreír incómodos en lo que asimilaban la alegría y energías incansables del pelicenizo. “Heh, siempre me preocupo que ellos dos sean tan rígidos, pero están en buenas manos.”
“…” por su parte, Gotou miraba a su plato, meditativo.
“¿Eh? ¿Gotou-nii?” le miró con curiosidad.
“Oh, me distraje,” sacudió su cabeza y sonrió un poco. “¿Sucede algo?”
“Pues no, sólo decía, pero… ¿algo te está incomodando?”
“Sí, podrías decirlo…” Gotou miró a Shinano dialogar con Marisa, pasó a mirar a Shishiou continuar tratando de animar a los Yukimitsu y luego observó brevemente a Ichigo junto a Mikazuki, y dio un pesado suspiro. “Así que esa chica es una Princess ahora. Me pregunto si deberíamos hacer algo al respecto… no es como si los demás le hubieran prestado atención.”
“Hmm…” Hakata se puso a pensar con una mano en su mentón. “No sé, suena delicado. Diría que nuestro hermano sabrá cómo mantener los asuntos de su asistente lejos de sus metas o de nosotros, pero…” se encogió de hombros. “Hablamos de Shinano…”
“Siempre eres tan cruel con él, Hakata…” le miró con leve desaprobación. “Intenta ser más amable, para variar. Ahora es amigo de una Princess que ha causado problemas.”
“Por eso lo digo, Gotou-nii,” Hakata frunció el ceño. “Shinano parece muy inocente y abierto a confiar en los demás que deberíamos velar por él, ¿cierto? No creo que sea del tipo que tome la decisión más sensata.”
“Uhh, tienes razón en eso, pienso igual…” Gotou dio un pesado suspiro. “Ahh, tendré que mencionárselo a Ichi-nii a ver qué tiene él en mente. De ahí…” entrecerró sus ojos levemente. “Se lo preguntaré a Yagen la próxima que lo veamos. Puede que sepa algo… y no sé por qué siento que debería molestarme con él.”
“Gotou-nii, Yagen-nii no es quien atacó a una HiME en plena playa,” se lamentó el rubio, dando un suspiro. “Ya se están amistando. No te molestes con él tan intempestivamente, por favor.”
“Lo sé, sólo decía,” negó para despejar su súbito fastidio y desvió su mirada. “También…”
“¿También?”
“Eh, no, no es nada,” Gotou volvió a despertarse de algún otro pensamiento y regresó su atención a la mesa. “Debería terminar de desayunar, hemos pospuesto la comida por el relato.”
“Hm…” Hakata siguió intrigado, pero su hermano no mostraba interés de explicarse. Puso una expresión cansada y se resignó a también terminar con su ración. No podía evitar pensar que se encontraba siendo tratado como un niño.

“Tengo entendido que iremos a la playa ni bien terminemos con el desayuno,” comentó Mikazuki, meditativo y con un aire de confusión. Él sonrió animado. “Es de esperarse que nuestros parientes posean energías rebosantes, aunque resulta una imposición para mí. Soy un anciano, después de todo.”
“Haha, no entiendo por qué siempre insistes con eso,” Namazuo rió un poco. “¡Pero ánimos, Jiji! Tú eres un súper anciano.”
“¿Súper anciano? Hahaha, qué gracioso eres, Namazuo.”
“En verdad que sí, eres muy fuerte,” comentó Tsurumaru, encogiéndose de hombros. “Por ello siempre disfruto mucho de nuestras prácticas en conjunto. No es así, ¿Ichigo?”
“Tienes razón, Tsurumaru-san,” Ichigo asintió y sonrió con gentileza. “Ustedes dos son amigos a quienes aprecio un montón, y siempre soy dichoso de compartir entrenamientos juntos.”
“Por supuesto, las faenas se disfrutan mejor en buena compañía,” Mikazuki tomó un sorbo de su té antes de continuar. Miró al peliceleste y le sonrió. “Eres un joven prometedor, Ichigo. Confío que te espera una vida próspera. Tendrás que seguir mi legado.”
“Haha, pero si somos casi de la misma edad, Mikazuki,” rió un poco.
“El año que nos llevamos contigo te hace todo un petizo,” agregó Tsurumaru, quien se tomó la libertad de agarrar a Ichigo de la cabeza y sacudirle los cabellos. “¡Haha, también ayuda que eres tan bueno y vulnerable!
“Tsurumaru-san…” Ichigo cerró sus ojos y suavemente empujó su brazo. “Por favor, no recurras a eso.”
“¡Aw, pero yo también quiero revolverte los cabellos, Ichi-nii!” exclamó Namazuo.
“Adelante, Namazuo, aprovecha el momento,” dijo Mikazuki, asintiendo.
“¡Gracias, Jiji!” el hermano menor se entusiasmó y pretendió darse el gusto, pero Ichigo le detuvo al agarrarle de la muñeca.
“Ehh, Namazuo, no les sigas el juego, por favor,” pidió Ichigo, sonriendo incómodo. “Además soy el mayor de los dos. Más bien me correspondería a mí un gesto semejante.”
“Está bien, no es que te guste hacerlo, Ichi-nii, pero sabes que puedes fastidiarme como gustes~” canturreó Namazuo, animado. “¡Más bien deberías intentarlo! ¡Por algo me encanta darle muchos mimos a nuestros hermanitos!”
“No me gustaría hacer algo que a nuestros hermanitos pudiera incomodarles,” dijo, sonriendo con torpeza.
“Tus hermanos aman tus atenciones, y te quieren y admiran por cómo eres,” dijo Tsurumaru, sonriendo con simpleza. “Más bien, adivinaría que quisieran recibir más de tus cuidados,” entonces, su sonrisa se contagió de cierta ironía. “En su mayoría, al menos.”
“Uhh, oye,” Namazuo le miró con reproche.
“Es verdad que he notado algunas ausencias inesperadas en tus hermanos, sin contar aquellos que no se encuentran en casa,” observó Mikazuki, dando una mirada a la larga mesa. “Tal y como Tsurumaru ha mencionado, Honebami y Yagen han sido bastante distantes de nosotros desde hace mucho tiempo.”
“Es verdad, pero les he pedido que nos acompañen ni bien terminen con sus deberes,” Ichigo asintió con leve pena. Aquel ‘mucho tiempo’ de Mikazuki equivalía a todo el pasado que era capaz de recordar, y le sabía mal no contar con recuerdos previos.
“Ehh, seguramente lo harán. Yagen no será de sociabilizar, pero sí te tiene en cuenta,” Tsurumaru sonrió con torpeza y sacudió una palma. “Eh, mis disculpas, Ichigo. Soy insensible y suelo olvidar lo mucho que te preocupas por tus engendros.”
“Aprecio lo que dices, pero te pido amablemente que no te refieras a mis hermanos de aquel modo, Tsurumaru-san,” contestó Ichigo, levemente frustrado.
“Sin lugar a dudas, posees hermanos muy importantes para ti, y comparto tu parecer con respecto a ellos,” dijo el peliazul, entretenido. “Ya que nuestro estimado amigo tocó el tema, asumo que este tan tranquilo desayuno es el mejor momento para formalizar un asunto referente a uno de tus parientes, Ichigo.”
“¿Formalizar?” Namazuo se confundió e intercambió miradas con su hermano.
“¿A qué te refieres, Mikazuki?” preguntó el peliceleste.
“Es simple,” sonrió alegremente y le miró a los ojos. “Me refiero a realizar los papeles necesarios para formalmente adoptar a Honebami como mi hermano menor.”
“¿Eh?” Namazuo sintió un tic en el párpado.
“¿Qué estás diciendo?” Ichigo se sorprendió y, para variar, se exasperó. “Hay pocas cosas que no soy capaz de tolerar, Mikazuki, y no pretenderé quedarme pasivo ante tu falta de respeto a mi estructura familiar.”
“¡Hahaha!” al verle fastidiado, Mikazuki soltó una pausada y sosegada risa que sólo frustró más a su oyente. “¿Por qué reaccionas así? Ha sido un desaire llegar y toparme con la sorpresa que Honebami no se encontraba presente. Le conozco bien, y por ende no evito preocuparme. Tu querido hermano es un ser muy delicado y solitario que puede tender a la desolación si no se le brinda compañía.”
“¿Lo es?” preguntó Tsurumaru, perplejo. “Sin duda no me ha dado esa apariencia.”
“Uhh, él es mi mellizo, Jiji. Piensa un poco en mí,” agregó Namazuo.
“No tienes por qué sentirte mal, Namazuo,” Mikazuki se vio entretenido. “Las puertas de mi hogar están siempre abiertas para que nos visiten, y Honebami apreciaría tenerte cerca también. Después de todo, somos como una familia extendida. El hogar y el nombre es lo de menos,” regresó su mirada al peliceleste. “¿No es así, Ichigo?”
“Mikazuki…” el primogénito sintió un tic en la ceja, mientras se estremecía. “Y pretendes utilizar nuestro sentimiento de hermandad en mi contra…”
“¡Hahaha! Sí que eres un joven por esa actitud, casi me das envidia,” comentó el peliazul.
“¡Oh, ya que andamos hablando de eso, tengo una propuesta!” exclamó Tsurumaru, alzando una palma. “Si Jiji se ofrece a acoger a Honebami, sé que Rizembool quisiera adoptar a Yagen.”
“¿Por qué dices eso, Tsurumaru-san?” cuestionó Ichigo, alarmado.
“¿Tú también?” preguntó Namazuo, frustrado. “Ya, no sean malos con Ichi-nii, párenla.”
“Hm, pero pensaba que Rizembool ya lo había adoptado, por todo el tiempo que pasa por ahí,” comentó Mikazuki al aire, alzando su mirada. “¿O me estoy perdiendo de algo?”
“¡Hahaha, ¿verdad?!” el peliblanco se puso a reír.
“…” Ichigo agachó su mirada, agotado y desdichado. “¿…por qué me hacen esto?”
“Ahh, Ichi-nii,” Namazuo se preocupó y pasó a encarar a los otros con un aura demandante. “Ya ha sido mucho, tengan consideración.”
“Tranquilo, Namazuo, no hablamos con seriedad,” le aseguró Mikazuki. Él miró al peliceleste. “Aprende a tomar las cosas con mayor libertad y no alarmarte si sabes que sólo te jugamos una broma. Es como si no confiaras en nosotros.”
“No es eso, Mikazuki…” Ichigo negó y siguió cabizbajo.
“Sin duda te importan tus hermanitos demasiado. Ya, perdón,” Tsurumaru sonrió incómodo. “A todo esto, ¿qué es de Yukko? Había esperado verla con ustedes.”
“Ah, Hanasaki-chan está desayunando con Hotaru-chan,” contestó el pelinegro. “Es una lástima. Justo queríamos que la conocieras, Jiji, pero ya había hecho planes.”
“Estamos todos por ir a la playa, no es ningún inconveniente,” comentó Mikazuki. “Y Tsurumaru, tengo entendido que te estás hospedando con otra familia. ¿Qué es de ellos?”
“También iban a prepararse su desayuno en casa, para variar, aunque Mitsu-bou sí es un excelente cocinero,” dijo Tsurumaru. “Pero tenía que recibirlos a ustedes, por eso me excusé para acompañarles.”
“Cierto, debería ir a visitarles,” Ichigo se sorprendió. “Sería inapropiado de mi parte no extenderles cortesía.”
“Podemos hacerlo más tarde o mañana, según qué tan ocupados andemos, Ichi-nii,” Namazuo asintió. “Y de paso me los presentas. Todavía no he podido conocerlos.”
“Estoy seguro que te llevarás bien con ellos,” comentó el peliblanco, entretenido. Él se puso a pensar en Yukko, y podía adivinar que, a diferencia del abundante y tradicional desayuno que disfrutaba, su estudiante tenía uno mucho más rudimentario…



“¡Ya regresamos!” anunció Aizen, quien acababa de llegar con Yukko y Nagisa luego de salir a conseguir un desayuno improvisado del Dunkin’ Donuts más cercano.
“Llegan justo a tiempo,” Hotarumaru asintió y sonrió un poco. “Hehe, Mai-neechan y yo ya hemos puesto la mesa, vengan.”
“Algo me dice que tú has hecho todo el trabajo y esa chica rara se limitó a observarte,” comentó el peliceleste con desapruebo en lo que todos caminaban hacia el comedor. Miró frustrado a las bolsas de papel cartón que cargaba. “Y esto se aleja de un apropiado y saludable desayuno. Mi padre estaría muy decepcionado.”
“Cierto, se nos olvidó comprar cosas para preparar una propia comida ayer, nos distrajimos mucho,” Aizen se encogió de hombros. “Y Kuniyuki estaba dormido como una piedra en la mañana como para llevarnos, ¿qué nos quedaba?”
“Eh, está bien, lo importante es compartir el momento,” Yukko sonrió. “Eh, Hotarumaru, ¿está casa les pertenece a ustedes?”
“No directamente, pero sí,” Hotarumaru asintió y se puso a pensar. “Es una residencia de verano de mi familia, aunque realmente es de familia extendida, pero no tuvieron problemas en prestárnosla para este paseo. No es muy grande, aunque se me hace acogedora.”
“Pienso que sí es muy linda, hehe,” la chica se incomodó. Tal vez no era tan grande como donde se quedaba, pero sí le ganaba a la de sus propios padres. Realmente estaba rodeada de ricos.

Ni bien entraron al comedor, vieron a Mai y Akashi ya sentados en puntos estratégicos de la mesa puesta, con un sitio vacío en medio de los dos.

“Buen trabajo, pequeños~” Akashi sonrió con pereza y pasó a rascarse la nuca. “En serio no me podía levantar cuando salieron, así que gracias por conseguirme desayuno.”
“…” Mai asintió. “Hotarumaru, ven. Tu sitio es en medio de los dos.”
“Ehh, bueno,” el pelicenizo se mostró confundido, pero no se hizo de rogar y caminó hacia los dos para tomar asiento.

Mientras que el pequeño recibía las atenciones del par, los recién llegados intercambiaron miradas con leve frustración.

“Nunca entenderé la obsesión que Kuniyuki tiene con Hotaru,” Nagisa alzó una ceja. “Y ahora esa chica también.”
“No me parece bien que haya una chica universitaria que se queda con nosotros y le anda prestando tanta atención,” comentó Aizen, extrañado. “Presiento que a mi padre no le gustaría para nada…”
“Mi propio padre no me hubiera dado permiso de venir de haberlo sabido…”
“Ehh… hehe…” Yukko sonrió incómoda. Sí que era bizarro, pero las preocupaciones de los pequeños le hacían notar que ya andaba acostumbrándose a esa dinámica. “Ehm, no se inquieten, más bien tenemos que desayunar. Hay que desempacar todo.”


“Listo, un jugo de naranja recién exprimido,” Mitsutada sonrió ni bien terminó con su labor y se giró a monitorear al peliazul, quien se había distraído sirviendo unos huevos revueltos. “Eh, Sada-chan, cuidado con el tocino.”
“¿Eh? ¡Ahh!” Taikogane se impresionó al ver el tocino comenzar a quemarse y de inmediato sacó la sartén del fuego. Miró los pedazos de tocino que se habían dorado un poco de más. “Ah, de nuevo…”
“No me preocuparía de ser tú,” el mayor se le acercó y le dio el visto bueno. “Las esquinas han tomado un poco de tostado adicional, pero esta vez las preparaste bien.”
“¡¿En verdad, Micchan?!” preguntó el chico, con ojos brillantes, y se animó más al ver al otro asentir gustosamente. “¡Lo hice! ¡Aprendí a prepararme un rápido desayuno!”
“¿Ves que no es muy difícil? Me alegra que hayas tenido la decisión, para variar.”
“Hehe, nunca dejaré de disfrutar de tus increíbles desayunos, Micchan, pero no me puedo quedar dependiente toda mi vida. Eso sí que no sería nada cool,” negó frustrado y entonces miró hacia otro lado de la enorme y equipada cocina, donde Monoyoshi se encontraba sacando unos bollos de pan del horno. “¡Oye, Monoyoshi, ya terminé de cocinar!”
“Ya veo,” el pelirrosa le sonrió amablemente e hizo una reverencia. “Buen trabajo, Taikogane-san. Veo que has cocinado bien esos tocinos.”
“Ahh, ¿qué haces siendo formal?” el otro se exasperó y miró lo que hacía. “Uhh, sé que tengo mucho que aprender de Micchan y de ti. Esos bollos se ven excelentes.”
“Ehh, realmente no son mi hazaña,” sonrió con torpeza. “Mitsutada-san me pasó su receta y me dio las recomendaciones necesarias. Es la primera vez que intento hacer panes.”
“Pero puedo ver que te han salido excelentes, Monoyoshi,” dijo el mayor, satisfecho. “Sin duda tienes grandes habilidades.”
“Hehe, muchas gracias, Mitsutada-san. Su cumplido significa un montón.”
“Sin duda, Micchan es el mejor,” Taikogane asintió y sonrió frustrado. “En fin, veo que los dos nos inspiramos en hacer lo mismo y preparar el desayuno, para variar. Y no me habrá quedado del todo bien, pero he preparado la comida para los tres. ¡Ojalá te guste!”
“Oh, no es necesario,” dijo Monoyoshi, sonriendo incómodo.
“¿Cómo que no es necesario? Te estoy invitando.”
“Eh, me refiero a que me levanté temprano y ya tomé desayuno,” confesó. “Estos bollos son para ustedes, espero que los disfruten.”
“…” Taikogane le miró con leve molestia y sintió un tic en el párpado. Lamentablemente ya estaba acostumbrado a desplantes de ese tipo, por más que no pudiera predecirlos.
“Supongo que no me sorprende, Monoyoshi, pero deberías al menos acompañarnos,” le pidió Mitsutada.
“Estoy bien, más bien pensaba comenzar con la limpieza de la cocina…” el pelirrosa no llegó a completar su idea porque Taikogane se impacientó y le metió un pedazo de tocino en la boca.
“¡No te vengas con excusas! ¡Estamos en vacaciones y tenemos criados, maldición!”
“¡Q-quema!” Monoyoshi se sobresaltó y tuvo que recibir el tocino en su mano para evitar quemarse la boca.
“¡Ahora vamos al comedor!” el menor le empujó de la espalda.
“P-pero…” el pelirrosa no se resistió y fue dirigido.
“Sada-chan, tranquilo, por favor,” Mitsutada sonrió incómodo. “Al menos suelta la sartén…”

Él los siguió para apaciguar al Sadamune menor, y unas criadas no tardaron en darles el alcance para servirles el desayuno.




Cho

70.3.










Pasó alrededor de hora y media y todos los viajeros acudieron a una playa cercana y adjunta a la alameda comercial. Como fue de esperarse, el lugar estaba abarrotado de personas, aunque al ser un balneario de clase alta, tenía todos los puestos y comodidades necesarias para una agradable estadía, además del buen clima y aguas tranquilas.

“¡Aquí voy!” Shishiou tomó impulso y dio un saque mate en una cancha de vóley playa cerca de sus sombrillas. El chico jugaba con su hermana e Iwatooshi versus los hermanos Genji e Imanotsurugi.
“A ver…” Higekiri se preparó para alzarla y volearla hacia su hermano.
“¡Ahhh!” Hizamaru saltó e hizo un fuerte mate, el cual fue detenido por Marisa.
“¡Iwatooshi!” la chica sonrió decidida en lo que la pelota se alzaba luego de recibirla.
“¡Mi turno!” Iwatooshi tomó carrera para hacer el saque. Si bien los Genji se prepararon para hacerle cortina, el pelinaranja contó con su gran altura para saltar por encima de ellos y realizar un potente saque fuera de su alcance. “¡AAHHH!”
“¡Todavía!” sin embargo, Imanotsurugi se lanzó al piso y contestó ese ataque con las justas, para levantar la pelota hacia sus compañeros.
“¡Anija!” Hizamaru actuó como setter y se la colocó.
“…” al ver ello, Higekiri sonrió con una poco usual malicia y tomó impulso.
“Tch…” Iwatooshi fue a parar su trayectoria, pero el rubio en el último segundo cambió su blanco y torció su golpe.
“¡AHH!” Shishiou se sorprendió y la pelota terminó cayéndole de lleno en el rostro, para terminar rodando por el piso antes de que Marisa la llegara a contestar.
“Ehm…” Hirano alzó una pequeña bandera para anunciar el punto, pero miraba consternado hacia Shishiou.
“Shishiou-san, ¿se encuentra bien?” preguntó Maeda, quien se acercó junto con Nagisa. Ello causó que los jugadores hicieran una pausa al juego y se reunieran.
“Ihh… sí dolió…” Shishiou se sentó sobre la arena, agarrándose la frente.
“Ah, lo siento mucho, leoncito,” dijo Higekiri, sonriendo con torpeza. “Creo que me contagié de las energías juveniles de los demás. No es que quiera hacerte daño.”
“Tienes que controlar esos impulsos, Higekiri, ya lo sabes,” observó Iwatooshi, frustrado. “Este es un juego de confraternidad.”
“Mi anija está consciente de ello,” Hizamaru hizo una reverencia. “Lamentamos las incomodidades, Shishiou.”
“E-estoy bien, estoy bien,” Shishiou negó rápidamente y agitó sus palmas. “Sólo me sorprendió, eso es todo.”
“Pero estás sangrando,” dijo Maeda, preocupado.
“¿Eh? ¿En serio?” Shishiou se sorprendió y pasó una mano por el filo de sus labios, lo que le permitió ver la sangre. “Ahh, bueno, al menos el pelotazo no me dio de frente en la nariz. Eso hubiera sido peor.”
“Sí, muy suertudo, hermano,” Marisa sonrió.
“Oye, aún así me golpeé, extiéndeme más compasión, Marisa.”
“Hahaha, si ya dijiste que estás bien.”
“Puede que haya sido sólo un impacto leve, pero permíteme,” Nagisa se agachó y se puso a limpiar la herida con un pañito de alcohol.
“Ihh, duele un poco…” Shishiou se retrajo.
“…” el peliceleste se impacientó. “No te muevas, ya casi termino.”
“Ohh…” Imanotsurugi se emocionó y se acercó al otro chico. “Hehe, excelente trabajo, Nagisa. Te estás volviendo muy profesional.”
“No es nada, Imanotsurugi-san,” Nagisa terminó y se levantó. “Más bien, estoy convencido que te encuentras haciéndote más fuerte.”
“Bueno, cada uno hace lo que debe hacer, ¿verdad?” sonrió ampliamente. “Pero me alegro de ver que estás bien. No quiero que te estreses todo el tiempo con tus estudios, así que aprovecha este paseo para divertirte.”
“¿Eh?” Maeda se confundió e intercambió miradas con Hirano.
“¿Se conocen de antes?” preguntó Hirano.
“Sí, éramos compañeros de clases cuando solía estudiar en Rizembool,” explicó Imanotsurugi. “Eso fue antes que ustedes dos comenzaran a adelantarse en sus estudios.”
“Verdad, suelo olvidar que te cambiaste de colegio,” dijo Maeda, sonriendo con torpeza.
“¿Y ustedes no se animan a integrarse al partido?” preguntó el pelicenizo. “¡Vamos, está muy divertido, únanse!”
“No estoy interesado,” Nagisa le miró cansado. “No tengo práctica y acabo de atender a alguien que resultó lastimado. También sé lo fuertes que son en tu familia.”
“Sí, eh, digo lo mismo,” Hirano asintió, con leve temor.
“Hehe, no tienen que temer, pequeñines,” les aseguró Marisa, animada. “O sea, mis antebrazos me siguen doliendo de contestar el mate, pero podemos ir más suaves con ustedes.”
“Ah, lamento las incomodidades, Marisa-dono,” Hizamaru se alertó por su comentario. “Espero no haberme desmedido.”
“No, no, sólo decía, tú tranquilo,” la chica sonrió. “Más bien qué envidia que ustedes sean tan fuertes. ¿Me podrías cargar?”
“¿Perdón?” este se quedó perplejo.
“La leoncita tiene un aura muy alegre y adorable, hermanito,” Higekiri asintió. “¿Por qué no te animas a cargarla?”
“N-no, les pido que no me tomen el pelo, por favor,” dijo el peliverde, con incomprensión.
“Hahaha, qué bueno que todos mantienen sus energías,” Iwatooshi rió un poco. “Si todo está en orden, hay que seguir jugando.”

“Hmm, pese a que no está jugando, Nagisa se ha integrado bien a ese grupo,” comentó Hotarumaru, quien sonrió. “Hehe, me alegra. Temía que fuera a retraerse mucho.”
“No tenías que preocuparte, Hotaru,” Aizen también se animó. “Se lleva bien con Maeda y parece muy compatible con Hirano. Los dos son del tipo estudiosos y estrictos.”
“Oh, tienes razón.”
“Bueno, vamos al mar, nos está esperando,” dijo Shinano al grupo, sonriente.
“Sí, sólo espero que el mar no sea muy fuerte,” Yukko sonrió incómoda.
“Está bien, Yukko. Te protegeremos,” le aseguró Hotarumaru.
“Pero sí se ve tranquilo, descuiden,” Aizen se encogió de hombros y miró a los otros dos debajo de la sombrilla. “¿No se animan?”
“…” Mai, quien estaba rodeada por los cinco tigres blancos, se encontraba acariciándolos ensimismada y sonreía conmovida y en trance, mientras las mascotas se dejaban engreír.
“Hehe…” Yukko rió un poco. “Sabía que le encantarían.”
“Sí que los tigres de Gokotai tienen una magia. Hasta conmovieron a Mai,” comentó Shinano, impresionado.
“Será, pero esta rara parece tener algo por las cosas adorables,” Aizen dio un suspiro. “Por algo para tan prendida de Hotaru.”
“¿Eh? ¿Es porque soy adorable?” el pelicenizo se puso a pensar. “Hmm, no sé si alegrarme por eso. No quiero que me traten como un niño para siempre…”
“Ehm, yo pienso que es una bendición. Siempre te considerarán,” opinó el Toushirou. “Más bien, quisiera tener tu don e inspirar un aura adorable con mayor frecuencia.”
“No…” Hotarumaru le miró con leve severidad. “Tú ya estás grande, Shinano. No esperes que te engrían de por vida.”
“Uhh, ya, entiendo. No me requintes, por favor…” se desanimó. “Suficiente con Hakata…”
“Y bueno, Kuniyuki ya se quedó profundamente dormido, así que seremos nosotros,” continuó Aizen, con leve frustración. “Él siempre durmiendo, y eso que se levantó tarde.”
“No deberíamos obligarle si quiere dormir,” comentó la chica, sonriendo incómoda.
“Cierto, ya más tarde podemos hablar con él,” dijo Hotarumaru.

“Hm, parece que Shinano y los demás ya están yendo a la playa,” observó Gotou.
“Así es, pensé que irías con ellos,” comentó Hakata. “¿Qué haces aquí?”
“Nada, supongo…” el chico miró a ambos lados. “No les veo llegar aún…”
“…nadie te dice que los esperes. Los verás eventualmente…” dijo Fudou, quien yacía echado en una toalla y con otra toalla encima de su rostro a manera de oscurecer su mirada. “Uhh… no estoy en condiciones de estar aquí…”
“Pues tienes razón, Fudou, quizás estoy pensando demasiado…” dio un suspiro.
“…ni eres bueno para eso, así que no lo hagas…”
“Oye…” le miró de reojo con fastidio.
“¿De qué hablan?” preguntó Hakata, confundido. Él vio a Namazuo regresar con un par de baldes llenos de agua.
“¡Listo, ahora a continuar!” exclamó el hermano mayor, contento y apoyando los baldes cerca de un castillo de arena que preparaba junto con Gokotai. “¡Oh, te está quedando increíble! ¡Me encanta esa nueva torre!”
“Hehe, muchas gracias, Namazuo-niisan,” el peliblanco asintió, halagado.
“Vaya, castillos de arena, sin duda todos tienen cosas raras que hacer en la playa,” comentó Hakata, encogiéndose de hombros. Entonces se levantó junto con un artefacto de metal. “Heh, estoy listo. ¡A encontrar tesoros perdidos!”
“¿Eh? ¿Cuándo te compraste ese detector de metales?” preguntó Gotou, confundido.
“Como veníamos a la playa y este es un lugar tan concurrido, no perdí la oportunidad de invertir en este artefacto,” declaró el pequeño con orgullo. “Sé que me tomará varios usos para compensar la inversión, pero presiento que fue una buena decisión.”
“Siempre me sorprendes por todos tus proyectos, Hakata, buen trabajo,” Namazuo levantó un pulgar y sonrió incómodo. “Ehm, aunque diría que eso clasifica un poco más como un extraño pasatiempo en la playa que castillos…”
“Me alegra que hayas encontrado algo divertido que hacer a tu medida, Hakata,” comentó Ichigo, asintiendo y sonriendo animado. “Sólo procura no alejarte mucho, por favor.”
“¡No te preocupes, Ichi-nii!”
“Hahaha, pasearse por la playa con un detector de metales suena a algo que un anciano como yo haría,” Mikazuki se vio entretenido. “Tal vez debería comprarme uno de esos…”
“Más bien pienso que la juventud no entiende sobre verdaderos pasatiempos, Jiji,” Hakata se encogió de hombros. “En fin, me gustaría de tu compañía algún momento. Dudo que mis hermanos me entiendan.”
“Claro, lo consideraré.”
“Sin duda ustedes son hermanos de todos los sabores, haha,” dijo Tsurumaru. Él pasó a notar a Tharja, quien se les acercó luego de hacer uso de unos cambiadores cercanos. El peliblanco se mostró bastante impresionado. “Ohh, pero esta es una gran sorpresa.”
“¿Eh? ¿Qué sucede?” preguntó Gokotai, quien se giró para observar a la mayor, y se sorprendió gratamente. “¡Ahh, te ves muy bonita, Tharja-neesan!”
“¿Hm?” la susodicha alzó una ceja sin comprender lo que el chico quería decir, y se encogió de hombros con leve hastío. “Pues, gracias, supongo…”

Por otro lado, lo que para Gokotai fue una simple e inocente belleza, para los demás presentes (a excepción de Fudou, quien seguía con la toalla en el rostro) significó reconocer la despampanante figura de la seria y parca de Tharja. Ella, pese a contar con una personalidad fría y difícil y tendencia a aislarse y evadir a la sociedad, era claramente una joven muy vistosa y atractiva, y el bikini rojo que utilizaba sólo lo acentuaba más. Varios hombres y mujeres a la redonda no podían evitar voltear sus cabezas para observarla de lejos, lo cual la propia Tharja no parecía reconocer.

“Hm…” Hakata ajustó sus gafas y se puso a pensar críticamente. “Un bikini rojo. Ciertamente es una elección muy arriesgada, pero no pudo haberlo atinado mejor.”
“¿Qué estás diciendo, Hakata?” Gotou le miró extrañado.
“Veo que ya estás lista para el mar, Tharja,” dijo Ichigo, sonriendo amablemente. “Sé que te gusta el verano y los climas calientes, así que espero que te diviertas.”
“No es necesario que hagas tanto preámbulo, Ichigo,” la chica rodó los ojos.
“Así que pese a aislarte, este es tu medio, no lo habría imaginado,” Tsurumaru sonrió. “Haha, ve a divertirte, y de paso asedia a las personas a tu alrededor con tu imagen.”
“No haces sentido, grulla,” la chica negó. “Sólo agrediría a alguien que se mete conmigo.”
“¿Eh?” Tsurumaru se confundió. “Veo que no entendiste lo que dije…”
“Oye, Fudou,” dijo Hakata, acercándose a este.
“Tsk… ¿qué quieres?”
“No sabía que Tharja-nee era muy atractiva.”
“¿Eh?” este se expresó con cansancio e hizo el esfuerzo de quitarse la toalla para observarla con suma indiferencia. “Pues siempre ha sido así, pero la muy densa no se da cuenta de su apariencia. Está convencida que es una completa escoria de la sociedad…”
“Uhh, así que Tharja también tiene mala autoestima,” dijo Gotou, con cierto desaire. “Ya veo que tienen algo en común.”
“Hm, creo que tienen un montón de cosas en común, Gotou-nii,” dijo el rubio, confundido.
“Aunque no parece importarte mucho ese detalle,” continuó el pelimarrón.
“…” Fudou entrecerró sus ojos. “…es mi bruja hermana, ¿crees que lo haría?”
“¡Lo que Tsurumaru quiere decir es que esa ropa de baño te queda genial!” exclamó Namazuo, animado. “¡Ahora me siento mucho más orgulloso de tener a una nee-san como tú!”
“Te he dicho que no me llames así, no eres un niño,” espetó la otra.
“Sin embargo, Namazuo ha hecho una observación válida,” comentó Mikazuki, sonriendo con calma. Él se levantó de su asiento y se acercó a la chica. “Te ves particularmente animada y llamativa hoy, Tharja, y sé que no sólo se trata de tu atuendo. Sí te encuentras a gusto en la playa, ¿no es así?”
“…sí, supongo…” al recibir la tan dedicada atención del peliazul, Tharja se retrajo y desvió su mirada con timidez.
“¿Eh?” por su parte, Fudou se extrañó de verla así.
“Pienso que un clima así no me asienta del todo, pero si tú me acompañas, estaría muy a gusto,” continuó Mikazuki, con una sonrisa cautivadora. “¿Podríamos darnos una caminata?”
“…” la chica se impresionó y rápidamente volvió a retraerse. “¿Qué estás diciendo…?”
“Espero que no pienses que se trata de una imposición, pero realmente me daría mucha dicha si aceptas,” el otro le ofreció su brazo. “Ven, te escoltaré a donde quieras ir.”

Ante esa oferta, la chica muy lentamente terminó por tomarle de su brazo y acercarse a él, un acto que dejó a los demás sorprendidos y también impresionados.

“¿Eh?” Gokotai de repente tuvo sus ojos cubiertos por Namazuo. “¿P-por qué haces eso, Namazuo-niisan?”
“No mires, te falta crecer,” dijo el otro rápidamente y con urgencia.
“Ehh, Namazuo, tranquilo, por favor,” dijo Ichigo, sonriendo entre incómodo y entretenido.
“Vaya, ese Jiji nos ha enseñado cómo se hace,” comentó Tsurumaru, todavía sorprendido, en lo que esa pareja ya caminaba lejos de ellos. Sin duda, ambos eran seres muy atractivos, altos y esbeltos, y para cualquiera que los mirara a distancia parecerían perfectos el uno para el otro. “Una incuestionable autoconfianza es clave, ¿no es así?”
“¿Q-qué acaba de pasar?” preguntó Fudou, en shock. Él miró a los demás y pasó a indignarse. “¡¿Es que los van a dejar irse así nada más?! ¡¿Qué les pasa?!”
“¿De qué hablas, Fudou?” Gotou alzó una ceja.
“Tch, y pensé que esa bruja al menos tenía dignidad, ¿qué hace dejándose llevar así?” el pelimorado rechinó los dientes y repentinamente se levantó para seguir a los dos.
“Fudou-chan, espera…” Namazuo quiso detenerle, pero el otro ya se había ido. “¿Qué le picó?”
“Fufufu…” Hakata rió por lo bajo y sonrió con ironía. “Creo que ya nos ha demostrado lo mucho que no le importa~”
“¡Hahaha, exacto!” Tsurumaru se puso a reír. “Cada vez más me convenzo que ese chico es en verdad adorable por dentro.”
“Ehh…” Gokotai sonrió incómodo. “P-pienso que es muy lindo que quiera vigilar a su hermana, pero confío en Mikazuki…”
“No pude haberlo dicho mejor, Gokotai,” comentó Ichigo, asintiendo. “Pienso igual.”
“En fin…” Gotou dio un suspiro y se levantó. “Voy a nadar. Regreso en un rato.”
“Sí, y yo por tesoro,” afirmó Hakata, decidido.
“Diviértanse~” canturreó Namazuo.

Así, los cuatro que quedaban en ese puesto pasaron unos minutos tranquilos en lo que Gokotai y Namazuo continuaban con su estructura de arena, e Ichigo y Tsurumaru conversaban.

“Supongo los Sadamune estarán por llegar,” comentó Tsurumaru al aire, con un dejo de aburrimiento. “Ya nos están haciendo esperar demasiado.”
“Dijiste que vendrían, así que sólo queda esperarlos,” dijo Ichigo, pacientemente. “Más bien, no tienes que quedarte a hacer guardia, Tsurumaru-san. Yo me encargo.”
“No, quiero ver cuándo llegan, ya me decidí,” se encogió de hombros. “De todos modos, me divertiré con ellos cuando se aparezcan. Sólo será un poco más.”
“Sé lo mucho que te gusta divertirte. Si eso prefieres, podría pasarte la voz cuando los vea,” dijo el peliceleste, quien observó al partido de vóley. “O podrías unirte a ellos.”
“Hubiera sido antes, tendrían un equipo disparejo si yo intento meterme por ahí. Oh, a menos que te haga jugar también, Ichigo.”
“¿Yo?” él se vio perplejo y sonrió un poco. “Dudo que el vóley sea mi fuerte, pero podría hacer el intento, Tsurumaru-san.”
“¡Haha, no seas tímido! ¡Tú sólo déjate llevar!” se puso a reír, y entonces vio que el trío que esperaban finalmente hizo acto de presencia. “¡Ah, ahí vienen!”

Al reconocer a Tsurumaru, Taikogane aceleró mientras los otros dos continuaron a un ritmo pausado y se limitaron a saludar con una mano.

“¡Hola a todos! ¡Siento la tardanza!” exclamó Taikogane, en plena corrida.
“¿Qué pasó?” preguntó Tsurumaru, quien chocó manos con el otro antes de continuar. “¿Se te extravió tu atuendo de hoy?”
“Eh, más o menos. Más bien no tuve cuidado al desayunar y tuve que hacer un cambio de último minuto, y no podía decidirme,” dio un suspiro y volvió a sonreír con energías. “¡Pero eso no es importante, ya estamos aquí! ¡Oh, hola, Ichigo-san!”
“Buenos días, Taikogane-san,” dijo el peliceleste, haciendo una leve venia. “Veo que vienes listo para divertirte.”
“¡Por supuesto! ¡Hay que aprovechar este increíble día!” sonrió ampliamente.
“Hola~ ustedes deben ser los Sadamune,” dijo Namazuo, amigablemente. “Ichi-nii nos ha hablado de su familia. Yo soy Namazuo.”
“¡Mucho gusto, Namazuo! ¡Soy Taikogane!” de inmediato dio una sacudida de manos y pasó a emocionarse. “¡Wow, se nota que eres uno de los mayores! ¡Tienes un peinado que me recuerda a un samurái! ¡Te ves muy cool!”
“¡Hahaha, qué lindo eres!” el otro se puso a reír. “No seré tan fuerte como Ichi-nii, pero no me quedo muy lejos~”
“Ah, y por supuesto que me acuerdo de ti, pequeño,” el peliazul se acercó a Gokotai y le dio unas palmaditas en la cabeza. “¿Dónde dejaste tu tigre hoy?”
“Ehm, una amiga de Shinano-niisan los está cuidando,” dijo Gokotai, confundido. Pese a que Taikogane lo estaba tratando como menor, en verdad apenas se llevaban un año de edad.
“Hm, sí que tengo a muchos que saludar y conocer…” observó al inspeccionar sus alrededores.
“Tienes razón, Sada-chan,” dijo Mitsutada.
“¡Micchan, vamos juntos a presentarnos!” exclamó Taikogane.
“Mitsutada-san, buenos días,” dijo Ichigo, con amabilidad.
“Buenos días también, Ichigo-san,” le devolvió el saludo. “Lamentamos el retraso. Les he traído algunos aperitivos.”
“Eres muy amable.”
“¡Ohh, tú sí te ves impresionante!” exclamó Namazuo al observar a Mitsutada. “¡Taikogane me habrá dicho que soy cool, pero tú eres el verdadero cool aquí!”
“Haha, no es para tanto,” el mayor sonrió incómodo.
“¡No, estás completamente en lo correcto!” Taikogane alzó un pulgar a Namazuo. “¡Micchan sí que es increíble en muchas formas! ¡Me alegra que lo reconozcas!”
“Entiendo que son dos hermanos de Ichigo-san,” comentó Mitsutada, quien hizo una formal reverencia. “Mi nombre es Shokudaikiri Mitsutada, aunque les pido que se dirijan hacia mí por mi apellido. Es un gusto conocerles.”
“¡Lo mismo digo! ¡Yo soy Namazuo!”
“S-sí, Mitsutada-san, ehh, mi nombre es Gokotai…” el pequeño hizo una reverencia y bajó su mirada. Pese a mostrarse muy ameno y amable, su apariencia le resultaba intimidante.
“Ohh, y te recuerdo,” Namazuo prestó atención a la tercera persona que había pasado desapercibida. “Sí, tú eres compañero de clases con Gokotai. Recuerdo que nos vimos el último día de clases.”
“Así es, un gusto, Namazuo-san. Gokotai me habla frecuentemente sobre usted,” sonrió ampliamente e hizo una reverencia. “Yo soy Monoyoshi Sadamune, es un placer.”
“Me siento dichoso de encontrarme con ustedes en este viaje,” comentó Ichigo, con su mano derecha sobre su pecho. “Nuestras familias son allegadas, pero desearía que nuestros encuentros fueran más frecuentes.”
“Sería un privilegio para nosotros también, Ichigo-san,” le aseguró Mitsutada.
“Sí, eh, sin duda, pero por favor dejemos las formalidades de lado,” Taikogane juntó sus palmas a manera de súplica. “¡Vi un puesto de motos acuáticas camino hacia aquí! ¡Quiero ir a rentar una! ¡O al menos hacer algo igual de divertido y emocionante!”
“¡Haha, ese es el espíritu!” exclamó Tsurumaru. “¡Vamos todos!”
“Pueden ir ustedes, yo me quedaré a vigilar el puesto,” dijo Monoyoshi, sonriente.
“No, definitivamente vienes con nosotros,” Tsurumaru le abrazó la cabeza con un brazo y le revolvió los cabellos. “¡Hay que divertirnos con todos, Monoyon!”
“S-senpai, s-suéltame, por favor…”
“Ehh…” Gokotai se confundió y sonrió incómodo.
“¡Sí, vamos todos! ¡También quiero probar una moto!” exclamó Namazuo.
“Dudo haberlo hecho anteriormente, será interesante,” confesó Ichigo.
“¡Sin duda, ahora no lo meditemos más! ¡En marcha!” Taikogane alzó un puño al cielo.

Pasaron alrededor de treinta minutos y los grupos continuaban disfrutando de esa cómoda y concurrida playa. El grupo de vóley estaba en un partido muy reñido, y en los puntos finales del set definitivo del partido.

“¡Ihh!” Shishiou contestó con dificultad un acertado tiro del oponente, el cual apenas evadió la amplia cobertura de Iwatooshi.
“¡Aquí va!” Marisa improvisó un mate.
“¡Oh!” Higekiri la alzó.
“¡Mi turno!” Imanotsurugi corrió para saltar y mandarla de regreso.
“¡O-otra más!” pero Shishiou estuvo listo para responderla.
“¡Iwatooshi!” Marisa la voleó alto.
“¡AAAHHHH!” el pelinaranja corrió a todo dar e impactó la pelota con una fuerza inconcebible.

Y, debido a ello, todos observaron el momento preciso en que la pelota estalló ante el golpe del exRebel y cayó desinflada.

“E-ehh…” Hirano estaba en shock.
“…son unos anormales…” dijo Nagisa en voz baja y visiblemente asustado.
“Eh… hehe…” Maeda rió, sonriendo nerviosamente.
“Wow…” Marisa miraba la pelota atónita, y vio a Higekiri caminar hacia esta y agacharse para inspeccionarla con curiosidad.
“Hmm…” este la miró de todos los costados y terminó girándose hacia Hirano. “Referee, ¿esto significa que naginata-kun ganó?”
“Eh, ¿eh?” el pequeño ladeó su cabeza.
“Hehe, buen punto~” Imanotsurugi canturreó animado y con los brazos estirados. “¡Si es impresionante! ¡Un golpe así debería valer diez puntos al menos! ¿Quién está conmigo?”
“¿Qué están diciendo?” Hizamaru miraba a sus compañeros con desaprobación. “Y para empezar están apoyando al otro equipo.”
“Ahh, mis disculpas, he intentado mantener mi fuerza bajo control, pero me descuidé,” dijo el pelinaranja, sonriendo apenado.
“Me alegro que haya reventado. Nadie debería ser impactado por una pelota así,” dijo Shishiou, dando un suspiro. “Ehm, pero estábamos por terminar. ¿Ahora qué hacemos?”
“Está bien, yo traje una pelota de repuesto~” Imanotsurugi asintió contento y se puso a correr. “¡Ahora vuelvo!”

Por otro lado, Tsurumaru y Monoyoshi estuvieron mirando ese partido a distancia debajo de una amplia pérgola en lo que disfrutaban de un par de helados.

“Fue increíble,” el pelirrosa se veía sorprendido. “Él debe ser muy fuerte.”
“Sí, toda su familia lo es, he tenido el placer de entrenar con ellos un puñado de veces,” comentó Tsurumaru, sonriendo. “Bueno, no es tanto placer si les pica las ganas de volverse competitivos. Al menos Jiji nunca pierde su calma.”
“Hehe, senpai conoce a muchas personas increíbles, ¿no es así?” Monoyoshi le miró y sonrió ampliamente. “Ojalá tenga la oportunidad de conocerles también.”
“Todavía no te has ido a presentar, tú tranquilo. Además ellos son más cercanos a los Toushirou que yo, y conoces a alguno de los hermanos. No debería ser tan raro.”
“Realmente no soy tan cercano a los Toushirou tampoco. Sólo deseo ayudar a Gokotai en lo que sea posible,” se puso a pensar y alzó su mirada al cielo, con ojos curiosos.
“Ya veo,” Tsurumaru se encogió de hombros. Le daba la impresión que el pelirrosa se encontraba guardando algo, lo cual no sería nada nuevo. Miró hacia el mar. “Hm, los demás siguen dando vueltas con sus motos.”
“¡Ohh, verdad!” asintió y prestó atención también, para verse animado. “Ehehe, Taikogane-san se está divirtiendo mucho y parece ya haberse acostumbrado a maniobrarla.”
“Es de esperarse, esa es su afinidad. Y fue divertido, pero sentía que mi piel estaba en llamas,” se lamentó el peliblanco.
“Tienes una tez muy blanca, senpai, es necesario que te apliques mucho bloqueador solar, y también que lo reapliques cada dos horas,” observó Monoyoshi.
“En eso somos iguales, pequeñín~” Tsurumaru le sonrió pícaramente y sacó un pequeño bloqueador de su bolsillo. “Ya me insististe mucho y me ayudaste con el bloqueador, pero tú no te has reaplicado, ¿cierto?”
“Ehh…” sonrió incómodo. “Estoy bien.”
“Eso no se trata de que estés bien o no, no seas chistoso,” el mayor lanzó su helado a un tacho y procedió a sacar la crema blanca con su índice. “Ahora quédate quieto.”
“D-dije que estoy bien, senpai,” levantó su mano libre.
“Sólo un poco, a ver…” le inspeccionó el rostro. “Te falta aquí,” le tocó.
“D-detente, por favor,” dijo, haciéndose hacia atrás.
“Por aquí también… y acá…”
“S-senpai… hehe, detente,” comenzó a retroceder.
“¡Y aquí, y aquí también, y en tu mentón, y en tu frente!” comenzó a hacerle varios toques.
“¡Hahaha, párala!” Monoyoshi se puso a reír en lo que retrocedía y recibía ese acoso. “¡Ya tengo miedo de abrir los ojos!”
“¡Hahaha, me encanta cuando te dan esos ataques de risa, Monoyon~!”
“¡S-suficiente, hahaha!”

“Tch, ¿a dónde se fueron?” Fudou estaba renegando frente a un puesto de helados y miraba furtivamente a sus alrededores. “…hubiera esperado que mi bruja hermana no fuera tan difícil de perder, maldición…”
“Oye, tranquilo, puedes confiar en Jiji,” dijo Gotou, frustrado por la actitud del otro. Así ni podía ponerse a escoger un postre.
“No, no me importa lo cercano que seas con ese presumido,” rechinó los dientes. “Ha pasado miles de años ignorándola y de la nada le habla al verla en bikini. Tch… y la bruja cayó como mosca muerta a sus pies. Me avergüenza.”
“Tú eres el que dijo que Tharja tenía un crush en Jiji el otro día…”
“¡¿Y eso qué mierda importa?!” el pelimorado estalló y agarró al otro de los hombros para zarandearlo con fuerza.
“¡F-Fudou, tranquilo!” Gotou se impresionó.
“¡Si a ese imbécil se le ocurre aprovecharse de su ingenuidad le arrancaré los ojos! ¡Y si le defiendes te esperará algo peor!”
“¡O-oye, no te desquites conmigo! ¡Y no te sobresaltes!”
“Tch…” Fudou agarró su cabeza con pesar y tomó un par de respiros antes de continuar. “Uhh… ¿quién me mandó a tomar tanto ayer…? Estoy fatal…”
“…” al verle bajar sus revoluciones, Gotou se alivió y se encogió de hombros. “Ahora cálmate. No eres el único que velaría por tu hermana, y ella es inteligente también.”
“…” el pelimorado le miró cansado y desvió su mirada. “No te estoy pidiendo consejos o solución. Expreso mi ira, acomplejado.”
“¿Ahh? ¿Todavía quieres desquitarte conmigo?” preguntó confundido y fastidiado.
“¿Eh?” Fudou alzó sus cejas al ver algo en su campo de visión.
“¿Qué miras?” le vio apuntar hacia una pérgola.
“Sí, es Mono-chan. Es muy fácil de distinguir…”
“¿Qué hace ahí?” el Toushirou le vio reírse y dialogar con Tsurumaru, quien había parado con su asedio. Frunció el ceño. Realmente parecía llevarse bien con él.

“Bueno, fueron helados muy ricos, ¿verdad?” preguntó Tsurumaru, en lo que caminaba junto con Monoyoshi fuera de esa pérgola y hacia el mar.
“Sí, fue una buena elección,” Monoyoshi asintió y sonrió ampliamente. “Muchas gracias por la invitación, senpai.”
“De nada, aparte que son ustedes quienes me están acogiendo. Es lo menos que puedo hacer,” miró hacia el mar y vio a Taikogane en su moto, aunque el chico se había detenido y sacudía sus brazos para llamarles la atención. “¡Sí, ya vamos!”
“Hehe, Taikogane-san nos espera de regreso, ¿no es así?” Monoyoshi sonrió incómodo. “Aunque las motos son un poco agresivas para mi gusto…”
“Rentamos una más grande y yo conduzco, descuida,” le dio un guiño. “¿Te parece?”
“Ahh, sería una gran ayuda, muchas gracias,” asintió gustosamente.
“¡Oye, Mono-chan!” Fudou le llamó en lo que se acercaba junto con Gotou. El par les dio el alcance rápidamente. “Uhh… ¿qué haces apareciéndote tan tarde?”
“Eh, buenos días,” el pelirrosa hizo una reverencia y se vio confundido. “Ehm, Fudou-kun, ¿estás bien? Ayer tomaste mucho.”
“Tch, no me lo recuerdes, es una larga historia…” desvió su mirada con disgusto. Entonces, volvió a mirarles con decisión. “Pero ya, ¿qué hacen ustedes dos?”
“Siento un poco de juicio de tus ojos, hermanito de Tharja,” comentó Tsurumaru, con leve impresión ante su aura conflictiva, y sonrió con ironía. “¿No te habías ido a cazar a tu hermana como hermanito receloso?”
“¿E-eh? ¿Cómo así?” preguntó Monoyoshi, con curiosidad.
“Uhh, no le toquen el tema, por favor,” Gotou negó frustrado. “Pero ya que estás por aquí, ¿tienes ánimos de hacer algo? Ayer casi ni nos vimos, así que espero que todo esté bien.”
“Eh, lamento las incomodidades, Gotou-san,” sonrió incómodo. “Estoy bien, en verdad.”
“Hm…” al oírle decir eso, Gotou le miró con desapruebo. “No sé por qué siento que no eres muy honesto conmigo, Monoyoshi.”
“Ehm, pero digo la verdad…” ladeó su cabeza.
“Le hace eso a todo el mundo, descuida,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Ya aprenderás a leerlo, aunque todos paran diciendo que tú eres despistado, ¿verdad?”
“Lo es…” Fudou desvió su mirada con indiferencia.
“Tsk, ya déjenme en paz,” el Toushirou se mostró cansado. Tampoco le gustó mucho que ese raro peliblanco le diera sus observaciones sobre su amigo, considerando que lo llevaba conociendo varios años más. Volvió a encarar al pelirrosa. “En fin, conozco esta playa bastante bien y hay mucho por hacer. ¿Tienes algo en mente?”
“Eh, pues yo…” Monoyoshi se quedó en blanco un poco, y por casualidad pasó a mirar hacia el mar, para observar a Taikogane nuevamente agitar sus brazos hacia ellos. “Ah, eh, cierto,” volvió a hacerle señales al peliazul y regresó su atención a Gotou, para hacerle una pronunciada reverencia. “Mis disculpas, Gotou-san, pero Taikogane-san y los demás nos están esperando. Tendrá que ser en otra oportunidad…”
“¿…?” Fudou alzó una ceja.
“Sí, justo íbamos hacia allá, ustedes pueden ir a buscar a la desaparecida Tharja,” sugirió Tsurumaru, sonriendo ampliamente.
“Uhh… te odio, grulla,” el pelimorado frunció el ceño.
“Con permiso…” dijo el pelirrosa, a punto de partir.
“Antes que te vayas…” Gotou se veía incómodo, pero negó para despejarse y mantener los buenos ánimos. “En la noche va a haber un matsuri, y dicen que tendrán un gran espectáculo de fuegos artificiales. Todos vamos a ir, así que me gustaría que ustedes fueran,” sonrió. “Nos vemos ahí, ¿de acuerdo?”
“Eh, sí…” Monoyoshi asintió pese a continuar un tanto confundido. “Nos vemos más tarde.”

Las despedidas fueron rápidas y Gotou vio al pelirrosa partir junto con Tsurumaru.

“Vaya, pensé que insistirías,” Fudou rodó los ojos y se dio media vuelta.
“¿Qué quieres decir?” el pelimarrón se extrañó.
“No, no te estoy diciendo que estuvo mal que no lo hicieras…” le miró de reojo. “Fue claro que Mono-chan buscó que algo lo salvara. Para variar, habrás notado que quería irse.”
“Pues…” bajó su mirada. “¿Qué le ocurre?”
“¿Qué será?” preguntó al aire y siguió caminando.

A Gotou no le quedó otra que volver a despejar sus ideas y seguir al pelimorado.



Pasaron las horas y llegó el atardecer. Luego de un rejuvenecedor día en la playa y de un delicioso almuerzo, los Sadamune regresaron a la mansión.

Monoyoshi caminaba con ropas limpias por el pasillo y podía oír a Taikogane hablar sin parar con Mitsutada sobre el atuendo que estaría luciendo para el matsuri, al no estar seguro si ir por sus ropas usuales o utilizar una yukata.

El pelirrosa se detuvo en una ventana para observar el firmamento, y su quietud le hizo conectarse con la inmensidad de la realidad nuevamente. Pudo presentir el peso que le esperaría en la noche.

“Lo sabía…” susurró para sí, en voz baja, en medio del distante y entusiasmado ajetreo del Sadamune menor. “No puedo…”




Cho

70.4.




Llegó el anochecer y el matsuri se encontraba abarrotado de gente, quienes disfrutaban de las comidas, los juegos o estaban presentes para hacer deseos en el templo del distrito u observar los distintos shows y musicales.

Mai dio un disparo que atinó en el centro del blanco y con ello logró sacarse un segundo premio.

“…” Nagisa tragó saliva. “Esa chica es una francotiradora…”
“Uhh, verdad que cazó un pato en ese paseo por el templo,” Aizen negó repetidamente.
“¿Hablas en serio?” se quedó en shock.
“¡Increíble, señorita!” exclamó el encargado del juego, quien le dio un segundo oso de peluche. “Aquí tiene. ¡Haha, espero que ya no quiera lanzar más o me dejará en la ruina!”
“…” Mai negó en lo que recibía el oso, y se lo entregó a Gokotai. “Toma, para ti.”
“¿Eh? ¿En serio?” el peliblanco se sorprendió y le vio asentir, para sonreír ilusionado y recibirlo con muchas ganas. “¡Ahh, muchas gracias, Mai-neesan! ¡Eres muy amable!”
“…” la cuatro ojos asintió y le sonrió cálidamente. “Tienes tigres muy lindos. Te agradezco por prestarme uno esta noche.”
“Hehe, mis tigres están felices de conocer a más personas. Gracias por ser tan buena con ellos.”
“Ehh, qué bueno…” Yukko sonrió. Le aliviaba ver que Mai se llevaba bien con ese hermanito de Shinano. Sin duda los tigres ayudaron en eso, aunque Gokotai realmente era un chico muy adorable pese a ya no ser tan joven.
“Y gracias por ser una tan simpática nee-san para mi Gokotai~” canturreó Namazuo, y abrazó a su consentido con fuerza. “¿Verdad que es un precioso marshmallow? ¡Sólo te dan ganas de apachurrarlo y darle mucho cariño~!”
“Ehh, Namazuo-niisan…” sonrió incómodo.
“Ehehe, se ven muy felices,” comentó Hotarumaru, quien también sonreía de oreja a oreja en lo que abrazaba el primer oso que Mai había ganado. “Este es un matsuri muy lindo. Hay demasiadas cosas que ver.”
“Cierto, vamos a darnos una vuelta por ahí. Nos vemos pronto,” dijo Namazuo.
“Sí, eh, con permiso,” Gokotai hizo una reverencia y el par de hermanos se marchó.
“…” Mai acarició al tigre que estaba recostado en uno de sus hombros antes de mirar a los demás. “También hagamos algo. Hay un puesto de takoyaki por allá. Vayamos.”
“¡Ah, qué rico!” exclamó Yukko, emocionada.
“Sí, y de ahí vamos donde están tocando los tambores,” dijo Aizen. “¡Quizás si les pedimos nos dejarán tocar también!”
“Lo dudo…” Nagisa dio un suspiro, cansado. “Sin duda desentono con este lugar…”
“Tranquilo, Nagisa, lo importante es que te distraigas,” le aseguró Hotarumaru. “Hay mucho que ver, sigamos.”




“Tarde de nuevo… hic…” observó Fudou, en lo que terminaba una botellita de sake. “Uhh… algunos la viven muy fácil…”
“Ehh, Fudou, intenta no tomar mucho,” le sugirió Shinano, sonriendo incómodo. “Recuerda que te cayó muy mal en la mañana.”
“Hic… preocúpate por ti…” rodó los ojos, impaciente.
“Hm, más bien me sorprende que no hayas ido detrás de tu hermana,” comentó Hakata, pensativo. Sin embargo, el pequeño rápidamente lamentó su comentario al ver al otro mirarle con gran odio e ira. “¡Ihh, o-olvídalo!”
“Tch… la bruja no hará nada… hic…” se encogió de hombros. “Su objeto de admiración anda ocupado con su familia y el primogénito de ustedes… hic… así que regresó a ser una sombra.”
“Cierto, los demás ya deben haberse adelantado bastante…” Gotou miró hacia el matsuri brevemente para comprobar que ya no los veía, y volvió a mirar hacia la calle. Había un mar de gente que llegaba vestido de ropas veraniegas y yukatas, hasta que pudo reconocer las cabezas de Mitsutada y Tsurumaru que sobresalían de la muchedumbre. “Ah, ahí vienen.”
“¡Hola, siento mucho la tardanza!” les saludó Taikogane con grandes ánimos y alzando una palma, quien se adelantó al par. “Heh, son muy amables por esperarnos.”
“Hic… hay más gente en el matsuri, no que quiera entrar…” Fudou desvió su mirada, y pasó a cuestionarle con frustración. “¿Y qué tienes con llegar tarde, ah?”
“Ya es un poco frecuente, pero es cool llegar fashionably-late, ¿no lo crees?” preguntó con una gran sonrisa y un tono juguetón, los cuales les costó un zape.
“Tch, no digas tonterías…”
“Ihh, Fudou, no seas malo conmigo…” dijo torturado y agarrándose la cabeza. “Sólo bromeaba.”
“Yo! ¿Listos para pasearse?” les saludó Tsurumaru con una simpática sonrisa.
“Este matsuri se ve enorme y hay mucha actividad,” observó Mitsutada desde esa entrada. “Se ve como un festival muy próspero.”
“Sí, todos los años viene un montón te gente,” Shinano asintió.
“¿Eh? ¿Y Monoyoshi?” Gotou se extrañó.
“Eh, sí, por eso hemos llegado tarde,” Tsurumaru sonrió apenado. “Él nos dijo que se sentía un poco indispuesto y que lo sentía mucho, pero iba a poder venir.”
“Uhh, intenté jalarle y todo, pero no se dejó…” Taikogane resopló y negó un par de veces. “No le puedo entender, es un aguafiestas.”
“Ya, Sada-chan, no te frustres con él,” Mitsutada sonrió apenado. “Sé que esperabas que viniera con nosotros, pero será en otra oportunidad. No nos queda de otra.”
“Pensaba darme una rápida vuelta para conseguirle algún recuerdo y regresarme pronto,” dijo el peliblanco. “Me sabe un poco mal dejarle solo en casa.”
“Bueno, es una lástima, pero nada se puede hacer,” Hakata le restó importancia y pasó a extenderles unos folletos. “¡Miren! He preparado estos. Recopilé las actividades del matsuri y los distintos puestos para que les sea más fácil tomar decisiones.”
“¡Wow, qué amable, muchas gracias!” Taikogane se emocionó y recibió un folleto gustosamente. “Veamos, quisiera probar algunos aperitivos deliciosos…”
“He oído de algunos cocineros importantes de la zona que harían aparición,” comentó Mitsutada, asomándose para leer los detalles.

