Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252445 times)


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #735: January 14, 2021, 10:32:49 PM »
Yo les advertí que venía con varios fics y este es con Apple uwu9 ella estará en este color!
Gracias Apple, fue súper divertido escribir juntas y me alegra que hayan salido ideas tan geniales~






El día de la audición había llegado, finalmente.

Habían sido un par de semanas agotadoras para Madara, Eureka y Seven, quienes habían tenido que lidiar con los preparativos para el club de canto en medio de otros deberes. Para su suerte, la carga académica era mucho más ligera durante las dos primeras semanas de clases, pero eso no cancelaba el resto de responsabilidades que tenían: en el caso de Eureka, con el club de vóley y su deber como HiME, y en el de Seven, con su trabajo.

Pese a todo, la convocatoria había sido realizada con éxito: Seven aprovechó su excelente y controversial manejo de las redes para promocionarla tanto en Facebook como en foros como el de Hanachan. Los postulantes llenaron los formularios en Google Docs para agendar horarios que les convenían para ir a audicionar, puesto que sería un día de la semana y podía chocar con algunos de sus cursos de la universidad.

Los formularios registraban catorce participantes: entre los nombres, Eureka encontró a sus entrenadoras HiME, Kanan, Mari y Dia; a Osaka, amiga suya de biohuertos y ahora del electivo de audiovisuales y, finalmente, a Minako y sus amigos, chicos que habían participado como extras en el videoclip de Mama y Nejire. Sin embargo, no cabía duda que la sorpresa más grande para ella había sido ver el nombre de Ryoji. Su amigo no le había comentado nada durante clases, pese a que Eureka le había contado sobre la formación del club junto a Mama y Seven. De lo que sabía, Ryoji no era de canto o baile, por lo que su postulación se le hacía sumamente intrigante.

Alguien que destacaba, a su vez, aunque por motivos distintos, era una postulante proveniente de Rizembool. Al parecer, andaba de intercambio en Hanasaki y por ello no había inconvenientes en su postulación. Sin embargo, eso no era lo más sorprendente, porque la joven era conocida en el medio por ser una idol de mucho renombre y talento indiscutible. Hasta al mismo Madara le había sorprendido verla entre los postulantes, puesto que no había esperado contar con la posibilidad de dictarle a colegas. Eureka y Seven compartían aquella idea: todos los idols estaban en Rizembool… así que tener uno en Hanasaki —por más de que no estudiase allí— era un tanto fuera de lo común.

Miranda, fiel a su palabra, les había permitido usar el auditorio a su antojo aquel día. Madara había cancelado todas sus actividades para dedicarse plenamente a las audiciones, así que no había problemas por ese lado. En vista de que faltaban postulaciones de alumnos para los músicos, el cantante había conseguido contratar a un buen número de instrumentistas a última hora. Él mismo se había ofrecido a tocar, pero Eureka y Seven le habían recordado su posición como director.

Madara dudaba de que los músicos desconocieran las canciones de las audiciones, pero Seven le había asegurado que existía un plan B en caso fuera así: tenía preparada la sala de audio del auditorio para poner las versiones instrumentales de las canciones de ser necesario. La había sincronizado con su celular, así que manejarla desde su butaca le simplificaba la vida a todos. Era entendible ser precavidos, porque los instrumentistas habían contado con poco tiempo para revisar las canciones.

Luego de tener todo listo y en su lugar, los tres tomaron asiento en las butacas de la cuarta fila del auditorio. Aún quedaba cerca de media hora para las primeras postulantes —Dia, Mari y Kanan—, y se sentía bien tener todo en orden con anticipación.

“Por un momento, pensé que estaríamos tarde,” comentó Seven, entre risas, mientras observaba a los músicos interactuando al fondo del escenario.
“Mm-mm.” Eureka negó con la cabeza. “Mama se ve alborotado e improvisa siempre, pero no lo veía capaz de dejar todo a última hora en este caso.”
“Haha, no lo puedo negar~☆” Madara sonrió, despreocupado. “Agradezco que Sakuma-san no se complique mucho con mis demandas alocadas, eso sí. De no ser por eso, no estaríamos esperando tranquilos al inicio de la audición.”
“Es cierto… cancelaste todas tus actividades de hoy,” comentó Seven, curioso.
“Fue con cierta anticipación, así que no es nada dramático.” Madara mantuvo su sonrisa. “Eran un par de sesión de fotos y unas entrevistas que debía. Las seguiré debiendo.”
“…Espero que puedas cumplir pronto.” Por algún motivo, Eureka se sentía responsable de ello… lo que la llevó a suspirar.
“No es nada que los deba preocupar,” les garantizó el cantante. “Ahora… relájense por el tiempo que queda. Los quiero bien atentos durante las audiciones. ¡Vamos a estar regular tiempo aquí!”
“…” Eureka suspiró. “Es cierto. Al menos tres horas y media, si todo va bien. Les hemos dado media hora a cada grupo o solista para que se presente con tranquilidad.”
“Exacto.” Madara sonrió. “Ando muy emocionado, la verdad~”
“Lo que sí debo admitir que me ha sorprendido es tu deseo de mantenerlo como audiciones,” comentó Seven. “Juré que permitirías que cualquier persona entre.”
“Tengo mis motivos,” comentó Madara, observando el escenario y el parante del micrófono. “Confíen en mí.”
“No dudo de tu criterio,” dijo Eureka. “Pero… hay algo que preparé para hoy,” dijo, levantándose de su asiento de un momento a otro. Se apuró en dejar su block de apuntes y su lapiz en el piso, y comenzó a caminar por la fila de butacas.
“¿Huh?” Madara la observó, confundido. “¿Eureka-san?” la llamó mientras observaba el trayecto de la mencionada con miras al escenario.

Ni bien pudo salir de la hilera de asientos, La HiME bajó los escalones y cruzó el espacio hasta llegar a las escaleras laterales que daban al estrado. Se dirigió hacia el micrófono, quedando frente a este. Le costó regularlo a su altura, pero finalmente optó por sacarlo del parante, en vista de que era imposible ajustarlo a su tamaño.

Al ver las risas que se escondía Seven, Eureka lo fulminó con la mirada.

“¿Eureka-san? ¿Qué estás haciendo?” Madara se veía cada vez más perdido.
“Como dije, no dudo de tu criterio.” Eureka usó el micrófono para su respuesta. “Pero eso no quita que me siento… ¿privilegiada? Por así decirlo. Tu asistente pudo haber sido cualquier otra alumna de Hanasaki, la verdad. Y sigo pensando lo mismo. Sé de mis falencias y quiero que las veas. Quiero saber si eso será o no capaz de espantarte a buscar otra asistente.”
“Te he escuchado en nuestras reuniones—”
“No es lo mismo que presentarse, Mama. Y si quiero ayudarte con las presentaciones, debo saber lo que significa salir al escenario. No pretendo ser profesional ni llegar a ese nivel, pero debo valerme por mí misma.”
“…” Madara se encorvó, apoyando sus codos en sus rodillas, con una expresión pensativa. “Mm…”
“Le dije que perdía un poco de sentido cuando ella ya te había apoyado por este tiempo, pero se rehusó a escucharme,” comentó Seven, observando a su amiga. “No estuvo contenta con tu decisión desde el inicio.”
“No se cree lo suficiente.” Madara le comentó a Seven. “Cuando esto nunca ha sido sobre eso.”
“Visiblemente.” Seven se giró a sonreírle. “Pero Eureka no es precisamente una lumbrera.”
“Yo tampoco, la verdad.” Madara rio.
“¿Pueden dejar de cuchichear y prestarme atención?” Eureka los juzgó con la mirada. “Ahorita vienen Mari y el resto y no me van a escuchar.”
“Haha, lo siento~” canturreó Seven, alzando la voz. “No sabía que harías berrinche.”
“¡No es berrinche!”
“…Okay.” Madara retomó su postura inicial, apoyándose en el respaldar del asiento. “Te dejaré audicionar por el puesto.”
“…Me sorprende lo rápido que accediste, pero no me voy a quejar.” Eureka sonrió. Luego de una breve pausa, lanzó un suspiro y asintió. “Okay, entonces… aquí voy.”

Seven recibió la señal de Eureka y, luego de unos breves segundos manipulando su celular, el pelirrojo consiguió que los parlantes del teatro comenzaran a emitir una tonada pop que Madara no pudo reconocer de inmediato. Un poco más de la intro le permitió identificarlo como k-pop, aunque su falta de conocimiento en ese campo le impidió indagar más allá de eso. No sabía mucho de los gustos musicales de la joven, pero imaginaba que se trataba de un grupo popular y reciente. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Eureka comenzó a cantar, y optó por prestarle atención por completo.


Who dat, who dat, who dat is?
Coming in the back, back talking slick
Tell me 'cause I like that, I like that
Yeah, I know what to do with trouble



Ante los pocos gestos y la falta de baile, Madara supo que Eureka se enfocaría de pleno en la voz y validó aquella decisión: sabía que la chica no había entrenado en lo que correspondía a danza y lo más importante de la audición era mostrar sus fortalezas. Apostar por su voz era lo correcto. Aplaudió, internamente, aquella priorización de la pelilila, y continuó observandola en silencio.

Por su lado, Eureka era un manojo de nervios mientras cantaba. Sabía que su estado emocional debía notarse en el temblor de su voz, pero era muy tarde para dar marcha atrás: más aún cuando notó que el público había pasado de ser conformado sólo por Seven y Madara a también, incluir, a Sheryl Matsumoto —compañera HiME suya— y una joven de cabellos oscuros que, suponía, debía ser una postulante, por el atuendo que llevaba. La ampliación de los espectadores la intimidó por unos instantes, pero finalmente, terminó por animarla a dar lo mejor de sí. Era curioso ver a sus compañeras HiMEs en situaciones ajenas al conflicto y, por algún motivo, la presencia de Sheryl en el público había pasado a otogarle cierta calma.


Oh he don’t, he don’t, he don’t know
I can take 'em head to head, go toe to toe
Oh if you play I fight back, I fight back
I’ll show you who’s in control



Por el rabillo del ojo, Seven pudo notar cómo el cantante se tensó ante la presentación de Eureka. Madara podía intentar aparentar todo lo que quisiese, pero no era tan difícil para Seven discernir el visible interés en su mirada. Quedaba claro que estaba muy atento, pese a esconder sus emociones como había imaginado que haría. Pese a todo, Madara era algo predecible en determinadas situaciones, y Seven sabía que iba a reaccionar así frente a Eureka.

Lo que no le dejaba dudas respecto a cierto tema, pero eso no era lo más importante en esos momentos.


'Cause I, I know how to make the devil cry
Break 'em down, looking in my e-e-eyes
That’s what I’m doing here tonight



Seven dudaba que Madara aprobara a Eureka en todas las categorías existentes, pero sabía que su amiga tenía un rango amplio y una voz clara. La HiME mantenía la afinación correcta y le daba su propio estilo a la canción, aún cuando no contaba con a la técnica vocal de un profesional. Era curioso lo mucho que podía ayudar tener buen oído, pero Eureka le había demostrado que se podía cantar decente si habías vivido toda tu vida interactuando constantemente con distintos estilos musicales, como les había contado en las reuniones.


Every time I come around
Another bad boy down
Got 'em like ooh ooh
Hit 'em with my love like ooh ooh
But they come back another round



A Madara le sorprendió escuchar que los coros de la canción habían sido pre-grabados en una mezcla nueva por la chica: no cabía dudas que la voz de Eureka era la que sonaba por los parlantes. Una excelente decisión, tomando en cuenta que estaba cantando la canción de un grupo de varias integrantes y entre ellas era sencillo tomar puestos. Privilegio que, como solista, no podía permitirse sin sonar mal.


Just one look from me, lights out
Watch 'em hit the ground
Got 'em like ooh ooh
Hit 'em with my love like ooh ooh
Shot another bad boy down



Madara se encorvó, volviendo a apoyar sus codos en sus piernas para esconder su sonrisa con sus manos. Los nervios de Eureka eran imposibles de ignorar, lo que le aseguraba que la chica ignoraba por completo cómo Madara estaba tomando su presentación. Sin embargo, era inevitable reaccionar de alguna manera: Eureka estaba dando todo de sí en el escenario y, junto con la pre-grabación de la canción, le daba a entender que iba en serio con todo el proyecto.

Era imposible negarle la oportunidad de trabajar a su lado. Y, justo por ello, a Madara no le cabía en la cabeza cómo Eureka podía sentirse incapaz de llevar aquel puesto.

La canción continuó hasta llegar a su fin, y a la HiME le sorprendió no sólo escuchar los aplausos por parte de Madara y Seven, sino también por parte de los instrumentistas, de Sheryl y su amiga y de Mari, Kanan y Dia, quienes habían llegado un par de minutos atrás y ahora caminaban hacia el escenario.





“Shinyyyy~!” exclamó Mari, emocionada, mientras se acercaban progresivamente a las escaleras laterales. “¡Eureka-chaaan! ¡No sabía que ibas a audicionar también!”
“Ah, no.” Eureka respondió, un tanto cohibida. “Esto es por otra finalidad.”
“Te salió genial,” le dijo Kanan. “No pudimos escucharla completa, pero tienes una bonita voz~”
“¡Gracias!” respondió la HiME, avergonzada por los elogios. “Ahora sí, les dejo el escenario para que se preparen.”
“Gracias, Eureka,” dijo Dia.

Fiel a su palabra, Eureka bajó del escenario para darle paso a Dia, Kanan y Mari. La HiME bajó las escaleras y regresó a las butacas para tomar asiento de nuevo al lado de Madara y Seven. Una vez sentada y con su block de notas en el regazo, se dignó a observar al cantante por el rabillo del ojo. Madara la observaba, curioso, sin comprender por qué no se atrevía a encararlo del todo.

“¿Qué… tal?” preguntó, asustada.
“…” Madara la intimidó con su silencio. Sin embargo, cuando Eureka se giró a encararlo, lo encontró sonriendo enormemente. “¡Ahhh, Eureka-san~☆!” exclamó, lanzándose a abrazarla, aún a pesar de lo incómodo que era por culpa de las butacas. “¡Estuviste grandiosa! Adoré que tengas una mezcla pre-grabada y que hayas sabido priorizar tus puntos fuertes. La canción es bonita y perfecta para tu rango,” comentó, acariciando su cabello. “Pero como le decía a Luciel-san, nunca fue necesario que demuestres tu habilidad conmigo. Mi decisión nunca se basó en eso~”
“…” Eureka lo apartó de sí, confundida. “¿Entonces?” preguntó, mirándolo a los ojos.
“Tengo otros motivos~” canturreó Madara, enigmático. “Pero prometo que no tienes nada de qué preocuparte.”
“…Suena a que sí.” Eureka lo observó con recelo y, luego, desvió su mirada a Seven.
“¿Qué me miras a mí~? Yo no tengo nada que ver~” se defendió el pelirrojo, sonriendo de lado.
“…Okay.” Eureka suspiró. Se apartó de Madara y agradeció mentalmente que el idol respetara su decisión y le diera su espacio. “Supongo que confiaré en ti. Igual, me siento más tranquila luego de presentarme y todo.”
“Me alegra que así sea~” canturreó Madara. “Tu comodidad siempre va a ser lo más importante aquí.”
“Uh… ¿no?” Eureka arqueó una ceja. “Hay cosas más important—”
“Madara-san.” la voz de Kanan, potenciada por el micrófono, interrumpió a Eureka. “¿Dónde están los otros micros?”
“Ah, yo me encargo de eso,” dijo Seven, alzándose de su asiento para ir a auxiliar a Kanan y al resto.

Eureka se acomodó en su sitio, comenzando a apuntar los datos de las primeras postulantes.

Las audiciones al fin darían inicio.








Kanan, Mari y Dia fueron un excelente primer número: cantaron una canción compuesta por ellas mismas y arreglada por sus amigas de la Facultad de Música, Chika y You, a quienes atribuyeron los créditos de la producción musical. Desde su perspectiva amateur, Eureka no le encontró mayor error que el tiempo total de la canción, puesto que su duración dejaba claro que era una versión cortada por falta de tiempo para poder terminarla. Era comprensible: habían tenido sólo un par de semanas para prepararla y, al contrario, era admirable que pudieran traer algo propio en vez de hacer un cover, como imaginaba que muchos harían por el tema de los tiempos.

Sin embargo, Madara pareció no inmutarse por la gran hazaña de las chicas. Y esa actitud seria y misteriosa por parte de él permaneció durante el resto de audiciones: Madara no hizo más que observar y agradecer a cada grupo por presentarse aquel día. Los dúos de Hotaru y Osaka, y Tanjiro y Zenitsu, recibieron el mismo trato por parte de él.

Eureka revisó sus apuntes y sonrió al ver que el siguiente turno era de Ryoji. El chico llegó un poco más tarde de lo previsto, pero como el resto había respetado los turnos, le alcanzaba el tiempo para presentarse antes del siguiente grupo. Madara no hizo comentario sobre la tardanza, más que asegurarle, con una sonrisa cálida, que todo estaba bien, lo que logró calmar un poco sus nervios.

A diferencia de las audiciones anteriores, Ryoji optó por hacer un cover sólo de baile, argumentando que aún no contaba con una voz decente como para aventurarse con ambas artes. Eso no aminoró la sorpresa de Eureka, quien nunca había imaginado verlo participando en una audición como esa. Sin embargo, Ryoji fue capaz de capturar la atención de los tres con su danza enérgica y divertida: era un cover de Uptown Funk de Bruno Mars, canción que, curiosamente, le iba muy bien a su personalidad vivaz.

Para ese entonces, el auditorio contaba con un pequeño público aparte del jurado y los instrumentistas: alumnos que se habían enterado de las audiciones, postulantes como Hotaru y Osaka que habían decidido quedarse a ver un rato antes de ir a sus clases y amigos de los siguientes postulantes. En el caso de Ryoji, estaban Hizumi, Kanone y Soul, quienes junto al resto de espectadores, aplaudieron enormemente ante la llamativa presentación de su amigo. A Eureka le dio gusto ver que todo el mundo coincidía en aquel pensamiento. Sin embargo, era curioso ver que Madara seguía sin mostrar una pizca de emoción.

Ryoji pareció desanimarse un poco con eso, hasta que una voz lo distrajo.

“¡Me encantó tu presentación!” le dijo la dueña de aquella voz, una chica de sonrisa cálida y pura energía. Estaba acompañada de dos jóvenes: un rubio igual de enérgico que ella y un chico de mirada cansada, pero para Ryoji, la chica en frente de él era la única persona que llamaba realmente su atención. “¡Tienes un carisma sorprendente! Me quede admirada con tu agilidad y ritmo. No sabes lo mucho que me alegra ver que habrán más chicos interesados en el baile en el club~”
“Uh…” Ryoji se mostró sorprendido: verla en el escenario implicaba que sería la siguiente postulante. ¡Y Eureka no le había mencionado que habrían chicas así de lindas en las audiciones! Tremenda traición. “Muchas gracias,” le dijo, sonriendo cálidamente. “Soy Ryoji Mochizuki, un gusto~”
“¡Yo soy Minako Arisato!” se presentó ella, sin dejar su energía de lado. “Mis amigos son Hifumi Izanami y Doppo Kannonzaka.”
“Yo~” Hifumi le sonrió.
“Un gusto.” Doppo hizo una leve reverencia. “Minako, no lo dije en su momento, pero… nada nos garantiza que entraremos.”
“Haha, te preocupas por mucho, Doppo~” Minako sonrió. “Dudo que Mama nos deje en el aire. No lo conozco tanto, pero al menos sí puedo garantizarte que esto no es tan serio como parece. Debe tener sus motivos. Supongo que para convocar más miembros, pero no estoy segura.”
“Huh. Eso tendría sentido, de hecho,” dijo Ryoji, pensativo.
“¡Sí!” Hifumi sonrió. “Minako-chin tiene razón. Mama no sería capaz de negarnos la chance de aprender de él. Más aún cuando fuimos nosotros los que les sugerimos la idea.”
“No tanto como que la sugerimos… pero sí, se le ocurrió gracias a nosotros, es cierto.” Minako asintió.
“…” Ryoji observó a Madara, curioso. Eureka le había contado que era un hombre alegre, de ideas alocadas y actitud entusiasta. Sin embargo, el joven sentado al lado de su amiga se veía más… calculador que cualquier otra cosa. Para respetar los tiempos y evitar ocasionar más problemas, Ryoji optó por dejar el escenario en esos instantes. “Bueno. Ha sido un gusto, pero será mejor que los deje para que se preparen.”
“Gracias, Ryoji-kun,” le dijo Minako. “Espero que nos volvamos a ver pronto.
“Si tienes tiempo, podrías quedarte a ver nuestra presentación,” le ofreció Hifumi. “No creo que nos demoremos mucho en prepararnos~”
“Oh, suena genial. Gracias por la oferta.” Ryoji asintió, con una sonrisa. “¡Les deseo mucha suerte!”
“¡Mil gracias!” Minako le sonrió.

Ryoji asintió, y luego de una reverencia, se retiró del escenario, bajando las escaleras para ir a saludar a Eureka y al resto de sus amigos. Por su lado, Minako, Hifumi y Doppo terminaron de alistarse y, luego de conversar brevemente entre ellos, se acercaron a tomar uno de los micrófonos para presentarse.

“¡Buenas tardes!” la voz alegre de Minako retumbó por el auditorio. “Mi nombre es Minako Arisato. Ellos son mis amigos, Hifumi Izanami y Doppo Kannonzaka. Presentaremos el cóver de un baile de una canción que nos gusta mucho. ¡Espero que lo disfruten!”

Madara sólo asintió a manera de respuesta. Ante esto, Minako le dio una señal a Seven para que reprodujera la canción. La joven corrió a tomar su posición y, junto a sus dos amigos, se prepararon mentalmente para dar inicio al baile de su audición.

Las primeras notas de la canción fueron capaces de enganchar al público con la melodía divertida del saxo. Con el inicio del rap, Minako y sus amigos comenzaron con un baile urbano dotado de una energía muy contagiosa. Minako, claramente, era la líder en ese pequeño grupo, y la que mejor se desenvolvía como bailarina, pero sus amigos no iban tan detrás de ella. Se notaba que la expresión corporal era el punto fuerte de los tres, puesto que se desenvolvían sin problemas en el escenario, respetando el ritmo y la correcta ejecución de los pasos.

Al finalizar la presentación, el auditorio irrumpió en aplausos, Seven y Eureka incluidos. Al medio de los dos, Madara parecía un tanto pensativo con lo que acababa de ver. En esos instantes, Eureka se resignó: lo más probable es que aquella expresión no iba a cambiar por el resto de audiciones, pero se le hacía tan extraño verlo así que el pensamiento no la dejaba en paz.

“¡Muchas gracias!” la voz de Minako, potenciada por el micrófono, la obligo a enfocar su atención en ella.
“¡Gracias, Minako!” le dijo Seven, mediante el suyo. “Como le hemos andado avisando al resto, haremos una reunión la semana que viene para discutir los resultados. Les mandaré un correo con la información del lugar, día y hora. Si no pueden venir, me responden por ahí para coordinar cómo hacemos~”
“¡Oh, genial!” Minako sonrió. “Estaremos atentos, entonces.”
“Graciaaas~” canturreó Hifumi, y mandó un par de besos volados hacia el público.

Al girarse levemente, Eureka pudo notar a un pequeño grupo de chicas entre los espectadores. Al parecer habían ido sólo para ver a Hifumi… lo que tenía sentido, si pensaba en ello detenidamente.

Eureka sacudió su cabeza para deshacerse de aquellas distracciones. Enfocó su mirada en sus apuntes, observando las anotaciones que había hecho sobre cada presentación. La mayoría de postulantes habían hecho bien en resaltar sus puntos fuertes y todas las audiciones habían sido maravillosas a sus ojos. Era difícil, sin embargo, creerse todo eso cuando Madara no había hecho comentario alguno luego de su audición como asistente. ¿Tal vez el motivo detrás de su actitud estaba relacionado a ella?

“Eureka-san, Luciel-san~” Madara interrumpió sus pensamientos con su voz enérgica. “Iré a comprar algo de tomar. ¿Gustarían que les traiga algo?”
“Ah, sí, un cappuccino por favor~” dijo Seven.
“Yo estoy bien, gracias Mama,” le aseguró Eureka.

Madara le sonrió y asintió, sin cuestionarle más al respecto. Luego de pedirle permiso a Seven, salió de la fila de butacas hacia el camino que daba a la puerta del auditorio, dejando a los otros dos jurados a solas.

Contra todo pensamiento racional, Eureka se giró hacia Seven para comentarle sobre el elefante rosado de la habitación.

“¿Seven?”
“¿Mm?” Seven dejó su celular para alzar la vista.
“¿No te parece que Mama está…?”
“¿Raro? Oh, sí.” Seven sonrió. “Súper. Nunca lo imaginé así de concentrado y serio. Suponía que andaría lanzando cumplidos como siempre… pero tal vez es que no lo conocemos mucho.”
“Es cierto, hemos tratado por muy poco tiempo con él.” Eureka suspiró. “Pero bueno. Supongo que deberíamos confiar en él.”
“Sí. Ya nos dirá luego por qué andaba tan misterioso~ Ahorita preocúpate por la siguiente audición~”
“¿Por qué lo dices?”
“Ah, ¿no estás apuntando y eso?”
“Pues sí. Ahora que lo noto, tú no tienes apuntes ni nada.”
“Lo estoy grabando todo,” comentó Seven, y con su pulgar, señaló hacia atrás. Al girarse, Eureka notó que había una cámara grabando todo el escenario desde un trípode. “Lo revisaré más tarde de nuevo y a partir de eso le daré mis comentarios a Mama. Pero igual recuerdo las audiciones, no me subestimes.”
“…Me siento un poco tonta anotando cuando pude grabar todo también.”
“Creo que si lo hacías desde tu celular, te habría distraído un poco. Si quieres, luego te paso la grabación también.”
“Mm. Te lo agradecería mucho… Aunque igual seguiré anotando.”


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #736: January 14, 2021, 10:37:26 PM »
Gracias Eureka, me encanto escribir contigo <3 *presume sus iconos*



Sheryl y Minmay habían tratado de llegar con suficientemente tiempo a la audiciones, no solo para asegurarse de que el maquillaje y vestuario de Minmay estuvieran impecables sino también querían ver a los demás participantes para "medir" la competencia. Las dos chicas se sentaron en un rincón del auditorio pero se aseguraron de tener una buena vista al escenario y a los jueces- principalmente a los jueces. Las dos eran fans declaradas de Madara Mikejima y se habían permitido unos momentos para admirarlo desde lejos. Sin duda estar en un club liderado  por uno de los idols más populares del momento sería el sueño de cualquier aspirante, sin contar el valioso entrenamiento que alguien como él podría dar.

Lowkey Sheryl estaba lamentándose no haberse inscrito en el club, pero después de la riña con Souji y considerar sus otras obligaciones, había abandonado la idea y se había limitado a ayudar a Minmay a prepararse. Al menos lo estaban pasando bien con Minmay con la música y baile de los demás ¡incluso una de sus compañeras HiME había participado en las audiciones! Eureka estaba bastante concentrada en su rol de juez pero cuando ella y Sheryl cruzaron miradas se saludaron de lejos.

Cuando se acercaba el turno de Minmay se anunció un pequeño receso mientras Madara iba a comprar algo de beber, a lo que Sheryl aprovechó a servirle un poco de té de manzanilla a Minmay y retocarle el maquillaje. La pelinegra, como algo poco característico de ella, estaba estoica y apenas acabó su taza de té fue al backstage a cerciorarse de que el teclado que tocaría estuviera en perfecto estado. Sheryl se preguntó si esa quietud era la forma de Minmay de ocultar sus nervios, aunque su amiga desde pequeña empezó a entrenarse como pianista clásica y tomó cursos de baile, teatro y canto presentarse ante MADARA MIKEJIMA no era poca cosa

Poco antes de que se anunciara la reanudación de las audiciones llegó Souji y tomó asiento junto a Sheryl.

"¿Llegué tarde?"
"No"
"¿Ya pasó Minmay?"
"Está a punto de pasar"
"¿Y tú? ¿No deberías de ir a cambiarte?" el chico notó que Sheryl seguía usando su outfit casual de shorts y t-shirt al contrario de los demás que usaban vestuario más elaborado.
"¡Ugh Souji!" la rubia bufó enojada y le dio un puñetazo en el brazo "No voy a cantar. ¿Cómo pretendes que lo haga después del berrinche que me hiciste? Mejor cállate, Minmay ya va a pasar"

El chico se hundió en su asiento sin decir más. El prospecto de que Sheryl entrara de nuevo al foco público no le emocionaba mucho por todas las malas experiencias que habían tenido en el pasado; no pudo evitar sentirse un poco aliviado y... ¿decepcionado? había corrido desde la facultad de ingeniería para verla y secretamente estaba esperando que Sheryl le llevara la contraria esta vez.

En ese instante las luces del auditorio se apagaron y un reflector solitario ilumino el centro del escenario donde había un teclado con Minmay tras de él. La chica terminó de ajustar el micrófono para que quedara justo al nivel de su rostro y toco unas teclas para probar el sonido por última vez. Cuando estuvo satisfecha sonrió ligeramente y levanto el rostro hacía el público. Todo quedo en silencio.

"Mi nombre es Lynn Minmay, compuse esta canción especialmente para hoy. Espero que sea de su agrado"

Sheryl se levantó de su asiento y corrió a buscar una buena posición para grabar la presentación de Minmay tal cual mamá de Regina George. Pronto las notas de una balada inundaron el auditorio por unos segundos hasta que Minmay empezó a cantar. Cuando llegó al coro Minmay alzó ligeramente su voz para darle más emoción al momento. Sentía que la adrenalina inundaba su cuerpo y podía sentir la mirada de todos sobre ella; para concentrarse y llegar a las notas que la canción requería cerró los ojos y se dejó llevar.


Do you remember? The time when our eyes first met?
Do you remember? The time when our hands first touched?
That was the very first time I set out on the journey of love.
I LOVE YOU SO.


Para alivio de Sheryl y de la propia Minmay, la pelinegra pudo mantener el ritmo el resto de la canción sin desafinar o perder alguna nota. Para cuando Minmay cantó el último "I love you so" de la canción y toco las notas finales el auditorio se llenó de aplausos.

Minmay bajo del escenario y corrió a donde estaba Sheryl, que la recibió con un abrazo y miles de cumplidos. Regresaron a sus asientos donde ya Kallen, Hajime y otros amigos estaban junto a Souji, y todos le dieron las respectivas felicitaciones a Minmay. Aunque la chica se había lucido no podía dejar de preocuparse, ya que durante el transcurso de su presentación se percató de que Madara seguía serio y no había presentado emoción alguna al final de su  presentación.

Para la siguiente presentación las luces del auditorio volvieron a apagarse a excepción del reflector que apuntaba al centro del escenario. Esta vez era un chico con su guitarra acústica; a diferencia de otros participantes no lucía un outfit llamativo ni nada por el estilo. 

"Minmay, ¿ese sujeto es quien creo que es?" susurró Sheryl mientras el joven terminaba de conectar su guitarra al cable del amplificador que le pasaron.
"Oye lo recuerdo, el niño rarito que creía hablar con su guitarra del campamento de idols..."
"¿Crees que sea él? Nunca lo volvimos a ver y no recuerdo su nombre"
"Era algo extraño, algo así como ¿Baka? ¿Bara?”





"Mi nombre es Basara ¡Todos escuchen mi canción!"

El público vio incrédulo la pobre auto-introducción del tipo y varios se volvieron a ver la reacción de Madara, que seguía sin inmutarse. Seven y Eureka revisaron el formulario de inscripción del sujeto que se había registrado bajo el nombre de 'Fire Bomber' lo que hizo crecer la intriga ¿tal vez planeaba ser un proyecto individual a lo Nine Inch Nails?

Basara inició su canción con "1, 2, 3, 4..." y empezó a tocar su guitarra con toda la naturalidad del mundo. La sonrisa confiada de su rostro nunca desapareció mientras iniciaba con la primera estrofa de la canción.


LET'S GO! Let's break through to the dawn we dreamed of
It's still far away, but MAYBE we can make it through as long as we have love


Para la sorpresa del público la voz de Basara era poderosa pero no intimidaba, sino que era cálida, y acompañada de la letra tan positiva de la canción transmitía mucha positividad sin ser molesta o melosa.

