“Okay, esto es lo que tienes que hacer”, le dijo Yuichi con tono serio a Jin a través del celular. “Debes llamar a Tegoshi y preguntarle si es que podríiiia hacerme el favor de tener una cita con mi compañera de la universidad, pero no debes decirle que es mi compañera, sino una amiga tuya o algo así”.
“Y yo debo hacerlo porque…”, respondió aburrido mientras jugaba con su 3DS al otro lado de la línea.
“Porque de esa forma te perdonaré el haberme empujado de aquel trampolín en la piscina para ese show de cuando éramos juniors”, murmuró Yuichi entre dientes, aún sin poder superar lo que le hizo su bandmate en aquella ocasión.
“Y yo busco tu perdón porque…”, continuó el otro con el mismo tono, sin quedar convencido.
“Porque si lo haces, prometo invitarte al Tony Roma’s”.
“Oh”, Jin alzó la mirada de su juego y sonrió, a tal punto que Yuichi supo que finalmente le ponía atención. “Si de eso se trata, no hay problema. Pero dime, ¿por qué no le pides a Masu que te haga el favor? ¿No son súper cercanos, acaso?”
“Pues…” Yuichi pensó por un momento explicarle que Masu se reiría de por vida de él, pero darle demasiada información a Jin había resultado perjudicial en un pasado. Sí, como haberle confiado que le tenía miedo a las alturas… A eso se refería con lo de perdonarle el empujón de ese maldito trampolín. “Porque sí, ¿lo harás o no?”
“Ya, ya”, Jin chasqueó la lengua y dejó el 3DS a un lado. “Llamar a Yuya, preguntarle si me puede hacer el favor de tener una cita con una compañera, anotado”.
“Por favor, no te olvides de hacerlo, es en serio”.
“¿Acaso te he fallado alguna vez, Yuichi?”, sonrió abiertamente aunque sabía que el otro no podía verlo. “Por favor, deberías confiar un poco más en mí”.
“¿Tegoshi? ¿Me hablas de Yuya Tegoshi?” Yuichi no podía creer lo que Sayaka acababa de decirle. Suficiente era con tener que lidiar con el hecho de que podría jalar estadística, pero otra cosa era tener que lidiar con Yuya Tegoshi.
“¡¡Sí!!”, asintió la peliceleste. “O sea, sé que es mucho pedir, sobre todo cuando hace poco que nos conocemos, pero…”
“Pero Sayaka se ha estado esforzando un montón ella sola en estadística”, agregó Tatara, el mejor amigo y roommate de la chica. Yuichi le miró escéptico y se dio cuenta tardíamente de que había caído en la trampa, los dos habían estado planeando esto desde hacía tiempo, al parecer.“¿Quién era en el teléfono?”, preguntó Kame, quien dejó de revisar los CDs que tenía Jin en su casa y le miraba curioso.
“Oh, era Yuichi”, respondió mientras salía de la pausa y comenzaba a jugar de vuelta, sin prestarle mucha atención a lo que le preguntaba el menor.
“¿Yucchi? ¿Y qué quería? ¿Qué tiene que ver Masu?”
“Ah, es una de esas cosas que solo le pasan a él… Necesita que hable con Yuya y le pida que tenga una cita con una compañera de él. No quiere que le diga nada a Masu porque le da vergüenza”.
“¿Vergüenza?”, Kame rió. “Qué raro que le avergüence hablar de algo tan común con Masu… A menos que…”, el de cabellos castaños se quedó en silencio pensando en algo, a lo que Jin sintió que algo andaba mal y puso en pausa su juego de nuevo para prestarle atención.
“¿A menos que qué?”, le preguntó frunciendo el ceño.
“¿Y si esa compañera es una chica que también le gusta a Masu?” Ante este giro de eventos, Jin se quedó mirando de manera fija a Kame, sorprendido.
“Yuichi no es del tipo que vaya haciendo planes a espaldas de sus amigos y Masu es muy cercano, ¿no?”
“Eso es verdad, pero si tan cercanos son, no habría necesidad de pedirte a ti que vayas donde Yuya”.
“Y encima me pidió que dijera que era mi amiga y no suya…”, ante este pedazo de información, Kame se levantó del piso y le miró mucho más decidido.
“¡Debe ser eso! Tal vez la chica está enamorada de Yuya y no de Masu, por eso Yuichi se avergüenza de ir a decirle a Yuya él mismo…”.
