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HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Cho on December 29, 2023, 01:19:09 PM »
Ahh... últimas dos partes, esto fue eterno. Hice un fic de 100k yay~ *stabs herself* (...)

Ahora a hacer uno chico para atar cabos sueltos *sighs*

110.11.




Hanjin observó a una HiME peliceleste salir por las puertas del muelle, apoyada de un chico. Ellos se detuvieron un instante en el umbral, con la chica no queriendo irse o al menos observar desde aquel punto, pero su acompañante le insistió en evacuar, y así ambos continuaron su camino de regreso a las afueras del recinto.

El pelirrosa esperó un poco más para asegurarse de la ausencia de otras personas e ingresó por esas mismas puertas. Se acercó un poco hacia el final del pasillo que daba al barco para observar lo que sucedía en el presente. De momento, no había movimiento exterior, aunque sí quedaban los escombros y daños productos de una pelea. Nuevamente, no había moros en la costa.

Así, retornó caminando hacia la salida, pero no la tomó. Se dirigió a las escaleras que conducían a los almacenes subterráneos y, luego de mirar de reojo la lonchera de metal que traía consigo, fue tranquilamente hacia abajo…






Fue de esperarse que una batalla entre tantos participantes con poderes en pasillos angostos no sería factible. Tomaron unos ataques de keyblade de parte de Roxas, unos puñetazos y patadas de Izuru, y eventualmente unos cortes de shock de Youmu para destrozar las paredes que les rodeaban y comprometer la estructura ahora enclenque donde estaban parados. Incluso las instalaciones eléctricas del barco comenzaban a soltar chispas y a apagarse, lo cual pronto les obligaría a ver cómo salir del recinto.

En medio de todo el desastre, Tenshi se encontraba cargando a la rehén, sin poder ver ninguna apertura. Roxas y Youmu se turnaban para responder los ataques de los dos Rebels presentes e impedir que le dieran el alcance. La peliazul no se sentía con fuerzas como para intentar pelear, ni podía igualar la velocidad de sus oponentes, y sabía que debía conservar lo que le quedaba de vitalidad para el momento en el cual pudiera escapar.

Y en caso esa pelea no fuera lo suficientemente caótica, Suzuka hizo aparición en lo que destruía las paredes en su camino con su espada.

“¡Su-Suzuka!” Tenshi se sorprendió.
“¡Tenshi, aprovecha para huir, yo te cubro!”
“¡Suzuka, cuidado!”
“…” la peliblanca se giró para apenas contestar un ataque de su Rebel, quien empleó su propia gran espada. “Tsk… ya me alcanzaste.”
“¡No hay forma que les dejemos huir!” exclamó Ootakemaru, con ambos agarrando sus espadas en pleno choque de armas. Este fue impulsado hacia atrás por su HiME y de inmediato arremetió. "¡Están en desventaja si creen que pueden mantenerse de pie!” dicho esto, electricidad le rodeó y las luces restantes del techo estallaron una detrás de otra. “Yo manejo la electricidad aquí y mi ayudante tiene visión en la oscuridad.”
“¡No son los únicos que manejan la luz!” exclamó Roxas, quien de inmediato iluminó su keyblade de luz incandescente. Él pasó a mirar a Youmu y Suzuka, y sus espadas también se prendieron como linternas.
“¿Heh? Buen truco, niño,” Ootakemaru sonrió intrigado. “¡Espero pelear contra ti en otra oportunidad!”

Con respecto a antes de la llegada del par, el balance de poder entre ambos lados se había mayormente mantenido. Sin embargo, por la fuerza y ataques contundentes de ellos dos, con frecuencia había aperturas en el movimiento alrededor de Tenshi, ya que todos debían de tener cuidado y evacuar el área de ataque de ellos dos. Eso le hizo ver a la peliazul que, si calculaba bien y se apresuraba, podría esperar el momento de cruzar efectivamente en dirección a la salida. Pese a esa teoría, dudaba ser capaz de hacerlo, puesto a que el riesgo era enorme y no había una cantidad de tiempo fija entre la apertura y el ataque…

Todos sintieron un remesón producto de un ataque de Ootakemaru que electrizó varias superficies de metal. El piso debajo de Tenshi dio un fuerte sonido y ella sintió que estaba pronto a hundirse. Tenía que moverse, pero no podía leer lo que sucedía. En eso, un ataque de Suzuka dio el último golpe y una gran parte del suelo cedió.

“¡AAHHH!” Tenshi se puso a caer. Sabía que no era la única en ese predicamento así que imaginó que terminaría por sufrir una dolorosa caída en el piso de abajo, pero entonces Roxas le agarró de un brazo y la jaló a lo poco del suelo que quedaba.
“¿Estás bien?”
“Eh, s-sí, pero la chica…” por la caída la había soltado…



Y ahí fue que todos averiguaron que Tenshi no había sido la única calculando una apertura. Con la costa libre y todos preocupados en reposicionarse, Youmu atrapó a la rehén en pleno aire y pudo surcar el área del ataque de Suzuka pese a haber oscuridad y humo en su camino. Esa HiME sumamente veloz cambió por completo el panorama de lo que sucedía, y la intensa pelea de inmediato se convirtió en una persecución.

Con esa HiME herida y todos ocupados en un tenso combate dentro de una estructura que se deterioraba, Youmu supo que no podía prolongarlo más. Había demasiado peligro e incertidumbre de por medio. Tampoco sabía si sería capaz de avanzar muy lejos al quedarse completamente desprotegida a cambio de escapar, pero no iba a dedicarse a considerarlo. Era el momento de actuar e intentar hacer una diferencia.

Tenía que llevar a esa rehén al exterior del barco… si tan solo pudiera ver cómo ocultarla de todos, llevarla a algún punto donde no fuera a ser vista ni encontrada, al menos por un instante…

Oyó golpes y destrozos de material detrás de sí. No dudaba que algún Rebel le haya atacado. También asumía que sus aliados habían visto una manera de protegerla o desviar los ataques, al encontrarse todavía ilesa. Su rápido recorrido le llevó al angosto umbral que conducía a la cubierta. La intensa luz de los reflectores del muelle se presentó como una esperanza…

Entonces, vio varios rayos de electricidad surcar por las paredes, el piso y el techo, y sobrepasarla camino a la salida. Youmu oyó un foco estallar y juntó sus fuerzas para impulsarse lo más posible. La HiME apenas pudo pasar la puerta, aunque todo ese bloque estalló y la explosión la sacudió y propulsó contra un contenedor de metal. Ella apenas pudo ponerse primero para amortiguar el golpe de la chica inconsciente que traía.

“Ihh…” cayó al piso después de haber sentido un fuerte martilleo en toda su espalda. Temió un instante haberse malogrado la columna, pero todavía podía moverse. Estaba agotada y adolorida, aunque aun así cargó a la chica para pretender llevársela de ahí.
“¡Eres demasiado rápida!” entonces, Ootakemaru fue el primero en darle el alcance y este arremetió contra Youmu al hacerle un ataque con su gran espada. Aquel Rebel sonreía con desafío. “¡Estoy encontrando demasiada gente con la cual querría pelear!”
“Tch…” ¿por qué tuvo que alcanzarle antes de Suzuka y los demás? Youmu no pensaba darse el lujo de luchar y cargaba a la rehén en lo que hacía su mejor trabajo esquivando los ataques. Apenas invocar una espada le obligaría a sólo usar un brazo para tenerla consigo y podía asumir que los Rebels priorizarían llevársela.
“No lo hagas más difícil para ti, HiME,” Ootakemaru le lanzó un torrente de electricidad, lo cual forzó a Youmu a dar un gran salto.
“…” la HiME vio ese elemento impactar unos contenedores y se expandió caóticamente en otros.
“No es nada personal. Regresa a esa chica y estarás a salvo.”
“¡Nunca!”
“¡Pues bien!” luego de recibir esa respuesta, el Rebel se impulsó y en apenas un segundo alcanzó a Youmu en el aire.
“¡…!” ella no tuvo de otra que cargar a la chica de un hombro y contestar su ataque con su espada más grande. No había duda con respecto a cuál era el más físicamente fuerte de los dos. Youmu sintió un desagradable tirón en su hombro, además de fuerte estática. Sólo le quedó impulsarse de la espada del Rebel para aterrizar lo antes posible y contar con mayor movilidad. Sin embargo, la situación sólo estaba por tornarse más difícil para ella, al ver cómo los otros dos Rebels fueron los siguientes en salir. “¡Maldición!”
“Ah, bienvenidos,” Ootakemaru les miró de reojo, gustosamente. “Siento la destrucción.”
“Fufu, nos insultas, waka-sama…” murmuró Matsui, con un tono de voz entretenido. “No fue nada que no pudiéramos sortear.”
“Los demás van a seguir nuestro camino, acabemos con esto,” sentenció Izuru.
“…” la sangre de la HiME se heló, y ella sacudió su cabeza para mantenerse lo más tranquila posible. No iba a pelear ni a esquivar. Nuevamente, lo tornaría en una persecución por el mayor tiempo posible, y se puso a correr.

Esta vez, avanzar sería más difícil. Youmu se concentró nuevamente en cargar a la chica con ambos brazos y saltó para usar los contenedores como pared. Entonces, hubo otro ataque de electricidad de atrás que le forzó a prestar atención y a esquivar, para luego ver al Rebel incógnito también saltar el montículo de contenedores y atacarle. Youmu se movilizó a un costado, aunque su escape tuvo que esperar puesto a que Izuru fue capaz de agarrar y lanzar un contenedor, el cual por poco le aplasta.

La HiME esquivó esa destrucción que le aturdió los oídos, para luego agacharse y saltar con las justas al recibir un ataque del otro Rebel, y después vio a Ootakemaru en el aire, quien le lanzó una lluvia de electricidad.

“¡Deben estar bromeando!” se sumergió en un estado de horror, pero procuró concentrarse para evadir lo que le rodeaba. Esa electricidad paró cada cabello en su cabeza. Era una situación imposible y de milagro había podido esquivar los rayos individuales. Entonces, vio al incógnito acercarse a gran velocidad y ni podía prestar atención a su propio Rebel, quien seguramente estaba a punto de hacerse presente de la peor manera.



Pese a todo ello, la HiME no se sintió derrotada. No estaba desmoralizada, sabía que había un plan, una solución y que ella misma podía ser quien lograra el cometido de las HiMEs. Recordó la explicación que Fran le había dado con respecto a su capacidad, al qi, esa esencia que podía brindarle una mayor energía vital y que incluso era capaz de prestarse de quienes le rodeaban, siempre y cuando ella fuera a mantener control de sí misma…

…aquellos cerca de ella eran Rebels fuertes con ataques precisos y letales… y por ello mismo supo que tenía la posibilidad de hacerles frente, al menos de momento. Se aseguraría de usar la fuerza de sus adversarios para su propio bien. Sí le era posible hacerlo…

“¡AAHHHH!” Youmu concentró sus fuerzas y convicciones. Un aura de energía le rodeó y entonces, la HiME sobrepasó sus propios niveles de agilidad. Esquivó con las justas y con gran precisión ese ataque cercano, luego avanzó al ras del piso para evitar otro contenedor lanzado que apenas rozó sus cabellos, y así, se puso a correr por la cubierta, fuera de esa trampa de contenedores.
“¿Eh?” Ootakemaru se sorprendió, pero la impresión no le duró y volvió a sonreír con algarabía. “¡Hah, está mucho mejor, HiME!”

La peliblanca avanzó por la superficie del barco. En su presente estado, podría tal vez saltar y aterrizar fuera de un salto, pero por más que los Rebels no podían tocarla, sí supieron predecir sus intenciones y una y otra vez se posicionaron en su camino cuando intentaba sus múltiples escapes. Ello no le distrajo de su principal estrategia la cual era no dejarse atrapar, y continuó moviéndose aleatoriamente por todos lados del exterior del barco.

“Tch…” Matsui falló en atraparla luego de otro intento más y vio a Izuru observar desde el punto más alto de los contenedores. Saltó donde él. “Al menos ayúdanos.”
“…” este cerró sus ojos. “Puedo estimar sus movimientos, pero necesito más observación.”
“¿Ah? ¿Qué dices?”
“Pero tú puedes leerla mejor que yo. Eres un Rebel que absorbe energía vital…”
“¿…eso qué tiene que ver?” le cuestionó confundido. Los dos vieron a Ootakemaru revestir las barandas de un lado del barco para impedir otro escape más.
“Su capacidad nos roba energías pasivamente. ¿Eres capaz de percibirlo? ¿Puedes discernir la cantidad y fluctuaciones?”
“…a eso te refieres…” por dentro, Matsui, para variar, sonrió de la misma manera que Ootakemaru. Este dio una leve palmada a Izuru en un hombro.
“…” el susodicho le miró, inmutado, pero con una minucia de confusión.
“Gracias por el dato…” entonces, Matsui saltó a la acción.

Ootakemaru estuvo por lanzar más de su elemento, aunque se detuvo al ver a Matsui ir detrás de la HiME y en el área donde había planeado el ataque. Se intrigó al notar que su compañero ya no trataba de atacar a la peliblanca o meterse en su camino. Curiosamente, empezaba a moverse a la par de la misma, con nada acelerada o giro que la HiME hacía, a pesar de la gran velocidad. Era como si se calibrara lentamente…

En ese momento, vio que Suzuka y Roxas finalmente salieron del interior.

“¡Miserable!” le gritó su HiME. “¡Y luego tú me acusas de violenta!”
“Heh,” este se encogió de hombros y sonrió burlonamente. “Pero nadie murió con mi ataque, ¿o me equivoco? No me culpes de que los Rebels seamos mejores esquivando derrumbes que ustedes. Y no me compares contigo y esa pobre HiME que has matado dos veces esta noche.”
“¡Espera, ¿hablas de Cho?!” Roxas se quedó en shock.
“¡T-tu hermana está bien, te lo juro!” Suzuka se alteró. “¡Ootakemaru, no le asustes!”
“¿Acaso he mentido? También me conviene sembrar un poco de discordia entre ustedes.”
“…” tenía todavía sus dudas, pero Roxas recordó a Youmu. La vio pasar corriendo a velocidad, con el misterioso Rebel detrás de ella y casi por darle el alcance, así que fue detrás de ellos.

Youmu podía mantener su presente estado de hyperdrive aparentemente por más tiempo, pero sabía que ya debía haber alcanzado su límite. También, ese Rebel era capaz de seguirle mejor que los otros, y en el presente no podía hacer más que correr sin intentar escapes ya que estuvo muy cerca de que este pudiera atraparle en dos ocasiones anteriores. De algún modo, era como si leyera sus pensamientos o propios movimientos corporales con tan poco tiempo de anticipación.

No podía darse ni un segundo para ver si Suzuka o Roxas habían llegado. No tenía manera de saber si había alguien listo a apoyarla… cuando en eso, su visión se distrajo un instante y miró a las vigas del recinto. Sí, había una persona…

De repente, Izuru aprovechó esa pequeña distracción para aterrizar desde arriba y propinarle un golpe. Por la presencia del otro Rebel en su lado de escape, Youmu fue impactada y terminó por arrastrarse varios metros en el piso hasta golpear las barandas del barco. Ella observó a esos dos Rebels a punto de alcanzarle, pero Roxas se puso en el medio y les obligó a retroceder con potentes ataques de luz.

“Youmu…” Suzuka quiso también darle el alcance, pero ella tenía su propia pelea contra su Rebel, quien no le daba la oportunidad.
“¡Youmu, ¿estás bien?!” Roxas le miró un momento, pero tuvo que contestar un ataque de espadas contra el incógnito.
“…” esta se levantó y cargó a la rehén. Eran tres contra tres, Izuru estaba pronto a zafarse de la vigilia de Roxas, no tenía tiempo…

No podía pensar, no sabía qué otra solución podía haber. Dentro de lo que había esperado, del posible plan que les resultaría en victoria… le quedaba hacer un desesperado y posiblemente criminal intento… quizás… no era del todo malo, si es que salía mal…

Quizás esa chica inconsciente estaba mejor muerta que entre las garras de Rizembool…



“Youmu…” Suzuka se quedó en shock al ver lo que hacía. Ootakemaru se giró por la expresión de su HiME. “¡¿Qué haces?!”
“Tsk…” Roxas volvió a espantar a los otros dos con luz y se volteó. La peliblanca cargaba a la inconsciente y la tenía al otro lado de las barandas, con la limitada cantidad de agua entre el barco y el muelle como su único e insuficiente colchón. “¡Oye, espera!”
“…es… ¡la única opción que tenemos!” al decir esas palabras, Youmu reunió lo poco que quedaba de su qi para impulsar a la chica hacia las aguas.

Tenshi apenas salía cojeando del interior, cuando vio esa increíble acción. Los demás corrieron hacia el borde. Izuru pretendió impulsarse para atraparla en pleno aire, pero esta vez Youmu le hizo frente con ambas espadas.

“¡AAHHH!” desesperada, Suzuka levantó un brazo y así alzó lo más que pudo de las aguas bajo el barco para generar un tsunami con el cual envolvió a la caída a la mitad de su trayectoria. Ello generó inestabilidad en todos al mecer el navío, y ellos vieron la ola elevarse por encima del muelle, para inundar y barrer todo a su paso.

Aquel elemento pudo fácilmente atrapar y amortiguar a cualquiera alcanzado por este… pero todos vieron el agua retornar al dique y desarmarse sin rastros de la rehén. Ella había sido devorada por la ola y no quedaba indicios de ella.

“No puede ser, ¿fallé? ¡Pero…!” comenzó Suzuka, apoyada en las barandas, en pánico. A su costado, Ootakemaru saltó y se sumergió en las aguas en búsqueda de ella.
“…” Izuru se puso a pensar.
“¿Hablan… en serio…?” preguntó Matsui al aire, anonadado. Su breve shock se deshizo en una risa corta e irónica, que también poseía una gran molestia. “Ha…haha… no puede ser. ¿A esto se suma el heroísmo de ustedes? ¿Esto es por lo que pelean?”
“Tú… ¿por qué? ¿Por qué has hecho esto?” Tenshi se acercó a Youmu, quien estaba torturada y cabizbaja.
“Todos, yo… lo siento… ¡lo siento!” exclamó, mínimamente y con sus ojos consternados. “No había salida a esto… s-si el agua no le protegía de la caída… igual estaría a la merced de Rizembool, y…”
“¡Cállate! ¡Cállate ya!” la peliazul le agarró de los hombros y la sacudió violentamente. “¡Esto no debía suceder! ¡Y no hay nada peor que la muerte! ¡Al menos en vida todavía hay esperanzas! ¡¿Cómo puedes hacernos esto?!” sus ojos se llenaron de lágrimas. “Luego de todo lo que hicimos…”
“Perdón…”
“Dices que hay esperanzas en vida… irónico que tú digas eso…” observó Matsui. “Siendo tú la que casi lo desperdicia todo tantas veces…” blandeó su espada. “Y ahora que no tienen motivo para pelear, váyanse de aquí inmediatamente.”
“¡AAHH! ¡Demonios!” Tenshi soltó a la otra y maldijo cabizbaja, sin dejar de llorar.
“Él tiene razón… chicas, vámonos de inmediato, por favor…” Roxas apretó los labios. En medio de los sentimientos encontrados, tenía que ser fuerte y abogar por la poca cordura que quedaba.
“…” Ootakemaru resurgió del agua, aunque se quedó dentro de la misma. Su expresión delataba la falla en su búsqueda, y luego de mirar a su HiME, observó a Izuru, quien continuaba meditativo y reservado. Sí, pensaba lo mismo… algo estaba fuera de lugar…




Se encontraba frente a la puerta cerrada del almacén, donde se ubicaban los trabajadores y policías resguardados. Hanjin se arrodilló y abrió su lonchera de metal. Dentro de esta no había más que una pequeña culebra, la cual no podía ser más larga que veinte centímetros. Era de colores neutros y apariencia simple, pero una persona con experiencia con estos reptiles sería capaz de identificarla como una culebra venenosa.

A pesar de la posición agresiva de ese animal, el pelirrosa metió una de sus manos dentro de la lonchera. No bastó ningún otro movimiento para que esa culebra le atacara y mordiera la apertura entre su pulgar y dedo índice. El chico entrecerró sus ojos y miró la culebra inyectar su veneno sin batallarlo. Esperó unos segundos en los que cualquier otra persona hubiera hecho lo posible por soltarse o entrado en pánico, y eventualmente, con su otra mano agarró la cabeza del reptil para removerlo y regresarlo a la lonchera, la cual fue nuevamente cerrada.

Se puso de pie y alzó su cabeza hacia el techo de manera ida. Se asemejó a un zombie, un ser desposeído, una persona quien era ajena al daño a su persona o a la significancia de esa mordedura… o a todo lo que ocurría en su entorno. En muchas maneras, dicha desconexión e insignificancia eran muy ciertas…

…lo suficiente para que ese pelirrosa se entregara tan voluntariosamente a ser mordido por ese animal y, así, se convirtiera en el recipiente y avatar de otra persona.



El grupo de refugiados se alertaron al oír que la puerta se abría. Su incierta espera podría haber finalmente terminado con la llegada de refuerzos… pero no se trataba de eso. Vieron a un joven de cabellos rosas con sus ojos en sombras quedarse de pie en el umbral, otra persona quien a simple vista era igual de vulnerable que ellos mismos.

“Oye, chico…” el jefe del muelle se le acercó entre sorprendido y preocupado. “¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué está pasando afuera?”
“…”
“¿Estás bien?” ninguna respuesta. Le agarró de un brazo. “Ven, parece que has sido impactado, menos mal que te ves ileso. Sabemos que hay refuerzos en camino, así que ven, toma un descanso con nosotros.”
“…” ante la presión en su brazo, dio unos pasos hacia delante. Una vez ingresó a ese ambiente y oyó a otra persona cerrar la puerta detrás de él, se resistió a avanzar y se sacudió mínimamente para ser soltado por el señor.
“¿Qué sucede?” este se confundió.
“Dinos, estamos aquí para ayudarnos mutuamente,” se sumó el que había cerrado el portón.
“Ustedes…” su voz en susurros estaba cargada de gran peso y lamento, además de frialdad. La cadencia y control de sus palabras eran atípicas de alguien de su corta edad. “Se han rendido ante la misericordia de quienes están arriba… sólo esperan que los vengan a salvar y que esos seres se apiaden de ustedes… patético…”
“¿Perdón?” el jefe se indignó.
“Un momento, joven,” un policía se puso de pie. “Tú no tienes experiencia para entender el peligro que corremos. No hay nada patético en reconocer lo que no podemos enfrentar y esperar a que venga ayuda. ¡No incites a que otros se pongan en peligro!”
“…no hay punto en rendirse…”
“Lo que no hay punto es en pelear, menos en estas condiciones,” insistió un trabajador.
“Precisamente… no existe ningún punto en nada en lo absoluto…” ‘Hanjin’ levantó sus ojos ámbar vacíos y miró al público frente a él.

