Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 246981 times)


Sayi

Mañana coloco iconitos and shit aúN ES LUNES EN ALGUN LUGAR

Hace años que no fickeaba en un avión pero la coyunturaaaa


Episode 13 — Water and Oil

Mientras buscaba su camino entre casas y carteles, Sayi no estaba segura de que tanto entrenamiento podría sacar de un suburbio como ese. Las casitas eran chicas pero bien mantenidas, con un pequeño jardín delantero cercado por muros bajos. Las cocheras y veredas eran angostas, y se podía ver ropa secándose en los tendales.

Sayi sonrió con nostalgia.

“¿Esta zona no se parece a donde vivíamos antes?” se preguntó Hige “¿Antes de que Izumi se casara con Hiro?”
“Eso era lo que estaba pensando, que se parece a nuestra antigua calle”
Hige se llevo ambas manos a la nuca e hizo un puchero “Tratándose de un profesor de espada, yo esperaría que Miranda nos mandaría a las montañas, que pelearíamos con osos o meditaríamos bajo la cascada…”
“Pues ya la próxima semana llega Kaien y nos vamos de viaje, así que de todas maneras iremos a las montañas” Hige celebró y Sayi tensó los labios “Y si te refieres a entrenamiento… si Miranda pudiera mandarnos a Namekusei en una máquina de gravedad esa mujer lo haría”
“¡Eso suena divertido TAT!” se emocionó el Child, y Sayi estuvo por darle con la chancla pero en ese momento el castaño distinguió una forma extraña entre unos árboles. “¿Será ahí?”

Entre las casas, casi todas iguales entre si, había un pequeño dojo que resaltaba con el entorno. Sayi y Hige intercambiaron miradas y cruzaron un par de calles para acercarse al edificio.

Era un dojo de madera oscura, cercado por muros altos rajados por la edad y adornado con algunas tejas, en su mayoría quebradas. Era, sin duda, una construcción que llevaba ahí muchos años, y era curioso el percatarse que si bien el dojo parecía desencajar con el entorno, eran más bien las otras casas las cuales contrastaban con un edificio arraigado desde hace tanto tiempo.

“Yo pensaba que esto solo se veía en los animes u_u” empezó Hige “Aunque no es que esto sea muy diferente”
“Que loco cómo algunos edificios logran escapar el tiempo…” contemplaba Sayi mientras tocaba el muro con su mano. Estaba tan ocupada pasando sus dedos por las ranuras que no escuchó los apresurados pasos hasta que ya fue muy tarde.
“¡Cuidado mami!”


Una cabeza golpeó su estómago y la pelirrosa cayó sentada. Frente a ella, una niña estaba arrodillada en el suelo, sobándose la cabeza y quejándose para si misma. Tenía el cabello rosado sujetado en dos moños y vestía un uniforme de primaria.

Parecía que el encontronazo le había hecho más daño a ella, por lo que Sayi le preguntó si se encontraba bien. Al no recibir respuesta, Hige se arrodillo e intento consolar a la menor, pero entonces la niña se hizo a un lado. Con lágrimas asomándose en sus ojos, les espetó:

“¡¡Fíjense por donde caminan!!”
Hige se molestó de inmediato pero, con la mirada, su HiME le pidió que se calmara. Era una niña después de todo, por lo que Sayi le sonrió “Lamentamos que te hayas golpeado, pero nosotros veníamos caminando, y tu saliste a toda máquina y te chocaste con nosotros” le explicó “¿No crees que tu también estás un poco en falta?”

La pequeña no respondió, solo se puso de pie y se limpió su traje. Sayi hizo lo mismo, y, esperando a ver la reacción de la niña, se quedo de pie con la misma sonrisa dibujada en el rostro. Los niños son inteligentes; si los tratas con madurez en un conflicto, es lo más probable que analicen mejor la situación e intenten darte respuesta aunque sea algo acorde.

“uwu”

O eso era lo que pensaba.

“¡AYYYY!”
“¡MAMA ;O;!”

Pero la pequeña se abalanzó sobre ella y tiró de su pelo con fuerza antes de empujarla y seguir carrera. Sayi se quedó sujetándose su cabeza y Hige gritándole que regresara.

“¡ESTUPIDA, EL PELO DE MI MAMI, IDIOTA!”
“Hige… es una niña” continuó Sayi “Aún si es una pequeña ASALVAJADA… es una niña”
“¡NO MAMI, DEJAME ATACAR!”
“HIGE NO”
“…Eh ¿Se les ofrece algo?”


Una kendoka se había asomado por la entrada, acaparando la atención de Sayi y Hige de inmediato. La mujer vestía ropa típica de combate —hakama y keikogi- y tenía su largo y liso cabello negro atado en una coleta alta. Sayi alzó las cejas, era evidente que había llegado al lugar indicado.

“Perdone el bullicio, no fue nuestra intención…”
“¡NI NUESTRA CULPA!” empezó el Child, pero Sayi puso una mano en su cabeza y ello lo calló.
“Disculpe, ¿de casualidad se encontraría el señor Kenshin Himura?” le preguntó Sayi a la kendoka “Miranda Lot me envió aquí, dijo que estaría disponible a las cinco”
“¡Oh si! Acaba de terminar su última clase” le explicó la mujer, abriéndose paso para dejarlos entrar “Por favor quítense los zapatos antes de entrar al dojo”

La entrada al área principal estaba a pocos metros de la calle. Sayi pudo ver a un buen grupo de niños reunidos en el centro del edificio, pero no pudieron distinguir a quien buscaban. Obedecieron a la kendoka y se retiraron los zapatos, para entonces hacerse a un lado y esperar a que los niños terminaran sus tareas.

“Ustedes deben ser de Hanasaki, ¿cierto?” le preguntó la mujer al darles el alcance.
“Así es, me llamo Sayi, y el es Hige” se presentó la pelirrosa “¿Usted también es profesora de espada?”
La kendoka asintió “Kenshin y yo damos clases a gente de todas las edades. Yo suelo especializarme con jóvenes y adultos, y Kenshin con los más pequeños” le explicó la pelinegra. Entonces se acordó que no le había extendido la misma cordialidad “Me llamo Kaoru Kamiya, y este dojo ha sido de mi familia por generaciones”
“Ya veo”

El breve trasfondo del lugar habían despertado un par de preguntas, pero Sayi decidió confiar en el criterio de Miranda. Hige, sin embargo, no fue tan sutil.

“¿Y si usted es la dueña y la más capacitada de los dos, por qué usted no entrena a mi mami?”
Kaoru parpadeó un par de veces “¿Tu… mami?”
“…hIGE”

Sayi solo tuvo tiempo de llevarse una mano a la frente, pues una cabeza pelirroja se levantó por sobre el manchón de niños.

“¡Así que te estabas escondiendo!” rió Kaoru “Me estaba preguntando donde estabas”
“Me temo que Souji tenía problemas quitándose su protección. Le estaba ayudando” Se explicó el pelirrojo con una sonrisa. El hombre se puso de pie, y Sayi notó que era algo bajo de estatura. Entonces apuró a los pequeños a que terminaran de alistarse y vayan a casa a hacer sus deberes.
“Kenshin, tienes visita” le informó Kaoru, señalando con la mano a Sayi y Hige “Son los estudiantes de Hanasaki que mencionaste”


El último niño había dejado el dojo cuando Kenshin dirigió la mirada hacia ella. Quizás fue su imaginación, pero Sayi pudo jurar que el pelirrojo la había reconocido por como abrió los ojos. Cruzaron miradas en par de segundos y entonces supuso que lo mejor sería romper el silencio.

“Me llamo Sayi Mío, mucho gusto” empezó, dirigiéndose hacia el. Le esbozó una sonrisa y el hombre se la devolvió, aunque algo reacia al inicio, esta fue ensanchándose con cada paso que daba hacia él. “Miranda me dio su dirección y me imagino ya le contó un poco de mi situación. Agradecería cualquier ayuda que pudiera brindarme”

Estrecharon manos y el pelirrojo le sonrió ampliamente. Definitivamente no lo había conocido antes, pero había algo de familiaridad en su trato con ella.

“Ya sabes mi nombre, pero déjame presentarme igual” el pelirrojo hizo una breve reverencia. Era un hombre algo bajo y delgado, pero había algo confiable en él. “Mi nombre es Kenshin Himura, y estaré gustoso de ser tu tutor de espada”
“Muchas gracias”

“No hay nadie que le haga competencia a Kenshin peleando con una katana”

Hige giró su atención a Kaoru. Ella también se giró hacia él y le sonrió. Ambos se habían quedado de pie a unos metros de distancia, observando la introducción de ambas partes.

“Tengo una vaga idea de su problema, pero basándome en lo que me contó Kenshin, tu amiga está en las mejores manos posibles”
“No es mi amiga es mi mami”
La sonrisa de Kauru se tornó algo incómoda “Vas a tener que explicarme eso”

“Necesito aprender a usar la espada, y rápido” Empezó Sayi, pero entonces se detuvo. No sabía que tanta información le había confiado Miranda a Kenshin, y no quería arriesgarse a divulgar más de la cuenta.
No obstante, el hombre respondió por ella “Porque eres una HiME, y necesitas defenderte de tu Rebel, ¿cierto?” Antes que Sayi dijera algo, continuó “No te preocupes, yo fui estudiante de Hanasaki”
“¡No sabía dónde habías estudiado! ¿Por qué no me cuentas estas cosas?” le reclamó Kaoru algo molesta y Kenshin rió para si mismo “¿Y a que te refieres con eso de Rebel? ¿Y HiME?”
“Lo siento Kaoru, no quería ocultarte donde estudie. Simplemente no había necesidad de mencionarlo, hasta ahora” se disculpó el pelirrojo antes de volver a dirigirse a Sayi “Miranda me contó que usabas un arma diferente antes”
“Así es” Sayi pensó que era un alivio tratar con alguien que supiera el trasfondo de su problema “En la prueba HiME mi arma se manifestó como una katana. El resto se quedo igual, pero el arma fue diferente… y lo peor del asunto es que era igual, o muy parecida, al arma de mi ex Rebel”

Kenshin meditó unos momentos y el dojo quedó en silencio, esperando lo que tuviera que decir. Entonces adoptó una mirada solemne antes de pedirle que invocara su arma.
Sayi asintió. No lo había hecho desde la prueba, pero sabía que estaría entre sus manos con solo llamarla. Y así fue.

Un breve halo de luz apareció frente a ella y su katana se materializó. La luz desapareció apenas la pelirrosa tomó la funda entre sus manos, pero el corto espectáculo fue suficiente para impresionar a la única ajena a los misterios de Hanasaki.

“MA-MAMAMA-MA-“
“Siii esa es mi mamá n0n”
“MAAAGIAAAAA” Kaoru no pudo guardar más la distancia y no se detuvo hasta haber tocado la espada con sus manos “¡¡ES DE VERDAD!! ¡Y SALIO DE LA NADA! ¿¡QUE FUE ESA LUZ!?”
Sayi sonrió cansada y se dirigió a su nuevo tutor “Creo que debiste haberle contado donde estudiaste antes de recibirme”
“MAMA-MA-MA“
“Creo que tienes razón” agregó Kenshin “Pero Kaoru será una gran ayuda también, una vez esto se le haga normal”
“¡¿Pero por qué no me contaste de esto antes?!” le reclamó la kendoka y le golpeó fuertemente en la cabeza “¡Y YO SOY LA UNICA TRAUMADA AQUI Y ESO PUES NO!”
“…Kaoru, lo siento, luego te explicaré mejor el asunto, pero…” Kenshin se sobó la cabeza y Sayi se preguntó si su profesor no necesitaría una compresa fría “Pero tenemos que continuar con esto… el tiempo es un factor…”
Kaoru seguía sacada de quicio pero Sayi avaló al pelirrojo “Prometo no hacer nada más …sobrenatural, hasta que este al tanto de todo, lo prometo”
Aunque le tomó un poco llegar a un punto más zen, Kaoru terminó por formar una línea con sus labios y asintió “Prométanmelo”
“Claro que sí” respondió Sayi, pero apenas Kaoru respiró algo más segura, la pelirrosa agregó “SincontaraHige”
“…¿Eh?”

Mientras Kaoru regresaba con el castaño para saber a qué se refería Sayi, Kenshin miraba fijamente la katana de su estudiante. Justo cuando había superado la impresión inicial, volvía a encontrarse con más vestigios que no quería volver a recordar.

Pero si bien la situación era desagradable, quizás podría usar esta realización para ayudar a Sayi.

“¿Estás segura que esta espada es igual a la de tu ex Rebel?”

Sayi se había distraído observando a Hige y Kaoru entender el origen de su existencia, pero se giró a su tutor apenas escuchó la pregunta.

“Creo que sí. No lo sé… recuerdo que tenía el puño blanco, así como la mía, y apenas vi eso la aventé lejos. No la volví a ver hasta hoy”
“¿Quizás y esa sea la única coincidencia?” se preguntó Kenshin en voz alta “Se que le tienes pánico a un arma igual a aquella que te lastimó, pero quizás haya manera de desmeritar eso, y así te ayude a asimilarla. ¿Podría Miranda conseguir alguna imagen de la katana de tu ex Rebel?”
“Lo dudo” respondió Sayi, y cuando Kenshin bajó la mirada, la pelirrosa agregó “pero puedo preguntarle a mi ex Rebel que me la muestre en persona”
Kenshin alzó las cejas “…¿Se puede hacer eso?”
“No se las demás, pero yo si” dijo Sayi “Mi terapista me recomendó hacer las paces con mi ex Rebel para superar mejor el conflicto anterior, así que tengo una relación pseudo amical con él”
“…Cómo cambian los tiempos” Kenshin rió, negando con la cabeza. De todas maneras, su consternación tenía fundamento “Pero tampoco quiero obligarte a tratar con tu ex Rebel si no quieres”
“Oh no es problema” le restó importancia Sayi “No te preocupes. Te confirmaré pronto si es la misma katana o no. Me daría tranquilidad que no se pareciera, ahora que lo mencionas”

Aún si su plan parecía haberse ido por un camino no tan ideal, esa última declaración le tranquilizó. Si al final del día le ayudaba a superar el miedo a su arma, entonces valía la pena.

“De momento podríamos usar espadas de practica para empezar a entrenar, si te parece bien” dijo Kenshin, caminando  hacía una repisa y retirando una espada de madera. Se la alcanzó a Sayi y ella sonrió al recibirla “De todas maneras tenemos que empezar por los movimientos básicos, empuñaduras, desenfundado…”
“Me parece genial, gracias” dijo Sayi, y entonces señaló a su bolso “¿Estaría bien si me cambio primero? La ropa que tengo ahora no es de entrenamiento”

Kenshin señalo una de las entradas del dojo “Por ese pasillo, al fondo a la derecha. Puedes ocupar un locker si gustas”
“¡Te acompaño!” se sumó Kaoru, ignorando olímpicamente al pelirrojo “Así puedes explicarme mejor todo este asunto de Hanasaki que ALGUIEN me ocultó”
Kenshin se lamentó para si mismo mientras ambas dejaban el área de entrenamiento “Esto me va a pesar por varios días”

Y cuando el pelirrojo se giró hacia el segundo invitado, se encontró con Hige sonriendo de oreja a oreja.

“Kaoru me dijo que eres muy fuerte” dijo Hige, emocionado “¡No puedo esperar para pelear contigo!”
“A menos que también pelees con un arma me temo que no seré rival para ti” se disculpó Kenshin “Soy muy malo en combate cuerpo a cuerpo”
“Ah…”

Hige suspiró decepcionado. Entonces se dejó caer al suelo y se cruzó de piernas. Kenshin sonrió apenado, y el también estuvo por sentarse cuando el Child lo interrumpió.

“Igual, tengo curiosidad de verte pelear. Mi mami es muy fuerte, ¿sabes?”

Kenshin pensó en la sonrisa de Sayi y sonrió al recordar a Kyoko. Jamás pensó posible encontrar la familiaridad de una persona en otra, pero supuso que tratándose de su hija era razonable.
Pero entonces recordó su primera impresión al ver su cabello, ojos, y arma, y negó con la cabeza ante la ironía del asunto.

Para él, esa chica era como ver mezclarse agua y aceite.

“Si, estoy seguro que es muy fuerte”
« Last Edit: August 13, 2017, 02:07:51 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Eureka

He logrado hacer 5000 palabras en una semana (EN MI SEMANA DE PARCIALES)

Aporte compartido con Haruhi!! <33


13.

   

Shouto se ofreció a invitarles el almuerzo en uno de los cafés más caros y exclusivos de Rizembool: pertenecía a una cadena de restaurantes muy conocida, y que por ende, no formaba parte de la red de concesionarios de los comedores de la universidad. Y aunque Izuku le había insistido que no se molestara con ello, que la comida de la universidad era, de todas formas, de máxima calidad, Shouto no había dado su brazo a torcer. Katsuki se mostró a su favor, por lo que Izuku tuvo que resignarse a aceptar la invitación, un poco incómodo.

Katsuki y él habían sido amigos desde la infancia, así que sí podía decir que había tratado con gente de clase alta y de mucho dinero desde hace muchísimo tiempo, pero a diferencia de Bakugou, que nunca se había ofrecido a pagarle o invitarle algo con su propia iniciativa –Izuku no veía nada malo en ello, cabe recalcar—, Shouto, que también era de familia adinerada, lo hacía muy a menudo, y no sólo con ellos, sino que también con todos sus amigos, por más dinero que estos tengan.

A Izuku se le hacía jocoso comparar a su grupo de amigos en Rizembool con los de Hanasaki, su propia universidad, porque estos últimos, en su mayoría, eran becados, a diferencia de los de la competencia. Sabía que Shouto y Katsuki podían apuntar a una beca sin problemas, pero para ellos, no era necesario: tenían los recursos para pagar la escala más alta e incluso más. La familia de Shouto, además, donaba grandes sumas de dinero, pagando así las becas de muchos alumnos de Rizembool. De estudiar en esa universidad, Izuku estaba seguro que la familia Todoroki estaría corriendo con los gastos de su educación universitaria, indirectamente.

Ingresaron al local y tomaron asiento en una de las mesas cercanas a los ventanales: el restaurante estaba en el piso más alto de uno de los tantos edificios de Rizembool, y la vista daba a la ciudad, lo que lo hacía muy concurrido. Muy tarde se dio cuenta Izuku de que el restaurante pertenecía a la franquicia de la familia de Yashiro, y suspiró, recordando de nuevo que su círculo en Rizembool estaba conformado en su mayoría de gente muy adinerada.

Shouto no dejó pasar desapercibida esa acción, y lo miró, con una ceja arqueada.

“¿Pasó algo?”
“¡Ah! No, nada,” Izuku sonrió.
“No está relacionado a lo que te contó Katsuki, ¿no?”
“Carajo, tú mismo me dijiste que no lo mencione, idiota,” se quejó Katsuki, indignado. Recibió a regañadientes los menús que le otorgó un mozo, y se dispuso a revisar el suyo, luego de colocar el resto sobre la mesa. Shouto cogió uno y se lo dio a Izuku, y este le agradeció con una sonrisa.
“Lo sé, pero quiero cerciorarme de que no le molesta eso.”
“¡N-No! Bueno, me incomodaba un poco al inicio, pero Sonozaki-san me recordó que Rizembool es una universidad como el resto y por ello, hay todo tipo de alumnos aquí.”
“Tch, tu universidad también está involucrada, sí te dije.”
Izuku asintió. “Sí, lo sé.”
“¿Entonces?”
“Me da un poco de temor, pero supongo que se me pasará,” ofreció.
Shouto asintió. “Has venido hasta aquí, después de todo.”
“¡Exacto!”
“Oye, Deku, Shouto y yo queremos invitarte a una fiesta,” dijo Katsuki.
“Puedes pasarle la voz a Uraraka-san y Yachi-sa—”
“Estúpido, con un infiltrado basta y sobra.”
“¿Eh?” Deku se veía confundido.
“Lo siento, debimos explicarte bien,” Shouto se disculpó. “La fiesta es exclusiva de Rizembool, y aunque Katsuki siente que está mal de que vaya gente de Hanasaki, yo no veo problema con ello. Ofrecí mi casa para mantener el prestigio de que las fiestas de derecho son las mejores de la universidad.”
“Quién diría que un nerd como tú estaría interesado en eso.”
“Nerds como yo también salimos a divertirnos, Katsuki,” le dijo, sonriendo de lado.
“Wow… ¿Estará bien que vaya? Kacchan tiene razón, Shouto-kun. Si es algo exclusivo de Rizembool—”
“Anda,” le dijo Shouto, interrumpiéndolo. “Sería genial verte por ahí.”
“Corrección: le haría feliz verte ahí,” dijo Katsuki y luego rio.

Izuku abrió los ojos como platos, sus mejillas tornándose de un leve carmín. Katsuki rodó los ojos ante esto: Izuku era demasiado fácil de leer. Prefirió, sin embargo, guardarse sus comentarios.

“¡Okay! Iré, aunque sea un ratito.”
“Puedes ir con Uraraka-san, por si no te sientes bien yendo solo,” Shouto desvió la mirada hacia Katsuki, y este se llevó una mano a la cara.
“¡Le preguntaré si está libre!”
“Es la semana que viene, por sea caso,” le dijo Shouto.
“¡Genial!” Izuku asintió. La incomodidad y el temor se habían disipado totalmente y su expresión estaba llena de alegría. Al parecer, el comentario de Katsuki le había cambiado totalmente la perspectiva de las cosas.
“…Me olvidaba: Midoriya, dile algo a Uraraka-san,” habló Shouto, luego de una breve pausa.
“¿Qué cosa?” preguntó Izuku, curioso.
“Que verla en la fiesta hará muy feliz a Katsuki,” dijo Shouto.
“¡CARAJO, SHOUTO!”



 

Si Pearl se enterara de la barrabasada que estaba a punto de cometer… se metería en problemas muy graves. Y no podía culparla, porque sí, era una muy mala decisión, para qué negarlo. Pearl siempre había sido la voz de la razón en su grupo y esto seguía siendo la pura verdad, pero Rose podía consolarse a sí misma con la idea de que lo iba a hacer por un bien mayor.

Que sí, era cierto, en parte. Más que nada se debía a su afán por ayudar a los demás sin tomar en cuenta la situación actual o sus propios límites. Miranda le había repetido mil veces que su hijo no saldría afectado por esto, y eso era más que suficiente para ella: no tenía problemas en lanzarse al lago lleno de pirañas de ser así. Quería ayudar a la universidad que le había dado tantas facilidades para estudiar, siendo madre soltera y de pocos recursos.

Miranda le había advertido que sería peligroso, pero Rose era de aceptar sin prestar atención a la situación general. Muy tarde se había dado cuenta del rollo en el que se había metido. Y aunque aún no daba la prueba HiME, sabía que ya estaba en aprietos. Tenía que contárselo a alguien, y si bien Pearl había sido su primera opción, recordó la bendición que era tener dos mejores amigas: Garnet era la antítesis de Pearl y la persona indicada para escucharla en esos momentos.

Esperó una reacción sorprendida por parte de ella, pero su amiga ni se inmutó, luego de escuchar toda la explicación sobre HiMEs y rebels que le había proporcionado.

“¿Nada? ¿Ni un… ‘oh?”
“Oh.”
Rose rio. “¿Eso es bueno?”
“Es… neutral,” Garnet tomó la taza de café entre sus manos, sopló levemente y le dio un sorbo. Dejó la taza en la mesita en frente de ella, y volvió a posar sus ojos en Rose. “Aún estoy procesando toda la información. Pero descuida, no voy a recriminarte nada ni resondrarte. No soy Pearl.”
“Justo por eso te conté antes que a ella.”
“No quiero imaginar su reacción cuando se entere,” Garnet esbozó una sonrisa divertida.

Pearl era la mamá del grupo y se tomaba muy a pecho ese rol. Lo que sus madres de sangre no les sacaban en cara, Pearl lo hacía. Era muy hilarante.

“Será graciosa, tenlo por seguro.”
“Eso no lo dudo. ¿Cuándo será la prueba?”
“Me dijo que podía ser mañana o pasado, dependiendo del tiempo que tenga.”
“…Mm, dile a Pearl antes, por sea caso.”
“¡Sí! Pero mañana es la boda, así que le pedí a Miranda que me diera un par de días más. El lunes daré la prueba, para ese entonces, ya debo haber hablado con Pearl.”
“Genial, entonces no tengo quejas,” Garnet le sonrió. “Confío en tus habilidades, sé que te irá muy bien. Cualquier cosa… aquí me tienes para apoyarte. Y buscarte un entrenador, así que por eso no te preocupes.”
“¿Eh?” Rose la miró, confundida.
“No tienes experiencia con ningún arma o combate cuerpo a cuerpo, ¿no?”
“Inicialmente, pensé en Ryougi, recordando su experiencia pasada. Pero con su familia y todo, ahora lo veo difícil. Lo que sí, luego recordé que Pearl sabe esgrima, así que iba a pedirle que me enseñara…”
“Dudo que eso sea suficiente. Dame el fin de semana, te conseguiré a alguien.”
“¿Tú crees que sea necesario?”
“Estoy segura de ello,” Garnet se ajustó sus gafas oscuras. “Y de hablarlo con Pearl, ella estará de acuerdo conmigo. Si tú no lo sientes necesario, normal, pero aun así te quiero pasar el contacto, en caso de que lo necesites.”
“Wow, Garnet, ¡eres muy precavida!”
“Más vale prevenir que lamentar, ¿no?”



   

 

Juraría estar sintiendo el nudo de la corbata más apretado que de costumbre contra su cuello. Finalmente, habiendo llegado el día todavía no podía ser capaz de procesar lo que estaba sucediendo: la ceremonia montándose en la iglesia, los invitados llegando al recinto, su novia todavía sin aparecer…  la fecha fijada tentativamente para su compromiso después de haberlo aplazado por años había llegado.

“Ah, estoy viendo como el alma se le sale del cuerpo~”
“Totsuka, no estás ayudando.” Kusanagi interrumpió de buena forma. “Hey, ¿por qué no fumas algo afuera para calmarte?” 
“¿Ah? ¿Qué?” Katsuya repentinamente salió de su trance al aflojarse el nudo de la corbata. “Disculpen, por un momento me perdí.”
“Lo notamos. ¿Seguro que te encuentras bien?” Preguntó Mikoto.
“Sí, lo estoy.  Ya no falta mucho para salir, ¿no?”
“No. Es más, ya deberíamos estar bajando para dejarte en el altar.” Kusanagi mencionó.
“Um, tienes razón.”  Totsuka asintió.
“Díganle a Katsuya que puede volver a respirar con normalidad.” Interrumpió Kiyotaka con una sonrisa de satisfacción. “Ryougi llamó y dijo que Eureka había tenido unos inconvenientes de tráfico, pero que estaba arreglado y les faltaba poco para llegar.”
“Ah~ ¿Oíste eso Katsuya? ¡Esa es una buena noticia!” Totsuka le dio un par de palmadas en la espalda antes de terminar sujetándole por los hombros.
“Eso es… muy grato de oír.” El castaño dio un prolongado respiro aliviado mientras se ajustaba las gafas.  Poco a poco el color comenzó a recuperarse en su rostro.
“¿Qué pasa, Katsuya? Estás demasiado atónito. ¿Realmente se te estaba pasando por la cabeza que Eureka no llegaría?” Kusanagi se colocó las manos sobre las caderas mientras que con una ceja alzada contempló la divertida expresión de su amiga. “Sabes que ella no haría algo que pudiese hacerte daño. Te estima demasiado.”
“Lo sé, lo sé. Nada más estaba pensando en que todo esto llega a ser irreal.” Katsuya se pasó una mano por el cuello.
“Más bien yo diría que estás preocupado por el asunto con Ao.” Acotó Kiyotaka quien distraídamente miró la hora en la pantalla de su móvil.
“Ah, eso—”
“Ya es hora, hay que ir saliendo.”
“Heheh, después te preocupas por eso Katsuya, andando. No va a dar buena impresión que llegues después de la novia~” Totsuka colocó las manos sobre los hombros de su amigo y comenzó a empujarle fuera de la sala rumbo al altar.
El detective de a poco pudo sentir que el corazón se le saldría por la boca en cualquier momento.



     

   

Eureka estaba hecha un manojo de nervios, y se veía claramente reflejado en sus tropiezos y errores al prepararse para el gran día. No había momento en que dejara de agradecerles a sus damas de honor por la ayuda que le otorgaban, pues estaba segura de que, de estar sola, se demoraría una eternidad en terminar de alistarse.

Muchas veces tuvo que aguantarse las ganas de llorar de la felicidad, solo para no malograr el maquillaje. Entre risas, Rose le aseguró que no habría problema con ello luego de la ceremonia. Ryougi y Fuuka le prometieron retocárselo si es que pasaba, y Eureka les agradeció por ello.

Terminaron de arreglar la cola del vestido, y luego de amarrarle el velo en el cabello, Ryougi, Rose, Pearl y Fuuka se alejaron un poco para ver cómo había quedado la novia. Se veía preciosa, y era muy probable que le terminara dando unos cuantos infartos a Katsuya cuando se encontraran en la Iglesia.

“Ah, ¡estás hermosa!” exclamó Pearl, emocionada.
“La cara de Katsuya será un poema cuando te vea, haha,” Rose rio.
“Fuuka, ¿ya llegó la limosina?” preguntó Ryougi.
“¡Sí! Hace unos diez, quince minutos.” Fuuka corrió a abrir la puerta y vio a Ao parado en frente de esta. “¿Puedes bajar y decirle al chofer que ya estamos yendo?”
“Sí” Ao asintió. “¿Puedo ir con ustedes?”
“Yo creo que no hay problema,” Fuuka se giró y les preguntó a todas con la mirada.
“Sí, normal. Será más complicado arreglar que alguien venga a recogerlo, y ya estamos tarde,” explicó Ryougi. “Más bien, vamos yendo.”

Fuuka abrió la puerta completamente y Ao sonrió al ver a su mamá. Aun no se sentía del todo de acuerdo con la situación –le incomodaba que Katsuya fuera la pareja de su madre y le costaba creer que se iban a casar— pero la felicidad de su mamá era más importante que eso en estos momentos. Ya luego le daría vueltas a ese asunto. Prefirió hacerle caso a Fuuka y dejó el cuarto para cumplir con su encargo.

Rose y Pearl alzaron la cola del vestido para que no roce con el piso, y todas salieron del cuarto a pasos apurados. Bajaron las escaleras con sumo cuidado, y al llegar a la puerta, hicieron un chequeo rápido de todo: desde las cosas que debían llevar hasta la presentación de la novia. Al notar que no se les olvidaba nada, Fuuka cerró la puerta principal con llave, y se embarcaron todos en la limosina.



 

Katsuya y Eureka se sonrieron mutuamente al encontrarse, una vez iniciada la ceremonia. Ambos se morían de los nervios: nunca pensaron que el día llegaría tan rápido y de manera tan repentina. Era cierto que habían tenido un medio año de preparación pero les parecía demasiado surreal estar ahí, a punto de dar el paso que, consideraban, era el más importante de sus vidas.

Katsuya había estado siempre para ella y Eureka siempre se había mostrado agradecida con él por ello. En cierta forma, le sorprendía no haberse puesto a pensar de que esto sucedería de alguna u otra forma: era su destino estar con él, y para él, lo mismo.

Eureka se conmovió al ver que Ao, quien había antagonizado tanto a Katsuya desde el inicio de su relación con él, se veía muy alegre por la felicidad de su mamá, sentado en una de las primeras bancas al lado del resto de sus familiares. Al parecer, estaba dispuesto a dejar un lado ese tema, todo por ella.
Fuuka, la hermana menor de Eureka, se aguantaba las ganas de llorar, visible por sus ojos vidriosos y el pañuelo que se llevaba a la cara cada cierto tiempo. 

Para los novios, la ceremonia realmente empezó con los votos. Ambos estuvieron nerviosos, pero lograron decir sus partes con tranquilidad. Al cabo de unos segundos, Ao trajo los anillos, y luego de colocárselos, se dieron un tierno beso que causó algarabía y aplausos entre los invitados.



     

Cuando la ceremonia dio por finalizada, la gente comenzó a movilizarse hacia el centro de eventos reservado exclusivamente para el gran día. Un enorme salón  acomodado con diversas mesas y asientos, todos de color blanco recibieron a la numerosa cantidad de invitados; en un extremo del salón una cantidad de meseros administran una generosa mesa con diversos bocadillos y tragos mientras que al fondo yace una tarima donde unos parlantes y un dj se encargan de colocar la ambientación musical del espacio.
Katsuya junto a Eureka se colocaron al medio del salón rodeados de sus invitados.
“En serio, queríamos agradecerle a todos por habernos acompañado a ambos en éste día tan especial. Para Eureka y para mí, ha significado mucho que nuestros familiares, amigos y cercanos  se encuentren a nuestro lado.” Empezó Katsuya, acomodándose un poco el nudo de su corbata. “Sé que tuvieron que pasar varios años antes de que llegásemos a esta instancia junto a Eureka pero, aquí estamos.”
“Sólo te tardaste un par de años, viva esa perseverancia~” Acotó Totsuka desde el fondo con una sonrisa que contagió el gesto hacia otros asistentes.
“Sí, valió completamente la pena.” Asintió el castaño mientras se preocupaba de sujetar la mano de su ahora esposa.
“Bueno, yo no tengo mucho más que agregar a las palabras de marido así que… en verdad, también les agradezco que se hubiesen dado el tiempo para venir.” Eureka sonrió.
“¡Queremos beso, beso!” Exclamó Illya a un lado de Haruhi.
“Beso, beso~~” Se sumó Kashima al unísono de Totsuka y otros invitados.

Katsuya rió con nerviosismo y se ajustó torpemente las gafas antes de que fuese Eureka la que tomase la iniciativa al sostener su mejilla con una mano antes de depositarle un cariñoso beso en los labios que su esposo no tardó en responderle. Los chillidos y aplausos eufóricos no se hicieron de esperar; la música comenzó a inundar el ambiente… y el clásico vals de los novios comenzó a tomar protagonismo sobre la pista del salón.

“Anda, que tu tío realmente tiene una expresión diferente en comparación a la otra vez que estuvimos en casa.” Soltó Kashima.
“Sí, se nota que realmente está bastante feliz con todo esto.” Asintió Haruhi.
“Bastante, si hasta fue suficientemente considerado para invitarme a mí también.”
“Y a Clear y a Aoba, pero no pudieron venir porque justo está todo el asunto de la tocata y tenían un ensayo.”
“Eh, una verdadera lástima.” 
“Yahoo, ¿qué me perdí?” Musitó otra voz femenina tras la HiME y su compañera de universidad.
“Eu, ya pensaba yo que te habías perdido con  Lelouch en el camino.”  Rió la rubia.
“En mi defensa, la mesa de las bebidas es bastante atractiva, me costó decidirme por algo.” Su amiga levantó el vaso con una colorida bebida.
“Hablando de Lelouch, ¿dónde está?”
“Se quedó hablando con Hizumi más atrás.”
“Oh bueno, al menos sabemos que está bien acompañado.”
“Ajá. Además si se aburre, siempre se busca la manera de sacarle conversa a alguien.”
“Tienes toda la razón.” Asintió Haruhi.
“Hey, por acá hay un montón de gente que no he visto antes.” Exclamó Illya luego de meterse un canapé en la boca. “Y yo que pensaba que mi tío era de pocos amigos.”
“Pues, supongo que algunas caras no se nos hacen conocidas porque serán colegas del trabajo, algunos invitados de la novia y cosas así.”
“¿Qué hay de Tatsuya?”
“¿Quién?” Preguntó Kashima.
“El hermano del novio, ¿o no?” Respondió Eu mirando a la rubia quien asintió.
“No lo he visto hace tiempo, pero bueno. Quizás venga más tarde, mi tío ni me ha hablado de él.”
“Tal vez Tatsu-chin ya se las dio de rebelde otra vez.” Asintió convencida Illya.
“Es probable, pero el distanciamiento no les dura mucho.“
“¡Ah! Hablando de tu tío, mira que se las trae.” Anunció Kashima apuntando con el dedo para que las otras chicas miraran hacia la pista.

Una silla se colocó en medio del salón. Los compañeros del novio comenzaron a hacer porras al igual que otros invitados. La novia subió una pierna sobre la silla dejando que las ondas del vestido mostraran su pierna con un lindo liguero.  Katsuya sintió su rostro arder, pero los ánimos de los invitados le incitaron a arrodillarse en la pista y cerca de la pierna de su novia…
La liga jalada con los dientes fue lanzada entre los invitados para dar paso al resto de la fiesta.



 

“Hizumi.”

El mencionado dejó de embutirse los enrolladitos de hot dog para girarse hacia la voz que lo había llamado. Pasó la comida para poder sonreírle, y Kiyotaka frunció el ceño, disgustado con la actitud despreocupada de su tutelado.
A veces se preguntaba cómo Yaiba lo había criado sin matarlo en el proceso, y luego recordaba que se había ido de viaje a Estados Unidos y planeaba no volver nunca más. Sin duda, Yaiba Mizushiro era una de las personas más astutas que había conocido.

Le pidió que salieran a la entrada del local, para poder hablar con mayor tranquilidad.

“Si sabes del lío en el que te has metido, ¿no?”
“¿Lo de Kanone?” Su semblante, que hasta ese entonces había sido tranquilo, se tornó agrio y de pocos amigos. “¿Está mal ayudarlo?”
“Rizembool puede tomarte como cómplice si—”
“Me da igual lo que digan,” comentó Hizumi, con suma sinceridad. El asunto de aquella universidad le importaba poco o nada, ahora que estaba enfrascado en sus estudios. No tenía tiempo para lidiar con ese tema una vez más: desperdiciar todo highschool había sido suficiente.
“Pero no es mutuo.”
“Hey, sé que sonará conchudo pero… ¿No que mi hermano te encargó que me cuides? ¿No puedes ayudarme con eso?”
“Lo estoy haciendo, pero si no pones de tu parte, no sé qué pueda ocurrir—”
“Kiyotaka, Yaiba fue quien me crió. Sé como cuidarme solo, ¿no cumplí con mi cometido como rebel? Es suficiente para demostrar de lo que soy capaz. Más bien, mándale un mensaje a Rizembool: es un poco triste que sigan investigando un caso de hace casi cuatro años. Kanone no debería importarles más.”

Kiyotaka arqueó una ceja, y al procesar el mensaje, sonrió de nuevo.

“Curioso que venga de ti, porque bueno, tú sabes…” se llevó un dedo al mentón, pensativo. “¿No lo intentaste matar hace unos años?”

Hizumi se aguantó las ganas de perder la calma y gritarle, mordiéndose el labio inferior y cerrando sus puños con frustración. Kiyotaka era de las pocas personas capaces de hacerle perder el control de sus emociones, y le enojaba recordar eso cada vez que interactuaba con él.

“Mm, parece que esa herida sigue a flor de piel,” comentó Kiyotaka, observándolo desde su posición al lado de la columna derecha de la entrada. Hizumi estaba tentadísimo a hacerle oídos sordos e ingresar de nuevo al baile, pero eso significaba rendirse, subyugarse y admitir que Kiyotaka era el ganador de esta pequeña discusión.

Y por nada del mundo quería darle ese gusto.

“Por qué será,” le respondió, a regañadientes. “Lo cierto es que Kanone no es el key de Eureka así que no participará de ninguna forma en esta batalla. Deberían dejarlo ir…”
“Es cierto,” admitió Kiyotaka. “¿Qué hay de ti?”
“A menos de que Eu me necesite, no me involucraré de ninguna forma. Mi única preocupación ahora es ayudar a Kanone en la búsqueda de su hermano… sólo espero que no estés detrás de eso.”
“Por supuesto que no, ni me acordaba que Zushi era el nombre de su hermano. Resulta que es amiguito de Ao, el hijo de la novia. ¡El mundo es un pañuelo!”
Hizumi abrió los ojos como platos, sorprendido. “Sabes… ¿si está acá?”
“Supongo, no creo que Ao se haya quedado sin invitar a sus amigos.”
“Woah, eso ha sido el mejor aporte que has hecho en mucho tiempo, gracias~” le canturreó, y corrió en dirección hacia la fiesta, en busca del niño.
“¿Mas que tus propinas?”
“¡Retiro lo dicho!” Le gritó, antes de entrar al baile una vez más.



   

 

Ni bien la localizó entre el tumulto de invitados en la pista de baile, Anna corrió a abrazarla, y Eureka acarició sus cabellos, igual de feliz que ella de verla. Al alzar la vista, Eureka se topó con Tatara, e inmediatamente se dio cuenta de la situación: su cuñado había venido a pedirle que cumpliera con su palabra y cuidara de Anna. Sin embargo, muy tarde notó que detrás de Tatara, había otro niño, al parecer también de la edad de su sobrina. El chiquillo, de rulos color azabache y cara risueña, dejó de esconderse y corrió al lado de Anna, a presentarse.

La música era demasiado fuerte como para escucharlo bien, pero al parecer, se había introducido como Steven.

Tatara se le acercó, y le gritó a la oreja. “Es el hijo de una amiga, ¿podrías cuidarlo también?”
“¡Sí, no hay problema!” Le respondió Eureka, de la misma forma.
Tatara sonrió y asintió. La abrazó y le revolvió los cabellos, luego, se giró y le hizo una seña de paz, caminando hacia el tumulto de gente en la pista de baile. No tardó en desaparecer entre los invitados, perdiéndose entre tantas personas.

