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Reglas, Guías y whatnot / Re: Canje de palabras
« Last post by Kana on February 16, 2024, 05:48:31 PM »
Hola, Cho :3 quería ver si es posible cambiar tres espacios en la lista de extras
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HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Cho on February 09, 2024, 12:10:30 AM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 480 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 22016 palabras
Kana :: 1680 palabras
Eureka :: 5551 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1017 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 5078 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...
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Listas y Probaciones / Re: New Probation Time!
« Last post by Cho on February 09, 2024, 12:09:27 AM »
Este es el conteo total del mes de Enero 2024

*header*

Quote
Sayi :: 480 palabras
Kora :: 737 palabras
Cho :: 22016 palabras
Kana :: 1680 palabras
Eureka :: 5551 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1017 palabras
Neko :: 1020 palabras
Airin :: 1023 palabras
Miyu :: 7997 palabras



Main Projects

A continuación el conteo para los proyectos principales:


MMORPG: Neverland
C  O  N  T  E  O

República de las Naciones Unidas
C  O  N  T  E  O

One-Shot Project
C  O  N  T  E  O
Kora :: 0 palabras
Neko :: 0 palabras
Airin :: 1023 palabras
Shruikan :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 0 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Neko :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras



Side Projects

Y ahora el conteo para los proyectos secundarios~


HiMEverse
C  O  N  T  E  O

Downtown District
C  O  N  T  E  O

Seeds in the Garden
C  O  N  T  E  O
Sayi :: 480 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 22016 palabras
Kana :: 1680 palabras
Eureka :: 5551 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1017 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 5078 palabras
Sayi :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 0 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Neko :: 1020 palabras
Airin :: 0 palabras
Shruikan :: 0 palabras

Moonlight Garden
C  O  N  T  E  O

Patio de Juegos
C  O  N  T  E  O

Actividades
C  O  N  T  E  O
Kora :: 737 palabras



Las palabras se agregarán a su contador y podrán ser usadas en el tema de canje de palabras.


Happy writing~
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Listas y Probaciones / Re: New Probation Time!
« Last post by Cho on January 31, 2024, 11:00:01 PM »

Probaciones pronto.
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HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Sayi on January 31, 2024, 09:12:23 PM »
Se sentía afortunada de no haberse cruzado con nadie camino a su habitación. Cerró la puerta tras ella, y dejó la oscuridad envolverla mientras caminaba hacia su cama. Entonces, se dejo caer sobre el cobertor.

En un día cualquiera hubiera aprovechado la calma para relajarse y tomar una siesta, o bien ponerse al día con alguna serie antes de ordenar algo para cenar. No obstante, las palabras de Soujirou resonaban en su cabeza sobre Claire Stanfield, y sobre los dos meses que había decretado le quedaban de vida.

Sería ilógico para el Rebel atacarla mientras habitaba la mansión HiME… pero dicho eso, ¿realmente podía decir que era -o no- capaz de hacer?

Varios minutos pasaron en silencio mientras contemplaba mil y una cosas, hasta que tuvo la idea de actualizar a Bou de lo que acababa de suceder. Si bien no había sido su decisión, o su petición, que el Key hubiese regresado a Japón por protegerla… dejarlo sin saber nada más no sería lo más amable que podía hacer.

‘Mi Rebel se llama Claire Stanfield. Hige y yo nos enteramos hoy.’ Escribió y lo mandó, antes de dejar su teléfono boca abajo a su costado.

Un chime resonó en el silencio de la recámara.

‘¿Ah si? ¿Cómo se enteraron?’

Dudó por unos segundos antes de responder, pero optó por ser honesta.

‘Soujirou nos vino a buscar luego de entrenar. Fuimos a un café y nos dio detalles. Fue muy útil.’

Pero apenas apagó la pantalla el aparato empezó a timbrar. Sayi suspiró. Había subestimado la paranoia de Bou con Soujirou.

“¿Aló?”
“¿Util? ¿Hablas en serio?” le preguntó. Su voz se escuchaba exasperada “Sayi, Soujirou va a Rizembool. ¿De verdad crees que tiene buenas intenciones?”
“Si, fue muy útil Bou. Pregúntale a Hige que le pareció y te dirá lo mismo” le respondió “Y si alguien te gana en desconfiar de Soujirou, ese es Hige”

Taikoubou no respondió por unos segundos. Al otro lado de la línea, Sayi escuchó el sonido de papeles arrugándose, y cosas golpeando contra la mesa.

“Eh… ¿estás bien?”
“¿Dónde estás?” Le preguntó el peligris, pero antes que pudiese responderle, declaró “Voy a recogerte”

Sayi sintió su corazón casi salirse del pecho, y se odió a si misma por la reacción.

“N-no es necesario” respondió, antes de optar por mentir “No me siento bien. Estoy alistándome para dormir”

Miró el reloj y… 6:30PM no era una hora ni remotamente realista para irse a dormir.

“Donde estás” volvió a preguntar.
Sayi suspiró rendida “La mansión HiME”
“Estaré allá en media hora” respondió y colgó el teléfono.

La pelirrosa corrió al espejo y se lamentó ante el estado en que se encontraba. Sudada, con la ropa sucia y los ánimos en el suelo. Por supuesto que era este el momento en que Bou vendría a buscarla.

La próxima vez lo pensaría cincos veces antes de mandarle un mensaje.
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HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Eureka on January 31, 2024, 08:01:30 PM »

Intermission (2/2)





La puerta trasera de la mansión estaba rodeada de arbustos y árboles tal y como Eureka le había indicado. Al girar la perilla, encontraron que estaba abierta.

Kanone y Ryoji asintieron en silencio al cruzar miradas.

Les alegraba que la suerte estaba de su lado: así, no tendrían que molestar a su amiga. De seguro estaba muy ocupada con lo del tinte como para bajar a abrirles la puerta.

Ambos se encargaron de cuidar sus pasos para no delatarse y, sigilosamente, atravesaron los pasillos que los llevaron a la escalera principal. Subieron con cuidado hasta llegar al segundo piso y suspiraron aliviados al ver que estaban a solas. El cuarto de Eureka estaba a un par de puertas del final del pasillo, en frente de una mesita de adorno rodeada de macetas. Kanone y Ryoji no demoraron en localizarlo y tocaron la puerta para llamar la atención de sus amigos.

Antes de que les abrieran, pudieron escuchar unos llantos lejanos en medio del silencio sepulcral que dominaba el ambiente. Les pareció extraño, pero optaron por ignorarlos…

Hasta que la puerta se abrió y entendieron todo a la perfección.

“¡¡¡BUAAAAA!!!” Eureka era un mar de lágrimas. “¡¡¡KANONE!!! ¡¡¡RYOJI!!!”
“¿¡Qué pasó!?” Kanone intentó mantener el volumen bajo para no molestar al resto de HiMES que, de seguro, intentaban descansar en sus cuartos luego de un arduo día de estudios y conflictos mágicos.
“Esto” Hizumi les mostró los mechones de cabello que tenía en las manos. “Se le está cayendo el pelo…”
“¡¡¡ME VOY A QUEDAR CALVAAA!!!”
“Am… Mejor pasemos,” sugirió Ryoji, y Kanone asintió.

Los dos se encargaron de entrar y cerrar la puerta tras su ingreso. Una vez dentro, pudieron observar con mayor detalle el desastroso panorama que se desarrollaba frente a sus ojos: Eureka perdía pelo cada vez que se pasaba las manos por su melena blanca y lloraba cada vez que se daba cuenta de la cantidad de mechones y hebras que tenía en las manos. Hizumi se las quitaba de las manos para evitar que siguiera sollozando fuertemente, pero era imposible… Eureka repetía el ciclo de eventos una y otra vez.

