Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 246888 times)


Cho

Vengo con otro fic. Espero terminar con la siguiente parte pronto...

33.1.



Otro día más iniciaba y Yukko se encontraba en el salón con mesas para la práctica de cálculo. Pese a que intentaba ser disciplinada, poco a poco se sentía más cansada sólo atendiendo a su horario, y realmente no le gustaba comenzar ese día temprano con ejercicios de una clase a la cual apenas le seguía el hilo. Ella sacudió su cabeza por enésima vez para espabilarse y comprimió sus puños. Debía hacer lo mejor de sí, al igual que sus compañeros…

Y a su lado, observó a Hajime terminando con su café con leche matutino, a Hotarumaru abrazando su mochila encima de la mesa en un intento de dormitar y a Mai bien echada e incluso encima de una almohada y tapada con una manta que había traído para la ocasión.

“Ehh, chicos…” Yukko se confundió. “Podemos estar sentados atrás, pero estoy muy segura que el jefe de práctica nos llamará la atención si no prestamos atención en clase.”
“Lo sé, perdón,” Hajime asintió, incómodo. “Me quedé dormido y sólo me alcanzó a comprar esto como desayuno. Ojalá lo termine antes que el profesor venga, pero está un poco caliente.”
“Ayer me quedé hasta tarde depurando códigos,” Hotarumaru sobó sus ojos con gran pesar, y dio un sonoro bostezo. “Qué sueño…”
“Tú podrías faltar si dices que lo entiendes todo…” murmuró Mai, con los ojos cerrados. “Hay un cierto placer al dormir en clase, pero si el profesor se pone pesado, faltaré la próxima vez.”
“O-okay…” sabía que tenía que ser paciente con ellos, aparte que los conocía y, a excepción de Mai, sus compañeros eran disciplinados y siempre intentaban estar al día con las clases.
“Hmm, tengo que hacer un esfuerzo,” el pelicenizo se despegó de su mochila con pesar e intentó reunir fuerzas y ánimos. “Esto es parte de mi horario y necesito dar lo mejor de mí…” sonrió un poco. “Hehe, además traje un delicioso postre para el final de esta clase como premio por asistir. Debo honorarlo~”
“Sí que te gustan las cosas dulces,” Hajime sonrió al pequeño.
“Y este es un queque esponjoso y delicioso de edición limitada que había estado esperando comer desde hace mucho tiempo~” Hotarumaru abrió su mochila. “Tienen que verlo, es verdaderamente glorioso…”
“Sí suena delicioso,” Yukko le miró buscar, pero notó cómo esté se quedó congelado con los ojos abiertos como platos.
“No está…” el pequeño se encontraba pasmado y en shock. “Imposible… al salir de casa debo haber olvidado empacarlo.”
“H-Hotarumaru…” Hajime se preocupó por el niño ya que nunca lo había visto tan impactado por algo previamente.
“Imposible…” repitió él en un susurro y por un instante dio la impresión que sus ojos estaban por ponerse llorosos.
“¡Ehh!” Yukko se afligió y se levantó como resorte. “¡I-iré a comprarte algo! ¡Lo que sea! ¡Sólo dime qué te gusta! ¡N-no llores, por favor, estamos aquí por ti!”
“Yukko…” el menor le miró un tanto movido, aunque todavía triste.
“Antes que vayas a usar tu dinero de Pokemon GO, no puedes reemplazar lo que él nos describió,” comentó Mai, inmutada. “Lamentablemente, nuestro pequeño se refirió a ese tipo de postres hechos con alta exclusividad. A lo mucho unos cincuenta son producidos en todo Tokio en un día, y la espera para ganarte uno puede tomar bastante tiempo o incluso ser muy limitada debido a la demanda. Sólo nos queda esperar a que este postre le espere después de clases, y que no haya perdido aquello que lo hace único y especial para ese entonces.”
“…” Hotarumaru asintió, cabizbajo.
“P-pero aun así puedo al menos comprar un dulce…”
“Está bien, Yukko. Muchas gracias…” dijo el pequeño. “Puedo ir a una máquina después de esta clase. Tampoco tenemos mucho tiempo ahora. Aprecio tu oferta, pero está bien…”
“Uhhh…” Hanasaki-chan podía casi agarrar la tristeza y desilusión de ese hermoso niño en el mismo aire y realmente quería consolarlo, pero sabía que no podía.
“Tú sólo relájate,” Mai abrazó al menor de costado y se lo trajo para sí. “Podemos compartir mi almohada y dormir juntos toda la clase. Es el mejor consuelo que puedes tener ahora, ¿no?”
“Suena a que te aprovechas,” Hajime alzó una ceja.
“Pues… sí me han dado ganas de dormir…” el pelicenizo se recostó en un extremo de la almohada y cerró sus ojos junto con Mai, quien había vuelto a acomodarse.
“…” y Yukko hubiera deseado poder acurrucarse con el menor, aunque claramente no tenía la libertad de Mai en sus acciones como para siquiera ocurrírsele. Sólo esperaba que el pequeño pudiera recuperarse de su tristeza pronto.

Esa clase iba a transcurrir con bajas energías para el grupo de amigos.


Luego de los eventos del día anterior y una recuperación forzosa, Cho se había alistado para otro atareado día. Era temprano y tenía bastante sueño, pero no iba a prolongar su descanso por el más reciente ataque. Ello le iba a retrasar mucho y sabía que ya había hecho a Ayesha preocuparse demasiado al haberse ausentado la previa tarde.

Tal y como había prometido, Youmu logró averiguar algunos detalles sobre aquellos nuevos compañeros de Roxas y se reunió de nuevo con Cho antes de sus respectivas actividades durante el día para darle la información que había estado esperando.

“Eh, antes que nada, nuevamente te agradezco infinitamente por toda tu ayuda,” Cho asintió.
“No hay de qué, tampoco he podido averiguar nada muy profundo sobre ellos, sólo una reputación general,” comentó Youmu, desviando la mirada. “No soy la mejor manejando detalles de otras personas…”
“Está bien.”
“Y, en resumen, no escuché nada que a simple vista me hiciera dudar sobre esos dos chicos. Son personas sin antecedentes problemáticos y de buenas familias. También han participado en varias competencias en el pasado, por lo cual se les podría considerar mayormente transparentes.”
“Hm…” Cho asintió.
“Bueno… ese tal Kunihiro viene de una familia no sólo enfocada al manejo de espadas,” Youmu se puso a pensar. “Su linaje está vinculado a otras familias y clanes con antecedentes ninjas, y ellos mismos siempre han demostrado gran habilidad en lo que para varios puristas como en mi familia podrían considerar juego sucio.”
“Ehh…” la peliceleste se notó comprensiblemente incómoda. “¿A-a qué te refieres?”
“Cosas como espionaje, emboscadas, saber cómo tender trampas y en algunos casos hasta la manipulación y engaño,” explicó la kendoka con cierta indiferencia. “En mi círculo no siempre es bien visto principalmente porque mezclan el combate físico y con objetos ajenos a una pelea de espadas… oh, pero no creo que debas inquietarte. En muchos casos, aquellos especialistas a ciertas disciplinas son los más responsables con las mismas, y los Kunihiro siempre se han mostrado respetuosos y se han adherido a las reglas en todo tipo de actividad social en la cual participan. De lo contrario, ya habría oído algún rumor.”
“Okay…” Cho frunció el ceño, meditativa. Ese chico se le había hecho una buena persona y muy responsable, aunque quizás su formalidad y manera impecable de ser podía estar derivada de sus habilidades. Oír ese diagnóstico de su compañera HiME era inquietante, pero si Youmu no le prestaba mucha atención, sentía que tal vez debía hacer lo mismo.
“Sobre los Kotetsu, ellos sí son más similares a mi familia en el sentido de ser espadachines y siempre han tenido gran fama en mi círculo. Son una de esas familias de las cuales se escucharía primero en el caso de querer información sobre familias tradicionales del Japón.”
“Vaya,” Cho se impresionó. Eso definitivamente no pintaba para nada con aquel hiperactivo chico. “Con razón parece que ha sido tan bien reconocido en Hanasaki…”
“Sí,” Youmu asintió. “Quisiera retarle algún día a una pelea y probar la fuerza de un Kotetsu en persona. Además de ser reconocidos por sus ancestros y por ser una familia de clase muy alta, también han mantenido la tradición de manejar espadas. Sin embargo, ellos han sido bastante cerrados desde hace unos años…” desvió su mirada. “Yo lo había olvidado, pero Yuyuko-sama me refrescó la memoria. Hubo un suceso trágico en su familia hace ya más de una década que causó que se cerraran del mundo exterior y desde entonces sólo se han aparecido en mi círculo, mayormente desconectados de la sociedad.”
“¿Un… suceso trágico?” Cho se sorprendió levemente.
“Como una familia de gran renombre y con muchas influencias, los Kotetsu poseen varios afiliados, y uno de ellos era una familia de mafiosos. Al parecer, ellos tuvieron un altercado con otra mafia, y en un ajuste de cuentas, sus enemigos decidieron herir a los allegados de algún modo u otro. Los Kotetsu estuvieron entre quienes sufrieron más ya que uno de sus herederos fue secuestrado, y se ha presumido muerto desde entonces.”
“…” la peliceleste se afligió y llevó una mano a su pecho mientras miraba el piso. No quería imaginarse cómo aquel chico tan alegre cargaba con un peso así que venía del pasado, ni qué posibles desencadenantes ese suceso tuvo en su propia vida… Cho casi se odió por andar sospechando de alguien como él, pero sentía que era inevitable.
“Por lo ocurrido, los Kotetsu cortaron con todos los afiliados ajenos al círculo del cual pertenecen y se volvieron casi ajenos a la sociedad,” Youmu también parecía un tanto apesadumbrada detrás de su usual serio semblante. “El hijo mayor de la familia se ha vuelto un kendoka de gran renombre, pero aparte de él, el resto de la familia se ha mantenido oculta… hasta el presente, al menos.”
“S-sí me pareció que el chico estaba un tanto desubicado con varios temas cuando estuvo en mi casa…” comentó Cho, cabizbaja.
“Debo admitir que de todos modos encuentro un tanto extraño que esa familia se haya abierto tan repentinamente como para que un heredero estudie en una universidad común y en un club de kendo normal. Y, sobre todo, que este haya llegado a Hanasaki, de entre todas las universidades…” Youmu dio un suspiro. “Pero me faltaría información como para deducir algo. Al menos me alegro infinitamente que no esté afiliado a Rizembool.”
“Cierto, aunque por su forma de ser seguro que nunca sería un Rebel,” Cho sonrió un poco. Aquel Kotetsu se le hacía una buena persona, y extrañamente lo sentía como muy cercano y familiar pese a recién conocerle. Le recordaba un poco a Roxas de niño.
“Puede que tengas razón, debería ir a conocerle algún día,” Youmu asintió.
“Muchas gracias por tu información.”
“No necesitas agradecerme. Somos HiMEs, debemos ayudarnos mutuamente. Si no hay más, me tengo que ir. Mi práctica debe estar por comenzar.”
“Sí, yo también debo retirarme.”

Las dos HiMEs se despidieron y partieron camino para iniciar un día ocupado y que, para Cho, comenzaría con mayores complicaciones…



Era el momento del almuerzo para el grupo de amigos en Rizembool. Hajime tivo que excusarse ya que le tocaba un chequeo médico, y los otros tres fueron sorprendidos por Tsurumaru quien al parecer se había animado a darles una visita.

“Yo! Tan disciplinados como siempre,” les saludó, de buenos ánimos.
“Te apareces de nuevo,” Mai le miró con leve recelo. “Espero que no vengas a tendernos una trampa.”
“Eso fue la vez pasada, tú tranquila. Sólo sé sus horarios y que les toca almorzar. ¿Qué tal si les acompaño? Quisiera que compartan conmigo sus energías juveniles.”
“Casi me da la impresión que tú no tienes ninguna clase. Siempre te encuentras disponible,” observó la cuatro ojos.
“Creo que Tsurumaru está tomando un electivo o dos para figurar como alumno, pero todo su tiempo debería ser usado en trabajos de investigación,” observó Hotarumaru, quien miró al mayor con reproche. “Ikari-sensei está muy impaciente porque tu prórroga está por vencerse de nuevo. Deberías ponerte a trabajar.”
“Lo haré hoy, lo prometo. Sólo déjame disfrutar una comida con mis queridos pawadanes, ¿te parece?” él notó cómo el pelicenizo seguía frunciendo el ceño, lo cual le impulsó a revolverle los cabellos de manera afectuosa. “¡Haha!” ¿Qué sucede, Hotaru-bou? Te ves más inquieto de lo usual.”
“Ehh, él se olvidó de un postre que había esperado con ansias…” explicó Yukko, apenada.
“¡Ohh! ¿Te refieres a ese queque exclusivo que preparan quince al día y te lo entregan por lotería del cual has estado hablando desde hace dos semanas?” toda esa descripción causó que el pobre pequeño agachara su cabeza con suma tristeza. Para variar, Tsurumaru dejó su actitud feliz de lado y le dio el más sentido pésame. “Lamento mucho tu pérdida, Hotaru-bou. Uno de estos días te llevaré a un lugar especializado en pasteles que conozco. No será lo mismo, pero es lo menos que puedo hacer por ti.”
“…” Hotarumaru asintió. “Gracias… espero que pueda regresar a casa y todavía encontrarlo.”
“Nos queda esperar eso, ¿no? Lo más probable es que sí lo respeten, sé paciente,” le dio un guiño. “Ahora a buscar un sitio para comer. ¿Tienen ideas?”
“Mientras no sea la cafetería, estoy bien,” Mai se encogió de hombros. “Quiero un cambio de menú.”

Los demás estuvieron de acuerdo y fueron hacia un restaurante de hamburguesas dentro del campus, el cual no se encontraba tan lleno como los comedores principales. La atención fue inmediata e hicieron sus pedidos para ponerse a esperar en una mesa al costado de una de las ventanas del local, desde donde se veían unos edificios cercanos y otros puestos similares de comida. Era un área pequeña, aunque espaciosa, y otro de los muchos sitios escondidos y acogedores de Rizembool U.

“Buen hallazgo,” Mai le dio el visto bueno. “Haré de este lugar un refugio cuando tenga hambre y quiera huir de la civilización.”
“Hahaha, entiendo lo que dices,” Tsurumaru rió. “Tengo un amigo que es un experto culinario y me ha dado toda la información sobre los distintos rincones de comida en Rizembool, e incluso dentro de esta ciudad.”
“Ohh, interesante,” Yukko se sorprendió.
“Así que tienes amigos,” Mai alzó una ceja.
“¿Por qué lo dices como si fuera increíble?” el mayor sonrió encontrándole gracia. “Ya les dije el otro día que sí tengo amigos aparte de ustedes, ¿cierto? Y sinceramente espero que me consideren como uno porque yo lo hago.”
“Pese a que eres un poco revoltoso, sí te considero un amigo,” Hotarumaru asintió, sonriendo un poco. “Siempre terminas siendo un buen apoyo y animando a otros.”
“Aprecio tu sentimiento, Hotaru-bou, aunque me causa mucha gracia que un pequeño como tú me llame revoltoso.”
“A mí no me causa tanta gracia…” el menor dio un suspiro.
“¡Hahaha! Pero tiene mucho sentido por tratarse de ti. Eres una de las personas más maduras que conozco. Está muy bien.”
“S-sigo siendo un niño…” Hotarumaru se avergonzó y bajó su mirada. “Para encontrarme tan afectado por olvidar mi postre es obvio que tengo mucho por crecer… y también espero crecer en estatura uno de estos días.”
“No es necesario,” Mai negó. “Estás muy bien y adorable como eres. No necesitas cambiar y mucho menos en eso último que dijiste.”
“Mai-neechan…” el pelicenizo le miró con cierta tortura.
“Hahaha, obviamente tus nee-chans te van a querer como el niño adorable que eres,” comentó el peliblanco. “Pero créeme que el tiempo se pasa más rápido de lo que piensas. No serás un pequeñín para siempre.”

Yukko les observaba conversar animada al ver cómo el pequeño empezaba a animarse un poco. Ella no sabía qué decir, pero sin duda algo le llamaría la atención tarde o temprano. Su visión se distrajo por la ventana y entre las personas caminando afuera, vio a un chico alto y de cabellos violetas que justo miraba hacia el grupo. Ella se impresionó ya que a simple vista se trataba de un chico muy apuesto que recibía mucha atención de algunas chicas cercanas. Este sin duda llamaba mucho la atención, y caminó hacia ese puesto de comida con un paquete en su mano.

Grande fue su sorpresa cuando entró sin esperar a que una camarera le ubique en una mesa disponible, y en vez de eso, fue caminando directo a su mesa. Mai también levantó su mirada, y al hacerlo, los otros dos le imitaron. Ellos se quedaron un tanto sorprendidos.



“Finalmente doy contigo, Hotarumaru~” comentó el recién llegado con una voz perezosa y un extraño dialecto.
“¿Kuniyuki?” él se confundió y ladeó su cabeza.
“Vaya sorpresa que te tomes la molestia de buscar a tu protegido,” Tsurumaru sonrió con ironía. “¿Qué sucede? ¿Se viene el apocalipsis?”
“Cuando me desperté y fui por algo de comer en la cocina, noté que mi Hotarumaru se había olvidado un paquete muy especial,” el recién llegado alzó la bolsa que traía y se la dio al menor, quien sacó un paquete muy elegante de cartón que contenía su tan anhelado pastel. “Te he oído hablar sobre esta orden especial entre mis sueños, así que supe que mi esfuerzo de hoy de venir y buscarte sería muy apreciado por ti.”
“Ohhh~” el pequeño se emocionó de sobremanera y sus ojos brillaron de emoción. “¿E-en verdad viniste para esto? ¡¿En serio?!”
“Hai, hai~ sólo quiero verte disfrutar de tu postre. Oh, y mientras lo haces puedes sentarte en mi regazo como agradecimiento,” le sonrió.
“¡Muchas gracias, Kuniyuki!” el menor le devolvió una sonrisa cálida, sonrojado de alegría. De inmediato cedió su sitio para que el mayor lo tomara y él se sentó en su regazo. Hotarumaru se concentró en desempacar su postre muy cuidadosamente y procedió a comerlo con ansias mientras el otro le acariciaba la cabeza.
“Hahaha, sabes cómo ganarte el corazón de Hotaru-bou,” comentó Tsurumaru, entretenido.
“Es inevitable,” el pelivioleta se encogió de hombros. “Hotarumaru es la niña de mis ojos.”
“Soy niño, ya lo hemos hablado,” dijo el pelicenizo brevemente, y luego continuó con su esperado pastel. “¡Ahhh! ¡Delicioso~!”
“Me alegro por ti,” él le abrazó como si se tratara de su adorable hijo.
“Ehem…” Mai se aclaró la garganta. “Supongo introducciones están en orden. Yo soy Mai, por si te interesa.”
“Cierto, se tuvo que posponer por razones de urgencia, pero ya he cumplido con mi cometido. Mis disculpas~” él se ajustó sus gafas y adoptó una expresión un tanto más perspicaz. “Mi nombre es Akashi Kuniyuki y soy el guardián de Hotarumaru. Ustedes deben ser las dos chicas que mi pequeño ha estado mencionando, ¿no es así? Les agradezco por cuidar de él.”
“N-no es nada, somos amigos,” Yukko asintió. “Ah, yo soy Yukko Aioi. Ehh… ¿cómo así eres su guardián?”
“Soy su guardián legal, aunque en realidad somos medios hermanos. Sin embargo, por nuestra diferencia de edad, nuestro padre consideró apropiado dejarme a cargo de él,” explicó con simpleza y una extraña frustración, mientras sonreía rendido. “Es lo menos que haría por mi hermoso niño.”
“Pese a que lo dices, Hotaru-bou ha aprendido a ser muy independiente,” comentó Tsurumaru. “Mis queridas estudiantes deben saber desde ya que tú no te apareces con frecuencia porque eres una persona muy perezosa, y tu pereza es incluso legendaria en Rizembool.”
“¿Eh?” Yukko ladeó su cabeza. “¿Cómo así?”
“Ah, es una curiosa anécdota~” Akashi se encogió de hombros y sonrió indiferente. “Durante la secundaria, tenía varias responsabilidades en mi familia, y por la afiliación con Rizembool, estaba destinado a ser un Rebel.”
“Hm…” Mai asintió. “Tienes toda la pinta de uno.”
“Gracias~” le respondió con su tono perezoso de siempre y moviendo una mano. “Sin embargo, pese a haber ganado varias rondas preliminares y haber tenido mucho apoyo de profesores e instructores por igual, me quedé dormido para la ronda final y fui instantáneamente descalificado.”
“¿En serio?” Yukko se sorprendió.
“True story,” Tsurumaru sonrió. “Pero el detalle principal es que su última batalla estaba programada para las dos de la tarde.”
“¡¿En serio?!” Hanasaki-chan se quedó en shock.
“Así que desde entonces mi padre está molesto conmigo y es Hotarumaru el programado a ser el heredero legítimo de nuestra familia,” concluyó Akashi con completa indiferencia.
“Puede que muchos se molesten o frustren con la historia, pero a mí no me molesta,” comentó el menor, quien acababa de terminar su postre y se encontraba feliz y radiante de alegría. “Me alegro mucho que no hayas tenido que ser un Rebel, Kuniyuki. Es muy peligroso.”
“Gracias, Hotarumaru~” el mayor le volvió a sacudir los cabellos. “Aparte de eso, es también trabajo e iniciativa porque muy pocas HiMEs parecen tenerlo. No va conmigo en lo absoluto.”
“Ya veo…” Mai alzó una ceja. “Ello explica por qué nuestro pequeño es bastante maduro y responsable.”
“Oh, oh, ¿acaso me culpas por las acciones de mi pequeño protegido?” preguntó Akashi, quien pese a su pregunta se expresó con ironía y leve entretenimiento.
“Hahaha, creo que Mai sólo ha dicho lo que todos los que te conocen han pensado en algún momento, incluyéndome,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aunque tampoco hay que quitarle crédito a Hotaru-bou. Muchos niños en su lugar tomarían la oportunidad de ser tan o más perezosos que su guardián legal.”
“Ehh…” Yukko más bien se había compadecido un poco por su amiguito, aunque este estaba muy feliz y enfocado en comer su delicioso postre. Seguramente los dos se llevaban bien a pesar de sus diferencias. Lo único que le había llamado la atención era que Hotarumaru no hubiera dado muchas menciones respecto a su ‘guardián’. Ya de por sí, todo lo que sabía de él era por haberle preguntado o por trivia de parte de Tsurumaru.
“Es parte del perfil de Rizembool…” le susurró Mai a su costado.
“¡¿Q-qué?!” Yukko se escandalizó. “M-Mai, ¿qué dices?”
“Adoptaste una cara de rompecabezas con la aparición de este nuevo elemento, fue fácil leerte,” encogió de hombros y observó a Tsurumaru hablando con Akashi mientras Hotarumaru continuaba degustando de su postre angelical. “A diferencia de Hanasaki donde uno tiende a esperar a conocer a varios libros abiertos, en Rizembool siempre te esperarán muchas sorpresas. La gente trae secretos, y por la naturaleza de esta universidad, son en muchos casos secretos oscuros o disfuncionales. Este es obviamente el segundo.”
“Ehh…” Yukko alzó una ceja y se incomodó de que Mai se tome la libertad de decir algo así. “N-no es bueno que insultes a las personas, Mai…”
“Estoy siendo honesta y seguramente todos aquí estarían de acuerdo conmigo,” se encogió de hombros. “Esta nueva aparición también posee cierta leve aura de Rizembool, y considerando la narración de su pasado en la secundaria, seguramente tuvo todas las capacidades de pelea para ser un Rebel. La pregunta yace en que si él tiene un lado de Rebel o si siempre fue un caso perdido y destinado a ser descalificado.”
“Pues…” Hanasaki-chan miró al pelivioleta abrazar a su adorable protegido con una sonrisa sonsa en su rostro. “N-no parece que lo tuviera.”
“Habría que quitarle a Hotarumaru de sus brazos antes de juzgarle,” Mai se ajustó las gafas. “Cosas adorables le quitan el filo a lo que sea.”
“T-tal vez tengas razón…” Yukko sonrió incómoda y dio un suspiro. Eso explicaba por qué Mai era mucho más cruel con ella que con el pelicenizo.
“Oh, miren, llegaron los pedidos,” anunció Tsurumaru mientras una camarera servía las distintas hamburguesas a cada persona.
“Buenas tardes, veo que acaba de llegar,” dijo la mesera a Akashi. Ella sonreía tanto por lo adorable del pequeño en su regazo, como por el hecho que el pelivioleta era claramente atractivo. “Ehh, ¿quisiera que le traiga el menú? Tenemos muchas promociones especiales.”
“Tráeme tu recomendación personal,” él le miró de reojo con una sonrisa entretenida. “Confío en tus gustos~”
“Ahh~ enseguida~” la camarera se retiró emocionada y saltando de un pie.
“¡Hahaha!” y Tsurumaru se rió con ganas. “Nunca pierdes la oportunidad de causar impresiones en las chicas, ¿no es así?”
“Ellas son las que tienen las ganas de coquetear la mayoría de veces,” Akashi se encogió de hombros, negando con indiferencia. “Yo sólo les doy lo que quieren. No me podría importar menos~ ¿Y tú nunca te animas a hacer lo mismo?”
“Nunca doy esas vibras. Supongo no estoy interesado.”
“No es bueno jugar con las personas, Kuniyuki,” comentó Hotarumaru, quien acababa de terminar su postre.
“Hai, hai~ no lo haré~ Por algún motivo soy moderadamente popular y a veces resulta inevitable hacerlo. Mis disculpas.”
“Hm…” Hotarumaru asintió. “Admito que es admirable poder causar impresiones en otros. Me pregunto si algún día yo creceré y lo haré…”
“No, no~” Akashi le abrazó con fuerza. “Tú siempre serás mi hermoso y pequeño engreído~”
“…” Mai asintió en un acuerdo absoluto y le levantó el pulgar. “Bien dicho.”
“O-oye…” Yukko se compadeció por el menor.
“Hahaha, nunca fallan en entretenerme,” Tsurumaru recogió su hamburguesa. “Hay que comenzar. Lamentablemente, no podré acompañarles por mucho.”

Ellos siguieron disfrutando el almuerzo en compañía mientras conversaban un poco con aquella nueva persona en su ecosistema.


El día transcurrió y llegó el mediodía, el momento en el cual terminaban las actividades programadas para el equipo de kendo de Hanasaki. Ellos acababan de terminar con otro intenso entrenamiento y, luego de cumplir con la limpieza, los estudiantes eran libres de salir.

“Hemos terminado más rápido hoy,” comentó Horikawa visiblemente satisfecho mientras guardaba los instrumentos de limpieza que había empleado en el almacén.
“Me da la impresión que los demás intentan imitarte con el mantenimiento,” Urashima sonrió. “Eres toda un ama de casa~”
“Ahora sólo falta que tú hagas lo mismo,” le sonrió mandándole cierta vibras de estarle presionando.
“Ehh…” el menor se incomodó y desvió la mirada. “T-tú sabes que no soy bueno para esas cosas. Hago lo que puedo.”
“Ahora que no estás rodeado de sirvientes que se encargan de tus quehaceres del hogar, debes ponerte las pilas. Pero pienso que lo estás haciendo moderadamente bien.”
“Hehe, me alegra que lo pienses. ¿Lo oíste, Kamekichi?” él volvió a agarrar su tortuga y la miró afectivamente. “Horikawa me ha aprobado. ¿No es motivo de celebración? ¡Ahora vamos a comer algo juntos!”
“Urashima, te dije que hoy no podré acompañarte.”
“¡¿Ehhh?!” el rubio se vio sorprendido. “¿Pero por qué? Andas demasiado ocupado últimamente. ¿Es que acaso ya no podremos pasar tanto tiempo juntos?”
“Sigo poniéndome al día en clases y estando en contacto con mis maestros, debes entenderlo,” le explicó con tranquilidad, pero firmeza. El pelinegro de todos modos se apenó al notar a su amigo desanimado. “Lo siento mucho, Urashima. Prometo que te lo repondré este fin de semana. Podemos ir a donde quieras.”
“¿En verdad?” le miró con ojos esperanzados.
“Sí, así que puedes ir pensando en qué se te apetece,” le sonrió. “Te iré a buscar después de tu última clase para regresarnos.”
“Okay~ Iré a ver si senpai está disponible.”
“Ah, espérate un momento,” Horikawa le detuvo. “Quiero recalcarte que mantengas tu prudencia, ¿de acuerdo?”
“¿Eh?”
“Sabes a qué me refiero. Comprendo que estás preocupado por él, pero lo más importante es que no te involucres en sus asuntos hasta que tu padre llegue a la ciudad. El asunto por el cual hemos venido es muy complejo, y es evidente que Roxas ya tiene demasiado de qué preocuparse. Por más buenas intenciones que puedas tener, debes mantener tu distancia, ¿has entendido?”
“No me gusta quedarme con los brazos cruzados…” hizo un puchero. “Quisiera al menos que él y su hermana no estén peleados… quisiera poder ayudar en eso… también quiero prevenir que algo le pueda pasar a mi senpai…”
“Necesitas confiar en ellos. Eso es todo lo que podemos hacer por los dos ahora,” le recalcó. “Sé que ambos están dando lo mejor de sí por más complicaciones que puedan tener. Es evidente.”
“Sí, supongo que tienes razón…” bajó su mirada.
“Ahora anímate. Sé que el señor Kotetsu estará aquí en menos de lo que esperamos,” Horikawa asintió y le sonrió. “Que tengas un buen día, y ni se te ocurra faltar o te las verás conmigo~”
“L-lo sé…” Urashima se notó levemente perturbado por esa amenaza casual de su amigo. Una vez solo, decidió ir a pasear por el dojo para ver si podía dar con su senpai. Luego de un breve recorrido, le encontró en la sala principal donde practicaban, sentado y con los ojos cerrados. Se debatió un momento sobre si debía acercarse o no, pero terminó por hacerlo.


