Two parts this month... still not done (...)110.9.
…
Una vez fuera del barco, Matsui lanzó a Tenshi al piso. La HiME se encontraba apenas consciente, pero demasiado debilitada por la asfixia como para poder moverse.
“…” el Rebel vio a su oponente desparramada sobre el piso del muelle y apenas haciendo unos mínimos movimientos en búsqueda de su desaparecida fortaleza. “Eres afortunada que no desean que mate a nadie el día de hoy…”
“…”
“O tal vez… debería hacerlo de todas formas…” sus ojos se abrieron ligeramente más, en una realización de libertad. “Waka-sama ha sido demasiado bondadoso para la situación en la que estamos y él más que cualquiera sigue siendo importunado en demasía por tu detestable especie. No importa si peleo contra ti hoy… y contra una nueva HiME mañana…”
“…” Tenshi sintió su corazón latir a mil, y unas fuertes nauseas por no ser capaz de soportar un estado anímico alterado. Estaba echada sobre el piso, con su Rebel a sus espaldas. Si esa persona se decidía por matarla en esos instantes, no había nada que se lo impidiera… y ella misma ni podría ver venir ese golpe final. Tensó su cuerpo un poco más para tratar de al menos sentarse sobre el piso, pero ni bien apenas elevó su cabeza mínimamente del piso, el otro la estampó contra el suelo con un pie. “Ihh…” dejó escapar un doloroso quejido.
“En este momento ni siquiera eres una HiME. No terminarías como una. No tienes el honor de mantenerte fuerte hasta el final…” esos susurros sonrieron con cada palabra, y el encapuchado libró su cabeza, a cambio de agacharse al costado de ella. “Eres apenas una víctima, un ser que palpita sangre y que la puede desparramar ante la más diminuta herida… yo…” agarró a la HiME de un puñado de sus cabellos y la alzó lo suficiente para acercar el oído de la chica a su rostro escondido. “¿…cómo podría rehusarme a ignorar una presa cuando la veo? Aún por más desagradable que me resultes… eres un ser humano lleno del mismo líquido vital que los demás…” empezó a acercar el cuello de la chica a su rostro. “…que ahora me invita a darle una mordida…”
“S…suéltame…” decir esa palabra le costó un par de tosidos. Podía sentir el aliento húmedo y gélido de su Rebel que le generaba escalofríos. Había respirado un poco más y levantó un brazo para tratar de defenderse, pero su enemigo inmediatamente usó su mano libre para restringirle. Con ese mismo movimiento, se acercó incluso más. Tenshi cerró sus ojos con fuerza con terror…
De repente, ese Rebel se detuvo al notar a recién llegados por las puertas del muelle. Unos rayos fueron lanzados hacia él, por lo cual finalmente soltó a la peliazul y apenas retrocedió un par de pasos para evadir la descarga eléctrica.
“¡No lastimes a Hinanawi-san!” reclamó Tsubasa. Ella, al igual que las demás HiMEs, se veían perdidas y a cierta manera horrorizadas por lo que habían podido ver.
“¿Acaso… pensaba comérsela…?” Saki se inquietó.
“No lo sé… no es algo que conozca de antes…” Cho tenía un rostro perplejo e incómodo.
“Pues lo parecía, pero aquí se acabó,” declaró Reimu, decidida.
“…” el Rebel giró su cabeza para mirarles de lleno. Nuevamente, su nuevo público se confundió un poco por fallar en verle el rostro.
“Aruji, tengo un mal presentimiento,” comentó Kashuu, con aprehensión. “No creo que tenga que decirlo…”
“La afirmación no está de más, debemos tener mucho cuidado,” Cho asintió sin despegar sus ojos del nuevo enemigo.
“…” Saki miró más allá del muelle. Había lo que parecía una tormenta eléctrica en el exterior. “Presumo que nuestra senpai está peleando por allá…”
“…presumes correctamente, HiME…” dijo el siniestro Rebel, con una voz profunda de ultratumba que absorbió a todos. “Esa persona a quien llamas senpai nos ha causado demasiados dolores de cabeza esta noche. Ella…” dio una suave patada a la espalda de Tenshi, para que rodara mínimamente en dirección a las demás. “…y esta de aquí.”
“Animal… ¡¿qué crees que haces tratándola así?!” exclamó Reimu, indignada.
“No tenemos que pelear, si es que ustedes se comprometen a llevársela y no volver,” declaró ese Rebel. “Asumiría que gente más cuerda no habría venido aquí a participar en el atrevimiento de las dos faltantes… si han llegado para reparar su error, esta es su oportunidad.”
“Tienes razón, nuestra misión es el bienestar de las dos y parar lo que ocurre, pero no es todo…” observó Cho, mostrando firmeza. “Nos hace falta nuestra senpai y no podemos irnos sin ella.”
“Ella es capaz de cuidarse por sí misma y merece pagar por sus acciones desmedidas. Les doy sólo esta oportunidad, hablen.”
“…” era inédito y repentino. Las HiMEs intercambiaron miradas sin estar muy convencidas, pero al final ni necesitaron meditarlo, ya que Tenshi reunió suficiente vitalidad para hablarles.
“No se les ocurra aceptar…” dijo ella, desde el piso. Hacía una mueca de dolor. “…hay una chica inconsciente capturada por Rizembool en el barco. ¡Tenemos que salvarla!”
“¿Acaso no te asusté lo suficiente?” preguntó el encapuchado, con un aire de impaciencia. “Te extiendo la última dosis de cordialidad con esta oferta…”
“Tch, cállate con eso de cordialidad… sólo son tus caprichos…” Tenshi finalmente pudo arrodillarse con una rodilla mientras recuperaba su estabilidad. “Y si lo que acabas de hacer fue para asustarme… tendrás que hacer más que eso…”
“Tremenda altanería que te traes… sinceramente desagradable…” entonces, hubo un fuerte impacto en el barco proveniente de afuera que sacudió al navío considerablemente, casi como si fuera a ser derrumbado. Todos se alarmaron, a excepción del Rebel, quien ni movió su cabeza. Más bien, sólo una ligera risa… “Heh… heheh… así que esa es la decisión que toman…”
“…” Saki se tensó. Podía imaginar que todas estaban decididas a apoyar a la peliazul por el asunto de rescatar a alguien, aunque temía que quizás haya más caídos que salvados. “No sé si lanzarnos al peligro siquiera baste para salvar a alguien…”
“Lo sé, pero… ¿en verdad hay alguien atrapado en el barco?” preguntó Cho.
“¡Sí, la vi, la cargué y quise escapar con ella, pero este Rebel impidió que lo hiciera!” insistió Tenshi. Ella se frustró. “Si no me creen o no piensan ayudarme, váyanse, pero le debo a Suzuka intentarlo, así que no se metan en mi camino.”
“Ahh, sabía que algo así dirías…” Reimu negó. Pese a su lamento, ella tampoco se vio disuadida. “No pienso auxiliar a los disparates de nadie, pero si realmente hay alguien ahí, no puedo darme media vuelta e ignorarlo.”
“Pienso lo mismo…” Tsubasa asintió, decidida.
“Vaya…” Saki desvió su mirada, con gran cansancio. Quisiera nuevamente optar por irse, pero realmente no podía dejar a su riesgosa amiga sola.
“…” Cho tragó saliva. No sabía si las demás prestaban atención al simple hecho que ese Rebel ocultaba su rostro. Había algo fuera de lugar que no podía decir con certeza y que debía ser muy peligroso… pero tampoco iría a rendirse si todas estaban tan cometidas a pelear. “Lo siento… si hay alguien que nos necesita, tendremos que seguir siendo un problema…”
“…fantástico…” concluyó el incógnito, con una voz irónica y cansada. “Son cinco HiMEs, imagino que ninguna sin poderes sería lo suficientemente suicida para venir… en verdad…” recordó el pedido de no matar a nadie. “…pretender pelear parejo contra todas a la vez…” volvió a visualizar los contenedores y la arena sepultándolo. “…defenderme, mantener el ritmo… buscar cómo derrotarlas a todas razonablemente…” oyó otro estruendo de la pelea que ocurría afuera a sus espaldas… “…tal vez… heh, es el permiso que necesitaba para no oír a nadie más.”