Kanone y Ryoji atinaron a agarrarla de los brazos para evitar que continuara malográndose el cabello.

“Vamos a la ducha, ¿sí?” Le sugirió Ryoji y luego, observó su cabello. “Creo que tendremos que cortarte el pelo para salvar la parte que no se ha visto afectada…”
“¿¡QUÉ!?” Eureka comenzó a llorar más fuerte aún. “¡¡¡NOOOO!!!”
“Ryoji, ¿sabes lo que estás haciendo?” Hizumi se veía un tanto escéptico.
“Sí…” Ryoji sonrió, incómodo. “No me he teñido, pero el tinte es una parte crucial del cambio de look. ¡Y he asistido a varias amigas con eso!”
“¡¡¡BUAAAAAA!!!”
“Tranquila, Ryoji te ayudará,” le aseguró Kanone. “No te vas a quedar calva.”
“¡¡¡SOY UNA TONTAAAAAA!!!” Eureka se intentó golpear la cabeza, pero Ryoji y Kanone aún la sostenían. Entre los dos, lograron llevarla a rastras al baño. Hizumi los siguió de cerca. “¡¡¡SUÉLTENME!!!”
“Eu, es por tu bien.”
“¡¡¡NO QUIERO QUEDARME CALVAAA!!!”
“¡No te quedarás calva, lo prometo!” Hizumi se veía muy decidido. “¿Dónde están tus tijeras?”
“…” Eureka dejó de llorar para usar sus neuronas. “En el cajón del escritorio.”
“Roger that!” Hizumi corrió a traerlas de inmediato. En el camino de vuelta al baño, le preguntó: “Ryoji, ¿necesitas algo más?”
“Creo que no. Bueno, sí, una toalla seca y limpia, pero acá encontré un par. Además, primero debemos echarle agua y sacarle la mezcla que aún queda en su pelo. Ayúdame con la ducha, Kanone. El agua no puede estar muy caliente o muy fría, ¿está bien?”
“Sí, tranquilo. Yo me encargo.” Kanone asintió.

El castaño giró las perillas de la ducha y las niveló hasta encontrar una temperatura agradable. Luego, se hizo a un lado para que Ryoji pudiera mover a Eureka hasta que solo su cabeza estuviera bajo el chorro de agua. La HiME, entre sollozos y llantos más silenciosos, se comenzó a enjuagar el producto.

“Ah, Eu. ¿Tienes shampoo matizador?” Le preguntó Ryoji.
“S-Sí… Unas chicas que también estaban comprando tintes en el Donki me lo recomendaron…”
“Hizumi, trae la botella de shampoo” indicó Kanone.
“Ahí voooy” Hizumi no demoró nada en hacerle caso. “Toma” y se la extendió a Ryoji, quien abrió la tapa y vertió una cantidad considerable en sus manos. La llevó directo al cabello de su amiga y dirigió sus manos a su cabeza para que ella también restregara el producto en su cuero cabelludo.
“Creo que Ryoji está perdiendo dinero como futuro ingeniero,” comentó Hizumi. “Podría ser un excelente estilista.”
“Aún no cantemos victoria,” dijo Ryoji. “Aunque ‘cantemos’ son muchos, porque yo estoy haciendo todo.”
“¡Yo traigo las cosas!” Reclamó Hizumi. “¡Soy una parte importante de esta misión de rescate!”
“Sí, sí.” Kanone rio. “Vamos, no lo distraigas.”
“¡No es física cuántica! ¡Solo tiene que restregar el cabello de Eureka!”
“J-jeje…” Ryoji pudo escuchar una risita temblorosa a través del sonido del agua. “Hizumi se engríe mucho con Kanone.”
“Siempre,” le aseguró Ryoji. “Es gracioso verlos interactuar.”
“¿Qué tanto cuchichean?” Preguntó Hizumi. “¡Secretos en reunión es de mala educación!”
“No hay espacio en este baño para tantas personas,” le dijo Ryoji.
“¿Y eso qué?”
“Shh.” Kanone le chistó.
“¡Kanone!”

Eureka estuvo a punto de llorar una vez más al ver la cantidad insana de cabello que se acumuló en el piso de su ducha. Lo habría hecho, pero Ryoji la detuvo al colocarle una toalla en el pelo y restregarle la cabeza.

“¡AAAH! ¡¡¡ME ESTÁS TRASQUILANDO!!!”
“¡LO SIENTO! ¡CREO QUE NO DEBÍ HACER ESO!” Ryoji saltó lejos de ella en el pequeño espacio de la estancia. “¡Hazlo tú, mejor!”
“…” Eureka se frotó el cuero cabelludo con la toalla. Al removerla de su pelo, esperó lo peor… Felizmente, solo encontró un par de hebras. “¿Eh? ¡Ya no se me cae el pelo!”
“Tenemos que cortártelo de todas maneras,” le dijo Ryoji. “Al menos para que puedas ir decente a la peluquería.”
“¿No que debía confiar en ti?” Eureka lo miró irritada.
“¡Sí! ¡Estarás en buenas manos! Aun así, un peluquero podrá darle más forma. Tampoco puedo hacer milagros…”
“Es cierto.” Eureka suspiró… y se giró hacia el espejo del lavatorio para ver su reflejo. “No me lo cortes tan pequeño, ¿está bien?”
“¡Claro!” Ryoji sonrió. “Vamos al cuarto. Acá no hay mucho espacio. Chicos, jalen la silla de su escritorio y pónganla en el centro de la habitación.”

Kanone y Hizumi asintieron en silencio y se dispusieron a ordenar los muebles para que Ryoji tuviera espacio y Eureka se sintiera cómoda.

“Eu, ¿tienes alguna sábana vieja que podamos usar? Quiero ponértela alrededor del cuello para que no te llenes de pelos por todos lados.”
“Déjame ver…” Eureka se dirigió a los cajones de su armario y abrió uno para buscar el objeto que su amigo le había pedido. “No debería sorprenderles que la gran mayoría de mi ropa —incluyendo mis sábanas— está aún en la casa de los Vi Britannia.”
“Podríamos traértela un día, si gustas,” le ofreció Kanone. “Junto con tus figuri—”
“¡Ya le conté sobre nuestro plan!” Anunció Hizumi, muy alegre.
“¿El de ser roomies?” Preguntó Ryoji.
“Sí… Lo dijo para consolarme por la probabilidad de que me boten de aquí por su culpa,” comentó la HiME, mientras sacaba una sábana doblada. “Eh, esta puede ser. No es tan vieja, pero si me traerán las cosas que dejé en la mansión, todo bien.”
“Dudo que no puedas tener visitas… aun así, creo que no debimos venir a estas horas.” Kanone se veía preocupado.
“Es muy tarde para lamentarse.” Ryoji recibió la sábana y se dedicó a extenderla. “Toma asiento, Eu.”
“Gracias.” La HiME hizo caso y se sentó en la silla que habían acomodado Kanone y Hizumi. Ryoji volvió a extender la sábana, pero esta vez en frente de ella… para poder rodear su cuello sin mucha dificultad.

Eureka retiró su cabello y cayó en sus hombros… al verlo contrastado con la sábana roja, notó que estaba casi a la mitad de su largo original.

Tragó saliva antes de llorar una vez más: ya había pasado muchas vergüenzas.

