Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252010 times)


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #60: September 30, 2015, 12:35:44 AM »
Hoi hoi minna vengo con capitulo nuevo <3

Capitulo 7 : "Lo mas importante"


Inicio del Flashback

Una pequeña niña de 6 años, de cabellos largos castaños y una amplia sonrisa se acercaba a un niño de cabellos pelimorado  que se escondia tímidamente detrás de su abuelo

Hola…mi nombre es Kobato Hanato, acabo de mudarme y quiero ser tu amiga…- le extendió sus manos-

Anda…Tsubasa…saluda a la pequeña que amablemente vino a ofrecer su amistad…-

No quiero…tengo miedo…ademas después de tratarme se va a ir como todo el mundo lo hace cuando empiezo a emocionarme…-

En serio hacen eso?...yo jamas abandonaría a un amigo en problemas y si lo hiciera, me comería mil agujas…ademas todos tenemos gustos diferentes, y nadie puede mirar a otras personas que no comparten las mismas cosas que tu…- se acerco mas al pequeño- asi que Tsubasa-kun…quieres ser mi amigo?...-

El pequeño pelimorado miro fijamente a la castaña y al ver la mirada limpia y sin malicia, con un genuino interés por ser su amiga, se separo de su abuelo y se acerco para estrechar sus manos-

Vez que no fue difícil hacerlo? Ahora te ayudare para que seas mas alegre y puedes tener muchos amigos que te van a querer  tal como eres…esto…abuelito, puedo llevármelo a jugar al parque?

Claro que puedes, pero me lo cuidas bien eh?...-sonrio amablemente-

Pero abuelito…- dijo el otro niño-

No te preocupes yo cuidare de tu abuela, asi que diviértete con Kobato-chan deacuerdo?...-

Esta bien…- dijo con las mejillas rojas mientras que era jalado por la alegre pelicastaña-

Fin del flashback
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El reloj despertador no paraba de sonar y Tsubasa Amaha, que ahora tenia 16 años se levantaba perezosamente, para quedarse mirando al techo

Nuuu…otra vez he tenido el mismo sueño con Koba-chan…- se levanto de la cama y se acerco a su escritorio, donde habían muchas fotos de él con la pelicastaña de cuando eran niños-

Tsubasa-kun!!!!-

Desde afuera se escuchaba que una joven estaba gritando, haciendo que el joven se asomara rápidamente hacia el balcón de su cuarto, abriera la ventana y viera a su amiga de la infancia, que aun conservaba su largo cabello castaño y la misma sonrisa alegre de la que se enamoro por primera vez, llevaba el uniforme de la secundaria de Hanasaki-

Tsubasa-kun!! Otra vez te levantas tarde?? No te demores mucho que te estare esperando!!!...- le grito sin cambiar su alegre expresión-

Ya voy Koba-chan!!! Esperame…- se alejo corriendo del balcón, cogio su ropa de la escuela y se metio al baño, para darse un rápido duchazo y colocarse su uniforme, ir a tomar un rápido desayuno con su abuela, despedirse de un retrato de su abuelo, para finalmente salir de su casa y ver a la castaña

Es un nuevo record…te demoraste solo 20 minutos Tsubasa-kun eres increíble…-

Tu lo crees?...-sonrojado- Nuuuhahahahaah…bueno tome un desayuno rápido-

Pero no debes de hacer eso tienes que masticar lentamente tus alimentos Tsubasa-kun no quiero que te enfermes…espera no veo tu almuerzo…-

No puede ser…me olvide de prepararlo…creo que me moriré de hambre…-dijo apesadumbrado mientras se sujetaba el estomago

No se porque tenia el presentimiento que te olvidarías de tu almuerzo….-suspiro pesadamente-pero afortunadamente hoy me toco cocinar e hice mucha comida, asi que tengo un almuerzo extra, claro si quieres comerlo….-

Claro que si quiero si quiero, después de todo es algo que ha hecho Koba-chan con sus manos, asi que debe de estar delicioso

No se si estará delicioso, pero hice todo lo posible para hacerlo rico…-

Si Koba-chan lo hizo, estoy seguro que debe de estar rico…-

Eso espero porque también le hice para oniichan y para Haru-san…-

Aun no puedo creer que Makoto-san sea amigo de una persona tan callada como Haruka-senpai…-

Es cierto…pero aunque no lo parece Haru-san siempre esta preocupado por oniichan y oniichan por él…-

Eso parece que fuera otra cosa Koba-chan…-

En serio? Pues no me importaría que fuera otra cosa mas, lo que mas quiero es que mi oniichan sea feliz, ya que me cuido desde que eramos pequeños y yo le debo mucho-

Si…merece ser feliz y pues si algún dia se da algo con Haruka-senpai yo también lo celebrare…-

Siii y cocinaremos algo rico…-

Y también hare un gran invento que les gustara…-

Creo que mejor eso lo podemos dejar otro dia lejos de la reunión…-

Nouuu por que?...-

La pelicastaña rio suavemente- Por nada…-

Bueno entonces te creo…- también rio divertido-

La escuela anda movida últimamente no lo crees? Veo a muchas senpai corriendo de un lado u otro, crees que este pasando algo malo?

No lo creo…o sino la directora-san nos lo hubiera informado, quizás tiene que ver con alguna transferencia de alumnas a nuestra escuela, asi que no te preocupes y si sucede algo yo te protejare pase lo que pase…-

Eres tan amable como siempre…- se pego del brazo de su amigo-

El pelimorado se sonrojo levemente al sentir que la castaña estaba pegada a él, no sabia desde cuando fue, pero ya miraba Kobato no como su amiga de la infancia sino como alguien mas importante en su vida, aunque parecía que su amiga si lo veía de esa manera, por eso no se atrevia aun decirle acerca de sus vedaderos sentimientos, porque no queria asustar a su mejor amiga…-

Tsubasa-kun? Sucede algo?...-

Nuuuu no…noo no pasa nada…solo me quede pensando…-dijo apenado-

La castaña se separo del pelimorado para seguir caminando a su lado- el dia de hoy tienes actividades en tu club de invenciones?...-

Si, hoy dia nos quedaremos a preparar el prototipo de un robot, asi que me quedare hasta mas tarde…-

Ya veo…yo mañana tengo clases de cocina y llegare tarde…-

Parece que esta semana no nos veremos mucho…-

Es cierto, pero para eso tenemos nuestros teléfonos celulares para poder comunicarnos mutuamente-

Tienes razón…-saco su móvil- ya cargue mi teléfono en la noche asi que puedes llamarme…-

Deacuerdo…-

Y bueno Koba-chan ya sabes lo que le haras a tu hermano para su cumpleaños?

Aun no lo se, pero será algo pequeño y conmemorativo…-

Si necesitas ayuda yo estoy presto a ayudarte…-

En serio? Muchas gracias, me seras de una gran ayuda…-

No es ningún problema porque te voy a ayudar….-

Tsubasa….-

Eh?...-

Gracias….por ser muy importante para mi…-le sonrio ampliamente-

El pelimorado se sonrojo al ver la amplia sonrisa de Kobato, para alzar sus brazos y atraer a su amiga hacia el, para abrazarla

Tu también eres importante para mi Koba-chan…-

La pelicastaña se sorprendio pero cerro los ojos y le abrazo cariñosamente, ya que el pelimorado era su amigo de su infancia y alguien importante en su vida, respondio al abrazo de Tsubasa, para luego separarse y tomarle de la mano-

Ahora si vamos!! O sino llegaremos tarde en la escuela-

Es verdad…-

Y es que con este acto, Tsubasa Amaha se armaria de valor para finalmente en este año declararle su amor a su amiga de la infancia, su mejor amiga y su persona especial
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Matta ne!!!

Mimi-chan
« Last Edit: October 19, 2015, 01:48:23 AM by Mimi Tachikawa »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #61: October 01, 2015, 12:24:52 AM »


Hello gals <3

Recuerden que se supone que este mes es la mudanza a la mansión HiME, así que hagan lo posible por organizarse please :c
Para más información revisen el tema en el foro de planeación.

Y sin más preámbulos~



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Now, let's carry on with those big HiME dreams...
« Last Edit: August 13, 2017, 01:38:36 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Deidara

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #62: October 04, 2015, 09:46:22 AM »
tengo mucho con que ponerme al día en este fic u_u pero al menos este es un comienzo. y mientras no tenga icons kawais, con estos va a tener que ser.

#4 decisions to be made


Deidara se detuvo durante unos minutos, quedándose allí parada antes de cruzar el pasillo que le llevaría hacia el despacho de Miranda. Todavía no estaba segura qué era lo que iba a decir una vez entrase en su oficina. Recordó su última conversación con Kurogane, en Barcelona. Su hermano le había propuesto hacer una visita a Barcelona para poner punto y final a todo, pasar página. Decirle a Miranda que no estaba interesada, cerrar varios asuntos pendientes con sus amigos.

Pero… echaba de menos el poder.

¿Iba a ser lo suficiente egoísta como para aceptar la oferta, sólo para que le devolviesen sus poderes?

# # #

Miranda no parecía sorprendida al encontrarse a Deidara esperando frente a su despacho. A la pelirroja le había costado no cruzarse con nadie, pero había conseguido al final llegar al despacho de la directora sin encontrarse a nadie que conociese por el camino. No era el momento para dar explicaciones sobre su ida a Barcelona ni de su vuelta, aunque era de imaginar qué le había traído hasta aquí.

Miranda probablemente ya sabía de ello porque Sanji se lo habría contado. Y a Sanji, se lo habría dicho Kurogane, quien parecía haber estado manteniendo al tanto de todo lo que sucedía en Barcelona a sus conocidos de Hanasaki.

La directora de Hanasaki dejó paso a la exHiME, quien se sentó frente su escritorio. Estaba tal y como lo recordaba; igual de ordenado que siempre, con algunos diplomas y fotografías decorando las paredes, entre las que podía diferenciar algunas de la época de HiMEs. Viejas fotografías de grupo con todas sus antiguas compañeras. Las pocas diferencias que vio, las encontró en el equipo informático de Miranda, que parecía haber mejorado ligeramente.

Ella también seguía igual. Parecía que la directora no envejecía; siempre igual de elegante, con aquella aura que emanaba confianza y delicadeza. Pero a la vez, seguridad en sí misma y poder. Una mujer digna de admirar, y un gran modelo a seguir.

Aun así, Deidara no podía negar algo. Le guardaba cierto rencor a Miranda. Sabía para qué estaba allí; volvían a necesitar de la ayuda de las HiMEs. Miranda les había involucrado a ella y a sus compañeras en aquel asunto, años atrás, y tras haberlas dejado ir, volvía a llamarlas. Con todo lo que habían perdido muchas de ellas, todo lo que habían pasado, y la directora iba a pedirles de nuevo lo mismo. Ella, quien había sido la principal espectadora de todo lo que pasaba en Hanasaki.

Miranda le dio unos momentos a Deidara para que se acomodase, le dio plena libertad a echar un vistazo a su alrededor. “Esperaba que vinieses a verme. Me alegra que así haya sido.” Tomó una pausa, y después continuó. “Te fuiste tres años atrás, una vez pusimos fin al mal que Rizembool había sembrado. Has estado todo este tiempo en Barcelona, y poco hemos sabido sobre ti. Querías mantenerte aislada de todo lo relacionado con esta etapa. Cuando le pedí a Sanji que se pusiera en contacto contigo—no te contacté yo, porque pensé que agradecerías más que lo hiciera una cara más… de confianza. Aun así, no estaba segura que fueses a acceder.”
“Todavía no he accedido a nada,” no tardó Deidara en añadir.
“Al menos has accedido a venir.”

Um. Ahí Miranda tenía un punto. Al menos, había sido un paso por parte de ella.

“He accedido a venir, sí. Porque quiero poner un punto y final a aquella etapa de mi vida. Dejé muchas ventanas abiertas, sé que no estuvo bien por mi parte huir, porque eso fue lo que hice. Quiero arreglar eso.”
Miranda asintió, pareciendo comprender. Lo cual la pelirroja agradeció. “Has cambiado.” No era la primera vez que se lo decían desde que había aterrizado en Japón, pero sabía que la directora no se refería a lo físico. “Has crecido como persona. La Deidara de hace tres años se hubiese negado siquiera a hablar conmigo sobre el asunto.”

Aquello le hizo sentir algo avergonzada; sabía que le había faltado la madurez aquellos años atrás. Pero ahora se sentía como una nueva persona.

“Apoyo que quieras poner un fin a aquella etapa. Y por ello, en Hanasaki estamos dispuestos a brindarte toda la ayuda necesaria. Es lo menos que podemos hacer tras todo lo que nos ofreciste a nosotros como HiME.”

La directora le deslizó una tarjeta a través del escritorio, parecía tenerla preparada. Y no era la primera vez que Deidara la cogía en sus manos. Le había ofrecido ese mismo trozo de papel tres años atrás, tras el combate final entre las HiMEs y los Rebels. Y la exHiME le había hecho saber a Miranda que no quería saber nada que tuviese que ver con doctores.

Echó un vistazo a la tarjeta, confirmando que se trataba del mismo nombre. Doctor Banner, Psicólogo.

“Creo que reconoces ese nombre… se trata del doctor Banner, un psicólogo de confianza para Hanasaki. Tiene experiencia en este campo que nos incumbe, así que no tendrá problema en hablar de Hanasaki y Rizembool contigo. Creo que conocerle podría serte útil. Mañana estará en su despacho toda la mañana, estará dispuesto a escucharte si así lo deseas. La dirección está en el revés.”
Deidara jugueteó con la tarjeta entre sus manos, acabó por decidir guardársela en uno de los bolsillos de sus pantalones. “Creo… creo que lo tendré en cuenta.”
Miranda asintió. Pareció querer confirmarse con aquello por ahora. “Perfecto. No voy a hacerte la pregunta todavía, Deidara. Voy a darte el tiempo que necesites, y cuando lo desees, puedes venir a verme para volver a hablar. Puedes poner punto y final a este capítulo de tu vida. Pero la historia todavía no ha acabado. Todavía hay tiempo para un nuevo comienzo.”

Había todavía mucho en que pensar, pero al menos esta vez no iba a decir que no a la ayuda. Todavía era pronto para dar una respuesta; Miranda le iba a hacer la pregunta tarde o temprano, así que no había tiempo que perder. Tenía que ponerse manos a la obra.

Por ahora, ya tenía una cita para mañana.
« Last Edit: October 24, 2015, 11:30:06 AM by Deidara »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #63: October 17, 2015, 07:46:17 PM »
Hola, no saben lo ocupada que he estado, pero finalmente tuve tiempo para terminar este fic. Lamento lo largo que está, pero todo era una sola idea. Prometo que me pondré al día con todas pronto~

11



Después de varios días inmersos en tensión y actividad, llegó el fin de semana. Por motivos de relajación y también para encargarse de un quehacer dejado por amigos, Cho y Roxas fueron acompañados por Osaka y Tomo de visita a un templo en un monte hacia el extremo de la ciudad. El clima era uno soleado con esporádicas nubes y una brisa fresca que disipaba el calor, y por la altura y vegetación cercana del templo, prometía ser un día ideal.

Los cuatro se encontraban caminando la enorme escalera de incontables peldaños hacia la cima. Por la altura y el esfuerzo físico que significaba, las chicas no pudieron subir de una sola, y al verles cansadas, Roxas sugirió que tomaran pequeños descansos por cada bloque. De este modo, ya no les faltaba mucho más para llegar.

“Wow, se puede ver casi toda la ciudad desde aquí,” exclamó Tomo, haciendo una pausa en plenas escaleras. Ella puso una palma encima de su cabeza para tratar de agudizar su visión lo más posible. “Hmm, no puedo distinguir bien dónde está Hanasaki.”
“Sí, ¿verdad?” Osaka le imitó. “Pues… creo que está más lejos aun. Si sumamos el viaje de la universidad a casa y de la casa hasta acá es bastante.”
“Pero aun así, ¿quién imaginaría que ustedes también tienen un templo como su propiedad?” Tomo sonrió con ironía y miró a los dos hermanos. “Son unos huérfanos adoptados por unos padres que les dejaron su mansión y también un templo espiritual. Algunos sí que no se preocupan por nada en sus vidas.”
“No es así, ya te lo hemos dicho,” Roxas negó. “Este templo se encuentra bajo el cuidado de una familia que son nuestros amigos, y los conocimos por nuestros padres. Aunque sus hijos están estudiando en el extranjero y la sacerdotisa que se había quedado a cargo ya es muy mayor de edad como para quedarse aquí sola. Por ello, nos dieron las llaves y nos pidieron que viniéramos de vez en cuando para hacer mantenimiento.”
“Sí, pero no hemos venido desde hace un par de meses por todo el ajetreo de nuestra mudanza. Me siento un poco mal, a decir verdad,” Cho bajó su mirada. Recordó las varias veces que había ido en el pasado, cuando Aoshi todavía estaba ahí para asistir a su abuela con el templo. Habían sido tiempos muy distintos. “El otro día recibí un mensaje de Aoshi preguntándome por el templo, y no supe qué decirle…”
“¿Pero cómo recién me vengo a enterar? O sea, sí conocí a ese malhumorado chico que en ese entonces estaba en Hanasaki U y a su hermana menor que era una HiME también, pero ni pío de este lugar,” Tomo frunció el ceño, insatisfecha.
“Una vez vinimos varios del jardín a visitar para ver un eclipse lunar, lo recuerdo muy bien,” Osaka asintió, sonriendo con nostalgia. “Pero eso fue en primero, el año antes que ingresaras a Hanasaki, Tomo-chan.”
“Uhh, habré estado para la sobrepoblación de HiMEs, plagas de Rebels e invenciones raras de los demás puestos, pero cada vez más siento que me perdí de mucho,” la otra se impacientó.
“Ese año fue un gran desastre. Las batallas se volvieron más intensas y todos estábamos muy ocupados. Además que el templo sí estaba siendo cuidado, por lo que no teníamos que venir a cada momento,” dijo Roxas, incómodo. También había sido el año en que se había distanciado bastante de Cho y sus primas, ocupado principalmente en practicar para mejorar su destreza con el kendo.
“Pero no hay necesidad de pensar en lo que pudo ser, ahora todos estamos aquí y seguimos en los años dorados de nuestra juventud,” Osaka asintió, sonriendo convencida. Pudo ver que su primo se había inquietado, por lo cual decidió terminar con ese punto.
“Ah, pero hubiera sido imposible con su otra prima, cierto,” Tomo recordó un detalle importante. “Mariko es parapléjica y nunca terminaría de arrastrarse hasta arriba.”
“Ehh, pero como HiME ella tenía sus vectores, así que ese no es el punto…” Cho entrecerró sus ojos. Tomo siempre carecía de tacto.
“Pues no siempre y este lugar no tiene accesibilidad para sillas de ruedas. Hubiéramos necesitado una rampa gigante.”
“Vaya…” Roxas sintió un flechazo al pasado con la mención y miró hacia las escaleras descendientes. “Recuerdo cuando quise construir una rampa en estas escaleras para ir cuesta abajo con mi skateboard. Creo que hubiera muerto si lo intentaba…”
“Verdad, Aoshi te llamó la atención por la idea también,” Cho sonrió un poco. Recordaba ese instante como si hubiera sido ayer, pero bastante había pasado en esos cuatro años.
“Uhh, yo no puedo patinar pero habría ido rodando hasta abajo hehe,” Osaka sonrió.
“¡Y yo lo habría usado para despegar con un ala delta!” exclamó Tomo.
“Eso suena genial, ¿pero acaso sabes manejar uno de esos?” preguntó Roxas.
“Oye, tú eres el patinador kamikaze, no me juzgues.”
“Bueno, ese es un buen punto…”

Los cuatro continuaron subiendo hacia arriba al no faltarles mucho más, y llegaron a la cima. El templo estaba hacia el fondo de un sendero y un claro del bosque, pero se veía bastante sucio y cubierto por hojas secas. Por la distancia y altura del lugar, este nunca había sido muy popular con los visitantes, pero verle en ese estado más descuidado de lo usual era bastante deprimente.

“Sí era un templo,” Tomo aun así se impresionó. “No me habían mentido.”
“¿Acaso pensaste que subimos hasta acá por nada?” preguntó Roxas, extrañado.
“Pues imaginaba que tenían un motivo, pero pensé que era algo como un templo inventado por primos y hecho con ramitas de los árboles.”
“Ahh, deberíamos hacer eso,” los ojos de Osaka brillaron. “Templeception…”
“Entonces supongo que si inventamos el templo somos los mejores constructores de escaleras,” Cho negó y caminó hacia el viejo edificio.
“¡No necesito tu sarcasmo!” reclamó Tomo.
“Pues, te lo buscaste esta vez,” dijo Roxas. “Aunque ahora que me pongo a pensar, no somos los únicos con llaves a este sitio. Obaa-san también dejó una copia a Alexei.”
“Es verdad…” Cho se impresionó por haberse olvidado de ese detalle. “Pero parece que hace tiempo que él tampoco viene.”
“¡Ohh, hace tanto que no escuchaba su nombre!” Osaka se emocionó. “¿Y qué ha sido de él? No creo haberlo visto recientemente.”
“Él ha estado muy ocupado con sus estudios después de la batalla final. No sé si estará por terminar o si trabaja en su maestría, y realmente no recuerdo qué está estudiando, pero es algo de letras,” respondió la peliceleste. “En verdad nunca pensé ver a alguien de esa facultad estudiar tanto…”

“¡OYE!” tanto Tomo como Osaka levantaron la voz al punto de sobresaltar a la otra.
“¿E-eh?” Cho se desubicó.
“Cuidado con lo que dices, Cho…” le aconsejó Roxas, negando.
“¡En serio!” exclamó Tomo. “¡Estarás todo el tiempo resolviendo cosas raras con tu calculadora pero nunca te ve visto leer un libro! ¡No discrimines!”
“Suena como si no tuvieras esperanzas en mí…” Osaka se apenó.
“Perdón chicas…” la HiME dio un suspiro. Fue un comentario insensible y fuera de lugar, pero si debía ser perfectamente honesta, las dos frente a ella tampoco daban la mejor imagen. “…y no por ser mala, pero siento que nunca les he visto estudiar. Y Tomo, ¿cuál es tu carrera? Creo que nunca lo has dicho…”
“Pues ya era hora que la dramática HiME prestara atención a los demás,” Tomo llevó sus manos a sus caderas, disfrutando de su atención y procedió a hablar. “Pues, como seguramente sabrán, en la secundaria quería trabajar para la Interpol, pero mi sueño se vio fracturado cuando resultó que para trabajar como ellos tenía que ser una policía común y corriente y esperar a que me acepten. ¿Quién demonios sabía eso?”
“¡Yo!” exclamó Osaka levantando su mano. Cho y Roxas intercambiaron miradas.
“¿No lo sabías?” preguntó el rubio.
“¿Qu-cu-cómo demonios lo saben ustedes?” preguntó Tomo, indignada.
“Por algo el nombre se deriva de ‘International Police’…” dijo Cho.
“¿Hasta tú, Osaka?”
“Claro, cuando lo mencionaste la primera vez, por no saber qué era lo busqué por Internet y lo aprendí con el primer enlace de la búsqueda,” Osaka asintió.
“¡AHH cállense y no me miren!” Tomo se amargó pero siguió con su relato. “En fin, consideré por un instante hacer el esfuerzo de ser policía, pero cuando me di cuenta que Hanasaki U no tenía policía de carrera…”
“¿Q-qué?” Roxas se horrorizó.
“¡El punto es que! Ehem, busqué mi plan B de ser agente de FBI y resulta que ellos tienen más requisitos y tengo que aprender lenguas raras así que… ahora soy del grupo indeciso como Osaka.”
“¡Yay!” Osaka levantó un puño al cielo. “¡Los indecisos conquistaremos el mundo!”
“Eso… sonó más aterrador de lo que debió…” Cho sintió escalofríos. Casi le hizo temer por el futuro de la humanidad.
“Entonces por ahora las dos están tomando puros electivos hasta que definan lo que quieren ser…” dijo Roxas y vio a las dos asentir. “En fin, todos hemos sido indecisos en algún punto. Sólo asegúrense de buscar su carrera lo antes posible.”
“Sí, o se nos acabarán los semestres,” Osaka asintió con cierto temor.
“Claro, claro, ¡pero hoy vamos a disfrutar de este paseo! ¡Ahh, ya quiero comer el delicioso picnic que hemos cargado hasta acá!” exclamó Tomo.
“Bueno, no será picnic porque lo comeremos dentro, pero también me ha dado un poco de hambre,” Cho asintió. Era un poco pasado el mediodía, así que ni bien se acercaron a la puerta del templo, sacó su llave, pero se sorprendió al notar que la puerta estaba sin seguro. “¿Eh?”
“¿Habrá alguien adentro?” preguntó Roxas, confundido.

Todos intercambiaron miradas y Cho jaló la puerta movediza. Se reveló el interior, el cual estaba mucho más presentable y limpio que afuera, y para sorpresa de todos, había una chica pelimarrón vestida en ropas de sacerdotisa inconsciente y boca abajo en el piso, con una gran bolsa de basura cerrada a su costado.