Con la entrada del pelirrosa, ingresó un manojo de principios y sentimientos a la par que silenciosamente tomaron posesión de cada presente. Ni bien estos posaron su visión en los ojos del pelirrosa, se sumergieron en un abismo que reemplazó su noción de la realidad, y los convenció de una percepción inútil, irremediable, fallada, inescapable de sus propias vidas.

De repente, dentro de personas saludables e ilesas, sus mentes y almas empezaron a ahogarse y a desesperarse por la más mínima esperanza, una que había dejado de existir en el mundo…

“No existe sentido alguno por el cual vivir y esperar, estamos en una situación gobernada por aquellos indeseables arriba de nosotros, quienes nos han quitado la certeza y seguridad. Es porque somos impotentes, y ellos gastan todo poder y sentido común en una guerra que nos destruirá a todos…”

‘Hanjin’ sonrió como sentencia. Era un gesto todo poderoso, seguro, sutil y vacío que le pertenecía a una persona ausente al puerto.

“…la única esperanza de cambiar sus realidades es rebelarse ante la realidad misma y batallar contra todo lo que se impone ante ustedes… o perecer en el intento…”






“…” una vez más, Suzuka alzó las aguas al costado del barco, en vano. Ya todos habían bajado de la cubierta y estaban de pie sobre el muelle.
“No hay punto de repetir una acción inútil, HiME. Se acabó,” insistió Matsui, con una voz sombría.
“Eh, pues, se acabó por ahora ya que los queremos fuera de aquí, pero…” Ootakemaru se encogió de hombros. “Si hay pleitos por la desaparición de esa chica y nos corresponde una investigación, nos estaremos viendo pronto.”
“…” Roxas frunció el ceño. “No tienen derecho de expresarse así si eran cómplices de su secuestro, asumiendo que no son más que ello.”
“Vaya queja tan abierta considerando que por ustedes ella fácil está muerta,” ese Rebel intimidante alzó una ceja.
“…” Youmu, todavía cabizbaja, apretó sus puños. “…por favor… vámonos de una vez… ya quiero terminar esta pesadilla…”
“Tch…” Tenshi tuvo que apretar sus dientes para detenerse de volver a desquitar su frustración en esa HiME. Alguien tan ilógico y desesperanzado como esa chica no estaba hecha para el rol.
“…” por su parte, Izuru miró fijamente a su HiME, inmutado.
“Bueno ya, es lo mejor partir ahora,” dijo Norimune, amenamente y con pena en su sonrisa. “Todos tenemos algo que decir, pero ahorrémonos las penurias,” en eso, su cordial sonrisa se avivó con perspicacia. “Nos estaremos viendo, Rebels. Desde ya lamento que esta guerra no pueda ser agradable ni para ustedes.”
“…es una observación extraña, arma. Los desquiciados no sólo están del lado de Rizembool,” observó el incógnito, con irrelevancia y una pizca de impaciencia. “Esfúmense si no quieren comenzar con otra pelea. Nada cambia el hecho que seamos más fuertes.”
“¿Cómo te atreves?” Suzuka entrecerró sus ojos, pero Norimune se interpuso a su lado.
“No pierdas la tranquilidad. Vámonos de una vez, te lo ruego,” dijo este, sonriendo pacientemente a su HIME.

La tensión restante del ambiente fue ligeramente aliviada por el arma y a pesar de la intensa pelea que acababan de tener, los de Hanasaki terminaron por resignarse para ceder y encarar hacia la salida del recinto con intenciones de retirarse. Ya no había punto de quedarse más…



Pese a ello, ambos grupos pasaron a oír lo que parecía ser una avalancha de personas. En poco tiempo, vieron a los refugiados trabajadores del puerto y los policías correr en mancha fuera de las penumbras que llevaban a la salida… y en dirección a ellos.



El pelirrosa observó a la horda de personas correr desde el subterráneo como una masa amorfa y contagiada de una misma identidad y conflicto y carente de pensamiento propio. Luego de una breve mirada hacia el muelle desde las sombras, se dio media vuelta y se retiró.



Los presentes se confundieron por dicha acción, y no tardaron en ver que esas personas estaban iracundas y exclamaban con odio y cólera. Daban la impresión de ser alguna barra brava poseída por un deseo de pelear y reclamar con la fuerza.

“¿Qué… qué están haciendo?” preguntó Roxas.
“¿Estarán inconformes con la situación?” cuestionó Suzuka. Ella se inquietó. No tenía manera de quitarse la culpa del asunto al ser quien había ocasionado ese desastre en primer lugar.
“No lo sé, hay algo raro en su acción,” Tenshi frunció el ceño. “¿Por qué no huirían? ¿Acaso están buscando pelear contra nosotros?”
“Eso parece ser…” Ootakemaru caminó y sobrepasó a los de Hanasaki. Miró a quienes se acercaban. “No dan la impresión de estar dispuestos a diálogo.”
“Waka-sama…” comenzó Matsui. “Debemos irnos.”
“¿Hm?” el otro le miró de reojo. “¿Por qué?”
“Esto es más que anormal. No es una exageración decir que estas personas están poseídas o han sido víctimas de alguien… percibo un conflicto en ellos… pueden precipitarse a hacernos un daño mortal si así lo desean.”
“¿Qué cosa?” Youmu se alertó.
“¿Cuál es el problema?” Izuru miraba a ese gran grupo acercarse. “La cantidad es lo de menos. Podemos barrer con ellos, o podemos alejarnos a un punto inalcanzable. Ellos son ínfimos en comparación a nosotros.”
“Eh, joven Rebel, algo me dice que Rizembool ha olvidado enseñarte algunos modales o etiquetas de tu profesión…” comentó Norimune. No llegó a explicar más, ya que finalmente pudieron oír a la primera persona de ese conjunto claramente.



“¡Ahí están, miserables! ¡Morirán!” gritó uno de los trabajadores enloquecidos. Lo más alarmante del asunto era que otros hicieron eco a sus palabras por inercia, con varios más enfatizando en el deseo colectivo de derrotarles.

Ante ello, Ootakemaru no se hizo líos e invocó tierra proveniente de la arena del barco e incluso de debajo del agua para de inmediato formar unas barras que los separaron del montón. Los recién llegados se sorprendieron momentáneamente, pero pasado el uso del elemento, pasaron a abarrotarse y tratar de empujar las rejas de tierra en vano, sin perder su ira.

“¡Gente! ¡No tienen por qué agredirnos!” exclamó ese Rebel, dando un paso adelante. Se mantuvo firme y bajo control. “¡El conflicto ha terminado y hemos detenido el avance de los invasores! ¡Ellos están por irse!”
“¡Acérquense, cobardes!” gritó otra persona. Varias más le siguieron.
“¡¿Acaso nos tienen miedo?!”
“¡No caeremos sin luchar!”
“¡Estamos cansados de vivir bajo su dominio!”
“¡E-esperen, no les vamos a hacer daño!” exclamó Suzuka, en shock.
“¿Qué está pasando?” Ootakemaru apretó los dientes.
“Waka-sama, es inútil. Estas personas han sido reducidas a un manojo de histeria masiva e irracional. No puedes negociar con ellos como si fueran humanos,” explicó Matsui.
“¿C-cómo puede ser…?” Roxas se estremeció. No podía desmentir al Rebel ya que realmente parecía ser el caso.
“Es producto de una habilidad proveniente de Rizembool…” observó Izuru, mirando fijamente a esas múltiples personas. “Eso es todo lo que puedo percibir.”

Entonces, en medio de la muchedumbre, un temblante e inseguro policía sacó su pistola. La agarró con ambas manos y luego de apuntar hacia ese Rebel, cerró sus ojos y presionó el gatillo.

“!!!” Matsui lo detectó a tiempo y saltó frente a su superior. Así, recibió el disparo en un brazo.
“¡Ma-!” Ootakemaru se detuvo de decir su nombre al recordar su pedido de anonimidad y sólo atinó a agarrar a su compañero. Estaba herido de bala, pero al sostenerle, notó que su túnica negra también estaba empapada de sangre. “¡Oye, ¿estás bien?!”
“…” Tenshi se aterró. Si los gritos de antes fueron alguna señal, no sería el único disparo.
“…no te preocupes, waka-sama…” este se puso de pie. Habló con unos susurros cansados, aunque extrañamente entretenidos. “…heh, he sangrado mucho esta noche, puedo sangrar más.”
“Si así lo quieren…” Ootakemaru afiló sus ojos y esparció una onda de fuerte estática hacia la muchedumbre. Se oyeron estos exclamar en dolor y sacudirse.
“¡E-espera, no les hagas daño!” gritó Youmu, asustada. Entonces vio que esas personas tuvieron que deshacerse de sus celulares, llaves y otros instrumentos de metal, así efectivamente desarmando a quienes tuvieran armas de fuego.
“¡Que esta sea una advertencia, seres impertinentes!” afirmó el Rebel, molesto. “Podemos tolerar patadas y golpes, pero alzar un arma a nosotros tendrá consecuencias. Recójanlas y les daré una lección que no olvidarán.”
“…” Suzuka levantó una mano mínimamente. Quería parar las acciones de su Rebel ya que temía que la situación estuviera escalando y se saliera de control, pero en verdad no tenía una mejor idea sobre qué hacer.
“Es inútil, waka-sama…” insistió Matsui, cabizbajo, sin perder su cadencia y frialdad. “Si deseas velar por estas personas… hazles perder el conocimiento. Es la única manera.”

Aquello dio más sentido cuando, en algún rincón inobservable, un trabajador recogió la pistola de algún policía y esta vez dio un disparo hacia Suzuka.

“…” la HiME se quedó en shock y no pudo actuar a tiempo.
“¡¿Qué les dije?!” Ootakemaru perdió la paciencia. El piso se levantó justo para prevenir el impacto y, acto seguido, originó un levantamiento del mismo junto con un cataclismo para impulsar a los Muggles una gran distancia. Estas personas desparramadas continuaron en caos e intentaron levantarse de manera desorganizada, en la cual incluso se saboteaban mutuamente para ponerse de pie a costo de todo. Todos ellos pasaron a ver que bloques considerables de concreto y tierra levitaban por todos lados.
“No te dejes llevar, joven, así no se solucionará el asunto,” observó Norimune. El normalmente tranquilo y despejado ayudante de Suzuka fruncía el ceño en busca de respuestas.

La vista frente a ellos se tornó alarmante. Haya sido por el caos para reponerse luego de la expulsión de parte del Rebel o de algún sentimiento de impotencia al ser amenazados por los escombros, esas personas idas empezaron a caer en un estado agresivo entre ellos mismos. Los que todavía se ponían de pie intentaron sostenerse de los otros, quienes les empujaron y hasta golpearon. Pronto, las agresiones dentro del gran grupo terminaron siendo unánimes, con incluso algunos malafortunados recibiendo la ira de más de una persona.

“¡D-deténganse!” exclamó Suzuka.
“¿Qué está pasando aquí?” Tenshi se estremeció. Entonces, en medio de una pelea visible entre dos, uno de estos recurrió a recoger una pistola del piso y a disparar al otro. “¡AAHH!”

Corrió un hielo por sus venas. Roxas no lo soportó más y saltó por encima de las rejas puestas por el Rebel para ver si podía separarlos.

“Tsk, maldición…” Ootakemaru no se vio contento. De inmediato vio a las HiMEs sumársele. “¡Oigan, esos dementes los pueden disparar también!”
“…a estas alturas ya no creo que seamos responsables por cualquier muerte, waka-sama,” observó Matsui, frustrado.
“No se trata de eso. Tenemos estándares. ¡Hay que ponerles un alto!”
“…” Izuru vio a esos dos sumarse a los de Hanasaki. A diferencia de los ‘enemigos’ quienes priorizaban parar un puñado de las múltiples disputas, los Rebels se concentraron en asegurarse de desarmar a las personas y de dejar inconsciente a las que parecían ser mayores amenazas, en particular a los policías. El pelinegro de cabellos largos miró quieto al desastre frente a él. “No entiendo…”

A pesar de su confusión, también avanzó a paso lento sin dejar de observar.




Con la costa completamente despejada, Sakuya finalmente descendió desde el techo a la cubierta del barco. Estaba acompañada por Samidare. Sin embargo, pese a que la Princess quiso ingresar al interior de la estructura, tuvo que regresar a jalar a su colaborador.

“¿Qué…?” el pelimorado estaba congelado ante esa situación. Veía a los dos Rebels ir detrás de los policías, sus propios compañeros, para darles una paliza y neutralizarlos. El avance era lento puesto a que continuaba habiendo peligro por posibles armas o emboscadas de la gente enloquecida… no, no podía ni analizarlo… ¿Qué demonios estaba ocurriendo?
“Samidare-sama, suficiente,” recalcó Sakuya, frunciendo el ceño. “Esos Rebels perceptivos finalmente están lejos del barco. Es nuestra única oportunidad de recolectar información.”
“Pero… esas personas… esos policías…” apretó los dientes, frunció el ceño, tensó los brazos… recordó la mención de su jefe de que estaban siendo apuntados, que hubo la oportunidad de vigilar y ver quién iría por ellos… “Tsk…” y completamente lo había dejado pasar.
“Escuche, entienda que no hay nada que nosotros podamos hacer,” Sakuya le agarró de ambos brazos. Su expresión era impaciente, pero también había rechazo y disconformidad, las cuales procuraba mantener selladas. “No hay nombre para lo que ocurre, pero nos toca hacer de nuestra parte y averiguar qué hay detrás de esto.”
“Si tan sólo hubiera visto al responsable…”
“Al menos podríamos averiguar algo en el cuarto escondido, es posible…”
“…sí, tiene razón,” frunció el ceño. Tendría otro momento para recriminarse.

Los dos entraron por el umbral, para observar una gran destrucción y una ausencia de camino en medio de huecos y escombros. Debido a la agilidad del par, sortearlo no fue un gran problema hasta que llegaron a un considerable abismo, con el camino continuando a una distancia muy larga para una persona normal.

“Súbase en mi espalda,” la Princess se agachó un poco. Lo pensó un poco, pero Samidare acató su pedido y así la chica se impulsó. Pasaron el hoyo y volvieron a separarse.
“…” Samidare regresó a correr junto a su acompañante. “Sigue empapada.”
“Sí, pues…” para variar, Sakuya se frustró y fastidió. “Esa HiME esperó que hiciera milagros. Apuesto a que ni previó que su aliada invocara semejante ola, pero menos mal que eso ocurrió. Tendré que exigirle que pague el recibo de mi lavandería la próxima vez…”

Llegaron al lugar de interés. Todo se encontraba mayormente removido y había considerables daños a toda superficie.

“Tch…” Sakuya rechinó los dientes. “No hay una computadora.”
“No es del todo cierto…” Samidare se acercó al desconectado equipo médico, y luego de conectarlo, buscó por un terminal. “Este dispositivo no es un medidor de pulso regular. Puedo intentar extraer información de este.”
“…” la peliplateada le miró sacar un cable de múltiples conexiones junto con una especie de laptop diminuta, donde se puso a trabajar con agilidad y destreza. Estuvo en lo correcto al decidir trabajar con él.
“Revisa si la base del cofre destruido puede rescatarse. Puede que haya también un CPU que pueda hackear.”
“Enseguida,” asintió. La Princess miró a la extraña caja ensangrentada que estaba puesta encima de la cama de hospital cerca de donde trabajaba el otro. “¿Qué se supone que hagamos con este objeto?”
“…” Samidare apenas lo ojeó un segundo sin mucho interés y continuó trabajando. “Luce a algo que pueda ser de interés para la gente de Rizembool. Es mejor que no nos metamos con ello.”
“Sí… pienso lo mismo…” era una buena respuesta. Por su parte, Sakuya tenía nervios apenas mirándola. Estaba segura que se trataba de algo peligroso, así que debían ignorarlo.

Sólo les quedaba trabajar lo más rápido posible y no hacer nada innecesario.




Aquel caos injustificable terminó por colmar la paciencia de una persona más. Repentinamente, todos vieron a una peliblanca rodeada de un aura de fuego aterrizar desde arriba, con una fuerza y contundencia como si hubiera caído tal altura sin ninguna amortiguación.

“…” Mokou miraba a todos con tremenda ira y unas alas de fuego más grandes que ella misma surgieron detrás de su espalda. “¡Suficiente! ¡Humanos normales, si quieren pelear contra alguien, enfréntense a mí!”

La muchedumbre paró sus riñas sin sentido y luego de una entendible intimidación, fue como si el fuego que desprendía de la chica despertara la inconformidad que les poseía. Esa persona simbolizó a todos aquellos con poderes que los sometían a la incertidumbre, por lo cual nuevamente se unieron en marcha hacia ella.

“¿Q-quién es…?” Tenshi estaba impresionada.
“No sé, pero no podemos dejarla sola…” comenzó Youmu. Sin embargo…
“¡Gente de Hanasaki, váyanse de una vez!” les gritó esa recién llegada, con su misma ira. “¡Sólo entorpecerán esto! ¡Yo me encargaré de detener a estas víctimas!”
“Pero…” Suzuka dio un paso adelante.
“…” al verlo, invocó una muralla de fuego que les dio un leve golpe de calor.
“Tsk…” Roxas se alertó e invocó su keyblade.
“No peleen contra ella, y háganle caso, no cambiarán su parecer,” Ootakemaru se veía frustrado y se encogió de hombros. “No lo parecerá, pero cumplirá con su cometido. Confíen en gente de Rizembool como nosotros para variar, acabaremos con esto y velaremos por ellos.”
“Ootakemaru…” Suzuka le miró con leve recelo.
“Hazme caso, Suzuka. Hay policías aquí y tu lado se comunica con ellos. Te confirmarán que se encuentran bien, ahora retírense.”

Los de Hanasaki pudieron ver a la mancha alcanzar a esa misteriosa persona. A pesar del fuego que había invocado, al momento de hacerles frente y atraer su atención, fue cuidadosa en desaparecer su elemento para hacerles frente con patadas y puñetes. Ella no se mantenía ilesa al ser receptora de varios golpes debido a la enorme cantidad de oponentes, pero tampoco se le notaba flaquear pese a ello. En cierta manera, quizás sin haber querido admitirlo, les facilitó el escape, lo cual podría ser lo único que les quedaba para solucionar el problema.

La inconformidad no desaparecía, pero también tenían la presión de escapar de parte de los Rebels, y reanudar peleas sólo probaría comprometer el bienestar de los inocentes fuera de control. Con un gran amargo y cargo de consciencia, terminaron por acceder y huir.



Matsui sabía sobre la ausencia de ese mismo policía que había sacado del barco a patadas al inicio del altercado. Detectarlo incluso entre tantas personas le habría resultado sencillo, lo cual, para variar, había sido un consuelo en medio de la locura… pero, entonces, hablando de posibles invasores… había una persona menos entre sus oponentes…

“Tsk, Matsui, vamos, no le demos todo el trabajo a Mokou,” dijo Ootakemaru.
“Waka-sama… puede que haya algún intruso en el barco.”
“¿En serio?”
“Yo me encargo…” de inmediato acudió hacia el navío, por enésima vez.
“…” Ootakemaru tenía algunas preguntas que hacer a su compañero, algo que sería atendido en un momento de menos urgencia. Entonces, miró a Izuru, quien continuaba manteniéndose como observador, sin tomar una acción. “Oye, ¿podrías darme una mano?”
“A parar a esas personas, ¿te refieres?” preguntó, meditabundo.
“Obviamente, ¿qué dices?”
“No entiendo la utilidad de influenciar a la gente común de esta manera. No hay… propósito, es una inconveniencia, un desperdicio… y aun así, algún superior lo ha ocasionado…”
“Sí, no hay lugar a dudas de ello…” Ootakemaru sonrió entretenido, y con algo de empatía. “Eres como yo, ¿no, joven Rebel?”
“…”
“Rizembool te ha hecho un Rebel capaz con la misión de obedecer, pero a la vez, tienes una mente y voluntad demasiado libres. No se trata de entenderlos, ¿sabes? Sólo concéntrate en formular tus propios pareceres al respecto. Haz lo que tengas que hacer, pero no dejes que ello te comprometa a ti.”
“…”
“Ahora dame una mano, ¿sí? Ya se fueron los de Hanasaki, no nos queda nada más que hacer.”

92
Listas y Probaciones / Re: New Probation Time!
« Last post by Cho on December 24, 2023, 01:13:11 PM »
Hola chicas~ vengo a anunciar que el stop sign será dejado el domingo 31 de diciembre a las 10:00pm hora México d.f.

Link del Countdown: Aquí

Les deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo a todas~ Les mando un abrazo a distancia.
93
HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Cho on November 30, 2023, 11:57:09 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 560 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 20311 palabras
Kana :: 1423 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 702 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...
94
Listas y Probaciones / Re: New Probation Time!
« Last post by Cho on November 30, 2023, 11:56:14 PM »
Este es el conteo total del mes de Noviembre 2023

*header*

Quote
Sayi :: 560 palabras
Kora :: 0 palabras
Cho :: 20311 palabras
Kana :: 1423 palabras
Eureka :: 1046 palabras
Puri :: 621 palabras
Mimi Tachikawa :: 702 palabras
Neko :: 1228 palabras
Airin :: 948 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 433 palabras



Main Projects

A continuación el conteo para los proyectos principales:


MMORPG: Neverland
C  O  N  T  E  O

República de las Naciones Unidas
C  O  N  T  E  O

One-Shot Project
C  O  N  T  E  O
Kora :: 0 palabras
Neko :: 1228 palabras
Airin :: 0 palabras
Shruikan :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 0 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 621 palabras
Mery :: 0 palabras
Neko :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras



Side Projects

Y ahora el conteo para los proyectos secundarios~


HiMEverse
C  O  N  T  E  O

Downtown District
C  O  N  T  E  O

Seeds in the Garden
C  O  N  T  E  O
Sayi :: 560 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 20311 palabras
Kana :: 1423 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 702 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 0 palabras
Sayi :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 0 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Neko :: 0 palabras
Airin :: 948 palabras
Shruikan :: 0 palabras

Moonlight Garden
C  O  N  T  E  O

Patio de Juegos
C  O  N  T  E  O

Actividades
C  O  N  T  E  O
Eureka :: 1046 palabras
Miyu :: 433 palabras



Las palabras se agregarán a su contador y podrán ser usadas en el tema de canje de palabras.


