vacaciones, nooo (??)Primera parte, ojalá no tome mucho...
27.1.
Llegó el sábado en la mañana y era el inicio de la limpieza masiva en la casa de los hermanos Tanaka previo a la venta. La mayoría de muebles y pertenencias habían sido guardadas en unidades de depósitos en la ciudad, por lo cual la limpieza iba a ser más fácil, pero al ser una casa enorme y de varios pisos, quedaba bastante por hacer. Cho y compañía se habían dedicado bastante a dejarla lo más limpia posible en las últimas semanas, y sólo faltaban los últimos retoques, pero para poder alcanzar la fecha de entrega, necesitaban la ayuda de varias personas.
Como era de esperar, todos aportaban a un ritmo y con un interés distintos, con algunos dando lo mejor de sí y otros más pendientes de degustar de la gran cantidad de comida chatarra que Osaka había conseguido para el evento.
Luego de dividir a las personas en distintos grupos, Cho se había quedado cerca de la puerta principal limpiando el jardín para poder atender a los recién llegados. Se encontraba junto con Osaka y Alexei. El jardín no era lo más importante de ordenar, pero se quedarían ahí hasta que todos los apuntados se aparecieran, lo cual estaba por ocurrir porque sólo se encontraban esperando a dos grupos más.
“Bien, creo que terminamos con esta parte,” reportó Alexei, atando una bolsa de basura repleta de hojas secas.
“Sí, gracias por el trabajo.”
“No es nada, supongo que ambos nos hemos vuelto expertos en esto por el mantenimiento al templo, ¿no lo crees?”
“Haha, tienes razón,” Cho sonrió incómoda. Era una extraña habilidad aunque no evitaba sentirse mínimamente orgullosa por ello.
“¿Deberíamos ir a ayudar a Kasuga-san con su parte?”
“N-no, está bien…” la peliceleste observó a Osaka terminando de recoger un bulto, para entonces impulsarse y saltar en medio de este con gran alegría. Cho dio un suspiro. “Sabes que Osaka no siempre es disciplinada, aunque al menos su parte es muy pequeña y la podemos limpiar después…”
“S-sí, esperemos a que termine de jugar primero,” Alexei sonrió. “Podemos retomar el tema de tu conversación con Miranda ayer. ¿Qué dijo con respecto a tu arma?”
“Eh, pues…” la peliceleste desvió su mirada. “Viera-sensei tomó el arma y la analizó de cerca durante un rato. Terminó por decir que no era precisamente un descontrol. El arma se manifiesta según el estado de la HiME, y si se ha manifestado como un arma pesada y difícil de manejar, es porque está reflejando algo de mí. Como si yo misma esperara subconscientemente maniobrar esta arma…”
“…” Alexei se puso a pensar.
“Sigo intentando comprender qué quiso decir con eso… Sí me dijo que de lograr dominarla, sería una gran herramienta y poderoso recurso, aunque también estuvo de acuerdo con Youmu de que intentarlo a estas alturas es un poco contraproducente…”
“Creo que encuentro un extraño sentido al mensaje…”
“¿En serio?”
“Va un poco con tu forma de ser,” el mayor sonrió. “Te gustan los desafíos y poder hacerlo todo por tu cuenta, aun si a veces escoges metas que van más allá de tu zona de confort y que pueden no ser muy saludables para ti. Y creo recordar que una vez me comentaste que no te gustaba ser una HiME tan mágica, y que no tenías la misma destreza física que varias otras HiMEs. Podría ser que esta arma representa un poco esa inconformidad que sentías.”
“Suena… posible…” Cho dio un suspiro y bajó su mirada al suelo. “…pero realmente no me ayuda tener un arma así…”
“Si esta representa algo interno, entonces te vendría bien meditarlo,” Alexei asintió con tranquilidad. “Si internalizas tus problemas y bajas tus propias expectativas, puede que tus poderes respondan de un modo más saludable.”
“…” la HiME se incomodó y recordó su conversación con Tomaj, quien le había dicho algo parecido. Ella venía teniendo problemas controlando sus poderes desde el inicio de su travesía HiME… ¿entonces todo eso era por alguna cuestión interna? Sonaba demasiado complicado para analizar o solucionar.
“No lo pienses demasiado, las cosas se solucionan poco a poco,” le agarró de un hombro para reconfortarle. “Y pese a que ya no soy un Knight, te apoyaré con cualquier cosa que necesites.”
“Sí, muchas gracias,” Cho forzó una sonrisa. Apreciaba su apoyo, pero no podía animarse al saber que ahora hasta su arma le fallaba. Sólo le quedaba el fuego y Komaeda había probado volverlo inútil en la primera pelea que tuvieron.
“Vamos, no hay que concentrarnos en eso ahora. Tenemos un día de limpieza por delante y en compañía de nuestros queridos amigos. Debemos aprovechar el momento.”
“Sí, Youmu y su señora ya deben estar por llegar,” Cho iba a sacar su celular para revisar por si le habían enviado un mensaje, cuando en eso oyó el timbre. “Oh, deben ser ellas.”
Ambos fueron a la puerta y la abrieron. Efectivamente, las dos acababan de llegar. Yuyuko había llegado con un enterizo entallado y muy estilizado, y una camisa a cuadros debajo. Era increíble cómo a pesar de estar vestida como una agricultora, se le veía tan hermosa como siempre. Detrás estaba Youmu quien cargaba una enorme cantidad de provisiones de alimento en su espalda. Esta pareció haber evitado comprarse ropa para el evento pese a las declaraciones de su superior.
“¡Cho!” Yuyuko de inmediato se dio la libertad de abrazar a la peliceleste. “¡Hace más de una semana que no nos vemos! ¿Cómo has estado?”
“B-bien, eh, gracias,” esta se petrificó por el repentino e intenso contacto físico. “¿Y usted?”
“Perfectamente, pero estamos en confianza~” ella le soltó y miró a Alexei. “Oh, un nuevo amigo. ¿Cuál es tu nombre?”
“Mucho gusto, yo soy Alexei Karamazov,” dijo con una pequeña reverencia.
“Oh, yo soy Yuyuko Saigyouji, encantada,” ella sonrió maravillada. “¡Qué genial conocer a un ruso! Te ves tan lindo, apuesto, alto y de buen porte~”
“Ehh…” este se avergonzó y desvió su mirada.
“¡Yuyuko-sama, compórtese!” reclamó Youmu, avergonzada. Sabía que algo así iba a ocurrir, pero no en la misma puerta.
“…” y Cho dio un suspiro. Le hizo recordar a la vez en que la mamá de Sora se había aparecido en Hanasaki y precisamente se había dirigido a Alexei. Sin duda su amigo tenía algo que atraía a las mujeres mayores, para su incomodidad.
“Ay, sólo digo cosas, no me tomen en serio,” Yuyuko abrió su abanico y se cubrió el rostro para ponerse a reír. “Es genial sentirse joven de nuevo~”
“Sigamos caminando,” la peliblanca procedió a empujarle.
“Un segundo, Youmu,” Yuyuko divisó a Osaka aglomerar las hojas en el piso en un bulto y fue corriendo hacia ella. Fue como si hubiera podido leer lo que planeaba hacer, ya que las dos terminaron por impulsarse y saltar encima del enorme bulto de hojas, y causaron una impresionante desorganización.
“¡Ohh, Yuyuko!” Osaka se impresionó. “¡Me asustaste, no me di cuenta que habías llegado!”
“¡Linda Osaka~!” ambas se abrazaron y continuaron saltando encima del bulto arruinado.
“…” y a distancia, Youmu dio un pesado suspiro. “Cho… me disculpo de antemano por mi señora… es muy probable que sólo entorpezca el trabajo de todos…”
“E-está bien,” Cho sonrió. “Osaka también es un poco complicada a veces, pero sé que terminarán ayudando tarde o temprano.”
“Podemos ir pasando hacia la casa, ¿o quedaba esperar a alguien más?” preguntó Alexei.
“Falta esperar a una compañera de química,” dijo la peliceleste. “Ehm… recién he entablado conversación con ella esta semana, pero se enteró de mis planes e insistió en venir…”
“Ah, me alegro mucho.”
“Sólo espero que no sea demasiado pedir de mi parte…”
“Suena a que no le pediste, y no veo el problema con que venga,” opinó Youmu.
“Eso es muy cierto,” dijo Alexei. “No tienes por qué sentirte responsable de las decisiones de otras personas, Tanaka-san.”
“Ehm… sí…” Cho asintió incómoda, y regresó su atención a las provisiones que su compañera HiME cargaba en su espalda. “Eh, Osaka se ofreció a comprar las meriendas. ¿Por qué traes tanta comida?”