La mayoría se quedó hablando sobre lo que pensaban hacer, además de recibir sugerencias de parte de Shinano o Hakata. Por su parte, Fudou observó a Gotou haberse quedado pensativo y desanimado por las noticias, y se frustró tremendamente.

“Ahh… hic… ya, entiendo…” negó. “No quiero hablar innecesariamente, pero… en fin…”
“Pues…” Gotou frunció el ceño. “No tengo pruebas, pero siento que Monoyoshi nos sigue evitando.”
“¿Pruebas?” le miró incrédulo. “Hic… hablamos del sonso alumno estrella que iba a clases con fiebre,” se encogió de hombros. “Si pensara que es importante o si sintiera que se lo debía a alguien, estaría aquí…”
“Tsk…” ello probó desanimar al pelimarrón, quien bajó su mirada. “Entonces, ¿qué ocurre?”
“…” desvió su mirada. “No lo sé… para variar, no sé qué le ha picado… hic… él nunca fue tan evasivo de ti…”
“…”
“…” le observó decepcionarse y negó. “No, no es personal… Mono-chan nunca se molestaría contigo, es imposible…”
“Pero, hasta ayer en la alameda, se fue sin despedirse…”
“Bueno, eso sí sé a qué se debe.”
“¿Eh? ¿De qué hablas?” se confundió.
“Uhh…” entrecerró sus ojos. “Es una razón idiota e instintiva… pensarías que es el motivo más estúpido, porque no lo entenderías…” dio un cansado suspiro y le miró atentamente. “Hic… Mono-chan se estaba saliendo de tu camino…”
“¿Q-qué dices?” se extrañó. “¿Cómo así? ¿Por qué pensaría que es un estorbo?”
“Así que no es contra ti, más bien lo contrario…” dijo indiferente.
“Pero eso no tiene sentido, Fudou.”
“Hic… por eso dije que es tonto…” negó ofuscado. “Todos estaban animados y hablando entre ustedes ayer… Mono-chan de inmediato se sintió de más ahí… hic… y justo vinieron tus hermanos a hablarte y demandar tu atención, así que se hizo a un lado…”
“¿Eh?” no dejaba de extrañarse cada vez más. “P-pero no es que haya hecho algo así antes.”
“¿Ah no? Ihhh, qué mala memoria tienes…” rodó los ojos. “Hic… ocurría a cada rato cuando éramos niños… Mono-chan siempre supo desaparecer detrás de tu sombra. La única diferencia es que no te evadía a ti.”
“…” ello le hizo preocuparse, y también le recordó ciertos detalles sobre aquel entonces que había ignorado hasta el momento. Desvió su mirada. “Pero… esto es distinto. Somos su familia y amigos, no tiene razón de huir de nosotros…”
“…” Fudou hundió sus ojos en sombras. “Tú no lo entiendes, Toushirou…”
“Fudou…”
“Hic… mira a los otros,” hizo un gesto con su cabeza para apuntarles.
“Eh…” Gotou observó a Taikogane lucir su yukata y recibir cumplidos de parte de Shinano, mientras Hakata hacía observaciones sobre la calidad de la prenda y Mitsutada daba una pequeña reseña de la misma con buenos ánimos.
“Mono-chan nunca se ha sentido como ellos… hic… él debería ser uno de esos dichosos y bendecidos por la vida, y estoy seguro que lo es, pero él nunca se lo creyó… él se cree una escoria como yo…”
“¿P-por qué…?”
“…uno de los tuyos nunca lo entendería…” le miró con severidad. “Hic… tú nunca has sido tratado o visto con desdén por la sociedad…” desvió su mirada, con leve desdicha. “Nunca has sentido el desprecio irracional de otros…”
“…” estaba sorprendido por esas palabras.
“Ahora no sé por qué andará apartándose, pero… hic… no es tu culpa,” negó. “Ese Mono-chan no te odiaría…”
“…”
“Tsk, yo lo haré si te quedas con una cara larga, hic…” luego de su explicación, Fudou regresó a su usual hastiada indiferencia y caminó hacia los otros. “Oigan, estamos en el camino de la gente… hic… ¿entramos o no?”
“Hehe, podemos terminar de decidirnos caminando, es verdad,” Taikogane asintió. “¡Vamos antes que más gente nos gane!”
“Cierto, y ojalá nos encontremos con alguien más,” dijo Shinano, animado.
“Es un lugar enorme, pero puede que se dé,” comentó Hakata. “Gotou-nii, en marcha.”
“Eh…” este se notaba meditativo.
“¿Hm? ¿Gotou-nii?”
“Ehm, perdón…” él miró a los demás y sonrió apenado. “Vayan sin mí. Tengo que irme.”
“¿A dónde? ¡Gotou!” Shinano se alarmó al ver a su hermano irse corriendo.
“Oh, qué sorpresa, ¿qué le habrá pasado al Toushirou intrépido?” Tsurumaru le vio alejarse con leve incomprensión.
“Uhh…” Fudou negó repetidamente. “Hic… ignórenlo. Vamos nomás.”


“Ehh, Monoyoshi-sama…” una criada se sorprendió al ver al señorito en la cocina, en pleno plan de preparar un postre. “Espere, usted dijo que se encontraba indispuesto. Déjenos encargarnos.”
“No se preocupe…” el pelirrosa sonrió con torpeza. “No podía quedarme quieto en mi habitación, y este pasatiempo me ayudará a despejarme. Estoy bien.”
“Pero señorito…”
“He notado que no tenemos un postre preparado, así que pensaba hacer un pie de arándanos. Podría ser una agradable sorpresa para Taikogane-san y los demás cuando regresen.”
“Monoyoshi-sama, usted es muy amable, pero no descuide su propia salud por los demás.”
“Eh, me siento mejor, no se preocupe…”

En ese momento, oyeron pasos acercarse por el pasillo, y otra criada entró junto con Gotou.

“G-Gotou-san…” Monoyoshi se sorprendió.
“¿Qué se supone que estás haciendo?” preguntó el recién llegado, frustrado. “Si andas cocinando, asumo que estarás bien.”
“Ehh…”
“Monoyoshi-sama dice que se encuentra bien, Gotou-sama,” reportó la criada, alegremente. “¿Ha venido para visitar al señorito? Le agradezco por su gentileza.”
“Eh, sí, no, descuida,” el Toushirou se incomodó por la amabilidad de la chica y negó. “Más bien, no sería justo que él se fuera a perder del espectáculo, así que pensaba sacarlo.”
“¿Perdón?” preguntó el pelirrosa, quien levantó sus palmas. “N-no tenías que preocuparte, Gotou-san. Más bien, siento que hayas tenido que venir hasta aquí. No era necesario.”
“…” dio un suspiro y le miró cansado.
“Ehm…” el otro no sabía qué decir.
“Tenemos que hablar al respecto, será después,” miró a las criadas y sonrió incómodo. “Pues, me sabe mal pedirles el favor, ¿pero podrían encargarse de este postre en su lugar?”
“Descuide, con mucho gusto,” dijo la criada que le recibió. “Ustedes vayan a divertirse.”
“Listo, gracias,” asintió y pasó a jalar a Monoyoshi de la muñeca. “Vamos, no tenemos tiempo.”
“Ehh, ¿a-a dónde?” preguntó con torpeza, y dejándose jalar.



Pasaron alrededor de veinte minutos y el matsuri seguía incrementando en personas y actividad. Los asistentes estaban participando en los juegos o degustando la comida, y todos se encontraban expectativos ante los fuegos artificiales que comenzarían en cualquier momento.

“Hmm…” Hakata estaba pensativo y miraba entre la muchedumbre. “Gotou-nii no regresa. Se va a perder los fuegos artificiales,” dio un suspiro. “Y él que los había estado esperando…”
“Sí, nos debe explicaciones,” dijo Shinano, incómodo. “Tampoco veo a Yukko por ningún lado. Qué mal, la dejé desatendida.”
“No me preocuparía por ella. Se veía muy a gusto con Hotarumaru y los demás, y también con Mai-nee,” comentó el rubio. “Sí que son un grupo dinámico y activo.”
“¿Eh?” el pelirrojo se quedó en shock.
“Más bien hemos perdido de vista a Ichi-nii. Hubiera sido genial compartir el momento con él.”
“E-espera, ¿qué dijiste?”
“¿Hm?” el menor le miró confundido. “Que sería bueno estar con Ichi-nii, ¿no es verdad?”
“¡N-no eso!” exclamó atónito. “¡No puede ser que no le prestes atención!”
“Oye, la gente nos va a mirar feo, Shinano,” dio un pesado suspiro. “Ahh, obviamente soy mentalmente mayor que tú.”
“¡¿Qué es eso de Mai-nee?!” preguntó con urgencia.
“¿Eh? Ahh, no es nada,” Hakata sonrió indiferente y se encogió de hombros. “He notado que Mai-nee es muy inteligente y despierta y me parece muy graciosa,” llevó una mano a su mentón y sonrió con perspicacia. “Es como el tipo de persona sabia y recatada de Rizembool a la que debería apuntar a ser, similar a Yagen-nii.”
“Tsk, maldición,” Shinano hizo un puchero. “Ya me ganó el honor de ser reconocido…”
“No te pongas engreído, Shinano. Recuerda que tenemos que buscar a Fudou para regresar donde Taikogane y los demás, ¿a dónde se habrá ido?” preguntó al aire mientras volvía a escanear los alrededores. Al hacer eso, vio a Namazuo y Gokotai acercándose. “¡Ohh, Namazuo-nii, Gokotai, por aquí!”
“¡Ah, Hakata!” Namazuo sonrió y se apuró junto con el peliblanco. “¡Qué coincidencia, y eso que hay tanta gente aquí!”
“Hehe, sí, se nos perdió Fudou e intentábamos buscarlo,” explicó Shinano, sonriendo incómodo, cuando en eso vio el enorme oso de peluche que Gokotai traía. “¡Ah, qué bello peluche! Hehe, tienes mucha suerte, Gokotai. ¿Te lo ganaste?”
“Ehh, muchas gracias, Shinano-niisan,” Gokotai sonrió ilusionado. “Más bien, Mai-neesan lo ganó por mí. Fui muy feliz, hehe~”
“Ohh, increíble,” Hakata ajustó sus gafas en lo que apreciaba el oso. “Está muy bien hecho y con buenos materiales. Heh, no soy de esas cosas lindas, pero sí es un honor que Mai-nee te haya brindado esa atención.”
“Realmente lo es, Hakata,” el peliblanco asintió gustosamente.
“¿Verdad que esa chica es una bella nee-san~?” preguntó Namazuo, juguetonamente.
“Ihh…” Shinano se quedó en shock y sintió algo romperse dentro de él, por lo cual se sentó en posición fetal y desvió su mirada, haciendo un puchero. “…yo que temía que los bulleara… y ahora la reconocen a ella…”
“Ehh, perdón, Shinano, no me prestes atención…” Namazuo sonrió apenado y se agachó para darle unas palmaditas en el hombro. “Ahora de pie. Los ayudamos a buscar a Fudou-chan.”
“Uhh… sí…” el pelirrojo se levantó descorazonado y cabizbajo. Entonces, Shinano reconoció un característico hipo a sus espaldas. “Oh, ¿ese será Fudou?”
“¡Oh, sí!” Gokotai le miró, y pasó a preocuparse. “Ehm, pero…”
“Uhh, se ve fatal…” Hakata le observó con incomprensión.
“¿A qué se refieren?” Namazuo alzó su mirada y vio al pelimorado que caminaba cabizbajo y tambaleándose como zombie en lo que traía un botellón de sake en su diestra. “¡Ohh, Fudou-chan, quédate quieto, déjame ayudarte!”
“Tsk, ¡a-aléjate, loco! Hic…” Fudou se alertó al ver al pelinegro y se hizo hacia atrás, lo cual causó que se cayera sentado. Al ver eso, los otros hermanos intercambiaron miradas y también se le acercaron.
“F-Fudou-san, ¿e-estás bien?” preguntó Gokotai, alarmado.
“Hic… ¿eh? ¿Qué hacen ustedes aquí?” preguntó alzando su mirada con pereza y leve desorientación. “Uhh… hic… no me estoy muriendo… déjenme en paz… hic…”
“¡P-p-pero…!” el peliblanco se puso nervioso y sus ojos se llenaron de lágrimas. “¡Wahh, Fudou-san, perdón! ¡Deberíamos cuidarte más en eventos así!”
“¡Ihhh, baja la voz!” se quejó el otro, entrecerrando los ojos.
“Tranquilo, Gokotai, no es la vez que le he visto más tomado,” Hakata dio un suspiro. “La verdadera pregunta es de dónde sacaste ese botellón. No tienes ni dinero ni edad como para comprártelo libremente.”
“Hic… ¿eh? Lo encontré por ahí…”
“¿L-lo encontraste?” Shinano se horrorizó. “No lo has tomado de nadie, ¿verdad?”
“¿Qué? Hic…” entrecerró sus ojos y enseñó sus dientes. “¿Ahora tengo cara de ladrón?”
“¡N-no digo eso, pero…!”
“Pues bien, ¿lo eres o no?” Namazuo se puso firme y le miró con severidad y sus manos en las caderas. “Responde.”
“¡D-digo la verdad!” exclamó aprehensivo. “¡E-en serio! Hic… ¡estaba debajo de una banca vacía! Yo… hic… ¡lo agarré antes que alguien me ganara!”
“Pues suena a que algún grupo de gente se lo olvidó o algo,” Hakata se encogió de hombros. “Ya, confío en ti…”
“Ehm, más bien vamos donde los demás, nos están esperando en un área abierta para ver los fuegos artificiales,” Shinano le extendió una mano a Fudou. “Vamos, no te quedes ahí.”
“Hic…” le miró perdido. “No, ya me cansé de la gente… hic… quiero dormir…”
“O-oye, no bromees,” el pelirrojo sonrió, pero estaba claramente incómodo y un tanto asustado por su respuesta. Tomar le hacía demasiado daño, sin lugar a dudas.
“¿Eh?” de repente, Gokotai se confundió. “¿Dónde está Gotou-niisan? Pensé que iban a pasearse con él…”
“¿Está con Taikogane?” preguntó Namazuo.
“Eh, no, se fue corriendo hace un rato, no sé si andará en el matsuri,” comentó Hakata, pensativo. “En verdad no sé qué le pasó, fue muy repentino…”
“¿Qué dices?” Namazuo se extrañó. “Qué raro, espero que esté bien. Quizás deba ir a buscarlo.”
“Hic…” Fudou agachó su mirada. “Olvídense de él…”
“¿P-por qué…?” Gokotai se afligió. “¿Q-qué quieres decir, Fudou-san?”
“Uhh…” negó frustrado y apesadumbrado. “Habrá ido a buscar a Mono-chan…”
“¿Eh?” Shinano ladeó su cabeza. “Pero ese chico no se sentía bien, por eso no vino…”
“Entonces lo fue a visitar… hic… ¿qué tonterías dicen?” preguntó hastiado. “Hic… no le presten atención…”
“Hm, interesante,” Namazuo parpadeó, algo sorprendido. “Pues, si Ritsu-chan o Nao-chan estuvieran aquí y se sintieran mal, sin duda iría a darles una visita y un fuerte abrazo para que se recuperen, pero no pensé que Gotou fuera así. ¿Acaso se conocen?”
“Ehh, sí, al parecer…” Gokotai asintió tímidamente. “Ayer en la alameda me enteré que estudiaron juntos en la primaria.”
“¡¿Qué?!” Shinano se quedó en shock. “¡¿Es un amigo de la infancia de Gotou?! ¡¿Cómo así recién me vengo enterando de eso?!”
“N-no pensé que fuera tan importante de compartir, p-perdón,” el peliblanco hizo una reverencia.
“Ahh, tampoco me di cuenta de eso,” Hakata negó y se vio inconforme. “Pero qué raro. Apenas he visto a ese chico de lejos y no me parece que sea afín a Gotou-nii. Hasta Taikogane dijo que era uncool…”
“No puedes llamar a la gente uncool, Hakata, es una falta de respeto,” observó Namazuo, alzando un índice. “Hmm, sí me he topado con él unas pocas veces cuando voy a buscar a Gokotai al colegio y en verdad se ve que es un chico muy bueno, pero no he podido hablar mucho con él. Curiosamente se mantuvo muy cerca de Tsurumaru todo el rato en la playa, como si quisiera pasar desapercibido.”
“Pues ahora quiero hablar con él,” Shinano adoptó decisión en su expresión y comprimió sus puños frente a su pecho. “Puede que tenga mucho que contarnos sobre nuestro hermano.”
“¡Oh, sí, definitivamente!” Namazuo también se vio decidido. “¡Ya mi hermanito ha sido muy escurridizo por mucho tiempo!”
“Hic…” Fudou entrecerró sus ojos. “¿Pueden irse a hablar a otro lado…? Hic… me enferma lo acosadores que son…”
“Tú sabías esto, ¿verdad?” preguntó Hakata. “Al menos nos lo hubieras dicho. Andábamos preocupados por Gotou-nii.”
“Uff… son insoportables…” desvió su mirada.
“Fudou-san…” Gokotai bajó su mirada, incómodo. “N-no quisiera presionarte… puede que no quieras hablarnos sobre esto, pero… anoche hiciste sonar como si senpai y Gotou-niisan tuvieran una historia que contar… una que no quisiste compartir…”
“…”
“Me… dejaste preocupado, y también quisiera comprenderles a los dos… senpai que siempre me ayuda en el colegio…” tembló un poco, con tristeza. “Y Gotou-niisan, que siempre lo ha dado todo por nosotros…”

Los demás hermanos miraron intrigados y sorprendidos a Gokotai, tanto por la conversación que habría tenido con Fudou el día anterior, como por el pedido tan directo de su parte.

“…” luego de pensarlo un poco, el pelimorado dio un suspiro exasperado y le devolvió la mirada. “Ya, está bien… hic… sería bueno que Gotou fuera quien lo diga, pero… hic… bien saben que él no es de ese tipo… y ya ha pasado mucho tiempo…”




Al salir de la mansión, Gotou condujo a Monoyoshi por un camino opuesto al matsuri que se alejaba de los locales y las casas, y que terminó por llevarles a un sendero en subida que terminaba en un acantilado bastante amplio con vista al mar.

Monoyoshi no dejó de observar al otro, quien se mantuvo revisando su celular con frecuencia a manera de monitorear la hora, pero él no dijo nada más. El pelirrosa quiso preguntar qué tenía en mente, pero no podía encontrar el momento. El silencio le agobiaba, y no se sentía con el derecho de cuestionarle. Ya se había excusado inapropiadamente del matsuri y luego recibió al otro de visitante, quien tuvo que ausentarse del evento para darle el alcance.

“Bien, parece que hemos llegado a tiempo,” comentó el Toushirou, ni bien el camino terminó para dejarles en la cima de ese amplio risco. Al llegar a su destino, Gotou miró al otro con cierta expectativa. “Has estado muy callado, Monoyoshi. ¿No quieres saber qué estamos haciendo aquí? Al menos deberías preguntarlo.”
“Pues…” él miró de un lado al otro. Ese risco no estaba del todo vacío, ya que había pequeños grupos de personas presentes, pero todos miraban hacia el paisaje y estaban esparcidos lo suficiente en esa gran área. “Gotou-san… ¿por qué has venido aquí? Ehm, hubiera esperado que quisieras regresar al festival…”
“Dijiste que estabas indispuesto a asistir, así que te traje a otro sitio.”
“Pero…” le miró confundido.
“Sígueme, verás por qué,” le dijo animado y con una sonrisa.

Los dos se acercaron al borde del acantilado. Al llegar ahí, Monoyoshi se impresionó por la vista. Veía la alameda bordear la costa, todas las casas y los puestos, incluso el vistoso y brillante matsuri a los lejos, a los pies de otro monte. Era una vista impresionante. Podía comprender cómo había unas pocas personas que escogieron ese tranquilo y oscuro lugar para observar los futuros fuegos artificiales en vez de inmiscuirse en la sociedad.

“Ehm, Gotou-san, este sitio…”
“Es un mirador, aunque no recibe muchas visitas,” comenzó Gotou, tomando asiento y mirando hacia el firmamento estrellado. “En algún momento de mi infancia lo visité con mis hermanos y mis padres, y siempre esperé volver aquí para ver los fuegos artificiales durante el verano. Sin embargo, mis hermanos siempre han sido de atender el matsuri, así que se había quedado como un sueño hasta ahora.”
“Ya veo…” le veía sonreír con añoranza y cierta soledad.
“¿Qué haces de pie? Siéntate.”
“Eh, sí…” asintió y se sentó a su costado en posición fetal. Monoyoshi bajó su mirada y siguió un silencio que le incomodó tremendamente. “Gotou-san… yo, en verdad…”
“…” este dio un suspiro y bajó su mirada también. “Hablé con Fudou. Él me hizo caer en cuenta que tú te ausentaste a propósito, no porque realmente te sintieras mal.”
“…” abrazó sus piernas. “Perdón…”
“Ahh, pues, no sé qué decirte. Ya me he dado cuenta que no sé hablar con las personas sobre cosas importantes,” dijo un poco exasperado, y pasó a mirarle. “Pero en verdad estoy preocupado por ti, Monoyoshi.”
“¿Eh? ¿Por mí?” eso sorprendió al otro y le hizo levantar su mirada. “¿Por qué?”
“¿Qué haces desapareciéndote de la alameda sin despedirte ni bien ves a más personas llegar?” le cuestionó con leve severidad. “¿Por qué te sientes como si estuvieras de más o fueras un estorbo? No tiene sentido alguno, Monoyoshi. Somos amigos, ¿no es verdad?”
“…” asintió, todavía impresionado, y volvió a bajar su mirada con tristeza.
“¿Qué sucede?” se extrañó al verle deprimirse.
“Es… difícil explicarlo,” sonrió con torpeza. “Perdón, Gotou-san, por hacerte preocupar tanto,” desvió su mirada. “Yo sé que lo que hago no tiene mucho sentido. Es sólo que…”
“¿Qué…?” ladeó su cabeza.
“Supongo… eres realmente increíble,” confesó, sonriendo apenado. “Llevamos mucho tiempo sin vernos, y siempre que nos encontramos noto lo mucho que has crecido, en la persona que te has convertido. Hehe, tú has hecho tanto por tus hermanos, y te has ganado el respeto y admiración de ellos. Realmente te quieren mucho y te estiman. Realmente…” su sonrisa se contagió de tristeza. “…eres muy prometedor, inalcanzable… eres como mis hermanos…”
“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”
“…por otro lado… yo…”
“Tsk, detente…” se frustró y vio al otro volver a retraerse, aunque aparte de una expresión tranquila y apagada, Monoyoshi no demostraría nada más. “Siempre que hemos hablado me he quedado confundido contigo. En verdad no te entiendo bien. Fudou me ha dicho que yo tampoco sería capaz de hacerlo.”
“…”
“Así que temo que en verdad sea un mal amigo para ti, Monoyoshi.”
“¡N-no, eso no es verdad!” el pelirrosa se alarmó y negó repetidamente. “Tú eres una gran persona, Gotou-san, siempre lo has sido, hasta antes de todo lo que has tenido que hacer por tus hermanos. Es en serio. Muchos estarían de acuerdo conmigo.”
“No, siento que no soy tan genial como todos creen que soy, en verdad,” dijo con leve desaire, aunque bastante sencillez y cierta indiferencia, en lo que se encogía de hombros. “De tanto en tanto, me doy cuenta que no consideré algo bien, o mis hermanos me hacen darme cuenta si cometí un error o ando con la cabeza en las nubes. Sí soy un despistado en el aspecto social y estoy seguro que tú estás consciente de eso.”
“Pues…” se vio incómodo.
“Seré bueno en matemática y temas referentes a los negocios de mi familia, pero creo que tampoco pienso las cosas demasiado, aunque es por mis hermanos que no necesito hacer el esfuerzo. Shinano anda detrás de mí cuando me olvido de algo sensible, y mis hermanos en general no tienen reservas para comunicarse conmigo…” dio un suspiro. “Pero, hace un tiempo, tuve una conversación con Yagen y él me sacó en cara que te estaba dejando de lado, Monoyoshi. Fudou también me dijo lo mismo ayer,” frunció el ceño. “Eso me molestó.”
“Gotou-san…” Monoyoshi se afligió.
“…porque tenían razón. Doy tantas cosas por sentado a veces, y tú no eres como Shinano que para buscándome para cualquier cosa. Supongo, los humanos necesitamos de varias cosas, y no siempre estamos conscientes de ello…” se frustró. “De repente, cuando te fuiste ayer sin despedirte, e intentaste evadirme hoy, me sentí muy solo…” comprimió sus puños. “Me dio miedo pensar que tú estabas molesto conmigo. Tú… que siempre estuviste de mi lado…”
“No, nunca me molestaría contigo, Gotou-san, no podría hacerlo…” confesó apenado. “Perdón por haberte incomodado tanto. Yo… tampoco me he contactado contigo.”
“Pero lo hiciste muchas veces en el pasado. Pese a salirme del colegio para ver los asuntos de mi familia, incluso cuando las cosas se arreglaron, te contactaste conmigo y me fuiste a visitar para asegurarte de que todo estaba bien,” recordó Gotou, sonriendo con nostalgia. “Siempre que temías por mí, te aparecías para ver qué podías hacer…” bajó su mirada. “Y me he dado cuenta que nunca he hecho eso por ti, Monoyoshi.”
“…”
“Así que…” dio un suspiro y sonrió en paz. “Muchas gracias por todo, Monoyoshi. Si no lo digo ahora, siento que nunca lo diré.”
“Gotou…san…” estaba sorprendido.
“Y perdón por no estar al pendiente de ti. Espero que puedas disculparme.”





“Ustedes… hic… ¿saben lo afluentes que son los Sadamune?”
“¿Eh? Pues…” Shinano se puso a pensar. “O sea, rentaron una mansión…”
“Haha, sí, serán muy ricos, ¿no?” Namazuo sonrió animado.
“Son multimillonarios,” dijo Hakata, pensativo. “Me molesté en revisarlo antes del matsuri y me llevé con la sorpresa que están entre las familias más ricas del mundo. Poseen varias propiedades y negocios a nivel internacional.”
“¿E-en serio?” Gokotai se quedó en shock. “P-pero… senpai nunca ha dado esa impresión…”
“Sí, nunca la daría… hic…” Fudou hizo una leve pausa y se apoyó mejor en el poste que le servía de soporte antes de continuar. “…es bueno que sepan lo ricos que son… para que entiendan la historia… hic… ni ustedes ni los Sanjou les llegan a los talones.”
“¿Qué quieres decir?” Shinano ladeó su cabeza.
“Gotou y Mono-chan fueron amigos cuando sus padres fallecieron… uhh… y Gotou dejó la primaria para hacer lo posible como el representante… hic… de su familia… antes de que Ichigo estuviera consciente de ese rol…” Fudou miró a los demás con severidad. “No sé cuánto sepan de esto, pero… hic… los negocios de ustedes estuvieron en aprietos… casi caen en la bancarrota y lo pierden todo.”
“Ihh, ¿en verdad?” Hakata se espantó. “O-o sea, Gotou-nii me dijo en algún momento que la situación fue muy mala en un inicio, aunque nunca me dio los detalles.”
“Sí, sus padres habían hecho unas inversiones poco antes de sus muertes… hic… al fallecer, su familia perdió credibilidad, y aliados e inversores cortaron vínculos al perder fe en el nombre Toushirou. Hic… a Gotou le tocó lidiar con eso con sólo nueve años de edad…” él se concedió tomar un trago de sake antes de continuar.
“F-Fudou-san, ehh…” Gokotai se puso nervioso de que siguiera tomando pese a su estado, pero el otro le ignoró.
“Uhh… su tonto hermano hizo lo posible… tsk…” entrecerró sus ojos. “Ustedes no le vieron en aquel entonces… hic… fue demasiado para él, y yo no pude ayudarle… un insecto no puede ayudar a nadie…”
“Entonces…” Namazuo estaba levemente sorprendido.
“Sí… hic… ese Mono-chan le rogó a su hermano mayor y a sus padres que ayudaran a Gotou para que no perdiera los negocios de la familia,” concluyó, desviando su mirada. “Y eso ocurrió. Se hizo un pacto, una especie de préstamo o algo así… hic… ustedes les pagarían la ayuda con el tiempo, conforme los negocios mejoraran… y al término del pago, los Sadamune se animaron a concretar una alianza con ustedes… uhh… Gotou hasta recibió ayudantes y profesionales de los Sadamune que le sirvieron de apoyo y de maestros…”
“Gotou…” Shinano se afligió y llevó sus manos a su pecho. “¿…por qué no nos diría esto? Yo… en aquel entonces… no pude hacer nada por él… ni supe que esto sucedió…”
“No me miren a mí… hic…” se impacientó. “Ichigo lo sabe. Asumo que Gotou le pidió que no dijera nada…”
“Tch…” Namazuo frunció el ceño y desvió su mirada.
“Namazuo-niisan…” Gokotai le vio estremecerse de molestia, pero el mayor comenzó a calmarse lentamente y escogió no expresar lo que sentía.
“Así que… hic… le deben un montón a Mono-chan,” concluyó el pelimorado. “Sigue siendo increíble que los Sadamune les ayudaran tanto… hic… trato o no. La mayoría somos invisibles frente a ellos…” dicho esto, Fudou negó. “Pero no… Mono-chan lo hizo por Gotou, no por ustedes… a ustedes ni los conocía…”
“¿Cómo así, Fudou?” preguntó Shinano, confundido. “No entiendo…”
“Ese Mono-chan es muy leal a Gotou… hic… sólo una gran lealtad le llevaría a hacer lo que hizo en aquel entonces… hic… él nunca le pediría nada a su familia…”
“…” a Hakata le supo mal, pero dio un suspiro y lo dijo. “Sí, no tiene sentido que alguien así nos hubiera ayudado.”
“¿Eh?” Gokotai le miró confundido.
“¿Quién apostaría en una familia quebrada y sin líderes confiables? Incluso para gente tan rica como los Sadamune, eso sería igual a un derroche, y podrían arriesgar su propia credibilidad,” comentó el rubio, meditativo. “Y quizás haya formas de camuflar su decisión como un acto de caridad o de manera positiva, pero igual… no tiene sentido que nos ayuden,” agachó su mirada. “Me sabe mal decirlo. Gotou-nii ha hecho tanto por nosotros… seguramente más de lo que sabemos… pero es la verdad.”
“Hakata…” Shinano frunció el ceño, preocupado. No era usual verle tan apagado.
“¿Por qué ese Sadamune le tendría tanta lealtad a Gotou-nii como para ayudarle?”
“Pues… hic…” Fudou se encogió de hombros. “Ese es asunto de Mono-chan, así que no tengo que decírselos…” desvió su mirada. “Es otra historia aparte.”
“…” Gokotai asintió. “Entiendo… muchas gracias, Fudou-san. El hecho que tú sepas todo esto significa que estuviste ahí. En verdad… muchas gracias por velar por Gotou-niisan.”
“No, yo no hice nada por él, ya se los dije…”
“Eso no es verdad. Tú has hecho mucho más por él que nosotros,” dijo Namazuo, con un tono serio de voz y una expresión solemne. Su inesperada formalidad hizo que los demás se extrañaran e intercambiaran miradas. “Has permanecido a su lado durante los momentos más difíciles y estás consciente de muchos asuntos de nuestra familia. Sobre todo, los tienes presente en todo momento,” sonrió frustrado. “Incluso si no te llevas bien con Yagen nos informaste sobre lo que había ocurrido en el bosque que fuimos a visitar, aquel trágico lugar…”
“Eh…” Fudou estaba mareado y miraba al Toushirou mayor anonadado.
“Así que, nuestra familia tiene a un hermano mayor que pasa muy desapercibido, ¿no es así?” dicho esto, Namazuo le extendió una mano y le sonrió decidido. “Te agradezco por tu esfuerzo, Fudou. Buen trabajo.”
“Ehh…” este siguió la inercia y recibió su ayuda para ponerse de pie. Ni bien lo hizo, miró perdidamente a los demás mientras apuntaba levemente a Namazuo. “Ehm… hic… ¿qué pasa? ¿Alguien puede explicármelo?”
“Ehh… hehe…” Gokotai sonrió con torpeza mientras los otros dos desviaron sus miradas al no saber qué decirle.

Entonces, escucharon a personas del matsuri pasarse y promocionar los fuegos artificiales que estaban prontos a comenzar.

“¡Ohh, finalmente!” Namazuo pasó a alegrarse de sobremanera e intempestivamente cargó a Fudou sobre un hombro. “¡Vamos a buscar algún sitio, Fudou-chan! ¡Verás que te encantarán!”
“¡AAHHHH! ¡S-suéltame!” gritó, pero el otro se puso a correr. “¡Maldito loco!”
“¡N-Namazuo-niisan!” Gokotai se alertó y se puso a seguirlos junto con Shinano y Hakata.
“Vaya, así que no le duró mucho,” Hakata sonrió frustrado. “Heh, hay que apreciar a Namazuo-nii, nunca me aburro con él.”
“Haha, ¿qué estás diciendo, Hakata?” Shinano sonrió incómodo.
“¡Imbéciles, ayúdenme!” exclamó el pelimorado.

Shinano se apuró para detener a Namazuo, y de paso indicarle en qué dirección se encontraban los otros tres para poder observar los fuegos artificiales en compañía.




“…perdón,” Monoyoshi bajó su mirada y abrazó sus piernas.
“¿Eh?” Gotou se confundió y observó a su amigo retraerse y encogerse más. Se veía triste y torturado por algún motivo. “Monoyoshi, ¿qué ocurre?”
“…” se quedó quieto y sumergido en aquella desolación.

El pelirrosa no diría más, y continuaría lamentándose y disculpándose indefinidamente por un asunto que no era capaz de compartir. Lamentablemente, Gotou no iría a enterarse qué era lo que su amigo cargaba o por qué insistía en pedir perdón hasta mucho después…

…pero decidió no pensarlo demasiado.

“Por favor, deja de disculparte, Monoyoshi,” le pidió, frustrado.
“…”
“No sé qué te tendrá así, pero no es justo que te pares disculpando, y menos conmigo. En verdad… no sé qué sería de mí sin todo lo que hiciste para ayudarme.”
“…”
“Aunque… no se trata tanto del apoyo que tu familia me dio, a decir verdad,” le miró de reojo, con una simpática sonrisa. “Tú fuiste la persona que estuvo ahí por mí cuando más necesité de alguien. Me escuchaste, me apoyaste…” bajó su mirada, sonriendo con nostalgia. “En aquel entonces, era el que debía mantenerse con la frente en alto en mi familia. Shinano hacía lo posible para apoyar a mis hermanitos, pero él sí era abierto conmigo y yo tenía que ser fuerte para consolarle y hacerle creer que todo estaba bien… así que tú fuiste el que me dio la fuerza para seguir adelante, Monoyoshi, cuando pensé que todo estaba perdido,” le agarró de un hombro. “Sigues siendo con quien puedo ser sincero, y siempre me has entendido demasiado bien. Espero poder retornarte ese favor algún día.”
“Gotou-san…” se impresionó.
“Y eres a quien puedo llamar mi amigo, lo cual no tiene precio alguno,” asintió con energías. “Es algo que no cambiaría por nada.”
“…” asintió, y sonrió incómodo. “Oír esas palabras significa mucho para mí, Gotou-san. Yo…” pensó en disminuirse, aunque supo que sería contraproducente. Le quedó ser honesto. “Pienso lo mismo. Me siento dichoso de ser tu amigo también.”
“Sí…” se vio aliviado y le soltó para apoyarse con sus manos sobre el piso y alzar su visión hacia las estrellas. “Me alegro, no estabas molesto conmigo después de todo…”
“Muchas gracias, Gotou-san, en verdad…” cerró sus ojos y sonrió tranquilamente. “Lamento mucho darte aquel temor. Yo soy quien temería perder tu amistad,” entonces, su sonrisa se contagió de torpeza. “Fudou-kun observó que soy un poco complicado. Más bien, te agradezco por ser tan paciente.”
“Ahh…” ello hizo al Toushirou frustrarse. “Si él también lo dice no se trata sólo de mí…” se quedó un momento meditando con su mirada en el firmamento. “Ahora que recuerdo, ¿cómo te está yendo en el colegio? ¿Todo bien?”
“Sí, todos son muy amables,” asintió. “No tienes que preocuparte por mí, Gotou-san.”
“Pues, no lo sé,” dio un suspiro y le miró de reojo. “Verte tan incómodo y retraído con los demás debería ser una señal de alerta. Podría pasarme de vez en cuando por tu secundaria a darte una visita,” sonrió un poco. “De paso visito a Gokotai. Heh, mi hermanito te tiene mucha estima, y me dijo cuánto le ayudas. En verdad, muchas gracias por eso. Si alguien puede comprender y cuidar de Gokotai, ese eres tú.”
“Hehe, no es nada. Gokotai es un buen chico, y estoy feliz de ayudar,” asintió decidido. “Haré lo posible por él. Siento que puedo simpatizar con sus dificultades, y también quiero ayudarte en lo posible, Gotou-san.”
“Vaya, en verdad quisiera poder pagártelo de algún modo,” comentó Gotou, cansado. “No es justo que siempre seas el que está al servicio de los demás.”
“Está bien, somos amigos. Eso es todo lo que necesito,” le aseguró animado.
“…” le observó brevemente. Su amabilidad, su vocación de servicio… su tristeza y soledad… algunas cosas nunca iban a cambiar. Entonces, su vista periférica detectó luces provenir del matsuri, y pasó a ver los primeros cohetes subir por los aires y estallar en enormes y hermosos fuegos artificiales de todos los colores. “¡Ohh, ya comenzó!”
“¡Ahh, están muy bellos!” Monoyoshi se ilusionó.
“¿Verdad que sí? ¡Y estaba en lo correcto de venir hasta aquí! En el matsuri no se pueden apreciar del mismo modo,” asintió y sonrió con determinación. “La próxima vez me aseguraré de traer a mis hermanos.”
“Hehe, gracias por la invitación, Gotou-san.”
“No es nada,” se encogió de hombros. “Más bien me preocupé cuando te ausentaste. A ti te gustan los fuegos artificiales tanto como a mí, si mal no recuerdo. Por supuesto que no iba a dejar que te los fueras a perder.”
“Ya veo…” asintió y observó a su amigo apreciar las luces. Pasó a mirar a su alrededor para ver a las otras personas en el acantilado disfrutarlos a su manera y conversar entre ellos. Finalmente, bajó su mirada y su sonrisa se contagió con tristeza. Sentía una dicha que no creía merecer. Había recibido una consideración tan importante pese a intentar faltar.
“Oye, despierta,” le recriminó Gotou.
“Eh, sí, perdón,” levantó su cabeza de resorte.
“Vamos, no es momento para deprimirse,” dijo negando, y le sonrió un poco. “Si no prestas atención, los fuegos artificiales se acabarán antes de que te des cuenta,” asintió. “Tenemos que apreciar las alegrías mientras estén aquí, no lo olvides.”
“Sí, tienes mucha razón,” sonrió gratamente. Tenía el permiso de disfrutar de aquel momento, como si no existiera nada más.

Los fuegos artificiales cubrieron ese distrito y fueron vistos por una enorme cantidad de personas, cada quien a su manera, en lo que meditaban sobre sus planes, sus añoranzas, o simplemente gozaban del espectáculo. El espíritu del verano se esparció a plenitud para marcar a aquel momento como uno que sería recordado de manera especial, en medio de unas vacaciones que existían en un hiato del tiempo, previo al retorno a la realidad.


Mimi Tachikawa

Hoi hoi minna!! vengo con capitulo, ando corriendo que no se si alcance a postear todo lo que falta xDD


En la playa privada de Tomoyo…

Todos los chicos ya habían salido de las movilidades que los llevaban a dicho lugar, mientras que los chicos de Ryuseitai se acercaban corriendo hacia la arena para apreciar el mar y llevaban puestos sus buzos de la escuela, los demás dejaban sus cosas dentro la casa de playa que había sido ambientada para ellos, las únicas personas que terminaron de cambiarse y acercarse a ellos fueron Rinne, que estaba con una polera blanca y unos shorts azules, detrás de ella se encontraba Miyauchi que cargaba una hielera con bebidas energéticas bien heladas por el calor que había, Shampoo que estaba con su ropa de baño de dos piezas pero con un mandil que cubria su exuberante figura, con su miniquiosco listo para preparar bocaditos chinos para su querido Midori, también estaba presente Momo con su traje de baño de dos piezas al ser tan delgado y contorneado fácilmente pasaba por una hermosa joven, tenia los cabellos en dos coletas que tenían diseño de flores en forma de girasol, llevaba un pareo también del mismo diseño, estaba sonrojado, pero se había ofrecido a ayudar al grupo de la persona que quería, asi que tenia que mostrar mas valor ante él

Bueno…mis queridos Ryuseitai estamos finalmente en nuestro lugar de entrenamiento y lo primero que haremos es correr para aligerar los músculos

Correr? Tan pronto?...-suspiro pesadamente Midori- si me dan un poco de respiro

Si no quieres correr Midori-kun puedes estar aquí conmigo y te prepararé cosas ricas!!!- grito Shampoo mientras estaba cocinando-

Mejor me voy a correr…-empezó a correr por su cuenta-

Chiaki-senpai puede ser posible que yo también pueda correr con ustedes?...-hablo Rinne- también quiero entrenar para volverme mas fuerte…-

Muy bien Rinne-chan puedes hacerlo…me gusta que nuestra futura manager se empiece a preparar con nosotros-

No le defraudare…-dijo animadamente para tomar la mano de Shinobu- vamos a correr juntos…-con sus mejillas sonrojadas-

Deacuerdo!!...-empezó a correr –

Chiaki-sama empezaré a preparar las cosas que pidió para su entrenamiento…-

Te lo encargo Miyauchi-san…-

Líder vamos a hacer una competencia para saber quien es el más rápido???

Deacuerdo Nagumo, ni creas que te lo dejaré fácil jjajajajaja…-

Empezaron a correr también, para dejar solos a Kanata y Momo

Nee…Momo te vez muy lindo…-moviendose de un lado a otro –puka puka…-

Gracias Shinkai-san…-dijo avergonzado pero feliz al recibir el halago de la persona que le gusta-Esto…vamos a correr?? Seguro que Morisawa-senpai también querrá que también corramos-

Es cierto…no podemos decepcionar a Chiaki…-canturreo divertido vamos a correr juntos?...-

Ya!! Vamos…-dijo emocionado mientras empezaron a correr juntos-

Momo observaba que Kanata corria alegremente mientras observaba la inmensidad del mar, perdiéndose en el hermoso paisaje,el joven rubio quería decirle algo, pero tenia miedo, no era de las personas mas locuaces y no sabia que decirle a una persona tan enigmática como el hermano de su mejor amiga-

Momo-chan te encuentras bien??...- el peliceleste se detuvo y le miro algo preocupado-

Eh?...-mirando a otro lado- si me siento bien – dijo llevando sus manos hacia su pecho-

Kanata se acercó más y le tocó la frente-uhmm…no tienes fiebre…entonces te duele el estómago?-

No para nada Shinkai-san…-dijo alejándose un poco- es que…no se que puedo decirle…quiero saber mas cosas sobre usted…-

Ya veo…-le sonrio cálidamente- lo primero que tienes que hacer es no llamarme por mi apellido de acuerdo??-moviendo sus manos se mecía de un lado a otro-

Eh??...-se sonrojo levemente- entonces…Kanata-san??

Asi suena mucho mejor…-le tomo de la mano- entonces responderé a todas tus preguntas mientras corremos juntos deacuerdo??-

Esta bien…-asintiendo avergonzando mientras apretaba fuertemente aquella mano-

Hay que alcanzar a los demás porque sino Chiaki se va a molestar y también debes de entrenarnos…-

Es cierto tengo que hacer eso…-sonrio suavemente-

Mientras tanto Rinne observaba cada movimiento de Shinobu, con una sonrisa en sus labios

Mira mira!!! Rinne-dono ya me puedo mover como un verdadero ninja!!! Espero que después de las vacaciones te unas al club de la asociación de ninjas!!!-

Claro que lo haré!!!- dijo emocionada, mientras sacaba su celular para tomarle fotos- eres todo un ninja genial Shinobu-kun!! Se que voy a aprender mucho…-la joven peliplateada se sentía muy feliz de que en este viaje su amor de la infancia le estaba mirando ahora solamente a ella, quería que esta primera parte del entrenamiento no terminaría que solamente fueran ellos dos-

Oigan!! Rinne-chan!!! Shinobu!!! Corran mas rápido o sino los voy a alcanzar!!- se escuchaba más cerca la voz de Tetora que corria junto a Chiaki-

La joven suspiró pesadamente, aquel momento de intimidad se había acabado como empezó, de manera sorpresiva-Ah…pero no me dejaré ganar Nagumo-kun!!-la joven se puso seria y empezó a correr mas rápido, siendo seguida por Shinobu, Chiaki y después Tetora, Midori que había salido primero pudo ver como los 4 chicos estaban muy intensos que decidió dejar de correr para empezar a correr, de ninguna manera iba a morir más de calor del que sentía actualmente, eso si que no lo haría-

Midori-kun!!! Mira preparé una deliciosa sopa hay que tomarla juntos!!!- Shampoo apareció de la nada para acercarse al castaño-

No tengo ganas de tomar sopa en pleno verano!!...-dijo para volver a tomar respiración y salir corriendo para que la joven peliazul no la alcance, aún ni sabia el porque la joven estaba interesada en él y se maldecía en haber cedido a las presiones de su hermano para ir al paseo-

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Bueno bueno los que no estamos aquí para entrenar vamos a divertirnos en la playa!!...-canturreo alegremente Mikki que llevaba puesto su ropa de baño de dos piezas de color celeste,con el pareo con la imagen de un chibi Kanata que le habían regalado para su cumpleaños- quiero broncearme mucho y nadar también!!-

Puedo ir contigo Mikki-neechan??...-dijo Houchou tomándole de la mano mientras que en la otra tenia una paleta de helado que la joven le había invitado-

Claro que si…me gusta mimar a los niños tan lindos como tú…-dijo sonriéndole-

Houchou se sentía en el cielo mientras avanzaba con ella

Parece que Houchou se la pasará muy bien en este paseo…-dijo el pelirosa-

Y a Mikki-chan parece no molestar ser una niñera involuntaria…-dijo Midare riéndose suavemente-

Es cierto…no nos hemos presentado…mi nombre es Akita Toushirou…-dijo el pelirosa- mucho gusto…-

Yo soy Midare…el gusto es mio Akita-kun…-dijo el rubio sonriendo suavemente-

Midare??...puedo hacerte una pregunta??-

Claro que puedes…-

Tienes hermanos??-

Uhmm…no…desde que era pequeño estuve en el orfanato, mis padres me dejaron ahí, por lo que tengo entendido…-dijo rascándose la barbilla-

Ya veo…por un momento pensé que podrias ser…-

Sucede algo Akita-kun?-

No no es nada…esto puedo decirte Midare-niisan?-

Claro que puedes…-le dijo- entonces vamos a seguir a Mikki-chan y Houchou-kun?? Quiero también descansar bajo una sombrilla mientras observo el mar-

A mi también me gusta mucho mirar el mar…-

De paso también quiero ponerme bloqueador solar para no maltratar mi piel…-sonrio ampliamente- y mirar la linda ropa de baño de Mikki-chan y Momo-chan…como quisiera tener una figura tan esbelta como la de ellos…-con sus ojos
brillosos-

Akita tenia una gota en la cabeza- bueno vamos??...-le tomó de la mano-

El rubio sintió como una especie de vinculo invisible con el pequeño pelirosa que recién había conocido, no sabia porque pero se sentía una calidez, se puso a pensar que el joven era afortunado seguro tendría una familia feliz que lo quería mucho-

Cuando llegaron hacia donde estaba la rubia junto a Houchou, la rubia les hizo una seña como que no hicieran ruido, ya que el pequeño pelicastaño se encontraba dormido en su regazo

Nee Midare-kun puedes quedarte a cuidarlo? Quiero ir un rato a meterme al agua…-

Claro…- dijo mientras la rubia lo movia suavemente para que quedara en el regazo del rubio-seguro que se ha levantado temprano no es cierto Akita-kun??- cuando giró a mirar al pelirosa vio que el otro joven se había también quedado dormido pero apoyando su cabeza en el hombro del rubio

La rubia se despidió de él y se fue a nadar

Midare se quedó con los dos pequeños- No se porque pero siento nostalgia…-observando a los dos-en verdad se nota que son niños a los cuales quieren mucho…-sonrio suavemente- me gustaría conocer a su familia…verdad no puedo después de las vacaciones tengo que seguir entrenando con Tsubasa-chan…-suspiro pesadamente- quizás alguna otra oportunidad –

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Sakura se encontraba realmente preocupada, no podía dejar de acordarse del sueño que había tenido el dia anterior, pero mandar a Bishamonten a vigilarlos levantaría sospecha sobretodo con Syaoran que sabe que el pelirojo no se aleja de ella

Sucede algo Sakura-chan??...-dijo Tomoyo bajando su cámara de video-

Eh?...no sucede nada Tomoyo-chan….-rio nerviosamente-

Pues parece que estuvieras ocultando algo Sakura…-habló su prometido-

Yo se que es lo que oculta Sakura-chan…-hablo el pelirojo- que quiere que este lugar sea el lugar de la boda de ustedes dos…-

Eh???- los dos jóvenes se sonrojaron-

En serio Sakura-chan? Entonces me lo hubieras dicho y desde ya empezaba a hacer modificaciones a esta isla para que tu futura boda sea digna para ti…-

No exageres mucho Tomoyo-chan…-riendo con una gota en la cabeza-

Aún no es tiempo para hablar de matrimonio…-dijo el otro joven- pero si habrá uno eso si es un hecho…-

Syaoran-kun…-dijo la pelicastaña, dudando si decirle o no sobre el sueño-

Iré por las bebidas que tiene Miyauchi-sama para que puedan tomar deacuerdo??...-Bishamonten se fue corriendo aprovechando lo que había soltado, para poder ayudar a la joven Kinomoto-

Yo creo que también iré por la bebidas junto a Bishamonten…-dijo Tomoyo para retirarse-

Dejando a los dos jóvenes a solas…-

Ahora si Sakura…puedes decirme lo que te está preocupando…-

Soy tan evidente??...-

Te conozco desde que éramos niños, asi que se cuando me estas mintiendo y cuando estas preocupada, y se que lo mismo se aplica para ti…-

Como se que no puedo ocultarte nada Syaoran-kun entonces te contaré lo que me pasa….-respiro hondo le observo fijamente- tuve un sueño premonitorio…y Shinobu-kun estaba en ese sueño-

Y que era lo que sucedia…-dijo preocupado-

No pude ver exactamente lo que sucede solamente se que correrá peligro…-

Y por que no me lo dijiste desde un principio??

Porque se que no le darias permiso, y Shinobu-kun estaba emocionado de estar con Chiaki-senpai y los demás…no quería que se sintiera triste…-

Ya veo…y pensabas llevar esa preocupación solo tú y supongo Bishamonten?...-

La pelicastaña asintió

Aunque no me gusta que no me lo hayas contado, pues creo que hubiese hecho lo mismo…ahora que lo sé juntos lo protegeremos y evitaremos que lo que se vio en tu sueño- la tomó de las manos-

Deacuerdo…juntos protegeremos a Shinobu-kun…-

Tomoyo y Bishamonten estaban regresaban y miraban a lo lejos a la pareja que tenían las manos entrelazadas

Sakura-chan es muy afortunada de tener como prometido al heredero de la familia Li, la va a cuidar muy bien…-

Eso es cierto Tomoyo-chan…aunque creo que ambos son afortunados de tenerse el uno a otro…-
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continuará

matta ne!!!

Mimi-chan


Mimi Tachikawa

Vengo con el segundo fic del mes xDD gracias por prestarme a sus personajes Cho y Mery <3


En la camioneta rumbo a la casa de playa de María en la parte trasera Yamanbagiri y Mao, los que son los únicos que no pertenecían al círculo de los Knights, estaban conversando amenamente, mientras que Ritsu estaba dormitando en el regazo del pelirojo

Debe de ser difícil lidiar con Sakuma Ritsu-san verdad?...-hablo el rubio- me hace recordar a su …-

Sh….Yamanbagiri ni menciones el nombre de Rei-san en el viaje porque Ritsu se pone de mal humor y es más difícil lidiar con él-

Uhm…que grocero eres Maa-kun…estoy tan emocionado por este paseo que hasta puedo dejar que mencionen a mi tonto anija…-

Si eso es estar emocionado…-dijo con una gota en la cabeza-

En serio…deberías de estar agradecido que este aún despierto hablando contigo…nee Manba-kun…debo de suponer que has cuidado bien de Kaa-chan en nuestra ausencia verdad? –

Manba-kun??...-dijo suspirando pesadamente porque otra persona también lo llamaba de esa manera y era su amiga Mordred con el mismo tono burlón que el pelinegro- Si, la hemos estado entrenando y protegiendo…aparte de mi hay una persona de nombre Midare que nos hemos convertido en sus maestros y protectores por ordenes de Sakuma-san…-

Otra vez Anija metiéndose en cosas que no le importan…-hablo en voz baja- Midare?...ese nombre me suena familiar…-recordando su paseo con los Toushirou donde descubrieron el pasado que tango Yagen había mantenido oculto-

Si se llama Midare, es hábil con la espada y es igual de rubio que yo aunque tiene un aspecto femenino y es mas bajito…-se cruzó de brazos- no hemos hablado mucho porque como estudio en la universidad no he tenido mucho tiempo para hablar con él pero se que es una persona noble-

Y por que tan interesado en el nombre de Midare? Ritsu?...-le dijo el pelirojo también visiblemente interesado en el cambio de tono de voz de su amigo de la infancia- es raro que algo asi logre perturbar su “hora de sueño”

No se de que estas hablando Maa-kun yo sigo estando igual…solo me pareció poco común ese nombre…no hay otras intenciones ocultas si eso quieres saber –

Uhm…no se el por que no te creo…-

Acaso estas celoso que mencione otro nombre?...que lindo es Maa-kun sabia que me querías pero no tanto…-dijo en tono picaro-

De que estas hablando?...-dijo avergonzado- eso me pasa por estar hablando de más-

Que hermoso que nuestros lazos empiecen a fortalecerse en este viaje Maa-kun…-ronroneando mientras se acurrucaba en su regazo-

No se de que están hablando…-dijo el rubio suspirando pesadamente-pero me gustaría saber como es su grupo Isara-san…-

Bueno …-dijo el pelirojo mientras acariciaba los cabellos de su amigo que volvió a echarse a dormir- pues veras Trickstar es…

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En la siguiente fila se encontraban Izumi y Tsubasa, ambos juntos sin querer estarlo gracias el grillete que tenían en el cuello cortesía de Ritsu y María, Izumi tenia ganas de matar a todos en esos momentos y poder irse lo mas pronto, pero no podía hacer nada porque al lado suyo se encontraba Leo que canturreaba alegremente mientras escribia en su libreta de notas una nueva melodía que le había llegado por inspiración, asi que no le quedaba de otra mas que respirar profundamente y tratar de hacer una “tregua” con la peliazul asi lo dejaban en paz una vez que terminado este paseo y se iba a su laboratorio.Mientras que Tsubasa también estaba en una incómoda situación, miraba de reojo a Izumi y su Ousama, en realidad ahora si se había quedado en blanco, no quería incomodar a sus compañeros, después de todo María había hecho todo lo posible para poder reunirlos, y estaban todos incluidos el peligris que estuvo apunto de matarla cuando se anuncio como rebel dentro de Hanasaki

Tsubasa-neesama te encuentras bien? Tu cara esta pálida-

Eh?...-la peliazul se alejo de sus pensamientos- Suou…no te preocupes estoy bien…-

Claro que no lo estas y todo por culpa de Ritsu-senpai, habían otras maneras para estar todos juntos no asi…-se cruzo de brazos visiblemente enfadado-

Ritsu-kun tiene sus maneras de conseguir lo que desea, por eso era nuestro estratega…-le dijo con una sonrisa cálida- aunque no era la manera, ya paso y pues solo toca disfrutar de estos días en la playa-

Por que siempre eres asi??-suspiro pesadamente- nunca puedes expresar lo que realmente deseas Tsubasa-neesama

No será que quieres que haga esto?...-se aferro del brazo del pelirojo y acomodo su cabeza en el hombro de este-puedo descansar un poco aquí?

Sure…Tsubasa-neesama…-dijo emocionado con las mejillas sonrojadas-

Suou tienes mucha suerte que Tsubasa-chan se acomode en tu brazo…-canturreo el pelinaranja- pocas personas han sido privilegiadas…por ejemplo Sena…Ritsu…Naru y por supuesto yo…-

Tonto Ousama no me hagas recordar esas cosas…-chisto molesto el peligris, sin querer recordando cuando eran niños y después de tener un dia complicado de hacer de guardaespaldas de Leo junto a Tsubasa, esta siempre se sentaba al lado de él para dormirse sobre su hombro, cuando solo eran 3 se repetia esa misma acción una y otra vez, después de todos los dos eran el escudo de su rey-

Pero si recordar es volver a vivir...claro que ahora las cosas son diferentes, pero para salir adelante siempre es bueno recordar el pasado…-

No puedo creer que hayas dicho tantas cosas coherentes en una sola oración…parece que has crecido mucho…-

Acaso estas diciendo que tu Ousama es un tonto? Sena?? Por eso te adoro demasiado…me gusta que seas tan gruñon, por eso nunca me aburro contigo- canturreando alegremente- ahora que lo pienso, acaba de venirme la inspiración cortesía de los seres de otros planetas!!! No debo de desaprovechar esta oportunidad!!...-empezo a escribir
nuevamente –

Nuevamente se perdió en su mundo…-suspiro Izumi pesadamente, observando que Tsubasa estaba dormida apoyándose en Tsukasa, el otro joven también se había quedado dormido apoyando ligeramente su cabeza cerca de la joven-

Tsk…-bostezo ligeramente-ahora a mi también me ha dado sueño-

Entonces apoyate en mi Sena!!!...-Leo dejo de escribir para prestarle atención al otro joven-verás yo también tengo sueño…apenas dormi 1 hora porque estuve escribiendo una obra de teatro que debo de mandar por fax para Inglaterra –
Que has dormido solo 1 hora? Sabes que le hace mal a tu cuerpo no? Además tus neuronas? Sabes que tu mente es propiedad cultural de la humanidad?? Debes de al menos dormir 4 horas…-

Pero tu también tienes ojeras Sena, seguro que duermes las mismas horas que duermo yo en la semana-

Podemos dejar de hablar de eso?...no se porque me empezó a doler la cabeza…- observando que Leo se había dormido en su regazo, cuanto tiempo había pasado desde que su Rey dormia plácidamente? No lo recordaba, siempre lo observaba con ese semblante de soledad y tristeza en su rostro el cual lo ocultaba con una sonrisa, lo único que le molestaba eran esos grilletes y tener que ver a Tsubasa a la cual todavía no podía perdonar por poner en peligro a su Rey cuando le había jurado que no le iba a pasar nada, tomaría un buen tiempo para que pudiera hacerlo, pero ahora solo por su Rey trataría no pelearse con la peliazul que ahora yacia dormida, hasta había olvidado que ella era una Hime,tantos conflictos en su mente y ahora estaba siendo algo estable al tener a su Rey cerca suyo para poder tener la oportunidad de vigilarlo y cuidarlo al menos en esos días-

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Finalmente en la posición principal Maria se encontraba manejando a una velocidad regular para no interrumpir el sueño de todos sus amigos, a su lado se encontraba Arashi que se estaba mensajeando con Mika

Tienes que presentármelo un dia de estos Naru-chan…desde que tienes novio, tu semblante es mas hermoso y en serio amo tu expresión de enamorada…-

Es tan evidente Maria-chan?? El próximo mes vamos a cumplir 1 año de relación, en serio Mika-chan es un chico muy especial, cuando lo veas en serio tendrás ganas de protegerlo, pero dejando esto de lado en serio que ha sido un movimiento desesperado en reunirnos a todos tan pronto, pensé que íbamos a esperar al menos un par de meses para reunirnos todos, pero supongo que Ritsu-chan te impulso a arriesgarte

Tambien fue parte de mi iniciativa…-rio suavemente- claro que he querido reunirlos a todos para pasar unos buenos días de descanso, pero también he venido con otro objetivo en mente

Y supongo que ese objetivo es Chiaki Morisawa-senpai no??-

Estas en lo cierto…aún no le he dicho que he vuelto a Japón porque conociéndome lo hubiera traido aquí contra su voluntad…por lo que sé ahora también está en un paseo asi que no quiero interrumpirlo

Ryuseitai es una unit muy popular alrededor del mundo, quien diría ellos estaban detrás de nosotros y ahora…-

Solo es algo pasajero…se que algún dia los 6 podrán presentarse juntos…eso será uno de mis sueños cumplidos y los llevare a mi mansión en Inglaterra y comenzará la gira en ese lugar…tantos planes…-rio divertida-

Aparte de Izumi-chan…también pareces una madre para nosotros…-

Será porque quiero ver a Leo sonreir….si eso es lo que mas deseo en este mundo…y claro que Izumi y Tsubasa vuelvan a ser amigos-

Eso será muy difícil…-

Lo se pero haré el intento no crees??-

Eso es cierto…la esperanza es lo último que se pierde
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continuara!!!!

mimi-chan


Mimi Tachikawa

Otro fic pero este es corto xD


Junko Enoshima se encontraba en uno de los laboratorios de Rizembool, disfrutaba de la tranquilidad de estar sola por estar todos de vacaciones, empezo a recopilar datos de Hime desde hace 10 años a la actualidad, de la misma manera de los rebels, asi como familiares, amigos, novios, etc. Observaba interesada el entorno de Tsubasa y Mayura

Asi que ambas tuvieron a Yuuto-senpai como rebel…-observando la pantalla de su laptop- Mayura Daidouji…actualmente esta estudiando en Hanasaki, estuvo un par de años postrada en una silla de ruedas, sus padres adoptivos están en la cárcel, su madre biológica fue liberada de su encierro y vive con ella, estuvo de novia con el ahora pianista Choutaroh Otori y ahora esta con Ittoki Otoya, que es un idol y que actualmente es su key…Tsubaki Daidoji es su padre biológico pero ella desconoce de su existencia, de la misma manera cuenta con 2 medios hermanos…Riku Nanase y Tenn Kujo…me suena ese nombre…-observando el historial de Rebels de Rizembool- Asi que acaba de convertirse en un rebel y es un idol muy famoso…vive con Tsubaki, Riku Nanase es su otro medio hermano, pero es gemelo de Tenn Kujo, el tiene una enfermedad desconocida que no tiene tratamiento alguno, él esta alejado de sus dos hermanos y vive con Yamato Ishida que es un cantante de rock…-guardando todos los datos que estaba escribiendo- que interesante historial de Mayura…será un deleite contribuir a su sufrimiento-acomodandose las gafas- tendré que presentarme ante Tsubaki-san y ofrecerle mis servicios…-canturreando alegremente mientras sacaba su celular enviando mensajes a sus seguidores para que espiaran a la familia Daidoji difundiendo la foto de todos los miembros de dicha familia- asi la mantendré vigilada…-ahora abria el expediente de Tsubasa-

Tsubasa Kazanari…hija mayor de la prestigiosa familia Kazanari, todos sus familiares excepto ella fueron asesinados, en los expedientes policiacos figura que fue un ataque terrorista, pero en otros archivos de la escuela indica que Yuuto-senpai los asesinó, ella es la espada protectora de Leo Tsukinaga, también proveniente de la prestigiosa familia Tsukinaga la cual es muy influyente en varios países, se convirtió en su key y estuvo a punto de morir por su culpa…ambos pertenecían a una unidad idol llamada Knights, donde pertenecen Izumi Sena, el cual estudia en Rizembool y es un rebel, muy interesante por cierto, Ritsu Sakuma, hermano menor de Sakuma-senpai, protegido de Eichi-sama, amigo de Mao Izara que es uno de los mejores amigos de mi tonto hermanito, por lo cual lo deberé de descartar por el momento, ya que hacerle daño seria muy perjudicial para mi, luego sigue Arashi Narukami, de él no tengo mucha información disponible, solo se que estudia en Hanasaki y es modelo-tomando fotos del rubio- debo de investigar si puede ser una amenaza en el futuro…también esta Tsukasa Suou, su familia es una de las más ricas de Japón…tampoco tengo mucha referencia de él por lo cual también debo de investigarlo-tambien guardando la foto del joven- Hay una mujer llamada Maria que también esta involucrada con ellos, ella si que ha cuidado en no mostrar mas datos personales, pero muy pronto podré conseguir sus datos, después de todo nadie puede contra mi-canturreo alegremente- con Rei-senpai no me puedo meter…asi que los que siguen son Yamanbagiri Kunihiro, que es su maestro en la espada, como su relación en este circulo es nueva no tengo los datos suficientes…pero aquí tengo a mi gran descubrimiento que utilizaré para mi conveniencia-agrandando la imagen de Midare-

Midare Toushiro, por lo que investigué de él, fue criado en el orfanato, también es el maestro de Tsubasa en el arte de la espada…es muy raro que haya un Midare Toushiro que no sea parte de la tan famosa familia Toushiro…asi que investigando mas la historia de esta familia, hubo un incedente donde uno de los hijos desapareció, por lo cual debo de suponer que es este chico…-sacando las fotos de todos los miembros de la familia, enfocándose en la imagen de Hakata, tienen un ligero parecido…-luego se enfoco a la imagen de Yagen- a él también lo vi antes de irme a Estados Unidos…es una persona peligrosa, pero que ama a sus hermanos, asi que teniendo esta maravillosa información puede que consiga trabajar junto a él-riendo suavemente- si que he venido en un excelente momento…-dejó de lado su laptop mientras guardaba en su bolso varios frascos que estaban sueltos por ahí, asi como jeringas y agujas- pero primero debo de darle una visita a Midare…y ponerlo en contra de su familia…-observando su celular donde tenia varios mensajes de texto- según mis informantes esta de paseo, lejos de Kazanari, pero cerca de las dos familias mas peligrosas de yakuzas, la familia Li y la familia Kinomoto, están en la playa privada de la familia Daidouji…también es una buena oportunidad de disfrutar de la playa…oh pero que veo…hay dos Toushirou también con ellos? Pero que suerte estoy teniendo y eso que recién estoy de vuelta…vamos a empezar a destruir la hermosa unión familiar de esta familia…antes de comenzar con Tsubasa Kazanari…-
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Eureka

47.




