Uhh... estoy muerta, ha sido un mes difícil, pero ya el próximo me desquito (escribí yay~ (...))
116.1.
El día siguiente había llegado, y con este, las celebraciones finalmente estaban en pie. Las competencias de estudiantes de secundaria y universidad empezaban a llevarse a cabo entre las dos instituciones, y la gente presente tanto participando como asistiendo habían tornado a Hanasaki y Rizembool en lugares de celebración, donde para variar no iría a ocurrir una guerra fría, al menos no visiblemente.
De todos modos, las dudas continuaban, y además de ello, la incertidumbre de ni saber lo que en verdad podría ocurrir. Cho se encontraba sentada bajo uno de los muchos toldos puestos por Hanasaki U para que los asistentes pudieran darse un respiro y organizar sus ideas. Ella podía oír a un puñado de estudiantes revisar uno de los horarios y ponerse de acuerdo sobre dónde se reencontrarían ni bien cada uno terminara con la actividad a la cual se habían apuntado. Oírlos le hizo acordarse de sus propios planes en ese día, y luego de apenas recordar la única prueba de rendimiento que estaría tomando en esa fecha, volvió a vaciar su cabeza para mirar al cielo despejado.
Llevaba siendo HiME unos dos años en el pasado y se encontraba surcando por un tercero luego de la supuesta paz entre las escuelas, pero era la primera vez en su vida que podía decir que estar metida en la guerra acaparaba tanto de su fortaleza interna, y hasta de su usual enfoque académico. Pensar en esa chica a la que habían rescatado, estar consciente de los daños causados a inocentes por dicha hazaña, incluso saber que la previa noche hubo una persona de Rizembool causando estragos, y otros también de ese instituto encargados de ponerle un alto. Ya el conflicto empezaba a tratarse menos de los buenos versus los malos, con los buenos habiendo sido indudablemente los de Hanasaki, y parecía convertirse en un caos sin forma, sentido o quizás hasta propósito alguno.
“…” y encima de ello, nada parecía ser capaz de librarle del daño que había sufrido en aquel rescate. Pese a ser una HiME, ni se atrevía a participar en eventos atléticos por temor a padecer de alguna descompensación. Cho llevó una mano a su frente. Sentía como una niebla mental que no le dejaba pensar ni enfocarse, y un desánimo general que le quitaba motivación. De no ser por acompañar a los demás quienes sí participaban más entusiasmadamente en esos días, tal vez hubiera preferido reposar en casa.
“¿Te sientes bien, aruji?” le preguntó Kashuu. Finalmente, este acababa de regresar junto con Osaka, y traía un jugo de naranja para su HiME.
“Eh…” Cho ladeó su cabeza y negó. “Sí, eh, lo siento, me distraje…” entonces miró a esa rara elección de bebida, al haber esperado una botella de agua. “Esto…”
“Es tu jugo favorito, ¿verdad?” le sonrió. “Es obvio que todavía no te recuperas por completo, así que subirte los ánimos es lo más importante ahora.”
“¡Sí, y es un jugo de naranjas mikan, son deliciosas!” exclamó Osaka.
“Heh, gracias,” ella sonrió apenada, aunque lo aceptó con gusto. “Ustedes debieron haberse comprado algo también.”
“No gracias, ya he tomado la suficiente agua por ahora,” dijo Kashuu.
“¡Y yo tengo que dejar mi estómago vacío para la carrera de panes!” Osaka frunció el ceño con gran seriedad.
“Eh, pero Osaka…” Cho alzó una ceja. “Es una carrera de atletismo principalmente. No es que necesites todo el estómago para eso.”
“Olvídalo, aruji, ya sabes que ella sólo está feliz de comerse un pan,” Kashuu negó. “Lo estará celebrando a su manera.”
“Aw, me da pena que no puedas inscribirte a ninguna competencia deportiva,” la prima se apenó. “Marisa-chan ya está alistándose para las competencias de kendo, y ella dice que no tiene mucha experiencia en esa rama. Quizás yo también debí sumarme.”
“Sí me pareció verla hablar con otras participantes en lo que nos despedimos de Roxas en el área de kendo,” Cho se puso a pensar. “Verdad que deberíamos ir a alentarles cuando tengamos libre.”
“Eso si los dos sobreviven a varias eliminatorias de hoy, tu prueba termina un poco tarde, aruji,” le recordó Kashuu.
“Hm, imagino que Roxas sí, aunque no sé sobre Marisa…”
“Oh, pero si Marisa-chan termina entre las primeras al final de las olimpiadas, quizás hasta la directora le diga para que vuelva a ser HiME,” divagó Osaka, entretenida.
“Eh, tengo entendido que tanto ella como tú pueden ser HiMEs en cualquier momento que se animen, no es que tengan que darles la invitación,” observó Kashuu, confundido.
K-Kashuu, por favor no le des ideas,” le susurró Cho a su arma por lo bajo.
“Eh, p-perdón aruji,” este se vio en aprietos.
“Hehe, es cierto, pero lo digo porque Marisa-chan y yo tuvimos una conversación ayer en lo que paseamos por la universidad de noche,” Osaka sonrió, al parecer ni pensando en el más remoto capricho de volver a ser HiME, para gran alivio de su prima. “Marisa-chan se lamenta de que recientemente no hayamos podido estar presentes junto con todas las HiMEs en los momentos de emergencia, y me dijo que, si ella podía hacerse físicamente fuerte, quizás se animaría a ser HiME de nuevo para no perderse de las novedades. Suena divertido, ¿verdad?”
“Pues, realmente me alegro que ustedes dos hayan estado a salvo en medio de lo más reciente,” Cho dio un suspiro. Incluso su muy suertuda prima podría pasar por demasiadas penurias viendo cómo el panorama de la guerra se complicaba cada vez más.