“¡Espera un momento, yo no puedo hacer eso!”, Jin se levantó también de su asiento y se cruzó de brazos. “¿Ir donde un hombre y arreglar una cita, traicionando a la par a otro hombre? Yo no puedo hacer ese tipo de cosas”, el mayor de los dos negó con la cabeza. “No, llamaré a Yuichi y le diré que existe un límite para–”
“¡Jin, espera!”, Kame caminó rápidamente hacia él y le quitó su celular. “Si lo ves por el otro lado, Yuichi le está haciendo el favor a una pobre chica que no sabe cómo hacer para estar con alguien que ama sin herir a otra persona a quien le tiene mucha consideración. En verdad, es algo muy bueno de Yuichi ayudarle a costa de su propia amistad, ¿no crees?”
“… Sabes, esta historia se está volviendo más complicada con cada segundo que te dejo que la analices”.
“Mira, esto es lo que haremos. Yo hablaré con Yuya, ¿te parece bien? Así podré nivelar el terreno para que pueda encontrarse con esta chica y todo salga bien sin que los sentimientos de Masu salgan dañados completamente. Además, esto debe ser tratado con sumo cuidado, es decir, hasta Tegomass podría separarse si los chicos se pelean, ¿no?”
“Maldito Yucchi, dejándome a mí toda esa responsabilidad…”
“Es que aún no te perdona lo del trampolín, ¿recuerdas? Cuando éramos juniors y–”
“Sí, sí recuerdo”, Jin rodó los ojos. “¿Pero entonces yo qué hago?”
“Te diría que hables con Masu, pero eso sería perjudicial en esta situación. Tú quédate tranquilo, yo arreglaré todo con Yuya y ya no habrá problema alguno. Para mañana todo estará bien, ya verás”.
“Tegomass. ¿En serio?”, Yuichi seguía atónito a lo que escuchaba. Entre todos los grupos dentro de su agencia, tenía que ser juuuusto ese dueto: Yuya Tegoshi, señor ego colosal y Takahisa Masuda, ‘Masu’ para los amigos, y uno de sus amigos más cercanos a todo esto.
“¡No es que no me gusten ustedes de KAT-TUN o no quiera conocerlos! P-Pero… Es que a los de Tegomass los conozco desde hace años y siempre me han gustado y—”
“Tiene colgado en su cuarto un poster de Tegoshi semi desnudo que le vino en la revista AnAn”
“CÁLLATE MALDITO HIJO DE PUTA—Quiero decir, es que es una oportunidad única en la vida y yo, yo…”“¿Qué pasa, Kame?”, Koki se sentó frente a él en la mesa muy preocupado, el menor del grupo había entrado a su cuarto de reposo después de hablar con su manager y tenía el peor humor del mundo.
“¿Qué pasa? Pues el estúpido de mi manager decidió que hoy sería el mejor día para hacer todo el trabajo que le pedí que moviera del jueves y viernes que iré a casa a celebrar el cumpleaños de mi papá… ¡Y justo hoy tenía que hacer algo importante!”
“¿Sabes? Justo me cancelaron un photoshoot, así que si puedo ayudarte en algo, dímelo no más”, se ofreció el rapero, a quien le encantaba ayudar a los demás.
“¿¡En serio!?”, Kame le miró emocionado. “P-Pero es una cosa muy, MUY secreta, ¿ok?”, añadió bajando abruptamente su tono de voz y Koki asintió, acercándose para escucharle mejor. “Y no se lo puedes decir a nadie tampoco, ¿de acuerdo?”
“Mis labios están sellados”. Dicho esto, Kame observó el lugar y tras corroborar que sus demás bandmates ya habían abandonado la habitación, decidió contarle.
“Mira, es una historia un poco rara. Yuichi le pidió a Jin que llamara a Tegoshi para pedirle una cita con su compañera, pero no quiere que Masu se entere porque parece que a Masu le gusta esta chica, pero a ella no, ¿entiendes?”, Koki asintió, aunque no convencido del todo. “Jin me dijo que no lo haría porque no quería traicionar a otro hombre, pero Yuichi se está esforzando para… Espera”, en ese instante sonó el celular de Kame y al ver la pantalla el chico gritó. “¡Maldita sea, el manager ya está en el carro!”, se levantó entonces y buscó apresuradamente sus cosas en la habitación.
“¡Espera!”, Koki se levantó rápidamente de su asiento. “¿Qué hago entonces?”. Kame se quedó pensativo, pero su celular comenzó a sonar nuevamente, por lo que le respondió mientras corría a la puerta y se iba del lugar.