Happy writing~
95
Listas y Probaciones / Re: New Probation Time!
« Last post by Cho on November 30, 2023, 11:00:02 PM »

Probaciones pronto.
96
HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Sayi on November 30, 2023, 10:15:23 PM »
Fic flash~



Tomó un sorbo de su café mientras se adentraba en la facultad de arte, preguntándose si Haru estaría tomando un descanso de la pintura que se encontraba finalizando. Según le había dicho, era el octavo canvas de una colección de doce pinturas que debía mandar a la un museo en Europa para el final de semestre.

Saboreó el café en sus labios… Hagu no le confirmaba que iba a mudarse a Europa a hacer una maestría, pero no era necesario. Considerando el tipo de proyectos que ocupaban su tiempo y donde personas con su talento preferían llevar su educación, era casi un hecho que Hagu estudiaría aunque sea un par de años en el continente viejo, llevando sus talentos a nuevas alturas. La idea lo entristecía más de lo que quería aceptar -después de todo, Hagu se había convertido en lo más cercano a una mejor amiga- y acostumbrarse a que terminaría la universidad sin su compañía era un pensamiento que no quería entretener más de lo necesario.

Estuvo por tocar la puerta del salón donde Hagu solía acampar cuando la característica presencia de la directora lo hicieron detenerse en la entrada.

Con su característico vestido negro y semblante esbelto, Holden sentía que podía reconocer a Miranda Lot a kilómetros de distancia. No era un talento considerando lo sucedido entre Hanasaki y Rizembool hace cuatro años.  La directora se encontrando conversando con Hagu lejos del resto de estudiante, con su amiga escuchándole solemnemente, prestándole una atención que empezaron a hacerle cuestionar…

¿De qué estaban hablando? ¿Acaso intentaba reclutarla como HiME? La idea caló suficiente temor en el para que sus pies empezaran a andar en dirección a la conversación, recordando la promesa que le había hecho al profesor Hanamoto: De que se aseguraría de protegerla del conflicto, para que continúe su vida lejos del conflicto entre rebels y HiMEs.

“…llevará tu entrenamiento…”

Entrenamiento. La palabra lo hizo detenerse a unos veinte pasos de la directora, y fue entonces que Hagu se percató de su presencia. Su expresión delató que había escuchado lo suficiente, y la culpa calaron la expresión de su amiga.

Miranda se percató de lo que acababa de suceder, y se disculpó con Hagu, con la intención de retirarse. La directora no se alejo sin recibir una mirada furiosa del castaño, sin embargo.

“Se salió con la suya…” murmuró Holden para los dos, una vez se encontraron lejos de la directora.

Hagu se quedó mirando el suelo por lo que sintió como una eternidad antes de que levantara la mirada, y con un hilo de voz, empezó.

“Lo siento, Holden. Se que prometí que no volvería a ser una HiME de nuevo, pero luego de lo sucedido con Sayi…”
Holden intentaba guardar su frustración, pero la cólera se escapaba de a pocos “¿Pero no le había prometido a la misma Sayi que no volverías a luchar?”
“…Pero… tu no estuviste ahí” intentó explicarle la rubia, antes que su voz empezar a quebrarse en llanto “No viste… lo horrible que fue…”

Holden juntó los labios en una linea y se apuró a rodearle con su brazo. Hagu siempre había cargado con la culpa de hacerse a un lado del conflicto, pero lamentablemente, el estar presente ante la desgarradora primera derrota de su amiga había sido suficiente para convencerla.

“Tu tio… ¿tiene alguna idea que eres una HiME de nuevo?”
97
One-Shot Project / Re: Harry Potter AU | Chapter 1: Anything off the trolley, dears?
« Last post by Puri on November 30, 2023, 06:04:30 PM »
Este año todo, absolutamente TODO, estaba yendo mal.

Primero estaba el asunto de Cedric Diggory, quien aparentemente había decidido empezar a salir con Cho Chang en algún momento del verano. No solo era el más apuesto de su casa ¡pero de todo el colegio! Lo cual le parecía una verdadera tragedia para ella, para toda la población femenina de Hogwarts, y para la humanidad.

Segundo, estaba el asunto de Viktor Krum. Apenas pudo estar de luto unos cuantos días por lo de Cedric cuando el mejor jugador de Quidditch de la copa del mundo había aparecido en Hogwarts. Ya había empezado a soñar con su vida juntos y sus tres hijos cuando la tragedia atacó nuevamente, aunque esta vez apareció en la forma de Hermione Granger. La joven parecía hacerse la loca, pero todos en el castillo podían ver claramente que Viktor había sido flechado por ella. No solo la seguía desesperadamente por todo el castillo desde que llegó, sino que intentaba hacerle el habla y apenas le hacía caso siquiera a las personas de su propio colegio.

Tercero, dejando finalmente de lado su desdichado corazón, estaba todo el tema de Charles y Sayaka. Desde que había llegado a Hogwarts en su primer año, Sayaka y Charles eran un ítem que iban pegados a la cadera y sólo se separaban para ir a sus clases. Si bien había una diferencia de edad, ambos habían congeniado desde el primer momento y tenían una de las mejores amistades del mundo… Si dejabas de lado el hecho de que la pobre de Sayaka había tenido que tragarse su enamoramiento tiempo atrás, claro está. Y que Charles fingía demencia sobre el tema, también. Pero algo había tenido que haber pasado para que Charles le hubiera dejado de contestar durante el verano. Y a pesar de que su amiga juraba y re-juraba que no había dicho nada malo (o nada respecto a su crush), estaba muy sospechoso todo el tema. El mayor problema, sin embargo, no era la falta de chisme, sino que Sayaka estaba de pésimo humor por la situación y ya no tenía a Charles para que le ayudara revisando sus tareas cuando más lo necesitaba. ¿¡Es que acaso no veían cómo era ella la que terminaba sufriendo por culpa de ambos!?

Cuarto, estaba la clase de pociones. Y en un impactante giro de los acontecimientos, no, no era culpa del profesor Snape. O bueno, en realidad sí, en gran parte, pero él no fue el que empezó esta vez, sino la sabandija de Lucerys. Así es, el desgraciado un día se desvaneció por completo de la faz de la tierra y ni siquiera Sayaka tenía idea de dónde estaba. ¿¡Cómo rayos se suponia que iba a pasar esa clase si su compañero había desertado!? Pero claro, eso no era culpa de Snape, quien ni siquiera pudo evitar sonreír al verla rogar por clemencia antes de negársela. Así que así se encontraba, sola en el olvido.

Como si todo lo anterior no fuera de por sí suficiente, ahora había surgido un nuevo problema. Realmente la cereza sobre el pastel. La estocada final. El–


“Buenos días, señorita min-pao.”


Se contuvo de matarlo solo porque le tenía más miedo a volver a ser castigada por Filch con tener que limpiar su despacho sin magia (otra vez).


“¡USAGIi!” Le gritó. “¡U-SA-GI! ¿¡O acaso no les enseñan ni a hablar en Beauxbatons!?”


El chico simplemente se echó a reír y se fue del sitio, dejándola con una rabia enorme.

Último año de Beauxbatons. Alto, cabello negro, facciones delicadas y cuerpo musculoso pero esbelto. Uno de los chicos más guapos que había visto en toda su vida. Y también el mayor desgraciado que le había tocado conocer.

Mamoru Chiba.
98
SeeDs in the Garden / Re: SeeDs in the Garden – revival
« Last post by Airin on November 30, 2023, 05:59:58 PM »
Más gente! Iconos otro día porque no tengo fotos de loros(?) :_D Ain't nobody mess with Django, call me Django



 




—¿Estás segura de que puedes hacerlo? ¿Tú sola?

La mujer ladeó la cabeza haciendo que sus rizos rubios bailasen bajo la gorra.

—Si no estás de acuerdo con los plazos o el presupuesto estás en tu derecho de llevar el coche a otro taller y que busquen recambios, no tengo ningún problema por que quieras pensártelo.— dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa amistosa y señalando uno de los carteles que colgaban de la columna junto a la puerta.— Ya sabes cuáles son mis precios.

El tipo rezongó entre dientes, recogió los papeles del mostrador y salió como si estuviera perdonándole la existencia al universo.

—Bueno ya veremos.

—¡Cuidado con la rampa encanto! —avisó Cindy sin girarse a mirar media milésima de segundo antes de oír un gritito agudo, un ruido sordo pesado y una ristra de maldiciones.

El loro que hacía las veces de mascota del taller canturreó un estribillo de los que solía sonar en la radio con vocecilla aguda como si estuviera respondiendo con una burla. Cindy tampoco habría jurado que no era así, el condenado pollo de colores había entrado un día al taller como si el mundo fuese suyo, se había subido al mostrador y había robado una hoja de lechuga de su hamburguesa con todo el descaro delante de sus narices. Y cuando la rubia había agarrado al bicho con los guantes puestos y por lo tanto inmune a los picotazos, éste había tenido la desvergüenza de graznar “permisito~”.
Al final Cindy había consentido en dejarlo apropiarse del espacio porque verlo bailar y cantar con la radio era mejor entretenimiento que el circo, tenía mejores modales que la mitad de los clientes no habituales que entraban por la puerta, y cuando revoloteaba por los alrededores había cogido la costumbre de repetir la misma melodía cuando había visto policía rondando.
Varios comercios de alrededor ya sabían estar atentos cada vez que oían al loro del taller canturrear “Si quieres huir, huye, nadie se mete con Django, llámame Django”. Y efectivamente con ese nombre se había quedado.

—¡Django! —llamó Cindy con una arandela de metal en la mano. El loro ladeó la cabeza desde su percha imitando la misma forma en que lo hacía la rubia, observando la pieza brillante con ojillos curiosos.

—Guaaaaapa. —graznó el animal zalamero, emulando el sonido de un beso de abuela.— Mwaaah!

La mujer rió y lanzó el aro por los aires como si fuera un frisbee, y el pájaro se lanzó a toda prisa atrapando la pieza en pleno vuelo. No podía tener perros en el taller, pero la bola de plumas también sabía ser adorable a veces.

Se echó un trapo a la espalda y volvió a la motocicleta que había estado despiezando hasta hacía un rato. Por un lado no estaba segura de querer saber qué tipo de maltrato había recibido la pobre máquina para acabar en ese estado, por otro le quemaba la curiosidad de saber hasta qué condiciones podía resistir y todavía seguir funcionando. Porque ahí estaba la miga del asunto, sin demasiadas reparaciones aún podría salir a correr con ella. Era una belleza y una mala bestia a partes iguales.

Cindy se llevó las manos a su cinturón de herramientas y como si fuera un pistolero de los de las películas desenfundó una llave distinta con cada mano, haciéndolas rodar y dar la vuelta entera entre sus dedos, apuntando hacia la moto.

—Vamos a ver eso que gotea. —dijo estirando una pierna y enganchando la pata de una banqueta con el pie atrayéndola hacia ella.

Aflojó varias roscas con la llave de tubo y garabateó un diagrama en su libreta antes de desconectar varios cables de colores de función dudosa. Le pareció oír el eco de un gorgoteo y se paró a escuchar.

—Hm, aquí hay algo que no termina de… —por si acaso revisó otra vez que no hubiera contacto de ningún tipo y el paso del combustible estuviera completamente cortado.

Golpeó rítmicamente con los nudillos contra el metal del motor, prestando atención a las reverberaciones que podía percibir. Algo no sonaba como debía pero no tenía claro qué de todo era. Siguió desmontando partes con cuidado hasta que sin darse cuenta chocó la llave sin querer contra el tanque y volvió a escuchar el ruido que le intrigaba.

—¿Huh? —pegó de nuevo suavemente, pasando la mano por el metal hasta donde parecía que llegaba el nivel de combustible. Y lo repitió. El tono del eco que salía de la cámara no correspondía con el tamaño del tanque para la cantidad de líquido que supuestamente tenía dentro.— Qué demonios.

En un arranque de sospecha Cindy rascó la pieza con la punta de un destornillador, intentando levantar el transfer de vinilo que decoraba la carrocería de la moto. Consiguió despegar una esquina y haciendo fuerza estiró llevándose casi la mitad de la pegatina. Y ahí en medio había una hendidura que se extendía a lo largo de la parte inferior del tanque, como si hubiesen soldado una ampliación. Pero en vez de dar más capacidad al tanque y tapar la reparación, lo que habían hecho era ocultar dos cámaras separadas.

Nadie se mete con Django, llámame Django~ —oyó que canturreaba el loro de fondo.

Como una exhalación Cindy separó el tanque por completo, lo metió en su taquilla tras un carro de herramientas, y echó la toalla que colgaba de la puerta sobre el cuerpo de la moto.

—¡Buenos días guapa! —saludó un agente de la cuestionable ley asomándose a la puerta del taller.

—¡Hola encanto, que vaya bien el día! —respondió la rubia con una amplia sonrisa mientras barría.

¡Mwaah! —graznó el loro desde el mostrador meneando la cabeza arriba y abajo.


.
99
HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Cho on November 30, 2023, 05:07:23 PM »
110.10.







“!!!” Matsui se erizó y congeló repentinamente, pese a haber estado por atacar al key. De inmediato miró hacia el barco.
“…” Roxas apenas observó en esa dirección también, pero no había nada que fuera a llamar su atención, por lo cual volvió a mirar a su enemigo… para ver que este se puso a correr hacia ese medio de transporte. Una muy rápida revisión le hizo notar que no había señales de Cho o la otra HiME herida, por lo cual no tardó en entender lo que sucedía. “Tsk…”

No estaba de acuerdo con el ímpetu de las HiMEs de pretender acudir al barco en medio de una pelea como la presente, pero ello no significaba que las dejaría a su suerte. Corrió a todo dar para poder bloquear a ese Rebel anónimo, y lo logró justo antes que este fuera a impulsarse para subir de un gran salto.

“Tch… a un lado, Key,” siseó con hastío y emergencia.
“No me importa qué digas, no dejaré que les hagas daño,” Roxas se preparó para pelear.
“…” ‘es una emergencia’ no, hablar no tenía sentido alguno, ya se había rendido a dialogar con la fuerza hace ya mucho tiempo. Decidió retornar a su ataque anterior, y cuando su espada chocó con las armas de su oponente, repentinamente dejó de poner resistencia y se lanzó al menor para darle un ataque con sus garras.
“¡…!” Roxas se impresionó. Ese Rebel logró rasgarle parte de su pecho, a cambio de recibir heridas considerables en sus costados producto de las Keyblades. El Key no supo ni qué pensar. Ni un suicida haría una acción tan auto degradante a cambio de un raspón superficial… cuando entonces lo sintió.

Su cuerpo se paralizó y Roxas hizo un esfuerzo sobrehumano para quedarse arrodillado en el piso con sus brazos sujetos a una presión indescriptible. Era como si una gravedad envolvente buscara implosionarle. Incluso sus costillas no querían expandirse al respirar.

A cierta distancia, Ootakemaru detectó esa acción de Matsui que acababa de prohibirle, pero al verle adentrarse en el barco a toda carrera supo que algo serio estaba ocurriendo. Debido a ello, también fue hacia la estructura.

“¡Espera un momento!” Suzuka se confundió al verle abandonar sus ataques y le siguió.
“Tch… qué demonios…” ni bien el incógnito ingresó al barco, ese raro hechizo se deshizo y Roxas pudo ponerse de pie, todavía en plena recuperación de su movilidad. No tenía tiempo para analizarlo, así que se alistó para saltar y seguir el paso al otro… pero esta vez él fue el interrumpido ya que Izuru apareció frente a él. “¡Demonios!”
“Tú pareces un verdadero inconveniente, a diferencia de las HiMEs,” sentenció el inmutable Rebel, mirándole desde arriba. “Por eso no puedes ingresar…”
“Tch, hagan lo que quieran son su barco, ¡yo sólo busco a mi hermana!” exclamó, con ambas keyblades a sus costados.
“Me parece que algo serio ocurre, ¿no es así?” preguntó Komaeda, quien también apareció a un poco de distancia del par. Se confundió al notar al Key mirarle con profundo odio. “Oh, no pretendo nada con mis palabras. Sólo comento. Pero es verdad que como su Rebel debería estar detrás de lo que hace.”
“Has resultado inútil esta noche,” Izuru cerró sus ojos.
“Eh…” la sonrisa de Komaeda se borró y se consternó considerablemente. “Si Kamukura-kun lo dice, tiene mucha razón. Soy realmente una escoria. Así que sí, ya no debo serlo…”
“¡No te atrevas a nada!” exclamó Roxas, pero vio con gran frustración a ese peliblanco Rebel teletransportarse y desaparecer. Seguramente ya estaba en medio del barco.
“Heh, es bueno saber que sí nos puedes ser de ayuda, gracias por resguardar el barco,” dijo Ootakemaru a Izuru. Este preparó su arma. “Lo lamento, Key, pero nos toca meternos en tu camino. Es como funciona este juego.”
“¡No es un juego para nosotros, Ootakemaru!” Suzuka le llamó la atención en lo que corría para darle el alcance.
“Pero lo es, por el poco sentido que hace,” Ootakemaru invocó una pared de electricidad que se alzó y cubrió el lado del barco que estaba detrás de él e Izuru. Sonrió malignamente. “Si quieren pasar, tendrán que derrotarme primero. Ya no se trata de burlarnos. Ustedes no pueden atravesar la electricidad sin pagarlo con sus vidas…”
“Tsk…” Roxas se quedó en shock. Tremendo poder que ese Rebel de cuernos demostraba. Si se daba el lujo de un uso de su elemento tan fuerte como aquel y continuaba con energías para pelear, no lidiaban con cualquier secuaz de Rizembool.

Mientras tanto, Youmu acompañaba a Reimu y las kouhais hacia la salida.

“En verdad necesitan nuestra ayuda,” insistió Tsubasa. “Hanajima-san y yo podemos controlar la electricidad.”
“No creo que a esta escala, ni entre las dos,” observó Reimu, seriamente.
“Definitivamente no. No lo he probado, pero es una verdad indiscutible,” Saki asintió. “El hecho de sentirnos responsables por controlar el elemento podría matarnos más rápidamente, Tsubasa. No pierdas el cuidado.”
“Es que…”
“Tranquilas, yo veré si puedo hacer algo. Aprovecharé que los demás están ocupados peleando,” afirmó Youmu, quien dejó de correr cuando llevó a las otras tres al pasillo de salida. “Apresúrense en huir, no se olviden de reportar lo ocurrido de una vez.”
“Regreso ni bien las deje con Mamizou,” dijo Reimu y así, ella acompañó a las menores a huir al atravesar los portones del puerto.

Fue un alivio que Youmu no se concedió a celebrar. Corrió de regreso mientras pensaba qué hacer. Por más impresionante que la pared de electricidad fuera, el otro lado del barco no tenía la misma protección, pero imaginaba que no sería tan fácil burlar el poder de ese Rebel o la vigilia del otro que había entrado al barco. Se sentía atrapada en un dilema que no podía resolver por su cuenta, e imaginaba que la situación era incluso más incierta para Cho y la HiME peliazul.

Estaban lidiando con un caso imposible…

“…si ustedes fueran a salvar a esa rehén…” comenzó Sakuya, meditativa y apareciendo repentinamente a su costado.
“…” Youmu dejó de correr y se giró como resorte. La Princess no se dignó a encararla.
“¿Evacuarían cuanto antes?”
“Tú…” estaba contrariada. Tembló mínimamente. Hablaba con su enemiga… pero a la vez… tal vez alguien quien podría serle de ayuda.
“…” Sakuya pareció poder leer sus pensamientos, ya que la miró de reojo y formó una sonrisa corta en su expresión. “¿Qué dices, Konpaku-san? ¿Tendrás… un favor que pedirme?”
“…”







……

“¡AAAAAHHHHHHHH!” Cho gritaba a todo dar. Se había incorporado y tenía sus manos perfectamente planas, pero la caja sangrienta no se desprendía. Se había adherido como si fuera parte de su cuerpo.
“¿Q-qué… qué pasa…?” Tenshi se quedó en shock. No sólo era un susto por el comportamiento tan raro de esa sustancia roja misteriosa. Parecía hacerle algo a la otra HiME.
“¡Aruji!” Kashuu acudió donde su superior.

Cho continuó gritando aterrada e intentó sacudirse y golpear esa caja contra la pared para desprenderse, en vano. Su arma trató de tomar esa caja y quitársela, pero era imposible. Entonces, incluso Kashuu notó ese líquido tratar de atrapar sus manos y se sacudió, para nuevamente intentar auxiliar a la HiME.

“…” al ver el caos, Tenshi invocó su espada y atacó la caja, nuevamente en vano. Unas lianas líquidas atraparon su arma y empezaron a expandirse hacia ella misma, por lo cual se soltó y desapareció su arma. “¡¿Qué es esto?! ¡Oye, arma, ¿qué hacemos?!”
“Tch… ¡no sé qué es, pero… me dio un terrible miedo!” Kashuu continuó tratando de quitar esa caja con breves toques y golpes. “¡Aruji! ¡Invoca el fuego! ¡Trata de quemarlo!”
“K-Kashuu…” dio con un hilo de voz.

Entonces, Cho dejó de moverse y palideció al punto que se asemejaba a un cadáver. Cayó de rodillas al piso, y luego de costado al mismo. Esa caja que le quitaba su energía vital empezó a esparcir sus tentáculos líquidos por sus brazos.