“Si conocieras a mi señora, sabrías que es necesario,” contestó Youmu, con cierto pesar. “Parecerá bastante, pero Yuyuko-sama se puede comer la mitad de esto de almuerzo.”
“Es impresionante,” Alexei se sorprendió.
“B-bueno, gracias por tu consideración,” Cho sonrió nerviosamente, y justo entonces, oyeron el timbre. La dueña de casa fue a contestarlo, y de inmediato vio a Ayesha llegar junto con una pequeña de grandes energías.
“Buenos días, disculpen la tardanza,” dijo Ayesha, dando una reverencia.
“¡Hola!” la pequeña pelimarrón agitó una mano efusivamente. “¡Tú debes ser Cho! ¡Es genial finalmente conocerte! ¡Yo soy Nio Altugle!”
“¡Nio!” Ayesha se molestó. “Por favor, recuerda mantenerte en tu mejor comportamiento.”
“Hehe, perdón,” la menor se rascó la nuca. Por la llamada de atención de su hermana, decidió bajar sus revoluciones y dio una reverencia tan bien ejecutada que le dio toda la apariencia de una delicada dama de clase alta. “Es un placer conocerles a todos. Les prometo que haré el mejor trabajo posible con la limpieza de hoy.”
“Gracias, mucho gusto,” Cho se quedó perpleja y le correspondió esa tan perfecta reverencia de manera casi instintiva. “Ehm… entiendo que eres la hermanita de Ayesha, ¿verdad?”
“¿Por qué te ves confundida?” Nio se extrañó y no tardó en comprender. Ella dio un suspiro y miró a su hermana con reproche. “No me digas. ¿Te olvidaste de decirle que vendría?”
“¿Eh? Ah… Cho, ¿no te habré comentado nada?” preguntó Ayesha con incomodidad.
“Hm…” Cho quiso ser piadosa, pero negó lentamente. “No, no lo sabía.”
“¡Oh, lo siento mucho!” la rubia se tapó la boca con sus dos manos. “¡Lo siento, lo siento! Estoy tan acostumbrada a salir con mi hermanita en mis días libres que se me olvidó decirlo. ¡Ahh, perdón, en verdad, perdóname!”
“¿Y ahora quién debe estar bajo su mejor comportamiento?” Nio sonrió ampliamente.
“Uhh…” Ayesha se deprimió.
“N-no hay problema, más bien es un gusto conocerte, Nio,” Cho sonrió. “No imaginaba que Ayesha tenía a una pequeña tan hermosa como tú.”
“¡Gracias por el cumplido!” Nio decidió romper su acto elegante ya que su hermana claramente no lo estaba cumpliendo. “Onee-chan me dice que eres una HiME. ¡Qué genial, debes ser impresionante! Y te agradezco por ser la compañera de trabajo de mi onee-chan. Ella necesita de gran apoyo moral porque siempre para rompiendo cosas y es desorganizada.”
“¡N-Nio, por favor!” Ayesha se avergonzó y le reclamó.
“Hehe, tú sabes que bromeo, onee-chan. ¡Siempre serás la mejor para mí!” la pequeña miró a los otros dos. “¿Serán amigos de Cho? ¡Mucho gusto!”
“Sí, mi nombre es Alexei Karamazov,” saludó el chico.
“Yo soy Youmu Konpaku,” dijo la peliblanca, con una reverencia. En eso, llegaron las otras dos.
“¡Más amigos, qué genial!” exclamó Yuyuko, contenta.
“¡Pero qué niña más linda!” dijo Osaka al ver a Nio, y miró a Ayesha. “Hehe, tú debes ser la compañera de Cho. Yo soy Osaka, qué genial conocerte.”
“¡Hola Osaka!” exclamó Nio.
“Mucho gusto, Cho me ha hablado sobre ti,” Ayesha sonrió.
“Wow, hay tantos árboles por aquí,” Nio dio unos pasos hacia delante. “Es un lugar perfecto para trepar árboles. ¿Quién me acompaña?”
“No, Nio, venimos para limpiar y eso no es estar en el mejor comportamiento,” su hermana se puso firme.
“Aw…” la otra se desanimó un poco. “Bueno, entiendo…”
“Será mejor que les demos el alcance a los demás,” sugirió Alexei.
“Sí, manos a la obra,” Yuyuko asintió.
Todos caminaron hacia la casa y continuaron con las introducciones en el camino. También se pusieron a revisar qué roles seguían disponibles, y les iba a tocar limpiar unas de las varias habitaciones vacías del segundo piso, donde había bastante trabajo por hacer. Llegaron a la entrada de la gran casa, donde el grupo encargado se encontraba trabajando. Bueno, dos de los cuatro trabajaban ya que Larsa fue prohibido de limpiar bajo las persistentes insistencias de su mayordomo, y Dakki aprovechaba el hermoso sol del día para asolearse en las cómodas sillas de la entrada. Por ello, Jakob y Kibi se habían dado todo el trabajo de limpiar, aunque por la experiencia del primero, ya prácticamente habían terminado con la labor en un tiempo récord.
Cho notó cómo Ayesha y Nio intercambiaron miradas sorprendidas, y ambas corrieron hacia los cuatro con mucha alegría. Los demás les siguieron de cerca.
“Uhh, onee-sama, ayúdame por favor,” se quejó Kibi por enésima vez.
“Pero estás haciendo un excelente trabajo,” Dakki sonrió dulcemente. “Onee-sama is proud.”
“P-pero es mucho… sé que Jakob no dejará trabajar a Larsa, pero tú no tienes excusa.”
“Lo lamento mucho, Kibi,” Larsa dio un pesado suspiro. Él se encontraba atendiendo su correo con su Tablet para hacer algo útil con su tiempo, pero no estaba nada contento. “Sabes que Dakki no te oirá, y tengo mis manos atadas.”
“Usted sólo asegúrese de disfrutar el clima, señorito,” Jakob llegó donde él con una sonrisa profesional y le sirvió un vaso con un refresco. “Es natural, endulzado con stevia.”
“G-gracias…” el exRebel dio un suspiro.
“¡Ohh, miren, miren!” Kibi alertó a los demás de las recién llegadas al apuntarles.
“¡Hola a todos!” exclamó Nio, feliz de la vida.
“¡Cuánto tiempo sin vernos!” Ayesha sonrió ampliamente. Los cuatro detuvieron sus actividades para acercarse a las dos hermanas.
“¿Ayesha? ¿Nio?” Larsa se sorprendió. “¿Qué hacen aquí?”
“Eso me pregunto de ustedes,” dijo la mayor. “Sabía que Kibi estaba en Rizembool U, ¿pero desde cuándo que están aquí?”
“Oh, llegamos hace casi dos semanas,” Dakki apachurró a Ayesha con fuerza. “¿Y qué haces tú en Japón, mi querida muñequita?”
“Ehh… e-estas usando mucha fuerza…”
“Onee-chan está en Hanasaki U y yo en Hanasaki Middle,” reportó Nio, levantando una mano. “¿Y ustedes están en Rizembool?”
“Onee-sama sí, pero onii-chan como siempre nos ha dado la contra y está en Hanasaki U,” abrevió Kibi, poniendo sus manos a las caderas.
“No lo digas de esa forma,” Larsa negó.
“Lamento la mención, señorito, pero su persistencia en aliarse con el bando contrario sí puede tomarse como una traición a sus allegadas,” comentó Jakob con una impecable sonrisa, ignorando la expresión de cansancio de su superior. Él dio un paso hacia delante y saludó a las dos hermanas con sumo respeto. “Es un gusto verles muy bien, señoritas. El tiempo no ha sido más que grato con ustedes, y se están formando en las dignas damas de su aclamada familia.”
“Ahh, tan caballeroso como siempre~” Ayesha se apenó y se cubrió su boca con sus manos. “Un placer volverle a ver, Jakob. Gracias por apoyar a mi amigo con sus deberes. Usted es sin duda una persona sumamente ejemplar.”
“Me halaga, pero sólo realizo lo que se espera de mí.”
Mientras tanto, los demás miraban la escena un tanto perdidos. En el inicio de la mañana, Larsa había llegado junto a su mayordomo, quien saludó a todos con un trato bastante cortés, aunque también hubo cierta frialdad en sus ademanes, la cual no estaba presente en la conversación con Ayesha y su hermana. Cho de inmediato supo que no era una persona abierta y seguramente no le gustaba que Larsa se hubiera apuntado al evento. Además notó cómo Sora había huido despavorido al notar al peliplateado presente.
