De vuelta al día doce, Sanctuary Side!
051 ⇒ day twelve: red team & blue team (1/?) - Adelante, equipo.
Lilith ya estaba preparada para emprender la marcha hacia el boss de hielo que atacaba el borde de Sanctuary. Le frustraba que hubieran elegido por ella el boss que se encargaría, pero atacar a aquel lagarto de agua sería un suicidio, y además, podría descargar toda su frustración contra el montón de escarcha del otro boss.
Miró con satisfacción a sus aliados en el equipo rojo, satisfecha con los presentes. En la guild había suficientes jugadores de tercer nivel, y estaba satisfecha al ver que desde el cierre del servidor, unos cuantos se habían unido.
Lilith se sentía especialmente cómoda al ver algunos de sus compañeros más cercanos en el Equipo Rojo.
Lulu, la Elementalist con el nick de Darkguardian no especializada sería uno de sus mejores apoyos. La mujer estaba lista, preparando sus hechizos de fuego que danzaban entre sus dedos como llamas.
También le dedicó una sonrisa a Rose o Black Dragon, la Dark Knight con su escudo y espada oscuros preparados para hacer de tanque.
Dick y ella habían tenido una breve disputa al respecto, pero al final se había quedado con Giorno y Mista, GoldExperience y SexPistols, juntos como era lo normal. El primero era uno de los mejores Clerics que Lilith había conocido en todo el juego, y sintió una punzada de satisfacción al ver que había elegido el Equipo Rojo. Cuando estaba con Giorno, sólo algo que disparara su paranoia con el número cuatro podía detener a Mista.
Kate, de nick Hawkeye, era una Sniper joven pero siempre lista, demostrándolo al ser de las primeras en empezar a lanzar flechas cargadas de fuego contra las agresivas bolas de nieve.
Y Nox, el Assassin, que estaba en una situación algo complicada.
- No me va a pasar nada, Yuri. No te preocupes.
La Acolyte rubia (siempre eran rubios) tenía las manos sobre los antebrazos del susodicho Assassin. Al ser sólo segundo job y de un nivel más bajo, Naminé tendría que quedarse apoyando al resto para limpiar la ciudad del spawn del boss.
- Lo sé, pero… ten cuidado, Nami. - Respondió Yuri, rodeando la pequeña cintura de la chica.
- Tú también. - Ésta se puso de puntillas para darle un beso. - Te veré después.
- ¡Yuri! ¡Vámonos! - Le increpó Lilith.
Entendía las despedidas, pero no podían alargarse demasiado. Yuri asintió, marchando con el resto de aquella party tras dedicarle una última mirada a Naminé. Ésta se había puesto bajo las órdenes de otros jugadores de segundo Job, buffeándoles inmediatamente mientras detenían el avance de las bolas de nieve.
- ¿Seremos suficientes? - Preguntó Kate.
- Yo diría que sí. - Lilith echó una ojeada rápida. Debían ser unos veinte en total. - Dick ya ha avisado al resto de la guild. Quien se vaya a unir a nosotros lo hará, pero mientras, podemos ir quitándole un buen trozo de vida al boss… o toda.
- No estaría mal que el Equipo Rojo ganara primero. - Intervino Giorno, con una media sonrisa.
- ¿Ves? Por eso confío en ti, Giorno. - Lilith sonrió.
Tras cargarse con buffs de salud y afinar sus armas a elemento de fuego, ascendieron por el muro que rodeaba Sanctuary, trepando por los edificios y saltando entre los tejados mientras aniquilaban cualquier monstruo de nieve que tuviera la mala suerte de estar en su camino, finalmente para quedarse a una altura cercana al boss. Una terrible ventisca debía acompañarlo, aullando a su alrededor y esparciendo nieve por doquier.
- Estamos en su radio. Qué frío… - Comentó Kate, frotándose los brazos. La Sniper no exageraba: un poco de escarcha se empezaba a formar sobre ellos.
- La ventisca tiene un daño adicional de Hielo. - Giorno confirmó sus sospechas en la Omnitool, y con un movimiento de su vara, agregó un buff de regeneración de salud. - Ésto debería ser suficiente.
- ¡Genial, Giorno! - Rió Mista.
