Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252319 times)


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #510: February 24, 2019, 04:52:23 PM »
No me di cuenta que no tenía fic en todo el mes aquí.


Le gustaba el sonido de las hebras de la escoba deslizarse en el suelo de concreto el cual se producía cada vez que barría. Era de algún modo relajante y le permitía concentrarse en pensamientos un poco más tranquilos que los que solía tener en la mente todo el tiempo.
Hace tiempo que no se pasaba por el templo de Yato y en cierta manera se notaba.
Su dueño no era dejado con sus quehaceres, pero la mantención del enorme lugar resultaba imposible para una sola persona… o dos, o tres.

Ella no se presentó en el templo al menos en un par de semanas según presumía. Primero, porque estuvo de ¨vacaciones¨ con Allen Walker en Islandia, conllevando todas las dificultades ¨técnicas¨ que experimentó con la travesía de llegar a Islandia e irse de allí. El segundo motivo de su ausencia se debía a que, al volver a Tokyo, se quedó un tiempo con su hermano Kise en el departamento de éste, haciéndole compañía en su estadía en la ciudad después del pase en Estados Unidos. 
Aceptaba que tenía muy en abandono el templo y el compromiso de cuidarlo que mantenía con Yato, y pese a que tuvo otras dificultades que atender, de todos modos, se sentía en deuda con esa responsabilidad.
Por otro lado, admitía también que extrañaba la tranquilidad del lugar, una excusa más para visitar el templo. Aunque allí mismo viviera el dios de la calamidad y mucha calma no podría encontrar en cierto punto.

La peliblanca barrió hasta un extremo las hojas de los árboles de flor de cerezo que se situaban a la entrada trasera del templo, muy cerca del lago. El sonido de las hojas secas, sumado el cantar armonioso de las aves le daba una grata sensación al ambiente.

—¡Kana-chan! Te estaba buscando. — Yato apareció en el lugar, al parecer la venía buscando sala por sala y como el templo era enorme se había demorado un tanto en esa misión.
—¿Pasa algo? — Preguntó con calma, aunque internamente estaba un poco desorientada puesto que Yato le había sacado de su estado de relajación mental.
—Mh… ¿Cómo te lo explico que no suene mal? Te prometí que en la tarde iría a comprar los abastecimientos alimenticios para la cocina, pero… Ehhh, pues resulta que olvidé que tengo una cita de estudios con Noriko Sonozaki y a ella no se le puede decir que no, uhhh…—  El peliazul se acomodó el pañuelo blanco que usaba sobre la cabeza para cubrirse del polvo. —Y me preguntaba si podías encargarte de eso también. —
—¿Qué tal si mandas a Mihael? — 

Kana pensó en el rubio, quien se había quedado en contra de su voluntad hospedándose en el templo de Yato desde hace unos meses atrás cuando se reunieron en el lugar para tratar el tema de la reincorporación de Kana como HiME y la ausencia de poderes y capacidades de ésta. La estadía del rubio se había alargado amargamente para el chico después de que Kana tuvo un enfrentamiento súbito contra aquel Rebel X en la temporada de invierno y Yato había resultado gravemente herido. La joven usó la estrategia de pedirle a Mihael que se quedara un tiempo ya que él no tenía donde quedarse, y pese a los mil peros que puso el rubio finalmente accedió, esto tranquilizaba a la chica ya que sentía que Mihael cada vez se perdía más en un obscuro abismo de inercia. No era ningún drogadicto depresivo, pero le daba algo de tristeza ver que alguien tan inteligente y talentoso como ese joven lanzara su vida a la basura siendo un don nadie. No quería estudiar, de hecho, había desertado escolarmente en la escuela de Hanasaki pese a que tenía un coeficiente intelectual de un genio. Se dedicó a jugar en la liga del futbol profesional pero su mala conducta lo apartó del deporte. Ahora lo único que hacía era involucrarse con las mafias para recibir misiones de ¨búsquedas y ajustes de cuentas¨

—Puede ser… Pero no lo he hecho porque lo prefiero aquí en el templo. Ha sido increíblemente útil y eso me sorprende porque pensé que era un vagabundo que no sabía hacer nada. Pero siento que, si lo mando a hacer quehaceres fuera de aquí, ehh… no volverá. —

Yato era el más contento de tener a más gente en su siempre abandonado templo. No entendía como las personas no querían permanecer en él siendo que era un lugar muy bonito y cultural. Mihael muchas veces le había dicho que lo odiaba a él y a su templo y trataba de irse, pero Yato lo retenía con una y otra actividad… Además, el peliazul sabía de la adicción a los chocolates del tipo, así que procuraba siempre tener un gran abastecimiento de estos en el templo. Y sake, por supuesto. Que pese a que el rubio había dicho que era lo más asqueroso que había probado en el mundo, aludiendo que ¨sabía a agua de pies y cu…¨ en el presente no podía pasar mucho tiempo sin beber un poco de sake.
¿Cómo Yato había logrado que Mihael se quedara tanto tiempo en su templo soportando las locuras del dueño? Simple, Yato intentaba reparar algo, por ejemplo, una falla eléctrica, y terminaba incendiando todo el cuarto y como no sabía cómo resolver el caos que el mismo provocaba, llegaba Mihael y después de insultarlo a más no poder, eliminaba el peligro y se encargaba de las reparaciones a su pesar.

—Iré  con él. — Dijo Kana después de pensarlo mejor. —Creo que le hace falta pasear. —
—Hehe, creo que deberíamos dejar de tratarlo como si fuera un niño o una mascota. —
—No hasta que demuestre que es lo contrario. — barrió un poco más, convencida de su observación. —A todo esto, Yato, ¿Cómo ha evolucionado tu lesión después de ese encuentro contra ése Rebel demente? —
—Pfff, Kana-chan, estás más perdida. Eso pasó hace tanto tiempo. —
—Lo sé. Pero no fue algo menor. —
—Aw, que lindo que te preocupes por mí. —
—…Ya. — Kana lo miró con reproche.
—Pero, en serio, estoy bien. Pasó hace mucho tiempo y no fue tan grave. — Se levantó la playera, para enseñar su abdomen. —Como ves, el corte fue profundo, pero no tocó ningún órgano vital. Apenas se nota una pequeña línea de cicatriz. — tocó la línea de un extremo al otro con su dedo índice. —Cuando fui Rebel tuve cortes y lesiones más graves. Creo que ese Rebel X es un poco débil o bien está tan perturbado mentalmente que ni ve donde ¨tiene que poner la bala¨—
—Por suerte no se apareció más. —
—¿Alguna vez has… pensado que ése Rebel X demente puede ser tu Rebel actual? —
—No. — Kana negó con la cabeza. —Es imposible. Mi Rebel es todo lo contrario que se puede esperar de un Rebel prototipo de Rizembool. Es gentil, educado, muy tranquilo y… un poco dejado de lado en cuanto a actividades atléticas. Está más centrado en sus estudios. —
—Mhn…— colocó una mano en su mentón pensativo. —Es extraño. No es el tipo de Rebel que busca Rizembool. Me cuesta convencerme de que lo hayan aprobado así no más en el comité de Rebels. Debe haber algo oscuro detrás de esto. No es que no hayan existido Rebels más centrados en los estudios, más tranquilos y menos sádicos en Rizembool. Recuerdo que Seta Souji fue un Rebel más bien de ese tipo, por poner un ejemplo. Otros compañeros han sido así también. Yo creo que tampoco fui un Rebel prototipo de Rizembool en cuanto a la personalidad… pero aun así quedé por mis condiciones físicas y destrezas. Por eso se me hace raro la elección de tu Rebel. ¿Cómo se llama? Quizá pueda investigar algo de él.—
—Agradezco tu preocupación, pero preferiría mantener su nombre en anonimato. —
—Pero si es una situación que es de conocimiento público. —
—Uh, es que no quiero que te hagas una mala imagen de este chico pensando que puede ser un enajenado mental detrás de su persona. De verdad que él es una persona muy buena y dulce. —
—Eso es más sospechoso. —
—Se llama Kaneki Ken. Es un tipo… que parece una chica. — Mihael apareció en escena. Usaba una chaqueta muy sucia y una gorra jockey que cubría parte de su rostro.
—¡Hey! — Le regañó Kana.
—¿No te da pena? El único tonto incapaz de resolver un misterio es éste… Todo el mundo sabe que ese tipo llamado Kaneki es tu Rebel. —
—¡¿Por qué tú sabes y yo no?! — se quejó Yato.
—Porque lo investigué después de que Arima se disfrazara de Sailor Moon con una amiga suya y entraran a una fiesta Rebel para averiguar más de los Rebels. Como es de esperar en todo lo que hacen las HiMEs, supuse que no lograrían su objetivo así que averigue por mi cuenta. — miró a Kana. —Supe esto desde mucho antes de que él te dijera. Pero no sentí que fuera un peligro para ti. — miró a Yato. —Realmente parece un tipo débil, sin convicción y sin maldad… Hasta podría decir que es… ¿bueno? Al menos es a favor que Arima lo tenga de Rebel porque no significa mucho riesgo. De todos modos me pregunto por qué lo aceptaron… No deja de ser sospechoso. Pero si aceptan gente nefasta como HiME, yo supongo que por el otro lado también se les pasan algunos Rebels sonsos—
—¿Kaneki Ken? No me suena…—
—Mejor, entonces.— Kana tomó el antebrazo de Yato. —Te pido por favor que no hagas nada contra él o ninguna locura en tu caso. De verdad que es un buen chico.  Prométemelo que no harás algo tonto.—
—Okay, no me involucraré. Promesa. — Yato asintió, ya había dejado centro de su interés investigar sobre ese chico puesto que el mismo Mihael lo había catalogado de innecesario.
—Oigan, tengo unas cosas que hacer en la ciudad. Volveré en la noche, supongo. —
—Juuuusto también tengo que hacer cosas en la ciudad. Así que nos vamos y nos volvemos juntos.
—Satanás llévame pronto al infierno. — murmuró Mihael, quien prontamente se fue a sentar a una roca lejos de ese par de molestos.
—Yato, nunca me hablas mucho de tu tiempo como Rebel. — reflexionó la peliblanca. —¿Por qué no me hablas un poco ahora? —
—Ehhh, son tiempos que prefiero omitir de mi vida. —
—Por favor, por favor, por favor. — Kana colocó cara de borrego que iba directo al matadero.
—Bueno…— Yato soltó un suspiro. —Pero presta mucha atención porque es una historia genial y no pienso contarla dos veces.  ¡Ah, pero no dejes de barrer! — le indicó cuando la chica dejo su oficio. —Iba en la escuela de Rizembool cuando postulé para ser Rebel. Tras rendir las pruebas físicas y médicas quedé seleccionado. Recuerdo que muchos de mis compañeros se inscribieron a dar las pruebas por la misma temporada que yo las di, ellos estaban muy motivados y con una convicción llena de pasión por el rol de Rebel… Yo era muy disperso en ese tiempo, la verdad postulé porque es una tradición entre los miembros de mi familia y por ende no quería defraudarlos… más.  Tuve una HiME que me la hizo difícil, pero al menos era muy racional. Ni me preguntes por su Key o Knigth porque no recuerdo lo que comí hoy, menos quienes eran ellos haha…—
—¿Tenías Princess? —
—Sí… Cómo todos los Rebels. —
—¿Y qué pasó con tu HiME y tu Princess? ¿Tuvieron una batalla final? ¿Quién ganó? —
—Podría decirse que fue un empate entre mi HiME y yo. Eventualmente, como se terminó el conflicto entre ambos, mi Princess no tuvo otra utilidad. Seguramente fue llamada por Rizembool para ser la Princess de alguien más. A mí también me llamaron para volver a ser Rebel pero mis convicciones de ese tiempo comparadas con las que tengo hoy son muy distintas y el mundo de los Rebels no tiene espacio en mi vida. —
—Kaworu Nagisa en ese tiempo fue Rebel si no me equivoco. ¿Qué recuerdas de él? —
—Pues…— Hizo memoria. En parte se sentía más cómodo siendo el centro de atención, pero prefería que Kana se distrajera con otras historias. —No me acuerdo mucho. Salvo el escándalo que en su momento tuvo dos Princess y lo tacharon de sinvergüenza por ello, pero creo que siempre fue una confusión… No una telenovela de triángulo amoroso como todos pensaban. Mh, no recuerdo quien fue su HiME, siempre tengo el recuerdo que fue una, pero otros me dicen que fue otra… Creo que quizá tuvo dos HiMEs. Habrá derrotado a una primera y le habrán asignado otra.  La verdad que de ese tiempo no recuerdo muchos detalles de los demás Rebels puesto que fue un boom de nuevos cadetes y eran muchos. ¡Ah! Recuerdo a Rammsteiner, un tipo bien loco que fue Rebel año tras año y siempre derrotó a sus HiMEs. Aunque no sé si derrotó a su última HiME, allí ya me perdí.
—Tal vez. Pero quizá estás más conectado con los Rebels actuales. Conozco a un chico llamado Eren Jaeger, él es Rebel…—
—Oye, oye… ¿Me estás interrogando para tu investigación contra los Rebels a favor de las HiMEs?
—Ehw, ¿un poquito? — Lo miró un poco avergonzada por ser descubierta. —Pero no intentaré nada malo. Conozco a ese chico desde la fiesta en la mansión de aquel estudiante de Derecho. —
—¡La fiesta de Torodoki! ¿¡Cómo olvidadarla!? — A Yato se le iluminaron los ojos al recordar lo bien que lo pasó esa noche. —Oye, nunca supe que estuvieron allí esa noche. —
—Historia larga. — Le tocó con la punta del palo de la escoba en el hombro. —Cuéntame sobre él. —
—A él lo conozco un poco más. Estudia Derecho y por tanto le veo más seguido. Es un buen chico, aunque parece que le ha costado integrarse bien en Rizembool y en Japón en general. Es como que lo trajeron y lo dejaron aquí y que se las arregle. Siempre lo veo solo, salvo cuando se junta con Oikawa y ese grupo de chicos, pero nunca lo veo compartir con los estudiantes de Derecho o alguien más que no sea Oikawa y el resto. —
—Jaeger siempre se me ha hecho un enigma. Siento que quiere ser libre y pasarlo bien cuando nos juntamos con Eureka y todos los demás, pero pareciera que siempre fuera esquivo e intentara frenéticamente no integrarse con nadie. —
—Como si no quisiera encariñarse con nadie. — Asintió Yato. —También lo percibo así. Siempre huye cuando me acerco a él. —
—Ah, es que siempre quieres venderle porquerías. — giró los ojos
—¿¡ESO DICE DE MI!? —
—Mejor cuéntame por qué tiene otra HiME. —
—Es evidente que le dieron otra HiME porque venció a su primera. Es.. bien ¨famoso¨ entre los Rebels por haber derrotado a su HiME en su primer encuentro. Algunos lo toman como ejemplo a seguir. —
—¿Jaeger hizo eso? Pareciera que es un tipo que no hace nada…—
—Todo en Jaeger es un misterio. A la misma Noriko le tiene los nervios de punta ya que no puede hacer que Jaeger se integre bien a la clase, y ahora creo que anda reprobando una asignatura y tiene que dar un examen con tooooda la materia a ver si pasa. —
—¿El mismo que tienes que dar tú? —
—No, no. El mío es más sencillo. Es por una prueba que falté debido a que estaba con el tema de la herida en el abdomen. Por eso han sido flexibles con que dé este examen hasta el final. El de Jaeger es… como dar la tesis. Ha faltado a muchas pruebas sin justificación ya que no puede decir que se debe a su rol como Rebel puesto que quedó libre muuucho tiempo al derrotar a su HiME. No es un tonto, pero dudo que pase porque es demasiado complicado que aprenda toda la materia del año y además se nota que no entiende del todo bien el idioma. Noriko a tratado de enseñarle puesto que se lo han solicitado desde el consejo de estudiante de Derecho del cual es miembro, pero siempre se le escapa. Hablando de Noriko…—
—Tienes que encontrarte con ella. —
—Sí, pero aparte te iba a decir que ella fue una ex Princess. Muy talentosa, por cierto. Es una persona a la que los estudiantes de Derecho admiramos muchos. —
—Vaya. — Kana se sorprendió. No la conocía, pero Yato no era el único que hablaba de ella como una eminencia. Había escuchado a Ritsu Shikishima una vez hablar de una compañera de universidad con la que conversaba a menudo y era una chica excepcional, curiosamente resultaba ser Sonozaki.
—¿Alguna otra pregunta antes de que me vaya? —
—No, no. Ya puedes irte, no vayas a llegar tarde y a hacer esperar a esa chica. —
—Okay, vale. Y gracias por lo de ir a las compras. ¡Nos vemos a la noche! — Dicho esto, Yato se fue al interior del templo para asearse y prepararse para su cita de estudios con Noriko Sonozaki.
Kana barrió un poco más y luego imitó a Yato, le pidió a Mihael que estuviera listo para salir.

El sol del atardecer lograba atravesar los cristales de la limpia ventana de la sala. Aquel halo de luz llegó sobre sus párpados cerrados, pero no impedía que fuera menos molesto. La chica abrió lentamente los ojos, con mucha dificultad y pesar, inmediatamente sintió un ligero dolor de cabeza.

—Hm…— Zero Two se quejó al despertar. Después de abrir los ojos se dio cuenta de que estaba en una sala blanca y muy sanitizada. Vio que tenía una cánula en su brazo la cual estaba unida a un suero. Vio que un chico estaba dormido en la silla junto a su cama. —¿Hiro? —
—…— al escuchar su nombre, abrió lentamente sus ojos. Tal fue su sonrisa de alivio y felicidad al ver que su amiga por fin había despertado. —Zero Two, que emoción que hayas despertado. —
—¿Cuánto tiempo estuve así? —
—Cuatro días…— Dijo con un deje de preocupación en el rostro. Tomó la pálida mano de la chica entre la suya y le acarició. —Pero ya estás bien y eso es maravilloso. —
—Permiso. — Una muchacha de cabellera roja y ojos verdes intenso se asomó por la puerta. Zero Two la reconoció como Felicità, la HiME que había estado con ella en el conflicto. Ella venía acompañada de un joven de cabellos rubios y ojos calipsos. —Zero Two, me alegra que estés consciente. —
—Gracias. Me alegra saber que tú también lo estas. — aunque miraba con preocupación un parche en la mejilla de la pelirroja. —¿Todo bien? —
—Sí. No tuve grandes complicaciones más que unos ragzuños. Aunque, perdí el conocimiento en medio de la pelea y me disculpo por ello…— bajo la mirada. —Si no hubiera sido tan débil, seguramente podría haberte ayudado más. —
—No digas eso, Felicità… Esos tipos tramposos usaron artimañas bajas. — Le justificó. Luego miró al pelinegro que sostenía su mano. —Hiro, ¿ya conoces a Felicità? —
—Sí. — Asintió el joven. —Ella y sus amigos han estado visitándote aquí. Les pedí a ellos y a Zorome e Ichigo que montaran guardia los momentos que yo no podía estar presente… Por si aparecía tu Rebel aquí. —
—De hecho, veníamos por el cambio de turno. Qué bueno encontrarnos con esta sorpresa. —
—Lo que no significa que dejemos de montar guardias. — Dijo Hiro.
—Ya basta. No necesito que me cuiden como una niña pequeña. — Dijo Zero Two, molesta. No le gustaba ser a la que protegieran, estaba ¨creada¨ para luchar. Luego miró al rubio que se mantenía en silencio.
—Él es un amigo mío, y guardaespaldas. Te presento a Libertà Valentino—
—Mucho gusto, señorita. — el rubio hizo una reverencia.
—Un gusto… ¿Guardaespaldas? ¿Cómo así? — ella miró al chico.
—La señorita Galassia es hija de un importante empresario, por lo que necesita que sus guardaespalda la resguarden. —
—¿Y dónde estabas cuando ella enfrentó a los Rebels? — le preguntó sin maldad, sino por curiosidad.
—Eh…Yo. — Libertà se sintió incómodo y culpable.
—Yo había escapado del cuidado de Libertà y mis otros agentes porque no me gusta que todo el tiempo me tengan un ojo encima. — Felicità apoyó una mano en el hombro del más alto. —Hiro-kun, entiendo que quieras quedarte un poco más con Zero Two ya que despertó, pero sería bueno que fueras a descansar pronto. —
—Claro, sólo estaré un poco de tiempo más aquí. Les aviso cuando esté listo. —
—Estaremos en la cafetería. Necesito algo de grano. — Felicità se despidió y salió, Libertà la siguió.
—Nunca llegué a pensar que tendrías de amiga a la hija de un capo italiano. —
—¿Perdón? — Zero Two miró a Hiro, desconectada. Se había quedado viendo a Felicità salir pensando felizmente de que aquella chica no salió tan perjudicada después de la pelea.
—Zorome naturalmente asaltó con preguntas a Libertà y este, aunque era reticente de dar información, de todos modos llama a Felicità por su apellido así que Zorome llegó a casa a investigar y dio con que es hija de Mondo Galassia, un conocido don italiano. Era cosa de colocar en google ¨famiglia Galassa¨ y salen uno que otro dato.—
—Zorome siempre inventa historias para llamar la atención. — bufó Zero Two. —Además si es hija de un mafioso ¿Qué estaría haciendo en Japón? Estaría en Italia o… Estados Unidos, donde tienen sus sedes o algo así. —
—Lo sé. También se me hace inusual que Felicità y sus amigos estén en Japón lejos de Italia y de Estados Unidos. Pero Zorome tiene la teoría de que vienen a enfrentarse a unos yakuza. —
—Okay, córtenle el internet a Zorome. — Dijo la chica, molesta. Le daba rabia que cuestionaran a su nueva amistad. Hiro no parecía decir nada en contra de Felicità, pero seguramente Zorome ya estaba todo histérico armando apocalipsis mentales. —Cambiemos de tema, mejor…—
Después de hablar unos largos minutos con Hiro, Zero Two le pidió que se retirara para que él pudiera descansar viendo lo agotado que lucía el chico. En ese momento entró en relevo Felicità y Libertà. Felicità se quedó en la silla a un lado de la cama de Zero Two y Libertà se quedó fuera de la sala, de pie en la puerta custodiando.
—Felicità, ¿Recuerdas que pasó después de la pelea? —
—No… Perdí la consciencia antes que tú y al despertar yo ya estaba en el hospital donde estaban constatándome lesiones menos graves. ¿Tú recuerdas algo? —
—No… Mi Rebel parecía algo confundido con mi actitud, hasta parecía querer alejarme de la torre eléctrica, pero dudo que con buenas intenciones. —
—Tampoco creo que sea para cuidarte. El tipo en todo momento fue muy violento con nosotras y se notaba que era un Rebel muy preparado. — suspiró. —Espero que al menos tenga un dolor de espalda terrible. —
—Hehe, creo que le quebré una costilla. Al menos esa sensación tuve. —
—Zero Two, eres una HiME muy bien entrenada. —
—Tú eres muy buena HiME, Felicità. Ya me tendrás que contar todos los detalles del por qué eres HiME y como fue tu prueba. — la pelirosa notó un tatuaje en la mano de la otra joven. Le parecía un poco extraño que una chica tan fina llevase un tatuaje tan visible. —¿Y eso? —
—Oh…— Felicità desvió brevemente la mirada, luego volvió a mirarla a los ojos. —Es un símbolo que los miembros de mi familia llevamos. —
—Creo que Libertà también lo tiene, si me di cuenta bien. —
—Ahá. Él es parte de la familia también. —
—Pero no sanguíneamente. —
—No. — se quedó pensativa unos segundos. —Zero Two, espero que no tengas una mala imagen de nosotros por lo de nuestra familia. —
—No te preocupes. La mía es más disfuncional… Todos somos adoptados y el viejo que nos adoptó se murió y andamos a cargo de nadie. —  dijo sin inmutarse.
—E-Eso suena muy fuerte. —
—No sé. Al viejo nadie lo quería. Nunca lo veíamos. Y los otros chicos… no son malos, pero cada uno tiene su personalidad. Cuéntame de tu familia, mejor. Es más interesante que la mía.
—Bueno, yo soy hija única, aunque he convivido con varios empleados de mi padre que tienen mi edad. Como Libertà, es un par de años mayor que yo, pero nos llevamos muy bien. —
—¿No es tu familiar? —
—Eh, no… Familia para nosotros son dos: la consanguínea y la familia de la “cosa nostra” —
—…— Entonces quizá si eran mafiosos como pensaba Zorome. —¿Son sicarios? —
—N-no…— Felicità bajo la mirada. —Al menos, no en estos tiempos. — Según le prometía su padre.
—Es bueno saber eso. —
—¿No te produce rechazo? —
—No. — ella le sonrió. —Pero hay algo que no me termina de encajar. ¿Qué hacen tan lejos de Italia?
—Padre me envió para que fuera una HiME porque evalúa que el entrenamiento como tal me convertirá en una guerrera indestructible. Naturalmente mi padre tiene enemigos que quieren sus negocios, así que se preocupa de mi protección.
—Suena lógico, aunque siento que te arriesga mucho para ser su hija única. —
—No te preocupes. Es una decisión que me encantó porque he conocido a otras miembros de la familia que fueron HiMEs y en el presente son guerreras muy fuertes. Siempre he querido ser más fuerte.
—¿Más? Eres muy buena. —
—Pero me falta más…— suspiró. Era verdad que su padre le había enviado a ella a entrenarse como HiME, y a Libertà y otros más para que la cuidaran durante su estadía. Pero existía otro motivo más del que no podía hablar con Zero Two.
Las chicas charlaron de otras cosas más, aunque fue inevitable en volver a hablar sobre la pelea con esos Rebels.
—Me siento tan estúpida e inútil… Pensé que podría eliminar a ese tipo de una, pero… Estoy aquí. —
—No te sientas así, Zero Two, recuerda que el tipo debe tener una clasificación alta… Además, vino acompañado de ese otro tipo que salió de la nada ¿Quién nos puede asegurar si no había otro tipo más que nos jugó una artimaña por detrás mientras esos dos nos atacaban? Los Rebels son así de tramposos. —
—Aunque fuera así. Le prometí a la señora directora de Hanasaki que daría lo mejor de mí y termino aquí hospitalizada. Seguro la defraudé y no quiere saber más de mí. —
—Eres muy dura contigo misma… Dudo que Miranda Lot piense eso. Aunque…— sonrió con ironía —No nos libraremos de su regaño por haber actuado en terreno civil. —
—¿Qué? ¿Se molestan por esa tontera? — la pelirosa giró los ojos. —Deberíamos tener libertad de matar a un Rebel donde sea. — recordó de pronto. —Ah, Felicità. ¿Sabes cuándo me dan el alta? —
—Según me dijo la doctora, en tres días más para observar tu evolución. —
—¿¡Tres días!? — frunció el entrecejo. —Que lo olvide. Me doy de alta yo esta noche. —

—P-Pero, Zero Two, tienes que estar completamente sana. Acabas de despertar después de cuatro días de permanecer inconsciente.
—No importa, ya me siento mejor…—
—¿Al menos puedes esperar a que pase a visitarte la doctora nuevamente? —
—Mh, okay. — dijo sin importancia. —Pero que se apure. Tengo que saber cómo está una chica que es nueva HiME. —
—¿Quién? Porque hasta donde sé no ha habido otra HiME en problemas estos días que has estado hospitalizada.
—Su nombre era raro, se llamaba Historia. —
—No me suena. Bueno, igual llevo poco siendo HiME. Pero si te deja más tranquila, preguntaré a mis conocidos si pueden ver si se encuentra bien. —
—No creo que le pase nada… Sólo que es una chica pequeña y muy dulce. — Zero Two bajó la mirada. —Es la primera persona después de ti y Hiro que me han mirado sin miedo ni repulsión. Parece muy inocente y frágil, es como un ángel que transmite paz. No me gustaría que un tipo como esos Rebels que vimos le hicieran daño.
—Haré que averigüen por ella. Apenas sepa te mandaré un mensaje a tu teléfono. —
—¿Teléfono? ¿Qué teléfono? —
—Hiro-kun dejo uno aquí en tu mesa auxiliar para uso común. —
—Hiro siempre se preocupa por todo…— Zero Two se sintió culpable de darle tantos problemas a Hiro.
—Él te quiere mucho. Es un buen chico. —
—Sí…—
—Permiso…— Libertà tocó la puerta y se asomó. —Ya llegó Ichigo para el cambio de turno. —
—Entiendo. — Felicità se despidió de Zero Two y salió. Poco después entró Ichigo y para sorpresa de Zero Two no estaba amargada ni venía a regañarla, sino que ¿parecía tranquila de verla bien? Ichigo era rara.

Ya eran las once de la noche y obviamente ninguna doctora pasaría a darle el alta a esa hora. Le habían dicho que pasaría mañana muy temprano, pero eso no mantenía contenta a Zero Two. Cuando Zorome, en su turno de cuidarla, salió unos minutos a comprar dulces, al volver se encontró con la ventana de la sala abierta y las cortinas meciéndose hacia el interior del cuarto con el viento que venía de afuera. Lo que le colapsó fue ver que Zero Two no estaba allí.

—¡Esa loca se escapó con bata y sacándose las sondas! — Zorome se irritó por la acción de esa chica. Escuchó que unas enfermeras venían y pensaba decir lo mala que era Zero Two con ellas, pero recordó que si lo encontraban allí y la paciente estaba fugada… Quien debía pagar la deuda de la hospitalización sería él y Zorome no tenía dinero. —¡Uh! — pescó las cosas que dejó Zero Two, las guardó frenéticamente en su mochila y escapó por la misma ventana.

El celular en el interior de la mochila marcaba un mensaje recién enviado: “La chica está bien. Duerme tranquila. Mañana nos vemos temprano.” 
« Last Edit: March 30, 2019, 06:16:08 PM by Kana »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #511: February 25, 2019, 04:00:53 PM »
Hoi hoi minna!! aqui vengo con mi primer fic del mes, espero subir otro mas xDD



Tsubasa había recibido un mensaje de texto de un número desconocido, según lo que le había pedido Ousama era vigilar la salida romántica de Naru junto a Mika debido a que un Shu Itsuki estaba algo alterado por eso, a la joven no le quedo de otra que aceptar, también le había dicho que una persona iba a ir con ella para hacer de “niñeras”, asi que suposo que el mensaje era de esa persona, se iban a encontrar en la puerta de entrada de Rizembool, lugar no muy favorito de la joven pero que tenia a dos queridos amigos que estudiaban ahí, aunque uno de ellos no la quería ver ni en pintura, suspiro pesadamente y se coloco un gorro blanco, con lentes oscuros para que no fuera reconocida por su amigo porque seguro Naru le estaría regañando por seguirla, ya en la puerta de Rizembool la peliazul le escribió a aquella persona, y la persona que estaba frente a ella no era nada mas y nada menos que Mashu, aunque claro Tsubasa no la conocía

Disculpa por la demora, tenia que dejar unas cosas en administración antes de que salieran de vacaciones…mucho gusto mi nombre es Mashu Kinomoto…-haciendo una reverencia, mientras se acomodaba los lentes- y también disculpa por hacerte venir a un lugar tan peligroso para ti como Rizembool-

Igualmente mucho gusto- haciendo una reverencia- mi nombre es Tsubasa Kazanari …veo que te han hablado acerca de mi historia…-

En realidad no lo hicieron, yo lo investigue…lo siento pero no puedo trabajar con alguien sin tener algún antecedente…-

Te comprendo a mi tampoco me gustaría trabajar con alguien que no confio, pero con solo ver tus ojos puedo saber que eres una persona honorable…bueno ahora a lo que venimos, tenemos que seguir a Ara-nee…digo a Arashi Narukami y a Mika Kagehira…aun no entiendo el porque pero si no lo hacemos…-suspiro- vamos a tener problemas-

Es verdad…- se rasco la cabeza- no quiero ganarme enemistad con algún miembro de la familia Itsuki y con las familias de sus excéntricos compañeros-

Te comprendo…-dijo la peliazul esbozando una sonrisa-

Entonces vayamos al primer lugar de la cita…la cual debe de ser el cine según los planes que había escuchado de Mika-kun…-

Seguro que el cine debe encontrarse cerca de Rizembool no me imagino que vayan lejos…-

En eso tienes razón…bueno vamos…- Mashu se separo un momento de la peliazul y luego apareció con una moto-Ven
subete-

Deacuerdo…- se coloco el casco de seguridad-

Mashu que tenia el celular conectado con su moto prendio el localizador de gps para buscar la ubicación del pelinegro-

No esta muy lejos de aquí…voy a acelerar sujetate fuerte…-

Tsubasa asintió y se sujeto de la cintura de la joven

Cuando llegaron al cinema vieron a los dos jóvenes que se quedaron mirando los paneles de las películas que estaban en exhibición

Tsubasa-san hay que ponernos mas lejos para que no nos vean…-

Deacuerdo…-

Mientras que Naru y Mika

Ya sabes que película quieres ver Mika-chan??-

Uhm…hay varios títulos interesantes Naru-chan… pero tengo ganas de ver el remake de la noche de los muertos vivientes…me dijieron que ha sido muy buena y que ha tenido mucha acción tenebrosa, esa quiero ver…- le dijo tomándole de la mano-

Entonces veamos esa película…-le sonrio alegremente-

No hay problema que veamos la película verdad Naru-chan??-

Claro que no…además el dia de hoy quiero consentirte mucho, ya que no tenemos mucho tiempo para vernos…- lo giro hacia él y cuando se disponía a darle un beso de la nada salio volando una pelota antiestres que hizo que se separara-

Mashu-san??...-

Lo siento lo siento es que tengo ordenes de evitar que esos dos se pongan melosos…- dijo sonrojada mientras seguía escondida con Tsubasa detrás de unos paneles de las películas próximas a estrenarse-

Creo que logro entender el tipo de relación que tienen los dos…-

Recien te das cuenta Tsubasa-san???-

No me lo esperaba…-dijo rascándose la barbilla- ahora entiendo el porque cuando me conversaba de él siempre lo hacia con tantos animos-

La otra joven solo sonrio con una gota en la cabeza, mientras se acomodaba los lentes –Entremos a la función…- la joven saco su celular para comprar la entrada por online para entrar sin levantar sospechas, eligieron la ultima fila para no ser notadas

Cuando entraron las jóvenes vieron que no habían muchas personas debido a que la película ya estaba en la ultima semana de exhibición

Como haremos para subir a la ultima fila??...-

Uhmm…esperemos a que comience la película y subimos… además no nos interesa las películas de terror-

En realidad yo también quería verlo…- dijo la joven de lentes- según las criticas es muy buena…-

Lo podemos ver después cuando lo suban por netflix, ahora tenemos que cumplir con la misión que nos encomendaron…-

Eres muy seria Tsubasa-san…aunque yo también soy seria con las cosas…-suspiro pesadamente-sigamos con la investigación

Cuando la función comenzó, la jóvenes pudieron subir los escalones, pero se detuvieron cuando vieron que ambos jóvenes estaban compartiendo el mismo asiento mientras el rubio se aferraba de la cintura del pelinegro que miraba la película con mucho interés

Las cosas están subiendo de tono…-dijo Mashu para acercarse a la misma fila donde estaban ellos dos solos- los calores de la juventud-

Sera mejor detenerlos…-quiso sacar su katana pero recordó que lo había dejado en la mansión de Rei junto a Lucario-

No tenemos porque ponernos tan violentas solamente lo único que haremo es esto…-tosio ligeramente, pero los dos chicos no prestaron atención, luego tosio moderadamente, pero tampoco nada, y luego empezó a toser como si se estuviera atorando, y los dos jóvenes se separaron y se sentaron en sus sitios respectivos

Mashu-san si que tienes buenas ideas…-

Lo que una tiene que hacer para evitar las muestras de cariño entre ellos-

Pero si son pareja no seria mejor dejarlos que sean afectuosos??-

Tienes razón Tsubasa-san, me siento mal en interrumpir su salida al cine, si yo tuviera pareja no me gustaría que alguien me lo arruinara por mas persona importante que sea…-

Entonces mejor nos vamos…ya podemos pedir disculpas después …-

Ara…Tsubasa-chan?...-

Eh???-la peliazul se giro a mirar-como me reconociste??...- dijo avergonzada-

Sera porque conozco tu voz a la perfección?...-

Naru-chan??-

Mika-chan…mira te presento a mi amiga Tsubasa-chan…-

Asi que tu eres Tsubasa?? Naru-chan me hablo muy bien de ti…-

Esperen y la película?...-dijo  Mashu como haciéndose notar-

Es cierto…sigamos viendo la película…-

No…después lo podemos ver Naru-chan mejor quiero salir con Tsubasa-chan y Mashu-san…-señalando a la otra joven…la película puede esperar después-

Bueno entonces salgamos de la sala antes de que las pocas personas nos miren mal…-

Los cuatro salieron de la sala de cine…tanto Tsubasa y Mashu se pusieron frente a los dos e hicieron una reverencia-

Perdonennos por seguirlos….-

Ara…supongo que a Tsubasa-chan fue llamada por Ousama verdad?-

Si…y ya sabes que no le puedo decir no…-

Yo soy Mashu Kinomoto y pues no puedo decirles quien fue la persona que me pidió seguirles…-

Mashu-san no te preocupes….- le dijo el pelinegro-

Vamos a comer algo por aquí antes de llevar a Mika-chan a Rizembool y de ahí nos cuentan el motivo del porque nos querían espiar-

Deacuerdo Ara-nee sabes que no puedo mentirte y te contare todo lo que quieras saber…-

Naru-chan tenias razón…Tsubasa es una persona muy divertida….-

La peliazul se sonrojo al ver la sonrisa tan llena de alegría e inocencia del pelinegro y comprendio del porque su querido amigo estaba con esa sonrisa entre sus labios, sonrio suavemente, al menos uno de sus amigos disfrutaba de su etapa de juventud-

Esto tengo que tomarlo…- Arashi saco su celular y tomo la foto de una sonrisa con las mejillas sonrojadas de la peliazul y la paso al grupo de chat de whatsapp-

Mashu se sentía algo fuera de lugar…-

Es verdad hemos dejado a Mashu-chan lejos de la conversación asi que aprovecharemos esta cena para conocernos todo mejor deacuerdo??

Mashu-chan?...-dijo hablando para si misma – uhmm aun tengo tiempo libre asi que esta bien acepto su propuesta-

Es asi que los 4 se fueron a comer juntos a un restaurant,para hacer nuevas amistades y fortalecer las de siempre, asi de paso Mashu tenia nuevas amistades lejos de Rizembool, dándose cuenta del porque Sakura, su pequeña hermana decidio ir a Hanasaki antes de ir con ella a la misma escuela, sintió una calidez que irradiaban Arashi y Tsubasa, además de sentirse mas cerca de Mika al cual veía en la escuela corriendo retraido de un lado a otro, asi tenias mas motivos para seguir con sus investigaciones para descubrir los secretos de Rizembool –
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Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #512: February 28, 2019, 08:12:00 PM »
De ahí vengo con topes!




45.1






Luego de aquel día lleno de revelaciones, era natural que Oikawa no pudiese pegar el ojo aún a pesar del cansancio y de lo mucho que su cuerpo le pedía piedad y misericordia. La batalla contra Kokichi y Komaeda había sido complicada, preocupante y agotadora: un carrusel de emociones que aún daba vueltas dentro de su cabeza.

Y si bien había perdido su preciado gimnasio y, además, le debía una biblia de explicaciones a su equipo de vóley, Oikawa sabía que la situación era peor para su amiga. El día debió ser mucho más duro para Eureka, tomando en cuenta el tiempo que había estado peleando sola contra dos rebels y las noticias tan chocantes que había recibido. Nada confirmaba o negaba la teoría de Kokichi, pero parecía ser lo más cercano a una explicación de los hechos que habían ocurrido: Oikawa era su key, siendo esta la única manera de hallarle sentido a sus poderes luego de haber renunciado al puesto de rebel.

La aparición de Morgana y la pérdida de Soul seguían siendo grandes interrogantes, que hasta cierto punto, podían ser explicados por su condición… pero sabía que eventualmente Eureka y él tendrían que visitar a Miranda, justo como Cho había propuesto. Eso, por supuesto, debería esperar hasta que la HiME se recupere… y juzgando por su estado, iba a tomar un poco de tiempo.

Aunque ya contaba con cierta experiencia, Oikawa seguía sin sentirse lo suficientemente preparado como para conllevar el dolor en su cuerpo y su existencia luego de aquellos combates. Esta vez había salido un tanto ileso, pero le dolía recordar que ese no había sido el caso para Eureka y Cho, quienes se habían llevado la peor parte de la batalla. 
Sin embargo, no podía negar que los tres habían contado con una suerte tremenda. O tal vez más que suerte… se trataba de piedad, porque Kokichi había sido un dios misericordioso y los había dejado ir sin más.

A diferencia del rebel de su amiga… había alguien que no iba a ser tan piadoso con él y lo sabía muy bien.

No, ahora que lo pensaba, serían dos personas.

Y justo estaban en frente de él.

Souji e Iwaizumi lo observaron con decepción desde su posición en la puerta. Ingresaron a su cuarto, haciéndolo a un lado sin ningún cuidado. Oikawa cerro la puerta, y se giró hacia ellos, con una sonrisa nerviosa.

“¿Ho…la?” empezó Oikawa, inseguro. Honestamente, no quería encararlos.
“…” Iwaizumi no hizo más que darle un cocacho en la cabeza, enojado. “¿Es en serio, Shittykawa? ¿¡EN SERIO!?”
“…” La cara de Souji era de pura decepción. “Ah, no puedo creerlo…”
“Haha,” Oikawa rio. “¡Parecen mis padres! Iwa-chan es mi papá y Sou-chan mi mam—”
“Souji, cállalo antes de que no me aguante. Porque te juro que estoy a punto de golpearlo y sacarle la mierda. En serio.”
“Lo siento, Hajime. Pero estoy en la misma situación que tú…” Souji suspiró. Parecía que se le hacía difícil resistir la tentación de imitar a su amigo y darle un zape a Oikawa.
“¿¡ES EN SERIO!? ¡Hablan como si hubiese reprobado! ¡Como si hubiera perdido la beca de deportes! ¡Como si…!”
“¿Como si fueras un key? ¿¡LUEGO DE SER REBEL!?”
“En mi defensa, yo no controlo esas cosas.” Oikawa se encogió de hombros. “Pasan, no más.”
“…” Souji volvió a suspirar. “Bueno, era de esperarse. Eureka y tú se han vuelto mejores amigos.”
“Sí.” Oikawa asintió. “¿Ven? Nada nuevo. Punto fin—”
“No, Shittykawa. No soy cojudo. Acá hay gato encerrado y no voy a detenerme hasta hallar qué escondes.”
“Iwa-chan, deja de ser paranóico. Creo que todo está dicho con que sea su key. No hay peor escenario, en serio.”
“Esa alianza entre su nuevo rebel y el rebel de Cho es… preocupante,” comentó Souji.
“Sí. Y ni contamos con la garantía de que se aguanten a atacar por más de que ambas están heridas,” dijo Oikawa.
“Eureka aún no ha despertado, ¿no?” preguntó Iwaizumi.
“No…” Oikawa se veía un tanto preocupado. “Y ya va a ser medianoche.”
“No tiene sentido andar ansiosos por ello. Me dijiste que había estado peleando sola por un buen tiempo, así que es lógico que siga muy cansada y afectada por sus heridas. Eventualmente recuperará la consciencia,” dijo Souji. “Y cuando le den de alta, espero que lo primero que le pidas sea ir a hablar con su rectora.”
“Está bien.” Oikawa sonaba resignado. “¿Algo más?”
“¿Cómo pretendes solucionar lo del gimnasio?” preguntó Iwaizumi. “Estuve pensando en entrenar en el complejo deportivo de Shibuya, pero creo que nos cobrarán por alquilar la cancha de vóley…”
“Bueno, aún queda cierto presupuesto de lo que nos dieron para el semestre.”
“Sí. Espero nos alcance. Quién sabe hasta cuándo vamos a tener que esperar para que reconstruyan el gimnasio…” Iwaizumi se veía un tanto angustiado.
“Tranquilo, Hajime. Rizembool se preocupa por sus estudiantes y sé que le darán prioridad. Y como estamos de vacaciones, trabajarán aún más rápido,” dijo Souji.
“Es cierto. Y les conviene, porque somos uno de los equipos que mejor rinden.”
“Por algo Oikawa sigue vivo,” comentó Souji. “De no ser así, dudo que hubieran aceptado su renuncia al puesto de rebel tan fácilmente.”
“Pues sí. De seguro y aprovechaban en doparme para hacer ese procedimiento raro de cambio de cognición.” Oikawa suspiró. “Felizmente… soy capitán del equipo de vóley.”
“Felizmente,” dijo Souji. “Por cierto, ¿Qué piensas decirle a tu equipo?”
“Les diré toda la verdad. Y les pediré que protejan la identidad de Eureka-chan. Claro, si es que ella quiere seguir siendo mi mánager.”
“Creo que lo pensará dos veces antes de volver así como si nada,” dijo Iwaizumi. “Lo que sucedió hoy debió ser una experiencia un poco incómoda.”
“De seguro. Pero no puedo seguir siendo egoísta. Recién hoy me di cuenta del peligro al que se ha estado exponiendo todo este tiempo.”
“Y eso que antes eras su rebel…” Souji sonrió.
“¡Pero yo nunca le hubiera hecho daño!”
“Cierto, cierto.” Souji rio. “Yo sé. Pero no podemos dejarlo de lado. Después de todo, lo que inició la batalla de hoy fue su presencia en Rizembool, ¿no? Algo así me contaste por teléfono, antes de venir para acá.”
“Sí.” Oikawa suspiró. “Bueno, Kokichi-chan está loco. En realidad… fue una excusa, creo, para jactarse de lo idiotas que somos. Debió ser muy gracioso para él… porque creíamos que saldríamos ilesos y nadie notaría nuestra mentira… y bueno, nos confiamos de más y no nos dimos cuenta de ciertas cosas.”
“Lo de ser key… si salió un poco de la nada,” comentó Iwaizumi. “Supongo que lo hablarás bien con Eureka luego.”
“Sí, sí. Por supuesto. ¿Honestamente? Sigo sorprendido.”
“Y con toda razón. Nosotros también,” comentó Iwaizumi.
“Mm…” Souji se veía pensativo.
“¿Qué pasa, Souji-chan?”
“Ah.” Souji salió de su trance. “Es que… estaba pensando en algo que me dijo Tohru hace tiempo. Mencionó que Morgana podría haber nacido porque key y HiME estaban en riesgo.”
“Pero yo no era su key en esos momentos…”
“¿Honestamente? Ya no lo sé. Después de todo, sólo desarrollaste poderes luego de renunciar a tu puesto como rebel.”
“Wow. Me perdí.” Iwaizumi se veía confundido.
“Lo explico rápidamente. Lo que pienso es que… bueno, puede que Tooru haya sido el key de Eureka desde antes. Pero nunca pudimos verificar su condición porque era rebel. Entonces… supongo que los poderes de key se desviaron al key anterior de Eureka… o la segunda persona más importante para ella, que era Lelouch.”
“Souji-chan, siempre te he admirado muchísimo. Eres muy hábil, capaz, inteligente y perfecto. Pero… esa teoría suena terrible.” Oikawa suspiró.
“Tómala como quieras. Yo sé que suena jalada de pelos… pero explicaría mucho, creo. Por eso es que el arma de Eureka aún estaba ligada a Lelouch. Pero su elemento y su Child correspondían al vínculo contigo. O bueno, al cariño que te tiene.”
“Hehe~” Oikawa sonrió como bobo. Al ver las expresiones confundidas de sus amigos, sacudió la cabeza y retomó su mirada seria. “Ejem. Decía. No tiene sentido.”
“Como dije hace un rato, espero que le insistas en hablar con su rectora. Creo que ella los ayudará a descifrar todo este misterio.”
“…” Iwaizumi se llevo una mano a la frente. “No lo puedo creer. Y yo que ya te daba por libre…”
“Ay, Iwa-chan, míralo por el lado amable. ¡De nuevo tengo superpoderes!” mencionó, con un signo de paz. Iwaizumi le dio un cocacho. “¡IWA-CHAN, QUÉ CRUEL!”
“Idiota. ¿Qué tiempo vas a tener para el campeonato ahora? La responsabilidad de ser key es muy grande. Ah…” Iwaizumi se veía al borde de un ataque de ira.
“Vas a tener que ver la forma de lidiar con ambas cosas,” comentó Souji. “No puedes faltarle a tu equipo, pero tampoco a Eureka.”
“Lo sé, lo sé.” Oikawa suspiró. “Más bien, debemos organizar una reunión urgente por el grupo de whatsapp. Necesito aclarar las cosas con ellos. También sería bueno discutir cómo haremos con el gimnasio, por mientras.”
“Sí, tal vez tienen otras opciones aparte del complejo deportivo de Shibuya.”
“En estos días convocaré esa reunión,” dijo Oikawa. “Por mientras… quiero dormir.”
“Sí, debes descansar.” Souji le dio un par de palmadas en el hombro. “Lo necesitas.”
“Ajá.” Oikawa suspiró.
“¿Cuándo te dan de alta, por cierto?” preguntó Iwaizumi.
“Mañana en la mañana. Te llamo cuando regrese al departamento.”
“Mm.” Iwaizumi asintió. “Me mandas un mensaje.”
“Estoy pensando en organizar la reunión dentro de unos días. Vamos a tomar y hablamos sobre todo eso.”
“Sí, buena idea. Mientras más pronto, mejor.” Souji le sonrió.
“Sí~ Aunque nunca imaginé que saldría a tomar con Ushiwaka-chan.”
“La vida te da sorpresas,” dijo Souji.
“A estas alturas, eso ya no debería ser una sorpresa. Volaron nuestro gimnasio, eres el key de Eureka… salir con el equipo y beber con Ushijima es lo menos extraño de todo esto,” dijo Iwaizumi.
“Puede que tengas razón.”
“En fin, nos vamos.” Iwaizumi se giró hacia Souji. “¿Te llevo por ahí?”
“Sí, te lo agradecería.”
“¿Estás usando el carro de Tomo-chan sin su permiso?”
“Sí le pedí permiso, sobestia.”
“…Ya decía yo, hubiera sido extraño de lo contrario.” Oikawa sonrió.
“Al menos yo no soy key deSPUÉS DE SER REBEL”
“YA BASTA”
“…” Souji suspiró pesadamente. “Vamos, Hajime.”
“Sí.”

Al cruzarlo camino a la puerta, Souji e Iwaizumi lo tomaron del hombro, dándole un par de palmadas.

Antes de salir de la habitación, le sonrieron, y luego, caminaron por el pasillo hasta perderse al doblar en la esquina.

De nuevo a solas, Oikawa volvió a pensar de más en sus hiperfijaciones pero, eventualmente, el cansancio lo tumbó y cayó rendido.








“¡NOOOOOOO!”
“Onda, Eu, que siempre te levantas gritando.”

Eureka, incorporada en su camilla, observó a su derecha y encontró a Hizumi sentado a su lado, con su característa sonrisa despreocupada. En el sofá del fondo andaban Haruhi, Seven, Maka, Soul y Kanone. Para su suerte, ningún miembro de su familia andaba presente.

“…” Eureka observó a sus amigos, y les ofreció una sonrisa un tanto nerviosa. “¿Ho…la?”
“…” Soul suspiró, y contagió las ganas de lo mismo al resto, quienes tuvieron la misma reacción.
“Nos alegra verte bien, Eu,” dijo Kanone.
“Ehh…” Eureka continuó observándolos. “Siento que me culpan por esto o algo así.”
“¿Honestamente? Un poco. Yo no estaba enterada de que andabas ayudando al equipo de vóley de Rizembool ni nada.” Haruhi se cruzó de brazos.
“Lo siento, Haru.” Eureka se veía un tanto apenada. “Este ciclo ha sido terrible. Ha pasado de todo y siguen pasando mil cosas. Parece que nunca voy a tener un descanso.”
“Ese es el tema cuando somos HiMEs.” Haruhi suspiró. “Pero me alegra mucho que estés bien.”
“A nosotros también,” dijo Maka.
“¿Quién les dijo todo esto?”
“Souji,” dijo Hizumi. “Porque Oikawa le contó.”
“¡Ese traidor!” Eureka alzó su puño, enojada. “Ah. ¿Qué día es? ¿Y… dónde… estamos?” preguntó, al notar los detalles de la habitación. Definitivamente, no se trataba de la clínica clandestina de Seven.
“Estamos jueves. Tu batalla fue el viernes de la semana pasada. Estabas en tan mal estado que Oikawa y Cho sólo pudieron atinar a llevarte al centro médico de Hanasaki. Tienen todo un equipo dedicado exclusivamente a las HiMEs, así que ellos fueron los que te trataron,” contó Hizumi.
“¿Le… avisaron… a Mikoto?” preguntó Eureka, un tanto temerosa.
“No,” dijo Soul, y Eureka soltó un suspiro. “Cho y Oikawa pidieron que no lo hicieran. Al parecer el protocolo siempre exige que le avisen a los familiares más cercanos de la HiME, pero ese par te salvó de ello.”
“Por eso no me gusta usar los recursos de Hanasaki. Aunque siendo sincera, no sabía que tenían una mini clínica dentro del campus.” Cuando enfocó su mirada, encontró que su Child andaba en forma de gato y durmiendo plácidamente a los pies de la camilla. “Oh. Mona está bien.”
“Sí, aunque como tú… está muy cansado.”
“Yep. Me quiero morir.” Eureka se lanzó de espaldas a la camilla, y ahogó un grito de dolor. Cada músculo de su cuerpo le suplicaba piedad. “Dios mío. Nunca antes había recibido semejante paliza.”
“El doctor dijo que tendrás que quedarte aquí mínimo dos semanas. Podría extenderse dependiendo del tiempo que te tome recuperarte,” contó Seven.
“Uh… eso suena horroroso.”
“¿No te gustan las clínicas?” preguntó Maka, curiosa.
“No es que las odie pero… me aburro.” Eureka suspiró. “Y antes de todo esto, le presté mi switch a Oikawa, así que pedirlo de vuelta va a ser todo un trámite porque él también anda mal… esperen.”
“¿Qué?”
“Ah.” Eureka se llevó las manos a la cara. Sus mejillas tomaron color y se escondió detrás de sus manos de la vergüenza. Ninguno de los presentes sabía la situación de su key… y sabía que no se atrevería a contarla en esos instantes. Ya luego tendría que buscar un momento para hablarlo a solas con Maka y Soul.
“¿Eu?” Hizumi arqueó una ceja. “¿Te golpeaste la cabeza o qué?”
“¡NA-NADA!” gritó Eureka, alterada. “Necesito descansar…”
“Me doy cuenta.” Hizumi se levantó de su asiento, sonriéndole. “¿Quieres que te dejemos?”
“Sí… uh. Aunque tengo que hablar ciertas cosas con algunos de ustedes.”
“¿Quiénes?” Soul se veía confundido.
“Tú. Maka. Y… Seven.” Eureka suspiró. “Ah, antes que nada, quería explicar por qué ya no voy a quedarme en la mansión.”
“Tranquila, Eu.” Haruhi le sonrió. “Sí nos enteramos,” dijo la HiME, desviando la mirada.

Todos se acercaron a apachurrarla, sostener su mano, entre otros gestos de afecto. Eureka se sintió apabullada, pero rodeada de una calidez y el afecto inigualable que transmitían sus amigos. Devolvió los abrazos y los gestos con el mismo cariño, muy alegre. Las ganas de llorar se acumularon en su garganta, pero se las aguantó.

“Si necesitas hablar, aquí estamos para ti,” dijo Kanone, tomando su mano. El resto se alejó y le sonrió a Eureka, asintiendo.
“Sí, en serio. Puede que también seamos sus amigos, pero no vamos a descuidarte,” dijo Hizumi.
“Gracias.” Eureka sonrió. “Lo aprecio mucho. Pero… con lo que ha pasado, ese tema es un pequeño detalle que no merece tanta importancia.”
“No, Eu. Sí la merece,” dijo Hizumi. “Está ligado a tu rol de HiME, así que debe doler enfrentarse a eso en todas partes. No intentes ignorarlo. Creo… que sería peor.”
“Wow, cualquiera que te escucha no se cree lo que ve,” se burló Maka. “¿Dónde está el Hizumi de siempre?”
“Sheesh, yo intento ser serio y hablar las cosas como son y tú vas y te burlas de mí ):”
“¡Es que es raro!”
“Ya, ya.” Soul intentó detener esa inminente discusión entre sus amigos. “Pero lo que Hizumi dice es cierto, Eu.”
“Uh… el tema es que…”
“Hay algo más preocupante que eso,” dijo Morgana, mientras se levantaba. Tal parecía que había estado escuchando parte de la conversación.
“¡Mona!” exclamó Eureka, emocionada. El Child caminó hacia su dueña, hasta quedar echado en su regazo. La HiME empezó a acariciar su pelaje.
“No les has dicho nada, ¿no?” preguntó Morgana, mirándola hacia arriba.
“¿Qué?”
“De las muchas revelaciones que tuvimos en la batalla con Kokichi,” comentó Morgana.
“A-ah.” Eureka volvió a sonrojarse. “¿N-No? No necesito ir por el mundo contando mis—”
“El chico con el que nos enfrentamos, Kokichi Ouma, es su nuevo rebel. Y ahora su key… es Oikawa,” contó Morgana, como si se tratara del clima.
“…” Los presentes guardaron silencio… hasta que no pudieron más e irrumpieron en gritos y algarabía.
“¿¡QUÉ!?” La indignación de Hizumi quedaba visible en su rostro.
“Osea, le agradezco lo que hizo por Zushi pero… ¿¡TU KEY!?” Kanone estaba al borde de una aneurisma cerebral.
“¿¡OIKAWA NO FUE TU REBEL ANTES!?” gritó Haruhi, confundida.
“Ah… Esto lo veía venir.” Seven rio.
“…” Soul suspiró. “Yo también.”
“Haha~” Maka rio. “Soul, tenías razón.” La HiME escondió sus risas detrás de su mano.
“¡No es motivo de risas, Maka!” gritó Hizumi. “¡Esto es realmente preocupante!”
“Qué. ¿Van a decirme que es repetitivo?” Eureka rodó los ojos.
“¡Es peor! Ser amiga de un rebel es una cosa. ¿Pero… que sea tu key?”
“Oikawa se ha vuelto mi amigo más cercano. Era natural que lo fuese.” Eureka se encogió de hombros. “Este ciclo lo he pasado a su lado.”
“Pero eso no justifica todo realmente. Nadie puede volverse tu key por ‘costumbre’,” comentó Kanone.
“Lo sé. No estoy negando que le tengo un gran cariño y todo. Es sólo que he pasado un montón de tiempo a su lado y por eso lo he conocido mejor,” explicó Eureka. “Y congeniamos bien. Punto.”
“¡Eso no es suficiente!”
“Eureka-dono. Hay algo que me preocupa.”
“Mona, no es el moment—”
“No. Es… necesario hablar de esto. ¿Desde cuándo crees que Oikawa es tu key?”
“Uh… ¿Desde la pelea que tuvimos con Cho contra Komaeda y Kokichi?”
“Yo creo… que es de antes.” Morgana se veía pensativo. “Pero aún no tengo pruebas.”
“Yo también pienso que es de antes,” dijo Soul. “Explicaría por qué tu elemento y tu Child son distintos.”
“Soul. Te quiero un montón. Eres como un hermano para mí, pero… ¿TE OYES, HOMBRE?” le dijo Eureka, indignada. “¡Eso no tiene sentido! ¡Cuando di la prueba no lo conocía!”
“Mm…” Kanone musitó, pensativo. “Creo que entiendo a lo que se refiere Soul. Desde el cambio de elemento debiste notar que Lelouch no era tu key.”
“¿Pero entonces quién—?”
“No nos hagamos dramas en pensar quién te importaba más que Lelouch antes que conocieras a Oikawa. Lo cierto es que para cuando nace Mona, Oikawa era tu key.”
“Dejen de intentar explicar mi vida porque ni yo puedo hacerlo y ustedes creen que van a venir a hacerme mansplaining—”
“Eu, deja de ignorar todo este quilombo,” le dijo Maka. “Puede que Soul y Kanone sean medio tarados y no le estén chuntando a todo a la perfección, pero… hay algo de verdad en lo que dicen.”
“…” Soul y Kanone la juzgaron en silencio.
“Miren. Las cosas como son. Yo estaba muy enamorada de Lelouch al inicio del conflicto. Nos llevábamos de mil maravill—”
“Y sin embargo, Kanone fue tu marioneta.”
“¡Deja de marearme, Soul! Lo de Kanone fue porque justo me había enterado de que andaba vivo.”
“Sí, fue por eso.” Kanone sonrió.
“Wow. Quién diría que el tema de los keys sería tan dramático,” comentó Seven.
“No tienes ni idea. Mis amigos planearon un concurso para ver quién podía ser mi key,” contó Haruhi.
“Eso suena terrible.”
“Lo es—”

La puerta se abrió, mostrando a Oikawa con una sonrisa deslumbrante. Su vestimenta de calle indicaba que había sido dado de alta hace unos días y lo más probable era que justo venía de visita para chequear el estado de su amiga… pero encontró aquella escena de caos en que todos le gritaban a Eureka y ella les replicaba con la misma energía.

