Esta prompt bien podría ser parte del HiME fic. Es más, creo que lo pondré como flashback pronto.
Se pasa del límite así que contarán solo las primeras mil yo se. Lo siento, me divertí mucho :_ *nostalgia everywhere*
Personaje X es un guía turístico
BEIJING, CHINA
Habían escuchado muchos mitos con respecto a China.
Habían escuchado que estaba reventando de gente, y que no se podía respirar en las calles debido a la contaminación. O que estaba fuertemente controlado por el comunismo, y que serían vigilados por oficiales del gobierno en cada lugar que visitasen.
Pero Taikoubou había decidido asistir a la Universidad de Pekín y eso iba por encima de cualquier cuento. Así que apenas el peligris se desocupó de su papeleo, Ichigo y Sayi sacaron el que sería su primer boleto con destino a la capital china.
La familia de Taikoubou era originaria de ahí, por lo que el joven había visitado varias veces cada una de las atracciones turísticas que adornaban Beijing. Con el papel de guía sentándole como guante, el peligris se tomó como tarea el dirigir a su novia y amigo alrededor de la ciudad.
“¿Taikoubou, por qué no puedo subir esta foto de Domo-kun posando junto a mi cappuccino?”
El primer local al que ingresaron apenas bajaron del avión fue, predeciblemente, el Starbucks del aeropuerto. El peligris les dio el alcance ahí, pues al menos Sayi si le había hecho caso con respecto a la Gran Muralla China cibernética.
“Porque no contrataste un VPN, ¿cierto?” el rostro del rubio habló por si mismo “Las grandes redes sociales están bloqueadas aquí. No vas a poder subir nada sin un VPN que camufle tu IP a un país gringo. Y el VPN tienes que comprarlo en el extranjero, obviamente”
“QUEEEEEE ¡Pero que chiste tiene viajar si no voy a llenar mi mapa en Instagram!”
“No sé”
“SAYI DAME TU TELEFONO”
“Bou, ¿podemos ir a comer pato pekinés?” la pelirrosa optó por ignorar a su hermanastro. Después de todo, ella tenía su propio mapa de Instagram a llenar “Mi tía no me ha dejado de hablar sobre el famoso pato estos pasados días”
“MALA”
Taikoubou sonrió ante el pedido de Sayi.
“Claro, yo conozco el mejor restaurant en todo Beijing” le respondió, y su novia dio brinquitos en su silla “Pero primero tengo que llevarlos a conocer la ciudad, ¿cierto?”
“No sin Instagram”
“¡Cállate Ichigo!”
La primera parada fue el hotel, el cual era un tremendo edificio en la calle Jinbao. Sayi no entendía porque estando en la capital china, Taikoubou les había reservado habitaciones en el Legendale, un hotel que imitaba la pomposidad y el barroco francés en cada ladrillo de su construcción.
La pelirrosa apenas había podido ahogar una risita cuando le abrió la puerta un portero chino vestido de noble francés, con peluca y todo.
“Bou… ¿por qué? Osea, es precioso y todo pero ??” le preguntó Sayi mientras señalaba cada ostentoso detalle. A un extremo de la habitación, Ichigo le tomaba fotos al harpa cubierta en pan de oro que adornaba el vestíbulo.
“Por el choque de culturas. Me pareció un toque interesante” respondió el peligris con una sonrisa.
Sayi lo imitó “Y seguro porque sabías que Ichigo se olvidaría de contratar el VPN para poder subir sus fotos, así que esto sería como una tortura china para él”
“…”
“Tortura china. Get it?”
“¡Cállate Sayi!”
Con las maletas fuera de la ecuación, Taikoubou los embarcó con dirección a la Linea 1. El peligris les explicó que la mejor manera de conocer la ciudad era tomando el metro, por lo que su primera lección en chino fue aprender a comprar un ticket.
“Si bien Beijing tiene muchas señalizaciones en inglés debido a los Juegos Olímpicos del 2008, vas a encontrar pocas personas que sepan inglés” les informó apenas bajaron en la estación de Tian’anmen “Tienen que aprender al menos lo básico”
La Ciudad Prohibida era gigantesca, y si bien solo la cantidad de turistas chinos presentes dejaban en evidencia el exceso de habitantes en la capital china, las plazas y plazas que conformaban la ciudad imperial parecían tener suficiente espacio como para albergar toda la población en Beijing.
