perdón perdón! se me fueron las palabras, pero el drama y el giro argumental lo reclama 8´D
#17
Doppio salió del Warp, parpadeando confuso y conteniendo la respiración, estaba solo, en una habitación iluminada por antorchas, la luz nocturna que las cortinas filtraban desde el balcón y por la cetrina luz que desprendía una bola de cristal, al fondo de la estancia, lejos de la puerta. El mago reprimió un escalofrío, dirigiéndose hacía la salida, el marco de la puerta crujió sin que lo hubiera tocado, amenazando con cerrarse, a su espalda, escuchó una pesada respiración que dejó a Doppio helado, sólo con el tiempo de girarse para ver a la figura encapuchada abalanzarse sobre él.
-Veo en tí… sí, veo tu destino, escrito en la palma de tu mano: veo la muerte.
Bajo la túnica, la cara de un viejo decrépito, aparentemente sin fuerza, pero Doppio no se fiaba de las apariencias, dando un paso atrás esquivando a aquel enemigo que aterrizó pesadamente y con una elegancia nada apropiada para su aspecto. El aura que desprendía era de maldad y poder, Doppio intentó concentrarse en alguna habilidad que le sirviera para escapar, pero su enemigo fue más rápido atrapandole por la muñeca mientras el Time Mage sólo atinó a gritar.
-¡No me toque! -Atenazó tanto su agarre, que Doppio temía que de resistirse acabase por lesionarlo.
-Muerte. La muerte es lo que determinan las líneas de tu mano... -parecía a punto de atacar, de efectuar un hechizo que hiriera de gravedad al mago.
Pero el enemigo miró la mano de Doppio, mostrándose confuso por unos instantes.
-Tus… ¡tus manos!
-Suélteme -Doppio apretó los dientes, cerrando el puño y forzando con la otra mano que el enemigo le soltase-. No me toque…
Comenzó a sentir que le dolía la cabeza, que bajo su piel, algo arañaba por salir.
-¡Dejame ver tus manos! -Arañandole la mano, el enemigo consiguió que Doppio abriera la palma, en la piel apergaminada de aquel mago oscuro, se dibujó una sonrisa de satisfacción-. ¡El destino de estas manos! ¡Es magnífico! ¡Jamás he visto nada semejante!
La risotada del enemigo llenó la estancia mientras el rostro de Doppio permanecía ensombrecido, bajando la vista, alejándose del enemigo que reía mirando aquellas manos… las manos amputadas del mago oscuro.
-¡S-son...! ¡SON MIS MANOS! -El enemigo comenzó a reír, hasta que el pecho le reventó en un golpe mortal, sin que Doppio se moviera del sitio, salpicado de sangre, vetas de color amatista recorrían sus ojos dorados viendo como su enemigo se derrumbaba.
Dejando tras de sí, un tubo de ensayo con líquido de color rojo que parecía palpitar de vida. El Time Mage lo tomó entre sus manos, ¿una poción? No, era casi imperceptible, y el nivel del enemigo que había derrotado, era demasiado alto para una recompensa tan común, aquello no era una poción.
Era veneno.
-¡Doppio! -Sol entró en la sala observando la escena… Doppio se giró lentamente, cubierto de sangre y con el enemigo muerto en el suelo. El Paladín parpadeó sorprendido por lo violento de la escena-. ¿Qué ha pasa…?
-¡Doppio! -Sol entró en la sala observando la escena… Doppio se giró observando a su compañero, no había nada más, ni sangre en su ropa, ni el cuerpo de su enemigo-. ¿Estas bien? ¿Has encontrado al resto?
-Badguy… no, el warp acaba de traerme a este lugar -Doppio permanecía tranquilo.
-A mi también, me alegro de que estes bien -Sol se cortó tomando el mango de su espada y desenvainando al escuchar el sonido de pisadas apresuradas por el pasillo, se trataba de Nero.
-Por fin… os he encontrado. -Nero resopló cansado por la carrera.
Doppio aprovechó aquella distracción, para añadir un item al inventario de Sol.
Se escucharon el sonido de pisadas apresuradas por el pasillo, se trataba de Nero.
-Por fin… os he encontrado. -Nero se inclinó agarrándose las rodillas para intentar recuperar la respiración.
-Cuidado chico, por poco te confundo con un jodido monstruo… -Sol iba a envainar su espada, pero el arma estaba dentro de su funda, por un instante se sintió confundido, había tenido la sensación de que tenía que envainar su arma… pero es verdad, no recordaba que esta hubiera salido de la funda. Aquello sólo duró un instante.