En ese instante, Tomo se apareció, rompiendo la conversación.
“Oye, Osaka, se nos acabó el jabón líquido para la lavadora…” comenzó, pero al notar a las hermanas Altugle, pasó a enojarse. “Un segundo, ¿qué demonios ocurre aquí? ¡¿Acaso se vuelven a dignar a introducir nuevos personajes en mi ausencia?! ¡Demando explicaciones!”
“Tranquila Tomo-chan, es la amiga de Cho quien nos sorprendió con su hermanita,” dijo Osaka, sonriendo. “Más bien ven para acá porque intentamos descifrar cómo así todos se conocen.”
“Eh, supongo les debemos explicaciones, lamento la confusión…” Larsa dio un suspiro. “Ayesha y Nio son viejas amigas. Asistimos la primaria con Ayesha en Inglaterra por unos años, y después las dos nos han visitado durante las vacaciones de verano. Aunque nos hemos distanciado un poco en los últimos años. Como recuerdo que Ayesha siempre ha estado enfocada en estudiar química, debe ser tu compañera de estudio, Tanaka-san. Me alegro.”
“Sí, es una buena compañera,” Cho asintió.
“Y ahora de nuevo nos encontramos en el mismo ambiente indefinidamente~♥” Dakki se emocionó y volvió a darle un abrazo de oso a Ayesha. “¡Tal y como dijiste de pequeña!”
“¡Ahh… m-muero…!”
“No pensé que iba a verlos por aquí, juraba que habíamos llegado tarde para la fiesta entre Hanasaki y Rizembool,” Nio se llevó sus manos a los lados de su rostro, emocionada. “¡Quiere decir que todavía hay mucha emoción! ¡Qué divertido!”
“¡Exacto~☆!” Kibi le hizo una v con sus dos dedos, celebrando su observación.
“¡N-no, Nio!” Ayesha se soltó de Dakki para llamar la atención a su hermanita. “¡Tú sabes que esto no es ningún juego! ¡Es muy peligroso y no podemos estar celebrándolo! ¡Recuerda que debes comportarte y actuar debidamente!”
“Buu…” la otra hizo un puchero y desvió su mirada.
“Siento ser severa, pero debes entender la gravedad del asunto. Además tú eres una damita muy delicada que nunca se puede prestar para esas cosas y se debe formar con gran elegancia.”
“…” Tomo sintió unos escalofríos de pies a cabeza y susurró al punto en que sólo los más cercanos le oyeron. “¿Q-qué ha dicho…?”
“Ehm, Takino-san, ¿se encuentra bien?” preguntó Alexei, confundido.
“¿Has oído a esa maldita hereje?” Tomo apuntó a Ayesha quien seguía con su discurso. “¿Forzando a su hermana a ser una dama en la mismísima tierra de las amazonas?”
“Ehh…” el mayor se quedó en blanco, sin saber qué responder.
“Vamos, onee-chan, ya te dije que me portaría bien, sólo me divertía en compañía,” respondió Nio a su hermana. “Además he venido lista para usar mis dotes de damita y limpiaré las habitaciones con gran habilidad, tal y como aprendí luego de ver a Jakob hacer su labor incontables veces, ¿no es así, Jakob?” ella notó que el otro miraba fijamente a una persona. “¿Eh, Jakob? ¿Estás bien?”
“¿Hm?” Dakki se extrañó y al observar a la persona que se había llevado la atención del mayordomo, lo comprendió bien. Sonrió con ironía. Sin duda no se había fijado en aquella mujer pelirrosa por haber querido obviar a esa insoportable nueva HiME a su costado.
“Oh…” Yuyuko se había quedado absorta comiendo una merienda pre-limpieza que acababa de notar que era la mira de varias personas. “¿Me perdí de algo?”
“Usted es Yuyuko Saigyouji. Mi señorito me informó previamente de su posible aparición,” Jakob caminó hacia ella. El peliplateado había borrado su sonrisa y la miraba con seriedad y una leve pizca de inquietud en su mirada. “Ha sido bastante tiempo.”
“Ara~ si me conoces y te expresas con gran gravedad… ahh, ya me acordé de ti,” ella sonrió con humildad. “Sí, eras ese Rebel amigo de los Solidor. Ahora comprendo la relación. Mucho gusto.”
“…” este se llevó una mano a su mentón y analizó a la exHiME frente a él. “Como reportado, no pareces sostener la misma rivalidad de hace varios años.”
“La gente cambia con el tiempo,” ella ladeó su cabeza y sonrió con torpeza. “Comprendo que algunos asuntos pueden seguir siendo ásperos entre nosotros, pero quisiera que nos llevemos bien, tal y como Larsa y yo nos hemos estado llevando. A estas alturas, lo mejor sería no concentrarnos en el pasado.”
“¿Eh?” Youmu se confundió. “¿Qué está ocurriendo aquí? Yuyuko-sama, ¿de qué habla?”
“Debo admitir que me es difícil intentar ignorar el pasado en su entereza, pero no soy una persona irracional, y mi señorito me ha pedido respetar la paz en nuestro entorno,” Jakob dio una reverencia, y volvió a dirigírsele con seriedad. “Sin embargo, no espere más que una relación profesional de mi parte.”
“Es perfectamente entendible, le agradezco,” Yuyuko se alegró y junto sus palmas. Sin duda había resultado fácil precisamente porque Larsa predijo que el encuentro ocurriría, ya que, de lo que recordaba del peliplateado, este podía ser una persona bastante complicada.
“Bueno, ya que Jakob te ha dado su bendición~♥” Dakki sonrió con ironía y se acercó a la exHiME. Notó a Youmu tensarse por verle tan cerca de su señora, pero sólo se dignó a mirarle con una sonrisa superior para regresar a su interés principal. “Larsa sin duda me ha comentado mucho de ti, y te ves razonable. Nada que hubiera esperado sobre la ‘mariposa de la muerte’ en nuestro entorno…”
“¡IHH!” Kibi se ocultó detrás de Larsa por oír aquel bizarro título.
“¿M-muerte?” Ayesha se afligió.
“Hm, suena cool…” Nio se puso a pensar.
“¡Nio!”
“¿Qué? Sólo decía~”
“¿Qué es eso?” Youmu seguía extrañada, y se confundió al notar a su señora emocionarse.
“Ara~ también son noticias para mí. ¡Suena tan cautivador!” exclamó la mayor.
“Y-Yuyuko-sama…” su guardiana dio un pesado suspiro.
“Pues, sin lugar a dudas, me caes mucho mejor que tu subordinada,” continuó Dakki, con mejores ánimos.
“Oh, sé que mi Youmu puede ser un poco impulsiva y conflictiva a veces, but she means well.”
“Oh, no la defiendas, cada quien es responsable de sí mismo,” Dakki le restó importancia con su mano. “Y ya que estamos hablando entre nos, déjame felicitarte por tu elección de atuendo. Ese enterizo es simplemente divino~♥ ¡Excelente trabajo!”
“¡Muchas gracias, me emociona oírlo de alguien tan obviamente a la moda como tú~!” Yuyuko se emocionó de sobremanera. “Y como hablamos de prendas, tengo que decirte que tu chalina de media estación es el mejor accesorio pensado para este clima y para alguien con tu cabello, aparte que es tan ligero y refrescante.”
“¡De todas las prendas que estoy usando justo quería que alguien halagara mi chalina y con esas palabras y no lo estoy inventando~♥!” Dakki terminó por abrazarla de un costado. “Vamos, nueva bff, no hay que trabajar en el sol. Limpiemos una de esas habitaciones amplias en el segundo piso con gran ventilación~♥ Yo te dirijo.”
“Ehhh…” Youmu se quedó petrificada al notar a su señora irse abrazada con la persona que más malas vibras le daba de todo su entorno. Ella miró inquieta de un lado a otro como esperando a que alguien le aconsejara hacer algo, pero terminó por seguir a su señora a distancia como quien le mantenía un ojo encima.
“Wow, no puedo creer que se hayan hecho amigas tan rápido, onii-chan,” comentó Kibi a Larsa.
“Hmhm, a mí no me sorprende,” Larsa sonrió con ironía. “Supe que se harían amigas desde el primer instante.”
“¡Yay friendship!” exclamó Osaka, alzando sus brazos y dando un brinco.
“Ehh, me alegro que todos se hayan podido llevar bien,” Cho sonrió incómoda. “Pues… si no es mucha molestia, deberíamos continuar con las labores.”
“Ah, por supuesto,” Ayesha asintió.