Entonces, el Rebel materializó su katana y se dirigió hacia Cho.
“Te ves como la más rescatable de todas… ¿serás la que me dé mejor pelea?” preguntó con una voz ida y curiosamente alegre y ligera, sin perder su toque siniestro.
“…” ello bastó para dudar lo que hacía, aparte que sí se encontraba intimidada y no del todo bien luego de su descontrol, pero tenía que mantenerse estable por las demás. Dubitativamente, dio un paso adelante.
“Ella no será la única que pelee contra ti,” Reimu invocó unas agujas de luz a su alrededor. “Es hora que tú te des cuenta que tienes la opción de escapar antes de enfrentarte a todas.”
“Son ustedes quienes ignoran el verdadero peligro al cual se enfrentan…”
“…” Tenshi finalmente pudo impulsarse para apartarse de su Rebel y ponerse a la par con las otras chicas. “Gracias por la ayuda, pero no se confíen. Es demasiado rápido.”
“No… seré cordial con estas pobres almas que has convocado a tu perdición, HiME…” Matsui blandeó su arma a manera de prepararse. “Ellas poseen sus propios Rebels que las tienen que eliminar… tú seguirás siendo la única a quien no me importaría aniquilar esta noche…”
“Tsk, tan desagradable que eres…”
“Fufu… y no me falta mucho para lograrlo…”
Lo que continuó se asemejó más a una simulación, una película, un cutscene ya predeterminado de un videojuego en el cual el jugador debía experimentar una derrota inevitable. Cho apenas pudo empuñar su katana y el asedio del Rebel fue demasiado rápido como para contestarle y mantenerse de pie. El Rebel no pudo concretar otro ataque inmediatamente debido a los proyectiles lanzados por Reimu, Saki y Tsubasa, pero ello apenas le retrasó un poco en lo que cambió de prioridad y se acercó a las tres luchadoras a distancia para quitarles la ventaja.
“Tsk,” Tenshi levantó sus brazos para invocar la arena del barco, pero no estaba con las suficientes energías y claridad mental para atraer una cantidad útil de su elemento, ni siquiera pudo movilizarlo con la rapidez requerida. Pese a su intento y el de Cho de apoyar a las otras con su magia, Matsui fue capaz de derribar a cada una de las tres con unos certeros golpes.
“¡Chicas!” exclamó Cho, luego de ver a Reimu ser derribada pese a haber podido esquivar unos ataques en un inicio.
“Ihh…” Reimu comprimió sus puños en lo que estaba boca abajo.
“Para ser HiMEs… deberían al menos hacerme pelea en el ámbito mágico…” observó el Rebel con un tono frustrado y despectivo. Este blandeó su arma todavía radiante y limpia. “…su sangre sería lo único que valdría de ustedes, pero no… mi HiME es la única a la que pienso desangrar esta noche…”
“…” la peliazul entrecerró sus ojos con ligeros nervios. Ya comprendía que no se encontraba al mismo nivel de su oponente. Entonces, vio que Cho se le acercó y se paró a su costado.
“Lo lamento, no soy muy fuerte… pero no te dejaré sola,” afirmó la HiME, mirando fijamente al misterioso Rebel.
“Fufu… es una decisión muy atrevida para el temor que fluye por tus venas…” comentó el enemigo con intriga. “Esperé que al menos tú valdrías una pelea más seria, pero veo que tu dominio con la espada es deplorable, por decir poco… quizás menosprecié demasiado a mi propia HiME, al menos ella pudo mantenerse de pie ante mis ataques en un inicio…”
“…” Cho frunció el ceño. No podía desanimarse con apenas unas palabras.
“…pero ya no será capaz de lo mismo, está a su límite…”
“Pues tienes razón… con el hecho que me has menospreciado,” observó Tenshi, impaciente. Entonces, ella intentó atrapar a su Rebel con una prensa de la arena que había podido invocar lentamente a su alrededor. Sin embargo, el otro pudo saltar y evadir ese ataque sin siquiera necesitar darse media vuelta.
“…eres un molesto mosquito, HiME. He intentado eliminarte con un matamoscas, pero te habrás dado cuenta que… no he abierto una sola herida en ti aún,” nuevamente, blandeó su arma. “…he sido muy paciente, muy cordial… me está desesperando. Te dejaré saber que…” su voz se volvió más grave. “…ni bien sangres, será tu final…”
Siguió otro ataque sumamente veloz. Cho pretendió contestarle y mantenerle alejado de su HiME, pero por más que intentaba seguirle el ritmo y estudiar sus movimientos, ese oponente le sobrepasaba en todos los aspectos. Sus intentos de ataque eran muy lentos y torpes, y los ataques del Rebel probaban desestabilizarle. Los pocos choques le hacían retroceder y le desorientaban. La peliceleste estuvo por caerse, pero esta vez pudo apoyarse con un pie para impedirlo y, en un intento desesperado de sorprender y entorpecer el ataque del otro, se lanzó hacia él.
Fue más que una improvisación ya que ni tuvo su arma lista al frente de sí misma. Se congeló al ver la katana del Rebel a punto de alcanzar su propio rostro.
“¡O-oye!” Tenshi se congeló e intentó correr para alcanzar a la otra HiME.
“…” el Rebel también se impresionó por ese impulso y terminó por agarrar el rostro de Cho con su mano libre. Este empujó a la HiME hacia abajo con las justas para evitar que su cara fuera partida en dos. Acto seguido, le dio una fuerte patada en el abdomen para alejarla de una vez.
“Tch…” Cho rodó y agarró su estómago por el fuerte dolor del impacto. Soltó su katana y esta no tardó en volver a convertirse en Kashuu, quien de inmediato acudió a su costado.
“Aruji, ¿qué fue eso?” este parecía tratar de contener sus ganas de llamarle la atención y se limitó a agacharse a su costado.
“Perdón… yo…” fue lo que pudo decir. En verdad que había sido una patada contundente.
“…me forzarás a matarlas a todas, tch, HiME o no, una insolente como tú no debería ser permitida una espada…” se quejó el Rebel con hastío. Este pasó a mirar a su HiME, quien nuevamente empuñaba su propia arma. “Debes estar agradeciendo el retraso que estas compañeras tuyas han causado. Sería más fácil eliminarte sin sus presencias…”
“Tsk, pues, tal vez…” Tenshi sonrió amargamente. Le dolía admitirlo, pero su oponente empezaba a mostrarse cada vez más fuerte ante sus ojos. Era obvio que iba suave con todas. Ni siquiera se había dado el lujo de usar su arma contra las otras tres HiMEs derrotadas, y aun cuando lo había hecho, no había apuntado a hacerles cortes. Incluso empujó el rostro de la peliceleste para precisamente evitar lastimarla, por algún motivo que desconocía. “…pero no me apoyaré solo en ellas. No creas que me has derrotado aún…”
“Pero ya debería hacerlo… para ahorrarles el sufrimiento…”
Con las entrometidas neutralizadas de momento, el Rebel se lanzó a Tenshi. Esta utilizó su elemento para tratar de entorpecer su avance y restringirlo. Si bien pudo retrasar los movimientos del otro, este tampoco estaba sujeto a los obstáculos y podía deshacer cualquier concentración de tierra con su espada y golpes. Su avance continuó hasta que un último y grande impedimento, una pared de tierra, se levantó entre sí mismo y su HiME. Esta costó más que un simple ataque, y cuando pudo destrozarla, fue sorprendido por Tenshi quien trató de emboscarle con un ataque con su arma.
Sin embargo, nuevamente, esa valiente y decidida HiME fue recordada que estaba en un nivel inferior a su Rebel el cual no había sido sorprendido en lo absoluto. Matsui agarró la espada de la peliazul con una mano como pinza y, ni bien paró su inercia, usó su propia espada para hacerle un ataque horizontal. Tenshi tuvo que dejarse caer, pero sí recibió un mínimo corte en su abdomen. Este le ocasionó una leve y ardiente sensación de dolor que era ínfima en comparación con su previa asfixia. No obstante, estaba por averiguar que tampoco podría alegrarse…
El Rebel le lanzó su propia espada a su rostro y Tenshi con las justas pudo moverse para evadir ese ataque. Pensó en recoger su arma, pero otro ataque le forzó a levantarse de un salto y esquivar. Una vez de pie, tuvo que hacer lo mismo, una y otra vez. Con ese primer corte que había recibido, era como si su oponente estuviera perdiendo su cuidado y se aventurara a hacerle más y más daño con su katana.
