Author Topic: neverland 1.1: you can (not) escape  (Read 113944 times)


Kana

neverland 1.1: you can (not) escape
« Topic Start: December 06, 2013, 05:27:06 PM »
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El mundo estaba regido por un orden y tiempo, tiempo para despertar, para trabajar, estudiar, un  tiempo significativamente más pequeño para un break y el café, tiempo de volver a casa, y generalmente llegar tan cansado que sólo se disponen a cepillarse los dientes e irse a la cama. Los días, en el mundo, eran muy parecidos todos.

La gente caminaba en grandes grupos por las calles, se detenían en las esquinas y esperaban la luz verde para pasar a paso apresurado, otros apretaban los dedos sobre el manubrio de sus vehículos aguardando en cambio de luz. El boulevard con algunas personas leyendo el periódico en alguna cafetería y de este modo enterándose de la noticia sensacionalista de turno, del rumor farandulero que la mayoría dicen no interesarles pero muchos siguen sigilosamente atentos, en tanto, dejando los verdaderos sucesos importantes de lado. Aquellos donde la opresión y las injusticias son tapadas con noticias deportivas, de prensa rosa y cotilleos absurdos que sólo contaminan la mente humana.

La gente se cansa de la rutina, lamentablemente no hay muchas vías de escape, excepto tal vez una actividad que, hasta el momento, no era muy popular. Sólo algunos sabían de esta fuga de la realidad aburrida, por sobre todo por ser algo muy nuevo. La realidad virtual está instalada en el mundo hace muchas décadas, cada año perfeccionándose más y sorprendiendo a sus usuarios. Los juegos eran los típicos de pelea, aventura y terror, donde, al instante de colocarse dentro de la realidad virtual, la acción envolvía al usuario en un letargo mágico donde se olvida de toda jornada laboral o estudiantil  y por fin tiene un suspiro, un momento de relajo. Pero de hace un tiempo todos los juegos de realidad virtual online parecían ser muy similares los uno de los otros, las mismas temáticas, escenarios, tipo de enemigos y meta, por lo que había desencantado a algunos el mercado virtual. Sin embargo, se corría el rumor de un nuevo juego online el cual prometía mucho. En esa realidad beber agua era beber agua, dormir en la intemperie era sentir el frío húmedo penetrante, si en el juego se moría atravesado por una espada se sentía el hierro cortar la carne del estómago y el sabor metálico de la sangre en la boca para después salir del juego y estar en una pieza, aunque con la sensación de los estragos a flor de piel.

Como era relativamente nuevo, pocos lo habían probado y esos pocos habían sugerido el entretención de realidad virtual a otros conocidos y así el número de usuarios había ido aumentando al pasar los días. No todos los negocios especiales con base de navegación y conexión disponían de este juego, incluso muchos dueños lo desconocían por completo. Sólo algunos locales, curiosamente los menos llamativos y refinados, lo tenía.
 
-Te va a encantar, la gráfica es óptima, tiene tecnología de primera nunca antes vista.- Comenta una chica que camina con una amiga por unas calles de la zona urbana, pasan por varios locales de baja monta hasta llegar a uno con grafitis en las paredes. –Yo ayer estuve todo el día conectada.-
-Espero que no estés exagerando todo como siempre.- Comenta la otra. Ve de reojo que otro grupo de chicos llega al mismo local. Todos entran al negocio donde hay revistas de videojuegos y una cantidad selectiva de juegos de realidad virtual para seleccionar.
-Hola, buenas tardes. ¿Qué les puedo ofrecer? Tengo lo último en zombis y guerra civil, ¿O prefieren algo más social como la nueva versión cibernética de The Sims 2100? Eso sí, nada de ponerse cachondos porque el que limpia las máquinas soy yo y créanme no es agradable.-
-Por nuestra parte venimos por el nuevo juego.- La chica saca un panfleto de su bolsillo y se lo muestra al encargado. –Éste.-
-Nosotros también venimos por el mismo.- Se adelanta un chico del otro grupo.
-Oh, bien. Buena elección.- Apaga el reproductor de música y se quita los audífonos. Cierra con llave la puerta principal  y coloca un letrero de cerrado para que no entren ladrones oportunistas. Total, el otro chico que trabaja con él estaba por llegar y cuando lo hiciera ese se encargaría del negocio. –Síganme.-

Los jóvenes siguen al encargado del local el cual abre una puerta trasera que lleva a unas escaleras abajo, al llegar a la planta subterránea caminan por unos instantes por unos pasillos alumbrados con luces azules que daban un gusto de simular una nave espacial en notable estado deplorable. Tras una breve caminata llegan por fin a un salón con luces blancas casi segadoras y unas que otras azules más pequeñas dándole al lugar un aire pulcro y puro totalmente antagonista con lo antes visto del negocio.

-Escojan sus capsulas.- 

El sujeto espera a que todos escojan libremente. Los jóvenes entran en unas capsulas de dos metros de alto y de color margenta plástico, cuando ve que están cómodamente recostados adentro él va a la computadora de control, entra en la matrix y aprieta el botón para aplicar una especie de somnífero ligero para que el trance de los muchachos comienzo, luego aprieta otro para que las gafas y tiaras metálicas se instalen en cada uno de los usuarios, una serie de lucecitas pequeñas y de muchos colores se prenden y apagan constantemente. Quizá la parte más dramática es cuando se conecta la máquina a la médula de cada usuario, pero no porque duela mucho sino más bien por el temor de un agente externo invadiendo el cuerpo. Listo todo el proceso de iniciación, solo queda esperar que cada uno empiece en el sitio que había quedado la última vez.  Mientras tanto, el encargado saca una revista musical y empieza a leerla para pasar el rato donde debe esperar a que uno a uno salga de la realidad virtual cuando se les dé la gana y suponía que para eso pasarían horas. 

..........

La pequeña bolita peluda la miraba con unos ojos oscuros y brillantes, haciendo que sus manos, unidas por las muñecas preparadas para atacar, temblaran junto al resto de su cuerpo.

“Tienes. Que. Hacerlo.”, se repetía mentalmente. Llevaba por lo menos media hora siguiendo al monstruo, y dado que no salían cada mucho, no podía permitirse perder el rasgo. Rasgo que le había llevado un par de mapas al norte de donde había empezado (¿Cómo se llamaba la ciudad...?), y ahora que por fin había conseguido acorralarlo, se veía incapaz.
“Es sólo un montón de píxeles.”, pensó. Pero aquellos ojillos oscuros... “¡Hazlo de una vez!”. Tomó aire, cerró los ojos, y lanzó una pequeña bola de fuego hacia la bolita. Con un sonido demasiado adorable para lo que acababa de hacer, el monstruo se deshizo y dejó un montón de pelo y unas gotas de aceite.
Todo por conseguir un traje nuevo. Kora se sentía ridícula con la andrajosa túnica azul que le habían asignado al elegir ser un Black Mage, y estaba segura de que le producía picazón por todo el cuerpo. ¿Dónde estaban todos esos trajes tan reveladores, llenos de encaje, plata y perlas que salían en la propaganda?
- Bueno, sólo faltan ocho.
Puso los brazos en jarras, y miró a su alrededor. Había salido del bosque, que cada vez estaba más lleno de nieve, y frente a ella se extendía una tundra nevada que le impedía ver en la distancia.
- Sólo que... ¿¡Dónde puñetas estoy!?
Como si respondieran a su pregunta, oyó un rugido a su izquierda. Se giró, y lanzó un grito agudo al ver una versión enorme y monstruosa, con demasiados dientes y garras, del bichito que acababa de matar. No pudo esquivar a tiempo un zarpazo, lanzándola un par de metros a un lado. Tragó saliva al comprobar que según su Omnitool, aquel monstruo le sacaba cinco niveles de diferencia.
Hizo lo único que cualquier persona habría hecho en su lugar: gritar con todas sus fuerzas.

..........

Aquel juego se había hecho lo bastante popular como para acabar llamando su atención. El bombardeo de publicidad, eventos y promociones le había hecho dar el último paso para probar la experiencia. Y la verdad, que con un día a día tan monótono, algo de la aventura que prometían, no tenía por qué estar tan mal, además, había tenido un último reclamo que le había terminado de convencer.

Shura no estaba para nada decepcionada. Las posibilidades eran tan amplias que aún se sentía muy nueva como para terminar de decidirse, además, que no quería establecer nada con su personaje, se había prometido a sí misma que solo iba a soltar un poco de estrés, y después lo dejaría pasar. Sentir el arma en la mano, aunque fuera de novicio, se sentía electrizante, si acababa por engancharse, seguramente elegiría algún job donde pudiera tener muchas armas.
La omnitool le marcó el área donde los enemigos tendrían menos nivel, a su alrededor el aire y la naturaleza se sentía muy real, era increíble, incluso sintió un poco de remordimiento cuando ataco a su primera criatura, pero la sensación de subir su primer nivel y encontrar sus fuerzas renovadas le hizo engancharse a aquella sensación. No era de extrañar que hubiera tanta gente dentro del juego.
Escucho un ruido entre los arbustos a su espalda. Quizás por la inexperiencia, que sintió más curiosidad que alerta, un acto fatal.

Una persona salió de entre los arbustos, gritando y corriendo como si la vida le fuera en ello, y así podía ser viendo la criatura que tenía detrás: parecía un tigre dientes de sable, pero su cuerpo estaba recubierto por placas de dura piedra a modo de armadura.
Antes de despedirse de su cortísima vida virtual, que aquella persona acabo por arrollarla en su carrera, arrastrándole a ambos hacía la fuerte corriente del rio.
Aquel realismo apestaba, o por lo menos era lo que Shura pensaba, podían quedarse con su inscripción, pensó que en cuanto recuperase la conciencia abandonaría aquel juego…


- Te estaré esperando dentro del juego….

..........

Llevaba como veinte minutos buscando a un amigo en las afueras esa ciudad, al menos por la parte que estaba no había muchas personas porque lo más lógico era que apareciera un ocioso y la matara para subir level aprovechando de que era una neófita. Había entrado la noche anterior recién, y no se animaba mucho a seguir con el juego pero sus contactos prácticamente le obligaban a estar allí. Quizá con el tiempo le agarrara el gusto pero… Le desmotivaba el job que había seleccionado pues lo desconocía por completo, le pasaba por escoger algo al azar.

-¿Quieres iniciar una relación?- Le salía un tipo de la nada. -Como somos nuevos creo que sería bueno pa--¡!-
La chica le lanzó un poder y lo eliminó, felizmente quizá el otro venía de una batalla por eso estaba débil, además tenía su mismo level y la rubia maliciosamente se había aprovechado de eso. Desapareció de su vista y la chica siguió su camino. -Au revoir, mon amour.-

No era que los chicos se le aparecieran todo el tiempo proponiéndole una relación sentimental, pero en el centro de la ciudad había visto como muchos se conocían un segundo y se hacían amantes. Pareciera que todos estuvieran desesperados por crear vínculos con personas perfectamente extrañas con tal de no estar solos en aquella realidad virtual.
Soltó un suspiro y siguió su camino, quizá en qué parte de la ciudad se encontraba como para encontrar a algún conocido. Ingresó al centro de la ciudad y fue visitando algunos puestos comerciales, entró a uno que tenía una luz tenue y amarillenta, observó los productos en venta, muchas opciones y cosas extrañas  pero no le llamo la atención casi ninguna, más que nada porque no tenía idea para qué servían. Tomó asiento en una mesa y esperó un rato, la caminata la había cansado. Mejor, con el poco dinero que tenía, compraba algo para comer. 
Primero que nada debía poner la mente en blanco, estaba en ese juego y no tenía idea como jugarlo, para colmo los inútiles de sus contactos no estaban por ningún lado. No tenía mucho dinero, ni ropa bonita, ni mascota como había visto a otros con algunos animalejos, pero por sobre todo era muy “débil”, cualquiera la podía eliminar fácilmente hasta las criaturas más pequeñas si se descuidaba. Quizá debía partir por allí, ir a matar criaturas e ir subiendo más de nivel.  Pero después de comer. 

……….   

Por encima de las nubes siempre hacía sol, o eso era lo que le habían enseñado a Neko.

—Mientras sea de día siempre se cumple el dicho —rió entre dientes para ella misma, moviendo un poco el timón para corregir el rumbo.

Marshmallow viró hacia babor suavemente, aunque Neko nunca había tenido muy claro si los conceptos náuticos se aplicaban a los airships. Aquel parecía más un dirigible que un barco, pero... Neko palmeó el timón con cariño, después de todo Marshmallow era su bebé y había invertido en él sangre, sudor y lágrimas. Literales.
Neko se concentró en pilotar, vaciando la mente de cualquier preocupación. Podía oír el suave ruido del motor y a Stark afinando alguna de sus guitarras. Se había vuelto a dejar la puerta de su camarote abierta. Sabía que Crane también estaba conectada, pero no se había parado a mirar si estaba a bordo o en alguna ciudad, ganando dinero con sus bailes para financiar la Guild.

Cuando su omnitool se activó, echó un vistazo rápido y forzó la desactivación. Inmediatamente después, las pantallas de la sala de navegación se encendieron, pero Neko le quitó el volumen a la retransmisión. Por lo que vio de reojo se trataba de un anuncio del GM. Ya lo vería con más calma cuando no estuviera disfrutando de unos minutos de paz en el cielo.
Sonrió satisfecha consigo misma y soltó el timón después de asegurarlo, estirando los brazos por encima de su cabeza y cerrando los ojos. Era hora de hacer inventario antes de tomar tierra, hacía mucho tiempo que no visitaba Columbia.

—¡Neko! —escuchó el grito desde el quicio de la puerta, haciendo que se sobresaltara— ¡Neko, Neko! ¿¡Lo has oído!? Bueno, ¿cómo vas a no haberlo oído?

Starkrimsom rodó los ojos y entró en tromba, agarrando a la chica de los hombros y sacudiéndola, casi levantándola del suelo.

—¡No podemos salir! Lo he intentado y no se puede, puto GM.

—¿Qué, c-? ¡Suéltame! —gritó la chica, dándole golpes en el brazo a su compañero de Guild. Los menos tres flotaban en pequeños números casi transparentes después de cada golpe— ¡Milo!

Él acabó por soltarla, levantando las manos como muestra de rendición.

—¿Lo habéis probado vosotros también?

Stark y Neko se giraron al escuchar a Crane, que entraba en la habitación con la omnitool brillando en su brazo. Parecía estar comprobando las opciones de su menú.

—Parece que estamos atrapados.

Crane asintió, confirmando las palabras de Stark.

—¿De qué estáis hablando? —preguntó Neko, mirando de uno a otra. Ellos la miraron de vuelta— ¿¡Qué!? En serio...

El bardo y la bailarina se miraron entre ellos.

—¿No has visto el anuncio?

—... No, lo he puesto en mute —contestó mientras miraba su propia omnitool, empezando a reproducir el mensaje de nuevo.

«Bienvenidos todos a mi mundo personal.»

Empezaba la parrafada que iba a cambiar su futuro drásticamente.

……..

«...si yo fuera ustedes cuidaría bien mi espalda. Eso es todo, cambio y fuera. »



— La madre que lo parió. —El gunslinger terminó de vaciar el cargador de su arma contra el monstruo agonizante y escupió el cigarro hacia un costado, pisoteándolo con saña contra la hierba.— Esta noche tenía una cita.


***


Huir. Ponerse a cubierto.


Se escabulló con cuidado entre el gentío aún atónito ante el anuncio, sin dejar de mirar a uno y otro lado mientras veía como otros jugadores procuraban alejarse de la plaza central, tal vez azuzados por el mismo instinto.
Un tenso silencio se había apoderado de la zona, pero algo le decía que no iba a durar demasiado.
Ah, ahí estaba, la primera discusión. Aunque podía oírla cerca no quiso pararse a observar, era sólo cuestión de tiempo que saltasen chispas y la mecha prendiera en algún exaltado de turno. Y de ahí, las cosas sólo podían ir cuesta abajo.


Un pedazo de madera salido de quién sabe dónde le atizó en pleno cogote, y llevándose una mano a la zona dolorida se dio la vuelta, dejándose llevar momentáneamente por la indignación. Un pensamiento fugaz preguntó en su subconsciente sobre quién iba a tener que exaltarse, mientras los puntos de vida perdidos bailoteaban a su alrededor.


Justo en el momento en que la pelea estallaba a su lado una mano desconocida atrapó su muñeca en un agarre de acero y tiró de ella con fuerza, arrastrándola por las callejuelas adyacentes en dirección a las murallas con tal ímpetu que sus pies casi no tuvieron oportunidad de pisar el suelo.


Pánico. Pánico. Pánico. Pánico.