“Senpai…”
“…” Roxas abrió sus ojos y miró al chico con cierta incomodidad. Realmente había esperado quedarse solo para ponerse a meditar, pero decidió ser un poco paciente con él. Quizás le vendría bien un poco de compañía ya que continuaba meditativo sobre lo del día anterior.
“Ehh, tal vez no hay mucho punto de preguntarlo, pero… ¿estás bien?” Urashima se sentó a su costado. “Kamekichi y yo estamos muy preocupados por ti y venimos a animarte.”
“Siento inquietarte, Urashima…” Roxas negó. Sus sentimientos fuertes y encontrados del día anterior se habían disipado y tenía una actitud más frustrada y resignada a su situación. “Pues… en verdad no sé qué decir. Lo de ayer me ha dejado sin palabras.”
“…” el menor le miró atentamente.
“O sea, entiendo lo que Cho me dijo. Sé que no he sido su mejor soporte. No estuve ahí por ella en el pasado, y ahora me cuesta mucho aceptar que ha vuelto a ser una HiME,” bajó su mirada, entrecerrando los ojos. “Me da miedo… pánico pensar en qué significa todo esto, y en qué va a resultar, y es precisamente por eso que no puedo estar contento con la situación. Estoy en desacuerdo… no creo poder ser como Osaka u otros de mis amigos… no puedo estar bien con esto… ¿acaso estoy mal?”
“…” Urashima asintió y sonrió un poco. “¿Sabes, senpai? Está bien que no estés bien con esta situación. Nadie debería esperar que lo estés.”
“¿Eh?” Roxas se confundió un poco por oírle tan convencido y reflexivo. Nuevamente volvía a convencerse que ese chico no era tan infantil como aparentaba.
“Por ejemplo, si existieran los OuJIs y yo me apuntara a ser uno, sé que ni Horikawa ni nadie de mi familia estaría bien con mi decisión,” comentó, sonriendo con simpleza y una extraña alegría. Esta se contagió de incomodidad. “Ehh, no quiero ni imaginar qué haría mi papá. Tampoco creo que podría convencerles y siempre estarían en contra.”
“…” Roxas se quedó un tanto perplejo por ese raro ejemplo.
“Pero… una vez pasado el shock y que todos me digan lo terrible que es, sé que nos uniríamos como una familia y trabajaríamos en esto,” sonrió con nostalgia. “Me aconsejarían, me ayudarían a entrenar, y estarían ahí sin importar nada más. De vez en cuando me recordarán que estoy un poco loco, pero eso no es importante. La familia es lo más importante, y muy dentro me sentiría dichoso por tenerlos de mi lado, ignorando lo demás. Estoy convencido que tu hermana debe sentirse así en el fondo.”
“…” desvió su mirada.
“Puedo sonar anticuado, pero veo la decisión de tu hermana como apuntarse a una causa. Será peligroso, podrá no recibir una compensación por los daños, pero termina siendo su camino y sus propias ideas. Ella lucha por aquello en lo que cree, y siento que nadie la puede juzgar. Nadie tiene el derecho de juzgar a nadie. Seguramente ya es lo suficientemente aterrador…”
“…”
“Pero senpai, no te sientas de algún modo culpable. Está bien que no tengas el mismo parecer de otras personas, o que seas escéptico…” asintió con energías. “Nunca sientas que debes ser algo que no eres o que necesitas ‘cambiarte’. Eso sólo te hará daño. Y para que estés ahí para tu hermana, necesitas estar bien también, es lo justo.”
“…” le miró un tanto incómodo.
“Por eso todo estará bien, senpai, porque tú eres la persona más importante para ella, y ella te conoce y no necesita a nadie aparte de ti. También es obvio para todos que realmente quieres ayudarle, y tarde o temprano lo harás, simplemente por ser quien eres. Lo único que necesitan hacer es comunicarse, hablar, ser sinceros por completo. Espero que lo puedas hacer. Creo que es lo que ambos necesitan ahora.”
“Aun así… pese a todo esto… no sé qué tan bien puedo estar con la situación…” Roxas volvió a bajar su mirada, desanimado.
“Por más que no lo estés, tú quieres mucho a tu hermana, ¿no es así? Entonces eso es en lo que deberías concentrarte.”
“Es cierto…” Roxas negó en un intento de despejar sus pensamientos. “Desde el inicio hemos sido familia, por más que no seamos hermanos biológicos. Nos hemos tenido mutuamente y es por ello que ella es muy importante para mí. Por eso quiero ayudarle y arreglar todo lo que sucedió mal en el pasado.”
“Me alegra oírlo,” Urashima asintió, dándole el visto bueno. “Hmm, y pensar que siempre han estado juntos. Me daría mucha curiosidad saber los orígenes de tu hermana.”
“También me pregunto mis orígenes de tanto en tanto,” Roxas alzó una ceja por la mención. “Pero no le doy importancia. Lo que importa es lo que tengo presente y lo que es parte de mi vida.”
“Ehh, claro…” el menor se levantó rápidamente. “Vamos a almorzar a algún lado. No puedes quedarte con hambre luego de nuestro ejercicio. Luego puedes pensar en cómo ponerte en contacto con tu hermana.”
“No…” Roxas se levantó, apesadumbrado.
“¿Por qué no?”
“Quiero hablar con Cho, pero ella dejó en claro que no quiere hablar conmigo. No me ha respondido los mensajes de texto y se está quedando en la mansión HiME. Es evidente que trata de evadirme lo más posible. Le tendré que dar tiempo… pero mientras ella no quiera darme atención, sólo terminaré empeorando la situación si me acerco a ella. Ayer me dejó eso muy claro…” negó y miró a su kouhai con una sonrisa frustrada. “Ya hemos prolongado esta conversación demasiado. Vamos de salida. ¿Tienes algo en mente para almorzar?”
“Ehh, no sé, lo que gustes…” Urashima se notó un poco confundido e insatisfecho por esa decisión de su senpai. A su parecer, demasiadas cosas seguían dejándose a la merced del tiempo, y no quería que las soluciones siguieran posponiéndose, especialmente esa discusión entre esos dos hermanos al no saber qué esperar de la guerra entre las instituciones. Y si era la HiME quien no estaba dispuesta a dialogar, Urashima quería tener la oportunidad de hablar con ella y convencerle en cambiar de mentalidad, aun si Horikawa no estuviera de acuerdo con su idea.

Ellos salieron del dojo para disfrutar de un tranquilo almuerzo en compañía antes de sus clases académicas en el día.


Luego del agradable momento que pasó en ese restaurante con sus kouhais, Tsurumaru había acompañado a Akashi quien se había animado a aparecerse en una de sus clases, aunque no recordaba la ubicación del aula. Una vez terminó con su labor de guía, optó por ir al laboratorio de informática de Ikari-sensei para tratar de avanzar un poco con sus trabajos pendientes en plena soledad.

Pero su rara voluntad de ser responsable para variar se vio brutalmente asesinada al abrir ese enorme y altamente tecnológico laboratorio y notar que Yagen estaba presente y ocupando su computadora.

“…” verle le causó un shock interno y Tsurumaru de inmediato se preguntó si no era muy tarde como para caminar en retroceso y escapar. El hecho que el otro se hubiera dado la labor de ir a ese laboratorio y revisar sus datos no debían ser buenas noticias para nada.
“Congélate donde estás, o enviaré a los guardias de Rizembool a que te apresen,” sentenció Yagen, quien no dejó de trabajar en la computadora.
“¿Cómo supiste que era yo?” dio un pesado suspiro.
“Eres el único con ese andar barbárico y de zancadas que habita a mi alrededor,” dicho esto, el doctor dejó la estación y miró fijamente al peliblanco. “Así que te dignas a aparecerte en tu propia área de trabajo. Tengo muchas críticas que darte por tu falta de cumplimiento y disciplina, pero por tu presencia espero al menos que nos concentremos en lo que debemos entregar. Estamos muy atrasados por tu culpa.”
“Y yo que venía con toda la intención de hacer algo…” Tsurumaru sonrió con ironía y se encogió de hombros. “Pero verte aquí y con ganas de recriminarme me quita la voluntad.”
“¿Cuántos años tienes?” preguntó el doctor, con hastío. “Deja de poner excusas.”
“¿Y qué te trae por aquí como para que revises mis archivos?” le cuestionó, negando. “Yo no te haría eso y pensaba que eras el más decente de los dos.”
“Esta computadora es propiedad de Rizembool y en teoría sólo debería contener archivos académicos,” contestó Yagen, frustrado. “Vine para buscar algunas codificaciones que te había encargado, pero he notado que tu computadora es un laberinto.”
“Lo que sea que buscas, seguramente no lo he terminado aún,” admitió el peliblanco, notando cómo el otro se molestó más. “Sé paciente. Mis trabajos son todos muy aburridos y nunca he tenido la vocación de programador. Si fuera a dedicarme a mis deberes tanto como tú lo haces con los tuyos, sé que ya hubiera muerto de aburrimiento.”
“Hablando sobre cómo necesitas entretenerte, nunca vas a cambiar…” Yagen decidió no darle más vueltas al asunto y caminó hacia un lado como quien le hacía espacio al recién llegado. “Ponte a trabajar y pretenderé olvidar tus faltas por esta tarde.”
“Vaya…” el mayor se impresionó por el gesto. “Había esperado más drama de tu parte.”
“No estoy completamente de mal humor. He tenido un fin de semana agradable.”
“No me sorprende,” Tsurumaru rió un poco. “Siempre me olvido que tus hermanitos te levantan los ánimos. Me harías la vida más agradable si fueras a verles un poco más seguido.”
“No intentes probar mi paciencia,” el pelinegro negó impaciente.
“Sólo dije un inocente comentario, tú tranquilo,” se encogió de hombros y retomó su trono para revisar sus fólderes en la computadora. “Y… ¿qué estábamos haciendo de nuevo?”
“¿Qué clase de pregunta es esa? Continuabas con tu labor de habilitar la interacción de nuestro software de diagnósticos médicos con un mayor número de bases de datos y otros hardware complementarios que ya habíamos definido. Tienes el archivo con todas las especificaciones.”
“Ah, eso…” luego de recordarlo, el mayor puso una mueca de desgano. “¿Es necesario que se tenga que implementar todo en la primera entrega?”
“Por supuesto que lo es, está en el acuerdo del proyecto, y la reputación de Rizembool está en juego si continúas postergándolo indefinidamente,” explicó Yagen, sumamente frustrado. “Es como si tuvieras un impedimento en el procesamiento del lenguaje…”
“Sí te entendí, no creas que no lo he hecho…” le miró de reojo. “Es obvio que no le doy la misma importancia que tú o Ikari-sensei.”
“Eso te podría costar muy caro. Ikari-sensei se encuentra insatisfecho con tu labor.”
“Obviamente mis instintos de supervivencia lo notarían. Por eso vine a esta hora porque él se encuentra dictando clases hoy hasta la noche,” Tsurumaru negó y sonrió. “Ya, comprendo. Sin embargo, mi labor es más complicada de lo que crees. Tú que no eres un programador hablas de bases de datos y periféricos como si fueran el mismo trabajo, pero no te prometo lo segundo si es que quieres entregarlo a tiempo.”
“Tsk…”
“Para alguien a quien no le importa mucho, estoy trabajando demasiado en esto. Así que dame comprensión y déjame en este laboratorio en paz. Tendré algo listo eventualmente.”

Dicho esto, Tsurumaru volvió a concentrarse en su computadora para buscar dónde había dejado los últimos archivos en los que había estado trabajando. Sabía que había hecho fastidiar al otro, aunque decidió aprovechar que este se encontraba en un ‘buen humor’ como para expresarse con toda honestidad. De todos modos, esperaba que este volviera a comenzar con sus críticas.

Sólo que la expresión de parte del otro no fue verbal. Intempestivamente, Yagen pateó la silla de oficina del peliblanco y causó que este se cayera hacia atrás al piso.

“Ihh…” él se tensó mientras sentía un dolor intenso en su espalda. Abrió sus ojos con pesar y tuvo que mover su rostro bruscamente ya que Yagen le lanzó su daga. Dicha arma estuvo muy cerca de hacerle un corte en el lado del rostro y terminó clavada en el piso. “¿Q-qué demonios…?”
“¿Qué sucede? Pensé que eras de esas personas a quienes no les importa nada en lo absoluto,” el doctor Toushirou había decidido dejar su formalidad de lado y ‘ponerse al nivel del otro’, ya que no le veía punto a seguir con la paz si el otro no estaba interesado en cooperar. Miró a su compañero de trabajo desde arriba con un dejo de molestia y un extraño entretenimiento. “Cada vez me demuestras más que no eres más que un incompetente. Sin embargo, estoy por encima de ti en nuestra jerarquía y si te digo que hagas algo, no tienes otra opción que oírme.”
“Deja de jugar con tu arma así…”
“Lo único para lo que un imbécil como tú sirve es para pelear y por ello supe que tus reflejos te harían esquivar el proyectil,” Yagen se encogió de hombros y se dio media vuelta para caminar hacia un lado del laboratorio. “Tampoco esperes que te trate con respeto si tú no lo haces conmigo. Las condiciones de tu trabajo fueron aceptadas por ti hace meses así que cualquier excusa es inaceptable…” le miró de reojo, con hastío. “Cúmplelas o atente a las consecuencias.”
“Heh…” Tsurumaru agarró la daga del mango y con un hábil salto se levantó del piso. Él decidió regresar la cortesía de su colega al lanzarle la daga de regreso, la cual esta vez terminó clavada en una columna cercana. Yagen miró su arma de reojo y sonrió con ironía. “No eres más que un mocoso glorificado…”
“¿Eso es lo que crees?” le preguntó, recuperando su arma.
“Y por más que te guste portar tu arma a todos lados, te olvidas que yo siempre guardo la mía en este lugar,” el peliblanco dejó su actitud distraída de lado y habló en unos susurros amenazadores mientras su sonrisa se torció con una pisca de maldad. “No me importa lo que tus hermanos puedan pensar ni tengo miedo del misterioso doctor Toushirou que eres para muchos. Estoy listo para darte un escarmiento…”
“¿Una pelea?” Yagen rió para sus adentros y le miró con desafío. “No me haría mal una informalidad así, necesito disipar la cólera y estrés que me causas todos los días.”
“Soy más fuerte que tú, no tienes oportunidad.”
“Y tú sabes que no debes subestimarme.”

La tensión subió exponencialmente entre ambos, quienes se miraron fijamente esperando el momento en el cual actuar, pero este no se presentó porque la puerta del laboratorio se abrió y dejó a otra persona entrar.



Hotarumaru entró luego de usar su propia llave y se quedó muy sorprendido al ver aquella escena frente a sus ojos. Su llegada también dio un prematuro final a aquella pelea que no se dio.

“M-mo…” el pequeño se sobresaltó y pasó a comprimir sus puños e inflar sus cachetes. “¿Qué están haciendo? Compórtense los dos. Esta es la oficina de Ikari-sensei.”
“Ah, Hotarumaru,” Yagen le sonrió. “Descuida, cualquier altercado es responsabilidad inmediata de esta estúpida grulla entre nosotros. Ikari-sensei siempre lo responsabilizará de absolutamente todo lo malo que transcurre aquí.”
“¿Por qué dices eso?” reclamó Tsurumaru. “¡Tú comenzaste!”
“Tú lo hiciste al no cumplir con tus labores a tiempo, idiota, y sabes que no estoy mintiendo…”
“Vamos, aquí no importa quién tiene la culpa. Si destruyen este lugar, todos salimos perdiendo,” volvió a insistir el pequeño, quien cerró la puerta detrás de él. “Ambos ya son considerados adultos, deberían actuar como tales.”
“No puedo argumentar contra ello,” Yagen se encogió de hombros y dio un suspiro. “Siento las molestias. Me cuesta comportarme cuando tengo que lidiar con este inepto.”
“Te correspondo por completo,” comentó Tsurumaru, quien pasó a dirigirse al pequeño con mejores ánimos. “¿Qué haces aquí, Hotaru-bou? Pensé que tenías una clase que atender.”
“Olvidé mi cuaderno de apuntes para este tema aquí,” le contestó, y dio un suspiro. “Pero ahora no me siento cómodo yéndome si sé que los dos están solos dentro de este lugar…”
“No estamos solos, Hotarumaru. Tú ve a clase,” dijo el pelinegro.
“¿Qué?” eso confundió a Tsurumaru. “¿Hay alguien más aquí…?”
“Yagen…” la voz de Honebami salió casi de la misma nada y causó que los otros dos se asustaran por la sorpresa. El Toushirou mayor se unió al grupo con unos fólderes manila en sus manos. “Revisé los documentos que traje y estos son los más pertinentes a tu presente trabajo.”
“Muchas gracias, Honebami,” dijo su hermano, quien los recibió. “Tan sigiloso como siempre.”
“…” asintió. “Comprendo que los demás no se habían dado cuenta de mi presencia.”
“…” Hotarumaru negó repetidamente y dio un suspiro. “Sería bueno que me ayudaras a detener sus pleitos de vez en cuando…”
“Así que estabas acá…” Tsurumaru sonrió incómodo. “Siento amenazar a tu hermanito frente a ti, asumo que no te hace gracia.”
“Considero que dichos intercambios hostiles entre ustedes son parte de su comunicación usual. Sólo intervendría si la vida de Yagen estuviera en riesgo,” respondió, inmutado.
“Lo has juzgado bien. Tampoco quisiera que te metas en nuestros asuntos,” comentó el doctor.
“Soy el único cuerdo aquí, al parecer…” el pelicenizo se frustró y caminó a su estación para buscar su cuaderno. Él notó que Honebami le siguió.
“¿Necesitas asistencia?”
“N-no, muchas gracias, sé dónde están mis pertenencias.”
“Entendido…” Honebami le miró atentamente. “Te encuentras tenso y desanimado…”
“Esta no fue una agradable sorpresa…” desvió su mirada. “Aunque… siendo sinceros, a veces temo mucho que nunca voy a crecer. Y parece que todos quieren que me quede de baja estatura y tal y como estoy, por más que pienso que no debería…”
“…” asintió.
“Tú sí piensas que voy a crecer, ¿cierto?”
“Es inevitable, todos los seres vivos de temprana edad crecen, sin importar lo que otros digan,” respondió, inmutado. “He visto a mis hermanos crecer con el paso de los años, y el pronóstico es que continuarán creciendo. Yagen ha sido igual, por más que no llegue a una estatura promedio, ha crecido también…”
“Hotarumaru ha entendido el punto, suficiente,” Yagen ajustó sus gafas con impaciencia.
“¡Hahaha! Me encanta cómo no te das cuenta de muchas cosas, Honebami,” Tsurumaru se vio animado y sacó su celular. “Se lo comentaré a Namazuo. Sé que lo va a apreciar.”
“¿Hm?” Honebami ladeó su cabeza.
“N-no te molestes en entenderlo…” Hotarumaru negó y le sonrió. “Muchas gracias, necesitaba oírlo.”
“No tienes que agradecerme…”
“Iré camino a mi clase, aunque pienso regresar lo más pronto posible. Mientras no esté, procura ayudarme con la preservación de este laboratorio, ¿sí?” le vio asentir, y con ello se sintió más tranquilo de poder irse. “Nos vemos~”

El pelicenizo se despidió de todos con su mano y se fue a paso rápido para no llegar tarde a su clase. Pese a que se había ido, la tensión no volvió a incrementar y seguramente la convivencia iba a ser mucho mejor desde ese momento.

“A pesar de tu forma de ser, sí has desarrollado cierto instinto de hermano mayor, ¿no es así?” preguntó Tsurumaru a Honebami. “Aunque tiene sentido. Eres el segundo mayor de tu abundante familia y admirado por varios de tus hermanitos.”
“No comprendo ello de ‘instinto’…”
“Olvídalo, quizás sea algo más inconsciente,” se encogió de hombros. “¿Podrías hacernos el favor de ir por bebidas? Asumo que nos quedaremos un buen rato aquí.”
“No le impongas nada a mi hermano,” reclamó Yagen.
“¿Por qué lo llamas así? Si te ha estado ayudando, seguramente no ha tenido tiempo para salir a despejar su mente. El que nos compre bebidas es un mísero favor a cambio. Ah, y seguro que tú no has tenido nada de comer en todo el día. No te puedo obligar a ti a darte un respiro, aunque al menos deja que tu hermano salga un rato mientras nos hace un favor,” Tsurumaru sonrió. “No me importas mucho, pero tengo simpatía con tu familia.”
“Tsurumaru-san ha hecho un punto válido. No te has alimentado hoy debidamente,” Honebami asintió. “Iré a cumplir el pedido. Durante mi ausencia, espero que no causen destrozos en este lugar. Hotarumaru lo resentiría.”
“No te preocupes por nosotros, todo estará bien,” dijo Yagen. “Y si algo me sucede, tienes toda la autorización de matar a Tsurumaru.”
“O-oye…”
“Entendido…” Honebami asintió y se marchó.
“N-no andes diciendo cosas así, Yagen…” el mayor negó perturbado. “Tú sabes que él es muy literal.”
“Por ello mismo lo dije,” el doctor sonrió entretenido al notar al otro inquietarse. “Tú tranquilo. No es como si en verdad planearas hacerme daño. Ahora regresa a tu computadora. Me toca revisar los archivos que he recibido.”

Los dos continuaron con sus quehaceres y el laboratorio se hundió en un silencio que se mantendría por un tiempo, en un intento de no causar otras discusiones entre ambos.
...
« Last Edit: July 18, 2017, 05:52:30 PM by Cho »


Mimi Tachikawa

Vengo con el 1er fic del mes!!!

Gracias a Cho-san por prestarme a Shu <3 <3

[

Capitulo 29:

Esta es la historia de 3 amigos de la infancia…

Nazuna Nito se 6 años un niño de inusual belleza que siempre era confundido con una niña y estaban siempre detrás de él, claro que al pequeño no le gustaba para nada y siempre se le veía con el ceño fruncido, tiene una hermana menor de nombre Vivio que tiene heterocromia, que aunque sus amigos en la escuela le tenían miedo la pequeña siempre sonreía y no le importaba mucho, aunque a Nazuna siempre le molestaba que se burlaran de su hermana

Los dos niños junto a sus padres vivian cerca de la mansión Itsuki donde vivía el hijo único y heredero de la familia de nombre Shu, el cual siempre llevaba una muñeca de nombre Mademoiselle que llevaba entre sus manos, siempre se le veía fuera de la mansión porque le agobiaba tanto las peleas entre sus padres acerca de sus futuros estudios, porque el único heredero debe de ser un hombre derecho y estudiar lo que ellos elijan por él

Si al menos pensaran un momento de lo que quiero realmente…-suspiro pesadamente-

No pongas el ceño fruncido que no se te ve bien…- le dijo el pequeño rubio de ojos rojizos-

El otro niño de ojos de cabellos azulados salio de entre sus pensamientos y observo al rubio, ruborizándose ligeramente al verlo y luego observar a su muñeca- eres igual de perfecta que ella…-señalandola

Eh?? Oye por si no te has dado cuenta soy un niño!!...-

Es una broma no creo que seas un niño…-

Es que acaso no me crees? Entonces me quitare la ropa y veras que tengo lo mismo que tu…-

Te creo te creo….- dijo el joven de ojos azulados- lo siento por mi descortesía-

No te preocupes…eres Shu Itsuki no??-

Si lo soy…-

Lo sabia…entonces habia un niño en aquella mansión…tenemos que ser amigos…yo vivo a unos metros de aquí-

No tengo mucho interés en tener amigos…-

No acepto un no como respuesta…-se quedó pensando un momento-si eres mi amigo hare algo que quieras que haga deacuerdo?-

Eh??...-mirando a su muñeca mientras se aferra a ella- hasta eres capaz de usar una ropa como la de Mademoiselle?...-

No me gusta usar ropa de mujer pero…hare una excepción…- dijo cruzándose de brazos-

Entonces acepto…-

En serio?? Muy bien!! Entonces oficialmente somos amigos Shu…- sonriéndole ampliamente-

Shu se sentía algo nervioso de tener por 1era vez un amigo y combinado a esa sensación también estaba la de felicidad que sentía aunque claro eso no lo iba a demostrar….

Cuando ambos niños se iban a ir a sus respectivas cosas sintieron que un tacho de basura empezo a moverse…

Eh??? No puede ser…algo se mueve…-dijo el rubio temblando asustado-

Si algo se mueve quizás sea un raton…- dijo mientras se acercaba al tacho de basura- Nazuna levántalo…

Eh?? Por que yo??-

Porque eres menor que yo…-

Yo tengo 6 años…-

Yo también…-

El rubio suspiro pesadamente y no le quedo de otra que abrir la tapa con miedo

Eh??...-

Que paso???...-

Hay alguien dentro…-

Que?? Eso no puede ser…-se acerco a ver y efectivamente habia alguien ahí dentro-

Vamos a ayudarlo….oi estas bien??!!!...-grito el pequeño rubio-

No responde…- el ojiazul dejo a su muñeca a un lado y de una pataba lanzo el tacho y un pequeño cuerpo salio de él-

Es un niño!!!...- se acercó a él-estas bien???...- sacudiendo al pequeño de cabellera pelinegra ondulada-

Alguien lanzo a un niño a la basura?? Los adultos son seres despreciables…- dijo el otro niño para mover también…-

El pequeño niño pelinegro se movio y alzo el rostro para observar a los dos niños, empezando a temblar…-

No tengas miedo!!! Nadie te va a lastimar…deacuerdo?...- Nazuna acariciaba suavemente sus cabellos-

Puedes hablar??...-Shu le hablo de una manera mas seca- al menos puedes decirnos tu nombre??-

Mika…me llamo Mika…-

Es un lindo nombre….-dijo Nazuna mientras miraba detenidamente los ojos del pelinegro- tienes los mismos colores de
ojos que mi hermana menor…pensé que era la única…-le miro emocionado-

No tienes miedo …de …mis…ojos??-

Y por que debería de tenerle?? Al contrario es algo hermoso y único que pocos pueden tener el placer de tener y otros de contemplar…- le dijo el ojiazul mirándole también maravillado-

Que hacias en el tacho de basura??...-

Mamá me dijo que le espere ahí….-

Eh??...- dijo el rubio al ver al otro niño con sus ropas sucias y temblando de miedo- es posible que tu mamá…-

No digas nada mas Nazuna-kun…- hablo Shu cuando vio que el rubio iba a ponerse a llorar, se acerco a los dos niños y los abrazo- desde el dia de ellos ustedes son mios y parte de mi familia…Mika-kun viviras en mi casa hasta que tu mamá venga
a recogerte deacuerdo?-

Ambos niños abrazaron a Shu fuertemente-

Prometanme que siempre estaremos juntos los tres, aunque el dia de hoy nos hemos conocido ahora somos una unidad y como unidad que somos estaremos siempre juntos y al ser el mayor ustedes estarán bajo mi cuidado deacuerdo??-

Es asi que bajo esa promesa aquellos tres niños empezaron su lazo de amistad…los tres iban de un lado a otro juntos, nunca vinieron a buscar a Mika y la familia de Shu acepto quedarse con él ya que el niño les prometio que haría por ahora lo que ellos querían

Al cumplir los 13 años los chicos ahora jóvenes decidieron formar un grupo musical llamado “Valkyrie” que era muy popular entre los jóvenes de su edad y también entre las demás personas

Pero no todo era felicidad en la vida de los tres niños porque dos años mas tarde las cosas cambiarian y no para bien…

Continuara….

Matta ne!!

Mimi-chan


« Last Edit: May 28, 2017, 11:38:41 PM by Mimi Tachikawa »


Cho

Aw, me alegra mucho que ya andes escribiendo con ellos tres, Mimi. Esperaré a leer la continuación~

Vengo con la segunda parte de mi fic. Ahh, finalmente llego a este punto~ Ahora espero terminar con este pequeño drama cuanto antes *stress* (...)

33.2.


Llevaba un tiempo caminando dentro de Rizembool U, y luego de comenzar a darse una idea de la infraestructura, Horikawa se sentía bastante cómodo. Después de asegurarse que Urashima estuviera instalado y familiarizado con Hanasaki, el pelinegro se sintió libre de ir a la institución rival con tal de realizar una investigación personal. Había decidido ocultar sus planes de su amigo ya que no lo creía lo suficientemente prudente como para que le acompañara, porque era evidente que el joven Kotetsu no le iba a dejar ir solo. Tarde o temprano esperaba llevarle, pero para cuando ello ocurriera, Horikawa iba a servirle de guía y tenerlo todo bajo control.

Rizembool era notoriamente más tecnológico en apariencia, pero no era nada que fuera a inquietarle. Incluso se le hacía más afín a sus estudios, y felizmente ignoraba el aspecto más turbio de dicho lugar. Asumía que, al igual que en el caso de Hanasaki, aquellos envueltos en la guerra entre las instituciones eran muy pocos y una gran minoría. Sin embargo, Horikawa estaba muy interesado en saber cómo era la dinámica en Rizembool con respecto a la presencia de los Rebels. Ya tenía una buena idea sobre Hanasaki, pero esperaba entender poco a poco la otra cara de la moneda. Pese a estar inscrito en Hanasaki, Horikawa deseaba mantenerse neutral y averiguar la mayor cantidad posible de información, como siempre solía hacer.

Pero, además de esperar familiarizarse con Rizembool, se encontraba ahí también para buscar a esa persona misteriosa que había visto en medio del ataque en la casa de los Tanaka, aquel que intervino con las acciones del Rebel y terminó con la pelea. No era la primera vez que ese incógnito le había llamado la atención, y el hecho que pudiera estar vinculado con Rizembool le causaba gran intriga, pero no esperaba dar con él en su primera visita en una universidad tan grande. Lo haría eventualmente, no tenía urgencia alguna…

Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando le vio salir de una pequeña tienda dentro de la universidad cargando una bolsa llena de bebidas y un par de almuerzos empaquetados. Horikawa se apresuró a darle el alcance antes que fuera a desaparecerse, y llegó a llamar su atención en un pasillo entre dos edificios, donde el peliblanco le miró de reojo con la misma inexpresión e inmutabilidad de la vez pasada.

“…”
“Ehh, buenas tardes,” Horikawa sintió una extraña presión por los ojos profundos del otro que le miraban casi inquisitoriamente. También se le hacía interesante cómo no podía leerle a simple vista ni darse una noción de lo que el otro podía tener en su mente, lo cual tendía a ser una de sus especialidades. “Esperaba hablar contigo, si no es un momento inoportuno…”
“…” el peliblanco asintió. No cambió su semblante, aunque por ese gesto dio una apariencia de comprensión que despejó la tensión en el visitante. Hubo un corto silencio antes de que el estudiante de Rizembool formulara una respuesta. “Sígueme.”
“Eh, sí…” le correspondió el gesto y de inmediato le siguió en silencio.

Caminaron una distancia corta hacia uno de los varios estacionamientos de la universidad. Frente a este había un pequeño jardín con varias sillas y mesas que recibían oportunas sombras de árboles frondosos cercanos. Era un punto que contrastaba con esa universidad mayormente tecnológica, y casi no había personas frecuentándolo, seguramente por la lejanía con la mayoría de facultades. Horikawa vio que cruzando el estacionamiento había más edificios, aunque estos tenían la pinta de pertenecer a una clínica de gran categoría. Él se quedó mirando dicho lugar impresionado y notó cómo el peliblanco tomó un sitio a un lado de una mesa de jardín disponible. De inmediato le correspondió al sentarse al otro lado de la mesa.

“Gracias por acceder,” Horikawa sonrió. “Y este lugar es muy agradable también.”
“No hay personas que nos presten atención,” resumió. Honebami cerró sus ojos brevemente como quien organizaba sus ideas y continuó con la conversación. “Has venido con intenciones de averiguar sobre Rizembool y seguramente mi propio envolvimiento con el ataque del Rebel hace dos semanas, ¿no es así?”
“Sí, veo que has ido de frente al grano,” asintió. “Aunque no creo que sea el mejor punto por el cual comenzar.”
“…” esperó a que se explicara.
“Pues, sé sobre ti del pasado. De joven participabas en competencias de kendo en mi círculo. Tú peleas con una wakizashi, ¿no es así?” le preguntó con grandes ánimos. “Eres un año mayor que yo, así que no llegué a competir contra ti, pero siempre había esperado ir contra un Toushirou. Ah, por cierto, mi nombre es Horikawa Kunihiro.”
“…” asintió, inmutado. “Honebami Toushirou.”
“Mucho gusto,” el pelinegro se vio contento de finalmente conocer a dicha persona. “Supe tanto de ti como de uno de tus hermanos porque los dos utilizan la misma arma que yo uso. Sin embargo, nunca llegué a conocerles. Tengo entendido que hubo un incidente y no volvieron a participar.”

No pensaba decir más que ello ya que seguramente se trataba de algo sensible. Horikawa observó al peliblanco meditarlo brevemente, y él formuló una respuesta que nunca hubiera esperado.