“¡No, aruji! Tsk…” Kashuu también sintió una gran debilidad y colapsó en el suelo. “Aru…ji…”
“E-esperen…” Tenshi los observó aterrada. No sabía si quitarse a la rehén de encima. No parecía haber nada que pudiera hacer…

Y en ese momento, vio a su Rebel levitar a toda velocidad hacia ellos. Pensó en volver a invocar su arma, cuando lo vio agarrar esa caja y arrancarla de la peliceleste. A diferencia de los demás, su acción fue hecha con toda facilidad y los tentáculos retornaron al cubo. De todos modos, ello no revertió el daño hecho y Cho daba indicios de estar en un peligro mortal.

“T-tú…” Tenshi comenzó.
“…” Matsui dio un breve suspiro, y acto seguido, estampó a su HiME contra la pared con un antebrazo a todo dar.
“¡AHH!” de nuevo, la pobre rehén se le cayó al piso.
“Te di una advertencia, estúpida HiME. No te mentí al describir esa caja, si es que te molestaste en escucharme. ¡Estaba blindada por un buen motivo!”
“¿Qué… demonios es…?”
“Es un pedazo de un monstruo, uno que, al igual que yo, se alimenta de la sangre de sus víctimas, hasta que no queda nada más de ellas…”
“…” Tenshi miró a Cho. Vio que tenía varias heridas pequeñas en sus manos, las cuales ya no eran capaces de sangrar. Ello podría explicar por qué hasta su arma ya ni podía moverse. Tal vez estaba por perder su vida.
“…” luego de explicarse, Matsui soltó a Tenshi y caminó a la HiME desfalleciente. “…waka-sama no quiere complicaciones, así que no tengo de otra… si fueras tú sería otro cantar, pero no puedo dejar que muera aquí.”



“¿Perdón?” Komaeda se vio en shock, al recién llegar donde los presentes. “¿Dices que mi HiME está por morir? ¡E-esperen! ¿Qué pasó aquí?”
“Estaría muerta de haber llegado segundos después. Casi no tiene sangre en su organismo...”
“Aruji…” musitó Kashuu, boca abajo en el piso y apenas extendiendo un brazo a su HiME. Su mano comenzaba a volverse transparente.
“¡L-le puedo dar mi sangre si es necesario!” curiosamente, Komaeda se asustó como si se tratara de algún ser querido. “Ehh… mi sangre no debe ser buena para trasfusiones, pero…”
“Somos Rebels, la mataremos si le damos nuestra sangre. Igual… esta recuperación será difícil para ella…” dicho esto, Matsui levantó la rara caja, la cual levitó y comenzó a girar. Un halo de sangre empezó a ser expulsado de esta. “…le devolveré su sangre, pero ha sido contaminada, por lo cual no podrá pelear durante un tiempo…”
“…usted… ¿es capaz de controlar la sangre?” preguntó el Rebel peliblanco, sorprendido por esa extraña habilidad.
“Es un poco más complejo que eso…”

No fue necesaria la confirmación ya que la sangre expulsada ingresó a la HiME por esos huecos en sus palmas. Fueron unos segundos largos de silencio y finalmente pudieron ver que el color regresó a la piel de la peliceleste. Cho se mantuvo inconsciente, pero Kashuu fue capaz de levantarse e ir donde ella.

“Aruji, ¡aruji!” le agarró un cachete y la sacudió con cuidado. “¡Responde!”
“No esperes que ella esté bien luego de lo que le ocurrió,” explicó el Rebel incógnito, con una muy ligera impaciencia. “Como dije, su sangre está contaminada de la esencia del monstruo, así que sus atributos HiME sufrirán un tiempo. Eso debe incluirte a ti…”
“Tsk…” Kashuu le miró con recelo.
“Hazme caso y huyan, ya no pueden pelear.”
“Pero…” dijo Tenshi casi inaudible. No quería quedarse sola, pero ya sentía que le carcomía la consciencia. Había sido su idea y la había apurado a agarrar esa caja. Era cierto que su Rebel le había dado una advertencia, pero no lo había comprendido como tal…
“Oh, yo me encargo,” Komaeda sonrió y asintió voluntariosamente. “Sería una gran pérdida que mi HiME no pueda relucir su verdadero potencial, así que la sacaré del barco. La llevaré al lado donde no hay una pelea.”
“Haz lo que quieras. Es tu HiME así que, si la matas no podría importarme menos, sólo sácala del puerto primero,” el otro se desentendió. “Pero ya veo que ese no es tu parecer.”
“Le agradezco por ayudarla, senpai. Ehh… ¿cuál es su nombre?”
“No es importante…” dijo con una voz más hastiada. “No me distraigas más.”
“Entendido,” Komaeda terminó por agacharse al otro lado de Cho, frente a Kashuu.
“¡Oye, no te nos acerques!” exclamó este, a la defensiva. “¡No confío en ti!”
“Lamento que sea el caso, pero no tienes mucha opción ahora,” Komaeda tomó a Cho y a Kashuu de un brazo cada uno.
“¡Suéltame!” exclamó el arma, pero los tres se teletransportaron inmediatamente. Así, una vez más, era Tenshi versus su Rebel en ese mismo escenario.
“…” la peliazul tenía grandes nervios. Algo le decía que no podía confiar en las órdenes que su Rebel había recibido de no matarla.
“Es una pena que no seas tú quien pague las consecuencias de tus acciones… ya anhelo más el día en el cual dejes de respirar…” Matsui se giró hacia ella. “…comienzo a creer que realmente te lo mereces…”
“Tch, cállate…” su nivel de frustración y terror por lo recién visto, sumado a esas palabras, le generaron unas lágrimas en los ojos. Esa pesadilla no podía terminar demasiado pronto.
“¿Qué debería hacer contigo ahora, si no puedo sacarte de tu miseria…?” meditó en lo que apoyaba la caja de sangre encima de la cama ahora vacía de la rehén.
“Tsk…” Tenshi retrocedió un paso. No sabía qué hacer…



De repente, un par de impactos aéreos ingresaron al cuarto, los cuales forzaron a Matsui a saltar a otro rincón. Youmu se abrió paso con ambas espadas.

“…” esta se veía incómoda, pero determinada a pelear. Sabía que ni podía preguntar por Cho, no era el tiempo de hablar. “¡Tú, saca a la rehén, te cubriré!”
“¡S-sí!” se sintió salvada por la campana, y retornó a su estado mental de procurar el rescate por encima de todo lo demás. No podía ni imaginar qué sería de la otra HiME herida, pero no debía ocupar sus pensamientos en eso. Tenía una nueva oportunidad de lograr con el cometido de la noche y esta vez no lo echaría a perder.

La cargó pese al dolor que se había olvidado que tenía y huyó en lo que la otra HiME sorteaba los rápidos ataques de su Rebel. Felizmente esa HiME sí tenía la agilidad para mantenerle pelea a su monstruoso enemigo.





“Tch…” Roxas agarraba uno de sus brazos con su mano opuesta, adolorido.
“¿Estás bien?” preguntó Suzuka a su costado.
“Fue un mal momento para perder mis poderes Key…” miró a la única Keyblade que usaba. “Al menos parecen haber regresado, pero los siento con menor potencia.”
“…” la HiME asintió. Ese chico de la nada cayó luego de un gran salto sin la agilidad ni resistencia propias de una persona con magia, y tuvo que caer rodando para amortiguar su caída, lo cual de todos modos le causó daños.
“Cho… algo debe haberle pasado…” apretó los dientes con impotencia.



“Retira tu barrera…” dijo Izuru.
“¿Hm?” Ootakemaru le miró de reojo.
“Es un desperdicio de tu magia, percibo que comienza a cansarte,” cerró sus ojos. “Siento a mi HiME dentro del barco. Ya no hay punto de contenerlos.”
“Ahh, qué pesado…” pese a las noticias, Ootakemaru sonrió con gracia. “Podría jurar que la vi huir con las otras HiMEs. Veo que son como cucarachas…”

Roxas y Suzuka se sorprendieron al ver la electricidad ceder y desaparecer. El par de Rebels frente a ellos se mantuvieron encarándoles inmutados hasta que Ootakemaru dio un paso adelante.

“Heh, ¿quién diría que una HiME encontraría cómo entrar?” comentó como una inocente curiosidad. “Tendremos que mover la pelea al mismo barco, ¿no les parece?”
“Tsk,” Suzuka se alistó. “No puedo dejarte entrar.”
“Claro, distráeme, no olvides a mi subordinado. Él podría nuevamente ignorarme y matarlas a todas adentro, ¿no lo crees?” sonrió malignamente.
“…” Izuru le miró de reojo. Era una obvia provocación para manipularlos en acatar su plan.
“Miserable…” Roxas cayó sin contemplaciones y saltó para trepar hacia el barco, ahora sin que Rebels se metieran en su camino.
“¡Espera!” Suzuka se asustó, aunque al ver al par de Rebels seguir al Key, sabía que ya no había vuelta atrás. Pese a temer que las HiMEs fueran atacadas por ese par de enemigos fuertes, a su vez realmente quería darles el alcance. No le tocaba de otra que ir detrás de ellos.




“…”

Su cuerpo estaba entumecido, sus sentidos perdidos, su noción de los alrededores inexistente. Ni podía sentirse mareada por la desorientación. Fue un lento despertar y resurgimiento a la consciencia. Abrió sus ojos y su visión borrosa le hizo detectar luz y formas que no podía discernir correctamente. Luego, comenzó un eco, una voz conocida, quien le llamó insistentemente, hasta que por fin pudo comprender lo que decía, y quién era.

“…ruji… ¡Aruji!” Kashuu miraba a su ama, quien descansaba en su regazo. Él se encontraba sumamente preocupado, aunque a la vez atento por verla finalmente despertar.
“Eh…” Cho se sintió perdida, e instintivamente extendió una mano hacia arriba, la cual fue tomada por su acompañante.
“Aruji… qué alivio…” este llevó la mano de su superior a su mejilla y dejó correr un par de lágrimas de sus ojos.
“…” se encontraba derrotada, pero no sentía dolor ni angustia. Más bien, la severa falta de sus sentidos y perpetua perdición le resultaba incomprensible. De todos modos, un poco de extrañeza y alarma se generó en su pecho al ver a su Rebel mirarle de arriba.
“Ahh, has despertado, me alegro mucho,” confesó este, amenamente. “Por un momento pensé que te íbamos a perder.”
“E…espera…” Cho quiso sentarse, aunque un mareo la regresó a estar recostada.
“Aruji, no te muevas aún, quédate quieta,” dijo Kashuu, alarmado.
“Pero…”
“Es posible que no recuerdes lo que pasó ahora. Yo tampoco lo sé bien, pero comprendo que un extraño objeto extrajo tu sangre y casi te desangra completamente,” explicó el peliblanco, con una mano en su mentón. “El Rebel que oculta tu rostro es quien pudo regresarte tu sangre y te salvó la vida, pero dijo que no te recuperarías muy rápidamente.”
“…” la HiME lo oyó, pero continuó aturdida. Sentía que había un amplio hueco desde que estuvo batallando contra el orphan y acudieron al muelle hasta el presente.
“Aunque ya te has recuperado bastante para recobrar el conocimiento a pesar del riesgo mortal que tuviste,” Komaeda se alegró. “Puedo ver el potencial que realmente posees. Confío en que sobrepasarás la evaluación del otro Rebel.”
“Yo… ¿casi morí?” preguntó.

Ese sentimiento de estar soñando empezaba a desvanecerse. En poco tiempo pudo identificar las fuertes luces blancas y frías del techo de ese muelle cerrado, además del enorme barco que estaba a espaldas de su arma. Frunció el ceño y le vino a la mente una andada rápida por los angostos pasillos de ese navío, hasta que llegó a ese cuarto tecnológico… y finalmente, visualizó una caja mojada en sangre, la cual había agarrado…

“¡IHHH!” fue un recuerdo que vino con un indescriptible dolor y un repentino terror que estremeció su cuerpo. Cho se sacudió y posicionó su mano en su frente. Oyó un grito dentro de su mente, uno desgarrador de algún ser que era tanto víctima como victimario y que por poco y paralizaba los latidos de su corazón.
“¡A-aruji, ¿qué ocurre?!” Kashuu se preocupó.
“Ihh… n-no, no es nada…” dijo con los ojos firmemente cerrados, con una expresión de dolor. Ese raro grito que nunca realmente había oído antes hacía débiles ecos en su cabeza.
“Aruji…” le miró con reproche. “No eres la mejor mintiendo y lo sabes. Puedes decirme lo que sientes, no debe haber sido fácil pasar por lo que pasaste.”
“…lo haré, pero no ahora. Sólo… necesito recobrarme un poco…” finalmente, volvió a abrir sus ojos. Al menos ese susto había servido para despertarse del todo. Sonrió apenada. “Gracias por estar aquí, Kashuu.”
“No lo menciones, por supuesto que lo estoy, aruji,” dijo atento y todavía frustrado. Aun así, se le vio aliviado y quizás algo avergonzado luego del agradecimiento.
“Sí, pienso que lo mejor es que te recobres. Como el Rebel senpai dijo, ya no podrás pelear por hoy, así que… yo también tendré que retirarme,” concluyó Komaeda.
“¿Eh?” Cho finalmente se sentó sobre el piso a manera de reaccionar a sus palabras. Ello le costó algo de mareos, pero su arma le agarró para evitar que precipitara a un costado.
“Sin necesidad de ir a más detalles, fui dicho de ayudar aquí hoy para detenerte a ti específicamente, ya que eres mi HiME. Pues, pienso que lo mejor es que ya no participes en lo que ocurre, y si te mantienes fuera del asunto, yo también lo haré,” sonrió con leve pena. “Es una lástima que haya sido un día difícil, pero a su vez, nos ha dado mucho que pensar, y pienso que las penurias nos servirán para continuar con nuestro crecimiento como la esperanza de nuestros respectivos bandos. Espero que así sea.”
“Tch, no sigas con tus disparates,” se quejó Kashuu, mirándole con recelo. “Aruji no tiene por qué atenderte ahora.”
“Quisiera ayudarlos más, pero pienso que sería incorrecto de mí brindarte demasiado apoyo. Como una HiME, espero que puedas ahora buscar un refugio o un escape. La pelea todavía no alcanza este lado del muelle, así que sugiero que se vayan cuanto antes,” Komaeda alzó su mirada hacia el gran barco. “Oyo que pronto vendrán. Pues bien, nos vemos.”

No se hizo más explicaciones y desapareció, una vez más demostrando que vivía dentro de su cabeza. Con su ida, Cho miró hacia ese barco. Podía oír una batalla que debía estar ocurriendo en la cubierta, en medio de esos grandes contenedores que estaban organizados como torres. Veía que parte de la carga estaba golpeada y desencajada. Por la arena que cubría varias partes, tal vez Tenshi había peleado ahí previamente…

“Aruji, pese a lo demente que es, tu Rebel tiene razón, tenemos que huir,” dijo Kashuu.
“Pero… Roxas, las chicas…”
“Ellas entenderían si supieran lo que pasó. Igual tu hermano. ¿Puedes levantarte?”
“C-creo que sí…” Cho intentó ponerse de pie, aunque casi se cae para atrás al momento de impulsarse para apoyarse sobre sus dos pies. Nuevamente, Kashuu la sostuvo.
“Si te resulta difícil, puedo cargarte.”
“E-estoy bien, en serio,” Cho negó repetidamente. Era algo vergonzoso y tampoco quería apoyarse tanto en su arma. Quería quedarse a pelear, pero además de realmente necesitar un descanso, dudaba ser más que estorbo a esas alturas.

Se apoyó de su arma, pero no pudieron avanzar sin oír un gran impacto en la cima del barco, producto de alguna pelea. Vieron los contenedores sacudirse y deslizarse un poco. Un segundo golpe no tardó en venir, y esta vez, el impacto fue tan fuerte que esas enormes latas terminaron por impulsarse fuera del barco y desplomarse en dirección hacia ellos.

No había tiempo para correr. Aun así, Kashuu agarró la muñeca de su aruji y pretendió jalarla para intentarlo. Sin embargo, Cho tuvo otra idea.

“¿Aruji?” este se sorprendió al notar que la peliceleste ponía resistencia. Entonces, pudo sentir que estaba por convertirse en arma. “¡Espera, aruji!”
“…” Cho lo empuñó y, acto seguido, lanzó su espada con todas sus fuerzas a un costado, a manera de salvarle. El área del derrumbe era extensa, pero vio con alivio que su fiel ayudante pudo caer y deslizarse fuera de la misma, poco antes que el derrumbe apagara la luz sobre su cabeza…

El susto de la incertidumbre y el sentimiento que estaba pronto a morir, aparte de su sobreesfuerzo en esa única acción le regresaron ese profundo cansancio de antes. Si tan solo podía volver a sentir la misma desconexión para apagar el miedo que sentía…



Kashuu resurgió como humano el instante en el cual la estruendosa y gigante avalancha barrió con todo frente a él, con su aruji perdiéndose en medio de la lluvia de arena que se adelantó a la caída de la carga. Él se cubrió con un brazo ante el derrumbe ensordecedor y ni bien este terminó y la tierra empezó a asentarse, se levantó de inmediato.

Miró de lado a otro, pero no había movimiento. Su corazón latía a mil. El simple hecho que él seguía intacto y capaz de moverse indicaba que, milagrosamente, su aruji seguía con vida, pero si no se apuraba, ello podría cambiar. Corrió para ver si podía sacar un pedazo de lata y abrirse camino, pero su movimiento causó un pequeño derrumbe por el cual tuvo que saltar hacia atrás y volver a pensar qué hacer. No tenía ninguna habilidad ni ayuda para pretender salvarla…

“¡Aruji!” una vez más, le quedó llamarla, así al menos buscaba certeza de que se encontraba bien, pero no oyó respuesta. Sólo le quedó continuar mientras bordaba el desastre.





“Heh…” Ootakemaru estaba de pie sobre la cubierta del barco, luego de haber esquivado el enorme proyectil responsable de lo ocurrido. “Vas a terminar matando a alguien si sigues peleando así, Suzuka.”
“Tsk…” ya había realizado varios ataques similares fuera del recinto, y sus energías se acababan. Respiraba profundamente en lo que pensaba qué más podría hacer, cuando entonces su arma comenzó a desmaterializarse.
“Hm…” Norimune volvió a aparecer al costado de su HiME. Se le notaba serio y pensativo. “Habrá sido dicho como una broma, pero tu Rebel puede tener razón, Suzuka.”
“Norimune, ¿qué sucede?” ella se confundió por su repentina aparición.
“Me parece oír al pobre bouzu gritando torturado por su HiME…”
“¿Eh?”
“¿En serio?” ello hizo que Ootakemaru entrecerrara los ojos con fastidio. “Que conste que yo no quería que nadie muriera hoy.”
“…” preocupada, la HiME se olvidó de su enemigo para correr hacia el lado donde habían caído todos los contenedores.



Mientras tanto, Tenshi avanzaba lo más rápido que podía en lo que cargaba a la chica inconsciente. Entonces, vio al Key de antes dar la vuelta a la esquina y correr hacia ella.

“¡Oye!” Roxas se sorprendió. “¿Dónde está Cho?”
“Eh, pues, nos separamos,” contestó incómoda. No podía ni ponerse a explicar lo ocurrido. Seguramente era el Key de la peliceleste. “Debe estar afuera, ayúdame con la rehén.”
“¿Cómo que se separaron? ¿Algo ocurrió?”
“N-no hay tiempo de explicar, seguro que la encontramos afuera.”
“…no te oyes muy segura,” Roxas frunció el ceño y miró detrás de la chica. Tenshi se tensó y continuó corriendo un poco más, pero se detuvo al notar al otro no unírsele.
“En serio que no está para allá, ¡por favor ven conmigo!”
“Dime qué sucedió primero,” el rubio tenía mala espina. Esa HiME no le inspiraba confianza por su forma de actuar.
“Ehh, es que…” ella rechinó los dientes. Realmente no tenía derecho de insistirle. Desvió su mirada. “Pues, su Rebel apareció y se la llevó. Dijo que irían al otro lado del barco…”
“¡¿Perdón?!” se quedó en shock, apretó sus puños y de inmediato corrió de regreso hacia afuera.
“¡Ahh, no me dejes!” la peliazul de inmediato se apresuró. “¡No puedo correr muy rápido!”

Sin embargo, ellos no pudieron avanzar mucho ya que Izuru apareció frente a ellos.

