Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 459397 times)


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #1080: November 29, 2025, 01:38:08 AM »
Uhh, sé que tengo dos días más para escribir, pero ando con muchas cosas así que mejor lo dejo y me desquito el mes que viene (como la segunda vez que lo digo, but I mean it this time! (...))

Regreso con icons cuando tenga oportunidad.

116.5.



Siendo un evento constante y con muchos horarios para las distintas competencias, era de esperarse que tanto los participantes como asistentes estaban en plan de llegar y marcharse a todas horas. En medio de un grupo de gente que acababa de adentrarse en Hanasaki U, un par de personas caminaba de manera continua, con un claro sentido de dirección al seguramente tratarse de un lugar que ambas conocían.

“Hay una clara presencia de estudiantes que dirigen a los recién llegados…” observó una chica peliblanca, de cabellos voluminosos, y unos ojos fríos celestes. Ella tenía un semblante serio y poco amigable. Sin embargo, sus palabras denotaban un aire de ambivalencia que servía para frenar un poco su cara de pocos amigos.
“Es un evento que concierne a la gente de afuera además de la propia reputación de Hanasaki,” comentó su acompañante, una peliverde con una indudable apariencia de ser mayor que su acompañante. Su caso no era distinto, esta peliverde también deslumbraba un aire huraño y desconfiado, y en particular, ella no se encontraba nada ambivalente. Más bien parecía estar presente contra su propia voluntad. Rodó los ojos. “Si Hanasaki alguna vez sirvió para algo es para mantener las apariencias.”
“Confío que sabes a dónde vamos si no te detienes a preguntar por direcciones,” concluyó la peliblanca, inmutada.
“Sé bien dónde están las pistas, es muy fácil de recordar,” resopló mientras caminaba. “Ya te había dicho que me encargaría de averiguar a dónde vamos.”
“Sin embargo, tu respuesta rebela que no has realizado ningún acto de averiguar. Más bien te basas en recuerdos y asunciones arraigadas de hace muchos años.”
“¿Acaso importa?” la otra se exasperó. “Sé a dónde hay que ir y me encargo de mi trabajo de dirigirte como lo pediste, Horizon.”
“E igual evades la lógica que esperaría de mi trabajadora estrella,” concluyó la peliblanca, con un mínimo dejo de impaciencia, a su vez de alzarse por encima de la otra.
“Tch, sólo somos Dash y yo, y obviamente soy mucho mejor que la atolondrada,” se quejó la peliverde a regañadientes.
“No obstante, es el trabajo de los mayores servir de ejemplo a sus subordinados,” Horizon dio un mínimo suspiro. “Rita…”
“¿Qué quieres ahora?” le miró de soslayo. Sí, seguramente continuaría fastidiándola sin sentido.
“¿Acaso quisieras que nuestra denominada mascota moral se entristezca si te oye expresarte así sobre ella? Dash salió en la mañana con la intención de subir los ánimos en nuestro entorno al ganar un premio en su competencia.”
“Suena a nada más que un sueño.”
“Es algo que posee utilidad moral, por algo es la mascota de mi empresa.”
“…lo dices como si no supieras la verdad sobre Hanasaki…” Rita entrecerró los ojos, se cruzó de brazos, y continuó caminando con la vista hacia el frente.