“¡Habla con Tegoshi y pídele la cita! ¡Pero explícale para que no haya problemas con Masu! ¡Me avisas cuando lo hagaaaas!” y dicho esto, Koki se quedó ahí, confundido, sin entender qué había sucedido.
“No, no te preocupes”, le dijo Yuichi sonriéndole levemente. “Si yo estuviera en tu lugar, también intentaría aprovecharlo porque es una oportunidad única en la vida”. Sayaka asintió rápidamente.
“¿¡En serio podrías, Yui—liano!?”, dijo recordando que Yuichi no debía saber que Tatara sabía que él era un idol. Si eso sucedía, adiós a la confianza y a Yuya Tegoshi.
“Pues… Podría intentarlo”.“¿De qué problemas con Masu habla Kame?”, Koki se volteó y vio en el umbral de la puerta a Junno, quien se había quedado mirando el lugar por donde se fue corriendo Kame.
“Pues… Ok, mira, te lo voy a contar pero no puedes decírselo a nadie, ¿de acuerdo? Necesito que me ayudes con esto porque Kame no me lo dejó muy claro”. Junno sonrió abiertamente y fue a sentarse al sillón, donde le dio palmaditas al espacio a su derecha y Koki se sentó ahí, suspirando resignado. “Hasta donde entendí, Yuichi le dijo a Jin que hablara con Tegoshi para pedirle una cita con una compañera suya…”
“¿Compañera de Tegoshi o de Yuichi? No entiendo, ¿cita con la amiga de quién?”. Ante esto, Koki se quedó pensando…
“Pues, no creo que sea compañera de Yuichi, ¿sino por qué no querría que se entere Masu?”
“¿Yuichi no quiere que Masu se entere?”, Junno elevó las cejas con sorpresa, ya que era conocido que después de Tatsuya, Masu era con quien más paraba el mayor del grupo.
“Kame dijo que a Masu le gusta esa chica, pero que ella no gusta de él… Y al parecer, ¿eso traería problemas con Masu?”
“No, espera, hay algo que no encaja”, Junno se cruzó de brazos y Koki le miró fijamente, esperando a que el de cabellos negros pudiera ayudarle a entender todo el embrollo en el que Kame le había metido. “Si Yuichi quiere salir con la amiga de Tegoshi, de la cual Masu está enamorado, pero ella no le corresponde… ¿Por qué tendrías que hablar tú con Tegoshi sobre todo para que él no tenga problemas con Masu?”
“Porque se estaría poniendo de parte de Yuichi, ¿tal vez?”
“Bueno, en eso tienes un punto”, asintió Junno. “Entonces, ¿se lo vas a decir?”.
“No sé, Kame no me dejó elección porque se fue antes de poder decirle siquiera que me deje el número de Tegoshi”, suspiró. “Debí habérselo pedido cuando me compré mi nuevo teléfono. En fin, ¿no lo tienes tú?”
“No, yo nunca lo tuve”, Junno sonrió y se encogió de hombros. “Aunque…”, murmuró recordando algo. “Si no me equivoco, Yoko lo debe de tener, ¿no? O al menos él debe tener el número de Ryo, quien de todas maneras ha de tener el de Tegoshi, ¿quieres que se lo pida?”
“¡Por favor!”, exclamó Koki juntando ambas manos e inclinando la cabeza. “¡En serio sería genial antes de que Kame me mate!”
“Ok, entonces…”, Junno estaba a punto de levantarse para irse, pero en eso Koki le jaló de la manga de su chaqueta y le obligó a sentarse de vuelta. “¿Eh? ¿Qué pasa?”
“Díselo tú a Tegoshi, yo no puedo, ¿qué tal si no sé cómo decírselo bien y termino empeorando las cosas”.
“¡Pero tú eres el que lo conoce, no yo!”, respondió el chico sin poder creer lo que quería el rubio. “¡Actuaron en un drama juntos, no yo!”
“¡Sí, pero eso lo hace peor! ¿No es acaso más fácil saber cuándo alguien que conoces como actúa ESTÁ ACTUANDO?”, el bailarín de KAT-TUN se mordió el labio inferior para no tener que decirle que sí, podía tener razón, pero Koki siguió insistiendo. “Además, si vas tú y le dices que le haces un favor a Jin porque él no pudo por cualquier razón, Tegoshi no se pondrá todo pretencioso y será rápido, indoloro y efectivo, ¡Todos ganamos!”