“…” y con la luz venida de afuera, la desconocida empezó a despertarse muy perezosamente.
“¡AAAHHHH!” gritaron Osaka y Tomo. La primera se abrazó de Cho mientras la segunda apuntó a la extraña de forma acusatoria.
“¿Ehh?” la ‘sacerdotisa’ miró a los recién llegados completamente ida.
“¡Es una invasora! ¡Una maldita invasora!” exclamó Tomo a todo pulmón mientras le apuntaba. “¡Ha venido a apropiarse del templo! ¡Vamos, ayúdenme a botarla de aquí antes que intente hacer todo el papeleo para reclamar derechos sobre este sitio! ¡Abajo con derechos de posesión! ¡Abajo con la reforma agraria!”
“¿De qué hablas, Tomo-chan?” preguntó Osaka, confundida.
“O-oigan, esperen,” la desconocida se incomodó y se alarmó un poco. “Ehh, tienen que escucharme, por favor.”
“¡Nunca!”
“Tomo, un momento,” dijo Cho.
“¡P-pero!”
“Reimu, ¿eres tú?” preguntó Roxas.
“¿Sabes mi nombre?” ella se levantó, sorprendida. “¡Oh, son los hermanos Tanaka!”
“¿Se conocen?” preguntó Osaka.
“¡Sí lo son! ¡Ahh, ha sido tanto tiempo!” Reimu sonrió aliviada. “Pensé que no me encontraría con nadie conocido por aquí.”
“Oigan, yo estoy perdida,” Tomo frunció el ceño. “¿Acaso son conspiradores con ella para apropiarse del templo?”
“Vamos a explicar la situación,” Cho dio un pesado suspiro.

Pasó un momento en el cual todos pasaron hacia una sala dentro del templo. Luego de desempacar el picnic y de que todos tomaran asiento, Reimu procedió a ser la primera en presentarse debidamente.

“Pues, antes que nada siento no servirles un té de cortesía pero no he podido hervir agua y mis reservas de alimento están limitadas,” la miko se disculpó. “Verán, yo soy pariente de la sacerdotisa Kaede, y una de sus nietas. Vine de visita hace ya varios años y fue cuando conocí a Cho y Roxas, pero realmente nunca necesité volver porque mi abuela estaba a cargo de este lugar. Pero ahora que ella ya no está con la capacidad de hacerlo y yo tenía que comenzar con mis estudios universitarios, me ofrecí para vivir aquí. Mis padres me confiaron con la llave del templo.”
“¿Entonces también tenías llave?” Tomo se extrañó. “Cho y Roxas tenían llave, otro chico de la universidad también, y seguro que los previos habitantes conservan la suya. Siempre podríamos alquilar una llave como timeshare, ¿verdad?”
“Ehh, Tomo…” Cho negó, incómoda.
“Ohh, no sabía que había más en el linaje de monjes en la familia,” observó Osaka.
“El lado de mi familia tiene varios que se encargan de otros tres templos por mi lugar de origen, pero allá no me necesitan así que me mudé,” Reimu sonrió, pero esa sonrisa fue frágil, y poco a poco se comenzó a quebrar. “Aunque… esto resultó ser más difícil de lo que pensé… la ciudad es cara y vivo muy lejos de todo… y el dinero que mis padres me envían casi no me alcanza para nada… nunca supe lo caro que es comer… y llegar a mi universidad es todo un viaje en plena hora punta… y regresé ayer pensando en comer mis provisiones de emergencia, pero no recordaba que ya las había comido la semana pasada… y hoy me levanté con la idea de salir a comprar algo y sacar la basura… pero no tenía energías… y pensar que todo el valor de mi vida estaba atado a si podía bajar todos los escalones para dejar la basura en el tacho determinado por la ciudad… v-veo que estuve inconsciente por mucho tiempo, ya está por ser la tarde…”
“¡T-tranquila Reimu, nosotros bajaremos la basura por ti!” se ofreció Roxas, alarmado por verla así. Ciertamente esa actitud deprimida y derrotada no le iba para nada.
“También hemos traído comida y snacks de sobra. Puedes ahorrarte el viaje a la tienda más cercana hasta cuando debas ir a tu universidad,” dijo Cho.
“Ahh, tan lindos como los recuerdo. Este encuentro ha alimentado mi alma…” Reimu fortaleció su débil sonrisa.
“Y si es muy pesado para ti, puedes venir a vivir con nosotros. Hay mucho espacio,” le sugirió Osaka.
“Oye, no andes dando la invitación a posibles freeloaders,” le dijo Tomo en voz baja, pero lo suficientemente alta como para que todos le puedan oír.
“Tú eres la freeloader aquí,” Roxas le miró con reproche.
“Osaka es la que vive con ustedes.”
“Pero su mamá nos envía bastante dinero mensual. Más bien ella hasta nos apoya,” dijo Cho, frustrada.
“Eh, gracias, pero como sacerdotisa debo quedarme aquí a ser la responsable del templo y seguir limpiándolo. Todavía tengo mucho por hacer,” Reimu miró brevemente a toda la comida que ellos habían traído y bajó su mirada un poco avergonzada. “Aunque… si algún día quisieran invitarme a almorzar o cenar con ustedes no me opongo en lo absoluto…”
“Siéntete libre de visitarnos, la casa es bastante grande,” Roxas sonrió. “Estamos por mudarnos de ahí, pero hasta en nuestro nuevo lugar siempre te daremos la bienvenida.”
“Ah, en verdad muchas gracias,” la miko sonrió agradecida, pero miró fulminantemente a Tomo por una fracción de segundo como para que mantuviera su boca cerrada. Esta alzó una ceja y decidió ignorarle.
“¿Dónde estás estudiando?” preguntó Cho.
“Voy a Hanasaki U.”
“¡Qué coincidencia! ¡Los cuatro estudiamos ahí!” Osaka sonrió.
“Ah, qué bueno, ya me estaba sintiendo perdida. Me alegra tenerles ahí también. Todavía soy bastante nueva por recién estar empezando, así que espero que me expliquen un montón de cosas.”
“Seguro, pero por mientras podemos empezar a comer. Creo que todos tenemos hambre,” dijo Roxas.

Reimu y Cho fueron por platos y vasos y en poco tiempo todos se encontraban comiendo. La cantidad de comida bastó para que todos pudieran degustar de mucho y saciar sus apetitos. También se aseguraron de separar algunos alimentos para que la miko tuviera qué comer por el resto del fin de semana. Todo el rato se pasó con la conversación de la universidad, sus instalaciones, sus clases y distintos temas, los cuales fueron explicados por los visitantes. Y finalmente, Reimu les mencionó el más reciente rumor que corrió por sus clases sobre algo llamado ‘HiME’. Cho y Osaka se encargaron de responderle sus preguntas y explicar de qué se trataba muy brevemente.

“Increíble…” dijo la sacerdotisa.
“Sí, es un secreto entre las escuelas, y luego de tres años parece que la batalla va a continuar,” terminó por decir Tomo, con leve desinterés. “Han estado reclutando a viejas HiMEs, por eso ya todos se andan enterando.”
“Ahora Cho es una HiME de nuevo,” Osaka sonrió.
“¿Tú una HiME?” preguntó Reimu. “¿Cuál es tu poder?”
“Ehh…” Cho dio un suspiro y levantó una palma, donde formó una pequeña llama de fuego. Esta acción dejó a Reimu en shock.
“…” Roxas miró el elemento de su hermana con incomodidad.
“¡No estaban mintiendo!” la miko miró de nuevo a Osaka. “Pero tú dijiste que también fuiste una HiME.”
“Sí, pero Miranda consideró que no estoy en la mejor forma y compatibilidad, por lo cual no debo volver a involucrarme directamente,” respondió Osaka. “Aunque aun si no puedo luchar, estaré ahí para apoyar a Cho y a toda HiME que me pida ayuda. Hacia el final de la pelea éramos varias HiMEs, de todos los tamaños, colores y sabores, hehe. Tengo una prima menor que también fue una HiME.”
“Ohh, ¿acaso es algo de familias?”
“Pues, si lo fuera no sería por sangre…” Cho negó. “Pero tenía muchas compañeras HiMEs y también conocí a una HiME que vino desde Hawai. Y muchas del extranjero. Hasta nuestra profesora de inglés. Oh, la pequeña Mikoto fue una HiME también.”
“¿Mi primita?” Reimu se sorprendió. “Vaya, ¿quién no fue una HiME entonces?”
“Ehh… ¡¿YO?!” Tomo exclamó con cólera.
“Lamentablemente Tomo-chan had the heart, but not the soul…” Osaka negó.
“¡No te burles, Osaka!”
“Entonces asumo que fue por eso que te volviste en una Princess,” dijo Roxas, frustrado.
“Sí, pero no lo digas con esa actitud. Nunca le hice nada a Osaka, hasta ella fue la que me llevó a Rizembool para que me convirtieran en su Princess.”
“¿Princess? ¿Qué es eso?” preguntó Reimu, casi mareada.
“Fue como la antítesis de la HiME. Una chica con poderes pero que ayudaba al Rebel,” explicó Cho. “También hubo el opuesto del Rebel que asistía a la HiME, llamado Knight, pero estos dos términos ya no se aplican.”
“Me van a tener que explicar esto varias veces. No lo puedo entender de una sola,” Reimu terminó con su último bocado y miró a los demás. “Veo que han traído postre, pero voto por comer eso más tarde. Ahora que tengo energías debería aprovecharlas limpiando un poco el templo. No sé si quisieran ayudarme.”
“Claro que sí. Vinimos para eso,” Roxas asintió. “Y estoy de acuerdo con lo del postre. Comerlo ahora sería demasiado.”
“Entonces hay que levantarnos,” dijo Osaka. “Espero que haya suficientes escobas y rastrillos para los cinco.”
“Si los hay. Muchas gracias, me han hecho el día,” Reimu sonrió.

No mucho después, todos fueron por los utensilios de limpieza y comenzaron a barrer las hojas en el patio del templo. Fue al realizar la actividad que se dieron cuenta que tomaría más de lo imaginado, aunque los hermanos ya tenían práctica por estar en plena labor de preparar su casa para la venta.
Reimu comenzó a recolectar bastantes hojas en bolsas grandes de basura y las dejó atadas a un rincón, pero en poco tiempo se sorprendió por la gran cantidad de estas y los montículos de hojas recogidas y por recoger.
"Creo que subestimé la cantidad de trabajo," Reimu sonrió incómoda. "Pasé estos últimos días limpiando dentro de la casa pero ha sido una semana con mucho viento. Siento las molestias."
"No te disculpes. Es toda una labor que te responsabilices del templo por tu cuenta," dijo Roxas.
"Sí, y muy admirable que vivas sola y seas pionera de tu familia," Osaka asintió. "Ya casi me dan ganas de ser una miko también, pero no se si pueda sobrevivir."
"Ehhh..." la sacerdotisa se confundió. "¿A-acaso crees que estoy en riesgo de muerte?"
"Pues ojalá que no, pero vives en la cima de un monte sola y en medio del bosque. Cualquier grupo de invasores puede venir, ocultar tu cuerpo y hacerse residencias de madera," Tomo asintió. Ella notó que los demás le miraron con reproche. "¿Qué?"
"Esperemos que quede respeto por templos e integridad humana en el resto de seres humanos en la ciudad," Reimu negó, sonriendo como si estuviera hablando con un alma perdida. Tomo le miró con cierta molestia.
"Esta ciudad es muy tranquila. Varias veces he caminado de noche y no he tenido ningún problema," Cho recordó brevemente que su Rebel fue en verdad la única entidad peligrosa que había encontrado en la calle en todos sus años de vivir en esa ciudad. Ella pasó a mirar las bolsas cerradas. "Es bastante bulto. Quizás lo mejor sería ir llevándolas al basurero al pie del monte."
"Claro, yo me encargo," dijo Roxas, pero Cho le detuvo.
"No, yo lo haré. Tú eres el más eficiente y estas bolsas no pesan mucho, son sólo hojas," dijo su hermana. Ella se estremeció un poco. "Además debes estar aquí por si vuelve a aparecer otra araña..."
"Uy sí, buen punto," Tomo asintió repetidamente.
"Pero es un largo camino de regreso," el rubio frunció el ceño, no convencido.
"Es algo que quiero hacer, y serás de más ayuda que yo aquí, descuida," Cho sonrió un poco. Ella no era de dejarse cambiar de parecer ni bien tomaba una decisión con tanta convicción.
"Okay, pero no te tardes mucho, ¿sí?" Osaka vio a su prima asentir y agarrar la mayor cantidad de bolsas que le permitiera ver y caminar, y fue por el camino hacia las escaleras.
"Ahora espero que no se ponga a descansar y se tarde más de la cuenta," observó Tomo.
"No parece ser de ese tipo," Reimu sonrió. "Y me sorprende que seas tú quien lo diga."
"¿Qué quieres decir con eso?"
"Creo que comienzo a entender la clase de persona que eres, Tomo."
"¡Oye, en serio!" Tomo le reclamó. No le gustaba que esta sonriera tan amenamente.
"Chicas, no peleen por favor," Osaka se alarmó.
"Sí, no debemos distraernos. En fin, creo que nos faltan bolsas de plástico, iré a traer más,"dijo Roxas. Él fue hacia el templo, dejando a las tres solas.


"..." Reimu sonrió con cierta nostalgia y alzó su mirada hacia el cielo. "Los tiempos cambian, ¿no es así?"
"¿Eh? ¿A qué te refieres?" Osaka ladeó su cabeza, confundida.
"Recuerdo esa vez que vine a visitar este templo de niña. Fue durante las vacaciones de verano y sólo me quedé una semana y media, pero cuando uno es pequeño el tiempo dura una eternidad," la miko bajó su mirada a las hojas recogidas por su rastrillo. "Uno de esos días, los dos hermanos vinieron para ayudar a limpiar. Bueno, los adultos hicieron la gran mayoría. Cho se pasó el tiempo tratando de ayudar, mientras Roxas y yo corrimos entre los árboles. En una de esas saltamos en montes recogidos de hojas y todos nos llamaron la atención," ella aguantó una risita. "Pero siento que tanto ha cambiado desde entonces..."
"¡Aww, mis primos chibis!" Osaka se emocionó. "Es una pena que nunca los conocí de pequeña. Recién nos encontramos en Hanasaki."
"Pues, ustedes no son familia por sangre, medio se entiende. Seguro ni entre ellos están asociados así," Tomo se encogió de hombros. "¿Pero acaso eran muy diferentes de ahora?"
"Temo que una persona desalmada como tú no ve el valor de tener memorias de infancia~" canturreó Reimu.
"¡Oye!"
"Pero para responderte tu pregunta, sí han cambiado en algunos aspectos. Cho era más expresiva y se la pasaba todo el tiempo recriminando y corrigiendo a su hermano. Y creo que Roxas es quien ha cambiado más. Él no paraba de jugar y correr con energías y siempre tenía una sonrisa en su rostro, aunque a veces le faltaba tacto y era muy obstinado. Verle tan tranquilo y ayudando bastante me ha impresionado. Bajo el riesgo de sonar como señora, él ha madurado mucho."
"Hehe, al menos sí le conocí algo así. Cuando nos conocimos, él era mi compañero de juego," Osaka sonrió. "Pero... No mucho después hizo el cambio radical. Lamentablemente, los dos pasaron por bastante."
"¿Cómo así?" preguntó la miko.
"Ellos siempre tuvieron problemas por ser adoptados. Tuve que pedirle varias veces a mi mamá que me dejara ir a estudiar a Hanasaki, y felizmente ahora todos en mi familia los consideran más cercanos. Pero lo más crucial fue lo ocurrido durante los tiempos HiME. Ellos estuvieron peleados por malentendidos," Osaka bajó su cabeza, apenada. "Pudieron reconciliarse, pero parece que quedan asuntos pendientes..."
"Hm..."
"Así que espero de algún modo ayudarles. Como su prima, se que puedo hacer al menos algo," Osaka asintió y sonrió. "Los dos significan mucho para mí y ellos me han ayudado incontables veces, así que es lo menos que puedo hacer."
"Por tu decisión y ánimos ya estás haciendo bastante," Reimu sonrió. "Estoy segura que sólo tu presencia es preciada para los dos. Entonces con más razón pasaré a visitarles a su casa para compartir almuerzos y cenas."
"¿En verdad? ¡Gracias!"
"..." Tomo desvió la mirada. Ella realmente no había llegado a conocer bien al hermano hasta después de la batalla final y fue testigo de los problemas familiares por ser cercana a las tres primas, pero nunca supo sobre los detalles. Decidió que no lo meditaría bastante, y miró a Reimu de reojo. "Parásito..."
"Huh," ella alzó una ceja y piso el pie de la otra.
"¡AAAHHHH!" Tomo se agarró el pie. "¡Maldición, tus zapatos son de madera! ¡Me las pagarás!"
"¡No peleen!" Osaka se asustó y contuvo a una iracunda Tomo, mientras Reimu estaba cruzada de brazos y sonriendo satisfecha. Iba a ser una larga faena.


Si bien las bolsas de basura no pesaban mucho, seguían siendo voluminosas, y el largo camino hacia abajo hizo el trabajo de bajar la basura más pesado de lo que pensó.

Cho terminó rodando la mitad de las bolsas hacia abajo, y cuando llegó al final de las escaleras, pudo levantarlos todos para llevarlos al largo contenedor de basura a un costado de la tranquila avenida al pie del cerro. Luego de pasar varios días con todo el ajetreo y rodeada de personas, esa caminata sola en plena labor de limpieza le había hecho tomar una bocanada de aire y descansar de la presencia de otros. La peliceleste se sentía tranquila por el momento que tuvo y por el ambiente tan callado y natural de esa área, pero ya tenía que regresar para continuar ayudando a los demás. Sólo esperaba que el camino de regreso hacia arriba no fuera demasiado por segunda vez.

Tomó impulso con cada bolsa y las lanzó dentro del alto y amplio contenedor. Terminó y dio un pesado suspiro al haber cumplido con la tarea. No le quedaba más que regresar lo antes posible…

“Ah, qué coincidencia…” dijo una voz detrás de ella. Era la voz tranquila de un joven, la cual le sonaba apenas familiar.
“¿Eh?” Cho se giró y vio a un chico alto y peliblanco de cabellos alocados. Ella no tardó en reconocerle como aquel chico que había acompañado a Roxas, Osaka y Tomo el día de su examen HiME.
"No hubiera imaginado que nos encontraríamos aquí, tan lejos de la universidad," Komaeda sonrió. "¿Qué te trae por aquí?"
"Ehh, pues..." Cho se confundió. Esa avenida era muy tranquila y poco concurrida, tanto por personas como carros, y le sorprendía ver que ese chico se encontraba simplemente caminando por ahí. Tuvo un extraño miedo que no pudo explicar.
"Eh, ¿te interrumpí? ¿Acaso te he incomodado de algún modo?" La sonrisa del chico se incomodó y él bajó su mirada con cierta autodecepción. "Vaya, creo que es muy evidente que lo he hecho. Parece que nunca aprendo mis límites..."
"Hm, eh, yo..." Cho no evitó sentirse en algo de falta al ver a aquel chico amable tan apenado.
"No te expliques, no hay nada que explicar. Yo siempre he sido así. Me alegré de ver a una persona conocida en medio de mi paseo, y me lancé a presentarme con tanta naturalidad," él mantuvo su sonrisa torpe. "No te culparía si pensaras que te estoy asechando."
"Pues, n-no..." Cho negó, pero se le hizo muy extraño que ese chico haya dicho esas palabras, al punto de casi ponerse a considerarlas. Pero no notaba que el otro era una mala persona, y la peliceleste podía simpatizar con carencia de tacto y un poco de fobia social. "Ya que estamos admitiendo cosas, yo tiendo a sobresaltarme cuando otros se dirigen a mí, especialmente si no me había dado cuenta. Por ello no te disculpes."
"Ciertamente eres una gran persona, por ser paciente con alguien como yo..." Él volvió a bajar su cabeza con decepción.
"..." la otra ya no sabía qué decirle para levantarle los ánimos.
"Ah, pero nos estamos concentrando mucho en mí, ¿no es así? A diferencia de alguien como yo que camina sin rumbo, estoy convencido que tú tienes más cosas que hacer," el peliblanco asintió con certeza. "Te he visto bajar de esas altas escaleras cubiertas de árboles. Es un camino muy tradicional y llamativo. ¿Acaso se tratará de un templo?"
"¿Eh? P-pues sí lo es..." Cho volvió a incomodarse. ¿El chico era un conocedor de templos, o alguien con suerte, o era evidente... o en verdad la había estado asechando? Sí había un arco rojo cerca del pie de las escaleras, pero en la posición en la que estaban (y por donde el otro había llegado) no se podía apreciar por los árboles. "Es un templo que conozco de hace años. Lo he venido a visitar."
"Sí es un templo, esas son grandes noticias," Komaeda se alegró notoriamente. "Los santuarios antiguos y dedicados a la meditación son emblemas importantes para el bienestar del alma. Y debo admitir que me impresionas al estar afiliada a este temblo y ayudar con su constante mantenimiento. Ciertamente, las personas de Hanasaki son seres increíbles."
"¿E-ehh?" Por la mención, Cho se incomodó aun más. "¿Cómo sabes que estoy ayudando con el mantenimiento?"
"Te vi bajar con muchas bolsas de basura, y por la facilidad con las que las desechaste y el sonido que hicieron en el contenedor, supe de qué se trataba," respondió él con completa naturaleza y una simple sonrisa.
"Ah, eh, okay..." Cho asintió por inercia, todavía perpleja. Fue una respuesta demasiado lógica, casi más que la realidad misma.
"¿Eh? ¿Acaso volví a sobrepasar mis límites?" Komaeda percibió la inquietud de la otra y se confundió. "¿Será que comuniqué todas mis impresiones con mucha libertad? Ciertamente, considero que fue muy fácil de ver, pero si es inapropiado expresar todas mis observaciones, estoy dispuesto a mantener discreción."
"¿P-perdón?" La peliceleste comenzaba a tener problemas siguiéndole el hilo.
"Entiendo, así lo haré," al final, el chico llegó a una resolución por su cuenta. "Ah, debo disculparme por acaparar tu tiempo. Asumo que tu labor es en conjunto, y no puedo distraerte más. Oh, ¿de casualidad necesitarán ayuda?"
"Hm, ¿quieres ayudar?" preguntó Cho. Ella optó por ir al punto, ya que aquel chico parecía estar por todos lados de la conversación.
"Precisamente, quería ver si podía ayudar en algo," él desvió su mirada, sonriendo con leve incomodidad. "Suelo no ser el mejor en muchos aspectos, pero sé que soy bueno con la limpieza."
"Ehh, es en verdad algo bastante pesado..." Cho bajó su mirada, sin saber qué decir. En parte sería de gran ayuda, pero le sabía mal pedírselo.
"No te preocupes por mí. Aun si fueras a negarte, pienso subir para ver el templo con mis propios ojos. Y prometo que no me meteré en tu camino."
"Bueno, si insistes."
"Ah, muchas gracias, será todo un placer."
"Pues..." Cho volvió a confundirse mientras el otro caminó hacia las escaleras. ¿Le acababa de agradecer? "¿De... nada?" No podía comprenderle.

Ella desistió en interpretar su situación y fue hacia las escaleras para regresar donde los demás. Ya se había tardado demasiado.

Los dos terminaron acompañándose mutuamente camino al templo en la cima. Ambos intercambiaron pocas palabras sencillas, como comentarios sobre el clima y opiniones muy generales del bosque o de la misma ciudad en la que estaban. Debido a las palabras del peliblanco, Cho comprendía que Komaeda se acababa de mudar a esa área, lo cual era muy común en varios estudiantes de universidad.

Se encontraban en medio de ese tema luego de darse un descanso a mitad de camino. Cho se había cansado, pero fue evidente para ella que el otro lo estaba aún más por el esfuerzo de subir. El chico parecía ser físicamente débil, y no sabía si debía dejarle ayudar con la limpieza después de todo, aunque esperaba que él fuera a insistir.