En cuanto la velocidad disminuyó y pudo afianzar sus pies contra los adoquines de la calle hizo palanca con todo su cuerpo y se revolvió intentado soltarse. Se sorprendió cuando se encontró repentinamente libre y sin oposición.


— Tranquila, tranquila, ¿estás bien? No vamos a hacerte daño.—El chico que parecía haberla llevado en volandas hasta allá, un arquero de pelo desordenado y necesitado de un afeitado urgente, la miraba con cierta preocupación y las manos en alto, como intentando parecer inofensivo.—¿Necesitas una poción de cura para ese golpe?


Frunciendo el ceño, estudió a los dos jugadores que tenía frente a ella. Pese a ser uno rubio y otro moreno, tenían los rasgos lo suficientemente parecidos entre ellos como para tener algún tipo de relación familiar. Retrocedió dos pasos y se frotó la muñeca de forma involuntaria cuando el chico rubio hizo ademán de acercarse. Éste simplemente pareció caer en la cuenta de algo, y cabeceando con aire magnánimo le dio un ligero empujón con el codo a su compañero, mientras se llevaba la mano al pecho.


— Fíli. —dijo.


— Y Kíli. —continuó el moreno con un gesto solemne que se convirtió en una sonrisa cuando ambos se inclinaron frente a ella.— ¡A tu servicio!


— Eehh... No. —y girando sobre sí misma la chica apretó a correr.


— Hey, ¡espera! ¡Espera! ¡Brightblade!


..........

Mientras los usuarios dentro de la realidad virtual vivían sus experiencias en distintas ciudades del juego, unos ojos analizadores observaban fijamente una serie de pantallas transparentes y enormes en frente suyo, el brillo de las pantallas se reflejaba en sus anteojos con vidrios de color rojo, especiales para evitar enceguecerse al exponer sus ojos más de la suma normal ante una pantalla como esa. Esta enigmática persona era quien había creado el juego online con el cual muchos parecían encantados, hace unas semanas lo lanzó y ya tenía un gran número de seguidores. era el/la creadora del mundo, prácticamente.
 Fama, fortuna, ¿Eso es lo que buscan todos, no? Ese pensamiento cruzó por su mente mientras entrelazaba sus dedos y observaba casi sin pestañar. Esta persona no se llenaba con estos logros temporales, quería algo más profundo, algo que pocos lograban conseguir. Algo que transcribiera su nombre en una lista casi exclusiva, que impactara y que perturbara.  Llevó un par de dedos a su cien y se convenció de dar el siguiente paso. Un paso macabro donde había pocos cómplices y muchas personas con las cuales experimentar.

..........
-¿Para qué me llamaste?-
-E-e-erick.- El encargado tartamudea sin salir por completo del shock. –Los chicos, los chicos, yo no puedo.-
-¿Pero qué te pasa?- El otro encargado del local lo miraba con el ceño fruncido, impaciente. –Mi café se enfría allá arriba.-
-Trato de que salgan del juego online pero no puedo, esa chica novata murió en el juego y de inmediato la máquina indicó que sus signos vitales se detuvieron. Creo que sufrió un infarto y traté de mandarles un mensaje a los otros para que se desconectaran pero no hay comunicación.-
-¿Q-ué?- No se convencía pero al ver el monitor de esa chica se dio cuenta que su amigo no mentía. -¿¡Qué rayos pasa!?- Rápidamente se instaló en la computadora e intentó en vano llamar a los otros jugadores pero nada pasaba. –Quítale las máquinas a la chica y revisa si tiene documentos para contactar a algún familiar.- Dijo mientras observaba cada monitor de cada chico, vio que a uno sólo le quedaba una vida, pensó que pronto lo derrotarían y que volvería con ellos pero al instante que lo mataron los signos vitales de él también se detuvieron. Corrió hacia él y trató de reanimarlo como pudo pero no sirvió de nada.
-¿¡Qué mierda está pasando!?-
-No puede ser.- Abrió los ojos enormemente. –Cuando mueren en la realidad virtual también mueren en nuestra realidad absoluta.- Agarró su teléfono móvil y marcó un número de emergencia pero la línea estaba muerta. -¡No funciona!-
-¡El mío también está muerto!-
-Vamos arriba, quizá podamos pedir ayuda.-

Ambos corrieron escaleras arriba y a penas llegar al primer piso vieron como la puerta metálica se cerraba sola. No comprendían lo que estaba pasando, fueron a la computadora del mesón principal y trataron de ingresar a algún enlace para pedir ayuda pero la computadora no reaccionaba.
-El sistema de seguridad y las computadoras han sido hackeadas, estamos atrapados aquí y esos chicos se están muriendo lentamente.-
-Pero el creador del juego online debe estar por darse cuenta de esto, estoy seguro que hará algo para ayudar a los usuarios.- Tan pronto como dijo eso, en la pantalla de la computadora apareció un mensaje del mismísimo creador del online game:

“Tú vida comienza ahora”

¿Qué quería decir con eso? Ellos, además de estar en estado de terror, no comprendían nada de nada. No sólo ellos, por otras partes del mundo muchos otros encargados de negocios de la misma índole que la de ellos estaban en la misma situación; encerrados, sus artefactos electrónicos hackeados y lo más preocupante, chicos muriéndose en cualquier momento.
….

Un sonido asquerosamente taladrante se escuchó de pronto en los oídos de todos los jugadores, algunos instintivamente se taparon los oídos ante lo agudo que era pero por suerte el silbido terminó pronto. El desconcierto reinó aún más cuando las pantallas de las ciudades tecnológicas pasaron a negro con las típicas rallas blancas cuando se cae la señal principal, poco después en esa pantallas apareció la imagen de un avatar, para las ciudades más rurales y arcaicas un holograma en grande lo suficientemente visible para que todos escucharan.
Para quienes habían ojeado revistas y guías sobre el juego la imagen no se les hizo muy desconocida pues era el avatar del creador del juego quien, además de ser conocido por ser la mente maestra, era también un jugador con uno de los más altos niveles. A continuación, se comunicó con todos sus usuarios.

-Bienvenidos todos a mi mundo personal. Muchas áreas son maravillosamente edénicas mientras que otras les parecerán una verdadera pesadilla. Todo ha sido sacado de mi mente, son mis temores, mis fantasías, y mucho más. Es un honor para mí que ustedes se hayan vuelto parte de esta aventura.- Hasta aquí todo bien con el mensaje, algunos prestaban atención y otros mejor se distraían con algo que llamara a su vista. –Pero en mi imaginación jamás hay límites. ¿Por qué conformarnos con el aburrido mundo humano si aquí en este podemos ser grandes luchadores? Apuesto que muchos de ustedes en sus vidas se ven limitados y sin experiencia, una cifra menor pero no menos importante incluso son lisiados que han perdido la dicha de la movilidad o jamás la tuvieron y aquí son los más hábiles ejecutores de hazañas. ¿Para qué volver a la realidad absoluta si esta es perfecta? Sólo falta un paso para que esto sea tal cual como la vida misma pero perfeccionada; la muerte.- Silencio sepulcral por unos segundos. –Exacto, esa línea oscura y tétrica por la cual debemos desfilar en un momento de nuestras vidas. Es por eso que he ideado la forma de que vivamos la experiencia tal cual como es. No me conformo con que sientan frío en los continentes más helados de este juego, que sientan sus paladares placer al beber una poción reponedora, yo quiero llegar a más. Es por eso que he dejado pasar unas semanas para proseguir en mi plan y ahora que son más usuarios es el momento perfecto. A partir de ahora contarán con tres vidas las cuales deberán cuidar como si fuera su mayor tesoro, quien pierda las tres vidas no sólo morirá en la realidad virtual sino que también lo hará en la vida misma.- A continuación, en distintas partes aparecen murallas de agua con nombres escritos en fosforescente llamativo. –En las escrituras hallaran nombres, los que están intactos siguen con vida, desde ahora en adelante aparecerán algunos tachados esos corresponden a las personas que perderán sus tres vidas. Como necesitaba una experimentación previa ya probé con la muerte de algunos usuarios, mis condolencia a sus cercanos- El desconcierto era total. –Dejo a merced de ustedes si quieren creerme o no pero  si yo fuera ustedes cuidaría bien mi espalda. Eso es todo, cambio y fuera.-

Desapareció tan pronto como se despidió dejando a todos atónitos. ¿Sería verdad todo eso o era parte de una broma macabra?


Shura

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #1: December 06, 2013, 07:05:46 PM »
# 01.

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Te estaré esperando dentro del juego…

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Shura abrió los ojos súbitamente, tumbada en el suelo observando el cielo azul del mediodía.
-Oh no… -Con un hilo de voz, en menos de un segundo de decir esto que estaba medio sentada con la cabeza mirando al suelo y echando fuera toda el agua que había tragado entre arcadas, sintiendo golpecitos en la espalda como si la animasen a continuar con aquello.
-Venga, mejor fuera que dentro. –Pese a los ánimos, la otra persona mantenía las distancias precisamente por lo desagradable de la escena.
-Tu… tu… -¿quién era aquel tipo? Lo reconocía porque era quien le había arrollado y arrojado al río dejándola hecha un trapo. Quería enfadarse pero estaba demasiado ocupada echando su primera papilla virtual.
-Respira primero, sonríe después y luego pregunta lo que quieras. –El moreno de ojos azules comenzaba a encontrar divertida aquella escena, no esperaba que lo primera que tuviera que hacer después de salvar la vida, y escuchar el anuncio del GM, fuera ver vomitar a una chica.
-¿Quién demonios eres tú? –Aun tosiendo, le señaló con el dedo de manera acusadora.
-No has sonreído. –Pero ya se encargaba él de hacerlo por los dos. -Anímate Sugus, por lo menos estas viva y respirando.
“No gracias a ti.” –Murmuró entre dientes mientras comprobaba su equipo… había perdido el cuchillo, todo lo demás estaba bien, y aunque estuviera empapada, la omnitool todavía funcionaba. No hacía falta que aquel tipo le dijera quién era, consultó ahí sus datos. –Bueno… JoJo, creo que para un día he tenido bastante, me retiro del juego.
No obtuvo ninguna reacción por parte del joven, Shura accedió a la opción de salir pero no se ejecutaba la acción.
-Y ahora dirás: “¿esto es una broma?” –JoJo torció el labio decepcionado, él también había intentado salir por su cuenta, solo quería comprobar que no era solo cosa suya.
-¿Esto es una broma? –Entornó los ojos suspicaz, sin proponérselo había dicho exactamente lo que le otro había adivinado que diría. –Entonces ¿sí que es una broma?
-Me temo que no, estamos atrapados en el juego… revisa los mensajes si no me crees. 
Antes de que terminase de hablar era lo que estaba haciendo.
 
“Bienvenidos todos a mi mundo personal.”
 
-Maldita mi suerte… hoy era mi primer día. –Shura se llevó la mano a la cara frotándose la frente con los dedos para intentar despejarse y asimilar la situación.
-Ju, dímelo a mí… -apoyó la mano en la barbilla, el nivel de ambos era similar, y los dos eran novicios, claramente habían empezado a jugar prácticamente al mismo tiempo. –Pero no pasa nada, será un fallo del sistema, seguramente lo resuelvan en unas horas.
-Bueno, sí… sí, alguien tiene que haber que lo solucione. –La chica reflexionó sobre aquello, con tanta gente como movía aquel juego, una sola persona no iba a mandarlo todo por la borda con aquella broma… ¿verdad? –Aunque no sé si has pensado que “en unas horas” pueden ser dos o tres días aquí en el juego.
-¿Eh? ¿Y qué más da? Nosotros ahí ya no pintamos nada, relájate Sugus y dejemos que los mayores hagan su trabajo. –Dicho y hecho, JoJo se tumbó relajado sobre la hierba, dejando que el sol terminara de secar sus ropas.
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo? –Pero lo que de verdad le chirriaba era otra cosa, no solo tenía que haberse quedado atrapada en su primer día, sino que también tendría que arrastrar aquel nick.  -Llámame Shura.
-Como quieras.
-Tendríamos que ir a la ciudad más cercana… he perdido mi cuchillo y no quiero que en mi esquela digan que me comieron los bichos del bosque.
-Bueno… -reflexionó un momento sobre aquello. –Yo tampoco quiero verme las caras con el monstruo de antes.
 
Durante su camino evitaron enfrentamientos inútiles, hasta que por fin dieron con la senda que les condujo hasta Prorencia. La ciudad bullía de vida, parecía que muchos otros habían optado por refugiarse ante la noticia, los NPC mantenían el ánimo alto desentonando con el ambiente de cautela que habían adoptado alguno de los jugadores. JoJo no iba ni con uno ni con otros, parándose a mirar los puestos de tiendas como si fuera un día normal.
-Ey, Shura, acércate.
-No tenemos tiempo para esto… -Aquel ambiente era contagioso, aunque curiosa que le acabó por hacer caso, hacer alianza hasta llegar a la ciudad le había venido muy bien al perder el arma, no iba a despedirse tan pronto después de todo.
-Cómprame este sombrero. – JoJo habló de manera muy digna y señaló un gorro de aviador ruso de piel marrón que tenían sobre el mostrador.
-¡Si hombre! ¡Que te lo compré tu madre! -Se arrepintió en el acto de no haberse marchado a la primera oportunidad.
-No sé por qué pareces tan enfadada, tendrías que agradecerme que te haya salvado la vida. –Se rascó la nuca torciendo el labio exagerando su sufrimiento. –La mejor manera de esquivar a un tigre dientes de sable con armadura de piedra, es lanzándose al agua, es obvio, si hubieras rondado por esa zona más tiempo hubieras acabado por tropezar con él y hubieras perdido tu primera vida, que ahora mismo valen más que el oro. Y te he acompañado, para que, en caso de que te hubieran atacado, haberte defendido por haber perdido el cuchillo.
-Para ya. -Tenía su parte de razón... pero no esperaba tener que pagar aquel favor de manera tan literal.
-Te sale barato a fin de cuentas, yo pongo mi dinero y tu lo que me falte. –Sonrió de manera inocente cuando por fin Shura sacó la bolsa de dinero.
-Mis primeras monedas, obtenidas por haber hecho mi cuenta, malgastadas en caprichos… -puso cara de pena y dijo aquello para intentar que el chico se sintiera un poquito culpable… pero fue ponerse el gorro en la cabeza y sonreír a la mañana sin parecer que escuchaba nada de lo que decía. –Esperó que me llegue al menos para comprar un ar… -La empujaron con fuerza, arrojándola contra el chico que retrocedió unos pasos para no acabar los dos en el suelo.
Una sombra había pasado por su lado como una exhalación e iba calle abajo perdiéndose de vista.
-Qué manera de correr… ¿estás bien? –JoJo parecía impresionado por aquel individuo, reparando en la chica cuando esta comenzó a sobarse los bolsillos.
-¡Me han robado! –Palideció mirando incrédula a su alrededor en busca del ladrón. -¡Vamos tras él! ¡Se ha llevado todo mi dinero!
-Es inútil... con nuestro nivel no lo ibamos a alcanzar. -Se encogió de hombros resuelto.
-¡Pero al menos vamos a intentarlo! ¡Haz algo! -De todas las personas que poblaban aquel mundo virtual, había ido a toparse con la persona más dejada de toda la red.
-Piensa que si lo ha robado es porque le hace falta.
-¡A mi también me hace falta! -Le picaban los ojos, pero no pensaba echarse a llorar delante de aquel tipo, aquel tenía que ser el récord de peor suerte en un juego RPG en el primer día.
JoJo le dio unas palmaditas en la cabeza para reconfortarla.
-No te preocupes, aunque no tengamos dinero, hay un sitio donde podemos ir donde no nos pediran nada.

Y sí que lo había, pero aquel lugar la reconcomía por dentro, era oficial, se había convertido en una auténtica sin techo.

-¿Qué te parece si nos acogemos a la iglesia? -Movió la mano haciendo gala de su descubrimiento, aquel edificio era demasiado grande para tratarse de una iglesia, se trataba de una basílica que se alzaba ostentosa e imponente con los dos ahí plantados delante de la puerta.
-No se puede caer más bajo... -Pero después de aquel día, se agarraría a lo que fuese con tal de que dejasen de sucederle cosas desagradables.

Escucharon a su espalda los pasos pesados de una persona acercándose a su dirección, Shura giró para reconocer de quién se trataba...

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Te estaré esperando dentro del juego...
...¿Pero como voy a poder reconocerte dentro del juego?...


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« Last Edit: April 13, 2015, 04:29:13 PM by Shura »


Kora

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #2: December 06, 2013, 07:06:40 PM »


001through the looking glass

Kora oyó al monstruo rugir por debajo de su grito. A la desesperada, lanzó una onda eléctrica mientras se cubría con ambos brazos. No se atrevía a mirar -- todavía no había muerto por primera vez en el juego, pero el zarpazo que sangraba en su costado le indicaba que iba a doler.