“Te refieres a la posibilidad que Dash sea contactada por las encargadas para convertirse en una HiME…”
“No es posibilidad considerando que ella recibió una invitación personal para ser partícipe de este evento, por más que su propio colegio no tiene a otros presentes en las actividades de hoy,” comentó con sequedad. “Es ya dado como un hecho irrefutable que ese ha sido el plan.”
“Es ilógico darlo por ello por más que las probabilidades estén a ese favor.”
“¿Y qué se supone que has hecho tú para prevenir que Dash asista a este evento? Lo has tratado como si fuera una actividad extracurricular sin ninguna urgencia,” espetó impaciente. “Como un ser tan lógico, ¿no deberías estar en contra de esta guerra sin sentido?”
“Rita, yo no soy alguien que celebrará la mediocridad de los humanos. Sin embargo, los partícipes de la guerra tampoco son personas a las cuales me negaría en afiliación,” dijo serenamente, manteniendo su serio semblante. “Hay muchos ‘inocentes’ fuera de la guerra que son personas podridas por dentro.”
“Eso no tiene nada que ver.”
“Y hay al menos una exHiME en la cual vi valor y a quien decidí contratar como mi trabajadora estrella, Rita,” dijo mirándole fijamente.
“Tch…” Rita se vio grandemente disgustada al ser recordada de su previa realidad.
“Si Dash decide unirse a esta guerra, no considero que seas capaz de juzgarla. También es algo que consideraría externo a su afiliación a mí, por lo cual lo dejaré en sus manos. Ella tiene la habilidad de decidir su destino.”
“No, ella es demasiado joven e ilusa para algo así, no sabría a lo que se mete.”
“Las HiMEs normalmente no lo saben.”
“Y eso sólo lo hace peor.”
“¿Entonces por qué no eres abierta con Dash y le dices sobre las HiMEs y el riesgo que es, ya que das este futuro desarrollo por sentado?” preguntó Horizon, con severidad en sus ojos. “Tu propia lógica te ha llevado a resistir ese desarrollo de nuestra mascota y a oponerte a esta posibilidad. No obstante, ¿qué es lo que has hecho hasta el momento?”
“Tsk, yo…”
“Intentaste estropear sus planes de ir a la inauguración el día anterior al lanzarle muchos quehaceres del hogar que ni le correspondían hacer en ese momento. Has recurrido a las más infantiles y obtusas artimañas para meterte en su camino, y luego de que Dash deslumbró su habilidad de limpiar con velocidad, te molestaste con ella y le apagaste sus buenos ánimos,” describió con ligera frustración. “Es contraproducente que hieras a la mascota cuyo rol en mi empresa es brindar de apoyo moral a otros. Podría castigar tu sueldo este mes.”
“No bromees, Horizon.”
“Yo no bromeo, Rita.”
“Cierto…” volvió a rodar sus ojos, algo ya muy habitual cuando hablaba con su jefa. “Para ser inteligencia artificial, tienes una personalidad innecesariamente fastidiosa.”
“Y ahora actúas como si fuera yo la insultante. Oh, mis diodos…” lamentó la peliblanca con un tono incluso más mordaz que antes. “Es mi inteligencia artificial la que me permite ver la estupidez humana tan claramente, Rita.”
“Por favor, no sigas…” le miró de reojo. “No quisiera tener que molestarme con mi propia jefa más de lo que ya estoy.”

