Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 296865 times)


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #885: December 31, 2022, 04:17:21 PM »
2023 goal: Darle más sentido a mi Himeverse story uwu

¡¡Feliz año nuevo a todas!! -3-3-




“Haru... ¿en qué estabas pensando?”

La castaña sonrió tristemente. Luego de toda la explicación sobre su decisión, de cómo el tramite ente universidades estaba hecho, y sus deseos de querer protegerlo… era claro que no habría forma de convencerlo aquí y ahora.

Su respuesta era sencilla.

“Quería estar aquí para apoyarte”
Taikoubou suspiró cansado “Pero… ¿tienes idea de lo peligroso que es esto?”

Un destello de molestia apareció en el rostro de la joven.

“Lo sabría si te hubieras molestado en decirme la verdad, en lugar de pensar que me quedaría tranquila creyendo que solo regresabas a Tokyo un tiempo para ‘ayudar a tu papá en el hospital’ “

Taikoubou se sobó la nuca en molestia, pero entendía que lo tenía merecido.

Llevaba saliendo unos cinco meses con Haru Okumura, otra estudiante de medicina en su facultad, y si bien la quería y su relación iba bastante bien… era evidente que había desestimado que tal envuelta se sentía ella con él.

Erróneamente había pensado que, una muchacha de dinero, sensata y dedicada a sus estudios, entendería que su novio tuviera que regresar a su país por un tiempo… bajo la premisa que se trataba de un asunto familiar, dado que su padre era dueño de una cadena de hospitales.

Jamás pensó que ello la empujaría a la decisión de irse a vivir al extranjero, cambiar de universidad, y tomar residencia cerca a él, quien se había vuelto enredado en una guerra mágica de vida y muerte… y todo como consecuencia de querer protegerla.

Pero de protegerla a base de una mentira. Y una mentira era una mentira.

“Haru, perdón por no haberte dicho la verdad, por más disparatada que fuese. No fue correcto de mi parte” Se disculpó el peligris. Había sido su compañero de cuarto, Duo Maxwell, quien había puesto a Haru al tanto de la guerra HiME/Rebel, tras la incesante insistencia de la castaña “Pero deberías regresar a Beijing. Me ayudarías mucho más manteniéndote a salvo y esperando mi regreso. Yo espero no sea más de un año, y entonces podríamos retomar nuestras vidas”

Haru cerró los ojos y suspiró. Ahí tenía su disculpa. Y ahí también tenía la respuesta que esperaba recibir de su novio. Pero…

“Si piensas que estaré tranquila a mil millas de distancia, mientras tu pones tu vida a riesgo… creo que aún no me conoces lo suficientemente bien”
“Haru-”
“Hablaremos mañana. Te mandaré un mensaje apenas saque una nueva línea de teléfono. Por ahora… voy a quedarme en un hotel hasta que averigüe donde quedarme”
“Puedes quedarte conmigo” ofreció el peligris “Tengo un cuarto adicional en mi apartamento”
Haru esbozó una pequeña sonrisa “Gracias, pero dame unos días para decidir” le respondió “Aún tenemos algunas cosas que conversar”
“Entiendo” respondió Taikoubou “¿Te puedo llevar al hotel?”
“Si no te molesta, prefiero ir sola. Le pediré a Ichigo que me pida un Uber” dicho esto, Haru tomó su bolso y empezó a caminar hacia la puerta “Ya veo por qué ha sido tu mejor amigo desde pequeño. Es una buena persona”

Se despidió con un beso rápido, pero apenas se hubo volteado, Taikoubou no pudo evitar preguntar:

“¿Y, que piensas de Sayi?”

Taikoubou se preguntaba si parte de la razón de Haru de venir a Tokyo había sido inseguridad. Y de ser así, quizás había ido muy lejos con la inquisitiva.

Pero Haru no pareció sorprenderse ante la pregunta.
No obstante, al peligris le pareció notar una extraña mezcla de tristeza… y cariño, en los ojos de su pareja.

“Aún no lo se, pero creo que puedo ver por qué decidiste venir a ayudarla”

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #886: December 31, 2022, 09:52:34 PM »
Damn, too close to the stop. Al menos algo pude escribir.

108.2.









Pasó un poco de tiempo y los presentes a ese evento de ES fueron convocados a un área de sillas frente a un podio donde irían a escuchar unas palabras. Así, todos tomaron asiento en lo que esperaban al inicio de aquella formalidad.

Hiiro y Kotegiri terminaron por encontrarse con la hermanita de IA y su empleada debido a dicha convocatoria. La primera era abrazada del brazo por su mayor.

“IA…” Mayu le miró de reojo, con curiosidad y quizás una mínima impaciencia. “Dijiste que me soltarías si me presentaba. Pues ya lo hice.”
“Apenas has dicho tu nombre, Mayu. Quiero que hables más con mis amigos,” insistió. IA se mostró decidida y tal vez un poco insistente, pero se notaba que quería mucho a su distante hermanita. “Lo que más quiero es que todos vean lo linda que eres.”
“Pues si se trata sólo de ver no creo que requiera decir más…” Mayu desvió su mirada, mínimamente avergonzada.
“IA-sama, comprendo tus deseos y los comparto, pero Mayu-sama se encuentra haciendo un gran esfuerzo para estar en un lugar con tanta gente,” observó Sakuya, gustosamente. “Ella ha correspondido tu pedido de venir y pienso que no deberíamos empujarla más.”
“Muchas gracias, Sakuya,” dicho esto, Mayu terminó soltándose. “Pienso que es tu turno de presentarte.”
“Sí, con mucho gusto,” la peliplateada hizo una respetuosa reverencia dirigida a los chicos. “Mi nombre es Sakuya Izayoi y soy la sirvienta a cargo de las señoritas IA y Mayu. Les agradezco por cuidar de IA-sama.”
“Eh, es un gusto de conocer a ambas,” Kotegiri asintió, sonriendo incómodo. No había esperado ver a IA tan exigente con su hermanita, pero le resultó adorable a su manera. Pudo ver cómo su amiga nuevamente se vio inconforme.
“Son mis amigos, Sakuya. Ellos no es que me estén cuidando,” corrigió frunciendo el ceño. “No tienes por qué decir eso a todos a los que te presentas.”
“No presumo una imposición en lo absoluto, señorita,” afirmó suave y respetuosamente. Sakuya sonrió tranquilamente. “Puedo percibir la estima que tus nuevos amigos tienen y sólo es natural que los amigos cuiden entre sí. Entiendo que esa es la naturaleza de tus compañeros.”
“¡Ah, eso tiene mucho sentido!” Hiiro se emocionó y sonrió ampliamente. “¡Por supuesto, Sakuya-san! ¡De ser necesario, yo daría todo por mis amigos! ¡Si IA requiere ayuda con mucho gusto le auxiliaré sin importar de qué se trate!”
“H-Hiiro, no le sigas la corriente, por favor,” IA se impresionó y pasó a notar cómo Mayu ahogó una risita, lo cual le apenó. “Oye…”
“Fufu, no estaba equivocada, ha conocido a buenas personas, señorita,” incluso Sakuya pareció divertirse con el asunto.
“Quisiera que no siempre me traten como una princesa…” IA dio un suspiro.
“Ah, parece que está por comenzar,” observó Hiiro ni bien una secretaria llegó al escenario.
“Tomemos asiento, luego buscaré la mejor mesa para ustedes,” dijo Sakuya, quien esperó a que los demás tomen asiento antes de hacerlo al costado de IA.
“…” Mayu miró a sus alrededores y se mostró mínimamente sorprendida al notar a una persona entre los asientos de adelante.

“Antes que nada, las doy una cálida bienvenida a ustedes, nuestros estimados nuevos miembros de Ensemble Square,” comenzó la presentadora muy amenamente. “Esperamos que este evento sirva para brindarles de mayor información sobre sus nuevos roles y preparaciones para convertirse en futuros idols y artistas. Sin duda, nuestras agencias dependen mucho de su futuro desarrollo y todos esperamos ayudarles a lograr sus metas personales…”

La presentación continuó con más palabras inspiradoras y animadas. Hacia el frente del público, Namazuo se notaba curioso y contagiado del humor de la presentadora.

“Se me hace tan simpática que casi quisiera ser un idol también,” dijo en voz baja.
“¿Un idol?” Naoto se extrañó. “Opino que no tienes la vocación ni disciplina suficientes.”
“Uhh, oye, pareceré perezoso, pero sí puedo hacer las cosas cuando me lo propongo,” hizo un puchero. “No por nada soy bueno peleando.”
“Diría que se lo podemos agradecer a tu familia, son tus hermanos quienes siempre andan detrás de ti,” Ritsu se encogió de hombros con cierto desinterés. “Así que, a menos que alguno te apunte a ser un idol no veo cómo funcionaría.”
“¡Pero si sucediera sí que lo haría!” Namazuo asintió alegremente. “¡Muchas gracias por creer en mí, Ritsu-chan!”
“Eh, no, más bien lo dije para demostrar el punto de Nao-chan, pero como sea…” alzó una ceja.
“Ehm, por favor bajen la voz, van a distraer a la presentadora,” pidió Tsumugi, sonriendo incómodo.
“Sí, senpai tiene razón, hay que escuchar atentamente,” Sora asintió y pegó su atención a la secretaria frente a ellos. Ellos acataron por un poco, pero nuevamente Namazuo se distrajo y relajó lo suficiente como para volver a tomar la palabra.
“Ah, hablando de mis hermanos, el otro día sí pensé que sería genial si me convirtiera en un idol junto a Honebami,” divagó entretenido. “Será muy serio, pero mi mellizo tiene ese aire misterioso que apuesto a que volvería a las fans locas~”
“Silencio, por favor,” Naoto se frustró.
“Fufu, pero buena suerte apuntando a Hone-kun a tus disparates. Si estuviera aquí ya te habría jalado de la oreja,” Ritsu rió un poco.
“Tienes razón, nunca podría convencerlo, sólo me parece divertido,” admitió Namazuo, sonriendo con torpeza. En eso, captó un poco lo que la presentadora acababa de decir. “Oh, parece que escucharemos palabras del líder de ES. No imaginé que iríamos a ver a alguien más viejo por aquí. Todos parecemos jóvenes.”
“Ehh…” Tsumugi se sorprendió. “Namazuo-kun, ¿qué quieres decir?”
“Oh, no es por faltar el respeto, más bien tiene sentido, y a decir verdad ya tenía curiosidad de conocer al que supervisa este enorme lugar…” dijo amenamente y mirando de un lado a otro. Todavía no encontraba a aquel magnate mayor con pinta de tener toda una vida exitosa encima de sus hombros…

“Sin más preámbulos, es el momento de oír al propio líder e inspiración de ES quien no necesita introducciones,” anunció y pasó a extender una mano en dirección a un rubio en particular. “¡Nuestro estimado y respetado presidente, Eichi Tenshouin!”
“¡¿QUÉ?!” se le escapó dicho monosílabo en medio de unos modestos aplausos (y por ende los cercanos lo miraron raro). Eichi apenas sonrió en lo que muy impecablemente se puso de pie y caminó hacia el podio. Namazuo se quedó en un estado de shock ya muy frecuente para sus amigos y sólo le quedó observar a Eichi hablar al público para seguir procesando la realidad.
“No podría hacerles sentirse tan bienvenidos como nuestra secretaria. Ella ya ha dicho mucho de lo que tenía en mente de una manera tan impecable, le estoy agradecido,” dijo con humildad, aunque sin comprometer su gran presencia, e hizo un leve gesto con su mano para dirigirle un reconocimiento que la susodicha aceptó como un gran honor. Eichi miró a los presentes con atención. “Aprecio su asistencia el día de hoy, ello me deja saber que hicimos lo correcto en darles una oportunidad. Puede que les agobie la cantidad de lecciones y trabajos en su currículo como nuevos miembros de ES, pero si ya se han apuntado a un trabajo en alguno de nuestros puestos, les aseguro que han dado un paso en la dirección correcta,” sonrió satisfecho. “Sus elecciones serán apenas el primer trabajo que muchos de ustedes tendrán bajo nuestro nombre y pronto comprenderán su día a día. Tengo grandes expectativas de cada uno y aquí estamos para darles recursos y oportunidades. Espero hacerles entender que se encuentran bajo evaluación y exigencias constantes, sin embargo, ya que los hemos aceptado, creemos que sí son capaces de rendir como lo esperamos de ustedes, así que no se angustien. Será este balance el cual los llevará lejos…”

El joven líder continuó afirmando su interés en velar por los idols y lo que ES representa, para entonces recordarles la amenidad y accesibilidad del presente evento. Ni bien recomendó a los presentes buscar sus labores en los kioscos, invitó a todos a acudir al área de catering para una merienda especial. Dicho esto, la formalidad terminó y todos muy gustosamente siguieron su invitación a darse algún aperitivo.

“Ha sido un gran discurso, Eichi-san,” le felicitó Monoyoshi ni bien Eichi terminó de dirigirse a la anfitriona y los otros presentes avanzaron a la improvisada cafetería. “Has hecho a todos sentirse bienvenidos y a gusto.”
“Gracias, Monoyoshi-kun, aunque tus palabras me preocupan un poco,” Eichi sonrió con cierto entretenimiento y miró distraídamente hacia algunos idols nuevos en pleno camino. “Espero que no se acostumbren a eventos de este tipo. Lo menos que quisiera es que sean complacientes con el trato amable que les doy.”
“Pienso que comunicaste bien la exigencia que se espera y sí darán lo mejor de sí,” el pelirrosa se vio convencido.
“Y si alguno intenta engreírse, seguro que sus instructores de los cursos de preparación prontamente los sacarán de sus nubes,” Ritsu se encogió de hombros y dio un sonoro bostezo. “Uhh… vamos a tomar algo, el sol me da sed.”
“Cierto, nos ganarán las mesas.”
“Tu mesa está reservada, Eichi-san,” reportó Tsumugi, amablemente.
“¡U-un momento!” exclamó Namazuo, saliendo de su estado de coma (?). “¡¿Desde cuándo es Eichi el amo y señor de este lugar?! ¡¿C-cómo así?!”
“Fufufu, que andes en la luna es una de las cosas que más me entretienen de ti, Nama-kun,” Ritsu rió por lo bajo.
“¡AHHH, deja de esconderme cosas que terminarás matándome de un infarto, Ritsu!” el Toushirou se agarró los cabellos.
“Llevo más tiempo siendo el rostro de ES que el que nos conocemos, Namazuo-kun,” observó Eichi, amenamente. “No es que haya pretendido esconderlo, a decir verdad. Supongo no gusto de hablar sobre el trabajo en nuestra hora del té.”
“Nuevamente, no toma mucho averiguarlo, y lo pude descubrir por un detalle en una de nuestras conversaciones,” observó Naoto, pensativa. “Supongo no debí dar por sentado que también lo entenderías.”
“Tú tampoco tienes que andar detrás de lo que Nama-kun entiende o no, Nao-chan. No es justo para ti,” dijo Ritsu.
“¡Pero díganme estas cosas que son importantes! ¡Yo casi llamo a Eichi un viejo por accidente!”
“Oh, definitivamente lo hiciste, shame on you,” el joven Sakuma sonrió con leve maldad.
“¡Lo sientooo!”
“Ehh, eso explica el comentario,” Tsumugi sonrió apenado por el pobre despistado. “Eichi-san es una figura de autoridad en ES, pero al ser un conjunto de agencias, no tiene un poder absoluto en este lugar.”
“A veces quisiera tenerlo, pero es verdad que nadie podría ejercer tanto dominio y no perder la cordura,” observó Eichi con cierta desilusión. “Soy quien toma las decisiones en una agencia en particular y a su vez hay otras personas a cargo de las otras agencias con quienes tengo que tratar como iguales. Tsumugi-kun es uno de los líderes de otra agencia.”
“Ehh, soy más un ayudante, no llego a tu mismo nivel,” admitió con humildad.
“Incluso los ayudantes son quienes ayudan con muchas labores importantes, no le quitaría crédito, en especial porque muchas veces se encargan de temas que nadie más quisiera hacer,” Eichi sonrió gustosamente. “Un viejo amigo es el principal encargado de la disciplina y seguridad dentro de ES y nadie podría hacer tal arduo trabajo mejor que él.”
“Escuchar ello de ti significa que realmente es una persona muy hábil, Eichi-san,” Monoyoshi se impresionó.
“Lo debe ser, aunque por la forma en que se expresa pareciera que disfrutara que su amigo sea quien se encargue de aquel rol…” Naoto llevó una mano a su mentón.
“Tan perceptiva como siempre, Nao-chan. Ecchan sí es un travieso tirano en ocasiones,” Ritsu se encogió de hombros y frunció el ceño. “Hemos hecho mucho preámbulo. Tengo sed.”
“Fufu, tienes razón, podemos seguir hablando en la mesa, debería ser un mejor anfitrión,” concluyó Eichi.

IA y los demás en su grupo llegaron a una mesa cercana a un frondoso árbol que les proveía de sombra y cerca de la barra de postres, cortesía de Sakuya. La muy atenta empleada comenzó a recitar los bocadillos disponibles, cuando se les acercó una persona del grupo de catering.

“Oh…” Mitsutada se mostró impresionado. “Usted es muy conocedora sobre nuestro menú de hoy. ¿Qué puedo decir?” hizo una venia y sonrió con humildad. “Me siento honorado.”
“Por el contrario,” Sakuya esbozó una corta sonrisa. “Agradezco la atención a todos los presentes. Así sé que mis señoritas gozan de un menú lleno de comida variada y de calidad.”
“Me parece que sus señoritas son muy afortunadas de contar con usted. Si me lo permite, vine a asegurarme que los presentes de esta mesa cuenten con la información y la atención necesaria, aunque evidentemente me han ganado.”
“Oh, más bien,” IA se puso de pie a manera de llamar la atención. “Señor, ¿sería usted tan amable de atender a Sakuya? Ella siempre cuida de mí y quisiera que alguien tome su pedido.”
“IA-sama, no es necesario,” la peliplateada se sorprendió un poco. “Agradezco su preocupación, pero soy apta para encargarme de ustedes y yo misma.”
“Pero…” la princesa hizo un puchero.
“No quisiera forzar a una invitada al evento de recibir auxilio que no ha pedido,” el peliazul se vio entretenido. “Sin embargo, con mucho gusto puedo encargarme de sus dos compañeros. Si ello le facilita su servicio a sus señoritas, es lo menos que puedo hacer.”
“Entiendo lo que dice…” Sakuya sonrió con cierta perspicacia. “Me pone en un predicamento, estimado señor. Casi pareciera que no fuera capaz de atender a cuatro personas.”
“No insinúo ello, noto la habilidad que posee…” contestó impresionado.
“Fufu, descuide, sólo bromeaba,” pese a sus palabras, la Princess se mostró amena y un tanto entretenida. “Si aquella es su buena voluntad dirigida hacia mí, no me atrevería a rechazarla. Le agradezco por velar por mi vocación.”
“Hm… IA, ¿qué acaba de suceder?” preguntó Mayu a su hermana, en voz baja.
“Suena a que el señor ha cuidado de Sakuya al cuidar de su rol y dejarle que nos cuide… en verdad no entiendo…” la mayor negó algo saturada.
“Haha, vamos, no me llamen señor que no soy tan mayor, todavía estoy en la universidad,” dicho esto, él se dirigió a los chicos. “¿Qué aperitivo desean probar? Podría darles unas recomendaciones si las necesitan.”
“Eh, me gustaría oír algunas…” comenzó Kotegiri, sonriendo incómodo, aunque no llegó a decir más porque su amigo se emocionó.
“¡Ohhh! ¡Usted se ve muy fuerte!” exclamó Hiiro, impresionado y miró con admiración y atención al recién llegado. “¡Posee un parche sobre un ojo, lo cual sólo puede significar un trofeo de guerra!”
“¿Un trofeo, dices?” Mitsutada rió un poco. “Haha, te aseguro que no es así, pero gracias por ese cumplido…”
“Ehh… Hiiro-kun… es mejor no mencionar esas cosas tan abiertamente…” se lamentó Kotegiri. Por su parte, no evitó intimidarse un poco por ese mismo parche, aunque al ver al mayor en la indumentaria del grupo de catering supo que no tenía que preocuparse.
“No se preocupen, no me siento mal que lo mencionen. Aprecio que sean abiertos,” les aseguró alzando sus palmas. “Mi nombre es Mitsutada y estoy para servirles el día de hoy.”
“¡Sí! ¡No imaginé que en la ciudad también nos daban la oportunidad de aprender de guerreros más experimentados, así que estoy muy agradecido!” exclamó Hiiro, con ojos brillantes.
“Ehm… Hiiro-sama, no es así…” dijo Sakuya, perdidamente.
“¿Qué le pasa a tu amigo?” preguntó Mayu a IA.
“Nada, él es así. Por favor sean pacientes con él,” pidió con cierto reproche.
“Espera, Hiiro-kun, estamos en ES y nuestro entrenamiento es para ser idols,” le recordó Kotegiri, con leve alarma, aunque sin perder su usual paciencia. “No inoportunes a Mitsutada-san, quien está aquí para recomendarnos la merienda.”
“Hmm… es cierto que hay mucho que elegir,” Hiiro llevó una mano a su mentón y se vio ensimismado. “Con tanta oferta ya no sé cuál alimento es el más saludable para mí ni en qué dosis. ¿Entonces Mitsutada-san es un maestro de la comida?”
“Eh, no precisamente, Hiiro-kun… ¿cómo te lo explico…?”
“Entiendo que recién acabas de llegar a la ciudad,” por su parte, Mitsutada mantuvo su amable carisma y atención. “No te preocupes, si lo que deseas es una merienda balanceada, tengo un plato que te caerá perfectamente y podría darte algunas recomendaciones para la rutina.”
“¡Muchas gracias, usted es muy amable!” Hiiro de nuevo se emocionó y asintió con fuerza. “¡Prometo que seguiré sus consejos!”

Si bien continuaba con mucho que aprender y a lo que adaptarse, Hiiro podía contar con la buena disposición de muchos a su alrededor. Así, Mitsutada dio un par de recomendaciones a Kotegiri en lo que Sakuya tomaba los pedidos de las hermanas y en poco tiempo ambos se excusaron para proveerles de sus pedidos.

No pasó ni un minuto y Mayu se puso a mirar a su alrededor, para entonces ponerse de pie.

“¿A dónde vas?” preguntó IA, confundida.
“Hm… quería ver algo…” contestó sin dejar de mirar a algún punto aleatorio. “Ahora vuelvo.”
“No te alejes mucho, por favor.”
“Está bien, ahora sé dónde estás, no me escaparé,” Mayu asintió y se fue caminando.
“…” IA se quedó mirándole, pero su hermanita se perdió entre las varias personas ocupando mesas y varios otros poniéndose de pie para escoger personalmente del buffet.
“Eh, veo que estás muy al pendiente de tu hermana,” observó Kotegiri, sonriente.
“Supongo a veces lo hago mucho, pero Mayu siempre ha sido muy distraída y le gusta irse por su cuenta. Me sabe mal que se levante ni bien se aseguró que Sakuya no la tenía en la mira,” IA dio un suspiro. “No sé qué tendrá en mente.”
“Podemos ir a buscarle,” sugirió Hiiro.
“No, está bien, si lo hacemos luego no nos volverá a acompañar,” IA sonrió apenada. “Lamento incomodarles con esto. Tendré que creer en sus palabras.”



En la entrada de ES, una recepcionista se encontraba organizando unos papeles, cuando entonces vio a una chica de cabellos azules y lentes oscuros ingresar al ambiente. Ella se acercó al counter, sonrió autosuficiente y se sacó las gafas.

“Buenas tardes, lamento la demora, pero ya estoy aquí,” afirmó segura de sí misma.
“Buenas tardes…” la asistente ladeó un poco la cabeza. “Disculpe, pero… ¿tiene alguna reunión? ¿Está buscando a alguien?”
“Entiendo que el evento para los nuevos miembros a ES ocurre en este mismo instante,” declaró y ensanchó su sonrisa en lo que sacaba un carnet. “Pues bien, como nueva integrante de Starmaker he venido para ser parte del mismo.”
“Ya… veo…” no tardó en notar la gran desentonación de la actitud de la chica por más que se encontraba garrafalmente tarde a la convocación. Dio un suspiro y se mantuvo atenta a pesar de frustrarse con la recién llegada. “El evento está ocurriendo en este instante en la alameda principal. Entiendo que el líder de Starmaker ya ha dado su discurso…”
“No hay problema, iré a hablar con él personalmente,” dijo entretenida. “Con permiso.”
“Eh…” por más que su carnet le daba la libertad a la chica de adentrarse como cualquier otro invitado, la recepcionista casi quiso negarle el pase por su actitud, aunque sabía que no podía. Sólo podía esperar que no fuera alguien revoltoso.

En la mesa de Eichi, el mismo estaba ocupado y entretenido en lo que conversaba con el protegido más reciente de Tsumugi.

“Suena a que te has acostumbrado muy rápido al Japón,” observó el mayor.
“¡Sí! ¡Sora se siente en casa!” exclamó el pequeño feliz de la vida. “Mi mamá siempre ha practicado el japonés conmigo y anhelé muchos años en venir. Aun así, todavía hay mucho que tengo por aprender, así que sigo las indicaciones de mi maestro y senpai.”
“Fufu, me gusta tu actitud. Percibo que tienes un interés de aprender y obedecer,” Eichi miró a Tsumugi de reojo. “Sin embargo, también noto que posees más actitud y certeza que Aoba-kun aquí. Puede que él tenga algo que aprender de ti.”
“¿Hoho?” Sora ladeó su cabeza.
“Ehh, puede que tengas razón, Eichi-san,” Tsumugi sonrió incómodo. Sabía que Eichi sólo amenizaba con el pequeño y ambos parecían llevarse bien, pero temía el retorno a Rizembool y que Natsume se enterara que su querido kouhai se había amistado con el rubio. Podría tratar de mantenerlo en secreto, de no ser por cierta persona que acababa de unírseles.
“A simple vista se puede ver que Sora-kun es un niño muy prometedor, no podría haber deseado a un pequeño tan adorable en mi entorno~” canturreó Wataru, quien no tuvo problemas ocupando el sitio vacío de respeto (?) al costado de Eichi repentinamente. “Sabía que lo notarías de inmediato, Eichi.”
“Fufu, ciertamente estar en el rol del líder de Starmaker me hace conocer a tantos aspirantes jóvenes que comienzo a ver lo lindos e inocentes que nuestros kouhai pueden ser,” comentó con cierto gusto. “Con respecto a eso, ¿qué es de Tori el día de hoy? Si bien él ya no califica para esta reunión, hubiera gustado verle.”
“Ah, el bueno de Butler-san me comentó que ha tenido unos problemas personales y ha preferido distraerlo con algo menos demandante el día de hoy,” dijo el peliceleste algo apenado. “Considerando la estima que te tiene, supondría que Himegimi se habría distraído mejor a tu costado, pero no puedo pretender saber mejor que su mayordomo.”
“Lo que me dices me preocupa, recordaré comprarle unas galletas especiales para nuestra próxima reunión de té,” Eichi borró su sonrisa momentáneamente y se puso a pensar.
“Eh, Eichi-senpai, ¿todo está bien?” preguntó Sora, con los ojos ampliamente abiertos.
“Oh…” este regresó su atención y sonrió con torpeza. “Lamentablemente no sabría decirlo, pero de tratarse de algo serio, seguramente habría sido comunicado. Por cierto, Tori es mi muy querido kouhai del modo en que tú eres el kouhai de Aoba-kun. Espero hacer que uno de estos días se conozcan.”
“¡Sora también quisiera conocerle! ¡Haha, con mucho gusto!”
“Es verdad que no he tenido la oportunidad de conocer a los dos otros miembros de fine,” observó Tsumugi, impresionado. “También me gustaría mucho.”
“Hm…” Eichi pareció dudarlo un momento, casi como si recién recordara que ese esponjoso peliazul se encontraba ahí. Al final sonrió frustrado. “Supongo podría arreglarse.”
“Hehe, muchas gracias, Eichi-san.”
“Hm…” por su lado, Ritsu estaba recostado sobre la mesa y murmuró entre sueños. “Ecchan obvio que te echó tierrita, e igual te alegras… Aoba-no-oniichan, lo lamento por ti…”
“No es amable que lo digas…” Naoto dio un suspiro, pese a haberlo notado también, pero nuevamente Tsumugi fue inconscientemente feliz de ignorar aquel comentario. Ella miró hacia el otro lado de la mesa, donde Namazuo y Monoyoshi conversaban con un miembro del equipo de catering del día.
“¡Pero qué gran coincidencia vernos aquí!” exclamó Namazuo, contento. “Verte aquí me hace sentirme como en las vacaciones de verano nuevamente.”
“Haha, es una buena manera de decirlo, creo que pienso lo mismo de ti, Namazuo,” Mitsutada se rió un poco. Pasó a dirigirse a Monoyoshi. “¿Y qué te trae por aquí? No esperé que conocieras al maestro de ceremonias.”
“Hehe, creo que, si lo llamas así, Eichi-san no estaría muy contento,” comentó Monoyoshi con leve gracia. “Mi familia es allegada a los Tenshouin, así que lo conozco desde siempre. Me sorprende un poco que Taikogane-san no te lo haya dicho.”
“Sada-chan es el más desconectado de los asuntos familiares entre ustedes, aunque ahora que lo mencionas, tu hermano mayor sí me lo había dicho en algún momento,” Mitsutada se puso a hacer memoria.
“¡Es verdad que ustedes son tres!” exclamó Namazuo, impresionado. “Y Monoyoshi, ¿hay noticias de cuándo vendrá tu misterioso hermano por estos lares?”
“Pues no lo sé, sigue ocupado con sus estudios,” contestó, sonriendo apenado.
“Kikkou dijo que no le falta mucho y verá la posibilidad para terminar con sus proyectos desde aquí,” dijo Mitsutada. “Por cómo es, podría darnos un aviso con apenas días de anticipación.”
“Hehe, lo esperaré, me caen muy bien así que sé que me llevaré con él de maravilla. ¿Y por qué no veo a Taikogane corriendo por aquí hoy?”
“Diría que porque Sada-chan no es un aspirante a idol, pero es verdad que Monoyoshi nos acompaña el día de hoy. Pareciera que todos somos una excepción aquí,” comentó el mayor con leve gracia.
“En verdad que sí. Eichi-san fue muy amable de invitarme,” observó Monoyoshi.
“¡Sí, igual yo!” Namazuo alzó una mano.
“Yo vengo con el grupo de catering de Rizembool. Ahora me siento mal por Sada-chan. Puede que se resienta cuando se entere. Me aseguraré de al menos prepararle una deliciosa merienda y llevársela más tarde.”
“Lo aprecio mucho, Mitsutada-san,” el pelirrosa asintió y sonrió incómodo. “Temo que Taikogane-san se moleste conmigo por algún motivo…”
“Tal vez suelte un berrinche por perderse el evento, pero nunca sería contra ti. Sólo hay que dejarle a que se le pase.”
“Por cierto, ¿quisieras acompañarnos?” preguntó Monoyoshi.
“¡Sí, sí, puedes sentarte a mi costado!” exclamó el Toushirou a mil por hora. “¡Esta es una mesa de boda así que hay suficientes espacios!”
“Haha, gracias por la invitación, pero los pedidos de una mesa que atiendo deben estar listos. Vendré ni bien termine con mis encargos,” asintió. “Con permiso, ahora regreso.”

En ese instante, la recién llegada a ES encontró el espacio donde todos degustaban la merienda de cortesía. Escaneó cada puesto hasta que ubicó a quien buscaba… sin embargo, se sorprendió de encontrarse con una segunda cara conocida en esa misma mesa.