Habían pasado varios segundos, y todavía no había sentido nada. ¿Una muerte instantánea? Apartó sus brazos, abriendo los ojos, y vio que el monstruo se había quedado completamente quieto... hasta que la mitad superior de éste empezó a deslizarse hacia abajo por un corte en diagonal. Con el corazón todavía martilleándole en el pecho, fue a incorporarse, cuando se dio cuenta de que había alguien detrás de ella, dándole la espalda.

Cubierto con una armadura ajustada de placas metálicas, las partes que quedaban al descubierto parecían hechas de metal, y algunos tubos finos sobresalían y se insertaban, dándole un aspecto de cyborg -- era difícil definir donde terminaba la armadura y empezaba lo que hubiera debajo. Con una mano, sostenía una larga katana que era recorrida por una corriente eléctrica. La hoja estaba manchada de sangre.

- ¿Has sido tú quien...?
- Sí.

El desconocido giró la cabeza, y Kora tragó saliva al ver que la parte inferior de la mandíbula del otro era un implante mecánico. Lo único que parecía humano era su rostro, lo cual no era mucho, ya que un trozo de tela le cubría el ojo. Eso, y el cabello rubio casi blanco que se mecía en el frío aire.

- Gracias... me has salvado... – Comenzó Kora, aunque éste pareció ignorarla, comprobando su Omnitool.
- No deberías estar en esta área con un nivel-

El Omnitool de Kora se activó sólo, y un rostro que no conocía salió en el holograma anaranjado.

Bienvenidos todos a mi mundo personal...”, empezaba el discurso.

La transmisión se cortó tan repentinamente como había comenzado, y la joven se quedó completamente paralizada. Sus pulmones parecían haberse vaciado de aire, y todo a su alrededor empezó a dar vueltas. Inmediatamente intentó acceder a la opción de salir en su Omnitool, pero sólo obtenía un sonido predeterminado de error cada vez que pulsaba el botón.

- Qué... qué quiere decir esto... – No pudo continuar sin que las lágrimas empezaran a acumularse en sus ojos. – No podemos... ¿irnos?

El otro no respondió, mirando fijamente su Omnitool. Kora se levantó a duras penas, con las piernas temblándole. El pánico empezaba a apoderarse de ella. Se acercó hacia el otro, y lo agarró de las placas en los hombros.

- ¿¡Qué significa esto!? ¿¡Es una broma!? – Kora lo sacudió, sin mucho éxito. – ¡Explícamelo! ¡Quiero irme de aquí!
- Cálmate. – Le respondió el desconocido en un tono severo. – No... no sé lo que ha ocurrido.

Kora cayó de rodillas sobre la nieve, y se abrazó los hombros, siseando al rozarse la herida en el brazo, y empezó a sollozar. El otro la observaba, con el único ojo descubierto mostrando una expresión que no podía descifrar. Finalmente le tendió la mano libre, y la chica vio que hasta ésta era robótica, con los dedos terminando en unas cortas uñas afiladas.

- No sé qué es lo que pasa, pero sé que si te quedas aquí lloriqueando, no tardarás en morir.
- Qué más da... – Kora se frotó los ojos. – No podemos salir. Tarde o temprano me matarán.
- No sabemos eso todavía. Puedo... puedo llevarte a un sitio seguro.

Dubitativa, Kora aceptó la mano del desconocido, y se levantó. Con el brazo que no tenía herido, se sacudió la nieve de la túnica. Aunque el metal era frío, el firme agarre con el que la había levantado le había hecho sentir más segura.

- ¿Vas a protegerme... porque sí?

El otro no respondió, emprendiendo la marcha en dirección norte. Kora se sintió algo decepcionada, pero al menos el terror incial había pasado. Tuvo que dar unos pasos rápidos en la nieve para alcanzarle, aunque se mantuvo ligeramente detrás. Lo examinó con su Omnitool, y tragó saliva. Aquel desconocido era un Samurai que le sacaba bastantes niveles.

- Raiden... – Leyó el nick en voz alta, pero éste no respondió. Adelantó con una zancada larga, y trató de sonreírle tímidamente. – Gracias...
- ...No hay de qué.


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #3: December 08, 2013, 11:30:20 AM »
Apunte: El airship que lleva Neko en la introducción al que llama Marshmallow es este: 1, 2




01. Bichito, bichito, bichito...

 

—¡Mátalo!

—¡N-no puedo! —gritó el chico de vuelta, con los ojos rojos.

—¡Demonios, Shun! ¡Si no lo matas tú a él, él te matará a tí!

Shun negó con la cabeza, alejándose más del monstruo que se acercaba hacia ellos con relativa velocidad. Ikki rodó sus ojos virtuales y se llevó la mano a la frente, masajeando las sienes. Cerró los ojos y apoyó un puño en su cadera, cambiando el peso de pie. Suspiró.

—Mira, tienes la mejor armadura para tu nivel, una buena arma... ¡puedes hacerlo!

—¡Qué no! —volvió a gritar Shun mientras se subía a una roca. El monstruo saltó alrededor de la roca, buscando un sitio para subirse él también— ¡No puedo, con él no!

—¿¡Por qué!? —vociferó su hermano cansado.

—¡Es un conejo! —señaló a la bola de pelos blanca que seguía tratando de perseguirle.

Ikki echó la cabeza hacia atrás. Se había cambiado su armadura habitual por una vestimenta más sencilla de novice para pasar relativamente desapercibido entre los jugadores mientras ayudaba a su hermano a superar sus primeras horas y sus primeros niveles en el juego.
Le había costado mucho convencerlo para que jugara con él y ahora que lo había conseguido le estaba costando convencerlo de que matara al último monstruo que le hacía falta para poder cambiar de trabajo.

—¡White mage! —había gritado Shun levantando los brazos cuando horas antes le había preguntado Ikki que quería ser.

—Cómo no... —había respondido el moreno rodando los ojos. Aunque pensándolo mejor, era todo lo que necesitaba para seguir avanzando. Se llevó la mano a la barbilla y asintió con gesto aprobador— Te pega.

A Ikki le chirriaron los dientes de tanto pensar en como hacer que su hermano acabara con el bicho de una vez. Miró en su omnitool, buscando entre su inventario después de habérsele ocurrido una idea.
Con una sonrisa satisfecha sacó un objeto y se lo lanzó a Shun.

—¡Ey! —gritó para llamar su atención. Shun agarró la zanahoria multicolor en el aire— Si le das eso de comer, tienes posibilidades de atraparlo y quedártelo como mascota.

Shun sonrió agradecido, su cara se iluminó con el brillo de la alegría. Y aunque Ikki le miraba con ojos tiernos, en realidad era todo parte de su maquiavélico plan: la mascota atacaría por sí misma a los demás monstruos, siempre empezaban con los ajustes en agresivo. Y había un par de monstruos de nivel bajo merodeando por allí.

—Bichito, bichito, bichito... —canturreó Shun, alargando la mano antes de lanzar la zanahoria hacia el monstruo.

La especie de conejo emitió un chillidito de regocijo, lanzándose hacia la zanahoria de inmediato y poco después los fuegos artificiales holográficos se vieron encima del conejito, que saltó un par de veces y se fue directo hacia su nuevo dueño, ahora en tierra firme.
Shun lo abrazó.

—¡Cosa, mira, qué cosa! —gritó Shun— ¡Tengo una mascota y aún soy novice! ¡Gracias hermano!

Shun cerró un ojo mientras su mascota le olisqueaba la mejilla.
Ikki movió la mano como diciendo que no era nada y le indicó que dejara a su mascota encima de la hierba para ponerle nombre.

—Ahí mismo... —señaló, cerca de otro monstruo.

Shun dejó al bichito en el suelo y se entretuvo mirando su brazo e invocando la omnitool. Aún no se aclaraba mucho con ella. La sonrisa se le borró cuando escuchó el sonido de batalla. Al levantar la vista vio como su adorable conejito se encargaba de destrozar a otro monstruo con los dientes, haciéndolo explotar poco después.
Su cara de horror casi le hizo sentirse culpable a Ikki. Casi.

—¡Hermano! ¿¡Qué pasa!? —preguntó aterrorizado.

Entre los gritos de Shun, los chillidos de guerra de su nueva mascota y el gráfico de felicitaciones por haber subido de nivel, todo era un caos.
Ikki no tardó mucho en enseñarle a cambiar los ajustes de su mascota y ponerle nombre.

—Marshmallow —declaró después de limpiarle el morro de sangre que parecía gelatina con un pañuelo.

—Como sea, tendrás que darle de comer. Vamos a la ciudad a cambiarte de profesión y te enseño unos cuantos trucos más —instigó Ikki.

—Podríamos salir ya... estoy cansado.

El recién bautizado Marshmallow lamió la mejilla de Shun y le olisqueó la ceja, poniéndole una patita peluda en la cara. Shun se rió un poquito, dándole topecitos con la nariz en la barriga.
Ikki se quedó mirándole pesadamente y carraspeó.

—Apenas acabas de conocer a tu mascota. Vamos, cambiar de profesión nada más.

Y cambiar de profesión hicieron. Aunque les llevó todo un día de juego para completar la quest de cambió de profesión.

—Tenía que tocarte la más larga... —se quejó Ikki.

—Ah, ¿qué hay más? —se interesó Shun, dándole una zanahoria a su mascota, que llevaba entre los brazos.

—Sí, pero te ha tocado ir a visitar los npcs más lejanos.

Shun consultó la hora en el mundo real dentro de su omnitool, la que ya manejaba mucho mejor. Llevaban casi tres horas reales jugando y aunque podía quedarse un poco más, quería estudiar para el examen que tenía en tres días.

—¿Salimos ya? —volvió a preguntar a Ikki.

Su hermano se llevó la mano a la barbilla y miró hacia el cielo azul encima de Prorencia. Asintió con la cabeza y Shun sonrió.

—Vamos al mercadillo, seguramente habrá algo a buen precio para tu nivel. Necesitas una maza o un libro y una túnica nuevas. Después de eso salimos. Diez minutos más o menos aquí dentro no hará mucho diferencia allá fuera.

Shun se encogió de hombros, siguiendo a su hermano y apretando a su mascota contra el pecho antes de meterse entre la multitud. Justo cuando cerraron el trato para su equipo nuevo, escucharon el anuncio del GM por toda la ciudad.
« Last Edit: September 24, 2018, 05:57:38 AM by Neko »


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #4: December 08, 2013, 12:07:13 PM »
Y ya que estaba he pensado en acabar de introducir mis seis personajes <_<
Hyoga y Milo saben que siempre hago sufrir a mis preferidos <3 uvu~





02. Tiene que ser una broma


Hyoga aún se estaba sujetando el estómago después del descenso desde Columbia cuando acabó la transmisión del GM. Hacía pocas horas que había conseguido ascender a Black Mage y después de informarse sobre lo que podía hacer con su vida virtual a partir de aquel momento, se había decantado por seguir una ruta bastante segura hasta Prorencia, a donde quería ir en busca de una quest para conseguir cierto bastón.

—Con suerte, encontrarás a alguien que vaya a la misma dungeon y puedes hacer party. Prontera es un buen sitio para buscar party, siempre hay gente —le había aconsejado un jugador con bastante más experiencia que él.

Podría haber usado un teleporter, pero quería subir unos cuantos niveles para poder acceder a más habilidades y sentirse menos inútil. Además, ahora mismo aún se le hacía caro pagar al npc para que lo llevara de una ciudad a otra.
Entre el mareo de bajar de la ciudad flotante y la irrealidad de todo el asunto del GM, Hyoga decidió tomarse un descanso a un lado del camino para aclarar su mente.

Aspirar... espirar. Aspirar... espirar.
Aspirar... bufar ruidosamente mientras te agarras de la cintura y te doblas sobre ti mismo.

Creía que había superado los ataques de pánico cuando era pequeño, pero parecía que las situaciones límite aún traían a flote lo peor. Gimió, pensando en su madre.
Acabó de cuclillas, dejando salir todas las lágrimas, mojando el suelo con ellas. Tanto lloraba que prácticamente no podía ver la tierra entre sus pies.

—Tiene que ser una broma —susurró para sí mismo, llevándose una mano al pecho—. Una broma de mal gusto.

Buscó a tientas entre su ropa hasta encontrar el amuleto debajo de la túnica. La había comprado en cuanto la había visto el primer día en Prorencia. Las cruces eran accesorios típicos para White Mage, aunque podían ser equipadas por cualquier personaje y Hyoga se había sentido débil ante su brillo en el tenderete.
Continuó con la letanía hasta que apoyó una mano en el suelo y empezó a bufar de nuevo, tosiendo y regulando su respiración después. Se incorporó, sacudiendo la cabeza y levantando la barbilla. Ya estaba allí y no podía hacer nada por escapar de la situación, así que sólo le quedaba sacar lo mejor de ello.
Sobreviviría. No sabía cómo, pero lo iba a hacer.
« Last Edit: September 24, 2018, 05:57:21 AM by Neko »


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #5: December 08, 2013, 12:08:44 PM »
Y volvemos con Anir, Milo y Yuzu :DDDDD Porque los amo y porque quiero ir alternando escenas hasta que se junten todos -v- Y para ponernos mejor en situación Neko va vestida más o menos ASÍ y los bots a los que nombra en la última escena son así: 1, 2




03. ¿Cuál es el plan?


   

En el momento en que había acabado de ver el anuncio, Neko, Starkrimson y Crane quedaron en silencio, principalmente esperando la reacción de la mecánica.
Un par de respiraciones más y no parecía que iba a hacer nada, pero entonces tomó aire y levantó las cejas mientras abría la boca.

—Okay. —dijo.

—¿Okay? —repitió Stark— ¿Cómo que okay?

Neko lo empujó suavemente para quitar al bardo de su camino y volvió a tomar el control del timón, dando un bandazo para cambiar la dirección otra vez. Crane se salvó del giro de forma elegante, pero Stark se tambaleó un par de veces antes de estabilizarse a duras penas.

—¡Neko! —la llamó acercándose a ella, poniéndole una mano en el hombro al llegar a su posición— ¿¡Qué vamos a hacer!? No hay forma de salir, esto no es una broma.

—No es momento para ponernos histéricos —replicó Neko.

—¡Es el momento perfecto para ponernos histéricos! ¡Ay!

Starkrimson se sobó la cabeza y miró hacia un lado, donde Crane recogía la sandalia que le había acabado de tirar a la cabeza. Stark entrecerró más los ojos hacia la otra chica del equipo.

—Cálmate, normalmente no eres así. —habló Crane.

—Normalmente mi vida no corre peligro inminente.

—¡Chicos! —cortó Neko antes de que estallara una guerra entre sus dos compañeros— La situación está así: No hay nadie más del Clan conectado y no creo que vayan a entrar. No puedo encargarme de Marshmallow yo sola durante mucho tiempo y menos con los pocos recambios que llevamos en la nave.

Crane levantó la barbilla y miró por la cristalera, después consultó el mapa en su omnitool y asintió con la cabeza.

—Vamos a Sanctuary. —afirmó la dancer con seguridad.

—Sí. Vamos a Sanctuary.


   

No era la primera vez que visitaban Sanctuary ni mucho menos. Teniendo un airship que mantener, Sanctuary era el mejor sitio para conseguir recambios, ya fuera poniendo anuncios en el tablón para hacer transacciones con otros jugadores como acudiendo a la tienda NPC. Aunque también podías probar suerte en el desguace.
A Neko no le gustaba el desguace porque decía que era donde todos los airships y otros medios de transporte iban a morir.

—Todos esos pobres bebés... Rotos, desamparados. —Neko suspiró, casi teatralmente.

—Ya lo hemos pillado —le cortó Milo saliendo del airship a zancadas por la rampa de descarga—. ¿Cuál es el plan?

El chico había estado afinando su colección de instrumentos en las horas que habían tardado en llegar allí, asegurándose de que todos estaban en perfecto estado. Se había decantado por una guitarra acústica, que llevaba a la espalda en ese preciso momento. Se ajustó las correas una última vez mientras Crane descendía grácilmente por la misma rampa que él.

—El de siempre —se encogió Crane de hombros—. ¿Hay algo que necesites del pueblo?

Neko ladeó la cabeza mientras toqueteaba el arnés con el que sujetaba su carrito.

—Hmn. ¿Has mirado como vamos de pociones?

—Vamos bien —contestó Stark—, tal vez alguna de magia no caería mal. Puedo cambiar algunos puntos por dinero, si aún funciona el sistema.

Neko y Crane se miraron y se encogieron de hombros. Aunque pensándolo mejor, Neko instó a su amigo a no gastar sus puntos V.I.P., tal vez le pudieran venir bien en algún futuro.