My heart of love soars into the night sky,
Carrying my burning emotions
Keep shooting down sadness and anger
A heart of love is inside you too
Face your destiny
It can go billions of light years ahead,
My charging heart of love!


Su presentación fue corta y muy fácil de disfrutar, quizá porque Basara daba la impresión de que realmente amaba lo que estaba haciendo. Como que sí en esos dos minutos que canto el universo entero giro en torno a ese sujeto maleducado y su canción. Souji en particular quedo prendido de la canción y se preguntó si el sujeto tendría alguna grabación. Cuando finalizó la audiencia fue generosa con sus aplausos y Basara les saludo a todos con la mano antes de saltar del escenario; Sheryl y Minmay no perdieron el tiempo de ir a su encuentro.





"Oi Basara ¿te acuerdas de nosotras?"
"Hm" él las vio como que si estuviera recordando sus vidas pasadas "Ustedes son las niñas lloronas del campamento de idols. No han cambiado mucho"
"Mira quien habla, a ti te hacían bullying los demás porque eras demasiado raro y lo sigues siendo ¿qué pensabas cuando te presentaste así ante MADARA MIKEJIMA?"
"Yo solo vine a cantar" explicó el como que si estuviera hablando con un par de chiquillas.
"..." Ambas chicas se vieron y suspiraron resignadas. Basara seguía siendo un anómalo (muy talentoso eso sí).

Con toda la conmoción no se dieron cuenta que la siguiente audición estaba por iniciar. Cuando las luces del escenario se encendieron se escucharon varias exclamaciones de sorpresa de parte del público. Algunos incluso lanzaron un grito de emoción. A excepción del jurado, nadie sabía que alguien ya famoso fuera a presentarse ese día (e incluso ellos lucían un poco desconcertados).





"Soy Mikumo Guynemer, hoy voy a cantar un cover de Sia."

Incluso antes de que comenzara a tocar varias personas del público aplaudieron y sacaron sus teléfonos para grabar. Sheryl vio incrédula como su Princess tomo el escenario con carisma, y se volvió a Minmay con cara de '¿qué diablos?' pero la pelinegra negó con la cabeza sin entender bien ella misma lo que pasaba.


Party girls don't get hurt
Can't feel anything, when will I learn
I push it down, push it down


Con el primer verso de la canción muchos se dieron cuenta de que la canción que Mikumo cantaba era Chandelier, algo impresionante considerando que el coro era especialmente difícil. Pero Mikumo lo dominó sin ninguna dificultad; tras el primer 'I'm gonna swing from the chandelier' muchos se quedaron boquiabiertos pues aunque tuvo que utilizar toda la potencia de su voz para el coro, no se inmuto ni un poco.

Sheryl en cambio estaba indignadísima. No solo Mikumo le había roto un dedo el otro día sino que ahora se aparecía en Hanasaki, muy casual y luciéndose en un momento donde la mayoría eran principiantes mientras ella era una profesional. Además ¿acaso no se había retirado ya? Era obvio que solo estaba presumiendo.

Aunque el público estaba emocionado, para Madara el contraste de las otras presentaciones con Mikumo era abismal. Era algo que solo se podía ver con el ojo crítico de un profesional; la chica tenía la voz y práctica, conocía la teoría y sabía qué hacer en el escenario pero su performance no tenía la misma emoción que los demás. Él sabía que Mikumo se había retirado y aunque desconocía sus motivos se estaba haciendo una idea de lo que pasaba en base a su presentación tan fría. 





Conforme avanzaba la canción el enojo de Sheryl crecía. Minmay se dio cuenta de que su amigaba empuñaba las manos con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos y su rostro estaba sonrojado por la molestia. Claro, a ella también le molestaba e incluso le parecía un poco injusto que Mikumo se apareciera solo así pero si el staff del club le había permitido audicionar no había nada más que hacer.

“Sheryl, no vayas a hacer nada" le rogó la pelinegra esperando que su amiga no incendiara el auditorio lleno de gente.
"Tengo que hacer algo"
"¡No! ¿Qué vas a hacer?" Minmay seguía tratando de contener a Sheryl tomándola del brazo.
"Voy a subir al escenario" dijo Sheryl sin pensarlo mucho.
"P-p-pero no tienes nada listo ¡Ni siquiera estas inscrita!"
"No me importa" la rubia se zafó del agarre de Minmay y se fue al backstage.
"Ay Sheryl..." Minmay se quedó unos momentos sin saber qué hacer. La presentación de Mikumo se había acabado y pronto la siguiente persona saldría.
"¡¿Qué pasa?!" Souji apareció tras ver el pequeño forcejeo de Sheryl y Minmay.
"Sheryl se enojó mucho cuando vio a su Princess y dijo que iba a subirse al escenario"

En el backstage estaban los músicos, instrumentos y otro equipo para las presentaciones pero no había rastros de Mikumo. Cerca de la salida al escenario estaba un chico de apariencia tierna listo para salir; Sheryl asumió que era el próximo en audicionar y corrió hacia él.

"Disculpa, sé que es algo muy random pero necesito salir al escenario. No me tomara más que un par de minutos" la rubia junto la palma de sus manos y se inclinó ligeramente espero a que el chico accediera. El solo la vio intrigado, como esperando más explicaciones pero no intento detenerla, la rubia no espero a que él dijera nada más y salió al escenario sin más.

Una cosa eran las pasarelas de moda donde se compartía la atención con la ropa, el diseñador y otras 40 modelos más; otra muy distinta era un escenario donde se queda a merced de la audiencia (y los jueces en este caso). Todas las miradas se posaron sobre Sheryl y se escucharon susurros entre el público que expectantes esperaban a que la rubia hiciera algo. Eureka y Seven se vieron, no recordaban que Sheryl hubiera aplicado y la situación les desconcertaba un poco.





"Eh... yo soy Sheryl Matsumoto" comenzó a improvisar la rubia, sentía como sus piernas temblaban ligeramente y su cerebro comenzaba a fallar. Ni siquiera tenía un micrófono en mano y el chico que esperaba su turno para audicionar tuvo que pasarle el que tenía el.

"Quiero pedirles disculpas al jurado... Eureka, señor Madara lo siento. Discúlpenme por haber irrumpido solo así, sé que ni siquiera me registre para las audiciones pero les pido una oportunidad" Sheryl ya ni sabía lo que estaba diciendo, sabía que tenía que cantar y pronto pero no se le venía ninguna canción a la cabeza (a pesar de que había pasado las últimas horas escuchando varias). También tenía miedo de que la sacaran del escenario o que las personas de la audiencia comenzaran a abuchearla o burlarse de ella. En el peor de los casos Madara Mikejima diría algo que se volvería el último clavo de su ataúd y se volvería una paría en toda universidad... ¡no! en todo Japón.

Pasaron unos segundos que parecieron horas, nadie estaba muy seguro de que hacer y Sheryl estaba al borde de las lágrimas cuando Madara por fin habló:

"Pues adelante~ puedes cantar o bailar o lo que sea que fueras a hacer~"

Sheryl asintió, ni en un millón de años se imaginó que Madara Mikejima le fuera a dirigir la palabra. Aún no tenía ni idea de que cantar pero las miradas de Minmay y Souji al pie del escenario le dieron un poco de confianza. También se encontró con la mirada ámbar de Basara y se acordó del campamento de idols al que su mamá la había mandado ya hacía más de 10 años. Una canción se le vino a la cabeza.


aimo aimo~
ne-deru ru-she~


Más que una canción, era una nana que su maestra de canto le había enseñado y que era según ella era muy conocida entre la tribu Ainu. Curiosamente ni la mitad de la canción estaba en japonés, pero Sheryl podía recordarla a la perfección.

lulei luleia~
The dancing larks in the sky are waves
lulei luleia~
You are a young and gentle child


Hasta ese momento ningún participante se había presentado a cantar a capella y Sheryl no lo hacía nada mal. Tenía una voz peculiar que resonaba con eco en el auditorio dándole un aura pura y casi angelical. Souji sabía que tenía que grabar ese momento pero no podía apartar los ojos del escenario; había escuchado esa canción muchos años antes de vuelta en Kyoto, cuando Sheryl se ponía a cantar cuando jugaban. De pronto se sintió en casa y recordó que la última línea de la canción le gustaba mucho.

We are in a warm ocean

Cuando finalizó el público aplaudió conmovido, una reacción que Sheryl no esperaba para nada. Se llevó las manos al rostro para cubrir su sonrojo y de nuevo se encontró con la mirada de Souji, entonces entendió que lo había hecho bien. Hizo una ligera reverencia en agradecimiento a la audiencia,  le devolvió el micrófono al chico de apariencia tierna y regresó con sus amigos. El enojo que había sentido hacia unos minutos había desaparecido y por alguna extraña razón se sentía satisfecha consigo misma.

Eureka, así como el esto del público, había irrumpido en aplausos, levantándose de su asiento para indicar lo mucho que le había emocionado la presentación de su compañera HiME. Sheryl tenía muchísimo talento y un carisma difícil de aplacar: su presencia en el escenario no se había visto afectada por la falta de proyección sonora o de acompañamiento musical. Al contrario, su voz, sin micrófonos, había llegado mucho más natural y, sin duda, jugaba a su favor. Era demasiado admirable… pero, al girarse, Eureka notó que Madara seguía con la misma expresión seria de siempre.

Sin embargo, la HiME no tuvo mucho tiempo que darle a aquellos pensamientos porque la voz proyectada por el micrófono, en esos instantes, era la de su peor pesadilla.




“Hoooola~” canturreó una voz que, para muchos, debía sonar tierna, pero para Eureka era la voz del diablo hecho engendro de metro sesenta y cinco. “Mi nombre es Kokichi Ouma. Yo tampoco estaba inscrito, la verdad, pero pensé que sería lindo probar igual~ ¿Puedo? Sheryl-chan ya se presentó…” Kokichi hizo un puchero.

Eureka no tenía binoculares para verlo con claridad, pero no costaba darse cuenta de que lo estaba haciendo.

“Oh, por supuesto~” canturreó Madara. “Muéstranos lo que tienes preparado~”
“Okaaay~ ¡Gracias Mama-chan!”

A más de uno le sorprendió la confianza con la que Kokichi había tratado a Madara, pero la expectativa detrás de su presentación fue capaz de obligarlos a ignorar aquel detalle. Kokichi se giró hacia los músicos, y luego de una señal, estos comenzaron con una tonada pop muy conocida para muchos: Official Hige Dandism era una banda muy popular en Japón, manteniéndose en el top 40 de los charts durante semanas con varios singles. Justo ese era uno de sus más populares… y a Eureka le estresaba pensar en lo adecuado que era para Kokichi.

Like magic, rumors spread so easily
In the face of prejudice, there’s no place for innocence and justice
There’s no helping it; Nothing can be done
Say the adults full of selfishness
If you so please, hate me because I don’t care


Kokichi se aprovechó de su apariencia inocente e infantil para sacarle provecho al dinamismo de la canción: su presencia en el escenario, gesticulando y moviéndose alrededor mientras cantaba con mucha energía, fue capaz de captar la atención del público y engancharlos a su acto. Pese a andar con el ceño fruncido, Eureka tuvo que admitir que su voz era agradable y que su presentación iba bien. Imposible negarlo, cuando su pie derecho andaba moviéndose al compás de la música.

Let me show a big lie even god would be intrigued, oh
No one would think that it’s a paper-machéd, perfect—
Lie and lie, lie and lie, and with a little love,
Let me show what lies beyond the greed


La canción era demasiado movida y pegajosa como para ignorarla, y Eureka vio a varios miembros del público aplaudiendo al ritmo de esta, apoyando a Kokichi. Su rebel no poseía una técnica vocal envidiable ni un color de voz admirable: era medianamente promedio en su canto, con armonías agradables y pequeños detalles por allí, pero su carisma era lo que dominaba completamente la presentación, escondiendo estratégicamente esos pequeños errores en su canto.

Al observar las reacciones de sus compañeros jueces, a Eureka le aterró encontrar que Madara se mostraba interesado en lo que veía: Kokichi había sido el único en conseguir que cambiara su semblante serio a algo más… relajado. La reacción podía ser negativa o positiva, pero nada podía negar la influencia de la canción de Kokichi en el cantante… y eso le ponía la piel de gallina.

¿Tal vez, incluso, hasta le daba un poco de celos?

No: se estaba dejando llevar por la sorpresa de ver a su rebel en el escenario cantando como si fuera algo recurrente en su vida. Y quizá era cierto: Eureka no sabía nada de su carrera o de sus hobbies. Tal vez Kokichi tenía experiencia. Al menos, era una suposición acertada, tomando en cuenta su presentación.

Kokichi finalizó la canción y el auditorio se llenó de aplausos emocionados. Eureka se rehusó a aplaudir hasta que encontró la mirada de su rebel, a la distancia, y supo que andaba sonriendo de lado y burlándose internamente de ella. Enojada, se cruzó de brazos, observando cómo Madara y Seven aplaudían levemente.

Seven sacó el micrófono inalámbrico que tenía en su regazo y se levantó de su asiento, observando al auditorio.

“¿Habrá alguien más interesado en presentarse?” preguntó Seven, observando al público. “Tenemos músicos preparados, pero podrían hacerlo acapella, si no tienen versión karaoke de su canción o si los instrumentistas no la saben.”

El auditorio quedó en silencio tras la pregunta de Seven, todos expectantes por otra presentación sorpresa. Cuando fue evidente que el show había terminado Madara tomó el micrófono y les agradeció de manera breve a los participantes anunciando que se les enviaría un email con más información sobre el resultado de las audiciones.  Su formalidad y la brevedad de su anuncio hizo que varios perdieran las esperanzas sobre el resultado de las audiciones. Seven volvió a tomar el micrófono para anunciar que el club estaba aceptando voluntarios para ayudar con los instrumentos, vestuarios, maquillaje y otras necesidades y cualquiera era bienvenido a integrarse.





Tan pronto como Madara terminó de hablar, Sheryl salió casi huyendo del auditorio, no quería verle la cara a Mikumo y sentía mucha pena con Eureka. Su impulsividad ahora la hacía una vergüenza para las HiMEs. Trás de ella salieron Souji, Minmay y Basara. El trío seguía bastante sorprendido con la reacción de la rubia, Souji en particular porque pensaba que Sheryl no tendría el coraje para hacer algo tan arriesgado. Justo cuando Minmay se disponía a consolar a su amiga una chica apareció corriendo como que era perseguida por el mismo diablo.

"¡BASARA!" la joven pelirrosada llamó al joven que no se inmutó ni un poco al verla.

"¡Oi! Vienes tarde para las audiciones Mylene. Ya acabó todo, decidí tocar Totsugeki love heart."

"¡¿COMÓ QUE ESTOY TARDE?!" la chica tomó a Basara por el cuello. A pesar de ser pequeña, no tuvo problemas en agarrar a Basara y cargar el estuche de lo que parecía era una guitarra. -¡SE SUPONÍA QUE AUDICIONARIAMOS COMO FIRE BOMBER!  ¡Y la canción aún no está terminada!

"Y así fue. La primera parte de la canción ya está terminada, así que no debería de haber ningún problema.

"No puede ser."

"PERO… creo que mencionaron algo de voluntarios para el club" continuó Basara "Supongo que puedes apuntarte para eso y tocar el bajo mientras nosotros practicamos."

Sin más la chica soltó a Basara y corrió dentro del auditorio. Y como si nada Basara encogió los hombros, se acomodo el estuche con su guitarra y se despidió del grupo.

"Oi, los veo después."

"¡Espera Basara!" lo siguió Minmay, volviéndose brevemente hacia Souji y Sheryl para despedirse de ellos.

"Bueno, supongo que solo quedamos tu y yo" anuncio Souji rodeando los hombros de Sheryl ”Vamos, te invito a comer para quitarte el mal humor~








Madara había acordado que los resultados se darían presencialmente en el salón de música que Miranda les había otorgado, tres días después de las audiciones. Si bien Eureka y Seven le habían hecho presente sus opiniones sobre los postulantes, Madara sólo les había agradecido, sin comentarles su decisión final. La intriga, entonces, también aquejaba a los dos asistentes: Seven y Eureka andaban muy curiosos por saber quiénes habían pasado. Suponían, al menos, que Mikumo estaba asegurada: su técnica vocal impecable era imposible de negar y, por ende, rechazar.

Al igual que los postulantes, Eureka y Seven estuvieron en el lugar acordado con un pequeño intervalo de tiempo anticipado. Muchos andaban tensos, intercambiando palabras de alientos entre ellos. Otros, se distraían con sus celulares y buscaban hacer hora hasta que llegara Madara para iniciar la que, de seguro, sería una breve reunión.

Entre los presentes, Eureka dio con Sheryl y se le acercó, con una sonrisa.

“¡Hola!” saludó ella. Seven la siguió, interesado, y le dieron el alcance juntos.
“Eureka.” Sheryl le sonrió. “Ah, no tuvimos momento para presentarnos bien la otra vez, pero ella es mi amiga Lynn Minmay.”
“Es un placer, realmente. Cantaste muy bonito,” dijo Minmay, sonriéndole.
“¡Sí! Me motivó mucho verte ahí también,” confesó Sheryl.
“¡El gusto es mío! Y WAAAH, nada, que sus voces son preciosas. Sus presentaciones me conmovieron muchísimo.” Eureka le sonrió a la dos jóvenes. “Ah, por la emoción, olvidé de presentarme con Minmay. Mi nombre es Eureka Suoh. Soy una de las asistentes de Madara.”
“Yo soy Luci—”
“Hombre, deberías ser paciente y esperar a que YO te presente.” Eureka suspiró luego de interrumpir a Seven. “Discúlpenlo. Él es Luciel Choi, el otro asistente de Mama.”
“¡Oh! Un gusto.” Minmay sonrió, al igual que Sheryl.
“El placer es mío~” Seven sonrió… y Eureka no pudo evitar darle un codazo en el brazo. “Ouch, Eu. ¿Qué te pasa?”
“¿Me nació?” dijo ella, confundida.
“…” Seven suspiró. “…Bueno, lo que iba a decir era que quería felicitarlas por sus presentaciones. ¡Estuvieron maravillosas!”
“Gracias, pero no queremos hacernos ilusiones.” Sheryl suspiró. “No puedo negar los nervios que siento. Encima me subí al escenario sin inscribirme ni nada… ¿tal vez eso me restó puntos?”
“Oh. Tranquila.” Eureka le esbozó una sonrisa. “Ni Seven ni yo sabemos quiénes han quedado.”
“¿…Cómo así?” Sheryl se mostró confundida.
“Eso lo decide Mama. No nos ha comentado nada al respecto en la semana, así que andamos a la expectativa al igual que ustedes.”
“Y aquí estoooy~”






La fuerte voz de Madara calló a todos los presentes, quienes se giraron inmediatamente hacia el cantante ni bien lo escucharon. Madara caminó hasta quedar frente a todos, y luego de carraspear, los saludó muy campante ondeando la mano.

“Hooola~” dijo, con una actitud completamente distinta a las de las audiciones. Más de uno se quedó estupefacto al notar que Madara Mikejima no era esa persona seria de pocas palabras que habían visto una semana atrás… sino que se trataba de un hombre alegre y muy enérgico, con una inmensa y deslumbrante sonrisa. “Antes de empezar, les quiero pedir que tomen asiento por favor. Eureka-san, Luciel-san, vengan a Mama~”
“Oh, claro.” Eureka asintió. Con una mirada, se despidió de Sheryl y Minmay, y luego fue hacia el director. Seven la siguió, y juntos quedaron a ambos lados del cantante.
“Quiero disculparme por dos cosas,” empezó Madara. “La primera, haber llegado tarde. Creo que debí suponer que andarían ansiosos y llegarían más temprano de lo normal, haha~” El cantante se permitió una pequeña risita. “La segunda, por engañarlos.”
“¿Engañarnos?” preguntó Ryoji, confundido.

Madara no tuvo tiempo de responderle porque, en esos instantes, una figura se apareció alborotada por la puerta del salón.

“Ayyyyy~ lo sientooooo~” pidió disculpas Kokichi. “¡Mama-chan, disculpa la demora!”
“¡No te preocupes, Kokichi-san!” aseguró Madara. “Toma asiento, por favor~”
“Bueno, retomando mi pregunta. ¿¡Engañarnos!?” volvió a preguntar Ryoji, confundido.
“¡Sí!” Madara sonrió. “Los resultados de las audiciones son clarísimos: todos pasaron~”
“…”
“…”
“…”
“¡¿QUÉ!?”

El grito sorprendido fue al unísono e, inmediatamente, el salón se envolvió en un barullo intenso, todos confundidos por lo que acababan de oír. Entre amigos o compañeros, debatían la falta de lógica detrás de las palabras del idol, mientras que otros expresaban ira por haber dedicado tanto tiempo a una audición que no había valido nada al final.

“Bueno, antes de que se quejen, tuve mis motivos para hacerlos audicionar~” Madara sonrió. “Necesitaba ver el nivel en el que se encuentran. Algunos de ustedes vinieron a mí para que les dicte clases de canto, pero mi intención con este club no es sólo que aprendan a cantar. Quiero que sean capaces de montar presentaciones con canto Y baile, por eso permití que en las audiciones elijan el arte que más habían desarrollado y presentaran algo en base a eso. Y me dejaron boquiabierto. Todos tienen habilidades únicas y un carisma difícil de replicar~ Pude sentir su pasión y conecté con todos ustedes. Además, escuché a unos cuantos que ya tenían base de técnica vocal y/o experiencia,” comentó, observando por unos instantes a Mikumo. “Y otros que no necesitaron de un arreglo musical para lucirse por completo en el escenario,” comentó, intercambiando miradas con Sheryl por unos segundos. “Cada uno de ustedes tiene muchos puntos a favor y, sí, también varias cosas por mejorar, pero el punto del club es que lo hagamos todos juntos. Ahora, si tienen alguna queja, pues vengan a mí~ Mama los escuchará~”

Los que no se quedaron boquiabiertos empezaron a soltar reclamos. Eureka estaba segura de que si Mama no hubiera sido… Mama de seguro los presentes hubieran actuado como una horda enardecida.

Cuando los reclamos se calmaron nadie realmente tuvo el valor para reclamarle directamente a Mama así que se limitaron a suspirar aliviados o congratularse entre ellos.

“Para compensarles por cualquier mal rato que pude haberles hecho pasar he decidido armar una pequeña bienvenida para ustedes~” anunció Madara. Dio un par de palmadas y en un abrir y cerrar de ojos lo que parecía un servicio de catering invadió el salón del club con mesas, sillas y, por supuesto, bandejas con comida.

La mayoría de los presentes se mostraron encantados y automáticamente perdonaron a Mama. Mikumo por su parte rodó los ojos, y se retiró discretamente. No pensaba perder su tiempo en tonterías del club y estaba un poco decepcionada de que Madara no hubiera aplicado ningún estándar para elegir a los integrantes del club. En particular, esperaba que Sheryl fuera rechazada solo para poder echárselo en cara para su próximo encuentro.

Madara notó que Mikumo se fue sin decir nada. Tenía sus reservas en cuanto a la chica pero para él todos merecían una oportunidad y él estaba dispuesto a dársela. También noto la sonrisa tímida pero alegre de Eureka ante la perspectiva de estar en el club no solo como ayudante sino como integrante. No pensaba decir nada, pero una parte de él se sintió satisfecha por haberle traído una sonrisa a ese bonito rostro. Fue en ese instante cuando se propuso seguir trayendo sonrisas para Eureka.

« Last Edit: January 24, 2021, 03:10:51 AM by Eureka »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #737: January 17, 2021, 07:51:02 PM »

Los buses provenientes de Hanasaki finalmente llegaron a su destino: un denso bosque fuera de Tokio donde los Keys irían a tener un entrenamiento intensivo durante los próximos tres días. Dichas personas (con una buena parte de ellos no del todo conformes a asistir), observaron unas cabañas a las cuales se acercaban, frente a un amplio claro de donde partían varios senderos en distintas direcciones. Algunos habían oído la experiencia de las HiMEs en su infame campamento de hace algunos años y temían experimentar algo tan bizarro como ello, mientras otros simplemente deseaban que la directora y personal de Hanasaki fueran tanto prudentes con sus exigencias como eficientes y didácticos para aprovechar esos días de la mejor manera.

Los buses se detuvieron frente a las cabañas y los keys salieron con su equipaje para pararse en formación frente a un discreto podio en el claro del bosque. Encima de este se encontraba la directora Miranda Lot acompañada por su asistente Fran y el entrenador Leónidas, quien causaba más que una impresión a quienes lo veían por primera vez. Ni bien todos terminaron de ponerse en sus lugares, la directora avanzó unos pasos.

“Buenos días, estimados alumnos y Keys,” saludó cordialmente. “Entiendo que hemos salido de Hanasaki a horas muy tempranas, aunque tenemos que aprovechar el tiempo con el cual contamos. Les agradezco por venir y procederemos a darles todo nuestro apoyo con tal que desempeñen su rol de apoyar a las HiMEs de la manera más eficaz y segura posible. Fran y Leónidas están aquí para ayudarles como asesores y pueden acercarse tanto a ellos como a mí si tienen alguna duda. Como les avisamos, comenzaremos con pruebas de aptitudes el día de hoy, pero antes de dar inicio a la programación, esperaremos a que ustedes entren a las cabañas, se acomoden en las habitaciones compartidas y se vistan apropiadamente para la actividad.”
“Ni bien entren a las cabañas, recibirán una llave de su habitación y de un locker, al igual de un horario para el día de hoy,” agregó Fran. “Además de ello, tendrán que dejar todos sus aparatos electrónicos. Estos no se permiten mientras dure el campamento para evitar distracciones,” la peliblanca observó con severidad y firmeza a más de uno desanimarse o frustrarse por las noticias. “Pueden realizar una última llamada antes de ingresar a las cabañas, pero sean breves. Estaremos alistando el bosque para las diversas pruebas muy pronto y esperamos comenzar en no más de treinta minutos.”
“¿Treinta? ¡Quince es más que suficiente! ¡Estos jóvenes poseen respeto nulo por usar sus celulares en la mesa del almuerzo!” exclamó Leónidas con un vozarrón que despertó hasta a los más dormidos del público. “¿Han oído? Tenemos tres días para entrenar, por lo cual en estos tres días serán mis aprendices. ¡Nada de desvelarse y nos estaremos levantando todos los días con el amanecer! ¡Ahora aprovechen y den todo de sí en sus pruebas de hoy para que estén listos para mañana, o de lo contrario no saldrán vivos de aquí!”
“Ehh, es suficiente, muchas gracias, Leónidas,” Miranda sonrió con torpeza. “Ehm, nuestro estimado entrenador hablaba figurativamente. Tanto nosotros como nuestros ayudantes estaremos al pendiente de ustedes y no se encuentran en ningún riesgo severo aquí. Sin embargo, sí quiero reiterar que se tomen el entrenamiento con toda la seriedad posible y den lo mejor de sí. De esa manera será más fácil para nosotros medir su nivel y rendimiento y podremos ayudarles y asesorarles debidamente. Ahora les pido que acudan a las cabañas y salgan ni bien el profesor Leónidas haga sonar el cuerno de guerra. Les ruego que se apresuren si todavía no salen.”

El silencio acompañado de algunos asintiendo indicó que no tomarían riesgos en ser tardones.

“Ahora son libres de acomodarse en las cabañas, a menos que tengan algunas dudas,” continuó Miranda.

De aquel modo, iniciaron las actividades del campamento Key, el cual sería un evento sin precedentes para los involucrados.




Gracias a Eureka por el topecito

Con este pequeño intro, doy el campamento Key como iniciado *confeti*

A partir de este momento, pueden escribir con sus participantes al campamento como gusten y dándole énfasis al día que deseen, entre otros. Como un pequeño recordatorio, listaré los sucesos de los tres días a continuación:


Para el primer día está pensada una demostración de los poderes de cada key y de sus habilidades delante de un instructor. Esto con el objetivo de definir el tipo de acercamiento al combate que tienen, sea como apoyo o de pelea. Seguidamente, se realizará un entrenamiento general, que servirá como fortalecimiento de las aptitudes base de cada key y para medir el nivel de fuerza y habilidades.


El segundo día expondrá a los keys a un desafío en particular dentro del bosque. La idea general se trata de que los keys sorteen y corran una vía de obstáculos bastante extensa que atraviese gran parte del bosque, ya que, al llegar a la meta, se encontrarán con un final boss individual al que cada uno tendrá que enfrentar y derrotar.

Parte del desafío involucra a que cada Key debe llevar consigo un bebé en brazos el cual no pueden soltar ni descuidar mientras recorren el lago camino de obstáculos. A la vez, se soltarán unas marionetas muy fuertes que les dejarán de perseguir ni bien lleguen a la meta, por lo cual tienen que evitarlas y no pelear en lo posible con tal de proteger al bebé.

Finalmente, en la meta, el bebé que llevan se transformará en una poderosa marioneta a la cual tendrán que derrotar para dar el desafío como terminado.


El tercer día se enfocará en el cultivo de los poderes de cada key. Se realizarán pruebas y ejercicios para fortalecer sus habilidades y elementos, los cuales han sido designados a criterio de la escritora. Es por esto que cada uno tendrá un entrenamiento especial y distinto del resto.


El campamento terminará con las probaciones de Febrero. Ahora dejen su imaginación volar~


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #738: January 18, 2021, 06:06:18 PM »
Hoi hoi!! aqui dejo mi primer fic del mes:


En la entrada de la mansión del clan de los Kinomoto se encontraban Gilgamesh, Machi y Koyanskaya, los tres observaban a todos los guardaespaldas del clan esperando que estos iniciaran sus movimientos

Parece que no quieren moverse aún…que es lo de quieres que haga?- dijo Machi con un tono de aburrimiento mientras observaba al rubio-

Uhm…pues derrotalos a todos, para asi poder entrar…-dijo el rubio- no pienso utilizar mi poder en pequeñeces como esas…-

Te estas burlando de nosotros??-dijo uno de los guardias-

Vamos por él!!!- dijo otro mientras empezaron a rodearlos y empezar a atacar

Dentro de la mansión…

Neechan debo de salir…no quiero que lastimen a nadie del clan…-dijo Sakura preocupada observando como caian los guardias a manos de los hilos de  Machi-

Tu hermana tiene razón Sakura…-dijo Orthos su child- primero tenemos que analizarlos bien antes de pelear-

Siento un aura asesina…-dijo Syaoran apretando los puños-no vienen para nada en son de paz-dijo mostrando su espada que era el legado de la familia Li-

Por qué en estos momentos?...-hablo Mashu sacándose los lentes que llevaba puestos- es que acaso no será que sabían que Syaoran-kun y Shinobu-kun iban a estar en nuestra casa?...-

Neechan me dices que Shinobu está en peligro?...-dijo Sakura – No quiero que se cumpla la profecía  de mi sueño si es asi no podemos perder el tiempo y tenemos que pelear contra ellos antes de que algo malo suceda…-

Hablando de Shinobu… en donde se encuentra?-dijo Syaoran al ver que no veía a su primo por ningún lado-

Le dije a Tsumugi que se escondieran en el lugar más seguro de la casa, en caso de que alguna situación como esta sucediera…- dijo Mashu- acercándose a su hermana, mientras veía que aquellas tres personas estaban entrando y pasando por su frondoso patio- Estas lista para pelear Sakura?

Si lo estoy…vamos Orthos-kun…-

Vamos!!!...-el ángel seguido a Sakura por detras-

Dirás iremos todos…-hablo la mayor del clan Kinomoto- en momentos como estos es hora de ponerme seria…-
Sakura y Orthos fueron los primeros en bajar

Asi que la Hime con la que tengo que enfrentarme eres tu Sakura Kinomoto, hija menor del clan Kinomoto…-

Tú eres…- Dijo Sakura sorprendida al mirar al rubio porque parecía que lo conocía de algún lugar

Tanto Orthos como Syaoran que ya había llegado se colocaron delante de la castaña cuando sintieron el aura hostil del rubio y claro de sus acompañantes

Gilgamesh!! Que haces aquí?-Hablo Syaoran visiblemente sorprendido-

Asi que nos volvemos a ver nuevamente Syaoran Li…-dijo el rubio sonriendo divertido- no pensé que nuestros caminos se volvieran a cruzar…mentira si lo sabía y por eso acepté ser el rebel de tu prometida…-

Con razón me parecías conocido…-dijo Mashu también colocándose delante de Sakura-que hace un Rey tan lejos de su reino?