“Como dije, eres libre de ir a darte una siesta, Ritsu-kun,” dijo Eichi, amablemente. “Tienes un espacio en los dorms.”
“No quiero perderme del show, estoy bien…” dijo y de inmediato dio un sonoro bostezo, para sobarse uno de sus ojos. “Uhh… además este pequeño niño se me hace simpático. Aoba-no-oniichan lo escogió muy bien.”
“Yo no lo hice, pero tienes mucha razón. Sora-kun es una bendición en mi vida,” afirmó.
“Fufu, sin duda no me molestaría tener una reunión para tomar el té con él,” Eichi rió un poco. “Me alegra que no se cohíba ante mí, quisiera tener a otro compañero con quien tratar con normalidad e informalidad…”
“Hihi, maestro siempre dice que hay que ser honestos y abiertos. ¡Sora está de acuerdo!” exclamó contento. “¡Si es así, puedo llamarte Ei-chan-senpai!”
“Fufufu, me gusta,” Eichi contuvo una risita.
“Eh…” curiosamente la sonrisa se Tsumugi se contagió de leve nerviosismo.
“Hmm…” Ritsu volvió a echarse cómodamente sobre la mesa y cerró sus ojos. “Aoba-no-oniichan… lo siento mucho por ti…”
“Ritsu-kun, eh…”
“…” Naoto dio un pesado suspiro. “Presiento que mejor no pregunto…”
“Tienes una buena intuición, pero no te preocupes de nada,” comentó Wataru, entretenido. “Entiendo que el que nos acompaña es indestructible. Tu amigo sólo le extendía empatía.”
“…ajá, claro,” alzó una ceja. Sí, no se metería en ese tema.
“Por cierto,” el peliceleste ensanchó su sonrisa y se inclinó un poco hacia ella. “Percibo un exquisito y prístino carisma en tu porte tan recio. ¿No te gustaría unirte a mi club de drama? Algo me dice que encajarías muy bien.”
“¿De dónde salió eso?” ella se sorprendió y pareció cohibirse. “Gracias por el cumplido, pero aquello es ajeno a mi persona. No creo tener el tiempo para hacerlo.”
“Fufu, sólo piénsalo un poco…”



“¡Finalmente llegué!” se anunció Tenshi a sí misma al llegar frente a la mesa. Las conversaciones se cortaron de golpe y todos miraron confundidos a la chica.
“¿Hoho?” Sora ladeó la cabeza.
“¿Ara~?” Wataru le miró con curiosidad. “¿Y a quién tenemos por aquí?”
“Hm…” Eichi se puso a pensar. “Creo haberle visto antes…”
“¿Tenshi-san?” Monoyoshi instintivamente se puso de pie, sorprendido.
“Heh,” ella sonrió con ironía. “Supongo no me sorprende que seas quien me reconoce. ¿Qué haces por aquí? ¿Acaso te animaste a ser un idol?”
“Monoyoshi-kun, ¿quién es esta persona?” preguntó Eichi.
“Ah, Tenshi-san es una prima,” explicó amablemente. “Realmente hace tiempo que no nos vemos y pues, no sabía que iba a venir o que estaba en la ciudad, pero si mal no recuerdo la conociste una vez hace varios años. Es del clan Hinanawi.”
“Oh, sí sé de su clan, por más que no sea allegado al mismo,” se vio intrigado por ello.
“Precisamente, mi nombre es Tenshi Hinanawi y asumo que nos estaremos viendo con mucha frecuencia,” declaró decididamente y portando una sonrisa confiada. “Y bien, ¿de qué me perdí?”
“Si preguntas eso…” Naoto le miró con incomprensión. “Presumo que eres miembro de ES.”
“Ehh…” Tsumugi ya estaba en plan de revisar una larga lista en un pdf en su celular. “¡Ah, sí! Es miembro de Starmaker.”
“¡Ah, pero qué buenas noticias!” para variar, Wataru se puso de pie y se levantó para darle la bienvenida a la chica. “¡Debo admitir que me has cautivado! Posees una gran presencia y seguridad que iría excelentemente con mi club de drama! Pues, mi estimada, este evento es para aclimatar a los pawadanes a ES y ofrecerles trabajos. ¿Quisieras unirte a mis voluntarios?”
“¿Eh? ¿Club de drama?” Tenshi se vio escéptica. “En sí no estoy aquí para actuar, pero…” sacudió su cabeza y sonrió con aprobación. “Reconozco tu buena voluntad, me daré una vuelta a ver las opciones, pero desde ya considérame interesada. ¿Tú eres…?”
“Soy tu Hibiki Wataru para servirte,” hizo una pronunciada reverencia.
“Bueno, Hibiki Wataru, me harías un gran servicio si me invitas a tomar asiento con ustedes. ¿Qué mejor compañía que ustedes?”
“¿Cómo no? Con tu primo y Eichi ya conociéndote, estoy completamente de acuerdo,” de inmediato jaló una silla, justo una vacía al costado de Monoyoshi.

Ella aceptó y tomó asiento sonriente y con la cabeza en alto como quien era recibida el homenaje de una reina. Justo en ese momento, Mitsutada acababa de regresar. Este había querido acudir donde el Sadamune, aunque el mismo Eichi le levantó la mano.

“Dígame, ¿qué se le ofrece?” preguntó atentamente y con una sonrisa profesional.
“No creo que sea necesario que me hables así, Mitsutada-kun. Nos conocemos por Kikkou-kun,” Eichi dio un pesado suspiro. “Dime… ¿es que acaso todos los miembros de esa familia salvo Monoyoshi-kun son unos chiflados?”
“Pues…” sonrió incómodo. Podía imaginar por qué Eichi no le había pasado la voz a Taikogane. “Veo que es así como les ve…”
“Ah, Mitsu, qué sorpresa,” Tenshi se impresionó un poco. “¿Y Taiko? Él siempre andaba pegado a ti.”
“Lamentablemente no ha venido hoy,” sonrió entretenido. “Heh, es un lindo apodo el que le has puesto. Espero que puedas ir a visitarle pronto.”
“Pienso hacerlo mañana, tengo todavía muchas cosas que ver. Entre eso,” ella miró a Monoyoshi. “Empiezo mañana en tu colegio y pedí que me pusieran en tu salón.”
“¿Vas a estudiar en Hanasaki?” preguntó.
“¡Oh, oh, entonces conocerás a mi precioso Gokotai!” Namazuo se emocionó. “¡Bienvenida a Hanasaki! ¡Hanasaki power!”
“¿No estás en Rizembool con nosotros?” le cuestionó Naoto.
“Fufu, nunca cambies, Nama-kun,” Ritsu rió en voz baja.
“Eh… un momento,” Sorita se mostró perdido. “Micchan… ¿verdad? Si entiendo bien… Sada-chan, Taiko, Taikogane-san… ¿hablamos del mismo Sada-chan?”
“Ah, por supuesto, tú eres el amigo de Sada-chan, recuerdo que visitaste el restaurante en Rizembool donde trabajo,” contestó de buenos ánimos. “Precisamente. Monoyoshi es un hermano mayor de Sada-chan.”
“¡Qué coincidencia!” exclamó y se dirigió a Monoyoshi. “¡Mucho gusto, onii-san de Sada-chan! Hehe, tienen colores distintos pero muy lindos.”
“Eh, un gusto también, muchas gracias por ser amigo de Taikogane-san…” Monoyoshi sonrió, poco a poco perdiéndose por la cantidad de detalles que se seguían sumando en medio de todos los presentes.
“Por cierto, Tenshi, ya que acabas de llegar, podría traerte algo de comer,” se ofreció Mitsutada.
“No es necesario, no tengo hambre todavía, prefiero hablar con ustedes,” ella se encogió de hombros.
“Sí, seguro tienes muchas preguntas sobre el evento de hoy y con gusto te puedo ayudar,” Tsumugi asintió contento. “He sido uno de los organizadores.”
“Claro, claro, gracias, pero tenía algo más en mente,” dicho esto, Tenshi nuevamente se dirigió a su primo, con cierto aire entretenido y demandante. “Aquí entre nos, ¿es verdad que hace un par de días te pusiste a pelear contra un Rebel en nuestro colegio?”
“¿Eh?” Monoyoshi se quedó en blanco y se puso nervioso. “T-Tenshi-san, yo…”
“¿Perdón?” Eichi se sorprendió.
“¿En serio?” preguntó Naoto.
“¡Oh sí!” Namazuo se puso de pie y terminó por abrazar a Monoyoshi desde atrás. “¡Verdad que te debía unas tremendas gracias y un apachurrón por proteger a mi Gokotai~!”
“Monoyoshi, ¿en verdad?” Mitsutada de inmediato se preocupó.
“P-por favor no le diga a Kikkou-san o a mis padres, Mitsutada-san…” dijo con dificultad en lo que Namazuo lo zarandeaba. “Ehm… Tenshi-san… ¿cómo así oyó eso?”
“¿Cómo así? Pero por supuesto,” Tenshi se apuntó a sí misma y se hizo aires. “Hehe, hablas con la más reciente HiME de Hanasaki. Por supuesto que oí sobre lo que pasó.”
“¿H-HiME?” palideció.
“¿Eh? ¿Una HiME?” hasta Ritsu apenas levantó su mirada para verle.
“No sé por qué no me sorprende…” Eichi se frustró.
“¡Pero qué fenomenal!” a diferencia del resto, Wataru saltó encima de la felizmente amplia e inmutable mesa para celebrar. “¡Ya decía que nuestra nueva amiga poseía un aura de poder y certeza que le quedaría muy bien a una guerrera legendaria! ¡Mis felicitaciones por tu selección y felicitaciones a Hanasaki por elegir una HiME a quien sí le va el rol!”
“¡Haha, qué lindo eres!” Tenshi se rió con ganas.
“¡¿Quién diría que tendríamos a una HiME y a un Rebel en una misma mesa por accidente?!” cuestionó Namazuo, tal vez el único otro alegre de la revelación. “¡Ritsu-chan, mira a tu antítesis! ¡Podrían darse una pelea de práctica aquí mismo!”
“Tsk, no lo hagan, destrozarían todo,” Naoto se impacientó. “Eichi te invitó. ¿Así le pagas?”
“Yo ni he aceptado, Nao-chan,” Ritsu dio un sonoro bostezo.
“¿Un Rebel tú? No te ves amenazante,” la peliazul alzó una ceja. “Pero te ves como una persona decente. ¿Te animas a pelear?”
“Hmm…” desvió su mirada, todavía recostado sobre sus brazos doblados, con desinterés. “Tengo sueño, eres muy ruidosa. Muérete…”
“¿Ah?” le miró con fastidio. “¿Qué fue eso?”
“Ritsu-chan tiene un récord de terribles primeras impresiones, eh, perdónalo, por favor…” dijo Namazuo, sonriendo incómodo.
“Esperen, regresemos al tema. ¿Cómo así Monoyoshi-kun peleó contra un Rebel?”
“Eh, Eichi-san, siento mucho no habérselo dicho, sólo no quería incomodarle con el asunto…” Monoyoshi se soltó de Namazuo. “Lo lamento…”
“Nos vimos ayer, hubiéramos podido hablarlo mejor,” dijo con cierta decepción y fastidio.
“Lo hizo con buenas intenciones, ehh… mi hermanito estaba en peligro y lo defendió de ese Rebel malo que lo amenazaba,” dijo Namazuo, apuradamente. “Creo que conocemos bien a nuestro amiguito para saber qué él es una santa paloma que no lastimaría a nadie…”

Entonces, una persona más se terminó sumando a ese grupo.

“Ah, ahí estabas,” dijo Mayu, acercándose a Monoyoshi.
“Oh, Mayu-san, buenas tardes,” le saludó, sorprendido. “¿Qué te trae por aquí?”
“Soy nueva a ES, asuntos formales,” dijo con desinterés. “Más bien te buscaba para algo importante.”
“Claro, ¿qué necesitas?”
“¿Me puedes contar cómo así peleaste contra ese Rebel el otro día?” preguntó y una pequeña y traviesa sonrisa se dibujó en su rostro. “No pensé que tenías ese lado agresivo en ti, pero ahora que lo sé te tengo mayor respeto.”
“Ehh…” ya veía que no podía intentar desviar el tema.
“Oh, ¿estuviste ahí?” preguntó Tenshi. “Monoyoshi aquí no quiere decirnos, pero entiendo que se defendió de un Rebel.”
“No, más que eso…” dicho esto, Mayu sacó su celular. “Miren, una compañera de salón lo grabó desde el primer piso. Tienen que verlo.”
“¿H-hay un video?” el pelirrosa se espantó.

No llegó a pararlo y todos pudieron ver una grabación del Rebel amenazando a Gokotai, cuando entonces Monoyoshi llegó con un tubo para pelear contra el invasor y siguió un intercambio de ataques bastante intenso.

“…” Eichi no se veía nada complacido.
“No puede ser…” Mitsutada sacudió su cabeza repetidamente, afligido.
“Huhu…” Sorita se ocultó a medias detrás de Tsumugi. “Ese Rebel da miedo…”
“¡Pero qué ferocidad guardaba este pequeño caramelito de melón! ¡Totalmente una pelea digna para los mejores escenarios! ¡Y la grabación no está nada mal, será de un teléfono de última generación! Amazing!!” exclamó Wataru.
“Disculpe, ¿podría bajarse de la mesa, por favor?” pidió Naoto, frustrada.
“Sin duda sabes pelear y supiste cómo comenzar con el ataque,” Mayu asintió con ánimos. “No pensé que encontraría a peleadores en Hanasaki, es una grata sorpresa.”
“Ehh…”
“Oye, ¿podrías pasarme ese video?” preguntó Tenshi, entretenida por todo el asunto. “Tengo a un primito a quien tengo que mostrárselo.”
“Claro.”
“Y justo decía que eras el único cuerdo de tu familia…” Eichi negó un par de veces. “Tenemos mucho de qué hablar cuando salgamos de aquí.”
“S-sí…”
“¡Yo también quiero la grabación! ¡Quiero mostrarla a mis hermanitos!” exclamó Namazuo.
“¡P-por favor no!” Monoyoshi siguió angustiándose.
“Oh,” Mayu alzó su mirada y agitó una mano al ver a IA y Sakuya acercarse. “¡Hola, vengan por aquí! ¡Este es un compañero de clase! ¡Peleó contra un Rebel!”
“Ahh…” finalmente sólo le quedó enterrar su rostro en sus palmas.

Le tocaba soportar un poco más de todo el asunto y esperar que los demás no se molestaran mucho con él. Iba a ser suficiente recibir la llamada de atención de Eichi que le esperaba.




Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #887: December 31, 2022, 10:42:38 PM »
Aqui con ficku

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En la mansión de la casa de Arjuna…

María y Tsubasa se encontraban conversando acerca de su próximo debut como solista en el concierto de Trigger, la peliazul aún no estaba convencida para volver a pararse en el escenario y cantar enfrente de las demás personas, después de su última presentación que tuvo junto a la misma María y junto a Naru.

No tienes porque dudar mi querida Tsubasa, conmigo como tu manager volverás a tener el brillo que poseías cuando estabas en la época de Knights , además elegimos también a Trigger que es un grupo igual de popular que Knights y van a volver a realizar sus conciertos en su gira de regreso, así que vamos a tener que dar la vuelta por todo Japón junto a ellos

En realidad no quisiera tener que salir porque hay muchas cosas que tengo que hacer, como cumplir mi deber como Hime y preguntarle a Ou…a Leo-san porque decidió ir contra mi y volverse mi enemigo, además también quiero buscar a
Mafuyu, tengo tantas cosas que hacer que no debería de preocuparme en volver a mi carrera de cantante

Se que son varias cosas en las cuales tenemos que preocuparnos, pero recuerda lo que te han dicho, necesitas relajarte y concentrarte por el momento en cosas que te gustan, se que tenemos muchos problemas pero lo vamos a resolver juntos, porque tu no estas sola en esto, nos tienes a Riolu, Naru, Yamanbagiri , Tsukasa-kun y a mí. Así que entre todos hemos elegido que primero eres tú y nosotros nos encargaremos en hacer todo lo demás.

También me preocupa que Naru-chan se haya vuelto Hime, no pensé que también quisiera ir a pelear contra los Rebels, al final terminé involucrando a varias personas- suspiro pesadamente-soy un desastre como protectora

Naru quiso ser Hime debido a su convicción de querer proteger a los demás no lo hizo forzada porque tu eres Hime y todos los demás también estamos de tu lado, pese a que Sena , Ritsu y el tonto de Leo estén del otro lado quizás también tienen sus propios motivos así que no te eches la culpa , ya deja de culparte de todo.

Maria-san…deacuerdo, entonces acepto los sentimientos de todos y retomaré mi carrera de cantante para no preocuparlos a todos, también prometo que haré todo lo posible para volver a encontrarme con mi hermano Mafuyu

Esa es la actitud Tsubasa…- le da unas palmadas en la espalda- ahora vamos a encontrarnos con los chicos de Trigger para empezar a preparar nuestro primer concierto-

Deacuerdo…podemos ir con Yamanbagiri? Dijo que le avisara en cuanto tenga que salir a hacer alguna diligencia para cuidarme porque después de la ultima pelea está muy preocupado por mi-

No creo que nos pueda acompañar porque cuando llegue vi que Nero-san estaba entrenándolo y me dijo que no lo iba a soltar hasta el día de mañana...creo que me pareció muy increíble, hasta me dio lastima por él-

Nero-san tiene un carácter muy especial, también apenas pude con su régimen hasta que el príncipe Arjuna le dijo que por el momento dejara de entrenarme…-

Creo que ha sido una buena idea por el momento es mejor enfocarnos en el espectáculo…-

Mañana hablaré con Arjuna-sama para poder dejar que nos acompañe porque Yamanbagiri-kun necesita descansar, mañana quiero ir a ver a Midare-kun, crees que podemos hacer un espacio para poder ir a visitarlo??-

No creo que haya problema, porque dentro de 3 dias vas a tener que ir a la agencia de Trigger para poder empezar a practicar las coreografías con ellos-

Muchas gracias Maria-san, es que tengo muchas cosas que hablar con él , estoy preocupada por él desde el incidente con Enoshima Juko, en serio es una persona muy peligrosa y Midare-kun a tenido mucha suerte de salir vivo …-

Las ultimas noticias que sé acerca de él fue que esta viviendo con su familia, los prestigiosos Toushiro, así que esta bien protegido además esta super querido por la cantidad de hermanos que tiene…-rascandose la barbilla-creo que son como 10 o algo más- rio divertida-

Eso me da gusto, de que tenga una familia en la cual pueda apoyarse, igualmente quiero estar frente a él para poder conversar y agradecerle todas las cosas que ha hecho por mí, además de entrenarme.

Vez que tienes a tantas personas que te quieren? Así que espero que no te entre la depresión y pienses que estas sola…-

Gracias por tus palabras Maria-san…bueno hagamos lo que tenemos que hacer,vamos a buscar a los chicos de Trigger para poder saludarlos en persona-

Esa es la actitud…ahora mismo voy a mandar a preparar el auto para irnos a encontrarnos con ellos-

Deacuerdo…-

Cuando Tsubasa iba a acercarse a su habitación para empezar a alistarse se encontró con Arjuna

Como te sientes el día de hoy Tsubasa??...-

Me siento mucho mejor que ayer, podría decir que tengo más ánimos para salir y hacer muchas cosas-

Me alegra saber eso, aprovecha en disfrutar las cosas que te gustan antes de tener que volver a ponerte seria para volver a luchar.

Por favor príncipe no me deprima a la chica o sino me va a costar nuevamente animarla-

Gracias por ayudarla Maria…-

No es nada, es un placer, después de todo Tsubasa es una amiga muy querida de la infancia-

Lo sé lo sé…-

Bueno Maria-san y Arjuna-sama me iré a cambiar para poder salir…-se retiro a su habitación-

Por favor Arjuna no te pongas tan intenso con ella porque Tsubasa es cualquier cosa pero nada romántica, quizás con el tonto de Leo, pero contigo es diferente, para ella eres solo un apreciado príncipe al cual debe de proteger-

Eso lo sé, igual puedo esperar pacientemente hasta que Tsubasa se de cuenta que soy mucho mejor partida que ese tonto “Rey” que no supo valorarla y protegerla como debe-

Pero a ella le gustan ese tipo de personas…-rio suavemente-Desde que la conozco siempre ha sido así, así que te deseo mucha suerte…-

Y claro que la tendré porque ella al final se quedará a mi lado y lo dejará atrás-
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matta ne!!!

Feliz año a todas!!!


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #888: January 01, 2023, 12:48:09 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 600 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 6189 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1023 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #889: January 22, 2023, 07:57:31 PM »
Finalmente termino este fic uhh...

108.3.





Megumi había seguido con su horario del día y se encontraba en un área en el subterráneo dedicada al entrenamiento del personal de Rizembool. El joven ocupaba un cubículo largo cubierto con lunas protectoras y había una serie de pequeños objetivos al otro extremo. A diferencia de lo que se esperaría de un área de tiro al blanco, el pelinegro concentraba sus energías para apuntar a cada uno de dichos blancos a distancia. No había un proyectil, más bien su oscuro poder se manifestaba rodeando a sus objetivos.

Cada vez que terminaba un supuesto ataque, miraba una pantalla con varios números y cómo estos oscilaban antes de volver a hacer otro ensayo.

Por su parte, Shion yacía sentada sobre el piso y apoyada a una de las lunas que delimitaban el lugar. Se había quedado en el plan de observadora por un rato prolongado e imitando la atención del pequeño que iba entre los blancos y la pantalla, pero fallaba en entender. Se quedó mirando a dichos pequeños blancos al otro extremo del espacio, pero pasó un largo rato sin observar otra acción del menor, así que le observó. Notó que Megumi estaba enfocado en sus dedos y los palpaba entre sí. Entonces, este la notó y le regresó la mirada.

“Ehh, p-perdón, no quiero distraerte,” la peliazul se retrajo inmediatamente.
“No, no me distraes, no te disculpes,” negó tranquilo. Todavía no se acostumbrada a la actitud cohibida y nerviosa de su acompañante. “Es sólo que debes estar aburrida. Mi entrenamiento no es particularmente interesante.”
“M-más bien… me causa interés. No entiendo qué es lo que haces,” regresó a mirar la pantalla en la pared. “Veo que esos números cambian cada vez que usas tus poderes… ¿están midiendo algo?”
“Pues, son el resultado de una medición,” Megumi asintió, también mirando a dicho lugar. “Como bien debes saber, las maldiciones son causadas por una vibra o energía. Estas carecen en muchos casos visibilidad e incluso no necesitan de un medio para viajar. Por ello, son difíciles de detectar y detener. Si bien ello posee grandes ventajas, también lo hace un poder complejo de visualizar y refinar,” volvió a mirar sus dedos. “Llevo tiempo practicando una manera de controlar al alcance y precisión de mis habilidades. Intento concentrarme en mis dedos y hacer una imagen mental de alcanzar a mi objetivo con ellos a distancia. Sin embargo… estos blancos son sensores que están detectando que mi poder los está alcanzando a casi todos, cuando sólo intento a afectar a uno de ellos.”
“Hm…” Shion asintió. “Veía menos variables al inicio.”
“Sí, yo también.”
“Tal vez has trabajado mucho hoy, deberías descansar.”
“No…” Megumi negó. “No estoy cansado, apenas comienzo. Estoy usando tan poco poder para practicar mi precisión que ese no es el problema…”
“Hm…”
“Tal vez no me estoy concentrando lo suficiente o necesito mayor concentración…”
“Megumi…” Shion ladeó su cabeza. “¿Siempre entrenas en este mismo espacio?”
“…no, suelo ir a otros cubículos con mayor espacio, pero hoy estaban reservados,” contestó con cierta duda, ensimismado. “¿Crees que el ambiente esté afectando mis resultados? Los encargados del área me presentaron los certificados de calibración de los sensores.”
“Lo digo porque, pese a que dices que nuestro poder es difícil de detener, este cubículo parece poder hacerlo.”
“¿Cómo así?”
“Hay restos de maldiciones que nos rodean, ¿no te has dado cuenta?”
“¿Perdón?” se sorprendió. Miró a sus alrededores, pero nada. No podía ni sentirlo. “Shion-san… tú… ¿puedes detectarlo?”
“Es como una pelusa, eh… no sé cómo explicarlo,” ella sonrió incómoda. “Si pasas tus dedos por el aire tal vez lo captes.”
“Eh…” Megumi seguía sorprendido. Volvió a mirar sus dedos, inseguro de ello, aunque no tardó en ver a la otra levantar su mano derecha. Precisamente, pareció como si intentara agarrar una telaraña invisible suspendida en el aire, y sorprendentemente, empezó a ver unos hilos muy finos aparecer rodeando sus dedos, para repentinamente transformarse en unas llamas pequeñas muy similares a las que rodeaban sus cabellos.
“Hehe, hace cosquillas,” la peliazul miró su mano rodeada de esas raras llamitas que casi parecían bailar sobre su piel.
“…” sin salir de su asombro, hizo la prueba. No notó nada de inmediato, aunque sí llegó a ver un poco de oscuridad repentinamente. Apenas la vio, se disipó, no sin antes notar cómo esos restos de maldiciones se dirigieron hacia la chica. Podía ver que era un imán. “Shion-san… ehm… no sé qué tan prudente sea que lo agarres…”
“¡V-verdad!” ella recordó el collar limitador que tenía puesto y de inmediato sacudió su mano hasta que dicha maldición se apagó. “L-lo siento, el doctor me dijo claramente que no usara mis poderes, p-pero yo…”
“No creo que realmente cuente, además, me has dado una lección,” asintió decidido. “Debo estar atento a la posible acumulación de mis maldiciones. Debo desarrollar la sensibilidad para detectarlas y poder recolectarlas como tú lo has hecho.”
“S-sí…”
“Es evidente que tengo mucho que aprender de ti.”
“Eh, más bien…” ella bajó su mirada y sonrió avergonzada. “Escucharte hablar de controlar el alcance de las maldiciones… yo nunca hubiera imaginado que algo así sería posible. Si no es mucha molestia…” asintió y se vio contenta. “Quisiera que me enseñes a hacerlo.”
“…” volvió a sorprenderse. No hubiera esperado oír ello de la supuesta experta, tampoco el hecho que Shion realmente era alguien tan simple y humilde para admitirlo así. Se frustró un poco, aunque sonrió tranquilo. “Veré qué puedo hacer. Eres una buena persona, Shion-san.”
“¿Eh? ¿Por qué lo dices?” se confundió.
“No, no es nada. Sólo pensar que alguien mayor que yo me diría eso.”
“Eh, sí hablo en serio. Que seas joven no tiene que ver con el asunto.”
“Lo sé, eres sincera al respecto…”

Mientras tanto, Hannya observaba a ese par de lejos, en un nivel más alto que servía como una torre de control de los cubículos. Ese rubio no despegaba su atención de ese par.

“Hm, parecen unos niños, heh, al menos uno de ellos lo es,” comentó Tsurumaru, quien traía consigo un par de latas de gaseosa. Vio cómo el rubio frunció el ceño al oír su voz. “¿Dirás algo como ‘qué ilusos que son’ o por el estilo?”
“¿Por quién me tomas tú?” se quejó impaciente y le miró de reojo.
“Creo haberte visto lo suficiente para saber cómo detestas a la gente optimista o perfecta, y te gusta alardear de la crueldad de donde vivimos,” se encogió de hombros.
“Apenas conoces lo más superficial de mí,” volvió a mirar a ese par. Parecía que Megumi se encontraba hablando por el teléfono del cubículo con algún supervisor. Hannya se notaba curiosamente callado y pensativo. “…sí parecen unos niños, y ese chico… él no es como los demás que vienen de afuera, que tienen sus raíces entre los privilegiados de Rizembool y nos pueden pisotear a los demás… a él sí parece importarle.”
“Imagino que sí, si es por él que nuestra kouhai ha podido salir de su encierro.”
“Siempre pudo haberlo hecho para sacar provecho de su habilidad y luego encerrarla de nuevo sin pensarlo dos veces,” rodó los ojos, adoptando indiferencia. “Pues se llevan bien y no pensé ver a Shion-chan tan alegre. Bien por ella.”
“Haha, digo lo mismo, me alegro, aunque no te ves muy contento, Hannya.”
“Para empezar, ¿qué haces llamándola ‘nuestra kouhai’?” reclamó colérico. “Tú y yo no somos amigos. No creas que me olvidaré de lo odioso que has sido conmigo.”
“¿De dónde vino eso?” Tsurumaru se mostró genuinamente sorprendido.
“Nuevamente, alguien con mayores privilegios pisoteando a otra persona y sin darse cuenta de lo que hace…” resopló. Entrecerró los ojos. “Es sólo… no sé, lo que veo de ellos dos no me fastidia, pero me frustra. Nada más.”
“La frustración no tiene por qué ser mala, creo que lo puedo entender…” sí le vio desilusionado. Hannya realmente parecía ser aquel ser contrario que festejaba lo negativo de la sociedad y detestaba a lo ‘perfecto’, aunque dicha frustración le daba curiosidad. “Por cierto, te traje una gaseosa. ¿Quieres?”
“¿Por qué? No tenías que molestarte,” alzó una ceja. “¿Qué quieres de mí?”
“Haha, sólo que conversemos un poco. Tu antipatía hacia mí es evidente,” Tsurumaru tomó asiento y dejó la otra lata de gaseosa sobre el muro frente a los cubículos de práctica. Procedió a abrir su bebida. “Ambos venimos de la misma área de Rizembool, por así llamarlo, bajo el mismo mandamás, así que quisiera hablar al respecto. Podremos estar atendiendo el caso de Shion, pero tú también fuiste encarcelado como ella. Quiero saber qué ocurrió.”
“Tsk, insana curiosidad, sabía que no te preocupabas por mí.”
“Oye, oye, ¿de dónde viene esa reacción?”
“Es la verdad, ¿no? Quieres saber qué clase de antipatía te tengo y qué podrías tener que ver en todo este asunto. No me importa lo que tú quieras decirme ahora, pero siendo honesto, a tu versión del pasado, te daba igual lo que pudiera sucederme, ¿no es así?”
“…”
“Si en verdad quieres hablarme entonces sé sincero y admítelo.”
“Tienes razón, no me importaste en lo absoluto, ¿qué te voy a decir?” admitió tranquilo.
“Tch…” Hannya arrugó su rostro.
“Admito lo que ya sabes e igual te fastidia. Es algo que pude haberte cuestionado sin ningún interés… pero hoy en día ando más al pendiente de cómo se sienten los demás. Sé que fastidia escuchar cosas desagradables por más que se sepan. Convertirme en un senpai de la gente común me ha hecho darme cuenta de muchas cosas,” admitió con humildad y tranquilidad, encogiéndose de hombros. “Con respecto a tu encierro, yo no tuve nada que ver. No sé cuándo habrá sido y nunca estuve en una posición de poder para disponer de otras personas. Realmente,” le miró con intriga. “Tú y yo apenas sabíamos de la existencia mutua, no fui cercano a ti, ni trabajamos en la misma área. ¿Qué habré hecho para ganarme ese odio que me traes?”
“¿Realmente lo tienes que preguntar?” comprimió sus puños.
“…” Tsurumaru se mantuvo inmutado, mirándole con atención. “Será por esa única vez que nos cruzamos, hace cinco años, cuando quisiste herir a Monoyon y yo te detuve. Apenas fue un instante, pero pareces haberme agarrado antipatía por algo tan poco personal.”
“Dices que no es personal…” se estremeció de cólera. “Tú no sabes nada…”
“Vaya…” dio un suspiro, sonriendo frustrado. “De la manera en que la pobre de Shion se estremeció al verme, a pesar de que yo apenas sabía que ella existía… ¿es algo así? Ciertamente fui más resaltante que la mayoría en nuestro previo entorno. Me odias por algún tipo de relación parasocial que has desarrollado conmigo, me proyectaste algo y luego de nuestro encuentro te convenciste de aborrecerme… es lo único que puedo adivinar.”
“Tsk…” miró desdichado al piso. “Te metiste en medio de mi proyecto. Ese kouhai tuyo estaba fuera de lugar…”
“Heh, por como lo veas, Monoyon no hizo más que defender a una persona sin vínculos a la guerra de ti. Es gracioso cómo la historia se repite, ¿no? Fue lo que ocurrió esta semana,” sonrió entretenido. “Por como yo lo veo, tú eres quien sobrepasó sus límites. No tienes autoridad para meter a gente inocente a la guerra como intentaste hacerlo.”
“Ni que tú hubieras buscado corregirme.”
“Obvio que no, sólo no quise que lastimaras a mi lindo kouhai. Ambos fuimos irracionales y caprichosos y estuvimos en contra esa vez. No es nada más que eso.”
“No… no es tan simple…” Hannya continuaba con la cabeza gacha y contrariado, pero se le notaba más tranquilo que antes. Hubo un momento de silencio y el rubio sonó agobiado, pero extrañamente resignado. “Veo que sí lo es en tu parecer… somos iguales, dices. Tuvimos motivos personales para hacer lo que hicimos, te molestaste conmigo y me detuviste cuando sobrepasé los límites a tu parecer…” volvió a mirarle, con fastidio y cierto rencor. “Tsk, eres quien ganó en una riña donde teníamos la misma forma de pensar. Por supuesto que todo está bien para ti y mal para mí.”
“Sí, hace perfecto sentido,” dijo distraídamente y sonrió indistinto. “Sin embargo, parece haber más detrás de esas palabras.”
“Tsk, metiche…” espetó y desvió su mirada. Hubo otro corto silencio. “…ya lo sé, no quiero admitirlo, pero sé que no fuiste tú quien hizo que me encerraran. Esto se trata de lo que representaste en ese momento…” entrecerró los ojos. “Nunca olvidaré las palabras que me dijiste en nuestro enfrentamiento… ¿las recordarás?”
“Vaya, quisiera hacerlo, pero no creo saberlas del todo… veamos,” lo meditó con su actitud animada y juguetona. “Te habré observado lo imprudente de tus acciones, o algo así…”
“‘…eres ruidoso, no causas más que problemas, ese superior a quien tanto intentas impresionar no dudará en deshacerse de ti… a mi parecer, no te queda mucho tiempo, Hannya…’” narró con una voz sombría y tranquila.
“…” el peliblanco le observó con una mínima sorpresa.
“Mi encierro ocurrió poco después de nuestro enfrentamiento y cuando supliqué por piedad… aquel monstruo que gobernaba sobre mí se disculpó y confirmó tus palabras, me dijo que era incorregible y que no valía su tiempo. Y yo… que hice todo en mi poder para demostrarle que le era útil, que intenté reclutar a gente a unirse a Rizembool por mi cuenta con tal de brindarle algo de valor, lo que fuera… sólo para que tus palabras se convirtieran en mi sentencia…”
“…”
“Pues…” sus ojos temblaron de fastidio y disipó cuan mínima vulnerabilidad sus últimas palabras habían mostrado para nuevamente verse impaciente con el otro. Le dirigió la mirada. “Ya sabes lo que pasó por mi cabeza, por qué te tengo tanta antipatía. Supongo habrás sabido que no te odiaría por lo que fuiste. ¿Quién soy yo para juzgar a los demás cuando yo mismo he lastimado a varias personas?”
“Heh, eso mucho había entendido, descuida,” movió una mano para restarle importancia. Su sonrisa se contagió de pena y algo de comprensión. “Lo que dices tiene mucho sentido. Dije justo algo que te atormentó, que reflejó la propia mentalidad de nuestro antiguo jefe, que te hizo sentirte inferior y menospreciado por alguien de mayor rango…”
“No tenías que agregar eso último.”
“Es la verdad…” dio un suspiro y mantuvo su sonrisa. “Lo siento mucho. No será mi culpa lo que te ocurrió ni soy capaz de ponerme en tu lugar, pero puedo simpatizar contigo. En verdad fue un periodo de tiempo tan terrible para ti. De todo esto, como mínimo, me alegro que ya no estés bajo el comando de dicha persona. Heh, para variar, parece que Yagen ha podido hacerle un bien a alguien más. Te veo en un mejor lugar hoy en día.”
“Hmph, no considero al doctor cercano a mí y ahora sé mejor que creer en o dedicarme a alguien como alguna vez lo hice,” dijo cruzado de brazos y con algo de orgullo. Siguió otro silencio en el cual se mantuvo inmutado y pensativo. “Pero le debo un favor y sé lo que me conviene. Si ese niño es el ahora heredero de su temible maestro, no es una mala idea obedecerle.”
“Sin duda no lo es, heh, creo que Yagen sigue siendo mayor que tú por un año o dos,” dijo con gracia. No lo diría en voz alta, pero además de verse mejor, Hannya sí se notaba más dispuesto a seguir las normas y actuar acorde a las expectativas. Yagen le había hecho entender de la importancia de aquello, y quizás Hannya tal vez sí se sentía mínimamente agradecido con él.
“Sólo me enferma que se refiera a aquel monstruo como su senpai,” dijo entrecerrando sus ojos. “Desentona con su rol y es desagradable.”
“Y no eres el único, a veces pienso que lo hace adrede para molestarme,” Tsurumaru se encogió de hombros. Vio cómo Hannya finalmente se resignó a agarrar la lata de gaseosa que le había llevado.
“Dime tú, ¿qué piensa el doctor sobre esa persona?” le cuestionó seriamente.
“¿Eh? ¿Qué sabré yo? ¿De dónde vino esa pregunta?” Tsurumaru se confundió.
“Me pregunto cuán probable sea que eventualmente se convierta en alguien como él. Parecerán distintos, tienen a subordinados y maneras de actuar incompatibles y parecen priorizar conceptos y metas disparejas… pero sus conocimientos y especialidades son demasiado similares… y por más nauseabundo que sea, esa persona sí es el senpai del doctor…”
“…” el mayor miró hacia los otros dos todavía en el cubículo, ahora inspeccionando los sensores de cerca y probando las lecturas que salían en la pantalla.
“…” Hannya alzó una ceja. En todo el rato, ese fastidioso e irreverente peliblanco lo había tratado con el mismo entretenimiento y amenidad que en el presente demostraba a todos aquellos a quienes llamaba sus kouhais, pero para variar realmente se veía pensativo y un poco distante, con esa aura inaccesible que tuvo en algún momento…
“Heh…” y esta misma desapareció instantáneamente. Tsurumaru sonrió intrigado. “Siento decirlo, pero ese Yagen es muy hermético en su parecer de las cosas. En verdad nunca lo he visto interactuar con nuestro antiguo jefe para si quisiera saber cómo se llevan.”
“Hm…”
“Pero, si es que puedo deducir algo es que Yagen por su cuenta no tomaría la decisión de ser como él. Sería un cambio radical y algo que no iría con su manera de ser, ni en sus momentos más propios como el heredero de su maestro. Sé al menos por este pequeño demonio que nuestro jefe y el antiguo maestro fueron muy opuestos y antagónicos entre sí, mientras que Yagen siempre ha sido el más afín a su maestro en comportamiento.”
“Lo dudo, he oído que ese señor fue verdaderamente desagradable. El doctor no me da esa vibra que dices.”
“Haha, no es en lo desagradable en lo que se parecen, pero, en fin,” le restó importancia. “Al final, no creo que se trate de lo que Yagen pueda pensar sobre esa persona. Mientras ambos continúen viviendo en sus mundos apartes, pienso que no deberíamos preocuparnos.”
“Dices que no dependería del doctor, pues…” Hannya rodó los ojos. “Vaya manera de no despejar mis dudas, grulla parlanchina. En un lugar como Rizembool, ello no significa nada. Estoy seguro que ni un doctor como él es tan omnipotente.”
“Pues… en eso tienes razón, Hannya…”
“…” sintió un tic en la ceja. Le vio de nuevo desviar su mirada hacia los otros dos. Otra vez, se le notó menos entretenido y más atento. Un tul frío cubrió su presencia.
“No pienso que sea imposible que Yagen siga un rol que difiera de cómo es en el presente, puede que sea más factible de lo que quisiera imaginar,” admitió Tsurumaru. “Y si bien digo que se parece más a su maestro… es esa misma persona quien inculcó a nuestro previo jefe a tratar a sus subordinados como fichas e instrumentos y valorarnos únicamente por nuestra utilidad.”
“Tsk, ni que tú tengas derecho de decirlo,” Hannya pareció resentirse y desvió su mirada. “He visto al monstruo tratarte. Realmente parecía tenerte una gran estima.”
“Heh, será porque siempre le fui útil,” se encogió de hombros y le observó con ironía. “Seré considerado como un inferior más, pero te aseguro que evitaré que Yagen se convierta en otro científico como él. Es suficiente que exista un único Yamata no Orochi en nuestras sombras…”
“Tch…” Hannya arrugó su rostro al oír aquel nombre que ni quería mencionar, a aquella bestia que asechaba sus recuerdos.
“En fin, dejemos eso de lado, no hay punto en pensarlo demasiado,” Tsurumaru dio un suspiro y nuevamente se vio asequible. Miró al otro de reojo. “Antes que me olvide, te agradezco no haber sido muy duro con Monoyon esta vez.”
“¿Qué haces tocando ese tema?” se quejó.
“Resulta que al parecer una estudiante de Hanasaki grabó el momento en que se enfrentaron y un amigo mío me pasó la grabación,” comentó como un detalle curioso. “Buena habilidad de restringirte, diría yo. Hace cinco años hasta habrías podido darle una paliza a ese hermanito de Yagen, heh…” curiosamente se estremeció un poco. “Y créeme que no quisieras hacer eso.”
“Obviamente sé mejor que meterme con el hermanito de mi ahora jefe, pero estuve demasiado cerca de darle una paliza más fuerte a tu metiche kouhai,” entonces, Hannya sonrió con entretenimiento. “Será porque me divirtió tanto que esa torpe HiME le diera un electro shock tan fuerte que lo mandó al piso.”
“Sí que Hanasaki lanza sus HiMEs a la guerra sin entrenarlas. De no haber visto la cara de espanto de esa chica casi me darían ganas de darle una llamada de atención,” se lamentó el peliblanco, quien rápidamente volvió a sonreír. “Aunque buen trabajo, fuiste bastante prudente. Tu senpai se enorgullece.”
“¡¿Senpai dices?!” entonces el rubio enseñó sus dientes, insultado.
“Supongo está de más decirlo, pero no andes lastimando a Monoyon mucho, apenas empujarlo a un costado es suficiente. Ya me estás cayendo bien y no quisiera echarlo a perder.”
“Tsk, pues veremos, no creas que te debo nada en lo absoluto.”
“Heh,” pese a sus buenos ánimos, Tsurumaru se notaba satisfecho con el fastidio del rubio. “Ahora que lo pienso, creo que Yagen tenía que hablar contigo con respecto a tu ataque a Hanasaki. Algo te iba a observar.”
“¿Cómo así?” se extrañó.
“Pensaba decírtelo, pero mejor que sea una sorpresa. Es cierto que no quieres ser un kouhai más, así que no es que te deba nada~” canturreó gustosamente.
“Si bien dices que me porté bien con su hermanito, debes sólo tratar de fastidiarme…”