El silencio ante la presencia del tema de conversación se hizo presente, y Oikawa no pudo evitar sentirse confundido.

“¿Hola?” saludó, inseguro.
“Mm. Maka, ¿no teníamos que… ir a entrenar?” preguntó Soul.
“Sí, es cierto, Soul.”
“¡Kanone! Tenemos que regresar a nuestro turno de trabajo.”
“C-claro…”
“¿Los jalo por ahí?” ofreció Seven.
“Si me llevas de vuelta a la mansión Vi Britannia te lo agradecería,” dijo Haruhi.
“Sí, normal.”
“Adiós, Eu.”
“¡Adiosito~”
“Esperen, qué—”





Pero ni le dejaron terminar, porque en un abrir y cerrar de ojos, sus amigos se esfumaron y la dejaron a solas con Oikawa y Morgana.

“¡Sarta de traidores! Idiotas, los odio a todos.” Eureka se cruzó de brazos, enojada.
“Uh… ¿Hice algo malo?” preguntó Oikawa. “Luciel-chan y tus amigos se fueron ni bien entré.”
“Ah, eso fue porque eras el tema de conversación, Oikawa,” dijo Morgana.
“¡MONAAAA!” Eureka lo estrujó contra su pecho con la intención de asfixiarlo.
“AYAYAYAYAY EUREKA-DONO, PIEDAD” dijo el child, raspándole la bata de paciente con sus garras. Eureka lo soltó cuando sintió que había una posibilidad de que maltratara su vestimenta.
“¿Alguien me explica qué está pasando?” preguntó Oikawa, tomando asiento en la silla al lado de la camilla.
“Okay, okay. Estábamos… hablando de que eres mi nuevo key.”
“A-ah.” Oikawa saltó levemente.
“Y todos mis amigos se pusieron a juzgar mis decisiones e intentaron teorizar si esto era reciente o si venía desde antes.”
“Y yo insisto en que viene desde antes,” dijo Morgana. “Es la única explicación a todo.”
“Shush, Mona. Vamos a hablarlo con Miranda ni bien salga de este odioso lugar.”
“¿¡Vas a escaparte!?”
“Sí.” Eureka sonrió.
“Has descansado menos de una semana, Eureka-chan.”
“Lo sé, lo sé. Pero tal parece que Hanasaki tiene antibióticos de última generación o tal vez les ayudó una HiME de la salud, no lo sé. Me siento bien.”
“Dícelo a tus vendas, a los viales y a tu aspecto demacrado,” comentó Morgana.
“…Okay, okay, no estoy tan bien.” Eureka suspiró. “Es sólo que sé que me voy a aburrir acá y bueno, pensé que aún andabas mal así que no podía pedirte el switch de vuelta— ¡Y el switch no va a ser suficiente para entretenerme!”
“¿No quieres estar sola, supongo?”
“No estoy segura. Es más porque estoy muy… ¿preocupada? Creo que ansiosa me describe mejor. Esto de Kokichi ha sido… chocante.”
“Dímelo a mí. Perdí el gimnasio y me enteré de que ahora soy key.”
“Lo siento.” Eureka le hizo una leve reverencia. “Soy la peor amiga del mundo. Te pido que renuncies a ser rebel para beneficio de ambos pero resulta que ahora no puedes… no puedes renunciar a esto.” 
“No hay problema, Eureka-chan~” Oikawa le sonrió. “Al contrario, me alivia saber que puedo ayudarte de alguna forma. Y… me sorprende. No sabía que me querías tanto.”
“¡N-NO DIGAS COSAS VERGONZOSAS ASÍ COMO SI NADA!” gritó Eureka, señalándolo. Los colores se le habían subido a la cara: era realmente vergonzoso tener que encarar la realidad de que tenía en frente a la persona más importante para ella. Y… se trataba de Tooru Oikawa. Su exrebel, un chico que hasta hacía unos meses había sido un completo desconocido para ella.

No sabía ni cómo ni cuándo, pero toda la situación se le hacía muy extraña.

“¿Pero es la verdad?” Oikawa sonrió.
“Lo es.” Eureka suspiró. “Estos meses nos hemos acercado y bueno, tiene sentido si lo analizas. Has estado ahí conmigo para todo. Y… eres mi mejor amigo.”
“…” Oikawa se mostró sorprendido. Al cabo de unos segundos asintió, con una sonrisa muy sincera. “Y tú la mía.”
“Me alegra.” Eureka le devolvió la sonrisa.
“Y a mí, pero… hay algo que quiero que sepas.”
“¿Qué?”
“No… no me molesta en lo absoluto ser tu key. En serio. No te culpes por eso, ¿sí?”
“Okay. Pero si en algún momento te sientes presionado o algo, me dices. No quiero arruinar tus planes ni ser un inconveniente para ti. Recuerda que tengo amigas HiMEs y no estoy sola.”
“Mm.” Oikawa asintió. “Pero también estoy para ti.”
“¡Gracias—!”
“¿Pueden dejarse de cursilerías, que aún estoy aquí?” interrumpió Morgana, haciéndolos saltar del susto.
“¡Mona!”
“…Aunque si quieren tiempo a solas yo me voy a pasear por la clínica y todo bien.”
“N-no, tranquilo, Mona-chan,” dijo Oikawa, un tanto nervioso.
“A-ajá, todo bien.” Eureka también andaba en la misma situación que su amigo.
“…” Morgana quería juzgarlos, pero suponía que la situación justificaba sus actitudes.

Debía ser incómodo encarar aspectos de su relación de una manera forzada, todo porque la magia de las HiMEs había confirmado lo que Eureka sentía antes de que ella lo hiciera conscientemente. No sabía si los sentimientos de su HiME eran del todo platónicos, pero Morgana tenía la sospecha de que no era así… al menos por su reacción.

“¡E-En fin!” dijo la chica, disipando la atmósfera extraña que se había formado entre ambos. “Quería aprovechar para disculparme por lo del gimnasio…”
“Ah, nada. No te culpes por eso. El que debe pagar es Kokichi-chan… y Komaeda-chan también, ahora que lo pienso.”
“Esa dupla va a ser desastrosa.” Eureka suspiró. “Vamos a tener que estar preparados para todo.”
“Cierto, Eureka-chan. Quería preguntarte… ¿quieres ser nuestra mánager aún? Porque siento que es un tanto peligroso…”
“Lo es. ¿No podrías pedir un tipo de protección a las autoridades? Tu alineamiento no tiene nada que ver con tu rendimiento como capitán. No podrían justificar las acciones de Kokichi con que eres el key de una HiME o algo así.”
“Algo como… ¿que le prohiban atacar el gimnasio?”
“Sí, algo así. Porque se trata de la propiedad de Rizembool. Y porque a la institución le beneficia que tú y tu equipo sean exitosos.”
“Mm… buen punto. Podría probar con ello. Pero no entiendo. ¿Esto sería para que regreses?”
“Claro. ¿Me crees tan cobarde como para desistir a ayudarte con el equipo?” Eureka sonrió de lado. “Es lo mínimo que puedo hacer a cambio de que seas mi key.”
“Siento que son dos cosas muy distintas… ¿Y no me debes nada por ser key?” Oikawa rio. “Pero gracias, Eureka-chan.”
“No prob~ ¿Ya pensaste en dónde van a entrenar durante vacaciones?” preguntó Eureka.
“Eso justo estaba viendo. Iwa-chan encontró que podríamos alquilar alguna de las canchas de vóley del complejo deportivo de Shibuya, pero tenemos que averiguar. Anteayer me dieron de alta y aproveché en convocar una reunión del equipo. Será hoy en la noche. A ver si ellos se vienen con ideas.”
“¡Ah! Te acompaño.”
“Uh, no. Tú te quedas aquí.”
“Oikawa, déjame. Yo soy culpable directa de lo que pasó en el gimnasio.”
“Ya te dije que no te culpes. Ese fue Kokichi-chan.”
“Pero fue por mí.” Eureka suspiró. “Al menos déjame escaparme una noche para ayudarte a explicar todo. Y de ahí me regresas a la clínica.”
“…” Oikawa suspiró. “Okay, okay. De paso que aclaramos todo el asunto de nuestra supuesta relación.”
“Ah.” Eureka rio. “Cierto, debió ser un shock tremendo para todos cuando se enteraron que era HiME.”
“Creo que algunos creyeron que también eras mi enamorada y éramos algo como Romeo y Julieta.”
“¡Oh, Tooru!” exclamó Eureka, llevándose el dorso de la mano a la frente. Oikawa soltó una carcajada.
“Más bien… me sorprende que Mona-chan no se haya quejado respecto al terrible plan de escaparte de la clínica.”
“Ah, creo que se durmió,” mencionó la HiME. Efectivamente: Morgana se había hecho bolita en su regazo y andaba en los brazos de Morfeo. “Lo más probable es que eventualmente se entere. Haré que nos acompañe.”
“Va a preferir eso antes de dejarnos ir por nuestra cuenta—Ah.” Oikawa se interrumpió a sí mismo ni bien una idea se formó en su mente. “Eureka-chan, tú crees… ¿que podríamos visitar a tu rectora hoy? Aprovechando que te escaparás por unas horas.”
“¿Antes de la reunión? Pero he intentado contactarla por semanas y nada—”
“Si nos ve en su despacho… supongo que no tendrá de otra.”
“…Si me ve con muletas y todo… no tendrá de otra.”
“Eres malvada, Eureka-chan.”
“Un poco, pero es que realmente necesitamos conversar con ella, ahora sí. Luego de hablar contigo siento que no necesito explicaciones, pero no haría daño contarle todo y ver qué opina.”
“Mm.” Oikawa asintió. “¿Cómo te sientes… ahorita? Podríamos ir en un rato.”
“…!” Eureka sonrió de lado. “Ah. Pero no tengo ropa. ¿Puedes ir a la mansión HiME y traerme una muda?”
“¡SDFJLDFGdgl!” Oikawa se tapó la cara de pura vergüenza.
“¿Oikawa?” Eureka arqueó una ceja, confundida.
“No… no quiero hurgar entre tu ropa.”
“Lo vas a tener que hacer. Dudo que alguno de los traidores de mis amigos quiera ayudarnos, así que eres tú o nadie.”
“¿No puede hacerlo… uh… Mona-chan?”
“¿No tiene pulgares?”
“Cierto. Y la gente se preguntará qué hace un gato paséandose por Hanasaki con un bolso de ropa.”
“¿Ves?” Eureka suspiró. “Mira, dudo que alguien se de cuenta de que estás por ahí. Si alguna HiME te hace problema me llamas. Puede que tengas suerte e incluso te encuentres con Kana, ella podría hacerte el favor de entrar a mi cuarto y darte la ropa.”
“¡Ah, eso sería genial!”
“Mi llave… Uh. Estaba en mi bolso, antes de la pelea. ¿Dónde quedaron mis pertenencias?”
“Están acá,” dijo Oikawa, y se levantó de su sitio. Caminó hacia un mueble de varios cajones al lado izquierdo de la camilla de su amiga. Revisó el primer cajón y sacó el bolso de la HiME. “Iwa-chan y el resto del equipo regresaron al gimnasio luego de todo.” Oikawa se acercó a Eureka y le extendió el bolso. “Él guardó nuestras cosas.”
“Un alivio. Daba por perdidas todas mis cosas,” dijo Eureka, mientras revisaba los contenidos de su bolso. Encontró las llaves rápidamente y se las extendió a Oikawa. “Por cierto, acabo de pensar un poco más… y sería bueno que te encuentres con Maka. La llamaré y le diré que te ayude con esto.”
“¿No que no te ayudaría?”
“Tiene que. Ella también debía hablar con Miranda.” Eureka sonrió, confiada.
“Okay, entonces… iré.”
“Dame tu celular, para ponerte la ubicación en google maps.”
“Sí.” Oikawa se le acercó y le extendió su celular.
“Wow. Nunca había notado que no lo tenías bloqueado.”
“¿No lo necesito? Iwa-chan no es metiche y confío en mis amigos.”
“Awww, qué tierno,” lo molestó Eureka, mientras ingresaba a google maps a colocar un pin en la ubicación de la mansión dentro del campus. “Pero qué bueno. Yo si tengo todo bajo mil claves… aunque ahora que lo pienso, ya no vivo en la mansión de los Vi Britannia. Debería bajar mis defensas.”
“Es una posibilidad.”
“Mm… Lo es.” Eureka logró su cometido y le devolvió el celular. “Le avisaré a Maka— ah. Mi celular debe estar muerto.”
“¿Voy a tener que hacer todo yo solo?” Oikawa se veía demasiado incómodo.
“Lo siento.”
“No me acuerdo de su número, pero… supongo que podría mandarle un mensaje por tu facebook… Aunque no sé si tiene datos.”
“Intentemos.”

Oikawa le volvió a dar su celular y Eureka se apuró en buscar su perfil para encontrar a Maka entre sus amigos. Le dio click a enviar mensaje y tipeó algo muy rápido, con las esperanzas de que le responda.

Para la suerte de ambos, Maka contestó en un santiamén.

“Dice que te ayudará. Te dará el encuentro allí.”
“¡Genial!” Oikawa suspiró, aliviado.
“Bueno, off you go then.”
“…Haré como que entendí lo que me dijiste.” Oikawa le sonrió muy confiado. Eureka rio: se veía demasiado tonto.

Luego de ondearle la mano, el exrebel salió del cuarto y cerró la puerta. Eureka sonrió para sí misma, mientras se acomodaba en la cama. Se le habían contagiado las ganas de una siesta luego de ver a Morgana durmiendo tan plácidamente.
 
Ni bien cerró sus ojos, sintió el estupor del sueño invadiéndola, y en cuestión de minutos, cayó rendida.







“Acá,” dijo Maka, extendiéndole la bolsa con la muda de ropa de Eureka, ni bien salió del cuarto de su amiga. Oikawa se emocionó y asintió, tomando la bolsa con un agradecimiento en sus labios.
“¡Mil gracias!”
“No hay problema, Oikawa.” Maka le sonrió, a la vez que caminaban hacia la entrada de la mansión HiME. “Me imagino que hubiese sido incómodo entrar y buscarle ropa a Eu.”
“Ese justo era mi temor. Lo siento… como una falta de respeto.”
“No lo es. Pero es un tema de privacidad, y te entiendo.” Maka rio. “Felizmente se les ocurrió esta terrible idea de ir justo ahora a ver a Miranda… y yo lo necesito.”
“¿Por qué? Pensé que Soul-chan y tú tenían todo un poco más claro que nosotros.”
“¿Hablas en serio?” Maka soltó una risotada. “Yo estoy más confundida que ustedes. Es cierto que el vínculo que Soul y yo tenemos es muy fuerte, pero no creo que nuestra amistad sea más cercana que la de él y Eureka. Son como hermanos y, a la vez, madre e hijo. Soul no nació de ella, pero Eureka le ayudó en su formación y todo.”
“Eureka-chan nunca me había contado estas cosas.”
“A mí me las contó Soul.” Maka sacó la lengua, sintiéndose culpable. “Eureka es un tanto cerrada en ciertos aspectos. Y, realmente, nunca me ha hablado mucho sobre el conflicto pasado. Supongo que se debe a la muerte de Kanone, toda esa etapa fue muy dolorosa para ella.”
“Mm.” Oikawa asintió.
“Si bien se enfrentó a lo de Kanone, aún hay cosas del pasado que le causan dolor. ¿Tal vez tú la puedas ayudar con eso?”
“Esperaré a que me hable de ello.” Oikawa sonrió. “Y wah, Maka-chan, me halaga que pienses en mí para eso.”
“Hehe.” Maka rio. “Eureka te tiene mucha confianza. Y has estado a su lado durante este tiempo… así que supongo que eventualmente te contará todo.”
“Sí, eso creo.” Oikawa asintió. “Por cierto… ¿Cómo se siente Soul-chan respecto a su nuevo rol?”
“Él… tampoco entiende qué sucedió con Eu. Por un tiempo parecía sentirse rechazado por ella, pero comprendió que no se trataba de eso. Tal vez no han interactuado con tanta continuidad como antes, pero el cariño que se tienen persiste aún a pesar de todo. Así que ese no fue el motivo del cambio de arma.”
“Yo… no quiero hacer teorías sin realmente conocer toda la situación.”
“Sí, es cierto. Pero sé que no fue por eso. Estoy completamente segura. Yo creo que se debió a su key. Bueno, Miranda nos dirá que sucedió.”
“Mm. Entonces… sigo sin entender. ¿Por qué te preocupa todo esto?”
“Es el tema de mi key. Creo que sé quién es… y todo esto se torna un poco complicado por ello.”
“Es Soul-chan, ¿no?” Oikawa le sonrió.

Maka saltó en su sitio, preocupada. Oikawa se le había hecho muy despistado hasta ese momento, pero tal parecía que era una farsa… porque podía ser muy observador si se lo proponía. Ni Hizumi ni el mismo Soul se habían dado cuenta de aquel detalle.

Era sorprendente… y aterrador.

“¿¡C-c-c-c-cómo!?”
“Bueno, creo que es notorio,” mencionó Oikawa, llevándose un dedo al mentón. “Y eso podía explicar por qué se volvió tu arma y dejó atrás su ‘vínculo’ con su anterior HiME.”
“Sí, es lo que tiene más sentido. Y… justo por eso no se lo puedo decir.”
“Oh, claro. Debe ser extraño que alguien venga y te diga que eres su key.”
“¿No te acaba de pasar a ti?”
“En mi caso fue aún más extraño.” Oikawa rio. “Porque el rebel de Eureka-chan sabía todo antes que nosotros. Y él fue quien lo anunció.”
“No me gustaría llegar a eso.”
“Entonces deberías decirle.”
“Huh. Como si fuera tan fácil.” Maka suspiró.
“Pero no es una confesión de amor… Sólo le estás diciendo que es la persona más importante para ti.”
“Eso es PEOR”
“Haha~ Tal vez. Pero… es sólo platónico, ¿no?”
“No sé— ¿¡Por qué te estoy contando todo esto a ti!?” Maka se veía alterada.
“Bueno, dicen que soy muy confiable. Tal vez es por eso.” Oikawa sonrió.
“Pues… sí, supongo. Ahora entiendo por qué Eureka se volvió amiga tuya en tan poco tiempo.”
“Lo mismo pasó conmigo. Eureka-chan también es muy confiable.”
“Sí.” Maka rio, pensando en su amiga. “Y… respecto a tu pregunta. No, no sé.”
“No hay apuro. Siempre puedes excusarte con que es tu mejor amigo y ya.”
“Lo haré… porque sí es cierto.”
“¡Genial!” Oikawa asintió. “¿Le has contado todo esto a Eureka-chan?”
“No. A nadie, de hecho. Mi hermano tiene sus sospechas, tal vez… pero no lo había conversado con nadie. De hecho, hasta esa pelea que tuvimos para proteger a Nanamine… pues había estado evitando un poco a Eureka. Me preocupaba tener que decirle la verdad sobre Soul. Ahora entiendo que no es bueno dejar todo para el último momento.”
“…Sí.” Maka juró ver una expresión seria en el rostro de Oikawa, pero cambió tan rápido a una sonrisa que hasta le pareció una ilusión. “Es cierto.”
“Mm. En fin. Debemos apurarnos en entregarle esto a Eureka.”
“¡Sí! ¡Puede que la rectora se vaya temprano hoy o algo!”
“¿No han revisado sus horarios de atención?”
“Uh… ¿no?” Oikawa sonrió.
“…” Maka se llevó una mano a la frente. “A veces pueden ser un poco despistados.”
“Se nos pasó por completo, haha~”
“Hay que apurarnos, entonces.”








Escapar del centro médico no había sido para nada sencillo, pero se logró con la ayuda de Maka y Morgana, quienes se encargaron de distraer a los médicos y al personal de la clínica.

Una vez en la salida posterior, el grupo caminó hacia la zona administrativa de Hanasaki. Debido a las vacaciones, el campus se veía casi desierto: pudieron observar a unos cuantos trabajadores y uno que otro alumno pero más allá de eso, las facultades se veían vacías. Las oficinas administrativas no eran excepción: habían pocos empleados y algunos profesores que llegaban un poco tarde a entregar las notas finales de sus cursos. Sin embargo, la ausencia de personal jugó a su favor, puesto que lograron escabullirse entre el laberinto de oficinas y llegaron a la secretaría de la rectora en cuestión de minutos.

En vista de que ni Fran ni Ritsu andaban por ahí, Eureka se animó a tocar la puerta del despacho de Miranda. Le sorprendió la respuesta inmediata: la puerta se abrió, mostrando a la rectora. Miranda arqueó una ceja al observar a Eureka y a sus amigos, pero luego de un suspiro, los hizo pasar.

“Disculpa, Suoh. Tengo entendido que has querido reunirte conmigo desde hace un tiempo.”
“Sí, y era por otros motivos. Pero los nuevos son más preocupantes y urgentes y no podíamos esperar,” dijo Eureka. Junto a sus amigos, tomaron asiento frente a Miranda, quien los imitó. Morgana saltó al regazo de su HiME.
“Quiero preguntar, antes que todo, quién es—”
“¿Yo?” Oikawa sonrió. “Ah, ¡un gusto! Soy amigo de Eureka-chan. Era… uh… su rebel. ¡Pero ahora soy su key!”
“…” Miranda guardó silencio y suspiró. “Supongo que me deben explicaciones.”
“Mm.” Eureka asintió. “Hay mucho por contarte.”
“Okay.”

Eureka, Maka y Oikawa se esforzaron en contarle a Miranda lo que había sucedido durante el ciclo: todos los eventos desde la primera aparición de Oikawa hasta la pelea que tuvieron contra Kokichi, el nuevo rebel de Eureka. Aprovecharon en comentar lo de Sakura Nanamine, pero Miranda parecía enterada sobre ello, puesto que se había contactado con ella anteriormente.

Asimismo, Maka mencionó el tema de Soul, contándole a la rectora que su amigo había pasado a ser su arma.

“…” Miranda se veía pensativa. “Eso es peculiar.”
“Mis amigos tienen un montón de teorías sobre todo esto pero estamos muy confundidos,” dijo Eureka. “¿Por qué Soul pasó a ser el arma de Maka? ¿Qué sucedió con mi key?”
“Oh, pero lo de Albarn queda muy claro,” dijo Miranda. “Evans es su key. Lo que me preocupa es tu caso, Suoh.”
“Que Soul es su QUÉ” La cara de Eureka era un poema.
“…” Maka quería hacer un hoyo en el piso y enterrarse ahí mismo.
“No es tan sorprendente,” dijo Miranda, con una sonrisa comprensiva. “No quiero hacer suposiciones desatinadas, pero puedo imaginar que tu vínculo con él es muy fuerte y es la persona más imp—”
“RECTORAAAAA” gritó Maka, tapándose la cara de pura vergüenza. A su lado, Oikawa y Eureka intercambiaron miradas cómplices.
“Lo siento, no quería incomodarte.” Miranda rio. “Pero bueno. Eso es lo más sencillo de todo esto, como decía. En cambio, el tema del key de Suoh es un tanto… extraño.”
“Lo es.” Eureka suspiró.
“Sin embargo, no voy a poder darles una respuesta concreta. No… no sé qué es lo que pasa por tu mente.” Miranda se encogió de hombros. “Y más allá de lo que sucedió, lo cierto es que ahora Oikawa es tu nuevo key y eso es lo que merece tu atención.”
“Mm.” Eureka asintió. “Más aún, ahora que sus poderes han despertado.”
“Es curioso que sean los mismos que tenía cuando era rebel…” Oikawa se mostró pensativo.
“…No me marees más,” suplicó Eureka. “Todo tiene un sentido pero no pienso sentarme a analizar eso ahorita. Más bien, Miranda, había otro motivo por el que queríamos reunirnos contigo. Queríamos consultarte si sabías de algún entrenador o entrenadora que estaría dispuesto a darnos una mano. Oikawa es un tanto novato, aunque tuvo un mentor por un buen tiempo pero…”
“Pero terminó con mi amigo y bueno, no hay forma de que vaya y le pida ese favor ahora.” Oikawa suspiró.
“Yo creo que Oikawa tiene un potencial muy grande,” comentó Maka. “Pero al igual que yo, necesita práctica.”
“Me alegra que lo reconozcas,” dijo Morgana. Maka lo fulminó con la mirada.
“¿El otro día salvé tu pellejo? Cuando andabas peleando contra una banda de orphans por tu cuenta y protegiendo a Nanamine y a sus amigos.”
“…” Morgana suspiró. “Okay, es cierto.”
“Ah, ¿tu Child está hablando con Albarn?” dijo Miranda, curiosa.
“Sí. Si le das un toque en la cabeza podrás entenderlo, Miranda.” Eureka se apuró en acercar a Morgana a la rectora. Miranda le hizo caso y le dio un par de toques en la cabeza.
“Este es el peor tipo de castigo,” se quejó Morgana.
“¿Por…?” Miranda se veía confundida.
“No le gusta que lo traten como un gato,” dijo Eureka.
“¿Será porque no soy un gato?” Morgana frunció el ceño.
“¿Estás seguro de ello, Mona-chan?” Oikawa sonrió.
“¡No se distraigan!” dijo Maka. Miranda asintió.
“Si, cierto.” Oikawa suspiró.
“Entonces, quieren un entrenador,” dijo Miranda. “Tengo a alguien en mente. Denme un segundo, buscaré su contacto.” Miranda se paró y caminó hacia los estantes de binders, libros y una variedad de documentos, revisando los contenidos de un cajón.
“¿Quién es?”
“Su nombre es Shinobu Kocho, fue una HiME hace ocho años, más o menos.”
“¿Estará dispuesta a entrenarnos?” preguntó Maka, curiosa.
“Estoy segura de que sí, pero será mejor que lo conversen con ella. Ah.” Miranda se detuvo y sacó un file. “¿Tienen donde apuntar?”
“Sí,” dijo Oikawa, sacando su celular.

Miranda le dictó el número de contacto de aquella exHiME y Oikawa lo guardó en su celular.

“Llámenla en estos días. Les recomendaría que no sea durante el fin de semana porque la van a poner de mal humor,” dijo Miranda.

Por algún motivo, el exrebel tuvo un mal presentimiento. Aquella exHiME sonaba un tanto compleja de tratar, pero prefirió no hacer comentarios al respecto. Ya luego lo hablaría a solas con Maka y Eureka.

“Okay.” Eureka asintió.
“Y Suoh… deberías regresar a la clínica.”
“Sí…” Eureka se veía un tanto apenada. Mas aún, al recordar que debía salir también de noche.
“Gracias, rectora,” dijo Maka, agachando un poco la cabeza. Morgana, Eureka y Oikawa la imitaron.
“No hay problema. Al contrario, discúlpenme. Han tenido que arrastrar a Suoh así para que reaccione y me pueda reunir con ustedes.”
“Entendemos que has estado muy ocupada.”
“Sí, pero no es excusa. Prometeré andar más pendiente para la próxima.”
“Mm.” Eureka asintió.

Eureka y sus amigos se levantaron para retirarse. Luego de una última reverencia, salieron del despacho camino a la mansión HiME.

Una vez fuera de las oficinas administrativas, Eureka dejó las muletas en manos de Oikawa, quien se veía un tanto preocupado.

“¿Estás bien, Oikawa?” preguntó Maka. El mencionado se detuvo en seco, y las dos HiME’s lo imitaron.
“Uh… ¿Sí? Es sólo que… bueno, tengo un mal presentimiento,” dijo, un tanto pensativo.
“¿Ahora qué?” Morgana sacó su cabeza del bolso de Eureka para poder hablar con el grupo. “Si Miranda incluso dijo que estará al tanto del tema de Karasu.”
“Oh, no, no hablaba de Lot-chan. Es sobre la entrenadora…”
“¿Mm?” Eureka ladeó la cabeza.
“Tengo… un mal presentimiento <_<”
“No sirve de nada ponernos ansiosos. Al contrario, deberíamos llamarla ahora.”
“¿Tú crees?” preguntó Maka.
“Sí. Dame tu celular, Oikawa,” le dijo Eureka. Oikawa dudó por unos instantes, pero sacó su móvil del bolsillo de su jean y se lo extendió a la HiME. “Ya no tenemos tiempo para dudar o postergar las cosas. Maka, tu rebel aún no se aparece pero puede que pronto lo haga y necesitas entrenar. Yo… también. Kokichi no va a tomarse un break así como si nada.”
“…Sí, es cierto.” Oikawa asintió, decidido.
“…” Maka suspiró. “Tienes razón.”

Eureka revisó el celular de su amigo y observó el número de la entrenadora por unos instantes. Maka y Oikawa desviaron su mirada hacia el móvil.

De un momento a otro, Eureka se armó de valor y presionó el botón de llamada.
« Last Edit: March 22, 2020, 03:06:04 AM by Eureka »


Sayi


Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~






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Now, let's carry on with those big HiME dreams...

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Aqui dejo mi primer fic del mes <3


En la habitación de Miki Shinkai, Midare se había quedado a dormir en casa de su amiga ya que al dia siguiente se iban a reunir con los demás a la tan esperada excursión a la playa y de la mansión de Rei Sakuma donde vivía provisionalmente hasta el lugar del encuentro era muy lejos, asi que Miki le ofrecio amablemente quedarse con ella, asi poder salir todos temprano al encuentro de sus amigos

Nuevamente tenia aquel sueño que lo acompañaba desde que había llegado al orfanato cuando era pequeño y sin recuerdos, nuevamente se veía como un niño de 4 años que estaba en un campo de flores haciendo sin éxito coronas de flores, luego veía como otros niños empezaban a correr, las imágenes de los niños eran borrosas y solamente lo único que atinaba a hacer era correr detrás de ellos, extendiendo sus pequeños brazos para poder alcanzarlos, luego sentía como caia  un hoyo profundo sin fondo

Esperenme!!!...-se levanto con los brazos que estaban extendidos, respiraba agitadamente-

Midare-chan…te encuentras bien??...- dijo la rubia levantándose de su cama para acercarse al futon donde dormia el rubio- Otra vez tienes el mismo sueño??

Miki-chan…- dijo recuperando el aliento- Lo siento…pensé que ya habían terminado estos sueños seguidos pero últimamente están llegando mas seguido-

Y pudiste recordar algo??...- se sento en el futon-

No se si habrá sido un recuerdo pero…-se rasco la barbilla- pero aunque no vi sus rostros…me parecio que habían dos personas que me cuidaban y luego empezaron a correr, era mas grandes que yo…o eso me parecía-

Uhm…- la rubia se cruzo de brazos- el que ya tengas mas descripción grafica de tu sueño significa que poco a poco vas a recordar tu infancia Midare-chan…- le tomo de las manos- pero mientras tanto me tienes a mi que te quiero mucho como otro hermano- sonrio ampliamente- asi que no quiero que te preocupes y angusties deacuerdo? Si alguna vez te sientes perdido solamente ven a mi y te tomare fuertemente las manos para no soltarlas nunca mas-

Muchas gracias Miki-chan, yo también te quiero como si fueras mi verdadera hermana, ya que nos criamos juntos en el orfanato hasta que los Shinkai te adoptaron

Pero aún asi nos seguimos escribiendo y te convertiste en un excelente maestro espadachín, quien iba a imaginarlo…eres el sensei de Tsubasa Kazanari-san una hime de Hanasaki…-

Es cierto aunque no soy su único maestro también Yamanbagiri-san es su maestro…ella es una persona muy amable pero seria, la quiero mucho…-

Se nota que la quieres mucho…- le dijo mientras le abrazaba- nee Midare-chan ya no tengo sueño que te parece si seguimos conversando hasta el amanecer para irnos de viaje!!-

A mi también me gustaría conversar contigo…pero no estaríamos incomodando a Momo-chan? Que anda durmiendo plácidamente??...-

De eso no te preocupes…- se acerco al futon donde dormia Momo que también decidio quedarse en la casa de los Shinkai- oniichan….-

Eh??? Shinkai-san??...- el castaño de cabellos cortos se levanto de golpe cubriéndose mirando de un lado a otro-eh? …donde estoy??-

Te lo dije Midare-chan,Momo-chan se despertó!!!...-canturreo alegremente-

Miki-chan…Midare-chan…-frotandose suavemente los ojos mientras bostezaba suavemente-Ya es de dia??

No…-sonrio la rubia ampliamente- te levantamos porque queríamos hablar acerca de los chicos que nos gustan….nee Midare-chan??-

Eh?? Íbamos a hablar de chicos???-

No es que me guste tu hermano mayor Miki-chan…- mirando el castaño de un lado a otro sonrojado-

Con tu sonrojo Momo-chan nos dices todo que te gusta mi niichan…y no te preocupes que en este viaje hare que niichan te enamore de ti…y obvio tengo muchas ropas hermosas y maquillajes perfectos para que luzcas tan hermoso…-

Pero Miki-chan yo quería ir con mi traje normal…-

Eso si que no Momo-chan tienes que mostrar tu belleza femenina oculta…- le animo Midare- yo también lo haría si tuviera el físico y tamaño que tu…- dijo el rubio de cabellos largos ahora sueltos- pero lo haré algún dia porque estos días deben de ser para ti y para no permitir que Shampoo-san acapare su atención…-

Hablando de Shampoo-san…por que decidiste invitarla Miki-chan…- dijo el ruibio aun sonrojado pero con interés de saber el motivo de la invitación-

Porque si somos mas nos divertiremos mucho…además nos puede cocinar comida china para todos y ella estaba muy feliz …-

Como siempre Miki-chan pensando en los demás…bueno volvamos al tema de los chicos…a ti te gusta alguno Miki-chan?

Uhm…si hay alguien que me gusta…- dijo sonriendo- es un chico que también esta inmerso en la música y estudia en Rizembool-

Uhmm….hay muchos chicos en Rizembool que son idols…no me imagino cual de todos te gusta…- Momo se rasco la barbilla ya volviendo a la normalidad-

Yo quiero saber mas de idols…los únicos que conozco son Ryuseitai y Knights…quiero saber mas de los idols es un mundo muy interesante…-dijo Midare con los ojos brillosos- bueno antes de que me vaya a otro lado dime dime quien te gusta Miki-chan??

Pues se llama Kaoru Hakaze-senpai y pertenece a la unit idol llamada Undead….-

Es de la misma unit de Sakuma-san…la persona que me contrato para enseñarle a Tsubasa-san…-

Eh??? Conoces a Sakuma Rei?? Y no me lo dijiste Midare-chan?? En Rizembool es muy popular pese a que las circunstancias que dejo nuestra escuela son algo extrañas, igual tiene muchos fanáticos…yo lo admiro mucho…- dijo Momo emocionado-ademas tiene un hermano menor que perteneció a Knights y que ahora es un solista y también es muy popular…-

Algún dia nos tienes que llevar a conocer a Sakuma-senpai…yo también quiero verlo…-dijo la rubia- para una idol en formación como yo es una buena referencia al ser un idol de Rizembool-

Deacuerdo, en cuanto este libre de mis entrenamientos los llevare con todo gusto a conocerlos-

Deacuerdo!!! Asi puede presentarme a Kaoru-senpai…- dijo la rubia con las mejillas sonrojadas- y nuestra historia de amor podría dar inicio…-canturreando alegremente-

Ahora le toca a Midare-chan….- dijo el castaño – hay alguien que te gusta??

Uhmm….- se rasco la cabeza- por el momento no…- les dijo con una sonrisa- primero quiero enfocarme en recuperar mi memoria y en ayudar a Tsubasa-san…luego pensare en enamorarme de alguien…-

Ya veo, pero ya veras que muy pronto recordaras y podras enamorarte de alguien Midare-chan no por algo estas con tu amiga de alma Miki, y no permitirá que su hermoso y lindo amigo se quede solo vistiendo santos…-

No quiero hacer eso…-dijo sonrojado- quiero igual enamorarme pero también quiero vestir ropas bonitas y también quiero ser idol…y también y también…-

La rubia sonrio alegremente- Ya te sientes mas tranquilo?-

Eh?...-Momo estaba confundido ante las palabras de la rubia-

Ya me siento mejor…muchas gracias…-

Oigan cuenten cuenten que ha pasado? Yo también quiero saber…-

Son cosas de amigos de la infancia…-la rubia le guiño el ojo-

Uhmm…bueno lo dejo …-dijo con una gota en la cabeza-

Ya tenemos todo listo para el viaje no??...-

Todo esta listo en nuestras mochilas…- dijo Momo observando las 3 mochilas-Han sido muy amables los chicos de Ryuseitai en invitarnos a todos-

Tambien es una suerte que Tomoyo Daidouji ira con nosotros porque sino con tanta gente que se apunto en el paseo creo que no tendrían ni los recursos….-rio suavemente el rubio-

Es verdad…niichan dijo que aparte de ella también iran Sakura-san y Syaoran-san, ambos relacionados con Shinobu-chan…-la rubia se rasco la barbilla- también era una amiga cercana de él que es millonaria, asi que supongo iremos a un lugar bonito y con todas las facilidades…-

En verdad todos ellos están relacionados con gente de mucho dinero porque si no me equivoco Midori-kun tiene un hermano que es guapísimo como él claro que con mejor personalidad y es un modelo muy famoso…-

Es cierto es cierto yo he participado en algunos comerciales con él y es una persona muy amable y muy atractiva…claro que no es como Shinkai-san….-esto ultimo lo dijo por lo bajo-

Menos Chiaki-niichan y Tetora-chan …-

Yo creo que Chiaki-san es una persona super genial…lo admiro mucho…-dijo Momo abrazando una almohada- es de las personas que con su super energía anima a los demás-

Es cierto Chiaki-san es muy interesante…quizás aplique para unirme a su unit y ser el Ryusei pink…-

Seria genial Midare-chan…yo te animaría siempre siempre siempre-

Yo también quiero unirme…-dijo Momo imaginándose al lado de Kanata y se sonrojo-

Entonces apliquemos los 3 para ser los nuevos miembros….-

Esperen…-dijo el rubio- si yo voy a iniciar mis clases en Rizembool después de las vacaciones….pues ya no podríamos unirnos porque solo aplican para los estudiantes de Hanasaki o al menos Chiaki-san hizo esa regla-

Es cierto…-Miki y Momo suspiraron pesadamente

Midare bostezo- creo que ya me agarro otra vez el sueño asi que mejor durmamos para estar con energías en el paseo, además si queremos tener nuestro rostro bello para lucirlo a los demás al menos dormir un par de horas nos hara bien…-

Tienes razón Midare-chan…- Miki se acerco a su cama- que tengan buenas noches-

Momo observo a los dos jóvenes que yacían en sus lugares durmiendo, luego se acomodo en su futon

Ahora yo ya no puedo dormir porque pasare todo el dia cerca de Shinkai-san….- dijo sonrojado mientras se tapaba el rostro con sus manos

Solo faltaban un par de horas para el esperado paseo a la playa de Ryuseitai…
---------------------

Matta ne!!

Mimi-chan


Kana

Años atrás…

Las fechas conmemorativas como aquel día solían ponerla muy nerviosa. Para una niña pequeña podría ser un gran día de entretención y distracción sana, donde encontraría otros niños con los que jugar y donde esperaría que le comprasen algún globo de helio para correr elevándolo. Pero para ella era todo un protocolo estricto y estresante a seguir. Desde ser levantada muy temprano, preparada, desayunar algo liviano, alistarse y estar perfecta para el evento.

Apenas veía a sus padres o a sus hermanos mayores. Todos se preparaban en sus respectivos cuartos y apenas se comunicaban entre ellos. A decir verdad, no importase que fuese un día importante porque en los días normales tampoco casi los veía.
Una mujer elegante y bella tocó la puerta del cuarto y luego entró, se acercó a la niña de cabellos rubios y la inspeccionó. Era su madre.

—Eres encantadora. — Le dijo, sonriéndole brevemente. —Vamos, tenemos que encontrarnos con tu padre. —
—Mamá… No me siento muy bien. —
—¿Qué? ¿Por qué? —
—Me duele la cabeza…— bajó la mirada, con vergüenza.
—…— su madre puso una mano en su frente para tomarle la temperatura.
En aquel instante, alguien abrió la puerta e ingresó abruptamente en la habitación. Era un hombre de facciones duras y mirada distante. Era su padre.
—¿Por qué tardan tanto? —
—Tiene fiebre. —
—¿Y?  Ya es tarde. Nadie notará que está enferma. —
—…— La madre y la hija se observaron entre ellas, nerviosas y con cierta sumisión. La madre tenía sus aprensiones de sacar del cuarto a su hija puesto que la temperatura la tenía alta. Días anterior la pequeña estuvo cursando un resfrío que le complicó la salud y apenas había salido de ese cuadro.
—¡Bien! ¡Déjala aquí! Siempre es lo mismo con ésa niña. Siempre termina defraudando.— el hombre miró a su esposa, enfadado. —Vamos. De todos modos, nadie notará que no está.
—Pero…—
—¡Se quedará con la sirvienta!—
—Nos vemos pronto, cariño. — su madre se levantó y acarició un poco la cabeza de la niña. Salió junto al hombre.

En el silencio de la soledad, la pequeña meditó llena de angustia. Su padre tenía razón: siempre lo defraudaba y lo hacía enfadar. Era una inútil por más que se esforzara. Su madre era comprensiva, pero distante de cierto modo y no la culpaba porque tenía muchos deberes. Ser los Duques de Britania no era simplemente un título. Era toda una responsabilidad.
Pensó que era mala persona por no acompañar a su familia en el momento. Era un día importante para el país, pero eso no era lo que le importaba. Debía aprovechar esos momentos para poder compartir con sus familiares.

La cabeza le dolía producto de la fiebre, pero ya estaba decidida a apresurarse y alcanzar a sus padres en el hall del Hotel.

—¡Señorita! — Le llamó la sirvienta. Pero la niña salió corriendo del cuarto.
Bajó el ascensor y corrió hasta el Hall principal del Hotel. Ya no estaban sus padres ni sus hermanos. Por los ventanales que daban hacia fuera pudo ver cómo la gente estaba reunida en una multitud, muchos flashes de las cámaras sacando fotografías se escuchaban.
—Aún puedo alcanzarlos…—

Salió por la puerta del Hotel, vio a sus padres y hermanos subir a la limosina y ella intentó correr por “la luz tan fuerte y el ruido insoportable” le hizo detenerse y quedar petrificada en su sitio.

Un pitido en sus oídos. Seguido de silencio.
Conmoción.


Durante toda su vida había vivido en La Comunidad dentro del bosque, obedeciendo y siguiendo la creencia de la comunidad que dictaba que la mejor opción era una vida alejada del orden y manipulación de los grandes millonarios dueños del mundo.
La Comunidad vivía en unas parcelas donde construyeron cabañas en el bosque y donde el grupo radical no permitía presencia de otras personas que no fueran parte de su estilo de vida, culto e ideología.
Él, pese a ser un niño, tenía deberes y debía obrar con la cooperación. Generalmente le daban labores de agricultura o carga de pequeñas cosas lo cual se extendía durante todo el día. Por la tarde le tocaba asistir a escuchar ¨la palabra santa¨ y de noche estaba tan agotado que apenas y jugaba un poco con otros niños antes de caer dormido.
En La Comunidad, todos los niños eran hermanos, aunque no compartieran lazos sanguíneos.

No sabía mucho de sus orígenes. No conocía a su mamá. Sólo sabía que sus abuelos habían emigrado con su padre desde Irlanda a Inglaterra. Su abuelo desde joven fue miembro del IRA, y como voluntario irlandés aboga por un Estado soberano e independiente del Reino Unido. Esa visión era compartida por otros compatriotas, y la misión era realizar un cambio radical a través de actos extremos.
No conoció a su abuelo, puesto que lo arrestaron y condenaron después de un atentado de bomba a unos políticos británicos donde la mayoría, junto con civiles ingleses, resultaron muertos.

Su padre no era miembro del IRA si bien compartía la visión. No obstante, consideraba que el movimiento terrorista del cual su padre era miembro resultaba ser demasiado básico y poco ambicioso. Por ese motivo su progenitor habría fundado el IRF.Vox Populi con una ideología mucho más intelectual, pero a la vez incluso más extremista. Ya no sólo era un movimiento contra el control inglés, sino un movimiento contra el orden mundial opresor, elitista y clasista, donde los hilos lo movían unos pocos líderes cabezas de las familias más importantes.

Ese día era importante. No sólo porque volvía a ver a su padre después de años sin verlo, sino también porque por primera vez saldría de La Comunidad.
Su padre lo llevó muy temprano hasta el taller donde le enseñó a preparar un artefacto, le dio las instrucciones de cómo usarlo durante el viaje en el vehículo y después de un viaje largo desde el bosque a la ciudad llegaron a su objetivo.


En aquella fecha se celebraba un día importante de los ingleses, pero a partir de esa mañana del viernes pasó también a conmemorarse el aniversario de un suceso que enlutaría a todo el país.

Los noticieros fueron rápidos en transmitir las noticias por la televisión, radios y otros medios.

“Noticia de último minuto: A vísperas de la celebración del día de hoy, a lo largo del país se han vivido una serie de sucesos organizados de índoles terroristas el cual se ha llevado en cadena. Ataques incendiarios a centros emblemáticos, toma de rehenes y ejecuciones de algunos de ellos bajo la premisa de enviar un mensaje y el último suceso lamentable acontece a un ataque de explosivos en los vehículos del gobernador, y del duque, ambos se trasladarían en sus vehículos junto con sus familias al punto de encuentro, pero sus vehículos explotaron. Algunos sobrevivientes posteriormente fueron acribillados por soldados del IRF.Vox Populi. Aún no se sabe la cifra exacta de fallecidos, pero va en aumento. Desde personajes políticos a civiles que presenciaban el acto. Aún no hay dete—“


Cuando cerraba sus ojos todavía recordaba el día en que vio el vehículo de su familia explotar. Aunque estuviera en completo silencio escuchaba a la gente gritar llena de pánico, escapando de las balas. Sentía aún como su sirvienta la levantaba con brusquedad y corría con ella cargada en brazos pese al dolor de una bala incrustada en el hombro.
Si no fuera por ella, no estaría viva… Y si no fuera por ella, estaría reunida con su familia.
La maldecía por no dejarla subir en ese momento en el vehículo.

Y aunque habían pasado los años el dolor estaba allí. Aumentaba cada día, con cada lágrima que derramaba de noche cuando despertaba de esas terribles pesadillas.
No era una adolescente normal. No era feliz. ¿Cómo serlo? Pese a fingir una sonrisa y serenidad, era infeliz. Se odiaba y odiaba a los demás. Les tenía rencor a muchas personas y por sobre todo sentía demasiada culpa.

No podía aceptar lo que pasó. Seguían las preguntas en su mente “¿Y sí los hubiera distraído un momento más con mi malestar de ese día?” “¿Y si hubiera sido más valiente y le hubiera pedido a mamá que se quedara conmigo?” “¿Por qué no fui afectuosa la noche anterior con mis padres y hermanos en la cena?” “Quisiera estar en ese vehículo yo también…”

Lo único que le había ayudado a soportar ese dolor intenso y esa agonía tan tortuosa era su guardaespalda. Quien era su mejor amiga, su compañera, su confidente y la persona más importante en su vida.

Con ella se sentía protegida, cuidada, querida. De ella recibía contención emocional y casi podría decir afecto.

¡Pero incluso a ella se la quitaron!
El mismo maldito grupo, el IRF.Vox Populi, atentó nuevamente contra su vida y la de sus compañeros de clases, quienes eran hijos de nobles, políticos y gente adinerada en Inglaterra. Esta vez, el tiroteo fue iniciado por los juveniles del IRF.Vox Populi.

Y su querida amiga había recibido más de dos balas para defenderla a ella. Pese a que logró ser trasladada al Hospital y resistir una noche… su cuerpo no resistió más y un derrame cerebral fulminante a consecuencia del daño se la llevó.

Estaba sola en el mundo. Sin familia y sin su amiga. Nadie que la protegiera. Era un blanco fácil.

Cierta organización de policías especializados llegó a buscarla al Hospital y desde ese momento se habían hecho cargo de ella. Era un hombre adulto, junto con un cadete que les seguía a todas partes.

—Capturamos a unos juveniles de IRF.Vox Populi. Vamos a interrogarlos. —
—…— Ella estaba en el cuartel en ese momento. ¿Podría escuchar el interrogatorio? Vio que el jefe fue a la sala de interrogatorio, lo siguió en sigilo, pero una mano la detuvo apretándole el hombro.
—Señorita… No debe ir. — Era el cadete.
—Por favor… Debo cerrar este ciclo. Seguramente son los mismos individuos relacionados con el atentado a mi familia. —
—…— No le parecía lo correcto. El cadete no tenía expresión de nada, sus labios se pusieron rectos y le soltó del agarre. Sacó un cigarrillo y entró en la sala de interrogatorio.
La chica supuso que era una señal de autorización de ver a través de la ventana, de aquellas que sólo pueden ver los que están desde afuera, pero que tuviera cuidado de ser descubierta.

Lo primero que vio en esa habitación iluminada fue al jefe de la policía especializada, al cadete quien se sentó a su lado, pero a cierta distancia para aprender de la experiencia del otro, y, frente a ellos, un chico adolescente que estaba esposado.
El rostro y varias partes del cuerpo parecían bastantes magulladas. Había escuchado los golpes que los otros miembros del escuadrón le habían dado durante la custodia a él y sus compañeros.
—¿Cuál es tu nombre? —
—…—
—Bien. No lo des. Pero sabremos quién eres. — el hombre mayor lo miró con rencor. —Pero sería bueno, tal vez, que dieras los nombres de tus amigos y de quien los mandó a que hicieran… lo que hicieron. —
—…— El chico lo miró sin expresión por unos segundos, desafiante. Luego desvió la mirada. Sentía una punzada intensa en la boca del estómago, justo en donde uno de los policías lo había pateado en reiteradas veces en el suelo. Escupió un poco de sangre.
—¿Quién estaba a cargo? —
—…— El cadete observó en silencio.
—Okay, no quieres cooperar. —


Minutos antes…

—¡No pueden callar al IRF.Vox Populi! Ni ustedes, ciegos esclavos, ni los dueños del mundo. ¡Somos la luz! — Gritaba uno de los compañeros.
—…— Escuchaba claramente sus gritos, a pesar de estar siendo golpeado en ese momento en el suelo. Le habían dado de patadas y puñetazos. Se retorció, pero no debía mostrar debilidad. De a poco se incorporó.
—¡Tá díoltas dearg. Ní féidir leis an guth é a thost! —
—¡Ya cállate! — Uno de los policías le pegó con el bate en el rostro. El chico cayó a un lado.
—Bah…— se levantó, limpiándose la sangre de un derrame nasal.
—Estos animales son brutos. No entienden ni a golpes. — le habló el policía a su colega. —Vamos. El jefe los va a interrogar. —
—An bhfuil tú ceart go leor, Floch? — preguntó el chico golpeado a patadas, al chico golpeado con el bate. Le habló en su idioma y en sigilo, sólo para ellos dos.
—Tá— Asintió.
La puerta se abrió después de unos minutos. Era un hombre alto. Agarró a uno de ellos y lo arrastró hacia fuera. Otro tipo llegó y se llevó al otro.
—¡No les digas! —


Y no iba a decir nada.
Miraba desafiante a los dos que lo analizaban con minucia.

—Tu amigo es duro. En la sala de al lado están usando todos los métodos para que hable…— Se refirió a Floch, el chico a quien le habían quebrado la nariz.
—…—
—Tú podrías ayudarlo a que no se sobrepasen, ¿sabes? Sólo me tienes que decir nombres y ubicaciones. —
Pasaron dos largos y molestos minutos. Nada.
—No hablará…— Dijo el cadete. —¿Procedemos? —
—…— La chica al otro lado del vidrio se asustó. Pensó que tal vez lo golpearían. Quería verlo sufrir, pero no se sentía preparada para ver violencia directamente.
—Hm…— El jefe se puso de pie. Rodeó la mesa y fue hasta el prisionero. Lo agarró del cabello y le estampó la cara contra la mesa. —Escucha, pedazo de escoria radical, si no hablas las consecuencias serán peores. — le dio un golpe en la cabeza. —Así que hablas o…—
—¿O qué? ¿Me golpea? ¿Me apresa? — Respondió burlón. Su inglés era extraño, seguramente porque estaba acostumbrado a su idioma natal. —Haga. —
—¿Sabes dónde estas y quiénes somos, cierto? —
—…—
—No somos los policías de la Reina. Tampoco de Inglaterra. La gente cree que somos una fracción de INTERPOL… Pero somos un grupo especializados encargados de erradicar toda situación que genere una conmoción significativa. En simples palabras… Tenemos todo el derecho, privilegio y permiso de eliminarte a ti y tus amigos, y nadie lo lamentará.
—…—
—Los tuyos pensarán que fueron los policías los que hicieron desaparecer sus inútiles cuerpos anarquistas y ¿qué harán? Otro atentado de monos liderados por un simio. ¿Qué hará la policía? Seguir a los suyos y apresarlos. Todo dentro de un círculo vicioso. — Le dio otro golpe azotando la cara del chico contra la mesa. —No son muy listos, ¿cierto? Ni la IRF.Vox Populi ni la policía británica. La policía no ha podido encontrar a ni uno de ustedes después de sus atentados. No sabe sus identidades ni donde se encuentran. No pueden predecir sus movimientos… Ah, pero algo salió mal hoy ¿no? No se esperaban que apareciéramos hoy en el lugar del atentado en plena acción. Pues…— se le acercó al rostro, hablándole con desprecio. —Te presento a nuestra organización. Mil veces más especializada que los gordos policías a los que burlaban. —
—¡No sé nombres! —
—Pero, no es necesario. — Le soltó el cabello. Extendió la mano hasta el cenicero y agarró su cigarro. Le dio una aspirada y tiró el humo al rostro del menor. —El de la sala de al lado, el chico duro, es Floch Foster. Tiene tu edad, es tu amigo. Se niega a hablar pero no se calla con su discurso ideológico. Si sigue así, puede que desaparezca o… se lo damos a la justicia para que lo condenen como ADULTO. ¿Y sabes que le hacen a un niñito tonto como él en la cárcel? Mejor no lo imagines…—
—…—
—Hay más. — Le dijo el jefe. Luego miró al cadete. —Las fotos. —
El cadete sacó un sobre unas fotografías que fue dejando sobre la mesa. El chico vio la primera que le mostro. —Le conoces. —
—No conozco a ese chico. —
Ese pobre chico, ¿Arlet, no? No tiene nada que ver con todo esto. Se salió del IRF.Vox Populi con… ¿tu ayuda? Porque no me explico de qué otro modo alguien puede escapar de esa secta. Demasiado puro y bueno de corazón para estar adentro, tuviste que ser un poco traidor en ayudarle a escapar de ustedes, ¿no?
—Él no tiene que ver en esto. — desvió la mirada.
—Pero las cosas se pueden ¨modificar¨ podemos involucrarlo y condenarlo igual que a Foster.  A menos que hables.—
—…—
—¿No te conmueve eso? Vaya… Eres un maldito. — negó con la cabeza. —Las otras fotografías…—
—…— el aprendiz fue deslizando las fotografías en la mesa.
—…No…— El chico abrió enormemente los ojos. Las manos, esposadas, le temblaban, los dientes los apretó hasta sentir hacerse daño. No pudo contenerse, las lágrimas salieron por sus ojos. Agarró las fotografías y las apretó contra él frenéticamente. —Buarthaí damn! Mharaigh siad iad! AN BHFUIL MY FHIOSRAÍ AGAINN! AN BHFUIL MY BRÚISEANNA AGAINN! — el adolescente se echó a llorar en su lamento.
La chica al otro lado del vidrio se llevó las manos a la boca para cubrir su expresión. Poco, pero se podía ver desde su ubicación algo de las fotografías y pudo ver a un montón de adolescentes masacrados. Acribillados. Pensó que eran sus compañeros de escuela… Pero resultaban ser sus propios atacantes. No debía conmoverse por sus muertes, pero le había shockeado ver gente muerta tanto en vivo como en imágenes.
—Habla…— Dijo el jefe, pero el chico siguió llorando y agarrándose la cabeza.
—Sólo eres un niño llorón... A Foster le han mostrado las mismas imágenes y se ha expresado reservado. Siente la pérdida de sus amigos, pero dice que ha sido por la causa. Si no estuviéramos mal, pensaríamos que él es hijo de Jaeger y no tú.
—Señor, está en shock… No hablará. —
—Entonces, sólo nos queda condenarlos al mismo destino… Lo siento por el chico Arlet… Él no tenía nada que ver con esto.
—¡No! — gritó el adolescente. —No más amigos deben caer. — Se pasó ambas manos por el rostro secándose las lágrimas. —Déjenlos afuera de esto…—
—Dame los nombres de los responsables de este atentado. No necesito la ubicación de los cuarteles… Tenemos rodeado el de Little Hill y el de la costa. Si me das el nombre de los responsables de este atentado, prometo dejar a Arlet afuera… y a Foster, en una penitenciaría adolescente. No será el mismo cuando salga, pero no estará con adultos depravados. Así que apunta el nombre.—
—Jaeger Eren. —
—…— El jefe y el cadete se miraron entre ellos.
—Nadie más. — Concluyó.
El hombre miró seriamente al adolescente. —Una cosa más. Tu organización está por ser desintegrada. No habrá ejecuciones dada tu colaboración… Pero Jaeger G. se esconde como una rata y permite que todos los suyos caigan mientras él se libra. Su ubicación, y lo habrá ¨bajas lamentables¨— aprovechó el momento de debilidad del otro.
—No. —
—Bien. No hay trato. —
—¡Usted dijo nombres y le di uno! —
—Pero necesito lo otro. ¿De qué me sirve un solo nombre?  Además, sabes bien que el líder los abandonó a todos hace tiempo a su suerte… No deben pagar todos por culpa del cabeza, ¿no? —
—No va a hablar…— volvió a presionar el cadete.
—Bien, arrestalo a él. Desaparece a los demás. ¿Qué más da? Ya los tenemos a todos localizados. Excepto a Jaeger G. —
—Elm Green 1293, Oregon, USA…—
—No era tan difícil, ¿cierto? — le dio unas palmadas en la espalda, con una sonrisa burlona. —Otus, encárgate…— dicho esto, salió de la sala. La chica que observaba fue rápida en ocultarse.
—Jaeger Eren, queda detenido en calidad de autor intelectual y de acción por el delito de terrorismo, violencia extrema, crímenes graves contra la humanidad y contra el reino de Inglaterra. — Cambió las esposas, pasó las manos del chico hacia su espalda y las esposó con unos grilletes que unían unas cadenas de las muñecas a los tobillos. —Bajo confesión, no requiere de defensa de un abogado puesto que usted mismo ha declarado ser culpable. Será procesado en calidad de criminal de alto calibre, bajo las leyes aplicadas a los adultos. —


Un año más tarde. La joven estaba en el hogar de protección a víctimas de delitos. Lo común era que ubicaran a varias víctimas en una residencia de regulares condiciones, pero se trataba de la hija de un miembro de la aristocracia británica por lo que se le había dado protección dentro de un cómodo hogar de clase acomodada pero sutil.
Dejo la taza de té sobre el platillo. Ese día le tocaba visita del jefe de la fracción especializada de la guardia.

—Espero que su ánimo esté bien, señorita. Ha pasado un año desde la desintegración de la organización que atentó contra su familia y que posteriormente atentara años después contra los alumnos de su escuela. —
—Estoy de mejor ánimo. Más tranquila. Gracias a ustedes. — le sonrió, forzada. La muchacha rubia observó hacia la puerta de la casa. Por el cristal se veía que aquel policía, Otus, hacía guardia mientras su jefe estaba en el interior. —Veo que a usted también lo protegen. —
—No es nada. —
—También le han puesto precio a su cabeza. —
—No se preocupe. Si bien Jaeger G. escapó, nunca intentará nada mientras su hijo esté en prisión. Sabe que puede sucederle cualquier cosa a su único engendro.
—… ¿Puedo hacerle una pregunta? — aquel hombre le causaba cierto rechazo. Sabía que no era malo, pero era demasiado rudo para tratar con los delincuentes… Bueno, era lo esperable después de todo. Pero de cierto tiempo lo sentía más ausente y, ahora que ella estaba más grande, podría entender que quizá era hasta un poco bebedor. Pero algo le intrigaba, sobre todo.
—Claro. —
—Yo odio a esa familia por lo que le hizo a la mía y por haber destruido mi vida… Y a todos… Pero, siento que usted también les tiene un rencor especial…— 
—…Usted es bastante observadora. — resopló, después de una pausa de silencio. —Sí. Tengo un rencor especial… Los odio, de hecho. —
—…¿Por qué, señor? —
—…— sonrió cansadamente. —Porque el líder de esa estúpida organización se llevó la vida de mi pequeña hija de cinco años en un incendio…—
—Dios… Cuanto lo siento.  Perdóneme. — Dijo, estresada.
—Descuide. No tiene la culpa… Es algo… Es… En parte mi gran culpa. Yo era demasiado trabajólico y dejaba a mi familia mucho tiempo a solas. G. tenía algo contra mí porque era su obstáculo en ese entonces… Pero sabía cómo hacer daño sin tocarme. Es raro que hable de esto con usted…—
—Lo siento. —
—El chico de allá afuera, me admira mucho y trata desenfrenadamente de liberarme de presión del trabajo trabajando él en exceso. Espero que no se vuelva como yo. —
—El joven Otus es un buen policía y una buena persona en general… Aunque. — la chica arrugó la nariz.
—¿Aunque? —
—Fuma demasiado y es muy serio…—
—Hehe. Le digo lo mismo. —

Hablaron un poco más de otros temas, hasta que el mayor le pidió si podía acompañarlo a uno de los cuarteles. La chica, acostumbrada a esos procedimientos, aceptó. Pero quedó en shock cuando llegaron al lugar.
La había hecho pasar a una sección donde estaban los presos más peligrosos. Entraron en el aislamiento donde las celdas eran de concretos y un gran ventanal irrompibles les permitían verlos las veinticuatro horas del día.

