Y aquí se acaba el interludio y POR FIN empezamos arco nuevo! Día catorce por la mañana...
80.
Anir se había vuelto a cambiar de set. Ahora llevaba un jersey color crudo que le venía muy, pero que muy grande, un peto marrón y una mochila en la que podría caber el mundo entero dentro (o al menos eso parecía). Completaba el look con unos zapatos marrones y calcetines amarillos, a juego con los pendientes con forma de lacitos que colgaban de sus orejas. Ladeó la cabeza, haciendo que su única coleta alta se balancease.
—A ver… —empezó, dándose un par de golpecitos en el labio con el bolígrafo que tenía en la mano— Milo, Yuzu, Watari, Max, Monica, Hiksti, Hiro… Jack.
Señaló al último al que había nombrado, que levantó una mano para saludar antes de, a saber cómo, treparse a su bastón y reír risueño.
—Locke, Hyoga, ¿Elsa? —preguntó Anir y ella asintió—. Ikki, Shun, Aya, Dominic y… ¿cómo se llama tu mascota?
—Es mi totem —corrigió Dominic, pero rascó al possum detrás de una oreja antes de nombrarle—. Gulliver, se llama Gulliver.
—Nosotros tenemos a Marshmallow y Lulú. —añadió Shun, levantando a su conejo blanco para ponérselo encima de la cabeza. Marshmallow parecía muy cómodo allá arriba.
Anir asintió y cerró su libretita que pronto se disolvió en píxeles.
—Oficialmente somos catorce miembros activos en Dragon Fury. Si contamos a Jack y Elsa, somos dieciséis. Ocho de tercer nivel y seis de segundo nivel —apuntó Anir, empezando a planear su siguiente paso como Guild—. Tenemos que averiguar cómo se sube el nivel de Jack y Elsa y si podemos equiparlos con cosas, que debería ser así porque a las mascotas se las puede equipar. Cómo mechanic mi prioridad es equiparos a todos y conseguir un transporte grande.
—Lo bueno es que somos cinco, no tardaríamos mucho en construir algún tipo de airship pequeño. —dijo Hiro, sentado encima de una de las mesas de la posada, justo al lado de su hermano.
—Hablando de eso, creo que el equipo está un poco mal compensado —añadió Locke—. Sólo tenemos un tanque y encima es un borde.
Locke estaba señalando claramente a Ikki, que rodó los ojos cruzándose de brazos.
—Tampoco es tan borde. —murmuró Hyoga mirando hacia el techo, aunque sus palabras se perdieron entre las quejas de Shun.
—¡Mi hermano es un buen tanque!
—Una cosa no quita la otra —dijo Anir—. Pero entiendo por donde van los tiros. También tenemos un solo full healer porque Shun se está enfocando más en ataque. No me quejo, tener sagrado en un equipo tan pequeño nos va a ir muy bien.
—¿Dieciséis es un grupo pequeño? —preguntó Hyoga, esta vez bien en alto.
—Catorce —corrigió Milo—, las guilds de nivel uno tienen unos veinte slots, no me acuerdo bien. Y la nuestra es ya de nivel tres. Tenemos muchos huecos que llenar y poder hacer subgrupos va muy bien para estrategias.
—Con este tamaño podríamos intentar hacernos con una base, pero hay demasiados mechanics, nos falta ataque rápido y sobre todo potencia de cura —explicó Locke, mirando hacia los menos experimentados—. Literalmente somos dos dps puros.
Monica asintió con la cabeza, aunque puso la mano en el hombro de Hyoga.
—Tendrías que contar al sorcerer como dps y los mechanics pueden hacer de tanque, cambiarnos encantamientos y reparar equipo en medio de combate, que no está nada mal.
—El chico está muy verde —contrarrestó Locke, que luego miró a Hyoga con un gesto de disculpa—. Sin ofender.
—No, si es verdad. —admitió Hyoga.
Para sorpresa de todos ese fue el momento en el que Ikki decidió hablar.
—Pero tiene potencial. Lo que necesitamos es más cura y subir de nivel a los de segundo job.
Todos se quedaron callados, mirando a Ikki. Menos Jack, que se empezó a reír.
—¿Qué? —preguntó Ikki, a la defensiva.
Hiksti estiró el brazo y le dio una colleja a Jack sin dejar de mirar a Ikki.
—No estoy de acuerdo, primero armar y luego subir de nivel. Si los enviamos ahí fuera sin al menos un par de sets y buenas skills se los van a cargar antes de que puedan subir de nivel. Si esto fuera como antes, que morir no importaba, estaría de acuerdo contigo, pero ya no. —argumentó Neko.