“Sí, he sido informado al respecto. Un incidente serio ocurrió hace años y fui prohibido de volver a participar…” comentó Honebami, inmutado y mirando fijamente a su acompañante. “Sin embargo, no tengo recuerdos al respecto. Por ello, es irrelevante.”
“¿Eh?” ello causó sorpresa y leve desconcierto en el pelinegro.
“Aquella persona a la cual te refieres ya no es alguien por quien deberías preocuparte en el presente.”
“Eh…” eso le dejó en blanco. Realmente no sabía qué decir. Admitía que sentía gran intriga, pero dudaba mucho que cuestionarlo fuera socialmente aceptable.
“El tema que realmente nos concierne es tu motivo principal de venir a Rizembool,” comentó el peliblanco, con paciencia. “Estoy dispuesto a hablar sobre ello para esclarecer cualquier duda que puedas tener.”
“Eh, sí…” Horikawa se sorprendió brevemente. “Gracias por la voluntad. Eh, no lo había esperado.”
“Das la impresión de ser una persona racional y neutral, y brindarte la información que necesitas es la mejor forma de lidiar con alguien como tú. El tema de la guerra entre Rizembool y Hanasaki no es un gran secreto para quienes somos parte de dichas instituciones.”
“Me alegro de oírlo,” sonrió con leve torpeza. “Debo decir que, cuando me viste espiarte durante la pelea de hace dos semanas, temí que fueras a hacerme daño.”
“Te analicé. Supe que no ibas a causarme incomodidades ni involucrarte conmigo. Por consiguiente, la mejor acción fue dejarte en paz.”
“Entonces… si fueras a concluir que estaba en tu camino…”
“Habría hecho algo al respecto,” contestó con simpleza absoluta.
“¡Ah!” y pese a esa respuesta dudosa y maquiavélica, Horikawa sonrió animado. “Ya veo, tiene mucho sentido. Gracias por explicarlo.”
“…” Honebami asintió. “Eres una persona razonable.”
“Haha, normalmente soy criticado por ser tan analítico.”
“Lo comprendo. Yo tiendo a recibir quejas por ser tan práctico.”
“Y tu misión… si puedo preguntar…”
“Como dije previamente, el conocimiento entre la rivalidad de nuestras instituciones es amplio.”
“Sí, entonces…”
“Fui dado una orden de supervisar el desempeño de un Rebel que acababa de comenzar con sus operaciones, y de detenerle si excedía sus límites. Intenté instruirle de que escapara, pero como él decidió ignorarme, le disparé.”
“Ehm…” la tranquilidad con la cual lo dijo fue impresionante. “¿Es eso prudente?”
“Una de las habilidades del Rebel es la regeneración. La herida fue temporal y superficial.”
“Ya veo…” Horikawa se puso a pensar. “Entonces eres más como un supervisor…” le vio asentir. “¿Este rol de supervisor es normal en Rizembool?”
“No sabría decir como otros Rebels operan, pero no es un caso aislado. Mi envolvimiento fue supervisión en ese instante y no estoy destinado a involucrarme a menos que reciba otra orden.”
“Entonces eres un supervisor ocasional. Entiendo. Gracias por la explicación.”
“No necesitas agradecerme.”
“Sin duda, Rizembool está bien organizado. Sigo siendo nuevo aquí, pero da la impresión que están más organizados que Hanasaki.”
“No tengo comentarios al respecto.”
“Entonces…” Horikawa desvió su mirada, con leve preocupación. “Debe ser peligroso para las HiMEs pelear contra los Rebels si ellos tienen tanto respaldo… bueno, los Rebels están en peligro también, por supuesto…”
“…”
“¿Dirías que es peligroso?”
“…” Honebami asintió. “Me han hecho entender que es peligroso e imprudente, pero aquello me trae sin cuidado.”
“Sí, comprendo.”
“Te recomiendo, sin embargo, que no intentes buscar demasiadas respuestas,” Honebami invocó una pizca de severidad en su tono para marcar su punto. “Mi intención es dejar los asuntos claros. Concéntrate únicamente en encontrar el conocimiento que te será útil.”
“Tiene sentido, gracias,” le contestó. “Imagino que un lugar como este guarda muchos secretos.”
“…” asintió. “Mi propio envolvimiento con los Rebels es un secreto para varios de mis conocidos, incluso en mi familia. Estoy comprometido con tal de asistir, pero nunca sería mi intención involucrar a nadie en mis asuntos.”
“Lo comprendo. Yo tendría la misma actitud de estar en tu lugar,” Horikawa sonrió un poco. Era un poco inquietante oír que aquel chico se encontraba envuelto a espaldas de sus parientes, pero al menos no se trataba de un Rebel. También había sido testigo de su increíble puntería y gran agilidad aquel día durante el ataque, así que seguramente tenía las habilidades para mantenerse a salvo, además de su forma analítica y prudente de ser. Pese a tratarse de una persona reservada, le había causado una buena impresión. “Aprecio mucho tu ayuda. Tenía ciertas inquietudes por no saber el rol que tuviste en aquel altercado hace dos semanas, pero saber que eras un supervisor me deja entender que no tengo más de qué preocuparme.”
“Es entendible,” Honebami se levantó y tomó sus compras. “Debo retirarme, tengo asuntos que atender.”
“Eh, sí,” Horikawa le imitó. “Me pregunto si podríamos mantenernos en contacto. Soy nuevo en la ciudad y sería agradable poder comunicarme con tu familia. He oído mucho de ustedes.”
“Aquellas formalidades serían mejor con otros de mis hermanos…” Honebami desvió su mirada, dando una clara respuesta negativa. “También sabes sobre mi envolvimiento con Rizembool.”
“Obviamente nunca diría nada que no quisieras que dijera. Soy bueno con los secretos,” le sonrió, aunque dudaba hacerle cambiar de parecer, y respetaría su decisión de todos modos. Al menos había podido tener una tranquila e iluminadora charla con él…

Sólo que, en esa visita, también iba a conocer a la otra cara de la moneda…


“¡Ho-ne-ba-mi~!” Namazuo se acercó corriendo hacia los dos feliz de la vida y brincando de un pie. Horikawa se impresionó un poco ya que aquel chico tenía ciertos rasgos muy parecidos al otro, pero daba una vibra completamente distinta. Notó cómo el peliblanco dio un suspiro y tuvo que soportar que el otro lo agarrara de los brazos y lo zarandeara un poco. “¡Qué sorpresa! ¡Encontrarte hablando con un desconocido! ¡Me hace feliz~!”
“Suéltame…” le dijo, resignado.
“Tsurumaru me ha dado las buenas noticias que has fastidiado a nuestro hermanito~ la próxima no me hagas perderme el momento, ¿sí?”
“No entiendo a qué te refieres,” comentó, perplejo.
“Hmhm~” el recién llegado miró al visitante con una sonrisa gatuna en el rostro. “¡Mucho gusto! ¡Soy Namazuo, gracias por cuidar de mi hermano!”
“N-no que lo haya cuidado ni nada, eh…” Horikawa sonrió incómodo. “Un gusto también. Mi nombre es Horikawa Kunihiro.”
“¿Qué haces por aquí?” preguntó Honebami a su hermano.
“Me vi inesperadamente sin amigos disponibles con quienes compartir el almuerzo así que te he estado buscando. ¿Se te antoja algo especial?”
“Tengo cosas que hacer,” el peliblanco negó y se soltó.
“Vamos, no te dolería darte un gusto de vez en cuando,” Namazuo miró la bolsa que este cargaba. “Por lo que traes, me dejas entender que vas a almorzar comida al paso, y también le compraste uno igual a nuestro hermanito. Necesitan relajarse un poco.”
“Hay mucho que hacer, es inevitable, pero me aseguré de comprar comidas saludables.”
“Eres un poco necio,” Namazuo negó y de inmediato recordó a la tercera persona presente. “¡Oh! ¡Pero en verdad es un gusto conocer a alguien que hable con mi hermano! ¿Qué tal si vamos por algún snack?”
“Ehh…” Horikawa sonrió y levantó sus palmas. “E-estoy bien, gracias…”
“¡Vamos, yo invito!” entonces, vio a Honebami comenzar a irse. “O-oye, ¿a dónde vas? No dejes a tu amigo plantado aquí.”
“No es mi amigo. Yagen necesita ayuda. Debo irme,” le contestó y siguió con su marcha.
“H-hasta luego…” Horikawa se despidió de él pese a que el otro siguió sin inmutarse.
“Vaya…” Namazuo negó un tanto impaciente y sonrió al otro. “Eh, lo siento. Mi hermano es un poco complicado a veces…”
“Está bien, lo entiendo. No parece ser una persona muy amigable, por ello aprecio su ayuda.”
“¿Ayuda?”
“Tenía unas preguntas con respecto a Rizembool y Hanasaki ya que soy nuevo en la ciudad… eh, no que él sepa mucho, pero llegué a escuchar una perspectiva distinta. Y suena peligroso estar envuelto, al parecer…” comentó. Se acordó de no mencionar ningún detalle ya que no sabía si el otro estaba al tanto de lo que su hermano hacía.
“Hm, sí suena a que Honebami se pondría a pensar mucho sobre las cosas…” Namazuo lo meditó, y terminó restándole importancia. “Ah, pero bueno, sólo me alegro que no sea un Rebel ni nada por el estilo. Seremos mellizos, pero me sorprende en ocasiones…”
“Y-ya veo…” sí, no parecía estar enterado de nada.
“¡Oh, pero como estás aquí, podríamos ir juntos a almorzar! ¿Te parece?”
“¿Eh? ¿En serio?” se sorprendió por ese repentino ofrecimiento.
“¿Por qué no? Te ves como una buena persona y quizás estés como yo con la comida pendiente,” Namazuo pareció emocionarse por la idea. “Hm~ y siempre es un gusto conocer a otro espadachín. Dijiste que eras un Kunihiro, ¿no?”
“Sí, soy uno,” ello animó a Horikawa. “No pensé que sabrías sobre mi familia.”
“Hehe, normalmente sería uno de los últimos de mis hermanos en saber sobre estas cosas, pero curiosamente me acordé del dato. Honebami sí es toda una enciclopedia para cosas así,” sonrió con torpeza. “Pero es un gusto dar contigo.”
“Lo mismo digo, se siente raro que alguien sepa sobre mí,” confesó, entretenido. “Siempre soy opacado por un amigo que es mucho más popular que yo.”
“También me gustaría conocer a ese amigo del cual hablas. Pero ya, ¿tienes algo en mente?”
“Apreciaría si me llevaras a un local de tu preferencia, como todavía soy nuevo aquí…”
“¡Entonces en marcha!” Namazuo extendió un puño al cielo. “No te decepcionaré~”

Los dos caminaron fuera de ese ambiente de regreso hacia un área más céntrica de la universidad mientras Namazuo empezaba a realizarle una serie de preguntas generales.



En Hanasaki, muchos también aprovechaban la hora para ir a comer por el día, y Osaka y Tomo estaban en pleno almuerzo en una de las cafeterías antes de su siguiente clase. Ellas habían sido acompañadas por Reimu y Marisa, quienes justo estaban por ir de regreso al templo al haber terminado con sus clases del día.

“Ugh, ya me estaba acostumbrando a faltar clases,” Tomo soltó un sonoro bostezo. “Ahh, quiero dormir y olvidarme de lo que tengo a continuación…”
“Es importante que tengas una mayor disciplina y compromiso con tus quehaceres, Tomo,” comentó Reimu, sonriendo con gran paz como quien iluminaba a una pobre ignorante. “Esas también son características importantes para alguien que aspira a ser una HiME~”
“¡Tú cállate! ¡¿Y qué demonios haces almorzando con las cool girls?! ¡Eres insoportable!”
“Sólo tengo problemas contigo, ¿no es así? Sí me llevo de maravilla con los demás. Y mi querida Osaka fue quien me invitó con tanta voluntad.”
“Hehe, es bueno tener a alguien como Osaka de amiga, ¿verdad?” Marisa sonrió y miró a la anfitriona, quien tenía los ojos perdidos en el espacio sideral. La rubia movió una mano frente a su rostro. “¿Osaka? Oye, Osaka~”
“¿Eh?” ella se despertó sobresaltándose, y luego de pasar el shock inicial, bajó su mirada con un gran desánimo. “Ehh…”
“¿Qué te sucede?” Tomo le miró como bicho raro.
“No me vas a decir que ya te olvidaste,” Reimu negó hacia la pobre niña frente a sus ojos que no tenía empatía por la humanidad.
“¡No me trates con esa actitud!”
“Ayer Cho se molestó severamente con Osaka y le ha dicho que le deje sola por un tiempo,” resumió Marisa con cierto pesar, y vio a la muy voluntariosa HiME counselor enterrar su cabeza entre sus brazos.
“Uhh… Cho me odia…”
“No te odia, sólo tienes que cumplir con su pedido y hacer distancia,” resumió Reimu, sonriéndole. “Ella te quiere mucho, pero necesita un poco de espacio. No te olvides que le hiciste molestar. Te dijo secretos que no debías comentarle a Roxas.”
“P-pero… no es justo que Cho lo tenga que ver por su cuenta…”
“Aun de ser el caso, su reacción es justificada. No puedes ir diciendo cosas detrás de su espalda,” dijo Marisa, un tanto frustrada. “Hay maneras de actuar y la tuya no fue la correcta. Tienes que comprenderlo.”
“Aw…”
“Pues sí, siento decirlo, pero ya era hora que alguien se molestara contigo,” admitió Tomo. “Eres muy metiche e imprudente y el mundo no ha parado de sonreírte, pero tienes que dejar de ser tan mensa y darte cuenta de las consecuencias de tus actos. ¡Y mira! ¡Yo entre todas las personas soy la que te está diciendo esto!”
“¡AHH! ¡Tomo-chan!” Osaka cubrió su cabeza aún más, torturada.
“Ookay, creo que mucho, Tomo,” Marisa sacudió una palma.
“¿Acaso dije algo distinto de ustedes?” la exPrincess alzó una ceja.
“El punto es que las personas somos complicadas, y no puedes esperar que todos vean las cosas de la forma en que tú las ves, ni que reaccionen del modo en que tú reaccionarías,” dijo Reimu.
“¡Ha!” Tomo soltó dicha exclamación de manera casi catártica y fue mirada raro por las invitadas al almuerzo. “Es que en serio, no me juzguen. Ustedes no saben lo que es ser la Princess de una HiME loca y desenfrenada que le sonríe a todos los Rebels y tiene un punto de vista demasiado neutral y precipitado. Obviamente la gente no actúa como tú lo haces.”
“Uhhh…” se escuchó un lloriqueo escapar de entre los brazos de Osaka.
“Ya, ya,” Marisa se acercó a dicha exHiME y le agarró de un hombro de manera reconfortante. “Tranquila, ya pasará. Verás que todo estará bien.”
“Pero…” Osaka desenterró su cabeza y miró a la rubia con ojos llorosos. “Pero tengo mucho miedo por Cho… ella está sola en la casa HiME…”
“Ayer Marisa y yo pasamos por ahí para ver cómo estaba antes de retirarnos de la universidad, luego de recibir tu mensaje al respecto,” comentó Reimu.
“¿Sí? ¿En serio? ¿C-cómo está?”
“Pues… se nota que tiene mucho miedo por su hermano, por más que no quiera decirlo,” Reimu se puso a pensar. “Lo expresó principalmente por desear que él fuera de algún modo a desaparecer de Hanasaki. Dice que no lo quiere presente si él está al tanto del posible envolvimiento de los Keys.”
“Hm, suena a que no confía en él, es problemático,” Marisa desvió su mirada. “Entiendo su punto y de estar en su posición también querría aislarme de aquellos cercanos a mí, pero… no sé, dudo que realmente desee apartarse de su hermano, si está en una situación tan compleja…”
“…” Osaka asintió, visiblemente angustiada.
“Okay, no alteren a Osaka o irá a hacer otra de sus travesuras,” recalcó Tomo.
“Tomo-chan…” Osaka le miró inquieta e inconforme.
“Seguro que Osaka ya ha aprendido su lección,” dijo Reimu, sonriendo. “¿No es verdad? Tienes que esperar a que tu prima no esté tan alterada antes de acercarte a ella. De momento, podemos hacerte el favor de ir a revisar que esté bien.”
“…” asintió. “También le dije a Hotaru-chan y ella estaba planeando visitarle hoy cuando termine con sus clases.”
“Me parece excelente,” Marisa hizo una v con sus dedos. “¿Lo ves? Cho no está sola. Tiene a varios amigos al pendiente de ella. Estos momentos difíciles siempre van a pasar en situaciones complicadas como ser una HiME, pero hay que mantener la calma y ser muy pacientes, y así todo se solucionará con el tiempo.”
“Sí, tiene perfecto sentido,” Tomo se encogió de hombros. “Así que tú escucha a estas voces de consciencia y mantente tranquila, Osaka.”
“Exacto,” Reimu sonrió gustosamente. “Viendo cómo tú no actúas como voz de consciencia.”
“¡Deja de aprovecharte!”
“Hehe, no se peleen, pero mantengan los buenos ánimos, ¿sí?” Marisa sonrió. “Ahora sigamos comiendo. Es hora de recargar nuestras energías~”

Las chicas siguieron hablando con la intención de animar a la triste Osaka y continuaron con esa reunión de la mejor manera. A Osaka sólo le tocaba seguir lo que le decían, pero no iba a quedarse tranquila por mucho, ya que todavía faltaban más cosas por suceder.


Con el pedido de Horikawa, Namazuo le llevó a un restaurante de comida india que no quedaba muy lejos de Rizembool. El lugar era muy modesto y no llamaba la atención desde afuera, pero la comida sin duda resultó ser muy deliciosa, aunque un poco picante.

“Hehe, me gusta este sitio, pero la mayoría de mis amigos no toleran los aderezos,” comentó Namazuo, luego de terminar con su porción. “Espero que no haya sido mucho para ti.”
“Me cayó de sorpresa, aunque debo reconocer la excelente preparación de los platos,” respondió Horikawa, sonriendo modestamente. “Muchas gracias por traerme a esta área. Vendré más seguido para familiarizarme con la zona, y podría buscar un recetario para aprender algunos platos, pero no sé si a mis conocidos les vaya a gustar…”
“Puedes usarme como conejillo de indias~”
“Hahaha, lo tendré en cuenta.”
“Me caes bien, Horikawa. Noto un aura simpática y hogareña en ti,” Namazuo apoyó su cabeza con un brazo sobre la mesa, mientras sonreía tranquilo. “Algún día harás a alguna afortunada muy feliz con tu forma de ser.”
“Ehh, me han dicho cosas parecidas anteriormente,” rió un poco.
“¿Y qué más te cuentas? Siento que no he parado de hablar por un buen rato de todas mis cosas mientras que tú no has hecho más que escuchar. Vamos, vamos, quiero saber más de ti~”
“No sabría qué más decirte…” Horikawa realmente se sentía en blanco. No estaba acostumbrado a hablar sobre sí mismo y prefería tener el rol de absorber lo que otros le decían. “En verdad me ha gustado oírte hablar sobre tu amplia familia. Y pues, yo realmente no tengo algo así. Siempre he estado enfocado en mis estudios y entrenamientos, y en ser útil en general.”
“Hm, eso no es divertido,” Namazuo le miró frunciendo el ceño.
“Pero se podría decir que tengo un amigo que es como mi hermanito. Es por cuidar de él que he llegado a estudiar a Hanasaki. No estaría tranquilo si fuera a estar solo en esta gran ciudad.”
“¡Oh! ¿Cómo así? Suena a que tu amigo llegó a la universidad y quiere independizarse de su familia~” el mayor se vio entretenido. “Admiro un espíritu aventurero.”
“Ehh, sí fue un poco en contra de lo que su familia quería para él, pero no es tanto por rebelión, a mi parecer al menos…” Horikawa bajó su mirada, sonriendo con tristeza. No podía decir la razón por la cual Urashima había decidido salir de su hogar y llegar a la ciudad, no aún, y esperaba que su amigo tampoco lo compartiera de momento. “Digamos que… lo hace porque en verdad la familia es lo más importante para él…”
“¿Hm?” Namazuo ladeó su cabeza.
“Es un secreto. Me gustaría compartirlo, pero es un asunto complejo. Algún día lo haré.”
“Okay~ no te preocupes~” el Toushirou se animó y sonrió con cierta nostalgia. “Para mí la familia también es lo más importante, así que entiendo muy bien a tu amigo. Me metería en una ciudad desconocida y haría mucho más que ello si fuera necesario para mí también.”
“Heh, me alegra oírlo.”
“Hm~ pero suena divertido. ¿Cómo sería viajar a algún lado?” Namazuo divagó alzando su mirada al techo. “Hehe, también me veo completamente perdido e indisciplinado. Necesitaría de Honebami para funcionar bien, aunque él no es bueno con las personas… aunque ahí entraría yo, haha, sí que nos complementamos bien~”
“…” Horikawa sonreía mientras oía al otro. Sin duda era el opuesto polar de su mellizo, pero también le había caído muy bien por razones distintas.
“¡Oh, perdón! Yo entrando en ideas sin sentido frente a ti,” se disculpó, sonriendo con torpeza.
“No, está bien. Me alegra oírte expresarte con completa libertad. Y debo admitir que siempre tuve curiosidad de conocerte tanto a ti como a tu hermano. Los dos siempre han sido rumores a mi alrededor todos estos años.”
“¿En serio?” Namazuo se sorprendió y rió un poco. “Haha, no hubiera pensado que era una celebridad. ¿Cómo así?”
“N-no precisamente. Sabía de ustedes porque pelean con la misma arma que yo uso, pero hace varios años que los Toushirou no participan en competencias, y pues…”
“Ah, ya veo…” por primera vez, Namazuo se notó un tanto incómodo, aunque mantuvo su sonrisa. “Eso fue hace mucho tiempo…”
“Siempre tuve el interés de retar a alguno de ustedes a una pelea, pero no se pudo dar en ese entonces, y por los rumores sobre ustedes, se volvieron un tanto misteriosos y fantasmales en mi círculo, pero sin duda no eran más que rumores,” Horikawa sonrió. “Es un gusto haber dado con ustedes dos, no puedo creer mi suerte.”
“S-sí, ha sido un gusto para mí también…” le reciprocó el sentimiento, y bajó su mirada. “Aunque, no me gusta hablar sobre ese tema…”
“¿Eh?” se preocupó. “Lo siento, debí haber imaginado que podría ser algo sensible…”
“N-no, está bien, no te sientas mal,” Namazuo sacudió sus palmas, queriendo disipar el asunto. “S-sólo que fue hace mucho… ¡Ah! ¡Pero si lo que quieres es una pelea sólo dímelo y nos ponemos de acuerdo!”
“¿Eh?” Horikawa ladeó su cabeza. Le había sorprendido ese cambio de humor del otro, pero le aliviaba notar que la inquietud se había quedado de lado. “Te ves muy animado por ello.”
“Como te dije, no siempre tengo el placer de conocer a gente como tú, sobre todo si dices que usas una wakizashi como arma. Suena divertido~” confesó, sonriendo ampliamente. “Estoy un tanto oxidado, así que esto me vendría muy bien.”
“Podría esperar un poco, continúo adaptándome a la ciudad.”
“Me parece bien, así también me pongo en forma, pero si necesitas cualquier cosa, puedes contar conmigo~” le guiñó un ojo. “Tienes mi número y estoy disponible la mayoría del tiempo, sobre todo los fines de semana.”
“Gracias, lo mismo digo,” asintió con alegría.

Ellos terminaron con lo poco que les quedaba y tenían planes de ir a un lugar de postres cerca, donde Horikawa planeaba comprar algo para darle a Urashima para cuando saliera de clases, siempre y cuando él hubiera asistido a todos sus cursos como debía hacerlo…




Llegó la tarde y Cho se encontraba saliendo del laboratorio de química donde había tenido su última práctica del día. Como era habitual, fue la última en salir, especialmente porque Ayesha le pidió el favor de ordenar todo sola ya que debía ir a buscar a su hermanita en el middle school para una cita con el dentista. La HiME terminó con su labor y salió del edificio de sus clases. Al no tener más programado, pensó en regresar temprano a la mansión HiME y descansar por el resto del día. No se sentía de buenos ánimos y continuaba incómoda por lo ocurrido el día anterior, y si bien no consideraba que encerrarse en la mansión HiME fuera lo más saludable para ella, prefería evadir el mundo exterior hasta que pudiera organizar sus ideas.

Sin embargo, le iba a tocar lidiar con un tema más, uno que iba a removerle las propias bases de su presente…

“¡Cho!”

Ella oyó que le llamaron a lo lejos y se giró para ver a Urashima correr hacia ella. La HiME no evitó sentirse confundida de que ese chico estuviera buscándola y no sabía si debía preocuparse de antemano, aunque no parecía que se tratara de ninguna emergencia.

“Eh, ¿Urashima? ¿Qué sucede? ¿Todo bien?”
“¡Sí, todo bien!” él le dio el alcance y sonrió ampliamente. “Oh, es posible que hayas pensado que algo le ocurría a mi senpai, ¿no? Ehh, lo siento mucho.”
“Está bien, descuida,” ella sonrió un poco. Había algo en ese chico que se le hacía demasiado familiar y casi le daba deja vu al pasado, por algún motivo.
“Hehe, es sólo que Kamekichi y yo queríamos hablar contigo. ¿Está bien?”
“Sí, no hay problema…” Cho asintió y no tardó en comprender que debía deberse a lo ocurrido el día anterior. Ello le hizo sentirse un tanto avergonzada. No quería involucrar a ese chico en sus asuntos y mucho menos en la pelea entre las escuelas. Ella desvió la mirada. “Pues…”
“¿Eh? ¿Dije algo?” el rubio le inspeccionó de cerca con curiosidad. “Te ves inquieta.”
“N-no te preocupes, sólo… siento lo de ayer. No quiero causar incomodidades.”
“No debes andar sintiéndote mal,” él le sonrió con muchos ánimos. “Seré nuevo por aquí, pero quiero que te sientas familiarizada conmigo. Estamos en confianza.”
“C-claro…” decirlo era más fácil que hacerlo, pero apreciaba sus sentimientos. “Ehh… perdón, no soy buena con estas cosas… ¿quisieras ir a comer algo?”
“Hm, preferiría ir a un lugar más despejado de personas. ¡Oh, vamos por los dojos! Hay buenos lugares por ahí.”
“Está bien, te sigo,” asintió, aunque le pareció interesante que ese chico no optara por ir a sitios más concurridos. De todos modos, agradecía por dentro que fuera así.

Ellos caminaron hacia esa zona del área de deportes. Por el camino, Cho pudo ver a lo lejos el punto donde había recibido el ataque de su Rebel, que estaba cerrado con cintas amarillas. Ya había instrumentos de construcción instalados por la zona y seguramente las reparaciones iniciarían al día siguiente, o durante la noche. Sin duda, Miranda se movía con rapidez.

“¿Te sientes bien?” le preguntó Urashima. “Ayer te marchaste rápido y me quedé un poco preocupado por ti…”
“Fue más el shock del ataque, felizmente me he recuperado bien…” Cho asintió. “Gracias, y siento las inquietudes.”
“Estoy bien, ya te dije que no quiero que me trates con formalidades. Dime, ¿vienes por aquí con frecuencia? Esta zona de deportes es muy amplia y tranquila. Se me hace acogedora.”
“Pues, no mucho. Ahora que me pongo a pensar, quizás debería venir más seguido por aquí, considerando que Roxas tiene sus prácticas de kendo y todo…” desvió la mirada. “Ehh, pero admito que me sorprende que aprecies sitios tranquilos.”
“Ehehe, yo también y Kamekichi también~” él rió un poco. “Creo que salir de mi hogar ha sido un poco abrumador, y estoy más acostumbrado a la naturaleza y espacios muy abiertos, pero sé que es sólo cuestión de tiempo para adaptarme. La ciudad se ve divertida, sólo que me da miedo extraviarme o que me atropelle un auto.”
“Ehh…” la mención tan casual de ello hizo que Cho temiera un poco por él.
“También, supongo que he tenido mucho en mi cabeza últimamente, y no estoy acostumbrado a eso… el silencio puede estar aliviándome un poco, no sé cómo interpretarlo…” él alzó su mirada al cielo, un tanto perplejo, y luego miró a su tortuga en su hombro. “¿Tú qué piensas, Kamekichi? Tiene sentido, ¿no?”
“…” Cho le miró de reojo. Recordó lo que Youmu le había dicho sobre los Kotetsu, y el hecho que era raro que uno hubiera salido de la nada a integrarse a una universidad normal. Seguramente algo muy crucial le estaba ocurriendo, tenía sentido…

Los dos terminaron llegando a una banca bajo unos árboles que daba hacia la entrada del dojo donde Urashima tenía sus prácticas. Cho estaba un tanto inquieta.

“Roxas no está adentro, ¿verdad?”
“Mi senpai ya se fue de la universidad,” le contestó y luego de miró con cierto reproche. “¿Por qué actúas como si le tuvieras miedo? Eso no está bien, son hermanos.”
“L-lo sé, es sólo que…”
“Espero que puedan trabajar en sus diferencias. Por favor, no te inquietes tanto…”
“S-sí…” no sabía cuántas veces le habían aconsejado algo similar, pero sentía que no podía internalizar los buenos deseos de otros tan fácilmente.
“Está bien…” Urashima negó y le sonrió. “No te sientas presionada por mí. Comprendo que estás en una situación difícil, sólo quiero hablar un poco contigo, y este sitio es muy agradable.”

La HiME asintió y los dos tomaron asiento en ese lugar. Cho notó cómo Urashima se quitó una pesada mochila de encima que la puso en su regazo.

“Hm…”
“¿Eh?” Urashima ladeó su cabeza.
“Ohh, perdón, no es nada… sólo me sorprende verte cargando una mochila así…”
“Ehehe, no es mi estilo, ¿cierto? ¡Estoy totalmente de acuerdo! Una de las cosas más duras de venir a Hanasaki ha sido tomar clases,” él sonrió con torpeza. “Hehe, se nota que no sirvo para este tipo de responsabilidades.”
“Dale tiempo,” le sonrió, paciente.
“Sí…” él desvió su mirada. “Pues, debería estar en una clase ahorita, pero no pude resistir mucho más. Uhh, sé que Horikawa se va a molestar conmigo… ahh, tampoco puedo mentirle. Él me lee sólo mirándome a los ojos…”
“Pues, siento decírtelo, pero pienso que es muy importante que hagas el esfuerzo de asistir a tus clases, y es normal que tu amigo te pueda llamar la atención por ello…”
“Uhh, sabía que ibas a estar de su lado…” hizo un puchero. “Bueno, cambiemos de tema…” le sonrió ampliamente. “Estaba pensando que necesitas bastante apoyo para ser HiME y quería ofrecerte mi ayuda, ¿qué tal si te ayudo a entrenar?”
“¿Eh? P-pues…” Cho se inquietó. “Gracias, aunque no tienes que hacerlo.”
“¿Por qué no? Realmente no es ninguna molestia para mí. ¡Pienso que sería divertido!”
“Ehh, seguro, y aprecio tu ofrecimiento, pero Youmu ya me está ayudando bastante con eso.”
“Vamos, nunca se puede estar lo suficientemente preparado, y como ella es una HiME y está en el programa de kendo, tampoco tiene mucho tiempo que ofrecerte,” insistió. “Además sospecho que senpai no te está ayudando, así que al menos quisiera tomar su lugar y hacerlo.”
“Uh…” Cho desvió su mirada. La mención de su hermano le causó incomodidad. “Tampoco voy a envolver a personas fuera del conflicto, y no quisiera involucrar a Roxas especialmente.”
“¿Senpai te ha ofrecido ayuda con el entrenamiento?”
“N-no, tampoco lo haría,” negó, mirando al piso. “Él no está de acuerdo con lo que hago y le incomoda mucho todo lo que sucede en Hanasaki. Pero es mejor así. No debería tener que estar metido en algo con lo que no se siente de acuerdo…”
“…” Urashima le miró un poco preocupado y apenado, y también bajó su mirada. “Senpai no está feliz con la situación, es verdad. Se nota que no sabe cómo lidiar con todo esto…”
“…”
“Pero en el fondo y pese a las complicaciones, él te quiere mucho y eres muy importante para él,” volvió a mirarle, sonriendo. “Nunca lo olvides.”
“Eh, sí…” esa observación le llegó un poco de sorpresa y Cho se quedó un tanto perpleja por ello. Sin duda, oírlo le había alegrado un poco, aunque de inmediato sintió un punzón de culpa en su pecho, y volvió a bajar su mirada. “Desearía no hacer las cosas tan difíciles para mi hermano. De por sí, tuve la elección de ser HiME, no fue impuesto en mí, y no me pude negar por más que sabía que era duro para Roxas… me pregunto si estoy mal…”
“Hmm…” el rubio levantó su mirada a las ramas de los árboles encima de ellos, llevando sus manos detrás de su nuca. “Pues… no creo que nadie sepa si está bien o está mal… es difícil. Pero aquí lo que importa es que tu creas en lo que haces, y que realmente aspires a un bien, y con sólo verte sé que ese es tu caso.”
“…”
“Tú confías en Hanasaki y estás cometida a ayudar en la pelea contra los Rebels para mantener el orden y la tranquilidad aquí. Es tu misión, y de tener la oportunidad muy probablemente me apuntaría a algo similar. También, si bien mi senpai tiene todo el derecho de tener incomodidades con el asunto, tú también estás con el derecho de vivir tu vida de la forma en la que quieres vivirla.”
“…” Cho miró al chico reflexionar al respecto con completa simpleza y soltura, como quien veía las cosas de manera muy transparente. Él no parecía hacerse muchos líos y tenía un punto de vista bastante subjetivo de la situación sin la intención de juzgar a nadie.
“Pero quisiera sumarme a este asunto al menos un poco, ya que quiero poder ayudarles, por más que no vaya a pelear a tu lado,” confesó, sonriendo. “Sé que puedo ser un gran apoyo si me lo propongo, y si me lo permiten. Esa es la razón por la cual quería hablar contigo ahora.”
“Urashima…” la HiME se impresionó y sonrió un poco, con leve tristeza. “Lo aprecio mucho, en verdad que sí… pero realmente nunca podría aceptar tu ayuda tan libremente… lo siento…”
“Pero…”
“Confío en tus palabras e intenciones, pero no podría vivir conmigo misma si dejo que te involucres así nada más. De por sí, me cuesta pensar en que Roxas está envuelto simplemente por ser mi Key, y tú eres un estudiante nuevo quien todavía no ha vivido por la guerra del modo en que nosotros lo hicimos… siento que esto no sería nada justo para ti, al menos no de momento,” desvió su mirada, apenada. “Lo lamento mucho, espero que lo entiendas…”
“…lo entiendo, pero…” el chico se tensó. “No quiero que pienses que estás sola en esto, por favor. Tienes a tu familia y muchos amigos, y por lo que he visto últimamente, me da la impresión que estás intentando aislarte de todos.”
“…”
“Y en verdad quisiera que sí me trates con toda confianza y cuentes conmigo… además, siendo sinceros, me siento un poco involucrado en todo esto.”
“¿Eh?” Cho se confundió y le miró. “¿Cómo así? Urashima, tú no estás involucrado en esta pelea. Por favor, no te sientas responsable por ningún motivo. Entiendo que todo esto debe ser muy confuso para una persona nueva en Hanasaki, pero…”
“No, no es eso,” Urashima negó y frunció el ceño. “Simplemente, temo mucho por ustedes dos, y en verdad no quisiera que nada malo les ocurra. En serio… quisiera prevenir que algo fuera a pasarle a senpai…”
“Tú… a ti realmente te importa Roxas, ¿no es así?” preguntó Cho, meditativa. Sí había notado esa fascinación del chico por su hermano, al punto en que este se molestaba un poco por la excesiva atención en ocasiones. Ello le parecía bastante extraño, pero no sabía qué decir sobre ello. Por más misterioso que fuera, no podía detectar nada malo en aquel Kotetsu.
“…” Urashima asintió. “Por ello quisiera hacer algo por ustedes… por ello quisiera que ustedes dos hablen y se entiendan. Sé que sería lo mejor para senpai que se den la oportunidad, por más difícil que esta situación pueda ser…”
“No sé si sea lo mejor para mi hermano que se quede a mi alrededor, sobre todo si él no está bien con todo esto,” Cho bajó su mirada y sus ojos se cubrieron en sombras. “Te agradezco por preocuparte por mi hermano, en verdad. No quiero que le ocurra nada tampoco, y siento hacer la situación tan difícil para ti también.”
“N-no te disculpes, de eso no se trata…” Urashima se alertó.
“Es evidente para mí que no puedo ser una HiME y una buena hermana al mismo tiempo. El pasado ya me lo ha demostrado… quisiera que Roxas se aleje de mí, por su propio bien…”
“…”

Urashima estaba bastante preocupado por oírle decir eso. Durante sus conversaciones con Roxas, había detectado que él se cerraba bastante y parecía tener muchos remordimientos de lo que sea que había ocurrido hace tres años entre los dos, pero se notaba que estaba resignado, sin intenciones de siquiera discutirlo. Al conversar con Cho, notaba que ella estaba en una situación muy similar… pero quizás ella en el fondo estaba mucho más cerrada que su hermano, quien pese a su actitud había intentado hablar con ella y hacer esfuerzos para darle un apoyo, por más que le costara. Y sí, tal y como Roxas había dicho, no iba a poder hacer nada mientras su hermana continuara evadiéndole y rechazando sus intenciones.