“Creo entender que recién has llegado a la ciudad,” dijo la peliceleste pensativa.
“Así es, recién me estoy aclimatando antes de ponerme a hacer algo más,” contestó Komaeda, con buenos ánimos. “Es por ello que me gusta pasear por Hanasaki. Puedo sentir una gran vibra en ese lugar, y por conocerlos a ustedes, sé que estoy en lo correcto.”
“¿Acaso tienes pensado en inscribirte en Hanasaki como estudiante?”
“No, por supuesto que no,” el peliblanco sonrió algo entretenido y con leve torpeza. Esa negación rotunda confundió a la otra. “Sé que no sería nada bueno en ese lugar, no quisiera pretender pertenecer ahí cuando claramente no lo hago.”
“Eh, no creo que debas decir eso. Todos tenemos el derecho y la posibilidad de apuntar a lo que queramos y de pertenecer a un grupo.”
“No, te equivocas,” la sonrisa de Komaeda se vio más certera, pero él pareció reservarse mayores detalles al respecto.
“…”
“Aunque creo que tú sí perteneces a Hanasaki, y en verdad me alegro por eso. Estás en el lugar correcto para ti.”
“…” Cho quería saber qué pasaba por su cabeza por decir cosas así, pero no sentía con el derecho de preguntarle. “Bueno, espero que consigas un lugar donde te sientas a gusto.”
“Gracias por tu consideración. No te preocupes por ello.”
“¿Y de dónde eres originalmente, si no está mal preguntar?”
“Soy originalmente de este país, pero he estado en muchos lugares. También viví gran parte de mi vida en Inglaterra.”
“Inglaterra…” Cho se puso a pensar.
“¿Acaso has ido de visita?”
“N-no, es sólo que conozco a alguien de ahí, aunque no le he visto desde hace tiempo,” la mención del país le hizo recordar a Larsa, quien se había marchado hace tres años luego de la caída de Rizembool y había perdido contacto con todos en Japón. Él realmente fue una gran ayuda a todos en varios de los momentos más difíciles de la batalla, y no tenerlo presente esa vez iba a ser muy extraño. Aunque, de todas formas, no era justo para él involucrarse de nuevo si no pensaba hacerlo, así que sólo le deseaba lo mejor…

“Ah, he hecho una investigación en Hanasaki sobre los rumores de las HiMEs,” comentó Komaeda, meditativo. “Por nuestro encuentro anterior y la conversación que tuve con tus amigos… tú eres una de esas HiMEs, ¿no es así?”
“Ehh,” esa observación la agarró desprevenida. ¿Cómo sabía él sobre las HiMEs, si es que no era un estudiante de Hanasaki? Roxas y Osaka le comentaron de la conversación que tuvieron con el chico y que este parecía haber pasado varios ratos dentro de Hanasaki U por conocer muchos puestos de comida, pero aun así, un tema tan sensible y reciente como el de las HiMEs no debía de ser fácil de averiguar para un ajeno al jardín.
“Creo que puedo tomar tu silencio e incomodidad como una afirmación,” el peliblanco asintió, decidido.
“P-pero espera, ¿cómo así…?”
“Preguntas sobre cómo sé sobre esto, ¿cierto? Ciertamente, un ajeno a Hanasaki como yo no debería tener el derecho de saber sobre este tema ni involucrarse directamente con la información, pero estos últimos días he oído muchas conversaciones a mi alrededor sobre este mismo tema, y mentiría si dijera que no me interesó tanto el contenido de las pláticas como las preocupaciones de los ilustres estudiantes que pertenecen a tu universidad.”
“…” Cho ladeó su cabeza con suma confusión. No podría comprender por qué ese chico trataba a Hanasaki de una forma tan respetuosa, y al mismo tiempo, minimizaba su importancia personal en comparación. La HiME tampoco estaba cómoda con que este supiera la verdad, pero el otro lo trató con tanta naturalidad y decisión que sentía que no podía refutar sus palabras. “N-no deberías saber sobre esto…”
“Estoy de acuerdo. Temo que el mundo exterior a nuestra burbuja no esté listo para la realidad de nuestro entorno y observe la guerra como una barbarie injustificable…”
“…” este se volvió ligeramente más serio de la nada, y Cho también encontró raro que, para variar, se haya incluido a sí mismo dentro de la observación. Aun así… “Pero… como sabes de esto… deberías entender que esta guerra no tiene sentido.”
“Yo no diría eso,” Komaeda negó. “Tú eres una HiME para proteger a tus compañeros allegados y mantener la esperanza dentro de Hanasaki, ¿no es verdad? Yo pienso que esa es la mejor de las razones, y que tu envolvimiento es más que justificable.”
“Pues…” nunca esperó ver a alguien (aparte de Osaka, al menos) tan decidido de que el rol de HiME fuera tan positivo y no tuviera un lado insensato, pero ese chico raro realmente irradiaba dicha creencia personal. Parecía convencido que aquel rol fuera alguna representación del ‘bien’, o algo por el estilo.
“No te ves muy convencida. Como una HiME, ¿no crees que deberías contagiar positivismo y fuerza a las demás personas de Hanasaki?” le preguntó Komaeda, con un cierto tono de demanda en su voz. “Entiendo que no haya muchas personas en tu puesto y que es un trabajo pesado, pero debes estar cometida a llevarlo lo mejor posible, y hacer que tus esfuerzos cuenten para ti, y sobre todo, para todos los cercanos a ti, porque asumo que esa es tu meta personal.”
“…” Cho se quedó en blanco. Al final, sí estaba de acuerdo con él, con esa observación global del asunto.
“Es admirable que te hayas apuntado a una gran causa, sólo no dejes que tus dudas te resten inercia y decisión personal. Lo último que debería ocurrir es que pierdas la fuerza y esperanzas en lo que deseas hacer, y que termines decepcionando a Miranda y a la misma Hanasaki…” Komaeda siguió caminando.
“…” la HiME volvió a sentir unos extraños nervios. Para ser un desconocido y ajeno… “¿Cómo sabes de Miranda?”
“…” Komaeda se volteó y sonrió. “¿Cómo no sabría el nombre de la directora de tan excelente universidad? Lo menos que puedo hacer por siempre visitar es rendir mis respetos, ¿no lo crees así?”
“…” Cho no estaba convencida, pero la proximidad a la cima terminó por hacerle concentrarse en regresar donde los demás.
“Finalmente llegamos. No debemos hacerles esperar más,” declaró el chico, subiendo las últimas escaleras con más energías.

Cho le siguió de cerca y los dos caminaron por el sendero que les condujo hacia el templo. Al llegar, la peliceleste observó que había más bolsas de basuras cerradas y llenas de hojas a un costado, pero que todavía faltaba mucho y aun las áreas recogidas no estaban del todo pulcras. Como era de esperarse, quedaba bastante pendiente.

Tomo fue la primera en darse cuenta de los recién llegados, y caminó hacia Cho con gesto de llamarle la atención.



“Te tardaste mucho…” comenzó ella, pero ni bien sus ojos se posaron en el otro chico, ella frunció el ceño con gran incredulidad. “¿E-eh? ¿Qué hace este aquí?”
“Ah, pues…” Cho se puso a pensar. “Es una buena pregunta.”
“¿Y no le has preguntado? Vaya…” Tomo negó exasperada.
“Es una grata sorpresa haberme encontrado con ustedes de nuevo,” saludó Komaeda, con una sonrisa amigable, la cual se volvió algo torpe. “Aunque… no te ves muy contenta…”
“Hm,” Tomo se cruzó de brazos, mirando al otro como bicho raro. “Aun no decido si es agradable o no para mí…”
“Oh, ¿un visitante?” preguntó Reimu, acercándose con su escoba en mano, visiblemente intrigada. “Vaya, todos estos días no he tenido a una sola alma visitarme y hoy me llueven varias personas. Lástima que el templo no está listo para visitantes aún.”
“Descuida, me encontré con Cho y decidí que vendría para ayudarles,” contestó el peliblanco.
“Gracias por tu ayuda. ¿Y cómo así se conocen?”
“¿Con él? Pues, es un random vagabundo al que le gusta hablarnos, al parecer,” contestó Tomo, aburrida.
“Eh, no digas eso…” Cho negó.
“Como es Tomo quien lo dice, entonces asumo que en verdad es un muy querido amigo de todos que no merece el maltrato,” Reimu sonrió con certeza.
“Oye…” Tomo le miró de reojo.
“A decir verdad… Tomo ha dicho la realidad con mucha exactitud…” Komaeda se vio frustrado. “Temo que soy apenas un conocido casual, y que mi presencia aquí es inesperada y sin invitación…”
“Tomo, no andes bajándole la moral,” Roxas se acercó al grupo. Él se notaba también algo sorprendido, pero no le había dado muchas vueltas. “A diferencia de Tomo, estamos felices de verte por aquí, Komaeda. ¿Qué haces por este lado de la ciudad?”
“Aprovecho el fin de semana para familiarizarme y disfrutar de la naturaleza,” contestó con simpleza.
“Qué bueno que lo hagas, esta zona siempre nos ha servido para librarnos de tensión y es un buen pasatiempo ir a caminar.”
“No se compara con su servicio a la comunidad de ayudar a un templo,” el peliblanco regresó su mirada a la miko. “Ah, mil disculpas, no me he presentado ante ti. Yo soy Komaeda, mucho gusto.”
“Reimu Hakurei,” ella asintió. “¿Komaeda es tu nombre o apellido?”
“Una pregunta interesante. Es mi apellido, pero todos me llaman así…”
“Vaya,” Tomo se encogió de hombros. “No debes tener amigos.”
“Tomo…” Roxas le miró con reproche.
“¡Koma-chan!” Osaka salió del templo trayendo un cooler con las bebidas que habían llevado, y se emocionó al reconocer a su amigo más reciente. “¡Qué milagro tenerte por aquí! ¡Y qué alegría~!”
“Es un gusto verte también, Osaka,” le contestó, sonriente. “He venido a ayudarles a limpiar, ¿les parece bien?”
“¡Perfecto por mí! ¡Será muy divertido!”

Con la adición del nuevo ayudante, el grupo pudo realizar la limpieza con mayor rapidez. Komaeda probó sus palabras y demostró ser  muy bueno con la labor, y luego de dar sugerencias sobre cómo agilizar la faena, se pasó ayudando en lo que podía y tratando de enseñar a una  despistada Osaka cómo barrer más eficientemente, algo que ella intentaba  obstinadamente hacer.
 
El atardecer llegó y todos pudieron limpiar el patio principal y dejar el sendero al templo bastante  presentable. La ausencia de luz por el ocaso comunicó a todos que era momento de recoger sus utensilios y terminar. Osaka recordó a todos que todavía tenían los postres y bebidas refrescantes que compartir, pero cuando iban a regresar al templo, Komaeda dio un paso hacia atrás.
 
"Lo lamento, pero se me hace tarde," dijo él, sonriendo apenado. "Debo irme."
"¿Seguro?" Roxas se confundió. "Pero nos has ayudado mucho. Te mereces una buena merienda."
"Es muy amable de tu parte, pero estoy bien, además..." Él miró hacia el camino que llevaba a las escaleras. "El ocaso está en marcha. Quiero verlo de regreso, y también pasar el área oscura del bosque antes de que oscurezca."
"Eres raro por negarte a comida gratis," Tomo le miró como bicho raro.
"Hm, no, hay mucha gente que lo haría," Reimu sonrió con un gesto maduro. "Pero asumo que sí sería raro para ti, Tomo."
"¡Deja de agarrártela conmigo!"
"Realmente muchas gracias por tu ayuda," Cho dio una pequeña reverencia. "Hiciste una gran diferencia hoy."
"Ah, me alegra," Komaeda asintió. Él se dirigió a Reimu. "Y gracias por el talisman de fortuna."
"Sí, pues..." ella desvió su mirada, incómoda. "Normalmente cobro por ellos pero tu trabajo hoy lo pagó..."
"Haha, prometo regresar y traer una donación. Hoy salí muy ligero a caminar, lamentablemente."
"Oh, pero no puedes irte sin al menos llevarte algún refresco," Osaka negó como madre preocupada.
"Ehm, estoy bien, en verdad."
"¿Quieres ramune? Tenemos varios."
"Ehh..."
"¡Ya, ahora vuelvo!" Osaka corrió rápidamente al templo en busca de la gaseosa, y dejó al peliblanco incómodo.
“No te sientas mal, es difícil negarle,” le dijo Roxas.
“Eso puedo ver. Y me alegra su consideración, a pesar de no sentir que lo merezco.”
“No seas tan duro contigo mismo…”
“¡Oh, cierto!” Reimu pudo oír un muy leve silbido desde adentro. “Dejé el agua a calentarse, ahora tengo que preparar el té. Con permiso y espero que nos veamos pronto, Komaeda.”
“Iré a ayudarte, Reimu,” dijo Cho. Ella se dirigió al visitante. “Eh, buenas noches.”
“Igualmente, cuídense,” él asintió.


La despedida fue breve y Cho siguió a Reimu dentro de la casa. En medio camino, se encontraron con una apurada Osaka que corría con un ramune y un pequeño queque en sus manos, y oyeron el silbido del agua hirviendo más fuerte. La peliceleste se extrañó al notar que Tomo también les siguió ya que ella prefería escaparse de obligaciones lo más posible, pero no le dio mucha atención.

Fue recién cuando Reimu apagó el fuego y comenzó a verter el agua a la tetera con la infusión que Tomo se expresó.

“Oye Cho, ¿te puedo hacer una pregunta?” dijo esta.
“Eh, sí,” la dirigida le miró confundida. El tono de su amiga sonaba casi inquisitorio.
“¿Cuántas veces has venido aquí a ayudar con la limpieza o de visita?”
“Pues, muchas veces, aunque era más frecuente hace unos años…”
“¿Y en cuántas de esas te topaste con un conocido o semi-conocido justo en esta área?”
“…” Cho se quedó en blanco y su silencio hizo el punto de Tomo.
“Tú también lo crees, ¿no es así? Este peliblanco es raro y nos está stalkeando.”
“Ehh, pues…” Cho sintió que no podía decir mucho luego de toda la ayuda que él les había dado, además de que este mismo se había acosado del mismo delito con tanto remordimiento…
“Ah, eres muy amable, obvio que al menos hay algo raro aquí.”
“Sabía que eras del tipo desconfiado y pronta a juzgar detrás de espaldas~” canturreó Reimu mientras sacaba tazas y platos limpios de una repisa.
“¡Oye!” reclamó Tomo.
“Pero en verdad estoy de acuerdo contigo. Le pregunté a Komaeda cómo se conocieron, y cuando dijo que era por Roxas, le pregunté a él también por separado,” Reimu dejó su labor para mirar a las otras dos fijamente. “Puedo creer un poco en el ‘destino’ o ‘coincidencias’ o como quieras llamarle, pero hay algo raro aquí. Y por más amable que sea el chico, tiene un no se qué en su aura.”
“¿Aura?” preguntó Cho.
“No es fácil explicar.”
“Seguro sólo te luces como sacerdotisa con esas palabras.”
“Ahh, un alma pobre y mundana como tú no entendería~”
“¡No te creas la gran cosa!”
“Pero… por más que aquel chico pueda andar escondiendo algo, no necesariamente puede ser un gran problema. Sólo… presta atención,” Reimu sonrió un poco y asintió a Cho para declarar su mensaje. “Por favor, ayúdenme a poner la mesa.”
“Pues bien que hayas visto lo mismo que yo, pero creo que le estás dando poca importancia,” Tomo alzó una ceja.
“Por un lado, no hay mucho punto a estresarse por algo que no puede ser atendido ahora, y siendo sincera, por otro, tampoco parece envolverme directamente,” dijo Reimu, sonriendo con simpleza. “Lo único que espero de ese chico es que cumpla con su promesa de regresar y hacer una donación. Este templo necesita de más fondos.”
“¡Ajá, eres una interesada por dinero! ¡Debí haberlo imaginado!” exclamó Tomo, apuntándole. “¡Y luego tú me criticas a mí!”
“El dinero no es para mí, Tomo, y tengo buenas intenciones,” Reimu no le prestó atención y llevó las vajillas a la mesa.
“¡No te creo!” Tomo le siguió.

Mientras, Cho se quedó meditativa. Al no ser la única que había encontrado el encuentro bizarro, tenía más dudas al respecto. ¿Qué significaba la presencia de aquel raro peliblanco? ¿Qué podría querer? ¿Y por qué habría optado ayudarles toda una tarde con la pesada faena de limpiar el templo si es que tenía raras intenciones? Sintió unos extraños escalofríos, pero optó por oír el consejo de Reimu. No había punto de pensar en ello, ya que no era su debido momento.

Llevó las tazas en una bandeja y ayudó a colocar todo en su sitio mientras Reimu fue por el té y el azúcar, para entonces esperar a Roxas y Osaka.

El momento de atender el asunto no tardaría en llegar.
« Last Edit: March 01, 2016, 05:14:48 PM by Cho »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #64: October 21, 2015, 01:34:56 AM »
FINALLYyyy
Also primer insert song weee


Episode 8 — From such great heights (Part II)

Mientras caminaban hacia el metro, Sayi esperaba que Taikoubou continuara haciéndole preguntas sobre el asunto HiME. Pero parecía que, al menos de momento, su novio se había sacado la mayoría de la desazón del pecho.

Así que en lugar de hablar de sus poderes o de Hige, Bou empezó a ponerle al tanto de su vida en Beijing, de sus clases y amigos, y la pelirrosa agradeció el cambio de tema con una sonrisa.

Aprovechando que Duo se encontraba lidiando con una crisis existencial, Taikoubou y Sayi se escabulleron fuera de los dormitorios de la universidad con la intención de perderse en la ciudad. Solo tenían lo que restaba de ese sábado y el domingo en la mañana, pues en la tarde la pelirrosa tenía que embarcarse de vuelta a Tokyo.

Pasaron toda la mañana dando vueltas por Nanluoguxiang. No se percataron del paso del tiempo, pues se mantuvieron ocupados curioseando las tiendas mientras hablaban y hacían bromas. Era muy diferente tratar con alguien presente que con una computadora, y por momentos Sayi se arrepentía de haber estado evitando visitar a Taikoubou todos estos meses.

Le contó las novedades en la facultad de arte, donde Taikoubou aún tenía a varios conocidos desde los días en el instituto. A Tsukino y a Kano, sus hermanas, les iba bien en el colegio, y Hiro y su tía iban a viajar a Singapur en dos semanas. Kaien iría a visitarlos el próximo mes por el fin de semana largo, así que tendrían que venirse con algo para entretenerle.

Taikoubou empalmó contándole de su familia. A sus primos les iba bien en su último año en el instituto. Y los tres habían ingresado ya a Peking U también, así como él, a la carrera de medicina. Sayi se apiadó del preocupado Bou, quien ahora se lamentaba por su futuro rol como tutor.

Fue entonces que le contó que su padre y madrastra pensaban volver a vivir a Beijing, dejando sus negocios en Tokyo en manos de su concejo.

“Es decir que, ¿ahora tu familia entera estará en Beijing?"

Habían dejado Nanluoguxiang cuando les dio hambre, y como Sanlitun no estaba tan lejos aprovecharon para almorzar en el centro comercial.

“Al parecer” respondió su novio “Aún tendremos la casa en Tokyo y mi padre viajara cuando se le necesite, pero estará vacía la mayoría del tiempo”
“Ah” Sayi tomó una cucharada de sopa y la sopló con cuidado “¿Y vendrás en verano?”

Taikoubou sonrió pero demoró un poco en responderle que probablemente.

La conversación entre ambos se mantenía animada, y aunque Sayi se topaba con algunas respuestas disonantes, el estar con su novio bastaba para barrer los disgustos bajo la alfombra. Estaba feliz de tenerlo para ella ese día, y se estaba divirtiendo mucho con él.

Siempre había tenido algo especial con Taikoubou, el poder hablar de todo y nada, y el poder disfrutarlo hacía valer la pena el viaje desde Japón.

Pensando en que no podrían regresar a la universidad con Duo al acecho, Taikoubou optó por alquilar una habitación en un hotel. Pero aún si Sayi no había pasado una buena noche, la pareja ocupó el hotel para un cambio de ropa antes de salir a bailar.

Hace unas semanas que unos amigos coreanos le habían llevado a un club en particular, y Taikoubou parecía ansioso por mostrárselo a su novia. Sayi aceptó, no tanto por tener ganas de bailar, sino por la enorme sorpresa de que fuera Bou quien ahora le insistiera en ir a bailar un sábado en la noche.

“Has cambiado bastante” bromeó la pelirrosa mientras dejaba su abrigo con el guardarropa del Mix Club “Jamás hubiera esperado que el cauteloso y serio Taikoubou Shizuka me guiara por los clubes de la ciudad”

Bou respondió con una sonrisa pero Sayi no pudo escuchar su respuesta, pues entonces el peligris la tomó de la mano y la guio hacia una cabina desocupada. El local parecía hecho para gente con dinero, pues a donde sea que mirara parecía no haber persona mal vestida.

Sayi notó a varias muchachas observar a Taikoubou, aún con ella bien sentada a su lado. Pero su novio parecía estar demasiado ocupado tomando y viendo a la gente bailar para percatarse de esas atenciones.

“Eres un denso”
“¿QUE DIJISTE?” y entonces peligris se puso de pie “VAMOS A BAILAR UN RATO”
“OK DENSO”

Esa noche tomaron, bailaron, intentaron conversar, bailaron de nuevo y se divirtieron más de lo que Sayi había esperado. ¿Quién iría a decir que se divertiría tanto en un club…y con Taikoubou? Aún si no eran los más coordinados, una vez el alcohol los inhibió lo suficiente, ambos se subieron a la tarima y bailaron como nunca antes lo habían hecho.

Era seguro que habían hecho el ridículo, pero a ninguno de los dos podía importarle en lo más mínimo. Cuando las risotadas evitaron que pudieran seguir bailando, ambos caminaron hasta una cabina y ordenaron otro par de tragos cortos. Y aún si no querían que la noche terminara, el cansancio empezó a reflejarse en la pelirrosa y entonces partieron hacia el hotel.

Se rieron todo el camino de regreso, con los oídos aún zumbándoles por la música del club. Entre tambaleos, cruzaron el hotel abrazados y llegaron a su habitación.

Apenas la puerta se cerró tras ellos, Taikoubou comenzó a besarla con frenesí. Sayi sonrió, pues no recordaba la última vez que sus labios la habían pedido de tal manera.

Su vestido cayó al suelo, y mientras buscaba desabotonarle la camisa, el peligris la traía hacia si, dentro de la habitación. Taikoubou encontró el broche de su sujetador, y lo deshizo antes de lanzarla sobre la cama.

Por la manera en la que la trató esa noche, la pelirrosa supo que su novio había extrañado estar con ella. Y así como era sencillo hablar con él, también se sentía natural el ritmo que compartían en la intimidad.

Pero…

Durmiéndose en sus brazos, Sayi sonreía por el día que habían disfrutado juntos. Besó a su novio una vez más antes de acurrucarse en su pecho.

Aún si mantenían el mismo nivel de atracción, o la misma facilidad para conversar, había algo diferente.

Algo que no cuadraba bien. Algo que no podía seguir evitando. Y ella lo sabía muy bien.



El mismo domingo en la mañana, Taikoubou y Sayi dejaron el hotel y partieron de vuelta a la universidad de Peking.

Con la ayuda de unos amigos, la pelirrosa recuperó su bolso de viaje sin tener que cruzarse con cierto ex Key. Ya fuera de peligro, la pareja buscó un restaurante cercano y tomaron un desayuno ligero mientras comentaban de lo nublado que estaba el cielo. El día anterior había sido inusualmente despejado, pero la buena suerte parecía no haberles sonreído hoy.

Taikoubou le preguntó si quería visitar algún lugar en particular antes de ir al aeropuerto.

Sayi sonrió. Su novio parecía disfrutar el hacerse pasar por tonto.



De todas las atracciones en la capital china, su favorita debía ser el Palacio de Verano. O mejor dicho, el enorme lago artificial que lindaba junto a este.

Beijing no era llamativo cuando el cielo lo pintaba de gris. El viento que golpeaba los árboles era frío, y el agua se veía turbia ante la falta de sol. Sin embargo, Sayi encontraba el ambiente con cierto toque reconfortante.

Lo único que llegaba a sus oídos era el sonido de las hojas mecerse. La ausencia de edificios, aunque se encontraran en plena ciudad, hacían parecer que habían entrado en una dimensión alterna. El camino de loza, las torres del palacio, los elevados puentes y los barcos tradicionales que surcaban el lago le agregaban encanto del lugar.

Ambos pasearon por media hora, conversando casualmente hasta detenerse sobre un puente. Entonces las risas se apagaron y un silencio colgó entre ellos. Ninguno de los dos se atrevió a interrumpirlo por varios minutos pues, por más amena que hubiera la conversación hasta el momento, ambos sabían que ese silencio era el preámbulo que habían estado esperando.

“Has cambiado, Bou”

Sayi había dicho lo mismo, entre risas, varias veces desde que salió del aeropuerto. El le había respondido con alguna ocurrencia, y la observación había quedado ahí.

Pero esta vez la voz de ella pesaba en sus oídos.

“¿A que te refieres?”
“Has estado distante desde hace tiempo” sus ojos estaban fijos en el reflejo de ambos “Ya no me llamas. Ya no me escribes primero. Y aunque yo te busque, hablamos lo mínimo y me dejas colgada, siempre”
“No has venido en cuatro meses”
“Y tu no has ido en más de un año”

Ninguno pudo soportar el silencio que siguió.

“Estoy feliz de verte, no quiero que pienses lo contrario. Ayer la pasamos muy bien” dijo, esbozando una sonrisa “Pero en ningún momento he olvidado lo resentida que estoy contigo”
“¿Es por eso que no me dijiste sobre el asunto HiME?”
“Así es”

Esta vez no se lo oculto. Pudo ver el enojo cruzar su mirada, pero Taikoubou lo mantuvo para si mismo.

“Soy tu Key, y tenía derecho de saber, Sayi” le reclamó “Esto me incumbe a mi también, y si me hubieras dicho te hubiera aconsejado mejor”
“Igual lo hubiera aceptado, ¿sabes? Quería ver a Hige de nuevo” se defendió la pelirrosa
“¿Y acaso ves a Hige?” Taikoubou miró a su alrededor como si buscara algo, y la pelirrosa bajó la mirada “Y si él era tu único motivo para volver al frente del conflicto, ¿en algún momento te aseguraron de que volvería?”

‘No’ era la respuesta. Fran había sido muy clara antes de entrar al auditorio. Y desde entonces Sayi se había preguntado, al menos unas mil veces, si hubiera aceptado dar la prueba de haber sabido cómo saldría de esta.

El peligris se calmó al ver el rostro compungido de su novia.

“No te va a ayudar que toque la herida, lo lamento” y dicho esto se rascó la cabeza “El punto es que me preocupa que estés sola. Es mi deber estar contigo.”
“No lo es. No espero que dejes lo que haz conseguido aquí por volver a Tokyo”
“Sayi”
“Miranda me dijo que no necesito a un Key para ser HiME” y lo siguiente lo dijo en un hilo de voz “Ni siquiera necesito que el Key me corresponda”

Taikoubou se quedó mudo, y a Sayi le pesó su silencio. Tras unos segundos que se sintieron eternos, el peligris atinó a preguntar.