Con frecuencia, Rita no podía conectar bien con su jefa, aquella robot que realmente tenía más años que ella misma, a pesar de vivir en un cuerpo que fácil la haría ver de la edad de Dash. Siendo Horizon una máquina diseñada por Rizembool y con experiencia previa en la guerra antes de lograr su independencia civil, Rita estaba acostumbrada a ver lo mucho que su impredecible superior trataba a Hanasaki y Rizembool con tanta normalidad. Definitivamente no iría a ver las presentes complicaciones de su misma manera.

Y, aun así, lo que más le fastidiaba del asunto era que, en el fondo, Rita sabía que Horizon tenía mucha razón.

“¿…cómo se supone que tengo que ser sincera con Dash y decirle todas las complicaciones detrás del nombre de Hanasaki? Ella que está tan ilusionada de participar…” meditó mientras desviaba sus ojos con cierto cargo de consciencia.
“Existe un tabú detrás de hablar abiertamente sobre los secretos de la guerra a gente externa a la misma, entiendo que aquello no ha cambiado en el presente.”
“Pero es inútil pensar en eso considerando la tremenda equis que Hanasaki tiene sobre su rostro. Obviamente ella va a ser informada al respecto, por más que tú des espacio a duda.”
“Yo iba a decir que Dash tiene el derecho de saber al menos parte de la verdad, mas no por la posibilidad de ser HiME.”
“¿Hm?” alzó una ceja.
“Después de todo, Dash fue víctima de un altercado que sin lugar a dudas fue orquestado por un miembro incógnito de Rizembool. Lo sucedido aquel día continúa siendo un misterio para ella.”
“…me sorprende que siquiera lo pienses, viendo que pareces programada a dejar la guerra continuar con su curso,” observó Rita, con cierto escepticismo.
“No soy la única a mi parecer, Rita. Tú pareces más ajena a sincerarte. Deberías trabajar en eso.”
“Déjame en paz,” resopló.
“Considero que tienes el suficiente cuidado de no fastidiar a gente que podría encontrar problemas si te expresas sobre la guerra con una tercera,” concluyó Horizon, inmutada. “Por lo tanto, si tienes algo que decir a Dash, si continúas velando por nuestra mascota quien todavía tiene mucho por aprender, te aconsejo que no demores y te expreses antes de que lo lamentes.”
“Tú podrías hacerlo también, Horizon…” dijo con pesadez.
“He decidido que aquel será tu rol, Rita. Yo he optado por mantener una estancia neutral y meramente observadora.”
“Tch, eres pesada.”
“Pesado es aquel que no para de quejarse sobre cosas con las cuales nunca lidiará.”
“…” se mantuvo en silencio un momento. “Una vez terminemos de ver su competencia, veré si puedo decirle algo. Ella merece saber sobre las artimañas de Hanasaki.”
“Entendido,” Horizon asintió. “Aquel ha sido un paso grande para ti. Te felicitaré por tu decisión, ahora espero consistencia en tus futuras acciones.”
“…no me hagas sentir peor por estar metida en estas circunstancias, por favor,” pidió con un tic en la ceja.

No había duda en su cabeza, y por más que Horizon se adhería a la incertidumbre del caso, Rita sabía que no había espacio para variación. Dash había llamado la atención de Hanasaki por un posible potencial. El hecho que su protegida había recientemente sobrevivido a un misterioso atentado por algún agente de Rizembool sólo corroboraba que Dash era de interés. Aquello no era un misterio para Rita y, conociendo a la menor, era muy probable que fuera a saltar ante la oportunidad de ayudar a otras personas, sin pensarlo en lo absoluto.



A su vez, en medio de su imposibilidad de ser sincera con Dash… en medio de tanta incertidumbre ante una certeza… Rita maldecía el mero hecho de que su propia vida volvería a verse atada a ese conflicto que nunca llegaría a un satisfactorio desencadenante a su parecer.

No había escape, aquel mundo oculto continuaría llamándola de vuelta una y otra vez… hasta que, eventualmente, nada fuera a quedar de ella misma.



Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #1081: November 30, 2025, 06:38:40 PM »
1300 palabras en 40 minutos un dia hare 2000 en media hora se los juro

Íconos… pronto





“¿Ustedes creen… que Eureka estará bien?” Preguntó Ryoji, mientras una parte de los residentes de la mansión Vi Britannia compartía un momento de calidad en uno de los salones de estar. Habían coincidido por un milagro (tal vez navideño, aunque faltaban meses para la época más feliz del año) esa tarde después del desastre peluquero de su amiga y se habían puesto a preparar algo caliente de tomar y algunos bocadillos sin pensarlo dos veces.
“No creo que sea tan difícil de arreglar. Me dijo en la mañana que iría a la peluquería sí o sí para retocarse un poco el peinado y pedir una rutina capilar para mantener los pocos pelos que le quedaban en la cabeza.”
“Ay, no seas exagerado.” Kanone tomó un sorbo de su taza de chocolate caliente. “Hablas como si se le hubiera caído mucho pelo.”

