Finalmente, lista para el evento *cae rendida* (...)
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Unas horas después del encuentro que tuvieron con Larsa y Sora en la cafetería, tanto Urashima como Horikawa habían terminado con sus actividades académicas del día. El joven Kotetsu recibió unas noticias sorprendentes de parte de su amigo ni bien salió de su última clase. Al parecer, habían tenido la suerte de contar con un conocido que iba a poder ayudarles con información relacionada a Rizembool y, por ello, los dos acababan de llegar a la entrada de dicha universidad, donde se encontraban esperándole al costado de un jardín. Desde ahí veían a varias personas ingresar a la universidad y muchas otras pasaban a sus costados para caminar hacia la salida. El movimiento era continuo y caótico, como sería de esperarse de una universidad de aquel tamaño y renombre.
Al estar ahí y saber que iban a tener un paseo dentro de Rizembool U, Horikawa decidió no callar más con respecto a la visita que había tenido a sus espaldas.
"¡¿EEEHHHH?!" Urashima exclamó en protesta y desconcierto. "¡¿Viniste a Rizembool sin mí?!"
"Fue para asegurarme que era un lugar común y corriente, y también para tener una mejor idea porque sabía que tarde o temprano iba a venir contigo... aunque resultó ser mucho más temprano de lo que esperaba..." negó.
"¡Pero eso no se vale! ¡No puedes excluirme de un paseo genial y único como este! ¡Y bien dices que viniste para ver que todo estuviera normal, pero sé que nunca sospechaste de Rizembool de esa manera!" el rubio hizo un puchero y desvió su mirada mientras se cruzaba de brazos. "Cualquier excusa para excluirme, ¿no es así?"
"Supe que ibas a reaccionar así," Horikawa dio un suspiro.
"Pero me lo puedes recompensar," dijo Urashima, sonriendo. "¡No te preocupes porque me dedicaré a pensar en qué pedirte a cambio!"
"Mientras no sea nada irracional," se encogió de hombros. "Ah, y también conocí a los dos Toushirous de los que hemos oído hablar. Son estudiantes aquí."
"¡¿EEEEEHHHHH?!" esta vez, Urashima se expresó con más tristeza que molestia y bajó la mirada. "No es justo, yo los quiero conocer..."
"Uno de ellos es muy sociable y sé que estaría encantado. Le prometí que nos veríamos cuando terminara de adaptarme a la ciudad, así que descuida."
"Aun así... Eres cruel, Horikawa."
"Deberías apreciar que soy sincero contigo."
"No, sí lo hago. La comunicación es muy importante, ¿no es verdad, Kamekichi?" miró de reojo a su tortuga. "Sólo no quiero que vuelvas a ocultarme esto otra vez."
"Ya no habrá punto, ahora que los dos conoceremos bien esta universidad y contamos con un amigo que nos apoyará con ello."
"Oh, ¿y no se te ocurrió preguntarle a los Toushirous de que nos ayudaran?"
"S-sí lo pensé, pero dudo que sepan mucho sobre los Rebels, además apenas los conozco..." Horikawa sonrió. Sin duda, Honebami nunca le iba a ayudar a pesar de que él podría tener toda la información de Rebels a su disposición. Ya le había dejado en claro que no podía estar indagando demasiado. Y Namazuo claramente no tenía nada que ver con el 'lado oscuro' de Rizembool, y por respeto a su mellizo no iba ni a preguntarle al respecto.
"Bueno, pero no hay problemas. Esperaré con ansias conocerlos uno de estos días," Urashima sonrió y llevo sus manos a su nuca, para mirar al atardecer en el cielo. "Pero fue una sorpresa enterarme que Monoyoshi de entre todos nuestros amigos sea el de esta información."
"No es precisamente él, pero uno de sus amigos," aclaró Horikawa, sonriendo comprensivamente. "Y nos viene bien. Sadamune-kun es una persona muy agradable y desvivida por otros. Sé que será de gran ayuda."
"Además que será lindo verle tan pronto. Hehe, tener más amigos en esta ciudad me anima bastante."
"A mí también,” Horikawa alzó su mirada para observar un reloj cercano. Era más tarde de lo usual para la hora de salida del colegio, lo cual delataba que su contacto seguramente participaba en actividades extracurriculares. “Sadamune-kun sin duda debe tener muchos quehaceres. Me sorprende que haya accedido a venir a Rizembool con tan poca anticipación. Sólo espero que no le estemos causando muchas incomodidades.”
“Hay que salir a pasear con él uno de estos días,” Urashima sonrió. “Sé que se llevaría muy bien con senpai y Osaka. Bueno, creo que no existe nadie en el mundo con quien no se llevaría bien.”
“Es verdad,” Horikawa asintió. “Hm, puede que de ahí se derive por qué tiene información sobre Rizembool… podría aprender algo de él…”
“Ehh, no te pongas todo maquiavélico, vas a asustar a Kamekichi…” Urashima negó y regresó su mirada hacia la salida de la universidad. A una distancia, entre toda la muchedumbre, divisó al joven al cual esperaban. “¡Oh, mira! ¡Ahí está!”
Identificarlo resultó ser muy fácil ya que esa persona siempre resaltaba en donde estuviera por su impecable apariencia. Era un joven alto, delgado y de gestos elegantes que irradiaba un aura pacífica y bondadosa. Tenía una tez extremadamente clara y unos cabellos ensortijados de color rubio rosáceos. Poseía una expresión alegre con una sonrisa permanente que inspiraba ánimos y energías en cualquiera. Él hablaba con un chico menor de cabellos blancos, ojos miel y de una apariencia frágil, quien le escuchaba atentamente al recibir direcciones y, luego de que el rubio terminara, los dos se despidieron, y el pequeño corrió en otra dirección para adentrarse en la universidad por su cuenta.
Urashima y Horikawa decidieron darle el alcance y el otro aceleró su paso con un gesto de leve torpeza en su rostro.
“¡Hola! ¡Lamento mucho la tardanza!” dijo el recién llegado, alegremente.
“¡Monoyoshi!” Urashima se animó. “¡Casi ni te hemos esperado! ¡Más bien me alegro mucho de verte! ¡Ha sido mucho tiempo!”
“Hehe, sí, ¿verdad? Cuando Kunihiro-san me dijo que estaban en Hanasaki U, me sorprendí bastante,” sonrió ampliamente.
“Ha sido un cambio repentino, supongo debí haberte avisado antes,” dijo Horikawa.
“¡Oh! Antes de que se me olvide…” Monoyoshi abrió su mochila y, sorprendentemente, sacó unos pequeños regalos para los dos. “Les traigo unos obsequios de bienvenida. Les deseo una agradable estadía en Hanasaki, y ojalá nos podamos ver con frecuencia.”
“¡Woah, ¿en serio?!” Kotetsu recibió su regalo y desempacó una serie de dulces tradicionales japoneses muy variados, y claramente de alta calidad. “Ahh~ ¡Muchas gracias! ¡Ahora sí que no voy a pasar hambre durante clases!”
“Vaya, aprecio mucho el gesto,” Horikawa abrió el suyo y notó un paquete de dos lapiceros muy prácticos y de marca. Sin duda, el joven Sadamune había escogido regalos aptos para cada uno. “Gracias por la dedicación. Tendré que pensar en cómo reponértelo. Ahh, me avergüenza no haberte preparado nada.”
“Descuida. Quizás uno de estos días podamos compartir una merienda juntos,” los ojos de Monoyoshi brillaron. “Eres un excelente cocinero, Kunihiro-san, y respeto tu habilidad. Amaría poder aprender mucho de ti.”
“Me halagas, no es para tanto, pero con mucho gusto lo haré.”
“Ah, también traje unas croquetas para Kamekichi,” sacó una bolsa donde había la comida para la tortuga. “Fueron las que el vendedor de la tienda de animales me recomendó.”
“¡Ohh, te acordaste de Kamekichi!” Urashima se emocionó al punto de abrazar al otro. “¡Gracias! ¡¿No es genial, Kamekichi?! ¡Tenemos comida para ti!”
“¡Urashima!” Horikawa jaló a su amigo para que soltara al otro. “Compórtate, por favor. No importunes a Sadamune-kun.”
“No se preocupen,” él movió sus manos para disipar cualquier incomodidad. “Me alegro de haberles animado al menos un poco y estoy al servicio de ustedes. Querían averiguar información sobre un Rebel, ¿no es así?”
