Por fin termino este, lo empecé el viernes y ahí estaba cogiendo polvo... he tomado la ruta perroflauta con este prompt 8'>
Los dragones han vuelto a la faz de la tierra, y tus personajes son cazadores de dragones.
MMORPG party
- ¿Y de dónde han salido los dragones, ahora que lo pienso? – Kora se ajustó los guantes de zetex, asegurándose de que el uniforme estaba perfectamente colocado.
- Ni idea. – Maya se encogió de hombros a su lado. – La teoría hasta ahora es que los dragones reaccionan a la actividad del Sol, la tormenta solar de 1859 hizo eclosionar los huevos… y ahora ya tienen edad para salir al mundo.
Kora asintió, satisfecha con la explicación. Era la que todo el mundo en la Asociación asumía, incluso ella misma, pero quería hacer un poco de conversación antes de que llegaran a la zona cero. Jolyne le dio un codazo, señalando a su propio casco. Kora asintió, colocándose el suyo. En las zonas desérticas el fuego de los dragones alcanzaban temperaturas que nada tenían que envidiar al mismo sol que los había despertado, y si bien una llamarada los mataría igualmente, necesitaban protección para acercarse a éstos.
- Mierda. – Lilith paró el trailer a la entrada del cada vez más estrecho cañón, con sus paredes arenosas irguiéndose a los lados. – Tenemos que seguir a pie.
- El nido está a menos de dos kilómetros, no es tanto. – Dijo Raiden, quitándose el cinturón, listo para salir.
No tardaron mucho en llegar, repasando la situación con Elizabeth a través de la radio. Entrar, asegurarse de que neutralizaban al dragón, y Asami se lo llevaría.
- Al menos no hará daño en… – Kora se detuvo al ver las manchas de sangre empezar a formar un camino hacia una apertura en los muros del cañón. – ...oh, no.
- Hay que darse prisa. – Jolyne la animó con una palmada en el hombro, y Kora asintió.
La entrada al nido daba al este, y el sol iluminaba casi toda la enorme cueva cuando entraron. Podían ver la sangre manchando las estalagmitas de roca y tierra que se alzaban, llegando hasta una alta cornisa en la que descansaba el dragón, al que aún le llegaba unos pocos rayos de luz. Grande y alargado, su cuerpo era del color de la arena, decorado con espinas en sitios clave. Las alas eran pequeñas en comparación con otras criaturas, y una de ellas estaba torcida, con una herida aún supurando.
- Le han hecho una buena faena… – Murmuró Lilith. – Joder, el protocolo de evacuación se puso por algo.
- Es más fácil cargárselo.
Jack se preparó, buscando con la mirada sitios en los que pudieran cubrirse y desde el cual pudieran preparar la torreta. La respiración del dragón retumbaba en la cueva, agitada. Los observaba con sus ojos negros, el cuerpo flexionado, listo para responder al más mínimo gesto de amenaza.
- Pero si está aquí… – Empezó Kora, sin poder de dejar de mirar a los inteligentes ojos de la criatura.
- Ha huido. Se habrá acercado a la ciudad para buscar algo de comida. – Jolyne confirmó su suposiciones. – No hagáis movimientos repentinos, tiene que estar cabreado.
- Yo también lo estaría si me hubieran metido media tonelada de metralla en el cuerpo.
Maya las hizo acercarse a una zona cubierta por rocas, mientras Jack empezaba a montar la torreta. El dragón no dejó de observarles en ningún momento, pero no hacía ademán de atacarles. Quizá estaba demasiado débil, o quizá, tal y como se decía en muchas leyendas, su conciencia era superior a la de los humanos. Aún estando herido, les ofrecería la posibilidad de retirarse si no hacían ningún gesto de agresión.
- Vosotras tres, distraedlo cuando os de la orden. – Les indicó Lilith. – Tenéis que hacer que se mueva hacia la derecha. ¿Te falta mucho, Jack?
- Quince minutos. – Confirmó éste.
- Que sean diez.
La espera se hizo larga. Kora preguntó más sobre aquel tipo de dragón, y Maya, la más experta en la teoría, le contó que aquella especie habitaba en los desiertos, eran bastante tranquilos, y preferían reptar a volar. Su potencia de fuego era alta, lanzando llamaradas de nivel medio, pero precisas y de larga duración.
- No tenemos mucha más información. Sólo se han encontrado hasta ahora tres dragones en desiertos rocosos. – Continuó Maya. – Este es el cuarto.
- Torreta lista. – Oyeron a Jack desde el otro lado de la cueva. – Todo tuyo, Lilith.
Lilith les hizo el gesto con la mano, indicándoles que era hora de ponerse en marcha.
- A correr, chicas. – Jolyne saltó de detrás de la roca al mismo tiempo que Maya, seguidas por Kora.
- Lo siento, grandullón.
Maya sacó una pistola de bengalas de su cinturón, y apuntó a una de las estalacticas a la derecha del dragón, imitada por Jolyne. Las dos explosiones alertaron al dragón, que se alzó como pudo sobre sus estrechas patas, lanzando un rugido agudo antes de responder con una llamarada corta.
- ¡Cuidado! – Gritó Maya. El fuego llegó hasta la roca tras la que se habían escondido, las tres agradeciendo la protección térmica de los trajes. – ¿¡A qué esperas, Lilith!?
El dragón no se había movido de la cornisa, aunque estaba preparando otra llamarada hacia donde estaban las tres chicas. Sin embargo, una lluvia de disparos le dio en la parte del cuello que quedaba expuesta al ladear la cabeza, y empezó a intentar sacudirse los enormes dardos que tenía clavados en la piel.
- Vamos, échate una siesta… – Dijo Lilith, aún asiendo el mando de la torreta.
Y con un largo quejido, el dragón cayó de lado. Se acercaron tras unos minutos de precaución, escalando hasta llegar a la cornisa. Kora quería correr hacia el reptil para saciar su curiosidad, pues no había visto uno de cerca aún. Todavía era casi imposible de concebir que los dragones habían existido… y si dependiera de los humanos, su retorno sería corto.
- Asami, ¿tienes las coordenadas? – La radio crepitó la respuesta de la ingeniero. Lilith asintió con satisfacción. – Vamos a ver cómo sacamos a este bicho…
Siguiendo a la líder del escuadrón, Kora se acercó lo suficiente, y finalmente pudo poner una mano sobre él mientras ayudaba a Maya a quitarle los grandes dardos que habían disparado. Las escamas estaban ligeramente húmedas, pero tan calientes al tacto que le hicieron apartar la mano pocos segundos después.
- ¿Dónde irá? – Kora miró a Lilith, guardándose en el bolsillo una escama que se había desprendido.
- Relocaremos su nido más lejos de aquí. – La mujer le dedicó una media sonrisa. – Y Sanctuary cuidará de él.