“Bueno, sí perdió un poco de volumen. Aunque tal vez es solo frizz…”
“Sí, tienes razón. En fin, hicimos lo que pudimos. Ninguno de nosotros es experto en peluquería y tampoco teníamos las herramientas indicadas para ayudarla.”
“Ajá.” Hizumi asintió. “Entonces, ¿por qué estás tan preocupado? Es como si te sintieras responsable por lo que ocurrió anoche.”
“Bueno…” Ryoji suspiró. “Se nota que la está pasando mal. Y, aun así, seguimos aquí… comiendo bocadillos, tomando chocolate caliente y pasando un buen rato en la casa de su ex.”
“No sé tú, pero creo que planear una mudanza y encontrar un buen departamento son tareas que requieren de más tiempo, ¿verdad? No podemos hacer eso en… un día,” se quejó Hizumi. “Además, Kanone y yo ya hemos estado buscando posibles opciones. Y el mercado de alquiler está terrible.”
“Es cierto.” Kanone le dio la razón. “Los precios están por las nubes y los lugares son enanos. Además, hay ciertas áreas más accesibles que otras, pero están cerca de lugares peligrosos, barrios lejanos o zonas rojas. El panorama es muy deprimente, Ryoji.”
“Me imagino…” Ryoji suspiró.
“No quiero que pienses que nosotros también estamos conforme con la situación. Es solo que… es más difícil que hacerle una promesa a Eu. Quiero cumplirla tanto como tú… y estoy seguro de que al menos para fin de año conseguiremos algo, pero sé que va a tomar tiempo.”
“Tienes razón.”
“Y… tenemos que comentárselo a Yoite y al resto. Bueno, en especial a Soul, porque de seguro él querrá irse con nosotros. No es que se lleve mal con Lelouch, pero…”
“Pero tampoco sabe cómo mirarlo a la cara ahora sin llenarse de rabia,” comentó Kanone.
“¿Ves? Por comentarios como ese, a veces pienso que aún te gusta Eu,” le dijo Hizumi entre risas.
“Pero Hizumi, tú también te sientes igual.” Kanone le sonrió.
“¿Qué? A mí no me gusta—”
“Claro que no.” Kanone rio. “Pero le guardas cierto resentimiento a Lelouch por haberle hecho daño. Creo que todos los residentes de la mansión estamos en la misma situación… incluso los hermanos de él.”
“Ah, Miharu no lo quiere ver ni en pintura, haha.” Hizumi asintió. “Bueno, sí… es cierto. Tal vez solo quería joderte un poco.”
“Entendible.”
“Hola…”

Los tres saltaron un poco en sus sitios por el trauma reflejo de pensar que se trataba de Lelouch, a quien andaban criticando, pero solo era Soul, quien parecía que acababa de llegar de clases.

“¿De qué están hablando?”
“De miles de cosas. Sírvete chocolate y ven a acompañarnos.”
“No soy muy fan, pero gracias.” Soul sonrió y les hizo caso.

Dejó su morral en uno de los sofás de la estancia y se dirigió hacia la mesa del comedor para servirse un poco de chocolate y unos cuantos bocadillos en un pequeño platito. Cuando terminó, regresó a la sala de estar para sentarse con sus amigos.