Es algo que no te incumbe mujer…solo quiero saludar a mi Hime y llevarme a un trofeo de la familia Li…-

Pues eso no va a suceder…-dijo Sakura- ese tesoro está escondido en un buen lugar…-

Eso lo veremos…-con un chasquido de sus manos el rubio hizo aparecer miles de espadas detrás de él-si no me lo dán por las buenas entonces lo haremos por las malas

Eso no te lo permitiremos…- Sakura hizo aparecer con su poder su báculo para luego ponerse en forma de defensa- Orthos préstame tu poder por favor…-

Claro que lo haré después de todo eres mi master…- Orthos extendió sus pequeñas alas para que con un movimiento de estas unas alas mas grandes aparecieran en su lugar

Uhmm que interesante…-sonrio perversamente Koyanskaya mientras tomaba su apariencia de orphan que tenia el mismo físico solo con orejas y cola de zorro y un traje negro pegado- tengo muchas ganas de pelear contra ustedes…-

Parece que todos tienen un buen nivel de pelea, asi que no me aburriré…-dijo Machi mientras se masajeaba los hombros-

No se olviden de mi…-dijo Syaoran mientras sacaba un pergamino y lo colocaba a la altura de su espada, esperando a atacar

No creo que con todo su poder puedan evitar si quiera esquivar 100 de mis armas….-alzando su brazo para empezar a dirigir los ataques hacia ellos-

Shinobu y Tsumugi salieron hacia donde estaban ellos, ambos miraron asombrados a todos los presentes, Shinobu estaba asustado pero Tsumugi le tomo de la mano

No te preocupes que ellos nos van a proteger dijo con una sonrisa-

Veo que el tesoro salio a la superficie asi que ire a por él…-

Con un movimiento de sus manos lanzó todas las armas hacia ellos

Eso no te lo permitiré!!...-Mashu empezó a brillar y una armadura cubria su cuerpo, Sakura y Syaoran miraron sorprendidos-Me pararé en el asiento de la catástrofe…-empezo a recitar una oración-Esto que cura todas las heridas y rencores…nuestra gloriosa patria- se formo un gran escudo delante de ella y Mashu avanzo hasta quedarse delante de las personas a las cuales quería-Manifiestate!!Lord Camelot!!!-

Al momento que las armas llegaron hacia ellos, el despliegue del escudo de Mashu formo una especie de muro que evito que alguna de las armas pudieran lastimar a alguien

Que mujer interesante…-dijo el rubio cruzándose de brazos algo molesto- asi que sabias que solo puedo usar esto por una vez en el dia…nada mal…-

Neechan como es posible??...-

Luego te lo explicare Sakura…-dijo mientras caia al suelo respirando dificultosamente- pero solo puedo decirte que debo de agredecer a Sakuma-senpai la ayuda que me brindo, no podre volver a usar este poder, pero podré cuidar a Tsumugi y a Shinobu, para que puedan pelear con libertad…no quería mostrarte aun esta forma, pero esta situación lo amerito-

Gracias neechan…-dijo un poco mas tranquila-

Bueno después de haber sido testigos de gran despliegue de poderes , ahora podemos empezar a pelear…- Koyanskaya desaparecio por unos momentos y se coloco detrás de Syaoran con una fuerte patada lo mando lejos mientras corria hacia él

Syaoran-kun!!!...Orthos!!!...-

No te preocupes…yo me encargo de ella…- extendió sus alas y bloques de hielo empezaron a lanzarse cerca de la pelirosa que empezaba a esquivarlos-

Sabía que no podía confiar en orphans…-dijo Machi que empezó a ir al encuentro de Syaoran-

Asi que quedamos tu y yo…-dijo el rubio riendo divertido- como me esperaba de ambos clanes que tienen grandes poderes mágicos, pero se que tu no podrás hacer nada contra mí…- saco una espada de la nada y se lanzó al ataque-

Sakura utilizo su habilidad del viento para tratar de evitar el inminente ataque de Gilgamesh mientras que con su báculo estaba lista para empezar a dar pelea

Impresionante-gozaru…-dijo Shinobu mirándolos emocionado- yo también quiero llegar a ser fuerte como ellos-

Eres parte del clan Li, asi que también eres muy fuerte Shinobu…-dijo Mashu con una suave sonrisa-

Asi que si lo dice Mashu debe de ser verdad…-habló Tsumugi mientras se podía ver que en una de sus manos tenia una especie de marca de comando de tres partes pero que solo una había desaparecido-

Gracias por prestarme tu fuerza Tsumugi-kun y perdona por meterte en mis problemas…-

Te dije que había vuelto para ayudarte asi que si esto es parte de mi ayuda no tengo reparos ni arrepentimientos de dártela querida Mashu…-

Para ser un child eres muy fuerte, debe der ser porque tu Hime tiene un buen nivel mágico…- dijo la pelirosa-

Me vas diciendo cual es tu verdadero nombre? Porque siento que te he visto en algún lado…-

Tal parece que me conoces bien…-se acomodó los lentes- mi nombre es Tamamo…- desaparecio por unos instantes de la vista del ángel y se colocó detrás de él pero a diferencia de Syaoran que salio volando, Orthos si reaccionó rápidamente y se alejo de ella para luego con un movimiento de sus manos crear un bloque de hielo y lanzar hacia ella

Nada mal querido Orthos…-dijo sonriendo maliciosamente para hacer aparecer una espada y romper los bloques de hielo- pero yo tampoco soy una perita en dulce …-

Syaoran que se recuperaba del ataque de Tamamo se encontraba con Machi que estaba esperándolo a que se recuperara

Ya temia que no te levantaras…-dijo la pelirosa suspirando pesadamente-si no te apuras en librarte de mi, nuestro Rey puede acabar con tu querida princesa-

Te estas burlando de mi?...-dijo el castaño visiblemente enojado- no subestimen tampoco a Sakura, ella pertenece después de todo al clan Kinomoto…- sacó su pergamino y lo unio a su espada- Dios del trueno ven a mi!!...- la espada se lleno de un aura eléctrica y se lanzo al encuentro de Machi que con un movimiento sigiloso de sus manos atrapó una de las personas de Syaoran para recibir el impacto que al mismo tiempo dañaría al heredero de la familia Li

En verdad que eres un chico muy fuerte…-

Lo mismo digo de ti…- hablo el pelicastaño- no te veo afectada por mi ataque-

Desafortunadamente para ti puedo soportar el dolor…después de todo tengo un trabajo de asesina a sueldo…el cual no es diferente del de tu clan y el clan Kinomoto…-

No puedo discutir eso…pero cuando tome el lugar de jefe del clan lo cambiare, tanto Sakura y yo tendremos un distinto estilo de vida que nuestros antepasados…-

Un asesino siempre será un asesino…-Machi se acercó hacia él para darle un puñetazo, pero Syaoran esta vez pudo detener el ataque con su antebrazo para luego dar una fuerte patada para lanzar a Machi lejos de él-

Te demostraré que hasta los asesinos pueden volver a comenzar denuevo…-dijo el pelicastaño con convicción y lanzarse al ataque

Mientras tanto volviendo con Sakura, la pelicastaña estaba a duras penas esquivando todos los ataques de Gilgamesh, ya que al ser un rebel, era mucho mas fuerte que Tamamo que era un Orphan y su princess que era Machi, Sakura que recién había tomado la prueba hime apenas se estaba familiarizado con este tipo de enfrentamientos
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Continuara....


« Last Edit: January 18, 2021, 06:14:10 PM by Mimi Tachikawa »


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #739: January 23, 2021, 10:52:51 PM »
La continuación de este fic. ¿Por qué la continuación? Porque mi bishoujo será como la protagonista de un Otome y tendrá tres “citas” xD
*Esto se supone que se da al mismo tiempo que el campamento Key pero como mi bishoujo no tiene Key… Pues bueno.

¿Qué podía decir? Ni siquiera sabía si hablar de algo sería lo más adecuado en esa circunstancia.
¿Por qué sentía como si estuviera en un Dorama de aquellos donde el chico rico puede hacer lo que quiera cuando se le antoje muy a pesar de la voluntad de la protagonista? Porque… Claramente así era.

Por primera vez en su vida, Kana viajaba en lo que era un avión privado. Para una Nakiri de rango inferior como ella esos lujos no estaban autorizados a no ser que fuera su señor Nakiri-sama quien le permitiera viajar a su lado en alguno de sus asuntos de negocio. Pero eso no se aplicaba en su caso.

Ahora estaba en un cómodo asiento de un avión privado, siendo ella la única pasajera e invitada del propietario del medio de transporte.

—¿Té?
—Está bien…

Kana no despegó la mirada de la ventana, mirando el paisaje y tratando de que su mente no la boicoteara en esos momentos. Se había prometido no volverle a hablar en la vida, pero allí estaba aceptando su invitación y volando en destino a Inglaterra en su avión privado. 

En poco el asistente personal le terminó de servir té.

¿Cómo llegó a eso?

Todo gracias a ese maldito de Yato.

El muy charlatán le dijo que tenía que hablar algo urgente con ella y que no podía decírselo en el templo. Le dijo que lo acompañara a un punto específico y la llevó hasta una pista aérea particular. Kana pensó que quizá se trataba de un asunto tan delicado en donde algún Rebel estaba atacando a una HiME en ese lugar.

Pero, afortunadamente, no se trataba de algo que tuviera que ver con esas temáticas. Yato la guio hasta un avión, se disculpó con ella y rogó que luego no lo asesinara. 

Kana no podía explicarse lo que pasaba hasta que notó a alguien más en la escena: pese a que llevaba lentes de sol que ocultaban en parte su identidad era evidente que era su ex Key Cain.
Era gracioso, a pesar de los años y sus miles de intentos por pasar desapercibido como un ciudadano común, él jamás podría lograr ese simple objetivo.
Primero porque era, en sí, un sujeto de apariencia peculiar, el tono de sus ojos no era muy común y si bien podía ocultarlos detrás de los lentes de sol había un no sé qué en él que llevaba a observarlos con mayor detención. Tal vez porque, además de ese tono atípico, la forma de sus ojos y la característica de su mirada le daba un aire felino que lo distinguía del resto.
Kana recordó fugazmente que la primera vez que lo había conocido el inglés cautivó su atención por tener aquella apariencia “sacada de una novela de época”. Tal vez no como el príncipe idealizado en la imagen de Henry, pero sí como aquel protagonista poco carismático y adinerado que en primeras pinta como un villano pero conforme avanza la historia se entiende de que en el fondo tiene buenas intenciones y logra cautivar un poco más que incluso el protagonista.

Cuando lo conoció también le hizo sentir que todo el tiempo estaba con un gato: sus ojos felinos no lo eran todo, sino también su maldita actitud insociable, quien observaba a todos los demás desde la superioridad de su pedestal como si todos fueran estúpidos e inferiores esclavos que debían obedecerlo.
Eso sí, al menos en esos tiempos disimulaba algo de amabilidad. Ahora no se esforzaba en lo más mínimo.

Por otro lado, la segunda cosa que le impedía pasar desapercibido era que el bastardo podía ser todo un desgraciado como ser humano y evitar todo contacto con otras personas, pero siempre, siempre, debía estar bien vestido y presentable para esa sociedad que tanto aborrecía. Lucia siempre de alta costura con diseños de Gucci, Chanel, Tommy Hilfiger, entre otros siendo la marca Gucci por la que más tenía preferencia y la que llevaba aquella tarde en tonos negros que hacían resaltar los accesorios de, ¿oro? -cómo no-, como el reloj, un anillo que, si Kana no conociera su origen, podría confundir con una sortija de matrimonio, y, por último, una pulsera dorada de oro.

La HiME disimuló sutilmente su ensimismamiento momentario recordando que aquel viejo aliado hoy en día era un pseudo enemigo traidor.

—¿Qué se supone que es esto? — Kana lo miró indignada cuando éste pasó a su lado y subió un par de peldaños de la escalera para escalar hacia el avión. —¿Intentas secuestrarme para mostrarme como un conejillo de indias a los de Rizembool? 
—Dijiste que no cumplí mi palabra respecto a la promesa que te hice hace años de llevarte a Inglaterra. —

—¿Eh? — se evidenció confundida tratando de entender lo que le decía. Luego recordó aquel encuentro en la casa del señor Vincent donde, entre otras cosas encaradas, le dijo que era un mentiroso porque, en aquellos años que fueron amigos, éste le prometió que le enseñaría su país natal. —¿Quieres que vayamos? ¿Ahora? P-Pero, es demasiado precipitado. ¿por qué quieres hacer esto ahora? — no le encontraba el sentido.
—Un Lancaster siempre paga sus deudas…— Le extendió la mano para ayudarla a subir en caso de que aceptara.
—Ohw. — se paralizó al recordar la frase de cierta familia de cierta serie.
—Tómalo o déjalo. Si no aceptas, de todos modos, me daré por pagado. — de hecho, le facilitaba el trabajo si declinaba la invitación.
—Mhh...— Titubeó unos segudos sabiendo que no era sano aceptar esa invitación pero una parte de su ser la instaba a aceptar la oferta sólo para complicarle la existencia al inglés. —Aceptaré y tendrás que recompensar el doble por todos los años de espera. — Aceptó el ofrecimiento únicamente para picarlo porque sabía que el otro esperaba una declinación de su parte para así librarse de la promesa. Kana lo haría únicamente para saturarlo.


—¿Qué visitaremos en Inglaterra?
—Puedes contratar un tour en el hotel. — 
—¿Esa es tu manera de pagar tu deuda?
—…—
—Lo siento, pero si quieres darte por pagado tienes que ser el anfitrión y mostrarme los lugares interesantes. Recuerdo bien que hace años prometiste llevarme a Londres y presentarme todos los sitios fabulosos de tu ciudad natal.
—Ah, vaya, has recuperado la memoria… Qué oportuno.— dijo con sarcasmo.
—Recuerdo algunas cosas, como eso y que te hacías apellidar Hargreaves. — sonrió desafiante. Si se iban a ver la suerte entre gitanos, no se quedaba atrás.
—…— bebió tranquilamente un poco de té antes de continuar. —Técnicamente, no te mentí.
—¿Perdón?
—Mi segundo apellido sí es Hargreaves.
—¿Por qué usabas tu segundo apellido ante todos? — Kana tuvo curiosidad.
—Es un honor llevar el apellido de mi madre. —
—Ya veo.— asintió brevemente para luego probar un poco de té. Inmediatamente se dio cuenta que la hierba era perfecta. —¿No tienes curiosidad de por qué te oculté mi verdadero nombre? — ahora se sentía capaz de darle una explicación. De algún modo bajó la guardia, enternecida, al escuchar que el otro se suavizaba con el recuerdo de su madre.
—No.
—…— la platinada lo miró irritada. —¡En fin! ¡Si no me enseñas la ciudad tú mismo no pagarás tu deuda y dejaras mal parado a los Lancaster! — reclamó picada. 
—¿Para qué quieres que alguien que te es desagradable te enseñe la ciudad?
—Porque lo prometiste. Aunque seas insoportable hoy en día, el Cain de ese entonces era un joven amable y educado. No importa si hoy te has vuelto en la versión mala del “señor Lancaster”.
—…—
—¿Qué?
—Nada.
—Sólo dilo. No siempre puedes quedarte juzgando a la gente en silencio. ¿Qué estás pensando? — la joven odiaba esa característica del inglés la cual la recordaba desde siempre.
—…—
—¡No puede ser tan terrible!
—…Sólo pensé en que las mujeres son criaturas demasiado complicadas.
—…—
—…—
—…—
—Dijiste que lo dijera…
—Ah, eso explica por qué no tienes novia.
—Puedo enseñarte la ciudad, pero hay un día que tengo un compromiso. — hizo entender que ese día tendría que vérselas por ella misma.
—Iré a ese compromiso contigo. Lo siento, no te haré sencillo el pago de tu deuda. Además, debes sentirte agradecido que no te pido que asistas al campamento Key porqdd—
—Eso no me corresponde. — concluyó el tema que no dejó iniciar.
—…— Kana sintió el verdadero deseo de pescarlo y lanzarlo por la ventanilla del avión. ¿Quién la culparía de hacerlo? Quizá hasta cumplía más de un sueño de alguien al borrarlo de la faz de la tierra.
En serio, seguía preguntándose, ¿Por qué Cain no era como Henry?

Llegando a Londres Kana fue visitando los lugares característicos de la ciudad, mientras obligaba a la fuerza a Cain a ser su anfitrión. Felizmente su asistente personal, Barbatos, resultaba ser un joven amable y paciente quien iba narrándole las historias de los lugares que visitaban mientras le tomaba fotografías turísticas muy adecuadas donde la joven podía presumir de los paisajes.
Así Kana tuvo una linda postal de ella con el Big Ben de fondo, el puente de la torre, la rueda de la fortuna del ojo de Londres y del Winter Wonderland.

Obviamente, por cosa de tiempo, no pudo visitar más lugares en ese día. Llegaron al llamativo Hotel donde se hospedarían y Kana casi muere allí mismo al ver la elegancia y riqueza del lugar. Afortunadamente su anfitrión corría con los gastos puesto que, de lo contrario, ni vendiendo todos sus órganos podría pagar una noche en ese lugar.
Cain se fue a la suit que rento, Kana y Barbatos se quedaron un poco más en la alcoba de la joven mientras el asistente personal de Cain le indicaba un itinerario ameno que pudiera gustarle a la joven siempre y cuando ella estuviera de acuerdo.
A Kana se le hizo que la educación y elegancia de Barbatos le daba una apertura a su interacción con él.

—Gracias, Barbatos. Me gusta lo que hemos planeado. — Si en vez de estar coordinando con Barbatos lo hubiera hecho con Cain, sabía que el otro no permitiría que ella escogiera libremente e impondría sus decisiones. 
—Me alegra ser de ayuda.
—Sencillamente este viaje no sería grato sin tu presencia. — se acomodó su larga cabellera, descansando su espalda en el sillón. El viaje y todo el movimiento la tenía un poco cansada. Es más, sentía que poco a poco sus ojos se cerraban solos.
—Me retiro, necesitas descansar para el día de mañana. — se percató del cansancio de la joven visita del señor Lancaster.
—Ah— antes de que se fuera, aprovecharía de preguntar. —¿Cuál es el compromiso que tiene Cain?
—El señor Lancaster tiene una reunión social con los grandes líderes y herederos del circulo de Elite. Consiste en una estadía en el Hotel en la isla de Tresco Beach donde todos los herederos se reunirán para una gala que culmina en una subasta de “tesoros”
—Vaya…—¿en dónde se estaba metiendo?
—Tal vez desees replantearte el acompañarlo. — Barbatos sonrió suavemente, encantado por la expresión estupefacta de la joven.
—No. — negó. —Quiero hacerle la vida imposible a ese traidor y sé que el llevarme a ese lugar con todos sus amigos ricos será la peor vergüenza de su vida.
—Hehe, eres una persona muy decidida. — asintió, con cierta admiración. —Me encargaré de buscar un vestido apropiado para aquella noche.


El segundo día fue igual de movido que el primero. Kana fue llevada a diversos lugares y Cain… sólo estaba allí tecleando mensajes en su teléfono móvil, al fin y al cabo, Barbatos era el anfitrión sin méritos, pero Kana no insistiría en que el Lancaster fuera más ameno. Al menos hacía el intento de estar presente.

Fue al anochecer cuando salía del palacio de Buckingham que un mensaje de texto llegó a su teléfono móvil. Era de Yato preguntándole como lo estaba pasando y exigiéndole que le llevara un regalo a su regreso.
Otro mensaje de Yato le llegó solicitándole una fotografía del lugar donde se encontraba “pasándolo bien”, Kana sintió necesidad de aniquilar a ese ser humano. Le mandó una selfie con el palacio de fondo.

Un tercer mensaje llegó y esta vez Kana si sintió que debía pulverizar a Yato cuando llegara pero el contenido del mensaje la confundió. Después comprendió que Yato no estaba solo en el templo.

Kurogami estaba acompañado de Allen y, como Kurogami no era nada discreto, le enseñó la fotografía al peliblanco quien acababa de llegar al templo preguntando por Kana a quien no había visto del día anterior en Hanasaki y con quien tenía que terminar un proyecto para la clase.

Allen, por supuesto, le preguntaba que hacía allí en Londres y sola, pensando en primera instancia que se había tele trasportado por error, pero prontamente le llegó otro mensaje de Yato (en realidad, Allen) diciéndole que lo pasara bien e hiciera las paces con Lancaster.

—…— seguramente el otro tenía todavía esa tonta esperanza de que el inglés volviera a ser su Key. Más aún, Allen debía estar angustiado pensando que Kana sería la única que no llevaría un Key para el campamento y eso la dejaba en mucha desventaja si su Rebel (que dudaba que Ken hiciera algo) se decidiera a atacar.
A Kana no le preocupaba no tener un Key entrenado para determinado momento. Pero sí le incomodaba un poco la idea de ser una de las pocas HiMEs en no tener ninguno.
Miró de reojo al joven quien parecía interesado en ver las nubes pasar.
—Cain, ¿qué… piensas del campamento Key? — se acercó a él y comenzaron a caminar por el gran jardín de la reina, seguidos por Barbatos atrás a una distancia prudente. —En realidad… ¿Qué piensas de todo esto que sucede entre Rizembool y Hanasaki? Para ser honesta, nunca te pregunté tu postura ni ahora ni en el pasado. Siento que fuiste mi Key porque no tenías de otra. —porque si no era Cain, no era nadie debido a la poca red de amigos que tenía Kana en ese entonces.
—¿En serio quieres saber mi opinión? — Cain alzó una ceja, indiferente ante la inquietud de la HiME.
—¿Si? — lo observó de reojo, incómoda. En ese momento Kana pensó que debía ser difícil ser alguien cercano a Cain porque todo el tiempo hacía sentir a los demás como tontos e inferiores aún si no era su intención. Su postura era imponente y no se podía negar su inteligencia independiente de su poder. Era como un Darcy pero sin un final feliz. —Sólo… dilo.
—…— “Sólo dilo” esa corta frase parecía ponerlo en cierta encrucijada siendo más de juzgar mentalmente que de “decir” —Aquel “campamento” debe ser una situación desesperada para cubrir lo ineficaz que ha sido Hanasaki en cuanto a ayudar a su propia gente, las "HiMEs". Me parece una pérdida de tiempo que quieran entrenar a los “accesorios” de sus soldados en vez de fortalecer la debilidad en la defensiva y tácticas de ataques de sus guerreras. En sentido del arte de guerra, este campamento es tan jerárquicamente inferior en prioridad, aunque sutilmente necesario, como un campamento de perros bombas.
—Haha. — Kana soltó una risa indiscreta al imaginar a los Keys con la descripción que le daba Cain. Sintió la mirada juzgadora del otro sobre ella. —Perdón, fue… fue graciosa esa descripción.
—Mh, no te disculpes por reírte de algo que así es: Un mal chiste disfrazado de honorífico. — en resumen, ese era el significado de Key para el inglés.
—¿Y qué piensas de Hanasaki y Rizembool?
—Imagino que nace de la necesidad de gente ociosa y ostentosa que no tiene nada mejor que hacer con sus vidas. Tal como la sociedad actual y de siempre. —
—¿Y… de las HiMEs y los Keys? —
—…—
—Vamos, tengo que aprovechar que el señor Lancaster tiene tiempo en su apretada agenda.
—Un simbolismo de matrimonio “idealizado” cuyo patético sacrificio “romantizado” no es más que una forma de validarse ante la sociedad como seres humanos de “importancia” Es… como... como los ricos, de cierto modo. Quienes tienen la necesidad de hacerse destacar por algo tan pobre como su placebo momento de “poder”
—…— y Kana no pudo evitar soltar otra risita. La mirada fría del otro la enserió. —Disculpa, es que es gracioso que seas una persona de monosílabos, pero cuando quieres juzgar algo puedes explayarte más.
—Solíamos tener largas charlas en nuestros buenos tiempos, señorita “Nakiri”
—…— Por un momento sintió que aquel fragmento de tiempo había sucedido antes. Ellos dos caminando, con una tensa relación indescriptible, pero conversando sobre la penosa sociedad que los rodeaba. Eso la angustió de alguna manera porque no le halló explicación. Era como un deja vú, pero ni siquiera de sus tiempos. Kana negó disimuladamente con su cabeza para despejarse esta angustia extraña. —Que participes en el campamento Key está totalmente descartado, por lo que veo. — suspiró, sin ánimos de forzarlo a nada. —¡En fin! Quiero un poco de té.


—¿Tú… manejas?— Aún se sentía algo agobiada por tanto movimiento desde temprano en la mañana cuando habían llegado a Tresco Beach pero no estaba lo suficientemente mareada para pensar que lo que veía era una ilusión.

Era como estar en una película de los años cincuenta, en una isla donde la gente rica pasaba el tiempo, un hotel de lujo a los pies de la playa, las olas sonando de fondo, el azul del mar y el viento soplando su sombrero el cual tenía que agarrar a cada tanto.
En frente suyo el inglés la esperaba en su automóvil descapotable para pasear por la carretera.

—Sube. — 
—E-Espera, ¿tienes licencia?
—…—
—Okay, sé que eres mayor de edad, pero… Tengo un tortuoso recuerdo de hace años de ti tratando de manejar el automóvil de tu padre y haciéndolo muy mal.
—¿Qué?
—¿No recuerdas?
—…— si recordaba aquel episodio lamentable en su adolescencia. Manejando y frenando el automovil de su padre el cual sacó sin su permiso para al final no avanzar casi nada debido a su inexperiencia, pero… No recordaba a Kana en ese episodio. Prefirió pasar por alto aquello. Le ordenó que subiera. La joven se sentó en el sitio de copiloto, se aseguró en cinturón de seguridad y Cain encendió el motor del automóvil para iniciar el paseo.
—Woh…— Kana se sorprendió de que manejara bien, pero, por, sobre todo, iba maravillada con el paisaje que iba abriéndose ante sus ojos. Colinas veraniegas con distintas variedades de flora y fauna a su alrededor y como fondo el calipso del océano.
—Más allá hay un jardín imperial. Te dejaré unos minutos allí para que pasees.
—Eres el anfitrión, no puedes simplemente botarme en un lugar y listo.
—…—
Kana cerró sus ojos sintiendo la brisa en su rostro refrescándola del cálido pero amable clima de aquel día. —Ah, esto es maravilloso. Si tuviera un automóvil me gustaría dar este tipo de paseos a diario… Aunque no sé manejar bien. Sólo lo poco que me han enseñado y—
—¿Nunca te callas?
—¿Perdón?
—…Silencio—
—¿Es posible que seas más desagradable, Harg--- ¡Lancaster! — la chica lo miró con desprecio. El momento había sido tan perfecto pero el otro lo había arruinado en un segundo. —Es por eso que estás tan solo. Porque eres la persona más snob y mandona que conozco.
—N-no era mi intención. — a poco se daba cuenta que iba perdiendo el cómo ser amable. —Lo que quería decir es que guardaras un minuto de silencio para que te conectaras con el lugar. Supongo... que sería agradable para ti.
—Ah, ya veo. — Lo miró de reojo con rabia. Aunque el otro se explicara, Kana seguía ofendida, pero suponía que era su modo de ser. —Me hubieras dicho lo mismo, pero de forma amable. Como me lo dijiste la segunda vez después de arruinar la primera.
—…—
—¿No tienes pareja?
—¿A qué viene eso?
—No sé…— Y Kana guardó silencio por un espacio de tiempo demasiado prolongado. Curiosamente, después de ese exabrupto se pudo conectar con el lugar tal y como sugirió el otro. Eso fue bastante grato.
—¿Tú… si tienes?— interrumpió el silencio después de muchos minutos.
—N-no. — lo miró cohibida como si fuera miserable por no concentrar ese logro. —Creo que nunca he tenido el interés de tener un novio.
—¿Te gusta mi hermano?
—¡¿A qué viene eso?!
—…¿O Walker?—
—¿Eh?—
—…Pero no los imagino juntos. Walker y tú, mhp… No puedes estar con Walker.
—¡¿Qué diablos te pasa?!
—…— siguió manejando en silencio.
—Oh, ya veo… Te molesta que algo de “tu propiedad” pueda ser merecedor de atención de alguien más. No te gusta perder la posesión y control de los que piensas que son tuyos.
—¿Quieres manejar?
—¿Qué? — el cambio de tema tan súbito la consternó.
—¿A poco no sería genial?
—P-Pero, sólo se lo básico. Es un camino con muchas curvas, ¿no te da miedo?
—¿Miedo? — el joven articuló una sonrisa sutil. Frenó suavemente y se bajó rodeando el vehículo.

Kana lo miró con curiosidad y expectación para cuando llegó a su puerta, Cain le animó a que tuviera confianza en si misma, se moviera al asiento del chofer y tomara el control. No supo por qué, pero quiso tomar el reto de probarse a sí misma y manejar ese hermoso y lujoso vehículo. Después de todo, ¿cuándo iba a tener nuevamente la oportunidad de manejar un vehículo tan caro en una isla tan maravillosa?
Iba siguiendo los consejos del inglés, en un principio la HiME manejaba con mucho recato y miedo, frenando y no avanzando nada, pero poco a poco se fue soltando y en cosa de varios minutos perdió el miedo y comenzó a manejar con mucha más familiaridad.

—Nunca pensé que pudiera hacerlo.
—No era tan difícil…— Cain se echó hacia atrás en su asiento, sin preocupación de dejar al mando a la joven. Se acomodó los lentes de sol, tranquilo.
—¿No quieres tomar el mando? — el otro negó con un gesto. Le indicó que siguiera el camino y encontraría el jardín.

Pasaron varios minutos en que Kana manejó libremente sintiéndose bastante bien consigo misma por el logro aprendido. Jamás pensó que su ex Key sería el encargado de enseñarle a manejar, aunque sospechaba que su amabilidad venía de su necesidad de tener un chofer personal, pero suponía que era una ganancia equilibrada. Finalmente vio al final del camino una señalética que indicaba que el jardín estaba allí.
Frenó, y tuvo que recibir orientación de Cain para que pudiera estacionarse lo cual le fue más complejo. Varias miradas sobre ellos se sintieron cuando la chica casi choca con un tacho de basura cercano, pero no pudo más que reírse de su propia estupidez.

El resto de la tarde en el jardín y luego en la playa fue, tal cual, como si estuviera en una película de los años cincuenta. Curiosamente conocer Inglaterra de ese modo había resultado ser demasiado entretenido y pese a todos los lujos que terminaban desbordándola podía decir que había adquirido una experiencia que jamás pensó tener.

Pese a las circunstancias… Kana estaba fascinada con el momento vivido.


« Last Edit: January 26, 2021, 04:27:40 PM by Kana »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #740: January 28, 2021, 12:02:51 AM »
Finalmente termino este fic (...) Es antes del campamento. Espero iniciar con este en el próximo.

Gracias Mimi por dejarme usar a Mika~

94.2.


Después de separarse de Syo y Natsuki, tuvo un corto camino restante que recorrer hacia la oficina de Shu Itsuki. Todavía mantenía algunas dudas aunque la conversación con sus amigos le había dado más ánimos y un verdadero deseo de dar lo mejor de sí. Era cierto que tenía que aprovechar la valiosa oportunidad de aprender de alguien como él y por lo tanto no podía esperar que le diera algún trato especial. Tenía que ser fuerte para así seguir adelante con sus metas.

Se detuvo brevemente frente a la puerta y luego de dar un profundo respiro, tocó el timbre. No esperó mucho hasta que la puerta se abrió suavemente. Al igual que la vez anterior, se trataba de Mika, quien en el presente sí estuvo informado sobre su presencia al mostrarse más animado y receptivo ese día.