“Aprovecho para reportar que la limpieza de la entrada se ha completado,” anunció Jakob, con una venia. “Procederé a ayudar con la limpieza en el interior.”
“Sí, yo también, hay mucho sol aquí…” se quejó Kibi.
“Te agradezco mucho por la labor, entiendo que no ha sido fácil, pero pude observar lo diligente que fuiste con tu trabajo,” Alexei le sonrió.
“Ohhh…” ella se quedó anonadada por la sonrisa de su exKnight y terminó por saltar y abrazarle. “¡Yayy! ¡Tengo la aprobación de Alexei~☆! ¡¿Verdad que hice un buen trabajo?!”
“Haha, claro que sí,” este se alegró por verla tan feliz y le revolvió los cabellos.
“Señorito…” Jakob se acercó a Larsa y le susurró en voz baja. “La señorita Kou parece haber adquirido un cariño especial a este joven. ¿Sería prudente dejarlo sin atender considerando que la señorita Sou se encuentra presente?”
“Pues… Dakki será sobreprotectora de Kibi, pero no haría nada irracional…” Larsa desvió su mirada, incómodo. “Espero…”
“Ehh, hehe…” Ayesha rió con leve inquietud.
“¡Oigan, nos estamos quedando atrás!” les alertó Nio. “¿Qué debemos hacer?”
“Nio…”
“¿Qué dije esta vez?”
“Ah, sí, perdonen,” Cho se despertó. Le costaba tomar la palabra en un grupo tan animado. “Nos toca ir también a las habitaciones del segundo piso. Hay mucho que limpiar por ahí. Ehm, desde ya les agradezco por su ayuda…”
“Yo feliz, me gusta limpiar, tengo gran destreza para ello,” Nio sonrió ampliamente. “Además es como un ejercicio y amo ser activa. ¡Si pudiera limpiar el techo, sería lo mejor!”
“Ahh, Nio, ¿qué voy a hacer contigo?” Ayesha se impacientó. “Eso sería muy peligroso y te podrías caer. Además has venido vestida con vestido, medias largas y zapatos de charol.”
“Sí, pero tú me dijiste que me vistiera así.”
“Es porque eres una preciosa damita que no puede realizar trabajos barbáricos y riesgosos que sólo le corresponden a hombres.”
“¡AARRRGHH!” Tomo se estremeció, pero fue restringida por Cho y Osaka. “¡Suéltenme!”
“¡Tomo-chan, live and let live!” exclamó Osaka, asustada.
“Ehm…” Larsa frunció el ceño y se acercó a las tres con pesar. “Sean pacientes, por favor. Ayesha siempre ha sobreprotegido a su hermanita…”
“S-sí, es sólo Tomo siendo Tomo como siempre…” Cho sonrió incómoda.
“Será mejor que ingresemos a la casa de una vez,” sugirió Alexei.
“¡Ah!” Osaka se acordó de algo y soltó a Tomo.
“¿Qué te pasa?” esta se extrañó por su repentina exclamación.
“Hehe, nada, sólo que todavía no termino de barrer las hojas. Debo regresar.”
“Eso lo podemos hacer después,” dijo su prima.
“¡N-no, quiero hacerlo ahora!” Osaka se vio casi desesperada.
“P-pues…”
“Bueno, podemos acompañarte,” Ayesha sonrió pacientemente. “Nio, puedes ir a acompañar a Larsa y Jakob mientras termino aquí afuera.”
“Está bien…” Nio hizo un puchero. Sabía que su hermana la había mandado hacia dentro para que no tratara de trepar árboles, pero no le quedaba de otra.
“Iré a ayudar también,” dijo Alexei.
“¡Yo voy contigo!” Kibi se sumó. “¡Debo aprovechar a que onee-sama no está aquí!”
“Nos vemos adentro,” dijo Larsa. Él recibió a Nio y se fue caminando con ella y su mayordomo, quien volvía a remarcar que haría todo el trabajo por su señorito.
“Ah, antes que te vayas,” Tomo miró a Osaka. “¿Y el jabón? Esas cortinas que tenemos que lavar necesitaron más de lo que pensamos. Hotaru me está esperando.”
“¡C-cierto, perdón!” Osaka se sorprendió. “Ehh, dejé más galones de jabón en los cajones al costado del lavaplatos de la cocina. Debe haber suficiente.”
“Ya, y más te vale que no te quedes jugando en el jardín, estoy trabajando, para variar,” Tomo se fue corriendo hacia la cocina, y así, los demás caminaron de regreso para recoger las hojas.
“¡Yayyy!” Kibi caminaba colgada de un brazo de Alexei. “¡La vez pasada apenas nos hablamos, pero ahora sí estamos juntos!”
“Es verdad, por todo el ajetreo no nos pudimos ver, siento haber llegado tarde ese día,” Alexei sonrió con torpeza. “Veo que no has cambiado en todo este tiempo, Kou-san.”
“¡Hehe, lo mismo digo! ¡Y llámame por mi nombre, que es más lindo!”
“¿Cómo así se conocen?” preguntó Ayesha, con curiosidad.
“¡Alexei fue mi Knight!” los ojos de Kibi brillaron con gran alegría, contrastando mucho con su narración. “¡Fuimos enemigos mortales en lados opuestos pero terminamos siendo amigos~☆!”
“Eh… ¡¿eh?! ¡¿En serio?!” Ayesha se aterró.
“Tranquila, aquí todos estamos en buenos términos,” Osaka sonrió. “Y Kibi-chan es linda y Alexei es buena gente. También, como puedes ver, los dos se llevan de maravilla.”
“M-me sorprende que se relajen tanto…”
“A mí también me sorprende a veces, pero al mismo tiempo me alegro de poder ser amigos de todos por dejar las diferencias de lado…” Cho sonrió incómoda. “B-bueno… no me veo siendo amiga de mi exRebel tan fácilmente, pero en general no tengo problemas con otras personas.”
“Aw, ojalá algún día pueda ser, Axel es lindo,” dijo la exHiME.
“Al menos sí le tengo aprecio por ser tu amigo y vigilarte en todas tus escapadas a Rizembool cuando solías ser HiME…” Cho dio un suspiro.
“¿Tú también fuiste HiME?” Ayesha miró a Osaka. “Es increíble. Son como una familia allegada a Hanasaki.”
“Hehe, sin planearlo, pero parece que sí. Y yo sí me llevé de maravilla con mi Rebel.”
“Osaka siempre ha sido una inspiración,” Kibi asintió, decidida. “Comprendo que todavía quedan asperezas con ciertas personas, pero Osaka sí se lleva bien con todos,” ella bajó su mirada y frunció el ceño. “Yo todavía no me llevaría bien con mi exHiME…”
“Mikoto fue bastante competitiva, pero sé que las dos serían buenas amigas si se dieran una oportunidad,” comentó Alexei, sonriendo.
“Bueno, no es como si estuviera todavía por aquí…” Kibi frunció el ceño al notar que Alexei sí llamaba a la HiME por su nombre, pero decidió enfocarse en el presente. “¡Simplemente estoy feliz de que sigamos en contacto pese al tiempo pasado!”
“Yo también, aunque…” él se incomodó. “Me da la impresión que tu hermana de cariño no me tiene mucho aprecio…”
“¡Oh, no te preocupes!” Kibi sonrió. “¡Onee-sama tiene problemas con casi todo el mundo, así que no eres el único!”
“¿Por qué lo dices con tanta alegría?”
“D-Dakki sí es complicada…” Ayesha sonrió incómoda. “Y supongo lo sería más con las personas cercanas a su hermanita y a Larsa… pero también es muy leal.”
“Dakki-chan siempre me ha parecido un enigma,” Osaka asintió. “Aunque también es alguien que sabe alegrar el ambiente y hablar con cualquiera. Es uno de mis ejemplos a seguir.”
“P-pues… a mí se me hace algo temible…” confesó Cho, inquieta.
“Será mi onee-sama, pero a mí también, aunque la quiero igual,” la exPrincess sonrió con certeza. “Pero no tienen de qué preocuparse. De sus rivalidades del pasado, creo que sólo le queda molestar a Sora. Hm… y seguro no me querrá muy cerca de mi espléndido exKnight, ¡así que hay que aprovechar el tiempo!”
“S-sí…” Alexei sonrió aunque empezaba a sentir un miedo preventivo.
Ellos regresaron al área frente al portón, cuando oyeron que alguien tocó el timbre.
“Pensé que estábamos completos…” dijo Cho, confundida, y en eso notó a Osaka alarmarse.
“¡Y-yo voy!” exclamó ella, pero su estado de ánimo le hizo tropezarse con una manguera cercana. “¡AHHH!”