“…” este les miró en lo que Roxas se mantuvo atento e invocó una Keyblade.
“Tsk, ¡a un lado!” le gritó.
“Ella debe ser parte de la carga…” observó a la inconsciente en el hombro de la HiME. “No pueden llevársela.”
“…” Tenshi se estremeció al oír un ruido a sus espaldas. Se giró. No veía a Youmu o el misterioso Rebel, pero el sonido le dejaba saber que estaban acercándose. Nuevamente, el rescate iba a ser entorpecido por una pelea…




Fue como si su deseo se hubiera hecho realidad. Al estar frente a la avalancha, volvió a perder sus sentidos. Igualmente, recobró dicho terror producto de aquella caja que por poco y la consume, junto con ese extraño grito agudo y desgarrador que saturó por completo su mente. Era una pesadilla despierta que regresaba ante cada instante de debilidad y miedo, semejante al descontrol de su capacidad. Sin embargo, Cho no evitaba pensar que, a diferencia de esta, lo ocurrido con el artefacto de Rizembool se asemejaba más a una invasión o ‘posesión’, como si ese grito desconocido pero reincidente fuera el de otra persona introducida dentro de ella…

“Te estás demorando en reaccionar, pese a la ausencia de peligro…” comentó una voz misteriosa, pero familiar a la vez. Este rió un poco. “Ah, claro… ahora también portas con la aflicción de ese fragmento que tocaste… es una lástima…”
“¡¿Eh?!” al apenas reconocerle, toda su confusión se apagó como con un balde de agua helada. Cho estaba arrodillada en el piso del muelle, a un rincón del ambiente y lejos de donde había ocurrido el derrumbe, el cual podía todavía ver. Ella flaqueó y se esforzó para ponerse de pie y mirar a ese exRebel a su costado, al cual posiblemente le debía la vida. “T-tú…”
“No me malinterpretes, Cho Tanaka, te salvé porque puedes servirme de entretenimiento a futuro,” Shinkouhyou se encogió de hombros sin borrar su burlesca sonrisa. “Luego de una larga temporada donde tu existencia fue superflua, puede que esta vez seas más relevante. Ocurrió una pista muy importante de ello en tu pelea previa a tu llegada a este recinto. Por más que no lo sepas aún, espero que hayas tomado nota de aquello.”
“…” le miró perdida y perpleja. Por supuesto que ese extraño ser observaba todo, como siempre lo había hecho. Con pelea… ¿se refería a la que tuvo contra ese orphan?
“Sinceramente…” negó y dio un suspiro. Miró hacia el derrumbe. Aquella HiME y Rebel que habían peleado en el barco acababan de llegar para buscar a un fantasma entre los escombros. “Sólo un Rebel que estuvo presente sabe a lo que me refiero. Por supuesto, aquel espécimen de mi antiguo maestro es superior a todos los demás.”
“…” pretender entenderle siempre le había resultado inútil, pero el segundo detalle podía ser de importancia. “Un espécimen de tu maestro…” lo pensó un poco. “¿Acaso… el Rebel de Youmu es resultado de un experimento del doctor Hojo?”
“Pienso que no es necesario caer en redundancias, Cho Tanaka…” nuevamente, Shinkouhyou se encogió de hombros y se mostró cansado y algo frustrado. “Lo que es obvio no se pregunta.”
“Eh…” sin duda se encontraba en otro nivel con respecto al conocimiento de la guerra, lo cual era entendible al comprender lo fuerte y sabia que era esa persona.
“Aun así, el crédito de la evolución de un don nadie a lo que es Izuru Kamukura recae en el último aprendiz. Mi kouhai ha demostrado ser valioso, a pesar de sus circunstancias…”
“¿H-Hay más aprendices de aquel señor?” Cho se asustó.
“Es cuestión de lógica,” nuevamente se vio cansado. “Como alguien quien siguió el camino de poder a diferencia de convertirme en un científico, te aseguro que, de haber sido el único aprendiz de mi maestro, aquel doctor lo habría considerado un severo ataque a su ego. Él fue responsable de una rama de científicos de Rizembool, y algunos de ellos continúan vivos e inmiscuidos en esta guerra,” sonrió malignamente y le miró de costado. “¿O es que acaso pensaste que su legado murió con él tres años atrás?”
“…” por supuesto que no lo haría, pero tampoco pensó que seguiría tan vivo.
“Aunque… si te sirve de consuelo…” Shinkouhyou vio a un grupo rodear los escombros y hacerse vistos.
“…” Cho vio a Kashuu consternado. Quería ir donde él, pero presentía que debía prestar atención a lo que ese exRebel le decía.
“Al igual que yo, cada una de esas personas sigue su propia voluntad y caprichos. Es cuestión de ellos utilizar el talento sembrado y cultivado por mi maestro para fines remotamente relevantes para HiMEs como tú… para bien o para mal…”
“…” Cho le vio darse media vuelta para marcharse. Antes de pasar por su costado, ese peliblanco le agarró de un hombro y le susurró.
“…y por ello mismo te sugiero que reúnas a tus aliados y se retiren inmediatamente…” dijo en susurros crueles. “…las consecuencias de no hacerlo a tiempo no tienen precedentes, aunque tal vez ya sea demasiado tarde…”
“¡…!” esas palabras le congelaron la sangre. Aquella persona de inmediato desapareció y Cho fue hacia los demás.



“No, párala, no seas brusca…” Ootakemaru agarró el brazo de Suzuka, impaciente, como si le reclamara a una niña malcriada. “Te digo que si usas la fuerza sin pensarlo, causarás otro derrumbe que bien podría matarla. Ser rescatista requiere más que levantar cosas pesadas.”
“¿Pues tienes otra idea?” la HiME se zafó, molesta. “Si la dejamos ahí sería peor.”
“Al menos ponte a estudiar lo que quieres levantar. Eso que estabas por mover está soportando otras piezas. No seas densa.”
“Tch…” rechinó los dientes. Había hecho un buen punto. “¿Entonces qué se supone que haga?”
“Fufu…” a una corta distancia, Norimune rió disimuladamente detrás de su abanico abierto. “Qué pena me da, si no fuera Rebel, este joven podría ser un buen amigo de mi hija~” no llegó a disfrutarlo más ya que Kashuu le agarró de la camisa con ambas manos.
“…si sigues dándole tan poca importancia, juro que te mataré, kuso jiji…” reclamó temblando de ira. “Aruji está peleando por su vida.”
“Oh, pero tu agarre es muy fuerte. De realmente estar en peligro, lo podríamos ver en tu propio estado de salud, y te veo de maravilla.”
“¡Maldición, cállate!” le sacudió. “¡No lo sabremos hasta no dar con mi aruji!”
“¿Hm?” este miró a un costado. “Hablando de la misma…”
“…” Cho les miraba con cierta confusión. Era como si la pelea se hubiera dejado de lado para tener al Rebel dispuesto a ayudar con el derrumbe. Por más raro que fuera, la imagen le inspiró un alivio muy necesitado.
“¡Aruji!” Kashuu soltó a Norimune (y a su vez lo empujó al punto que el otro casi se cae de espaldas) para acudir donde la peliceleste. “¿Estás bien?”
“Sí, eh… pues… Shinkouhyou me rescató, por algún motivo,” dijo perdidamente.
“¿Eh?” Ootakemaru alzó una ceja. “¿Y qué hace ese chiflado por aquí? Sin duda, se andará divirtiendo con el caos…”
“Cho,” Suzuka también fue donde ella. “Menos mal, siento mucho el descuido…”
“Eh, no, está bien, realmente no había forma de saber que esto ocurriría…”
“Creo que todos nos alegramos de verte bien. Sin embargo…” Norimune le miró con un muy ligero juicio. “Tú y bouzu son un equipo, y me da la impresión que no le hiciste partícipe en tu acción. Él pobre ha estado desfallecido buscándote.”
“S-sí, sólo pensé en protegerle al no poder salvarme yo misma…” Cho asintió, incómoda. “Lo lamento, Kashuu.”
“Aruji…” Kashuu tensó sus labios. Este se ahorró una llamada de atención, pero si se mostró decidido a contestarle. “Aprecio la ayuda, pero no te olvides que, como tu arma, yo puedo regenerarme con tu magia. En estos casos, debería ser yo quien te expulse del peligro,” este bajó su mirada, con remordimiento. “Estuve pensando que, de haber sido yo quien hubiera tomado esa caja roja, tú hubieras podido desconectarme mucho más fácilmente de esta y no habrías estado en tanto peligro.”
“…” Norimune alzó sus cejas ante esa nueva información.
“¿Caja roja? ¿De qué hablas?”
“Oye, espera,” Ootakemaru se sorprendió y miró a Cho con alarma. “¿Dices que agarraste ese cubo que estamos transportando? ¿Cómo puedes estar de pie ahora?”
“Eh… pues…” Cho se intimidó ante la apariencia de ese Rebel.
“Supongo le debes la vida a mi secuaz, nadie más pudo haberte ayudado,” este mismo se resignó a contestar su propia pregunta y se rascó la nuca. “Como sea, debes continuar afligida por ello, así que márchate.”
“Aruji, siento decirlo, pero el Rebel tiene razón,” Kashuu asintió. “Tengo que ponerte a salvo.”
“‘siento decirlo’…” el susodicho rodó los ojos. Esos elitistas de Hanasaki nunca pararían de ser tan arrogantes por más que lidiaran con la razón…
“Senpai…” Cho miró a Suzuka.
“Sabes que no tienes que llamarme así,” esta se incomodó un poco.
“Shinkouhyou me dijo que tenemos que irnos, que… van a haber consecuencias severas si no lo hacemos, unas que no tienen precedentes…” informó, no muy segura de sus palabras. “No sé qué habrá querido decir, pero debemos tomarle seriamente.”
“Cho…” la mayor se puso a pensar, intrigada.
“No sé si usted lo conoce, pero…”
“Sí, lo he visto antes, entiendo que no habla por hablar, por más esquivo que sea,” Suzuka apretó los labios. Consecuencias les esperaban, su permanencia ahí sólo podía hacer que las cosas se empeoraran, ello estaba por sentado. No podía imaginarse qué se sumaría a ello. Miró al barco. “Yo tampoco quiero prolongarlo más. Tenemos que ir por los demás adentro. Tu hermano fue a buscarte en el interior, pero ya no entres al barco. Yo me encargo.”
“Eh…” asintió mínimamente. Cho temía que sus palabras, por más que hubieran sido oídas, no hayan cambiado la situación en lo absoluto. El rescate estaba en pie, los Rebels protegerían esa carga especial a como diera lugar… tal vez sí era demasiado tarde…

En eso, Norimune apenas alzó una palma en señal de despedida a los otros dos aliados, y regresó a la mano de Suzuka como su gran espada. La HiME de inmediato saltó y subió hacia el barco por la rampa que había improvisado con sus proyectiles. Ootakemaru fue detrás de ella, pero la peliblanca lanzó un proyectil debajo de sus pies que destruyeron la rampa y le desestabilizaron para hacer que se caiga. Dicha acción generó otro derrumbe más por el cual Cho y Kashuu tuvieron que lanzarse al piso para evadir.

“¡Maldición, bruta tenías que ser!” gritó Ootakemaru, iracundo al ver cómo su HiME casi entierra a su propia aliada por segunda vez en la noche. Este Rebel se impulsó entre los escombros para seguirle el paso.
“Nuevamente… ese Rebel tiene razón…” Kashuu se levantó, sacudió sus ropas, y ayudó a su aruji a ponerse de pie. “Comienzo a pensar que ese par de HiMEs no valían nuestro sacrificio.”
“…” Cho miró al barco con incertidumbre.




Lo que en un inicio había sido una vista intrigante y tranquila en medio de la oscuridad de la noche se había tornado monótono. Sin tener nada más distrayéndolo, Tsurumaru había sacado su celular y tomó asiento en un contenedor a la orilla del agua por donde se veía el exterior del muelle cerrado a distancia. Las peleas debían ocurrir en el interior, fuera de su percepción, lo cual, si bien resultaba lamentable para su curiosidad, a su vez era lo mejor.

Luego de curiosear sin atención algunas redes sociales, vio que acababa de recibir un mensaje por LINE. Era de Hotarumaru, quien le llamaba la atención porque había entregado su último trabajo incompleto a Ikari-sensei y ahora le tocaba a él y Nagisa reparar su error, puesto a que era importante tenerlo listo cuanto antes. El peliblanco sonrió entretenido y apenado. No podía ni pensar qué habría omitido, y decidió contestarle con la promesa de compensarle con algún dulce en otra ocasión. Sin embargo, antes de tener la posibilidad de escribirle aquello, el pequeño prodigio le escribió otro mensaje completamente diferente.

‘Oh, antes que se me olvide, Yukko y Mai-neechan me preguntaron hoy por ti, ya van varios días así, me parece que te extrañan así que me gustaría que nos busques en la universidad.’
“Haha…” no evitó reír y sonrió con ironía, pero a su vez con una pizca de alegría. Realmente tenía unos kouhais muy adorables por todos lados, quienes notaban su ausencia y esperaban verlo a pesar de dejar mucho que desear en ocasiones. Era cierto que el entorno de Rizembool se había vuelto un poco más interesante de lo usual y por ello mismo no había ido en busca de Hotarumaru y sus compañeras de clase. Le contestó con una breve disculpa y a su vez se aseguraría de reponerles su ausencia.

Guardó su celular y miró al cielo nocturno. Un senpai de gente como aquella… había momentos en los cuales casi se sentía como una persona normal y se creía parte del montón. Su presente realidad era una agradable y trivial que permitía ese parecer. Tsurumaru no evitaba preguntarse en ocasiones por cuánto más se mantendría ese ilusorio status quo…



Miró a un costado de manera instintiva, aunque con suma tranquilidad al momento de detectar otra persona que se le acercaba. Era un joven, fácilmente de la edad de sus kouhais. A simple vista no parecería nadie que fuera a llamar la atención de ninguna manera, aunque Tsurumaru podía reconocerlo de antes.

“Oh, qué sorpresa, nunca hubiera esperado verlo aquí,” Shiyoon se vio gratamente sorprendido y sonrió amenamente. “Quién diría que me toparía con el ilustre Tsurumaru-sama en persona.”
“¿‘Sama’?” el otro parpadeó perplejo y sonrió con gracia. “Haha, no, debo haberlo oído mal. Yo nunca ameritaría ese nivel de elogio.”
“¡No, es en serio, soy un gran fan!” dicho esto, el joven saltó y terminó sentado al costado del otro. De inmediato le extendió le ofreció una sacudida de manos. “Puedes llamarme Shiyoon, el gusto es mío.”
“Pues, si insistes,” el peliblanco se encogió de hombros y le correspondió el gesto. “Heh, eres bastante animado para andar dando rondas. ¿Qué te trae por aquí, Shiyoon?”
“Tuve un par de tareas sin importancias que hacer, pero, a decir verdad, soy un Rebel en reserva,” asintió en lo que se soltó del otro. Su sonrisa se contagió de incomodidad. “No sé cuánto puede ayudar un bueno para nada como yo, pero son órdenes del de arriba, así que lo que ocurre hoy es como una lección para mí.”
“No es una mala manera de tomártelo, al menos servirá de experiencia para todos,” se encogió de hombros, indistinto, y le miró con perspicacia. “Das la impresión de ser un verdadero novato y comprendo que lo confirmarías, aunque tu jefe no te escogería para cachuelos el día de hoy si te faltara el talento.”
“Eh, pienso que es muy amable con alguien como yo, Tsurumaru-sama,” se sorprendió.
“¡Hahaha!” este se rió. Pese a ello, Tsurumaru le miró con reproche. “Ahora deja de llamarme así que me vas a enfermar. Mi nombre no tiene honoríficos de naturaleza,” volvió a mirarle con una mínima intriga y una sonrisa que delataba que no se creería los cuentos del otro. “A diferencia de los múltiples subordinados sin nombre de mi antiguo jefe, no me fue difícil reconocerte. Aunque creo recordar que eras un pequeño callado y retraído cuando me fui.”
“Haha, sólo era algo tímido de niño,” este rió incómodo y se rascó la nuca. “Pero no debo haber hecho nada que pudiera llamarte la atención, Tsurumaru-san. ¿Cómo así me recuerdas?”
“¿Cómo no lo haría? En medio de la muchedumbre, son muy pocas las nagas. Solo eso te da valor ante tu jefe, y hace que gente como yo te preste una minucia de atención.”
“Uhh, naga…” para variar, Shiyoon borró su sonrisa y se vio torturado. “Ya me han llamado eso demasiadas veces hoy. Quisiera ser reconocido por otra cosa…”
“…” Tsurumaru le miró con curiosidad. Fue una reacción sincera de parte del otro, claramente un chico frustrado con su realidad a cierto nivel. Ello le llevó a extenderle simpatía. “Haha, ya, lo siento, lo siento,” dijo agitando una palma. “Sólo porque eres una naga no quiere decir que seas del mismo tipo que ese innombrable.”
“Lo imaginé como Voldemort por un instante, así que disculpa aceptada,” Shiyoon rio un poco.
“Por cierto…” el peliblanco miró a ese raro bulto blanco que el otro traía consigo debajo de uno de sus brazos. “¿Qué haces paseándote con un peluche?”
“¿Peluche dices? Hehe,” se alegraba que cierto orphan no estuviera despierto para oírlo. “Es sólo un orphan rebelde. Lo derroté y este se redujo a una pequeña forma kitsune. Le pasa esto cuando se queda sin energías.”
“¿Será tu subordinado como Rebel?”
“Pues no, más se asemeja a un animal exótico que el jefe tiene de mascota, y yo soy el encargado de cuidarlo por mis rápidos reflejos,” Shiyoon mantuvo su sonrisa, aunque dio un suspiro agotado. “Es una larga historia…”
“Ya, tomaré tu palabra,” no tenía por qué oír más del asunto. Mientras menos supiera de otros, más al margen podría quedarse. La experiencia se lo había enseñado.
“¿Y qué hace por aquí, Tsurumaru-san? No tiene obligación con los sucesos de esta noche.”
“Sin duda que no, pero me aburro con facilidad, y supuse que vendría a curiosear,” dijo perfectamente contento con su situación, sonriendo distraídamente. Miró hacia el muelle, donde no podía ver nada sucediendo. “Esta es una guerra ajena a mi persona, y un escenario donde la gente de Rizembool que está por encima de nosotros va a decidir qué hacer, pero en nuestros casos, eso no nos concierne.”
“Cierto, fuera de cualquier quehacer que esperaran de nosotros.”
“Ese no es mi caso esta vez, de lo cual me alegro.”
“Haha, por eso dije que soy un gran fan,” Shiyoon sonrió ampliamente. “Tiene la habilidad de no colaborar y desentenderse, pero es de igual forma bien considerado en nuestro entorno.”
“¿Perdón?” Tsurumaru le miró de reojo, con una ceja alzada. “No, te aseguro que paso desapercibido en medio de tantos científicos.”
“Pero realmente no lo hace. Lo admiro porque, para haber sido un subordinado más, está entre los muy pocos a quienes nuestro jefe trata con algún tipo de respeto,” asintió convencido.
“…”
“Y ese respeto significa valor, y por extensión, quiere decir que tu vida posee algo de seguridad. Rizembool no buscaría deshacerte de ti tan fácilmente,” dijo con amenidad y palabras alegres e inspiradas que desentonaban con el significado de las mismas. “Es lo que yo quiero lograr, una libertad para ser independiente y mediocre y saber que mis horas no están contadas.”
“¿Heh? Diría que me insultas con lo que dices…”
“No, definitivamente no, digo la verdad.”
“Sí, sé que la dices, Shiyoon.”
“…” lo observó. El distraído peliblanco había borrado su sonrisa y miraba hacia el frente meditabundo.
“Nadie en verdad está a salvo dentro de Rizembool, sin duda no lo están bajo el ala del jefe que alguna vez tuve, así que…” volvió a sonreír, rendido, y miró al otro. “Lamento tu presente realidad, ojalá no lo tengas muy duro.”
“Oh, pienso que me va bien de momento, al menos tengo lo necesario bajo control, pero gracias por la empatía,” asintió, sonriendo agradecido. “Hehe, es refrescante oír algo como eso… pero Tsurumaru-san, a pesar de lo que dije, usted podría mejorar su estatus.”
“¿A qué te refieres?”
“Alguien con su experiencia y el lujo de independizarse podría convertirse en otro de los jefes y con subordinados que incrementarían su valor. Me sorprende que no lo considere.”
“¡Haha, buen chiste!” rió con ganas y negó un par de veces. “No, no, aleja a ese demonio de responsabilidades de mí. Hablas de incrementar mi valor como si fuera un stock en la bolsa de valores de Rizembool, pero hay responsabilidades y ataduras de por medio. Te aseguro que estoy contento con el balance de utilidad y libertad que poseo y no quiero comprometerme a más.”
“Hm…”
“Además no es que tenga ningún talento que amerite un ascenso en mi trabajo,” movió una malo con irrelevancia. “No soy como los insufribles científicos prodigios con los cuales tengo el disgusto de interactuar todo el tiempo. Si te refieres a mi habilidad de pelear, hay un gran puñado de Rebels que serían iguales a mi persona…”





“Me tendrás que disculpar, pero, como científico insufrible, concuerdo con tu acompañante,” observó Yagen, quien se acercó al par junto con Honebami. Ese joven científico venía vestido de su bata como era de costumbre, y sonrió con perspicacia. “Veo el potencial que traes en ti, y te quedaría bien un rol como el que ha sido descrito. Realmente es una pérdida que no hayas tomado ninguna iniciativa hasta el presente.”
“¿Eh?” Tsurumaru alzó una ceja y saltó de regreso al piso. “¿No crees que estás muy temprano?”
“Juzgo que ni Rebels ni HiMEs vendrán en esta dirección,” contestó observando al muelle de reojo. “Todo se acabará muy pronto,” Yagen pasó a mirar al otro chico quien también aterrizó al piso. “Buenas noches, presumo que trabajas para mi senpai.”
“¿Senpai…?” Shiyoon ladeó su cabeza, perdidamente. “Ah, ¿se refiere a mi jefe? ¿Es usted el ilustre Yagen Toushirou?”
“¿Puedes no decir ‘ilustre’? Te lo agradecería,” negó. “Me correspondería darte unas disculpas para que las extiendas a tu jefe debido al desastre ocurrido hoy y el hecho que ha faltado una propia respuesta de parte de Rizembool con respecto a su envío marítimo.”
“Oh, no es necesario,” el pelimarrón sonrió.
“Sí, lo supuse,” Yagen le observó fíjamente y sonrió impaciente. “Siendo mi senpai una persona con mayor autoridad y presencia que yo en nuestro entorno, él pudo haber orquestado una mejor seguridad de haber querido hacerlo. Con las justas acaté su pedido de enviar a Rebels relevantes a las HiMEs invasoras. Fuera de ello, sólo puedo desear que lo demás haya salido según los deseos de mi superior.”
“Que te refieras a él con tanta formalidad me resulta incómodo,” Tsurumaru se sacudió a manera de despejar escalofríos.
“¡Haha, yo pienso que es adorable!” Shiyoon rió un poco.
“Hm…” Yagen posó su mirada en aquel bulto blanco que traía. “¿Qué vendría a ser ello?”
“Oh, es un orphan inconsciente, veo que cualquiera pensaría que es un peluche de una de esas máquinas de premio. Tsurumaru-san lo asumió.”
“No fue lo que yo pensé, a decir verdad,” entonces, el científico sonrió con intriga. “Mi hermano no ha quitado sus ojos de ese ser desde que llegamos, y a simple vista, hubiera pensado que se trata de algún Child, por eso lo digo.”
“¿Un Child?” Tsurumaru se vio intrigado ante la mención.
“En algún momento lo he pensado, siendo sincero, pero él sólo se ve adorable cuando está inconsciente, tiene un temperamento que te puede matar, haha,” Shiyoon rio y luego miró a su compañero con cierto cargo de consciencia. “El pobre lo ha pasado un poco mal hoy, por eso anda inconsciente. Tendré que comprarle el doble de aburaage mañana.”
“…” Honebami observaba a dicho orphan sin tomar otra acción.
“Ah, pero si usted es el hermano del doctor Toushirou, por supuesto que he oído de usted también,” Shiyoon se le acercó con una palma extendida. “Es un gusto, ¿cuál es su nombre?”
“Disculpa, pero mi hermano no gusta del contacto físico,” Yagen negó. “Yo tampoco lo hago, aunque no estoy aquí para socializar de todos modos.”
“Haha, obvio que no, ya que este chico ni se ha presentado ante ti,” Tsurumaru se puso a reír. “Nada mal, Shiyoon. Ya sabes que no hay que meterse con estos aprendices del doctor Hojo.”
“Ahh, ha sido una completa omisión de mi parte, doctor, lo lamento mucho,” Shiyoon se vio en aprietos. “No he querido faltarle el respeto.”
“No, ignora a la grulla, él sólo te tomaba el pelo. Sinceramente, las formalidades no podrían importarme menos,” se giró hacia el muelle. “Estoy aquí para observar lo que mi senpai va a ocasionar, el motivo por el cual ha dejado que las cosas se desencadenen como lo han hecho. Siendo mi presencia producto de curiosidad, no amerito ningún trato especial.”
“…” Shiyoon le observó y luego pasó a encarar al mismo sentido. “Puedo ver algo de semejanza con mi jefe en usted, los dos tienen esa curiosidad de la que habla.”
“No me sorprende…” Yagen sonrió un poco.
“…” por su parte, Tsurumaru no se veía muy entretenido por dicha mención. “¿Y qué se supone que este curioso jefe va a hacer?”
“No creo que lo vean desde aquí, pero está en marcha, pronto comenzará,” Shiyoon miró al peliblanco. “Podría llevarlos allá si quieren. Correríamos el riesgo que nos vean, y sin duda no es algo que yo querría hacer, pero pienso que mi jefe apreciaría sus presencias.”
“No, aquí estamos bien,” afirmó Yagen, sin borrar su sonrisa. “Puedo percibir una mínima anomalía en el aire. Presumo que mi senpai encontrará una manera de llegar donde nosotros.”