—Tiene un buen punto, hermano… —murmuró Shun, agarrando a Marshmallow y poniéndoselo en el regazo de nuevo. Lulú bostezo a sus pies.
—¿Pero tú no tienes cura? —preguntó Hyoga hacia Milo.
—Sí, pero yo no curo tanto como un cleric, aunque mis buffs son más variados y divertidos. —explicó, haciéndole pistolitas y chasqueando la lengua.
Anir suspiró, pero luego acabó riéndose de forma suave.
—Bueno, ¿alguien conoce a algún candidato? ¿Alguien fiable que no tenga Guild? —Anir miró alrededor, esperando una respuesta—. Sé que es mucho pedir…
—Conocemos un beastmaster y una assassin que podrían estar interesados —comentó Aya—. Sé que no es lo buscamos, pero…
—No, no. Más dps nos irá bien, un buen assassin es una bendición. Y con un beastmaster también ampliamos el catálogo. Contáctales a ver que dicen —ordenó Anir y luego miró al resto del equipo—. Un Runemaster o cualquier support que no tengamos también nos iría bien.
—Conocemos un biochemist —recordó Milo—. ¿Y si le pregunto?
—¿Quieres decir el tío que te tiraste después de rescatar a Watari? —preguntó Yuzuriha desde detrás de su bufanda roja.
—¡Ese mismo! —admitió Milo antes de abrir mucho los brazos—. Tenía un homúnculo enorme, seguro que nos viene bien.
Dominic abrazó a Gulliver con un poquito más de fuerza, encogiéndose un poquito sobre sí mismo y mirando de Milo a Anir.
—Chicos, es literal. Este chico tiene un malboro gigante como homúnculo y aún le falta evolucionarlo una vez más. Además tiene reflejos rápidos y toma buenas decisiones en combate. Mándale un mensaje a ver si ahora le interesa unirse.
—Hablando de mandar mensajes, yo te encontré mirando el top de mechanics, ¿te acuerdas? —comentó Max—. ¿Y si miramos en el top de clerics? Tal vez haya alguno sin Guild, no perdemos nada por enviar un mensaje.
—Buena idea, miraré eso. —contestó Anir, tomando asiento antes de invocar su omnitool.
—¿Y los demás qué hacemos, jefa? —preguntó Locke, poniéndole una mano en la cabeza y palmeando.
—No sé, pero no os vayáis lejos, quiero tener un plan de acción en menos de una hora. Necesito encontrar al menos un cleric que quiera unirse a nosotros y ver qué hacemos con lo del airship.
—¿Vas a querer asentarte? —preguntó Watari, tomando asiento al lado de Anir—. Una Guild con base atrae mucho más que una sin base. Aunque no creo que haya bases libres, tendremos que intentar robar alguna.
—Y para eso necesitamos un mejor equipo, más gente y más fuerte. —añadió Ikki, sentándose delante de Anir, pero mirando hacia un lado—. Es todo un círculo vicioso.
—Lo romperemos. —dijo Anir, estrechando los ojos, mirando muy fijamente la lista de los mejores clerics.
—¿Cómo? La gente fuerte sólo va a ir donde haya más gente fuerte. Y aceptar novatos ahora mismo sería un suicidio, no tenemos recursos para entrenarlos rápido y como debe de ser. —insistió Ikki.
—En eso tiene razón. Crimson Raiders no se montó en dos días y los jugadores fuertes sólo se empezaron a unir cuando la Guild ya era grande.
Anir cogió aire y Watari se apartó un poco. Locke le quitó la mano de la cabeza y se cuadró detrás de ella.
—Vosotros estáis aquí, ¿no? ¿Por qué estáis aquí?
—Porque me caes bien, jefa. —dijo Locke, rascándose la barbilla.
—Te tengo miedo. —confesó Watari, sacándole una sonrisa a Anir.
—Y tú, por mucho que te duela admitirlo, estás aquí porque confías en mí. —le dijo a Ikki y empezó a mirar la lista de clerics otra vez.
Ikki bufó y se echó hacia atrás.
—Vale, tienes una Guild porque tienes amigos. ¿Qué vas a hacer? ¿Hacerte amiga de todo el mundo? Eso es imposible.
Anir se encogió de hombros.
—Nunca lo sabré hasta que no lo intent- ¿eh? —Anir se quedó mirando muy seriamente un nick en la pantalla—. ¿Estoy viendo lo que estoy viendo? Locke, ¿que pone ahí?
Locke miró el nick que Anir estaba señalando.
—Pone Crateris.
Anir levantó la cabeza y miró a Ikki fijamente.
—Igual no me hace falta hacer más amigos, ¡igual puedo ir tirando de los que ya tengo!
Y sin pensarlo más y con una sonrisa de oreja a oreja clicó el nick y empezó a hablar.