Tengo que decir que me inspiró mucho el prompt porque volaba en ideas y me toco cortarle las alas a muchas (e igual en varias partes creo que esta algo wtf pero no pude evitarlo i'm sorry XD)
El fic me ha quedado algo breve a mi gusto por falta de tiempo, pero si gustas puedo expandirlo, your choice (sobretodo porque siento que ando en falta cause HOLDEN DRAWLINGGG). Ah, y escribir este fic me hizo percatar cuánto extraño a catholic!Ky u_u
El omake al final fue idea de Cho. Ojalá te guste tot porque me quedó bastante crack (espero lo hayas pedido con eso en mente y si no IM SORRYY 2)
El reloj marcaba diez para las nueve cuando Kora Lionheart dejó el pórtico de su casa. Con tostada en boca, uniforme a medio poner y el cabello volando en todas direcciones, la peliblanca apuró el paso cuando recordó que su primera clase era Trigonometría con el profesor Raiden.
Y el jamás la dejaría entrar tarde sin represalia alguna.
¡Hola! Mi nombre es Kora Lionheart y tengo 16 años. Mi tipo de sangre es O+, mi cumpleaños es el 5 de Junio y soy una orgullosa Géminis. Asisto a la British Technical School para estudiantes excepcionales… aunque mis calificaciones no son lo más excepcional que digamos, tee-hee. Mi color favorito es el rosado, y mi animal favorito es…Un ladrido le hizo saber que no había venido sola desde la casa. Se giró y se encontró con que Paris, su Golden Retriever, corría a la par suyo hacia la escuela.
Kora retiró la tostada de su boca y la lanzó a su mascota, quien la recibió gustosa en el aire.
“¡Ya te he dicho que no puedes venir conmigo!” le recriminó la peliblanca. Paris dejó ir un gemido y la estudiante se detuvo apenas llego a la siguiente esquina “Ahora regresa a casa, ¿sí?”
Paris agitó su cola cuando Kora le acarició una última vez antes de continuar carrera. Ya tendría tiempo para jugar con él en la tarde.
Tal y cómo se lo esperó, el profesor Raiden cumplía con el título del más estricto en la escuela. Kora apenas había cruzado el marco de la puerta cuando el profesor, sin despegar la vista de la pizarra, señalo dos enormes baldes con agua esperándole junto a la entrada.
Con un largo suspiro, Kora se resignó a pasar la primera hora del lunes balanceando agua en el pasillo. Aunque pensándolo bien… ¡no era justo! Después de todo, acababa de empezar en el instituto hace poco más de un mes. Y era una escuela exigente como para memorizarse todos los horarios tan rápido…
Frustrada por la poca paciencia del profesor, la peliblanca se distraía practicando argumentos que podría haber usado en su contra.
“¡No si! ¡Pero si el profesor llega tarde el no recibe castigo, ni lo hacen esperar en el pasillo, ¿cierto?” resoplaba para si misma “Y lo peor es que a él LE PAGAN, ¿NO?”
“Señorita Lionheart, le pido que por favor practique sus dones de debate en su tiempo libre, y me deje enseñar…”
Se había emocionado con eso último y había alzado la voz más de la cuenta. Las risas de sus compañeros se colaron desde el aula y Kora tuvo que ahorrarse las ganas de entrar a zancadas al salón y decirle sus verdades al profesor Raiden.
Pero también quería irse. Hacerse bolita de la vergüenza y regresar a su casa para jugar todo el día con el buen Paris…
El eco de unas voces en el pasillo le hicieron entender que su suplicio no había terminado ahí. Kora reconoció una de las voces como campanas de iglesia y se apuró en esconderse, con baldes y todo, tras la escalera más cercana. Y justo a tiempo, pues apenas la última hebra de sus cabellos desapareció tras el concreto fue que el grupo de sempais apareció en el pasillo.
Su corazón se aceleró a mil por hora cuando confirmo sus sospechas. El joven de cabello rubio caminando en medio de la multitud era Ky Kiske, el presidente del consejo estudiantil y el capitán del equipo de esgrima. Era el sempai entre los sempais, y Kora había tenido una infatuación con el desde su primer día en el instituto.