“¡Sí, por favor! ¡Es por un asunto muy importante!” exclamó Urashima. Él se detuvo un momento para recordarse mantener discreción. “Ehh… perdón, quisiera decirte por qué exactamente, pero es complicado… ¡espero poder compartirlo contigo algún día!”
“Está bien, lo comprendo. Es muy importante saber guardar secretos,” asintió. “Los conozco muy bien y sé que son buenas personas. Confío en ustedes. También quiero ayudarles en adaptarse a su entorno, y el hecho que estén informados sobre esto es muy importante.”
“Es muy amable de tu parte, Sadamune-kun, muchas gracias,” dijo Horikawa. “Si no me equivoco, me dijiste que conocías a un estudiante aquí que nos podría ayudar, ¿cierto?”
“¡Sí!” Monoyoshi se alegró por la mención y ensanchó su sonrisa. “Me he puesto en contacto con mi senpai y se encuentra en camino. Sé que él solucionará todas sus dudas. Senpai es muy hábil y confiable, se los aseguro.”
“¡Ohh!” Urashima se impresionó y sonrió animado. “Si eres tú quien lo dices, entonces te creo completamente. Ahh~ ya quiero saber cómo es tu senpai~”
“Hehe…” de repente, Monoyoshi fue interrumpido por el ringtone de su celular. “Un momento, por favor. Hola, sí, dime… ¿todo está bien…? T-tranquilo, no llores, mantén la calma…” pese al intercambio de palabras, se encontraba sonriendo comprensivamente. “…está bien, quédate donde estás. En este momento iré a darte el alcance y dirigirte… ¿Eh? No te aflijas, no es ningún problema en lo absoluto… en serio, te lo aseguro… sí, sé dónde estás por la descripción que me diste… estoy en marcha… haha, no te sientas mal, la universidad es enorme. Espérame, por favor… Listo, nos vemos.”
“¿Sucedió algo?” preguntó Horikawa. Había podido oír a un chico más joven al otro lado de la línea el cual había repetido ‘lo siento’ y ‘perdón’ compulsivamente durante toda la conversación.
“Sí, eh, siento pedirles que me esperen más tiempo, pero tengo algo que hacer,” Monoyoshi juntó sus manos para pedirles el favor. “Vine con un compañero de colegio que está aquí para visitar a sus hermanos, pero se perdió y él tiende a angustiarse con facilidad, así que quiero dirigirle mejor para que se ubique.”
“Oh, podemos ir contigo,” se ofreció Urashima.
“Me gustaría, pero él podría sentirse un poco culpable por el gesto, y también es muy tímido. Además, le dije a senpai que nos encontraríamos aquí y quisiera que le esperen,” asintió. “Sé que le reconocerán ni bien lo vean. Él es simplemente excepcional.”
“Está bien, te esperamos,” dijo Horikawa, sonriendo. “Ve tranquilo.”
“Muchas gracias. No me tardaré,” el menor asintió y se puso a correr para adentrarse en la universidad.
Los otros dos le vieron alejarse entre la muchedumbre y el chico no tardó en desaparecer con rapidez. Hubo un corto silencio luego de su partida que trajo una calma breve.
“Hm~ sólo hablar con él me ha puesto de buenas energías,” Urashima sonrió animado.
“Es por su forma de ser,” Horikawa asintió. “Pero pienso que tú eres igual que él en ese aspecto.”
“¿Entonces yo te animo?” el menor se impresionó y vio al otro asentir, lo cual le hizo emocionarse. “¡Hehe, me alegra! ¿Has oído, Kamekichi? ¡Horikawa dice que le animamos! ¡Espero que eso se aplique a otras personas también!”
“Sin duda que lo hace en tu familia. Eres el menor y el alegre, después de todo,” el pelinegro le sonrió tranquilamente. “Pero también tienes que aprender a comportarte debidamente. Si permites que tus emociones te dejen llevar, siempre puedes causar problemas.”
“Uhh, ¿por qué no me pudiste dar más tiempo de alegría?” el rubio hizo un puchero. “Lo sé, y no es que intente portarme mal. Será que a veces no me doy cuenta de las cosas.”
“Siempre tendrás buenas intenciones y el interés de llevarte bien con todos, de eso no hay duda. Pero sabes a lo que refiero.”
“Sí…” él desvió su mirada. “En la práctica de la mañana, senpai se veía muy pensativo y desanimado… espero poder arreglar la situación. En verdad no quise causarles problemas…”
“Estar aquí tampoco es ninguna garantía de que puedes hacer algo,” le recalcó Horikawa. “Venimos por información sobre la guerra entre las HiMEs y los Rebels y para mantenernos al tanto de lo que ocurre. No sería prudente involucrarnos más que eso.”
“Hm…” Urashima alzó una ceja. Se encontraba claramente inconforme, pero se reservó comentarios.
“Ahh, ya me estás preocupando,” dijo Horikawa, con leve impaciencia. “Tienes que prometerme que no piensas entrometerte más en los asuntos de Roxas o nos damos media vuelta en este mismo instante.”
“¿Eh?” ello dejó al Kotetsu en blanco momentáneamente, pero no tardó en fruncir el ceño. “Uhh, no es que piense o quiera hacerlo, pero si descubrimos algo muy importante con lo cual podríamos ayudar, tampoco sería correcto ignorarlo. ¿Acaso eso está mal?”
“En principio, tiene sentido, pero realmente no sé cómo juzgarías las cosas, Urashima…” Horikawa negó. “Por ello insisto, no puedo dejar que te sigas metiendo más en el asunto.”
“Y nuevamente, sería cuestión de ver lo importante que es,” reclamó el menor. “Vamos. Yo que apenas he llegado aquí comprendo lo difícil y complicada que es la situación entre las dos universidades, y no pienso quedarme con los brazos cruzados si es algo tan peligroso.”
“Ahh, pero en verdad que es imprudente. Tampoco puedo permitir que te pase algo.”
“Uhh, deja de temer tanto por mí…”
…
“Si bien no sé precisamente de qué hablan, a mi parecer, a menos que uno se lance en medio de una batalla entre un Rebel y una HiME, en verdad no está cometiendo ninguna imprudencia…” opinó Tsurumaru, quien estaba sentado en una rama de un árbol frente a los dos, a quienes miraba con una pizca de interés. “Todo lo demás es simplemente parte de vivir la vida sin remordimientos, ya que indagar sobre esta guerra es sin duda un gran entretenimiento…”
“¿Eh?” Urashima ladeó la cabeza, confundido ante la intromisión de aquel peliblanco. Le vio saltar y aterrizar frente a ellos completamente inmutado. “¿Entretenimiento? Pienso que es un poco más serio que esto…”
“Ehh, no le dé ideas a mi amigo, por favor,” pidió Horikawa, algo inquieto. “Y tampoco es muy cortés oír conversaciones ajenas.”
“Acabo de llegar, mis disculpas,” el peliblanco levantó una palma tanto en señal de saludo como en reconocer su falta, y sonrió entretenido. “Con una simple inspección visual de los dos, sospecho que son turistas de Hanasaki, ¿no es así? Puedo ver el brillo en sus ojos.”
“¿Cómo que el brillo en mis ojos?” preguntó Urashima, pensativo.
“Haha, sólo una broma, no te molestes en analizarlo. Claramente no trasmití mi punto.”
“Entiendo a qué te refieres, pero no me parece bien que intentes hacer sonar como si todos en esta universidad estuvieran relacionados al lado de los Rebels, o algo así…” dijo Horikawa, meditativo. “A mi parecer, hay personas de todo tipo por aquí.”
“Muy cierto, pero Rizembool tampoco es un lugar en el cual los Hanasakienses deberían bajar su guardia,” Tsurumaru sonrió con simpleza. “Sé el caso de una muy estimada Hanasakiense mía que se ha topado con distintos sucesos extraordinarios durante su semana de orientación, se ha hecho fama con un hermoso apodo en contra de su voluntad y hace poco fue una pokeparada en una implementación limitada en Pokemon GO. Al igual que todo ello, distintas sorpresas fuera de su control podrían ocurrirles en esta universidad si se descuidan.”
“Sí oí que hubo una persona pokeparada… aunque todavía no me acostumbro a tener un Smartphone como para jugar el juego…” Urashima alzó su mirada al cielo.