Steven tomó su mano izquierda y Anna la derecha. No recordaba haber hecho de niñera –tal vez un par de veces con el hermano menor de Kanone—, y esa falta de experiencia le angustiaba. Sabía lidiar bien con los niños, pero tener dos bajo su responsabilidad era algo muy distinto. Buscó con la mirada a su enamorado, esperando encontrarlo para tener algún tipo de apoyo, pero Lelouch estaba no habido. Trató con Hizumi y Haruhi, pero tampoco los halló. Resignándose, se giró hacia las mesas, llevando a Steven y a Anna con ella.

Se sentaron en una de las mesas libres, y en esos instantes se dio cuenta de que no tenía forma de distraer a los niños. No podía hablarles porque no le escucharían (por la música a todo volúmen), no tenía ningun juguete o algún papel para darles, y a veces la falta de luz en el local no le permitía distinguir sus rostros e intuía de que era mutuo, así que los gestos también estaban descartados. Sabía que Anna era una niña tranquila y por ella no se preocupaba, pero no tenía idea de la actitud de Steven, lo que la dejaba un poco angustiada. Sin embargo, hasta ese entonces, ambos se habían quedado sentados y observando la pista de baile en silencio.

“Yo” El grito en su oreja y el toque en su hombro la hicieron saltar del susto, y al voltearse, vio a su pareja con una copa de champagne. Y aunque la tentación de golpearlo por su broma de mal gusto era muy grande, se las aguantó para no ser un mal ejemplo en frente de Steven y Anna.

Rio al recordar que ninguno de los dos debían estar ahí. Lelouch, así como ella, habían terminado colándose a la fiesta, sin ser parientes o amigos de los novios… pero, en su defensa, eran amigos de la infancia de Haruhi, la sobrina del novio, así que suponía que eso contaba como una excusa.

“Hola,” Eureka le sonrió. “¿Dónde estabas?”
Lelouch tenía una mano dentro del bolsillo de sus pantalones negros, y observaba la pista con desdeño y enojo. Eureka recordó lo mal que bailaba y supuso que se trataba de su envidia a los invitados que se desenvolvían bien en la pista de baile. “Estaba hablando con Hizumi cerca de la mesa de bocaditos. Lo dejé ahí, parece que no se quiere desprender de esos enrolladitos de hot dog,” gritó, luego de acercarse al oído de su enamorada.
“No entiendo como tiene tanta hambre… ¿la cena fue hace un rato, no?”
“Lo sé,” Lelouch suspiró. “Pero está aprovechando la comida gratis. No sé por qué accedimos en traerlo, puede que se lo tome como premio…”
“Bueno, al menos esa comida de la cena no se echó a perder.”
“Tienes razón,” Lelouch dejó su copa en la mesa, y miró de reojo a Anna y a Steven. “Te iba a decir que salgamos al jardín, pero veo que estás ocupada.”
“¿Ah, lo dices por los minions?” Le susurró, para que Steven y Anna no la escucharan.
Lelouch bufó. “¿Crees que puedan salir con nosotros? Quiero aire fresco y hablar sin gritar, por favor.”
“Con gusto~”

Eureka los tomó de la mano y los condujo, al lado de Lelouch, al jardín de la parte trasera de la pista de baile. Era un lugar conectado a la estancia mediante unas mamparas de vidrio, que para suerte de ambos, justo se encontraban abiertas en esos momentos.

En el jardín, el bullicio se escuchaba con menos intensidad, lo que permitía sostener una conversación a niveles de voz razonables. Anna y Steven se fueron directo a curiosear la bellísima fuente de agua en medio del jardín, y Eureka y Lelouch los siguieron, hasta sentarse en una de las bancas cercanas. Lelouch la tomó de la mano, y recostó su cabeza en la de ella.

“Esto se siente como la calma antes de la tormenta,” le dijo Eureka.
“Me leíste la mente… aún no te encuentras con tu rebel, ¿no?”
La HiME negó con la cabeza. “¡Ah! Le pedí a Souji que me averiguara eso, pero me olvidé de hacerle recordar,” se dispuso a sacar su celular de la cartera que colgaba en su hombro, pero Lelouch la detuvo al colocar su mano libre sobre la de ella.
“Lo puedes hacer mañana, hoy descansa un poco de ese tema.”
“Mm, es una buena idea,” le dijo, sonriendo.



 

Salir al jardín a hablar por teléfono sería muy complicado, considerando que no contaba con sus audífonos y que la bulla era demasiado fuerte como para escuchar con claridad lo que le dijeran en altavoz. La única forma de hablar con alguien era tenerlo presente y a su lado, pero pedirle a Kanone que cruzara toda la ciudad para contarle la noticia, cuando él mismo podía encargarse de todo… era un poco exagerado. Nunca había hablado con el chico mediante alguna aplicación de mensajes instantáneos, así que le daba un poco de miedo hablarle por whatsapp… pero era la única alternativa.

Abrió, un poco dudoso, la aplicación, y luego de revisar entre sus contactos disponibles, encontró a Kanone y lo seleccionó. La ventana de conversación se abrió, mostrando la foto de perfil del chico (era su gato, Aka, con mil filtros de instagram) y el fondo preestablecido de la app móvil.

Hizumi: dude SOS, respóndeme ASAP

Kanone se había quedado junto con Ryoji, Soul, Yoite y Miharu en la casa de los Vi Britannia, y les había contado que no tenía planes para la noche, antes de que Eureka, Lelouch, Haruhi, Illya y él salieran a la boda. Esperaba, por lo tanto, que recibiera el mensaje lo más pronto posible. Mientras rogaba en su mente por esto, corrió a tomar asiento en una de las mesas libres, para poder hablar con tranquilidad.

La respuesta llegó al cabo de unos minutos.

Quote
[[Mensajes de la conversación: “Sin nombre”]]
Kanone Σ(;Φ ω Φ): Hizumi?
Hizumi: escucha
Hizumi: o bueno, lee
Hizumi: tengo algo importante que decirte!
Kanone Σ(;Φ ω Φ): no estabas en la boda?
Kanone Σ(;Φ ω Φ): paso algo?
Hizumi: acabo de hablar con Kiyotaka
Hizumi: y me dijo que tu hermano esta aqui
Kanone Σ(;Φ ω Φ): …qué
Hizumi: no sé qué es más sorprendente
Hizumi: que Kiyotaka me lo haya contado
Hizumi: o que tu hermano este aqui, justo en esta boda
Hizumi: dice que es amigo del hijo de la novia?
Kanone Σ(;Φ ω Φ): búscalo, por favor
Hizumi: sisi eso voy a hacer, pero primero quería avisarte
Hizumi: también para que me lo describas
Kanone Σ(;Φ ω Φ): es un mini yo
Kanone Σ(;Φ ω Φ): solo que tiene cejas grandes y su cabello es más desordenado
Kanone Σ(;Φ ω Φ): no sé si ha cambiado en estos años que no lo he visto pero
Kanone Σ(;Φ ω Φ): al menos esto te ayudara en algo
Hizumi: ya, perfecto
Kanone Σ(;Φ ω Φ): oye
Hizumi: dime~
Kanone Σ(;Φ ω Φ): gracias
Kanone Σ(;Φ ω Φ): en serio
Hizumi: de nada~
Hizumi: ya, luego te cuento qué tal me fue
Kanone Σ(;Φ ω Φ): ok, suerte. gracias, de nuevo

Cerró la aplicación y guardó su celular. Al alzar la mirada, le sorprendió ver a Eureka cruzando la pista de baile: al parecer, la suerte estaba de su lado. Necesitaba toda la ayuda posible, mejor aún si la persona que lo apoyaba sabía de la situación de Kanone y sobre el hermano de este.

Corrió y evadió las parejas y grupos de personas que bailaban, y cuando llegó a ella, la encontró bailando para pasar desapercibida entre el tumulto. Hizumi la imitó, y se le acercó lo suficiente como para poder hablarle y que ella le escuchara.

“Meet me in the pit”
Eureka soltó una carcajada. “¿El… jardín, supongo?”
“Sí, sí”
“Justo de ahí salía, intenté escaparme de mis obligaciones de niñera. Pero vamos, quiero que veas algo increíble,” le dijo, y empezó a moverse en dirección a las mamparas, sin dejar de bailar. Hizumi la imitó, entre risas.



Hizumi se detuvo en seco ante la escena en frente de él: Lelouch estaba sentado en una banca, junto a la sobrina de Eureka y un niño más, los tres sumidos en un profundo sueño. Se aguantó las ganas de reírse, temiendo despertarlos con ello, y se tapó la boca, luego de soltar una risilla.

“Sé que se quejará luego, pero ya le ordené un taxi. De haber sabido que estaba tan cansado, no le hubiera pedido que nos acompañe,” se quejó Eureka, cruzada de brazos, observando a su enamorado y a los niños.
“¿Por qué no le avisaste a Yoite?”
“No quería incomodarlo. Es tarde, después de todo.”
“Oh. ¿Cómo harás con los niños?”
“Mi plan es irme con Lelouch,” le guiñó un ojo.
“…That is so wrong.”
“Deja de pensar en cochinadas, oye,” y lo golpeó suavemente en el hombro. “Tengo sueño. Pero antes de irme, buscaré a sus papás y les pediré que encuentren un reemplazo. Estoy segura de que Misaki ya se libró de sus obligaciones de fotógrafo, así que a él le encantará tomar mi posta.”
“Lo dudo, pero— ¡WAH! Yo también tendré que irme con ustedes, no quiero incomodar a Haru,” dijo, al darse cuenta de ello. “Tenemos menos tiempo, entonces.”
“¿Tiempo para qué?”
Hizumi la tomó de los hombros. “Kiyotaka nunca es tan aporte como lo ha sido hoy conmigo. De seguro, Ryougi le dio la noche de su vida o algo.”
“…That is super wrong.”
“…Okay, no te lo puedo negar, tienes razón,” Hizumi soltó una risotada, y desvió su mirada hacia la fiesta, que rebalsaba de gente y se veía llena de vida, luces por doquier y música que les reventaba los tímpanos.

Buscar a Zushi iba a ser como encontrar una aguja en un pajar.

“Me dijo que el hermano de Kanone está en esta fiesta.”
“¿…Qué?” la cara de Eureka era un poema.
“Lo sé, y aunque en un inicio pensé en buscarlo yo solo, mejor es contar con ayuda, así que ahí entras tú.”
“Disculpa que te detenga, pero… ¿por qué estás tan empeñado en ayudarlo?”
Hizumi rodó los ojos. “Supongo que me siento mal con todo el rollo de hace tres años.”
“Awww, character development!” Eureka no pudo evitar jalarle los cachetes.
“Sí, sí, weh,” Hizumi le sacó la lengua. “¿Me ayudas?”
“¡Por supuesto!” Eureka sacó su celular, y revisó la aplicación de pedido de taxi. “Tenemos… diez minutos. Veinte si queremos regresarnos sin pagar más.”
“Si terminamos sobrepasando el límite, Lelouch lo puede pagar”
“Oye, por gusto te hicimos esa intervención, entonces.”
“¡Ja!” Hizumi sonrió. “No, esta es una situación extrema.”
“…Okay, está bien.”
“¿Crees que le puedas pedir a alguien más que nos ayude?”
“No quiero incomodar a Haru con esto… Quiero que se divierta, sé que lo de you-know-who ya no le afecta, pero igual. Que tenga una noche decente de baile y perdición.”
“Mm, no sé mucho del tema, pero imagino que sí, es justo y necesario para ella.”
“Peeero, Misaki nos podría ayudar.”
“Cool!”
“Ya, separémonos y busquemos a Zushi, si encuentro a Misaki le diré que también apoye.”
“Suena como un plan. Me mandas un mensaje si encuentras algo.”

Eureka juntó su pulgar con su dedo índice en un signo de aprobación, y luego de asentir con la cabeza y recibir el mismo gesto de respuesta por parte de su mejor amigo, corrieron a zambullirse en el mar de gente una vez más, pero en direcciones distintas.

La HiME fue en el sentido de las mesas de bocaditos, escaneando con detenimiento y un poco de disimulo los grupos de invitados parados que conversaban entre ellos. El local no era muy espacioso, pero había demasiada gente como para poder identificar con facilidad a Zushi o a Misaki, cosa que complicaba su tarea. Peor aún fue darse cuenta de que los equipos de fotografía y video habían sido guardados y no había rastro de estos, lo que podía significar que su amigo ya se había retirado.

Aunque se había mostrado en contra de ello, pensó en molestar a Haruhi, pero al buscarla y encontrarla en el otro lado del local, hablando animada con una persona que no reconocía, al final decidió que lo mejor era no incomodarla. Tendrían que ser sólo Hizumi y ella.

…O no. Al lado de la mesa principal de bocaditos, un punto muy cercano de donde se encontraba, divisó a un rostro conocido, revisando desanimado su celular. Sus ojos se iluminaron de la emoción y corrió hacia él, llena de decisión.


 

 

Oikawa rodó los ojos al recordar que estaba ahí por obligación, y no por decisión propia. La imagen de su mamá pidiéndole que la acompañara a la boda de su colega se formaba en su mente y le daba muchísima rabia pensar en ella: la víbora, una vez más, se había aprovechado de su nobleza y lo había arrastrado a un evento social en el que no pintaba de ninguna manera. Adoraba a su mamá, para qué: su relación con ella iba de viento en popa y era muchísimo mejor que la que tenía con su papá (motivo por el que agradecía todos los días haberse mudado a Tokio), pero a veces, le era difícil lidiar con todo lo que implicaba ser su hijo. Oikawa era de fiestas, sí, pero no de bodas. No podía evitar sentirse incómodo en un lugar donde no conocía a nadie más que a su madre, a quien había perdido de vista hacía unos instantes. Se arrepentía de no haber insistido en traer a alguno de sus amigos, pero ya era muy tarde para eso: lo único que le quedaba era hacerse el desinteresado y revisar su feed de facebook cada dos segundos, envidiando a sus contactos que sí tenían una noche decente, ya sea en alguna fiesta o salida con sus amigos.

Anemone había subido una foto de ella con Bokuto, Marie, Akaashi y Sho, en un bar, todos con sonrisas en sus rostros y copas en las manos. Oikawa soltó un suspiro, hastiado. Le dio like a la foto a regañadientes, y luego, con un movimiento de su dedo índice, siguió revisando el resto de noticias de su facebook. 

“¡Hola! ¿Tú eras amigo de Souji, no? ¿Podrías ayudarme con algo?”

La voz lo sacó de su burbuja, y en vez de alzar la mirada, tuvo que bajarla porque la chica en frente de él era muy pequeña. Le dieron ganas de reírse, pero optó por adoptar su actitud casanova y encantadora, sonriéndole de lado a la muchacha. Una de las luces de colores iluminó la dirección en la que estaban y pudo notar con claridad de quién se trataba. Se aguantó las ganas de transformarse en el grito de Edvard Munch al notar que su HiME estaba allí, a escasos metros de él, sus ojos llenos de decisión y su estancia muy relajada.

Hubiera entrado en pánico de no ser porque era Tooru Oikawa, y él no tenía ataques de ansiedad, no señor. Hizo una mueca de dolor antes de retomar su sonrisa y asintió.

“Sí, soy su amigo. Mi nombre es Tooru Oikawa,” se presentó, una vez más.
“¡Ah! Mi memoria no falló, entonces. Soy Eureka Suoh, no sé si te acuerdes de mí.”

Oikawa rio en su mente. ¿Cómo podía olvidarse de su HiME?

“Del puesto de okonomi, ¿no?”
“Sí, esa misma. Hey, ¿te molestaría acompañarme un ratito afuera de la fiesta? Me incomoda gritar para hablar.”
“Lo siento, pero…” Oikawa se llevó el dorso de la mano a la frente, un gesto teatral muy exagerado de su parte. “No podemos hablar.”
Eureka arqueó una ceja. “¿O…kay? ¿Por qué?”
“¡Porque…!” Oikawa se detuvo antes de decir algo más, y suspiró. “No, no puedo decirte eso.”
“¿Qué tiene de malo que hablemos?”
“¡Que… que tienes enamorado!”
Eureka se mostró más confundida ante esto. “¿Cómo sabes—? Ah, fácil le preguntaste a Souji… pero igual, qué raro,” Eureka se quedó dándole vueltas unos instantes al asunto. Las palabras de Oikawa carecían de sentido. “Estoy segura de que no es por eso.”
“No, no es por eso,” Oikawa le sonrió de nuevo.
“¿Entonces?”
“¡No te lo puedo decir! Y bueno, mi mamá me llama, así que adiosito~”
“Nadie te está llamand—”
“¡ADIOSITO!” gritó un poco más fuerte, mientras corría en dirección a la pista de baile.

No había planeado encontrarse con su HiME en esos momentos, así que todo le había agarrado por sorpresa. Recordó las palabras de Eureka e hizo memoria de que el local tenía un amplio jardín en la parte de atrás, y agilizó sus pasos, con un nuevo destino en mente. Sólo esperaba que la chica no lo imitara.

Cruzó la pista de baile con dificultad, chocándose varias veces con los invitados, pero al llegar a las mamparas, se sintió más calmado. Sacó su celular y abrió el whatsapp, a la vez que entraba al jardín.

Oikawa☆⌒(ゝ。∂): SOU-CHAN, AYÚDAME??

Tipeó, y mandó el mensaje. No tenía idea del paradero de su amigo en esos momentos: tal vez había salido a pasear con su pareja o estaba en una fiesta, como Sho y el resto. Esperaba, aun así, que se diera cuenta de la notificación que le llegaría, porque necesitaba su ayuda urgentemente. Podía manejar la situación por su cuenta, pero temía que no fuera de la mejor manera, y sabía que Souji era experto en estos temas, más aún por su experiencia previa como rebel. A veces le sorprendía lo mucho que dependía de su amigo, pero en estos casos, su apoyo era indispensable. Y por nada del mundo quería implicar a Iwaizumi... era mejor no involucrarlo en esto.

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[[Mensajes de la conversación: ʕ •ᴥ• ʔ / \ ☆⌒(ゝ。∂) ]]
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: dime
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): SOU-CHAAAN T_T
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: pasó algo? Dónde estás??
Oikawa: estoy en la boda del colega de mi mamá, no se si te conte
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: ahh, sí, creo? dime
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): Eureka-chan está aquí... me quiso hacer la conversa y... huí (...)
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: ...haha, ¿en serio?
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): si ):
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: ¿cómo así fue a ese matrimonio? qué raro
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): NO SÉEE, tengo mala suerte
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): no sé si decirle todo de frente?
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: podrías hacerlo, normal
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: pero no menciones nada que implique iniciar una batalla
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: es el peor momento para ello, aún no hemos entrenado, así que estarías en desventaja
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): SI MUERO
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): DILE A IWa-CHAN QUE SIEMPRE LO AMÉ
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: haha, no, dudo que te haga daño, creo que Eureka es calmada, algo así escuché de Hizumi
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): quién es ese (・・ ) ?
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: es el chico que estaba con ella cuando me los encontré en el puesto de okonomi
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): ooooh!! es tu espía?
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: noo, cuando éramos roomies a veces hablábamos de nuestras HiMEs... o exHiMEs, en su caso. Y también me contó un poco de Eureka en esas charlas
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): GENIAL!! Pídele más información cuando puedas!!
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: dudo que me ayude, pero intentaré. Ohh, ahora que recuerdo, Eu me pidió que le contara quién era su rebel
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): N O Arruines la sorpresa
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: nono, me haré el tonto, pero para eso
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: debes decírselo hoy
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: felizmente se ha olvidado de preguntarme
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): YAY
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: tranquilo, todo saldrá bien
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: me llamas luego de eso?
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): ntp!! No quiero incomodarte, ya mañana te cuento que tal
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: oh nono, contra todo pronóstico 
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: estoy en mi cuarto estudiando para un examen del lunes
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: quedé en salir con Tohru pero al final me encerré a estudiar
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): imagino que Adachi-chan está renegando?
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: estuvo, pero se durmió, está muerto en mi cama, haha
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: parece que sus alumnos le chupan todas las energías
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): me sorprende que tu familia le deje pasar la noche
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: a mi igual
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: sobretodo mi tío, que es el que se hace más bolas
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: se están apiadando de mí, creo
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: como no tendré vida social todo el fin de semana
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: ya, anda y cumple con tu deber, yo debo hacer lo mismo con el mío
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: hablamos luego
Oikawa☆⌒(ゝ。∂): si! gracias~~
Soujiʕ •ᴥ• ʔ: ntp <3

Cerró la aplicación, y soltó un suspiro. Ahora venía la parte más fea.

“¡Ajá! ¡Te encontré!”

La voz de su HiME lo sorprendió, tanto que saltó un poco en su sitio y lanzó su celular por los aires. Los reflejos de Eureka fueron lo suficientemente rápidos como para capturar el celular del chico en sus manos. Se lo extendió, y Oikawa lo tomó, sin despegar su mirada de la de ella.

“Wow” Oikawa se mostró muy anonadado por los reflejos de la pelilila.
“Se dice gracias.”
“Gracias,” Oikawa le sonrió. “Ah, tengo algo que decirte, aprovechando que estás aquí.”
“¿Qué?”
“…Soy tu rebel”
« Last Edit: October 24, 2016, 11:48:52 AM by Eureka »


Kana

— #20


La hora apuntaba las cinco y media de la madrugada por lo que todavía el ambiente estaba muy oscuro. En el lugar que se encontraba había poca luz, incluso parecía que los poster de luz eléctrica escaseaban por esa parte. Era un terreno alejado de la ciudad, cercado y abandonado donde, un poco más allá, existía una fabrica abandonada. Por lo visto, la fabrica llevaba al menos unos diez años en incuria pérdida ya que, si bien no podía analizarla de cerca debido a la cerca de alambres y púas que le separaba de la construcción, podía estimar que el edificio estaba en ruinas.
Un suspiro escapó de su boca dejando visualizar el vaho del vapor. El clima estaba frío a esa hora. Los minutos habían pasado y comenzaba a sospechar que sería el único que llegaría a la cita de entrenamiento propuesta por aquel desalineado tipo albino. Tampoco había llegado el otro individuo citado al entrenamiento.
Eren Jaeger metió las manos en los bolsillos de su chaqueta, alzó la mirada hacia el cielo oscuro y silbó una melodía que no recordaba de donde la había escuchado. Estimó que sólo esperaría unos minutos más y se retiraría dando por perdido ese tiempo.
En ese momento, cuando estaba distraído pensando en el misterio de las estrellas, una persona llegó al lugar tomando por sorpresa a Eren. El pelicastaño parpadeó sorprendido al notarlo ya que se hacía solo en la oscuridad y luego sonrió al reconocerlo no estimándolo como un enemigo.

—Pensé que ya no venías. —
—Pensé lo mismo. Me costó mucho encontrar el lugar y ningún taxi me quiso traer… Tuve que pagarle a un clandestino para que me dejara en las proximidades. ¿Sabes? El chofer del taxi clandestino se veía temeroso de acercarse aquí. Me dijo que la fábrica cerró por el exceso de plomo lo que ocasionó el desarrollo de células cancerígenas en sus trabajadores. — Ken Kaneki tomó aire después de hablar. Tuvo que recorrer un largo tramo de camino a pie para llegar al punto de encuentro.
—…Ese detalles es escalofriante. — Eren alzó las cejas y con una mano aflojó el cuello de su chaqueta para cuando tragó saliva.
—Veo que estás solo. — Observó al no notar a la persona faltante.
—El superior Haine…— Eren soltó un suspiro —Creo que no vendrá. Lamento que tuvieras que venir hasta aquí en vano. —
—¿Superior Haine? — El chico inclinó la cabeza hacia un costado confundido por el trato jerárquico que Eren le daba al exRebel. —El problema será volver. — Ken sonrió un poco nervioso y frustrado, a la vez. Ni quería pensar en como volver hasta la ciudad. Caminar, y de noche, siempre le había gustado pero temprano por la mañana tenía clases y un examen importante.
Fue en ese instante de reflexión entre ambos chicos que escucharon el sonido de unas llantas arrasar la tierra del suelo. Notaron como un Jeep modelo antiguo esquivaba los pocos árboles de la zona y se aproximaba peligrosamente a ellos encandilándolos con los faroles de luz de este.
—¡MIERDA! ¡No se detiene! — Exclamó Eren. Sintió como Kaneki lo agarró de la capucha de su chaqueta y lo obligó a correr junto con él unos cuantos metros para evitar ser arrollados. Tras el escape, el Jeep se estacionó justo donde los dos estudiantes estuvieron charlando lo que quería decir que, si no se movían, en esos momentos estarían debajo del vehículo.
Las luces los cegaba pero pudieron notar a contra luz que un tipo muy muy alto, de cabellera albina, y que vestía con uniforme militar, abrió la puerta de una patada y bajo del vehículo.
—Quiero pensar que no nos vio. — Soltó Kaneki, quien se inclinó, apoyó sus manos sobre sus rodillas y jadeó cansado.
—¡Quisiera pensar lo mismo pero el superior Haine debió hacerlo para mantenernos atentos! Él sabe lo que hace.—
—…— El pelinegro vio de reojo al pelicastaño preguntándose en qué momento le habían lavado el cerebro pues ahora parecía un soldado devoto a su capitán.
—Veo que se han presentado, hadas. — Dijo el peliblanco quien en ese momento tomó unas correas y las jaló.
Hadas…— Eren entrecerró los ojos desanimado por el apodo con que el superior Haine se dirigía hacia ellos desde siempre.
Haine silbó y tres perros de raza pitbull bajaron del Jeep. La reacción de los chicos fue erguirse y preocuparse por la presencia de esas bestias pero sabían que entre los perros y su dueño el más bestia era este último por lo que no debían mostrarse asustados ya que el albino tomaría esa señal como una indicación y permiso de darles un escarmiento.
—¿Son… sus mascotas? — Ken miró con cierto recelo a los perros. Estos le gruñeron al notarlo.
—Sí algo tienes que aprender, novato, es que debes confiar más en los animales que en los seres humanos. Más que mis mascotas son mi familia. —El más alto del grupo se agachó hasta quedar a la altura de los perros. Acarició a uno detrás de la oreja.
Eren se tuvo que tapar la boca para acallar una carcajada. No pudo evitar imaginar a Haine como un perro salvaje de ojos rojos liderando una manada de perros callejeros. El acto no pasó desapercibido por Haine.
—Eh, se nota que le tienen mucho cariño. — El pelinegro quizo agregar aquello para que el acto de Eren quedase oculto rápidamente. Notó que los perros le gruñían a él y a Eren pero que movían sus colas alegres a Haine.
—Y ustedes los amarán porque ellos serán sus entrenadores en este momento. —
—¿E-entrenadores? — ahora era Ken el que pasaba saliva por su garganta. Miles de ideas macabras crucificaron su mente en ese momento. Todo era esperable de parte de Haine.
—Ellos cuentan con una excelente condición física y determinación. ¿Han visto la película “Snatch”? Quiero que piensen en la escena del gitano cuando apuesta con los otros gitanos en la cacería de la liebre y sus perros.
—Q-Quiere decir… ¿Qué seremos las liebres? — Ken empalideció ante su resolución. Había visto esa película y sabía que la liebre terminaba despedazada por los perros cuando la capturaban.
—Eres muy bueno traduciendo los mensajes, Kaneki. — Haine chasqueó los dedos, sonriendo de una manera extraña que mezclaba orgullo por la capacidad del chico de entenderlo sin necesidad de darle una larga explicación y, al mismo tiempo, una mezcla de sadismo en esa misma sonrisa como si esperara que el espectáculo le brindara un sanguinario circo al estilo del Coliseo Romano cuando liberaban a las bestias contra los prisioneros. —Estos perros no son como esas horrorosas y debiluchas HiMEs pero les ayudarán en el entrenamiento de hoy. Un Rebel JAMAS debe escapar. MENOS de una mujer. Pero en ocasiones debe evadir ráfagas de poder y energía por lo que tratar de evitar que estos perros los despedacen será como simular esa situación. —
Eren y Ken intercambiaron miradas, preocupados. Se preguntaban si los cabezas de Rizembool permitirían esa clase de entrenamiento romano y trato inhumano que Haine les disponía dar. Eren pensaba que, viniendo de un Rebel que había acabado con dos de sus HiMEs, que tenía un excelente desempeño físico y que alguna vez fue marine en su país, era algo valido y que le ayudaría a empoderarse aunque no estaba seguro si era un procedimiento correcto pero Kaneki dudaba que el modo de operar de Haine fuese el de una persona en su sano juicio ya que atentaba contra la integridad física –y mental- de sus pupilos. Y ¿Para qué estar con cosas? Haine le provocaba terror a Kaneki. De ese terror macabro. Kaneki consideraba que Haine no estaba del todo cuerdo.
—Les daré diez segundos de ventaja. Uno… Dos… No los veo correr…— Haine sonrió macabro, jugueteando con la correa de sus perros.
—E-E-Está hablando en serio. — Dijo Kaneki, retrocediendo unos pasos.
—¡Corre! — Y esta vez fue Eren el que sujetó de la chaqueta a Kaneki para comenzara a correr.
—Tres… Cuatro…—
Eren siguió jalando un tramo de carrera más a Kaneki hasta que notó que éste comenzó a tomarle el peso al asunto. Ambos corrieron en dirección hacia la fabrica pues por lo visto los dos tenían la misma idea: saltar la cerca de alambres y púas y así estarían a salvo de esas malditas criaturas del infierno.
—Cinco…Seis…—
En cierto punto, Eren notó que Kaneki disminuía el ritmo de la huida y le preocupó que este se diera por vencido antes de tiempo. Desde que lo conocía había considerado que el pelinegro era una persona muy “pura” para ser un Rebel y hasta la fecha no lo había visto hacer actividad física para mantenerse bien. Por su aspecto, tampoco parecía ser amigable con la educación física y pues… parecía más del tipo nerd que atlético. Eren temió por Ken y en cierto punto quiso retroceder para volver a jalarlo pero notó que el pelinegro rápidamente recobraba el ritmo de la carrera. El pelicastaño sonrió aliviado.
—Siete… Ocho…—Haine, desde su posición, los observó aburrido. No iba a esperar un segundo más. —A ellos…— Le indicó a los canes los cuales parecieron sonreír igual de diabólicos que su dueño. Los tres perros corrieron alocados y salvajes hacia sus dos víctimas. El albino esperó que dieran un admirable espectáculo.
Si bien en un comienzo fue Kaneki el que se estaba quedando atrás, esta vez era Eren el que quedaba detrás del primero no porque bajara el ritmo ni la intensidad de su huida sino porque Kaneki realmente era un tipo demasiado rápido. Tanto que sorprendió a Eren por su habilidad y lo hizo sentir idiota por haberlo subestimado. Eren, por su parte, corría a toda velocidad y sabía que su ritmo superaba a mucho de los mejores en Rizembool pero no pudo igualar a Ken. Vio que éste saltó a la cerca cuando llegó con una amplia diferencia de distancia, comenzó a trepar y ya estaba esquivando las púas de la cima de cerco. Eren escuchaba a los perros correr detrás de él mientras le ladraban. Cuando llegó al cerco, Kaneki ya lo había saltado y los perros estaban encima de Eren. Saltó a la reja y comenzó a trepar pero los perros comenzaron a saltar sincronizadamente (?) y uno de ellos atrapó su pierna clavando sus colmillos en la tela de su pantalón lo que ocasionó que el peso del perro lo detuviera y comenzaba a bajar lentamente.
—¡Eren!— Ken vio con horror como otro perro más saltaba botando espuma por la boca y comenzaba a morder la otra pierna de Eren. El pelinegro no lo pensó dos veces y saltó a la reja para treparla hasta la cima, extendió la mano para alcanzar a Eren desde lo alto y así ayudarlo a pasar al otro lado pero Eren estaba demasiado ocupado en librarse de los perros como para alcanzar su mano. —¡Dame tu mano! — Le ordenó.
—N-No.. E-E-Estoy bien. — Dijo Eren frunciendo el ceño, tratando de sacudirse a los perros. El tercer pitbull saltó y le mordió el pantalón también aunque este último sí logró clavar un colmillo en su pierna a través de su ropa.
—¡No seas orgulloso, maldición! — Kaneki frunció el ceño ante la terquedad del otro. En ese momento, los perros lograron su cometido y tumbaron a Eren lanzándolo al piso. —¡…!— A Ken no le quedó de otra que vez petrificado desde su posición como los perros sacudían salvajemente a Eren en el suelo.
—¡Ya suéltenme! — Eren le dio una patada uno de los perros que amenazó con lanzarse a morder a su rostro. Eso fue una muy mala idea. No por lo que harían los pitbulls sino por lo que haría el que, hasta ese momento, era un espectador.
—¡No golpees a mis perros! — Haine le propinó una patada tan fuerte en las costillas a Eren que lo hizo retorcerse del dolor. Acto seguido, silbó y los perros dejaron de mordisquear a Eren. Los Pitbulls se sentaron cerca de Haine y movieron sus colas pidiendo la aprobación de su amo. Este los miró enfadado y Kaneki no supo si la molestia de Haine era por el ataque a Eren o porque no lo destruyeron allí mismo. Los perros vieron el reproche de su amo y se lanzaron al suelo de espalda mostrando sus panzas en un intento de causarle empatía. Haine soltó un suspiro —Deberían sentirse afortunados, Hadas. Mis perros están fuera de forma y más gordos de lo normal. — Los volvió a mirar con reproche. —Tardaron más de la cuenta en pillarlos y uno de ustedes hasta logró huir. — Los perros volvieron a sentarse, bajaron sus cabezas avergonzados y humillados (??) —En fin. Kaneki, lograste escapar y corres jodidamente rápido lo que te ayudará en cuanto tu HiME te ataque con un poder de energía… pero sigues siendo un marica inútil si pretendes ayudar a otros cuando tú mismo estás en peligro. Eres como..."Flanders" y yo odio a ese personaje. — Nunca podía dejar una frase sin denigrarlos. —Y tú…— Haine dio una patada al suelo lanzándole tierra a Eren. —No es que corras lento pero te distraes con tus pensamientos en medio de la acción y eso te entorpece. Debes prestar más atención a tu objetivo o terminarás siendo aniquilado. Aunque no creas, han existido HiMEs camiones que sí terminan con sus Rebels. Así que eres peor que inútil, eres un puto estorbo.—
—Comprendo…— Eren se puso de pie agarrándose la zona en que Haine le había dado una patada. Le dolía enormemente esa parte de las costillas y presentía que tendría secuelas. Se sacudió la tierra. Kaneki, en tanto, bajo de un salto desde el cerco y se paró a su lado. —Disculpa, el orgullo fue más fuerte. — Dijo Eren serio y humillado por todo.
—No te preocupes. — Ken sonrió restándole importancia. Seguidamente le miró con preocupación —Pero… ¿Estás bien?
—Sí. Los perros sólo me sacudieron en el suelo… Uh. — Eren alzó los hombros, avergonzado.
—Ok. El entrenamiento de hoy terminó. Les falta mucho a los dos para superarse pero como demostraron interés, se esforzaron y estuvieron aquí puntuales los llevaré de vuelta en mi vehículo siempre y cuando ninguno me hable en el camino. — Los dos asintieron y siguieron a Haine, subieron a su Jeep y procuraron no emitir comentario ni sonido alguno. No estaban locos como para quedarse allí y esperar un taxi fantasma en cuantas horas más. Aunque debieron compartir carro con los perros diabólicos y su lunático amo quien manejaba como si estuviera poseído por el mismísimo diablo.
« Last Edit: May 18, 2016, 10:36:54 PM by Kana »


Cho

Vengo con la segunda parte. Espero poder terminarlo en una más.

20.2.



Pasó alrededor de un cuarto de hora desde que se dividieron del grupo, y luego de un breve paseo por pasillos llenos de imágenes de edificios o cartografías, llegaron a la cafetería hacia el fondo del museo. Era un espacio amplio y muy iluminado al ser una extraña cúpula al estilo de una colmena, con múltiples ventanas. A los alrededores había un área externa llena de jardines y algunas estructuras artísticas que servían como estatuas, además de bancas debajo de árboles donde sentarse. Las chicas se hicieron una nota de revisarlo después de tomar el refresco y ubicaron el puesto de bebidas exóticas que Suiseiseki había querido probar.

Esa cafetería se asemejaba a un food court por haber distintos puestos, aunque con menos selección, y había bastante espacio al ser todavía muy temprano para almorzar.

“Pues, no habrá un buffet cinco estrellas, pero el lugar está decente,” dijo Tomo mientras miraba a sus alrededores, dándole el visto bueno. “Entonces esperaré con muchos ánimos para cuando me invites la comida, Osaka.”
“Pero tómalo con paciencia, Tomo-chan,” dijo la exHiME, con un ligero tono severo como quien le llamaba la atención a un niño pequeño. “Recuerda lo que Reimu-chan dijo: no te aferres a las cosas terrenales.”
“No quotees a esa molestosa,” frunció el ceño. “Bueno, tendré que contentarme con el jugo que me has invitado por ahora.”
“Osaka te invitó un jugo, deberías estar más agradecida,” Cho dio un suspiro, y vio a Suiseiseki regresar, quien le sorprendió al extenderle un vaso largo.
“¡Toma~desu!” exclamó la pelimarrón, con una sonrisa. “Porque no podías ser la única que se iba a quedar sin jugo~desu.”
“Eh, g-gracias,” Cho lo tomó y sonrió algo incómoda, aunque aquel sentimiento se cambió a incomprensión rápidamente cuando miró el brebaje en sus manos. “¿Y… qué sabor es este jugo?”
“¡Es zanahoria, papaya y betarraga con un toque de granada~desu! ¡Con chía y kiwicha adicionales~desu! Muy bueno para ti~desu. Yo pedí lo mismo~desu,” la desu asintió muy convencida.
“Ah, m-muchas gracias,” sin duda nunca en su vida lo hubiera podido adivinar, tal vez ni siquiera probándolo, además de la papaya claro está.
“Vamos a sentarnos,” Osaka comenzó a caminar hacia las mesas disponibles más cercanas y las demás le siguieron. Se sentaron en un puesto cercano a una de las salidas hacia fuera pero lo suficientemente lejos de otras personas como para hablar de la universidad en paz. Ahí, todas se dieron un momento para probar sus elecciones.
“¡Este mango delight está genial!” exclamó Tomo.
“Hehe, me alegra que te guste,” Osaka sonrió. “Mi citrus rush también está rico, aunque un poco ácido…”
“Eso es porque eres débil.”
“Aww…”
“¡Ahhh, delicioso~desu!” Suiseiseki se estremeció de felicidad. “¡Justo lo que necesitaba~desu! ¿Y qué tal, Cho~desu?”
“Está… denso…” Cho ladeó su cabeza mientras miraba a aquel jugo que juraba aumentaba en volumen cada segundo. Le daba la impresión que esas semillas de chía eran las responsables.
“Sí pero sabe a salud~desu. Te recomiendo que agregues la chía a tu dieta diaria~desu.”
“Pues, no es necesario…”
“No te preocupes, Sui-chan,” Osaka sonrió ampliamente. “Seguí tu consejo y he ordenado chía al por mayor para el consumo en casa. Me debe estar llegando la próxima semana.”
“¡Excelente~desu! ¡Así se hace~desu!”
“…” Cho se quedó sin palabras y con su sorbete sacó una de las semillas flotantes fuera del vaso para examinarla. Precisamente, se había formado una capa gruesa y gelatinosa alrededor de la semilla. “Ehh… esto es tan raro.”
“No le tengas miedo~desu, es la magia de la naturaleza~desu.”
“Parece esas semillas del mal de sailor moon antes de germinar.”
“¡Hahaha, estas son muy chicas pero buena comparación!” Tomo se puso a reír.
“Uhh, no se burlen de las hijas de la chía por favor…” pidió Osaka. “Descuida, Sui-chan, les enseñaré a apreciarlas.”
“Gracias~desu,” Suiseiseki asintió con un triste puchero. “Es necesario~desu.”
“Pero bromas a un lado, ¿cómo así se conocieron ustedes tres?” preguntó Tomo, quien rápidamente frunció al acordarse de lo obvio. “O sea, además de que ustedes sean las annoying-awesome chosen ones de Hanasaki o lo que sea.”
“Nos conocemos desde primero de secundaria,” contestó Cho. “No estuvimos en el mismo salón, pero siempre nos mantuvimos en contacto, aparte que estábamos en la mansión HiME y las HiMEs con frecuencia nos acompañábamos en la caminata por el bosque hacia la escuela.”
“Sí, pero nos volvimos cercanas desde una vez en que tuve una crisis de identidad por culpa de mi Rebel y Cho y Osaka llegaron a mi auxilio~desu,” Suiseiseki juntó sus manos frente a su pecho. “Es una historia compleja~desu. ¡Pero sé que fue el destino~desu! Osaka me ha estado ayudando con asuntos del pasado y nos conocimos por mi necesidad de su apoyo y counseling~desu.”
“Pues sí sé que Osaka te ha estado ayudando, supongo nunca me crucé contigo antes,” comentó Tomo.
“Sí pero Osaka me ha dicho mucho de ti~desu. Eres su Princess que nunca dejó de ser su amiga~desu. Un gusto en conocerte~desu. ¡Las dos son una inspiración~desu!”
“C-claro…” normalmente Tomo se hubiera sentido halagada, aunque la cantidad de desus en el aire le estaban sacando un poco de cuadro.
“Ehm… Suiseiseki…” dijo Cho, algo incómoda.
“¿Sí~desu?”
“C-comentaste cuando llegaste con Osaka que has vuelto a ser HiME.”
“Ah sí, soy una HiME recién salida del horno~desu.”
“Y-ya veo…” Cho frunció el ceño, encontrando esa referencia del gimnasio lleno de niebla algo cómica. Bajó su mirada avergonzada. “Pues… p-perdón, creo que tenía curiosidad… no sé qué más decir sobre eso… supongo… me alegro ver a una cara conocida en lo mismo…”
“Claro, yo también~desu. Pero mejor es no decir mucho~desu. Es una decisión difícil en incómoda~desu e imagino que también la tuviste complicado~desu.”
“Hm…” Cho asintió.
“Pero sólo hay que seguir adelante~desu. De eso estoy segura~desu,” sonrió animada. “Y por ningún motivo hay que mirar atrás~desu. Las dudas no vienen bien a nadie, menos a nosotras~desu.”
“Cierto…”
“¡Y yo estaré en mi oficina junto con Hotaru-chan y Tomo-chan para asistirles en todo lo que pueda~desu!” Osaka sonrió y extendió un puño hacia delante.
“¿Ahora tú estás diciendo desu?” preguntó Tomo, alzando una ceja.
“Oops, ¿lo dije?” Osaka se llevó las manos a la boca. “Hehe perdón, a veces cuando paso mucho tiempo con Sui-chan, mis desus se manifiestan, como en nuestras sesiones de una hora.”
“¡Pero no hay nada de malo~desu!” declaró Suiseiseki. “¡Deja a tus desus fluir~desu! ¡No hay nada mejor para el alma que el desu~desu!”