“Ah. Las tijeras se quedaron en el baño, esperen.” Hizumi ya estaba acostumbrado a correr de un lado para otro. Al regresar, se las entregó en la mano a Ryoji. “Por favor, no caves la tumba de todos nosotros. Me gusta mi vida y quiero vivir un tiempo más.”
“¡Prometo que todo saldrá bien!” Ryoji se llevó una de las manos a la frente en un saludo militar muy tonto. “Solo les pido que no se entrometan.”
“¿Y qué vamos a hacer mientras le cortas el pelo?” Hizumi arqueó una ceja. “¡Tenemos derecho a expresar nuestra opini—!”
“Podrían… contarme sobre sus vidas. Hace mucho que no nos reunimos. Creo que la última vez que lo hicimos fue en la mansión… Y hablo de hace tiempo, no de ayer.”
“Tienes razón.” Kanone tomó asiento en la cama de su amiga. “¿Qué te gustaría saber?”
“Am… ¿Cómo va lo de tu hermano?”
“Eu, voy a empezar a cortar. No te muevas, ¿sí?” Ryoji le dio un par de palmaditas en el hombro.
“Está bien.”
“Pues… las cosas están yendo bien. Creo que sí te llegué a contar que el trabajo—”
“El trabajo que conseguiste gracias a mí.” Hizumi también se sentó en la cama.
“Sí, eso. El trabajo me ayudó mucho en el caso. El juez dice si continúo así, podré ganar su custodia en un par de meses.”
“Entonces… debes mantener esa estabilidad.”
“Ajá.” Kanone asintió. “No será difícil, la verdad. Hizumi y yo pasamos el periodo de prueba en el trabajo. Lo tengo asegurado hasta fin de año, al menos.”
“¡Perfecto!”
“En la universidad me va bien. La verdad es que mi vida es un poco aburrida ahora. He tenido cero contacto con el conflicto. Y no me molesta: al contrario, me alegra tener la oportunidad de poder descansar un poco de ese tema. Lo único que sé es gracias a ti.”
“Y no te he contado mucho últimamente.” Eureka se quería esconder debajo de la cama.
“Mm…” Kanone sonrió. “Me huele a que has vuelto a meterte en problemas.”
“Es su trademark,” comentó Hizumi. “Igual que Maka. Con razón son buenas amigas.”
“…” Eureka suspiró. “No me ayudas.”
“¡Claro que sí! ¡Por eso los traje a ellos! ¡Kanone te hará reaccionar!”
“Bueno… ¿Y tú, Ryoji? ¿Qué tal te va?”
“…” Ryoji casi suelta las tijeras del miedo.
“¿Ryoji? Dejaste de cortarme el pelo. ¿Qué pasó? ¿Puedo girarme a verte?” Eureka quiso moverse a pesar de que Ryoji mantuvo su cabeza en el mismo sitio.
“…N-No.”
“¿Por qué tartamudeas?”
“Ah.” Kanone rio. “Deberías contarle.”
“¡¿Contarme qué?!”
“Tiene un secreto.”
“¿¡SECRETO!?” Hizumi saltó, indignado. “¡YO NO SÉ NADA!”
“…Solo lo conversé con Kanone.” Ryoji suspiró. “No me nació contarle a nadie más porque sabría que reaccionarían así.”
“¿Así cómo? ¡Hizumi es el único molesto! Yo estoy tranquila.”
“…No sé si lo estarás luego de enterarte.”
“…Ahora estoy preocupada. ¡Suelta la sopa!”
“¡Sí! ¡Queremos saber!” Le reclamó Hizumi.
“…” Ryoji dejó la tijera en el escritorio. “M-me gusta alguien.”
“¡Waaah!” Eureka se llevó las manos a la cara, emocionada. “¡Qué lindo! Aunque no entiendo. ¿Cuál es el problema? ¡Al contrario, me muero de emoción! ¡Cuéntamelo todo! ¿Quién es? ¿Cómo se conocieron?”
“…Prefiero no hacerlo.”
“¡Ryoji! ¡No seas aguafiestas! ¡No puedes contar el chisme a medias!” Hizumi se cruzó de brazos.
“Es que Eureka me va a matar.”
“¡JAJA! ¡Qué mal hablado eres! ¿Por qué te matarí…?”

En un instante, el engranaje final en su cerebro hizo click en su lugar y Eureka se iluminó como nunca antes lo había hecho. Agradecía a sus neuronas por haberle demostrado que aún funcionaban a la perfección, pero la buena noticia dejaba mucho que desear…

Y la llenaba de furia.

“…” Eureka se rodeó de carga eléctrica por la ira.
“Tal vez Ryoji tenía razón…” Kanone comentó entre risas.
“¡¡¡NI TE ATREVAS!!!” Eureka señaló a Ryoji, iracunda. “¡NO TE LO PERMITO!”
“¡PERO NO VOY A HACER NADA!” Ryoji se refugió tras sus brazos.
“…” La electricidad se disipó de golpe. “Ah. Qué bueno.”
“Miren, me alegra que tengan una conexión telepática o más neuronas que yo, en serio, pero no sé—”
“Es Cho,” Eureka interrumpió a Hizumi con la verdad. “Cho Tanaka. Una de mis amigas HiME.”
“¡Claro! ¡La chica de las papas!” Hizumi sonrió.
“Yo también soy la chica de las pap—”
“No, es que alguna vez Ryoji la describió de esa forma. A ti si te llamaba por tu nombre, y a la prima de la chica de las papas… le decía ‘la prima’.”
“Qué específico. Me sorprende que no le haya llamado ‘amor’…”
“¡¡¡N-n-no bromeen con eso!!!” Ryoji estaba igual de rojo que la sábana.
“Wow, this is serious.” Hizumi rio en voz alta. “Hemos destruido la fachada de Don Juan del joven casanova.”
“¡Nunca he sido un casanova!”
“Tuviste tus épocas.” Kanone lo delató. “Recuerdo que eras una sensación en la agencia.”
“¡Tener rizz es distinto!”
“¿Por qué niegas tu pasado? ¡Es como si Eureka intentara negar que fue una gilerita en el colegio!” Hizumi se echó en la cama por culpa de la risa. “¡JAJAJA! ¡AÚN ME ACUERDO DE TODOS SUS AMORÍOS!”
“No hables mal de ella,” le dijo Kanone. “Todos cometimos errores.”
“¡SÍ! ¡PERO YO NO FUI UNA GILERITA!” Eureka se levantó de la silla con la intención de cometer un crimen. “¡No proyectes tus cosas en mí, Hizumi!” Y se lanzó a exterminarlo.
“¡¡¡JAJAJA!!!” Hizumi la evadió al girarse hacia Kanone y Eureka cayó directo en la cama. “Oye, Eu. El corte te queda bien.”
“¿Qué?”
“Parece que Ryoji ya terminó.”
“No, me falta retocarle un mon—”
“Sí, pero la forma general ya está.” Kanone sonrió. “Te ves linda.”
“¿En serio?” Eureka se llenó de alegría. “¡Ay! ¡Corro al espejo!”

Si bien a luz del baño no le favorecía, sus amigos tenían razón: el cambio de look se veía prometedor.

Por algún extraño motivo —que tal vez estaba relacionado a teoría del color— algunos de sus mechones se habían tornado un poco celestes. Aun así, congeniaban bien con el blanco y las sombras azules que se divisaban a través de las hebras traseras del peinado.

Nunca había llevado el cabello tan corto… Era la primera vez que lo hacía.

“¡Wow!”

La sonrisa que se formó en su rostro fue muy genuina.

77
HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Eureka on January 31, 2024, 07:56:46 PM »
Dos partes… Al fin volví a los fics de 5k
No recuerdo los números (y creo que ya dejé de ponerlos a inicio de los fics) así que pondré un nombre inventado y de ahí lo edito



Intermission (1/2)





“Imagino que Oikawa te comentó el motivo de nuestra reunión.”

Eureka asintió, sin prestarle mucha atención. Su mente estaba enfocada en la presencia de nada más y nada menos que Megumi Fushiguro, el protegido de Madara y uno de los chicos que había salvado el sábado pasado… evento que, junto a él, había olvidado por completo.