—Si queremos sobrevivir necesitamos más mechanics, o al menos algún Black Smith. Y un par de jobs de ataque.

Se despidieron con unas pocas palabras más y se dividieron el trabajo como siempre hacían: bardo y bailarina buscarían un buen sitio en el que conseguir unas monedas y algo de información mientras Neko se ocupaba de lo necesario para el airship.


 

Crane y Stark no hablaron mucho en el camino que les llevó a la puerta de la ciudad. A Crane le preocupaba el inusual comportamiento de su compañero, pero lo achacó todo a lo bizarro de la situación. Unas horas más y volvería a ser el mismo ser confiado de siempre. Estaba segura.

—Mira —señaló el chico—. La puerta está cerrada ¿Y ahora?

—No sé —Crane se encogió de hombros—. Acerquémonos a ver.

Se plantaron delante del portón, uno al lado del otro, mirando hacia arriba. Había guardias. No tardaron mucho en saber que para entrar sólo tenían que demostrar que eran jugadores.

—¡Usa la omnitool! ¡Tú, idi-! ¡OUCH!

Crane le dirigió una mirada cargada de intenciones asesinas, apartando su puño de la cabeza de Milo.
Aún con el pequeño altercado, les dejaron entrar. Milo le sacó la lengua al guardia, abriendo mucho los ojos, levantando los codos y poniendo las manos en actitud jeviata. Crane le volvió a pegar, aunque se tranquilizó un poco. La temeridad de su bardo había vuelto en plena potencia.

Se acercaron a la tienda de la ciudad a por las pociones de magia. No compraron muchas, en parte para no malgastar dinero y en parte porque ninguno de los dos podía cargar con mucho peso.
Dieron una vuelta por la plaza de la ciudad y después de pensarlo bien cambiaron de ruta y se acercaron al bar.

—Moxxi’s es un buen sitio. Tal vez nos encontremos con algún mechanic conocido.

—¿Tú crees? —preguntó Crane, no muy convencida— De todas maneras ¿Cómo pretende Neko unirlos a la Guild? Ninguno de los tres tiene los permisos suficientes.

—Ya, he estado pensando en eso... —Milo se mordió el labio inferior mientras accedían al local— Seguro que ya se ha dado cuenta.

No pidieron nada, pero se acercaron a Moxxi para poder subir al escenario.



—¡Maldita cuesta! —farfulló mientras tiraba del carro vacío para acceder al desguace.

No le gustaba dejarse ver por aquella ciudad. Sí, era donde había tenido que hacer las quests de Black Smith y Mechanic, pero aún así... estaba demasiado llena de ladrones. Así que, como de costumbre, se coló en el desguace por un hueco bien disimulado de la tapia de metal. Soltó el carrito del arnés y suspiró desolada antes de ponerse manos a la obra.

Se ajustó las gafas encima del gorro y toqueteó su cinturón a ciegas, en busca del bolsito de cuero rígido. Levantó la tapa y un pequeño bot salió volando en todas direcciones, contento de estar libre. Un segundo intentó salir, pero Neko cerró el bolsito antes de que tuviera tiempo a volar libre. Utilizó la omnitool para cambiar los parámetros del bot y se unió a la búsqueda de cualquier cosa útil, caminando con cuidado entre los restos.
El bot no tardó en pitar, avisándole de su hallazgo y Neko procedió a decidir si valía la pena guardar aquella pieza o no. Después de analizarla terminó por tirarla de nuevo al montón. El proceso era largo y algo tedioso, pero estaba acostumbrada y en parte le gustaba más la caza de objetos que las batallas.
Cada vez que encontraba algo que valiera la pena guardar, se acercaba al carro y lo dejaba caer dentro.

Llevaba un buen rato con lo suyo cuando el bot se puso a pitar como loco y Neko se frotó las manos, pensando que había encontrado algún raro tesoro. Pero lo que encontró al darse la vuelta fue la punta de una daga con una persona detrás.

—Oh, mierda.
« Last Edit: September 24, 2018, 05:58:31 AM by Neko »


Kora

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #6: December 08, 2013, 12:40:55 PM »


002the pilgrimage

Conforme avanzaban en la tundra, el clima se hacía más frío, y más monstruos aparecían. Generalmente eran una especie de osos polares con colmillos y zarpas más afilados de la cuenta que sobresalían grotescamente. Eran lentos, y Raiden podía debilitarlos fácilmente, lo suficiente como para que Kora pudiera asestar el último golpe en un par de intentos.

- Tienes que subir de nivel pronto. – Le insistía Raiden.

Finalmente la tundra les llevó a un paraje helado, y Kora vio en la proximidad lo que parecía un campamento improvisado a base de contenedores metálicos, barriles de acero, y trozos de lona. Aquellas chabolas se extendían hacia una cuesta helada con forma de túnel, o al menos las asimétricas placas de hielo hacían las veces.

- Prepárate. – Le advirtió Raiden, posicionándose con la espada. – Yo te cubriré.
- ¿Qué...?

Empezó a oírlo conforme se acercaban. Era el murmullo ininteligible de voces agudas y graves, que se hacía más y más fuerte. Kora ahogó un grito cuando los vio.

Un enorme grupo de bandidos se dirigía gritando hacia ellos. Vestían con trajes de cuero y metal, hechos con remiendos, y algunos ni siquiera se molestaban en cubrirse el torso, mostrando tatuajes que recorrían todo su cuerpo. Máscaras de gas, antifaces, gafas de visión nocturna -- parecía que vestían con lo que encontraban.

- ¿Son... jugadores? – Preguntó Kora, tragando saliva, aunque tenía ambas manos con una bola de fuego.
- No. Sólo enemigos de zona. Nos abriremos paso.

Dicho esto, se lanzó a una velocidad increíble hacia el primer grupo de bandidos. Brazos, torsos y cabezas rodaron, y Kora corrió siguiendo a Raiden, lanzando bolas de fuego en cuanto oía una voz cerca.

El corazón le latía a toda prisa, pero sabía que si se alejaba demasiado de Raiden, estaría perdida. Pronto subieron la cuesta, llegando a una amplia plaza, que conectaba con otro túnel de hielo a un lado. Kora y Raiden se prepararon, juntando sus espaldas. “No me queda casi MP...”, pensó angustiada.

- Este es el último asalto. – Dijo Raiden. Kora notó un tono de preocupación en su voz.

Pero no tuvo tiempo de preguntar, cuando una multitud de bandidos se lanzó hacia ellos. Eran muchos más de los que habían tenido que eliminar al ascender la cuesta, saliendo de todas partes como insectos. Dondequiera que mirara, había bandidos, y por muchos que eliminaran, otros más salían. Kora empezó a sentir el pánico. ¿Iba a terminar ahí su primera vida?

Gritó al sentir cómo un bandido le había clavado un cuchillo en el costado, y al retirarlo, notó cómo la sangre salía a borbotones de la herida. Ya llevaba varios cortes y quemaduras, no necesitaba comprobar en su Omnitool que su salud estaba en niveles críticos.

- ¡¡Moonshine!!

Raiden apenas llegó a terminar. Un fogonazo anaranjado los cegó, y una explosión los lanzó varios metros hacia atrás. Kora se incorporó con la ayuda de Raiden, llevándose la mano libre a la herida en su costado para tratar de parar la hemorragia.

Frente a ellos, un personaje femenino permanecía agazapado, con unas llamaradas envolviendo su cuerpo asemejando las alas de un fénix. A su alrededor, se apilaban cadávares calcinados, y los pocos que quedaban vivos, huían entre gritos. Cuando se levantó, sus ojos tenian un brillo dorado, en contraste con su pelo rojo. El resplandor se desvaneció lentamente, mostrando unos iris amarillos.

- ¿Qué tal? – Dijo, poniendo una mano en su cadera.

Como si no acabara de hacer nada en especial.

- Lilith... – Dijo Raiden, acercándose a ella.
- Me alegra verte por aquí, Jack. – Respondió Lilith. – ¿Quién es tu amiguita?
- M-Moonshine... – Se presentó Kora, con la voz débil, en parte por el dolor y en parte por lo intimidada que se sentía ante la otra.

Lilith chasqueó la lengua mientras sacaba una poción pequeña del pequeño compartimento en su cinturón, y se la lanzó a Raiden, quien se la pasó a Kora.

- Toma una poción, estás hecha un estropicio. – La miró de arriba a abajo. – Y no hace falta que vayamos con nicks. Menos a estas alturas. ¿Cómo te llamas?
- ...Kora.

Dio un largo trago. La poción tenía un sabor dulzón, y pudo notar con un cosquilleo como la mayoría de cortes se cerraban en su piel. La herida en su costado al menos se taponó con una costra, y el zarpazo parecía ya sólo un arañazo. No había recuperado la salud completamente, pero podría seguir adelante.

- Bien, Kora. Soy Lilith, aunque también me llaman Firehawk. Encantada. – Kora asintió, murmurando un “gracias”. – Normalmente esto es un paseo para ti, Jack. Habrás notado que las cosas se han... complicado.

Raiden entrecerró los ojos, pero antes de que hablara, Lilith sacudió la cabeza.

- No podemos discutir esto aquí. Es mejor que volvamos a Sanctuary, y pronto.

--

- ¿Falta mucho para llegar? – Preguntó Kora desde el asiento trasero, asomándose hacia delante. – Estos mapas son interminables...
- Un poco. – Le respondió Lilith, al volante.

Aquel camión-tanque les había estado esperando al final del túnel, rodeado de algunos bandidos que intentaban destrozarlo. Jack y Lilith terminaron con ellos en cuestión de segundos.

- ¡Gah! – Un bandazo del vehículo hizo que Kora perdiera el equilibrio, cayendo entre los asientos de los otros dos. – Ay...
- Cuidado. Soy Elementalist, así que conducir no es exactamente lo mío.
- Creo que nos hemos dado cuenta ya. – Suspiró Raiden.

Kora examinó a Lilith con la Omnitool. Tenía un nivel superior al de Raiden, y también vio que era la líder de una guild. Firehawk era alguien en el juego.

- ¿Sigues de morros porque te he salvado? – Rió Lilith. – Eh, no quiero asustaros pero, agarraos fuerte.

Kora miró por la ventana delantera, y vio como Lilith aceleraba hacia una rampa helada, sujetando el volante con fuerza para mantener la trayectoria recta. Gritó cuando notó que el vehículo ya no tocaba el suelo... pero afortunadamente, enseguida sintió el choque contra éste.

- Aterrizaje perfecto. – Anunció Lilith, orgullosa. – Ya estamos casi.

A lo lejos, vio una muralla de metal enorme, detrás de la cual se erguía una alta torre de satélite. Sanctuary.

- ¿Es esta la única manera de llegar? – Preguntó Kora.
- No, acabamos de saltar un camino más largo.
- ¿Y por qué no nos habíamos warpeado? – Miró a Raiden. – En Prorencia-
- ¿La ciudad con más jugadores? ¿Justo después del anuncio? Probablemente ahora estén matándose todos allí. – Respondió, entrecerrando el ojo.
- ¿Y... y por qué iba a ser Sanctuary diferente?

Lilith frenó el vehículo, y Kora temió haberla ofendido. Pero en realidad la mujer sólo tocó la bocina, y sacó un brazo en llamas por la ventana. El enorme portón de metal frente a ellos comenzó a abrirse, y los condujo hasta el interior, dejando el vehículo en la entrada. Con un estruendo, las puertas se cerraron tras ellos. Lilith y Jack salieron del coche de un salto, mientras que Kora casi tropezó con los bordes de su túnica. “Estúpido traje...”.

Lilith se cruzó de brazos, y le dirigió una media sonrisa.

- Porque este es el hogar de los Crimson Raiders.


Kora

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #7: December 08, 2013, 12:42:02 PM »


003crimson raiders

La ciudad se asemejaba un complejo industrial habitable. Los edificios estaban hechos con paneles de metal, y aunque algunos estaba corroídos por el óxido, manchados de pintura y llenos de arañazos, Sanctuary no parecía menos vivo por ello. Los letreros de neón que anunciaban cada tienda iluminaban las calles con múltiples colores.

Kora vio que la ciudad estaba ocupada sobretodo por personajes que equipaban pistolas o armas mecánicas, así como lo que rápidamente identificó como ladrones y sus temibles jobs superiores, jugando con sus cuchillos y examinándola desde los tejados de los edificios. La chica se acercó más a Raiden.

- Bueno, ¿tomamos algo en Moxxi’s y nos ponemos al día? – Comentó Lilith, quien los había llevado hasta lo que parecía más bien un burdel. Las letras rojas que leían “Moxxi’s” tenían al final dos piernas de neón que iban alternándose, como si bailaran. – No hace falta que os diga que estamos en una situación delicada, por decirlo de forma suave.

El local estaba iluminado tenuemente, con dos hileras de mesas a cada lado hasta llegar a la barra, en la cual un NPC atendía. Ésta sonrió cuando vio que se acercaban, poniendo una mano en la cadera y moviéndose lenta pero sugestivamente.

- ¿Qué puedo hacer por ti, encanto? – Preguntó con voz seductora al ver que Lilith se apoyaba en la barra.
- Una mesa y unas bebidas.

Lilith se giró hacia Kora mientras la NPC llenaba tres largos vasos con un líquido rojizo.

- Esta es Moxxi, es un NPC, pero se le coge cariño. La gente aprecia sobretodo su – Moxxi se inclinó, dejando ver casi todo su pecho. – personalidad.
- Listo. Espero que lo disfrutéis. – Continuó la NPC, con voz seductora.

Lilith le dejó unas monedas en la mesa, y cogió su bebida, encaminándose a la mesa. Raiden la siguió. Antes de tomar el vaso, Kora dejó una moneda en la jarra de propinas, y Moxxi le guiñó el ojo, añadiendo un comentario que hizo que le saltaran los colores a la chica, quien cogió su bebida y rápidamente se sentó en la mesa junto a Raiden.

- Tendrías lo que se deja la gente en propinas a ver si pueden sacar algo más que un piropo guarro. – Le dijo Lilith, riendo, y dio un trago a su bebida.
- No hemos venido a hablar de eso. – Interrumpió Raiden.
- Relájate, Jack. Tenemos todo el tiempo del mundo. – Lilith entrecerró los ojos en la última frase. – Bueno, novata, ¿cómo fuiste a parar junto a míster simpatía?

Kora dio un sorbo del vaso antes de responder. En perspectiva, podía ver que sus acciones habían sido como mínimo, absurdas... Pero cualquier persona obligada a vestir el ropaje que ella llevaba habría hecho lo mismo en su situación.

- Quería una vestimenta nueva, pero necesitaba unos materiales primero. Los enemigos que lo soltaban eran raros, y no quería perder el rastro de uno de ellos... cuando me di cuenta, estaba ya lejos de Prorencia.

Lilith fue a beber, pero paró con la bebida en mitad del aire. Raiden la miraba alzando una ceja.

- ¿Quieres decir...? – Empezó Lilith.
- ¿...que fuiste a parar a una zona de nivel alto...? – Continuó Raiden, y Kora empezó a hundir los hombros.
- ¿...básicamente porque querías un traje nuevo? – Terminó Lilith, haciendo que la chica dejara caer la cabeza con un suspiro.

Hubo un momento de silencio incómodo, hasta que lentamente los dos se llevaron la mano a la cara, Lilith echándose a reír y Jack soltando un suspiro.

- ¡Mirad está túnica, por favor! – Intentó excusarse Kora, mostrando las amplias mangas. – ¡Me pica! ¡Me hace el culo gordo!
- Vale, vale, lo pillo... – Lilith respiró hondo. – Tuviste suerte de que pasara Jack por ahí.
- Sí...

Kora se giró hacia éste, que mantenía una cara de póker. Aparentemente no iba a sacarle mucho, por lo que se giró hacia la otra.

- Lilith, antes has dicho algo de los Crimson Lancers...
- Raiders. – La corrigió la chica. – Crimson Raiders. Mi guild, una de las primeras en ser abiertas.
- No dejes que te impresione. – Intervino Raiden. – Lilith fue beta-tester, lleva jugando desde la primera semana.
- Eso no me hace menos impresionante. – La mujer se apoyó en el respaldo de la silla, cruzándose de brazos.

Las cosas tenían más sentido ahora. El alto nivel de Lilith, lo poderosa que era, el hecho de que liderara una guild...

- Espera. – Kora se giró hacia Raiden. – ¿Tú también eres de la guild?
- Sí. – Aquel detalle se le había pasado la primera vez que lo examinó con la Omnitool.
- Ah, qué tiempos cuando eras sólo un Soldier... y llevabas ropa en vez de metal.

Lilith dejó ir un suspiro fingido, irritando a Raiden.