La idea del lavado de autos había sido de lo peor.

El sol de aquella tarde los andaba matando lentamente y, por más de que trabajaban con agua, rociarse con la manguera no era parte de los gajes del oficio. Tal vez para una revista de gravure masculino, aunque Oikawa dudaba que algo así existiera.

Habían lavado un total de tres carros y todos sentían que se morían de a pocos. Oikawa no podía dejar de quejarse. Bokuto y Kuroo yacían en el piso al borde de la muerte. Suzuki parecía contemplar la posibilidad de echarse el balde de agua a unos metros de su posición, mientras que Iwaizumi conversaba con Daichi, sentados en el borde de la vereda.

Ushijima era el único trabajando: con una esponja, restregaba el exterior del carro con mucha energía. El sol no lo afectaba en lo absoluto y Oikawa no pudo evitar sentir admiración por él. Sólo los mejores soldados podían continuar con la lucha en aquellas terribles condiciones.

El capitán del equipo de vóley admitía que sus ánimos estaban por los suelos. Agradecía enormemente a Mari y a su familia por permitirles usar la calle directamente en frente de su mansión, pero la zona era tan exclusiva que solo pasaban carros cada siglo. No habían tomado en cuenta la posibilidad de que los vecinos de los Ohara se habían ido de viaje por vacaciones, pero Oikawa imaginaba que ese era el caso: había una visible ausencia de clientes.

Lo que más le dolía era pensar que, en pocas horas, se haría de noche y terminaría la jornada de trabajo. No habían recolectado más que quince mil yen, que ni les alcanzaba para dos días de entrenamiento. Junto con la terrible venta de polos, todo indicaba que el equipo de vóley de Rizembool no podría entrenar durante lo que quedaba de vacaciones.

A punto de rendirse, Oikawa estrujó el trapo en sus manos, dispuesto a lanzarlo al piso de la rabia. Sin embargo, el sonido del motor de un carro lo distrajo, y cuando enfocó su mirada en la pista, observó a una enorme limusina acercándose a su posición.

El elegante carro se detuvo en frente de él.

La luna de la limusina se deslizó hasta mostrar a Kokichi, quien observó a Oikawa por encima de sus lentes de sol. Su sonrisa burlesca estuvo a punto de sacarlo de sus casillas, pero la curiosidad lo mataba: Oikawa nunca había imaginado que Kokichi fuera a pertenecer a una familia adinerada. Con lo mucho que había insistido aquella vez en que le paguen el almuerzo, el key intuyó que no contaba con tantos recursos económicos. Sin embargo, verlo en una limusina descartaba aquellas impresiones.

De alguna manera, se le hacía más irritante de lo que ya era.

La imagen de Kokichi que albergaba en su mente había pasado a ser la de un niño rico, travieso y engreído… que, suponía, no se alejaba para nada de la realidad.

“¡Oikawa-chan!” Kokichi sonrió de lado. “No pensé encontrarme contigo por aquí~ ¿Esta zona no es un poco alta para tu nivel? ¡Oh, pero tu mamá si podría vivir en una de estas casonas, ahora que lo pienso!”
“…” Oikawa se mordió la lengua, obligándose a aguantarse las ganas de lanzarse a estrangularlo. “Kokichi-chan, debo decir que no me alegra verte de nuevo~”
“¡A mí menos!” Su sonrisa se ensanchó. “Más aún con ese atuendo que llevas. ¿No que el car wash sirve para atraer público femenino? Con esa ropa, ninguna chica se te va a acercar.”
“…” Oikawa observó su vestimenta, indignado. Contaba con un polo holgado negro, unos shorts sueltos y unas zapatillas, similar a los atuendos de sus amigos. No era precisamente un ícono de la moda, pero tampoco andaba tan mal vestido. “Sigo siendo atractivo, no importa cómo me vista~”
“Eh.” Kokichi se encogió de hombros. “Lo que tú digas.”
“Kokichi-chan, no estoy de humor para escuchart—”
“Oh, y yo que venía a proponerte algo.” Kokichi suspiró.
“…” Oikawa lo observó, receloso. “¿Qué cosa?”
“Me alegra saber que sigues sin tener instinto de preservación, nishishi~” Kokichi rio. “Pensaba prestarles lo necesario para financiar sus entrenamientos en el complejo de Shibuya.”
“¿Tú cómo sabes es—?”
“Pero ojo, prestar, porque sería un pequeño desbalance en mi presupuesto mensual.”
“¿De cuánto… estás hablando?”
“Uh… ¿No sé? ¿Cuánto necesitan? Creo que pensaban entrenar tres o cuatro días a la semana… ¿Les podría costear un mes de entrenamientos? Ah, y les doy un bonus.”

Bokuto y Kuro, que andaban desparramados en el suelo, se levantaron al oír la conversación. Lo mismo sucedió con el resto del equipo: todos optaron por conglomerarse alrededor de la limusina, curiosos por ver de quién se trataba.

Los miembros del equipo de vóley reconocieron inmediatamente a Kokichi. Algunos no pudieron esconder su disgusto y rechazo hacia él, mientras que otros se mostraron curiosos. Sin embargo, todos andaban pensando lo mismo: tal vez el rebel se apiadaría de ellos y les permitiría lavar su carro a cambio de dinero.

“Oya oya~” canturreó Bokuto. “¿Tú no eres el rebel de Eureka?”
“Síp~ Me presento de nuevo, soy Kokichi Ouma, un gusto~”
“¿Nos vas a dejar lavar tu carro?” preguntó Ushijima, alzando su esponja, listo para el ataque (?).
“Si gustan, no tengo problemas, pero realmente tenía otra cosa en mente.”
“¿Qué?” Iwaizumi lo observó, receloso.
“Pensaba financiarles los entrenamientos. Bueno, les iba a prestar, realmente.”
“¿Cómo así?” preguntó Kuroo.
“Uh…” Kokichi se llevó la mano al mentón, pensativo. “Pues le expliqué a Oikawa-chan que les iba a dar lo necesario para costear un mes de entrenamientos en el complejo de Shibuya. Ah, y les daría un bonus.”
“¿A cambio de…?” preguntó Kuroo.
“Es un préstamo, tontito.” Kokichi rio. “Me tienen que devolver el dinero. Es cierto, sólo les voy a pedir la mitad, pero la otra…”
“Ouma, déjate de rodeos,” le exhortó Iwaizumi. “¿Qué es lo que quieres?”
“¡Quiero entrar al equipo de vóley!” gritó, haciéndoles ojitos. “¡Es mi mayor sueño!”
“¡Deja de mentir, Kokichi-chan!”
“¡Pero es cierto!” Kokichi hizo un puchero. “No soy un mal jugador y estoy ofreciéndoles mi apoyo en estos tiempos tan tristes.”
“Fuiste tú el culpable de todo esto,” dijo Suzuki.
“¡Exacto! Es mi manera de reivindicarme.” Kokichi sonrió. “Miren, que en serio debería pedirles todo el dinero de vuelta, pero si me dejan entrar al equipo, sólo les voy a pedir la mitad. ¡Es una gran oferta!”
“¿Y ya no lavamos tu limusina?” preguntó Daichi.
“¿Nunca fue un requerimiento?” dijo Kokichi.
“Kokichi-chan. No es tan fácil entrar a nuestro equipo,” dijo Oikawa. “Para ello, debemos jugar un partido de práctica y eso sólo se puede dar al inicio de cada ciclo.”

“¿Eeeeeh?” Kokichi lo miró con desdén. “¡Pero Ushijima ingresó de manera extemporánea!”
“¡Ushiwaka-chan es un jugador profesional!” dijo Oikawa.
“Awww, mira cómo lo defiendes,” bromeó Kuroo.
“Gracias, Oikawa.” Ushijima se veía muy alegre.
“…” Oikawa hizo una nota mental de lavarse la lengua después. “En fin, no puedes ingresar por el momento.”
“Ah, bueno.” Kokichi se encogió de hombros. “Se quedan sin entrenar en veran—”
“¡OKAY! Okay. Hagamos algo. Te exoneramos del partido de prueba, pero debes entrar al inicio de ciclo.”
“¡Shittykawa! ¿Estás loco? ¡Es el rebel de Eureka!” le gritó Iwaizumi, al borde de un paro cardíaco.
“Iwaizumi tiene razón, Oikawa,” dijo Daichi. “Podemos buscar otras formas de—”
“Lo sé.” Oikawa se veía un tanto apenado. “Pero la venta de polos no está yendo bien y hoy sólo hemos lavado… tres carros. Y uno era de la familia de Mari-chan. Y el otro era del chofer de Mari-chan, así que… entienden.”
“…” El grupo guardó silencio.
“Odio tener que depender de Kokichi-chan. No confío en él.”
“Yahoo, estoy aquí~”
“Pero estamos desesperados. Las vacaciones se van a terminar dentro de poco… no podemos perder más tiempo.”
“¿Cuándo nos depositarías el dinero?” preguntó Suzuki.
“Ahorita. Si aceptan, se lo transfiero a Oikawa-chan en estos momentos.”
“…Danos un segundo,” dijo Oikawa.

Con un par de palmadas, el capitán los juntó a todos en un círculo cerrado, con la intención de que Kokichi no escuchara su conversación. El rebel rodó los ojos porque, aún así, la cercanía entre sus posiciones le permitiría oír de todos modos.

“¿Qué opinan?” preguntó Oikawa.
“Yo creo que es muy riesgoso,” dijo Daichi. “Ouma parece ser un chico muy impredescible.”
“Sí, es cierto. Pero puede que avale por nosotros si se une al equipo. Digo, si es SU equipo, ya no podría destruir el gimnasio de nuevo, ¿no?” dijo Suzuki.
“Lo dudo. Ouma sería capaz de eso y más.” Iwaizumi no se veía tranquilo con la idea.
“¿Qué tal si lo dejamos entrar?” sugirió Ushijima. “Podríamos separarlo si es que no contribuye al equipo.”
“No me gustaría lidiar con el entrenador, pero es cierto.” Oikawa asintió.
“¡Sí! Con suficiente justificación, podríamos sacarlo.” Bokuto sonrió.
“No puedo creer que están considerando esto.” Iwaizumi rodó los ojos. “¿No tienen ningún instinto de preservación? Es un rebel, sarta de estúpidos.”
“Oikawa también fue rebel,” comentó Suzuki.
“Pero Oikawa es un baboso, en cambio Ouma… no lo parece. Debe estar tramando algo.”
“Iwa-chan, yo sé. Pero no podemos seguir perdiendo más tiempo.”
“No seas estúpido. Ouma nos puede hacer perder más que eso. ¿Qué pasa si hiere a alguno?”
“¡Eso es imposible!” afirmó Bokuto. “¡Eureka nos protejerá!”
“…Yo también podría—” empezó Oikawa, pero todos se rieron.
“Tú eres la damisela en peligro, Oikawa,” dijo Kuroo. Su sonrisa sabelotodo decía más que sus palabras.
“…Los odio.”
“No se distraigan,” dijo Daichi. “Deben tomar en cuenta que no está el equipo completo ahorita, por cierto.”
“Sí, tienes razón…” Bokuto comenzaba a dudar.
“Peeero estamos la mayoría,” comentó Suzuki. “Somos siete de los trece.”
“Sin contar a Fushimi, que nunca más vino, y a los Takakura,” dijo Kuroo.
“Mm…” Daichi aún tenía sus dudas. “Yo solo aceptaré si Oikawa promete tener un plan B en el caso de que algo suceda.”
“Sawamura, ¿confías en este baboso?” Iwaizumi señaló a Oikawa con su mirada. “¿Qué plan B puede tener?”
“Eureka-chan.” Oikawa sentenció, de la nada. “Es su rebel. Si ella me apoya, ustedes también deberán hacerlo.”
“¡Eureka y tú comparten la misma neurona!” le dijo Iwaizumi. “¡Obviamente te va a dar la razón!”
“Hehe.” Oikawa sonrió.
“Yo soy la otra voz de la razón,” habló Kuroo, quien, ante la mirada amenazadora de Iwaizumi, prefirió corregir sus palabras. “Okay, a veces, no más. Pero pienso que deberíamos aceptar. Hay momentos en la vida en que debemos tomar riesgos.”
“Yo opino lo mismo.” Suzuki secundó la moción.
“¡Yo también!” Bokuto dijo con muchos ánimos.
“Yo también,” dijo Ushijima.
“Y mi voto vale por dos, así que no les queda de otra.” Oikawa sonrió.
“…” Daichi e Iwaizumi intercambiaron miradas preocupadas. “Bueno, al menos llegué a los 21 años,” dijo Daichi.
“¡Sawamura! ¡No puedes rendirte!” le pidió Iwaizumi, pero el middle blocker ya se había resignado a su terrible destino.
“Iwa-chan, hay que conversarlo bien con Kokichi-chan.”
“Sí, onda, que les he escuchado todo y ya me están cansando,” dijo Kokichi… para alarma del grupo.

El círculo que habían formado se desintegró y el equipo volvió a encarar al rebel, quien los observaba muy curioso.

“Miren. No puedo negar que debe ser difícil creer en mí… si es que intento entrar al equipo es por algo, ¿no? Pero prometo que no habrán malas jugadas. No voy a herirlos ni nada. Sólo quiero joderle la vida a diario a Eureka-chan y Oikawa-chan~ Apuesto a que verme la cara casi todos los días debe ser la peor tortura del universo.” Kokichi sonrió.
“…No hay nada que nos garantice que no harás algo,” dijo Iwaizumi.
“Lo sé. Como dije, debe ser difícil creerme. ¡Yo no creería en mí! Pero ando aburrido. Y necesito créditos extras, así que entrar a su equipo me cae como anillo al dedo. Ahora, Oikawa-chan hizo un trato conmigo hace un tiempo.”
“Es… cierto.” Oikawa desvió la mirada, arrepentido de sus acciones pasadas.
“Él y Eureka-chan son testigos de que soy fiel a mi palabra. De hecho, fueron ellos quienes no la cumplieron.”
“¿Es eso cierto?” preguntó Iwaizumi.
“Sí. Kokichi-chan nos hizo el favor de detener a mi princess y evitar que las noticias de mi falta de compromiso lleguen al comité donde él trabaja.”
“Trabajaba~ Ya no me junto con esos tontitos.”
“…Bueno, en pocas palabras, sí, Kokichi-chan está diciendo la verdad, aunque no lo crean.”
“¡Un milagro! Pero sí, no estoy mintiendo.” Kokichi sonrió. “Así que pueden tomarlo o dejarlo.”
“…” Iwaizumi consideró las palabras del rebel. No le agradaba la idea de aceptar el trato, pero si su mejor amigo estaba diciendo la verdad, no había motivo para seguir dudando. Sólo debían tomar sus precauciones. “Okay.”
“¿Qué opina el resto?” preguntó Kokichi. Uno a uno, todos comenzaron a asentir, de acuerdo con el vice-capitán.
“Está bien. Mándanos el dinero,” dijo Oikawa.
“Oookaaay~” canturreó Kokichi, a la vez que sacaba su celular de su bolsillo. Le dio un par de toques y luego volteó a sonreírles. “Listo. Debería llegarte el dinero en un ratito.”

Los presentes escucharon un timbre de notificación a lo lejos, un tanto camuflado por estar dentro del morral de Oikawa, a unos metros de allí, entre las mochilas de sus amigos. El key corrió a revisarlo: se secó las manos en sus shorts y abrió el morral con prisa, buscando su celular y sacándolo inmediatamente. Al desbloquearlo, la notificación más reciente era de su banco.

Revisar el depósito no tomó más que un par de segundos, en los que Oikawa estuvo a punto de morir de un paro: eran tantos ceros que no podía procesar lo que veía. No estaba seguro, a ciencia cierta, de cómo le iban a devolver la mitad de aquella suma.

Tal vez… esa había sido la jugada de Kokichi. Todos los miembros del equipo de vóley serían sus esclavos desde ese momento.

“¿Y? ¿Te depositó?” preguntó Suzuki, curioso.
“Sí.” Oikawa entró en piloto automático: guardó el celular y se levantó, caminando mecánicamente de regreso a la limusina. Con una sonrisa forzada y una leve reverencia, hizo el esfuerzo de mantenerse calmado al preparar su agradecimiento. “G-gracias, Kokichi-chan.”
“No prob~ Espero que lo disfruten~ No se olviden de pagarme pronto. ¡Los veo a inicio de ciclo!” Kokichi les sonrió de lado y reacomodó sus lentes de sol. Ni bien terminó de hablar, la luna de la limusina se elevó hasta permitir que el equipo se viese reflejado en ella. En cuestión de minutos, el carro arrancó y continuó su trayecto, doblando a la esquina de aquella calle.
“¿Oikawa? ¿Estás bien? Te noto pálido…” comentó Suzuki, curioso.
“Haha. No se imaginan cuánto dinero le debemos a ese gremlin.” Oikawa forzó una sonrisa.
“¿Qué?” Bokuto se veía preocupado.
“¿Cómo así?” preguntó Daichi.
“Tengo la sensación de que nunca vamos a poder devolverle el dinero…” Oikawa se llevó una mano a la frente. “Debí suponer que esa iba a ser su jugada, soy un estúpido.”
“¿Cuánto es, Shittykawa?” Iwaizumi estaba al borde de matarlo.
“Tal vez es mejor que nunca se enter—”
“¡YA DILO, OIKAWA!” gritó Suzuki.
“Uh…” Oikawa no sabía dónde esconderse. “Nos depositó 5 millones de yen.”
“…”
“…”
“Agárrenme que yo LO MATO”
“IWAIZUMI DILE NO A LA VIOLENCIA”
“IWA-CHAAAAN”
“Eso es un montón de dinero,” dijo Ushijima. “Más o menos lo que gano en un año.”
“…Wow, y yo pensaba que ganaban más,” comentó Kuroo.
“Tal vez porque aún soy novato entre los profesionales,” respondió Ushijima. “Un pro puede llegar a ganar 12 millones.”
“Eso suena… increíble y tentador,” comentó Suzuki.
“Retomando el problema que tenemos. ¿Cómo vamos a devolverle los dos millones y medio?” preguntó Daichi.
“¿Con nuestras ganancias del lavado de autos y la venta de polos?” ofreció Oikawa. Todos lo juzgaron con la mirada. “Okay, okay. Tendremos que buscar formas de costearlo. Por mientras, hay que aprovechar los dos millones y medio que nos salieron gratis para ir reservando las canchas de vóley del complejo deportivo de Shibuya en estas semanas que vienen.”
“Ah, me olvidaba de preguntarles. Ustedes se van de viaje pronto, ¿no?” preguntó Kuroo. “Algo así me comentó Oikawa ayer.”
“Sí, por el cumpleaños de Shittykawa. Pero sólo será una semana, así que no vamos a perder mucho tiempo. Igual, si nos alcanzaría para reservar también esa semana y que ustedes dispongan de su tiempo.”
“Buena idea. Para que no flojeemos.” Suzuki sonrió.
“¿Ven? Todo bien.” Oikawa sonrió… y recibió un cocacho por parte de Iwaizumi. “¡Iwa-chan!”
“No. Tenemos que cranear otras formas de pagar ese préstamo. Quién sabe lo que Ouma puede maquinar para torturarnos con ello. Podría denunciarte por fraude o algo así.”
“¡Wah! ¡No lo había pensado!” Oikawa se transformó en el grito de Edward Munch.
“Por cierto… ¿Vamos a contarle a Eureka?” preguntó Bokuto.
“Kusokawa lo hará,” sentenció Iwaizumi, cruzado de brazos. “Ya que él nos metió en esto.”
“¡Pero ustedes aceptaron también!”
“Porque confiábamos en ti.” Daichi le sonrió, amenazante. Se acercó y le dio una palmada en el hombro. “Buena suerte.”
“¡Sí! La mejor de las suertes, Oikawa,” dijo Suzuki, imitando a Daichi.

Uno a uno, se acercaron a darle palmadas en los hombros, a manera de apoyo. Hasta Ushijima lo hizo, aunque a diferencia del resto, se veía un tanto preocupado por su capitán.

“…Gracias.”
“De nada. Bueno, a terminar con este carro y nos vamos. No tiene sentido seguir torturándonos si tenemos dinero para rato.” Iwaizumi dio un par de palmadas y todos se pusieron a trabajar.

Oikawa se quedó un tanto perdido por unos instantes, observando cómo su equipo se apresuraba en completar el trabajo con mucha energía. El miedo que sentía era tremendo, pero lo más curioso, sin duda, era que no andaba tan seguro del motivo exacto.

¿Era por la reacción de Eureka? ¿O las medidas que podría tomar Kokichi?

Tal vez eran los dos, si pensaba detenidamente en ello.







Le estaba escondiendo algo.

No había duda de ello: Oikawa era un libro abierto cuando no se trataba de vóley y, en esos momentos, estaba diciéndole todo con sus acciones y su comportamiento.

Hacía una semana que había sido dada de alta, luego de casi volver a entrar en coma cuando los médicos se enteraron de su aventura para visitar a Miranda y su siguiente odisea, la reunión del equipo de vóley.

Sin embargo, todo fue viento en popa y consiguió mejorar pese a aquellas salidas antes de su completa recuperación.

Ese día, había acordado en acompañar a Oikawa a buscar nuevas zapatillas para sus entrenamientos, cuya locación habían logrado financiar misteriosamente de un día para otro. Eureka no dudaba que el motivo de su extraña actitud estaba relacionado a ello, pero había optado por darle un tiempo para explicarse. Tendo le había chismeado que el lavado de autos había sido un fracaso y que la venta de polos no iba tan bien. Por ello, aquellos fondos milagrosos no tenían justificación clara.

Sin embargo, parecía que no sólo Oikawa estaba envuelto en aquel misterio, sino que todos los involucrados en el lavado de autos sabían sobre aquella verdad. Cuando Eureka se había juntado con Iwaizumi y Sawamura para reservar la cancha de vóley del complejo de Shibuya, los dos se habían mostrado un tanto sospechosos en sus interacciones.

Era inevitable sentir curiosidad por lo que había sucedido, pero debía ser paciente y esperar a que Oikawa se sincerara: iba a suceder, tarde o temprano, porque parecía que no podía guardarle secretos por mucho tiempo. Así había sido siempre, desde aquella vez que le había contado sobre el ataque a Hanasaki, hasta ahora, varios meses después de aquel evento.

“¡Ohhhh, estos colores me encantan~!” canturreó Oikawa, mientras revisaba una de las zapatillas de los estantes. El ejemplar en cuestión era llamativo: una combinación agradable de colores junto a un sencillo pero atractivo modelo. “¿Podría sacarme un par para probarme?” preguntó a uno de los vendedores. “¡En talla 28!”
“¡Por supuesto!” el vendedor asintió y se llevó el modelo cuando Oikawa se lo entregó.
“Wow. A veces me olvido de lo alto que eres,” comentó Eureka.
“¿Eh?” Oikawa arqueó una ceja, confundido.
“Nada. Que la talla del pie se relaciona a tu estatura, ¿no? Y yo soy… veintidós, acá. En Inglaterra soy tres y medio.”
“¡Wah! ¡Eso suena chiquito!”
“En Inglaterra serías… diez, diez y medio. Eres un gigante.” Eureka suspiró.
“Hehe. Está bien, Eureka-chan. Uno de tus atributos es tu estatura.” Oikawa le sonrió.
“¿Tú crees?” Eureka lo observó, curiosa.
“¡Claro que sí!”
“Bueno, tienes razón. Hay ciertos chicos a los que les gustan bajitas. Aunque yo soy… súper pequeña.” Eureka se llevó una mano al mentón, pensativa. “Siempre me he preguntado si podría entrar en una maleta.”
“¡Eres portátil!”
“…Ya me dio curiosidad. Tengo que probarlo.” Eureka se veía emocionada con la idea. “Por cierto. ¿Cuándo iremos a ver a Mari?”
“Uh… ¿Supongo que cuando regresemos de viaje? Aunque Maka-chan se iba a visitar a su mamá la semana que viene…”
“Regresa dos semanas antes del fin de vacaciones. Podríamos ir a ver a Mari allí.”
“Okay, hay que avisarle a Mari-chan~”

El vendedor regresó con la caja de zapatillas y se la entregó a Oikawa, quien tomó asiento en uno de los banquitos dispersos alrededor de la tienda. Se removió las zapatillas, dispuesto a probar las nuevas.

“¿Qué me escondes?” le preguntó Eureka, de frente, a la vez que su key andaba arreglando la parte trasera de las zapatillas. Su pie calzó perfectamente, pero Oikawa se había quedado estático, sin intención de ajustar los pasadores.
“¿…Nada?” dijo, sin mirarla a los ojos, mientras retomaba su acción.
“No eres nada bueno guardando secretos, ¿sabes?”
“…Tal vez,” admitió Oikawa, entre risas. “Pero este va a valer mi vida. Y yo aprecio mi integridad física.”
“¡Ajá! ¡Acabas de aceptar que me estás escondiendo algo!”
“Sí.” Oikawa alzó la mirada y le sonrió. “Que estoy enamorado de ti, Eureka-chan.”
“…” Por unos instantes, Eureka se lo creyó… y de ahí recordó con quién andaba hablando. “¡N-No digas esas cosas ni de broma!”
“Haha~” Oikawa sonrió. “¿Caíste en mis encantos? Realmente soy irresist—”
“Oikawa.” La voz de Eureka era de pocos amigos.
“…Te digo si no te enojas.”
“Me va a ser imposible.”
“…Okay, te digo si sólo prometes electrocutarme un poquito.”
“…” Eureka rodó los ojos. “Está bien.”
“Es sobre los fondos del club. Uh… ¿Puede que hayamos hecho un pacto con Kokichi-chan?” Oikawa sonrió, como si se tratase de algo común en sus vidas… y okay, no podía culparlo. Hacer pactos con la gente era su tradición. Y ya habían hecho un pacto con Kokichi… ella lo había propuesto, así que no podía ser hipócrita y sacarle en cara todo cuando ella también cometía estupideces de vez en cuando.
“Mm.” Eureka se cruzó de brazos. “Pensé que sería peor. A menos que— ¿Cuáles fueron las condiciones? Y espera. ¿Por qué dijiste “hayamos”?”
“Es un pacto entre el equipo de vóley y Kokichi-chan.”
“Ya. Raro, pero bueno. ¿Qué les ofrece y que le dan a cambio?”
“Nos dio el dinero y a cambio… entrará al equipo de vóley el ciclo que viene. Y debemos devolverle la mitad de lo que nos dio.”
“Huh. Sigue siendo mejor de lo que pensé. ¿Tal vez ya no atacará el gimnasio ahora que pertenecerá al equipo?”
“¡Eso mismo pensó Suzuki-chan! Y yo estoy de acuerdo. Pero eso… no es todo.”
“¿Qué falta?”
“Espera.” Oikawa llamó al vendedor. “Voy a llevármelas,” dijo, mientras se removía las zapatillas.
“¡Por supuesto!” El vendedor se apresuró en colocarlas de nuevo en su caja y las llevó con el cajero. Oikawa se apuró en colocarse sus zapatillas para darle el encuentro allí y poder pagar por su nueva adquisición. Eureka fue detrás de él, enojada por aún no saber la historia completa.
“¿Me dices?”
“Ahorita.” Oikawa sacó su tarjeta de débito y la entregó al cajero, quien la deslizó rápidamente.
“¿Boleta o factura?”
“Boleta.”
“Por supuesto. Su pin, por favor.”
“Claro~” Oikawa lo marcó en el POS, escondiendo su clave. Unos segundos de silencio y la pequeña máquina cobró vida, emitiendo el comprobante de pago. El cajero sacó la copia con premura y procesó la venta en su computadora. La boleta de compra salió de la máquina adjunta y el cajero se la entregó a Oikawa, junto a la bolsa de las zapatillas.
“Gracias por su compra,” dijo el vendedor, haciendo una leve reverencia.
“¡Muchas gracias!” Oikawa le sonrió y se dio media vuelta, saliendo de la tienda. Eureka tuvo que correr para alcanzarlo: maldecía a la gente alta, que daba tres pasos mientras ella debía correr para poder seguirles el paso.
“¡Oikawa!” gritó, ni bien volvió a estar a su lado.
“Hm hm hm~” Oikawa canturreaba, ignorándola.
“¿Quieres que te electrocute?”
“Ay, Eureka-chan, enojarte tanto te arrugará la cara~”
“¡Entonces dime qué pasó con Kokichi!”
“…” Oikawa se detuvo en seco. “Prométeme que no me odiarás.”
“Eh. ¿Por qué lo haría?” dijo Eureka, colocándose frente a él para observarlo.
“Uh… Okay. Te diré la verdad.” Oikawa suspiró y se armó de valor. “¿Le debemos dos millones y medio de yen a Kokichi-chan?” ofreció, con una sonrisa boba.
“…”
“…”
“YO TE MATO”
“EUREKA-CHAN, PIEDAAAD”

La persecusión debía ser jocosa para el resto de visitantes del centro comercial, pero para Eureka, era un gran esfuerzo por no mandar todo tipo de etiqueta social al tacho de basura y electrocutar a Oikawa frente al resto de personas.

Sin embargo, Eureka no podía evadir la culpa que sentía por eventos pasados: si bien los dos compartían una neurona, la gran mayoría de tiempo Oikawa era el dueño de esta. Eureka no se detenía a pensar en las consecuencias de maquinar planes extravagantes o hacer pactos con el enemigo y tenía sentido que le hubiese contagiado este defecto a su mejor amigo. Aunque… tampoco significaba que Oikawa había sido inteligente antes de conocerla: era un completo idiota como ella, tan solo se había vuelto más imbécil luego de hacerse su amigo.

El pensamiento la hizo reír, deteniéndose en medio del pasillo concurrido de gente. Oikawa, al no sentirla cerca de él, se giró a buscarla con la mirada y la encontró carcajeándose a mandíbula suelta. La vista era realmente bonita, si bien Oikawa imaginaba que para el resto de personas era un tanto perturbador encontrarse con una chica riendo así en pleno centro comercial.

Oikawa se acercó hasta darle el encuentro y allí, recién, Eureka se detuvo, limpiando un par de lágrimas de sus ojos producto de las risotadas.

“¿Estás bien?” preguntó él, aunque más que preocupado, se veía divertido por la reacción de la chica.
“Como nunca. Eres un idiota.” Eureka sonrió.
“No entiendo. ¿No querías matarme?”
“Quería. De ahí recordé que soy una terrible influencia en tu vida. De tanto juntarte conmigo, estás perdiendo la poca inteligencia que tenías.”
“Bueno, creo que más que falta de inteligencia, esto es locura pura. Soy capaz de arriesgar todo por mi equipo y por el vóley.”
“Siempre has sido un poco extremo, ahora que lo pienso.”
“Mm~” Oikawa asintió. “Entonces… ¿Todo bien entre nosotros?”
“Claro que sí. Sería hipócrita de mi parte juzgarte cuando yo he tenido ideas estúpidas como la del gokon o la de Nanamine.”
“Ya me tocaba a mí, entonces.”
“Era tu turno.” Eureka rio. “Pero bueno. Habrá que pensar en cómo haremos. ¿No les dio fecha límite?”
“No, pero intuyo que tomará medidas si nos demoramos mucho.”
“Ah. Habrá que tomar precauciones en el viaje. No podremos gastar mucho.”
“Eureka-chan, tú no tienes por qué—”
“¿Estás loco? Es mi rebel. Los voy a apoyar en lo que pueda.”
“¡Eureka-chan! ¡Eres un ángel!”
“Sí, sí, lo que sea. A cambio, debes comprarme un helado ahorita.”
“¡Claro que sí! ¡Lo mínimo que puedo hacer a cambio!”

Eureka estaba dispuesta a refutarle aquello, cuando un pensamiento invadió su mente y se detuvo en seco.

“Espera.” Eureka se giró a observarlo con recelo. “¿Con qué dinero has pagado las zapatillas?”
“…” Oikawa saltó en su sitio. “¿…El mío?”
“OOOOOOIKAAAAAWAAAAAAA”

Buena parte de aquella tarde la pasarían en persecuciones, o al menos así parecía.


« Last Edit: March 22, 2020, 02:55:18 AM by Eureka »


Kana

Venimos con fic compartido!
Eureka estará en este color. Yo estaré en el color neutro del foro.

   
   

Iniciadas las vacaciones, el grupo de rebels (y jubilados (?)) no demoró en juntarse para una tarde de ocio, donde respetando la tradición, se retaron entre ellos en varias partidas de videojuegos variados y comieron y bebieron sin cesar. La tarde había sido incluso más interesante luego de que Oikawa llevara un Nintendo Switch a la reunión, y los ánimos del grupo subieron con la novedad de ciertos juegos de dicha consola. Eso, sumado a las conversaciones sobre los últimos días del ciclo y el ambiente calmado en el grupo, hizo que pasaran un buen rato.

Los seis andaban desperdigados en los sofás de la sala de la casa de Kaworu, quien había sido el anfitrión de nuevo. Las casas de Souji y él eran las más cómodas y grandes del grupo, pero a diferencia de su amigo, Kaworu contaba con videojuegos y menos familiares en su hogar. Souji vivía con sus tíos, sus padres, su hermano mayor, su cuñada y su sobrina, y hasta había oportunidades en las que el número de habitantes aumentaba por visitas o por familiares que iban a hospedarse por breves intervalos de tiempo.

Souji nunca dejaba de quejarse que necesitaba salir de allí y vivir de manera independiente como su primo, Bokuto. Y su grupo de amigos lo entendía a la perfección, puesto que el desmadre dentro de su hogar era terrible.

Pero había alguien que andaba pasándola peor que él.

“Lo siento, Oikawa,” se disculpó Kaworu. Oikawa le sonrió de reojo, apenado, y volvió a enfocar su atención en la pantalla. Andaba jugando una partida de Smash contra Eren, Kaneki y Souji, y no había forma de que perdiera.

Suficiente con el gimnasio y su dignidad.

“Eh, aún estoy de luto por ello.” Oikawa suspiró. “Perder el gimnasio ha sido de lo peor.”
“¿Y lo de tu HiME siendo tu enamorada de mentiritas?” comentó Sho. “El rumor ya se esparció y suena dramático.”
“Eureka es su amiga,” dijo Souji. “Supongo que eso no le ha dado tantos problemas.”
“Sí, lo de Eureka-chan no me ha molestado en lo absoluto,” comentó Oikawa. “Al contrario, me alegra que el grupo de vóley ya sepa que no estamos en una relación y que nuestra amistad surgió por nuestros puestos como HiME y rebel. Ahora sólo será mi mánager y no tendremos que fingir nada.”
“Espera.” Eren se giró a mirarlo por unos instantes. “¿Tu mánager no se llamaba Shinoa?”
“Eureka,” le corrigió Oikawa.
“…Shinoa,” repitió Eren. “Shinoa Hiiragi.”
“Ay, Eren, ¿No te has dado cuenta?” Kaworu rio. “Creo que todos nos enteramos de que ese era su alias para pasar desapercibida. Shinoa es Eureka, la HiME de Oikawa.”
“ExHiME, porque ya no soy rebel~”
“…” De la sorpresa, Eren no se percató del personaje de Souji, quien aprovechó para mandarlo a volar por los aires. “¡Oye! ¡Se están aprovechando de mi ingenuidad!”
“Muy tarde,” dijo Kaneki, a la vez que aprovechaba para golpearlo dentro del juego. El personaje de Eren terminó siendo disparado como un proyectil y perdió una vida.
“Pero en serio, Eren, ¿no lo habías notado?” Souji sonrió. “Eureka y Kana son las peores actrices. Se han delatado mil veces. Más Eureka que Kana, es cierto.”
“¿…Kana?” La cara de Eren era un poema.
“Tú la conoces como Shizuru,” le dio una pista Kaworu. “Mi prima, supuestamente.”
“Realmente es Kana Arima, mi HiME,” comentó Kaneki, sin despegar la mirada de la pantalla.
“Que tu HiME es…” Eren parecía al borde de un colapso mental. “…Me quieren matar, ¿no?” dijo Eren, indignado. “O me están jodiendo para ganarme. Una de dos.”
“Sí, es un truco elaborado para hacerte perder esta partida,” dijo Oikawa, entre risas… y luego notó que Eren hablaba en serio. Se le veía sumamente indignado.
“¿Soy el último que se entera de todo? ¿Acaso hay algo más? ¿Otra cosa que deba saber?”
“…” Souji y Sho intercambiaron miradas cómplices, y soltaron carcajadas.

Oikawa, en su asiento, se llevó una mano a la frente, decepcionado por la ingenuidad de Eren y la estupidez de Souji y Sho. Cuando querían, sus dos amigos podían ser las personas más transparentes del universo. No podía culparlos, porque él también era así a veces, pero su relación debía ser tratada con mucho cuidado. Por más de que Souji y Adachi habían cortado por lo sano, Oikawa aún tenía un mal presentimiento. Y no desconfiaba de Eren: tan solo le preocupaba su facilidad para hablar de más.

Por su lado, Kaneki se encogió de hombros y suspiró, sabiendo que se venía una gran tormenta. Explicarle la situación a Eren, a estas alturas, iba a ser un tanto complicado. Mientras tanto, Kaworu era parte del grupo que no veía mucho problema con todo y no pudo evitar aguantar las risas, uniéndose a Sho y Souji. 

Eren no cabía en su indignación.

“¡¿Ahora qué esconden?!” gritó Eren.
“No sé. Adivina,” lo retó Sho. El pelirrojo aprovechó que su brazo rodeaba el cuello de Souji para extenderlo un poco y tomar el Joy-Con de su pareja, poniéndole pausa a la partida de Smash. Sabía que, de no hacerlo, Kaneki y Souji aprovecharían en eliminar a Eren del juego.
“Eren-chan, si no adivinas, realmente te coronarás como el más despistado del grupo,” comentó Oikawa.
“Está en tus narices.” Sho suspiró. “Lo ha estado siempre, realmente. Porque soy demasiado estúpido y obvio.”
“Me alegra que estés consciente de eso,” le dijo Souji, sonriéndole. “Aunque no hay problema, realmente.”
“Ni lo digas. No quiero imaginar lo que hará el idiota de Adachi cuando se entere—”
“Pero no se va a enterar. Bueno, no tan rápido, espero.” Souji suspiró, preocupado.
“¡¿ME DICEN, POR FAVOR!?” gritó Eren y, desesperado, se levantó y se giró hacia todo el grupo. “¡No soy tan observador como ustedes! ¡No me juzguen!”
“Nadie te juzga. Sólo nos parece tierno.” Kaworu sonrió.
“Ugh. No digas eso, Nagisa, que se me escarapela el cuerpo.” Eren se abrazó, un tanto incómodo. Luego, se giró de nuevo hacia el resto. “Bueno, ¿me van a decir?”
“…Mejor que se entere ahora, en un lugar controlado, que después, por otras personas,” dijo Souji, mirando a Sho.
“Sí, es cierto.” Sho asintió. “Creo que mejor se lo decimos ahorita.”
“Sí, miren cómo se está poniendo.” Kaworu rio.
“¡Dejen de cuchichear y empiecen a h—!”
“Sho y yo estamos saliendo,” contó Souji, como si se tratara del clima.
“¿Perdón?” Eren se veía un tanto confundido.
“Sho y Souji están en una relación, Eren,” comentó Kaneki.
“¿…Qué?” Sus amigos pudieron observar los segundos que Eren necesitó para procesar la información. “¿¡DE DÓNDE SALIÓ ESO!?” comentó Eren, señalando a los implicados. “¿¡USTEDES DOS!?”
“Oi, Jaeger, es mala educación señalar.” Sho rodó los ojos.
“Te diría que tiene sentido que no te hayas percatado de todo, pero Sho es la persona más pegajosa del universo.” Souji rio. “Como dije hace un rato, no hay problema con eso, por cierto,” dijo, mirando a Sho. El pelirrojo desvió la mirada, avergonzado.
“Tú también eres pegajoso, no me jodas.”
“…” Eren no podía creer lo que sus ojos veían.
“Haha~ No puedo con la expresión de Eren-chan,” se burló Oikawa. Kaworu también retomó sus risas, aunque intentó ocultarlas con su mano, a diferencia de su amigo.
“¡NO ENTIENDO! ¿Y TODOS USTEDES ESTÁN BIEN CON ESTO?”
“Si tienes un problema, dímelo en la cara, Jaeger.” Sho tenía cara de pocos amigos.
“Tranquilo, Sho,” dijo Souji, dandole un par de palmaditas en la mejilla. “Creo que Eren se refiere a lo raro que se le hace que el grupo tenga una pareja.”
“¡Obviamente!” dijo Eren, indignado. “A mis ojos, esto ha salido de la nada. ¡Es como que Kaworu y Oikawa vengan mañana y me digan que están saliendo!”
“…” Kaworu y Oikawa intercambiaron miradas y volvieron a partirse de la risa.
“¿QUE USTEDES TAMBIÉN ESTÁN EN PLANES?” gritó Eren, preocupado.
“No, Eren, tranquilo. Oikawa sí está en planes con alguien, pero no conmigo, lamentablemente~”
“Ay, Kaworu-chan, me halagas— ¿QUÉ? ¡YO NO ESTOY EN PLANES CON NADIE!” Ahora Oikawa era el epítome de indignación.
“¿Ah no? Podía jurar que hace poco me viniste con el cuento de que eres el ke—”
“¿El qué?” Souji lo observó, curioso.
“El k—”
“¿Key?” completó Kaneki.
“Sí—”
“HAHA QUÉ GRACIOSO KAWORU-CHANporfavorbasta,” le suplicó Oikawa, al borde del llanto.
“…” Souji juzgó a Oikawa desde lejos. “Me había olvidado de eso.”
“…” Oikawa quería morirse ahí mismo.
“…” Eren volvió a tomar asiento. Su mirada aún indicaba el shock emocional por el que acababa de pasar: al parecer, aún le costaba asimilar tanta información. A Kaneki le dio un poco de pena verlo así de conmocionado, por lo que optó por darle un par de palmaditas en el hombro.
“Me imagino que debes estar sorprendido por todo,” le dijo Kaneki.
“¿Sorprendido? Ken, esto es demasiada información para un día. De ahora en adelante voy a tener que soportar a Minazuki y a Souji siendo melosos y—ASJLDKFG”
“No jodas,” Sho lo había pateado en la pantorrilla, aprovechando que Eren andaba cerca del sofá donde Souji y Sho andaban sentados.
“¡No! ¡TÚ no me jodas! ¿¡De dónde salió esto!? ¡Aún no me dicen!” dijo Eren, indignado, mientras se sobaba la pierna (?).
“Bueno, Sho estaba enamorado de mí—”
“No,” lo interrumpió Sho, tapándole la boca. “No,” repitió, muerto de la vergüenza.
“Eren, no es tan complicado, en serio,” dijo Kaworu. “Sho estaba interesado en Souji. Luego, Souji se dio cuenta de que era mutuo. Punto.”
“¿Pueden dejar de hablar de mí como si no estuviese aquí?” Sho quería matarlos a todos.
“Pero no entiendo. ¿Souji no tiene pareja?”
“Tenía. Pero ya terminamos.” Souji sonrió. “Por supuesto, no le expliqué lo de Sho, porque sería capaz de ir a matarlo,” comentó Souji, preocupado.
“Dudo que Adachi sea capaz de hacerme daño, though.”
“Sólo porsiacaso, ¿okay?”
“…” Eren suspiró. “Okay, recapitulando: ustedes dos están saliendo,” dijo, señalando a Sho y a Souji. “Shizuru y Shinoa son las HiMEs de Kaneki y Oikawa.”
“ExHiME, ya no soy rebel~” canturreó Oikawa.
“Eres key—”
“KAWORU-CHAN”
“Haha~” Kaworu volvió a reírse.
“…” Eren se desparramó en el sofá. “Okay. ¿Algo más?”
“No, nada más.” dijo Ken.
“Sí, eso fue todo. No te queda más que acostumbrarte,” le dijo Sho a Eren.
“…” Eren suspiró. “Es cierto. Si me indigno más, es por gusto.”
“Ajá~ Mejor nos enfocamos en cosas más positivas, ¡como mi cumpleaños!” anunció Oikawa, emocionado, mientras retomaban la partida de Smash.
“Oh, cierto, falta poco para eso,” comentó Souji. “¿Cuántos cumples?”
“Veintidós,” dijo Oikawa, un tanto apenado. “Me siento un poco viejo.”
“Olvidé que eras el mayor del grupo,” dijo Kaworu.
“No parece, ¿no?” Souji rio.
“Sí, sí, ya sé que soy inmaduro.” Oikawa rodó los ojos. “Pero no soy el más inmaduro del grupo, felizmente,” dijo, y suspiró, aliviado.

Todos observaron de reojo a Sho, quien notó las miradas de sus amigos y bufó, enojado.

“No me jodan. Jaeger es peor que yo.”
“¡Oye!” Eren le devolvió la patada en la pantorrilla.
“Jaeger, carajo—”
“Mm…” Kaneki se veía un tanto pensativo. “Puede que sea un empate.”
“Cierto,” Kaworu asintió.
“Odio la manía de todos ustedes de hablar de la gente como si no estUVIESE AQUÍ,” gritó Eren, indignado.
“¡Haha, gané!” anunció Souji, emocionado. Oikawa, Kaneki y Eren suspiraron, observando con decepción cómo sus personajes aplaudían la victoria de Souji. “Ten.” Souji le extendió su Joy-Con a Sho, quien removió el brazo alrededor de su pareja para adoptar una postura más cómoda para la batalla. Souji apoyó su cabeza en el hombro de Sho.

Por su lado, Kaneki le ofreció su mando a Kaworu, quien lo aceptó con una sonrisa.

“Gracias, Kaneki~”
“Oikawa, ¿vas a hacer algo por tu cumpleaños?” preguntó Eren, curioso, mientras los cuatro jugadores elegían a sus personajes.
“Ah, estaba pensando en viajar. Algo así había hablado con…” Ante la mirada curiosa de Kaworu, Oikawa se sintió un tanto nervioso. “Con una amiga, pero no estoy muy seguro de a dónde. ¿Se animan? Podríamos pasar unos días en el campo o en la playa. Sugeriría la última, porque el calor me está matando,” se quejó Oikawa.
“Mm, suena como una linda idea.” Souji sonrió.
“Justo le había sugerido a Ken algo así,” comentó Eren. “Minazuki y él lo necesitan, han tenido unas semanas complicadas.”
“Es cierto.” Kaneki le sonrió a su hermano, quien le devolvió el gesto. “Pero… ¿Iríamos a un hotel? Creo que no tenemos suficiente presupuesto como para algo así,” se lamentó.
“Podríamos pedirle prestado a Chrom—”
“NO, Kaworu-chan, olvídate de Chrom-chan. Ya le debemos demasiado,” dijo Oikawa, recordando lo que había sucedido con el carro de su amigo.
“Yo… uh. ¿Se acuerdan de Todoroki? El anfitrión de la fiesta de inicio de ciclo. ¿La de derecho?” preguntó Sho, mientras iniciaban la nueva partida de Smash.
“Oh, ese fue el inicio de este bello grupo~” Kaworu sonrió. “¿Qué pasa con Todoroki-san?”
“Pues me dijo que pasaría las vacaciones en su casa de playa,” contó Sho. “Y me invitó a pasar unos días allí.”
“Su familia es dueña de un terreno cerca del pueblo de Hayama.” dijo Souji.
“Sí.” Sho asintió. “Nos dijo que no había problema con que fueramos varias personas, porque… ¿su casa es como una villa?”
“Eso no es una casa, entonces,” Eren rio.
“Sí… A veces Shouto es un poco modesto.” Sho suspiró. “Dijo que lo único que teníamos que hacer era mantener limpio el lugar. Y que cada casa podía albergar hasta 14 personas.”
“Bueno, iríamos los seis, claro. Pero podríamos invitar más gente, ¿no?” sugirió Eren.
“¿Por qué lo dices, Eren-chan?” Oikawa sonrió maliciosamente. “¿Quieres invitar a alguien en especial?”
“No jodas, Oikawa, s-sólo lo decía porque sería más divertido—”
“Haha, que intentes excusarte lo hace más sospechoso.” Kaworu rio.
“Si piensan que lo decía porque tenía una chica en mente, están muy equivocad—”
“¡Chicas! ¡Cierto!” Sho se emocionó. “Necesitamos invitar chicas. Quiero que Ken—”
“Quieres torturarme, que es otra cosa,” dijo Kaneki, y suspiró pesadamente.
“…” Sho hizo caso omiso a su comentario. “Souji, Kaworu. Confío en ustedes. Deben tener varias amigas.”
“Hablas como si tú no las tuvieras.” Oikawa rio.
“Las tengo. Pero en la vida permitiría que Marie o Anemone estuvieran con Ken.”
“Mm… bueno, si tuviera un hermano, también me preocuparía el prospecto de que esté con alguna de ellas.” Oikawa asintió. “Aunque Iwa-chan es como mi hermano y Marie-chan… Ah, bueno, no gano nada preocupándome, haha~”
“Qué terrible hablan de nuestras amigas,” comentó Souji. “Sería una pena que se enteren de todo esto…”
“Souji, si abres la boca—”
“¿Qué me harás?”
“…Nada.” Sho suspiró, resignado.
“Muy bien~”
“Bueno, yo estaba pensando que deberíamos invitar a Eureka y a Kana,” dijo Kaworu.
“Apoyo la moción.” Souji asintió.
“Sí, ellas deben ir sí o sí.”
“Pero fuera de ellas, deberían ir más chicas,” insistió Sho.
“¿Marie-chan y Anemone-chan?”
“Marie me cae genial,” comentó Kaworu. “Creo que a todos nos cayó bien en la fiesta de Derecho.”
“Sí, es cierto.” Ken sonrió. “Podríamos invitarla a ella y a su amiga.”
“Okay, entonces ahí tenemos dos más.”
“Yo tengo un par de amigas que de todas formas se animarían a acompañarnos.”
“¿Cómo se llaman?”
“Elizabeth y Rise,” dijo Kaworu.
“¡Ah! ¿Rise?” preguntó Souji. “¿Rise Kujikawa?”
“No me sorprende que la conozcas, Souji.” Kaworu sonrió.
“Hehe. Sería lindo que nos acompañe.”
“Ahí creo que tenemos a un grupo casi formado. Y bueno, yo necesito jalar a Iwa-chan, porque no pienso dejarlo solo en nuestro departamento,” dijo Oikawa.
“Mm, mm. Entonces quedamos así,” dijo Kaworu. “Sho, ¿tú crees que puedas confirmarnos hoy lo de Todoroki-san?”
“Lo hago ahorita,” dijo Sho, y puso pausa en la partida.

El pelirrojo fue veloz en sacar su celular del bolsillo de su jogger, y buscó rápidamente el contacto de su amigo. Tipeó un mensaje escueto, con las esperanzas de que Shouto no se retractara de aquella invitación. La respuesta no se tardó más que un par de minutos, y Sho sonrió. Sho se apuró en agradecerle.

“Dijo que sí, no hay problema,” comentó Sho, y mandó su agradecimiento.
“¡Genial!” Oikawa se veía muy emocionado. “Hay que planear todo bonito y avisarle al resto.”
“Sí. Ahora, retomemos esto, que quiero destruirlos,” dijo Sho, retomando la partida de Smash.
“Jaja, veremos quién canta victoria,” mencionó Eren.
“Eren, tú perdiste hace un r—”
“Shh, Kaneki.”

El grupo irrumpió en carcajadas y continuó con su tarde de ocio, emocionados con los planes del paseo.





Para el día siguiente, Oikawa y Kaworu acordaron invitar a Eureka y Kana al cine para disfrutar de una película en las merecidas vacaciones para los cuatro. Tácticamente, los dos exRebels tenían el objetivo de entusiasmarlas para que fueran a la cabaña de Todoroki en el paseo que estaban organizando.

Después de que la función finalizara, el cuarteto salió del cinema y caminaron con tranquilidad por las calles de la manzana mientras conversaban y se reían respecto a comentarios relacionados con la película. La noche había caído y el clima era fresco lo cual lo hacía grato.

“No puedo creer que a la gente de esos tiempos le diera tanto miedo películas como esa” Dijo Oikawa, riéndose un poco al recordar detalles de escenas que se le hicieron muy básicos.
“Yo te vi muy incómodo en tu asiento. Juraría que casi dejabas sin aire a Eureka-chan de tanto apretarla cuando daban las escenas claves.” Dijo Kaworu “Se nota que es ínfinito el aprecio de Eureka-chan por ti como para no cambiarse de asiento hehe” miró a ambos, con cierta curiosidad.
“Kaworu tiene razón. Casi me dejas sin brazo, Oikawa.” Se quejó Eureka.
“Menos mal que estaba al otro extremo…” Kana soltó un suspiro, sonriendo disimuladamente. “Espero que no pienses que un clásico como Rosemary's Baby es una pérdida de tiempo. Menos si me tocó a mí elegir la película.”
“Nonono. Si bien no da miedo, de todos modos, tiene ese algo de ¨terror psicológico¨ que te deja pensando.” El capitán de volley reflexionó sobre ello. “Quizá existe gente así de rara en el mundo.”
“A mí me gustó. Los clásicos siempre son películas que sí o sí deberíamos conocer. ¿Vienes seguido a ver este tipo de películas, Kana?” Eureka miró a la otra HiME.
“Mh, hace poco que retomé la costumbre. Desde que vengo con Shikishima a ver clásicos se nos ha hecho rutinario venir una vez por semana. La vez pasada vimos Psicosis”
“¿Shikishima?” Kaworu se quedó pensativo. “¿Será el mismo Shikishima de Rizembool? ¿El chico estrella de la universidad?” Le daba sentido sobre todo por el estilo de películas que sonaban mucho a ese chico.
“Oh, lo conoces.” Kana asintió.
“Yo no lo conozco personalmente, pero él y Souji suelen ser la imagen comercial de Rizembool. Lo he visto en las propagandas y videos de bienvenidas a la universidad.” Integró Oikawa.
“¿Es un Rebel?” Preguntó con curiosidad la HiME de la electricidad.
“No que yo sepa…” Respondió Kaworu. “Es como el niño lindo y estudioso de la universidad. No tiene tiempo para hacer de Rebel.”
“No es Rebel.” Ratificó Kana. La peliblanca divisó un kiosko donde tenían una máquina de café. “¿Vamos por unos cafés de máquina? Sé que no son lo mejor, pero tengo ganas de uno”
“Me sumo.” Eureka la acompañó. Los dos chicos las siguieron e imitaron sus compras.

Momentos después los cuatros fueron al parque de al frente con sus cafés en mano y las HiMEs se sentaron en una banca mientras los ExRebels optaron por quedarse de pie frente a ellas. Comenzaron a charlar distintos temas que parecieron ser muy amenos para el grupo hasta pasar a temáticas más actuales.

“Lo último que pasó es que Eren-chan sabe sobre la identidad de Eureka-chan y Kana-chan. Él nunca intuyó ni sospechó que Shinoa-chan y Shizuru-chan no existían haha.” Oikawa no podía con su propia risa. “Luego, luego ¡Ah! Lo mejor de todo es cuando se enteró de que Sho-chan y Souji-chan están juntos y…” El pelicastaño se paralizó de golpe con eso último recordando que sólo Eureka y Kaworu sabían esa revelación. “…Uh”

Eureka se encogió de hombros, mirando un poco inquieta a Kana quien sería la única en no saber. Por obvios motivos, ella no le había contado lo de Sho y Souji porque era un tema privado, pero ahora que Oikawa había abierto la boca sentía que era justo que le explicaran, pero no se atrevía a ser ella quien lo oficializara por respeto a los involucrados.