- Tengo una habilidad pasiva que me niega daño de nivel bajo de Hielo, así que no te preocupes por mí, Giorno. - Le dijo Lilith. - Te dejo a cargo de los otros Clerics. Centraos en que el resto no baje de salud.
- Entendido.
- Y ahora, a ver a nuestro nuevo amigo…
El boss era una criatura reptiloide gigantesca, alzándose una cabeza sobre el muro de Sanctuary, con dos brazos enormes y piel blanca tan dura y con espinas que parecía hecha de hielo. Aparentemente, se lo estaba pasando en grande destruyendo todo lo que encontraba por el borde de la ciudad.
- Va a destruir la ciudad. - Comentó Lulu. - No sabemos si se reparará el daño después…
- Tienes razón. Tenemos que alejarlo. Yo y los de melee bajaremos, pero algún otro mago debería quedarse aquí.
- Yo voy contigo. - Dijo Lulu con determinación.
- Id vosotras adelante. - Dijo Nox, con sus katares en alto. - Yo me encargaré de su séquito.
Antes de que pudieran detallar más la táctica, el boss pareció darse cuenta de su presencia, y se giró hacia ellos. Con un rugido, un remolino de nieve y escarcha salió de entre sus fauces de colmillos afilados en su dirección. El grupo soltó un quejido, y los Clerics tuvieron que curar un cuarto de vida del equipo inmediatamente, a excepción de Lilith y Lulu, que eran más resistentes a los ataques elementales.
- Iré yo primero. - Lilith empezó a cargar su ataque. - Los de ataques a distancia y un par de Clerics quedaros aquí arriba para controlar el área de combate. Giorno, eso va por ti.
- Te seguiré desde atrás. - Confirmó Lulu, y se giró hacia la Dark Knight. - ¿Me tanquearás, Rose?
- Por supuesto.
Aquel era uno de los ataques de fuego preferidos de Lilith: por unos segundos, se convertía en una llamarada de puro fuego, veloz como un relámpago, y terminaba con un estallido. Lilith tomó un poco de carrerilla antes de saltar del muro de Sanctuary, lanzando el hechizo cuando sus pies se separaron del suelo. Inmediatamente, el mundo pareció ir más deprisa a su alrededor, y antes de darse cuenta, los restos de la explosión de fuego se esparcían a su alrededor. Había aterrizado detrás del boss, tal y como pretendía.
Aquello no pasó desapercibido al enorme dragón de hielo, que empezó a girarse hacia ella, y Lilith aprovechó para lanzarle un hechizo de fuego que terminó de atrapar la atención de éste.
- ¡Ven a por mí, capullo! - Gruñó Lilith.
Mientras, Rose y Lulu, junto a los otros jugadores de melee, bajaron por los edificios derruidos del borde de Sanctuary. Yuri aterrizó al lado de ambas, e inmediatamente saltó hacia los monstruos hechos de nieve que quedaban por la zona. La Dark Knight se centró en proteger a la maga, alzando su escudo antes de lanzar un ataque de oscuridad para limpiar el camino hacia el boss. Lilith había cumplido con su parte, pues el dragón empezaba a darles la espalda, y aprovecharon para rodearlo por su lado ciego.
- Mis hechizos de fuego no son tan poderosos como los de Lilith. - Admitió Lulu a Rose.
- Servirán. Además, el resto te tenemos cubierto.
Por su parte, Yuri saltaba de enemigo en enemigo en un radio alrededor de sus compañeros de Guild. Su agilidad como Assassin hacía que fuera una tarea sencilla y rápida: hundir sus katares en un monstruo de nieve, saltar al siguiente y acuchillarlo aprovechando el momentum, repetir. Con cada muerte que encadenaba, iba aumentando el contador de una habilidad pasiva de los Assassin que aumentaba su letalidad y probabilidad de crítico.
Se sentía eufórico, aunque aquella euforia estuvo a punto de terminar cuando un monstruo de nieve casi saltó sobre él. Una flecha en llamas evitó una tragedia, y en su siguiente salto, levantó un pulgar hacia Kate.
- ¡Gracias!