- Pero dejemos eso aparte por ahora. – Lilith volvió a apoyarse en la mesa. – Tenemos que hablar en serio de lo que está pasando. No hay manera de salir ni contactar con nadie de fuera.
- De eso nos hemos dado cuenta. – Contestó Raiden. – ¿Qué más sabes?
- Que estamos a la merced de un maníaco. – Entrecerró los ojos. – Y ahora, necesitamos toda la gente posible. Estoy segura de que este tío no se va a conformar con sólo encerrarnos, eso sería demasiado aburrido.
- Creo que me hago una idea de qué le parecería divertido.

Kora seguía la conversación como una partida de tenis, pasando de uno a otro. La manera en que hablaban le asustaba. Por unos momentos había podido olvidarse de lo dramática de la situación, pero eso no significaba que la realidad hubiera cambiado.

- Exacto. Tenemos que estar preparados para cualquier cosa. Y para eso, necesitamos gente. Precisamente, tengo un encargo para vosotros.
- Espera, ¿encargo? ¿ahora eres un NPC que da quests? – Raiden arqueó una ceja.
- No, soy la líder de la guild. – Lilith le devolvió una mirada severa. – Una Crimson Raider se marchó a buscar unos materiales, y todavía no ha vuelto. Está bien, es una chica lista y fuerte, pero tiene problemas con los bandidos. Ya has visto que ahora los enemigos son más, y más fuertes.

Raiden se cruzó de brazos.

- ¿Y querrás que vayamos a rescatarla? ¿Por qué no envías a cualquier otro?
- Podría, pero puede ser ideal para que Kora suba unos cuantos niveles más. – Lilith se dirigió a ella. – ¿Querías ropa guay? Volved con la chica, y te daré algo bonito.
- ¡Acepto!

Kora puso ambas manos en la mesa, con los ojos iluminados.

- Jack, tendrás que ir con ella. – Raiden sólo suspiró. – Y por lo que respecta a ti... este es tu momento. ¿Quieres unirte a los Crimson Raiders?
- ¡C-Claro! – ¿Cómo no iba a querer unirse a una guild con gente tan fuerte? Pero Lilith no había terminado.
- Ahora las reglas han cambiado. No matamos a nadie a no ser que sea en defensa propia. Nuestro objetivo es reunir a la gente, no cargárnosla. Si veis gente que vale la pena, reclutadla. Especialmente Mechanists o White Mages. Los vamos a necesitar.

La chica asintió, las reglas parecían razonables y justas.

- ¿Qué dices?
- Sí, claro que sí.
- Entonces, Kora... – Lilith le tendió una mano, y Kora se la estrechó, notándola caliente al tacto. – Bienvenida a los Crimson Raiders.


Shura

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #8: December 08, 2013, 12:57:20 PM »
# 02.

“¿Pero cómo voy a reconocerte cuando te encuentre?”
Sonríes y giro la cara, esa sonrisa me saca de quicio y me desarma.
“Vamos... sabes que soy uno entre un millón.”

---

XXX


Nero estaba atónito ante el mensaje del GM, cuando aun este no había terminado de hablar, sintió la pesada mano del líder de la guild sobre su hombro instándole a permanecer atento.
-No hay tiempo que perder. -Los ojos de Badguy rodaron desde la omnitool hasta el rostro del espadachín.
-Pero... ¿esto esta pasando de verdad? -Por más real que fuera ese mundo y todas las sensaciones que le rodeaban, Nero se sentía ajeno, como si su cuerpo hubiera empezado a flotar buscando una salida.

[A partir de ahora contarán con tres vidas las cuales deberán cuidar como si...]
El mensaje seguía su curso.

-Me temo que sí... -la última parte era la más funesta, pensó deprisa, tenía experiencia con los juegos, si mantenía la calma podría adaptarse a la situación.
El rostro de Nero estaba lívido, no podía dejar que perdiera la calma, Sol le dio una fuerte palmada en la espalda para sacarle de sus pensamientos y darle ánimos.
-Ey boy, presta atención, vamos a movernos deprisa, no pierdas el tiempo intentando salir del juego, -le detuvo en cuanto vio que prestaba atención a la omnitool en vez de a sus palabras, -no vamos a quedarnos en la ciudad, ve a comprar provisiones, y todas las pociones que puedas cargar, mandaré un mensaje al resto de la guild y nos reuniremos en la iglesia, creo que aun estamos a tiempo antes de que la situación vaya a más.
-¿A más? -Parecía imposible que las cosas pudieran ponerse aún peor.
Sol torció una sonrisa cínica.
-La ciudad es como una olla que acaban de poner al fuego, cuando empiecen a sentir el calor, esos imbéciles empezaran a matarse entre ellos para intentar salir antes de que les estalle en la cara.

No era un mensaje muy alentador... Nero dejo de sentir que flotaba para empezar a sentir que sus pies estaban anclados al suelo.
-Por eso las ratas somos las primeras en abandonar el barco. -Le dio una nueva palmada en la espalda que le obligó a dar un paso al frente para no caer, demostrandole también que no se había quedado clavado al suelo.
Pero ese mensaje tampoco le pareció muy alentador.
-¿Eso era un chiste? -Nero se lo quitó de encima sacudiéndose molesto, pero el discurso había surtido efecto, estaba alerta y preparado para continuar en el juego. -Me daré toda la prisa posible.
Antes de terminar de hablar Nero echó a correr calle abajo por la ciudad de Prorencia, tenían la suerte de estar en una de las ciudades principales, el ambiente ofrecía cierta calma y la mayoría de jugadores solo parecían desconcertados... pero Sol estaba convencido de que esa calma era únicamente el preludio de la tempestad.
También debía de darse prisa y contactar con el resto de miembros de la guild, abrió su omnitool y su mirada se ensombreció al leer el mensaje que le había dejado el segundo al mando... aquello no iba a terminar bien, y solo acababan de empezar con aquel juego... 
 
---

XXXXXX

Nero aún tenía energía para seguir corriendo, aquel peso que cargaba parecía liviano cuando pensaba que entre aquellas pociones podía estar la que le salvará la vida. Sol había mandado un mensaje al grupo, Doppio ya había respondido, esperaba que el resto no se hiciera de rogar y se reunieran cuanto antes en la iglesia.
Lo que no esperó fue encontrarse con dos novicios esperando donde se supone había quedado la guild... los otros dos se giraron cuando oyeron sus pisadas y los tres se quedaron en silencio mirándose entre ellos.

-Hola. -Shura rompió el hielo sonriendo nerviosa.
-¿Habéis venido por el mensaje? -Nero entorno los ojos mirando fijamente a ambos, “no se si son nuevos en la guild, o si solo están de paso.”
-Claro, estamos aquí por el mensaje. -JoJo no tenía ni idea de a qué se refería, pero era lógico pensar que el único mensaje importante de aquel día era el del GM que todos habían recibido. La bolsa de provisiones del chico era bastante notoria, dio unas palmaditas sobre esta. -Si que es rápida la caridad en este juego, ves Shura, nada de qué preocuparse.
“No me lo puedo creer. Esta tiene que ser la suerte del tonto.” -Era increíble que las cosas se hubieran puesto tan bien en un momento.

Nero se puso alerta cuando aquel extraño se acercó demasiado a las provisiones, se apartó mientras el otro se encogió de hombros y ponía cara de no haber roto un plato en su vida, con un rápido vistazo a la omnitool pudo ver que ninguno de los dos pertenecía a la guild, y que su nivel era prácticamente nulo... y que su vitalidad se había resentido y se recuperaba lentamente.
-¿Ya os han atacado? -Si algo también había logrado el discurso de Badguy, era volverle paranoico.
-¿Cómo? -Shura miró su propia omnitool, caminando hacía la ciudad aún no habían dejado que su salud se restableciera... la verdad que ella se encontraba bien y por eso no había reparado en esto antes.
-Antes nos caímos al río, aún no hemos podido descansar.
-Perdona JoJo, pero yo no me he caído al río precisamente. -Pese a toda la ironía, Shura solo consiguió que este le diera palmaditas en la cabeza para reconfortarla, la chica acabó moviendo la mano para apartarlo de su lado como si se tratase de una molesta mosca.

El espadachín no les prestó atención, buscando algo dentro de la bolsa y suspirando largamente cuando dio con ello: era un tubo de ensayo donde el líquido rojo brillante casi parecía latir de vida.
“La poción que podría salvarme la vida...” -Sacudió la cabeza para alejar aquel pensamiento, estiró la mano ofreciendoselo primero a la chica. -Tomatelo, será suficiente para restablecer tu salud del todo. Y otro para tí. -Le ofreció otra poción al chico.
-No es necesario gracias, estamos bien. -Shura hizo amago de devolvérsela pero este la rechazó del todo.
-Hay que estar preparado para cualquier imprevisto. Insisto.
-Muchas gracias, -el tubo de JoJo había desaparecido mientras miraba en su omnitool. -Esto... Cuteboy.
Shura guardo silencio agradeciendo estar lo suficientemente centrada para no reirse de la persona que les había ayudado, y ella sintiéndose ridícula por su nick...
-Llamadme Nero. -Dijo con voz cansina, como si hubiera repetido aquello demasiadas veces. -Estamos reuniendo a la guild, podéis quedaros, quizás haya un sitio para ambos, JoJo y Sugus.
-Yo te llamo Nero si tu me llamas Shura, ¿vale? -Sonrió de manera cansada, pero tuvo la respuesta afirmativa por parte de este que esperaba.
-Yo también te llamaré Nero, de todos modos no eres tan mono. -JoJo se giró hacía la iglesia. -¿Entonces entramos?

---


-Jodido imbécil... -Sol se sujeto el costado sintiendo como todo su cuerpo se estremecía de dolor al tocar una herida abierta. Era mejor no mirar, sus dedos tocaron una punta de metal que estaba bien enterrada, si no lo hubiera evitado a tiempo, el disparo del sharpshooter le hubiera quitado su primera vida. Se concentró entonces en el asco que le tenía a aquel cabrón y al que fue su segundo al mando en la guild, enterró los dedos aún más en la carne, hasta pellizcar la punta de flecha y sacarla de dentro de un solo movimiento.
Le temblaron las extremidades por poco dando con sus huesos en el suelo, pero mantuvo la concentración lo suficiente para activar la curación. Cuando pudo respirar con normalidad y se le aclaró la vista, observó la que había sido la sede de su guild, todo estaba destrozado en clara señal de pelea, pero ni rastro de los dos cuerpos que había dejado.
Y nunca más lo habría.

Todo había pasado en tan solo unos pocos minutos...
>>La situación ha cambiado, somos demasiado, el resto se ha marchado, pero yo he venido a por la mitad de los tesoros de la guild. Soy el segundo al mando, tengo derecho, la otra mitad puedes quedártela Sol.
El Cleric que había sido su compañero, ambos se habían ayudado muchas veces a subir de nivel compartiendo experiencia, siempre compartiendo; ahora que ya no se trataba de un juego, mostraba su auténtica cara.
A su espalda, el sharpshooter le apuntaba directamente, aquello no era una jodida negociación, era una amenaza.
-No te daré una mierda, es propiedad de la guild, si te quedas es tuyo, si te vas no puedes reclamar.
-¿Te lo piensas quedar todo? -El Cleric le señaló atónito, Badguy había pasado de víctima a culpable, pues que así fuera.
-Tú mismo lo has dicho, la situación ha cambiado, y yo soy el líder, me lo quedo todo. Gracias por nada imbécil. 
-Entiendo... y dime Sol, tu configuración a la hora de perder una vida, era aparecer aquí mismo en la sede, ¿verdad?
-Igual que la vuestra.

Se desató entonces el infierno, no valía la pena ir primero a por el del arco aunque ya le hubiera acertado, estaba ciego de rabia y de un solo golpe certero en el cuello, su compañero desde hace más de lo que le gustaría recordar, se convirtió en un montón de datos desapareciendo. Viendo que su apoyó había desaparecido, el tipo del arco comenzó a ponerse nervioso, no eran buenos en distancias cortas ni dentro de habitaciones, Sol había tenido todas las de ganar... lo peor vino cuando volvieron a la vida... a su amigo solo le quedaron dos vidas, si hubiera tenido la ocasión le hubiera gustado preguntarle cómo perdió su primera vida tan pronto.
La tercera vida del arquero... cuando este soltó el arco declarándose desarmado e indefenso suplicando por su vida, demasiado tarde para pararse a pensar cuando dejó caer el arma como un loco sobre él.
Es matar o morir... no importaba que hace unas horas, la noche de antes hubieran estado todos reunidos, bebiendo y compartiendo experiencias como camaradas... que se hubieran ayudado desde el primer día de juego... ahora solo se trataba de matar o morir, y eran ellos los que habían tomado su decisión. <<

“Mierda, ahora necesito a otro Cleric.” -Pesé a gastar casi todas sus habilidades mágicas, Sol aun no estaba restablecido del todo.
Tenía pociones y otros tesoros entre los objetos de la guild, podía volver a recuperarse y armarse hasta los dientes, porque ahora los que quedaban iban a encontrarse con lo peor de la naturaleza de cada uno, porque el GM había cambiado las normas, y ahora todo sería pura supervivencia, matar o morir...
Badguy utilizó su configuración como líder para acceder a todo el material de la guild, no había nuevas respuestas por parte del resto de miembros, era verdad que se habían quedado solos...
Prestó atención a los objetos, había algunos tesoros muy interesantes, otros muy caros.
Sol lo miró todo recordando la cara al eliminar definitivamente al arquero... aquel botín era solo mierda, utilizó la magia que le quedaba para un ataque de zona que rompiera en mil pedazos toda aquella basura, desde la primera arma hasta la última poción.
El era Sol Badguy, y no iba a bailar al son de aquel GM, nadie iba a jugar con él.

No quedó nada de todo lo conseguido por la guild. Aquello le hizo sentirse mucho mejor, pero enseguida reparó en que la herida que había hecho sanar con magia, había vuelto a abrirse por el esfuerzo.
-Mierda... definitivamente necesito otro Cleric. -Se apoyó contra la pared deslizándose por esta hasta quedar sentado.
Un poco de descanso le vendría bien, le ayudaría a curarse ahora que se había quedado sin magia. Cerró los ojos... estaba, simplemente, demasiado cansado.

---

“Sobrevive... si sobrevives, sí que seré capaz de encontrarte.”


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #9: December 08, 2013, 01:20:20 PM »
Pensaba escribir de Ikki y Shun, pero tengo más contenido para este grupo de momento, así que voy adelantando lo suyo :3 Y de paso no os dejo con las ganas de saber que le pasaba a Neko (?)
Pd. Los personajes invitados son de Kora y están usados con su consentimiento :DDDDDD





04. Anir. Me llamo Anir

       

El empujón había sido innecesario, o al menos eso había pensado Neko cuando casi se tropieza con uno de los escalones de Moxxi’s. Se giró para dedicarle una mirada de rencor a su captor, arrugando la nariz y estrechando los ojos.
El otro levantó una ceja y negó con la cabeza, poniendo un puño en su propia cintura.

—¡Adelante! —le instó sin amedrantarse.

Neko suspiró cansada y entró al bar con el otro casi sobre sus talones. Localizó a Crane y Starkrimson cerca de la entrada, bebiendo algo en una de las mesas. Stark estuvo a punto de levantar una mano para saludarle, pero Neko pudo ver el pisotón de Crane, que señalaba disimuladamente al jugador que la guiaba más adentro del local.
Otro empujón sorpresa y terminó sentada delante de una mesa que ya estaba ocupada.

—¡Ey, con más cuidado! —renegó Neko.

—Te traigo un regalo, jefa. —habló el chico con una sonrisa satisfecha.

Neko se cruzó de brazos, mirando de uno a otra y denotando su inquietud en lo crispado de sus hombros. El chico que la había capturado tenía toda la pinta de ser un rogue o un asesino, la palabra ladrón estaba escrita en su indumentaria, pañuelo en la cabeza y guantes incluidos. En cambio, la mujer frente a ella era diferente. Irradiaba seguridad y estaba claro que estaba jugando en su propio terreno.
Algún trabajo de magia, era el pensamiento que cruzó la mente de Neko. Su cara le sonaba de algo, pero no podía recordar exactamente de qué y activar su omnitool para escanearla podía ser una idea temeraria rayando en lo suicida.

—Explícate, Locke —dijo la mujer mientras cruzaba una pierna encima de la otra y se reclinaba en su asiento.

—La encontré merodeando en el desguace. Se había colado en la ciudad sin pasar por las puertas. La que tendría que explicarse es ella. —Locke la señaló con la cabeza, dando un paso atrás para apoyarse en la pared.

Neko bajó la cabeza un poco mientras se mordisqueaba el labio inferior y maldecía interiormente. Levantó la barbilla y carraspeó.