“Wait, wait…” Kana, quien se mantuvo en silencio y pensativa, parpadeó un par de veces. “¿El chico pelirrojo está con Souji?”
“Pues… sí.” Le aclaró Kaworu.
“¡Por favor no le digan a Souji-chan ni a Sho-chan que les dije! ¡Ellos me van a matar! ¡Sobre todo Sho-chan!”
“Es que se me hace curioso que el hermano de Kaneki esté en una relación sentimental. ¿Siempre se me hizo medio… aturdido en ese tema? Lo siento”
“Ah, Kana-chan no te sientas mal. Todos pensamos que Sho-chan es muy tonto cuando se trata de amor. ¿Ni él mismo sabía que estaba enamorado de Souji-chan? También para mí fue un gran acontecimiento cuando me contó Souji-chan ya que los dos son muy distintos pero, como dicen, polos opuestos se atraen.”
“Sho es adorable” Reflexionó Kaworu.
“Sí. Pero es fuego puro cuando se enoja así que júrenme que no le dirán que yo les conté”
“¿Pacto de sangre?”
“N-no. Nunca tanto Kaworu-chan”
“Yo lo juro…” Dijo Kana, luego miró complicemente a Eureka a su lado “Pero no puedo jurar que los veré con los mismo ojos.” Se cubrió el rostro al dejar escapar una risita. Eureka la imitó sabiendo a qué se refería. Las dos shippearían a ese par como pareja.
“Bueno, pasando a otro tema. Nuestro bien amado Oikawa pronto estará de cumpleaños y como lo queremos mucho queremos estar junto a él en su día tan especial.” Kaworu rodeó el hombro de su amigo, afectuosamente. “Celebraremos su cumpleaños en una cabaña de la playa y queríamos invitarlas.”
“¡Aw, verdad que estarás de cumpleaños!” Eureka se emocionó al ver lo pronta que estaba la fecha.
“¿Cumples tu mayoría de edad?”
“Kana-chan, que mala… Sé que no aparento ser una persona madura pero tampoco soy un adolescente.” Oikawa hizo un puchero.
“¿Se apuntan?”
“A mí me encantará estar presente en tu cumpleaños.” Asintió Eureka observando a su, ahora, exRebel. “Y me viene bien despejarme en un lugar tan lindo como una playa después de unas semanas difíciles”
“…Oikawa me contó un poco sobre lo que pasaron con Kokichi… Espero que ambos estén bien a futuro.” Kaworu suspiró “Siento que siempre te tenga que dar buenos deseos después de una catástrofe, Eureka.”
“No te preocupes. Se da la coincidencia que últimamente se ha vuelto más rutinario en mi vida estar constantemente amenazada.” Eureka también suspiró.
“Ah, Kokichi. Tu nuevo rebel, ¿no?” dijo Kana.
“Sí.” Eureka suspiró. “Todo un caso, realmente.” La HiME prefirió cambiar de tema. “Kana, ¿irás tú también?”
“…No lo sé todavía. Creo que lo dejaré por confirmar.” La chica bajó la mirada, pensativa.
“Kana-chan, anímate.”
“Es que…” Ella miró a los demás, un poco incómoda. “Prometí a un familiar que pasaría unos días con él. Bueno, no se lo prometí directamente pero me da un poco de remordimientos dejarlo solo.”
“¿Por qué no le invitas?” Propuso Kaworu.
“Ay, no… Es demasiado hiperactivo y siempre busca llamar la atención. Seguro incomodará a Sho o a Eren con su personalidad. Ahora está menos ¨animado¨ porque pasa por un periodo donde se está replanteando su vida… Pero no creo que sea bueno que él vaya.”
“Oikawa es hiperactivo y siempre busca llamar la atención y lo aceptamos igual.” Bromeó Eureka.
“¡Oye!”
“Eureka tiene razón en eso.” El peligris le dio unas palmaditas en la espalda a Oikawa. Luego observó a Kana. “No creo que existan inconvenientes con que vaya. Sho y Eren coexisten juntos y hasta el momento no se han matado el uno con el otro y son personalidades impulsivos y explosivos. Ya ven lo bien que se llevan los dos. Seguramente tu familiar no tendrá dificultades para adaptarse”
“¡Además que irá mucha más gente esta vez!” Dijo emocionado Oikawa “Todos han querido estar presente en mi cumpleaños. Seguro que tu familiar se distrae con alguno de nuestros otros amigos”
“Hm…” Kana aún no se convencía.
“¿Es tu medio hermano?” Le susurró disimuladamente Eureka a su lado.
“Sí… Te conté hace un tiempo que él tiene sus delirios con el deporte. Además, como es un poco famoso quizá acapare gente nada que ver al lugar.”
“Pero no creo que eso pase. En el festival sí se comportó bien lo poco que lo vimos.”
“…” Kana se quedó algo confundida. “No sé qué vio esa noche que actúo tan frío y se fue tan distante”
“¿Tal vez está madurando?”
“Holaaa, seguimos aquí.” Oikawa las abarcó llamando la atención.
“Si superamos a Oikawa podemos superar a cualquiera.” Eureka la dijo a su compañera.
“Cierto…” Kana asintió. “Bueno, le preguntaré si se anima a ir.”
“¡Dile que es mi cumpleaños y seguro estará feliz de asistir! Me gusta cualquier tipo de regalo, que no se preocupe que todo es bien recibido.”
“…” Eureka y Kana dejaron escapar un largo y prolongado suspiro. Kana había pensado que Kise tal vez hiciera sentir incómodo a Sho o a Eren pero no había pensado en la posibilidad de que Oikawa y Kise eran ambos llamativos y seguro cuál de los dos quisiera acaparar la atención de todos.
“Si no quiere ir igual lo tendré que llevar si o si, así que les pido disculpas de antemano.”
“No te preocupes, no creo que pase algo malo.” Kaworu meneó la mano en el aire. Posteriormente miró a Eureka “Por cierto, si por tu parte deseas invitar a alguien también es bienvenido.”
“Mh…” Eureka adoptó una pose reflexiva, observando hacia un costado cuestionándose si lo que tenía en mente era lo correcto, porque así lo sentía, o si sus amigos le quedarían mirando raro cuando les dijera su propuesta. Dudó si atreverse.
“Eureka-chan, no seas tímida.” La animó Oikawa, divertido con la expresión de su ex HiME.
“Deben prometerme que no se reirán de mí.”
“Dale.” 
“…” Era necesario arriesgarse. “¿Cómo es que se llama el chico que siempre presta su automóvil?”





 


La fecha propuesta para el paseo había llegado y era hora de partir rumbo a la cabaña de playa que Todoroki amablemente les había ofrecido. Eureka y Kana salieron juntas desde la mansión HiME. Como Eureka se estaba quedando en aquel lugar desde que había terminado con Lelouch, Kana acordó con ella quedarse la noche anterior también en la mansión para que ambas se fueran juntas del lugar en vez de que la pasaran a buscar en las cercanías del templo de Yato.

Mientras caminaban a la zona de aparcamiento de Hanasaki las dos conversaban sobre el último acontecimiento ocurrido a Eureka donde tuvo que luchar junto con Cho y Oikawa contra Kokichi y Komaeda, asunto que llamó mucho la atención de Kana tanto por los momentos tensos que Eureka tenía que pasar como también llamaba su atención el lado positivo de ver que la HiME estaba rodeada de gente que la apoyaba. Sobre todo Eureka podía contar con el apoyo incondicional de Oikawa y eso era admirable. Cuando por fin llegaron Kana se alivió de ver que Kise estaba esperando en el punto de encuentro que le había indicado. Felizmente había sido puntual y no las haría esperar por él.

“Eh, Eureka, éste es mi medio hermano Kise Ryouta.” Kana le indicó a Eureka. Después miró al rubio. “Ella es Eureka.”
“Mucho gusto.” El rubio le sonrió armoniosamente a Eureka. “Sólo he escuchado cosas buenas de ti.”
“Aww, muchas gracias.” Dijo Eureka “Yo… También de ti” aunque Kana se expresaba de una forma peculiar respecto al rubio, no parecía ser una persona inquietante.
“¿En serio?” mantuvo la sonrisa. “Porque mi hermana suele dejarme mal parado…”
“¡Ah! ¡No!” Eureka negó con las manos y cabeza. “Ella ha comentado que eres buena persona y aparte he escuchado a muchas personas hablar de ti respecto a lo buen basquetbolista que eres y ¡Vaya que eres alto!”
“Hehe. Gracias” El tono de voz de Kise evidenciaba orgullo propio pero disimulado.
“Supongo que está bien de vez en cuando mencionar ese talento que tienes… En fin” Kana se alzó de hombros y se colocó las gafas de sol. “Debemos esperar a que vengan por nosotros.”
“Espero que Kaworu no nos atropelle al llegar” bromeó Eureka.
“¿…?” Kise las observó de reojo con un gesto gatuno y curioso.
“Ah, es que Kaworu es conocido como el ¨Killer Driver¨ Lo curioso es que siempre resulta ser el chofer. Pero no hay nada que temer. Hasta la fecha no ha pasado nada malo.”
“Ah, Okay.” Asimiló con normalidad el rubio. Luego sacó su teléfono celular para echarle un ojo a Instagram.
“A Kise no le inquietan las cosas perjudiciales.” Kana se irritó al ver a su hermano con el teléfono “Te dije que no trajeras esa porquería. La idea era desconectarte de tu fama como deportista e influencer.”
“No soy nada de eso…” lo guardó. “Sólo chequeaba la publicación de LeBron.”
“…”
“Creo que aquí vienen.” Dijo Eureka. Luego quedó en shock por la llegada del vehículo “Espera, ¿khé?” no podía creer que ese vehículo aparcara correctamente después de una llegada lenta y segura. El rostro de Eureka era tan evidente porque no se esperaba en ninguna instancia que Kaworu de pronto se reivindicara como conductor de ese modo.
“Hola, Eureka” La ventanilla polarizada del copiloto se bajó, dejando ver a un sonriente Kaworu.
“H-Hola, Kaworu”
“Chrom será el chofer hoy. Le ofrecí manejar para que no se cansara con el trayecto pero dice que estará bien.” Explicó el exRebel.
Chrom se bajó del vehículo y fue hasta la puerta trasera la cual abrió para el trío que esperaba en Hanasaki. “Buenos días, me disculpo por la tardanza”
“Ah, no te preocupes. No has tardado nada.” Dijo Eureka, sonriéndole amistosamente. Aquel joven resultaba ser bastante amable y educado, le alegraba que los chicos hayan considerado su recomendación de invitarlo. Se le hacía un poco cruel que siempre le pidieran su vehículo y no quisieran invitarle. “Me llamo Eureka.”
“Mi nombre es Chrom.” Se presentó con los tres. Luego apretó un botón que activo una especie de plataforma.
“Yo me llamo Kana y él es mi hermano…” Kana intentó presentar correctamente a Kise pero le llamó la atención la plataforma que Chrom había activado puesto que era evidente que era de aquellas que usan las personas que necesitan de sillas de ruedas. “¿Eh?”
“Ah… Eh… Chrom…” Kaworu reparó en la cara de confusión de las HiMEs. “Olvidé decirte que nuestro amigo… discapacitado… Ha tenido una milagrosa recuperación.” Tiempo atrás, en la primera salida del grupo, Kaworu le había mentido a Chrom para que le prestara su vehículo diciéndole que necesitaba de él ya que tenía un amigo paralítico el cual le costaba salir de casa. Claro, ese amigo era Kaneki, a quien en efecto le costaba salir de casa pero que nunca estuvo paralítico. Era una ¨mentirita inocente¨ que Kaworu le contó a Chrom sabiendo que era portador de tan buen corazón y no podría negarse a su petición.
“¿En serio?” el peliazul miró a Kise. Éste último se desconcertó al recibir la mirada sorprendida de Chrom.
“Hehe, él no es.”
“Bueno, de todos modos, me alegra que tu amigo esté mejor.” Chrom oprimió el mismo botón y la tecnológica plataforma se guardó. “Adelante, por favor.”
“Gracias” Ambas chicas se asomaron.
Adentro se encontraron con Oikawa sentado en los asientos delanteros de la parte de atrás junto a Eren, inmediatamente el joven capitán de volley les dio la bienvenida. Sho y Souji estaban sentados en la segunda línea, Sho estaba distraído escuchando música con sus audífonos, mientras Souji saludó prontamente a los presentes. Eureka se sentó al lado de Eren y Kana iba a sentarse atrás con Kise siendo los asientos más amplios, pero notó que su hermano estaba dudoso de entrar.
“¿Pasa algo?” Le preguntó, quedando los dos sin entrar aún.
“Ah, nada… Sólo pienso que quizá sea mejor que me quede aquí…”
“¿Por qué?”
“Eh… ¿No me gusta la playa?”
“Pero si te encanta…”
“Mh…” El rubio de ojos color ámbar desvió la mirada. “Debería quedarme a entrenar.”
“¡Entrenas todo el maldito año!”
“Pero no conozco a nadie aquí.”
“¿Eh?” Kana quedó pasmada con esa excusa. Kise jamás en la vida había tenido problemas de timidez. Le regañó negando con la cabeza. “Sube ya, irás al lado mío…”
“…” Kise miró de reojo a los asientos disponibles. Notó que el par de chicos allí sentados conversaban distraídamente entre ellos. Entrecerró los ojos observando con cierto rechazo a cierto joven. “¿No me gusta la parte de atrás del vehículo?”
“Si gustan” Eren, quien estaba más cercano a ellos en distancia, observó con sus enormes ojos verdes a ese par notando que había cierta indecisión. “Yo me puedo ir atrás. No tengo inconvenientes.” Les ofreció, sonriendo carismático. “Sólo tendré que aguantar al insoportable de Sho pero ya estoy acostumbrado” bromeó, levantándose de su sitio y cambiándose a los asientos de atrás. Inmediatamente recibió un golpe de pique de parte de Sho que le dijo un ¨te escuché¨ y Eren le devolvió el golpe entre risas.
“Ya, mejor no sigan porque después se pican entre ustedes…” Souji optó por cambiarse al medio de esos dos separándolos como si se tratara de dos niños pequeños.
“Mh, te cambio de lugar.” Dijo Kaworu a Kise, bajándose del sitio de copiloto. “Para que disfrutes el paisaje desde adelante.” 
“Gracias” Kise subió al sitio que dejo libre Kaworu y éste último se sentó al lado de Eureka.
“Todo okay.” Dijo Chrom, subiéndose después de acomodar las maletas en la parrilla de arriba.
“Un momento, ¿Dónde está Kaneki?”
“Aquí, Arima-chan” Dijo Kaneki quien estaba refugiado en el portaequipaje en el espacio que quedó disponible entre maletas. “Eh, me mandaron aquí por ser el más bajo…” dijo resignado, alzándose de hombros.
“¿Quieres que te cambie?” Preguntó Eureka, quien sería la más bajita de los presentes.
“No. No. La idea es que ustedes vayan cómodos.” Dijo Kaneki, tranquilamente y de forma amable. “Además aquí estoy bien, hay mucho espacio en realidad.”
“Bien. Entonces está todo okay.” Confirmó Chrom, partiendo.
“Es bueno verlas por fin siendo libres.” Comentó Souji en referencia de que Eureka y Kana por fin se habían librado de los disfraces que debían usar para cubrir sus identidades con esos chicos.
“Sí… La verdad es que estar tal cual como soy es más cómodo que usar esa peluca tan complicada.” Eureka suspiró.
“Ya se habían tardado mucho.” Dijo Souji.
“Lo siento. Es que debíamos estar segura. Sé que ahora estamos en confianza.” La HiME de la electricidad se volteó en su asiento. “Aunque le debemos una disculpa a todos por eso.”
“Eureka tiene razón… Lo lamentamos” Kana observó especialmente a un par de chicos que no dejaban de mirarla a ella y a Eureka. “Sobre todo con ustedes, que fueron los últimos en enterarse.”
“…” Eren y Sho intercambiaron miradas con las HiMEs.
“Es difícil de procesar, no voy a negarlo. No me parece que nos hayan engañado de ese modo, pero se entiende un poco por qué y supongo que cualquiera en su lugar lo habría hecho…” Sho soltó un suspiro. Observó a Kana posteriormente. “Sólo te pediré que sigas siendo pacífica con Kaneki tal y como has sido hasta ahora. Creo que no pretendes nada malo, pero siempre estaré preocupado por él.”
“Aw, Sho.” Kaneki le revolvió el cabello desde atrás. “No tienes que preocuparte por mí. Arima-chan no es una mala persona.”
“Está bien… Pero por si acaso.” Sho volvió a suspirar.
“Tranquilos. Sho está en su derecho de preocuparse y cuidarte, Kaneki, eres afortunado por tener a alguien que se preocupe tanto por ti.” Kana asintió. “Y bueno, a todos los demás igual les pedimos perdón.”
“Cierto. Kana y yo no queríamos seguirles mintiendo y nos sentíamos fatales. Pero ahora que todos saben la verdad es un gran alivio. Este grupo de amigos verdaderamente es un grato círculo social y nos sentimos muy a gusto con ustedes.” Eureka miró a todos en general.
“Un poco de secretismo no fue malo” Dijo Kaworu.
“Habla por ti…” Eren hizo un gesto de frustración. “Fui el último en enterarme de todo. Eso no fue gracioso.”
“…” Eureka y Kana se miraron entre ellas, preocupadas por haberlo ofendido.
“De que ustedes son HiMEs detrás de una falsa identidad de Shinoa y Shizuru.” Pasó la vista luego por los dos chicos que estaban en la misma fila. “Que ustedes…” recordó que Chrom y el familiar de Kana seguramente no tenían por qué enterarse de la relación de Sho y Souji, porque el tema seguía siendo medio secreto. Quizá no era necesario preocuparse por esos dos ya que Kise había sintonizado en su teléfono el partido de los Golden State Warriors y él con Chrom comentaban las jugadas, así que no estarían al pendiente de lo que hablaban los otros. Sin embargo, Eren sería precavido por sus dos amigos. “…Son unos traidores conmigo.”
“Hey…” Sho lo miró frustrando el entrecejo. “Que paranoico eres”
“Pero concuerdo con Eureka y siento que éste es un gran grupo. En su momento me dio mucha rabia que me tomaran por un tonto todos ustedes y yo fuera el último a quien le contaran todo, pero ya se me pasó. Sólo les pido que ya no me oculten más cosas.”
“Tienes razón.” Asintió Kana.
“Prometo que no habrá más secretos” concluyó Eureka. “¿Sin rencores?” miró especialmente a los dos Rebels.
“Sin rencores” Respondieron Sho y Eren.
“¡Que bien! Todos volvemos a estar en paz y amor. Especialmente para una fecha tan importante como mi cumpleaños. Aw, que lindos todos.”
“Cállate, Oikawa, nuestro mundo no gira en torno tuyo.” Sho le regañó. “Era algo necesario de hacer. No porque fuera tu cumpleaños. No te creas” se burló.
“Sho-chan, que malo…”
“Tranquilo, Oikawa,” le habló Souji. “Tú sabes que Sho te aprecia un montón. Prueba de ello es que—sdfks”
“Shh.” Sho le tapó la boca antes de que los quemara. “No seas idiota,” le susurró.
“Sí. Tienes razón.” Souji se giró hacia Oikawa. “Pero bueno, tú entiendes.”
“Aw, sí~” Oikawa sonrió. “Gracias, Sho-chan~”
“…” Sho suspiró, y asintió.
“Ah, disculpen que interrumpa,” empezó Chrom, girándose hacia los asientos traseros. “¿Ya estamos todos?”
“Sí.” Kaworu sonrió. “Falta un grupo, pero nos encontraremos con ellos allá.”
“¿Cómo llegarán Iwaizumi y el resto a la villa de Todoroki?” preguntó Kana.
“Uh…” Oikawa se veía un tanto culpable. “Tenemos un amigo en común, Tomo-chan, que nos dejó encargado su carro por vacaciones, mientras anda de vuelta en su pueblo para pasar tiempo con su familia. ¿Puede… que yo haya sugerido tomarlo prestado? Y a Iwa-chan no se le ocurría otra idea mejor que la mía, así que accedió.”
“Me sorprende. Nunca pensé que Iwaizumi te seguiría la corriente,” comentó Souji.
“Ese es el efecto Oikawa. Terminas accediendo a sus planes idiotas.” Eureka suspiró.
“¡Eureka-chan! ¡Deja de hacerme mala fama! ¡Tú también tienes planes terribles!”
“…Touché.” Eureka suspiró. “Para qué negar lo innegable.”
“Entonces… ¿nos vamos?” Chrom se volteó hacia Kise, quien asintió.
“¡Sí!”

Varios miembros del grupo tuvieron la intención de sostenerse de las manijas superiores del carro o de alguno de sus amigos hasta que recordaron que, esta vez, Chrom sería el conductor  y estarían a salvo. Kaworu no pudo evitar molestarlos por ello, argumentando que sus habilidades para conducir no eran malas. Sin embargo, muchos protestaron, recordándole los eventos pasados. El grupo no demoró en actualizar a Kise y a Chrom con lo que había sucedido… omitiendo detalles como que una de aquellas veces el carro dañado había tenido a Chrom como propetario y, por ende, se trataba de la van en la que andaban viajando.

El resto del trayecto a la playa se pasó entre conversación amena, risas y bromas. Kana encontró que Kise se acopló perfectamente al grupo, puesto que su carisma y su facilidad para encontrar temas de conversación con todos le jugó a favor. Sho lo reconoció, puesto que seguía ciertas revistas de deportes y sabía de su popularidad, y lo alabó por sus habilidades, aumentándole el ego a Kise.

El rubio intervino muy animado en las conversaciones del resto, si bien a veces se quedó callado de forma sorpresiva, cosa que le sorprendió a su hermana. Ya luego le preguntaría el motivo detrás de su extraña actitud.


Eureka

Parte 2! Gracias Kana por tanto desmadre T_T <3 <3 adoro a nuestro grupito de locos!!




Cuando llegaron, todos quedaron sorprendidos ante la villa de casas de playa en frente de ellos: suponían que se trataba de una residencial privada para varias familias adineradas, pero el portero les indicó que todo pertenecía a los Todoroki. Muchos no cabían en su emoción y sorpresa al observar que las fachadas de las seis casas dentro de la urbanización eran impresionantes, e indicaban claramente que los dueños pertenecían a un estrato socioeconómico mucho más alto que el resto. En esos instantes, agradecieron que Sho fuese amigo cercano de Todoroki, puesto que sabían que ninguno habría sido capaz de llegar a un sitio como ese por sus propios medios o sus contactos.

El carro ingresó a la residencial y Chrom notó, a lo lejos, a Todoroki y a sus amigos en una de las casas más cercanas a las rejas de la entrada. Optó por estacionarse allí para darle el encuentro, y aparcó la van al lado de una Jeep. Sho le pidió permiso a todos para salir y saludar a su amigo.

“Yo, Todoroki, Bonkotsu,” les saludó Sho, mientras se acercaba a ellos. Estaban acompañados de una joven de cabellos castaños y un rubio, a quienes Sho conocía de vista, pero con los que nunca había interactuado.
“¡Sho!” Labrys lo saludó con un abrazo. Cuando se separaron, Sho obligó a Todoroki a hacer un saludo elaborado con sus manos.
“Minazuki, me alegra que hayan llegado bien,” dijo Todoroki, aún confundido por el saludo (?). Luego, con un ademan de mano, señaló a sus amigos. “Ellos son Ochako Uraraka y Katsuki Bakugo.” Todoroki señaló a Sho. “Y él es Sho Minazuki.”
“Un placer, Minazuki-kun.” Uraraka sonrió.
“Sí…” Katsuki rodó los ojos.
“Mm.” Sho asintió, y luego se giró hacia Todoroki. “¿Cómo hacemos?”
“Estas son las llaves,” dijo Todoroki, sacando un manojo de llaves de su bolsillo. “La más grande es de la puerta principal. Hay una plateada que es de la suite matrimonial y el resto son las llaves de los cuartos y de los espacios. Se las das a sus dueños y les pides que las cuiden como oro. Ah, es la casa de allá, por cierto.” Todoroki señaló a la segunda casa en la fila opuesta a la suya.
“¿Vamos a ser sólo dos grupos en esta villa?” Sho se veía un tanto curioso.
“Al parecer sí. La villa le pertenece a la familia de mi padre, por lo que puede que vengan primos a quedarse por un tiempo en alguna de las casas restantes, pero no sabría decirte. No me han dicho nada al respecto.”
“¿…Tú las administras?”
“Algo así. Mis hermanos y yo, de hecho.” Todoroki sonrió. “Bueno, no te quito más tiempo. Espero que la pasen lindo.”
“¡Por cierto! Hay un pequeño pueblo cerca de aquí, con un márket y otras facilidades,” comentó Labrys. “Se llama Hayama. De seguro les pasa lo mismo que a nosotros y terminan necesitando más comida.”
“Gracias por el dato, Bonkotsu.”
“Ya te dije que no me llames así ):<” Labrys se mostró un tanto ofendida, y Todoroki rio.
“Minazuki lo hace con cariño.”
“Mira, que hasta Todoroki se da cuenta.” Sho sonrió de lado. “Los veo luego. Gracias.”
“No hay problema.”











Sho les ondeó la mano a la vez que regresaba a la van. Ni bien se acomodaron y pudo subir, Chrom encendió el carro y lo condujo hacia el estacionamiento indicado, frente a la casa de playa que Todoroki había señalado. El grupo, poco a poco, comenzó a desempacar, con la intención de dejar las maletas, coolers y otros elementos en la sala de la casa para de ahí empezar con la distribución de cuartos.

En pleno proceso, algunos de los chicos notaron que un carro ingresó a la villa: se trataba del resto del grupo. Iwaizumi condujo hasta estacionarse al lado de la van, y salió junto a las chicas que habían optado por ir con él: Marie, Anemone, Rise y Elizabeth. Las presentaciones no tardaron en hacerse, en medio de todo. Marie era conocida por casi todos los presentes, y junto a Anemone, se habían hecho muy amigas de Rise y Elizabeth en el trayecto a la casa. Estas dos eran amigas de Kaworu, quien las presentó al grupo. Asimismo, Kana introdujo a Kise, y Oikawa presentó a Chrom y a Iwaizumi.

El grupo continuó desempacando, y ayudaron a Iwaizumi con los paquetes que tenía en el carro, porque las chicas y él habían comprado comida para la parrillada del primer día. En medio de todo, Elizabeth y Rise se acercaron a Souji, aprovechando que el resto andaba distraído con la labor de sacar todo de las maleteras de los autos.

“¡Senpai!” dijo Rise, llamando la atención de su amigo. Souji desistió de cargar una bolsa para sonreírle cálidamente y acercarse a ella y a Elizabeth. “¡Nunca imaginé que nos encontraríamos aquí!”
“Yo no sabía que ustedes dos eran amigas de Kaworu.” Souji rio. “Pero el mundo es un pañuelo, realmente.”
“O tú conoces a todos, que es distinto.” Elizabeth sonrió de lado. “¿Cómo estás?”
“¡Bien! Un poco cansado. Este ciclo ha sido terrible.”
“Igualmente,” dijo Rise, y luego, suspiró hondamente. “Estoy muerta. Por eso me encantó la idea de pasar unos días con ustedes. Kaworu afirmó que su grupo de amigos era genial, y veo que no se equivocó.”
“¡Sí!”
“No sé si “genial” es la palabra más correcta,” bromeó Souji. “Pero si les mintió, no tengo de otra que seguir esa mentira.”

Las chicas soltaron un par de carcajadas y Souji se les unió. Sin embargo, por el rabillo del ojo, sintió la mirada de Sho, observándolo desde lejos mientras caminaba hacia la entrada para dejar un par de bolsas de comida. Antes de que Sho pudiese completar su labor, Souji optó por agarrarlo del brazo e incluirlo en el pequeño grupo de conversación que se había formado. El pelirrojo se veía muy perdido allí.

“Quería presentarles a Sho, es mi enam—A-ah.” Souji suspiró, al darse cuenta de su error. A su lado, Sho quería morirse.
“¿¡Qué!?” gritó Rise, sorprendida. “¿Pero no estabas con—?”
“Sí, estaba con esa persona.” Souji volvió a suspirar. “Pero una cosa llevó a la otra y… bueno, aquí estamos.”
“Mm.” Sho asintió, sin encararlas. Estaba a unos minutos de morir de la vergüenza que sentía en esos instantes.
“Wow, qué lindo,” dijo Elizabeth. “Tengo un buen presentimiento de este chico.”
“¡Yo también!”
“Dejen de hablar de mí como si no estuviese aquí,” se quejó Sho.
“Uh… apreciaría que guarden el secreto,” dijo Souji. “No es que nadie lo sepa… pero preferimos mantenerlo en secreto por… bueno, por mi ex.”
“¡Ah, no te preocupes!” Rise afirmó, con una sonrisa. “Nosotras seremos una tumba.”
“¡Claro! No tienen nada de qué preocuparse.” Elizabeth le guiñó un ojo y luego, corrió a coger unas bolsas de la maletera más cercana a ellos. Rise la acompañó, dejando a Sho y a Souji solos.
“Lo siento,” dijo Souji. “No me di cuenta—”
“Eh.” Sho se encogió de hombros. “A veces somos muy… obvios. Lo iban a notar de todas formas. Lo único que importa es que no comenten nada sobre ello.”
“Wow, a veces puedes ser muy comprensivo.”
“No jodas.”
“Gracias, Sho.” Souji le sonrió.
“Sí, sí.”

Souji observó sus alrededores, encontrando que sus amigos andaban muy ensimismados en sus labores como para notar que ambos andaban conversando. Aprovechando ese detalle, rozó el dorso de la mano de Sho con las puntas de sus dedos y le sonrió de lado. Antes de poder observar su reacción, corrió hacia la maletera de la van de Chrom a continuar ayudando a sacar maletas.

La labor terminó en poco tiempo, y cuando todos se encontraron en la sala reunidos, optaron por iniciar la distribución de cuartos.

“Okay.” Sho salió al frente con el manojo de llave en manos. El resto del grupo yacía sentado en los sofás de la sala, desparramados en estos por el calor que hacía. No veían la hora de lanzarse a la piscina en frente de la sala, ubicada al centro de la casa y rodeada por los dos pisos de cuartos y espacios variados. “Son ocho cuartos. Uno es una suite matrimonial… uh…”
“Yo opino que Chrom se merece la suite,” anunció Eureka.
“Por supuesto,” secundó la moción Kana. Oikawa, Kaworu y Souji se sumaron, recordando que Chrom se merecía lo mejor luego de los daños que le habían causado a su van en ocasiones pasadas (?).

La parte del grupo que no andaba enterada de los sucesos también se mostró a favor de la idea, y Chrom se sintió un tanto extraño al recibir la llave de la suite, sin poder comprender qué sucedía.

“Bueno. Ese es uno.”
“¿Están seguros?” preguntó Chrom. “Además, es una suite. Podría compartirla con alguien…”
“No, tranquilo, Chrom-chan.” Oikawa sonrió.
“La suite sólo tiene una cama, así que sería algo… bueno.” Sho tosió, un poco avergonzado.
“Oh. Bueno. Gracias por ser tan amables.” Chrom le sonrió a todos.
“Sigamos. Quedan siete cuartos,” dijo Sho.
“Um… Kana, ¿compartimos cuarto juntas?” le preguntó Eureka a su amiga. Kana asintió.
“Claro.”
“¡Kana y yo queremos una llave!” dijo Eureka. Sho asintió, y cuando la joven bajita se acercó, le entregó una de las llaves de los cuartos.
“Anemone y yo compartiremos un cuarto, también,” dijo Marie. Como andaba cerca de Sho, el pelirrojo sólo le extendió la llave.
“Iwa-chan y yo compartiremos cuarto~” canturreó Oikawa, mientras se paraba a recoger su llave.
“Y yo que pensaba librarme de ti por unos días.” Iwaizumi rodó los ojos.
“¡Qué cruel eres, Iwa-chan!” dijo Oikawa, regresando a su sitio en el sofá más amplio de la sala.
“Rise y yo compartiremos una habitación,” dijo Elizabeth, y se paró a recoger su llave.
“…” Kise se veía inmerso en dudas existenciales, pero una mano en su hombro lo sacó de sus pensamientos. “¿Sí?”
“¿Quieres compartir cuarto conmigo?” Kaworu sonrió.
“¿Bueno?” Kise asintió, un tanto confundido.
“Yo que tú la pensaría dos veces,” comentó Eren.
“Aw, Eren, no sabía que querías ser mi roomie~” canturreó Kaworu.
“¡EN LA VIDA, NAGISA!” gritó Eren, enojado. “Yo… yo compartiré cuarto con Kaneki.”
“¿Ah, sí?” Kaneki le sonrió. “Yo pensaba compartir con Souji-san,” dijo, guiñándole un ojo. Souji le siguió el juego.
“Por supuesto. Yo compartiré con Ken.”
“Espera, Souji—” empezó Sho, y se cortó. “Uh. Nada.”
“Es una broma,” Ken rio. “Tranquilo, Eren, sí compartiré cuarto contigo.”
“Entonces…”
“…” Kise observó a Souji. Súbitamente, regresó su mirada hacia Kaworu. “Seamos roomies.”
“Ajá~” le dijo Kaworu, y fue a recoger su llave.
“¿Cómo hacemos ahora?” preguntó Eureka.
“Bueno, yo pensaba que las casas iban a estar llenas de polvo por lo que Todoroki me había contado, pero no es así. Entonces nos ahorramos horas de limpieza,” comentó Sho.
“Creo que deberíamos aprovechar en desempacar algunas cosas en nuestros cuartos… y de ahí lanzarnos a la piscina porque yo no aguanto más,” dijo Rise.
“Suena como un buen plan,” comentó Chrom, con una sonrisa.

El grupo se tomó cerca de una hora en organizar sus cuartos, algunos un poco más precavidos que otros al ordenar hasta cierto punto sus habitaciones, ubicando con cuidado su ropa y sus objetos personales. El resto bajó rápidamente a bañarse en la piscina, que fue capaz de aliviar el calor insoportable de aquella tarde de verano. Eventualmente, todo el grupo se reunió abajo, y aunque la mayoría terminó en la piscina, hubo unos cuantos que se encargaron de la parrilla.

“Huh, qué extraño,” comentó Kaworu, mientras le daba vuelta a varios filetes de pollo y de carne con sus pinzas. Junto con Sho y Souji, los tres eran los encargados de la parrilla.
“¿Qué cosa?” preguntó Sho, sazonando más filetes que aún no llegaban a la parrilla.
“Entiendo que Souji se quede a cargo de la parrilla, porque él es el que cocina mejor entre todos… pero tú…” Kaworu lo observó con una sonrisa enigmática. “¿Tú por qué te ofrecerías a hacerlo?”
“…!” Sho desvió la mirada. “¿No… sé?”
“Mm…” Kaworu se llevó su mano libre al mentón. “¿Supongo que no quieres bañarte en la piscina?”
“¿No es eso?” Sho se veía un tanto nervioso.
“Haha~” Kaworu canturreó.“¿Es nerviosismo lo que escucho en tu voz?”
“No jodas, Nagisa.” Sho retomó su labor con cuidado. “No estoy escondiendo nada.”
“Pues eso suena sospechoso. Eventualmente te rendirás, porque hace calor y encima iremos a la playa. Así que no te vas a salvar~”
“¿Qué piensas que escondo?”
“Se-cre-to~” Kaworu rio. “Ya luego podré molestarlos a ti y a Souji. Por mientras, enfoquémonos en lo principal.”
“…” Sho suspiró. Kaworu era demasiado observador.
“¿Qué tal van?” preguntó Souji, acercándose a ellos. Había ido a traer más carbón para la parrilla.
“¡Bien! Hay varios que ya están. Habrá que pedirle a alguien que nos ayude a servir.”
“Sí, buena idea.”

Kaworu llamó a Oikawa, quien andaba cerca de la zona de parrillas, y aceptó ayudarlos. Buscó cubiertos entre las bolsas y corrió a la cocina en busca de platos, preparándolos para traerlos de vuelta a la zona de parrillas. Comenzó a servir, y algunos del grupo salieron de la piscina para comentarle qué era lo que querían comer. Fue curioso que los mejores pedazos de carne, pollo, chorizo, entre otros, terminaron siempre en el plato de Chrom.

“¿Por… qué?” Chrom no cabía en su propia confusión.
“Es lo mínimo que podemos hacer, Ylisse-san,” comentó Kaneki.
“Sí.” Eren asintió.
“…Tú solo acéptalo, Chrom-chan,” dijo Oikawa, mientras seguía sirviendo. Chrom parecía un tanto dudoso pero, finalmente, asintió, con una sonrisa.
“¡Gracias!”
“¡No te preocupes!” le afirmó Ken, muy tranquilo.
“Haha,” Souji, que andaba cerca sazonando algunas de las presas, sonrió. “Me alegra que tengamos un acuerdo tácito de darle lo mejor a Chrom.”
“Lo que yo no entiendo es cómo no se dio cuenta de lo que le pasó a su carro,” comentó Sho, observando a Kaworu.
“Seguirá siendo un misterio, entonces~”
“¿Lo mandaste a arreglar antes de que se entere?” Souji observó a Kaworu, curioso.
“¿Quién sabe~?”
“Bueno, lo cierto es que Chrom no está enterado y ya nos estamos reivindicando.”
“Mm, mm. Eso es lo importante.” Kaworu sonrió.








El grupo disfrutó de una parrilla deliciosa y una tarde amena en la piscina. Quedaron en continuar desempacando el resto de la tarde, para juntarse en la noche a cenar. Sin embargo, Souji, Kaworu y Sho habían notado que se habían quedado sin recursos para preparar algo para la cena: habían agotado todo en la parrilla, sin ninguna pizca de precaución. Ante esto, comentaron sobre el tema al grupo y todos acordaron en que unos cuantos debían ir a comprar al pueblo los implementos necesarios. Como Souji era el cocinero estrella, le suplicaron que se encargara del asunto. Souji secuestró (?) a un pequeño grupo de sus amigos para ayudarlo en su labor, y se fueron en el carro del amigo de Iwaizumi.

“Haha~” Kaworu rio, emocionado. “Vuelvo a ser el conductor~”
“Eso es sólo porque no podíamos molestar a Chrom-chan y porque debo darle oportunidades a Iwa-chan ):<”
“¿Oportunidades?” preguntó Ken. Andaba sentado encima de Souji y Sho, porque el carro no contaba con mucho espacio. Era realmente incómodo andar en la parte trasera, pero Oikawa, Souji, Ken y Sho preferían andar apretujados antes que ser el co-piloto de Kaworu.
“Uh…” Oikawa quería morirse.
“Tranquilo, Oikawa. Todos sabemos que Iwaizumi está enamorado de Marie,” comentó Kaworu, mirándolo por el retrovisor.
“¡¿Q-QUÉ!?” Oikawa andaba al borde de un paro. “…Bueno, eso no cuenta como que yo lo dije, así que estoy a salvo.”

“Mm.” Souji sonrió. “Igual, Iwaizumi es súper obvio. En el festival de Sanno lo ví empedernido en conseguirle un peluche… aunque al final ella lo ganó por su cuenta.”
“Pobre Iwaizumi-san,” comentó Ken.
“Sí. En ese aspecto, me hace recordar un poco a Sho…” comentó Souji.
“¿Ah? ¿Qué estás diciendo?” preguntó Sho, un tanto enojado.
“Descuida, no es nada malo. Es sólo que Iwaizumi también se ha demorado mucho en darse cuenta. Y lo peor es que no se siente en capacidad de discutirlo con alguien. Supongo que yo… bueno, me ha visto con problemas y no ha querido decirme nada.”
“Ah, claro, por lo de tu ex,” comentó Eren.
“Ajá. Y Oikawa es un cero a la izquierda.”
“…Para qué negarlo.” Oikawa suspiró. “Ni yo mismo puedo con mis propios problemas.”
“Me alegra que lo admitas.” Souji sonrió. “De ahí… creo que Arakita podría haberlo ayudado, pero con finales y todo no han tenido tiempo de hablar. Encima se regresó a su pueblo, así que sí, Iwaizumi no ha tenido oportunidad de conversarlo. Y no sabe qué hacer. Lo veo mandándose una Sho de un momento a otro.”
“¿Besar a la persona sin su permiso?” preguntó Ken.
“Sí”
“DEJEN DE JODER”
“Haha~” Kaworu rio. “Al menos Sho se arriesgó. Ojalá Iwaizumi se atreva.”
“Ese es el plan, Kaworu-chan.” Oikawa rio. “Por mucho tiempo intenté no entrometerme, pero Anemone-chan me dijo que lo mejor sería crearles oportunidades. Y… por eso Iwa-chan no es nuestro conductor.”
“Una pena, porque preferiría a cualquiera antes que a Nagisa, pero en fin.” Eren suspiró.
“¿Cómo es posible que Kaworu-chan haya pasado la licencia de conducir y… y Sou-chan no?”
“¿En serio?” preguntó Kaneki.
“Sí.” Souji suspiró. “La di hace un año, cuando mis padres me ofrecieron el carro de la familia para utilizarlo cuando guste. Pero… no la pasé.”
“¿Y no la has vuelto a dar?” preguntó Kaworu, a la vez que ingresaba al pequeño pueblo.
“No. Debería. Creo que muchos de ustedes me lo agradecerían.” Souji sonrió.
“¡POR FAVOR, SOU-CHAN!”
“Aprovecha que andamos de vacaciones. Podrías tomar clases de nuevo,” comentó Kaneki.
“Sí, creo que lo haré. Ah. Kaworu, ahí hay un mini-market.”
“¡Sí!”

Kaworu aprovechó en aparcar el coche al lado de la entrada. Las angostas calles del pueblo de Hayama jugaban en su contra, y no se sentía tan cómodo con la idea de irrumpir el paso, pero esperó que se tomaran poco tiempo en sus compras.

Un joven transeúnte le tocó la luna, e hizo una leve reverencia.

“Ah, disculpe.” El joven le sonrió. “Quería avisarles que hay un estacionamiento cerca del puerto. Creo que sería mejor para todos, por más de que quede un poco lejos de aquí.”
“Sí, justo no me sentía tan cómodo irrumpiendo el paso. Gracias por el dato.”
“¡No hay problema!”

Kaworu obedeció, y condujo hacia la zona de estacionamientos. Aparcó allí, y el grupo bajó en busca del market. Había un festival en la zona y pasearon por allí camino al márket.

La conversación terminó en una discusión sobre los planes que tenían para el resto de días. Oikawa tenían una agenda completamente detallada de lo que debían hacer, mientras que el resto sugería que lo mejor fuese dejarse llevar. Existía la posibilidad de que los planes tan detallados fuesen agobiantes para muchos, por lo que recomendaban una cierta “libertad” al respecto.

“Necesitamos tardes libres o cosas así. Estoy seguro de que varios van a querer visitar Hayama, justo como nosotros. Y… no para comprar víveres.” Sho rodó los ojos.
“Mm.” Souji asintió. “En eso tienes razón. Bueno, vamos a pasar varios días aquí… así que podríamos discutir eso con todos en la cena.”
“Ajá—”
“¡Disculpen!” los interrumpió una jovencita muy alegre. El grupo se detuvo, curioso, y la observó en silencio. “Lo siento si los incomodo. Sólo quería avisarles que estamos organizando un concurso de crossdressing. Es una actividad tradicional de nuestro festival a mediados de verano. Es para mujeres y hombres, y la inscripción es gratis. Aprovechen, que las inscripciones cierran en media hora.”
“¿Crossdressing? ¡Ha!” Sho soltó una risotada. “Jaeger, de seguro tú lo ganas.”
“¡Minazuki de mier—!”
“Lo siento, pero no estamos interesados,” se disculpó Souji.
“¿Están seguros? En cada categoría hay tres premios. El primer puesto puede elegir entre ellos, y el mejor de todos es un paquete para cuatro con todo incluido en un resort de aguas termales,” dijo la joven, y les extendió los afiches del concurso. “En el panfleto que les entregué pueden observar el resto de premios.”
“…Puedes ganar 300,000 yen en ootoro, carne kobe y embutidos,” comentó Souji, emocionado.
“Oh. También hay un buffet gratis en este restaurante,” señaló Ken. En el panfleto figuraba la fachada del restaurante, que se encontraba justo a unos metros de aquella zona.
“…” Oikawa chocó su puño contra su palma. “¡Debemos participar!”
“¡Genial!” La joven les sonrió. “Si se animan, pueden inscribirse en la mesa cerca al templo.”
“Gracias por el dato,” comentó Kaworu.
“¡No hay problema!” La joven les dedicó una última sonrisa antes de dirigirse hacia el siguiente grupo de personas que andaba caminando por ahí.
“…Okay, ¿podemos discutir esto?” comentó Eren. “Yo no voy a participar. Tenemos que ir y comprar los víver—”
“Jaeger, no seas un cobarde. El primer puesto puede elegir cualquiera de los premios… y el del buffet sería genial. Podríamos cenar con el resto,” dijo Sho.
“Sí, buena idea. Sólo hay que preguntar si admitirían un grupo tan grande como el nuestro,” comentó Souji.
“Por último, podríamos participar varios y cada uno elige uno de los premios.” Kaworu sonrió.
“Esperen. ¿Soy… soy el único en contra de esto?” Eren se veía muy indignado.
“¡Yo también estoy en contra!” anunció Ken. “¡No… no quiero—!”
“Ken.” Sho le sonrió. “Sobre mi cadáver te obligarán a concursar, tranquilo.”
“Ah, chicos, vamos. No es tanto drama. Es sólo salir y modelar un vestido con una peluca.” afirmó Oikawa. “No creo que sean tan exagerados en obligarnos a usar tacos o maquillaje…”
“Yo tampoco lo veo tan dramático. De hecho, pienso participar,” dijo Souji. “Sé que el resto se rehusará, y a mi no me incomoda.”
“¡E-espera!” Sho tomó a Souji del brazo. “¡No—!”
“¿Por qué?” Souji le sonrió de lado.
“N-no sé… tengo un mal presentimiento.”
“Podrías participar conmigo, si tanto te preocupa.”
“Uh… no.”
“Ah, Minazuki, pero si tú ganarías de todas maneras.” Eren sonrió.
“Jaeger de mierda, yo te dije eso primero—”
“Basta.” Souji los separó. “Yo voy a participar, quieran o no. Si se unen, genial. Sino, vayan a comprar los víveres.”
“Wow, Souji, suenas muy decidido.” Eren se veía confundido.
“…Me gusta la carne kobe,” confesó Souji, con una sonrisa. “Aunque el buffet también suena interesante.”
“Eres lindo, Souji. Estoy seguro que ganarás,” dijo Kaworu.
“Gracias, Kaworu. Espero que sí.” Souji suspiró. “Bueno, los veo.”
“No, te acompañamos,” ofreció Oikawa. “Yo creo que también me inscribiré.”
“¿En serio?”
“Lo estoy pensando.” Oikawa andaba un tanto meditabundo.

El grupo se acercó a la mesa de inscripción, sorprendiéndose al ver una cola. Contra todo pronóstico, varias personas andaban inscribiéndose. Tal parecía que el concurso era un éxito.





Sus amigos tomaron cierta distancia a la vez que Souji se colocaba en la cola, justo detrás de un chico. El peligris demoró poco en reconocerlo: le tocó el hombro, llamando su atención, y este se giró. Era Akira Kurusu, un amigo suyo de Rizembool. 

El joven a su lado también se volteó, curioso.

“Akira, qué sorpresa verte por aquí.” Souji le sonrió.
“Puedo decir lo mismo de ti. Te presento a Shikishima, de seguro has oído sobre él.”
“Un gusto, Shikishima.”
“Igualmente…” Ritsu dudó. “Seta, ¿no?”
“Sí. Ese soy yo.”
“Quién diría que juntaría a los chicos más populares de Rizembool justo aquí, en la cola para inscribirse en un concurso de crossdressing.” Akira rio.
“La vida te da sorpresas.” Souji sonrió. “¿Planean entrar los dos?”
“Yo no,” dijo Ritsu. “Pero Akira está empedernido en luchar por ese buffet gratis.”
“No se salvará de mí.” Akira se veía muy decidido.
“Me alegra saber que no pelearemos por lo mismo. Mi grupo de amigos quiere el buffet, yo… quiero la carne kobe.”
“¡Oh! Suponía que habías venido en grupo,” dijo Akira.
“Sí, parte de mi grupo está allá.” Souji los señaló con la mirada. Su grupo de amigos andaba conversando animadamente a unos metros de allí. Tal parecía que andaban viendo quién se sacrificaría y lo acompañaría participando en el concurso. “El resto se quedó en la casa donde vamos a pasar estos días.”
“¿Airbnb? Nosotros alquilamos uno acá, en Hayama,” comentó Ritsu.
“No. Tenemos un amigo en la Facultad de Derecho. ¿Shouto Todoroki? De seguro saben quién es.”
“Oh, claro. Sé que los Todoroki tienen un montón de dinero,” dijo Akira. Ritsu lo codeó en el estómago, sutilmente (?).
“Y no es mentira. Son dueños de una residencial a unos kilómetros de aquí. Todoroki nos ofreció una de las casas y bueno, ahí estamos.”
“Suena muy cómodo.”
“Mm. Pero siento que le debemos una grande…” Souji suspiró. “Es muy buena gente. Creo que nadie ofrecería una de sus casas de playa a un amigo de unos cuantos meses.”
“Al contrario, deberías estar agradecido. Ya luego le retribuirán a su manera. Podrían agasajarlo con una comida o algo así,” sugirió Akira.
“O darle uno de los premios del concurso,” dijo Ritsu.
“Buena idea.” Souji sonrió. “Haré que alguno de mis amigos participe. Así, si ganamos los dos, podemos darle el paquete al resort de aguas termales.”
“Grandiosa idea.” Akira sonrió.

El turno llegó para que Akira se inscribiera, y le tomó poco tiempo hacerlo: sólo debía escribir su nombre en una hoja para hacer válida la inscripción.

Al terminar, llegó el turno de Souji. Sin embargo, antes de comenzar a escribir su nombre, el peligris se detuvo en seco.

“Disculpe.”
“¿Sí?” le dijo el señor sentado frente a él.
“Puedo inscribir a otros participantes, ¿no?”
“Por supuesto. Mientras más, mejor.” El señor le sonrió.
“Gracias.”

Souji sonrió maliciosamente, y escribió un par de nombres adicionales al suyo.








“¿QUÉEEEEEE?” el grito al unísono de Sho y Eren retumbó por el espacio.
“Yo que ustedes no perdería el tiempo,” comentó Souji, arreglando su peluca.

Souji agradecía la existencia de una tienda similar a Donki a unos metros de allí, aunque estaba seguro de que contaba con una diversidad de atuendos, pelucas y maquillaje con la única función de servir de apoyo para el concurso de crossdressing. Y es que participar era gratis, pero elaborar tu atuendo sí costaba un poco, y todo ese dinero iba para el pueblo. Era una táctica maestra.

Para la suerte de los participantes, el comité organizador había diseñado un par de camerinos improvisados en unos toldos cerca del estrado donde se llevaría a cabo la competencia. Los toldos, divididos por género, contaban con mesas de luces para maquillarse, algunos cambiadores, y otras facilidades. El grupo yacía reunido alrededor de Souji, quien se andaba preparando. Ya portaba su atuendo: era el uniforme escolar femenino de una sukeban, con medias largas y mocasines. La peluca que andaba retocando y peinando era del mismo color de su cabello, arreglada en un par de trenzas que caían en su pecho.

“Ahí les compré varias cosas para que elijan,” dijo Souji. Con la mirada señaló a las bolsas en la mesa en frente de él.
“Pero yo no acepté en ningún momento,” dijo Eren.
“Yo tampoco. De hecho, Oikawa dijo que sí,” mencionó Sho.
“Oikawa estaba dispuesto a sacrificarse por el bien común. Y eso, porque para él no era un sacrificio. Pero para ustedes… tal parece que sí,” dijo Souji.
“Es que… Souji, yo— Mi religión me lo impide.”
“Ah, sí, con lo católico que eres, Eren.” Souji sonrió.
“Wow, para que Souji ande tan pasivo-agresivo… significa que realmente quiere agotar todas sus posibilidades por esa carne kobe,” comentó Ken.
“Sí. Aunque también disfruta de joder a Sho y a Eren,” dijo Kaworu.
“Es un poco de ambos.” Souji rio. “¿Entonces? ¿Participan o no?”
“Yo me rehúso.”
“¡Yo igual! ¡No pienso vestirme como mujer!”
“Ah. Bueno.” Souji se encogió de hombros. “Ustedes verán qué hacen el resto de días. No pienso cocinarles nada.”
“¿¡Qué!?” Eren y Sho se indignaron. “¿¡Por qué!?”
“Necesito que participen. Alguien más debe ganar y ser de nuestro grupo. Quiero la carne kobe, pero necesito que uno de ustedes elija el paquete al resort de aguas termales.”
“¿Para…?”
“Para Todoroki. Debemos de agradecerle de alguna forma.”
“Ah.” Sho suspiró. “Tienes razón.”
“¿Ahora te convencí?”
“…Un poco.” Sho rodó los ojos. “Pero me voy a ver ridículo. No soy para nada andrógino… no como Jaeger.”
“Minazuki, si estabas intentando convencerme, has logrado lo contrario.”
“Igual sabía que no ibas a apoyar, para variar.”
“¡No jodas! ¡Ya verás! ¡Yo voy a ganar el primer puesto!” gritó Eren, enojado. Inmediatamente cogió una de las pelucas, un par de prendas de ropa y corrió a uno de los cambiadores libres.
“¡Souji!” una voz captó su atención y el peligris se giró hacia la entrada: eran Akira y Ritsu, que recién llegaban de comprar los implementos necesarios para el extreme makeover del primero (?). Souji esperó a que se acercaran lo suficiente como para presentarlos.
“Akira, Ritsu, les presento a mis amigos. Ellos son Sho Minazuki y Ken Kaneki,” dijo, empezando por los hermanos.
“Yo.” Sho saludó, sin muchas ganas. Andaba preocupado por lo que se venía (?).
“Ah. ¡Kaworu y yo conocemos a Shikishima!” comentó Ken. “Hemos trabajado juntos en un proyecto. Un placer verte de nuevo, Shikishima,” dijo Ken, con una leve reverencia de su cabeza.
“Yo también digo lo mismo.” Kaworu sonrió.
“Igualmente.”
“Y Kurusu-san trabaja conmigo y Eren,” contó Ken.
“Sí. Por cierto, gracias, Kaneki.” Akira sonrió.
“¡No hay problema!”
“Ellos son Kaworu Nagisa y Tooru Oikawa, Akira.”
“Un gusto.” Akira les sonrió. Oikawa y Kaworu le devolvieron la sonrisa.
“¡Igualmente!”
“Por cierto, ¿A dónde se fueron? Los perdí de vista,” preguntó Souji.
“Le sugerí a Akira que le comprara un recuerdo a su amigo.”
“¿Goro Akechi? Creo que lo conoces,” comentó Akira.
“Oh, claro, Akechi-san.” Souji sonrió.
“Es que hace poco me hizo un favor muy grande. Lo mínimo que puedo hacer es retribuirle con algo así.”
“…Y yo insisto en que es muy poco, pero bueno.”
“Depende del favor. Y depende del aprecio que le tengas.”
“…” Ritsu suspiró pesadamente.

La conversación se vio interrumpida por los gritos estruendosos en la entrada al camerino. Cuando se fijaron, encontraron que se trataba justo del amigo de Akira, Goro Akechi, quien intentaba escapar de un grupo de muchachas detrás de él junto a su acompañante. El chico a su lado, un joven de cabellos verdes y mirada altanera, suspiró aliviado cuando un señor salió a prohibirle el ingreso a las jóvenes por tratarse del camerino de hombres.

“Sabía que estoy iba a pasar,” se quejó el peliverde, enojado.
“Lo siento, Hiyori,” se disculpó Akechi. “Estoy usando gorra y aún así me reconocieron…”
“¡Por eso te dije que te pongas lentes! ¡Mira que conmigo han funcionado a la perfeccion!”
“Tienes razón…”

Justo en eso, Akechi desvió su mirada hacia el resto de presentes, y notó a Akira y al grupo de chicos junto a él.

“¡Ah! Ven, Hiyori,” le dijo Akechi, corriendo hacia Akira y el resto. “¡Hola!” saludó, muy alegre.
“Qué bonita sorpresa encontrarte aquí, Goro.” Akira sonrió. “No pensé que iríamos a coincidir en la misma playa.”
“Mm.” Akechi le devolvió la sonrisa, y luego se giró hacia Ritsu y Souji. “Hola, Shikishima, Souji-kun.”
“Akechi, ¿también te estás quedando en Hayama?”
“Sí, mi amigo tiene una casa de playa en Isshiki. Ah, me olvidé de presentarlo. Él es Hiyori Tomoe.”

“¡Ohhh! Con razón te me hacías conocido.” Souji sonrió. “Soy Souji—”
“Seta. Eres muy popular en Rizembool.”
“¡Tú también! He oído mucho sobre ti… Eres un idol, ¿no?”
“Bingo.” Hiyori le devolvió la sonrisa. “He escuchado varias cosas de ti y de Shikishima.”
“Mm.” Ritsu asintió. “Yo igual. Eres muy popular.”
“¡Hiyori-chan!” Oikawa lo saludó. “Yo~”
“¡Oikawa! No te había visto!”
“Wow. Todo el mundo se conoce,” comentó Sho, sorprendido, mientras escuchaba de cerca la conversación de Souji, Akira, Ritsu, Hiyori, Oikawa y Akechi.
“Y todos son chicos populares.” Kaworu rio.
“¡Ah!” Ken jaló del polo a su hermano, para que se agache. Cuando Sho anduvo más cerca de él, Ken le susurró al oído. “¿Akechi-san no era el amigo de Adachi-san? Algo así me contaste, creo.”
“…!” Sho asintió. “¡Tienes razón, Ken!”
“¿Qué se cuchichean ustedes dos?” preguntó Kaworu, curioso.
“Nada,” dijo Ken. “Ya de ahí te contamos.”
“Ah.” Souji se giró hacia Sho y el resto. “Disculpen, Tomoe, Akechi-san. Les presento a mis amigos. Ellos son Kaworu Nagisa, Tooru Oikawa, Ken Kaneki, Sho Minazuki y falta un— ah, no. Ahí viene.”

El grupo guardó silencio al observar a Eren saliendo del camerino. La peluca rosada en su cabeza, sumada a su uniforme de porrista era toda una performance. Souji sonrió, orgulloso con sus compras (?) mientras que Sho fue el primero en irrumpir en carcajadas. Algunos, como Kaworu y Oikawa, fueron más discretos con sus risas, mientras que otros se veían un tanto extrañados por lo que observaban.

“Minazuki de MIERDA,” gritó Eren, y se lanzó a golpearlo. Sho lo esquivó sin mucha dificultad. Fue en eso que observó a Akira y le saludó. “¡Wah! ¡Kurusu!”
“Jaeger, nos encontramos en lugares raros.” Akira rio.
“¡Totalmente! Y… no te burles.”
“No planeaba hacerlo.” Akira sonrió.
“…” Eren suspiró. Al escuchar las risitas odiosas de Sho, se giró hacia él. “Estúpido, ya te quiero ver cuando hagas el ridículo.”
“Al menos sé que me voy a ver mal.” Sho suspiró. “En fin. Debería dejar de alargar el sufrimiento…” mencionó, desganado, a la vez que cogía la bolsa de ropa e implementos que quedaba en la mesa de Souji. “Los veo luego.”
“Iré a ayudarlo,” comentó Souji.
“…Souji-chan,” mencionó Oikawa, observándolo curioso.
“…Lo digo en serio. El traje que le compré… pues… es un poco difícil de poner.”
“Haha. Lo que tú digas, Souji.” Kaworu sonrió de lado.
“¡Estoy diciendo la verdad!” Souji se veía muy indignado.
“Ah. Yo también debería alistarme,” comentó Akira, pensativo.
“¿Vas a participar?” preguntó Akechi, curioso.
“Sí. ¿Tú?”
“No, pero Hiyori sí lo hará.”
“Sí. Estoy apuntando al paquete para cuatro personas al resort de aguas termales.” Hiyori guiñó un ojo. “Tenemos un par de amigos aburridos que se quedaron en mi casa y pensábamos ir con ellos. Pobres chicos, andan con problemas amorosos.”
“Suerte con eso. Escuché que Souji quiere pelear por ese premio.”
“¿Ah, sí?” Hiyori se mostró curioso.
“Bueno, quiere la carne kobe y el viaje. Por eso ha obligado a dos de sus amigos a entrar al concurso.”
“Oh, tiene sentido. Entonces que gane el mejor.” Akechi sonrió.
“¡Sí!” Akira rio. “Bueno, los dejo.”
“Yo también me voy a preparar~”

Para sorpresa de todos, Sho fue el primero en salir: tal parecía que Souji sí había dicho la verdad, y es que con su ayuda, habían logrado lo inimaginable. El traje de maid le quedaba muy ajustado debido a su contextura fornida, pero al menos la peluca larga y pelirroja lograba mejorar un poco el aspecto de Sho. Como era de esperarse, Eren fue el primero en irrumpir en carcajadas, y Sho sintió la peor traición al ver que su hermano también se escondió risitas como Oikawa y Kaworu.

El siguiente en salir fue Hiyori, que sorprendió a todos con su apariencia sumamente andrógina y bonita. El kimono que había elegido le quedaba perfecto, y con una peluca larga, se veía como una jovencita. Souji suspiró: la competencia iba a estar reñida.

Hiyori y Souji se dedicaron a ponerse un poco de maquillaje mientras esperaban a Akira, quien andaba tomándose su tiempo en el cambiador. Eventualmente, salió levemente y llamó a sus amigos.

“¿Alguien me puede ayudar? Necesito que me suban el cierre del traje. Uh, ¿Shikish—?”
“Akechi está más cerca,” dijo Ritsu, súbitamente.
“¿A-ah? ¿Yo?” Akechi se veía un tanto avergonzado.
“¿Akechi?”
“Sí, sí, por supuesto.” Akechi se apresuró en ingresar al cambiador a ayudarlo.

Le sorprendió ver en completo detalle la vestimenta de su amigo. Akira andaba vestido con un traje demasiado peculiar: parecía un uniforme policial femenino, pero un tanto… extraño. El material -un cuero lustroso- lo llevaba a pensar en cosas que no debía. Akechi quería morirse allí mismo.

“¿Pasa algo?”
“¿¡Nada!?” dijo Akechi, mientras subía el cierre de golpe. Luego, le dio un par de palmaditas en la espalda. “Listo. Te veo fuera.”
“¿Gracias?” dijo Akira, pero cuando se volteó, encontró que andaba solo en el cambiador.