“Tsk… miserable…” Reimu pudo triunfar ante el dolor generalizado en sus extremidades y se arrodilló en el piso. A poca distancia, pudo ver a las otras dos HiMEs más jóvenes mirando el ensañamiento del incógnito en medio de su lluvia de ataques que empezaban a causar más cortes ligeros a Tenshi. Tsubasa se encontraba nerviosa y se le notaba con la intención de actuar pese a también mostrar señales de dolor en su expresión. A pesar de su voluntad, Saki apretaba uno de sus hombros a manera de asegurarse que su amiga no fuera a llamar la atención de ese Rebel de vuelta. Era evidente que ninguna de las tres duraría segundos en su presente estado.
Pese a ello, Reimu se decidió a avanzar e ir a su auxilio. La peliazul estaba alcanzando su límite y continuaba moviéndose con sus últimas energías. También, pese a los ataques calculados del desconocido que apenas abrían míseros rasguños, por la energía maniaca de sus movimientos, parecía que su jugueteo estaba pronto a transformarse en una masacre…
“¿Qué piensas?” preguntó el Rebel con una voz baja y rasposa, pero cargada de una energía demente latente. Él continuaba con sus muy rápidos cortes que casi no le daban tiempo a la HiME de siquiera respirar. “Tal vez debiste haber sido presa mía antes de la intromisión, ¿no lo crees? Te habrías ahorrado dolor.”
“Tsk… cállate…” Tenshi sufrió otro corte en un antebrazo mientras retrocedía y procuraba que el arma de su Rebel no fuera a partirla en dos. Mientras la vida siguiera, todo sufrimiento valía la pena. No necesitaba mencionarlo, pero a su vez se preguntaba cómo podría salir de esa.
“Al menos así podrás decir que moriste batallando como HiME.”
“Qué irritante eres,” trató de invocar otra trampa de tierra, pero su enemigo detectó su acción y procedió a un ataque más cercano y rápido que le quitó su concentración. Tenshi casi se cae y al apoyarse de emergencia, sintió un tirón en su cansado tobillo. Hizo una mueca en su rostro, pero no tenía el lujo de pausas. Cualquier retraso podría costarle su vida, si es que su Rebel no mentía con sus intenciones.
“Fufu…” rió por lo bajo y dio un ataque más fuerte y contundente. Tenshi saltó hacia atrás, pero la espada le causó un corte más profundo a la altura de su hombro izquierdo.
“¡AHH!” aquel no fue un simple dolor ardiente. Vio sangre salpicar desde su herida y retrocedió más para agarrarla con su mano opuesta. El líquido fluía por más que lo apretara.
“Ahh…” Matsui dio un respiro con alivio. Alzó su rostro oculto hacia el alto techo. Su voz cansada denotó inspiración y alegría. “Sangre… la huelo… mis alrededores están infestados de tu fuente vital. Es un olor…
tan dulce…”
“…” Tenshi sintió escalofríos. Las últimas palabras habían sonado torcidas y malignas. Dejó de agarrar su herida para invocar su espada.
“Fufu… ¿quieres morir como guerrera?”
Reimu había tenido razón. El Rebel procedió a atacar sin consideraciones restantes aparte de un deseo insano de hacer sufrir a la peliazul por un poco más. Tenshi se topó con unos ataques más certeros y atrevidos. Los raspones se convirtieron en puñaladas. Un par de cortes fueron hechos con la intención de derramar y alzar la mayor cantidad de sangre de la herida. La HiME tuvo ambas piernas con heridas significantes que ya no le permitirían saltar sin pensarlo dos veces. Sólo estar de pie y moverse de costados le producía suficiente dolor.
“Imbécil…” le maldijo. Se estremecía, tenías ganas de llorar de frustración y rencor, pero mantenía su espada levantada pese al flaqueo de su agarre. Era su última esperanza. “¿Tanto quieres lastimar y matar a las HiMEs?”
“Que sean HiMEs o no… no me importa en lo absoluto…” rió un poco. Parecía poseído por una incontrolable algarabía. “Hehe… matarlas es para lo que sirve un monstro como yo… y así lo haré… te mataré a ti, y a la siguiente, y a la siguiente…”
“…” Reimu finalmente reunió la suficiente energía para hacer un fuerte ataque. Lo lanzó con todas sus energías hacia el Rebel que le daba la espalda. Sin embargo, una vez más, este pudo sentirlo y luego de embestir a Tenshi para apartarlos a ambos del sitio del impacto, desarmó a la peliazul y con un simple y rápido movimiento le quitó su espada, para lanzarla de regreso a la miko con gran velocidad. Esta se congeló ante la respuesta.
“¡R-Reimu!” Cho pudo lanzarse y con su propia katana, golpeó y desvió la espada de Tenshi para que no le cayera a su compañera. La peliceleste cayó echada al piso luego de haber hecho un esfuerzo sobrehumano de llegar a tiempo. De nuevo tenían la atención de ese Rebel sin poder haber pensado en un plan de acción, pero era lo de menos. Cho tenía que asegurarse que todas pudieran sobrevivir, al menos en lo posible…
“Tsk, ¿cómo se dio cuenta?” la miko rechinó los dientes, y ella y Cho vieron al Rebel agarrar a Tenshi con una mano del cuello y estrujarlo a todo dar.
“No… de nuevo…” esa jalaba su agarre con sus manos, en vano. Sentía que sus huesos estaban por explotar.
“Tienes una resistencia espectacular, HiME… pero me cansé de probarla. Esta vez…” le apretó más y vio el rostro de su enemiga enrojecer en demasía. “…te convertiré en mi alimento…”
Las otras HiMEs, pese al miedo que les invadía, se levantaron y avanzaron como pudieron en lo que reunían las energías que les quedaban, pese a no saber si podrían hacer algo a tiempo.
…
De repente, surgió una fuerte explosión que tambaleó al barco considerablemente y voló la pared de ese muelle cerrado que daba al mar. Una gran cantidad de agua ingresó e inundó el ambiente en olas y lluvia a la par con los múltiples escombros. Suzuka no tardó en aparecer detrás de la gran destrucción.
“…” al verla, Matsui lanzó a la debilitada y asfixiada Tenshi a un costado. “Tardaste mucho…”
“Tú…” Suzuka tembló de pies a cabeza con una cólera que estremecía incluso sus párpados. Su kouhai sólo seguía con vida gracias a la gran resiliencia que su poder de la fuerza le daba. De inmediato blandeó su espada gigante y se puso en posición de ataque. “¡¿Qué le has hecho?!”
…
“…” Gotou se sorprendió al ver dicha explosión a distancia, en un borde del área de contenedores que se encontraba a salvo de la pelea. Sólo podía imaginar que algún poderoso luchador había sido el responsable… frunció el ceño.
“¿Hm? No te ves contento con el show,” Hannya a su costado alzó una ceja y volvió a mirar el exterior de ese muelle privado. Sonrió entretenido. “Heh, hasta entre los que pelean ese gran ataque debió haber sido intimidante. Créeme, no es lo estándar entre nosotros.”
“Tch, ¿cuánto puedes normalizar algo como esto?” se quejó impaciente. “¿Acaso no es posible que alguien haya resultado lastimado por lo que acabamos de ver?”
“¿Eh? Sobre si es posible, pues obviamente, ¿no?” preguntó encogiéndose de hombros.
“…” se tensó.
“¿Y? ¿Por qué buscarías sentirte tan mal por esto? ¿Acaso tú eres quien lo causó telepáticamente? ¿Te consideras remotamente culpable por las acciones de quien sea quien haya hecho eso? No seas irracional, me pareces lo suficientemente cuerdo para que sepas que esa creencia no es más que disparates.”
“…” bajó su mirada, inconforme, pero sin tener nada que decir en respuesta.