Cho observó a las presentes hablar sobre la importancia de los desus y sonrió un poco. Era agradable pasar el tiempo con sus amigas y oír otra perspectiva de otra HiME. Se alegraba de haber podido hablar un poco con Suiseiseki y respetaría su privacidad en el asunto. Era cierto que no era fácil para nadie, especialmente con el caso de ellas dos, al ser reincidentes y cargar con muchas cosas del pasado.

Su visión se distrajo hacia el jardín y pensó brevemente en su hermano. Este no quiso acompañarles y se fue caminando por su cuenta. Era claro que lo había hecho molestarse. Quizás se había precipitado al querer excluirle de su problema con Axel. No entendía el punto de vista de Roxas, pero era evidente que este se sentía muy comprometido con el tema de las HiMEs. Al menos fue así desde segundo de preparatoria y desde que él entró a Hanasaki y se alejó de ella. Era en esos momentos en que Cho estaba consciente que Roxas seguía guardando resentimiento del pasado hacia ella, y por ello, estaba cometida a lidiar con esos asuntos que le concernían a sí misma.

De todos modos, se preocupaba por su hermano y tendría que buscarle para hablarle, ni bien pudiera pensar en qué decirle.


Luego de pasearse por pasillos y exhibiciones ‘aburridas’, el grupo de amigos de primero llegó a un área de mayor interés. Era un ambiente amplio lleno de exhibiciones más interactivas, y donde había una decente cantidad de padres con sus hijos pequeños. Había unas maquetas con un panel de control que contenían botones para señalar e iluminar partes específicas de la pequeña construcción. Por otro rincón, había una serie de fuentes y piletas que también podían activarse a voluntad de los visitantes. Uno de los atractivos más populares eran unos platillos amplios y giratorios con suficiente espacio para dos usuarios, cuya función era demostrar el fenómeno del momento angular. Muchos niños y algunos jóvenes hacían fila para subirse a esos platillos y girar lo más rápido que podían.

Los estudiantes de Hanasaki acababan de pasar por ahí, y luego de despejar sus cabezas por tantas vueltas se acercaron a la parte central de la exhibición, donde había varias sogas, palancas y poleas interconectadas entre sí y con una serie de pesos que yacían en el piso. Esos sistemas estaban dentro de vitrinas de vidrio y por su inaccesibilidad habían pasado desapercibidas de la curiosa juventud, pero luego de darse un tiempo a leer las placas, comenzaron a entender la atracción.

“Entonces… si jalamos la segunda soga, la fuerza que usaremos para levantar el peso es la mitad…” dijo Hinata, mirando la placa con cierta perplejidad en su expresión. “Eso es por… porque la segunda polea distribuye la fuerza resultante y el peso se reduce en la mitad… hm…”
“Sí, por eso no está tan dura de levantar,” Reimu la estaba jalando y pudo levantar el peso sin muchos problemas.
“Tienes razón, la primera soga estuvo demasiado dura,” Youmu frunció el ceño, extrañada, y se puso a pensar fuertemente. “Hmm… esto es tan raro.”
“Ihhh, sí, la primera está muy dura,” Hinata intentó jalarla, pero de inmediato desistió.
“Prueba la tercera soga,” le dijo la miko.
“A ver…” él fue a probarlo y se sorprendió. “¡Whoa! Está más ligera…”
“Aquí dice que es un tercio del peso,” observó Youmu en la placa. Alzó su mirada para observar a las poleas. “También hay tres poleas esta vez. Entonces…”
“Exacto, parece ser proporcional,” observó Reimu, sonriendo. Ella había esperado ver un poco más de la parte informativa y cultural del museo, pero sus amigos no se vieron animados por la idea, así que les tocaba ‘pasearlos’ en un lugar donde estuvieran cómodos. “Podemos ir viendo el otro display donde explican el torque.”
“Esa palabra suena difícil,” Hinata se mostró incómodo. “¿No podemos volver a ser fila para subirnos a esos platillos giradores?”
“El torque también es un efecto giratorio. Ahí está el experto enseñándolo con trompos,” explicó la pelimarrón.
“No sé…” Youmu se cruzó de brazos, viéndose en conflicto.
“Bueno, ya qué, no les obligaré,” Reimu dio un suspiro. “Si no, podemos…”
“¡Whooooa!” Hinata se quedó en shock al ver a un niño pequeño jalar de la última soga y poder levantar un peso gigante con muy poco esfuerzo. “¡Qué genial! ¡Yo quiero!”
“¿Cómo es eso posible?” la HiME se sorprendió.
“M-mismo principio…” la miko negó. “Vaya… ya estoy notando que sufriré estudiando con ustedes dos para parciales.”
“¿Eh?” Youmu ladeó su cabeza, confundida.
“Tampoco entendiste eso, ¿cierto?”

En ese momento, escucharon un estruendo venir de los platos giratorios y se voltearon, para ver a un par de rostros familiares.



“¡AAHHH!” luego de dar muchas vueltas e intentar juntar sus brazos para ir más rápido, Lev no pudo soportar la fuerza centrípeta y salió disparado. Felizmente no arroyó a nadie en el camino, aunque sí armó un escándalo.
“Oye, y te dije que no fueras tan rápido,” le reclamó Iksel, yendo a ayudarle para que se parara.”
“Señor, ¿se encuentra bien?” preguntó un niño curioso al peligris.
“S-sí, haha, gracias por preguntar,” Lev se rascó su nuca con torpeza, y con ese gesto, la multitud regresó su atención a la atracción, con algunos adultos aconsejando a los menores de tener más cuidado. Con la gente nuevamente distraída, Lev dio un suspiro con pesar. “¿Acaso parezco señor?”
“Pues, tu altura monstruosa no siempre está a tu favor,” comentó su primo.
“Hola, qué sorpresa,” saludó Reimu. “¿Todo bien?”
“Ah, sí, es sólo que este cabeza hueca giró más rápido de lo que debió,” explicó Iksel, frustrado. “Aunque recibió su merecido.”
“¡Oye, no seas tan malo!” Lev lloriqueó y se levantó para mirarlos a todos. “Ohh, sí que se ven más pequeños desde esta altura.”
“¡T-tú eres el malo!” reclamó Hinata, entre molesto e intimidado.
“Lo lamento, mi tonto primo es un maldito insensible,” dijo Iksel. “No le tomen en serio, por favor.”
“No es para que digas eso, Iksel,” reclamó Lev.
“Hahaha, pareciera que ustedes nunca dejan de regañarse entre sí,” observó Reimu. “¿Qué tal si vamos a pasear juntos?”
“Claro, gracias por la invitación,” el pelirrojo sonrió. “Ya esperaba poder hablar con gente de Hanasaki. Hm, pues, a Lev le aburre prácticamente todo en el museo. ¿Qué tal si revisamos la tienda de souvenirs?”
“¡Ah, buena idea, me gusta!” Hinata asintió. Todos se animaron y fueron camino hacia dicho lugar, cuando entonces el pelinaranja notó que Youmu se había quedado parada en su sitio, sin despegar su mirada de los nuevos. “Oye, te vas a quedar atrás.”
“Hm, no lo sé…” ella parecía intentar de analizar a los nuevos, pero Hinata no le dio tiempo de hacerlo.
“Vamos, sé que no eres muy abierta, pero no puedes andar tan reservada. Va a ser divertido,” él decidió jalarle de la muñeca.
“O-oye…” y Youmu se sorprendió por la acción de su amigo, pero al final desistió y tuvo que seguirle el paso.


Por otro lado, Sora paseaba junto con Ryo y Kytes por un área donde había varias fotos, dibujos y reseñas históricas de varias de las edificaciones icónicas del antiguo Japón.

“Debo decir que hay algo en esta parte de la historia japonesa que siempre ha llamado mi atención,” observó Sora.
“Es verdad, a mí también,” Kytes sonrió. “Debe ser porque no hemos nacido aquí ni crecido con esta cultura.”
“Cierto,” dijo Ryo, asintiendo. “Pero me alegra mucho verte tan interesado en algo, Sora, para variar.”
“Vamos no exageres,” este se impacientó y se frustró. “No seré tan fan de los museos pero no es como si no hubiera al menos algo que me interese.”
“Tienes razón, y eso que ni tuvimos que ir a esa área interactiva en el primer piso,” Kytes rió un poco.
“Ya, no se metan conmigo…” Sora frunció el ceño.
“Está bien, perdón, fueron simples observaciones,” el peliblanco apaciguó a su amigo y miró hacia más adelante. “Aunque parece que estamos por terminar esta área. ¿Qué sigue después de esto?”
“La sala adjunta habla sobre principios aerodinámicos de fachadas modernas, estadios techados y cúpulas,” leyó Kytes en un folleto. Él notó cierta expresión de dolor en el rostro de Sora. “Pero… tampoco es que yo esté con ánimos de ver eso. Si fuera una charla con un experto quizás, aunque…”
“Pues, ya vamos a tener una charla más tarde, ¿no es así?” preguntó Sora. “Suficiente va a ser con eso. En verdad, ¿qué clase de organizador será ese chico para convocarnos a todos al museo?”
“Sí es muy extraño, pero mejor hay que reservarse comentarios al respecto,” opinó el peliblanco. “Habrá que esperar a conocerlo en persona.”
“Al menos puedo preguntarle a Osaka si tiene noticias de él,” Kytes sacó su celular para revisar su conversación con Osaka. “De ser el caso, pienso que deberíamos reunirnos todos y no esperar a la charla recién para verle. Él nos invitó, después de todo.”
“Buen punto,” Sora asintió, y él negó.
“Te ves algo desanimado,” observó Ryo.
“Este no es mi medio, me conoces,” hizo un puchero. “Además, no sé por qué, pero cada vez más me da la impresión que Larsa está molesto conmigo.”
“¡Hahahaha!”
“¡No te rías!”
“S-Sora, creo que siempre va a estar molesto contigo por algún motivo,” Kytes sonrió nerviosamente, evitando ponerse a reír. “Pero tampoco te lo tomes tan personal.”
“Bueno, deberías tomártelo como que has hecho algo malo y está en tu deber arreglarlo, aunque eres libre de interpretarlo como quieras,” Ryo sonrió con simpleza.
“Pero ni quiere dejarme ver su carro en persona.”
“Sí… olvídate de eso…” el menor negó, frustrado. “También sabes que nunca te dejaré conducir mi carro.”
“Ni el mío,” agregó Ryo.
“Ustedes…”
“Hm, Reimu tiene razón, eres muy needy,” el peliblanco ignoró la mirada molesta de Sora. “Pero tú sabes que con Dakki y Kibi presentes, Larsa siempre les dará toda su atención. En cierta forma sigues algo molesto con él por irse ni bien terminó la batalla hace tres años, ¿no es así?”
“Pues sí…” Sora se detuvo y miró atentamente a una foto moderna del castillo de Osaka. “Es sólo que… fue en la batalla final en la cual me di cuenta que realmente no conozco a Larsa, pese a que fuimos compañeros de cuarto y estuvimos en el mismo salón por más de un año… luego surgió el asunto de que era afiliado a Rizembool, cómo se retiró de Hanasaki repentinamente y cómo se volvió un Rebel. Habrá sido un pesado conmigo por cómo siempre intentaba que estudiara y me comportara mejor, pero en medio de todo eso, siento que él siempre fue ese estudiante impecable, y ninguna vez fue sincero con ninguno de nosotros. Simplemente… me molesta. Es casi como si no fuéramos sus amigos.”
“…”
“No pienses así, Sora,” Kytes se preocupó. “Tú sabes que no es verdad. De serlo, él no nos hubiera ayudado en la batalla final, pese a estar en Rizembool. Es sólo que hay todo tipo de personas, y ustedes dos siempre han sido muy diferentes.”
“De todos modos, siento que no es justo. O sea, él seguro que sabe bastante de nosotros, pero yo ni idea de él. Lo más cercano a algo personal de él fue esa vez que vi que tenía un reloj de bolsillo antiguo…”
“El cual tú rompiste,” Ryo asintió.
“¡AHHH, no me tortures!”
“Ehh, sé paciente, Sora,” Kytes sonrió, nuevamente aguantando sus ganas de reír. “Sólo porque él no es tan abierto no quiere decir que no los considera cercanos. Yo más bien pienso que ustedes son sus amigos especiales, y es distinto a su relación con sus dos ‘hermanas’ de Rizembool. No hay por qué darle muchas vueltas.”
“Sí… es sólo que finalmente regresa luego de tres años y sigue tan distante.”
“Ha tenido muchas cosas que hacer. Recién se va a mudar a su apartamento. Ahora no te desanimes y sigamos paseando,” dijo Ryo.

Los tres salieron de la sala y regresaron al pasillo del tercer piso que daba hacia la entrada. Ellos se quedaron un momento revisando el folleto a dónde más podían ir, cuando entonces se encontraron con Hotaru.



“¿Eh?” Hotaru se sorprendió al toparse con sus amigos frente a ella. “Oh, hola…”
“Te ves muy desubicada,” observó Ryo, levemente sorprendido. “No es normal en ti. ¿Qué sucede?”
“Pues…”
“Vamos, sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites,” le animó Kytes, sonriendo. “Al menos podemos oír tus preocupaciones.”
“Sí… gracias…”

Ella les contó sobre su encuentro con Komaeda días atrás y la conversación que tuvo con él. Cómo le había narrado el caso de Shelke sin mencionar su nombre o detalles sobre ella, y que, luego de que este intentara consolarle, pasara a hablar de su caso como si la conociera y supiera sobre el asunto de las escuelas mejor que cualquier recién llegado a la ciudad. Su narración dejó a los tres algo sorprendidos, e incómodos.

“Shelke…” Sora se vio un poco triste. “Hace tiempo que no escuchaba su nombre. Fue hace tres años, pero casi parece una eternidad…”
“Todo lo relacionado a la vez pasada parece que ocurrió hace mucho tiempo. Fue tan irreal…” observó Kytes. “Pero da nervios pensar que ese chico nuevo, supuestamente ameno y organizador de este evento, sepa tanto del asunto…”
“Es casi como para confirmar las peores sospechas…” Ryo sintió que sus mayores dudas del asunto acababan de verificarse. “Hotaru, ¿le has dicho a alguien más sobre este suceso?”
“N-no… fue tan raro que me avergonzaba importunar a alguien con esto…” Hotaru se afligió. Era normal en ella ser retraída y callarse las cosas de hasta sus amigas más cercanas. “Pensé en decírselo a Osaka pero… ella parece ser muy amiga de este chico, y quizás sea lo mismo con Roxas y con Cho…”
“Hm, posiblemente…” Sora se puso a pensar. “Debe ser alguien que sabe actuar muy ameno y amable como para haberte hecho contarle ese relato del pasado.”
“…”
“Pienso que deberías decírselo a Cho,” dijo Ryo, quien fue mirado por los demás.
“¿Eh?” Hotaru se confundió.
“Ella y Osaka no siempre tienen los mismos pareceres… preferiría no decir más. Puede que esté equivocado.”
“En verdad… quería hablar con Larsa sobre esto.”
“¿Con Larsa?” preguntó Kytes.
“Aquel chico parecía conocerle. Se refirió a él como ‘Solidor-kun’, y que seguramente tenía información sobre qué ocurrió con Shelke tres años atrás… pero… es un tema tan sensible que no me atrevía a preguntarle.”
“¿Tú crees que Larsa tiene información como esa?” Sora se quedó en shock.
“Su familia es allegada a Rizembool y han tenido una estrecha relación. Siempre hay una posibilidad,” observó Ryo. “No me sorprendería, pero la cuestión aquí es cómo este desconocido anfitrión sabe sobre todo esto.”
“Cierto, es preocupante…” Kytes se puso a pensar.
“Nos toca hablar con Larsa,” concluyó Sora. “Hay que ir a buscarle.”
“¿S-seguro?” preguntó Hotaru, indecisa.
“Si Osaka quiere mantener a esta figura sospechosa en el anonimato y este parece tener una conexión con Larsa, entonces que él despeje nuestras dudas. Además… no eres la única que tiene preguntas del pasado, Hotaru. Yo también tuve un amigo importante que fue víctima de Rizembool.”
“…”
“Sora…” Kytes se incomodó y bajó su mirada.
“No estaré muy de acuerdo con tu impulsividad, pero sí me parece bien que tengamos respuestas sobre este chico que no conocemos,” Ryo sonrió. “Vamos.”

Así, los cuatro decidieron ir a buscar a Larsa. Sora le envió un mensaje, pero por experiencia personal, dudaba mucho que este fuera a notarlo de inmediato.


Por otro lado, Tomaj y Axel habían terminado haciéndose compañía casi por eliminación, luego de que los demás grupos se formaran y se fueran por sus lados, aunque, al menos en el caso de Axel, era lo mejor por el momento.

“Hm, bonito lugar,” comentó Axel, mirando hacia sus alrededores con desinterés. “Es uno de esos sitios que hubieran sido buenos para ir de visita guiada en la primaria en vez de tener un día de clases. Pero nunca lo hubiera escogido para este evento.”
“Tú sabes que esto es obra y gracia del anfitrión. No sé, parece que hay algo que le inspira de este sitio,” Tomaj se encogió de hombros. “Tan chiflado como siempre.”
“¿Ese peliblanco al que le gusta llamarte ‘senpai’?”
“Ahh, no me lo recuerdes. No estoy hecho para esas cursilerías.”
“¿Y por qué se encuentra tan tarde?”
“Ni idea. Además soy su asesor, no su guardián legal. Pero el chico es inteligente, debe tener buenas razones. Y yo cero curiosidad.”
“Fair enough. Tampoco es que me interese,” Axel miró atentamente a una maqueta bastante elaborada del Partenón, en medio de una exhibición temporal de arquitectura griega. “He venido aquí por mis propios motivos.”
“…” Tomaj le miró de reojo y luego miró a la sala que les rodeaba, donde había más gente que en el resto del museo. Debía deberse a que esa exhibición especial iba a cerrar en pocos días. No vio a ningún conocido que les rodeara, así que podrían hablar con un poco más de libertad. Sonrió con ironía. “Pues diría que has escogido el peor evento para presentarte ante tu HiME.”
“¿Tú lo crees? Yo pienso que es la mejor oportunidad. Así quedará claro que su mayor enemigo ya no seré yo,” el pelirrojo dio su espalda a dicha maqueta y siguió caminando, seguido del otro. “Pero me ha sorprendido que mi HiME se haya mostrado tan abierta a recibirme y tolerar mi presencia. No lo había esperado.”
“Hm, yo tampoco, pero Cho es bastante razonable en ocasiones. Algo me dice que podemos agradecer a Osaka por esa actitud,” él pelimarrón negó. “Del que sí tienes que cuidarte es del hermano. No creo que él deje ir el pasado tan fácilmente.”
“Sí, no te llevas bien con él, es más claro que el agua.”
“Tuvimos un leve altercado en el pasado, pero más que nada es su actitud,” Tomaj se encogió de hombros, mayormente indiferente. “Y eso que yo fui el Rebel de una de sus primas, no de su hermana.”
“Pero fuiste el Rebel de su prima parapléjica. Creo que eso es lo más importante aquí.”
“Mariko fue una verdadera pesadilla. Parecerá una simple e inocente presa, pero es más viciosa que sus primas puestas juntas.”
“Hahaha, ¿estás diciendo que Osaka es viciosa?” Axel se puso a reír.
“Buen punto, I misspoke. Más viciosa que las otras HiMEs que conocí juntas, eso es seguro,” el pelimarrón asintió y desvió su mirada con cierto disgusto. “Me alegro de que no haya regresado aún, y cuando lo haga, espero que no vuelva a ser una HiME.”
“Pues, esperemos que sea así,” fue evidente que el otro tenía algo en mente con respecto al tema de su HiME que le incomodaba, pero decidió respetar su privacidad.

Los dos continuaron caminando y llegaron a un boletín electrónico grande. Había distintos anuncios sobre talleres para niños y exhibiciones que se avecinaban, pero al costado del mapa del piso en el que estaban, había un anuncio. No sabían cuánto tiempo habría estado eso publicado, o si alguien más lo había visto, pero bien podría ser el punto en que ese inocente paseo iba a cambiar…

“Conque la charla de más tarde ha sido cancelada…” Axel entrecerró los ojos, meditando las implicaciones del asunto. Miró de reojo a Tomaj y vio que se encontraba tan confundido como él. “No lo sabías tampoco.”
“No…” negó repetidamente. “Pero parece que esto significa que el momento en que todos iban a encontrarse con Komaeda para la charla nunca va a existir.”
“Al menos le avisaré a Osaka. Conociéndola, no se ha dado cuenta,” el pelirrojo tomó una foto del anuncio y se lo envió a Osaka por mensaje. “¿Te animas a avisarle a tu tan estimado ‘kouhai’?”
“Claro que no, si no lo sabía que se friegue solo,” pese a sus palabras, Tomaj se vio inmutado. “Aunque algo me dice que él lo tenía todo planeado.”


Luego de pasear un poco por algunas exhibiciones, Larsa y Dakki estaban llevando a Kibi camino a la cafetería ya que esta insistió que quería un helado. Los mayores decidieron escucharle porque se había mantenido muy paciente durante el recorrido, lo cual en parte había sido porque sus acompañantes le habían comprado un regalo en la tienda de souvenirs para mantenerla distraída.

“¡Ya quiero ver todos los sabores que tendrán!” exclamó Kibi entusiasmada, mientras abrazaba una full-body almohada con un dibujo de la torre Eiffel impreso. “¡Este paseo está muy divertido!”
“Sé que esa es la almohada hablando, pero lo que te haga feliz,” dijo Larsa, inmutado.
“¡Buuu, déjame disfrutar mis alegrías, onii-chan!”
“Si él no lo hubiera mencionado, yo lo habría hecho, ohohoho~♥ esa almohada salió cara, después de todo~♥” Dakki rió un poco. “Aunque fue buena tu idea de ir por helados. El clima lo amerita.”
“No soy de comer helados, pero puedo acompañarles con un té,” dijo el chico.
“Pero onii-chan, deberías salir de tu comfort zone,” le suplicó Kibi.
“Estoy bien, gracias.”
“P-pero…” Kibi no continuó porque se distrajo al llegar a la zona interactiva y ver la fila para subirse a los platillos giratorios. “¡Ahh, eso se ve tan divertido~☆! ¡Quiero subirme~☆!” inmediatamente, ella lanzó su almohada a Larsa y corrió hacia la atracción. “¡Ahora vuelvo!”
“Vaya, nuestra pequeña se nos escapó,” observó Dakki, dando un suspiro frustrado, aunque sin borrar su sonrisa. “Pero se le quiere así. Sentémonos un rato.”

Los dos ubicaron una banca libre en ese ambiente. Larsa apoyó la almohada encima de la banca y contra la pared, y miró detenidamente a la exhibición que claramente había sido pensada para los niños o simplemente para visitantes que querían un poco más de variedad. Observó a Kibi mirar entusiasmada a las personas que tenían el turno de girar a toda máquina, hasta que Dakki llamó su atención.

“A pesar de regresar con la idea del nuevo enfrentamiento, creo que no consideré detenidamente que estaría conociendo a los nuevos soldados de la lucha,” admitió la pelirroja, sonriendo con simpleza. “Y por supuesto que nos toparíamos con esas personas. Las HiMEs que conocemos siempre han sido muy leales a Hanasaki.”
“Sí, era de esperarse. En verdad, yo sí me estuve preguntando qué tipo de personas iríamos a conocer.”
“Claro, eres tú. No serás tan sociable y ameno como yo, pero me ganas en empatía. Diría que eres mi recursos humanos andante, ohohoho~♥”
“Debería incomodarte que reconozcas eso de tu personalidad.”
“Mientras yo esté feliz conmigo misma no tengo nada de qué preocuparme~♥” Dakki dejó su actitud juguetona y sonrió con ironía. “Pero… algunas cosas nunca cambian. Habrá la noción que los de Rizembool seremos los desagradables y culpables de todo, pero Hanasaki tampoco es blanco como una hoja de papel. Mucho menos por esas personitas que nos andan juzgando como si tuvieran todo el derecho de hacerlo, y que creen que Hanasaki es el sinónimo de la justicia y bondad.”
“…” Larsa entrecerró los ojos.
“¿Acaso esa nueva HiME no te recuerda a alguien especial~♥?”
“A nuestra HiME, por supuesto.”
“Sí, sé que ni necesito preguntarte. Es precisamente como ella. Supremacista, intolerante, de mente cerrada, que se cree con el derecho de atacar antes y preguntar después por el simple hecho de estar del lado de Hanasaki,” los ojos de Dakki parecieron brillar con una muy efímera, pero fulminante, indignación, mientras seguía sonriendo con leve molestia. “Dan hartas ganas de darle un escarmiento y enseñarle que el mundo no es tan predecible ni simple. ¿Acaso no te ha inspirado ese mismo sentimiento? A ti, que también te molestan estas cosas…”
“…” Larsa dio un suspiro y le miró de reojo. “Si estás intentando que lo vea desde el punto de vista de un Rebel, sabes que pierdes tu tiempo.”
“Ohohoho~♥ lo sé, es sólo que amo molestarte~♥” Dakki despejó con su risa a la repentina aura peligrosa que había generado, y miró a su amigo con cierto interés. “Pero es evidente para mí que ya te has encontrado antes con esa chica, y que de algún modo u otro te trajo incomodidades. Tu actitud y la forma en que ella respondió cuando dije que fui una Princess me enseña la clase de persona que es.”
“No puedo ocultarlo de ti, pero el asunto me trae sin cuidado,” el exRebel se vio tranquilo. “Aunque te interesará saber que esta HiME es una guardiana de Yuyuko Saigyouji, de la cual escuchamos tanto hablar en nuestra niñez.”
“Ohh~♥” le prestó atención. “¿Y tú qué haces exponiéndote así a gente tan potencialmente peligrosa? Ella es la que mató a uno de tus parientes, ¿cierto?”
“Del mismo modo en que tenemos parientes que mataron a sus respectivas HiMEs. No hay punto de analizarlo más allá. Además, Saigyouji-san ha demostrado ser una persona completamente diferente y comprensiva del asunto entre Hanasaki y Rizembool. Pienso que sería interesante que la fueras a conocer algún día.”
“Sólo para ver a la tan rumoreada HiME en persona, me encantaría hacerlo~♥” Dakki se vio animada. “Vaya, me sorprende que seas tan abierto. Pero al mismo tiempo, tal vez no debería sorprenderme tanto, siendo tú quien se atrevió a darle la contra a toda tu familia e inscribirse en Hanasaki en la secundaria.”
“…”
“Y ahora regresas porque el libro no fue cerrado completamente, y quieres seguir ayudando a tus amigos en Hanasaki. Como siempre, cometido a asuntos que pueden no ser nada saludables para ti. Deberías ser como yo y mirarlo todo a distancia, en vez de involucrarte con los ilusos que no saben lo que hacen.”
“Siempre hemos sido distintos, Dakki, lo sabes bien. Y tampoco soy una persona imprudente. Deseo ayudar a mis amigos, y nada más. Pienso apoyar a quienes me importan, pero no estoy del lado de Hanasaki ni de Rizembool, ni pienso pelear en nombre de nadie.”
“Bueno, al menos eso es aceptable. Pero te noto inquieto, hay algo que ocupa tus pensamientos, ¿no es así?”
“Estoy un poco preocupado por Tanaka-san. No pienso que esté lista para afrontar nuevamente su rol como HiME.”
“Esa chica siempre ha sido deficiente en su fuerza y habilidades. Eso es algo que no te concierne directamente, Larsa.”
“Tanaka-san nunca pudo estar en la mejor forma como HiME porque parece que durante el enfrenamiento pasado, tuvo problemas personales. Sea adaptándose a Hanasaki, o la distancia que tuvo con su hermano. Y me da la impresión que a eso se le ha sumado el conflicto de hace tres años. Si ella no resuelve sus asuntos personales, no estará en un estado anímico adecuado para desempeñarse como HiME.”
“Tan analítico como siempre~♥…” Dakki se encogió de hombros y sonrió con cansancio. Su amigo se preocupaba por todos como siempre. Entonces, le vio levantarse. “¿Eh? ¿A dónde vas?”
“Iré a ver si puedo hacer algo.”
“U-un momento, Larsa,” la pelirroja se alarmó y se levantó también. Ella se llevó una mano a la sien, con impaciencia. “Ahh, date un descanso para variar. No andes ocupándote de los asuntos de otras personas. Además, ¿acaso no te has puesto a pensar que tal vez no hay nada que tú puedas hacer?”
“¿Nada que pueda hacer?”
“Mi estimado workaholic, por más que quieras ayudar a otras personas o que pienses que lo necesiten, hay algunos aspectos de las personas que sólo pueden ser solucionados por uno mismo,” Dakki se llevó sus manos a las caderas. “Ni el mejor consejero o psicólogo puede ayudar a alguien que no se abre, o que simplemente decide no oír, y nadie es capaz de meterse en la mente de otros para cambiarles el cableado. Yo pienso que ya has hecho demasiado por esa chica. Por todos tus amigos, en general.”
“Es posible que tengas razón,” Larsa asintió y desvió su mirada. “Yo no estaré ahí para cuando Tanaka-san o cualquier otra persona llegue a una resolución, ni seré una parte importante del asunto, pero a veces es necesario aconsejar a otros para que tomen la dirección correcta.”
“Este es un asunto de una HiME. Por más que hayas estudiado en esa escuela, no pretendas que sabes sobre su posición.”
“Tienes razón, no sé cómo Tanaka-san piensa, pero no iba a hablar con ella.”
“¿Entonces qué tienes en mente?”

“¡Regresé!” exclamó Kibi, interrumpiéndoles. “¡Fue genial! ¡Casi me caigo pero fui fuerte y resistí~☆! ¡Kibi-chan es la mejor~☆! ¿Y de qué están hablando?”
“Ah, ehm, estaba intentando convencer a onii-chan que sea un Rebel de nuevo porque somos el mejor dúo~♥” dijo la pelirroja, viniéndose con un tema cualquiera ya que no pensaba meter a su hermanita en plena discusión seria. “¿Verdad, onii-chan?”
“No me llames así…”
“¡Ohh me gusta la idea~☆!” Kibi se puso a saltar en su sitio. “¡Y estoy de acuerdo! ¡Fuiste el mejor! ¡Eres muy estratégico y cool! ¡Y me diste escalofríos geniales! ¡Y torturaste mucho a Sora! ¡Yay, quiero más~☆!”
“Lo lamento, pero eso no ocurrirá,” Larsa negó.
“Aww, pero en serio eres muy genial. Estás demasiado ensimismado en Hanasaki, quisiera que te divirtieras un poco como todos nosotros…” la rubia se desanimó un poco, y pasó a llamarle la atención con un dedo acusatorio. “¡Por eso te tengo que llevar ahora mismo a que comas un helado! ¡Es más, te compraré todos los helados y cada que te vea te daré al menos uno!”
“Eso no es necesario…” Larsa dio un suspiro con pesar, y no evitó sonreír un poco. “Gracias Kibi, pero paso. Tengo algo que hacer ahora mismo.”
“¿Ehhh?”
“Podemos ir otro día, descuida. Nos vemos en un rato.”

Él se retiró de la sala sin dar tiempo a que sus amigas le contestaran.

“Aw, ¿por qué siempre se va? No es justo,” Kibi volvió a abrazar su almohada.
“Ya conoces a onii-chan, siempre metido en sus propias ideas,” Dakki negó, y sonrió a su hermanita. “Con más razón hay que cuidar de él, ¿has entendido?”
“¡Sí~☆! ¡Vamos por los helados!”
“Vamos, vamos~♥…”



Había pasado un rato, y luego de distintas ligeras remembranzas del pasado y de ponerse un poco al día mutuamente, las chicas en la cafetería terminaron sus jugos y fueron a descartarlos para así poder continuar con el paseo.

“¿Y bien~desu? ¿A dónde vamos~desu?” preguntó Suiseiseki. “Se que hay mucho de qué elegir pero no sé por dónde comenzar~desu.”
“No lo sé, yo estoy bien con cualquier cosa,” dijo Cho. “¿Alguien tiene alguna preferencia?”
“Pues a este punto no se trata de referencias,” Tomo se vio impaciente. “Oye Osaka, ¿hay noticias del desaparecido?”
“Hm, déjame revisar,” Osaka sacó su celular de su cartera.
“Bueno, no que me muera de ganas de verle ni nada, pero él fue quien nos hizo venir. Más bien tú deberías preocuparte más porque tú pagaste las entradas.”
“Uh-oh…” Osaka se preocupó al ver su pantalla.
“¿Qué sucede, Osaka?” su prima se alarmó porque no esperó esa reacción.
“Espero que no sean muy malas noticias~desu,” dijo la desu.
“Axel me envió esta imagen,” Osaka les mostró la foto, donde vieron el anuncio de la charla cancelada.
“¿Hablas en serio?” Tomo se molestó. “¿Pero acaso no era el punto de nuestra presencia en este aburrido lugar? ¡Maldito Komaeda!”
“E-es posible que él no lo sepa todavía…” dijo Cho.

“¿Que no sepa qué cosa?” preguntó el peliblanco, quien acababa de llegar. Su voz llamó la atención a las chicas.
“¡Koma-chan!” Osaka se emocionó y le abrazó con fuerza, confundiéndole. “¡Estás aquí! ¡Tenía miedo que hayas caído de prisionero de guerra, te quemaran en la hoguera por hereje, te humillaran al caminar desnudo por la ciudad y te pegaran con un palo sin sentido alguno!”
“¿E-estás bien, Osaka?” él miró a las demás buscando una explicación.
“Alguien ha visto demasiado GoT para su propio bien,” Tomo negó.
“Me alegro que ya estés aquí. Estábamos preguntándonos qué íbamos a hacer,” dijo Cho, pensativa.
“Pues, todavía hay tiempo antes de la charla a la una,” Komaeda sonrió amablemente. “¿Tienen alguna exhibición en particular? Si no, les puedo recomendar alguna.”
“Pero Koma-chan…” Osaka le soltó y le mostró el mensaje en su celular. “Malas noticias. Parece que han cancelado el evento. ¿Qué vamos a hacer?”
“¿H-hablas en serio?” el peliblanco se quedó en shock y bajó su mirada, muy desanimado. “Imposible… era muy importante atenderlo… y quería compartirlo con todos…” llevó una mano a su rostro. “Vaya… ahora ni puedo presentarme ante los demás. Primero llego tarde y luego cancelan la charla que había esperado con tantas ansias… ¿qué debería hacer?”
“T-tal vez podríamos ir a otro sitio, o no sé…” Cho comenzó a sugerir, pero se sintió muy fuera de lugar como para seguir hablando.
“¿Me permites verlo más de cerca, Osaka?” Komaeda tomó su celular y amplió la imagen. Ahí decía los motivos de la cancelación del evento. “Al parecer se encuentran renovando la sala de conferencias del último piso, por eso lo han postergado hasta próximo aviso… pero es inaceptable. No será en la habitación especial y llamativa pero lo que importa es el mensaje, y sé que los encargados de la charla trabajan aquí y no son invitados especiales. Iré a ver si pueden pasar el evento a otro salón en otro piso. Tengo que ir a hablar con los supervisores.”
“¿Pero qué tal si no se puede~desu?” preguntó Suiseiseki. “Tal vez no se puede transferir porque necesitan de mucho espacio para mucha gente~desu o puede que necesiten maquetas o equipo audiovisual especial~desu.”
“Sí se usa un proyector, pero no es especial. Ya he visto la charla anteriormente.”
“¿Hablas en serio?” Tomo le miró con cólera. “¿Ya te has dado tu gusto nerd con anterioridad y aun así nos pides que todos vayamos a verlo contigo?”
“N-no es que quiera imponerles nada, no es eso,” Komaeda se incomodó un poco. “Perdón por elegir este paseo que puede no haber sido del agrado de todos, pero sí siento que es muy importante que todos capten el mensaje de este museo. Y he venido varias veces y conozco muy bien el lugar. Por eso mismo es que lo recomiendo con tanta convicción. Sólo pido que me des una oportunidad.”
“Ya, ya, aunque tu problema aquí es que haya charla en primer lugar,” Tomo negó. “Has tenido un muy mal timing hoy. Te atrasas y resulta que, de todos los días para hacer mantenimiento, nos tocó ahora. Yo que tú miro tres veces antes de cruzar la calle por un buen tiempo.”
“T-Tomo, no digas eso…” Cho le miró con cierto reproche.
“Está bien, Cho, me merezco esta llamada de atención,” Komaeda sonrió con decepción en sí mismo y gran frustración. “Yo causando problemas a todos como siempre… no sé en qué estuve pensando al invitar a todos…”
“Koma-chan, tranquilo,” Osaka le miró preocupada. “Vamos todos juntos a hablar con los supervisores y arreglar este asunto. Verás que algo podremos hacer.”
“¡N-no hay forma que te incomode ahora!” el peliblanco se negó, alarmado. “Ustedes son mis invitadas y solucionar este asunto me concierne a mí. También, por los desus de tu amiga, sé que es la HiME de la que me contaste. Seguramente tienen mucho de qué hablar ahora.”
“¿Le has dicho sobre mí~desu?” preguntó Suiseiseki, confundida.
“Ah, no quise incomodarte, mis disculpas,” hizo una pequeña reverencia. “Osaka me ha dicho que eres una de las valientes HiMEs de Hanasaki que ayudaron hace tres años contra la amenaza de Rizembool,” la expresión de Komaeda se iluminó. “Es realmente un gran gusto y privilegio estar en la presencia de tres personas excepcionales y valientes que están dispuestas a ayudar a los necesitados.”
“¿A que no es un amor~?” Osaka sonrió contenta.
“Ugh, deja de endiosar a las malditas HiMEs…” Tomo comprimió sus puños.
“Bueno, deséenme suerte. Iré de inmediato a hablar con la gente del museo,” el chico sonrió con torpeza. “No siempre me sale bien el lado social, pero haré lo que pueda,” él miró a Cho. “Es lo menos que puedo hacer por las HiMEs que tienen mi admiración.”
“N-no te sientas tan comprometido a forzar el asunto, está bien,” dijo la peliceleste, inquieta. “Sé que a todos les interesa mucho más conocerte a ti que la charla. Lo más importante de este evento eres tú.”
“No puedo pensar así. Debo cumplir con lo prometido. Por eso está en mi deber hacer lo que pueda, por más poco que pueda ser,” él asintió, sonriendo decidido. “Sé que entiendes mi punto de vista.”
“Al menos déjame ir contigo. No es justo que te sientas tan responsable de la cancelación de la charla,” Cho negó, frustrada. No le animaba ir a hablar con nadie para reclamar del evento, pero ya se sentía comprometida. Komaeda se había inspirado en ese paseo porque quería mostrarle lo mucho que las HiMEs significaban para él.
“¿Me acompañas? Vaya, me siento honorado, muchas gracias.”
“Sería mejor que no se metan en problemas con las autoridades~desu,” dijo Suiseiseki.
“Está bien, creo ser lo suficientemente prudente,” el chico sonrió. “Estamos en contacto y les informaré si podemos lograr algo de esto.”
“Okay~” Osaka levantó sus pulgares. “Nos vemos en un ratito. ¡Suerte!”