Cuando escuchó su nombre por parte de Gojo, Eureka contempló la pequeña posibilidad de que se tratara del mismo Megumi que había corrido peligro por culpa de su cariño por los animales… Y no tardó en confirmar sus sospechas con las palabras de agradecimiento que el joven intentó musitar antes de ser interrumpido por ella.

Más adelante pudo corroborar su hipótesis una vez más: Gojo lo presentó como un estudiante de comunicaciones que andaba trabajando en un documental sobre los animales callejeros de Tokyo.

El mundo era, sin duda, un pañuelo.

“Entrenaremos tres veces por semana,” comentó el profesor. “Supongo que por las noches… A menos de que tengan huecos de dos o tres horas durante el día.”
“Yo voto por las noches,” dijo Oikawa.
“Yo también.”
“Perfecto~” Gojo canturreó muy contento. “Nos reuniremos en la zona verde detrás de la Facultad de Ingeniería.”
“¿Vamos a entrenar en el bosque?” Eureka arqueó una ceja.
“No, no. En un complejo privado.” Gojo sonrió de lado. “Pero solo podemos ingresar por allí… No es de Hanasaki en sí. Una de mis amigas lo construyó con mi ayuda cuando la institución canceló sus investigaciones.”
“Y… ¿Nadie se ha dado cuenta de su existencia?” La HiME se veía cada vez más confundida.
“Es subterráneo,” explicó Gojo, como si aquella respuesta corta bastara para darles todo el contexto que merecían (y necesitaban). “Tranquilos, ya verán que todo saldrá bien~”
“Ahora que lo dices…” Un recuerdo traumático rondó por la mente de Oikawa y lo motivó a intervenir. “Sensei, tú creaste esa ‘cueva’ subterránea del campamento rebel, ¿verdad?”
“Sí~”
“Entonces… ¿tu habilidad está relacionada a la creación de espacios?”
“Algo así.” Gojo sonrió. “Ya verán.”
“…Okay.” Eureka no se veía muy convencida por sus palabras. “Ah, disculpa la impertinencia… ¿Eso es todo?”
“Síp~ Pueden ir en paz. Lo único que me falta es tu celular, Eureka, pero podría pedírselo a Miranda si estás apurada…”
“No, mejor te lo doy ahora, Sensei,” le ofreció Eureka.
“Ay, qué linda~” Gojo agarró su celular y, luego de desbloquearlo, se lo extendió. “Agrégate, por favor.”

Eureka le hizo caso sin titubear. El mal presentimiento que le picó ni bien pisó el suelo de esa oficina no bastó para impedir que terminara de ingresar los dígitos en el nuevo contacto con su nombre y le devolviera el celular a su maestro.

Muy tarde notó las caras horrorizadas de Fushiguro y Oikawa ante lo que acababa de hacer.

“¿Por qué me miran así?”
“…” Fushiguro suspiró. “Prepárate para el spam.”
“¿Spam?” Eureka se giró hacia Oikawa. “¿Gojo-sensei te llena de spam?”
“No.” Oikawa. “Solo me ha mandado dos mensajes.”
“Cuando agarre confianza, te llenará la bandeja,” se lamentó Fushiguro. “Habla la voz de la experiencia.”
“Jeje~ Yo solo les mando cosas que podrían importarles.”
“Dudo que un TikTok de slime sea de mi interés,” se quejó Fushiguro. “Sugiero que te dediques a tus labores con más seriedad.”
“Aw, qué aburridos son.” Gojo suspiró. “En fin. Son libres, chicos. Crearé un grupo para coordinar los entrenamientos y todo, no se preocupen.”
“Está bien.”
“Cuídense~” Gojo les ondeó la mano.
“Gracias, sensei.”
“¡Usted también!”

Oikawa y Eureka se levantaron de sus asientos e hicieron una leve reverencia para despedirse. Al pasar cerca de Fushiguro, le ondearon la mano y le esbozaron una sonrisa comprensiva. Él les devolvió el gesto.

“Bueno, Megumi, puedes tomar asiento~” comentó Gojo, ni bien la puerta se cerró tras la salida de sus dos futuros pupilos. “Hablaremos de tu petición, pero antes…”
“¿Antes?” Fushiguro se acercó a la mesa y tomó asiento, intrigado.
“Antes… me gustaría que me cuentes por qué le agradeciste a Eureka. Sonaba a que no estaba relacionado a la facultad.”
“…” Fushiguro dudó por unos instantes… y al final, asintió. “Okay.”







“¿Estás ocupado”
“…” Eureka imaginó la ceja arqueada en el rostro de su amigo y se aguantó la risa: de seguro se debatía internamente entre decirle la verdad, mentirle, o un poco de ambas opciones. No lo culpaba si optaba por ignorar su petición tan extraña a las casi once y media de la noche.

Cualquier persona habría ignorado su llamada… pero Hizumi compartía su línea de pensamiento. Luego de todo lo que había sucedido (y continuaba ocurriendo) entre Rizembool y Hanasaki, era imposible ignorar la llamada de un amigo.

Tal vez podía ser algo grave.

O…

“Siento que me voy a arrepentir de decir que no, pero no, no estoy ocupado. Aunque tampoco sé cuántas personas dirían que sí lo están un martes por la noche.”
“Eso no importa.” Eureka sonrió. “Una última pregunta: ¿tienes energías?”
“Ni hablar. ¿Qué quieres hacer tan tarde, Eu? Si piensas salir de parranda, no cuentes conmigo. He tenido un día muy pesado y…”
“¿De aquí a cuándo te invitaría a bailar?” Eureka sonaba un tanto asqueada. Nunca había sido de fiestas y discotecas: prefería quedarse en casa a ver películas o salir a tomar un café.

La fiesta del rodaje había sido suficiente actividad nocturna por el resto del año… Y ni hablar de las del ciclo pasado. Si bien nunca imaginó que aquel año sería tan movido en términos de interacciones sociales, suponía que el cambio de rutina había sido bueno hasta cierto punto.

“Recuerdo que alguna vez me llevaste a la tocada de uno de tus amigos… Ni sé cómo entramos. Si mal no estoy, éramos menores de edad.”
“¡Ah!” Eureka conectó las piezas del extraño rompecabezas de su mente. “¡Sí! En segundo año, ¿creo?”
“Exacto~” Hizumi rio. “Bueno, tampoco pudo ser en primero. Aún no nos conocíamos en ese entonces.”
“Es cierto… Wow, me había olvidado de esa tocada por completo. Igual… ¡Es distinto a salir de fiesta! ¡Y! ¡No importa! ¡No te iba a pedir algo así!”
“Entonces… ¿Qué pasó? ¿Problemas en el paraíso? Si quieres consejos románticos—”
“¿¡P-Por qué te los pediría!?” Se indignó ante aquel comentario innecesario.
“Porque yo te ayudé a salir con Lelouch, duh.”
“¡No me ayudaste!”
“¡Yo les di el empujón que necesitaban!”
“¡Mentira!” Eureka suspiró. “En fin… lo que tú digas. Lo dejaré pasar porque necesito tu apoyo moral.”
“¿Qué? ¿Para qué?”
“Ya verás.”







Hizumi había escuchado que la gente podía tener una crisis existencial a cualquier edad y los veintes no eran la excepción. Había sido testigo de ello, puesto que muchos de sus amigos se deprimieron al cumplir veinte años. Él, por supuesto, no se inmutó: se trataba de algo natural y no había que darle tanta importancia. El conflicto entre Hanasaki y Rizembool, así como su adolescencia, le habían dejado en claro que no podía distraerse con nimiedades. La vida era muy corta como para pasarla ansioso por cumplir un año más.

Y aunque Eureka no se veía preocupada por su edad o por los meses que faltaban para su cumpleaños número veintidós, Hizumi sentía que su estado mental había colapsado en tan solo un día. Sin duda, su amiga estaba pasando por un episodio maniaco-depresivo que tendría resultados devastadores y solo ayudaría a empeorar su condición.