Desde la distancia, no sabía si le habría escuchado, aunque igualmente la Sniper le devolvió el gesto rápidamente, antes de seguir su tarea como ángel guardián de los que estaban en el suelo. Yuri parecía tenerlo casi todo bajo control, por lo que Mista podía centrarse en disparar al boss con balas cargadas con elemento fuego. Los Sex Pistols, su mascota, reían entre chillidos mientras dirigían las balas a su alrededor, eliminando a cualquier monstruo de su séquito que se acercara a ellos, redirigiendo varias balas a la vez.
- ¿Vas bien, Giorno? - Mista se giró hacia Giorno, tendiéndole un frasco de MP.
- Por supuesto. - Suspiró el Cleric, dando un largo trago y llenando su barra de mana.
Aún con el apoyo de los otros dos Clerics, llevar el control de la vida de todos los miembros del equipo era mentalmente agotador, pero Giorno era capaz de hacerlo. Lo que más le preocupaba era el efecto de la ventisca en sus compañeros, obligándoles a lanzar buffs de regeneración constantemente. Lilith, Lulu y los tanques podían protegerse del aliento helado del boss, tanto por sus habilidades pasivas como la protección de la Dark Knight, pero no estaba seguro de qué pasaría si el boss conseguía reducir las distancias con ellas o mermar la salud de los luchadores de melee más de lo considerado.
- ¡Vamos, chicos!
La líder de los Crimson Raiders lideraba el ataque contra el dragón de hielo, lanzándole sus hechizos de fuego más poderosos para mantener su atención mientras los otros compañeros de party lo atacaban a corto rango. Era un enemigo formidable, sin embargo, y llevaba ya varias rotaciones con Lulu en las que una lanzaba todo el repertorio de hechizos de fuego disponibles mientras la otra se recuperaba con pociones de MP.
- ¡Lista! - Le dijo Lulu, a unos metros de ella, indicándole que había terminado de regenerar sus puntos de magia.
Observó a Yuri saltar de un enemigo a otro detrás de las magas, limpiando cualquier monstruo de nieve que estuviera spawneando el boss con la ayuda de las flechas en llamas de Kate y otros ataques a distancia. Estaban en sinergía, podía sentirlo, pero cuando aprovechó para estudiar la vida del boss, vio que apenas habían pasado de la mitad.
Mientras Lulu atraía la atención del dragón de hielo con sus ataques de fuego, Lilith abrió el chat de su Omnitool.
- Giorno. - A la distancia a la que estaban, era mejor comunicarse por Omnitool.
- ¿Lilith? - El Cleric respondió inmediatamente. Mejor mantener la conversación corta, pensó Lilith.
- Tengo un plan, pero necesito que estés atento.
- Tienes toda mi atención.
- Voy a acercarme al boss y usar una explosión de fuego. Creo que tiene un punto débil en el pecho, y si aterrizo allí, puedo quitarle un montón de vida.
- Es una locura, Lilith. Si no lo aturdes o lo matas, te habrás puesto en bandeja. Incluso siendo un boss de hielo--
- Lo sé, por eso necesito que me prestes atención, para que me revivas.
Hubo silencio durante unos momentos al otro lado de la Omnitool. Giorno ya sabía a qué se refería. Los Clerics podían revivir a un jugador si conseguían que el hechizo ‘entrara’ en un margen de segundos después de que el HP llegara a cero. Algo que además de una velocidad de casteo de nivel alto, necesitaba también una destreza y habilidad que simplemente no se podía medir con parámetros del juego, sino que dependía del jugador.
Giorno era uno de los pocos Clerics que Lilith sabía que podía hacerlo, pues antes del cierre del servidor era una táctica bastante útil en Raids y peleas entre Guilds. Con las tres vidas… pocos se habían atrevido a arriesgarse, y por suerte, no había surgido la necesidad aún.
- ¿Es realmente necesario? - Preguntó Giorno.
- No, pero quiero hacerlo. No es un capricho, Giorno. Quiero matar a este bicho de forma impresionante, quiero darle una patada en los huevos al GM, que sepa que no nos vamos a rendir y que cada desafío sólo va a hacer que nos crezcamos.
- Inspirador. - Respondió Giorno, con un tono neutro, pero casi podía ver su sonrisa. - Muy bien, Lilith. Es una locura, pero puedo creer en ella.
Lilith sonrió, mirando al dragón de hielo. Era hora de clamar victoria para el Equipo Rojo.