Así, el recién llegado se fue acompañado por Cho. Este parecía ya estar familiarizado con el museo al dirigir a la HiME hacia las escaleras más cercanas para llegar a la oficina del director del establecimiento.

Tomo ladeó su cabeza, con cierta inconformidad. Fue evidente que ese chico terminó comprometiendo a Cho con sus deseos irracionales de tener la charla a como diera lugar, y supo hacerlo por cómo le habló y cómo le miró atentamente y con seguridad. Si bien Cho siempre había sido una persona ‘razonable’ al tratar con gente desconocida o con personas en el lado opuesto del conflicto de las escuelas, dicha actitud también estaba arraigada en la HiME como pasividad y vulnerabilidad inherentes en su personalidad. Ella no podía decir que no ni ignorar problemas de otros fácilmente.
Pero Tomo decidió no prestarle atención y se concentró en lo que más tenía presente.

“Osaka, tengo calor. ¿Me compras un helado?”
« Last Edit: July 08, 2017, 10:56:13 PM by Cho »


Mimi Tachikawa

Hoi hoi minna!! aqui vengo con un ficku <3

Capitulo 18: “Encuentros destinados”


Mayura se encontraba sentada frente a frente a Hajime en el comedor de su casa, Flaffy se quedo con Belldandy en su habitacion ya que se estaba recuperando del ataque que había sufrido por parte de Tsubaki, claro que tanto su madre como el joven que estaba frente a ella no mencionaron nada del padre de la pelirosa, por el momento no era conveniente, la pelirosa se sentía muy nerviosa ya que la mirada del pelinegro era muy penetrante y apenas podía respirar

Tomo el sorbo del te que había preparado para conversar con aquel joven que no conocía, pero que parecía que el si sabia algo de ella

Hajime-san que quiere decir con que mis enemigos están empezando a atacar?-

Debo de suponer que ahora que has vuelto a hacer una Hime, el rebel con el que te toca pelear ha empezado a moverse y una clara muestra de ello es que tu madre ha sido atacada

Como sabe acerca de…-

Hajime tomo un sorbo de te y empezo a hablar-Es que Otoya me lo ha contado…-

Otoya-kun?...eso quiere decir que tu eres el senpai que Otoya-kun tanto admira???...- dijo avergonzada y miro a otro lado- de seguro me diras que me aleje de él para que tampoco salga lastimado no??-

En eso te equivocas…yo no puedo influir en sus decisiones, mientras que cumpla con su deber de idol el puede hacer todo lo que quiera en su vida privada, hasta ser tu novio-guardian…-

Yo no lo queria arrastrar a esto...pero tampoco puedo dejar mi posición como Hime…si me han llamado para volver a ser Hime, no podía decirles que no…para proteger a las personas debo de volver a pelear…-

Eres tal como dijo Otoya…-sonrio levemente- piensas en los demás mas que en ti misma…- se levanto de su asiento, se acerco a ella y le acaricio suavemente los cabellos-es una buena cualidad, pero también puede ser un peligro si lo llevas al extremo…asi que no lo olvides…-

No lo hare…- la pelirosa observaba cada gesto de Hajime, su porte elegante y su mirada seria que aunque al principio le infundia temor, ahora sentía tranqulidad hasta seguridad ya que el porte de rey que tenia hacia sentirla bien, ahora comprendia porque Otoya le tenia mucha confianza-pero si ahora las personas que estimo están en peligro no seria mejor que vaya ahora a buscarlos y prevenirlos del peligro-

No creo que haya necesidad, pude investigar cosas acerca de ti y de las personas que te rodean, asi que si alguien quisiera atacarlos, se toparían con muchos problemas…ya que tus compañeros y sus allegados no son unas simples personas-

No entiendo que quieres decir Hajime-san…-dijo mirándolo con duda-

No es necesario que lo comprendas ahora,pero lo que si necesito es prevenirte acerca de alguien que acabas de conocer…-

Que acabo de conocer??

De aquella persona con la que te topaste en Hanasaki…-

Eh??...- la pelirosa se cruzo de brazos para tratar de recordar a quien se había encontrado cuando fuea Hanasaki y luego
recordó a la peliceniza cabellera y se sonrojo levemente-te refieres a Shun-san??

Ese chico es peligroso…será mejor que no vuelvas a verlo y si te lo encuentras evita iniciar una conversación con él, no te dejara nada bueno…-

No me parecía una mala persona…solo algo extraño pero no mala persona…-dijo la pelirosa tomando otro sorbo de te-pero si dices que puede ser una persona peligrosa ni modo me alejare de él, ya tengo suficiente con mi rebel que aun no se quien es, y seguro que Yuuto-san debe de estar cerca de aquí, asi que echarme un tercer enemigo no creo que sea bueno para mi…- dijo suspirando pesadamente-

Debe de ser difícil para ti luego de recuperarte de una paralisis severa volver a encontrarte en esta situación…-

Si, lo es, pero mientras que las personas que amo no estén en peligro por mi esta bien…- sonrio levemente-

En verdad eres igual a tu madre…tan gentil y amable…-se acerco a su asiento y tomo un sorbo de te- acabo de tomar una decisión, en mis días libres te ayudare a entrenar deacuerdo??

EH??..pero no creo que sea necesario Hajime-san…-

Claro que si, hay muchas cosas que aun te faltan para poder ser una buena hime, aunque claro quiero que esto sea nuestro secreto, no quiero que Otoya y los otros chicos se enteren de esto…-

Deacuerdo…tampoco quisiera poner en peligro a Otoya-kun…-

Entonces tenemos un trato…- se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla- deja por ahora descansar a Belldandy-san, pronto nos pondremos en contacto…- haciendo una reverencia se retiraba de la casa-

Mayura se toco la frente y se sonrojo levemente- Hajime-san es tan genial!!...- dijo visiblemente emocionada- debo de decirle a mamá de donde lo conoce!!...- se fue a la habitacion de su madre cuando entro la vio descansando plácidamente abrazando a Flaffy, la pelirosa sonrio y cerro la puerta con cuidado, luego sintió que vibraba su celular-es Totty como le estará llendo en su cita??..- empezo a contestar mientras se puso a conversar con él
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Ai se encontraba en el centro comercial de la ciudad, se sentía un poco deprimida debido a que había tenido una fuerte discusión con su hermano mayor Ryuu, y como Koi también se metio en el asunto el mayor de los Kisaragi termino por enfadarse y dejar la casa sin haber pedido disculpas o dejado hablar a sus hermanos

Por que Ryuu-nii no me entiende? No quiero discutir con él, pero no quiero cambiar mi opinión, yo dije que iba a tomar la prueba y lo hare aunque él no lo quiera…-suspiro pesadamente-quiero poder tener el poder suficiente para defender a las personas que quiero…-alzo su mirada al cielo- acaso es mucho pedir?...- empezo a caminar denuevo y vio como un pequeño niño miraba de un lado a otro y temblaba asustado- se habra perdido?...ire a verlo…-

Al lado contrario de aquel niño se encontraba uno de los gemelos Aoi, Yuuta también había tenido una discusión con Hinata y para que las cosas no fueran a mayores decidio irse de la casa por un par de horas,para no decirle cosas hirientes a su hermano mayor producto de su calentura

No se como podría disculparme con aniki…-suspiro pesadamente- pero hay cosas que me gustaría hacer solo sin su ayuda, pero el no me deja hacerlo porque quiere que lo hagamos juntos, seguro debe de estar enojado conmigo porque me nege a hacerlo-cuando de pronto vio al mismo niño perdido- debe de estar perdido debo de ayudarle- fue a su encuentro-

Ai también fue a auxiliar al niño y los dos se acercaron al mismo tiempo

Te encuentras bien??-ambos chicos dijieron al mismo tiempo mientras que el niño temblaba un poco asustado, los dos jóvenes se miraron mutuamente-

Creo que será mejor hablar uno primero y luego el otro…-dijo la pelirosa sonriendo sonrojada, porque frente a ella esta el joven idol de 2wink que le había llamado la atención cuando vio el video musical-

Tienes razón…-el pelicastaño también se había sonrojado levemente al ver la exuberante figura de la pelirosa de largos cabellos ondulados, luego giro su atención al pequeño pelinegro- disculpa, te hemos asustado?? Donde están tus padres??-dijo acariciándole suavemente los cabellos-

Estaba caminando con ellos, pero estaba mirando a los animales de alla…-señalando a unos grandes animales de peluche que vendían en una tienda-que cuando voltee ya no estaban…-mirando hacia abajo-

Ahora no tienes que temer, ya que Ai-neechan y Yuuta-niichan te ayudaran a buscar a tus padres deacuerdo?...- Ai se agacho para alzar el rostro del menor y sonreírle cálidamente- mientras que no estén ellos nosotros te protegeremos deacuerdo?

El pequeño niño pelinegro observo a la pelirosa aun dudando de aceptar su ayuda o no, Yuuta entonces lo cargo y lo aferro a él-te sientes muy solo verdad?...no te preocupes nosotros estamos aquí y nada malo te sucederá-

El menor sintió la calidez de Yuuta y se aferro a él-En serio me ayudaran a buscar a mis padres??-

Claro que si, daremos todo lo mejor de nosotros para buscarlos y puedas encontrarte con ellos, no es cierto Yuuta-kun?-

Claro que si…Ai-chan verdad?...-

Si…mi nombre es Ai Kisaragi,mucho gusto…-

Aunque ya sabes mi nombre me volveré a presentar, yo soy Yuuta Aoi…-se separo un poco del menor- y tu eres??

Yo soy Aki  Sena…tengo 5 años…-

Que lindo nombre…-dijo la pelirosa- de seguro debes de tener hambre no??-

No…- el estomago del pequeño niño sono fuertemente-

Si tienes hambre …-rio suavemente Yuuta- no tienes porque mentir en eso, asi que porque no vamos a comer primero y luego buscamos a tu papá deacuerdo?...-

Deacuerdo…- dijo el pelinegro, mientras se aferraba al pelicastaño-

Se nota que tienes empatía con los niños Yuuta-kun…-rio la pelirrosa divertida-

Menuda manera de conocernos Ai-chan…- dijo el pelicastaño sonriendo suavemente-

Es cierto…pero también creo que hemos llegado en un buen momento, porque ahora estamos junto a Aki-chan para ayudarlo-

Es verdad, mejor vamos a comer ahora para buscar a sus padres antes de que caiga la medianoche-

Entonces vamos a comer!!!-

Cerca del centro comercial, un rubio con gafas y aspecto casi femenino corria de un lado a otro, se podía ver lo preocupado que estaba-Aki!! Aki!!! Donde estas!!! Izumi-papá esta aquí ¡ respóndeme Aki!!!-se detuvo unos momentos para recuperar la respiración- no lo encuentro…no lo encuentro-

Izumi!!!- un pelinegro corria hacia el rubio también lucia visiblemente preocupado, llevaba gafas oscuras ya que al ser un actor famoso no queria ser descubierto por nadie-

Ryoma!!...- dijo el rubio mientras se acercaba al chico mas alto que él con lagrimas en los ojos- no lo encuentro, no encuentro a Aki!!...debe de sentirse solo y conociéndolo no ha pedido ayuda alguna,seguro que alguien vino y se lo llevo no se lo que hare si no encuentro a mi querido Aki-

Calmate Izumi- lo abrazo fuertemente- estoy seguro que lo encontraremos, y cuando veamos a Aki-chan no tiene que vernos llorando deacuerdo? Después se va a poner triste-

Deacuerdo Ryoma ya no voy a llorar y sigamos buscando a Aki…- aun aferrado a su novio-

Izumi Sena y Ryouma Ichijou son aun jóvenes que están cursando la universidad,y como tuvieron un hijo? Pues hace 3 años desde que Izumi se fue a vivir a casa de Ryoma (actualmente ambos tienen 23 años), la hermana mayor de Izumi había adoptado a Aki de un orfanato, pero lamentablemente había sufrido un accidente y su hermana murió, por lo que Aki se había quedado nuevamente solo, es entonces que Izumi decidio cuidar de él junto a Ryouma su pareja, al principio para los dos era difícil porque Aki es un chico callado y no abria a las demás personas, pero gracias a los esfuerzos de Izumi y su gran amor hacia él, hicieron que Aki le tuviera cariño y se volviera mas apegado a él, lo mismo sucedió con Ryouma, pero ambos era una situación nueva de hacerse cargo de un pequeño bebe, alimentarlo levantarse temprano para cambiarle los pañales, darle de comer, llevarlo al medico cuando se enfermaba, calmarlo cuando se ponía ayudar, pero a los dos jóvenes no les importaba tener la dicha de cuidar a un pequeño ser, los hacia sentir realizados, como pareja y como una familia que ahora eran, porque pese a que no estaban casados era como si lo fueran con la llegada del pequeño niño

Ya di aviso también a los oficiales de policía si que encuentran a Aki-chan nos avisen de inmediato…-hablo el pelinegro a ver a Izumi aun deprimido-

Es mi culpa Ryouma si es que no me hubiera distraído,no le hubiese soltado la mano esto no habría pasado-

Ya te dije que no es tu culpa Izumi..yo también me distraje y lo perdi de vista, asi que ambos somos culpables-
Ryouma…-

Mientras que los dos jóvenes seguían buscando a su “hijo”, en el restaurante Ai y Yuuta animaban al pequeño Aki contándole algún cuento o hablando en forma infantil para que el pequeño entrara en confianza, el pequeño se encontraba en los brazos de Yuuta, ya lucia mas tranquilo y se encontraba pintando el cuaderno de dibujos que Ai había comprado en el centro comercial

Se nota también que eres buena con los niños Ai-chan…-

A mi me gustan mucho los niños, me hace feliz verlos sonreir…- dijo la pelirosa para mirar a otro lado sonrojada-

A mi también me gusta verlos sonreir…-dijo el pelicastaño al ver a Aki que seguía pintando concentrado, como si se hubiese apartado del mundo- sobretodo los niños como Aki-chan…-

Te refieres porque es un niño timido y callado no??...-

Si…ademas porque también se como se siente…-

Yuuta-kun…- la pelirosa se levanto de su asiento y le dio un beso en la frente a su nuevo amigo que hizo que se sonrojara levemente-eres un chico muy bueno…me alegra conocer esa parte tuya lejos del idol que eres…-

A mi también me alegra haberte conocido Ai-chan…no se porque, pero siento que ambos hemos nacido para ser el uno para el otro…es algo extraño no??-

Yo también lo creo…desde la otra vez que vi tu video y te vi pasar por mi casa…quizás yo también soy romántica…-

A Ai-neechan le gusta Yuuta-niichan…- dijo el pequeño pelinegro-

Eh???...-dijo la pelirosa sonrojada- eso no…-

Es en serio?? Ai-chan??...- dijo el menor de los Aoi sonrojado también-

Yo bueno…yo …-dijo jugando con sus manos mirando a otro lado-

A mi también me gusta Ai-chan…-

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Continuara…


Cho

Hola, vengo con el fic de intro de los poderes de los Keys. A partir de ahora, siéntanse libres de tocar el tema~


Luego de otro día de arduo trabajo, Miranda se encontraba dentro de su oficina mientras revisaba los documentos de las últimas HiMEs que había reclutado. Con el regreso de los Rebels, el trabajo se le había incrementado exponencialmente mientras barajaba su deber como directora de la universidad y escuelas relacionadas, y también como la líder de todas las HiMEs.

Dio un respiro cansado al terminar de revisar uno de los muchos fólderes que todavía le faltaban, pero se alentó a sí misma de continuar, ya que al día siguiente podría tener a más estudiantes que guiar. Cada HiME tenía su horario y necesidades propias. Tampoco podía descuidarse porque, por su tiempo como líder de Hanasaki, sabía que Rizembool era un enemigo formidable que nunca debía ser subestimado.

Antes de tener oportunidad de pasar al siguiente fólder, notó que la puerta de su oficina se abrió. Por la falta de anuncio de parte de la secretaria, sabía que se trataba de Fran, a quien vio inmediatamente.

“Fran, ¿qué te trae por aquí?” le preguntó con amabilidad aunque también una leve sorpresa. “Ya habías terminado con tus deberes por el día.”
“Tengo algo importante que informarle,” mencionó la alta asistente de cabellos plateados. Fran mostró su característica seriedad y frialdad, pero por desviar un poco su mirada, fue evidente que se encontraba meditativa y un poco ausente, como quien intentaba percibir algo imperceptible para los demás. Debido a su gran sensibilidad característica de sus poderes HiME, ese comportamiento reservado y observador ya se había vuelto una característica muy marcada de su personalidad.
“Dime…”
“He percibido algo distinto en el ambiente de Hanasaki ahora que las HiMEs han regresado,” le comentó, mientras miraba los cuadros en la pared donde aparecían varias HiMEs, tanto retiradas, como activas. “Comenzó desde que las primeras HiMEs recuperaron sus poderes, y conforme más se han unido a nuestras fuerzas, dicha ‘anomalía’ se ha vuelto cada vez más identificable.”
“¿De qué hablas?” la directora se mostró intrigada y ligeramente nerviosa. “Espero que Rizembool no se encuentre tomando medidas desconocidas.”
“No, no se trata de Rizembool. Lo que percibo es proveniente de la magia presente en nuestras HiMEs. Es parte de su poder o, me atrevería a decir, una ‘evolución’ del mismo.”
“¿Evolución?” Miranda se impresionó.
“Va en contra del pasado, porque esto nunca se había manifestado antes, pero luego de meditarlo estos días y de darme tiempo de realmente concentrar mis sentidos, creo haber detectado de qué se trata,” Fran asintió y miró a su superior fijamente. “Miranda, el vínculo entre una HiME y su Key parece haberse potenciado. Ya no sólo en la habilidad del segundo de incrementar los poderes de las estudiantes. Tal parece que la HiME está creando un vínculo mágico que alcanza a su Key, y existe la posibilidad que esta magia pueda adaptarse y eventualmente manifestarse en esta persona de tanta importancia para la HiME.”
“¿Hablas en serio?”
“No lo diría en broma.”
“Cierto, no eres así, disculpa…” la directora negó. “Es sorprendente, pero con este retorno de las HiMEs, hemos notado que los propios poderes de HiMEs se han mutado a unos distintos en ocasiones. Tal parece que todavía hay aspectos de la magia HiME que no conocemos, y por ser tú quien lo ha evaluado, confío en tus observaciones.”
“Los poderes de HiMEs cambian conforme ellas crecen, al ser parte de sus identidades. Ahora también ha ocurrido un cambio del poder en todas las HIMEs,” Fran lo consideró. “Da la impresión que todos estos cambios son importantes, o al menos, indicadores de algo.”
“Nunca se sabe. Puede ser un crecimiento, o hasta un mal augurio…” Miranda no sabía si alegrarse o inquietarse. “Involucrar a los Keys es un gran problema. Ellos, a diferencia de las HiMEs o de los Knights, no han tenido la oportunidad de elegir o al menos ser advertidos de su destino, y ponerlos en riesgo será muy intenso para las HiMEs en la gran mayoría de los casos. Es una enorme complicación.”
“Es prácticamente un sacrificio,” la peliblanca asintió. “Sin embargo, esto podría generar vínculos más fuertes entre HiME y Key, de aprovecharse debidamente.”
“Habrá que apoyarles más de lo usual, y debemos estar pendientes a cualquier indicio de tu pronóstico,” Miranda sonrió. “Gracias Fran por tu constante trabajo.”
“No, es usted quien se merece los agradecimientos.”

La conversación terminó con ambas encargadas HiME cometidas a mantenerse al tanto de las situaciones de sus HiMEs. Era un extraño efecto colateral sin precedentes, pero, con un poco de suerte, podría ser aquello que necesitaban para afrontar lo que sea que el renovado Rizembool les tenía preparado. Sólo quedaba velar por el bienestar de aquellas que intentaban proteger a Hanasaki, y también de sus seres queridos.
« Last Edit: July 08, 2017, 10:57:09 PM by Cho »


Haruhin

Fic relacionado con el aporte que Eureka subió un poco más arriba + otros charas. En mi cabeza esto se leía mejor.

#7


Sería la última vez que su espada caía sobre el tatami de la sala seguido de su pesado cuerpo jadeante y sudoroso.

“¡U-Una vez más por favor...!”
“Reconozco la determinación de mis oponentes… pero la imprudencia es algo que tiende a pagarse caro, Slaine-kun. ¿Seguro que no prefieres tomar un descanso?”

Slaine Curtiss no sabía cuándo detenerse. Últimamente  corría después de sus clases en la facultad de geografía hasta el salón de kendo para practicar el manejo de su esgrima junto a Munakata, un rebel de cursos superiores que había conocido por mera coincidencia un día al ir hasta las dependencias de práctica. Desde aquel momento, se volvió una rutina el ir a desafiarle y pedirle consejos sobre el arte de la espada, algo que Munakata no se negó a ofrecerle luego de comprender que la insistencia del menor venía por sus ganas de aprobar el examen de calificación para rebel.

“No, por favor. Un duelo más.” Slaine se levantó del piso y cogió su katana. Lo más sensato habría sido practicar con los boken,  pero él mismo sugirió la idea de usar las armas verdaderas en cada uno de sus enfrentamientos.
“Muy bien, pero no digas que no te he dado la oportunidad para detenerse por hoy.”  Munakata se ajustó las gafas con la mano que no sostenía su espada y esperó pacientemente a que Slaine estuviese en guardia.
“¡Allá voy!” Exclamó Slaine con las manos aferradas a la empuñadura del arma mientras corría directamente a su oponente con la intención de darle una estocada.
“Es un grave error anunciar tus movimientos con anticipación.” Munakata vio a través de los gestos del menor su patrón de ataque y esquivó sin mayor dificultad para luego contraatacar. A diferencia de los movimientos algo toscos y cansados del rubio, Reisi parece danzar junto a la espada.  Sus giros, la ofensiva… es tal como si nunca diese oportunidad a su rival de tener un punto débil con el cual romper su defensa y estando consciente de ello, Slaine continúa desafiándole.
Como es de esperar, el duelo finalizó casi en un parpadeo cuando Munakata desarmó a Slaine y le dejó el filo de su sable directo sobre la garganta.

“He visto un par de mejoras en tu ofensiva, pero tu bloqueo es algo en lo que debes seguir trabajando, Slaine-kun.” Munakata sonrió luego de bajar el arma y enfundar su sable.
Un jadeante Slaine asintió, obediente. “Trabajaré en eso, gracias por darme la oportunidad para mejorar.”
“No ha sido nada.” Munakata pasó a ajustarse sus gafas.  “Por cierto, ¿cómo te ha ido con el examen de postulación?”
“Uh… estoy peleando todavía por tener el perfil básico para poder enviar mi solicitud, he tenido unas complicaciones en el apartado físico.”
“Nada que no pueda ser solucionable con esfuerzo y entrenamiento constante.”
“¿Así fue en su caso?”
“Más o menos. Mi familia tiene algo de tradición con lo que es el kendo, así que cuando tuve que hacer mis pruebas de destreza física ya venía trabajado de antes.”
“Ya veo…” Slaine se quedó pensativo durante unos instantes, antes de que sorpresivamente una toalla le cayese por encima de la cabeza.
“Hemos terminado por hoy.”

“¿Tan pronto? Es una pena haberme perdido el espectáculo.” Musitó otra voz a la entrada de la sala de entrenamiento. Munakata no se inmutó por su presencia, Slaine en cambio se sintió algo incómodo.
“Jade-kun, te nos sumas un poco tarde a la práctica.”
El castaño hizo un ademán de manos dramático antes de cruzar y acercarse a los demás.
“Mi culpa. He tenido que atender asuntos con un buen amigo y sus malas decisiones, pero ahora puedes tener de regreso toda mi atención. Al menos puedes ilustrarme un poco del desempeño de mi pequeño hermano, ¿No, Reisi?”   
“Como he dicho antes, Slaine-kun ha mejorado bastante. No tengo dudas en que tendrá un buen desempeño para el próximo examen de admisión.”
“Gracias, lo aprecio mucho. C-Con permiso.” Respetuosamente, Slaine hizo una reverencia con la cabeza.  Al colocarse la toalla en el cuello y recoger sus pertenencias pasó al lado de su hermano y el peliazul sin agregar mayor comentario. Jade le siguió con la mirada y una sonrisa tranquila al igual que el otro rebel.

“Es difícil que un tonto cambie de parecer, ¿eh?” Jade destensó los hombros y Munakata rió levemente.
“No me sorprende otra respuesta de tu parte. ¿Te disgusta?”
“Para nada, lo que Slaine decida hacer con su vida es cosa suya. Soy su hermano mayor, no su niñera.”
"Y es un rol que llevas bastante bien. Tu hermano te admira, Jade-kun, él mismo me lo ha comentado.”
“Que conste que no he sido yo el responsable de meterle ideas en la cabeza sobre convertirse en rebel para que “siguiese mis pasos” o algo así”
“Lo sé. Por su determinación diría que se trata de un asunto un poco más complejo.” Munakata recogió sus pertenencias y se subió su bolso al hombro, Jade le siguió los pasos hasta la salida con una ligera expresión en su rostro que denotaba su curiosidad.

“Reisi.”
“¿Mm?”
“¿Slaine no te habló algo más con respecto a su postulación al examen de rebel?”
“No más de lo que imagino que ya conoces. ¿Ves? A eso me refería con que a pesar de tu siniestro genio ejerces el rol de un hermano a la perfección.” 
“Simple curiosidad.”
“Claro, así es como se le llama.”
“Lo digo en serio, siempre soy muy honesto y lo sabes, Reisi. Aunque debo reconocer que algunas de sus actitudes son algo inquietantes…” Musitó Jade al ponerse una mano sobre el mentón, pensativo. “En otros asuntos, ¿ya te asignaron una HiME?”
“Todavía no se me ha comunicado nada de ello. Me dijeron que sería algo que estaría listo dentro de los próximos días.”
“Y supongo que está de más decirte que estés preparado para cualquier cosa. Después de todo, Hanasaki siempre tiene sorpresas para deleitar a su público.”
“Eso creo.  Por ahora te voy dejando, tengo unos asuntos pendientes que tratar.”
“Adelante, yo no te quito más tiempo.”
“Nos vemos pronto.”
“Nos vemos, Reisi.”




La música y los focos de coloridas luces alternándose en el salón para la de celebración aglomeraron la pista con invitados; amigos de la novia, del novio, los colados… unos pasados de copas y otros no tanto. La velocidad con la que había ascendido el calibre de la fiesta era fascinante. Haruhi tenía que reconocer que sí había sacudido un poco los pies contagiada por la música del salón, hasta que repentinamente fue sorprendida por la espalda por la hermana menor de la novia y amiga suya, Fuuka Bellforest.

“Fuuka, ¡qué gusto!”
“Te estaba buscando, no alcancé a saludarte cuando estuvimos en la iglesia.”
“Sí, lo siento por eso. Como mi tío entró en colapso con Illya tuvimos que ayudar para guiar a los asistentes a sus respectivos asientos.”
“Oh, ¿también estaba tu hermana? Todavía no me la he pillado.”
“Illya debe de… andar por ahí, creo. Ya me tocará buscarla cuando sea turno de volver a casa al igual que el resto de la tropa con la que vine.”

Su amiga Eureka había vuelto a perderse entre el público y no tenía la menor idea de lo que había pasado con Kashima luego de que esta hubiese sido secuestrada por lo que parecía ser otra de las tantas asistentes de la fiesta que le había confundido con un chico, nada de otro universo dentro de la vida de la peliazul.

“Quién iba a pensar que realmente vendría tanta gente.”
“Eso mismo pensé. Aunque con más gente se supone que se pas-“
“Haruhi-san. Creo que te están llamando.”
“¿Ah?”
“Por allá.” Fuuka señaló con el índice en una esquina de la pista, cerca de la barra de tragos. “La amiga de mi hermana.”
“¿Eh, Ryougi?” La HiME hizo un esfuerzo en enfocar -porque con los focos multicolores del salón parpadeando en direcciones diferentes al mismo tiempo mucho no se puede hacer- la silueta de su mentora de hace tres años en el extremo indicado por su amiga.
Ryougi aparentemente justo estaba en la barra con su esposo bebiendo un trago, pero apenas se hizo el contacto visual entre ambas, Kiyotaka le dejó un beso en una mejilla y se ajustó la corbata de su traje antes de retirarse entre la multitud. La pelinegra así aprovechó el momento para acercarse hacia Fuuka y Haruhi.

“Hasta que al fin te encuentro.”
“¿Qué?” Haruhi se puso una mano cerca del oído intentando escuchar a la ex HiME, Fuuka sonrió ante el gesto.
“Mejor hablemos afuera.” Ryougi desvió la mirada hacia Fuuka. “Será breve, no voy a quitártela por mucho tiempo.”
“Ah, no se preocupe. No pasa nada.” Fuuka miró a su amiga y le hizo una seña. “Voy a estar por el otro lado.”
“¡Claro!, si te llegas a topar con una chica de cabello azul y muy parlanchina o una bajita de cabello violeta, son mis amigas.”
“Está bien, si las veo creo que las reconoceré.”

Fuuka tranquilamente se abrió paso entre los asistentes mientras Ryougi y Haruhi caminaban hacia el jardín.



“La curiosidad me mata, ¿qué sucede ahí?”
“No es nada grave, descuida.”
“Oh, yo no hablaba de eso. Más bien yo lo decía por esa imagen de pareja tan reservada que tienes con Kiyotaka-san. Veo el misterio rondando entre ustedes.”
“Burra, ambos estamos bien. Es sólo que no estamos muy dados a estos eventos.” Ryougi hizo una mueca que terminó en una pequeña risa. 
“Aww, seguro y te trae recuerdos de tu propia boda.”
“No, la mía no fue tan así. EN FIN-“Antes de poder ser interceptada en temas que todavía le resultaban algo vergonzosos de tocar, Ryougi se metió la mano al bolsillo de su abrigo para tenderle un papel a la HiME. “Mi amiga Touko es un poco atolondrada y no podía localizarte para pasarte eso así que me pidió que lo hiciera por ella. Sobre la nota, no me preguntes detalles porque ni lo revisé.”
“…¿Okay? ¿Y no era más fácil mandar un whatsapp o algo así?” La HiME arqueó las cejas confundida y comenzó a abrir el papel para leerlo.
“Hey, tu cara es un poema. ¿Tiene algo malo?”
“¿Ah? No, no… nada. Pensé que era algo más terrible en realidad.” Haruhi rió y se guardó el papel dentro del bolsito que llevaba para portar sus pertenencias. “Gracias Ryougi, lo veré con calma después en mi casa.”
“De acuerdo, pero si es algo muy delicado prefiero que no le des demasiadas vueltas al asunto. ¿Quedó claro?”
“Sí, no hay problema. De por sí ya tengo varias cosas de las que preocuparme en la universidad como para sumarle unas adicionales.”
“Ajá. Bueno, luego me cuentas como te fue-“
“Por cierto, antes que te vayas…”
“¿Mm?”
“Pasas más tiempo en casa ahora, ¿verdad? Pregunto para saber cuándo ir de visita un día después de clases.”
“Sí, más o menos. Mana me quita mucho tiempo y me ha obligado a domesticarme bastante.”
“Espero que eso no sea algo malo.”
“Para nada. En general, diría que esa niña ha influenciado bastante bien en nosotros.”
“¿Lo dices por... todo este asunto de las rivalidades del pasado entre rebels y HiMES?”
Entre los años que había conocido a Ryougi esta había encontrado una instancia para contarle a Haruhi acerca de su historia siendo HiME durante sus tiempos de instituto. Incluso si habían pasado varios años desde los acontecimientos, Kiyotaka Narumi -ex rebel- y Ryougi Shiki -una ex HiME- seguían manteniendo ciertas asperezas dentro de su matrimonio producto de los conflictos del pasado. El nacimiento de su hija al menos, había hecho que las cosas se apaciguaran parcialmente.

“Sí, algo así. Estamos bien por ahora.” Ryougi volvió a sonreír. “Te espero en mi casa, creo que todavía sabes cómo llegar.”
“Si sigues viviendo donde mismo entonces sí.”
Ryougi asintió con la cabeza y regresó al salón de eventos despidiéndose vagamente con una mano, Haruhi en tanto volvió a sacar el papel para darle una nueva mirada a su contenido.
“¿Y cómo rayos se acuerda de mí todavía?” Pensó en voz alta. El nombre de Rai Chung le sonaba, vagamente pero ahí estaba en su cabeza. El albino había sido su rebel sustituto durante el tiempo en el que Nanaya había decidido ir a darse alguno de sus místicos retiros espirituales o algo por el estilo lejos de las obligaciones de Rizembol. Ahora resultaba que aquel sujeto con el que había tenido la suerte de pelear sólo un par de veces dentro del conflicto, venía casi a imponerse para decirle que… ¿la pondría en forma? 
 
“Los rumores sí que vuelan rápido por allá.” O bien, inconscientemente había un nombre que se le venía a la cabeza cuando estos tipos de cosas tan inesperadas le sucedían. “Oh god no, Illya… ¿qué hiciste ahora?”

Por ahora necesitaba ubicar a alguien dentro del recinto con el cual hablar del tema y no dudó en meterse entre el mar de gente dentro de la pista de baile para buscar a Fuuka sin mucho éxito. Como segunda opción, Haruhi regresó al jardín y con el móvil en mano comenzó a buscar entre los arbustos y unas bonitas piletas el lugar más idóneo para tener una miserable barrita de señal en su teléfono para mensajear a Eureka… pero nada.

“-?!”


Entre su concentración con el celular, ni siquiera terminó por percatarse de la silueta que le sacaba dos cabezas de altura con la que terminaría estrellándose poco después por la espalda. En lo abrupto del movimiento –y por cortesía de su nula experiencia para caminar con tacones- Haruhi se tropezó soltando el aparato que pasó directo al suelo tal y como lo habría hecho ella también de no ser sujetada por la muñeca a tiempo.
 
“¡Woah! Cuidado con esos pies.”
“Ah, ¡discúlpame!... No te vi.” La rubia recuperó la postura casi de inmediato, con vergüenza. El hombre la soltó y se animó en recogerle el teléfono. “Ten, por suerte no se trizó la pantalla.”
“Gracias, qué alivio…” Haruhi cogió su teléfono. “Últimamente los smartphones parecen hechos de mantequilla, se rompen con suma facilidad.”
“Sí, me he dado cuenta de eso. Un amigo ha matado un par de teléfonos así por culpa de su torpeza.”
“Es fácil tirarlos y… honestamente extraño los teléfonos con botones para marcar.” Rápidamente la rubia revisó la pantalla en busca de una barra de señal pero seguía igual. “Oh vamos, necesito que esto funcione después también.” Exclamó en voz alta, olvidando por un instante que no se había alejado del hombre que la había ayudado.
“¿Problemas?”
“¿Qué- ¡Ah! No, no… o sea, sólo son asuntos de mala señal, es todo.”
“Si es muy urgente te puedo pasar el mío para que hagas una llamada.”
“No, gracias. Lo aprecio, pero no es necesario molestarse.”
“¿Segura? Por el incidente de antes cualquiera habría pensado que se trataba de algo serio.”
“Completamente segura. Perdí de vista a mis amigas hace un rato allá adentro y pensé en reagruparnos pero considerando la hora, ya da igual.” Haruhi insistió mientras comenzaba a reparar en el parche que cubría el ojo izquierdo del desconocido. Qué inusual.
“No te culpo si las perdiste, hay un montón de caras que creo que es primera vez que veo allí adentro.” Rió. “La feliz pareja se traía toda una fiesta entre manos~”
“¿Es amigo de los novios o un-“
“¿Colado? Para nada.” Rió, divertido. “Conozco personalmente a los novios. Katsuya de hecho es algo así como mi jefe.”
“¿Mi tío es tu jefe? Vaya, no me lo habría imaginado. En especial porque nunca habla del trabajo cuando lo veo.”
“¿Sí? Bueno, quizás no nos topamos allá en la ceremonia cuando-- Espera, ¿eres sobrina de Katsuya?”
“Uh sí, es mi tío por el lado materno de la familia.”
“Increíble.”

Haruhi no tuvo ni dos segundos para procesar como es que el hombre se inclinaba más frente a ella y le estudiaba fijamente con su único ojo. Inevitablemente comenzó a arquear las cejas de mala gana cuando la inquietud que le generaba la actitud del hombre se hizo más notoria.

“Em… ¿hay algún problema?”
“No es que, de verdad me cuesta creerlo. Hija de Chitose-sensei, ¿eh?”
“¿Conoce a mi mamá?”
“Algo así. Es una historia compli-“
“Ya, seguramente fue uno de sus alumnos.”
“¡Hey, eso fue jodidamente rápido! ¿No has pensado suplantar a tu tío en el trabajo?” Bromeó, divertido. “Por cierto, no es necesaria tanta formalidad, no estoy tan viejo todavía.”
“Disculpa, no fue mi intención ofenderte, em…?”
“Worick. Worick Arcangelo.” Acompañado de su presentación, Worick le guiñó el ojo. “¿Y con quién tengo el gusto?”
“Haruhi Lee, la hija mayor de Chitose.”
“¡¿Mayor?!”
“Sí, tengo una hermana con la que me llevo por un par de años. Anda por aquí también.”
“Tantas cosas de las que uno se entera de golpe~” Dramatizó con un puchero. “Me hacía falta actualizarme.”
“No sé si son cosas muy importantes actualmente porque bueno, han pasado varios años.”
“Al contrario, me gustaría oír más.”
“¿De verdad?” Haruhi inevitablemente evidenció la confusión en su tono de voz al preguntar, algo que no tardó en ser percibido por el más alto.
“Oh, no. Es decir, no es el momento más apropiado para eso.” Worick se aclaró la garganta y volvió a sonreír con soltura. “Es una fiesta, la gracia es divertirse.” La HiME pudo percibir la intención del mayor por arrastrarla de regreso a la pista de baile y sudó en seco. Es cierto que había tratado de encontrar a sus amigas –y a su hermana- hace un rato ahí adentro, pero ahora lo único que quería era sentarse en un rincón, quitarse los endemoniados tacones y- “¿No quieres ir a bailar,  Haruhi-chan?”
“No bailo, soy muy tiesa para eso y—“


“I NEED A HERO~” Una melodiosa y conocida voz la interrumpió. “I’M HOLDING OUT FOR A HERO ‘TIL THE END OF THE NIIIIGHT”
“…”
“Déjame adivinar, una de tus amigas extraviadas, ¿no?” Worick arqueó las cejas y observó con la misma estupefacción de la HiME a una chica cantándole a una figura de la fuente principal del jardín.

Haruhi suspiró con pesadez y se pasó una mano por la cara antes de voltear hacia Worick.

“¿Me disculpas?” Hizo unos gestos tímidos con la mano para señalar a su amiga.
“Adelante, no hay problema. Parece serio.”
“Gracias.” La HiME se despidió respetuosa con un gesto de cabeza antes de salir corriendo hacia la fuente. Toda la timidez se esfumó en un parpadeo. “¡KASHIMA BÁJATE DE AHÍ!”

“¡Haru, apareciste!” Kashima dejó a su musa de la fuente en paz antes de ir a abrazar a su amiga cariñosamente. “Perdóname, tú sabes que te quiero mucho. No creí que te harías humo de la fiesta por mi culpa.”
“Kashima, estás ebria. ¿Qué acaso no te ibas a moderar?”
“¡No estoy ebria!” Balbuceó, arrastrando las palabras. “Perdón Haruuu, no volveré a pedirte que me ayudes a robarme un maniquí del taller de patronaje.”
“¿Eso cuándo pasó?” Haruhi sacudió a su amiga para intentar quitársela de encima. “Ni siquiera estamos en el mismo laboratorio mujer, claro que estás ebria. ¿Dónde dejaste a Fuuka?”
“¿Fuuka? Oh, oooh ella. Sí, la vi… pero luego le dije que iba al baño y entonces terminé aquí. Creo que confundí las salidas.” La chica frotó su cabeza contra el hombro de la rubia. “HARU PERDÓNAME LA MNHG-” Antes de poder seguir gritando, gentilmente su amiga se encargó de taparle la boca con una mano. “Ya estuvo, nos vamos. Voy a llamar a tu hermano para decirle que te vas a quedar en mi casa.”

Pero todavía le faltaba ir a por su hermana antes de pensar en largarse y entrar con Kashima al salón para ello no parecía ser una opción…
Suerte de que el tal Worick Arcangelo estuviese todavía ahí mirando entre curioso y divertido la escena montada por su amiga.

“Am, sé que sonará raro pero… ¿Puedo pedirte un favor?” Musitó la rubia al acercarse al mayor nuevamente. “¿Te puedes quedar con ella un poco? Tengo que buscar a mi hermana adentro para poder irme a casa.”
“¿Yo? Uh…” Worick desvió la mirada hacia el bulto humano de Kashima sobre un hombro de Haruhi y soltó un suspiro resignado. “Seguro, la dejaré sentada en una banca mientras tanto.”
“¡Gracias te debo una!” Haruhi colocó las manos sobre los hombros de la peliazul para quitársela de encima. “Kashima, no te muevas de aquí. Voy a por mi hermana adentro y regreso enseguida.”
“Claro, si eso hace que me perdones la vida no hay problema todo lo que tenga que esperar Haru-chan.”
“…”
“Okay, allá voy.” Inspirando con pesadez, la sobria HiME se encaminó de regreso al bullicio.