100
HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Cho on November 30, 2023, 05:03:57 PM »
Two parts this month... still not done (...)

110.9.






Una vez fuera del barco, Matsui lanzó a Tenshi al piso. La HiME se encontraba apenas consciente, pero demasiado debilitada por la asfixia como para poder moverse.

“…” el Rebel vio a su oponente desparramada sobre el piso del muelle y apenas haciendo unos mínimos movimientos en búsqueda de su desaparecida fortaleza. “Eres afortunada que no desean que mate a nadie el día de hoy…”
“…”
“O tal vez… debería hacerlo de todas formas…” sus ojos se abrieron ligeramente más, en una realización de libertad. “Waka-sama ha sido demasiado bondadoso para la situación en la que estamos y él más que cualquiera sigue siendo importunado en demasía por tu detestable especie. No importa si peleo contra ti hoy… y contra una nueva HiME mañana…”
“…” Tenshi sintió su corazón latir a mil, y unas fuertes nauseas por no ser capaz de soportar un estado anímico alterado. Estaba echada sobre el piso, con su Rebel a sus espaldas. Si esa persona se decidía por matarla en esos instantes, no había nada que se lo impidiera… y ella misma ni podría ver venir ese golpe final. Tensó su cuerpo un poco más para tratar de al menos sentarse sobre el piso, pero ni bien apenas elevó su cabeza mínimamente del piso, el otro la estampó contra el suelo con un pie. “Ihh…” dejó escapar un doloroso quejido.
“En este momento ni siquiera eres una HiME. No terminarías como una. No tienes el honor de mantenerte fuerte hasta el final…” esos susurros sonrieron con cada palabra, y el encapuchado libró su cabeza, a cambio de agacharse al costado de ella. “Eres apenas una víctima, un ser que palpita sangre y que la puede desparramar ante la más diminuta herida… yo…” agarró a la HiME de un puñado de sus cabellos y la alzó lo suficiente para acercar el oído de la chica a su rostro escondido. “¿…cómo podría rehusarme a ignorar una presa cuando la veo? Aún por más desagradable que me resultes… eres un ser humano lleno del mismo líquido vital que los demás…” empezó a acercar el cuello de la chica a su rostro. “…que ahora me invita a darle una mordida…”
“S…suéltame…” decir esa palabra le costó un par de tosidos. Podía sentir el aliento húmedo y gélido de su Rebel que le generaba escalofríos. Había respirado un poco más y levantó un brazo para tratar de defenderse, pero su enemigo inmediatamente usó su mano libre para restringirle. Con ese mismo movimiento, se acercó incluso más. Tenshi cerró sus ojos con fuerza con terror…

De repente, ese Rebel se detuvo al notar a recién llegados por las puertas del muelle. Unos rayos fueron lanzados hacia él, por lo cual finalmente soltó a la peliazul y apenas retrocedió un par de pasos para evadir la descarga eléctrica.

“¡No lastimes a Hinanawi-san!” reclamó Tsubasa. Ella, al igual que las demás HiMEs, se veían perdidas y a cierta manera horrorizadas por lo que habían podido ver.
“¿Acaso… pensaba comérsela…?” Saki se inquietó.
“No lo sé… no es algo que conozca de antes…” Cho tenía un rostro perplejo e incómodo.
“Pues lo parecía, pero aquí se acabó,” declaró Reimu, decidida.
“…” el Rebel giró su cabeza para mirarles de lleno. Nuevamente, su nuevo público se confundió un poco por fallar en verle el rostro.
“Aruji, tengo un mal presentimiento,” comentó Kashuu, con aprehensión. “No creo que tenga que decirlo…”
“La afirmación no está de más, debemos tener mucho cuidado,” Cho asintió sin despegar sus ojos del nuevo enemigo.
“…” Saki miró más allá del muelle. Había lo que parecía una tormenta eléctrica en el exterior. “Presumo que nuestra senpai está peleando por allá…”
“…presumes correctamente, HiME…” dijo el siniestro Rebel, con una voz profunda de ultratumba que absorbió a todos. “Esa persona a quien llamas senpai nos ha causado demasiados dolores de cabeza esta noche. Ella…” dio una suave patada a la espalda de Tenshi, para que rodara mínimamente en dirección a las demás. “…y esta de aquí.”
“Animal… ¡¿qué crees que haces tratándola así?!” exclamó Reimu, indignada.
“No tenemos que pelear, si es que ustedes se comprometen a llevársela y no volver,” declaró ese Rebel. “Asumiría que gente más cuerda no habría venido aquí a participar en el atrevimiento de las dos faltantes… si han llegado para reparar su error, esta es su oportunidad.”
“Tienes razón, nuestra misión es el bienestar de las dos y parar lo que ocurre, pero no es todo…” observó Cho, mostrando firmeza. “Nos hace falta nuestra senpai y no podemos irnos sin ella.”
“Ella es capaz de cuidarse por sí misma y merece pagar por sus acciones desmedidas. Les doy sólo esta oportunidad, hablen.”
“…” era inédito y repentino. Las HiMEs intercambiaron miradas sin estar muy convencidas, pero al final ni necesitaron meditarlo, ya que Tenshi reunió suficiente vitalidad para hablarles.
“No se les ocurra aceptar…” dijo ella, desde el piso. Hacía una mueca de dolor. “…hay una chica inconsciente capturada por Rizembool en el barco. ¡Tenemos que salvarla!”
“¿Acaso no te asusté lo suficiente?” preguntó el encapuchado, con un aire de impaciencia. “Te extiendo la última dosis de cordialidad con esta oferta…”
“Tch, cállate con eso de cordialidad… sólo son tus caprichos…” Tenshi finalmente pudo arrodillarse con una rodilla mientras recuperaba su estabilidad. “Y si lo que acabas de hacer fue para asustarme… tendrás que hacer más que eso…”
“Tremenda altanería que te traes… sinceramente desagradable…” entonces, hubo un fuerte impacto en el barco proveniente de afuera que sacudió al navío considerablemente, casi como si fuera a ser derrumbado. Todos se alarmaron, a excepción del Rebel, quien ni movió su cabeza. Más bien, sólo una ligera risa… “Heh… heheh… así que esa es la decisión que toman…”
“…” Saki se tensó. Podía imaginar que todas estaban decididas a apoyar a la peliazul por el asunto de rescatar a alguien, aunque temía que quizás haya más caídos que salvados. “No sé si lanzarnos al peligro siquiera baste para salvar a alguien…”
“Lo sé, pero… ¿en verdad hay alguien atrapado en el barco?” preguntó Cho.
“¡Sí, la vi, la cargué y quise escapar con ella, pero este Rebel impidió que lo hiciera!” insistió Tenshi. Ella se frustró. “Si no me creen o no piensan ayudarme, váyanse, pero le debo a Suzuka intentarlo, así que no se metan en mi camino.”
“Ahh, sabía que algo así dirías…” Reimu negó. Pese a su lamento, ella tampoco se vio disuadida. “No pienso auxiliar a los disparates de nadie, pero si realmente hay alguien ahí, no puedo darme media vuelta e ignorarlo.”
“Pienso lo mismo…” Tsubasa asintió, decidida.
“Vaya…” Saki desvió su mirada, con gran cansancio. Quisiera nuevamente optar por irse, pero realmente no podía dejar a su riesgosa amiga sola.
“…” Cho tragó saliva. No sabía si las demás prestaban atención al simple hecho que ese Rebel ocultaba su rostro. Había algo fuera de lugar que no podía decir con certeza y que debía ser muy peligroso… pero tampoco iría a rendirse si todas estaban tan cometidas a pelear. “Lo siento… si hay alguien que nos necesita, tendremos que seguir siendo un problema…”
“…fantástico…” concluyó el incógnito, con una voz irónica y cansada. “Son cinco HiMEs, imagino que ninguna sin poderes sería lo suficientemente suicida para venir… en verdad…” recordó el pedido de no matar a nadie. “…pretender pelear parejo contra todas a la vez…” volvió a visualizar los contenedores y la arena sepultándolo. “…defenderme, mantener el ritmo… buscar cómo derrotarlas a todas razonablemente…” oyó otro estruendo de la pelea que ocurría afuera a sus espaldas… “…tal vez… heh, es el permiso que necesitaba para no oír a nadie más.”

Entonces, el Rebel materializó su katana y se dirigió hacia Cho.

“Te ves como la más rescatable de todas… ¿serás la que me dé mejor pelea?” preguntó con una voz ida y curiosamente alegre y ligera, sin perder su toque siniestro.
“…” ello bastó para dudar lo que hacía, aparte que sí se encontraba intimidada y no del todo bien luego de su descontrol, pero tenía que mantenerse estable por las demás. Dubitativamente, dio un paso adelante.
“Ella no será la única que pelee contra ti,” Reimu invocó unas agujas de luz a su alrededor. “Es hora que tú te des cuenta que tienes la opción de escapar antes de enfrentarte a todas.”
“Son ustedes quienes ignoran el verdadero peligro al cual se enfrentan…”
“…” Tenshi finalmente pudo impulsarse para apartarse de su Rebel y ponerse a la par con las otras chicas. “Gracias por la ayuda, pero no se confíen. Es demasiado rápido.”
“No… seré cordial con estas pobres almas que has convocado a tu perdición, HiME…” Matsui blandeó su arma a manera de prepararse. “Ellas poseen sus propios Rebels que las tienen que eliminar… tú seguirás siendo la única a quien no me importaría aniquilar esta noche…”
“Tsk, tan desagradable que eres…”
“Fufu… y no me falta mucho para lograrlo…”

Lo que continuó se asemejó más a una simulación, una película, un cutscene ya predeterminado de un videojuego en el cual el jugador debía experimentar una derrota inevitable. Cho apenas pudo empuñar su katana y el asedio del Rebel fue demasiado rápido como para contestarle y mantenerse de pie. El Rebel no pudo concretar otro ataque inmediatamente debido a los proyectiles lanzados por Reimu, Saki y Tsubasa, pero ello apenas le retrasó un poco en lo que cambió de prioridad y se acercó a las tres luchadoras a distancia para quitarles la ventaja.

“Tsk,” Tenshi levantó sus brazos para invocar la arena del barco, pero no estaba con las suficientes energías y claridad mental para atraer una cantidad útil de su elemento, ni siquiera pudo movilizarlo con la rapidez requerida. Pese a su intento y el de Cho de apoyar a las otras con su magia, Matsui fue capaz de derribar a cada una de las tres con unos certeros golpes.
“¡Chicas!” exclamó Cho, luego de ver a Reimu ser derribada pese a haber podido esquivar unos ataques en un inicio.
“Ihh…” Reimu comprimió sus puños en lo que estaba boca abajo.
“Para ser HiMEs… deberían al menos hacerme pelea en el ámbito mágico…” observó el Rebel con un tono frustrado y despectivo. Este blandeó su arma todavía radiante y limpia. “…su sangre sería lo único que valdría de ustedes, pero no… mi HiME es la única a la que pienso desangrar esta noche…”
“…” la peliazul entrecerró sus ojos con ligeros nervios. Ya comprendía que no se encontraba al mismo nivel de su oponente. Entonces, vio que Cho se le acercó y se paró a su costado.
“Lo lamento, no soy muy fuerte… pero no te dejaré sola,” afirmó la HiME, mirando fijamente al misterioso Rebel.
“Fufu… es una decisión muy atrevida para el temor que fluye por tus venas…” comentó el enemigo con intriga. “Esperé que al menos tú valdrías una pelea más seria, pero veo que tu dominio con la espada es deplorable, por decir poco… quizás menosprecié demasiado a mi propia HiME, al menos ella pudo mantenerse de pie ante mis ataques en un inicio…”
“…” Cho frunció el ceño. No podía desanimarse con apenas unas palabras.
“…pero ya no será capaz de lo mismo, está a su límite…”
“Pues tienes razón… con el hecho que me has menospreciado,” observó Tenshi, impaciente. Entonces, ella intentó atrapar a su Rebel con una prensa de la arena que había podido invocar lentamente a su alrededor. Sin embargo, el otro pudo saltar y evadir ese ataque sin siquiera necesitar darse media vuelta.
“…eres un molesto mosquito, HiME. He intentado eliminarte con un matamoscas, pero te habrás dado cuenta que… no he abierto una sola herida en ti aún,” nuevamente, blandeó su arma. “…he sido muy paciente, muy cordial… me está desesperando. Te dejaré saber que…” su voz se volvió más grave. “…ni bien sangres, será tu final…”

Siguió otro ataque sumamente veloz. Cho pretendió contestarle y mantenerle alejado de su HiME, pero por más que intentaba seguirle el ritmo y estudiar sus movimientos, ese oponente le sobrepasaba en todos los aspectos. Sus intentos de ataque eran muy lentos y torpes, y los ataques del Rebel probaban desestabilizarle. Los pocos choques le hacían retroceder y le desorientaban. La peliceleste estuvo por caerse, pero esta vez pudo apoyarse con un pie para impedirlo y, en un intento desesperado de sorprender y entorpecer el ataque del otro, se lanzó hacia él.

Fue más que una improvisación ya que ni tuvo su arma lista al frente de sí misma. Se congeló al ver la katana del Rebel a punto de alcanzar su propio rostro.

“¡O-oye!” Tenshi se congeló e intentó correr para alcanzar a la otra HiME.
“…” el Rebel también se impresionó por ese impulso y terminó por agarrar el rostro de Cho con su mano libre. Este empujó a la HiME hacia abajo con las justas para evitar que su cara fuera partida en dos. Acto seguido, le dio una fuerte patada en el abdomen para alejarla de una vez.
“Tch…” Cho rodó y agarró su estómago por el fuerte dolor del impacto. Soltó su katana y esta no tardó en volver a convertirse en Kashuu, quien de inmediato acudió a su costado.
“Aruji, ¿qué fue eso?” este parecía tratar de contener sus ganas de llamarle la atención y se limitó a agacharse a su costado.
“Perdón… yo…” fue lo que pudo decir. En verdad que había sido una patada contundente.
“…me forzarás a matarlas a todas, tch, HiME o no, una insolente como tú no debería ser permitida una espada…” se quejó el Rebel con hastío. Este pasó a mirar a su HiME, quien nuevamente empuñaba su propia arma. “Debes estar agradeciendo el retraso que estas compañeras tuyas han causado. Sería más fácil eliminarte sin sus presencias…”
“Tsk, pues, tal vez…” Tenshi sonrió amargamente. Le dolía admitirlo, pero su oponente empezaba a mostrarse cada vez más fuerte ante sus ojos. Era obvio que iba suave con todas. Ni siquiera se había dado el lujo de usar su arma contra las otras tres HiMEs derrotadas, y aun cuando lo había hecho, no había apuntado a hacerles cortes. Incluso empujó el rostro de la peliceleste para precisamente evitar lastimarla, por algún motivo que desconocía. “…pero no me apoyaré solo en ellas. No creas que me has derrotado aún…”
“Pero ya debería hacerlo… para ahorrarles el sufrimiento…”

Con las entrometidas neutralizadas de momento, el Rebel se lanzó a Tenshi. Esta utilizó su elemento para tratar de entorpecer su avance y restringirlo. Si bien pudo retrasar los movimientos del otro, este tampoco estaba sujeto a los obstáculos y podía deshacer cualquier concentración de tierra con su espada y golpes. Su avance continuó hasta que un último y grande impedimento, una pared de tierra, se levantó entre sí mismo y su HiME. Esta costó más que un simple ataque, y cuando pudo destrozarla, fue sorprendido por Tenshi quien trató de emboscarle con un ataque con su arma.

Sin embargo, nuevamente, esa valiente y decidida HiME fue recordada que estaba en un nivel inferior a su Rebel el cual no había sido sorprendido en lo absoluto. Matsui agarró la espada de la peliazul con una mano como pinza y, ni bien paró su inercia, usó su propia espada para hacerle un ataque horizontal. Tenshi tuvo que dejarse caer, pero sí recibió un mínimo corte en su abdomen. Este le ocasionó una leve y ardiente sensación de dolor que era ínfima en comparación con su previa asfixia. No obstante, estaba por averiguar que tampoco podría alegrarse…

El Rebel le lanzó su propia espada a su rostro y Tenshi con las justas pudo moverse para evadir ese ataque. Pensó en recoger su arma, pero otro ataque le forzó a levantarse de un salto y esquivar. Una vez de pie, tuvo que hacer lo mismo, una y otra vez. Con ese primer corte que había recibido, era como si su oponente estuviera perdiendo su cuidado y se aventurara a hacerle más y más daño con su katana.

“Tsk… miserable…” Reimu pudo triunfar ante el dolor generalizado en sus extremidades y se arrodilló en el piso. A poca distancia, pudo ver a las otras dos HiMEs más jóvenes mirando el ensañamiento del incógnito en medio de su lluvia de ataques que empezaban a causar más cortes ligeros a Tenshi. Tsubasa se encontraba nerviosa y se le notaba con la intención de actuar pese a también mostrar señales de dolor en su expresión. A pesar de su voluntad, Saki apretaba uno de sus hombros a manera de asegurarse que su amiga no fuera a llamar la atención de ese Rebel de vuelta. Era evidente que ninguna de las tres duraría segundos en su presente estado.

Pese a ello, Reimu se decidió a avanzar e ir a su auxilio. La peliazul estaba alcanzando su límite y continuaba moviéndose con sus últimas energías. También, pese a los ataques calculados del desconocido que apenas abrían míseros rasguños, por la energía maniaca de sus movimientos, parecía que su jugueteo estaba pronto a transformarse en una masacre…

“¿Qué piensas?” preguntó el Rebel con una voz baja y rasposa, pero cargada de una energía demente latente. Él continuaba con sus muy rápidos cortes que casi no le daban tiempo a la HiME de siquiera respirar. “Tal vez debiste haber sido presa mía antes de la intromisión, ¿no lo crees? Te habrías ahorrado dolor.”
“Tsk… cállate…” Tenshi sufrió otro corte en un antebrazo mientras retrocedía y procuraba que el arma de su Rebel no fuera a partirla en dos. Mientras la vida siguiera, todo sufrimiento valía la pena. No necesitaba mencionarlo, pero a su vez se preguntaba cómo podría salir de esa.
“Al menos así podrás decir que moriste batallando como HiME.”
“Qué irritante eres,” trató de invocar otra trampa de tierra, pero su enemigo detectó su acción y procedió a un ataque más cercano y rápido que le quitó su concentración. Tenshi casi se cae y al apoyarse de emergencia, sintió un tirón en su cansado tobillo. Hizo una mueca en su rostro, pero no tenía el lujo de pausas. Cualquier retraso podría costarle su vida, si es que su Rebel no mentía con sus intenciones.
“Fufu…” rió por lo bajo y dio un ataque más fuerte y contundente. Tenshi saltó hacia atrás, pero la espada le causó un corte más profundo a la altura de su hombro izquierdo.
“¡AHH!” aquel no fue un simple dolor ardiente. Vio sangre salpicar desde su herida y retrocedió más para agarrarla con su mano opuesta. El líquido fluía por más que lo apretara.
“Ahh…” Matsui dio un respiro con alivio. Alzó su rostro oculto hacia el alto techo. Su voz cansada denotó inspiración y alegría. “Sangre… la huelo… mis alrededores están infestados de tu fuente vital. Es un olor… tan dulce…”
“…” Tenshi sintió escalofríos. Las últimas palabras habían sonado torcidas y malignas. Dejó de agarrar su herida para invocar su espada.
“Fufu… ¿quieres morir como guerrera?”

Reimu había tenido razón. El Rebel procedió a atacar sin consideraciones restantes aparte de un deseo insano de hacer sufrir a la peliazul por un poco más. Tenshi se topó con unos ataques más certeros y atrevidos. Los raspones se convirtieron en puñaladas. Un par de cortes fueron hechos con la intención de derramar y alzar la mayor cantidad de sangre de la herida. La HiME tuvo ambas piernas con heridas significantes que ya no le permitirían saltar sin pensarlo dos veces. Sólo estar de pie y moverse de costados le producía suficiente dolor.