“Eso es algo que podemos tocar ni bien termine de atender el caso de Shion, en unos días,” dijo Yagen, a poca distancia de los dos, quienes se impresionaron un poco.
“Oye, y yo que pensé que Honebami era el fantasma entre los dos,” observó Tsurumaru con una muy ligera impresión.
“Acabo de llegar, pero admito que me sorprende haberte sorprendido a ti,” le miró de reojo y dio un suspiro. “Supongo que los dos se han entretenido hablando. Me alivia saber que pueden andar en paz en mi entorno.”
“Dijiste que tenías cosas que hacer, doctor, ¿qué haces aquí?” le cuestionó Hannya.
“Megumi me contactó por problemas en su práctica, y puedo ver qué sucede,” el científico se enfocó en ambos todavía probando los sensores al apenas poner sus manos frente a estos. Ello bastaba para causar oscilaciones en las medidas en la pantalla. Yagen se vio frustrado. “Fuera de cualquier posible reserva del sitio de entrenamiento usual, los técnicos de turno no han cumplido con su función. La estructura de este lote de cubículos carece del material que puede dispersar y absorber habilidades como lo son las maldiciones. El mismo aire debe estar cargado de energía residual y de aquella manera no se puede continuar con el entrenamiento. Los que están a cargo deberían saber todo esto.”
“Haha, tal vez apenas son técnicos principiantes. Obviamente toma un experto como tú para saber todo el rollo,” Tsurumaru se vio entretenido.
“Principiantes o no, hay pocas cosas que se esperan de ellos y deberían hacerlas bien. Como sea…” dicho esto, el doctor terminó por bajar hacia el nivel de los cubículos en busca de alguno de los encargados.
“Ah, qué aburrido…” ni bien se fue, Hannya se estiró un poco para de ahí sentarse sobre el piso. Miró al peliblanco con incomprensión. “¿Por qué sigues aquí?”
“¿Qué clase de pregunta es esa? Haha,” rió un poco. “No todos los días veo a este doctorcito hacer algo remotamente interesante, aparte que me cae bien nuestra nueva kouhai y Megumi-bou. Me aburriría si me quedo en mi habitación hoy viendo shows.”
“Tsk, deja eso de ‘nuestra kouhai’…”
“Te podría preguntar lo mismo, tú te ves menos paciente que yo.”
“Soy el anulador, tengo el rol de cancelar el poder de Shion-chan en caso salga de control. Veo que ya lo olvidaste,” dijo cansadamente.
“Haha, tienes razón, ya lo había olvidado,” dijo entretenido. Tsurumaru se encogió de hombros. “Como un buen senpai, esperaba invitarles un almuerzo en el restaurante aquí en el subterráneo, aparte que hay una actividad más que nos toca por hacer y pues… me da curiosidad. Quiero ver cómo la pobre de Shion reacciona a ello.”
“Hmm…” Hannya le miró con cierto recelo. “Sí, obviamente tú no lo entenderías. No has estado en nuestro lugar, privilegiado…”
“Claro, como digas.”

Especialistas no tardaron en llegar para atender el caso del cubículo sobrecargado y disipar esa saturación. Así, ese grupo pudo ir a tomar una merienda.


Su instinto le llevó a asomarse para revisar si el área común se encontraba vacía. Shinano no llegó a ver a nadie y, luego de dar un aliviado suspiro, procedió a ingresar con un balde y un trapeador. Sin embargo…

“¿Hm?” Natsume estuvo muy oportunamente apoyado en la pared al costado de su ingreso y por ende había pasado desapercibido. Este sonrió traviesamente. “¿Qué sucede? ¿Me tienes miedo?”
“¡Ihhh!” Shinano se estremeció y casi saltó hacia atrás, para entonces notar cómo casi se le escapa el balde. “¡Ahh, no te rebalses!”
“Vaya… es casi aburrido,” luego de su discreta travesura, el idol regresó a sentarse sobre un sofá individual. Desvió su mirada con indiferencia. “Que te asustes tan fácil…”
“Eh…” Shinano se veía perdido y por un momento miró a sus alrededores sólo para confirmar que el dueño de ese lugar no se encontraba presente. Para variar, hubiera querido hacerle unas preguntas. Nuevamente miró al improvisado visitante y ladeó su cabeza. “Ehm… tú…”
“Si quieres hablar, puedes hacerlo mientras trapeas el piso,” dijo Natsume, sin mirarle. “Supongo que querrías irte lo antes posible, ¿verdad?”
“Pues…” hizo un puchero. Sabía que esa persona buscaba fastidiarle, algo que bien había aprendido de cómo se llevaban sus hermanos más cercanos, aunque no le gustaba que un desconocido le buscara bronca. De todos modos, sabía que le convenía evitar una discusión. Terminó por hacer lo que le observó y comenzó con la limpieza del piso. “No sé por qué me parece que me tienes antipatía. ¿A qué se debe?”
“Si te tomas las actitudes de manera tan personal, no sobrevivirás mucho tiempo en nuestro entorno,” dijo distraídamente.
“…” frunció el ceño con frustración.
“Bueno…” Natsume rodó los ojos. “Ya mucho de eso habrás oído de Shu-niisan, así que olvida lo que dije.”
“…”
“Pues te seré sincero y admitiré que no me gusta que Shu-niisan haya aceptado a un aprendiz tan repentinamente,” dijo con una sonrisa traviesa. “No es personal. Puede que tú no tengas nada que ver con su decisión, así que nuevamente no te tomes mi desdén como dirigido a ti.”
“…en cierta forma lo sigue siendo, aun si dices que no lo es…” se lamentó cabizbajo.
“¿Oh? ¿Estás siendo honesto?” Natsume apoyó el lado de su rostro en un puño y le miró con cierta intriga y entretenimiento. “Hmhm, te daba por una mosca muerta.”
“Eh…” se mostró incómodo e inquieto. Desvió su mirada. “Yo…”
“Igual lo sigues siendo un poco. No debería fastidiar tanto a los peces fuera del agua,” Natsume se encogió de hombros. “Admito que vine a averiguar por qué andas en plan de aprendiz de Shu-niisan, pero supongo no resolveré esa duda que tengo.”
“¿Por qué estoy aquí?” parpadeó perplejo. “Eh, sólo puedes preguntar. Yo estoy apuntando a ser un modelo a futuro. Pues…” sonrió apenado. “Puede que quiera ser más que ello más adelante, pero es algo que iré viendo…”
“…” Natsume dio un cansado suspiro. “No te preguntaba a ti, Toushirou.”
“Eh…” se incomodó. “¿P-podrías llamarme por mi nombre, por favor…?”
“Me refiero a por qué Shu-niisan te habrá aceptado y qué motivos habrá tenido,” dijo con toda naturalidad. Llevó una mano a su mentón. Se acordaba del té que había tenido con su senpai el mismo día luego que ese Toushirou había aparecido en el estudio. Su senpai no había negado que había un motivo en particular, pero más de ello no quiso compartir.
“Pues…” Shinano seguía trapeando, aunque lo hacía lenta y dubitativamente mientras procesaba lo que oía. “No sabría decirlo. Itsuki-senpai no gusta de hablar mucho, al parecer… aunque a lo mucho debo tener potencial. Sé que él no perdería su tiempo conmigo si no lo valiera…”

Sus palabras fueron cortadas ya que, de la nada, Natsume se puso de pie y se inclinó hacia Shinano. Acercó su rostro al de él con tal velocidad e intensidad que el Toushirou se paralizó. Casi parecía que lidiaba con algún tipo de depredador animal.

“Ihh…”
“Tienes una cara bonita, y unos ojos bastante únicos, te daré eso…” ni bien terminó con su evaluación, Natsume retornó con toda calma a sentarse en ese cómodo y amplio sofá. “¿Pero sabes? Por más razones que tú tengas para dar, nadie trabaja gratis. Shu-niisan podría buscar aprender algo de la experiencia o ganar algo de ti. Dudo mucho lo segundo, así que sólo me queda imaginar qué podría haber en su buena voluntad para él.”
“…” seguía un poco aturdido por la impresión.
“¿No te da curiosidad?” le miró con ojos penetrantes.
“¡S-sí!” exclamó con un hilo de voz.
“Sí, no hay duda que tú no tendrías nada que ver. Te asemejas más a un conejillo de indias. No me queda más que desearte lo mejor en las manos de un ser tan estrictamente despiadado como Shu-niisan…” dijo aburridamente, nuevamente apoyando su cachete en un puño. “Desde ya te está haciendo pasar el periodo de prueba limpiando. Eres paciente por aguantar tanto.”
“Eh…” ¿gracias? Ya ni sabía cómo leerlo y sentía la tensión en el aire (una atención que sólo se aplicaba a sí mismo, claro), pero Shinano parecía detectar que lo que sea que ese chico había traído no era contra él. Por cómo había oído a Hibiki-senpai hablar de su improvisado maestro, parecía ser el caso. “Por cierto… ¿de casualidad conoces a Hibiki-senpai?”
“¿Hm? ¿Será que has visto algo de parecido entre Wataru-niisan y yo? Me pregunto qué será…” divago, intrigado.
“S-supongo que los tres son amigos. Sólo… me dieron un parecer similar.”
“Ahh…” para variar, fue Natsume quien se frustró y lamentó. “Esas son palabras que deberían alegrarme, pero que me comparen con Shu-niisan y Wataru-niisan… siento que hay mucho que podría protestar de ello…”
“Pues…” Shinano se vio animado. “Entiendo lo que dices. Yo tengo a muchos hermanos a quienes quiero un montón, pero algunos son tan incorregibles que no quisiera pensar que me parezco mucho a ellos…”
“Dime…” entonces Natsume volvió a adoptar su sonrisa cortante y ojos afilados. “¿Desde cuándo insinúas que somos amigos?”
“¿Perdón?” se sorprendió por su repentino cambio de actitud.
“Ya despejé tus dudas sobre tener algo contra ti. Pues no lo tengo, pero eso no nos hace inmediatamente amigos. No intentes simpatizar tan rápidamente conmigo, yo que te estoy fastidiando demasiado,” negó impaciente. “Vaya, algunos no saben leer el aire.”
“Eh… Natsume…san…” le miró perdido.
“Claro, llámame así, es lo mínimo que me debes al ser mayor y más experimentado que tú,” concluyó con una sonrisa de lado. “Había esperado fastidiarte un poco más, pero imaginando lo mucho que tienes que soportar bajo Shu-niisan, supongo prefiero dejarte a su merced. Dicho esto…” pasó a apuntarle con una mano en un gesto de pistola. “Lo mínimo que espero de ti es que no le causes molestias a mi querido senpai. Por más duro que sea contigo, él continúa haciéndote un gran favor. Así que… pórtate bien, te estoy observando. No lo olvides.”
“S…sí…” con esos ojos intensos de ese chico realmente creía sus palabras, o al menos en un posible peligro detrás de ellas. Shinano tragó saliva. Justo le tocaba trapear alrededor de una mesita entre ellos dos, y ni bien comenzó a acercar su trapeador, Natsume alzó sus piernas y apoyó sus pies sobre la mesa. Era claro que ni podría acercarse a donde él estaba sin atreverse a una posible discusión y no estaba ahí para probar las aguas. Bajó su mirada con frustración y trapeó el lado de la mesa opuesto al otro. “Dime…”
“¿Sí?” Natsume alzó una ceja y sonrió complacido. ¿Comentaría sobre su previo gesto? Sin embargo, no fue así.
“El hecho que me pidas que no le cause problemas a Itsuki-senpai…” le miró perplejo. “¿Acaso le sucedió algo? Hibiki-senpai también expresó lo extraño que era que me aceptara como un nuevo aprendiz, y por cómo los dos están al pendiente de él temo que me pierda de algo…”
“Hm…” ello probó frustrar a Natsume, quien borró su sonrisa y le miró con leve juicio. “Vaya manera de preguntar algo que no te corresponde, Toushirou.”
“¿…podrías llamarme Shinano, por favor…?” musitó el menor, cabizbajo y cansado, aunque sin el interés de renegar contra alguien a quien no podría ganar en palabras.
“Algo sí ocurrió en el pasado, ciertamente tienes razón de sospechar que mis palabras y la actitud mía y de Wataru-niisan son producto de algo adicional. No puedo negar eso…” Natsume se encogió de hombros. “Aunque eso es todo lo que estoy dispuesto a decirte. De por sí, tampoco se lo cuestiones a Mika-kun. Hay cosas que son mejores no discutir.”
“S-sí…” le miró perdido, pero asintió. Hibiki-senpai le había hecho su propia lista de cosas que hacer y que no hacer. Fuera de la difícil personalidad de su ahora mentor, parecía que estaba sumergido en un planeta aparte y había mucho por descubrir, o al menos, por considerar.
“Te haría bien terminar con lo que haces, Shu-niisan dijo que podrías irte ni bien acabaras con tu presente labor,” le recordó amenamente, pero sus ojos nuevamente parecían incitar al pelirrojo menor a ver si se atrevía a acercársele. “¿Qué esperas?”
“Uhh…” el pobre dio un pesado suspiro. ‘¿Cómo puedo trabajar si estás entorpeciendo la limpieza?’ quiso decir, pero al final no tuvo que hacerlo.

“Pides mucho de él si es que tú te encuentras metiéndote en su labor, niño,” reclamó Shu, quien acababa de llegar a ese ambiente y miró a Natsume desde arriba. “Y pienso que sabes mucho mejor que levantar tus patas así. Estás ensuciando y espero que limpies la mesa antes que te retires, ¿has entendido?”
“Eh…” Shinano se sorprendió y por dentro se alegró que su estricto superior le diera la razón. Pasó a notar cómo Natsume se vio un poco en aprietos.
“No lo puedo refutar, me dejé llevar,” dijo sacando sus pies de la mesita y agachó su cabeza, para mirar a su mayor arrepentido. “Lo lamento mucho, Shu-niisan.”
“Ahh… olvídalo, sé que estás de malas el día de hoy…” Shu terminó por agitar una mano para restarle importancia al asunto. “He preparado croissants. Asumo que te ayudarían a sentirte mejor.”
“…” entonces, Natsume se mostró sorprendido y terminó por encontrarle gracia al asunto. “Fufu, siento que eres muy amable conmigo, Shu-niisan. De ser así, con gusto pondré la mesa. Nos vendría bien un poco de té.”
“La mesa está puesta, puedes ir calentando el agua si así gustas.”
“Hai… admito que venir aquí ha ayudado a despejarme, es lo menos que podría hacer,” comentó animado, casi ajeno a su previa actitud conflictiva. Fue así que Natsume abandonó el espacio.
“…” Shinano había ladeado la cabeza. Realmente no podía leer bien a esas personas. Entonces notó cómo su senpai se le dirigió e instintivamente se paró recto y tragó saliva. Bien este no le antagonizaba, pero seguía dándole miedo.
“Sobre tu lección de hoy…” Shu negó un par de veces y dio un suspiro. “No había esperado la presencia de Natsume, y no me sorprende que estando aquí te dificulte la labor. Por ello, puedes irte. Olvídate de terminar lo que tenías por hacer.”
“¿E-en serio?” no pensó que le tendría piedad.
“Puedo ver aflicción y desconformidad en tu rostro. Imagino que has tenido que soportar ya mucho, pero al menos parece que has evadido seguirles la corriente a los desafíos de Natsume. De ser así, él no tendrá motivos para meterse contigo,” se encogió de hombros. Para variar, Shu se vio frustrado y algo apenado. “Quizás hubiera sido mejor dejarte irte desde antes. Dudo que tu rato aquí haya sido provechoso, así que te debo unas disculpas.”
“Ehh… ¡n-no, está bien, no es su culpa!” agitó sus palmas. Realmente no podía culpar a su senpai de todo.
“Ignoraré tu torpeza en contestarme y esa indebida subida de volumen en tu voz esta vez, pero que no se vuelva a repetir.”
“Eh, s-sí, lo siento,” dijo en aprietos. Okay, tal vez sí estaba un poco molesto, pero no podía responsabilizarlo de lo que había hecho el otro chico.
“Ya, puedes irte.”
“Antes de eso, Itsuki-senpai… ¿se encuentra bien? Me ha parecido que ha estado de un mal humor o muy meditativo toda la semana.”
“¿Qué clase de pregunta es esa?” le cuestionó fastidiado. “Cuestionas sobre cosas que no te corresponden, Toushirou.”
“N-no es mi intención, perdón…” ya veía que ese par si era algún tipo de hermanos espirituales.
“Pues… estoy bien, a lo mucho es lo que dices sobre andar pensativo. Sin embargo, a diferencia de Natsume, sé mejor que amargarme por asuntos ajenos. Ese niño sí ha estado muy fastidiado y se ha desquitado contigo el día de hoy. A ello sólo puedo recriminarle a él, y pretenderé que su mal humor no vuelva a entrometerse en tu preparación. Aquella es toda la atención que debería concernirte a ti. Todos tenemos problemas personales.”
“E-entiendo…” asintió algo impresionado. Realmente, pese a su actitud tan huraña y tajante, su senpai sí sabía mantenerse impecable y expresarse con claridad.
“Si no hay más que atender, puedes irte. Nos vemos la próxima semana.”
“Sí, muchas gracias,” hizo una breve reverencia.




Había sido otro día cansado y con estrés adicional, lo cual no era nuevo en ese ambiente, pero seguía siendo agotador. Shinano siempre se sorprendía lo silencioso que dicho edificio de oficinas era una vez salía del estudio de Shu Itsuki. En verdad se había internado dentro de un complejo ecosistema donde seguía siendo apenas un invasor. Sin embargo, a pesar de ahora tener que preocuparse por ese cuestionable pelirrojo haciéndole la vida imposible, para variar pudo intercambiar un par de palabras con su senpai fuera del usual de este recriminándole sobre algún error o falta. Esperaba poder oír más de sus argumentos ya que se le hacía una persona cuerda fuera de sus idiosincrasias…

Sólo esperaba que este lo graduara de conserje pronto porque a veces temía sólo estar perdiendo el tiempo…

“¡Manzanita!” exclamó Wataru quien llegaba corriendo hacia él.
“¿Eh?” Shinano se sobresaltó y por un momento pensó que este volvería a darle un estrangulante abrazo, pero felizmente apenas le agarró de los hombros. Igual no estuvo del todo a salvo ya que fue zarandeado un poco. “Ihh… H-Hibiki-senpai, ¿qué hace aquí…?”
“Ay, vine lo más rápido que pude, menos mal mis aprendices han podido cubrirme, pero ya mucho de mí,” dijo y le soltó… para entonces darle un abrazo. “Dime, manzanita. ¿Te encuentras bien? ¿Qué ha pasado hoy?”
“Ehh, e-estoy bien,” se apartó y ladeó su cabeza. “¿Por qué me llamas manzanita?”
“¿Por qué? ¡Pero porque tiene perfecto sentido!” exclamó Wataru con el pecho inflado y una sonrisa triunfal. “Shinano es el nombre de antaño de la provincia de Nakano, la cual es conocida por sus manzanas. Esa cabecita roja que te traes es el perfecto honor a nuestras amigas manzanas. ¡Por eso ahora eres mi manzanita favorita!”
“Eh… haha…” era algo que en algún momento se le había ocurrido y no evitó reírse un poco. “Supongo tienes razón…”
“Ah, pero verte tan receptivo y honorando mis ocurrencias me deja saber que tal vez no tuve de qué preocuparme,” comentó aliviado. “Pero cuéntame, ¿cómo ha sido tu día conociendo a la hermosa niña de mis ojos? Mi querido Natsume-kun no te hizo la vida muy difícil, ¿cierto?”
“Ya veo que sí se conocen, pues…” desvió su mirada sin saber qué decir. El cansancio e incertidumbre regresaron a su rostro. “Pero, ¿cómo supo que se encontraba aquí?”
“Hehe~ puede que le haya puesto un tracker a su celular~” canturreó juguetonamente.
“¡¿En serio?!” Shinano se espantó.
“Fufu, no, por supuesto que no. A veces lo he pensado, pero mi adorable kouhai no gustaría de enterarse,” dijo algo apenado, aunque sin borrar su conmovida sonrisa. “No sé si habrás podido observarlo entre toda su preciosura, pero Natsume tiene su lado agresivo.”
“Pues…” ‘sí, definitivamente’. No lo diría, aunque su rostro frustrado fácilmente lo deletreaba.
“Le pregunté a Shu cómo iba su día y él fue quien me lo dijo. Ya que, terminé con mis quehaceres y mi compromiso con el otro espectro en mi vida, así que ahora vengo a pasar la tarde con mis favoritos incorregibles~” dijo con gusto. “Pero no sin antes atenderte a ti. Espero que te encuentres bien. A nadie le deseo tener que aguantar a dos personas tan quejumbrosas a la vez. Procura no tomarte a Natsume seriamente. Sé que mi pobre kouhai ha estado muy estresado últimamente y si le dejas en paz no tendrá más motivos para meterse contigo.”
“Eh, sí, Itsuki-senpai me dijo algo así. En verdad, él me apoyó con el asunto,” asintió.
“Hmm, me alegro, es un alivio saber que Shu anda un poco más al pendiente de otros para darse cuenta que lo necesitabas. Bien, bien, ha sido un buen día,” Wataru asintió un par de veces y entonces olfateó el aire. “Oh, ¿serán croissants los que huelo? ¡Pero por supuesto que me sumo, tengo que apurarme!”
“¿Puedes olerlos desde aquí?” se confundió.
“Fufu, nunca dudes de los sentidos de tu Hibiki Wataru~” rió cruzado de brazos. “Ah, supongo que Shu todavía no te ha dado el honor de comer uno de sus croissants, así que toma,” sacó unas monedas de su bolsillo. “Un croissant de la tienda en nuestra facultad cuesta alrededor de esta cantidad. Ten, date un pequeño gusto antes de marcharte a casa.”
“Ehh, e-estoy bien, no lo necesito…” sonrió incómodo y levantó sus palmas.
“Insisto, a todos nos viene bien un treat ocasional,” Wataru le dio las moneditas y pasó a correr hacia el estudio. “¡Nos vemos en la práctica del club~!”

Shinano miró las monedas sobre una de sus manos y de nuevo al peliceleste que estaba por dar la vuelta a la esquina. Dio un suspiro. Encontrarse con el excéntrico líder del club de drama le había ayudado a despejarse un poco, pero seguía cansado. No sabía si estaba acostumbrándose a sus lecciones o si más bien estas demostraban ser cada vez más difíciles.

En fin, había usado su cabeza demasiado por el día. Le haría caso e iría a comprarse dicho croissant sin considerarlo más.



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #890: January 22, 2023, 07:59:09 PM »
108.4.




La convocatoria en ES continuaba con su curso, aunque los asistentes empezaban a irse a su discreción. Todavía había idols principiantes conversando con los encargados de los kioscos de trabajos y clubs quienes brindaban información y despejaban cualquier duda restante. En su defecto, había todavía bastante disponibilidad del buffet. Pese a pretender apartarse de dicha formalidad con rapidez, Eichi terminó siendo consultado algunos asuntos por miembros de su agencia y se tuvo que disculpar. Debido a ello, los demás terminaron por aceptar un rápido tour de ES por parte de Tsumugi en las áreas disponibles para los invitados.

A esto también se tuvieron que excusar Monoyoshi y Tenshi, quienes tenían algunas cosas de qué hablar y de paso esperar a que Eichi se desocupara. Luego de la partida de los demás, ellos encontraron una banca un poco apartada de la muchedumbre del evento donde tomaron asiento.