La lista de favores que le quedaría debiendo a otra gente –actualmente encabezada por el Worick Arcangelo que acababa de conocer y de su pobre amiga Fuuka- seguiría yendo en aumento a partir desde ahí.
« Last Edit: May 22, 2016, 03:40:09 AM by Haruhin »


Deidara

pronto edito con icons :<

#10


“Y bien, Deidara. ¿Qué te parece si empezamos a hablar de lo sucedido tres años atrás?”

Deidara no sabía si estaba lista para el combate final, pero lo que sí que sabía, era que se moría de ganas de partirle la cara a su Rebel. Hiei le esperaba con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro que Deidara le quería borrar a base de puñetazos. Tenía sus manos desnudas, ni rastro de su katana. A pesar de parecer no gran cosa, Hiei podía llegar a ser muy peligroso.

“Te veo muy confiada, Genbaku,” murmuró Hiei, apretando sus puños, mientras Deidara se acercaba a una distancia prudencial a su enemigo.
“Sé que voy a ganarte.”

En sus anteriores encuentros, Deidara no había tenido tanta suerte como esperaba. Hiei era un rápido luchador, que compartía muchas similitudes con Deidara, como era el uso de poderes mentales. Capaz de leer mentes, al igual que Deidara, haciendo el combate todavía más complicado. Tenía un mayor dominio que Deidara sobre estos poderes, siendo complicado conseguir leer cada uno de sus movimientos. Aun así, mientras Deidara poseía la fuerza, Hiei tenía la agilidad. Era rápido, haciendo todavía más difícil el conocer cada uno de sus movimientos.

Su uso de la katana era extraordinario, y Deidara se encontraba a la par en ese aspecto, habiendo entrenado durante cientos de horas con su hermano Kurogane. La katana de Hiei, era delicada pero certera. La de Deidara, su Zanpakuto, era capaz de transformarse en un peligroso enorme cuchillo que la HiME había conseguido dominar con el tiempo, gracias a su sobrehumana fuerza.

Pero esta vez, no pudo ver la katana de Hiei. Lo cual no le dio muy buena espina, ya que eso significaba que el Rebel tenía algo tramado.

“¿Has venido sola esta vez? ¿Seguro que así podrás contra mí?” La pelirroja se mordió el labio, evitando no dar un respingo ante esas palabras, bajando la guardia por un momento.
“Cállate.” Deidara sabía que Hiei hablaba de su Key, a quien Deidara no había querido involucrar. Sabía que era peligroso tener a Zoro cerca, ya que en más de una ocasión había podido comprobar lo sucio que podía jugar Hiei si lo quería, llegando a usar a sus propios amigos contra ella, controlando mentalmente a Zoro y enfrentando a ambos.
Hiei sonrió, “es una pena, sabes que siempre es un placer para mí poder ver a tu amigo… aunque ha dejado de ser un reto para mí. Siempre me lo ponéis tan fácil, tú y él.”
“No necesito a nadie para vencerte. Solos tú y yo.”

’Y Zanpakuto’, pensó Deidara, a quien todavía no había invocado

Hiei parecía no querer borrar aquella sonrisa de su rostro.

“¿A qué esperas? Ven.”

Y Deidara lo hizo, pero no porque Hiei se lo hubiese obedecido – no iba a dejarle controlarla.

Hiei se movía ágilmente, esquivando uno y cada uno de los puñetazos que la chica enviaba hacia su dirección. Concentrándose sólo en eso, en golpear y acertar, la HiME decidió dejar de lado por el momento sus poderes mentales, pero se aseguró de mantener la barrera alta, impenetrable, para que Hiei no fuese capaz de leerle.  Aun así, habían sido muchos los combates que ambos habían luchado, y ya se conocían demasiado bien. Deidara se sabía los movimientos de Hiei, Hiei conocía todos sus ataques y todos sus puntos débiles. Haber tenido el mismo Rebel durante tantos años tenía tanto de bueno como de malo.

Deidara propinó un puñetazo en la dirección de Hiei y éste logró esquivarlo, pero el puñetazo iba con tanta fuerza que Deidara se desestabilizó y acabó golpeando el suelo y haciendo un considerable agujero. Hiei observó la escena, divertido, a escasos metros de ella, pareciendo tomarse un descanso.

“Creo que no es al suelo, a quien debes vencer.”
“Cállate,” murmuró Deidara entre dientes. Hiei siempre sabía cómo ponerle de los nervios.

Soltó una bocanada de aire, volvió a cogerlo de nuevo, y se impulsó hacia Hiei, aprovechando la fuerza de sus piernas. Sólo que esta vez decidió sorprenderle, convocando a Zanpakuto rápidamente entre sus manos. La enorme espada no tardó en aparecer, y Deidara pudo dirigir su siguiente ataque hacia Hiei. Él, rápido como siempre, desenvainó su espada, escondida bajo sus ropas, y paró el ataque de Deidara, haciendo gala de su agilidad. Pareció sonreír ligeramente – Hiei sabía apreciar un buen combate.

El combate apenas avanzaba. Ataque que lanzaba uno, ataque que el otro o bien esquivaba, o bien devolvía. Ni uno ni el otro tenían ni un solo rasguño, e intentar colarse en la mente de Hiei no estaba dando resultado alguno, tenía su barrera alta y fuerte. A pesar de ser más grande, Zangetsu parecía estar en igualdad de condiciones que la katana de Hiei, cosa que le hacía sentir inferior. No quería pensar en cómo sería el combate si tuviese una katana igual que la de Hiei, no quería pensar en estar en desventaja. En parte, le hacía sentir débil. No había aprovechado su entrenamiento al máximo, ni estaba haciendo buen uso de sus habilidades.

La pelirroja trató dominar el combate haciendo uso de su fuerza. Su espada chocó contra la de Hiei, e hizo fuerza, empujando hacia adelante, desestabilizando ligeramente a Hiei, momento en el que aprovechó para esta vez sí, darle la patada que antes se había merecido el Rebel. Sonrió cuando vio a Hiei caer contra el suelo. Verle caer sentaba tan bien.

No iba a darle Hiei ni un solo segundo de ventaja o descanso. Deidara decidió su próximo ataque – una certera patada que lanzó la espada de Hiei lejos, fuera de su alcance. Indefenso, Hiei yació en el suelo. Apenas se movió, lo cual en un principio no le dio buena espina, pero no era momento para pensar en aquellos pequeños detalles. Sin soltar su katana, Deidara se acercó a Hiei, casi arrodillándose junto a él.

“Pienso hacer que te arrepientas de todo,” susurró, como si de un secreto se tratase.

Y ante eso, Hiei tan sólo sonrió.

“Lo dudo.”

Hiei chasqueó los dedos, y lo siguiente pasó demasiado rápido. Notó a alguien tras ella, y a continuación le estaban agarrando los brazos e inmovilizándola desde atrás. Deidara preparó su codo para estamparlo contra las costillas del cuerpo detrás de ella, pero paró cuando reparó en quién era.

Zoro.


Le había dicho que se mantuviese alejado, pero no lo había hecho. Había vuelto a caer en el control de Hiei.

Deidara pataleó, pero no lo suficiente como para herir a Zoro. No quería hacerle daño.

Desde el suelo, Hiei sonreía, satisfecho consigo mismo. Se levantó y sacudió el polvo de su túnica. “No esperabas la sorpresa que tenía preparada, ¿verdad?” Preguntó con aquella sonrisa.
Deidara tuvo que morderse el labio para no soltar una serie de improperios. Ganas no le faltaban. “Juegas sucio.”
“Eres demasiado fácil,” fue la respuesta de Hiei.

Hiei sólo tuvo que hacer un gesto para que Zoro soltase a la HiME. Ésta trató de moverse, pero estaba completamente inmovilizada. No podía mover ni una sola articulación. ¿Qué estaba pasando? Hiei nunca había mostrado aquella clase de poderes. Algo iba mal, no pintaba bien.

Como sin vida, Zoro caminó hacia Hiei, aguardando a su izquierda. El control que estaba teniendo Hiei sobre Zoro era enorme, si de aquella forma se estaba moviendo. Parecía no mostrar emoción alguna.

“Curioso que cuanto más cerca de tu Key estás, el que se supone que debería aumentar tus poderes… más débil pareces,” dijo Hiei.
Deidara no quería entrar en sus juegos, pero no iba a dejar que el Rebel la ningunease. “Eres… gilipollas.” La pelirroja se golpeó mentalmente. ¿Eso era lo que mejor se le ocurría?
Hiei rió. “No tengo ningún interés en ti, HiME. Cumplí mi propósito como Rebel hace tiempo, y conseguí lo que quería. Pero,” tomó un pequeño silencio, “los de arriba no parecen pensar lo mismo. Creen que debo destrozar cada pequeña pieza de ti que quede. Y,” ladeó su cabeza hacia un lado, señalando a Zoro, “sé que ésta es la mejor forma de hacerlo.”

Vio a Zoro coger la katana de Hiei. Sabía lo que venía a continuación – dolor. No quería ni ver el rostro del peliverde cuando éste le clavase la katana, así que cerró los ojos con fuerza.

Sólo que el momento, nunca vino.

Cuando los abrió, pudo ver a Zoro entregar la katana a Hiei, quien, como respuesta, pateó a Zoro, tirándole al suelo. El Key cayó, impasible.

“¡Zoro!”

Deidara quería moverse, pero no podía. Inmóvil, tuvo que ver como Hiei golpeaba repetidamente y sin descanso a su amigo, quien caía y volvía a levantarse, como si de un robot se tratase.

No se defendía, apenas hacía nada. No mostraba sentimiento alguno mientras Hiei le destrozaba.

Le gritó a Hiei que parase, pero éste pareció no escucharle. Hizo caso omiso y continuó con su letanía de ataques. No sabía si Hiei pretendería soltar a Deidara de su misterioso agarre, pero si lo hiciese… Deidara tenía claro que iba a partirle la cara a Hiei una vez éste le soltase. Se aseguraría de que Hiei acabaría arrepintiéndose.

Cerró los ojos, con fuerza. No podía seguir viendo aquella escena, estaba siendo demasiado para ella… ver a Zoro caer, una tras otra vez, y saber que ella estaba siendo la culpable de todo. Y fue en ese justo momento, que vio algo. Los abrió como platos, fijando su mirada en el suelo.

El suelo estaba completamente impoluto.

¿Dónde estaba aquel agujero que había hecho en el suelo?

Abrió la boca, como si fuese a decir algo, pero volvió a cerrarla. Hiei no parecía haberse dado cuenta de nada, ya que él seguía atacando a Zoro sin cesar. Pero Deidara ya no le prestaba atención a aquello. Algo iba mal. Estaba segura que había hecho una importante grieta en el suelo cuando estampó su pierna contra éste, pero no podía visualizarla.

Cerró sus ojos. Trató de poner la mente en blanco, tal y como Sanji le había enseñado cientos de miles de veces en sus entrenos, para así evitar el control de Hiei. Y una vez consiguió poner su propia mente en blanco, buscó. Buscó a alguien, a algo, en su alrededor. Buscó aquellas voces que siempre escuchaba, la de los pensamientos que la gente a su alrededor no podía acallar y siempre estaban allí.

Silencio absoluto.

Tampoco podía escuchar a Zoro quien, aunque siendo controlado, se encontraba allí, a escasos metros de ella.

Algo iba mal, y sabía de qué se trataba.

Aquello no era el mundo real, y no había otra posible explicación.

Hiei se había metido en su mente de tal manera, que le había estado haciendo ver otro tipo de realidad. Todas las imágenes que estaba viendo, todo lo que estaba viviendo, estaba siendo proyectado por Hiei. Por el Hiei real, no aquel que se encontraba allí, atacando a Zoro sin cesar. Recordó el momento en el que Hiei mencionó a Zoro, y como ello le hizo bajar la guardia. Tuvo que haber sido en aquel momento que Hiei consiguió establecer su control sobre Deidara.

Con sus ojos todavía cerrados, trató de encontrar una brecha. Todo estaba oscuro. Necesitaba salir de allí, enfrentarse al Hiei real y no a aquella imagen frente a ella. Todo seguía oscuro, pero continuaba encontrando…

Vio una brecha. Luz – literalmente, luz, podía visualizar por allí un halo resplandeciente de luz, y supo que aquello era la salida, que Hiei no tenía sus barreras tan altas como él creía. Y se estiró hacia allí, su brazo imaginario tratando de alcanzar aquel agujero por el que quería salir…


Hiei estaba frente a ella. El Hiei real, con la guardia bajada. Y ésta vez, sí que le tenía, y no iba a poder defenderse. Iba a asegurarse que se arrepentiría de todo aquello, todo lo que le hizo ver, por todo lo que le hizo sufrir durante todo aquel tiempo. Su puño se estampó contra su rostro, y esta vez supo que era real, por la forma en que lo sintió.

Le golpeó, una y otra, y otra vez. Y no paró, y Hiei apenas pudo defenderse, apenas pudo parar los ataques continuos de Deidara.

Nunca pararon.

# # #

Sabía que después de la conversación que había mantenido con el doctor Banner el día anterior aquella era una mala idea, pero de la noche a la mañana, había tomado una decisión.

Recordar la batalla con su Rebel no había sido una buena idea. Había recordado lo mal que lo había pasado, cuando Hiei proyectó aquellas imágenes sobre su mente, haciéndole ver sufrir a una persona muy querida para ella. Haber visto a Zoro siendo la diana de todos aquellos ataques había sido una de las peores sensaciones del mundo. Su Rebel había jugado sucio, tres años atrás.

Fue en aquel entonces que había decidido que no podía ser en Hanasaki, que todo el asunto de las HiMEs le venía muy grande. También vio cómo había hecho pasarlo mal a la gente de su alrededor, a todos aquellos que se habían visto involucrados. Kurogane, aceptando ser su Knight. Zoro, quien acabó por convertirse en su Key y más tarde se propuso como Meister… Deidara había sido un peligro para ellos, se habían visto envueltos en todo ello por su culpa. Había visto demasiadas imágenes que quería borrar, y sumado a todo lo que pasaba por su cabeza en aquel momento, huir del país había sido la mejor opción en el momento. Por si fuera poco… Hiei. El combate final.

Deidara nunca supo qué había sido de Hiei. Pero sí recordaba como en aquel momento el poder le había emborrachado. Fue capaz de hacer que Hiei se sometiera ante sus golpes, fue capaz de hacerle caer una y otra vez, con su simple elemento, la fuerza. El poder le había gustado, y no le dejó parar, propinando a Hiei golpe tras golpe… hasta tal punto que llegó a no reconocerse, a darse miedo a sí misma. Situación que no había querido volver a repetir… hasta que lo recordó.

Sí, se había dado miedo a sí misma… pero sí, aquello era algo que ya sabía de antes, y que volvía a reconocer. El poder le gustaba, lo echaba de menos. Saber que era más fuerte que todo aquel a su alrededor… Quería aquello de vuelta.

Y era mala idea, sobre todo en aquel momento, después de haber recordado todo aquello, pero (creía) había tomado la decisión.

Miranda no tardó en hacerse esperar. Su oficina pronto estuvo libre para Deidara.

“Estoy lista para tomar la prueba HiME.”
« Last Edit: July 31, 2016, 11:38:59 AM by Deidara »


Kora

o3.



Hanasaki.

Desde la entrada, tanto el instituto como el campus universitario parecían academias normales, si bien lujosas, tanto en tamaño como en instalaciones. Viendo a los estudiantes que se tomaban la tarde libre paseando por el césped del jardín de entrada como los que iban arriba y abajo cargados con bolsas de deporte, nadie imaginaría que tres años atrás, había sido un campo de batalla. Kora tomó una larga bocanada de aire antes de seguir por la senda  de piedra que daba al edificio principal.

¿Habían pasado de verdad tres años? Con cada paso sus alrededores se le hacía más familiar el camino, uno que había recorrido muchas veces.

Recordaba la primera vez: una supuesta ‘huérfana’ que sentía por una institución de clase alta apatía en el mejor de los casos, y desconfianza en el peor de ellos. Aquellos sentimientos no tardaron en cambiar, convirtiendo sus recuerdos en una mezcla agridulce. Volviendo a Hanasaki después de una excursión, riendo con sus amigas. Arrastrándose de vuelta, herida después de escapar por poco de un encuentro con su Rebel. Escapando tomada de la mano de su novio. Corriendo hacia la ciudad al lado de sus compañeras HiMEs para detener el ataque de Rizembool.

Pero sobretodo, recordaba cómo había vuelto tras el ataque final de Hanasaki. Recordaba la sensación de la sangre, pegándose a su piel, esparciéndose en su boca. A su lado, Madoka caminaba con la cabeza agachada, en silencio. Había tenido que llegar cojeando, pues su Knight llevaba a hombros a un inconsciente Ky, pero apenas notaba el dolor en su pierna cuando su mente no dejaba de repetir lo ocurrido una y otra vez--

Lo sucedido al final de su carrera como HiME había quedado enterrado, e iba a asegurarse de que permaneciera así.

Se quedó unos momentos embelesada al entrar al edificio. Aunque la entrada era espaciosa, recordaba a Hanasaki como un edificio aún más grande; era algo reconfortante no sentirse tan pequeña como su mente quería hacerle creer. Poco había cambiado, incluso tenían al mismo chico de barrendero limpiando los suelos. Al verla, levantó la mano en saludo, y Kora le devolvió el gesto. ¿Recordaría que era una HiME o sólo estaba siendo educado? Fuera como fuera, para prevenir conversaciones incómodas, tomó rápidamente el camino que sabía que daba a las oficinas de Hanasaki.

Cuando llegó al pasillo, en la pantalla de su móvil marcaban las seis en punto, la hora a la que había sido citada, y llamó a la puerta.

Fran fue quien la recibió primero. La mujer seguía igual que siempre: imponente tanto por su altura como por su mirada escrutinizadora. Kora se quedó en el sitio, sin saber cómo reaccionar. ¿Cuál sería la manera correcta de saludarla? ¿Cálida o formal? Por suerte, Fran resolvió el problema antes de que Kora quedara en ridículo nada más volver a Hanasaki, tendiéndole una mano.

- Bienvenida de nuevo, señorita Lionheart. Pasa.
- Gracias.

Kora entró en la oficina con paso inseguro. Miranda estaba sentada en su escritorio, organizando papeles, pero levantó la vista hacia ella nada más entró. Al igual que su asistente, la directora de Hanasaki mantenía su aspecto afable aunque cansado, vestida en un estilo elegantemente sobrio. Antes de sentarse frente a la directora, Kora no pudo evitar que su mirada se posara sobre todas las fotos que llenaban las paredes de la oficina.

- Todas tenéis la misma reacción. - Dijo Miranda, riendo suavemente. - Bienvenida, Kora.
- Oh, perdón, no quería…
- No te preocupes, puedes mirar todo lo que quieras. Hablaremos cuando estés lista.
- Gracias.

Reconocía a muchas personas en aquel muro de los recuerdos. HiMEs, Keys, Knights, Meisters y un montón de animales que imaginaba que eran Childs. No tardó en encontrar fotografías en las que saliera ella, saliendo en un par de fotos de grupo, y en algunas con Ky y Madoka. Una le llamó especialmente la atención: salían los tres junto al leopardo de las nieves que era su Child, Madoka rodeándole el cuello con los brazos y Kora y Ky agazapados detrás. Kora se acercó a la fotografía, descolgándola para observarla bien. Parecían tan felices…

Aquella foto le era muy familiar, y a los pocos segundos se dio cuenta de que Ky tenía aquella foto en su apartamento. Sintiendo un peso en el estómago, colocó la fotografía en su sitio. A diferencia de Ky, ella no conservaba ningún recuerdo físico de los tiempos en Hanasaki aparte de su kodachi. Sus fotografías de aquella época eran escasas, y desde luego, no las tenía a la vista en su casa.

- Perdón. Ha pasado tanto tiempo… - Suspiró al sentarse en la silla.
- Lo entiendo perfectamente. Gracias por volver, Kora. No estaba segura de que fueras a volver, y es una grata sorpresa que hayas decidido hacerlo.

Al escuchar a la directora no pudo evitar sentirse culpable. Estaba mintiéndole, colaborando para lo que podría ser un apocalipsis económico para Hanasaki y Rizembool. El segundo no le importaba, pero al encontrarse con el trato amable de Miranda, sintió el peso de lo que estaba haciendo. Mantener el contacto visual, tal y como le había enseñado la señorita Straits, se le iba a hacer difícil.

- Oh, um… sé que he tardado en contestar al mensaje, pero necesitaba pensármelo un poco. No ha sido fácil.
- No lo es. No sabes cuánto te lo agradecemos. En estos momentos cada HiME es un recurso inestimable, especialmente las que ya tenéis experiencia.
- Entiendo. ¿Han vuelto muchas?
- Algunas. - El gesto de Miranda se ensombreció por unos momentos, dejando ir un largo suspiro. - No todas están muy contentas con la situación. Tú, como HiME, sabes bien todos los pesares que vienen con el título… Pero no quiero desanimarte nada más empezar. ¿Cómo te ha tratado Francia?
- Muy bien, gracias. Ahora estoy en tercero de Derecho.
- Ah, me alegro. Veo que no has traído a Ky Kiske contigo… ¿no ha querido?
- N-no. - La sonrisa de Kora se le heló en los labios, e inmediatamente bajó la vista. - Quiero decir, no se lo he dicho. Creo que en estos momentos… es lo mejor…
- Perdona que sea tan directa, pero es necesario saber estas cosas. ¿Ha ocurrido algo entre los dos?
- No, no, para nada. Pero Ky ahora está en la academia de policía, y no quiero-- bueno, es una carga ser HiME, y ser Key también, ¿no? así que… no le he contado que voy a volver a ser HiME.

Lo mejor era contarle aquello a Miranda, y evitar perderse en su propia red de mentiras. Por la expresión de la mujer, dedujo que aunque no estaba de acuerdo con su decisión, lo comprendía. Quizá otras HiMEs estuvieran en situaciones similares.

- Sin el refuerzo de tu Key y tu Child, estarás en cierta desventaja. - Intervino Fran con tono severo.
- Lo sé. Lo sé… pero creo que me las podré apañar. Madoka Mawari me enseñó bien.
- Es tu decisión. - Sentenció Miranda. - Hablando de la señorita Mawari, te espera una grata sorpresa.
- ¿Cómo…?
- Madoka es una estudiante de Hanasaki, empezando este año.
- ¿En serio? ¿Madoka?

Al irse de Hanasaki, Kora recordaba que Madoka había regresado a su hogar para seguir con la tradición familiar. El contacto había sido irregular, y las últimas noticias que había tenido de ella habían sido unos meses atrás para felicitarle el año nuevo.

- La señorita Mawari era candidata a HiME…
- ¿Qué? ¿Madoka es una HiME? - Interrumpió Kora. Inmediatamente se sonrojó, tratando de recuperar su compostura.
- Desgraciadamente… no.
- Oh. Es… es una lástima.

Interiormente, Kora agradecía que Madoka no tuviera que verse inmiscuida en el futuro ataque legal del bufete. Si no era HiME, no tenían por qué vincularla a Hanasaki más allá de ser una víctima como estudiante.

- Lo es. Para respetar su privacidad, ella te puede explicar los detalles de la situación. De todas formas, seguro que le animará que hayas vuelto, Kora.
- Hablaré con ella.  - Asintió.
- Antes vas a tener que firmar varios documentos para confirmar tu traspaso a la Universidad de Hanasaki. - Miranda le tendió un dossier de cierto grosor, y Kora le echó un vistazo rápido a la letra pequeña del dossier. Nada fuera de lo ordinario. - Y una vez termines… ¿estarías lista para hacer hoy tu prueba HiME? Hay un hueco en el auditorio en una hora.

Kora levantó la vista de los papeles, bolígrafo en la mano a punto de firmar en el primer acuerdo de traspaso. Se había preparado para integrarse rápidamente a la vida HiME, y sabía que tardaría un par de días como máximo, pero la idea de hacer su prueba tan pronto indicaba el punto de no retorno.

Una vez pasara la prueba, sería una HiME hasta el final. Fuera cual fuera.

- Puedes tomarte más tiempo, aunque no disponemos de mucho más.
- No hace falta. - Tragó el nudo que se le había formado en la garganta. - Estoy lista.
« Last Edit: July 01, 2017, 03:55:25 PM by Kora »


Sayi

Atrás quedaron esos tiempos de mandarse fics de 13k antes de probación ;_; ya no puedo maratonear en word anymore /sobs


Episode 14 — Green and Blues

“NO.”
“Hige…” Sayi intentó encontrar una respuesta, pero al no saber qué decir se quedó en silencio un par de segundos. Entonces guardó un par de camisetas en su maleta y se limitó a decir “No hay nada que pueda hacer”
“¡Puedes decirle que no! ;_;”
“Pensé que querías verlo pronto” aseveró Sayi y Hige hizo un puchero “Bueno, no hay nada que hacer. El ya te compró el pasaje”

Hige se tiró sobre la cama y gruño en una almohada. Sayi continuó armando su maleta, y tras guardar la secadora de cabello, sus ojos pasaron por encima de su teléfono. Esa mañana Taikoubou le había escrito para decirle que le había conseguido el pasaje a Hige para que fuera a visitarlo a Beijing ese fin de semana.

Pero al parecer hubo un malentendido de por medio, pues era este mismo fin de semana que irían de paseo a la casa en las montañas —el viaje que Hige había anhelado por varios días.

“¡Pero-pero Kaien está por llegar!”
“Kaien se quedará una semana, lo verás hoy, y cuando regresemos todos”

Hige se sentó y se cruzó de piernas. El Child se quedó observando cómo la pelirrosa continuaba armando su maleta con tanta parsimonia mientras el buscaba ideas para salirse del viaje obligado a Beijing.

Quería ver a su papá, claro que sí, pero el viaje podía postergarse sin mucho problema si Sayi reclamara por el, ¿cierto?

“Yo esperaría que pedirías pasar más tiempo conmigo u_u…” empezó Hige “Algo no cuadra aquí…”
Sayi miró al castaño “¿A que te refieres?”
“Pues, ¿no se podrías decirle que postergue el viaje un par de semanas?” continuó Hige y Sayi negó con la cabeza “¡El pasaje podría volver a comprarse sin problemas! Bou tiene dinero, nosotros tenemos dinero…”
“No, nosotros no tenemos dinero. Hiro es quien tiene dinero. Me sabría mal pedirle algo, e igual no estaría bien gastar dinero por un mismo pasaje, ¿no crees?” Hige puso los ojos en blanco pero la pelirrosa siguió “Además lo último que quiero es ponerme a discutir con Taikoubou por un pasaje"
“¡No seas así mami! Ohh, a menos que…” pero antes de que Sayi dijera algo Hige la cayó con la noticia “Seguro quieres que espíe a papi y a la chica con la que anda saliendo, ¿cierto? Such a sneaky mami”

Sayi alzó las cejas y Hige quedó en silencio. Un par de segundos después, el castaño cayó en cuenta que había dicho algo que no debía.

“¿Taikoubou esta saliendo con alguien?” preguntó la pelirrosa con una sonrisa interesada. La mirada de Hige corría por el rostro de su HiME, pero era difícil leer su expresión.

El gato estaba suelto y no había manera de retractarse de lo ya dicho. Sayi esperaba una respuesta y el castaño bajó la mirada apenado.

“Pues, las últimas dos semanas ha salido en varias fotos con una chica, y leyendo los comments pues… eh” el Child jugaba con sus dedos, incómodo “Pensé que sabías, cómo dijiste que quedaron como amigos”
“Ah, no te preocupes” Sayi casi no había entrado a Facebook desde que regresó de Beijing, por lo que supuso era normal estar desactualizada. “Estas cosas son así”

Pero aún así, ¿era su imaginación?, ¿o había sido algo rápido? Ichigo no le había mencionado nada al respecto y seguro el debía saber algo. A decir verdad, virtualmente nadie le había preguntado por Taikoubou desde que regresó de China. ¿Quizás todos ya habían visto las fotos que vio Hige, y nadie quería hacerla sentir mal?

Pero ese no era momento de pensar en ello.

“Hige, ¿desde cuándo tienes Facebook?” le preguntó Sayi con una sonrisa y un cambio de tema que el castaño sintió desencajaba con ella.
“Desde los tres días que regrese…” respondió el Child “¡Oh pero no te preocupes! Lo primero que hice al hacerme la cuenta fue entrar a tu perfil tu y marcar nuestra relación madre e hijo uwu”
Sayi rió “Me alegra” y tras quedar en silencio, Hige cambió su actitud.
“Mami, lo siento, pensé que sabías” se disculpó “¿Estás bien?”

La pelirrosa asintió con la cabeza pero no dijo nada. Pensó que estaba bien, pero por alguna razón las palabras no vinieron a ella.

La puerta se abrió en ese instante e Ichigo ingresó triunfante en la habitación de Sayi.

“¡Llegó por quién lloraban!” anunció a todo pulmón.

Sayi sintió su corazón darle un vuelco al escuchar esas palabras. No culpaba a Hige, pero la noticia había cambiado por completo su percepción de las cosas. Y es que si bien sabía a quien había ido a recoger Ichigo del aeropuerto, así como sabía quién era la persona que entraría a su habitación en segundos… su corazón se encogió al desear que fuese Taikoubou quien cruzara la puerta.

Y se odió por ello.



Sayi sonrió al ver a Kaien detenerse junto a su mellizo.

“Podrías haberme ayudado con las maletas” le recriminó a su hermano, pero Ichigo se encogió de hombros.
“Eres más fuerte que yo, así que no te fue problema ¿cierto?” respondió el rubio “¡Además! ¡Yo vine cargando la noticia de tu llegad—!”

Pero en respuesta el pelinegro estampó una maleta contra el estómago de su hermano, dejándolo agonizando en el suelo.

“Hige, ¡tanto tiempo!” celebró Kaien, y Hige corrió a darle el encuentro. El pelinegro lo levantó y le dio una vuelta en el aire antes de dejarlo en el suelo “¡No has cambiado nada!”
“¡Pero tu sí! ¡Estás más alto y te ves aún más fuerte!” continuó emocionado el Child. Entonces corrigió su postura y juntó ambas piernas cual posición militar “¡He mantenido a mi mami a salvo! o_ó”

Kaien sonrió complacido y despeinó su cabello. Entonces se giró hacia Sayi y la pelirrosa sonrió de oreja a oreja.

No había visto a Kaien desde su última visita hace tres meses. Y es que si bien tres meses no era mucho tiempo, Sayi había sentido su ausencia más de la cuenta teniendo el asunto HiME en cuenta. Hace tres años Kaien había sido su Meister y Knight, y aunque esos tiempos hubieran quedado en el pasado, había extrañado tenerlo cerca.

Lo abrazó y Kaien le devolvió el gesto. La sostuvo fuertemente y la pelirrosa tuvo que hacer un esfuerzo por contener las lágrimas. Y es que tener a su Key, y su Meister y Knight tan lejos de ella… no podía evitar preguntarse si había hecho algo mal.

“¿Has estado entrenando?” fue lo primero que le preguntó el pelinegro apenas rompió el abrazo “¿Cómo te va con la espada?”
“He estado practicando bastante. Aún no recupero la agilidad que tenía hace tres años, pero no me falta mucho” respondió Sayi “Y con la espada me va bien, dado que es de madera. A decir verdad quede en encontrarme con Soujirou la próxima semana para discutir al respecto”
Kaien aguzó la mirada “¿Y por qué tienes que verlo a él? Yo te puedo ayudar con lo que necesites”
“Lo sé, pero quiero corroborar si la espada que tengo es en verdad igual a la suya. O si fue una paranoia mía o algo”

Kaien torció los labios, pero no lo quedó más que suspirar rendido.

“Entonces me tocará ir contigo” dijo. Sayi le restó importancia con las manos, pero el pelinegro se negó “Se que has hecho las paces con él, pero ese no es mi caso. No hay manera que estaría tranquilo estando aquí y dejándote ir sola”
“¡Oh entonces yo también voy <3!” se sumó Hige, abrazándolos a ambos “¡Iremos los tres!”
“Yo… también quiero… ir”

Los tres se giraron hacia la puerta, donde Ichigo todavía seguía tumbado en el suelo con la maleta de Kaien encima. El pelinegro lo miró extrañado.

“Eso no debe pesar más de veinte kilos, ¿tan débil te has puesto?”
“¿Estás bien? ¿Necesitas que te ayude?” le preguntó Sayi acercándose a él, pero entonces el rubio se puso de pie de un brinco y rió, llevándose una mano a la nuca.
“¡Claro que estoy bien! Oigan, ¿alguien quiere ir a comer? ¡Me muero de hambre!” les animó Ichigo. Sayi se encogió de hombros y sonrió.
“Comer algo no estaría mal” dijo la pelirrosa para entonces girarse hacia Kaien “Tu eres quien está de visita, ¿se te antoja algo en especial?”

Pero Kaien no respondió de inmediato. En cambio, se quedó observando a su hermano conversar con Hige. Al notar ello Sayi lo imitó… no obstante, no se percató de algo fuera de lo habitual.

“¿Sucede algo?”
“Se me antojan unos takoyakis” respondió Kaien, mirando a su mellizo.

Si no se equivocaba esos eran los favoritos de Ichigo.
« Last Edit: August 13, 2017, 02:09:25 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Eureka

WAHHHH LO SIENTO

14.



 

Eureka se planteó mil escenarios ni bien escuchó la confesión de su rebel.

Escenario a), Oikawa era un experto en el puesto y le sacaría la mierda ahí mismo; escenario b), Oikawa era un experto pero un rebel civilizado, y sólo quería generar tensión al contarle eso; escenario c), Oikawa era un idiota que no podía aguantarse las ganas de decirle la verdad y escenario d), simplemente, Oikawa era un idiota.

Esperó que las opciones C y D fueran las correctas, puesto que al notar a su key durmiendo plácidamente a pocos metros de donde se encontraban, se dio cuenta de la visible desventaja que tenía y entro en pánico.

Además de Lelouch y los niños, el resto de los invitados estaba también en peligro. La fiesta aún seguía igual de ruidosa y alegre, y una mampara era lo único que la protegía de la que, suponía, era una batalla inminente.

Se preparó mentalmente para lo que se venía, soltó un suspiro largo y se dispuso a convocar su elemento. Las corrientes de electricidad que emanaban de su mano se apagaron de golpe y se detuvo en seco cuando Oikawa alzó sus manos en el aire y desvió su mirada al piso, dándole a entender de que no tenía intenciones de pelear. Eureka arqueó una ceja, y optó por esperar a que hable, puesto que no entendía sus acciones. Fue entonces que se le ocurrió una idea… y aunque la parte racional de sí misma le decía que no iba a funcionar, la otra, que planteaba un cincuenta por ciento de probabilidades de éxito fue la que terminó ganando el pequeño debate interno.

“Oye, te tengo una propuesta.”
“¿Hn?” Oikawa fue el que arqueó una ceja, esta vez.
“Me haces un favor y no te parto en cuatro en estos momentos.”

En su mente, rio un poco al pensar detenidamente en lo que decía. Además de haber sido una de las HiMEs que peor rindieron en el conflicto pasado, la falta de práctica de seguro le iba a pasar factura muy pronto. Aun así, tenía que hacerse la fuerte y alardear de habilidades inexistentes para poder intimidar a su contrincante. No le quedaba de otra en esa situación en la que necesitaba ayuda lo más pronto posible. Tampoco era algo de vida o muerte, pero era una oportunidad única: no sabían cuándo volvería a estar en el mismo lugar que el hermano de Kanone.

“…Qué”
“Souji de seguro te contó que tengo experiencia, ¿no?”
“…Ajá.”
“Entonces sabes de lo que soy capaz,” dijo Eureka, adoptando una estancia más intimidante… o tratando, en su defecto, porque Oikawa debía medir un poco menos de metro noventa y ella era la que sentía pequeña en comparación a él.
“WOAH ESPERA, SOUJI-CHAN ME DIJO QUE ERAS CIVILIZADA” Oikawa la señaló con el dedo índice, indignado.
“LO SIENTO, NO LO SOY”
“PERO ESTÁS TEMBLANDO”
“SDJFKSLD CÁLLATE Y DÉJAME SER INTIMIDANTE”
“¿No creo que estés haciendo un buen trabajo?”
“NO ME IMPORTA LO QUE PIENSES” gritó Eureka, y notó desde su sitio que Lelouch se movió un poco en su asiento. “Shit, lo vas a levantar.”
Oikawa pensó en mencionarle que ella también estaba gritando, pero prefirió callarse y girarse un poco para prestarle atención al panorama que ella observaba. “¿Quién es él?” preguntó, curioso.
“…Mi…” Eureka hizo una pausa. “…amigo >_>”
“¿Ah?”
“Es un conocido.”
“Okay… ¿Y los niños?”
“Eh…”
“…”
“La niña es mi sobr— ¡HEY! ¿Por qué tengo que explicarte todo?”
“No sé, yo pregunté, tú respondiste,” Oikawa sonrió de lado.
Eureka rodó los ojos. “Nada, sigo con mi propuesta. Me ayudas o te—”
“Shh,” Oikawa se llevó un dedo a la boca. “Te voy a ayudar de todas formas.”

Eureka no pudo evitar sospechar de él: la situación se le hacía extraña… pero tal vez era su culpa por suponer que Oikawa era un novato. Su idea de persuadirlo mediante amenazas no había tomado en cuenta las opciones A y B, en las que Oikawa si tenía experiencia y podía defenderse e incluso hacerle daño. Eso, sin embargo, no explicaba su disposición a ayudarla. No tenía idea de lo que pasaba por su mente al ofrecerle su apoyo.

Se frustró al notar que no sabía nada sobre su rebel, mientras que, de seguro, Oikawa ya había hecho su investigación y tenía todo tipo de información acerca de ella a su disposición.

…O no. Oikawa no había reconocido a Lelouch como su key, así que tal vez habían puntos que no había revisado con detenimiento.

“Nunca quise que lo tomes como una declaración de guerra, no pretendo tener una batalla aquí,” explicó Oikawa. “Es el peor lugar y el peor momento para ello. Peeeero, no podía quedarme sin decírtelo.”
“¿Por qué?” Eureka se sentía más confundida que antes.
“Mm… no sé, la verdad, lo vi… preciso,” contó Oikawa. “Y quiero ayudarte, pero a cambio de eso, quiero que me hagas un favor. Es como un trueque de favores, haha~”
“¿Cuál?”
“Soy el capitán del equipo de vóley de Rizembool… y bueno, necesitamos una mánager.”

En milésimas de segundo, Eureka fue capaz de tener un mini debate interno sobre si era correcto electrocutar a su rebel en una boda. Concluyo que no lo era, pero ganas de hacerlo… no le faltaban.

Sin embargo, la situación era tan ridícula y poco seria, que agradeció por unos instantes la suerte de tener a un rebel tan impredecible como Oikawa. Si había lotería, se la había sacado: al menos no andaría temiendo por su vida el resto del año.

“Soy de Hanasaki, peor aún… soy tu HiME, estúpido.”
“¡LO SÉ! ¡PERO ESTOY DESESPERADO!” Oikawa se le acercó, juntando sus manos en un gesto de súplica. “¡NO PUEDO SEGUIR ARMANDO PARTIDOS Y ENCARGÁNDOME DE TODO YO SOLO!”
“Es arriesgado…”
“Tranquila, yo veré la manera de que no descubran que eres de Hanasaki o que eres mi HiME,” le dijo, muy confiado de sí mismo.
“…” Eureka aún no se veía convencida del todo. “¿No tienes amigas?”
“Ouch, eso dolió,” Oikawa rio. “Tengo, pero ninguna tiene tiempo… así que, ¡POR FAVOR!” Le suplicó, y Eureka soltó un suspiro.

La situación debía ser al revés… ella debía estarle rogando por su ayuda.
Sin embargo, si Oikawa lograba encontrar a Zushi junto a ella, lo correcto debía ser devolverle el favor.

Lo cierto era que tenía demasiado tiempo libre: llevar tres cursos era muy poco, así que apoyar al equipo de Oikawa no le sería problema alguno en cuanto a tiempos. Tal vez y podría hacer su proyecto final de fotografía sobre eso, pensó…

…y luego le dieron ganas de electrocutarse a sí misma por lo estúpida que era al concebir esa disparatada idea. Tomarle fotos al equipo de vóley de su rebel, como si fueran amigos y no estuvieran en plena guerra. <<Wow, la cereza del pastel>>, pensó, y se permitió soltar una risotada llena de sarcasmo, directa hacia sí misma.

“Okay, pero lo haré solo hasta que encuentres a alguien que sí sea de tu universidad,” le dijo, luego de su monólogo interno. Si le contara a Haruhi, Soul o a Hizumi lo que estaba haciendo, Eureka no dudaba que recibiría una patada de respuesta por parte de sus amigos.
“¡WAAAH! ¡GRACIAS!” Oikawa se veía al borde de las lágrimas. De la emoción, corrió a abrazarla, y ella rodeó su espalda con sus brazos, dándole pequeños golpecitos con la mano, en un intento fallido de brindarle apoyo moral.

De seguro le era muy estresante hacer todo por su cuenta, por lo que se compadecía de él… un poco.

Oikawa se separó al cabo de unos segundos, con una sonrisa muy grande.