“Ah, hola de nuevo,” le saludó el pelinegro con una amena aunque reservada sonrisa, mientras levantaba una palma. “Pasa, qué bueno que llegaste a tiempo.”
“Gracias, Mika-senpai,” Shinano sonrió y asintió, para pasar. “¿Itsuki-senpai se encuentra presente?”
“Por supuesto. Oshi-san te ha estado esperando desde temprano. Él no se olvidaría que venías,” contestó con cierto orgullo dirigido hacia su superior. “Por eso mismo está bien que vengas temprano. Así oshi-san no se va a molestar.”
“S-sí, lo imaginaba…” sonrió incómodo. “Ehm, ¿se encuentra en un buen humor hoy?”
“¿Hm?” Mika se confundió y ladeó la cabeza, para meditarlo. “Que yo sepa sí. Nada especial ha ocurrido, aunque tampoco anda frustrado con sus trabajos. Creo que es un día normal. ¿Por qué lo preguntas?”
“Ehh, por nada en particular, sólo esperaba que estuviera bien…”
“Hehe, lo está, gracias por preguntar,” agradeció Mika sonriendo inocentemente. “Me alegro mucho que te preocupes por oshi-san.”
“S-sí, claro…” Shinano más lo preguntaba por sí mismo al temer su temperamento, pero algo le decía que no podría evitar su mal humor por más buenos ánimos que este pudiera tener.

Mika condujo al pelirrojo al segundo piso y llegaron a uno de los ambientes de costura donde Shu terminaba de poner alfileres en unas telas medidas y marcadas con tiza. Pese a todavía no recibir la mirada del severo pelirrosa, Shinano se congeló en su sitio instintivamente. Ni sabía qué esperar, pero tenía que continuar, por más miedo que tuviera.

“Veo que estás temprano,” comentó Shu, al terminar con su labor, sin dignarse a mirarle. Este sacudió la tela hacia arriba para dejarla estirada y apoyada sobre la mesa, y se puso de pie. “Kagehira, continúa con este traje. Ya marqué las siluetas que tienes que cortar y coser.”
“¡Enseguida, oshi-san!” exclamó Mika alegremente y este fue con rapidez a realizar el pedido con grandes energías. Shu pasó a su costado camino hacia fuera del estudio.
“Sígueme,” dijo secamente hacia Shinano mientras atravesaba el umbral.
“S-sí,” Shinano le dio una última mirada a Mika, quien como la vez anterior se había quedado obedeciendo a su senpai sin objeción y desconectándose de lo demás. Entonces, siguió a su nuevo mentor por el pasillo.
“Has llegado temprano, justo para cuando terminé lo que tenía pendiente,” comentó y le miró de reojo. “No está del todo mal. Te elogiaré al menos por ello.”
“Eh, g-gracias…” apreciaría algún indicio de sonrisa pero ya veía que no era así. “Eh, Itsuki-senpai…”
“Has traído los útiles que te pedí, ¿verdad?” preguntó cortándole.
“Oh, eh, sí, los traigo en mi mochila…” al menos ello estaba relacionado a su pregunta. “Ehm… Itsuki-senpai…”
“¿Qué sucede?” espetó, impaciente. “Ya me has llamado, ¿por qué te repites?”
“E-es sólo…” ‘porque tú me cortaste’ quiso decir, pero obviamente no lo haría. “Tenía dudas con respecto al material para hoy…”
“Lleguemos al piso inferior, ahí me explicaré.”

Shinano tuvo que recorrer el mismo camino en reverso, y esta vez se le hizo más lento por la tensión a su alrededor. El recio pelirrosa caminaba con rapidez y pulcritud, claramente cómodo en aquel lugar que parecía ser su reino. Sólo le quedaba seguirle y ver cómo adaptarse a ese nuevo ambiente. Shinano se alentó a sí mismo al considerarse relativamente bueno para ajustarse a las nuevas circunstancias y al trato de cada persona. Fuera de la actitud fría del otro, no tenía por qué ser tan difícil, al menos no en ese aspecto.

Eso era lo que quería creer.

Una vez llegaron al amplio ambiente común del primer piso, Shu Itsuki acudió a la mesa del comedor donde había una bolsa oscura junto con un clipboard, el cual tomó de inmediato.

“Procederé a evaluar las cosas que has traído para la lección del presente día, pero antes de empezar,” Shu levantó su mirada y finalmente se le dirigió con severidad. “Dijiste que tenías dudas. ¿A qué se debe, Toushirou?”
“Ehh, pues, son ‘útiles’ que no pensé que serían para entrenamiento de idol…” Shinano sonrió nervioso y sintió un tic en la ceja. “P-pero, ¿podrías no llamarme por mi apellido, Itsuki-senpai? En mi familia somos un montón.”
“Pues eres el único Toushirou aquí, ¿no es verdad?” le cuestionó mirándole con desdén.
“O sea, sí, pero…”
“No te fijes en esa trivialidad,” para variar, Shu se encogió de hombros con leve cansancio. “Ni nos conocemos para ser más informal contigo y rechazo el concepto de dar apodos como capricho. No creerás que soy frívolo como Wataru. Kagehira tampoco recibe un trato especial en ese aspecto,” dicho esto, le miró con cierta demanda. “¿Qué te hace pensar que tú te lo mereces, si recién has llegado aquí?”
“Entiendo, pero…” dio un suspiro. Sí que no le gustaba que le llamaran así. Le hacía sentir impersonal y con todo el peso de su familia.
“No tienes remedio. Ya, ¿cuál es tu duda? Dímelo de una vez, Toushirou.”
“Ehh…” no, no le gustaba. “Es básicamente eso. Casi sentí que era la compra para un día de limpieza en la casa, como si fuera a ser un conserje…” sonrió con torpeza. “Pero eso no tiene sentido, ¿verdad? Hehe…”
“No sólo los conserjes tienen que limpiar cosas, ¿o es que acaso eres un niño engreído?”
“Ehm…” no sabía cómo tomarse sus muy frecuentes y discretas llamadas de atención. “E-entonces…”
“Presumí que era implícito, pero antes de atreverme a darte el más rudimentario entrenamiento, tengo que entrenarte para que seas una persona digna y apropiada,” frunció el ceño y negó. “Por supuesto que no podría hacer a alguien promedio y común pretender ser algo que no es por dentro. O sea, sí puedo porque un gran talento como yo es capaz de realizar los trajes más vistosos y mi gusto estético es inigualable,” alzó su mentón y sonrió con autosuficiencia.
“Eh…” ya veía el tipo de ‘sonrisas’ que le esperaban.
“Sin embargo, aunque la mona se vista de seda, mona se queda, y yo nunca me dignaría de vestir a ningún mono como algo que no es,” se expresó con disgusto, borrando su fugaz buen ánimo. “Va en contra de mis estándares. En My Fair Lady, Eliza Doolittle no sólo cambió sus ropas para convertirse en una dama de clase. Su transformación tomó arduo esfuerzo en diversas áreas de su vida. Pues eso es precisamente lo que tengo en mente contigo.”
“¿Cómo así?” ladeó su cabeza.
“¡Mantén tu porte! ¡Tu estética apunta a más que la de un niño confundido! ¡Ya te dije previamente que no toleraré debilidad en tu actuación y tono de voz!” exclamó apuntándole.
“¡S-sí!” se hizo un poco hacia atrás.
“Para contestarte debidamente, tus útiles del día de hoy son en su mayoría artículos y productos de limpieza porque pretendo observar tu maniobrabilidad y costumbres a la hora de limpiar y ordenar. No creas que actos tan básicos como ellos no reflejan nuestro trato. Uno debe ser firme y correcto hasta en los momentos más inconscientes. Es más, por ser inconscientes es que más verdad se puede observar detrás de los mismos.”
“S-supongo…” Shinano comenzaba a marearse y asustarse más.
“Bueno ya, vayamos al punto que sé que no contamos con mucho tiempo hoy,” Shu agitó su mano con exasperación como quien dejaba ese asunto de lado. “Posiciona tus útiles encima de la mesa. Cuando termines con eso…” tomó la bolsa encima de la mesa. “Tengo un traje listo para ti. Te lo probarás y de inmediato regresarás para evaluarte.”
“¿Me has hecho un traje?” se sorprendió.

Luego de todo ese discurso, Shinano debió haber comprendido que le había hecho un traje simple de mayordomo. El pelirrojo fue a un simple baño en ese mismo piso y se miró al espejo con sentimientos encontrados. En parte se alegraba que una persona tan habilidosa y ocupada como su nuevo maestro le dedicara algo así en el primer día y podía ver que era una prenda bien hecha de un buen material. Sin embargo, luego de aquel comentario sobre negarse a vestir monos como algo que no eran…

“…” dio un pesado suspiro y negó su cabeza para intentar espabilarse. No podía concentrarse en eso. Por más rudo que el pelirrosa fuera, no percibía en él un interés de atacarle o tener malas intenciones. Esperaba estar en lo correcto.

Shinano regresó y vio a su mentor hacer checks y anotaciones en su clipboard mientras analizaba los útiles que había traído. Sí que era alguien que se preparaba al ya tener alguna especie de forma para incluso evaluar sus compras. El pelirrojo decidió seguir esforzándose con energías para honorar su atención al detalle.

“Ya estoy listo. Ya veo por qué pediste que te enviara mis medidas,” dijo Shinano, sonriente y haciendo una leve venia. Esperaba al menos poder darle una buena impresión, pero sus esperanzas se derrumbaron cuando su mayor le miró y frunció el ceño.
“Tch…” chasqueó la lengua, dejó su clipboard sobre la mesa y fue a darle el alcance.
“Eh… senpai…” quiso retroceder por inercia pero se confundió de sobremanera cuando lo primero que Shu hizo fue agarrar el traje que vestía de las costuras para acomodárselo en cada área debidamente.
“¿Es que acaso te vistes en la oscuridad o qué?” se quejó Shu en plena faena de darle pequeños jalones y ajustes al traje. “Las costuras y los encajes están para algo, Toushirou. Bien te advertí que mantengas atención en los momentos más inconscientes y ni te has vestido apropiadamente. ¡No eres un niño de cinco años como para cometer semejante error!”
“¿Error?” Shinano se alertó y vio al otro retroceder para mirarle.
“Ya, ahora sí estás bien,” murmuró con una mano en su mentón y sonrió para sí. “Puedo darme una palmada en mi propio hombro por atinar tu talla tan correctamente sin haberte tomado las medidas yo mismo,” negó desilusionado. “Aunque con tu falla de no usar mi obsequio como deberías era fácil creer que no había sido el caso.”
“Ehh… Itsuki-senpai, no sé si debería preguntar…” bajó su mirada con horror al tener un mal presentimiento. “Pero… o sea, entiendo lo de las costuras, pero no creo que haga una gran diferencia, no ahora al menos…”
“¿Qué barbaridades dices, insolente?” Shu comprimió sus puños y terminó por golpear una palma encima de la mesa, haciendo un enorme estruendo. “¡La gente no se lanza la ropa encima! ¡La atención a los acabados hace toda la diferencia entre una persona con educación y un pordiosero! ¡Si realmente quieres ser un modelo y una figura pública por nada del mundo puedes dejar que te atrapen vistiéndote de cualquier manera! ¡Peor aún, tú no puedes fallarte a ti mismo por tu falta de juicio y principios! ¡¿Has entendido?!”
“¡S-s-sí!” exclamó con un hilo de voz.
“Eres imposible, no sé ni por qué me esmero en ayudar a un inconsciente como tú,” Shu se dio un facepalm, tomó de nuevo su clipboard y caminó hacia la cocina. “Como sea, sígueme. Comenzaremos con los ejercicios de limpieza.”
“Ehh, ¿llevo las cosas que compré?”
“¿Qué dices?” Shu le miró con extrañeza.
“…” ‘¿ahora qué?’ pensó entre impaciente y aprehensivo. Shinano sabía que había hecho una pregunta perfectamente entendible.
“¿Crees que te dejaré usar tus utensilios y productos dentro de mi espacio? ¡Non! La compra fue para evaluar tu elección en marcas, tipos y porciones. Dejé todo lo suficientemente ambiguo para dejarlo bajo tu juicio y es ello lo que me interesaba de ti,” rodó los ojos y siguió caminándolo. “Puedes llevártelo y usarlo en tu hogar o como quieras.”
“…” sintió que algo estuvo por quebrarse dentro de él, no sabía si por fastidio o desesperación. Fácil una mezcla de ambos. Se preguntaba si podría mantenerse firme y cuerdo por todo el rato que le quedaba.



“…el siguiente ítem en la lista era un lavavajillas,” continuó Shu en lo que le daba su evaluación de los útiles del día. “Compraste una cantidad desproporcionalmente grande de este en comparación con los otros limpiadores, cuando es el que menos podrías haber esperado usar,” se encogió de hombros. “Ciertamente mi falta de explicación te da un margen de error, aunque si tu lógica fue comprar más del más producto más barato entonces lo condeno por completo.”
“…” Shinano estaba estresado por seguir oyendo todas sus observaciones en lo que enjuagaba una vajilla que fácilmente había estado limpia para empezar. Al terminar con ello, llevó el plato al secador al costado del caño.
“¿Desperdicias el agua? Cierra el caño si no estás lavando nada, ya te lo dije.”
“S-sí, iba a comenzar con el siguiente.”
“Si apenas has terminado el primero. Increíble…” Shu se molestó en cerrarlo. “Toushirou, ¿me puedes asegurar que ese plato se encuentra limpio?”
“Eh, sí, en serio que sí,” contestó confundido y asintiendo.
“Huélelo.”
“¿Qué?”
“No me hagas repetirme,” frunció el ceño. “Si está limpio, quiero que lo huelas.”
“¿Eh? Pero a lo mucho olerá al lavavajillas… ¡uhh!” Shinano lo olfateó de cerca y se espantó por un olor desagradable. “¿Qué es esto?”
“Lo sabía,” Shu dio un suspiro. “Apliqué un simple químico con mal olor. Si tuvieras la costumbre de limpiar como debes y enjuagar por completo no habría quedado rastro alguno. Yo mismo me di la labor de comprobarlo. Bien pues, continúa lavándolo. No debe oler a nada.”
“Ehh…” le miró en shock.
“¡Apúrate que no tenemos tiempo!”



“Fui al menos considerado al decirte que compres apenas porciones mínimas para lavar la ropa, y si bien apruebo tu decisión de conseguir un suavizante sin habértelo pedido, me alarma que no hayas pensado en el almidón,” observó el pelirrosa, siguiendo las notas de su clipboard.
“…” Shinano miraba con horror una camisa blanca tendida encima de una mesa para planchar, con una plancha ya esperándole para dar inicio. Todavía no se recobraba de una previa llamada de atención cuando pretendió planchar con la plancha recién prendida y sin estar cargada de agua (y luego cuando pretendió cargarla con agua de caño). Ya veía que todo lo relacionado a la ropa era sagrado para su mentor.
“Comienza que la plancha ya está caliente.”
“S-sí…” tragó saliva y tomó la plancha con una mano temblorosa. Sentía la mirada penetrante del otro y se acercó para pretender comenzar por algún lado.
“¿Es que acaso no sabes planchar? ¡Por ahí no se inicia!”
“¡Ehh!” Shinano se estremeció asustado. Terminó por rendirse y dejar de nuevo la plancha en su soporte para hacer una reverencia. “¡Perdón senpai pero creo que no sé la forma correcta de planchar una camisa! ¡O-o sea en algún momento he tenido que hacerlo, p-pero…!”
“Si ni pensaste en el almidón no me sorprende. Me compadezco de tus camisas.”
“L-lo siento…” bajó su mirada.
“En fin, te haré saber que se comienza por el extremo de las mangas y el collarín. Ahora hazlo.”
“Ya veo…” se quedó en blanco. No pensó que le ayudaría. Decidió volver a intentarlo.
“Ni has desabotonado la manga, ¿qué haces?”
“¡Enseguida!” exclamó y lo hizo frenéticamente, para entonces volver a tomar la plancha y comenzar.
“¡Nunca, pero nunca, se planchan los botones!”
“¡AAHHH, perdón!”



“Me preocupa la cantidad de detergente que pretendiste usar,” observó Shu, con el ceño fruncido. “Y peor aún. La marca que habías comprado posee una gran cantidad de enzimas que destruyen la tela. Si no te molestas en aprender estos datos, envejecerás tus atuendos más rápido de lo que deberías.”
“…” ¿enzimas? Eso era completamente nuevo para él. Shinano ni estaba seguro qué era una enzima precisamente, y ya sabía que mejor se callaba algunas cosas.
“Tch, apuesto a que ni sabes lo que es una enzima, Toushirou,” dijo despectivamente.
“Uhh…” agachó su cabeza. Eso le dolió.
“No seré yo quien te lo explique, pero además de ese aditivo en tu detergente, compraste una marca con pobres reviews en internet. Lo dejaré ir esta vez y te enviaré una dirección de una página donde puedes revisar datos semejantes, aunque ahora necesito que continúes fregando ese secador. Veo que el colorante magenta que le apliqué sigue presente.”
“En eso estoy…” dijo agotado mental y espiritualmente. Sus manos estaban aturdidas, arrugadas y juraba que perdía sensibilidad en ellas. Esa labor le estaba costando mucho más que todo lo anterior, pero el color magenta de esa toalla blanca no se iba. Dudaba que realmente fuera un colorante acuoso y temporal.
“Toca hablar sobre el ambientador, pero eso será cuando te toque el baño.”
“¡¿Tengo que limpiar el baño?!” exclamó en shock.
“¿Por qué reaccionas así?” el pelirrosa le miró desde arriba con desdén. “No creas que yo no mantengo mi baño impecable si aquel es tu temor. Tampoco creas que esta es la única vez que harás todas estas tareas. No te estoy enseñando una labor,” entrecerró sus ojos. “Estoy inculcando nuevas costumbres y cambiando tu forma de pensar mediante la práctica. Tampoco esperes que sea tan paciente como lo estoy siendo hoy. Demuéstrame que no me harás perder el tiempo, Toushirou.”
“Eh…” ¿en serio él pensaba que estaba siendo paciente?
“¡No me mires desorbitado y continúa! ¡No creas que te dejaré ir a tus clases si no me dejas este secador blanco como cuando comenzamos con este ejercicio! ¡Apresúrate!”
“…” continuó, pero su mente empezaba a desconectarse y tratar de encontrar un rincón seguro donde escapar su presente.

Aquel sólo era el primer día, y uno bastante corto. El pelirrojo vivió una buena demostración de lo que le esperaba, pero de igual forma todavía había muchos desafíos que ni esperaba.


Bajo las insistencias de Ibara, los tres fueron a dicha cafetería cercana para almorzar. Ese lugar era bastante discreto y escondido por una facultad menor y menos frecuentada, por lo cual ocuparon un ambiente despejado y tranquilo. Fue ahí que tanto Ibara como Hotaru relataron a Atsushi sobre los eventos vividos en el ataque al festival de hace dos semanas, al ser donde ambos se habían conocido.

“Increíble…” fue apenas lo que atinó a decir. Ni sabía por dónde comenzar a cuestionarles.
“Como un nuevo aquí, mi estimado Atsushi, me corresponde advertirte que la guerra entre ambas escuelas no es algo que se puede tomar con ligereza,” concluyó Ibara, ágil y profesionalmente. Se ajustó sus gafas. “Ya te he hecho entender que Rizembool es un enemigo al cual no deberías enfrentarte, aunque en lo más mínimo podemos alegrarnos que no hubo heridos de gravedad. Recolecté la información relevante y tal parece que los más afectados fueron precisamente los guerreros de nuestro lado en Hanasaki.”
“Eso será cierto, pero los asistentes normales fueron borrados la memoria…” Hotaru agachó su cabeza, incómoda. “Uno puede imaginar que no recordar lo sucedido sea lo mejor para su salud mental y tranquilidad, pero Rizembool igual causó todo esto y luego decidió sobre sus recuerdos sin considerarles.”
“Ahh, es verdad, luego de cualquier altercado, es una lástima que la anonimidad prime por encima de los derechos de las personas, tienes mucha razón,” Ibara adoptó una expresión de frustración y mínimo lamento. “Lo observamos en nuestro mismo grupo, Tomoe-dono. Una de tus amigas se confundió entre los civiles y tuvo su memoria borrada también. Por cierto, ¿cómo se encuentra? No me olvido que su hermana menor estaba mortificada.”
“Eh, Ayesha está bien, no es que le haya causado algún daño y la directora y su asistente la examinaron y pudieron descartar cualquier mal,” Hotaru sonrió levemente, agradecida por la pregunta, aunque volvió a desanimarse. “Aun así, sigue siendo un poco fresco…”
“Vaya, lo siento mucho, debió haber sido muy duro…” Atsushi se incómodo y desvió su mirada.
“Descuida, tal vez no debería decirlo, pero no es la primera vez que nos enfrentamos a una situación así, por más que yo no sea una luchadora,” la chica negó tranquilamente. “Tengo varias amigas HiMEs y pese a lo difícil e incierto que es, todas nos apoyamos mutuamente. Admiro mucho la vocación de servicio que tienen para protegernos de Rizembool, y por eso mismo yo también quiero poner de mi parte. Bueno… no es que haya sido de mucha ayuda esta vez, pero nunca las abandonaría.”
“Heh, es admirable,” Atsushi sonrió con leve impresión y alegría. “Comparto ese sentimiento. Estoy seguro que tus amigas lo aprecian un montón.”
“Tomoe-dono demostró tener temple y dedicación de velar por las amigas que la acompañaban ese día,” Ibara sonrió con perspicacia. “Y puede que uno no siempre sea capaz de aportar con acciones, aunque no se debe negar la importancia de un eficaz apoyo moral. Noté cómo tus compañeras se alegraron de verte y algunas también necesitaron tus palabras de aliento. Seas HiME o no, te aseguro que sí haces una diferencia.”
“Eh, g-gracias Ibara…” ella se avergonzó un poco.
“Ahh, mis disculpas, no es que quiera incomodar a una dama como tú,” el pelimagenta llevó una mano a su nuca y rió abiertamente, con torpeza. “Hahaha, sólo me encontraba regresando el aliento que has dado a otros. ¡Mis intenciones de hoy sólo han sido amenizar el día y tener un tranquilo diálogo! ¡Confío en la gente apta y prometedora que asiste Hanasaki!”
“Haha, ya te estás pasando, Ibara. ¿Ves que puedes ser un poco atropellador?” Atsushi rió un poco. No podía negar que su amigo había logrado su cometido. A pesar de oír más del ataque, saber que había personas como esa chica que estaban cometidas a velar por los demás y a cooperar para enfrentar y solucionar los problemas le daban esperanzas. Sí detectaba que era el lado ‘más bueno’ de la guerra, al menos hasta el momento.
“Siempre me he considerado más meditativo que tú, así que si me das una observación de sobrepasar mis límites, debería considerarlo muy seriamente,” Ibara se puso a pensar. “No puedo decir que me alegro de oírlo de ti.”
“¿Eh? ¿Dices que no me doy cuenta de las cosas?” Atsushi se vio perplejo y entonces desvió su mirada. Le hizo recordar al paseo que acababa de tener con su familia. Podía ser algo cierto…
“No es precisamente lo que dije pero ya que tú mismo lo mencionas aprovecharé para darte la razón. Ah, pero no te nos vayas,” agitó una palma para despertarle. “Tomoe-dono y yo te hemos contestado tu duda sobre cómo nos conocimos. Ahora entiendo que nuestra estimada acompañante tenía algo que preguntarte.”
“¿Eh? Pues…” Hotaru lo pensó un poco y no tardó en acordarse. “Oh, es cierto. Ehm… es verdad que eres un Toushirou. Me había dado curiosidad…”
“Ah, sí, eso,” el pelinegro sonrió amenamente. Notaba lo reservada que era esa chica. “Descuida, no es que sea un secreto. Más bien me pregunto con cuál de mis hermanos te habrás encontrado, y también cómo así ya que ninguno estudia en esta universidad.”
“Sí, fue en una donación de sangre. Uno de los doctores que atendían a las personas se apellidaba Toushirou. Estaba ahí con algunos estudiantes protegidos de él…” Hotaru asintió y sonrió un poco. “Puede que sea alguien de mi edad, pero ya es un doctor y estaba ahí instruyendo a los voluntarios y ayudando a las personas. Fue una inspiración.”
“Vaya, sin duda hablas de Yagen. Hmm…” frunció el ceño y alzó su mirada, pensativo, para entonces dar un cansado suspiro. “Conque llevó a estudiantes practicantes o algo. Increíble… creo que me sobrepasa por mucho…”
“Perdonen la interjección, pero recuerdo que mencionaste a dicho hermano doctor en el pasado, Atsushi,” recordó Ibara. “¿Acaso ese hermano en particular no era tu mellizo?”
“¿Eh? ¿En serio?” Hotaru se sorprendió.
“Eh, sí, lo es,” sonrió incómodo. “No me gusta que nos comparen. Seremos mellizos, pero somos bastante distintos. Aunque bueno… yo también quiero estudiar medicina, pero antes de apoyarme en él prefiero trazar mi propio camino.”
“Ya veo…” Hotaru ladeó su cabeza, confundida.
“Suena a que hay una rivalidad entre los dos…” musitó Ibara, meditativo.
“¿Sonó así? Ehh, no precisamente,” agitó sus palmas y desvió su mirada con leve incomodidad. “Creo que me siento un poco en su sombra. Tampoco sé qué andará haciendo. Se ha alejado de la familia demasiado durante mi ausencia y vuelto un dolor de cabeza. A veces ni sé qué pensar sobre él…”
“…” los otros dos intercambiaron miradas.
“Aun así, Yagen sigue siendo la persona más cercana a mí y confío en él,” afirmó volviendo a mirarles y sonriendo con certeza. “Es muy propio de él prestarse para un voluntariado así. Creo que me fui por las ramas, pero me alegra saber que te lo hayas topado en una actividad como esa. Eso quiere decir que no para encerrado en su laboratorio todo el tiempo. Heh, sí suena inspirador, también quisiera hacer algo así.”
“Lo mismo digo…” Hotaru sonrió tímidamente. Notaba lo honesto que era ese chico, también el hecho que fuera de sus quejas sí era apegado a su hermano y su familia.
“…” Ibara se encogió de hombros y se reservó comentarios. Era entre lamentable y gracioso evidenciar la lealtad e ingenuidad del otro. Fuera del campo de batalla también había una guerra que luchar. Tal parecía que el pelinegro no estaba consciente de ello aún.
“Esa vez también había dos hermanos acompañándole,” recordó Hotaru. “Uno de ellos era muy ameno y hablador. Creo que le estaba causando problemas al doctor. Otro era bastante callado.”
“Haha, sé de quienes hablas,” rió un poco. “El hablador debe ser Namazuo. Pues dudo que Honebami quiera conocer a gente abiertamente, aunque siempre podía pedirle a Namazuo que se dé una vuelta por aquí. Seguro que te recuerda.”
“Ehh, s-seguro…” la pelinegra sonrió incómoda. “Podría avisarle a mis amigas. También se llevó muy bien con ellas.”
“Es por estos comentarios que no quiero que seas tú quien me diga que sobrepaso límites, Atsushi,” observó Ibara con una sonrisa perspicaz. “Ahora eres tú quien se encuentra inquietando a la delicada Tomoe-dono, ¿no te das cuenta?”
“Ahh, sí he sido un poco impulsivo, perdón,” admitió el Toushirou, sonriendo con torpeza.
“Eh, no, no, está bien,” Hotaru asintió. “A decir verdad, una amiga HiME es de un linaje guerrero y tenía mucha curiosidad por el tuyo, ya que nos comentó que también lo son. Creo que le gustaría conocerle.”
“Oh, interesante…” se extrañó un poco. Era curioso, y algo preocupante, oír sobre una persona con afinidad guerrera participar en el conflicto, pero imaginaba que no era un caso aislado. “Me pregunto quién será. No estoy muy informado de linajes, pero a mí también me gustaría conocerla si es posible.”
“¡Sí, por supuesto!” se animó.
“Veo que los dos se llevan bien. Nada mal, Atsushi, has encontrado a una persona con la cual conversar en tu primer día en tu facultad,” observó Ibara. “Aunque me sabe mal tener que cortarles. No nos queda mucho tiempo de descanso. Tenemos que terminar nuestras meriendas.”
“Es cierto,” Hotaru se impresionó. El tiempo se había pasado volando.
“Siempre podemos conversarlo después,” Atsushi asintió. “Más bien tengo que buscar dónde me toca la siguiente clase.”
“Claro, te ayudo después del almuerzo.”
“Heh, muchas gracias.”

Así se concluyó ese almuerzo que conectó a los tres mutuamente.


Luego de partir camino con Shinano, Syo y Natsuki salieron de la universidad donde esperaron al bus para ir a su agencia y asistir a su reunión con aquel idol que sería su supervisor. Ambos idols, pertenecientes a la agencia Shining, una de las agencias con mayor antigüedad y reputación del país, recién iban acostumbrándose al cambio de instalaciones ya que esta agencia se había unido a varias otras para conformar Ensemble Square, o ES. Además de ser el centro de operaciones de varias agencias conformadas por personas talentosas, ES también tenía dorms, áreas de esparcimiento y entrenamiento, sin mencionar el bus que comenzaba y terminaba su trayecto en las instalaciones.

Si bien Syo gustaba de contar con ese lugar donde podría encontrarse con varias personas con su misma meta, no evitaba sentirse aún un tanto extraño. Si bien su agencia todavía tenía a su disposición algunos ambientes antiguos, entendía que era más que nada una lenta transición. A su costado Natsuki no paraba de maravillarse con cada detalle en ES, y Syo se alegraba de que su amigo siempre tuviera tan buena disposición, aunque no evitaba celarle un poco. Si tan sólo él pudiera tener tan pocas preocupaciones como él…

Recibió algo de alivio al reconocer a una de las secretarias de Shining ser quien les daba la bienvenida al primer piso de esa agencia dentro del gran edificio central. Esta les indicó el salón donde tenían su reunión, además de avisarles que Ai Mikaze ya se encontraba esperándoles, por lo cual el par de inmediato acudieron al sitio.

“Ya tengo mucha curiosidad,” dijo Natsuki sonriendo alegremente y juntando sus palmas. “Siento que me gustaría hablar mucho con él y preguntarle sobre algunas de sus composiciones,” alzó su mirada perdidamente al techo. “Había una que iba algo como tu~ tu~ turuturu~… algo así. ¡Hehe, me encantó! Quisiera saber su proceso creativo para hacer una canción tan linda y pegajosa como esa.”
“Me pregunto de cuál hablarás, Natsuki,” Syo le miró de reojo con escepticismo, aunque se frustró y sonrió cansadamente. “Bueno, pero entiendo. No negaré que tiene algunas buenas canciones, aunque concéntrate. Si él va a ser un superior o algo, tampoco podemos andar en plan de amigos con él.”
“¿Por qué no?” Natsuki ladeó su cabeza perdidamente. “Podremos haber sido asignados a él, pero si nos volvemos abiertos y unidos podemos aprender mucho más,” asintió convencido y con los ánimos en alto. “Anímate, Syo-chan.”
“Veremos…”

Finalmente llegaron al salón y Syo abrió la puerta para ingresar junto con Natsuki. No llegó a hacer ninguna observación ya que el peliceleste tomó la palabra.