Era un asunto complejo y Urashima quería realmente saber qué exactamente había pasado tres años atrás como para que las cosas estén de ese modo, pero sabía que no podría averiguarlo por medio de ninguno de los dos. Y también quería que ellos pudieran confiar en él por más que recién haya llegado a Hanasaki en un mal momento, pero sabía que no lo harían con tanta facilidad… no sin que él mismo fuera honesto con ellos sobre sus motivos de estar presente.

Durante toda la conversación, Urashima se había debatido sobre si revelarle la verdad a Cho, ya que sentía que ella necesitaba conversar con Roxas con urgencia, por el bien de ambos. Había intentado mantenerse firme, pero no sabía qué más podía hacer… y por más que temiera la reacción de los demás en su círculo, decidió que no podía mantenerlo en secreto por más tiempo.



Cho quería marcharse cuanto antes. Se sentía muy incómoda y avergonzada por estar tocando ese tema. Quiso pensar en cómo poder cortar con la tensión y despedirse rápidamente, pero ver a Urashima abrir su mochila y sacar un folder manila con varios documentos llamó su atención.

“Ehh… no sé si debería estar haciendo esto ahora, pero hay algo que debes saber…” dijo el chico, cabizbajo. “Es la razón por la cual senpai es tan importante para mí…”
“¿Qué es eso…?” la peliceleste no sabía qué decir, pero de inmediato comprendió que los motivos de ese chico debían ser mucho más profundos que una preocupación de un novicio en Hanasaki. Y estaba por ser testigo de ello…
“¿Sabes? Mi familia ha sido muy cerrada desde que tengo uso de razón. No solían ser así. Mi hermano mayor me ha contado que solían participar en varios eventos sociales y eran reconocidos y tenían muchos contactos. Dijo que fueron años muy prósperos… me hubiera gustado ser parte de ello…” Urashima miró hacia el frente, sonriendo con algo de tristeza. “Verás… cuando tenía sólo un año de edad, ocurrió algo terrible… un hermano mayor fue secuestrado por unos enemigos de la familia y nunca fue regresado a nosotros… se perdió, fue considerado fallecido desde ese entonces… ello causó muchas tensiones y problemas en mi familia y eventualmente se cerraron del mundo exterior salvo de unas pocas familias de confianza. El hecho que yo viniera a esta ciudad ha causado un gran revuelo en mis parientes, quienes temen mucho por mí.”
“…” Cho le miró consternada y afligida. Le dolía escuchar esa historia del chico, aquella que Youmu le había comentado en la mañana. No podía imaginarse cómo todo aquello había impactado a Urashima, quien sin duda estaba abreviando los sucesos a lo más básico. Aunque no entendía por qué le estaba diciendo todo ello.
“Sin embargo, mis padres no perdieron la esperanza. Todos estos años, estuvieron en contacto con la policía buscando cada posible pista con tal de dar con mi hermano. Yo también siempre deseé desde el fondo de mi corazón tener la oportunidad de conocerle, hablar con él, saber el tipo de persona que era… él sería sólo un año mayor que yo y de la edad de Horikawa, así que sería mucho más asequible para mí… pensar en ello siempre me ha dado mucha alegría…”
“…”
“Hasta que un día, un detective amigo de mi papá dio con una pista importante, algo que nos dio esperanzas luego de tantos años. Había un chico viviendo en esta ciudad que cumplía con todas las características de mi hermano desaparecido, que había sido huérfano y que no tenía un historial del pasado o parentescos por sangre algunos. Las investigaciones siguieron y todos continuamos siendo convencidos cada vez más que sí se trataba de él… y unas pruebas de ADN recientes han sellado todas nuestras sospechas…”
“…” Cho comenzaba a sentir que algo estaba muy fuera de lugar en todo lo que oía. Finalmente, Urashima le extendió el fólder para que lo mirara.
“Siendo completamente sinceros, mi senpai no es realmente mi senpai…” dijo, para después inquietarse un poco. “Ehh, n-no que no lo sea, porque sin duda lo es, sólo que… no es como realmente quisiera llamarle…”
“¡…!”

Cho pasó página tras página de una desorganizada y variada compilación de archivos, fotos y reportes. Vio a Roxas en fotos discretas y de tamaño carnet, con todos los datos referentes a él. También vio un archivo que detallaba la información sobre el desaparecido Kotetsu. Las fechas de todos los informes iban desde hace casi veinte años hasta el presente, con la identificación de su hermano hace poco más de un año. Todo parecía encajar, y finalmente observó los resultados de las pruebas de ADN y ADN mitocondrial que efectivamente lo señalaban como la persona que esa familia había estado buscando con tanta desesperación… entonces…

“Es por ello que en verdad quisiera ayudarles,” concluyó Urashima, con urgencia en su voz. “Mi senpai es un Kotetsu, y mi hermano mayor. Por él es que he salido de mi hogar y entrado a Hanasaki. Conocerle es un sueño hecho realidad y ahora realmente quiero estar ahí por él y apoyarle en todo lo que necesita…” él sonrió. “Quiero tratarle como mi hermano, quiero también que él me reconozca como tal, y quiero poder llevar a mi hermano a mi hogar para que todos mis parientes finalmente puedan conocerle, como debió haber sido siempre.”
“…”
“Pero comprendo que él también tiene una familia y personas muy geniales que han estado ahí por él y que son muy importantes para él. Sé que tiene un compromiso, y por ello, quiero respetarlo y ayudarlo en lo que pueda,” dijo Urashima, con grandes energías. “Además con mi hermano también he ganado a una hermana, ¿no es así? ¡Esa vendrías a ser tú! Es también un compromiso para mí darte mi apoyo en tu batalla, y en verdad quiero ser parte de esto.”
“…”
“La familia es lo más importante que hay, por ello estoy aquí dispuesto a dar todo de mí por ustedes. Es mi deseo y mi deber, y realmente estoy feliz de estar aquí, por más que exista esta presente pelea en Hanasaki…”

Cho se desintonizó del diálogo optimista e ilusionado de Urashima mientras su mente colapsaba por las más recientes noticias. Ya no podía oír sus propios pensamientos, y tenía un vacío en su pecho y una creciente angustia que le inundaba sin saber por qué. Su cabeza comenzaba a darle vueltas…

Todo ese tiempo, durante toda su vida, siempre había estado junto con Roxas, y si bien supo que ellos muy probablemente no compartían parentesco, él era toda su familia. Hubo momentos en que cada uno se pudo haber preguntado sobre sus orígenes, o por qué habían terminado como huérfanos, pero nunca tuvo trascendencia porque ellos se tuvieron mutuamente. Así había sido su vida y Cho nunca tuvo motivos para creer que ello iba a cambiar….

…hasta ese momento.

La peliceleste comenzó a sentirse inexplicablemente sola y aterrada al pensar que ello estaba por cambiar y de manera radical, que su vida iba a tomar un giro más temible que todo el temor que sus Rebels en el pasado le habían hecho sentir… que, quizás, no tendría la libertad de volver a ver a su hermano nunca más pese a los deseos de ese chico inocente frente a ella…

Aunque… ¿acaso no era ello lo que Cho debería haber deseado?

“……”

Cho comprimió sus puños y sintió un deseo agobiante de pedir ayuda para contener aquel nuevo pensamiento que acababa de surgir dentro de ella…

¿No debería estar feliz de que Roxas tuviera una familia real, que le querían y le habían estado buscando desesperadamente por casi dos décadas? ¿Una familia que, a diferencia de ella, no le estaban poniendo en riesgo, le protegerían de todo mal y le tenían guardado un brillante futuro por delante?

Y por ende… ¿no debería desear que él fuera aceptado por su familia y dejara su vida incierta en Hanasaki de lado?

¿No sería lo mejor que los Kotetsu reclamaran a su heredero y lo alejaran lo más posible de ella, de los demás, de Hanasaki, y nunca le permitieran regresar?

¿Y acaso Cho no debería velar de que ello mismo se cumpla, por el bien de su hermano?



“¿Eh?” Urashima recién notó que la HiME estaba ida y desenfocada, lo cual le alertó. “¿Q-qué sucede? ¿Estás bien?”
“…” Cho asintió de manera brusca como quien se recriminaba de que mantuviera la compostura, y le regresó el fólder. “Urashima… en verdad… en verdad me alegro mucho por ustedes…”
“Ehh, e-espera…” sentía que algo estaba muy mal en su expresión.
“Por favor, tengo algo que pedirte,” la HiME le miró con súplica, con los ojos llorosos. “Tienes que ayudarme con esto. Por favor, tú puedes hacerlo… tienes que proteger a Roxas de lo que sea… en verdad… me alegro mucho de que haya tantas personas que lo quieren tanto y desean ayudarle en medio de esta guerra…”
“Ehh…”
“Porque yo no puedo ayudarle, no puedo mantenerle fuera de peligro… y sólo terminaré haciéndole más daño si las cosas se quedan como están…”
“¡E-espera, no digas eso!” el rubio se asustó.
“Entiendo que me lo has dicho en secreto, y también pienso que es mejor que tú o alguien de tu familia se lo diga a Roxas… mantendré este secreto por su bien… sólo, por favor, no tomes mucho tiempo en revelárselo y protegerlo de Hanasaki… no se involucren por mí, por favor… tienen que irse de aquí lo más pronto posible…”
“¿Q-qué estás diciendo?”
“Me alegro… me alegro… en verdad me alegro mucho…”

Cho comenzó a llorar y se levantó para irse corriendo lo más rápido que pudo.

“¡D-detente!” Urashima se quedó helado por ver aquella inesperada reacción y se levantó para ir tras ella. No podía dejar que ella se llevara la impresión incorrecta de las noticias.

Pero no llegó a avanzar mucho porque una pared de fuego se prendió frente a él, negándole el pase. Él se cayó hacia atrás por la sorpresa y observó ese inesperado fuego blandear por unos segundos antes de esfumarse en el acto. Pasada la impresión, él revisó de que su tortuga estuviese bien, recogió su mochila y se levantó para notar que no había señales de la HiME.

“¡Ahhh! ¡¿Qué está pasando?!” Urashima se agarró los cabellos en desesperación y corrió por los alrededores para ver si daba con la HiME. Los gimnasios en esa área eran altos y abundantes, lo suficiente como para que la peliceleste pudiera huir con poca delantera. “¡Cho! ¡Regresa!”



Cho corría para salir de esa zona de deportes lo antes posible. Tenía un cargo de consciencia por usar su elemento, pero sabía que ese chico no tendría problemas alcanzándole sin recurrir a ello. Ella continuaba llorando en silencio y sintiendo un gran miedo que no sabía cómo consolar. Quizás no que no supiera, pero simplemente no lo iba a hacer.

Ella pensaría hasta el cansancio que la lejanía de su hermano era lo mejor y que tenía que aceptarlo sin importar sus propios deseos…

¿Pero acaso no había querido que Roxas no se involucrara en su pelea en lo absoluto? Eso mismo le había comunicado el día anterior, y no iba a retractarse. No lo quería envuelto. No iba a poder ser una buena HiME si estaba constantemente preocupada por el bienestar de su hermano.

Entonces… ¿por qué estaba tan aterrada? Si en verdad lo quería, por más que doliera, tenía que velar por él. Tenía que hacerlo… y tenía que ser responsable consigo misma y pelear como HiME sin poner a los demás en riesgo…

Sus pensamientos continuaron racionalizando la situación y dando vueltas y vueltas sin llegar a ningún punto. Cho sólo iba a ir de frente a la mansión HiME a enterrar su rostro en su almohada hasta que sus pensamientos se ahogaran con el tiempo…



Esa semana siguió con su curso, y todavía habría muchos más asuntos que atender.
« Last Edit: July 18, 2017, 05:59:34 PM by Cho »


Mimi Tachikawa

Aqui estoy nuevamente con el sgte fic y el final del Flashback del capitulo anterior nuevamente gracias a Cho-san por prestarme a Shu <3 prometo que el prox. mes viene mas capi de Mayura y Ai xDD

[

Capitulo 30:

Valkyrie era un grupo muy conocido en Japón, con la batuta de Shu en el centro la belleza y delicadeza de Nito sobre el escenario y la voz de Mika hacían que el trio sea uno de los favoritos de las fanáticas, por fuera los tres jóvenes sonreían feliz frente a sus fanáticas pero tras bambalinas…

Nuevamente hemos vuelto a cometer un error en la presentación, te digo una y otra vez que esa no era la manera de moverte en la 3era estrofa de la canción Nazuna, no terminaste brillando como siempre…-

Lo he estado haciendo como siempre Oshi-san…- dijo tosiendo ligeramente-

Y encima me vas a venir con un dolor de garganta?? Dentro de 2 horas tenemos otra presentación por si no te has acordado…-

Claro que se que tenemos una presentación…pero tampoco es mi culpa que de repente empiece a toser…no somos maquinas sabias?? O si ¿? Tu que dices Mikachiin??

Yo…-empezo a jugar con sus manos- yo…-

Kagehira también se confundio en una parte en la canción…cuantas veces te he dicho que debes de aprenderte la canción al pie de la letra?-

Lo siento Oshi-san…prometo no volver a …hacerlo…-temblaba asustado porque no le gustaba las peleas entre los dos chicos-

Mikachiin no te preocupes…-se acerco al pelinegro y empezo a acariciarle suavemente sus cabellos-

Nazuna-nii…-dijo dejándose consentir por el rubio ojirojo-

El ojiazul suspiro pesadamente- Ya pueden dejar de ponerse en ese plan?? Tenemos que enfocarnos en la sgte presentación…-

De pronto el celular de Nito sonó, observo al mayor y con un gesto de aprobación combinada con fastidio se alejo de ellos por un rato

Espero que Nazuna-nii este bien…-

De seguro que es algo sin importancia…le dije que apagara el celular y no lo hizo-se cruzo de brazos enfadado-

Despues de un par de minutos apareció el rubio mas bajito mirándoles con preocupación

Oshi-san tengo que irme…-

Que dices?? No puedes irte asi como si nada estamos a 2 horas de nuestro 2do concierto…-

Lo se pero Vivio esta llorando y tengo que ir a verla!!...-

Vivio-chan??...-

Seguro que es un berrinche de hermana menor…ni se te ocurra irte…-

Lo siento Oshi-san pero no estoy esperando a que me des permiso, solo te lo estoy comunicando…- dijo empezando a quitarse el traje-

El ojiazul le tomo del brazo- tu no te vas de aquí…no vamos a sacrificar nada por algún capricho de tu hermana…-

Retira lo que has dicho…- el rubio le miro enfadado-

No lo hare…porque es la verdad tu hermana solo quiere buscar tu atención-

Tu no comprendes nada porque no tienes una hermana!!-

Shu no le aguanto eso y le dio una cachetada

Basta!!!...-dijo Mika para separar a Shu de Nito que estaba molesto-

El rubio solo se toco el rostro y miro sorprendido lo que hizo su amigo pero solo se dio media vuelta y cogio su maleta para empezar a caminar hacia fuera del camerin

Si te vas ni pienses en regresar…-

No te preocupes no lo hare…porque renunciare a Valkyrie…-

Nazuna-nii no lo hagas!!...-dijo el pelinegro- prometimos estar juntos!!...-dijo temblando mientras se aferraba al mayor-

Lo siento Mikachiin…pero ya no aguanto mas…-se retiro de aquel lugar dejando a los dos chicos solos-

El pelinegro se quedo abrazando a Shu mientras sollozaba fuertemente, mientras que el ojiazul aun no procesaba lo que sucedia, solo atino a abrazarse con el menor

Despues de la renuncia de Nazuna, Valkyrie tuvo que anunciar su disolución ante la sorpresa de sus fanáticas que no entendían el motivo, Mika y Shu se enteraron que la familia de Nazuna habia sufrido un accidente y solo Vivio habia sobrevivido

Shu se habia sentido muy mal por como habia actuado con el rubio pero el orgullo no permitia ir a buscarlo para apoyarlo, Mika se sentía mal con todo lo que habia pasado que solo se quedaba encerrado en su habitacion

En la mansión de la familia Itsuki las cosas no andaban tampoco bien , prácticamente se habían aburrido de Mika que le habia comunicado a Shu que la próxima semana Mika iria a un orfanato hasta que cumpliera los 16 años y de ahí que se las arreglara por si mismo, cosa que enfado al joven que se negó rotundamente a esa posición

Entonces te vamos a desheredar…-

No me importa…después de todo ya me habia aburrido de estar en este lugar y tomare el ofrecimiento de mi tio para ir a vivir con él junto con Kagehira…debería de estar agradecido que ustedes hayan tomado esta decisión…-

Maldito malagradecido…-

Si me disculpan paso a retirarme para alistar mis cosas…o quizás no quieran que me lleve nada…igual no me importa porque mi tio dijo que puede ayudarnos también en eso…aun no entiendo porque odiabas a tu hermano padre…solo porque el si decidio vivir como queria??...-rio burlonamente- adiós…-

Es asi que Shu se separo de sus padres y se llevo a Mika para la casa de tu tio que también era de clase media por lo cual ambos jóvenes iban a ayudarlos con la pequeña empresa textil que tenían

Al momento de subir al taxi y mirar atrás para ver hacia el lugar donde vivía su amigo, vieron al rubio que ondeaba sus manos mientras se despedia sonriendo con lagrimas en los ojos

Nito Nazuna…eres cruel…- Shu se mordio los labios y volvió a mirar al frente mientras que Mika si lloraba ondeando sus manos-

Ahora solamente me queda proteger a Mika y algún dia volver por Nazuna…-se decía a si mismo-
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Niichan?? Niichan?? Despierta…estas durmiendo en el sofá, puedes enfermarte….- hablo una adolescente Vivio de 16 años con una amplia sonrisa-

Uhmm??...-el joven rubio de ojos rojizos que aunque no habia crecido mucho igual habia incrementado su belleza, se tallo los ojos con pereza-me quede dormido….-

Seguro estas recordando nuevamente a tus amigos de la infancia no??...-mientras se sentaba a un lado del sofá-

Si…otra vez soñé con ellos…quizás me gano la nostalgia y las ganas de verlos nuevamente…-

Claro si supieras en donde están podrias verlos, pero ambos se fueron y desde ahí no supimos de ellos, quizás aun no es el momento de verlos…o eso es lo que pienso yo…-

Es lo mas probable…-bostezando ligeramente- ya esta todo listo para comenzar las clases en Hanasaki…-

Entonces el dia de mañana seremos alumnos oficialmente de ahí…-mirando como su hermano miraba una vieja foto- aunque lo que mas quieres es ver a tus amigos…-dijo la joven con voz baja solo para ella-

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Matta ne!!

Mimi-chan
« Last Edit: October 07, 2018, 12:04:02 AM by Mimi Tachikawa »


Eureka

Ahora tengo ideas y nada de tiempo, how the tables have tabled ):

Me faltan fake screens de whatsapp (?) [me gustó la idea de Puri, es muy cool], icons y blabla. De ahí vengo con eso c:

25.



       

“No,” la respuesta de Ryoji parecía ser definitiva, pero Hizumi aún no sacaba la artillería pesada, así que había esperanza. Estaba seguro de que había una manera de convencerle de que los ayudara, pero por más que intentaba, ninguna idea se le ocurría.

Lo cierto era que debían actuar ya: la actitud de Eureka se hacía cada vez más sospechosa conforme las semanas pasaban, y sabían que su amiga estaba metida en asuntos muy turbios. Para andar llevando sólo un curso, salía demasiado, y encima, el fin de semana luego del desastre del secuestro, había desaparecido un día entero y había regresado el domingo en la mañana como si nada. Al par de días le habían preguntado a Lelouch acerca del tema, pero él afirmaba no estar enterado de nada.

Sin embargo, a diferencia de él, que andaba muy tranquilo con el asunto –Hizumi intuía que, por temor a ser muy controlador, se había ido al otro extremo del espectro y no quería hacer alboroto por cualquier detalle—, Hizumi y Kanone si andaban muy preocupados. Parecía que todos se olvidaban a veces que Eureka de nuevo era HiME y su rebel podía estar en cualquier parte. De hecho, sospechaban que su ausencia en la mansión se debía a eso, pero aún no querían saltar a conclusiones.

Y aunque también entendían que la actitud de ambos no estaba del todo bien (‘She’s a strong independent woman who don’t need no man’, en palabras de Hizumi), era inevitable preocuparse. El regreso de Rizembool sólo significaba que la universidad ponía las manos al fuego por este nuevo lote de rebels, y por las nuevas tecnologías que usaban en esta ocasión.

“Ryoji, ¿tú no estás preocupado también?”
“Pues lo estoy,” Ryoji corrió su silla hacia atrás, para alejarse un poco de su laptop. “Pero tampoco tanto como para violar su privacidad.”
“…Tú y Kanone hicieron eso conmigo hace un tiempo.”
“Contigo no importa,” Ryoji le sonrió.
“Meanies,” Hizumi se desparramó en la cama de Ryoji. “Pero, hey, ¿en serio no quieres saber qué está pasando?”
“Sí quiero. Pero pienso que deberíamos preguntarle, tú sabes, lo que la gente normal hace cuando está preocupado por alguien.”
“Eureka no quiere decir nada,” Kanone andaba apoyado en el estante, cruzado de brazos. “Y no tenemos tiempo. Tal parece que la situación se le está haciendo cada vez más riesgosa.”
Ryoji desvió la mirada hacia la laptop. “No van a rendirse por nada, ¿no?”
“No.”
Luego de una breve pausa, Ryoji volvió a hablar: “…Okay.” Se veía muy incómodo. “Pero sólo permitiré que revisen sus últimas dos conversaciones de whatsapp.”
“Oh, es más que suficiente. Eso nos dirá un montón.”
“Ahora resulta que son las de Lelouch y Haru…”
“SHHH”

Ryoji sacó su celular de su bolsillo y abrió una aplicación. Luego de presionar la pantalla táctil un par de veces, un ícono muy parecido a él salió en la interfaz de la aplicación y una barra se empezó a llenar. Al terminarse, Ryoji introdujo una serie de códigos y lo dejó correr.

“Mientras corre, no puedo ver mis contactos, así que denme el número de Eu,”
“Okay,” Kanone estaba más cerca, así que le mostró la pantalla de su celular con el número de la HiME. Ryoji dejó que la aplicación corriera por unos instantes más, y luego introdujo el número de Eureka.

Se abrió lo que parecía ser la interfaz de whatsapp de la HiME. Hizumi se alzó de la cama y rápidamente se colocó al lado de Ryoji, junto a Kanone.


“Ohhh, le chuntamos a una, resulta que Haru si era una de sus últimas conversaciones.”
“¿Desde cuándo es tan amiga de Oikawa?” Hizumi arqueó una ceja. “Y omg, esa maldita desgraciada nunca escuchó los audios que le pasé u_u”
“¿De qué eran?” preguntó Kanone.
“…Chisme del bueno,” Hizumi sonrió. “Pero eso no es lo más importante. Hay que revisar la conversa con Lelouch—¡Ay!” Ryoji le había golpeado la mano antes de que llegara a darle un toque a la pantalla para abrir el chat.
“No.”
“Awn, damn, eres muy aburrido,” se quejó Hizumi. “Dejando eso de lado. ¿Quién es Seven?”
“¿Y qué es el potato group?”
“Ah, eso…” Ryoji rio un poco. “Es un grupo que hemos hecho con Cho y Osaka. Los cuatro estamos llevando Biohuertos.”
“Ahhh, Eu me contó, algo de que las tres fueron HiMEs pero Osaka es la única que no ha vuelto a retomar eso,” dijo Kanone. “Y ahora justo les tocó a las tres y a ti llevar Biohuertos.”
“Hicimos un grupo en whatsapp para coordinar salidas y también para pasarnos la voz respecto al cuidado de nuestras plantas,” contó Ryoji. “Nos está yendo bien. Esa foto que está ahí es de las plantas de Cho y Eureka.”
“Wow, yo aún sigo sorprendido con la existencia de un huerto en nuestra universidad,” dijo Hizumi.
“Misterios de Hanasaki,” comentó Kanone.
“Sí,” dijo Ryoji. “Bueno, les explico. Este app funciona como la Wayback Machine, no sé si la han usado.”

La cara de confusión de sus amigos le dijo todo.
Ryoji suspiró.

“…Es una página que te permite revisar capturas interactivas de páginas web que han desaparecido.”
“¡Ah! ¿Como screenshots?”
“Algo así, pero te deja ingresar a vínculos de la misma página, siempre y cuando hayan guardado también capturas de estos. En el caso de whatsapp, se guardan mediante el backup que ella tiene en Icloud.”
“Sigo sin entender,” se quejó Hizumi.
“Uh… pondré un ejemplo. La Wayback Machine funciona de esta forma: imaginemos que queremos ver el portal antiguo de Hanasaki, de idk, hace dos, tres años. Si hay una captura de esos tiempos en el servidor, podríamos ingresar a un par de vínculos que tenía.”
“Ahhh, ya, creo que entiendo,” dijo Hizumi.
“¿Cómo se aplica a este caso?” preguntó Kanone.
“Podemos ver sus conversaciones hasta cierto punto, parece que ha grabado hasta más o menos hace cuarenta y cinco minutos. Puede que ella haya conversado con gente en ese tiempo, pero mi app no lo registra. Si probáramos más tarde, ahí si mostrará los cambios en las conversaciones.”
“Supongo que los tiempos de las capturas son al azar, ¿no?”
“Algo así, parece que se dan antes de que se envíen archivos muy grandes, como videos o documentos,” Ryoji asintió. “Igual, esto les sirve de todas formas.”
“No sabía que era tan amiga de Oikawa, la verdad,” comentó Hizumi. “¿Revisamos esa?”
“Y la del tal Seven,” sugirió Kanone.

Ryoji asintió, y empezó abriendo la conversación con Oikawa.

 
 
         

“¿Alguien me explica que acabo de leer?” dijo Hizumi, releyendo el chat.
“¿De qué entrenamiento hablan?” se preguntó Kanone, en voz alta. “Mm, tal vez… ¿Eu ha conseguido que un estudiante de Rizembool la entrene?”
“Oikawa es el capitán del equipo de vóley,” dijo Hizumi. “Debe ser algo con eso. Pero no entiendo qué tiene que ver Eu…”
“Deberíamos investigarlo.”
“…No debí dejarles leer estas conversaciones…” se lamentó Ryoji. “Ahora van a espiarla…”
“Es por un bien mayor, Ryoji,” dijo Kanone.
“Eu no es una niña, ¿saben?” suspiró Ryoji.
“Parece que te olvidas que su rebel—”
“Sí, ya sé. Pero ha sido HiME antes, y ganó. No la subestimen…”
“Aun así, si sé que está metida en problemas y se niega a aceptar nuestra ayuda, debo hacer algo al respecto.”
“Pienso lo mismo,” dijo Hizumi. “Ryoji, abre la de Seven, por favor.”

En esos momentos, Ryoji se arrepentía de haber accedido. Luego de esto, iba a cerrar la aplicación, pero el daño ya estaba hecho: sentía que había traicionado la confianza de Eureka. Por más de que Kanone y Hizumi intentaran justificarlo, le parecía que no había sido lo correcto. Lamentablemente, ya era muy tarde para sentirse culpable.

Tocó la conversación de Seven, y una pantalla se abrió.
 

“Parece que el mismo Seven ha asegurado su conversación,” dijo Ryoji. Salió a la interfaz principal para volver a realizar la misma acción, pero fue en vano: le salía el mismo pantallazo negro con el ‘error 707’. Volvió al menú principal de la aplicación, introdujo unos códigos y esperó a que corriera. Al regresar a la interfaz principal de whatsapp, probó de nuevo con la conversación de Seven, pero volvió a salirle el mismo pantallazo negro. “Lo siento, parece que su seguridad es más fuerte que mi propio programa.”
“Ese tal Seven debe ser un muy buen hacker… Ah,” Hizumi se cortó a sí mismo al darse cuenta de algo muy obvio. “…Él la ayudo con lo del secuestro.”
“¡Claro!” dijo Ryoji, iluminado. “Ella mencionó algo de un hacker… ¿tal vez fue él?”
“Muy probable,” comentó Kanone. “Bueno, tenemos unas cuantas pruebas, pero igual deberíamos ir a chequear lo de Oikawa mañana.”
“Sí, a mí también me da curiosidad.”
“Están solos,” anunció Ryoji. “No los acompañaré.”
“Eh, esperábamos que no lo hicieras, de hecho,” Hizumi sonrió. “Pero no le digas nada a Eu. Estoy seguro que vas a querer arreglar esto y sentirte mejor al decirle… Pero confía en nosotros.”
“Si todo sale bien, Eu nos contará lo que ha pasado en estas últimas semanas.”
“…” Ryoji suspiró. “Suerte con eso, entonces,” Ryoji intentó salir a la interfaz principal para desloggearse de la aplicación y cerrarla, pero cada botón que presionaba le desviaba al error 707. “…Parece que Seven me hackeó. Ya no puedo entrar a nada.”
“…Creo que lo subestimamos,” comentó Kanone. “Igual ya tenemos toda la información que necesitamos, así que no importa.”
“Yo me voy a dormir, amiguitos~” Hizumi se estiró, a la vez que caminaba a la puerta. “Gracias Ryoji… y disculpa,” mencionó en voz baja, antes de salir de la habitación.

Hubo unos breves instantes de silencio luego de que Hizumi los dejara.