“Ahh, qué tedioso…” Hannya negó y dio un suspiro. “No es divertido acompañar a un aguafiestas. Si te vas a poner así, tal vez lo mejor es que te vayas de una vez. Al menos la atención del evento se estará concentrando en ese punto, así que no creo que te topes con alguien en tu camino…”
“Yo…”
“De nuevo, fallo en ver cómo esto sería tu culpa, así que esfúmate. Un ajeno a la pelea como tú no podría causar nada tan resaltante como este altercado,” el rubio se vio indistinto y miró al muelle con ambos brazos detrás de su nuca. Había rastros de electricidad, seguramente de alguien quien seguía al primer atacante. “No podrás afectar lo que ocurre. Ni lo quieres compartir, así que mejor ve a dormir y olvídalo…”
“…” frunció el ceño y continuó mirando hacia el muelle.
“Ahh…” Hannya rodó los ojos. “No actúes como si alguien se hubiera muerto. Si vas a ponerte así, no creas que me gusta soportarte…”
“Hannya, yo…” bajó su mirada y entrecerró sus ojos. Gotou no tenía motivos para confiar en ese Rebel, pero no pudo evitar buscar un desahogo, sobre todo luego de que esa persona le extendiera el favor de no catalogarlo como responsable. “…puede que haya ayudado a alguien a conseguir información… y que esa persona haya ocasionado todo esto…”
“¿Hm?” el otro le miró con mínima intriga y una pizca de curiosidad. “Dices que tal vez tú diste las herramientas a alguien para que ocasione este altercado, si entiendo bien… ¿acaso auxiliaste a las HiMEs invasoras?”
“No, nunca ayudaría a ninguno de los dos lados,” negó decididamente.
“Ninguno de los dos lados… dices…” Hannya llevó una mano a su mentón y lo pensó un poco. Entonces, sonrió con gracia y terminó por reír un poco. “¡Haha! ¡Suena ridículo! ¿Acaso no te dije que moscas muertas no podrían hacer una diferencia?”
“Tsk, veo que no me ibas a tomar en serio, olvida lo que dije.”
“No, confío en que dices la verdad,” Hannya invocó una máscara levitante frente a sí y le dio vueltas con una mano a manera de distraer su atención. “Digo que tus palabras parecen tontas, pero sinceramente, todo lo que está ocurriendo ahora sin duda lo es. Sólo me entretiene pensar que algún Muggle pueda haber logrado que tantos seres con poderes se enfrenten en un lugar tan amplio y sensible como un puerto. Es casi una broma de mal gusto, hehe…”
“…”
“¿Y qué si es verdad? ¿Sinceramente piensas que tienes la culpa de lo que sucede?” se encogió de hombros y agarró su máscara, para ponerla a un costado de su rostro. Vio al otro mirarle con recelo, lo cual le hizo sonreír. “Heh, ¿piensas que te tiendo algún truco? Soy honesto. Tu preocupación enfermiza y frustración que ni te deja velar por tu pellejo e irte me informa que tú nunca habrías querido ser partícipe de algo así, y pienso conocerte lo suficiente para saber que no fuiste descuidado ni tuviste motivos para desconfiar de esta persona quien supuestamente ha ocasionado todo este embrollo. Puede que tu envolvimiento haya sido un error, lo suena, no lo sabré sin que me digas más, pero de un error no pasa. Sobre si esto te hace responsable o condenable, pues…” nuevamente, se encogió de hombros y extendió sus manos a los costados. “¿quién anda manteniendo cuenta de esas cosas? Yo no te considero más injustificable que todos los que estamos presentes aquí esta noche, por el simple hecho que somos seres caprichosos que velamos por nuestros propios intereses.”
“Las cosas no son tan simples. Nuevamente, lo normalizas demasiado.”
“¿Oh? Pero pienso que te haría bien no tenerte a ti mismo en un pedestal. Sé realista y usa tu energía nerviosa para no cometer el mismo error la próxima vez,” rodó sus ojos con hastío. “Ahora deja de ser un fastidio y de culparte por los crímenes de otros.”
“Pero…”
“¿No fuiste tú quien me dijo algo así hace un tiempo?”
“¿Eh?” Gotou se quedó en blanco. Hannya le apuntó con su máscara entre sus dos dedos.
“…cuando me arrastré de regreso a la sociedad luego de un largo tiempo en cuarentena y nos encontramos. Yo que estaba tan listo para esfumarme como una sombra, pero tú me libraste de algunas de mis penurias. En verdad…” sonrió con ironía, aunque cierta nostalgia. “Eres un iluso si crees que tengo algo de credibilidad, o que no soy responsable de algunas de mis travesuras, como el hecho que intenté jugar con tu mente. Sin embargo, tus palabras tienen algo de razón. Ahora que me libré de mi antiguo jefe, pude desconectarme de mucho de lo que hice en el pasado, y ser yo mismo. Ser alguien quien quizás no es enteramente una abominación…”
“…”
“Por ello mismo, como sé que ese horripilante ser humano es a quien podemos responsabilizar de las complicaciones de esta noche, no dejaré que un tonto bienintencionado como tú se ande culpando de lo que esa persona deja que suceda.”
“¿Qué estás diciendo…?” preguntó perdidamente.
“En términos más simples…” Hannya afiló sus ojos y borró su sonrisa. “Rizembool habría dado con las HiMEs invasoras y acabado con este evento antes de que inicie de haber querido hacerlo. Ellos podrían controlarlo todo en un muelle que es su territorio sin esfuerzo alguno. Por lo tanto, este desastre es parte de sus planes, en particular, del supervisor del día de hoy.”
“Tú dijiste que tu antiguo jefe es quien tiene el control de lo que ocurre.”
“Control es una manera de decirlo,” desvió su mirada como si acabara de oír las palabras de un niño que desconocía al mundo. “El verdadero dominio es dejar que el caos cunda y aun así lograr lo que sea que haya sido su cometido. Estamos hablando de esa clase de persona.”
“Tsk… ¿hablas en serio?” Gotou comprimió sus puños y apretó sus dientes.
“Hah, dime, Gotou, ¿acaso te he librado de todo sentimiento de culpa?” Hannya sonrió malignamente.
“No te burles de mí…” en cierta forma lo había hecho, pero la indignación que sentía había tomado prioridad.
“Pienso que con lo dicho ya he contestado lo suficiente de esta noche para que estés satisfecho. No creas que andaré diciéndote más,” volvió a mirar hacia el muelle. Se podían oír algunos sonidos mínimos de la pelea a distancia, aunque todo movimiento ocurría en el interior. “Es decir, niños como tú deberían irse a dormir que tienen deberes mañana temprano.”
“Tsk, cállate…”
“A menos que finalmente te convenza y quieras unirte a la perdición,” posicionó el borde superior de su máscara debajo de sus labios. “Rebels como yo podemos quedarnos despiertos hasta las últimas consecuencias. Si de por sí andas buscando información de esta guerra, ¿no te vendría mejor ser parte de la enfermedad?”
…
“Lo lamento, pero creo que la conversación ya duró mucho, par de jóvenes~” canturreó Tsurumaru, claramente asustando al par. El peliblanco de ropas del mismo color casi brillaba en las penumbras de la noche. Este se mantuvo sonriente y mirando a Hannya fijamente. “No creo que tenga que decírtelo, pero reclutarlo traería severas consecuencias para ti…”
“Tsk…” Hannya le miró con odio. La máscara en su mano de inmediato se desintegró.
“Tú…” Gotou se puso a la defensiva.
“‘¿Qué haces aquí?’ Ibas a decir, ¿no es así? Yo soy quien tendría que hacerte esa pregunta,” comentó el mayor, amenamente. “Sólo puedo imaginarme lo mortificado que estaría tu Ichi-nii si le digo que andas por estos lares en pleno conflicto.”
“O-oye…” ello fue suficiente para palidecer a Gotou, quien tembló de pies a cabeza.
“¡Hahahaha!” sin embargo, Tsurumaru rió con ganas y con ello se quitó cualquier misticismo que había invocado con su repentina aparición. “¿Piensas que te acusaría con el buen Ichigo? ¿Acaso no crees que un mal elemento como yo sería ‘cool’ y ocultaría tu secreto?”