Nunca olvidaría la primera vez que lo vio. Ella esperaba en la dirección al guía que la pasearía por el instituto cuando Ky llegó a la secretaría… cargando en sus hombros la bolsa llena de regalos de navidad que irían a repartir en las aldeas africanas.
Fue amor a primera vista. Su cabello rubio perfectamente peinado, sus ademanes elegantes y voz de seda calaron a tal punto en ella… que tuvo que volver a aprender a hablar en cinco segundos cuando Ky se acercó a preguntarle si tenía algún donativo para su caridad.
Y cómo no tenía nada con ella salvo el nuevo squeaky-toy en forma de hueso para Paris…
“Hey Ky, ¿te ha sobrado alguna otra caja de chocolates de tus admiradoras?” le preguntó Yuri, su mejor amigo y delantero del equipo de fútbol “Digo, como se que solo comes los dulces preparados por las monjitas…”
“Tengo, pero están en mi locker. Si quieres te doy la llave y eliges a tu gusto” el rubio suspiró cansado “Me halagan sus gestos pero…”
“Por favor, como si una cajita de Ferrero Rocher fuera suficiente para ganar tu interés…”
Kora se sintió levemente aludida pues había pensado en que quizás, luego de unos pocos meses más stalkeandolo, se atrevería a regalarle algo. Y había escuchado en los blogs que los Ferrero Rocher eran de sus favoritos, pues la envoltura dorada le hacía recordar al pan de oro que los católicos usaban para adornar sus iconos.
Tan ocupada se encontraba espiando su conversación que no se percató cómo una ráfaga de viento hizo colar varios pétalos dentro del pasillo. Y cuando un puñado pasaron cerca suyo nada pudo hacer Kora para esconder su alergia a los pétalos de cerezo.
Le entró tal ataque de estornudos que no podía balancear más los dos baldes con agua que el profesor Raiden le había encomendado. Kora intentó alejarse de aquel calvario de pétalos rosados, pero entre los estornudos y sus ojos llenos de lágrimas la peliblanca trastabilló en un escalón y cayó de cara al suelo… bañando todo su uniforme en el agua fría que traía a cuestas.
El golpe de los baldes contra la loza debió ser suficiente para dar por perdido su escondite, pero sorpresivamente el grupo de sempais siguió de largo y no se percató de su torpeza… todos, a excepción de uno.
Kora tuvo que obligarse a respirar cuando vio a Ky arrodillado frente a ella.
“¿Te encuentras bien?” le preguntó el rubio. Entonces sonrió amablemente “Me parece que te estás esforzando demasiado…”
“N-no, e-h.. yo…”
“Deberías ir a la enfermería, a que te revisen y te consigan un cambio de ropa” el rubio le ayudó a ponerse de pie. Kora se cruzó de brazos, apenada, pues su blusa estaba empapada y dejaba muy poco a la imaginación “Si gustas te puedo acompañar…”
“No, estoy bien, puedo ir sola… gracias” respondió en un hilo de voz.
Y entonces se dio cuenta que de verdad estaba bien. El pasillo era un solo de agua y pétalos de cerezo, pero su alergia había desaparecido.
“¡Es un milagro!” exclamó feliz, y Ky la miró confundido, devolviéndola a la situación “Q-quiero decir… mi alergia a los pétalos de cerezo… desapareció…”
El rubio sonrió complacido. Metió una mano a su bolsillo y retiró un pañuelo blanco, extendiéndoselo a la peliblanca.
“Tómalo, podría serte útil” Kora recibió el pañuelo blanco. Tenía una pequeña cruz dorada bordada en una esquina.
La peliblanca le agradeció, se disculpó por haberlo preocupado y emprendió carrera hacia la enfermería con pañuelo en mano. Aquello era más de lo que podía haber pedido ¡Tenía una excusa para volver a hablar con él!
Ahora debía pensar en dónde buscarlo y qué decir cuando se lo fuera a devolver… y debía asegurarse de causar una buena impresión esta vez.
Omake:Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Topic: Para Kora ★ [FIC] Days of Spring (Read 6768 times)