“Wow, nunca pensé que escucharía a Hizumi pidiendo disculpas,” comentó Ryoji.
“Pero es lo justo. De hecho, yo también te pido disculpas. Prometo que será la última vez que te pongamos en una situación tan incómoda,” Kanone le sonrió, apenado. “Gracias, de nuevo,” y se giró hacia la puerta. La cerró tras de sí, con cuidado de no hacer ruido por lo tarde que se había hecho.

Una vez solo, Ryoji reposó sus codos en su escritorio. Sabía que sus amigos tenían las mejores intenciones en mente, y no dudaba que querían lo mejor para Eureka, pero…

“El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones,” dijo, y soltó un suspiro.


     


Su ringtone la despertó bruscamente, y se incorporó de golpe en la cama. Eureka se puso a palpar las sábanas en busca del celular, sin poder ubicarlo con certeza por la oscuridad de su cuarto. Cuando lo encontró debajo de la colcha, le costó acostumbrarse a la luz de la pantalla, y deslizó el botón para contestar, acercando el móvil a su oreja.

“¿Seven?” dijo, y no pudo contener un bostezo. “Ah, sorry, estaba durmiendo.”
No te preocupes. Al contrario, disculpa por despertarte. Sé que es tarde, pero quería contarte que han hackeado tu celular.
“¿Eh?” Eureka no comprendía lo que oía. Tal vez porque aún seguía medio dormida.
THE HACKING IS COMING FROM INSIDE THE HOUSE
“QUÉ” En esos momentos, su cerebro sólo conectaba la palabra ‘hacker’ con Seven, por lo que no entendía quién más podía hackearla.
Lo siento, quería gritar eso (?)” Seven rio. “Pero sí, es cierto, alguien en tu casa te está hackeando. ¿Cómo lo sé? Bueno, soy Dios Seven, yo sé todo—
“Seven,” dijo, muy seria.
Eeeeeeh, qué pesada eres,” se quejó el pelirrojo. “Le puse un seguro a nuestra conversación. Tú sabes, por sea caso.
“Por tu trabajo súper shady…”
Exacto. Y bueno, hace un ratito recibí una alerta de que han intentado abrirlo, sin éxito. Estoy chequeando las cámaras para ver si encuentro al culpable… oh, lo encontré.
“¿Quién…?” Eureka se demoró unos segundos en reaccionar. “¡Ryoji!”
Pim pam pom~ Es él. Pero está con tus amigos, Kanone y Hizumi.
“…Sospechoso.”
Puede que revisen otras conversaciones tuyas—
“LA DE OIKAWA,” gritó Eureka. “No recuerdo si mencioné en algún momento que era mi rebel, pero—”
Tranquila, me estoy bajando su sistema para que ya no puedan leer tus chats de whatsapp. Pero bueno, lo que realmente te quería decir es que, luego de esto, me he dado cuenta de que es poco seguro hablar por whatsapp o aplicaciones así. Voy a crear un app para hablar entre nosotros. Y agregaré también a Oikawa, porque ahora ambos son mis lacayos, jeje~
“Oh, suena exclusivo y seguro…” dijo Eureka. “No ocupará mucho espacio, ¿no?”
Para instalarlo, necesitaré verlos, porque tengo que conectar sus celulares a mi laptop, así que ahí puedo aprovechar para liberarte un poco de espacio en el celular. ¿Cuándo podría ser?
“Uhh… mañana iré a Rizembool un rato, voy a ayudar a Oikawa un rato con su entrenamiento. ¿Podría ser allí?”
¿A qué hora?
“De dos a cuatro.”
Dale. Me desocupo a las dos y media, más o menos, así que a las tres los veo en la puerta principal. ¿Oikawa me podrá hacer pasar? Si no, me hago un TI falso de Rizembool…
“Mejor pregúntale, porque creo que cada alumno sólo puede hacer pasar a un visitante.”
Mm, okay, le preguntaré mañana.
“Claro, a él no lo levantas a estas horas inhumanas…” se quejó Eureka.
A él no le han hackeado el celular,” Seven rio.
“…Cierto. Bueno, te veo mañana, Seven.”
Ya~ cuídate, descansa.
“Gracias por avisarme, btw.”
No prob~

Ambos colgaron al mismo tiempo. A la vez que se echaba de nuevo en su cama, Eureka suspiró, recordando que no había momento en el que Kanone, Hizumi y Ryoji dejaran de complicarle la vida.



flashback
   



Parecía que, en algún momento de la madrugada, Sho se había quedado dormido, rindiéndose ante el cansancio. Le sorprendía, tomando en cuenta lo incómodo que se había sentido allí, al lado de Souji. La noche pasada, había considerado la posibilidad de amanecerse, al notar que no podría pegar el ojo junto a él. Pero su cuerpo lo había traicionado: una semana llena de entrenamientos y encima, una noche tan alocada como la de ayer, habían sido la combinación perfecta que logró tumbarlo por una media hora.

Sin embargo, nada lo preparó para la situación que lo esperaba a la hora de abrir los ojos. Lo primero que notó fue que, en pleno sueño, se había acomodado y estaba echado de perfil. Lo segundo: la estancia estaba levemente iluminada por el sol que se colaba por la ventana, lo que le permitía ver con claridad todos sus alrededores. Pero sin duda, lo más importante era que Souji andaba a escasos centímetros de él, descansando en completa calma, antítesis clara de sus acciones de la noche pasada.

Sho sintió un vacío en el estómago, y lo atribuyó a la noche anterior, sin prestarle mucha importancia.

Intentando no despertar a su amigo, sacó su celular del bolsillo de su pantalón con sumo cuidado, para revisar sus últimas notificaciones en silencio. Sho soltó un suspiro aliviado: un peso se le había quitado de encima al ver que su hermano le pedía que se encontraran en el primer piso para poder regresar juntos a casa. En esos momentos, no cabía en su alegría, y agradecía a Ken por salvarlo de aquella situación.

Pero un movimiento brusco a la hora de guardar el móvil fue lo único que Souji necesitó para despertarse. Parpadeó un par de veces hasta abrir los ojos totalmente, y sonrió al cruzar miradas con Sho. Este, por supuesto, no tenía previsto entablar contacto visual con él en aquella posición, lo que lo asustó, obligándolo a retroceder de su posición hasta quedar al borde de la cama.

“…”
“…”
“…” Souji intentó aguantarse la risa, pero fue en vano. Irrumpió en risas, y hasta tuvo que taparse la boca para poder aminorar el volumen de sus carcajadas.
“No entiendo qué se te hace tan gracioso,” comentó Sho, con una ceja arqueada. “Oye, cállate, que vas a levantar a toda tu familia a este paso.”
Souji asintió. “Cierto, cierto, tienes razón,” dijo, incorporándose en la cama para sentarse. “¿Qué hora es?”
“Seis y veinte,” Sho se levantó de su sitio. “Ken me acaba de contactar, ya se levantó.”
“Oh, bajemos, entonces,” dijo Souji, y se levantó, caminando hacia la puerta de su cuarto. Sho lo siguió, y cuidaron no hacer mucho ruido a la hora de caminar por el pasillo y bajar las escaleras. Felizmente, tal parecía que ningún miembro de la familia Seta estaba despierto a esas horas.

En la sala, se encontraron con que sólo Kaneki y Oikawa se habían quedado. Ambos, felizmente, yacían despiertos, aunque Oikawa parecía que recién se había levantado hacía unos minutos.
         



“¿Qué pasó con Eren y Kaworu?” preguntó Souji, en voz baja.
“Se fueron hace unos veinte minutos. Kaworu se ofreció a jalar a Eren antes de devolverle el carro a Chrom,” le respondió Kaneki, con un volumen similar de voz.
“Me levanté muy tarde como para acoplarme u_u” contó Oikawa.
“Y yo estaba esperando a que Sho se despierte,” dijo Ken. Luego, se quedó en silencio, pensativo. “Ojalá que Chrom no se enoje por lo del carro…”
“Si nos cobra, tendremos que pagarlo,” dijo Souji, con un suspiro.
“¿¡Eh!? ¡Pero si siempre es culpa de Kaworu!” se quejó Sho.
“Igual, también somos responsables en cierta manera,” dijo Ken.
“No creo que nos alcance para otro de esos gastos, Ken.”
“Eso es porque te estás gastando un montón de tu sueldo en videojuegos…”
“¿En serio?” preguntó Souji.
“…” Sho frunció el ceño. “¿Tal vez? ¡P-Pero eso no tiene nada que ver contigo!” le reclamó.
“Nunca te veo ir a trabajar…”
“Souji, no jodas,” Sho rodó los ojos.
“Más bien, ya deberíamos irnos,” comentó Ken. “Gracias por todo, Souji.”
“Ahhh, yo también debería irme ya,” dijo Oikawa. Los cuatro caminaron hacia la puerta, donde Oikawa, Sho y Ken se alistaron para salir. “Gracias, Sou-chan~”
“No se preocupen. Debemos repetirlo pronto,” dijo Souji, y les sonrió.
“¡Sí!” dijo Kaneki. A su lado, Sho asintió.

Se despidieron entre susurros, y luego, Oikawa tuvo que separarse de ellos para tomar la ruta a su casa.



   
“Sho, ¿estás bien?” le preguntó su hermano, una vez solos.

Las avenidas a esas horas yacían vacías, más aún porque se trataba de un domingo. Para su mala suerte, el sol justo estaba alumbrando en su dirección, por lo que los rayos de luz les caía directo en las caras. Tuvieron que cruzar la pista para llegar a la otra vereda, rodeada de sombras.
Felizmente, el trayecto de regreso a su departamento no era tan largo.

“¿Me escuchaste?”
“Sí, pero no entiendo por qué me preguntas eso,” confesó Sho, un poco confundido. No recordaba haberse comportado distinto desde que se había reunido con Ken esa mañana.
“Te noto… raro.”
“Estoy igual que siempre.”
“Mm-hm,” Ken negó con la cabeza. “Estás más silencioso de lo normal. Usualmente andas así cuando estás enojado, pero creo que no es el caso. ¿Pasó algo con Souji?”
“No,” y era cierto: no había ocurrido nada raro la noche pasada. Sin embargo, su respuesta parecía no haber convencido a su hermano.
“Mm, bueno. Fácil es algo de lo que aún no te das cuenta…”
“Ken, no soy tan lento.”
“A veces sí,” Kaneki le sonrió.

Y aunque dispuso unos minutos de esa mañana para pensarlo detenidamente, no pudo venirse con una explicación. Todo indicaba que Ken estaba exagerando, y no era más que su imaginación hablando. Todo estaba bien.


/flashback


   


…O eso creía.

Por alguna razón, no podía concentrarse bien en sus deberes: ya sean proyectos de la universidad, sus entrenamientos con Souji o durante su turno part-time en el café donde trabajaba, todo parecía irle de mal en peor debido a su poca atención y su tendencia a perderse en sus pensamientos. Se encontró a sí mismo regando el café en el counter varias veces, pintando en la mesa en vez del folcote y reaccionando tardíamente a los ataques de Souji.   

Al conectarlo con la inminente cita con uno de los encargados del comité, se dio cuenta de que no merecía darle mucha importancia, y estaba seguro de que se le pasaría eventualmente… pero ya andaban en la mitad de semana y seguía con lo mismo, así que no cabía duda de que era por algo más. Ken tenía razón: algo raro le estaba pasando. Y, para él, lo más molesto de todo era no poder ser capaz de darse cuenta de qué era lo que ocurría en su interior.

“¡…Shoooo!” el mencionado saltó en su sitio al escuchar tremendo grito en su oreja por parte de Anemone. “Wow, mama bear tenía razón cuando me dijo que estabas en otras,” comentó su amiga, y volvió a teclear en su laptop.
“Carajo, por qué no gritas más fuerte la próxima vez,” dijo, rodando los ojos.
“Mm, estás con un humor de perros,” comentó Marie, observándolo de reojo.
“¿Es por el fin de semana?”
“¿Eh?”
“Ya nos contó todo Oikawa,” rio Marie. “Tuvieron su ‘Dude Night’, con tu hermano, Kaworu y etcétera.”
“…Por qué no me sorprende de él.”
“Pensé que tú nos lo contarías, la verdad,” admitió Anemone. “Igual ya sabíamos por las fotos en instagram…”
“Yo no subí nada,” dijo Sho.
“Oikawa sí.”
“¡Mierda! De seguro lo hizo cuando ya estaba medio ebrio…”
“…Mama bear también.”
“Ese par de idiotas,” Sho se llevó una mano a la cara. “Adachi lo va a joder…”
“¿Tú crees? Camino a la facultad vieja, los ví por ahí juntos. Hasta me acerqué a saludarlos y Adachi se veía de buen humor.”
“Es raro, tho,” comentó Anemone. “Adachi siempre lo molesta por este tipo de cosas. ¿No lo hizo hace poco cuando Souji se regresó por su cuenta y lo dejó solo en la fiesta de derecho?”
“¡Exacto!” dijo Sho.
“Fácil han llegado a un acuerdo,” Marie dio un sorbo rápido a su café. “No sé, no he hablado con Souji en estos días. De hecho… está igual de estúpido que tú, Sho,” comentó, y volvió a tipear apuntes en su laptop.
“…” Sho la fulminó con la mirada.
“¡Ajá! ¡Algo debe haber pasado entre ustedes el fin de semana! ¡Al fin!” afirmó Anemone, señalando al pelirrojo. Se giró hacia Marie, con una sonrisa socarrona. “Marie, pay up. Gané la apuesta.”
“¿Qué apuesta?” Marie la observó, con una ceja arqueada.
“Sobestia, la apuesta sobre Sho.”
“…” Marie estuvo a punto de replicarle, pero pareció acordarse a último momento de lo que Anemone hablaba. “Oh, me había olvidado de eso. Yo también estaba del lado de Sho, cojuda,” dijo, e hizo a un lado su laptop para tomar el brazo de su amigo. “Buena suerte.”
“¡¿Qué carajos está pasando?!” Sho retractó su brazo rápidamente, y les pidió explicaciones con la mirada.
“…¿No hiciste nada?”
“¿De qué mierda hablas?” Sho hizo una pausa. “No, en serio, no entiendo qué chuchas está pasando.”
“Sho…” Anemone parecía haber notado algo crucial. “¿No te has dado cuenta, no?”
“Sería genial que me expliques de qué mierda estás hablando.”
Anemone negó en silencio y miró a Marie. “¿Puedes creerlo?”
“¿La verdad? Sí. Es un estúpido, y creo que el más lento del grupo. No me sorprende…” Marie se encogió de hombros. “Bueno, ignóralo.”
“¡No! ¡Quiero saber!” se quejó Sho.
“Sho… piénsalo un poco,” le dijo Anemone. “Piensa en por qué odias tanto a Adachi, por qué se te ha hecho tan sencillo acercarte a Souji en este último año.”
“Una última pista: piensa en lo que ha pasado este fin de semana,” dijo Marie. “Pero detente un poco en eso, y analízalo bien.”
“¿Crees que algo pasó?” preguntó Anemone.
“Fácil no pasó nada, y eso es lo que lo tiene distraído.”
“Ohh, entonces era como que… ¿esperaba que pasara algo y la falta de eso lo puso así?”
“Exactamente,” Marie sonrió.
Sho gruñó, jalándose los pelos de la frustración que sentía. “¡No sé de qué están hablando!”
Luego de unos breves momentos de silencio, Anemone lo miró fijamente. “Te gusta Souji, Sho,” le dijo. A juzgar por su expresión, la pelirrosa no bromeaba en lo absoluto, pero Sho no podía hacer la conexión. No entendía de qué hablaba, por más de que había escuchado la frase y todo. No podía procesarla.
“¿…Qué?” Sho sentía que su amiga hablaba en lenguas. “¿De qué estás hablando?”
“Te gusta Souji. No sé en qué otro idioma decírtelo.”
“…No entiendo.”
“Dios mío, Sho, estás enamorado de él, ya déjate de huevadas,” Marie rodó los ojos.
“…No,” Sho miró a Marie. “No. No entiendo, yo no siento nada de eso por—”
“¡Es porque nunca te ha gustado alguien, estúpido! Pero ding ding ding, te presentamos a tu primer crush: Souji Seta, nuestro querido mama bear, adorado por todo Rizembool, famoso por sus obentos caseros y sus consejos.”
“…” Sho seguía perdido.
“¿Fácil con un ejemplo entiende?” propuso Marie.
“Te usaremos a ti,” dijo Anemone. Marie quiso oponerse, pero la situación la estresaba tanto que la obligó a dejarlo pasar. “Sho, sí sabes por qué Marie le escribe poemas a Iwaizumi, ¿no?”
“Sí. Le gusta.”
“Ya. Lo mismo que tú sientes por Souji,” dijo Marie.
“No. A mí no me gusta Souji.”
“…Dude. Odias a su enamorado, te le has pegado como lapa, es el único que realmente te interesa del grupo… un poco más y le haces ojitos. Déjate de estupideces.”
“Adachi me cae pésimo, Souji me está ayudando a entrenar, y uh… no sé, es divertido andar con él. No entiendo de dónde sacan que me gusta.”
Marie soltó un suspiro profundo. “Deja de estar en negación, Sho.”
“No estoy en negación,” comentó muy calmado, para sorpresa de ambas. “No me gusta Souji.”
Ahora Marie y Anemone eran las que andaban muy frustradas. “¡NO JODAS! ¿Qué tan denso puedes ser?” gritó Anemone.
“¡En serio, deja de negarte!”
“No me estoy negando.”
“¡SDFJSDKLADMÍTELOMIERDA!” Marie se levantó, dispuesta a ahorcarlo.
“¡TE GUSTA…!” Anemone la imitó, pero se cortó a sí misma, al cruzar miradas con la persona en cuestión. Souji, junto a Oikawa, Iwaizumi y Arakita, se les acercaba desde el otro lado del comedor central.
“No.”
“Sí,” sutilmente, Anemone codeó a Marie, y señaló con la mirada a la dirección en la que venían sus amigos.
“No… no me he enamorado nunca, y no lo pienso hacer. Es una distracción, no tengo tiempo para eso.”
“¿Pero… no has estado distraído desde el lunes?”
“No tiene nada que ver, es por la cita con—”
“Sho.”
“¡No es por Souji!”
“¿Por mí?” Sho no tuvo que girarse para verlo, a pocos metros de la mesa en la que se encontraban. Su expresión indicaba que no había escuchado la conversación en su totalidad.
         
     
   

   

“Hola, chicas,” saludó Souji. “Hola, Sho,” y le sonrió.
“…Hey,” Sho se demoró en contestar.
“Soujiiii~” canturreó Anemone.
“Nosotros también estamos aquí, por sea caso,” se quejó Oikawa, indignado por no ser el centro de atención. Arakita lo codeó de una forma amigable, y las chicas los saludaron. A su lado, Iwaizumi saludó en silencio y con un ademan de mano a Marie, quien le devolvió el gesto, un poco tímida.
“¿De qué hablaban?” preguntó Souji. Se fue a la mesa más cercana para arrastrar una silla y sentarse al lado de Sho. El resto del grupo lo imitó, y todos tomaron asiento.
“De lo mucho que ha mejorado Sho en estas semanas con su entrenamiento.”
“Oh, pero entonces, sí es por Sou-chan,” comentó Oikawa.
“…Sí,” dijo Sho, en una voz diminuta.
“‘Me mataste. Eres un asesino, con tu sonrisa silencios—’” Arakita fue interrumpido por un golpe en la cabeza. “¡ASDFGHJ! ¿Por qué hiciste eso?”
“¡NOLEASCOSASPRIVADASIDIOTA!” Marie abrazó su laptop, aferrándose a ella como si fuera su posesión más preciada.
El grupo irrumpió en risotadas, y hasta Marie terminó uniéndosele.

La conversación se desvió a la reciente victoria del equipo de vóley contra Hanasaki, entre otros chismes del grupo, y Souji aprovechó que todos estaban tan ensimismados en ella para poder hablar con Sho sin que los interrumpieran.

“¿Estás bien?”
“¿En serio? ¿Tú también con eso?” Sho rodó los ojos.
“Sho, soy testigo de cómo andas. Tus entrenamientos del lunes y de ayer me lo dicen todo. Tienes la cabeza en otro lado.”
“Sé que es mi peor rendimiento hasta la fecha, pero es por la cita—”
“No, lo dudo,” dijo Souji. “Eso no debería afectarte tanto. Hay algo más. Está bien si te lo quieres guardar para ti, pero sabes que Kaneki y yo siempre estamos aquí para ti, para escucharte y aconsejarte. No te gusta recibir ayuda, pero es bueno saber que tienes gente apoyándote.”
“No, es que… No sé… no tengo idea de qué puede ser,” dijo Sho, muy sincero. Aún seguía muy perdido respecto a ese tema. “Y no me quiero hacer bolas por algo que fácil no existe. Tal vez sólo estoy cansado y ya.”
“…Claro,” Souji tomo su mentón, pensativo. “Puede ser, también. No lo había pensado. Tuviste una semana pesada, así que tendría sentido.”
“Ajá.”
“Y encima, la presión de la cita… mm, tienes razón, puede ser eso.”
“¿Ves? Nada de qué preocuparse. Mañana luego de la cita estaré bien, de nuevo.”
“Suerte con eso,” Souji le sonrió. “Estoy seguro de que te irá muy bien.”

Y ahí, en ese momento, todo encajó. Lo que en quince minutos de discusión no le había entrado, en un segundo pareció ser tan sencillo y tan fácil de ver que se quedó atónito y sin palabras. 

Una sonrisa había sido suficiente, bastó y hasta sobró para eso.

Empezó en cámara lenta, repitiendo sucesos de los últimos meses, hasta que se detuvo en esa incómoda madrugada del domingo pasado… y todo cobró sentido. Todo calzó. Marie y Anemone tenían razón. Sho, que era más de actuar que de reflexionar, no se había dado cuenta hasta ese entonces, casi un año y medio después del inicio de todo.

Hubiera preferido, sin embargo, no haberse enterado de ese detalle.
« Last Edit: September 03, 2017, 12:00:03 AM by Eureka »


Sayi

Fic flash para mover las cosas un poquito. Luego regreso con más cosas QUE DEBO



Episode 23 — Turn the Lights On

“¡¿QUE COSA?!”

Al escuchar la indignación en su voz, Hige hizo a un lado su lata de refresco y se giró hacia Ichigo.

“o_o”
“¿Que Asaba invitó a Sayi a salir? ¿En una cita?” continuó el rubio “¿Y que Sayi le dijo que si?”
“Si, o al menos eso me acaba de decir~”

Hige extendió su celular para que pudiera ver la conversación. Ichigo subió y bajó la pantalla, se aseguró de releer la conversa dos veces, y entonces le devolvió el aparato al castaño.

“Yo me alegro por mi mami uwu”
“Ok pero ¿Asaba? ¿ASABA?” se quejó el rubio “He escuchado que por poco y no ha salido con toda la población femenina de Hanasaki”
“Ah eso era antes, ahora está un poco más tranquilo” respondió el Child “Aunque si creo que mi mami podría conseguirse a alguien mejor u3u”
“¿¡Y por qué no le dices algo!?”
“Porque igual me alegro por ella uwú. Finalmente esta empezando a hacer algo por superar a mi papi, y pues que vea a donde la lleva esta cita ¿no?” Hige balanceaba su soda en círculos mientras Ichigo caminaba de un lado a otro “Kaien también le recomendó que saliera con otras personas ¿no recuerdas?”

Era cierto. Y en asuntos del corazón, o desde ya madurez emocional, Kaien tenía los mejores consejos bajo su manga. Pero su gemelo apenas y se había marchado hace una semana, y Sayi había sido muy rápida en seguir su sugerencia. Demasiado para su gusto.

Además, había algo en Asaba que le daba mala espina…

“Voy a hablar con Asaba” sentenció Ichigo, apurándose en guardar sus cosas en su mochila.
“¡¿Qué?!” Hice también se puso de pie “¡No te metas en la vida privada de mi mami!”
“No es que quiera, pero algo no me cuadra” respondió el rubio “Tengo que asegurarme de sus intenciones antes de dejarlos seguir con esa… esa cita >(”


Hice le observó perderse tras un edificio, de seguro corriendo hacia la facultad de arte. Entonces regresó a su Nintendo Switch y guardó su partida, preguntándose si él también debería ir a preguntar las intenciones de Asaba así como Ichigo pensaba hacer.

Entonces Hige se preguntó si Ichigo, por encima de sus buenas intenciones con Sayi, también se sentía reacio en verla empezar una nueva relación con alguien más. Y es que a aunque Taikoubou estuviera lejos y se hubiera desligado de Hanasaki, Ichigo aún era su mejor amigo así como él era algo así como su ‘hijo’.

“Pues, al menos yo soy más maduro que Ichigo y no voy a andar haciendo dramas u3ú” sentenció el castaño, haciendo un puchero y regresando a su juego.

Era media tarde en la cafetería de la universidad, y con el almuerzo superado cada vez había menos gente presente. Los de limpieza ya estaban barriendo los pasillos y limpiando las mesas, por lo que Hige pensó en mudarse a uno de los jardines del campus para no incomodarlos.

“…”

Cuando guardó su videojuego en su mochila sintió que alguien lo llamó. Alzó la cabeza y miro en todas direcciones, pero nada. Extrañado, se llevó la mochila al hombro… y fue entonces que sintió una sensación retumbar dentro de él.

Y lo único en que podía pensar, mientras salía a toda prisa de la cafetería era en cómo no se había dado cuenta antes.

Su mochila golpeteaba contra su espalda, y los estudiantes a su alrededor miraban extrañados la prisa con la que corría… pero Hige no tenía cabeza para prestarles atención. ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? El Child buscaba cuanto atajo pudiera encontrar para acortar su ruta, en una de esas cruzando un auditorio repleto de una lectura de Astronomía.

“¡Pero que le pasa!”
“¿Se le habrá muerto alguien?"
“¿Cuál es tu número de estudiante? ¡Estás interrumpiendo la clase!”

Pero Hige ya se encontraba fuera, lejos de ahí, y ya muy cerca a su destino.

Finalmente se plantó al entrar a un largo corredor, y a la distancia reconoció la entrada a la dirección de Hanasaki. Entonces retomó un poco de aire, antes de llamar su atención.

“¡¿Qué haces aquí?!” le recriminó, y él se detuvo en el acto “¡¿Por qué no me dijiste que venías?!”



Taikoubou se giró rápidamente y se encontró con Hige, ahora dando zancadas hacia él. El peligris no podía esconder su asombro. Se había asegurado que nadie se enterara de su visita a Japón.

“¿Cómo supiste?” fue lo primero que atinó a preguntar, pero la molestia en los ojos de Hige le hicieron retractarse “Tengo que hablar con Miranda. Es un asunto algo complicado”
“¿Por qué no me dijiste?” volvió a preguntar el Child, pero el peligris no supo qué responder “¿No podías confiar en mi?”
“No es eso, Hige, es que yo…”

Taikoubou se llevó una mano a la cabeza, y Hige reconoció el dolor en sus gestos. Era un dolor que, según pudo reconocer, no era común y corriente.

“Lo siento, he tenido una migraña por días” se disculpó el peligris “Es parte de la razón por la que he venido”
“…”
“No es que no pueda confiar en ti, no pienses así. Es solo que…”
“…Es complicado, lo entiendo” continuó el Child “Pero entonces, no te molestará que este presente en tu conversación con Miranda, ¿cierto?”

Taikoubou tensó los labios, pero Hige lo miraba decidido. No quería que nadie se enterase de su visita, pero era evidente que en Hanasaki habían ciertos escenarios que no se podían obviar.

“Esta bien, puedes venir. Pero prométeme que no le dirás a nadie que estoy aquí”

Hige asintió.

“Puedes confiar en mi"
« Last Edit: August 13, 2017, 02:44:57 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Isumi

PFFFFFAAAAAAAAAAAAAAA de pedo




10.New World Order; part 4.