Y si bien recorrer la Ciudad Prohibida fue una faena en sí misma, Taikoubou no tuvo piedad con ellos. Tenían cuatro días para pasear y divertirse entre los tres, pero el peligris no dejo de tomarse en serio su rol como guía. Muy en serio quizás, pues apenas cruzaron la ciudad entera, el peligris los llevo derechito al Templo del Cielo. Según él, el día estaba inusualmente despejado del smog habitual, por lo que había que aprovechar, si o sí, que ese día
había cielo.
Y una vez terminaron con las sesiones de fotos, el grupo continuó camino en dirección al Palacio de Verano. Había un enorme lago que bordeaba el conjunto de edificios, jardines, puentes y ruinas, y rápidamente se volvió en el atractivo favorito de Sayi pese al dolor en sus pies.
“Este lago no es natural, lamentablemente” les informó Taikoubou mientras descansaban en un barco que los llevaría al otro extremo del palacio “Aunque en invierno se congela todo y la gente suele venir a patinar”
“¿¡EN SERIO!?” Los ojos de Sayi saltaron ante la idea “¡Entonces eso será un must en enero!”
“Si muy bonito pero Bou, ¿podemos ir a comer ya?” preguntó Ichigo mientras veía un grupo de patos nadar cerca.
Honrando el pedido de Sayi, Taikoubou había hecho reservas en el restaurante Quanjude, ubicado en Qianmen, cuya especialidad era el famoso pato pekinés rostizado. La concurrida calle tenía sus fachadas adornadas en lo que el peligris llamó ‘la fantasia china occidental’.
“Mao derribó media ciudad a mediados del siglo pasado. Prácticamente todos los edificios clásicos han sido reconstruidos, y quedan muy pocos Hutongs originales en la ciudad” Mientras el grupo esperaba que el cocinero terminara de cortar el pato con un arte y parsimonia admirables, Taikoubou continuaba dándoles clases sobre Beijing “Es una pena tanto arquitectónica como históricamente, pero es como si Mao hubiera previsto la metrópolis en la que se convertiría, y la preparó para dar abasto a toda la gente que habitaría eventualmente aquí”
“¿Elogiando a Mao, Bou?” comentó Ichigo entre rollitos primavera “Ya te estás volviendo chino”
Taikoubou rodeo a Sayi con un brazo y prendió su teléfono, apuntándo la cámara hacia ellos.
“Sonríe Sayi, selfie para Instagram ♥”
"¡Cheese ♥!" sonrió la pelirrosa "Espera, ¿cómo se dice queso en chino?"
“GHAJSDAH NO YO TAMBIEN QUIERO”
El resto de la tarde marchó más relajada. Taikoubou los llevo a pasear un rato por Nanluoguxiang, o lo que era comúnmente conocido como la calle hípster de Beijing. Estaba repleta de negocios independientes, boutiques, y puestos de comida en cada cuadra. Y mientras degustaban lo que les parecía una curiosa sorpresa (¿quién diría que los churros chinos estarían buenos?), el metro los llevo al barrio más occidental de todo Beijing: Sanlitun.
“Aquí es donde vive la mayoría de extranjeros, así que aquí si pueden hablar en ingles con quien quieran” comentó el peligris mientras los tres, sentados en una banca, veían el sol ponerse detrás de la emblemática tienda de UNIQLO “Pero no hoy. Mejor regresemos al hotel a descansar, que mañana salimos a las seis de la mañana hacia Mutianyu”
Ichigo y Sayi ladearon la cabeza hacia un lado.
“La Gran Muralla China” aclaró el peligris, y fue inmediatamente seguido por las quejas de ambos “¡Ustedes querían conocer Beijing!”
“¡Pero no queremos morir en el intento!” lloró Sayi
“TAIKOUBOU DE BÙDÉLIǍO SHIZUKA, yo no me muevo de esta banca hasta que me llames a un taxi”
El peligris negó con la cabeza mientras desbloqueaba su celular para pedir un coche. Una sonrisa se esbozó en su rostro.
“Pues no saben todo lo que aún les falta”
Su amigo y novia lo fulminaron con la mirada.
“¡Cállate Taikoubou!”