—El desguace es de libre acceso. ¿Qué haces? —preguntó sorprendida cuando se dio cuenta de que la mujer tenía su omnitool brillando en el brazo mientras leía algo con interés.

—No me sale tu información ¿por qué la escondes?

Neko rodó los ojos y puso su brazo encima de la mesa despacio para que los demás vieran lo que hacía mientras tecleaba con dedos ágiles en su omnitool recién activada. Desbloqueó su información básica y esperó.
La cara de la mujer era la misma que esperaría Neko de alguien que acaba de recibir el regalo que quería el día de Navidad.

—¡Mechanic! —exclamó paladeando la palabra— Pero en una guild.

La mujer se giró a mirar a Locke, que seguía en su rincón, como si él tuviera la culpa. Locke se encogió de hombros y miró hacia otra parte, sacando un cuchillo para jugar con él.
Pero entonces, se volvió de nuevo para revisar una última vez la información de Neko.

—¿Night Fury? —la risa corta y sonora le pilló por desprovisto a Neko, que parpadeó— ¿Aún sigue por ahí? Hace siglos que no sé nada de Tanlaus.

—Ni yo —añadió la mecánico, relajándose un poco y ladeando la cabeza—. Dejó el clan hará un mes en la vida real.

—Una pena —la mujer se giró para hacerle un par de señas a Locke, que se entretenía jugando a los dardos—. Lo conocí los últimos día del beta-test. Su guild fue una de las primeras que se crearon en el juego. Como la mía.

Locke dejó dos vasos sobre la mesa y volvió a su juego. La mujer tomó uno y señaló el segundo con la mirada. Neko lo tomó con algo de duda.

—Mi nombre es Lilith, líder de los Crimson Raiders. —levantó el vaso.

—Neko, mecánico.

Lilith arrugó las cejas y chistó.

—Neko es tu nick. En la situación en la que estamos todos metidos, preferiría saber tu nombre. El real.

Neko dudó por un momento, pero desinfló el pecho, dejando salir el aire que tenía retenido y la poca tensión que aún quedaba en sus hombros.

—Anir. Me llamo Anir.


     

—No es normal que tarde tanto en esa mesa. Además, desde aquí no la veo —renegó por quinta vez Starkrimson, levantando la cabeza sólo para recibir otro puntapié de su acompañante.

—Sólo vas a meterla en más problemas. Déjala, se apaña bien sola. —Crane se encogió de hombros y movió ligeramente su copa, creando reflejos pixelados en la pared.

Tocó la sombra un par de veces con el dedo hasta que cargó como era debido. Asintió satisfecha y agarró su bufanda con la mano libre, llevándola hasta sus labios. Cuando giró la vista hacia Stark, este se había ido.
Crane masculló furiosa y se levantó para ver dónde se había metido el bardo esta vez. Lo encontró un poco más allá, tomando asiento en la barra para estar más cerca de Neko. Se sentó a su lado y puso atención a la conversación a unos pocos metros de ellos.

—Anir. Me llamo Anir —se presentó su mecánico, dando su nombre real en vez de su nombre de juego.

Stark y Crane intercambiaron miradas mientras el primero jugaba con una moneda en los dedos y Crane apoyaba un codo en la barra y la mejilla en su mano.
La mujer frente a Neko asintió y bebió de su vaso. Neko dio un sorbo, sin quitarle los ojos de encima a su interlocutora.

—Déjame que te explique: En Crimson Raiders no matamos jugadores. Creo que en estos momentos lo mejor es ayudarnos los unos a los otros —habló la mujer con tono neutro y seguro—. Estoy buscando mecánicos que se unan a mí. ¿Te interesa la oferta?

Crane vio como Stark abría los ojos como platos, tomando aire lentamente y negándose a dejarlo ir hasta oír la respuesta de Neko. Estiró la mano para agarrarle del antebrazo.
Pasaron unos pocos segundos antes de que la respuesta llegara.

—Hay dos miembros más de mi Clan atrapados aquí conmigo. Sin ellos no voy a ninguna parte.

—¿Qué son? —preguntó la mujer mientras Crane apretaba un poco más el brazo de Starkrimson, que empezaba a recuperar el color que se le había ido por un momento.

—Bard y dancer. Son buenos en combate, se compenetran bien y...

—Ya, ya. No me hace falta oír más —la mujer dio una palmada en la mesa—. Traelos y os meto en la guild ahora mismo.

Stark sonrió a Crane y se levantó, arrastrando a la chica con él.

—¡No hace falta, estamos aquí mismo! —vociferó el bardo mientras se presentaba a espaldas de Neko— Starkrimson, mi nombre es Milo.

Crane salió de detrás de su compañero y se echó la bufanda por encima del hombro.

—Crane, Yuzuriha.

—Chicos... —dijo Neko dándose la vuelta, poniendo una rodilla en su asiento y las manos en el respaldo.

Les dedicó una sonrisa agradecida antes de cambiarla por una orgullosa.

—¿Estos son todos? —preguntó la mujer, señalando un par de sillas para que las acercaran a la mesa.

—En realidad... hay uno más —Neko se mordisqueó el labio inferior, llevándose una manga a la boca para sustituir el labio por la tela—. Pero no se va a poder unir.

La mecánica se sentó bien en la silla antes de hundirse un poco en ella. Milo frunció el ceño hasta que Yuzuriha le dio un codazo y formó un óvalo con las manos, señalando hacia el techo luego.
Iban a tener que decirle adiós a Marshmallow, su airship.
« Last Edit: September 24, 2018, 05:59:24 AM by Neko »


Kora

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #10: December 08, 2013, 01:22:55 PM »


004when the sun goes down (1/2)

- Moonshine. Moonshine, despierta.

Algo sacudiendo su hombro hizo que parpadeara, volviendo a estar consciente. Era extraño dormir en el juego, no estaba segura de si no recordaba sus sueños o no se podía soñar directamente, pero al menos se había recuperado del todo.

- Voy, voy...

Kora se apoyó en los codos sobre el colchón, arqueando la espalda. De nuevo, la sensación (o más bien la falta de) era extraña, por lo que se puso de pie. Raiden la esperaba con los brazos cruzados.

Al ser miembro de la guild, tenía acceso al cuartel general de los Crimson Raiders, un edificio de metal y cemento, que aunque tenía un aspecto rústico y práctico, parecía una pequeña fortaleza. Lilith le había dejado descansar por un rato, mientras que Raiden había ido a resolver algún asunto pendiente.

- Pronto va atardecer. No creo que sea buena idea quedarnos por los alrededores sin luz. – Volvió a meterle prisa, mientras Kora se ponía las botas marrones. – Lilith ya me ha dado las coordenadas y he contactado con la chica.

- Hmmm-mmm. – Asintió Kora, estirándose la túnica azul. – ¿Nos ponemos en marcha?
- Deberíamos estar ya en marcha.

---

- ¿Por qué no vamos en coche como antes? – Preguntó Kora, mientras le lanzaba una bola de fuego a un bandido sin brazos que se acercaba a ella.
- Tienes que subir de nivel. – Respondió Raiden, mientras hacía un corte en horizontal que dejaba sin piernas a un bandido. Para probar su otro hechizo, la chica le lanzó un rayo de electricidad.
- Al menos no estamos lejos, ¿no?

No obtuvo respuesta del otro, por lo que sólo suspiró, exasperada. Caminar en el juego con la stamina de un mago cansaba mucho más que caminar en la vida real, y empezaba a notar una punzada de agotamiento. Pero sabía que si le pedía descansar un rato a Raiden sólo se llevaría una mala mirada.

Podía intentar distraerse.

- Oye, uhm, Raiden... Jack... ¿Qué edad tienes en la vida real?
- Veintinueve. – Respondió este.
- Oh... eres... mayor... muy mayor para estar jugando a un videojuego, ¿no? – Kora arqueó una ceja.
- Y probablemente tú seas demasiado joven.

Aunque había sido una respuesta sarcástica, por primera vez, Kora escuchó algo de diversión en el tono de Raiden... lo cual no le quitaba peso a la ofensa.

- ¿Crees que soy una niña? – Respondió, mientras terminaba con un bandido usando una llamarada quizá demasiado potente.
- Creo que actúas como una niña.

Kora entrecerró los ojos, friendo lo que quedaba de un bandido. Aquel era el último que quedaba del grupo, y la tundra se extendía ante ellos, clara y limpia (a excepción de las manchas de sangre en la nieve).

- ¡Para tu información, tengo veinte años! – Contestó Kora, indignada, y se cruzó de brazos. – Perdón si no actúo como una treintañera amargada.

Chasqueó la lengua, y siguió a Raiden. Podría haber jurado ver una media sonrisa en el rostro de éste, pero había sido demasiado rápido, y además, estaba demasiado ocupada intentando mostrarse enfadada para que el otro se disculpara.

Caminaron un rato en silencio, hasta que llegaron a una parte en la que podían sentir la piedra bajo la nieve. Algunas montañas de nieve dejaban al descubierto zonas rocosas, y se discernían algunos destellos en las paredes. Varios agujeros a su alrededor indicaban que alguien había estado excavando por el lugar, y vieron a lo lejos una tienda de campaña improvisada, hecha con metal y lona.

Cuando estaban a unos diez metros de la tienda de campaña, Kora notó como Raiden la empujaba a un lado, tirándola sobre la nieve y cayendo casi encima de ella, al tiempo que oía una pequeña explosión. Se incorporó, y vio un agujero en la nieve sobre el que todavía flotaban algunas chispas.

- Aquí debe ser. – Levantándose rápidamente, Raiden abrió su Omnitool. – Techbender, ¿eres tú?
- ¿Quién está ahí? – Kora oyó la voz femenina desde el Omnitool, y vio al otro lado del holograma una figura enmascarada, con unos cristales verdes redondos donde debían estar los ojos.
- Crimson Raiders. Aquí Raiden.
- ¡Oh! Gracias por venir. No puedo desactivar las minas, pero os indicaré donde están plantadas en el mapa.

Kora se cruzó de brazos. ¿Por qué no salía directamente Techbender? Ya habían llegado, y opinaba que no era para tanto. Distraída, miró al cielo, y vio que el sol estaba poniéndose. La nieve reflejaba los tonos anaranjados y violáceos del atardecer. “Si no fuera porque todo a nuestro alrededor intenta matarnos, sería precioso.

- ¡Esperad! ¡Lo sabía! – El rostro encapuchado de Techbender apareció en la Omnitool de Raiden otra vez. – ¡Ya os han detectado! ¡Está volviendo!
- ¿Volviendo? ¿El qué? – Raiden frunció el ceño.

Unos pasos retumbaban a lo lejos, con el grito de guerra de los bandidos de fondo. Bastantes bandidos.


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #11: December 08, 2013, 01:23:04 PM »
Sigo con el grupo principal :B Bueno, esto es mayoritariamente Anir, pero xDU
Para que no os hagáis un lío con la timeline: Mi aporte ocurre al mismo tiempo que Kora está de misión rescatando a Asami con Raiden.





05. ¿Lo hizo un mago?

   

Llevar a Marshmallow hasta el Cementerio, como Anir se refería al desguace, había sido toda una aventura. Ver al pequeño airship asomándose por encima de los muros de la ciudad para posarse con la mayor suavidad posible entre los restos de otras naves había conseguido arrancar un gemido de dolor de los labios de Milo. El bardo no tardó en correr hacia la rampa ya abierta del airship para recuperar sus pertenencias y abrazar a Anir, que definitivamente no estaba llorando, aunque tenía los ojos rojos de aguantarse las lágrimas.
Yuzuriha apartó a Milo de un empujón para ahogar entre sus tetas a su amiga. Starkrimson y Crane se unieron a los Crimson Raiders nada más bajar la rampa ya con sus equipaje preparado, aunque Anir esperaría un poco más.

—Tengo cosas que hacer. —había explicado asomándose por la rampa pero sin bajar de ella.

—¿Cómo qué? —preguntó Milo mientras afinaba las cuerdas de un violín eléctrico, allí de pie en medio del desguace.

—Como sacar todas las cosas útiles de la ware de la guild.

Neko se encogió de hombros y Crane le agarró de las tiras del gorro estirando hacia abajo de ellas.

—Ay... —se quejó Neko apretando los labios y sacándolos hacia fuera. El gorro le tapaba los ojos en ese momento.

—Contáctanos si necesitas algo.

Neko se puso bien el gorro y asintió antes de desaparecer dentro de la nave. Soltó a todos sus bots, los quince, aunque había tres que no terminaban de funcionar bien, para echar un vistazo profundo a Marshmallow. Recorrió la nave de cabo a rabo asegurándose de que no dejaba nada que pudiera servirle, catalogando todas las herramientas que tenía esparcidas por aquí y por allá.
A veces se paraba para acariciar aquella tubería que siempre le daba problemas o apretar por última vez ese tornillo terco que siempre se soltaba.

Se sorprendió al juntar todas las cajas de herramientas y fundas que le había regalado Milo o Tanlaus —el jefe de la guild desaparecido— durante el tiempo que habían pasado juntos como miembros de Night Fury. A Neko no le gustaba que le regalaran herramientas, porque nunca le traían lo que necesitaba.

Se dejó caer en el suelo con un suspiro, aún con los dedos aferrados a sus tobillos cruzados. Estiró pies y manos hacia arriba hasta que se separaron y dejó caer sus extremidades casi de golpe, produciendo varios ruidos sordos y esparramando su cuerpo en forma de equis.
Estaba en la sala de mando, mirando el timón desde abajo. Levantó la mano y apenas rozó la madera de una de las cabillas. El timón rodó ligeramente y volvió a su posición inicial por la falta de fuerza en el movimiento.

Neko se dedicó los minutos restantes a mirar el techo. Era blanco y tenía los mismos motivos que el globo. Recordó cuando pidió ayuda a los miembros de la guild para pintarlo y acabar de poner la decoración. Milo se cayó de la escalera, encima de los botes de pintura. Y tuvieron que cambiar la madera del suelo porque había rasgado el papel que la protegía en el proceso.

No pudo evitar reírse. Acarició la madera del suelo con los dedos y suspiró.


 

—¿Hola?

Neko se incorporó de inmediato. La nave estaba tan silenciosa que los pasos de quien fuera que había entrado en ella resonaban con claridad. Con demasiada claridad.
Neko arrugó la nariz y pensó que quien fuera que estaba en sus dominios quería que supiera claramente que estaba allí.

Activó su omnitool, buscando las cámaras que llevaban sus bots hasta encontrar al individuo en cuestión.

—Oh... —dejó salir Neko de entre sus labios al verlo.

Silbó hacia dentro, levantando las cejas.

—¿Quién eres tú, eye-candy?

Con dedos ágiles cerró la omnitool y salió al encuentro del desconocido.

—¡Hola! —llamó de vuelta.

No tardó mucho en ver al chico acercarse hacia ella. Un escaneo rápido le dio sus datos básicos: Nox, assassin. Crimson Raider. Todo en orden, entonces.
Neko le sonrió, cruzando las manos detrás en su espalda y poniéndose de puntillas.

—¿Tú eres el pobre desgraciado que tiene que ayudarme con todo esto? —señaló hacia el pequeño tesoro que había reunido y luego se volvió a girar.

Nox se rascó la nuca, no parecía muy seguro de sí mismo en ese momento.

—Lilith me ha dicho que te acompañe a la guild... —parecía que Nox no había recibido todos los detalles de su misión— ¿Eres Anir, verdad?

Neko se mordió el labio inferior para no reírse y levantó la mano hacia él, ofreciéndole un apretón que Nox tomó.

—Esa soy yo.

Nox carraspeó y apretó la mano un poco más antes de soltarla.

—Yo soy Yuri.

Y por la cara con la que miraba el montón de herramientas y piezas Neko no pudo más que reproducir en su mente ‘Pobres almas en desgracia’. Si estuviera Milo con ellos ya estaría tocándola, sin duda alguna.
Para sorpresa y alivio de Yuri, lo único que tuvo que hacer fue echar en montón todas las herramientas al carro de Neko.

—¿Esto no se llena nunca o como va? —preguntó el asesino mientras seguía agarrando piezas a manos llenas.

—Por peso —empezó a explicar Neko—. Según mis stats, mi nivel, algunas habilidades y el tipo de carro puede cargar más o menos peso. Por lo demás piensa en el bolso de Mary Poppins.

—¿El qué?

—¿Un bolsillo interdimensional con espacio no definido? Tío, esto es ficción después de todo.

Yuri se rascó la barbilla, dándole vueltas a las palabras de Neko.

—¿Lo hizo un mago? —acabó por preguntar el chico.

—Sí, algo así.