“Qué extraño coincidir con todos ustedes.”
“Debe ser gracias a las clases que han cancelado para los preparativos de las olimpiadas,” sugirió Ryoji. “Me hace muy feliz, la verdad.”
“¿Ustedes van a participar?”
“Sí… creo.” Hizumi suspiró. “Los chicos del club de vóley se animaron en también formar parte del equipo oficial de las olimpiadas, así que nos arrastraron a todos con ellos.”
“¿No tienen un campeonato pronto o algo así?”
“¡EXACTO! Pero ninguno tiene prioridades claras. ¡Es terrible!”
“Oye, Soul. Queríamos hablarte de un tema en especial.” Empezó Kanone.
“¿Sobre qué? Ay, no.” Soul suspiró. “¿Qué hizo Eureka ahora?”
“¿Aparte de decolorarse el pelo y cortárselo? No mucho.” Hizumi sonrió.
“…” Soul los observó, confundido. “¿Qué?”
“No es eso.” Ryoji negó con la cabeza.  “Bueno, sí, también… pero hay algo más importante que eso. Es que… queremos mudarnos.”
“Ah, sí. Hizumi me había dicho algo al respecto.”
“¿En serio?” Hizumi ladeó la cabeza.
“Sí, tonto.” Soul sonrió de lado. “Creo que hablamos de eso hace un mes, o mes y medio.”
“Guau… me olvidé por completo.” Hizumi sonrió. “Creo que el trabajo me está matando neuronas.”
“A mí también.” Se quejó Kanone.
“Y… ¿por qué quieren mudarse? Osea, entiendo por qué… pero, ¿por qué ahora?”
“Extrañamos a Eu,” confesó Hizumi. “Y no me siento bien tratando con ella sabiendo que somos los traidores que siguen viviendo en la mansión de su ex.”
“Y en el caso de Hizumi, ni siquiera aporta algo para las cuentas. Además, se come la comida de los Vi Britannia.”
“Y pensé: ¿por qué me debería comer la comida de los Vi Britannia cuando podría ser su comida?”
“Gracias, Hizumi.” Soul rio. “Bueno, yo estoy de acuerdo. Te lo dije esa vez que conversamos.”
“Ahora… el tema es encontrar un departamento con tantos cuartos disponibles.”
“¿Supongo que quieren que Eu también viva con nosotros?”
“Sí…” Ryoji asintió. “Siento que la casa HiME la ha aislado un poco del resto de sus amigos y me preocupa que siga ahí como un hongo.”
“Tiene amigas HiME, pero Eureka sabe cómo fingir cuando quiere… y no culparía a esas chicas si no se dan cuenta de que está reprimiéndose mil cosas solo para quedar bien con ellas,” dijo Hizumi.
“Preocupante.”
“…”

Los cuatro sintieron una presencia ajena antes de siquiera tener que voltearse para confirmarlo. Pero la curiosidad mató al gato y los cuatro se giraron a ver de quién se trataba.

Era Lelouch.

Su expresión era indescriptible. No parecía molesto por el acto de confraternidad de sus inquilinos de compartir comida y bebida en una de las salas de su casa… pero sí se veía levemente irritado ante la mención de su ex.

Ninguno de ellos sabía cuánto de la conversación había escuchado. Aun así, no costaba mucho discernir que al menos había escuchado el comentario de Hizumi sobre Eureka y sus amigas HiME.

De ser así, el inglés podría haber atado los cabos sueltos como para entender el tema del cual hablaban en ese momento.

Doblemente preocupante.

“Desde hace un tiempo siento que todos ustedes se quedan fríos cuando ingreso a una estancia en la que se encuentran. Antes me habría enojado… pero no puedo culparlos. Entiendo por qué reaccionan así.”

Hizumi se mordió la lengua. Quería levantarse, agarrarlo del cuello de la camisa y zamaquearlo mientras le preguntaba por qué le había hecho eso a su amiga.

Al cruzar miradas con el resto, sabía que los demás compartían sus intenciones. Pero también estaban al tanto de lo que ocurriría si lo hiciera: era probable que Eureka los achicharre con su electricidad por ser tan impertinentes.

Kanone dejó a un lado su taza para levantarse y hacerle una reverencia a Lelouch.

“Buenas tardes. ¿Qué tal si te sientas con nosotros?”

Las caras de todos se transformaron en poemas. Cada uno estaba más sorprendido que el anterior.

Pero la expresión de Hizumi se transformó en indignación.