“Kasuga-san, ¿estás bien?” Alexei se agachó para apoyarle.
“Ehh, la puerta…” Osaka se inquietó al notar que su prima iba a abrirla.
“¿Por qué te ves tan asustada?” preguntó Kibi, ladeando la cabeza.
Cho fue donde la puerta notando que Ayesha le siguió. La HiME la abrió como en varias ocasiones ese mismo día y por ello se olvidó de revisar quién estaba al otro lado. Y estaba por lamentarlo…
“Buenos días,” saludó Komaeda con la mejor de las sonrisas. “Es una hermosa mañana.”
“…” Cho se petrificó e intentó cerrar la puerta de golpe, pero justo llegó Osaka.
“¡Cho, espera!” exclamó su prima, alarmada. “¡Viene con buenas intenciones, lo juro!”
“¡Osaka! ¡¿Le has invitado?! ¡¿Cómo pudiste?!” Cho estalló y miró a su prima con ira.
“¡AAAHHHH!” Osaka instintivamente se agachó con los ojos cerrados y cubriéndose la cabeza con sus manos.
“T-Tanaka-san…” Alexei se preocupó. Sí había podido detectar que la HiME tenía un fuerte temperamento aunque era la primera vez que lo presenciaba.
“¿Q-qué está ocurriendo aquí?” Ayesha tembló ligeramente, aunque seguía mirando sorprendida al peliblanco frente a ella.
“¿Eh? ¿Altugle-san?” Komaeda se sorprendió y pasó a sonreír muy contento. “¡Sí eres tú! ¡Pero qué alegría verte aquí! Ahh, me siento tan afortunado…”
“¿P-perdón?” Cho se quedó en blanco y miró a su compañera, quien se asustó un poco. “¿Ustedes se conocen?”
“Ehh, s-s-sí…” contestó Ayesha, nerviosa. “Es un amigo de Inglaterra, al igual que los demás…”
“Pero por supuesto, sí me comentaste que te unirías a Hanasaki algún día, cómo me pude olvidar,” dijo el peliblanco, algo decepcionado en sí mismo. “No recordar algo así de una persona tan formidable…”
“Es perfectamente normal que uno se olvide, Nagito. No te tortures…”
“Ayesha, un momento,” Kibi se interpuso y miró a su amiga con una severidad que resultó adorable en su rostro. “Komaeda tiene que explicarse contigo primero.”
“¿Eh? Ah… sí…” Ayesha ladeó su cabeza y miró al mayor. “¿Qué ocurre aquí?”
“Nada más vine para ayudar con la limpieza a mi HiME en acto de buena fe,” respondió el Rebel, sonriendo con torpeza. “Espero poder entablar una relación de formalidad y mutuo respeto fuera del campo de batalla con Cho, y por mi buena habilidad limpiando cosas, sé que apoyaré bastante con la labor de hoy.”
“Claro, pero… hm…” se puso a pensar y bajó su mirada con una mano en su mentón. “Tu HiME… batalla… buena relación…”
“…” Cho sintió un tic en la ceja. ¿Cuánto más tenían que explicárselo?
“Ehm, Altugle-san, él es el Rebel de Tanaka-san, y la semana pasada realizó un ataque,” dijo Alexei, sonriendo incómodamente.
“Rebel… ¡¿R-R-Rebel?!” Ayesha se aterró y se puso a temblar. “¡¿E-en verdad?!”
“Soy un Rebel, como lo tenía planeado desde pequeño, pero descuida, vengo en son de paz y nunca me atrevería hacerle algo a una persona inocente, en especial a una vieja amiga como tú,” Komaeda levantó sus palmas, manteniendo su sonrisa. “Me enteré del evento por medio de Osaka, y para pagar las incomodidades y mis deslices de la vez pasada, pensé que lo menos que podía hacer era ayudar. También quise traer algo para comer, pero entiendo que mi rol como Rebel traería gran desconfianza en la comida que podría ofrecerles…”
“Tu propia presencia trae demasiada desconfianza por su cuenta,” Cho entrecerró los ojos.
“Por supuesto, dame-Komaeda,” Kibi negó repetidamente. “¿Cuándo vas a aprender los límites aceptables con otras personas? Yo ni loca hubiera limpiado la casa de mi HiME.”
“¿También lo piensas así, Kou-san? Vaya, me causa tristeza…” Komaeda dio un suspiro. “Sin embargo, insisto. Quisiera ayudarles a como diera lugar y soy excelente con la labor. Y puede que mis palabras no tengan mucho valor, pero sí vengo con las mejores intenciones.”
“Es en serio,” Osaka se armó de valor para hablar, aparte que a Cho se le había bajado un poco la molestia. “Me encontré con Koma-chan durante la semana, y además de pagarme por las entradas al museo, también estuvimos un rato conversando y animándonos, y ha sido muy sincero con su deseo de estar en buen plan con Cho. Por favor, denle una oportunidad ahora como Rebel. Justo estábamos hablando de lo importante que es ser amigos de todos.”
“Comprendo tus palabras, Kasuga-san, y no es que quisiera quitar valor al principio de paz, pero…” Alexei negó, sonriendo con paciencia. “No puedes esperar a que Tanaka-san esté en tu misma posición de aceptarlo sin problemas.”
“Uhh…”
“También… ¿cómo sé que no intentarás atacarme aquí? ¿O si no, cómo sé que no estás afiliado al Rebel de Youmu?” preguntó Cho a su Rebel, mirándole fijamente.
“Como dije, mis palabras no tienen valor, por más que diga la verdad,” Komaeda desvió su mirada. “No podré convencerte si no quieres oírme y no tengo pruebas que darte, pero no vengo con intenciones bélicas. Y no tengo conocimiento sobre quién puede ser el Rebel de tu compañera HiME tampoco. Si bien la idea de colaborar con un Rebel suena llamativa, no me veo actuando como su espía. Estoy seguro que muchos cubrirían el rol mejor que yo.”
“Hm…” Kibi hizo un puchero. “Sé que no mientes, Komaeda, pero no soy la dueña de casa.”
“Pareces conocerle bien,” observó Alexei.
“Sí, supongo uno se acostumbra a la gente que te rodea, aun si Komaeda siempre ha sido un pez raro…”
“¿Pero ven? Koma-chan viene con buenas intenciones,” suplicó Osaka. “Cho, por favor. Sé que esto será raro para ti, pero sí es posible tener una relación de amistad con tu Rebel. Yo la tuve y Koma-chan realmente lo promete para ti.”
“Osaka…” Cho le miró contrariada. No había forma que aceptara, aparte que el Rebel de Osaka nunca la tomó en serio ni tuvo interés de ser realmente su Rebel. Definitivamente, su situación era diferente, pero por estar rodeada de todos y frente a un Komaeda decidido y cómodo con la situación, no se sentía con el poder de negarlo más…
“Vaya, onee-sama tiene razón contigo, eres muy indecisa,” Kibi se encogió de hombros. “Deberías atreverte a botarle a patadas si eso es lo que quieres hacer.”
“Ehh… Kou-san…” Komaeda se asustó.
“Pero si te hace sentir mejor, en caso que Komaeda se porte mal hoy, le diré a onee-sama y onii-chan que le den una paliza, ¿te parece?” Kibi sonrió a Cho ampliamente.
“Eh, pues…” Cho se sorprendió un poco por la voluntad de la otra de ayudarle. Nunca había tenido la oportunidad de sentarse a hablar con Kibi, aunque ella la estaba tratando con la misma confianza que con la que trataba a Osaka. Sí, a diferencia de su hermana, siempre le había parecido buena gente a pesar de haber sido la enemiga de Mikoto.
“Oh, es un buen trato, definitivamente no quisiera ganarle puntos en contra de esos dos,” Komaeda sonrió nervioso. “¿Entonces puedo pasar?”
“Ehh…”
“¡Definitivamente!” Osaka se alegró y se tomó la libertad de tomar al Rebel de su mano y jalarlo hacia dentro. “¡Ven, te mostraré todo lo que tenemos por hacer!”
“Ch-Cho…” Ayesha se incomodó.
“Pues…” Cho dio un pesado suspiro. “Al menos Osaka siempre ha sabido llevarse bien con mis Rebels… y si tengo el respaldo de Kibi, supongo todo estará bien.”
“Hehe, gracias por confiar en mí,” Kibi sonrió e hizo una v con sus dedos. “Cuenta conmigo~☆”
“Quizás lo mejor sería avisarle a tu hermano…” dijo Alexei meditativo mientras cerraba el portón.