Tenía que intervenir… o al menos intentarlo.

“Estás… ¿segura?” Hizumi observó los objetos que Eureka había colocado en la cama con cierto recelo.
“¡Claro que sí!” Eureka asintió, emocionada. “Nunca lo he probado… y honestamente, no sé si saldrá bien. ¡Pero la vida es una! ¡Y tenemos que vivirla!”
“Y no lo niego. Es solo que me parece un poco raro que quieras decolorarte el cabello por completo hasta llegar al blanco un martes— No, ya estamos miércoles… ¡Un miércoles en la madrugada!”
“…” Eureka entrecerró los ojos y desvió la mirada. “Puede que tengas razón. Sé… que lo estoy haciendo para distraerme de los verdaderos problemas que me agobian. Pensé que ya estaba mejor, pero no, esta es una recaída.”
“Me doy cuenta.”
“Es distinto a cuando me lo pinto solo porque ya me crecieron las raíces… Puedo identificar que estoy desesperada por cambiar y lo quiero hacer a como dé lugar.”
“Me alegra… eso significa que has madurado. Un poco, al menos~” Hizumi sonrió.
“Un poco.” Eureka rio. “¿Y? ¿Te quedarás a ver el desastre?”
“Me llamaste para darte apoyo, no para que me burle de ti.” Hizumi se sentó en el sofá del cuarto mientras Eureka preparaba las botellas, sobres y utensilios que utilizaría para su aventura estética. “Aunque no niego que me reiré de todas maneras.”
“No esperaba que no lo hicieras.” Eureka desapareció al entrar al baño en busca de una toalla para su cabello, la que colocó sobre sus hombros. “Hace mucho tiempo que no cambio de look… el lila me ha acompañado por varios años.”
“Desde el ‘fin’ del conflicto, ¿no?”
“Sí…” Eureka tomó asiento en la cama, cerca de él. Abrió tres sobres de polvo decolorante y los mezcló con la crema oxigenta en un recipiente mediano, donde comenzó a batir mientras observaba un punto fijo en la pared. “Supongo que mi cuerpo me lo pide justo por la ironía.”

Hizumi conocía el proceso de decoloración: se había teñido las puntas un par de veces a lo largo de su vida. El tinte en degradado se había puesto de moda cuando cumplieron dieciocho y un bichito impulsivo lo motivo a probar ese tipo de estilo. Las puntas amarillas no iban nada bien con su cabello verde… pero no tuvo que esperar mucho para poder deshacerse de aquel color. A partir de esa experiencia, probó con un par de tonalidades frías (morado y azul) que encajaron perfecto con su cabello. Sin embargo, el look pasó de moda al cabo de unos meses y el tedioso proceso terminó por sepultar sus ganas de “innovar” su presentación de nuevo.

“Por cierto, ¿dónde está Morgana? Imagino que estás aprovechando su ausencia.” 
“Salió. No me dijo a dónde… Supongo que fue a visitar a Aka y a Lelouch.” Eureka intensificó sus movimientos por unos instantes. “No me molesta, eh. Al contrario, como bien has dicho… tenía que aprovechar.”
“Eu…” Hizumi la observó, preocupado. “Esto no es por él, ¿verdad?”
“Nah. Supongo que es uno de los motivos, más no el principal. Me sentiría peor si la ruptura amorosa de hace unos meses fuese lo más importante para mí en este momento.”
“Entonces ¿qué…?”
“No te puedo contar por completo.” Eureka se detuvo, observando el recipiente de oxigenta y decolorante con una mirada perdida. “Ni yo misma sé qué ocurrió… Se supone que mañana averiguaré más al respecto… aunque no me fio del todo de la persona que podría ‘ayudarme’.”
“¿No quedamos en que dejarías de guardarte las cosas?”
“…” Eureka frunció el ceño, irritada. “Lo sé… pero es un tema más delicado. Involucra a gente peligrosa…”
“¿Rebels?”
“Más… peligrosa. Creo.” Suspiró. “Te lo contaré de la manera más simple para que no insistas. Como dije, tampoco es que sepa mucho de lo que ocurrió. El sábado peleé junto a Madara y a Rinne contra un rebel u orphan, no sé qué era… Pero uno de sus ataques fue tan fuerte que me noqueó por completo. No recuerdo nada de lo que pasó.”
“Ah, no sabía que te habías acercado a Rinne.”
“No me acerqué, la verdad. Todo fue por Madara.” Eureka bateó la mezcla un par de veces más y asintió. “Mm. Ya está.”
“Ah… Es el cantante que admirabas, pero que ahora es tu amigo, ¿no?”
“…Me alegra que lo llames así. Todo el mundo me molesta con él.” Eureka suspiró.
“Nah. Los reales te molestamos con Oikawa~” Hizumi sonrió.
“¿¡QUÉ HAS DICHO!?” Eureka lo señaló con la brocha. “¡Ni bromees con eso!”
“Jeje~” Hizumi le sacó la lengua en un gesto infantil y burlesco. “Eeen fin, me dejaste con la intriga… ¿por qué te afectó aquella pelea? Te veo bien. Aunque eso es un poco sospechoso, ahora que lo pienso…”
“…” Eureka guardó silencio por unos instantes. “Rinne y Madara me dieron a entender de que estuve al borde de la muerte. He tenido un par de pesadillas con aquella sensación, pero no me acuerdo de nada. Llega un momento en ese día en que se detienen mis recuerdos.”

La HiME se levantó para ir al espejo del baño con la intención de comenzar a aplicarse la mezcla. Separó su cabello en varias secciones con la ayuda de ganchitos y ligas luego de colocar el papel aluminio en el lavatorio, al lado del cuenco.

“¿Y no te han contado?” Hizumi la siguió al baño, apoyándose en el marco de la puerta.
“No fueron muy específicos.” Eureka comenzó a decolorarse el cabello con ayuda de la brocha, empezando por las puntas. “Y tampoco quise forzarlos a hablar… sus expresiones me lo dijeron todo: la situación fue demasiado grave. Es un milagro que todos hayamos salido con vida.”
“…” Hizumi se guardó sus comentarios. Tal vez unos años atrás le habría dicho que insistiera hasta que le contaran la verdad, pero se había ablandado tanto con el tiempo… y ya no le nacía ser tan egoísta y desalmado. “Tiene sentido. ¿No hay forma de enterarte por otros medios?”
“Me juzgarás, pero mañana me reuniré con mi rebel. Quiero ver si puede ayudarme a contactar a un hacker que me consiga las grabaciones de las cámaras de seguridad del lugar donde se llevó a cabo la pelea.”
“Ah. Imagino que no le pediste ayuda a Seven porque no querías contarle todo esto.”
“Sí…” Eureka suspiró. “Solo te lo he contado a ti y a Mona. Bueno, él tenía que enterarse de todos modos… No sé bien qué pasó durante la pelea. No pude convocarlo.”
“Wow, no imaginé que la situación fuera tan delicada.”
“¿Ahora entiendes mi imperiosa necesidad de pintarme el cabello?”
“Un poco, sí.” Hizumi la observó, curioso. “Lo que no entiendo es por qué justo ahora. ¿Esto no pasó el fin de semana? Ya estamos martes. Bueno, miércoles. ¿Por qué recién? ¿Por qué no lo hiciste ayer?”
“Porque hoy vi de nuevo a Madara,” le contestó. “Bueno, también nos vimos un ratito ayer… pero hoy tuve que ayudarlo en el club de canto. ¿Te conté sobre eso?”
“Eh… No.” Hizumi sonrió preocupado al verla peleando con los cabellos de la parte trasera. “¿Quieres que te ayude?”
“Sí, por favor.”