“Está bien”, Junno suspiró en derrota y Koki le abrazó fuertemente, repitiéndole lo agradecido que estaba. “Conste que tendrás que decir cosas solo bonitas y geniales de mí en todas las entrevistas venideras”.
“Te convertiré en el miembro más genial de todo KAT-TUN, incluso las fans de Jin comprarán tu merchandise”, repitió Koki con convicción y el otro se echó a reír, asintiendo y yéndose de la habitación.
“¡Te juro que si me logras sacar una cita con Tegoshi jalaré todos mis otros cursos para dedicarme a estadística!”, Yuichi pensó preguntarle que por qué no lo hacía por él que era su supuesto amigo, pero Tatara decidió hablar ahí.
“Sí, cuando Sayaka promete algo en verdad lo cumple”, asintió con una sonrisa que buscaba transmitirle confianza, aunque ni el mismo Tatara se la creía.
“Mira, yo no me hablo mucho con él, pero puedo intentarlo. Tal vez Masu acepte porque—”
“AAAAAAAAAAAAAAAAH, PERO TAMBIÉN QUIERO CONOCER A MASUUUUUUUUUUU”, gritó la otra entrando en un conflicto existencial sobre cuál idol debía ser priorizado.“¡Uepi!”, gritó Junno emocionado y abriendo sus brazos en par ar al ver a Tatsuya volver a entrar por la puerta de la cochera al edificio donde trabajaban.
“¿Junno?”, preguntó con un poco de sorpresa que se dejó entrever por su tono de voz, ya que el mayor usaba unos lentes oscuros que no dejaban ver su expresión. “¿Aún por acá?”
“Me olvidé de mi 3DS en el camerino”, dijo mientras le mostraba su consola. “¿Y tú?”
“Olvidé mi billetera”, chasqueó la lengua con fastidio al recordarlo. “Intenté comprar en McDonalds y me doy con el fiasco de que no estaba”, todo esto lo dijo mientras seguía caminando en dirección al lugar, pero cuando se dio cuenta que Junno no le seguía, se volteó a mirarle. “¿No me acompañas?”
“Discúlpame, Uepi, pero es que debo hacer una llamada urgente”.
“¿Qué tan urgente puede ser? Solo vamos a ir a buscar mi billetera”, dicho esto, el de cabellos oscuros se cruzó de brazos y se apoyó en un pie, dándole toda una actitud de
‘i don’t care bitch let’s get going before i cut your face’.
“Es que es un favor para un amigo que le pidió el favor a otro amigo que…”
“Oh”, Junno se congeló al escuchar la entonación que usó Tatsuya en esa simple onomatopeya. “Así que estamos hablando de un secreto, ¿eh?”
“N-No, no es que—”, pero ya era demasiado tarde. En menos de un segundo, Tatsuya se le había lanzado encima y había logrado meter su cabeza dentro de un fuerte agarre de brazos, asfixiándole un poco y encorvándole de sobremanera, ya que el pobre era el más grande de la banda. “OW, OW, UE-PIII, SU-EL-TAAA”
“No hasta que me digas tu secreto, Junno~~”, rió macabramente el otro. Aún así, el más alto intentó moverse de todas formas posibles para alejar al mayor, pero esto era inútil porque el más fuerte siempre fue Tatsuya, junto a sus estúpidas clases de boxing. Finalmente, cuando pasaron más instantes llenos de dolor, falta de aire y risas del otro, Junno no pudo más.
“¡Yucchi está enamorado de una amiga de Tegoshi, pero Masu no debe saberlo o sino sus sentimientos se herirán, pero Yucchi quiere que le haga el favor de ayudarle a obtener una cita!”
“Vaya, te doblegaste más rápido de lo que pensé”, Tatsuya rió, dejándole ir y dándole unas palmadas en el hombro mientras el mayor tosía para recuperar el aire. “A pesar de que me siento sumamente ofendido por el hecho de que Yuichi no me ha dicho nada, creo que puedo ayudar a un simple mortal como tú. ¿No quieres que le dé yo el mensaje? Me voy a encontrar con Tegoshi ahora”.
“¡¿EH?!”, dijo el otro, quien no se esperaba que Tatsuya fuera a encontrarse con el chico, después de todo no eran amigos y el mayor odiaba relacionarse con personas desconocidas.