“Cierto…” Cho se heló. “N-no sabría cómo decírselo y temo por el bienestar emocional de Osaka si se lo dice ella…”
“Yo lo puedo hacer,” se ofreció el exKnight. “Intentaré al menos calmarle un poco y dejar su charla con Osaka para después.”
“Ehh… r-realmente me estás haciendo un gran favor con eso, gracias…” Cho juntó sus palmas e hizo una reverencia.
“Vamos, no actúes como si temieras a tu hermano.”
“P-pues…” Cho desvió su mirada.
“Ahh, no deberías…” Alexei se frustró.
“Iré contigo, Alexei, soy una buena animadora,” Kibi le dio un guiño. No le gustaba meterse en lío ajeno, pero debía seguir aprovechando el tiempo que podía pasar con el mayor.
“Sí, suena a una situación compleja, pero tengo fe en ti…” dijo Ayesha, sonriendo incómoda. Era recién nueva en el ambiente, pero comenzaba a hacerse una idea de lo complicado que era convivir con tantas personas y en tantos roles distintos. Se sentía un poco mal por la situación aunque consideraba que Cho actuó bastante bien por ser paciente y escuchar a otros.
“¡Oigan!” Osaka les llamó a distancia, al costado de Komaeda. “¡No se queden atrás!”
“¡Allá vamos!” le contestó Kibi.
“Y nosotros definitivamente tenemos que llegar antes que ellos,” Alexei sonrió y miró a Kibi. “¿Te animas a una carrera?”
“¡Sí, vamos, vamos!”
Ellos se pusieron a correr mientras Cho y Ayesha caminaron de regreso. Les esperaba un día con mucho por hacer y lleno de actividad. Y, también, con mucho que presenciar…
Roxas se encontraba limpiando el patio de atrás junto con Reimu y Marisa. Esa era un área muy poco utilizada, y por ello mismo, había acumulado gran cantidad de tierra y suciedad con el tiempo, pero por el trabajo de los tres ya no debía faltarles mucho más.
“Ahh…” Marisa soltó su escoba y fue a recostarse en el césped cercano por enésima vez. “Ya no más, por favor. Ya estoy cansada…”
“No te comportes como una niña engreída y sigue trabajando,” le reclamó Reimu.
“Pero todo lo que he hecho esta semana ha sido limpiar, ¿no puedo tomarme unas vacaciones?”
“¿Vacaciones? Recién te has incorporado al grupo y estás viviendo gratis. Debes hacer tu trabajo.”
“Ahhh, qué injusto…” la rubia se puso a patalear en el jardín. “Quiero dormiiiir~”
“¡Oye tú!” la miko se molestó y pensó arrastrarla de regreso al patio, pero Roxas se interpuso.
“Está bien, déjala un rato,” dijo este, frustrado.
“¿Por qué eres tan permisivo?” Reimu le miró con reproche. “Tú no vives con ella, pero ya me da la impresión que Marisa es demasiado perezosa y aprovechadora.”
“¡Oye, te puedo oír!”
“Pues, creo comprender que no está acostumbrada a ser tan diligente con la limpieza, y en verdad ha hecho un buen trabajo… pese a los berrinches…” dio un suspiro. “También entiendo que te ha ayudado mucho en el templo y estoy seguro que no todos aquí están dando lo mejor de sí. Tomo sin duda se escapó de mucho trabajo por apuntarse a lavar las cortinas y fundas de sillones con las lavadoras, y entre los demás, habrá algunos que tampoco se lo toman en serio.”
“Hm… no me parece que seas tan paciente, pero tienes razón,” Reimu negó. “Ya pues, Marisa, recuéstate, haz lo que quieras, pero luego nos ayudas más…”
“Sí, eso voy a hacer, no me lo digas,” Marisa miró hacia el cielo, distraída. Su respuesta casi hace que la miko le diera un escobazo, pero Roxas le detuvo y los dos continuaron trabajando. Pasaron alrededor de un par de minutos en que la rubia se aburrió, y sintió un cargo de consciencia por ver a los otros continuar con el trabajo. Hizo un puchero y entrecerró los ojos. No quería, pero sabía que debía seguir apoyándoles. “Ya, ya, continúo…”
“Ese fue un rápido descanso,” comentó Roxas.
“Sí, pues, me sabe mal estar tirada en el piso por mucho tiempo, además si me canso puedo soltar otro berrinche, y estoy aquí para ayudar,” Marisa sonrió ampliamente. “Hehe, somos nuevos amigos y debo forzar la amistad.”
“Todo estuvo bien aparte del berrinche,” observó Reimu.
“Bueno, así soy,” Marisa recogió su escoba para seguir barriendo. “Aunque… Roxas, ¿cómo así pudieron descuidar tanto esta casa? Es enorme, prácticamente una mansión. ¿No deberían al menos contratar a una compañía de limpieza para que les apoye de tanto en tanto? Si viven aquí es porque deben ser ricos o algo.”
“Ehh, no lo somos,” Roxas negó, apesadumbrado.
“No andes indagando demasiado, Marisa. Tendrán una razón,” Reimu frunció el ceño.
“Está bien, realmente no es un secreto de nuestros amigos más cercanos,” el chico se encogió de hombros. “Cho y yo fuimos adoptados por una pareja adinerada dueña de una gran empresa. Sin embargo, no llegamos a vivir mucho tiempo con ellos porque fallecieron en un accidente de tránsito. Nosotros heredamos la casa y una cuenta de ahorros, y la empresa iba a ser manejada por nuestros tíos hasta que tuviéramos mayoría de edad. Pero…” él dio un suspiro. “Supongo nunca fue sorprendente que, como nuevos adoptados, la familia no estuviera de acuerdo con dejarnos la herencia, y terminaron por hacer el papeleo para quitarnos lo que nos correspondía.”
“Oh…” Marisa se quedó en blanco. “Perdón por preguntar…”
“Realmente no sabía eso… lo siento mucho…” Reimu bajó su mirada. “Por lo que había escuchado de tu familia, pensaba que todos tenían buenos ingresos.”
“No lo hicieron por quitarnos la riqueza, realmente no lo necesitaban. Habrá sido para proteger lo que le pertenecía a la familia… hasta ahora Cho y yo seguimos siendo ignorados por varios de nuestra familia adoptiva…” Roxas negó, restándole importancia. “Pero en fin… ya ha sido mucho tiempo, es como es. Los ahorros nos han ayudado a vivir por varios años, pero nunca pudimos darle el mantenimiento necesario a esta casa. Ahora nos toca venderla y conseguir una casa más pequeña y cercana a Hanasaki, tanto por comodidad como por dinero…”
“¡AHHH!” Marisa pegó un grito y se agarró la cabeza.
“M-Marisa, ¿estás bien?” Roxas se alarmó.
“¡Lo siento, lo siento mucho! ¡No quería abrirte una herida del pasado! ¡Yo y mi bocota ahhh!”
“¡E-está bien! Es una pregunta perfectamente normal, en serio. Yo también me la preguntaría de estar en tu lugar,” Roxas le agarró de los hombros para tranquilizarle. “No eres la primera persona a quien se lo digo, tranquila.”
“P-perdón…” Marisa le miró con tristeza.
“Todo está bien, más bien te agradezco por la ayuda,” él le sonrió un poco. “Ahora hay que continuar. Estamos por terminar y luego podemos degustar la mesa de bocadillos en la cocina, ¿te parece bien?”
“Hm, hm,” la exHiME asintió dos veces y se puso a barrer. Los otros notaron que había reiniciado a un paso más rápido y eficiente que antes. Le imitaron y continuaron trabajando, pero un rato después, fueron interrumpidos por dos personas.
“¡Holaaa~☆!” se anunció Kibi, llegando junto con Alexei. “¡Tenemos noticias importantes!”
“¿Eh?” Roxas se extrañó. Esa era una dupla rara. “¿Qué ocurre?”
“Pues…” Alexei llegó donde el Key y dio un suspiro, preparándose para transmitir el mensaje. Miró a Roxas con severidad. “Es importante que lo sepas desde ya. Kasuga-san ha invitado a Komaeda y él se encuentra presente participando en la limpieza.”
“¿Qué dices…?” el rubio abrió sus ojos como platos y estuvo por irse corriendo hacia la casa. “¡Maldición, Osaka!”
“¡E-espera un momento!” el exKnight le agarró de un brazo, reteniéndole. “Si bien tampoco estoy de acuerdo con la decisión de tu prima, tienes que tranquilizarte.”
“¡Pero esto es inaceptable! ¡Komaeda es un peligro!”