Eventualmente, Akira salió del cambiador con el traje listo. A diferencia de las reacciones que causaron Eren o Sho en el grupo, la reacción a Akira fue unánime: muchos se quedaron boquiabiertos, otros confundidos, otros… avergonzados, como Akechi. Souji y Ritsu fueron los únicos que sonrieron, orgullosos de Akira (?).

“Creo que vas a ganar, Akira,” comentó Souji, mientras su amigo se maquillaba. El resto del grupo que no iba a participar salió del camerino en busca de un lugar decente para observar el espectáculo.
“Mm, tal vez.”
“¡Yo también estoy seguro!” afirmó Hiyori. “Con el maquillaje te ves aún más lindo.”
“Gracias. Pero ustedes también se ven genial.”
“Que gane el mejor,” dijo Hiyori, y soltó una risita. Akira y Souji intercambiaron sonrisas, y luego le sonrieron a él también.








El concurso inició al cabo de unos veinte minutos. La estructura del certamen era muy simple: los participantes debían modelar y de ahí introducirse al público, creando una “persona” basada en su atuendo y su apariencia. Predeciblemente, Sho y Eren hicieron el ridículo, sin saber muy bien qué decir o como caminar grácilmente por el escenario. Les dolió en lo más profundo de su ser ver que Kaworu, Oikawa y hasta Ken grabaron y tomaron fotos de sus presentaciones.

Se presentaron más concursantes hasta que llegaron a Hiyori, quien supo ganarse al público falseando su voz y fingiendo tener una personalidad más “tierna”. Por su lado, Souji hizo una presentación muy elaborada con la espada de madera que llevaba, y luego sonrió al público, ganándose varios gritos emocionados y aplausos. Eren hizo una mueca de asco al notar que, a su lado, Sho estaba muy sonrojado y embobado con lo que veía.

Finalmente, Akira fue uno de los últimos participantes. Caminó por el estrado y fabricó una personalidad muy estricta y fuerte. Con un par de diálogos escuetos y una sonrisa encantadora, todo el público cayó rendido a sus pies.

“¡Y tenemos a los ganadores!” mencionó la anfitriona. “El primer puesto va para…” 

Un redoble de tambores creó cierta tensión entre los presentes, aunque todos sabían que Akira había ganado.

“¡Akira Kurusu!” anunció la anfitriona, y el público se deshizo en gritos de júbilo y aplausos ensordecedores. Oikawa, Kaworu y Ken también aplaudieron, al igual que los concursantes. Akira se acercó a la anfitriona, quien tenía en sus manos las entradas para el restaurante, los tickets para el resort y el vale de alimentos. “¿Cuál de los premios gustarías?”
“El buffet, por favor.”
“¡Aquí tienes! Diez entradas al buffet,” dijo la jovencita, y le extendió su premio. “¡Continuamos entonces con el segundo puesto! Y ese fue…”
“Souji, obviamente.” Sho rodó los ojos.
“Juraba que andarías más contento por su victoria.”
“Jaeger, usa el cerebro por primera vez en tu vida. ¿Tú crees que Souji nos va a invitar su carne kobe? No. Toda es para él solito. Es un egoísta de mierda cuando él quiere.”
“Huh. Quién lo diría, que se ve amable y tod—”
“¡Souji Seta!”
“…Igual ya me había despedido del buffet desde que Kurusu lo pidió.” Eren suspiró.

Souji se acercó a la anfitriona. La jovencita le sonrió, emocionada.

“¡Felicidades! ¿Cuál de los premi—?”
“La carne kobe.”
“Ah, el vale de alimentos.”
“Sí.” Souji asintió. La anfitriona le extendió el vale y Souji lo cogió en cuestión de segundos. Hizo una leve reverencia, y retomó su lugar en la extensa fila de participantes.
“Finalmente… el tercer puesto va para… ¡Hiyori Tomoe!”
“¡Ahhh!” Hiyori se veía muy emocionado a la vez que se acercaba a la señorita.
“Ahora que te veo más de cerca, te me haces un poco conocido…” La anfitriona lo observó, muy curiosa.
“Haha, debe ser su imaginación.” Hiyori sonrió.
“Mm… Bueno. ¡Aqui tienes! El paquete todo incluido para cuatro personas en un resort de aguas termales. ¡Que lo disfrutes!”

Hiyori recogió su premio, y luego de despedir a los concursantes, la señorita anunció que se iniciaría el concurso de crossdressing femenino. Akira, Souji, Sho, Eren y Hiyori fueron abordados por sus amigos cuando bajaron del estrado, pero antes de la respectiva celebración, fueron a cambiar sus atuendos. Una vez sin maquillaje y con la ropa veraniega de antes, se juntaron en la plaza con la intención de intercambiar “figuritas”… o al menos ese era el plan de Souji, quien se juntó con Akechi y Hiyori a solas.

“¿¡Qué!?” Hiyori se veía sorprendido. Souji le había propuesto intercambiar su vale por el paquete al resort.
“Lo sé. Pero necesito ese paquete. Pensaba regalárselo a alguien.”
“Lo sentimos, Souji.” Akechi se mostró apenado. “Pero nosotros también pensábamos regalarle el paquete a alguien. Me temo que si digo su nombre… bueno, no sé si es el momento indicado.”
“Ah.” Souji cayó en cuenta de quién hablaban. “Es… Tohru, ¿no?”
“Sí.” Hiyori asintió. “Y mi amigo, Jun-kun, que anda igual que él. Terminó con su enamorada hace poco…”
“…” Souji suspiró. “Me siento mal.”
“Por eso pensé que no era el mejor momento.” Akechi suspiró.
“Sí, es cierto. Pero está bien, deben quedarse con el paquete. Mi grupo y yo buscaremos una forma de costear los gastos para nuestro amigo. Él… no tiene una situación tan intensa como la de Tohru y de Jun.”
“Gracias, Souji.”
“Yo,” Akira los sorprendió al aparecer de la nada al lado de los tres. “¿Les parece si vamos juntos al buffet? Son 10 entradas y yo sólo tengo a Shikishima.” A unos metros de allí, Ritsu suspiró (?).
“Suena genial. Gracias, Akira.” Souji le sonrió.
“No hay problema. Al contrario, debemos aprovechar mi victoria.”
“Yo hubiera pedido el paquete todo incluido…” Shikishima suspiró.
“Nada. El restaurante se ve bueno,” le aseguró Akira.

En compañía del resto, la cena fue sumamente amena.








…Hasta que, por supuesto, salieron con las barrigas llenas y notaron un pequeño detalle: que a) ya era muy tarde para reclamar la carne kobe de Souji y eso tendrían que hacerlo al día siguiente y que b) no estaban llevando nada de comida para el resto de su grupo. Ken, Oikawa y Souji entraron en pánico, a la vez que Kaworu les aseguraba que sus amigos de seguro ya habían encontrado una solución. Por su lado, Eren y Sho andaban muertos en vida, sumamente traumados con el concurso y con la terrible experiencia por la que acababan de pasar.

Efectivamente, cuando llegaron, encontraron a muchos en la sala, desparramados y contentos con lo que parecía ser delivery de un restaurante coreano. El resto había subido a sus cuartos a dormir, cansados por aquel día tan movido.

“Ah, eventualmente nos dimos cuenta de que eran unos ceros a la izquierda y que debíamos encargarnos de la cena,” comentó Marie. “Anemone encontró el delivery de un restaurante y se tardó menos de media hora en llegar.”
“¡Y estuvo muy bueno!” dijo Rise, emocionada.
“Lo siento,” Souji suspiró. “Hubo un—sdjlfksdf” Eren y Sho lo interrumpieron, tapándole la boca antes de que suelte algo sobre el concurso. “Uh. Nada.”
“Nos encontramos con unos amigos de Souji-chan y terminamos en un buffet, no sé como,” contó Oikawa, salvándole el pellejo a sus amigos. Sho y Eren se veían muy agradecidos.
“Huh. Sospechoso.” Eureka los observó, curiosa. “Pero bueno, al menos están bien y ustedes también comieron.”
“Sí, es lo principal.” Kana asintió.
“¡Exacto! Creo que lo mejor será irnos a dormir, que mañana nos espera un día genial,” afirmó Oikawa.
“Por favor, Oikawa. Te suplico… nada de agendas y planes.”
“Esa discusión la dejamos para mañana~”

Eren y Sho quisieron refutarle, pero no contaban con las energías para ello. Algunos miembros del grupo subieron a sus cuartos a dormir, mientras que otros se quedaron para compartir un rato ameno entre bebida y conversación. Para suerte de Sho y Eren, nadie mencionó lo del certamen de belleza, otorgándoles un poco de alivio.

Sin embargo, no habían predicho que sus fotos pasarían a ser la portada del grupo de whatsapp de su grupo de amigos.




« Last Edit: November 15, 2021, 12:56:41 PM by Eureka »


Kana



La noche resultó ser conciliadora y de descanso para muchos, después de un largo día de actividades. A la mañana siguiente de llegar al complejo familiar de Todoroki, muchos comenzaron a dar las primeras señales de vida tras una noche muy activa.

Eureka recorrió la cabaña en busca de una persona en específico a quien no veía de la noche anterior. Era algo más de las once de la mañana y si bien estaban de vacaciones y merecían dormir mucho más pasado de esa hora, a Eureka se le hizo extraño que Oikawa no se encontrase despierto aún. Aunque… la noche anterior se fue a dormir tarde y seguramente bebió algo de alcohol. Pero lo normal, según recordaba.

En el balcón del segundo piso se encontró a Kana, a quien ya había visto en la mañana puesto que eran compañeras de cuarto, pero le pareció notar que ella también buscaba a alguien así que se le aproximó para conocer de quien se trataba.

La peliblanca permanecía apoyada en las barandas, mirando fijamente el agua de la piscina de interior de la casa. Eureka la imitó.

“Kana, estoy buscando a Oikawa. ¿Lo has visto?”
“La verdad es que no lo he visto desde ayer.” Hizo memoria. “¿Tú has visto a Kise? Ni sé qué pasó con él desde anoche… y no quiero que esté haciendo problemas.”
“No lo he visto.” Negó con la cabeza. “y dudo que estén dormidos aún”
“Le pedí que no hiciera estupideces. O anda buscando problemas o seguro se volvió niño rata y está pegado a su teléfono celular…” vio que Kaworu estaba por el sector, ella le hizo una señal con la mano para llamar su atención. El peliblanco se acercó a las chicas.
“¿Qué tal amanecieron?”
“Tengo el cuerpo cortado y no he hecho nada.” Dijo Kana, con algo de vergüenza.
“Yo dormí bastante bien… Aunque me desperté por un ruido fuerte en la mañana.”
“Mh, fue Kaneki… Se le cayeron algunas cosas al hacer aseo, pero nada que podamos lamentar.”
“¿Cómo amaneciste tú”
“Excelentemente bien” les sonrió a ambas. Podría añadir ¨más que contento, por ver a Sho, Souji y Eren en sus versiones femeninas. Volver a ser el chofer de turno, etc¨ pero se recató.
“¿Has visto a Oikawa o a Kise?” Le preguntó Eureka. Le daba la impresión de que Kaworu estaba merodeando por la cabaña desde temprano.
“Los dos salieron al alba.”
“Espera, ¿qué?” Kana se preocupó.
“Pues, esos dos se levantaron antes del amanecer. Lo sé porque yo me quedé aquí desvelándome observando a todos… y vi a Kise y a Oikawa ponerse ropa deportiva, coincidir en la puerta y salir ambos a trotar o algo.”
“No sabía que Oikawa y Kise fuesen amigos.”
“Creo que no se conocen de antes, de hecho.” Kaworu pensó en lo que dijo Eureka. “Parece que se encontraron y ya. Parecían muy felices juntos.”
“…” Las dos HiMEs intercambiaron miradas. No parecía que fuese algo malo que ellos dos salieran a trotar juntos, si lo pensaban bien tenían muchas cosas en común, pero algo les daba cierto presentimiento.
“Eh, cambiando de tema... ¿Quién más está vivo aparte de ti?” Preguntó Eureka, buscando señales de vida.
“Varios, en realidad. Risette, Elie y el buenito de Chrom se fueron con Iwaizumi, Marie y Anemone a comprar recuerdos en el pueblo. Ken está por allí abajo limpiando algo seguramente… Mh, Souji y Sho aún no salen del cuarto que comparten” Kaworu sonrió con cierta perversidad. “Y Eren…¿eh?”
“Eren, ehw… No está bien. Creo que se enfermó del estómago anoche.” Dijo Kaneki, apareciendo junto a ellos. Tenía un paño en la cabeza para cubrir sus cabellos del polvo, en sus manos llevaba un limpia vidrios y un trapo. “Buenos días.” Saludó animadamente.
“¿Algo le cayó mal?” Kana pensó que quizá algo que haya comido en el pueblo. Sin embargo, a su mente llegaron recuerdos de anoche en flash back recordando ver a Eren beber más de la cuenta. “Ehw, okay… creo que ya entiendo que le pasó.”
“Uh, recuerdo que varios se fueron a dormir a esa hora y nosotros nos quedamos con ustedes” indicó Eureka, refiriéndose al grupo de siempre: Sho, Souji, Ken, Kaworu, Oikawa y Eren, sumada ellas dos. Sho y Eren se propusieron desafiarse en un concurso de quien bebía más alcohol, los dos eran bastante fuertes en resistencia del alcohol, pero parecía que Eren estaba necesitando ¨borrarse¨ por algún motivo. “Creo que hasta se cayó a la piscina y lo tuvieron que sacar entre Oikawa y tú.”
“Hehe, es que Eren… Ya había bebido bastante en el pueblo a escondidas o algo, y luego aquí simplemente quería ¨apagarse¨ para olvidar ciertas cosas.”
“Nagisa-san….” Kaneki le codeó disimuladamente.
“Eventualmente lo sabrán.”
“¿Qué cosa?” Preguntó Eureka, sin entender. Kaworu se acercó a ellas y les enseñó unas fotografías de su teléfono. “Que… ¿¡Que!?” la HiME estaba en shock. “¡Awww pero se ven adorables así de todos modos!”
“Shhh, es un secreto.” Le susurró Kaworu al oído.
“Uh.” Eureka se recató.
“¿Ese es Souji?” los ojos de Kana se iluminaron. “¡Pero que precioso!” No era que Sho o Eren fueran feos, pero Souji simplemente era divino.
“Por favor, no les digan que les contamos de esto.” Pidió urgentemente Kaneki, por el bienestar mental de su hermano Sho y de Eren.
“Tranquilo, de nosotras no saldrá comentario.” Dijo Eureka, haciendo un gesto de cerrar un cierre en su boca. “Cambiando de tema, me sorprende que Oikawa saliera tan temprano aún cuando se fue a dormir bien tarde”
“Lo mismo que Kise. No sé si lo notaste, pero anoche se fue a correr a la playa mientras nosotros estábamos aquí.” Kaworu miró a Kana. “Prácticamente durmió un par de horas para luego irse a correr de nuevo.”
“La verdad no me di cuenta. Pero no es raro que haga eso, Kise es un tipo muy enérgico.” Comentó la peliblanca.
“¿No será que tiene episodios de manía?”
“Please, Kaworu me muero si es así.” Kana suspiró. “Pero, fuera de bromas, no tiene ningún problema… Sólo está obsesionado con ser el deportista perfecto.”
“Idem que Oikawa” Eureka giró los ojos. “¿Qué hacemos ahora? ¿algún plan en mente?”
“Mh, Oikawa tenía una lista y todo, pero a nadie le importó y fue lo mejor de la vida.” Kaworu se rio de ese detalle. “Ya todos han desayunado, algunos se fueron a hacer compras… Supongo que esperar a que hagan el almuerzo cuando lleguen… O que despierte Souji para pedirle a él que lo haga.”
“Yo opino distinto” Dijo el susodicho, apareciendo e integrándose a la charla. “No me molesta tener que cocinar para todos, de nuevo, pero creo que es injusto de cierto modo. O que Eureka y Kana tengan que llevar ese rol porque son las chicas, mientras que ese par de flojos sigan durmiendo” refiriéndose a Sho y a Eren. “Los demás ya hacen algo como ir a comprar, Kaneki tuvo que limpiar solo, uh, disculpa.” Miró al pelinegro.
“Descuida… Si no lo hacía me sentiría fatal por Todoroki.”
“Lo siento, también. No quería imponerte el rol de chef” Kaworu se apoyó en Souji, primero la mejilla en su hombro y luego… comenzó a tirarle un poco el cuello de la playera. “Hehe.”
“¿Qué buscas?...” Le dijo Souji, riéndose un poco por la acción del otro sabiendo que tramaba. Era muy curioso.
“Ya encontré lo que buscaba” le susurró. Con esa prueba en el cuello de Souji molestaría a Sho más tarde. Kaworu se apartó de Souji un poco.
“Creo que yo, las chicas y Ken deberíamos ir a la playa a refrescarnos. Sho, Eren y tú podrían preparar el almuerzo para todos.”
“Me gusta la idea… Especialmente la parte en que debo ir a despertar a ese par.”
“Gracias por incluirme entre los beneficiados con la playa, pero prefiero quedarme para apoyar a los chicos.”
“¿Seguro?” Souji le preguntó a Kaneki.
“Sí” asintió. “Mantendremos el orden, lo prometo.”
“Okay.” Dijo Souji no muy seguro. No dudaba de Ken o Kaworu… Pero Sho y Eren eran un par de cabezas huecas.
“Si llega Oikawa y Kise los obligan a cooperar también” Dijo Kana. Ella junto con Eureka y Souji fueron a buscar lo necesario y luego se fueron a la playa para disfrutar de un merecido descanso.

Minutos más tarde, Souji, Eureka y Kana jugaban a atraparse y/o lanzarse agua en la playa. Estaban tan divertidos y relajados que podían permitirse disfrutar de ese momento con la seguridad de que las cosas estarían controladas en la cabaña.





“Eren, uh… Eren, ¿Quieres que te de una medicación?”
“No, Ken… Estoy bien.” Eren estaba sentado en una silla de la cocina, picando algunas verduras. Su semblante pálido y sus constantes nauseas delataban su condición. Estaba acostumbrado a beber whisky en grandes cantidades desde adolescente, en Inglaterra, pero ayer había duplicado la dosis y combinado con otros tragos. De todos modos, no sentía que estuviera tan mal…
“Bueno…” Ken lo miró preocupado. Luego abrió un libro de recetas sobre la mesa de madera rural de la cocina. “Sho, ¿te encuentras bien tú?”
“Ahá.” Asintió Sho, quien agregaba daikon y ralladura de yuzu en una gran hoya para preparar ozoni. Estaba trasnochado y cansado, y prefería dormir un poco más… Pero si lo hacía seguro Kaworu se metía al cuarto a molestarlo mientras dormía como el psicópata que era. Escuchó detrás que el celular de su hermano sonaba.
“Ah, ¡Iré a responder la llamada afuera donde hay más señal! Vuelvo pronto.”
“Ken pero…” cuando Sho se volteó, ya ni rastros de Kaneki había. “…”
“¿Kaneki tiene pareja?”
“¿Qué? Claro que no…” Sho miró confundido a Eren. “¿Por qué lo dices?”
“Porque siempre lo llama una persona y se va a responder lejos. En privado.”
“… Son sus compañeros de proyecto.”
“¿Qué proyecto?”
“Algo muy complejo para que un tonto como tú entienda.” Se burló Sho. Pensó que Eren le lanzaría algo, pero nada pasó. Cuando se giró a verlo, lo notó peor en su condición. Sintió algo de lástima por él “Eh, Jaeger… Ve al baño.”
“…Estoy bien, mierda” pero unas arcadas de asco le delataron. Se levantó y fue al baño.
“…” Sho se quedó pensando en lo que dijo Eren sobre la persona que llamaba a Ken. Posiblemente no se equivocaba en que fuera algún compañero de proyecto o quizá lo llamaba ese gringo que estaba a su cargo, como estudiante extranjero… Adán o algo así. Pero ¿y si Ken estaba ocultando algo de nuevo? Negó con la cabeza. Su hermano le había prometido que eso no volvería a pasar. “¡AH!” gritó el pelirojo al volver al presente, justamente al sentir olor a quemado.

La hoya de la nada se incendiaba en una llamarada mutante que amenazaba con quemar no sólo el almuerzo sino las cosas a su alrededor. Sho desesperado se quitó el delantal que usaba al notar que unas chispas iniciaron un pequeño fuego en el vestuario. Intento apagar como un jarro de agua el fuego, pero inexplicablemente este se encendió más.

“¡¿Pero que mierda?!” el pelirrojo quedó en shock. Al oler el jarro comprobó que se trataba de whisky. “¡No! ¡No! ¡No!”
“¿Qué es ese olor a…? ¡Sho, se quema la hoya!” Kaneki se llevó las manos al rostro, aterrado al ver lo que pasaba.
“…” Eren llegó detrás, mirando sin comprender y siendo realmente ausente puesto que estaba en modo zombie.
“¡AH, KEN!” Sho no atinaba a apagar correctamente el fuego iniciado, pero sí atino a una vital reacción: Agarró a Kaneki y lo cargó en brazos, llevándolo lejos, incluso fuera de la casa. Al volver, vio que la llama se expandió una maceta con una planta decorativa la cual fue pulverizada con las llamas (?) “…¡AH, Todoroki ME VA A MATAR!” Sho se agarró la cabeza tirándose el cabello, se acercaba a las llamas intentando apagar, daba vueltas en círculos. ¡La casa de Todoroki podría ser reducida a cenizas!
“¡MINAZUKI INÚTIL ESTO ES TU CULPA!” atinó a decir Eren. Luego agarró lo que tenía cerca y comenzó a darle golpes al fuego (¿? con esa cosa.
“JAEGER ESE ES MI HOODIE FAVORITOOOO!”
“¡Apagateeee maldito!” le daba duro con ese trapo sucio una y otra vez. Hasta que la llama de la hoya cedió y se extinguió. “Uf… estuvo cerca” suspiró, cansado. Lanzó el calcinado hoodie de Minazuki al suelo.
“¡Mi hoodie!”
“Ay, por favor cállate…” Lo miró con enojo. “Casi nos matas a todos, tarado. Y te lamentas por esa porquería…”
“Bueno… Al menos se apagó.” Sho también suspiró, a un lado del pelicastaño. La alarma de fuego volvió a sonar. “¿¡PERO QUE!?” Sho observó como de la nada su hoodie todo quemado volvía a encenderse en llamas como un fénix. “¡¿Qué acaso la casa está poseída o qué?!”
“¡Maldita cosa!” Eren comenzó a darle patadas a la prenda con fuego. “¡AH!” le dio una última patada mandando la prenda con fuego a volar. Eren saltó a un lado cuando pareció que el fuego quería apoderarse de su pierna.
“Holaaa, llegamos. ¡No saben el magnífico descubrimiento que tuve hoy y AHHH!” un alegre y recién llegado Oikawa saltó engrifado hacia un lado al ver que una llamarada de fuego iba directo a su rostro. “¡¿QUÉ ES ESO?!” mirando aterrado la prenda ardiendo en llamas, ahora, sobre la mesa. Las llamas se apoderaron del libro de recetas que dejó Kaneki. “¡AY!”
“SÓLO TE PUEDO DECIR QUE ES CULPA DE MINAZUKI”
“¡CÁLLATE JAEGER!”
“¡Ehw!” Kise, quien fue el último en llegar, vio a un montón de gente danzando alrededor de un extraño fuego sobre la mesa como si fuera un ritual pagáno o un Sabbath (?). Parpadeó sin comprender nada, pero de algo estaba seguro: si pasaba algo malo Kana lo culparía a él por todo. Fue hasta el primer líquido que encontró; una hoya llena de algo rancio o algo así. La agarró con dos paños y lanzó el líquido sobre la mesa apagando todo el fuego de raíz y de paso destruyendo las esperanzas de Sho de salvar el almuerzo.
“No… puede… ser” Sho se dejó caer sobre sus rodillas, agarrándose la cabeza. Souji lo pulverizaría.
“Uff, qué alivio que ya no hay peligro.” Oikawa dijo con una mano en el pecho, luego miró lleno de ilusión al rubio a su lado. “¡Que rápidos reflejos, mi muy querido amigo Kise!”
“¿Muy querido amigo?” Eren lo miró confundido. Hasta donde sabía, Oikawa no era un cercano de Kise.
“Sip, somos muy amigos y muy cercanos.” Corroboró Kise, sonriéndole encantadoramente a Oikawa.
“…”
“¡Que pasó con el almuerzo!” Kaneki terminó entrando por la otra puerta después de que Sho lo dejara afuera.
“Sho lo quemó” Dijo Kaworu, tranquilamente.
“¡¿QUÉ?! ¿SIEMPRE ESTUVISTE AQUÍ?!” Sho miró a Kaworu, indignado.
“Pues, sí.” Dijo sin mayores novedades, sonriendo desde su sitio. Sentado sobre un mueble más allá, con las manos en los bolsillos contemplando todo serenamente.
“¿Y no hiciste nada?” Ken también estaba impactado.
“Nop”
“A Kaworu-chan literal le gusta ver el mundo arder.” Dijo Oikawa.
“Lo concreto es que no hay almuerzo… al menos sirvió para apagar el fuego.” Eren miraba todo el desastre a su lado.
“¡Kise lo destruyó!” Sho culpó a Kise antes de que Eren lo culpara a él (?)
“¿Eh? ¿Yo?...” Kise estaba confundido, mirando los restos con cierto rechazo. “¿Eso era comida…? Pensé que era un balde lleno de vómito o algo”
“HAHAHAHA” A Eren le dio un ataque de risa ver la reacción del pelirrojo.
“…” Y Sho no pudo sentirse más destruido.








“Intuía que algo así pasaría…” Souji se llevó una palma al rostro. “Al menos siempre pienso en segundas opciones… Me puse en contacto con Chrom y pedí algunos ingredientes.”
“¿En serio se prendió de la nada?” Marie no podía creer lo que los chicos acababan de contar.
“Sí. Es raro… La sopa iba de maravilla y de pronto se encendió.”
“Por favor, Minazuki… fue un desastre desde el principio.”
“¡Que sabes tú, princeso, si te pasaste toda la mañana en el baño llorando!”  luego miró a Oikawa. “Y Oikawa no ayudó a apagar nada cuando pudo!”
“¡Sho-chan no me digas que esperabas que apagara esa llama con mi bello rostro!”
“Por favor, no empiecen…” pidió Souji.
“Lo menos que necesitamos es que se culpen entre ustedes.” Dijo Eureka, molesta por el desastre.
“¿En serio pueden ser tan caóticos cuando se quedan sin Souji?” Kana giró los ojos.
“Lo siento… No debí dejarlos solos.” Se lamentó Ken.
“No te culpes, Ken, ellos no son unos niños pequeños…” Dijo Souji, dándole unas palmaditas en el hombro. “Como dije, ya tenía algo en mente para preparar de todos modos. Será mejor que empiece a cocinar mientras Sho limpia su desastre.”
“¡Oye!”
“¡Y Toorucchi y yo nos vamos a pasear a la playa mientras!” Kise tomó de la muñeca al otro y lo llevó con él. Ni loco se quedaba con ese grupo de desastrosos.
“Nos vemos para el almuerzo!” Dijo Oikawa antes de esfumarse con Kise.
“…” Kana y Eureka volvieron a intercambiar miradas al ver a ese par partir. El presentimiento volvía.
“Yo y Anemone te ayudamos, Souji.”
“Ídem” se sumó Kaworu, esta vez, sin intención de maldad. (¿)

Después de esa breve organización, Souji hizo su mágia culinaria y todos pudieron almorzar dignamente en esa tarde.





 


Cuando todos ya habían descansado después del almuerzo, el grupo de amigos de Rizembool y Hanasaki bajaron a la playa. Caminar por aquel hermoso sendero que iniciaba verdoso y que terminaba a los pies de una playa de cristalina agua azulada era simplemente una dicha para los ojos de todos.

Instalaron algunas sombrillas, tiraron toallas sobre la arena, dejaron el cooler con las gaseosas en la sombra y rápidamente cada quien buscó en qué entretenerse.

Marie, Anemone, Elizabeth y Rise resultaban ser especialmente un deleite discreto para la visión de los varones quienes disimuladamente las observaban mientras jugaban con una pelota inflable entre ellas. Se podría decir que los colores de sus bikinis hacían bastante juego con sus tonos de piel y color de cabellos. Marie invitó a Iwaizumi y a Chrom a participar, Chrom no tuvo problemas en integrarse, pero le llamó la atención lo cohibido que estaba de pronto aquel chico llamado Iwaizumi, quien incluso parecía sonrojado.

Sho y Eren intentaban hundirse en el agua entre ellos, era divertido ver como trataban de hundir la cabeza del otro en el agua para dejarlo sin respiración por unos segundos.

Eureka, Kana, Souji y Kaworu también estaban en el agua, jugaban entre ellos al típico juego de duplas donde la chica está sentada sobre los hombros del chico e intenta derribar a la chica contrincante. Kana hacía pareja con Kaworu, mientras Eureka lo hacía con Souji. En conclusión, los que cayeron fueron Kana y Kaworu. Cuando Eureka bajó de sobre Souji, chocó palmas con él.

Posteriormente Souji se reencontró con Sho y se fueron a dar un paseo por la costa de la playa, Eren se había ido unos momentos atrás a donde Kaneki para hacerle compañía ya que lo veía algo solo. Kaworu y las chicas fueron a reunirse con el grupo de Marie.

“Planeamos traer un toldo con lucecitas y hacer un asado en la playa para esperar la noche.” Indicó Marie, apuntando a Iwaizumi quien volvía de cargar algunas cosas.
“¡Qué lindo se ve!” Dijo Eureka anonadada al ver un toldo tipo pérgola decorado con luces solares que comenzarían a encenderse cuando cayera el atardecer.
“Kaworu, ven a ayudarnos con la parrilla.” Le ordenó Rise, secuestrando al chico.
“¿Cómo es que se conocieron?” les preguntó Anemone a esos tres cuando se acoplaba cerca de ellos para condimentar la comida que pondrían sobre las brasas.
“¡Fui su Princess en el pasado!” Dijeron Rise y Elizabeth al unísono.
“¿Qué?” Anemone enarcó una ceja “¿Se podía tener dos Princess al mismo tiempo?”
“Ru-kun, antes de ser el chofer demoniaco o como le digan ustedes, era nuestro ¨kikken doraggu¨” Confesó, desilusionada de sí misma, Rise “Como que las dos estábamos encantadas de él.”
“Y el canalla primero me tuvo a mí de Princess utilizándome como herramienta y después quiso ¨probar¨ a Rise como Princess.”
“Después nos dejó a las dos porque opinó que era injuto enfrentar a su HiME entre dos…”
“Ehw.” Kaworu sonrió, ante la mirada asesina de las dos. “Pero no quería interferir en el enamoramiento que ustedes sentían en ese entonces por Souji”
“¡KAWORU!” Las dos se le lanzaron encima para taparle la boca y darle un zape.
“Woh, Kaworu es un malvado desde años atrás.” Kana miró a ese trío sorprendida.
“Pero en realidad nosotras nos pusimos tontas al mal interpretar. Kaworu nunca tuvo malas intenciones… Es medio enfermito pero así lo queremos.” Rise lo abrazó y acarició los cabellos de Kaworu.
“Sí. Es un sol si se lo propone.” Elizabeth le picó la mejilla al peliblanco.
“Kana-chan, te quería preguntar algo.” Recordó Rise.
“¿Sí?”
“¿Crees que Kise me dé su autógrafo? Tengo una prima que es su fan y un primo que lo admira. Coleccionan todas las revistas deportivas donde sale.”
“Eh… Yo creo que no tendrá problemas en dártelo…” Kana se encogió de hombro.
“A todo esto, ni él ni Oikawa están aquí. Volvieron a desaparecer” Dijo Eureka, mirando en diversas direcciones. “¿Alguien los ha visto?”
“Se van a quedar sin comida.” Dijo Chrom, preocupado al ver que algunos comenzaban ya a comer.

En otro lado de la playa, en una zona alejada y solitaria, Oikawa y Kise contemplaban el atardecer mientras se echaban flores entre ellos. La luz dorada del sol los cubría, y el paisaje era una hermosa postal para rememorar. Por supuesto, se sacaron miles de fotografías juntos las cuales subían a sus historias de Instagram acompañadas con diálogos llenos de elogios hacia el otro “Sin duda alguna, un gran día para conocer una gran persona y un admirable deportista #OikawaTooru” “Cuando estás en compañía de un gran amigo todo parece perfecto #KiseRyouta” y de allí miles de publicaciones más entre ellos dos.

“Lamento que no nos conociéramos en persona desde antes. Aunque sí te he visto jugar volley y eres toda una estrella.” El rubio se sonrió cálidamente al chico a su lado. Luego le tomó de los hombros y le observó directamente a los ojos con una auténtica emoción. “¡Tenemos que vernos más seguido, Toorucchi!”
“¡Lo mismo digo, Ryo-chan!” Respondió lleno de felicidad. Notó que el rubio posteriormente adoptó una expresión de lamento. “Uh, ¿Pasa algo?”
“La verdad, hoy en día mi vida está un poco dispersa. Viajo constante a Estados Unidos y la malvada universidad sin respeto por los deportistas a la cual desdichadamente me inscribí me amenaza con cerrar mi matricula por ausencia.” El rubio colocó una cara de tristeza.
“¡Que mal!” Oikawa se perturbó. “¿Y si te cambias a Rizembool? En mi universidad les dan muchas facilidades a los deportistas. ¡No puedes quedar en el limbo!”
“Hm… No lo había pensado.” Puso una mano en su mentón, analizando el asunto. En cosas de segundos decidió, “¡Me has convencido! Creo que es la mejor opción que tengo.” Y así Kise echo por la borda días y días donde Kana intentó convencerlo de cambiarse de universidad y donde ésta misma visitaba diversas universidades (incluida Rizembool) para traer folletos a su hermano para que éste no tomara la opción de simplemente dejar de estudiar por completo.
“¡Genial!” festejó Oikawa. “¡Tenemos que celebrarlo!”
“Hehe, si…” Kise asintió, pensando que Oikawa hablaba de una fiesta llena de gente tan popular como ellos dos.
“¡Debemos tener un partido de volley!”
“Ah” al rubio se le derrumbó la imagen mental de una fiesta descontrolada. “Espera, ¿y si mejor jugamos basket?”
“Pero Ryo-chan, estamos en la playa ¡Es perfecto el volley playero!”
“¡Bueno! ¡Vamos ya!”




 

“…” En su totalidad la mayoría de los presentes miraba a Kise y a Oikawa después de la explicación de que, obligadamente, debían jugar para sus equipos. Por supuesto, esos dos e habían proclamado como los capitanes de cada equipo.
 
Lo más sorprendente era que, esa burbuja de amor y rodeada de nubes y elogios entre ellos, desapareció por completo para dar paso a un electrizante y tenso ambiente entre ese par. Podían apreciarse todo lo que quisieran (en el poco tiempo que llevaban siendo amiguitos) pero algo que todos tenían claro era que ellos dos eran las personas más competitivas, vengativas y tercas de todo el universo.

“¡Escojo a Minazuki!” se apuró Kise, escogiendo de los primeros. Se quiso asegurar con ese chico a quien visualizaba como un potencial deportista por su porte y condición física. Sabía que no se equivocaba en su elección.
“¡Yo elijo a Iwa-chan!”
“Antes que sigan escogiendo, yo y Eren hemos decidido eliminarnos.” Dijo Kana, de brazos cruzados.
“¿Por?” Oikawa miró a esos dos. Le parecía una ofensa que dos de los peones desertaran antes del partido (¿) ligeramente, parecía que el siempre alegre Oikawa lucía muy serio cuando se trataba de volley.
“Iremos a recolectas conchas y corales y esas cosas.” Respondió la peliblanca. La verdad es que tanto ella como Eren odiaban perder y sabían que ninguno de los dos era bueno en el volley así que preferían evitar vergüenzas.
“Ay, Jaeger, princeso que va a buscar conchitas a la orilla del mar…”
“Cállate, Minatonto”
“Oye, ¿Qué tiene de malo ir a buscar conchas?” Kana lo miró, frunciendo el ceño.
“No digo que esté mal. Pero SÉ que Eren lo hace porque tiene MIEDO de perder contra mi.”
“¡No es así!”
“C-o-b-a-r-d-eeee”
“¡Ya! Jugaré.” Eren se cruzó de brazos.
“…” Kana lo quedó mirando con una expresión de “En serio, pendejo?”. “Okay, me voy a lamentar mi existencia detrás de esas rocas. Adiós.” Dijo la chica, atándose una cola de caballo y separándose del grupo, indignada. Más indignada aún cuando vio que nadie lamentó su exilio. “…”
“…” Kise maldijo a su hermana por ser una emodesertora (¿). A pesar de su actitud rebelde, era una persona atlética y le podía servir en su equipo. “Elijo a…” miró a los presentes. Obvio, eliminó automáticamente a Souji. “Él!” apuntó a Chrom.
“Se llama Chrom” le surruró Kaworu, divertido, al darse cuenta de la poca capacidad de Kise para memorizar nombres.
“Hehe, eso dije. Escojo a Chromie”
“Eh, ¿gracias?” el chico se fue a parar al equipo de Kise.
“Por supuesto que elijo a Sou-chan!”
“A Marie (¿)”
“Entonces yo pido a Anemone y Kaworu!”
“…” Eureka estaba intuyendo que la dejaban como última opción con Kaneki. El pelinegro parecía contento con pasar desapercibido, pero Eureka se lo tomaba a personal pensando que la dejaban de lado por su pequeño tamaño. “¡Uh!” infló las mejillas.
“Rise❤”
“Eren-chan!”
“Eh.” Kise notó que sólo quedaban Eureka y Kaneki. Eran TAN adorables que los quería a los dos para si como para asfixiarlos en un abrazo lleno de afecto, pero como deportistas no le veía futuro (¿) “Ay, miren, justo me llaman. Ya regreso” Señaló su teléfono y fingió ir a contestar. Se fue y buscó alguna víctima en la playa.
“…” Los demás se le quedaron viendo raro. 
“Elie está en mi equipo!” Dijo Kise cuando volvió. Había hecho la jugada perfecta: por lo que entendía, tenía a tres ex Princess en su equipo, a Chrom que parecía estar en forma y a Sho que era su carta maestra. Y, obvio, la máxima figura consagrada y idolatrada, el supremo líder capitán: él mismo.
“¿Eh?” preguntó la peliblanca, confundida. Ella estaba siendo llevada a la fuerza por Kise cuando este la raptó de su descanso bajo la sombra de una palmera.
“¡Perfecto, estamos completos!” Oikawa estaba igual de confiado. Tenía a dos exRebels en su equipo, un Rebel muy valorado, a Iwa-chan que era uno de los mejores jugadores de volley y a Anemone que no se quedaba atrás de nadie. Y, por supuesto, el mayor talento a nivel global, el mejor de los mejores, el gran capitán: él mismo. “Uh, Eureka-chan, Ken-chan, disculpen, estamos completos.” Recordó a los rezagados.
“¡Al cabo que ni quería jugar!” le gruñó la HiME, indignada. Agarró de la muñeca al pelinegro. “Vamos, Kaneki, busquemos algo más interesante que hacer que participar en esta tontera.”
“Okay” Ken agradeció que Eureka se lo llevara de allí. 

El capitán Oikawa reunió a su equipo y le dio roles a cada uno. Tenían que ganar sí o sí, era su deporte y no podía perder contra Kise. Por su parte, el rubio dictó ordenes claras a sus integrantes suponiendo que podían estar a su nivel… De todos modos depositó gran confianza especialmente en Sho, a quien no paraba de motivar con el porte que éste tenía y si estaba animado en pensar entrar al equipo de basket. 

Por haber ganado en el cara y sello, el equipo de Kise comenzó. Marie resultó ser todo un elemento potencial, dando un saque perfecto y haciendo desequilibrar al otro lado.

“¡IWA-CHAN NO TE ATREVAS!” Le gritó Oikawa al ver que éste tenía ciertas intenciones. Lo maldijo al comprobar que su amigo dejo que el saque perfecto de Marie se tornase en un punto para ese equipo. ¡Sabia! Lo hacía para complacer a Marie. “asdjsfjs”
“Cállate, Oikawa…” Iwaizumi se giró al verlo con reproche.
“¡No importa igual ganaremos!” gritó el capitán.

Las siguientes jugadas fueron más complejas y competitivas. Los capitanes se la tenían jurada entre ellos como si fueran los más grandes enemigos de toda la vida. Si bien Kise no era jugador de volley, quien conociera su historia como deportista sabía que su gran técnica consistía en la imitación excelente de jugadas maestras de otros y así lo estaba plasmando. Por su parte, Oikawa era un excelente jugador de volley por naturaleza, al igual que Iwaizumi, pero el pelicastaño se tornaba en un ser totalmente competitivo e inmisericordioso cuando se trataba de su amado deporte por lo que no permitía que estuvieran nunca en desventajas. Puntos iban y venían, llegando a estar igualados dentro de poco.

“Perfecto…” Susurró Kise, cuando vio que la próxima jugada sería rescatada por Sho.
Todos estuvieron muy atentos a la jugada de Sho quien corrió tras la pelota y saltó como si se tratase de hacer un grand slam! Digno de NBA y que confirmaba en Kise que ése chico debería ser su compañero de basket. Los rivales se tensaron sabiendo que era un punto difícil de bloquear e intentaron prepararse para recibirlo pero…
¡PAF! El sonido de la pelota golpearse contra la propia cara de Sho dejó a todos atónicos. El silencio se apoderó del ambiente, hasta que a Eren le dio un ataque de risa.
“HAHAHA!!” Lo apuntaba, con lágrimas en los ojos. “¡Te diste en el propio rostro! ¡Pero que idiota!”
“C-cállate…” Sho se frotó la nariz, sintiendo que la cara le ardía en un color rojo por el golpe y por la propia vergüenza.
“¡No me explico cómo pudiste fallar de ese modo!” Le reclamó Kise, irritado. “¡Era punto ganado!”
“¡Es que la tiraron mal de allá!” se defendió Sho.
“Creo que Sho-chan ha hecho el mismo error varias veces.” Precisó el capitán Oikawa.
“Sí, por eso tiene la cara más roja que su cabello.” Dijo Anemone.
“Vuelvan a sus puestos.” Kise chasqueó los dedos y ordenó a su equipo. “Minazuki, concéntrate.” Analizando que quizá Sho resultaba ser el que le generaba más puntos en contra.
“Uh, Kise, eres medio pesado cuando te lo propones.” Le dijo Sho, mirándolo con algo de rencor.
“No tolero perder…” agudizó la mirada, observando al capitán rival. “Jamás” cuando se ponía así parecía un kitsune estudiando a su presa.
Comenzaron, y siguieron sumando puntos a varios lados.
“Vamos a destruir al equipo de Ryo-chan dentro de poco así que no permitamos que ni siquiera anoten un punto. Eren-chan, te toca sacar.”
“Okay…” Eren se preparó y canalizó lo más que pudo la autoconfianza en su potencial. Jamás en la vida jugó volley pero eso no significara que fuera tan malo. Lanzó con una fuerza fenomenal el saque y… le dio directo en la nuca a Anemone, su compañera de equipo.
“¡AY!” gritó la chica, sobándose con dolor la nuca.
“¿¡Estás bien!?” preguntó preocupada, Marie.
“Duele…” aguantó el dolor.
“¡LO SIENTO!” Eren casi se muere allí mismo por lastimarla. Posteriormente Anemone se reincorporó y dijo que estaba todo bien. Volvieron al juego, el equipo rival anotó varios puntos y la rotación volvió a Eren quien tiró la pelota tan fuerte que pasó de largo a todos los rivales y se perdió en un limbo infinito (¿)
“Bien… pongámonos serios” dijo Oikawa, cuando consiguió otra pelota y la trajo consigo. Algunos habían intentado desertar cuando la primera pelota se perdió pero Oikawa no se los permitió acusándolos de posibles traidores que abandonan a su capitán. Lanzó y marcó automáticamente un punto. Luego los equipos cometieron errores, muchos de ellos provocados por Eren y Sho, que les dieron desventajas a sus equipos. El último: un saque de Sho que terminó dándole en el rostro a Souji. Eso casi mata al mismísimo Sho al ver como Souji se tapaba el rostro aminorizando el dolor.
“…” Kise y Oikawa se miraron entre ellos.
“¡Tiempo!” pidió Kise, haciendo el gesto que hacen en los partidos de basket para pedir tiempo fuera. Se acercó a Oikawa.
“Ya sé lo que tienes en mente… Sho-chan y Eren-chan son un peligro público para nuestros amigos.”
“Sí,” Kise se hizo tronar el cuello, miró hacia un costado a Marie, Chrom y Rise quienes especialmente fueron víctimas de las malas jugadas de Eren, y luego miró a Iwaizumi, Anemone y hasta Kaworu que ni él se había salvado de los fiascos de Sho. Parecían que todos venían de la guerra con tantos golpes. “Esos chicos son un cáncer… Debemos cambiarlos.” Sonrió amablemente como si acabara de decir un piroto. “Pero no tenemos a nadie. Así que…! Te cambio a Sho por Iwaizumi! Creo que allá en tu grupo se adaptará muy bien.”
“Muy astuto, Ryo-chan. Sólo aceptaré a Sho si me cambias a Eren por Marie!”
“Ehw… ¿No hay otra opción?”
“Uh…” Oikawa miró hacia una sombrilla donde Eureka y Ken conversaban animadamente, ajenos a todo el juego.
“Pero…” Kise se mordió el labio inferior. No confiaba que esos dos lograsen algo, pero peor eran Sho y Eren.
“¡Ah, no!” Eureka se negó, enojada. Si la habían despreciado vilmente ese par, ahora no les daría en el gusto, aunque vinieran con la cola entre las patas.
“Por favor, Eureka-chan!”
“No! Ustedes mismos nos marginaron” Se quejó la HiME, cruzada de brazos.
“Es que queríamos protegerlos siempre” dijo Kise, fingiendo una preocupación única. “Ustedes son muy adorables.”
“¡Por favor!” suplicó Oikawa, otra vez.
“…” Eureka sabía que, aunque se negara, le acosarían el resto de la tarde. “¿Quieres jugar, Kaneki?”
“Eh, no.” Dijo sinceramente. “Pero de todos modos iré para acompañarte” le sonrió, tranquilo.
“No puedo creer que Oikawa y Kise nos cambiaran por Eureka y Kaneki…” comentó Eren, mirando el partido sentado en la arena, a distancia.
“Tampoco puedo creerlo. O sea, igual éramos un asco, pero… ¿era necesario que nos mintieran descaradamente y nos mandaran a buscar conchas con Kana porque está muy sola y triste según ellos?” Para cuando los dos fueron a buscar a Kana y volvieron, notaron que fueron reemplazados por Eureka y Ken.
“Una jugada vil de dos mentes competitivas y siniestras.” Suspiró. “Al menos esos dos juegan mejor que nosotros.”
“Sehh…” Sho se sintió orgulloso de ver que Kaneki lograba anotar.
“¿Eso dijeron de mi?” Preguntó Kana, quien estaba sentada al lado de Sho, mirando con ellos el atardecer.
“Sí.” Sho suspiró. “¡Pero ellos se pierden la presencia de estos tres!”
“Hehe.” Eren asintió.
“Bueno, ¿Y qué hacemos?” preguntó la chica.
“¿Y si nos vamos a bañar? Ya me dio mucho calor…” sugirió Sho.
“¡Vamos!” dijeron al unísono los otros dos.

En cosa de segundos, los tres se encontraban en el agua bañándose y jugando entre ellos. Las risotadas de los tres debido al grado de diversión llegaban incluso hasta los oídos de los jugadores.

“Uh, tengo ganas de estar allí…” Dijo Kaworu, sujetándose el cuello por el dolor que sentía allí. Sho casi lo decapitó (¿) con uno de sus saques.
“¿Y si nos unimos a ellos?” Le dijo Souji, a su lado. Analizó la situación. Llevaban horas jugando liderados por esos dos seres competitivos y sin piedad. Los habían hecho jugar hasta casi desangrarse, sin dejarles ni una gota de sudor y sin tener compasión por sus pobres cuerpos. Todos parecían muy cansados y acalorados con el partido. Souji vio que las chicas del otro equipo los miraban con súplica, necesitando un rescate. “¿Y si nos vamos a bañar?” les gritó a Rise, Marie, Elizabeth.
“¿QUÉ?!” Apareció Oikawa, en shock.
“Vamos!” gritaron las otras en respuestas, agarraron a Chrom y se lo llevaron para salvarlo también.
“¡No se pueden ir así! ¡Traidores!” Les gritó Kise, indignado con la actitud rebelde y desunida de su equipo. “asdfs”
“Vamos” Le dijo Souji a los de su equipo, acarreándolos a todos.
“No puedo creer lo que veo!” Oikawa fingió que le daba casi un infarto en ese momento.
“No jodas, Oikawa” Iwaizumi entrecerró los ojos.
“¡Deben jugar hasta el final!”
“Estamos cansados y no podemos más!” Le refutó Anemone.
“¡ESO NO IMPORTA!” respondieron al unisoro Oikawa y Kise.
“Como ustedes están tan animados, jueguen entre ustedes. Nosotros nos vamos” sentenció Anemone. Después de esos, todos dejaron en el abandono a Kise y Oikawa.
“No importa. ¡Podemos saldar esto entre los dos! ¡Uno contra uno!” le dijo Kise a Oikawa.
“¡Y por supuesto que la victoria será mia!” agregó Oikawa.

Muchos minutos después, mientras todos los demás disfrutaban de la frescura del mar y los juegos en el agua junto con toda la convivencia que significaba. Miraron hacia donde estaban Oikawa y Kise. Se habían olvidado de la existencia de ese par y ya había pasado mucho tiempo desde que los habían abandonado. Vieron que Oikawa anotó un último punto y al parecer lo consagró como el ganador.

“Nadie le festeje luego, o se va a creer por el resto de la vida.” Advirtió Iwaizumi.
“Igual nadie le va a festejar.” Dijo Sho.
“Parece que quedaron para la historia después de esa lucha de titanes.” Analizó Elizabeth. “Sería bueno que se vengan a relajar aquí.”
“Cierto.” Dijo Kana. “¡Kitsune, ven aquí!” llamó a su hermano.
“¿Le dicen Kitsune a tu hermano?” meditó Souji.
“Sí… es el apodo que le pusieron sus compañeros de equipo desde la primaria. Ehw, evidentemente por sus ojos que le dan esa característica.”
“Mh…” A Souji se le hacía conocido ese apodo.

Después de unos minutos Oikawa y Kise se unieron a todos en el agua y la tarde pasó rápida. Por la noche ya tenían en mente hacer una gran fiesta.
« Last Edit: June 26, 2019, 05:08:18 PM by Kana »


Eureka





El grupo se organizó en equipos para hacer que la reunión de la noche fuera todo un éxito: algunos chicos se encargaron de ir a comprar más alcohol, otros de ordenar los espacios de la casa, y finalmente, un último equipo preparó los acompañamientos. Para evitar que el grupo de Oikawa terminara desapareciéndose como la otra vez, intentaron mezclarse entre todos, con la intención de que Oikawa, Eren, Sho, Souji, Kaworu y Ken no estuvieran juntos y así poder evitar tanto desmadre (?).

El grupo de Kise, conformado por Eren, Kaworu, Elizabeth, Chrom y él, fueron veloces en ir al pueblo para comprar las cosas que faltaban. Por su lado, Oikawa, Sho, Eureka, Anemone y Rise se encargaron de la limpieza y el orden de la casa, sobretodo los espacios de la sala y la cocina, los que iban a utilizar para la reunión. Finalmente, Souji fue capaz de guiar al grupo de gente que se ofreció a apoyarlo en su aventura culinaria: Marie, Iwaizumi, Kana y Ken lograron que los acompañamientos se vieran muy apetitosos.

Cuando todos se reunieron en la sala, el grupo se apresuró en sacar las bebidas, dejando las botellas de ron, whisky, vodka, jugo, shochu, gaseosa y una jarra de té verde en la mesa central, junto a una cubeta de hielos y varios vasos. Añadieron six packs de cerveza y Kaworu coló una botella de Jaggermeister entre la variedad. Asimismo, agregaron los platillos de bocaditos que Souji había preparado.

Poco a poco se dispersaron en pequeños grupos, interactuando con los que aún no habían tratado y conversando sobre distintas temáticas.





“Te ves… preocupada,” comentó Kana, observando a Marie. Ambas estaban en un pequeño grupo junto a Anemone, Ken y Rise. “Ah, disculpa si sueno entrometida…”
“No, no hay problema.” Marie suspiró. “Creo que todo el mundo se ha dado cuenta, a estas alturas.”
“Totalmente.” Anemone dio un sorbo a su lata de cerveza y chilló, emocionada. “¡Ah! Está helada~ Bueno. Sigamos con tu drama.”
“¿Qué pasó, Marie-chan?” preguntó Rise, curiosa.
“Uh… Aún nada, creo que ese es el problema,” comentó Marie, revolviendo los contenidos de su vaso. Un pequeño torbellino se formó en el whisky, que se vio interrumpido por los hielos a su alrededor. Marie suspiró. “Me… gusta alguien. Y no sé qué hacer.”
“Lleva con eso todo un año… oh. No, es un año y medio, ahora.” Anemone observó de reojo al grupo de Oikawa, Iwaizumi, Kise, Chrom y Eureka. Regresó su mirada al grupo, y suspiró. “Y he intentado ayudarla pero parece que su crush es muy idiota.”
“¡No lo—!” Marie quiso refutarle ello, pero desistió. “Okay, sí lo es.”
“Uh… ¿Es Iwaizumi-san, no?” preguntó Ken.
“Sí.” Marie se veía resignada.
“Lo siento, me gustaría ayudar, pero yo soy muy mala para este tipo de cosas,” dijo Kana. A su lado, Ken asintió.
“Yo igual, lo siento,” se disculpó el rebel.
“No hay problema. A veces me gustaría ser un poco más como Sho, así de bestia e impertinente.”
“Bueno, a él le funcionó. ¿Quién dice que no te funcionará a ti?” Anemone le guiñó un ojo.
“Puede— Ah,” Marie se detuvo al notar que había hablado de más. “Ah. Bueno, Sho no es tan explícito con esto, pero está con pareja,” comentó, preocupada. Rise y Kana de seguro no sabían nada de lo de Souji, así que mejor era guardar cierta información. Pero Marie no se imaginaba que eso estaba muy lejos de ser cierto… después de todo, Sho y Souji eran demasiado obvios y las dos chicas ya se habían enterado de todas formas.
“Y fue y le dijo todo de frente, aún a pesar de que su actual pareja estaba en una relación en ese entonces.”

“…” Ken suspiró. “Al menos todo salió bien.”
“Ya me imagino que drama debe ser tener a ese zopenco de hermano, Kaneki.” Anemone sonrió de lado.
“No, al contrario. Sho me ayuda muchísimo.” Ken sonrió. “A veces tiene sus cosas, como… uh. Lo de hoy.”
“¿Cuando casi quema la casa?”
“Exacto. Pero tiene un gran corazón.”
“Yo supongo que con eso cautivó a su actual pareja,” dijo Marie. “Porque por su inteligencia no fue. Aunque bueno… no está nada mal de físico, supongo.”
“Llevo tanto tiempo siendo su amiga que me perturba la idea de pensar en él de otra forma.” Anemone rio.
“¡Ah, pero Kana y Rise no son sus amigas!” Marie sonrió. “¿Ustedes que piensan de Sho?”
“¡Es atractivo!” afirmó Rise. “Entiendo por qué aquella persona sucumbió a su encanto… aunque a veces puede ser un cabeza hueca.” Rise suspiró.

No conocía mucho a Sho, pero de lo que había interactuado con él durante los dos días del paseo, se veía como un chico un tanto… brusco, hiperactivo y muy propenso a enojarse. Sin embargo, no se podía negar que era muy atractivo: su altura y su contextura jugaban a su favor. Además, tenía varios gestos muy caballeros con Souji y estos no habían pasado desapercibidos a sus ojos. Rise sabía que Sho se moría por él, no había de otra.

“¿Y tú, Kana?” preguntó Anemone.
“…Prefiero no hacer comentarios.”
“Haha, entiendo, entiendo. Era una pregunta muy incómoda y aún no estamos tan mal como para responderla.” Marie sonrió. “En venganza, pueden preguntarme algo terriblemente incómodo dentro de media hora.”
“¿Media hora?” Anemone preguntó, confundida.
“Sí. Media hora más y estoy segura de que me iré a la mierda. Quiero estar tan ebria como para ir y mandarme una Sho.”
“¡Mucha suerte, Marie!” la animó Ken. Kana y Rise asintieron.
“Te haremos barra,” dijo Rise.
“Espero que te vaya muy bien.” Kana le sonrió.
“Gracias, gracias. Aunque si me ven demasiado ebria… por favor llévenme a mi cuarto. No quiero hacer el ridículo.”
“Tranquila.” Anemone rodeó su cuello en un gesto amical. “Te cuidaremos de todas maneras.”

Marie les sonrió, agradecida. Su mirada fue a posarse en el grupo de Oikawa, curiosa por los temas de conversación que andaban tratando… que no era más que el problema de Kise con su universidad. Oikawa le había propuesto solucionarlo con su postulación a Rizembool, y en vista de que gran parte del grupo era de aquella institución, andaban conversando sobre los pros y contras de ello.





“Rizembool es una universidad muy buena,” contó Iwaizumi. “La verdad es que no me puedo quejar. La beca de deportes es muy completa, y la formación académica es excelente.”
“¡Sí! Aunque tenían un poco abandonado al equipo de vóley hace dos años, cuando ingresamos,” dijo Oikawa.
“En realidad, a varios equipos,” aclaró Chrom. “En esas épocas, Rizembool andaba desviando todos sus recursos hacia el resurgimiento de los rebels.”
“Tiene sentido,” dijo Eureka. “Francamente, no me sorprende.”
“Chrom-chan, ¿cómo te enteraste de eso?” preguntó Oikawa, curioso.
“Ah. Tengo amigos en el equipo de atletismo. Practiqué el deporte en mi primer año.”
“¡Wow!” soltó Kise, sorprendido. “¡Otro deportista más!”
“Fue sumamente agotador, pero era genial. Me apena haberlo dejado por el consejo estudiantil.”
“Podrías retomarlo,” sugirió Iwaizumi.
“Es cierto. Intentaré hacerlo el ciclo que viene… aunque de seguro andan preparándose para el Hakone Ekidan.”
“Wow, esa carrera es imposible. Tengo resistencia, soy veloz y todo… pero dudo poder siquiera cumplir con uno de los tramos,” dijo Kise.
“Es complicado por el terreno,” comentó Chrom. “El monte Hakone es empinado, por naturaleza, y hay gente que sabe correr en desnivel, pero otras personas no… como yo, haha. ¡Pero en fin! Sí, el equipo de atletismo tampoco recibía muchos fondos hace dos años. Recién han empezado a distribuir presupuestos decentes desde el año pasado.”
“Shittykawa acá fue rebel,” comentó Iwaizumi, rodeando el cuello de su amigo, apunto de hacerle una llave (?). “Felizmente, si algo bueno salió de eso, es que nos aumentaron el presupuesto,” dijo, y lo soltó, optando por darle un sorbo a su vodka con naranja.
“¡Eso es trampa!” Kise hizo un puchero. “…Ha, hablo como si ya estuviese dentro,” mencionó, entre risas.
“Parece que cada vez te convences más de la idea de Oikawa,” bromeó Chrom.
“Es cierto. Es que no es tan mala. Los deportistas de Rizembool siempre han destacado, pero el equipo de básket no es tan conocido… así que parece ser una buena oportunidad.”
“Kise-chan, yo sé que no lo necesitas porque ya eres jugador profesional, pero puede que igual te interese. Podrías iniciar de cero y ganar renombre con eso,” ofreció Oikawa.
“Mm.” Kise asintió. “Creo que ser capitán y crear un equipo de cero suena sumamente llamativo. De hecho, sé que no le molestaría a un amigo mío transferirse a Rizembool para continuar jugando juntos. Y con una estrella como yo siendo la imagen del equipo… estoy seguro de que se unirá gente muy genial.”
“Bueno, hay de todo en la viña del señor,” dijo Eureka. “En el equipo de Oikawa e Iwaizumi hay gente muy hábil, hasta tenemos un jugador de la selección nacional.”
“…” Oikawa intentó no rodar los ojos y falló súbitamente. Ushiwaka y él se llevaban mejor, era cierto, pero ciertos hábitos eran difíciles de dejar de lado. “¿Conoces a Ushijima Wakatoshi? Tal vez has oído de él, Kise-chan.”
“Mm… me suena. Creo que lo he visto en alguna de las revistas de deportes en las interhigh de secundaria.”
“Sí, de seguro. Su equipo siempre quedaba entre los cuatro finalistas… y usualmente ganaba. Aunque en nuestro segundo año de secundaria alta le ganamos en nacionales,”comentó Oikawa.
“Él está en su equipo. Pero también hay gente muy capaz y un tanto… misteriosa,” dijo Eureka.
“¿Cómo así?” preguntó Chrom.
“Hay dos chicos que son muy amigos: Satori Tendo y un tocayo de Sho… se apellida Suzuki. Los dos son muy observadores. Y francamente… me dan un poco de mala espina,” dijo Eureka.
“¿Mm? ¿Por qué?” Kise se veía un tanto curioso.
“Bueno, usualmente la gente que me da esas vibras… o es rebel, o está relacionado a eso.”
“Ah, pero que no todos son malos. Tengo varios amigos rebels.”
“No sabía que interactuabas con gente involucrada en el conflicto, Kise-chan,” Oikawa se veía un tanto sorprendido.
“Sí. También conozco HiMEs, aparte de Kana, claro. Nunca entenderé la lógica detrás de la pelea, pero tampoco estoy tan informado como para criticarla.”
“Bueno, hay de todo, realmente.”
“Tengo un amigo que fue atacado por dos HiMEs… así que no podría decir que el bando de Hanasaki se salva del todo,” comentó Oikawa, en referencia a Eren. Prefirió evitar mencionarlo por respeto a la naturaleza de la información: Eren podía optar por guardarla y, a diferencia de otros temas, Oikawa consideraba que era necesario tener cuidado. Sobretodo porque Eren era un tanto propenso a enojarse por todo (?).
“Wow. Eso suena preocupante. ¿Está bien?” preguntó Chrom.
“¡Ah, sí!” Oikawa afirmó. “Se recuperó, todo bien.”
“Mm…” Kise se veía pensativo. “Creo que después de todo lo que hemos hablado, siento que no hay tantos contras de estudiar en Rizembool.”
“A menos de que te ganes una vendetta de un rebel o algo. Como yo.” Oikawa suspiró. “Mi gimnasio está arruinado.”
“¡Sí me contaste!”
“¿Cómo fue eso?” preguntó Chrom, curioso.
“Uh… es una historia larga y complicada.” Oikawa suspiró. “Pero para resumirla, Eureka-chan y yo llamamos la atención de un rebel problemático. Y por su culpa mi gimnasio terminó destruido.”
“Están reparando los daños, pero supongo que tomará un tiempo,” dijo Iwaizumi.
“Creo que eso suena más a una cuestión de suerte.”
“Sí.” Oikawa suspiró. “Pero Eureka-chan es yeta.”
“¿¡Yo!?” Eureka lo juzgó con la mirada. “¡Tú también!”
“A veces. Pero tú más. ¿Quieres que te recuerde todo lo que pasó este ciclo?”
“…” La expresión de Eureka pasó de pura indignación al cansancio más grande del universo. “Este ciclo ha sido horrible. Felizmente ya terminó.”
“Sí.” Oikawa sonrió. “¡Y estamos acá, celebrando eso! ¡Y mi cumpleaños! ¡Y mi nueva amistad con Kise-chan!”
“¡Un brindis por eso, Toorucchi!” saludó Kise, alzando su vaso de whiskey. El grupo intercambió sonrisas y asintió, alzando sus vasos para chocarlos con el del rubio.