“¿No te importa si no estoy ahí?”
“Bou… eres mi novio y te amo pero, irónicamente, te siento más distante porque siento que nos debemos algo, y ninguno de los dos parece estar cumpliendo”
“Hemos estado juntos cinco años. Incluso logramos estar juntos por encima del conflicto anterior”
“Pero ahora solo veo desinterés. La distancia no ayuda, y…”
“Sayi, ¿estás segura que quieres continuar esta conversación aquí?”

En respuesta, la pelirrosa se acercó a su novio y lo beso.
El peligris le correspondió pero, apenas se separaron, ambos sintieron un muro alzarse entre los dos.

“Bou, no quiero llegar a resentirte a ti”
“¿Estás terminando conmigo?”
“Te estoy diciendo lo que no quiero hacer. Dime, ¿acaso quieres seguir como estamos?” Había un nudo que desgarraba su garganta, pero necesitaba saber “¿Sientes que hemos compartido algo estos meses? ¿Este año? Se honesto”

Ahora Taikoubou se veía tan afligido como ella, pero honrando el pedido de la pelirrosa, le respondió.

“Tu sabes lo que siento por ti, pero si tengo que ser honesto, extraño confiar en ti incondicionalmente”

Un corto silencio, y lo que buscaba terminó cayendo por su cuenta.

“Las cosas no son como eran cuando me enamoré de ti, y en eso he llevado pensando varios meses”

Lo había sospechado. Pero confirmar sus sospechas no era reconfortante en lo más mínimo.

Sayi se limpió las lágrimas torpemente. No sabiendo como reaccionar ahora, Taikoubou se limitó a guardarse las manos en sus bolsillos.

“Las relaciones cambian con el tiempo, y con la distancia, y con el entorno” su voz era un desastre, pero quería asegurarse de rescatar lo más importante “Yo quiero contar contigo, pero no creo que podré si te resiento por tu ausencia”

Taikoubou buscó los ojos de la pelirrosa una vez más.

“¿Estás segura de esto?”
“Si te digo que me arrepiento de esta conversación, y que mejor lo intentemos, ¿acaso crees que estaríamos dispuestos a trabajar en ello?”


“¿Y ya sacaste tu pasaje?”

La risa de Kaien se coló en la habitación, e Ichigo reincidió en su pregunta.

“Ya lo saqué. Te mandaré el itinerario a tu correo” el rubio sonrió ante la respuesta “Estaré ahí en un mes. Y por cierto…”
“¿Si?”
“¿Esta bien si llevo a un amigo?”

Era domingo por la tarde, y como no había nadie en casa, Ichigo había aprovechado para videollamar a su mellizo. Kaien llevaba dos años estudiando en Sydney, y aunque tuvieran contacto frecuente, extrañaba tener a su hermano cerca a él.

Mientras Ichigo asistió a Hanasaki desde el inicio, Kaien había estudiado casi toda la preparatoria en Rizembool. Inicialmente, el pelinegro tenía pensado volverse un Rebel por sus habilidades combativas, pero perdió la oportunidad al ser derrotado por Soujirou Seta; el mismo joven que fue asignado como el Rebel de su ahora hermanastra.

Pero en su caso las cosas se dieron por una muy buena razón. No había manera de presagiar que quién hubiese sido su HiME terminara volviéndose su amiga y luego hermanastra. Así que Kaien terminó por dejar Rizembool y optó por volverse el Meister y Knight de Sayi hasta el término del conflicto.

Aún si Taikoubou cumplía con el vital rol como Key, nadie había apoyado a Sayi tanto como lo había hecho Kaien.

Ichigo nunca se atrevió a preguntar si su hermano se había ido a Australia para alejarse de todo el historial HiME. Era probable que fuese el caso pero, aunque jamás lo admitiera, esperaba que Kaien cambiara de opinión pronto y optara por regresar a Japón.

“Trae a quien quieras. Tsukino y Kano ya superaron el crush que tenían con el último amigo que trajiste”
Kaien rió al escuchar eso “Todos estos australianos están fascinados con conocer Japón” y entonces agregó  “Y al parecer todos los japoneses están fascinados con conocer australianos”
“Tienes un talento para tener amigos atractivos”
“Oho~, ¿será que tu también tenías un crush?”

Kaien recibió un dedo medio de respuesta y sonrió entretenido.

“¿Cuándo regresaba Sayi de Beijing?”
“En la noche. No he hablado con ella desde que la dejé en el aeropuerto” contempló Ichigo algo preocupado. Pero el rubio negó con la cabeza y se forzó a ser optimista “Deben estar muy ocupados conversando y arreglando las cosas o no se. Las relaciones a distancia no son fáciles”
“Hm” Kaien formó una línea con los labios “Es probable que las cosas no hayan marchado tan bien como crees”

Tenía razón, aunque no quería ahondar mucho en esa posibilidad. Desde el momento que conoció a Sayi, la pelirrosa ya venía ligada a Taikoubou. Se le hacía difícil imaginarlos separados y, como la pareja había superado todo tipo de problemas (con Rebel incluído), seguramente podrían trabajar por sobre cualquier obstáculo.

“Creo que estará bien. Son Taikoubou y Sayi, ¿sabes? Son el Ross y la Rachel de Hanasaki”

Kaien esbozó una sonrisa algo apagada, e Ichigo supo lo que su mellizo estaba por decir.

“Juzgando por la última vez que hablé con Sayi, me parece que ya sabía en que iría a terminar esta visita” el joven se llevó una mano a la nuca “Y como yo no estoy ahí, va a ser tu deber cuidarla”
“Pero puede que Taikoubou la haya hecho cambiar de opinión”
“Puede ser, pero ayudaría, solo porsiacaso, si tu también te prepararas para el peor escenario. Por ella” le sugirió el pelinegro “Y se que Taikoubou es tu mejor amigo y todo el cuento, pero por favor, piensa antes de ponerte sUPER EFUSIVO con este asunto como sueles ser”

Ichigo gruño para si mismo. Estaba acostumbrado a escuchar las quejas de Sayi con respecto a Taikoubou… pero una cosa era tratar con demandas animadas, y otra muy diferente sería consolar una ineludible decepción.

El rubio asintió, aún si buscaba aferrarse a la esperanza de que las cosas hubiesen marchado bien.

“Es una pena que estés tan lejos. Tu eres más atinado que yo para estas cosas”
Kaien negó con la cabeza “Creo que eres el indicado para estar con ella en este momento”
“¿Por qué lo dices?”

Ichigo lo miró confundido y su hermano puso los ojos en blanco. A veces le era difícil creer que su propio mellizo fuese tan denso.

“Porque esta vez Sayi no necesitara consejo. Y tu eres el mejor para hacerla reír”


Llegaron al inicio de la zona de embarque y se detuvieron ahí. Faltaba media hora para que se empezara a abordar, y considerando aduanas y seguridad, el tiempo estaba justo para llegar a tiempo.

Taikoubou retiró el bolso de su hombro y se lo alcanzó a Sayi.

“Escríbeme si necesitas algo. Y claro, me avisas apenas aparezca Hige”
“Menos mal que no se apareció cuando estábamos en el hotel, ¿cierto?”
Taikoubou rió ante la idea “Eso hubiera sido demasiado incómodo”

Ambos se quedaron quietos un momento, mirándose en silencio.

Quizás porque sabían que no se verían por un tiempo, a los dos les costaba dar el primer paso lejos del lugar. Era una despedida agridulce y sin embargo, había una nota de honestidad en la sonrisa de ambos.

“Por favor, cuídate”

Se abrazaron una última vez y entonces la pelirrosa cruzó la entrada a la zona de embarque. Antes de perderse de vista, Sayi giró y con un efusivo ademán de mano se despidió de Taikoubou.


Con su pequeño bolso, el chequeo de seguridad fue casi inmediato. Presentó sus papeles y pasó aduanas sin improvisto alguno. Para matar el tiempo se metió al Duty Free y probó cuanto perfume encontrara a su alcance. Compró unos pocos dulces para su familia, se comió un cupcake, y cuando llegó a la puerta de embarque la azafata recibió su pasaporte y ticket con una sonrisa.

Aquel vuelo de domingo por la tarde estaba inusualmente despejado. En primera clase solo habían dos personas además de ella, y ambas estaban sentadas cerca de la puerta, mientras ella estaba más cerca al baño. Las azafatas no demoraron en acomodar a los tres y entonces pasaron a centrarse en el resto de los pasajeros, dejándolos solos a relajarse antes del vuelo.

De su bolso solo retiró sus audífonos y los enchufó en su teléfono. Pateó su bolso bajo el asiento delantero y observó cómo se retraía la manga de embarque. Se puso a buscar el último playlist que había armado cuando sintió el avión retroceder. La música sonaba en su cabeza pero ella solo sentía el avión vibrar, preparándose para despegar. Observó de reojo las instrucciones de seguridad, y entonces las pantallas se apagaron y el avión se detuvo un segundo antes de empezar a tomar velocidad.

► Iron & Wine — From Such Great Heights ♫

El momento en que las llantas dejaron la pista, el vacío que dejó el ascenso le trajo un nudo a la garganta. Pudo camuflarlo cuando la azafata le ofreció agua antes de dejarla sola de nuevo, pero entonces sus ojos se nublaron y nada más pudo, o quiso hacer para seguir conteniéndose.

I am thinking it's a sign
That the freckles in our eyes
Are mirror images and when we kiss
They're perfectly aligned


Su rostro se contrajo en un llanto amargo y su torso se echó hacia delante, contrayéndose, y esperando que eso le ayudara con el dolor que sentía en su cuerpo. Por instantes se arrepentía, cuando sentía que no podía con el peso de su decisión, pero se obligaba a recordarse que había hecho lo correcto.

Y el dolor es momentáneo, ¿verdad?
Pero ello no restaba lo que sentía ahora, que se alejaba de él.

And I have to speculate
That God himself did make us
Into corresponding shapes
Like puzzle pieces from the clay


Lo había resentido varios meses y finalmente se había librado de los sin cumplir. Ya no se debían nada, pues como amigos el afecto era tácito, y las expectativas no tan demandantes como una pareja. La distancia ya no pesaría tanto, las ausencias estaban mejor justificadas. Con el tiempo podría volver a contar con él como amigo incondicional, y los recuerdos hasta el momento se sentirían como algo bueno y no como algo perdido… como se sentían en aquel momento.

Sayi se odiaba.
El dolor nublaba su juicio, y por instantes sentía que lo daría todo solo por darle media vuelta al avión.

And true it may seem like a stretch
But it's thoughts like this that catch
My troubled head when you're away
When I am missing you to death


“Las cosas no son como eran cuando me enamoré de ti”

Pero no habían palabras o actos que hubieran pudieran remediar eso.

Intentó recordar algo que la hubiera lastimado así pero no pudo. Fue lo correcto, solo podía repetirse. Es lo mejor que pude hacer.

Tenía ambas manos cubriendo su rostro cuando sintió una tercera posarse en su hombro.

Avergonzada por la escena y sin atreverse a encararla, Sayi atinó a decirle a la azafata que por favor la dejara sola, que era un asunto personal y que no era su intención preocuparla.

Pero la mano no se fue.

When you are out there on the road
For several weeks of shows
And when you scan the radio
I hope this song will guide you home


Consideró que aquella invasión de espacio era algo extraña. Intentaba entender por qué razón la mujer insistiría en quedarse, cuando una forma familiar llamó su atención desde la comisura de sus ojos.

Su cabeza giró tan rápido que lastimó su cuello. Sus ojos se abrieron como platos, y aún con las lágrimas bañando sus mejillas, la impresión de lo que tenía frente a ella la hicieron olvidar por un instante el porqué estaba llorando.


They will see us waving from such great heights
Come down now, they'll say
But everything looks perfect from far away
Come down now, but we'll stay


En el asiento junto a ella estaba sentado su Child, Hige.

Traía la misma ropa que usaba la última vez que lo vio. Su cuerpo, cabello y ojos eran igual a como lo recordaba, y tenerlo intacto frente a ella le hicieron sentir como si nunca la hubiera abandonado.

Lo único diferente era que Hige no traía consigo su carácter de siempre. En lugar de su risueña y amigable disposición, sus ojos carmesí la miraban con una pena que caló dentro de ella.

I've tried my best to leave
This all on your machine
But the persistent beat
It sounded thin upon listening


Desde que contempló volver a ser HiME, Sayi había pensado que clase de bienvenida recibiría su Child apenas se materializara. Tendría comprado todos sus dulces favoritos. Lo llevaría a ver a todas las personas que lo habían extrañado. Saldrían a divertirse con Ichigo, como en los viejos tiempos y, apenas Miranda les ayudara con el asunto del papeleo, irían todos a Beijing a visitar a Taikoubou.

¿Por qué tenía que aparecer justo en ese momento?
No tenía nada que ofrecerle ahora.

And that frankly will not fly
You'll hear the shrillest highs
And lowest lows with the windows down
When this is guiding you home


“Hige, lo siento”

Apenas se disculpó, el Child la rodeó en un fuerte abrazo, y entonces Sayi entendió por qué había optado por aparecer, de todos los lugares, ahí y ahora.

“¿Y mi Child?”

Su respuesta no ofreció consuelo alguno, pero era algo que sabía necesitaba con urgencia.

“Ten paciencia. Aparecerá cuando lo necesites”


Como era usual, Fran había terminado estando en lo cierto.

Pero la verdadera razón, y aquella que la hizo romper en llanto era...

They will see us waving from such great heights
Come down now, they'll say
But everything looks perfect from far away
Come down now, but we'll stay


Que aún si quería culpar a Taikoubou por su desinterés, al final del día el Child se manifestaba por lo que sintiera la HiME. Y lo que ella había cargado hacia su Key había sido un resentimiento que no le permitía ver más.
 
No había sido hasta ese momento, que el dolor por terminar la relación la ayudó a sincerarse, cuando finalmente pudo tocar fondo con lo que en verdad sentía por su Key.
 
Era una tremenda ironía que lo que había impedido que apareciera Hige, todo este tiempo, no había sido más que ella misma.

They will see us waving from such great heights
Come down now, they'll say
But everything looks perfect from far away
Come down now, but we'll stay


La pelirrosa abrazó a su Child y se hundió en su pecho. Entonces Hige besó su cabeza, como si se tratara de una niña.
« Last Edit: August 13, 2017, 01:40:59 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #65: October 24, 2015, 11:26:29 PM »
yaaay que felicidad que ya empiecen los capitulos largos :'D asi no me da pena postear mi biblica prueba HiME. No es este cap pero queria introducir algunos personajes.

#5: The oni, the dwarf and the two siblings


Desde que su cuñada había aceptado una beca para Hanasaki, Hijikata y su esposa volvieron a la normalidad de sus vidas. La chica pasaba bastante tiempo ahora en la universidad y con su amiga Minmay por lo que la pareja supuso que era bueno darle más libertades, además de que su recuperación iba bastante bien, y regresaron a sus propios asuntos. Si algo tenían en común Toshizo Hijikata y Rangiku Matsumoto era su adicción al trabajo y al ejercicio. Quizás era lo único que tenían en común después de todo. Todas las mañanas se levantaban muy temprano a correr por el vecindario o a dar unas vueltas a la piscina, se iban cada uno al trabajo donde pasadas las 7 regresaban a cenar y a dormir. Los fines de semana Rangiku gustaba de abrir una nueva botella de licor en compañía de Souji o últimamente Sheryl y Hijikata fumaba mas de lo normal. Ellos no compartían vicios. Rangiku había fumado moderadamente durante sus años de universidad, lo había dejado poco antes de graduarse y ahora hasta decía que le molestaba el olor; y Hijikata apenas bebía un par de veces al mes si mucho y si era necesario. La rubia estaba convencida de que su esposo tenia un problema de ansiedad y nervios manifestado en tabaquismo y el algunas veces se había preguntado a si mismo si su esposa tendría algún problema con el alcohol. Con todo la pareja tenia pocas discusiones, por no decir ninguna, y ambos parecían aceptar sus rutinas diarias sin molestias reconociendo que la extrañaron un poco cuando Sheryl llego a desorganizar un poco sus vidas. 

Era ya casi medio día cuando una llamada saco a Toshizo Hijikata de sus pensamientos.

"Hola. Si, si. Esta bien puedes venir. ¿A las 4? Si esta perfecto, no seria ningún problema. Claro, te esperaré"

Colgó y decidió que estaba demasiado ansioso como para seguir trabajando, y además ya no tenia mucho que hacer puesto a revisar los libros contables y eso siempre le aburría. Llamo a su secretaria para que ordenara su almuerzo a un bistró cercano al edificio de la compañía de su familia, se puso el saco y se decidió que iría a visitar a los empleados. No era poco común que el jefe de una compañía, por mas grande que esta fuera, pasará un momento a visitar a los empleados en sus cubículos u oficinas y verificar que todo fuera bien.

En general los demás se sentían intimidados por el. Era un hombre alto (sobrepasaba el promedio de estatura japonesa) y de rostro serio y duro. Además era un poco gruñón y estricto, todo lo contrario a su padre o a su hermano menor, pero era un buen jefe bastante justo y generoso para recompensar a los que hacían bien su trabajo.

Almorzó con algunos de los gerentes de la empresa, luego subió a la azotea a fumar y regreso a dar una ronda más por los cubículos del área de relaciones públicas. A eso de las 3:30 regreso a su oficina a prepararse para recibir a su visita.
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-Si te gusta Sheryl deberías de invitarla a salir-

-¿Eh? ¿Que dices?-

-No te hagas el tonto. Ya te he visto como la ves-

-Sheryl es guapa PERO no tengo esa intención-

-¡ves! ¡Hasta crees que es guapa!-

-¡Solo te pregunte como le iba a Sheryl en la universidad!- A Athos le disgustaba el tono en que Minmay decía esas cosas. Era su hermana menor pero le hablaba como que si fuera su madre. Y ni su madre le hablaba así las pocas veces que hablaban. En estos momentos ella estaría en algún yate en la ribera francesa con su cuarto marido.

-¿Sabes que? Ya ni me molestaré en hablarte o en llevarlas a la universidad-

-¡No era para que te enojes así!- le gritó Minmay a su hermano mayor. Ella solo estaba pensando en las necesidades que el nuevo "trabajo" de su amiga tendría, entre ellas tener a un Key cuyo afecto la hiciera despertar a un tal "Child" o como fuera. La pelinegra conocía bien el historial amoroso de su amiga, quien a pesar de ser bonita y haber vivido en tres continentes, solo se limitaba a un sujeto que había sido su amigo de la infancia del cual se alejo por circunstancias muy dramáticas. "Cliché" era la única palabra que se le ocurría a la chica para describir esa situación.

Minmay se levanto de la mesa a rodeo al cuello de su hermano con sus brazos. El solo dio unas palmadas sobre el brazo de su hermana y habló -Vale, ya no estoy enojado-

Ese "tipo de peleas" era una situación común en el departamento de los medios-hermanos. El apellido de Athos era Olivier, del primer esposo de su madre, un banquero francés; el apellido de Minmay era Lynn y su padre era un empresario Chino y el segundo esposo. Los hermanos vivían medio olvidados por sus padres, pero eso era un problema que había quedado en la adolescencia, ahora ambos vivían entregados a sus estudios y a llevar una vida relativamente cómoda en Tokyo. Athos estudiaba derecho en Rizembool y Minmay estudiaba teatro (quería ir a Broadway(?)). Según el papá de Minmay esa carrera no servía y le se negaba a pagarle la universidad; pero Athos siempre tan hermano mayor galante y protector atendía todos sus gastos, necesidades y berrinches. Sobre todo los berrinches.

-No estoy enojado. ¿Quieres cenar pizza?-

-¿Invitaras a salir a Sheryl?-

Athos suspiró pesadamente -Ya. Esta bien- se rindió. Sabia que Minmay había visto atreves de el con esa faceta suya tan "terapeuta-psíquica", y que las miradas a Sheryl no eran nada mas porque estuviera guapa, sino porque era hermosa. Y bueno...  le gustaba.

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La visita llego puntualmente a las cuatro. Tyrion entro a su oficina luciendo un fino traje de diseñador, con una caja de habanos en su mano izquierda. A pesar de que fueron amigos cercanos en la universidad no se abrazaron solo se dieron la mano.

-Hijikata-

-Lannister-

-Ya te dije que me podías llamar por mi nombre con toda confianza- aún después de muchos años aún no se acostumbraba del todo a que lo llamasen por su apellido en Japón. O quizás no le gustaba que le recordaran a su familia, que solo se le aparecían en sus peores pesadillas y disfrutaba todos los momentos que olvidaba de ellos y de que pronto su hermana le enviaría a su sobrino para que este estudiara en Japón... si, ya se moría de ganas por vivir con Joffrey.

-Esta bien, Tyrion-

-Así esta mejor. ¿Como ha ido todo?-

-Como siempre, mucho trabajo. Me alegra verte tan radiante como siempre- A Hijikata siempre le impresiono la entereza y dignidad con la que vivía Tyrion, a pesar todos los perjuicios y dificultades que le traía su pequeño tamaño y su apariencia en general siempre lo rodeaba un aire de ingenio y… valentía. Pocas veces le había visto perder el temple, solo para verlo al rato salir con una solución o respuesta ingeniosa.

-Se hace lo que se puede. ¿Como esta tu esposa?-

-Bien, ahora es diseñadora de muebles para Ikea y trabaja en sus oficinas en Shinjuku. Últimamente se ha quedado en la oficina hasta tarde-

La respuesta escueta no decepciono a Tyrion. Era tan típico de Toshizo Hijikata hablar de su esposa como si estuviera hablando de una colega de la oficina. "Si yo tuviera una esposa como Rangiku" pensó el inglés "no la perdería ni un instante de vista". Sin embargo no se atrevía nunca a decirle tal cosa a su amigo, en Japón decir algo así no era muy común incluso entre los amigos cercanos.

-Me alegra escuchar eso-

-¿Cuando regresaste a Japón?-

-Pues hace como dos semanas... ¿no te has enterado? Quizás fue una broma de la asociación de ex-estudiantes pero me han nombrado presidente en mi ausencia-

-Ya lo sabía. Yo voté por ti- El pelinegro se levanto y se dirigió al "bar" que a un extremo de su oficina. No acostumbraba a beber en horas de trabajo pero conservaba el espacio para ocasiones como esta y según Rangiku era elegante -¿Te ofrezco algo de tomar?-

-Un whisky en las rocas por favor. Y sírvete uno tú también-

Ya servidos los tragos, encendidos los puros y con todas las cortesías ya ofrecidas, Tyrion decidió ir al grano.

-Bien... se que no me compete esto, y que la asociación de ex estudiantes es solo un grupo elitista donde solo aceptan a los que tenemos familias que donan cantidades demasiado generosas a Rizembool, pero ¿sabes algo sobre la reducción al presupuesto de becas?-

-Escuche algo, pero creí que era un rumor...-

-Se que se le aumento el presupuesto a investigación y desarrollo pero no tengo idea del por qué- Tyrion se sirvió otro trago

-Ya sabes como son en Rizembool... les encanta hacerse los interesantes. De seguro es para atraer nuevos estudiantes, y luego las becas regresaran a lo normal-

-Si... puede que tengas razón- "No. De hecho espero que tengas razón Hijikata. Por que mi psicótico sobrino estará en Rizembool y no quisiera ver a Joffrey involucrado en alguna tontería."   
« Last Edit: March 31, 2017, 05:57:22 PM by Apple »


Deidara

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #66: October 25, 2015, 03:42:24 PM »
esto va situado antes de que Sayi se fuese de viaje a China :3
decidí intentar escribir un flash back de ~antiguos tiempos~ al inicio de mis fics a partir de ahora, así que a ver cómo va mi nueva meta!


#5 - family don't end with blood



“He traído una aspiradora. Me he gastado dinero para comprarte una aspiradora, y eso es decir mucho de mí. Pero estoy cansada de intentar barrer tu apartamento con esa escoba que parece estar a punto de descomponerse.”
“Creo que exageras.”

Deidara bufó, dejando caer a los pies de su tío, Dick Gumshoe, la caja que contenía la nueva aspiradora que le había comprado.

“Es sin cable, de última generación. Lo único que le faltaba era hablar y poder decirte lo sucia que tienes la casa,” insistió, pero su tío no le hacía caso, porque estaba demasiado ocupado desembalando el paquete, como si de un niño con su nuevo juguete, regalo de Navidad, se tratase. “Es de 350 W de potencia, la batería dura— oye, ¿me estás escuchando?”
“No me puedo creer que… Deidara, no sé qué haría contigo, mi penoso sueldo de policía no me hubiese dado para algo así.”

Y así fue como Deidara se encontró con los brazos de su tío rodeándola. La HiME de la fuerza se sintió algo incómoda, y es que no era normal que hubiese hecho llorar a su tío con sólo una aspiradora…

“Vale, vale, me ha quedado claro… ahora vamos a probarla.”

Deidara no pensaba que aspirar pudiese llegar a ser algo ligeramente entretenido, ni que su tío pudiese haber acumulado tanto polvo en las distintas superficies de su apartamento. Sabía que su trabajo como policía apenas le dejaba tiempo libre, y que era ligeramente explotado… pero no creía que fuese para tanto.

En menos de dos horas, el apartamento volvía a estar (ligeramente más) limpio, y Gumshoe y Deidara tomaban un refresco como recompensa.