“Están tarde,” observó Ai, quien estaba de pie al frente de la entrada con los brazos cruzados. “La hora de inicio era dos minutos atrás.”
“¿Eh? ¿En serio?” Syo se sorprendió y lo confirmó por el reloj en la pared. Tan preocupado había estado con su cambio de rutina que se había olvidado de la hora. Agarró su nuca con inquietud. “Uhh lo siento.”
“Lo sentimos, Mikaze-senpai,” Natsuki hizo una venia. “No calculamos bien el tiempo. Sin duda hay mucho que recorrer aquí en ES, pero te prometo que no sucederá nuevamente.”
“Sí… aunque ‘senpai’ es un poco…” Syo frunció el ceño, inconforme.
“…” Ai dejó de cruzar sus brazos y les miró neutralmente por un par de segundos antes de continuar. “Percibo impresiones muy distintas entre los dos. Fui informado que se conocen de antemano y han tenido que trabajar juntos en el pasado, aunque son personas diferentes. En fin, comprendo que acomodarlos a los dos sigue siendo mi responsabilidad.”
“¿Acomodarnos?” Syo se extrañó.
“¡Sí, es un gusto trabajar contigo!” dijo Natsuki, animadamente.
“A diferencia de tu compañero, entiendo que rechazas la asignación que tenemos entre los tres, Syo,” dijo Ai sin dar rodeos. “También te muestras incrédulo ante mi deber de encargarme de ambos. Ello quiere decir que tu punto de vista debe ser uno que desaprueba mi labor. En particular, no pareces dispuesto a llamarme senpai. No tengo ningún apego al título, aunque por motivos de la etiqueta y nuestro trabajo en conjunto, te exijo que te adhieras a las normas esperadas de ti, ¿de acuerdo?”
“¿P-perdón?” Syo se impresionó por su repentina severidad y su adherencia a las reglas. Se mostró cansado y agobiado, pero no tenía intenciones de resistir. “Pues todo esto me parece un poco extraño y repentino, pero ya, entiendo…”
“Al menos no te haces de rogar,” dicho esto, Ai adoptó neutralidad. “Habiendo dejado las cosas en claro, es adecuado respetar estas normas. Como ya lo saben, yo soy Ai Mikaze. Estaré a cargo de ustedes dos y les ayudaré a mejorarse en lo posible. Espero la colaboración de ambos.”
“Es un gusto. Yo soy Natsuki Shinomiya,” el más alto sonrió con humildad y asintió. “¡Descuida! ¡Syo-chan y yo estamos encantados de conocerte!”
“No necesitas hablar por él, Natsuki, aunque aprecio el gesto,” Ai miró a Syo.
“Sí, lo sé,” no estaba muy convencido de necesitar presentarse si el otro hasta lo había llamado por su nombre, pero mejor se evitaba problemas. “Soy Syo Kurusu, un gusto. Y pues, dirás que tenemos que ser respetuosos contigo, pero sin siquiera presentarnos ya me llamaste por mi primer nombre.”
“Tiendo a dirigirme a todos de manera directa. No considero que cambiar mis modales sea algo necesario o apropiado bajo estas circunstancias,” contestó inmutado.
“¿En serio?” Syo le miró escéptico. Casi parecía que se contradecía a su favor personal.
“Más bien percibo juicio en tu tono de voz, Syo,” Ai frunció el ceño y llevó sus manos a las caderas. “Es válido que realices esta observación, sin embargo, según la impresión que das casi lo has hecho más por cuestionarme obstinadamente que por tener un verdadero interés o curiosidad en mi manera de ser. Si continúas comportándote de manera rebelde podría verme obligado a tomar represalias en tu contra.”
“O-oye, tranquilo…” Syo se alertó. “S-sólo pensé que es un poco injusto, pero…”
“Syo-chan, descuida, estoy seguro que Mikaze-senpai tiene las mejores intenciones,” le aseguró Natsuki. “Vamos, hay que llevarnos muy bien. Sé que podemos sacar algo muy provechoso.”
“Bueno… Ai-senpai, ¿qué tal?” preguntó Syo.
“Está bien, lo dejaré ir,” Ai se encogió de hombros.
“¡Entonces también te llamaré Ai-senpai!” se sumó Natsuki con grandes energías.
“Ahh, sabía que la formalidad te duraría poco, Natsuki…” observó Syo, frustrado.
“Suficientes rodeos, concentrémonos de una vez,” Ai caminó hacia una mesa donde había un par de agendas. “Esta es apenas una reunión preliminar, y pretendo que nuestras juntas en un inicio sean apenas para mantenernos al tanto en lo que recolecto datos de cada uno de ustedes. Por mientras, uno de mis talentos que ha sido más reconocido aquí en Shining es mi habilidad de organización, por lo cual les ayudaré a organizarse mejor y a su vez instruirles a usar una agenda cada uno. En cada una de nuestras juntas me aseguraré a revisar sus agendas para evaluar sus anotaciones y ver cómo van en sus actividades,” agarró una agenda por mano y se las extendió. “Aquí tienen. En breve les daré pautas para que comiencen con este simple ensayo.”
“¡Muchas gracias!” Natsuki recibió la suya y de inmediato la abrió para revisarla y observarla de todos los ángulos. “¡Ahh, está muy linda! ¡Tiene una cobertura acolchonada y suave y limpia y muy hermosa! ¡Lo aprecio mucho!”
“Organización, ya veo…” Syo miraba a la suya en sus manos, y dio un suspiro. Tal vez había estado preocupándose demasiado con esa asignación. Ai no parecía tener intenciones de meterse en sus asuntos o ser alguna especie de jefe. Sonrió incómodo. “Pues, admito que sí me vendría bien organizarme mejor. Siento haber dudado de ti previamente.”
“No veo por qué debas disculparte de mí, aunque olvídalo,” Ai negó. “He oído de algunas secretarias aquí que a no eres precisamente puntual o estás al tanto de los horarios, motivos por el cual decidí comenzar por esto. Por lo tanto, sí sabía sobre tus problemas de organización y esta tarea ha sido necesaria.”
“Eh, claro…” Syo se impacientó un poco. Ya veía que era alguien sincero.
“Natsuki no es muy distinto a ti. Sé que es una persona que fácilmente se distrae y por más que sea un buen compositor, puede olvidarse de asuntos importantes.”
“Es verdad. Syo-chan me ayuda un montón en eso,” admitió Natsuki, alegremente.
“Espera, Natsuki y yo somos dos casos distintos,” aclaró Syo. “Te aseguro que yo no ando perdido en las nubes como él.”
“No suena a una distinción importante.”
“¡Sí lo es! ¡No es que yo me pierda en la ciudad o me olvide qué tenía que hacer!”
“Los casos de ambos pueden corregirse mediante el mismo ejercicio de mantener una agenda y organizarse mejor. Los detalles de cada uno no son necesarios de atender a estas alturas. Más bien,” Ai frunció el ceño. “Realizar estos comentarios posiblemente infames de tu compañero es una falta de respeto y una brecha a su privacidad. Te pido que te comportes mejor, Syo.”
“Eh, pues…” este se incomodó y dio un pesado suspiro. “Ahh, no es que haya tenido malas intenciones, Natsuki, perdón…”
“¿Hm? ¿Por qué te disculpas, Syo-chan?” preguntó su amigo, confundido.
“Ehh, nada…” de nuevo no prestó atención.
“Ya comienzo a entender que esta actitud reactiva está muy arraigada en tu persona,” Ai llevó una mano a su mentón. “Puede ser un próximo punto a atender. Tendré que ver cómo monitorear y corregir tu comportamiento en cada momento…”
“N-no, te prometo que me comportaré, lo juro, no tienes que hacer eso,” Syo se asustó. Casi sonaba que ello sí haría a Ai como ese jefe entrometido que había temido tener.
“Ciertamente no me precipitaré por las primeras impresiones. A diferencia de ti, suelo actuar con prudencia y luego de haber procesado la debida cantidad de información relevante,” observó Ai, inconsciente del hecho que el otro se había amargado un poco por su comentario. “Comencemos. No contamos con mucho tiempo y estoy al tanto de sus clases en Rizembool. Les explicaré al detalle lo que espero de ambos con sus agendas y cómo organizarse.”



Fue una breve clase, aunque muy metódica e incluso con diapositivas de powerpoint, y una vez Ai terminó con sus indicaciones dio la junta por terminada. Sin embargo, Natsuki le invitó a que los acompañe a almorzar en la cafetería de ES para así hablar y llegar a conocerle mejor. Para incomodidad de Syo, Ai aceptó neutralmente y así los tres caminaban por uno de los pasillos camino a dicho lugar.

“Ehh, no tenías que venir con nosotros,” dijo Syo confundido. “Pensé que dijiste que ya habías almorzado.”
“Ya te contesté antes, Syo,” observó Ai, mirándole con un muy leve juicio pese a tener un rostro inexpresivo. “No necesitaré almorzar, pero concuerdo con el pedido de Natsuki de conocernos mejor. En este instante no tengo nada urgente que atender, así que continuar una exposición mutua podría brindarme de mayor información para leerlos debidamente. Eso es algo que tú mismo podrías aprovechar.”
“Creo que puedo leerte lo suficiente…” dijo frustrado. Sería una persona bastante racional y lógica, pero… no, quizás no había peros, era esa extrema racionalidad y organización de su ahora senpai la que desentonaba con sí mismo.
“Aquella actitud derrotada y cerrada es algo que te pido que deseches. No te servirá.”
“Sí, lo sé, lo haré…” dijo a regañadientes.
“Hehe, algo me dice que seremos los mejores amigos~” canturreó Natsuki feliz de la vida, y llevando ambas manos encima de su corazón. “Podemos aprender un montón de Ai-chan-senpai y espero también serle de ayuda.”
“¿Qué te habrá dado esa impresión?” Syo le miró con recelo. “¿Y ahora le llamas con ‘chan’ también? Siempre te tomas tantas libertades, Natsuki.”
“Su tono de voz y ánimos señalan que no lo hace con falta de respeto. Natsuki continúa dirigiéndome la misma atención y consideración, la cual sigue siendo mayor que la tuya, Syo,” recalcó Ai, quien sonrió impecablemente y miró a Natsuki. “Así que no tengo ningún problema con ello, Natsuki. Adelante.”
“¡Hehe, me alegro mucho!”
“Uhh, creo que ya sabemos quién es el favorito aquí…” Syo dio un suspiro.

Los tres continuaron conversando, ahora con Ai haciéndole entender que no había favoritismos y que su recepción positiva era recíproca de un buen comportamiento de parte de Natsuki lo cual continuó frustrando a Syo cada vez más. Ellos cruzaron una intersección con otro pasillo en pleno camino, y fueron vistos brevemente por otra persona.


Ranmaru salía de una sesión en un gimnasio común de ES y observó a dicho peliceleste acompañado de ese par de idols. Había oído que ellos tres iban a ser asignados a trabajar juntos y realmente no sabía ni qué decir. Luego de lo sucedido en el ataque al festival, se preguntaba cuán prudente era que Rizembool soltara a aquel idol inhumano a interactuar con los demás…

Su ensimismamiento se cortó al oír una voz juguetona que conocía demasiado bien.

“¡Ran-Ran!” oyó a sus espaldas.
“…” Ranmaru frunció el ceño instintivamente. Le tocaba aguantarle un poco. Se giró apenas de perfil para mirar de reojo a un pelimarrón de ojos grises correr saltando de un pie hacia él. “Tch, ¿qué quieres, Reiji?”
“¡Qué coincidencia! ¡De todos los gimnasios donde pudiste haber estado!” exclamó con alegría. “¡No nos vemos desde hace años! ¿Qué te trae por aquí?”
“Entreno, ¿qué más sería?” contestó de mala gana. “Y nos vimos cuando inauguraron este edificio, lo cual fue hace muy poco. No hagas drama.”
“Aw, Ran-Ran~ me hieres los sentimientos~” canturreó juguetonamente y sin dejar de sonreír.
“Tch…”
“Justo pensaba enviarte un mensaje, pero ahora que estamos cara a cara, no tengo que hacerlo. Tengo algo que decirte.”
“¿Qué?”
“¡Quiero invitarte a un almuerzo conmigo mañana!” exclamó abriendo sus brazos de lado a lado, gesto que fue recibido con Ranmaru dándole la espalda y continuando con su camino. “Oye…”
“No gracias…”
“Ran-Ran, ni me has escuchado,” dijo caminando a su costado y mirándole con súplica.
“Dijiste almuerzo y digo que no.”
“No, no, es que no es toda la historia,” Reiji sonrió con perspicacia. “Heheheh, he oído chisme que creo que te gustaría saber de antemano y un almuerzo es el perfecto lugar para contártelo.”
“Tú serás el chismoso, yo no.”
“Habré dicho chisme, pero no es tanto eso, al menos no para nosotros dos,” admitió sonriendo apenado. “Hehe, quise ser muy juguetón, ¿pero me crees capaz de invitarte y ocupar tu tiempo para darte un chisme sin que te gusten los chismes?”
“Sí.”
“¡Aw Ran-Ran, no puede ser que tengas tan poca fe en mí~!” se puso a lloriquear. Reiji vio al otro dejar de caminar y se detuvo también. Le vio mirarle enfadado.
“Me estás enfureciendo, Reiji,” le advirtió. “No ando de humor para soportarte, así que dime lo que tengas que decirme.”
“Tú nunca estás de ánimos para soportar nada, pero insisto que sería bueno que nos juntemos. Te aseguro que no será una pérdida de tiempo,” asintió, sonriendo con certeza. “Es más, yo te invito el almuerzo. Vamos, ¿qué tienes que perder?”
“…” desvió su mirada. “No estoy interesado.”
“No tomará mucho,” veía que no le faltaba mucho para convencerle. Ya lo conocía, así que le dejaría animarse por su cuenta. “Bueno, me avisas si cambias de parecer, pero te aseguro que es por una buena razón, ¿sí? Contrario a lo que tú crees, nunca te fastidiaría sin motivo alguno.”
“¿Eh? ¿Acaso eso no es lo único que haces?” le cuestionó impaciente.
“Ahh, duele, Ran-Ran…” sonrió incómodo e hizo el ademán de haber recibido un cuchillazo en su abdomen.
“…” el otro alzó su ceja y negó ofuscado.
“¡Bueno, tengo que correr! ¡Espero que nos veamos mañana! Bye-bye~!”
“…” le miró escéptico en lo que se marchaba corriendo. “¿Qué querrá este imbécil…?”

Siguió su camino, y tal y como el otro había descifrado, terminó por aceptar su invitación por celular, sin olvidar de darle la advertencia que no le hiciera perder su tiempo.


Pasaron unas horas y Cho y Ayesha se encontraban terminando la práctica de laboratorio del día. Con la labor terminada, sólo necesitaban limpiar el equipo que habían usado.

“Menos mal todo nos fue bien hoy, Cho,” comentó la rubia, sonriendo con algo de torpeza, en lo que terminaba de limpiar un vaso de precipitados en el caño. “No hemos tenido ningún accidente el día de hoy y tampoco somos las últimas en terminar.”
“Eh, es cierto, tienes razón,” la HiME sonrió incómoda. Era curioso cómo su amiga de inmediato pensaba en lo peor, aunque tampoco podía culparle. Tenían varias experiencias negativas con otros laboratorios, en especial rompiendo cosas (y en particular por culpa de Ayesha aunque Cho misma había tenido unos contados accidentes).
“Más bien me sorprende que Kashuu no haya venido hoy,” Ayesha alzó su mirada para revisar los alrededores. “Sé que la profesora suele dejarle entrar para ayudarnos a limpiar.”
“Pues, Kashuu se inscribió a un par de clases este semestre. A decir verdad, no debería estar tan al pendiente de mí y asistirlas más seguido.”
“Oh, no lo sabía,” Ayesha se impresionó y miró a su amiga anonadada.
“Me alegra mucho que se haya animado ni bien Miranda le dio la opción. Él podrá tener un vínculo a mí, pero también es su propia persona y no le veía seguir química como yo,” Cho sonrió. “Me está acompañando en mi clase de audiovisuales y a esta hora tiene una de fotografía. Se nota que tiene una afinidad más artística.”
“En verdad que sí, tiene toda la pinta,” rió un poco. “También me alegro mucho por él. Suena justo a su medida.”
“Aun así, quiere estar cerca para mantenerme vigilada y a salvo. Es una gran ayuda, y me sabe un poco mal que se preocupe tanto,” Cho dio un suspiro. “Le repito que puedo invocarlo si en algún momento se presenta el peligro, pero aun así no se siente seguro.”
“Es una gran ayuda que puedas invocarle, aunque conociéndole, diría que sus temores no son del todo infundados,” Ayesha llevó un dedo a su mentón y alzó su mirada. “Creo que sí evitarías invocarle a menos que sea una gran emergencia.”
“Ehm, pues sí, tienes razón…” la HiME desvió su mirada. “Hablamos de hacerle desaparecer y aparecer en otro sitio. Quién sabe el caos que podría causar por desvanecerse. Sin duda preferiría enviarle un mensaje de texto para asegurarme que es prudente antes de hacerlo, aunque Kashuu no estaba muy convencido con esa demora…”
“Se nota que tienen mucho en qué pensar y coordinar, es intrigante,” admitió Ayesha sonriendo pacientemente. “Pero sé que estarán bien. Ya les he visto coordinar y son un buen equipo. Por mi parte…” se desanimó y miró al vaso que todavía raspaba para remover la suciedad. “Mi Nio es todavía una pequeña muy impulsiva. No debe tener tu prudencia y le hace falta experiencia también… si tan sólo pudiéramos tener a alguien como Kashuu a su lado que la apoye y se preocupe por ella…” agachó más su cabeza con tortura interna. “Uhh… ella no quiere hacerme mucho caso. Desde que es HiME se ha vuelto más difícil…”
“No te desanimes, nos tienen a todas,” le aseguró Cho, quien pese a tratar de animarla también se preocupó un poco. En verdad esa pequeña tenía toda la seguridad, valentía y decisión que le faltaba a su hermana. “El inicio va a ser difícil, pero estoy convencida que podremos ayudar a Nio y hacerle enfocarse en cómo ser HiME. Será muy valiente, pero también es inteligente. Estoy segura que nos comprenderá.”
“Eso espero. Tienes razón, Cho…” Ayesha miró a su amiga, ya más aliviada. “Muchas gracias por tus palabras. No puedo desanimarme. Yo también tengo que poner de mi parte. Así será,” asintió decidida y trajo sus manos hacia sí para comprimirlos y alentarse. Sin embargo, se olvidó del vaso y por el movimiento este se le escapó. “¡Ah, no!”

Hizo un movimiento rápido para atraparlo en el aire, pero al ser un vaso tan pequeño y delgado, terminó haciéndolo reventar en su palma.

“¡A-Ayesha, ¿estás bien?!” Cho se alarmó y vio cómo el vidrio había pasado a través de su guante. Se encontraba sangrando.
“Ahh, qué horror…” se asustó, pero la peliceleste de inmediato abrió el caño al máximo.
“Vamos, hay que enjuagar tu herida. Yo llamo a la profesora,” dijo Cho apuradamente en lo que llevó la mano de Ayesha encima del agua.
“¡E-espera, voy a sacarme el guante!” la rubia se lo removió para así deshacerse de los posibles trozos impregnados a este. Apenas lo hizo, tanto ella como Cho vieron que los varios cortes en su palma estaban regenerándose a una velocidad inconcebible. En unos segundos, estas heridas habían desaparecido sin dejar rastro.
“A-Ayesha…” Cho se quedó en shock.
“¿Q-qué… qué fue eso…?” Ayesha miraba su mano de todos los ángulos y la palpaba con la otra. “N-no estoy herida… ni siento dolor… ¿qué ocurre?”
“…” la HiME sintió sudor frío. No podía creer que no lo había pensado antes, pero tenía demasiado sentido…

Pocos segundos después, Astrid llegó al haber sido alertada por otros estudiantes. Comprendió por la sangre aunque ausencia de una herida y el estado de asombro del par y de compañeros que algo mágico acababa de ocurrir. A la profesora sólo le quedó negar frustrada y sonreír con pena. La valiente Nio había aceptado ser HiME para proteger a su hermana después de lo ocurrido en el festival… y, al hacerlo, también la había jalado al campo de batalla.

Sólo quedaba informarle a la directora inmediatamente.


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #741: January 31, 2021, 05:12:47 PM »

Episode 33 — So We Won't Forget

En un intento por despejar su mente, Hagu se había dedicado a limpiar sus utensilios y organizar sus lienzos… no obstante, una vez se vio atrapada en la concentración de organizar sus alrededores, la pequeña rubia se dejó llevar y terminó limpiando el salón entero. Sus compañeros de clase estarían muy agradecidos con ella una vez vieran lo impecable que estaban todas sus estaciones, más no sabrían que el mayor beneficio lo había visto en su propio estado mental.

Había pasado casi un mes desde el primer combate de Sayi, y tres semanas desde la última vez que la había visitado en el hospital. La última vez había ido en compañía de Holden, y había llevado un ramo de tulipanes (las favoritas de su amiga) con la intención de animarla.

No obstante, debido a la cantidad de narcóticos en su sistema, Sayi había estado en un estado de semi consciencia y a duras penas había podido responder moviendo la cabeza. Hagu no sabía si era por el daño del ataque, o por el estado mental en el que se encontraba… pero su intuición le advertía que se trataba de lo último.

En el camino regreso a Hanasaki, Holden se había encargado de darle una larga charla sobre los riesgos de ser una HiME, y de la amenaza que inevitablemente traía hacia su futuro. Era evidente que su amigo no hablaba de Sayi, sino iba dirigido hacia ella y hacia la culpa que traía encima desde que Miranda había hecho la convocatoria HiME.

¿Acaso si hubiera aceptado ser HiME, hubiera podido ayudar a Sayi en ese momento? Después de todo, se encontraba junto a ella cuando su Rebel hizo aparición. Por más violento que el ataque del Rebel hubiese sido, entre ellas dos Sayi hubiera tenido más oportunidad de detenerlo sin sufrir un daño tan severo.

Sayi había estado oculta en compañía de Ichigo, Hige y su tutor por casi dos semanas. Su locación era un secreto fieramente guardado por el nerviosismo de que alguien inadvertidamente comunicara donde estaba recuperándose. Pero juzgando el laptop de tiempo que había recibido de Miranda, Sayi debería volver a Hanasaki el próximo mes, y Hagu no podía esperar a verla de nuevo.

La puerta del salón estaba abierta para dejar entrar la brisa de media tarde. El ruido de los estudiantes trabajando a deshoras para entregar proyectos también se colaban en la habitación, así como profesores y visitantes asomándose a conocer el departamento de bellas artes.

Pero uno de los visitantes no solo se detuvo en la puerta. Sino que, con papeles en mano, reconoció a la estudiante limpiando sus utensilios y optó por entrar a saludarle.


Hagu sintió el corazón saltar al reconocer a la persona caminando hacia ella.

"¿Bou?"

Hagu no creía sus ojos. Taikoubou debería encontrarse a miles de kilómetros de distancia, atendiendo la facultad de medicina en la universidad de Beijing. Pero no, se encontraba en Hanasaki, sin Hige, Ichigo o Sayi a su alrededor.

Durante la estadía de Sayi en el hospital, Hagu había escuchado tanto a Ichigo como Hige frustrados por la ausencia de Taikoubou. Aparentemente el peligris se había mantenido al tanto del estado de su HiME, pero no había podido viajar a Tokyo para apoyarles con la salud de su ex pareja.

Hagu sabía que Taikoubou no quería ser el Key se Sayi, y no podía culpar su ausencia. Después de todo, si tenía poderes era causado por los sentimientos de la HiME, y no por su intención de participar en la guerra HiME contra Rebel.

Sin embargo, contra todo pronóstico, aquí se encontraba.

"¿Que haces aquí?" le pregunto Hagu, una vez dejaron el abrazo como saludo. Pero sus ojos pasaron por encima de los papeles que traía Taikoubou, y ellos respondieron su pregunta en la manera que menos esperó.

Aplicación de Transferencia de Estudios Universitarios...


La pequeña abrió los ojos como platos y cruzó miradas con su amigo.

"¿Acaso piensas... regresar a Hanasaki?"

Taikoubou estiró los labios en una sonrisa triste, y Hagu reconoció algo de resentimiento en ella. Pero por encima de ello, aceptación.

"Pienso retomar pintura por un semestre, o dos" dijo el peligris, y la rubia supuso que el 'hasta que no se me necesite' era tácito.
"¿Sayi sabe?" le pregunto Hagu "Conociéndola, y sabiendo que estas poniendo tu carrera en pausa, no te hubiera permitido regresar por ella"
"Nadie sabe. Empecé los trámites apenas sucedió el ataque, pero no obtuve permiso de mi familia hasta la semana pasada"
"Y todos se encuentran cuidando a Sayi"
"Así es, pero el otro catalista fue Miranda" dijo "¿Sabías que hay un campamento Key empezando la próxima semana? Miranda, como siempre, no pudo planear las cosas en un mejor momento..."

Hagu sonrió ante la observación del peligris. Taikoubou, por su parte, miraba el salón de pintura. Resignado a su regreso a Hanasaki, le tocaba acostumbrarse al medio que había renunciado terminado la secundaria: Bellas Artes. Se sentía como caminar en la casa de su infancia, recordando objetos y usos de estos...

"Me alegra que estés de vuelta, aunque sea por un corto tiempo" dijo Hagu.

Taikoubou sonrió agradecido. Entonces quedaron en resumir la conversación cuando regresara del entrenamiento Key.

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #742: January 31, 2021, 09:29:19 PM »
Hoi hoi!! el ultimo fic de la pelea, para por fin dejar el drama y hacer felices a otros personajes mientras tanto (?)


Sakura seguía esquivando los ataques del rubio, su prioridad no pelear aún contra él,ya que al ser una hime relativamente nueva era casi imposible poder encargarse tan pronto de un rebel sin tener un entrenamiento previo,no pensaba que Rizembool le mandaria tan pronto un rebel, además del sueño premonitorio no pensaba que se hiciera realidad tan rápido, tenia que proteger a Shinobu, Mashu y Tsumugi, esperando que el rebel se cansara de ella y dejara su pelea para otra ocasión, observaba de reojo las otras dos peleas

En el lado de Orthos, le estaba dando pelea a Tamamo, tenían el mismo nivel de pelea, el child de Sakura aprovechaba su ventaja de poder volar, mientras que Tamamo aprovechaba su velocidad y su fuerza que era casi igual, ni uno daba el brazo a torcer, la pelirosa se estaba divirtiendo mucho con la pelea, mientras que Orthos empezaba a sentir el cansancio, quizás era porque su energía estaba conectada con la de la pelicastaña, por lo cual no se podía permitir que la pelea se alargara, esperaba al igual que Sakura que se retiraran para poder recuperar fuerzas

Por parte de Syaoran, también la tenia difícil porque Machi era muy fuerte, su instinto de asesina era tan palpable que el mismo Syaoran estaba nervioso, si no podía derrotarla Sakura correría un gran peligro y eso no podía permitirlo, tenia que protegerla a toda costa, Sakura era la persona más importante de su vida , proteger a su primo también era algo vital, sabia lo timido y nerviosa que era su querido Shinobu , lo quería mucho y no podía permitir que alguien le tocara un dedo encima, los oponentes eran muy peligrosos lo sabia, un movimiento en falso y podría ocasionar una desgracia.

Tanto Syaoran-kun y Orthos confían en mi y no puedo decepcionarlos…-dijo cerrando los ojos y formando una espiral de viento alrededor de ella- pase lo que pase todo estará bien…-

Asi que por fin te estas poniendo seria Sakura Kinomoto….pero esto no bastará para poder vencerme-con otro chasquido de sus manos salieron armas que rodeaban a Mashu, Shinobu y Tsumugi-un movimiento en falso y mataré fácilmente a todos los que quieres…-

Sakura tuvo que mantenerse quieta al ver que ellos estaban en peligro- Que es lo que quieres a cambio de dejarlos en paz que no tienen nada que ver contigo Gilgamesh!-

Uhmm…que podría querer…pues lo quiero a él – señalando a Shinobu, pero tanto Mashu como Tsumugi rodearon al más joven para protegerlo-

No te pienso dar a Shinobu-kun!!...-hablo la joven heredera de los Kinomoto-

Entonces si no lo tengo…no lo necesito vivo!!...- con un movimiento de sus manos las armas se lanzaron hacia ellos-

Shinobu-kun!! Nee-chan!! Tsumugi-san!!!...-

Tsumugi abrazo fuertemente a Mashu y esta a Shinobu para protegerlos, ambos cerraron los ojos esperando lo peor

Pero no sucedió nada…ya que las armas desaparecieron y dos figuras aparecieron enfrente de ellos, ante la mirada atónita de los presentes

Parece que hemos llegado a tiempo Chongyun…-dijo un joven de piel pálida, cabellos cortos azulados de mirada seria y con una espada entre sus manos, llevaba puesto un traje chino carácteristico de la familia Li-

Te dije que no habría nada de que preocuparse aunque hayamos dado una parada a una heladería Xinqiu…-la otra persona que lo acompañaba era un joven de igual piel pálida pero con el cabello celeste como el cielo claro y ojos del mismo color, con una paleta de helado en su boca, al igual que Xinqiu tenia una espada, pero llevaba la insignia del clan Kinomoto-

Xinqiu!! Chongyun!!...-dijo Mashu un poco mas aliviada al ver a aquellos dos jóvenes-que hacen aquí?

Los padres de Shinobu estaban preocupados y presentían que algo extraño estaba sucediendo por aquí, asi que nos mandaron para poder protegerlo…-dijo Chongyun con una ligera sonrisa-te encuentras bien verdad Shinobu?-

Chongyun-dono…-

Oye Chongyun trata con respeto a Shinobu-sama…- se acerco a los tres chicos- perdone nuestra tardanza, pero ahora todo esta bien…-

Gracias por rescatarnos…-hablo Mashu con una suave sonrisa-

Luego nos tendrán que mantener al tanto de todo lo que esta sucediendo…ahora vamos a ver que es lo que quiere este individuo con nuestras familias…- observando al rubio-

Que divertido…-dijo riéndose a carcajada limpia-me imaginaba que ambas famlias tenían alguna sorpresa oculta y no me decepcionaron…asi que por ahora lo dejaré aquí…ha sido un saludo de bienvenida muy divertido….- se alejó de todos los demás, para luego observar a Sakura-Espero que te vuelvas fuerte para que no dependas de todos ellos y tener una pelea como meresco tener…nos veremos muy pronto clan Li, clan Kinomoto- desaparecio de la escena-

De la misma manera tanto Tamamo como Machi también dejaron de pelear y se retiraron por ordenes del rubio, tanto Syaoran como Orthos fueron hacia el encuentro de Sakura y los demás-

No puedo creer que Syaoran Li, futuro heredero de todo nuestro clan este dando lastima…-dijo severamente Xinqiu si nuestro maestro te viera ahora mismo estaría todo decepcionado…-cruzandose de brazos-manos mal que he llegado a tiempo para ayudarte a entrenar…-

Xinqiu…Chongyun…gracias por ayudarnos…cuando me encuentre con el maestro le pediré disculpas por no ser un buen alumno-luego se acercó a Sakura- te encuentras bien?-

Sakura se acercó a Syaoran y lo abrazó, para luego perder el conocimiento

Sakura!! Sakura!!...-

Mashu se acerco a los prometidos y tocó a su hermana- No te preocupes, solo esta descansando, ha sido sometida bajo una gran presión al tratar de protegernos…-acaricio suavemente los cabellos de su hermana menor- has hecho un gran trabajo Sakura…-

Ahora nos contarás que paso con esa habilidad tuya que no sabíamos que tenias Mashu-san?...-

Lo haré en cuanto Sakura despierte…ahora todos necesitamos descansar y contarles tanto a Xinqiu como a Chongyun lo que esta sucediendo e idear un plan para poder proteger a Sakura, ya que con su llegada, aquel sueño recurrente que ha tenido estos últimos días se ha hecho realidad y todos correremos mucho peligro…-
-------------------------------

matta ne!!!
« Last Edit: January 31, 2021, 09:31:41 PM by Mimi Tachikawa »


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #743: January 31, 2021, 10:18:44 PM »
Este fic pasa antes de lo del club que escribí con Eu, por lo tanto es un flashback uou prometo que algún día editaré mis fics con topecitos y todo ;_;

#to0cool4school part 2

-Oh, Athos… con él practico mi francés- explicó Griffith –Es uno de los tres galos que estamos en la facultad de derecho de Rizembool. El otro es Aramis Beauchamp.

De nuevo, el disgusto se dibujó en la cara de Sheryl que se volvió a ver a Souji que hablaba distraído con Vasco. De seguro él también se pondría cabreado ante la mención de Aramis. 

Griffith se dio cuenta de su error, pero esta vez en lugar de bromear se quedó callado. Un silencio profundo los envolvió.

-Oi, ¿qué te pasó en el dedo?- esta vez Guts fue el que habló detectando la tensión en el grupo. Su tono era entre brusco y tímido pero Griffith y Sheryl le miraron con gratitud por acabar con ese incómodo silencio.

-Eh eso…- Sheryl seguía molesta por el incidente con su Princess. -Ayer fui a un parque de diversiones con Souji y me caí.

-Que mala suerte herirse así en una cita- comentó Griffith.

Sheryl sintió como el calor subía a sus mejillas. Trato de disimular su sonrojo discretamente ¿por qué carajos se estaba sonrojando como una adolescente?