“Pues como Rebel sí, pero el muy raro es demasiado multifacético y ha venido en son de paz,” dijo Kibi. “Así que tú tranquilo porque nada va a ocurrir hoy.”
“¡No lo sabes! ¡Cállate!”
“¡IHH!” Kibi se sobresaltó y se escondió detrás de Alexei.
“Sí debo de estar de acuerdo con que no te debes alterar tanto, Roxas,” Reimu sonrió incómoda.
“Wait, ¿el Rebel desquiciado de la semana pasada del que me comentaron está aquí?” preguntó Marisa, confundida.
“Ahhh, ¿cómo puede pasar esto?” Roxas se dio un facepalm, torturado. “¿Y a todo esto, dónde están Cho y Osaka?”
“Iban a limpiar una habitación con Komaeda,” respondió Kibi.
“¡Demonios!” Roxas intentó correr nuevamente, pero Alexei le siguió jalando del brazo. “¡Suéltame! ¿Desde cuando eres tan fuerte?”
“No soy fuerte, aunque supongo siempre te habré dado una apariencia débil,” Alexei negó. “Escucha, puedes ir a ver a tu hermana y a tu prima cuando quieras, pero si no te tranquilizas, sólo vas a empeorar la situación. Te puedo llevar donde ellos, pero no intentes comenzar ninguna discusión. Tanaka-san ya se encuentra demasiado mortificada.”
“…” Roxas comprimió sus puños, inconforme.
“Tienes mi palabra que estarán bien, ya amenacé a Komaeda así que descuida~☆” Kibi sonrió con buenos ánimos, pero notó al otro mirarle con leve molestia. “Buu, onee-sama tiene razón con decir que eres de mente cerrada. Por supuesto que estás asustado por tus parientes y eso está muy bien, pero debes actuar correctamente. Así sólo vas a causarles amargos a todos.”
“No entiendo cómo ustedes pueden estar tan tranquilos…” Roxas se soltó de Alexei y bajó su mirada, contrariado. “¿Se supone que debo ignorar al enemigo de Cho porque todos lo ignoran? ¿Qué clase de lógica es esa?”
“Pues… desde el inicio, Komaeda me dio vibras raras por cómo se nos acercó y hasta nos ayudó a limpiar el templo,” comentó Reimu. “No es por defenderle, pero quizás sea su forma de ser. Y como Alexei dice, podemos ir donde él para cerciorarnos que todo está bien. Sólo hay que actuar con prudencia, ¿sí? A Cho no le caería nada bien si fueras a iniciar algo con su Rebel.”
“…” Roxas frunció el ceño. Sabía lo mucho que le había angustiado la vez pasada precisamente por eso. Miró a todos con leve reproche. “Pues no me queda de otra…”
“Terminemos aquí mientras nos calmamos y de ahí vamos,” dijo Marisa con ánimos.
“Tú te ves muy interesada,” Reimu le miró confundida.
“Así acabamos con esto y no lo postergamos, además debo admitir que es emocionante enterarse del más reciente chisme~”
“No digas cosas así…” Alexei se lamentó.
“Hehe” Kibi rió un poco, cuando en eso, oyó su celular. Miró la pantalla y se asustó al ver que era de parte de Dakki. “¡Eep!” sabía que no podía ignorarlo, así que contestó. “¿O-onee-sama?”
“Kibi hermosa, te estoy mirando desde la casa, así que ven conmigo para comer algo delicioso en la cocina~♥” la voz de Dakki se infestó de peligro.
“…y abandona de una buena vez a tu Knight o habrá consecuencias, ¿entendido?”“¡Y-y-ya voy!” Kibi cortó e hizo una apurada reverencia a Alexei. “¡L-lo siento mucho pero debo irme! ¡Ha sido divertido!”
“Eh, sí lo ha sido…” él sonrió incómodo al tener una idea de qué acababa de pasar. “Gracias por la compañía, ve con cuidado.”
“Sí…” Kibi se entristeció por verle sonreír, pero tuvo que retirarse. “¡Con permiso!”
“¿Qué le pasó? Se vio aterrada de repente,” comentó Marisa.
“Dakki le debe haber dicho algo…” Roxas se puso a pensar.
“Bueno, sigamos con el trabajo,” dijo Reimu.
“Les ayudo,” Alexei fue a agarrar otra escoba disponible a un rincón del patio.
Los cuatro irían a terminar antes de poder monitorear la presencia del Rebel en el segundo piso.
Cho condujo a los demás a una habitación disponible. Por el camino, pasaron frente a una donde Nio y Jakob estaban en medio de una competencia para ver quién más rápido su mitad asignada, con Yuyuko y Larsa como observadores. Ayesha no evitó sonreír un poco al notar a su hermanita elegir el mejor limpiador y desempeñarse en su labor de la manera más eficiente.
“A Nio se le ve más hermosa y mayor cada vez que la veo,” comentó Komaeda.
“Ay sí, está creciendo mucho últimamente,” Ayesha sonrió y se sonrojó. “Tal y como esperado de mi bella y delicada hermanita. Se está formando en la más ejemplar damita que será la joya de mi familia y hará de una muy digna y elegante mujer cuando sea mayor.”
“Sin lugar a dudas,” el peliblanco le sonrió.
“…” y Cho y Osaka juraron oír a Tomo retorcerse a lo lejos.
“Menos mal que la limpieza no es muy demandante. Esta casa sí se ve decentemente mantenida por dentro,” Ayesha observaba a los pisos y las paredes, y sonrió a su compañera. “Bueno, manos a la obra. No tendré la habilidad de Nio, pero prometo hacer un buen trabajo. Aunque…” ella se incomodó y tocó las puntas de sus dedos entre sí. “S-sí por algún motivo estropeo algo, al menos Nagito también es excelente con la limpieza…”
“Todo estará bien, no te deprimas,” Komaeda sonrió. “Y debo admitir que Nio se está desempeñando bastante bien, para hacerle competencia al mayordomo de Solidor-kun. Me encantaría retarle a una competencia, pero… sin lugar a dudas un ser imperfecto como yo no debe ni dignarse de presentarse ante una damita tan perfecta…”
“No te pongas así,” Ayesha le sonrió. “Nio te quiere como a un hermano mayor y le gustaría retarte algún día.”
“¡Eso suena tan emocionante!” Osaka se entusiasmó. “Sé que perdería al toque, ¡pero me gustaría participar en esa competencia también!”
“…” Cho se incomodó. Por el trato de las otras chicas con su Rebel, se sentía muy fuera de lugar. Aun así, la presencia y familiaridad de Ayesha con Komaeda casi le aseguraba que no iba a haber ningún combate.
“¿Eh? Has estado muy callada,” Komaeda sonrió a su HiME. “Vamos, todos estamos pasando un buen rato.”
“…” la HiME le miró con leve reproche.
“¿Dije algo mal?”
“Nagito, es normal que Cho te trate con recelo. Eres su Rebel, después de todo, así que no la incomodes,” le dijo Ayesha con leve severidad. “Deberías saber bien que no puedes andar presionando a las damas y nos debes tratar con respeto.”
“E-eso intenté hacer,” Komaeda se sorprendió. “Perdón, ciertamente he sobrepasado otro límite social que desconozco…”
“Pero tenemos que animarnos, por favor,” Osaka miró a Cho con ojos suplicantes.
“Dame un poco de tiempo, Osaka,” la peliceleste negó y comenzó a barrer el piso.
“Hmm…” Osaka se apenó y bajó su mirada.
“Oh,” Komaeda se dirigió a Ayesha. “Antes que se me olvide, ¿sabes con quién me encontré en Rizembool U esta semana?”
“¿Eh? ¿Con quién?”
“Hinata-kun también es un estudiante de mi universidad.”
“¡¿Hajime?! ¡¿En serio?!” Ayesha se emocionó. “¡Increíble! ¡Me alegra mucho! Hace tanto tiempo que no hablamos con él. Recuerdo haber intentado mandarle más cartas y llamarle por teléfono, pero hace años que perdimos contacto. Seguramente se mudó en algún punto.”
“Sin duda se nos desapareció del mapa, pero sí es un estudiante, así que tienes que visitarnos en Rizembool.”
“R-Rizembool…” Ayesha se estremeció. “Qué miedo…”
“Es sólo una universidad, además yo te acompañaré,” Komaeda le sonrió. “Y con un Rebel a tu lado, no puedes estar más segura.”
“Ehh…” eso no pareció hacerle sentir mejor.
“¡Me apunto!” exclamó Osaka. “Quiero conocer a ese amigo de ustedes, además que hasta ahora no he visitado Rizembool U y casi me desconozco a mí misma por eso. ¡Cho! ¿Qué dices?”