Hizumi recibió el cuenco de mezcla y la brocha y siguió sus indicaciones. Respetó el orden que Eureka estableció y se dedicó a colocar la mezcla solo sobre los mechones de cabello que su amiga no había podido decolorar.

“Ahora sí, cuéntame.”
“Estoy apoyando a Madara como asistente de su club de canto. Hizo uno para entrenar a algunos estudiantes de Artes Escénicas que necesitaban ayuda con su técnica vocal.”
“Ohh~ Eso suena divertido~ ¿Y cómo así? No niego que sepas de música, pero me sorprende que te hayas animado a apoyarlo. ¿No eres la mánager del equipo de vóley de Oikawa?”
“…También.” Eureka suspiró. “Siento que es un montón, pero será una excelente distracción.”
“…” Hizumi se detuvo. “¿No quieres que llame a Kanone? Creo que necesitas una intervención.”
“Hizumi.” Eureka se giró a mirarlo. “¡¿ERES TONTO?! ¡¿CÓMO VAS A LLAMARLO?! Nunca supe si podíamos invitar chicos al dormitorio. Tu presencia aquí puede ser una violación a las reglas… ¿¡y crees que voy a a traer a alguien más!?”
“¡Es que solo a él le haces caso!” Le reclamó Hizumi. “¡Ni a mí, ni a Soul, ni a Ryoji! ¡Y de seguro ni a Oikawa!”
“Bueno, es cierto…”
“¿Ves? ¡Hay que llamarlo!” Hizumi dejó el cuenco y la brocha en el lavatorio para sacar su celular y buscar el contacto de Kanone. “Creo que su turno de hoy era en la mañana, así que debe estar lib—”
“¡NOOO! ¡OLVÍDALO! ¡No necesito que más personas me vean hacer el ridículo!”
“Pero sí necesitas un poquito de sentido común. A este paso, el viernes me contarás que te metiste a trabajar full-time los fines de semana o algo así. ¡Vas a morir del cansancio!” Hizumi presionó el botón de llamada y esperó unos segundos a que conecte. “¿Aló?”
“Ponlo en altavoz.”
“Ugh, okay.” Hizumi rodó los ojos, pero le hizo caso. “Kanone~”
¿Hizumi? ¿Estás con…?
“¡Eureka!”
Ah, Eureka, disculpa. No te escuché bien. ¿Cómo están?
“Es tarde, pero tenemos una urgencia,” habló Hizumi, muy solemne. “Tienes que venir a la mansión HiME.”
¿Qué?” Kanone se escuchaba muy confundido.
“No le hagas caso…” Eureka suspiró. “Le conté unas cosas y está exagerand—”
“¡VEN DE INMEDIATO! Esto es preocupante: ¡alguien debe ponerle el pare a esta chica! ¡Sé que tú serás capaz de hacerlo! Además, ¡nunca nos reunimos! ¡Sabes bien que siempre planeamos salidas y al final no hacemos nada!”
Espera. ¿Se metió en problemas de nuevo?” Kanone sonaba un tanto preocupado. “Eu, ¿estás bien?
“¡De maravilla!”
“SE ESTÁ PINTANDO EL PELO DE BLANCO”
“¡MENTIROSO! ¡RECIÉN ME LO ESTOY DECOLORANDO!”
“ES LO MISMO”
…Voy para allá. ¿Está bien si llevo a Ryoji? Salimos a comer cerca de la mansión y está aquí conmigo.
“¿Eh? ¿Y Yoite?” Hizumi arqueó una ceja. Yoite siempre les preparaba la cena.
Lelouch le dio la noche libre y se fue a pasear con Miharu.
“Ohhh~ Love is in the air~” Hizumi rio. “Bueno, vengan. The more, the merrier~”
“Estamos en la MANSIÓN HiME,” le recordó Eureka.
“Ay, tú misma dijiste que no sabes las reglas del dormitorio. ¡Yo creo que las chicas tienen derecho a traer visitas cuando quieran!”
“¡Y tú no eres ninguna autoridad!”
“¡Para la próxima, apréndete las reglas y luego conversamos!”
” Kanone suspiró. “No se maten antes de que llegue.
“¡Está bien!”
“¡Cuídate, Kanone!”

Hizumi colgó y se giró hacia su amiga con una gran sonrisa en el rostro.

Eureka se aguantó las ganas de darle un puñetazo.

“¡Listo!”
“Me van a expulsar del dormitorio por tu culpa.”
“Bah, mejor.” Hizumi sonrió. “Así te mudas con nosotros.”
“¿De qué estás hablando? ¡¿Acaso crees que regresaré a la mansión de los Vi Brit—?!”
“No, tontita. Nos vamos a mudar.” Hizumi le guiñó un ojo. “Lo conversé con Ryoji, Soul y Kanone. A diferencia de las Lee, no tenemos ninguna ‘deuda de amistad’ con Lelouch… nosotros llegamos a su casa gracias a ti, así que podemos irnos en cualquier momento. Hasta siento que le alegrará deshacerse de nosotros. De seguro piensa en ti cuando nos ve… Ah. Tal vez deberíamos quedarnos más tiemp—”
“No, no. Si ven necesario salir de ahí, háganlo. Nada debería retenerlos… menos mi resentimiento.”
“Wow~” Hizumi sonrió, orgulloso. “Sí que has madurado~”
“…Mejor sígueme decolorando el pelo.”
“¡A la orden!”
“Pero Hizumi… tengo que pedirte un favor.”
“Sí, claro.” Hizumi le sonrió a la vez que recogía el cuenco y la brocha del lavatorio.
“Cuando cuentes lo del sábado… no les digas que fue algo muy grave, ¿sí?” Eureka le suplicó con la mirada. “No quiero preocuparlos. Suficiente con que tú lo sepas.”
“…” Hizumi asintió. “Está bien.”
“Espero que cumplas con tu palabra.”
“Yo siempre guardo secretos, tranquila.”
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HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Mimi Tachikawa on January 31, 2024, 06:17:47 PM »
El ultimo fic por ahora con Tsubasa que es hora de volver con Mayura xD

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Después del exitoso concierto en el que la peliazul participó, le cayeron una lluvia de pedidos para que Tsubasa ingresara a una casa disquera, pero la peliazul habia rechazado a todas cordialmente, si bien se habia sentido muy comoda y feliz en el escenario, como cuando estaba con sus compañeros de Knigths, pero aun tenia muchas dudas de que si era el momento indicado ya que siempre ponía por delante su deber de Hime, así como la misión de encontrar a su hermano menor Mafuyu

Maria como una de sus mejores amigas claro que no iba a permitir que la peliazul dejara los escenarios tan pronto , así que le habia mandado un mensaje de texto indicándole que se iban a encontrar con su nuevo manager y presidente de la nueva disquera en la que Maria habia decidido aportar para darle una oportunidad a su querida amiga.

Le dije a Maria-san que no quería pensar en eso por ahora y ya me mando un mensaje para presentarme …-suspiro pesadamente- pero no puedo decirle que no porque le debo muchas cosas.