-¡Tenemos que encontrar a JoJo y Shura! -Nero revisó su omnitool, para su alivio, los dos chicos estaban juntos, eso les proporcionaria más seguridad, y no estaban lejos, sólo unos pisos por encima de aquella torre. Nero se asomó al balcón para comprobar visualmente a la altura a la que se encontraban.
-¡Nero! Antes de ir a por esos dos, ¿cómo vas de salud? Necesitas una poci…
-¡SOL! ¡Ahí arriba! -El espadachín se quedó pálido, señalando a algún punto de lo alto de la torre.
-¡Doopioo! -El paladín llegó al lado de Nero en el acto, observando la escena de los otros dos colgando del balcón, amenazando con caerse-. ¡Gravedad!
La White Mage y el Thief se soltaron comenzando a caer.
-¡RÁPIDO!
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¡Se acabaron los trucos!
Shura se abrazó más fuerte al cuello de JoJo que se aferraba a una cadena que había perdido su sujeción, apretando con fuerza los dientes, buscando un saliente al que agarrarse para frenar la inevitable caída, pero era inútil y la gravedad reclamó sus cuerpos, cortandoles la respiración por la impresión
Pero una vez más, JoJo demostró tener una suerte inagotable, la caída de ambos se ralentizó, un aura de color morado les rodeaba, la luz provenía de uno de los balcones de al lado.
-¡Dopio! -La chica nunca se había alegrado tanto de ver a su compañero, JoJo comenzó a reír viendo con alivio como el suelo se acercaba a ellos a una velocidad moderada y suficiente para asegurarles un cómodo aterrizaje, fuera del castillo y al borde del precipicio.
Ambos iniciados suspiraron aliviados cuando sus pies tocaron el suelo.
-Esto aún no ha terminado -JoJo miró a lo alto de la torre, tragando saliva y comenzando a sudar. Shura siguió la dirección de su mirada, reprimiendo una exclamación de sorpresa: Dio estaba asomado al balcón, no podía distinguir su rostro, pero les estaba observando. Desapareció un momento, tomando impulso para saltar por el balcón, agarrándose con una mano al muro, la fuerza de aquel ser era tal que con una mano podía agarrarse a la piedra, arañando y desprendiendo para controlar su caída.
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-¿Qué es eso? -Nero desde el balcón retrocedió unos pasos, incrédulo por el espectáculo que ofrecía aquel tipo para descender hacia los dos iniciados.
-¡Va a por ellos! ¡Doppio, reacciona! Tienes que ayudarnos a bajar directamente desde el balcón.
-Badguy… -se mordió el labio preocupado-, no me queda magia para bajarnos.
Y era verdad, no había tiempo para pensar en que había podido gastarla, era más importante salir del castillo y llegar hacia ellos antes de que fuera demasiado tarde. Sol comenzó a rugir órdenes.
-¡Hay que salir de aquí a toda leche! ¡Seguirme! No os enfrenteis a los enemigos, ¡sólo correr!
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-Shura, ¿puedes bajar por el barranco? -JoJo enredó los dedos nervioso entre la bufanda que tenía en el cuello.
-JoJo… -Shura intentó ponerse en pie al igual que su compañero, este lo consiguió con cierta dificultad por mantener el equilibrio, la precipitada bajada inicial les había afectado, además del considerable gasto de magia, la chica no era capaz de ponerse en pie ni de utilizar un Heal para recuperar las fuerzas. Y Dio se acercaba a ellos.
-Shura… no me guardes rencor.
El Thief saltó hacía el barranco, deslizando sus pies entre las rocas, buscando el mejor agarre para llegar al siguiente saliente, poniendo tierra de por medio entre Dio y él… y dejando a su merced a Shura.
El sentimiento que la chica tenía por dentro era tan amargo, por un momento le picaron los ojos a punto de llorar, cerrandolos con fuerza para evitar las lágrimas, Dio estaba a su lado, deslizándose con pasos silenciosos, el único sonido que producía era una pequeña risa, insolente y carente de gracia.
-¿Te han abandonado? -Dio se agachó a su lado, agarrandola con tacto de seda por el mentón para que alzase la cara y viera su sonrisa burlona.
Se inclinó a su lado, obligándole a girar en dirección a JoJo.
-Tu amigo está huyendo, salvando su pellejo a cambio del tuyo. Oh, Shura-, con el pulgar, le limpio una solitaria lágrima, la chica bufó por el gesto, pero cuando intentó apartar el rostro, Dio la agarró con la fuerza suficiente para obligarla a apretar la mandíbula, gruñendo enfadada para evitar el dolor y gritar de frustración.
-Guarda tus lágrimas, Shura. Guardalas para el funeral de tu amigo.