A unos metros de ahí, cerca a la mesa de bocaditos, el grupo conformado por Elizabeth, Eren, Kaworu, Sho y Souji andaba un tanto menos emocionado y más… preocupado. Ninguno se explicaba cómo Souji parecía haber tomado una gran cantidad de alcohol, considerando que la reunión había empezado media hora atrás y sólo lo habían visto con un vaso de shochu con té verde. El jaggermeister estaba intacto, y no había indicio de que hubiese tomado algo antes. Lo extraño era observar que Sho andaba en un estado un tanto parecido, aunque se le veía más lúcido que el peligris.

“En serio. ¿No han tomado antes?” preguntó Eren, un tanto confundido. Ante la falta de respuesta —Sho y Souji andaban conversando entre ellos y riéndose como idiotas—, Eren se giró al resto del grupo. “¿Alguien sabe algo?”
“Creo que ninguno de nosotros estuvo en sus grupos a la hora que nos dividimos las labores, así que nadie sabe,” comentó Elizabeth. “Tal vez… ¡tomaron a escondidas de todos!”
“No. Los bocaditos están perfectos,” comentó Eren, a la vez que cogía uno de los rolls furai y se lo llevaba a la boca. Luego de pasarlo, asintió. “Yep. Perfectos. Entonces estaba lúcido cuando cocinó.”
“Pero yo no estoy mal,” comentó Souji, confundido. Sin embargo, el ligero sonrojo en sus mejillas decía lo contrario.
“Has tomado, no intentes negarlo,” le dijo Eren. “Y es imposible que la mitad de un vaso de shochu con té verde te ponga así.”
“A menos que…” Elizabeth le robó su vaso a Souji y bebió un poco. “Wow. Está bien fuerte,” comentó, mientras se lo devolvía. Inmediatamente, Souji se lo llevó a los labios, con una sonrisa suave en su rostro.
“¿¡En serio!?” Eren no pudo esconder su indignación.
“Ah.” Kaworu sonrió. “Yo se lo preparé~” canturreó, inocente.
“¡KAWORU! ¡TÚ ERES EL CULPABLE DE ESTO!” gritó Eren, señalando al par de tortolos a su lado. “¿¡No sabes que varias personas de este grupo no están enterados de lo que pasa entre ellos!?”
“Si te refieres a Rise y a mí… pues Souji nos contó ayer, tranquilo.” Elizabeth sonrió.
“A ustedes las ve y les dice el mismo día.” Eren se cruzó de brazos, un tanto irritado. “Y yo que los veo siempre y no se atrevieron a contarme.”
“Eso es porque no sabes guardar secretos, Jaeger,” mencionó Sho, girándose hacia él. Su mano libre buscó la de Souji, y entrelazaron sus dedos.
“¡Pero mírense!” gritó Eren, indignado. “¡Son muy obvios!”
“¡Idiooota! ¡Aún así, no te diste cuenta! Haha~” Sho se burló de él.
“¡MINAZUKI DE MIERDA!”
“En nuestra defensa, Sho está picado y yo siento que no voy a recordar esto mañana.” Souji sonrió. “De hecho… me sorprende poder formular oraciones ahorita. Es un milagro.”
“Bueno, te tengo noticias, Souji. Esto puede ser un descuido por el alcohol… pero hoy, en la playa…” Kaworu sonrió.
“¿Qué pasó?”
“Bueno, todos estuvieron distraídos por Elizabeth y las chicas,” dijo Kaworu. Elizabeth lo observó, curiosa, pero la sonrisa misteriosa de su amigo le indicó que se rehusaría a ahondar en el asunto (?). “Ellas fueron una gran distracción, así que nadie lo notó… pero a mí no se me pasa nada.”
“¡Ah!” Souji pareció entender a qué se referia. “¿Esto?” Souji jaló el cuello de su polo para mostrar más de su piel: la zona de sus clavículas y gran parte de su cuello estaban adornados de pequeños moretones. Eren desvió la mirada, avergonzado, mientras que Elizabeth se mostró sorprendida. “Me revisaste antes, creo.”
“Sí. El tema es que Sho no es el único entusiasta.” Kaworu no descuidó su sonrisa.
“Eh…” Sho imitó a Souji, jalándo el cuello de su polo. Moretones de distintas tonalidades moradas y rojas cubrían su cuello, al igual que el de su pareja.

Eren terminó volteándose, para ignorar la veracidad de los hechos (?). A su lado, Kaworu rio, pensando en la cara que habría puesto de ver las marcas en la espalda de Sho.

“TOO MUCH INFORMATION,” gritó Eren, un tanto traumado.
“Ahhhh, lo olvidaba. Todas estas cosas deben espantarte porque eres virgen, Jaeger.”
“¿¡Y quién dice que tú no, imbécil!?” le refutó Eren ni bien se giró para encararlo. Luego, recordó el estado etílico de Sho y se mostró horrorizado. “¡NO! NO ME CONFIRMES NADA, NO QUIERO SABER, GRACIAS”
“Tranquilo, Eren~ Eventualmente, todas esas cosas saldrán a la luz.”
“¿Por qué suenas tan confiado, Kaworu?” Souji se veía curioso.
“Tengo un plan,” afirmó Kaworu, enigmáticamente. “Pero nos desviamos del tema. ¿En serio no es peligroso que el resto se entere de que están saliendo?”
“Son demasiado descuidados.” Eren suspiró. “Encima van y beben sabiendo que no pueden manejar su alcohol y son incluso más estúpidos cuando están ebrios.”
“Hablas como si tú no lo fueras.” Sho rodó los ojos.
“¿¡Qué dic—!?” Eren ya le seguía la corriente, pero Souji lo interrumpió.
“Deja de molestarlo, Sho.”
“¡Pero—!”
“Eren tiene razón,” dijo Souji. “Es cierto, es un tanto riesgoso, pero supongo que me dejé llevar. Estoy lejos de casa y al fin puedo respirar un poco. Sólo tomo cuando salimos en grupo, y hace un tiempo de eso.”
“Una semana, Souji.” Eren se llevó una mano a la frente.
“¿Insinuas que soy borracho?” Souji lo juzgó con la mirada.
“¡No!”
“Hehe.” Souji le sonrió. “Estaba bromeando. Qué tierno eres, Eren~”
“…” Eren guardó silencio, sacándole una carcajada al peligris.
“Ah, pero nada, no hay problema. Confío en todos.”
“Mm. Yo también. Pero sería bueno decirles,” dijo Sho.
“Sí, estoy de acuerdo.”
“Okay, lo haré ahorita.”
“Genial.”
“Esperen, qué—” Eren intentó detenerlos, pero Sho arrastró a Souji fuera del grupo y se lo llevó al de Oikawa.

Desde lejos, Elizabeth, Kaworu y Eren observaron cómo Sho anunció a todo pulmón que Souji y él estaban saliendo. Las caras de los chicos no mostraron sorpresa en lo absoluto: al contrario, les sonrieron y asintieron.

“Uh… ¿Por qué—?” empezó Sho, confundido, pero Oikawa rio.
“Bueno, yo ya sabía, ¿pero creo que el resto lo intuyó?” dijo el exrebel.
“Sí son un tanto obvios,” afirmó Iwaizumi. Eureka, Kise y Chrom asintieron.
“Lo siento,” dijo Souji. “Intentaremos ser más cuidadosos.”
“Entre nosotros no creo que haya problema,” afirmó Oikawa. “Pero hay que tener cuidado cuando regresemos a Tokio. Yo… bueno, yo ya le dije a Souji-chan lo que pienso sobre su ex. Sin embargo, siempre es bueno ser precavidos. Y lo cierto es que Sho-chan y Adachi-san se llevan mal, así que… sería un tanto complicado que se entere tan rápido de que ustedes dos están juntos.”
“Sí, es cierto. Gracias, Oikawa. Y gracias a todos.” Souji le sonrió al grupo.
“Mm.” Sho sólo asintió, y arrastró a Souji al otro grupo que faltaba.

Eren, Elizabeth y Kaworu aún los observaban cuando fueron hacia el grupo de las chicas y Ken. El hermano de Sho se mostró preocupado como ellos al notar que el pelirrojo andaba un tanto mareado. Conociendo a Sho, sabía que intentaba hacerse el fuerte, pero no lo veía ebrio del todo, así que optó por dejarlo. De seguro con un poco de tiempo y un vaso de agua se le pasaría. En cambio, Souji sí se veía a un vaso de alcohol de cometer muchos desmadres.

Souji saludó al grupo de una manera cordial, mientras que Sho volvió a gritar la que, según él, era la revelación más grande de aquel día.

“SOUJI Y YO ESTAMOS SALIENDO, ADIÓS,” dijo Sho, y se llevó a Souji de vuelta al grupito del inicio. El peligris soltó unas risitas, observando las sonrisas de Ken y el resto de las chicas mientras se alejaba de ellos.
“¿Por qué no te quedaste a escuchar sus reacciones?” preguntó Souji, curioso.
“No.” La respuesta de Sho fue súbita. Un análisis rápido permitió que Souji identificara vergüenza en el rostro del pelirrojo: de seguro las chicas lo intimidaban un poco. Si bien Marie y Anemone eran sus amigas, ese no era el caso de Kana y Rise… y Sho podía ser tímido con algunas chicas, o al menos eso le había chismeado Ken.
“Me alegra que ya no tengan que esconderse,” comentó Elizabeth, ni bien regresaron.
“Sí, es un alivio.” Souji sonrió.
“Yo sigo sin entender por qué Souji está tan ebrio. Un vaso de shochu con té verde, por más fuerte que sea, no debería ponerte así…”
“Jaeger, estamos hablando de Souji. Creo que junto con Ken, tienen la peor resistencia cuando se trata del alcohol.”
“Creo que Ken es más débil que yo…” Souji se veía pensativo.
“Eso no podemos refutarlo,” comentó Kaworu. “Pero tú no aguantas ni un vaso de whisky.”
“Ni dos shots de jagger.” Souji se encogió de hombros. “Eli, no recuerdo si tú tenías buena resistencia… ¿Creo que no?”
“¡Exacto! ¡También soy mala con estas cosas!” Elizabeth sonrió. “Con un vaso de cerveza estoy bien. De hecho… debería cuidar a Rise,” dijo, un tanto pensativa. “Ella es peor que todos ustedes.
“Ah.” Kaworu asintió. “Es cierto. Creo que deberíamos ir a chequearla.”
“Bueno, dudo que le pase algo. Lo más probable es que la lleven a su cuarto, pero vayan a verla por si acaso.”
“Sí.” Kaworu sonrió. “Ya volvemos.”

Kaworu y Elizabeth corrieron en busca de Rise, preocupados por su amiga. Eren no la conocía lo suficiente como para ir con ellos, así que optó por quedarse con Souji y Sho… hasta que notó que se habían puesto a conversar entre ellos. Sho tenía a Souji a pocos centímetros de él y Eren supo, en esos instantes, que tenía que huir de allí antes de que sus ojos presenciaran algo terrible. Intentó ser sutil pero falló súbitamente al correr hacia el grupo de las chicas, maldiciéndose internamente por ello. A lo lejos, Eren escuchó las risitas de Souji, y cuando se volteó, lo vio riendo mientras lo observaba.

“Funcionó,” le dijo Sho, emocionado.
“Honestamente, no sé por qué querías espantar a Eren.” Souji seguía riendo a la vez que se volteaba a encarar a Sho.
“¿Porque jode un montón?” Al parecer, ese dato era conocimiento general a los ojos de Sho.
“¿Es eso realmente?” Souji sonrió de lado. “¿O querías aprovechar la oportunidad para estar solos?”
“Uhh… no.” Sho evadió su mirada.

Souji rio: Sho era demasiado predecible.

“Bueno, lo cierto es que ganaste. Eren prefiere estar en el grupo de chicas junto a Kaworu que andar con nosotros.”
“Eso no es sorpresa—” Sho se interrumpió de un momento a otro. “Ah. Se me está pasando al fin. Creo que estoy mucho más lúcido.”
“…Hay que arreglar eso.” Souji lo tomó de la muñeca y lo arrastró a la mesa de bebidas.
“Souji, NO—”

Por otro lado, Kaworu, Elizabeth y Eren parecían haber llegado en el momento indicado, porque Rise estaba demasiado hiperactiva y enérgica, indicando que, efectivamente, sus temores habían sido confirmados: el alcohol se le había subido.

“Iré por agua,” dijo Kaworu.

Se apresuró en caminar a la mesa de bebidas, justo donde Souji torturaba a Sho con una mezcla de varios tragos, afirmando que debía sacrificarse por los dos (?). Sho le replicaba que Souji había sido el culpable al mezclar tantas cosas y que prefería el suicidio antes de tomar esa abominación. Kaworu no podía culparlo: el trago en las manos de Souji tenía el color de la muerte. Pero no podía hacer mucho por él, puesto que Souji era una de las personas más tercas cuando bebía. Los ignoró, optando por servir agua en un vaso nuevo y llevárselo a Rise.

Al regresar al grupo, Kaworu vio que Anemone y Elizabeth se habían llevado a Rise a uno de los sofás amplios de la sala. El peliblanco las siguió, y cuando estuvo frente a ellas, les extendió el vaso. Elizabeth se lo dio a Rise.

“¡Gracias, Kaworu!”
“No hay problema. ¿Van a cuidarla?”
“Sí.” Anemone sonrió. “Tú no te preocupes. Ningún degenerado le hará daño.”
“Tus palabras me preocupan y a la vez me otorgan mucha calma, es extraño.” Kaworu sonrió.
“Bueno, tal vez fui un poco exagerada. Sé que ninguno de nuestros amigos sería capaz de algo terrible. Es sólo… por precaución.” Anemone dio un sorbo a su cerveza.
“Entonces, las dejo.”
“Okay~”

Kaworu optó por acoplarse al grupo de Kana, Marie, Ken y Eren. De reojo, observó a las chicas y luego dirigió su mirada a Souji y a Sho, sonriendo: sólo esperaba que tomaran sus precauciones por el resto de la noche. En especial Souji, porque Kaworu planeaba darle todas las facilidades para que terminara muy mal. Después de todo, iba a ser entretenido ver cómo Sho lidiaría con ello.







Un par de horas después, los grupos se habían dispersado: varios habían caído bajo los efectos del alcohol y sólo un puñado de personas seguían aún completamente lúcido. Entre estas personas contadas estaba el grupo de Anemone, Elizabeth y Rise, quienes observaban a sus amigos y los juzgaban desde su posición en uno de los sofás de la sala.

“Wow, sarta de ridículos,” dijo Anemone. A su lado, Elizabeth rio. “¿Toman dos vasos y ya están así?”
“Y eso que están conversando y todo.” Rise rio. “Así que tienen oportunidad de procesar el alcohol de una manera más lenta.”
“Mm.” Anemone le dio un sorbo a su vaso. “No tienen excusas.”
“De hecho, Anemone, me sorprendes. Ese es tu cuarto vaso de vodka y naranja, ¿no?” preguntó Elizabeth.
“Sí.” Anemone asintió. “Luego de dos latas de cerveza. Creo que soy una de las más resistentes. El siguiente es Iwaizumi… o Kaworu.”
“De seguro es Ru,” afirmó Rise, observando a Kaworu. Se le veía igual de enigmático y malicioso que siempre (?). “Presiento que él tiene un poco más de resistencia que Iwaizumi-kun.”
“Probablemente… No conozco mucho a Kaworu, pero sé que es de temer, así que tendría sentido.”
“¡Ah, no! Esa es la reputación que se ha ganado en el grupo que tiene con Souji,” dijo Elizabeth. “Pero él no es así, no del todo.”
“Bueno, eso puede ser porque conocemos un lado distinto de él,” comentó Rise.
“¿Cómo así?”
“Puede ser muy preocupado y amable si se lo propone.” Elizabeth sonrió. “Aunque estoy segura de que se muestra así con Souji y el resto, también. Los aprecia mucho.”
“¡Sí!” Rise asintió.
“Mm.” Anemone sonrió. “Me alegra que esos seis se hayan hecho amigos, si les soy sincera. Ya no soportaba a Oikawa.” La pelirrosa rodó los ojos de broma, y las chicas rieron con ella. “No, pero en serio, creo que son un buen grupo. Me preocupaba mucho Sho… pero veo que ya no tengo de qué preocuparme.”
“¿Mm? ¿Cómo así?” preguntó Elizabeth.
“Es que cuando lo conocí, no tenía ningún amigo aparte de Marie y de mí. Es demasiado conflictivo… y por eso nos dio un poco de miedo presentarlo a Souji y al resto. Pero se llevó bien con ellos y ahí se quedó. Juraba que nunca lo vería congeniar tan bien con otras personas, pero este ciclo se ha hecho amigo de medio mundo, como de Jaeger y Kaworu.”
“Bueno, parece que no se lleva tan bien con Eren.”
“Eso es cierto.” Anemone rio. “Al menos lo intenta.”
“Anemone… Tengo una pregunta un poco incómoda,” empezó Rise.
“¡Dime!” Anemone sonrió, emocionada. “Me aburro de ver al resto haciendo desmadres.”
“Oh, es sólo que me sorprende un poco que no te hayas enamorado de ninguno de tus amigos. ¿Algo así como Marie-chan? Que anda detrás de Iwaizumi-kun.”
“¿Yo? ¡Pfft!” Anemone rio. “Lo más cercano a eso fue un… no sé cómo decirlo. Tuve algo con uno de los chicos del club de vóley de Oikawa.”
“¡Oh! ¿Y él sabe?”
“No. Y mejor que no lo sepa. No me dejaría vivir con eso. Pero de ahí… ¿de alguno de mis amigos? Nope. Nunca. Iwaizumi es un Adonis, pero desde siempre supe que le gustaba a Marie, y realmente no congeniamos, así que descartado. Oikawa… es un idiota. Next. De ahí… tengo dos amigos que no están aquí que son el uno para el otro, así que tampoco me podría involucrar con ellos. ¿Sho? Otro idiota. Y bueno, ¿creo que queda Souji?”
“¿Te gustó Souji en algún momento?” preguntó Rise. “Porque creo que es una enfermedad y es contagiosa. Nadie que conozca ha podido contra eso.”
“Nadie, efectivamente.” Anemone rio. “Yo tampoco. Souji es… demasiado carismático, muy atractivo y un auténtico caballero. También tiene sus idioteces, pero sé que sería la pareja perfecta.”
“¡Totalmente!”
“Y sé que varios de mi grupo han tenido un crush en él.” Anemone rio. “Se lo saqué a Oikawa, Iwaizumi y a Marie.”
“¿¡Ellos tres!?”
“Sí. Marie porque lo conoce desde hace años y bueno… en su adolescencia sintió algo por él. Y Oikawa e Iwaizumi lo admiran con la pasión de mil soles. Cuando lo conocieron, ambos se sintieron muy atraídos por él, pero nunca dijeron nada.”
“Wow. El efecto de Souji es… increíble.”
“Me sorprendería encontrar a alguien a quien no le haya gustado en algún momento.” Anemone rio. “Así que no las culpo.”
“Gracias.” Rise suspiró. “Con el tema de su nueva pareja y todo… siento que hablar de esas cosas es un poco extraño.”
“Pero ya pasó, tranquilas. Igual Sho no es celoso como Adachi, no hay problema.”
“¡Qué bueno!” dijo Elizabeth.

Anemone hizo una pausa breve, mientras sus ojos se posaban en alguien en específico.

¿Les soy sincera?” dijo Anemone. “El que me interesaba un poco era el hermano de Kana.”
“Sí, Kise-kun se ve divino,” dijo Rise, observando al rubio.
“Ajá…” Anemone suspiró, decepcionada. “Hasta que abrió la boca y demostró ser el gemelo perdido de Oikawa.”
“Haha.” Rise soltó unas risitas. “Ese par es muy parecido, tienes razón.”
“Es como que los hubieran separado al nacer o algo. Ah.” Anemone se llevó una mano a la frente. “Mírenlos, ya se están tomando selfies juntos.”
“¡Qué hablas! Lo han hecho desde ayer,” dijo Elizabeth.
“¿En serio? Indignante.” Anemone se burló. “Cuando lo vi interactuando con Chrom y otras personas, pensé que sería distinto…”
“¡Ah, pero Chrom si es perfecto!”
“Es cierto. Es muy lindo.” Anemone sonrió, observando al mencionado. Chrom era sumamente atractivo y carismático, aunque tenía una pequeña debilidad. “Y muy… inocente.”
“¡Totalmente! Aunque ando un poco perdida. Todo el mundo le da lo mejor a él: el mejor cuarto, la mejor parrilla…” dijo Rise.
“Entiendo que era porque se lo deben, pero no me queda del todo claro.” dijo Elizabeth.
“Ni a mí. Sólo sé que tiene que ver con Kaworu…”
“¡Ah! Nos contó que casi los mataba a todos con sus terribles habilidades de manejo,” dijo Rise.
“Debe ser algo con eso.” Anemone rio. “En fin. Suficiente sobre el resto, que me va a dar una aneurisma de observarlos.”
“Yo creo que me vendría bien un poco más de cerveza,” dijo Rise.
“¿Estás segura?” dijo Elizabeth, preocupada.
“Sí, ya estoy bien, así que una lata no me hará daño. De todas formas, ustedes me cuidarán, ¿no?”
“Claro.” Anemone sonrió.
“¡Te acompañamos!”

Dicho esto, las tres chicas se levantaron y se dirigieron a la mesa.









Cerca de allí estaba el grupo de Souji, quienes escuchaban el relato ameno de Oikawa sobre la presentación final de uno de sus trabajos.

Luego de que todos se carcajearan con la historia, Oikawa los animó a juntarse para tomar un selfie grupal. Algunos intentaron oponerse, pero ya era muy tarde: Oikawa ya tenía preparado el selfie stick y andaba posicionando su celular para enfocarlos a todos. Resignados, sonrieron y mostraron sus lados más fotogénicos y Oikawa tomó la foto. Así había hecho durante el transcurso de la noche, tomando varias fotos y subiéndolas a su instagram. Y no era el único: Anemone, Kise, y Souji habían hecho lo mismo.

Eren se quedó estático luego de que Oikawa tomara la foto. El resto del grupo siguió conversando a su alrededor, pero él no podía enfocarse en lo que decían. Andaba muy preocupado por cierto detalle.

“Souji,” le dijo, y el peligris se giró hacia él. Le alegraba ver que no era el único que se estaba yendo a la mierda, porque Souji, al igual que él, se notaba bebido. Uno diría que Eren aprendía de sus errores pero no, volvía a cometer el mismo de la noche anterior.

Parecía que aún podían formular oraciones y usar el cerebro, pero Eren estaba seguro de que eventualmente no sería así y debía aprovechar su lucidez para decirle algo importante.

“I’m sorry if I uh… sound homophobic sometimes? I’m not,” se disculpó Eren. Souji sonrió.
“Sí, no te preocupes. Entiendo que debe ser extraño ver a dos de tus amigos juntos, y por eso reaccionas así.”
“Yeah, really. It’s just… so weird to see you two together after months of just being friends.”
“Lo sé.” Souji le sonrió. “Honestamente, si unos meses atrás me hubieras dicho que estaría con Sho, me hubiera reído mucho en tu cara. Aún no me lo creo.”
“Debe ser extraño,” musitó Eren, pensativo. “Pero me alegra que me entiendas.”
“Sí, normal.”
“Genial.” Eren asintió. “Pero… ¿Está bien?”
“¿Qué cosa?”
“Es que… Oikawa, Anemone y Kise… Hasta tú mismo estás subiendo fotos a Instagram y a Facebook.”
“Eren, estoy un poco mareado. Si pretendes que te entienda—”
“Lo digo por tu ex. ¡Se va a morir de celos cuando te vea junto a Sho en redes!”
“¡Ahhh! Buen punto.” Souji asintió. “No me percaté de eso. Hemos salido… un poco cariñosos.”
“¿Un poco?” Eren parecía indignado. “Sho no se despega de ti.”
“Mm.” Souji asintió, aunque no se arrepentía de nada (?). “Tendré que avisarle a Oikawa que tenga cuidado con la privacidad de sus posts.”
“Sí, porque sino va a arder troya. Pobre señora u_u”
“¿Señora?” Souji se mostró confundido. “Eren, has bebido mucho, yo creo que—”
“No entiendo. ¿Tu ex no es una señora? ¿Adachi?”
“¿…Perdón?”
“¿Adachi no es una señora? Osea, yo pensaba que sí, porque sonaba súper celosa y bueno, tiene sentido. You’re young and she knew you could cheat on her with anyone your age u_u”
“…”

Eren sintió que lo había ofendido hasta que vio cómo Souji empezó a soltar pequeñas risitas, que mutaron a sonoras carcajadas y, finalmente, al peor ataque de risa. Algunas lagrimas se asomaron por los bordes de sus ojos, mientras que sostenía su estómago sin parar de reír. Sho notó que Eren había quebrado a su pareja y se acercó a ambos, junto a Oikawa, Ken y Kaworu.

“¡JAEGER! ¿¡QUÉ LE HAS HECHO!?” le gritó Sho, enojado.
“¡Nada! Sólo le dije que podía ser peligroso que Oikawa y el resto tomen fotos en que aparezcan ustedes dos…”
“¡Souji-chan! ¿Estás bien?” le preguntó Oikawa, preocupado. Souji seguía riendo.
“JAJAJAJAJA” Souji no podía parar. “¡Es que—! ¡ES QUE—! ¡EREN, NO CAMBIES!”
“¿…No entiendo qué hice mal?”
“Sé más específico. ¿En qué momento Souji perdió el conocimiento? (?)” preguntó Kaworu.
“Ah, le hablaba de Adachi. ¿Le dije que de seguro se iba a poner muy celosa?”
“¿Ce…losa?” Oikawa arqueó una ceja. “¿Quién crees que es Adachi-san, Eren-chan?”
“Uh… ¿No es una señora?” Eren se veía muy confundido.
“¡PFFT! ¿¡SEÑORA!?” Sho se sumó a las risotadas de Souji. Kaworu y Ken también se unieron a las carcajadas. Oikawa, sorprendentemente, fue el único que guardó la compostura.
“Eren-chan, Adachi-san es un hombre. Es un jefe de práctica de la facultad de Psicología. ¿Nunca lo viste?”
“¿¡QUÉ!?” gritó Eren, sorprendido. “¿¡CÓMO!?”
“…” Oikawa suspiró, llevándose una mano a la frente. “Y luego te vienes a quejar de que no te contamos nada.”
“¡Pero yo qué iba a saber! No sé, nunca hemos coincidido…”
“¿Ni lo escuchaste hablando con Souji por teléfono?” preguntó Sho, aguantándose las risas.
“Gracias por hacerme la noche, Eren.” Souji sonrió, le dio una palmada en el hombro y fue a la mesa de bebidas. “¡Haha, Adachi…!” dijo, mientras caminaba y seguía riendo.
“Eren es bien despistado, ¿no?” Kaworu sonrió.
“¡Súper!” Ken soltó un par de risitas.
“¡YA BASTAAA!” se quejó Eren, estresado.








Souji andaba sirviéndose un vaso de agua cuando fue intervenido por Kise, quien se colocó a su lado, observándolo fijamente. El peligris intentó continuar con su cometido, pero la mirada intensa de Kise le impedía concentrarse en lo que hacía. Luego de suspirar, volteó a encararlo, un poco extrañado.

“Uh… ¿Estás bien, Ryota?”
“¡Deja de ignorarme!” le reclamó Kise, enojado. Se veía un tanto bebido, y Souji no pudo evitar preocuparse.
“Te ves un poco—” Souji se interrumpió al procesar lo que Kise le había dicho. “Espera, yo no te he ign—”
“¡No mientas!”
“¡Oye!” gritó Sho, corriendo al lado de Souji. “¿Tienes algún problema?” le dijo a Kise, colocándose entre él y su pareja. Kise le llevaba un par de centímetros, pero Sho no parecía intimidado por esa pequeña diferencia de estatura.

Souji no pudo evitar rodar los ojos.

“Sho, tranquilo.” Souji le sonrió. “Parece que Ryota quiere hablar conmigo.”
“Mm.” Kise asintió.
“…Okay. Pero si pasa algo, estaré con Oikawa y el resto. Me avisas,” comentó Sho, y los dejó a solas.

Kise y Souji compartieron unos momentos de silencio incómodo. El rubio parecía tener la intención de comentarle algo, pero no se atrevía a decirlo. Souji se lanzó y optó por hacerle el favor de iniciar la conversación.

“Ryota…” habló Souji. “Te acuerdas de mí, ¿no?”
“¡Claro que sí!” dijo Kise, indignado a más no poder. “¡Éramos súper cercanos en Middle School! ¡Eras mi alero… y ahora eres el más grande traidor!” afirmó, señalándolo. “¿¡Cómo es posible, Souji!?”
“Disculpa… Cuando te vi en el festival de Sanno sentí que andabas un poco incómodo conmigo y por eso he evitado tratar contigo desde ese entonc—”
“¡¿Incómodo?! ¡No he sabido nada de ti desde hace… uh! ¡No sé, mucho tiempo!”
“Finales de Middle School.”
“¡Eso!”
“Supongo que perdimos el contacto y eso te molesta.”
“¡Obviamente!” dijo Kise… y pasó a entristecerse de un momento a otro. “¿Cómo pudiste…? ¡Y encima dejaste de jugar básket!”

Souji recordó aquellas tardes en el club de básket de Middle School, riendo y compartiendo con aquel bonito grupo de amigos. A Kise lo conocía desde aquel entonces, puesto que habían sido muy cercanos por coincidir en el mismo salón además del club. Pero luego de la graduación de Middle School, y con el viaje que tuvo que hacer por motivos familiares, Souji terminó distanciándose de Kise y perdieron el contacto.

Aunque Souji afirmaba haber dejado de jugar básket por falta de interés, en esos instantes contaba con la ligera impresión de que el motivo principal era otro y estaba relacionado al rubio en frente de él. Kise siempre había sido un chico fascinante, de ideas alocadas y de una actitud muy positiva. Un partido jugado a su lado era toda una aventura, tan impredescible como él. Era inevitable seguirle la corriente cuando desarrollabas cierto vínculo con él, y Souji lo sabía de antemano. Sin duda, los años de básket en High School no fueron lo mismo sin él. Tal vez eso explicaba por qué lo había abandonado al poco tiempo.

“Tuve que mudarme por un año a Inaba para cuidar de mi abuela, por eso perdimos el contacto,” explicó Souji. “Cuando regresé, ya eras una estrella de básket y veía imposible contactarte de cualquier forma.”
“Un mensaje en facebook hubiera bastado.” Kise se veía apenado.
“Lo siento,” se disculpó Souji, y aprovechó la vulnerabilidad de su amigo para acercarse y abrazarlo, dándole unas cuantas palmaditas en la espalda. “En serio lo siento, Ryota. A mí también me dolió la distancia, pero podríamos aprovechar en retomar la amistad, si gustas. Nos hemos vuelto a encontrar… ¿Y escuché que estás pensando en estudiar en Rizembool? Así que puede que nos veamos más seguido.”
“…!” Kise se separó de él y lo tomó de los hombros. “¡Sí! ¡Es cierto!” afirmó, muy alegre.

Sus cambios de humor eran fascinantes.

En ese sentido, Oikawa y él eran muy parecidos.

“…” Souji sonrió, enternecido. “¿Ves? Todo bien.”
“¿…Volverás a jugar básket?” preguntó Kise, con un puchero.
“No sé si me de el tiempo, sinceramente. Este ciclo llevé todos los cursos obligatorios y me tuvieron loco. Además, me ofrecí a ayudar a Sho a entrenar. Hace poco retomamos eso, así que no puedo darte una respuesta clara.”
“…” Kise se veía apenado. “¿Es rebel, no?”
“Ajá.”
“…” Kise sonrió de lado. “¿Y si él juega en mi equipo?”
“¿…Perdón?”
“¡Minazukicchi tiene la estatura y contextura perfecta para ser un ala-pívot!” comentó Kise, emocionado. “¡Debo hablarlo con él!”
“No, Kis—”

Pero Kise ya estaba en pleno camino hacia el grupo donde andaba Sho. Souji no pudo descifrar lo que le dijo, pero lo cierto es que Sho fue detrás de él y se juntaron con Souji de nuevo.

“…No pensé que le harías caso,” dijo Souji.
“Uh… dijo que tenía una propuesta genial. Y puede que sea el trago en mis venas, pero… me sonó llamativo.”
“…” Souji suspiró. “Estás ebrio, Sho.”
“¡No!” le dijo el pelirrojo, enojado… y luego se giró hacia Kise. “Okay, habla.”
“Hoy la vida me ha demostrado que tengo una importante misión: reestructurar el equipo de básket de Rizembool y hacerlo resurgir de las cenizas.”
“Pero aún no te has cambiado a Rizem—” empezó Souji.
“¡Hush!” lo calló Kise, chasqueando sus dedos. “Verás, Minazukicchi. Tienes la estatura perfecta para formar parte de mi equipo de básket. Y como eres rebel, sé que podrás adaptarte a las reglas y a los entrenamientos en un santiamén. ¿Qué dices~?”
“Lo sentimos, Ryota, pero Sho—”
“Mm…” Sho se veía pensativo.
“¿¡Qué!? ¿Estás considerándolo?” dijo Souji, sorprendido.
“Sí. El básket me puede dar créditos extracurriculares… y necesito un cambio de rutina.”
“Pero trabajas—”
“Puedo buscar un tiempo, creo,” dijo Sho, y le sonrió a Kise.
“¡Ajá!” dijo Kise, emocionado. “¡Podríamos ir entrenando en vacaciones! Tengo un amigo que nos podría ayudar con eso. Y si recluto a tres personas más, tenemos un equipo completo y un suplente. ¡Estoy emocionado!”
“Sí, suena genial.” Sho asintió.

Souji suspiró. Había subestimado la capacidad de persuasión de Kise… pero también la cantidad de alcohol en las venas de su pareja. Aun así, esperaba que dentro de unas horas Sho se arrepintiera de sus decisiones.

“¡Ya puedo imaginar los uniformes!” dijo Kise. “Voy a contactar a la textilería que se encargó de los uniformes del equipo nacional. ¡No permitiré que sea cualquier cosa mediocre!”
“…” Souji guardó silencio.
“Pensé que seguirías rehusándote a esto,” dijo Sho, confundido.
“Ah, no.” Souji sonrió. “Lo de los uniformes me vendió.”
“De seguro anda imaginándote en uno, Minazukicchi,” dijo Kise.
“…” Sho se demoró en procesar la información. Cuando todo le cayó como un balde de agua fría, su sonrojo fue del mismo matiz de su cabello. Sho sólo pudo atinar a lanzarle una mirada indignada a Souji y luego los dejó, visiblemente avergonzado. 
“No sabía que los uniformes eran tu debilidad, Soujicchi,” comentó Kise.
“Sólo el de básket,” confesó Souji. “Hay algo… No sé, supongo que es por la manga cero.”
“¿Tu debilidad son los bíceps?” Kise sonrió de lado.
“Sí…” Souji asintió. “Y bueno, en general, siento que el uniforme le quedaría bien a Sho.”
“Si te unes, podrías verlo así con mayor frecuencia~”
“…” La oferta sonaba muy buena y Souji andaba un tanto idiota por el alcohol, por lo que asintió efusivamente. “Okay, cuenta conmigo.”
“¿EN SERIO?” Kise se veía al borde del llanto. De pura efusividad, abrazó a Souji, estrujándolo contra su pecho. “¡Esto esta yendo mejor de lo que creí! ¡Debo contarle a Toorucchi!”

Pero cuando los dos se giraron hacia el resto, encontraron que uno de sus amigos había puesto música desde su celular y Oikawa y Marie andaban haciendo una coreografía rídicula al centro de un círculo formado por todos. Kise vio en ello su mayor oportunidad de demostrar sus habilidades y se sumó a los dos, deleitando al resto con sus terribles pasos de baile.





Aprovechando que todos andaban distraídos por Marie, Kise y Oikawa, Sho le tocó el hombro a Ken para llamar su atención. Ken lo observó, curioso, y lo siguió cuando el pelirrojo comenzó a caminar hacia la zona de la piscina. Se detuvieron a unos metros de las luces reflejadas en la superficie del agua, y tomaron asiento al borde de una reposera.

“Acabo de unirme al equipo de básket de Rizembool,” contó Sho, entre risas.
“¿Cómo así?” preguntó Kaneki, curioso.
“Uh… ¿Kise? El hermano de Kana. Parece que ha sido amigo de Souji desde antes. Nos dijo hace un rato que está planeando reestructurar el equipo de básket y que me quería… dentro.”
“¡Eso suena genial! Aunque nunca has sido mucho de deportes.”
“Pues… o estoy muy ebrio, o estoy desesperado por un cambio de rutina.”
“¿Te parece si voy a hacerte barra de vez en cuando?”
“¡Claro!” El semblante de Sho se iluminó ante aquella posibilidad. “Sería genial verte por ahí. Creo que me motivaría más.”
“Mm. Te irá muy bien, estoy seguro.” Ken sonrió.
“…Ken,” mencionó Sho, un tanto serio. Su mirada se había desviado hacia el cielo, y parecía un tanto pensativo.

Su hermano lo observó, confundido.

“¿Pasó algo?”
“No, nada.” le dijo Sho, girándose a encararlo con una sonrisa. Luego, alzó la mirada, observando el cielo. “Sólo… bueno. Tengo una pregunta.”
“Dime.”
“¿Quién te llama?”
“¿Mm?”
“Hoy te llamó alguien y te fuiste a hablar a solas. Y… no es la primera vez que lo haces. Yo… uh. ¿No quiero desconfiar? Y ugh, odio sonar como el hermano preocupado cuando—”
“Sho, no hay problema,” le aseguró Ken. “Sí te he dicho que es del proyecto… de Catharsis.”
“¿Pero no ha terminado? El ciclo ya acabó hace semanas.”
“No, aún faltan unas cosas.” A Ken le partía el alma tener que mentir, pero tenía que hacerlo por el bien de su hermano. No podía seguir dependiendo de él. “Pero todo bien, en seri—”

Sho lo interrumpió al rodear su espalda, estrujándolo contra su pecho de un momento a otro. Por unos instantes, Ken pensó que se debía a los efectos del alcohol, pero la desesperación en el agarre de su hermano parecía tener otro motivo… uno que no podía descifrar del todo. Ken atinó a devolverle el abrazo.

“…”
“En serio, estoy bien. Cualquier cosa te digo, ¿sí?” le dijo Ken, para calmarlo.
“…” Sho intensificó su agarre por unos breves momentos, y luego lo soltó. “Okay.”
“¿Regresamos con el grupo?”
“Mm.” Sho le sonrió y se levantó. Le extendió su mano, y Ken la tomó para alzarse de la reposera.

Juntos caminaron de vuelta a su grupo de amigos, donde fingieron sonrisas y se despejaron un rato.

Sin embargo, por dentro, no podían evitar sentirse preocupados el uno por el otro.



« Last Edit: June 26, 2019, 09:50:19 PM by Eureka »


Kana

La parte final!
Gracias @Eureka por escribir juntas <3 es simplemente hermoso.


 


Increíblemente los días se pasaron de manera rápida y todos sentían que en un abrir y cerrar de ojos ya se aproximaban a los últimos momentos de estadía en esa maravillosa cabaña en la playa patrocinada por Shouto.

Si bien algunos estaban con aquella mezcla de sentimientos de melancolía y prematura nostalgia al saber que las vacaciones estaban prontas a acabar, al que no se le podía romper el espíritu era al animado y enérgico Oikawa quien ese día era el más feliz de todos puesto que estaba en vísperas de su cumpleaños.

Tal era su entusiasmo, que fue uno de los primeros en levantarse temprano en ese día pese a la noche desenfrenada de ayer. Estaba ilusionado con la idea de encontrar algo preparado en sorpresa por sus amigos. Sin embargo, se desilusionó al ver que no existía un desayuno preparado en su honor. No entendía como sus amistades podían ser tan desconsiderados con él.

Por suerte Kise era otro de los que se levantaba temprano, aunque se amaneciera porque para él era sagrado cumplir con su rutina de entrenamiento y el trote de las mañanas no debía faltar. Al ver que Oikawa estaba desanimado le preguntó el motivo y el pelicastaño no dudó en confesarle que esperaba alguna atención de sus amistades, pero, por lo visto, la mayoría de los seres seguían muerto después del trasnoche y el exceso de alcohol.

Kise le propuso entonces que fueran a trotar juntos y, después de la rutina, lo invitaba a desayunar como un Rey en el pueblo cercano. Convenciéndolo de que debía perdonar a sus amigos por su falta de motivación ya que la gente común no podía comprender las necesidades de alguien tan talentoso y admirable como Oikawa.

Esto animó enormemente al pronto cumpleañeros quien aceptó la invitación con una gran sonrisa, perdonando de paso a sus amigos después de la explicación de Kise. Ambos salieron de las cabañas y se propusieron cumplir con el itinerario que se armaron entre ellos.

Afortunadamente para los demás, esta improvista idea que había articulado Kise para la mañana de Oikawa, les sirvió de manera favorecedora para preparar las cosas para la noche en víspera del cumpleaños de Oikawa. Con su ausencia en la cabaña, podían preparar todo con tranquilidad sin tenerlo husmeando en todas partes para descubrir los planes de sus amigos.

Los siguientes en levantarse fueron Kaneki, Eureka, Kana e Iwaizumi. Se alistaron e inmediatamente comenzaron a limpiar y organizar el lugar. Iwaizumi sabía que el pesado de Oikawa le armaría un show eterno de drama queen culpándole de mal amigo si no le preparaba algo especial para su cumpleaños. Aunque estaba muy tentado de castigar al maldito por todas las atrocidades hechas durante los últimos meses, muy convencido de que la destrucción de su sagrado gimnasio de volley era directamente culpa de Oikawa. Estaba TAN tentado de dejarlo sin fiesta de cumpleaños como castigo… Pero sabía que la consecuencia de aquello sería mucho peor ya que Oikawa lo atormentaría por el resto de su vida.

Pero al menos le quedaba la satisfacción de haber convencido a todos de que ocultaran el interés por el cumpleaños de Oikawa y fingieran indiferencia. Planeando las cosas en secreto para que fuera una sorpresa hasta caída la tarde. Así, al menos, lo torturaba durante ese día.

“Arima, al parecer Oikawa se fue con Kise. ¿Puedes mensajear a tu hermano y decirle que lo entretenga hasta muy en la tarde?”
“Okay… Aunque no sé si es bueno que pasen tanto tiempo juntos.” Dijo la peliblanca, pensativa.
“Mh, ni yo… Son peligrosamente parecidos y con uno ya nos basta a mucho” masculló Iwaizumi, frotándose las sienes. “Pero necesito que Kise lo tenga lejos de mi vista por varias horas para organizar todo.”
“Sí, tienes razón.” Kana asintió y tecleó rápidamente un mensaje a su hermano.
“Así de paso descansamos un poco de Oikawa.” Bromeó Eureka, barriendo un montón de serpentinas.
“Es un lindo detalle que Iwaizumi-san le prepare una fiesta sorpresa a Oikawa-san… Aunque, me preocupa que Oikawa-san se sienta triste pensando que nadie recordó su cumpleaños.”
“¿Triste? Es lo menos que se merece después de todas las rabias que me ha hecho pasar ese tonto.” Dijo Iwaizumi, frunciendo el ceño. Eureka se encogió en su sitio, sintiéndose parte de los malos momentos de Iwaizumi puesto que tenían relación con ella. “Uh…” el joven comprendió que ella se podía sentir aludida, pero no sabía que decir exactamente para hacerla sentir tranquila. No era bueno con las palabras.
“Después de limpiar podría ir a comprar lo que haga falta para la fiesta.” Ofreció Kaneki.
“Se agradece. Pero, ¿Tú solo? ¿No es mucha responsabilidad? Digo, todas las mañanas te has levantado temprano a limpiar, en las noches tratas de dejar todo en orden y siempre estás haciendo muchas cosas.” Analizó Iwaizumi. “Lo justo es que alguien más te ayude puesto que hay muchos flojos.”
“Ehw, si lo dices por Sho… Ha estado cansado últimamente por todos los deberes universitarios y laborales. Me gustaría que descansara un poco.”
“Aw, Kaneki es adorable cuidando a su hermano.” Dijo Eureka. Ella recordó a su propio hermano… Aunque una versión más drástica puesto que éste la cuidaba, pero solía ser más severo con ella. Le estresaba saber cómo reaccionaría al conocer los últimos acontecimientos en su vida de HiME.
“Quiero hacer un intercambio con Minazuki: Yo le doy a Kise, él me da a Kaneki.” Le bromeó Kana.
“Hehe, gracias… Pero jamás me separaría de Sho. Si lo hago, me muero.”
“¿Sabes que has dicho algo frente a tu HiME que te aniquila directamente como Rebel al darle pistas de tu punto débil?” Iwaizumi suspiró. “No es que Arima lo vaya a usar en tu contra, pero… Me sorprende lo inocente que son tú y Oikawa como Rebels. Bueno, al menos Oikawa ya no me dará esos problemas.” Trato de no mirar a Eureka.
“Prefiero que siga inocente. Es el mejor Rebel que me ha tocado en la vida.”
“Cierto, Kana-chan y Eureka-chan son HiMEs por segunda vez. Me imagino que tuvieron Rebels más dinámicos en sus vidas que yo o que el pacífico de Oikawa-san”
“Bueno, la verdad es que igualmente tuve Rebels que fueron bastante calmados.” Eureka pensó en Shinji. “Y otros acabaron siendo mis amigos paulatinamente.”
“Yo tuve un psicópata que ni recuerdo su nombre.” Kana alzó los hombros. “Por eso estoy feliz con Kaneki.”
“Yo estoy feliz con Kana-chan como mi HiME.”
“Gracias.” Kana le sonrió a Kaneki y éste le devolvió el gesto. Era extraño llevarse tan bien con un enemigo. Eureka le había orientado al respecto y era cierto lo que decía ella respecto a que podían existir Rebels más humanos como Kaneki y Oikawa.
“Buenos días.” Marie, Anemone, Elizabeth y Rise aparecieron en el lugar. “Escuchamos que se estaban organizando aquí abajo así que por nuestra parte comenzamos a ordenar las habitaciones y el segundo piso en general.”
“Aunque hay algunos flojos que aún no se han levantado.” Anemone se quejó especialmente de Sho y Souji que todavía no salían de la habitación.
“¿Puedo ayudar en algo?” Chrom se acercó a ellos cuando vio que se reunían. Al parecer, había estado leyendo una revista en la terraza esperando señales de vida. En ese momento, todos miraron a Iwaizumi para recibir instrucciones.
“Mh, bueno. Lo ideal es que un grupo vaya al pueblo y compren adornos de cumpleaños, pirotecnias, alimenos y bebestibles. Haré una lista de las cosas que necesitaremos. Claro, deben evitar a toda costa ser vistos por Oikawa quien está en el el pueblo pasando el día con Kise. Por cierto, ¿Respondió algo Kise?”
“Dice que puede distraer a Oikawa todo el tiempo que necesitemos pero que avisemos con tiempo cuando ya tengan que volver.”
“Perfecto.” Iwaizumi pensó en lo siguiente. “Otro grupo debe preparar las cosas cuando el primer grupo llegue de las compras. Pienso que sería bueno preparar una parrillada en la playa, con luces solares y esas porquerías que le gustan a Oikawa.”
“Bien, debemos ir organizándonos desde ya.”
“¿Dónde está Kaworu?” Preguntó Eureka, sorprendiéndose de no verlo temprano por allí asechando como era su rutina (¿)
“Qué raro, no lo he visto.” Dijo Kaneki, un poco preocupado.
“Yo sí. Estábamos temprano en la terraza y parecía pensativo. Me dijo que necesitaba caminar por la playa porque debía reflexionar. Dijo que si lo necesitábamos aparecería en el momento indicado” Dijo Chrom.
“Nagisa es todo un enigma.” Dijo Marie.
“Así es él” Elizabeth suspiró.
Después de repartirse tareas, los jóvenes se dispersaron para encargarse de sus misiones.
 
Ken quedó con la misión de analizar qué cosas hacían falta para comprar en el pueblo. Cuando fue a la cocina para verificar la mercadería en los estantes se encontró con Eren en el lugar, bebiendo café cargado.

“Buenos días, Eren.”
“Hola…” Respondió algo ido.
“¿Estás bien?”
“Eh… Sí.” Se le quedó viendo por unos segundos prolongados. “Kaneki, ¿tú puedes dormir bien aquí?”
“Sí. He descansado bastante la verdad. ¿Tú no?”
“Ahhh.” El pelicastaño se lanzó hacia atrás, apoyándose en el espaldar de la silla de madera. “Yo sabía que no debía haber parejas en el grupo”
“¿Por…?” Kaneki estuvo a punto de preguntar, pero al comprender el mensaje no pudo evitar sonrojarse ante su vergüenza. “Ah… Eh. Si quieres puedo hablar con Sho y Souji”
“N-No.” Negó, tímidamente.
“Okay..” bajo la mirada. “De todos modos tengo que ir a despertarlo para que coopere.”
“Trata de darle una patada en la cabeza de mi parte.”
“Haha, sabes que no haré eso. ¡Ah! Eren, ¿me ayudas a ver qué cosas faltan para lo de la noche? Hoy tenemos que tener todo preparado como una sorpresa y fingir que no sabemos nada.”
“¿Qué? ¿Qué hay en la noche?” Eren abrió enormemente los ojos, con sorpresa y curiosidad. “¿Hay algo especial?”
“E-ren, ¡Es el cumpleaños de Oikawa! Se supone que por eso estamos aquí en gran parte.”
“¿Qué? Yo no me acuerdo que me hayan dicho que estaba de cumpleaños.”
“Pero si Oikawa lo repitió como mil veces en toda la semana y te dijimos que le haríamos algo especial hoy.”
“…”
“¿No te acuerdas?”
“Ah, sí. Haha, ¡que cosas!” Eren meneó una mano en el aire. “Es que fingía que no me acordaba, haha.”





 


Varias horas después, todos habían puesto su granito de arena en la misión de preparar el cumpleaños de Oikawa. Iwaizumi se encontraba en la playa con las chicas decorando con las cosas que los demás habían comprado en el pueblo. Como esos detalles no eran lo suyo, prefirió convertirse en el maestro parrillero junto a Chrom, y las chicas, en tanto, siguiendo decorando el lugar.

“¿Será muy exagerado hacer un corazón con pétalos de flores en la arena con el nombre de Oikawa?” Preguntó inocentemente Rise.
“¡NO POR FAVOR!” Respondieron Marie y Anemone al unísono.
“Si eso pasa, Oikawa no bajará nunca más de su nube de vanidad.” Dijo Marie, preocupada.
“O pensará que todas estamos sintiendo algo por él.” Agregó Anemone “O todos…”
“Okay, mejor no.” Rise soltó una risita.
“El cooler mantendrá heladas las latas de cerveza y los bebestibles.” Eureka llegó con Kaneki, cargando aquello.
“Y la torta la traemos al final.” Agregó Kana. Aún sorprendida al conocer lo excelente chef que era Souji quien preparó una torta magnífica para el cumpleaños de su amigo. Había tenido ayuda de Kaworu, pero por supuesto el de la técnica era Souji y Kaworu se había dedicado a acosarlo con sus cosas. “Por cierto, ¡Quedó muy linda!” Felicitó a Souji.
“Sho quería dibujarle una obscenidad” comentó Kaworu, riendo levemente. Había estado serio durante la tarde, pero el ocaso parecía volver a traer su personalidad.
“Sí. Pero como todo un centinela, me picaste la mano con un tenedor para evitar que hiciera el dibujo en la torta. ¿En serio era necesario el ataque, Nagisa?”
“Uh, ¿Sí? Es que parecías muy decidido y Souji me hizo el encargo de cuidar el pastel a toda costa.”
“Ah, te tomaste el asunto en serio.” Sho lo miró con rencor.
“Ya, ya. Después Souji te puede dar mimos y cariños para compensarlo.”
“…” Sho se sintió un poco avergonzado por el comentario del peligris, quien lo había expresado libremente delante de los demás.
“…” Eren puso cara de asco, y pasó pronto de esos dos. Justo en ese instante recibió una llamada entrante en su teléfono celular, pensó varias veces si contestar o no. “…”
“Quizá sea importante” Le inquirió Kaneki, al ver que la otra persona insistía en llamarlo. “Mejor le contestas, ¿no?”
“Eh…Tal vez…” Eren se tardó unos segundos los cuales usó para irse un poco más lejos. Contestó la llamada.
“¿Por qué se esconde para contestar el teléfono?” Preguntó Kaworu, muy suspicaz.
“Hm…” Sho entrecerró los ojos, pensativo. Últimamente más de uno estaba contestando de manera misteriosa llamados extraños. Kaneki, ahora Jaeger. ¿Qué estaba pasando?
“Sólo espero que no esté metido en problemas” Ken soltó un suspiro, preocupado.
“¿Problemas de qué tipo?”
“Oh, Nagisa-san, no te preocupes. No son explícitamente problemas… Sólo que Eren practica box con un chico y siempre sale… eh” esperaba no decir algo que fuese usado luego como una burla hacia el otro “un poco lesionado con los encuentros.”
“¡AH! ¡Todo un perdedor!”
“Sho, por favor ¡No le vayas a molestar con eso!”
“¿Ninguno de ustedes se ha detenido a pensar en la posibilidad de que una novia lo esté llamado?”
“…” Sho, Ken y Kaworu se quedaron mirando a Souji en silencio. Su comentario los dejo ciertamente perturbados. Luego se miraron entre ellos, aún en shock, y luego volvieron a mirar a Souji. “HAHAHA” era imposible evitar una carcajada contagiosa entre los tres. 
“¿Qué? No es algo imposible…”
“Ay, Souji, Jaeger es TAN perdedor y TAN… vir—ahsd”
“ESONOTIENENADAQUEVER” Ken le tapó la boca a Sho, avergonzado de que hablaran de temas tan íntimos tan libremente.
“Uh, lo siento, Ken.” Dijo Sho, después de recuperar la respiración. Vio la reacción cohibida y tímida de su hermano. De todos los presentes, Ken era el más inocente y puro en todo sentido. “Ser virgen no tiene nada de malo”
“YA” se cubrió el rostro.
“Aww” Kaworu atrajo a Kaneki hacia él y le acarició la cabeza “Tan tierno.”
“Sho, siempre tan desatinado.” Souji le puso una mano sobre el hombro a su pareja tras soltar un suspiro. Luego dio unos pasos hacia delante con la intención de ir hasta donde Eren.
“¿A dónde vas?” Preguntó Sho
“¿No es lógico? A averiguar si mis sospechas son ciertas. Tengo una intuición sobre esto”
“Souji, yo sé que casi siiiempre tienes la razón. Pero en este caso tu intuición te está fallando bien feo. Nadie estaría en una relación con Jaeger…” el pelirrojo giró los ojos.
“¿Quieres apostar?”
“Es que no quiero que pierdas dinero.”
“Pues decían lo mismo de ti, que nadie estaría en una relación contigo, y mira donde estás” Souji se giró sutilmente y le sonrió de una manera tan encantadoramente coqueta que dejo sin palabras al pelirrojo.
“…” Sho se sonrojo súbitamente.
“Voy contigo. También quiero saber” Por supuesto, Kaworu debía satisfacer sus necesidades de curiosidad. Junto con Souji fueron a escuchar el llamado telefónico. Sho y Ken se miraron entre ellos y por supuesto la curiosidad era más fuerte así que se les unieron.
“Todo está bien… Supongo” Dijo Eren, desanimado y cansado de hablar.
“Tal vez lo cortaron” le cuchicheó Kaworu a Souji, un poco convencido de la teoría del otro.
“O quizá sólo habla consigo mismo. ¡Ya despierten!” Reclamó Sho.
“Pero Sho, ¿No sería muy perturbador que Eren se hablara a sí mismo por teléfono?” Ken negó ante la hipótesis de su hermano.
“Que sé yo… Jaeger es súper raro.”
“¡AH!”
“¡¿Qué pasa?!” Preguntaron todos preocupados al ver la reacción arrebatada de Kaneki.
“¡Tal vez lo han llamado de Rizembool para decirle que no pasó su último examen de su carrera!”
“…Bueno, eso tiene más lógica para mí.” Sho chasqueó los dedos, compartiendo la hipótesis de Ken.
“No.” Souji insistió “Si fuera así seguro estaría frustrado y apenado, no tendría la reacción que demuestra ahora: incómoda y de no saber que decir sin que sea lo incorrecto. Aquí hay gato encerrado.”
“Le están prestando demasiada atención a un tema absurdo.” Sho se salió del escondite de stalker que habían usado los cuatro para escuchar en sigilo. Fue hasta donde estaba Eren hablando por teléfono.
“¡Sho, no!” Kaneki lo llamó en vano puesto que Sho estaba muy decidido. Inmediatamente lo siguieron.
“Hola, Jaeger. ¿Qué haces?”
“¿Qué no es obvio que hablo por teléfono?” Eren miró a Sho entrecerrando los ojos. Había tapado el celular para que del otro lado no le escucharan.
“¿Ah, sí? ¿Y con quién hablas?” Preguntó con un canturreo.
“¿Por qué?” ¿Desde cuándo a Minazuki era más tonto de lo normal? Notó que Souji, Ken y Kaworu también estaban expectantes. Eso era inquietante. “¿Pasa algo?”
“Tenemos curiosidad. Algunos pensamos que hablas con alguna chica con quien tienes algo, otros creen que estás en problemas” Dijo Kaworu.
“¿Q-Qué? S-Sólo es una llamada común.”
“¿Y por qué estás tan nervioso?” Souji se le quedó mirando fijamente.
“¿Hola?” se escuchó desde el celular.
“¡AH!” Eren volvió a cubrirlo.
“¡Es una chica!” dijeron los cuatro, en shock.
“¡NO!” Eren supuso que debía pensar en algo rápido porque esos podían mal interpretar las cosas y lo joderían en resto de su vida. Pero Eren no era bueno para inventar cosas tan de improvisto. “Hablaba con mi mamá.”
 “Un momento. La otra vez leí en la computadora de mi primo Aru tus datos ya que a él le entregan información de los Rebels… y por lo que leí tu mamá…” Kaworu se detuvo. Recordaba haber leído que la madre de Eren estaba fallecida hace años.
“¡Es que no es mi mamá, mamá, lógicamente!” Pensó en un episodio de Los Simpson donde Lisa tuvo que inventar una excusa. “Es un gay.”
“…”
“Es un compañero gay de departamento… el cual rentamos con un grupo de compañeros, todos juntos, ya que somos de Europa y así nos sentimos más familiarizados por la cercanía del lenguaje. Él siempre está tomando un rol materno por eso todos le dicen mamá… y le gusta hablar como chica.”
“Pensaba que vivías solo”
“Haha, no sé por qué pensaste eso, Kaneki.” Eren rio nerviosamente. “Rento con otros chicos de Europa un departamento y así nos sale más a cuenta. No podría vivir solo con el dinero que gano.”
“No creo que eso sea real.” Dijo Kaworu “Suena como algo que te acabas de inventar. Quizá esa persona no existe.”
“Obvio que sí existe… Se llama Jean, y es mayor que el resto por eso se toma en serio lo de hacerse cargo de nosotros… eh.” Si Jean Otus lo estuviera escuchando, lo castigaría por ser tan idiota.
“Voy a comprobarlo.” Sho le quitó el teléfono a Eren. “¿Hola?”
“¡HEY!” Eren se lo quitó de vuelta y colgó la llamada. “Eso es de mala educación y será mejor que volvamos con los demás. Capaz que Oikawa ya esté de regreso y no nos verá en su fiesta.” No agregó nada más. Se dio la vuelta y se fue.
“Supongo que nos tendremos que quedar con la duda.” Souji se sintió desilusionado.