“Se está haciendo tarde,” comprobó Dick. “¿No crees que deberías salir antes de que pierdas el último autobús?”
Deidara buscó la ventana más cercana, afirmando así como ya había oscurecido. Su tío tenía razón, iba siendo hora de volver a Hanasaki, a la mansión HiME… pero, no iba a mentir. No se estaba del todo tan mal aquí. En Hanasaki las cosas eran tan estresantes, que poder darse un respiro de vez en cuando no estaba tan mal. Aquí no tenía que pensar en HiMEs, ni Rebels. Ni en diversos dramas personales. Aquí las voces no se escuchaban, llegaban hasta hacerse silenciosas. “Creo que esta noche me quedo a dormir. ¿Me preparas la cama?”
“Siempre aprovechándote de mí…” Pero sonrió. 


# # #


Esa misma mañana, antes de que Deidara y Sayi pusieran rumbo a Hanasaki, esta última le había dado unas llaves de repuesto de su apartamento, en caso que Deidara quisiera volver antes de tiempo a descansar. Viendo que su estancia en Japón se iba a alargar, la pelirroja decidió no abusar de la hospitalidad de su amiga y pasar la siguiente noche en otro lugar. Decidió que la próxima llamada sería a la pelirosa.

“¡Dori!” Exclamó Sayi, quien sonaba algo preocupada y atareada. “¿Todo bien? ¿Sigues por Hanasaki?”
No queriendo entretener a su amiga (Deidara se preguntó si ya había tomado la prueba HiME, o estaba en ello) quiso ir al grano. “Sí, creo que voy a quedarme unos días más por aquí.”
Sayi pareció escucharse ligeramente menos nerviosa entonces. “¡Oh, eso es genial! ¿Necesitas algo?”
“No, de hecho quería decirte… he pensado que lo mejor sería no molestar, creo que voy a irme a casa de mi tío unos días. Imagino que mi hermano ya le habrá dicho que estoy por aquí.”
“¿Estás segura?” Preguntó Sayi, “no nos importa tenerte en casa.”
A Deidara le hubiese encantado quedarse, pero sabía que iba a necesitar algo de tiempo para ella sola, sobre todo después de la conversación con Miranda. “Sí, creo que será lo mejor. Ya nos pondremos al día cuando estés libre.”
Se escucharon voces de fondo desde el otro lado de la línea, a Deidara le pareció distinguir la voz de Ichigo. “Sí, eh… nos pondremos al día. Tengo que dejarte, estoy a punto de—”
“Claro. Hablamos. Que vaya bien.”
“Si, que vay—” No escuchó el resto porque al parecer Sayi colgó antes de tiempo.

Al parecer su amiga no había tardado mucho en tomar su decisión respecto a ser HiME… y parte de ella, envidió lo fácil que se le hacía a Sayi tratar sobre el tema.

# # #


Viendo que se había traído poco dinero desde Barcelona, y que le tocaba hacer una visita al banco para activar sus cuentas en Japón, a Deidara no le quedó más remedio que tomar el bus y tardar unos cuarenta minutos en hacer un trayecto que, en taxi, hubiese durado mucho menos de la mitad.

Aprovechando que tenía la llave de casa de Sayi se había pasado primero por allí para recoger sus pertinencias, una única mochila de viaje, no muy grande, y se había dirigido a su siguiente destino. Tras otros viajes en bus, por fin se encontraba allí. No tenía la llave, pero sabía que siempre había una escondida bajo la alfombrilla de la entrada… una estrategia que no era muy digna de un policía.

Deidara abrió la puerta del apartamento, sonriendo al encontrarse en la entrada aquella aspiradora que ya estaba a punto de cumplir los tres años. Al parecer el regalo le había durado a su tío Dick Gumshoe, y le había dado un uso decente, porque el piso se encontraba en mejores condiciones que las últimas veces que había estado allí.

Las cosas no habían cambiado mucho. Los muebles seguían siendo los mismos, dispuestos de la misma manera. Las cortinas seguían sin combinar con el color de la tapicería de los sofás, la decoración seguía siendo espantosa… se alegraba de ver que su tío seguía siendo el mismo. A pesar que había tratado de mantener el contacto con él en los anteriores tres años, no se habían visto, y es que el trabajo de policía de Dick le hacía difícil poder pasarse a visitar por Barcelona, teniendo en cuenta que Deidara no iba a dignarse a volver por la ciudad japonesa. Tío Gumshoe seguía trabajando en el departamento de policías, aunque gracias a sus últimas conversaciones, había aprendido que su puesto había subido hasta detective de homicidios. Algo que a Deidara le había sorprendido, ya que su tío era alguien algo descuidado, pero imaginó que su lealtad y su amor por su trabajo habían jugado un papel muy importante.

Tuvo que apartar lo que parecían viejos archivos de casos, apilados, para hacerse un sitio en el viejo sofá. Su pequeño equipaje ya había encontrado su lugar en una esquina del salón, y viendo que no tenía nada que hacer, decidió enchufar el televisor y buscar algo de entretenimiento hasta que su tío llegase.

Apenas llevaba un minuto la pantalla enchufada, y todavía seguía buscando de canal, cuando reparó en que, en tres años, aquella había sido la primera vez que veía la televisión japonesa. Y es que, en Barcelona no se había preocupado mucho por buscar alguna señal japonesa, ni por verla online. Y no podía creerse que el resumen de un canal deportivo de algún campeonato de sumo le estaba haciendo sentir demasiadas cosas, como un miedo terrible, y unas ganas de llorar que estaba forzándose a aguantar.

Tres años. ¿Qué había hecho en esos tres años?

Huir del país había sido la peor decisión que había tomado en mucho tiempo, la más estúpida. Había dejado atrás amigos, estudios, un futuro que podría haber sido mucho más que el que le había tocado. Sabía que había sido un error, pero era demasiado tarde, se había dado cuenta demasiado tarde, y ya no podía volver atrás.

Una estúpida decisión, en un momento difícil, que había estropeado todo.

No lo admitiría en voz alta, pero echaba de menos la vida en Japón. Echaba de menos Hanasaki, las clases. El grupo que las HiMEs habían formado. El club de básquet, el de kendo, todos los amigos que había hecho allí. Al glotón de Luffy, al idiota de su mejor amigo de Michi. Y a Zoro. Era difícil pensar en todo lo que había pasado y lo que no, lo que podía haber pasado, si se hubiese quedado allí. Recordó como Zoro le había dicho que él iba a estar allí cuando volviese, ’no tengo adónde ir’. Pero es que no habían pasado tres semanas, ni tres meses. Habían sido tres años, y estaba segura que Zoro habría ya pasado página.

La ansiedad empezó a hacerse demasiado grande. ¿Qué hacía allí? ¿Qué iba a ser de ella ahora?


Por desgracia, o no, ese fue el justo momento en el que la puerta principal se abrió, y se escuchó el grito de su tío, “¿¡quién anda— ¿Deidara? Qué haces— no esperaba que, oye, espera, qué te pasa…” En pocos pasos, Gumshoe estaba allí, sentándose en el sofá junto a Deidara.
“Tío Dick, qué he hecho.” Dejó que Dick le rodease con sus brazos, se apoyó en su hombro y cerró los ojos. “He sido una idiota. No tengo ni idea de qué, qué he hecho. No sé qué voy a hacer ahora.”
“Hey. No te preocupes, ¿vale? Ya verás cómo lo arreglaremos.”

Agradeció infinitamente que Dick no le hiciese más preguntas, y más todavía, agradeció el abrazo, y el silencio que siguió, por no supo cuánto tiempo.

“Deidara.”
“¿Hm?”
“Me alegro de tenerte de vuelta a casa.”

Se sentía como en casa.

# # #


“¿Se puede saber qué has estado haciendo?”
“Ah— cuidado, eso escuece…”

Deidara gimió entre dientes mientras su tío Gumshoe aplicaba alcohol a sus heridas (alcohol, porque así ella lo había pedido, y es que la HiME de la fuerza no iba a curar sus heridas con simple yodo o agua oxigenada). Tenía varios cortes en sus brazos, algunos rasguños y roces sin importancia. Había tenido heridas peores.

“Entonces…” Insistió su tío.
“Estaba entrenando con Sanji. Hubiese ido al hospital, de no ser porque allí hacen siempre muchas preguntas… saben sobre las HiMEs y los Rebels, pero Miranda nos tiene muy controladas. Siendo policía, imaginé que no le harías ascos a curarme un par de heridas.”
“Ya. Todavía no entiendo mucho de qué me estás hablando,” rió Gumshoe, “pero me alegro de que vengas a mí. Eso significa que al menos me tienes un poco de aprecio, ¿eh?” Bromeó, como respuesta Deidara simplemente puso los ojos en blanco. “Vale, vale, me queda claro… ¿y cómo decías que se llamaba… Sanji? ¿Ese es el de la escuela rival?”
A su tío Gumshoe todavía no le quedaba muy clara la terminología, a pesar que Deidara la había repetido varias veces. “No, no, esos son los Rebels. Sanji era el profesor de Hanasaki, ¿recuerdas? El que me entrenaba, el tío raro, rubio, que siempre fuma… la verdad es que a veces se pasa con los entrenamientos. Y mira que le tengo dicho que vaya con cuidado, ahora que tengo a mi Meister… se supone que él siente también todo mi dolor,” suspiró.
“Meister…”
“El Meister es… como una especie de batería. Se supone que nos da energía, ¿sabes? ¿Recuerdas a Zoro?”
“¿Tu amigo el del pelo verde?”
“Sí, ese. Bueno, él es mi Meister. Kurogane es mi Knight.”
“Meister, Rebel, HiMEs, Knight… ¿en qué mundo se supone que mis sobrinos se han metido?”
“Ni yo estoy segura,” dijo mientras volvía a ponerse su camisa, una vez tenía todas sus heridas curadas.
“Menos mal que Near parece el único cuerdo de los tres y ha decidido mantenerse al margen.”
“¿De verdad llamas cuerdo a Near?”
“Al menos no va por ahí pegándose con rebeldes,” suspiró, y Deidara no le corrigió esta vez.


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #67: October 25, 2015, 11:59:08 PM »
Por fin vengo con capitulo nuevo y espero subir otro en esta semana <3

Capitulo 8: "Nuevos amigos x Nuevas responsabilidades"


Habian pasado dos horas después de la prueba Hime de Mayura que la había pasado a duras penas, la pelirrosa se encontraba ahora descansando en la enfermería, la fiebre ya había bajado y solamente descansaba plácidamente, a su lado se encontraba Flaffy que también dormia al lado de su dueña, Suga y Otoya no se encontraban, el pelicenizo tenia practica del club de vóley, mientras que al pelirojo novio de Mayura se lo llevaron a fuerzas a cumplir con sus deberes ya que el joven no queria separarse del lado de su novia, pero Mayura no estaba sola alguien estaba sentado a su lado mirándole atentamente

Ya te levantaste?...- le decía aquella persona mientras le movia levemente- estoy aburrido…-

Uhm…- la pelirosa abrió los ojos lentamente- que me paso?...- miro hacia el lado derecho y observo a un joven de cabellos negro-eh?!!!! –

Flaffy se levanto también, la pelirosa la abrazo fuertemente

Quien eres tu?...-

Eh? Yo?...- señalándose a si mismo- no te acuerdas de mi? Somos amigos por internet…mi usuario era Lovelyboy 17…-

Eres Lovelyboy17?....espera …- recordando la foto de aquella persona en su perfil de Facebook- tu foto no era diferente?...- mirándole con cara de duda-

No te fijes de eso…ya sabes las personas la mayoría de las veces usamos fotos falsas para atraer la atención de mas personas, en mi caso para que caigan mas chicas- sonriendo ampliamente-

Eso no es nada bueno lo sabes no?-

Creo que eres la única inocente que pone su verdadera foto de perfil…- sacando su celular- hay que tomarnos un selfie en la enfermería si?...-

Eh???-

Se acerco a la pelirosa y jalo a Flaffy también para que los tres entren en la foto, luego se separaron

Ahora si presentémonos…comienzan las damas…-

Es cierto…nos conocemos solo por nickname…bueno mi nombre es Mayura Daidouji…mucho gus….espera espera donde están Suga-san y Otoya-kun?-

Te refieres a los dos chicos que estaban cuidándote? Pues tuvieron cosas que hacer…y como venia a la enfermería para usar la computadora de la doctora les dije que te cuidaría porque te conozco y se fueron tranquilos….-

Que? Asi nomas? …- se cruzo de brazos- es verdad como estamos en la escuela no pudieron sospechar nada….-suspirando- pero al menos están tranquilos…-

Ni que fuera alguien sospechoso…aun…-riendose por lo bajo-

Eh? Decias algo? – mirándole confundida-

No es nada…-dandole palmadas en el hombro-bueno me toca presentarme…mi verdadera identidad es…soy Todomatsu Matsuno…-extendiendole las manos- mucho gusto…-

Igualmente…- le tomo de las manos-

En verdad que Mayura-chan te vez adorable mientras duermes he tenido muchos like en mi Facebook y y hay chicos que quieren agregarte…-

Eh?... – dijo sonrojada – como me vas a tomar durmiendo?!!-

Es que eres bonita y debo de presumir de que tengo una amiga asi no?...-

No digas eso que me avergüenzas…- dijo mirando a otro lado-

Y tu ovejita también se ve bien…- tomándole fotos, mientras que el child compañero de la pelirosa movia la cola-Bueno ahora que estas bien que te parece si comemos algo mientras que me cuentas todo lo que has hecho? Quiero saber mas de mi amiga…-

Gracias…- dijo aun con su oveja en sus brazos- de alguna manera me siento mas tranquila y si tengo cosas que contarte Todomatsu-kun y tu también debes de contarme tus cosas…-

Claro que lo hare…después de todo no seria divertido si todo el tiempo te la pasas hablando…-

Es verdad…seria aburrido que yo solo hable- con una gota en la cabeza para levantarse y soltar a Flaffy-bueno vamos entonces…ya luego le comentare todo lo que me sucedió a Miranda-san…ahora quiero distraerme…-

Asi se habla, luego de comer vamos a las tiendas a comprar un par de sombreros!!-

Claro yo también quiero comprarme algo y comprarle a Flaffy-

Y si me hace falta dinero me prestarías?-

Claro…somos amigos…-

Que bueno que estudiamos juntos en el mismo lugar…- dijo tomándole de las manos-vamos vamos hay muchas cosas en que gastar-

Si vamos…- le dijo la pelirrosa mas animada, como que parecía que después de aquella dura prueba sus animos habían vuelto por completo, como si un gran peso se había quitado de encima, ademas de que ya había recuperado a Flaffy y Otoya la apoyaba, no podía sentirse mas feliz que ahora-

Mayura-chan? Es la 5ta vez que te desconectas del mundo real…-

Eh??? Es en serio?- dijo apenada- lo siento

Jajaja es mentira no fueron 5 veces….fueron 10…-

Eso es mucho peor …-se apeno mirando de un lado a otro, mientras que su Child solo atinaba a observarlos sin entender nada-

Senpai!!!! Eres Mayura-senpai!!!-

Eh?...- la pelirosa observo como una jovencita caminaba hacia ella con el uniforme de la secundaria de Hanasaki-

Ai Kisaragi se acercaba corriendo hacia donde estaban los dos jóvenes, Todomatsu no perdió el tiempo y le tomaba fotos mientras corria y se movían al compas los atributos visibles que la joven mostraba

Si lo soy!!!-alzando los brazos para indicarle que estaba en lo cierto- sucede algo? Acaso también será una amiga del Facebook?-

No lo creo…conozco el nombre de todos tus amigos y ella no figura en la lista…-

Eh? Sabes el nombre de todos mis amigos? Es que acaso no estudias o  haces algo en casa? Eso se llama stalkear no crees?-

No es nada de eso…me divierto mucho conociendo los datos de mis amigos…ademas no tengo ganas de estudiar y mucho menos ganas de trabajar…-

Ya veo…- con una gota en la cabeza-

Ai ya se encontraba cerca a ellos, se detuvo un poco y empezo a recuperar el aliento que lo había perdido al correr en
busca de la otra pelirosa

Deseas algo? – le dijo la pelirosa con una amplia sonrisa-

Esto…senpai queria conocerla en persona y darle las gracias por haberme salvado a mi y a mi oniichan…- le dijo emocionada con las mejillas rojas y ojos brillantes-

Eres popular Mayura-chan….- hablo el pelinegro-

Yo te salve?...- dijo mirándole algo confundida-

Seguro que no te acuerdas porque sucedió hacia 3 años y andabas preocupada por proteger a las demás personas junto a las Hime, pero cuando oniichan y yo venimos a Hanasaki porque iba a ser nuestro futuro centro de estudios hubo un ataque y una pared estuvo a punto de caer sobre nosotros, de ahí apareciste tu junto a tu child y nos protegiste, para luego irte a pelear, por eso  siempre espere este momento para agradecerte por lo que hiciste por nosotros

Eh? Mayura-chan eres una chica mágica?...- dijo el pelinegro asombrado- te transformaras y tendras un traje de marinero sexy pero inútil al momento de pelear? Puedo tomarte fotos?

Yo nunca he utilizado ese tipo de cosas!!- dijo apenada para luego mirar a Ai- No tienes porque darme las gracias, después de todo yo no iba a permitir que nadie saliera lastimado y me alegro verte sana y salva como estudiante- le dio una palmada en el hombre-

No puedo creerlo me siento la chica mas feliz del mundo…- dijo con las mejillas rojas-

Para celebrar su encuentro porque no vamos todos a comer mientras nos contamos cosas interesantes para hacer que nazca una bonita amistad entre todos-

Todomatsu-kun tiene razón, que te parece acompañarnos estoo….-

Ai Kisaragi… mucho gusto…-haciendo una reverencia-me gustaría acompañarlos, quiero saber mas de la persona que admiro ..-dijo emocionada- y como oniichan no esta no quiero regresar sola-

Entonces problema solucionado- dijo el pelinegro- será motivo de acompañarte hasta tu casa como buenos senpai que somos no te parece Mayura-chan?-

Es verdad Todomatsu-kun tiene razón no te podemos dejar sola Ai-chan…- le sonrio-

Soy muy afortunado de tener dos hermosas damas acompañándome…asi que yo invito todo lo que pidan…-

En serio? No quiero causar molestias…-

No que dijiste que no tenias mucho dinero?-

Bueno no creo que coger el dinero que me dio Choromatsu-niisan para comprar comida para la semana haga daño no?

Mas tarde lo puedo recuperar…- les dijo sonriendo-

En serio?!! Muchas gracias!!- dijieron las dos jóvenes al unisono-

En realidad no tengo dinero para devolverle pero no importa…el puede conseguirlo después….-dijo riendo en voz baja-no puedo dejar de pasar la oportunidad de pasar toda una tarde con bellas chicas…-

Dijiste algo?...- dijo Mayura acercándose hacia él, mientras que Ai miraba con curiosidad a Flaffy y le tomaba muchas fotos-

No…no dije nada…vamos chicas…hay muchas cosas que debemos de hablar ahora que todos somos amigos-

Si vamos!!...- Ai se acerco a los dos jóvenes y se cogio de los dos brazos, mientras que Flaffy caminaba delante de ellos-

La pelirosa se sentía mas tranquila y animada, agradecia que de la nada llegaran dos nuevos amigos a su vida, parecía que su vida nuevamente volvia a entrar al equilibrio que necesitaba después de un tiempo difícil, ahora se sentía mas fuerte para enfrentar cualquier reto quela vida la lanzara

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En la compañía musical de Tsukipro…

Otoya se encontraba en uno de los camerinos, suspirando pesadamente y claro pensando en Mayura, afortundamente cuando se había ido la fiebre de su novia había bajado y cuando vinieron por él un amigo de ella llego para cuidarla, por lo cual no tenia porque estar angustiado, pero igual lo estaba…asi de enamorado se encuentra el joven

La puerta del camerino se abrió y Koi entro bostezando

Buen trabajo…- le dijo el pelirrojo con una sonrisa-

Gracias…aunque gracias a que no llegaste a tiempo Otoya-senpai tuve que yo estar en todas las entrevistas y no pude asistir a la escuela…pobre de Ai seguro que se habrá sentido sola al no estar si querido hermano con ella-

Creo que la sobreproteges mucho…-dijo con una gota en la cabeza-

Es que es mi hermanita menor después de todo…-dijo cruzándose de brazos para sentarse al lado del pelirojo-Ahora nos toca recibir el sermón de Hajime-san…-suspiro pesadamente- y para colmo Kakeru tampoco vino el dia de hoy porque se enfermo y fuimos los dos únicos del grupo que estuvimos en todos los lugares que teníamos asignados ir el dia de hoy…y para colmo Hajime-san es muy serio que ni siquiera puedo decirle nada…-

Es cierto Hajime-san es muy serio, pero es profesional en lo que hace asi que si merecemos el que nos regañe porque estamos que le fallamos…-suspirando pesadamente-

La puerta se abrió y un joven pelinegro de cabellos algo desordenados, ojos de color lila con el ceño fruncido y mirada penetrante que le daba un aire a un imponente rey, los dos jóvenes que se encontraban frente a él solo podían sentir admiración por él joven que tenían al frente

Hajime-san buen trabajo-dijo el pelirojo levantándose y haciendo una reverencia-

Por fin te dignas a venir después de la semana prolongada que te has dado de vacaciones…Otoya…- se acerco y dio un suave golpe en la cabeza-eso no le hace bien al grupo y a tu carrera como idol lo sabias?...-

Lo se por favor discúlpame…-dijo apenado- es que Mayura…quiero decir mi novia estaba con muchos problemas y no podía dejarla sola…-

Debo de suponer con todo lo que me comentas acerca de ella que la esta pasando mal, pero eso tampoco puede interferir con tu carrera…- camino hacia donde se encontraba la ventana para quedarse a mirar el exterior por unos instantes- tu elegiste el camino del idol, asi que debes de traer alegría a la gente…también sabes que tener una novia no esta permitido porque ocasionaría lo que ahora esta sucediendo contigo, pero nuestro manager te lo ha permitido, asi que tienes que retribuir como se debe a esa confianza que te dan…-

Tienes toda la razón Hajime-san pero no pude evitar enamorarme…- dijo sin tener mas argumentos para defenderse porque todo lo que decía Hajime era cierto, había dejado de lado sus deberes de idol por estar pensando en su novia- pero prometo que apartir de ahora dare todo lo mejor de mi para que no vuelva a suceder denuevo-

Deacuerdo…confio en tus palabras…asi que desde ahora tendras que dedicar mas horas en los ensayos y asistir a todas las entrevistas de este mes y del que viene, por lo cual no podras ver a tu novia seguido deacuerdo?

Esta bien…lo acepto después de todo es la penalidad que debo de cumplir, ademas los problemas de mi novia ya se superaron-

Que castigo duro te han dado Otoya-san…-rio divertido el pelirosa-

Espero que no creas que te has librado de tu castigo Koi, tu tampoco has cumplido con las metas que tenias que cumplir este mes y eso que fuiste tu el que escribiste tu propio régimen…-

En serio que lo iba a hacer Hajime-san,pero es que Ryuu-niisan no esta y yo debo de cuidar de Ai…-

Si mas no recuerdo Ai tiene la misma edad que tu y no tienes porque sobreprotegerla mucho, ella es fuerte y sabe cuidarse por si misma-

Lo se pero es que no puedo evitar querer protegerla, después de todo somos mellizos…-

Esas son excusas Koi, ademas el manager me acaba de entregar tus notas de la escuela y no estas muy bien que digamos…-

Bueno es que yo …-mirando de un lado a otro riendo tontamente-

No me quedara de otra que ayudarte en ingles y matemáticas que son los cursos que estas fallando…-

Es cierto Hajime-san es uno de los mejores estudiantes universitarios de Hanasaki no es cierto? Yo también ire a Hanasaki…-

Entonces todos estaremos en el mismo lugar…- dijo el pelirosa- ya que también debemos de contar a Kakeru…-

Kakeru es otro caso que debo de ver…aunque a diferencia de ustedes, si tiene motivos por las continuas inasistencias...-

Menos mal que no tengo castigo…-

Claro que lo tendras y eso es limpiar el vestuario todos los días antes de los ensayos y darle los regalos a los asistentes después de las entrevistas…-

Deacuerdo!!!...-dijo el pelirosa con cierto desgano- es verdad Hajime-san el motivo de la ausencia de hoy de Kakeru es que ha pescado un resfriado y tiene mucha fiebre, había pensado ir a su departamento para visitarlo –

Yo también quiero ir a ver a Kakeru-kun…- dijo el pelirojo-

Pero no pueden porque tienen que trabajar…Otoya te toca ir al estudio de televisión para hacer un comercial y Koi te toca ir a la radio para promocionar tu próximo single…yo ire a visitar a Kakeru, pasare por la farmacia para comprarle medicinas y comida, ya que estoy completamente seguro que a Kakeru se le olvido comprar su comida de la semana…-suspirando pesadamente- asi que ustedes cumplan con sus deberes…-

Deacuerdo!!!- dijieron los dos chicos al unisono-

Nos vemos mañana…-salio del lugar-

Eso es lo que admiro de Hajime-san…que a su manera se preocupa por todos nosotros- hablo Koi- quiero ser asi de pro como él…-

Yo también, es muy maduro a pesar de su edad y de todo lo que ha pasado…- le dijo el pelirojo- que bueno que es nuestro líder…-

Si menos mal porque si nos hubiera tocado un líder como Shun-san …-

Shun también es un buen líder solo que tiene otra forma diferente de pensar…-

Eso es cierto…-

Bueno comencemos con nuestros deberes…-

Ya fuera del estudio Hajime saco su celular mientras que marcaba un numero

Ya recolectaste todos los datos de Mayura Daidouji? Cuando lo hagas mándalo a mi fax por favor…- colgó y volvió a guardar su móvil-Necesito tener una charla privada con ella, después de todo presiento que corre mucho peligro si es que esa persona también esta interesado en ella…-
----------------------------------------------------

Matta ne!!!