“Zanjado ese tema… hablemos del favor que te estoy pidiendo hoy,” le dijo Eureka.
“¡Sí!” respondió Oikawa, animado.
“Tengo que encontrar a un niño, así que ayúdame a buscarlo.”
“¿Niño?”
“Sí, niño. Tiene doce años, cabello castaño desordenado, ojos miel. Dudo que esto te ayude a identificarlo… por las luces y eso, pero sus cejas lo delatan: son inmensas.”
“Woah” Oikawa asintió. “Okay. Lo buscaré. ¿Cómo te contacto~?”
“Nos reunimos acá mismo en…” Eureka revisó su reloj, y notó que el tiempo de espera del taxi se había acortado a cinco minutos. No era una obligación respetarlo, pero mejor era cumplir con el tiempo acordado para ahorrarse problemas luego. Había apuntado que pagaría con efectivo y tenía la extraña sensación de que no le alcanzaría de tener un recargo por tiempo de espera adicional. “Eh… diez minutos.”
“¡Okay!”
“See you later, alligator,” Eureka se despidió, y Oikawa asintió con la cabeza, aunque su expresión denotaba confusión.

Luego de tomar aire, Eureka corrió con prisa hacia las mamparas, intentando hacer a un lado sus reflexiones acerca del encuentro con su rebel para darle prioridad a la situación en la que se encontraba.
« Last Edit: May 27, 2016, 01:05:35 AM by Eureka »


Kana

*Ok, tienen derecho a odiarme por cambiar a la hermana de Hiyori, pero Lilina es la que encaja perfecto para el rol.
*Gracias Kora por los iconos y la paciencia. Al final no aprendí nada pero me hizo los iconos que me faltaban.

—#21

Los atardeceres de los domingos sea donde sean albergaban aquel toque de melancolía en sus cielos que daban la sensación de que algo se estaba perdiendo lentamente.
Pero la jornada dominguera no era para nada sedentaria para algunas personas. Ese día y como muchos el viento silbaba removiendo las hojas de los ancestrales y tradicionales árboles que se encontraban por el sector, y era el sonido del viento lo único audible en el ambiente por largos lapsus que, sólo era perturbado por el crujir de las ramas secas al ser pisadas por los caminantes. La copa de los verdosos árboles era tan alta que se debía mantener el mentón en alto si se quería observarlas con detención.
El bosque era silencioso y lleno de vida natural. Quedaba a las afueras de Tokio, ubicándose por la zona más rural y sin urbanización subiendo un monte de llamativa altura.  Al caminar por el bosque el visitante podía encontrarse con riachuelos que cortaban el camino, con árboles que confundían el sendero, roca tras roca en el suelo que conformaban un camino para guiarse, monumentos sagrados ocultos que alertaban a los caminantes de mantener la atención en todo momento. Las gotas de humedad creaban un ambiente extraño pero grato, algunas de las gotas caían en los charcos de agua generando ondas y oxidaciones que daban un toque sereno al ambiente. El grupo de caminantes imaginaban divertidos que en cualquier momento verían a un espíritu de Kitsune imitando la silueta humana y usando una máscara que representara al animal de peluda cola. El lugar era un santuario natural donde había un templo.
Un grupo pequeño de personas se encontraba cruzando el bosque en esos momentos. No era la primera vez que lo hacían pero tampoco excursionaban seguidamente veces anteriores por lo que se confundieron en el camino en más de una ocasión.
Finalmente, después de un complicado trayecto, el grupo de personas logró salir del área del bosque donde los árboles eran verdosos y poblados para ingresar a una zona de llanura donde los árboles rosas de cerezo predominaban. Los blancos troncos de estos tenían mayor espacio de distancia los unos con los otros por lo que podían ver sin dificultad su destino un tanto más allá.  Tocaba la parte más complicada: Subir una extensa escalera que terminaba por agotar a todo aquel que no fuera atlético. Tras unos largos minutos, el grupo logró llegar hasta el final de las escaleras. Algunos tuvieron que aguardar unos segundos para recuperar el aire.
A lo lejos divisaron un templo semi rodeado por un lago, una parte de este estaba unida a la tierra firme. Se movieron hacia la entrada del lugar quedando bajo el arco sagrado clásico de los templos japoneses.
En la entrada, había un tablón de anuncios hecho de madera, en la parte de arriba tenía bordes como un pequeño techo para proteger el mapa que en él se ilustraba. Era el mapa del lugar, como llegar desde los pies del monte hasta recorrer todo el camino del bosque y las escaleras tal cual como lo habían hecho. También indicaba el interior del templo.

—Se nota que en su tiempo fue un lugar importante…— Comentó Setsuna Mudou, mirando con detención el mapa. Se notaba que el material de dicho mapa estaba en mal estado y tenía una larga data de estar allí. —Este sitio me recuerda a los videojuegos de Kuon o… Fatal Frame.— El chico de cabellos color miel infló una pompa de goma de mascar la que se reventó dentro de poco. —¿Por qué tu hermana vive en este lugar abandonado?— Le preguntó a un chico de cabellos rubios que estaba cerca suyo. Este tardó en atender su consulta ya que miraba con atención a una joven de cabellos igual de rubios que él.
—Créeme que me pregunto lo mismo.— Ryouta observó a su amigo encontrándolo con esa pose típica suya: manos dentro de los bolsillos de su pantalón, pose desganada con la vida, masticando goma de mascar, usando sudadero, suéter atado a la cintura y una gorra que la usaba hacia atrás. La pinta de maleante no se le iba aunque intentara verse correcto últimamente. El rubio rió por esta visión. —Las mujeres hacen cosas tontas.— No borró la sonrisa de su rostro ante este comentario. Setsuna lo miró y rió junto con él.
—Son demasiado impredecibles y cuando se vuelven predecibles hacen todo lo contrario para que no las entiendan.— Alzó los hombros. —Como que les gusta llevar la contraria.—
—Exacto. Odian que las “controlen” y hacen lo contrario a lo que esperan de ellas como modo de desafiar.—
—Ya después salen con esa mierda de Frida Kahlo y el feminismo.—
—Pero se olvidan que su ídolo era una tipa sometida a un borracho que la explotaba.— Continuó Ryouta. Los dos amigos se rieron por sus deducciones.
—¡Hey! No se olviden que hay una mujer presente aquí.— La única chica del grupo frunció el ceño, molesta por los comentarios de esos dos. —Si nuestra hermana ha optado por esta vida apartada es justamente porque la idiotez de los hombres la tienen harta. Además, ni ella ni yo tenemos a Frida por ídola.— Lilina se cruzó de brazos, inflando las mejillas. La muchacha de rubios cabellos lo llevaba sujeto en dos coletas amarradas con cintos.  Lamentaba no usar un vestuario más adecuado para la ocasión y en cambio lucía un adorable traje de vestido con blondas. —Yo comprendo a Hiyori.— Lilina siempre defendía ciegamente a su hermana. —También me iría a vivir a la soledad de un monte para no ver a gente molesta como ustedes.—
—…— Ryouta estuvo a punto de decir que si hacía eso nadie la visitaría por puro molestar a su hermana menor pero recordó que era un tipo maduro y ya no hacía esas cosas (?) —Bueno, tiene su punto positivo.—
—No conozco a tu hermana… Pero me recuerda a… Elsa?—
—¿Elsa?— Ryouta parpadeó confundido ante el comentario de Setsuna. —¿Quién es ella?—
—Ah, eh… Olvidado.— Setsuna desvió la mirada hacia otro lado, avergonzado. Eso alertó más a Ryouta.
—¿Una ex novia?—
—Elsa es una princesa.— Dijo Lilina, comprendiendo a qué se refería Setsuna.
—¿Elsa es HiME también?— Ryouta se confundía a cada segundo más. Lilina y Setsuna lo observaron con lastima, era increíble que a esa altura nadie educara a Ryouta respecto a las HiMEs y éste todavía creía que eran princesas de instituto.
—¡Elsa es una princesa de Disney!— Los ojos de Lilina se iluminaron al momento que juntaba sus manos, emocionada por el comentario de Setsuna. —No sabía que Setsuna veía películas de Disney. Más si tratan de princesas de Disney. Eso es un detalle muy adorable.—
—¡No las veo!— Refutó el aludido, visiblemente sonrojado. —Me la contó mi hermana.—
—Hahaha, que tierno.— Ryouta soltó una risa divertida. Apretó el hombro de Setsuna. —¿Y qué te recuerda a mi hermana cuando dices que se parece a Elsa?—
—Eh… No sé, como que se exilió en la película porque odiaba a todos? o algo así.—
—Elsa era como esquizoide.— Dijo una persona que hasta el momento se mantuvo en silencio. Alarmó a Lilina y Setsuna ya que no se habían dado cuenta de su existencia. En cambio, Ryouta pareció contento de verlo allí.


—¡Aww, Kurocchin! También has venido. Que bueno que aceptaste mi invitación, ¿Cuanto llevas aquí esperando?—
—Inicié el trayecto con ustedes… Desde abajo.— El peliceleste soltó un suspiro. Notó que el chico que se llamaba Setsuna lo miraba como si fuera un sospechoso y la hermana menor de Ryouta aún se mantenía sorprendida por su presencia. Kuroko llevó la mirada a Ryouta para que éste sacara de aquel estado a sus conocidos.
—Ah, él es Tetsuya Kuroko. Somos amigos de muchos años.—
—No somos amigos.—
—Aún con eso…— Ryouta fingió profunda tristeza.
—¿Me puedes explicar cómo hiciste para pasar desapercibido hasta ahora?— Setsuna tenía curiosidad al respecto. Ya no lo observaba como un sospechoso de homicidio pero sí lo miraba con curiosidad.
—Simplemente… Los seguí. A veces les conversaba pero ustedes no parecían escuchar.—
—Que miedo. Pero es cool de todos modos.— Setsuna le dio el visto bueno. —Podrías robar en un banco y nadie se daría cuenta.—
—No creo que sea prudente poner ese tipo de ideas en la cabeza de una persona.— Lilina miró confundida a Setsuna.
—Ok, hablaremos de esas cosas tan locas a su tiempo.— Ryouta prefirió pasar del tema de un asalto. —Vamos al templo.—
El grupo caminó el trayecto que quedaba hasta llegar al templo. Notaron la arquitectura del lugar y los monolitos típicos de los templos.
En las cercanías, notaron a una chica usando un vestido chihaya compuesto por una hakama roja, la clásica camiseta blanca con hombros sueltos y mangas amplias, y unos tabi con sandalias.  Llevaba el cabello castaño y largo atado en una cola por medio de un cinto color blanco. Los demás vieron que estaba practicando con un arco de flechas tratando de dar en un blanco de madera con diseño tradicional.
—¡Hiyori-chan!— Lilina agitó su mano para saludarla. La aludida se distrajo por su voz y soltó la flecha al mirarla. Obviamente, la flecha no llegó a su blanco y se proyectó en el tronco de un árbol. —Ops, no quise distraer.— Se cubrió el rostro.
—…— La pelicastaña los observó con detención, con ojos bien abiertos como no entendiendo la presencia de ellos allí o no reconociéndolos. tardó un poco en hacerle sus rostros familiares. Dejo el arco con las flechas en el suelo y se acercó a ellos. —¿Qué hacen aquí?—
—¿Qué hacemos aquí?— Ryouta se colocó justo en frente de ella, mirándola con reproche. —Pues ya que no te dignas a aparecer, tenemos que venir aquí. Ah, y un saludo nunca está demás.—
—Ya.— Hiyori le dio un golpe suave en el hombro a su hermano, miró hacia otro lado y luego volvió a verle a los ojos. —Por un momento pensé que eran visitantes.— Se tuvo que apoyar en la punta de sus pies para alcanzar la cabellera de Ryouta y despeinarlo como solía hacerlo.
—¿Vienen visitantes a este templo fantasma?— El hermano mayor comenzó a jugar del mismo modo brusco con su hermana. Le apretó las mejillas haciendo que el rostro de Hiyori fuera todo un poema pese a su inexpresión.
—¿Todavía con ese arete de afeminado? Ya te dije que te lo arrancaría.— Lo observó con desaprobación al ver que su hermano aún tenía ese estúpido arete que ella tanto odiaba.
—Yo no te digo nada por tu atuendo ridículo.— Le apretó más las mejillas. Entonces sintió que Hiyori le jalaba más fuerte del cabello.
—Ten respeto por lo tradicional, Ryouta.—
—Ok, Ok, no quiero que empiecen a maltratarse.— Lilina se puso entre sus dos hermanos para separarlos.
—…— Setsuna y Kuroko se quedaron en sus sitios observando a esos tres, un poco ajenos de todo.
—Supongo que debe ser interesante tener hermanos…— Comentó el de cabello celeste.
—Cuando son hermanas, siempre es mucho mejor.—
—¿…?— Kuroko ladeó el rostro, confundido. Vio que su amigo Ryouta se acercaba con sus dos hermanas.
—Oye Hiyori, no estás haciendo un buen labor como Miko de este lugar.—
—Sí lo hacia…— Miró de reojo a su hermano. —Prácticaba tiro con arco como me indicó el custodio de este templo. Dijo que si encontraba extraños sospechoso merodeando por los alrededores no dudara en darles un tiro.—
—…— Lilina notó que Setsuna y Kuroko intercambiaron miradas.
—Eh, ustedes no son sospechosos.— Hiyori se alzó de hombros. —Bienvenidos al Templo de Kiyomizune, dentro del Santuario Kinkakuyamija.— La Miko hizo una reverencia hacia los visitantes.
—¿Templo Kiyomizune?— Setsuna se quedó pensativo. —¿Es el que venera al Dios de la guerra y la calamidad?—
—Así se dice.— Hiyori asintió. —Pero su custodio prefiere decir que el templo existe para venerar al Dios de la paz y sabiduría ya que este lugar no tiene muchos fieles y teme que el hecho de que se venere a un Dios maquiavélico ahuyente a las personas.—
—¿Ese patan está aquí?— Ryouta no borró su sonrisa pero sí se notó notoriamente irritado por la presencia de Yato. No le caía muy bien desde que se había entrometido en sus asuntos de basquetbol y menos ahora que se había llevado a Hiyori a vivir con él.
—¿Creo que sí? No lo he visto hace un rato. Se molestó por la mañana porque boté unas estupideces que conservaba en el templo. Consideré que eran basura pero él insistió que eran documentos importantes. Me mandó a practicar con el arco hasta que se le pasara el enojo.— La castaña fijo sus ojos magenta en los dos nuevos que no conocía. A los dos los había visto antes con Ryouta pero éste nunca se los presentó formalmente. Observó a Ryouta para que fuera él quien diera el primer paso. éste la interpretó.
—Setsuna, Kurocchin, ella es mi hermana Hiyori. Es Miko de este lugar.— La presentó. Luego miró a su hermana. —Ellos son dos amigos míos. Setsuna Mudou a quien conociste en el incidente de Lilina hace un tiempo.— Miró a la rubia con reproche. Lilina se cruzó de brazos. —Con Setsuna somos amigos de hace unos años, normal que no lo sepas porque nunca preguntas por mi vida.— Otra vez, Ryouta fingir depresión en su acto de drama queen pero cambió rápidamente de actitud. —Y éste pequeño de aquí es Kurocchin— Le apuntó mirándolo con ternura. —Fuimos a la misma escuela y éramos compañeros de equipo en ese maldito grupo infernal del que me expulsaron. En fin, Tetsuya Kuroko fue el único que no me hizo apartheid allí.—
—Es un gusto conocer a los amigos de Kise.—
—Kise…— Setsuna repitió confundido. Era raro que la hermana de éste lo tratara por su apellido. —Eh, el gusto es mío.— Recordaba a Hiyori desde el incidente con Lilina donde Hiyori había aparecido con bate en mano a golpear a los maleantes que molestaban a la rubia.
—Podría hacerles un recorrido por el templo.—
—Eso sería interesante.— Dijo Setsuna, animado. No era muy aferrado a lo tradicional siendo él una especie de yankee-kun pero nunca estaba demás reconciliarse con las raíces.
—Por favor, síganme.—
Los chicos siguieron a un par de pasos de distancia a Hiyori quien hacía de guía del lugar. la Miko advirtió que de todos modos no conocía por completo los lindes del terreno del templo pero intentaba dar un tour aceptable para los invitados de Kise. Comenzaron por los alrededores del templo donde la Miko les explicó la historia de los espíritus del bosque alrededor del templo, seguidamente les enseñó el pozo de agua y allí Setsuna no pudo evitar pensar que Sadako saldría de ese pozo y eso le mantenía animado pero al no suceder nada extraño siguió a los otros nuevamente. Antes de entrar al templo la pelicastaña les enseñó el jardín de lirios el cual dejo impresionado a los observadores por su belleza. Al entrar al templo pasaron por la sala que servía de museo histórico donde aprendieron un poco más de las creencias del lugar, Lilina tomaba fotografías en cada parada y en todo momento.
Luego pasaron por el salón de té donde Hiyori les prometió servirles té cuando terminaran el recorrido. Subieron a los niveles más altos para recorrer las habitaciones, bajaron nuevamente para conocer los monumentos sagrados y llegaron a salir al exterior de nuevo donde es apuntó un dojo cerca del templo.
—Se dice que aquí entrenaban los samurais por varios años.— Comentó Hiyori.
—¿Se puede entrar?— Preguntó la chica de coletas rubias.
—Sí, pero sin zapatos. Como medida para cuidar el piso. Si gustan, pueden estar aquí o recorrer los alrededores con libertad. Tengo que ir a limpiar el lugar ya que lo hemos dejado desatendido, pero ustedes pueden ir donde quieran.—
—¿Qué tal si te ayudamos a limpiar?— Ofreció Ryouta.
—¡Yo me apunto!— Dijo animadamente Lilina.
—No creo que sea necesario. Por otro lado, no creo que sea ideal llevar a tus amigos a limpiar.—
—No te preocupes por eso.— Dijo Setsuna. —Ryouta nos convocó aquí justamente para ayudar a limpiar. Si bien me mintió diciéndome que lo acompañara a comprarse ropa.—
—…— Kuroko miró a Ryouta. —Esa propuesta suena un tanto… Gay.—
—N-No era la idea.— Ryouta rió un poco nervioso. —Es que si le decía otra cosa no vendría.—
—Ya que todos estamos aquí, si ayudamos terminarás más rápido con el aseo del templo.— Lilina era la más entusiasta.
—Si están tan animados…— De todos modos Hiyori se veía incómoda con la idea de obligar a esas personas a cooperar.
El grupo quedó en acuerdo de dividirse los sectores del siguiente modo: Lilina se encargaría de cortar la maleza en el jardín de lirios, Ryouta de limpiar el dojo, Setsuna se encargaría de quitar el polvo en el salón que servía de museo, Kuroko de limpiar las piezas que en su tiempo fueron destinadas para los monjes y exorcistas, Hiyori de limpiar el salón de purificación y el salón de té.
Cuando todos fueron a sus sitios, Hiyori hizo lo mismo y en el camino por el pasillo que daba hacia el lago vio a Yato descansar sobre una roca ancestral. Se echaba aire con un abanico mientras observaba el sereno lago. La Miko optó por comunicarle sobre la presencia de los visitantes y las actividades que estaban haciendo así que se acercó a él aunque estuviera enojado todavía.


—Yato.—
—Ah, Hiyori.— El peliazul alzó la vista posando sus ojos azules intensos en los de la joven. Por su expresión de sorpresa Hiyori entendió que ya había olvidado el enojo de la mañana. —Observaba el lago. Siempre ha sido muy pacífico. En tiempos pasados habían muchos peces Koi que con el tiempo fueron desapareciendo. ¿Te parece buena idea tratar de criar nuevamente peces Koi?—
—Se verían muy lindos en el lago.— Ella asintió. —Yato, quería decirte…—
—¿Si?—
—…— Hiyori dudo en ese preciso momento decirle que habían visitantes al recordar que Yato era un custodio invasivo que lo primero que hacía era pedir limosna a los creyentes. Pero tenía sentimientos de culpa por botarle sus cosas a la basura en la mañana así que no quiso privarlo de conocimiento. Soltó un suspiro. —Hay visitantes.—
—¿En serio?— Yato sonrió ampliamente, interesado por la noticia. Se puso de pie. —¿Ya han dejado una ofrenda?—
—Basta con eso. Así nadie más vendrá nunca.—
—Pero el templo necesita recursos.—
—Están ayudando a limpiar.— Se alzó de hombros.
—¿Tan así?— El peliazul se sorprendió, luego comprendió. —¿Son conocidos tuyos?—
—Es Kise, con sus amigos. También está Lilina, eh… Mi hermana menor.—
—Aw, ¿Por qué te cuesta tanto hablar de tus  familiares?—
—Eso a ti no te importa… En fin, les enseñé el lugar y ahora limpian.—
—¡Eso es motivador! Vamos a unirnos y después de conocerlos veremos si quieren dejar ofrendas.—
—Y sigues.— Giró los ojos. —Pero lo de unirnos en la limpieza me parece bien.— Hiyori sabía que Yato podía tener miles de defectos pero adoraba su templo y por sobre todo era un excelente y minucioso limpiador.
Los dos habitantes del templo fueron a sus respectivos lugares de limpieza para comenzar a hacer las actividades. La tarde pasó rápidamente entre limpieza y limpieza, para cuando terminaron estaba a punto de anochecer. Todos se reencontraron en el jardín de lirios donde encontraron a Lilina un tanto cansada después de terminar. Hiyori recordó que su hermana menor siempre había sido muy débil de salud. Incluso, hubo una temporada en que ella pasó dos largos meses en el hospital para estabilizarla y luego durante el resto del año estuvo en su hogar con clases particulares antes de reintegrarse a la escuela.


—Lilina, ¿Te sientes bien?— Le preguntó a su hermana menor.
—S-Sí. Sólo que me emocioné con la limpieza del jardín.— la rubia le sonrió para que Hiyori no se preocupara por ella.
—Él es Yato. El custodio de este templo.—
—Un gusto, Lilina-chan. Eres siempre bienvenida al templo el cual necesita ofr— Recibió un codazo de Hiyori. —Eres bienvenida aquí cuantas veces quieras. Te agradecería…— Notó que Hiyori lo miraba fríamente. —Que hicieras propaganda de este lugar para que más personas nos visiten, si es que puedes.— Le sonrió a las hermanas.
—¡Sí!— Ella le sonrió, feliz. —He sacado un montón de fotografías que he subido en mi Instagram. La gente me pregunta donde queda el templo.—
—¡Perfecto!—
—¿Quieres ir adentro para beber el té?— Le ofreció Hiyori.
—Creo que ahora me vendría bien un té, pero muero por un baño.—
—Podría prepararles los baños de aguas termales.— Ofreció Yato. —Ya que Lilina-chan ha sido tan buena, merece lo mejor.—
—Si no tienes problemas con tu tacañería..— Hiyori le sonrió levemente a Yato.
—Más tacaña eres tú.— Chasqueó los dedos. —Bien, iré a prepararlos. Lleva a tus amigos para que tomen un baño.— Cuando Yato se dio la vuelta para realizar su acometido, se encontró con dos visitantes que lucían un tanto desorientados o perdidos. —¿Los amigos de tu hermano que supuestamente no conozco? Pero si son Naho-chan y Touma, el ladrón de novias. Los recuerdo desde el partido de basquetbol de tu hermano.—
—Hm…— Hiyori agudizó la mirada para verlos bien. Era una chica y un chico, ambos pelirrojos, la castaña los reconoció como los vecinos de infancia de Ryouta. Eran los mismos que estuvieron en el partido del rubio. —Son vecinos de Lilina. No estaban con el grupo inicial. No me dijeron que ellos vendrían también. Quizá desde cuando están buscando gente aquí.—
—Tampoco sabía que venían.— Dijo Lilina. —El idiota de Ryouta seguro los invitó y luego se olvidó.— Frunció el ceño.

—¡Hey, bienvenidos!— Yato agitó la mano en el aire para saludarlos frenéticamente. Naho y Touma se acercaron.
—Hola.— Saludó Touma. —Ryouta nos dijo que viniéramos a ayudar a limpiar pero nos atrasamos ya que Naho quiso preparar algo de comer antes de venir.—
—¡YAY!— Yato dio un saltito de felicidad.
—También nos perdimos en el camino.— Dijo Naho. —Ryouta-kun sólo nos dijo que debíamos pasar entre los árboles y llegábamos.—
—Pero sus indicaciones eran como cuando fuimos a Disney de Tokio cuando niños y nos dijo por mensaje de texto “Estoy aquí, soy el de gorra” Evidentemente nunca lo encontramos durante el día sino hasta caída la noche.— Touma río divertido ante el recuerdo.
—Ese Ryouta parece un idiota.— Dijo Yato. No era la primera vez que Ryouta venía al templo como para dar una explicación de como llegar tan insultante. La primera vez que el rubio había llegado hasta allí fue para amenazarlo de muerte por llevarse a su hermana y, lo peor de todo, NO había dejado ofrenda.
—N-No. Es un error que cualquiera puede cometer.— Dijo Naho.
—En fin.— Yato  le restó importancia. —Yo creo que mejor me apresuro con la preparación de los baños.— Observó a los dos hermanos. —Naho-chan, Touma. ¿Les gustaría tomar un místico baño de aguas termales aquí?—
—Me da un poco de vergüenza nada más llegar y tener este trato tan señorial.— Dijo Touma.
—No seas modesto, hombre. Además por hoy es gratis. Deben aprovechar mi amabilidad.—
Yato les insistió tanto que no pudieron negarse más. El custodio del templo fue a preparar los baños diferenciados de mujeres y de hombres mientras Hiyori, Lilina, Naho y Touma hablaron un poco más en el jardín de lirios antes de encontrarse con Setsuna, Ryouya y Kuroko (a quien este último habían olvidado) e ir todos juntos a los baños de aguas termales.
Después de tomar un reparador baño, se alistaron y colocaron yutakas y kimonos facilitados por Yato. Naho se apresuró en preparar las cosas para comer y beber que había traído. El grupo decidió esperarla en un pasillo que daba hacia un jardín con un pequeño estanque donde las luciérnagas relucían hermosas. Naho llegó junto con Kuroko con todas las cosas para comer y beber, comenzaron a servir a los presentes. Hiyori preparó té tradicional japonés que sirvió como bajativo para los que estaban allí reunidos.




Cuando el grupo de jóvenes intercambiaban conversaciones amenamente, notaron que una nueva persona llegaba hasta el lugar. Aquel joven peligro que acababa de llegar se encontró con un montón de gente mirando hacia su dirección cuando notaron su presencia. Su rostro mostró sorpresa al comienzo ya que no esperaba tanta gente en ese sitio. Posteriormente se manifestó un tanto hastiado. Todos allí le conocían a excepción de Setsuna.
El chico al notar tanta gente, hizo un ademán de retirarse no sin antes mirar con desprecio a Touma Kikuchi, pero Yato lo agarró antes de que se fuera.
—Hey, ¿Cuál es la prisa?—
—…— Kou observó de reojo a Yato. —No sabía que tenías tantos invitados…— Soltó un suspiro, desganado.
—¿Kou?— Lilina lo observó con enorme sorpresa.
—¿De donde le conoces?— Ryouta increpó a su hermana menor.
—Ah, pues. Él iba en mi escuela. Claro que en unos cursos mayores que yo. Y…— Miró a los hermanos Kikuchi con un poco de incomodidad. La rubia sabía que Kou por mucho tiempo había gustado de Futaba, la novia de Touma pero finalmente la chica había escogido a Touma.
—Que sorpresa. No me imaginaba que vendrías también, Mabuchi-kun.— Dijo Touma, sonriendo amablemente. Entendía que la tensión situacional  era por ellos dos ese momento. Pensó en romper el hielo.
—…— Hiyori lo observó con atención. Si bien parecía un chico amable y bonachón con todo el mundo, percibió que en cierto modo a Kou lo trataba de provocar.
—…— Kou entrecerró los ojos. Hace años que no le dirigía la palabra a ese cretino y esta no sería la ocasión.
—Invité a Kou.— Dijo Yato mirando a Hiyori, en un intento de hacer de conciliador. Sabía que su compañera le ayudaría en ello, pues con el tiempo los dos se comprendían con tan solo mirarse. —Para que conociera el templo. Claro, el mensaje se lo mandé temprano por la mañana para que viniera en ese horario pero no es hasta ahora que se aparece.—
—Comprendo.— Hiyori asintió. Luego observó a Kou. —Eres un visitante demasiado impuntual. ¿Qué hubiera pasado si pagabas por un tour y llegas así de tarde? Hubieras perdido tu dinero.— La pelicastaña soltó un suspiro. Observó que Yato le sonreía en respuesta por su cooperación. —Pero no todo está perdido. ¿Desea Mabuchi-kun un poco de tradicional té japonés?—
—…—
—Y exquisita comida preparada por Naho-chan. ¡No te la puedes perder!— Ofreció Yato. Era importante tener contentos a los posibles fieles del templo.
—Eh…— Kou desvió la mirada.
—He preparado mucha comida. Sería genial si Mabuchi-kun se une.— Naho le sonrió gentilmente para que se uniera. Entendía toda la situación de odio entre Mabuchi y su hermano pero estimaba que ya habían pasado muchos años para seguir con el rencor.
—Mabuchi-kun, por favor, tome asiento.— Hiyori se acercó hacia él con una taza y una pequeña tetera. Antes que el otro dijera algo, le llenó la taza.
—Más te vale no rechazar lo que te dan o quedarás de mal educado.— Amenazó Yato.
—…— ¿Cuándo había sido bien educado? Kou tuvo ganas de irse pero haría el ridículo con ese gesto. Aceptó la taza de té que Hiyori le daba y en poco Yato le había servido Oyakodon. No podía negar el embriagante aroma delicioso que invitaba a que probara el Oyakodon y disfrutara del exquisito té. Disfrutó en silencio mientras escuchaba a los demás retomar la conversación.
—¿Cuál era la publicación de Facebook que querías mostrarnos, Lilina-chan?— Preguntó la pelinaranja a su pequeña vecina.
—¡Cierto!— La rubia sacó su teléfono movil, buscó en su Facebook y enseguida enseñó la pantalla a los presentes. —Vi que un contacto le puso like a la imagen y me apareció en el inicio.— Ella hizo una pausa. —¿Alguien le recuerda? Es el extraño que me ayudó cuando tuve problemas con esos antisociales en el suburbio de Tokyo.—
—¿Uh?— Setsuna se asomó a su costado para mirar la pantalla. Abrió los ojos como plato. —¿El mendigo de la motocicleta?— Pareció muy sorprendido al ver la imagen que mostraba Lilina. Era una publicación de la Premier League haciendo el resumen de la temporada finalizada con el Leicester City como campeón pero de todos modos aparecían otros equipos con sus mejores partidos. Setsuna notó que en la publicación dedicada al Arsenal aparecía aquel chico rubio que conocía más del asunto HiME/Rebel que todos juntos. —¿Era seleccionado del Arsenal? Pensé que era un tipo en situación de calle.—
—Yo pensé que era drogadicto vagabundo…— Ryouta se mostró avergonzado por no darse cuenta que ese tipo era un deportista al igual que él pero en distinta disciplina.
—¿Mihael-kun?— Hiyori se sorprendió tanto como los demás. Hace un mes y algo que el rubio se regresó a Inglaterra por “asuntos personales” pero no se esperaba que tuviera una actividad. Entendía que no estudiaba y no lo juzgaba por eso, pero no conocía que era deportista. —De todos modos tiene sentido. Me dijo que años atrás había sido Knight… Supongo que no cualquiera puede ser un Knight.— Alzó las cejas. —Es una lastima que se haya ido a Inglaterra…— Lo extrañaba, a su manera. Aunque el tipo fuera lo más despreciable que había conocido (o vuelto a conocer) en toda su vida.
—Uno se encuentra con cada cosa…— Yato se mostró atónito.
—¿Un Knight?— Otra vez, Ryouta era el menos instruido en el tema de las HiMEs y Rebels. Sus hermanas comenzaban a sentir lástima por la falta de conocimientos del mayor.
—Era un rol que algunos conocidos de las HiMEs tomaban para luchar junto con ellas.— Dijo Lilina.
—Vaya, pareces más instruida que yo.— Hiyori gesticuló una sonrisa y su hermana le sonrió animada.
—Estuve leyendo al respecto. Me gustaría saber más a ver si puedo ayudar también. Sé que mi físico y salud no son mi punto fuerte, pero me gustaría poder aportarte en algo, Hiyori.—
—Gracias, Lilina.— Asintió. Apreciaba el entusiasmo de la menor aunque no podría decir en ese momento en qué podría ayudarla porque ella misma no sabía lo que necesitaba.
—Por cierto, ¿Has desarrollado uno de tus dones, Hiyori-chan?— Preguntó Naho con curiosidad mientras le servía un poco más de Oyakodon a Ryouta  tan siguiera notar que esté tenía su plato vació. Con la delicadeza que a ella le caracterizaba, volvió a llenar el plato. Sentada a un lado de Ryouta, la chica se veía muy pequeña. Setsuna codeó a su amigo lanzándole una indirecta disimulada pero Ryouta no entendió que el chico le molestaba con una insinuación entre el rubio y Naho. Ryouta pensó que Setsuna quería un trozo de pan y como estaba atento a la respuesta que daría Hiyori, le metió un trozo de pan en la boca a Setsuna para que dejara de molestar. Su amigo casi se atraganta con el pan.
—Sólo mi arma, de momento. Apareció en la prueba.—
—Cuando tuviste que cortarle el cuello a Ryouta. El sueño de muchos.— Dijo Lilina causando la carcajada de muchos.
—¡Hey!— El rubio se mostró afectado. No esperaba que su hermanita menor fuera de pronto tan siniestra.
—Ella tiene razón.— Dijo Kuroko, quien como el fantasma silencioso que era aterró a los presentes al ser notado. —Si no mal recuerdo tu antiguo equipo de basquetbol te odia aún. Serían los más alegres con esa oportunidad.—
—…— Ryouta lo miró fríamente. —Esos igualados no son nada, Kurocchin.—
—Ok, no quise tocar la hebra sensible de tu pasado.— Kuroko soltó un suspiro. Él había estado también en ese equipo de basquetbol y se decía que era el mejor club de basquetbol de las escuelas pero los chicos eran demasiado egocéntricos al juntarse tantos talentos en un solo lugar y cual quería destacar más. Por supuesto, se unieron contra Ryouta al ver su talento y el Ryouta del pasado había reaccionado impulsivamente contra ellos cuando inventaban cosas de él. Kuroko entendía la reacción de su amigo en ese entonces, pues sus padres recién se divorciaban y Ryouta conocía a su hermana nacida fuera de matrimonio. Su padre, además, siempre tuvo un trato frío y denigrante con él. Todo iba demasiado disfuncional en su vida por ese entonces.
—¿Sería muy imprudente pedirte que nos enseñes tu arma? Me parece curioso el modo que las HiMEs invoquen cosas. Personalmente, jamás lo he visto.— Touma, otro que conocía esa parte de historia de Ryouta, cambió de tema para no ponerlo sensible. Touma tenía más tacto que Kuroko en ese sentido.
—Sí, no tengo problemas.— Hiyori extendió sus brazos rectos hacia delante. Había invocado a su arma unas cuantas veces en el templo para practicar con la invocación. El mismo Yato le daba los tips para hacerlo (?) aunque no entendía como hasta ése desesperante sabía ser más HiME que él. En secreto para los dos, Yato le contó que en el pasado había sido Rebel e Hiyori inmediatamente pensó que en la actualidad podía serlo y tal vez hasta era su Rebel porque eso explicaría como de la nada sabía de ella y la tenía a su servicio pero Yato le dejo en claro, con una mirada indiferente que nunca vio en él, que por nada en el mundo volverá ser Rebel. Vio que Kou la observó seriamente.
—No debería mostrar tus dones delante de personas que no sabes si son peligrosas.—
—¿P-Perdón?— Hiyori quedó confundida con esa repentina intromisión de Kou.
—¡Yo soy su hermana!— Lilina fue la primera en ofenderse y al conocer a Kou de antes se sentía con derecho de actuar con más confianza con él. No así Naho quien se sintió un poco incómoda con la observación ya que tenía razón. Setsuna sentía que no debía molestarse con ese tipo aunque tuviera inexplicablemente ganas de partirle la cara desde que llegó (?) —Y Ryouta su hermano y ellos nuestros vecinos.— En referencia de Touma y Naho. —Setsuna es un buen chico. Y…Eh…— Y luego miró a Kuroko. —Y él no parece malo.— Aunque sí escalofriante.
—Y yo me descarto— Dijo Yato. —De hecho, ya he visto su arma antes.—
—Eso no te descarta como sospechoso o peligroso.— Dijo Ryouta y la suspicacia nacía entre los presentes. Kou puso la semilla y de pronto todos eran sospechosos.
—Nadie aquí es sospechoso.— Hiyori soltó un suspiro. Acto seguido, invocó su katana la cual apareció en sus manos extendidas tras un halo de energía. Nodachi. Una katana delgada de gran longitud. Los presentes de mostraron maravillados.
—Cool.— Dijo Setsuna. 
Varios se acercaron a mirar de cerca y los hombres no tardaron el pedirle prestada su arma para sentirla entre sus manos. Turnaban la Nodachi cautivados por el arma. Los comentarios rápidamente volvieron a hacerse presente en la sala y la situación se volvió nuevamente agradable.
« Last Edit: June 27, 2016, 06:35:21 PM by Kana »


Cho

Hola... *muerta* vengo con la tercera parte. Sadly, todavía no termino pero no creo que pueda caber más en este post (...) *huye* La próxima termino sí o sí.

20.3.



Tal y como acordaron, el grupo de primero con los primos de Rizembool fueron a la tienda de souvenirs, donde se encontraron con todo tipo de artículos. Había incluso un área de curiosidades y juguetes para niños, además de maquetas fáciles de armar, pero más abundantes eran libros, llaveros y postales con fotos de edificios ilustres.

“Qué gorro más raro…” Hinata había agarrado un sombrero que tenía forma de una pirámide. Se lo probó con curiosidad, y alzó una ceja al mirarse al espejo, no comprendiendo el diseño.
“¡Hahaha! ¡Qué ridículo te ves!” Lev le apuntó y se puso a reír. Sonrió ampliamente. “Pero ni con eso puesto llegas a mi estatura.”
“¡Oye, eso es bajo! ¡No digas cosas así!”
“¡Hahahaha, mejor ve buscando otro gorro que te aumente más la estatura!”

Por otro lado, Iksel se había detenido junto con Reimu y Youmu en medio de unos estantes de libros para hablar un poco.

“Entonces eres una miko,” el pelirrojo se animó. “¡Qué genial! Me encantaría ir a conocer tu templo. Creo que nunca he ido a uno.”
“¿En serio? Eso es difícil de creer.”
“Pues, mi familia no es originaria de aquí y he vivido en el extranjero varios años. Vine a Japón hace dos años para estudiar en la universidad.”
“Ahh, qué interesante, a mí me encantaría viajar, aunque supongo mi interés estaría en visitar varios templos de Asia,” Reimu sonrió. “¿Y cómo así llegaste a estudiar en Rizembool? Hubiera imaginado que estudiarías en algún país de Europa por tu profesión.”
“Medio que tuve la opción… pero es una larga historia,” Iksel se vió incómodo y llevó una mano a su nuca, acentuando su estado de ánimo. Él pareció reservarse los detalles. “Al final, mi tío me consiguió admisión y beca en Rizembool, por eso estoy aquí. En cierta manera, también les pago el favor cuidando de mi primo cabeza hueca.”
“…” Youmu le miró fijamente, algo que este notó.
“Ehh, antes que lo pienses, déjame asegurarte que no tengo interés alguno en ser Rebel,” este negó, frustrado. “Puedo sentir tu aura de rechazo…”
“Youmu, compórtate,” Reimu le dio un codazo. “Ya hemos hablado de esto.”
“Hm…” esta desvió su mirada, incómoda. “…lo siento.”
“Tus instintos no pueden ser tan premeditados…”
“Está bien. Bueno, no lo está, pero lo entiendo. Ya he escuchado varias historias de Rebels en la universidad y veo por qué una HiME les tendría recelo,” observó el pelirrojo. “Quisiera estar en una universidad en donde no hubiera nada de esto, pero lamentablemente no hay mucho que puedo hacer. A veces nos exponemos a cosas que quisiéramos evitar…”
“Cierto…” Youmu se quedó en blanco e inmutada, como quien intentaba cambiar un chip interno antes de continuar. Ella apuntó a Lev. “Tú te ves como alguien razonable, pero, ¿qué hay de él?”
“Lev, ¿ah?” Iksel miró a su primo, quien se reía luego de que Hinata hubiera encontrado un sombrero para niños con la torre de Tokio encima, pero que todavía no llegaba a la altura. Dio un suspiro. “Parece que se lo toma todo como broma, pero aparte de eso, él nunca se metería en el lío. Es un deportista, y por más que sea competitivo, sus intenciones no son malignas. Te lo aseguro, pese a su ‘aura de Rebel’, es completamente inofensivo.”
“Hahaha, siento que él lo resentiría si te oyera,” Reimu rió un poco.
“No debería resentirse con la verdad…”
“…” Youmu fue caminando hacia los otros dos. “Hinata está molesto. Los detendré antes que comience una pelea.”
“Bueno, pero puede que él sea más razonable que tú,” Reimu se encogió de hombros y vio a su amiga llegar donde el pelinaranja, quien había estado saltando en su sitio para mostrarle al otro lo alto que podía llegar. “Pienso que nos hemos quedado aquí mucho tiempo. Hay que ir a otro sitio antes que el vendedor nos llame la atención o algo.”
“Supongo…”
“Pero…” la sacerdotisa levantó su mirada al techo, pensativa. “¿Cómo así alguien que no tiene nada que ver ni quiere tener nada que ver ha venido a una reunión como esta? Aquí todos tienen un vínculo u otro con las HiMEs o los Rebels. ¿Cuál es tu historia?”
“Te lo puedo decir mientras no se lo digas a tu amiga,” Iksel se frustró.
“Claro, ¿de qué se trata?”
“Tal y como dije, lamentablemente, hay cosas que no se pueden evitar. Lev y yo estamos indirectamente involucrados,” el pelirrojo se cruzó de brazos. “No es mi interés causar líos a otros, pero siempre es bueno averiguar más del asunto, y conocer a gente que puede compartir experiencias de vida similares. Eso es todo.”
“Hm…” Reimu lo meditó. Iksel no le iba a decir más, y lo iba a respetar. “Pues eso suena inteligente. Sólo espero que no sea ningún asunto muy serio.”
“Lo mismo espero… y espero que no envuelva a ninguno de ustedes…”
“Hm…”

El grupo se terminó reuniendo para salir de la tienda y pensar a dónde más ir y pasar el tiempo antes de la reunión a la una.