 



Kise leyó el último mensaje que le mandó Kana indicándole que llevará a Oikawa en un punto específico y que evitara en lo posible de que el pelicastaño viera lo que habían preparado para él.

“Toorucchi” Se puso delante de él para que no viera lo que podía encontrar en adelante. “Quiero que veas el atardecer, pero desde un punto secreto que encontré el otro día. Así que te cubriré los ojos y te llevaré hasta allá. ¿Puedes confiar en mí?”
“¡Claro que sí!” Respondió el pelicastaño, confiadamente y con gran sinceridad. Cerró los ojos y Kise, por si acaso, se los cubrió también con sus manos.
“Con cuidado, despacio…” lo fue dirigiendo con precaución. Más allá vio que los demás hacían señas de que estaban preparados. “Lo haces muy bien. Gracias por la confianza”
“Te confiaría mi vida, amigo.”
“¿En serio?” Eso lo conmovió “AW, ¡Gracias! Yo también te confiaría mi vida.”  Caminaron un poco más hasta que Kise se detuvo y también con ello Oikawa.

Cuando Kise le quitó las manos de sobre sus ojos Oikawa pensaba que se encontraría con la visión panorámica del atardecer el cual era reflejado en el mar, pero para su sorpresa lo primero que vio cuando abrió los ojos fue a su grupo de amigos todos muy felices, una mesa decorada, unas varas marcando el perímetro las cuales tenían luces solares que comenzaban a prenderse y muchos detalles más que le conmocionaron.

“¡Sorpresa!” gritaron todos al mismo tiempo. Encendiendo estrellitas de fuegos artificiales.
“¡AWW! ¡No lo olvidaron!” Gritó emocionado el cumpleañero.
“¿Cómo lo íbamos a olvidar si nos molestaste con tu cumpleaños por varias semanas?” Dijo Marie, siendo la primera en darle un abrazo de bienvenida.
“Es que como vi que hoy nadie me prestó atención pensé que no les interesó que fuera mi cumpleaños.
“Iwaizumi no dejaría que eso pasara. Preparó todo con mucho esmero.” Le comunicó Anemone.
“¿En-En serio?” Oikawa se giró a ver a su amigo, quien inmediatamente puso una expresión de hastío. “¡Iwa-chan eres el mejor!” Se lanzó sobre él y lo asfixió con su abrazo.
“Y-Ya pero no exageres, cabeza hueca” Iwaizumi le dio un par de palmadas. Rise apareció y le colocó un gorrito de cumpleaños a Iwaizumi y otro para Oikawa, ya la mayoría de los presentes tenían sus gorros puestos.

Era el cumpleaños soñado de Oikawa. Todo estaba perfecto según su visión: la mayoría de sus amigos estaban reunidos y todos se veían muy felices compartiendo, además de los chicos que ya estaban desde el inicio se había sumado Todoroki y Labrys quienes resultaban ser personas muy agradables. La decoración era muy llamativa, desde los adornos que brillaban en el lugar como un efecto de luciérnagas hasta los propios detalles de los gorros de cumpleaños, serpentinas y demás. La comida era deliciosa; todo tipo de carnes y verduras a la parrilla asada con una base de miel, hierbas y especias. De bebestibles había de todo tipo, ya sea con alcohol o sin alcohol y otros bebestibles más naturales. A esa altura, varios habían optado por beber infusiones y jugos naturales después de haber acumulado demasiado alcohol en las noches anteriores.

Los fuegos artificiales fue lo que más le deslumbró. Las estrellitas personales que hacía que cada uno brillase a su modo lo que se le hizo encantador a Oikawa, no perdiendo la oportunidad de tomarse una fotografía con Eureka y él prendiendo sus estrellitas con un clima ya más fresco y oscuro y con el fondo del mar como elemento principal. Pero la pirotecnia no se detuvo con solo las estrellitas, algunos chicos se las habían ingeniado para traer casi de contrabando pirotecnia más especializada y cuando la noche cayó prendieron los proyectiles que se iluminaron en el cielo oscuro.

Un gran “Woh!” se dejó escuchar en el ambiente ante los asombrados ojos de los presentes.

Después de varias horas de comer, beber, conversar y tomarse muchas fotografías pasaron a divertirse con un juego típico: giraban una botella vacía sobre una superficie de madera sólida que permitía que esta girase con naturalidad. A quien apuntaba el gollete le tocaba decidir entre verdad o reto.

“Escojo verdad” Dijo Eureka. Pensando que eso era menos peligroso que un reto. Total, si le preguntaban algo demasiado comprometedor no era tan delicado puesto que la mayoría de los presentes la conocía de aquel día.
“Hm” Kaworu se quedó pensativo.
“…” Eureka no había reparado en que le tocaba a Kaworu darle una pregunta ya que él había girado la botella. Pero Kaworu no era tan bélico según pensaba.
“Eureka-chan, ¿Tú y Oikawa ya son novios de verdad?” preguntó con naturalidad el peligris.
“¡¿Q-Q-U-É?!” Eureka pegó un grito que hizo saltar a varios.
“¡AHH!” Oikawa escupió la coca cola, atorándose. Kise le dio un par de palmadas en la espalda, pero el pelicastaño no pudo calmarse del todo puesto que al alzar la mirada se encontró con que Souji e Iwaizumi lo miraban asesinamente. “HAHAHA A KAWORU-CHAN QUE LE GUSTA DECIR COSAS RARAS!”
“No he dicho nada raro. En realidad, hice una pregunta y ustedes reaccionan así lo que me da una respuesta sin necesidad de lenguaje oral.” Sonrió.
“¿Por queee preguntas esas cosas Kaworu?” Eureka sonrió nerviosamente “Oikawa y yo somos muy buenos amigos.”
“Pero fingían ser novios en el volley” Iwaizumi los miró asesinamente, apretando su vaso de papel con algo de presión. Detalle que no pasó desapercibido por Oikawa quien estaba peligrosamente cerca de su mejor amigo. Oikawa pasó saliva por la garganta. Por si acaso, se cambió de lugar con Kise.
“Oikawa era tu Rebel…” Kaworu se llevó un dedo al mentón. “Y son muy cercanos, no sería raro que fueran pareja de verdad… Total, ¡si ya es su k—!”
“Ay Kaworu-chan que lindo te vez a la luz de la luna.” Oikawa se lanzó sobre Kaworu y le tapó la boca con ambas manos.
“OIKAWAYYOSOMOSBUENOSAMIGOSYYA” Eureka dijo frenéticamente, luego giró la botella para pasar del tema. Le tocó a Kaworu “¿Verdad o reto?”
“Verdad.” Dijo cuándo Oikawa ya le permitió hablar.
“Uh” Eureka se quedó pensativa, reflexionando en qué pedirle a Kaworu puesto que nada parecía alterar a ese ser humano. “¿Has soñado algo comprometedor con alguno de los presentes?”
“Pues… Creo que una vez soñé Sho y fue algo comprometedor”
“¿QUÉ?” Sho saltó al escuchar su nombre. Se había distraído después de lo del tema de Eureka y Oikawa quedando colgado y confundido.
“¿Y qué cosa soñaste?” Preguntó Elizabeth, con curiosidad.
“Mh, que ¿lo mataba? Haha fue gracioso porque lo llevaba a celebrar su cumpleaños y lo pasábamos muy bien y luego acabé apuñalándolo de la nada. Ya saben que los sueños son bizarros y sin sentido…”
“…” Silencio en general. Kaneki abrazó a Sho, angustiado.
“¿Qué? ¿No es muy comprometedor?”
“Eh, creo que Kaworu no entendió el concepto.” Dijo Chrom. “Creo que Eureka se refería a un sueño subido de tono con otra persona”
“Pero yo me sentía bien en el sueño. Podía sentir un afecto especial por Sho en ese momento. Éramos felices y murió en paz en mis brazos. Con todo respeto, Souji”
“Descuida, son solo sueños” Souji disimulaba una risa, sabiendo el tipo de juego que jugaba Kaworu. Quizá era cruel que permitiera que torturara a su pareja psicológicamente, pero amaba las reacciones espontaneas de Sho. 
“¡Mejor ya no digas más, Nagisa!” Sho sintió un escalofrío. Quizá Kaworu sí entendió bien la pregunta y tenía algún tipo de fetiche torcido relacionado con muertes y sangre.
“Yo creo que Kaworu sí entendió la pregunta bien” Dijo Rise
“¡AH!” Sho abrazó a Kaneki.
“Era una broma.” Dijo Kaworu. “¿O no? Quien sabe...” Tomó la botella y la hizo girar. Justo el gollete paró en Sho. “Vaya, coincidencia… ¿Verdad o reto, Minazuki?”
“…” el pelirrojo sentía que cualesquiera de las dos opciones serían igual de estresantes. “V-verdad.” Dijo con temor.
“¿Eres virgen?”
“…” La cara de Sho se puso del mismo tono que el de su cabello.
“Aww” Marie le dio una palmadita en la espalda, sintiendo compasión por la tortura mental de su amigo. “No sean tan malos con Sho, por favor, él es muy vergonzoso con esos temas.”
“…” Algunos intercambiaron miradas cómplices.
“Ah, entonces Souji te quitó lo virgo.”
“¡Por qué Nagisa es así!” Sho soltó en un grito desesperado.
“Pero ya respondiste sin necesidad de responder. Igual que Eureka-chan hehe” dijo Kaworu, satisfecho.
“Hahaha” Muchos rieron en general por la reacción de Sho.
“¿Alguien más quiere que Nagisa sea expulsado del juego?”
“¿Bromeas? Si Nagisa se va perdemos retos y preguntas muy divertidas” Dijo Anemone, haciendo una salud con Rise internamente.
“Bien, ya que según Nagisa respondí la pregunta, supongo que puedo seguir.” Sho agarró la botella. Era su momento. Sí, era la oportunidad. Deseaba que le tocara una chica y que escogiera reto para pedirle que besara a Ken. Sí, porque esa noche SI o SI su hermano debía besar a una chica. La hizo girar y salió Oikawa “NO VALE”
“¡HEEEY!” gritaron varios, pero era demasiado tarde porque la hizo girar de nuevo. Le tocó a Todoroki, ¡Tampoco le servía para que besara a Kaneki! Y Labrys estaba justo al lado de Todoroki, ¡Pudo haber salido ella!
“¡Tampoco vale!”
“¿Sho pero qué preten….?” Kaneki se quedó callado en seco al descubrir las intenciones de su hermano. Sho hizo girar la botella. “¡No seas tramposo!” le movió la mano.
“¡No, Ken, nooo!” Se quejó, ya que con sus cálculos le pudo haber tocado a aquella chica llamada Rise pero con el ataque de Kaneki esta paró en Kise. “…”
“…” Kise y Minazuki se quedaron viendo como si contemplaran los misterios de la vida en el rostro del otro. Minazuki se decepcionó de que no le tocara una chica, pero después se quedó pensando en que quizá Kise no era mala opción y podía ayudarlo. Kise, por su parte, pensaba que a esa hora justo jugaba Stephen Curry y se lo estaba perdiendo.
“¿Reto o verdad?”
“Eh, ¿verdad?”
“¡AH!” a Sho se le iluminó la mirada. “¿Ayudarías a una persona a encontrar pareja presentándole una de tus amigas?”
“Ah, pues claro. ¡Siempre me ha gustado ayudar en todo sentido!”
“¡Oye esa no es una pregunta válida, Sho!” Kaneki lo zarandeó a su lado.
“¡Bien! Entonces tenemos que planear unas cuantas cosas, Kise.”
“¡SHO!” Kaneki le daba golpecitos.
“Okay.” Kise tomó la botella. “Que juego más fácil. Por un momento llegué a pensar que me mandarías a tirarme al mar como mandaste a Toorucchi”
“¡Eso fue cruel!” lloriqueó Oikawa a su lado. Sho le había mandado momentos atrás a lanzarse al mar con ropa y todo.
“Pff, ¿para qué escoges reto entonces?” Sho giró los ojos.
“¿Verdad o reto?” Le preguntó Kise a Iwaizumi al ver que la botella lo apuntaba a él.
“Reto.” Era más fácil que responder preguntas incómodas y por lo que conocía de Kise seguro le pedía un reto deportivo y eso lo motivaba mucho.
“Mhh..” Kise justamente pensaba en algún reto deportivo o de impacto físico para Iwaizumi pero…
“¡Ah, Ryota tengo algo en mente!” Oikawa, quien estaba al lado del rubio, se le acercó para decirle un secreto al oído.
“¿Seguro?” Ryota le preguntó a Tooru después de escuchar su petición.
“¡Eso no se vale!” Se quejó Anemone. “Oikawa no puede pedir por ti”
“Es el cumpleañero. Hay que consentirlo y personalmente todo lo que me pida se lo daré.” Kise meneó una mano en el aire. “Iwaizumi, tu reto será simular que le pides matrimonio a Marie.” Después de decir esto miró a Oikawa para confirmar que no se había equivocado. Oikawa le respondió con un pulgar arriba.
“¡AHH!” Marie se llevó las manos al rostro. “¡Oikawa maldito!”
“Bueno, hay que consentirlo porque es el cumpleañero.” Dijo Anemone, muy convencida.
“¡¿Te pones de parte de ellos?!” Marie estaba indignada por la traición de su amiga.
“Será divertido de ver.” Dijo la chica. Quizá así esos dos, Marie e Iwaizumi, espabilaban de una vez.
“¿P-Puedo cambiar de opción?” Preguntó Iwaizumi, un tanto nervioso.
“Iwa-chan eso no se puede además si cambias parecerá que Marie-chan te causa rechazo y no creo que sea así”
“¡No, nada que ver!” su reacción provocó que muchos lo miraran “¡Digo! Es que el reto es súper ridículo…”
“Será eso o lanzarte al mar, Iwa-chan. Es la regla.”
“¿Qué? ¿Esa regla de dónde salió?” Iwaizumi miró con odio a su amigo. “¡Ya verás!” Lanzó un manotazo para intentar agarrarlo.
“¡AH!” Oikawa se escondió entre Kise y Anemone.
“…” Iwaizumi suspiró, rendido. “Okay lo haré, pero nada de fotografías o tonteritas como esas.”

El joven se puso de pie y caminó al centro del círculo. Marie estaba petrificada en su sitio sin poder moverse, mientras Anemone, Rise y Elizabeth intercambiaban miradas entre ellas expectantes. Iwaizumi, muy tembloroso y torpe, se arrodilló ante Marie. Temblaba como nunca y eso dejo sorprendido a varios, porque conocían que él era muy estoico y nada parecía perturbarlo, pero ese simple reto lo tenía al borde de un colapso mental.

“Ma-Ma-Marie…” Hablaba con dificultad, respirando entrecortado. Tomó la mano de la joven con cuidado y de vez en cuando la mirada a los ojos. “Perdón” le susurró por lo bajo.
“N-no te preocupes.” Respondió Marie, igual de nerviosa.
“Me…¿Me quieres casar… contigo?”
“HAHAHA” varios estallaron en risas.
“¡Que les pasa a todos!” se quejó Iwaizumi
“¡Es que así no se pide Iwa-chan! ¡Tendrás que hacerlo de nuevo!”
“Tienes que decir, ¨¿Te quieres casar conmigo?¨ no ¨¿Me quieres casar contigo?¨” Anemone giró los ojos. 
“…” Iwaizumi recién cabía en cuenta de lo que había hecho. “Marie, ¿T-te quieres…casar conmigo?” preguntó bien. Esta vez. Varios flashes se escucharon apenas decir eso. “¡Dije que nada de tonteras!” se giró a ver a los atrevidos, pero todos guardaron sus cámaras hábilmente.
“Ya, ya, Iwa-chan. Ya cumpliste con tu reto. Ya puedes volver a sentarte.”
“Tú y yo no hemos acabado.” Dijo el joven cuando volvió a su asiento. Tomó la botella y la hizo girar, le tocó a Kaworu. “Vaya, parece que esta botella está obsesionada con Nagisa.”
“Haha, así parece.” Asintió el aludido. “Escojo reto.”
“Tu reto será darle una pateadura a Oikawa. Tan fuerte, que lo deje lisiado.”
“¡¿Qué?! ¡Eso es muy cruel! ¡Soy el cumpleañero!”
“…” Iwaizumi lo miró con rencor.
“¡Iwa-chan!” puso ojos de cordero a punto de ser degollado.
“Okay… Era ¨broma¨” Dijo Iwaizumi, con sentimientos encontrados. “Nagisa, te reto a que te tomes un vaso lleno de tequila de un solo golpe.”
“Uhhhhh” dijeron varios.
“¡Esto se puso bélico!” Dijo Labrys, temiendo por la vida de ese chico.
“Iwa-chan es un salvaje.”
“Okay.” Kaworu recibió el vaso que le pasó Kana quien estaba más cerca del tequila. El joven se tomó unos segundos, respiró hondo y se empinó el vaso con tequila bebiéndolo al seco.
“Woh, Kaworu-chan eres increíble.” Dijo un anonadado Oikawa.
“¿Estás bien?” Le preguntó Eureka, con preocupación.
“Sí. No pasa nada.” Respondió Kaworu, con tranquilidad. “Eso fue sencillo.” Giró la botella, esta dio con Sho.
“PIDO RETO. PIDO RETO” Sho ni dejo que se le dieran las opciones. Prefería un reto a una pregunta siniestra o comprometedora de parte de Nagisa.
“Bueno.” Kaworu alzó los hombros, sereno. Meditó con tranquilidad su próximo ataque. Había tantas cosas que pasaban por su mente, pero no encontraba cual era la mejor opción. Hasta que vio a cierto individuo quien había estado demasiado tranquilo, callado y en otro mundo durante todo el juego. “Te reto a que beses a Eren en la boca.”
“¿¡QUÉ MIERDA!?” Sho y Eren saltaron indignados.
“¡Qué asco!” Dijo Eren. Negando con las manos. “No. No y NO”
“¡Más asco das tú, Jaeger!”
“¡Pues yo prefiero comer mierda antes de besarte!”
“¡Pues yo prefiero que me de lepra y morirme antes de besarte!”
“¡Pue—“
“O se besan o deben pagar dinero para saltar el reto. Está en las reglas.” Dijo Anemone.
“¿Quién es la o el degenerado que inventa las reglas de la nada?” se quejó Sho.
“Todos han cumplido con sus retos y verdades. Incluso Iwaizumi.” Indicó Eureka.
“Incluso yo tuve que comer una almeja como reto y las odio. Seguro mañana estaré enferma del estómago.” Secundó Kana. Ella y Eureka se miraron con complicidad. Tenían la esperanza de ver una escena ¨yaoi¨ si convencían a esos dos.
“…” Sho se sentía acorralado. “P-Pero Souji—“
“No. Tranquilo. Por mí no hay problemas.” Souji le sonrió animadamente. Encantado con la idea de ver ese reto porque sabía que esos dos se iban a desintegrar después de terminar el reto.
“…¡Ken ayúdame!”
“Lo siento, Sho. Son las reglas del juego.” Dijo Ken, luego le susurró. “Karma…”
“¡KEN!”
“¿Por qué tengo que ser parte de este reto? Más fácil le piden a Minazuki que bese a Souji”
“Porque nos causará gran placer ver el sufrimiento de ustedes dos.” Dijo Marie.
“¡Marie traidora!”

Pese a los miles de reclamos y objeciones de Sho y Eren, ninguno de los dos pudo convencer al resto de cambiar sus destinos. Tras un silencio incómodo, los dos aludidos fueron empujados al centro del círculo, quedando frente a frente. Como estaban de rodillas gatearon un poco para conversar entre ellos.

“Mira, será rápido y más te vale que no te ilusiones.”
“Ja, Minazuki. Sí que eres soñador.” Eren se cruzó de brazos. “Yo no tengo por qué ser víctima de esto. Si no haces el reto, eres tú el que debe pagar dinero y beber en penitencia. Y si me obligan a pagar, bueno, yo SI puedo pagar mi parte. Lástima que tú no ahorres ni una moneda en tu vida.”
“Jaeger, ¡Por eso mismo quiero hacer el estúpido reto! Porque no pienso darles dinero a estos tipos y… porque no me alcanza. Por favor, Jaeger… Coopera esta vez. Sólo tienes que quedarte allí y yo finjo que te beso.” 
“Es tu problema. No tengo por qué ser condescendiente contigo” Eren bufó, con el ceño fruncido y aún de brazos cruzados. Evitaba mirar a Minazuki, indignado con el reto.
“Pues, sí. Porque soy el más perjudicado con esta estupidez.” Sho se convenció de que Eren no se suavizaría con su súplica así que pasó al plan b. “Y sí. Puedes pagar tu parte y librarte, pero… Si no cooperas con esto… Le diré a los demás que SI conversabas con una chica por teléfono.”
“¿D-De qué hablas?” Eren lo miró, nervioso, tratando de fingir dureza.
“Cuando te quité el teléfono una chica me habló del otro lado…”
“¡Ya dije que era un tipo!”
“No.” Sho negó con la cabeza, con tranquilidad y convicción. “Sé que es una chica y por su tono de voz parecía algo preocupada por ti. Así que, o te quedas allí y cumplimos el reto o… tendrás que lidiar con el resto de bobos acosándote con preguntas respecto a esa chica.”
“…” Eren lo miró con esos enormes ojos verdes que de repente abría demasiado cuando se veía en una encrucijada. “Q-Que sea rápido”
“Ok”
“…”

Sho y Eren se acercaron un poco más entre ellos, totalmente nerviosos y con sus rostros rojos a más no poder. Poco a poco fueron aproximando sus rostros hasta estar demasiado cerca el uno del otro, casi sintiendo la respiración de cada uno.
El silencio en el ambiente era general. Todos estaban expectantes, desde las chicas más fujoshi, hasta Oikawa que apenas aguantaba la risa con Todoroki. Kaworu estaba grabando cada detalle con su cámara. Incluso Souji estaba muy expectante de lo que sucediera, irónicamente se veía como el más interesado en que ese beso SI pasara.
Cuando estuvieron a punto de besarse, Sho saltó para atrás agarrándose la cabeza. Varios suspiraron resignados.

“¡NO PUEDO CON ESTO!” Gritó, tirándose el cabello “¡CUALQUIERA MENOS JAEGER!”
“¡Pues yo prefiero morirme antes de que me beses!”
“¡Es que por último cierra los ojos porque te me quedas mirando como gato engrifado!”
“¡Porque eres súper estúpido y ridículo y capaz que tontera haces y me terminas perjudicando!”
“Que feo, Sho. Nunca pensé que preferirías besarte con todo el mundo con tal de no besar a Eren.” Souji negó con la cabeza, defraudado e indignado por la actitud de su pareja.
“¿Qué? ¡Souji, no era lo que quería decir!”
“¡Bésense de una vez!” gritó Anemone, perdiendo la paciencia.
“Si no lo hacen, los dos se regresan caminando a Tokyo.” Amenazó Souji.
“…” Eren y Sho se miraron entre ellos. Suponían que no tenían de otra.

Volvieron a acercarse poco a poco terminando muy cerca de nuevo. Eren esta vez cerró fuertemente los ojos porque ni quería ver a Minazuki y Sho también los cerró porque le daba mucha rabia Jaeger. Cuando sus labios estuvieron a punto de toparse, ambos se detuvieron. Todo parecía indicar que de nuevo se retractarían. Pero de lo que no contaban ninguno de los dos es que Souji y Oikawa seguían cada movimiento de ellos y estaban preparando un ataque discreto.

“¡Ya bésense!”

Souji y Oikawa, quienes silenciosamente se habían acercado uno tras Sho y otro tras Eren, saltaron y empujaron a esos dos obligando a que se besen de una forma brusca y directa, donde juntaron sus labios a la fuerza y terminaron por darse un beso muy a su pesar.
Varias chicas soltaron un gritito de emoción contenido, Iwaizumi prefirió mirar hacia otro lado un poco incómodo, Labrys se divertía con la reacción de Sho y el resto comenzó a sacar fotografías y videos como condenados.

“¡Que asco! ¡Que asco! ¡Que asco!” Sho saltó hacia atrás. Puesto que terminó por caerse encima de Eren gracias al empujón brusco que le habían dado. Se tiró a la arena y se lanzó arena a la boca. “¡Toqué a Jaeger!” dijo, escupiendo la arena que se llevó a la boca.
“Que exagerado…” Souji se tapó la boca para ocultar su pequeña risa. “Si fue un momento muy encantador. Creo que ese beso liberó la tensión entre ustedes dos.”
“¡Lo que importa es que el reto está cumplido!” Sho se sacudió.
“HAHAHAHA”
“¡CÁLLATE!” Sho le dio una patada a Oikawa quien rodaba en la arena con un ataque de risa porque no resistió ver la reacción de esos dos tras besarse.
“Haha.” Oikawa recuperaba el aliento. “Es que fue maravilloso.” Se secó una lagrimilla. “Sho-chan está TAN rojo y Eren-chan sigue en shock”
“…” varios giraron a mirar a Eren, quien seguía petrificado en su sitio.
“¿Estás bien, Eren?” le preguntó Souji, sacudiéndolo suavemente por el hombro.
“S-sí.” Reaccionó. Miró a Sho, primero confundido y después con rechazo. “…” se arrastró hacia su puesto y se quedó allí.
“Uh, creo que nos pasamos.” Dijo Souji, un poco preocupado por Eren.
“¡Si! Me obligaron a besar a Jaeger y eso ha sido DEMASIADO”
“Bueno, pero puedes decir entonces que has besado a más personas.” Indicó su pareja.
“¡Pero no quería besar a más personas!”
“Y en el caso de Eren. Ya puedes decir que besaste a un chico. Así que puedes contar en el futuro que has besado a chicas y a un chico.” Dijo Kaworu.
“…” Eren parecía un poco más perturbado después del comentario de Kaworu porque… En el futuro tendría que contar que su primer beso fue… con un chico. “…” Agarró la botella de tequila y se bebió lo poco que quedaba en ella para limpiarse los gérmenes de Minazuki.
“¡Ha llegado el momento!” Anunció Marie quien venía junto con Rise cargando un gran pastel de cumpleaños. Tenía unas cuantas velitas delgadas y destellantes encendidas, y un par de velas de números.
“Un momento, ¿diez años?” Oikawa quedó desconcertados.
“No había otro número en la tienda. Calculamos tu edad mental así que quedó en eso.” Le respondió Iwaizumi.
“¡Son las doce de la noche así que oficialmente es el cumpleaños de Oikawa-san!” Indicó Kaneki, quien le dio un abrazo fuerte al pelicastaño. “Feliz cumpleaños, Oikawa-san.”
“Awww, gracias Kaneki-chan” Oikawa lo estrujó en un abrazo efusivo. Luego se separaron para que el cumpleañero fuera abrazado por los demás.
“¡Feliz cumpleaños, Oikawa!” Dijo Eureka, abrazándolo fuerte y con emoción.
“¡Gracias, Eureka-chan!” Oikawa la abrazó fuerte y prolongado, cruzando sus brazos por detrás de la chica y levantándola un poco al ser más pequeña. La mayoría allí sintió que esos dos tenían una conexión especial.
“Me toca.” Interrumpió Iwaizumi, rompiendo el lazo de esos dos por el bien de la humanidad (?).
“Gracias Iwa-ch—“ Pero Oikawa recibió un zape en la cabeza. “¡Que malo! Eso no es una muestra de cariño”
“Deberías considerar que, viniendo de mí, sí lo es.” Vio como Oikawa lo veía con tristeza. “…” le dio un abrazo breve. “Feliz cumpleaños, gran tonto.”
De este modo poco a poco varios le fueron dando sus felicitaciones a Oikawa, deseándole lo mejor para su cumpleaños y que nunca cambiara.

“Es momento de cantar.” Insistió Rise, quien con Marie se estaban cansando de sostener el pastel.
“Happy  birthday to you” comenzaron a cantar los presentes al unísono.
Oikawa tomó asiento en la banca y las chicas dejaron el pastel en frente de él. Varios grababan el momento y sacaban fotografías a un muy contento Oikawa.
Souji y Kaworu se posicionaron silenciosamente detrás del cumpleañero. Cuando Oikawa sopló las velas y estas fueron retiradas del pastel, Souji y Kaworu intercambiaron miradas.

¡PAFF! El par de chicos asotaron la cabeza de Oikawa contra el pastel. Para cuando Oikawa intentó levantarse, Souji y Kaworu volveron a estamparle la cara en la torta.

“¡El pastel que preparó Souji!” se lamentó Elizabeth, con el corazón partido (¿).
“¡AHH NO PUEDO VER!” Gritó Oikawa, levantando la cabeza del pastel. No había parte del rostro que no tuviera crema o trozos de torta. Incluso su cabeza estaba llena de crema y esta le había entrado hasta por los oídos.
“Guacala. Yo paso.” Dijo Sho, mirando con repulsión lo que quedaba de pastel.
“Nada. Tú te comes lo que yo preparo.” Dijo Souji, agarrando un poco de torta y lanzándosela a la cara a Sho.
“¡Hey!” se quejó el pelirrojo, escupiendo la torta.
Souji tomó otro tanto de pastel y se la lanzó al rostro a Chrom quien estaba muy tranquilo mirando en silencio.
“Souji, a él no.” Kaneki le hizo señas desde atrás.
“Souji es diabólico.” Rio divertido Kaworu al ver que su amigo no respetaba el pacto de entregar privilegios y protección a Chrom por todo el daño causado (¿?) Kaworu tomó un poco de pastel y se lo lanzó a Kaneki. “Para que te relajes un poco.”
“…” Kaneki se quitó la torta del rostro, indignado. Fue hasta la mesa y tomó un poco de pastel con la intención de vengarse de Kaworu pero este escapó y cuando Kaneki intentó darle al otro lado terminó por impactarle a Kana en el rostro. “¡K-Kana-chan! ¡Lo siento mucho!” Kaneki se moría de la vergüenza. Se había dejado llevar por el momento siendo libre e infantil como cuando se sentía libre con el grupo de los chicos. El problema es que olvidó que había más gente presente.
“…” Kana se quitó el pastel de la cara, fingiendo seriedad.
“HAHA” Kise se rió a su lado, pero Kana le metió el pastel a la boca.
“Tranquilo, Kaneki, esto es divertido.” Dijo la chica, viendo como su hermano se atoraba.
“¡Guerra de pastel!” Gritó Oikawa al ver que su pastel ya estaba dado por muerto. Todos se acercaron y comenzaron a tirarse pastel como si fuera la gran tercera guerra mundial. Era todos contra todos. Cuando ya no quedó nada. Se detuvieron.
“Eso fue divertido. Pero me da tristeza haber perdido el pastel de Souji” dijo Oikawa.
“Tranquilo.” Su amigo le puso una mano en el hombro. “Siempre tengo una segunda opción.” Apuntó a Todoroki y Eren quienes traían consigo otro pastel el cual dejaron en la mesa. “Siempre estoy bien preparado y no te iba a dejar sin tu torta de cumpleaños.”
“AWW SOU-CHAN!” Oikawa se lanzó a abrazarlo.

Sin duda, ese día sería recordado por Oikawa como uno de los mejores cumpleaños de su vida. El resto de la noche todos degustaron el exquisito pastel de Souji, abrieron los regalos que tenían preparados para Oikawa y disfrutaron de lo que quedaba de la noche charlando entre ellos y compenetrándose aún más.

Al día siguiente tuvieron que levantarse temprano para dejar todo en orden en la cabaña y alistar sus cosas para el retorno a Tokyo.
Eren aprovechó la oportunidad cuando vio que Sho estaba a solas barriendo la entrada.

“Hey, Minabobo.”
“Hey, Jaegershit ¿Qué quieres?”
“…” Eren se acercó a él y se quedó unos segundos en silencio pensando si decirle o no.
“Ah, si me vienes a joder por lo de ayer…” Sho giró los ojos.
“De eso YA me olvidé.” Dijo molesto. “Quería preguntarte otra cosa…”
“¿Qué?”
“¿A Kaneki le pasa algo?” Eren se sentó en uno de los peldaños de la escalera de la terraza.
“…” Sho sintió que el corazón le dio un vuelco en el pecho, sintió como la sangre se le helaba por completo y todo en sí mismo se paralizaba. Que Jaeger se diera cuenta de algo era demasiado y justamente ese algo era un detalle que él mismo había notado pero preferido bajarle la gravedad. “¿Por qué preguntas?”
“Ya sabes…” Sin dejar de ver hacia los peldaños inferiores, se señaló con el índice su ojo. “El tema del parche en el ojo, lo ha usado mucho tiempo… Está más pálido y delgado y… No sé, ¿distante? No puedo decir mucho porque recién lo conozco de este semestre… Pero tú lo conoces de toda la vida.”
“¿Dónde está Ken ahora?” Porque esas preguntas no podían venir de la nada.
“…” suspiró “¿Dónde? No sé. Pero salió después de que lo llamaran por teléfono.”
“Ahhh, Jaeger. Siempre tienes conspiraciones mentales locas.” Sho fingió reírse del otro. “Ya te dije que Kaneki es parte de un gran proyecto de investigación de Rizembool. Y tú lo sabes. Seguro lo están llamado sus compañeros para recibir orientación.”
“Ah, ese proyecto… Sólo sé lo que Asuka me ha contado por encima…”
“Porque nadie te va a contar algo tan complicado… Es cosa de científicos. Yo tampoco entiendo nada cuando Ken me cuenta de ese proyecto.”
“Sí… debe ser eso.” Eren sonrió forzadamente, revolviéndose el cabello. “Mejor voy a ordenar adentro.”
“Jaeger… Sabes otra cosa, ¿cierto?”
“…” le desvió la mirada
“¿Qué es?”
“Nada.”
“¡Pero si ya andas insinuando!”
“¡Es que quedaré de metiche y bocón y no quiero que Kaneki se sienta incómodo conmigo!” se cubrió la boca.
“…” Sho lo miró seriamente.
“N-No puedo”
“Dímelo. Quizá pueda ser de ayuda. Kaneki ha estado bajo mucha presión en la universidad, en el trabajo y en su vida en general. Para no preocuparme, me omite algunas cosas. ¿Le pasó algo en el trabajo? ¿Lo están molestando de nuevo? ¡Porque si es así voy a partirles las caras a to—“
“Minazuki, no es eso.” Negó Eren “Sólo que… el otro día lo encontré en el baño y parecía que estaba vomitando. Sé que no debí ser tan intruso, pero me preocupó y le pregunté, pero me dijo que era la comida de ese día que le cayó mal.” Hizo una pausa. “El problema es que lleva varios días así… Pero aquí parece que estuvo mejor.” Negó con la cabeza. “Creo que he hablado puras tonteras. Seguro sí era eso de estar estresado porque ahora se ve mejor y más sonriente.”
“Sí… Está más relajado aquí.” Dijo Sho, tratando de convencerse de que Kaneki había estado estresado.

Sin duda alguna el primer ciclo de universidad para Kaneki había sido muy caótico puesto que era demasiado exigente consigo mismo. Recordó que en la escuela vivió por un proceso similar donde su hermano fue el mejor alumno. Sho siempre supo que era un genio, pero de todos modos Kaneki se exigía más y más, con tendencia a dejar su salud, la cual siempre fue delicada, de lado. En ese tiempo Ken le ocultaba a Sho que otros compañeros le hacían bullying hasta que Sho se enteró y fue a enfrentarlos a golpes a todos. Tenía unas cuantas cicatrices como recuerdo de ese día, pero al menos logró que ya no se atrevieran a tocarle ni un pelo a Ken

“Jaeger, si notas que alguien lo fastidia en el trabajo me lo tienes que decir, aunque quedes de chismoso, ¿de acuerdo?”
“No sé. Eres muy drástico.”
“Pf, mira quien lo dice.”
“…Ya, te contaré, pero sólo cuando tenga la certeza de que alguien lo molesta.”
“Okay.”

De regreso a Tokyo, varios compartieron la camioneta de Chrom y resultaban ser los mismos del trayecto anterior. Sho miraba por la ventana la carretera y la naturaleza fingiendo prestarles atención a esos detalles, pero su mente no dejaba de dar vuelta en torno a su hermano. Ken estaba sentado a su lado, en el rincón, y Sho lo tenía aferrado a él para cuidarlo durante todo el camino de que no se diera golpes con los saltos o que se meciera de un lado a otro. El pelinegro se había quedado dormido apenas subirle al vehículo, por lo que Sho lo apoyó en su hombro y lo abrazó protectoramente durante todo el trayecto velando su sueño. Parecía un niño pequeño, frágil y puro. Su piel era muy pálida y el cabello negro le hacía resaltar más aquello.

Ken parecía muy cansado con todo el movimiento de los días y dormía como un bebé a su lado sin ninguna preocupación. A Sho le tranquilizó estar allí para cuidarlo y quererlo.

“Siempre te voy a proteger, Ken.” Le susurró discretamente, acariciándole el cabello. “Siempre.”

Y siempre iba a estar a su lado.


Mimi Tachikawa

Vengo con otro fic!!!


Despues de correr y hacer algunos ejercicios básicos, gracias a Miyauchi pudieron armar una especie de mini escenario para empezar con los entrenamientos idol junto a la ayuda de Momo, alfrente habian asientos con lipsticks incluidos de diferentes colores.

Muy bien chicos!! Después de haber tenido un refrescante entrenamiento, ahora vamos al escenario y quien mejor que Momo-chan para ayudarnos!!!-aparecio Chiaki arriba del escenario con un micrófono-

El joven mencionado subio al escenario, ahora llevaba puesto su vestido de idol, el cual consistía en un vestido de color melón, llevaba dos colitas y tenia entre sus brazos un peluche en forma de ardilla, observo que aparte de los 5 ryuseitai, estaban también sentados Rinne,Shampoo,Mikki y Houchou, todo era parte del entrenamiento especial del joven-Bueno…esta parte del entrenamiento es importante porque les va a ayudar para que puedan actuar libremente y sin presiones sobre el escenario en cualquier circunstancia, ya que lo importante es que se logren conectar con el público…asi que hacer esto será lo mas importante que puedan hacer antes de comenzar su presentación…-

Tu puedes Momo-chan!!!- grito animadamente Mikki con su lipstick encendida a pesar de que aún había luz solar-

Muchas gracias Mikki-chan…-dijo con una gota en la cabeza, para observar a los 5 chicos- asi que estén atentos a lo que voy a empezar a hacer…-tosio ligeramente y empezó a hacer movimientos femeninos- Hola a todos!!! Soy Momo-chan!!! –guiñando el ojo coquetamente-muchas gracias por venir a mi concierto!! Saben? Yo los quiero a todos ustedes y siempre estaré a su lado, muchas gracias por apoyarme siempre nee?...-mandando un beso volado-Momo dará todo lo mejor para hacer de este concierto algo inolvidable para ustedes asi que vamos a cantar todos juntos!!!-

Kya!!!! Momo-chan!!!-dijo la rubia emocionada- que adorable…-

Pese a ser un chico Momo-san…es tan adorable como una chica…-dijo Rinne con las mejillas sonrojadas- esto es el poder de un verdadero idol, moviendo su lipstick –

Nunca imaginé que los idols de Japón fueran tan geniales…-dijo Shampoo asombrada-

Momo-dono es genial-gozaru…-dijo Shinobu con unos ojos brillantes-

En serio que si…que estoy muy emocionado…-dijo Tetora- quiero intentarlo quiero intentarlo

No quiero…no quiero hacer algo asi…-hablo Midori queriendo que la tierra se lo trague porque no quiere hacer eso frente al escenario y solo-

Eso si es un verdadero idol que lucha por la felicidad de las personas!!!-

Chiaki estas muy emocionado-canturreo alegremente Kanata para girar a mirar a Momo- Lo has hecho muy bien Momo-chan!!!-

El joven se sonrojo fuertemente y bajo del escenario, mientras que Chiaki iba a ser el primero

Lider usted puede!!!-

Taichou-dono!!!-

Chiaki-niichan tu puedes!!!-

Chiaki comenzó su aparición con su típica pose de sentai hero- Hola a todos!!! Mi nombre es Chiaki Morisawa el ryusei red que lucha por la justicia!!! El dia de hoy te deleitaré con lo mejor de mí para poder proteger tus sueños y puedas sonreir-extendiendo sus manos- están listos para ir conmigo?...-con una amplia sonrisa-

Chiaki-niichan es sorprendente…-dijo Mikki asombrada- es igual al nivel de Momo-chan…-

Morisawa-senpai es un idol nato…- dijo Momo observándolo, ya que parecía ver a Kokoro y Runa en el escenario, ambos eran igual de geniales que Chiaki-

En serio Chiaki-senpai es genial…no por algo es el líder de Ryuseitai…-dijo Rinne asombrada- también me esforzaré para convertirme en una digna manager…-

El líder es igual de asombroso como Taishou…-dijo Tetora emocionado-

No creo que pueda hacer algo como eso…que vergonzoso…-dijo Midori tratando de huir pero cuando vio a Shampoo decidio quedarse ahí

Chiaki…tan genial como siempre…-canturreo alegremente Kanata mirando de un lado a otro-

Taichou-dono…-dijo Shinobu con sus ojos brillosos emocionado al ver a su líder-

Jajajajaja obvio que como líder de Ryuseitai no podía quedarme atrás…-

Morisawa-senpai tienes que elegir quien es el siguiente!!...-

Uhm…pues será Sengoku!!!...-

Por fin será mi turno-gozaru…-

Tu puedes Shinobu-kun!!!!...- se levanto Rinne a animarlo luego se sentó avergonzada cuando vio que los demás la estaban observando-

Subio al escenario y su entrada fue que llego corriendo como lo hacían los ninjas al mismo tiempo que lanzaba sus shuriken de plástico-Ninninnin nin haciendo su pose ninja, hola a todos!! Mi nombre es Shinobu Sengoku!!!...-alzando uno de sus brazos, mientras Rinne tomaba fotos de todos los angulos-soy un ninja-idol que te protegerá con estos shuriken-gozaru!!- para luego arrodillarse- querrás ser mi amo??

Kya!!! Shinobu-chan que lindo!!!....-dijo Mikki emocionada- en serio es todo un pequeño ninja

Si no me hubiera fijado en Midori, seguro que lo hubiera elegido a él es tan adorable y de adulto será mucho mejor…-

Momo le dio un pequeño golpe en la cabeza a Shampoo- En serio es un chico adorable Shinobu-kun…-

No creo que pueda hacer algo tan adorable como eso siendo tan alto para mi edad…-suspiro pesadamente Midori-me quiero morir…-

Shinobu-kun es genial…-dijo Tetora sonriendo-

Nuestro niño ha crecido bastante Kanata…-dijo un orgulloso Chiaki-

Es cierto…ha crecido tanto desde la primera vez que entró al grupo y era todo timido…-sonriendo ampliamente- como siempre Chiaki nos salvó-

No es para tanto…-dijo el pelicastaño- todos crecen a su propio ritmo…-

Shinobu-kun…-Rinne se quedo maravillada y sus mejillas se sonrojaron mucho-en verdad me gustas mucho…-
Bien Shinobu-kun!! Ahora te toca elegir al siguiente!!...-

Uhm…pues Tetora-kun!!!...-

Bien!! Ahora es mi turno…-

Shinobu bajo del escenario y Tetora entro al escenario de la misma manera que Chiaki pero hizo unos movimientos de artes marciales que había aprendido de su maestro Kuro-Chizuuu!!! Yo soy el ryusei Black!! Tetora Nagumo…-haciendo una pose de tigre- mi corazón arde hasta el infinito y solamente puede ser calmado cuando vea a todos ustedes con una sonrisa en los labios!!! Entonces…ven y sígueme para empezar un largo viaje!!!-

Tetora-kun!!! Eres igual de genial que Chiaki-niichan!!!...-aplaudio emocionada la rubia-

En serio otro candidato perfecto si no hubiese conocido a Midori-kun…también de grande habría sido bien…-
Momo nuevamente le dio una golpecito en la cabeza- Shampoo-chan…-suspiro pesadamente- pero es verdad Tetora-kun es igual de impresionante que Morisawa-senpai…-

Tetora-kun es genial!!...-dijo Shinobu mientras observaba a Rinne que le tomaba fotos todavía a él. Sonrio con una gota en la cabeza-

No creo que tampoco sea capaz de hacer eso…-suspiro pesadamente el pelicastaño-

Chiaki…Tetora-kun será un buen líder…-

Es cierto Kanata…estoy orgulloso también de él-dijo emocionado al ver que sus kohai estaban creciendo-

Ahora Tetora-kun!! Te toca elegir a ti!!!...-

Uhmm…quedan Shinkai-san y queda Midori-kun!! Asi que vamos al escenario Midori-kun!!!-

Eh??....-dijo el pelicastaño levantándose de su asiento con desgano- por que tuvo que llegar mi turno?-

Oye Mikki-chan…Midori-kun es asi de sombrio??...-dijo Shampoo observando al chico que le gustaba-

Uhm…pues no es el chico mas alegre…-dijo con una gota en la cabeza-

Midori subia pesadamente al escenario y al ver a todos que estaban observándolo, suspiro pesadamente, cogio el micrófono y habló-Mi nombre es Midori Takamine y soy el ryusei green, gracias por venir aquí…-con su aura sombría-
Midori-kun!!! Ponle un poco mas de emoción y alegría a tu presentación- le dijo Momo-

Es lo máximo que puedo hacer…no tengo esperanzas ni ganas por el futuro…-

Animos Midori-kun!!!!- dijo Shampoo gritándole- tengo muchos adornos de pandas de todo china para regalarte!!!-

Dijiste osos pandas como adornos??...-dijo cambiando su semblante- yo quiero!! Yo quiero!!!-

Y también tenemos mucha albahaca para comer!!!...-canturreo Mikki-

En serio?? Tambien quiero eso…-dijo con una inusual sonrisa-

Asi que con eso Midori-kun cambia su chip…interesante…-dijo Momo anotando dicho detalle-

Habrá que ensayar junto a Midori-kun para sacarle esa emoción Tetora-kun…-

Tienes razón Shinobu-kun, ahora ya tenemos la motivación para hacer que nuestra presentación perfecta-

A Takamine le faltan algunas cosas, pero tiene potencial…-dijo Chiaki rascándose la barbilla-

Es cierto…no por algo también lo elegiste para unirse con nosotros…-

Ahora es el turno de Shinkai-san!!!...-dijo Momo con sus mejillas sonrojadas-

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Cerca del lugar donde estaban todos un helicóptero estaba dandos vueltas por ahí, dentro de dicho helicóptero se encontraba Junko con su laptop observando la foto de todos los que estaban en la playa, enfocándose en Midare, Houchou y Akita

Los encontré…-

En la casa de la playa Sakura sintió escalofríos

Sakura-chan sucede algo?...-le miro Tomoyo algo preocupada-

Tengo un mal presentimiento…siento como si alguien con un aura oscura ha llegado aquí…-

Al mismo tiempo Midare, Houchou y Akita estaban caminando por la playa aprovechando de darse un paseo, alejándose un poco de donde estaban todos
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Matta ne!!

Mimi-chan


Mimi Tachikawa


Junko saltó del helicoptero, pero obviamente estaba cubierta por una enorme capa de color negra y tenia un antifaz, llevaba una bolsa con armas y con otras cosas más en caso tuviera problemas

Estoy a pocos metros de encontrarme con los 3 Toushirou…-sonrio ampliamente-

En la superficie Akita conversaba animadamente junto a Midare que llevaba una sombrilla para que no les caiga tanto los rayos del sol, Houchou estaba canturreando feliz comiendo los dulces que el rubio le había regalado-
Uhm…no se por que pero Midare-niichan se siente como si fuera uno de nuestros hermanos, porque nos engríe mucho pese a que recién nos conoce…-

Será que Houchou es muy engreído y le gusta que lo consientan…-rio suavemente el pelirosa- creo que seria mejor regresar a ver los entrenamientos de Tetora-kun y los demás…-

Es cierto…-dijo el rubio- seguro que Momo-chan esta empleando todas sus técnicas de idol para que los chicos mejoren en su entrenamiento…-sonrio- bueno entonces vamos a dar media vuelta y luego después de almorzar vamos a mi habitación para enseñarles a cuidar su bello y joven rostro…-

Siii yo quiero….quiero consevar mi belleza- dijo el pelicastaño- tengo que ser un guapo adulto…-tocandose los cachetes-quiero ser como Ichi-nii y nuestros demás hermanos-

Entonces empieza a ser menos consentido…- dijo el pelirosa riendo suavemente-

La sonrisa de Midare desaparecio cuando sintió que algo llegaba caído del cielo- Akita…Houchou pónganse detrás de mi…-

Que sucede?...-

Parece que alguien que no fue invitado a esta reunión esta llegando…-

Houchou recordó lo que les sucedió la vez pasada y empezó a temblar asustado-

No te preocupes Houchou todo va a estar bien…-

Maldicion…no traje mi espada …-sacando una cuchilla-

Aquella persona finalmente piso la arena y rio fuertemente

Quien eres?...a quien estas buscando??...-

Pupupupupu…no pensé que encontrarlos sería tan fácil…pensé que la seguridad de sus familias eran mas fuertes pero
me equivoque…- corrió hacia ellos-

Houchou!! Akita!! Corran!!!!...-

El pelirosa tomo del brazo al menor y empezó a correr, pero aquella persona era más rápida que ni siquiera Midare se dio cuenta cuando ya estaba frente a los dos jóvenes

A ustedes los necesito dormidos…-con otro movimiento rápido le dio unos golpes en la nuca que los dejo inconscientes…-

Tu!!!....-Midare se lanzo con su cuchilla a atacar a la enmascarada, mientras que ella lograba esquivarlo

Eres muy divertido Midare Toushirou…por eso estas cerca de Kazanari Tsubasa no??...-

Midare se sorprendio- no me digas que eres su rebel…-

No …soy algo peor que eso…- lanzo una bomba de humo, mientras se ponía se cubria la nariz-

El rubio empezó a sentir que el cuerpo se le hacia pesado y cayó de rodillas- que sucede…no me puedo mover…-empezo a respirar pesadamente- que me hiciste…-

La joven enmascarada saco una jeringa, mientras se acercaba al rubio- he venido a traerte desesperación…Midare Toushirou…hijo perdido de la familia Toushirou…-

Eh???...-no puedo evitar que aquella persona le suministrara un liquido através de la inyección donde empezó a perder todos los sentidos, quedando de rodillas con la mirada perdida-

Pero no te preocupes…que no sentirás nada de sufrimiento…ya que haré que odies ser parte de esa familia que te tiró como si fueras basura…porque nunca quisieron tenerte…- le susurraba al oído- además me ayudarás a espiar a Tsubasa Kazanari…-saco otra jeringa para empezar a extraerle sangre-se que tu lealtad con ella es fuerte…no te preocupes que bajo mi hipnosis no sabrás que tu mismo estas contribuyendo a la caída de tu hermosa Hime…-

Chiaki había dado un par de minutos de descanso antes de seguir con el entrenamiento, mientras ayudaban a preparar el almuerzo, Shinobu decidio alejarse de los demás para seguir corriendo y mejorar sus técnicas ninja,detrás de él se encontraba Rinne porque quería aprovechar estar a solas con él

Oya…parece que algo esta pasando más adelante…veo a Midare-dono…-observando detenidamente que Akita y Houchou estaba tirados y que había alguien mas que giro a voltear-

Rinne-dono cuidado!!!-

Eh?...-Rinne se detuvo y puedo observar que alguien corrió hacia ellos, miro seriamente y se puso delante de Shinobu para ponerse en forma de defensa, cuando sintió la patada de la otra joven la cual pudo detener, para luego responderle con otra patada-Quien eres tu?-

Asi que hay otra persona fuerte…-sacó otra jeringa que tenia en su bolsillo para inyectarle en el cuello-
Rinne sintió el cuerpo pesado y cayó mientras temblaba sin parar-Shi…no…bu-kun…-

Shinobu Sengoku…primo de Li Syaoran…miembro del clan Li…-se acercaba lentamente hacia él- nadie tenia que enterarse de mi presencia…-

Shinobu temblo sin poder moverse, todo había pasado tan rápido que solo pudo ver a Rinne en el suelo…-antes de querer golpear a la joven ella le tomó del cuello y empezó a apretarlo lentamente- me pregunto que cara pondrá el heredero de la familia Li si ve a su primo muerto…-

Sakura y Syaoran sintieron un escalosfrio al mismo tiempo

Syaoran-kun es Shinobu-kun…-

Lo sé yo también sentí lo mismo…-

Bishamonten!!!...-

El pelirojo entendio la mirada de su jefa y se retiro primero, para no asustar a los demás, luego los dos prometidos se fueron detrás de él

Por favor por favor…que no le suceda nada …-

Sakura-chan…Syaoran-sama…-el pelirojo saco su pistola para disparar –

Parece que llegaron muy rápido…-lo soltó para luego ponerle la misma inyección que le puso a Midare, quedándose sin voluntad alguna de rodillas sobre la arena, Junko también sacó una pistola eléctrica  para apuntarle al joven-si se solo un poco tu querido primo va a sufrir Li Syaoran...asi que dile que al guardaespaldas de Kinomoto Sakura suelte el arma …-

El pelirojo no le quedo de otra que hacer lo que la enmascarada  le decía-

Quien eres tu?? Has venido a nombre de una familia??...-Dijo Syaoran pensando en como salvar  a su primo

No realmente…solo vine a saludar a un par de personas…y como es divertido hacer sufrir a los demás me topé con tu inocente primo que llego sin saber a lo que le podía pasar…-señalando atrás

Sakura miro con terror que Akita, Houchou y Midare estaba inconscientes, luego también vio a Rinne tratando de moverse con lagrimas en los ojos sufriendo de ver a la persona que quería apunto de sufrir-

Si quieres dinero o si quieres vengarte de nosotros hazlo directamente…Shinobu-kun no tiene nada que ver en esto…-

No me gusta la venganza…-apunto la pistola eléctrica en el estomago de Shinobu que empezó a gritar de dolor- pero me fascina hacer sufrir a los demás

Maldita!!!...-Syaoran se lanzo al ataque cuando Junko dejo al mas bajito que se retorcia de dolor-

Bishamonten y Sakura corrieron a socorrer a los demás

Este es mi saludo y el recuerdo que quiero que tengan este dia…-de su bolsillo saco otra pistola y disparo sobre Syaoran pero no en un lugar no vital-

Syaoran!!!...-Sakura se acercó hacia donde estaba Junko, antes de eso cogio la pistola eléctrica y se lanzo hacia ella para darle una patada y luego darle en el cuerpo con la pistola eléctrica que hizo que la joven se separara de ellos-

Jajajajaja muy bien hecho Kinomoto Sakura…pero si crees que podras proteger a alguien de esa manera entonces no estas muy equivocada…conviértete en Hime y ven a buscarme a Rizembool claro que descubres quien soy …-lanzo una bomba de humo y desaparecio-

Sakura se acerco a su prometido- Syaoran-kun estas bien??-

Si…lo estoy…-dijo el pelicastaño-afortunadamente siempre traigo protector antibalas al ser miembros de una familia de Yakuzas, ahora lo importante es socorrer a Shinobu y a los demás-observo a Sakura llorar-No lo hagas…a Tomoyo solamente le diremos lo que en realidad pasó pero a los demás debemos ocultarlo para no asustarlos, si es un ataque de Rizembool es mejor no actuar hasta que descubramos quien es esa persona-

Tienes razón…-limpiandose las lágrimas- pase lo que pase todo estará bien…-

Sakura-chan…Midare-sama, Houchou-sama y Akita-sama están solo inconscientes haciendo una revisión superficial, a Rinne-sama le coloqué un antídoto para que pueda moverse,solo Shinobu-sama tiene lesiones considerables,será mejor que avisemos a Tomoyo-chan para que traiga ayuda medica y los revisen en la clínica que hay en la playa-

Deacuerdo…-Sakura le mando mensaje de texto a Tomoyo,mientras se acercaba a Shinobu y lo abrazaba-No volveré a permitir que nadie mas te lastime…me haré mas fuerte para proteger a los demás…seré como Mayura-senpai…me volveré una hime-

En el helicóptero se encontraba Junko con la muestra de sangre que sacó de los Toushirou, ahora que ya puse mi semilla en dos de ellos, será conveniente que cuando inicien las clases me ponga en contacto con Yagen Toushirou, necesito de sus recursos y sus conocimientos para encargarme de todos mis futuro enemigos- comiendo chocolates mientras se quitaba su disfraz- me voy a divertir mucho…-
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Falta 1 fic mas y acabo con este paseo y sigo con el otro xDD

Mimi-chan


Cho

Uhh, con esto lo 'grande' está resuelto. Quizás venga con un fic corto más.

71.1.





Pasaron dos días después del matsuri y el grupo se encontraba en una temporal rutina de salir a disfrutar del mar y la concurrida alameda comercial. Con sólo dos días restantes de aquel viaje, Shishiou se animó a salir de compras para conseguir souvenirs, y fue acompañado por un grupo considerable de personas, quienes se animaron a hacer lo mismo.

“¡Ahh, venden tantas cosas ricas aquí!” exclamó Marisa, maravillada en lo que observaba la amplia selección de dulces y confecciones de la zona. La tienda también contaba con souvenirs de distintos tipos. “Cómo me encantaría llevarme un millón de cosas para mí, pero realmente no tengo mucho dinero.”
“Puedes agarrar una cosa que te guste, Marisa, pero sólo una,” dijo su hermano, quien tenía un paquete en una mano.
“¡Ohh, muchas gracias!” Marisa se emocionó. “¿Y qué traes ahí?”
“Decidí agarrar una de las campanas de viento a la entrada de la tienda,” sonrió ampliamente. “Imaginaba que a Reimu le gustaría ese recuerdo, ¿no es así? Supongo esas cosas relajantes van con el templo.”
“Hehe, es un lindo detalle,” asintió. “Ya casi pareces tú el que vive ahí.”
“Ahh, es una linda idea, quizás me compre uno también,” Gokotai sonrió ampliamente. “Pienso que a mis tigres les gustaría dormirse al son de las campanas. Sin duda a mí también.”
“Tienes mucha razón, pequeñín,” Shishiou se animó y le revolvió los cabellos. Vio que aparte de cargar a uno de sus tigres, tenía una canasta con varios dulces colgando de un brazo. “Vaya, esos son muchos dulces. ¿Son para tus amigos?”
“Eh, pues…” el peliblanco bajó su cabeza y se puso a pensar. “Hmm, cierto, no he comprado nada para mis amigas del colegio aún. En verdad, estos dulces son para Akita y Houchou que no han venido con nosotros.”
“Verdad, seguro se alegrarán mucho por el regalo,” dijo Marisa, contenta.
“Hm, veo que también has estado agarrando dulces para Houchou,” comentó Hakata, quien se acercó con una canasta con dulces. Se encogió de hombros. “Quizás deberíamos organizar qué le compraremos entre los dos, pero no deberíamos incentivar su adicción al azúcar, y nuestros otros hermanos puede que quieran pasarse por aquí también.”
“Oh, es verdad, Hakata,” Gokotai asintió y sonrió con torpeza. “Hehe, me dejé llevar por la selección y los buenos precios, pero seguramente volveremos a pasar por aquí el último día. Ehh, perdón.”
“Está bien, más bien me alegra que hayas considerado los precios,” sonrió con perspicacia. “Desde ya me pareces más consciente que Shinano, así que te felicito.”
“Ahh, eres bastante duro con tu hermano,” Shishiou se lamentó.
“Y Shinano que es tan lindo, pero es sólo normal que uno le ponga presión a sus hermanos,” comentó Marisa, entretenida. “Así que ya sabes, Shishiou.”
“¿Ya sé qué?” el otro se confundió y dio un suspiro. “Vaya, y te estoy comprando dulces. No seas mala conmigo.”
“Hahaha, sólo bromeaba.”

Por otro lado de la tienda, Aizen se encontraba probando su suerte con gashapons.