Mimi-chan


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #68: October 31, 2015, 05:13:20 AM »
Ha sido un mes feo u_u no me ha salido casi nada por más que intenté, pero bueno, acá está. Luego edito con topes y eso

5.




“PEAAAAAARL”

El grito fue el único aviso que tuvo antes de ser envuelta en un pequeñísimo abrazo. Steven era tan chiquito que ni le llegaba a la cintura, pero su agarre era muy fuerte y no parecía ser el de un niño de ocho años. Sutilmente, Pearl se soltó del agarre para arrodillarse en el piso y abrazarlo de una manera más cómoda para los dos. Acarició sus cabellos y al cabo de unos largos segundos, se separaron y Steven le sonrió de oreja a oreja. 

A unos pasos detrás del menor, Connie se acercaba a saludar a Pearl. Steven se hizo a un lado para que compartieran también un abrazo, aunque este duró menos que el anterior.

“¿Qué tal les fue hoy en clases?” Les preguntó Pearl.
“¡Bieeen!”
“Hoy nos enseñaron la tabla de múltiplos del 6.” Comentó Connie, mientras se sacaba la mochila y la dejaba en uno de los sofás de la casa. Steven, al ver a su amiga, hizo lo mismo.
“¿Les fue bien en el examen de comunicación integral?”
“¡Sí!” Afirmó Connie.
“Eh… ¿creo?” Ofreció Steven: Pearl y Connie rieron al ver su cara de angustia. La mayor se acercó y le revolvió los cabellos.
“De seguro te fue bien. Sino, prometo que te ayudaré a sacar una buena nota en el siguiente.”
“¡Yay! ¡Gracias, Pearl!”
“¿Dónde está Rose, a todo esto?”
“La Srta. Quartz nos dejó en la puerta y dijo que regresaría al campus por un libro que se le olvidó sacar para su monografía.”
“Felizmente estamos cerca…”
“¡No quería que Connie se perdiera ni un segundo de sus clases de piano con la mejor profesora del mundo!” Exclamó Steven, haciendo que Pearl se sonrojara.
“Okay, entonces manos a la obra.” Anunció Pearl, y empezó a caminar con dirección al piano de cola que se encontraba en la esquina de la habitación. Connie la siguió.

Cuando las dos se sentaron en la banquita frente al piano, Pearl se giró de nuevo hacia Steven.

“Garnet está en el segundo piso.”
“¡Roger that!” El niño hizo un saludo militar, le sacó la lengua y se fue corriendo a subir las escaleras.

Pearl volvió su atención a Connie, quien practicaba las primeras notas de Para Elisa en el piano. El ritmo era muy lento, y el toque de las teclas denotaba duda, pero era de esperarse: hacía un par de días que le había enseñado la primera parte de la canción.

“¡Vas muy bien, Connie!”
“Gracias, señorita Pearl.” La niña dejó de tocar. “Por cierto, ¿cuánto le debo de la clase anterior? Mis papás me dieron dinero para pagarle hoy.”
“¿Quince dólares? Creo que así quedé con tu mamá… Pero mejor vemos eso luego de la clase, ¿sí?”
“¡Okay!”






“Hizumiiii~”

Ese tonito odioso sólo indicaba desastre, y al girarse, se encontró con su peor pesadilla: Illyasviel Lee. La cara de la estudiante de Highschool gritaba “chantaje” y Hizumi sintió un escalofrío que le escarapeló el cuerpo. Nunca había sentido miedo: ni cuando fue rebel, ni cuando estuvo a punto de jalar el requisitorio de Economía…

¿Pero Illya? Illya era otra cosa.

Adiós, sanguchitos de pollo de 400 yenes.

“¿Sabes qué? Juro que he escuchado pasos en el segundo piso, y encima, los ronroneos y maullidos de un gato… ¿Creo que penan en esta casa?”
“Jaja, eh… ¿fácil? No creo que alguien se haya muerto aquí. ¡Pero no deberías preocuparte por esas cosas! Enfócate en tus estu—”
Illya se le acercó rápidamente y sonrió. “Ya se tu secreto, Hizumi. Si no quieres que Lelouch se entere, yo que tú me pondría las pilas.”
Hizumi sacó su billetera a regañadientes. “¿…Cuánto quieres?”
“¿Cuánto tienes?”
“¿Me vas a dejar sin dinero para el pasaje, ¿no?”
“Depende.”
Hizumi sacó unos cuantos billetes y se los extendió. “No me pidas más.”
Illya los revisó y asintió con la cabeza. Luego, le sonrió y se fue corriendo por el pasillo, Hizumi supuso que a su cuarto.

Ese corto intercambio de palabras le había quitado unos años de vida.

“¿Hizumi? ¿Qué hablabas con Illya?”




Se topó con Lelouch en la entrada a la cocina, y saltó un poco del susto. Justo era la persona a la que quería evitar.
“Quería que la ayudara con unos problemas de matemáticas.”
“Ah. Quería consultarte algo.”
“¡Dime!” Y le sonrió.

Entraron a la cocina, y Lelouch se apoyó en la pared, mientras Hizumi buscaba en la refrigeradora algo que beber. Al encontrar una botella intacta de jugo de naranja, cerró la refrigeradora y se dispuso a tomarla.

“Creo que el otro día vi a Kanone en el recibidor.”
“DKFSDLFLSDJFKS” Hizumi casi se atora.
“¿Hizumi?”
“Nada, estoy bien, sigue~” Y forzó una sonrisa.
“Lo ví, estoy seguro que lo ví. Aunque cuando parpadeé, desapareció… Es raro, ¿no? No sé si está vivo o muerto porque ni Eureka ni tú me han hablado del tema de nuevo… ¿Estaré viendo cosas?”
“¿Quieres que te diga la verdad?”
“Sí.”
“Estás alucinando, pero sí, Kanone está vivo, sólo que a miles de kilómetros de aquí. Él vive en Alemania… ¿Por qué se aparecería en frente de ti?” Hizumi le mintió.
“…Es en serio.”
“No te miento, ¿en qué me beneficia hacerlo?”
“¿Tu sugar daddy lo sabe?”
“CARAJO, QUE NO ES MI SUGAR DADDY” Le gritó, y Lelouch rio al verlo tan enojado. “…No, Kiyotaka no sabe. Y dudo mucho que le interese, considerando que ahora está pendiente de su familia: eso es lo único que le importa.”
“Se casó, ¿no?”
“Sí, y tiene una hija. No creo que se arriesgue a meterse en estos asuntos turbios de nuevo, considerando que puede poner en riesgo a su familia.”
“…Tengo una pregunta. ¿Por qué Kiyotaka te paga los estudios, la renta y te da propinas?”
“¿No sabías? Kiyotaka es mi tío.”
“………………………qué”
“No de sangre, obviamente. Es el mejor amigo de mi hermano mayor: siempre lo consideré como un tío. Y ahora que Yaiba está dios sabe dónde, Kiyotaka es el que se encarga de mí.”
“…Nunca pensé que me enteraría de estas cosas sobre ti. Tu pasado y tu familia son un misterio.”
“¡Ni Eu lo sabe! Pero si le cuento esto, creo que pegaría el grito al cielo.” Hizumi rio. “Queda entre nosotros, ¿sí?”
“…Okay”

Hizumi le guiñó un ojo y empezó a caminar hacia la puerta de la cocina. Se despidió ondeando la mano, y se esfumó en la oscuridad del pasillo.









Luego de meter el libro en su bolso, salió de la biblioteca rumbo a casa. No tenía más clases en lo que quedaba del día, así que se sentía sumamente contenta y tranquila consigo misma. La preocupación por la pronta entrega de la monografía para el curso de Métodos estaba aún ahí, pero la hizo a un lado, dándole prioridad al descanso: tal vez incluso podría salir a pasear con Steven, lo que sabía que a su hijo le encantaría.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ringtone de su celular. Al sacarlo de su bolsillo y revisar la pantalla, notó que no conocía el número de la persona que la llamaba.

“¿Aló?” Contestó Rose, con un tono un poco inseguro.
¿Rose Quartz? Soy Miranda Lot, rectora de la universidad. ¿Estás libre en estos momentos? Me es urgente discutir un asunto contigo.
“Sí, estoy libre.”
Okay. Si no es mucha molestia, te pido que vengas a mi oficina.
“¿Es sobre mi rendimiento…?”
No, no. No es nada malo. Acá te explicaré bien todo.
“Oh, bueno. Estoy yendo para allá.”
Gracias, te veo entonces.

Se quedó intrigada por el tema en cuestión, sin embargo, empezó a caminar con pasos apurados al edificio de secretaría, donde también estaba la oficina de la rectora. Nunca en su vida había tenido conversación con esta, por lo que todo el asunto se le hacía muy extraño, pero intuía que la mujer le resolvería sus dudas ni bien se encontraran.

Optó por ponerse sus audífonos y escuchar música para no tener que preocuparse de más. 
« Last Edit: June 06, 2019, 01:46:17 AM by Eureka »


Deidara

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #69: October 31, 2015, 03:46:22 PM »
este mes ha sido de mucho hype TAT a ver si se mantiene eso para el mes que viene
aporte largo oops. de nuevo, el principio es flash back
also i'm making it up as i go-- ignoro mi propio canon era dz, y me invento nuevas cosas sobre la marcha ya que no llegué a aclarar nunca en el anterior fic...


#6 - should i regret or ask myself


“No me puedo creer que llevéis cuatro partidas ganadas seguidas.”
“Eso será porque alguien es muy malo.”
“¡Estás haciendo trampa! ¡Deja de leer mi mente!”
“¡Yo no estoy haciendo trampa!”

Deidara fulminó con la mirada a Zoro, quien calló de inmediato. Aunque eso no le impidió murmurar para sí mismo, siguiendo con sus quejas. Luffy encontraba la escena divertida.

Llevaban casi una hora jugando a póker, la habitación casi a oscuras por completo, ya que afuera estaba ya anocheciendo. Tras aprender que Luffy no había jugado nunca a póker, Deidara y Zoro decidieron que eso no podía seguir así, y que tenían que ponerle fin a su ignorancia sobre las reglas y el bello mundo del póker. Así fue como Luffy se emparejó con Deidara para que ésta le ayudase a iniciarse en el póker, acabando ganando todas las partidas hasta el momento.

“No tiene sentido que me estéis ganando. ¡Si Luffy no tiene ni idea!”
Luffy sonrió, “deja de quejarte, Zoro, y aprende a perder.”
Al peliverde no le hicieron gracia las palabras de su mejor amigo. No era muy buen perdedor. Y la chica no iba a dejar pasar la oportunidad de meterse un poco con él. “Te da vergüenza estar perdiendo contra Luffy.”
“Si dejaseis de hacer tram—“
“¿Quién era el que hace nada decía que podía con los dos, incluso con los ojos cerrados?”
“¡Cualquiera puede, con poderes!”
“¡No soy tan tramposa!”

Un fuerte ‘¡Sssh!’ se escuchó desde el pasillo. Candy, la enfermera de Hanasaki, trataba de hacerles callar por tercera vez desde que llevaban allí. Y es que, tras un encontronazo con su Rebel, Deidara había acabado en la enfermería, gracias a que Luffy y Zoro se encontraban por allí cerca. Zoro, porque tras descubrir que era su Key, había decidido meterse siempre de por medio en cualquier cosa relacionada con las HiMEs. Luffy, porque no tenía nada mejor que hacer.

(Según Deidara. Porque las palabras exactas de Luffy, habían sido, ‘alguien tendrá que asegurarse que los dos estáis bien’. Y Deidara nunca había escuchado a Luffy sonar tan maduro.)

El intento de hacerles callar hizo reír a Luffy, recibiendo dos miradas de reojo a cambio.

“¿Qué te hace reír tanto?” Preguntó Zoro, mientras volvía a barajar las cartas y repartirlas. Parecía determinado a ganar esta partida.
“Sois HiME y Key, y siempre os estáis peleando. Parecéis un matrimonio de abuelos.”
Las voces de Deidara y de Zoro se escucharon a la vez, gritar, “¿Pero qué dices?” y “¡Loco!”
“Los que se pelean se desean,” continuó Luffy con su burla.
“No seas crío, Luffy,” dijo Deidara, tratando de sonar ofendida.

Miró de reojo a Zoro, quien parecía muy ocupado repartiendo las cartas. HiME y Key. Además de ser su Meister. Todavía no se lo creía, que Zoro hubiese accedido a ser su Meister… y no sólo eso, si no que hubiese resultado ser su Key. Era como una broma pesada, sólo que no lo era. A pesar de que Zoro ya sabía la verdad, y que incluso había conocido a su Child, al pequeño dragón Aegon… no habían hablado muy seriamente del tema. Los dos sabían lo que significaba, pero habían evitado la conversación hasta el momento.

Y es que, Deidara no estaba segura cómo funcionaba esa posible charla. ‘Hola, creo que deberíamos hablar sobre el hecho de que tú eres mi Key, cuando hubiese sido más entendible que lo fuese mi hermano Kurogane, o incluso Near, a pesar que es un poco rarito. O Mitsui, que para algo es mi mejor amigo. Pero no, lo eres tú, y creo que eso es algo a tener en cuenta, y no sé, creo que tiene algo que ver con que me gustes un poco, y ah, Aegon pregunta si puede empezar a llamarte papi.’

No, no sonaba como una buena forma de empezar la conversación.

Así que, hasta que alguno de los dos se dignase a dar el primer paso…

“¡Deidara!”
“¿Eh?” La voz de Luffy le sacó de su pequeña burbuja.
“Vamos, que es nuestro turno.”
“Ah… vale, perdona.”

Por lo menos podría distraerse por el momento con la partida de póker…

(Zoro ganó. Y no dejó de celebrar su pequeña y única victoria hasta el momento durante los siguientes cinco minutos.

Al menos, Deidara pensó que perder había valido la pena, sólo por verle sonreír así.)


# # #


Ema Skye le echó un último vistazo a sus apuntes de derecho constitucional antes de volverlos a guardar en su carpeta. Había pasado las dos últimas horas en su escritorio, pasando a limpio apuntes y notas tomadas en sus clases, para así poder repasarlos y, ya de paso, tenerlos listos y bien presentados para cuando llegase el examen. Apenas llevaban una o dos semanas de clase y Ema todavía estaba entusiasmada con la idea de, por fin, haber empezado la carrera que tanto tiempo había querido estudiar. Criminología.

Lo tenía todo planeado, desde hacía unos cuantos años. Ya de pequeña había mostrado un gran interés todo lo relacionado con policías y detectives; había leído cualquier libro policíaco que acabase en sus manos y visto cualquier serie o película que tratase sobre el tema. Cuando llegó el momento de empezar la secundaria, y se le brindó la oportunidad de estudiar en Hanasaki gracias a una beca, no dudó en aceptarla tras conocer sobre el plan académico post-secundaria y la amplia gama de licenciaturas que existían; entre ellas, la de criminología.

Así que, allí estaba, recién empezando la carrera de criminología. Sólo le quedaban tres años más por delante, y podría cursar el máster de criminalística que tanto había querido hacer durante mucho tiempo. Hasta ya había empezado a buscar contactos en el departamento de policía, para intentar hacer las prácticas allí una vez llegase el momento. Tal vez, si sacase buenas notas, hasta podría pedir una beca para que le permitiesen estar allí como estudiante en horas extracurriculares. 

La simple idea le emocionaba tanto que le entraban ganas de llorar.

Pero… sabía que había estado intentando forzarse en centrarse en su carrera durante los dos últimos días. Dos días atrás, había recibido un mensaje de Miranda Lot.

Miranda.

Simplemente, la directora de Hanasaki para muchos. Para otras, exHiMEs como ellas…

Nunca había podido olvidarse de aquel corto periodo de tiempo que pasó como HiME. Cuando Hanasaki lo necesitaba, ella, junto a otras chicas de su promoción, fueron convocadas por Miranda y Fran, su inseparable ayudante. Les hablaron de chicas con poderes, de enemistades que provenían de tiempos inmemorables con Rizembool. Para ella, previo a aquel momento, la relación de enemistad con Rizembool le había parecido, simplemente, un pique inocente entre dos escuelas. Aprendió aquel día lo equivocada que estaba, y que todo iba más allá de estudiantes luchando por ver quiénes sacaban mejores notas o eran superiores en los deportes.

No dudó en aceptar, y salió de aquel salón de actos como la HiME del humo, tras haber realizado la prueba de iniciación. Recordó cómo tuvo que enfrentarse a una marioneta que se parecía demasiado a su mejor amigo Apollo. 

Pensó que todo aquello había quedado atrás, sí… hasta que recibió la nueva llamada de Miranda.

Y Ema se sentía tentada a decir que sí. Le había, de una manera extraña, gustado ser HiME. No porque ansiase el poder, o se alimentase de él. Si no, porque sabía que así había ayudado a su escuela. Había tratado de hacer del lugar un sitio mejor, había luchado por los suyos y por proteger a aquellos indefensos, que más lo necesitaban. Y le hubiese gustado volver a decir que sí, por supuesto.

Pero… ¿podía permitírselo?

Estaban, esta vez, en juego sus estudios. Su carrera, su futuro.

¿Podría aceptar, volverse un error?

Se sacudió la cabeza de lado a lado, y gruñó para ella misma mientras escondía su rostro entre sus manos. Estaba cansada. No sólo de haber trabajado durante toda la tarde frente al ordenador, sino de también haber estado tan indecisa. Ojalá ésta fuese una decisión fácil de tomar.

“¿Ema?” Llamó una voz, procedente del pasillo. “¿Sigues estudiando?”
La pregunta le hizo volver en sí misma, al mundo real por unos segundos. Asintió, y se dio cuenta momentos más tarde que la otra persona no había podido verlo, estando la puerta cerrada. “Eh— sí, quiero decir, no, ya estoy. Ahora iba a salir…”

Antes de que pudiese levantarse para salir, la puerta se abrió, poco a poco, estando al otro lado un chico moreno, vistiendo una camiseta vieja, roja, que le iba demasiado grande.

Ser HiME había tenido sus partes buenas y malas. Había sido duro, mental y emocionalmente. En alguna que otra ocasión, había acabado en la enfermería, o incluso en el hospital. Había aprendido que el combate físico no era su fuerte, y que dominar su elemento era complicado, por no decir casi imposible. Hasta había llegado a pensar que ser HiME no estaba hecho para ella.



Pero… también había tenido su parte buena. Ser HiME, le había permitido ampliar su círculo social, hacer nuevos amigos y conocer a gente nueva. Como, entre otros, a Luffy. Monkey D Luffy, con quien pronto había acabado en algo más serio que una simple amistad; una relación. No estaba segura cómo había pasado, que la amistad acabó por convertirse en algo más, pero allí estaban.

Luffy era una persona un tanto infantil, para tener un año más que ella. Tal vez esa era una de las cosas que más le había atraído de él; que a Luffy le importaba poco lo que la gente tuviese que decir de él.

(A lo mejor también influía el que ella también fuese un tanto infantil.)

Así pues, se habían conocido cuando Ema todavía era una HiME, tras unas sesiones de entrenamiento. Los snacks inseparables de Ema habían atraído al moreno, y compartir un paquete de chips entre ambos fue lo que inició su amistad. Los meses pasaron, Ema acabó prendada por el extraño y especial chico.

El chico había estado allí porque era amigo de una de las chicas, Deidara, con quien Ema no pudo llegar a entablar una amistad, como le hubiese gustado, ya que pronto el feudo entre Hanasaki y Rizembool acabó, momento en el que desapareció la pelirroja. Pero al parecer, Luffy y ella habían sido muy buenos amigos previo a su desaparición. Había oído hablar cientos de veces de la exHiME de la fuerza, tantas que era una pena que no hubiese podido llegar a saber más de ella.

“¿No vienes a ver Hell’s Kitchen?” Ema y Luffy llevaban semanas aficionados a las reposiciones del programa que echaban por la noche. Estaban en la quinta temporada, y cenar mientras veían los pintorescos restaurantes a los que acudía Ramsay se había convertido pronto en una de las mejores partes del día de Ema. Compartirlo con Luffy lo hacía mejor, por supuesto. Y es que el interés en la cocina del chico era mayor. Una vez acabada la secundaria, Luffy decidió dedicarse al amor de su vida: la cocina. Se apuntó a un curso de gastronomía de una prestigiosa escuela, cercana a Hanasaki, donde todavía pasaba más tiempo del necesario para ser un exestudiante.
“Sí, estaba ya acabando.”
Ema se aseguró que su ordenador estuviese apagado. Mientras, Luffy se sentó en el escritorio, frente a ella. “¿Has pensado en qué hacer?”
“¿A qué te refieres?”
“Con las HiMEs. ¿Vas a aceptar?”
“Ah.” Ema miró hacia un lado, pensativa. Creía tener una respuesta… pero le preocupaba que no fuese la correcta. “Quiero ayudar otra vez. Quiero serle útil a la escuela. Hanasaki me ha ayudado en mucho, ha hecho posible mi sueño… pero temo a que también sea la que se lo cargue.” Se mordió el labio. “¿Tú qué harías?”
“Pedir que me pagasen con comida,” respondió Luffy, serio, haciendo reír a Ema.
“Tonto,” dijo entre risas ante la broma de Luffy, quien ni se inmutó.
“No lo decía en broma.”
Ema rodó los ojos. La comida era tema sagrado para Luffy. “Bueno, lo plantearé si se da el caso.”
“Bien dicho.” Pareció ser una buena respuesta, porque hizo sonreír a su novio. “Pero, Ema. Sea lo que sea que decidas hacer, seguro que esa será la respuesta correcta,” dijo Luffy, tomando la mano de Ema entre las suyas. El gesto hizo a Ema sonreír. Dentro de lo que cabía, Luffy había también madurado, en cierta manera. “Si crees que te necesitan o puedes ayudarles, ves y seles de ayuda. Y si no, no pasa nada. Nadie va a hacerte sentir culpable por querer centrarte en tus estudios.”

La castaña sonrió, dejándose abrazar por su novio. Sus palabras le hacían sentir mejor. Recordó como tres años atrás, cuando había decidido ser HiME, no tenía a su lado a Luffy de esta forma. A quien sí que había tenido, había sido a su inseparable mejor amigo, Apollo Justice. Todavía no le había hablado del mensaje de la directora de Hanasaki, y se preguntó cómo reaccionaría cuando conociese las noticias. Al fin y al cabo, era algo que le incumbía, teniendo en cuenta que había sido su Key.

Tras asegurarse que estaba todo ordenado, Ema y Luffy decidieron seguir con la conversación frente al televisor, mientras veían el capítulo que estaba a punto de empezar de Hell’s Kitchen.

“Estuve este mediodía comiendo en la cafetería de Hanasaki con Mitsui,” empezó Luffy, a la vez que Ramsay, en la pantalla, parecía arrepentirse de haber pedido el especial de la casa. “Me dijo que Deidara llevaba unos días por la ciudad.”
“¿De verdad?”

A pesar de no haber mantenido ninguna conversación demasiado extensa con la exHiME, Ema sabía mucho de ella. No sólo la conocía por ser una muy buena amiga de Luffy. Su novio compartía piso con su mejor amigo. Y si algo había aprendido de Luffy en el último año y medio que llevaban de relación seria, es que, era un cotillo. Le encantaba hablar, y hablaba de cualquier cosa. Curioso a más no poder, se sabía la vida de todos sus amigos o conocidos, y no le importaba hablar de todos esos detalles con Ema. Entre todo lo que le había contado, estaban los cotilleos de la curiosa amistad entre Deidara y Zoro, y cómo ésta había acabado.

Y Ema no podía engañarse a sí misma. Se parecía un poco, demasiado, a Luffy, y a ella también le gustaba enterarse de todo.

“¿Y Zoro lo sabe? ¿Se han visto? ¿Qué ha dicho Zoro?” Preguntó de golpe, deseando saber más.
“¡No lo sé!” Luffy sonaba decepcionado de no saber la respuesta. “No le he preguntado. Zoro nunca ha hablado del tema, y estos últimos días no ha estado mucho por casa.”
La castaña se preguntó si era para evitar hablar del tema. Suspiró. “Cuánto drama. A ver qué pasa cuando vuelvan a verse… asegúrate de mantenerme al día.”
“Lo haré,” le aseguró con una sonrisa.
“Entonces… ¿crees que ella ha vuelto para volver a ser HiME?”
“No tengo ni idea…”

Había visto mucho movimiento los últimos días alrededor del despacho de Miranda Lot, y es que una de sus clases quedaba en el mismo pasillo. Sabía que muchas chicas ya habían aceptado. Tal vez hasta Deidara podría ser una HiME de nuevo, y Ema podría tener la oportunidad de conocerla mejor. Hasta estaría bien, ser amiga de una de las HiMEs veteranas…

Si es que acababa por dar el sí.

‘Lo dejaré para mañana’, se dijo a sí misma, como llevaba haciendo los últimos días atrás. Ya tomaría una decisión. Lo importante, por el momento, era ver qué reformas hacía Ramsay para salvar ese restaurante californiano.
 