“Tienes toda la pinta de ser un chico que anda derribando gimnasios enemigos,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aunque también reconozco que no se ven como los estudiantes promedio. Me pregunto cuál será la razón de sus presencias aquí en Rizembool.”
“Mi amigo y yo tenemos algo muy importante que hacer,” le aseguró el Kotetsu. “Más que todo el asunto de estas universidades. Ehh, no quiero sonar descortés o amargado, pero no me parece que te refieras a todo esto como entretenimiento, cuando detrás de cámaras seguro que todos los que están envueltos deben tener tanto de qué encargarse.”
“Te comprendo, pequeñín,” Tsurumaru asintió, sonriéndole como si fuera la cosa más adorable. “Y está muy bien que lo pienses. También déjame felicitarte por tener dicho asunto importante. Sin lugar a dudas, un objetivo es algo más valioso de lo que algunos creen. Te da motivos y razón de ser. De lo contrario, la vida se torna demasiado aburrida. Créanme, lo sé muy bien. Alguien que se siente tan crónicamente aburrido como yo siempre anda buscándole algún sentido creativo a las cosas…”
“…” Horikawa miraba a aquel chico atentamente. Él vestía de ropas blancas y tenía una tez muy pálida, y curiosamente le daba unas vibras familiares a Monoyoshi, aunque aquello era únicamente por apariencias porque los dos no podían ser personas más distintas. Este desconocido se asemejaba mucho más a la forma indiferente de ser de Shinkouhyou y le trasmitía un extraño misterio…
“Aunque sé que mejor me mantengo en mi mejor comportamiento con ustedes,” comentó Tsurumaru cruzándose de brazos. “Por oír sobre sus metas, creo comprender que son ustedes dos quienes estaba destinado a conocer esta misma tarde…”
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó Urashima. La respuesta estaba por llegar, ya que oyó la voz de Monoyoshi a lo lejos resolver todas sus dudas…
“¡Senpai!”
“¡Oh! ¡Monoyon~!” Tsurumaru se le dirigió con una disposición mucho más alegre y observó al chico darles el alcance. “¿Ya estabas en Rizembool?”
“Sí, fui a ayudar a Gokotai a ubicarse porque se había perdido,” se explicó el pelirrosa, sonriendo.
“Ah, el pequeño cinnamon roll. ¡Haha! Sus hermanos se lo hacen difícil por estudiar en esta tierra de nadie. El pobre debe estar paralizado de miedo cada vez que viene.”
“No deberías decir eso, senpai,” objetó Monoyoshi, quien levantó su índice para hacer su punto. “Rizembool es una universidad impresionante y llena de muchas personas geniales y extraordinarias. Tú mismo eres uno de ellos.”
“Haha, lo que digas, pequeño,” Tsurumaru se entretuvo por el comentario y le revolvió los cabellos. “Siempre eres la dosis de positivismo que me falta.”
“Ehh, sospecho que todavía no te has presentado…”
“Tienes mucha razón,” el estudiante de Rizembool regresó su atención a los dos de Hanasaki. “Mi nombre es Tsurumaru Kuninaga. Ustedes dos vendrían a ser los amigos de Monoyoshi, ¿no es así?”
“Sí, mi nombre es Horikawa Kunihiro,” se presentó con una venia.
“¡Y yo Urashima Kotetsu!” él miró a Tsurumaru atentamente. “Hmm, así que tú eres el senpai de Monoyoshi. Pero en verdad se parecen físicamente. ¿No serán parientes o hermanos?”
“No tenemos ningún vínculo familiar, pero eso no me detiene a ver a mi estimado Monoyon como un hermanito,” él miró de reojo a su kouhai. “¿No piensas lo mismo?”
“¡Es todo un honor ser considerado como tu hermano, senpai!” Monoyoshi se notó muy alegre.
“Ah, qué genial~” Urashima sonrió ampliamente. “Sí, tiene sentido. De ser hermanos, Monoyoshi no te llamaría senpai. Ya veo.”
“…” Horikawa le miró de reojo con escepticismo, al considerar que Urashima era el último con el derecho de decir esa misma frase.
“Ya que todos estamos aquí, vayamos a un sitio para conversar mejor,” Tsurumaru se dio media vuelta. “Las cafeterías a esta hora tienden a estar disponibles. Busquemos una mesa.”
“¡Sí!” Monoyoshi asintió y corrió para caminar a la par de su senpai. Se giró momentáneamente para mirar a sus amigos. “Kunihiro-san, Kotetsu-san, sígannos, por favor.”
Los otros dos también les dieron el alcance y el grupo caminó en conjunto por uno de los caminos principales de la universidad. Urashima no dejaba de alzar su mirada para observar las enormes y altas estructuras tecnológicas que contrastaban mucho con la apariencia de Hanasaki.
“¿Y como así se conocen con mi kouhai?” preguntó Tsurumaru para romper el hielo.
“Ellos también son kendokas y pelean con wakizashis,” explicó Monoyoshi, sonriendo. “Por eso estamos en la misma categoría y nos hemos visto muchas veces. Ya de por sí, la familia Kotetsu es muy reconocida en nuestro círculo.”
“Vaya, seré un kendoka también, pero no me sé esas formalidades para nada,” el peliblanco negó y miró de reojo a Urashima con una sonrisa irónica. “Mis disculpas, seguramente esperabas que te reconociera de inmediato, si tienes un linaje tan famoso.”
“No, está bien,” él negó, animado. “En verdad es algo diferente no ser reconocido con tanta facilidad en una ciudad. Es casi reconfortante a veces.”
“Por ello suena a que no pisas el mundo exterior tan seguido,” el mayor se impresionó. “Definitivamente no va para nada con un chico hiperactivo como tú.”
“Bueno, pero ahora que estoy aquí, tengo muchas más libertades,” estiró sus brazos hacia arriba. “¡Quiero irme de viaje a algún lado!”
“Hahaha, ese es el espíritu. Aunque verás que, sin moverte de estas universidades, hay demasiada diversión a tu alrededor. Ciertamente, llegaste al perfecto escenario.”
“Ehh…” Urashima se había quedado confundido porque el otro había arrastrado una muy ligera maldad en sus palabras. “D-de nuevo, no sé qué tan divertido esto se supone que sea…”
“Hahaha, perdón, no puedo evitarlo,” Tsurumaru le restó importancia. “Está bien que tengas miedo y aprehensión. Significa que eres un miembro funcional de la sociedad. Para la mayoría de nosotros, es inevitable encontrarle un humor al respecto.”
“Hehe, no lo digas como si hubiera algo malo contigo, senpai,” comentó Monoyoshi, de buenos ánimos. “Está en la naturaleza humana encontrar entretenimiento y sentir curiosidad por una diversa cantidad de temas, pero en el fondo todos sabemos lo que está bien y lo que no lo está.”
“A veces creo que tienes muchas esperanzas de mí, Monoyon. Ser tu senpai es sin duda una enorme responsabilidad.”
“Eso no es verdad,” le sonrió radiantemente. “Para que seas mi senpai, sólo tienes que ser tú mismo, porque no hay nadie más como tú. Y yo nunca te cambiaría por nadie.”
“¡Ohh Monoyon~!” Tsurumaru se conmovió al punto de revolverle los cabellos con las dos manos. “¡Estaré rodeado de tantas personas lindas, pero tú siempre serás el más adorable!”
“S-senpai… me vas a despeinar…”
“Eso es imposible, siempre andas despeinado y te queda genial~” le dejó en paz y empezó a reírse. “¡Hahaha! ¡Nunca fallas en ponerme de buen humor! Es un placer tenerte por aquí ya que siempre andas tan ocupado, pequeño.”
“Hehe, también me alegro de visitar Rizembool. Ha sido providencial,” el pelirrosa miró a los estudiantes de Hanasaki. “Y definitivamente estoy feliz por tenerles más cerca.”
“En verdad que sí, hace tiempo que no participas en nuestras competencias,” comentó Horikawa. “Debo admitir que he estado un poco preocupado por ti.”
“Como ya tengo mayoría de edad, he estado muy ocupado con deberes de mi familia y más responsabilidades. También estoy por graduarme y la demanda académica ha incrementado.”
“Ohh, suena pesado,” Urashima se sorprendió un poco. “Hehe, bueno, yo no sé de esas cosas porque no soy el heredero.”
“Ehh, creo que yo tampoco lo soy,” confesó Monoyoshi, sonriendo torpemente.