¡¿Por qué estaba invitando al enemigo a tomar chocolate con ellos?! ¡La conversación estaba a punto de convertirse en un raje sobre el gemelo mayor de los Vi Britannia!

Hizumi intentó cruzar miradas con su amigo, pero fue en vano. Cuando lo logró, no pudo entender cuál era el objetivo de Kanone con aquella idea alocada.

No le quedó más opción que imitarlo, junto al resto, y todos le hicieron una reverencia (falsa) al dueño de la casa.
« Last Edit: November 30, 2025, 10:47:35 PM by Eureka »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #1082: November 30, 2025, 08:33:20 PM »
Vengo con fic <3



La corriente de viajeros cruzando la puerta de llegadas empezaba a incrementar, anunciando a su manera el terminar de los trámites de aduanas. En la pantalla colgando sobre la entrada, el vuelo de Kaien, proveniente de Sidney, Australia, llevaba casi cuarenta minutos marcado como ‘Aterrizo’…y, sacando la cuenta, ya debería haber recogido sus maletas y estar a punto de cruzar el umbral.

A su lado, Hige rebotaba de la emoción, y no podía aguantar los pequeños saltos acompañando su exuberante ilusión. Cada vez que un pelinegro aparecía en la sala de recepción, el castaño se ilusionaba solo para desanimarse un instante después al notar que no se trataba de Kaien. Sayi sonrió para si misma. A su manera, compartía la emoción de su Child… al igual que Ichigo, Tsukino, Kano, Taikoubou, Holden, Hagu, su tía y Hiro. Era una excepcional bienvenida la que le esperaba a su hermanastro.

Su mirada se giró hacia Ichigo y Bou, quienes conversaban mientras miraban algo en el celular del rubio. A Sayi le daba gusto ver como los mejores amigos parecían retomar su cercanía desde que Bou había regresado de China. La distancia solía hacer de las suyas, lamentablemente, y a Sayi le reconfortaba el “lado positivo” de que Bou hubiese regresado para ayudarla con el conflicto HiME Rebel.

El “lado positivo”…

Bou rió ante una ocurrencia de Ichigo, y Sayi sintió que la culpa le apretaba su pecho. Si bien le alegraba ver a los amigos más unidos que antes, no podía ignorar el de hecho que Taikoubou había dejado su vida en Beijing para ayudarla en una guerra a la que él nunca se había apuntado.

Pensó también en Haru, quien se había instalado en Tokyo, una ciudad donde no tenía familia, solo por seguir a Taikoubou. Y ahora, la última casualidad de su decisión… Kaien. El, que llevaba tres años viviendo en Australia, de pronto había solicitado su traslado a Hanasaky y regresado al nido son mucha explicación.

Y si bien Kaien no le había dicho que había tomado la decisión for ella o Hige, a Sayi le mortificaba la idea de que así fuera.

“¡¡KAIEN!!”

La voz de Hige resonó en el aeropuerto entero, alertando a todo ser vivo de la llegada de Kaien Kurosaki junto a sus tres maletas y tabla de surf. En cuanto lo ubicaron, el grupo entero corrió a darle la bienvenida, con Ichigo siendo el primero en envolver a su gemelo en un abrazo.

Si bien habían visto a Kaien hace unos pocos meses, esta bienvenida se sentía distinta. Saber que ahora regresaba a vivir a Japón hacía que todo pareciera más real. La idea de que podía reintegrarse a la rutina, a saber que estaría fisicamente ahí, daba al evento un peso especial.


Luego de abrazar a su papa y a Izumi, Kaien envolvió a Sayi en un fuerte abrazo. Y, por primera vez en mucho tiempo, la pelirrosa sintió que tenía a todo su soporte allí mismo. En Tokyo.