…
“En serio, no se apunten a ser HiMEs sólo porque creen que se pierden de algo,” comentó Tenshi, quien se apareció junto con Suzuka.
“¡Oh, buenos días, Tenshi-chan, Suzuka-senpai!” saludó Osaka, alzando una palma.
“…no tienen que llamarme senpai, en serio,” Suzuka dio un pesado suspiro. “Aunque, Tenshi, considerando que ayer saliste lastimada, casi temo que tú también te decidiste a ser HiME en parte por querer pelear.”
“Ahh, entiendo que ayer actué mal, realmente no esperé que esos orphans fueran tan fuertes, aparte que ese chico hermano de Saki me sacó un poco de quicio y quise darle la contra,” la otra frunció el ceño e hizo un puchero.
“Esas no son escusas…” Kashuu negó.
“¿Están yendo a sus competencias?” preguntó Cho.
“Pues, se viene una académica pronto para mí, pero realmente no le veo el punto,” contestó la peliblanca, frustrada.
“Por mi parte, me toca apoyar a mi equipo de jalar la soga, así que tengo que irme pronto,” Tenshi sonrió entusiasmada.
“La mentora te habrá sanado, pero pienso que no deberías participar, Tenshi,” observó Suzuka. “Continúas convaleciente.”
“Ah, ya no me sobreprotejas, por favor, estoy bien,” Tenshi rodó los ojos. “Participar en esto me curará emocionalmente, ¡así que más ganas tengo que ponerle!”
“¡Sí, ese es el espíritu!” Osaka celebró y terminó chocando manos con la peliazul.
“…” Cho se reservó comentarios. No estaba de acuerdo del todo con ese punto de vista, aunque por lo que conocía de Tenshi, sí creía que esta dependía mucho en sus corazonadas, por lo cual podría tener algo de razón.
“Igual no debes usar tus poderes en esta competencia, ¿de acuerdo?” dijo Suzuka.
“Ay, ya suenas a mi madre, obvio que no lo voy a hacer,” Tenshi se cruzó de brazos y resopló.
“Por cierto, ¿qué es de kuso jiji?” preguntó Kashuu.
“Esa es una manera inapropiada de hablar sobre él…” comenzó la peliblanca, quien de inmediato se mostró cansada y exasperada. “Y estoy totalmente de acuerdo. ¿Qué será de él? Andará divagando en algún punto de estas olimpiadas al menos. Pensaba ir a buscarle ya que ni está contestando mis llamadas.”
“Realmente me da vergüenza pensar en él como otra arma que debe servir a su aruji…”
“…” Cho vio a su arma y HiME mayor desquitar sus múltiples frustraciones con el enigmático Norimune. Notaba lo inconformes que se veían, aunque no evitaba encontrar graciosos sus puntos de vista.
“Oye Cho,” dijo Tenshi.
“Sí, ¿qué sucede?”
“¿Sigues igual que ayer? ¿Todavía no te sientes mejor?”
“Eh… pues no, pero no te preocupes, sólo no debo esforzarme todavía.”
“Hm, ya veo…” frunció el ceño y desvió su mirada.
“Tenshi…”
“Porque yo sí me siento un poco mejor, ya me estoy recuperando,” concluyó, casi inconforme.
“Eh, qué bueno.”
“Pero es injusto que tú sigas padeciendo ya que en tu caso han pasado varios días,” bajó su mirada. “Ya todos hasta se habían olvidado que no te sentías bien ayer. ¿Sabes? Deberías recordarles a los demás de vez en cuando, o seguirán olvidándose.”
“Pues… supongo que sí, anoche estuve acompañando a todos, y no fui más que un estorbo en medio de la emergencia, lo siento…”
“No quise decir eso, Cho, date un respiro, por favor,” le recriminó mirándole fijamente.
“Eh…” era curioso pensar que esa chica era al menos cuatro años menor ya que le daba un aire muy seguro de sí misma y una fuerte personalidad.
“Pero veo que eres de esas buenitas, así que sólo intenta comunicarte por tu propio bien, ¿sí? Y de ahí, vete a dormir a tu casa si ya no quieres andar de animadora de los demás,” le dio un par de palmaditas en un hombro. “Cuídate, ¿de acuerdo? Tienes que prometérmelo.”
“…” Cho asintió, decidida. “Sí, lo prometo, por eso he evitado las competencias que me parecían muy cansadas.”
“Bien, es algo,” Tenshi se encogió de hombros. Percibía que hablaba con ‘un caso perdido’ desde su punto de vista, aunque al menos se trataba de alguien que intentaba lo mejor que podía. “Bueno, ya me voy o se me hará tarde. Nos vemos por ahí.”
“Sí, que te vaya bien, tú puedes,” le alentó la peliceleste.
“Claro, ya verás que llevaré a mi equipo a la victoria, y sin magia,” sonrió con confianza y empezó a marcharse.
“Tenshi, espera, recuerda no excederte,” Suzuka terminó por despedirse algo atolondrada para así seguirle el paso a su intrépida kouhai.
“Oh, hablando de las competencias,” Osaka asintió con su propia certeza y enfoque. “Vi un sabor de pan relleno en un kiosco cercano que no he comido antes. Tengo que ir a degustarlo para al menos tener un poco de práctica con él.”
“Osaka…” Cho terminó por desistir de pelear contra su manera única de pensar las cosas.
“Pues, camino para allá podemos ir viendo cómo van las competencias,” observó Kashuu, amenamente. “Vamos, aruji, una tranquila caminata te hará mucho bien.”
“Sí, gracias…”
Y con ese simple intercambio, les esperaba muchas cosas durante los próximos días, entre lo cotidiano y esperado, y algunos sucesos que no habrían podido ver llegar de ninguna manera.
…