—¿P-Por qué me muestra esto? — Preguntó consternada.
—Es una mascota… Un animalito. — Dijo el jefe, dando unos golpes en el vidrio. —Está allí todo el día sin hacer nada. Supongo que el aislamiento por más de un año le ha perjudicado la mente.
—Señor, no es correcto que la señorita Reiss esté aquí. — Otus intervino.
—Mh, pensé que le gustaría ver que su atacante jamás podrá salir de un lugar como este. Por su seguridad. — su teléfono sonó en ese momento. Contestó la llamada y se disculpó con ambos porque tenía que atender un crime. —Otus, lleva a la señorita Reiss de regreso a su hogar.
—Sí, señor. —
Cuando los dos se quedaron solos. Historia Reiss volvió a hablar. —¿Por qué me ha traído aquí? — Dijo indignada, pero seria. Manteniendo la compostura.
—No puedo encontrar una explicación…—
—Pensé que a Jaeger lo tendrían en la cárcel de adultos… Está en aislamiento en un sitio especializado. No puedo creer que le den estos privilegios. Es un asesino, un criminal… No merece esta ¨protección¨
—Él era un niño cuándo pasó lo de su familia… Su padre lo llevó ese día para que aprendiera observando. —
—Y lo convirtió en esto… En un asesino como él. — Historia se ofendió con Otus. Parecía que justificaba a Jaeger.
—Es una víctima de una mente torcida. — Jean Otus se acercó al ventanal. Historia estaba en una línea donde no la podían ver del otro lado. Jean observó a Jaeger pasivamente.
—Eso no lo exonera. —
—Señorita Reiss… ¿Usted sí sabe que él no es el culpable del todo del tiroteo en su escuela, ¿verdad? —
—¿Perdón? — frunció el ceño. —Hasta lo confesó. —
—G. Jaeger le encomendó esa misión a su hijo… Pero su hijo era un llorón que no cumplía las expectativas de su padre. Unos soldados adolescentes fueron los que abrieron fuego, Eren no tuvo las agallas de dar la orden… En cambio, pidió que cesaran el fuego… Pero la misión para los otros era más fuerte que la voz del encargado. Pero eso no importa. Al momento de asumir, asumió… y ha sido condenado a cadena perpetua. —
—…— Historia procesaba lo que le decía Otus. No entendía por qué le hablaba esas cosas. Aunque el tal Eren no haya hecho directamente las cosas, de todos modos, estaba presente, era testigo y bien pudo detener a tiros a sus aliados si estaba tan arrepentido. —Supongo que si está en ese estado perturbado es porque la consciencia le pesa…—
—¿Perturbado? — Otus susurró, sin dejar de ver al prisionero. Parecía que Reiss pensaba que Jaeger estaba disociado. Ido. —Por favor, manténgase en la línea ciega, señorita Reiss. —
Jean Otus golpeó el cristal. El prisionero fingió no verlo. Otro golpe en el cristal en clave permitió que el otro entendiera de quien se trataba. Se puso de pie y caminó con dificultad hasta la pared de cristal que le separaba del rubio. Los grilletes lo hacían caminar lento, y el traje de overol naranjo no permitía que se volviese un punto ciego por ningún motivo.
—Jaeger…—
—Otus. — Se hizo tronar el cuello. Tanto tiempo en una posición, en el suelo, con la espalda apoyada en la pared de concreto, le habían tensado. —¿Cómo está? —
—Bien. ¿Tú? —
—Sí, bien…—
Historia se quedó pasmada. El tipo que parecía un enajenado hace un rato, una especie de animal, un prisionero que lucía lobotomizado, ahora era un chico normal. Se enfadó con Otus, porque eso indicaba que el rubio desobedecía a su jefe, hacía contacto con el prisionero y simpatizaba con éste.
—¿Ha pasado algo interesante en el mundo de afuera? —
—Especifica ¨interesante¨—
—¿Hm…?— meditó pensativo. —¿Alguna nueva canción de The Killer? ¿O de Imagine Dragons? —
—No sé de qué me hablas. —
—Parece que eres aislado más que yo. —
—Habla bien, tonto. ¿Acaso no has repasado tus lecciones? —
—…Un poco. — desvió la mirada. —El viejo me observa más y no puedo sacar el libro de estudio. Aparte, hay uno de los guardias que viene en las tardes y le gusta lanzarme agua. Tengo que tener cuidado que descubra donde guardo los libros. ¡Ah, Otus! ¿Cuánto tiempo me queda aquí? — Aprovechó el horario de guardia del rubio para hablar como condenado. —¿No ha venido un abogado o algo? ¿Ya fue navidad?
—Sabes que tienes cadena perpetua irrefutablemente. — dijo, inmutado. —¿Celebraban navidad en tu secta? — preguntó, extrañado.
—Le decían Yule. No se daban regalos… Pero me gustaba la nieve de la temporada…— dijo nostálgico.
—Dime cuanto tiempo crees que llevas aquí, Jaeger. —
—No sé. Creo que cuatro años, quizá. —
—Llevas un año. Jaeger. —
—¿…Qué? — pareció perturbado.
—¿Todo bien? —
—…Sí, supongo. — lucía decaído.
—¿Algo que reportarme? —
Historia parpadeó. Con que eso era. Además de entrenar a ese ser inhumano, Otus lo utilizaba de soplón.
—Hay un guardia, el de cabello rojo y bigote ridículo, que se queda dormido a los minutos de hacer la custodia se duerme…
—…C-Como. — La rubia se inquietó. Si un guardia era tan irresponsable el prisionero se podía escapar libremente.
—¿H-Hay alguien más? — Eren se tensó.
—…— Historia se tensó aún más.
—Una señorita...—
—¿Q-Qué? — Historia quedó congelada. ¿¡Qué planeaba Otus!?
—…— Eren se tensó más. Respiró nervioso y prefirió volver a su rincón.
—Jaeger… Jaeger…— Le llamó suavemente Otus.
Historia gritó en shock. Se perturbó al verse delatada aún más. No pudo contener su nerviosismo y salió del lugar corriendo.
—El jefe le ha dicho a tu padre que te eliminará si él hace algo... Espero por tu bien que tu señor padre no intente nada…—



Pero confiar en el padre de Eren era como confiarle algo al diablo. El jefe le había amenazado con la propia vida de su último hijo, ¿Qué había hecho el padre de Eren ante esa amenaza? Aniquilado al jefe y a unos cuantos más.

Otus no podía creer lo que pasaba. Al cerrar sus ojos aún se recordaba con su uniforme negro, usando la gorra, apuntando a los terroristas, recibiendo unas cuantas balas, viendo como a su jefe lo acribillaban con una ametralladora. Más de los suyos caídos que de los hombros de Jaeger. ¿Y el mensaje que le pasó Jaeger en un sobre a su jefe? “No tengo hijos”
El rubio sentía como la pérdida de sangre le debilitaba, pero fue firme. Persiguió al cabeza del atentado por los edificios, corrió tras él y cuando quedó cara a cara escuchó en parte el sermón idealista que éste le contaba, pero en su mente no procesaba sus palabras.

—Eres demasiado joven y bueno para matar a alguien… muchacho. —

Jaeger le había dicho lo mismo años atrás, cuando un novato Otus lo tuvo en sus manos e intentó esposarlo, perdonándole la vida… Pero en esa acción, Jaeger le había dado una puñalada y se libró de Otus.
Pero ya no cargaría con esa culpa una vez más. No permitiría que se librara por torpeza e inocencia de él mismo para que terminara matando más personas. Apunto a la cabeza del otro, y Jaeger hizo lo mismo. Se escucharon dos disparos. Un hombre caído yacía muerto… y Otus estaba vivo, moribundo, pero vivo.


—Las cosas han cambiado con la organización. Apunto de desaparecer y en peligro… Hemos tenido que acudir a reclutar a gente como tú. — Años después, Jean Otus le explicaba las condiciones de los términos a Eren Jaeger. —Tendrás que hacer todo lo que te exijamos a cambio de tu libertad condicional. Tu labor será sin goce de sueldo, no obstante, alquilaremos una habitación y pagaremos tus estudios en la universidad que se te mencionó con el objetivo que recabes información de las personas que se te solicitarán. ¿Estás escuchando todo? —
—Si…— Eren asintió. —¿Qué pasará con Foster y Arlet? —
—¿Qué tienen que ver esos tipos con esto? —
—Porque a Foster también lo condenaron y… Arlet, no sé si cumplieron con no involucrarlo. —
—El señor Arlet vive tranquilamente con su familia de acogida. Estudia, es un alumno brillante y con muy buen futuro. El señor Foster sigue cumpliendo pena en la penitenciaría…—
—Me alegro por Armin…— Eren asintió. Estaba feliz por su amigo. —Pero si no me pagan, mínimo liberen a Foster para compensarme. —
—¿Perdón?... — Otus lo miró sin expresión. —Jaeger, recuerda que estas en calidad de imputado. No puedes exigir nada. —
—Pero me usaran de chivo expiatorio, de carnada, y, muy probablemente, me pasen cosas muy malas… Mínimo quiero protección para Foster… Él tiene derecho a tener una oportunidad.
—Es un criminal…—
—Es inocente…—
—Depende como se den las cosas, puedo evaluar tu petición.—
—Okay…—
—…— Ese joven era fácil de convencer o era demasiado confiado con él.


Así había llegado a donde estaba. Prisionero y cumpliendo con su libertad condicional exponiendo su vida sin paga a cambio y ningún privilegio más. Pero algo era algo… Al menos sus problemas no salían explícitamente en su historial y sólo aparecía en su hoja de vida una estadía en “la correccional juvenil por vandalismo y otros actos” pero nada grave… Hasta ese chico raro llamado Kurusu tenía más prontuario que él.

Estar en Rizembool era un asco. No tenía amigos, no se integraba, apenas entendía el idioma… Pero, en fin. Lo único que no lo mantenía cómodo era el haberse enterado que esa chica, Reiss, se integraba a la organización. Ya no en calidad de victima ni protegida, sino también como agente infiltrada.
Pensaba que sería demasiado denso cuando se toparan en algún momento. Se sabía odiado por ella… y con justa razón. Pero él tampoco quería verla en la vida.


Meses después, en un café de Tokyo. Las ironías de la vida los llevaba a estar juntos en un mismo lugar e incluso compartiendo mesa. Eren seguía escondido detrás del menú mientras Historia revisaba su teléfono celular.

—Jaeger… ¿Todavía te escondes para que no te vean conmigo? Creo que Otus ya lo aceptó. —
—Ah, ¿Aceptar qué? —
—Que no nos llevamos tan mal. —
—Ah…— Otus no era el problema. El problema eran los pocos amigos que había conseguido en Rizembool. Si lo veían con Historia lo joderían el resto de la vida malinterpretando las cosas. Bajó el menú, mirando a la chica. —Por cierto… Nunca te agradecí por ese día que te quedaste en el departamento y te… encargaste de mis lesiones, después de que esas locas HiMEs me molestaran. —
—Bueno, te dieron una paliza más que simplemente molestarte. —
—Ay, por favor…— Eren giró los ojos. —Ellas no me hicieron casi nada. Además, terminaron peor… ¡Pero no me salgas con tus tonteras de empoderamiento HiME y que las mujeres deben defenderse unidas!
—No iba a decir eso. — dijo, indiferente. —Aunque Zero Two me agrada.
—Tsk… ¡Está LOCA! —
—Tal vez… Pero igual te pasaste. —
—Solo me defendí. Y salí victorioso. No es un crimen. —
—Pero recibiste ayuda. Si no es por ese tal Kurusu, terminabas quizá partido en dos en el suelo, por Zero Two y la otra HiME. Zero Two es muy fuerte. — no pudo evitar una risita discreta.
—Basta. Esa feminazi no pudo dañarme. —
—No es una feminazi… Los hombres siempre inventan tonteras y palabras idiotas para justificar su machismo. — Historia giró los ojos. Vio que Eren estaba dispuesto a decir una estupidez, pero felizmente llegó el mesero. —Quisiera un cappuccino y un cheesecake de maracuyá. —
—Buena, elección— Dijo el joven. —¿Y su novio que va a pedir? —
—…— Los dos lo quedaron viendo en shock, hicieron una mueca de desagrado.
—¿Eh? —
—Espera, no somos novios. ¿Eres ciego o qué? —
—…— Historia miró a Eren entrecerrando los ojos. Sabía que él la consideraba fea, y baja, y sin las curvas que les gustan a los hombres, pero no era necesario ser tan bruto.
—Disculpa. Me confundí. — sonrió el mesero. Esa aclaración lo alegraba. Encontraba linda a la chica rubia, ahora le podría sonreír coquetamente con libertad.
—Pues ten cuidado. — Eren lo miró enojado una vez más. —Quiero café cargado y…— apuntó el nombre de un emparedado impronunciable.
—¡Ah, claro! Vuelvo pronto con sus pedidos. —
—¿Qué vas a hacer en vacaciones? — Le preguntó Historia de pronto.
—¿Ah? — se había dispersado mentalmente un momento. Cuando se conectó, contestó: —Hasta ahora iba a hacer nada, pero unos tipos me invitaron a un paseo… Supongo que será interesante ir. —
—Jaeger, ¿no será que te estás haciendo amigo de esos ¨tipos¨? Porque me da la impresión que son los mismos con los que sales a menudo. —
—Yo no salgo con nadie… y no tengo amigos. Ni familia… Ni amigos. — desvió la mirada. —Y esos tipos no son malas personas… No todos los Rebels son malos. Ya te he dicho antes…—
—…— Historia lo observó pensativa y con cierto grado de angustia. Parecían entrar en la misma situación. Volvió a centrarse. —No puedes hacerte amigos de ellos. En algún momento deberás dar reportes incluso de esas personas ya que son Rebels…  Quizá sea mejor que no te juntes con ellos.
—…— ¿Por qué Historia tenía que venir a prohibirle las juntas con el grupo de Oikawa? Los negaba, pero en realidad sentía que eran sus amigos. Historia era una chica molesta… y seguro le iría con el chisme a Otus, amargada.
—¡Ah! ¡Te estás haciendo amigo de ellos! — ella lo miró enfadada.
—¡Que no! — le respondió irritado. —¡Y cómo sabemos si tú te haces amiga de esa loca de Zero Two! Apuesto que tú le dijiste que yo era su Rebel y le diste coordenadas a tu nueva amiga para que me atacara. —
—Por favor, Jaeger, ¿cómo puedes pensar que mi vida gira en torno tuyo para saber dónde estas a cada minuto? ¡Y tampoco le diría a una HiME que te atacara! Sé muy bien mi labor en la organización y mis límites.
—¡Pues yo también! — vio que llegó el mesero y mejor se quedó callado.
—Sus pedidos. —
—¿Gracias? — Eren lo miró con sospecha, porque no se iba a pesar de que ya había dejado las cosas en la mesa.
—Yo no pedí esto. — Dijo Historia al ver su pedido, y, además un segundo postre.
—Es cortesía de la casa. — le sonrió con galantería. Luego se fue.
—…— Historia se sintió incomoda.
—¿Qué? — Eren se rio al entender lo que pasaba. —No está mal que alguien se fije en ti. Quizá puede ser tu novio de verano haha. —
—C-Cállate, tonto. — dijo la rubia, avergonzada y con las mejillas rojas.
—¿Qué tiene de malo? — la miró, confundido. El insulto estaba de más. —A menos que quieras que tu primera relación de pareja sea más especial. —
—¿Qué te hace pensar que sería mi primera pareja? —
—¿Q-Qué? — quedó en shock —¿No sería tu primer novio? —
—…—
—¡Imposible! Una chica como tú, tan reservada e inalcanzable, no puede haber tenido pareja antes. —
—Pues si la tuve… Hace años. —
—¿En serio? — parecía desilusionado. ¿Cómo era que hasta Historia tenía pareja y él no? —¿Y cómo era ese chico? ¿Del tipo deportista y cabeza hueca? ¿O nerd y rechazado por la sociedad?—
—¿¡Por qué eres tan curioso!? —
—Sólo quiero saber… no puedo evitar ser curioso…— alzó los hombros, inocentemente.
—Mi primera pareja fue… una chica, Jaeger. —
—…— Eren abrió los ojos enormemente en sorpresa.
—No tiene nada de malo…— negó con la cabeza.
—No. No. — Eren negó también. —Es que en cierto modo no me lo esperaba… ¿o si? Creo que sí…— se puso más serio. —No tiene nada de malo en que tu pareja haya sido una chica. Quiero aclarar. —
—Es curioso que hable estas cosas contigo. — picó el postre con el tenedor. En tiempo pasado no podía ni procesar el estar en el mismo lugar que Jaeger, menos hablarle. Ahora le conversaba sobre algo íntimo, con reparos, pero le conversaba.
—Si quieres puedes preguntarme sobre si he tenido pareja. —
—Eh, ¿para qué? No es necesario. Sé que nunca has tenido pareja. —
—Hey…—
—Ya, pero no es por feo o cualquier cosa así. Otus me dijo que no tienes ni has tenido… Quizá por tu personalidad—
—¿Y qué sabe él? — Eren se molestó. —Yo podría pensar que él nunca ha tenido pareja porque es bien pinche inanimado y aburrido. Es como estar en una relación con un mueble o algo así. —
—Haha, Otus no es así. — Historia no pudo evitar reírse con ese comentario. Cuando Eren se ofendía, parecía un niño picado. —Pero, ¿si en serio no has tenido pareja? —
—…—
—Yo te conté la verdad. Dime la verdad a mí. —
—N-no. Pero es porque no quiero y no la necesito. —
—Ah, ya. Okay.—  asintió. —Bueno, creo que estoy en la misma situación de no querer ni necesitar. — Recibió un mensaje en ese momento y revisó su celular.
—No sabía que te agradaban las redes sociales…— miró de reojo.
—Ah, es que me uní a las animadoras de la universidad y las chicas subieron una fotografía y me etiquetaron.
—¿Qué? — Eren volvía a estar en shock.
—Yo no quería unirme… pero me insistieron… y los de la agencia secreta dijeron que era una buena coartada. Uh. — se encogió de hombros. —El uniforme es lindo. Puedo decir. — le mostró la imagen.
—…— el pelicastaño vio una fotografía de unas chicas bien bonitas donde estaba Historia. Tenían un montón de likes. —Vaya. Nunca me lo esperé.—



Mimi Tachikawa

Vengo con otro capitulo del mes XD:



En la casa de la familia Daidouji

Después de su fallido trabajo de espia en la cita de Naru y Mika, Mashu decidio ir a casa de Tomoyo para hablar con el hermano mayor de esta, aprovecho en ir en el momento que Tomoyo se encontraba en su casa visitando a Sakura, ahora se encontraba en la sala de rezo donde Ishikirimaru la esperaba con una taza de té preparada

A que se debe tu visita tan repentina Mashu-chan??

Perdona por interrumpir tus rezos Ishikirimaru-san, solo quería saber la suerte de Sakura el dia de mañana en su paseo con sus amigos…en realidad no iba a darle permiso debido a que siempre paran atacándola y no quiero exponerla como tampoco quiero que sus amigos estén expuestos por los asuntos de nuestra familia, pero al ver su rostro lleno de emoción y que también Bishamonten junto a Syaoran-kun iran con ella hicieron que cambie de opinión, pero igual no dejo de sentirme preocupada.

No debes de preocuparte por eso Mashu-chan…-tomando un sorbo de té para esbozar una gran sonrisa- Tomoyo también ira, asi que estarán rodeados de seguridad de primera calidad, no percibo ningún problema referente a ella, quizás el problema va a ser las personas que irán junto a ella, seria bueno poner de sobreaviso a Bishamonten, solo por precaucion, pero Sakura-chan la pasara muy bien, recuerda que ya no es una niña, es una adolescente muy fuerte, recuerda que ha sido entrenada por experimentados maestros en artes marciales y en el uso de la espada, la estas sobreprotegiendo demasiado…-

Se que lo hago, pero es la única familia que tengo…hubiese querido que tuviera una vida tranquila, pero lamentablemente pertenecemos a una familia de Yakuzas muy importante que ni podríamos retirarnos del negocio…-suspiro pesadamente-

Das todo lo mejor de ti tanto en Rizembool y en la actividades de tu familia…pero necesitas confiar en Sakura-chan y en la gente que esta alrededor de ti…yo también hago mi parte con Tomoyo, después de todo somos los hermanos mayores y estamos aquí para guiarlas y que sean mejores personas que nosotros-

Es verdad…- sacando de su bolsillo un libro de apuntes- también hay algunas cosas que he investigado acerca de Tsubaki Daidoji que quisiera conversarlo contigo…-

El otro joven se puso serio y asintió con un movimiento de la cabeza-Tengo entendido que Enoshima Junko ha regresado…-

A Mashu se le cayo el vaso de té al escuchar esa noticia y su mirada se puso mas seria que de costumbre- será mejor comenzar con el plan…-

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En la casa de la familia Kinomoto que estaba siendo custodiado por todos los “aniki” de las dos jóvenes que lo cuidaban sin descanso, en la habitación de Sakura, la joven pelicastaña se ponía con vergüenza todos los atuendos que Tomoyo que le tomaba y también la filmaba para la posteridad

Es necesario hacer todo esto Tomoyo-chan??...igual me los iba a poner mañana para el paseo…-dijo con una gota en la cabeza-

Eso ya lo se Sakura-chan pero tenemos que hacerles algunos arreglos a las ropas que compraste y que no me permitiste diseñar, como tu diseñadora personal que soy…- dijo inflando los cachetes

Tomoyo-chan…- suspiro pesadamente- pero no crees que es demasiada ropa para los 3 dias que vamos a pasarla en tu playa privada??-

Claro que no Sakura-chan,tienes que lucir hermosa y bonita para Li-kun…no recuerdas que me dijiste que en este paseo vas a volverte mas cercana a él, porque aunque sean prometidos no han tenido alguna convivencia romántica??-

No lo digas de esa manera que me voy a sonrojar…- dijo tocándose el rostro- ahora si me da vergüenza hasta mirarle el rostro , me siendo como toda una pervertida…-

No lo eres Sakura-chan…solo eres una chica enamorada que debe de conquistar a su chico con todas sus fuerza y belleza…además debo de filmar toda la escena de amor en todo este paseo-

Uhmm no creo que puedas hacerlo…recuerdas que te ofreciste a filmar a Ryuseitai en su paseo? Recuerda que nosotros nos colamos porque queríamos cuidar de Shinobu-kun y le prometiste a Chiaki-senpai que ibas a filmarlos…-

Es cierto….- dijo cayendo de rodillas- y no le puedo decir que no a Chiaki-senpai que siempre se ha portado bien con nosotros, pese a que sea un poco precipatado en sus acciones-

Eso es lo que lo hace mas interesante y divertido…además Shinobu-kun lo admira mucho, desde que ingreso a su grupo se volvió un nuevo mas abierto y mas alegre, asi que le debo mucho…-

Pese a que no es tu primo, lo quieres como tal verdad?-

Claro porque lo vi crecer desde que era pequeño, es como mi pequeño hermanito…el verlo feliz me hace  a mi mucho mas feliz…-

Entonces me asegurare de enfocar mis cámaras a Shinobu-kun para que lo tengas en todas sus facetas…-rio divertida-

Tomoyo-chan no te pongas tan energica…-con una gota en la cabeza-

Sakura-chan!!!- Bishamonten entro a la habitación de la pelicastaña- es hora de entrenar, ya que no lo podremos hacer en estos 3 dias que iremos de paseo…-

Bishamonten-kun también iras al paseo?...-

Claro que tengo que ir, o sino quien se va a encargar de cuidar a Sakura-chan? Se que tiene a su prometido, pero yo soy su guardaespaldas personal asi que también aprovechare para relajarme …digamos que será como parte de mis vacaciones…-rio suavemente el pelirrojo mientras se acomodaba los lentes-

Yo le dije que no era necesario que me acompañara porque estaremos con Syaoran-kun y tu seguridad…pero a insistencia de mi hermana….-suspiro pesadamente-

O es que acaso mi presencia te molesta??- haciéndose el ofendido para caer al suelo de rodillas-

Nooo nooo no es eso Bishamonten-kun…pero quería que disfrutaras tranquilamente estos días de descanso…-acercandose a el y dándole unas palmaditas en la espalda-

Es una broma-sacandole la lengua- es mas divertido estas a tu lado, pasan muchas cosas interesantes…-

No si se es un halago…o es que me persigue la desgracia…-riendo nerviosamente-

Entonces mejor no entrenen hoy y vamos a organizar todo para nuestro paseo en la playa!!! Hay tantas cosas que podemos hacer mientras los chicos están entrenando…-

Uhm…bueno por esta vez haremos lo que Tomoyo-chan nos aconseja y vamos a planear juntos Sakura-chan….-

Deacuerdo!!! …-

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En la casa de la familia Li…

Syaoran se encontraba en el comedor junto a Shinobu que estaba comiendo todo lo que las sirvientas le estaban sirviendo, con una amplia sonrisa

Cuidado que te atragantes por comer tan rápido Shinobu…-

Es que …ñam ñam…quiero comer ñam ñam rápido ñam ñam para entrenar con los demás y perfeccionar mi técnica-gozaru…-

Pero si comes rápido y luego vas a entrenar te va a doler el estomago…-

Primo…-limpiandose la boca con una servilleta- me vas a seguir entrenando el dia de hoy? Necesito tener la mente y el cuerpo listo para el paseo de mañana-gozaru…-

Ya tenemos todo empacado…esperaremos media hora después del almuerzo para entrenar…pero mañana no van a ensañar su trabajo de idol?

Claro que si!!! Pero yo también quiero seguir mejorando de ser un buen ninja y experto en artes marciales-gozaru-

El pelicastaño sonrio suavemente- Seras un idol/ninja muy famoso y toda la familia estará contenta de que no seas parte de nuestro negocio…-

Cual negocio-gozaru??-

Es cierto no lo sabe…-dijo en voz baja- No no importa mucho esos detalles…-

Y cuando te casaras con Sakura-dono??? Ya quiero que sea oficialemente mi prima, la quiero mucho mucho, quiero que venga a Hong Kong y se quede conmigo el tiempo que vaya a estar por ahí-gozaru…-

Aún no tenemos planeado nada de eso…somos jóvenes…aunque seria una buena idea irnos los tres una temporada a Hong Kong seria mas tranquilo para todos….-rascandose la barbilla- quizás ahí me pueda casar con ella-

Pero la quieres no es cierto??-

Mas que a mi propia vida…solo que no se como expresar mis sentimientos hacia ella, sin que piense que todo lo hago por el acuerdo que tenemos entre familia-

Uhmm…eso es difícil…pero como Taichou-dono dice “ No pierdes nada intentándolo, solo lánzate y prueba algo distinto” o algo asi…-rascandose la cabeza-

No creo que sea asi la frase…aunque viniendo de Chiaki-senpai puede ser…aunque quizás pueda expresarme en este paseo…-

Si!!! Haz lo mejor que puedas para que Sakura-dono sea mi prima!!!-

Pensé que ibas a decir para que seas feliz-con una gota en la cabeza-

Tambien es por eso primo sabes que también te quiero mucho…ya que siempre has estado ahí para mi junto con tus padres, eres como mi hermano mayor-gozaru…-

Yo también te quiero como mi hermanito menor…-terminando de comer- bueno mientras que esperamos a que pase la media hora vamos a tu habitación y ver cuales son las materias en las que te voy a ayudar para que no te pierdas mucho ahora que has regresado, y estaremos todas las vacaciones con las clases después del paseo….-

Noooo….- dijo el menor suspirando pesadamente- y mi entrenamiento?

Lo haras cuando terminemos las lecciones…-
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matta ne!!

Mimi-chan


Kana


El efecto de las vacaciones solía significar un desenlace placebo para las personas que están sometidas a una gran carga de estrés. Así le habían comentado varios de sus amigos quienes emocionados referían sentirse más descansados tras iniciar vacaciones.
Ken Kaneki suponía que llegaría esa sensación unos cuantos días de iniciada sus vacaciones. El primer día apenas asimiló de que no debía ir a Rizembool a sus clases o ir al laboratorio para hacer análisis de muestras. Ese primer día no se deshizo de sus ansiedades mentales relacionadas al éxito académico.
El segundo día de libertad se quedó con su hermano Sho en el departamento. Felizmente a los dos les tocó descanso de sus respectivos trabajos y pasaron la tarde viendo películas de Netflix. Descansó, pero por la noche volvieron las dudas existenciales: esta vez enfocadas en su eterna necesidad de asegurarse de que su hermano siempre estuviera bien.

Pero, si todo estaba bien con Sho… ¿Por qué tenía tanta angustia?
Esa noche apenas pudo dormir un par de horas producto del trabajo mental y el insomnio. Al día siguiente le tocó turno largo en el trabajo y por la noche volvió a casa abatido.
Pasaban los días y seguía con aquella sensación de cansancio excesivo, angustia reprimida en el pecho, temor inexplicable.
Se sentía precipitadamente solo. Abordado por una obscura melancolía que le carcomía en el pecho.

Llegó una noche en que, en su cuarto, se recostó en la cama y apagó todas las luces. Sho estaba en el departamento y le había propuesto hacer algo por la noche, pero Ken le dijo que necesitaba recostarse y descansar.
Pensó que Sho saldría de casa por su cuenta tras esto, pero el pelirrojo optó por quedarse viendo Netflix en la sala.
Ken siempre se sentía bien cuando percibía la presencia de Sho cerca. Pero esa noche deseó que Souji llamará a su hermano y le instara a salir del departamento para así quedarse Ken a solas.
En su cama, con la luz apagada, sólo entraba un halo de iluminación nocturna proveniente desde el exterior a través de la ventana. El joven abrazó la almohada contra su pecho, y sin poder evitarlo y tan siquiera notarlo, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
Lagrima tras lágrima incontrolables y cargadas de dolor.

Quería desaparecer. Dormirse por mucho tiempo y despertar en muchos años más cuando ya pasara todo.
Pero no sabía qué era ese todo.
Temía que el fantasma de la depresión volviera a su vida. Él lo conocía muy bien. Años atrás, y en muchos intervalos de su vida, se vio destruido por sentimientos melancólicos que perturbaban su estado afectivo. Le diagnosticaron depresión en la escuela, derivándolo a un centro de atención psicológico para escolares.

“Tal vez tu angustia se deba a los episodios de bullying que sufriste. Supéralo. Distráete en otras cosas.”
Pero Kaneki sabía que su cuadro depresivo de ese entonces no era a causa de los golpes y humillaciones del bullying que sufrió en la escuela. Tampoco por los recuerdos tristes del orfanato. En todos esos casos siempre tuvo a Sho.

Sensación de vacío crónico. Sentimientos de culpa hacia otros. Necesidad de dejar de existir.

Todo nacía de aquel miedo infinito que tenía al percibirse solo. Incluso cuando estaba con Sho, no entendía cómo a veces aparecían esos miedos absurdos.
Sentía como si en algún momento pudiera perder a su hermano. Aunque él estuviera todos los días de su vida allí.
Sho fue muy paciente y comprensivo en todos esos momentos donde Ken padeció de estados melancólicos. Aunque Ken nunca le dijo a Sho que se sentía mal, su hermano no necesitaba de una notificación verbal para interpretarlo. Era mejor terapeuta que cualquier profesional. Le animaba, le protegía y siempre estaba a su lado para cuidarlo y quererlo.
Ken no quería ser una carga para él, así que siempre se disponía a demostrarse bien y feliz para no preocupar a su hermano.

Pero si ya había superado todas aquellas veces, ¡Por qué volvía a percibir la sintomatología de la depresión si no había justificativo en el presente! Su vida iba de maravilla: promovido a un grado mayor, era uno de los alumnos más destacados de la clase y sus notas eran las más altas. Tenía un hogar que compartía con la persona que más quería en la vida. Tenía amigos increíbles con los que compartía frecuentemente, tenía un trabajo con un grato ambiente laboral. El señor Liebheart lo consideraba como un estudiante destacado y lo incluyó en el proyecto más ambicioso, tecnológico y revolucionario del departamento de ciencias de Rizembool: catharsis.
Por otro lado, se llevaba bien con su HiME… No vivía estresado con la idea de tener que luchar contra Kana Arima o vivir con la paranoia de que en cualquier momento su HiME le atacaría a él o a sus seres queridos.

Entonces, ¿Por qué diablos sufría?
¡No tenía derecho a sufrir! ¡No lo tenía! ¿Quién era él para ser sufrible y preocupar a los demás?

Por eso ante todos se mostraba feliz, aparentaba estar saludable en todas sus áreas y tranquilo. No debía preocupar a otros de sus tonteras absurdas.

Esa noche, lloró por un buen momento. Luego se calmó. Pasada un par de horas, cuando  se escuchó un tema x en su reproductor, volvió a llorar sin sentido.

Se sentía miserable.
                    y deseaba morir en ese mismo momento.

Y estaba lleno de rabia.


A la mañana siguiente Sho se le quedó viendo por unos segundos, como si estuviera evaluando su aspecto. Ken se tensó levemente ante la idea de que su hermano lo percibiera decaído.

“¿Dormiste bien anoche?”
“Sí, un montón” Le respondió con una sonrisa que demostraba su tranquilidad y eutímia.
“¿Quizá más de la cuenta? Porque tienes rojizo el contorno del ojo…” Dijo, en referencia al ojo que no era cubierto por aquel parche.
“Es raro, pero dormí muchas horas… Quizá por eso. Era lo que me hacía falta. Ahora me siento tan bien realmente…”


Le dijo a Sho que tenía que trabajar y estaba casi tarde. Pero a esa hora tenía libre y se fue al puerto, donde se sentó en el puente de madera y contempló el mar por unas horas. Sólo después de eso, se fue a su trabajo.

Por suerte Eren Jaeger estaba ensimismado en su propio mundo en ese turno, así que apenas cruzó palabras con él. Sólo se mencionaron el tema del viaje de vacaciones a las cabañas de Torodoki, lo cual parecía interesante para ambos.

Sólo por la noche al revisar sus mensajes de whatsapp, se dio cuenta de que le había mandado varios mensajes al Dr. Liebheart. Que imbécil era… Con lo ocupado que era el científico y él lo estaba importunando. El rubio no había visto los mensajes, y esperaba que no fuera así porque ahora sentía mucha vergüenza de verse desesperado por su atención.

Lo admiraba como a ninguno. Su inteligencia, sus investigaciones, su personalidad, que por muy especial que fuera, le provocaba un interés en su persona.
Quería ser como él, quien a sus jóvenes veinte y cinco años era una eminencia del mundo científico.

“Para eso debí haber sido promovido unos cinco años y sólo he promovido uno.”
Eso le estresaba. Estaba a años luz atrasado de su ídolo.

Liebheart era brillante. Inigualable. Incansable.

Poseedor de un Doctorado con distinción máxima. Gestos de investigaciones científicas únicas en el área de la genética humana. Un grande dentro del mundo de la neurociencia y neurocongnición. Dueño de un maravilloso laboratorio científico en Frankfurt, Alemania. Heredero del Hospital Psiquiátrico más importante del país germano.
Fiduciario único de su progenitor, era beneficiado por una enorme fortuna.

Aun así, el rubio era austero y humilde en su cotidiano. Dejando todos sus honores de lado y yéndose a realizar una investigación para Rizembool, una simple universidad. ¿Qué era Rizembool al lado de todos sus laboratorios personales? sin embargo, se quedaba en el departamento de ciencias de la universidad, de dónde apenas salía de los laboratorios.

Esa mañana Kaneki salió muy temprano. Sabía que ese día a Liebheart le tocaba atención médica en el Hospital de Rizembool, por lo que saldría al fin de los laboratorios. No recordaba si desayunó algo antes de salir para sobrellevar el largo trayecto desde su departamento hasta el Hospital de Rizembool, pero eso no importaba.

Tras un largo trayecto en el metro, tomó un taxi hasta el Hospital. Cuando llegó al enorme y moderno edificio hospitalario de Rizembool, entró y fue directamente hacia la estación de recepción.

—Buenos días, ¿en qué le puedo ayudar?— Preguntó amablemente la joven recepcionista.
—Buenos días. Quisiera poder ir a la consulta del doctor Liebheart
—Déjeme revisar…—
—…— Ken se incomodó al ver que la chica se tardaba unos segundos en revisar una lista. Quizá el rubio estaba demasiado ocupado y la recepcionista le diría que volviera otro día.
—En el tercer piso, oficina 334. Puede tomar el elevador que está aquí hacia la derecha.—
—¡Muchas gracias!— El pelinegro le sonrió, con tranquilidad.

Fue hacia el lugar indicado por la joven. Se alegró de ver a pocas personas aguardando por la atención y por lo que pudo enterarse, la mayoría de esas personas estaban esperando a la doctora de la oficina de al lado.
Ken se preguntó un par de veces, dudando si tocar, pero al final golpeó la puerta. Al poco de golpear, le abrieron. Pero Ken se quedó estático en su posición.
—¿Sí?— Preguntó un hombre alto, fornido y de cabello castaño oscuro.
—D-disculpe. Pensé que era la oficina del doctor Liebheart…—
—Mh…— Le apuntó con el mentón el nombre en la puerta “Lemann”
—Perdón…— Hizo una reverencia, avergonzado, y se retiró. Volvió a la recepción. —Disculpe, señorita, pero buscaba la oficina del doctor Liebheart.—
—Es la que le indiqué…—
—No. Esa era la oficina de un señor de apellido ¨Lemann¨—
—Mh…Déjeme revisar— la joven revisó nuevamente. Se tardó un tanto más.
—…— Ken comenzaba a impacientarse y ¿sentirse irritado? Eso era novedoso en él. Pero la mañana pasaba y seguramente si no localizaba luego a Liebheart su agenda se colapsaría de pacientes y ya no tendría tiempo de verlo.
—Oficina 506, piso cinco.—
—Gracias.— respondió con amabilidad, pero con un tono de voz más apagado.
 
Volvió a tomar el elevador. En el segundo piso iba a subir una enfermera con alguien en silla de ruedas, como ya había mucha gente dentro del elevador, Ken prefirió salir para darle espacio a la enfermera con el paciente en silla de ruedas. Subió por las escaleras y fue hasta la oficina indicada. Una dama lo hizo pasar apenas asomarse.

—Buenos días, ¿Viene por la revisión dental en convenio para los escolares?—
—¿D-disculpe?—
—¿No eres estudiante de Rizembool?—
—Sí, pero de la universidad.—
—Oh, disculpa. Pensé que ibas en secundaria. Bueno, ve a la silla dental y—
—Perdón, me confundí de oficina…— Ken se sintió humillado por toda esa confusión. Salió rápidamente de allí, volvió donde la recepción y volvió a indicarle el apellido de la persona que buscaba.
—¡Pero cómo va a ser!— se quejó la señorita, pensando que Kaneki le estaba tomando el pelo. —Es la oficina que acabo de indicar.—
—N-no, en serio… Era de una dentista.—
—Vaya ya…— volvió a revisar. —Aquí, séptimo piso, oficina 736. Mejor ve luego porque ese doctor tiene muchos pacientes.—
—¡Ah, ése sí debe ser el señor Liebheart!— Exclamó Kaneki, emocionado. Corrió por las escaleras, porque los elevadores se estaban tardando, con el frenesís llegó en poco tiempo al séptimo piso. Tocó la puerta de la oficina y se tardaron en abrirle. Eso, irónicamente, le alegró, porque Liebheart era una persona ocupada y ese retraso le indicaba que sí era su oficina.
La emoción aumentó cuando comenzó a abrir la puerta.
—¡Señor Liebheart disculpe la insistencia per— Ken se quedó con las palabras en la boca. Vio a un tipo, evidentemente alemán, pero que no era el alemán que buscaba.
—¿Qué?— Dijo el hombre, confundido.
—…— Ken ni le respondió una explicación. Tampoco una disculpa como solía disculparse con todo el mundo. Vio el cartel en la puerta. “Liberötz” —…— el pelinegro giró en sus pasos, caminó hasta el elevador donde aguardó por él. Se subió una maldita mujer con un maldito niño gritando, un hombre gritando por teléfono y un ser más que ni se molestó en mirar. Deseó que ese elevador se cayera con todos y se murieran allí mismo.

Volvió a la recepción.

—¿Pasó algo?— Preguntó incrédulamente esa torpe recepcionista. Se incomodó al ver la mirada molesta del pelinegro.
—¡¿Qué tan difícil puede ser para ti darme el número correcto de la maldita oficina?!—
—¡D-Disculpa! ¡Pero eso no son modos!—
—¡Me has mandado a recorrer medio hospital por ser tan imbécil de no entender un apellido!— Kaneki se inclinó en el mesón, muy cerca de ella, encarándola. La miró con enfado. —¿¡QUE ERES? ¿ESTÚPIDA O SORDA!? ¡Que no puedes hacer tu maldito trabajo bien y revisar una puta lista!—
—¡Señor, no me falte el respeto de ese modo!—
—¡Tú me lo faltaste a mí al hacerme ver cómo tarado en mil partes y soportar tu fatigante estupidez! Ahora: REVISA la lista y BIEN. ¿Quieres que te deletree el apellido? ES L-I-E-B-H-E-A-R-T ¿LO CAPTAS?—
—Señor, le pido amablemente que se controle. Está en un lugar donde cuidamos de un ambiente óptimo para nuestros usuarios.— Intervino otra recepcionista.
—Ahora hablas, cuando esta idiota me ha mandado a todos lados en vez del lugar que le pido. Ahora SI te metes.—
—Señor, llamaré a los guardias para que lo escolten a la salida.—
—…— Ken calló en cuenta de su reacción hasta entonces. Notó, avergonzado, que varias personas se le quedaron mirando. Jamás en su vida había reaccionado así ante nadie. Ni siquiera cuando lo pisoteaban de la manera más humillante para conseguir algo de él. Aún así, Ken no se disculpó y desangró internamente por la culpa como sería habitual en él… —N-No puede echarme. Necesito verlo. Es su deber de recepcionista dar las indicaciones correctas.—
—Me temo que no se encuentra en una condición presentable para poder ser atendido.—
—¡Pero entonces qué esperan de un paciente! ¡¿Qué se venga feliz a atender en esta porquería de hospital con la calidad deplorable de sus recepcionistas?!—
—¡Otra vez elevando la voz!— mordió la primera recepcionista, a la cual Kaneki había tratado de inútil desde el comienzo.
—Seguridad, necesitamos que escolten a la salida a un joven que está causando alboroto en recepción.— comunicó una de ellas, por un aparato. Kaneki se lo quitó y lo lanzó al piso. —¡Qué te pasa!—
—Dime la oficina.— Kaneki golpeó con ambas manos el mesón, asustando a las dos mujeres. Les sonrió, pero con burla y desprecio, riéndose sarcásticamente de la reacción sin sentido de esas dos. —O dejaré un reclamo por no otorgar atención a un Rebel.—
—…— Las dos se miraron entre ellas, estresadas y con temor. La cosa cambiaba drásticamente al enterarse que era un Rebel. Pensaban que era un simple estudiante que venía por atención médica por convenios con la universidad.
—¡Dime el número!—
—Vaya, vaya…—
—…— Ken se volteó a ver a esa persona, pensando que el tono de burla provenía de uno de los guardias. Volvió a caer en cuentas de su vergonzoso comportamiento. El joven bajó la intensidad de sus impulsos y descontrol de emociones. Para su sorpresa, no se trataba de un guardia.
Era un joven muy alto, de cabello blanco y ojos rojos a quien conocía bien y no veía de hace tiempo.
—Así que el pequeño Kaneki por fin muestra algo de personalidad. Me gusta.—
—Rammsteiner-san….— bajó la mirada, cohibido. Recordó que no se había presentado con él para los entrenamientos de Rebel. —No esperaba verlo aquí…—
—Bah, no bajes la intensidad de tu molestia.— el peliblanco le agarró de la quijada y se la alzó, para que el chico lo mirara a los ojos. Así estaba bien, con la mirada en alto y no escondiéndose como un avestruz. —Si sigues con esa superioridad hacia la gente insignificante, casi podrías lograr que te perdone tus inasistencias a los entrenamientos.—
—Llama a seguridad…— Le susurró una chica recepcionista a la otra, con voz muy baja. El joven pelinegro para ellas significaba una molestia que les causaba rabia, pero el tipo alto llamado Rammsteiner les daba pánico puro. No querían tener que  enfrentarse a él.
—¿Sabes que tienes que hacer ahora?— le dijo a Kaneki, sonriéndole de forma perturbadora. —Debes tomar el control de tu poder…—
—S-sí.— asintió, abriendo enormemente los ojos. Haine le soltó. Ken Kaneki esperó unos segundos, luego se abalanzó sobre la mesa de recepción y le robó la tablet donde la recepcionista tenía las listas de oficinas.
—¡Kya!— gritó ella.

Ken buscó rápidamente el número que necesitaba. Al fin dio con uno: piso 31 oficina 3888. Ya estaba, fue hasta aquel sitio al principio tomando el elevador y pasando casi por encima de las personas, luego bajando de este al sentirlo lento y optando por las escaleras.

—Por fin ha despertado.— Murmuró Haine Rammsteiner para sí, interesado. Vio que dos guardias parecían querer acercársele, él los miró con superioridad desde su alta estatura. —Já.—
—…— Los dos tipos se hicieron a un lado y le dejaron continuar con su camino.

Cuando al fin llegó a la oficina, golpeó y tras unos segundos abrió la puerta. ¡Por fin daba con la persona que buscaba!

—¡Señor Liebheart!— Exclamó, abordado por la emoción. —Y-yo…— se percató que el rubio estaba escuchando una llamada. —¡Ah! ¡Lo siento mucho! Armé un gran alboroto… Perdón. Seguramente le están comunicando mi vergonzante comportamiento y— el rubio le hizo un gesto con la mano, pidiéndole unos segundos.
—Yo le autorizo a que esté conmigo, aquí. No es necesario involucrar a seguridad. Gracias.— Colgó. Luego se puso de pie y fue hasta donde estaba Ken.
Mientras el rubio se acercaba a él, Kaneki se deshacía en explicaciones pidiéndoles disculpas y demás. —¡De verdad no entiendo por qué le contesté así a esa mujer! ¡Yo no suelo ser a—
—Joven Kaneki, todo está bien.— Le tomó suavemente de ambos hombros y le observó a los ojos. —Me alegra de verle aquí.—
—…— Ken se quedó pasmado con la intensa mirada azulada del otro. —Disculpe por no tomar una cita antes…—
—No se preocupe. Yo debería disculparme… No he podido contestar a sus mensajes. Me responsabilizo de todo su actuar porque ha sido mi negligencia.—
—N-No…— Ken negó con la cabeza. —Si bien no entiendo por qué reaccioné así allá abajo, no tiene por qué cargar con mi arrebato.— bajó la mirada. —Y menos tener que interrumpir su agenda por mis tonteras…—
—Pero estás aquí, y eso es lo que importa.— le sonrió cálidamente. —Por favor, toma asiento.— le invitó, señalando suavemente con su mirada uno de los sillones.
—Gracias.— le obedeció.

Cuando se sentó en el sillón, por fin pudo sentir algo de comodidad. Así se dio cuenta lo constracturado que estaban sus músculos. Johan Liebheart se apartó de él y pidió a su secretaria que trajera té. Kaneki aprovechó de ver desde su posición por el ventanal que daba a la ciudad, era una espléndida visión.

—Tome un poco de infusión, le calmará.— Le ofreció una de las tazas, quedándose él con la otra. El rubio se sentó a su lado.
—Gracias.— Kaneki aceptó la taza y bebió un poco de té. Liebheart era tan suave y elegante para hablar, desplazarse y hasta sentarse a su lado que parecía una especie de deidad manifestada únicamente como una espiritualidad que apenas era percibida.
—Cuénteme, ¿Le ha pasado algo?—
—No…— negó. —Yo, sólo quería verlo…—
—Gracias.— le sonrió después de una pausa. Bebió un poco de té. —Creo que es la única persona que me visita por cordialidad.—
—¿En serio?— Kaneki parpadeó confundido. Tal vez, Liebheart no sería de muchos amigos, pero siempre había tanta pero tanta gente que aclamaba su atención que a Ken se le hacía que todo el tiempo estaba con alguien..
—Creo que no soy del agrado de muchos.— rio suavemente.
—¡Pues a mí me agrada enormemente estar en su presencia!— Dijo Ken, con una enorme sonrisa.
—Igualmente.— El rubio asintió. Posteriormente desvió la mirada hacia el mirador, observando con nostalgia. —Es gratificante tener una conversación normal sin que involucre una necesidad de obtener algo. Gracias por estar aquí, joven Kaneki.—
—No tiene por qué agradecerme, señor…— Ken se sintió contrariado, puesto que siempre que visitaba a Johan era con la excusa de pedirle algo si bien su verdadera intención era conversar tan siquiera con él.
—Cuénteme, ¿Qué tal han sido sus días últimamente?—
—Ehh…— Ken aguardó unos segundos después de regularse, aún se sentía impregnado, acelerado, por la adrenalina de hace un momento. Cuando se halló calmo, continuó. —Estoy de vacaciones de la universidad… Si le soy franco, me siento más estresado que cuando estoy con deberes académicos.—
—¿Por qué?—
—Quizá porque cuando tengo clases me concentro en mis deberes académicos y cuando tengo tiempo libre pienso… más en… mis propios problemas.— Meditó. —Con el trabajo me distraigo un poco. Pese a que los turnos han estado intensos estos días, siento que me sirve bastante.—
—Recuerdo haberle recomendado que no tomara turnos largos…
—¡Lo siento! He intentado seguir al pie de la letra sus indicaciones. Pero tuve que juntar algo de dinero para pagar unos libros de la carrera y otras cosas… Tal vez el próximo mes pueda darme un poco de descanso y dejar de tomar todos los turnos.—
—Junto con ello, recuerdo haberle ofrecido mi amparo económico.— Johan bajó los párpados superiores, meditativo, con la mirada clavada en el té.
—¡Ah! ¡No se preocupe, por favor! Además, sería injusto para usted tener que darle dinero a un alumno el cual debe hacerse cargo de sus deudas.
—Realmente no deseo ser ostentoso, pero tengo una cantidad de dinero del cual no sé qué uso otorgarle: No tengo un proyecto familiar en mente por lo que no destino dinero a una esposa o hijos. No viajo a menudo, más que lo justo y necesario. Tampoco estoy en plan de ahorrar para adquirir una propiedad puesto que, tras la muerte de mi señor padre, heredé todos sus bienes y herencia. Sinceramente, me haría sentir bien si pudiera darle mejor utilidad al capital económico que dejar que se pierda eternamente en una cuenta bancaria. Insisto, permítame financiarlo económicamente.
—Señor Liebheart, yo no podría aceptar su dinero. ¡Me haría sentir fatal pese a su explicación!— Ken se cubrió el rostro, avergonzado. Primero había demostrado ser un imprudente ante la persona qué más admiraba, y ahora se mostraba como un pobretón. Seguramente el rubio tenía una paupérrima imagen de él. Por ningún motivo quería causarle lástima. Kaneki quería que Johan sintiera que en él podía ver a alguien que lo admiraba y que deseaba aprender todo de él.
—¿Le puedo preguntar algo a lo que usted pueda responderme con toda sinceridad?—
—¡Claro!—
—¿Usted me consideraría un amigo suyo?—
—S-sí… Aunque no sé si yo tenga el derecho de considerarlo mi amigo. Siempre lo he visto como alguien superior a mí y el respeto que le tengo es demasiado jerarquizado.
—Ya veo…— Johan pareció un poco desilusionado por su respuesta. —Comprendo que me vincule a usted como un superior, y comprendo que sienta cierto respeto y admiración hacia mi persona y que absorba mi amistad como un protocolo a seguir si así lo sugiero… Pero sinceramente, me gustaría ser visto como un igual por usted. —
—Pero, usted es demasiado magnífico para poder ubicarlo a mi nivel. —
—Pienso que eres demasiado puro y bueno para yo estar a tu nivel. — le sonrió, divertido. —Aún así, me gustaría que tuviéramos un trato más cercano, joven Kaneki. Que me viera más allá de su doctor y mentor. Que me considerara un amigo en el cual confiar. —
—Señor…— Kaneki quedó absorto con lo que escuchaba, pero no podía creer que alguien como Liebheart quisiera ser amigo de un tipo tan insignificante como él. —Yo puedo considerarlo mi modelo a seguir, el doctor en quien confío ciegamente y mi máximo mentor. Pero si usted me lo permite, también me gustaría considerarlo mi amigo. —
—No hay nada más en este mundo que anhele el vínculo y afecto de un amigo. — el rubio no borró su sonrisa suave, sin embargo, pareció observar hacia la ventana con cierta melancolía. —Las personas como nosotros solemos estar más propensos a llevar una vida solitaria. Nos hará bien contar el uno con el otro—
—…— ¿Podía ser que Johan Liebheart sintiera cosas parecidas a las que él experimentaba respecto al vacío y soledad? Tenía sentido... en cierto modo.
—¿Somos amigos, entonces? —
—Claro. — Ken asintió, dócilmente. —Usted puede contar conmigo para lo que sea, siempre tendrá un amigo que se preocupa por usted. —
—Gracias. Digo exactamente lo mismo. — Johan volvió a observarlo directamente a los ojos. —Y como amigo que soy de usted, me gustaría ayudarlo en todo lo que pueda. —
—Hehe, es usted muy astuto. — dedujo lo que vendría.
—Tal vez. — asintió, sonriéndole. —Podríamos partir con tener un trato no jerarquizado entre nosotros. Soy mayo que tú, y comprendo los tratos culturales de los asiáticos hacia sus mayores, pero me gustaría que habláramos de tú a tú. —
—Será difícil, pero lo intentaré. —
—Así que… Kaneki, ¿Qué te parece si te ayudo un poco a facilitar tu vida? —
—Uh…—
—Ah, no te preocupes. No te abordaré intrusivamente apoderándome de tu independencia. — negó, divertido. —Te propongo que aceptes cierta cantidad de dinero de mi parte, así me permites lograr que un buen amigo mío logre sus objetivos. Para mí no hay mayor jubilo que ayuda a una persona inteligente a concretar sus estudios sin que le falte nada, y que tenga la seguridad y tranquilidad de no preocuparse por deudas hogareñas. ¿Me puedes permitir la dicha de ayudarte?
—Uh, si de verdad eso le... te hace sentir mejor…—
—Sí. — asintió
—Aunque… Será raro llegar a casa con un poco más de dinero de lo habitual. Mi hermano pensará que estoy haciendo más turnos y seguramente me reclamará que me dé tiempos para preocuparme de mi mismo.
—Tienes un buen hermano. Es una noble acción de su parte preocuparse tanto por ti. No pretendo que lo engañes, pero tal vez puedes decirle, para su tranquilidad, que te han aumentado el sueldo por todos estos años de trabajo siendo un empleado ejemplar.
—…— A Ken le incomodaba la idea de mentirle a Sho, si bien sabía que Sho no iría a su trabajo a preguntarle a su jefe si de verdad le había aumentado el sueldo. El problema podría ser Eren Jaeger, quien era un conocido por los dos. Eren podría decirle a Sho que no se le había aumentado el sueldo… Pero Eren no se metía en esas cosas y apenas hablaba con su jefe. Tampoco era del tipo de persona que se pusiera envidiosa si sabía que le aumentaban el sueldo a otro y a él no. —Tal vez sea una forma de explicárselo…—
—Perfecto. — Johan se le acercó más, incluso quedando a poca distancia de su rostro. El alemán le miró muy de cerca de Kaneki, situación que puso nervioso al menor. —¿Puedo verificar el estado ocular? —
—S-sí…— balbuceo con dificultad. Se quitó el parche que cubría su ojo. Johan se puso de pie y volvió con una luz que le apuntó en el ojo que Ken ocultaba. Mientras lo analizaba con calma, le preguntaba cosas.
—El hepitema no ha reducido. Me temo que más corresponde a una mutación genética que a una fractura ocular cronificada. —
—Es decir... ¿qué tendré de por vida mi ojo con ese aspecto?
—… Me temo que sí. — Johan apagó la linterna. Notó angustia en el pelinegro. —Comprendo que eso te dará problemas con tu hermano. —
—Sí… él ya se preocupa bastante preguntándome hasta cuando usaré el parche en el ojo. Si le digo que será de por vida, exigirá una explicación a Rizembool. —
—En ese caso, debes decirle la verdad. Tienes que explicarle que has sufrido una modificación genética debido a inversión de esquemas insertados en tu genoma, producto de intervenciones científicas de Rizembool para alterar tus desempeños como Rebel. —
—Pero si le digo eso, mi hermano me exigirá que renuncie como Rebel. —
—¿Es tan malo dejar de ser Rebel?— Johan lo observó desde su sitio, frente a Kaneki, puesto que Ken estaba sentado en el diván y el rubio aún se mantenía arrodillado frente a él como estuvo durante el análisis ocular. —Entiendo que otros han renunciado al oficio. Cuidando te aconsejé hace un tiempo dejar de Rebel, realmente mis palabras fueron pensadas por mucho tiempo. Nunca he dudado de tus capacidades, pero siempre me ha preocupado tu bienestar como paciente.—
—Se— Liebheart-san, lo que pasa es que… sinceramente ser Rebel para mi significa algo más profundo que el deber de luchar contra una HiME. — Ken desvió la mirada. —Siento que como Rebel tengo cualidades y poderes que jamás tendré siendo yo mismo. Y no me refiero únicamente al poder que nace en un Rebel a través de la tecnología de Rizembool… El sólo hecho de ser uno me da una sensación de seguridad y de que puedo hacer cosas que no puedo hacerlas siendo yo mismo.
—Pero, Kaneki, tú puedes lograr muchas cosas sin necesidad de ser un Rebel… Eres excelente estudiante y una maravillosa persona. —
—…Agradezco tus palabras. Pero ser un buen estudiante o bueno con los demás no significa que tenga la seguridad de sentir que puedo cuidar de mí y de las personas que más quiero.
—Ahhh, comprendo. Es el tema de capacidad física. Hm…— Johan se permitió unos segundos para reflexionar. —Te entiendo perfectamente, pero… También te he explicado que la intervención científica en ti para darte las facultades como Rebel te han conllevado a pagar un precio elevado… Desgaste físico, complicaciones colaterales…—
—Lo sé…— Ken suspiró. —Pero estoy bien con ello. — sonrió
—Tal vez si hubiera hecho un mejor trabajo médico cuando tuviste aquel accidente hace un año…— dijo, con un gesto de melancolía.
—¡Ah! Liebheart-san, no te sientas culpable. — Ken fue rápido en detener ese malestar en el otro. Con mucha duda si atreverse, finalmente el pelinegro le sujetó suavemente de los hombros para obligarle a verlo. —Si no fuera por todo ese trabajo de horas de operación que hiciste en mi después de… que me caí del edificio antes de entrar a Rizembool, seguramente yo no estaría en estos momentos aquí. —
—Siento que han quedado secuelas imperdonables…—
—Nada. — Ken negó con la cabeza, con tranquilidad. —Mi mente y mi cuerpo están muy bien. Hay momentos en que decaigo, y, sí, es complicado. Pero… Estoy aquí y valiéndome por mi mismo. Cada día puedo levantarme y hacer muchos cambios en mi vida… Tengo la certeza de que si otro doctor ubiera llevado mi caso, yo no estaría vivo o bien lo mejor que habrían logrado es mantenerme en estado vegetal. —
—...— Johan sólo lo observó, sin casi parpadear.
—Yo te debo la vida… Y creo que a veces desprecio todo el trabajo que lograste en mi quejándome por cosas pequeñas haha. — Ken rio libremente, más desahogado. —De verdad que aprecio todo lo que has hecho por mí. Pero, insisto, necesito ser Rebel. Me da la seguridad de poder continuar fortaleciéndome y protegiendo a otros. Es… es por mi. — parpadeó, sorprendido. Era primera vez que asumía que el hecho de ser Rebel era también por sentirse protegido el mismo.
La promesa fue convertirse en Rebel junto con su hermano. Cuando Sho falló, Ken podría haber dejado de ser Rebel y postularse nuevamente cuando Sho quedara. Pero Ken no dejó de serlo… Porque sabía que con las cualidades y poderes de un Rebel podría proteger a Sho, a sus amigos y… otra parte de él sabía que siendo Rebel, el día que estuviera solo, al menos podría valerse por sí mismo sin tener que poner en riesgo a Sho.

Su hermano no podía estar para él las veinticuatro horas del día. Sería un abuso de su parte tener que forzarlo a cuidar de su bienestar todo el tiempo.

Porque por su culpa, por su débil cuerpo y por ser tan poca cosa de no hacerse respetar por otros, Sho tenía que pagar todas las consecuencias. El corazón le dolía fuertemente cada vez que veía las cicatrices en su hermano, las cuales estaban allí por su culpa. Porque Sho siempre se enredaba en pleitos contra los brabucones que lo molestaban.