“Tal y como tu familia viene a ser famosa en tu círculo de espadachines, los Sadamune son una familia muy poderosa que controlan una serie de empresas a nivel nacional, y poseen muchos vínculos internacionales,” comentó Tsurumaru, tranquilamente. “Claro, para nuestro Monoyon, ello sólo significa una enorme carga sobre sus hombros.”
“Pero realmente me siento honorado de poder ayudar a mis parientes, es lo menos que puedo hacer.”
“Ohh, había oído que tu familia era de clase alta, pero no había imaginado la magnitud,” confesó Horikawa, impresionado. Él no evitó notar la familiaridad que ellos dos tenían. “Y si no es inapropiado preguntar, ¿cómo así se conocen?”
“Vaya,” Tsurumaru rió para sus adentros antes de contestar con cierta ironía. “Esa es una larga historia.”
“¿Eh?” Urashima ladeó la cabeza. “Será una larga historia, pero tenemos tiempo para oírla, ¿no es así?”
“Senpai y yo nos conocemos desde hace varios años en una reunión exclusiva donde nuestras familias asistieron,” resumió Monoyoshi, tranquilamente y con una sonrisa nostálgica. “Desde ese entonces, supe que nos llevaríamos muy bien.”
“Ciertamente, fuiste el único con la idea,” Tsurumaru negó y se encogió de hombros. “Pero el tiempo me lo demostró…” él sonrió para sí y fijó su mirada al frente, a unas mesas fuera de una cafetería. “En fin, ya llegamos. ¿Qué tal si nos encontramos en aquel misterio que desean resolver?”
“Sí, muchas gracias,” Horikawa asintió en agradecimiento. Sabía que ellos se habían reservado a contestar, pero comprendía bien la privacidad que podrían querer tener, y felizmente Urashima no parecía con el humor de insistir.
Ellos ocuparon una de las mesas en esa área de la cafetería casi completamente vacía. Ahí, Urashima les dijo el nombre de la HiME de interés, y el hecho que buscaban información sobre un exRebel de ella de hace tres años. Y, tal y como Monoyoshi había asegurado, el estudiante de Rizembool fue capaz de asistirles sin ningún inconveniente.
“Es curioso que justo me pregunten sobre dicha HiME,” comentó Tsurumaru mientras sacaba una pequeña Tablet que había traído consigo para revisar unos documentos. “Me encontré con ella en esta universidad hace unos días. El mundo resulta demasiado pequeño a veces.”
“¿Entonces sí nos puedes ayudar?” preguntó Urashima, esperanzado.
“Sí, justo andaba leyendo algunos datos sobre el enfrentamiento del pasado, y tengo la información que buscas en algún rincón de mi Tablet,” comentó mientras pasaba documentos con su dedo en la pantalla táctica. “Específicamente, tenía los datos de aquella HiME listos para ser revisados.”
“¿En serio?” Horikawa se sorprendió y se notó un tanto aprehensivo. “Ehh, ¿qué tan legal es eso?”
“Hahaha, no sabría qué decirte sobre lo segundo, pero Rizembool siempre se ha tomado muchas libertades de ese tipo. Aunque, a fin de cuentas, tanto las HiMEs como los Rebels se vuelven celebridades al tomar sus roles y cualquier estudiante con el más mínimo interés puede saber lo que quieran de ellos.”
“Senpai, ¿acaso en esa Tablet tienes información sobre varias HiMEs y Rebels?” preguntó Monoyoshi, mirando al dispositivo con curiosidad.
“No precisamente, sólo principalmente datos desactualizados del conflicto anterior,” Tsurumaru movió su mano para restarle importancia con una sonrisa entretenida. “A estas alturas, Rizembool intenta mantenerse muy secreto sobre lo que planean hacer, así que obviamente alguien sin conexiones directas con los presentes Rebels como yo no va a tener nada de mucha utilidad.”
“Ah, ya veo,” el pelirosa sonrió. “Tiene mucho sentido.”
“Ehh, ¿y cómo así tienes algo tan raro y eh, peligroso como esa información?” preguntó Urashima, con ligeros nervios.
“Es porque soy una persona que se aburre con gran facilidad,” confesó el peliblanco con toda la normalidad del mundo. “Y para disipar mi aburrimiento, a veces tiendo a encontrar entretenimiento en sucesos agresivos del pasado. Ustedes saben, como el conflicto entre Rizembool y Hanasaki, las guerras mundiales, el Holocausto…”
“Haha, qué cosas dices, senpai,” Monoyoshi rió como si el otro hubiera dicho un buen chiste.
“Entiendo…” Horikawa asintió, comprendiendo que ese ‘senpai’ sin duda no bromeaba.
“Ah, ya lo encontré,” Tsurumaru abrió un documento y giró su Tablet para enseñar a su público los detalles sobre el Rebel que estaban buscando. Ellos vieron la foto de un chico alto y de cabellos rojos y puntiagudos. “Su nombre es Axel, y dicen que fue un Rebel formidable.”
“¡Ohh, ese debe ser! ¡Es la misma descripción del cabello!” exclamó Urashima.
“¡Hahaha! Reconocido por su cabello, qué genial,” Tsurumaru rió con ganas. “Pero sí, tiene perfecto sentido. ¿Y bien? ¿Qué piensan hacer con la información?”
“Ir a conocerlo, obviamente,” Urashima se mostró decidido.
“Deberías ser más prudente, Urashima…” su amigo se vio preocupado. “Es difícil leer a ese Rebel sólo por una foto, y ya de por sí se le ve peligroso…”
“Hmm…” Monoyoshi miró a la Tablet detenidamente. “Yo pienso que puede ser buena gente. Se parece ese chico del blog que te gusta seguir, senpai.”
“Buena memoria,” el mayor sonrió. “Sí, es un blogger reconocido de Rizembool y tiene cosas interesantes que decir. Ya de por sí, aparte de haber sido un Rebel, siempre ha sido una persona sociable, amena y bastante inofensiva, así que dudo mucho que tengan que preocuparse por él.”
“¡Excelentes noticias! ¡Muchas gracias!”
“No hay de qué…”
“Ahh…” Horikawa dio un pesado suspiro. Apreciaba la voluntad de ayudar de los dos, pero no le gustaba que estuvieran dándole cuerda a su intrépido amigo.
“¿Y dónde podríamos encontrarle?” preguntó Urashima.
“No sabría decirte,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aun si tuviera su horario, tengo entendido que ese chico tiene el hábito de faltar a sus clases. Prueba tu suerte en puestos de comida, pero aquí en Rizembool hay muchos lugares de ese tipo.”
“Hehe, tengo toda la tarde, así que no hay problema.”
“Hay que mantener las esperanzas,” Monoyoshi sonrió. “Sé que, si le damos todas nuestras ganas y dedicación, vamos a dar con su paradero.”
“¡Exacto! ¡Ese es el espíritu!”
“Iré con ustedes, me viene bien algo de distracción,” comentó el peliblanco. Entonces, la pantalla de su Tablet anunció que estaba recibiendo una llamada en FaceTime. Él se mostró algo sorprendido y de inmediato lo colgó para poner su dispositivo en no molestar. “Ehh, ignoren eso.”
“Senpai, ¿acaso te has escapado de tus quehaceres nuevamente?” preguntó Monoyoshi.
“Ehh, pues…”
“Pude ver que Yagen-san te había llamado, y él sólo acude a ti en caso de una emergencia.”
“Ahh, no puedo ocultártelo, pequeño…”
“Entonces debes ir cuanto antes,” insistió. “Es bueno que seas más responsable y tampoco quiero que te generes problemas con tu equipo de trabajo,” bajó su mirada. “Ehh, siento haberte importunado en un día tan importante…”
“N-no, no te disculpes, no te lo tomes personal,” el mayor movió sus palmas y sonrió incómodo. “Tú sabes que yo soy de escaparme, y estos últimos días han sido muy cargados de trabajo. Me ha venido bien verte.”
“A mí también, siempre es un placer,” le sonrió. “Tengo una tarde libre la próxima semana, así que regresaré para entonces. Por mientras, prométeme que realizarás bien tus obligaciones.”
“A veces te gusta tomar el rol del senpai, ¿no es así?” se encogió de hombros y recogió su Tablet para levantarse de su sitio. “Bueno, a pedido de mi estimado kouhai, tengo que irme. Suerte en su manhunt~”
“¡Muchas gracias por todo!” exclamó Urashima.
“Sí, gracias por tu ayuda,” Horikawa asintió.