Luego de pasear y mirar algunas exhibiciones superficialmente por el primer piso, Roxas supo que no iba a disfrutar del resto, y decidió irse a relajarse por los jardines del museo. Pese a que toda la estructura era un solo edificio, había un amplio jardín en el centro que conectaba con el jardín de la cafetería y otros dos jardines menores mediante pasillos exteriores.

Él estaba sentado en una banca, a un rincón del jardín central. Desde ahí, podía ver que los pisos superiores tenían puentes que conectaban los lados opuestos del edificio. Había dos laterales que pasaban por encima del jardín, y uno central y estrecho en el último piso, el cual terminaba en una cúpula de ventanales. Según había visto en el folleto que agarró en la entrada, esa cúpula en el último piso era una sala de conferencias, y donde ocurrían eventos y charlas, como la que iban a tener a la una, y ese puente era una de las entradas, con la otra siendo interna. La idea de ese evento le quitaba los pocos ánimos que tenía.

“Espero que Komaeda tenga una buena razón para esto…” Roxas recostó su cabeza hacia atrás y miró al cielo encima de él. De un momento a otro, se había quedado sin ganas, y por ciertos invitados, sentía que debía marcharse, ya que no tenía nada más que hacer ahí. Sin embargo, sabía que Osaka se podría molestar con él si se desaparecía así nada más, aparte que quedaba hablar con su hermana… pero ni sabía qué podía decirle.

Seguía molesto con ella, y al mismo tiempo tenía cierto cargo de consciencia. Algo estaba fuera de lugar, algo necesitaba arreglarse, pero sabía que había demasiada ‘calma’ entre los dos. Luego de que él aceptara a apoyarle con su decisión de volver a ser HiME, si bien ese tema dejó de ser tabú, seguían secuelas del silencio y de la pasividad de ambos. Y también, Roxas no evitaba pensar que él había cedido demasiado al tener que aprobar las decisiones de Cho, mientras que esta no le estaba dando cabida a nada en lo absoluto.

Esos pensamientos definidos empezaron a esparcirse y volverse ruido indescifrable dentro de su cabeza, pero que seguía presente en su estado de ánimo. Trató de perderse con el cielo y descansar un poco, como quien intentaba dejarlo atrás de una vez, pero justo llegó una persona para sacarle de su ensimismamiento.

“Aquí estás…”
“…” Roxas se confundió al reconocer su voz y dejó de recostarse hacia atrás, para mirarle atentamente. “¿Qué haces aquí, Larsa?”
“Estaba buscándote,” notó que el otro se confundió más. “Si no es mucha molestia, ¿podría hablar un momento contigo?”
“¿Por qué me lo pides así? Vamos, no seas tan formal,” le miró con incomprensión. “Adelante. ¿Y Dakki y Kibi?”
“No lo sé. Iban a comer unos helados en la cafetería, pero eso no me concierne realmente,” Larsa se tomó la libertad de sentarse a su costado.
“Pues, nunca has sido de esas cosas, lo sé. ¿Cómo así quieres hablar conmigo?”
“Quería revisar cómo estabas. Debo admitir que me preocupé un poco por ti, luego de encontrarnos con la gente de Rizembool,” el exRebel le miró fijamente.
“…” con la mención, Roxas entrecerró sus ojos y bajó la mirada. “Creo que fue muy evidente, ¿no es así? Pero no te preocupes por eso. No es que haya otra forma en la cual pueda reaccionar.”
“Esa es una respuesta ilógica,” Larsa notó cómo el otro le miró de reojo. “No intento llamarte la atención por reaccionar así. No sabré los detalles, pero sé que no deben faltarte motivos para indignarte del modo en que lo hiciste. También sé, por la forma en que nos conocimos, que el tema de las HiMEs siempre ha sido un asunto muy sensible para ti, y que esto te afecta mucho más que a los demás. Por eso estoy aquí.”
“…” el key volvió a bajar su mirada. Notó que Larsa le comprendía y apreciaba que le tomara consideración, pero aun así, no estaba con ánimos de hablar con nadie.
“Sin embargo, también vine porque he notado que tu solución personal a estos problemas es huir de ellos. Esto no es saludable para ti, y puede que sólo termines haciéndote más daño, ya que así no podrás resolver nada.”
“…sé a qué te refieres…” Roxas se quedó en silencio un momento, pensando en qué decir. Su acompañante esperó a que este se expresara, y luego de una pausa, lo hizo. “Es sólo que hay mucho con lo que no estoy de acuerdo. No es que intente causar problemas, ni a mí ni a nadie, pero… por más que este sea principalmente el asunto de Cho, siento que ella me está dejando de lado por completo, como si mi punto de vista no importara en lo absoluto.”
“…”
“¿Acaso está mal que piense así?”
“No, más bien…” Larsa sonrió un poco. “Lo que tienes que hacer es expresarte. Por más que quieras apoyar a Tanaka-san, si no te sientes del todo bien, está en tu derecho decirlo y que ella te escuche. No es saludable que te calles, y por hablar no le vas a poner trabas, siempre y cuando sepas cómo decir las cosas.”
“No sé por qué siento demasiada presión de todos a mi alrededor…” Roxas se tensó y comprimió sus puños. “Osaka me pidió que apoyara a Cho, que ella necesita eso. También pude sentir la mirada de la directora sobre mí, como si esperara que cumpliera con el rol de apoyo. Y todos en Hanasaki siempre están de lado de las HiMEs. Sé que se espera que yo esté bien con todo y que cualquier desviación de la labor de ser un ‘key’ es egoísta de mi parte.”
“Las HiMEs también pueden ser egoístas por el simple hecho de escoger su rol. Ellas también pueden estar mal. A fin de cuentas, no creo que nadie esté ‘bien’, como tú lo percibes. Y esa presión que sientes de todos me parece que es más interna. Que es algo que viene de ti mismo y que lo proyectas en los demás.”
“Y-yo…” se quedó sin palabras y sin fuerzas repentinamente. Esa incomprensión externa por un momento se había quebrantado en algo que sentía presente en sí mismo. Tal vez había algo de cierto en esas palabras, y al pensarlas, se sintió extrañamente incómodo, y vulnerable. Él dejó caer su cabeza hacia delante. “Dime Larsa… ¿estoy mal? ¿Soy yo el que está causando tantos líos y el que está equivocado?”
“…”
“¿Es que acaso no puedo molestarme por cómo Cho le contestó a Axel y cómo luego me contestó a mí, como si mi opinión estuviera de más?”
“No creo que sea prudente juzgar a alguien por lo que siente, tienes derecho a reaccionar a tu modo. En este caso, pienso que los dos están bien y están mal, además de que sus asuntos personales con este tema son completamente diferentes.”
“¿Qué quieres decir?” Roxas se extrañó. “Axel fue el enemigo de los dos. Cho no puede pretender que ella estuvo sola en eso.”
“…” Larsa entrecerró los ojos, meditativo. Dio la impresión de reservarse un comentario, algo que incomodó al key.
“¿Cuál es tu punto de vista en esto? ¿Qué pensaste de la respuesta de Cho?”
“Su respuesta fue rápida, casi instintiva, y que no necesitó meditar. Puede que le haya salido natural o que esperaba ese encuentro con su exRebel y lo planeó de antemano. Es cierto que no te consideró, pero desde un punto de vista externo, uno puede ver de dónde viene su reacción. Ella es una HiME que tuvo una conversación con su previo enemigo, y que tomó las riendas de la situación con firmeza y responsabilidad. Se vio dispuesta a llegar a una resolución y dejar ese capítulo detrás, y por más inesperado que haya sido, es en cierto modo admirable.”
“…”
“Sin embargo, tú no estás listo para hacer lo mismo. Roxas, es cierto que Axel también es tu enemigo, pero no lo fue en el mismo modo que Tanaka-san. Él no fue tu Rebel, él no se presentó repentinamente como un extraño que debía pelear contra ti. Tu dilema no está directamente relacionado con el asunto de las escuelas, y sé que ustedes dos se conocieron antes de que Axel fuera un Rebel. Pero, si puedo preguntar, ¿cuál fue tu conexión con Axel antes de que él se convirtiera en el Rebel de tu hermana?”
“…” esa pregunta tensó más al rubio, quien se mostró inconforme y no quiso responder. Una gran inquietud pareció crecer en Roxas. Era un tema delicado para él.
“…ya veo. Mis disculpas, no quise inquietarte. No tienes que responderme,” Larsa negó y continuó. “Sé que esto es mucho pedir, pero quisiera que medites el pasado, y que intentes encontrar una forma de estar en paz con lo ocurrido. Te lo pido por tu propio bienestar. Si sigues evadiendo la mirada o alejándote cuando algo te inquieta, no podrás afrontar el futuro, y no podrás estar ahí por tu hermana o por aquellos cercanos a ti. Te lo digo por experiencia. Esto no se volverá más fácil, y es mejor que te tengas a ti mismo de aliado.”
“…” Roxas se entristeció al oír esas palabras, pero tenían mucho sentido. No podía seguir huyendo, aunque en verdad no sabía qué era lo que debía afrontar primero…
“Y espero que Tanaka-san haga lo mismo. Ella también parece tener asuntos pendientes, pero al igual que siempre, lo está tratando de afrontar por su cuenta. Ella nunca ha sido de pedir ayuda a otros, y sé que no debe haber cambiado en este tiempo.”
“…”
“Es sólo para que sepas que no eres el único con asuntos pendientes. De algún modo u otro, todos estamos constantemente arrastrando algo que debimos haber dejado atrás,” Larsa sonrió con leve tristeza. “Es inevitable. Todos somos humanos.”
“…” Roxas asintió y sonrió débilmente. “Gracias…”
“No quiero que te sientas mal por lo que Tanaka-san dijo. No te consideró al expresarse, pero sé que ella nunca querría menospreciarte. Es evidente para mí que ella siempre te ha tenido un gran aprecio, como su hermano.”
“Lo sé, aun si no siempre quiera estar consciente de ello…” el key tomó una bocanada de aire y estiró sus brazos, como quien despejaba la pesadez de la conversación. “No es justo, Larsa. ¿Cómo así supiste lo que pasaba por mi cabeza?”
“Creo que siempre he podido leerte muy bien,” él se encogió de hombros.
“No lo trates con indiferencia, por favor…” dio un suspiro. “Casi me haces sentirme tan predecible como Sora.”
“A decir verdad, a él no siempre le puedo leer bien,” Larsa entrecerró sus ojos. “Porque es un tonto impulsivo que no sabe medir las consecuencias de sus actos.”
“Nuestra anécdota en su auto sigue estando fresca, ¿no es así?”
“A eso debo sumarle muchas cosas más…”
“E-en fin, olvídalo…” Roxas decidió cambiar el tema para evitar amargarle. Era curioso cómo Larsa parecía estar permanentemente molesto con Sora. Sonrió un poco. “Hemos estado hablando mucho de mí. ¿Pero qué hay de ti? ¿Qué ha sido de tu vida en estos tres años? Seguro que has hecho un montón. Cho me dijo que le comentaste que estás estudiando para tu maestría.”
“Realmente no sé qué decirte…” Larsa se puso a pensar.

Los dos continuaron hablando entre ellos sobre el tiempo que había transcurrido desde el final del conflicto anterior, y la conversación se aligeró bastante para cambiar a un tono más agradable y relajado.




Mientras tanto, las chicas que estuvieron en la cafetería habían salido hacia el jardín adjunto. Luego de que Tomo trajera la idea de comerse un helado, Osaka y Suiseiseki se apuntaron, y mientras esperaron a su pedido, se encontraron con Dakki y Kibi, quienes tuvieron los mismos planes. Así, ellas terminaron acompañándose mientras comían sus postres y conversaban en conjunto.

“Y esa es la historia~desu,” narró la invitada de honor a Kibi, quien le había prestado mucha atención durante todo su relato. “Terminé animándome a ser HiME de nuevo para ayudar a mis estimadas amigas y proteger Hanasaki y llevar el estandarte~desu.”
“¡Te ves muy inspirada, bien por ti!” exclamó la rubia. “¡Entonces espero que te vaya muy bien y derrotes a todos tus enemigos!”
“Kibi-chan, no te olvides que estamos del otro lado~♥” canturreó la pelirroja.
“Pero onee-sama, puedo tomar el lado de una HiME si no conozco a su Rebel o si este fuera a no caerme, ¿verdad?”
“Haz lo que quieras, pequeña, sólo no te emociones mucho. No es bueno ni para el corazón ni para la piel.”
“Yo sólo me alegro de que todas nos podemos llevar bien,” Osaka sonrió. “Dakki-chan y Kibi-chan fueron mis amigas pese a ser Princesses la vez pasada, y personalmente creo que es muy bueno y saludable hacer las paces con el lado opuesto.”
“Definitivamente~desu,” Suiseiseki asintió, convencida. “Yo me llevo muy bien con mi exRebel y es un valioso amigo~desu. ¡Y ha sido un gustazo conocerlas a ustedes dos~desu!” se dirigió a Dakki. “No sabía que fuiste la partner-in-crime de Larsa~desu. Sólo espero que no seas una mala influencia para él~desu.”
“Ohohoho, que ocurrente eres~♥ te aseguro que su mayor mala influencia es su exroommate que le hacía desvivirse por ayudarle con sus notas.”
“Oh, no es así~desu,” la HiME negó y levantó un índice para marcar sus palabras. “Así lo parecerá en la superficie, pero sé que en el fondo hay amor~desu. Un amor que sobrepasa todas las discordias humanas~desu.”
“¿Qué dices?” Dakki sintió un tic en la ceja.
“Uhh, mal, no digas eso…” Tomo negó a Suiseiseki. “Dakki es en definitiva una hater del ship, por más que puedan haber razones para algunos de apoyarlo.”
“¿Eh?” Osaka ladeó su cabeza. “¿Tú crees en el ship, Tomo-chan?”
“¡Hahaha! Sólo me río pensando en eso,” ella sonrió burlonamente.
“Cada quien es libre de elegir~desu,” Suiseiseki se cruzó de brazos. “Pero como personas civilizadas podemos vivir en desacuerdo~desu.”
“C-claro,” Kibi sonrió incómoda. Al menos su onee-sama se mostró comprensiva con la conversación.

En ese instante, las chicas vieron a Tomaj y Axel acercárseles luego de pasar por la cafetería por unas gaseosas.

“Hola chicas, no esperaba verles juntas,” observó el pelimarrón, levantando una mano. “¿Se están divirtiendo?”
“¡Sí!” contestó Kibi. “¡Entre mi almohada, el helado y la compañía, este día ha sido sumamente genial!”
“Al menos sé que no estás disfrutando del museo,” Axel se encogió de hombros. “Pero ya somos dos. Hay buena ambientación pero por todos lados es un poco de lo mismo.”
“Esa es mi misma apreciación,” Tomo asintió.
“Vamos, hay que tener fe en el paseo,” suplicó Osaka. “Un museo será raro, pero sí es bonito, tienen jugos ricos, ¡y miren la almohada de la torre Eiffel de Kibi-chan! ¡Este museo entiende mis gustos de plushies de edificios y formas geográficas! ¡En la salida tengo que comprarme una igual!”
“¡Yay~☆!” Kibi chocó manos con ella.
“Ehm, mister exRebel de Cho~desu…” dijo Suiseiseki. Este le miró alzando una ceja por el nombre que ella optó por llamarle. “¿En verdad promete que no va a volver a lastimar a Cho~desu? ¿De veras~desu? No es por juzgarle mal, pero su llegada fue un tanto conflictiva y no quiero más de eso~desu.”
“Te aseguro que sí, no mentí cuando lo declaré al llegar. Siento el show, por cierto, pero no se pudo evitar,” Axel sonrió levemente frustrado. “Es claro que no fui el Rebel más ‘ameno’ del montón la vez pasada, pero no todos somos bipolares como Tomaj.”
“¿Qué estás diciendo?” este le miró de reojo con reproche.
“Gracias por la aclaración~desu.”
“Pero al escucharte, me recuerdas a una leyenda urbana que tuvimos en Rizembool,” el pelirrojo levantó su mirada, recordando cómo iba. “Sobre una HiME peligrosa que tenía un tic verbal y que si te descuidabas te arrastraría de los pies en la noche.”
“¿P-perdón~desu?”
“Ahh cierto. Haha, no sé quién se vino con ese rumor, pero dio vueltas en Rizembool,” Tomaj se rió un poco. “Y sí creo que se inspiraron en ti. Era la HiME de los desus.”
“¡Ohh!” Osaka se impresionó. “¿Y cómo iba la historia?”
“Decían que si caminabas por Rizembool solo de noche, ibas a sentirte seguido por una presencia invisible y ominosa…” comenzó Axel.
“Y que nunca ibas a poder ver. Tenías que huir, porque si llegabas a escuchar el primer desu, era muy tarde para ti,” agregó Tomaj. “Y lo peor de todo es que, si tenías la suerte de que te perdonara la vida, amanecerías diciendo sólo desus por el resto de tu vida.”
“¡AHHH, qué horrible!” Kibi se agarró los cabellos.
“¡Ohohoho~♥ tranquila, Kibi-chan!” Dakki rió con ganas.
“¡Malditos chismosos exagerados~desu!” Suiseiseki se indignó. “¡Son puras mentiras~desu! ¡Quiero que me presenten los que se vinieron con eso~desu! ¡Son criminales~desu! ¡Y mis desus no son tics verbales~desu! ¡Este mundo discrimina en contra de los desus y no es justo~desu! ¡Voy a velar por sus derechos humanos~desu!”
“Ya, estás llamando la atención de todos cerca, párala,” pidió Tomo, impaciente.
“¡Nunca pararé hasta que el mundo cambie~desu! ¡La gente no entiende la verdad~desu!”
“Hm…” Osaka miró a la pantalla de su celular, la cual no tenía nuevas notificaciones. “Todavía no hay noticias de Koma-chan…”

Entonces, ella notó que se le había escapado su nombre y se tapó la boca de forma apurada. Los demás le miraron.

“¿Koma-chan? ¿Qué es eso?” le preguntó Kibi, con curiosidad. “¿Se come?”
“¡N-no es nada!”
“¿Nos estás ocultando algo, Osaka-chan~♥?”
“¡No, n-nada, en serio!”
“¡Ay, ya párala con tu secretismo!” le reclamó Tomo, harta de su necedad. “Si él mismo ya está en el museo. ¿Por cuánto tiempo más vas a seguir con el anonimato?”
“E-es que…”
“¿Hablan del anfitrión secreto?” preguntó la pelirroja. “Pues estoy de acuerdo. ¿Por qué no se presenta? ¿y por qué no podemos ni saber su nombre a estas alturas?”
“Ehh…”
“¡Ya, yo lo haré!” Tomo miró a los demás y se cruzó de brazos. “El raro que nos ha traído hasta aquí para ver una charla que está cancelada es un peliblanco extraño que se llama Komaeda. No sé por qué el chiflado le habrá dicho a Osaka que le mantuviera secreto, ¡pero ya harta demasiado y no tiene sentido alguno! ¡Maldición, no es que sea Voldemort o algo similar!”
“Finalmente lo dijeron…” Tomaj sonrió con ironía. “Y por notar que Cho no se encuentra con ustedes, ¿puedo adivinar que este se las ingenió para llevársela luego de encontrarse únicamente con ustedes?”
“Sí pues, wait…” Tomo se quedó en blanco. “¡¿Q-qué dices?!”
“Komaeda…” Kibi se puso a pensar. “Ese nombre…”
“Kibi-chan…” su onee-sama se mostró frustrada. “¿Cómo no te vas a acordar de él?”
“¿S-será ese mismo? Pues, nuestro Komaeda también es peliblanco…”
“¿Eh? ¿Qué está pasando aquí?” Osaka se mareó.
“Pero tú eres la organizadora~desu,” dijo Suiseiseki.
“P-pero yo…”
“¡Tonta! ¡Por cómo todos aquí saben de él, Komaeda es de Rizembool!” declaró Tomo, iracunda. “¡Piensa de una vez!”
“¿Rizembool? ¿Pero y su admiración por Hanasaki?”
“Ehm, con permiso chicas,” Dakki tomó a Kibi de la muñeca con un gesto levemente apurado. “Estas son noticias importantes. Tengo que informarle a mi Larsa inmediatamente. Suerte~♥”
“Vaya, pareciera que alguien soltó una bomba por aquí,” observó Axel.
“¿Quieren decir que Cho puede estar en aprietos~desu? ¿Acaso ustedes supieron todo esto desde el inicio~desu?”
“Es una larga historia, pero sí, a decir verdad,” Tomaj miró hacia el camino que llevaba hacia el centro del museo, donde estaba el jardín principal. “Mi instinto me dice que nos dirijamos hacia allá. ¿Por qué no mejor nos apuramos?”


Cho siguió a Komaeda por el camino hacia las oficinas de los directivos y supervisores del museo, en el segundo piso del lugar. La HiME se sorprendió por la facilidad en que el peliblanco se ubicaba y cómo pudo encontrar ese discreto pasillo entre dos exhibiciones, donde tocó la puerta y muy amablemente pidió hablar con la supervisora a cargo. La conversación no duró mucho, ya que esta, con calma y paciencia, les explicó que la decisión no podía cambiarse al estar ya programado, y los encargados de dicha charla se encontraban ocupados con otros proyectos. Cho asintió y se disculpó por las molestias, pero al notar a Komaeda insistir, se sintió demasiado incómoda de hasta seguir ahí, y se excusó lo antes posible. El otro continuó pidiendo, pero la HiME prefirió salirse de la conversación y esperarle afuera hasta que se rindiera. Realmente no entendía cómo este se atrevía a razonar con una institución tan formal, y esperaba que este saliera pronto.

Felizmente no tomó mucho más, y el peliblanco le dio el alcance fuera de la oficina principal, cabizbajo. La puerta fue cerrada detrás de él por la secretaria.

“Su mente está cerrada a sugerencias, lamentablemente,” Komaeda dio un suspiro.
“Pues, no hay nada que podamos hacer…” Cho bajó su mirada. “Lo siento.”
“No, yo lo siento, es mi responsabilidad. Sin embargo, al menos puedo ver si existe la posibilidad de tener esta charla en otra oportunidad.”
“Pero la supervisora nos dijo que la remodelación durará más de un mes, ¿no sería mejor esperar hasta entonces?”
“Quisiera hablar antes con los encargados de la charla.”
“¿H-hablas en serio?” Cho dio un paso hacia atrás, sorprendida de su decisión. Él parecía que nunca se iba a rendir.
“Pude sacar un poco de información de la supervisora. Me dijo que esos encargados en verdad están arriba con unos obreros para ver la remodelación de la cúpula. Pienso que es el momento preciso para hablar con ellos, ¿no lo crees?”
“N-no, no lo creo,” la HiME negó, impresionada por los ánimos del otro. Komaeda se encontraba sonriendo convencido y decidido a realizar lo que decía, y era un poco difícil contradecirle por ese estado de ánimo tan esperanzado que mostraba. “Lo mejor es regresar y decirles a todos que se canceló.”
“No, es imposible que lo haga. Debo al menos intentarlo,” él miró a una salida de emergencia. “Estas deben ser escaleras de emergencia que se conectan con los pisos. Por su ubicación, sé que podremos acceder a la cúpula sin preocuparnos por seguridad.”
“¿Q-qué? ¿P-pero no es posible que suene una alarma?” Cho se asustó. “No, por favor no lo hagas…”

Su acompañante no le oyó y las abrió, para apurarse en subir las escaleras. Cho no supo si huir o detenerle, y al final optó por seguirle para razonar con él, por más que eso pudiera parecer inútil. Sólo se alegraba de que al menos no se activara una alarma.

Tenía un mal presentimiento de todo eso, pero simplemente continuaba con el asunto porque sentía que, en cierto modo, le concernía.



Había pasado un corto rato en el cual Larsa contestó la pregunta de Roxas al hablarle un poco de sus estudios, pero como el rubio se mostró confundido, el tema se simplificó a lo básico, y pasaron a hablar sobre las aspiraciones del key.

“Entonces te has animado a seguir el kendo,” observó Larsa. “Siempre has estado muy inspirado en seguirlo, no me sorprende que decidas enfocarte en ello de forma profesional…”
“Sí, sólo que sé que es difícil, hay bastante competencia, y a veces siento que podía hacerlo mejor, o podría hacer algo más allá,” Roxas dio un suspiro.
“No te estreses. Me da la impresión que eres muy eficiente cuando algo te es importante, o cuando te lo propones. Es cierto lo que dices sobre la competencia, pero eso sólo significa que debes tomártelo con mayor seriedad.”
“Pues, si tú crees en mí, me alivia un poco. Siempre has sido el más estudioso de nuestro círculo.”
“No minimices tus propios logros. Recuerdo claramente cuando nos conocimos antes de iniciar el segundo año de Hanasaki. Tú me pediste que te ayudara a estudiar para nivelarte e ingresar a la secundaria pese a que perdiste un año. Te habré ayudado, pero es admirable que hayas aprendido lo necesario para aprobar los exámenes de subsanación en tan poco tiempo.”
“Vaya, a veces me olvido que tuve que saltearme primero para no quedarme atrás, me da nostalgia,” Roxas sonrió un poco. “Y gracias por toda tu ayuda, pese a que en ese entonces no sabía tu nombre y sólo te llamaba ‘amigo renegón de Sora’ o variaciones de esa frase.”
“Descuida, está en el pasado,” Larsa le miró de reojo y sonrió con ironía. “Y no lo habré dicho, pero te conocía a ti como el hermano inútil y engreído de Tanaka-san.”
“Uhh, eso dolió,” el rubio no evitó sorprenderse un poco por esas palabras tan duras del otro, aunque le llamó la atención que se lo haya dicho en broma. Era algo raro ver a Larsa ser un tanto informal y relajado, pero le animaba verle soltarse a veces, por más que tuviera un lado mordaz. “Sora tiene razón, puedes ser un poco cruel a veces.”
“Perdón, sólo fui sincero,” él se encogió de hombros, y su conversación fue cortada al oír a alguien llamarles desde lejos.

“¡Oigan!” exclamó Sora, quien venía corriendo a toda velocidad. Kytes, Ryo y Hotaru le seguían a cierta distancia, ya que ellos no se estaban apurando tanto.
“¿Sora?” Roxas se confundió por verle tan alterado.
“¡Finalmente te encuentro, desgraciado!” exclamó el apurado con una gran indignación. Por su elección de vocabulario, los dos supieron que se estaba dirigiendo al exRebel. “¡Maldición, Larsa! ¡¿Por qué no contestas tu teléfono?!”
“¿De qué hablas?” este alzó una ceja, impaciente. “Asumo que no viste el anuncio en la entrada de que el uso de celulares está prohibido en las instalaciones.”
“¿Pero eres de la prehistoria o qué? ¡Por supuesto que eso no significa más que poner tu celular en mudo y con vibración! ¡Te tuvimos que buscar por todos lados y para colmo no estabas en las salas aburridas y técnicas que te van! ¡¿Qué haces sentado en una banca de jardín como anciano con una bolsa de semillas para aves?!”
“¡O-oye, yo fui el que escogió este sitio!” reclamó Roxas.
“Haha, tú sabes que Sora no tiene mucho tacto,” Ryo se aguantó las ganas de reír.
“Ya, Sora, estamos aquí,” le pidió Kytes, preocupado. “Hay que ir al punto.”
“Cierto, cierto,” este sacudió su cabeza y miró a Larsa con severidad. “Larsa, sabemos que tú tienes cierta información de Rizembool de hace tres años que nos interesa.”
“¿De dónde viene esto?” el exRebel se confundió.
“Ehm…” Hotaru se llevó sus manos al pecho. No le gustaba tener que repetir el tema tan seguido, pero tenía que hacerlo. “Dime… ¿tú sabes lo que le pasó a Shelke hace tres años? ¿Sabes qué le hizo Rizembool… por qué todo terminó así…?”
“Tomoe-san…” Larsa le miró y se apenó un poco, pero se mantuvo firme y negó con la cabeza. “Hacia el final del conflicto, sí me dediqué a averiguar del caso. Pero… hay algunos detalles que son mejores no saber.”
“¿E-eh?” la pelinegra frunció el ceño, afligida.
“P-pero Shelke fue nuestra amiga,” dijo Sora, mirando al otro con incomprensión. “Tenemos derecho de saber.”
“No, a estas alturas no sería más que faltarle el respeto. Ya de por sí, yo no debería saber nada tampoco. Lamento decirles que no pueden esperar que les dé información, pero pienso que es lo mejor.”
“…” Hotaru bajó su mirada, desanimada. Quería todavía resolver ese misterio, pero lo que Larsa le había dicho tenía algo de razón. En parte podría no ser algo que deba involucrarle, y quizás hasta una falta de respeto, pero para que este diga lo segundo, ¿acaso todo el tema con Rizembool fue muy personal para Shelke desde el inicio? Pese a poder estar mal, realmente quería saberlo…
“No actúes como si no fuéramos más que chismosos…” Sora comprimió sus puños. “¿O acaso lo has olvidado? Sé que Riku fue también una inocente víctima de Rizembool, y hasta hoy todavía no he podido comprender qué ocurrió del todo.”
“…” Roxas se tensó, e hizo lo posible por no mostrar inconformidad. Como el primer Rebel de Cho, este caído nunca había sido una ‘inocente víctima’ en sus ojos.
“Sé menos de su caso, y aquí dudo poder ayudarte, Sora,” contestó Larsa. “Pero con quien sí deberían hablarlo es con Tomaj. Como el amigo de aquel Rebel y amigo de ustedes, es él quien debería informarles sobre este asunto.”
“Ya hay que dejarlo ir, Sora,” dijo Kytes, incómodo.
“Pero Kytes…”
“No es justo que intentemos sacar respuestas de Larsa. Y sí, Tomaj debe tener más información…” él desvió su mirada. “Por más que nunca quiera hablar del tema.”
“Ahh…” Sora se frustró.
“L-lo siento…” dijo Hotaru, apenada. Lamentaba haber traído esa incomodidad y discordia a flote. “No quise incomodar a nadie.”
“Preguntarte sobre una amiga es natural, y en medio de lo ocurrido tres años atrás, han quedado muchos eventos todavía presentes, es inevitable,” Larsa negó, esperando no inquietar a la pelinegra. “Pero sigue siendo un tema sensible. Aunque… ¿cómo así se animaron a preguntarme sobre todo esto?”
“Una persona le dijo a Hotaru que tú podrías tener información, y este individuo parecía conocerte,” reportó Ryo. “Más bien, esa vendría a ser mi duda, ya que esta persona es quien organizó todo este evento en primer lugar.”
“¿De quién están hablando?” Larsa se extrañó y miró a Hotaru.
“Eh, pues, es un chico alto, de cabellos blancos alocados…” ella se quedó sin palabras, y no pudo creer que en todo ese tiempo no supo su nombre. Verdad que la primera vez que lo vio estuvo de salida, y en la segunda no tuvo la oportunidad de preguntarle. “N-no me ha dicho su nombre… no sé cómo se llama…”

Pero no tuvo por qué saberlo, porque justo se encontraron con otras dos personas claves.




“¡Onii-chan!” exclamó Kibi, levemente alarmada.
“¡Te traemos chisme~♥!” anunció Dakki, con un estado anímico más juguetón que desentonaba con la rubia.
“¿A qué te refieres, Dakki?” Larsa alzó una ceja.
“¡No lo vas a creer!” exclamó la menor.
“Tomo-chan terminó confirmándome que el organizador del evento es nada más y nada menos que Komaeda,” la pelirroja vio a su amigo sorprenderse. “Ah, y no termina ahí. Al parecer, este ha logrado convencer a Cho a que le acompañe fuera del grupo.”
“¿Qué dices?”
“¿Q-qué ocurre?” Roxas se inquietó. ¿Por qué mencionaban de Komaeda de ese modo? “¿U-ustedes conocen a Komaeda?”
“Por como hablan de él, también es un allegado a Rizembool, ¿no es así?” preguntó Ryo con toda naturalidad. “Parecen estar muy familiarizados a ese chico.”
“Sí, pero es un raro,” Kibi negó con cierto disgusto. “No sé qué verá Osaka en él.”
“Pues siempre supo poner una cara bonita,” Dakki se encogió de hombros.
“¿Un allegado a Rizembool? Deben estar bromeando,” Roxas negó repetidamente. “Pero él ha sido muy amable con nosotros y nos ha apoyado estos días, hasta antes de que Cho diera el examen HiME. Hotaru, tú también lo conociste.”
“A decir verdad, él es quien me dijo que hablara con Larsa. También supo de Shelke, y… dijo cosas horribles sobre su muerte y su caso…” Hotaru se estremeció y frunció el ceño. “Nunca me inspiró confianza… quizás debí haberlo dicho antes…”
“…” el key se preocupó. “¿Y Cho?”
“Parece no haber otra opción,” Larsa negó y frunció el ceño. “Cho puede que se encuentre en peligro ahora. Aunque… ella es una HiME. Sólo espero que Komaeda haya cambiado un poco en este tiempo y se haya vuelto más prudente, y menos capaz de involucrar a otras personas.”
“Imposible…” Roxas comprimió sus puños, y repentinamente, se puso a correr.
“¡Roxas!” Sora le llamó pero este no hizo caso y se fue corriendo. Casi de inmediato, vio que Larsa se fue corriendo detrás de él. “¡Esperen!”

Pero Sora no les pudo seguir porque Dakki muy oportunamente le metió un cabe que le hizo caerse estrepitosamente al piso.

“Oh, no. Suficiente con tener a esos dos hermanos importunando a mi Larsa,” decretó Dakki, mirando a Sora desde arriba con una sonrisa de superioridad. “Y tú eres el más impulsivo de todos. Compórtate o te daré un escarmiento~♥”
“L-lamento decir que estoy de acuerdo,” Kytes dio un suspiro y se agachó para ayudar a su amigo a levantarse. “No sabemos a qué nos enfrentamos, y Larsa al menos sabe cuidarse de sí mismo. Sólo espero que Roxas no sea imprudente.”

Roxas entró al edificio en el lado frente a la cúpula y de inmediato sacó su celular. Sólo había una persona que sabía la posible ubicación de Cho, la encargada del evento.

“¿Aló? ¿Roxas?”
“¡Osaka! ¡Necesito saber dónde está Cho ahora mismo!”
“¿Eh? Ehh… no sé muy bien… Koma-chan no contest-”
“¡Ahora!”
“¡Ihhh!” se escuchó de fondo a Tomo decir algo como ‘te dije’. “¡E-e-e-eh…creo que iban a ver lo de la charla!”

Él colgó de inmediato. Debía ir a la cúpula, así que le tocaba llegar al último piso y cruzar el puente encima del jardín para entrar. Sólo esperaba que todo fuera una falsa alarma, y que las cosas no empezaran a complicarse desde ya.



Un rato después, el grupo de los nuevos había paseado sin mucho en mente por los ambientes en el primer piso cerca de la entrada, hasta que optaron por comprarse bebidas en una máquina dispensadora y salieron hacia el jardín central. Ahí continuaron hablando entre ellos.

“Iksel me dijo que eras deportivo,” preguntó Reimu al peliplateado. “¿A qué te dedicas?”
“Comencé con atletismo desde hace años,” contestó este, con ánimos.
“Ah, qué coincidencia. También corro pero más me estoy dedicando a mi labor de sacerdotisa.”
“Cierto, el atletismo para mí también es secundario,” Lev asintió sonriendo y comprimió sus puños con energías. “¡Últimamente me estoy dedicando mucho más al vóley, y estoy por unirme al equipo de Rizembool!”
“¡¿T-tú practicas vóley?!” Hinata se quedó en shock. “¿C-cuál es tu posición?”
“¡Soy el ace, por supuesto!”
“¡¿Ace?!”
“No lo es, el tonto siempre se anda echando humos,” negó Iksel, frustrado. “Si ni siquiera es miembro oficial aún.”
“Qué malo, definitivamente seré el ace,” le reclamó su primo.
“Estoy más que seguro que ya tienen un ace en su equipo.”
“Pero a fin de cuentas, el ace es quien hace más puntos, ¿cierto? ¡Por ello me aseguraré de hacerlo!”
“¿El ace es el que hace más puntos?” Hinata llevó una mano a su mentón y se puso a pensar duramente. “Nunca había escuchado esa definición…”
“¿Pero tiene sentido, ¿no es así?” Lev sonrió. “Dime, ¿te interesa el vóley?”
“Ehh… pues…”
“Hinata está en el equipo de Hanasaki,” respondió Youmu, confundida de que el mismo pelinaranja no lo haya dicho. Parecía que el otro le había intimidado.
“¡Oh, qué sorpresa!” Lev se emocionó. “¡Justo oí que nos iba a tocar un partido amistoso con ustedes! ¿Qué posición juegas? Por tu estatura debes ser un líbero, ¿no es así?”
“S-soy middle blocker…” Hinata frunció el ceño, entre deprimido y molesto.
“Wow, un middle blocker, tienes grandes ambiciones, pequeño.”
“¡Oye!”
“¡Hahahaha! ¡Pero está bien, así tiene que ser! ¡Sólo con esos ánimos se puede llegar muy lejos, ¿no lo crees?! Tú serás un gran middle blocker, y yo el ace de mi equipo.”
“¡Sí lo haré! ¡Ya lo verás!” Hinata le miró desafiantemente y Lev mantuvo su sonrisa entretenida y confiada. “¡Te lo demostraré en nuestro partido!”
“Bien,” Lev le miró fijamente y afiló su sonrisa. “Bring it on…”
“Chicos, está bien que se vuelvan en rivales, pero no traigan su aura deportiva aquí,” Iksel se encogió de hombros. “Estamos aquí para distraernos.”
“Qué aburrido eres,” el peliplateado negó, pero sonrió animado. “Aunque me alegro de conocer a uno de mis próximos rivales. Hicimos bien en aceptar la invitación de Tomaj, pese a que la reunión era en un aburrido museo.”
“¿Ese chico Rebel les invitó?” preguntó Youmu, levemente alarmada.
“Sí, supongo no lo mencioné antes,” dijo Iksel. “Tomaj y yo estamos colaborando en un proyecto interdisciplinario en nuestra universidad, y me invitó para conocerlos a todos ustedes. También dijo que este evento era importante para él como estudiante asesor.”
“¿Estudiante asesor?” esta vez, Reimu se mostró interesada.
“Te ves algo recelosa de Rizembool,” observó Lev a Youmu. “¿Por qué? ¿Acaso eres una HiME?”
“S-sí…” la peliblanca desvió su mirada, incómoda. “Creo que tampoco lo mencioné. Soy reciente en mi cargo. No sé quién podrá ser mi Rebel…”
“Pues se entiende, pero pese a que muchos me han aprobado como Rebel, no soy el Rebel de nadie,” Lev sonrió ampliamente mientras ignoró una mirada cansada de su pariente. “Aunque te deseo lo mejor.”
“C-claro… gracias…” ella se vio perpleja. ¿Era normal que todos se lo tomaran con tan poca seriedad?
“¡Aunque claro! ¡Como estudiante de Rizembool no puedo evitar alentar por el equipo de casa! Go Rebels!”
“…” la HiME le miró con incomprensión y cara de pocos amigos.
“¿Qué? ¿Es que acaso no es así? Tal y como Hinata y yo competimos en vóley, ¿acaso las HiMEs y los Rebels no son equipos rivales y lo que importa es que gane el mejor?”
“Uhh, creo que no es tan simple…” Hinata se vio incómodo.
“Si Hinata no esta de acuerdo contigo, es que ves las cosas aun con más simpleza que él…” Reimu sonrió incómoda.
“Por favor, ignórenlo,” Iksel dio un suspiro. “Tiene su chip de deportista incrustado en su cráneo. No va a tomar este conflicto de buena manera.”
“Pero Iksel, ¿dices que no podemos apoyar a los Rebels o algo?” Lev le miró con incomprensión. “Pero si nosotros-”
“¡Cállate de una vez! ¡Lo menos que puedes hacer es mostrar respeto por la HiME frente a ti!” el pelirrojo le cortó severamente para que no continuara con ese tema que había preferido no compartir. “Tampoco te digo que tomes un lado. A mi parecer, sólo porque muchos Rebels puedan ser desalmados no significa que tengamos que apoyar a las HiMEs o a cualquiera de las dos instituciones. Debemos mantenernos al margen lo más posible.”
“Y-ya, ya entendí. No grites…” el primo se mostró aturdido. Sabía que lo último que debía hacer era molestar a Iksel.