“Debo ser lo peor que le ha pasado a Sho en su vida” pensó, alzando las cejas.   

Si bien Sho, aquella vez que se reconciliaron en el festival producto de un plan de sus amigos, le había dicho que en realidad era él el que le daba mucho y que hacía mucho por él, Kaneki seguía sintiendo que no hacía nada por Sho.
No es que no creyera en las palabras de su hermano, tal vez Sho sentía equilibrio con el simple hecho de tenerlo cerca y con eso se conformaba.
Y Ken pensaba que eso era injusto considerando la gran carga y sacrificios que Sho hacía por él.

No entendía porque en ese momento sentía una presión en el pecho. Las cosas con Sho ahora estaban bien, y su hermano era Rebel igual que él, y por supuesto Sho era mucho mejor combatiente que él.
Pero sentía que lo iba a perder… Y era ilógico, porque Sho era propenso a meterse en problemas, pero también a salir airoso de ellos.
El que más chance tenía de caer derrotado en una batalla era Ken, no Sho. Ken sentía que de los dos, el que tenía más posibilidades de sufrir un accidente grave era él y no su hermano.
Aún así, sentía que podía perder a Sho y eso no podía explicarlo. Por eso tenía necesidad de ser Rebel, para protegerlo y que nada le pasara, y, también, para protegerse a sí mismo.
Si Sho estaba bien, Ken eternamente estaría bien. Y ya era tiempo de que las cosas fueran más justas, que no solo Sho fuera el que se degastara por los dos. Ken también debía retribuirle, darle seguridad y no ocasionarle mayores temores.

—¿Estás bien, Kaneki? —
—¿Eh? —  Ken bajó la mirada para ver que Johan lo observaba minuciosamente, aún agachado en frente de él.
—Sí. Curiosamente, sí. Después de decir eso… Me siento mejor. —
—Que bueno. — Johan asintió, sonriendo brevemente. Se puso de pie y se sentó de medio lado, al costado de Ken, en el mismo sillón. —Si te ha hecho sentir bien decir eso, tal vez podemos aprovechar la oportunidad de conversar un poco más de tus inquietudes. Sé que estoy más vinculado a la neurología, y, por herencia, también al mundo del a psiquiatría, pero puedo escuchar si necesitas hablar.  Aunque… Tal vez la persona indicada para que converses sobre tus inquietudes es el joven Shikishima… Tiene un don especial en descifrar mentes. — meditó esa posibilidad. —Debería tener una consulta mental…—
—Respeto los talentos indiscutibles de Shikishima-kun de, prácticamente, leer la mente, y ser un buen consejero… Pero me siento bien conversando estos temas contigo. — Era cierto, Shikishima era la persona más indicada para analizar y aconsejar, pero, pese a que los dos se llevaban bien por el proyecto de Catharsis, no eran íntimo amigos.
Suponía que con Johan Liebheart tampoco eran íntimos, pero se sentía extrañamente vinculado y en confianza con él.
—Me alegra saber que conversa conmigo es gratificante para mi. — Johan se acomodó hacia atrás unos mechones rebeldes de su rubio cabello. —Volviendo a lo anterior, ya conversado el tema de Rebel, creo que de todos modos tienes otras inquietudes pendientes.
—Ehhhw…— Ken se incomodó. No quería decirle a Johan que esos días se había sentido un tanto deprimido.
—Puedes contarme lo que sea. — sonrió, entregándole tranquilidad. —No te voy a juzgar. —
—Me da vergüenza admitirlo… Pero estos días me he percibido más… melancólico. No es algo novedoso en mi vida, en el pasado ya he tenido episodios donde me sentí deprimido. Sólo pensé que no volverían más a mi vida.—
—Hm, ¿Ha pasado algo traumático o estresante en tu vida además del tema académico, laboral y de ser Rebel? —
—N-no, creo que no. Eh, bueno… Hace un tiempo estuve peleado con mi hermano, pero eso ya se solucionó y estamos muy bien. Y… de estrés, ¡por favor no le digas a los profesores! — Kaneki se cubrió el rostro con ambar manos, avergonzado. —Pero en los primeros días me sentía agobiado por unos compañeros que me buscaban para hacer equipo con la intención de que yo hiciera todo el trabajo y ellos no colaboraban en nada. Pero eso también se solucionó, desde que tú solicitaste que Lancaster-san fuera mi compañero de proyectos y trabajos de la carrera… Como que nadie quiere acercársele… Y cuando estos chicos quisieron integrarse, Lancaster-san los denigró con pocas palabras, pero de tal modo que no volvieron más. —
—Hehe, me alegra que mi capricho de que hicieran dupla haya resultado en este efecto favorecedor. Espero que el joven Lancaster no te esté dando problemas… Entiendo que sigue faltando mucho a clases. —
—Ah, no…— negó con la cabeza. —Si bien es reacio a juntarse conmigo para hacer los trabajos. Al último día siempre acude y hace su parte muy bien… Aunque no se acuerde de mi nombre, es un buen colaborador. Y aunque sigue faltando mucho a clases, creo que le mostró al jefe de carrera una justificación médica o personal para sus faltas. Todo está bien con él también.
—Hm…— se quedó pensativo. Tanto por esa nueva información otorgada como por el tema de Kaneki. —Entonces si no ha pasado nada significativo últimamente, nada que no tenga solución. — corrigió. —Tal vez sea algo que está en tu inconsciente. Aquello que no puedes ver ni saber porque está muy oculto.
—…— Ken parpadeó, atónito por ese comentario. —¿Sabes? Tiene sentido…— el joven se quedó en silencio unos momentos, no sabía si debía decirlo o no.
—Sólo dilo. — interpretó Johan. Le dio unas palmadas en el hombro para darle confianza.
—Tengo la sensación de que estoy más irritable. Me molesto por cosas que antes no me causaban mayores malestares. A veces reacciono de un modo que no puedo creer. Eh, hoy mismo… Fui violento e impulsivo en la recepción porque estaba lleno de ira por el mal trabajo de las recepcionistas. Pero… Creo que he tenido otros episodios.
—Trata de recordar…—
—…— El pelinegro cerró los ojos. Buscó en su mente algo que no tuviera explicación o que él bloqueara como que nunca ocurrió. —Pienso que es un sueño, pero lo sentí demasiado real… Me vi en el tren del metro hace unos meses, me sentía muy irritado por los pasajeros… Un grupo de tipos que venía de ver un partido en el estadio comenzó a acosarme con burlas. Después… Después…—
—¿Después? —
—No hay nada. Todo negro. No recuerdo. Por mucho tiempo pensé que era un sueño…— Ken abrió los ojos y parpadeó. Tomó su cabeza con una mano, de pronto sintió una fuerte jaqueca. —Pero al despertar en mi cama, me vi a mi mismo ensangrentado… Fui al baño antes de que llegara mi hermano y me viera así. Pensé que había tenido un derrame nasal, que es típico en mi…—
—…— Johan entrecerró los ojos, sereno. —Quizá no fue un sueño. —
—¿Qué? —
—¿Recuerdas que hace un tiempo te expliqué en hipótesis cuales podrían ser los efectos adversos de tomar el riesgo de ser un Rebel? —
—Sí…— Ken había consultado con el doctor si podía dar la prueba de Rebel, cuando hizo la promesa con su hermano.
—Quizá tienes obsnulación de la consciencia… o estados disociativos de la consciencia. Donde, técnicamente, eres otro y posteriormente no recuerdas nada de lo que pasó.
—J-Johan, eso suena perturbador…— Kaneki se tensó en su sitio.
—Descuida. Aunque suene increíble, es un estado mental más común de lo que crees… Lo complicado sería el grado de intensidad de la disociación. Tal vez ese día en el metro, esas personas te atacaron o tú las atacaste desde la proyección de ¨otro Kaneki¨, uno más agresivo y menos piadoso… Al despertar en tu casa no recordabas nada dada la carga psíquica que conlleva el que salga ese ¨otro Kaneki¨
—…— Ken estaba en shock. —¿Otro Kaneki? ¿Uno… malo?
—No sabría decirte. — Johan alzó los hombros.
—…— el joven se quedó petrificado. Si las palabras de Johan eran ciertas, las cuales solían ser así, y tenía ¨un lado oscuro¨, ¿Qué tal si ese otro Kaneki lastimaba a Sho o a sus conocidos?
—¿Recuerdas otra ocasión que te causara perturbación?
—Yo… El día del ataque de los Rebels a Hanasaki, recuerdo que fui para supervisar que Sho y Eren no estuvieran en problemas por Hanasaki. Me acuerdo que Sho me dijo que me escondiera bajo una mesa de laboratorio hasta que acabara todo… en algún momento escuché un ruido muy fuerte… Al parecer, algún ataque grave había sucedido fuera de los laboratorios. Pensé inmediatamente en salir de mi escondite para ver si mis conocidos estaban en peligro, pero al ver que alguien entró me paralicé. Sólo veía sus piernas, pero sentía que me pasaría algo malo si me encontraba, iba deslizándome silenciosamente de una mesa a otra, evadiéndolo para escabullirme… Cuando pensé que ya lo había logrado, justo en frente mío apareció de la nada este tipo, que no recuerdo como era, envuelto en una especie de viento negro… Me agarró y me sacó con fuerzas. Sentía que ese viento obscuro entraba por mi boca y me contaminaba… creo que después de eso perdí el conocimiento. Al despertar, estaba en casa, de nuevo…Un amigo, Jaeger, me llevó a mi casa después de encontrarme inconsciente cerca de Hanasaki.—
—¿Sabes si pasó algo dramático ese día en Hanasaki? —continuó, interesado en saber más o encontrar algo más.
—No recuerdo nada… Aunque una persona de Hanasaki me contó que un sujeto muy extraño, perturbador y vestido de negro realizó actos sádicos con estudiantes de Hana…— Ken se paralizó.
—¿Ken, está todo bien? — preguntó Johan al ver el trance del otro. Allí estaba su objetivo: había logrado abrir un estado inconsciente y hacerlo consciente.
—Oh… Dios… Oh, por Dios… ¡No! — se sujetó la cabeza.
—Tranquilo, Ken. Tranquilo. — le sujetó de los hombros, y le abrazó cálidamente, entregándole protección. —Sea lo que sea, estoy aquí para apoyarte.
—Liebheart-san, ¿y si esa entidad oscura era yo mismo? — Preguntó Kaneki, aterrado. Le había hecho sentido lo del “Kaneki obscuro” con la descripción de ese tipo raro que lo atacó en el laboratorio, y la descripción que le dio Kana Arima sobre el sujeto que atacó a esos estudiantes.
—No es seguro que esa persona hayas sido tú. Muchos Rebels acudieron al ataque ese día. Incluso Rammsteiner, quien ya no es Rebel, fue aquel día… ¿No crees que él encaja con esa descripción también? No es justo que te tortures mentalmente con una suposición sin tener certezas de nada.
—P-pero…
—Shhh…— le puso su dedo índice sobre los labios del otro al separarlo del abrazo. —Tranquilo, saldremos de esto juntos ¿si? Y para eso necesito que no cargues con una culpa que te atormente tortuosamente. —  le observó a los ojos, con aquellos ojos suyos tan enigmáticos y atractivos. —Mírame a los ojos, y repite después de mi: “No era yo”
—N-no…— Ken negó, por su tartamudeo. —No era yo. — dijo más firme.
—Bien. — le asintió, sin soltarle.
—¿Crees que pudo ser otra persona? —
—No puedo darte una certeza de que fue otro o tú en un estado disociativo… Pero Rammsteiner es mi paciente, y me dijo que él estuvo allí e hizo cosas atroces… Sólo te cuento esto a ti para tu tranquilidad, porque violaría el código de confidencialidad que tengo con este otro paciente mío. —
—No le diré a nadie, puedes contar con ello. Saber que Rammsteiner-san pueda ser esa persona, irónicamente, me tranquiliza.
—Así es. — le sonrió. —Además, ¿no ha vuelto a pasar otra situación que perdieras el conocimiento, cierto?
—No. Creo que no.
—Eso es buena señal. A veces, tras una operación en la cabeza tan compleja como la tuya, aparecen episodios de este tipo donde las personas se quedan en negro, pierden la consciencia, y, al recuperarse, no recuerdan nada. Sólo esperemos que no sea una secuela perdurable. Generalmente desaparecen pasado unos meses.
—Espero que eso sea. — Ken suspiró. Ya tenía demasiado con la modificación genética en su ojo como efecto de las sustancias que le administraban en su cuerpo para que siguiera siendo Rebel, como para tener que soportar una versión maligna de sí mismo que amenazaba con tomar el poder de sí.
—Y si es un lado oscuro tuyo…— Johan continuó. —Debes sentirte capacitado para controlarlo y que no sea la personalidad que domine tu persona.
—Uh…— Justo lo que le daba miedo. —¿Se puede sedar a ese yo obscuro si aparece y no lo puedo controlar?
—Puedo sedarlo, si así lo quieres… Pero sería algo transitorio. Siempre volverá aparecer a menos que haga modificaciones neurocognitivas y eso conlleva nuevas operaciones de complejidad.
—¿Son demasiado complejas?
—Ken, no volveré a intervenir tu cerebro. — Johan entrecerró los parpados superiores, sereno. —Además, si me pides que haga eso, tendría que borrar prácticamente todos tus recuerdos y modificar tu mente a mi gusto. No tendrías memorias, y serías prácticamente un muñeco vacío, sin funciones vitales porque no tiene emociones ni recuerdos a los que aferrarse. Eso no es lo que quiero pa—Ken le sujetó de las manos, y le miró a los ojos.
—Liebheart-san. — habló seriamente, sin dejar de mirarlo. —Si eres mi amigo, prométeme que si llega ese día y no muero, modificarás mi mente ¡No importa como quede ni cual modificación sea de tu gusto! No importa si quedo mal, incluso. Porque prefiero eso que convertirme en alguien que dañe a los demás.
—Kaneki…—
—¡Por favor, prométemelo! —
—…— Johan no parpadeó. Analizó unos segundos esa petición. Cualquier otro que le pidiese eso, Johan aceptaría con el fin de encontrar un nuevo descubrimiento científico jugando con la mente de otro… Que Kaneki se ofreciera voluntario a algo tan delicado era una oportunidad, pero… —No. — negó con la cabeza. —No me haré parte de algo que termine quebrándote. No podría vivir sabiendo que estas roto por dentro. Tampoco quiero recibir consecuencias sociales por mi mal actuar. Que modifique una mente, será visto por otros como control mental… No puedo difamar el apellido de mi familia.
—Por favor. Es lo único que te pido. Si quieres, puedo firmar un consentimiento donde te libere de todas las consecuencias que puedan quedar en mi…—
—¿Tan decidido estas a acceder a esa opción con tal de proteger a otros? —
—Si. —
—Vaya, Kaneki… Eres la persona más admirable que en mi vida he conocido.
—G-gracias. — ese comentario provocó emoción en él. Pero no dejo el tema de lado. —¿Puedes prometerme eso?
—Está bien. Lo prometo. Si llega ese día, lo haré. Pero de momento, haremos todo lo necesario para que eso no pase. Así que debes prometerme que no harás nada riesgoso ni que atente contra ti mismo.
—Lo prometo. —
—Y debes comprometerte a seguir mis indicaciones médicas…—
—¡L-Lo prometo! — sonrió nervioso. Apretó un poco más las manos del otro, ya más relajado por su apoyo. —Gracias, Liebheart-san. — después de ello, le soltó.
—Descuida. Somos amigos. Los amigos hacen lo que sean por sus amigos, ¿no? — Johan suspiró. Se puso de pie y fue hasta su escritorio. Llamó a Kaneki con un gesto de mano. Ken se sentó en frente del escritorio y vio como Johan anotaba una receta médica. —Te indicaré como tratamiento farmacológico venlafaxina para estabilizar el ánimo en tu estado depresivo, sé riguroso, es un medicamento que si lo descuidas puede provocar taquicardias. En caso de efectos como ese síntoma u otros, debes advertirme inmediatamente. Empezaremos con 75mg, iremos aumentando si es el caso. También… te dejaré Quetiapina y otros antipsicóticos. — vio que el otro se acomplejó —Tranquilo, como sabes, los antipsicóticos también son recetados para el control de impulsos. Además, quiero prevenir estados psicóticos y estados disociativos. Recuerda que también debes consumir el tratamiento farmacológico que te di para tu salud en general y para soportar la química inyectada para tus facultades de Rebel. — sacó otro talón de documentos. Anotó una fecha y una indicación. —Esta licencia médica para que la presentes en tu trabajo. Por el lado de Rizembool no tenemos problemas, porque yo he conversado antes con los académicos para que te excusen en caso de ausencia.
—G-Gracias, no deberías preocuparte tanto por mí. Pero prometo seguir todo al pie de la letra. Ahora, saliendo de aquí, iré a comprar la medicación.
—En relación a eso…— el rubio buscó en el cajón de su escritorio. Sacó una billetera, y no tuvo reparos en entregarle un bajo grande de billetes.
—¡Ahhh no puedo aceptar todo ese dinero! —
—Kaneki, recuerda… Somos amigos, los amigos hacen cosas para cuidar a sus amigos. Así que acepta este dinero, por favor, y asimila el hecho de que semanalmente te daré una cantidad necesaria para tus gastos.
—…— Ken se sintió mal por tener que ser la preocupación de Johan —¿Qué puedo darte a cambio? No es mucho, pero… si me pides algo puedo darte lo que sea.
—¿Eh? —
—L-Lo que sea…— desvió la mirada, con una mano se apretó el otro brazo, avergonzado.
—No estoy pidiendo nada a cambio. — le sonrió, divertido. —Tal vez que de vez en cuando compartamos una tarde libre para platicar.
—Eso sigue beneficiándome a mí.
—Y a mí también. Si todavía te sientes cohibido, tómalo como pago por cuidar de Lancaster… Después de todo, yo llegué y te pedí que fueras su compañero guía y ni siquiera te pregunté si podías o querías… Creo que te lo impuse, hehe… Disculpa. —
—N-no, no importa. Si bien a veces Lancaster-san es un enigma, de todos modos, es grato tenerlo cerca… Se aprende mucho de él.
—Sí. Pero, de todos modos, mereces esta compensación por tener que lidiar con su peculiar personalidad. Hm. —se quedó pensativo, pensando en su propia personalidad. Sonrió divertido.
—¿Pasa algo?
—No. Nada. — negó con la cabeza. —Sólo me ha hecho gracia que se deba pagar por estar cerca del joven Lancaster. No en tu caso, pues he escuchado del propio abuelo del joven que ha tenido que pagar a otros para que estén con su nieto.
—Vaya…— Ken quedó sorprendido.
—Que no te sorprenda, Ken. En el mundo de la gente adinerada no es poco común que tus padres les paguen a otros para que te soporten y finjan ser tus amigos… Mi padre hacía eso todo el tiempo…Supongo que yo le daba lastima.—
—¿…Qué? —
—Por eso agradezco tu amistad sincera y sin intereses.
—No puedo creer que esas personas indignas se atrevieran a cobrar por ser tus amigos. —
—Ah, déjalo… De todos modos, nunca permití que estuvieran cerca mío…— ladeó el rostro.


El dilema de cómo emplear el dinero que Liebheart le había dado era lo que más le repercutía en la mente. Con la suma que tenía en sus manos, le alcanzaba y le sobraba para comprar un montón de cosas y aún disponer de dinero por si necesitaba.
Pensaba ir a devolvérselo, pero sentía las palabras de Johan sobre recibirlo como muestra de aprecio. Si se lo llevaba de regreso tal vez lo vería como una señal de desprecio y rechazo.
Después de comprar la medicación. Pasó a un supermercado y compró un montón de cosas para tener en el departamento. Casi todo lo que escogió eran cosas que le gustaban a Sho. Lo demás eran abastecimientos necesarios.
Y se sentía demasiado descarado… Pero pidió un taxi para trasladarse con las cosas.
Era enternecedor ver como con, esos pequeños gastos, pensaba mentalmente “Vaya, así debe sentirse la gente con dinero.”
Tenía que ser precavido y no levantar sospechas de la adquisición de ese dinero.

—¿Eh? ¿Y todo esto? Ken, no me digas que tuviste que pedir un adelanto.— Dijo Sho. Sin poder evitar la curiosidad, iba revisando lo que contenían las bolsas una por una, emocionado por todo lo que encontraba. —¡AH! ¡Me encantan estas cosas! — sacó una caja de dulces Wonka.
—Qué bueno que te emocione. —
—¡Sí! Pero, no deja de preocuparme. No quiero que sigas pidiendo adelantos para solventar los gastos de la casa. Recuerda que los gastos los tenemos que llevar a medias.
—Sí, lo sé. — asintió, tranquilamente. —Pero no te preocupes. El jefe habló conmigo hoy y me comunicó que aumentó mi sueldo… por antigüedad y desempeño.
—¡Vaya! Hasta que por fin ese viejo valora que dejes los pulmones en la cafetería. — Sho chasqueó los dedos. Al fin el trabajo en exceso de Ken era reconocido por ese tipo. —Supongo que a Jaeger no le ha dado ni un yen más, haha.
—Eh, Jaeger-san lleva poco tiempo trabajando. —
—Lo decía por desempeño. Apuesto que no hace nada y se la lleva lloriqueando de que está cansado o algo.
—Ay, Sho-niisan, que malo eres con Jaeger-san. Él no es así. Es un buen trabajador, algo arisco y torpe con el trato de los clientes… pero hace un gran esfuerzo. — Ken notó una reacción espontánea en Sho, a quien de pronto sus mejillas se le tintaron de rojo. —¿Pasa algo?—
—...— Asintió en afirmación moviendo su cabeza arriba y abajo. —¡Ah!— Sho se cubrió el rostro con su antebrazo.
—¡¿Qué pasa?!— Ken se preocupó.
—N-nada... Es que...— Sho no se descubrió el rostro, muerto de vergüenza. —Hace tiempo no me decías ¨niisan¨
—Oh, eso.— suspiró, más calmado. —Perdón. Si te hace sentir incómodo, puedo dejarlo.—
—No, no es eso.— Sho se descubrió poco a poco, hasta finalmente dejarse ver. Aún estaba con el rostro enrojecido por la vergüenza. Desvió la mirada, ansioso. —Es que a veces olvido que soy el hermano mayor, uh.—
—¿Yo a veces también lo olvido?— bromeó
—¡Ken, eso no ayuda!— se quejó.
—Haha.— rio por la reacción de Sho. Luego vio que había una boleta sobre la mesa. La leyó en silencio.
—Uh, son los gastos comunes… Hay que pagarlos, pero a mí no me pagan hasta la próxima semana y. —
—Ah, yo puedo pagarlo. —
—¡KEN! No voy a permitir que uses todo el dinero de tu nuevo sueldo en gastos que nos corresponden a los dos.
—Déjalo, puedo pagar lo de este mes y ya en el próximo pagamos la próxima deuda a medias.
—Pero… no es justo. —
—Cuando te paguen, me tienes que llevar a comer hamburguesas a cambio. —
—Suena bien…—dijo, medidativo.
—Y después de eso, me tienes que llevar al parque de diversiones. —
—¿Qué? —
—Haha, ¿qué tiene? Si hay juegos para grandes…—
—Ah, sí, sí, lo sé. — asintió. —Pero la última vez que fuimos te mareaste en la rueda de la fortuna.
—…— Ken entrecerró los ojos, ofendido.
—Ya, perdón. Verdad que prometí no volver a nombrar esa ocasión — Puesto que después de que su hermano se mareara en un juego tan básico, terminó vomitando al lado de la fila de personas que aguardaban su turno. Sho suspiró, conmemorando que ese recuerdo no era para nada grato para Kaneki quien se había sentido fatal por la vergüenza. —Okay, te invitaré a comer hamburguesas y luego vamos al parque de diversiones.
—¡Genial! —
—No puedo creer que tu comida favorita, por años, sean las hamburguesas.
—No puedo evitarlo. Me encantan. — Hizo un gesto infantil.
—Lo bueno es que eres Rebel y ejercitas. — Sho miró un calendario que estaba pegado en la pared. Apuntó un día. —Vamos en ese día, que estoy de pago.
—Okay. — Ken asintió. —Hay que avisarle a Souji-san, sería lindo que también lo invites.
—Ken…— Sho lo miró fijamente. —¿No íbamos a salir los dos?
—Sí. Pero Souji-san es tu pareja, no me molesta que vaya con nosotros.
—No es eso. A mí me encanta salir con Souji, pero también me encanta tener momentos entre nosotros dos como hermanos. No es necesario que siempre haya un tercero en nuestras salidas. Últimamente siempre quieres incluir a otros cuando estamos los dos. No me molesta. Pero con Souji puedo planear algo entre los dos para otro día, también podemos planear algo entre nosotros, Souji y todos los demás para otro día… Pero no quiero que te excluyas cuando sólo somos los dos.
—Sho-niisan…— Ken se mordió el labio inferior. —Es que es super aburrido que te pases un día conmigo solamente.
—¡A qué viene eso! — Sho se cruzó de brazos, indignado. —¡Siempre somos los dos y eso para mí es perfecto! Si no estás tú, yo simplemente no tendría motivos para ir a ninguna parte.
—…— Ken bajo la mirada, apenado por molestar a su hermano.
—Ven aquí…— Extendió sus brazos. Ken se acercó a él lentamente, como un cachorro que buscaba el perdón de su hermano. Sho sonrió, divertido por la reacción de su hermano. Lo atrajo así y lo apretó en un fuerte abrazo. —Ya no te excluyas de mi vida, Ken, ¿sí? —
—Nunca más. — Escondió el rostro en el pecho de su hermano. Se aferró a Sho fuertemente, con insistencia.
—Ken, tranquilo. Sólo fue un comentario… No es para que te angusties tanto. — Dijo Sho, al notar que su hermano parecía muy arrepentido y afectado.
—Sho-niisan… Hay… Hay algo que tienes que saber. —
—¿Qué? — Sho se preocupó por el modo en que Ken estaba. Lo apartó suavemente y lo observó preocupado. —¿Pasó algo?
—…— Ken suspiró, se hizo un poco hacia atrás y se quitó el parche del ojo. Se demoró, pero finalmente abrió los dos ojos.
—…—
Sho se quedó paralizado en su sitio. No podía dejar de mirar con preocupación el rostro de su hermano, específicamente el ojo que mantenía siempre con un parche.
—…K-Ken, ¿Qué…?
—Hoy fui al doctor, me dijo que este hepitema o fractura ocular era permanente… Por… Por siempre tendré un ojo así.
—Uh, ¿duele?
—No. No duele. Y veo perfectamente bien por este ojo. Pero… Hay más y tienes que saberlo. Por favor, no reacciones mal.
—No me importa el aspecto de tu ojo porque, aunque es extraño, sigues viéndote adorable. — Dijo Sho, entre broma y con ganas de subirle el ánimo.
—Es que… No sólo se trata de un hepitema. El Doctor Liebhart tiene la convicción que es una modificación genética gracias a la intervención científica de Rizembool que me permite ser Rebel.
—¡¿Qué?! — Sho se encolerizó. —¿Entonces me estas diciendo que Rizembool juega contigo como un conejillo de indias en vez de darte una condición de salud adecuada con tal de que seas Rebel.
—Sho-niisan, por favor, no te lo tomes así. Todos los Rebels, incluso tú, toman el riesgo de sufrir algún daño colateral cuando aceptan que inyecten sustancias o apliquen implementos tecnológicos en nuestros cuerpos para ser Rebels.
—Sí, pero… ¡Ken, esto puede ser grave!
—No es así. Sólo es una modificación genética…
—Sí, pero ¿y si evoluciona a algo peor?
—…No pasará. — Lo peor a lo que podía evolucionar era al “Kaneki obscuro” y no lo permitiría.
—Mañana mismo iré a hablar con la comitiva de Rebels y a exponer esta situación.
—Por favor, hermano, no lo hagas… Además, el doctor Liebheart ya ha notificado de mi condición a la comitiva Rebels y estiman que no es un fenómeno poco común.
—Hm…— Sho no parecía convencido. —¿Liebheart? — Le sonaba ese apellido. Luego recordó que fue el doctor que operó a Ken después de que él tuviera ese extraño accidente. —¿Y él no puede hacer que vuelvas a la normalidad o que esto no se siga propagando? —
—Eh, no es como si fuera un virus infeccioso, hehe. — Ken rio divertido. —Puede evitar que evolucione, eso sí. Pero no puede hacer que mi ojo vuelva a la normalidad…— Ken alzó la vista, observando el techo. Se sentía bien estar libre sin el parche en el departamento. —Ah, me siento bien sin el parche.
—Pero no deja de preocuparme… Además, he sentido que estos días has estado más decaído.
—Sí, era por el tema de mi ojo… No es fácil pensar como reaccionaran los demás si me ven así, sin parche, en Rizembool. — Tuvo que decir aquello para no preocuparlo más.
—Tks, si te dicen algo iré y haré que se traguen sus palabras— Sho se acercó y le acarició el cabello. —Igual no luces mal. Ese ojo raro te hace ver místico. Como si fueras un miembro del clan Uchiha.
—Haha, Sho, ¡Que ocurrencias! — soltó una carcajada.
—¡Lo decía en serio! — Dijo Sho, molesto, pero riendo. —Oye, lo importante es que estés bien y que ese ojo no te perjudique en nada. Lo demás no importa.
—Gracias, Sho-niisan. — Felizmente, Sho se había tomado con comprensión aquella confesión.
—¿Y tienes algún poder con ese ojo? ¿Ver el futuro o algo? —
—N-No que yo sepa. Sólo hacerme ver como un freak…—
—Bueno, a mí no me molesta tu apariencia. Tiene su plus… Aunque extrañaré a mi hermano con sus dos ojos normales. Lo complicado es que tendrás que ir para todos lados con ese parche…—
—Ya me acostumbre.
—Ken, gracias por contarme sobre esto.
—No hay de qué. Tenías que saberlo.
—No, en serio, gracias por contante. — Le abrazó otra vez. —A veces pienso que después de lo que pasó con el tema del viaje a Alemania tienes miedo de contarme cosas por como reacciono, pero me pone feliz que confíes en mi de todos modos.
—Eres la persona más importante en mi vida, Sho-niisan, tienes derecho a saber… Aunque, sí, ¡A veces te pasas! — se apartó y le miró con una mueca —Pero es lindo saber que te preocupas tanto por mí. — volvió a abrazarlo, feliz de sentirse querido y comprendido por su hermano.

Era grato poder contarle eso a Sho, porque sentía que no podía ocultarle más el tema de su ojo. En cuanto a su estado anímico y el asunto de que Johan Liebheart le diera dinero tendría que contárselo después.
Por hoy, era demasiada información de asimilar.
« Last Edit: April 07, 2019, 01:39:11 PM by Kana »


Sayi

^ El fic de Kana encima de este post cuenta para probaciones de Abril


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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

He muerto y resucitado un millón de veces con este fic (...) ya está yay~ *dead again*

68.1.



Era el inicio de otro día en medio de las vacaciones de verano y Reimu salió un momento de la entrada de su templo para dar un profundo respiro y mirar animada a los árboles y el ambiente que le rodeaba. Los últimos días se habían pasado llenos de actividades de restauración del templo y había podido llevar a cabo las más importantes. Con los materiales de construcción utilizados y ya fuera de vista, el templo podía lucirse a cualquier visitante que pasara. Sin embargo, le quedaba continuar con otras reparaciones y sobre todo llamar la atención de los habitantes de la ciudad para que acudieran a aquel ya olvidado templo.

De todos modos, no se iba a rendir y sentía que había comenzado muy bien. No estaba todavía segura si apuntarse a ser HiME a cambio del financiamiento había sido la mejor idea, pero no podía echarse atrás, así que seguiría con la frente en alto…

Entonces, Reimu oyó unos pasos venir del sendero que llevaba hacia el denso y extenso bosque, y se giró, para observar a una persona inesperada, y no bienvenida.

“Hm…” Mai, quien llegaba con una escopeta en mano y un par de patos muertos colgando de un hilo en la otra, le miró inmutada. “Veo que ya te despertaste.”
“Oye, ¿qué haces cazando a los patos de este bosque?” le reclamó, molesta. “¡Este es un lugar sagrado y de meditación!”
“Cierto,” asintió. “Tus gritos lo están arruinando.”
“¡T-tu cacería lo arruina mucho más!” insistió, iracunda. “¡Ya te dije que no podías cazar!”
“…” Mai miró a los patos un momento. “Hmm, pero no los echaré a perder, descuida.”
“¡Oye!”
“Reimu, ¿qué sucede?” preguntó Marisa, quien salió del templo. Ella se impresionó. “¡Ohh, eres la primita de Osaka!” sonrió. “Veo que te gustó cazar por aquí.”
“Sí,” Mai asintió. “Gracias por tu bendición.”
“¡Dije que no se puede cazar aquí!” estalló la miko, mirando furiosa a la rubia.
“Ihh, no es que le esté dando la aprobación ni nada…”
“¡Al menos tómalo con seriedad!” la miko se cruzó de brazos.
“Bueno, me tengo que ir,” Mai dejó los patos en el suelo un momento para guardar su rifle en la funda que cargaba sobre un hombro. Así libró una mano, donde observó su reloj. “Me espera un día muy ocupado.”
“Ehh, bueno, que te vaya bien,” dijo Marisa, sonriendo incómoda.
“…” Mai se encogió de hombros, sacó una moneda de quinientos yenes con su mano libre, y la lanzó al ofertorio. Luego de esa acción, caminó hacia el sendero a las largas escaleras. “Regresaré por más patos la próxima semana…”
“¡N-ni te atrevas!” Reimu le reclamó y le amenazó con un puño, pero la otra se fue inafectada.
“Ya, Reimu, sólo le das más ganas de continuar fastidiándote…” se lamentó Marisa.
“Tsk, no puedo creer que esa chica sea prima de Osaka…” gruñó la miko, cruzada de brazos y desviando su mirada. “Juro que si me vuelvo a cruzar con ella, le arrancaré los cabellos.”
“Tranquila, tranquila…” entonces, Marisa observó una muy distinguible figura correr desde la dirección donde la joven cazadora se había ido. “¡Ohh, es Shishiou!”
“¡Buenos días!” saludó el chico con grandes ánimos, quien rápidamente les dio el alcance. “Heh, se nota que los de mantenimiento han hecho un excelente trabajo,” levantó un pulgar. “¡El templo se ve genial!”
“Sí, no tenía mucha fe de que se animaran a subir todas las escaleras con los materiales y todo, pero ocurrió y ahora estamos disfrutando del trabajo~” canturreó Marisa, sonriendo ampliamente.
“¡Hahaha, obviamente los templos son muy importantes en nuestra cultura!” Shishiou se puso a reír y revolvió los cabellos de su hermanita. “Hehe, y no es por nada, pero no todos somos tan perezosos como tú~”
“Eso es cierto,” el comentario animó a Reimu, quien sonrió con gracia.
“¡Ah, no se pongan en mi contra!” reclamó la hermanita.
“Siempre eres bienvenido, Shishiou, ¿pero qué te trae por aquí hoy?” preguntó la miko, con curiosidad. “Ya nos ayudaste bastante la semana pasada.”
“Le conté a Shinano sobre este templo y me dijo que tenía disponible hoy, así que va a venir en la tarde e invitará a sus amigos,” explicó el recién llegado, con una sonrisa. “No tengo nada que hacer hoy y decidí venir temprano para ayudarles a alistar el templo. Seguramente hay muchas cosas removidas por todo el mantenimiento.”
“Pues, en verdad que sí,” admitió la miko, con torpeza.
“¡Perfecto!” el chico agarró su brazo y lo flexionó. “Hehe, ¡déjenme las cosas pesadas a mí!”
“Bueno, sí nos podrías ayudar un montón, hermano,” dijo Marisa, dando un suspiro, y rápidamente se animó. “Y me alegro de que ese chico pelirrojo vaya a venir. Me cayó muy bien, seguro nos divertiremos.”
“Sus amigos son también muy simpáticos, te lo aseguro,” Shishiou asintió. “Bueno, manos a la obra que el tiempo corre.”
“Sí, gracias nuevamente,” Reimu sonrió agradecida.
“Ah, pero ni bien terminé de subir las escaleras me crucé con una chica que salía con un par de patos…” Shishiou se puso a pensar. “No sabía que había cacería por la zona.”
“Tch… n-no la hay…” dijo Reimu en voz baja, conteniendo su ira.
“Ehh, sí, mejor no lo menciones,” Marisa se frustró y negó con una palma.

El día recién comenzaba, y el incansable trabajo en el templo continuaría por más tiempo.




En un insospechado rincón de Rizembool U, Natsume había preparado una reunión un tanto peculiar para sus usuales visitantes a su laboratorio. Luego de pasar un buen tiempo cubriendo cada ventana y agujero que daba hacia fuera con cartón y papeles negros, comenzó una sesión bastante informal y entretenida.

“Ohh…” Osaka introdujo la punta de algodón imbuida con la solución a la llama de su mechero y observó que la llama se tornó de un color lila. “¡Ahh, qué bonito color!”
“Oh, sí, ¿qué clase de brujería es esta?” preguntó Tomo, escéptica.
“Natsume ya se explicó,” Kashuu se encogió de hombros y le miró con reproche. “¿Por qué eres siempre tan reactiva?”
“Cierto, y si bien tengo entendido, Hanasaki siempre ha sido el lado más hechizante del asunto, ¿no es verdad?” comentó Natsume, sonriendo entretenido. “Pero, para responderte tu pregunta, la solución que acaban de quemar posee iones de potasio, los cuales tornan la llama de ese color bajo las presentes condiciones.”
“Ehh, c-como digan,” Tomo se quedó atascada entre reclamar a Kashuu y no comprender la explicación de Natsume, y optó por no continuar la discusión. “Pues, entiendo que hemos quemado potasio, ya veo…”
“Las pruebas de llama son un método analítico muy antiguo y que siguen siendo usadas como un buen aprendizaje,” observó Ayesha, animada y sonriente. “Ahh, esto me recuerda cuando era pequeña. Es una lástima que nuestro currículo no lo contemple…”
“Cierto, sí tuvimos un ensayo así en química en la secundaria, pero sólo fue el profesor haciendo un par de ejemplos para la clase, si mal no recuerdo,” Cho se puso a pensar.
“Entonces Natsume tuvo mucha razón de invitarnos a jugar con el fuego~” canturreó Nio.
“Nio, no lo hagas sonar peligroso, por favor…”
“Tranquila, onee-chan.”
“Maestro es una persona muy inteligente,” Sora asintió. “¡Hehe, quiero seguir viendo más lindos colores! ¡Estos a su vez inspiran más colores en mí! ¡Sora está muy contento!”
“Ehehe, tranquilo, Sora-kun,” Tsumugi sonrió con torpeza. “Será una prueba sencilla, pero no podemos descuidarnos. El fuego no debe ser subestimado.”
“Sí, lo comprendo, senpai,” Sora asintió obedientemente y sonrió. “Sora tiene que seguir las instrucciones de maestro al pie de la letra. Sora lo recuerda.”
“Eres un buen chico, pequeño,” Natsume sonrió satisfecho. “Bien, luego de esta pequeña muestra, siéntanse libres de mojar más algodones y probarlos en sus propios mecheros. Si tienen curiosidad sobre qué elemento están observando, los escribí en la pizarra.”

Dicho esto, los presentes se dividieron en los cuatro mecheros listos para usarse. Nio y Ayesha compartieron uno, donde la pequeña comenzó a preparar los algodones bajo la supervisión de su hermana mayor. Osaka y Tomo también comenzaron a sumergir más muestras en la llama y a tomar fotos de los colores. Sora fue enseñado por Natsume cómo hacer la prueba y el dueño de casa comenzó a explicarle un poco sobre los conceptos teóricos detrás de los colores, mientras el pequeño asentía obedientemente y Tsumugi les miraba intentando no meterse en la conversación de ambos.

“Heh, es un experimento muy divertido, aruji,” comentó Kashuu, quien preparó una muestra con estroncio. “A ver, la pizarra dice que es rojo escarlata… ¡ah, lo es!”
“Oh, es un rojo muy bonito,” Cho se impresionó y sonrió.
“Justo el color que quería ver,” el arma sonrió satisfecho. “Hehe, ¿no te parece que el color me queda a la perfección, aruji?”
“Tienes razón, Kashuu,” la HiME asintió.
“En sí, nos queda a los dos, ¿cierto? También va con tus ojos,” Kashuu asintió y sonrió autosuficiente. “Es la prueba que tenemos mucho en común.”
“Aprecio el cumplido, y tienes razón sobre el color, aunque tu apariencia es mucho más presentable que la mía, siendo sinceros.”
“Ya te dije que no te rebajes así,” le recriminó levantando un índice. “Es cierto que el makeover que te tengo planeado sigue pendiente, pero realmente eres muy linda y presentable, aruji. Sin embargo, el inicio siempre está en tu propia percepción de ti misma. Date más crédito.”
“Ehh, muchas gracias, siempre eres la voz que necesito oír,” Cho sonrió incómoda y asintió.
“Sin duda también soy un excelente apoyo y compañero para ti,” declaró. “No puedo ignorar al hermano que tienes, pero pienso que le falta mucho para llegar a mi nivel.”
“P-pues…” la HiME dio un pesado suspiro en lo que sumergía otro algodón en una solución. No quería meterse en ese lío de siempre. “Ya les he dicho que no se peleen, por favor.”
“Lo sé, siento traerlo a flote…”
“Me pregunto cómo le estará yendo a Roxas,” Cho se puso a pensar. “Mariko fue a visitar a sus padres por un par de semanas, mientras que Roxas se ha ido con Horikawa y los Kotetsu a la residencia de su familia… Seguramente se sentirá incómodo.”
“Es lo más probable,” Kashuu se encogió de hombros y sonrió frustrado. “Pero no te preocupes por él, aruji. Muy aparte de los detalles, tu hermano cuenta con su padre y la siempre atinada ayuda de Horikawa. Confío en que estará bien.”
“Tienes razón,” ello animó a Cho, quien decidió tratar la siguiente muestra. “Ah, es un verde muy lindo.”
“Hmm, debe ser boro, según lo que dice en la pizarra…” el arma se puso a revisar los demás colores listados, y entonces todos oyeron un fuerte golpeteo de la puerta, el cual llamó la atención de los presentes. “¿Eh? ¿Estábamos esperando a alguien?”
“Ehh, no que yo sepa…” Tsumugi se vio inquieto y miró a Natsume. “Natsume-kun, no sabía que le habías invitado.”
“Pues no lo hice. Obviamente es él por su ruido, ¿cierto?” preguntó un tanto agobiado, y negó para despejarse y atender la puerta.
“¿Maestro? ¿Todo bien?” el pequeño rubio ladeó su cabeza. “Sora ve una expresión cansada en ti, pero tu color es distinto…”
“Está bien, Sora-kun,” Tsumugi le animó y sonrió. “Es un amigo cercano, sólo suele ser un tanto ehh… sobreprotector de Natsume-kun.”
“¿Cómo así?”

El pelirrojo fue a abrir la puerta y los demás vieron a un peliplateado muy alto y con ojos lilas que sonreía amenamente. Sin embargo, Natsume no se hizo a un lado como para dejarle pasar.

“¡Natsume-kyun~!” exclamó esa persona con un gran vozarrón en lo que juntaba sus palmas con gran dicha. “Fufufu, justo pasaba para visitarte y notar que has tapado todas tus ventanas me deja saber que andas haciendo travesuras~”
“…” el dirigido dio un pesado suspiro y le miró con reproche. “Estoy entreteniendo a visitas, Wataru-niisan. Si no es nada urgente, ¿podrías regresar en otro momento, por favor?”
“¡Ay, pero justo tengo la mañana libre y no quiero privarme más de tu adorable presencia!” exclamó conmovido y pasó a sonrojarse. “Ahh, siempre me siento recargado cuando veo a mi ser más hermoso en la faz de la tierra~”
“D-detente, Wataru-niisan,” recalcó levantando un poco la voz y viéndose ofuscado. “Como he mencionado, estoy entreteniendo a visitas…”
“Amazing!!” Wataru se emocionó y se hizo paso de inmediato para observar a los presentes. “¡No eres de socializar mucho así que son muy gratas noticias! Veamos~”
“Oye, no te invites a ti mismo.”
“Hmm…” el peliplateado dio una rápida inspección y sonrió ampliamente. “Fufufu, tantas chicas~ no sabía que te habías vuelto todo un pícaro, fufufu~”
“Tsk, ¡no digas eso!” se impacientó.
“Ehh, Wataru-kun, ellas son amigas y parientes del pequeño Sora-kun, del cual te mencionamos…” comentó Tsumugi, sonriendo incómodo y esperando aclarar la situación antes de que Natsume se molestara. Ello le hizo recordar al pequeño aprendiz. “Ah, cierto, este pequeño a mi costado es Sora Harukawa.”
“Oh, oh, no quisiera ser descortés con los demás, pero finalmente conozco al proclamado rayito de sol,” Wataru se vio curioso y miró detenidamente al rubio.
“¡Soy Sora Harukawa, mucho gusto!” se presentó el pequeño levantando una mano y con una amplia y alegre sonrisa. “Hmm, creo que recuerdo a maestro mencionar a ‘Wataru-niisan’ previamente, hmmm…”
“Ahh, hubiera querido que mi preciado Natsume-kun te hablara más sobre mi, pero al menos me nombró…” dijo Wataru con desaire.
“Tsk, tarde o temprano los iba a presentar, sé que siempre andas ocupado,” explicó Natsume, encogiéndose de hombros y resignado a su presencia. “Sólo espero que no me hagas quedar mal. Por ello mismo no te avisé para que vinieras.”
“Está bien, entiendo, sé que andas entrando a tu fase rebelde, así que no te avergonzaré, preciosura.”
“Tch, deja de referirte así a mí si quieres quedarte,” reclamó comprimiendo sus puños. “Y preséntate de una vez a todos.”
“Ah, cierto, ¿dónde están mis modales?” hizo una pronunciada reverencia dirigida a todos los presentes. “Siento mucho la demora. Soy su Wataru Hibiki para servirles. Les agradezco por su presencia y por llevarse bien con Natsume-kun.”
“Hehe, yo soy Osaka, mucho gusto~” canturreó la susodicha. “Siento que nos llevaremos bien.”
“No me sorprende, entre raros se entenderán,” observó Tomo, rodando los ojos.
“Yo soy Nio Altugle,” dijo la pequeña, sonriente. “Estamos tintando los mecheros de colores. ¿Quieres acompañarnos?”
“¡Ay, encantado!” Wataru se emocionó y saltó para darle el alcance. Al ver eso, Natsume supo que ya se había sumado a las actividades que tenían programadas para ese día.
“¿Y cuál vendría ser la relación que tienen con él?” preguntó Kashuu en lo que veía al peliplateado sumergir algodones en las soluciones bajo las instrucciones de Ayesha.
“Ehh, Wataru-kun es un muy talentoso dramaturgo y fue el maestro de Natsume-kun hace unos años,” explicó Tsumugi, sonriendo. “Hehe, sin duda por eso lo trata de manera tan afectiva.”
“No te rías de mi miseria, senpai irónico,” le resondró el pelirrojo.
“E-ehh, n-no ha sido mi intención, Natsume-kun,” Tsumugi se impresionó y alzó sus palmas. “P-pienso que es genial que sean cercanos.”
“En cierta forma es cierto, por más pesado que sea,” se encogió de hombros, cansado. “Después de todo, Wataru-niisan sí es alguien que merece ser conocido como mi senpai, a diferencia de ti.”
“Ehh…” ello pareció quebrarle el corazón al peliazul, quien juntó las puntas de sus índices y desvió su mirada con torpeza y desdicha.
“Sólo quisiera que Wataru-niisan dejara de tratarme como un niño todo el tiempo, es cansado,” Natsume dio un triste suspiro mientras los demás miraban con leve inquietud al descorazonado Tsumugi. “De por sí, les pido paciencia con él, por favor. Suele ser de esas personas incomprensibles y difíciles de aguantar en ocasiones…” entonces, frunció el ceño con leve fastidio e inconformidad. “Todos mis senpais son así, ahora que lo pienso. Qué mala fortuna…”
“No te quedas muy atrás, siendo sinceros,” observó Kashuu, con leve indiferencia.
“Ehh, pero pese a su forma de ser, se nota que te aprecia mucho, y parece una persona muy amena,” dijo Cho, sonriendo un poco. “Estoy segura que Osaka se llevará muy bien con él.”
“Tienes razón, koneko-chan, es bueno verle el lado bueno a las cosas,” dicho esto, Natsume sonrió con leve perspicacia. “Al mismo tiempo, tenerlo cerca de nuestro círculo puede ser provechoso. Como mi maestro, será una gran influencia para nuestro pequeño Sora.”
“¡Ohh, sería todo un honor!” Sora asintió contento. “¡El maestro de maestro debe ser alguien sumamente increíble!”
“Lo es, mientras ignores muchas de sus ocurrencias,” Natsume le sonrió de vuelta y asintió. “Bien, podemos continuar con este ensayo,” entonces, miró de soslayo a Tsumugi. “Oye tú, sé útil y trae más algodones. Se están acabando.”
“¡E-ehh, s-sí!” este se sobresaltó y fue de inmediato a buscarlos.
“¡Oh, te ayudo, senpai!” se ofreció Sora.

De ese modo, todos continuaron experimentando con los distintos colores que las soluciones producían al arder. Los presentes tendrían un día bastante ocioso y ameno.





El momento acababa de llegar. Roxas llegó a su destino final luego de un tranquilo viaje por el Shinkansen y de ser recogido junto con su nueva familia por una limosina en dirección a la residencia principal de los Kotetsu. Fue un trayecto un tanto extenso, principalmente por su falta de familiaridad, y se sorprendió que esa limosina les llevara por caminos bastante rurales. Entonces, un bosque comenzó y el vehículo llegó a territorio de la familia antes de percatarse de ello. Realmente era una familia tan adinerada como aclamada en el círculo de kendokas.

Fue intimidante observar su ingreso con la limosina a una especie de inmensa y ostentosa ciudadela, donde pese a ver dojos y edificios tradicionales por doquier, todavía no llegaba al lugar donde bajaría. Roxas oyó a un entusiasmado Urashima narrar detalles sobre cada sitio y decirle que darían vueltas por todos lados más tarde, pero realmente no podía procesar todo al sentirse dentro de una fantasía.

Finalmente, la limosina se detuvo frente a una mini-ciudadela en el centro del gran complejo de los Kotetsu, y dicho lugar era más alto y de mejor categoría que todo lo demás. La puerta de los pasajeros se abrió y el señor Kotetsu y Nagasone fueron los primeros en salir.

“Taroutachi-sama, Nagasone-sama, es un agrado recibirles de regreso,” les saludó un anciano consejero, quien hizo una pronunciada reverencia y se les dirigió con humildad, respeto y devoción. “Las preparaciones para la reunión principal están por terminarse. Felizmente no tenemos nada que reportar. ¿Se les ofrece algo, mis señores?”
“Nada de momento, ha sido un viaje muy próspero,” Taroutachi asintió para dirigirle la misma actitud humilde y respetuosa. Él miró hacia delante a los múltiples sirvientes y mucamas alineados, y repitió su gesto. “Les agradezco por su cálida bienvenida, es grato para nosotros verles nuevamente. Tendremos una estadía placentera gracias a todos ustedes.”
“Es muy amable, Taroutachi-sama,” respondieron los subordinados.
“Sí, hola a todos,” Nagasone sonrió con confianza y alzó una palma en señal de saludo. “Supongo me faltará la delicadeza de mi padre, pero comparto el mismo sentimiento. No hay nada como regresar a casa. Y cuiden muy bien a Urashima, por favor.”
“Por supuesto, como siempre,” dijo una mucama bastante mayor. “Urashima-sama es la alegría de nuestra renombrada familia. De casualidad, ¿Roxas-sama ha venido con ustedes?”
“¡Claro que sí!” exclamó Nagasone con gran dicha y los múltiples trabajadores intercambiaron miradas de dicha entre ellos. El primogénito se giró a la limosina, donde vio a Roxas asomado en la puerta, aunque claramente retraído. “Roxas, ¿qué estás esperando?”
“Ehh…” este se congeló, pero no llegó a ocultarse más.
“¡Roxas-niichan, por aquí!” Urashima saltó fuera de la limosina y le jaló de un brazo. “¡Vamos, ya llegamos!”
“E-espera, Urashima…” Roxas casi se cae por las energías del menor y salió con torpeza del auto, seguido de Horikawa. “Ehh…” él miró a todas las personas frente a él e hizo una reverencia. “P-pues, muchas gracias por esperarme… Yo soy Roxas…”
“¡Roxas-sama!” exclamó una de las mucamas, y por inercia todos se les acercaron para hablarle y apreciarle de cerca. El mareado homenajeado vio rostros muy alegres rodeándole y hasta algunas sirvientas que corrieron para pasar la voz en ese edificio principal.
“¡Es un honor tenerlo de regreso, Roxas-sama!” exclamó un mayordomo.
“S-sí, muchas gracias por su atención…” contestó con torpeza.
“Ahh, tiene una apariencia tan similar a Urashima-sama…” comentó una mucama, conmovida.
“¡Sí se puede ver la semejanza!” agregó otra, emocionada.
“¿En qué podemos ayudarle, Roxas-sama?” preguntó un joven.
“Ehh… e-estoy bien, g-gracias…”
“Oigan, oigan, déjenle acostumbrarse al ambiente primero,” pidió Nagasone, sonriendo comprensivamente y con leve entretenimiento. “Roxas está feliz de estar aquí, pero todavía tiene mucho que procesar.”
“Lo primero que tenemos que hacer en enseñarle su habitación y nuestros aposentos. ¡Yo me encargo!” exclamó Urashima. “¡Kamekichi y yo estamos muy listos para enseñar a Roxas-niichan todo lo que necesita saber y más!”
“Haha, por supuesto, Urashima-sama,” dijo una mucama, animada por las energías del otro. “¿De casualidad Kamekichi-sama necesitará una merienda?”
“No se preocupen, me aseguré de alimentarle durante el camino,” reportó Horikawa, con una impecable sonrisa. El amigo de la familia de inmediato hizo una reverencia. “Buenos días con todos, les agradezco por su hospitalidad. Es un gran privilegio ser un huésped en su hogar. Prometo ayudarles con lo que necesiten.”
“No diga eso, Kunihiro-sama, es nuestro honor,” le corrigió el consejero, quien se acercó al chico y le agarró de sus brazos. “Mírate, estás cada vez más mayor y maduro, te estás convirtiendo en todo un hombre. Su familia no pudo haber elegido a un mejor y más bondadoso heredero que usted.”
“Me halaga, pero todavía tengo mucho por aprender,” Horikawa sonrió incómodo.
“Nuevamente, aprecio su calidez y cortesía de darnos la bienvenida, pero debemos instalarnos y darnos un breve descanso,” observó Taroutachi a los presentes, seriamente. “En la tarde tendremos el almuerzo de bienvenida para Roxas y su presentación a toda la familia. Será el momento propicio para continuar con el diálogo.”
“Naturalmente, estimado señor,” una mucama dio una reverencia.
“Permítanos llevar sus equipajes,” se ofreció un joven.
“¡Sí, muchas gracias por su ayuda!” Urashima asintió y sonrió ampliamente.
“Les agradezco, pero puedo llevar mis cosas,” dijo Horikawa.
“Por favor, Kunihiro-sama, usted es nuestro invitado de honor. Déjenos encargarnos,” pidió otra persona, con gran respeto.

De aquel modo, los trabajadores se disculparon para continuar con las preparaciones, mientras el equipaje era llevado a las distintas habitaciones. El señor Kotetsu fue acompañado por su consejero a su oficina, quien comenzaba a reportarle sobre el estado de su hogar y los presentes asuntos que atender.

“Bueno, bienvenido a casa, Roxas,” dijo Nagasone a su hermano, con una amplia sonrisa. “Y dime, ¿qué piensas?”
“Ehh, pues yo…” él bajó su mirada. “¿Seguros que pertenezco aquí?”
“¡Por supuesto que sí!” exclamó Urashima, estirando sus brazos hacia arriba con mucha dicha. Él pasó a comprimir sus manos en puños y llevarlos frente a su rostro. “¡He esperado toda mi vida para este momento! ¡Te encantará nuestro hogar y amarás a nuestra familia! ¡Tenemos un montón de primos y tíos y tíos abuelos y también muchos sirvientes que también son familia para todos nosotros!”
“Sí me dio esa impresión…” Roxas asintió un tanto intimidado. Había notado la lealtad y alegría de esas personas, el respeto que le dirigían a su padre y a Nagasone, la alegría que expresaban a Urashima y que también le extendieron a él…
“Es normal que te sientas fuera de lugar, Roxas, pero realmente este es tu hogar, y no puedes estar en un mejor lugar que este, te lo aseguro,” afirmó Horikawa, asintiendo convencido. “De todos modos, puedes contar con mi apoyo. Sé lo intimidante que puede ser presentarse a tantas personas desconocidas.”
“Muchas gracias, Horikawa,” asintió agradecido. Sin duda tener al pelinegro presente era un gran apoyo porque entendía sus inquietudes mucho mejor que su familia. Se encontraba extrañando a Cho y Osaka bastante, pero sabía que le iba a tocar presentarse solo o en compañía de su familia de sangre con mayor frecuencia.
“Urashima y Horikawa sí te ayudarán mucho, y también cuentas conmigo,” Nagasone le agarró de un hombro. “Ahora tengo que irme. Iré a pasar la voz a nuestros parientes. Es lo menos que puedo hacer ahora que hemos regresado.”
“Ohh, espero verlos a todos muy pronto, los he extrañado tanto,” Urashima asintió.
“Y ellos a ti. Regreso en un rato.”

Así, Nagasone se despidió y los otros tres iniciaron un paseo por ese edificio principal. La visita de Roxas a su hogar acababa de comenzar, y él sabía que había mucho esperándole, pero incluso así tendría mucho más por atender de lo que podía imaginar.


La mañana siguió con su curso y los tres presentes en el templo continuaron con la limpieza. Luego de terminar barriendo la entrada principal, Reimu procedió a organizar los interiores del recinto donde estaría dando la bienvenida a los próximos visitantes.

La miko dio un profundo respiro por sentir que todo se encontraba en orden en su vida y las cosas parecían estarse encaminando en una buena dirección. Faltaba mucho por ver y definir, pero en comparación con cómo había comenzado en la ciudad sí lo tenía todo bajo control y contaba con muchas personas a quienes podía llamar sus amigos.

Acabó con las preparaciones y salió en búsqueda de los hermanos, a quienes les había dejado la labor de limpiar y volver a guardar algunos artículos del templo. Por la presencia de Shishiou, Reimu tenía esperanzas de que Marisa no hubiera desertado como sería de esperarse a esas horas.

Sin embargo, si bien ambos se encontraban en ese punto, no estaban siendo del todo responsables con su presente labor. La HiME oyó unos golpes secos de madera con madera conforme se acercaba y llegó a ver al par peleando con las escobas como si fueran espadas de madera.

"¡Toma esto!" exclamó Marisa, quien corrió con la punta del mango de su escoba al frente en un intento de embestir a su mayor. Sin embargo, Shishiou sonrió confiado y desvió su corrida golpeando su escoba de costado.
"Hehe, ¡te hace falta mucho para competir contra mí!" declaró con energías.
"¡No creas que he terminado!" dicho esto, la menor tomó impulso de un pie y giró todo su cuerpo para impulsar su escoba de costado y golpear al mayor en las costillas. De todos modos, Shishiou nuevamente no tuvo inconvenientes en leerle y paró su escoba con la de él, con lo cual comenzó una serie de choques de esas improvisadas armas en un intento de definir a un ganador.

Reimu alzó una ceja ante esa pérdida de tiempo del par. Supuso que tenía sentido que el hermano mayor para variar fuera a distraerse con la compañía de su inquieta y ocurrente hermanita, pero supo que ya se habían distraído lo suficiente.