“Le mandas saludos a Yagen-san de mi parte,” dijo Monoyoshi, sonriente.
“Sí, preferiría hablar lo menos posible con él, pero lo haré…”
Tsurumaru se despidió con un gesto de su mano y se marchó al verse despachado por su lindo kouhai. De todos modos, ya había cumplido con su deber ahí y sabía muy bien que si continuaba escapándose de su proyecto le esperarían serias represalias.
Con el estudiante de Rizembool fuera del mapa, los otros tres también se levantaron de esa mesa para iniciar la búsqueda por el exRebel.
“Bueno, apuesto a que Rizembool es igual de basto que Hanasaki…” Urashima se puso a pensar duramente. “Uhh, no tengo ideas. Kamekichi también parece confundido…”
“Tal y como senpai dijo, sería un buen punto de partida buscar en sitios de comida,” sugirió Monoyoshi. “Son buenos lugares donde pasar el tiempo.”
“También es lo que tenemos a nuestro alcance,” Horikawa revisó su celular, con el cual había tomado una foto de la Tablet para tener la imagen del exRebel. “Menos mal dicha persona tiene una apariencia resaltante. Aun si va a ser difícil dar con él, no sería complicado distinguirle.”
“Hehe, buen punto, Horikawa,” Urashima asintió con muchos ánimos. “¡Me siento más seguro de que lograremos victoria sólo por eso!”
“Las cosas son muy simples para ti,” su amigo negó.
“¡En marcha! ¡Rizembool no se va a revisar solo!”
Ellos caminaron por un rato en los alrededores, mientras miraban a las personas congregadas en los sitios de comidas. Monoyoshi sirvió de guía a los de Hanasaki ya que estaba bastante familiarizado con la universidad. Si bien estaban cubriendo los distintos lugares con relativa rapidez, la universidad sí era gigantesca y tampoco era certero que darían con el paradero del exRebel con una búsqueda tan especializada.
“Por aquí tampoco,” Horikawa dio un suspiro. “Me pregunto cuánto nos queda por revisar.”
“Bastante, siendo sinceros,” comentó Monoyoshi, de buenos ánimos. “Sigamos por aquí. Hay un grupo pequeño de tiendas. Si no me equivoco, también hay mesas y sillas así que puede ser una posibilidad.”
“Entendido, gracias~” Urashima dio un saludo militar y los tres comenzaron a caminar hacia la dirección mencionada. “Tengo una pregunta, Monoyoshi.”
“Claro, dime.”
“Es algo que he estado meditando todo este rato que vamos caminando juntos. ¿Tú has estado en el mismo colegio de tu senpai? Ehh, para que lo llames así, imagino que habrá sido tu superior en algún momento.”
“Hehe, no realmente. Pues, hace varios años, solía estudiar en Rizembool, pero eso fue antes de que conociera a senpai. También nuestra diferencia de edad no haría posible que estuviéramos en la misma subdivisión escolar.”
“Sí, se nota que él es mayor que nosotros por algunos años,” Horikawa asintió. “O puede ser que sus familias sean allegadas o te haya ayudado a entrenar…”
“Tampoco, ehh, viéndolo desde un punto de vista lógico, en verdad mi razón es un tanto bizarra,” el pelirrosa sonrió con torpeza.
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó Urashima, confundido.
“Simplemente lo llamo mi senpai porque pienso que es una persona excepcional y espero algún día ser como él,” contestó con alegría y asintiendo con gran decisión. “Sé que me falta mucho que crecer y que aprender, pero no me daré por vencido.”
“Vaya, admito que me sorprende oír eso,” Horikawa alzó una ceja con leve desconcierto.
“¿Por qué?”
“Ehh, Monoyoshi…” y Urashima sonrió incómodo. “Yo pienso que tú eres perfecto tal y como estás. Hehe… me cuesta creer que alguien tan genial como tú quiera apuntar a ser alguien tan… como él… ¡N-no que intente ofender ni nada! ¡Es sólo mi parecer! Ehh…”
“Está bien, entiendo,” el otro sonrió comprensivamente. “Sé que mi senpai puede ser una persona ocurrente a veces, pero es parte de su divertida personalidad. Realmente no lo veo como nada malo, aunque entiendo tu punto.”
“S-sí…” más que nada lo decía porque aquel peliblanco le había dado la impresión de ser ligeramente ‘maligno’, aunque mejor lo dejaba así. “Pero me gusta cómo se llevan. Se nota que los dos son cercanos.”
“Tengo el privilegio de tener una buena amistad con mi senpai. En verdad es como un hermano para mí,” comentó con mucha alegría.
“Me alegro mucho por ti, Sadamune-kun,” Horikawa asintió. Recordaba vagamente que el pelirrosa venía de una familia con más de un posible heredero, aunque en el tiempo que le conocían él nunca se había expresado con respecto a tener hermanos, así que quizás dichas personas no eran parte de su familia nuclear… Tal vez se encontraba pensando demasiado al respecto.
Ellos llegaron al grupo pequeño de tiendas entre otros edificios de clases. Había una pequeña área de mesas donde unos cuantos estudiantes aprovechaban la inaccesibilidad del lugar para estudiar en armonía. Con una vista rápida a ese grupo y a las tiendas, pudieron rápidamente descartar la presencia de dicho exRebel.
Sin embargo, tanto Urashima como Horikawa se sorprendieron al ver a quien sin lugar a dudas era el presente Rebel de Cho salir de una pequeña librería con algunos artículos.
“¿Hm?” Komaeda de inmediato les reconoció y se acercó hacia ellos con una sonrisa. “Vaya, pero qué grata sorpresa. ¿Ustedes son los amigos de Roxas? Me siento muy afortunado de encontrarme con ustedes. ¿Qué hacen en Rizembool?”
“Ihh…” Urashima se tensó y frunció el ceño. No sabía ni qué decirle luego del ataque que había causado hace un par de días.
“Eh, buenas tardes,” Horikawa hizo una reverencia. Se encontraba un tanto incómodo, pero mantuvo su formalidad de siempre y sonrió un poco. “No es nuestra intención meternos en su camino. Sólo nos encontrábamos de paseo.”
“Realmente sería un gran gusto poder acompañarles y dirigirles por la universidad, si les parece,” confesó el peliblanco. Él posó su mirada en el otro chico. “Ah, no me he introducido. Mi nombre es Nagito Komaeda. Es un gusto conocerte.”
“Yo soy Monoyoshi Sadamune,” le correspondió el saludo con gentileza. “Igualmente.”
“N-no estés tan alegre de conocerle…” le susurró Urashima.
“¿Eh? ¿Por qué no?” el pelirrosa se confundió.
“Él es el presente Rebel de la HiME de la que habíamos hablado.”
“Ah,” y pese a eso, Monoyoshi se mantuvo inmutado y se mostró igualmente feliz. “Entonces usted es un Rebel. Es un gran placer. Creo no haberme cruzado con un Rebel antes.”
“Ahh, realmente me alegra que le rindas homenaje al rol de Rebel,” Komaeda se animó. “No lo digo por mí porque sé que yo dejo mucho que desear, pero incluso en Rizembool algunos parecen temer mucho a mis excepcionales colegas.”
“Hehe, comprendo que es inevitable, es un asunto sensible para la mayoría.”
“O-oye, en serio, no sigas,” le pidió Urashima a su amigo. “Este tipo es peligroso.”
“¿Eh?” ladeó su cabeza. “Pero te encuentras buscando a un exRebel con grandes ánimos. ¿Cómo vendría a ser diferente?”
“Si bien todavía me falta mucho por aprender, asumo que los Rebels no tienen por qué ser todos agresivos ni estar activo en sus roles permanentemente,” resumió Horikawa, pensativo. “Aunque claramente soy nuevo aquí como para tener el conocimiento necesario…”
“Ihh, luego de lo que vimos el otro día, preferiría que no fueras tan fríamente analítico, Horikawa,” le pidió Urashima, incómodo.
“Admito que notar sus intereses en comprendernos mejor me alegra mucho el día,” Komaeda se vio complacido. “Sinceramente, tengo toda la voluntad de hacerme explicar para que otras personas comprendan mi punto de vista. Después de todo, pienso que tanto Rizembool como Hanasaki son lugares increíbles, valiosos y por encima de todo lo demás.”
“¿A qué te refieres?” preguntó Horikawa.