“Me invitaron al programa que dirige él con otros idols, así que me envió un mensaje para encontrarnos ahora y discutir algunos asuntos que serán tratados ese día”, se encogió de hombros. “Nada en especial, pero podría llevarle el mensaje. Si uno de nosotros ha de lidiar con la reina del drama, mejor que sea yo que tendré que hacerlo de todos modos”.
“UEPI, EN SERIO ERES UN HÉROEEEEEEE”, gritó Junno ahora sí abrazándolo y alzándolo en los aires, a lo que terminó con una patada en la pierna que le hizo recordar por qué no debía hacerle nunca ningún favor a ninguno de sus compañeros. Además, Tatsuya era una persona muy confiable y muy inteligente, además de tener un montón de tacto con las personas con las que no era cercano, por lo que no tenía que preocuparse de que todo saliera bien.
“Ok, sí, quiero conocer a Tegoshi. Si eventualmente le caigo bien también podré conocer a Masu, ¿no?”, se preguntó Sayaka a sí misma, para luego asentir. “Sí, dile a Tegoshi si es que podría ser tan gentil de tener una cita conmigo, sí”, dijo convencida y Yuichi sintió la tentación de reírse en su cara al pensar que Tegoshi solo era “gentil” frente a las cámaras, pero se mordió la lengua.
“Está bien, pero a cambio debes esforzarte mucho más en estadística por los días que yo falte, ¿de acuerdo?”, Sayaka asintió muy emocionada.
“¡Prometo hasta cocinarte el almuerzo si haces eso!”, le dijo más que contenta.“Un momento”, se dijo a sí mismo Tatsuya cuando paró el carro en un semáforo en rojo. “Si Yucchi está enamorado de una amiga de Tegoshi, pero los sentimientos de Masu se herirán si se entera de eso… ¿Eso significa que Masu está enamorado de Yucchi?”
Pero antes de que pudiera seguir cavilando en la idea, comenzaron a sonar los claxons que le obligaban a que siguiera conduciendo.
“No te tienes que preocupar. Aunque sabes, debo decir sinceramente que no esperaba que fueras una fan de Tegomass, y yo aquí, pensando que podría venderte mi próximo single…”, comenzó a decir como quien no quería la cosa y Tatara se dio cuenta al instante de sus intenciones, pero antes de que pudiera alertar a Sayaka, esta ya se había mandado con todo.
“¡Compraré ese single, Yuliano! En serio, no es que no me guste KAT-TUN, uh, pero digamos que… ¿recién los conozco a fondo? Porque conozco algunas de sus canciones que pasan en la radio… ¡Pero me pondré a investigar sobre su música, lo prometo!”, dijo asintiendo mil veces.
“Ah, eso me alegraría mucho”, le dijo sonriendo el idol, complacido de al menos haber logrado una pseudo pre-venta.“¿Masu?”, preguntó Tatsuya sorprendido al ver a Takahisa en vez de a Tegoshi en el restaurante en que habían acordado encontrarse.
“Oh, hola Tatsuya”, le saludó con una amplia sonrisa e invitándole con un gesto de la mano a que se sentara en la silla de al frente. “Yuya amaneció hoy con una fiebre muy alta y no fue hasta muy tarde que recordó su cita contigo, así que me llamó a última hora para que venga en su reemplazo y te pida disculpas. Dice que él te enviará más tarde un correo con todas las especificaciones del programa, pero no quería que te quedaras plantado, así que en verdad me mandó a mí para que sea tu compañero de cena hoy día”.
“Vaya, y uno que pensaba que él era el tipo ‘principesco’ solo ante las cámaras”. Masu rió un montón ante esto.
“Eso es verdad, pero el niño es muy respetuoso de la gente mayor que él, así que te tiene un gran respeto”.
“Es bueno saber eso”, Tatsuya asintió y se mordió el labio, pensando en las palabras de Junno y sobre el hecho de que, al parecer, Masu estaba enamorado de Yucchi, pero Yucchi de una amiga de Tegoshi… Menudo triángulo amoroso.
“Uh, ¿qué pedirás?”, le preguntó Masu un poco intimidado por la mirada fija del mayor en él, la cual ni siquiera podía descifrar por sus lentes oscuros.
“Oh”, dijo recordando que debía guardar la compostura. “Pues…”, tomó la carta y se puso a verla. “Creo que pediré tonkatsu, ¿tú?”
“Ya ordené una porción de gyoza, aunque podríamos pedir algo más para compartir los dos”. Ante esto, Tatsuya rió.