"¡Oigan! ¡Ya, despierten!" les llamó la atención, aunque tomó un golpeteo de su propia escoba contra el piso para hacerles prestar atención. "¡Van a venir invitados, no lo olviden!"
"Ah, perdón, Reimu," Shishiou se le dirigió y sonrió ampliamente. "Sólo andaba comentándole a Marisa que ando entrenando mis habilidades con las espadas y quiso ponerme a prueba."
"Hmm, no estuvo mal, pero estás todavía verde," declaró Marisa con leve altanería.
"¿Ahh? ¿Qué te da el derecho de criticarme?" el otro se indignó y llevó sus manos a las caderas. "¡Tú apenas sabes lo básico y eso que estoy siendo amable contigo!"
"Hahaha, lo sé," Marisa rió entretenida y humildemente. "Pero como tu hermanita espero mucho más de ti, ¿has entendido?"
"¡Pues ya verás que sí estoy más fuerte!"
"¿Acaso no me habías contado que un niñito de trece años te derrotó la vez pasada?" le preguntó con leve burla. "Pff, sí, claro..."
"¡Eso fue por un descuido de mi parte, y no te aproveches!" le apuntó con su escoba. "¡Te demostraré que sí soy fuerte!"
"¡Adelante!" le retó Marisa. Los dos hermanos se miraron intensamente...
"¡Dije que ya basta!" insistió la HiME, nuevamente golpeando el piso con su escoba y cortando con ese tentativo enfrentamiento.
"Sí, sí, perdón por la distracción," dijo Shishiou, rascando su nuca. "Pero no te preocupes. Marisa y yo ya limpiamos estos muebles. Solo queda la labor de regresarlos a su almacén."
"Así que viniste en un buen momento," Marisa sonrió de oreja a oreja. "Nos puedes ayudar y por ende tendré menos que cargar."
"Hmm..." Reimu frunció el ceño y negó ofuscada. "Shishiou, ayúdame a preparar el té y unos bocadillos en lo que Marisa termina de guardar todas estas cosas por su cuenta. Vamos."
"¿Eh?" el chico se confundió.
"¡No puedes hablar en serio!" exclamó la rubia, en shock. "¡No tengo la fuerza física ni para la mitad de estas cosas!"
"Sí, ¿verdad?" Reimu sonrió con perspicacia y llevó una mano a sus labios para disimular una risita. "Fufu, pobrecita debilucha que depende de la fuerza de otros..."
"¡T-tampoco digas eso, miko mala!" reclamó haciendo un puchero.
"Y-ya, no tienen que pelearse, podemos ayudarnos mutuamente," Shishiou alzó sus palmas. "No se preocupen que me encargaré de lo más pesado," sonrió con certeza. "Será pan comido para mí."
"Uhh, gracias por tu comprensión, Shishiou..." Marisa dio un suspiro. "Ya te podrás imaginar lo tiránica que es Reimu cuando no estás aquí."
"Tampoco te pases, más bien él debería de entender lo insufrible que eres cuando no lo tenemos de mediador," la HiME se cruzó de brazos.
"Hehe, pese a que dicen eso se nota que se llevan bien," el chico se vio entretenido. "Pero ya, terminemos con esto, así nos damos un buen descanso antes de la visita."

Las chicas dejaron sus diferencias de lado y terminaron con lo que quedaba pendiente sin inconvenientes.





Después de la ligera diversión con los colores de las llamas, Natsume realizó un par de demostraciones con luminol para aprovechar la oscuridad del laboratorio, y llegó la hora en la que Osaka prometió otra faena divertida para los presentes. Fue una sorpresa para los presentes que la tranquila e inocente exHiME les condujera al club de balística en Rizembool para una sesión de disparos y tiro al blanco.

Sin embargo, tuvo un poco más de sentido cuando vieron a Mai, la renegada prima de Osaka, esperarles en la entrada.

“¡Mai-chan! ¡Muchas gracias por sacarnos la reservación!” exclamó Osaka, sonriente. Ella fue a abrazar a su primita, quien no tardó en apartarse.
“Fue parte de nuestro acuerdo que minimizaras el contacto físico, Ayumu,” le recordó, inmutada.
“Sí, sí, tienes razón,” asintió obedientemente.
“Sin más preámbulos, síganme,” ella miró a los demás y asintió. “Soy Mai, por cierto.”
“Hmhm, yo Natsume,” dijo el susodicho, entretenido. “Veo que no eres como tu encantadora prima. En fin, gracias por el favor. Nunca me he dado el placer de usar una pistola.”
“¡Ohh, lo mismo digo!” Nio sonrió y sus ojos brillaron de ilusión.
“Ehhh…” por su parte, Ayesha se veía hecha un manojo de nervios.
“Ahh, no quisiera que mi lindo Natsume-kun se vuelva bélico…” comentó Wataru, con un puño frente a sus labios, torturado.
“Creo que es un poco tarde para esas preocupaciones, Wataru,” observó Kashuu, frustrado.
“Ehh, m-mejor los espero afuera…” dijo Tsumugi, muy nervioso e inquieto.
“Pero puede ser muy divertido, senpai,” observó Sora. “Y Osaka dijo que también hay arcos y ballestas. ¡Sora quiere intentarlo!”
“Vendrás con nosotros, no serás descortés,” decretó Natsume, con severidad.
“Ehh, sí…” el peliazul agachó su cabeza, rendido.
“Al menos deberías darle una opción,” Tomo alzó una ceja.
“Entremos, el tiempo corre,” les recordó Mai.
“Sí, enseguida,” Cho asintió.

El grupo pasó por un lobby donde se registraron y recibieron las armas y el equipo necesario para el ejercicio, y luego salieron a un ambiente cercado a la intemperie donde había una gran variedad de blancos esperándoles.

“Normalmente hay áreas separadas para proyectiles a base de pólvora o aire comprimido y armas como las ballestas, pero como estamos en vacaciones y hay poca clientela no es necesario respetarlo,” informó Mai, inmutada. “Podemos quedarnos todos aquí.”
“Hehe, me alegra,” Osaka sonrió y se vio curiosa. “Y, por cierto, quería agarrar una pistola, pero dijiste que mejor tomaba un arco y flechas. ¿Por qué?”
“Te va mejor,” Mai asintió y miró de reojo a Tomo. “Tú fuiste su Princess. ¿Confiarías en Ayumu con una pistola?”
“N-no, no hay forma,” Tomo dio un paso hacia atrás, impresionada y un tanto asustada. “Aún siendo HiME y Princess de broma, Osaka fue distraída e inconsciente demasiadas veces…”
“Todavía no la conozco muy bien, pero creo que todos aquí estamos de acuerdo en que se le quiten las armas,” observó Natsume, encogiéndose de hombros. “Hasta las flechas pueden ser demasiado para ella. ¿No habrá dardos disponibles?”
“Hmm,” Mai se puso a meditarlo. “No lo había pensado, tienes razón…”
“Uhh, también quiero disparar como ustedes, por favor,” Osaka se desanimó e hizo un puchero.
“Está bien, Osaka,” Sora se le acercó y le sonrió. “Sora sabe que las armas son muy peligrosas, por eso también escogió el arco. ¡Pero siempre se puede compensar! ¡Podemos ir juntos a jugar paintball uno de estos días! ¡Haha, es muy divertido!”
“¡Oh, cierto!” Osaka se emocionó. “Hehe, gracias, Sora-chan~ con mucho gusto~”
“Tienes mucha razón, yo también quisiera jugar paintball algún día,” agregó Nio, quien se vio impuesta el arco por su hermana, aunque se notaba contenta. “¡Hay que ir todos juntos!”
“Ahh, al menos paintball no suena tan peligroso…” Ayesha dio un suspiro. Ella optó por no agarrar ningún arma y limitarse a monitorear a su pequeña.
“¡No lo es, Sora lo ha jugado muchas veces y es divertido!” aseguró el pequeño, quien asintió un par de veces. “¡Y Sora se encargará de enseñarles y protegerles! ¡Haha, tienen mi palabra!”
“¡En verdad eres un hermoso y tierno rayito de sol!” exclamó Wataru, quien abrazó al pequeño de atrás y lo alzó.
“¡Ohh!” este se impresionó. “¡Ahh, m-mi balance!”
“¡Tranquilo que sólo soy tu abuelito engriéndote!” el peliplateado le abrazó con fuerza.
“Oye, Wataru-niisan, compórtate, por favor,” le pidió Natsume, frustrado.
“Cierto, cierto, no quiero ver tus ojitos llenos de decepción, Natsume-kun,” soltó al pequeño. “Ahh, concuerdo con ustedes, por eso también escogí el arco y las flechas. ¡Además mis misteriosos ojos lilas y cabellos plateados con una trenza combinan mejor con la apariencia de un bello elfo!”
“¿Eh?” Tomo se extrañó y le miró como bicho raro.
“¡Ahh, tienes razón!” Osaka se emocionó.
“Es una muy buena comparación, ehh, ¿te puedo llamar Wataru-niisan?” preguntó Sora.
“Fufufu, normalmente restringiría ese apodo a mi bellísimo Natsume-kun, pero invocas la misma aura protectora en mí. ¡Adelante!” él observó a unos blancos. “¡Vengan, mis estimados elfos! ¡Tenemos que protegernos de una invasión!”
“¡Sí, capitán!” Osaka asintió y le dio un saludo militar. De aquel modo, los cuatro con arcos y Ayesha se alejaron un poco para practicar en unos blancos y familiarizarse con su arma.
“Es de esperarse que congenien bien,” Mai se encogió de hombros. “Ahora que la Green Peace se fue, ¿están listos para matar a algo?”
“¡¿V-v-vamos a matar a algo?!” Tsumugi se escandalizó y abrió sus ojos como platos.
“Diría que obviamente que no por el look profesional de este ambiente, pero quién sabe de Rizembool,” observó Kashuu.
“Supongo Mai aquí sólo esperaba causar una impresión en alguien,” dijo Natsume, encogiéndose de hombros y mirando a Tsumugi con reproche. “Tsk, qué fácil es apuntar a uno de tus triggers. Así no sobrevivirás en esta universidad.”
“P-p-pero no vamos a matar a nadie, ¿c-cierto?”
“Bromeaba,” Mai se encogió de hombros.
“Ahhh…” eso hizo al peliazul respirar profundamente.
“Aunque en esta historia quizás tengamos que matar o morir tarde o temprano, por lo cual nos viene bien entrenarnos desde ahora.”
“¡Ihhh!” Tsumugi volvió a aterrarse.
“Ehh, c-creo que mejor practicamos sin meditarlo mucho, Mai,” sugirió Cho, incómoda.
“Cierto. Eres una HiME, ya tienes suficiente que pensar al respecto.”
“S-supongo…” ni que intentara pensarlo mucho, pero sólo quería evitar que Tsumugi sufriera algún ataque de nervios.
“Ni que tú fueras alguien que se mereciera asustarse por la idea de matar o morir, senpai irónico,” Natsume rodó los ojos.
“Ehh…” este bajó su mirada, apenado.
“¿Hm?” Kashuu se extrañó por aquel comentario del pelirrojo.
“Ya, ya, estamos aquí para divertirnos, quiero disparar,” Tomo se impacientó. “¿Ya podemos comenzar?”
“Claro,” Mai asintió. “No dejes que los elfos te ganen.”
“Finalmente~” ella sonrió con energías y alzó su pistola.
“¿No deberíamos preguntarle a Mai cómo usar las pistolas?” preguntó Cho.
“Meh, he visto las suficientes telenovelas y películas de acción.”
“…” Mai asintió. “Sobre todo las primeras…”
“Aparte hay un video instructivo en ese televisor en el techo,” Tomo lo apuntó y sonrió autosuficiente. “Hehe, estaré bien. ¡Aquí voy!”

La exPrincess apuntó a un blanco, desaseguró su arma y comenzó a probarla. Ella se vio muy entretenida y continuó apuntando al blanco e intentando atinar mejor con cada disparo. Entonces, Natsume decidió pedirle ayuda a Mai para que le dé algunos tips y así ellos se fueron a otro lado del amplio espacio.

“¿Lista, aruji?” preguntó Kashuu, amablemente.
“Sí, supongo, pero…” Cho se detuvo y se giró hacia Tsumugi, quien había optado por tomar asiento en una banca pegada a la pared. “Ehh, ¿tú no deseas disparar?”
“N-no, no soy bueno con armas o instrumentos agresivos de ningún tipo… por favor…” dijo rápidamente y sonriendo nerviosamente. “Sólo esperaré a que ustedes se diviertan. N-no se preocupen por mí.”
“Es cierto que no te ves nada cómodo…” observó Kashuu, meditativo. Sonrió frustrado. “Bueno, dudo que nos quedemos mucho tiempo aquí y después iremos a almorzar y tomar helados. Puedes esperar a eso.”
“Hehe, tienes razón, Kashuu-kun, muchas gracias por la atención,” Tsumugi asintió, sonriendo con torpeza. Entonces, se vio repentinamente inquieto al oír una serie de disparos, y miró hacia Natsume nerviosamente. “Ahh, Natsume-kun parece haberle agarrado gusto también. Espero que no se convierta en un pasatiempo para él. No sería saludable.”
“P-pues…” Cho quiso decirle algo reconfortante, pero notó una sonrisa afilada y levemente maligna en el pelirrojo en lo que disparaba, y él de inmediato se puso a recargar su pistola. Dio un suspiro. “No podemos negar que le tiene gusto, aunque Natsume parece prudente, espero…”
“Temo por su salud emocional. Lamentablemente, es alguien muy bélico…” Tsumugi miró hacia Wataru, quien acababa de disparar una flecha casi al centro del blanco, y estaba chocando manos con los demás. “Pero a mí no me oiría. Al menos Wataru-kun está aquí. Puede ponerle un alto si considera que se está haciendo daño…”
“Realmente me apena mucho lo leal y preocupado que eres con Natsume,” se lamentó Kashuu. “Aunque, si no está de más preguntar, ¿por qué Natsume te trata con tanta antipatía?”
“¿Eh?” Tsumugi se mostró inquieto.
“Kashuu, quizás no deberíamos preguntárselo, debe ser algo personal…”
“Ehh, pues, no quisiera hablar de mayores detalles, ehm, perdón…” desvió su mirada.
“No es por ser curioso,” Kashuu se frustró. “Sólo espero que no nos anden ocultando algo que merezcamos saber. Estoy velando por mi aruji, y también por Sora al preguntar.”
“¿Cómo así?” Cho ladeó la cabeza. Por el interés y la seriedad de su arma, era como si hubiera detectado algo que se le había escapado.
“Entiendo lo que dices, a-aunque te aseguro que no escondo nada preocupante. Sólo son asuntos personales…” el mayor dio un pesado suspiro. “Natsume-kun tiene problemas conmigo por algunos asuntos del pasado, pero pese a haberme agarrado antipatía, realmente quiero estar ahí por él y ayudarle. Nos conocemos de hace varios años, y temo que este ambiente sea dañino para él…” bajó su mirada. “A veces siento que le he descuidado demasiado… tal vez su manera de ser de ahora sea principalmente mi culpa…”
“No digas eso, Tsumugi, más bien eres un gran apoyo a él, pese a cómo te trata,” le aseguró Cho, un poco preocupada.
“Ahh…” Kashuu negó frustrado. El intercambio de antes le había dado cierta mala espina, pero, sea lo que sea que ocultaba, Tsumugi no tenía pinta de ser una mala persona. “Pues, espero que tengas razón, pero sí te ves decente, Tsumugi. Te daré crédito. Y me sabe muy mal que intentes responsabilizarte por Natsume. Es evidente para todos que él es consciente de sus acciones.”
“Pues sí, eso mismo,” Cho asintió, y desvió su mirada. “De por sí, el hecho que yo sea HiME debe ser lo suficientemente incómodo y peligroso para ustedes y para Sora, así que no me corresponde juzgar a nadie.”
“Ehh, n-no, definitivamente no pienso eso,” Tsumugi negó con sus palmas y sonrió un poco. “Eres una buena chica, Cho-san, te percibo muy sensata, y tienes las mejores intenciones. Como bien dices, no deberíamos juzgar a nadie.”
“Es verdad, y de por sí nos llevamos muy bien,” Kashuu sonrió un poco. “Ya me arrepiento de haber dudado de ti, Tsumugi.”
“Descuida, Kashuu-kun, lo comprendo,” este asintió y sonrió con torpeza. “Natsume-kun con frecuencia menciona que mi actitud nerviosa y apariencia desarreglada levanta muchas sospechas y desconfianza, así que no te sientas mal,” desvió su mirada, un tanto incómodo. “Supongo será algo propio de mí.”
“No, por favor, no le hagas mucho caso a sus palabras hirientes,” el arma se frustró.
“Ehm…” Cho alzó su mirada al ver a Mai regresar de una breve ausencia, y se sorprendió al ver lo que traía. “Ehm, ¿cuántas armas de alto calibre habrá aquí?”
“¿Eh?” Tsumugi vio que esa chica traía una bazuca y caminaba hacia Natsume. “¡¿EEHHHH?!”
“Aquí está,” dijo Mai al pelirrojo, inmutada. “Sin embargo, para dispararla, hay que ir a otro ambiente.”
“Hmhmhm, aprecio tu apoyo, Mai,” Natsume sonrió complacido. “Muy bien, vayamos.”
“…” asintió.
“¡E-e-esperen, por favor!” exclamó el peliazul, quien corrió a los dos, aunque terminó cayéndose sentado al encontrarse tan impresionado por esa arma. “¡N-no disparen eso! ¡Es muy peligroso! ¡D-deténganse!”
“Tch, Mai sabe lo que hace, y yo soy prudente,” Natsume le miró desde arriba con desdén. “Ahora esfúmate.”
“¡P-pero!”
“Veo potencial en tu kouhai,” observó Mai. Sus lentes brillaron. “Sí, lo percibo. Él puede convertirse en un rival para mí.”
“¡¿Q-qué significa eso?!”
“Oye, no hagas la situación más complicada, Mai,” dijo Kashuu, frustrado.
“P-pues…” Cho dio un suspiro. Sabía que esas eran las intenciones de su prima.
“Entiendan que esta es una oportunidad única,” Natsume se expresó frustrado y se encogió de hombros. “Esta actividad ha sido muy refrescante y dudo tener la oportunidad de disparar un propulsor de misiles por mi cuenta. Son de esas cosas que no deben dejarse pasar,” dicho esto, él sonrió y miró a Cho. “No lo piensas así, ¿koneko-chan? ¿Quisieras disparar esta bazuca con nosotros?”
“…” Mai asintió. “Join us.”
“Eh, pues…” la HiME se puso a pensar, un tanto intrigada.
“A-aruji, es peligroso,” le recordó Kashuu, con nervios.
“E-entiendo las ganas de hacerlo, pero sigue siendo peligroso, y es tu primera vez manejando armas de fuego, Natsume-kun…” Tsumugi se armó de valor y se levantó, para encarar a su menor. Aun así, se le notaba un tanto incómodo. “Los disparos son ensordecedores y hay una fuerza de retroceso que podría lastimarte si no sabes lo que haces.”
“…” Cho, Kashuu y Mai se extrañaron e intercambiaron miradas.
“Hm…” esta última se puso a pensar. “Es conocimiento que no esperé de un senpai irónico.”
“Obviamente lo sé. Soy el científico entre los dos, ¿o lo has olvidado?” Natsume observó a su mayor con una leve incomprensión que se intercambió por molestia e indiferencia al notar la debilidad en el otro, y llevó sus manos a sus caderas para encararle de manera intimidante. “He puesto mi confianza en Mai, quien dice que puedo hacerlo, y quien definitivamente tiene mucha más experiencia que tú en el combate. Ahora deja de arruinar mi diversión.”
“Pero, Natsume-kun.”
“Tsk,” entonces, algo estalló dentro del pelirrojo. Natsume comprimió sus puños, estrujó su rostro de ira y le propinó un fuerte golpe en el estómago.
“¡Ihhh!” Tsumugi se estremeció de dolor y fue sostenido por Kashuu y Cho, quienes evitaron que se desplomara.
“Inaceptable, eres realmente una indeseable molestia,” Natsume alzó un puño mientras le miraba con cólera. “Te he advertido constantemente que no colmes mi paciencia si no quieres represalias. Es suficiente para mí tener que aguantar tu ser a mi alrededor,” se cruzó de brazos y le miró desde arriba, con una gélida ira. “Pues me place disparar una maldita bazuca, ¡así que no te metas! ¡Mantente en tu lugar! ¡No me trates como tu propiedad!”
“¡Ihhh!” el peliazul soltó otro alarido de terror y cerró sus ojos, aturdido.
“Tch, y yo que no quería que los demás me conocieran así…” dio un suspiro, exasperado, y se giró a Mai. “Ya, permíteme.”
“Lleguemos al ambiente de tiro primero,” observó la chica, inafectada por su reacción. “Por precaución. No querría que le dispararas.”
“Hahaha…” el pelirrojo rió con leve maldad y pasó a sonreír con dulzura. “¿Sí, verdad? Ganas no me faltan, bien pensado.”
“…” Kashuu se estremeció un poco por su respuesta e intercambió miradas con su aruji. “Ihh, creo que eso nos responde por qué ese Komaeda quiere que sea Rebel.”
“Ehh…” Cho se asustó y asintió, convencida.
“Con permiso,” Natsume dio un guiño a la HiME. “Koneko-chan, te esperaré, en caso cambies de parecer…”

Sin embargo, él no llegó a marcharse ya que Wataru llegó corriendo.

“¡Natsume-kun!” exclamó este con tanta urgencia como si estuviera a punto de perder al otro. Wataru soltó su arco y flechas a medio camino y se abalanzó sobre el pelirrojo para darle un fuerte abrazo de oso. “¡No te vayas al lado oscuro, mi pequeño!”
“¡S-suéltame!” Natsume se quedó en shock e intentó sacudirse sin éxito. Pese a esa acción del peliplateado, el pelirrojo no se mostró principalmente molesto. Más bien se notaba incómodo y ofuscado. “Tsk, Wataru-niisan, s-suéltame, me estás avergonzando.”
“Ahh, siento mucho no darme cuenta de lo que ocurría aquí, pero ya pasó, querido Natsume-kun,” dijo Wataru en pleno abrazo, hablándole al otro como una madre que tranquilizaba a su hijo asustado. “No te inquietes más y baja tus energías de depredador, que no quedan con tu adorable rostro…”
“¡Y-ya, entiendo, no dispararé la bazuca, ahora suéltame!” reclamó, molesto por esa última mención.
“Bien, regresa otro día que no andes de malas, pero no ahora. Sólo tómate una foto con el arma y súbela a Twitter o Instagram como RNG-sama manda,” dicho esto, Wataru soltó a Natsume y le observó, para ruborizarse. “Ahh~ tu rostro está lleno de frustración e incomprensión hacia mí. ¡En verdad eres la cosa más hermosa de la faz de la tierra!”
“Tch…” Natsume cerró sus ojos y comprimió sus puños, aguantando sus ganas de arremeter contra el otro.
“¿Cosa hermosa por dónde?” preguntó Tomo, alzando una ceja.
“¿Qué está ocurriendo?” preguntó Osaka, quien acababa de llegar con Sora y las hermanas Altugle.
“Circunstancias de la vida,” dijo Mai, acercándose con una bolsa de papitas. “¿Quieren? El show está bueno.”
“Ehh…” por su parte, Ayesha estaba asustada. “Temo que haya habido una discusión…”
“Está bien, parece que Wataru ya lo reparó, onee-chan,” comentó Nio, sonriente.
“¡Senpai!” Sora corrió donde Tsumugi. “¿Estás bien? Te ves adolorido.”
“E-estoy bien, Sora-kun, siento incomodarte,” dijo Tsumugi, dando un suspiro. Sonrió al pequeño. “Natsume-kun se puso un poco impaciente conmigo, pero descuida. Wataru-kun ha puesto las cosas en orden.”
“Hmm…” Sora observó a su maestro hablar con el mayor, el primero renegando y pidiendo prudencia, mientras el segundo continuaba con su diálogo maravillado y conmovido. “Maestro sí está descargando tensión. Su color está regresando al usual.”
“Es bueno saberlo,” Tsumugi asintió.
“La próxima vez mejor le avisamos a Wataru si Natsume anda de malas,” observó Kashuu.
“C-cierto…” Cho asintió, todavía impresionada.
“Viendo cómo Natsume desistió a la bazuca, ¿alguien quisiera dispararla?” preguntó Mai.
“¡Ohh! ¡Yo, yo!” exclamó Osaka, alzando una mano.
“¡No, imposible!” Tomo se negó rotunamente.
“Aw…”
“Pienso que mejor nos muestras cómo se hace, Mai, así aprendemos y sabemos qué esperar,” opinó Cho, meditativa.
“Sí, sí, eso es muy sensato, jovenzuela,” Wataru asintió y sonrió. “También me gustaría saber cómo se usa, pero pequeños impulsivos y hormonados como todos ustedes necesitan al menos unas merecidas instrucciones~”
“No digas esas cosas, y no eres quién para juzgar por impulsividad, Wataru-niisan,” reclamó Natsume con reproche.
“Fufu~ es cierto~” canturreó entretenido.
“Será. Otro día quedamos para que disparen ustedes,” Mai se encogió de hombros.
“¡Por supuesto!” exclamó Nio, emocionada.
“¡N-no, eres muy pequeña, Nio!” Ayesha se aterró.
“Buu…”
“Sí, admito que tú sí eres pequeña, necesitas más masa corporal,” la cuatro ojos miró a los demás. “Si mi primo Sora es atlético podría disparar.”
“¡Lo soy! ¡Sora hace mucho ejercicio y es fuerte de nacimiento!” exclamó el rubio con una amplia sonrisa y agarrándose el músculo de un brazo. “¡Confíen en mí!”
“Y los demás también pueden, en fin…” la chica miró a un reloj en la pared. “Será una demostración breve. Tengo otra actividad hoy, así que tendré que retirarme pronto.”
“Lo entiendo, Mai-chan, muchas gracias por esta oportunidad,” Osaka asintió. “Hehe, entrenaré para convertirme en una buena elfo.”
“¡Así se habla!” exclamó Wataru, quien volvió a hacer otra ronda de chocar manos entre los arqueros. “¡Esto se tiene que repetir!”

De aquel modo, los presentes acompañaron a Mai a un campo de tiro más amplio y mucho más profundo para realizar aquel disparo. Fue una exhibición bastante sorprendente e inquietante para algunos, pero todos decidieron que regresarían tarde o temprano para intentarlo ellos mismos. Luego de esa última actividad, la sesión de disparos llegó a su fin y todos continuaron con lo siguiente en sus planes.
...


Cho

68.2.


Después de la llegada, Roxas fue conducido por su hermanito para conocer las instalaciones de aquel edificio central de la enorme ciudadela de los Kotetsu. Él no dejaba de sorprenderse por las construcciones y los lujos por doquier, y eso que le faltaba darse una vuelta por los otros edificios y conocer a todas las personas de las que no escuchaba de hablar.

“¡Sí, y nuestra tía también hace el udon más rico que he probado!” agregó Urashima a una larga lista de cosas.
“Y-ya veo…” Roxas se sentía sumamente mareado y sabía que no sería capaz de recordar a todo el mundo con sólo esas explicaciones.
“Está bien, Roxas, tendremos el almuerzo con los miembros de la familia, y todos comprenderán tu falta de familiaridad,” le aseguró Horikawa, con una sonrisa. “Sólo concéntrate en absorber los buenos ánimos de Urashima por ahora.”
“¿Será que estoy yendo muy rápido?” el menor se puso a pensar. “Vaya, mil disculpas, Roxas-niichan, estoy muy familiarizado con este lugar y con todos aquí, así que puedo hablar de más,” miró a su tortuga en su hombro. “¿No es verdad, Kamekichi? Es muy genial estar en casa luego de tanto tiempo. ¡La ciudad es muy divertida, pero hay algo muy acogedor aquí!”
“Ciertamente siempre has tenido muchas energías para este ambiente,” observó Horikawa.
“Uhh, lo haces sonar como si fuera malo…” hizo un puchero.
“No, en lo absoluto, más bien pienso que es algo muy propio de ti,” el pelinegro asintió convencido. “Todos en la familia te conocen como el rayo de sol de los Kotetsu y una persona muy inocente y bondadosa que los quiere a todos incondicionalmente. Eso sumado a ser el hijo menor del líder de los Kotetsu te ha convertido en un tesoro irremplazable. Por algo todos te quieren tanto aquí.”
“Hehe, eres muy amable por decir eso, Horikawa, pero no me considero nada especial,” dijo Urashima, feliz por las palabras de su amigo. “Todos aquí son muy buenos también y la familia es lo más importante. ¡Es la primera vez que he estado tanto tiempo fuera de aquí, así que verlos a todos me hará muy feliz!”
“Y ellos estarán igualmente dichosos de verte también,” asintió.
“Entonces…” Roxas se quedó pendiente de un detalle en particular. “O sea, recuerdo que mencionaron que papá era el líder de nuestra familia…” levantó su mirada, en shock. “¿Q-quieren decir que es el líder de todos los Kotetsu en general? ¡¿De todo este sitio?! ¡¿De todas las personas que viven aquí?!”
“¡Sí~!” Urashima alzó un puño con suma alegría y energías rebosantes. “¡Papá es el líder y nosotros los herederos! Bueno, Nagasone-niichan es el heredero en sí, ¡pero papá ha dicho varias veces que espera que le ayudemos a futuro!”
“¡D-deben estar bromeando!” Roxas dio un paso hacia atrás.
“¿Roxas-niichan? ¿Qué sucede?” su hermanito ladeó su cabeza. “Te ves pálido…”
“¡N-no hay forma que yo sea un heredero! ¡O-o sea, este lugar es enorme! ¡E-es increíble! ¡A-acabo de llegar y todo!”
“Tranquilo, Roxas, respira un poco, por favor,” Horikawa levantó sus palmas, sonriendo comprensivamente. “Ehh, supongo el señor Kotetsu todavía no había tocado ese tema, pero indudablemente te corresponderán ciertas responsabilidades de la familia en el futuro, al menos cuando termines tus estudios.”
“P-pero yo…”
“Pero no va a ser intempestivamente. El señor Kotetsu es una persona prudente y se asegurará de capacitarte para que puedas hacerlo. De por sí, Urashima también va a necesitar de mucha capacitación, quizás hasta más que tú.”
“Uhh, sí sé que tengo mucho que aprender en comparación con mis hermanos…” el mencionado volvió a hacer un puchero.
“Sonará intimidante, pero no te preocupes. Verás que todo estará bien.”
“Sí, espero…” Roxas se quedó en blanco. Ese paisaje fantástico que le rodeaba comenzaba a cobrar vida y seriedad. Tenía todo el sentido pero nunca hubiera imaginado que le tocaría por haber pasado tanto tiempo fuera de casa, de una familia que recién comenzaba a asimilar. Cho y Osaka saltaron de inmediato en su mente, y bajó su mirada. “…sólo espero que eso no signifique que tendré que alejarme de Cho o de mi prima…”
“Estoy seguro que no. Papá ya les ha abierto las puertas en casa y todos nos llevamos muy bien con ellas. Quizás es un poco pronto para presentarlas a la familia, pero vendrán y serán parte de nuestro círculo,” le aseguró Urashima, decidido. “Sí, lo sé.”
“…” por su parte, Horikawa desvió su mirada, incómodo.
“Ahh, tengo hambre, sé que nos espera un almuerzo muy importante, pero necesito algo que comer,” dijo Urashima, pensativo. “Hmm, aunque no quiero arruinarles el trabajo a todos aquí.”
“Sé que los cocineros amarían servirte algo, Urashima, y sí considero que llevamos mucho tiempo sin comer, así que tienes mi permiso,” dijo su amigo, con un tono juguetón.
“¡Ohh, muchas gracias! ¡Entonces vamos para allá!” el menor se emocionó y agarró a Roxas de la muñeca. “¡En marcha, Roxas-niichan! ¡Tienes que comer algo también!”
“¡S-sí, espera!”

De aquel modo, los tres fueron a las cocinas al primer piso. Un cocinero les atendió en la puerta, la cual daba hacia el exterior del edificio, y de donde se veía un patio amplio y un dojo de considerable tamaño. Ello captó la atención de Roxas, quien observó ese lugar anonadado.

“¡Tan voraz como siempre, Urashima-sama!” observó el cocinero, de buenos ánimos. “¡Muy bien, déjenme prepararles un bocadillo digno de ustedes!”
“¡Muchas gracias!” exclamó el menor, haciendo una rápida reverencia y con sus ojos relucientes.
“Esperamos no causarles incomodidades con el pedido,” dijo Horikawa.
“Descuiden, ya tenemos las preparaciones casi listas para el almuerzo, más bien andaba con muy poco que hacer. Sólo falta alistar las mesas y servir los platos y estaremos listos para acoger al resto de la familia en este lugar.”
“¿Eh?” Roxas se confundió. “¿Todos van a venir aquí? ¿Habrá suficiente espacio?”
“¡Ah, Roxas-sama, mucho gusto! ¡Sin duda posee un gran parecido a Urashima-sama!” el cocinero hizo una rápida reverencia y se vio animado. “Sí, por supuesto. Este edificio cuenta con un ambiente amplio justamente para reuniones familiares y todo está calculado de antemano. ¡No se preocupe!”
“Los Kotetsu tienen un ambiente especial en otro edificio en caso de darle la bienvenida a allegados o personas de negocio, pero al ser algo de la familia sí utilizan la sala dentro de este edificio,” explicó Horikawa, alzando un índice. “De por sí, es un evento exclusivo de los Kotetsu, así que les esperaré para cuando termine.”
“No digas eso, Horikawa, ya casi eres parte de la familia,” le alentó Urashima. “¡Roxas-niichan y yo estaríamos muy contentos de que nos acompañes! ¡Y Kamekichi también!”
“Gracias por la consideración, pero sólo respeto las costumbres de tu familia,” el amigo sonrió incómodo.
“Descuide, Kunihiro-sama. Nuestro líder ha dictado que usted también hará presencia en esta reunión y le tenemos en consideración con las preparaciones,” le aseguró el empleado.
“¿Eh? ¿En serio?” se sorprendió.
“Kotetsu-sama nos ha informado sobre su devoción ayudando a Urashima-sama durante su estadía en la ciudad y su apoyo a Roxas-sama en la universidad y con su entrenamiento de kendo,” explicó con rapidez y sonriendo. “De igual forma, los Kotetsu están conscientes de su perpetua ayuda e invaluable amistad con los señoritos, y todos lo aprecian y le reconocen siempre. ¡Sería imposible que no lo hiciéramos!”
“Ehh, no, no es nada…” Horikawa agitó sus palmas.
“Pues, todo eso es muy cierto,” Roxas sonrió un poco y asintió. “Realmente he podido mejorar gracias a tu ayuda, y sí te desvives mucho por apoyarnos a todos en casa.”
“¡Así que te lo mereces, Horikawa!” exclamó Urashima al mismo tiempo que daba un salto. “¡Hehe, me alegra mucho! Sin duda papá te tiene gran estima. Te consideró de antemano.”
“Ehm, es inesperado, pero me siento agradecido,” Horikawa sonrió con torpeza e hizo una reverencia. “Nunca he ingresado a esa sala, por lo cual les agradezco este honor.”
“De nada, usted es casi un Kotetsu. Esperamos que su amistad con Urashima-sama sea provechosa y duradera para ambas familias,” el cocinero le retornó el gesto y pasó a juntar sus palmas. “Pero ya, ¿qué les gustaría que les prepare? Un delicioso sashimi es ligero y muy agradable, ¿no les parece?”
“¡Oh, sí, buena idea! ¡Y de paso le puede hacer algunos a Kamekichi!”
“Supongo comer pescado no le caería mal…” Horikawa se puso a pensar.
“¿Puedo ver cómo lo prepara? ¿Puedo? ¿Puedo?” preguntó un emocionado Urashima.
“Si así gusta, me sentiré muy bien acompañado por usted, señorito. ¡Venga, por favor!”
“¡Yay, gracias~!”

De aquel modo, el joven rubio siguió al cocinero hacia la cocina en lo que continuaba dialogando con él animadamente.

“Urashima se ve muy contento, ¿no es así?” preguntó Roxas, perplejo.
“Es de esperarse. Este es su hogar donde ha pasado toda su vida, y conoce muy bien a toda su familia y todos los criados,” observó Horikawa, sonriente. “Este mismo señor es el dirigente de la cocina de este edificio y lleva trabajando aquí más tiempo que nuestras edades. Por ende, tanto él como la gran mayoría aquí han visto a Urashima crecer y se han identificado con él, y él con ellos, sin lugar a dudas.”
“Vaya…” Roxas se impresionó.
“Pienso que Urashima ha sido muy afortunado en ese aspecto. Tiene a muchas personas que siempre lo han querido un montón y han velado por él, aunque a su vez ha sido sobreprotegido toda su vida,” el pelinegro dio un suspiro y sonrió frustrado. “Dejarle salir de aquí para encontrarse contigo fue en pocas palabras aterrador para muchos, incluso para mí, pero me cometí a acompañarle, y en parte creo que fue lo mejor,” asintió decidido. “Estoy seguro que podrá aprender mucho viviendo en la ciudad, al igual que todos.”
“Sí, tienes razón,” asintió y sonrió con leve tristeza. “Quisiera saber cómo habría sido vivir aquí. Todos son tan cálidos y amenos. Aun así, Urashima tuvo que vivir encerrado y sin poder ver a su madre… eh, supongo es mi madre también, perdón.”
“E-es normal que todavía no te acostumbres, Roxas,” dicho esto, Horikawa se vio incómodo y miró de un lado a otro.
“¿Eh? ¿Dije algo mal?”
“No te preocupes, sólo vigilaba los alrededores,” observó el pelinegro. “En verdad, tengo algunas cosas que compartir contigo, pero hablaremos más tarde. Hay ciertos temas con respecto a los Kotetsu que deberías saber.”
“Está bien…” se confundió por la advertencia y ladeó su cabeza.
“Puedo adelantarte que no menciones a la señora Harukawa tan espontáneamente,” dijo en voz baja y con una mano al costado de sus labios. “Puedes imaginar que todos aquí todavía no le perdonan lo que hizo.”
“C-cierto, no lo pensé,” se incomodó.
“Pero no te preocupes, pese a los líos con ella, todos aquí estiman mucho a sus hijos al ser también Kotetsu. Eso es lo más importante.”
“Sí, me alivia saber eso.”
“Iré a vigilar a Urashima. Temo que vaya a causar algún desastre. ¿Vienes?”
“Ehh, esperaba poder visitar ese dojo, si no hay ningún problema.”
“Ah, cierto,” Horikawa miró a ese edificio al frente y sonrió. “Es el dojo personal del señor Kotetsu y sus herederos, así que también es tu propiedad. Puedes entrar y salir de él a tu gusto.”
“Ehm, ¿e-en serio?” Roxas se quedó en shock y pasmado por oírlo. “N-no puedo meterme así nada más, ahora que dices lo exclusivo que es. D-debe ser increíblemente lujoso.”
“Sí es muy espacioso y hay un gran arsenal de espadas reales y de práctica, pero sigue siendo un dojo,” observó Horikawa, con naturalidad. “La puerta está abierta, así que es posible que haya alguien haciendo limpieza o mantenimiento. Seguramente te darán la bienvenida y te mostrarán todas las instalaciones.”
“Si está en mantenimiento, mejor regreso más tarde…” Roxas dio un pesado suspiro.
“Vamos, está al frente, te viene bien al menos mirarlo desde afuera,” le aconsejó. “Date el gusto y te daré el alcance con Urashima.”
“Veo que no podré cambiarte de parecer,” Roxas asintió con pesar y los dos se dividieron.

Al verse solo, Roxas tomó prestadas unas pantuflas muy estratégicamente dejadas en unas escaleritas cercanas a la entrada a las cocinas y caminó por el patio hacia el dojo mientras miraba a sus alrededores. Era un ambiente impecable y bien ordenado, con pequeñas y modestas plantas muy bien mantenidas. Al acercarse a su meta, se giró para observar el edificio y lo apreció desde otro ángulo que no le resultó menos impresionante. Veía los pasillos exteriores de los pisos superiores y a unas mucamas trabajando incansablemente en lo que se movilizaban para preparar las habitaciones que ocuparían. Esa estructura tradicional japonesa y con muchos escapes de luz en medio de pasillos le daba un brillo único y una gran ventilación. Realmente era una maravilla arquitectónica.

Dio un pesado suspiro, todavía sin creer que todo ello era de algún modo parte de él. No se sentía con el poder de decidir nada, pero en medio de su asombro y largo viaje le gustaría poder recostarse en una cama y descansar por unos minutos antes de verse presentado al resto de su familia extendida.

Siguió el camino a su destino y notó unas pantuflas dejadas muy ordenadas en la entrada, e hizo lo mismo. Miraría el interior desde el umbral un momento y absorbería el silencio de ese ambiente antes de regresar.

Sin embargo, Roxas no tardó en ver a una persona que no estaba presente para hacer mantenimiento. Más bien, aprovechaba ese espacio para ejercitarse con una espada de madera. Era un joven mayor a él de cabellos lacios lilas, que vestía de un traje tradicional japonés muy formal para su presente actividad. La tela era delicada y lustrosa de un color dorado que deslumbraba incluso en la penumbra del dojo, y acentuaba las facciones delicadas de la persona. Sí parecía alguien de gran clase que cuidaba mucho de su apariencia, aunque el mayor misterio, luego de la explicación de Horikawa sobre el dojo, era deducir quién era.

Roxas lo meditó y no tardó en recordar una mención extrañamente misteriosa de parte de Urashima, quien le había hablado usualmente a solas sobre otro hermano mayor. Como era de esperarse, este lo mencionó con mucha alegría y dicha, por más que no lo haya compartido abiertamente dentro de la dinámica familiar, aunque pese a no oírlo de nadie más sí había escuchado el nombre de esa persona lo suficiente como para hacer memoria…

“Hachi…” se repitió mientras lo recordaba. “Hachisuka…”




Su voz detuvo la concentración del pelilila, quien le observó y se mostró un poco sorprendido.

“Tú eres…” comenzó.
“Ah, eh, perdón, no quería interrumpir tu entrenamiento,” dijo Roxas, rápidamente y alarmado. “El dojo me llamó la atención y yo…”

Sin embargo, Roxas se impresionó al ver que esa persona soltó su arma y caminó apresuradamente para alcanzarle y darle un fuerte abrazo.

“Eres Roxas, por supuesto, no hay duda. Te pareces tanto a Urashima,” dijo con suavidad y gran humildad. “Qué alegría, pensar que puedo volver a sostenerte en mis brazos, hermano…”
“…” Roxas sintió un vacío al no poder corresponder el anhelo que esa persona le guardaba. No era la primera vez que lo sentía. “Sí eres Hachisuka, si comprendo bien…”
“Lo soy,” este le soltó e hizo una prudente distancia, para sonreírle. “Mi querido hermano, soy Hachisuka, tu hermano mayor, y el segundo de nuestra familia,” se vio animado. “Este reencuentro ha sido un poco anticlimático, ¿no te parece?”
“Ehh…” Roxas frunció el ceño. “Perdón, no sabía que ibas a estar aquí…”
“Tienes razón, ha sido muy precipitado de mi parte, pero ni bien nuestro padre me informó sobre este evento, ajusté mi horario para regresar al Japón. No podría permitirme faltar a un momento tan importante, en el cual te integras de nuevo a nuestra familia.”
“Y-ya veo…” recordó una conversación con Urashima. Desvió su mirada con inquietud, al depender de tan poca información con respecto a su supuesto hermano. “Pues, si mal no recuerdo, Urashima me comentó que has estado estudiando en Europa.”
“Sí, pretendo ayudar a nuestro padre a futuro, y he estudiado semestres en distintos países. Tengo mucho que contarles a los dos,” contestó con su clásico tono melodioso y cálido, y llevando una mano sobre su pecho. “Urashima siempre me tiene presente, ¿cierto?”
“S-sí, me habló un poco sobre ti.”
“Sin duda es el reflejo del corazón de nuestra familia, podrías decir. Es imposible odiar a alguien como él,” dicho esto, Hachisuka caminó de regreso al interior del dojo. “Sígueme, hermano. Este dojo es tanto tuyo como mío.”
“…” tragó saliva. La comodidad y seguridad del otro se le hacía bastante intimidante pese a que era muy amable con él, pero no pudo negarse y le siguió de cerca.
“Urashima me escribió sobre ti también. Dice que Horikawa te ha estado ayudando a entrenar,” comentó el mayor en lo que recogía la espada de práctica del piso. “Como siempre, él es un amigo tan invaluable y alguien digno de ser un allegado tan cercano de nuestra familia, y sobre todo de nuestro hermano menor.”
“Ehh…” Roxas sintió una mala espina en medio de las suaves palabras del otro. Le pareció extraño que Hachisuka exaltara a su familia por encima de reconocer a Horikawa.
“De todos modos, yo me considero el hermano más apropiado para entrenarte, Roxas, y espero aprovechar el tiempo que tendremos juntos a partir de ahora,” observó Hachisuka, mirando a su hermano con una cálida sonrisa. “Aparte que es inevitable. Urashima es un ser muy puro y bien intencionado, pero puede precipitarse y no cuidar de sus acciones, así que quedo yo, y será un placer para mí.”
“Ehh…” de nuevo una mala espina. Roxas notó que excluyó por completo a Nagasone, incluso cuando mencionó que tenía mucho que contarles ‘a los dos’ sobre su viaje en Europa.
“Ah, pero te ves cansado,” Hachisuka detuvo su meditación en voz alta para observar más de cerca de Roxas con atención. “Urashima tiene rebosantes energías, pero debes estar agotado por el viaje y tanto nuevo que procesar, ¿no es así? Mejor vayamos a tomar un descanso previo al almuerzo. Hay una sala de estar donde puedes recostarte si así deseas.”
“Sí, muchas gracias, sí necesito descansar un poco, siendo sinceros…”
“No me agradezcas, somos familia.”

Los dos estuvieron pronto a salir del dojo, pero antes de ir en marcha, llegó una tercera persona a ese ambiente, alguien quien probaría en confundir a Roxas mucho más.



“Roxas, Horikawa me dijo que andabas por aquí,” llamó Nagasone, en lo que entraba al dojo, pero él se detuvo al reconocer al otro y mostró sorpresa. “Hachisuka, ¿qué haces aquí?”
“Tsk…” el pelilila entrecerró sus ojos y su gentil rostro se arrugó en frialdad y disgusto. “Y pensar que te vería antes que la mayoría…”
“…” Roxas se sintió en el aire e intercambió su atención entre ambos. Notaba molestia en el pelilila, y Nagasone no se veía muy cómodo tampoco, pero este no compartía la misma antipatía que su menor.
“Nuestro padre no me dijo que ibas a venir,” continuó el primogénito, todavía impresionado.
“…pues no, y él tampoco lo sabía,” le contestó con simpleza y gran firmeza a manera de dejar las cosas explicadas concisamente. “Iba a ser una sorpresa, con tal de encontrarme con mis queridos hermanos menores.”
“…” el mayor dio un suspiro. “Lo entiendo. Si Roxas está bajo tu cuidado, no tengo que meterme aquí. Me iré.”
“Es considerado de tu parte,” observó Hachisuka, sin ceder en su recelo. “Eres quien ha pasado más tiempo con él durante tu estadía en Tokio. Ahora me corresponde a mí.”
“Nunca cambiarás, hermano,” Nagasone se frustró y le miró con reproche. “Pero te pido que te comportes debidamente durante el almuerzo. No deberíamos incomodar a los demás.”
“Mi especialidad siempre ha sido la cordialidad y diplomacia en nuestra familia, y nuestros parientes y leales sirvientes lo reconocerían,” recalcó Hachisuka con un aura demandante. “Eres tú más bien quien deja mucho que desear. No tienes la gracia de nuestra sangre.”
“¿Qué has dicho?” Nagasone se vio insultado y frunció el ceño.
“Esperen un momento, ¿qué ocurre aquí?” preguntó Roxas, alarmado. Felizmente, su cuestionamiento hizo que ambos le miraran y bajaran sus energías.
“Cierto, no deberías verte involucrado en nuestras riñas, hermano,” reconoció Hachisuka, con cierto disgusto. “Ha sido inaceptable de mi parte, lo lamento. No volverá a suceder.”
“Disculpa, Roxas…” Nagasone llevó una mano a su nuca y desvió su mirada. “No te lo tomes personal, nada más.”
“Pero…”
“Sólo necesitas saber que no hemos estado en buenos términos bastante tiempo,” recalcó el pelilila, quien miró fijamente a su mayor. Hubo un breve choque visual entre ambos que lo recalcó. “En fin, vamos a que te des un descanso.”
“Oh, ¿te encuentras cansado, Roxas?” preguntó Nagasone, sorprendido.
“Como siempre, no te das cuenta en notar sutilezas. No pretendas hacerlo ahora,” dijo Hachisuka, quien sonrió con superioridad. “Permíteme, que sé lo que hago.”
“Pierdo mi tiempo contigo, ya veo…” el otro se frustró y rodó los ojos.

Roxas se sintió ofuscado y un tanto impaciente por la actitud de ambos, aunque lo suficientemente ajeno e incómodo como para pretender hacer algo al respecto, pero ese complicado momento no tardó en llegar a su fin.

“¡Hachisuka-niichan~!” exclamó Urashima, mientras corría a toda velocidad hacia ellos. El más joven de los Kotetsu se encontraba tan ilusionado como era de esperarse, y llegó donde el pelilila para lanzarse a este y darle un abrazo. “¡Qué alegría! ¡Estás aquí! ¡Estamos todos aquí! ¡Muchas gracias por venir!”
“Urashima…” él le recibió y retrocedió un paso para amortiguar el abrazo de su hermanito. Rápidamente, Hachisuka regresó a sonreír y verse muy contento. “Te he extrañado mucho, hermanito. Me alegra verte tan bien como siempre.”
“¡Sí! ¡Lo mismo digo! ¡Tienes que contarme un montón de cosas!”
“Tú también, ¿de acuerdo?”
“¡Por supuesto!” se separó y le sonrió ampliamente. “Hehe, te ves tan elegante. Tengo mucho que aprender de ti, Hachisuka-niichan.”
“Entiendo que has estado aprendiendo bastante en la ciudad, y espero que hayas seguido todas las recomendaciones de nuestro padre y de Horikawa.”
“¡Sí, definitivamente!”

Roxas observó al par conversar animadamente y dio un suspiro. Menos mal llegó en el momento apropiado para evitar más pleitos.

“Ah, Hachisuka-san, es una gran sorpresa verle,” dijo Horikawa, quien llegó con una tabla llena de sashimi, e hizo una reverencia. “Buenos días, espero que se encuentre bien.”
“Siempre es un agrado de encontrarte, Horikawa, aprecio todo lo que haces por Urashima,” le saludó con cordialidad, y observó a la tabla de sashimi con curiosidad. “¿Y esa merienda?”
“¡Oh! Es que tenía hambre y menos mal nos atendieron en la cocina,” observó Urashima. “¡Mira, Hachisuka-niichan! ¡Yo ayudé a cortar algunos trozos de pescado! ¿Quisieras probarlos?”
“Hm, interesante,” el pelilila se acercó y dio un vistazo a la tabla, para sonreír. “Puedo deducir que son los de la esquina a la izquierda. No son un corte aceptable, Urashima.”
“Ehh, supongo que no…” eso deprimió un poco al menor. “Todavía no cocino bien…”
“Está bien, al igual que el kendo, es cuestión de práctica,” se vio animado y comió uno de esos. “Pero no sabe mal, y gracias por el aperitivo. Me hacía falta.”
“¡Me alegro de oírlo! ¡Estoy a tu servicio!”
“…” Roxas ladeó su cabeza.
“Te ves confundido,” comentó Nagasone. Él resopló. “Como puedes ver, Hachisuka es muy voluble, pero le tiene un cariño incondicional a nuestro hermano. Sólo te pido que seas paciente con él.”
“Ya veo, y siento que tengan problemas entre los dos, supongo no me concierne,” dijo Roxas.
“Sin duda nos encontraste en el peor momento, lo lamento,” el mayor negó mientras observaba a los otros tres. “Quisiera que las aguas finalmente se tranquilizaran, pero Hachisuka siempre ha sido difícil, y está cometido a no tolerarme. No se puede evitar…”
“…” Roxas le observó. Sin duda la antipatía era más del lado del pelilila por la frustración del mayor, pero Nagasone tampoco parecía dispuesto a tolerar su manera de ser.
“Aunque no te quedes pensando en nosotros, hermano,” el mayor le agarró de un hombro y le sonrió amenamente. “Ya, vamos a que descanses un poco. Todavía tenemos tiempo.”
“Cierto, estábamos en eso, Roxas,” recordó Hachisuka, volviendo a dirigírsele. “Si somos todos, supongo no habrá incomodidades.”
“Por supuesto que no, todos somos hermanos, Hachisuka-niichan,” declaró Urashima.
“Sí, sí, por supuesto,” asintió y le revolvió los cabellos.
“Vayamos, ahí podemos degustar el sashimi,” observó Horikawa, sonriente. El pelinegro observó a Urashima partir de inmediato con Hachisuka, y Nagasone les siguió, para toparse con Roxas. “Ehh, ya que Hachisuka está aquí, tendré aún más que explicarte, sé paciente, por favor.”
“Sí, como digas…” dio un pesado suspiro. Ojalá el descanso fuera uno sustancial.

Así, los cinco pasaron un poco de tiempo juntos en una cómoda sala de estar antes de que iniciara la ceremonia.




Llegó la hora del almuerzo y Reimu se encontraba lista para dar la bienvenida a los visitantes. Vestía con su traje de miko tradicional, al igual que Marisa, y terminaban de alistar la mesa donde atenderían al grupo.

"Pues, todo está listo pero no sabemos cuántos van a ser..." dijo Reimu mientras inspeccionaba los espacios de la mesa.
"Pero estos sólo son aperitivos," observó Marisa, quien descansaba su mentón sobre la mesa. "Con las justas es suficiente para un par de personas."
"Descuida, Shinano me dijo que él y sus amigos traerían el almuerzo," Shishiou sonrió. "Les aseguro que habrá suficiente para todos."
"Confío en lo que dices," Reimu asintió contenta. "Siempre eres tan cumplido con el templo, así que no hay duda alguna."
"Sólo estás feliz porque alguien más te pagará la comida hoy..." dijo la rubia en voz baja, pero la otra le oyó y le dio un zape. "¡Ahh, ¿qué haces?! ¡Si es la verdad!"
"Compórtate y siéntate bonito," le recriminó.
"Uhh, no es para que te lo tomes a mal, Reimu..."
"Ohh, parece que acaban de llegar," Shishiou se levantó al ver la pantalla de su celular iluminarse por un mensaje de Shinano. "Sí, están caminando desde las escaleras hacia el templo."
"Bien, salgamos," la miko asintió.

Los tres fueron hacia el frente del templo y se encontraron con el grupo de visitantes quienes justo observaban el altar. Había algunas caras nuevas y otras no tan desconocidas.

"Hola a todos, mucho gusto," el pelirrojo hizo una reverencia y sonrió dulcemente. "Mi nombre es Shinano Toushirou."
"Yo soy Natsuki Shinomiya," dijo el más alto, quien llevó sus manos a su pecho y se emocionó. "Hehe, tienen un templo muy lindo. Les felicito."
"Heh, lo mismo digo," un rubio de menor estatura asintió y sonrió amenamente. "Soy Syo Kurusu. Espero que no les hayamos hecho esperar demasiado."
"Ehh, hola chicas," saludó Yukko, animada. "No me imaginé que el templo que Shinano nos contó sería el de ustedes. Qué genial coincidencia."
"..." Mai, inmutada como siempre, alzó una palma. "Hola. A los años."
"¡H-hola a todos! ¡Estamos felices de tenerlos aquí!" dijo Marisa, quien hizo lo posible para irradiar felicidad y conceder a todos una cálida bienvenida, pero su sonrisa se torció por la incomodidad de notar que Reimu a su costado botaba humo y chispas de cólera ante la presencia de la última visitante. "Ehh, b-bueno, ya conozco a Shinano, Yukko y Mai, pero mi nombre es Marisa Kirisame. Soy la hermanita de Shishiou."
"¡Ahh, el parecido es indiscutible!" exclamó Natsuki, conmovido. "Se nota que son muy lindos y cálidos."
"A mí me faltaba conocer a las chicas," Shishiou sonrió ampliamente. "Yo soy Shishiou, bienvenidas."
"Hehe, gracias," Yukko asintió. "Yukko Aioi. Mucho gusto."
"Ehm, y ahora supongo podemos preguntar qué fue lo que hizo Mai aquí, ¿cierto?" preguntó Syo con frustración al notar, al igual que los demás, la molestia de la miko.
"¿Con qué derecho vienes aquí luego de cazar patos en la mañana?" reclamó. "¡No puedo creer que tengas ese descaro!"
"¿Eh? ¿Volvió a ocurrir?" Yukko se impresionó.
"¡Ahh, pobres patitos!" Natsuki se afligió. "¡Nunca imaginé que un sitio sagrado y de meditación permitiría este sacrificio!"
"Ehh, suena a que es algo que Mai no debió haber hecho," explicó Shinano, dando un suspiro. "No te inquietes, no es algo que ocurre con frecuencia."
"¡Precisamente! ¡Ya te he dicho que no lo puedo permitir!" exclamó la HiME.
"Siempre se puede cambiar," Mai se encogió de hombros.
"¡Deja de ser difícil!"
"Ehm, no se peleen, no llegarán a ningún lado," dijo Shishiou, frustrado.
"Ahh, pierdes tu tiempo, hermano," Marisa negó.
"Mai, por favor, estamos teniendo un día tranquilo de paseo..." dijo Yukko.
"Estoy de acuerdo," asintió. "Shinano nos invitó, Natsuki ha sido nuestro chofer, sorpresivamente, tú te has sumado gratuitamente."
"Ehh, n-no digas eso por favor."
"Peter Pan trajo una sandía para compartir..."
"¡Ya te he dicho que fui Robin Hood, no me llames así!" reclamó Syo.
"Y yo compré el almuerzo y traje unas provisiones costosas para el templo," Mai miró una bolsa que traía consigo. "Sólo falta ingresar."
"Sería genial pero Reimu debe dar su aprobación primero..." se lamentó Marisa. Sin embargo, la miko se vio repentinamente más asequible.
"¿Provisiones? ¿A qué te refieres?" preguntó, perpleja.
"..." Mai sacó un pergamino. "Una pintura de un aclamado artista de hace tres siglos..." la guardó y sacó una caja hecha de bambú atada con sogas. "Sake artesanal de alta calidad, como se esperaría de una ofrenda de un templo."
"¡Ohh es impresionante!" exclamó Shinano, con sus ojos brillantes.
"¡¿D-de dónde has sacado cosas así?!" exclamó Yukko, en shock. "¡Deben valer una fortuna!"
"Mi familia es adinerada," se encogió de hombros. "Y cuando les mencioné a mis padres que vendría a visitar un templo me los enviaron por courier para donarlos. Dicen que un templo me viene bien porque no puedo pasar tanto tiempo pensando en armas de fuego."
"Eso me da una idea de lo preocupados que deben estar por ti..." Syo negó.
"Esto puede no compensar la pérdida animal que hemos sufrido, pero al menos me alegra que Mai-chan haya venido en son de paz," observó Natsuki, juntando sus palmas. "Creo que sería bueno honorarlo, ¿no les parece?"
"Pues, por mí bien, aunque tampoco me corresponde decirlo," dijo Shishiou.
"B-bueno, será una tregua, pero no te atrevas a venir por más patos, ¿de acuerdo?"
"..." Mai se ajustó sus gafas. "Espero que estés en lo cierto..."
"¡Oye!"
"Se nota que Mai es del tipo que busca pelea, no le tomes tan en serio..." Marisa negó repetidamente. "Ya, mucho preámbulo. Entremos de una vez."

Al haber podido llegar a un acuerdo, los presentes fueron dirigidos por los interiores del templo donde observaron los recientes acabados por la reconstrucción de algunas partes y el mantenimiento en general. Dieron un paseo por el altar y la parte interior a este, donde estaba el ambiente de oración. Luego, caminaron por el piso de tatami que bordeaba el recinto, y desde donde se podían ver algunos jardines de plantas o de piedras.