-Eeehh no era una cita. El hermano mayor de Souji es mi cuñado. Llevamos a mi primo para que disfrutara de su último día de vacaciones.

-Suena a una cita- concluyó Guts.

-No era una cita. Íbamos con un grupo de amigos.

-Ouch, eso es un golpe bajo- comentó Griffith divertido -Pobre Souji.

Souji se volvió a ver a Sheryl que parecía cómoda hablando con sus nuevos amigos. El contraste entre ella y Griffith junto a Guts le divirtió un poco. Era gracioso, y un poco extraño, como de repente se veía rodeado de seres que parecían salidos de un anime de princesas de  los 70’s… Sheryl, Reinhard y ahora Griffith. Demonios, hasta el imbécil de Aramis podía entrar en el grupo.

-Souji.

Souji casi se va de espalda. Todo el drama de los últimos días había absorbido toda su atención y se había olvidado de quedar con Clare.

Y ahora la tenía enfrente. Por un lado estaba Sheryl y por otro lado estaban los chicos del equipo de rugby.

Se maldijo mentalmente por permitir que pasara. Para los demás, exceptuando quizá a Vasco, era evidente lo que pasaba. Escucho a alguien susurrar "wow a Souji que le juntó el ganado".

-Souji- le llamó Clare de nuevo ignorando al resto -lo he decidido. Tomaré la prueba HiME hoy.

Todo el grupo quedó en silencio tras la confesión de Clare.

Souji cayó en cuenta en lo que Clare quería decirle con su anuncio.

A decir verdad, no había forma de salvar la situación. Sin darles explicaciones a ninguno, tomó a Clare de la mano y se alejó con ella. Lidiaría con Sheryl más tarde.
------

Nada era más terrorífico que la furia silenciosa de una mujer. Sheryl se había quedado con el equipo de rugby mientras seguían colocando los flyers promocionales del equipo pero ninguno había hablado mucho.

La misma Sheryl no sabía qué decir. Igual, no tenía nada con Souji. No podía exigirle fidelidad ni nada. Por defecto pasaban mucho tiempo juntos, aunque nunca establecieron que era lo que pasaba entre ellos porque no parecía necesario. Incluso ella misma le acababa de negar a Griffith que tuvieron una cita. 

-Oye She~ryl- una voz la llamó.

La rubia se volvió para encontrar a Minmay sonriente como un sol, vestida con una mini falda y un cardigan negro. Se veía muy guapa, posiblemente queriendo verse lo mejor posible en el primer día de clases. La chica tenía un flyer en sus manos.

-¿Cómo siguió tu dedo?

Sheryl se vió la mano y suspiro. Por el malestar de hace un rato se le había olvidado por completo lo que pasó ayer.

 -Supongo que bien.

-¡Hola Minmay!- la saludó Griffith.

-¿Griffith? ¿Qué haces aquí?- Minmay lo reconoció enseguida. Era uno de los pocos amigos de su hermano que lo visitaban ocasionalmente para estudiar juntos.

-Pues estoy de intercambio aquí por un semestre- explicó el chico -Me uní aprovechando que mi amigo Guts regresó....
Minmay los vió a ambos de pies a cabeza y luego se volvió a ver al resto de los chicos del equipo. Los saludo escuetamente y volvió al flyer recordando la razón por la que buscaba a Sheryl.

-¡Mira!- Minmay le enseñó el flyer que llevaba en las manos.

Sheryl lo tomó. “Audiciones para el club de canto de Hanasaki…”
----

-¿Qué clase de plan es ese?- interrogó Aramis irritado. Estaba desayunando en una de las cafeterías de Rizembool. Lo único que deseaba durante la primera mañana de clases era que le dejaran comer su desayuno de croisant y café negro en paz.

En cambio, Loki junto a Sasori y Deidara se le habían unido sin siquiera preguntarle si estaba bien compartir la mesa. No le importaba la compañía de Sasori, era un tipo callado y discreto… pero Deidara y Loki eran otra historia. Eran escandalosos y poco refinados, siempre buscando entrometerse en lo que no les importaba. Ya había tratado de insinuar a Loki que se Rebels no era equivalente a ser amigos pero al parecer el sujeto seguiría fastidiando y haciendo lo que le viniera en gana. 

-Pienso infiltrame en Hanasaki con la excusa de que intercambio.

-Es una tontería- opinó Aramis.

-Aizen me lo autorizó.

-Me parece que solo quieres fastidiar a Sheryl- declaró el rubio cruzando una pierna y encendiendo un cigarrillo. Cualquiera diría que estaba prohibido fumar dentro de las cafeterías de Rizembool, pero ser un Rebel siempre traía permisos especiales. -Me parece una estupidez que te tomes tantas molestias para una tarea tan ínfima.

A Mikumo le molestó la arrogancia de Aramis.

-Y a mi me parece una estupidez que te preocupe tanto en bienestar de Sheryl. Todos sabemos que pudiste acabarlo ayer en el parque de diversiones.

La mesa quedó en silencio. Ni la misma Mikumo se creyó lo que acababa de decir. Las órdenes de Aizen eran claras: ir sin piedad con las HiMEs. Aunque era una cosa fácil de decir, definitivamente no era fácil de hacer.

-Haz lo que quieras- Aramis se levantó de la mesa indignado. -No vengas a mí si te metes en problemas.

El rubio se fue sin despedirse de nadie del grupo.
 
-¿Cúal es su problema?- se quejó Mikumo dejándose caer sobre su asiento después de la confrontación con Aramis.

 -Desde el último ataque a Hanasaki no es el mismo- comentó Loki casualmente.

-¿Donde tuvieron que atacar civiles?

-Pues sí- Loki se encogió los hombros pero su rostro no revelaba nada de satisfacción.

-Como sea…- Mikumo se levantó de la mesa. -Me voy a Hanasaki. Hoy empiezo oficialmente allí y Aizen me pidió que averiguara unas cosas. Nos vemos.



Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #744: February 11, 2021, 10:10:28 PM »
Dejo los grafiquitos apenas tenga acceso a mi photoshop uwu


Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~





Sayi :: 863 palabras
Nite :: 0 palabras
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Kana :: 15473 palabras
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Mimi Tachikawa :: 2667 palabras
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Now, let's carry on with those big HiME dreams...
« Last Edit: May 09, 2021, 12:42:24 AM by Sayi »

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Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #745: February 19, 2021, 08:29:54 PM »
Creo que no lograré mucho mucho, pero al menos es el primer paso en el campamento de Keys.
EDIT: un detalle que faltó D:



#Primer día

Un muchacho más alto le ayudó a Hanako a acomodar sus pertenencias en la litera de arriba, la única que había quedado libre a esas alturas, la cual usaría el pelinegro durante su estadía en aquel campamento.

—¿Estás seguro que no quieres que te cambie de cama? A mí no me molesta usar la de arriba.— le preguntó el más alto, disimulando la preocupación en su mirada.
—Estoy bien, gracias. — Hanako negó con la cabeza, entregándole una sonrisa tranquila.
El pelinegro tenía la intuición de que más de alguno lo trataría de ayudar más de la cuenta al darse notar que era uno de los menores allí presente.
Tras intercambiar un par de diálogos con aquel amable joven, Hanako fue al punto de encuentro según lo que había indicado.

Afortunadamente notó que no era el único Key menor de edad allí presente. En su mayoría los Keys eran universitarios y había muy pocos Keys escolares como él, seguramente al ser tan pocos no era necesario hacer un segundo campamento aparte con los Keys más jóvenes así que habían reunido a todos en un solo evento.

Mientras los instructores iban probando los poderes de los Keys, Hanako aprovechó el espacio donde a él todavía no lo evaluaban para practicar un poco sus movimientos físicos de ataque. 

—…— Leónidas observó al niño con cierta decepción. No precisamente porque estuviera haciendo movimientos malos con aquella cuchilla de cocina, sino más bien porque le parecía que a ése Key le faltaban varios sentimientos de altura (a pesar de su joven edad) pero al menos valoraba que un enano menor de edad como él estuviera entrenando a diferencia de algunos Keys del pasado que recordaba especialmente por su inutilidad.
Hanako notó la mirada del enorme hombre sobre él, le sonrió y se acercó a él.
—Buenos días, mi nombre en Amane Yugi. ¿Me puede evaluar, señor?
Leónidas buscó con la mirada a Viera, pero ésta estaba ocupada analizando los poderes de otro Key. El hombre habría preferido dejarle aquel niñato a cargo de una mujer, pero al parecer no tenía de otra que evaluarlo él. De todos modos, en la antigua Sparta a los niños se les entrenaban desde muy pequeños y el enano tal vez tenía un talento oculto. 
—¿Esa es tu arma?
—Algo así. — Hanako embozó una sonrisa cuando deslizó su dedo índice por el filo de la cuchilla. —Es un instrumento que ha estado varias generaciones en mi familia.
—Muy bien, niño. Atácame con tu cuchilla.
—¿Tengo ese permiso?
—Si no lo haces tú, te daré un puñetazo yo primero.
—¡Bien! — celebró, animado.

Inmediatamente el Key comenzó a atacar al instructor con su cuchillo ya que tenía su consentimiento y así estuvieron un buen momento uno esquivando y el otro atacando. Leónidas pensó que podía deshacerse de ese niño en un par de minutos, pero de manera gratamente sorpresiva el Key demostró tener una habilidad física y de ataque muy valorable. Si bien no pudo apuñalar a Leónidas (?) al menos pudo esquivarlo bien y logró uno que otro rasguño en la fornida piel del hombre.
Incluso cuando Leónidas pudo darle un puñetazo a Hanako y mandarlo unos metros lejos para poder tener un respiro de ese mocoso, el Key se puso de pie, se recuperó prontamente y volvió al ataque.

Después de varios minutos de destreza física, el encuentro terminó cuando Leónidas casi aplasta la cabeza del Key contra el piso de un manotazo. Si no fuera por las miradas de Miranda y Fran que sintió sobre él, el instructor habría olvidado que estaba entrenado Keys y no un ejército de espartanos.

—No estuve tan mal, ¿verdad?
—Tienes resistencia. Eso es valorable. Además, eres ágil. Todavía creo que te falta crecer para ser un guerrero digno, pero veo que eres diabólicamente persistente y eso te da méritos. — por un momento fugaz, se podría decir que Leónidas gestó una diminuta sonrisa de aprobación. —¿Has desarrollado algún poder?
—¿Algo así? No lo describiría como un poder en sí. — el pelinegro observó hacia el terreno de entrenamiento viendo justamente como un Key demostraba su habilidad con el fuego delante de Fran.
—Explícame.
—Creo que no puedo producir fuego como aquel joven, o agua como aquel otro, mucho menos poderes psíquicos o de otra clase. Pero puedo bloquearlos.
—¿Con un campo de protección tipo escudo?
—No. Más bien, lo anulo.
—Mh, es primera vez que escucho que un Key puede hacer eso. Debes estar mintiéndome.
—No le miento, mi señor.
—Tendrás que demostrarme para que pueda ver con mis propios ojos. — Leónidas sonrió, socarrón. Alzó su mano y llamó al Key que acababa de demostrar sus poderes a Fran Viera. Aquel Key se acercó confundido hacia ellos.
—¿Me llamó? — el joven miró al hombre alto, un poco intimidado por su porte, y luego al menor que lo acompañaba. Lo reconoció como aquel chico al que le acomodó las cosas
—Necesito que crees las mismas ráfagas de fuego que le mostraste a Viera y se las lances a este Key.
—¿Q-Que? — ambos Keys quedaron perturbados por la idea del mayor.
—Si puedes anular el fuego, creeré en tu palabra.
—S-Señor, no puedo atacar a este chico con fuego. Eso sería peligroso.
—Tranquilo. Puedo salir bien de esto. — Hanako meneó una mano en el aire indicándole al otro Key con este gesto que no se preocupara. Se ubicó unos metros lejos, frente a él. —Estoy listo.
—¿Q-Qué? — No se atrevía a atacar a ese chico con su fuego. Menos al ver que éste estaba esperando su ataque totalmente desarmado.
—Hazlo ya. — ordenó Leónidas.
—Confía en mí. — Hanako le hizo un gesto de Ok con los dedos, sonriéndole.
—Estos están locos, los dos…— murmuró el otro Key. Formó una bola de fuego que, al igual que en su demostración, esta aumentó gradual y en extremo, de tamaño. Si bien podía hacer aparecer fuego, todavía no aprendía como dominar su densidad. Se agitó al ver que esta llamarada dirigida a aquel pequeño Key resultaba ser un huracán de fuego. —¡NO puedo controlarlo!— gritó desesperado al ver que no podía apagar sus llamas de fuego.

Varios presentes miraron en esa dirección, incluida Fran, intrigada y vigilante de que la situación no se saliera de control. Muchos Keys se angustiaron al ver que Hanako era envuelto en las llamas y nada de él se veía, temiendo lo peor. Después de varios segundos de fuego inminente y no señales de vida del Key, Fran iba a intervenir en esa muestra de poderes, pero cuando se dispuso a hacerlo notó que las llamas que envolvieron al Key más bajito desaparecieron y éste apareció en el mismo punto donde estuvo todo el tiempo parado.

Al parecer las llamas incontrolables del otro Key quedaron anuladas por alguna fuerza mística de abstracción del otro Key.

—¿Cómo hiciste eso? — preguntó el Key de fuego, aliviado y a la vez irritado por todo lo que sucedió.
—No sé, sólo lo hago. — dijo Hanako, alzándose de hombros. —Hace unas semanas estaba frustrado porque no podía desarrollar ningún poder interesante como los otros Keys y pensé que nunca tendría uno, pero, como mi HiME me ataca seguido (?) ya que no controla sus poderes, un día notamos que yo podía anular sus poderes y salía ileso de sus ataques alocados.
—Vaya, al parecer no me mentías. Eres un hombre de palabra. — Leonidas estaba orgulloso de ver con sus propios ojos que ese Key le decía la verdad. Después se dio cuenta de que, afortunadamente no había matado un Key (o dos) en el proceso de su comprobación.
Fran Viera llegó hasta ese grupo, al ver visto todo lo que pasó.
—Todos están vivos. — dijo rápidamente Leónidas, suponiendo que tendría una reprimenda de parte de la peliblanca.
—Así veo. — asintió, inexpresiva. Luego miró a Hanako.
—Si bien no es un poder, al menos eso te sirve para defenderte. — dijo Leónidas a Hanako.
—Seeh, ya no me desanima no tener poderes porque, al menos, tengo esto.
—Tienes la capacidad de sellar poderes de otros. Eso es poco frecuente en las HiMEs, aún más en Keys. — indicó Viera después de un breve análisis. —Es una herramienta potente. Será de mucha ayuda para tu HiME.
—¿Usted cree? — Hanako fingió estar conmovido.
—¿Dices que sellas también a tu HiME? 
—Ah, sí. Ese es otro detalle. No me doy cuenta cuando, involuntariamente, sello los poderes de mi HiME y ella ya no puede hacerlos aparecer por varias horas.
—...Mh.— Fran meditó unos segundos, pensativa. Miró al otro Key que seguía de expectador. —Intenta crear nuevamente una llama. Que sea pequeña.— especificó.
—S-si.— musitó un poco avergonzado por no saber controlar sus poderes. El Key hizo un esfuerzo sobre humano para crear llamas pero ni siquiera pudo hacer una chispita de fuego. —¿Qué pasa?—
—¿Sientes alguna sensación extraña?
—Me siento... Como si estuviera totalmente pacífico pero a la vez en un letargo. Como si estuviera dormido despierto.— analizó el joven después de un instante, sintiendo como si de verdad estuviera en una especie de realidad subjetiva onírica.
—Por lo que veo el joven Yugi selló tus poderes de fuego. Probablemente no podrás usarlos el resto del día.
—¿¡QUE!?— shock al pensar que el resto de pruebas tendría que valerse sin su poder.
—Uh, lo siento.— Hanako sonrió inocentemente.
—Es una cualidad interesante para llevarla a la batalla y ayudar a tu HiME pero... Es  una cualidad peligrosa si no se la domina…— refirió Fran. —Será importante que logres controlar esta capacidad de sellar. Es muy útil para cuando tú y tu HiME peleen contra Rebel y Princess, pero también es muy riesgoso que involuntariamente selles los poderes de la HiME porque en ese caso tendrán que valerse del Child. Tú, la HiME y el Child tendrán que entrenar arduamente. 
—Así lo haremos, gracias por sus consejos. — hizo una leve reverencia a Fran. —Y gracias por su ayuda, joven, como también por su entrenamiento, señor. — dijo esto a los otros dos presentes.

De esta forma, Amane Yugi pudo sobrevivir al primer día de entrenamiento.




« Last Edit: February 28, 2021, 10:27:01 AM by Kana »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #746: February 28, 2021, 12:19:29 AM »
Hoi hoi minna vengo con el post de este mes, en realidad iba a ser mas largo pero estos dias han sucedido cosas delicadas en mi familia que ya no tuve cabeza para continuarla, espero poder hacer algo mejor en el sgte mes para el campamento key

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En el mismo momento en el que se realizaba el ataque a la mansion de la familia Kinomoto, en la casa de la familia Shinkai, Mikki terminaba de alistar una mochila mientras terminaba de maquillarse,  luego empezó a escribir un mensaje de texto en su celular para acercarse a la habitación de su hermano Kanata

Oniichan ya me voy a visitar a Midare-chan, asi que no vendré hasta la noche…-canturreo alegremente- Momo-chan me dijo que tenia una sorpresa para él y claro que yo siempre estoy lista para apoyarlo-

Deacuerdo…-canturreo suavemente el mayor de los hermanos-cuidate mucho y no hables con extraños, si llegas a regresar a casa antes que yo, ya sabes que estoy en casa de Chiaki practicando con mi unit-

Lo se niichan de mi corazón…bueno nos vemos…y no te olvides que le debes una salida a solas a Momo-chan!!!-

Lo se lo se…-ondeando la mano despreocupadamente

Mientras tanto en la mansión de los Toushiro…

Finalmente voy a poder ver a mis amigos…-dijo Midare emocionado mientras terminaba de arreglarse-

Puedo acompañarte Midare-niisan?- habló Akita

Yo también quiero ir a ver a la oneesan rubia!!!...-dijo Houchou con las mejillas sonrojadas

Claro que pueden acompañarme después de todo Mikki-chan me dijo que los llevara…creo que luego de ir con ella, debería de encontrarme con Tsubasa-chan…-

No…-dijo Houchou abrazandolo-no quiero que nada malo te pase Midare-niichan…-

No te preocupes Houchou que solo quiero visitarla, supongo que tampoco se siente bien en estos momentos y quiero darle mi apoyo moral…-

Entonces si es asi, nosotros también queremos conocerla y apoyarla…-hablo el pelirosa-

Si es igual de linda que la oneesan rubia, entonces estaré bien…-dijo ya más calmado-

Es linda como Mikki-chan, pero tiene una personalidad algo difícil…pero es una persona amable y justa, seguro que llegaran a quererla tanto como yo la quiero…-

Seguro que si…-hablo el pelirosa con una suave sonrisa-

Entonces vamos a la entrada que Mikki que nos esta esperando

Despues de despedirse de los hermanos que estaban en la mansión y luego de haber pedido a Ichigo que les diera permiso para salir los tres, abrieron la gran puerta de entrada y la rubia los estaba esperando con una amplia sonrisa

Midare-chan!!!!...-salto a abrazar a su querido amigo- después de tantos días por fin vamos a poder salir juntos otra vez!!!-

Yo también te he extrañado mucho Mikki-chan…-devolviendo el abrazo con mucho cariño-

Yo también quiero que me abracen …-dijo Houchou esperando a que la rubia le abrazara-

Hola Houchou-kun!!!- abrazando al menor de los tres, que se dejo abrazar mientras sentía la suavidad de los pechos de
la rubia-

Ahora vamos a abrazar a Akita!!!-

Yo paso…-dijo el pelirosa con una gota en la cabeza- pero me alegra verla también Mikki-san…

Y cual es la sorpresa que me vas a dar?...-le dijo el rubio intrigado por la mochila de la rubia-

Pues vamos a ir a una presentación de Momo-chan, ahí está la sorpresa…-

Momo-chan volvió a los escenarios???....-

Te acuerdas que dijo que iba a participar en varios comerciales de televisión, y se iba a tomar un tiempo libre antes de volver a los escenarios? Pues dijo que quería celebrar tu recuperación con esta presentación y espera que te guste…-

Claro que me va a encantar ya que Momo-chan canta hermoso y me alegra que mi primera salida sea ir a un concierto idol…-dijo con los ojos brillosos emocionado-

Akita-kun, Houchou-kun ustedes han ido alguna vez a un concierto idol?-

Uhmm yo si he ido a las presentaciones de Ryuseitai…-dijo Akita- pero no he ido a una presentación de un idol chico vestido de chica…-rascandose la barbilla- será una nueva experiencia-

Momo-chan era la rubia de dos colitas?...dijo Houchou…osea esa oneesan era un oniisan?-dijo con los ojos brillosos- no importa porque se ve linda y quiero verlo con un nuevo traje, será la primera vez que vea algún concierto idol…-

Entonces hice bien en traer el kit de fan de idol!!...-dijo la rubia sonriendo victoriosa, lanzo la mochila y en el aire salieron flotando uchiwas, lipstick, polos, toallas, pines, collares, todos con cara de Momo junto a Riki que era su mascota-

Si que has venido preparada Mikki-chan- hablo asombrado el rubio- voy a elegir este, este ,este y este- mientras se estaba arreglando-

Yo quiero los uchiwas y las bandanas!!- dijo Houchou-

Yo agarrare los lipstick y un polo…-dijo Akita algo sonrojado cuando algunos de los presentes empezaron a mirarlos mientras se reian discretamente, afortunadamente y gracias a Momo estaban adelante-

Y va a cantar todas las canciones de su ultimo disco?-

Creo que me dijo que es una sorpresa, porque no han pasado el playlist…-se rasco la barbilla pensativa- como se me ha pasado eso?-golpeandose torpemente la cabeza-

Entonces será una incognita para todos nosotros…-dijo el rubio mas emocionado-

Los fans de Momo también lucían emocionados esperando que iba a suceder en el concierto ya que todo ira una incognita, asi que las luces del local donde se iba a presentar Momo se apagaron para dar a conocer que dentro de breves minutos iba a comenzar el concierto

Por fin ya es hora!!...Midare-chan, Houchou-kun, Akita-kun están listos???

Si!!!...-dijieron los tres Toushiro al unisono-

Es cuando una canción conocida por todos los fans empezó a sonar

Una figura peliazul de cabellos azulados y con una elegante sonrisa apareció y empezó a cantar-

No tengas miedo de salir lastimado…-

Kya!!!!! Runa-chan!!!!- dijieron Momo y Midare al mismo tiempo

No es tiempo ahora para que des la vuelta-

Que oniisan/oneechan tan bella-dijo Houchou ondeando el uchiwa-

En verdad parece una mujer…-dijo Akita sonrojado al ver la belleza elegante de Runa-

No un lugar donde puedas huir
Solo tenemos el presente ,aquí y ahora


Todos los fans estaban emocionados por la sorpresa y esperaban ver al líder de Pop´n Star en acción

Corriendo a través de él,viviendo el momento
Más alla de aquellos cortos días


Literalmente el local exploto al aparecer Kokoro Hanabusa, uno de los idols jóvenes con gran trayectoria musical y fundador del grupo,tenia el cabello largo rosa y con una sonrisa amplia mientras se movia gracilemente como una mujer
Kokoro-chan!!!!-nuevamente Midare y Mikki se tomaban de las manos y gritaban emocionados al ver a Kokoro

Midare-niichan se ve muy feliz, no sabia que le gustaran tanto los idols, esta nueva oniichan/oneesan también se ve hermosa yo quiero que me de un abrazo!!!-

Es cierto se ve hermosa…aunque no tanto como Runa-san…-dijo Akita observando a Runa

Que es lo que estas esperando?

En realidad no se cosas como esas

Ahora aparecia en escena Momo y nuevamente el escenario se llenaba de algarabía al estar nuevamente reunidos los Pop´n star

Si continuas creyendo nunca perderás eso de vista
Si, es cierto, el dolor que siento en mi corazón es el dolor de la realidad


Momo-chan!!!!....-gritaron emocionados nuevamente Mikki y Midare

Momo-chan se ve tan feliz…-dijo Mikki sonriente- y es porque nuevamente se encontró con sus amigos de la infancia y Pop´n star esta de vuelta-

Ellos son tan geniales…-dijo Midare con los ojos brillantes emocionado, mientras sus hermanos seguían sus movimientos-

Somos jóvenes que siempre peleamos contra los viejos
Somos esa pequeña revolución!
Alza tus manos y grita en voz alta, bota todo lo que estas sintiendo!
Sigue creyendo en lo que amas
Este es nuestro testimonio, de como seguimos sobreviviendo!!


Chiisana Kakumei es la mejor canción de todas las canciones del mundo- dijo Mikki emocionada- cuando sea una idol importante como ellos voy a pedirles permiso para cantar junto a ellos, mi grupo favorito…mis Pop´n Star!!!

Yo también quiero ser un idol importante para poder cantar junto a ellos, junto a Tsubasa-chan junto a todos…por eso debo de seguir apoyándola para que podamos hacerlo juntos…-

Midare-niisan…-dijo el pelirosa viendo la mirada de determinación de su hermano, ahora que estaban juntos todos quería apoyarlo y si la manera de apoyarlo era dejarlo ayudar a su amiga, lo iba a hacer después de todo ella era parte importante de su vida
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En el sgte mes continuare este fic y comenzare con algo del campamento

matta ne!!

Mimi-chan


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #747: February 28, 2021, 09:31:16 PM »
AHHHHHH con las justas

Topes luego u_u

Advertencia: Souji y Sho empiezan a tirar al final de esta parte yada yada trolos yada yada horny bonk yada sjdkf

edit: estreno nueva bishoujo owo





56.1








“…Qué.”

Eureka ni se giró a mirarlo. Prefirió chequear un par de apuntes suyos sobre las estrategias de juego de Waseda U y Tokyo U.

Waseda, en especial, amenazaba con ser un obstáculo muy grande en el camino a la victoria del campeonato y era estrictamente necesario completar el análisis de aquel equipo antes del partido amistoso que tendrían en una semana.

Después de todo, eso era más importante que cualquier crisis existencial que su amigo tuviese.

Un poco terrible que no le hubiese avisado con anticipación, pero el daño ya estaba hecho.

“Que tienes que ir al campamento key. ¿No te estabas jactando de ser el mío hace unas semanas? Cuando le contaste a Mama todo lo que nos pasó la primera mitad del año.”
“Le contamos, plural,” corrigió Oikawa. “P-pero… Eso no importa. ¡Es mañana!”
“Sí. Lamento no haberte contado con anticipación.”
“¡Eureka-chan!”
“¡En serio!” Eureka se giró hacia él. Observó de reojo y con preocupación a Kokichi, quien andaba un tanto más cerca de ellos de lo recomendable, pero no había tiempo como para removerse del entrenamiento y hablar en otra locación. “He estado muy ocupada con las clases y el jefe de práctica raro y el club de canto y los entrenamientos con Mari y Kanan y con TODO. Encima Himiko me sigue de un lado al otro y sólo la puedo perder cuando le recuerdo que ella estudia en esta universidad y no en la mía y, por ende, no puede seguirme a Hanasaki.”
“Hablando de eso, ¿dónde está Himiko-chan?”
“¡Aquí!” dijo Toga, muy feliz, manifestándose entre los dos. “Ya están las botellas listas, Eureka-chan.”
“…Gracias. Entonces pueden retomar el partid—”
“¡Oh, no!” Oikawa la observó, indignado a más no poder. “¡No va a ser posible! ¡Porque tú y yo tenemos que hablar en privado!”
“Oh, genial. Siguen con sus dramas~” comentó Tendo, a unos metros de allí.
“Nada nuevo~” Kokichi intentó aplacar sus risitas odiosas con la palma de su mano.
“Una pareja de casados,” dijo Suzuki, entre risas.
“Yo sigo apostando a que Eureka se quedará con Oikawa…” comentó Bokuto en voz baja, en un intento —fallido— de sonar discreto. Kuroo lo juzgó con la mirada.
“Oye, ¿estás ciego? ¿Viste al cantante?” le reclamó su amigo.
“Dudo que Eureka-chan lo deje ir. ¡Es como si rechazaras a Minami Hamabe!” dijo Arakita.
“Me pregunto cuándo será el día que tendremos una práctica de vóley tranquila…” comentó Ritsu.
“Curioso que venga eso de ti, cuando siempre le das la razón a Oikawa,” dijo Suzuki, ladeando la cabeza.
“Deberías tratarlo con más respeto. Es tus mayor, Sho.”
“Sí, sí, lo que sea. ¡No intentes desviar la atención!”
“Bueno, sí le daba la razón. Pero eso era antes de que tenga peleas domésticas con Eureka-senpai.”
“No son— ugh,” se interrumpió a sí misma Eureka, levemente irritada.
“…”

Iwaizumi suspiró.

“Basta,” gritó, y todos saltaron en sus sitios y se callaron en el acto. “Kusokawa, Eureka, ¿pueden salir a arreglar sus problemas? Nosotros retomaremos el entrenamiento. El campeonato está demasiado cerca como para seguir perdiendo tiempo por gusto. Y Toga,” dijo, antes que la mencionada lo interrumpiese. “Te quedas con nosotros.”
“…Está bien,” respondió la rubia, un tanto desanimada.




Eureka y Oikawa intercambiaron miradas y asintieron en silencio. A la vez que el equipo retomaba sus actividades, el capitán y la mánager caminaron hacia las puertas deslizables del gimnasio, y salieron rumbo a la zona de los caños.

La sombra de los árboles le dio un poco de alivio del calor, y Eureka agradeció la calma fuera del entrenamiento para poder analizar la situación con más claridad. Aún no entendía qué era lo que la tenía tan irritada: suponía que se debía a las cincuenta preocupaciones que rondaban por su mente, pero tenía la sensación de que había algo más allá de eso.

Andar ansiosa, sin embargo, no era justificación del trato a su amigo. Debía haberle avisado con anticipación sobre la actividad que Miranda y el resto del departamento HiME habían organizado para mejorar el rendimiento de los keys. Eureka confiaba en que le iría muy bien: Oikawa se desenvolvía perfectamente —e incluso mejor que ella— en las rutinas de entrenamiento que Mari y sus amigas habían preparado para ellos. Tenía sentido, tomando en cuenta su status como jugador de un deporte tan demandante como lo era el vóley. Eso, junto a su intuición a la hora de usar su habilidad, le permitían tener un decente control del elemento que manejaba. Aún le faltaba mucho por crecer, así como experiencia —algo de lo que Eureka sí podía jactarse—, pero sin duda iba en buen camino.

“…Lo siento,” dijo la HiME.

Escuchó un gruñido como respuesta. Oikawa se había dispuesto a mojarse la cabeza con el agua de uno de los caños, y andaba más enfocado en la tarea de refrescarse que en la de prestarle atención a su amiga.

“Oye.”
“…” Oikawa se giró a fulminarla con la mirada, y luego de un bufido y un puchero, regresó a mojarse la cabeza.
“Ey.”
“…”
“¡Oikawa!”

“¡Ya!” El mencionado cerró el caño y se irguió, sacudiendo su cabeza para evitar mojarse el polo y el pullover del partido de práctica. “Dime.”

Eureka se distrajo, por unos instantes, por culpa de las gotas que cayeron por su cuello y sus clavículas.

El calor la estaba haciendo delirar.

Cuestionable, tomando en cuenta que ya era octubre y no debía seguir rostizándose a esas horas, pero suponía que el clima no tenía sentido a veces.

…Al igual que sus pensamientos controversiales.