“Debo admitir que no recuerdo claramente la última vez que nos vimos, Tenshi-san,” comenzó Monoyoshi, amable y amenamente. “¿Cómo has estado?”
“Bueno, creo que tendría mucho que responder a eso, aunque en resumen he estado bien,” se encogió de hombros y se puso a pensar. “Hmm… sí éramos niños esa vez que les fui a visitar con mis padres. Habré tenido seis o siete…”
“Aparte de ello, creo que hubo una reunión familiar hace algunos años a la cual asistimos, aunque no tuvimos tiempo para hablar.”
“Ah, sí, me había olvidado,” rodó los ojos con agobio. “Dices que fue reunión familiar, pero todos andaban tan etiquetosos y concentrados en negocios que no lo contaría. Me escapé lo más rápido que pude.”
“Eh, ya veo.”
“¿Y tu hermanito?”
“¿Taikogane-san? Él se encuentra bien también,” sonrió con torpeza. “Sinceramente no sé mucho sobre sus asuntos o intereses, pero si algo estuviera mal sé que lo sabría.”
“Eh…” la chica le miró con desconfianza.
“¿Tenshi-san?” Monoyoshi se sorprendió y ladeó su cabeza. “¿Dije algo raro?”
“En fin…” sacudió su cabeza y alzó su mirada hacia el cielo. “Dije que iría a visitarles así que me enteraré en qué anda por mi cuenta. Sí me acuerdo que esa vez que los visité pasé la mayoría del tiempo con él.”
“En verdad me parece que los dos congenian mucho,” Monoyoshi asintió alegremente. “Y me haría feliz que puedas pasar el tiempo con Taikogane-san.”
“Oye, serás su hermano mayor y quieres cuidar de él, pero no tienes que hablar sobre él como si fuera tu señorito,” dio un suspiro. “Ya pronto y Taiko-chan tendrá que pagarte por tu servicio.”
“Ehh, no es así…”
“Aunque de eso no quería hablarte ahora, Monoyoshi,” Tenshi se vio decidida y segura de sí misma. “Dime, ¿por qué estás estudiando en Hanasaki?”
“¿Eh?” esa pregunta pareció agarrar al pelirrosa de sorpresa y se quedó en blanco. “¿Por qué…?”
“Recuerdo que estudiabas en Rizembool en la primaria y Taiko-chan sí es un estudiante de Rizembool. ¿Pasó algo?”
“Eh, pues… es… una larga historia, supongo…” sonrió apenado. “Siento decirlo, pero no quisiera hablar al respecto. Tampoco creo que sea importante. Fue… sólo una preferencia.”
“Una preferencia, dices…” ella entrecerró los ojos y pensó duramente. “Dirás que no es importante, pero no lo sé. Verás, tal vez sea algo que me concierne a cierta medida.”
“¿Por qué dirías eso…?” preguntó el chico, perdido.
“Ya te lo dije. Soy una HiME ahora y lo que menos quiero imaginar es que uno de mis parientes se ha sumado a Hanasaki por simpatizar más con ellos, por más que no tenga nada que ver en esta guerra,” afirmó con firmeza. “Ya tengo el video de tu pelea contra ese Rebel en mi celular y seguro que varios en tu entorno lo sabrán también. No te cambiaste de escuela por esa decisión de ayudar a otros, ¿verdad?”
“No, te aseguro que no fue por eso,” Monoyoshi negó y sonrió incómodo. “Siento preocuparte, Tenshi-san. Ahora veo por qué lo pensarías así, y podría parecerlo luego de lo que has visto, pero esa no es la razón. Simplemente… siempre me sentí fuera de lugar en Rizembool. Soy más como una persona de Hanasaki, creo yo. Es un ecosistema que me va mejor. En el caso de Taikogane-san, por su forma fuerte y segura de ser, pienso que congenia bien con la gente más decidida y activa de Rizembool.”
“¿Esa es tu razón?” la chica alzó una ceja y se vio impaciente. “Ah, es una razón tan simple y tonta que casi me frustra haber pensado lo contrario. Verdad que siempre has sido así.”
“¿Así? ¿A qué te refieres?”
“Eh, ni sabría describirlo, no importa,” dijo indiferente. “Pero me sigues preocupando un poco, Monoyoshi. Cuando nos vimos de niños y pasé ese tiempo con ustedes, estuve muy ocupada jugando y yendo de lado a lado con Taiko-chan. Mientras tanto, tú eras ese niño solitario que fuera de tratarme bien y ayudarme con favores, nunca supe nada de ti. Imaginé que te faltaría ese ímpetu y energías de tus hermanos, pero ahora que llego a Hanasaki me llevo con la sorpresa de tu reciente pelea. Así que… me pregunto qué tendrá ese niño tan recluido que esconder.”
“…” el pelirrosa ladeó su cabeza.
“Dices que no andas al tanto de Taiko-chan, pues según lo que recuerdo de él, menos sabrá de ti que tú de él. Vaya… qué hermanos más desconocidos y disparejos que son ustedes,” resopló y negó un par de veces. “Mi prueba de HiME me tuvo peleando contra un doppelgänger tuyo y sólo eso me da más mala espina.”
“¿Peleaste contra una versión de mí?” Monoyoshi se sorprendió y pasó a preocuparse. “Ehh, en verdad espero no haberte hecho mucho daño.”
“¿Qué haces disculpándote por una creación ficticia de Hanasaki? Tch, sí que me recuerdas a ese enemigo, eran idénticos, casi sospecharía que Hanasaki son los malos por hacer una copia tan leal al original,” se exasperó. “Antes que te lo sospeches, no tengo nada contra ti y menos te culparía por algo que no es tu culpa, descuida. Sólo hablaba de mis corazonadas.”
“Sí, ya veo…” asintió y sonrió con torpeza. “Agradezco que estés preocupada por mí, Tenshi-san. También, lo siento mucho… hehe, me es difícil comunicarme con Taikogane-san sin resultarle frustrante. Temo que lo mismo pueda pasar contigo.”
“¿Eh? No, realmente no. No estaré de acuerdo con tu manera complaciente de hablar, pero te entiendo. Taiko-chan es un niño así que él no siempre entiende los detalles del asunto,” se encogió de hombros y sonrió con confianza. “Obviamente yo soy mucho más madura que él.”
“Hehe, con respecto a eso, espero que tu decisión de ser una HiME haya sido una prudente.”
“Vaya, de frente a la yugular,” Tenshi frunció el ceño, pero negó y se despejó.
“No es que quiera insultarte, es que…”
“Obviamente hasta alguien normal quien se lanza a pelear contra un Rebel sabría lo peligroso que es ser HiME. Lo sé. Es nuevamente otra forma en que buscas atenderme,” dijo sin hacerse líos. Tenshi sonrió tranquila y miró al otro. “Eso es algo que no podría conversarlo con Taiko-chan, pero quizás lo converse contigo más adelante. Tengo motivos para ser HiME y oponerme a Rizembool, algo que viene desde antes de tomar esta decisión. Tal vez algún día me dé ganas de contarte toda la historia.”
“Sí, lo entiendo,” el chico asintió.
“Tan cómodo estás de respetar mi secreto que sí debes andar escondiendo un puñado de cosas. Bueno…” sonrió con perspicacia. “Seremos compañeros de clase, así que te estaré observando, Monoyoshi. No creas que dejaré que te metas en problemas, ¿de acuerdo?”
“Me sabe mal que sientas la necesidad de cuidar de mí, pero aprecio la intención,” Monoyoshi se vio agradecido. “Yo también estaré ahí por si en algún momento me necesitas.”
“Claro, sé que cuento contigo sin que tengas que decírmelo. Ahora pórtate bien y escucha a las HiMEs que es nuestro trabajo pelear.”
“Admito que no me gusta mucho la idea de imaginar a mis compañeras HiMEs desvivirse por otros, pero oírte tan segura de ti misma me da algo de alivio. Ya pronto conocerás a Hanekawa-san y Hanajima-san. Sé que te llevarás bien con ellas.”
“Heh, por supuesto. Las HiMEs estamos aquí para apoyarnos.”



“Y yo te agradezco por supervisar a Monoyoshi-kun,” dijo Eichi, quien acababa de darles el alcance. Este sonreía, pero también se notaba cansado. “Para ser un chico tan agradable me da muchos motivos para preocuparme.”
“No tienes que agradecerme, mis primos no son malas personas, supongo,” ella se encogió de hombros. “Si entiendo bien, tú sí los conoces mucho más. Sus familias son allegadas, así que debes ser amigo de los Sadamune, ¿cierto?”
“No sería amigo ciegamente de mis allegados. En verdad, Monoyoshi-kun es el único de su familia con el que he sentido afinidad,” admitió. Su sonrisa agarró cierta chispa. “Diría que los demás han probado ser personas más difíciles de tratar para mi gusto, pero tal y como te oí, tu primo se ha metido en más de un altercado de cosas que no le conciernen.”
“Ehh, Eichi-san…” Monoyoshi se preocupó.
“No pienso decir nada más, sólo quería reiterar que aprecio que veles por él,” dicho esto, Eichi se cruzó de brazos, y pese a no borrar su sonrisa, miró al pelirrosa de reojo con cierto juicio. “No te olvides que te espera una conversación más seria cuando nos retiremos.”
“Sí, lo entiendo…” asintió apenado.
“Fufu, es por tu propio bien, tan sólo espero que esta vez sí me escuches,” dijo entre entretenido y frustrado. “Antes que me olvide, Tenshi-chan. Viendo que estás aquí, ¿cuál es tu propósito en Ensemble Square?”
“Ah, llegué tan tarde que casi se me olvidó por completo,” la chica sonrió decidida. “Estoy aquí para ser una modelo. En verdad quería ver si podía apuntar a ser una idol, pero como seré HiME preferiría no comprometerme mucho, por lo que veremos cómo va,” entonces, apuntó al rubio. “¡Y, por cierto, me sorprende que me preguntes ya que soy miembro de Starmaker!”
“…” ante su acción, Eichi dio un suspiro. “Sería irreal que esperes que esté al tanto de todos los nuevos. Si no aplicaste a ser idol, no estaría a cargo de juzgar o procesar tu ingreso. Hay otras personas encargadas de las otras aplicaciones.”
“Ohh, pienso que ser modelo te iría muy bien, Tenshi-san, tienes una gran presencia,” Monoyoshi se alegró. “Hehe, felicidades por entrar a ES.”
“¡Haha, muchas gracias!” rió gustosamente. “Pero ahora que lo pienso, ¿por qué no te apuntas conmigo?”
“¿Eh, perdón?”
“Eres un joven atractivo con una apariencia muy llamativa,” sonrió pícaramente. “Aquí entre nos, ¿cuántas declaraciones de amor te han llegado en el colegio?”
“Ehh, ¡n-no podría hacerlo!” curiosamente, el chico se sonrojó un poco y sacudió su cabeza para despejarse. “Lo siento, pero tengo muchas cosas que hacer todo el tiempo. No puedo descuidar mis asuntos familiares a favor de ser un idol o modelo.”
“¿Pero acaso Tenshouin aquí no es también un heredero y magnate y es uno de los jefes?” alzó una ceja.
“No podría compararme con Eichi-san, él es un genio para estos asuntos.”
“Ya se lo he sugerido, pero si Monoyoshi-kun no se siente interesado, no hay motivos para forzarle. Uno tiene que querer ser un idol para hacerlo bien,” observó Eichi, algo frustrado. “Comienzo a sospechar que quizás tú misma no eres una aspirante a modelo por el interés genuino de querer serlo.”
“¿Ah? ¿Pero por qué no querría?” la chica se confundió. “Ser una miembro de la farándula es otro desafío y algo que incrementa tu notoriedad en la sociedad, sin mencionar que es indudablemente ‘cool’, hehe, como diría Taiko-chan.”
“Uhh…” nuevamente, el mayor dio un suspiro cansado. “Sabía que me recordabas a él. Obviamente, pareces más su hermana que Monoyoshi-kun…”
“¡Haha, al menos en apariencia, ¿no?!” la chica lo encontró divertido, y entonces frunció el ceño. “Pero casi pareciera que no lo dijiste como un cumplido…”
“Eh, Eichi-san, noto que te encuentras muy cansado, creo que deberíamos irnos,” observó Monoyoshi, preocupado.
“Asumo que estarás listo para tu reprimenda, Monoyoshi-kun,” dijo con cierto gusto.
“Ehh…” se incomodó.
“Fufu, gracias por tenerme en consideración. Te diría para irnos, pero ya le prometí a Ritsu-kun que lo estaría llevando de regreso a Rizembool y si fallo en mi promesa quién sabe la travesura que cometería contra mí,” dicho esto, tomó asiento al costado del pelirrosa. “Esperemos a que los demás regresen y ahí nos iremos.”
“Sí que tienes amigos muy excéntricos, pero me caen bien,” Tenshi se vio animada, y luego frunció el ceño. “Bueno, menos ese tal Ritsu. ¿Qué tiene ese tipo?”
“Ritsu-kun tiene un historial de muy malas primeras impresiones, como Namazuo-kun lo comentó. No te lo tomes seriamente.”
“Sí dijo eso, pero…” negó. “En fin. Ese chico de los cabellos revueltos se había ofrecido para explicarme un poco sobre ES, así que podría hacerle algunas preguntas antes de irme.”
“Por cierto, ¿dónde te estás quedando?” preguntó su primo.
“En Hanasaki. Tengo habitación especial y todo allá,” contestó animadamente. “Ah, y no tienen que molestarse en llevarme para allá. Tengo todavía que ver un par de cosas aquí en ES y luego yo regreso sola.”
“Aoba-kun estará más que contento de ayudarte con tus papeleos,” Eichi sonrió, quizás aliviado de saber que contaba con aquel posible amigo suyo para un trabajo que prefería no hacer. “Que te vaya bien en Hanasaki. Y supongo por llegar tarde me toca darte la bienvenida a ES.”
“Heh, gracias, Tenshouin, ¡prometo no decepcionar!”

De aquel modo, la actividad del día en ES llegaba a su fin, y sólo quedaba avanzar hacia delante.





Como un domingo en el ocaso, el campus de Rizembool U se encontraba moderadamente vacío, con la mayoría de las pocas actividades a la superficie ya cerradas hasta la mañana siguiente. Debido a ello, Yagen dirigía a los demás hacia el primer piso y estaban tomando un ascensor para salir del complejo subterráneo.

Shion yacía cohibida, con sus brazos mínimamente alzados a sus costados y erguida en lo que miraba a los presentes y a ese ascensor. Una vez más palpó el nuevo collarín que tenía puesto, el cual incluso servía para apagar las permanentes llamas frías de su cabello. La presión del silencio podría sacarle de quicio.

“¡E-eehh!” dio un alarido que salió más fuerte de lo que pensó. Ello le hizo traer sus propios brazos más hacia su torso. “Ehh…” bajó su mirada, apenada. “¿Están… seguros sobre esto? Yo… ¿está bien que salgamos afuera?”
“¿Por qué lo preguntas de nuevo?” cuestionó Tsurumaru, confundido, y sonrió. “Ya te contestamos afirmativamente, ¿no?”
“Ehhh…” ella se avergonzó y se cohibió más.
“Sí que no tienes tacto para tratar con Shion-chan,” Hannya rodó los ojos y se encogió de hombros. “Descuida, parece que el doctor sabe lo que hace. No tuviste ningún percance durante la práctica del pequeño, por más que este estuvo usando tu propio poder.”
“S-sí, pero…”
“Hannya tiene razón, y según la lectura del collar anterior, este no tuvo ningún inconveniente restringiéndote,” observó Yagen, con una sonrisa profesional. “El presente collar posee mayores restricciones sin comprometer tus otras funciones, por lo cual estás a salvo.”
“Eh…” entonces, Shion se inquietó y frunció el ceño. “Gracias, pero… eso suena inquietante.”
“Haha, vete acostumbrando que Yagen es así, pero es evidente que está velando por ti,” Tsurumaru rió un poco.
“Shion-san, no te preocupes,” Megumi asintió, atentamente. “Confío en el doctor, y si algo fuera a ocurrir, los cuatro estamos aquí para apoyarte. Hannya ha podido mantener tu poder bajo control, y yo también veré qué puedo hacer.”
“…” le miró con leve impresión y sólo atinó a asentir.

Finalmente, ese silencioso ascensor llegó al primer piso e ingresaron al gran lobby del hospital. Nuevamente con el doctor Toushirou a la cabeza, el grupo avanzó hacia la salida.

Shion observó al doctor saludar o responder el saludo de algunos otros profesionales de la salud mientras caminaban. Por su parte, ella miró con incomodidad y miedo a los desconocidos. Apenas un par cruzaron miradas con ella, pero le dejaron de observar tan rápido como al posar sus ojos en ella. Era una extraña, una ajena a ese ambiente… y para variar fue un breve alivio. Aquellos trabajadores de Rizembool no habían oído sobre ella y la podían ignorar como a cualquier otra persona.

Entonces, cruzaron las puertas principales del hospital y el ajetreo y ruido del edificio se disipó para dar lugar a un amplio vacío sensorial. Shion casi sintió que su espíritu era absorbido por el espacio exterior, y alzó su mirada para observar el invisible alcance del cielo oscurecido. Seguía cohibida y callada, pero podía sentir cómo su interior comenzaba a temblar.

“Estamos aquí,” dijo Yagen, amablemente. “Hay unas bancas más adelante. ¿Por qué no tomamos asiento?”
“Doctor, mejor dejemos que ella haga lo que quiera. Que se siente después,” observó Hannya.
“Shion-san…” Megumi se preocupó un poco al notar su cuerpo estremecerse. Vio repentinamente que lágrimas empezaron a caer de sus ojos.
“Esto… yo… e-en verdad estoy…” dijo con su voz haciéndose un hilo. Volteó su mirada y pudo capturar en sus ojos los últimos instantes del sol rojo que se escondía por el día. “¡AAHH!”

Instintivamente corrió un poco como si quisiera ir detrás de él. Tsurumaru se sorprendió y casi va detrás de ella, pero Shion terminó por ceder a su debilidad corporal y se cayó sentada al piso. Aun así, continuó mirando esa estrella tan cercana y omnipresente, una tan común en la vida de las demás personas que sería dada por sentado.

“…” ya no pudo aguantar más y sus temblores cedieron a un fuerte llanto desconsolado. Shion se quedó sentada sobre el césped de ese pequeño parque frente a la entrada del hospital mientras desahogaba la tristeza feroz producida por el ápice de esperanza que acababa de ser dada. De repente, sus temores infundados, sus pensamientos rumiantes, todo lo que plagaba su espíritu dio un paso atrás y por primera vez en muchos años fue capaz de sentirse viva.

A ese punto, no había palabras que podían brindarle. Lo mejor era dejarle descargar todo lo que llevaba dentro.

“…” Megumi hundió sus ojos en sombras. Ese niño se quedó quieto y habló con una voz fríamente rencorosa. “¿…acaso nosotros somos quienes hacemos tanto daño a otras personas?”
“…” Hannya alzó una ceja. Terminó por resoplar y desviar su mirada con fastidio. “Lo dices por ser Rebel… no lo sé, será…”
“No,” Yagen sonrió con ironía. Ambos le miraron. “Somos quienes hacemos este daño a otros porque somos seres humanos. Ser Rebels no tiene nada que ver con esta verdad absoluta. Fuera de este pecado original, ustedes son quienes decidirán si es que cometerán este daño en el futuro. Entiendo que los dos han decidido ayudar a Shion Yorigami por protestas personales contra el sistema. Pues bien, que ahora crean que son los mismos verdugos sólo les convencerá que son villanos. Es una verdadera ironía que caigan en este pensamiento.”
“…” Hannya se sorprendió un poco, pero nuevamente se vio fastidiado y se ensimismó.
“Heh…” Tsurumaru se entretuvo con aquellas palabras. No pudo haberlo dicho mejor.
“…” Megumi se apenó y al ver a Shion comenzar a calmarse, decidió darle el alcance.
“Bueno, quizás sea mejor retirarnos por hoy,” observó el doctor, pensativo. “Tal parece que Shion ha sido impactada por salir.”
“No creo que hubiera podido ir mejor, sinceramente,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Más bien, es bueno que hayas podido sacarla cuanto antes. Tus artilugios funcionaron bien.”
“Por supuesto se impactaría, tampoco pretendan sacarla de aquí sólo porque se puso a llorar, par de insensibles,” Hannya se impacientó y frunció el ceño. “Ustedes no saben lo que es estar encerrado por años sin ver luz natural. Déjenla respirar un poco más.”
“Si tú lo dices, confío en tu parecer,” Yagen sonrió apenado. “Tal vez debí dejarte salir más tiempo cuando lidié con tu caso.”
“Tsk, olvídalo, yo no soy tan débil,” dijo con fastidio. “Sólo les digo que la dejen en paz un momento, nada más.”
“Ciertamente no somos del tipo muy afectivo, ¿verdad?” observó Tsurumaru con leve entretenimiento. “Quiero cuidar de mis kouhai, pero no sabría qué decir ahora mismo.”
“Sin duda tú no, acostúmbrate a que ella entiende las cosas de manera literal, no trates de bromear mucho en su presencia,” Yagen dio un suspiro, frustrado.
“Sí, lo lamento, veo que es así,” admitió con una sonrisa incómoda. “Estoy tan acostumbrado a reírme de situaciones deplorables que no tengo otra manera de descargar la tensión. Si tan sólo pudiéramos llamar a alguien que nos apoye con el lado emocional del asunto…”
“Es muy pronto para hacerle conocer a más personas…”

“¡Oh, mira! ¡Hablando del diablo!” Tsurumaru miró hacia el hospital.
“¿Qué quieres decir?” Yagen le imitó y se sorprendió. Incomprensiblemente, Shinano corría hacia ellos.
“¡Aquí estás, no lo puedo creer!” exclamó el pelirrojo, quien abrió sus brazos en plena corrida. “¡Necesito un abrazo!”
“O-oye, espera…” Yagen retrocedió un poco, pero Tsurumaru esperó al momento preciso para darle un empujón y forzarle a ser abrazado por su hermanito. “¡Tsk, grulla!”
“¡He tenido un día terrible y estuve pensando en ti todo el tiempo!” exclamó en medio de su fuerte estrujada. “¡Algo me dijo que viniera a buscarte y tuve razón de hacerlo! ¡No podía esperar a casa para apachurrar a alguien!”
“Tch, ¡suéltame, Shinano!” finalmente, Yagen se apartó al empujar otro del rostro.
“¡Ihh, pero no he terminado!” suplicó.
“¿Eh?” Hannya alzó una ceja. Incluso Megumi y Shion se habían volteado para ver. “¿Desde cuándo el doctor permite que Muggles le toquen?”
“¡Haha, es que no es un Muggle cualquiera!” Tsurumaru rió con ganas. “Shinano es uno de los hermanitos del doctor demonio.”
“¿En serio?” Hannya se impresionó y sonrió intrigado. “Heh, no pueden ser más distintos. Totalmente parece un Muggle.”
“Uhh, no me llamen Muggle, por favor,” lloriqueó Shinano mientras sobaba uno de sus cachetes luego que su hermano se escapara de él. “En verdad tuve un día desastroso y quiero que mi especial hermano me mime.”
“Lo único que lograrás con esa actitud es ganarte un escarmiento,” renegó Yagen. “Estoy ocupado y rodeado de personas. ¿Podrías respetar mi espacio?”
“¡Pero!” Shinano levantó sus puños a la altura de su pecho. “¡Es que ha sido un día duro y he sido apuntado por…!”
“Cállate o haré que te calles, no estoy para escuchar tus berrinches,” le miró con una fría ira.
“Haha, oye, oye, tal vez Shinano sí necesite algo de apoyo,” Tsurumaru rió un poco y pasó a sonreír comprensivamente.
“No, tal vez tuvo un día difícil, pero si realmente estuviera afligido tendría una actitud muy distinta,” Yagen dio un suspiro. “Obviamente conozco muy bien sus caprichos.”
“Pero…” Shinano hizo un puchero. Entonces, vio a los otros dos y pese a reconocer el pequeño, se impresionó por el rostro rojo y lloroso de esa desconsolada chica que le miraba atentamente. Ello le hizo olvidar su berrinche y de inmediato se acercó a ella, al punto de arrodillarse. “Oye, oye, ¿estás bien? ¿Qué te sucede?”
“¿Eh?” Shion se asustó por la cercanía al desconocido y negó compulsivamente. “¡E-e-estoy bien! ¡No es nada, e-es que…!”
“No, en serio no te ves bien.”
“¡S-sí lo estoy ehh…!”
“¡Espera, tranquila!” Shinano se asustó por la reacción de la otra y terminó por sonreír con torpeza. “No quiero decir que haya algo malo con eso. Perdón por asustarte. Si no te sientes bien, es bueno que lo expreses. Por supuesto que puedes ponerte a llorar si es que eso te hará sentirte mejor, pero es bueno contar con la ayuda de otros.”
“P-pero…”
“¿Por qué estás triste?” le preguntó con un tono dulce y amable. “Vamos, puedes decírmelo.”
“Eh… es que…” no, definitivamente no podía explicarle todo el caso a alguien referido como un Muggle. Shion negó con fuerza. “Perdón, pero…”
“Hm…” Shinano alzó una ceja con incomprensión. Entonces, terminó por darle unas palmaditas en un hombro. “Está bien si no puedes decírmelo, entiendo. Oh, ¿sabes qué es lo que siempre me llena de energías?”
“¿P-perdón?” entonces, Shion se sorprendió cuando ese chico le dio un espontáneo abrazo. La peliazul sintió sus pelos de punta y su rostro se puso como tomate cuando el pelirrojo la trajo hacia sí e hizo descansar su cabeza sobre su pecho. “¡Ihh!”
“Shinano…” Yagen se dio un facepalm.
“Mi mamá me abrazaba así cuando era un niño. Hehe, ya no soy tan pequeño para esconder mi cabeza en otra persona, pero es bueno sentirse apoyado físicamente en alguien más,” dijo tranquilamente. Shinano sonrió confundido. “Te siento tensa, parece que no te abrazan con frecuencia.”
“Eh…” Shion no sabía qué hacer.
“Tranquila, no lo pienses, sólo apóyate en mí un momento,” dijo con suavidad.
“…” seguía avergonzada, pero podía sentir cómo su cuerpo cedía por cansancio. Entonces, dejó de sentir esa situación tan extraña o comprometedora. Ese chico le agarraba con delicadeza en su espalda y su cabeza, incluso pudo oír sus latidos un momento. Ella bajó su mirada. “…creo que estás usando una colonia…”
“¿La puedes oler? Haha,” Shinano rió un poco. “¡Sí! Es mi colonia favorita. ¿Te gusta?”
“Sí huele bien…” dijo retraída. Finalmente, Shinano le soltó y Shion volvió a sentarse por su cuenta.
“Dime, ¿te sientes mejor?” le preguntó el menor.
“Pues… sí, creo que sí…” la chica sonrió avergonzada y bajó su mirada. “No… soy buena con estas cosas, pero muchas gracias. Me siento más ligera.”
“¡Hehe, por supuesto que sí! Mi nombre es Shinano Toushirou, ¿y tú cómo te llamas?”
“Shion… Yorigami. Shinano…san…”
“Sólo dime Shinano, pareces mayor que yo,” le corrigió con un puchero.
“S-sí. Eh… Shinano…” ella mantuvo su mirada en el piso, incómoda. “¿Tú crees… que podríamos… ser amigos?”
“¿Eh? ¿Por qué lo preguntas?” ladeó su cabeza y sonrió ampliamente. “Por supuesto. Te me haces una chica tan buena y humilde. Me encantaría ser amigos, Shion-chan.”
“Ahh… ¡sí!” ella se ilusionó y asintió alegremente.
“Haha, creo que tendrás que contratar a tu hermanito para un part-time,” bromeó Tsurumaru.
“Tsk, obviamente no, no lo involucraría en mis asuntos,” Yagen se vio impaciente. “Ellos se podrán ver ni bien Shion se reincorpore en sus estudios.”
“Vaya…” Hannya se frustró y dio un suspiro. “Shion-chan realmente es un pequeño animalito herido, dispuesta a aceptar cualquier migaja que se le ofrece. Hay que mantenerla alejada de cualquier posible decrépito en la calle.”
“Hannya, te pueden oír…” corrigió Megumi. Este vio al par conversar. “Admito que yo tampoco sé qué puedo decir. No sabía cómo apoyarle ahora. Me alivia que alguien pudo hacerlo.”
“Hay quienes tienen una mayor facilidad para estas cosas, pero no te sientas en falta, Megumi,” le aseguró el doctor. “Shion aprecia mucho tu presencia y disposición. No sientas que tienes que ser algo que no eres por ella.”
“¡Yagen!” llamó Shinano. “Dime, ¿esta chica es una paciente tuya?”
“Ohh, qué sorpresa,” Tsurumaru se impresionó. “Sinceramente, no puedes estar más correcto en tu evaluación desde tu corto punto de vista, Shinano.”
“Como un Muggle…” susurró Hannya.
“Sí, es una paciente,” Yagen miró a los otros dos con leve reproche. “Shion ha estado mucho tiempo dentro del hospital y ahora estoy a cargo de rehabilitarla para que pueda retomar una vida normal. No necesitas saber más detalles.”
“¿U-una vida normal?” Shion se asustó, pero al recordar que Shinano estaba presente, volvió a agachar su cabeza y ahorrar sus palabras.
“Ah, eso explica mucho,” Shinano asintió y miró a la peliazul. “Hehe, entonces, si algo puedo hacer para apoyarte con tu recuperación, con mucho gusto me ofrezco. Este ha sido un encuentro muy lindo, me alegro de haber venido,” pasó a mirar a Megumi. “¿Y qué haces por aquí, Megumi-chan? Tú todavía estás en middle.”
“Yo… vine por una práctica…” dijo algo retraído. No había tenido tiempo de venirse con una mejor excusa, aunque felizmente no tuvo que desarrollar más.
“Qué lindo que seas tan aplicado como mis hermanitos. ¿Y qué tal si vamos a tomar algo? Hay una juguería que sigue abierta.”
“No, pienso que Shion necesita descansar,” observó Yagen.
“Realmente no es una mala idea, el descanso que Shion-chan necesita es más interior y un poco más de paseo le vendrá bien,” argumentó Hannya. “Ah, y yo soy Hannya, desconocido, aunque no es que tengas que recordarme a mí.”
“Eh, haha, siento no presentarme a ti, todo pasó muy rápido,” el pelirrojo rió con torpeza. “Mucho gusto, Hannya. Soy Shinano, y gracias por apoyar a Shion-chan. ¡A tomar un jugo!”

Aquel encuentro sorpresa continuó con el improvisado paseo en lo que Shion pudo conversar un poco con los presentes mientras volvía a acostumbrarse a estar en el exterior, sin mayores reservas y temores sobre si es que merecía permanecer ahí.

De ese modo, se cerraba aquella semana para dar inicio a otra con más acontecimientos.
« Last Edit: January 22, 2023, 08:16:23 PM by Cho »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #891: January 31, 2023, 01:33:14 PM »
Hoi hoi vengo con un fic

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En la casa de la familia Kinomoto…

Mashu salía de la habitación de Sakura que todavía estaba recuperándose de su pelea contra Gilgamesh, le contó acerca de su pasado y cuando esperaba que su querida hermana menor le reclamara algo por ocultarle la verdad por tanto tiempo, solo atinó a abrazarla y darle las gracias por estar siempre con ella y cuidarla

Y cual es nuestro siguiente movimiento Mashu-san? – le preguntó Chongyun mientras comia una paleta de helado para recuperar sus fuerzas- quieres que vigile a aquel peligroso individuo que atacó nuestra casa?

Por el momento no lo creo conveniente porque dudo que nos vuelvan a atacar pronto, lo que deseo ahora es que Sakura se recupere pronto y que este del mejor humor, así que prefiero que estes a su lado y la protejas…-

Pero creo que no necesita que la proteja porque ella es muy fuerte, además tiene a Syaoran y a Orthos que están cuidando de ella-

Se que no necesita que la cuiden pero igual quiero que estes a su lado, después de todo para eso has regresado verdad?

Para visitarnos y pasar un tiempo con nosotras…así que por el momento quiero que nos relajemos todos para luego preocuparnos después.

Deacuerdo hermana Mashu- suspiro un poco mas tranquilo- entonces cuando le den de alta a Sakura-chan saldremos todos a pasear, así que me comunicaré con Xingqiu para que también le diga a Syaoran y Shinobu para que vayan con nosotros

Te lo encargo mucho…-dijo Mashu acomodándose los lentes- ahora iré a ver a un amigo…-

Supongo que debe de ser el joven actor de teatro verdad?...-

Tosio ligeramente- si…si es él…-se sonrojo ligeramente-

Me alegra saber que nuestra líder ha encontrado el amor y espero que se confiese pronto o quizás estas esperando a que el joven Tsukioka-san lo haga primero …-

No es lo que piensas- rio tontamente y algo nerviosa empezó a hablar- te encargo mucho a Sakura y cualquier cosa me lo haces saber deacuerdo?