“Tch…” nuevamente, si bien esa respuesta le traía alivio, el fastidio se había vuelto más importante. Verdad que hablaba con el insufrible. “Yo tengo mis motivos para estar aquí, ¿y tú? Si no eres un Rebel, ¿qué te traería en medio de todo esto?”
“Vaya manera de desviar tus propias razones, joven Toushirou,” Tsurumaru sonrió entretenido. “Diría que lo mismo que tú, en el sentido que paseamos y vemos con curiosidad qué ocurre, y digo esto sin saber lo más mínimo de tu presencia,” se encogió de hombros. “Obviando nuestras inspiraciones y planes que no querremos compartir, lamento arruinarte la noche, pero te aconsejo que te retires de inmediato,” le guiñó un ojo. “Aquí entre nos, este suceso no durará mucho más, y la relajada vigilia de Rizembool está por terminarse. Si no te vas, sin lugar a dudas serás descubierto por alguien.”
“Lo dices con demasiada certeza,” Hannya alzó una ceja, con fastidio. “¿Acaso te lo han informado o algo?”
“No, yo no sabría más que un Rebel activo aquí como tú, es sólo un sexto sentido. Uno aprende a leer el aire con el tiempo.”
“Tsk, por supuesto,” el rubio dio un respiro exasperado. “Te pareces más a ese monstruo de lo que yo podría parecerme.”
“Oye, tranquilo, no sé qué habré hecho para ganarme tu antipatía ahora,” Tsurumaru sonrió incómodo. “Más bien, viendo que quizás ustedes dos se llevan bien, ¿podrías ayudarme a sacar a este Toushirou de aquí? Me sabría mal si su abnegado hermano mayor supiera sobre uno de sus angelitos metiéndose donde no debería.”
“No soy una niñera, llévatelo tú.”
“Tsk, y yo no soy un niño, por cierto,” Gotou se impacientó. “No necesito compañía, sí debería irme y pienso hacerlo ahora. Definitivamente no le causaré problemas a Ichi-nii.”
“¡Haha, bien dicho!” Tsurumaru asintió con gusto. “Sabía que eras uno de los adorables.”
“¡Cállate, imbécil!” tuvo que contenerse para no arremeter contra él.
“Haha, lo siento. Puedo ver por qué a Yagen le encanta tomarte el pelo.”
“¡Realmente estás probando mi paciencia!”
“…” por su parte, Hannya se vio con ligera frustración ante el diálogo de ambos.
“Sólo… dime, Tsurumaru,” Gotou se le dirigió con decisión. “¿Qué tiene que ver Yagen en todo esto?”
“¿Te refieres a lo que sucede ahora?” el peliblanco se vio perplejo por la pregunta. Incluso Hannya se notó confundido por ese cuestionamiento repentino.
“El hecho que tú estés aquí me hace pensar que él anda metido en el asunto, no me importa qué excusa fueras a decirme.”
“Heh, si me acusas de meter excusas, quitas toda posible credibilidad a lo que fuera a decirte,” observó el mayor, con leve gracia.
“…” se mantuvo inmutado y esperando una respuesta.
“Ya, no me mires así que no puedes perforarme el cráneo con tus ojos,” Tsurumaru se encogió de hombros, tranquilamente. Terminó por sonreír con simpatía. “Yagen tiene lo mismo que ver que cualquier científico promedio en Rizembool, es decir, prácticamente nada. Hay otra persona encargada de lo que ocurre. Presumo que Hannya te habrá dicho algo al respecto. Lo mucho que tu hermano tendría que ver aquí es rascarse la cabeza si fuera a leer un reporte de la locura que los partícipes han hecho aquí.”
“¿Estás seguro?”
“Es la verdad, la creas o no. Fuera lo que fuera, te aconsejo que no te responsabilices por lo que el demonio hace con su vida. Ahora me haces pensar que andas por aquí porque sientes que Yagen tiene algo que ver, y porque quieres ser responsable en su nombre.”
“¿Qué? No, eso nunca,” negó rotundamente.
“Si ahora tú eres honesto, entonces me alegra oírlo,” Tsurumaru sonrió con aprobación y levantó una palma. “Anda en marcha. Oigo siempre que andas muy ocupado, así que ve a descansar. No te hagas líos por las vidas de otros que tienes mucho servido en la tuya. Nos vemos.”
“Tsk, diría lo mismo de ti. Sé que algo tienes que ver con Rizembool, pero si no eres Rebel, es mejor que no estés aquí.”
“Haha, gracias por el consejo, lo consideraré.”
Finalmente, Gotou partió camino. Hannya miró a Tsurumaru una vez más y optó por seguir al Toushirou camino a la salida. Luego de darles una mirada más y asegurarse de la decisión del pelimarrón de marcharse, el mayor se quedó para mirar el muelle a distancia. Su entorno se volvió tranquilo, casi pacífico. La pelea no iría a llegar a ese punto por lo cual aquello era lo último que consideraría.
Sin embargo, sabía que estaba pronto a cruzarse con al menos una persona más. No había mentido en su respuesta al Toushirou, pero sí buscó deshacerse de él para que, cuando cierto pariente suyo llegara, no se diera con una impresión incorrecta.
…
Con la llegada de Suzuka, por primera vez, las demás HiMEs pudieron sentir un alivio al tener certeza que ese monstruoso e incógnito Rebel se encontraba completamente concentrado batallando contra la senpai. La peliblanca peleaba blandeando su enorme arma. Si bien no era tan rápida como su oponente, sus ataques eran tan fuertes y expansivos que tampoco dejaba aperturas que pudieran aprovecharse. La energía insana del Rebel continuaba manifestándose en sus ataques agresivos y gruñidos desenfrenados que soltaba con gran algarabía, los cuales molestaban más y más a la peliblanca.
“Monstruo… ¡¿cómo le haces eso a mi kouhai?!” exclamó con una blandeada que el otro esquivó al último segundo, y que agrietó considerablemente el piso.
“Fufu… no seas igual de ridícula que ella…”
“¡¿Qué dices?!” ello se tradujo en un dardo que Suzuka de inmediato le lanzó, el cual creció al punto de convertirse en una torre que casi arrasa con él en plena trayectoria.
“…es por venir y antagonizarnos en nuestro territorio que ustedes son responsables de las consecuencias de sus acciones,” se explicó con susurros malignos. Entonces, esa voz dejó de sonreír y su voz se volvió más grave e impaciente. “No pretendas que ustedes no nos aniquilarían si nos ponemos a atacar edificios en Hanasaki.”
“¡Eso es completamente diferente!”
“No lo es, HiME idiota…” murmuró con fastidio. “Pero en tu cerrado mundo donde sólo las HiMEs son buenas ustedes se creen con el derecho de arremeter contra todo lo que digamos. Entiendo que no puedes ver más allá.”
“¡Cállate, no escucharé más excusas!”
Ellos continuaron peleando con todo. Mientras tanto, Cho y Reimu aprovecharon para acercarse a la más que herida Tenshi, quien todavía no podía levantarse.
“Tch…” Tenshi apretaba el suelo con sus dedos. Era evidente que quería levantarse.
“No lo hagas, date un respiro,” le dijo Reimu, alarmada.
“Es vergonzoso…” dijo la peliazul, con una mueca de dolor, y sonrió amargamente. “Se supone que yo iba a ayudar a Suzuka esta noche, no lo inverso…”
“Entiendo lo que dices…” Cho desvió su mirada, incómoda. Ciertamente se había sentido así en sus fallidos esfuerzos de proteger a la peliazul apenas hace unos minutos. “Pero nada recae sólo en ti. Las HiMEs nos ayudamos entre todas. Hacemos lo que podemos…”
“No te oyes muy decidida.”
“Eh…” Cho se incomodó y la miró. Pese a su comentario, esa chica sonreía rendida.
“Pero sí, entiendo… creo que me sobreestimé…” observó Tenshi, aún frustrada, pero algo aliviada y aceptando mejor su presente realidad.
“Ahh… creo que yo también…” Reimu dio un suspiro. “Tenemos que aprovechar para huir. Debemos ponerte a salvo.”
“No, no aún,” Tenshi se alertó.
“Eh…” Cho se quedó en blanco.
“No puedes pensar que vas a pelear en este estado,” insistió la miko.