“Imbécil…” le maldijo. Se estremecía, tenías ganas de llorar de frustración y rencor, pero mantenía su espada levantada pese al flaqueo de su agarre. Era su última esperanza. “¿Tanto quieres lastimar y matar a las HiMEs?”
“Que sean HiMEs o no… no me importa en lo absoluto…” rió un poco. Parecía poseído por una incontrolable algarabía. “Hehe… matarlas es para lo que sirve un monstro como yo… y así lo haré… te mataré a ti, y a la siguiente, y a la siguiente…”
“…” Reimu finalmente reunió la suficiente energía para hacer un fuerte ataque. Lo lanzó con todas sus energías hacia el Rebel que le daba la espalda. Sin embargo, una vez más, este pudo sentirlo y luego de embestir a Tenshi para apartarlos a ambos del sitio del impacto, desarmó a la peliazul y con un simple y rápido movimiento le quitó su espada, para lanzarla de regreso a la miko con gran velocidad. Esta se congeló ante la respuesta.
“¡R-Reimu!” Cho pudo lanzarse y con su propia katana, golpeó y desvió la espada de Tenshi para que no le cayera a su compañera. La peliceleste cayó echada al piso luego de haber hecho un esfuerzo sobrehumano de llegar a tiempo. De nuevo tenían la atención de ese Rebel sin poder haber pensado en un plan de acción, pero era lo de menos. Cho tenía que asegurarse que todas pudieran sobrevivir, al menos en lo posible…
“Tsk, ¿cómo se dio cuenta?” la miko rechinó los dientes, y ella y Cho vieron al Rebel agarrar a Tenshi con una mano del cuello y estrujarlo a todo dar.
“No… de nuevo…” esa jalaba su agarre con sus manos, en vano. Sentía que sus huesos estaban por explotar.
“Tienes una resistencia espectacular, HiME… pero me cansé de probarla. Esta vez…” le apretó más y vio el rostro de su enemiga enrojecer en demasía. “…te convertiré en mi alimento…”

Las otras HiMEs, pese al miedo que les invadía, se levantaron y avanzaron como pudieron en lo que reunían las energías que les quedaban, pese a no saber si podrían hacer algo a tiempo.



De repente, surgió una fuerte explosión que tambaleó al barco considerablemente y voló la pared de ese muelle cerrado que daba al mar. Una gran cantidad de agua ingresó e inundó el ambiente en olas y lluvia a la par con los múltiples escombros. Suzuka no tardó en aparecer detrás de la gran destrucción.

“…” al verla, Matsui lanzó a la debilitada y asfixiada Tenshi a un costado. “Tardaste mucho…”
“Tú…” Suzuka tembló de pies a cabeza con una cólera que estremecía incluso sus párpados. Su kouhai sólo seguía con vida gracias a la gran resiliencia que su poder de la fuerza le daba. De inmediato blandeó su espada gigante y se puso en posición de ataque. “¡¿Qué le has hecho?!”




“…” Gotou se sorprendió al ver dicha explosión a distancia, en un borde del área de contenedores que se encontraba a salvo de la pelea. Sólo podía imaginar que algún poderoso luchador había sido el responsable… frunció el ceño.
“¿Hm? No te ves contento con el show,” Hannya a su costado alzó una ceja y volvió a mirar el exterior de ese muelle privado. Sonrió entretenido. “Heh, hasta entre los que pelean ese gran ataque debió haber sido intimidante. Créeme, no es lo estándar entre nosotros.”
“Tch, ¿cuánto puedes normalizar algo como esto?” se quejó impaciente. “¿Acaso no es posible que alguien haya resultado lastimado por lo que acabamos de ver?”
“¿Eh? Sobre si es posible, pues obviamente, ¿no?” preguntó encogiéndose de hombros.
“…” se tensó.
“¿Y? ¿Por qué buscarías sentirte tan mal por esto? ¿Acaso tú eres quien lo causó telepáticamente? ¿Te consideras remotamente culpable por las acciones de quien sea quien haya hecho eso? No seas irracional, me pareces lo suficientemente cuerdo para que sepas que esa creencia no es más que disparates.”
“…” bajó su mirada, inconforme, pero sin tener nada que decir en respuesta.
“Ahh, qué tedioso…” Hannya negó y dio un suspiro. “No es divertido acompañar a un aguafiestas. Si te vas a poner así, tal vez lo mejor es que te vayas de una vez. Al menos la atención del evento se estará concentrando en ese punto, así que no creo que te topes con alguien en tu camino…”
“Yo…”
“De nuevo, fallo en ver cómo esto sería tu culpa, así que esfúmate. Un ajeno a la pelea como tú no podría causar nada tan resaltante como este altercado,” el rubio se vio indistinto y miró al muelle con ambos brazos detrás de su nuca. Había rastros de electricidad, seguramente de alguien quien seguía al primer atacante. “No podrás afectar lo que ocurre. Ni lo quieres compartir, así que mejor ve a dormir y olvídalo…”
“…” frunció el ceño y continuó mirando hacia el muelle.
“Ahh…” Hannya rodó los ojos. “No actúes como si alguien se hubiera muerto. Si vas a ponerte así, no creas que me gusta soportarte…”
“Hannya, yo…” bajó su mirada y entrecerró sus ojos. Gotou no tenía motivos para confiar en ese Rebel, pero no pudo evitar buscar un desahogo, sobre todo luego de que esa persona le extendiera el favor de no catalogarlo como responsable. “…puede que haya ayudado a alguien a conseguir información… y que esa persona haya ocasionado todo esto…”
“¿Hm?” el otro le miró con mínima intriga y una pizca de curiosidad. “Dices que tal vez tú diste las herramientas a alguien para que ocasione este altercado, si entiendo bien… ¿acaso auxiliaste a las HiMEs invasoras?”
“No, nunca ayudaría a ninguno de los dos lados,” negó decididamente.
“Ninguno de los dos lados… dices…” Hannya llevó una mano a su mentón y lo pensó un poco. Entonces, sonrió con gracia y terminó por reír un poco. “¡Haha! ¡Suena ridículo! ¿Acaso no te dije que moscas muertas no podrían hacer una diferencia?”
“Tsk, veo que no me ibas a tomar en serio, olvida lo que dije.”
“No, confío en que dices la verdad,” Hannya invocó una máscara levitante frente a sí y le dio vueltas con una mano a manera de distraer su atención. “Digo que tus palabras parecen tontas, pero sinceramente, todo lo que está ocurriendo ahora sin duda lo es. Sólo me entretiene pensar que algún Muggle pueda haber logrado que tantos seres con poderes se enfrenten en un lugar tan amplio y sensible como un puerto. Es casi una broma de mal gusto, hehe…”
“…”
“¿Y qué si es verdad? ¿Sinceramente piensas que tienes la culpa de lo que sucede?” se encogió de hombros y agarró su máscara, para ponerla a un costado de su rostro. Vio al otro mirarle con recelo, lo cual le hizo sonreír. “Heh, ¿piensas que te tiendo algún truco? Soy honesto. Tu preocupación enfermiza y frustración que ni te deja velar por tu pellejo e irte me informa que tú nunca habrías querido ser partícipe de algo así, y pienso conocerte lo suficiente para saber que no fuiste descuidado ni tuviste motivos para desconfiar de esta persona quien supuestamente ha ocasionado todo este embrollo. Puede que tu envolvimiento haya sido un error, lo suena, no lo sabré sin que me digas más, pero de un error no pasa. Sobre si esto te hace responsable o condenable, pues…” nuevamente, se encogió de hombros y extendió sus manos a los costados. “¿quién anda manteniendo cuenta de esas cosas? Yo no te considero más injustificable que todos los que estamos presentes aquí esta noche, por el simple hecho que somos seres caprichosos que velamos por nuestros propios intereses.”
“Las cosas no son tan simples. Nuevamente, lo normalizas demasiado.”
“¿Oh? Pero pienso que te haría bien no tenerte a ti mismo en un pedestal. Sé realista y usa tu energía nerviosa para no cometer el mismo error la próxima vez,” rodó sus ojos con hastío. “Ahora deja de ser un fastidio y de culparte por los crímenes de otros.”
“Pero…”
“¿No fuiste tú quien me dijo algo así hace un tiempo?”
“¿Eh?” Gotou se quedó en blanco. Hannya le apuntó con su máscara entre sus dos dedos.
“…cuando me arrastré de regreso a la sociedad luego de un largo tiempo en cuarentena y nos encontramos. Yo que estaba tan listo para esfumarme como una sombra, pero tú me libraste de algunas de mis penurias. En verdad…” sonrió con ironía, aunque cierta nostalgia. “Eres un iluso si crees que tengo algo de credibilidad, o que no soy responsable de algunas de mis travesuras, como el hecho que intenté jugar con tu mente. Sin embargo, tus palabras tienen algo de razón. Ahora que me libré de mi antiguo jefe, pude desconectarme de mucho de lo que hice en el pasado, y ser yo mismo. Ser alguien quien quizás no es enteramente una abominación…”
“…”
“Por ello mismo, como sé que ese horripilante ser humano es a quien podemos responsabilizar de las complicaciones de esta noche, no dejaré que un tonto bienintencionado como tú se ande culpando de lo que esa persona deja que suceda.”
“¿Qué estás diciendo…?” preguntó perdidamente.
“En términos más simples…” Hannya afiló sus ojos y borró su sonrisa. “Rizembool habría dado con las HiMEs invasoras y acabado con este evento antes de que inicie de haber querido hacerlo. Ellos podrían controlarlo todo en un muelle que es su territorio sin esfuerzo alguno. Por lo tanto, este desastre es parte de sus planes, en particular, del supervisor del día de hoy.”
“Tú dijiste que tu antiguo jefe es quien tiene el control de lo que ocurre.”
“Control es una manera de decirlo,” desvió su mirada como si acabara de oír las palabras de un niño que desconocía al mundo. “El verdadero dominio es dejar que el caos cunda y aun así lograr lo que sea que haya sido su cometido. Estamos hablando de esa clase de persona.”
“Tsk… ¿hablas en serio?” Gotou comprimió sus puños y apretó sus dientes.
“Hah, dime, Gotou, ¿acaso te he librado de todo sentimiento de culpa?” Hannya sonrió malignamente.
“No te burles de mí…” en cierta forma lo había hecho, pero la indignación que sentía había tomado prioridad.
“Pienso que con lo dicho ya he contestado lo suficiente de esta noche para que estés satisfecho. No creas que andaré diciéndote más,” volvió a mirar hacia el muelle. Se podían oír algunos sonidos mínimos de la pelea a distancia, aunque todo movimiento ocurría en el interior. “Es decir, niños como tú deberían irse a dormir que tienen deberes mañana temprano.”
“Tsk, cállate…”
“A menos que finalmente te convenza y quieras unirte a la perdición,” posicionó el borde superior de su máscara debajo de sus labios. “Rebels como yo podemos quedarnos despiertos hasta las últimas consecuencias. Si de por sí andas buscando información de esta guerra, ¿no te vendría mejor ser parte de la enfermedad?”




“Lo lamento, pero creo que la conversación ya duró mucho, par de jóvenes~” canturreó Tsurumaru, claramente asustando al par. El peliblanco de ropas del mismo color casi brillaba en las penumbras de la noche. Este se mantuvo sonriente y mirando a Hannya fijamente. “No creo que tenga que decírtelo, pero reclutarlo traería severas consecuencias para ti…”
“Tsk…” Hannya le miró con odio. La máscara en su mano de inmediato se desintegró.
“Tú…” Gotou se puso a la defensiva.
“‘¿Qué haces aquí?’ Ibas a decir, ¿no es así? Yo soy quien tendría que hacerte esa pregunta,” comentó el mayor, amenamente. “Sólo puedo imaginarme lo mortificado que estaría tu Ichi-nii si le digo que andas por estos lares en pleno conflicto.”
“O-oye…” ello fue suficiente para palidecer a Gotou, quien tembló de pies a cabeza.
“¡Hahahaha!” sin embargo, Tsurumaru rió con ganas y con ello se quitó cualquier misticismo que había invocado con su repentina aparición. “¿Piensas que te acusaría con el buen Ichigo? ¿Acaso no crees que un mal elemento como yo sería ‘cool’ y ocultaría tu secreto?”
“Tch…” nuevamente, si bien esa respuesta le traía alivio, el fastidio se había vuelto más importante. Verdad que hablaba con el insufrible. “Yo tengo mis motivos para estar aquí, ¿y tú? Si no eres un Rebel, ¿qué te traería en medio de todo esto?”
“Vaya manera de desviar tus propias razones, joven Toushirou,” Tsurumaru sonrió entretenido. “Diría que lo mismo que tú, en el sentido que paseamos y vemos con curiosidad qué ocurre, y digo esto sin saber lo más mínimo de tu presencia,” se encogió de hombros. “Obviando nuestras inspiraciones y planes que no querremos compartir, lamento arruinarte la noche, pero te aconsejo que te retires de inmediato,” le guiñó un ojo. “Aquí entre nos, este suceso no durará mucho más, y la relajada vigilia de Rizembool está por terminarse. Si no te vas, sin lugar a dudas serás descubierto por alguien.”
“Lo dices con demasiada certeza,” Hannya alzó una ceja, con fastidio. “¿Acaso te lo han informado o algo?”
“No, yo no sabría más que un Rebel activo aquí como tú, es sólo un sexto sentido. Uno aprende a leer el aire con el tiempo.”
“Tsk, por supuesto,” el rubio dio un respiro exasperado. “Te pareces más a ese monstruo de lo que yo podría parecerme.”
“Oye, tranquilo, no sé qué habré hecho para ganarme tu antipatía ahora,” Tsurumaru sonrió incómodo. “Más bien, viendo que quizás ustedes dos se llevan bien, ¿podrías ayudarme a sacar a este Toushirou de aquí? Me sabría mal si su abnegado hermano mayor supiera sobre uno de sus angelitos metiéndose donde no debería.”
“No soy una niñera, llévatelo tú.”
“Tsk, y yo no soy un niño, por cierto,” Gotou se impacientó. “No necesito compañía, sí debería irme y pienso hacerlo ahora. Definitivamente no le causaré problemas a Ichi-nii.”
“¡Haha, bien dicho!” Tsurumaru asintió con gusto. “Sabía que eras uno de los adorables.”
“¡Cállate, imbécil!” tuvo que contenerse para no arremeter contra él.
“Haha, lo siento. Puedo ver por qué a Yagen le encanta tomarte el pelo.”
“¡Realmente estás probando mi paciencia!”
“…” por su parte, Hannya se vio con ligera frustración ante el diálogo de ambos.
“Sólo… dime, Tsurumaru,” Gotou se le dirigió con decisión. “¿Qué tiene que ver Yagen en todo esto?”
“¿Te refieres a lo que sucede ahora?” el peliblanco se vio perplejo por la pregunta. Incluso Hannya se notó confundido por ese cuestionamiento repentino.
“El hecho que tú estés aquí me hace pensar que él anda metido en el asunto, no me importa qué excusa fueras a decirme.”
“Heh, si me acusas de meter excusas, quitas toda posible credibilidad a lo que fuera a decirte,” observó el mayor, con leve gracia.
“…” se mantuvo inmutado y esperando una respuesta.
“Ya, no me mires así que no puedes perforarme el cráneo con tus ojos,” Tsurumaru se encogió de hombros, tranquilamente. Terminó por sonreír con simpatía. “Yagen tiene lo mismo que ver que cualquier científico promedio en Rizembool, es decir, prácticamente nada. Hay otra persona encargada de lo que ocurre. Presumo que Hannya te habrá dicho algo al respecto. Lo mucho que tu hermano tendría que ver aquí es rascarse la cabeza si fuera a leer un reporte de la locura que los partícipes han hecho aquí.”
“¿Estás seguro?”
“Es la verdad, la creas o no. Fuera lo que fuera, te aconsejo que no te responsabilices por lo que el demonio hace con su vida. Ahora me haces pensar que andas por aquí porque sientes que Yagen tiene algo que ver, y porque quieres ser responsable en su nombre.”
“¿Qué? No, eso nunca,” negó rotundamente.
“Si ahora tú eres honesto, entonces me alegra oírlo,” Tsurumaru sonrió con aprobación y levantó una palma. “Anda en marcha. Oigo siempre que andas muy ocupado, así que ve a descansar. No te hagas líos por las vidas de otros que tienes mucho servido en la tuya. Nos vemos.”
“Tsk, diría lo mismo de ti. Sé que algo tienes que ver con Rizembool, pero si no eres Rebel, es mejor que no estés aquí.”
“Haha, gracias por el consejo, lo consideraré.”

Finalmente, Gotou partió camino. Hannya miró a Tsurumaru una vez más y optó por seguir al Toushirou camino a la salida. Luego de darles una mirada más y asegurarse de la decisión del pelimarrón de marcharse, el mayor se quedó para mirar el muelle a distancia. Su entorno se volvió tranquilo, casi pacífico. La pelea no iría a llegar a ese punto por lo cual aquello era lo último que consideraría.

Sin embargo, sabía que estaba pronto a cruzarse con al menos una persona más. No había mentido en su respuesta al Toushirou, pero sí buscó deshacerse de él para que, cuando cierto pariente suyo llegara, no se diera con una impresión incorrecta.








Con la llegada de Suzuka, por primera vez, las demás HiMEs pudieron sentir un alivio al tener certeza que ese monstruoso e incógnito Rebel se encontraba completamente concentrado batallando contra la senpai. La peliblanca peleaba blandeando su enorme arma. Si bien no era tan rápida como su oponente, sus ataques eran tan fuertes y expansivos que tampoco dejaba aperturas que pudieran aprovecharse. La energía insana del Rebel continuaba manifestándose en sus ataques agresivos y gruñidos desenfrenados que soltaba con gran algarabía, los cuales molestaban más y más a la peliblanca.

“Monstruo… ¡¿cómo le haces eso a mi kouhai?!” exclamó con una blandeada que el otro esquivó al último segundo, y que agrietó considerablemente el piso.
“Fufu… no seas igual de ridícula que ella…”
“¡¿Qué dices?!” ello se tradujo en un dardo que Suzuka de inmediato le lanzó, el cual creció al punto de convertirse en una torre que casi arrasa con él en plena trayectoria.
“…es por venir y antagonizarnos en nuestro territorio que ustedes son responsables de las consecuencias de sus acciones,” se explicó con susurros malignos. Entonces, esa voz dejó de sonreír y su voz se volvió más grave e impaciente. “No pretendas que ustedes no nos aniquilarían si nos ponemos a atacar edificios en Hanasaki.”
“¡Eso es completamente diferente!”
“No lo es, HiME idiota…” murmuró con fastidio. “Pero en tu cerrado mundo donde sólo las HiMEs son buenas ustedes se creen con el derecho de arremeter contra todo lo que digamos. Entiendo que no puedes ver más allá.”
“¡Cállate, no escucharé más excusas!”

Ellos continuaron peleando con todo. Mientras tanto, Cho y Reimu aprovecharon para acercarse a la más que herida Tenshi, quien todavía no podía levantarse.

“Tch…” Tenshi apretaba el suelo con sus dedos. Era evidente que quería levantarse.
“No lo hagas, date un respiro,” le dijo Reimu, alarmada.
“Es vergonzoso…” dijo la peliazul, con una mueca de dolor, y sonrió amargamente. “Se supone que yo iba a ayudar a Suzuka esta noche, no lo inverso…”
“Entiendo lo que dices…” Cho desvió su mirada, incómoda. Ciertamente se había sentido así en sus fallidos esfuerzos de proteger a la peliazul apenas hace unos minutos. “Pero nada recae sólo en ti. Las HiMEs nos ayudamos entre todas. Hacemos lo que podemos…”
“No te oyes muy decidida.”
“Eh…” Cho se incomodó y la miró. Pese a su comentario, esa chica sonreía rendida.
“Pero sí, entiendo… creo que me sobreestimé…” observó Tenshi, aún frustrada, pero algo aliviada y aceptando mejor su presente realidad.
“Ahh… creo que yo también…” Reimu dio un suspiro. “Tenemos que aprovechar para huir. Debemos ponerte a salvo.”
“No, no aún,” Tenshi se alertó.
“Eh…” Cho se quedó en blanco.
“No puedes pensar que vas a pelear en este estado,” insistió la miko.
“Tch, no pelear, pero…” Tenshi miró a su senpai todavía batallar, y luego al barco. “No se olviden que hay alguien atrapado ahí…”

Luego de varios intentos, ocurrió. El Rebel no pudo predecir otra lluvia de proyectiles que cambiaron de tamaño, y uno le impactó con fuerza en un brazo. Este saltó hacia atrás y agarró su miembro herido con su mano opuesta. Se vio unas gotas de sangre caer del mismo.

“…” este respiró un poco y vio a la HiME correr hacia él en lo que impulsaba su espada para otro fuerte ataque.
“¡AAAHHH!”
“…” no huyó, le vio acercarse. Luego, oyó el rebote de su propia sangre impactando el suelo, y observó una gota manchar el concreto. Fue hipnotizante, reverberante… como si esa gota tintara toda su visión de escarlata. Se sintió iluminarse, ascender… “Heh… hehe…”

Se inclinó hacia delante, casi como si fuera a movilizarse como un cuadrúpedo, y su agilidad incrementó muchas veces. Acortó la distancia en una fracción de segundo y Suzuka se vio forzada a acelerar su ataque, pero su oponente ya había partido del piso para cuando el arma golpeó el mismo. El Rebel, en vez de pelear con su arma, pretendió hundir sus uñas en su enemiga. La otra llegó a apartarlo con un brazo y empujarlo hacia atrás, lo cual le costó un raspón que le levantó sangre.

En pleno aire y en sentido contrario a su enemiga, Matsui relamió sus uñas. Se sacudió violentamente una vez. Fue un latido que amenazaba con destruir sus propias costillas y que avivó todos sus sentidos. El mundo se concentró en esa HiME frente a él, en el líquido rojo que fluía en sus venas… el que le llamaba para consumirlo por completo.

Fue rodeado de un aura oscura y al apenas tocar el suelo, se impulsó con la punta de sus pies para atacar a la HiME. Esta pretendió encontrarse con su oponente frente a frente, pero el Rebel había cambiado su forma de pelear y se volvió esquivo, y pudo confundirla para bajar sus defensas por un lado y atacar por aquel lado.