“Créeme, lo último que quieres hacer es compartir un platillo conmigo, mejor pedir cada uno otro plato. Yo pediré un plato de curry”.
“Bueno, entonces yo aprovecharé y pediré mejor un postre”, dijo con una amplia sonrisa, aprovechando que no debía compartir nada por cortesía y buscando algo que le gustara en el menú.
“Oye”, comenzó a decir Tatsuya, aunque luego se arrepintió, pero Masu ya le prestaba atención.
“¿Pasa algo?”, preguntó inocentemente y el otro quiso noquearse a sí mismo, pero no le quedaba de otra que seguir adelante.
“Mira, este es un tema… Sensible, por así decirlo, así que discúlpame de antemano si es que te ofendo o algo por el estilo”.
“Uh, ¿bueno?”, su tono inseguro era muy evidente, pero Tatsuya sabía que si no se lo decía ahora, luego sería muchísimo peor. Si bien no había forma de pedirle que le pida el favor a Tegoshi, al menos podría prepararlo para lo que vendría. Ya más tarde le enviaría un mensaje de texto a Junno diciéndole que de todas maneras tendría que contactarse con Tegoshi…
“Verás… Yo entiendo que el amor es una cosa muy… Peligrosa, es decir, es peligroso en tanto uno no sabe de quién se va a enamorar… Y mucho menos si es que es alguien que… Bueno, que la sociedad no acepta que te enamores”.
“… Tatsuya, no sé si te estoy siguiendo”.
“A lo que me refiero, Masu, es que… Mira, no te enojes con Tegoshi por culpa de Yuichi, ¿ok? O sea, Yuichi no puede controlar la manera en que le dictan sus sentimientos y Tegoshi solo busca ayudar. Sé que debe sonar un poco difícil, sobre todo viniendo de alguien como yo que no tiene vela en el entierro, pero me confiaron que te lo diga para que no te sientas tan mal. Soy tan cercano de Yucchi como lo eres tú de él, por eso, por saber lo buena persona que es él, entiendo cómo debes sentirte al enterarte de esto, pero por favor no te enojes tampoco con él ni le quites el habla… Es un poco egoísta de mi parte pedirte que seas una persona mucho mejor que los dos y sigas adelante, pero sé que la madurez que tienes te permitirá lograrlo”.
“¿Alguien ordenó una porción de gyoza?” y llegó la camarera, quien a los ojos de Masu, era un ángel caído del cielo.
“Yucchi”, dijo la peliceleste en eso con un tono serio de voz, pero acompañado de una sonrisa cálida. “¿Sabes? En serio eres un idol, realmente has cumplido mi sueño. En serio no tienes idea de lo mucho que esto significa para mí, en serio es algo que sé que jamás podré pagártelo y siempre, SIEMPRE, te lo agradeceré”.
… Y ahora sí se había jodido con eso de hacerle la promesa.“¡Masu!”, chilló el rubio apenas este entró en su casa y se le colgó del cuello, riendo y emocionado. “¡Mira, ya no tengo nada de fiebre!”, no terminó de hablar cuando ya se había descolgado del mayor y empezaba a dar piruetas en la sala de su departamento. “¡Y lo mejor de todo es que ya pedí el día libre, así que podré descansar!”
“No saltes tanto que igual sigues débil”, dijo el pelirrojo sonriendo y caminando hacia la mesa del comedor para dejar las bolsas de compras que tenía en ambas manos. “Y dentro de dos días comienzas a rodar un nuevo drama, ¿no?”
“No, eso lo post-pusieron. La chica que es mi co-protagonista tuvo un percance, se fisuró un hueso del brazo y no podrá actuar hasta dentro de dos meses todavía”.
“Eso es una pena”, comentó Takahisa. “Pero igual no te sobre-exaltes”.
“Como digas, mamá”, dijo rodando los ojos y lanzándose al sofá donde había estado viendo la televisión antes de la llegada de su mejor amigo. “Oh, por cierto, ¿cómo te fue ayer con Ueda? ¿Todo bien?”, al no obtener respuesta, Yuya se levantó del sofá y caminó hacia el comedor, donde Masu se había quedado paralizado observando las bolsas de compras. “Uh, Masu, ¿te pasa algo?”
“Oye, Yuya”, le cortó al menor y luego volteó a verle con un semblante tan serio que no le había conocido nunca. “¿…Estás saliendo con Yuichi Nakamaru, por casualidad? ¿O estás enamorado de él?”
“…”
“…”
“¿Qué?”