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #1083: November 30, 2025, 10:59:12 PM »
Hoi hoi vengo con un fic rapido:

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Era una nueva semana en Hanasaki y un nuevo alumno caminaba con ánimos hacia la escuela, aquel joven se llamaba Deuce Spade y era un alumno de intercambio proveniente de Inglaterra, estaba emocionado porque por fin podría ir a un instituto reconocido a nivel mundial, lo cual su mamá estaría orgullosa de él, en medio del camino observó a un joven pelirosa, de traje blanco que miraba a todos lados como si estuviera perdido.

Donde estarán Itsuki-nii y Kei-chan…-

¿Disculpa, puedo ayudarte en algo? ...-

El chico parpadeó un par de veces, como si midiera si debía confiar en aquel extraño. Finalmente, respiró profundamente.

Creo que sí…-respondió con una voz suave, algo avergonzada-. Estoy buscando a mis compañeros… Itsuki-nii y Kei-chan. Quedamos en vernos por este lugar pero… -sus ojos se desviaron hacia la calle, inquietos- creo que me he perdido porque  no sé dónde están- dijo aun nervioso-

Deuce observó a su alrededor, aunque no tenía la menor idea de dónde podrían estar sus amigos. Era su primer día en Hanasaki y prácticamente en  Japón; apenas se estaba guiando con Google maps.

-Puedo ayudarte a buscarlos -dijo con un tono seguro, incluso si él mismo no sabía por dónde empezar-. Soy nuevo aquí, pero… dos pares de ojos buscan mejor que uno, ¿no?

El chico pelirosa lo miró por unos segundos que se hicieron largos, estudiándolo, como si tratara de descifrar si era confiable. Luego, esbozó una amplia sonrisa.

Entonces aceptaré tu ayuda… mi nombre es Rokuta – dijo con una amplia sonrisa mientras extendia sus manos- y tu eres??-

Mi nombre Deuce Spade…-dijo saludándolo cortésmente-

Ambos comenzaron a caminar por la vereda, siguiendo la corriente de estudiantes que avanzaban hacia el campus.

Bueno, si quedaron en el parque, lo mejor es buscar por aquí primero -propuso mientras sacaba su teléfono- Pero… soy extranjero, así que no conozco nada todavía. Usaremos Google Maps ¿sí?

Rokuta lo miró confundido… pero también aliviado.

No soy mucho de usar el celular por lo cual seria de gran ayuda…muchas gracias Deuce-chan…-

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Ambos caminaron por un parque que tenía varios senderos: uno bordeaba el lago artificial, otro cruzaba por el centro hacia una glorieta, y otro se adentraba más hacia una pequeña zona boscosa donde la mayoría de las personas se reunían a descansar.

Deuce abrió Google Maps, observando el mapa con concentración.

Bueno bueno aquí estamos -dijo señalando el punto azul-

¿Suelen reunirse por aquí cerca al parque o en algún lugar específico?

Rokuta apretó sus manos.

-Normalmente… cerca del lago. A Kei-chan le gusta ver los peces mientras se inspira para poder escribir nuestras canciones, mientras Itsuki-nii siempre llega temprano para vigilarme… -se sonrojó un poco- Porque dice que me distraigo fácil.

Deuce casi iba a empezar a reírse a carcajadas, pero al ver la inocencia de Rokuta, prefirió no hacerlo ya que el joven le estaba cayendo muy bien.

-Entonces revisemos el camino del lago primero – le dijo mientras tenia su mirada fijada en su celular con el app de Google- Google Maps dice que es por aquí.

Rokuta asintió enseguida, y caminaron hacia el sendero que bordeaba el agua.

El lago brillaba con reflejos dorados bajo la mañana. Algunos niños jugaban con barquitos, y una pareja alimentaba a los patos. Pero Rokuta se preocupó al no ver a  Itsuki o Kei cerca.

Rokuta observaba con ojos inquietos a todos los que pasaban.

-No están -murmuró- Kei-chan siempre es muy puntual… si dijo que vendría, lo haría…-

Deuce revisó otra vez el mapa.