No te preocupes, ella estará en buenas manos y ánimos con tu cita-

Que no es una cita…-dijo mientras salió rápido de la casa-

Claro que es una cita…no vez lo nerviosa que te has puesto?-

Mientras tanto en la mansión Osaka…

Los herederos de la familia Rinne y Sogo se encontraban cenando junto a Miyauchi, Sogo le contaba a su hermana los detalles acerca de su próximo concierto, mientras que Rinne le comentaba que había ido a la mansión de Shinobu para hacer las tareas de la clase juntos, la conversación estaba muy animada, cuando de pronto se escuchó el timbre de la puerta

Rinne-sama, Sogo-sama si me disculpan iré a abrir la puerta- dijo solemnemente el mayordomo antes de levantarse, pero Rinne se lo impidió

No te preocupes Miyauchi yo abriré la puerta, así que tu come tranquilo- le dijo con una cálida sonrisa-

Pero Rinne-sama…-

Ya oíste a Rinne-chan, tu preocupate en descansar ya has estado trabajando todo el día en casa y ayudándome con mi carrera así que ahora ya estas fuera de hora laboral y tienes que pasar un día tranquilo con nosotros…-dijo sonriendo suavemente-

Onii-chan!!...-

Que pasa Rinne-chan??-

So-chan!!! Ya llegue!!-

Tamaki-kun??? Que haces aquí??? No me avisaste que ibas a venir …-dijo sorprendido- pero es bueno volver a verte después de mucho tiempo-

Tamaki-sama…- Miyauchi se levanto- perdone Sogo-sama, pero ante la llegada de tan honorable visita tendré que hacer horas extras y preparar la habitación de invitados para que Tamaki-sama pueda pasar su estadía ahí-

Miya-chan!!...- Tamaki corrió a abrazar al mayordomo ya que como es amigo de la infancia de Sogo (mejor dicho Sogo es 3 años mayor que el joven de cabellos largos) siempre se la pasaba jugando con él y lo quería como un hermano mayor)- te extrañe mucho!! De hecho los extrañe a los 3 me dejaron solo y se mudaron aquí sin esperar a que terminara mis clases suplementarias para poder viajar con ustedes- hizo un puchero-

Lo sentimos mucho Tamaki-sama…-le acaricio suavemente los cabellos- pero sus padres me dijieron que primero tenia que terminar sus pendientes para después venir a vivir con nosotros-

Vas a venir a vivir con nosotros Tama-chan??- dijo Rinne emocionada- me alegra saber eso…-se acercó para abrazarlo también, tengo que presentarte a Shinobu-kun, seguro se llevaran bien…-

Uhm…lo que quiero ahora es un Ousama Pudin…-tocandose el estómago- me vine tan rápido directo hacia aquí que olvide de empacarlo en mis maletas…-suspirando pesadamente-

No se preocupe Tamaki-sama, yo me encargaré de abastecer la refrigeradora con su postre favorito-

¡¡¡Por eso te quiero mucho Miya-chan!!!-luego se separo de Miyauchi y de Rinne para caminar hacia Sogo- así que empezaste tu carrera de solista sin esperarme para seguir con MEZZO? Que malo eres So-chan…-haciendo pucheros- recuerda que eres mi pareja musical y tenemos que estar siempre juntos!!-

Perdóname Tamaki-kun, pero no pensé que vendrías a vivir con nosotros tan rápido…-dijo sonriendo con una gota en la cabeza-

¿¿¿Que dices??? osea no has tenido la confianza suficiente para tener un poco de fé en mi y pensar que podría terminar mis asuntos rápido? Eres malo So-chan…-se cruzo de brazos fingiendo molestia-

Bueno ya paso Tamaki-kun y si lo deseas podemos iniciar nuevamente nuestras actividades como MEZZO-

¿¿¿En serio So-chan??? Yeiii entonces nos volvemos a unir!!! Y Miya-chan tiene que componer nuestras canciones y a dirigirnos y a conseguirnos muchos y muchos trabajos-

Vamos calmándonos poco a poco Tamaki-kun…-dijo Sogo con una suave sonrisa- primero vamos a celebrar que hayas llegado y que has terminado con tus clases, para luego pensar en nuestra carrera deacuerdo??-

Bueno esta bien, además quiero pasear por todos lados antes de volver a encerrarme en un solo lugar…-

Yo me ofrezco a organizar lugares bonitos para ir los 4 a pasear- dijo Rinne que se veía muy feliz y animada, ya que Tamaki al ser menor que Sogo y tener un carácter mas infantil siempre jugaba con ella desde que eran pequeños, por eso le tenia una estima tremenda, nunca tuvo un interés amoroso hacia él porque solo le veía como un hermano mayor más-Y tenemos que hacer pijamada de bienvenida, con películas de terror, karaoke y verdad o reto verdad oniichan??-

Uhmmm…-mirando a Miyauchi- vas a pasarla con nosotros verdad??-

¡¡Pues claro que tiene que jugar!!-dijieron Tamaki y Rinne al mismo tiempo sonriendo felices-

Si todos lo desean lo haré- haciendo una reverencia formal-

Entonces esta dicho vamos a prepararnos!!!!- hablaron los menores al mismo tiempo-

Ahora que Tamaki-kun ha vuelto a vivir con nosotros la tranquilidad que teníamos se acabó- dijo Sogo con una gota en la cabeza-

Pero ayudará a recuperarse a Rinne-sama, y también lo ayudará a relajarse un poco-

Sogo miro de reojo a su mayordomo y se sonrojo levemente- Gracias por estar siempre a nuestro lado-

--------------------------

matta ne!!


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #892: January 31, 2023, 04:13:50 PM »
Quería que fuese más largo pero ya lo editaré luego del stop AJSDKALSD

Topes algún día (?)





Eureka no podía negar que su intención de contactar a HiMERU no era tan superficial como inicialmente había parecido. Tampoco era nada altruista: no buscaba acercarse a él por la preocupación que sentía por Rinne… que sí, estaba presente, pero no era el motivo principal detrás de sus acciones.

Lo que realmente quería investigar era los sucesos que habían ocurrido el fin de semana. No le agradaba tener que molestar a alguno de los involucrados, pero tal vez era más fácil enterarse de los detalles gracias a una tercera persona. Aun así, eso implicaba confiar en que HiMERU y Rinne eran más cercanos de lo que aparentaban… y a juzgar por la breve interacción que tuvieron en la tarde, algo le decía que su relación era como la de perros y gatos.

La HiME soltó un hondo suspiro, irritada consigo misma por no tener las agallas suficientes para ir y conversar con la única persona que sería capaz de resolver sus dudas…

Claro, sin sentir que lo incomodaba en el proceso.

Se detuvo en seco antes de volver a suspirar. No quería seguir deprimiéndose en vano.

En vez de continuar dándole vueltas al asunto, optó por darle un sorbo a su batido de fresa para despejarse un poco. A esas horas de la noche, el centro comercial a pocas cuadras de Hanasaki estaba repleto de estudiantes que salían de sus clases en busca de comida y de diversión. Eureka admitía que era entretenido sentarse en una banca a observarlos, identificando a los nuevos alumnos que se perdían por los pasillos del mall, a los veteranos que gustaban de armar barullo por donde pasaban y a los estudiantes obsesionados con las calificaciones que iban al patio de comidas solo para continuar con sus pendientes.

Sonrió divertida, recostándose un poco en la pequeña mesa del café en el que se encontraba pasando el rato. Era uno de esos locales abiertos en el mall, donde el puesto se encontraba al medio del largo pasillo de tiendas y negocios.

La costumbre la motivó a revisar su celular sin realmente querer hacerlo, y encontró que en la pantalla del móvil yacía una notificación de un mensaje sin revisar. La emoción que la invadió al especular que podía ser de HiMERU la llevó a dejar el batido en la mesa y a coger el teléfono con las dos manos, pensando en la posible respuesta que redactaría—

Ah.

El emisor no era HiMERU.

Era… ¿Miharu?

Quote
Hola, Eureka. Soy Miharu. No se si andabas buscando a Mona, pero lo encontramos durmiendo en tu antiguo cuarto hace unas horas. El tema es que… tenemos un “pequeño” problema. ¿Podrías venir a recogerlo?
Gracias.

“…” La incomodidad que sintió al ver el mensaje del hermanito de su ex se esfumó de inmediato y dio paso a la confusión. ¿Acaso Morgana había estado durmiendo allí todo el fin de semana? Eso no tenía sentido. Más allá de sus actividades, Eureka siempre había podido invocarlo.

Aunque no recordaba si había intentado hacerlo durante los sucesos que transcurrieron el sábado por la noche, había dedicado un par de horas a eso luego del encuentro con Crazy:B… y había sido en vano.

Sin duda, todo era muy extraño.

Tal vez… ¿alguien lo había secuestrado?

No le quedaba de otra que conversar con él.

Pero…

¿Cuál era el “pequeño” problema que Miharu había mencionado?





Lo primero que notó al despertar en medio de las penumbras fue el rostro de la persona que más odiaba a tan solo unos centímetros de su posición.

Tal parecía que en algún momento de la tarde —o noche—, Tatsumi se había rendido ante el cansancio y había optado por tomar una siesta en la misma cama que él ocupaba. Tenía sentido: se veía algo agotado y había dicho que tenía el resto del día libre… lo que podía significar que ya había planeado dormir por unas horas sin que nadie lo moleste. HiMERU se habría sentido culpable por robarle horas de sueño de no ser porque su odio era mayor que su empatía y eso le impedía arrepentirse de su falta de buenos modales. No veía nada malo en aprovecharse de su hospitalidad.

Cuando intentó incorporarse en la cama, HiMERU se percató del brazo de Tatsumi que rodeaba su cintura. El idol luchó contra los pensamientos intrusivos que amenazaban con apoderarse de él y para suerte de todos, logró ganar y evitar un desastre.

No podía causarle más problemas a su hermano… y, sin duda, un asesinato en sus antecedentes penales se vería negativo.

“…” HiMERU bostezó en silencio, un rezago sutil de su fatiga. Pese a la migraña y al mal rato al lado de Tatsumi, el idol había gozado de un sueño reparador. Las horas de descanso le habían sentado bien y al fin podía regresar a su cuarto a terminar sus pendientes.

Sus movimientos, al parecer, despertaron a Tatsumi, quien se restregó los ojos un poco confundido y se levantó de a pocos hasta quedar sentado a su lado.

“Mm…” Tatsumi se demoró mil años en notar su presencia. “¡AH! ¡HiMERU-san! Disculpa, no debí…”
“No hay problema,” se forzó a contestar, pese a su enojo. “Es tu cama, Tatsumi. Nadie te impediría descansar en ella… y es probable que ni le hayas preguntado a HiMERU al respecto por no querer interrumpir su sueño. Se aprecia el gesto y te agradece por ello.”
“Me alegra verte mejor, HiMERU-san.” Tatsumi sonrió. “Debo suponer que ya no tienes migraña.”
“Sí.” HiMERU levantó las colchas y luego, buscó sus botines en el suelo para colocárselos de nuevo. “HiMERU te vuelve a agradecer por tus cuidados.”
“Ah, no es nada. Es lo mínimo que puedo hacer por un amigo.”
“HiMERU y tú no son amigos,” mencionó, a la vez que agarraba sus pertenencias en la mesa de noche y, después de guardarlas en sus bolsillos, se paró de la cama. “Son solo colegas.”
“Nuestra historia dice lo contrario, HiMERU-san.” Tatsumi lo miró con ternura desde la cama… y HiMERU se aguantó las ganas de vomitar.

Esa escena era demasiado hogareña para su gusto. Junto a las palabras de su rival, sonaba como si el vínculo entre ambos fuera más fuerte y estrecho de lo que realmente era. A HiMERU le incomodaba la idea de que su hermano y Tatsumi hubieran tenido ese tipo de ~relación~. Y aunque era común que Kaname le ocultara ciertas cosas, HiMERU sabía que un chico inocente como él no podía guardarse algo por mucho tiempo.

Todo indicaba que Kaname se había sentido atraído por el peliverde, pero nunca llegó a pasar nada entre ambos.

“…” Su hermano tenía terribles gustos, sin duda. “En fin. Gracias,” comentó HiMERU, camino a la puerta. “HiMERU te debe una, Tatsumi.”
“…” Tatsumi pareció querer decirle algo más, pero solo le esbozó una sonrisa. “Hasta luego, HiMERU-san.”




« Last Edit: February 16, 2023, 12:48:21 PM by Eureka »


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #893: January 31, 2023, 05:26:27 PM »
Entre ires y venires, el tema de las reuniones familiares inexplicable y agobiantemente se volvió más rutinario de lo que pudiera resistir.
Lamentablemente Cain estaba entrando en la radiante edad de hacerse más (mucho más) responsables de todos los asuntos familiares como primogénito de su línea y heredero primario de la línea de sucesión y su abuelo inesperablemente estaba entrando en la edad (o más bien usando esa justificación) para ir desligándose de algunas obligaciones de la Dinastía Lancaster.
Esto se traducía en un montón de viajes entre Tokyo y Londres que Cain debía realizar casi semana por medio, más todo lo que debía resolver en Japón con el tema de los Rebels y los ya establecidos deberes con los Lancaster, a esto se le sumaba nuevas exigencias de parte de su dinastía.

“Que van a abrir un nuevo Hotel Lancaster y debe darle el visto bueno”

Sí, le pareció bien y firmó la aprobación, pero mandó a Henry a inaugurarlo, porque a Cain no le gustaba el espectáculo y a Henry mucho menos, pero Henry era su peón.

“Que nació la hija de su prima lejana, en Francia”

¿Una tarjeta de saludo bastaba? Su abuelo casi lo mata cuando le dio esa propuesta. Para el patriarca Lancaster no había nada más importante que una nueva vida que manipular y estimaba que una simple carta de felicitación de parte de su nieto Cain no bastaba. Entonces envió a Arthur a presentarse en la casa de su prima en Francia y manifestar su bienvenida a la criatura y darle algunos pocos regalos (porque Cain era millonario pero tacaño) a modo de felicitaciones.

“Que se necesita su firma para proceder con los negocios del Gran Lancannia”
Ah, ese sí le gustaba así que fue presencial a supervisar que todo estuviera bien.

Al menos, las obligaciones en su Casta le daban la justificación para no estar en los laboratorios con Liebheart. Total, él podía sofocarlo todo lo que quisiera en Rizembool, pero al ser Lancaster y Liebheart una discreta alianza, el Lienheart no podía monopolizar los tiempos del señorito Lancaster en sus tierras.

Apenas llegar al aeropuerto fue trasladado por un chofer de los Lancaster, a Lancannia. Fingió dormir durante el trayecto, porque, ¿cuándo era que dormía de verdad? No importa.
Cuando llega a la sede principal de la familia Lancaster, inmediatamente es abordado por un montón de empleados que van recibiendo sus maletas, le quitan la gabardina para colgarla, le reciben los guantes que se despoja, el sombrero, demás.
En poco tiempo Cain Lancaster dejo de ser el adolescente prometedor y un tanto peculiar en personalidad a convertirse en el todo un señor de la realeza.

Y es que a sus veintiún años iba abarcado mucho.
Quizá al comienzo la crítica fue que no tiene compromiso de relación con ninguna chica de familia adinerada y que su padre a su edad ya tenía a Cain y a Henry, pero también era una gran ventaja no forzarse a tener compromisos tan precipitados como los que tuvo su difunto padre.

Después de acordar algunas instrucciones con sus empleados, va al despacho principal de los Lancaster y como ha de esperar su abuelo está allí. A Cain le llama la atención encontrar a su tío Anastacius en el despacho, puesto que él no estaba vinculado en buenos términos a los Lancaster, los más tradicionales lo consideraban demasiado… impredecible y envidioso como para tenerlo cerca. Y el mismo Anastacius se apartó de los Lancaster para abrir su propia línea de negocios en Alemania.
Pero desde la última reunión en que sí lo invitaron, volvía a estar presente en Londres.
A su tío Anastacius lo conocía poco, prácticamente lo había visto como tres veces en su vida después de su auto exilio y ostracismo dentro de la familia. Era un secreto el por qué el rubio se había marginado y lo habían marginado de los Lancaster. Las malas lenguas decían que intentó matar a su padre y falló, que luego intentó matar a su hermano mayor y fallí, y que, finalmente, en desquite, trató de matar a su hermano menor y falló.
Otros rumores peor intencionados dictaban que Anastacius volvió loca a Eris, la esposa de Alec (el padre de Cain) e hizo que quemara la mansión para matarlos a todos. También decían que él le dio veneno para que muriera, pero ninguna historia tenía lógica.
Eran sólo rumores.
En fin, la inusual cara de pocos amigos en Anastacius era rara esa tarde, porque Anastacius siempre era cínico y mentiroso y andaba con una sonrisa en su rostro para engañarlos a todos. Pero ahora estaba sentado allí, hastiado, evidentemente molesto en silencio, apretando sus dedos en el sillón de cuero.

¿Qué estaba pasando?

El patriarca termina de revisar minuciosamente los contratos que tiene sobre el escritorio, no firma sin antes revisar varias veces, a momentos le da sorbos a su vaso de whisky añejado y sólo cuando se toma el tiempo necesario para los papeles termina y ve a su nieto.

—Ya tomé la decisión. — habló Gilbert.
—¿De qué? — pregunta Cain, un poco inquieto y paranoico pensando que trama algo contra él (¿) porque con su abuelo siempre es un Lancaster v/s Lancaster.
—Tu tío Anastacius tiene esa cara de estreñimiento porque he decidido con quien lo voy a casar.

“¿Lo voy a casar?” ¿Acaso su tío Anastacius no estaba algo viejo como para que lo estén casando?

—Supongo que tengo derecho a saber quién es la afortunada…— gruñe con una falsa sonrisa Anastacius, odiando profundamente a su mal parido progenitor. “Me casa a mí, pero a su protegido Claude no lo sacrifica”
—Roxana de Agriche. 
—¿Una francesa? Y peor aún, ¿una Agriche? Evidentemente soy tu hijo favorito para escoger a la loca Agriche como mi futura esposa. — dijo con sarcasmo. —Supongo que los locos Agriche desembolsaron una gran fortuna para que accedas a casar a tu hijo con esa… persona.
—…— Cain no sabe exactamente que hacer porque en su mente expresa “¿Qué hago yo aquí?
—La dama Agriche fue ella misma quien se propuso como tu futura esposa. Incluso fue ella misma quien ofreció una desorbitante suma de dinero para honrar la vinculación de los Agriche con los Lancaster.
—Me rehuzo a tal insulto.
—Ja.
—A menos que todo ese dinero sea para mí, claro.
—Sabes muy bien que tienes una enorme deuda monetaria con la casa de los Lancaster.
—¡Yo también soy un maldito Lancaster! — se para ofendido e irritado, encarando a su padre en el escritorio.
—Sólo de nombre. Ese espíritu corrompido por la negación y oscuridad te deja muy lejos de los ideales de los Lancaster.
—Por favor, padre. Justamente los Lancaster somos el sinónimo de todo lo malo en un ser humano. Soy fiel reflejo tuyo, pero sin tanta psicopatía.
—Anastacius, no seas ridículo y contrólate.
—Es a mí a quien lo van a ofrecer a la loca de patio. Mi dignidad, mi integridad, los demás se reirán de esta enferma unión, me van a apuntar diciendo que me dieron lo peor. Esa mujer orate va a ser la madrastra de mi único hijo, ¿cómo quieres que reacciones?
—Je…— Gilbert sonrió de lado, las palabras de Anastacius estaban llenas de falsedad. La repentina fuerza paternal de Anastacius era muy pobre, porque su hijo Epel prácticamente se crió solo y cuando Epel tuvo diez años él se hizo cargo de Anastacius, más bien. A Anastacius sólo le importaba el dinero, por eso reaccionaba así.
—Mínimo si voy a aguantar compartir mi vida con ella, quiero todo el dinero de sus arcas.
—Allí está. — Ahora Gilbert mira a Cain. —Pon atención a esta enseñanza, luego tú tendrás que hacer lo mismo con tus hermanos cuando busques casarlos.
—¡Esto no es una clase! Estamos hablando de mí. — nuevamente Anastacius reaccionaba indignado. Estaba con unas ganas enormes de tomar la botella de su padre y rompérsela en la cabeza, pero así no era él.
—Te quedarás con el diez por ciento del dinero ofrecido a la casa Lancaster por tu soltería. 
—Es una burla.
—Ella ofrece además dejar sus herencias a tu hijo Epel, porque no piensa tener hijos biológicos.
—…— Eso era nuevo. A Anastacius su padre siempre le recriminó tener un solo hijo, a diferencia de su hermano Alec que tuvo como ocho.
—Y hacerse cargo de todos los gastos de Epel desde este momento.
—¿Y yo?
—Siempre tan egocéntrico…— suspira Gilbert. De verdad que Anastacius no tenía nada de sentido de paternidad porque para él sólo era él. —Agriche se compromete a hacerse cargo de ti. De tus gastos excesivos, de tus gustos excéntricos, incluso refiere que no tiene problemas con tus… peculiar estilo de vida. — y dicho esto, dejo un poco más callado a Anastacius, quien no quería que su padre hablara de más en frente de su sobrino (y rival) Cain. —Diez por ciento es muy poco.
—La mujer se hará cargo de ti, de mi nieto Epel, y te toca el diez por ciento. Eso es lo justo. No ofreceré más para ti. Entonces no se diga más.
—Pero…
—Mi querido nieto, así se hacen los negocios. — vuelve a hablar con Cain.
—No soy un negocio. — reclama Anastacius —Y si me haces esto, hacedlo a Claude también. — porque no perdía oportunidad para tratar de atacar a su hermano menor.
—Tenemos que organizar una boda. Preparemos la lista de invitados. — concluyó el patriarca.

A Cain le dio una sensación de escalofrió. Porque, así como lo hizo con su tío, le daba la impresión que Gilbert lo haría con él.
Anastacius reclamó un poco más, y amenazó discretamente a su padre con “a traición” luego se retiró porque, quien sabe qué demonios tenía que hacer, pero salió porque supuestamente tenía una cita de negocios.

—¿Puedo saber cuál es el secreto que guarda tan intensamente Anastacius y con el que tú puedes manipularlo? Ya voy siendo parte del señorío Lancaster y una de las pocas ventajas es ir conociendo los secretos familiares.
—Que chismoso. — bromeó el peliblanco.
—Es necesario que lo sepa para tapar las vergüenzas de mis familiares si así lo amerita.
—¿Recueras la investigación de hace años que hizo esa periodista? ¿Sobre los rumores de drogadicción, canibalismo y prostitución dentro del círculo oscuro de los Lancaster?
—…Que. —
—Jeje, broma. ¿Cómo van a ser verdad? Debiste ver tu expresión. En fin. — juntó sus palmas. —Nos toca organizar una boda. Claro, la parte que le corresponde a los varones. La parte cursi se la dejamos a las mujeres Lancaster.







Mery

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #894: January 31, 2023, 10:56:54 PM »
Los topes se fueron de sabático





Luego de una interminable semana de exámenes, Kentin regresaba a su departamento cansado. Había ido a comer algo ligero con algunos de sus compañeros de carrera, los que eran mayores sugirieron continuar la celebración en un bar, pero Kentin estaba aún a varios meses de cumplir los veinte, por lo que declinó la invitación. Con la promesa de reunirse pronto, se separó del grupo y eran apenas las 8pm cuando llegó a su puerta.

“Bienvenido.”

No fue una sorpresa que Alexy ya se encontrara allí, pero sí lo fue verlo bebiendo algo que se le hacía muy familiar.

"¿Encontraste mi vino?"

Alexy sonrió alzando una copa de cristal. "Sorry, pero debes admitir que no te esforzaste mucho por ocultarla."

Kentin frunció las cejas. Aquel era un vino francés que le habían enviado sus padres al término de su primer ciclo, lo había dejado en su empaque original casi olvidado al fondo de un estante. No lo ocultó a propósito, agradecía el gesto por parte de su familia, pero él no era realmente afín de las bebidas alcohólicas en general.

“Es bueno.” Dijo el peliceleste meciendo con delicadeza el contenido de la copa antes de darle un ligero sorbo. “Perdón, de verdad, intenté llamarte pero tu celular está muerto…”

Al escucharlo, de inmediato Kentin palpó sus bolsillos en busca del aparato, confirmando lo dicho por Alexy. Había estado escuchando música desde el mp4 que usaba cuando hacía ejercicio y no se fijó en la batería.

“No me di cuenta, pero aún así, no debiste.” Kentin tomó asiento al otro lado de la mesa donde estaba Alexy y habló con más seriedad, aunque era evidente que realmente no era algo que le molestara.
“Lo sé y te lo pagaré, pero aquí somos menores de edad, ¡nos quedamos sin opciones!”
“¿…somos?”

Alexy asintió y movió la cabeza para señalar el sofá que Kentin hasta ese momento ni había mirado. Allí vio un bulto cubierto por la manta que Alexy usaba para abrigarse cuando se quedaba hasta tarde para estudiar o ver una película.

“Somos.” Reafirmó Alexy.
“¿Alice-san?” Preguntó Kentin alzando la voz tentativamente.
“No puede oírte, está seca como un tronco. Créeme ya lo intenté.”
Kentin lo miró horrorizado. “¿¡Tanto han bebido!?”
“No no, para nada, ¿crees que soy idiota?” Alexy lo miró ofendido. “El vino lo debes tomar con calma, disfrutarlo, no es agua que te pasas por litros y ya.”

Kentin se tranquilizó y observó el suave movimiento de la manta al subir y bajar al ritmo de la respiración de la joven, su rostro estaba oculto hasta la altura de la nariz, pero parecía estar bien.

“Entonces , ¿cómo es que…?”
“Está cansada, fue un día agitado, ¿sabes? Alice no resistió más de media copa luego sentarse en el sofá y dejar que su cuerpo se relajara.”

Era cierto, no habían consumido mucho, más de la mitad de la botella seguía llena, lo que resultaba aún más confuso. Eso sólo quería decir que Alice era exageradamente débil al alcohol o, de hecho, había un factor que no estaba tomando en cuenta. Al pensar en eso, Kentin volvió su atención a Alexy, que miraba distraídamente la copa en su mano.

“¿Estás bien?” Preguntó Kentin confundido.
“Sí.” Respondió el otro con demasiada rapidez. “Pero necesito pedirte un favor.”
Kentin lo miró con atención. “Claro, dime.”
“¿Podrías…?” Alexy apretó los labios y giró para ver a Alice. “Podrías cargarla hasta mi cuarto?”

Kentin ladeó la cabeza. “Sí, no hay problema.”
“Sé lo más delicado que puedas, por favor. Lo intentaría yo, pero siendo sincero no estoy en condiciones de hacerlo.”

Era extraño escuchar la voz de Alexy en un tono tan neutro, como si se le hubieran acabado las energías. Tragando saliva, Kentin asintió y se puso de pie, Alexy lo siguió un poco después.

Mientras retiraba la manta que cubría a la chica, Alexy volvió a hablar:

“Y cuidado con dónde pones las manos, jovencito.”
Aunque era una advertencia, había algo de buen humor en sus palabras, Kentin suspiró sin darse cuenta.
“Lo sé, lo sé.”
“Sé muy respetuoso, después de todo, es una princesa.”
Kentin sonrió y alzó a Alice con cuidado. “Sí, todas las mujeres lo son.”
Alexy movió la cabeza un poco. “Ajá, pero especialmente ahora lo es.”

Kentin lo miró sin comprender, Alexy abrió la puerta de su cuarto y esperó a que Kentin depositara a su amiga sobre la cama y la arropó antes de continuar.

“Es una HiME.” Repitió haciendo mayor énfasis en aquella palabra.
Kentin abrió los ojos con asombro y preocupación, pero no logró decir nada antes de que Alexy se apresurara a sacarlo de la habitación.
“Te explico afuera, ¿ok? De verdad quiero que duerma.”
“Dios mío…”


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #895: February 01, 2023, 10:43:00 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 11857 palabras
Kana :: 1745 palabras
Eureka :: 1130 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 1144 palabras
Mery :: 784 palabras
Apple :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #896: February 28, 2023, 11:10:04 AM »
jaSDKLAS queria escribir ms pero sera pal otro mes

topes… algun dia





Quién diría que algún día llegaría el día en que regresar a esa mansión sería como ir a visitar la casa de una familia de extraños.

Sabía que estaba siendo un poco exagerada: algunos miembros de la familia de Lelouch, como Yoite y Miharu, siempre estarían dispuestos a recibirla en su hogar, pase lo que pase. Y eso que no estaba contando a sus amigos, los inquilinos… Sin embargo, Eureka no podía ignorar la punzada de dolor que se hizo presente al pararse frente a las rejas de la residencia. Unos meses atrás contaba con una llave para entrar hasta al patio… ahora debía tocar el timbre y esperar a que le contesten.

Para su suerte, la voz y la imagen en el intercomunicador le pertenecían a nada más y nada menos que Hizumi, quien sonrió al reconocerla.

“¿Eu? ¿Qué haces por acá?”
“Ah… vine por Mona. ¿No te contó Miharu?”
“¡Cierto! Está acá desde ayer, pero…”
“¿Pero?”
“…Mejor entras y tú misma lo ves.” Hizumi suspiró. “Espera, te abro.”

Un sonido conocido retumbó en el silencio de la calle y la reja se abrió con el paso de tortuga que la caracterizaba. Aún seguía sin entender cómo no se habían animado a hacer una reja pequeña para poder ingresar a la mansión sin tener que abrir la del estacionamiento.

Bueno, tenía sentido: así eran todas sus residencias en Inglaterra. Los Vi Britannia estaban acostumbrados a ingresar a todo lugar con sus carros.

Mientras atravesaba la rotonda y la pileta, Eureka soltó una risa para sí misma al recordar la ironía detrás de todo: Lelouch y su familia habían pasado gran parte de su estadía en Japón sin un vehículo… recién le dieron uso a las facilidades vehiculares de la casa cuando compraron uno ese mismo año. Los ricachones podían ser muy idiotas a veces.

Encontró a Hizumi apoyado en el marco de la puerta principal, ondeándole la mano de una forma tan casual y hasta… nostálgica. Allí fue que se obligó a ser sincera consigo misma: extrañaba mucho vivir en esa mansión. Extrañaba tener a sus amigos a un paso de todo. Extrañaba los desayunos ruidosos y las actividades grupales que a veces realizaban, como ver una película o cocinar una parrillada entre todos.

Fueron momentos hermosos de su juventud que nunca más volverían a repetirse. Y sabía que sí, que los podía volver a vivir con otra gente y en otro lugar, como había sido el paseo por el cumpleaños de Oikawa. Pero… nunca sería lo mismo. La familia de Lelouch la había acogido como si fuera una más, aun cuando no había nada formal que los uniera. Y con el paso del tiempo, el resto de sus amigos que se mudaron a la mansión pasaron a formar parte de ese clan.

Eureka se aguantó las ganas de llorar: estar en frente de un lugar tan significativo como ese la ayudó a entender que no había superado nada. Era más fácil jactarse de haberlo hecho cuando no tenía que interactuar con estas personas o venir a la mansión por algún motivo en especial. Sin duda necesitaba una cita con su terapeuta lo más pronto posible.

Al acercarse a Hizumi, se restregó los ojos para evitar que las lágrimas salieran. El abrazo que su amigo le dio fue la oportunidad perfecta para esconder su rostro.

“Wow, hace tiempo que no te pasas por aquí,” comentó Hizumi, sorprendido. “Supongo que recién caigo en cuenta de eso.”
“O-obvio, no tengo nada que hacer en este lugar,” dijo ella. Su intención había sido que fuera una broma, pero terminó sonando muy deprimente. “En fin. ¿Dónde está Mona?” Le preguntó al separarse de él.

Hizumi observó sus ojos rojos y optó por no mencionar nada al respecto. Eureka le agradeció en silencio.

“¿No me vas a preguntar cómo estoy?” Hizumi hizo un puchero. “No nos vemos todos los días. ¡Y soy tu mejor amigo!”
“…” Eureka rodó los ojos. “Sabes que tú también puedes buscarme, ¿no?”
“Sí~” Hizumi le sacó la lengua. “Te estoy jodiendo. Por cierto, estoy bien.”
“Me alegro. ¿Qué tal el trabajo?”
“Ahí.” Hizumi suspiró. “Matado, pero gano mis chibilines y eso es lo que importa. Además, no estoy solo.”
“Oh, cierto que Kanone trabaja contigo. ¿Todo bien entre ustedes?”
“…Es un poco raro que hablen de alguien sin que esté presente,” una voz interrumpió su conversación. Al cabo de unos segundos, el rey de Roma apareció por el pasillo, dándoles el encuentro en el lobby. “Hey.” Kanone la saludó con una brillante sonrisa en el rostro y el suave ondeo de su mano.
“¡Kanone!” Eureka se lanzó a abrazarlo, emocionada. Kanone la recibió con el mismo cariño de siempre, dándole un par de palmaditas en la espalda. Al separarse, Eureka le sonrió. “¿Cómo estás?”
“¿¡Qué!? ¿¡A él si le preguntas cómo está!?” Hizumi se indignó ante la reacción de su amiga.
“Fue un acto reflejo.” Eureka rio.
“Haha~ Tal vez Eureka tiene preferencias.” Kanone se le unió en las risas. “¿Qué te trae por acá?”
“Vine por Mona. Miharu me llamó y me dijo que tenían un ‘pequeño problema’.”
“¿Mm?” Kanone se veía perdido. “Hizumi, ¿sabes algo?”
“Sí, un poco. Pero Miharu ha estado más pendiente de Morgana que yo. Ayer tuve turno full-time y no estuve en la casa.”
“¿Está Miharu?” Preguntó Eureka. “Me gustaría hablar con él.”
“Sí. De hecho, me sorprende que no te haya recibido, si fue él quien te contactó…” Hizumi se mostró pensativo. “Pero bueno. Kanone, llama a Miharu. Debe estar en el segundo piso. Yo llevaré a Eu donde Mona.”
“…Está bien.” La expresión confundida de Kanone no se inmutó en lo absoluto. “Los alcanzo.”

Hizumi cerró la puerta y condujo a Eureka a través del conocido camino del pasillo que la llevaba a su habitación. Era un trayecto que había recorrido incontables veces: solo tenía que caminar unos metros a través del corredor para llegar a su lugar seguro, el cuarto que estaba detrás de la última puerta a la derecha.

En el camino, la HiME se animó a preguntar lo impreguntable.

“Uh… está… ¿Está Lelouch?”

Aquellos segundos de silencio se le hicieron eternos.

“Sí,” dijo Hizumi, un poco incómodo. “Está en su cuarto. No sé si sabe que venías, pero si quieres evitarlo, podrás hacerlo sin mucho esfuerzo. Mandé a Kanone a que llame a Miharu para ahorrarte esa posible coincidencia de encontrarte cara a cara con él.”
“Jah…” Eureka suspiró hondamente. “No, está bien. No quiero cruzármelo. Gracias por tomarlo en cuenta.”
“Tranquila.” Al llegar al cuarto, Hizumi se giró hacia ella. “Entiendo bien ese sentimiento. Bueno, algo parecido. Kanone no es mi ex.”
“¿Aló?” Eureka se aguantó las ganas de matarlo.
“Sí, sí, tal vez debí tener más tino, yada. Pero sabes que nunca me he guardado las cosas contigo. Y así, tú también conmigo.”
“Mm.” Eureka asintió. “Aprecio la sinceridad y los chistes desatinados.”
“Hehe~ Yo diría que los amas~” Hizumi canturreó, divertido.

Giró la perilla en sus manos y abrió paso al antiguo cuarto de la chica. Eureka no pudo prestarle atención a las condiciones de la habitación porque toda su atención se posó en el ente echado feliz en su cama.

Morgana se veía bien, hasta un poco más gordo y más feliz, pero lo que más llamaba la atención de su apariencia era… su forma. No era el gato negro de siempre. Era su versión de combate… su aspecto original.

Ah.

Ese era el “pequeño” problema.