“Es muy evidente que no hay ningún otro lugar en el mundo donde existen los Rebels y las HiMEs porque esta genialidad es exclusiva de nuestro entorno. Hanasaki ha cultivado a las HiMEs y las ha hecho fuertes para batallar contra los Rebels y resistir el asedio constante de Rizembool, quienes manejan inimaginable tecnología y recursos para alzarse a la par de su institución rival.”
“Hm, lo que dices tiene mucho sentido.”
“Lo tiene, ¿no es verdad? Es por ello que tanto Rizembool como Hanasaki representan la esperanza de nuestra sociedad.”
“Esperanza…”
“Sí, son la esperanza de una sociedad conformista y desinformada de los límites humanos porque sobresaltan en lo que hacen y llegan a metas impensables para las demás personas. Es por la gente decidida y temeraria presente en nuestras instituciones que tanto se puede lograr en el planeta en sí.”
“Sin lugar a dudas, estas universidades poseen grandes fuerzas y potenciales que muchas otras personas envidiarían, pero el sacrificio de ambos lados sí es muy palpable…” Horikawa miraba al piso mientras lo analizaba, y levantó su mirada hacia el Rebel. “Eso quiere decir que ambas instituciones realmente podrían lograr bastante si fueran a cooperar entre sí.”
“Me temo que no.”
“¿Eh? ¿Por qué no?”
“Es la guerra entre las escuelas lo cual les ha hecho desarrollarse al máximo. Si una sola de nuestras instituciones existiera en el mundo sin un rival semejante, el progreso se minimizaría y ni los Rebels ni las HiMEs estarían al nivel en el cual están. Rizembool no tendría sus desarrollos tecnológicos y Hanasaki no incentivaría a las HiMEs a crecer como guerreras y como personas… por ello no queda de otra que causar que nuestras dos potencias peleen entre sí para realmente mostrar todo su potencial y ser la verdadera y deslumbrante esperanza en la cual necesitan convertirse por el bien de nuestra especie.”
“Vaya, no lo había pensado de ese modo anteriormente…”
“Ehh, H-Horikawa…” Urashima comenzaba a asustarse.
“Es por esa razón que soy un Rebel, para darle desafíos a Hanasaki y a mi HiME y brindar ayuda en lo que eventualmente significará un desarrollo de alguna de nuestras partes. Porque sin importar si fuera a ganar o a perder, es el avance de nuestras grandes instituciones y de la esperanza de la humanidad la cual se enriquecerá,” el Rebel sonrió con gran inspiración y alegría mientras celebraba su obsesiva idea. “Pienso dar lo mejor de mí, pero también veo mi relación con mi HiME como de compañerismo, y quiero ayudarle a levantarse como HiME, para que así ambos podamos ir a la par y contribuir con nuestros esfuerzos…”
“Para así avanzar más los roles de las instituciones y crecer en aquella esperanza a la cual te refieres…” completó Horikawa.
“Veo que me comprendes.”
“Claro, tiene mucho sentido,” le sonrió.
“¡AHHH! ¡Horikawa!” Urashima no lo aguantó más y agarró a su amigo de los hombros para agitarle con fuerza. “¡No te dejes llevar! ¡No he seguido al detalle eso de esperanzas o roles o lados, pero lo importante aquí es que todas las guerras son malas! ¡Deja de oír al Rebel!”
“¡U-Urashima! ¡Me mareas!”
“¡No quiero perderte a Rizembool ni a este demente, por favor!” dejó de sacudirle y le agarró de un brazo para jalarle consigo. “Nos despedimos de este Rebel cuanto antes.”
“Ehh, un momento, por favor,” Monoyoshi sonreía entretenido al notar lo nervioso que se había puesto Urashima por el análisis de su amigo, y caminó hacia el Rebel. “Disculpe la molestia, pero quisiera pedirle una ayuda.”
“Estaría feliz de ayudar. ¿De qué se trata?”
“¿De casualidad usted sabe dónde podríamos ubicar al exRebel de su HiME? Es importante que podamos dar con su paradero. Sin embargo, no hemos tenido el privilegio de conocerle. Si no me equivoco, su nombre es Axel…”
“Oh, buen punto,” Horikawa paró de dejarse jalar para regresar donde el Rebel. Cierto, era muy probable que dicho Rebel al menos supiera sobre su antecesor. “En verdad nos sería de gran ayuda si pudiera darnos ideas.”
“Suena a que sí le pueden conocer, por saber su nombre y todo…” Komaeda levantó su mirada, con cierta duda y sumergido en meditación. “Sin embargo, no sé qué tan buena idea sería si fuera a revelarles un posible paradero de mi senpai. Él ya no está envuelto con Rizembool, y no quisiera causarle ninguna molestia innecesaria.”
“Pero Komaeda-san,” Horikawa se vio determinado. “Pienso que esto es muy importante para proteger aquella esperanza de la cual usted nos habló.”
“Ehh…” Urashima volvió a tensarse al notar que su amigo no había terminado de seguirle la cuerda al Rebel.
“¿Cómo así?” Komaeda mostró un genuino interés. “Seguramente un Rebel inútil como yo ha perdido algún pedazo de información sumamente importante. Ilumíname, por favor.”
“No hay necesidad de recriminarse al respecto. Lo que sucede es que nos hemos enterado de algo levemente inquietante,” comentó el pelinegro. “Nos han dicho que Roxas tuvo algún altercado con el exRebel y desde entonces ha tenido grandes inconvenientes con la rivalidad entre Hanasaki y Rizembool. Venimos con la intención de dar con el exRebel y, con un poco de suerte, poner fin a dicho problema que le impide a Roxas desempeñarse como un buen Key.”
“No sabía al respecto…” el peliblanco se impresionó.
“Key…” Monoyoshi se puso a pensar. “Como estudiante en la secundaria de Hanasaki, me han comentado que ese es un rol muy importante para la HiME, al ser aquel quien la apoya más durante su pelea. Si el Key de una HiME tiene problemas para servir como apoyo, eso indicaría que ambos están en una gran desventaja, y que la esperanza proveniente de Hanasaki no se encuentra brillando a la altura en la cual debería.”
“Sí, precisamente,” Horikawa asintió. “Pero si decidimos hacerle frente a la fuente de la discordia, quizás podamos disipar los problemas y apoyar al Key y a la HiME a hacerse fuertes y volverse en una esperanza mucho mayor a la presente.”
“Eso indicaría que la propia esperanza de Hanasaki se alzaría,” el pelirrosa sonrió emocionado. “No, incluso mejor, significa que el Key y la HiME superarían un fuerte obstáculo que permitiría que sus esperanzas personales se refuercen y nazcan renovadas.”
“…lo cual podría causar que mi HiME se vuelva más fuerte y crezca en la compañera de batalla que había esperado conocer desde el inicio,” Komaeda se emocionó. “¡Estoy completamente de acuerdo! Ciertamente, me siento extremadamente afortunado de haberme encontrado con dos personas que comprenden mis pareceres y me han ayudado a poner tanto en perspectiva… Ahh, este encuentro de la tarde ha sido un enorme placer para mí.”
“Para nosotros también, y deseo fervientemente que lo mejor salga de esta rivalidad entre nuestras escuelas,” comentó Monoyoshi.
“Sin lugar a dudas,” Horikawa estuvo de acuerdo.
“¡P-P-Párenla!” y un asustado Urashima procedió a sacudirlos a los dos. “¡No puedo ser el único aquí que piensa que este Rebel tiene un tornillo flojo! ¡Por favor, no sean como él! ¡Nooo!”
“C-calma, estamos en confianza,” Komaeda sonrió incómodo. “Pero he decidido ayudarles. Conozco bien a mi senpai, ya que le he buscado varias veces para hablar sobre mi HiME, aunque él nunca quiso colaborar conmigo. Sin embargo, sí sé dónde podría encontrarse justo en este momento.”
“¿En verdad?” preguntó Horikawa, quien se recobraba de la sacudida de parte de su amigo.
“Él a estas horas frecuenta un Starbucks que queda cerca de la facultad de comunicación. Es un cómodo local y de su agrado porque lo he visto varias veces ahí. De lo contrario, hay una biblioteca cercana donde ofrecen varios sillones, y a veces va ahí a darse una siesta. Si no está en ninguno de esos sitios, puede que no se encuentre dentro de la universidad.”