“Tch, no pelear, pero…” Tenshi miró a su senpai todavía batallar, y luego al barco. “No se olviden que hay alguien atrapado ahí…”
Luego de varios intentos, ocurrió. El Rebel no pudo predecir otra lluvia de proyectiles que cambiaron de tamaño, y uno le impactó con fuerza en un brazo. Este saltó hacia atrás y agarró su miembro herido con su mano opuesta. Se vio unas gotas de sangre caer del mismo.
“…” este respiró un poco y vio a la HiME correr hacia él en lo que impulsaba su espada para otro fuerte ataque.
“¡AAAHHH!”
“…” no huyó, le vio acercarse. Luego, oyó el rebote de su propia sangre impactando el suelo, y observó una gota manchar el concreto. Fue hipnotizante, reverberante… como si esa gota tintara toda su visión de escarlata. Se sintió iluminarse, ascender… “Heh… hehe…”
Se inclinó hacia delante, casi como si fuera a movilizarse como un cuadrúpedo, y su agilidad incrementó muchas veces. Acortó la distancia en una fracción de segundo y Suzuka se vio forzada a acelerar su ataque, pero su oponente ya había partido del piso para cuando el arma golpeó el mismo. El Rebel, en vez de pelear con su arma, pretendió hundir sus uñas en su enemiga. La otra llegó a apartarlo con un brazo y empujarlo hacia atrás, lo cual le costó un raspón que le levantó sangre.
En pleno aire y en sentido contrario a su enemiga, Matsui relamió sus uñas. Se sacudió violentamente una vez. Fue un latido que amenazaba con destruir sus propias costillas y que avivó todos sus sentidos. El mundo se concentró en esa HiME frente a él, en el líquido rojo que fluía en sus venas… el que le llamaba para consumirlo por completo.
Fue rodeado de un aura oscura y al apenas tocar el suelo, se impulsó con la punta de sus pies para atacar a la HiME. Esta pretendió encontrarse con su oponente frente a frente, pero el Rebel había cambiado su forma de pelear y se volvió esquivo, y pudo confundirla para bajar sus defensas por un lado y atacar por aquel lado.
“¡Tch!” Suzuka recibió un fuerte raspón que apenas evitó e hizo sangrar uno de sus hombros, pero que claramente estuvo dirigido a su cuello. Ese Rebel se puso a asecharla a cercanía, pero con una velocidad y movimientos rastreros que casi no parecía un ser humano. Entonces, este volvió a atacar y la HiME empezó a levantar su espada para impactarle. Sin embargo, hubo un ominoso destello rojo proveniente de los ojos del Rebel, dentro de su oscura capucha, y siguiendo este… la HiME se paralizó por completo. “¿Q-qué…?”
Estuvo completamente vulnerable a un ataque mortal de ese animalístico Rebel. Entonces, Suzuka dejó de sentir su agarre a su arma y Norimune se materializó entre los dos, para defenderla de ese ataque con su propia espada.
“¡No te descuides!” exclamó en lo que paró el zarpazo del Rebel con su arma. Esta hizo un profundo corte en la palma del otro.
“Heh…” Matsui volvió a saltar hacia atrás, y con su palma sangrante, agarró su frente, para poner a reírse con un agobio liberador y una locura saciada. “Hahahahahaha…”
Ya no había explicaciones y quejas reservadas de ese Rebel frustrado con las HiMEs. El enemigo con el cual lidiaban sólo buscaba lastimarlas y gozar con el derramamiento de sangre, incluso el suyo propio…
Las HiMEs se estremecieron. Incluso Suzuka percibió que lidiaba con un demente completamente impredecible. A su lado, Norimune le agarró de un hombro.
“¿Puedes moverte ahora?” le preguntó, tranquilo, aunque con seriedad.
“…mis extremidades se destraban poco a poco, parece…” dijo perdidamente. “No sé… cómo hizo eso…”
“Su poder, puede que lo sea…” el rubio observó al Rebel, quien dejó de reírse repentinamente.
“Ahh… tengo que agradecerte… empezaba a sentir que mi vida no tenía sentido… es bueno recordar que existen placeres restantes en este infierno…” declaró Matsui con una voz grave que arrastraba una rara mezcla de diversión, agradecimiento, odio y rencor. Era una tóxica mezcla que podía completar la vida de algunas personas. Su aura volvió a aparecer.
“Tsk…” Suzuka se estremeció. El ‘destrabe’, como lo había descrito, parecía revertirse y temía volver a congelarse…
Observó a ese Rebel estremecerse y estar a punto de lanzarse hacia ella. Sin embargo, hubo una interrupción, un ataque luminoso que por poco y lo impacta y que le forzó a abandonar sus intenciones. Un ataque que… vino de la última persona que debería interceder por ella.
“…” Matsui se levantó luego de esquivar ese certero rayo que casi lo parte en dos, y miró hacia atrás a su superior.
“Tch… se supone que eres el más cortés de los dos, no te avergüences,” espetó Ootakemaru. Este alzó su espada que desprendía chispas de su elemento. “Y menos me quites la diversión de pelear con mi HiME.”
“Waka-sama…” dijo en voz baja, con fastidio.
“¿No te hice prometer que no matarías a nadie hoy? Tienes prohibido usar tus poderes.”
“…tengo demasiadas quejas que dirigir a tu decisión tan irracional…”
“Si matas a una HiME, por más que sea la tuya, no podrás contenerte de continuar con las demás. No necesitamos mayores complicaciones por ahora. Concéntrate en defender el barco,” le miró fijamente y esperó unos segundos para presentir que la energía maniaca de su compañero empezaba a dormirse. Acto seguido, miró a su HiME, la cual parecía libre del hechizo del otro. “Hm… como lo juzgué, Suzuka. Eres la única HiME aquí quien puede pelear contra cualquiera de nosotros dos.”
“Ootakemaru…” ella le miró fijamente. No podía leer qué había detrás de esa supuesta ayuda que acababa de darle.
“No me malentiendas…” negó frustrado. Sabía lo que pasaba por su cabeza. “Seremos Rebels, pero nuestra misión de esta noche es resguardar el barco y sus contenidos. Digo que no pienso matar a ninguna de ustedes, pero ello no quiere decir que les dejaremos estar aquí sin consecuencias…” un halo de electricidad apareció detrás de él. “Váyanse de una vez si saben lo que les conviene.”
No llegó a haber respuesta ya que, finalmente, otras personas ingresaron a ese muelle. Roxas y Youmu se abrieron camino para dar el alcance a las HiMEs.
“¿Qué ha pasado aquí?” preguntó Youmu, en shock, al ver a sus compañeras con moretones y algunas heridas, además de una peliazul ensangrentada.
“Cho…” Roxas llegó donde su hermana, aunque de inmediato se puso alerta y alistó ambas keyblades para responder a algún ataque.
Ante la presencia de ellos dos, Saki y Tsubasa se acercaron más al grupo, lo cual pudo haber sido lo mejor, ya que tanto Komaeda como Izuru no tardaron en llegar.
“¿Oh? ¿Y a quiénes tenemos aquí ahora?” Ootakemaru alzó una ceja con mínimo interés. “Presumo que otra HiME, un Key… ¿y serán más Rebels?”
“Ah, es un gusto,” dijo Komaeda, alegremente y completamente desentonando con la tensión en el aire. Miró a sus alrededores con impresión. “Sin duda deben ser Rebels con gran fuerza para lograr los destrozos que puedo ver.”
“…” Izuru afiló sus ojos. “Son fuertes… lo son más que nuestros oponentes.”
“Espero que sepas que no vas a pelear contra nosotros,” observó el Rebel eléctrico, con cierto juicio al detectar la mínima intriga en ese chico de ojos rojos. “Presumo que no pudieron detener a nadie a llegar aquí.”
“En verdad soy un Rebel mediocre, no le pude ser de ayuda a Kamukura-kun…” Komaeda se apenó y bajó su mirada con gran autodecepción. “Asumo toda la responsabilidad…”
“No consideré que haya punto en retenerlos más tiempo…” observó Izuru, inmutado. “No veo cambios o utilidad en nuestra presencia y nuestro rol de distracción. Que vengamos todos aquí… puede que esto sea más provechoso.”