-Bien, probemos la glorieta. Está al centro del parque. Según esto… solo hay que seguir este sendero-

Caminaron por un buen rato, y Deuce se dio cuenta de que Rokuta apretaba los labios cada vez que pasaban junto a alguien que se parecía vagamente a sus amigos. Su tensión era evidente, así que decidió romper el silencio.

-¿Desde hace cuánto tiempo son amigos? -preguntó.

Rokuta bajó un poco la mirada.

A Itsuki-nii lo conozco desde niño, ya que pasaron algunas cosas  que nos reunieron… podría decirse que es casi como un hermano mayor -sonrió suavemente- Kei-chan y yo nos conocimos desde hace 3 años – suspiró- desde entonces… siempre estamos juntos.

Deuce sintió un calor extraño en el pecho. Rokuta hablaba con un cariño genuino.

La glorieta finalmente apareció ante ellos. Varias personas descansaban allí, pero ninguno era sus amigos.
Rokuta soltó aire, frustrado.

Nada… tampoco aquí-

Deuce volvió a mirar su mapa, acercando el zoom.

Aún queda una zona más -dijo con una mirada llena de esperanza- Este camino de árboles. ¿Van ahí seguido?
Rokuta dudó, pero asintió.

Kei-chan va ahí cuando está molesto o quiere pensar. Itsuki-nii suele ir si necesita tranquilidad.

Eso llamó la atención de Deuce.

-¿Crees que hoy podrían haber ido allí por algo?-

Rokuta bajó la mirada.

No lo sé. Kei-chan estaba extraño anoche… e Itsuki-nii dijo que hablaríamos de “algo importante” al llegar… -apretó los puños- y ahora no están.

Deuce quiso tranquilizarlo, pero no sabía cómo. Lo único que podía hacer era caminar a su lado.

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El sendero de árboles era más silencioso. El viento crujía entre las hojas. Había menos gente, solo algún corredor matutino y un anciano paseando a su perro.

Según Google Maps -dijo Deuce- este sendero conecta con la parte trasera del parque. Quizá estaban aquí… y simplemente no nos cruzamos con ellos.

Rokuta negó suavemente.

Si estuvieran por aquí… los habría visto. Este lugar es pequeño…-

Pero caminó igual, con pasos más rápidos.

Deuce también aceleró, intentando no perderse. Era la primera vez que recorría ese parque y sin el mapa se habría desorientado al instante.

Cuando llegaron a un claro pequeño con bancos de madera, Rokuta se detuvo en seco.

Aquí es donde Kei-chan se sienta cuando se siente perdido….-susurró tocando un banco con la punta de los dedos-Pero… no está. Y tampoco veo el cuaderno de Itsuki-nii.

Deuce guardó su teléfono y se acercó.

Aún no significa nada malo -dijo con suavidad- Quizá cambiaron de plan. Quizá te están buscando en otro lado.

Rokuta bajó la cabeza.

¿Y por qué no me escribieron?… -preguntó en voz baja

Deuce dudó… pero terminó apoyando una mano en su hombro, sin saber si era demasiado atrevido.

Rokuta no se apartó. Su respiración temblaba.

-Vamos a encontrarlos -dijo Deuce con seriedad- Pero no nos vamos a rendir. Podemos revisar los alrededores, y luego… -sacó el teléfono de nuevo- buscar rutas posibles con Google Maps. Si salieron del parque, hay tres direcciones por las que pudieron ir.

Rokuta lo miró con los ojos brillantes.

Deuce-chan… gracias. Si estuviera solo… creo que ya estaría llorando.

Puedes llorar si lo necesitas -respondió él sin pensar demasiado- yo estoy contigo.

Rokuta parpadeó, sorprendido por la sinceridad repentina. Una leve sonrisa, frágil pero real, apareció en su rostro.

Vamos… quiero encontrarlos -dijo recuperando un poco de fuerza.

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« Last Edit: November 30, 2025, 11:02:01 PM by Mimi Tachikawa »