Saiko's POV

-¡¿Qué?!- Isumi se exaltó, pero luego comenzó a calmarse. -Qué… eso… no puede ser.-
-Supongo te habrás dado cuenta, pensando en las posibilidades, era bastante lógico que terminaras en esta situación. Desde el momento que viajaste al pasado, tu futuro dejó de existir, y cada vez que viajes al pasado de nuevo, destruirás el futuro de donde proviniste.-
El utilizo de la palabra ‘destruir’ hizo un gran impacto en los tres. Pero ninguno pudo expresarlo con palabras, ya que todo esto era demasiado grande para nosotros.
-Claro está, esto sucede con cualquier persona que vaya al pasado, ya que con el solo hecho de dejar tu pequeña marca en el pasado, algo en el futuro ya cambió. A veces los cambios son drásticos, a veces son insignificantes, uno nunca puede saberlo. Tal vez si matas a una persona en el pasado, el futuro no cambie casi nada, pero si matas a una hormiga, puede que cambie hasta el destino de la humanidad misma. Parece que estoy usando exageraciones, pero es exactamente así. Todo es tan poco predecible que es imposible de calcular qué tipo de cambios has ocasionado en el pasado, pero lo seguro es que el futuro que tu conoces, al menos según nuestros conocimientos, no existe más.-
Mientras Isumi y yo contemplábamos la situación boquiabiertos, nuestro más inteligente amigo habló.
-Disculpe,- Lo interrumpió Shuujin. -¿qué quiere decir con ‘según nuestros conocimientos’?-
-Pues, hay una teoría que dice que todas las líneas temporales siguen una línea paralela que nunca se encuentra. Esto significaría que el futuro de Isumi sigue existiendo en algún lado. Pero es un futuro posible solo si Isumi nunca modificó el pasado, ya que la línea temporal que sigue desde el año en el que ella participó en la primera guerra, es la misma en la que nos encontramos ahora, y Aigis aquí es la prueba de ello.- Cuando dijo eso, los tres nos giramos hacia la indicada e Isumi le preguntó:
-Aigis ¿estuviste todos estos años despierta?-
-No realmente, estuve en hibernación por varios años hasta que la tecnología fue lo suficientemente adecuada para mantenerme despierta.- Hizo una pausa y sonrió. -Irónicamente, fueron los científicos de Rizembool quienes lograron ponerme en hibernación en primer lugar.-
-Heh…- la ex HiME no sabía como reaccionar y solo rió apenas.
-Aigis… ¿de donde… o mejor dicho de cuando eres?- Sé que Shuujin quiso decir esa frase por muchísimo tiempo por lo que me sorprendió que lograra mantener una cara seria al respecto.
-No me digas que Rizembool te creó.- Dijo Isumi ya rendida a no saber qué pensar de sus enemigos.
-De hecho, no. Yo fui creada en un laboratorio en el pasado por una persona que no dejó rastros luego de mi despertar. En mis datos habían cosas como mi misión, mi nombre y el hecho que era una HiME, pero nada sobre mi creador. El lugar en el que fui creada tampoco existe más, ya que mi primera misión fue destruirlo, pero puedo asegurarles que no era un laboratorio ni de Rizembool, ni de una empresa gigante con mil personas a cargo. Parecía más el garage de una casa.- Lo cual hacía más increíble su existencia, sobretodo si esa persona la creó con la tecnología del pasado.
-Cuando Aigis llegó a nosotros, lo primero que hicimos fue buscar en su base de datos por información sobre su creación.- Continuó Shiroe haciéndonos girar hacia él nuevamente. -Y lo que encontramos fue que la tecnología utilizada, era la de éste tiempo.-
-¿Quieren decir… que quien creó a Aigis es alguien del futuro?- Shuujin como siempre llegando a las conclusiones antes que nosotros.
-Es una posibilidad muy grande, sí. Por el momento no tenemos otras teorías.-
-¿Y si yo viajara al pasado al momento que esa persona estaba creando a Aigis?- Preguntó Isumi ya metida totalmente en esta historia y habiendo olvidado lo anterior.
-De hacer eso, no podrías volver a este mismo lugar a decírnoslo. Recuerda que al viajar por el tiempo, estarías destruyendo este futuro o, en todo caso, la posibilidad de volver al mismo. Y esta teoría, al contrario de la teoría de la destrucción de líneas temporales, es la teoría de la creación de más líneas temporales a causa del viaje al pasado. En realidad, no hay manera de comprobar ninguna de estas teorías a menos que encontremos un modo de viajar por universos paralelos o que haya alguien con tal poder. Pero lo que sí es seguro, es que mientras los viajes sean sólo al pasado o al futuro, una persona se puede mover solo hacia atrás y hacia adelante en una misma línea temporal. Por lo tanto, cuando Isumi viajó al pasado, sea que destruyó su futuro o que creó otro diferente, no cambia el hecho de que no podrá nunca volver a su futuro original, ya que en su futuro original se debería encontrar otra supuesta Isumi que nunca viajó al pasado, modificando así el futuro.-
-Espera espera…- Continuó Shuujin a interrumpirlo mientras Isumi y yo mirábamos algo atontados, casi no entendiendo del todo lo que estaba diciendo. -Si Isumi al volver al pasado cambió el futuro, ¿no es una paradoja que ella misma esté ahora en este futuro?-
-¿Eh?- Isumi y yo miramos al experto sin entender nada de lo que había dicho.
-Es decir, Isumi es una persona que proviene de aquella línea temporal. Sin embargo se encuentra ahora en otra línea temporal, donde ella podría haber existido igualmente, ¿no crearía eso dos Isumis en esta línea temporal también? o en todo caso, si nunca existió, el hecho de que sigue viva, ¿no prueba de alguna manera que su futuro sigue ‘vivo’ en alguna otra dimensión?-
-¿Eh? ¿Eh?- Seguíamos sin entender nada.-
-Es por eso que esto es solamente una teoría, el hecho que ella no haya desaparecido no prueba del todo la existencia de su línea temporal original en otra dimensión, más bien crea, como dijiste, una paradoja irresolvible.-
-...- Shuujin se quedó sin palabras.
-Lo único seguro, es lo que vemos. Isumi Kanzaki se encuentra aquí, a pesar de que…- Shiroe hizo una pausa y miró a la chica directamente a los ojos. -Isumi, tus padres nunca existieron en esta línea temporal.-
-¡...!- Esta vez la sorpresa de Isumi fue diferente. -¿Como que… no existen? ¿Cómo puede ser que solo con un viaje tan corto al pasado, pueda haber eliminado la existencia de dos personas? ¿C-como…?- La revelación fue tan fuerte que no tuvo tiempo de procesarla y lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
-Entiendo como te sientes, y es posible que tus padres sigan vivos en aquella línea temporal en la que nunca viajaste al pasado, pero…-
-No hay manera de comprobarlo.- Dije cerrando las manos en puños en frustración. Isumi seguía llorando.
-Incluso si ella fuera al pasado al momento en el que llegó por primera vez a ese pasado… espera un momento.- Shuujin se dirigió a Shiroe. -¿Cómo es posible que Isumi haya viajado al pasado antes de convertirse en HiME? ¿No se supone que esos poderes los obtienes una vez superada la prueba?-
-Veo que estás informado, pues eso es cierto en parte. Pero como sabes, no cualquiera puede ser HiME, las elegidas deben tener algunas caracteristicas específicas, y es posible que el primer viaje de Isumi haya sido lo que despertó sus características para convertirse en HiME, o mejor dicho, estaba destinada a serlo pero nació en la época equivocada. Puede que tenga que ver con descendencias y poderes escondidos, nada sobre eso es seguro. Pero como bien decías antes, aunque ella viajara a ese momento, no es seguro que ya desde el momento que pisa pie en esa línea temporal, sus padres ya hayan desaparecido. Además, que si ella se detiene a ella misma antes de convertirse en HiME, lo más probable es que perdería sus poderes y no sería capaz de volver a ningún futuro.- A las duras palabras de Shiroe, Isumi no hacía que seguir sollozando. -Pero lo más probable, es que ella no pueda viajar por el tiempo a ese momento, ya que crearía demasiado desorden en la línea temporal tener a dos Isumis de dos líneas temporales diferentes en una misma. Es algo que no recomendamos absolutamente, las consecuencias podrían ser peores de lo que ya son ahora creando tantas paradojas que la existencia de Isumi en sí sería… complicada de sostener.- Hizo una pausa al ver que Isumi no lograba soportar toda esa información en una sola sentada. -Lo siento… he hablado demasiado.- Dijo Shiroe con una voz más gentil de la que estuvo usando hasta el momento. -Pero este discurso era necesario para explicarles la razón por la cual los he llamado aquí, creo que ésto te podrá dar un poco de esperanza sobre el futuro a venir…- Al decir eso, Shiroe indicó a Junko que abriera la puerta de la oficina.
Shuujin y yo nos giramos para ver quién entraría pero Isumi se quedó sentada en su silla mirando hacia abajo desconsolada.
-Puedes pasar.- Dijo Junko dirigiéndose hacia la puerta.
-Con permiso.- Para nuestra sorpresa, lo que salió de la puerta había sido la voz de un niño. Y cuando entró, nos dimos cuenta que nuestros oídos no nos habían engañado.
El niño era alto menos de la mitad de nosotros dos, su cabello largo y azul, recogido en una larga trenza y con un turbante blanco en la cabeza, vestía ropas que parecían salidas de historias ficticias sobre Arabia Saudita y de su cuello colgaba una flauta dorada. Fue cuando dijo su nombre, por un momento creí que todo eso fuera una broma.
-Hola, me llamo Aladdin.- Dijo el niño con una voz suave y una grande sonrisa. -Y vengo desde el futuro.-

Al escuchar eso, instintivamente me giré hacia Isumi. La chica había dejado de llorar y en su lugar, se veía una expresión de shock.
Inmediatamente se giró, tan rápido que su cuerpo comenzó nuevamente a flotar en el aire hasta quedar por encima de la silla. Fue entonces que Aladdin saltó hacia ella y tomándole ambas manos exclamó: -¡Madre!-
La nombrada se quedó sin palabras y solo pudo abrir más sus ojos y boca de la incredulidad.
Shuujin y yo no estábamos en situaciones diferentes, pero entonces él reaccionó y se giró nuevamente hacia Shiroe exaltado.
-¡Espera pero…! ¡¿No es contra las reglas eso?! Digo… venir del futuro y decir eso…. digo, decir quién es tu madre y luego ella sabrá y eso debería cambiar todo y aahhh.- La cabeza de Shuujin explotaba por tantos pensamientos que pasaban por ella en el mismo momento.
A lo que Shiroe respondió con una sonrisa resignada. -Pues, al parecer Aladdin dijo que ésto estaba bien.-
-¡¿CÓMO QUE ESTÁ BIEN?! ¡NO PUEDE SER TAN CONVENIENTE!-
-Oiga señor.- Dijo Aladdin mirando a Shuujin mientras seguía tomado de las manos con… su madre. -Fue ella quien me dijo que le revelara mi identidad, es necesario para lo que tendrá que hacer a continuación.-
-¿Lo que tendrá que hacer?- Le pregunté y el niño me miró con una cara extraña, como si quisiera decirme algo pero algo le detenía.
Luego de unos momentos y cuando ya habían bajado ambos al suelo, me respondió. -Mi misión aquí es guiar a madre al futuro ideal, que es el futuro del cual provengo. Si las cosas salen tal y como me han dicho que deben salir, entonces es posible que madre vuelva a encontrar a los abuelos.-
-¡...!- Isumi reaccionó a lo que había apenas dicho y lo agarró fuerte de los hombros. -¡¿Quieres decir que en tu futuro mis padres sí existen?!-
-Así es.- Le respondió él con una sonrisa que no tardó en contagiar a su madre quien enseguida lo abrazó diciéndole ‘gracias’ una y otra vez.

-Espera un momento.- Shuujin, quien se había calmado, prosiguió a expresar sus dudas. -¿Tú sabes exactamente todo lo que deberá pasar de ahora en adelante?-

Efectivamente tenía razón, por más que el niño hubiese sido informado de cada detalle, suponiendo que su madre recordara exactamente cada detalle, era impensable que lograra recordar cada cosa él también. Y aunque fuera algo tan ridículo como tener todo anotado, no podrían correr el riesgo de que alguien lea esas notas, además de ser físicamente imposible ir leyendo todo el rato lo que va a pasar a continuación.

-Pues sí que es tonto usted señor.- Dijo Aladdin con expresión de exasperación lo cual hizo un poco frustrar a Shuujin. -Obviamente que no me han contado exactamente todo lo que sucede. Mi madre me dijo solo los puntos claves sobre cosas que deberán suceder, pero también me dijo que mi presencia haría que todo fuera como debe ir sin que yo haga mucho.- Ésto último lo dijo poniendo ambas manos en las caderas como si se sintiera orgulloso de serle útil a su madre.
-Oye… Aladdin.- Habló esta vez Isumi más tranquila. -¿Cómo hago para encontrar a mis padres? Yo no tengo la habilidad de viajar a un futuro más lejano de éste, así que no podría encontrarlos en tu futuro.-
-¡Pues no!- Exclamó el niño. -Tu debes volver al pasado y convertirte en HiME nuevamente. Debes entrenarte y aumentar tus poderes y tu control sobre el tiempo. Al nivel que estás ahora no eres capaz de hacer nada más allá de viajar al pasado, volver al futuro y detener el tiempo por unos segundos.- El niño estaba bien informado al parecer. -Madre del futuro puede detener el tiempo por mucho más tiempo ¡y hasta pudo mandarme a mi al pasado sin tener que venir conmigo! Y también… oh.- Se tapó la boca. -Eso no debía decirlo.-
-Éste crío…- Dijo Shuujin exasperado.
-Pero Aladdin… yo acabo de volver del pasado donde había sido HiME, la guerra ha terminado ya.-
-Pues para eso está… ¡Junko onee-san!- Dijo Aladdin para luego saltar hacia ella y abrazarla, hundiendo su cabeza en los pechos de la chica. -Tú no eres como madre, tú si tienes pechos.-
-¡ÉSTE CRÍO!- Exclamó Shuujin aún más exasperado y yo no podía creer lo que veía.
Pero a Junko parecía no importarle mucho. -Tu hijo tiene una extraña fascinación con los pechos de las mujeres, bueno… cuando son grandes, claro.- Dijo esto mirando el pecho de Isumi que… al verlo nuevamente me di cuenta que era casi plana.

Cuando la chica se dio cuenta que todos le estábamos mirando el pecho gritó. -¡ALADDIN! ¡DEJA DE TOCARLE LOS PECHOS A JUNKO Y VEN AQUÍ!- Al parecer usó su autoridad de madre para evitar sentirse como una niña.
Pero su hijo no la escuchó. -No sabía que Madre era tan plana de joven…- Dijo casi sollozando lo cual hizo enojar aún más a Isumi.
-QUE. VENGAS. AQUÍ.- Y se dirigió hacia el niño sacándolo con la fuerza de los pechos de Junko.
-Aladdin se refiere a esto.- Entonces Junko sacó de su bolsillo lo que parecía ser una llave USB.
-¡El USB!- Exclamó Isumi emocionada. -¿Cómo supieron dónde encontrarlo?-
-Aladdin nos dijo el lugar,- respondió Shiroe. -y de hecho esa fue la prueba que nos dio para creerle que venía del futuro.-
Isumi miró a Aladdin quien sonreía orgulloso y luego se volteó nuevamente hacia Shiroe. -¿Puedo verlo ahora mismo?-
-Por supuesto.- Dijo Shiroe haciéndole una señal a Junko quien procedió a colocar el usb en un aparato que hizo aparecer un televisor gigante desde la pared, a lo que Isumi, alterada, enseguida reclamó.
-¡Esperen! ¿Lo van a ver todos? ¿Y si hay cosas privadas?-
-Pues…- Shiroe se rascaba la cabeza.
-Nosotros ya lo vimos todo.- Habló Aigis. -Como mencionamos antes, era la el comprobante de las palabras de Aladdin, necesitábamos confirmar lo que decía y por lo tanto…-
-Ok ok, entiendo.- La interrumpió y luego nos miró a nosotros dos.
-Ah…- Y me di cuenta que probablemente no quería que nosotros también vieramos su contenido. -Está bien, nosotros podemos sa…-
-Nah, no se preocupen.- Dijo la chica resignada. -Si ya lo vieron dos personas completamente desconocidas, no hará mal que lo vieran ustedes también que ya los metí demasiado en esta situación.-
-¡Es cierto!- Dijo Shuujin girando su silla hacia el televisor con semejante entusiasmo que solo le faltaban palomitas para completar el cuadro. -¡Quiero ver un video del pasado!-

Y con esas palabras, Junko procedió a abrir el primer archivo. El cual no era un video, si no una carta.

La carta parecía haber sido escrita por una amiga de Isumi, la chica le contaba lo que había sucedido en los tres años luego de la batalla final. Pero sentí que era algo demasiado privado por lo tanto dejé de leer casi al inicio.
Pero unas palabras de Isumi me hicieron girarme hacia ella de nuevo.
-¡¿Aceptar el rol de nuevo?!- Exclamó la chica al haber leído cierta parte de la carta. -¿Qué significa esto? ¿No había terminado la guerra?- Isumi preguntaba girándose hacia los tres que parecían saber más que nosotros.
-Luego de esta carta, hay un video que te dejó una mujer de nombre Miranda.- Cuando Shiroe dijo eso, la expresión de Isumi se puso más tensa. -Creo que entenderás todo cuando lo veas.-

Una vez que la chica terminó de leer la carta de su amiga, puso una mano en su pecho, bajó la cabeza y cerró los ojos. Su expresión era casi de dolor, probablemente se sentía en culpa por haber vuelto al futuro dejándola a ella sola con su dolor.
Y luego de un momento de silencio, le habló a Junko.
-¿Puedes poner el video de Miranda, por favor?-

Sin más palabras agregadas, Junko procedió a abrir el archivo de video, Shuujin a mi lado estaba cada vez más emocionado.

Quien apareció en la pantalla era una mujer adulta con una presencia bastante intimidante. Sus primeras palabras sirvieron para aclarar el hecho de que utilizó el formato video para que creyera cada una de sus palabras, ya que era muy importante que la información llegara muy clara.
Y dicha información, no era más que “la guerra ha comenzado de nuevo, necesitamos que vuelvas a luchar por nosotros.”
Con más palabras y formalidades como “no estás obligada a hacerlo” “puedes tomartelo con calma y volver del futuro cuando ya hayas cumplido la edad suficiente o hayas terminado la secundaria”, la tal Miranda dejaba bien claro que su ayuda sería bien agradecida, e Isumi se quedó sin palabras por un momento luego de que terminó el video.

Lo que me sorprendió fueron sus siguientes palabras.

-¿Los diplomas de secundaria del futuro valdrán para el pasado?-

« Last Edit: April 30, 2018, 12:38:33 PM by Isumi »


With the kids sing out the future
Maybe, kids don't need the masters
Just waiting for the little Busters



Sayi


Hello gals <3

El próximo mes tendremos un evento para empezar a mover la historia. Por favor pasen por el foro de planeación para leer los detalles.
Y como siempre, para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en ese mismo tema.

Sin más preámbulos~






Sayi :: 5452 palabras
Shura :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
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Nite :: 1149 palabras
Isumi :: 3080 palabras
Cho :: 29381 palabras + 2230 (comments)
Kana :: 13298 palabras
Eureka :: 9794 palabras
Puri :: 1582 palabras
Mimi Tachikawa :: 2607 palabras
Haruhin :: 0 palabras
Mery :: 1851 palabras
Ekha :: 0 palabras
Apple :: 2951 palabras
Arence :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...
« Last Edit: August 13, 2017, 02:45:53 PM by Sayi »

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

Uhh, no hay nada peor que borrar palabras (...) pero ya está~... *dead*

34



Habían pasado un par de horas y Cho continuaba echada boca abajo en su cama, dentro de su habitación en la mansión HiME. Había llegado agotada y sin aliento, y al echarse, su cuerpo se endureció y la angustia y tensión persistieron. Intentó despejar sus pensamientos y había podido dormir alrededor de unos veinte minutos, pero fue un sueño ligero y desagradable que le hizo despertarse entumecida y temblando ligeramente. Sin lugar a dudas, estaba demasiado inquieta y no iba a poder descansar en ese estado.

Terminó sentándose en su cama intentando mantener los pensamientos dentro de su cabeza inteligibles, al no querer angustiarse más, y miró perdidamente hacia la puerta, cuando entonces pudo oír a Lince renegando y llamándole la atención a alguien en el primer piso. Eso le sacó de su ensimismamiento, y alzó una ceja con extrañeza. Se acercó hacia la ventana donde se podía escuchar más, y no tardó en oír la voz tímida y suplicante de Hotaru que trataba de dialogar con la ama de casa.

La peliceleste de inmediato se puso sus zapatos y bajó a carrera ya que entendía que su amiga quería ir a visitarle, pero Lince se negaba. Cho terminó con las escaleras y vio a la peliazul leal a las HiMEs parada con las piernas y los brazos abiertos mientras encaraba tanto a Hotaru como Alexei, quienes tenían toda la intención de entrar.

“¡He dicho que no!” remarcó Lince, con un tono severo. “He visto a su amiga HiME ingresar a la mansión fuera de sí y no pienso permitir que nadie la perturbe en estos momentos.”
“Por favor, Cho es mi amiga, y usted sabe que siempre fui un gran apoyo para mi propia HiME,” dijo Hotaru, juntando sus manos. “Estoy muy preocupada por ella.”
“No puedo simplemente permitir que alguien que necesita descanso se vea incomodada por visitas que no esperaba ahora.”
“Es lo más posible que nuestra amiga sí requiera de compañía,” argumentó Alexei. “Temo que Tanaka-san intente guardarse todo para sí.”
“Usted tiene que comprender que no puedo permitir que chicos visiten el cuarto de una de mis HiMEs, ¿de acuerdo?” Lince marcó sus palabras con fuerza. “Sé que ha sido un Knight en el pasado, pero eso no justificaría su intrusión ahora.”
“P-pero…” Hotaru bajó su mirada, algo perdida.
“Ehh… Lince…” Cho había escuchado suficiente y se acercó algo incómoda.
“Oh, mis disculpas, ¿acaso me oíste desde arriba?” la dirigida se giró con un gesto mucho más servicial. “Lamento romper con tu tranquilidad. Es que iba a verse incomodada por estas visitas.”
“N-no, está bien, gracias por tu ayuda, pero quizás sí me venga bien hablar con alguien ahora,” confesó la HiME. No era algo que le gustaba hacer, pero necesitaba al menos interactuar con otros seres humanos a ver si su pesadez se aliviaba un poco. “He intentado dormir y no me ha sentado bien…”
“Ay, no,” Lince llevó sus manos a sus cachetes, mortificada. “Pero tú tranquilita que en este mismo momento te preparo una valeriana.”
“E-está bien, gracias,” Cho sonrió incómoda. “Sólo necesito hablar con ellos. Si más tarde me sigo sintiendo inquieta, con gusto lo aceptaré.”
“Bueno, si lo dices. Mejor inicio con la preparación de la cena por ahora~ Ah, y si van a hablar, por favor usen una de las salas de estar del primer piso. Los pisos superiores son santuarios intocables de las HiMEs y los chicos están prohibidos, ¿capisce?”

Dicho esto, Lince se apresuró de regreso a la cocina, y desapareció en el acto. Hotaru dio un pesado suspiro de alivio, y finalmente pudo entrar con Alexei para darle el alcance a la HiME.


“Cho, qué alegría verte,” dijo la pelinegra. “¿Estás bien?”
“S-sí, descuiden…” Cho se confundió por aquella directa pregunta. “¿Por qué lo mencionas?”
“Sabemos que has tenido problemas con tu hermano estos últimos días, aunque por la bienvenida que la encargada de la mansión nos dio, puede que algo más esté ocurriendo,” explicó el chico.
“N-no es nada, siento todo este lío,” Cho negó. Era un alivio saber que no estaban al tanto de aquella compleja situación. “Ehh, pasen, creo que hay una salita por aquí…”

Los tres buscaron ese ambiente al cual se había referido Lince y no tardaron en encontrar uno. Por la todavía poca cantidad de HiMEs en la mansión, el espacio y tranquilidad abundaban por doquier, algo que a Cho no le estaba cayendo muy bien en esos instantes.

“Me sorprende que haya espacios así aquí,” comentó la HiME mientras tomaba asiento en un sillón. Esa sala de estar tenía una apariencia similar de una cabina de clase alta en un tren, al ser un espacio donde entraban dos sillones largos y opuestos entre una mesita, con una ventana en el fondo. Pese a esa simple estructura, resultaba ser un espacio acogedor y con su encanto.
“Es agradable, tiene un diseño muy occidental,” comentó Alexei, con cierta nostalgia. “Sería ideal tomar un té aquí uno de estos días.”
“Si, cuando Lince no esté de malas…” Cho dio un suspiro. “Siento mucho las molestias.”
“Al contrario, gracias por venir a recibirnos,” Hotaru sonrió. “Sólo venimos a ver cómo estás. Sabemos que andas distante de tu familia y no es bueno para ti.”
“Gracias, eh…” si bien era normal para Cho contestar con una respuesta formal y ambigua para disipar cualquier preocupación, no se sentía capaz de hacerlo. Su mente se quedó en blanco y se le fueron las palabras, además que tampoco iba a decirles la verdad. Cho miró perdidamente a la mesita frente a ella y terminó por apoyar su cabeza con sus dos manos, comunicando una gran frustración. “Perdón… perdonen… sólo me siento un poco ida…”
“Tanaka-san…” Alexei se sorprendió al notarle tan incómoda y torturada. “¿Qué sucede?”
“No quiero hablar sobre ello, por favor entiendan…” Cho negó repetidamente. Era todo lo que iba a decir y esperaba que no fueran a insistir mucho más o quizás tendría que huir de ellos también. Realmente… aquella revelación de parte de Urashima le había debilitado demasiado, y el temor e impotencia generados comenzaban a carcomerle por dentro.
“Cho… Cho, por favor…” Hotaru quería que fuera honesta, pero también se sintió corta de palabras al comprender que su amiga debía estar lidiando con algo muy grande como para afligirse tanto. Ella llevó un puño al pecho al poder sentir la angustia que su amiga le trasmitía, que también empezaba a paralizarle sin saber qué podía ser…

“Tanaka-san, ¿de casualidad sabrá si su Child continúa siendo el mismo?” preguntó Alexei, repentinamente y con toda naturalidad.
“Ehh…” Cho se sintió confundida por la mención. Se afligió un poco al pensar en el concepto del Child, pero optó por concentrarse en responder la pregunta. “N-no lo sé, es posible… si su ausencia es una indicación…”
“Aun si no lo fuera, pienso que sería bueno retomar las prácticas de equitación, ¿no lo crees?”
“P-pues…” dicha pregunta se le hizo un mundo al ser algo tan repentino.
“Pese a mis estudios, continúo frecuentando los establos de la universidad y estoy a cargo de limpiar y cepillar a los caballos algunos días,” comentó Alexei, sonriendo. “Es un poco súbito que tomemos clases ahora, pero te puedo hacer un tour. Son establos grandes y bien equipados.”
“Ehh, p-podría ser…” ello sonaba más comprensible.
“¿No te gustaría conocerlos también, Tomoe-san?”
“C-claro, suena lindo,” Hotaru sonrió algo perdida. “Ehh, pero no siento que podría montar caballos. Soy muy débil para cosas así…”
“Ni bien comprendes a los caballos, resulta ser una gran experiencia,” le aseguró el exKnight. “También es un buen momento para ir. Con el atardecer, los campos se ven cálidos y a estas horas no debe haber muchas personas.”
“Está bien, me has convencido…” Cho asintió. “Gracias por la invitación. Eh, iré a recoger algunas cosas de mi habitación y salimos.”
“Sí, te esperamos aquí,” dijo Hotaru, algo apenada. “Ehh, no quiero que Lince nos vea sin ti.”
“Lo entiendo. No tardo.”

La HiME se retiró rápidamente, y cerró la puerta detrás de sí. Sus pasos dejaron de oírse con rapidez, indicando que se estaba apurando. Una vez fuera de la sala, Hotaru bajó su mirada.

“Algo muy pesado está ocurriendo, lo puedo sentir,” comentó, desanimada. “No es justo que se lo trague. Realmente quisiera que confiara en nosotros.”
“Hay que darle tiempo,” dijo Alexei, con paciencia. “Lo más importante es velar por su bienestar y no tanto el descubrir un misterio. Por ello es que le extendí esta invitación. Si Cho no quiere abrirse, al menos tenemos que asegurarnos que se encuentre bien para pasar el resto del día sola.”
“S-supongo…”
“Sé paciente, mientras le demos compañía, es posible que se sienta más cómoda con nosotros. Y si es algo muy importante, eventualmente nos lo dirá,” recalcó, con toda naturalidad.
“Espero que tengas razón…”

Ellos continuaron esperando y, en poco tiempo, Cho regresó para que todos salieran a esa caminata. Iban a pasar un rato visitando dichos establos que le traerían algo de paz y tranquilidad a la HiME.


Pasaron cerca de dos horas más y, con el cielo mostrando los últimos rayos de luz en el firmamento, Yukko salió de su última clase del día donde aprendía los conceptos más detallados de Microsoft Office. Bien podría no saber muchas de las cosas que le enseñaban, pero no entendía el punto de hacerlo una clase al ser un tema demasiado fácil, y sin duda no era la única que lo pensaba, ya que los alumnos en general se aburrían y trataban de distraerse con las computadoras o sus celulares cuando el profesor no les miraba.

Ella y Mai se despidieron de Hajime en el camino, quien iba de regreso a su habitación en la universidad, y continuaron su camino para retirarse por el día.

“Otra clase inútil…” Mai negó decepcionada de sí misma. “Siempre me digo que puedo usar el internet gratis pero el profesor nos tiene demasiado vigilados.”
“A mí también me pareció un poco lento…” Yukko sonrió incómoda.
“Exacto, y si Hanasaki-chan considera que estuvo muy fácil, no debería estar en el currículo.”
“Uhh…” ello le desanimó. Tampoco estaba contenta de salir a esa hora porque había bastante tráfico, pero no tenía más que hacer en Rizembool por el día. “Me pregunto qué estará haciendo Hotarumaru en este instante…”
“Sin duda algo más útil que la clase que acababa de acabar,” Mai se encogió de hombros. “Había estado algo inquieto en nuestra última clase con él. Puede que esté ocupado.”
“Sí, pero espero que todo esté bien. Él es un buen chico, ojalá no le ocurra nada muy fuerte como para alguien de su edad.”
“Tiene perfil de Rizembool, Hanasaki-chan. No lo subestimes. Él no es como tú.”
“Uhh…” Yukko le miró con cierto reproche. “No seas tan mala conmigo, Mai…”
“A fin de cuentas, no hay mucho que se puede hacer por él ni por nadie, ¿no es así?” comentó, inmutada y mirando hacia el frente. “Y un niño genio de una familia altamente disfuncional siempre tendrá sus preocupaciones adicionales.”
“¿Eh? ¿Dices que es de una familia disfuncional?”
“…” Mai dio un suspiro al sentir que hablaba con una ingenua niña de la luz. “Yukko, otra característica del perfil de Rizembool es venir de una familia supuestamente perfecta pero extremadamente disfuncional en el fondo. Si bien ocurre algo similar en Hanasaki, su caso es más fantasioso y tiende a servir como mecanismo Mary Sue para las HiMEs, mientras que en Rizembool es un ámbito realista y entendible,” Mai se detuvo un momento y llevó una mano a su mentón para meditar profundamente sobre algo. “A veces tengo dudas existenciales al pensar que mi parentesco con ciertas HiMEs me convierte en parte de dicho mecanismo inaceptable.”
“Ehh…” Yukko ladeó su cabeza.
“Pero regresando al tema, nuestro pequeño sin lugar a dudas pertenece a una familia disfuncional, y parece tener una obligación de buen comportamiento y varias responsabilidades, sea obligatorio o autoimpuesto, aparte de ser el heredero.”
“Hm… espero que no sea tan severo…”
“Sólo sabiendo que su guardián legal es un medio hermano mayor que él que tampoco es un modelo a seguir en vez de sus propios padres o un adulto verdaderamente responsable deja mucho que desear. También está el hecho que se mencionó muy ligeramente que su familia posee conexiones con Rizembool,” Mai negó. “Aquello nunca es irrelevante. Rizembool termina causando muchos problemas a quien sea, incluso a aquellos supuestamente allegados.”
“S-suena a que sabes mucho de Rizembool…” Yukko le miró escéptica.
“Ayumu me comentó varias cosas durante el tiempo muerto de la guerra. No que ella haga meditaciones ni tenga capacidad de análisis promedio, pero es muy buena observadora cuando se lo propone. Sólo saqué mis propias conclusiones de lo que aprendí de ella,” respondió, encogiéndose de hombros.
“Ya veo… vaya, ser HiME debe ser muy intenso…”
“No para mi dormida prima. Aunque si estás interesada en ser HiME, siempre podrías cambiarte a Hanasaki. Eres tan Hanasakiense en tu forma de ser que fácil y te dan una beca a cambio.”
“Ihh no gracias, por algo digo que es intenso…” la mención de la beca le llamó la atención, pero por nada del mundo escogería ser una HiME, además que comenzaba a sentirse en casa en Rizembool a su manera.

Entonces, las dos llegaron a una zona de varios puestos de comida y vieron a Hotarumaru y Tsurumaru recoger una orden, junto con un niño peliceleste que no habían visto antes. Las dos intercambiaron miradas y fueron donde ellos.



“Muchas gracias~” dijo Hotarumaru a la señorita que les entregó su orden, con una sonrisa.
“No hay de qué, pequeño. Que tengas un buen día,” le respondió dicha encargada, sonriéndole de vuelta de una manera sonsa al estar encantada por el niño.
“Unas pizzas personales con palitos de queso y enrollados de canela para nuestro voraz Hotaru-bou,” dijo Tsurumaru en un tono juguetón. “A buscar un sitio.”
“¿De qué hablas?” el peliceleste estaba cruzado de brazos y frunciendo el ceño, en desapruebo. “No sean irresponsables. Nos espera mucho trabajo por hacer hoy. Mejor coman en el camino de regreso al laboratorio.”
“Pero es mucho, y lo mejor es comerlo con todas las comodidades, Nagisa~” canturreó Hotarumaru, claramente animado. “Vamos, te hemos comprado tu favorito~”
“Mi favorito en pizza es porque no tengo opción,” desvió su mirada, con molestia. “La elección no es más que chatarra.”
“¿En verdad quieres que vayamos de regreso con todo esto?” Tsurumaru negó, sonriendo con paciencia y leve frustración. “Eres demasiado workaholic, pequeñín. No lo terminaremos para cuando lleguemos, ¿y en serio quieres entrar al laboratorio de Ikari-sensei y hacer un desastre? Muy mal, se molestará mucho contigo.”
“¿E-eh?” dicha mención hizo estremecer al peliceleste, quien bajó su mirada, avergonzado. “Ya, está bien, comamos aquí, pero que sea rápido.”
“Perfecto~”
“Uhh, Tsurumaru…” Hotarumaru le miró con reproche y los cachetes inflados. “No seas malo con Nagisa…”
“Tú eres quien es muy amable con él, sólo digo lo obvio,” se encogió de hombros, cuando entonces divisó a sus dos cachimbas favoritas. “Ohh, miren a quiénes tenemos aquí.”
“Hola,” Mai levantó una mano, inmutada. “¿Es otro hijo tuyo, Tsurumaru?”
“Hahaha, no sé por qué insistes que tengo hijos, ¿cómo me verás?” el peliblanco le respondió el gesto de levantar una palma. “Yo! Sólo vengo a comer con los pequeñines de mi laboratorio.”
“Yukko, Mai-neechan, quiero que conozcan a mi amigo,” dijo Hotarumaru con una amplia sonrisa. “Él es Nagisa Shingetsu. Es un compañero de mi laboratorio y también íbamos juntos a Middle School. Oh, oh, y es un verdadero genio.”
“Detente, Hotaru, me estás avergonzando…” Nagisa negó frustrado y entrecerró sus ojos. “¿Y qué es eso de ‘neechan’? ¿Por qué te rebajas a decir esas estupideces? Ya estás en la universidad, compórtate mejor.”
“Hm, pero Mai-neechan quiso que la llamara así…”
“¿O es que acaso también piensas que la manera muy linda y afectuosa de Monaca-chan de llamarme ‘Tsuru-niichan’ no es más que una estupidez?” preguntó Tsurumaru. Notó cómo el pequeño se sobresaltó. “Vaya, le dolerá cuando se lo diga…”
“¡N-no, no quise decir eso! ¡M-Monaca-chan está en todo su derecho de llamar a otros así! ¡Es completamente diferente!” dijo el peliceleste, casi asustado.
“Ehh…” Yukko sentía que se perdía de algo.
“En fin, eres amigo de mi queridísimo Hotarumaru, así que me presentaré. Soy Mai,” abrevió la cuatro ojos, con un dejo de impaciencia.
“Espero que no esperes que te llame Mai-neechan,” dijo Nagisa, alzando una ceja.
“No, no lo haré.”
“Y bueno, yo soy…” comenzó Yukko, pero Mai continuó.
“Nunca.”
“Ehh, yo…”
“En la vida.”
“E-ehh…”
“Ni muerta.”
“Ookay creo que Nagisa-bou comprendió tu punto,” Tsurumaru sonrió comprensivamente y muy entretenido por esa reacción de Mai.
“M-Mai-neechan… no te molestes, por favor…” le pidió Hotarumaru.
“Y-yo soy Yukko Aioi, mucho gusto,” dijo rápidamente para intentar disipar esa rara tensión.
“Sí, claro, igualmente,” le contestó, quien miraba de reojo a Mai con poca confianza. “Creo comprender que he causado incomodidades. Lo lamento.”
“Sigue actuando así y te quedarás sin amigos. Monaca-chan ya te lo ha dicho,” le recordó el peliblanco, quien volvió a ver al peliceleste inquietarse. Sinceramente, era un niño tan vulnerable que ya ni le entretenía molestarle. “Ah, hay una mesa por ahí.”