“¡Tch!” Suzuka recibió un fuerte raspón que apenas evitó e hizo sangrar uno de sus hombros, pero que claramente estuvo dirigido a su cuello. Ese Rebel se puso a asecharla a cercanía, pero con una velocidad y movimientos rastreros que casi no parecía un ser humano. Entonces, este volvió a atacar y la HiME empezó a levantar su espada para impactarle. Sin embargo, hubo un ominoso destello rojo proveniente de los ojos del Rebel, dentro de su oscura capucha, y siguiendo este… la HiME se paralizó por completo. “¿Q-qué…?”

Estuvo completamente vulnerable a un ataque mortal de ese animalístico Rebel. Entonces, Suzuka dejó de sentir su agarre a su arma y Norimune se materializó entre los dos, para defenderla de ese ataque con su propia espada.

“¡No te descuides!” exclamó en lo que paró el zarpazo del Rebel con su arma. Esta hizo un profundo corte en la palma del otro.
“Heh…” Matsui volvió a saltar hacia atrás, y con su palma sangrante, agarró su frente, para poner a reírse con un agobio liberador y una locura saciada. “Hahahahahaha…”

Ya no había explicaciones y quejas reservadas de ese Rebel frustrado con las HiMEs. El enemigo con el cual lidiaban sólo buscaba lastimarlas y gozar con el derramamiento de sangre, incluso el suyo propio…

Las HiMEs se estremecieron. Incluso Suzuka percibió que lidiaba con un demente completamente impredecible. A su lado, Norimune le agarró de un hombro.

“¿Puedes moverte ahora?” le preguntó, tranquilo, aunque con seriedad.
“…mis extremidades se destraban poco a poco, parece…” dijo perdidamente. “No sé… cómo hizo eso…”
“Su poder, puede que lo sea…” el rubio observó al Rebel, quien dejó de reírse repentinamente.
“Ahh… tengo que agradecerte… empezaba a sentir que mi vida no tenía sentido… es bueno recordar que existen placeres restantes en este infierno…” declaró Matsui con una voz grave que arrastraba una rara mezcla de diversión, agradecimiento, odio y rencor. Era una tóxica mezcla que podía completar la vida de algunas personas. Su aura volvió a aparecer.
“Tsk…” Suzuka se estremeció. El ‘destrabe’, como lo había descrito, parecía revertirse y temía volver a congelarse…

Observó a ese Rebel estremecerse y estar a punto de lanzarse hacia ella. Sin embargo, hubo una interrupción, un ataque luminoso que por poco y lo impacta y que le forzó a abandonar sus intenciones. Un ataque que… vino de la última persona que debería interceder por ella.

“…” Matsui se levantó luego de esquivar ese certero rayo que casi lo parte en dos, y miró hacia atrás a su superior.
“Tch… se supone que eres el más cortés de los dos, no te avergüences,” espetó Ootakemaru. Este alzó su espada que desprendía chispas de su elemento. “Y menos me quites la diversión de pelear con mi HiME.”
“Waka-sama…” dijo en voz baja, con fastidio.
“¿No te hice prometer que no matarías a nadie hoy? Tienes prohibido usar tus poderes.”
“…tengo demasiadas quejas que dirigir a tu decisión tan irracional…”
“Si matas a una HiME, por más que sea la tuya, no podrás contenerte de continuar con las demás. No necesitamos mayores complicaciones por ahora. Concéntrate en defender el barco,” le miró fijamente y esperó unos segundos para presentir que la energía maniaca de su compañero empezaba a dormirse. Acto seguido, miró a su HiME, la cual parecía libre del hechizo del otro. “Hm… como lo juzgué, Suzuka. Eres la única HiME aquí quien puede pelear contra cualquiera de nosotros dos.”
“Ootakemaru…” ella le miró fijamente. No podía leer qué había detrás de esa supuesta ayuda que acababa de darle.
“No me malentiendas…” negó frustrado. Sabía lo que pasaba por su cabeza. “Seremos Rebels, pero nuestra misión de esta noche es resguardar el barco y sus contenidos. Digo que no pienso matar a ninguna de ustedes, pero ello no quiere decir que les dejaremos estar aquí sin consecuencias…” un halo de electricidad apareció detrás de él. “Váyanse de una vez si saben lo que les conviene.”

No llegó a haber respuesta ya que, finalmente, otras personas ingresaron a ese muelle. Roxas y Youmu se abrieron camino para dar el alcance a las HiMEs.

“¿Qué ha pasado aquí?” preguntó Youmu, en shock, al ver a sus compañeras con moretones y algunas heridas, además de una peliazul ensangrentada.
“Cho…” Roxas llegó donde su hermana, aunque de inmediato se puso alerta y alistó ambas keyblades para responder a algún ataque.

Ante la presencia de ellos dos, Saki y Tsubasa se acercaron más al grupo, lo cual pudo haber sido lo mejor, ya que tanto Komaeda como Izuru no tardaron en llegar.

“¿Oh? ¿Y a quiénes tenemos aquí ahora?” Ootakemaru alzó una ceja con mínimo interés. “Presumo que otra HiME, un Key… ¿y serán más Rebels?”
“Ah, es un gusto,” dijo Komaeda, alegremente y completamente desentonando con la tensión en el aire. Miró a sus alrededores con impresión. “Sin duda deben ser Rebels con gran fuerza para lograr los destrozos que puedo ver.”
“…” Izuru afiló sus ojos. “Son fuertes… lo son más que nuestros oponentes.”
“Espero que sepas que no vas a pelear contra nosotros,” observó el Rebel eléctrico, con cierto juicio al detectar la mínima intriga en ese chico de ojos rojos. “Presumo que no pudieron detener a nadie a llegar aquí.”
“En verdad soy un Rebel mediocre, no le pude ser de ayuda a Kamukura-kun…” Komaeda se apenó y bajó su mirada con gran autodecepción. “Asumo toda la responsabilidad…”
“No consideré que haya punto en retenerlos más tiempo…” observó Izuru, inmutado. “No veo cambios o utilidad en nuestra presencia y nuestro rol de distracción. Que vengamos todos aquí… puede que esto sea más provechoso.”
“Más interesante, o tal vez un capricho de tu parte, querrás decir… no que me importe…” dijo Matsui, amargamente. “Todo este altercado no tiene motivo ni sentido alguno…”
“Precisamente,” concluyó Izuru. “Sin embargo, hay sentido para algún superior que esto ocurra en primer lugar, por ello es mejor dejar que todo se desencadene…”
“…” Roxas alzó una ceja. ¿Qué quería decir con eso?
“Como sea…” Ootakemaru se encogió de hombros. Tampoco se veía contento con esa conclusión, pero a la vez no parecía realmente importarle. “Ello no quita que ustedes son Rebels, así que ayúdennos a espantar a los intrusos. Protejan el barco y todo lo que hay en su interior.”
“Me pregunto si hay algo en verdad de valor ahí, viendo la poca importancia que esta pelea parece tener, pero estamos aquí para ayudarles,” Komaeda asintió.

“Reimu…” mientras tanto, Youmu habló con Reimu en susurros. “No te ves en buen estado.”
“Tsk, no le prestes atención. Hay una persona dentro del barco, tenemos que hacer algo.”
“¿En serio?” la peliblanca se sorprendió, pero pasó a negar y fruncir el ceño. “Espera, ello no cambia lo que quería decirte.”
“¿Qué cosa?”
“Saki y Tsubasa están en peores condiciones que tú. Por favor… sácalas de aquí y ponlas a salvo. Regresa si puedes, pero tal vez te vendría mejor mantener distancia también.”
“Espera, estos Rebels son demasiado fuertes. No podemos abandonarles.”
“Podrían entorpecer más que ayudar, por favor piénsalo. Al menos protege a nuestras kouhais.”
“Pues… al menos eso sí…” dijo dubitativamente.
“…” Youmu asintió y empuñó sus armas. “Las cubriré para que escapen y veré si puedo ayudar con el rescate.”

“Cho, lleva a tu compañera HiME a salvo,” dijo Roxas, sin dejar de mirar al par de Rebels desconocidos frente a él.
“E-espera, Roxas, ellos son muy fuertes, no puedes pelear solo.”
“…” frunció un poco el ceño. No le gustaba que la gente le menospreciara tan rápidamente, pero si su hermana lo decía, debía tener un buen motivo. “Descuida, no se trata de ganarles. Las cubriré y cuando esté seguro de que están a salvo, también me retiraré.”
“O-oye, chico, hay una rehén inconsciente en el barco,” Tenshi ya había podido ponerse de pie, pese a no encontrarse en buenas condiciones. “No podemos irnos sin ella.”
“Lo entiendo, pero no vale desperdiciar tu vida de esta manera. En tu condición ya no debes hacer ningún rescate.”
“¡Pero!”
“¡Hazme caso!”
“Heh, es bueno oír a un cuerdo para variar,” Ootakemaru sonrió con ironía. “Bien dicho, Key. Es más, no necesitan pelear para nada. Si se dan media vuelta ahora mismo y se retiran, no haremos más que mirar sus espaldas. ¿Qué dices?”
“…” Roxas hubiera aceptado esas condiciones por su cuenta, pero no podía decir nada sin oír de las demás. Había una decisión aparentemente unánime de quedarse a luchar en nombre de esa supuesta secuestrada, por lo cual tenía que discutirlo primero.

Sin embargo, no habría espacio para negociaciones.

“…me parece bien, que se vayan quienes ya no quieran pelear, no pienso forzar a nadie y la mayoría está herido,” Suzuka afiló sus ojos. “Pero yo no he terminado.”
“¡Y yo tampoco!” exclamó Tenshi.
“Oye, de veras tú no puedes continuar aquí,” la peliblanca se giró para encarar a su kouhai.
“Tsk, no me subestimes, Suzuka, ni creas que me cambiarás de parecer.”
“…sinceramente una lástima que no pueda acabar contigo esta noche, mostrarte piedad me resulta más difícil que aniquilarte de una vez…” susurró Matsui.
“…” Roxas se concentró en ese Rebel al cual no podía verle el rostro. Esa voz inspiraba un peligro latente. Debía ser de esos Rebels desquiciados y desalmados que tanto detestaba.
“Entonces…” la espada de Ootakemaru se rodeó de electricidad, y este sonrió desafiantemente. “¡Habrá que forzarles a huir despavoridos!”

Comenzó otra pelea, una que involucraría a más personas. Matsui volvió a invocar su espada y saltó de lleno para enfrentarse a su HiME, pero Roxas se metió en medio del ataque y empezó a responder su asedio con destreza. Suzuka nuevamente convirtió a Norimune en su arma para distraer a Ootakemaru y apartarle de los demás.

Por su lado, Youmu tuvo que detener un asedio de Izuru.

“¡Reimu, de una vez!” le recordó a su compañera.
“¡Sí!” esta asintió y corrió donde Saki. “Las llevaré a salvo. Vengan conmigo.”
“S-sí,” Saki se vio perdida, pero no iba a negar esa salida. También debía ser lo mejor ya que ni ella ni Tsubasa habían tenido un verdadero entrenamiento hasta el momento… y hablando de Tsubasa…
“¡…!” esta pudo ver que Komaeda intentó avanzar en lo que Izuru las distraía y lo interceptó con un rayo para detener su avance. “¡No dejaré que lastimes a mis senpais!”
“¡Tsubasa, ¿qué haces?!” Saki palideció.
“¡Espera, no te le enfrentes sola!” Reimu también se preocupó y ambas tuvieron que retrasar sus planes de escapar por un poco en lo que convencían a la intrépida de rendirse.

Cho había pensado en encarar a su Rebel antes de que Tsubasa y las otras dos le pusieran un freno. Pensó en ayudarlas, cuando notó que Tenshi a su costado aprovechó el caos para una vez más correr hacia el barco.

“…” casi la llama, pero no pensaba atraer atención enemiga, así que corrió detrás de ella.
“Aruji…” Kashuu le siguió, no del todo seguro de otro de los arranques inciertos de su ama.

Entonces, cuando ellos alcanzaron a Tenshi y subieron por la rampa de tierra, esta misma se convirtió en una especie de faja que los arrastró como avalancha hacia arriba. Cho se asustó y su arma le agarró para prevenir que fuera sepultada por ese elemento. Al parecer la peliazul tenía suficientes energías para haber agilizado su subida de esa manera, y terminar por arrastrarlos a los dos con ella sin darse cuenta.

“…” Youmu pudo ver lo que ocurrió de reojo. Alguien tenía que ayudarlas y realmente quería ir detrás de ellas, pero su Rebel no se lo permitiría.

Precisamente, ese mínimo descuido causó que Izuru le alcanzara y le diera una patada que la lanzó hacia arriba a gran velocidad. La peliblanca se estrelló de espaldas contra la pared de ese muelle cerrado. Youmu contuvo el dolor de ese golpe para levantarse y continuar con su pelea… cuando entonces detectó la presencia de otra persona por encima de ella.

…fue otro instante con su vista periférica, con la cual descubrió que Sakuya estaba de pie en una de las enormes vigas de metal del techo, calmadamente observando y esperando algo, quizás nada… pero el instante en el cual ambas cruzaron miradas, Youmu recordó la conversación que habían tenido camino al muelle y la certeza de esa ama de casa de hacer un trato con ella.

La HiME se sintió tentada por lo que podría asemejarse a un contrato con el diablo…

Regresó a la realidad al ver a Izuru centrar su atención en Reimu y las kouhais, quienes no tendrían oportunidades contra él.

“¡No me has derrotado!”




“O-oye, ehh…” Cho seguía a la peliazul quien avanzaba a paso rápido, aunque se notaba que hacía esfuerzo para mantener ese ritmo. Ni parecía capaz de ponerse a correr más.
“Tenshi…” dijo esta y dio un breve respiro para mirar a la otra de reojo. “¿Qué quieres?”
“¿Eh?” Kashuu alzó una ceja, con recelo. “Mi aruji te persigue para protegerte, ¿y eso es lo que tienes que decirle?”
“¿Por qué reaccionas así?” Tenshi se frustró y negó. “No dije nada malo. Es sólo que esta situación es demasiado urgente para gastar el tiempo en plática y dudas. No sentí certeza en su voz, a eso me refiero.”
“¿Y sigues?” el arma se amargó.
“Kashuu, está bien, entiendo lo que dice…” Cho no estaba del todo de acuerdo, pero sí entendía su punto. No era la primera vez que exasperaba a alguien por su forma de ser. “No estoy aquí para detenerte, ya lo habríamos hecho. Sólo…” dio un pesado suspiro. “Pensaba cómo llamarte.”
“Tenshi, ¿no?” esta se encogió de hombros. “Si no me conocieras, en estos instantes, no me importaría qué fueras a llamarme.”
“Eh, c-claro…”
“Pero ya que sabes mi nombre, llámame por él. ¿Y el tuyo?”
“Eh, Cho Tanaka…”
“Ah, Cho, simple, me gusta…” dijo sonrió con ironía. Le daría eso a manera de disculpa. “Bien, Cho, ¿entonces piensas ayudarme?”
“No sé cuánto puedo hacer, pero sí…”
“Ahh, deja de dudar tanto, si se supone que tienes más experiencia que yo.”
“Te digo que no te comportes así, y mi aruji sí es tu senpai. Deberías tener respeto.”
“Sólo porque tú eres su arma no significa que todos la tratemos igual, no que quiera faltarle el respeto o nada,” Tenshi resopló. “Por más especial que Nori es, ya lo echo de menos…”
“¡¿Ahh?!” esta vez, Kashuu pareció insultarse por su propia cuenta. “No me compares con ese padre senil, ser armas es lo único que tenemos en común.”
“P-por favor no discutan…” Cho se estresó en demasía.
“Heh, descuida,” por su parte, Tenshi pareció divertirse por esa reacción. “Eso de ser el padre de Suzuka es nuevo. Me pregunto por qué se le ha dado por fastidiarla así.”
“…” Cho tenía la impresión que siempre había sido así, aunque tal vez la mención de su propia arma, por más inconsecuente que fue, lo llegó a causar.

Entonces, al dar la vuelta a una esquina, Tenshi tuvo un desbalance que le llevó a apoyarse en una pared. La peliazul hizo una mueca de dolor.

“¿E-estás bien?” Cho se le acercó. Era una pregunta obvia.
“Tch, pues, a continuar…” Tenshi se negó a ayuda y continuó con la marcha, pese a que el dolor no se iba de su rostro. “De casualidad, ¿habrá alguna HiME entre ustedes que cure?”
“Eh, pues… no creo, lamentablemente. Hay una Key, pero…” Cho desvió su mirada. No podía ni imaginar a Ayesha presente en medio de algo como el presente.
“Uhh, ojalá se anime a acompañarnos la próxima…” dijo divagante y se resignó a avanzar.
“No te ves nada bien, tenemos que salvar a esa rehén e irnos lo antes posible…” observó Cho, incómoda. “No sé si puedo cargar a otra persona y pelear a la vez…”
“Tú me cubrirás, yo me encargo de llevarla.”
“P-pero estás herida…”
“¿Y? Tengo fuerza sobrehumana, y ciertamente, es lo más fácil del trabajo, ¿no?”
“…” Cho le miró con impresión.
“Hmm…” Tenshi le miró de reojo con frustración y dio un suspiro. “Pensarás que estoy loca, ¿no? Siento que puedo desfallecer y no hay primeros auxilios, pero todavía intento el rescate.”
“Ehm, no loca, pero…”
“Claro, algo más e igualmente reprimible…” se encogió de hombros. Hubo una breve pausa en la cual continuaron caminando, hasta que Tenshi se animó a compartir lo que tenía en mente. “Suzuka me salvó una vez, ¿sabes? Me salvó de Rizembool quienes querían secuestrarme por mi potencial como HiME.”
“¿P-perdón?” Cho y Kashuu se sorprendieron e intercambiaron miradas.
“Seguro te preguntarás muchas cosas, como qué pensaban hacer conmigo, o qué sé yo. Te aseguro que yo me lo he preguntado más que tú, pero eso no importa,” Tenshi mantuvo su mirada hacia el frente, decidida. “La situación será diferente a la mía, no tengo ni idea si la rehén es una HiME en potencia o no, pero quiero salvarla. No…” frunció el ceño. “Tengo que.”
“…”
“Hacer esto… es más difícil de lo que pareció, en ese entonces…” apretó los dientes en lo que avanzaba. Sus dolores persistían. “Seguir los pasos de Suzuka es un martirio, ya lo puedo notar. Aun así… es la vida que yo también quiero llevar. Tengo que pelear contra estas alimañas. Nadie más lo va a hacer.”
“Tenshi…”
“Aun así…” Kashuu se resignó a hablar por más que seguía sin aprobarla del todo. “No lances tu vida al abismo. Hay cosas que ni tu senpai podrá hacer y si te sobrepasas, no sólo no podrás con tu cometido, sino que la vida que ella protegió por ti se desperdiciaría.”
“Ya veo que las armas están mejor calladas, Nori me dijo algo parecido en algún momento,” Tenshi rodó sus ojos, hastiada.
“¡No me compares con el chiflado!”
“Dile eso a Suzuka, ella nunca se pone límites. Por más que hable de salvar a esta chica, diría que no estaríamos aquí de no ser por su misión,” dio un suspiro. “Sonará a que la culpo, pero no me habría atrevido de no ser por esta oportunidad que ella me dio, y ahora no pienso decepcionar sus esfuerzos.”
“…” Cho asintió.
“Y ojalá… podamos ver a esa rehén recuperarse en Hanasaki y levantarse y seguir con su vida libre de toda atadura.”
“…hay que intentarlo cuanto antes,” concluyó la peliceleste.

No estaba completamente de acuerdo con lo ocurrido, pero entendía la situación, y también quería ver si podían hacer algo, precisamente porque tenían la cercanía y oportunidad de alcanzar a una víctima normalmente inalcanzable. No sabía qué tan incorrecto era esa idea, considerando el desastre en el puerto y posibles consecuencias que desconocía, pero a esas alturas, tenían que hacer el intento.

Finalmente llegaron al cuarto clandestino. Todo se encontraba en el mismo lugar como Tenshi lo había dejado, y pese a conocerlo, la apariencia más futurista en comparación con el resto del navío continuaba sorprendiéndole. Cho también no evitó observar cada rincón, pero se recordó prestar atención a la emergencia ni bien Tenshi corrió donde la chica.

“Aquí está,” Tenshi la recogió del suelo, donde la había dejado ya que su Rebel le impidió sacarla de ahí. Esta vez le costó mucho más por sus heridas, pero no se sintió y la puso sobre un hombro.
“Eh…” Cho había extendido sus palmas sin saber cómo podría ayudarle. Nunca en su vida había cargado a una persona y no creía ser capaz de hacerlo, por más que quisiera quitarle ese peso a la herida peliazul.
“Estoy bien, tranquila, ahora vámonos,” Tenshi asintió.
“Sí.”
“Ah, espera…” entonces, Tenshi miró hacia la el cofre que había abierto. “Cuando mi Rebel me descubrió, ignoró a la rehén y puso importancia a proteger ese baúl. Hay algo raro ahí.”
“¿En serio?” Cho se asomó.
“Aruji, no sé qué será, pero no vale la pena ahora,” insistió Kashuu.
“Seguro que no, arma…” Tenshi dio un suspiro. “Pero quisiera que Mamizou lo mire. Podríamos intentar llevarlo con nosotros.”
“E-entiendo, aunque…” Cho sintió escalofríos. Era una rara caja que parecía cubierta de sangre fresca. “¿N-no será un cadáver o algo?”
“Aruji, tenemos que irnos.”
“Podemos al menos llevarlo. Si nos interceptan, lo lanzamos a un costado,” sugirió Tenshi. “Pero ya, estamos en apuros.”
“S-sí…” Cho sintió gran presión por ambos lados. No habría forma de conciliarlos ni tenía tiempo para pensar por sí misma. A manera de acabar con la situación y apresurarse, decidió no meditarlo más y se agachó para agarrar esa rara caja.

La sintió fría y húmeda, como si fuera algún líquido viscoso que de inmediato se adhirió a sus dos manos…


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