"Vaya, está muy bien mantenido," observó Shinano, animado. "Shishiou me había comentado que este templo estaba en plena reconstrucción, así que es una gran sorpresa."
"Hehe, muchas gracias," Reimu asintió. "Llevo bastante tiempo haciendo limpieza y dando lo mejor de mí, pero todo el trabajo pesado recién ha sido realizado en estas últimas dos semanas. Se lo debo al equipo de especialistas en mantenimiento de templos, siendo honesta."
"Pues sí, pero las dos también le hemos puesto empeño," le recordó Marisa.
"Pienso lo mismo. Está todo impecable y ordenado. Un equipo de albañiles no lo podría hacer tan bien por su cuenta," observó Syo. "Dense un poco de crédito que se lo merecen."
"Sí, pienso lo mismo," Natsuki asintió, conmovido. "Puedo sentir las buenas energías en este lugar. Realmente se han esforzado un montón."
"He sido testigo de eso también," dijo Shishiou. Él miró al otro par de chicas. "Creo que entiendo que no es su primera vez aquí."
"..." Mai asintió. "Cacé un pato la vez pasada."
"Ehh, t-también vinimos con un grupo más grande y paseamos por el bosque," contestó Yukko rápidamente e inquieta al intentar desviar la conversación. "Y, bueno, no llegamos a entrar al templo en sí, pero por la fachada sí noto que lo han trabajado bastante y soy feliz de poder ver los interiores con mis propios ojos."
"Sí, digo lo mismo," Shinano asintió. Él sonrió gustosamente y dio un respiro profundo. "Hmm, será que no soy muy espiritual que digamos ya que he ido contadas veces a un templo, normalmente por año nuevo con mis hermanos, pero sí hay algo especial en el aire," sonrió con torpeza. "Aunque me considero un novato."
"Es cierto, tampoco soy del tipo que vendría a orar y meditar," admitió Shishiou, entretenido.
"Sí, me sumo a ustedes," Marisa alzó una palma, sonriente.
"Hay todo tipo de personas, está bien," Reimu asintió amablemente. "Aunque sí me lo esperaba de Marisa."
"¿Qué quieres decir con eso?" preguntó haciendo un puchero.
"Pero no te preocupes, Shinano," Syo sonrió. "Justo tienes un hermano que debe ser experto en estos temas a estas alturas. Puedes pedirle que te enseñe la próxima vez que lo veas."
"¿Eh? ¿A cuál de mis hermanos te refieres?" el pelirrojo se confundió y parpadeó perplejo.
“¿Cómo así te preguntas?” cuestionó Natsuki, quien se notó genuinamente confundido. Él pasó a sonreír muy contento y a levantar sus puños con emoción. “¡Vamos, debes saber a quién nos referimos! ¡Syo-chan y yo también fuimos amigos de él cuando éramos niños! ¡Ahora debe ser incluso más adorable de lo que recuerdo!”
“Nunca pensé que él fuera adorable, pero en fin…” Syo se encogió de hombros. Sí era tendencia de Natsuki ver adorabilidad donde normalmente no existía.
“Ehh…” las menciones de los dos impactaron a Shinano, quien se sorprendió y pasó a bajar su mirada con leve tristeza. “Es verdad…” desvió su mirada con autodecepción. “He venido a un templo… ¿por qué no pensé en él…?”
“Shinano…” Syo frunció un ceño con incomprensión. “¿Qué sucede?”
“Ehm, suena a otro de tus hermanos que todavía no conozco, Shinano,” observó Shishiou, confundido.
“Ehh, sí,” Natsuki sonrió apenado al notar las bajas energías en el pelirrojo. “Él ha vivido bajo el cuidado de otras personas por bastante tiempo por motivos de salud, si mal no recuerdo… espero que podamos volverle a ver pronto.”
“Seguro que sí,” Syo asintió con grandes ánimos, y agarró a Shinano del hombro para sonreírle. “Estás en tu misión de reunir a todos tus hermanos y todos ellos están reincorporándose a tu familia. Hehe, sólo es cuestión de que él vuelva y cuando lo haga con mucho gusto le daré un tour por la ciudad.”
“S-sí, muchas gracias, Syo,” Shinano sonrió agradecido y asintió.
“Ohh, y si es alguien que sabe sobre cosas del templo, nos gustaría conocerlo también,” dijo Marisa, sonriente. “¿No es así, Reimu?”
“Sin duda que sí,” ella sonrió. “Quizás podría enseñarle algo de etiqueta y comportamiento a esta que tengo al costado.”
“¡Oye, no seas mala!” le reclamó la rubia.
“Hmm, me pregunto cuántos hermanos serán…” dijo Yukko, confundida. “Me cuesta creer que son tan extensos.”
“Será que algunas familias siguen pensando que viven en la edad media,” comentó Mai, inmutada. “En fin, es justificable oír de un nuevo hermano, mientras no haya habido algún evento supuestamente inclusivo de todos los hermanos hace pocos fics.”
“Ehh, Mai, ¿qué estás diciendo?” cuestionó la otra, ladeando la cabeza.
“Podemos seguir hablando mientras caminamos, o se nos enfriará la comida,” sugirió Shishiou, sonriente. “Hay que seguir con el tour.”
“Sí, eh, espero no haberles incomodado, y gracias por sus palabras,” dijo Shinano, sonriendo con torpeza.
“Vamos, no seas modesto, estamos en confianza,” Marisa le dio una palmada en la espalda para espabilarle. “¡Sigamos, sigamos! ¡Ese almuerzo no se comerá solo!”

De ese modo, el grupo siguió caminando por las instalaciones.





Pasó alrededor de una hora y media y el grupo que fue a disparar llegó a una heladería popular en el centro de la ciudad. Ahí, todos tomaron asiento en lo que degustaban de sus respectivos pedidos, y de paso conversaban amenamente.

“Ohh~ entonces tú eres la bandida HiME para la cual organizamos el Despair Party~” canturreó Wataru. Él miró a Cho con picardía. “Fufufu~ siempre son los más callados, ¿cierto?”
“Ehm, pues…” Cho se inquietó y ladeó su cabeza. “La venganza no es algo de lo que me enorgullezco, por más justa que fue, pero… ¿cómo así sabes sobre ella…?”
“Es verdad, se me olvidó decirles lo más importante, mis disculpas,” observó Natsume. “Wataru-niisan es el líder del club de drama de Rizembool, y fue quien nos apoyó con todos los participantes del Despair Party y los múltiples trucos de magia y acróbatas que empleamos,” sonrió satisfecho. “Así que, pese a su forma rebelde y fastidiosa de ser, deben comprender que Wataru-niisan es un gran genio con muchas habilidades. Incluso una persona dotada como yo no le llega ni a los talones.”
“Ay, pero también has mejorado un montón con el paso de los años, lindo Natsume-kun. No tienes que rebajarte por mí~”
“Sólo digo la verdad, Wataru-niisan,” comentó cruzado de brazos y convencido.
“Ahh, realmente me impresioné por la organización de la Despair Party, sin duda estoy de acuerdo,” Nio asintió, emocionada. “Hehe, y me encantó participar en ella también~”
“Ay, Nio…” Ayesha dio un suspiro. “Fue una venganza muy cruel. Espero que no vayas a aprender de eso.”
“Está bien, onee-chan, te prometo que me comportaré.”
“Y, pues, muchas gracias por tu ayuda, Wataru…” Cho asintió.
“Ohh, no me agradezcas, koneko-chan~” este le dio un guiño.
“Ehh…” la HiME se inquietó por aquel apodo.
“Mi bello Natsume-kun te llama así, y sí me pareces una linda gatita también. De por sí, te agradezco por ser amiga de mi primer aprendiz y mantenerle tan entretenido,” Wataru rió por lo bajo y terminó alzando sus brazos hacia los cielos. “¡Ojalá se den más Despair Parties en un futuro muy cercano! ¡Cuentan con mi bendición!”
“Una fue suficiente, por favor,” se lamentó Kashuu. “No es muy saludable para mi aruji.”
“Ya has hecho que la gente nos mire raro,” observó Tomo al peliplateado, frustrada. “Uhh, tienes un tremendo vozarrón.”
“Hehe, pero le va muy bien,” dijo Osaka, animada. “Quizás debería hacerme oír más.”
“Sí, y yo también,” dijo Sora, asintiendo decidido. “Maestro y Wataru-niisan son muy habilidosos y tienen gran presencia. Sora tiene que seguir sus ejemplos.”
“Sé que lo harás muy bien, Sora-kun,” dijo Tsumugi, sonriéndole y asintiendo contento. “Natsume-kun ya ha reconocido tu talento, y podemos confiar en su juicio.”
“Tch, tendrás razón, pero no tienes que idealizarme tan forzadamente,” se quejó Natsume, rodando los ojos. “Créeme que con esa actitud pisada no te ganarás respeto alguno.”
“E-ehh…” el peliazul se inquietó. “N-no ha sido mi intención, sólo decía.”
“Natsume-kun, te pido de todo corazón que seas más amable con Tsumugi-kun,” comentó Wataru, con cierto pesar. “Deberías apreciar toda la ayuda que te da constantemente.”
“No dejaré que te metas en mis pareceres, Wataru-niisan. Tengo mis razones de actuar como actúo, y lo sabes,” decretó el pelirrojo con leve severidad. Sin embargo, no tardó en dar un profundo suspiro y dirigirse a los demás. “De todos modos, reconozco que me precipité frente a ustedes. No pretendo involucrarles con mis comportamientos más irracionales, y lamento las incomodidades al respecto.”
“Ehh, no te preocupes por nosotros, Natsume, más bien espero que estés bien,” comentó Ayesha, incómoda. “Una actitud conflictiva podría hacerles mucho daño.”
“Aprecio tu inquietud, kotori-chan, aunque no tienes que preocuparte por mí,” le sonrió.
“Cierto, más me preocupo por el pobre Tsumugi…” comentó Kashuu, frustrado.
“Hm, pero no sé qué ocurrió exactamente en primer lugar…” dijo Nio, pensativa.
“No tienen que saber los detalles, supongo…” Cho desvió su mirada.
“Sólo espero que Natsume no se atreva a dispararle al pobre con una bazuca,” Tomo negó. No le sorprendía mucho la actitud de todos de ignorar el problema, pero por esa desmedida reacción de Natsume al verse contrariado quizás era lo más seguro.
“¡¿D-dispararle con la bazuca?!” Ayesha se escandalizó. “¡P-pero vimos el misil destruir un blanco de concreto!”
“¡E-está bien, les aseguro que maestro nunca haría eso!” exclamó Sora, un tanto nervioso. “¡Maestro no le haría eso a senpai!”
“Es verdad, me crean o no. Lo dije en broma. Sólo apreciaba el humor cruel de Mai,” comentó el pelirrojo, encogiéndose de hombros. “Vaya, ya no sé qué imagen tienen de mí.”
“Hm, es cierto, sí suena al humor de mi primita,” Osaka asintió, sonriente. “Hehe, qué alivio.”
“Ni que hayas estado ahí para ver su reacción, Osaka…” Tomo miró a su amiga con reproche. Eso que ni habían mencionado la agresión física, en primer lugar…
“Mi querido Natsume-kun se encuentra en su etapa rebelde de adolescencia, qué puedo decir…” dijo Wataru con leve pesar, pero no tardó en regresar a sus energías de siempre. “Aunque soy dichoso de conocer a gente tan brillante y llena de vida como ustedes. Fufufu, Natsume-kun ha hecho bien en aceptar al pequeño Sora como pupilo. Su burbuja está creciendo más, y serán una buena influencia para él.”
“No es nada, más bien Natsume es muy cool,” Nio asintió. “Ohh, justo estábamos planeando ir todos juntos a la playa la próxima semana. ¿Te gustaría acompañarnos?”
“¡¿A la playa con toda la gente hermosa presente?!” Wataru se emocionó. “¡Pero por supuesto que me apunto, ohohoho!”
“Tengo que detenerte ahí, Wataru-niisan,” Natsume le miró de reojo, con cansancio.
“Pero prometo que no te avergonzaré, Natsume-kun~”
“Lo harías, pero debo recordarte que la próxima semana estarás ocupado con tu equipo de drama. Me dijiste que ibas a tener funciones teatrales de tu obra de Robin Hood en la ciudad, ¿cierto? Dudo que tengas tiempo para acompañarnos.”
“Ahh, me has regresado a la fría realidad…” dio un pesado suspiro. “Sólo me quedará desearles un lindo paseo. ¡Oh, pero envíenme todas las fotos que vayan a tomar! ¡Será casi como si estuviera junto a ustedes!”
“¡Cuenta conmigo!” Osaka asintió y sacó su celular. “¡Intercambiemos contactos!”
“Fufufu, espero que me envíes todas las fotos de mi bello aprendiz que puedas sacar…” Wataru rió por lo bajo en lo que sacaba su Smartphone. “Me harías muy dichoso~”
“Tsk, he dicho que me dejes de tratar así, Wataru-niisan,” reclamó Natsume, impaciente.
“Lo siento, es difícil contenerme. Ah, y si pueden ir a alguna función de Robin Hood, se los recomiendo. Mi elenco es muy profesional y el prota es un bello joven adorable y semi-shota que dan ganas de acosar y apachurrar~”
“Ehh, comprendo que eres medio acosador,” Kashuu alzó una ceja.
“Sí, es evidente…” Natsume dio un suspiro. “Lamento que tengan que aguantarlo así, pero Wataru-niisan es incorregible.”
“Aunque me gusta lo ameno que es. Seguro que es un buen líder,” dijo Ayesha, sonriendo incómoda.
“Sí sería divertido ir a la función, onee-chan,” dijo Nio.
“Sí, ya no recuerdo la última vez que fuimos al teatro y es propio de damitas asistir a eventos de ese tipo.”
“Hehe, al menos ese es un pasatiempo de damitas que sí me gusta,” la pequeña ensanchó su sonrisa.
“Excelente, les pasaré los datos enseguida~” el peliplateado revisó su celular. “Sí hay mucho más en el verano que la playa, de todos modos. ¡Ah, qué alegre me siento! ¡Compartir el espectáculo con las personas es mi razón de vivir!”
“Muchas gracias por la invitación,” Cho asintió y sonrió. Pese a notar lo incontenible e hiperactivo que era, Wataru se le hacía muy simpático y ameno, y le llamaba la atención la forma que Natsume le trataba. Sin duda le tenía una paciencia y consideración especial, algo que le parecía adorable por cómo solía ser más temerario y rebelde en su trato normal.

El grupo recibió la información de dicha función y continuó hablando un poco más sobre el teatro y sus planes en las vacaciones antes de que cada quien se fuera por su camino. Todos pasaron un día muy entretenido en compañía y esperaban con ansias sacarle más provecho a las presentes vacaciones.




Los presentes en el templo disfrutaron de un tranquilo y ameno almuerzo. El momento se aprovechó para hablar más sobre cada uno. Ahí aprendieron que la miko era una HiME y Marisa una exHiME de tres años atrás, mientras que ellas escucharon sobre el viaje de Shinano y Shishiou, las carreras de Syo y Natsuki y oyeron un poco del día a día de Yukko y Mai en Rizembool.

“Suenan a un grupo muy entretenido, qué genial,” comentó la rubia, sonriendo. “Yo ya dejé mis andares de HiME en el pasado, pero siempre me gustaría unirme a una de sus aventuras. Me avisan para pasar tiempo juntos cuando sea posible~”
“Ah, sería un honor para nosotros, y también podríamos venir a visitarles más seguido,” contestó Natsuki, animado. “Me gusta mucho este lugar. Yo provengo de una zona rural, así que me da muchos recuerdos a casa.”
“Ehh, a mí también, siendo honesta,” dijo Yukko, sonriendo con torpeza.
“…” Mai asintió. “Soy citadina de naturaleza, pero he pasado un sabático antes de la universidad practicando tácticas guerrilleras por unas junglas de Indonesia y Malasia. Es nostálgico…”
“Ehh, n-no hablas en serio, ¿verdad?” preguntó Syo, impresionado.
“Uhh, pues, creo que sí. Tsurumaru mencionó lo mismo sobre Mai…” Yukko se lamentó, incómoda.
“Ehm, suena preocupante…” dijo Shinano, nervioso y tocando las puntas de sus índices. “A veces siento que la gente de Rizembool son los malos de la película o algo.”
“Pues, soy una HiME, así que en mi punto de vista lo serían, pero no ustedes,” dijo Reimu, sonriendo incómoda. “O sea, sólo los Rebels son los que causan estragos.”
“Eso no es verdad,” Mai se ajustó sus gafas.
“…” la miko pasó a mirarle con reclamo. “Es cierto que tú pasas cazando patos por ahí…”
“Pff-” curiosamente, Mai rompió su inmutabilidad para ahogar una risita con una mano.
“S-supongo Mai no se refería a sí misma,” dijo Shishiou, alzando una ceja.
“Sé que también hay unas chicas que se conocen como Princesses que trabajan con los Rebels,” observó Syo, haciendo memoria.
“Ese nombre las hace sonar muy delicadas y adorables,” comentó Natsuki, animado.
“Ehm, hablamos de personas semejantes a Rebels, Natsuki,” observó Shinano, incómodo.
“Yo no sabía sobre esas Princesses,” dijo Yukko, inquieta.
“Shishiou tiene razón, no me refería a mí misma,” contestó Mai, ajustándose las gafas y regresando a su inmutabilidad. “Mi cacería es compatible con el instinto básico de supervivencia de todos los seres vivos. Es neutro. No se puede considerar como maldad.”
“Eh, no, sí lo es. Estás en contra de la ley,” Reimu entrecerró sus ojos.
“Iba a recalcar que la propia existencia de los Rebels y sus derivados se debe principalmente a la tecnología de nuestra institución. Tal vez no aparezcan en el campo de batalla, pero son las mentes maestras quienes se llevan el mayor crédito de lo que sucede. Sin ellos, no estaríamos hablando sobre HiMEs.”
“Tiene sentido,” Marisa llevó una mano a su mentón, y se puso a pensar. “No que tenga mucha experiencia con ese tema. Me considero una HiME bastante afortunada en ese sentido. Sólo tuve un Rebel que al final tampoco quería matarme ni nada.”
“Ihh, no me gusta que le des tan poca importancia, hermanita,” comentó Shishiou, nervioso.
“Hahaha, tú tranquilo, ya han sido tres años,” la menor se puso a reír.
“Ehh, a-aunque tampoco se puede culpar tanto a los que inventan la tecnología. Los que la usan mal son los responsables, a mi parecer,” opinó Shinano, sonriendo incómodo. “En ese caso, la directiva de Rizembool serían los malos…”
“Hmm…” Mai le miró fijamente. “Es cierto que tú no verías lo que digo por motivos personales, pero si quieres convencerte pregúntale a tu hermano doctor overlord la próxima que lo veas.”
“Haha, vamos, Yagen no es una mala persona…”
“Estoy seguro que los hermanos de Shinano-chan son tan buenos como él,” aseguró Natsuki.
“Pero sí, los dirigentes tendrán su pedazo del pastel…” Mai asintió.
“Se puede prolongar la lista de responsables más de lo que imaginamos, pero no es que importe mucho,” observó Shishiou, cansado, para entonces sonreír. “Ya mucho de conspiraciones y conflicto, ¿no les parece? ¿Qué tal si hablamos sobre algo más?”
“Sí, suficiente de HiMEs, ahora quiero escuchar de nuestros visitantes,” Marisa asintió y se dirigió a Syo, emocionada. “Me parece increíble que tengas el rol principal en tu serie de acción. ¡Tengo que verla!”
“Heh, gracias,” el chico sonrió agradecido. “Ha sido una experiencia inigualable, y he recibido buenos reviews. Espero que sea el primer paso a más proyectos semejantes a futuro.”
“Estoy seguro que sí, Syo-chan~” canturreó Natsuki, juntando sus palmas. “Pienso que tu actuación fue impecable y simplemente deslumbraste por lo hermoso que eres~”
“Tch, sabía que dirías algo así…” el otro se frustró.
“Ehh, ya comencé a verla, y el rol de héroe te queda excelente,” dijo Yukko.
“Gracias, me alegra que lo pienses.”
“Además de actor, Syo también es un músico y tiene algunos singles,” dijo Shinano, sonriendo. “Natsuki también.”
“¿Hablan en serio?” Reimu se sorprendió.
“La música es más especialidad de Natsuki, pero sí tengo experiencia,” contestó Syo, animado. “Aunque no es la gran cosa. Recién ando despegando en mis metas.”
“En mi caso, me he enfocado más en la música y la composición, pero anhelo ser un actor tan bueno como Syo-chan,” dijo Natsuki. “He estado en un hiatus en mi carrera musical, pero pienso reintegrarme pronto. Estoy volviendo a inspirarme, y la disquera nos ha asignado a Syo-chan y a mí un superior que nos ayudará y aconsejará.”
“Oh, ¿en serio?” preguntó Shishiou. “¿Cómo así?”
“Fue inesperado, pero ya quiero ver qué clase de persona será~” Natsuki se mostró intrigado y muy entretenido por la idea.
“Por mi parte, no me gusta tener a alguien por encima de mí que dicte qué debo hacer,” Syo dio un pesado suspiro. “Y he oído por ahí que se trata de un idol que tiene menos tiempo con la disquera que nosotros, así que suena a una asignación muy trivial.”
“Entiendo lo que dices, pero sé que algo provechoso puede salir de esto,” Shinano asintió, sonriendo con torpeza. “Sonará un poco raro decirlo, pero me alegra saber que los tres andaremos aprendiendo de otras personas. Hehe, así tengo más ánimos de dar lo mejor bajo las enseñanzas de mi propio instructor.”
“Es una manera muy linda de decirlo, Shinano-chan,” Natsuki se conmovió. “Entonces haré lo mismo que tú.”
“¡Sí, nos mejoraremos a la par!”
“Hmm…” Mai se puso a pensar. “Entiendo que muchos cambios están ocurriendo alrededor de Shinano. Da la impresión que se volverá un personaje recurrente…”
“¿Qué quieres decir con eso?” preguntó Reimu, alzando una ceja al imaginar que esa chica tendría algo cruel que decir.
“Tiene sentido. Se ve del tipo aburrido y quizás sea el más Muggle de su familia,” Mai asintió. “Aunque da pena que los no tan interesantes tengan tanta atención.”
“¿P-piensas que no soy interesante?” preguntó el pelirrojo, mortificado. “Uhh… tengo un hermanito que seguramente te daría la razón, pero…”
“Ehh, n-no le hagas mucho caso a Mai, ehm…” Yukko intentó animarle.
“Pero es cierto que sí eres mucho más interesante que Hanasaki-chan, te daré eso,” continuó la cuatro ojos, inmutada.
“O-oye…” ella pasó a deprimirse.
“Haha, no seas tan mala,” Marisa se puso a reír. “Al menos son los más buenitos y normalitos los que tienen muchas cosas interesantes que observar. ¿Acaso no son un buen punto de vista?”
“Es verdad,” Mai asintió. “Sirven de un buen vehículo de la historia hasta que el jugador gana el mérito de jugar con y ver los puntos de vista de los personajes más interesantes cerca del final del juego.”
“Oigan, ya se están pasando demasiado,” reclamó Syo. “No les hagan sentir mal.”
“Y tampoco entiendo de qué hablan,” dijo Shishiou, perplejo.
“Ehh, no estoy claro en eso tampoco, pero supongo debí esperarlo de Mai,” Shinano dio un suspiro y sonrió apenado. “Sí pienso que tengo que esforzarme un montón y eso es lo que haré, y no te desanimes, Yukko,” le sonrió. “Eres una chica muy linda, así que te mereces toda la atención que puedas recibir.”
“G-gracias, Shinano,” Yukko se impresionó y sonrió incómoda. “Quizás no es para tanto, pero lo aprecio…”
“Aw, son muy lindos~” canturreó Marisa, conmovida.
“Hmm…” Mai volvió a ponerse a pensar. “O quizás Shinano sea de ese tipo de personaje puro e inocente que mantiene a personajes unidos y que se muere trágicamente en el clímax de la historia…”
“¡N-no digas eso!” exclamó el susodicho, en shock.
“¡Ahh, espero que no sea cierto!” Natsuki se espantó.
“¡Con eso ya te pasaste!” gritó Syo, haciendo un puño. “¡Detente ya!”
“Eso sí fue de mal gusto,” comentó Shishiou, frustrado y frunciendo el ceño.
“Mai, por favor, todos estamos en paz aquí…” pidió Yukko.
“Sólo era un comentario, no sé por qué le dan tanta importancia,” la chica se encogió de hombros y revisó su celular a manera de ver si le había llegado alguna notificación, pero al prender su display se quedó mirándolo y una mínima sonrisa se formó en su expresión.
“¿Mai-chan?” Natsuki se confundió y se asomó, para ver que Mai tenía a Hotarumaru con una corona de flores en su cabeza como su imagen de pantalla. “¡Ohh, es Hotaru-chan! ¡Ahh, qué lindo se le ve ahí!”
“Oh, también recibí un saludo de él de ahí,” mencionó Yukko, sorprendida. Ese mensaje le había alegrado mucho y también le gustó escuchar de su amiguito en medio de las vacaciones, pero le sorprendía un poco que su amiga le hubiera tomado un screenshot a su mensaje para ponérselo de pantalla. Sin embargo, luego de pensar un poco en su fijación con el pequeño, tal vez no era del todo sorprendente.
“¡Ah! ¡Ese campo de flores es del bosque donde fui de viaje!” exclamó Shinano, animándose rápidamente. “Hehe, Hotarumaru sí es muy lindo en ocasiones.”
“No, siempre lo es,” le corrigió Mai, con leve severidad.
“Ehh, como digas…” sonrió incómodo.
“¡Me encantaría que me enviaras esa foto, si no es mucho pedir!” dijo Natsuki, conmovido. “Realmente inspira la belleza infantil y de la propia naturaleza.”
“Oh, yo también me apunto,” dijo Shinano.
“…” Mai asintió. “Más tarde se los envío.”
“¿Qué cosas piden ustedes?” se quejó Syo a sus amigos. “Ya parecen stalkers.”
“Uhh… no me llames stalker, por favor…” se lamentó el pelirrojo, al recordar otro aspecto no tan lindo de su viaje.
“Sí recuerdo a ese pequeño, vino esa vez que nos aventuramos al bosque,” Marisa sonrió ampliamente. “Es tan lindo.”
“Me acuerdo de su hermano cuando nos dijo que le encantan los matsuris,” observó Reimu, animada. “Es cierto, tengo que ponerme las pilas y organizar una celebración en este templo. Eso atraerá a mucha gente.”
“Ah, me fascina la idea, suena a una gran meta,” dijo Shishiou, sonriendo con energías. “Heh, con mucho gusto les ayudo con los preparativos, sólo me tienen que avisar.”
“Claro, gracias por tu constante ayuda.”
“Hm, ese hermano de él no es adorable, así que me trae sin cuidado,” Mai se encogió de hombros, sin dejar de ver a su pequeño objeto de adoración.
“Uhh, qué especial eres,” Reimu le miró con desconfianza. “Ahora seguro volverás a decir que ese pequeño que tienes en tu celular es del tipo de personaje puro que se muere en el clímax, o algo semejante.”
“…” Mai afiló sus ojos y le miró con gran severidad. Incluso puso una palma con fuerza sobre la mesa, mientras resguardaba su celular en su pecho con la otra. “No te atrevas…”
“¿Eh?” Marisa, al igual que los demás, se confundieron por esa inesperada aura protectora y agresiva de la chica.
“Y-ya, tranquila, nada le va a pasar a nuestro amigo…” dijo Yukko, sonriendo incómoda.

En ese momento, todos oyeron a alguien tocar la puerta de esa área de vivienda del templo. Hubo una sorpresa general al no encontrarse esperando a invitados y no ser habitual que alguien decidiera invadir un ambiente como un templo.

“¿Quién será?” preguntó la miko, quien se levantó para atenderlo. Sin embargo, antes de partir de ese ambiente, esa incógnita persona llamó, y varios de los presentes reconocieron su voz de inmediato.
“¡Hola! ¡¿Alguna miko por ahí?! ¡¿Alguien en casa?!” preguntó Seija en voz alta desde afuera. La chica hablaba con gran volumen pero mantenía su clásico tono indiferente e irreverente como si fastidiar no le importara.
“¿Seija?” preguntó Shinano, perplejo. “No sabía que la habías invitado, Shishiou.”
“¿Eh? ¡J-juro que no lo hice!” exclamó el rubio, helado.
“O-okay, no es para que te sobresaltes…”
“Ustedes tampoco la invitaron, ¿verdad?” preguntó Shishiou a los amigos de Shinano.
“Eh, no, no tengo su contacto,” contestó Syo, confundido.
“Sí, yo tampoco…” Natsuki ladeó su cabeza. “¿Sucede algo?”
“¡Ohh! ¡Te oí, leoncito! ¡¿Estás ahí?!” llamó Seija desde afuera. “¡Ábreme ya!”
“Ehh…” Reimu sintió leve mala espina. “¿Quién es?”
“Es una chica con la que viajé junto con Shishiou por los Estados Unidos,” contestó Shinano.
“…” Mai alzó una ceja. “Interesante que la hayan excluido de su relato.”
“V-verdad…” Yukko frunció el ceño, confundida.
“Uhh…” por su parte, Marisa agachó su cabeza y comprimió sus puños. “¿Qué hace aquí? ¿Cómo nos encontró?”
“Marisa…” Shishiou se preocupó por verla inquieta.
“Entonces, ¿debería contestarle?” preguntó Reimu, al notar una extraña atmósfera.
“Ahh…” Shishiou dio un suspiro y se levantó. “No nos queda de otra. La conozco y es capaz de derribar la puerta si la ignoramos.”
“¿En serio?” Reimu alzó una ceja. Ella vio al chico caminar hacia la entrada y pasó a mirar a Marisa, quien se notaba disgustada pero resignada a la presente situación. La miko quiso preguntar, pero esa persona estaría llegando pronto, así que primero se tomaría sus propias impresiones.
...


Cho

68.3.




Shishiou regresó rápidamente con una pelinegra con mechones pintados de blanco y rojo, quien tenía una expresión pícara y rebelde y una gran soltura en sus ademanes. Los dos entraron a ese comedor aparentemente discutiendo de algo por cómo Shishiou intentaba llamarle la atención y la otra muy felizmente le restaba importancia.

“¿Así es como te presentas ante un templo?” reclamó el chico a la otra, quien se veía a gusto de colmarle la paciencia. “¡No andes tratando de patear a la persona que te abre la puerta!”
“¡Hahaha, fuiste muy desafortunado, leoncito!” exclamó la otra, riéndose. “¡Sólo quería tumbar la puerta! En parte es tu culpa porque te tardaste mucho, ¿no lo crees?”
“¡No intentes excusarte!”
“Ehm…” Shinano dio un suspiro por esa conversación nada sorpresiva del par y se levantó para saludar a la chica. “Buenas tardes, Seija. Qué sorpresa verte por aquí.”
“¿Eh? ¿Shinano?” para variar, Seija se vio sorprendida y perpleja, y pasó a mirar al otro par de chicos. “¡Ohh, y ustedes dos también andan por aquí!”
“Sí, muy buenas tardes,” saludó Natsuki, animado.
“¿Y qué es eso de botar la puerta?” preguntó Syo, alzando una ceja.
“Nada, olvídalo,” Seija le restó importancia y pasó a escanear a las otras personas presentes. “A ver, un par de chicas random… ajá, una miko y… ¡Ohhh!” se quedó en shock al observar a Marisa, y no tardó en volver a reírse. “¡Hahaha! ¡¿Es que acaso la pequeñita se está escondiendo en un templo sagrado?! ¡Sin duda es el último lugar donde sus padres la buscarían, hahaha!”
“Uhh, ¿qué quieres decir con eso, loca?” reclamó Marisa, frunciendo el ceño y comprimiendo sus puños. “¡Te apuesto a que has llegado aquí como la stalker que eres!”
“Hahaha, con mucho gusto apuesto, porque ganaría. ¡Ni idea que todos ustedes estaban aquí!” exclamó Seija, feliz de la vida. Dicho esto, ella se arrodilló frente a Marisa para darle un par de palmaditas en la cabeza. “Pero pese a lo fastidiosa que eres, admito que te eché de menos, her-ma-ni-ta~”
“¡Grrr!” Marisa rechinó los dientes e intentó morderle la mano a la otra, quien muy gustosamente evadió su ataque.
“¡Nunca vas a cambiar, al igual que leoncito, hahahaha!”
“Ustedes dos, no se peleen, por favor,” dijo Shishiou, entre severo y nervioso.
“Pues… ¿podrían explicarnos qué ocurre aquí?” pidió Reimu, confundida al igual que los demás. Sólo comprendía que esa pelinegra con mechones de colores era alguna especie de conocida de la mayoría de los visitantes, y mucho más del par de hermanos, aunque no parecía ser del todo bienvenida por ellos. Particularmente le llamaba la atención que Marisa tuviera una actitud tan antagonista hacia ella.
“Bueno, ya que los hermanos leoncitos son bien irracionales, me tocará a mí ser la narradora,” contestó Seija con un dejo de desinterés.
“Tú eres la más irracional aquí, no inventes,” reclamó Shishiou, mirándole con reproche.
“Somos amigos de la infancia. Conozco al par de rubios pelucones desde que tengo uso de razón,” observó la pelinegra, felizmente ignorando al otro. Pasó a mirar a la miko y mantuvo una amena aunque extrañamente perspicaz sonrisa hacia ella. “Detalles no son importantes aquí, aunque al menos puedo decirte que Marisa y yo fuimos como uña y mugre de pequeñas. ¡Haha, siempre vagábamos y hacíamos bromas a todos y nos aprovechábamos de la buena voluntad de leoncito! ¡Esos eran los tiempos!”
“¡O-oye, no digas eso!” reclamó Marisa con fastidio y un poco de inquietud.
“Hm, pues sí tienes ese aire de irresponsable y bromista que ella,” Reimu asintió sin darle mucha importancia.
“¡Hahaha, ¿verdad que sí?! ¡Ya me estás cayendo bien!” Seija se puso a reír.
“¡Ya, no fastidies a mi hermana!” Shishiou frunció el ceño. “Si no vas a ser amable no deberías estar aquí.”
“Uff, si no voy a ser amable ni iré a ningún sito entonces,” se encogió de hombros. “Soy así, ya aprenderán a quererme, ¿verdad Shinano?”
“¿Eh? ¿Por qué me lo preguntas?” el pelirrojo parpadeó perplejo e incómodo de ser invocado a esa extrañamente tensa conversación, pese a los ánimos de la recién llegada.
“Nada, nada~” la otra canturreó, le dio unas palmaditas y se levantó para alejarse de todos y mirarles de una prudente distancia. “Como dije, no esperé ver a nadie familiar aquí, andaba en una de mis vagancias, así que tampoco tengo muchos ánimos de ser correcta con ustedes…” ella movió una mano para denotar indiferencia y miró de casualidad a las otras dos chicas que no conocía. “Oh, hola, por cierto. Soy Seija. Me pueden decir sus nombres, pero seguro que no los recordaré a menos que nos veamos nuevamente.”
“Lo mismo digo,” Mai asintió inmutada.
“Ehh, c-como digan,” Yukko dio un suspiro, cansada.
“Oye, no seas mala con ellas, por favor,” le pidió Shinano, entre impaciente y suplicante.
“Hai, hai, jefecito, serán parte de tus amigos~” Seija pretendió marcharse, aunque se detuvo al observar a Marisa desviar su mirada con fastidio, lo cual produjo una traviesa sonrisa en su rostro. “¿Qué sucede, petiza? ¿Estás triste de que me vaya?”
“Tsk, sólo vete…” dijo la rubia con un dejo de resentimiento.
“Con tu bendición lo haré, ahora pórtate bien y no seas irresponsable aquí, ¿de acuerdo?” dijo en un tono juguetón que sólo causó más molestia en la otra. Así, Seija pasó su atención a Reimu. “Hm, para vivir aquí acompañada de esta petiza y quizás nadie más, no te ves nada ruda.”
“¿Qué estás diciendo?” preguntó Reimu, levemente frunciendo el ceño al comenzar a enfadarse por esa actitud irreverente de la chica. Sabía que estaba por tomarle el pelo, pero no le rendiría importancia.
“Sólo lo digo en caso alguien fuera a venir intempestivamente a darte una paliza. Estás completamente indefensa.”
“Ahh, ¿por qué dices esas cosas?” preguntó Shinano, torturado y dándose un facepalm.
“Maldición, no prolongues tu salida, ya te ibas,” reclamó Shishiou, molesto.
“…” por su parte, Mai afiló sus ojos al comprender una pista que pasó desapercibida para los demás…
“Si siempre lo hago, leoncito,” se encogió de hombros. “Ya aprenderás a quererme así.”
“¡Ya, vete!”
“¡Hahahaha! ¡Que tengan una linda tarde!” exclamó Seija, quien se retiró por su cuenta entre risas y muy gustosamente cerró la puerta de golpe para esfumarse de inmediato.

“¿Qué tendrá esa chica?” preguntó Syo, frunciendo el ceño. “Me había parecido rara desde la vez del concierto, pero nunca pensé que fuera tan fastidiosa.”
“Espero que no tenga ningún problema en su vida personal,” se expresó Natsuki, visiblemente preocupado. “Me gustaría mucho apoyarle. Puede que lo necesite.”
“Eh, pues…” Shinano sonrió incómodo ante la inocencia de su enorme amigo.
“…” Mai negó agarrando a Natsuki de un hombro. “Algunas almas no pueden salvarse.”
“Ehh, pues, prácticamente eso. No le extiendan empatía a Seija. Es una loca que sabe que impacienta a los demás,” comentó Shishiou, frustrado. Dicho esto, se dirigió a Reimu, apesadumbrado. “Lamento mucho que hayas tenido que soportarla. Realmente no sé cómo llegó aquí, quizás Marisa tiene razón y nos siguió o algo. Y pues, sí la conocemos de toda la vida, pero no estamos en buenos términos con ella.”
“No tienes que disculparte conmigo. Hay todo tipo de personas en el mundo, y como miko me corresponde tratar con todos,” contestó Reimu, sonriendo con simpleza. “Ustedes no se inquieten. Ya se fue y podemos disfrutar el postre que trajeron.”
“Cierto, buena idea,” Syo se animó y levantó la sandia a su costado. “Heh, no sería verano si no disfrutamos de ella.”
“¡Ahh, muy cierto!” Shinano se emocionó y juntó sus palmas.
“Muchas gracias por el postre, Syo,” dijo Yukko, sonriendo con torpeza. “Y te admiro por haberla traído todas esas escaleras.”
“Syo-chan es muy hábil físicamente y muy capaz en general,” observó Natsuki, sonriente.
“En verdad no es gran cosa…” Syo negó y sonrió con torpeza.
“Lo es, por algo fue escogido para interpretar a Peter Pan,” recalcó Mai, inmutada.
“¡Fui Robin Hood! ¡No me llames así!”
“¡Bueno, hay que abrirla!” exclamó Shishiou, con energías. “Podríamos intentar partirla en dos. ¿Qué tal si nos enseñas tu habilidad, Shinano?”
“Ehh, ¿yo?” este se asustó y agitó sus palmas. “N-no, no, yo no tengo la destreza o fuerza. Mejor te dejo ese honor…”
“Sí debería empujarte a practicar. Sé que tus hermanos se alegrarían si lo hicieras.”
“Ehh, sólo espero que no estén pensando en hacer estallar la sandía…” comentó la miko, sonriendo incómoda. “Eso podría causar un desastre…”
“No te preocupes,” Mai se ajustó sus gafas. “Es en honor a los patos que cacé.”
“…” Reimu le miró con cólera.
“¡M-Mai, no la fastidies!” le suplicó Yukko, asustada. “Ya hicieron tregua, por favor no lo vayas a arruinar.”
“Es verdad, mejor lo cortamos de forma más civilizada,” Shishiou sonrió. “Yo me encargo.”
“Ya que estamos por comer el postre, hay que levantarnos y limpiar los platos y utensilios,” se ofreció Natsuki.
“Buena idea,” Syo asintió. “Hay que poner de nuestra parte.”
“Son muy amables,” Reimu asintió gustosamente.

De esa manera, la mesa se levantó y todos recogieron sus cosas para llevarlas a la cocina, donde Shishiou iba a partir la sandía. Reimu fue la última en levantarse y estuvo por recoger un envase con salsa de soya de la mesa, aunque vio que Marisa justo le ganó.

“Ah, gracias,” Reimu ladeó su cabeza. No hubiera esperado que Marisa se molestara en recoger algo que no había usado por su usual tendencia a escapar de las responsabilidades. Entonces, se confundió más al ver a la rubia ir también hacia la cocina sin decirle una palabra. Alzó una ceja y notó un puchero e incomodidad en general en su expresión. Comprendió que la corta visita de esa vieja ‘amiga’ era el motivo de su fastidio, pero sabía que se perdía de algún otro detalle.

Decidió esperar que Marisa pusiera sus ideas en orden antes de hablarle al respecto, y la visita de los presentes continuó un poco más.



La ceremonia familiar de los Kotetsu se prolongó más que un almuerzo promedio, por obvios motivos. Los múltiples miembros de la ilustre familia demostraron una gran dicha de finalmente poder dialogar con el tan esperado heredero que acababa de regresar a su lugar de origen, y cada quien tuvo su momento de presentarse y a su vez narrar un poco sobre sus hazañas y obligaciones dentro de la familia. Roxas se mantuvo expectativo e hizo lo posible con tal de recordar a cada quien, al menos sus nombres y parentesco, pero le resultó muy complejo. Luego, llegó su momento de expresarse, lo cual le resultó intimidante y le faltaron las palabras para hacerlo debidamente, pero hizo un esfuerzo.

Por momentos estuvo inclinado a hablar un poco con respecto a Hanasaki o Rizembool, pero se detuvo. Pese a que su padre era un exRebel, no sabía cuántos estaban conscientes de aquel rol o de la guerra, o si era un tema apropiado de mencionar. Por ello, se limitó a su vocación e intereses de ser un kendoka a futuro por encima de cualquier otra carrera, lo cual fue muy gratamente bienvenido por todos. Oyó comentarios diversos que entornaban en exaltar su ‘sangre guerrera’ y el ‘incuestionable espíritu y parentesco’ que poseía, y se vio asegurado por varias personas que su familia sólo velaría en hacerle fuerte, más fuerte que la persona común.

Sin embargo, Roxas no dejó de sentir algo que pudo percibir en Hachisuka en muchos de sus parientes. En el centro de todas las palabras amables que le daban la bienvenida, existía un muy arraigado orgullo de ser parte de la familia Kotetsu, y muchos parecían creer que ello los hacía excepcionales y quizás ‘superiores’ a los demás. Antes de saber sobre sus orígenes, Roxas había oído de su familia como una de las más antiguas y prestigiosas en el ámbito del combate con espadas y sí se había llevado la impresión que tenían una clase especial, pero no evitaba sentir que el resultante ego no era justificado.

Era aún más extraño notar que su padre y sus hermanos a excepción del pelilila, los líderes y herederos de la familia, parecían completamente ajenos a dicho orgullo sobredimensionado.

Los diálogos continuaron y finalmente cada subgrupo familiar se concentró en sus propias observaciones y pláticas. Ello le dio a Roxas el espacio que había estado anhelando luego de una avalancha de personas nuevas, y de paso pudo degustar de su comida.

“¡Ahh, estoy satisfecho!” exclamó Urashima, quien se inclinó hacia atrás y miró al techo de esa sala perdidamente. “Había extrañado la comida de casa, qué rico~”
“Urashima…” Hachisuka le sonrió con dulzura. “No descuides tu postura. Seguimos en un almuerzo importante y eres el señorito de nuestra familia.”
“¡Sí, tienes razón, Hachisuka-niichan!” el menor se alertó y se sentó sumamente recto.
“Haha, tampoco tienes que exagerar.”
“¿Quisieras más té, Roxas?” preguntó Horikawa, quien notó al otro distraído. “Roxas, ¿todo bien?”
“Eh, sí, y gracias, por favor,” levantó su taza para recibir la infusión. “Es sólo que estaba observando a Urashima dialogar con Hachisuka. Los dos se llevan muy bien.”
“Hachisuka-san tiene un trato muy especial con Urashima, es de esperarse,” observó el pelinegro, animado. “Será una persona un poco complicada de entender, pero sé que te llevarás bien con tu hermano. Hachisuka-san también ha esperado este reencuentro, después de todo, y has podido notar que tu familia en general aprueba de ti.”
“Sí, es un alivio, aunque no puedo evitar sentir que no lo merezco del todo.”
“Roxas…” repentinamente, Taroutachi se le dirigió, luego de haber permanecido un largo momento en silencio y meditando. Pese a habérsele dirigido personalmente y en voz baja, la severa voz del padre causó que los demás le prestaran atención. “Es entendible que te sientas incómodo, pero sé paciente, por favor. Nuestro deseo es que seas parte de nosotros como siempre has debido serlo. No lo pienses mucho, las cosas se darán a su ritmo.”
“Sí, es cierto,” asintió y sonrió incómodo. “Muchas gracias, papá.”
“Y definitivamente no te hagas líos, siéntete como en casa,” observó Nagasone, animado.
“Sin duda debe ser una extrañeza incomprensible verse perteneciente a una excepcional familia como la nuestra de la noche a la mañana,” comentó Hachisuka, tranquilamente.
“S-sí, puedes decirlo…” Roxas se frustró un poco. De nuevo ese ego.
“Aunque lo eres, eres mi querido hermano y te ayudaré como sea posible, Roxas.”
“Muchas gracias, Hachisuka.”
“¡Sí! ¡Y si bien no sé qué puedo hacer yo por ti, estoy para auxiliarte también!” exclamó Urashima, con gran alegría.
“Sí, lo sé. Espero apoyarte también algún día…” dio un suspiro. Realmente estaba cansado de tantas formalidades.
“Uhh, somos hermanos, Roxas-niichan, no tienes que mantener la formalidad.”
“Sin embargo, es recomendable en un evento como este, Urashima,” recalcó Hachisuka, quien llevó una mano a su mentón. “Sí me da la impresión que ustedes dos deben mejorar sus habilidades sociales,” se vio levemente disgustado. “No puedo dejar que la falta de tacto y delicadeza de nuestro mayor les influencie negativamente.”
“¿Quieres comenzar con otra riña?” preguntó Nagasone, impaciente.
“Les pido que no se peleen,” dijo Taroutachi, con tranquilidad y cerrando sus ojos. Pese a su forma discreta y suave de ser, el padre trasmitió la suficiente autoridad que hizo que sus hijos cortaran con la enemistad de inmediato.
“Señor Kotetsu, quisiera pedirle un favor,” dijo Horikawa.
“Dime, Kunihiro.”
“Esperaba darme un paseo con Roxas a solas, para mostrarle los alrededores de este recinto. Prometo que no nos alejaremos.”
“¿Eh? ¿A solas?” Urashima se confundió.
“…” el padre asintió, y abrió los ojos. “Sí, quizás sea lo mejor. Entonces concédeme ese favor, Kunihiro. De por sí, tengo más asuntos de los cuales encargarme. Nos vemos en la noche.”
“Sí, muchas gracias,” el pelinegro asintió.
“Padre,” Hachisuka se levantó al igual que su progenitor. “Quiero acompañarle. Mi llegada ha sido inesperada y tengo que hablar con usted.”
“Muy bien, también quisiera que dialoguemos, Hachisuka. Ven conmigo,” Taroutachi miró a sus otros dos hijos. “Aprovechen para hablar con sus parientes. Estoy convencido que desean verlos con ansias.”
“Es verdad, debemos extenderles atención,” Nagasone asintió.
“¡Heh, me encantaría! Quiero saber sobre todo lo que me he perdido aquí,” Urashima asintió.

De aquel modo, los presentes se dividieron. Nagasone y Urashima se acercaron a otro grupo de personas mientras los demás salieron y fueron por caminos separados.


Roxas fue dirigido de regreso hacia el exterior del edificio y caminó junto con Horikawa por el patio frente al dojo, donde siguieron un camino de piedras que bordeaba el amplio perímetro de la construcción. Ese camino contaba con varias plantas y había un pequeño riachuelo artificial que se dirigía a una poza de peces koi más adelante.

“Vaya, es un sendero muy llamativo,” comentó Roxas, impresionado.
“El señor Kotetsu suele darse paseos por aquí cuando necesita despejar sus ideas, según lo que he observado,” explicó Horikawa mientras miraba un grupo de bambús cercanos.
“Supongo tú vives no muy lejos de aquí.”
“Sí, la residencia de mi familia queda en esta misma área. No seremos tan prósperos como los Kotetsu, pero siempre hemos estado vinculados, así que conozco este sitio desde mi niñez.”
“Entonces debes conocer a Urashima desde siempre.”
“Sí, prácticamente,” el pelinegro asintió y caminó un poco más en silencio antes de continuar. “Imagino que sabrás por qué quería hablar contigo a solas.”
“Sí me dijiste que tenías varias cosas que decirme,” Roxas miró a sus alrededores, comprobando que se habían alejado lo suficiente de la presencia de otros.
“Creo que debes estar dándote varias ideas de lo que voy a decir, pero no viene mal mencionarlo. Espero poder ayudarte con esta intimidante transición, eso es todo,” sonrió con humildad.
“Sí, lo entiendo, y gracias por tu ayuda.”
“¿Qué te ha parecido tu familia?”
“¿Eh?” no esperó que iniciara el diálogo con una pregunta, pero no le costaba contestar. “Pues, es un poco pronto para decirlo, en verdad…” alzó su mirada al cielo, con leve confusión. “Todos se ven muy amables y receptivos. No esperé que fueran así. Aunque no evito sentir que tengo muchas expectativas en mis hombros.”
“¿Cómo así?”
“O sea…” frunció el ceño. “Todos parecen actuar como si fuéramos una familia que sobresale del promedio o algo así…”
“Viéndolo desde un punto de vista objetivo, lo son,” Horikawa se vio entretenido por la confusión del otro. “Son de clase alta, viven en una elegante ciudadela con toda su familia extendida y tienen un linaje respetable de hace varios siglos.”
“Ehh, sí, eso es indudable, pero…”
“Pero entiendo lo que dices, Roxas,” el pelinegro asintió y sonrió incómodo. “Ya debes haber notado que existe una creencia firme de todos tus parientes que los Kotetsu son superiores a la mayoría, y hay un orgullo muy arraigado en su nombre.”
“Sí, exactamente…” dio un pesado suspiro.
“Ese orgullo está presente en todos. Créeme que sí. Urashima también está muy orgulloso de ser un Kotetsu y admira a sus parientes, además de querer hacerle tributo a su nombre,” observó Horikawa. “Supongo no has podido ver ese lado de él aún.”
“No imaginaría que él fuera orgulloso…” se confundió.
“Pero su orgullo es uno sano, y nace del apego que siente por sus seres queridos. Sin embargo, varios de sus parientes sí llevan el orgullo a los extremos. Hachisuka-san es un buen ejemplo de ello, como presumo ya lo has notado.”
“Sí, es lastimosamente obvio…” se lamentó y agachó su cabeza. “De por sí, me pregunto por qué no me hablaron de él. Urashima lo mencionó en algunos momentos, pero nunca ha sido junto a todos en casa. Apenas supe su nombre cuando me encontré con él.”
“Creo que debí haberlo hecho antes, mis disculpas.”
“No te disculpes, está bien…”
“El señor Kotetsu apenas ha estado en casa por sus múltiples deberes, y Nagasone-san no sería quien gustosamente hablara de él. Quizás él le dejó ese trabajo a Urashima,” Horikawa se quedó pensando un momento. “Oh, pero no hay por qué darle muchas vueltas. Sólo quiero afirmarte que, pese a esa manera de ser de Hachisuka-san, él no es una mala persona. Su orgullo es algo muy propio de él, y resultará inconsciente de este en ocasiones, pero tiene buenas intenciones. Lo mismo puedo decir de tu familia en sí. Sólo sé paciente con ellos.”
“Sí, gracias por la explicación,” Roxas asintió. Justo en ese instante, llegaron a la poza de peces koi y se agachó para verlos de cerca. “Es curioso que no haya notado este ego en mi padre o mis hermanos. Siento que no son así.”
“No podría afirmarte nada, pero creo que esa humildad deriva del propio señor Kotetsu. Él siempre fue sencillo y muy receptivo. Creo haber entendido que tuvo algunos problemas por su forma de ser cuando era joven y lo preparaban para su rol de heredero, ya que sus mayores temían que fuera a cambiar las tradiciones de su familia.”
“Vaya, no lo hubiera imaginado.”
“Aunque creo comprender que ha sido esa disposición suya lo cual ha brindado a su familia de un mejor diálogo con otros linajes y en el ámbito de negocios. A pesar de su imponente imagen y gran estatus social, es un líder muy asequible.”
“Es bueno saberlo,” dijo Roxas, meditativo mientras movía sus dedos por encima del agua. “Poco a poco, me resulta menos intimidante. Espero poder conocerle mejor pronto.”
“Lo harás. Ya has oído sus intenciones de acomodarte en todo lo posible varias veces.”
“Pero, pese a que él ha sido tan bueno con Cho y Osaka, ¿dirías que el resto de los Kotetsu estarían igual de abiertos a darles la bienvenida aquí?”
“Pues…” Horikawa desvió su mirada. “No puedo hablar en lugar de ellos, pero dudo que sean tan receptivos, y podría tomarles tiempo en aceptarlas,” dio un suspiro. “No quería decirlo frente a Urashima, pero existe un tabú en dar la bienvenida a personas fuera del círculo de kendokas y familias antiguas del Japón. Los Kotetsu siempre han sido elitistas y lo deben ser más luego de lo sucedido con la señora Harukawa…”
“Cierto…” Roxas se preocupó. “Mi padre debió haberse opuesto a todas las normas al cazarse con ella, por ser de afuera de dicha burbuja y hasta alguien que proviene del extranjero.”
“Sí, Nagasone-san me dijo que fue un gran lío, y nunca fue bien aceptada aquí. No es algo que yo mismo llegué a observar. Tenía dos años cuando ella abandonó este lugar.”
“…” Roxas miraba a unos peces koi observarle, en espera a ser alimentados. “Debe haber sido muy duro, para él y Hachisuka. Ellos dos seguramente lo recuerdan todo.”
“…”
“Para Urashima también. Por lo que dices, tenía sólo un año cuando su madre se marchó.”
“Con respecto a eso…” Horikawa también se agachó frente al lago y dio un suspiro antes de continuar. “Debes saber que Hachisuka-san no está en buenos términos con la señora Harukawa. No le ha perdonado lo que hizo y hace lo posible para evitarla.”
“¿Eh? ¿En serio?” Roxas se sorprendió en un inicio, y pasó a negar. “Pues, pensando en lo que ella hizo, no le culpo del todo. Sí se marchó durante pleno estrés sin pensar en sus hijos… y luego cometió esa infidelidad…”
“No es algo que podemos juzgar…”
“Eso es cierto, pero… aun con esa falla, me pregunto cuánto puede haberle afectado. Han sido ya veinte años, y está cometido a no aceptar a su madre con sus errores ni llegar a términos.”
“No sabría qué decir con respecto a eso, pero, lamentablemente, Hachisuka tampoco ha querido conocer a Sora ni tratar con él.”
“…” Roxas se tensó y miró al otro con desconcierto. “Esto es problemático.”
“Es una pena. Sora no tiene nada que ver,” dijo Horikawa, entristecido.
“…” hubo un corto silencio. “Me pregunto qué pensará… sobre todo ahora que Sora está viviendo con nosotros.”
“No lo puedo predecir, Hachisuka-san es una persona complicada,” Horikawa dio un pesado suspiro. “Sora se parece a Urashima y a ti, puede que eso le inspire algo de simpatía, aunque a su vez no es un Kotetsu, y es el resultado del error de su madre… no, no hay punto de pensarlo demasiado, estamos dando muchas vueltas.”
“Nunca imaginaría que existe tanta discordia en mi familia nuclear…” observó Roxas, incómodo. “Urashima parece ser quien puede conciliarlos a todos.”
“Sí, siempre ha sido así. Urashima es muy valorado por toda su familia. Siempre ha sido muy humilde y bondadoso, y gracias a él la enemistad entre sus hermanos mayores no ha escalado demasiado. Urashima siempre intenta que ellos se lleven bien de distintas maneras. Hasta los incomoda un poco en ocasiones,” Horikawa sonrió entretenido. “Es gracioso de ver.”
“Al menos es un alivio saber que las riñas entre sus hermanos no le han afectado tanto, si es que trata de remediarlas así…”
“Aparte de desear que se lleven mejor, Urashima los quiere a ambos,” le aseguró. “Podemos confiar en sus deseos.”
“Bueno, entiendo que Hachisuka se encuentra estudiando en el extranjero. Espero que pueda aprender a llevarse mejor con Nagasone y no ser tan crítico de él antes de que tengan que interactuar más. Como los dos mayores, seguro tendrán que hacerlo.”
“Sí, pero creo que cosas así sólo pueden arreglarse a corta distancia, por más difícil que sea,” observó Horikawa, pensativo. “No te desanimes, Roxas. Entiendo que has tenido mucho que asimilar hoy, aunque no tienes por qué preocuparte. Como dije, Hachisuka-san es una buena persona, y Nagasone-san también. Ya conoces bien al segundo, y el primero te ha brindado de mucha atención hoy. Sé que se preocupa por ti.”
“Sí…” asintió y dio un suspiro. Le sabía mal querer que estuviera lejos, pero temía las riñas que podría causar, principalmente con Nagasone y los no Kotetsu de la casa.
“Podemos seguir el sendero, nos queda más por recorrer,” dijo Horikawa, levantándose. “Es un camino muy tranquilo y relajante, así que nos vendrá muy bien.”
“Sí,” Roxas se levantó. “Y muchas gracias por tu exposición y tu ayuda, Horikawa. Estaría completamente perdido y mareado sin ti. No sabría qué hacer.”
“Haha, descuida, es un placer ayudarles.”

Esa conversación llegó a su fin y los dos siguieron caminando mientras Roxas le realizaba preguntas a Horikawa sobre ese lugar, por si había algo que necesitaba saber. Esa caminata le sirvió de un merecido descanso cognitivo, y felizmente le esperaba una noche más tranquila y sin otros eventos que atender.




Llegó el atardecer en el templo y los visitantes se alistaron para irse y bajar las escaleras antes de que se oscureciera más. Reimu y Marisa encaraban a los demás en las puertas del templo, y la primera se encontraba agradeciéndoles por su visita.

“Son bienvenidos cuando gusten, siempre me alegraré de verles,” dijo Reimu, animada.
“…” Mai asintió. “Es bueno saberlo.”
“Tsk…” la miko le miró con molestia y sintió un tic en la ceja.
“¿Qué haces fastidiando a una HiME así?” preguntó Syo, frustrado.
“Las HiMEs son las buenas, creo que eso era claro para todos,” Mai se encogió de hombros.
“Por favor, te pido que tengas piedad por los demás patos de este bosque,” suplicó Natsuki, juntando sus palmas.
“…” la chica dio un suspiro. “Lo consideraré…”
“Ahh, menos mal te escucha a ti, Natsuki,” dijo Yukko en voz baja, aliviada.
“Con mucho gusto regresaré, y espero traer a algunos de mis lindos hermanitos conmigo,” dijo Shinano, emocionado. “No seré muy compatible a los bosques o templos, pero ha sido una visita muy agradable.”
“Cuando tengan ánimos de venir, me avisan, y regresamos juntos,” se ofreció Shishiou, sonriendo ampliamente. Entonces, él se giró a Reimu y Marisa. “Bueno, tenemos que irnos. Gracias por todo, e intenta ayudar a Reimu, ¿de acuerdo?”

Él notó que su hermanita miraba de costado al piso y se notaba apagada y pensativa. Ello le incomodó y preocupó un poco.

“Ehh, ¿te sientes bien? ¿Qué te pasa?”
“Shishiou…” dijo en voz baja. “¿En verdad me parezco tanto a Seija?”
“¿Ahh? ¿Qué cosas dices?” el mayor se escandalizó por esa pregunta, y volvió a caer en cuenta sobre el bajo estado de ánimo de Marisa. Ante ello, sonrió frustrado y le agarró de la cabeza para revolverle los cabellos suavemente. “No, definitivamente no eres como ella. O sea, puedes ser un poco frívola e inconsciente y un tanto perezosa…”
“Uhh…” le miró con reproche.
“Pero eres una buena persona con un gran corazón y puedes ser amiga de quien sea,” sonrió entretenido. “Además yo siempre me alegraré mucho de verte. No dejes que la histriónica se meta en tu cabeza, ¿de acuerdo?”
“…” Marisa dejó ir su fastidio y asintió con leve tristeza. “Está bien…”

Los demás observaron ese pequeño diálogo del par, el cual resultó un poco más pacífico y adorable de lo que esperarían del par de energéticos hermanos. Natsuki sonrió conmovido ante ese intercambio fraternal, y se confundió al notar que Shinano repentinamente se marchó hacia las escaleras para adelantarse. Eso le hizo intercambiar miradas con Syo y ambos le siguieron.

“…” Reimu frunció el ceño. Fue entonces que comprendió que su comparación de las dos era lo que había causado esa reacción. “Eh, pues, siento que puedo haber tocado fondo con algo por lo de esa chica…”
“N-no, no digas eso,” Shishiou se incomodó y llevó una mano a su nuca. “Pues, es una larga historia, pero no te sientas mal. Marisa y Seija no han estado en buenos términos. Lamento que hayan tenido que evidenciarlo.”
“Está bien, no te preocupes,” dijo Yukko, sonriendo incómoda.
“¿Por qué no?” preguntó Mai, sin dar rodeos.
“Un poco de delicadeza, por favor,” le recriminó la miko.
“¿Por qué? Pues…” Shishiou se puso a pensar un poco, y sonrió frustrado. “Creo que yo tengo la culpa…”
“…” Reimu le observó y vio cierto cargo de consciencia en el chico, pese a mantener su sonrisa. Sabía que los dos tenían alguna complicada historia que contar, pero no era algo que les concernía a los presentes.
“Eres un tonto…” dijo Marisa, en voz baja, sin levantar su mirada. “No es tu culpa…”
“Está bien, no lo es,” Shishiou le revolvió los cabellos, sonriéndole. “Ahora anímate, ¿sí?”
“…” ella dio un pesado suspiro y sacudió su cabeza para que el otro le soltara. Luego de ello, adoptó una mejor disposición. “Sí, sí, no tienes que tratarme como una chiquita. No te olvides que soy independiente, ¿sí?”
“Lo sé, aunque como tu hermano mayor es difícil de creerlo a veces,” al verle más responsiva, Shishiou asintió. “Ahora sí tenemos que irnos. Prometo venirles a visitar pronto.”
“Claro, vayan con cuidado,” Reimu asintió. “Creo que los chicos ya se les adelantaron.”
“Ah, verdad,” Yukko se sorprendió al no haberse dado cuenta. “Tenemos que darles el alcance. Cuídense.”
“Adiós,” Mai se dio media vuelta.

Las despedidas fueron breves y los visitantes tomaron el sendero hacia las escaleras para ir de regreso y buscar a los tres amigos.