“Más interesante, o tal vez un capricho de tu parte, querrás decir… no que me importe…” dijo Matsui, amargamente. “Todo este altercado no tiene motivo ni sentido alguno…”
“Precisamente,” concluyó Izuru. “Sin embargo, hay sentido para algún superior que esto ocurra en primer lugar, por ello es mejor dejar que todo se desencadene…”
“…” Roxas alzó una ceja. ¿Qué quería decir con eso?
“Como sea…” Ootakemaru se encogió de hombros. Tampoco se veía contento con esa conclusión, pero a la vez no parecía realmente importarle. “Ello no quita que ustedes son Rebels, así que ayúdennos a espantar a los intrusos. Protejan el barco y todo lo que hay en su interior.”
“Me pregunto si hay algo en verdad de valor ahí, viendo la poca importancia que esta pelea parece tener, pero estamos aquí para ayudarles,” Komaeda asintió.
“Reimu…” mientras tanto, Youmu habló con Reimu en susurros. “No te ves en buen estado.”
“Tsk, no le prestes atención. Hay una persona dentro del barco, tenemos que hacer algo.”
“¿En serio?” la peliblanca se sorprendió, pero pasó a negar y fruncir el ceño. “Espera, ello no cambia lo que quería decirte.”
“¿Qué cosa?”
“Saki y Tsubasa están en peores condiciones que tú. Por favor… sácalas de aquí y ponlas a salvo. Regresa si puedes, pero tal vez te vendría mejor mantener distancia también.”
“Espera, estos Rebels son demasiado fuertes. No podemos abandonarles.”
“Podrían entorpecer más que ayudar, por favor piénsalo. Al menos protege a nuestras kouhais.”
“Pues… al menos eso sí…” dijo dubitativamente.
“…” Youmu asintió y empuñó sus armas. “Las cubriré para que escapen y veré si puedo ayudar con el rescate.”
“Cho, lleva a tu compañera HiME a salvo,” dijo Roxas, sin dejar de mirar al par de Rebels desconocidos frente a él.
“E-espera, Roxas, ellos son muy fuertes, no puedes pelear solo.”
“…” frunció un poco el ceño. No le gustaba que la gente le menospreciara tan rápidamente, pero si su hermana lo decía, debía tener un buen motivo. “Descuida, no se trata de ganarles. Las cubriré y cuando esté seguro de que están a salvo, también me retiraré.”
“O-oye, chico, hay una rehén inconsciente en el barco,” Tenshi ya había podido ponerse de pie, pese a no encontrarse en buenas condiciones. “No podemos irnos sin ella.”
“Lo entiendo, pero no vale desperdiciar tu vida de esta manera. En tu condición ya no debes hacer ningún rescate.”
“¡Pero!”
“¡Hazme caso!”
“Heh, es bueno oír a un cuerdo para variar,” Ootakemaru sonrió con ironía. “Bien dicho, Key. Es más, no necesitan pelear para nada. Si se dan media vuelta ahora mismo y se retiran, no haremos más que mirar sus espaldas. ¿Qué dices?”
“…” Roxas hubiera aceptado esas condiciones por su cuenta, pero no podía decir nada sin oír de las demás. Había una decisión aparentemente unánime de quedarse a luchar en nombre de esa supuesta secuestrada, por lo cual tenía que discutirlo primero.
Sin embargo, no habría espacio para negociaciones.
“…me parece bien, que se vayan quienes ya no quieran pelear, no pienso forzar a nadie y la mayoría está herido,” Suzuka afiló sus ojos. “Pero yo no he terminado.”
“¡Y yo tampoco!” exclamó Tenshi.
“Oye, de veras tú no puedes continuar aquí,” la peliblanca se giró para encarar a su kouhai.
“Tsk, no me subestimes, Suzuka, ni creas que me cambiarás de parecer.”
“…sinceramente una lástima que no pueda acabar contigo esta noche, mostrarte piedad me resulta más difícil que aniquilarte de una vez…” susurró Matsui.
“…” Roxas se concentró en ese Rebel al cual no podía verle el rostro. Esa voz inspiraba un peligro latente. Debía ser de esos Rebels desquiciados y desalmados que tanto detestaba.
“Entonces…” la espada de Ootakemaru se rodeó de electricidad, y este sonrió desafiantemente. “¡Habrá que forzarles a huir despavoridos!”
Comenzó otra pelea, una que involucraría a más personas. Matsui volvió a invocar su espada y saltó de lleno para enfrentarse a su HiME, pero Roxas se metió en medio del ataque y empezó a responder su asedio con destreza. Suzuka nuevamente convirtió a Norimune en su arma para distraer a Ootakemaru y apartarle de los demás.
Por su lado, Youmu tuvo que detener un asedio de Izuru.
“¡Reimu, de una vez!” le recordó a su compañera.
“¡Sí!” esta asintió y corrió donde Saki. “Las llevaré a salvo. Vengan conmigo.”
“S-sí,” Saki se vio perdida, pero no iba a negar esa salida. También debía ser lo mejor ya que ni ella ni Tsubasa habían tenido un verdadero entrenamiento hasta el momento… y hablando de Tsubasa…
“¡…!” esta pudo ver que Komaeda intentó avanzar en lo que Izuru las distraía y lo interceptó con un rayo para detener su avance. “¡No dejaré que lastimes a mis senpais!”
“¡Tsubasa, ¿qué haces?!” Saki palideció.
“¡Espera, no te le enfrentes sola!” Reimu también se preocupó y ambas tuvieron que retrasar sus planes de escapar por un poco en lo que convencían a la intrépida de rendirse.
Cho había pensado en encarar a su Rebel antes de que Tsubasa y las otras dos le pusieran un freno. Pensó en ayudarlas, cuando notó que Tenshi a su costado aprovechó el caos para una vez más correr hacia el barco.
“…” casi la llama, pero no pensaba atraer atención enemiga, así que corrió detrás de ella.
“Aruji…” Kashuu le siguió, no del todo seguro de otro de los arranques inciertos de su ama.
Entonces, cuando ellos alcanzaron a Tenshi y subieron por la rampa de tierra, esta misma se convirtió en una especie de faja que los arrastró como avalancha hacia arriba. Cho se asustó y su arma le agarró para prevenir que fuera sepultada por ese elemento. Al parecer la peliazul tenía suficientes energías para haber agilizado su subida de esa manera, y terminar por arrastrarlos a los dos con ella sin darse cuenta.
“…” Youmu pudo ver lo que ocurrió de reojo. Alguien tenía que ayudarlas y realmente quería ir detrás de ellas, pero su Rebel no se lo permitiría.
Precisamente, ese mínimo descuido causó que Izuru le alcanzara y le diera una patada que la lanzó hacia arriba a gran velocidad. La peliblanca se estrelló de espaldas contra la pared de ese muelle cerrado. Youmu contuvo el dolor de ese golpe para levantarse y continuar con su pelea… cuando entonces detectó la presencia de otra persona por encima de ella.
…fue otro instante con su vista periférica, con la cual descubrió que Sakuya estaba de pie en una de las enormes vigas de metal del techo, calmadamente observando y esperando algo, quizás nada… pero el instante en el cual ambas cruzaron miradas, Youmu recordó la conversación que habían tenido camino al muelle y la certeza de esa ama de casa de hacer un trato con ella.
La HiME se sintió tentada por lo que podría asemejarse a un contrato con el diablo…
Regresó a la realidad al ver a Izuru centrar su atención en Reimu y las kouhais, quienes no tendrían oportunidades contra él.
“¡No me has derrotado!”
…
“O-oye, ehh…” Cho seguía a la peliazul quien avanzaba a paso rápido, aunque se notaba que hacía esfuerzo para mantener ese ritmo. Ni parecía capaz de ponerse a correr más.
“Tenshi…” dijo esta y dio un breve respiro para mirar a la otra de reojo. “¿Qué quieres?”
“¿Eh?” Kashuu alzó una ceja, con recelo. “Mi aruji te persigue para protegerte, ¿y eso es lo que tienes que decirle?”
“¿Por qué reaccionas así?” Tenshi se frustró y negó. “No dije nada malo. Es sólo que esta situación es demasiado urgente para gastar el tiempo en plática y dudas. No sentí certeza en su voz, a eso me refiero.”