“¿…Eureka-chan?”
“¿Qué?” Su enojo se hizo presente en su voz, confundiendo a su amigo.
“¿Qué pasó?”
“Uh…” Eureka se cogió la cabeza. “Estoy delirando.”
“¿Eh—?”
“Nada, nada.” La HiME inspiró y botó aire, intentando calmarse. El ejercicio de respiración logró tranquilizarla, y le permitió pensar con claridad nuevamente. “Quería… decir que lo siento.”
“¿Cómo así?”
“Sí, tenías razón. Debí avisarte antes, pero se me pasó por completo. No pienso excusarme con mis obligaciones, pero sí debo admitir que he andado muy distraída últimamente. Estoy muy ansiosa por varias cosas y eso me tiene muy dispersa.”
“¿Es por Mike-chan?”
“¿Eh?” Eureka frunció el ceño, confundida. “¿Qué tiene que ver Mama?”
“…” Oikawa suspiró, luego de una pausa en silencio. “…No puedo enojarme contigo por más que quiera. Es raro.”
“Sigo… sin entender.” Eureka ladeó la cabeza.
“…” Oikawa volvió a suspirar.
“Pero bueno, tienes derecho a hacerlo, aunque no quieras. Por más de que sé que a veces metes la pata… como lo del viaje a Singapur.”
“¡No puedes reclamarme por eso! Estaba preocupado por ti. Y no era el único, visiblemente…” contempló Oikawa, pensando en Totsuka.
“Sí, se que Tatara y tú tenían buenas intenciones. Pero me metieron en serios problemas.”
“¿De aquí a cuándo te importa lo que piensa tu mamá?” Oikawa sonrió de lado.
“Oh, no, no es por ella,” comentó Eureka, apoyando su espalda en la pared al costado de los caños. Oikawa la imitó, colocándose a su lado. “¿No te dijo Kise que varios allegados de Claude preguntaron por ti?”
“…Es cierto.”
“Eso llegó a mi papá.”
“¿…Y su opinión si te importa?”
“…Lamento contarte recién el para nada inesperado punto de giro sobre mí.” Eureka hizo una pausa dramática y, luego de un suspiro, continuó: “…Tengo daddy issues.”
“…Oh.” Oikawa sonrió. “Somos dos. Aunque tengo de ambos, la verdad.”
“Yo también— Espera. ¿Qué?”
“Que tengo daddy y momm—”
“Pero si te llevas de maravillas con tu mamá.” Eureka lo observó, intrigada.

No los había visto interactuar mucho, a decir verdad, pero de lo que había presenciado en el cumpleaños de Oikawa, el trato entre su madre y su amigo era envidiable. Tenían confianza el uno en el otro y se notaba que Oikawa, por más de que intentara hacerse el quejica y desinteresado, sí se sentía cómodo interactuando con ella.

Era una verdadera sorpresa saber que no todo era color rosa entre ese par.

“Mi mamá… uh. Fue muy dejada cuando era pequeño. No me crió, realmente. Mi papá estuvo más pendiente de mí, porque mi mamá sentía que Nee-san merecía más de su atención y sus cuidados. Más aún cuando salió embarazada de Haku-chan. Mi mamá se vio reflejada en ella, porque justo la tuvo también a esa edad. Y bueno, yo me quedé con mi papá luego de que se separaron, así que no la conozco tan bien que digamos.”
“¿Cuántos años te lleva Aoko-san?”
“…Catorce.”
“Wow. Curioso que se hayan animado por un segundo hijo luego de tantos años.”
“Creo que fui más un accidente, haha~”
“Yo también pienso lo mismo de mí…” Eureka suspiró. “Aunque Mikoto y yo nos llevamos menos años.”
“¿Cuántos son, en tu caso?” Oikawa se mostró curioso.
“Nueve. Aunque mi mamá también lo tuvo muy joven, como la tuya con Aoko-san.”
“¿Y te pasa algo similar entonces? Que tu mamá te abandonó un poco de pequeña.”
“A mí me abandonaron los dos. Mis papás trabajaban todo el día, no los veía nunca. No sé quién me crió, la verdad… supongo que Mikoto… lo que pudo hacer a la edad que tenía.”
“¿No tenían sirvientes?”
“Teníamos uno, pero cambiaba a cada rato porque mi papá los corría. Por eso pienso que fue Mikoto el que me crió, la verdad.”
“Wow, lo siento.”
“Está bien.” Eureka sonrió. “Por eso he llegado a tener cierta independencia. Puedo valerme por mí misma, aunque aún necesito dinero de ellos y eso sí me estresa. No puedo esperar a terminar la carrera y conseguir trabajo lo más pronto posible.”
“¿Piensas quedarte en Japón?”
“…Supongo. No había pensado en eso, pero no me gustaría regresar a Inglaterra.”
“Está también el riesgo de encontrarte con Britannia-chan.”
“…Sí. Más motivos para no hacerlo.” La HiME suspiró. “Pero bueno. Siento… haber desviado el tema.”
“Mm-mm.” Oikawa negó, con una sonrisa. “Está bien. Siempre estoy dispuesto a escucharte. Y… debo admitir que lo de Singapur no fue tan buena idea. Disculpa, creo que cause más problemas y no ayudé mucho,” comentó, resignado. “Lamento lo de tu papá.”
“Él anda comentando que está decepcionado de mí. Que lo único bueno que había hecho era ser la novia de Lelouch y ahora ni eso tengo. Y me jode como no tienes idea.”
“Uh… disculpa. ¿Y qué tengo que ver yo ahí?” Oikawa arqueó una ceja.
“Que piensa que eres mi nuevo enamorado, y que no tienes plata.”
“Bueno, en una de esas dos cosas no se equivocó.” El key sonrió.
“¿…No te sigues comprando cosas con el dinero de Kokichi?”
“…” Oikawa saltó levemente en su sitio. “¿¡Quién dice!?” le recriminó.
“…Todo el equipo.”
“¿¡Sólo fue una vez!?”
“¿La de las zapatillas?”
“Sí.” Oikawa suspiró. “Nunca más pasó.”
“Suficiente para decir que Kokichi es tu sugar dadd—”
“¡EUREKA-CHAN!”
“Hehe~” Eureka soltó un par de risitas. “Lo siento, era necesario decirlo.”
“Hace tiempo que no te escuchaba reír.”
“…No digas cosas vergonzosas de la nada.” Eureka lo fulminó con la mirada.
“¿No hice ningún juicio de valor?”
“No lo hag—”
“Tu risa es linda, Eureka-chan~” canturreó Oikawa, divertido.
“…Me vo—” Eureka hizo el ademan de retirarse, pero Oikawa aprovechó en cogerla del brazo y atraerla a su cuerpo, envolviéndola en un abrazo en contra de su voluntad. “Qu—”
“Yosh, yosh, puedes apoyarte en mí~” comentó el key, dándole palmaditas en la cabeza.
“Para lo que te quejas de Mama, tú y él son muy parecidos,” dijo Eureka, aún a pesar de devolverle el abrazo.
“¡Tremendo insulto! Yo soy mejor que Mike-chan.”
“¿En qué?”
“En todo, por supuesto~ ¡El gran Oikawa-san no tiene comparación!”
“…Ya sabía que todo era una excusa para vanagloriarte.” Eureka suspiró.
“¡Me dueles! ¡Estoy intentando darte apoyo!”
“…Gracias, grandioso Oikawa-san.” Eureka rodó los ojos. Luego de una pausa breve y un suspiro, logró aceptar la oferta de Oikawa y optó por comenzar a hablar del tema en cuestión. “No sé qué es lo que me tiene —tan— preocupada. La inclusión de Himiko en el equipo ha sido… mejor de lo que esperé, las audiciones del club de canto fueron exitosas… más allá de la presencia de cierto gremlin morado.”
“Hay dos gremlins morados—AYAYAY EUREKA-CHAAAAN” Oikawa se interrumpió a sí mismo ante las corrientes eléctricas que Eureka le transmitió a través del abrazo. Su reacción inmediata fue alejarse de ella, empujándola para salvar su pellejo.
“…Bueno. Más allá de Kokichi apareciendo allí para molestar, no ha pasado nada. La primera clase será el martes y todo bien…”
“¿Tal vez andas demasiado tranquila?”
“Sí. Se siente como si una gran tormenta estuviera cerca.” Eureka se llevó una mano al mentón, desviando la mirada. “Y sólo espero que no esté relacionado a lo que nos contó Mama sobre su… familia.”
“Suena peligroso.”
“Pienso indagar con él este fin de semana.”
“…Pero estaré en el campamento. No podré ayudarlos.”
“Sí, tranquilo. No haremos mucho… sólo quiero chequear aquellos pasajes donde encontraron los cuerpos. Será durante el día, así que dudo que suceda algo. Mama nos dijo que las autopsias indicaron que habían muerto durante la madrugada o a altas horas de la noche, así que si evitamos ese rango de tiempo, no creo que haya mucho problema.”
“…Sería mejor si fueran conmigo,” comentó, aún muy preocupado.
“Lo sé, pero no podemos dejar pasar más tiempo.”
“Encima… ¿no me dijiste que al campamento no te dejan llevar celulares y tecnología?”
“Oh, claro. Es un fin de semana desconectado del resto del mundo.”
“…Uh.” Oikawa se veía derrotado.
“Lo siento, no podrás hablarle a tu ganado por unos días.”
“¿¡Qué ganado!?” Oikawa la señaló, indignado. “¡Ya no tengo ganado desde hace meses!”
“Entonces sí tenías ganado.” Eureka sonrió de lado. “Bueno, te doy la excelente noticia que tanto esperabas: puedes retomar tu actitud de casanova. Nada te detiene.”
“Me detiene mi dignidad.”
“…Sorprendente.”
“¡Eureka-chan!” Oikawa hizo un puchero.
“¿Perdiste el toque?” Eureka arqueó una ceja. “El otro día estabas muy tranquilo besánd—”
“¿¡QUÉ TE PASAAAAAA!?” Oikawa le tapó la boca para evitar morise ahí mismo. “¿¡DE DÓNDE SACASTE TANTA CONFIANZA!?”
“Uhdfjlk” Eureka removió sus manos, rodando los ojos. “Ya le di mil vueltas a eso y logré llegar a una alucinante conclusión llamada eres un TREMENDO IDIOTA”

Eureka no mentía.

La breve confusión que nació de aquella extraña noche se había disipado con el paso de los días. Tal vez el resto de sus prioridades la habían desplazado sin querer, o tal vez estaba harta de ahogarse en vasos con agua, pero lo cierto era que había dejado de dedicarle tiempo y energías a sobreanalizar un gesto amigable —aunque cuestionable— por parte de Oikawa.

Estaba cansada de seguir sumando preocupaciones, eso era todo.

“¡Eso ya lo sabemos!” le reclamó Oikawa.
“¿Entonces por qué te sorprende que no me incomode el tema?” Eureka lo observó, confundida.
“¿…Pensé que le darías vueltas?” ofreció. “Usualmente lo haces.”
“Pues sí lo hice. Pensé que te gustaba.”
“¡H-HA HA HA!” Oikawa rio, nervioso, en voz muy alta. En nombre de su sanidad mental, desvió la mirada. “¿D-De dónde sacaste eso?”
“Eh. ¿No sé? Pensé que con esa excusa podías besarme sin decirme cómo te sentías. Tenía sentido.”
“…A-ajá.”
“Pero sonaba muy estúpido, aún bajo tus estándares.”
“…”
“Así que lo descarté. Tienes extrañas formas de ayudar, pero sí te gusta estar ahí para tus amigos. Cuando noté eso, entendí que ese había sido tu propósito.”
“…Claro que sí.” Oikawa sonrió. “Le diste en el blanco, Eureka-chan.”
“¿Ves?” Eureka se cruzó de brazos. “Ahora soy yo quien no entiende por qué saltas tanto con el tema.”
“Bueno. Pensé que habías confundido todo, y por eso evité sacarlo a la luz.”
“…Sí, supongo que hiciste bien.” Eureka suspiró. “Lo siento si estuve un poco rara estas semanas.”
“No pude sentirlo porque no nos hemos visto mucho. Estuviste muy ocupada con los preparativos del club de canto y… detrás de Mike-chan.”
“Alguien tenía que andar pendiente de él.” Eureka se aguantó las ganas de volver a suspirar por enésima vez en el día. “Parece que ese sonso se olvida de lo que hace en cuestión de segundos. Ya quería cargar gente y saltar y aparecer en un photoshoot al par de días de la batalla con Beo.”
“Wow, qué bobo.”
“Tú no tienes derecho a hablar. No miento cuando digo que él y tú son muy parecidos. Es… Oikawa 2…” Eureka contempló su frase por unos instantes, y corrigió: “Oikawa 3, contando a Kise.”
“¡No insultes a Ryota-chan!”
“Sí, lo siento. Llamarlo tu clon es un insulto.” Eureka soltó un par de risotadas.
“Mike-chan no se parece a nosotros.” Oikawa le dedicó una mirada irritada. “Es más loco y poco considerado.”
“Pues Mama lo será en todo ámbito de su vida, pero tú te pones así con el vóley y Kise con el básket. No veo mucha diferencia.”
“…Ahora sí me estoy enojando, Eureka-chan.”
“Ya, ya.” Eureka le dio un par de palmaditas en el brazo y se giró hacia las puertas del gimnasio. “Deberíamos regresar ya. Puedo imaginar que Iwaizumi anda pensando en homicidio en estos instantes.”
“…Sí, lo sé.”
“Pues estará peor cuando le contemos lo del campamento.”
“…Creo que debería anunciarlo ahorita.”
“Mm, suena bien. Así te puedes retirar un rato antes para descansar. Lo vas a necesitar… salen mañana temprano.”
“No.” Oikawa fue tajante en su respuesta. “No pienso saltarme el resto del entrenamiento. Pero debo dejar en claro dónde andaré el fin de semana. No quiero que se preste a malentendidos… aún si eso significa que Kokichi-chan se entere.”
“Descuida. Por él no hay que preocuparse. Si tengo algo muy claro es que va a intentar hacerse el santo por un tiempo, al menos para ganarse la confianza de Mama y poder jugar en mi contra.”
“¿No le has dicho a Mike-chan que Kokichi-chan es tu rebel?”
“No. Y no pienso hacerlo. No quiero victimizarme de cualquier forma y decirle la verdad podría tomarse como eso.”
“¿Tú crees? Yo siento que sería bueno. Kokichi-chan puede poner en riesgo a todo el club…”
“En cualquier caso, también está Sheryl Matsumoto en el club. Es una compañera HiME y tengo la fe en que me ayudará si algo llega a pasar en los ensayos.”
“Oh, okay.” Oikawa asintió. “Me alegra que estés acompañada, Eureka-chan~”
“Yo también. Me tranquilizará mucho verla allí de ahora en adelante.” Eureka sonrió, aliviada. “Decirle la verdad a Mama sería hacer justo lo que Kokichi quiere. Él muere por verme caer en su trampa. Pero estoy esperando ansiosa al momento en que él solito se delate.”
“Es mejor si eso llega a pasar.”
“Sí. Debo andar pendiente de ello, pero sé que ocurrirá tarde o temprano. Kokichi es cuidadoso… veremos cuánto.”
“¡Tú puedes, Eureka-chan! ¡Te estaré haciendo barra!”

“…Gracias… supongo.” Eureka rio. “En fin. Vamos a darle las buenas nuevas. De seguro todos van a querer celebrar cuando se enteren de que no oirán nada de ti por un par de días.”
“No creo que sean capaces—”
“Heh. Quién diría que podías ser inocente. Te jalaría los cachetes si estuvieras más cerca del piso.”
“¿El clima allá abajo te lo impide o cóm—?” Eureka lo interrumpió con un codazo en el estómago. “¡Ack! ¿¡Por qué mis amigos cercanos son tan violentos!?”
“No sé. Iwaizumi me pegó esa manía, supongo.”
“…Iwa-chan es una pésima influencia.”
“…O tú sueltas muchas babosadas, que es distinto.”
“¡A ti nadie te golpea por las tuyas!”
“…” Eureka le sacó la lengua. “Porque soy enana. Y la gente se apiada.”
“Excepto Kokichi-chan y Beo-chan. Ellos son de los tuy—BASTAAAAA”







“No puedo creer que prácticamente nos salé ese día.” Souji suspiró, acurrucándose un poco más en los brazos de su pareja.
“¿…De qué hablas?”
“El primer día de clases. ¿Cuando salimos a comer?” Souji se cortó. “…Ah, cierto, no fuiste.”
“¡Lo siento, no!” Sho se separó un poco para destruirlo con la mirada. “¿Estaba trabajando?”
“Cosa increíble que aún no me puedo creer que sí haces y no era mentira.” Souji sonrió.
“¿Qué chucha pensabas que hacía cuando no estaba en la universidad? Tengo que mantener ese departamento con Ken a toda costa.”
“¿No tenían un tutor?”
“Nos envía algo, pero ni sé si es la herencia o qué, porque no ha mandado ni señales de vida en años.”
“…Mm.”
“No me analices, Souji, que voy en serio cuando digo que ese hombre me vale una mierda.” Sho se echó boca arriba, rompiendo el abrazo de su pareja. Ante esto, Souji aprovechó en moverse hasta quedar recostado en su pecho.

Para su suerte, era la temporada perfecta para quedarse en la cama sin hacer nada. No hacía demasiado calor como para asarlos y obligarlos a sentarse en frente del ventilador, o mucho frío como para entumecerlos y envolverlos en mil capas sin poder moverse. El clima, a esas horas de la tarde, era perfecto, con una suave brisa que ingresaba por la ventana y unos rayos cálidos de sol que se colaban por el balcón del cuarto de Souji.

Con su familia fuera y su sobrina tomando una siesta, la casa estaba sumida en un silencio agradable.

Sin duda, tranquilidad pura.

“No iba a analizarte. Pero está bien que trabajes, en serio. Nunca me he quejado de eso.”
“Y no tendría sentido que lo hagas.” Sho gruñó.
“Igual, siento que nos salé feo ese día. Porque encontré que podíamos vernos en los entrenamientos de básket. Pero nunca pensé que serían tan movidos y tan extenuantes… Hasta siento que ni estamos juntos en esos momentos. Nos hemos visto muy poco estas semanas.” Souji no pudo esconder la pena que sentía por ello.
“Eso dile al tarado de tu amigo, que su régimen parece salido de entrenamiento rebel o algo. A este paso, me voy a morir con tantas cojudeces encima.”
“¿Clases, trabajo, básket… y tu puesto de rebel?”
“Sí… Supongo.” Sho cerró los ojos, cansado.
“Pero hace tiempo que no te veo planeando un ataque junto a Labrys.”

Sho saltó levemente en su sitio.

No demoró en hacer a un lado a Souji para incorporarse en la cama, ignorando la mirada curiosa de su pareja.

“Tengo mi propia vida y mi propia mente, imbécil. No sabes si ya lo planeé o no. Tal vez está listo, y sólo falta concretarlo.”
“Sho.” Souji sonrió, enternecido. “Tú gritas al aire todos tus planes. Habrías venido a contármelo, si lo tuvieras.”
“¡…OKAY, OKAY!” Sho se giró hacia Souji, enojado. “Tú ganas. No he pensado en atacar a mi HiME en estas semanas. ¿Y?”
“¿Por algún motivo en especial?” Souji lo imitó, finalmente, y se sentó a su lado, curioso.
“…Existe uno.” Sho suspiró. “Pero no pensé en contártelo aún.”
“Oh, descuida, no pienso presion—”
“Me… cambiaron de HiME. El primer día de clases,” contó Sho, observando su regazo en silencio. “Aún no sé por qué lo hicieron, pero me chocó pensar en el peor escenario: tal vez fue por mi rendimiento de mierda. Se hartaron de que fuese tan mediocre y me asignaron a alguien más débil.”
“Pero… ¿no me dijiste que le ganaste a tu HiME cuando pelearon?” Souji no pudo ocultar su confusión ante las noticias.
“Lo sé. Y es cierto. Labrys y yo estuvimos a punto de ganarle, de no ser porque un idiota se interpuso y la salvó.”
“…Mm. Pues eso no me suena nada negativo. No entiendo por qué te cambiarían de HiME luego de eso.”
“Es lo mismo que me pregunto yo.” Sho suspiró. “La… busqué en Hanasaki.”
“Pero no la atacaste.”
“No. Sólo la vi de lejos. Es una enana y se ve bien enclenque… a diferencia de Allura. Ella tenía más experiencia.”
“Bueno, me contaste que había sido HiME antes.”
“Mm.” Sho asintió, observando un punto aleatorio en la pared, sumido en sus pensamientos. “…Esta es novata. Como yo. Por eso pienso que fue a propósito.”
“¿Cómo sabes eso?”
“La seguí hasta sus entrenamientos.”
“Wow, has estado stalkeándola sin descaro.”
“Es parte del rol. Y no tenía a quién pedirle que busque información. No tengo contactos y el primo de Marie me da mala espina.”
“A todos. Aunque sé tratarlo… o eso quiero creer.” Souji dudó, al recordar la actitud misteriosa de Saruhiko. El primo de Marie seguía siendo un enigma para él, aún a pesar de los años que llevaba conociéndolo. “¿Y Seven?”
“Ah, ese idiota. No puedo mirarlo a la cara desde esa vez que nos ayudó con lo de Ken.”
“Hehe.” Souji ocultó sus risitas. “Osea que sí te diste cuenta… de que notó todo.”
“¡Tendría que haber sido un ciego para no notarlo!” gritó Sho, exasperado.
“Shh, Nanako.” Souji le indicó que bajara el volumen de su voz al llevarse un dedo a los labios.
“…Mm. Pero sí, Seven no es imbécil.”
“Bueno, si dejas atrás la vergüenza… él podría ayudarte,” le ofreció Souji. “En todo caso, me alegra que no te hayas puesto en riesgo por gusto. Confío mucho en ti, pero igual no puedo evitar sentir algo de miedo. ¿Cómo se llama tu HiME?”
“Maka Albarn.”
“…Ah.”
“¿‘Ah’?” Sho arqueó una ceja. “Siento que sabes algo que yo no sé.”
“…Laconozco.”
“¿Qué?”
“Que la conozco.”
“La verdadera pregunta es a quién no conoces.” Sho rodó los ojos, irritado.
“Bueno, debe haber alguien… y no es Maka.” Souji sonrió. “Ella es amiga de Eureka. Me la encontré ese día del ataque a Hanasaki, cuando fui a buscar a Tooru.”
“¿Y ella a quién buscaba?” Sho arqueó una ceja. “¿A Eureka?”
“No. Al arma de Eureka… que tiene forma de humano. Se llama Soul.”
“…Mm. Eso suena interesante.” Sho se acomodó, esperando más chisme por parte de su pareja.
“No sé mucho de eso, lo siento,” se disculpó Souji. “Sólo escuché que Soul ya no es el arma de Eureka… no sé qué pasó ahí.”
“¿Pero no que las HiMEs asignan esas cojudeces con sus sentimientos?”
“…Sí. Aunque muchas escogen el arma, pero Soul no es una guadaña cualquiera. Así que debes tener razón en lo que dices…”
“Claro. Suena como un Child humano o algo así… sólo que un arma.”
“Aún me choca saber que las armas también pueden manifestar forma humana, si te soy sincero.”
“Dímelo a mí. Yo recién me he enterado de todo esto este año. Y no es que lleve mucho tiempo estudiando en Rizembool, pero me indigna lo estúpido que fui como para no notar todo lo que hacían por debajo.”
“Eso es lo que todo el mundo siente cuando confirma que esos rumores son ciertos.” Souji suspiró. “Me pasó lo mismo en Highschool.”
“Y eso que eres más perceptivo que yo.”
“Mm.” Souji asintió. “Wow, me alegra que lo admitas.”
“…” Sho desvió su mirada. “No jodas.”
“Haha~” Souji soltó un par de risas. “Pero sí, es cierto. Yo también demoré mucho en enterarme de todo. No fue hasta que me convocaron a ser rebel que… me di cuenta de lo que pasaba.”
“…” El pelirrojo lo observó fijamente por unos instantes, sin musitar palabra alguna.
“¿Qué pasa?”
“Nada.”
“Sho.” Souji intentó no sonar muy irritado, pero fue en vano.
“YA, mierda. Ugh. Eres insoportable.” Sho rodó los ojos. “…A veces me cuesta verte como exRebel. Siento que eres demasiado bueno como para hacerle daño a otra persona. Pero no te conocí en Highschool, así que no puedo hablar mucho.”
“Y nunca conocerás a nadie que lo hizo, así que no sabrás cómo era en esas épocas.” Souji sonrió, muy seguro de sí mismo.
“…Tarde o temprano averiguaré algo sobre eso.”
“Lo dudo mucho. Sé que no me puedes insistir, por más que quieras. En cambio yo… tengo mis maneras.”
“¿Eh? ¿De qué mierda hablas?”
“Tengo una pregunta desde hace un buen tiempo. Nunca la hice porque supuse que te enojarías, pero ahora la situación es distinta.”
“…Igual me puedo enojar—”
“Pero ya no me preocupa eso.” Souji le esbozó una sonrisa cálida. “Porque sé que no te voy a espantar.”
“…” Sho rodó los ojos. “Entonces pregunta y no jodas,” comentó, y se tumbó de nuevo en la cama, un tanto irritado con la actitud de su pareja.
“Es sobre la cicatriz de tu rostro.”
“…Ah. Pensé que era algo más grave.”
“…Me sorprende un poco tu orden de prioridades.” Souji sonrió de lado.
“Es que la tengo desde secundaria. Ya me acostumbré a que las personas se tomen la confianza de preguntar por eso. Distinto es que les responda, pero bueno…” Sho se giró hacia el lado izquierdo, con la intención de evadir la mirada de Souji. “Supongo que no hay problema con contártelo a ti.”
“Me alegra que confíes en mí~”
“No te diré ni mierda si sigues hinchándome las pelot—” Sho se volteó hacia él tan sólo para observarlo con odio.
“Okay, okay, me callaré,” lo interrumpió Souji con aquella promesa, y se echó de nuevo al lado de su pareja.

Los breves centímetros de distancia entre ambos lograron distraer a Sho por unos instantes. Enfocar su mirada en los labios de Souji lo llevó a pensar en escenarios… cuestionables, y tuvo que sacudir levemente su cabeza para disipar su arrechura. Ni bien lo hizo, el pelirrojo se lamentó: tal vez distraer a Souji, tal y como le acababa de pasar, era la mejor forma de librarse de contarle sobre su pasado. La tentación de distraerlo no se debía a una sensación de incomodidad: Sho siempre estaría orgulloso de sí mismo por su esfuerzo constante por proteger a Ken, y la cicatriz en su rostro era justo una prueba fehaciente de ello.

Sin embargo, Ken en sí era un tema delicado para él últimamente. Su comportamiento estaba un poco extraño y no le encontraba motivo alguno para que así sea. No existía ningun indicio claro de que le anduviese ocurriendo algo —y Jaeger no le había comentado nada al respecto—, lo que le hacía suponer que tal vez estaba siendo muy paranoico. Aún así, si algo le había quedado claro luego de los sucesos del ciclo pasado, era que debía andar más pendiente de su hermano.

No sabía hasta que punto, tomando en cuenta que Ken era un experto en cerrarse y afirmar que todo estaba bien.

“Es por Ken.” Sho optó por comenzar con el relato en vez de seguir dándole vuelta a asuntos que no tenían solución exacta. “Fue en nuestro primer año de secundaria alta. Un grupo de imbéciles lo molestaba todos los días y él me lo escondió hasta el último momento… me enteré cuando no pudo esconder más sus golpes. Ya me habían sancionado por peleas pasadas, pero no me importó.”
“Y los encaraste.”
“Sí.” Sho sonrió, confiado, al recordar aquella pelea. No le había costado nada enfrentarse a ese grupo de idiotas sin ayuda de nadie.

Y fue justo por eso que necesitaron valerse de tácticas despreciables para asegurar su victoria.

“Estaba ganando cuando uno sacó una cuchilla de su polera y... bueno. Me hizo mierda. Me quedé ciego por unos instantes por la cantidad de sangre que me nubló la vista... Ken me salvó, felizmente, porque predijo que haría algo estúpido y había ido a buscarme luego de clases.”
“No creo que haya sido algo idiota.” Souji le sonrió, aún a pesar de su preocupación por el relato. “Proteger a tu hermano era lo correcto.”
“…Casi lo dejo sin hermano.”
“Casi.” Souji acarició su mejilla. Se movió ligeramente hacia arriba para poder darle un beso en la frente, y luego de lograr su cometido, regresó a su posición inicial, a pocos centímetros de su rostro. “¿Y las cicatrices de tu cuerpo?”
“Entrenamiento. Practiqué kendo desde ese entonces. Aunque me enseñaron un estilo mucho más… no sé.”
“¿Honesto?”
“Supongo. La idea era no hacer daño severo a las personas. Pero… no podía dejar que algo así volviera a pasar. Tenía que proteger a Ken y protegerme a mí mismo. Por eso practiqué sin descanso y tuve que torcerlo y amoldarlo a mi necesidad. Luego de un par de años, me compré las espadas gemelas que uso, y lo dejé.”
“Mm. Eso explica muchísimo.”
“…Me metí en varias de peleas de pandillas, por si te lo andas preguntando.” Sho gruñó.
“Ah, gracias por aclararlo.” Souji sonrió. “Lo intuía.”
“…Sí, lo que sea.” Sho cerró los ojos. “…Bueno, eso es todo. No sé qué más quieres saber.”
“Gracias.” Souji le dio un beso corto. “No tengo más preguntas. Al contrario, si tú quieres preguntarme algo sobre High School, adelante. Es lo mínimo que puedo hacer para retribuirte.”
“…” Al recordar que Adachi estaba involucrado en el pasado de Souji, Sho perdió cualquier ápice de interés en este. “Puedes retribuirme de otras formas.”
“¿Ah, sí?” Souji sonrió de lado.

Con un desliz sutil de su mano derecha y sin mucho esfuerzo, Sho logró acariciar los abdominales de su pareja por debajo de su polo. Mientras tanto, con la mano izquierda, lo atrajo hacia sí mismo para iniciar un beso que calló las quejas que comenzaron a salir de los labios de Souji.

En vez de empujarlo o hacerlo entrar el razón, el peligris no perdió el tiempo y optó por sucumbir ante él, correspondiendo el beso con las mismas ganas y tomándolo de las mejillas para guiarlo.

“¿Qué mierda?” preguntó Sho, cuando se separaron por falta de aire. Su mano, sin embargo, seguía estremeciendo a Souji con sus suaves caricias. “¿No que tu sobrina está durmiendo a un par de cuartos de aquí?”
“Lo sé. Pero… hnn… quién sabe cuándo nos volveremos a ver a solas. Puedo callarme y—”
“…Wow, esto es nuevo.” Sho soltó un par de risas. “Nunca pensé que el virtuoso Souji—”
“Shh.” Souji lo calló con un dedo en sus labios. “Menos charla y más acción.”
“Eh. ¿No deberíamos cerrar la puerta con llave antes?”
“Me subestimas, Sho.” Souji sonrió, encantador. “Lo hice ni bien pasaste a mi cuarto.”
“…” Sho lo observó incrédulo. “…Pinche manipulador de mierda.”
“Me disculpo. Entonces hagamos hora de otra form—”
“NO” gritó Sho, desesperado.
“Awwwn, tú tampoco te aguantas~”
“¡…N-no hagas que me arrepienta, estúpido!” Sho desvió la mirada, avergonzado.
“¿Pero tú iniciaste esto?” ofreció, en tono un tanto burlón.
“¡SOUJI!”
“Haha~” Souji retomó su sonrisa socarrona, y rodeó su cuello con su mano libre. “No es por presionarte, pero tenemos menos tiempo porque me toca preparar la cena, así que—”
“¡Ya, ya!” Sho rodó los ojos. Con la mano en su torso, logró girarlo hasta quedar encima de él, haciéndose espacio entre sus piernas. “Me lo dijiste ni bien llegué. Que debes comprar los ingredientes y todo.”
“Sí. Tenemos que salir en una hora, máximo.”
“Con eso basta y sobra.” Sho sonrió de lado.

Souji intentó aguantarse la risa, pero no pudo evitar soltar un par de carcajadas.

Sho no tuvo de otra que empezar a ‘trabajar’ para callarlo.

Aquello, al menos, lo distraía un poco de la serie de preocupaciones y ansiedades en su mente.

« Last Edit: May 30, 2021, 03:23:04 AM by Eureka »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #748: February 28, 2021, 09:33:09 PM »
Adachi es mi pera de box personal okya




56.2







“Dios, ya era hora,” mencionó Adachi, a la vez que levantaba de los asientos fuera de la oficina.