“¿¡Mona!?”
“¡¿Eureka-dono?!” Morgana saltó de la cama e intentó ocultar la tabla de sushi y nigiri que andaba comiendo de lo más feliz.
“Eh. Qué buena vida la de algunos. Despanzurrados comiendo sushi sin ninguna preocupación en absoluto.”
“E-Eureka-dono, no es lo que crees—”
“Uj. Miharu me preocupó por gusto. Podrían habérmelo mandado en un Uber como un peluche y ya. No tenía que venir a la mansión—”
“Bueno, yo los dejo tener su pelea en paz…” Hizumi le sonrió a ambos. “Good talk~”
“¡Oye! ¡No te escapes! Cuéntame todo mientras esperamos a Miharu.”

Los pasos que bajaban por las escaleras le indicaron que la estrella de aquella incómoda situación no demoraría en llegar a conversar con ella. Dicho y hecho, en cuestión de un minuto, Miharu se asomó por el marco de la puerta, acompañado de Kanone.

“Wow, hay más gente de lo esperado,” comentó el menor, observando a todos los presentes.
“Uh… yo me puedo retirar, si gustan,” ofreció Kanone.
“No, tranquilo.” Eureka suspiró. “No es necesario. Ahora, quiero que el gato hable y diga la verdad.”
“¡No soy un gatooo! Y… no sé a qué te refieres.” Morgana se veía un poco perdido.
“Bueno, yo puedo ponerlos a todos en contexto,” comenzó Miharu. “Ayer en la mañana, escuché ruidos que provenían de aquí. Cuando vine a chequear, encontré a Morgana en ese estado, durmiendo en tu cama.”
“…Oookay.” Eureka asintió. “¿Solo eso?”
“Solo eso.” Miharu observó a Morgana. “Intenté levantarlo, pero recién pudo despertar hace unas horas.”
“…Sí.” Morgana se veía un tanto avergonzado por ello. “Recién me desperté hoy en la tarde. Ni bien lo hice, quise conectarme contigo, Eureka-dono. Pero siento que algo está bloqueando mis poderes.”
“Eso tendría mucho sentido. Intenté convocarte hace unas horas y nada.”
“…Mm. Qué raro,” comentó Kanone, intrigado. “Y supongo que no puedes regresar a tu forma de gato.”
“Ese es otro problema,” dijo Morgana. “Intento y es por gusto, no puedo cambiar de aspecto.”
“…” Eureka suspiró. “Bueno, no hay nada que hacerle. Al menos estás bien… tanto como para comerte no sé cuántos cortes de sushi y nigiri.”
“¡Tenía hambre!” dijo Morgana. “Miharu-dono fue muy amable y me trajo comida.”
“Cortesía de Yoite que, por cierto, te manda saludos, Eu. Está terminando de preparar la cena y por eso no puede venir a saludarte. Pero podrías quedarte…”
“Tal vez no sea un buen momento, Miharu,” le dijo Hizumi. “Tu hermano está y—”
“Ese idiota.” Miharu se cruzó de brazos. “Lo obligaré a cenar en su cuarto—”
“…” Un impulso motivó a Eureka a moverse antes de pensarlo y abrazó a Miharu, sonriendo enternecida. Agradecía su gesto, pero ese no era el mejor momento para compartir con ellos.

El abrazo la ayudó a notar lo mucho que el menor había crecido. Era tan extraño… aún recordaba cuando Miharu era más pequeño que ella. En algún momento, el chico había dado un estirón, llevándole al menos una cabeza. Sin embargo, ciertas cosas no cambiaban: seguía siendo igual de engreído que siempre. Y, debajo de sus diabluras, la HiME podía ver que el menor seguía preocupándose por sus seres queridos.

“Gracias, Miharu. Prometo ahora sí que vendré a cenar con ustedes pronto,” ofreció ella, separándose de él.
“¿En serio?” Miharu la observó, preocupado. “Puedo planearlo todo para que no tengas que cruzarte con Lelouch—”
“Ese es el tema.” Eureka desvió la mirada hacia un lado. “No puedo seguir evitándolo como si fuera una plaga. Tengo que enfrentarme a la realidad. Debo… aprender a llevar la fiesta en paz.”
“Bueno, eso es relativo,” dijo Kanone. “Tienes todo el derecho a evitarlo si gustas. Siempre podemos salir a comer todos. De paso Yoite-san también descansa.”
“Oh, buena idea.” Miharu asintió. “¡Hagan un grupo en WhatsApp!”
“Yo me encargo,” dijo Hizumi. “Pero será otro día. Eureka tiene cierto problema que resolver…” comentó, observando de reojo a Morgana.
“…” El child solo suspiró.
“¿Por qué no me lo mandaron por Uber?” Eureka se cruzó de brazos. “Habría sido más fácil.”
“Miharu quería verte,” confesó Hizumi… y recibió un codazo por parte del mencionado. “Ay, ¿qué tiene?”
“Nadie te pidió tu opinión.”
“¿Pero no es una opinión…?”
“Ya, ya.” Kanone intentó calmar los aires. “Supongo que Eureka tiene cosas que hacer.”
“Mm.” La HiME asintió. “Tengo que ver qué pasó con Mona durante el fin de semana. Creo… que debo ir a visitar a otra persona.”
“¿A quién?” Preguntó Hizumi, curioso.
“Ah, nada, no te preocupes,” le aseguró ella. “Prometo que no me he vuelto a meter en problemas.”
“Eso espero.” Kanone no se veía muy convencido del todo.
“¡Es en serio!” aseguró ella. “En fin, ya me voy. Mona, deja el nigiri.”
“¿No lo puedo empacar para llevar?”
“…Está bien. Te espero en la puerta.”

Hizumi y Kanone la acompañaron a la entrada, donde se pusieron a conversar con ella sobre la venida de los exámenes y las últimas novedades de sus vidas. Por supuesto, Eureka no mencionó nada respecto a los eventos del fin de semana pasado o su encuentro con Beowulf. Le molestaba tener que ocultarles cosas, pero no quería preocuparlos de más. Contempló contarles todo cuando tuviera más control sobre la situación… y aquella simple idea sirvió para calmar sus ansiedades.

Al cabo de unos diez minutos, Yoite, Miharu y Morgana se hicieron presentes en el lobby. El child llevaba en sus patas una bolsa llena de tápers de comida: tal parecía que Yoite se había preocupado por ellos y les había regalado algo de la cena… aparte del sushi y los nigiris.

“Un gusto volver a verla, señorita Suoh.” Yoite le sonrió, haciendo una leve reverencia. “Me alegra que esté bien de salud.”
“Lo mismo digo. Qué bueno que todos están bien.” Eureka le devolvió la sonrisa.
“Le empaqué un poco de la cena junto al sushi de Morgana. Espero que les guste.”
“Ah, no era necesario… pero muchas gracias. Extrañaba tu sazón.”
“Eso le dije~” canturreó Miharu, tirando de la mano de Yoite. El mayor se giró a observarlo. Se veía muy feliz por su amo y pareja.
“Bueno, ahora sí me voy.”
“Señorita, si gusta, yo podría—”
“No, ya los molesté un montón. Tomaré un Uber de regreso a la mansión HiME.”
“Yo te lo pido,” ofreció Hizumi.
“¡Ah! Genial, gracias.” Eureka sonrió.

Hizumi se dispuso a pedirle el taxi en medio de una conversación breve y amena entre todos. Al cabo de unos minutos, Yoite se despidió de la HiME puesto que tenía que servir la cena. El Uber no demoró en llegar y Eureka les sonrió, ondeándoles la mano a manera de despedida. Morgana se hizo pasar por un peluche y su HiME lo cargó con un brazo. La mano que tenía libre llevó la bolsa de comida.

El camino a través de la rotonda se le hizo más corto y rápido en comparación a la llegada. Eureka confirmó la placa del taxista y se subió sin más, colocando los “paquetes” a un lado de su asiento.

En un instante, sacó su celular y ubicó el número de Rinne.

El miedo a sacar a colación los sucesos del fin de semana se había disipado al enterarse de que Morgana tampoco podía usar sus poderes. Tal vez… el idol tenía que ver con todo. Sus poderes de rebel podrían haber bloqueado algún tipo de energía, tomando en cuenta que la tecnología de Rizembool y la magia de Hanasaki eran repelentes.

Tenía que hablar con él… y tenía que hacerlo pronto.
« Last Edit: June 19, 2023, 02:13:34 PM by Eureka »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #897: February 28, 2023, 05:15:00 PM »
Uhh, pensé que lo terminaba, tendré que venir otro día con la última parte.

109.1.


El evento para los principiantes en ES había terminado hace alrededor de una hora. Luego de despedirse de las princesas, Hiiro y Kotegiri regresaron a la habitación. En el caso de Hiiro, este de inmediato se vistió con un buzo y fue a trotar por el perímetro del área de dormitorios.

Fuera de los edificios, se podía apreciar un sendero rodeado de amplios espacios de césped semejantes a una pradera. En parte del trayecto, dicho sendero llevaba a los transeúntes cerca de uno de los bordes de la isla, de donde podía ver las luces de la ciudad a ligera distancia.

Hiiro se detuvo un momento para tomar su aliento frente a aquel escenario tan simple y acaparador. El pelirrojo fue absorbido por el cielo naranja y las luces de la ciudad. Alzó su mirada hacia el cielo que perdía calidez y apenas enseñaba las primeras estrellas de la noche. Hacia estas, dio un respiro que le energizó por dentro, y sonrió decidido.

“Gracias, madre naturaleza, pero no soy solo yo,” declaró con ánimos. Comprimió sus puños. “Kotegiri-kun tiene que ver este escenario. ¡Enseguida vuelvo!”

Su trotada se convirtió en corrida, la cual de no ser por la ajetreada actividad que se desmantelaba en ese momento podría haber sido notada por algún miembro de disciplina. Llegó a toda velocidad a su dormitorio en una corrida que habrá tomado menos de diez minutos.

“¡Kotegiri-kun!” Hiiro estampó la puerta contra la pared al abrirla. Ello sobresaltó a su compañero de cuarto, quien no pudo atenderle ya que andaba en plena llamada telefónica con alguien más que igualmente se expresaba con tantas energías.
“¡…así que puedes entender el problema en el cual andamos!” narró la voz al otro lado. Era indudablemente Kuwana. “No tenemos a nadie que nos auxilie y se nos acaba el tiempo. Siento tener que llamarte, pero podría usar tu ayuda. Es una emergencia.”
“Sí, sí, lo entiendo, hermano…” Kotegiri sonrió apenado.
“¡¿Emergencia?!” por su parte, Hiiro se asustó y corrió donde el pelinegro, para gritar al celular. “¡¿Es que acaso las HiMEs han vuelto a atacar?!”
“¡H-Hiiro-kun! ¡No es eso!” Kotegiri se espantó por dicha conclusión. De reojo pudo ver a un par de personas que pasaban por el pasillo mirarles raro a través de la puerta todavía abierta.
“¡Hahaha!” entonces, pudieron oír al mayor reír desde el otro lado de la llamada. “¿Ese es Hiiro? Haha, dile que gracias por subirme los ánimos.”
“Kuwana-san, ¿se encuentra bien?” preguntó Hiiro, todavía atento y despierto.
“Sí, sí, mi vida no corre riesgo ni nada. Es sólo que hay contratiempos y arreglos en el área de agricultura y ganadería y justo coincide con la cosecha de la cual mi equipo está a cargo,” se le oyó dar un suspiro. “Seguro no sonará importante y realmente no lo es para muchos, pero si nos retrasamos podemos echar a perder parte de los cultivos y también estaremos contra el reloj para arar y preparar la tierra…”
“No se preocupe, por supuesto que suena importante,” Hiiro asintió decidido. “El deber de una persona autosuficiente que crece y se alimenta con la naturaleza no sólo recae en pelear y cazar para sobrevivir. Somos quienes somos por labores tan importantes y recíprocas con nuestro entorno como lo son las cosechas y recolección. Kuwana-san, si necesita ayuda recogiendo cultivos, con mucho gusto iré a auxiliarle,” sonrió animado. “No puedo decir que soy experto, pero es algo que sé hacer.”
“Heh, tienes la actitud correcta, chico. Si sigues nuestras instrucciones estás más que bienvenido.”
“¡Sí, por supuesto! ¡Es importante aprender de los superiores!”
“Y ya que tu amigo viene, espero que también te aparezcas, Kotegiri.”
“Claro que sí, Kuwana. De todos modos iré a ayudarte,” a pesar de ser quien sostenía el celular, Kotegiri tuvo que acercarse un poco al mismo ya que Hiiro casi había acaparado el aparato. “¿Cuándo sería un buen día?”
“Pues mañana mismo sería lo mejor, después de sus clases. ¿Cómo andan de tiempo?”
“¡Estaremos ahí!” exclamó Hiiro.
“Eh, tengo que revisar si tenemos alguna actividad en ES…” el pelinegro se incomodó ya que ni tuvo la oportunidad de revisar su calendario de la siguiente semana.
“Vamos, hazme ese favor y yo te lo repongo algún día.”
“No es que tengas que reponerme nada, sólo quiero ver si hay algo por hacer…” sonrió incómodo. Kotegiri notó con algo de pesar que sí tenían una lección suplementaria, pero supuso podría consultar si es que ambos podían pedir ser cambiados a otra fecha. “Eh, todo está libre. Entonces nos vemos mañana.”
“Ya, gracias a los dos. Vengan con ropas cómodas que puedan ensuciar. Yo les proveo lo demás.”

La llamada terminó y Kotegiri dio un suspiro.

“A ver, creo que sí podré hacer otra reserva para esa lección… está por algún rincón del app…” murmuró para sí en lo que buscaba en el app de ES.
“¿Qué lección?” preguntó el pelirrojo, con curiosidad.
“Pues…” ni sabía por dónde comenzar a explicarle la situación, cuando en eso se acordó de algo. “Ah, Hiiro-kun, ¿por qué regresaste tan rápido? Pensé que ibas a correr más tiempo.”
“¡Ah, eso!” este volvió a animarse con grandes energías. “¡El cielo, la brisa y el ambiente de afuera están en su mejor momento! Sé que dijiste que querías quedarte a limpiar nuestro apartamento, pero me sabría muy mal si no te das ese respiro,” le extendió la mano. “¡Vamos!”
“Eh, haha…” rió un poco. Por supuesto que el otro tenía esas prioridades. No que estuviera mal, aunque Kotegiri no dejaba de preguntarse cómo le enseñaría a tener un mejor balance. “Gracias por pensar en mí, pero tú ve a disfrutarlo. Como Kuwana llamó ni he podido empezar.”
“Pero si no has comenzado, ¡con mayor razón ven conmigo! Prometo que regresamos y te ayudaré con la limpieza.”
“¿Eh? Es que…” Kotegiri se puso nervioso y desvió su mirada.
“Ya sé que hace dos días me metí en problemas en la limpieza luego de una práctica por mezclar dos limpiadores y generar una especie de gas verde, ¡pero prometo que no volverá a suceder!” afirmó con gran decisión, una amplia sonrisa y haciendo un puño.
“Sí… precisamente eso…” Kotegiri dejó caer su cabeza hacia delante. Dicho gas pudo haber severamente lastimado a alguien. A veces pensaba que quizás era muy amable con Hiiro.
“Dejaré que tomes la decisión de mezclar los limpiadores y yo haré lo que me digas, lo prometo,” le pidió casi inclinándose al otro. “Cometí un grave error, pero es por eso que quiero aprender a cómo hacer las cosas bien y superarlo. Entiendo que eso es lo que debemos hacer en nuestro camino a ser idols.”
“Sí, tiene sentido…” sonrió rendido. “Está bien, Hiiro-kun.”
“¡Vamos!” de inmediato le jaló de la muñeca. “¡El atardecer no espera!”
“¡D-déjame cerrar la puerta, por favor!” suplicó mientras era arrastrado.

Realmente nunca faltaba algún imprevisto en la vida de Kotegiri desde su llegada a ES.


Era el inicio de otra semana, con los abundantes estudiantes comenzando un lunes tranquilo y un tanto perezoso en lo que reanudaban sus actividades. A diferencia de los demás en Hanasaki U, Suzuka estaba cometida a continuar con su trabajo de rastreo e investigación por la ciudad, a manera de asegurarse que Rizembool no estaba sobrepasando sus límites. Sin embargo, se encontraba acompañada por alguien quien sólo le sumaba su trabajo.

“Oh…” Yuyuko estaba en el asiento de atrás de un auto proveniente de Hanasaki, el cual era manejado por un guardia de esa misma institución. Suzuka, quien ocupaba el copiloto, dio un pesado suspiro.
“Llegamos,” anunció sin dar mayores detalles y se bajó. Fue seguida de la pelirrosa.
“Es la zona cercana al puerto…” comentó la mayor, mirando distraídamente a los alrededores. Se encontraban en una zona surcada por cintas y paredes falsas, ya contenida y con la apariencia de ser un lugar bajo construcción. “El lugar del otro día donde mi Youmu fue a ayudarte no queda muy lejos de aquí, ¿cierto?”
“Es la misma área. Hay indudablemente actividad de Rizembool por esta área y quiero asegurarme que no vayan a hacer nada peligroso para los transeúntes,” Suzuka se mostró frustrada y desvió su mirada. “En sí, lo mejor sería que usted no estuviera aquí, señorita Saigyouji, podría ser peligroso.”
“Puedes llamarme Yuyuko,” dijo con una voz dulce. “Estaré bien, estoy al cuidado de ti y de todos los guardias que vigilan el perímetro. Tampoco ingresaré el complejo y mantendré mi distancia. Sólo quería observar el arduo trabajo que haces por el bien de los demás.”
“No, no es necesario…” nuevamente, sólo le quedó frustrarse. Rechinó los dientes. “Si Mamizou no te hubiera cedido su lugar durante su ausencia no correrías este riesgo…”
“En verdad estaré bien, veo que eres tan obstinada como mi Youmu,” Yuyuko infló sus cachetes un momento, pero pasó a sonreír nuevamente. “Aunque es ese parecido el que me gusta. A diferencia de tu jefa, puedo ver que tienes las mejores intenciones y el más sincero deseo de velar por todos nosotros. Por eso, te deseo lo mejor y te invitaré un almuerzo cuando termines.”
“Eh, gracias, no tienes que hacerlo…” Suzuka se sorprendió y agitó sus palmas. Sonrió incómoda. “Realmente no sé qué responder a tus palabras. No pienses mucho en lo que hago.”
“Fufufu~ no eres muy abierta o cariñosa, entiendo tu reacción,” dijo gustosamente.
“Por cierto, no te culpo por dudar de Mamizou. Es… un poco peculiar en cómo hace las cosas y no muy directa. Realmente no sé lo que tendrá en la cabeza, pero…” Suzuka sonrió rendida. “No puedo negar que siempre ha estado apoyándome y velando por mi bienestar. De no ser por eso, mi investigación anterior hubiera sido desastrosa y no habría conocido a Cho o tu protegida. Aunque me apena haberlas importunado…”
“No lo pienses así. Es cierto que tienes más experiencia y estás más involucrada con Hanasaki que las HiMEs menores, pero todas son un equipo. Es así como Hanasaki nos diferenciamos de Rizembool y de donde sale nuestra fortaleza,” Yuyuko asintió convencida. “Oh, ahora que lo pienso… ¿dónde está tu arma hoy?”
“¿Norimune? Pues…” la HiME rodó los ojos y dejó caer su cabeza hacia delante. “A veces quisiera que fuera tan atento y leal como lo es Kashuu. Nunca sé qué anda haciendo por su cuenta. Sólo puedo esperar que este aparezca cuando lo necesite.”
“Oh…” la pelirrosa se vio curiosa y ladeó su cabeza.
“Igual, no es una mala persona, pero…” finalmente se impacientó. “Ni él ni Mamizou son directos ni me comunican nada. Ya veo que ando rodeada de insufribles.”
“Hehe, por lo que he podido ver, Nori te quiere mucho. Será difícil, pero sí creo que estará ahí por ti. No lo conozco, es verdad que no parece fácil de leer, pero noto sus intenciones contigo.”
“Ojalá tengas razón,” dio un suspiro. “Discúlpame, pero tengo que comenzar. No podemos mantener el perímetro cerrado por mucho tiempo sin que llame la atención.”
“Claro, adelante,” dijo gustosamente y Yuyuko se quedó viendo a esa cumplida peliblanca equiparse de un casco con linterna y finalmente ingresar a los depósitos en el subterráneo.

Realmente notaba lo mismo, el hecho que Suzuka estaba incomunicada de los demás en Hanasaki y sólo contaba con dos personas peculiares y misteriosas. Yuyuko le deseaba lo mejor, aunque no evitaba tener dudas con respecto a su entorno, algo que mejor no admitía frente a la peliblanca para no causarle más incertidumbre.



El lugar del presente día era similar, aunque más reducido que el previo, por lo cual tenía menos sospechas sobre alguna gran presencia de Rizembool. De todos modos, cuando los investigadores de Hanasaki descubrieron este lugar tan bien escondido, era necesario investigarlo lo antes posible y así prevenir que Rizembool evacuara lo que sea que podría ocultar ahí. Tan sólo esperaba no volverse a encontrar con otra horda durmiente de orphans.

Una rápida inspección confirmó que había menos pisos. Todo parecía acordar con la poca y antigua documentación sobre dicho antiguo almacén que habían podido ubicar. Sin embargo, al llegar al piso inferior, la peliblanca se sorprendió al encontrarse con un pasadizo largo que parecía no tener final. Efectivamente, había un túnel no previamente documentado en aquel obsoleto y olvidado almacén, el cual parecía reciente. Por la presencia de Rizembool en el área esos últimos meses, no podía ser una coincidencia.

Comunicó su hallazgo con uno de los guardias por medio de un walkie talkie y procedió a seguir por dicho túnel. El equipo con el cual había llegado podía observar su recorrido mediante una cámara en su casco, y junto con un dispositivo GPS serían capaces de dibujar otro mapa.

Era muy silencioso y oscuro. Si fuera a perder su iluminación, no sabría qué hacer. Dudaba que hacer un hueco en el techo para salir fuera prudente, ya que seguramente había sobrepasado los límites de contención arriba. Si mal no recordaba, caminaba en la dirección hacia el puerto…

Entonces, llegó a un área donde el ya amplio corredor se expandía, aunque todavía no evidenciaba nada que fuera distinto a un pasadizo. Sin embargo, el momento en que puso pie sobre esta nueva área, unas luces de emergencia se iluminaron.

“Tch…” estas le cegaron y Suzuka cubrió su visión con un brazo en lo que se ponía alerta. Con dichas luces vio que ese corredor más amplio parecía terminar en una pared blindada. ¿Acaso era un corredor sin ningún uso? No… tal vez esas paredes eran en verdad una puerta, por la apariencia resistente y el buen acabado que tenían.

Pese a sus sospechas, no podría investigar más allá de momento.


En medio de su ceguera parcial, Suzuka detectó movimiento a su costado y apenas pudo saltar y evadir un zarpazo que como mínimo le habría hecho un daño considerable. Notó a un ser largo aterrizar y nuevamente saltar hacia ella para atacarle. De inmediato sacó uno de sus dardos del bolsillo y lo hizo crecer en una vara para parar el asedio del enemigo.

“…” Suzuka se desconcertó al ver un humanoide con orejas y un par de colas de zorro, el cual fruncía su rostro y enseñaba sus colmillos. Este saltó hacia atrás.
“Una HiME… ya era hora…” dijo con disgusto, sin relajar su expresión. Parecía un joven, alguien que podría atender una secundaria de no ser por sus atributos animales.
“Un orphan… ¿no es así?” Suzuka se puso en posición de defensa. Estaba segura de pelear, aunque era el primer orphan humanoide que encontraba, lo cual le resultaba difícil.
“Nunca pensé que me toparía con una HiME aquí, ¿acaso los investigadores no son personas normales?” dijo distraídamente, desviando su mirada con hastío. “¿No deberías andar buscando a tu Rebel o algo?”
“¿Qué dices?” se desconcertó. No sólo la apariencia, tenía toda la actitud e inteligencia de un ser humano…
“Oh verdad, las HiMEs suelen ser las cobardes a quienes les buscan sus Rebels, lo había olvidado.”
“¿Cómo te atreves?” igual le resultaba un niño desagradable.
“Pero tú no eres así, si es que has venido a este hueco,” ese raro orphan sonrió con maldad. “Supongo cualquiera en mi situación te aplaudiría por tomar la iniciativa.”
“Tú, dime, ¿quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Qué es este lugar?”
“Pero yo no te felicito…” nuevamente, ese ser afiló sus ojos. Pareció erizarse en lo que enseñaba sus colmillos. “Como dijiste, soy un orphan, y ustedes las HiMEs son nuestros enemigos. No perderé la cabeza contra ti. Primero te la arrancaré yo.”
“Tsk, oye,” Suzuka se tensó. “No tenemos que pelear. Si me dices qué ocurre aquí, es más que suficiente. Ni siquiera tienes que decirme nada si no quieres, sólo déjame investigar.”
“Pues lástima, si hago lo que me pides, seré yo quien estará en problemas,” extendió sus garras a sus costados. “…son ustedes los de Hanasaki quienes invaden. De no ser por ti, no habría sido asignado a este lugar… tengo órdenes de capturar a los invasores y eso es lo que haré.”
“¿Qué dices?”

La conversación no dio para más. Ese orphan de inmediato arremetió contra la peliblanca, quien no tuvo de otra que parar o esquivar sus ataques.

“Tsk…” le era difícil seguirle ese brutal ataque. Al menos dicho enemigo no parecía apuntar a matarla como había insinuado, pero tampoco podía confiarse.
“¡Suzuka!” oyó la voz de uno de los ayudantes por medio de su auricular. “Retírate, no vale la pena pelear contra el orphan.”
“Pero…” dijo confundida, y justo sintió el filo de un zarpazo darle en el brazo, lo cual le abrió unas heridas.
“Lo derrotes o no, si llamas la atención de Rizembool, podrás generar problemas,” insistió la persona. “Ellos dejaron a un orphan inteligente y más poderoso de lo usual para vigilar el área. Deben estar más alertas.”
“Precisamente por eso…” quiso reclamar, pero entendía la delicadeza de la situación. En ese momento extrañó a Mamizou, quien seguramente ya le habría hecho ese tipo de observaciones sensatas mucho antes que esa persona.
“Lo creas o no, la grabación de tu avance nos ha dado muchas pistas. Regresa para que lo analicemos contigo.”
“¿En serio?”
“¡AHHH!” el orphan se impulsó de una pared a corta distancia.

Suzuka apenas pudo esquivar su rostro de otro zarpazo e hizo crecer más la vara en sus manos, con la cual impactó de lleno en el estómago del niño zorro. Este se quedó sin aire y fue impulsado con fuerza hacia atrás, donde cayó rodando.

La HiME le observó un momento, casi temiendo haberle hecho mucho daño. Sabía que se trataba de un orphan, pero su apariencia le inspiraba demasiada empatía…

“Tch… miserable… cómo te atreves…” entonces, este tembló en lo que se puso en cuatro. Su voz comenzó a tornarse grave, invocó un aura oscura con rayos rojos de electricidad a su alrededor y finalmente se transformó en un enorme kitsune blanco y rojo con ojos escarlatas y de apariencia feroz.

Dio un rugido y corrió hacia la HiME. Esta finalmente decidió huir y sacó más dardos para lanzarlos hacia atrás en lo que corría. Primero intentó hacer estacas, pero luego de ver a la ahora enorme bestia esquivarlas y hasta soportar un par sin problemas, optó por hacer crecer el material para tapar el camino con puertas improvisadas.

Suzuka dejó pared tras pared. Ese orphan se puso en plan de embestir y mordisquear los obstáculos improvisados, en un inicio derribándolos sin muchos líos, pero poco a poco se fue quedando atrás. La HiME sintió un leve alivio al notar la lentitud de su oponente. Al menos con ello podía asegurar que todos serían capaces de huir sin mayor peligro.

“¡Tengan todo listo para escapar! ¡He tapado su camino, pero es posible que no se rinda en perseguirme!” exclamó mientras subía de regreso a la superficie.
“¡Entendido! ¡Ya habíamos comenzado a empacar, te estamos esperando!”

Era frustrante escapar, pero a diferencia de la vez anterior, dudaba poder encargarse de ese poderoso orphan y mantener discreción, sin mencionar el posible peligro que este podía representar. Era como le habían observado. Algo importante debía estar ocurriendo para tener a un orphan como aquel de guardián, no podía subestimarlo. Ella decidió usar el resto de sus dardos y hacer un fuerte tapón antes de la salida. Esperaba que así la bestia optara por desistir, aunque si esta pretendía salir no tendría de otra que regresar a hacerle frente.

Ni bien salió vio con ligero asombro cómo todos los guardias y personal habían evacuado y apenas quedaba el vehículo donde había llegado listo para partir.

“¡Suzuka!” exclamó Yuyuko, quien tenía la puerta del pasajero abierta.

Fue directo donde la pelirrosa y el auto partió, con rapidez, aunque a su vez manteniendo apariencias.



No fue ni un minuto y ese orphan, nuevamente en forma humana, se asomó por la entrada al subterráneo. Miró al auto a distancia, donde sólo podía adivinar que se encontraba aquella valiente HiME.

“Grr…” agarró la pared a su costado y sus uñas generaron pequeñas grietas. Sabía demasiado bien sus límites como para pretender buscarle pelea a plena luz del día.

No dudaba que era apenas el inicio del asunto y le esperaría una revancha, quisiera o no…




Mientras tanto, en la secundaria de Hanasaki…

“¡Mi nombre es Tenshi Hinanawi! ¡Es un gusto~!” exclamó la confiada y animada peliazul. Dio un guiño a los presentes y sonrió con amplitud. “¡Soy una nueva HiME de Hanasaki y me aseguraré de protegerlos a todos! ¡Cuenten conmigo!”

Sin lugar a dudas, su introducción agarró a los presentes de sorpresa, con algunos intercambiando miradas.

“Eh, muchas gracias por tu presentación…” incluso la profesora sonreía incómoda. “Ah, hay un sitio cerca de Hanekawa-san. Ella es nuestra eficiente y apreciada presidenta de la clase, además de una HiME. Por favor toma asiento con ella.”
“Hinanawi-san, por aquí,” Tsubasa se puso de pie.
“Claro, gracias~” Tenshi se vio satisfecha. “Puedo ver que eres una chica activa y profesional. Muy bien, seguro que también serás una gran HiME.”
“Realmente soy una principiante, aunque daré todo de mí,” admitió con humildad.
“¡Por supuesto, esa es la idea!”
“También te ayudaré a ponerte al día con tus estudios. Eso es algo con lo cual tengo más experiencia.”
“Ah, gracias, pero, a decir verdad, en los asuntos fuera de ser HiME, quería darle un poco de trabajo a mi primo.”
“¿Perdón?” Tsubasa parpadeó perpleja. “¿Tienes a un familiar en nuestro año?”
“No sólo año, pero en este mismo salón,” dicho esto, Tenshi quien todavía estaba de pie no cerca de su sitio asignado, se dirigió hacia el pelirrosa por el área de la ventana. “¿No es así, Monoyoshi?”
“Eh, Tenshi-san…” este sonrió incómodo. “Con mucho gusto te ayudaré, pero lo mejor es prestar atención a la profesora. La clase está por comenzar.”
“Entiendo que la tutoría no es una clase en sí, y todavía sigo presentándome,” dijo con ligera irreverencia, lo cual continuó descuadrando a los presentes. “Pero sí, Monoyoshi y yo somos primos, así que~” sonrió pícaramente y miró a sus alrededores. “Si alguien tiene alguna curiosidad sobre él o quieren escuchar de algún chisme, pueden preguntarme~”
“T-Tenshi-san, ¿qué estás diciendo?” Monoyoshi se avergonzó.
“Ya me enteré que él peleó aguerridamente con un Rebel la semana pasada, ¡así que la vocación de pelear por Hanasaki corre en nuestras venas!”
“P-por favor…” agachó su cabeza. Ya veía que no podría librarse de aquella fama.
“Eh, Hinanawi-san, supongo podemos hablar sobre eso en el descanso,” dijo Tsubasa.
“…” por su parte, Saki rodó los ojos. Lo que faltaba, más personas que le fueran a hacer la vida imposible a su amiga.
“Sí, tengo algunos anuncios que hacer con respecto a sus otras clases, sería bueno comenzar,” observó la maestra, en quien, a pesar de mantenerse apacible, era evidente que su paciencia comenzaba a escasear.
“Vaya, no son muy divertidos ustedes, ¿no? Bueno…” dio un suspiro y fue a tomar asiento. De inmediato apoyó un codo sobre su pupitre para descansar un cachete en su mano. Ya podía ver que su día se le haría interminable. Ojalá hubiera podido acompañar a Suzuka, quien seguramente se encontraba haciendo algo más divertido.