Satisfechos los dos, no tardaron en terminar su trabajo, saliendo juntos por la rampa del airship. Anir se quedó a observar como se levantaba la rampa, esperando que cualquiera que quisiera saquear la nave por sus piezas lo tuviera difícil para entrar.
Con suerte volvería a pilotar a su bebé algún día, en el futuro, pensó mientras se alejaba.


   

—¿¡Tú otra vez!? —gritó Neko mientras señalaba al stalker que tenía delante de él con el dedo levantado.

—Señalar es de mala educación. —dijo Locke mientras se separaba de la pared en la que estaba apoyado, jugando con un cuchillo.

—¡Ladrón! —acusó Neko aún señalando hacia la dirección general de Locke con una mano temblorosa.

—¡Y dale! ¡Que no soy ladrón! —se defendió él, levantando y dejando caer los brazos.

Neko se encogió de hombros y se cruzó de brazos, mirando a Locke de soslayo.

—Not a thief, claro. Pero para ser stalker primero hay que ser ladrón.

—¿Sabes cuántas veces me han hecho la misma gracia? —preguntó Locke, ya cansado de que siempre fuera lo mismo.

—Tú te lo has buscado.

Neko levantó la barbilla y Nox le palmeó un hombro, apareciendo detrás de ella.

—Ya conoces a Locke, ¿no? Él te ayudará con el inventario de la guild. Bueno chicos, hasta más ver.

Y con esas palabras se largó bien campante, con una sonrisa de oreja a oreja hacia lo que Neko adivinaba eran los dormitorios de la guild.

—¿Qué yo qué? ¿Cómo? ¡Oye, no! ¡Yuri!

—¡Órdenes de la jefa, yo me largo a ver a mi novia!

Yuri les guiñó un ojo mientras caminaba del revés antes de darse la vuelta por última vez y casi echar a correr pasillo arriba.
Neko y Locke se quedaron mirando la espalda de Yuri mientras se alejaba hacia el atardecer, los dos con distintos motivos para que la añoranza brillara en sus ojos.

—Tenía la noche libre... —gimió Locke, llevándose una mano a la cara y frotándose la frente con el hueso de la palma

—¿Tiene novia? —susurró Anir, casi inaudiblemente.

Derrotados, Locke guió a Neko hacia el inventario compartido de los Crimson Raiders.

—¿Qué se supone que tengo que hacer? —preguntó Locke, ahora más curioso que molesto.

—Yo saco cosas del inventario de mi guild y tú las metes en el tuyo. Es más tedioso que difícil.

Neko volvió a activar su omnitool, seleccionando el carro y cambiando la configuración del mismo. Antes de desaparecer, el jefe de su clan le había dado permisos para acceder al inventario desde el carro, con ayuda de algún bug bien usado y poco compartido. O tal vez era una de tantas ventajas de ser VIP.

—Ni idea... —murmuró en alto.

—¿Qué? —preguntó Locke mientras agarraba los primeros materiales que Neko había sacado del carro.

—Ponlos en el inventario de la guild, eh. No en el tuyo.

—¿Quién te has creído que soy? —preguntó Locke arrugando la nariz y continuando con su trabajo.

—¿Un ladrón?

—¡Cazatesoros!

Y así, entre riñas e historias de cada objeto, intentos de soborno para quedarse un juego de navajas de alto nivel y puyas amistosas, pasaron la tarde. Y parte de la noche.
« Last Edit: September 24, 2018, 06:00:43 AM by Neko »


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #12: December 08, 2013, 01:24:04 PM »
Hmnr, en este aporte no pasa gran cosa, pero vemos a Anir siendo Anir. Er... y eso.




06. Si estás ahí, mándame una señal

   

Tener su propia habitación era un lujo al que estaba acostumbrada. Neko había tenido su propia habitación dentro del juego prácticamente desde que entró a jugar. Tanlaus la había reclutado siendo una novicia y aunque a veces simplemente jugaba con sus amigos, siempre volvía al edificio de la guild para descansar. O casi siempre.
Después, con Marshmallow, había tenido su propio camarote con cofre y cama.

Así que, cuando Locke la había acompañado a lo que iba a ser su propia habitación en su nueva guild, no se le hizo para nada raro. De hecho lo había estado esperando.
Poco antes, Lilith se había presentado ante ellos y sin mucha ceremonia le había mandado a Neko una invitación para que su uniera a su guild. Neko había aceptado, dándole las buenas noches y siguiendo a Locke con los ojos cerrados por el cansancio.

—Buenas noches. —repitió, esta vez para Locke, dándole un par de palmaditas en el pecho de la misma manera que se palmeaba la cabeza de un buen perro.

Locke la miró con el ceño fruncido y rodó los ojos. Parecía demasiado cansado como para responder al gesto con un comentario sarcástico o hiriente.
El stalker se marchó a descansar y Neko cerró la puerta de su habitación, disponiéndose a hacer eso mismo.

—Mañana será otro día. —bostezó.



Lo primero que notó al abrir los ojos fué el estado extraño en el que le dejaba el sueño dentro del juego. Lo primero que pensó fué que el techo estaba mal. Lo primero de lo que se acordó es que ya no estaba en su nave.
Y se levantó deprisa para observar todo lo que le rodeaba, reconociéndolo como la habitación que le habían dado en un nueva guild.

—No más Night Fury... —se pasó la mano por la cara y se sentó en el borde de la cama, alcanzando las botas para ponérselas— Ahora soy una Crimson Raider.

Se arregló el pelo, se calzó el gorro y se puso los mitones marrones con energía.

—¡Y soy una Crimson Raider con una misión! —levantó un puño y lo bajó con fuerza, arrugando la nariz.

No tenía tiempo para ponerse sentimental, tenía un clan del que ocuparse.

Salió trotando al pasillo, con su carrito traqueteando tras ella y se dedicó a inspeccionar su nuevo hogar, en busca de un taller vacío o alguna habitación que pudiera transformar en su centro de operaciones.
Encontró una habitación vacía salvo por alguna mesa de trabajo, un par de sillas y una pila. Tenía ventanas cubiertas altas, tapadas por cortinas gruesas y de aspecto raído y no parecía que hubieran hecho uso de ella en un tiempo.

—Perfecto...

Desenganchó el carro del arnés y probó a ver si era posible acceder desde él al inventario de la nueva guild. Cuando comprobó que sí podía sonrió satisfecha y empezó con la ardua tarea de clasificar y valorar todo lo que allí encontraba.
Probablemente la guild ya contaba con un inventario actualizado de todo lo que tenía y lo que se necesitaba hacer, pero Neko no se había parado a preguntarlo. Le gustaban las cosas bien hechas y estaba acostumbrada a llevar las cuentas de su clan. Prefería hacerlo ella misma y comparar sus notas después.

Starkrimson y Crane no se habían contactado con ella, pero suponía que estarían bien. Por si acaso les mandó un mensaje de texto privado desde la omnitool, asegurando que estaba bien y que no la molestaran.
Lo más normal es que se dedicara todo el día a trabajar y ellos dos ya la conocían como para saber que podía pasar veinte horas metida en el taller sin salir para nada.

Y eso hizo. En cuanto acabó de hacer inventario, seleccionó unas cuantas armas y armaduras rotas para arreglarlas. Mejoró algunos complementos y desplegó sus bots para revisarlos uno a uno después de un largo día de trabajo. Consiguió los materiales para arreglar uno de ellos y le dio un beso en uno de los brazos electrónicos al ver que ya no echaba chispas. Aún le quedaban dos por arreglar.

Dejó todo de nuevo en el inventario, despejando la zona y dejándola preparada para su uso posterior. Se lavó las manos y la cara y se sentó en el suelo vigilando a su bot recién arreglado por si se le había pasado algo por alto, mientras bebía con pajita una poción que habría de rellenar algunos de sus puntos mágicos perdidos.
Llamó al bot de nuevo para usar la magia recién adquirida para arreglarle la dirección y una vez estuvo satisfecha con su trabajo se levantó para estirarse y volver a la habitación para dormir.

Vio que tenía un mensaje nuevo en la omnitool y se paró para mirarlo. Era una invitación para salir a dar una vuelta.

—Demasiado tarde... —pensó al ver que hacía al menos una hora que Milo le había enviado el privado.

Trasteó un poco más con su omnitool antes de acceder a las listas de ranking por costumbre. Siempre lo hacía después de dedicarse un tiempo a arreglar y mejorar armamento.
Para sorpresa suya, había caído más de veinte puestos en la lista de mechanics y frunció el ceño, enfadada. Después revisó los diez primeros puestos, por si algo había cambiado en los días de juego que no había revisado la lista y esta vez las cejas salieron disparadas hacia la frente. La lista había cambiado dramáticamente.

Después de pensarlo bien supuso el porqué. Los mechanics dentro de guilds se habrían dedicado a fortalecer sus edificios, mejorar armas y armaduras, modificar propiedades, refinar materiales... Y no todos los mechanics del juego se habían quedado atrapados dentro del mismo. Lo más lógico sería pensar que aquellos que habían escalado posiciones sí estaban dentro.
Buscó un nick en particular, que siempre estaba en los cinco primeros puestos y no lo encontró. Se mordisqueó el labio, aliviada en un principio pero confundida después.

—Sólo para asegurarme... —murmuró mientras buscaba el nombre en su lista de contactos.

Tecleó rápido y en un principio pensó dejarle un mensaje de texto, pero luego intentó contactarse con él por voz.

—No sé si estás ahí, pero yo sí. La guild se ha disuelto, sólo quedábamos Starkrimson, Crane y yo. Nos hemos unido a otra guild, Crimson Raiders. Tienen su central en Sanctuary... —explicó la chica, haciendo una pausa para tomar aire— He visto que no has hecho nada desde el anuncio del GM y sé que no estás en ninguna guild. No te pido que te unas a nosotros; no sé que andas haciendo ni sé qué es lo más seguro a hacer en esta situación, pero... estoy preocupada, maestro. Si estás ahí, mándame una señal.

Neko paró la retransmisión y después de pensarlo un poco, apagó la omnitool, que desapareció de su brazo. Se quedó mirando la habitación oscura y vacía. Sola, con el latido de su corazón virtual como única música ambiental en ese mismo momento.
« Last Edit: September 27, 2018, 03:19:10 AM by Neko »


Neko

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #13: December 08, 2013, 01:25:11 PM »
Yo he venido a darlo todo xD Y hoy vengo a ambientar el aporte con paisajes, porque estoy decepcionada con la ropa 8( Este es el sitio donde Ikki y Shun están al final de la segunda escena: AQUÍ. Luego, aquí es donde esta Hyoga al final del capítulo: TO BONICO, ES UN BOSQUE KORASITO. Y esto es el bicharraco que aparece al final del capítulo también: GRR GRR. Ale, ahora sí, el aporte~




07. ¿Qué tal se te dan los fantasmas?

 

—¿Y ahora qué, hermano?

La pregunta no había tenido ningún tinte de miedo, irritación o inseguridad. Sólo había sido una pregunta, pero a Ikki le había dolido en el alma.
Se preguntó por qué, ¿por qué había tenido que insistir tanto en quedarse sólo un poquito más? Pero lo hecho está hecho y uno no puede volver atrás.

Agarró a Shun de la muñeca y empezó a caminar hacia una salida lateral de la ciudad con brío.

—Ponte la túnica y el bastón. Y todo. Ahora.

Shun intentaba no tropezarse con sus propios pies mientras Ikki cambiaba su agarre por una mano en el hombro, guiando a su hermano mientras este rebuscaba en su omnitool hasta que cargó el nuevo equipo, como le había enseñado Ikki.

—Hay dos formas de hacerlo. O bien te lo quitas y te lo pones como en la vida real o desde el inventario que tienes en la omnitool, como en cualquier otro juego. Tú eliges.

El equipo nuevo se cargó encima de él con un parpadeo de pixels en tres dimensiones. Tomó el bastón que se materializó a su lado al vuelo, mientras Ikki seguía empujándolo hacia la salida.

—No mires a la gente. —avisó Ikki al ver que Shun ralentizaba su paso.

Conocía bien a su hermano y no tenía tiempo de ponerse a ayudar a cada alma en pena con la que se encontraran en su camino. Necesitaba alejar a Shun de ahí. Los shocks traumáticos no solían ser muy buenos para la mente, no se fiaba de las decisiones que tomase nadie en ese estado.

—Pero hermano...

—No. Mires a nadie. —volvió a advertir, agarrando la capucha de Shun y tirándosela por encima de la cabeza.

Consiguieron salir de Prorencia sin ningún percance e Ikki puso rumbo hacia el norte. No tenía claro donde iban, pero necesitaba alejarse y pensar.


 

Después de una buena caminata, Shun se atrevió, por primera vez, a decir algo después de haber abandonado Prorencia.

—He intentado salir.

Ikki no dijo nada, sólo apretó los dientes. Había visto por el rabillo del ojo a Shun trasteando con su omnitool. Él mismo no había intentado nada.

—No puedo. Supongo que no podemos —continuó Shun hablando—. Supongo que lo que dijo el Master es verdad.

Después de unos segundos de silencio, Shun preguntó.

—¿Qué crees tú, hermano?

Ikki siguió impasible, pero al final se encogió de hombros y al oír a Shun perder un poco de pie en el ambiente rocoso, se giró para mirarlo. Shun estaba bien, pero entrecerraba los ojos y apretaba las cejas para mirar hacia delante, protegiendo sus pupilas del sol virtual.

—Supongo —aclaró su garganta y volvió a hablar—. Debe ser verdad.

Pasaron unos minutos más en silencio e Ikki se paró al borde de un precipicio, con las manos en la cintura y mirando hacia el horizonte. El viento movía su cabello. No se había cambiado la ropa.
—¿Y cómo vamos a salir? —preguntó otra vez Shun, poniendo su mano en el hombro de Ikki.

—No lo sé, Shun. No lo sé.

Un momento después de seguir contemplando el paisaje, Ikki rodó para encarar a su hermano y frunció el ceño.

—Lo que sí sé es que tienes que subir de nivel para sobrevivir en este mundo.

Shun asintió después de pensarlo un poco, con un movimiento vacilante.

—Cuanto más tiempo sobrevivamos más posibilidades de salir —habló rotundamente Ikki, asintiendo con la cabeza—. Así que tienes que subir de nivel rápido.

—Esta bien... —Shun abrazó a Marshmallow, que había saltado a sus brazos un segundo antes, enterró su nariz en el pelaje blanco del conejo antes de preguntar— ¿Eso significa que tengo que... t-tengo que matar muchos animalitos?

Su cara mortificada le dio ganas de reír a Ikki y a la vez de pegarle a alguien. Negó con la cabeza despacio.

—Nah, tengo algo mejor pensado para tí —la promesa en la sonrisa de Ikki provocó escalofríos en Shun—. ¿Qué tal se te dan los fantasmas?



Las primeras horas después del anuncio del GM habían sido muy confusas para Hyoga. No recordaba demasiado sobre lo que había hecho o a dónde había ido. Se había dedicado a caminar de forma errática de aquí para allá, evitando los caminos habitualmente poblados o los lugares donde sabía que podía encontrar con monstruos hostiles.
Llegados a un punto se cansó de caminar. Tenía frente a él un árbol más bien alto, grueso, frondoso... que destacaba entre los demás árboles, aunque no desentonaba con el resto del bosque. Le pareció ver algo allá arriba y puso las manos en modo de visera y después rodeó uno de sus ojos con la mano para centrar mejor la vista. Y definitivamente allí arriba había algo.

—Una casa... —murmuró— Una casa en un árbol.

Después de haber pasado tantas horas desmotivado, la casa le creó curiosidad. Él había tenido una de pequeño y le hizo revivir buenos recuerdos. Así que ni corto ni perezoso empezó a buscar la manera de trepar al árbol.
En algún momento se le ocurrió que podía ser una trampa, pero le quitó importancia al tema, su curiosidad ganando al sentido común. Encontró el cabo de una cuerda bien disimulado entre las ramas bajas y empezó a trepar. La casa no estaba tan alta, pero eran unos cuantos minutos y no llevaba arnés. Le dio igual.

Entró por una especie de balcón, teniendo que encaramarse a la barandilla de madera y se arrastró hacia el interior. La casa tenía el aspecto de estar abandonada y parecía el lugar perfecto para pasar la noche que ya se cernía sobre él. Así que eso hizo.


   

‘Mañana será un nuevo día’ era una de sus frases hechas favoritas, ahora no estaba tan seguro como lo había estado el día anterior.
Hyoga se despertó de repente. La sensación era rara, pero de forma instintiva sabía que ya estaba bien. Lo comprobó en su omnitool y sí, estaba descansado con los puntos de vida y magia a tope y listo para comerse el mundo, si es que quisiera hacerlo.

—¿Qué hacer, qué hacer? —se preguntó mientras se rascaba la cabeza.