Ellos fueron juntos a dicho lugar y jalaron otra silla adicional para que todos cupieran en la mesa para cuatro. Ahí apoyaron las compras de la pizzería y Tsurumaru empezó agarrando una tajada.

“Ah, no hay nada como estar en un ambiente abierto y fuera del laboratorio para comer una deliciosa pizza,” comentó Tsurumaru, reclinándose en su silla con una sonrisa relajada.
“Creo que lo único que celebras aquí es que te hayas escapado un rato, aprovechando que Yagen fue por más archivos a su laboratorio,” recalcó Nagisa, mirándole con reproche.
“Pedimos la pizza con anticipación, ni que hayamos esperado los veinte minutos aquí. Es normal que la gente promedio necesite un descanso, no me juzgues…”
“Es también lo mejor, Nagisa. Ha habido mucha tensión en la tarde y no podemos dejar que Tsurumaru esté de mal humor,” le recordó Hotarumaru.
“Pues se lo merece por dejar su trabajo desatendido y hacernos ayudarle a última hora.”
“Uhh, no lo digo por eso…” el pelicenizo dio un suspiro. “Tú sabes que no es bueno tenerlo a él y Yagen de mal humor en una sola habitación… además Ikari-sensei viene en un rato. Es una muy mala combinación.”
“Cierto, gracias por tu ayuda, Hotaru-bou,” Tsurumaru le dio unas palmaditas en la cabeza, pero el otro le miró con leve reproche.
“Aun así, intenta ser más responsable, por favor. Momentos como estos se deben evitar, por el bien de todos.”
“Eres demasiado bueno, Hotaru,” Nagisa negó, impaciente.
“Y también quise sacarte a ti antes que te inquietes más,” su amigo le sonrió. “Quiero que estés de buen humor y tranquilo. Eres muy bueno trabajando, pero te ofuscas con rapidez.”
“No te preocupes por mí. Al menos ya terminamos con lo más pesado…”
“Ehh, ¿de qué están hablando?” preguntó Yukko, quien continuaba perdida.
“Uno de los proyectos en los que participo está en las finales y, como es de esperarse, me encuentro muy atrasado,” comentó Tsurumaru, luego de terminar con su primera tajada de pizza. “Aunque cuento con estos dos pequeños para apoyarme.”
“Lo dices como si lo hubieras planeado desde el inicio…” Nagisa entrecerró sus ojos.
“Nagisa es muy impresionante,” aseguró Hotarumaru, sonriendo. “Yo poseo habilidades y experiencia, pero aun con ello me cuesta seguir el ritmo a lo que debo hacer. En cambio, Nagisa sí está al nivel de Tsurumaru.”
“Ah, ya veo, qué genial,” Yukko sonrió. Sin duda sonaba impresionada, pero más encantada estaba por la felicidad del pequeño al verse acompañado de su amigo. Hotarumaru no dejaba de alumbrarle la vida con su forma de ser.
“Tú no te preocupes, Hotarumaru,” dijo Mai. “Para mí, tú siempre serás el más impresionante de entre todos tus amigos. Ni este niño pretencioso ni la lisiada se comparan contigo.”
“Mai-neechan…” le miró algo incómodo.
“¿L-lisiada?” Nagisa se impresionó y miró fijamente a Mai. “¿Es que acaso hablas de Monaca-chan? ¿Acaso la conoces? ¿Cómo te atreves a referirte a ella de aquel modo?”
“Tranquilo, Nagisa-bou. Es la forma encantadora de ser de Mai,” Tsurumaru le restó importancia. “Y a todo esto, ¿por qué no te defiendes a ti mismo?”
“No puedo permitir que hablen mal de Monaca-chan, no importa quién sea,” declaró el peliceleste. “Te advierto, no vuelvas a decir esa palabra.”
“Lisiada,” repitió Mai.
“¡O-oye!”
“Monaca es una lisiada,” dijo pausadamente.
“¡¿Cómo te atreves…?!”
“¡S-suficiente!” Hotarumaru comprimió sus puños. “Mai-neechan, por favor, no provoques a Nagisa. Y tú, Nagisa, no puedes reaccionar de tal forma, no te va a llevar a nada. Vamos, todos son mis amigos aquí. Quisiera que se lleven bien y puedan pasar un rato juntos…” bajó su mirada. “En serio… por favor…”
“H-Hotarumaru…” Yukko se impresionó por ese gesto y de inmediato sintió un impulso de abrazar a ese niño tan ideal.
“Está bien,” Mai asintió y le revolvió un poco los cabellos. “Mientras continúes siendo tan adorable como lo eres en este momento, prometo que me comportaré.”
“…” Nagisa miró a su amigo cabizbajo y desvió su mirada. “Lo siento…”
“Sólo no dejen que se vuelva a repetir…” pidió el pelicenizo, quien levantó su mirada, y al ver a los suculentos enrollados de canela esperándole encima de la mesa, volvió a animarse. “Ahora a comer~ se ven deliciosos~”
“¡Hahaha! Tu apetito lo puede con todo,” Tsurumaru se puso a reír.
“A-al menos no empieces con el postre…” el peliceleste miró a su amigo con desapruebo, pero decidió no decir más. No iba a volver a bajarle los ánimos.
“Eh, me alegro poder conocer a otro de los amigos de nuestro pequeño,” dijo Yukko, contenta.
“Sí…” Nagisa se vio corto de palabras y desvió su mirada, con clara timidez. El pequeño parecía estar mucho más acostumbrado a lidiar con palabras negativas que con positivas. “También es bueno conocerles… a ti, al menos.”
“Es bueno que seas sincero,” Mai asintió, notando cómo lo hizo impacientar.
“E-en fin,” el peliceleste comprimió sus puños. “Hotaru se ve a gusto aquí, así que me alegro que les tenga a ustedes. Esta universidad puede tornarse solitaria con facilidad, en comparación con el colegio…”
“¿Lo ves? Sí eres una buena persona muy en el fondo,” Tsurumaru le revolvió los cabellos.
“¡S-suéltame!” y sin duda, eso exasperó a Nagisa, quien expulsó la mano del mayor. “¡Me haces despeinarme! Mi padre se molestará si no me mantengo presentable.”
“A tu padre no le importará. No te hagas ideas.”
“C-cállate…”
“Mientras termines tu trabajo de hoy, te dará el visto bueno. Ya en un rato regresamos al laboratorio, no tardará en regresar de su última clase.”
“…” ello despertó cierto interés en Mai, quien comprendió algo del contexto. “¿Acaso el padre de este niño petulante es aquel Ikari-sensei del que he oído hablar?”
“Mo…” Hotarumaru se vio sorprendido y paró su comida. Dicha pregunta parecía haberle desubicado por algún motivo.
“Sí, lo es. Nice catch, Mai,” mientras que Tsurumaru lo trató con completa naturalidad. “Nuestro profesor es extremadamente estricto, así que este pequeño siempre ha tenido grandes expectativas. Por algo ha resultado en un workaholic insufrible.”
“Tsurumaru…” el pelicenizo entrecerró sus ojos.
“No te inquietes por mí, Hotaru,” Nagisa negó. “Es cierto, y es natural que yo apunte a ser un gran científico y programador al igual que mi padre. No hay más que mencionar en el asunto.”
“Ya veo,” Mai se encogió de hombros. Sabía que nada era simple en Rizembool, pero realmente no le interesaba ese caso en específico en lo absoluto. Lo único en su mente era que le extrañaba que no dejaba de oír sobre dicho profesor y él todavía no era propiamente introducido en su entorno. Ya empezaba a impacientarse por ello.
“Seguro que serás lo que te propones, Nagisa, si Hotarumaru habla tan bien de ti,” Yukko sonrió. “De todos modos, te deseo lo mejor.”
“Eh, sí…” de nuevo, el peliceleste desvió la mirada, incómodo. “Gracias…”
“Lo será, e incluso mucho mejor que Ikari-sensei,” Hotarumaru se sumó al elogio. “Pienso que Nagisa tiene un gran potencial.”
“Y-ya, párala…”
“Chicas, no se queden con las ganas. Hay suficientes palitos de queso para ustedes también,” les ofreció Tsurumaru.
“Tardaste mucho en decirlo,” comentó Mai, quien de inmediato agarró uno.
“M-muchas gracias,” dijo Yukko.

Ellos continuaron haciéndose compañía y los temas de conversación se tornaron más amenos. Yukko estaba encantada de conocer a ese pequeño y más sobre el lindo Hotarumaru que se había vuelto su querido amigo. Y sin duda, continuaría conociendo a más personas y también más detalles de Rizembool en sí conforme pasara el tiempo. Era recién el inicio.


La noche había llegado y luego de parar por unas compras en el supermercado, Horikawa caminaba seguido por Urashima. Este último yacía cabizbajo y bastante mortificado mientras ayudaba a cargar bolsas.

“…” levantó su mirada para mirar a su compañero, quien caminaba inmutado y con la frente en alto, sin dignarse a dirigírsele o al menos caminar a su costado. Ellos estaban atravesando un parque oscuro y vacío de personas a manera de atajo, y el silencio de dicho lugar comenzaba a abrumar al joven Kotetsu. “Uhh… Horikawa, por favor… ya no me ignores…”
“…”
“¡S-sé que hice mal si bien no sé qué hice exactamente! Por favor…” le suplicó.

Al encontrarse con su compañero a la hora acordada, Urashima tuvo que aguantar una pequeña llamada de atención por no haber asistido a clases, y fue recién en ese instante que le comunicó lo que había hecho. Después de contestar todas las preguntas de Horikawa, este le recordó que debían pasar por el supermercado y, desde entonces, no le había dicho ni una sola palabra.

Pero, de repente, Horikawa se detuvo al juzgar que había sido suficiente, y porque estaban en un punto solitario y abierto del parque donde no detectaba la presencia de otras personas. A esas alturas, ya ni sabía cuántos en Hanasaki sabían la verdad por más que la HiME hubiera dicho que no diría nada a nadie, pero siempre era prudente mantener la discreción.

“Para ser alguien tan empático, me cuesta creer que no sepas qué fue lo que hiciste,” comentó, mirándole de reojo.
“¿Eh?” Urashima se vio confundido, y no tardó en bajar la mirada. “¿Es realmente tan difícil de creer que soy el hermano de mi senpai? ¿Es que acaso Cho no quiere más hermanos? Yo pienso que deberían ser grandes noticias. ¿Por qué causaría problemas?”
“…” Horikawa dio un suspiro. “Será porque lo ves todo de un modo tan simple…” él negó y se dirigió propiamente a su amigo antes de continuar. “Estas son noticias sorprendentes. Tú lo considerarás normal porque has sabido sobre tu hermano desde que tenías uso de razón, y reencontrarte con él y conocer a las personas cercanas a él te causa gran alegría, pero no puedes esperar que otros lo vean así.”
“¿Por qué no? ¿Acaso la familia no es lo más importante para ellos también? En verdad, me da la impresión que sí lo es, por lo mucho que los dos se preocupan por el otro…” bajó su mirada. “Por más que no sepan cómo ponerse en contacto…”
“Urashima… pienso que tienes mucha razón,” Horikawa desvió su mirada. Su expresión se le notaba meditativa, y un tanto triste. “Por el hecho que Cho huyó despavorida al enterarse de la verdad, sé que Roxas es muy importante para ella.”
“¿Eh?”
“Tiene miedo de que su hermano vaya a alejarse de ella por nuestra llegada, y por lo que te dijo sobre protegerlo comprendo que, pese a ello, quiere velar por su bienestar. En pocas palabras, no quiere separarse de él, pero está dispuesta a hacerlo para protegerlo del conflicto en esta universidad… suena a que se ha puesto en una encrucijada.”
“P-pero… pero yo le dije que en verdad quería ser parte de ellos, y que estemos todos juntos. Yo…” Urashima comenzaba a caer en cuenta que la situación sí era más complicada de lo que había parecido. “Se lo dije todo con tal de que entrara en confianza conmigo, pero…”
“Para que esto haya ocurrido, ella debe encontrarse en un momento de debilidad…”
“¡E-entonces tenemos que hablar con ella! ¡Es necesario explicarle todo!” se alarmó. “¡Vamos, lo antes posible!”
“No creo que sea tan fácil, al menos no hoy,” dijo Horikawa, pensativo.
“¿Por qué no? ¡Esto es importante!”
“Tengo entendido que se encuentra hospedándose en la mansión HiME y luego de lo ocurrido dudo mucho que vaya a salir. Dicho lugar también es vigilado por una ama de casa que es muy recelosa a gente ajena de dicha mansión, especialmente a chicos, y Cho no va a querer hablar con nadie, menos con nosotros. Podríamos meternos en problemas.”
“¿C-cómo sabes eso?” preguntó el menor, perplejo.
“He estado realizando investigaciones en Hanasaki. Necesito saber la mayor cantidad de información posible. Pero no te concentres en ello,” negó y le miró con severidad. “Tu padre estará aquí en pocos días. Me comunicó que planea llegar antes o durante el fin de semana. Preferiría preguntarle a él cómo lidiar con esta imprevista situación.”
“…” Urashima miró al piso, inconforme. “Ya, entiendo, pero aun así deberíamos hacer algo, ¿no? Si es en verdad tan serio, no podemos cruzarnos de brazos por días.”
“Urashima, espero que comprendas por qué no puedo confiar en ti a estas alturas.”
“E-está bien, no confíes en mí,” él frunció el ceño y le apuntó. “Confía en nosotros.”
“¿Perdón?” el pelinegro se confundió.
“Tú eres el que tiene toda la información, ¿no? También eres prudente y siempre andas apoyándome en cosas difíciles. Por mi parte, yo tengo la iniciativa y puedo dirigirnos en una buena dirección, con tu apoyo, al menos.”
“¿Quieres ir a hablar con Cho de todas formas?”
“Pues…” Urashima lo pensó, pero negó resignado. “De querer, quiero, pero ella dejó muy obvio que no quiere hablar con nadie. Y tienes razón al decir que no va a querer vernos. A diferencia de senpai, tampoco ha sido de compartir nada conmigo, y ahora pienso que sería más improbable…”
“Seguro que lo será. ¿Entonces qué tienes en mente?”
“Hay mucho que no tengo en claro sobre esta situación. Quizás nunca entienda por qué o cómo las HiMEs tienen poderes, pero sí hay algo que espero saber…” miró al mayor con gran decisión. “Horikawa, por favor, ayúdame a averiguar lo que le pasó a mi senpai hace tres años.”
“¿Eh?” el dirigido se quedó en blanco. “¿Cómo así?”
“Luego de hablar con Cho, he comprendido algo,” Urashima llevó una mano a su mentón, y pensó seriamente. “Ella mencionó algo sobre haber lastimado a mi senpai en el pasado. Todo este tiempo, había comprendido que senpai quería evitar el asunto de la pelea porque es peligroso y teme por Cho, y por ello no puede aceptarlo, pero si su hermana dijo que le lastimó tres años atrás, eso me deja entender que hay algo más detrás de cámaras…” cerró sus ojos un momento mientras reorganizaba sus ideas. “Sí, tiene sentido. La actitud de senpai ha cargado más pesadez que simplemente temer que algo malo ocurra…”
“¿En serio?” Horikawa ladeó su cabeza. “Por la dificultad de la situación, también podríamos asumir que varios asuntos se juntaron, aunque… la actitud de Roxas al presente caso no dicta que su hermana sea culpable de nada…”
“Sí, ¿verdad? Eso de que Cho lo lastimó puede que venga de su propio parecer…”
“También está lo que ella dijo el día de ayer, sobre Roxas abandonándole…”
“¡Cierto, se me había olvidado! ¿Entonces senpai no le apoyó cuando ella lo necesitó? Hmm…” Urashima volvió a pensar, con más pesadez que antes. “Definitivamente hay dos lados de la historia… pero ella acusa a su hermano y al mismo tiempo admite que también le hizo daño… sin duda nos estamos perdiendo de algo.”
“Lo es, pero tampoco sería correcto meternos en esos asuntos.”
“¡Ahh, ¿por qué no?!” Urashima estalló de frustración y agitó las bolsas que cargaba. “¡Ya estoy harto que me digan que no podemos hacer nada! ¡No me meteré en esa complicada pelea, pero como seres humanos y allegados a mi senpai deberíamos ayudarles en otros aspectos! ¡Es obvio que ellos no se van a ayudar a sí mismos y estamos en una situación de emergencia!”
“C-cálmate, Urashima…”
“¡No es justo que se anden recriminando y alejándose y haciéndose daño sin tratar de ver cómo reparar las cosas! ¡Van a terminar arrepintiéndose de por vida si algo fuera a ocurrir a uno de los dos en este presente estado!”
“Lo sé…”
“¡Todos lo sabemos!” dio una última agitada a las bolsas y bajó sus hombros como quien descansaba de su arranque. “No entiendo por qué tienen que darle tantas vueltas al asunto… ni por qué la gente tiene que complicarse con algo tan simple y fundamental como la familia. Por eso quiero saber qué sucedió. Quiero comprender mejor a mi senpai.”
“…” Horikawa dio un pesado suspiro. Sabía que no podría convencer a Urashima de dejar el caso de lado, y estaba de acuerdo con respecto a entender mejor la situación. “Ahh… está bien, te ayudaré. No podemos hablar con ninguno de los dos, así que será cuestión de preguntarle a uno de sus amigos cercanos, y sé quién puede ayudarnos.”
“Wow, qué rápido,” Urashima se impresionó. “Hehe, como es de esperarse de ti, Horikawa.”
“Vaya…” siempre le sorprendía lo voluble que podía ser su amigo, aunque felizmente no se molestaba con frecuencia. “Bueno, revisaré si ese chico puede encontrarse con nosotros mañana. Tenemos tiempo a la hora del almuerzo.”
“¡Todo el día! Sin duda es más importante que mis clases.”
“No creas que estaré de acuerdo contigo,” entrecerró sus ojos, mirándole con reproche. “Ahora me toca darte tutoría hasta la hora de dormir.”
“Ehh…”

Los dos siguieron con su camino luego de dicha pausa con su nuevo plan para el día siguiente.


Pasó una noche un tanto estresante para algunos, pero llegó la mañana del día siguiente y era momento de reanudar las actividades cotidianas. Larsa caminaba por un pasillo de un edificio en el segundo piso, mirando hacia las ventanas que daban a un jardín en Hanasaki U. Tenía un día bastante disponible luego de que Jakob fuera en un viaje de negocios en su nombre y se encargara de otros asuntos pendientes por él. Como siempre, estaba infinitamente agradecido con él por su sacrificio y servicio, y le tocaba encargarse de una de sus más antiguas ‘responsabilidades’ por tener un hueco en su horario.

Y luego de pasar vigilante por varias ventanas, Larsa llegó a una donde se observaba a un árbol frondoso adyacente donde, en medio de sus frondosas ramas, se encontraba escondida una persona. Era alguien con quien el exRebel estaba dolorosamente familiarizado, y a quien precisamente había estado buscando. Inadvertidamente, se acercó a la ventana y la abrió de par en par para llamar la atención del fugitivo.

“¡Sora!”
“¡AAAAHHHH!” el dirigido se sobresaltó tanto que cayó estrepitosamente dos pisos hacia abajo. Su caída causó un gran estruendo que hizo volar a varias aves a la redonda, quebró ramitas del mismo árbol, y alertó a varios estudiantes.
“…” Larsa dio un suspiro al ver a su amigo entumecido encima del césped y decidió saltar para aterrizar en el árbol y bajar con rapidez para darle el alcance. Pese a la caída, no dudaba que Sora intentaría huir al verse descubierto. Llegó donde él, quien le miró confundido y un tanto temeroso. “Soy yo, Sora. ¿Por qué andas ocultándote de este modo?”
“M-maldición, Larsa, me asustaste…” el adolorido convaleciente se sentó sobre el jardín, agarró su cabeza con una de sus manos, y se apoyó con la otra. “¿Y qué clase de pregunta es esa? Me escondía de tu mayordomo.”
“Pero Jakob está en un viaje de negocios…”
“¡¿Qué?!” Sora exclamó en shock, y no tardó en lamentarlo porque le dolió un costado. “Ow…”
“Comprendo por tu reacción que no te lo dijo…” Larsa desvió su mirada. “En fin, por su ausencia, yo seré el encargado en darte tutoría estos días, así que me alegro de encontrarte.”
“Ahh, de saber que estaba de viaje no me habría escondido…” entrecerró sus ojos y desvió la mirada. “Qué molestia, ¿por qué no me lo habrá dicho? Seguro no quiere que aproveche para volverme perezoso.”
“Quizás…” Larsa negó. Conociéndole, sabía que las verdaderas intenciones de Jakob habían sido un poco más ‘malignas’ al disfrutar de ver a Sora sufrir, pero no encontraba el punto de decirlo. “En fin, estoy aquí, así que vamos a estudiar.”
“Ihh, me acabo de caer dos pisos, dame un respiro,” le miró con recelo. “¿Y cómo así me encontraste? Estaba bien escondido. Tu maldito mayordomo también siempre me ha encontrado todos estos días a pesar de buscar refugio de él.”
“Pasaba por aquí distraídamente y te vi. Nunca hubiera esperado verte en un árbol, me sorprendiste…” acababa de mentirle, pero Larsa se negaba a informarle a Sora que, sin su consentimiento, Jakob le había implantado una especie de tracer que podía ser monitoreado con un dudoso app en el celular. Detestaba admitirlo, pero realmente era muy útil.
“Será por eso que exclamaste, pero en serio, no vuelvas a asustarme así,” Sora se estremeció. “En serio, Larsa, ¿por qué no puedes ser tú quien me ayuda con mi tutoría en vez de él?”
“No entiendo de qué te quejas. Si bien tengo entendido, has sacado buenas notas en tus últimos controles y tu madre se encuentra contenta, ¿no es así?”
“¡Pero es un martirio! ¡El innombrable es abusivo y burlón conmigo y no me trata con ningún tipo de decencia humana! ¡Me está dejando muchas tareas de ejercicios raros y que ni tienen que ver con mis clases!” exclamó, indignado y aterrado al mismo tiempo. “¡Ayer incluso me había asignado un ensayo de dos páginas sobre por qué tengo que estudiar diligentemente y ser respetuoso con todos que debía darle hoy porque si no se agregaban dos páginas más por cada día que lo postergaba! ¡Y resulta que está de viaje y ni sé cuándo lo veré!” se agarró los cabellos en un acto de desesperación y miró hacia arriba. “¡¿Qué demonios se supone que haré ahora?!”
“Ahh…” Larsa dio un pesado suspiro. “Eso suena extremadamente injusto. Descuida, le dejaré en claro que no te demande esa tarea. Es suficiente que hayas tenido que escribirlo para hoy.”
“P-pues apenas lo había comenzado, por ello había huido…”
“…” alzó una ceja.
“¡P-pero estate de mi lado, por favor! ¡Hasta tú comprendes que esto es mucho abuso!”
“¿Hasta yo? ¿Qué se supone que quieres decir con eso?”
“¡Ahhh, perdón, no desates la ira de tu mayordomo en mi contra!” Sora se cubrió con sus manos.
“T-tranquilo, Sora…” Larsa negó. “Ya, le diré que no tienes que hacer esto. Sin embargo, tus estudios deben continuar. Y no hay mucho que puedo hacer para terminar con tus sesiones de tutoría además de que levantes tu promedio y le demuestres a tu madre que puedes seguir con tus clases este semestre. Al menos, si te esfuerzas y sigues mejorando, seguramente Jakob se mostrará un poco más paciente contigo.”
“S-s-sí, gracias…” Sora asintió, inquieto y temblando levemente.
“N-no te pongas así…” Larsa le extendió una mano. “Levántate. Conociéndote y por el estado anímico en el que te encuentras, no debes haber tomado desayuno, así que vamos a algún lado. Luego de ello, comenzaremos con nuestra sesión de hoy.”
“E-está bien…” aceptó el gesto y se levantó con la ayuda del otro. “Sí… tú sí tienes decencia humana… no me había dado cuenta de que eras un humano hasta conocer a un peor demonio.”
“¿Qué estás diciendo?” Larsa se vio indignado.
“¡Ahh! ¡No me mates!”

A Larsa sólo le tocó aguantarse las ganas de recriminarle y ser paciente con Sora como lo llevaba siendo desde hace cuatro años. Pese a los quejidos del otro, le animaba saber que sí se encontraba mejorando su rendimiento, aunque por verle tan alterado iba a necesitar vigilar a su mayordomo para prevenir que este se pasara de la mano.



Era también la hora del desayuno en Rizembool. Yukko había esperado tener una comida normal con sus amigos, pero una persona inesperada se les había sumado, y se encontraba exclamando aferrada a la última persona presente capaz de soportar dicha acción.

"¡Mai-chan! ¡Por favor, ayúdame!" lloriqueó Osaka, desesperada y tirando del brazo inmutado de la otra. Nuevamente, la exHiME tuvo que emboscar a su primita. Osaka se había pasado el rato relatando los últimos sucesos en su entorno y cómo se encontraba extremadamente mortificada por sus primos. "¡No sé qué hacer! ¡Cho no quiere hablar conmigo y ahora Hotaru-chan me dice que está muy cerrada y deprimida y no parece querer hablar con nadie! ¡También he notado que Roxas se siente muy mal y quizás se ande culpando de cosas que no tienen sentido! ¡Quise pedirle consejos a Tomo-chan pero ella dijo que no le molestara y los demás están con una actitud de dejar las cosas como están! ¡Necesito tu sabiduría, Mai-chan!"
"..." la dirigida tenía un tic en la ceja.
"M-Mai..." Yukko temía que su dudosa amiga fuera a arremeter contra su propia prima. Sin embargo, vio cómo con toda paciencia tomó de la mano que le apresaba y la regresó a su dueña.
"Has dicho suficiente, Ayumu. No sigas más," decretó, inmutada.
"Mai-chan..."
"Como una exHiME, deberías estar acostumbrada a este tipo de drama desproporcionado e injustificable. No en ti, pero en tu entorno. ¿O es que acaso me equivoco?"
"Pues no, como siempre, lo que dices tiene mucho sentido," Osaka asintió. "Sí recuerdo a mis amigas HiMEs sufrir por un sinfín de razones, mientras que mi mayor problema fue esa vez que mi Rebel me hizo dar por muerta, pero estuve bien y la idea de esconderme fue divertida."
"Exacto," Mai le correspondió el mismo gesto al asentir, y notó con indiferencia cómo Yukko y Hotarumaru intercambiaron miradas confundidas y extrañadas. "Es evidente que no eres la mejor para seguir la enredada relación entre sucesos y causalidad. Si bien no estoy en tu posición y sé que me ando perdiendo de muchas cosas, puedo notar ciertos pasajes interesantes de tus acontecimientos que causan atención."
"¿Eh? ¿A qué te refieres?"
"Está relacionado a los dos chicos que dices son nuevos en tu entorno."
"Hm," Hotarumaru asintió. "Estoy de acuerdo."
"¿En serio?" preguntó Yukko. "O sea... no sé del tema pero ellos sonaron como amigos..."
"Es una realización muy sencilla de hacer, aunque como Hanasaki-chan comprendo que las conexiones no se te vengan fáciles..."
"¡Ohh! ¡Hanasaki-chan!" Osaka se emocionó por dicho apodo y juntó sus manos con mucho gusto. "Hehe, qué lindo. Te queda muy bien, Yukko-chan."
"Ehhh, q-qué bueno que te parezca..." eso fue todo lo que Yukko atinó a decir con una sonrisa cortés e incómoda ya que cada vez que oía dicho apodo sentía que se moría un poco por dentro.
"Regresando al tema de interés," Mai ajustó sus gafas. "Presiento que dichas dos personas se han visto demasiado comprometidas con tu primo. Esto va más allá de cualquier interés en ser amigos con ustedes. Y lo más angustiante del caso yace en que ambos se presentaron sin invitación a la casa de tus primos el día en que describiste el ataque del Rebel."
"P-pero ellos son de Hanasaki..." Osaka ladeó su cabeza, confundida. "No estarían envueltos con un Rebel en lo absoluto, ni siquiera sabían sobre todo esto antes de llegar a la ciudad..."
"No podríamos estar seguros de ello, para empezar..." dijo Hotarumaru, pensativo. Él miraba a su bandeja de comida con tranquilidad, y habló con un tono reflexivo y tranquilo. "El timing es sospechoso, aunque podría tratarse de una coincidencia. El hecho que uno de ellos haya ayudado a tu primo de un derrumbe está a su favor, pero no se puede obviar que ellos sabían de la ubicación de la casa sin preguntarle a nadie. Y en el caso de que no tengan nada que ver con Rizembool y que realmente sean buenas personas con buenas intenciones, sería cuestión de comprender qué secretos se traen, ¿no es así?"
"Entonces..." Yukko se extrañó y frunció el ceño. "Si Osaka dice que los dos se aparecieron sin invitación, ¿por qué nadie más les dijo nada?"
"Ehh..." Osaka sonrió incómoda. "P-pues, siendo sincera, uno de ellos me pidió que le dijera a los demás que sí les había invitado para no levantar sospechas..."
"Ayumu..." Mai negó repetidamente, con un dejo de frustración. Los otros dos también estaban sorprendidos por dicho detalle. "Es de esperarse de ti, pero en una situación incierta que envuelve a HiMEs Mary Sue no deberías confiar en nadie."
"¿Ehhh? P-pero ellos me caen muy bien y uno me preparó una rica merienda y todo..."
"No me parece," Mai se cruzó de brazos y negó. "Siempre te he visto más como un gato que un perro, Ayumu. No me decepciones..."
"Mai-chan," Osaka hizo un puchero y bajó su mirada. "¿Acaso no es bueno confiar en otros? ¿Y qué tiene que ver esto con el asunto de mis primos?"
"Puede que nada en lo absoluto…" le miró de reojo. "O más de lo que crees."
"¿Eh?"
"Existe la remota posibilidad que esas dos personas tengan algo que ver o sepan algo que tú no sabes. Y aun en el caso en el cual los dos simplemente llegaron en un mal momento, el simple hecho de que vayas y los confrontes por verdades y consejos puede que te sirva de algo," Mai desvió su mirada. "Es una corazonada mía y tengo excelentes instintos. Me conoces."
"Sí," Osaka asintió más animada. "Gracias Mai-chan, haré lo que pueda."
"Eh, sólo para que no se vuelva a repetir..." Hotarumaru se notó algo incómodo. "Lo mejor es que seas cuidadosa con personas que entran al lugar donde vives. Nunca se sabe a quién esperar, y no es sólo por ti, sino por los demás inquilinos y las personas cercanas a ti. No lo olvides."
"Tienes mucha razón. Gracias, pequeño."
"Es por estas cosas que me alegro que sólo nos parezcamos físicamente..." Mai negó.
"Realmente no sabría qué hacer de haber estado en tu lugar, Osaka..." Yukko sonrió, inquieta. "Que una persona extraña se aparezca y te diga que la cubrieras. Me habría muerto de miedo..."
"Como es de esperarse de Hanasaki-chan," Mai asintió. "Yo tengo unos rifles en casa y algunos tipos de armas blancas. Sería bueno que ideara sobre qué usar."
"Hm, cierto, debería ver qué haría yo también," comentó Hotarumaru, pensativo.
"N-no sean tan aguerridos, por favor..." pidió Yukko, con nervios.
"Ehh, los chicos de los que hablaba son del equipo de kendo de Hanasaki y tengo entendido que son fuertes," agregó Osaka, sonriendo nerviosa.
"Entendido," Mai asintió, complacida por la calidad de adversarios. "Entonces una pistola será."
"Hehe, se ha vuelto divertido~" el pelicenizo sonrió animado. "Suena a un gran desafío."
"Ehh..." una vez más, Hanasaki-chan se sentía fuera de jugar.
"Son un grupo divertido," comentó Osaka, sonriendo. "Puede que los venga a visitar más seguido."
"..." Mai dio un pesado suspiro. Sabía que no podía detenerla ni predecirla, lamentablemente. "Si lo piensas hacer, al menos mantén el contacto físico al mínimo."
"¡Sí!" asintió y le dio un saludo militar.