Ese intercambio dejó a Reimu meditativa. Lev claramente estuvo por decir algo con respecto a los Rebels, y no evitaba sentirse intrigada, pero debía estar atado a ese ‘secreto’ de Iksel de que estaban indirectamente involucrados. También, continuaba meditando sobre el hecho que Tomaj estaba ahí ‘por motivos de estudiante asesor’. Pero él había sido un Rebel, ¿cierto?

Al final, sus dudas iban a ser despejadas por un desconocido que se les acercó ni bien prestó un poco de atención a la conversación que acababan de tener…



“Eh, disculpen…” este pelimarrón alto y mayor que ellos llamó la atención de todos. Sonrió con amabilidad y un poco de incomodidad. “No quiero incomodarles, pero les oí hablar de HiMEs y Rebels. ¿De casualidad serán parte de un grupo de estudiantes de Hanasaki? Es que he llegado tarde.”
“¿Quién eres?” Youmu le miró fijamente, con cierto recelo. Notó que este le mostró un carnet de estudiante de Hanasaki U.
“Mi nombre es Alexei Karamazov, mucho gusto,” él dio una reverencia. “Acabo de llegar, pero Osaka no me contesta y no veo a mis conocidos por ningún lado…”
“¡Oh, recuerdo tu nombre!” Reimu se sorprendió. “Osaka y los hermanos Tanaka me dijeron que tú estabas a cargo de hacer mantenimiento al templo de mi familia antes de mi llegada. Es un gusto conocerte y gracias por el favor.”
“No es nada, más bien no he tenido tiempo últimamente, me disculpo por eso.”
“Hm, sí recuerdo a la anfitriona murmurar que faltaba una persona…” Iksel se puso a pensar.
“Un gusto también,” Lev sonrió. “¿Tú también estuviste envuelto en el combate de hace tres años?”
“Oye, no le preguntes con tanta ligereza.”
“Descuida,” Alexei sonrió. “Sí, fui el Knight de una HiME llamada Mikoto, también allegada al templo.”
“¡Oh, gracias por su ayuda a mi primita!” Reimu se sorprendió y luego dio un suspiro. “Vaya, tengo mucho de qué ponerme al día.”
“Me encantaría hablar más, pero creo que es importante que todos nos reunamos en un punto ahora,” observó el recién llegado, alzando su mirada hacia los edificios que rodeaban el jardín.
“¿Eh? ¿Por qué?” Hinata se alertó por esa observación. Tanto él como los demás imitaron a Alexei y alzaron sus miradas. Vieron los edificios rodear ese amplio jardín y la impresionante cúpula en el último piso un tanto lejos de ellos, pero finalmente observaron a una extraña figura parada en el balcón del penúltimo piso. Era un peliblanco con ropas estrafalarias que miraba fijamente a la cúpula con una sonrisa inquietante en el rostro. “¡Whoa! ¡Parece un payaso de una película de terror!”
“A mí no me parece tan intimidante,” Iksel se vio inmutado.
“Haha, tú puedes hacerle competencia,” Lev rió un poco. “¿Pero qué hace un payaso aquí? Desentona completamente.”
“Ehh, para referencia futura, a él no le gusta que le llamen payaso,” Alexei sonrió brevemente, y luego mantuvo su seria expresión. “Su nombre es Shinkouhyou, y él es un profesor en Rizembool que también entrena a Rebels. Su presencia aquí significa que algo está por ocurrir.”
“¿Hablas en serio?” preguntó Youmu, alarmada.


La subida fue ininterrumpida y no se encontraron con nadie en el camino. Cho siguió al otro por las escaleras, sintiendo una inquietud asfixiante que no paraba de incrementar. Poco a poco, percibía que había mucho fuera de lugar, y que esa extraña obsesión y fijación del peliblanco por llegar hacia esa ‘charla’ era mucho más que eso. No… la HiME estaba prácticamente segura a esas alturas que Komaeda se traía algo entre manos, y a ese punto sólo podía pensar en lo peor. Pero seguía siguiéndole, y viendo a dónde iba a llegar, sin pensar en huir, o llamar a alguien… o siquiera cuestionarle.

Cho no podía entender por qué, pero estaba prácticamente decidida a ver a dónde le iba a llevar ese extraño chico, como quien optaba no huir de lo inevitable…

Llegaron a la penúltima puerta en la parte superior de las escaleras de emergencia, y Komaeda las abrió de par en par para entrar como si fuera su propia casa. La peliceleste se congeló brevemente, pero ese algo necio e ilógico le forzó a seguir y acabar con esa extraña situación…

“Vaya… se fueron, ya no están…” Komaeda se dio un facepalm por observar amplio ambiente vacío, sin personas. Por su lado, Cho más bien se concentró en el ambiente. Había estructuras de metal oxidadas, luces de techo rotas, como si hubieran explotado, y un cerro de sillas plegables inexplicablemente destruidas.
“…” ella dio un paso más adelante, y esa acción le hizo patear accidentalmente una botella vacía de agua, la cual rodó hasta chocarse con otra. Con ello, observó detenidamente el piso. Estaba regado de esas botellas de agua común, pero todas sin tapa y vacías, o más bien, con toda el agua derramada por el piso al punto de hacer varios charcos.

Fue el agua lo que le llamó más la atención. Con una breve observación, notó que el líquido burbujeaba. No mucho, pero sí lo suficiente para que fuera notorio, y bizarro. ¿En verdad se trataba de agua?

“Ahora… sólo me quedará intentar dialogar con la supervisora que vimos antes…” meditó el peliblanco, mientras se acercaba a una caja de electricidad semiabierta al costado de la entrada de emergencia por donde habían llegado, como quien observaba por pura curiosidad. “No parecía muy dispuesta a ayudarnos pero… ¿ah, qué hacer?”
“…”
“¿O tendrás alguna idea?” Komaeda miró a Cho con una sonrisa y notó que ella le estaba mirando desde el centro de la habitación, de forma intensa, y tratando de mantenerse inmutada.
“Komaeda… cuando dijiste que la supervisora te dijo que los encargados de la charla estaban aquí… ¿mentiste, no es así?”
“¿Eh? ¿Por qué te iría a mentir?” él sacudió sus manos, inquieto. “N-no, en serio.”
“No veo por qué nadie estaría aquí con la habitación en este estado, y sin mantenimiento… pero… es conveniente que estemos aquí, ¿verdad?”
“¿De qué hablas?”
“Tú… ¿qué clase de fijación tienes conmigo?” ella se cruzó de brazos y desvió su mirada. Pese al gesto, ella no pudo ocultar su incomodidad. “¿Por qué siempre terminas apareciendo en los lugares más inesperados? También… Roxas me dijo que se conocieron justo cuando tuve un dilema con él, en el mismo día en que fui a hablar con Miranda sobre volver a ser una HiME. Te presentaste como alguien nuevo que no sabía nada, y poco a poco has revelado que sabes más que muchos estudiantes de cualquiera de las dos universidades…”
“Pues sí, pero también estoy cometido a la causa de Hanasaki.”
“¿Entonces por qué no eres un estudiante de Hanasaki?”
“D-dije anteriormente que nunca pertenecería ahí, ¿recuerdas?” él sonrió con torpeza y bajó su mirada en gesto de derrota. “En verdad… la gente de Hanasaki siempre ha sido tan especial, tan única… un raro, inepto, incapaz como yo no podría ni llegar a nadie ahí a los talones…”
“…” esas extrañas expresiones del chico seguían desconcertándole y dejándole sin saber qué decir, pero por más raro que este fuera, no parecía que estuviera diciendo del todo una mentira, aunque auto-depreciarse era también una buena ‘estrategia’ para evadir cualquier tipo de conversación. “Pero… ¿por qué me has traído aquí? ¿Por qué has insistido en invitar a tanta gente que no conoces? ¿Qué es tan importante de todo esto? No sé si eres consciente o no, pero esta charla no se va a dar, y sea lo que sea que consideres importante… dudo mucho que los demás estén de acuerdo en rendirle tanta importancia a una charla de un museo de arquitectura.”
“…”
“¿Cuál es el mensaje que quieres darles a todos realmente?”
“…”
“¿Y por qué…?” ella miró al piso frunciendo el ceño. “¿Por qué insistes en involucrarme con tus visiones de lo que es ser una HiME, un ‘símbolo’? ¿Qué es lo que quieres de mí realmente?”


Luego de abrirse paso entre las personas, Roxas llegó hacia la entrada hacia el puente que daba a la cúpula, pero notó con pesar que la puerta estaba cerrada con llave. No tenía completa certeza de que Cho estaba ahí, pero si Komaeda era realmente alguien peligroso, era muy probable que estuvieran en un lugar poco accesible, y no iba a descartarlo al no tener más información sobre otros lugares.

Se quedó forcejeando y empujando la puerta para abrirla, sin éxito. Aun así, no podía rendirse. Su hermana siempre había sido alguien que afrontaba las cosas sola, y no iba a seguir aprobando ese lado tan irresponsable de ella, menos luego del disgusto que los dos habían tenido en la entrada del museo.

Extrañamente, él sintió que le faltaba aire. Si bien estaba usando fuerza, se sentía agitado y con la necesidad de respirar a bocanadas. Se preocupó un poco al ser un síntoma inesperado y raro en él, pero tenía otras cosas de las cuales preocuparse.

“¡Deténgase!” de repente, un guardia del museo llegó donde él. “¡Esta entrada esta clausurada! ¡Retírese de inmediato!”
“¡N-no puedo!” reclamó Roxas. No había forma de hacerle entender. “¡Esto es importante!”
“¡Le advierto! ¡Si no se detiene, llamaré a los de seguridad para que le echen!” intentó agarrar a Roxas, pero este le rechazó.
“¡Déjeme! ¡Es una emergencia!”


Hubo una pausa en la cual los dos se quedaron quietos, con Cho no pudiendo dirigírsele directamente, y Komaeda mirándole con un dejo de sorpresa e incomodidad, como quien no sabía qué responder ante las acusaciones. Sin embargo, pese a que la tensión incrementó exponencialmente para la HiME, el otro supo cómo despejarla al ‘ceder’ en la conversación.

“Hahaha…” él rió débilmente, con cierta torpeza y gracia. “Perdón. Perdón por pensar que podía en algún momento mentir a una tan aclamada HiME como tú.”
“…” Cho se quedó en blanco.
“Ahh, quizás no habrás conectado todos los puntos, pero te soy sospechoso, y debo haberlo sido siempre. Claro, no podría esperar menos de ti, después de todo no soy más que una escoria en la sociedad…” Komaeda seguía sonriendo como si encontrara todo muy gracioso. Parecía que se hubiera librado de un peso de encima. “Sí, todos nuestros encuentros han sido muy oportunos. Cómo así me presento ante tu hermano justo luego que ustedes dos habían tenido una discusión y que él se opusiera a tu rol de HiME.”
“…” sintió leves escalofríos.
“También cómo anduve conociendo a todos tus amigos. Quería conocerte sin ahuyentarte. No quiero que pienses en mí como alguien peligroso. No lo pienso ser. En verdad… por más pretencioso que pueda sonar…” él levantó su mirada hacia el techo de vidrio de la cúpula y miró al cielo con un gesto esperanzador. “…quiero ser tu mayor aliado, quien te inspire a ser ese símbolo de esperanza que Hanasaki inculca en sus HiMEs. Sea cual sea el rol o método que tenga que tomar, quiero pensar que sirvo para forjar un rol tan importante, y que mi vida al menos es útil para algo.”
“…” la HiME tuvo que mirarle fijamente, sabiendo que, con esas nuevas palabras, no podía perderle de vista. La cúpula tenía tres puertas, por donde habían llegado, una que daba al puente que conectaba con el edificio del frente, y otra que subía desde el piso inferior. Las últimas dos estaban cerradas con cadenas, y el peliblanco estaba parado al costado de la salida de emergencia, todavía adjunto a esa caja de llaves eléctricas.

Cho detuvo sus pensamientos un momento. ¿Estaba evaluando una ruta de escape? ¿Entonces por qué había seguido el juego a ese individuo tan sospechoso, aun temiendo lo peor de él? Quería enfrentarse ante aquello que le asechaba, ¿pero pensaba en huir cuando el desafío se presentaba frente a ella? Esto es por lo que volviste a asumir el rol, pensó con brevedad y cierta cólera a sí misma al quedarse en duda sobre qué hacer. Pero… ¿realmente lo era? ¿Esa era su decisión, su meta de ser HiME? ¿O acaso… toda su pasividad no era más bien debilidad interna? ¿Se encontraba siguiendo el río sin siquiera tocar los remos, como era usual en ella?

¿…había tomado una decisión al menos mínimamente aceptable?

“¿Tienes algo que decir?” le preguntó Komaeda, con un tono paciente. Él sonrió con leve pena. “No seré el mejor en leer a otros, pero creo que percibo una gran incomodidad interna en ti. No te ves decidida, y como una HiME, deberías estarlo. Pero… sí me dijeron que eras así. Ibas a ser difícil, y podrías quedarte corta, sin realmente ofrecer lo que deberías por tu rol. Pensar en ello, sobre todo por ser una HiME del pasado también… me apena…” él abrió la caja ampliamente donde se vieron varias llaves apagadas. Cho se tensó, pero el otro no parecía que iba a tomar una acción precisamente agresiva hacia ella. “Pero…” movió los dedos de una mano por encima de una de las llaves, no animándose a tocarla de inmediato. “…si tú o cualquier HiME no termina cumpliendo con su tan excepcional rol… al menos la sociedad tiene a los estudiantes de Rizembool a quienes celebrar…” su sonrisa se contagió de ironía. “La gente no los verá como esperanza por lo ocurrido en la ciudad hace tres años… pero si ellos son capaces de vencer y sobrepasar el presente reinado de Hanasaki, sé que pueden tornarse en una esperanza aun mayor. ¿No es genial? ¿No piensas que es maravilloso que dos potencias se peleen con el simple motivo de crecer y terminar siendo la verdadera esperanza tan necesitada por la sociedad?”

Entonces, Komaeda finalmente tocó suavemente la llave, y ocurrió algo un tanto imperceptible para ellos por estar dentro de la abandonada cúpula, pero Cho pudo notarlo. La música de fondo del piso inferior pasó bruscamente, además de un anuncio por parlantes. No eran suficientes indicios para sacar conclusiones, pero, ¿acaso el peliblanco cortó la luz en todo el museo con un simple toque a la llave de metal? La HiME se giró brevemente para notar si veía algo por las ventanas de la cúpula, pero como resorte volvió a encarar al Rebel al temer que le atacara. Komaeda seguía parado en la misma posición, pero ahora tenía algo en sus manos: una máscara de gas.

“Para responderte, este museo, este evento, esta charla… todo fue para ti. Es lo menos que puedo hacer por ti, como mi HiME. Quiero que entiendas tu importante rol, y quiero que no olvides nunca a este museo construido con la inspiración de la esperanza de Hanasaki… y cómo este puede recuperarse de lo que está por suceder por estas mismas esperanzas,” dijo Komaeda, mientras estiraba la máscara para ponérsela. “Porque sólo un símbolo de esperanza es capaz de sufrir los más crueles destinos y levantarse renovado de las cenizas.”

“…” Cho se tensó al notar que el agua en el piso comenzó a burbujear con furia. Con su faz cubierta, Komaeda se vio extrañamente intimidante y propenso a atacarle en cualquier momento. A esas alturas, ella sólo podía defenderse con su elemento.

El Rebel comenzó a cambiar hacia la HiME, a pasos muy lentos, delatando que una batalla estaba por empezar…
« Last Edit: July 08, 2017, 10:59:51 PM by Cho »


Mimi Tachikawa

Hoi hoi minna les dejo capi antes de las probaciones xDD


Capitulo 19:
“La prueba de Ai” part 1



La habladora pelirosa se había quedado en silencio después de escuchar la confesión de Yuuta, apenas se habían conocido pero aquella atracción era fuerte para los dos, observaba como el pelicastaño jugaba con el pequeño Aki que había terminado de pintar y ahora jugaban con sus palmas de las manos, la escena le parecía muy tierna, movio su cabeza ligeramente para despejar sus pensamientos y se acerco hacia los dos chicos

Bueno entonces es hora de buscar a los papis de Aki-chan deacuerdo?-

Deacuerdo…- dijo el timido niño que empezo a caminar tomado de las manos con los dos jóvenes-

Para hacer mas agil la búsqueda porque no nos describes como son tus padres??- dijo Yuuta mientras miraba de un lado a otro si habían personas  buscando niños perdidos-

Izumi-papá tiene el cabello corto como Yuuta-niichan y lleva lentes, siempre me sonríe…- dijo el pequeño con una sonrisa al pensar a su padre-

Ya lo tengo visualizado –dijo la pelirosa mientras se formaba una imagen del padre-

Entonces ahora descríbenos a tu madre…-

Uhmmm…yo no tengo mamá, tengo a Izumi-papá y a Ryouma-papá, mi mamá y papá me abandonaron de pequeño y mi segunda madre murió en un accidente, asi que ahora vivo con ellos-

Aki-chan…-dijo Ai mientras se le encogia el corazón al escuchar al pequeño, apenas tenia 5 años y ya tenia una vida difícil-

Pero ahora los padres que tienes te quieren mucho no??-

Si…me quieren mucho y yo los quiero mucho…-dijo el pequeño pelinegro mientras les soltaba de las manos y empezaba a caminar rápido- por aquí estuve con ellos…-

Sobre la tienda donde se había detenido el pequeño pelinegro había un edificio de 5 pisos con varios departamentos,en una de las ventanas se había caído una olla con agua caliente,Ai y Yuuta vieron eso y ambos al mismo tiempo corrieron hacia el pequeño, Ai llego primero y cubrió al pequeño para que el agua le cayera a ella, pero Yuuta los empujo y el agua caliente cayo sobre una pierna del pelicastaño a los segundos después la olla

Yuuta-kun!!..- Ai vio las quemaduras que había ocasionado en su pierna-

No te preocupes Ai-chan…ouch…- el pelicastaño trato de no verse visiblemente afectado por el dolor de la quemadura- esto no es nada…- tratando de sonreir-

Eso no es cierto…estas mal…tienes quemaduras de consideración…- dijo mientras marcaba a la ambulancia para auxiliar al pelicastaño, las personas que caminaban por ahí también se habian acercado para auxiliar al pelicastaño, al mismo tiempo la persona que habia dejado caer la olla se disculpaba, es cuando de pronto ambos jóvenes vieron al pequeño temblando temeroso como casi a punto de llorar-

Ai-chan…ve a calmar a Aki-chan…-

Pero…-

No te preocupes yo estare bien hasta que venga la ambulancia…-soportando el dolor mientras era socorrido por otras personas con los primeros auxilios

Debo de hacer algo…- se acerco a Aki y empezo a cantar una canción de cuna, que hizo que tanto Aki como los presentes incluido Yuuta empezaran a sentir tranquilidad por la suave y melodiosa voz de la pelirosa-

Aki corrió hacia Ai y se aferro a ella

No te preocupes Aki-chan, Yuuta-niichan estará bien, lo van a curar…-

Esta bien…-

Ai-chan tienes una bonita voz…-dijo Yuuta con una sonrisa-

Aun asi en estos momentos actuas como todo un idol Yuuta-kun…-

En realidad yo siempre soy asi…-

Yuuta-niichan te vas a curar?-

Claro que si Aki-chan, tu oniichan es muy fuerte!!-

Aki!!!!!

Es cuando de pronto apareció un rubio y un pelinegro que corrian hacia el pequeño, Aki también vio a sus padres y se acerco a Izumi para abrazarlo fuertemente-

Aki!! Aki!!! Estas bien?? No te ha pasado nada malo??-

Estoy bien…Ai-neechan y Yuuta-niichan me han cuidado y protegido…-

Muchas gracias…- dijo el rubio con Aki en sus brazos-

Ryouma observo la escena que estaba frente suyo

Gracias por cuidar a mi hijo y disculpen por ocasionarles problemas…-

No no se preocupa Ryouma-san…-dijo la pelirosa-

Pero si esta lesionado -señalando a Yuuta-

Pero no es culpa de Aki-chan…son cosas que pasan…-sonrio el castaño-

Cuando llego la ambulancia y se acercaron a levantar a Yuuta, Ai se acerco a los padres de Aki

Por favor tengan mas cuidado la próxima vez porque Aki-chan se sentía muy solo…-

No te preocupes no lo volveremos a hacer…-dijo el pelinegro-

Bueno me ire con Yuuta-kun…-haciendo una reverencia-

Gracias por cuidar de mi Aki…- dijo Izumi  con lagrimas en los ojos producto de la felicidad que sentía al tener a su hijo de vuelta-

Ai-neechan espero verte de nuevo y gracias…-

Yo también espero verte de nuevo- sonrio dulcemente y se fue hacia la ambulancia para irse junto con Yuuta-

Bueno Aki-chan ahora que estas nuevamente con nosotros jamas te volveré a dejar, pondré un lazo entre nosotros para que no te vayas…-dijo el rubio mientras abrazaba protectoramente al pequeño-

Tampoco es para que lo lleves a un modo extremo Izumi…-dijo el pelinegro mayor con una gota en la cabeza-

A ver Ryouma si nos secuestran a los dos que es lo que harias?...-

Obviamente todo lo que un  hombre enamorado haría, llamar al FBI, buscar sin descanso y matar a los desgraciados que han tratado de arrebatarme a los que amo-

Vez que eres igual de extremo que yo??-

Ryouma-papá es una buena persona…- dijo el pequeño Aki mientras se tallaba los ojos- tengo sueño-

Entonces vayamos a casa a descansar para luego ir a bañarnos los tres juntos deacuerdo?-

Deacuerdo!!- dijo emocionado el rubio- tengo todos los juguetes de Aki a la mano asi que nos divertiremos los tres juntos no es cierto??-

Ambos miraron al pequeño que ya se habia quedado dormido, ambos se miraron y rieron divertidos

Parece que Aki prefiere dormir todo el dia que el baño…-

Es cierto…- se acerco al rubio y le dio un beso en la frente-vamos al auto para poder dormir…-

Si, a mi también ya me dio sueño…-

Entonces antes de ir a la casa iremos a comprar algo para llevar y cenar porque todos estamos cansados para cocinar…-

Bueno solo por esta vez porque mi querido Aki solo consume comida preparada por mi…-

Una vez al año no hace daño…- dijo el pelinegro- ahora que recuerdo no crees que deberíamos de ver al chico que salvo a Aki?

Es cierto Ryouma, que tontos somos!!! Somos unos adultos irresponsables!!!...-

Fueron a pasos apresurados para subir al auto e ir al hospital donde llevaron a Yuuta
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Volviendo a los otros dos jóvenes, mientras que la ambulancia llevaba a Yuuta, el menor de los Aoi llamo a su hermano Hinata que ni siquiera le dejo terminar de hablar y colgó diciéndole casi gritando que iba a ir a darle el encuentro con Todoko

En serio lo siento Yuuta-kun…- dijo la pelirosa que también habia mandado un mensaje a sus hermanos que se iba a demorar un rato mas en la calle, no queria comentarle a sus hermanos que habia corrido peligro porque después no le permitirían ni de broma tomar la prueba Hime-

Ya te dije que no tienes porque preocuparte Ai-chan, no me arrepiento de haberlos salvado…- sonrio suavemente un poco mas aliviado por los primeros auxilios que habia recibido-seguro que esto solo representara un par de días de descanso…asi que no quiero verte deprimida por mi deacuerdo?

Esta bien…- dijo sonriendo levemente mientras le tomaba de las manos- eres una persona muy amable…-mirandole mientras sus mejillas estaban sonrojadas-

Ai-chan…puedes acercarte un poco mas??...-

Eh??...esta bien…-dijo la pelirosa inocentemente acercándose al pelicastaño-

Cuando ambos estaban uno cerca del otro es cuando la pelirosa se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y no sabia que hacer, solo lo único que se le ocurrio es cerrar los ojos lentamente,Yuuta por su parte solo se queria concentrar en el rostro inocente de su amiga a la cual se le habia confesado anteriormente, el prominente pecho de la pelirosa no le ayudaba mucho y se ponía mas nervioso, y peor aun fue cuando vio a su amiga que cerraba los ojos lentamente, el también hizo lo suyo, al momento que sus labios iban a rozarse la puerta de la ambulancia se abrió y un desesperado Hinata junto a Todoko gritaron en sorpresa al ver tremenda escena

Yuuta-kun!!!!!!-dijieron los dos al unisono mientras que los jóvenes se separaron sorprendidos y avergonzados-

Quien es esta chica??...-dijo la castaña al mirar de arriba hacia abajo a la pelirosa- tiene mas pechos que yo…- dijo en voz baja mientras que veía en Ai el cuerpo perfecto que ella queria tener y no un cuerpo casi infantil que tenia actualmente-

Yo soy Ai Kisaragi mucho gusto…-dijo haciendo una reverencia-yo soy…-

Hinata no le habia dado el tiempo para terminar de hablar cuando vio la lesión de su hermano

Te encuentras bien Yuuta-kun?? Te duele?? –

Aniki…-dijo sonriendo aun avergonzado- no me duele…-

Eres tonto Yuuta-kun, somos gemelos y puedo sentir que aun te duele y mucho!!-miro a Ai-dime lo que paso con mi hermano, señorita Kisaragi!!-

Ahora les cuento…- dijo un poco nerviosa al ver al hermano gemelo mayor de Yuuta visiblemente enojado-

No te preocupes asi se porta Hinata-kun cuando se trata de Yuuta…- dijo la pelicastaña de dos colitas- no es que este enojado, raramente se le ve de esa manera…- señalo a los gemelos

Ai vio como Hinata abrazaba a Yuuta con lagrimas en los ojos mientras Yuuta le daba palmaditas en el hombro para calmar a su hermano mayor-

Hinata…deja que los paramédicos se lleven a Yuuta a sala de emergencias para que lo puedan atender…-

Deacuerdo…- dijo alejándose de su hermano- no te preocupes Yuuta-kun estare a tu lado en todo momento, mientras le tomaba de las manos a la pelirosa- tu vienes conmigo ya que debes de contarme que paso porque mi querido Yuuta esta de esa manera-

Deacuerdo…- dijo con una gota en la cabeza-

Entonces ya cuando todos estaban mas calmados, Ai empezo a relatar todo lo que habia sucedido desde que se encontró con Yuuta hasta ahora,Hinata oia atentamente todo lo que contaba la joven mientras que Todoko estaba tomando fotos a la joven sin que se diera cuenta con fines de investigación

Y eso es todo lo que sucedió, en serio lo siento mucho Hinata-san…- dijo haciendo una reverencia en forma de disculpa-

No tienes porque pedirme disculpas…-dijo acariciándole los cabellos- Yuuta-kun es asi siempre, pensando en los demás antes que en si mismo, por eso lo quiero y sobreprotejo mucho…- dijo dedicándole una suave sonrisa, la pelirosa se sentía mas tranquila al ver aquella sonrisa que le transmitia una paz-

Y es por eso que siempre discute con Yuuki ya que quiere hacer mas cosas por si mismo…-

Yo lo entiendo mucho…ya que yo también tengo mi hermano gemelo, se llama Koi y aunque no discutimos mucho ambos queremos hacer cosas distintas y que nos encasillen como gemelos, pese a que somos de diferentes sexo, aunque pensándolo bien creo que oniichan es el que la pasa mal por ese motivo…-

Ahora entiendo porque ambos se han atraído mutuamente…- dijo el mayor de los Aoi y mirando de reojo a la castaña manager de los dos jóvenes-una vez que se recupere mi querido Yuuta-kun vere si les doy o no permiso para que salgan….-

Eh??? No somos novios ni nada parecido-

Aunque tu rostro dice otra cosa Ai-chan…-dijo Todoko- con tal que no interrumpas en su trabajo no hay problema de que sean novios…-

Pero es que aun no somos novios…solo nos dijimos que nos gustábamos…-

Es un gran paso para que comience el amor no lo crees?...-le dijo Hinata-solo te pido que cuides del noble corazón de mi hermanito….-

No te preocupes que lo hare…-dijo sintiéndose un poco nerviosa-

El amor es una cosa maravillosa no lo crees Todoko-chan??...-dijo el mayor de los Aoi acercándose a su manager-

Bueno si es algo maravilloso claro si ambos están completamente enamorados y no ser solteronas como yo…-con una gota en la cabeza-

No eres solterona, aun eres joven y se que hay alguien que se muere por ti…-

En serio?? Quien quien dime!! Dime!!-

Bueno ire a comprar algo para beber, porque supongo todos deben de tener sed…- dijo la pelirosa –

Te lo agradecemos mucho Ai-chan…estaremos en la habitacion de Yuuta-kun…-dijo Todoko-

Entonces ahí nos vemos…-se alejo de los otros dos jóvenes para ir al dispensador de bebidas, cuando sin querer se topo con alguien-disculpa…-

Ten mas cuidado torpe…- dijo la voz masculina-

La pelirosa alzo la mirada y observo a un pelinegro malhumorado con un mechon blanco en su cabello

Lo siento le dije y no es para que me digas torpe…-

Es porque eres una torpe…- el joven cogio las bebidas que Ai habia sacado- me quedare con esto en compensación...-

Eh??? EH???????-
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continuara...


Deidara

corto pero me he desorganizado un poco sin quererlo :< así que divido lo que tenía en dos y pronto postearé el resto

#11



En algo en lo que no había pensado, mientras se dirigía hacia el despacho de la directora de Hanasaki, era en que Bruce Banner escribía informes después de sus visitas. Justo aquel anterior día, habían tenido una de ellas. Para aquel entonces, Miranda debería tener ya esperando en su correo electrónico el nuevo informe, que debería haber leído… indicándole de qué hablaron el día anterior el doctor y Deidara. Y, más que probable, contándole como la exHiME se encontraba en aquel momento inestable y no en capacidad de tomar la prueba HiME.

Para su sorpresa, la directora no puso pegas en que Deidara tomase el examen.

¿Habría de verdad recibido aquel informe? ¿Qué había escrito Bruce en él?

“En un momento estará listo todo, Deidara. Conoces el funcionamiento de la prueba. Espera a Fran fuera, y pronto vendrá a buscarte.”

Deidara asintió, y se levantó de la silla. Momento en el que Miranda aprovechó para detenerle, suavemente, posando una mano sobre la mesa, indicándole que esperase unos instantes.

“Quiero que, antes de entrar a ese gimnasio, estés segura de la decisión que has tomado. Siempre puede haber marcha atrás, pero… No te voy a engañar. Tenemos prisa en formar este nuevo equipo de HiMEs, pero queremos que todas aquellas que acepten, tengan claro que las cosas no van a ser como tres años atrás. Tanto nosotros, Hanasaki, como Rizembool, hemos cambiado. No va a ser tan fácil.”
Deidara asintió. En aquel momento no pasaba otra cosa por su mente que no fuese acabar con la prueba. Había decidido que aquella iba a ser su forma de superar todo aquel asunto. “Todo claro.”
Miranda asintió. “Adelante, pues. Fran estará contigo enseguida.”

Deidara se despidió de Miranda con un movimiento de cabeza, y se levantó de su asiento, aguantando las ganas de salir corriendo del lugar para llegar cuanto antes al gimnasio.

*

Deidara se preguntó en qué consistirían aquellos preparatorios, en qué era exactamente lo que Fran tenía que hacer allí dentro para tenerlo todo listo. ¿Cuál era el modo en el que funcionaba aquella marioneta? ¿Qué era lo que le hacía enchufarse, transformarse de aquella forma tan real en un ser querido diferente para cada HiME? Deidara llegó a la conclusión que había cosas que era mejor no saber, por su propio estado mental.

La espera se le hizo eterna, pero probablemente apenas pasaron unos minutos entre el momento en que Deidara se sentó frente al gimnasio y el momento en el que Fran volvió a aparecer, cerrando las puertas del gimnasio tras ella. La pelirroja no necesitaba ningún tipo de charla previa, ya sabía qué era lo que había ido allí a hacer, y quería acabarlo cuanto antes.

“Conoces la metodología,” repasó Fran, y Deidara no tuvo otra opción que no fuese prestarle atención. “La marioneta del interior tomará la forma de algún ser querido, y tu misión será acabar con ella. Tus poderes se manifestarán en esta prueba… pero debes recordar que han pasado tres años, Deidara. Puede ser que hayan cambiado, o que no los controles igual que antes. Debes estar preparada para cualquier cosa.”
“Lo sé, estoy lista.”

Mintió. Justo en ese momento, le entró el pánico, las ganas de salir corriendo. ¿Y si era cierto que sus poderes no volverían a ser los mismos? No se había tomado muy en serio aquella opción, viéndolo como algo casi imposible de suceder. Pero era demasiado tarde para echarse atrás – de hecho, sus pies se estaban moviendo, y la puerta del gimnasio se estaba cerrando tras ella.

*


El gimnasio estaba completamente oscuro, las luces tardando unos pocos segundos en encenderse por completo. Cuando lo hicieron, recuerdos pasaron por la cabeza de Deidara, haciéndole morderse el labio en un intento de acallar sus nervios. Fue en ese mismo lugar donde todo empezó, su camino como HiME. Allí había vuelto, años más tarde, dispuesta a tomar la misma prueba que dio inicio a todo. Recordó lo segura que había estado de sí misma, hasta el momento en el que la figura de su padre se materializó frente a ella. Se preguntó, esta vez, cuál sería la forma que tomaría la figura. Su suerte era tan grande, que esperaba a que de un momento a otro apareciese Zoro frente a ella, katana en mano, dispuesto a acabar con la exHiME. Trayéndole cientos de malos recuerdos.

Cuando pensaba que no iba a aparecer ninguna marioneta, que era tan mala persona y su cabeza era tal caos que seguro que la marioneta no encontraría ningún ser querido en el que transformarse en aquella maraña de pensamientos, pudo ver a una figura aparecer entre las luces.


Suspiró aliviada, cuando pudo comprobar que no se trataba de Zoro, sino de su hermano, Kurogane. Luego cayó en la cuenta que no sabía cuál de las dos era mejor, porque si la marioneta era igual de habilidosa que su hermano, las iba a tener negras.

Su herman — la marioneta llevaba una katana en su mano, que la pelirroja pudo reconocer como la que su hermano llevaba habitualmente. Hasta en eso eran clavados ya que, por si fuera poco, la marioneta parecía moverse de la misma forma que su hermano, todos sus movimientos clavados hasta el más mínimo detalle.

No iba a ser nada fácil, menos si la marioneta ya tenía la ventaja de tener su katana desenvainada. Deidara ni recordaba cómo invocar a su arma.

“No puedo creerme que hayas aceptado volver a ser HiME,” empezó a hablar la marioneta, con la voz de su hermano. Odiaba que fuese un calco completo de su hermano. “Después de todo… ¿qué te hace pensar que estás preparada de nuevo, Deidara?”

Sabía que la marioneta iba a hacer todo lo posible por desconcentrarla, así que decidió ignorar sus palabras.

Apretó su puño, y viendo que la katana no aparecía, esperó a que la marioneta iniciase el ataque. Lo cual hizo, blandiendo su espada contra Deidara. Ninguno de sus poderes había hecho su aparición, así que tuvo que dejarse llevar por sus reflejos para evitar todos los ataques de la marioneta. Deidara se movía habilidosamente de lado a lado, defendiéndose como mejor podía, sin poder atacar todavía al estar demasiado concentrada en mantener la guardia en alto. A la mínima que tuvo oportunidad, lanzó un ataque a la marioneta, agachándose para poder golpearle en las piernas con una patada y hacerle caer. Tuvo unos pocos segundos de ventaja en los cuales pudo volver a concentrarse, llamar a Zanpakuto, y volver a sentir la decepción cuando ésta no aparecía. Ni su katana, ni ninguno de sus poderes. Soltó un, “¡mierda!”, que hizo reír a la marioneta, que no perdió el tiempo en levantarse y volver a atacar.

“¡Tus poderes no van a aparecer y no podrás vencerme, Deidara! Estás perdida como HiME,” iba diciendo mientras le atacaba, blandiendo ataque tras ataque.

Esperar a que la marioneta se cansase no parecía una buena opción, además porque no estaba segura que pudiese llegar a cansarse, siendo una marioneta. Siguiendo esa ruta, lo más seguro sería que ella acabaría cansándose antes. Así que decidió jugar su carta más arriesgada y, aun con su enemigo blandiendo una katana, Deidara decidió atacar, concentrando sus golpes en el brazo que sujetaba la espada. La marioneta esquivó los primeros, pero finalmente de una patada certera logró lanzar la katana lejos de su alcance. La pelirroja sonrió, triunfante. Aunque Kurogane era un buen luchador, en el combate cuerpo a cuerpo Deidara le llevaba una ligera ventaja, y esperaba que fuese así con su marioneta.

Pero la marioneta parecía no querer darse por vencida tan fácilmente. Tomó a Deidara por sorpresa cuando en lugar de ponerse en posición de defensa, sonrió, y de una forma demasiado rápida, casi pareciendo un espejismo, agarró el brazo de Deidara, se lo retorció y pegó su pecho a la espalda de Deidara, impidiendo así que ésta pudiese hacer movimiento alguno. Deidara se aguantó las ganas de gritarle, ‘¡para!’, cuando recordó que aquel no era su hermano y que de nada serviría aquello.

La marioneta apretaba con fuerza, impidiendo que ella pudiese moverse. Empezaba a doler.

“¿Ves esto que tengo aquí?” Preguntó, remarcando sus palabras mientras apretaba más, todavía más. “Creo que esto es lo que estás buscando. Vas a tener que derrotarme si quieres conseguirlo.” Y fue entonces cuando Deidara cayó en ello, sobre qué estaba hablando – su fuerza, mientras su brazo empezaba a doler todavía más, y escuchaba un pequeño crujido al estirarlo demasiado en formas en las que no debería ser estirado. 
“Eso es jugar sucio,” dijo, cuando ni sabía cuál era el concepto que debería tener en esta prueba sobre qué era jugar sucio o no. Eso sólo hizo sonreír a la marioneta, y después soltar una risotada.

Viendo que no había concepto de juego sucio – si tanto se parecía a su hermano, había algo en lo que iban a coincidir sí o sí, y extrañamente, se alegró al ver que así era, al dar una patada hacia atrás, que acabó golpeando a las partes bajas de la marioneta.

“Lo siento, hermano,” murmuró, antes de salir corriendo.

La marioneta pareció necesitar unos momentos para recuperarse, momento que Deidara aprovechó para salir corriendo de allí. Corriendo, hacia el lugar en el que recordaba que había caído la katana del falso Kurogane. Ya que la suya no se había dignado en aparecer, y el combate no tenía reglas, no había nada de malo en que le robase a la marioneta su katana. La marioneta no tardó en levantarse cuando Deidara empezó a correr, haciendo gala de sus habilidades algo espeluznantes al moverse de una forma sin vida y demasiado rápida. Justo cuando Deidara empuñó la katana, unas manos le agarraron el cuello por atrás, y apretaron, con fuerza. Notó como todo el aire se iba de sus pulmones, su fuerza debilitándose, pero no iba a darse por vencida tan fácilmente. Consiguió girarse lo justo como para clavar la punta de la katana en el estómago de la marioneta, haciendo que un pequeño hilo de sangre naciera, dando la ilusión a la marioneta de poseer algo humano.

Empezó a sentir como su fuerza volvía a brotar, lentamente, lo suficiente como para profundizar su ataque, clavando con más fuerza la katana, mientras el agarre de Kurogane alrededor de su cuello seguía impasible. No fue hasta que logró travesar por completo a la marioneta que las manos alrededor de su cuello se debilitaron, y el cuerpo inerte de la marioneta cayó sobre ella, frente contra su hombro, mientras seguía de rodillas en el suelo. Deidara lo dejó por unos momentos allí, porque sería una simple marioneta, pero era difícil olvidarlo, pareciendo tan real.

No sabía qué esperaba. Si una luz, como de un milagro divino se tratase, haciendo volver a sus poderes. Un simple pestañeo, y poderes de vuelta, o un pequeño cortocircuito mental que haría que todo volviese a ser como antes.

Esperó, y esperó, con la inerte marioneta todavía allí.

Lo que no esperaba, era que decenas de voces empezasen a escucharse en su cabeza, en lo más interior, como si le gritasen desde su cerebro. Las voces no callaban, y Deidara gritó, como si eso fuese a hacerlas callar.

Se desmayó.
« Last Edit: July 31, 2016, 11:39:17 AM by Deidara »