“¿Y sigues?” el arma se amargó.
“Kashuu, está bien, entiendo lo que dice…” Cho no estaba del todo de acuerdo, pero sí entendía su punto. No era la primera vez que exasperaba a alguien por su forma de ser. “No estoy aquí para detenerte, ya lo habríamos hecho. Sólo…” dio un pesado suspiro. “Pensaba cómo llamarte.”
“Tenshi, ¿no?” esta se encogió de hombros. “Si no me conocieras, en estos instantes, no me importaría qué fueras a llamarme.”
“Eh, c-claro…”
“Pero ya que sabes mi nombre, llámame por él. ¿Y el tuyo?”
“Eh, Cho Tanaka…”
“Ah, Cho, simple, me gusta…” dijo sonrió con ironía. Le daría eso a manera de disculpa. “Bien, Cho, ¿entonces piensas ayudarme?”
“No sé cuánto puedo hacer, pero sí…”
“Ahh, deja de dudar tanto, si se supone que tienes más experiencia que yo.”
“Te digo que no te comportes así, y mi aruji sí es tu senpai. Deberías tener respeto.”
“Sólo porque tú eres su arma no significa que todos la tratemos igual, no que quiera faltarle el respeto o nada,” Tenshi resopló. “Por más especial que Nori es, ya lo echo de menos…”
“¡¿Ahh?!” esta vez, Kashuu pareció insultarse por su propia cuenta. “No me compares con ese padre senil, ser armas es lo único que tenemos en común.”
“P-por favor no discutan…” Cho se estresó en demasía.
“Heh, descuida,” por su parte, Tenshi pareció divertirse por esa reacción. “Eso de ser el padre de Suzuka es nuevo. Me pregunto por qué se le ha dado por fastidiarla así.”
“…” Cho tenía la impresión que siempre había sido así, aunque tal vez la mención de su propia arma, por más inconsecuente que fue, lo llegó a causar.
Entonces, al dar la vuelta a una esquina, Tenshi tuvo un desbalance que le llevó a apoyarse en una pared. La peliazul hizo una mueca de dolor.
“¿E-estás bien?” Cho se le acercó. Era una pregunta obvia.
“Tch, pues, a continuar…” Tenshi se negó a ayuda y continuó con la marcha, pese a que el dolor no se iba de su rostro. “De casualidad, ¿habrá alguna HiME entre ustedes que cure?”
“Eh, pues… no creo, lamentablemente. Hay una Key, pero…” Cho desvió su mirada. No podía ni imaginar a Ayesha presente en medio de algo como el presente.
“Uhh, ojalá se anime a acompañarnos la próxima…” dijo divagante y se resignó a avanzar.
“No te ves nada bien, tenemos que salvar a esa rehén e irnos lo antes posible…” observó Cho, incómoda. “No sé si puedo cargar a otra persona y pelear a la vez…”
“Tú me cubrirás, yo me encargo de llevarla.”
“P-pero estás herida…”
“¿Y? Tengo fuerza sobrehumana, y ciertamente, es lo más fácil del trabajo, ¿no?”
“…” Cho le miró con impresión.
“Hmm…” Tenshi le miró de reojo con frustración y dio un suspiro. “Pensarás que estoy loca, ¿no? Siento que puedo desfallecer y no hay primeros auxilios, pero todavía intento el rescate.”
“Ehm, no loca, pero…”
“Claro, algo más e igualmente reprimible…” se encogió de hombros. Hubo una breve pausa en la cual continuaron caminando, hasta que Tenshi se animó a compartir lo que tenía en mente. “Suzuka me salvó una vez, ¿sabes? Me salvó de Rizembool quienes querían secuestrarme por mi potencial como HiME.”
“¿P-perdón?” Cho y Kashuu se sorprendieron e intercambiaron miradas.
“Seguro te preguntarás muchas cosas, como qué pensaban hacer conmigo, o qué sé yo. Te aseguro que yo me lo he preguntado más que tú, pero eso no importa,” Tenshi mantuvo su mirada hacia el frente, decidida. “La situación será diferente a la mía, no tengo ni idea si la rehén es una HiME en potencia o no, pero quiero salvarla. No…” frunció el ceño. “Tengo que.”
“…”
“Hacer esto… es más difícil de lo que pareció, en ese entonces…” apretó los dientes en lo que avanzaba. Sus dolores persistían. “Seguir los pasos de Suzuka es un martirio, ya lo puedo notar. Aun así… es la vida que yo también quiero llevar. Tengo que pelear contra estas alimañas. Nadie más lo va a hacer.”
“Tenshi…”
“Aun así…” Kashuu se resignó a hablar por más que seguía sin aprobarla del todo. “No lances tu vida al abismo. Hay cosas que ni tu senpai podrá hacer y si te sobrepasas, no sólo no podrás con tu cometido, sino que la vida que ella protegió por ti se desperdiciaría.”
“Ya veo que las armas están mejor calladas, Nori me dijo algo parecido en algún momento,” Tenshi rodó sus ojos, hastiada.
“¡No me compares con el chiflado!”
“Dile eso a Suzuka, ella nunca se pone límites. Por más que hable de salvar a esta chica, diría que no estaríamos aquí de no ser por su misión,” dio un suspiro. “Sonará a que la culpo, pero no me habría atrevido de no ser por esta oportunidad que ella me dio, y ahora no pienso decepcionar sus esfuerzos.”
“…” Cho asintió.
“Y ojalá… podamos ver a esa rehén recuperarse en Hanasaki y levantarse y seguir con su vida libre de toda atadura.”
“…hay que intentarlo cuanto antes,” concluyó la peliceleste.
No estaba completamente de acuerdo con lo ocurrido, pero entendía la situación, y también quería ver si podían hacer algo, precisamente porque tenían la cercanía y oportunidad de alcanzar a una víctima normalmente inalcanzable. No sabía qué tan incorrecto era esa idea, considerando el desastre en el puerto y posibles consecuencias que desconocía, pero a esas alturas, tenían que hacer el intento.
Finalmente llegaron al cuarto clandestino. Todo se encontraba en el mismo lugar como Tenshi lo había dejado, y pese a conocerlo, la apariencia más futurista en comparación con el resto del navío continuaba sorprendiéndole. Cho también no evitó observar cada rincón, pero se recordó prestar atención a la emergencia ni bien Tenshi corrió donde la chica.
“Aquí está,” Tenshi la recogió del suelo, donde la había dejado ya que su Rebel le impidió sacarla de ahí. Esta vez le costó mucho más por sus heridas, pero no se sintió y la puso sobre un hombro.
“Eh…” Cho había extendido sus palmas sin saber cómo podría ayudarle. Nunca en su vida había cargado a una persona y no creía ser capaz de hacerlo, por más que quisiera quitarle ese peso a la herida peliazul.
“Estoy bien, tranquila, ahora vámonos,” Tenshi asintió.
“Sí.”
“Ah, espera…” entonces, Tenshi miró hacia la el cofre que había abierto. “Cuando mi Rebel me descubrió, ignoró a la rehén y puso importancia a proteger ese baúl. Hay algo raro ahí.”
“¿En serio?” Cho se asomó.
“Aruji, no sé qué será, pero no vale la pena ahora,” insistió Kashuu.
“Seguro que no, arma…” Tenshi dio un suspiro. “Pero quisiera que Mamizou lo mire. Podríamos intentar llevarlo con nosotros.”
“E-entiendo, aunque…” Cho sintió escalofríos. Era una rara caja que parecía cubierta de sangre fresca. “¿N-no será un cadáver o algo?”
“Aruji, tenemos que irnos.”
“Podemos al menos llevarlo. Si nos interceptan, lo lanzamos a un costado,” sugirió Tenshi. “Pero ya, estamos en apuros.”
“S-sí…” Cho sintió gran presión por ambos lados. No habría forma de conciliarlos ni tenía tiempo para pensar por sí misma. A manera de acabar con la situación y apresurarse, decidió no meditarlo más y se agachó para agarrar esa rara caja.
La sintió fría y húmeda, como si fuera algún líquido viscoso que de inmediato se adhirió a sus dos manos…
…