# # #



Echó un último vistazo a la tarjetita que le había entregado Miranda para asegurarse que estaba en el lugar adecuado. La consulta del psicólogo que le había recomendado Miranda se encontraba en un apartamento modesto del centro de la ciudad, un pequeño ático que servía de consulta para el psicólogo recomendado y al parecer también para un dentista de una mutua privada. Una mezcla un tanto extraña.

La pelirroja estuvo de pie durante unos minutos en la entrada del bloque de apartamentos. Había pasado la noche en casa de tío Gumshoe, yéndose a dormir después de pasar un tiempo con él hablando y poniéndose al día. Le había contado sobre el mensaje que había recibido en Barcelona, y cómo había decidido inmediatamente volver a Japón sin pensárselo, pero a la vez, sin tener ni idea de qué hacer una vez aterrizada en el país. Le contó también sobre su conversación con Miranda y la vuelta de los Rebels, le recordó un poco de qué iba todo el asunto de Rizembool y Hanasaki, y también cómo todavía seguía sin saber qué hacer.

“¿Y ahora qué vas a hacer?” Le había preguntado tío Gumshoe, dejando a Deidara sin palabras. Seguía sin estar segura.
“No tengo ni idea. Estoy tan perdida.” Le hubiese gustado tener a alguien que le murmurase en el oído cuál debería ser su siguiente paso, qué debería hacer a continuación. Pero esa voz no apareció. Las voces, había escuchado tantas voces en su cabeza cuando era una HiME. Escuchar los pensamientos de otros había sido tan caótico siempre, tan difícil de controlar. Ninguna voz le había aconsejado nunca, pero en ocasiones como esas las echaba de menos.
Tío Gumshoe no supo darle una respuesta; él decía que esa era una decisión que tenía que tomar por sí misma, sin dejarse influenciar por nadie. Pero que aun así, ir a hablar con el terapeuta que la directora de Hanasaki le había recomendado sonaba como una buena idea. “Al menos te ayudará a poner en orden tus pensamientos,” le había recomendado. Tal vez tenía razón.
Siendo policía, seguro que tío Gumshoe también había visto cosas horribles. Tal vez peores que las que ella había vivido siendo HiME, teniendo en cuenta que su tío ahora era detective de homicidios. Ni era justo que se estuviese quejando de lo que le había pasado a ella cuando era una adolescente a su tío.
“Tómatelo con calma.”


Y allí estaba, frente al ascensor, tomándoselo con calma. Apenas había picado el botón y sentía como el ascensor estaba tardando siglos en llegar. Era un décimo piso, y se dio cuenta que hubiese tardado más en llegar subiendo las escaleras a pie, pero era demasiado tarde para cambiar de opinión, porque al ascensor acababa de llegar, las puertas se estaban abriendo, alguien esperaba impaciente detrás de ella para entrar, y hubiese quedado como una tonta si se hubiese dado media vuelta en ese momento.

En menos de un minuto, estaba esperando que le abriesen en el piso que le habían indicado. La que imaginó que sería la secretaria de la consulta le abrió la puerta, sonriéndole y mostrándole el camino a una pequeña pero cómoda sala de espera. Deidara se sentó en una de las sillas, esperando su turno.

Pensaba en como todavía tenía tiempo para salir corriendo cuando una voz masculina llamó su nombre. “¿Genbaku?”
Deidara se levantó inmediatamente, agarrando con fuerza su cazadora. “Sï.”
“Adelante, Genbaku.”

Ella siguió el sonido de la voz hasta llegar a la consulta del doctor Banner, quien le esperaba de pie junto a la puerta.



“Adelante, Genbaku. Pasa, por favor. Soy el Dr. Banner,” dijo el hombre, ofreciéndole su mano, que Deidara tardó un poco en sacudir al tardar en reaccionar. Le señaló el interior de la consulta, permitiéndole pasar. “Pasa, siéntate allí, si te parece.”

La consulta era amplia, decorada de una forma bastante minimalista, en tonos negros y verdes oscuros. Con un simple vistazo a la habitación Deidara supo del hombre que apreciaba el orden. Las paredes no estaban demasiado decoradas, obviando el típico diploma de graduación, algunos cuadros simples; seguro que de algún tipo de vertiente modernista que Deidara no alcanzaba a entender, y poco más. El sofá en el que Deidara se sentó era bastante cómodo, el cuero pintado de verde oscuro, situado junto al sillón de Banner, quien ya tenía en su mano una pequeña libreta donde, imaginó, tomaría anotaciones.

“Así que, Deidara. ¿Puedo llamarte Deidara?” Preguntó con una sonrisa, y Deidara se encogió de hombros. No le importaba. “Bien, Deidara. Miranda me ha puesto un poco al tanto sobre el asunto. Me comentó que acabas de volver de Barcelona después de haber pasado tres años allí, ¿es correcto?”
Asintió, sin añadir mucho más. Banner tan sólo sonrió, como si esperase que dijese algo. “Um.” No supo qué decir. “Sí. Lo siento. Es la primera vez que vengo al psicólogo, y eh…”
“Técnicamente, soy psiquiatra. De ahí viene el ‘doctor’,” dijo, con una amable sonrisa, y Deidara se golpeó mentalmente por no haberse dado cuenta de ello.
“Ah, perdón, doctor Banner.”
“Llámame Bruce,” añadió amablemente.
“Está bien… Bruce.” El nombre sonaba raro la primera vez que lo dijo. Se preguntaba si aquella era una táctica del psicól— psiquiatra, para parecer más cercano y ganarse la confianza de la chica. “Pues, eso. Es la primera vez que vengo a… un terapeuta, así que no tengo ni idea de cómo proceder.”
“No te preocupes, estamos aquí para ayudar.”

La sonrisa del doctor, en otra persona, a Deidara le hubiese enfurecido. Pero por alguna razón, le hacía sentir más calmada. Bruce no debía de tener más de cuarenta años. Vestía con una camisa morada bajo una americana, unos pantalones tejanos hacían parecer su look más casual. Su mirada estaba enmarcada por unas gafas, e iba bastante bien peinado. A Deidara le pareció un hombre bastante atractivo, que podría haberle hecho girar la mirada si se lo hubiese encontrado en el supermercado.  En esa situación, no estaba segura si era bueno o hacía la situación más incómoda.

Se removió incómoda en su asiento, esperando a que el doctor continuase hablando. Pareció esperar a que Deidara dijese algo más, como dándole la oportunidad de explayarse y de abrirse, pero viendo que no era así decidió ser él quien tomase el primer paso. “Así que. Barcelona. ¿Qué tal ha sido la vuelta?”
“Cansada,” no tardó en contestar, y es que en eso no cabía duda y no tenía mucho que pensárselo. “Mucho jet lag, algo así como un choque cultural. Hacía tres años que no estaba en Japón. Oriente y occidente difieren en mucho.”
Bruce sonrió, como si supiese de qué hablaba. Por su acento, Deidara diría que era americano, que a pesar de llevar bastantes años no había conseguido sacarse de encima. “Tres años han sido muchos fuera del país.”
La pelirroja asintió, y Bruce no dijo más, esperando que continuara. Viendo que no merecía la pena danzar alrededor del tema, decidió sacarlo al aire por fin. “Me marché cuando Hanasaki derrotó a Rizembool.”

Cuando las HiMEs salieron, en teoría, vencedoras— porque aun así, muchas perdieron demasiado.

Miranda había sido quien le había recomendado a aquel psiquiatra, así que Deidara imaginó que, si había sido una recomendación especial, era porque el doctor sabía más sobre el tema de lo que aparentaba, así que no era necesario esconder información.

“La directora Lot, según tengo entendido, te había dado mi tarjeta de contacto tres años atrás.” La exHiME de la fuerza asintió. “Pero entonces no quisiste venir a verme.”
“Creí que lo mejor sería huir.”
“Huir,” repitió Bruce, tomándose unos segundos para pensar en la palabra. “Huir. ¿Por qué le llamas huir?”
Deidara frunció el ceño, confusa. “Porque eso fue lo que hice. Salí por patas a la mínima que tuve la oportunidad. Creí que salir corriendo sería lo que mejor podría hacer en aquel momento.”
“Tenías miedo, entonces.” Deidara no lo había querido admitir en aquel entonces, pero ahora sí que sabía que aquello era, entre otras cosas, lo que le había pasado. “Huimos de cosas que no conocemos, o de aquello que nos da miedo. Hubo algo en aquel momento que a ti te hizo huir; aunque creo que sería más positivo que le llamásemos, simplemente, marcharse, en aquel momento. ¿Qué crees que fue aquello que te dio miedo?”

Se lo había estado preguntando desde que había puesto pie en Japón, y todavía no estaba segura. Creía que había sido un cúmulo de situaciones. En el momento en el que la batalla entre las dos escuelas terminó y Hanasaki les tendió una mano, Deidara la rechazó, y decidió hacer las cosas a su manera.

Aquel había sido su primer error.
 
No supo responder. Tal vez todavía no tenía la respuesta. “Está bien que no sepas qué responder. Podemos encontrar juntos el porqué de aquella decisión.” En otra ocasión, a Deidara no le hubiese gustado que le tratasen como una niña que necesitaba ir a todas partes de la manita. En esta ocasión, sabía que toda ayuda iba a ser poca. “Entonces. Como decía, hace tras años no viniste. Ahora sí. ¿Qué ha cambiado de aquella vez a ésta?”
“Creo que marcharme hace tres años fue un error. Que no debería haberlo hecho. Pensaba que había dejado todo aquello atrás, en el paso… ser HiME, Hanasaki, Japón. Me di cuenta que no era así cuando fui contactada de nuevo por Hanasaki.”
“¿Qué fue lo primero que pensaste cuando supiste de nuevo de Miranda?”
“Que no quería tener nada que ver con el tema.” Recordó como su primera reacción había sido la de esconderse en su habitación y aislarse del mundo. “No quería volver, pensaba que lo tenía claro. Que cogería el móvil, escribiría un mensaje, diría que no, gracias, y me olvidaría de nuevo del tema, siguiendo con mi vida. Pero no pude dejar de pensar en Hanasaki. Pensé en venir, para así poner punto y final al tema…”
“Pero no le dijiste que no a Miranda.”
“No. Tampoco le dije que sí.” Creyó necesario dejar claro eso.
“Y esta vez, aceptaste mi tarjeta.”
Se encogió de hombros. “No sé. Supongo que… quería hablar con alguien sobre el tema. Supongo que necesito ayuda, o algo.”
“Admitir que necesitas ayuda es un primer paso. Eso está bien.”

Lo único que supo hacer, fue volverse a encoger de hombros.

“Así que has vuelto, sin saber cuál será tu siguiente paso.”
“Creo que estoy un poco… perdida. He vuelto, estoy aquí, ¿y ahora qué? ¿Por cuánto tiempo? No sé qué hacer. No sé qué decirle a Miranda, no sé ni qué haré mañana.”
“Podrías volver. Tengo un hueco a la misma hora que hoy.”

Deidara alzó una ceja. Apenas se había dado cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo, y como la hora de visita estaba a punto de acabar. A pesar que todavía no habían sacado mucho en claro, no estaba segura si querría volver. Sabía que si volvía, las preguntas se volverían más profundas e íntimas. ¿Estaba lista para eso, para abrirse tanto con una persona completamente desconocida? ¿Y si no le gustaba lo que aprendía de ella misma?

La sensación de miedo volvía a ella.

Se hizo un corto silencio, que pronto Bruce cortó.

“Conozco muy bien a Hanasaki y a Rizembool. Yo también fui un estudiante de una de las escuelas.”
“¿Ah sí?”
La información le a Deidara, curiosa, entrándole ganas de saber más sobre el tema. Eso pareció hacerle gracia a Bruce, quien rió suavemente. “Sí. Pasé mis años de secundaria en Rizembool. Me ofrecieron ser Rebel.”
Eso sorprendió todavía más a Deidara. “Y… ¿aceptaste?”
Bruce asintió, y la información le hizo a la pelirroja sentirse algo reacia. “Tenía un gran interés por la ciencia, y los recursos de Rizembool me parecían… más que interesantes. Rizembool me ofreció herramientas para centrarme en la ciencia, y como joven apasionado por ella que era...”
“¿Y qué pasó?” Todavía no le había dicho cuál fue su respuesta.
La insistencia de Deidara pareció divertir a Bruce. “Si quieres saber más sobre el tema, tendremos que volver a vernos otra semana. La hora de hoy se ha acabado.”
Le había pasado volando. “¿Es una táctica para volver a hacerme venir?” Cuestionó Deidara, alzando una ceja.
“Puede,” bromeó con una risa. “Hace unos años, no te hubiese hecho falta preguntarme. Eras capaz de leer mentes, ¿me equivoco?”
Deidara asintió.  “No me gustaba abusar de ese poder. No sé si lo hubiese usado. No… no lo consideraba ético. Hay veces en las que me era imposible cerrar todas las voces que escuchaba en mi cabeza, que no podía ponerle freno, pero… no me gustaba entrar en la cabeza de la gente sin ser invitada.”
“¿Lo echas de menos?”

Las voces. Aquella mezcla de voces de distintas procedencias, el desorden, el caos. Aquella fuerza física, el saber que podía acabar con la vida de una persona con sus manos desnudas si quisiese…

Emuló las palabras del doctor de unos segundos atrás. “Puede.”
“Nos vemos en la próxima sesión.”


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #70: November 01, 2015, 10:31:50 PM »


Hello gals <3

En estos días se estará dejando un mini intro ghei para facilitar la mudanza a la casa HiME.
Para cualquier duda y/o consulta las invito al tema en el foro de planeación.

Y sin más preámbulos~



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Arence :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...
« Last Edit: August 13, 2017, 01:42:00 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #71: November 07, 2015, 09:52:53 PM »
Dejo este fic como una mini-intro a la mansión HiME. Siéntanse bienvenidas a mencionar el correo, o bien mudar a sus HiMEs cuando quieran <3

Fic escrito por flawless @Cho




Los asuntos inmediatos ya habían sido atendidos. Miranda extendió la convocación a las HiMEs, y si bien no todas respondieron afirmativamente, Hanasaki contaba con un buen apoyo inicial mientras la directora y su asistente Fran se encontraban en el proceso de buscar a nuevos talentos y terminar de dar con los paraderos de estudiantes anteriores.

Y con lo más importante fuera del camino, era momento de regresar a las HiMEs la amabilidad que ellas ofrecieron a su alma mater. Las organizaciones para acomodar beneficios para las jóvenes se habían llevado por lo bajo, y era el momento de finalmente anunciar uno de los proyectos más importantes.

Habiendo terminado su redacción, Miranda citó a la secretaria a su oficina para que esta revisara el mensaje que pronto sería enviado electrónicamente a todas las chicas.

“Directora, comprendo que tiene un horario muy ocupado. Me hubiera ofrecido para encargarme de todo por mi cuenta,” dijo Ritsu con una suave y torpe sonrisa.
“Lo entiendo muy bien, pero consideré que esto sería más apropiado…”
“L-lo sabía…” algo pareció romperse dentro de los ojos de la secretaria. La otra comprendió que le había hecho sentir mal, pero no alcanzó a decirle nada para detener otro de sus meltdowns. “¡AAHHHH c-c-claramente no era buena para el trabajo! ¡Y aquí me estoy imponiendo! ¡Soy un desastre! ¡Perdóneme! ¡No era mi intención incomodarle! ¡Quizás no merezca estar aquí!”
“Ritsu,” Miranda levantó sus manos para indicarle que parara con cierto nerviosismo.
“¡Y la estoy incomodando! ¡Perdón-!”
“Ritsu, por favor,” la mayor se aclaró la garganta. “A lo que me refiero es que quería dirigirme a ellas lo más directo posible como la directora y quien las convocó, por ello decidí hacerlo yo misma. Ahora quisiera que lo revisara, y si está todo bien, proceda a preparar la presentación del correo electrónico lo más breve posible.”
“Ah, sí, sí, claro. Permítame su mensaje, por favor.”

La secretaria recibió el papel y se puso a leer silenciosamente el contenido.

La carta decía lo siguiente:

Estimadas HiMEs:

Me es grato saludarles y darles un mensaje de gran importancia.

De parte de toda la directiva, maestros, personal y estudiantes de Hanasaki, les extiendo el más sincero agradecimiento por su sacrificio y devoción al proteger nuestra institución de la amenaza de Rizembool. Por su dedicación, es momento de revelarles un proyecto dentro del campus dedicado a ustedes. Hemos habilitado una residencia especial para todas las HiMEs, la cual cumplirá el rol de una sororidad llamada ΗΙΜΣ [Eta Iota Mu Sigma].

En este edificio, cada una de ustedes tendrá una habitación individual, comedor con comidas gratis y salas de esparcimiento. También, como una sororidad oficial de la universidad, serán capaces de organizar eventos disciplinarios y recreacionales de su preferencia.

Sólo me queda pedirles que acudan a la residencia HiME en la brevedad posible para reservar su habitación e instalarse. Vivir dentro de la sororidad no es obligatorio, pero es recomendable que lo hagan con frecuencia para estar en contacto con la institución. El mapa del edificio dentro del campus se encuentra adjunto a este mensaje.

Estaré atenta a sus dudas. Les deseo una buena semana.

Saludos,

Miranda Lot
Directora de Hanasaki U


Ritsu terminó de leer y miró la carta con ligera impresión y cierta calidez. Podía sentir la dedicación de la directora a sus estudiantes.

“Me parece muy bien,” ella asintió decidida. “Haré la presentación y regresaré para que le dé el visto bueno y lo envíe.”
“Muchas gracias,” Miranda sonrió suavemente.

Ese era el comienzo de la residencia de las HiMEs, con tal de darles más comodidades y de acercarlas mutuamente como aliadas, y familia dentro de Hanasaki.
« Last Edit: August 13, 2017, 01:42:46 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
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Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #72: November 08, 2015, 12:31:16 AM »

{ Flashback }
—Chapter 09

—He decidido que no…—

Fue lo que le respondió antes de dormirse.
El peligris se acomodó las gafas antes de cerrar las persianas de la ventana dejando la habitación en completa oscuridad. Observó una vez más a la chica que dormía recostada de lado sobre la cama y luego miró el cuarto en su totalidad. Un lugar bastante vacío y sin decoración que llamara la atención. Nada parecido al cuarto que él había dispuesto en su departamento para ella. Increíble, que prefiriera la soledad y lo austero –casi deprimente pocilga- de ese cuarto en un suburbio que estar bajo la mirada vigilante de él donde sus ojos la vieran todo el tiempo.
De todos modos. No existía el tiempo. Lo que menos tenía Kishou Arima era tiempo y jamás fue un ejemplo de padre dedicado. Eso bien lo sabían sus hijo.

En cierto modo, no le llamaba la atención estar mucho con ellos. No porque fuese un ser descorazonado, sino porque apreciaba demasiado su trabajo y Rizembool estaba por sobre todo. Y Rizembool tenía muchas cosas que él apreciaba.

En cuanto a su familia… Tenía un hijo mayor que prefería un deporte insignificante a una carrera prometedora, luego estaba Hiyori que era un caso particular pero ajeno a él de todos modos, y su hija menor… Era un poco extrovertida y demasiado llamativa socialmente para su gusto.

Cerró la puerta y salió del edificio departamental. Afuera, la tarde era grisácea y la lluvia se expresaba en grandes gotas gruesas, él había dejado el paraguas en casa si bien había pronosticado que llovería. Puso un pie afuera del edificio y las gotas mojaron su cabello y gabardina gris. Sin embargo, no pasó mucho tiempo bajo el agua porque un paraguas negro cubrió parte de su cabeza. Al costado suyo, un hombre rubio de piel bastante pálida le sonrió con calidez.

—Buenas tardes, Arima-san. —
—…Liebheart. — Si fueran otros tiempos y otras instancias, casi se habría sorprendido de verlo allí.
— ¿Tienes algo de tiempo? Quisiera conversar respecto a lo de hoy. ¿Te parece si vamos a tu domicilio? —
—Está bien…— Arima observó sigilosamente las calles alrededor. —Supongo que no has venido en tu automóvil. — Soltó un suspiro.

Como de costumbre el automóvil del rubio se encontraría eternamente en los estacionamientos de Rizembool… Johan, tanto como él, pasaba la vida en las estancias de Rizembool ya sea investigando en los laboratorios, o entrevistando a los pacientes en la unidad hospitalaria, pero siempre estaba por esos sectores y por ese motivo su vehículo permanecía la mayor parte del tiempo en el estacionamiento del lugar. Había ocasiones en que, incluso si eran las cuatro de la madrugada, se encontraría al científico en Rizembool.
No esperó a una respuesta del otro, simplemente se dirigió mecánicamente a su propio vehículo y el rubio rápidamente se situó en el lugar del copiloto. El transcurso hacia su departamento era bastante largo siendo un trecho de extremo a extremo. La diferencia de las casas era bastante evidente cuando se observaba el paisaje por las ventanas. Felizmente para Kishou, que era de pocas palabras, Johan se entretenía bastante absorto de lo que podía ver por el cristal de la ventana a su costado. Johan de vez en cuando le hacía preguntas para entablar una pequeña conversación pero el peligris tendía a tener una comunicación del tipo notificativa en vez de complementaria.
Llegaron al departamento de Kishou el cual quedaba en un edificio situado en la zona alta de Japón donde los que allí moraban eran generalmente personas con ingresos monetarios altos y con gusto por la naturaleza y soledad. Era fácil de evidenciar aquello pues las casas quedaban muy apartadas las unas de las otras y los departamentos era de aquella arquitectura que lograba no interactuar con los departamentos vecino. En poco tiempo el par ingresó al departamento del peligris. En la antesala realizaron la típica acción oriental de quitarse los zapatos y usar el calzado de interior. No era la primera vez que Johan entraba el lugar pero como era de su naturaleza observó todo como si fuera la primera vez.

Pulcritud, orden y elegancia. Eran las palabras que describían el lugar y a su dueño. Un departamento de tono blanco con muebles y piso color negro, todos los libros ordenados alfabéticamente y en perfecto orden en la estantería, el aroma era neutro y no existía nada que estuviera fuera de su sitio. Al entrar, el dueño encendió el home theater y una agradable pieza de música clásica inundó la sala. Kishou se quitó la gabardina y la dejo en la sala de lavandería, al volver, encontró a su colega inclinado hacia un mueble de ébano curioseando entre los discos de vinilos que coleccionaba.

—Vaya, tienes reliquias únicas aquí. —
—Supongo que es como un pasatiempo. — Se aproximó al sitio y miró de reojo sus vinilos. Si bien tenía una buena cantidad siempre quería tener unos cuantos más. Al menos, en algo que tuviera interés que no tuviera que ver con Rizembool.
— ¿Cómo estuvo el entrenamiento de hoy? — El rubio alzó la vista para observarlo. Su colega solía entrenar por las tardes a los Rebels nuevos y ejercer como maestro de combate de los antiguos.
—Bien. — No era un sujeto de muchas palabras. Supuso que debía de ser un poco más cortes —Eh… ¿Café? —
—Me parece una buena idea. — El rubio le sonrió con carisma al reincorporarse. Vio al otro ir a la cocina y volver unos minutos después con una taza de café. La recibió y tomó asiento en uno de los sillones. Kishou se sentó en el sillón individual de al frente. —Entiendo que debes estar ocupado, seré breve. — Probó el café antes de continuar. —Fui a verla como me habías pedido. Lamento no haberte informado que sería hoy la cita, he estado algo ocupado en Rizembool y he dejado pasar unos cuantos días desde tu solicitud. Me disculpo. —
—Entiendo. — Fijó la mirada en los ojos azules del otro. —¿Por qué cambió de parecer? Hasta cuando yo le había preguntado su respuesta fue negativa la cual me pareció la más adecuada. Hanasaki no debería estar en sus prospectos. — Sospechaba que el rubio tenía algo que ver en el cambio de decisión de Hiyori.

La chica había estado extraña los días pasados y Kishou tuvo que investigar el por qué. Cuál fue su sorpresa de enterarse de que Hiyori había estado en contacto nuevamente con Hanasaki y la directora de esa escuela le ofrecía volver a ser HiME. Cuando le preguntó qué haría, después de dejarle en claro de que ella no estaba en condiciones para tales idioteces, la chica le había dicho que no aceptaría la oferta. Un día después, había realizado la prueba HiME sorpresivamente aprobando a esta. Comprendía que… Tal vez por su inestabilidad la decisión no fuera de extrañar… Pero siempre debía ver todas las posibilidades existentes.

Y Joahn siempre era una especie de Joker que aparecía para desequilibrar las demás cartas del juego. En parte, la culpa también era de Kishou y lo aceptaba ya que había sido él el que le solicitó al inglés que atendiera a su familiar cuando esta estuvo en coma después de la batalla final entre Hanasaki y Rizembool. Momento en que por fin había sabido del paradero de la chica.