El shock inicial había pasado y ahora necesitaba entrar en acción. Lo notaba en los huesos. En los suyos, los de fuera. Tal vez no pudiera hacer mucho, pero al menos podía intentar seguir vivo.

—Esa es una fantástica idea... —susurró para nadie.

Se frotó la cara con las manos por costumbre y después de palmearse los mofletes se asomó por una de las ventanas de la casita. Los pájaros piaban y el sol hacía un rato que debía haber salido. Aunque el bosque estaba bastante oscuro, a su parecer, por aquí y por allá se filtraban rayos de luz, jugando a pillarse en el suelo cubierto de hojas y matorrales.
Veía algún monstruo en forma de animal rondar por aquí y por allá. Usó su omnitool para ver donde estaba y se sorprendió al ver que la población más cercana era Lavender Town. Había estado más tiempo caminando del que supuso en un principio. Aún no se explicaba como podía haber llegado hasta allí sin que nada le atacara.

Escaneó los monstruos y se mordisqueó el labio inferior pensando en cómo iba a salir de allí sin gastar todos sus puntos de magia. ¿Llegaría a Lavender Town de una pieza? No lo sabía, pero lo tenía que intentar.

Bajó despacio, calculando en su mente cuántos hechizos que tenía y cuántas veces los podía usar. Eran pocos, ya que acababa de convertirse en mago negro cuando el GM había hecho el anuncio.

Los primeros monstruos que se acercaron a él no le dieron demasiados problemas. Los veía a tiempo y Hyoga había invertido puntos en agilidad por algo. Un par de pájaros por aquí, algo parecido a un perro por allá... la especie de goblin que se le acercó después fue otra cosa.

Apareció de repente y de un cuchillazo transversal le quitó un tercio de vida. Hyoga corrió hacia atrás, poniendo espacio entre ellos y chocándose con la corteza de un árbol. Miró a todas partes, pero el bicho parecía haber desaparecido. Hyoga miró al suelo y se concentró.
No se oía a ningún mob más. A sus pies, los matorrales verdes habían dejado paso a la lavanda, que le daba al bosque un aspecto feérico. La planta le llegaba casi a las rodillas por donde más alta crecía. No tenía que estar lejos del pueblo.

El goblin apareció a su izquierda, desde detrás del árbol y Hyoga sonrió porque lo había estado esperando. Un hechizo básico de hielo lo mantuvo en su lugar, petrificado y blandió el bastón, golpeando la cabeza del monstruo hasta que el hielo reventó en multitud de pedazos, esparciéndose por el suelo del bosque.

Hyoga sonrió satisfecho y empezó a buscar su recompensa. Unos pocos materiales, una poción de vida que tomó en el mismo instante en que la tuvo en la mano y algunas monedas. La experiencia ganada le había dejado en el borde de un nivel más y aunque su túnica corta estaba dañada, no costaría mucho arreglarla en la ciudad. O tal vez podría comprarse una nueva.

Sonrió, jugando con la botella vacía de la poción y empezando a caminar de nuevo hacia la dirección en la que quedaba Lavender Town. No dio ni dos pasos cuando paró de nuevo, parpadeando.

—Uy... —murmuró.

El ambiente se estaba oscureciendo por momentos y los sonidos de vida animal que solían poblar los bosques del juego aún no habían vuelto. Aquel presagio no podía ser para nada bueno. Despacio, empezó a dar la vuelta, mirando en todas direcciones. Sus ojos se movían en las cuencas, volando de aquí para allá, observando cada rincón con atención.
Apretó la botella en su mano y se giró rápidamente. Estaba tan oscuro que parecía que se hubiera hecho de noche, aunque más allá, a su izquierda, aún podía ver algunos parches de suelo resplandecer. Miró hacia su derecha y allí estaban, dos faros rojos que le devolvían la mirada con atención. Empezó a oír un gruñido bajo y una melodía desconcertante. Tenía toda la pinta de un jefe de zona.

Hyoga volvió a mirar a su izquierda. Los árboles clareaban más allá, abriéndose más entre ellos. Salir a campo abierto podría ser peor, pero probablemente estaría más cerca de la ciudad y en las ciudades había guardias...
Apretó los labios, ponderando sus opciones. Y echó a correr. En ese mismo momento la música se volvió más intensa y pudo ver a un animal enorme saltar desde detrás de un árbol, empezando a caminar hacia él.
Hyoga arriesgó de nuevo una mirada hacia atrás y el animal ahora estaba corriendo sobre sus cuatro patas. Parecía un lobo, con los ojos rojos, negro, pero con el morro blanco. Y le sobresalían cuatro enormes caninos de entre las fauces.

Hyoga se tropezó y rodó por la lavanda. Se levantó y tiró la botella vacía, que había sobrevivido a la caída, hacia el animal. El boss sacudió la cabeza y gruñó más fuerte todavía, dando dentelladas al aire mientras redoblaba su velocidad.
Hyoga, desesperado, lanzó una barrera de hielo tras otra mientras corría hacia atrás. El lobo las rompió todas sin apenas decelerar.

—¡Maldita sea! —gritó Hyoga cuando trastabilló otra vez, gateando hacia atrás y viendo como el monstruo se le acercaba cada vez más.

Hyoga levantó los brazos para protegerse, proyectando un escudo tras otro de hielo. Cerró los ojos y pensó un adiós, rezó a su madre y supo que aquí era donde perdía su primera vida.
Un gañido y un golpe sordo en el suelo le hicieron abrir los ojos. Parpadeó, sabiéndose vivo. Y de repente unas manitas estaban agarrándole de las mejillas y preguntándole algo que no entendía muy bien.

—¿Estás bien? ¿Cómo te llamas? ¿Te duele algo? —entendió Hyoga en cuanto pudo descifrar de nuevo el lenguaje.

—Sí, sí... estoy bien.

Una sensación de calor le inundó cuando el mago blanco rellenó su vida al máximo y empezó a conjurar hechizos básicos de apoyo sobre él. El chico le estaba ayudando a levantarse cuando los escudos de hielo se quebraron y detrás de ellos se reveló el cuerpo caído del boss y otro jugador, de cabello oscuro y pose prepotente, que tenía un pie encima del cadáver.
Se giró a mirarlos y chistó ofuscado, dándole una patada al lobo y alejándose de los dos.
« Last Edit: September 27, 2018, 03:25:13 AM by Neko »


Shura

Re: neverland 1.1: you can (not) escape
« Reply #14: December 08, 2013, 01:28:55 PM »
# 03.



El interior de la iglesia era de piedra gris desnuda, la luz que se filtraba por la vidriera iluminaba con distintos reflejos de colores la hilera de bancos que estaban dirigidos hacia la gran cruz de piedra custodiada por el eterno npc de la zona.
-Eso se le cae encima a uno, y lo deja hecho un cromo. -JoJo le dio un codazo amistoso a la chica señalando divertido la enorme cruz.
-Aquí se suelen hacer bodas y algunas quest, -Nero iba de arriba abajo notablemente nervioso. -Esperad un momento aquí, no deberían tardar tanto en responder...
Desapareció por uno de los pasillos del edificio dejando a los dos novicios a solas.


Shura por fin decidió tomarse su poción... los efectos fueron instantáneos, no se había dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que sintió sus fuerzas renovadas.
-Tienes suerte de haber elegido una apariencia femenina Shura, ese chico no nos habría ayudado de otra manera. -JoJo se dejó caer sentándose en un banco, apoyando la barbilla en la palma de la mano y mirando a Shura.
-Soy una chica, ¿qué apariencia esperabas que me pusiera? -Arrugó el entrecejo enfadada.
-Venga ya, en internet no existen las mujeres, todo el mundo lo sabe.
-¡Por favor! Ese pensamiento esta pasadísimo.
-Venga hombre, no hay nada de lo que avergonzarse. -JoJo sonreía para evitar que se le escapase la risa.
-Si te parece tan normal, ¿por qué no te has hecho tú una cuenta femenina? -Shura sonrió siguiéndole el juego.
-Porque esta era mi primera cuenta. -Explicó resuelto.
-¡No me parece tema del que discutir en una iglesia! -Shura le tiró del gorro dando el tema por zanjado y para ver si así se le ventilaban un rato las ideas. Al final sí que parecía que aquello era lo más normal con juegos de realismo.



Nero volvió a la cámara principal del edificio mirando directamente hacia la puerta a la vez que revisaba su omnitool.
-¿No ha venido nadie más? -Parecía muy apurado.
-No. -JoJo se colocó el gorro, peinándose cuidadosamente con la mano el pelo que de este se escapaba.
-Se están retrasando demasiado... puede que haya pasado algo malo... -Se aproximo hacia la salida para revisar el exterior, justo cuando iba a tocar el pomo, retrocedió un paso al sentir como abrían la puerta. Nero exhaló un suspiro de alivio al comprobar que se trataba del jefe de la guild.
-¡Badguy! Me alegró de que hayas llegado, ¿dónde está el resto...? -Nero no estaba seguro, había visto como la mirada del hombre se ensombreció ante la pregunta... y además, había algo aún más imperceptible en el moreno, algo que no llegaba a determinar. -Oye... ¿estás bien?
-Claro que estoy bien, ¿por qué no iba a estarlo? -Aquella mirada desapareció siendo sustituida por una sonrisa socarrona y un golpe amistoso en el hombro para el chico. -¿Has conseguido las provisiones?
-Claro... -Quizás hubiera sido solo su imaginación.
-Buen chico.


El espadachín estaba bastante desconcertado.
-¿Y el resto de la guild?
-Nos saquearon. Han desaparecido todos los tesoros, el resto de la guild se ha disuelto, no les culpo, no van a estar más a salvo con nosotros que por su cuenta.
Parecía que Nero se hubiera quedado helado en el sitio ante la noticia, su cuerpo se balanceaba muy despacio, mareado y aun intentando asimilar la situación.
-No pasa nada chico, saldremos para delante. -Sol no estaba muy seguro de si aquello lo decía para animar al espadachín o para consolarse a sí mismo. Reparó por fin en los otros dos presentes, sentados entre las filas de bancos y observando la escena. Por sus ropas estaba claro que se trataban de novicios.
-No puede ser... éramos tantos... 
-Centrate Nero, ¿quiénes son esos dos? -Enseguida su mente comenzó a ponerse en marcha, a medida que el espadachín iba contando como se había encontrado con ellos, a Sol se le presentaban nuevas posibilidades para conseguir una party bien equilibrada. -Espera aquí un momento.


JoJo y Shura cruzaron una rápida mirada cuando el paladín se acercó hasta ellos.
-Habéis elegido un mal día para empezar a jugar, en cualquier otra situación tendríais que haber tenido una mejor bienvenida. -Alargó una mano hacía el chico. -Pero aun estáis a tiempo de remediarlo, mi nombre es Sol.
-Mi nombre Joseph Joestar, pero llámame JoJo. -Le devolvió el apretón de mano.
-Soy Shura. -Acto seguido Sol le estrechó la mano a la chica.
-Un placer. Y decirme, tengo entendido de que habéis tenido algunas dificultades para llegar hasta aquí, ser novicio nunca ha sido tan difícil como hasta hoy.
-Podría haber sido peor, estamos bien y de una pieza. -JoJo apoyó una de sus manos en la cadera en actitud exasperada, no le había gustado como había dicho aquello de “novicio”.
-Las cosas se pueden poner peor en cualquier momento... -Sol lo miró de arriba abajo, sonriendo para quitar hierro al asunto. -Vais a necesitar equipo, seguro que podemos prestaros algo. Escucha Nero, -no les dio tiempo de protestar ni de decir nada a ninguno de los dos. -Acompaña a JoJo y préstale algo de equipo con lo que pueda defenderse, ven conmigo Shura.


La chica miró por un momento a su compañero, pero para su sorpresa que no dijo nada ni reacciono, solo se quedo mirando a Sol y a la chica como se alejaban por la entrada por la que antes había ido Nero.
Sol se había acostumbrado a tratar con muchos jugadores en otros juegos y cuando era líder de guild, tratar a ambos chicos por separado era una estrategia más para influir en la decisión que iba a proponerles.
-Y dime Shura, ¿ya habéis elegido job?
-La verdad, ni siquiera he tenido tiempo para leer sobre las opciones que ofrece el juego, solo quería probar “el juego del que todo el mundo hablaba”. -Le complació ver que el chico también sonreía por su comentario. -En cuanto salga de aquí, regresaré a mi ordenador de sobremesa a jugar al solitario, lo juro.
-Si es que salimos pronto. -No pudo evitar aquel comentario funesto, pero aunque intentara disimularlo parece que caló en la chica.
-Sí bueno... ¿tu llevas mucho tiempo jugando?
-Ayude a testear el juego, así que desde antes del primer día. -Llegó por fin a la habitación donde Nero había dejado las provisiones que había comprado. -Necesitaras una armadura, podrás estar bien con el cuchillo de novicio.
-Puesss, la verdad es que lo he perdido... -Shura agachó la mirada avergonzada, pero Sol se puso manos a la obra para encontrar un arma que por su nivel pudiera llevar. -No necesito que me prestes un arma, puedo utilizar un palo.
-¿Y si te atacan con una espada?
-Pues utilizó un palo más largo.
A Sol se le escapo la risa por el comentario.


-Se ve que eres una mujer de recursos... aunque quizás lo tuyo no sean las armas, quizás se te dé mejor la magia. ¿Has oído hablar de los White Mages?
Shura entornó la vista haciendo memoria.
-¿Se tratan de los que curan? Perdona por mi ignorancia, ¿pero a esos no les cuesta mucho subir de nivel?
-Para los que no saben llevarlos puede: los white mages pueden llevar mazas y además son letales contra enemigos no muertos, que por cierto, son también mi especialidad. -Se acercó hasta esta inclinándose sobre ella para mirarse a la cara. -Podríamos formar party, yo os ayudaría a subir de nivel, en cuatro días subirías al segundo job, tendrías al resto de jugadores a vuestros pies.
-Espera un minuto. -Se tragó sus nervios por sentirse avasallada por aquel hombre. -No tengo intención de pasarme aquí más de dos días, en cuanto arreglen el sistema yo me marcho.
-En eso estamos de acuerdo, pero deja que te ponga al día sobre algo más de este juego: quizás no sea tan difícil que alguien pueda dejar encerrados a toda una comunidad de jugadores, aunque, ¿puedes hacerte una idea de cuánta gente puede haber en estos momentos registrada y jugando?   
Shura no comprendía porque el otro seguía sonriendo, era como si su comentario fuera como una bomba con la que jugaba entre sus manos.
-Pero lo realmente difícil, es lograr que un juego te mate, que algo que ocurre aquí dentro te afecte ahí fuera. Y si han logrado saltarse ese paso, la protección más fuerte, ¿cuánto tiempo crees que puede dejarnos aquí encerrados?
-Oye... creo que estas exagerando, no sabemos nada de lo que esta pasando.
-Quizás los que no queréis enteraros seáis vosotros.


Se hizo un silencio incómodo entre ambos, Shura no quería ceder al miedo ni a la paranoia, pero era muy poco lo que sabía del juego, le hubiera gustado tener a JoJo a su lado para que con uno de sus comentarios desapareciera aquella tensión.
-Perdona... -Sol se disculpó para intentar relajar la situación. -Hoy a muerto un buen amigo mío dentro del juego, era cleric, un nivel superior a white mage.
-Oh... lo siento. -No sabía qué más decir, pero aquella era la prueba que daba más peso a las palabras de Badguy, la situación era muy real.
-Gracias. Ahora, toma todo lo que necesites, protege bien tu vida, cuando decidas que job te gustaría ser avísame, si vamos juntos podemos protegernos. Te dejo un momento a solas... -Sol salió de la habitación... cuando nadie le vio, sonrió torciendo el labio, era muy desagradable sentir que tenía que manipular a las personas, pero ya se disculparía cuando sobreviviera al juego. 


Shura no sabía cómo sentirse... miro el material sin saber muy bien qué hacer con el, comenzaría por tranquilizarse, clasificando el material que pudiera necesitar y pensando que quizás, si que tuviera que decantarse por un job que tuviera la facilidad de curar. Aunque sólo fuera por mantenerse viva. Era demasiado joven para sentir la muerte como algo cercano, y sin embargo... siempre estaba rondando.


RING-RING


La chica sacudió la cabeza sorprendida, el sonido se repetía una y otra vez al otro lado de la puerta. Sonaba, ¿cómo un teléfono?
La puerta se entreabrió justo cuando cesó aquel sonido, y en apenas un resquicio, Shura sintió un escalofrío muy particular:
La estaban observando.


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“Ten cuidado... hay tanta gente que... nunca sabes si es el diablo el que camina a tu lado.”
“No te enfades, solo quiero jugar una partida.”
“No me enfado... solo me preocupo.”