“Ahh, necesito una siesta…” Marisa estiró sus brazos y caminó hacia el interior.
“Un momento,” Reimu le detuvo. “Tal vez no me concierne, pero, ¿por qué te molestaste tanto con esa chica? Creo que me pareció que te hice sentir mal, y pues…”
“Pues, digamos que sí,” Marisa negó ofuscada, aunque terminó por sonreír rendida. “Sólo quiero que sepas que no la paso para nada y todo eso de haber sido amiga de ella es mi pasado vergonzoso,” se cruzó de brazos y adoptó seriedad. “Hmph, me reservo los detalles, aunque tampoco puedo molestarme contigo. No sabías y supongo me merezco un poco de tu desdén por no tomarme el mantenimiento del templo tan en serio.”
“Eso es cierto,” Reimu se encogió de hombros.
“¡Uhh, al menos sé algo comprensiva!” reclamó comprimiendo sus puños. “Pero ya, olvídala. Dudo que le importe volver a aparecerse por aquí. Un templo no va para nada con ella. Ahora sí tengo que darme una siesta.”
“Si sigues dándote siestas en la tarde luego de limpiar nunca dormirás bien en la noche.”
“Está bien, sigo joven,” Marisa sonrió ampliamente y se apresuró de regreso al interior.

Reimu sólo dio un suspiro y la observación de ser semejante a esa chica le regresó a su cabeza. No iba a volver a decirlo, sonaba más serio de lo que parecía.

A la miko sólo le quedaba reorganizar el comedor que habían utilizado y luego tal vez se daría un merecido descanso tomando una taza de té. Tenía más días tranquilos y provechosos en esas vacaciones para continuar la incansable reparación del templo.

Una vez llegó a las escaleras, Shinano se giró al oír los pasos de sus amigos.

“Shinano-chan, espéranos,” le pidió Natsuki, preocupado.
“¿Qué te ha picado?” preguntó Syo, alzando una ceja. “Tú no eres así de descortés.”
“Lo siento…” sonrió incómodo y desvió su mirada.
“¿Qué te sucede, Shinano-chan?” preguntó Natsuki, llevando sus manos a su pecho. “Puedes decirnos, somos tus amigos.”
“También te viene bien. Recuerda que tenemos que regresar con los demás, así que desahógate.”
“Sí, son muy amables conmigo,” asintió y levantó su mirada, para sonreír con torpeza. “Es un poco incómodo decirlo, pero… me quedé pensando en lo de antes… en el hecho que fueron ustedes quienes recordaron a mi hermano antes de que yo pensara en él…”
“Shinano…” Syo se impresionó un poco, y pasó a negar. “No, ¿qué dices? No es nada realmente extraño, no te sientas mal. No puedes andar pensando en toda tu familia todo el tiempo, son un montón. Y Natsuki y yo más que nada los conocemos a ustedes dos.”
“S-supongo, pero por ser un templo algo tan afín a él, siento que me he fallado a mí mismo,” Shinano dio un suspiro y bajó su mirada. “Ver a Shishiou reconfortar a su hermanita me hizo pensar en mis hermanos mayores. Pese a recién verles interactuar, Shishiou siempre me ha hablado de su hermanita y los dos tienen una relación muy cercana y positiva.”
“Tú también la tienes, Shinano-chan,” le recordó Natsuki, conmovido. “Eres muy bueno con los pequeños y eres muy cercano con tus hermanos mayores, incluso los que no son del todo abiertos con los demás,” sonrió con dulzura. “Eres el hermano que los traerá a todos de regreso, siempre lo has declarado, y confío plenamente en tus deseos.”
“¿O es que acaso me estás diciendo que no te llevas bien con este hermano en particular?” preguntó Syo, con escepticismo.
“T-tampoco puedo decir eso, pero…” desvió su mirada. “O sea, lo quiero y adoro tanto como a mis otros hermanos, es sólo que… a veces temo que él no me estime… y he sentido muchas veces que le he defraudado.”
“¿Por qué? Tú nunca harías algo semejante, Shinano-chan.”
“Él y yo deberíamos haber sido inseparables. Será que siento que nunca fui un apoyo para él. Siempre fue retraído y nunca supe cómo leerle… a veces pienso que de haber sido capaz de ayudarle, él nunca hubiera tenido que pasar tantos años fuera de casa.”
“No puedes decir eso, Shinano, no fue tu responsabilidad,” declaró Syo, frunciendo el ceño. “Sabemos bien que tu hermano necesitó de apoyo y todos ustedes fueron muy jóvenes cuando fallecieron sus padres. Él ha estado en buenas manos y estoy seguro que regresará ni bien se reponga y termine con su tratamiento. Y será ahí que necesitará de ti más que nunca,” asintió decidido. “Habrá sido retraído y difícil de comprender, pero le conozco, y sé que valora a su familia del mismo modo en que tú lo haces.”
“Estoy de acuerdo con Syo-chan,” Natsuki asintió. “Todos ustedes son una familia increíble, y espero con ansias que tu hermano regrese. Será un hermoso reencuentro y tenemos que ponerle al día de todo lo que se ha perdido.”
“Claro, ya te dije que me lo dejes a mí,” Syo se apuntó y sonrió. “Y eso es sin contar a todos tus simpáticos hermanos que harán lo mismo que nosotros.”
“Es verdad, no eres el único, Shinano-chan,” le recordó Natsuki, con alegría. “No todo recae en ti. Tienes a muchos hermanos presentes que los adoran a ustedes como ustedes los adoran a ellos. Nunca dejaré de admirar a la familia que tienes.”
“Sí, tienen mucha razón. Mis hermanos son realmente lo mejor. Tengo que recordar que no estoy solo. Creo que mi mente sigue en el extranjero a veces…” Shinano asintió. Aparte de su año fuera del país, cuando pretendía cuidar de sus hermanos, solía aislarse e intentar hacer las cosas a su manera. Era ese rol autoimpuesto que persistía en él, el cual se originó en la solitud que dejaron sus padres al fallecer y le hacía sentirse como si nada hubiera cambiado…
“¡Despiértate, Shinano!” le resondró Syo. Él le agarró de sus brazos y le agitó con fuerza. “¡No sé a dónde te has ido, pero regresa aquí! ¡Esa mentalidad no te llevará a ningún lado!”
“¡S-sí!” exclamó un tanto asustado por la brusquedad de su amigo.
“¡Ánimos, Shinano-chan!” le alentó Natsuki, alzando sus puños a sus costados. “Hehe, no es momento para desanimarse. Siempre recuerda todo por lo cual debes sentirte agradecido. Eso es algo que yo hago también.”
“Sí, muchas gracias a los dos,” dijo animado y con sus ojos brillantes. “Realmente son unos grandes amigos. No sé qué sería de mi sin ustedes.”
“No lo menciones, ahora tenemos que buscar a los demás,” Syo miró en dirección al templo. “Ohh, justo vienen.”
“¿Cuál es la prisa?” preguntó Shishiou. “Todo bien, ¿verdad? Nos despedimos por ustedes.”
“Sí, todo bien, perdón por preocuparles,” dijo Shinano, sonriendo incómodo. “Sólo tenía que despejar un poco mi cabeza.”
“Espero que nada te esté incomodando, Shinano,” dijo Yukko.
“Muchas gracias, Yukko, pero ya estoy mejor, y siento irme tan repentinamente,” él asintió y pasó a expresarse con certeza. “Syo y Natsuki ya me alentaron, y prometo que no volverá a suceder. Tienes mi palabra.”
“Espero tener tu palabra también, Shinano,” dijo Mai, inmutada.
“Ehh, ¡s-sí, no quise excluirte ni nada, perdón!” exclamó el chico, sorprendido.
“No le prestes atención. Obviamente quería incomodarte,” Syo se encogió de hombros.
“Han llegado justo para ver este hermoso atardecer y la impresionante vista de la ciudad,” dijo Natsuki. “Me fascina. Todos deberían venir aunque sea sólo por el paisaje.”
“Cierto, Reimu podría hacerle propaganda a la vista. Se ve gran parte de la ciudad desde aquí,” observó Shishiou. “No lo había pensado.”
“Si no hay más que hablar, sería bueno ir en marcha,” dijo Mai. “No sé qué tan hábiles sean para caminar por estas gradas de noche.”
“Sí podemos ir en marcha, aunque antes que se me olvide,” Shinano se dirigió a Yukko con una sonrisa. “Me preguntaba qué planes tenías para estas vacaciones.”
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó ella, confundida. “O sea, la primera semana fui a visitar a mis padres y regresé para las prácticas del club de drama. Y pues, ya me siento lo suficientemente afortunada de esta actividad. No soy de familia adinerada.”
“Es cierto, no eres como nosotros,” afirmó Mai.
“Uhh, no seas mala conmigo, Mai…”
“Sí que eres un poco difícil,” Shishiou dio un suspiro.
“Pues, sabía ese detalle. Lo deduje por los paseos que hemos tenido, y por eso pregunto,” el pelirrojo asintió. “En unos días estoy yendo con mi familia y algunos allegados a nuestra casa de playa para disfrutar del sol y del mar, y también habrá festivales por esa zona.”
“Ohh, suena divertido. Te deseo un lindo paseo, Shinano.”
“¿Te gustaría acompañarnos?”
“¡¿Q-qué?!” Yukko se quedó en shock y ella misma se sorprendió por el volumen de su voz, aunque efectivamente nunca hubiera esperado una invitación así en su vida.
“¿Por qué te sorprendes tanto? Pienso que sería divertido, y nosotros cubrimos los gastos,” sonrió entretenido. “Invité a Syo y Natsuki, pero ellos justo tienen obligaciones de su agencia y su obra que atender, y tenemos espacio de sobra.”
“¡Pienso que es una idea fantástica!” exclamó Natsuki, emocionado. “¡Sí, te lo recomiendo, Yukko-chan! Ya fuimos un par de veces y es muy divertido.”
“P-p-pero…” la chica estaba todavía en shock.
“Aparte que ya conoces a Yagen y Hakata, y seguro a alguno más por ahí… ah, sí, Namazuo-nii fue a recogerme del paseo por la alameda comercial.”
“Ehh…”
“…” Mai asintió. “Cierto, conoces a ese doctor prodigio maligno que puede ser o no ser un villano. Es difícil olvidarse de él.”
“Uhh…” esa mención pasmó más a Hanasaki-chan. “N-no hay forma que me apunte a ese paseo. N-no querrá ni verme…”
“¿Por qué dirías eso?” Shinano ladeó su cabeza.
“Pues, yo también me apunté a ese paseo, así que sería divertido,” dijo Shishiou. “Pero entiendo que no te sientas cómoda. Sé que recién te conoces con Shinano.”
“Sí, e-eso mismo…”
“Este Shinano es un poco confianzudo a veces, pero tiene las mejores intenciones, te lo aseguro,” comentó Syo, un poco frustrado. “Claro, no te sientas forzada.”
“Oh, ¿y cómo así estás viniendo también, Shishiou?” preguntó el pelirrojo. “Ehh, v-verdad, se me olvidó invitarte.”
“Descuida. Jiji me avisó así que seré un invitado en su casa,” Shishiou sonrió ampliamente. “Me llevo muy bien con él y me aseguraré de entretenerle. Tsurumaru también vendrá de paseo, así que me divertiré un montón.”
“¿Eh? ¿Tsurumaru también?” Yukko alzó una ceja. “Pensé que no se llevaba bien con el doctor.”
“Se lleva bien con todos nosotros, al menos,” contestó Shinano. “Oh, y Hotarumaru irá con sus hermanos, por si te animas.”
“…” de repente, los ojos de Mai se afilaron como los de un depredador, y se puso a pensar críticamente. “Tengo que ir también.”
“M-Mai…” Yukko dio un paso a un costado instintivamente.
“Asumo que si le ofreces un espacio a Hanasaki-chan, habrá uno para mí también,” observó la cuatro ojos.
“Ehh, o-o sea sí hay… pero…” Shinano negó y le miró con reproche. “Te invito si juras por tu propia vida y por el bienestar de Hotarumaru que no le tomarás el pelo a mis hermanos.”
“Ya veo…” Mai ajustó sus lentes y desvió su mirada. “Conseguiré otra invitación…”
“N-no me sorprende…” Yukko dio un suspiro.
“Qué viciosa que eres, Mai,” Syo rodó los ojos.
“¡Ohh, espero que sí puedas apuntarte, Mai-chan!” exclamó Natsuki, contento por la fortuna de sus amigos. “Les deseo de todo corazón un lindo paseo y que la pasen genial. Mándennos fotos cuando puedan~”
“Claro, y tendremos que organizar otro paseo entre nosotros, chicos,” dijo Shinano.
“Estoy seguro que Hibiki-senpai organizará al menos un paseo con todo el club de drama para el próximo semestre, de eso no te preocupes,” le aseguró Syo, animado. “Pese a ser tan loco, sabe cómo organizar eventos y actividades.”
“Sin duda, nos divertiremos un montón,” Natsuki asintió.
“Espero con muchas ansias el paseo a la playa, ya casi llega el día,” Shishiou llevó sus brazos a su nuca y miró al cielo esperanzado. “Y estoy feliz de poder compartirlo con ustedes.”
“Lo mismo digo,” Shinano asintió. “Ahora regresemos.”
“¡E-esperen!” Yukko se escandalizó. “¡T-todavía no he dicho que me apunto ni nada! ¡Ehhh!”
“Sí,” Mai asintió. “Niégate rotundamente y ahoga las ganas y esperanzas de vivir de todos los presentes. Está en tu derecho.”
“¡T-tampoco quiero hacer eso!”
“Vamos, Yukko, nos divertiremos un montón,” el chico juntó sus palmas. “Por favor. Prometo que te acomodaré como pueda, y Tsurumaru y Hotarumaru estarán ahí también. No tienes por qué intimidarte.”
“Uhh… está bien…” se resignó con gran pesar. Su amigo se veía tan animado que no quería matarle el entusiasmo.
“¡Bien! Te daré todos los detalles ni bien los tenga. También cubriré el transporte, no te preocupes,” Shinano se emocionó. “Me alegra mucho, Yukko. Me caes muy bien y sé que mis hermanitos gustarían mucho conocerte.”
“Ihh, no puedo creer que quieres pagarme un viaje tan genial… me siento desmerecedora…” se lamentó.
“No es nada, en verdad,” sonrió incómodo. “Mientras más, mejor. Ya le pregunté a Ichi-nii si podía invitarte y me dio el visto bueno. No estás incomodando ni nada.”
“La pasarás muy bien, todos son buenas personas,” le aseguró Shishiou. “Y si Mai consigue una invitación, estaremos todos juntos.”
“…” ella asintió. “No me subestimen.”
“E-está bien, gracias por la invitación y los ánimos…” Yukko asintió y sonrió un poco. “Iré acostumbrándome a la idea. En serio significa un montón para mí.”
“Me alegra oírlo.”

El grupo continuó bajando las escaleras en lo que el sol descendía. Todavía quedaba mucho más del verano que disfrutar y se asegurarían de hacerlo a lo grande.



Pasaron unas horas y llegó la noche. Roxas fue dirigido a una habitación tradicional muy amplia y vistosa, donde se estaría quedando, y la cual fue siempre su propio cuarto. Después de recibir las atenciones de unas cordiales mucamas y una cena de varios platillos llevados a su alcoba, el rubio pudo sucumbir a su cansancio y se recostó sobre su futón.

“Ahh, necesitaba esto…” dijo extenuado.
“¿Verdad que es una cama muy rica?” preguntó Urashima, quien le acompañaba junto con Horikawa. El Kotetsu menor estaba echado en el piso mientras miraba a su tortuga comer una hoja de lechuga. “Hehe, Kamekichi también tenía hambre, y en un instante todos estaremos profundamente dormidos~”
“Les agradezco por preparar una habitación para mí también,” dijo Horikawa, animado. “No pensé que tendría el honor de dormir aquí.”
“¿Qué cosas dices, Horikawa? Eres un gran amigo de todos nosotros y has venido una infinidad de veces aquí,” observó Urashima, confundido. “Siéntete como en casa.”
“Pues, es la primera vez que me hospedo en este edificio, a eso me refiero…”
“¿Ehh? ¿En serio?” se quedó en shock. “¡No puede ser! ¡¿Cómo no me he dado cuenta de eso?!”
“T-tranquilo, Urashima, no es que realmente importe,” le pidió Horikawa, levantando sus palmas.
“Uhh, pero sí eres muy cercano, Horikawa. Deberías tener tu propia habitación también.”
“No, imposible. Tienes muchos parientes que se merecen dicho espacio antes que yo.”
“Hmm, sí sería raro darte preferencia con tantos parientes, pero… hm, qué difícil…” se puso a pensar duramente. “Dudo que haya suficientes habitaciones aquí para todos…”
“Ya, no tienes que meditarlo tanto,” el pelinegro rió un poco. “Sólo estoy agradecido de estar cerca de ustedes en esta ocasión. No le demos más vueltas al asunto.”
“Hehe, es cierto, hay que disfrutar de este divertido viaje,” Urashima asintió un par de veces con alegría y miró a Roxas. “¡Roxas-niichan! ¿Qué te ha parecido la familia? ¿Y qué piensas de la casa? ¿Te sientes bien?”
“Eh, sí, todavía me resulta increíble, pero admito que ha sido una reunión más entretenida de lo que imaginé,” observó. “Me toca conocerlos a todos, aunque sí estoy agradecido por la acogida.”
“Me alegra mucho oírlo,” Urashima se animó. “Pero no te extrañes mucho, porque somos hermanos, ¡y la familia es lo más importante!”
“Es cierto, lo es,” asintió.
“Mañana nos toca visitar otras áreas del complejo de los Kotetsu. Vas a poder conocer mejor a otros familiares y almorzarás con ellos. En sí, eso es lo que nos espera los próximos días,” observó Horikawa, revisando una agenda de bolsillo. “Pero descuida, luego de las formalidades podremos reanudar tu entrenamiento y te mostraremos algunos atractivos de la zona.”
“Sí, lo esperaré, gracias,” Roxas se sintió un poco más cansado por oír ese relato de lo que le tocaba hacer, pero sí era necesario. Debía ponerse en contacto con la familia que le había acogido pese a la distancia de tantos años.

Entonces, los tres oyeron un par de voces discutir acercarse. Pudieron reconocerles de inmediato como los Kotetsu mayores, y finalmente oyeron la voz de Taroutachi pidiéndoles que dejaran de pelear, para entonces llamar a la puerta.

“Roxas, ¿podemos pasar?” pidió con una voz cadenciosa.
“Eh, sí,” Roxas se sentó sobre su futón, y vio a Horikawa ya frente a la puerta y abriéndola para los visitantes. En serio que aquel amigo era todo un mayordomo. Era casi intimidante.
“Buenas noches,” saludó Taroutachi, quien entró con los dos mayores. “Veo que se encuentran ya instalados. Les ruego que vayan a descansar cuanto antes. Mañana comenzamos temprano.”
“¡Sí, no te preocupes, papá!” exclamó Urashima, alegremente.
“De igual forma, Hachisuka tiene un anuncio que darles.”
“¿Eh? ¿Anuncio?” Nagasone se confundió, y vio a su menor dar un paso hacia delante y dirigirse a los otros tres.
“Este ha sido un día muy afortunado y dichoso para mí, por finalmente reencontrarme con Roxas, y por ver a mi querido Urashima,” observó el pelilila, con una amable sonrisa. Él se dirigió al primero. “Desde que nuestro padre me informó sobre tu hallazgo, deseé venir a verte, lo cual resultó imposible por mis deberes académicos. Sin embargo, he podido concretar lo que quedaba pendiente y estoy tramitando una transferencia para estudiar en Japón.”
“¿Transferencia?” preguntó Roxas, quien intercambió mirada con Urashima y Horikawa.
“Entonces, quiere decir que…” comenzó Horikawa.
“Estudiaré en Hanasaki junto a mis queridos hermanos menores, y viviremos juntos bajo el mismo techo,” declaró alegremente.

Hubo un corto silencio que resaltó la sorpresa en los presentes, el cual fue cortado por Urashima levantándose de inmediato y saltando para abrazar a su hermano.

“¡Qué geniales noticias, Hachisuka-niichan!” exclamó lleno de alegría. “¡Todos estaremos finalmente juntos!”
“Estoy tan feliz como tú, Urashima,” confesó el pelilila, conmovido.
“Esperen, ¿hablan en serio?” preguntó Nagasone, en shock.
“¿Qué?” como cambio radical, Hachisuka le miró de reojo, con frialdad. “¿Acaso tienes algo que decir para arruinar este momento? Es la pura verdad.”
“¿Qué tienes con esa actitud? Sólo expresaba mi sorpresa, hermano,” le reclamó.
“Sé que traes segundas intenciones.”
“Ya, hermanos, no se peleen, por favor,” les pidió Urashima. Este se soltó del abrazo, agarró una mano de cada uno de ellos y les sonrió radiantemente. “¡Es el momento de estar felices! ¡Hehe, vamos a vivir juntos y no puedo sentirme más feliz!”
“…” Hachisuka le miró con breve sorpresa, y pasó a sonreír. “Te ves especialmente contento, Urashima. No quiero arruinar tu felicidad.”
“Haremos lo posible por acomodarte, hermanito,” le aseguró Nagasone.
“Ahora tendremos que organizar las habitaciones,” observó Taroutachi, pensativo. “Hachisuka, tendrás que compartir habitación con uno de tus hermanos.”
“Es algo que no he tenido que hacer previamente, pero qué más da,” dio un suspiro. “Estaría contento de compartirla con Urashima.”
“Ehh, bueno, yo ya tengo un compañero de cuarto,” dijo el menor. “¡Pero Nagasone-niichan no tiene compañero aún!”
“Eh, pero…” este se incomodó y negó cansado. “Mala idea. Sé que no dejaríamos de discutir.”
“Para variar, estamos de acuerdo en algo,” Hachisuka se vio disgustado.
“Pero hermanos…” Urashima se desanimó.
“Ah, entonces puedo compartir espacio con Roxas,” ello hizo que el pelilila volviera a animarse. “Sí, será como compensar el tiempo perdido. Me encantaría aprovecharlo.”
“¿Conmigo?” Roxas ladeó su cabeza y notó las miradas de todos sobre él. No había forma de negarse, pese a que hubiera preferido mudarse con Nagasone o tal vez hacer que Kashuu conviviera con el pelilila en vez de Horikawa (pero podía imaginarse al par también soltar chispas entre ellos por algún motivo). Le tocaba confiar en lo que Horikawa le había dicho. “Ehh, es un poco sorprendente, pero está bien,” sonrió un poco. “Me gustaría…”
“Sí será provechoso para ambos,” Taroutachi asintió. “Hachisuka todavía tiene algunos trámites que atender, así que se mudaría con nosotros días antes de iniciar el próximo semestre. Tendremos alrededor de una semana para alistar su espacio.”
“Eres muy amable, padre.”
“No me lo agradezcas,” negó.

El señor Kotetsu y los tres mayores continuaron hablando sobre planes y organización al respecto, y Urashima regresó donde Roxas y Horikawa.

“¡¿No es genial?!” preguntó el pequeño, emocionado.
“Ehh, supongo, pero…” Roxas desvió su mirada.
“¿Qué sucede, Roxas-niichan?”
“Nada, es sólo que todavía no le conozco bien, y parece muy exigente.”
“Hm, un poco, seguramente esperará que mantengas un orden impecable, pero Hachisuka-niichan es una gran compañía,” le aseguró el hermanito.
“Si tú lo dices…”
“Sí tenemos que arreglar algunas cosas de la casa. Hachisuka-san también tiene gustos refinados y es más conservador de tradiciones. Puede que tengamos que implementar más artículos japoneses en la casa,” comentó Horikawa, mientras escribía en su agenda.
“¿Ya estás tomando notas?” preguntó Roxas, impresionado. “Sí que eres muy meticuloso.”
“Sólo son quehaceres. A veces es fácil olvidarse de cosas, por eso lo hago.”
“¿Y qué has escrito?” preguntó Urashima mientras bajaba la agenda para ver los contenidos.

Fue curioso para los hermanos leer una lista de quehaceres de limpieza y organización que terminaba con un deber muy particular: Prevenir que Osaka les llame kotatsu.

“…” Roxas sintió escalofríos. “V-verdad…”
“Ihh, cierto, Hachisuka-niichan podría molestarse…” se lamentó Urashima.
“Me pregunto si el señor Kotetsu nos podría ayudar con ese quehacer,” dijo Horikawa, meditativo. “A él sí le llama correctamente.”
“Si tan sólo la mente de mi prima fuera tan lógica…” Roxas dio un pesado suspiro.

Luego de aquel anuncio, los Kotetsu tendrían mucho que planear y preparar para darle la bienvenida al más reciente miembro de la casa en la ciudad, pero de momento les quedaba seguir atendiendo los asuntos de las vacaciones.


Mimi Tachikawa

Hola a todos!! vengo con fic compartido con Cho y Mery es la primera parte asi que esperamos que les guste <3 <3


Era temprano en una mañana de verano en medio de las vacaciones. El camino entre las universidades de Rizembool y Hanasaki se encontraba despejado y solitario, y sólo un par de chicos caminaban desde el primer punto al segundo en medio del sol incandescente.

“Uhh…” Ritsu soltó un torturado alarido en plena marcha. “El sol… el esfuerzo físico… no sé si duraré…”

“Y luego me dices que estás animado por el paseo que tendremos, sí claro,” se quejó Izumi, quien llevaba un parasol negro, el cual proveía de suficiente sombra para los dos.

“Pues sí lo estoy, Secchan,” el pelinegro negó ofuscado. “¿Cuándo fue la última vez que hicimos algo como Knights? Hasta las más raras ocurrencias de Ou-sama se echan de menos de vez en cuando.”

“Será, pero pronto te arrepentirás de las añoranzas, estoy seguro,” pese a decir eso, Izumi desvió su mirada y se mantuvo meditativo e incómodo.

“Fufufu, digas lo que digas, tu rostro tiene escrito por todos lados que sí le has echado de menos~” canturreó Ritsu, con una sonrisa pícara.

“¿Qué dices? Será nuestro tonto Ou-sama, pero más bien tendría mucho que recriminarle. Es un descuidado y para perdido en las nubes,” Izumi negó frustrado. “Tsk, y ahora, luego de nuestro último encuentro, no tuvo mejor idea que invitarme a un paseo en la playa. Se nota que no toma mi rol como Rebel seriamente.”

“No sería el único,” se encogió de hombros. “Secchan siempre será un petizo gracioso y exasperante a la vez. Por más Rebel que seas, no te tendría miedo.”

“Deberías dejar de probar mi paciencia, Kuma-kun,” recalcó entrecerrando sus ojos. “A diferencia de los demás, yo no me contengo a darte un merecido golpe, ¿o lo has olvidado?”

“Soy un vampiro en plena luz del día. La paciencia es obligatoria,” observó con leve debilidad, y dio un bostezo. “Uhh… ya no puedo esperar a subir a un auto. Necesito sombra y aire condicionado, por favor…”

“Si tanto querían invitarnos, nos habrían pasado a recoger a Rizembool,” Izumi negó. “Tan especiales como siempre.”

“Los Knights somos todos especiales, Secchan, ¿y hubieras preferido tener a Ou-sama de pasada en Rizembool incluso si es sólo para recogernos?”

“Pues, no puedo negar eso, es cierto,” dio un pesado suspiro. “Ya, en fin, sólo espero que no te combustiones espontáneamente cuando entres en contacto con la arena. Y también…” le miró de reojo, con desconfianza. “Kazanari no está invitada, ¿verdad?”

“Ya te dije que pregunté varias veces para cerciorarme,” dijo Ritsu cansado y algo fastidiado. “Deja de insistir, Secchan. Es obvio que los dos no pueden coexistir en un mismo ambiente,” miró al camino. “Ou-sama planeará algo con ella más adelante, supongo…”

“…” Izumi no se vio convencido. Si bien no podía leer a Ritsu con facilidad, estaba casi seguro que le había mentido.

Podía imaginar a los demás queriendo amistarlos y comprometerles a ese viaje entre todos. En cualquier caso, si la HiME iba a estar presente, no tendría problemas dándose media vuelta y abandonando el viaje.

“Pero ya, no te pongas callado y sombrío, Secchan,” Ritsu negó y le sonrió amenamente. “A diferencia de mí, tú no vives en Rizembool, pero tan ocupado andas con tus análisis de laboratorio que casi no miras el sol. A mí me hará daño, aunque podrías aprovecharlo.”

“Tampoco soy de climas cálidos, pero puedo usar un poco de distracción…” desvió su mirada, todavía no esperando con certeza ser parte de ese viaje.

“Y también gracias por andar trayendo ese parasol para resguardarme de la luz. Se nota que eres y siempre serás la madre de los Knights~”

“Tsk, qué fastidioso eres,” dijo con molestia. “Lo traje por mí, sé lo dañinos que son los rayos ultravioleta. Siéntete afortunado de que sea lo suficientemente amplio para los dos.”

“Hai, hai, como digas~”


Camino al lugar del encuentro se encontraba Arashi Narukami jalando a otra persona que estaba haciendo berrinche,y con su mano libre llevaba una sombrilla para el sol ya que el verano era inclemente en estas fecha e ir de paseo a la playa habia sido una excelente idea para aplacar el calor

Ousama deja de seguir haciendo berrinche y camina como gente decente...-

Pero...Vita-tan...yo que voy todo feliz a pasar el tiempo con mi querida hermanita, ella solo me pregunta por Sena y ni caso me hace....yo que tanto la amooo....Vita-tan!!!-

Vita-chan es igual de especial a ti asi que no te pongas de esa manera ...-

Sena aprovecho mi ausencia y se gano el corazon de mi Vita-tan pero ahora que lo vea lo voy a regañar y que me ayude a ver como le hago para volver a estar con ella-

Ya lo haras cuando regresemos de nuestro paseo...ahora no estas feliz de que vas a tener a todos tus Knights contigo?? hasta el novato de Tsukasa-chan? debemos de agradecerle a Maria-chan por hacer esto posible...-

Maria siempre ha sido asi de considerada por eso es una de mis preciadas amigas aparte de ustedes...-mientras seguia siendo jalado pero se movia de un lado a otro- será muy divertido poder interactuar con todos despues de tanto tiempo...-

Ahora el problema sera con Tsubasa-chan e Izumi-chan...pero bueno contamos con Ritsu-chan para que este problema se solucione en esta reunion-

Sena y Tsubasa-chan...- sonrio suavemente- espero que se lleven bien en este viaje, en realidad deseo tener mas tiempos como este que tendre con ustedes...-

Lo se Ousama por eso todos hemos hecho lo posible para reunirnos....-

Oi!! Narukami-senpai!!...-

Ara??...-mirando sorprendido a un conocido pelirojo-Pero que tenemos aqui ...Izara-kun?

Ustedes tambien eran al paseo no es cierto??...-

Tu eres el amigo favorito de Ritsu!!...- el pelinaranja se levanto y observo a Mao de arriba hacia abajo- eres un chico interesante –

Ya me conoces desde hace tiempo Tsukinaga-senpai- se rasco la cabeza- pero bueno Ritsu me conto que sueles olvidar el rostro de las personas...-

Asi que tambien fuiste invitado Izara-kun...tal como me lo imaginada de Maria-chan lo tenia todo calculado...y debo de suponer que Ritsu-chan no sabe nada de esto no??-

No lo sabe...es una sorpresa...como no tenia nada que hacer acepte acompañarlos para poder hacerle compañia a Ritsu estoy seguro que en cualquier momento del paseo se va a aburrir y va a querer dormir sobre alguien y para no causarle molestia a nadie prefiero ser yo...-

Que considerado eres...- le dijo el rubio apretandole el cachete-

auch eso duele...-

Yo tambien quiero yo tambien quiero que me cuiden...-dijo el lider de los Knights-ya se...se lo pedire a Sena o a Tsubasa-chan...-

El rubio observo su reloj-Bueno sigamos caminando que tenemos que reunirnos con todos a tiempo-

Aún era temprano, Tsukasa Suou desvió la vista de su celular para admirar las calles a través de las lunas polarizadas de su transporte privado. El camino a Hanasaki era corto, pero no podía ignorar las reglas de su familia y no quería hacer esperar a sus amistades.

"Maria-neesama aseguró que no me vería en la necesidad de estar al pendiente del leader, pero..." Tsukasa suspiró con cierto pesar.

Esa afirmación representaba tanto un alivio como una preocupación, puesto que implicaba que los responsables de ese trabajo serían Tsubasa e Izumi... y el recuerdo que tenía de la última interacción entre ellos dos no era muy alentador.

Muchos años habían pasado desde la disolución de Knights y Tsukasa en verdad deseaba que aquella reunión fuese el primer paso en la dirección correcta para unirlos nuevamente. Maria tenía la misma resolución y él confiaba ciegamente en las decisiones que la joven tomaba.

Aún tenía dudas por resolver con respecto al pasado y sentía que estaba en deuda con sus compañeros por no haber sido de ayuda en el momento más crítico, pero resolvería una cosa a la vez. Este paseo era su prioridad inmediata y el éxito de éste sería clave para tomar futuras acciones.

"Estamos a punto de llegar, joven Suou." Anunció el chofer sacándolo de sus pensamientos.
"Excellent." Respondió Tsukasa con una sonrisa. "Gracias."


Después de una caminata bajo el sol, Ritsu e Izumi llegaron a la entrada vehicular de Hanasaki, donde se refugiaron bajo un techo en espera de los demás para iniciar el viaje. Fueron los primeros en llegar, pero Arashi y Leo no tardaron en darles el alcance.

“Ara~ qué alegría verlos, chicos~” canturreó el rubio, maravillado y juntando sus palmas. “Hmhm~ el paseo está comenzando de muy buena manera~”

“¡Sí, sí, ha sido toda una vida!” exclamó Leo, quien miró de cerca al otro par. “Hmm, ¿me parece o se han cortado el cabello?”

“¿Qué estás diciendo, tonto Ou-sama?” preguntó Izumi, entrecerrando sus ojos. “Nos conoces con estos looks desde hace años.”

“Fufu, pero era casi obligatorio oírle decir algo tan bizarro, ¿no es así?” preguntó Ritsu, sonriendo con ironía.

“Uhh, no es para que te lo tomes a mal, Sena,” Leo negó y pasó a sonreír y exclamar con energías. “¡Hahaha! ¡Es que es importante mencionar cambios en caso de que algún día vayan a suceder! ¡No es bueno dejar a la gente en el aire!
¡Por algo soy un genio, hahaha!”

“Por más que no seas capaz de ver esos cambios tú mismo, lo comprendo,” Ritsu se encogió de hombros.

“Buu, no es justo, Ou-sama,” reclamó Arashi con un tono de reproche. “Y yo que me recorté las puntas ayer en espera de este paseo y no me dijiste nada.”

“Eres tú quien no debería tomárselo a mal, okama,” se quejó Izumi. “Ou-sama es tan descerebrado como siempre, y quizás apenas te cortaste un par de milímetros…”

“Pero sigue siendo significante, Izumi-chan…”

“Soy el estratega de Knights con buena razón. Es importante no dejar las tácticas al aire,” observó el pelinegro.

“Hmm, es cierto que debí habértelo mencionado,” Leo se puso a pensar duramente. “¡No me queda más que admitir mi error, pero te lo recompensaré, Naru-kun! ¡Te compondré una canción en este paseo, lo juro!”

“Ara~ admito que eso me da mucha nostalgia, hmhm~” Arashi sonrió y rió por lo bajo.

“¿Y bien? ¿A quiénes más esperamos?” preguntó Izumi, impaciente.

“¿Hm?” Ritsu se confundió al ver a un pelirrojo llegar rápidamente donde ellos. “¿Maa-kun? ¿Qué está haciendo aquí?”

“Tu amigo se nos va a sumar al viaje, ¿a que no es genial?” preguntó Leo, sonriente.

“Ahh, siento la tardanza,” dijo Mao, quien tomó un poco de aire. “Me desvié para comprar unos jugos en una máquina cercana. Debes estar con sed, Ritsu.”

“Sí lo estoy…” Ritsu ladeó su cabeza y pasó a mirar al pelirrojo con desconfianza. ‘En serio, ¿qué haces aquí, Maa-kun?”

“¿Qué hay con esa actitud, Ritsu?” preguntó su amigo, alzando una ceja. “Maria me invitó y no confío mucho en ti si vas a ir a la playa. Podría caerte mal.”

“Pues es cierto que ahora tengo más probabilidades de sobrevivir si me vas a cuidar…” se puso a pensar. “Pero espero que Ou-sama no te haya reclutado para unirte a Knights a mis espaldas o algo por el estilo. No quiero que me saquen la vuelta, ¿entendido?”

“¿Qué estás diciendo?” Mao se extrañó e incomodó.

“En serio, ¿qué quieres decir?” preguntó Izumi, confundido. “Ni que nuestro tonto líder pudiera hacer algo así.”

“¡Oigan, no me tachen! ¡Yo puedo sacarle la vuelta a lo que sea! ¡Soy un genio!” declaró Leo con cierta justicia en su voz.

“En verdad, ¿qué cosas dicen?” Arashi dio un suspiro, frustrado.

“Ahh…” Mao se desanimó y desvió su mirada. “Si tantas molestias les causo no sé por qué me apunté.”

“Ya entendí, no te desanimes, Maa-kun,” Ritsu negó y sonrió un poco. “Sí es agradable tenerte aquí, Maa-kun, y has hecho bien trayendo jugos para el viaje. Te doy mi aprobación, pero no me descuides o me evaporaré con el sol, ¿de
acuerdo?”

“Incluso con tu condición, eso sería imposible,” el pelirrojo se confundió.

“Fufufu~ Ritsu-chan sólo quiere afirmar que tiene toda tu atención~” canturreó Arashi.

“Hmph, no diré que ando contento de ver a no-Knights en este paseo, pero tampoco depende de mí,” Izumi resopló y desvió su mirada. “En fin, que Ou-sama te pregunte si te has cortado el cabello y acabemos con las introducciones.”

“Uhh, sería más difícil de notarlo de una persona que no veo tanto, Sena,” se quejó Leo.

“Ni que lo hayas notado con nosotros, Ou-sama,” Ritsu se encogió de hombros y rodó los ojos.

“¿De qué hablan ustedes?” preguntó Mao, mareado.

“Hmhm~ sólo sígueles el juego,” Arashi se vio entretenido. Justo en aquel instante, vieron una limosina entrar a ese amplio estacionamiento y acercarse.

“¿Esa será Maria?” preguntó Ritsu.

“No se me hace conocida la limosina…” Leo lo meditó y rápidamente se animó. “¡Ahh, es de nuestro noob Knights! ¡Verdad que también vendrá con nosotros!”

“Hm, Kasa-kun, ya veo,” Izumi se mostró inmutado. “No sabía que seguía con vida.”

“Uhh, esa es una forma cruel de preguntarte por él, Izumi-chan,” se lamentó Arashi. “Y eso que nuestro kouhai nos mira con admiración y desea ser mayor parte de nosotros.”

“Ehm, ese es el chico que se unió a ustedes poco antes de su separación, ¿verdad?” preguntó Mao a Ritsu.

“Sí, Suu-chan no llegó a participar mucho con nosotros, pero Ou-sama lo nombró Knights antes de aquel innombrable evento, así que le reconoceré como tal,” contestó encogiéndose de hombros, y pasó a reír un poco. “Fufu, pero me compadezco por él. Secchan es su senpai tiránico, Nacchan le trata como un bebé, a mí me gusta tomarle el pelo y Ou-sama ya le habrá lanzado algún pastel en la cara. Le esperan unos traumas psicológicos si quiere ser parte de nuestro círculo~”

“¡Ritsu, te prohibo que hables así de Knights!” declaró Leo apuntándole acusatoriamente. “¡Y simplemente no puedes probar que yo efectivamente le lancé un pastel en la cara! ¡Es imposible!”

“¿Heh? ¿Entonces no estás sonando sospechoso ahora, Ou-sama?” Ritsu se cruzó de brazos y ensanchó su sonrisa.

“Suena a que tenemos un poco de chisme que cazar en este viaje~” observó Arashi, intrigado.

“Ahh, sólo demuestra lo disfuncionales que somos,” Izumi negó repetidamente.

“Uhh…” Mao dio un pesado suspiro y sintió un tic en la ceja. Comenzaba a sentir que le costaría mantener su propia cordura en el viaje.


Mientras tanto, la limosina se estacionó con cuidado y en seguida el chófer salió del vehículo para abrir la puerta a su único pasajero.

"Que tenga un maravilloso día, joven Suou." Dijo el hombre haciendo una reverencia.

Tsukasa asintió y le agradeció por sus servicios antes de que se retirara del estacionamiento, fue entonces que vio a un grupo de personas acercarse en su dirección.

A Tsukasa no le fue difícil reconocerlos y con alivio notó que había llegado antes que Maria y Tsubasa, lo cual significaba que todo seguía conforme a lo acordado.

El pelirrojo no pudo evitar sonreír a sus antiguos compañeros y alzó una mano como saludo mientras caminaba hacia ellos. Como esperaba, el primero en llegar hasta él fue Arashi Narukami, el más efusivo con sus muestras de cariño en el grupo.

"¡Tsukasa-chan!" Arashi no tardó en proporcionarle un afectuoso abrazo que por un segundo dejó al menor sin aire. "¡Qué gusto verte, ha pasado tanto tiempo!"

A pesar de que la acción lo había tomado desprevenido, el gesto era bienvenido y Tsukasa correspondió, aunque siendo más discreto.

"Comparto el sentimiento, Narukami-senpai, me alegra encontrarlos nuevamente."

Arashi se separó un poco de él sujetando sus brazos para dedicarle una brillante sonrisa.

"Tenemos tanto de qué ponernos al día y veo que has crecido mucho." Declaró el rubio alegremente. Tsukasa sonrió y quiso señalar que, de hecho, Arashi también había crecido, pero éste fue más rápido al hablar. "¡Oh, pero aún posees un aire infantil en tu rostro!"

Sin aviso, Arashi le sujetó ambas mejillas con sus manos y las apretó enérgicamente.

El mayor rió encantado. "Ara~ siguen siendo suaves. ¡Qué nostálgico!"

"Ouch, ¡Na-Narukami-senpai...!" Se quejó el pelirrojo sintiendo que el rubor empezaba a colorearle la cara.

"Nacchan, no lo atormentes tan pronto."

Tsukasa reconoció a Ritsu Sakuma por aquella voz que casi siempre parecía cansada. El pelinegro estaba ya junto a ellos y Arashi soltó una de sus mejillas al oírlo.

"Aww~" Resopló el rubio.

"Gracias, Ritsu-senpai, es bueno ver—" Tsukasa se detuvo en el momento en que Ritsu hundió su dedo índice en la mejilla que apenas se había liberado.

"Fufu, cierto, es suave."

Arashi rió con nuevos ánimos. "¿Verdad que sí~?"

Tsukasa suspiró cerrando los ojos brevemente. Algunas cosas no cambiaban.

"¿Eh? ¿Qué hacen? ¡Yo también quiero intentarlo!" Exclamó Leo asomándose tras Ritsu.

"No, tú no, Ou-sama." Habló esta vez Izumi. "Muestra algo de decoro."

"¡Pero, Sena, hace muuucho que no vemos al novato!" Izumi rodó los ojos. "Eso no lo justifica."

Una vez que Arashi y Ritsu lo dejaron moverse libremente, Tsukasa observó mejor tanto a Izumi como a Leo. El primero seguía teniendo aquel característico aire de superioridad que recordaba y Leo se veía tan vivaz como siempre.

"Sena-senpai, leader." Tsukasa les dirigió una reverencia cordial y sonrió. "Es un placer verlos de nuevo."

"Espero que en nuestra ausencia no hayas abusado de los dulces más de lo que solías hacer, Kasa-kun." Observó Izumi.
Tsukasa trató de ocultar la sorpresa -y la culpa- tosiendo discretamente. "Por supuesto que no."

"Hm, ¿seguro?" Izumi alzó una ceja y, si no hubiese sido porque aún sujetaba su sombrilla, seguro se hubiese cruzado de brazos en ese momento.

"Por completo." Contestó el menor sonriendo nerviosamente.

"Ojalá."

"¡Qué duro, Sena!" Rió Leo fuertemente. "Han pasado tantos años, ¡sonríe un poco!"

Izumi meneó la cabeza, aún igual de impasible. Tsukasa aprovechó la oportunidad para dirigirse a Leo.

"Por cierto, leader, no ha sido hace tanto desde la última vez que nos vinos."

Leo asumió de inmediato una posición pensativa. "Uhmm, ¿es así? No lo recuerdo."

Tsukasa suspiró. "Sí, en Londres, Leader, junto a Maria-neesama."

"¡Ohhhh!" Leo asintió varias veces, dándole la razón. "Claro, claro, Londres. ¡Fueron días llenos de experiencias memorables!"

El pelirrojo estuvo a punto de suspirar, otra vez, pero se detuvo al ver a alguien más con ellos a quien no identificaba.

"¿De quién se trata?"

Mao sintió la atención en él y dio un par de pasos para incorporarse al grupo. "No quería interrumpir su reencuentro." Explicó el otro pelirrojo. "No hemos tenido oportunidad de presentarnos antes."

Arashi intercedió con una sonrisa. "Tsukasa-chan, él es Mao Izara-kun, Maria-chan también lo invitó al paseo de hoy."

Tsukasa asintió e hizo una breve reverencia. "Yo soy Tsukasa Suou, un placer."

"Igualmente." Sonrió Mao.

"Ahora que lo pienso, creo haber escuchado antes ese nombre..." Dijo Tsukasa en voz baja, tratando de recordar pequeñas conversaciones de años atrás.

"¡Es amigo de Ritsu!" Declaró Leo.

"Así es, Suu-chan." Confirmó Ritsu, colocándose junto a Mao y sujetando el brazo con el que éste sostenía su sombrilla, inclinándola un poco hacia sí mismo para protegerse del sol. "Maa-kun es alguien cercano a mí. Si te metes con él es como si te metieras conmigo, no lo olvides~"

"Oi, Ritsu..." Se quejó Mao.

Tsukasa asintió sin titubear. "Ahora recuerdo, lo tendré presente, Ritsu-senpai."

"Buen chico~"

Arashi juntó sus manos en una palmada y sonrió entusiasmado. "Entonces ya estamos todos, ¿no?"

"Sólo falta que llegue Maria." Izumi resopló. "Espero que no nos haga esperar demasiado en este calor."


Y llegó el dia del paseo con los miembros de Knights, Tsubasa como siempre se había levantado temprano para entrenar antes de irse, además de atender a Rei que ya se encontraba en la mansión, cuando toco la puerta para despertar al dueño de casa, se sorprendio que la puerta estuviese abierta

Puedes entrar Tsubasa…te he estado esperando…-

Sakuma-senpai, buenos días…-haciendo una reverencia, grande fue su sorpresa al ver que Yamanbagiri estaba al lado del pelinegro, como siempre con los brazos cruzados y mirada seria-Yamanbagiri-kun???

Tengo entendido mi querida Tsubasa que hoy tienes un paseo con tus antiguos compañeros no? Pues para tener cuidado de que suceda algo con Yuuto que esta tras tus pasos, decidi llamar a Yamanbagiri-kun para que cuidara de ti, ya que a mi me hubiese encantado ir al paseo porque mi querido Ritsu irá también, pero se que si voy incomodare a mi querido hermanito he decidido que Yamanbagiri-kun vaya por mi, no creo que te moleste no?
Y antes que digas algo no iras con Lucario, él se quedará conmigo-

Yo…-la peliazul no dijo nada más y asintió con la cabeza- pero estas deacuerdo en esto?-observando al rubio-

Mi misión el protegerte y entrenarte, asi que iré contigo de todas maneras, quise comunicarme con Midare, pero me dijo que tenia que salir a un paseo, asi que solamente iré yo

Esta bien…-dijo con una suave sonrisa- confio en ti…pero entonces quien se va a quedar a cuidarlo?

No te preocupes pequeña niña…mis niños de Undead vendrán a cuidarme, asi que estare en muy buenas manos –

Entonces me podré ir tranquila….-

Asi que mejor anda a la entrada de la mansión porque Maria te esta esperando….-

Que?? Tan temprano…aunque afortunadamente tengo todo en orden…-

Entonces pasamos a retirarnos…-el rubio encapuchado no tenia nada para llegar y solo se encargo de seguir a la joven mientras ella hacia una reverencia para luego retirarse, despedirse de Lucario y luego salir junto a Yamanbagiri para encontrarse con Maria-

Cuando salieron vieron a la joven con una super camioneta sprinter para 20 pasajeros, ella estaba conduciendo, bajo de la camioneta para coger la bolsa de Tsubasa y saludarlos a ambos

Te dije que no llevaras nada porque todo lo tenemos en el resort, tanto tienda de ropas gratis, utensilios personales, en fin todo, asi que para la próxima me haces caso deacuerdo?

La peliazul asintió –

Y tu debes de ser Yamanbagiri-kun…mucho gusto, ya Rei-kun me hablo mucho de ti y ya tengo tu habitación adecuada a tus necesidades, aunque no creo que haya problema, igual te agradesco que cuides de mi querida amiga…-

El rubio asintió con un movimiento en la cabeza- Es un placer…-

Parecen hermanos porque tienen la misma expresión…-rio la pelirosa divertida-

Los dos jóvenes tenían una gota en la cabeza Bueno ya suban que tenemos que encontrarnos con los demás…
Deacuerdo…!

Ya dentro de la camioneta Tsubasa se encontraba dormitando, al igual que el rubio, mientras que Maria empezaba a taradear una canción
Seguro que debieron ser unos días cansados Tsubasa…menos mal que tendremos un par de días para que todos se diviertan…

Uhmm…Maria-san…estas segura que Izumi-kun no vendrá al paseo verdad? No quisiera que todos se incomodaran porque no nos llevamos bien…-

No te preocupes…tu sabes como es Izumi, se negó rotundamente porque dijo que no le daba la gana-

Ya veo…seguro que Ousama debe de estar decepcionado-

Para nada…esta todo tranquilo tu sabes como es él cuando se concentra en su mundo, es difícil de sacarlo, la persona que si va a venir porque quiero que el pequeño Ritsu este contento, es Mao Isara, logré comunicarme con él y acepto sin chistar porque como había regresado de viaje tenia ganas de pasar tiempo con Ritsu-

Isara-kun siempre ha sido como la persona especial de Ritsu-kun porque siempre lo ha acompañado en sus peores momentos…me alegro que nos acompañe-

Afortundamente no me tomo mucho tiempo en dejar todo listo y las habitaciones, comida y ambientes están preparados para nuestra llegada….estoy segura que todos estarán mas que satisfechos

Muchas gracias por tomarte todas estas molestias por nosotros Maria-san…-

No tienes porque agradecerme nada…-viendo el lugar de llegada-parece que ya están todos aquí, hace mucho calor, menos mal que estamos en un lugar con aire acondicionado-

La enorme camioneta se estaciono cerca de donde estaban los demás, la primera en bajar fue Maria

Me alegra que todos hayan llegado a tiempo...-sonriendo ampliamente- ha pasado mucho tiempo….gracias por aceptar mi invitación

Maria!!!!- Leo ondeo las manos saludándola alegremente-

Maria-chan!! Ha pasado mucho tiempo- canturreo alegremente Arashi mientras se acercaba a la pelirosa y le abrazaba con cariño-como siempre tan joven y bella-

Lo mismo digo de ti Naru-chan…-

Marichan…-hablo Ritsu con voz aletargada mientras bostezaba- tienes todo lo que me dijiste no?-

Claro que si Ritsu-kun…no te preocupes…te gusto mi sorpresa…-

Si…gracias por invitar a mi Ma-kun…-

Ritsu por favor…-dijo Mao sonrojado-

Como siempre tan ostentosa en presumir tu riqueza Maria…- suspiro pesadamente Izumi-

Y tu como siempre tan “alegre” Izumi-kun…-

Maria-neesama…-

Querido Suou….- acariciándole la cabeza-

Ahora si nos podemos ir??...-dijo visiblemente molesto Izumi-

Bueno…es que falta que saluden dos personas mas…-dijo Maria sonriendo maliciosamente y observo a Ritsu que asintió-Pueden bajar!!

El primero que bajo fue Yamanbagiri que hizo una reverencia y se regreso a la camioneta y la siguiente en bajar fue Tsubasa, todos menos Ritsu se sorprendieron, Izumi andaba con una vena en la cabeza de la cólera que tenia, había sido engañado por Ritsu y los demás

Tsubasa también se quedo de piedra al ver a Izumi y quería que la tierra se la tragara porque era una situación incomoda

Tsubasa-chan!!!!-Leo volvió a ondear la mano- mira mira Sena!!

Tsubasa-chan también vino…que felicidad tengo a todos mis Knights juntos- canturreo alegremente-

Ambos se miraron y tenían miradas de pocos amigos, después de la ultima vez que se vieron y que se querían matar literalmente, ambos tenían ganas de largarse de ahí y pegarles a todos un buen puñetazo por mentirosos.

“E-esperen, ¿qué está ocurriendo aquí?” reclamó Tsubasa. Ella miró a todos, quienes en su mayoría desviaron sus miradas. Izumi le observó con gran molestia, mientras que Leo se confundió.
“¿Por qué tienes esa reacción, Tsubasa-chan?” le preguntó y sonrió ampliamente. “¡Más bien deberías alegrarte! ¡Estamos yendo a un paseo todos juntos como los Knights que somos! ¡No existe nada más importante que eso para mí!”
“Pero Ou-sama, piensa un poco, por favor.”
“Tsk, ya veo que no fui sólo yo el engañado, aún así,” Izumi resopló. “Tremendo fastidio, pero no puedo decir que me sorprende del todo. Son unos tontos idealistas.”
“Ara~ pero espera un poco, Izumi-chan~” le pidió Arashi.
“No, ya venía con la idea de deserción en mente si querían darme sermones o lo que sea, y estoy convencido que son partidarios de la tonta HiME, así que me iré.”
“Sena-senpai, un momento por favor,” se adelantó Tsukasa, un tanto nervioso y meditativo. “Ha sido mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, y anhelaba poder conectar con todos ustedes.”
“Pues una lástima, aunque es cierto que Knights se ha desintegrado. A estas alturas sólo quedan las añoranzas,” se quejó el peligris, con frialdad. “Ahora no me hagan perder más tiempo.”
“¡Sena, no deberías irte! ¡Estoy seguro que Maria tiene todo listo para ti en el viaje!”
“No me importa.”
“T-tampoco puedo decir que estoy contenta con esa sorpresa, Ou-sama…” Tsubasa desvió su mirada, inconforme.
“…” Maria observaba la discusión frente a ella expectativa en lo que Arashi y Tsukasa volvían a intentar calmar las aguas, y notó que Ritsu le hizo una señal para que se acercara a él, lo cual de inmediato hizo.
“¡Ya, ya, no me fastidien más!” reclamó Izumi, impaciente. “¡Tremendas molestias que son!”
“¡Deberías escuchar razones! ¡Somos amigos mucho antes que lo demás, Sena!” le recordó Leo, levantando un índice.
“No hables como si fueras el ser más lógico de la faz de la tierra, Ou-sama. Me voy.”
“¡Espera un momento!” para variar, Mao se metió en su camino. “Sé por Ritsu el dilema que tuvieron hace cinco años, y si bien no me corresponde, deberían al menos ser capaces de hacer una tregua en nombre de los demás.”
“…” Tsubasa desvió su mirada. “Lo sé, pero…”
“Pensaba que al menos tú tenías medio cerebro,” Izumi le miró desde arriba. “¿Qué te hace apoyar el engaño de parte de Kuma-kun? No te vengas con esas idioteces de amistad.”
“Créeme que espero que Ritsu también nos dé explicaciones,” Mao dio un suspiro cansado. “Pero si hay problemas dentro de un equipo, esos deben hablarse y sacarse a la luz para repararlos. Es así como Trickstar se ha mantenido íntegro y saludable, y ustedes deberían velar por lo mismo.”
“Altanero,” Izumi chasqueó sus dedos en su frente. “Pues nosotros somos Knights, así que no te creas con la autoridad de meterte ni actúes como si supieras de nosotros, extranjero. Además ahora soy un Rebel. Tus tontas ideas no se aplican a alguien como yo.”
“¿Eres un Rebel? ¿En serio?” Mao se quedó en shock.
“Fin de la discusión,” Izumi procedió a abrirse camino.

Sin embargo, se había quedado el tiempo suficiente para que se concretara la última fase del plan de vacaciones. Repentinamente, Ritsu agarró de sorpresa a Izumi y le puso un collarín sofisticado en el cuello. Al mismo tiempo, Maria se abalanzó sobre Tsubasa e hizo exactamente lo mismo.

“¿Eh? ¿Qué es esto?” preguntó Izumi mientras palpaba y jalaba ese collarín, pero este estaba hecho de un material macizo y pesado que no iba a ceder. El Rebel pasó a impacientarse. “¡Kuma-kun, ¿qué demonios es esta cosa?!”
“Fufufu, misión cumplida~” canturreó el pelinegro con una sonrisa gatuna.
“¿A qué te refieres, Ritsu-senpai?” preguntó Tsukasa, mareado. De lo que recordaba del chico, temía algo un tanto siniestro de dichos collarines. “Siento que tramas algo oscuro…”
“Sí, pero no quedó de otra. ¿Acaso no oíste lo cerrados y necios que este par de HiME y Rebel todopoderosos sonaron?” se encogió de hombros. “No es mi culpa.”
“Ehm, ¿culpa de qué, Ritsu-chan?” Arashi se confundió y llevó una mano a su mejilla. “Ahh, me encuentro tan preocupado que mi rostro se llenará de arrugas…”
“Por favor, dinos qué son estos collarines que has traído,” dijo Tsubasa mientras intentaba de quitarse el suyo.
“No me hagas perder el tiempo. Veré cómo lo rompo,” Izumi se dio media vuelta. “Adiós.”
“Oh, quédate, todavía no lo explico, Secchan,” dijo Ritsu.
“No me importa…” dijo en voz alta mientras caminaba.
“Pero Secchan…” de repente, la voz del pelinegro se tornó cadenciosa y profunda. “Si decides irte… tendré que freírte el cerebro ahora mismo…”
“¿Q-qué?” este se confundió enormemente.
“¿Cómo que freír el cerebro?” preguntó Tsubasa, visiblemente asustada, e intentó ver cómo quitarse el collar con mayor urgencia.
“Fufufu~” Ritsu sonrió impecablemente. “Hace unos días, Mari-chan me dio la imposible misión de que fuéramos de vacaciones, así que, por mi muy conveniente acceso a una zona restringida de Rizembool, tomé prestado estos lindos collarines negros y sci-fi que lucen en sus cuellos. En realidad, esos son grilletes utilizados en orphans para mantenerlos bajo control, así que son a prueba de todo.”
“¿B-bromeas, cierto?” Mao sintió un tic en el párpado.
“Todos ustedes son mis más queridos y especiales amigos, Maa-kun,” dijo Ritsu, con toda calma. “¿Por qué crees que les mentiría así?”
“¡¿E-entonces…?!”
“¡Ay, no, esta no es la forma en la que quiero ir a pasear con ustedes!” exclamó Arashi, consternado.
“¡P-pero no puede ser!” Tsukasa abrió sus ojos como platos. “¿Cómo grilletes así podrían controlar a alguien?”
“Están electrizados,” dijo Maria, inmutada.
“¡¿E-electrizados?!” el pelirrojo se quedó en shock. “¡Pero eso es inhumano! ¡Maria-neesama, ¿cómo así tomaron esa decisión?!”
“Lo conversamos extensivamente, pero consideramos que no tuvimos opción,” explicó. “Estuvimos decididos a hacer este viaje de todos, y es la única forma.”
“¿H-hablan en serio?” preguntó Leo, sorprendido.
“Sí, sólo cumplo con mi función, Ou-sama,” dijo Ritsu, manteniendo su amena sonrisa. “Tú mismo fuiste quien me nombró el estratega de Knights, así que esta fue mi jugada maestra, y me siento bastante orgulloso de ella, siendo sinceros. No soy más que tu fiel servidor.”
“Tsk, no te hagas,” Izumi le miró con odio. “Puedo ver el placer en tu rostro por vernos miserables.”
“Fufufu, estabas tan convencido de tus intenciones de irte si algo no te parecía bien, en caso fuera a jugarte una mala pasada, pero nunca pensaste que venir hasta aquí fue una trampa, Secchan,” comentó Ritsu. “Como bien dije, si tú o Kacchan nos dan la contra a este pacífico paseo e intentan irse, no tendré otra opción que activar sus collarines para que reciban un poderoso shock. Pero eso sí, recuerden que son instrumentos para orphans, así que pórtense o recibirán mucho daño.”
“N-no tienes que hacer eso, Ritsu-chan…” dijo Tsubasa, asustada. Sabía muy bien que su amigo no mentía. “Y-ya, está bien, prometo que me comportaré.”
“Yo no prometo nada, seguro que mientes.”
“¿Quisieras probarlo, Secchan?”
“…” Izumi comprimió sus puños y no se ahorró las ganas de darle un golpe. “Eres un…”

Pero entonces, antes de llegar a impactarle, Ritsu sacó un control debajo de su manga y presionó un botón.

“¡AAAHHHHHH!”

Tanto el Rebel como la HiME dieron un fuerte grito mientras agarraban sus cabezas y se arrodillaban al piso. Esa imagen resultó ser paralizante para los otros presentes.