—Así lo había estimado. — Johan asintió tranquilamente. —Pero sólo le he dicho “Deberías tomar la prueba y ser una HiME, Mi princesa Freya” y su mente ha comenzado a trabajar inconscientemente con el mecanismo conductual implantado después de su exitosa operación. Tener una HiME en nuestras cercanías es un haz debajo de la manga para los estudios e investigaciones en esos terrenos. Por el bien de los muchachos de Rizembool, y las chicas de Hanasaki. Creo que podemos actuar a tiempo, esta vez. —
—Ni has solicitado mi autorización para que ella se involucre nuevamente en esos asuntos. — Torció el labio, hastiado. Entendía lo que significaba la palabra “Mi princesa Freya” pues Johan había implantado en la psique de la chica tal palabra la cual condicionaba su conducta a obedecer a Johan tan sólo emitiendo esta palabra.  —Y no eres un doble agente. —
—No le pasará nada. —
—Y no es un conejillo de indias. — Soltó un suspiro. Cansado. —¿No había nadie más a quien acudieras? —
—Oh, no te lo tomes así, Arima-san. Además, es curioso que te preocupes tanto por ella… Ahora. — Decoró sus labios con una simpática sonrisa. El otro lo observó fríamente. Johan entendía que Kishou no era el padre perfecto y los motivos de intereses hacia sus hijos existían siempre y cuando sirvieran para Rizembool.
—Eso no es asunto tuyo. — Pero no era necesario que se lo restregaran a la cara.
—Tienes razón. Espero que disculpes mi falta de tacto. Creo que pasar tanto tiempo ensimismado en mis deberes me han privado del encantador contacto con la humanidad volviéndome torpe en las relaciones interpersonales, haha. — Bromeó. En ese instante preciso su móvil vibró al recibir un mensaje. El rubio lo leyó con cuidado. Posteriormente dejo la taza de café en la mesilla auxiliar y se puso de pie. —Arima-san, espero que perdones mi ineptitud social y que me retire tan pronto… Pero debo marcharme. —
—¿Sucede algo? —
—Sí— Asintió, sabiendo que si el otro le preguntaba era porque le interesaba si el tema tenía que ver con Rizembool y Johan no le privaría de información. —Uno de los pacientes en el área crítica de la unidad hospitalaria despertó. El sujeto experimental 7 7 1 8 9 ha demostrado mejorías en su rehabilitación somática. Debo observar la metamorfosis del suceso inmediatamente y quedarme a su lado para esperar nuevo cambios. —
—¿Te… llevo? — Bien, no era malo ser un poco amable de vez en cuando… Además siempre podría fisgonear.
—No quisiera privarte de más tiempo u hostigarte con mi presencia más de lo normal. — Bromeó. —Tomaré un taxi en la calle principal, no te preocupes. Gracias por el café. —


{ Fin del flashback }
« Last Edit: March 01, 2016, 02:37:15 PM by Kana »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #73: November 30, 2015, 12:43:19 AM »
Hoi hoi minna aqui vengo con fic compartido con Mery

Capitulo 8 : "Lazos de amistad"


Una joven de cabello castaño y una amplia sonrisa, se sacaba los lentes oscuros y mientras que sujetaba una maleta, tomo aire y exhalo suavemente

Finalmente estoy en casa…- dijo emocionada para si misma, saco su celular para cambiar el horario que tenia de New York, para colocar el horario de Tokyo, luego empezo a mandar un mensaje de texto- ya habrá llegado?-

Oi!! Mimi-chan!!...-un joven de cabellos negros cortos bien peinados y una chaqueta verde se acercaba hacia ella alegremente-

Aquí estoy Choromatsu-kun!!!...- dijo al ver a su amigo y correr animadamente- no puedo creerlo han pasado 4 años de que me fui a Estados Unidos y sigues siendo igualito de como te deje…-dijo sonriendo-

En serio lo crees? Y yo pensé que si había cambiado- sonriendo tontamente- pero tu si que has cambiando mucho…te ves mas linda…- dijo por lo bajo y algo avergonzado-

Eh? Dijiste algo? No te escucho…como siempre hablando bajito para que no te escuche…- riendo divertida-aunque pensé que vendrías con los demás chicos a recibirme..despues de todo hemos sido amigos desde pequeños no? …-
cruzándose de brazos- si que son descuidados con las amistades…-fingiendo molestia-

Mejor que no hayan venido…-dijo sonriendo nerviosamente- veras pues todos están ocupados con sus cosas, ya sabes lo típico de los estudiantes universitarios…-

Si…y conociendo a tus hermanos, me imagino que Osomatsu-kun y Karamatsu-kun deben de estar fuera de casa…Ichimatsu-kun recluido en casa sin querer salir a ningún lado, Jyushimatsu-kun debe de estar revoloteando de un lado a otro sin rumbo fijo y Todomatsu-kun tratando de ligar chicas…- acercándose a su amigo- debe de ser difícil no?...-

Tu si que nos conoces bien…- dijo con ojos llorosos mientras recibia el aliento de su amiga-

Bueno pues ahora que llegue las cosas serán diferentes o serán peor que ahora…-dijo sonriendo divertida-

Por favor ni siquiera pienses en unirte a las estupideces de mis hermanos…-

Creo que de todos ellos eres el mas aburrido…y te lo dije no?...-

No tienes porque volver a ser tan directa…- con una gota en la cabeza-

Pero aun asi eres mi mejor amigo…-enfatizando la palabra mejor amigo-

Tampoco es para que lo digas de esa manera…-

Bueno cambiando de tema no traje muchas cosas porque no quiero llenar la casa de cosas mias, hasta que vengan mis papás y alquilen un departamento, espero que me traten muy bien en tu casa…- dijo haciendo una leve reverencia-prometo ayudar con los gastos de la casa durante mi estadia aquí…porque supongo que aun no consiguen trabajo y viven de lo que les manda su mamá no?-

Te repito no tienes que ser tan directa Mimi-chan…-

Traje cositas que compre allá para dárselos a todos…pero lo hare cuando lleguemos a casa…-

Entonces que esperamos y vámonos, todo ya esta acomodado y listo para tu llegada…- recordando lo mucho que tuvo que suplicar a sus hermanos para que lo ayudaran a limpiar ya que todos se negaron desde un principio debido a que no tenían ganas de hacerlo, por lo cual Choromatsu tuvo que sobornarlos con comprarles a cada uno un imagawayaki con el poco dinero que tenia ahorrado para cualquier emergencia y la llegada de su bella amiga que nunca le hara caso era uno de esos momentos-

Antes de ir a casa…podemos ir a comer por ahí? Tengo mucha hambre…olvide de comer antes de venir aquí…- le tomo del brazo- nee???

El pelinegro se sonrojo levemente y sonrio como tonto- claro…claro que si lo que tu quieras Mimi-chan…- le dijo emocionado mientras cogia la maleta de su amiga y se iban al restaurant mas cercano…-

Dentro del restaurant…

Mimi había empezado a pedir varios tipos de dulces japoneses, mientras que Choromatsu solo había pedido un vaso con agua…no tenia mucho dinero para pagarse algo para él y como era débil frente al encanto femenino no podía limitar los caprichos de su amiga, la vio comer alegremente

Supongo que usare el dinero que me quedaba, afortunadamente le di a Todomatsu el dinero que había separado para la comida de la semana…-

En otra mesa del mismo restaurant

Pidan todo lo que quieran chicas, el dia de hoy yo invito…-

Es en serio?...- dijo Ai un poco apenada-

Uhm bueno me pediré un banana Split…- dijo una animada Mayura, mientras tenia a Flaffy entre sus brazos-aunque estas seguro que tienes el dinero suficiente para pagar todo lo que hemos pedido? Digo no ha sido nada barato…si quieres yo también puedo colaborar…- sacando su billetera-

Claro que no hay problema Mayura-chan…-sonrio ampliamente- tengo el dinero suficiente como para pagar la comida de toda una semana para seis hermanos-

Esa voz…yo conozco esa maldita voz…- volteando lentamente-

Es cierto yo también conozco esa voz…-dijo Mimi para observar a la otra mesa-

Gracias por todo Totty!!-

Totty?? ...-dijieron al unisono Mimi y Choromatsu-

Como siempre intentando ligar con las mujeres…-dijo Mimi con una gota en la cabeza-

Carajo!! Totty??...que se supone que estas haciendo en este lugar a estas hogar…- la voz del otro Matsuno era tétrica mientras que detrás de él Mimi miraba con una sonrisa mientras saludaba-

Eh?? Choromatsu-niisan…esto esto no es lo que piensas…no es que quisiera gastar el dinero de la comida de la casa para ligar con chicas claro que no todo menos eso…- sonriendo nerviosamente mientras miraba a la joven que estaba al lado del pelinegro- Mimi-chan? …-

Hola Totty?...- dijo mientras ondeaba sus manos y veía a las dos jóvenes pelirosas, para acercarse a ellas y jalarlas- creo que mejor será que salgamos un rato del restaurant…-

Eh? Acaso hicimos algo malo?- se preocupo Ai-

Creo que nosotras no somos las que hicimos algo malo…- dijo Mayura mientras observaba la escena junto a su child que terminaba de comer el helado que su dueña le había dado- pero no me imaginaba que Totty tuviera un hermana igualito a él es la primera vez que veo mellizos-

En realidad son 6 hermanos-

Eh?!!! -Dijieron las dos chicas al mismo tiempo-

Son tan diferentes, pero son buena…-

Las tres jóvenes escuchaban como los dos hermanos discutían

La comida de la casa es sagrada!! Si quieres ligar trabaja y gasta tu dinero!!!-

No es mi culpa el que me hayas dado el dinero suficiente para gastarla en mis amigas!!! La culpa es tuya por darle la responsabilidad al menor de la casa!! Ademas tu también estas coqueteando con la plana de Mimi-chan!!!-

Eh??!!!...-mirando seriamente a las dos jóvenes- un momento entrare…-

Ai-chan creo que mejor nos vamos…- dijo la pelirosa nerviosa-

Tienes razón mejor vámonos..- se fueron las dos jóvenes juntas

Mientras que se escuchaban golpes que provenían dentro del restaurant, mientras que los clientes se alejaban asustados

Despues  de un par de minutos y después de que Mimi haya pagado lo de Todomatsu y Choromatsu, la castaña y Choromatsu caminaban conversando alegremente, mientras que el  menor de los Matsuno estaba siendo arrastrado por la joven con visibles golpes en la cara

Ya tengo ganas de ver a los demás chicos…-

Es verdad…debemos de comprar 6 imagawayaki para celebrar tu regreso…-

No vamos a considerar a Totty?-

Claro que no…ya comio…no debe de estar de hambre…no es cierto Totty?...-

Ambos chicos miraron a ver a Todomatsu que solo podía asentir

Antes de llegar al puesto de imagawayaki, los tres oyeron un estruendo detrás suyo. “¡Nii-san!” Corriendo a toda velocidad, se aproximaba otro de los hermanos Matsuno, Jyushimatsu. “¡Choromatsu-niisan, Todomatsu-niisan y, oh, Mimi-san también! ¡Bienvenida!” Exclamó el chico parando en seco al llegar hasta ellos. “¡Te dije que los encontraríamos, Ichimatsu-niisan!” A paso más lento se acercaba el cuarto de los hermanos con un gato cargado en brazos. “Uhm, es cierto.”

Jyushimatu-kun!! Ichimatsu-kun!!- dijo la castaña para abrazar al chico mas energico- no has cambiado para nada estas tan adorable!!- mirando al otro Matsuno que cargaba a un gato- tu tampoco has cambiado Ichimatsu-kun!!-

Les dije que esperen en la casa...supongo que todo esta limpio no?-

Todomatsu se reincoporaba del piso lentamente-Al menos podemos ir a comer todos juntos...-

Todos juntos? pero si tu no vas a comer Totty...- dijo Mimi mientras se aferraba a Jyushimatsu-

Es cierto Totty estas en falta....- el mayor de los Matsuno le lanzo una mirada amenazadora y el menor se quedo callado-

En casa les mostrare todo lo que les he traido!!!-

“¡¿Eh?! ¡¿Regalos?!” Jyushimatsu la abrió los ojos con gran emoción. “¡Woow, Mimi-san, muchas gracias~” Vitoreó abrazando a la chica con entusiasmo. Ichimatsu por su parte movió la cabeza como todo saludo a Mimi y luego se dirigió a Choromatsu. “Me hubiese quedado esperando, pero Jyushimatsu insistía.” Murmuró. “Además, teníamos hambre.”

Y no se podian aguantar un par de minutos?..-


O mejor dicho un par de horas porque Choromatsu-niisan estaba muy embobado con Mimi-chan...-

Al menos no me queria gastar el dinero de la comida de la semana para todos como Totty queria hacerlo...-

Deja de decirme Totty!!!-

Creo que me llevare a Jyushi a Estados Unidos cuando regrese por allá,sigue siendo tan lindo como siempre...- mirando al menor de los Matsuno- deberias de aprender-

Solo porque te dije plana?...-

Recibio un maletazo por parte de Choromatsu que lo volvio a dejar en el suelo

“¡¿De verdad?!” Jyushimatsu alzó los brazos al aire luego de escuchar la idea de Mimi “¡Estados Unidos Estados Unidos~!” “No había seguridad de que llegaran temprano… más con Choromatsu al frente.” Comentó Ichimatsu en voz baja, dándole la razón a Todomatsu. “Era mejor correr el riesgo.”

Oigan...como si fuera una loco obsesionado por las chicas y las idols...- dijo el mayor cruzandose de brazos-

Choromatsu-kun todo lo que dice Ichi es cierto, siempre pierdes la compostura...-dijo sin dejar a abrazar a

Jyushimatsu- Ne? ne? te llavare conmigo Jyushi pero Ichi no te pondras celoso no?

Ichimatsu-niisan solo esta interesando en su gato...asi que puedes llevarte a Jyushimatsu-niisan-

Waiiii waiii me lo llevare!!!-

Nadie se lleva a nadie y vamos a comprar, comer e ir a la casa punto final

Ichimatsu miró con desgano a Jyushitmatsu, seguía riéndose y casi dando saltos, y luego a Mimi. “No me interesa si te lo llevas o no… sólo tengo hambre.” Masculló mientras acomodaba al minino en sus brazos antes de darse vuelta y empezar a caminar.

Uhmmm....-le miro picaramente y empezo a reir- nah mentira no me llevaria solo a Jyushi, tambien me llevaria a Ichi-

Y que hay de nosotros Mimi-chan? no nos llevarias tambien?

Quizas a Choromatsu-kun, pero a ti no Totty...-sacandole la lengua- menos a Karamatsu-kun y Osomatsu-kun ...-

Que mala eres -cruzandose de brazos-

Chicos ya llegamos a la tienda compremos lo que ibamos a comprar y a la casa, para que Mimi-chan descanse-

Sin esperar a que se lo dijesen otra vez, Ichimatsu se acercó para hacer su pedido antes de que alguno de sus hermanos le ganara. “Ne ne, Mimi-san, ¿qué vas a pedir?” Se detuvo a preguntar Jyushitmasu. “Choromatsu-niisan invita.”

Uhm pues quiero comer Imagawayaki...desde que he llegado a Japón se me ha antojado comerlo...como

Choromatsu-kun invitara entonces quiero mas de uno....y ustedes tambien deberian de pedir, menos Totty...-

Y yo por que no puedo?

Y yo por que tengo que pagar? es el dinero de la comida?-

Nah eso no importa, ahora que estoy en casa yo les ayudare asi que no se preocupen tanto por el dinero...-riendo ampliamente- menos mal que llegue no creen?-

Mimi-chan es una diosa...- miro el menor de los Matsuno con ojos brillantes-

"¡Mimi-san es nuestra salvadora!" Se le unió Jyushimatsu con el mismo entusiasmo. Ichimatsu se paró junto a ellos, ya con un Imagawayaki en la boca, y asintió en aprobación.

Oigan no la miren de esa manera...parecemos unos mendigos!!!-hablo el mayor- y que esperabamos a que alguien con su amable corazon pueda ayudarnos en los gastos del hogar-

Tu tambien estas pensando en lo mismo que nosotros Choromatsu-niisan pero hablas con diferentes palabras...-dijo Todomatsu con una gota en la cabeza-

Chicos no es para tanto, somos amigos, ademas me voy a quedar con ustedes asi que es lo minimo que debo hacer no? -

"Si a ella no le molesta, yo no le veo el problema." Comentó Ichimatsu alzándose de hombros. "¡Comamos primero!" Añadió Jyushimatsu.


Es cierto es cierto si no le molesta no le veo el problema ...- Todomatsu se acerco a sus otros dos hermanos- asi que somos tres contra uno-

Por esta vez olvidare lo que me dijiste Totty y puedes comer yo invitare?...-

Enserio vas a invitar? pero no te vamos a incomodar? me da verguenza...pero espero seas buena con nosotros- haciendo una reverencia-

Siguen siendo los mismos de siempre...los quiero mucho-

Jyushimatsu sonrió ampliamente y pasó un brazo por los hombros de Todomatsu e Ichimatsu. “¡Nosotros también, Mimi-san!” Afirmó moviendo la cabeza firmemente. Ichimatsu buscó con los ojos a Todomatsu, que aún siendo el más joven sabía desenvolverse mejor en ese tipo de circunstancias, y luego de un momento asintió, apenas dando a entender que compartía el sentimiento.

Entonces que no se diga mas!! me convertire en su benefactora en los meses que me quedare a vivir en su casa deacuerdo?...-lanzandoles una hermosa sonrisa-

Choromatsu se sonrojo y puso cara de idiota al ver la sonrisa de Mimi

Eso si es comprometerse con sus amigos de la infancia Mimi-chan!!...-le dijo el menor de los herhmanos- mientras murmuraba con Ichimatsu y Jyushimatsu de lo mucho que podrian sacarla a la simpatica pelicastaña-

Jyushimatsu le devolvió la sonrisa a su amiga, sinceramente feliz por tenerla junto a ellos. Mientras tanto Ichimatsu se limitaba a mover la cabeza mientras Todomatsu les comentaba sus planes, sin prestarle mucha atención, encontraba la expresión de Choromatsu mucho más entretenida. “¿Le digo que cierre la boca?” Preguntó en voz alta.

Choromatsu-niisan si no cierras tu boca las moscas entraran y luego te saldra baba y Mimi-chan no te querra besar-

Ya van dos veces que Choromatsu-kun se pone de esa manera....-dijo mimi con una gota en la cabeza-oye deja de soñar despierto!!!-

Eh? eh??? acaso hice algo? si estoy aqui todo tranquilo....bueno chicos vamos a casa para que Mimi-chan pueda dormir...- le dijo mientras se limpiaba la baba y cogia la maleta de la castaña para ir rumbo a casa

Ichimatsu rodó los ojos. “Si quieres ir a casa no me opondré, Choromatsu, yo ya compré lo mío, pero creí que ustedes también querían comprar algo de comer.” Dijo alzando una ceja. “¿O te has quedado tan embobado que se te fue el hambre?”

Es cierto es cierto Choromatsu-nissan ... - empezó separar un par de dulces junto a Mimi que se pedía uno de cada tipo-

Bueno y eso que yo estaba dispuesta a invitar todo...-

Oigan esperen yo tambien quiero comer dulces y no estoy embobado del fino rostro y cuerpo delicado de Mimi-chan eso no-

“No, claro que no.” Repitió Ichimatsu con sarcasmo, uniéndose a Todomatsu y Mimi para escoger qué dulces llevar. "Puedo pedir también, ¿no?" “¡Hay que comprar varios de crema!” Sugirió Jyushimatsu, sin notar el intercambio entre sus hermanos mayores.

Claro que puedes pedir todo lo que quieras Ichimatsu-kun .... -le dijo la pelicastaña dándole un suave golpe en el hombro para escuchar la proposición del otro Matsu- tienes razón Jyushi todos los que llevan crema también llevaremos ....Choromatsu-kun lo cargara todo ne?- guiñándole el ojo coquetamente-

Todo lo que quieras Mimi-chan - dijo mientras escogía sus dulces-

Como siempre perdiendo la razón por Mimi-chan...bueno no importa ...-sonrió mientras terminaba de elegir-

“Si Choromtsu lo va a cargar…” Ichimatsu hizo una pausa para ver cuánto tenían y, luego de contar, se esmeró en coger más de los que parecían estar más rellenos y pesados. “Qué amable es nii-san.”


Oigan tampoco abusen de Mimi-chan!!...- dijo el pelinegro mayor mientras suspiraban pesadamente-

Nah Choromatsu-kun es muy fuerte y puede cargar todo lo que le pongamos, buscando mas dulces pesados-

Choromatsu-niisan es lo maximo preocupandose por nosotros- canturreo alegremente el menor-

Es asi que el pobre de Choromatsu se cargo todo lo que habia comprado Mimi y sus hermanos, porque no solamente fueron dulces, sino tambien cosas para la casa y otras cosas sin sentido a lo que estaban acostumbrados sus hermanos a comprar y ahora con Mimi era tener una billetera abierta

Y que paso con Mayur y Ai? eso es para otro capitulo

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Matta ne!!

Mimi-chan
   








Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #74: November 30, 2015, 01:46:21 PM »
algun dia esta shit tendrá topes y weas u_u

Pienso arreglarlo luego, sin contarme las palabras para este mes obvio.


6.




Levantado por el ruidoso ringtone que le había puesto a su celular, Hizumi no tuvo de otra que contestar para poder callarlo. Por la rapidez de la acción, no se fijó en quién lo llamaba, y sólo llevo el iphone a su oreja.

“Hola” Escuchó una voz muy familiar al otro lado de la línea.
“¿Eu?”
“Dude, te necesito aquí as soon as possible.”
“¿Dónde estás?”
“Estoy en Hanasaki.”

Hizumi se despertó totalmente y se sentó en el borde de su cama.

“¿Pasó algo? ¿Estás bien?”
Eureka soltó un suspiro. “Estoy bien… pero te tengo una noticia.”
“¿Mala? ¿Buena?”
“Eh… ¿buena?”
“¿Qué pasó?”
“Estoy en la puerta de Hanasaki con una OZ ESO ES LO QuE PASÓ”
Eso sólo significaba una cosa. “¡WAH! ¿SOUL ESTÁ DE VUELTA?” Hizumi exclamó, emocionado.
“Acabo de dar la prueba HiME… y Soul apareció de la nada. ¿Lo convoqué, o algo así? Aquí te cuento bien, pero ven.”
“¡OHHHHH! ¡MI BRO ESTÁ EN JAPÓN DE NUEVOOO!” La idea se le hacía increíble.

Arreglado el asunto de las HiMEs, Soul y Hizumi se habían vuelto muy buenos amigos, tanto que si en un inicio salían con Eureka, terminaron ignorándola para juntarse sólo entre ellos.

“Yaya, lo que quieras. Pero ayúdame.”
“Aún no me dices cuál es el problema.”
“Soul se rehúsa a ir por la calle en pijama y babuchas. Necesito que me ayudes a camuflarlo o algo— Espera. ¿Estás en la casa?”
“¿Sí? Me encontré a Lelouch esperándote en la puerta de la prueba y juntos nos regresamos a la mansión.”
“Con razón ese pendejo andaba no habido…”
“Estaba cansado, debes entenderlo.”
“Sí sí, whatever. Ya de ahí me preocupo por eso.” Eureka soltó un suspiro. “Ahorita lo principal: no voy a ir con una oz en el tren. Ni en taxi. Ni en ningún tipo de transporte. Es oportuno que estés en la casa: tráele un cambio de ropa a este niño engreído, por favor.”
Soul y Hizumi tenían tallas parecidas, aunque Soul era un poco más alto que él. “Okay. ¿También zapatos, supongo?”
“Tráele crocs para que sufra”
“¡EUREKA!” Hizumi escuchó el grito enojado de Soul y rio.
“Creo que tengo un par de zapatillas que no me quedan. Soul es una talla más grande que yo, ¿creo?”
“…Cómo es que saben esas cosas de ustedes.”
“Nuestro lazo es muy complicado como para que puedas entenderlo (:” Le comentó Hizumi.
“Tampoco es que quiero hacerlo, gracias (:”
“Bueno, nada, estaré allá en media hora o 45 minutos. A esta hora no hay tráfico pero igual la casa queda lejos.”
“Tómate un taxi y te lo pago acá, ¿okay?”
“¡Yujuuu!”
“Ya, chau, te espero.”

Colgaron al mismo tiempo y Hizumi soltó un largo suspiro. Evadir el tema de Kanone al hablar con Lelouch había sido una grandiosa hazaña y aún no recuperaba las fuerzas del todo. Esa conversación, junto a la de Illya, le había quitado unos cuantos años de vida.

Se paró y caminó rápidamente a su armario, de donde saco un cambio de ropa para vestirse y otro para Soul. Una vez listo para salir, metió la ropa en un morral aparte junto con las zapatillas para su amigo. Corrió a su mesa de noche, de donde sacó sus auriculares y los puso en su bolsillo.

Al salir del cuarto, se topó con Kanone, quien caminaba sigilosamente por el pasillo.

Intercambiaron miradas por unos cuantos segundos, hasta que rompieron el contacto al darse cuenta de que había una tercera presencia que los observaba fijamente. Al girar un poco la vista, notaron que era Yoite, quien los miraba desde la entrada de la cocina, al fondo del pasillo. Yoite sólo suspiró y volvió a sus labores: al parecer, andaba cocinando algo para todos los chicos de la mansión (el olor lo delataba completamente).

“Me estaba yendo a clases pero todo bien. Creo que nadie aún se da cuenta.” Le susurró Kanone en voz baja.
“¿Estás ciego? Lelouch e Illya ya sospechan. Necesito que hables con Eureka YA” Hizumi le respondió también con el mismo volumen de voz.
“No he tenido tiempo pero sí, tienes razón.”
“Felizmente callé a Illya con dinero, pero no sé por cuánto durara su silencio…”

Kanone gesticuló que mejor sería hablar en el camino a Hanasaki. Hizumi asintió, y caminaron en silencio hacia la puerta principal.
« Last Edit: June 06, 2019, 01:48:46 AM by Eureka »