“Tch… debí haber acabado con ese orphan…” musitó Suzuka a regañadientes. Ella igualmente apoyaba un cachete sobre su mano y golpeteaba la mesa con su otra mano. Todo el equipo se encontraba en una cafetería para el personal de Hanasaki U.
“Descuide, un dron grabó a dicho orphan apenas detenerse a la salida y rápidamente regresar al interior,” le aseguró un asistente. “Seguimos monitoreando el suceso, pero si consideramos que no hay peligro iremos a retirar la contención que instalamos.”
“Dicha contención es apenas una finta para que la gente piense que hay una construcción o remodelación. Nunca contendría ni a una persona que le dé un patadón,” dijo con estrés.
“Si percibimos otro movimiento anómalo, de inmediato le avisaremos, pero permanecer en la zona sin provocación más bien podría incitar a Rizembool a tomar acciones, lo cual es precisamente lo que queremos evitar,” le recordó otro ayudante con mayor severidad. “No olvide que nuestras investigaciones son para prevenir un posible ataque de Rizembool fuera de los confines de las instituciones. Nuestra investigación fue una misión de reconocimiento para descartar posibles avances o logística bélica. Si Rizembool no pretende tomar ninguna acción ofensiva y apenas protege su territorio, sólo nos queda retroceder y hacer lo mismo.”
“Pero, ¿qué tan seguros estamos que Rizembool no oculta justamente objetos bélicos detrás de aquella puerta? Tch…” rechinó sus dientes y miró a su celular que no le brindaba ninguna notificación. “Maldito Norimune, ¿dónde demonios estás? Contigo podría hacerle más frente a ese orphan…”
“No te angusties más, Suzuka,” le dijo Yuyuko, amablemente. “Mira, justo viene un té para ti.”
“Eh, no gracias…” esta por un momento se olvidó de su fastidio y se vio perdida. “En verdad no soy de tomar té…”
“Vamos, te hará muy bien,” la pelirrosa sonrió ampliamente. “Si tanto te fastidia, puedes mantenerte al tanto y en la proximidad del área en lo que descartamos mayor movimiento de Rizembool. Incluso podría avisarle a Youmu y sus amigas para que te apoyen.”
“No, prefiero no avisarle a las otras HiMEs a menos que sea necesario. Yo de por sí no sé qué hacer y temería que ellas sean más imprudentes que yo.”
“Hm, es un buen punto, puede que mi Youmu se lo tome muy seriamente…” Yuyuko se puso a meditar. “Pero te haría bien oír una segunda y más sensata opinión de una de ellas.”
“A decir verdad…” dio un suspiro y se mostró más aliviada. “Sí hay una nueva HiME a quien conozco. No podría decir que es la persona más madura, pero sí tiene buenos pareceres en asuntos serios. Hablaré con ella más tarde.”
“Hehe, muy bien, me alegro por ti.”
“Mientras tanto, haré lo que dices. Me quedaré cerca del área y esperaré algún contacto en caso suceda alguna emergencia.”
“Antes que te vayas, supongo deberías saber nuestros hallazgos,” dijo otro ayudante.
“Sí, buen punto, ¿qué han podido averiguar?” Suzuka se acercó a ellos.

Vio sobre la mesita a su costado un mapa que ellos se encontraban editando con lápices. Era de la zona cercana al puerto, justamente el lugar de donde habían llegado.

“Por la filmación de la cámara de tu caso además del GPS, hemos podido hacer un mapa sobre la extensión de dicho túnel. Estaba dirigido hacia el puerto, hacia una de las áreas principales donde se desembarcan los contenidos de los barcos,” explicó esa persona. Esta apuntó al lugar donde Suzuka había alcanzado. “Dicho túnel se ensanchó por más que no pudiste avanzar. Como sospechamos, la pared blindada debe ser una puerta. Es más, sus dimensiones aproximadas coinciden con otros pasadizos propios de las dimensiones en el lugar de carga y descarga del mismo puerto.”
“¿Acaso es una conexión clandestina?” preguntó Suzuka, sorprendida.
“Empalmaría muy bien, por lo cual es más que posible. Ello quiere decir que los contenidos detrás de la puerta blindada seguramente no son más que una conexión al puerto en sí, por lo cual dudamos altamente que Rizembool posea un almacén. Es sólo una conexión secreta donde ellos podrían procesar cargo que preferirían pasara desapercibido por las autoridades.”
“Tiene sentido… tsk…” Suzuka frunció el ceño. “Ello me hace más tranquila, pero igual… es otro motivo por el cual desapruebo a Rizembool. No se trata de prepararse para un ataque, mas estas estructuras les permite salirse con las suyas… tal vez esté conectado con el transporte de orphans o incluso de personas de manera ilegal.”

Los otros presentes intercambiaron miradas incómodas.

“Es muy probable que lo sea, pero es ahí a donde nuestra investigación llega de momento, Suzuka,” afirmó otra persona. “No podemos arremeter contra ellos meramente por una estructura. Mientras no podamos captarles en el acto ni tengamos una razonable ventaja, lo único que podemos hacer es mantenernos con la mirada encima.”
“…” no se veía conforme, pero tampoco tenía argumentos que dar. “Con más razón… prefiero quedarme vigilante por el área en caso haya algún momento sospechoso. No pienso tomar ninguna acción sin que pueda hacer algo para ayudar a otras personas, entiendo lo complicado que podría ser… pero tampoco puedo quedarme con los brazos cruzados.”
“Suzuka, al menos toma tu té,” dijo Yuyuko.
“Lo siento, prefiero ir cuanto antes.”
“¡N-nuevamente, no cometa ninguna imprudencia!” le suplicó un encargado.
“No lo haré, como dije, sólo merodearé por los alrededores. Preguntaré a algunas personas si han notado algo sospechoso, pero no haré más que eso. Definitivamente no iré a buscarle bronca al orphan si este no sale de su guarida.”

Así, la HiME dio un breve agradecimiento por el trabajo del presente día y se excusó. Hubo un breve silencio.

“…sabía que teníamos que esperar a que Futatsuiwa-san regresara,” musitó una chica, frustrada.
“Espero que realmente se mantenga prudente,” dijo otro.
“Al menos nos ha dado su palabra. Pareció comprender…” dijo un tercero.
“Eh, ¿es que acaso hay algún problema?” preguntó Yuyuko, con curiosidad. Ella vio cómo todos le miraron perdidamente al casi haberse olvidado de su presencia.
“Pues, si bien sin la voluntad y habilidades de Suzuka no podríamos investigar como lo hacemos, ella posee tan ímpetu que con frecuencia se olvida de tener cuidado o de contar con otros,” explicó uno de los mayores. “Futatsuiwa-san parece saber cómo hacerle entrar en razón y por su constante comunicación con Suzuka, le ayuda a orientarse y convencerse de un plan de acción sin darle opción a improvisar. Ahora que su superior no está, sólo espero que haya podido aprender un poco de cautela.”
“Hm…” Yuyuko lo pensó un poco.
“Sentimos que su visita haya resultado en tantos problemas.”
“No es un problema ni me han importunado. Estoy agradecida de ver cómo las cosas funcionan aquí, me dan seguridad de que las HiMEs están en buenas manos,” confesó la señorita, alegremente. “En verdad… Suzuka es una chica muy linda y con buenas intenciones. Con respecto a su superior, supongo gente como ella es necesaria para guiar a los que no tienen mucha experiencia, ya lo puedo entender.”
“Eh, sí…”
“Sólo les ruego que sean honestos con Suzuka y busquen conversar más con ella. Será difícil cambiarle el parecer a gente tan cerrada y decidida, pero si mantienen la comunicación, tarde o temprano sabrán cómo hacerle entender sus preocupaciones,” asintió convencida. “Además, me apena verle tan sola. Déjenle saber que ella cuenta con todos ustedes y con todas las demás HiMEs. Nosotros en Hanasaki somos poderosos por ser tan unidos. Espero que ella pueda aprender eso.”

Sus amables observaciones fueron recibidas por todos con confusión, aunque ellos terminaron por apreciar sus palabras. Yuyuko terminó por lamentarse de no haber podido invitarle el almuerzo a Suzuka como había prometido, pero terminó por dejarlo para otro día y despedirse de los presentes.



Mientras tanto, había cierta persona quien estuvo espiando esa conversación desde una ventana. Habiendo terminado con su actividad, le tocaba darle el alcance a la HiME…





Pasaron las horas y llegó el descanso. Luego de aquella presentación de parte de su expresiva prima, Monoyoshi pudo sentir cierta mirada de juicio de parte de Leo, aunque recién podía tener la oportunidad de hablar con él. Seguramente su juicio también se debía a su pelea contra aquel Rebel, puesto a que había pasado todo un fin de semana posterior al encuentro, aunque no tardó en entender que ese no era el motivo.

“…por más sorprendente que haya resultado para muchos, supongo no lo es para mí,” dijo el rubio, encogiéndose de hombros. Ambos chicos caminaban por el pasillo de aulas. Le miró de reojo. “Ya hemos tenido una práctica y ese mismo día ambos nos infiltramos al festival en busca de mi hermana. Serás ese vice-presidente amable y demasiado acomedido, pero no eres tan mosca muerta como pareces.”
“Eh, no sé qué decir con respecto a tus palabras, pero veo que has podido comprenderme,” observó Monoyoshi, sonriendo incómodo. “Hehe, admito que aprecio que no me juzgues como los demás.”
“Ese es un punto aparte, por supuesto que te juzgo,” frunció el ceño.
“Ehh…”
“Pero, siendo sinceros, yo habría hecho lo mismo que tú,” admitió, regresando su mirada al pasillo. “Ya lo he demostrado por ese festival, y por más reprimible que haya sido una acción así, entiendo la intención detrás de la misma. Hay cosas por las cuales uno desearía batallar, y sea o no lo correcto, ese deseo no se puede ver como meramente negativo.”
“Sí, creo que también lo veo así…” nuevamente sonrió con torpeza. “Tal vez debería preocuparme que todos a los que conozco hayan reaccionado con tanto rechazo, pero no puedo decir que algo de lo que me arrepiento.”
“Hm…” para variar, Leo sonrió de costado, con leve gracia, aunque de manera extrañamente aprobatoria. “Es bueno saber que traes esa decisión y voz interior, fuera de tu actitud tan servil con los demás. Lo reconoceré.”
“No pienso que haya nada de malo en ayudar a otros, Leo-san. Es decir, eso es lo que pretendo hacer ahora, y me sorprende que te hayas animado a acompañarme.”
“Me pregunto si habrás querido insinuar algo con eso,” dio un suspiro. “Admitiré que no soy tan desvivido como tú, sólo quiero saber con qué lidiamos. Ese Rebel que atacó tiene algún poder con el cual manipuló a ese par de chicos, si bien entendí.”
“Sí, tampoco lo sé claramente, pero es algo así,” Monoyoshi se preocupó.
“…” Leo se encogió de hombros. “Estamos por llegar. Si quieres serles de ayuda, despeja tus bajos ánimos. Ellos ya tendrán mucho con lo cual lidiar.”
“Es cierto, tienes razón,” el pelirrosa asintió y volvió a sonreír.

Era momento de una merienda, así que Tenshi fue invitada por Tsubasa para así conocerse un poco mejor. El grupo acudió al kiosco para que la nueva comprara algo que comer y en el presente caminaban de regreso al salón de clases.

“No pareces de fuera de la ciudad,” observó Saki, ya un tanto agotada por las rebosantes energías de la chica.
“¿No lo parezco? ¿Por qué lo dices?” preguntó Tenshi, confundida.
“Tienes muchas energías…” dijo cansadamente.
“Haha, ¿qué tienen las energías que ver con ser de la ciudad?” la peliazul negó y pasó a apuntar a la otra. “Más bien sospecharía que la gente menos conectada con el ajetreo de la ciudad tendría más energías y un mejor ánimo en general.”
“…tal vez…” alzó una ceja. Saki habría querido decir algo como la ‘energía trivial’ que Tenshi emanaba, pero mejor no se buscaba una pelea con una supuesta aliada.
“Supongo a mí no me sorprende ya que he oído del clan Hinanawi,” observó Tsubasa, sonriente.
“Oh, no pensé que sabrías de mi familia,” Tenshi se sorprendió.
“¿Eh? ¿Acaso son una familia famosa?” preguntó Gokotai, quien pasó a avergonzarse. “Ehh… l-lo siento, yo no sé sobre tu familia, Tenshi-san…”
“No te preocupes, pequeñín, en verdad no somos tan reconocidos. Pasamos más desapercibidos que los Sadamune, hasta diría que ellos nos representan en varios negocios, pero también somos una familia adinerada,” explicó con orgullo y sus manos en sus caderas. “Pero fuera de eso, nuestro clan solía ser un grupo de guerreros de hace varios siglos, por ello mismo nuestro nombre cuenta con ‘-wi’, algo que representa nuestra antigüedad. Para mí es esta rica historia lo que más importa de mi familia.”
“Más bien había oído que los Hinanawi eran una corriente de mikos y sacerdotes,” observó Tsubasa, con curiosidad.
“Eh, pues…” Tenshi se congeló un momento y terminó por dar un suspiro. “O sea, sí, era también parte de mi familia, medio que se dedicaban a orar y meditar mucho, aunque no es algo con lo que he conectado personalmente…”
“¿Y qué te trae por la ciudad?” preguntó Tsubasa. “¿Cómo así te animaste a venir?”
“Es simple,” Tenshi asintió y miró hacia delante con un fuego pasional en sus ojos. “He venido a ser una HiME.”
“¿Perdón?” Tsubasa se confundió al igual que Gokotai.
“Hm, sí he escuchado de casos en que Hanasaki sale a buscar a HiMEs fuera de la ciudad para reclutarlas,” Saki se puso a pensar. “Supongo que ese será tu caso.”
“No exactamente, verán…” la peliazul sonrió apenada. “Lo siento, es una larga historia. Ya se los diré algún día.”
“Sí…” Tsubasa se mantuvo mirándola. No parecía tratarse de algo tan trivial como querer ser HiME por el simple capricho, aunque tampoco podía leerla bien. Sonrió pacientemente. “Si es algo personal, por supuesto que entendemos. Sólo espero que estés consciente que ser HiME es muy riesgoso.”
“Claro, veo que ustedes también lo comprenden,” Tenshi asintió de buenos ánimos. “Sé lo duro que es, pero es mi llamado y no daré marcha atrás. Es un gusto poder hablar con otras HiMEs desde mi primer día de clases. Eso me da esperanzas.”
“Somos varias HiMEs, podríamos llevarte a conocer a las demás luego de las clases,” se ofreció Tsubasa, amenamente.
“No creo que soy sea posible. Iban a salir a un maid café y creo que terminamos un poco tarde para unirnos,” dijo Saki.
“Ah, cierto, tendrá que ser para mañana.”
“No hay apuro, yo también tengo cosas que hacer saliendo de aquí. Para empezar, ando viendo mi régimen de entrenamiento,” Tenshi asintió. “Si se animan, podrían acompañarme.”
“No… estoy bien, si demandas ejercicio físico de mí, necesito al menos cuarenta y ocho horas de antelación,” informó Saki, alzando una palma para enfatizar su negativa.
“¿Eh? ¿Y así eres HiME?” Tenshi le miró con desapruebo. “Ya veo que Tsubasa no hablaba por las dos…”
“Ehm, sí es un poco intempestivo, pido disculpas. No he traído mi buso de entrenamiento hoy,” se disculpó Tsubasa. “Pero mañana con mucho gusto te acompaño.”
“Sí, entiendo, no hay problema,” Tenshi entonces notó cómo había un grupo de estudiantes espiando un salón más adelante. “¿Sucede algo?”
“E-espero que no… vamos a ver…” Gokotai se intimidó, pero se acercó al igual que las chicas.

Al estar más cerca, pudieron escuchar algunos rumores, algo con respecto a ese par de chicos habiendo sido víctimas de un Rebel. Eso fue suficiente para que Tsubasa y Saki intercambiaran miradas y se acercaran más.

Los curiosos notaron a esas HiMEs y se abrieron paso. Ellas vieron cómo Monoyoshi y Leo estaban frente a los dos chicos faltantes de ese día, con el pelirrosa escuchándolos atentamente.

“…sigue siendo… extraño,” murmuró uno de los chicos, cabizbajo. “Fue como si de la nada me despertara de un sueño… o tal vez fue como si hubiera comenzado a soñar, ya que perdí toda conexión con lo que estaba haciendo.”
“Sí, simplemente quise irme, y los dos estuvimos de acuerdo,” se unió el otro, inquieto. “Por el resto de la tarde sólo pensé en pasear por la ciudad, ir al arcade, fui a un centro comercial por el simple hecho de ir… y de la nada me desperté ya caída la noche, finalmente comprendiendo que había cometido una gran falta.”
“Recién fue ahí que revisé mi celular y vi las noticias del ataque y las múltiples llamadas de mi mamá…”
“Mis padres también estuvieron preocupados, mi hermano había corrido toda la ciudad en búsqueda de mí… yo… ni lo pensé un segundo, sólo quise escapar de la labor y fue un acto de rebeldía que me desconectó de lo demás…”
“No… nos gusta pensarlo… temo que fuera a caer de regreso en ese estado…”
“…yo también…” este miró a Monoyoshi. “Lo siento mucho, senpai. Sabemos que usted le hizo frente a ese Rebel. Todos ustedes estuvieron en peligro y no pudimos hacer nada. Sólo les causamos más líos.”
“No se culpen por eso, ustedes no hicieron nada malo, tampoco se responsabilicen por la atención que les doy ahora," les aseguró amablemente. Monoyoshi sonrió con leve pena. “Siento mucho que hayan pasado por algo tan duro, algo que les sigue afectando. Estoy aquí para oírles y dejarles que se expresen. Es lo más saludable para ustedes, así que les ruego que no se guarden sus problemas y lo conversen con todos nosotros.”
“Sí… muchas gracias, senpai…”

Todos los que espiaban se encontraban atentos y preocupados por aquel par. Por su parte, Gokotai estaba impresionado. Su senpai no había dado la vuelta a la hoja, y demostró estar consciente de las dificultades de aquellas víctimas del Rebel. En verdad este podía escuchar esas voces que no hablaban, como él mismo lo había dicho.

Tsubasa pretendió acercarse, pero Tenshi estiró su brazo frente a ella.

“…esto se ve serio, creo que mejor mantenemos distancia,” dijo la peliazul.
“Eh, pero…”
“Vaya, no pensé que lo dirías,” Saki se mostró mínimamente sorprendida. “Pensé que alardearías tu rol de HiME.y te volverías el alma de la fiesta.”
“¿Te parezco tan frívola?” Tenshi le miró exasperada. “Ya veo que ese par lo ha pasado muy mal. Nosotras HiMEs estamos ahí para prevenir que cosas malas sucedan, pero esto ya se sale de nuestras manos,” dio un suspiro y sonrió con pena. “Parece que mi primo ha podido conectar con ellos, ahora no hay que ahogarles con más gente.”
“…” Gokotai le miró atentamente y asintió.
“No puedo decir que esto se sale por completo de mis manos, Hinanawi-san,” Tsubasa sonrió y con cuidado bajó el brazo de la otra con sus manos. “Yo fui la HiME atacada ese día cuando los fui a buscar. También me corresponde apoyarles y hacerles entender que todo está bien.”
“Hmm, ya veo,” Tenshi alzó una ceja. “Es cierto que acabo de llegar y confío en tu juicio. Te me haces muy sensata, Tsubasa.”
“Gracias, puedo decir lo mismo de ti,” así, Tsubasa también se acercó a esos estudiantes.

Ella también pudo atender a esos chicos y aliviarles de aquella gran confusión y culpa del otro día. Luego de afirmarles que podían contar con sus senpais, ese instante se terminó y todos pasaron a disfrutar de una corta merienda.

Era reciente, pero aquel ataque tan impactante en la secundaria iría dejándose de lado…




…aunque tal vez tomaría todavía un poco más de tiempo.

“¡¿QUÉ CARAJOOOOS?!”
“O-oye, Fudou…” Atsushi se espantó por su reacción. “Tranquilo…”
“¡¿Cómo te atreves a ocultarme lo que Mono-chan hizo y lanzarlo como si nada?!”
“Eh…” el pelinegro dio un pesado suspiro. Ya veía que nadie se había molestado a contarle el asunto (y sin duda él mismo no había querido ser quien se lo fuera a decir). “Lo siento, se me olvidó por completo decírtelo…”
“¡Cosas así no se olvidan y tuviste todo el fin de semana para sincerarte!” rechinó los dientes. “¡Es obvio que me evadiste como plaga, no te hagas el inocente!”
“Lo lamento…” no podía negarlo, aunque seguía sabiéndole mal.
“Oh, pero de la nada los ánimos se enturbiaron,” comentó Ibara con ligera sorpresa. “Entiendo que nuestra presente tutoría tendrá que esperar.”
“Tch, no actúes como si nada hubiera sucedido,” Fudou se enfadó. “¡Hablamos de un iluso enfrentándose a un Rebel!”
“Sé muy bien tu desconcierto,” se ajustó las gafas y sonrió con simpleza en lo que se encogía de hombros. “Normalmente son las HiMEs las que pelean contra ellos, ¿no? ¡Resulta inaceptable que un inocente sin oportunidad alguna sea quien salte al peligro!”
“¡Si realmente te parece entonces borra tu sonsa sonrisa de tu rostro!”
“No me malinterpretes, buen Fudou, sonrío por el mero hecho que la vida está llena de sorpresas. There’s never a dull moment in Hanasaki!”
“¡Deja de burlarte o te rompo la cara!”
“¡Ya, no se peleen, por favor!” Atsushi alternó entre el par. “No seas impulsivo, Fudou. Por supuesto que es serio, pero tranquilízate. Lo último que Monoyoshi quisiera es que te metas en problemas por su culpa.”
“Tch, lo mismo digo de él y mira lo que hace a mis espaldas, ese niño…” resopló, aunque sus ánimos explosivos desistieron. “Tan sólo imagínate cuando Gotou se entere.”
“Eh, sobre eso…” Atsushi sonrió nervioso. “Se lo dije el fin de semana.”
“¡¿AHH?! ¡¿A él sí le dices y a mí no?! ¡¿Tu despistado hermano lo supo primero?!” y la explosión regresó, con Fudou inclinándose tanto hacia el otro que fácil podía terminar dándole una paliza.
“¡Ya! ¡Fue porque lo vi por otros asuntos, no fue mi intención!” suplicó.
“Me sorprende lo paciente que eres con tu buen amigo, Atsushi,” Ibara limpiaba sus gafas con un pañuelo. “Recuerdo a cierto cadete que arremetía contra quien sea que le fastidiara. Siempre fui hábil esquivando tus arranques, aunque ciertos bruscos (no refiriéndome a nadie en particular, por supuesto) eran enseñados una lección de por vida.”
“A nadie en particular, sí claro…” Fudou resopló.
“Medio que ya arremetí contra él una vez, no creo que haya hecho una diferencia…”
“¡Fueron dos veces al menos, insensible!” volvió a estallar el pelimorado.
“Y tampoco puedo molestarme con él ahora, está en su derecho de sorprenderse,” dio un suspiro. “Fudou, si andas preocupado por Monoyoshi podrías enviarle un mensaje.”
“No, el muy insufrible estudiante estrella apaga su celular durante clases. Creo que mejor lo visito más tarde.”
“No es una mala idea, pero hoy tenemos ese electivo hasta las siete…”
“¡Pues hoy me escaparé! ¡Me has tenido como un santo atendiendo todos los cursos y este es electivo que casi ni tiene evaluaciones! ¡Merezco un mugroso descanso!”
“Oye, no tienes que reaccionar así a cada rato,” el Toushirou hizo una mueca de dolor por los decibeles que había recibido.
“¡Estoy en mi derecho!” se puso de pie y empezó a marcharse.
“¡Y tenemos un curso importante en media hora!”
“¡No me estoy marchando ya, sólo necesito un poco de aire!” así, Fudou salió del área de la cafetería. Felizmente se encontraban a la intemperie o habrían llamado mucho más la atención de sus alrededores.
“Uhh… realmente lidio con un niño grande…” Atsushi dio un pesado suspiro.
“Se nota tu altruismo, tú que todavía no terminas de ponerte al día con tus propias clases,” Ibara miraba su celular con leve entretenimiento. “Entonces comprendo que el chico que sale aquí es amigo de ustedes.”
“¿Qué?” Atsushi se asomó y efectivamente era el video del enfrentamiento grabado por una chica anónima de la secundaria. “Espera, ¿cómo conseguiste eso?”
“Fufu, it’s a trade secret,” dijo con aire de superioridad. “Tengo mis recursos para encontrar cualquier tipo de información remotamente interesante.”
“Ya veo que tu habilidad en la informática sirve para más que nuestro entrenamiento…” le miró con algo de sospecha.
“Es más fácil usar capacidades así en la sociedad que habilidades de combate,” dijo con naturalidad. “Por tu reacción, imagino que sabías sobre esta grabación.”
“Sí, ayer circuló entre mis contactos.”
“¡Pues te felicito por no mostrársela a tu temperamental amigo!” celebró el pelimagenta. “¡Uno puede ser amable y atento y no lo suficientemente iluso para mostrar algo que sólo te pondría en más aprietos! ¡Excelente juicio!”
“Siento que te burlas de mí…” le miró con desapruebo.
“¿Y acaso dejarás que se salte el electivo de hoy?”
“Eh, puede hacer lo que quiera por ahora. Realmente ha estado dando lo mejor de sí, si necesita un descanso adicional creo que se lo merece,” se encogió de hombros. “Pero esta será una excepción. No dejaré que agarre algún mal hábito.”
“Caminas por una fina línea si le das tanta libertad,” murmuró entretenido. “Bueno, no es nada que el sargento que llevas dentro no pueda corregir con una paliza si es necesario~”
“Tsk, no llegará a eso, confío en Fudou.”
“¡Pero me encanta cómo no lo niegas!”
“Ibara…” se frustró. Todo lo que le decía podía ser usado en su contra. Mejor tocaba otro tema.



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #898: February 28, 2023, 05:15:44 PM »
109.2.







Llegó la hora de salida de los colegios y luego de pasar por Nio, el grupo de HiMEs acudió a un maid café no muy lejos de las escuelas.

“¡Wow, este lugar es tan lindo!” exclamó Osaka, alegremente. “Hehe~ no puedo creer que no hayamos venido aquí antes.”
“Muchas gracias por invitarnos, Ayesha,” dijo Reimu, sonriente. “No es algo que haría, pero desde ya me alegro de estar aquí.”
“Haha, lo dices porque no quisieras gastar dinero en un maid café, ¿verdad?” preguntó Marisa, con una sonrisa traviesa, la cual no le duró ya que la miko le dio una patada por debajo de la mesa. “¡Ouch, oye!”
“Compórtense las dos,” dijo Youmu, frustrada. “No incomodemos a nuestras amigas.”
“Ehh, no es nada,” Ayesha sonrió torpemente. “Ustedes han hecho tanto por mi Nio y por mí que lo menos que podía hacer es convidarles un almuerzo gratis. Además, a Nio le encanta este pequeño café.”
“¡Sí, adoro el omurice que preparan aquí~!” la pequeña juntó sus palmas con ojos brillantes. “Hehe, si quieres puedes pedirles que escriban tu nombre o hasta cualquier cosa con kétchup.”
“Suena divertido, no recuerdo la última vez que habré comido un omurice,” Cho sonrió en lo que miraba la carta. “Es una pena que Enmusubi-san no haya podido venir.”
“Sí, dice que anda atareada con los papeles para su templo así que se nos unirá en otra ocasión,” Ayesha asintió. “Pero no hay problema. Ella misma nos dijo que uno de estos días nos invitará para que todas preparemos chocolates juntos. ¡Hehe, lo espero con ansias!”
“¡Ohh, yo quiero!” Osaka asintió. “¡Invitaré a Hotaru-chan!”
“También quiero ver los chocolates que todas hacen,” se sumó Marisa. “Haha, me da la impresión que Tsubasa haría los chocolates más perfectos. No sabría qué esperar de Saki, así que tal vez sea una buena forma de conocerla mejor.”
“Supongo que las manualidades nos hacen poner un poco de nosotros mismos, así que no es una mala idea,” Reimu asintió. “Tengo mucha curiosidad sobre los chocolates que haría Suzuka.”
“¡Como nuestra senpai seguro que les saldrán fenomenales!” exclamó Nio.
“No sé si su habilidad como HiME se traduzca en cocinar, espero que sí,” Youmu dio un suspiro. “Nunca he hecho chocolates, seguramente no podría hacerlos bien.”
“Pero Yuyuko me comentó que tú eres su principal ayudante y le preparas muchos bocadillos a lo largo del día,” dijo Cho.
“¿Eh?” la peliblanca se confundió.
“¡Oh sí! ¡Entonces tú podrías ser nuestra senpai de chocolate!” Marisa rió un poco.
“¿Senpai de chocolate?” Youmu frunció el ceño.
“Obviando el nombre raro de Marisa, es posible que tú te adaptes mejor a la actividad que nosotras, estoy de acuerdo,” observó Reimu.
“Eh, gracias, aunque prefiriera no tener muchas expectativas sobre mis hombros…”
“¿Y qué tipo de chocolates te gustaría hacer a ti, Kashuu?” preguntó Ayesha.
“¿Yo?” el arma se confundió al ser dirigido y sonrió incómodo. “Sinceramente no lo he pensado, pero es una actividad de ustedes. Por supuesto, yo estaré ayudando a aruji con su preparación.”
“Pues, en verdad muchas gracias, ya comenzaba a pensar en distintos escenarios que podrían ir mal en mi preparación,” admitió Cho, sonrió frustrada. “Pero también quisiera que hagas unos chocolates, me gustaría ver lo que terminas por hacer.”
“¡Sí, yo también quiero!” se sumó Osaka. “Así también podemos enseñarles a los demás en casa, siento que Sora-chan amaría aprender.”
“Heh,” al oír ello, Kashuu sonrió satisfecho y algo animado. “Si mi aruji quiere que participe, con gusto lo haré. Hai~ veré qué hacer.”
“Hehe, Enmusubi se emocionará cuando sepa que todos lo estamos esperando,” dijo Ayesha. “No tengo experiencia con ello tampoco, pero espero que los laboratorios de química me hayan ayudado para la labor.”
“Dices eso, pero todavía no cocinas bien, onee-chan,” observó Nio, con leve juicio.
“¡Ihh!” ello bastó para sacar a la hermana mayor de su nube, quien se agachó torturada. “Uhh, tienes razón, Nio. Todavía te necesito para que me ayudes con estas cosas. Tan sólo espero que los chocolates salgan bien…”



“¿Estarán preparando chocolates?” preguntó un recién llegado. Era una voz muy característica e inconfundible para las chicas, quienes en su mayoría se erizaron.
“Tú…” Cho giró su cabeza con rapidez y observó a un confundido y perplejo Komaeda a un par de metros de su posición. “¿Qué haces aquí?”
“¿Habré interrumpido algo? Lo lamento mucho,” se disculpó con la mejor de sus sonrisas. “Pensé sobre qué decir para saludarles, pero la conversación sobre los chocolates me llamó la atención. ¿Será que planean cocinar juntas? Es inspirador, justamente un trabajo en grupo que las HiMEs deberían hacer.”
“Pues, no sé si guerreras como HiMEs deberían ocupar su tiempo en eso… hehe, pero sí es divertido, ¿no?” concluyó Marisa, de buenos ánimos.
“Oye, es el Rebel de Cho, no minimices la situación,” le corrigió Reimu, impaciente.
“Esperaría que los Rebels no causaran líos en medio de la ciudad, pero…” Youmu afiló sus ojos. “Ya tenemos experiencias sobre lo contrario con este de aquí…”
“O-oigan, les juro que vengo en son de paz, no sabía que estaban aquí,” Komaeda se asustó y agitó sus palmas. Sonrió apenado. “Ah, lamento incomodarles, entiendo que soy un bueno para nada que no sé leer las normas sociales. Les deseo que puedan preparar unos chocolates deliciosos y me anima mucho saber que tienen su deber como HiMEs presente al estar todas juntas. Y pues, quizás no sea lo correcto, pero sí me haría muy dichoso si fuera a probar alguno de sus chocolates.”
“No puedo creer que lo pides…” Cho se dio un facepalm. Le miró impaciente.
“Aruji, si me permites, puedo hacerle chocolates,” observó su arma.
¿Eh? Kashuu, ¿por qué lo dices?”
“Pues será la inspiración que me faltaba,” dicho esto, el chico de ojos rojos afiló su visión. “Con mucho gusto le dedicaría un postre envenenado que jamás olvidará…”
“Ehh…” ya ni sabía qué responder a eso.
“Time out!” exclamó Osaka, quien incluso se puso de pie. “¡Un momento, calmen las aguas! Estoy segura que Koma-chan dice la verdad y sinceramente se alegra de vernos. Si queremos que Koma-chan sea un Rebel responsable y se porte bien afuera de Rizembool o Hanasaki, nosotros deberíamos hacer lo mismo…”
“Ehh… supongo que tiene algo de sentido, aunque es complicado, Osaka,” Marisa sonrió con torpeza.
“Osaka tiene mucha razón, hay que darle una oportunidad,” Nio asintió y se dirigió al Rebel. “Nagito, ¿qué haces aquí? No te dijimos de nuestros planes así que debe ser una coincidencia.”
“Sí, realmente lo debe ser, y una coincidencia muy grata que me llena de dicha,” contestó Komaeda con una amplia sonrisa, completamente desconectado de la tensión y recelo de la mayoría de HiMEs que le miraban con juicio. “Te agradezco a ti y Ayesha por presentarme este maid café el otro día ya que tienen un menú muy agradable y de porciones moderadas. A decir verdad, esperaba traer a Hinata-kun conmigo, pero cuando le invité a mi maid café favorito, por algún motivo él me miró con fastidio y desconcierto y se fue inmediatamente. Me pregunto por qué habrá reaccionado así…” musitó mientras llevaba una mano a su mentón y alzaba sus ojos perdidos.
“Eh… hehe, no creo que a Hajime le gusten estas cosas…” Ayesha sonrió apenada. Podía adivinar muy bien qué había sucedido. “Otro día yo lo podría invitar para evitar malentendidos, pero me alegra mucho saber que te ha gustado tanto, Nagito.”
“Fufu, ustedes dos siempre son tan amables conmigo, no podría ser más afortunado,” concluyó el peliblanco, alegremente.
“…” por su parte, Cho se frustró tremendamente. Debió haber imaginado que cualquier lugar que las hermanas Altugle frecuentaran o conocían podía estar plagado de su Rebel.
“Bueno, viendo que corté la conversación que tenían, les daré su espacio, debe haber una mesa individual donde sentarme…”
“¡Koma-chan, nos puedes acompañar si quieres!” exclamó Osaka, feliz de la vida.
“O-oye, espera un momento,” Kashuu se alarmó.
“En verdad quería invitarte también, pero ahora que Osaka se apunta, sí me siento más cómoda de hacerlo,” se sumó Nio.
“¿Hablas en serio?” preguntó Youmu, en shock.
“Ehh… ¡c-creo que se podría dar si Nagito se sienta entre nosotras dos!” se apresuró a decir Ayesha. A diferencia de Osaka o Nio, se le veía insegura y en aprietos, pero claramente había optado por aceptar los deseos del par y buscar algún tipo de ‘tregua’. “Nos han dado la mesa más grande del recinto y hay mucho espacio. Sé que Nagito puede sentarse con nosotras.”
“Me parece bien, onee-chan,” Nio asintió y se dirigió a Cho, para sonreír pícaramente. “No te preocupes por tu Rebel que onee-chan y yo lo aplastaremos si se porta mal.”
“Eh, ¿aplastarme dices?” Komaeda se preocupó un momento y pasó a ladear la cabeza. “Soy considerablemente más alto que ustedes, y seguro que más fuerte a pesar de mi apariencia…”
“Tsk, sí, exacto, ¿qué tal si dejamos que el Rebel se saque a sí mismo de la invitación?” preguntó Reimu, impaciente.
“Admito que este chico es tan raro que siempre dice algo que me entretiene,” Marisa sonrió.
“Uhh…” Cho prefirió ahorrarse palabras, ya veía que no iría a cambiar el asunto.
“Pero, si con ello la pequeña Nio dice que me comporte, sería descarado defraudar las expectativas que mis estimadas amigas tienen sobre mí. Muchas gracias,” dicho esto, Komaeda hizo una pronunciada reverencia y giró su atención hacia un par de maids que los observaban desde la caja registradora. “Disculpen, necesitamos una silla más, ¿podrían ayudarnos?”