Dio saltó a la persecución de JoJo, convencido de que Shura no podría escapar, y más interesado en el sufrimiento de su primera víctima que en el del chico.
JoJo giró un momento la cabeza al sentir como saltaban detrás suyo, perdiendo la concentración ante la sorpresa, rodando un momento, agarrándose a un saliente y manteniéndose subido a este enganchado desde la cintura, con las piernas colgando sin que estas tocaran un nuevo saliente… ahí abajo estaba todo demasiado oscuro para distinguir nada más, si caía, podía ser el fin. Joseph se subío a este saliente, arrastrándose frente a los pies de Dio que ya le esperaba dispuesto a darle muerte personalmente. JoJo respiraba pesadamente, con el corazón martilleando en su pecho, empezando por ponerse de rodillas con las manos apoyadas en el suelo, las gotas de sudor caían por su frente, nervioso.
Dio dibujó una sonrisa en su rostro, superior, aquel hombre pagaría por haberse atrevido a atacarle en la cara.
Abrió la boca para hablar, acercando sus manos mortales a la nuca descubierta del Thief.
-Ahora vas a decir: “¿Pensabas que ibas a escapar de mí, Dio? ¡Muere como el perro que eres!”
-¿Pensabas que ibas a escapar de mí, Dio? ¡Muere como el perro que eres! …!!!-Detuvo su ataque a escasos centímetros del golpe mortal. Retrocediendo unos pasos por precaución, confundido por aquellas palabras-. ¿Cómo has sabido…?
-¿Lo que ibas a decir? -Joseph se sentó en el suelo, riendo burlón. -Hace frío esta noche, no lo había notado, hasta que he perdido la bufanda.
-...¿Qué estás diciendo? -Dio estaba desconcertado, JoJo se señalaba el cuello desnudo.
-Puedes matarme cuando quieras, Dio… ¡pero antes! -Se apresuró a hablar cuando el vampiro amenazó con su golpe-. Antes, quiero que vuelvas a echarle un ojo a mis bolas…
Joseph sólo sacó un par de bolas. Dio entrecerró los ojos confundido.
-¿Dónde está el otro par? ¡Antes me atacaste con otro par! ¡No volveré a caer en el mismo truco!
-¿Truco? ¡Mis bolas son muy reales! Pero te olvidas de la parte más importante, ¡la bufanda! -Joseph tiró de sus bolas, por encima de sus cabezas el sonido de unas piedras arrastrándose, empujando a otras piedras más grandes, en un desprendimiento que anunciaba, ¡una avalancha iba directa hacia ellos!
-¿¡Qué está sucediendo!?
JoJo no pudo reprimir una risita triunfal al ver el desconcierto de su enemigo.
-No ibas a atacarla en tu estado, estabas seguro de que no te importaría Shura y vendrías a por mi. Estabas tan atento en vanagloriarte de tu victoria, que no prestabas atención cuando preparaba mi siguiente truco… deje un buen par de mis bolas a buen recaudo, ¡en las manos de Shura!
-¿Cómo? -Dio miró hacía arriba, Shura había atado el arma de Joseph a una piedra, se la había entregado como seguro, para que supiera que no la abandonaba, la chica tenía dibujada una media sonrisa, burlándose del vampiro que se había estado riendo de ella.
-¿Sabes que hay entre los dos? ¡Un hilo! ¡El de la bufanda! -Tiro con fuerza de las bolas, había desecho su bufanda, atando el hilo y pasándolo entre las piedras mientras iba descendiendo, cuando tiro de este, la avalancha definitivamente cayó sobre ellos.
-¡NOOO! ¡ME VENGARÉ! ¡NO PODRÉIS ESCAPAR! ¡SIEMPRE SABRÉ DONDE ESTAÍS Y OS MATARÉ! WRYYYYYY -Dio se cubrió, intentando esquivar las rocas, sin evitar que le golpeasen y le arrastraron hasta el fondo del barranco mientras liberaba un grito escalofriante.
-¡JOJOOO! -Shura buscaba a su compañero entre aquel desprendimiento, las rocas habían levantado demasiado polvo, no se veía nada. Como última esperanza, Shura desató las bolas, agarrando fuertemente el extremo, JoJo tenía que aguantar, tenía que sujetarse y permanecer al otro lado, no podía terminar así.