Llevaba media hora esperando a que Suguru Geto lo atienda. Media hora que podría haber invertido en corregir los exámenes que debía a sus alumnos, pero que el encargado rebel —y jefe de práctica de Psicología como él— le había usurpado de sus manos con un correo institucional que lo citaba urgentamente en su oficina.

Para su mala suerte, un alumno de Geto le había impedido entrar a la hora, excusándose antes de meterse a la oficina del encargado sin alguna pizca de buenos modales. Suguru sólo había podido sonreírle a manera de disculpas, y le pidió un poco de tiempo adicional para resolver el asunto del visitante inesperado.

El alumno se acababa de retirar, para su suerte, y al fin pudo ingresar a la oficina. Geto lo invitó a tomar asiento en frente de él ni bien Adachi cerró la puerta de la oficina tras su entrada.

“Disculpa, Adachi,” dijo Geto, haciendo a un lado unos papeles en su mesa. “No pensé que Jang-kun se apareciera a estas horas. Habíamos quedado en hablar luego del almuerzo…”
“No importa, Geto.” Adachi suspiró. Lo que más le importaba en esos instantes era llegar al meollo del asunto: si lo estaban citando del Departamento de Control Rebel, significaba… ¿que habían aprobado su petición? ¿Tal vez? “Esas cosas suceden con los alumnos. Y son nuestra prioridad, así que lo entiendo.”
“Hm.” Geto sonrió, divertido. “Nunca has sido tan considerado con ellos.”
“Lo hago para que no me destruyan en las encuestas, gracias.”
“Y aún así lo hacen.” Geto rio… y luego tosió, intentando hacerse el idiota. “Descuida. Me pasa a mí también.”
“No me vengas con mentiras piadosas, que sé bien lo popular que eres entre los alumnos. Se pelean por entrar a tu comisión de prácticas.” Adachi se veía un tanto irritado.
“…Pues no te lo puedo negar. Aunque sí he recibido malos puntajes en las encuestas.”
“¿Cuándo?” Adachi arqueó una ceja. “Si siempre tienes promedios impecables.”
“Al inicio. Supongo que no se me daba mucho el trabajo de enseñar. Así que tranquilo, con el tiempo subirán. ¿Cuánto tiempo llevas dictando?”
“Un año y medio.”
“Oh, eso es nada.” Geto sonrió. “Dale tiempo.”
“…Sí.”

El celular de Geto emitió un sonido de campana, indicando la llegada de una notificación. Geto lo ignoró, aún a pesar de que fue seguido de varias alertas similares, que por la insistencia, se interrumpían entre ellas antes de terminar.

“Eso suena importante.”
“No lo es.” Geto sacó su celular tan sólo para ponerlo en silencio. Su cámara detectó su cara y la pantalla se iluminó, confirmando sus sospechas. “Ugh. Le dije que no me hable cuando estamos trabajando.”
“Uh… ¿Es Satoru Gojo?”
“…El chisme se corre rápido entre los jefes de práctica.” Geto suspiró.
“No deberías subestimarlos. Lo mismo pasó con lo mío.”
“Oh, cierto.” Geto lo observó, un tanto apenado. “Lo siento…”
“Basta, ya me dieron el pésame como cincuenta veces. Y nadie se ha muerto.”
“¿Seguro?” Geto contempló, reflexivo, a la vez que se tomaba el mentón y observaba el techo de su oficina. “Hay pérdida y luto, diría que sí es como la muerte de un ser querido.”
“…Bueno, tal vez. Pero me vale una mierda ahorita. ¿Para qué me llamaste? Dudo que para darme terapia.”
“Lo siento, me distrajo el idiota ese y terminamos conversando sobre temas un tanto incómodos.” Geto sacó un fólder de su cajón, y lo colocó en la mesa.

Adachi no pudo contener su emoción, sonriendo ampliamente ante la acción del encargado. Todo indicaba que era el fólder con los datos de su nueva HiME. Al fin le permitirían regresar a la batalla, otorgandole así los poderes necesarios para sacarle la mierda al mocoso estúpido que estaba detrás de su ruptura con Souji.

Huh.

Tal vez Geto tenía razón en su lógica, porque Minazuki era justo el motivo principal de su sed de venganza y, por ende, de sus ganas de ser rebel.

“El comité analizó tu petición, Adachi… y—”
“Aceptaron. Gracias. ¿Dónde está mi carnét? ¿Puedo ir ya a que me pongan el chip o—?”
“No, lo siento.” Geto sonrió. “Si vas a tener poderes, pero no vas a ser rebel.”
“¿Cómo que tendré poderes sin ser rebel?” comentó Adachi, muy irritado… y de ahí suspiró.

Era un imbécil.

“¿Quieren que sea instructor?”
“…Exacto.”
“Geto, no es por ser malagradecido, pero no tengo tiempo para hacer de niñero. Lo hice el ciclo pasado y por eso estoy aquí.”
“Lo hiciste como un favor a tu pareja. El comité no te lo pidió. Ahora sí te lo pide.”
“¿…Me van a pagar bien por eso o cómo?”
“Sí, el rol de instructor tiene sueldo. Siempre lo ha tenido. ¿No te pagaron antes?”
“…Una miseria. Espero que ahora sea digno.”
“Es el sueldo de un jefe de práctica o de un profesor, dependiendo de tu reputación y de tu trabajo dentro de Rizembool.”
“…Oh, subió, entonces. Porque recibí una miseria cuando fui instructor en High School.”
“Bueno, creo que eso era más porque… no debías trabajar a esa edad. Pero igual Rizembool necesitaba apoyo, así que le convenía tener menores de edad en ese rol, para ayudar a los nuevos rebels… siempre y cuando tuvieran la experiencia necesaria para demostrar que eran capaces para el puesto.”
“Y yo había matado a mi primera HiME y me había encargado de la segunda, sí.”
“Mm, mm. Así dice tu file.” Geto asintió. “Pero bueno. En este fólder están los datos de tus nuevos alumnos,” dijo, y le extendió el fólder manila.

“…Okay.” Adachi lo recibió y lo abrió, sin mucho interés…

…y terminó topándose con su peor pesadilla.

“¿¡SHO MINAZUKI!?” gritó, enfurecido, al ver el perfil de rebel del mocoso y su foto.
“Sí, Minazuki es un rebel novato que no está rindiendo como se esperaba y—”
“No, Geto, es que no entiendes. Este IMBÉCIL ME ROBÓ A SOUJI”
“Oh.” Geto abrió los ojos, un tanto sorprendido. “Eso es algo… peculiar. ¡Qué mala suerte!”
“Haha, qué mala suerte…” Adachi rio, sarcástico. “¡Qué mala suerte mis pelotas! ¿¡Cómo se supone que entrene a este mocoso de mierda!? Ah, ya lo ví todo: los días que me lo encuentre para entrenar va a llegar de la mano con Souji y eventualmente lo mataré. No, los mataré a ambos. Y me van a botar de Rizembool. Excelente.”
“Adachi, dudo muchísimo que los administrativos te hayan asignado a este chico sabiendo la historia complicada que tienen. En asuntos personales nunca nos metemos, a menos de que nos conciernan. Y además… ¿No que aún no sabes si fue él?”
“Hay como 99.9% de probabilidades que lo sea. Y no soy imbécil, Geto, por más de que así parezca. No voy a dejar que jueguen conmigo y me dejen hacer el estúpido.”
“Uh. ¿Tal vez liberas algo de estrés entrenándolo? Nadie dice que seas muy cuidadoso con él.”
“…Eso no me consuela en nada, gracias.”
“Bueno. Pero Minazuki no es el único: sería bueno que revises al resto.”
“…Dudo que sean peor— ¡¿AKIRA KURUSU!?”

Ahí estaba la sonrisa irritante del pelinegro de gafas en la foto de su perfil de rebel. Uno de sus peores alumnos de prácticas, que no dejaba de encontrar oportunidades para irritarlo en todo momento.

“¿Qué pasa con él?”
“Es uno de mis alumnos. Tomó un curso conmigo el ciclo pasado y este ciclo también. Siento que lo hace a propósito para joderme la vida, porque es amigo de Souji y me odia muchísimo.”
“¿Pero no terminaron ya?”
“Sí, y eso sólo empeoró las cosas, porque con eso se siente mucho más confiado de hacer lo que le plazca. Dios, que estas son las peores noticias que podrías haberme dado…”
“Aún falta uno más, Adachi.”
“…Y espero que no me termine de arruinar el día, porque estoy a punto de salir a matar gente.”

A esas alturas, Adachi esperaba lo peor: que Souji hubiese retomado su puesto de rebel y se manifestara en el último perfil que le faltaba por revisar. No hubiera sido nada jalado de pelos, y al final, no podía culpar la labor de los administrativos, porque Geto tenía razón: ninguno estaba enterado de sus asuntos personales y era ilógico ensañarse con ellos.

Hizo a un lado las páginas del perfil de Akira, un tanto preocupado por la cantidad de información asociada a él, hasta llegar, finalmente, al último alumno al que entrenaría.

“Huh. A este no lo conozco. Al menos alguien que no me llevará a cometer homicidio o algo.”
“Es completamente nuevo en todo esto, así que será el más difícil de los tres. Hace poco solicitó ser rebel y fue avalado por una de las familias de accionistas, así que no tuvimos de otra que aceptarlo.”
“Wow. Este imbécil tiene vara, entonces.”
“Así parece.”
“Ugh. De todas formas, mi día se fue a la mierda con todo esto.”
“Lo siento. Puedes apelar con el comité si deseas, pero de seguro se van a demorar en responder y—”
“…Y mejor yo me encargo por mi cuenta, sí.” Adachi guardó el file en su maletín, y luego, se levantó del asiento. “Debo de pensar en qué voy a hacer con los dos primeros. En especial el tarado de Minazuki. Va a pensar que YO a propósito me asigné como su instructor para torturarlo. Mocoso de mierda…”
“Espero puedas lidiar con eso. Aquí me tienes si necesitas ayuda. Estaré pendiente de los tres y de ti, ya que me asignaron a ustedes.”
“…Okay.”
“Gracias por aceptar, Adachi.”
“No acepté, me han obligado, prácticamente.” Adachi suspiró. “Pero gracias. Me viene bien el sueldo extra y las excusas para destruir a Minazuki.”
“No seas muy duro, eso sí.”
“Eh.” Adachi se encogió de hombros. “Gracias de nuevo. Hasta luego, Geto.”
“Un gusto tenerte por acá, Adachi.” Geto le sonrió y le ondeó la mano a manera de despedida.

Adachi salió de la oficina con un humor de perros.

Le jodía pensar que iba a tener que pactar entrenamientos con ese par de idiotas y obligarlos a asistir, aún a pesar de que no fuera del agrado de ninguna de las partes. Lo que menos quería era volver a ver a Sho Minazuki, pero tal parecía que el universo estaba empeñado en arruinar sus planes.

Porque claro, sí quería partirle la cara a trompadas, pero eso iba a suceder a su tiempo, luego de que adquiriera sus poderes como rebel y probara a su HiME. Sin HiME y sin puesto de rebel, sus planes cambiaban radicalmente.

Al menos contaba con la tranquilidad de que le otorgarían un chip especial por ser instructor.

Eso lo dejaba un tanto calmado.

Lo que sí le intrigaba era el último rebel que había visto en el fólder. Le parecía conocido de algún lado, pero no podía identificar exactamente de dónde.

Ya luego le preguntaría a Akechi. De seguro su amigo estaba más enterado de esas cosas que él.







Los planes de Souji se llevaron a cabo con éxito, y tuvieron la oportunidad de contar con un momento íntimo a solas y con la tranquilidad de una tarde sin deberes ni interrupciones… en la medida de lo posible. Eventualmente, tuvieron que levantarse, arreglarse, y salir por los víveres para la cena.

Souji se habría animado en levantar a Nanako y proponerle ir a Junes juntos, de no ser porque su sobrina le tenía un miedo muy grande a Sho. No podía entender de dónde había salido, tomando en cuenta que Sho se portaba tranquilo y respetuoso con su familia, algo que sin duda era una sorpresa, con lo ruidoso, vulgar y movido que era en el resto de situaciones. Sin embargo, Souji entendía que lo hacía en un esfuerzo por caerles bien… o al menos, con la intención de que lo toleren. No lo veían muy a menudo por temas de tiempo y Sho no era amable de una forma hipócrita como Adachi, por lo que la opinión de sus padres sobre el pelirrojo era algo negativa. Siempre habían sido muy prejuiciosos y la cicatriz en el rostro de su pareja empeoraba las cosas.

Era irritante.

“Oye, creo que mejor me regreso a mi apartamento.”
“¿Por qué?” preguntó Souji, confundido, mientras caminaban con las bolsas de víveres de regreso a la casa de los Seta.
“Porque tu familia no me soporta. ¿Y la verdad? Yo tampoco los soporto.”
“Sho, sé que estás intentando engañarme, pero te conozco bien. Sí te gustaría llevarte con ellos.”
“…Ugh.” Sho rodó los ojos. “No sé. Tal vez. Al menos que no me miren como bicho raro cuando me encuentran en tu casa. ¿A Adachi le hacían lo mismo—? Espera. No respondas. No quiero oír nada de él.”
“Mis papás son muy prejuiciosos. Y no han tenido una muy buena impresión de ti o de los chicos. Creo que pasaron desapercibidos para ellos hasta que empezaron a tomar mi casa como el punto de descanso post-borrachera.”
“…Ah. Supongo.”
“Eso ha cambiado, porque hace un tiempo que no salimos, pero supongo que se les pasará eventualmente.”
“Igual, no quiero hacerme problemas. Además, no quiero caerles peor y que se pongan más estrictos cuando se enteren que estamos saliendo.”
“Lo dudo. Pero no quiero que te sientas incómodo, así que está bien.” Souji sonrió. “Entonces me dej—”
“BUAAAAAAAAAH”

Souji se vio interrumpido por un llanto exagerado y ensordecedor, que provenía cuesta abajo de la pendiente que daba al río. Los transeúntes a su alrededor observaban la escena, pero hacían caso omiso, optando por ignorar lo que transcurría en frente de ellos.





Invadido por una curiosidad tremenda, Souji caminó por el grass hasta divisar, a unos metros de allí, a un… ¿oso? llorando lagrimones gigantes que caían al jardín y al cuerpo inerte de un hombre a su lado.

…Hombre que Souji no demoró en reconocer.

“¿Souji, qué mierda? ¿Por qué—?” Sho se interrumpió al reconocer al oso. “Ah.”
“¿Sho?”
“Ese oso es—”
“¡BUAAAAAAAAAAH!” El oso lloró más fuerte, y se giró a encararlos al sentir sus presencias. “¿¡QUIÉNES SON USTEDEEES!?” siguió llorando, aunque un tanto confundido.
“¡Oso de mierda! ¡Sé que eres el Child de mi ExHiME! ¡Te ví en mis premoniciones! ¿Has venido a retarme? ¡Te voy a—!”
“¡Sho! ¡Sé mas delicado!” lo interrumpió Souji. “A ver. Disculpa.” El peligris dejó las bolsas de víveres en el suelo e hincó una rodilla para estar más cerca del oso. “¿Qué te parece si te remueves el traje y hablamos frente a frente?”
“Souji, ¿que no escuchaste? Ese oso es un child, no tiene forma hum—”




El oso bajó el cierre que unía su cabeza con su cuerpo, y haciendo a un lado la parte superior del traje, pudo salir de allí, mostrando una forma humana que descolocó a Sho por completo.

Era un chico rubio de apariencia adolescente, con ojos azules, camisa blanca y pantalones oscuros. Él lloraba también en su versión humana, aún a pesar de que antes, las lágrimas habían salido de los ojos del oso.

“…Qué… carajos.”
“¡BUAAAAAAAAAH!” Teddie se lanzó a abrazar a Souji, quien lo recibió, un tanto confundido. “¡Senseeeei!”
“¿Sens—?”
“¿Cómo te llamas, pequeño?”
“¡No soy pequeño! ¡Y me llamo Teddie!” dijo él, entre sollozos. “¡No recuerdo quién soy más allá de eso!”
“…Ah, con razón no tiene intención de atacarme,” concluyó Sho. “No se acuerda de mí.”
“¡NO! ¡NO SÉ QUIÉN EREEEEES!” lloró Teddie, angustiado.
“Teddie. ¿Hay alguna forma en la que te podamos ayudar?”
“¡NO SÉEEEE!”
“Bueno, por lo pronto, quédate conmigo. Pensaré en cómo ayudarte.”
“¿…Qué?”
“¿No dijiste que es el Child de tu exHiME? El pobre debe haberla perdido o algo así,” le dijo Souji a Sho en el oído, cuidando que Teddie no lo escuche. “Hay que ayudarlo. No puedo dejarlo solo aquí.”
“…Haz lo que quieras.” Sho rodó los ojos, irritado. “Pero si vas a ser buen samaritano con el oso, ¿no deberíamos... hacer algo también con el otro imbécil?” comentó, observando al pelirrojo muerto a un par de pasos de su posición.
“No.” La respuesta de Souji fue inmediata. “Déjalo ahí.”
“…Eh.” Sho quiso cuestionar la extraña falta de disposición de su pareja, pero el ¿muerto? ¿ebrio? se giró hasta quedar boca arriba y sonrió ampliamente, llamando su atención.
“Pensé que la diosa de la fortuna me había abandonado... ¡Pero aquí estás, Souji! ¡Gyahahaha!”
“¿Qué caraj—?” Sho no comprendía cómo el completo extraño conocía a su pareja.
“Rinne, no deberías tomar tanto. Cualquier persona te puede reconocer con sólo mirarte por unos segundos,” mencionó Souji, mientras le daba palmaditas en la cabeza a Teddie.
“No me jodas con tu acto de buenito y virtuoso cuando conozco todas tus maldades de secundaria. Eras un pequeño bastardo.” Rinne le sonrió de lado.
“¿QUÉ MIERDA—?”
“¿Y quién es este? ¿Tu nuevo boytoy?” preguntó Rinne, observándo a Sho desde el piso. “¡Al fin botaste a Adachi!”
“Sí, de eso hace unos meses,” dijo Sho, aún receloso del extraño.
“Algo bueno salió de todo.” Rinne mantuvo su sonrisa socarrona.
“¿Por qué lo dices?” preguntó Souji, curioso.
“Porque… bueno, siempre imaginé que te gustaba, pero este chico es como mi hermano perdido.”
“Haha, tal vez fue inconsciente.” Souji le dio un par de palmaditas finales a Teddie y lo soltó, para pararse junto a él. “Eres difícil de olvidar,” le dijo a Rinne, con una sonrisa divertida en su rostro.
“¿¡SOUJI!?” Sho estaba a punto de explotar.
“Ya, ya. Lo siento, es divertido molestarte. Ahorita te aclaro todo.” Souji se acercó y le extendió una mano a Rinne para poder ayudarlo a levantarse. El joven no demoró en aceptarla y, con ello, logró pararse sin mucha dificultad. “…No te ves tan ebrio que digamos.”
“Tomé un poco de más, pero mi resistencia siempre ha sido buena, así que todo chill al final.”
“Entonces… ¿por qué estabas tirado en el piso?” Souji arqueó una ceja, confundido.
“No recuerdo. Supongo que es culpa de Teddie.” Rinne sonrió.
“¡Pero yo no hice nada!” lloró Teddie, indignado.
“SOUJI QUE MIERDA ESTÁ PASANDO” fue el grito de auxilio de Sho, quien no podía lidiar un minuto más con aquella extraña situación.
“Okay. Los voy a presentar.” Souji suspiró, cansado. “Rinne, él es Sho Minazuki, mi enamorado.”
“…” A manera de saludo, Sho destruyó a Rinne con la mirada.
“Y Sho… él es Ri—”
“¡Chessu! ¡Yo soy Rinne Amagi~!” se presentó él mismo, ignorando la actitud hostil de Sho. “Conozco a Souji-kyun de Middle School~,” dijo, y lo abrazó por los hombros con mucha confianza.
“¿Estudiaste con él o cómo?” Sho se veía a dos segundos de quemarlo vivo.
“No,” corrigió Souji. “Nos conocimos gracias a un amigo suyo, quien sí estudiaba en mi colegio. Hablando de Niki, ¿cómo está? Juré que andarían más ocupados con lo del debut, por eso no me atreví a contactarlos.”
“Eso fue a inicios de este año,” contó Rinne. “Estamos un poco más libres ahora. Justo andaba camino a los dorms de Ensemble Square para registrarme.”
“¿Qué es Ensemble Square?” preguntó Teddie, curioso.
“Una agencia de talentos creada por Eichi Tenshouin. Está afiliada y conglomera a varias agencias famosas del medio, como New Dimension o Cosmic Production,” explicó Souji y, para alivio de Sho, se separó de Rinne.
“Mi unit están en CosPro,” dijo Rinne, confiado.
“Oh, no. Otro idol,” se lamentó Sho.
“¿Otro?” Esta vez, fue Rinne el confundido.
“Muchos se han reincorporado a Rizembool este ciclo. Los ves por todos lados, ya no son novedad.”
“Yo estoy en Rizembool.” Rinne sonrió. “Empecé este ciclo.”
“…Pero ni tienes educación primaria terminada.” Souji entrecerró los ojos, sospechando de la veracidad de sus palabras.
“No. No estoy como alumno, sino como jefe de práctica.”
“…Eso es peor, entonces.” Souji suspiró. “¿De qué Facultad?”
“Estudios Generales.”
“Oh, tiene sentido. ¿Curso?”
“Ecología.” Rinne sonrió de lado. “Nos vamos a ver pajaritos en las tardes.”
“…Eso suena muy tú, por algún motivo. Pero tienes que contarme cómo pasó eso, de todas formas.”
“¡Excelente idea! ¡Vamos por tragoooos!”
“No, espera. ¿No tenías que ir a Ensemble Square?”
“Ah, cierto.” Rinne contempló, un tanto perdido.
“Aunque no entiendo eso. ¿No estabas viviendo con Niki? ¿Para qué necesitas registrarte en el dormitorio?”
“Es que te aseguran almuerzo y cena si lo haces. Y el estúpido de Niki es muy tacaño a veces, así que me conviene tener un plan B.”
“Haha, veo que no han cambiado mucho entonces. Pensaba invitarte a cenar, pero tal vez debes ir avan—”
“¡Yo sabía que eras un hombre de buen corazón!” gritó Rinne, lanzándose a abrazarlo. “¡Apiadándose de sus amigos y todo~!”
“Teddie, tú también estás invitado,” dijo Souji, luego de darle un par de palmaditas a Rinne y separarse de él.
“¡Ahhhhh! ¡Gracias sensei!”
“¿’Sensei’?” cuestionó Sho, sin entender. “¡E-espera, Souji, no seas un imbécil! Tu familia no estará muy tranquila con tantos invitados en tu casa…”
“Aw, nunca habías sido el precavido en esta relación, Sho.” Souji le sonrió, enternecido. “Estoy tan orgulloso,” dijo, y se acercó a besarlo en la mejilla. “Sé que no querías quedarte a cenar, pero sobra decir que estás invitado también.”
“Hm. ¿Problemas en el paraíso?” cuestionó Rinne, muy entrometido.
“Nada que te interese, huevón de mierd—”
“¡Nada de profanidades frente a los niños!” anunció Teddie, interrumpiéndolo.
“¿Qué chucha? ¡¿Pero no hay niños aquí?!”
“¡Yo soy uno!” lloró Teddie, indignado.
“Tranquilo, Teddie. Sho tendrá que regular su vocabulario porque no podrá decir nada vulgar en frente de mi sobrina.”
“Ohhhh, Nanako-chan~” canturreó Rinne. “Es una buena niña.”
“Lo es.” Souji sonrió. “Ha crecido un montón. Te sorprenderá cuando la veas.”
“¡Qué exagerado eres!” le reclamó Rinne. “¡Hablas como si no hubiera ido a visitarlos en años! Ha sido uno, a lo mucho.”
“Bueno, pero se sintió como una eternidad para ella, de seguro.”
“¿Y para ti?” Rinne acortó la distancia entre ambos en un abrir y cerrar de ojos.
“Haha, no has cambiado nada, Rinne,” comentó Souji, entretenido.
“…” Sho se vió obligado a separarlos, empujando a Rinne a un lado. “Respeta el espacio personal, imbécil.”
“Tranquilo, flaco.” Rinne le sonrió de lado, sin intimidarse por los centímetros de estatura que Sho le llevaba. “No te lo tomes tan a pecho.”
“Me lo tomo como me da la gana,” respondió Sho, irritado. “Puedes tenerle toda la confianza que quieras, pero no te pases de la raya.”
“Sho,” habló Souji, tomándolo del hombro. “No te exasperes. Rinne es así de coqueto con todos. Eventualmente bromeará así contigo también.”
“¿Coqueto?” preguntó Teddie, curioso. “¡Ah! ¡Alguien me describió como coqueto alguna vez!”
“…Controversial manera de recordar algo, pero me alegra que al menos estés armando el rompecabezas de tu memoria de a pocos,” le dijo Souji.
“¡Siento que recordaré más cosas sobre mí a tu lado, sensei!”
“Mm.” Souji asintió. “Espero que sí. Le comentaré a mis padres que te quedarás con nosotros por un tiempo.”
“Tus papás no van a dejar que pase eso, Souji,” dijo Sho.
“¡Claro que sí! Si le caes bien a Nanako-chan, no demoran nada en adoptarte. Así pasó conmigo,” dijo Rinne.
“…Con razón me tienen recelo,” se lamentó Sho.
“Bueno, mejor vamos avanzando, que no quiero dejar a mi familia esperando por la cena.”
“¡Yo aún recuerdo por dónde vives!” anunció Rinne, y comenzó a caminar sin previo aviso.
“¡Espera, Rinneeeee!” Teddie lo siguió hasta alcanzarlo. “¡Que tu no vas a abrir la puertaaaa!”
“Haha.” Souji soltó un par de risas, mientras caminaba al nivel de Sho, detrás del par. “Lo siento,” se disculpó, sabiendo que Rinne y Teddie andaban muy distraídos peleándose como para prestar atención a su conversación. “Espero que no estés pensando que escondí a Rinne por un motivo en especial.”
“No sé cómo lo toleras. Es insoportable.”
“Es divertido. Ya verás que te llevarás muy bien con él.”
“Si se te sigue insinuando, lo dudo.”
“Oh, silly Sho.” Souji le sonrió, enternecido. “Rinne está enamorado de alguien más.”
“¿Ah, sí?”
“Sí, pero él es un chico muy virtuoso y quiere guardarse hasta el matrimonio.”
“¿¡Eso que tiene que ver con su actitud de gigolo!? ¡Es todo lo contrario a lo que muestra! ¡Encima es borracho!”
“Oh, tiene que ver mucho. Supongo que la arrechura lo motiva a ser así. Pero en su aldea, su formación en valores es muy especial y por eso no se permitiría faltarle el respeto a su base moral.”
“¿…Que vivió dónde?”
“Te contará en la cena, descuida.”

En ese punto, Sho era un mar de preguntas más que un ser humano.

Tan sólo esperaba recuperar su forma original luego de aquella controversial reunión en la casa de los Seta.



« Last Edit: March 02, 2021, 04:10:02 PM by Eureka »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #749: February 28, 2021, 10:22:20 PM »

Episode 34 — Wait There

Cuando subió el bus, Taikoubou reconoció a las liderezas HiME, así como a Leonidas, sentadas cerca al chofer del vehículo. Si bien Miranda sabía que Taikoubou se había anotado al campamento Key a último minuto, al peligris le molestaba la mirada que la directora tenía para sí.

Y es que si bien era parte de su trabajo mantenerse siempre seria y neutral, aún ante las peores catástrofes, nadie le quitaba al peligris la idea de que los ojos de la directora comunicaban un sonoro lo sabía.

Regresarías a ayudar a tu HiME. lo sabía. Terminarías poniendo tu vida en espera, lo sabía. Tu conciencia no te iba a dejar lavarte las manos y quedar en paz, dejando a Sayi y Hige a su suerte, lo sabía.

Apenas se enteró que Sayi había sido hospitalizada tras el súbito ataque de su rebel, Taikoubou logró ponerse en contacto con un ajetreado Ichigo, quien por su lado acababa de salir de ver a la pelirosa. Según su reporte, las heridas que había sufrido eran fuertes, y la recuperación demoraría semanas, pero lo que más preocupaba a los expertos era su salud mental, y para Miranda— lo que una desmoralización tan masiva fuera a significar para el futuro de la HiME.

Con un enemigo que la avasallaba de tal manera, ¿cómo podía hacerle frente si Sayi no sentía que había una oportunidad para salir victoriosa?

Especialmente si perder significaba la muerte.

Taikoubou logró hablar con Hige dos días después, y fue este quién le comunicó que tanto él, como Ichigo, Sayi, y Kenshin, se ocultarían por un par de semanas. O hasta que Sayi se encontrara mejor física y mentalmente.

El estar en un país lejano siempre había aminorado la culpa que había sentido al no estar presente. Su vida en Beijing era mucho más tangible, con el recuerdo de Tokyo como una memoria agradable y un destino al que visitar cuando quisiera. Cómo quisiera.

Pero desde el día que su poder Key apareció… Tokyo había vuelvo a sentirse latente, y por primera vez en años, sentía a su mente anhelando por otro lugar.

La decisión en si fue súbita. Apenas terminó la videollamada con Hige, Taikoubou se coló en el calendario de su padre y conversaron esa misma tarde. Esperó encontrar negación de su parte, pero su papá se mostró más comprensivo que nunca, y le sugirió hacer prácticas en el hospital en Shibuya y suspender ese semestre en la universidad de Beijing. Su tiempo en Tokyo contaría como crédito, y así podían pasar tiempo juntos, enseñándole como tomar las riendas de un hospital.

Si le preguntaban a él, parecía que su padre estaba emocionado por su traslado a Tokyo, aún si temporal. Y con su apoyo, el resto de conversaciones y trámites corrieron sin contratiempo. La universidad de Hanasaki, más pronta que nunca, admitió a Taikoubou de manera express a la facultad de medicina, con un minor en arte, a pedido del peligris.

El único traspié había sido explicarle a su pareja el motivo por el que debía dejar Beijing por un tiempo. Y, aunque a él no le parecía que tenía mucho sentido sin poder explicarle sobre la guerra Hime vs. Rebel… ella pareció tomárselo medianamente bien.

Relaciones a distancia… vaya que tenía experiencia con ellas.

Debido al aislamiento de Sayi, Hige, e Ichigo, Taikoubou no había tenido forma de comunicarles la decisión que había tomado. Le preocupada su reacción, pero sobretodo, le preocupaba que tanta ayuda podía traer consigo.

Y es que si algo había aprendido el primer día del campamento Key era lo severamente inepto que había resultado ser para el combate cuerpo a cuerpo. Su elemento, electricidad, reverberaba y aturdía, y según Miranda se trataba de un atributo beneficioso, algo que Sayi podría usar durante sus peleas.

No obstante, Taikoubou no sabía lo básico de ninguna técnica de combate. No sabía como contrarrestrar un ataque, y de ser golpeado, no podía recuperar su piso de manera eficaz. En su estado actual... parecía tratarse más de un riesgo que una ventaja.

"Pero tienes potencial" había dictado Miranda, cerrando la libreta que tenía entre manos "Ello significa que tienes mucho trabajo por hacer"

Como si poner su vida en espera, y haber venido corriendo de vuelta no fuese suficiente...

Solo Leonidas se había apiadado de él, y le había pedido que lo buscara después de la cena en uno de las varias áreas de entrenamiento.

"¿Algo que debería conseguir para mi recuperación?" pregunto Taikoubou, atando los cordones de sus zapatillas. Un entrenamiento privado con Leonidas Sparta debía ser tan aterrador como sonaba.

Su compañero de cabaña, Roxas, le sugirió la dosis máxima de ibuprofeno diaria... para los siguientes seis días.

"Y Epsom Salt. Y mucho hielo." agregó el rubio "Pero hielo te lo puedo conseguir yo"

En un campamento repleto de Keys que no conocía, el haberse topado con alguien que recordaba los eventos de hace cuatro años había sido algo que no esperaba le hubiera traído tanto consuelo. Otro Key, así como él, haciéndose de un lugar en el conflicto que tanto había observado a la distancia.

"Gracias, te debo una" le dijo, cerrando la puerta tras si.

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way