“Ahh, sé dónde quedan ambos lugares,” Monoyoshi juntó sus manos con emoción y dio una reverencia al Rebel. “Komaeda-san, le agradezco por su ayuda y ojalá nos podemos volver a ver pronto. Le deseo una buena tarde.”
“Igualmente, ha sido un gusto platicar con ustedes.”
“Lo mismo digo,” Horikawa asintió.
“¡Sí, ya, vámonos!” Urashima agarró a sus dos amigos y los jaló para terminar con ese encuentro lo antes posible. Para variar, se sentía como el único cuerdo de su grupo.
El Rebel se despidió con su mano y una sonrisa confundida y los visitantes a la universidad salieron de dicho ambiente para retornar a uno de los caminos principales donde irían hacia esos sitios que frecuentaba el exRebel de interés.
Los tres caminaron una distancia considerable dentro de esa inmensa universidad que parecía no tener fin. Ellos decidieron apostar primero por aquel Starbucks al ser un lugar público donde podrían hablar con libertad, y efectivamente dieron con aquel pelirrojo, el cual ocupaba una mesa y revisaba su Tablet mientras terminaba su café.
“Es él, no hay duda,” comentó Urashima en voz baja. Ellos entraron al local y miraban al chico de lejos mientras se organizaban sobre qué debían hacer.
“Sí, tiene una apariencia que resalta,” Horikawa asintió. “Ustedes espérenme, iré a hablar con él.”
“No, no, yo también quiero hacerlo,” insistió el Kotetsu. “Este asunto es importante para mí, no lo olvides.”
“Lo sé, pero preferiría iniciar la conversación. Quisiera supervisarte.”
“No te vengas con eso ahora, por favor. Ya no soy un niño.”
“Sí lo eres en muchos aspectos, y por ello es mi intención mantenerte un ojo encima.”
“Uhh, quisiera que confiaras más en mí. Además, sólo queremos hablar, no es que vayamos a pelear contra nadie…”
“…” Axel dio un cansado suspiro y miró a los dos parlanchines de reojo, quienes le habían llamado la atención al claramente estar hablando sobre él. “¿Se puede saber qué quieren? Me están desconcentrando.”
“Eep-” Urashima se asustó y entró en pánico. “¡Ahhh, p-perdón, señor Rebel! Ehhh…”
“Buenas tardes,” Monoyoshi dio un paso adelante y sonrió con cordialidad. “Siento que le hayamos incomodado, pero quisiéramos hablar con usted por un momento, si no es mucha molestia…”
“Si esto se trata sobre las próximas votaciones para los representantes estudiantiles, creo que he escuchado a todos los candidatos habidos y por haber promocionarse. Les encanta pasearse por las cafeterías,” el pelirrojo se encogió de hombros y volvió a mirarles fijamente. “Claro, lo digo en broma. Por llamarme ‘señor Rebel’, su asunto es otro, ¿no?”
“Sí, lo es,” Horikawa asintió y adoptó seriedad. “Ciertamente, no queremos causarle molestias, pero es por un asunto de importancia.”
“Hm…” el mayor les miró con cierto escepticismo mientras meditaba sobre si debía hacerles caso o marcharse, aunque al final se encogió de hombros con un gesto de indiferencia. “Bueno, no me duele al menos oírles. ¿De qué se trata?”
“¡M-muchas gracias, señor Rebel!” Urashima hizo una rápida reverencia, todavía con algo de temor. “Ehh… se trata sobre su HiME…”
“Sí, lo supuse,” él señaló la irrelevancia con un gesto de su mano. “¿Qué hay de nuevo?”
“Pues, es sobre su hermano, y… eh…” Urashima quiso continuar, aunque de inmediato recordó que su amigo pelirrosa se encontraba presente, y quizás lo mejor era no tocar un tema tan delicado frente a él…
“Oh, seguramente esa conversación no me concierne,” Monoyoshi pareció captarlo y sonrió comprensivamente. “Lo entiendo, entonces lo mejor sería retirarme.”
“Ehh, casi no hemos tenido oportunidad de conversar, pues…” Horikawa se le dirigió, un poco incómodo. “¿Estaría bien si nos esperas un momento?”
“Si vamos a hablar sobre esto, mejor no en una tienda confinada donde todo se escucha,” Axel se levantó de su sitio. “Acababa de terminar, de todos modos. Síganme afuera y luego pueden volver por su amigo.”
“S-sí,” Urashima asintió con rapidez.
“Entendido, mucho gusto,” Monoyoshi asintió con energías.
“Siento tener que excluirte…” se disculpó Horikawa.
“Descuida, entiendo lo importante que son los secretos. Tómense su tiempo.”
Dicho esto, el exRebel desechó su contenedor vacío y salió de la tienda, seguido de los otros dos. Caminaron una corta distancia hasta que llegaron a un lado del pasillo donde había una banca disponible, donde Axel tomó asiento y miró a los otros dos que le habían interrumpido su rato a solas. No era un ambiente particularmente libre de personas al haber varios caminando por ahí, pero sin duda no llamarían la atención de nadie.
“Bien, soy todo oídos, pero si se trata de algo irracional, pienso irme, ¿han comprendido?”
“Sí, gracias, señor Rebel…” dijo Urashima.
“Ah, y deja de llamarme así, es cansado…” negó el pelirrojo. “Name’s Axel, got it memorized?”
“Sí, Axel,” Horikawa asintió. “Verá, nosotros somos nuevos estudiantes en Hanasaki y estamos en el club de kendo con Roxas. Y pues… estamos preocupados por él y por su hermana, porque no se encuentran en buenos términos…”
“Espero que no quieran que haga algo al respecto,” Axel comenzó a hacerse una idea sobre a qué iba la presencia de esos dos, y sin duda no participaría en nada muy ‘demente’. “Por si no lo saben, el chico me odia, por más que mi relación con la HiME haya mejorado un poco.”
“Ehh, sabemos eso…” Urashima desvió la mirada. “Y eh… venimos porque uno de los amigos de mi senpai nos dijo que parece que el odio de Roxas hacía usted se debe a algo que ocurrió en el pasado entre los dos.”
“Quisiéramos saber qué sucedió,” resumió Horikawa. “Roxas es nuestro amigo y es importante para nosotros comprender su pasado.”
“…” Axel había escuchado suficiente y se levantó, para mirar a los dos con leve hastío. “No, no esperen que les diga nada. Con permiso.”
“¡E-espere!” exclamó Urashima.
“¿Qué creen que son, con toda honestidad?” el exRebel llevó sus manos a sus caderas y encaró a Urashima, quien se retrajo un poco por el gesto. Axel habló con un tono cansado y neutral. “Podrán ser sus amigos, pero eso no les da derecho a envolverse en su vida personal. Es más, los amigos no van a espaldas de otros a averiguar detalles sensibles. No se crean con el derecho de buscar información de lo que gusten sólo por tener curiosidad. My two cents, ahora váyanse.”
“¡U-un momento!” el rubio se interpuso. “¡Por favor, esto es muy importante!”
“No puede ser más importante que la privacidad de tu amigo, ¿no? Es mejor que no te metas en estos asuntos. Es más serio de lo que crees.”
“¡Lo sé! ¡Por eso estoy aquí!”
“No me importa,” Axel se abrió para evadirlo y comenzar a marcharse. “Lo que sea que creas no justificará lo que estás haciendo. A mi parecer, no se trata de ninguna emergencia y no colaboraré con tu insana curiosidad…”
“¡P-pero…!” era obvio que el pelirrojo estaba decidido a irse… así que sintió que no tenía otra opción que decirle la verdad. “¡L-lo que sucede es que Roxas es mi hermano mayor!”
“¡U-Urashima!” Horikawa se sobresaltó por la exclamación de su amigo. “¡¿De qué hemos hablado?!”
“…” Axel se detuvo.
“¡Es evidente que no vamos a llegar a ningún lugar a menos que sea sincero! ¡T-también es justo para los demás que estén informados!” Urashima comprimió sus puños y desvió su mirada. “¡N-no sé si estoy haciendo bien o no, pero realmente estoy preocupado por mi senpai y no quiero dar marcha atrás ahora!”
“Lo sé, pero…”
“¿Cómo que eres su hermano?” el pelirrojo se dio media vuelta. Tenía una expresión de leve impresión y gran escepticismo. “O sea, por tu carácter y apariencia definitivamente te pareces a él, pero… ¿cómo esperas que vaya a creerme ese cuento.”