Tsubasa se alisto y se acercó hacia el café donde se iba a encontrar con sus nuevos “jefes”, cuando vio que Maria ondeaba ligeramente las manos para llamarla, ella avanzó lentamente

Tsubasa llegaste a tiempo, estoy pasando un muy bien momento con estos dos encantadores chicos que serán apartir de hoy parte de tu vida artística, dijo sonriendo alegre

Uno de los jóvenes el que tenia una apariencia más tranquila y serena con una suave sonrisa se acercó a ella , sacando su tarjeta de presentación

Mucho gusto Tsubasa Kazanari-san, soy Momose Kentaro y apartir del día de hoy seré tu manager, prometo no fallarte…-hizo una respetuosa reverencia-

El gusto es mio Momose-san…-hizo una solemne reverencia- espero que nos podamos llevarnos bien y trabajar juntos-
Lo mismo espero…-

La peliazul se sintió tranquila por el aura de tranquilidad que irradiaba Momose, luego miro a la otra persona que tenia la mirada seria y se iba a acercar a ella

Mi nombre es Yūsei Shirosaki, mucho gusto Tsubasa-san…- le extendió su tarjeta de presentación

El gusto es mio Shirosaki-san pero…-señalando la tarjeta que era una tarjeta de crédito- no creo poder aceptar un tipo de tarjetas – dijo con una gota en la cabeza-

Lo siento me equivoque!!...-dijo avergonzado mientras sacaba su tarjeta de presentación de verdad-

Shirosaki-san!!...-dijo Momose internamente viendo lo adorable que se veía su jefe-

No te digo que son personas muy interesantes Tsubasa?- dijo Maria sonriendo ampliamente- a Shirosaki lo conozco desde que estuve estudiando en Inglaterra, éramos compañeros de clases y siempre ha sido así, así que no te fijes de ese pequeño detalle porque es muy hábil en todo lo que hace, así que será un excelente presidente de la disquera “Starline”, mientras que Momose, es uno de nuestros mejores practicantes que ha pasado a volverse a manager oficial, también es una persona muy capaz y te ayudará a llevar tu carrera a lo más alto, así que no debes de preocuparte por nada, que estaremos los 3 aquí para apoyarte…-

Maria-san…-Tsubasa se sentía muy agradecida con Maria ya que ha estado con ella en momentos muy difíciles, además que ahora estaba apoyando a relanzar su carrera como solista, así que no tenia cara para negarse a todo lo que su amiga estaba proponiendo, después de todo no estaba del todo mal alejarse un poco de sus deberes para poder hacer algo que amaba desde que era niña, lo cual era cantar, lo iba a hacer por ella y por lo que fue Knights en su vida.

Entonces lo primero que tenemos que saber que es lo que Tsubasa-san le gusta cantar, para poder empezar a planear un cronograma de actividades…-hablo Momose mientras que sacaba un cuaderno de anotar-

Mientras que ustedes empiezan a trabajar Shirosaki y yo estaremos en la oficina de la dirección para empezar a trabajar algunos proyectos con otros artistas-

Deacuerdo, en cuanto terminemos iremos con ustedes- hablo Momose con una calida sonrisa, cuando vio que los otros dos jóvenes se fueron giro a voltear a ver a Tsubasa- Tsubasa-san ya puedes estar mas traquila, porque creo que te sentías un poco preocupada verdad?

Esto…como lo sabias??-

Bueno…es que tuve que ver todas tus presentaciones, entrevistas y todo lo que hiciste desde que participabas en Knights y puedo ver que tu semblante no es el mismo…hay algo que te preocupa?? Deseas que te ayude en algo? No se si seré de buena ayuda, pero al menos puedo ser un buen oyente.

Muchas gracias por tus palabras Momose-san y en efecto si ando preocupada pero siento que ahora estoy mucho mejor de estar rodeada de personas de tan buenas auras como las suyas, prometo que si hay algo con el que no pueda lidiar sola, no dudaré en pedirte ayuda- haciendo una reverencia-

Se que le dije a la jefa que no nos íbamos a demorar mucho, pero que te parece si nos vamos a comer algo mientras me cuentas los planes que deseas hacer con tu nuevo relanzamiento como cantante? Creo que seria un ambiente mas tranquilo y así podemos trabajar juntos para dar inicio al nuevo sueño de Tsubasa Kazanari-san…-

Tienes razón , creo que es lo mejor, además tengo un poco de hambre, no comi desde que me levante, además también quisiera saber un poco mas de ti Momose-san…-

Entonces es una cita de trabajo…-le extendió la mano-

Tsubasa siempre tenia miedo de confiar en las personas, pero con el joven pelicastaño que estaba frente a ella era diferente, ya que sentía que podía confiar en él, después de un par de segundos de dudas, cogio la mano del otro joven y se fueron juntos hacia el restaurante familiar mas cercano a las oficinas.

Mientras que por la ventana Maria observaba junto con Shirosaki

En verdad he tomado una buena decisión de traerlos aquí…se que con su ayuda podre recuperar el corazón herido de mi querida amiga Tsubasa, luego ire a Rizembool a pegarle a Leo…-apreto el puño-claro que si.
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matta ne
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Patio de Juegos / Re: no more what ifs
« Last post by Kora on January 31, 2024, 05:32:32 PM »
Escena del Himeverse que nunca llegué a escribir pero siempre me quedé con las ganas :')



- ¿No crees que es injusto que sepas tanto de mí, y yo no sepa nada de ti?

Ante la pregunta de Kora, Akio sólo sonrió.

- Si lo dices así, sí, es injusto. - Como si estuviera pensativo, Akio se frotó el mentón. - ¿Hay algo en específico que quieras saber?

La pregunta pilló a Kora por sorpresa. Esperaba al menos alguna evasiva por parte de Akio, quien era lo contrario de un libro abierto, pero su medio hermano una vez más demostraba lo impredecible que podía llegar a ser.

- Pues… - Empezó Kora, haciendo un gesto con la mano, pensando. Y lo primero que se le ocurrió fue: - ¿Conoces a tu madre?

Casi todo lo que hacía con Akio tenía que ver con la Rueda del Destino, que era una herencia de Makiko -su propia madre-, así que por asociación de conceptos había llegado a aquella pregunta. Lo cierto era que no se podía imaginar quienes habían sido las otras mujeres en la vida de su padre, o si estaban siquiera vivas.

- Sé quien es, sí. Pero no tengo ningún trato en especial con ella. ¿Quieres verla?

Akio sacó su teléfono, y tecleó algo rápidamente, para después enseñarle la pantalla a Kora. Había buscado un nombre en el buscador -Satya Vaswani-, saliendo múltiples resultados de imagen de una mujer de piel oscura y cabello liso negro, a menudo en una bata blanca y asociada a un logotipo que debía ser de una fundación científica.

-Mi padre financió a la corporación Vishkar en Japón, y a cambio, mi madre trabajó durante un año en las patentes Lionheart con su tecnología. Y ahí es cuando llego yo. -Kora alzó una ceja sin poder evitarlo. No podía imaginarse a aquella científica, tan seria y distante, con un hombre como Garon -- su padre. - No es una historia romántica o pasional. Simplemente, los intereses de ambos coincidían. Mi padre aún no tenía heredero, y mi madre quería comprobar si era viable la concepción de vida en un ambiente de luz semi-sólida.
-¿Cómo…?
- La obsesión de mi madre es convertir la luz en algo sólido. - Akio rió. - Si te digo la verdad, no puedo entenderlo muy bien, no soy un científico. Aparentemente el campo se llama fotofísica. Pura energía lumínica, convertida en algo tangible… ¿lo entiendes?

Kora no era capaz de entender su expresión, ¿se estaba burlando de ella? ¿pensaba que no podía comprender aquello? ¿le tenía lástima por su ignorancia? Sus mejillas se encendieron, aunque Akio no mostró ninguna reacción y siguió hablando.

-Mi madre experimentó hasta que pudo fecundar uno de sus óvulos en luz, y entonces lo llevó en su vientre nueve meses. Hasta que nací. Después de cuatro años de pruebas, la buena doctora tal vez se dio por satisfecha, o quizá no vio nada significativo en mí, y me llevó con mi padre.

La sencillez con la que Akio había terminado su relato dejó a Kora casi boquiabierta. Estaba frente a una de las mayores ironías en su vida: Akio, un hombre que manejaba la oscuridad, había sido concebido en la luz más pura.