“¿Eh?” Cho se quedó sin palabras.
“Me parece una magnífica idea, amaría dar un tour a Rizembool U con mi propia HiME,” Komaeda se animó y sonrió ampliamente. “Sería un acto de buena fe, y sólo me parece justo que te familiarices con Rizembool del mismo modo en el cual yo lo estoy con Hanasaki.”
“Eh…” ese detalle inquietó un poco a la HiME.
“Yo pienso que sería muy divertido, y a diferencia de la secundaria, esta vez no romperíamos ninguna regla porque las universidades tienen el ingreso más libre,” dijo Osaka.
“Pues… quizás es mucho pedir, aunque quisiera que conozcas a mi amigo en persona, y me sentiría más cómoda si me acompañas…” dijo Ayesha a la HiME.
“P-podría ser…” Cho sintió un tic en la ceja. No era una mala idea y admitía tener curiosidad, pero no le gustaba la compañía de Komaeda. Claro, su presencia haría difícil un ataque de su parte, pero todavía no se sentía cómoda con este siendo tan amigable e impredecible.
“No saben cuánto me alegra hacer planes, luego podemos quedar en los detalles,” el Rebel se entusiasmó.
“Le hubieras dicho a Hajime para venir y que se encuentre con todos,” dijo Ayesha.
“En verdad quise invitarle, pero se encuentra en recuperación, y anoche le noté bastante cansado. Lo mejor sería ir donde él por el momento.”
“¿Recuperación? ¿Le pasó algo?” la rubia se angustió.
“Ehh, al parecer tuvo un accidente, pero aparte de seguir letárgico, se le ve muy bien,” Komaeda sonrió con torpeza. “C-creo que lo dije con mucha soltura, mis disculpas, aunque no quiero preocuparte. Te aseguro que sigue siendo el Hinata-kun que conocemos.”
“Espero… ahora con más razón tengo que ir a verle. Nio también lo debe ir a conocer…”
“Verdad, Hinata-kun sólo la vio de bebé.”
“Sí, y sé que los dos se llevarían muy bien…” Ayesha se vio decidida.
“S-si significa mucho para ti, te acompañaré…” Cho no creía lo que decía, pero decidió apoyar a su compañera ya que esta durante la semana le había ayudado bastante con las temáticas de las clases que tomaban juntas. Un paseo no podía ser tan malo, ¿cierto?
“¿En verdad? ¡Muchas gracias!” Ayesha le tomó de las manos. “Significa mucho para mí. Sé que todo estará bien. También podría pedir la compañía a Larsa, Dakki y Kibi. Sé que con ellos se sentirá más como un paseo.”
“T-tienes razón,” buen punto, tener a Larsa en el grupo le haría sentirse más cómoda.
“Ehm, sólo habría que mantenerlo secreto de Roxas, ¿de acuerdo?” Osaka susurró, asegurándose de que nadie pasaba por el pasillo.
“Roxas sí parece tener ciertas inquietudes con Rizembool en general…” observó Komaeda, confundido.
“No sé muchos detalles, pero tuvo inconvenientes con Axel,” explicó Osaka. “Y desde antes siempre le tuvo recelo por el hecho que Cho es una HiME. No podría entenderle bien ya que no le gusta hablar de eso, así que sólo hay que ahorrarle los detalles.”
“Hm…” Komaeda se puso a meditarlo.
“M-mejor retomemos la limpieza, creo que nos estamos distrayendo mucho,” dijo Cho, incómoda.
“Cierto, perdón,” Ayesha de inmediato agarró un paño y un líquido limpiador de ventanas.
Cada quien empezó a limpiar distintas partes de esa habitación vacía, con Komaeda de vez en cuando dando tips a Osaka. Se pasó un rato extrañamente cómodo para la HiME, con comentarios sueltos que amenizaron la ‘convivencia’ de los ‘enemigos’ presentes.
La calma duraría un buen rato dentro de la residencia antes de un desarrollo inevitable…
…
Como fin de semana, era un momento en el cual Rizembool U se encontraba mayormente vacío, salvo aquellos estudiantes con la mala suerte de tomar clases los sábados, o más envueltos en sus carreras o grupos para dedicarse a sus proyectos con mayor interés. También estaban los profesores e investigadores, para quienes los sábados y domingos ya no significaban lo mismo que durante la época escolar.
Luego de un pedido de parte del Dr. Toushirou, Keithgriff Hazeldine había accedido acudir a su laboratorio para ayudarle con la evaluación de menús e interfaz de usuario para un nuevo software clínico bajo desarrollo. La conversación y exposición había sido breve y puntual, y estaban llegando al final de la junta.
“…” Keithgriff miraba a la pantalla que le mostraba el menú principal. Tenía una mano encima de su mentón.
“¿Qué opina al respecto?” le preguntó Yagen, sonriendo de manera profesional. “Kuninaga-san y yo nos encontramos en la fase de depuración, y no le hemos dado la debida evaluación a la parte estética del menú. Sin duda, mi colega está a cargo de ello, pero pensé que su opinión sería bastante constructiva.”
“Con toda sinceridad, le preguntas a la persona equivocada. Le doy valor a la simpleza del diseño y a que no da rodeos en dirigir a los sub-menús, además de brindar resultados precisos en la búsqueda. Lo único que podría criticar son los colores de fondo. Algo más sobrio podría ser más fácil de leer, sobre todo si el software va a ser utilizado por horas.”
“Gracias por la observación…”
“No soy un doctor, tu opinión es más importante que la mía.”
“Como uno de los creadores, mi visión es limitada. Kuninaga-san ha logrado sacar una cita con Liebhart para una evaluación más profunda del sistema de búsqueda y terminologías. Como un doctor con gran experiencia y renombre, confío en su evaluación.”
“Ahí está, mi visita fue innecesaria,” Keithgriff le restó importancia al asunto y pasó a mirar el resto del ambiente. El joven doctor tenía su espaciosa oficina en uno de los sótanos del hospital, la cual no solía recibir visitas con frecuencias. Estaba dividida en ambientes con biombos y por un lado había presencia de camillas e instrumentos médicos y quirúrgicos, mientras que en el otro se observaba la invasión de computadoras y aparatos más tecnológicos. Con el tiempo, la tecnología comenzaba a ganar en ese ambiente, una clara influencia de Rizembool.
“No lo fue, aprecio su tiempo y juicio,” Yagen sonrió y apagó el monitor. Su mayor era una persona muy capaz de juzgar profundamente y proveer bastantes críticas, pero no siempre se molestaba a hacerlo. “De tener algo más que decirme, le pediría que me envíe un mensaje.”
“Ah, sí tengo algo más…” le miró con impaciencia. “Te ves extremadamente cansado. Ve a descansar. Conociéndote, llevas más de un día sin dormir. Un doctor en tu estado no sirve.”
“Me encuentro bien. Este proyecto se ha prolongado demasiado. Necesita terminarse cuanto antes.”
“Entonces deja el trabajo a tu irresponsable colega. Oírte hablar de él con respeto me enferma. No hay necesidad de actuar con hipocresía frente a mí.”
“Hmhm…” Yagen sonrió con ironía. Entonces, él oyó el timbre de su celular. El sonido claramente le sorprendió un poco, ya que era uno asignado a una persona específica.
“…” Keithgriff notó como el otro se había quedado en blanco para variar. Esas no podían ser buenas noticias. “¿Necesitas contestarlo?”
“No me queda de otra, para que él use un método tan personal de comunicación como una llamada…” Yagen optó por contestar con speaker. “Dime…”
“Yagen, Izuru Kamukura ha iniciado su movimiento,” reportó la voz al otro lado del auricular. Una voz monótona, distante, ausente…
“Vaya, superando nuestras expectativas…”
“Le estoy siguiendo para llevar a cabo la supervisión que pediste.”“Buen trabajo. Y si juzgas que sobrepasa sus límites, hazle detenerse. También infórmame si ocurre algo notorio.”
“Entendido.”La llamada se cortó. Yagen guardó su celular con un dejo de cansancio.
“Tendré que comenzar a tomar más café…”
“Siempre puedes fumar,” Keithgriff prendió un cigarro, ignorando la molestia en el rostro del doctor por fumar en su espacio. “Lo que me sorprende es que hayas puesto el speaker. No sabías a qué se debía la llamada, pero acertaste por ser un tema que también me corresponde.”
“Uno aprende a predecir y no sorprenderse en mi cargo,” Yagen se encogió de hombros. “Necesito una bebida. ¿Le gustaría acompañarme?”
...