-¡JoJo! -Le llamo de nuevo, sin obtener respuesta, Shura cerró los ojos para no ponerse a llorar, pero fue inútil, estaba demasiado en tensión y confusa, hasta que tiraron del extremo de las bolas que tenía, Shura levantó la mirada, del saliente donde había sucedido la pelea entre JoJo y Dio, el primero comenzó a subir, habiendo utilizado su agilidad y fuerza para mantenerse debajo del saliente para evitar las rocas. Joseph se dejó caer de espaldas contra el suelo, radiante de felicidad y cubierto de polvo. Levantó el puño con su arma en la mano, en dirección hacía Shura.
-¡JoJo! -Sonriendo radiante, comenzando a reír, estiro el puño con el arma de su compañero en esta, apuntando a Joseph-. ¡Las mejores bolas del mundo!
-¡SHURA APÁRTATE!
La White Mage escuchó el grito de Sol, girando en la dirección de este… pero Sol estaba mucho más atrás de aquello que se le acercaba, por delante, al lado de Shura, un enemigo que ya habían visto antes, Sleepy Hollow, al cual el paladín no había terminado de derrotar para aprovechar el warp. Abierto en canal como el monstruo se encontraba, su interior era rojo y caliente como lava… a punto de explotar en plena autodestrucción… llevandose a Shura por delante, arrojándola por el barranco a causa de la explosión.
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-¿¡La tienes!?
-¡Curala vamos!
-¿Esta viva?
Shura escuchaba, a través del pitido en sus oídos, desde muy lejos, tanto que no reconocía a quién pertenecía cada voz, sólo que eran las de sus compañeros. Sentía como si su cuerpo se hubiera inflado como si fuera un globo de helio, hinchada pero ligera.
-No puede estar viva… no-no, oh dios, ¡ha abierto los ojos! -Nero la señaló, hubiera resultado infantil si no fuera por la cara de puro terror al señalarla.
Shura no se dio cuenta de que tenía los ojos abiertos, poco a poco empezó a enfocar a Sol que estaba sobre ella.
-No mires, mírame sólo a mi. -La había tomado del rostro aunque ella no pudiera sentirlo. Le aplicaba Heal… aunque no estuviera bien lo que hacia, dado su estado de gravedad.
-N-no puede estar viva, no tiene… no se puede vivir sin… -Joseph quería aplicarle alguna poción… pero, era demasiado horrible describirlo, el realismo… probablemente Shura se mantuviera viva por un punto de vida, puntos que iba recuperando por las curaciones de Sol… pero que sólo le servían para recuperar la consciencia, y la sensibilidad.
-Sol… -No estaba segura de si las palabras habían salido de su boca, pero el espadachín se inclinó acercando la oreja a sus labios- matame…
-No… no me pidas eso… -Sol se alejó de esta, no iba a cargar con ninguna otra vida, apretando los dientes frustrado, aplicando aún más curaciones sobre la chica, que sólo cerró los ojos, sufriendo espasmos por el dolor.
-¡Sol! ¡Curala! -Nero había depositado toda su confianza en el paladín.
-Sol… tienes que matarla -terriblemente serio y pálido, JoJo le tomó de la mano que tenía sobre la chica aplicando los hechizos.
-No…
-¡No puedes pedirle eso! -Nero defendía a Sol-, ¡un hechizo más Sol! Esta viva, aun no ha muerto.
Pero a la vez le pedía un imposible.
-¡Una poción! ¡Dale una poción!
-No servirá de nada Doppio… Sol, yo… no puedo hacerlo, el único que puede hacerlo, eres tu.
Sol gruño por las palabras de JoJo, alzando la mirada para encontrar los ojos del Thief, estaban llenos de lágrimas, Shura seguía perdiendo vida por mucho que intentase curarla.
-¡No! ¡No lo hagas!
Aunque Nero intentó detenerle llorando y suplicando, el hechizo en la mano de Sol cambió, aplicando magia sagrada directamente sobre el corazón de la White Mage.
El dolor desapareció, y ella también.
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-¡OH! ¡No! -Shura abrió los ojos, palpandose por todo el cuerpo, esperando que el dolor la recorriera, sin terminar de encajar aun lo que le había pasado-. No-no-no...
Respiró pesadamente, sentía como si hubiera estado conteniendo la respiración. Empezaba a amanecer, reconocía el lugar donde estaba… la iglesia de Prorencia.
Entonces empezó a encajar las piezas: había muerto, su configuración le había llevado hasta ahí… no había nada que pudiera hacerle, todo parecía un mal sueño aunque fuera real, y tenía que ponerse en contacto con sus compañeros para avisarles de que estaba bien.
Cuando abrió la Omnitool, lo escucho.
Había alguien en la iglesia, detrás suyo… Shura se giró para observarle, era un hombre rubio… y si, por un casual, ¿él también tenía la misma configuración a la hora de morir?
Quién estaba detrás suyo… era Dio.
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