- Así que ya ves, hermanita mía. ¿Por qué pones esa cara? ¿Te sientes mal por mí?
- No, es que… no me esperaba una historia así…

¿Tendría que tener lástima por Akio? ¿De verdad una persona como él merecía que le compadecieran? 

“Todo en esta vida tiene un precio. Incluso la vida misma.”, le había dicho una vez. No había imaginado hasta dónde abarcaban aquellas palabras. Pero… después de haber oído lo que acababa de oír, tal vez tenía algo de razón.

No pudo evitar la siguiente pregunta que escapó de sus labios.

-...¿Crees que tu madre te quiso?

Akio no tardó mucho en responder, sonriendo como si nada, aunque Kora podría haber jurado que no tocó sus ojos.

- Quizá. Al menos me reconoce como persona, o al menos procura tratarme como una. - Akio se acercó hasta ella, tomándola de la mano. - Kora… sé que odias reconocerlo, pero nos parecemos tanto. Hemos empezado desde sitios muy diferentes, y sin embargo, hemos llegado al mismo punto. Tú y yo somos aliados naturales.

Una vez más, la intensidad tanto en las palabras como en la mirada de Akio ejercían una atracción magnética sobre Kora. Sabía que no podía confiar del todo en Akio, que no debía, pero cuando hablaba así… era difícil no creerle.

- Kora, confía en mi. - Akio insistió. - Juntos podremos reclamar todo lo que éste mundo nos debe.
80
SeeDs in the Garden / Re: SeeDs in the Garden – revival
« Last post by Neko on January 31, 2024, 10:10:50 AM »
Me he estado releyendo Balamb y me han dado los sentimientos twt




29. Una clase gratis y te acompaño a recepción

Anew caminaba por los pasillos del Jardín de Balamb mirándose la punta de los zapatos, casi sin ver por dónde iba. Estaba perdida en sus pensamientos, camino al punto de encuentro que había acordado con su príncipe. Después de todo, actuar como su asistente en ese viaje era su cometido y aunque Isaak juraba estar de vacaciones, en realidad tenía muchos asuntos que atender, no sólo la operación de su ojo.
Llegado a cierto punto, Anew se paró y levantó la cabeza y por un momento se asustó al no reconocer donde estaba, algo normal si tenía en cuenta que era su primera visita al Jardín de Balamb.

—Ah… ¿dónde me he metido?

En tu propia cabeza, pensó la mujer, que llevaba unos minutos dándole vueltas a las palabras de su jefe y director.
Diviértete un poco, le había dicho. Diviértete…

Anew suspiró y miró a su alrededor. Los pasillos estaban vacíos y no había ningún cartel con indicaciones cerca. La Seed estuvo a punto de darse la vuelta por donde había venido hasta que, de repente, se dio cuenta. Oía música.
Empezó a caminar en esa dirección y un par de pasos después localizó una puerta entreabierta de la que salían las notas de lo que parecía una de los valses que había oído la noche anterior en el baile. Probablemente habría alguien ahí dentro, ¿verdad? Tal vez podría molestarlos un poco preguntando indicaciones. Sólo necesitaba saber cómo llegar a la entrada del edificio, su punto de encuentro era la recepción después de todo.

Anew se quedó parada frente a la puerta durante unos segundos antes de coger aire y asomarse despacito. La sala parecía un estudio de baile y sólo estaba ocupada por dos personas y un estéreo.

Las dos figuras en la sala daban vueltas y vueltas, siguiendo grácilmente el ritmo del vals. La verdad es que era uno de los más rápidos que había oído, pero ninguna de las dos personas fallaron ni un paso.
Anew entró un poco más en la sala, moviendo la puerta para ver mejor. La manera en que se movían a la vez era hipnótica. La armonía en sus movimientos y la facilidad con la que se seguían el uno al otro la tenía embobada.
No pasó mucho tiempo para que la pieza llegase a su fin y con una última floritura, las dos personas se separaron. Él aplaudió hacía ella, que se rió con soltura antes de asentir con la cabeza, manos en la cintura y se volvió a poner en posición para bailar más.

Anew no reconoció a la mujer de pelo negro y corto, ¿pero a él? A él lo podía haber distinguido en una muchedumbre. El pelo castaño le tocaba los hombros y sus ojos verdes brillaban como estrellas en la noche.
Yohji Kudou estaba empezando a levantar los brazos para guiar a su compañera de baile cuando vio malva por el rabillo del ojo.
Antes de tomarla de la mano, se giró hacia la puerta y miró directamente a Anew.

—Oh —dijo, bajando los brazos y acercándose hacia ella—. ¡Hola!

—¿Una amiga tuya? —preguntó la otra mujer, volviendo a poner los brazos en jarras.

Yohji sonrió, con los ojos aún clavados en Anew.

—Eso espero.

—Ah… —consiguió decir Anew, llevándose un puño a los labios—. Perdón por molestar, me iré.

Anew oyó a la otra mujer reírse y la vio agarrando una chaqueta. Parecía estar preparándose para irse.

—No molestas, cielo. Estaba a punto de irme —la chica le dio un par de palmadas en la mejilla a Yohji antes de continuar—. Pórtate bien, mangarrán.

—Oiga, señorita. —se quejó Yohji, aunque se rió mientras la otra le sacaba la lengua y se escabullía entre Anew y la puerta.

—¡Adiós! ¡Os auspicio un buen futuro cercano! —se despidió sacudiendo la mano sin girarse a mirarlos.

—Uh —dijo Anew, parpadeando hacia el pasillo—. ¿Qué ha sido eso?

—Hokuto, ella siempre es así.

Otra canción empezó a sonar y Anew dirigió su mirada hacia Kudou y sus brillantes ojos verde esmeralda. Anew bajó la mirada, asustada por si se quedaba encandilada mirándole como la noche anterior.
Error. Porque la camisa de Yohji estaba abierta y podía ver como una gota de sudor le corría por en medio de sus pectorales y se perdía bajando hacia su abdomen. Anew fue muy rápida desviando la mirada ahora hacia un lado.

—¿En qué te puedo ayudar? —preguntó Yohji, ofreciéndole la mano—. ¿Tal vez en un baile?

Anew Returner solía ser una persona muy profesional, pero se vio poniendo la mano sobre la de Yohji Kudou y segundos después él estaba tirando de ella hacia la sala de baile.

—Te puedo dar clases, ya te dije anoche que soy profesor de baile.

—No sé bailar —confesó Anew, aunque sólo era medio mentira, pero Yohji no tenía porqué saberlo—. Me he perdido, tengo que ir a recepción…

—¿Cuánta prisa tienes? —preguntó Yohji mientras le indicaba a Anew de donde agarrarse y ponía con cuidado su mano en la cintura de ella—. Una clase gratis y te acompaño a recepción.

Yohji apartó la mirada por un momento y Anew se dio cuenta de que estaba mirando un reloj en la pared del que ella no se había dado cuenta.

—No sé ni qué hora es. —se quejó Anew, empezando a balancearse con la música, mirando hacia sus pies porque no quería pisar los de Yohji.

—Las diez menos cuarto, tengo cinco minutos antes de tener que ir hacia la salida —Yohji dio un paso hacia atrás y luego movió el brazo de tal forma que Anew se vio dando una vuelta sobre sí misma antes de volver a agarrarse al hombro de Yohji, acercándose otra vez hacia él—. ¿Qué te parece si me concedes este baile y te acompaño a recepción, hm?

Anew empezó a moverse al compás de Yohji, sin darse cuenta y los ojos brillantes de Yohji le recordaron a las palabras de su director. Diviértete un poco. Sólo eran cinco minutos. Podía permitirse cinco minutos de diversión, ¿no?

Una pequeña sonrisa empezó a florecer en los labios de Anew.

—Bueno, está bien.
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