“¡Ahh, detente, Ritsu-chan, por favor!” suplicó Arashi, consternado.
“¡P-pero Tsubasa-neesama no quiso hacer nada en tu contra, Ritsu-senpai!”
“Lo sé, Suu-chan, pero lamentablemente estos grilletes responden al mismo control, no pudo evitarse,” se lamentó Ritsu, encogiéndose de hombros.
“¡Ritsu! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!” estalló Mao, sumamente enojado. “¡Así no es como tratas con tus amigos!”
“Está bien, Maa-kun, fue un pequeño shock,” le aseguró con una sonrisa. “No fue más que una advertencia.”
“¡No me importa si es una advertencia o lo que sea! ¡Quítales esos collares ya!”
“Se me olvidó la llave en Rizembool…” dio un profundo bostezo antes de continuar. “Uhh… después del viaje pasaré rápido por el laboratorio, no se preocupen~”
“Sí, se puede arreglar,” Maria asintió.
“Gracias por la comprensión, Mari-chan.”
“¡Esto no se puede quedar así, tienen que oírme!” reclamó Mao, mientras veía a Arashi y Tsukasa revisar si Tsubasa e Izumi se encontraban bien. “¡Compórtate, Ritsu!”
“Es culpa de Rizembool…” dijo el pelinegro.
“¡No, es tu culpa! ¡Rizembool no es el responsable de todo, no te excuses!”

Mientras tanto, Leo miraba todo lo que ocurría pasmado y sin saber por dónde comenzar a actuar, cuando entonces sintió que alguien le agarró de un hombro, lo cual por su estado de ánimo le sorprendió.

“No te envidio…” dijo Yamanbagiri, dándole el pésame en lo que se aseguraba que la situación estaba bajo control.
“Ehh…”
“Pero eres el líder aquí, ¿cierto? Haz algo,” se dio media vuelta. “Los espero en la camioneta.”

Esa mención le hizo despertarse y asintió, para encarar a todos.

“¡Ya, suficiente! ¡Orden aquí!” exclamó y logró que todos le prestaran atención. Ante ello, Leo llevó una mano a su frente. “Ni quiero meditar la locura que nuestro Ritsu ha hecho ahora, habrá momento para eso, ¡pero concéntrense! ¡Esto no será ideal, pero hay que sacarle provecho a esta reunión! ¡Sea por Knights, sea por sus propios deseos o sea para darse unas vacaciones, yo como su rey velaré por ustedes! ¡Han sido cinco años desde que hemos tenido un momento en conjunto como este, y me aseguraré que nada ni nadie lo eche a perder!”
“Ou-sama…” Tsubasa se sorprendió.
“Ehh, no recuerdo la última vez que sonó tan autoritario, Ou-sama…” mencionó Arashi, visiblemente impresionado.
“Si no soy duro con ustedes, sé que no me oirán, ahh, qué desastre,” Leo volvió a darse un facepalm antes de continuar. “Pero reitero lo feliz que estoy de verles, incluso en medio de este berrinche que andan lanzando.”
“No es berrinche, Ou-sama,” reclamó Izumi. “¿Acaso no entiendes la situación?”
“No creo que entienda lo que tú ves, Sena, pero si mal no recuerdo, la vez pasada te alejaste y quisiste que Tsubasa-chan se alejara porque son Rebel y HiME respectivamente. Pues ahora que andan limitados no son ni uno ni el otro. ¿Eso, junto con mis deseos de paz, no hace este paseo el mejor momento para que todos vivamos en paz, al menos unos días?” le preguntó y sonrió, estirando sus brazos. “¡Así que, mis caballeros, aprovechemos el momento! ¡No sé lo que se vendrá a futuro, pero prestemos atención al presente! ¡Sé que eso significa tanto para mí como para ustedes!”
“Leader…” Tsukasa asintió y sonrió decidido. “Sí, estoy de acuerdo.”
“…” Izumi desvió su mirada. No estaba conforme, pero dudaba poder salirse de esa situación con facilidad y a su vez no quería contradecir tanto a su rey en medio de aquel discurso. “Tsk, ya, como sea, pero si me hacen la vida imposible me las pagarán.”
“Menos mal funcionó,” Maria dio un suspiro.
“Buen trabajo,” dijo Ritsu, quien chocó manos con la pelirrosa.
“Ustedes dos…” Mao les miró con reproche.
“Y sobre todo, Tsubasa-chan, Sena, más les vale que se porten bien,” recalcó el rey, quien pasó a verse nervioso y asustado. “¡E-en serio! ¡Ya vimos el poder de esos grilletes y algo malo les puede ocurrir! ¡No quiero que ninguno de mis Knights salga lastimado, así que es un trabajo en equipo, ¿han entendido?!”
“S-sí, no se preocupe…” dijo Tsubasa, agachando la cabeza con indudables nervios.
“Esta maldita cosa no quiere ceder,” Izumi tenía ambas manos sobre el grillete y emitía poderosos rayos de luz, pero su restricción era completamente inmune a sus poderes.
“Por algo dije que era a prueba de todo, Secchan,” Ritsu se encogió de hombros. “Vaya, ¿cuándo vas a aprender a oír?”
“Maldito…”
“Ara~ ten cuidado, Ritsu-chan,” dijo el rubio, asustado. “Intenta no quedarte a solas con Izumi-chan en todo el viaje, por favor.”
“¡No! ¡Decreto que no pueden matarse entre ustedes!” sentenció Leo. “¡No tendré a mis caballeros peleando! ¡Primero los ejecuto yo mismo antes de que ustedes se maten!”
“Leader, no digas cosas sin sentido, por favor…” pidió Tsukasa, frustrado.
“En fin, ya que hemos logrado nuestro cometido y todos están de acuerdo, subamos a la camioneta,” dijo Maria, con los brazos cruzados. “No perdamos más tiempo.”
“Pues sí, y dejen de discutir, por favor…” Mao dio un profundo suspiro. Ya se sentía extenuado. No dejaba de preguntarse si ese paseo en verdad serían unas vacaciones para él.

De aquel modo, se organizaron para iniciar el tan esperado, y controversial, viaje a la playa, durante el cual se darían un breve descanso de sus problemas cotidianos y del conflicto entre Hanasaki y Rizembool.


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matta ne!!!

Mimi-chan
« Last Edit: April 29, 2019, 12:17:04 AM by Mimi Tachikawa »


Kana

aldxalsdks

Algún día la segunda parte de continuación que vendrá bien kk resumida e incoherente pero ya será para el próximo mes porque este mes ha sido un caos dfl


—¡Ah, frienzoneado hasta el final! — Se quejó el pelinegro, escondiendo el rostro entre las palmas de su mano y negando con la cabeza. Se sentía destruido por dentro, vulnerable, dañado…
—¡Te dije! — Akira chasqueó los dedos, orgulloso de su nivel de deducción. —Me tienes que pagar la apuesta. —
—Shikishima, no puedo creer que hayas pedido en algo tan obvio.— Arisato resopló, defraudado. —Tú que eres el rey de las predicciones comportamentales de los seres humanos, a través del análisis de sus afectos y estudio de sus gestos... Hasta me atrevería a decir que intuyes lo que piensan los demás. — dijo, indiferente mientras observaba la pantalla de la TV. —Es casi patético que hayas pedido en algo tan simple…—
—¿Le tenía fe a la humanidad? — Shikishima alzó la mirada para ver la pantalla del Smart TV, convenciéndose de su derrota. —Pero mínimo Daenerys le hubiera dedicado unas palabras afectuosas a Ser Jorah... —
—Es extraño que ese frío e inanimado corazón le tenga fe a algo tan cursi. — Akira levantó una ceja, sin terminar de creerlo. Acercó la lata de cerveza a su boca y le dio un sorbo antes de continuar. —En serio, amigo, ¿No te has pegado en la cabeza últimamente? —
—Mh, me deje llevar por la tontera, supongo…—
—No es propio de ti. —
—…— Ritsu miró de reojo a Minato Arisato, sentado al otro costado del sillón. Akira estaba en medio de ambos, pero al estar echado hacia atrás podía ver al otro chico perfectamente. —¿Crees que soy una especie de robot o qué? —
—No.— Negó suavemente con la cabeza, sin dejar de ver la pantalla. Sonó la música del capítulo de Game of Throne que acababa de finalizar y estaba pendiente de las escenas del próximo capítulo. —Pero sí creo que tienes rasgos psicopáticos, lo que te hace más frío de mente y sentimientos. Eres funcional, esa es tu ventaja para no ser catalogado como un criminal o un perverso. Hago énfasis de la diferencia entre el uno y el otro. — refiriéndose a las categorías de criminal, la cual era grave pero menos perturbadora que la categoría de perverso. —…— Notó que Shikishima continuaba observándolo con curiosidad esperando un poco más de argumento. —Lo cual te hace idóneo para ser Psicólogo… Supongo. —
—Ah, ¿Gracias? —
—¿Qué? ¿Te has ofendido? — preguntó Arisato, inmutado.
—N-No. Sólo no sé si es un halago o un dardo de tu parte…—
—…— Arisato suspiró. —Considera que lo que acabo de decirte es lo más halagador que le puedo decir a otra persona, Shikishima. —
Ritsu Shikishima miró a Akira, puesto que éste último conocía de mucho más tiempo a Arisato. Akira asintió, confirmando que las palabras del otro en efecto eran un halago.  Ritsu le sonrió entonces a Arisato, agradeciéndole el extraño cumplido.
—Kurusu es un criminal. — Dijo Arisato después de una pausa larga de silencio donde vio las escenas del próximo capítulo con tranquilidad.
—Hey, ¿A qué viene eso? — Akira lo miró con desaprobación.
—No es como si te ofendiera. En el fondo, te produce un goce ser considerado como tal. ¿O no? — lo miró, aburrido.
—Mh, ¿Insinúas que tengo yo también rasgos psicopáticos pero que, a diferencia de Ritsu, no me benefician como futuro Psicólogo? —
—Creo que vas bien…—
—Ah. —
—En la carrera delictual. —
—…—
—No es como si dejaras tus problemas de antisocial de lado, ¿cierto? —
—Ya no me meto en problemas, Arisato. —
—¿Shikishima? —
—Eh, Akira se comporta mejor ahora que trabaja, estudia y es Rebel. —
—Creo que no hace falta que le justifiques sus faltas…—
—Ya, Arisato. — Akira lo miró, un poco ofendido.
—La semana pasada me hizo hackear las cámaras de seguridad de todo el centro de Tokyo al envolverse en problemas con dos HiMEs. —
—¡Pero sabes que ellas fueron las imprudentes y yo vi la mejor solución en todo ese caos! —
—Bueno, véalo como quieras. Pero no quiero volver a tapar tus faltas.
—Que lindo que te preocupes de todos modos por mí. — Akira le sonrió, amable. —Y no me meteré en más líos, para que estés tranquilo.—
—Lo digo porque me aburre y me cansa. Todos estos años he tenido que cubrirte muchas cosas. — Podía hablar con libertad, porque Shikishima era, al igual que él, otro tonto que cubría y ayudaba incondicionalmente a Akira. —Debes madurar.
—…—
—Un día tanto Shikishima como yo nos cansaremos de todo esto. —
—Ah, pero Akira tiene a Akechi que le tiene una paciencia infinita y le ayudará eternamente. — Dijo Ritsu, feliz de la vida con un comentario a favor, otra vez, de que Akira siguiera con su conducta. —¿Verdad que Akechi es tan bueno contigo?
—No entiendo como Akechi te tiene tanta paciencia… Felizmente para ti no conoce tu otra vida. —
—Ni tiene por qué conocerla. — sonrió, travieso. Akechi era su mejor amigo y lo apreciaba infinitamente, pero le causaba un goce único el hecho de que el pelicastaño estuviera del lado de la justicia buscando incansablemente a cierto criminal… que resultaba ser él. Le gustaba de forma distorsionada ocultar ese secreto. —En fin, Ritsu, nos tienes que pagar por perder la apuesta dejándote llevar por tu lado cursi al pensar que Ser Jorah mínimo tenía un beso de despedida. A pagar. — chasqueó los dedos, victorioso.
—Ahá. Lo sé. — Asintió, mirándolo con los ojos entrecerrado. —Pero ustedes me tienen que pagar por ganarles con la predicción que di sobre el Rey de la noche y Arya. Ah, también por lo de Theon.
—Admito que esa no la veía venir…— Dijo Minato Arisato, vergonzosamente derrotado. De los tres, era el más fanático de GOT y no pudo pensar en esa posibilidad con Arya como la que hiciera la jugada maestra o como la de que Theon se quedara defendiendo hasta el final.
Cada año que se venían reuniendo los tres, quienes se juntaban en la casa de alguno de ellos para ver el capítulo en emisión de Game of Throne. Ya fuera en casa de Akira, o la de Minato o la de Ritsu o de quien se quisiera sumar.
En el presente, se reducía en reunirse en el cuarto estudiantil donde residía Minato o en la casa de Ritsu donde éste vivía con Akira desde que sus padres lo corrieran de la casa años atrás.
Los tres sacaron sus dineros y comenzaron a pagarse mutuamente las apuestas. No sin antes volver a reírse del fracaso estrepitoso de Ritsu Shikishima y sus esperanzas con “Lord Frienzoneado” y Khaleesi.
Todavía quedaba comida y bebestibles que compraron para esperar el capítulo así que se mantuvieron unos momentos más degustándolos mientras conversaban sobre nuevas teorías y comentando el episodio de esa noche. Para fortuna de ellos, la serie dictaba distinto del libro así que podía pasar cualquier cosa.

—Disculpen, me voy a dormir…— Dijo Ritsu al ver la hora. —Mañana tengo un evento importante en Rizembool y tengo que levantarme temprano. —
—Que molesto que Rizembool haga cosas en vacaciones…— susurró Minato. Miró la hora, se había pasado volando. Tampoco se dio cuenta de que el clima afuera indicaba una llovizna que caía hace unos minutos. —Mh, mejor me pido un uber para irme. — estuvo mirando la aplicación por un largo rato, ningún vehículo estaba cerca.
—Quizá deberías quedarte. — Le aconsejó Ritsu. —Te puedes quedar con Akira en su habitación.
—Mejor me voy caminando…—
—Que pesado…— bufó Akira.
—Okay, aceptaré el ofrecimiento de quedarme. — miró de reojo a Akira. —No seas sensible.
—Entonces nos vemos mañana. — Ritsu meneó una mano en gesto de despedida. Sacó las cosas sucias de la mesa de centro y se las llevó a la cocina donde las lavó. Después subió las escaleras y se fue a su cuarto.
—¿Sabes? Podríamos pasar la noche aquí viendo una maratón de Dark. O instalamos la PlayStation y damos vuelta un juego. —
—Buena idea. — Minato asintió. Los dos subieron al cuarto de Akira y bajaron luego con almohadones, mantas y las cosas necesarias. Tardaron poco en instalar todo en el living.
—Como pasa el tiempo… Recuerdo que cuando comenzamos a ver GOT en nuestras casas éramos estudiantes de secundaria.
—Oh, se me vino a la mente aquella vez que salió una de los miles escenas subidas de tono y justo entró tu madre al cuarto y pensó que los tres estábamos mirando porno. —
—Akira… Olvida ese recuerdo, por favor…— Minato sintió asco y vergüenza al recordar. —Mejor hablemos de otras cosas. —
—…— El pelinegro alcanzó una de las pocas rebanadas de pizza que quedaban. —¿De qué quieres hablar? —
—No sé…— observó la pantalla de la TV sin tener nada en mente. —¿Shikishima siempre es tan correcto? Deja limpio todo antes de irse, se va a dormir relativo temprano porque mañana tiene compromiso con Rizembool… es el estudiante estrella de la universidad.
—Sin contar que también era estudiante estrella de la escuela de Rizembool. Deberían pagarle por ser el rostro social de la institución.
—Raro que no sea Rebel. 
—Sí, es raro. Que sepa, nunca le han ofrecido ser Rebel. Si bien no lo parece, de todos modos, es muy deportista. Vamos al club de béisbol y somos titulares. Rara vez quedamos de reservas. Creo que a Rizembool Ritsu le sirve más como rostro de Rizembool…
—Quizá no debieron dejarte a ti ser Rebel.
—Estas muy conversador hoy… ¿Seguro que no se te pasaron las cervezas? — lo miró de soslayo. Hoy Minato, el siempre reservado y de pocas palabras, había hablado mucho. Pero el chico seguía esperando su respuesta. Akira suspiró, antes de ver a la TV. Al final, habían optado por poner un maratón de GOT, y en frente suyo estaba la preciosa Daenerys con su soundtrack de fondo. —Fueron insistentes en que fuera Rebel, la verdad… Desde la escuela Rizembool me ofrecieron la oportunidad de ser Rebel, pero todas las veces lo rechacé tajantemente porque no me interesaba en lo más mínimo. Ahora volvieron a llamarme y me sorprendió, porque pensé que estarían ofendidos con tanto desprecio mío, pero al parecer aún estaba en sus planillas. Acepté porque soy precavido y conozco los beneficios que otorgan al ser Rebel… en caso de que pase algo con la justicia, tienen buenos abogados y seguramente Rizembool me los ofrecería si por a o b motivo la policía descubre que soy el ladrón que buscan…—
—Rizembool siempre ha sabido lograr proteger a sus Rebels incluso de los problemas más turbios… Has sido astuto, Kurusu. —
—Un poco… Así como tú que has aceptado ser el hacker de Rizembool porque sabes que si la policía del cyber crimen descubre quien es el hacker que buscan, Rizembool te abalará.
—No me van a descubrir…— Minato se echó hacia atrás en el sillón. —Además, sólo me quedo con información calificada. No hago desfalco a bancos o cosas así.
—Ah, pero cuando éramos adolescentes le hackeaste la cuenta bancaria a un rico y la depositaste a una fundación de beneficencia. Por mucho tiempo fuiste el terror de los ricos.
—Sí. Pero ya no hago cosas así. Ahora, estoy a un nivel más profesional.
—¨MR. ROBOT¨— Comparó a Arisato con el protagonista de esa serie.
Minato estuvo a punto de agregar algo a su favor, pero en ese momento vio que de la nada Ritsu bajaba del segundo piso, colocaba pause a la serie y les llamaba la atención.
—Ritsu, ¿qué rayos? — Akira lo miró extrañado.
—Casi nos matas— como tenían la serie a volumen alto y estaban ensimismados en sus conversaciones ninguno de los dos notó la llegada centinela de Shikishima, dejando a los dos sobresaltados. —Si te molesta el ruido de la Tv y no te dejamos dor…—
—No— Negó Ritsu. Él se quitó los audífonos los cuales estaban conectados a su Ipod. —Escuchen. —
—…— Akira y Minato se miraron entre ellos, suspicaces. Ritsu subió el volumen a una canción que escuchaba. Era un tema de la Idol Miu.
—¿Es nuevo o qué? — Preguntó Akira, curvando las cejas. Sabía que Ritsu de pronto se había obsesionado insanamente con esa Idol y le parecía sospechoso porque no era de su estilo, pero Akira no le prestó mayor atención a esa cantante. Así que no comprendía la insistencia de su amigo y tampoco sabía si se trataba de un nuevo tema o algo.
—¿Es esa Idol, Miu? No sabía que te gustara su música.
—Ritsu anda pendiente de ella desde hace unas semanas.
—Pero escuchen el tema…
—¿Qué tiene de especial? —
—¿Qué en verdad no se dan cuenta? — Ritsu pareció impresionado de que sus amigos no entendieran. —Es la letra. Si la escuchan bien, tiene un mensaje oculto.
—¿Qué? — Minato lo miró, extrañado.
—Que las canciones de Miu tienen mensajes ocultos… Los he estado escuchando hace semanas tratando de codificarlos y pensé que quizá estaba equivocado, pero ahora está más que claro que sus canciones tienen letras que intentan dejarnos un mensaje mental.
—¿De… qué seria? — Akira le preguntó
—De…— Ritsu se quedó meditativo —Son extraños, la verdad… Quizá en un idioma en especial. Pero si le ponen atención creo que trata de inducirnos a hacer cosas contra nuestra voluntad. Como control mental.
—…— Akira y Minato volvieron a mirarse entre ellos, ahora preocupados. Ritsu estaba actuando muy extraño.
—Como un MK ultra musical o algo así. Y si lo piensan bien, Miu es auspiciada por Rizembool discretamente. Es la Idol a la que más contratan en Rizembool para eventos, usualmente frecuenta la institución… Debe estar relacionado con los Rebels… O tal vez a los posibles cadetes. Como un lavado de cerebro para que se enlisten como Rebels o algo y—
—Shikishima, creo que no has dormido bien y la falta de sueño te perjudica.
—¿Qué? —
—Yo no le escucho nada raro a la canción. — Insistió Minato.
—Es que tienes que prestar atención de una forma especial. No sé cómo explicarlo, porque me costó descubrirlo… De pronto, lo escuché. Y mañana justamente Miu-chan es quien presentará una canción entre medio del evento de Rizembool. Demasiada coincidencia…— notó que los otros dos se le quedaban mirando extrañados. —¿Creen que me lo inventé o ando delirando?
—Es que lo que dices suena demasiado extraño. — Minato desvió la mirada, pensativo. Intentaba concentrarse en la canción para ver qué era lo raro, pero no comprendía. —Lo siento, no escucho nada…—
—Ritsu, eh… Quizá sea hora de que duermas porque mañana tienes que levantarte temprano.
—¿Tampoco me crees, Akira? —
—No es que no te creamos… Pero quizá podamos hablarlo mañana. —
—Ah, no importa…— Ritsu suspiró, resignado y desilusionado de sus amistades. —Entiendo que deben pensar que me dio un brote psicótico o algo. Apretó Play y la serie de GOT volvió a continuar. —Buenas noches. —
—…— ambos le siguieron con la mirada hasta que se retiró.
—¿Qué fue eso? — preguntó seriamente Minato.
—Nada. Seguro estaba muy cansado o algo…
—No. Ustedes dos tienen algo entre ustedes que no me quieres decir. Algo pasa.
—¿Qué va a pasar? —
—Shikishima no se va a venir de la nada con conspiraciones que parecen sacadas de un youtuber loco. Algo pasó aquí como para que él ande investigando algo tan… raro.
—Ahora tú estás con ideas así…—
—Rizembool… Los Rebels…— Minato se puso una mano en el mentón, reflexivo. —Lo que Shikishima siempre ha defendido y promocionado es Rizembool. Es ilógico que quiera conspirar contra algo que ama y sobre todo contra la institución de donde lleva una de las investigaciones científicas más importantes de los tiempos: “catarsis” que esté así de insurrecto y desafiante con algo que ama es porque algo de sentido debe tener… o algo le paso para que tenga una imagen más negativa de Rizembool, ¿no crees?
—…— Akira se mordió el labio inferior. No era fácil engañar a Minato aunque no estuviera incluido del todo con lo que había pasado junto con Ritsu hace unas semanas. —Ritsu está… como obsesionado con descubrir algo que no podemos explicar. Me incluyo en esto…
—¿Qué paso?
— Hace unos días, cuando recién salimos de vacaciones, recibí un mensaje en mi celular desde el teléfono de Ritsu pidiéndome que lo ayudara porque lo estaban ¨siguiendo¨ cuando lo fue a ¨rescatar¨ él me negó el mensaje y le tuve que mostrar el susodicho mensaje para hacerle ver que sí me lo había mandado él.
—…—
—Quedó sorprendido, no lo podía creer. Yo llegué a pensar que estaba estresado o algo y se olvidó de lo que hizo.
—¿Y había estado actuando extraño?
—Mh, había dormido más de la cuenta… y eso que ya ves lo adicto que es al café. Aún con esa dosis durmió mucho. Después de que volvimos del supuesto rescate Ritsu estuvo como paranoico revisando la casa a ver si encontraba una cámara… y tenía la idea de que Asuka Ryo le había hackeado su teléfono.
—…— Minato parpadeó, preocupado. —Es como si tuviera…
—…—
—Un delirio persecutorio o estuviera paranoide, no sé cómo le llaman ustedes los psicólogos.
—Sí, pero Ritsu no es ningún psicótico…
—Lo sé.
—Pero, aquí viene lo más creepy. Después, cuando subí a mi cuarto me di cuenta de que había una pieza de joya que yo robé y la deje en un sitio secreto en otro lugar de la ciudad… Yo por nada traigo aquí lo que ¨consigo¨ entonces sí me convencí de que alguien entró a la casa. Hasta le pedí a Akechi si podía mandar a patrullar el sector por si notaban a algún sospechoso merodear.
—¿Y encontraron algo raro?
—Pues, después de ese evento… el resto de días fueron normales.
—Que raro…
—Ahá. Y sé que suena todo muy desquiciado, pero quizá Rizembool sí interfiere nuestras vidas de forma invasiva. Quizá no tan extremo como controles mentales, aunque no lo descargo, pero sí violando nuestra privacidad ya sea entrando a través de nuestros artefactos para espiarnos o bien directamente enviando gente para vigilar nuestros pasos. Quizá quieren que no nos desviemos de nuestros objetivos académicos o algo.
—…—
—Okay, sé que esto debe ser muy enfermo para ti. Mejor nos vamos a dormir… Mañana conversaremos sin estar interferidos por el cansancio.
—Bueno, aunque todavía tengo preguntas…
—Mañana, ¿okay? — Akira bostezó, cubriéndose la boca. —Me siento cansado.
—Me cuesta asumirlo, pero también me ha dado sueño. — dijo Minato, resignado. Apagó la Tv. —Buenas noches. — se acomodó entre las mantas y se acurrucó.
—Buenas noches— dijo Akira, imitando al otro. Los dos parecían un par de gatos acurrucados en los sillones. El sueño los venció rápido.
Un par de horas después, por el movimiento de alguno de los dos, pasaron a llevar el Ipod de Ritsu el cual cayó al piso y al golpearse en el suelo le dio play a la canción que estaba en el reproductor. El chasquido había medio despertado a ambos, pero seguían a la vez dormidos.
No bastaron más que un par de minutos para que los dos se despertaran, alarmado.
—¿Escuchaste a esa tipa? — Preguntó Minato, en shock. Buscó a oscuras de donde había provenido esa voz indicándole que hiciera cosas que no entendía o que le hablaba de algo extraño, pero sólo estaba Akira mirándolo igual de shockeado.
—¡El Ipod! — apuntó el pelinegro, al ver de dónde podría provenir la voz. Al alcanzarlo, vio que era el tema de Miu. Él con Minato se quedaron mirando, consternados.
—Shikishima tenía razón. Sólo que, al igual que nosotros, no sabe cómo explicarlo porque es indescifrable. Sólo que no nos puso la canción del modo correcto. Seguramente cuando la escuchó él estaba medio quedándose dormido y entró en su subconsciente.
—Y como a nosotros nos hizo escucharla cuando estábamos muy activos no escuchamos nada extraño. Pero al estar dormidos… entró en nuestro subconsciente y…—
—Nos habla Miu mandándonos un mensaje discreto a nuestras resonancias cognitivas subconsciente que se activan cuando nos dormimos.
Los dos se levantaron de golpe. Sabían lo que tenían que hacer. Corrieron hasta el cuarto de Shikishima, entrando de golpe.
—¡Shikishima! — Minato lo movió para despertarlo.
—¿…Qué? — balbuceó con dificultad, despertando abrupto por esos dos.
—Ritsu, tenías razón. Hay algo detrás de la canción. — le dijo Akira. —Y mañana Miu interpretará su tema para quizá que cosa transmitir a los estudiantes de Rizembool. —
—Mh, ¿no creen que estoy delirando?
—No… O sea, al principio pensamos que estabas cansado y eso te estaba perjudicando… Pero al final estabas en lo cierto. — Ratificó Minato, asumiendo que se había equivocado. —Tenemos que hacer algo.
—Exacto. Tenemos que evitar que Miu-chan cante en el auditorio de Rizembool mañana. — Dijo Ritsu, ya más animado por tener la cooperación de los dos. Sacó un block de notas de debajo de su cama. —Después de que vi que no me creían, idee este plan para boicotear el programa de mañana en Rizembool. Tengo que estar presente en todo momento en el auditorio para que no sea sospechoso dado que… la última vez que estuve en el auditorio para el congreso de neurociencias me comporté de un modo poco acertado y salí corriendo de allí por lo que soy un sospechoso para Rizembool desde entonces.
—¿Te viniste a planear esto después de que dijiste que te ibas a dormir? — Minato miraba todos los apuntes en la libreta de Ritsu.
—Obvio… No me iba poner a lamentar y sentirme mal. Tengo que ser proactivo. Bien, como les iba diciendo… tengo que activar este circuito para hacer explotar una parte del escenario y…—
—Espera, espera…Ritsu. — Akira le tapó su libreta. —¿Todo bien en casa? — le tocó la frente para ver si tenía temperatura. —Te creo tus teorías, ¿Pero hacer explotar Rizembool?
—Hehe, era broma…Quería ver como reaccionaban después de que quedaron perturbados por lo que les dije.— dio vuelta la hoja. —Sólo tengo que boicotear el show de Miu-chan. Hacer que los implementos electicos no funcionen para que no se escuchen… pero siempre puede cantar “a capela”
—Y, al menos, los más próximos al escenario escucharan la canción… Pero no funcionará en ellos a menos que estén medio dormidos. — Dijo Minato.
—Cosa que pasará porque… el que expondrá antes del show de Miu es aquel maestro de la facultad de Historia. La Historia es interesante, pero… él tiene un modo de explicarla que causa muchas ganas de dormir. Uh. — Ritsu se sintió avergonzado por no poder concentrarse en las explicaciones de ese maestro porque hablaba tan lento y quejumbroso que siempre terminaba haciéndolo dormir.
—Puedo robarme los cables y los implementos de la Idol para que su show no sea tan intensivo. — Dijo Akira.
—Y yo puedo hackear el sistema para activar una alarma en ese momento para despertarlos a todos.
—Suena bien. — Ritsu asintió. —Pero tenemos que estar alerta de ciertas personas que para mi gusto son… peligrosas. Estará Ryo Asuka, quien es un científico destacado y sé que puede planear algo a favor de Rizembool.
—…— Akira evitó sonreír porque ya estaba comprendiendo que Ritsu le tenía sangre en el ojo a Asuka ya que se le había metido en la mente de que Asuka había sido el culpable de hackear su teléfono.
—El otro elemento peligroso porque puede estar directamente involucrado con el tema es Nakiri-sama. Aquel empresario adinerado que destina fondos económicos exacerbantes a Rizembool quien por lo demás fue Rebel en su adolescencia y viene de una familia donde los hombres por generaciones han sido Rebels y las mujeres Princess.
—Y también estará Minesawa si está Asuka… A él tampoco debemos quitarle la vista. — Agregó Akira. —Él es extraño.
—…— Ritsu se quedó pensativo unos segundos, cohibido y un tanto incómodo. Después asintió levemente. —Sí…—
—Ritsu, entiendo que no quieras ser el que lo vigile… Así que puedo ser yo el que tome esa guardia. —
—O puedo ser yo. — se integró Arisato.
—Ah, no pasa nada… Minesawa es mi compañero de proyecto… No tengo nada contra él, me es indiferente. — se mantuvo ensimismado. —Eh. —
—Bueno, Akira se quedará con Minesawa, yo puedo quedarme con el tal Nakiri… y tú… tendrás que estar cerca de Asuka puesto que, de los tres, eres el que tiene más acceso a él. — indicó el peliazul.
—Okay. — Ritsu asintió. —Pero en caso de que fallemos por x motivo y no podamos evitar que Miu-chan cante debemos estar pendientes de las reacciones del público. Tanto durante la presentación como los días posteriores… Será una labor de investigación extenuante, eso así.
—Vale la pena, quiero llegar al fondo de esto. — Dijo Minato.
—Espiar a la gente y descubrir sus debilidades es nuestro pasatiempo favorito. — sonrió Akira.
—Ahora, debemos dormir para estar alerta mañana. Prepararé café cargado por la mañana para estar activados.
—Necesito algo. — Minato interrumpió a Ritsu.
—¿Sí?
—Supongo que tienes el celular que piensas que fue interferido por Asuka. — Minato lo inspeccionó con la mirada.
—Akira. — Ritsu miró a su amigo, dolido por haberle contado a Minato sobre su situación delicada.
—Lo siento …—
—Como sea. Necesito tu celular para ver si hay una intervención aún. —
—Hm…— Ritsu estuvo dudoso y hasta se preocupó. Luego sacó el teléfono celular de la mesa auxiliar. Se lo entregó a Minato.
—Shikishima, no puedo creer que todavía uses esa cosa que según tú está hackeada. — lo recibió y giró los ojos al ver que el celular estaba operativo y que hasta hace unas horas Ritsu lo seguía usando.
—Necesito estar conectado… Así leo las últimas noticias en las investigaciones del campus.
—No. Eres un morboso y querías pillar a Asuka a ver si te espiaba. Por eso te lo has quedado, de puro morbo…
—…Minato, siempre me haces ver como un torcido.





Eureka

Tengo que arreglar esto pero después. Parte dos de tres u_u

45.2





Aquellos segundos de tensión antes de que llamada entre fueron sumamente estresantes para Eureka. Sin embargo, escuchar la voz de la exHiME recomendada por Miranda fue mucho más agobiante para ella: se sintió intimidada y perdió la capacidad del habla por breves instantes.

Antes de que Shinobu pudiese colgar, Maka atinó a arrancharle el celular a su amiga y contestó por ella.

¿Aló?
“¿Señorita Kocho?” empezó Maka, dudosa y muy temerosa. Se arrepentía, en esos instantes, de haber terminado con el celular en sus manos.
¿Sí? ¿Departe de?
“A-ah, verá… Mi nombre es Maka Albarn. Soy una HiME y quería saber si—”

Shinobu le colgó en el acto.

“…”
“…Wow.”
“¿No que nos iba a ayudar?” Eureka suspiró. “Miranda es una mentirosa.”
“No. Fácil… se colgó por la señal. Hay que ser optimistas.” Maka sonrió y volvió a marcar. Cuando la llamada entró, Maka se apuró en hablar. “¿Aló? Buenas tardes, señorita Kocho. Mi nombre es Maka Albarn. Soy una HiME—”

La línea volvió a morir.

Maka, frustrada, intentó marcando una vez más, pero de frente la mandaron a la casilla de voz. La HiME hubiera lanzado el celular al piso de no ser porque, simultáneamente, Eureka y Oikawa la agarraron del brazo, bajándolo sutilmente hasta que Oikawa pudo recuperar su móvil y guardarlo en su bolsillo.

“…”
“No puedo entender nada. ¿No que sólo se enojaría si la llamábamos el fin de semana?” preguntó Oikawa, confundido.
“Tenemos que volver y contarle a Miranda—”
“No,” dijo Eureka, súbitamente. “La llamaremos.”
“Pero estamos a un paso de la oficina…” comentó Morgana.
“…Me da flojera,” confesó Eureka. “Oikawa, tu celular.”
“No lo lances, no más,” dijo, extendiéndolo luego de sacarlo de su bolsillo.
“¡Esa fue Maka!”
“¡Pero no lo hice!”
“Tuviste la intención, Maka-chan.”
“En mi defensa, es realmente frustrante que luego de tanto tiempo de andar con la necesidad de un entrenador… esta nos ignora y nos cuelga sin asco.”
“La vida está llena de decepciones,” comentó Eureka, marcando el celular de Miranda. “Pero más allá de eso, Miranda nos debe explicaciones.” La línea entró, y Eureka suspiró, mientras presionaba el botón de altavoz. “¿Miranda?”
¿…Suoh? Dime, ¿pasó algo?
“Sí. Intentamos contactar a la señorita Kocho pero nos colgó en el acto y bloqueó nuestro número.”
” El hondo suspiro al otro lado de la línea bastó para saber que ahí había gato encerrado. “Lo siento, debí hablar con ella primero. Voy a contactarla y los llamaré para avisarles al respecto.
“Supongo que eso… no ocurrirá hoy.”
No. Se que voy a tener que insistirle y eso me tomará un poco de tiempo, pero creo que es necesario. Después de todo, aún te falta un par de semanas para recuperarte plenamente.
“Es cierto. Lo que no entiendo es… ¿Por qué la señorita Kocho reaccionó así?”
La verdad es que tuve la ilusa idea de que andaría mucho más abierta al tema pero parece que sigue igual de enojada con todo. Debí… prepararla un poco antes de mandarlos a contactarla. Fue mi error.
“No hay problema. Entonces… ¿nos avisas?”
Sí, los llamaré cuando solucione esto. Sin embargo, podría darles el contacto de una exHiME más coetánea que estaría dispuesta a ayudarlos hasta que Kocho acepte.
“¿Quién?”
Su nombre es Mari Ohara. Fue HiME hace unos cuatro años, más o menos. Ella y su ex-key me comentaron que andaban ambientando un espacio para ayudar con el entrenamiento de HiMEs novatas. Les di el contacto a varias. Podría darte su número, aunque siento que el nivel de Ohara y el tuyo es un tanto parecido…
“¡No hay problema!” mencionó Eureka, emocionada. “Dudo que estemos al mismo nivel, así que estoy segura de que tengo mucho que aprender de ella. ¡Maka y Oikawa aún más!”
“…” Los mencionados intercambiaron miradas llenas de indignación.
Perfecto. Entonces, te lo mandaré por whatsapp a este número. Y… mil disculpas. En serio lamento todo esto. Como ya te mencioné, supuse que Kocho accedería pero tal parece que aún guarda resentimientos.
“No hay problema, Miranda. Igual, la posibilidad de entrenar con una exHiME más cercana a mi generación me emociona de todas formas. Tengo un buen presentimiento de la señorita Ohara.”
Me alegra. Entonces… te llamaré cuando tenga noticias de Kocho. Cuídate, Suoh.
“¡Igualmente! Gracias, Miranda.”

La línea se cortó y Eureka observó el celular en sus manos, a la expectativa del mensaje de la rectora. Llegó al cabo de unos instantes.

Eureka lo marcó.

“¡Espera, Eureka-chan!”
“Shh” Lo calló ella, con el celular pegado a la oreja.
¿Aló?
“Uh… ¿Buenas tardes? ¿Hablo con la señorita Ohara?”
“¿Ohara?” preguntó Oikawa. “Ese apellido… lo he escuchado antes.”
“Shh.”
¡Esa soy yo!” dijo la voz animada al otro lado de la línea. Eureka pudo notar una calidez inigualable: similar a la de la señorita Kocho, pero mucho más genuina que esta. “Puedes llamarme Mari, no hay problema. ¿Con quién tengo el gusto?
“Mi nombre es Eureka Suoh. Miranda me dio tu número, es para—”
¡Ahhhh! ¡Para los entrenamientos! ¡Sí, sí! ¿No sé si te explicó todo? Ahorita ando llevándolos a cabo en mi mansión, pero estoy— bueno, estaba construyendo un edificio diseñado para ello. Ya está a punto de ser inaugurado. ¿Gustarías inscribirte?
“Sí, por supuesto. Seríamos yo, mi key y una amiga más, que también es HiME,” contó Eureka, observando a los mencionados. Maka y Oikawa le sonrieron.
¡Genial! Te explico. Lo primero que hacemos es medir su nivel y analizar sus poderes para que, en base a eso, diseñemos un régimen de entrenamiento especial en cada caso. Son ejercicios para aprender a controlar poderes o pulirlos, así como para generar resistencia, fuerza, destreza y agilidad. Están dando buenos resultados, porque las HiMEs que tenemos inscritas han mejorado en este mes que llevamos entrenando. Aún así, contarte todo por teléfono me queda corto. Podríamos juntarnos uno de estos días y de paso chequean cómo será la escuela.
“Suena bien. Yo… ahorita ando recuperándome de una batalla con mi rebel, así que podríamos coordinar para la semana que viene.”
¡Sí! Suena perfecto. Me mandas un mensaje por whatsapp y coordinamos la fecha y la hora. Ahí te paso la dirección, también.
“¡Genial! Muchas gracias, Mari.”
¡No hay problema! Un gusto, Eureka. ¡Ya nos vemos!

Ambas colgaron al mismo tiempo.

Eureka mantuvo su mirada en el celular, y sonrió para sí misma: sentía que las cosas irían bien bajo el tutelaje de Mari. Una conversación breve había bastado para conocer parte de su personalidad y confirmar su disposición a ayudarlos con los entrenamientos. Era cierto que no podían decir definitivo nada aún, al menos hasta que pudieran conocerla en persona.

“Por tu expresión, debo suponer que… ¿Fue bien?” mencionó Morgana, confundido.
“Sí.” Eureka sonrió. “Creo que tenemos entrenadora. Peeero, igual debemos coordinar con ella una cita para reunirnos y conversar. Maka, ¿vas a hacer algo en vacaciones?”
“Mm…” Maka se tomó el mentón, pensativa. “Pensaba tomar un curso. No sé de qué, pero al menos para no marmotear tanto. ¿Por?”
“Es que siento que al menos me tomará semana y media recuperarme por completo. Así que, para ese entonces, recién podremos ir a ver a Mari.”
“Oh, normal. Yo me adecúo a sus tiempos.” Maka sonrió.
“Genial.” Eureka asintió. “¿Qué hay de ti, Oikawa?”
“¿Yo? Bueno, usualmente entrenaba con el equipo en vacaciones pero… uh…”
“Eso vamos a solucionarlo más tarde,” le aseguró Eureka. “¿Pero aparte de eso?”
“No, creo que nada. Quiero descansar, si te soy sincero. Este ciclo ha sido demasiado agotador.” Oikawa soltó un suspiro.
“Lo mismo digo.” Eureka imitó a su amigo, exhausta. “Bueno. ¿Me acompañan de regreso a la clínica? Quiero descansar unas horas.”
“Sí, lo vas a necesitar.” Oikawa asintió.

Eureka y Oikawa comenzaron a caminar, pero Maka no los siguió. Los dos, al notar que faltaba su presencia, se giraron hacia ella.

“Mm…” Maka los observó, curiosa. “Me he dado cuenta de que ustedes dos andan tramando algo.”
“Yo también,” dijo Morgana, un tanto receloso. “¿Qué se traen?”
“…Bueno, no tiene sentido esconderlo.” Oikawa suspiró. “Convoqué una reunión del equipo de vóley hoy en la noche, y Eureka-chan me dijo que debería llevarla para poder esclarecer todo lo que sucedió el otro día.”
“…” Eureka se tapó los oídos.
“¡EUREKA-DONO!” gritó Morgana, enojado. “¿¡ESTÁS LOCA!? ¡ES DEMASIADO PELIGROSO!”
“Oikawa se ofreció a cuidarme toda la noche,” dijo ella, sin remover sus manos de sus oídos.
“Wait. Es… una reunión… ¿reunión? ¿Con alcohol y todo?” Maka los juzgó.
“Bueno, le dije a Bokuto-chan que se encargue del lugar y de los detalles. Conociéndolo… ah.” Oikawa suspiró. “Cometí un craso error.”
“…” Morgana se llevó la pata a la cara (?). “¡Son un par de idiotas!”
“Miren, júzgennos lo que quieran, pero nada me va a convencer de no ir. Necesito aclarar todo y disculparme con el equipo.”
“Yo también,” dijo Oikawa. “Y en serio, no se preocupen. Ni bien esclarecemos ese tema, prometo que Eureka-chan regresará a la clínica.”
“Sí.” Eureka asintió.
“…” Maka no podía evitar mostrar su recelo en su expresión. Sin embargo, suspiró. “Bueno, sé que Eu es bien terca. Y de lo que te conozco a ti, supongo que eres parecido, Oikawa.”
“¡Sí! ¡Tienes buena intuición!” Oikawa sonrió.
“…” Morgana rodó los ojos y suspiró, cansado. “Okay. Igual, iré con ustedes. Y por mientras, Eureka-dono regresará a la clínica a descansar.”
“Suena como un plan.”

Eureka suspiró aliviada. Al menos Morgana no se había rehusado a la idea.

“Okay, entonces, de vuelta a la clínica,” dijo la HiME, con un visible dejo de cansancio en su tono de voz.
“Yo los acompaño hasta llegar a la puerta principal. Ahí me desvío,” dijo Maka.
“Woah, Maka-chan. ¿Te regresas a tu casa?” preguntó Oikawa.
“Sí.” Maka asintió. “Tengo que… reflexionar sobre ciertas cosas.”
“¿Soul?” preguntó Eureka.
“Exacto.”
“Suerte. Ustedes dos se deben una charla, más aún luego de conversar con Miranda.”
“Mm.” Maka se veía un tanto preocupada.
“¡Tranquila, Maka-chan!” le dijo Oikawa, muy animado. “¡Todo saldrá bien!”
“Sí. Soul te tiene mucho cariño, Maka-dono,” dijo Morgana.
“Es cierto.”
“¡Ah! Me olvidé de mencionarlo, pero si gustas, podrías venir con nosotros a la reunión, Maka-chan” le dijo Oikawa.
“Mm… Sí, no suena mal.” Maka sonrió. “Iré y los acompañaré un rato.”
“…” Morgana suspiró, aliviado. “Otra persona cuerda va a asistir. Eso me agrada.”
“Iwa-chan también irá, Mona-chan.”
“Mejor aún.” Morgana sonrió. “Ohhh, esto será genial.”
“…Tengo la ligera sensación de que te emociona pensar en lo que nos hará Iwaizumi cuando se entere de todo esto,” comentó Eureka.
“No puedo negarlo.” Morgana asintió.
“Ugh, qué terrible Child tengo,” se quejó Eureka. “Qué suerte que aún no tienes engendro, Maka.”

“¡EUREKA-DONO!”
“Haha~” Maka soltó un par de risitas, opacando las quejas de Morgana.

El camino de regreso a la clínica prometía ser sumamente entretenido.







En retrospectiva, había sido el peor plan del universo.

Oikawa quiso culpar a la anestesia o a los medicamentos que le habían dado los últimos días de su estadía en la clínica, pero sabía que era imposible pasar por inocente cuando él mismo, con completa lucidez y certeza, había indicado que Bokuto debía ser el encargado de la reunión del club de vóley.

Lo primero que vio al llegar al departamento de su amigo fue a un grupo de la facultad de comunicaciones jugando beer pong en la mesa de la cocina. Si bien una chequeada rápida de la sala le permitió identificar que también había asistido el club de vóley a la reunión, Oikawa se prometió que nunca más permitiría que Bokuto se encargara de las actividades. Eso le pasaba por confiar en alguien que no fuera su mánager, pero su amiga justo andaba a su lado con una cara de muerta en vida y suponía que la ocasión había ameritado delegar responsabilidades a otros miembros.

No era como si Eureka podría haber organizado todo sin recuperar la consciencia, después de todo.

“¡OIKAWAAA!” el saludo enérgico de Bokuto lo sacó de sus pensamientos. “¡Qué bueno que llegaste! ¡Y AHHHH, hola, Shinoa—! Woah, es tan extraño verte sin peluca. ¡Y NO, ESPERA! Ese no era tu nombre, ¿no?”
“No. Me llamo Eureka.”
“¡Lo siento!”
“No hay problema, Bokuto.”
“Se me hará un tanto complicado acostumbrarme al cambio pero me acordaré de tu nombre, lo prometo.” Bokuto sonrió.
“Ohhh, Oikawa,” lo saludó Kuroo, acercándose a ellos. “Hola…” dijo, observando a la HiME.
“Eureka,” completó ella.
“Sí.” Kuroo sonrió. “Es tan raro—”
“Verme sin peluca, lo sé.” Eureka suspiró.
“Mm. Pero supongo que con el tiempo nos acostumbraremos.”
“Bokuto y tú son gemelos perdidos,” comentó Eureka, entre risas.
“¡Nos han dicho eso antes!” Bokuto sonrió.
“Bokuto-chan y Kuroo-chan se conocen desde secundaria,” explicó Oikawa.
“¡Somos del mismo colegio!”
“Wow. Sorprendente cómo he sido la mánager de su equipo por un ciclo y aún así no sé mucho sobre ustedes.”
“¡Eso cambiará hoy, Eureka!” anunció Bokuto. “Aunque… bueno, andan recuperándose, así que no deberían beber… supongo.”
“¡Exacto!” Oikawa no podía esconder su indignación. “Bokuto-chan, cuando dije reunión… no me refería a esto.”
“¡Sí! Uh… me di cuenta muy tarde. Y Kuroo es una mala influencia.”
“¿Estamos deprimidos, no? Algo así nos iba a subir un poco los ánimos,” dijo Kuroo, animado.
“Es cierto… pero esto es un poco exagerado. Y no sólo está el equipo de vóley.”
“Algunos se colaron.”
“¿Algunos? Veo a varios de la facultad—”
“¡Oikawa!”




El grupo de chicos de la mesa de beer pong se acercó a ellos y saludó a Oikawa. Entre ellos, una joven de cabellos azules intercambió un saludo de palmas con él y Eureka sintió cierta curiosidad por ella. A diferencia del resto, se veía un tanto más cercana a su amigo que el resto. Bokuto y Kuroo fueron arrastrados por los otros y siguieron con la partida de beer pong, dejando a Eureka, Oikawa y a la joven a solas.

“¿Qué tal te fue a Iwaizumi con lo de—?”
“¡Kanan-chan!” Oikawa exclamó, asustado. “¡No…!”
“¡Wah!” Kanan, se llevó las manos a la boca, asustada. “Aún no llega, ¿no?” mencionó, observando sus alrededores con visible preocupación.
“No. Llega en un rato con una amiga más. ¡Pero Kanan-chan, no puedes ser tan descuidada!”
“¡Lo siento! Es que hace tiempo que no te veo. Las prácticas de radio terminaron hace un mes y medio y… wah, disculpa.” Kanan le hizo una reverencia pequeña a Eureka. “¡No me he presentado!”
“¡No hay problema!” Eureka le sonrió. “Soy Eureka Suoh, un gusto.”
“¡Kanan Matsuura! Espero que te mejores pronto, Eureka-chan.”
“Ah…” Eureka recordó que de seguro su apariencia no parecía tan saludable que digamos. Aún le faltaba una semana en la clínica, después de todo. “¡Gracias!”
“No hay problema.”
“Kanan-chan, ¿viniste sola?” preguntó Oikawa, curioso.
“Mari está por ahí,” comentó, observando la sala desde su posición en la cocina. “Se ha vuelto muy amiga de algunos de los chicos.”
“¿Cuáles?”
“Kuroo, Akaashi y Hiyori… ella ya los conocía un poco por Bokuto, pero hoy los he visto interactuar un montón.” Kanan sonrió. “Me alegra.”
“¡A mi también! En especial por Akaashi-chan. Él es un pan de Dios. No puedo decir lo mismo de Bokuto-chan, Kuroo-chan y Hiyori-chan.”
“Ah, pero Mari es igual que esos tres. Por eso se llevan bien. Estoy segura de que Akaashi se está arrepintiendo de todo.”
“Mm, es cierto.” Oikawa rio. “Ah, por cierto, Kanan-chan. Ella era Shinoa-chan. Fue la mánager de mi equipo.”
“Es. Porque pienso seguir siéndolo.”
“¡AY!” Oikawa la abrazó y le revolvió los cabellos, emocionado. “¡Gracias, Eureka-chan! ¡Realmente eres mi mejor amiga!”
“Suéltame antes de que—”
“¡Oh!” Kanan la interrumpió. Su rostro iluminado indicaba que había armado el rompecabezas. “Claro. ¿No era tu enamorada, también?” preguntó, curiosa.
“Sí…” Eureka se separó de Oikawa, un tanto avergonzada. “Estábamos fingiendo.”
“Nunca estuvimos en una relación.” Oikawa sonrió. “Eureka-chan era mi HiME, yo su rebel.”
“…” Eureka sintió un golpe en su espalda y supo que Morgana andaba castigándola por el error que acababa de cometer Oikawa. “Ay.”
“¿Qué pasó, Eureka-chan?”
“Mona.”
“¿Mm?” Kanan se veía confundida.
“Nada, nada, Kanan-chan.” Oikawa sonrió.
“Entonces… Eureka-chan, ¿eres HiME?”
“¡Sí!”
“¿Y Oikawa era tu rebel?”
“¡Soy su k—sdflsdjflsFSJDFK!” Eureka lo codeó en el estómago.
“¿…Key?” Kanan sonrió de lado.
“Sí.” Eureka desvió la mirada, avergonzada.
“Ah, entonces sí puedo comentarles. Mi enamorada tiene una pequeña escuela donde andamos ayudando a algunas HiMEs a desarrollar y perfeccionar sus poderes.”
“…” Eureka y Oikawa intercambiaron miradas, y luego volvieron a observar a Kanan.
“¿Mari-chan?” preguntó Oikawa.
“¿Su apellido es Ohara?”
“¡Sí!” Kanan asintió. “¿Cómo saben? Ah, ¿fácil te conté, Oikawa?”
“¡Nono! Hoy hablamos con ella por teléfono,” dijo Eureka.
“¿En serio? ¡Oh! ¡Qué genial!” Kanan sonrió. “El mundo es un pañuelo. Sí me había comentado que una HiME la llamó hoy. Si gustan, pueden hablar más a fondo con ella. Está en la sala, siendo el centro de atención junto a Hiyori,” dijo la peliazul.

Sutilmente, Kanan señaló con la cabeza a la estancia en cuestión, donde una rubia y jovencito de cabellos verdes andaban conversando rodeados de un grupo de varias personas. Eureka reconoció al chico en cuestión de segundos: era Hiyori Tomoe, un idol, miembro del grupo “Eden” que justo había entrado en receso unos meses atrás.

Sin embargo, nunca imaginó que el descanso se debía a esto: al parecer, Hiyori era un estudiante universitario y tomaba sus cursos como cualquier otro joven de su edad. Era demasiado surreal verlo allí, con una lata de cerveza en las manos, riéndose muy animado y respondiéndole a la enamorada de Kanan.

Su cerebro optó por bloquear el hecho de que su futura entrenadora estaba allí. Hiyori Tomoe era la prioridad número uno, después de todo.

“Oikawa.”
“¿Mm?”
“¿Eres… amigo… de Hiyori Tomoe?”
“¡Sí!” Oikawa sonrió.
“Hiyori es de nuestra facultad. Llevó radio con nosotros este último ciclo,” comentó Kanan.
“¡SON AMIGOS DE HIYORI TOMOE!” gritó Eureka, y agradeció que la música del ambiente impidió que la gente de la sala escuchara su alarido. “Ah, y yo estoy así, demacrada y como un zombie.” Eureka se giró hacia Oikawa y lo tomó del polo. Por la diferencia de estatura, lo que debía verse amenazante parecía más un show de comedia. “¡Mi primera interacción con Hiyori Tomoe! ¡Y MIRA CÓMO ME VEO!”
“…Eureka-chan, Hiyori-chan es lo de menos.”
“¡NO! ¡ES PRIORIDAD!”
“Uh… ¿Mari-chan está ahí? ¿Podríamos hablar con ella sobre los entrenamientos?”
“…Es cierto.” Eureka asintió. “Y lo haremos. Luego de que me presenten a Hiyori.”
“Haha~” Kanan soltó una risita, divirtiéndose con las reacciones de la HiME. “Tranquila, te presentaremos a Hiyori. Hay que esperar a que se libere del grupo.”
“¡OIKAWA!” Unos miembros del equipo lo llamaron, y el capitán corrió hacia su posición dentro de la sala. Eureka y Kanan lo siguieron.




En aquel grupo andaban Suzuki, Ritsu, Tendo, Ushijima y Daichi. Este último era, tal vez, el más cuerdo de los cinco, pero era curioso cómo Eureka había congeniado con Ushijima y había pasado a aceptar a Tendo en vez de acercarse a Daichi. En cierta forma, todo se podía explicar con su venganza de biohuertos: la broma que le hizo a Oikawa la había obligado a interactuar con ellos dos. Le sorprendió notar que, si bien eran excelentes jugadores, ambos tenían un lado jocoso y muy divertido. Más aun, Tendo le había dado mala espina por mucho tiempo, pero poco a poco se habían vuelto amigos.

Quienes seguían siendo un misterio para ella eran Suzuki y Ritsu: el pelirrojo era muy alegre y enérgico, un excelente middle blocker que servía de rival para Tendo y el resto. Mientras tanto, su amigo era un tanto más reservado pero sumamente carismático y encantador: un armador que contaba con una habilidad para adaptarse fácilmente al ritmo de sus compañeros, tal y como su ídolo, Oikawa.

Lo cierto era que ambos tenían cierta popularidad, porque Eureka recordaba haber visto fans de ambos en la puerta del gimnasio durante varios entrenamientos. También había interactuado con el hermano mayor de Ritsu, Mob, quien iba a apoyarlos y hacerles barra a veces, en compañía de un amigo más de ellos.

Así como Suzuki y Ritsu, Saeran era otro enigma. Aún no encontraba oportunidad de acercársele, más que aquella vez luego del ataque, pero suponía que eventualmente llegaría. Sólo esperaba que no tomara tanto tiempo, porque tenía la ligera sensación de que Seven tomaría represalias.

Eureka revisó sus alrededores y notó que Saeran no había asistido. Tenía sentido, puesto que él no era mucho de reuniones y fiestas. Incluso, lo había visto pocas veces en las salidas posteriores a los entrenamientos: parecía que no le agradaba mucho compartir con el resto.

Eureka saludó a todos y se distrajo con sus propios pensamientos. Escuchó, sin prestar mucha atención, la conversación del grupo, hasta que un pequeño toque en su hombro la trajo a la realidad.

“¿Estás bien?” le preguntó Oikawa.
“Sí. Un tanto cansada, pero no hay problema. Por cierto, ¿qué fue con Iwaizumi? Iba a recoger a Maka, ¿no?”
“Mm. De seguro están en camino.”
“Sí, tienes razón. No sé por qué me sentí un poco ansiosa.”
“¡Descuida!” Oikawa le sonrió. “Tú tranquila. Más bien, ¿vamos avanzando con lo que queríamos ver?”
“¿No sería bueno que esperemos a Iwaizumi?”
“A él no lo necesitamos para pedir disculpas.”
“…Tienes razón.” Eureka asintió, con una pequeña sonrisa.
“¡Chicos!” Oikawa interrumpió la conversación en el grupo, captando la atención de sus compañeros de equipo y de Kanan. “¿Podrían juntar al equipo? Eureka-chan y yo queremos conversar con todos. De paso, vemos cómo haremos con el gimnasio. Ya han pasado un par de semanas de vacaciones y no podemos perder más tiempo sin un lugar para entrenar.”
“¡Tienes razón!” Suzuki asintió. “Llamaré al resto~” canturreó, y se giró hacia los otros grupos de la reunión. En vez de acercarse a cada uno, gritó y anunció que el equipo de vóley tenía que reunirse con Oikawa.
“…Yo iba a ayudarlo pero Sho es un estúpido, al parecer,” dijo Ritsu, y se llevó una mano a la frente.
“Bueno, su método está dando resultados,” dijo Tendo, observando cómo poco a poco el resto del equipo se acercó a ellos.

Eventualmente, todos se juntaron y se unieron al pequeño grupo del inicio. Eureka y Oikawa intercambiaron miradas y asintieron, dispuestos a iniciar verdaderamente aquella reunión del equipo de vóley.







Maka presionó el botón y envió el mensaje que acababa de tipear. Un suspiro se escapó de sus labios, a la vez que veía cómo el carro de Iwaizumi se alejaba a lo lejos. Se sentía un tanto mal de rechazar la invitación, pero justo cuando el amigo de Oikawa llegó, Maka notó que debía estar en otro lugar en esos momentos. Se dio cuenta de que no podía postergar esa charla con cierta persona. Sólo esperaba que Eureka y Oikawa no se resintieran con su decisión.

Maka negó con la cabeza. Al contrario: ambos le habían dado muchos ánimos cuando mencionó que debía hablar con Soul. De seguro su reacción iba a ser positiva al ver el mensaje que les había mandado.

La HiME ingresó de nuevo a su departamento. Mientras subía las escaleras al tercer piso, sumó todo su coraje, intentando disipar la angustia en su interior. Era algo muy sencillo, pero implicaba tanto… le causaba mucho temor enfrentarlo, si era sincera consigo misma.

Cuando llegó a la puerta de su departamento, notó que no quería hacer aquella confesión en ese lugar: no soportaría recibir una respuesta negativa por parte de su amigo dentro de su departamento. Aunque bueno, si se detenía a pensarlo, Soul no tenía de otra: iba a apoyarla de todos modos, por más incómodo que se sintiese con todo.

Sus pies la llevaron a la azotea, donde dio un suspiro hondo y, luego de unos instantes de pura concentración, convocó a Soul en frente de ella.

Su amigo andaba en jogger, un polo gris decolorado y sin medias. De seguro estaba planeando irse a dormir temprano, o iba a tener una maratón de películas con Hizumi en la sala de cine de la mansión vi Britannia.

Soul se mostró incrédulo y luego cayó en cuenta de sus alrededores: la azotea del edificio de Maka no era un lugar ajeno, pero no lo visitaban constantemente y ese día, un jueves por la noche, no parecía ser el lugar indicado para ver a su amiga. Al menos desde su perspectiva, de seguro.

“Soul.”
“¿¡Maka!? ¿Todo bien? ¿Qué—?”
“Tenemos que hablar,” dijo, muy decidida.

Soul la observó, lleno de curiosidad, y guardó silencio para dejarla continuar.
« Last Edit: October 27, 2019, 09:51:45 PM by Eureka »