Hubo un breve instante de tiempo en el cual ambas maids intercambiaron miradas, ya que dicho recién llegado parecía ajeno al grupo, pero al final una tercera maid se les adelantó, ya lista con una silla en una mano y una bandeja con un individual y utensilios en la otra.

“Enseguida. Sea bienvenido, estimado visitante,” dijo aquella elegante y profesional maid de cabellos plateados y ojos azules, en lo que preparaba su espacio entre las hermanas. Ella dio una reverencia hacia el peliblanco. “Su espacio está listo, al igual que la carta del día.”
“Muchas gracias, aunque creo ya saber lo que quiero pedir,” este tomó asiento.
“Si pudiera concederme su nombre, se lo agradecería.”
“Ah, verdad. Mi nombre es Nagito Komaeda,” contestó amenamente. “Ahora que lo noto, usted no estuvo la vez que vine con mis amigas.”
“Tiene razón. Sinceramente, hoy es mi primer día en el trabajo, Komaeda-sama,” explicó con una corta sonrisa y gran apacibilidad. “Le pido paciencia en lo que trabajo para su comodidad. Mi nombre es Sakuya Izayoi, para servirle.”
“Es un honor, en verdad no podemos ser atendidos por alguien mejor.”

En eso, otra maid se les acercó apresuradamente.

“Ah, sentimos la demora, nuestra nueva compañera no debería ser la única quien los atiende, lo lamento mucho,” se disculpó. “¿Tienen alguna pregunta sobre nuestra carta? Puedo traerles algo de tomar en lo que se deciden.”
“Está bien, creo que todos ya habíamos elegido nuestros platos,” observó Ayesha.
“Entonces, si me permiten,” una vez más, Sakuya deslumbró con su suave y misterioso acto de una sirvienta atenta e infalible. “Les traeré el pan cortesía de la casa. El día de hoy contamos con los mejores panes multigranos, los cuales pueden acompañar con mantequilla, aceite de oliva, hummus o algún otro aditivo descrito en la carta por un costo adicional.”
“Ah, recuerdo que nos dieron pancitos pizza la vez anterior, ¿están disponibles?” preguntó Nio.
“Tenemos una opción similar, aunque el día de hoy son panes pizza veganos. Es algo que personalmente recomendaría,” Sakuya vio a la pequeña apagarse un poco por su respuesta y sonrió para sí. “Sin embargo, supongo que una principiante como su servidora podría cometer un pequeño error y preparar unos pancitos sin sustitutos especialmente para usted, Nio-sama.”
“¿Eh?” la menor se confundió, aunque entonces vio a la impecable sirvienta hacer un muy sutil y travieso guiño. Ello fue suficiente para iluminar su rostro. “¡Ahh, claro, muchas gracias!”
“Encantada. ¿Hay algún otro pedido de pan adicional a la cortesía?” Sakuya se puso a oír los pedidos de los demás, y luego de confirmar que los demás estaban satisfechos con las opciones básicas, procedió a dar el espacio a su compañera maid. “Les agradezco su paciencia, enseguida traeré el aperitivo. Con permiso.”
“Gracias, Izayoi-san…” dijo la otra maid, quien miraba a esa sorpresiva principiante con impresión y quizás algo de incomodidad, casi como si su propio trabajo estuviera en riesgo. Ese mínimo temor fue sacudido fuera de su cabeza, y procedió a atender a su público.

Así empezó una breve y aparentemente tranquila estadía en aquel restaurante.


Lo prometido fue deuda y Kotegiri y Hiiro fueron a Hanasaki U luego de salir de clases. Pese al misticismo y rivalidad entre ambas universidades, no hubo problemas para que el par surcara la entrada de la otra institución y luego de preguntar por direcciones, fueron camino a la amplia, aunque distante, área verde.

“¡Ohhh!” Hiiro mostró su gran sorpresa al terminar el sendero de árboles densos y toparse con los campos de cultivo y establos de animales a distancia. Sus ojos se iluminaron de ilusión. “¡Tienen razón cuando dicen que Hanasaki es mágico! ¡Deben habernos transportado fuera de la ciudad! ¡Ahh, y hace un excelente clima, quisiera ponerme a correr!”
“Sí es impresionante, en verdad es mi primera vez por aquí también,” observó Kotegiri, quien también fue sorprendido por ese escenario, aunque pasó a entretenerse por la ilusión infantil de su acompañante. “No te olvides que venimos por invitación de Kuwana y hay que ayudarlo primero antes de pasear por aquí.”
“¡Sí, lo tengo presente, prometo que no decepcionaré!” asintió decidido y sus puños pegados a su cuerpo. “¿Dónde es que tenemos que ir?”
“Dijo que es un huerto de tomates, vamos a buscarlo.”

Ambos avanzaron y pese a las dimensiones del área, pudieron guiarse por letreros donde detallaban los campos, con mención a maestros y estudiantes encargados. No tardaron en ingresar a su destino y pudieron ver a Kuwana dirigiendo a un par de estudiantes que cargaban cajones con la cosecha, los cuales fueron hacia un almacén.

“¡Kuwana, ya llegamos!” dijo Kotegiri.
“Ah, finalmente te apareciste, Kotegiri,” le saludó amenamente. “Así que no mentiste.”
“¿Cómo iría a mentir?” se confundió. “Sí dijimos que íbamos a venir ayer.”
“Claro, me acuerdo, supongo es por Hiiro que se dio el milagro. ¡Hola, Hiiro! ¿Cómo estás?”
“Muy bien, Kuwana-san, ¡listo para ayudar!” exclamó el energético pelirrojo. “Pero sí estamos aquí por Kotegiri-kun, él me guió todo el camino.”
“No sé qué habré hecho para que desconfíes de mí…” el hermanito hizo un puchero y desvió su mirada. Terminó por sentir una mano en un hombro.
“Ya, ya, no es para que te pongas así, sólo bromeaba,” el mayor sonrió despreocupado. “Te había dicho para que me visites antes, de por sí a todos en la familia, pero es la primera vez que cuento con una visita.”
“Pues, supongo que entiendo,” Kotegiri dio un suspiro y sonrió apenado. “Lo siento, he estado tan ocupado preparándome para aplicar a ES que el tiempo se me ha pasado volando. Pero ya estamos aquí, ¿con qué comenzamos?”
“Más que nada ayúdenme con la recolección… un momento,” se extrañó. “Les dije que se pongan ropa de deporte o que no les importe ensuciar. ¿No se van a cambiar su uniforme?”
“Lo conversamos, pero Kotegiri-kun dice que justo nos toca hacer lavandería así que no hay problema si lo ensuciamos,” contestó Hiiro, con una amplia sonrisa.
“Sí, además que nuestros buzos son para lecciones en ES y un profesor ahí es muy estricto con que estén impecables,” dijo el hermanito.
“Bueno, si insisten. Sí tenemos mandiles y guantes, pero cuidado por donde pisen. Ya,” hizo un gesto con su mano a una carretilla y se dio media vuelta. “Agarren un set por cabeza y síganme. A comenzar.”

Llegaron a una de las hileras de arbustos de tomates donde Kuwana les dio instrucciones breves sobre la recolección y selección de los vegetales. Una vez terminó con ello, les dejó ponerse a trabajar, con él recogiendo los tomates de la hilera de al lado para asegurarse que quedarse cerca.

Salvo ocasionales comentarios de Hiiro sobre la actividad o algunas cosas a la cual esta le recordaba, Kotegiri se concentró en su labor. Admitía que por dentro también le llegaron recuerdos de dicha labor en casa. Él fue de pequeño a ayudar a sus padres junto con sus hermanos, y si bien Kotegiri fue muy lento ese día y apenas colaboró con un arbusto, recordaba lo orgulloso que se sintió cuando llenó su primer cajón, con los demás dándole el visto bueno y felicitándole. Era evidente que no podría hacerle competencia a Kuwana, y sorprendentemente a Hiiro quien se veía muy diestro en la faena, pero su alegría de tantos años atrás era como un aliento duradero que hacía su esfuerzo valer la pena.

Fue así que terminaron con los primeros dos cajones por cabeza, con Kuwana dándole una mano a Kotegiri para llenar su cuota.

“Heh, habrá sido una década desde la última vez que te vi trabajar en un cultivo, pensé que tendría que pilotearte más,” observó el mayor, complacido. “Nada mal, Kotegiri.”
“Hehe, muchas gracias,” contestó alegremente.
“Supongo podría contar con tu ayuda de nuevo si hay otra emergencia.”
“Eh, claro, aunque quisiera que me lo avises con anticipación.”
“Sí, sí…” sonrió frustrado. “Creo que me alegraba mucho, noto que no andas muy cómodo con la idea.”
“Creo que estoy oxidado y no me acostumbro del todo, pero sí me ha venido bien. Gracias por la invitación, más bien.”
“¡Oh, sí!” Hiiro se sumó, con energías y ojos brillantes. “¡Estoy de acuerdo! ¡Esto ha sido más que un ejercicio! ¡He podido respirar aire fresco y sentir el aroma de las plantas! ¡Me da otro sentimiento de vida! ¡Con mucho gusto puedo regresar a seguir ayudando! ¡Hasta podríamos traer a nuestras compañeras de salón!”
“No sé si a ellas les gustaría venir, pero podríamos preguntarles…”
“Cualquier ayuda es bienvenida, me gustan esos ánimos. Bien, con esto ya estamos,” Kuwana se puso de pie ni bien terminó de llenar el segundo cajón de su menor. “Nos toca llevarlos al almacén y traer nuevos cajones.”
“Pregunta,” Hiiro alzó un brazo un poco más de lo esperado (?). “Recuerdo que ayer mencionaste que tenían que preparar la tierra para otro cultivo. ¿Eso quiere decir que estas plantas de tomates van a ser removidas?”
“Ah, buena memoria, pues sí,” Kuwana se rascó la nuca en lo que miraba los cultivos. “Me parece un poco pronto, pero hubo un cambio de programación. También hay el problema que una compañía que comprará las plantas para procesarlas está por venir y otra empresa que ayudará con los abonos justo iba a llegar para otros cultivos, por lo cual tenemos que volar este espacio lo antes posible.”
“Es una pena, veo que nos han dado muy buenos tomates,” Hiiro se vio apenado. “Ah, pero tienen que apurarse con la tierra. Si se expone mucho al sol sin plantas para cubrirla puede que se ponga árida.”
“Eh, me imagino que lo tienen bajo control,” observó Kotegiri. “Vimos sistemas de irrigación en un cultivo antes de llegar.”
“Cierto, el hecho que se ponga árido no es el problema…” dicho esto, Kuwana curiosamente se agachó, agarró un poco de la tierra húmeda y terminó por saborearla.
“¡Ihhh!” Kotegiri se horrorizó ante ello y retrocedió con nervios. Se le había olvidado por completo. Verdad que su hermano hacía cosas así en ocasiones.
“¡Ohhh!” por su parte, Hiiro se impresionó ante la presencia de dicho conocimiento primordial (?) (tal vez). “¡Kuwana-san, ¿puedes evaluar la calidad de la tierra mediante el gusto?! ¡Nunca lo habría pensado!” de inmediato tomó un copo generoso en una mano, donde vio un canchito de tierra caminar, y lo observó detenidamente. “¡Lo intentaré! ¡¿Cómo tiene que saber?!”
“¡N-no, no hagas eso, Hiiro-kun!” Kotegiri le agarró de ese brazo y lo jaló. “¡N-no hay forma que eso no sea un peligro para tu salud! ¡Por favor no imites a mi hermano!”
“Haha, por supuesto que reaccionas así, Kotegiri,” Kuwana se rió un poco. “¿Sabes que hay algo de ciencia detrás del sabor de la tierra?”
“¡Te pido que no hagas cosas que otros puedan imitar! ¡Si Hiiro-kun se enferma del estómago sería una gran complicación para su horario y entrenamiento!” exclamó en pánico. Su nuevo amigo realmente era un caso serio de alguien sorpresivamente despistado. “¡S-seguro que lo haces por más que un pasatiempo (supongo), pero no todos deberíamos hacerlo!”
“Bueno, tienes razón,” se encogió de hombros. “No creo que todos puedan percibir cuando la tierra sabe ácida o no, aunque el sabor de la tierra mucho tiene que ver con el sabor de los cultivos. Digamos que tengo experiencia, pero tampoco quiero meter a nadie en problemas.”
“Entiendo, quisiera aprender, pero tampoco soy muy conocedor sobre esas cosas. Tengo que respetar a los profesionales,” Hiiro asintió obedientemente. “¿Y cómo sabe ahora?”
“Como debería, la tierra anda bien, y estará mejor una vez terminemos de tratarla, así que no tienes que preocuparte,” entonces, Kuwana recogió sus cajones del piso. “Nos hemos distraído mucho. Sigamos, y una vez terminemos les invito algo de tomar, ¿les parece?”
“¡Sí, muchas gracias!”
“Vamos de una vez,” Kotegiri dio un suspiro aliviado. Ya lo habían dejado de lado.

Así siguieron con ese trabajo a un ritmo moderado, aunque con la ayuda de otros presentes en ese campo, podrían terminar con su labor esa misma tarde.




Pasó una tarde un tanto tensa e incierta para Suzuka, quien se mantuvo cerca del puerto mientras revisaba con el equipo en Hanasaki. No hubo ningún otro movimiento o avistamiento de ese orphan, por lo cual todo parecía normal… pero no debía estarlo. Su propia acción de investigar ese subterráneo clandestino debió haber agitado las aguas profundas, y lo único que podía desear era que gente inocente se mantuviera alejada de cualquier posible consecuencia.

Luego de horas de dar vueltas y apenas comer la comida rápida con menor demanda para continuar con energías, por primera vez, Suzuka se detuvo y sacó su celular. Miró el contacto de Mamizou, muy brevemente preguntándose si para variar debía hablar con ella y cuestionarle sobre qué debía hacer. Se sentía responsable sobre esa situación. Realmente se aventuró mucho y seguramente con su superior presente todo habría estado mejor contenido y calculado… pero lo hecho hecho estaba, y nada lo podría borrar. Hablar con ella tal vez ni le ayudaría a mantener la calma. Se conocía lo suficiente para saber que dar vueltas con el tema, en especial con el tono despreocupado y trivial de Mamizou, podría hacerle más mal que bien, y luego de también convencerse que su superior estaría ocupada, desistió en esa idea. Continuaría dando vueltas al menos hasta caída la noche. Si algo fuera a suceder en la madrugada, como mucho tendría que aprovechar darse una siesta.

Ni sus rondas ni sus ocasionales conversaciones con los locales que descartaron cualquier anomalía le dieron pistas para preocuparse, pero la tensión estaba a su alrededor y en su consciencia. No podía ser tan simple…



Entonces, su situación estaba por cambiar. Recibió una llamada, una que contestó con gran frenesí. Alcanzó a ver que era un número desconocido, lo cual le dio un breve alivio al notar que no era Hanasaki con alguna emergencia, pero resultó no ser del todo ajeno al asunto.

“¿Aló?”
“Buenas tardes, ¿es usted Suzuka Gozen?”
“S-sí…” voz desconocida también. Sonaba a alguien serio e inexpresivo.
“Le llamo como un investigador del departamento de policía encargado de asuntos referentes a Hanasaki. Suelo comunicarme con Mamizou Futatsuiwa, pero comprendo que no se encuentra disponible. Usted vendría a ser su ayudante, si he entendido bien.”
“Sí, podría decirse…” le costaba creer que era el primer contacto que Mamizou habría dejado en caso de su ausencia, pero realmente nunca le podía leer bien. “Eh… ¿en qué puedo ayudarle?”
“Es con respecto a investigaciones recientes en el área del puerto de la ciudad. Tenemos información que esperamos discutir con usted, si se encuentra disponible.”
“L-lo estoy,” se vio atenta y asintió un par de veces. “¿Dónde podría encontrarle? Iré inmediatamente.”
“Estoy cerca del área de interés. Le enviaré mi ubicación en este momento. Agradezco su pronta colaboración.”
“Eh…” la llamada se cortó y bastó unos segundos para recibir una notificación. Estaba a una distancia corta, en un muelle no muy lejos del puerto de interés, pero lo suficientemente distante para no llamar algún tipo de atención. No sabía qué decir sobre ese tan rápido desarrollo, pero no tenía nada que perder. Había una primera oportunidad para todo.

Dicho muelle era un lugar con buena vista al litoral y donde contadas personas acudían para tomar fotos o evidenciar una placa antigua que hacía tributo a la marina japonesa. Luego de pasar al costado de un pequeño grupo de turistas, Suzuka continuó caminando y divisó a una persona distraída con el mar no muy lejos del extremo de esa estructura. Era un joven de cabellos ordenados lilas y con ropas un tanto muy cubiertas y oscuras para el presente clima. Este emitía un aura de seriedad y severidad. Si bien no lo conocía personalmente, sí lo había visto de lejos en Hanasaki, en alguna pasada conversación con Mamizou. Al menos ello le hacía confiar que su identidad era verídica.

“…” dicha persona se le dirigió y luego de una respetuosa asentida, le observó inmutado. “Ha llegado rápidamente, una vez más le agradezco su respuesta.”
“No, no lo menciones,” sí que no estaba hecha para esas cosas. Suzuka desvió su mirada. “Mamizou… eh, Futatsuiwa-san es quien suele encargarse de estas formalidades, así que me disculpo de antemano por mi falta de profesionalismo.”
“Descuide,” asintió. “Yo también soy apenas un subalterno y principiante. Presumo que lidiaremos con el presente asunto de la mejor manera.”
“Sí, pienso lo mismo,” ello le animó un poco y sonrió. “Así que usted también es nuevo en esto, realmente no me da la impresión que lo sea, se ve muy adepto.”
“Con respecto a nuestras investigaciones, Gozen-san…”
“Eh, Suzuka, por favor…” ella se incomodó. Vio que ese chico no iba a perder el tiempo ni a ser familiar con ella. De nuevo, tenía que recordarse ser seria e ir al grano.
“Estamos informados sobre una misión de reconocimiento realizada el día de hoy de parte de su grupo de investigación.”
“Sí… si usted pudiera proveer de información con respecto a ello, se lo agradecería,” contestó seriamente, aunque con leves indicios de pena. “Encontré con orphan poderoso en ese subterráneo que fallé en eliminar. Temo que quizás haya complicado el asunto.”
“…” dicho pelilila le observó inmutado por un instante.
“…todo está bien, ¿verdad?” preguntó casi en aprietos. No sabía qué leer de ese silencio. En verdad dicha persona era ilegible.
“Gozen-san, comprendo que su presente preocupación yace en posibles represalias de parte de Rizembool, o en el peligro que dicho orphan pueda representar para otras personas.”
“Sí, precisamente… por supuesto que es lo más importante.”
“Entiendo, ello quiere decir que me corresponde esclarecer su apreciación de la situación antes de tocar el tema por el cual le he convocado a este lugar,” comentó con un puño en su mentón, meditativo.
“C-claro…” ¿acaso eso no era lo que le quería decir? Suzuka fallaba en pensar qué podría ser más importante. Recordó a regañadientes cómo Norimune se burlaba alegremente de su necedad o falta de ver todo el panorama. Tal vez sí tenía razón.
“No tenemos certeza absoluta del movimiento de Rizembool en aquel lugar específico. Sin embargo, luego de revisar cámaras de vigilancia y recopilar avistamientos de civiles, sospechamos que ese orphan ha estado en dicho lugar escondido, aunque abierto por alrededor de una semana, y ha habido movimientos de vehículos blindados en horas de bajo tránsito.”
“Eh…” fallaba en ver cómo ello debía ser reconfortante. Suzuka se tensó.
“Con ello quiero informarle que cual sea la actividad que Rizembool lleva a cabo en su punto de investigación, ellos han tenido varias oportunidades para invadir espacio público y poner en peligro a transeúntes. Gozen-san, su visión sobre Rizembool es proveniente de Hanasaki, y si bien se puede recriminar a Rizembool con mayor frecuencia con respecto a sus acciones liberales, ellos a su vez son un grupo práctico y logístico que no cometerá acciones imprudentes sin previa instigación.”
“…” Suzuka se vio inconforme y desvió su mirada. “Tal vez mi investigación hoy fue una mala idea. No sé si ello cuente como instigación.”
“…” hubo otro inmutable silencio. “No estoy en su posición para juzgar la validez de su acción. Sin embargo, presumo que su investigación no califica como instigadora. Se puede esperar mayor vigilancia de parte de Rizembool. Si no les da motivos para actuar, dudo que tenga que preocuparse por represalias.”
“Eso espero…” tal vez sí había un leve consuelo en esas palabras, pero Suzuka se sentía nuevamente impotente contra Rizembool. A veces se preguntaba si es que hacía una diferencia.



“Si me permite, quisiera conversar con respecto a la información que nosotros tenemos sobre la presencia de Rizembool en los alrededores,” continuó el pelilila.
“Eh, por supuesto, adelante,” asintió. De nuevo, sentía que era la persona incorrecta para recibir dicho reporte, ni sabría qué hacer con ello fuera de guardar la información para cuando Mamizou volviera de su viaje, pero a la vez quería saber más sobre aquel misterio. Antes de oír a esa persona, este le extendió un sobre manila de mediano grosor. Ella lo tomó por inercia.
“Aquí está el informe y los datos relevantes. Nosotros en la policía somos un ente neutral. Sin embargo, nos es relevante informar a ambos lados sobre su presencia fuera de sus territorios para velar por la calma de la ciudad.”
“Debo decir… que me parecía un poco increíble que nos ayudara tanto,” ella dio un suspiro. El hecho que hasta la policía trataba a Hanasaki con pinzas y no les dieran completa confianza… por más que Suzuka estaba convencida que Rizembool era quienes debían ser detenidos, podía comprender aquel recelo. No que Hanasaki estuviera haciendo el mejor trabajo. Se frustró, pero forzó una sonrisa. “Igual así, gracias por darnos una mano, realmente lo necesitamos.”
“No lo mencione.”

Por ello mismo, la HiME imaginaba que no iría a escuchar información muy completa y extensa de Rizembool en dicho reporte. Al menos, esperaba encontrar algo que pudiera despejar sus presentes preocupaciones.

“Supongo tendrá otras cosas que hacer. Me aseguraré de leer su reporte,” ella asintió.
“Antes que se vaya, sólo quiero darle una mención puntual de algunos temas.”
“Sí, ¿sobre sus hallazgos?”
“…” volvió a asentir, solemne. “Viendo lo preocupada que se encontraba sobre las acciones de Rizembool, quisiera elucidar nuestras sospechas sobre el lugar que investigó el presente día. Creemos que se trata de un pasadizo clandestino que facilite el tránsito de carga sensible y de interés para dicha universidad, a manera de ocultar sus movimientos.”
“…” Suzuka asintió. “Los investigadores en Hanasaki llegaron a esa conclusión. Espero… que sólo sea la infraestructura.”
“La policía ha conducido su propia investigación mediante el uso de radar y métodos no invasivos hace tres días. No detectamos almacenes con ningún tipo de mercadería. Todo indica que cualquier almacén a ese nivel se encuentra vacío.”
“¿En serio?” se sorprendió.
“Efectivamente, puede revisar nuestros resultados dentro del sobre.”
“Eso me da un gran alivio,” dio un respiro y aligeró su porte. “Lo que más temía era que estuvieran escondiendo material sospechoso…”
“…” otra pausa más… “No obstante, le aconsejo que se mantenga alejada de esta área por el resto de la semana.”
“¿Por qué?” se extrañó.
“Gozen-san, usted ha mencionado ser principiante en estos asuntos y no quisiera causar confusión o inconvenientes por brindarle esta información… pero está por llegar un barco al puerto que, bajo una investigación preliminar de sus papeles y el destinatario, ha presentado varias irregularidades,” asintió y frunció el ceño. “Tememos que sea un barco con mercadería u otros contenidos sospechosos que se dirige a Rizembool como destinatario final.”
“¿Perdón…?”

Suzuka palideció un poco y casi sintió que el piso debajo de sus pies había sido jalado como una alfombra.



Regresó mentalmente a la conversación del grupo de investigadores en la mañana, en el momento en el cual discutían sobre las posibles funciones del subterráneo y en la hipótesis de esa conexión clandestina con el puerto. De repente, por más que la idea continuaba siendo la misma, la realidad había cambiado.

Ya no era una posibilidad. Quizás… Suzuka tenía completa confirmación sobre Rizembool una vez más haciendo de las suyas a espaldas de todos con un barco con contenidos inimaginables…

¿…y acaso tenía que quedarse con la boca callada y dejarles hacer lo que querían?

“Gozen-san…” este hizo una pausa, una ahora con ligera preocupación e impaciencia. “Insisto en que no puedo hablar por usted, su superior o Hanasaki, pero le ruego que mantenga prudencia con la información que nos corresponde entregarle. Si Rizembool ha posicionado a un orphan para cuidar su infraestructura, ellos podrían tomar acciones mayores cuando este puerto sea de su interés, en el momento más crucial del desembarque. Comprendo que el trabajo del equipo de Futatsuiwa-san tiene la seguridad de la ciudad como prioridad.”
“…tiene razón, disculpe…” Suzuka agarró su frente con agobio y cansancio. “Perdón, no pienso ser irresponsable. Es sólo… he tenido un día tan estresante. Mejor voy a descansar.”
“Entiendo…” regresó a su inmutabilidad.
“Eh, y no quiero restar mérito a su labor, en verdad,” la peliblanca asintió y sonrió un poco. “Muchas gracias por su incansable trabajo. Me alegra saber que vela por el bienestar de las personas en la ciudad.”
“Usted me da mucho crédito, Gozen-san, soy apenas un principiante,” entonces, él hizo una reverencia y caminó de regreso a la costa. “Con permiso, que descanse.”
“Igualmente… oh, espere,” dijo apresurada. “Disculpe, ¿cuál es su nombre?”
“…” el pelilila se giró para encararla brevemente. “Samidare Gou. Presumo que nos encontraremos en otras ocasiones, Gozen-san. Hasta la próxima.”
“Sí,” le vio continuar con su camino. Suzuka deseó que este no fuera tan formal con ella, pero, en fin, había gente así.

Se quedó un poco más de tiempo mirando el mar e intentando descansar su cabeza de esa sorpresiva información. Sabía que no podría dejar de darle vueltas.

Aquel mar debajo de ella que cubría los soportes del muelle, que se extendía al borroso horizonte, que ocultaba tantos lugares y secretos desde ese limitado observatorio…



Suzuka tenía una historia con el mar que involucraba a Rizembool y no podía ignorarla, no estando tan cerca de ella.



Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #899: February 28, 2023, 05:44:15 PM »
—Oye, ni siquiera nos parecemos a nosotros. — Mikey pasaba una a otra fotografía, mirando su rostro y el de la peliplatinada, ambos llenos de pegatinas y dibujos alrededor de ellos.
—Así son las purikura. — Kana tomó una de las fotografías que Mikey poseía en su poder, la observó con atención y definitivamente su cara estaba deformada por unos ojos demasiado grandes y dibujos coloridos. —Está horrible. Me la quedo. — se la guardó en su cartera.
—¿Quieres guardar algo que tenga mi cara? Pensé que te resistías a la idea de tener cualquier cosa que estuviera relacionada conmigo.
—Mh, puede ser. Digamos que tú no te pareces a este Mikey Kawaii. — apunta la imagen del rubio en la foto que se quedó con el chico. —Así que fácilmente podría decir que es cualquier persona y no es el mafioso Manjiro Sano.
—¿Mafioso? ¿Me consideras mafioso? — Mikey alzó sus cejas, no comprendiendo las palabras de Kana. —Son palabras demasiado fuertes para que te las diga una antigua amiga.
—Ex amiga. — puntualizó
—¿Ex? ¿En serio? Vaya, a qué punto de nuestras vidas llegamos a ser ex. Bueno, de todos modos, suena gracioso. Ex amiga.
—No te lo tomes tan a personal, Cain también es mi ex amigo, mi ex Key. Incluso está en calidad de fraude— se alza de hombros
Los dos comenzaron a caminar, tranquilos por la ciudad que a esa hora ya comenzaba a despoblarse. El ambiente era grato a esa hora de la tarde porque el fresco se sentía agradable con el suave silbido del viento tocando finamente sus rostros, el bullicio también había disminuido en su entorno permitiendo que los dos pudieran conversar más amenamente y sin interrupciones. Kana se giró discretamente a mirar hacia atrás, recordando que Draken los seguía sigilosamente custodiando la seguridad de ambos, por poco se olvida de su existencia, pero allí estaba el gran rubio.
—Je, me alegra significativamente que ese sujeto esté en calidad de ex y en un puesto incluso más deplorable. — la punta de la nariz de Mikey era fina y bien formada, Kana miró su rostro con detenimiento y nostalgia recordando ese detalle de su ex amigo y ex Knight.

Le causó gracia recordar también que la pequeña y fina nariz de Mikey se tornaba ligeramente roja en los inviernos y climas menos gratos, sus cabellos rubios siempre hacían un movimiento ondulante con la brisa, dándole unos brillos dorados bastantes adorables, no era tan perfecto como el cabello de Baji pero Kana consideraba que el de Mikey fácilmente podía estar en el segundo lugar de esa categoría.
Él seguía siendo pequeño en porte, a lo más llegaba al metro sesenta y dos, un pequeño chico que resultaba ser mortífero y letal.

Todavía causaba ternura con su imagen, pero Kana sabía que detrás de ese chico con aires de despreocupado existía un sujeto que se convirtió en alguien temido y despiadado.

“Mikey, me causa melancolía saber en lo que te has convertido”

Porque pese a que Kana se distanció de su ex amigo, eso no significaba que no le produjera nostalgia y melancolía lo que pasara con él. Después de todo, fueron muy unidos en su pasado.

—Ojalá se pudra.
—¡O-Oye! No digas cosas así.
—Era un sujeto engreído y snob, sumamente hipócrita y clasista. No sé cómo era tu amigo. — le dice con toda la tranquilidad del mundo. —Me alegro que se haya quedado en el pasado de ambos. En fin, ¿vamos a los barcos?
—¿Y Draken?
—Oh, ¿creo que se perdió? No es necesario esperarlo.
—Él se preocupa mucho de ti, me alegro que tengas a alguien que vigile tus pasos días y noche.
—Vamos, vamos. — Manjiro hizo oídos sordos a lo que Kana le decía, le agarró del brazo y la llevó consigo al muelle, donde compró dos boletos para pasear en barco.
—E-Espera, Manjiro
En poco tiempo, ambos jóvenes abordaron el barco que afortunadamente no estaba tan lleno de gente. De acuerdo a el plan de Mikey, la idea era navegar en barco y ver la ciudad desde esa posición, porque el rubio tenía cotizado pasar todo el día con su ex amiga aprovechando el reencuentro después de tres años sin verse y tres años donde rompieron con todo lo hermoso y profundo que significó su amistad.


« Last Edit: February 28, 2023, 05:47:45 PM by Kana »