“A ver… ahh, de nuevo el mismo,” este se frustró y dio un pesado suspiro.
“¿Qué estás haciendo, Aizen?” preguntó Nagisa, frustrado. “Esos gashapon están en todas las tiendas en la ciudad. No es nada exclusivo de este distrito.”
“Esperaba conseguir el raro de esta colección, pero ni aquí tengo suerte,” dio un pesado suspiro y observó al otro. “Oh, veo que has agarrado unas cuantas cosas, Nagisa. ¿Qué tienes?”
“P-pues…” el peliceleste se retrajo un poco al ver al otro asomarse a su canasta. “No es nada muy importante. Pienso comprarle un pastel a mi padre, aunque no sé si le gustará…” bajó su mirada, indeciso. “También encontré unos dulces que pienso irían bien con Monaca-chan…” se incomodó. “Pero tengo el mismo problema…”
“Lo estás pensando demasiado, Nagisa,” el pelirrojo negó y le agarró de un hombro, para sonreírle con ánimos. “Tú sólo ve con tu intuición. Estoy seguro que lo apreciarán, no lo dudes demasiado, ¿de acuerdo?”
“Sí, pienso lo mismo,” Hotarumaru se acercó al par, sonriente. “Ehehe, pese a ser personas difíciles, ellos dos estarán en el fondo felices con tu dedicación. Realmente eres una buena persona, Nagisa.”
“No pienso que algo así sea relevante ahora, Hotaru,” comentó el peliceleste, dando un suspiro.
“¿Comprando algo para Monaca-chan? Justo buscaba algo para ella,” comentó Tsurumaru, quien decidió dirigirse a los petizos amenamente. “Puedes contar con Monaca-chan intentando tomarte el pelo, pero sí se alegrará. Más bien eres muy bueno con ella.”
“Es una pena que no haya podido venir con nosotros y sería bueno que se dé estos viajes,” observó Nagisa. “Así que no se trata de ser ‘muy bueno’, a mi parecer.”
“Sí, como digas, sin duda tu crush no puede negarse,” movió una mano para restarle importancia.
“Tsurumaru…” Hotarumaru le miró con reproche.
“No tengo malas intenciones, Hotaru-bou, sólo decía la verdad,” le aseguró con una sonrisa, y vio a Yukko acercarse junto con Mai y Shinano. “Oh, ¿encontraron algo?”
“Eh, sí,” Yukko asintió, sonriendo. “Una vez vi a mis padres comer estos dulces, así que se los enviaré por correo ni bien regresemos a la ciudad.”
“¡Ah, qué genial! ¡Hahaha, tan Hanasaki-chan de tu parte!” Tsurumaru le dio un guiño. “Me haces muy orgulloso.”
“Ehh…” la chica sintió un tic en la ceja.
“Justo le había dicho lo mismo,” Mai asintió. Ella tenía su canasta colgando de un brazo y también cargaba a otro tigre de Gokotai. “Por mi parte, traigo un dulce para Ayumu. Si no le dedico algo corro el riesgo que me acose, pese a que más bien debería ser lo opuesto,” se encogió de hombros. “Mi prima es irracional.”
“Más bien pienso que será muy cariñosa,” comentó Shinano, con dulzura, y entonces puso un rostro serio y decidido. “Si uno de mis hermanos me hiciera un desplante, yo definitivamente me aseguraría que me lo repusiera a todo lugar, así que lo entiendo.”
“Pues, no simpatizo con esa idea, pero ojalá yo pudiera reclamarle a Kuniyuki toda su negligencia de ese modo,” dijo Aizen. “Seguro que anda durmiendo ahora mismo en vez de estar preparando la comida.”
“No entiendo por qué se lo pidieron en primer lugar,” dijo Nagisa, confundido.
“Haha, ese Akashi es un caso perdido, pero en fin…” Tsurumaru se encogió de hombros y miró a Shinano, sonriendo con ironía. “Ahora entiendo por qué me pediste que te infiltrara al laboratorio de Yagen después de tu llegada. ¡Haha, me cuesta creer que son hermanos!”
“A todos, pero bueno,” Mai rodó los ojos.
“Ya, no digan eso,” Shinano sonrió incómodo y miró a su canasta. “De momento sólo he comprado unos dulces para mis hermanos, aunque luego tendré que ir a otra tienda para conseguirles algo a Syo y Natsuki. Ellos son muy geniales y Syo tiene gustos refinados, así que debo darles algo igual de especial. Oh, y no sé qué conseguirle a Seija también…”
“Hm, tu amiga Princess, verdad,” Tsurumaru se puso a pensar.
“Todavía no puedo creer que sea una Princess…” Yukko se estremeció.
“Eso es porque no prestaste atención,” comentó Mai, inmutada. “Nos dio un hint gigantesco en el templo. Entiendo que fui la única que se dio cuenta de ello.”
“Eh, sería bueno que compartas tus sospechas, Mai-neechan,” le pidió Hotarumaru. “Eres muy inteligente y podrías ayudar bastante en momentos así.”
“Lo consideraré porque tú me lo pides,” la chica le sonrió levemente y le acarició la cabeza.
“Uhh…” Nagisa se incomodó y sintió escalofríos. No dejaba de ver a esa chica como una potencial pedófila.

Entonces, los demás les dieron el alcance.

“Listo, creo que ya hemos terminado,” reportó Shishiou, amenamente. “¿Y cómo van ustedes?”
“Sí, digo lo mismo,” Aizen asintió. “Vaya, la gran mayoría ha escogido dulces.”
“Es inevitable, todo se ve tan delicioso~” canturreó Marisa.
“Sí, hay una cantidad decente de dulces y pasteles de alta calidad, lo admito,” dijo Hakata. “Aunque mejor espero a ver otras tiendas antes de comprometerme a algo.”
“Buen punto, creo que mejor me dedico a buscarle algo a Monaca-chan por otro sitio,” dijo Tsurumaru.
“Ehm, bueno, yo todavía ni sé qué comprarle a Seija…” Shinano se puso a pensar.
“Ah, olvídate de esa chica,” Marisa negó, frustrada.
“Ehh, entiendo que no te lleves con ella, pero le debo al menos un recuerdo,” el pelirrojo sonrió incómodo. “Más bien perdón por mencionarlo tan abiertamente.”
“Pues, Seija gusta que gasten en ella, más en el sentido de causar incomodidades que otra cosa, y le gusta tomar,” dijo Shishiou, con leve cansancio. “Puedes comprarle una bebida alcohólica de la zona y estará contenta. Es más, si te muestras incómodo de darle ese regalo, seguro que lo apreciará mucho más.”
“Ehh, ¿qué dices?” Hakata le miró alzando una ceja. “Esas son condiciones raras…”
“Ihh, siendo sincero, sí que no quiero tener nada que ver con el alcohol,” Shinano se horrorizó. “Ya es mucho ver a Fudou borracho todo el tiempo, y si alguno de mis hermanos abre mi equipaje y ve una botella, se aterrarían y me harían una intervención.”
“Ehm, p-podrías explicarles tus motivos de antemano, Shinano-niisan,” sugirió Gokotai, meditativo. “Pero sí… posiblemente se preocuparían igual…”
“También está el hecho que eres menor de veinte años,” observó Mai. “No tienes edad legal para comprar alcohol. La gran mayoría de nosotros aquí no puede hacerlo.”
“Oh, eso no es un problema,” Tsurumaru levantó su mano. “Me ofrezco a hacerlo, y también puedo guardarla yo para no andar dándole un paro al pobre de Ichigo.”
“¡Ahh, sería una gran ayuda, Tsurumaru!” Shinano asintió, contento y juntando sus palmas. “¡Entonces por favor!”
“Está bien, vayan pagando sus cosas, les doy el alcance,” dicho esto, el peliblanco fue hacia la zona de la tienda donde ofrecían las bebidas alcohólicas. No lo pensó mucho y agarró una botella pequeña y vistosa que supuso haría un buen regalo, pero antes de irse, tuvo una idea…




Las horas siguieron fluyendo y llegó el anochecer. Luego de haber pasado una tarde en la mansión rentada por los Sadamune, Fudou se excusó para ir a caminar y de paso buscar a algún despistado que pudiera comprarle algo de alcohol, con lo cual no había tenido mucha suerte. Pese a ello, Fudou no se encontraba de tan mal humor, ya que desde esa noche del matsuri, había podido ver a Monoyoshi más alegre y despierto, y Gotou se ocupó esas vacaciones en atenderlo e inconscientemente hacerle ser más abierto con Taikogane y Mitsutada. Parecía que las cosas estaban en orden, así que no tuvo problemas dándose un respiro de vivir en sociedad.

Luego de pasar por aquel bar cerca del pequeño muelle sin éxito, Fudou optó por sentarse al borde de dicho muelle y mirar al cielo estrellado. Su contemplación le hizo echarse en el mismo, y lentamente se sintió adormecido y somnoliento, pero antes de poder dormirse oyó unos pasos, lo cual le hizo sentarse nuevamente.

“Tsk…” chasqueó la lengua al reconocer a Tsurumaru y le miró de reojo con recelo. “¿…qué quieres tú?”
“Yo!” le saludó amenamente. El peliblanco sonreía con leve torpeza y tenía sus manos detrás de su espalda. “Viendo la cálida bienvenida que me has dado, iré al punto. Esperaba hablar contigo un rato, si no es un problema.”
“¿Ah? ¿Hablar conmigo?” se confundió. “Vete, quiero estar solo…”
“Supuse que dirías algo así, pero realmente te he estado buscando un buen rato,” le vio indiferente, lo cual no le quitó los ánimos. “Quisiera que me hablaras un poco con respecto a Monoyon, tú que lo conoces de hace tiempo.”
“¿Eh?” le miró con leve indignación. “Uhh… no confío en ti. ¿Por qué crees que te correspondería? Tsk, vete ya.”
“Sí que eres difícil, hermanito de Tharja…” dijo con leve frustración y notó al otro molestarse más por aquel denominativo. “Bueno, no es como si no hubiera venido preparado.”
“¿Preparado?” Fudou alzó una ceja y vio el momento en el cual Tsurumaru dejó de esconder sus manos, para revelar una botellita de sake y un par de platillos para degustar la bebida. Ello le dejó en shock y le hizo bajar todas sus defensas, para mirar a esa botella con anhelo como si fuera un niño pequeño.
“No necesito saber muchos detalles, pero sin duda hubo parte de la historia que le dijiste a los Toushirou la noche del matsuri que no les comentaste, al ser asunto de Monoyoshi, si mal no recuerdo,” dijo el peliblanco. “Oh, y sí, los estuve espiando.”
“Sake… ¿me has comprado sake? ¿En serio?” preguntó apresuradamente, sin despegar sus ojos de esa bebida.
“Sí, sí, sentémonos a hablar un poco, ¿sí?” Tsurumaru frunció el ceño con clara preocupación. Ya casi se arrepentía de su travesura al verle perder todas las neuronas ante la promesa de su vicio. “Ahh, sé que me iré al infierno por esto, pero sólo hazme el favor de no decirle a nadie que yo te di sake, especialmente tu hermana, ¿de acuerdo?”
“¡Sí, ya no me hagas esperar! ¡No confío en ti!” exclamó apurado e impaciente.

Así, pasaron alrededor de quince minutos, durante los cuales conversaron y compartieron aquel licor. Tsurumaru no tuvo problemas dialogando con Fudou y, con leve sorpresa, él estuvo dispuesto a contestarle todas sus interrogantes.

“Hic… tú…” Fudou miraba a su platillo con los ojos entrecerrados y un notorio rubor en su rostro. Él dio un suspiro y frunció el ceño. “¿Qué quieres con Mono-chan…?”
“Él es un amigo, diría que es casi un hermano menor para mí, así que me preocupo por él,” le contestó de buenos ánimos. Luego de contestarle, sonrió incómodo. “Oye, yo que compré una porción pequeña para que no se te subiera a la cabeza, pero sí que no tienes resistencia alguna. Eso no está bien…”
“Tsk… hic… a ti no te importo, ignórame,” se encogió de hombros y le miró de reojo. “Y no andes diciendo a los demás lo que te dije… hic… Mono-chan debería hacerlo…”
“…” sonrió frustrado. “Me has ayudado a comprenderlo mejor, me apena ese relato… así que él tuvo a personas en su vida que le hicieron sentir como se siente en el presente…” alzó su mirada a las estrellas. “…distinto, desmerecedor… como si no tuviera un valor intrínseco… como si no perteneciera a ningún lugar…”
“…”
“No sé qué tan bueno sea mantener esto secreto de su familia, Fudou,” comentó con leve indiferencia y sin borrar su sonrisa. “Entiendo que Monoyon te tuvo a ti y a ese Toushirou en aquellos instantes, pero sigue siendo una cruz con la cual carga en el presente. Como algo que no ha terminado y que sigue siendo tan parte de él, otros podrían esclarecer ese punto de vista.”
“Hic…” desvió su mirada. “No sé… por cómo es, ese Mono-chan no quisiera aceptar la ayuda de nadie… uhh… podría espantarse si alguien se entera o trata de comprenderle… hic… ¿tú crees que ese par de personas brillantes en su familia sabrían cómo ayudarle?”
“…” le miró con una sonrisa levemente irónica. “Brillantes, ¿ah? Entiendo lo que dices. Tengo una gran fe en Mitsu-bou, pero no puedo decir lo mismo sobre Sada-bou. Él es un niño.”
“…” entrecerró sus ojos. “¿…qué sabré yo? Hic… soy sólo un insecto, yo no sé nada…”
“¿Qué tienes con ese auto-desprecio?” le preguntó, sonriendo incómodo. Estaba claramente retraído y resentido. “Ahora no te culpes por compartir esto conmigo, ¿de acuerdo? Es mi responsabilidad. Uno que tienta a un adicto con su vicio más se asemeja a un monstruo que a otra cosa. No ibas a poder resistirte.”
“Tch… hic… pues sí, te odio, me repugnas…” Fudou sintió su sangre hervir y tomó lo que quedaba en su platillo para dirigírsele con cólera. “¡No creas que he cambiado mi parecer de ti! ¡No me has comprado como un perro! Hic… ¡eres más insecto que yo!”
“No me clasificaría como insecto, pero no soy de esos ‘brillantes’. Te entiendo muy bien,” Tsurumaru se veía entretenido y le observó con comprensión. “Si no me odiaras tanto, te vería con mayor empatía. Puedo leerte bien.”
“Tch…” rechinó sus dientes. No podía negarlo. Tsurumaru había podido leer su sentimiento de culpa sin necesidad de decirle nada. Sintió como si hubiera perdido una batalla y agachó su cabeza con derrota. “Hic… ya sacaste lo que querías de mí… ¿por qué sigues aquí fastidiándome? Vete de una vez…”
“En un instante, pero no te andes carcomiendo, Fudou. No eres tú quien ha hecho nada malo esta tarde,” le dijo de buenos ánimos, y levantó la botellita de sake. Al ver eso, el pelimorado levantó su platillo y recibió más sake. “Mi única meta había sido comprender mejor a nuestro amigo en común, y seré responsable con ello. Te lo aseguro.”
“…” Fudou miró el sake en su plato. “Hic… ¿cómo puedo confiar en eso…?”
“…” Tsurumaru rió para sus adentros y miró al horizonte. “Sé que te inspiro poca confianza. No sería la primera vez, y en verdad me lo merezco. Soy un ser que trae mucho por detrás…”
“…” le miró de reojo, alzando una ceja.
“Monoyoshi te ha ayudado en algún momento. Para que te intereses tanto en él, ese debe ser tu motivo,” comentó, sonriendo con nostalgia. “Es algo que tenemos en común. Ese Monoyon se preocupa por los caídos y los discriminados. Él quiere prevenir que otros se sientan como si no valieran nada en lo absoluto, y ve las cualidades y las bondades de los más miserables…” se sirvió un poco de sake. “¿Quién diría que se preocuparía por alguien como yo también…?”
“…” era como oír su diálogo interno. Fudou miraba a las aguas, desposeído. “…yo fui la verdadera escoria de nuestro colegio… hic… ese Mono-chan se preocupó por mí… hic… me jalaba de un lado a otro para obligarme a estudiar, y a hacer cosas buenas para mí…” hundió sus ojos en sombras. “…no sé cuántas veces le grité y espanté, pero nunca me abandonó… a diferencia de todos los demás…”
“…” le miró atentamente, mientras degustaba del sake.
“Hic… pero siempre se abandona a sí mismo… ¿por qué pierde su tiempo…?” preguntó ausentemente, y entonces recapacitó en lo que decía, y con quien hablaba. “Eh, ¡E-espera! ¡¿Qué hago diciéndote todo esto?!”
“¡Hahaha!” Tsurumaru se puso a reír con ganas.
“¡O-oye, déjame en paz!” le reclamó, molesto e incómodo. “Hic… ¡olvida lo que dije! Tch, ¡y deja de reírte, animal!”
“Ahh, perdón, hermanito de Tharja…” se secó una lágrima.
“¡Y no me llames así!”
“Tranquilo, créeme que me he preguntado lo mismo que tú, estamos iguales,” se encogió de hombros. “Yo también quise espantar a Monoyon en un inicio, realmente lo intenté, pero no pude hacerlo.”
“¿Eh?” le miró con incomprensión. “¿Qué quieres decir?”
“Lo mismo que tú, supongo,” le restó importancia. “Pero por más amable que sea, Monoyon no da su brazo a torcer cuando se decide por algo. Él en verdad terminó siendo un gran apoyo a su manera. Supongo… me dio expectativas, será el motivo por el cual me llamará senpai todo el tiempo. Ahh, yo el senpai de alguien como él,” sonrió frustrado. “Es injusto, ¿no lo crees? Nunca me mereceré ese título.”
“…” le miró confundido.
“No estoy aquí para ser tu amigo, Fudou, y entiendo que no me veas con buenos ojos, pero te prometo que sólo tengo buenas intenciones con Monoyoshi,” recalcó tranquilamente, sonriendo con una paz interior. “Él es alguien importante para mí, y realmente necesita ayuda. Me aseguraré de velar por él, al igual que tú. Desde ya, te agradezco por ello.”
“…” desvió su mirada.
“Y aquel Toushirou… heh, ahora tendré motivos para recordarle, si es tan importante para Monoyon. Un amigo de mi pelirrosa merece reconocimiento,” se encogió de hombros. “Me alegra que te escogí a ti para hablar. Ese chico claramente me tiene recelo también, y no sé si la idea de ofrecerle sake hubiera funcionado en él,” dicho esto, Tsurumaru pasó a poner un rostro de terror y angustia. “Uhh y si Yagen fuera a enterarse que emborraché a uno de sus hermanos, no sé qué sería capaz de hacer. Ya me dijo que la muerte es muy misericordiosa para mí…”
“¿Eh?” Fudou le miró con incomprensión y negó. “Hic… los Toushirou no toman, de todos modos, no hagas teatro…”
“Y bueno, también eres más despierto que Gotou, aparte que congeniamos mejor,” comentó con leve indiferencia. “No somos parte de los que brillan, como bien dijiste…”
“…”
“Está fue una buena conversación,” Tsurumaru apoyó la botellita de sake al costado de Fudou, y estiró sus brazos para desperezarse antes de finalmente ponerse de pie. “Nos vemos por ahí. Creo recordar que volverás a pasarte por la mansión mañana. Será ahí, entonces. Ahora cuidado regresando a casa, no te vayas a caer al mar.”
“Hic… no me caeré. ¿qué tan atolondrado creen que soy…?” preguntó con fastidio.
“Hasta luego,” Tsurumaru se despidió con ánimos y alzando una palma, y se marchó.

El cielo se encontraba casi completamente oscuro a esas alturas, y Fudou se quedó tomando lo que quedaba del sake. Pese a esa conversación, se sentía extrañamente despejado. No le gustaba aceptarlo, pero tuvo un momento de entendimiento y reciprocidad.

“Tsk…” uno que de todos modos le hacía sentir cierta molestia, al no confiar en el peliblanco.

Fudou se quedó un poco más en ese puerto antes de partir de regreso a la casa, para darse una muy necesitada siesta.




Pasaron unas tres horas y Yukko estaba junto con Marisa en su habitación dentro de la casa de los Toushirou. El par de chicas estaban sentadas sobre la cama y se habían quedado conversando sobre los últimos días en ese distrito costero. Marisa lucía una yukata que acababa de conseguirse esa tarde en otra tienda que fueron a visitar.

“Te queda muy bien,” dijo Yukko, sonriendo.
“¡Ay, sí! ¡La vi y me enamoré!” exclamó Marisa, encantada y con sus manos en sus cachetes. “Menos mal que Shishiou no se resistió mucho y me dejó salirme con mi gusto. Qué bueno que tengo a un hermano marshmallow~”
“Hehe, él quería ser severo contigo, pero se nota que te quiere mucho. Sí que era una tienda muy linda con muchos textiles,” dio un suspiro. “No podía ni costearme un monedero de ahí…”
“Sí, demasiado cara. Yo como fugitiva de mi casa no tengo solvencia económica tampoco.”
“¿Eh? ¿Fugitiva? ¿En serio?” Yukko se quedó en shock.
“Sí, pero tranquila,” Marisa sonreía despreocupada. “Por eso me estoy quedando con Reimu y la estoy ayudando con el templo, aunque no te preocupes. Shishiou está en contacto conmigo y con nuestros padres, y todo está bien. Es sólo que necesitaba un poco de independencia. Y vaya que hice bien en regresar a Hanasaki, he tenido mucha suerte.”
“Ehh, sí, es impresionante,” asintió anonadada. “No me creo con la valentía de hacer algo semejante, y conociendo mi suerte con las justas ando sobreviviendo mi propia realidad,” dio un pesado suspiro. “Sólo me alegro que las cosas estén bien contigo, Marisa.”
“Hehe, gracias, y más bien pienso que tú también tienes mucha suerte, Yukko.”
“¿Tú crees?”
“Claro. Te han tocado compañeros de universidad muy divertidos, y Hotarumaru es un amor~ Adoraría tener a un amiguito así~” canturreó con mucha felicidad.
“Es verdad, y me ha ayudado bastante todo el tiempo,” Yukko se vio animada. Pese a sus raros chascos como ser pokeparada, sí había tenido mucha suerte con la gente que terminó conociendo. “Incluso me invitaron a este paseo, quién lo diría.”
“Sí, precisamente, y hablando de suerte…” Marisa dibujó una sonrisa pícara en su rostro y apoyó sus manos sobre la cama para mirar a Yukko de cerca. “Dime, ¿qué te traes con Shinano? Él te invitó, ¿verdad?”
“Ehh, ¿s-sí?” Hanasaki-chan ladeó su cabeza.
“¡Hahaha, eres tan inocentona!” Marisa se puso a reír. “¡Con razón te llaman Hanasaki-chan!”
“O-oye,” se frustró y dio un suspiro. “¿Qué quieres decir, Marisa?”
“Tendré que ser directa, ¿cierto?” se encogió de hombros y regresó a su acoso. “Tú y Shinano, ¿tienen algo formal? ¿Se gustan?”
“¡¿Q-q-qué?!” Yukko se hizo para atrás y se quedó en shock. Sintió un leve rubor debido a esa pregunta tan honesta. “¡N-no, para nada! ¡¿De dónde sacas algo así?!”
“¿Eh? ¿en serio?” Marisa se confundió y desanimó un poco. “Vaya, yo que pensé que fueron súper lindos durante su visita al templo. Sí me parecía que había algo. O sea, hasta te invitó a pasar el verano con su familia.”
“Uhh, si lo pones así me haces entender que no debería estar aquí…” Yukko sacudió su cabeza con fuerza para despejar el shock. “Pero no, en serio, no hay nada. Ehh, sabía que su invitación fue muy bizarra ya que apenas nos conocemos, pero Syo y Natsuki dijeron que él era así de abierto y sociable. Eso es todo, creo…”
“Aw, qué pena,” Marisa hizo un puchero y ensortijó unos de sus cabellos con sus dedos. “Pero en serio pienso que harían una pareja muy linda, Yukko-chan~”
“Ihh, no digas eso, por favor,” se puso nerviosa.
“¿Eh? ¿Por qué no? ¿Acaso no te simpatiza?”
“Ahh, ¿por qué insistes?” preguntó torturada y avergonzada. “O-o sea, es salido de la nada, y en verdad es un buen amigo y me ha ayudado en el club de drama al que pertenecemos, pero nada más. No sé de dónde salió lo que dijiste.”
“Hehe, está bien, estamos en confianza,” rió un poco. “Pero sigo pensando lo mismo. Eres una chica buena e inocente, y Shinano un chico dulce y cariñoso,” entonces, se puso a pensar. “O bueno, tal vez el asunto sea más del otro lado, ahora que lo pienso.”
“Ehh…” Yukko entrecerró sus ojos. No quería seguirle la corriente, pero claramente no había entendido lo que había dicho.
“Es simple,” aunque Marisa le comprendió y sonrió ampliamente. “Me refiero a que es Shinano quien siente algo por ti, Yukko-chan.”
“¿P-p-por qué dirías algo así?” preguntó la otra, angustiada. “¡N-no hay forma que una Hanasaki-chan como yo sea llamativa para nadie, y sin duda no para alguien como él!”
“Ya, tranquila,” Marisa sonrió nerviosa y comprensivamente. “Sólo decía.”
“Ihh…” Yukko se abrazó a sí misma. “Ya no quiero estar aquí… ¿podrías llevarme donde los Sanjou esta noche?”
“Ehh, no era mi intención incomodarte, perdón. Sólo hacía unos comentarios inocentes,” dijo haciendo un guiño. “Estamos en confianza, descuida.”
“Ya dije que no hay gato encerrado aquí…” dio un pesado suspiro.
“Pero igual, me gusta cómo los dos se llevan, y suelo tener un sexto sentido para estas cosas. Mejor los shippearé a distancia, así que no te preocupes por mí.”
“No tenías que decirme eso en primer lugar…” se lamentó.
“¡Hahaha, ya, no te tortures!”
“Ehm… ya que hablamos sobre haber venido…” desvió su mirada e intentó cambiar el tema. “¿Cómo así fuiste invitada por los Sanjou? ¿Los conoces de antes?”
“Haha, no, es que mi hermano se ha llevado bien con ellos y yo de pasada les pregunté si podía acompañarles, y dijeron que sí,” dijo feliz de la vida y restándole importancia.
“…” al oír ello, Yukko le miró con cansancio. “Y luego me haces líos por ser invitada…”
“¡Hahaha, es que es distinto!” Marisa se rió por su reacción. “Ya, perdón. Pues, mi hermano se lleva de maravilla con la gente, y ha congeniado de manera especial con Jiji y su familia. Es como si todos fueran espadas de la era Heian o algo.”
“¿C-cómo así?” Yukko ladeó su cabeza, confundida.
“Haha, olvídalo. Y a mí también me caen muy bien y me hacen sentir en casa. Ya ser invitada por ellos tan intempestivamente es mucho abuso de mi parte, pero quisiera volver a viajar con todos a algún otro lado. Se siente el ambiente familiar.”
“Pues, sí, lo mismo digo de aquí. Más bien me sorprende que se lleven tan bien,” confesó Yukko, sonriendo incómoda. “Hubiera esperado que una familia de sólo chicos sería más desorganizada y conflictiva, pero no son así.”
“Como dije antes, tienes suerte con la gente que conoces, y supongo que yo también,” Marisa asintió decidida. “Pese a ser medio tiránica, Reimu me ha salvado por acogerme en su templo, y las chicas de Hanasaki son también muy lindas,” dicho esto, agarró a Yukko de las manos. “¡Oh, y tú también! Me recuerdas a mis amigas. Siento que podría quedarme a dormir aquí y hablaríamos por horas de horas.”
“Hehe, gracias, pienso lo mismo, pero no podría decidir algo así.”
“Algún día podrías quedarte en el templo, no hay apuro,” Marisa sacó su celular. “Oh, ya las diez. Jiji me dijo que tenía hasta las once y media para regresar, así que debería irme pronto,” pese a sus palabras, se recostó con pereza sobre la cama. “Ah, pero no quiero caminar… necesito comerme más dulces o algo.”
“Verdad que iba a traer unos de la cocina,” Yukko se acordó y sonrió un poco. “Qué amable de Gokotai de abrir varios de los dulces que compró en la tienda.”
“Ay sí, es todo un cinnamon roll ese chico~” canturreó alegremente. “Eh, podemos bajar a la cocina, si prefieres.”
“Creo que justo andan mirando una película en el primer piso, así que mejor traigo los dulces aquí. No hay que perturbarles.”

Con ese plan, Yukko salió de su habitación para ir rumbo a la cocina. Ella cerró la puerta de su cuarto y ahí pudo apreciar la oscuridad de ese pasadizo. Delataba que los otros no habían subido en ningún momento ya que las luces estaban apagadas y sólo entraba la iluminación de la luna por los ventanales pegados a su habitación, al final del pasillo. Al ya llevar unos días ahí, Yukko no se sintió intimidada y caminó para alcanzar las escaleras, pero no llegó a avanzar mucho cuando oyó esas lunas detrás de ella ser abiertas con fuerza, como si una fuerte ráfaga las hubiera empujado.

Ello resultó espeluznante para Yukko, quien se giró… pero estaba a punto de presenciar algo mucho más aterrador.





De la nada, había una persona parada a dos metros de ella. Se trataba de un peliblanco desconocido que la miraba con unos ojos oscuros, nulos y profundos, los cuales le transmitieron un gélido peligro.

“¡Ihhh!” Yukko se cayó sentada ante la escalofriante persona que le observaba y le miró en shock y catatónica.
“¿Quién eres?” preguntó Honebami, con frialdad y severidad.
“¡Ihhh!” ella continuó asustada. “¡Y-y-y-y-y-yo!”
“Responde…” le exigió, afilando sus ojos.
“¡Ahh, p-p-piedad!” exclamó. Yukko vio por detrás de ese chico a Marisa abrir su puerta, pero incluso la tranquila y amena rubia se espantó al ver al peliblanco y no tardó en cerrar la puerta apresuradamente. “¡A-ayuda, alguien!”
“…” Honebami se impacientó y le miró desde arriba con ojos asesinos.
“…” ello causó que la pobre Yukko sintiera su cabeza marearse y aligerarse, y pensó que iría a desfallecer, cuando entonces oyó una voz detrás de ella.
“¿Aioi-san?” preguntó Yagen.
“¡AAAHHHH!” Yukko se sobresaltó y pasó a sentarse pegada a una pared. Ahí observó al doctor acercarse, quien para variar se veía genuinamente confundido por reconocerla.
“Yagen…” Honebami miró a su hermano atentamente.
“No tienes que inquietarte, Honebami,” dijo el doctor, sonriendo profesionalmente. “Aioi-san es una compañera de Shinano y no presentaría ningún peligro para los demás. Es un inesperado encuentro, pero todo está bien, descuida.”
“Entiendo…” el peliblanco asintió y se marchó por el pasillo sin decir una sola palabra.
“…” Yukko seguía con el susto y sentía su corazón latir a mil, cuando entonces notó que el doctor se le dirigió, lo cual probó volver a inquietarle.
“Mi hermano había detectado a un intruso, y anduvo haciendo guardia desde afuera. Supongo no estuvimos informados sobre tu presencia,” explicó Yagen, quien extendió una mano a la chica. “Me disculpo por él. Lamento las molestias.”
“Ehh… s-sí…” Yukko por inercia aceptó su ayuda y se levantó. “Eh… n-no sabía que habías llegado, eh… doctor…”
“Hace alrededor de media hora,” le contestó, meditativo. “Mis hermanos se encuentran viendo una película. Será por ello que no lo habían compartido con usted.”
“Eh… hehe… sí, seguramente…” pese a que ese posible peligro había terminado, Yukko se sentía incómoda frente a aquel impecable doctor, al punto en que no era capaz de regresar a su habitación o irse a la cocina. Sin embargo, Marisa finalmente se había animado a abrir la puerta, y fue ella quien rompió con el silencio.
“Ah, ya se fue,” dijo con alegría en lo que se acercaba al par.
“Uhh…” al oír eso, Yukko se lamentó. Realmente la tuvo fácil ocultándose.
“¡Hola, tanto tiempo sin vernos!” saludó Marisa a Yagen, alegremente. “Por cierto, ¿qué le pasó a tu hermano? Estaba todo aterrador repentinamente…”
“Un malentendido. No tienes que preocuparte, Kirisame-san,” le contestó con amabilidad.
“¡Vamos, puedes llamarme Marisa! Ni que estudiara en Rizembool. ¡Ah, y bienvenido! Tus hermanos te han mencionado con frecuencia, sin duda te han echado de menos.”
“Gracias por el gesto,” asintió. “Mikazuki me informó que habías sido invitada junto con tu hermano mayor. Espero que haya sido un buen anfitrión hasta el momento.”
“¡Sí, son geniales! ¡Me divierto un montón con ellos!” sonrió ampliamente, enseñando los dientes. “Tú deberías ir a visitarnos por ahí. Ima-chan anhelaba que vinieras.”
“¿En verdad?” preguntó, meditabundo. “No sabría a qué se debe su interés, pero sí les daré una visita mañana temprano, es necesario,” sonrió un poco. “Honebami se siente a gusto con ellos también. Le haría bien despejarse.”
“¡Haha, además que ya oí a Jiji decir que quiere adoptarlo o algo!” la rubia se puso a reír. “¡Qué gracioso que es! A veces me creo sus ocurrencias de que es un viejo.”
“Vaya, es de esperarse que hiciera esa broma,” comentó, sonriendo cansado. “Sólo espero que mi hermano mayor no se lo haya tomado muy seriamente…”

Yukko miró incómoda y algo sorprendida a Marisa desenvolverse con el doctor con toda familiaridad, pese a que ese chico era muy impersonal y rígido por más cordial que se mostrara. Dio un suspiro, apenada. No dejaba de sentirse como Muggle.

Entonces, oyó a otros pasos acercarse y vio que se trataban de Shinano y Gotou, quienes llegaban apurados y algo alarmados.



“Oímos un grito, ¿todo está bien?” preguntó el pelimarrón.
“…” al presenciar a sus hermanos, Yagen dio un suspiro y miró con reproche a Shinano, quien se había acercado a Yukko.
“¿Te encuentras bien?” le preguntó a la chica.
“Eh, sí, sólo fue un susto, ehh…” la chica sonrió incómoda, y pasó a sorprenderse cuando Yagen jaló a su hermano de una oreja.
“¡Ihhh!” este soltó doloroso alarido. “Y-Yagen, ¿qué hice…?”
“Tsk, no me dijiste que habías invitado a Aioi-san,” se explicó molesto. “Honebami pensó que era una intrusa.”
“¡C-cierto, perdón! ¡Suéltame por favor!”
“Así que eso sucedió…” Gotou se dio un facepalm y se dirigió a la chica. “Lo siento mucho, Yukko. Nuestro hermano mayor es muy retraído y no muy receptivo de personas nuevas, pero no te lo tomes personal. Te prometo que no te hará nada.”
“Ehm, o-okay…” ella sintió escalofríos. “¿E-entonces pudo hacerme algo…?”
“Ahh, mis disculpas, Yukko,” Shinano se soltó de Yagen y juntó sus palmas. “En verdad no fue mi intención, fui muy descuidado, pero ya todo está bien.”
“Eh, sí…” alzó una ceja. No le gustaba que no le hubiera contestado. “Y, pues…” desvió su mirada, no sabiendo si era algo que le correspondía. “S-supongo que no me presenté ante él… aunque se fue de inmediato.”
“Uhh, no me sorprende,” Gotou frunció el ceño. “Voy a tener que hablar con él.”
“Supongo las introducciones no son tan necesarias,” Yagen se puso a pensar. “Mejor deja que él se acostumbre a tu presencia, Aioi-san. Puede continuar con cierto recelo dirigido a tu persona.”
“¡Ihh!” ello le dio un leve sobresalto.
“Aunque no es nada por lo cual tú debas preocuparte,” le aseguró con una sonrisa.
“Ya, no asusten a Yukko-chan, por favor,” pidió Marisa, sonriendo frustrada. Entonces, los cinco vieron que un somnoliento Fudou salió de su habitación, quien miró a todos con reproche.
“¿…qué hacen de parlanchines frente a mi cuarto?” preguntó frunciendo el ceño y pasó a sobarse un ojo. “Hic… ¿y por qué alguien gritó?” entonces, miró al doctor y se amargó. “Tsk, tenías que ser tú. ¿Qué? ¿No te basta con ser troll? ¿Quieres matar a esta chica?”
“…” Yagen alzó una ceja. “¿A qué te refieres?”
“¿Cómo que a qué me refiero?” le apuntó. “Hic… esta de acá nos dijo que te tiene miedo desde que llegó, lo cual te declara como un perfecto abusivo en tu universidad.”
“Hm…” el doctor miró neutralmente a Yukko.
“¡Ihh, ehh, n-no es eso! ¡No quiero molestarte! ¡Ehh!” la chica sacudió sus palmas, asustada. Comenzaba a sentir que, detrás de la esperada cordialidad del doctor, él le estaba sumando puntos en contra.
“N-no es eso, Fudou,” se explicó Shinano, sonriendo con torpeza. “Es que Honebami-nii pensó que era una intrusa y le dio un susto. Vamos, no se peleen, por favor.”
“Hic… creo más capaz a este doctorcito de hacerle algo, con toda honestidad,” murmuró Fudou entre dientes, con sospecha.
“El asunto se acabó, no le den vueltas,” dijo Gotou, impaciente. “Y Yagen, imagino que no tienes ningún interés en particular de incomodar a Yukko, pero podrías intentar un trato más informal con ella. Veo que tu formalidad le inquietaría.”
“Eres curiosamente considerado conmigo, hermano,” Yagen sonrió con perspicacia. “Sin embargo, consideraría que un trato informal sería inapropiado y contraproducente pese a encontrarnos lejos de Rizembool. Te pido paciencia, por favor.”
“Tch…” Gotou se impactó por ese acto profesional de su parte y le miró con desconfianza. “¿Y qué haces dirigiéndote a mí así? Siento que me estás tomando el pelo.”
“Yagen-nii, ehh…” Shinano sonrió incómodo.
“Tsk, ni creas que eso te hace menos insoportable, sabandija…” dijo Fudou, con cólera.
“No tengo la intención de camuflar cualquier posible defecto de mi persona, Yukimitsu-kun.”
“¡Ihhh!” al oírle llamarle por su apellido, incluso Fudou sintió considerables escalofríos.
“¿Hm? ¿Qué sucede?” preguntó Yagen, con una muy convincente confusión. “Es una lastima que no sea merecedor de un mayor respeto de su parte, pero sigue estando en mi interés mantener un ambiente agradable y propicio para las presentes vacaciones. Más bien,” puso una mano sobre su pecho e hizo una reverencia. “Me encuentro al servicio de los demás. Es lo menos que puedo hacer por mi estatus en Rizembool.”
“¡Párala, maldito!” rechinó los dientes. Detrás de sus palabras o acción, Fudou veía claramente ese resplandor de maldad en sus ojos.
“En serio, Yagen, ¿qué estás haciendo?” reclamó Gotou. “Dices que debes comportarte debidamente, ¿y te vienes con esto?”
“Si consideras que mi actuación es pobre o deficiente, me gustaría escuchar tus recomendaciones,” le sonrió cordialmente. “Confío en tu juicio, Gotou-san.”
“¡Ahhh!” el pelimarrón se agarró de los cabellos. “¡Maldición, no me llames igual que Monoyoshi! ¡Ustedes no tienen absolutamente nada en común!”
“¡Hahaha, qué divertidos que son!” por su parte, Marisa estalló en risas.
“Ehh…” Yukko sonrió incómoda. Aquel intercambio terminó ayudándole a sentirse un poco más cómoda al ver un lado menos formal de ese sospechoso doctor.
“Ehm, suficiente, Yagen-nii,” le pidió Shinano, sonriendo. “Hehe, ya los estás asustando demasiado. ¿Ves que sí puedes intimidar a otros si eres formal?”
“¡Haha, sí, sobre todo si no eres formal con ellos para empezar!” comentó Marisa entre risas.
“Supongo ya hice suficiente por hoy,” Yagen se encogió de hombros y volvió a mirar a Yukko. “Espero que mis hermanos te hayan hecho sentir en casa. Sabes que puedes contar con ellos para lo que necesites, Aioi-san.”
“Sí, gracias,” la chica sonrió.
“Con permiso,” dicho esto, el doctor se dio media vuelta y se marchó por ese pasillo oscuro.
“Ya se fue… hic… ese idiota…” Fudou le miró de reojo con recelo.
“¿Yagen actúa así todo el tiempo en Rizembool?” preguntó Gotou a Shinano.
“Pues sí, aunque sabes que él es así,” explicó el pelirrojo, sonriendo con torpeza. “Más bien es honesto con muy pocos. Hasta es mucho más suave con nuestros hermanitos.”
“Ahora quisiera que se dejara de formalidades conmigo, tendré que ser paciente,” Marisa dio un suspiro. “Oh, Yukko justo iba al primer piso por dulces, ¿qué tal si vamos juntos?”
“Claro, la película debe estar por terminar. Seguro todos querrán acompañarnos,” Gotou sonrió.
“Hic… bien por ustedes, voy a volver a dormir,” Fudou se dio media vuelta y regresó a su habitación para encerrarse.

Luego de ese desafortunado encuentro, todos bajaron para ir a comer dulces, los cuales terminaron compartiendo con los demás en el primer piso.



La noche pasó y llegó la mañana siguiente. Después de un desayuno en casa, los Toushirou mayores fueron camino a la casa de los Sanjou, donde pasarían el día.

“Hm, Hirano y Maeda ya deben andar por ahí, ¿verdad?” preguntó Namazuo al aire. “Terminaron el desayuno más temprano que nosotros…”
“Así es. Me informaron que habían quedado con Marisa-san e Imanotsurugi para preparar postres, y se disculparon de antemano por retirarse prematuramente,” dijo Ichigo, sonriendo. “Me apena que nuestros queridos hermanos se hayan mortificado de aquel modo, pero es un reflejo de sus sensibles personalidades.”
“Es cierto, los dos han sacado tu espíritu, Ichi-nii,” observó Yagen, tranquilamente.
“Me halagas, hermano,” el mayor sonrió agradecido.
“Hehe, y Tharja también debe andar por ahí~” Namazuo canturreó y pasó a sonreír gatunamente. “Sí que se ha prendido mucho a Jiji, aunque parece que tiene más el hábito de stalkearle que conversar directamente con él. Ahh, espero que algún día se le dé por acercarse más o hablarme sobre sus corazonadas.”
“Nuestra estimada amiga es una persona muy reservada. Lo mejor sería que le dieras su espacio,” el peliceleste sonrió incómodo. “No le des motivos de molestarse contigo, Namazuo.”
“Sí, ya lo sé, ¿qué se puede hacer?” sonrió rendido. “Tanto ella como Fudou-chan son muy especiales, pero igual me parecen adorables.”
“Al mismo tiempo, debemos ser más receptivos con personas fuera de nuestro círculo,” les recordó el primogénito, quien pasó a mirar a Honebami. “Shinano me comentó lo que ocurrió ayer en la noche. Te ruego que seas más cuidadoso y comprensivo. Una persona promedio no sabría qué hacer si pretendes intimidarles de aquel modo.”
“Lo comprendo,” el peliblanco asintió pronunciadamente y se mantuvo inmutado. “Sin embargo, es mi deber mantenerles protegidos y no puedo confiarme. Normalmente esperaría que me mantuvieran informados sobre visitas.”
“Precisamente. Sé que Mikazuki me informó sobre sus propios inquilinos a manera de evitar este tipo de contratiempos,” observó Yagen, meditativo. “Esto cae bajo la responsabilidad de Shinano. Estaba en nuestro derecho ser informados.”
“Entiendo lo que dices, Yagen, pero hay una diferencia entre darse una sorpresa y amenazar a una amiga de la familia en medio de la noche…” Namazuo dio un suspiro. “Todos los que miran a Hanasaki-chan entenderían que no mataría ni a una mosca,” entonces frunció un poco el ceño. “Y antes que se me olvide, ¿qué es eso de que te tiene miedo?”
“No te sumes a esa acusación…” el doctor se impacientó levemente.
“Sé que eres un poquito especial, hermanito, pero deberías intentar ser más asequible, sobre todo porque se trata de una amiga de Shinano. Ahora veo por qué Ichi-nii ha hecho el comentario de amenizar con otros. Ustedes ya se han vuelto muy distantes.”
“Tienes razón, Namazuo, y sinceramente me preocupa,” confesó Ichigo, cuya sonrisa se contagió de leve tristeza. “Ustedes pueden confiar en nosotros sus hermanos y también en los Sanjou y Yukimitsu, pero entiendan que vivimos en una sociedad llena de personas. A su vez, tengo un miedo latente que con el tiempo se conviertan en extraños incluso para nosotros.”
“Y eso es algo que no dejaré que suceda,” Namazuo alzó su índice, decidido. “Así que déjense de formalidades entre nosotros, ¿de acuerdo? Vamos, acaban de llegar así que relájense un poco. Justo andamos en el verano.”
“Hemos venido pese a que sus vacaciones casi se terminan y están por terminar este viaje,” comentó el joven doctor, quien miró de reojo a su hermano con leve fastidio. “Te pido que seas más comprensivo, Namazuo.”
“Yagen…” Ichigo se preocupó un poco al notar cierta frustración en el menor. “Entiendo que los dos han estado ocupados en Rizembool y es por ello mismo que insistí en que nos acompañaran, al menos este último par de días. Espero que nuestra visita a los Sanjou les provea de un descanso espiritual, y a su vez quisiera ayudarles con lo posible.”
“Estoy consciente de ello, y como siempre aprecio tu dedicación, pero no tienes que preocuparte por nosotros,” dijo el doctor, amablemente. “Por favor, sigue enfocándote en nuestros hermanos mayores. Ellos son quienes más te necesitan.”
“Uhh, ya dije que no seas formal, Yagencito…” Namazuo hizo un puchero.
“Una actitud de este tipo es de esperarse de alguien como yo,” sonrió con ironía.
“Pero…”
“Está bien, Namazuo,” Ichigo se detuvo y se dirigió a Yagen, para sonreírle cordialmente y hacer una respetuosa reverencia hacia él. “Del mismo modo, un acto de sumo respeto y admiración sería de esperarse de mí, puesto a que tengo el honor de estar afiliado al muy respetable doctor Toushirou. Me pesa reconocer que su presencia es un privilegio del cual no me siento digno, no obstante, estoy cometido a gozar su humildad en acompañarnos y a acomodarle como sea posible. No podría pedir un elogio mayor.”
“Eh…” Yagen se quedó en blanco y sacado de cuadro ante esas palabras. “¿Q-qué estás diciendo, Ichi-nii?”
“Mi querido hermano…” al concluir con su muy discreta travesura, Ichigo sonrió entretenido y con leve torpeza. “Sólo probaba un poco lo que tú realizaste ayer, según me informó Shinano. Utilizaste tu comportamiento profesional para inquietar a Gotou y Fudou, ¿no es así?” preguntó animado. “Sin duda, es algo que me viene bien a mí también.”
“I-Ichi-nii…” le miró frustrado y con incomprensión.
“Hahaha, mis disculpas, pero necesitaba darte una cuchara de tu propia medicina,” confesó el mayor, riéndose. Ver el rostro pasmado y sorprendido del joven doctor le había resultado muy divertido y un tanto adorable. “Eres muy lindo, pese a todo.”
“Ehh…” sintió un tic en la ceja.
“¡Ay, en serio te ves mil veces más lindo con ese rostro de confusión, hermanito!” Namazuo se emocionó y movió sus brazos por la emoción. “¡Quisiera apachurrarte ahora mismo! ¿No piensas lo mismo, Honebami?”
“No entiendo lo que dices…” contestó el peliblanco, inmutado y meditativo.
“¡Aw, pero en serio, mira a Yagen para que aprendas lo que adorable significa!” exclamó con ánimos y apuntando al menor.
“…” Honebami le observó mientras ladeaba su cabeza.
“Tch…” Yagen se molestó y siguió caminando. “Lleguemos de una vez. Es evidente que les estoy llamando demasiado la atención.”
“Eh, Yagen, espéranos,” Ichigo sonrió incómodo y se apresuró junto a los mellizos.






Por otro lado, los Sadamune recibieron a varios invitados en la mansión para disfrutar de las instalaciones, principalmente de la gran sala de juegos llena de máquinas de arcade y algunos juegos de salón.

“¡Aquí voy!” Taikogane hizo carrera y lanzó una bola de bowling, la cual se deslizó impecablemente y impactó de ello en el centro de los pinos. Para sorpresa de todos, el lanzamiento derribó los diez blanco. “Yes! ¡Strike!” celebró agitando sus puños, y se volteó para regresar a su grupo. “¡¿Vieron?!”
“¡Excelente trabajo!” exclamó Aizen, quien se levantó de un salto y chocó ambas manos con el chico. “¡Tenemos una delantera!”
“¡Intenten igualar eso!” declaró el peliazul, apuntando al otro equipo. Él no tardó en ver a Mai levantarse con toda tranquilidad y tomar su bola predilecta.
“…” la chica esperó pacientemente a que los pinos se armaran y lanzó su tiro. Sin embargo, ella se dio media vuelta y caminó de regreso a su sitio sin molestarse en ver el resultado…

…el cual fue un contundente strike que dejó a todos boquiabiertos.

“¡Mai-neechan, eres genial!” exclamó Hotarumaru, sentado al costado de la chica y con los ojos brillantes. “Ehehe, realmente tengo mucho que aprender de ti, ¡puedes hacer de todo!”
“…” la chica asintió y le acarició en la cabeza. “Tú también lo eres, Hotarumaru, y me aseguraré de proteger tu sonrisa.”
“Gracias, pero como kendoka quisiera ser yo quien da la protección,” dijo el niño, inocentemente.
“Ahh, sé que palidezco en comparación con ustedes, pero aquí va…” Shinano dio un suspiro y tomó su turno. El pelirrojo se concentró y lanzó su mejor intento. Todos se impresionaron al ver un muy prometedor strike debido a la trayectoria de la bola y en su mayoría fue un tiro exitoso, pero el chico se congeló al ver los dos pinos extremos mantenerse de pie. “¡Ahh, no!”
“Eh, descuida, Shinano, a veces pasa,” dijo Taikogane, restándole importancia. Él pasó a sonreír con energías. “¡Tienes un tiro más, no te desanimes!”
“S-sí, haré lo que pueda…” sonrió con torpeza. Al no tener una buena idea sobre qué hacer, le quedó lanzar un tiro que derribo a uno de los blancos.
“¡Está bien, son nueve!” Aizen sonrió con energías y se puso a aplaudir fervientemente. “¡Es un buen número! ¡Vamos, equipo!”
“Uhh…” Yukko dio un pesado suspiro y se levantó para tomar su turno. Se alentó a sí misma por dentro y lanzó un tiro, el cual prometió mucho durante el camino, pero se desvió hacia el final y sólo barrió cuatro de los diez. “¡Ahh, no!”
“Hm,” Mai se encogió de hombros. “Te plaga la mala suerte, así que ha sido providencial.”
“M-Mai, sé más amable, por favor…” dijo la otra, frustrada.
“Está bien, nos estamos divirtiendo y eso es lo que importa,” le alentó Hotarumaru, con una sonrisa. “Tú puedes, Yukko.”
“Ehh… hehe, gracias, Hotarumaru,” la chica sonrió con torpeza y tomó su segundo turno. Ella lanzó en dirección a los seis pinos restantes, pero a una minucia de espacio, su bola dio un giro dramático al costado y se cayó al riel. “¡AAAHHH! ¡Ihhh!”
“Y-Yukko, está bien, no te preocupes,” dijo Shinano, sonriendo apenado. “Será en tu próximo turno, descuida…”
“¡A ver, abran paso!” Aizen se paró frente a la pista y dio un respiro para lanzar su bola con todas sus fuerzas. “¡AAHHHHH!” su lanzamiento resultó en un golpe que botó seis de los pinos. “¡Ahh, tan cerca!”
“¡No pasa nada, tú puedes!” le alentó Taikogane. “¡Una más!”

Así, el pequeño dio su segundo turno, y luego de temer que la bola se desviara, esta logró mantenerse y derribó los cuatro blancos restantes, para marcar una media chuza.

“¡Ahí está, lo hice!” exclamó victorioso y haciendo una pose de triunfo. “¡La próxima será un completo strike!”
“¡Te quedó genial, Kunitoshi!” exclamó Hotarumaru, aplaudiendo.
“Heh, ¿verdad que sí?” su hermano le sonrió, pero Aizen pasó a ser levantado del piso por Taikogane. “¡O-oye!”
“¡Excelente trabajo!” exclamó este, quien le dio una vuelta en el aire. “¡Sigue así!”
“¡S-sí, lo haré, suéltame!”
“Mi turno llegó, ¿no es así? Bueno…” Hakata sonrió frustrado y se levantó.
“Tú puedes,” le dijo Yukko.
“¡Hakata, eres el mejor!” exclamó Shinano.
“Sí, seguro que lo haces muy bien, Hakata,” dijo Gokotai, sonriendo tímidamente.
“Go big or go home…” dijo el pequeño rubio para sí, quien calculó la trayectoria antes de lanzar. Su bola impactó de lleno el grupo, pero se descorazonó al ver que había tres pinos restantes. Sin embargo uno de ellos se tambaleó lo suficiente para caerse y a su vez derribar a los otros dos. “Ahh…” alzó su mirada para observar la equis en la pantalla y confirmar su gran hazaña. “¡Lo hice! ¡En verdad lo hice! ¡No puedo creerlo!”
“¡Fue impresionante, Hakata!” Hotarumaru asintió emocionado.
“¡Felicidades!” exclamó Shinano, con los brazos abiertos como si hubiera esperado al pequeño celebrar con él, pero el menor más bien se dirigió a su equipo.
“¿Qué tal estuvo, Mai-nee?” preguntó el rubio.
“…” Mai asintió y sonrió aprobatoriamente. “Prometes mucho. Buen trabajo.”
“¡Ahh, soy feliz! ¡Mai-nee me reconoció!” exclamó contento y muy dichoso.
“…” por su parte, Shinano entrecerró sus ojos y los miró con celos y reproche.
“Ehh, Shinano-niisan…” Gokotai se preocupó por verle así.
“Gokotai, tu turno,” le recordó Taikogane.
“Ah, si, verdad, perdón…” el peliblanco se levantó incómodo y asintió. “Ehh… a ver…”
“Vamos, es fácil, tú puedes,” le aseguró Aizen, con una sonrisa.
“¡Gokotai, no te rindas!” exclamó Shinano. “¡Puedes hacerlo! ¡Eres mi lindo hermano! ¡Eres mi hermano favorito aquí!”
“Eh…” Taikogane alzó una ceja, al igual que la mayoría presente.
“¡Exacto, Gokotai! ¡Tienes a hermanos presentes que te apoyamos!” se sumó Hakata, de buenos ánimos. “¡Sólo diviértete!”
“…” al ver que su improvisado y engreído intento de llamarle la atención a Hakata le había pasado por lo alto, Shinano hizo un puchero y abrazó sus piernas, resentido.
“Shinano… y-ya pasó, no te sientas mal…” Yukko sonrió incómoda.
“¿Qué clase de comportamiento es ese?” preguntó Hotarumaru, frustrado y dando un suspiro.

Mientras tanto, a poca distancia de la pista de bowling, ocurría un juego de billar el cual estaba siendo monitoreado por Mitsutada.

“Hic… ¿por qué hacen a un borracho jugar este juego?” preguntó Fudou con pereza y hastío, en lo que se posicionaba para realizar un tiro. “Tsk… si me cruzo los mato con el palo.”
“No digas esas cosas, Fudou,” le pidió Mitsutada amablemente y sonriendo con leve torpeza. “Ah y no te olvides de indicar la bola y la tronera a la cual la vas a lanzar. Es una buena costumbre en el juego.”
“Tch… la quince a ese hueco de allá,” dijo con pereza y sacó. Todos vieron la pelota blanca partir, pero el cálculo no fue bueno y la pelota quince rebotó en una banda cerca de la tronera. Al ver eso, se encogió de hombros. “Hic… como sea… Mono-chan, tu turno.”
“Sí, enseguida,” Monoyoshi asintió y sonrió radiantemente, para ponerse a estudiar la mesa con una curiosidad infantil. “Hm, no sé por cuál debería irme…”
“Escoge el que más te parezca, Monoyon, confío en tu juicio,” dijo Tsurumaru, sonriéndole. “Y sin duda confío en tu increíble suerte.”
“¿Suerte?” Gotou se confundió.
“Monoyoshi siempre ha probado poseer una suerte increíble en el día a día,” comentó Mitsutada. “Hubiera pensado que te darías cuenta de ello, Gotou.”
“Este Toushirou es volado, o quizás se olvidó,” dijo Fudou, indiferente.
“Puede que sí tenía suerte a veces, pero…” el pelimarrón se puso a hacer memoria.
“No tienes que inquietarte, Gotou-san,” le aseguró su amigo, con alegría.  Monoyoshi cerró sus ojos y llevó sus manos a su pecho. “He podido notar que la suerte con mucha frecuencia me ha bendecido, y sólo quiero compartirla con otras personas. Realmente no es algo que considero merezca mucha atención.”
“Sí, ya veo,” alzó una ceja y dio un suspiro. “Ahora concéntrate en el juego.”
“Sí,” asintió obedientemente y miró a Mitsutada. “La número seis en esta tronera.”
“Entendido. Es un tiro ambicioso,” observó el peliazul.
“¡Aquí voy!” Monoyoshi lanzó la pelota blanca para que impactara una enemiga, la cual dio un rebote a otra que efectivamente empujó a la seis a encestarse. No sólo eso, sino que su golpe llegó a empujar a otras tres pelotas a otras troneras sin encestar las pelotas del equipo contrario. “¡Oh!” se animó y sonrió dichoso. “¡La suerte ha vuelto a estar de mi lado!”
“¡Eres mi pequeño amuleto de la suerte, Monoyon~!” Tsurumaru le revolvió los cabellos. “¡Nada mal, qué sorpresa!”
“Como hiciste tu movimiento declarado, las demás bolas estuvieron permitidas,” explicó Mitsutada, gustosamente. “Sigue por favor, aprovecha tu turno.”
“Hehe, muchas gracias,” Monoyoshi hizo una reverencia y continuó.
“Eso fue mucha suerte…” Gotou se vio escéptico.
“Uhh… por algo algunos en el colegio creían que era un youkai…” murmuró Fudou, cansado y tomando un sorbo de su cerveza.
“Oye, es muy temprano para bebidas alcohólicas,” dijo Tsurumaru, sonriendo incómodo. “¿Y de dónde has sacado esa?”
“No te incumbe…” pasó a ignorarle.
“Oh, fallé…” el pelirrosa vio a la pelota que había apuntado detenerse justo antes de llegar a la esquina de la mesa, lo cual de todos modos no le desanimó. “Gotou-san, es tu turno.”
“¿Eh?” Gotou se sorprendió al notar que al otro equipo sólo le faltaba encestar una previa al ocho. Él se rascó la cabeza. “No sé si seré capaz de alcanzarles, pero a ver…”
“Me sorprenden las jugadas que acabas de hacer, Monoyoshi,” comentó Mitsutada mientras el Toushirou inspeccionaba su próximo movimiento. “Puede que tengas un talento innato.”
“Te agradezco el cumplido, Mitsutada-san,” el pelirrosa hizo una reverencia y sonrió con torpeza. “Sin embargo, dudo que sea verdad. Puede que sólo haya tenido suerte esta vez.”
“Tan modesto como siempre, pero no deberías tacharte tan rápido,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Más bien, hace un par de días Ichigo se pasó por aquí a aprender a jugar billar, y fue más bueno de lo que pensé. ¡Hahaha, esa sí que fue una sorpresa! Un juego posiblemente turbio como este no le va con su pinta de santo.”
“Sólo porque es un juego frecuentemente asociado con apuestas no quiere decir que sea un mal hábito, Tsuru-san,” opinó Mitsutada, entretenido por su observación. “Lo que me alegra es haber podido entretener a Ichigo-san en aquel momento. Él podría usar mayor desahogo y relajar un poco su forma dedicada que ser. Sin duda, me gusta cuidar de los demás.”
“Hehe, entiendo lo que dices,” Monoyoshi se alegró y asintió.
“Vaya, ustedes dos…” Tsurumaru negó, sonriendo frustrado. Ese par se asemejaban en aquel aspecto, aunque Mitsutada era mucho más maduro, y ‘cool’ como diría Taikogane, y no llegaba a los extremos del menor.
“Por cierto, oí que dos de los hermanos faltantes de Ichigo-san llegaron anoche,” observó el peliazul, pensativo. “Asumo que habrán ido a visitar a los Sanjou, ¿no es así?”
“Ah, sí, es de esperarse,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Yagen es bastante receptivo con los Sanjou y Jiji ya expresó su deseo de quitarle Honebami a Ichigo, haha.”
“¿C-cómo así?” Mitsutada sonrió incómodo.
“¡Hehe, deben ser buenos amigos para llevarse así!” concluyó Monoyoshi, juntando sus palmas.
“Hic… tch, tremendo optimista que eres…” Fudou le miró frustrado. “Pero ya, no han venido. Mejor para nosotros. Ese estúpido doctorcito es un insoportable…”
“Entiendo que a Yagen le gusta tomarle el pelo a las personas, pero me parece alguien muy asequible si sabes cómo conversar con él,” opinó Mitsutada. “Una lástima, nos veremos en otra oportunidad…”
“No es como si te perdieras de mucho, Mitsu-bou,” Tsurumaru le restó importancia.
“Pero senpai, ustedes dos son como amigos, y también aprecio mucho a Yagen-san,” dijo Monoyoshi. “Puedo notar su gran lealtad y dedicación a su familia.”
“¿Eh? ¿Por dónde?” Fudou le miró con incomprensión y le golpeó en la frente con un chasquido de dedos.
“Ihh, Fudou-kun…” el otro se agarró la frente con leve pesar.
“¡Sal de tu modo amante de la humanidad… hic… ese insecto no tiene nada redimible!”
“¡Hahahaha!” Tsurumaru se rió con ganas. “¡Es imposible! ¡No le puedes cambiar el chip a Monoyon! ¡Tú tranquilo, Fudou!”
“Ya, ya, no hagan un alboroto, por favor,” les pidió Mitsutada, alzando sus palmas y sonrió entretenido e incómodo.
“Listo, ya terminé,” dijo Gotou, regresando con su palo de billar. Sonrió ampliamente. “Uff, estuve cerca, pero todavía no se termina.”
“¡Ahh, Gotou-san!” Monoyoshi se impresionó. “¡Sólo te faltaba una también! Hehe, ¡eres muy bueno para este juego!”
“No es nada y sin duda nada ante ti que hiciste lo mismo, Monoyoshi,” le restó importancia y pasó a apuntar al otro, con una sonrisa decidida. “¡Bien, ahora se define! ¡No se confíen que estamos por ganar!”
“¡Sí, entendido!” el pelirrosa asintió con energías y pasó a mirar a Tsurumaru. “Senpai, es tu turno. ¡Tú puedes!”
“Vaya, vaya, espero no hacerte quedar mal, pequeñín,” este se puso a inspeccionar la mesa para ver por dónde sacaría.

Los presentes siguieron en ese plan de divertirse en aquel ambiente indefinidamente, ya que el día continuaba siendo joven.

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