“¡N-no…! No es un cuento…” Kotetsu se tensó y bajó su mirada.
“Y aun si no lo fuera,” el exRebel se encogió de hombros. “Todo lo que sé de los hermanos Tanaka es que son huérfanos que fueron adoptados por una familia hace varios años. Nunca figuró nada de los orígenes de ninguno de los dos, así que… ¿por qué tendría que rendirle homenaje a alguien de una familia que no hizo más que abandonar a tu supuesto hermano?”
“¡…!” Urashima comprimió sus puños por aquella mención que claramente le había hecho enfadar, y necesitó unos segundos para calmar su molestia y mantenerse tranquilo. “Mi familia nunca abandonaría a uno de sus miembros… todos somos unidos, y pretendemos serlo siempre.”
“¿Entonces?” Axel alzó una ceja.
“Roxas fue arrebatado de nosotros, hace muchos años, en un ajuste de cuentas…” el rubio sacó el fólder manila con toda la información de su mochila y se la extendió al pelirrojo. “Aquí está todo lo que necesitas saber.”
“¡O-oye!” Horikawa se alteró, pero el Rebel llegó primero y tomó los documentos para darles una ojeada. Eso llevó al pelinegro a dar un pesado y torturado suspiro. “¿Qué haces cargando esos papeles contigo a todos lados…?”
“N-no sé cómo otros me creerían si no lo hago, y puede que sea importante…” el menor desvió su mirada, sabiendo que se encontraba en problemas.
“Ahh, ahora comprendo por qué la HiME te creyó tan fácilmente…”
“¿Cho ha visto todo esto?” preguntó Axel, mientras pasaba de un documento a otro. “No le debe haber sentado nada bien. Ella es muy impresionable. Como su Rebel, lo sé bien…”
“Pues no…” Horikawa negó.
“Por esto es que quiero saber qué sucedió,” suplicó Urashima. “Por favor…”
“…” Axel se quedó en silencio dando más lecturas superficiales a los documentos. Y finalmente se dirigió al chico. “Soy escéptico, y no me comeré el cuento al cien por ciento, aunque entre todo esto y tus similitudes a Roxas, quizás haya algo de verdad…”
“¡E-es verdad! ¡Lo juro!”
“En fin, al menos me convenciste a que te dijera lo más general del caso…” el exRebel negó. “Para abreviar la historia, fui amigo de tu supuesto hermano antes de ser un Rebel, hace ya cuatro años. Y cuando me convertí en el Rebel de Cho, usé mi amistad con su hermano para debilitarla y causar que los dos se pelearan y se separaran…”
“…” Urashima se preocupó por esa revelación.
“Aun en ese entonces, admito que me arrepentí con rapidez, pero ya no había mucho que podía hacer,” Axel se encogió de hombros. “Para que los dos sufrieran tanto por mi acción es porque ellos ya tenían sus imperfecciones como hermanos. Ciertamente, no confían ni se comunican entre sí y parece haber más problemas personales de por medio. En fin, no soy psicólogo.”
“…” Horikawa desvió su mirada. “Esto ayuda a poner las cosas en perspectiva…”
“Es una lástima. Roxas es en verdad un buen chico, y me habría gustado mantener mi amistad con él. Sin lugar a dudas, ser un Rebel sacó lo peor de mi persona, aunque no es como si siempre hubiera tenido grandes esperanzas de mí mismo…” Axel trató el tema con trivialidad y un poco de ironía, pero sí daba indicios de haber sido honesto con sus deseos.
“Muchas gracias por todo esto,” Urashima volvió a dar una reverencia y, al terminar, le miró con gran determinación. “Ahora, tengo un gran favor que pedirte.”
“¿Favor?” Axel se quedó perplejo.
“Quisiera que fueras a hablar con Roxas para cerrar este capítulo de una vez por todas.”
“¡E-espera!” Horikawa se impresionó. “¿Qué clase de pedido es ese? ¡Recuerda que sólo hemos venido por información!”
“S-sé que dije eso, pero en verdad quiero ayudar a senpai, y no le veo de otra que hacerle enfrentar su pasado,” confesó el rubio, quien había juntado sus índices y desviado su mirada por temer la latente ira de su amigo.
“Urashima, tú dijiste que serías más cuidadoso con la información…”
“Pides demasiado de mí,” Axel se encontraba tomando fotos de algunos documentos con su celular distraídamente.
“Ehh…” el Kotetsu se congeló. “¿Q-qué haces…?”
“Revisaré la veracidad de algunos documentos policiales y las pruebas de laboratorio, además de las noticias de periódico de hace dos décadas. Seré discreto, tú tranquilo,” él terminó y le devolvió el fólder. “Pero bueno, se nota que te importa Roxas, y yo una vez fui su amigo, así que… está bien, te haré el favor de ir a hablar con él.”
“¡¿En serio?!” los ojos de Urashima se iluminaron.
“Ehm…” mientras que Horikawa se preocupó con gran gravedad.
“Ah, pero si pudiera ser en un lugar como un dojo o en un campo abierto o discreto…” Axel sonrió y se encogió de hombros. “Roxas va a querer atacarme, así que habrá que darle su capricho un poco, ¿no lo crees?”
“¿E-estará bien?” el rubio se preocupó.
“No digo que me vaya a dejar lastimar. Si la historia es alguna indicación, sigo siendo más fuerte que él. Pero al menos que sea en un sitio privado.”
“De todos modos,” Urashima sacó su celular. “Déjame agregarte a Whatsapp y ahí vemos todos los detalles, ¿te parece?”
“Vaya, las cosas que hago por los niños…” Axel negó, pero sabía que no había punto para negarse. Después de todo, algo que estaba en el interés del pelirrojo era también dejar su pasado como Rebel detrás, y aquella rara oportunidad podría resultar un poco fructuosa.
“Deben estar bromeando…” Horikawa se dio un facepalm, preocupado, mientras los otros dos intercambiaban contactos.
“Todo estará bien, Horikawa,” Urashima sonrió. “Confía en mí.”
“¡N-no podemos estar seguros de esto! ¡Ni que conociéramos a Roxas lo suficiente como para saber cómo se tomará esto! ¡Él no va a estar de acuerdo en que suceda este encuentro!”
“Ah, definitivamente no,” Axel negó. “Asumí que mantenerlo secreto de él era implícito. De lo contrario, nunca se daría.”
“Entendido,” el rubio asintió con una simple sonrisa.
“Imposible…” Horikawa desvió su mirada consternado y notó que Monoyoshi se acercaba hacia ellos y traía algunas compras del Starbucks.
“Ehh, espero no interrumpirles nada…” el pelirrosa dio una pequeña reverencia.
“No, creo que acabamos de terminar,” Axel se encogió de hombros.
“Se me ha presentado un compromiso, así que no me queda mucho tiempo aquí, y quería convidarles una merienda. Hehe, es prácticamente la hora del lonche.”
“¡Ohh! ¡Muchas gracias!” Urashima se emocionó. “¡Ahh, es muy amable de tu parte!”
“Nuevamente me encuentro en deuda contigo,” comentó Horikawa, impresionado.
“Está bien, lo importante es compartir un momento juntos. Usted también, Axel.”
“Ah, me compraste merienda también. No tenías que, pero tampoco me haré rogar. Gracias.”
“Esta ha resultado siendo una visita muy útil y genial,” comentó Urashima al pelirrosa. “¡Muchas gracias por guiarnos y permitir que todo esto haya sucedido!”
“No hay de qué,” le contestó con alegría. “Sólo espero lo mejor para ustedes.”
“Y lo será, ahora que hemos reorganizado un reencuentro importante.”
“Los reencuentros son muy importantes, ¿verdad?”
“¡En verdad que sí!”
“¡Urashima! ¡Sadamune-kun no sabe nada del asunto!” le reclamó Horikawa. “¡Y no sabemos a ciencia cierta qué va a ocurrir!”
“Uhh, deberías mantenerte positivo, Horikawa…”
“N-no se trata de eso…” el pelinegro comprimió sus puños. A esas alturas, sólo le quedaba desear que no fuera a haber muchas complicaciones. Comenzaba a arrepentirse de haberle ayudado a organizarlo todo.
Ellos continuaron con esa pequeña y corta reunión un poco más, y ni bien el guía improvisado se retiró, siguieron los planes para ese encuentro con Roxas que debía suceder lo antes posible.
La semana comenzaba a encausarse hacia su tan esperado clímax.