El grupo se quedó tomando el desayuno. Pese a todavía no saber cómo solucionar los asuntos de sus primos, Osaka estaba animada por contar con una dirección y el apoyo indirecto de su rebelde primita. Le tocaba poner de su parte para resolver el misterio de los recién llegados.


Las horas pasaron y llegó el almuerzo en Hanasaki U. Las cafeterías se encontraban abarrotadas. Además de aquellos que iban a comer, las mesas eran también lugar de estudio para estudiantes disciplinados, o aquellos que estaban siendo forzados.

"Uhh..."

Sora dejó escapar un pesado y aburrido alarido al pasar de página en su libro de historia, mientras realizaba un resumen del más reciente capítulo. Había estudiado toda la mañana y acababa de salir de una clase para comer un corto almuerzo y verse obligado por Larsa de continuar. A ese ritmo, sabía que no tendría ni un minuto de descanso antes de su siguiente clase en dos horas. Miró de reojo a Larsa quien se leía algún documento en su tablet.

"Regresa a tu resumen," dijo, sin necesitar mirarle como para saber que Sora se había distraído.
"Dame un descanso, por favor."
"Acabas de comer."
"¡Comer y descansar son dos cosas muy distintas!"
"No, no lo son."
"¡No puedes esperar que esté satisfecho con lo que me permites y que ya me haya acostumbrado a tu forma matada de ser!"
"Qué raro," Larsa se extrañó y se le dirigió. "Jakob me había reportado que tus quejas habían descendido a un mínimo en cada sesión y te estabas portando mejor, pero sigues oponiéndote como siempre..." negó, frustrado. "Es una lástima, yo que esperaba más de ti."
"¡C-cállate!" Sora se exasperó. "¡Para empezar, somos amigos, no eres mi jefe! ¡Y sólo me callo porque el maldito de tu mayordomo me matará si no lo hago!"
"No exageres, Sora," Larsa frunció el ceño.
"'¡Ah! ¡Crees que exagero, ¿no?!" Sora estaba entre iracundo y aterrado en las mismas bases de su persona. "¡Ya me ha dado varias amenazas de muerte y más de una vez ha puesto sus cuchillos cerca de mi cuello! ¡Te lo aseguro! ¡A este paso, me va a cortar la yugular!"
"No te va a cortar la yugular..."
"¡Sí me la va a cortar! ¡Deja de tratarme con tanta indiferencia como a un niño que sólo quiere atención! ¡Estoy temiendo por mi vida por si no te has dado cuenta!"
"Ahh..." Larsa dio un suspiro. "Jakob siempre ha sido de amenazar a otros, pero mientras te muestres respetuoso nada malo va a ocurrir. Te lo aseguro."
"¡Seguro que entiendes de dónde viene mi paranoia!"
"Sí..." dicho esto, Larsa regresó su atención a su tablet, lo cual exasperó al otro.
"¡Ahh! ¡Pero haz algo al respecto!"
"Ya te he dicho que te comportes y todo estará bien. El hecho que Jakob te da tutoría me viene bien porque tengo muchas obligaciones y este arreglo está rindiendo grandes frutos. Sólo avísame sobre lo que realizan en sus sesiones si estás tan inquieto. Si considero que es algo que merece mi atención, lo atenderé."
"Uhh..." a Sora no le gustó cómo lo dijo, pero se reservó comentarios. Tendría que confiar en que todo iba a estar bien y él se mantendría responsable de su mayordomo. Iba a regresar a su resumen, cuando entonces notó a dos personas caminar hacia ellos. Le tomó un poco recordarles al recién haberlos conocido. "Oh, ¿no son los nuevos compañeros de Roxas?"
"¿Hm?" Larsa alzó su mirada y lo confirmó. "Ya han llegado."
"¿Eh? ¿Les esperabas?"
"Sí, Horikawa me pidió ayer que nos reuniéramos a esta hora," asintió, y luego miró a su amigo con leve severidad. "Pero tú sigue estudiando, ¿entendido?"
"¡O-oye!"



"Buenas tardes," Horikawa fue el primero el dirigirse a los dos con una sonrisa cortés. "Lamento mucho la demora."
"¡Hola! ¡Ha sido un tiempo!" dijo Urashima con energías, levantando una palma. "¿Qué hacen?"
"Buenas tardes, me encuentro apoyando a Sora a estudiar para su curso de historia," explicó Larsa, quien desvió su mirada. "Es... un asunto complicado, aunque se están realizando mejoras."
"Uhh no hables de un modo tan impersonal, no soy un objeto," Sora sintió escalofríos.
"¿Historia?" Urashima ladeó su cabeza. "Pero debes ser muy inteligente para llevar ese curso. Tengo entendido que las clases de historia son opcionales."
"Sí, lo son..." Sora hundió su cabeza con gran desdicha y frustración. "Mi yo cachimbo pensó que iba a ser un curso fácil e interesante, y no lo es..."
"Ehh..." Horikawa sonrió incómodo. "Aunque tienes mucha suerte de contar con un amigo que te esté apoyando tanto."
"N-no, no tienes ni idea..." la depresión de Sora se transformó en miedo e inquietud. "Ustedes deberían huir mientras puedan..."
"¿P-por qué?" Urashima se alertó.
"Te he dicho que sigas estudiando, Sora, y no andes diciendo cosas así," Larsa le miró con reproche antes de volver a dirigirse a los recién llegados. "Horikawa, dijiste que tenías unas preguntas. ¿En qué puedo ayudarte?"
"Este es un pedido un poco raro, e incómodo..." Horikawa desvió su mirada. Dio un pesado suspiro ya que era muy tarde para echarse atrás. "Tenemos unas cuantas preguntas sobre lo sucedido hace tres años. Específicamente, sobre lo que le sucedió a Roxas en ese entonces."
"¿Sobre lo que le sucedió?" Larsa se impresionó.
"Ehh, entiendo que es raro que lo preguntemos, pero en verdad estoy muy preocupado por mi senpai," insistió Urashima. "Se nota que él resiente el pasado y realmente quisiera poder comprenderle. P-pues, él es mi senpai y me ha estado ayudando a adaptarme a la universidad..." terminó bajando su tono de voz porque no le parecía tener que ocultar sus verdaderos motivos, aunque comprendía que la situación ya era demasiado complicada.
"Lo que le pasó..." Sora se puso a pensar. Con esa distracción, aprovecharía la oportunidad de relajarse y evadir sus estudios lo más posible. Al mismo tiempo, la sola mención sí le hizo pensar en varias cosas. "Pues, ahora que lo dicen... Roxas tuvo un cambio radical en ese entonces. Oh, verdad que tú le apoyaste y le diste tutoría, Larsa. ¿Sabrás algo al respecto?"
"¡Ohh!" Urashima se emocionó y miró al exRebel con ojos esperanzados. "¿Sabes algo? ¡¿En serio?!"
"Sora..." Larsa miró a su amigo con desaprobación. No tenía grandes motivos para sospechar de los nuevos, pero sabía que ocultaban algo importante, y tampoco era prudente ponerse a hablar con gran soltura sobre otras personas. Negó impaciente y resumió lo que tenía que decir. "Verán, es algo sensible y complicado hablar sobre estas cosas. Deben entenderlo."
"Lo sé, tampoco quisiera causar incomodidades," Horikawa asintió. "Tú también fuiste quien me ayudó a comprender más sobre el asunto de las HiMEs y los Rebels y estoy en deuda contigo."
"No te inquietes por ello. Pues, abreviándolo, deben haber notado que Roxas no está de acuerdo con la situación en Hanasaki."
"¡Sí! Eso me tiene preocupado," el rubio asintió.
"Roxas tampoco ha sido del todo honesto conmigo, siendo sinceros, pero sí sé que tuvo problemas con el exRebel de Cho," Larsa se puso a pensar. "No sabría decir exactamente cómo, pero es evidente que él debió haberle hecho daño a él, además de haber sido el Rebel de su hermana. Creo que los dos también se conocían desde antes..."
"¿El Rebel ese pelirrojo de cabellos puntiagudos?" preguntó Sora, alzando una ceja. "Sí, siempre me dio mala pinta y luego de verlo durante la visita al museo hace unas semanas, se nota que no ha cambiado. Además que es amigo de Tomaj. Nada bueno puede venir de él."
"¿Acaso tú no eres amigo de Tomaj?" preguntó Larsa, levemente frustrado.
"B-bueno yo seré la excepción.”
"Ya veo. ¿Y acaso Kytes no es amigo de Tomaj?"
"¡Y-ya! ¡Dejémoslo en que sus amigos que están en Rizembool son malos! Uhh, casi diría que siempre intentas hacerme quedar mal..."
"Son las cosas que dices..." negó. Él volvió a dirigirse a los otros dos. "Les digo esto para que comprendan que la situación de Roxas es compleja y va más allá de temer por la vida de su hermana. Espero que no lo juzguen, pero tampoco pretendan envolverse en sus asuntos. Ciertamente ando un poco preocupado por ellos dos. He oído que Tanaka-san se encuentra evadiendo sus clases y se ha encerrado en la mansión HiME. Sólo espero que no se deba a alguna discusión con Roxas..."
"..." Urashima se congeló por las noticias y bajó su mirada.
"Eso suena preocupante," dijo Horikawa, apenado y disimulando bien que no sabía nada al respecto. "Si hay algo que puedo hacer, con gusto ofrezco mi ayuda."
"Un par de amigos están a cargo de ir a buscarle y hablar con ella. A nosotros sólo nos queda desearle lo mejor."
"No me parece..." Sora se impacientó. "No seas tan pasivo, Larsa. En momentos así, tenemos que hacerle comprender que no está sola. Podríamos ir a darle una visita y sacarla a algún lado."
"Conociendo a Tanaka-san, ella se abrumaría por un gesto de ese tipo si no se encuentra de humor. Además, confío en Alexei," comentó el exRebel.
"Bueno, sí, al menos eso. Él es inteligente y amable. Tú podrías aprender de su forma de ser."
"¿Por qué andas intentando buscar una pelea?"
"¡Es tu culpa por no darme un descanso!"
"Ehh, muchas gracias a los dos," se apresuró a decir Horikawa en un intento de evitar cualquier posible pleito entre los amigos. No habían averiguado mucho, pero sí una pista, algo con lo cual podían seguir indagando. "También esperaré lo mejor, y veremos si podemos al menos animar un poco a Roxas."
"¡S-sí! ¡Gracias también!" exclamó Urashima, con cierta sorpresa y rigidez al notar que su amigo se despedía tan rápido. Le hubiera gustado quedarse a preguntar más, pero le tocaba confiar en el juicio de Horikawa.
"No hay de qué. Que les vaya bien," se despidió Larsa.


Luego de una breve despedida, Horikawa partió seguido de Urashima. Les tocaba buscar un sitio tranquilo donde comer sus obentos, pero la comida era lo último en la cabeza del pelinegro. Conocía demasiado bien al joven Kotetsu, y luego de haber recibido dicho dato con respecto al Rebel, sabía exactamente qué estaba a punto de decirle...

"¡Tenemos que ir a Rizembool!" declaró el menor, con decisión y ánimos. "Es obvio que si no podemos tener respuestas de los amigos de senpai sobre qué pasó, entonces ese mismísimo Rebel será quien nos lo diga."
"Ah..." Horikawa dio un pesado suspiro. "No puedo dejar que vayas a Rizembool, Urashima."
"Por eso estoy yendo contigo," contestó con una simple sonrisa. "Si tanto no confías en mí, al menos confía en ti mismo y en tu habilidad de cuidarme."
"Estás sonando extremadamente irresponsable..."
"Hehe, pero es la verdad. Yo sí confío mucho en ti, pero si no quieres acompañarme, Kamekichi y yo tendremos que aventurarnos por nuestra cuenta."
"Lo único que sabemos del Rebel son descripciones sobre su cabello. ¿Cómo podrías encontrarlo?"
"Hm... buen punto..." el menor llevó un puño a sus labios y lo pensó críticamente. Terminó desanimándose un poco. "No hay forma. Necesito tu ayuda de todos modos."
"¿Cómo esperas que lo resuelva?" le preguntó el pelinegro. "No es como si Rebels y exRebels tuvieran letreros en sus cabezas."
"Vamos, no te hagas," Urashima hizo un puchero. "Tú eres quien resuelve todos los misterios y tienes varios contactos. Recién habremos llegado a la ciudad, pero sé que tienes tus recursos."
"Aun de ser el caso..."
"Al menos inténtalo," Urashima juntó sus manos. "¡Por favor! No lo pido sólo por mí. También es por senpai. Tengo el presentimiento que esto es muy importante."
"..." Horikawa se quedó en silencio por un momento mientras meditaba la situación. No le gustaba tener que verse envuelto en ese incierto asunto de las escuelas ni mucho menos ayudar a su amigo en ello. "Incluso si fuéramos a dar con ese Rebel, no sabemos qué esperar sobre él. Puede que sea malas noticias y sólo vaya a causarnos problemas. Fue un Rebel en el pasado, y ello podría indicar que la persona en sí sigue siendo un peligro."
"Estoy consciente de ello," Urashima adoptó una expresión más seria y asintió. "Pero no por ello voy a dar marcha atrás. He esperado este momento desde que tengo uso de razón. Senpai me necesita, y estoy dispuesto a darlo todo. Después de todo, la familia es lo más importante."
"...está bien, veré qué puedo hacer," el pelinegro terminó por acceder. "De momento, tenemos que almorzar y ambos debemos asistir clases después del refrigerio. Espero tenerte noticias en la tarde, pero te recuerdo que nuestras presentes condiciones en la ciudad son muy limitadas."
"Lo sé," Urashima volvió a sonreír. "Gracias."
"No, no me agradezcas..." de repente, Horikawa se mostró torturado y agarró su frente en señal de mareos. "Sólo espero que todo salga bien, nada más..."
"Uhh, sí lo va a salir, sé más positivo," le reclamó.

Ellos siguieron con su camino hacia uno de los jardines cercanos donde encontrarían un ambiente ideal para comer. Para los dos, el día recién había comenzado.
« Last Edit: July 18, 2017, 06:06:50 PM by Cho »


Mimi Tachikawa

Hoi hoi minna!! vengo con el 1ero de los 2 fics que posteare para prepararme al evento principal

Capitulo 31:


*Flashback*

Cuatro años antes…

En Rizembool habia terminado el ultimo concierto de UNDEAD antes de un para indefinida, el auditorio se lleno de gritos lleno de emoción por tal genial presentación, Rei Sakuma era el mas aplaudido de todos, a la vista de las autoridades de la escuela un buen prospecto para ser un Rebel y pelear contra Hanasaki

Yuuto Kigai un rebel en entrenamiento lo estaba esperando en las afueras del auditorio, Rei se habia despedido de sus compañeros para luego acercarse a los primeros asientos donde se encontraba Ritsu su hermano menor y con el que no se llevaba muy bien que digamos…

Me alegra que hayas venido a mi ultimo concierto Ritsu…no sabes lo importante que es para mi…-dijo el joven de cabellera larga ondeada y de ojos rojizos-

Tenia que venir porque soy de las personas que si cumplen las promesas…-le dijo mirándole fríamente para luego mirar a otro lado- aunque no pensé que te retirarías tan rápido-

Ritsu sabias que hasta molesto te ves adorable que me dan ganas hasta de abrazarte…-

Ni te atrevas …-

Que malo…-dijo con una ligera sonrisa-al menos se que no me odias tanto…-

No piensas decirme el porque te estas retirando?? Como siempre ocultando las cosas…-

No es que no lo quiera decir…solo que ahora no es el momento mi muy querido Ritsu

Para ti nunca es el momento…-se levanto de su asiento- como ya termino el concierto me voy adelantando a la casa…-

No me quieres esperar para irnos juntos…-

No gracias…ademas Yuuto-senpai te esta esperando…-

Es cierto…ve con cuidado…-

Lo se, no soy un niño pequeño…-

Los dos hermanos se separaron, Rei regreso a los vestidores se coloco nuevamente el uniforme de la escuela y se dirigio hacia el lugar donde Yuuto lo esperaba

Finalmente el gran hijo de la oscuridad Rei Sakuma decidio acceder a hablar conmigo…y pensaste en la oferta que te he propuesto?...-

Yuuto-senpai tan impaciente como siempre…-bostezo ligeramente- No estoy muy interesado en postular a algo del cual no estoy seguro en que me beneficiara…-

Una vez que cumplas el reto te dire todo lo que necesitas saber…eres un ejemplar único, deberías de darle a la escuela tus habilidades…-

No soy una herramienta para hacer lo que la escuela quiere que haga…asi que lamento decirte que por ahora no estoy interesado en tu propuesta…-

Estas desperdiciando tu talento innato…pero tu te lo pierdes…-le dijo retirándose del lugar-

Por fin puedo estar libre…-

Salio de la escuela cogiendo su mochila y observando a las personas a su alrededor al frente de él vio a una joven pelirosa que se encontraba observando emocionada una vitrina de postres para luego ser jaloneada por una mujer mayor de cabellos cortos y mirada de pocos amigos, sintió lastima por la joven porque se imaginaba a Ritsu y el como era tratado por sus padres

Espero que tenga un hermano que la quiera mucho…-

En su camino a casa tenia que dar la vuelta a un parque donde los niños jugaban y vio como una joven de cabellera larga y peliazul era lanzada donde estaba él, la joven estaba inconsciente y lucia muy mal herida

Oye!! Oye!!...-dijo el pelinegro para ver a la persona que habia hecho eso pero habia desaparecido por lo que no tuvo otra opción que coger su teléfono móvil y llamar a una ambulancia

Ya en el hospital el doctor le informaba al joven que la chica estaba fuera de peligro pero que tenia que pasar la noche aquí por si pasaba algo extraño,el pelinegro observo que la joven tenia un carnet de identificación “Tsubasa Kazanori estudiante de la secundaria Hanasaki 17 años”

Asi que eres una estudiante de Hanasaki…-

La joven de cabellera azul abrió los ojos lentamente- donde me encuentro??...-

Estas en el hospital…te desmayaste…-

La joven miro hacia donde provenia la voz y al momento de reconocer el uniforme se levanto sin importar el suero que tenia puesto y de la nada saco una katana para apuntarla al pelinegro- Rizembool!!!-

Calmate que te vas a lastimar no te voy a hacer nada…- dijo acercándose a ella para alejar dicha arma, la joven perdió el equilibrio y Rei la sujeto-No entiendo el porque has querido atacarme…-

Asi que solo eres un simple estudiante de Rizembool…lo siento…y gracias…- se alejo del pelinegro- es mejor que no sepas nada y no te involucres en esto…-

En realidad ya estoy involucrado ahora que te he ayudado no crees?-

Hubiese sido mejor que no me ayudaras…ahora tu vida correra peligro si saben que alguien de tu escuela esta ayudando a alguien como yo…-

Espera…lo de los enfrentamientos de Hanasaki y Rizembool no son por algo meramente atlético??-

Eso es lo que te han dicho??...-sonrio ligeramente- lo que sucede en nuestras dos escuelas es algo mas importante que eso…es cierto olvide presentarme soy Tsubasa Kazanari –haciendo una solemne reverencia para luego acostarse porque se veía visiblemente cansada

Yo soy Rei Sakuma…-

Sakuma-kun…perdóname por involucrarte en esto-miro hacia el techo- pero al momento de hacer contacto conmigo ya seras el blanco de sospechas en tu escuela y es mas probable que el Rebel que me persigue queria lastimarte…como lo hizo con mi familia y como lo hizo con…-

Que hizo con tu familia??...-

Los asesino a todos…- se mordio el labio- no tuve la fuerza suficiente para protegerlos y ahora tampoco tengo la fuerza suficiente para poder enfrentarme a él-

Es muy serio lo que me estas contando…no pensé que en realidad la relación con Hanasaki es de esta manera…y entonces porque decidiste pelear?...-

Para proteger a los mios y proteger a la escuela…aunque parece que necesito fortalecerme y volver a pelear para derrotarlo y evitar que lastime a los demás…-

No pensé que Rizembool fuera tan torcido…y quien es ese rebel que esta atacándote…-

El nombre me lo reservare…- se volvió a levantar para sacarse el suero y coger sus cosas- debo de ir a la escuela no puedo estar ni un minuto mas aquí porque pondré en peligro a mas personas

No puedes irte de estar manera…sabes lo lastimada que estas??-

Lo se pero no puedo darme el lujo de estar descansando mientras que mis compañeras están luchando…gracias por ayudarme Sakuma-kun y rezare para que nada malo te suceda por haberme ayudado-

Abrió la ventana de la habitacion y de un salto desaparecio del lugar

Ya era de noche y Rei cogio su teléfono para mandar un par de mensajes de texto, luego busco el numero de Ritsu

“Parece que nuevamente tendre que hacer algo que cause que me odies mas de lo que me estas odiando, pero no lo olvides Ritsu…siempre seras lo mas importante para mi”


Esa misma noche Rei fue por ultima vez a Rizembool y aprovechando su habilidad de pasar desapercibido por la noche llego a la dirección principal, logro recolectar algunos datos importantes acerca de Hanasaki y de Rizembool para luego analizarlos ya lejos de la dirección  saco el chip de su celular y lo quemo para solo quedarse con el móvil

Yuuto apareció frente a él con una pistola

Asi que decidiste traicionarnos…-

Se podría decir que he abierto los ojos…al igual que conozco el gran secreto que le has ocultado a la escuela Yuuto-senpai y se que no quieres que esto salga a la luz, lo mande a otra persona para que lo divulgara en caso algo me suceda…-

Lo sabia …hubieras sido un ejemplar excelente para la escuela…- solto el arma- puedes irte…pero ya sabes lo que sucederá de ahora en adelante…-

Lo se y no me importa…-bostezo ligeramente – lo único que quiero es dormir…ha sido un dia muy agitado-empezo a caminar cerca a Yuuto y paso de él- hasta la próxima…senpai…-

Toma tu regalo de despedida…- Yuuto cogio su arma y disparo sobre el hombro del pelinegro que cayo al suelo pero que luego se levanto con cuidado para alejarse del lugar-

El pelinegro camino tomándose el hombro que estaba lastimado y la sangre caia sin detenerse, ya lejos de Rizembool fue el parque donde habia encontrado a Tsubasa como teniendo el presentimiento que la iba a encontrar y efectivamente la joven se encontraba ahí con la katana cubierta de sangre, habia lastimado gravemente a su rebel pero ya no le quedaban fuerzas
Kazanari-san!!...-

Sakuma-kun?? Que te ha sucedido??-

No importa y ven rápido …-

Pero aun no lo derroto…-

Eso no importa por ahora en cualquier momento llegaran refuerzos dispuestos a matarte…-

Un taxi se estaciono y dos jóvenes salieron de ahí un joven de cabellera castaña y casaca roja y el otro de cabellos azulados y casaca del mismo color

En que te has involucrado ahora Rei??...-el joven pelicastaño ayudo a Tsubasa a entrar al taxi-

Es…algo …grave …verdad?...-hablo el otro joven-

Perdonen por involucrarlos también pero en el camino les contare todo….

Los jóvenes se alejaron del lugar

Ritsu se encontraba en su habitacion esperando alguna noticia de su hermano que no habia regresado después del concierto, justo fue en ese momento que recibió un mensaje de texto de parte de él y cuando lo leyó sin querer brotaron lagrimas en los ojos

“Hermano idiota…otra vez me has abandonado”….-

Al dia siguiente la noticia que rondaba en la escuela era que Sakuma Rei habia abandonado la escuela y que su paradero era desconocido,Ritsu no fue a la escuela por voluntad propia y también por parte de sus padres que no querían que los involucraran, ambos padres se veian decepcionados por lo que su hijo favorito habia hecho mientras que Ritsu se sentía mal por haber sido abandonado de nuevo

*fin del flashback*

En el presente…

En las afueras de la ciudad se encontraba el joven pelinegro observando la ciudad desde su habitacion del 2do piso, la puerta se abrió y entro Tsubasa que llevaba puesto su traje de entrenamiento

Alguna novedad??todo esta tranquilo en las dos escuelas?

Rei salio de sus pensamientos y observo a la joven

Eres tu Tsubasa…-sonrio suavemente para luego cambiar su expresión- parece que Rizembool finalmente hara un movimiento muy importante…asi que ire rumbo a Hanasaki para observarlo desde cerca-

Entonces es momento que entre en escena aunque no tenga poderes al menos puedo ayudar a Hanasaki que me dio tanto…-

Es mejor que no lo hagas por ahora…ademas Leo Tsukinaga acaba de llegar y esta cerca de Mayura Daidoji una hime actual…-

Leo?? Leo esta de vuelta??...-dijo la peliazul con sorpresa- entonces con mucha mas razón debo de ir contigo…-

Sera mejor no te expongas la directora Miranda también esta deacuerdo conmigo se vuelves a aparecer tu vida volverá a correr peligro al menos por ahora no lo hagas…-

Hablando de la directora…no le diras acerca de la información que tienes??...-

No lo hare…recuerda que por ahora solo soy un observador…ademas aun no tenemos la información suficiente…-

Ya veo…entonces me retirare a seguir entrenando asi que por favor protege a la escuela y a Leo por mi…-

Salio de la habitacion…-

Quien iba a pensar que la jovencita que vi mirando con atención aquella vitrina de postres sea una de las himes de la batalla de hace 3 años…-rio suavemente- es hora de ver lo mucho que ha madurado ahora que ha vuelto a ser hime…-

Observo su móvil y le enviaron mensajes indicándoles que Ritsu estaba bien y que no se preocupara por él-

Bueno es hora de llamar a los demás para prepararnos para el gran evento….
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matta ne!!

Mimi-chan
« Last Edit: May 21, 2017, 12:30:59 AM by Mimi Tachikawa »


Kana

Antes de que se me pasen más los días y llegue el tema del ataque y mi HiME se quede en el limbo x'D

#33

Las agujas del reloj marcaron justamente las siete y media de la mañana cuando la muchacha volvió a verificar la hora en su reloj de muñeca. Por ser el día de inauguración estaba desde las siete en punto en el lugar pese a que su hora de entrada era a las ocho de la mañana. Sin embargo, había llegado junto a su compañera anticipadamente por orden de su jefe para tener todo reluciente, impecable y sencillamente perfecto en el negocio.
Lyria, una jovencita de cabellos celestes y brillantes ojos del mismo tono, miró impaciente hacia la entrada del local expectante de qué sucedería en su primer día de trabajo.

—¿Todo bien?—
—Oh, Elizabeth.—

La peliceleste vio a la chica de cabello blanco y ojos amarillos en el mostrador cargando una caja mediana la cual dejó sobre el mueble. Posteriormente, Lyria se distrajo curiosa al ver cómo Elizabeth abría la caja e iba sacando de su interior una tras otra cajita de metal con diseños europeos y victorianos. Sólo cuando la pelinegra terminó de sacar una última cajita metálica cuya lámina roja tenía plasmado una escena de hadas y luces, Lyria salió de su ensimismamiento y le contestó a Elizabeth.

—Sólo me preguntaba si rendiremos bien en nuestro primer día de trabajo. ¡Estoy tan ansiosa!— dijo la joven, entre emocionada e inquieta.
—Yo creo que sí.— Elizabeth sonrió. —¿Qué tan complejo puede ser atender una tienda de joyas y chocolates?— Ella acarició la cubierta de la caja metálica. —Aunque las inauguraciones siempre acarrean mucho movimiento… Pero no creo que venga mucha gente aquí. Los productos están enfocados a un reducido grupo de personas.— la joven observó los productos sobre el mostrador, la mayoría de ellos con precios inalcanzables para una persona común. La tienda tenía una pequeña sección de chocolateria, pero su fuerte eran las joyas exclusivas. Elizabeth comenzó a leer las marcas con las que trabajarían. —Harry Winston, Bucellati, Van Cleef and Arpels, Bulgari, Graff, Tiffany & Co., Piaget, Cartier, Mikimoto, Chanel, MontBlanc, ¡woh! el dueño debe tener mucho dinero como para tener todas estas producciones de las franquicias aquí.—
—Uhhh, creo que ni con diez sueldos podría comprarme lo más barato del catálogo.— Lyria suspiró, desilucionada. —¿Elizabeth, Es tu primer trabajo?—
—Ajam.— La peliblanca asintió. Luego agarró la caja de cartón que había contenido todas esas cajas metálicas, fue a la bodega a depositarla y regreso. —¿También es tu primer trabajo?—
—¡Sí!— Respondió, chocando las palmas de sus manos. Para ella, era un logro personal tener trabajo e independencia —Mi familia siempre me decía que no debía trabajar y sólo debía destinar tiempos a mis estudios… Pero es mi primer año universitario y la universidad no se paga sola. Tengo una beca, pero, ya sabes, todos los implementos que se necesitan para estudiar no los regalan.—
—Se nota que tienes una familia muy preocupada por ti.— Elizabeth se hizo una diminuta cola de caballo con un cinto azul que tenía. El uniforme de ambas chicas era de camisa blanca, con una falda azul que tenía tirantes del mismo color azul rey.
—Algo así...— Reflexionó Lyria. —No es que no alcance en casa, pues somos de clase media y estamos bien, pero no me gusta depender del dinero de mi madre. Por otro lado, me gustaría ayudar a mi hermanito menor.
—¿Que edad tiene?—
—Es un año menor que yo, pero no puedo evitar verlo como "mi hermanito" haha.—
Elizabeth se quedó pensativa por unos instantes pensando en su propio hermano. Lyria parecía muy maternal refiriéndose a su hermano menor de ese modo. En cambio, Elizabeth miraba a su hermano menor, Theodore, como un tonto. Ambas chicas comenzaron a transitar por el negocio perfeccionando todo detalle.
Era la primera vez que estaban juntas en un mismo espacio pero parecían llevarse bien, las dos asistían a la misma universidad, Rizembool, y en una que otra ocasión se habían visto en el campus a lo lejos.
Las dos habían faltado ese día a clases para cubrir ese turno. Situación que sería aislada esa única vez ya que la persona que tenía el turno diurno había tenido que hacer unos trámites urgentes. El resto de días a las dos les tocaba el horario de tarde, después de clases.

—¿Crees que venga un representante de la familia a dar un pequeño discurso de inaguración?— Preguntó Lyria, cuando vio que sólo quedaban diez minutos para abrir.
—Hm, no creo…— Elizabeth acarició las letras sobresalientes de una caja pintoresca. Eran letras doradas que dictaban el nombre del negocio. —No hablaron sobre dar un discurso. Por lo que dijo el intermediario, nosotras debíamos abrir la puerta y dar la bienvenida sin necesidad de discurso.—
—Oh, que frío… Pero, al menos eso me quita un peso de encima.— Otorgó una pausa prolongada de silencio. Volvió a ver la hora. —¡Cinco minutos para las ocho de la mañana!— fue hasta la entrada que consistía en dos grandes puertas de fino cristal. El negocio era con aires modernos, hecho en una fina estructura de cristales que daban un toque de elegancia y vanguardia. Elizabeth se posicionó en una de las puertas y ambas cruzaron la mirada al ver un grupo de gente esperando la apertura del negocio.
—Uh…— Elizabeth curvó las cejas. —Pensé que a lo más nos encontraríamos con un par de individuos.—
—Son como… quince personas.— Contó brevemente Lyria. Vio que un par de personas más llegaron a ese grupo. —Mejor abrimos ya.— Antes de que llegaran más personas motivados por la curiosidad de ver a ese grupo de gente, las chicas abrieron.
—¡Bienvenidos!— Celebraron al mismo tiempo.

Las personas sonrieron ante la cordial bienvenida. Comenzaron a ingresar al negocio con tranquilidad, se dejaban cautivar con el aroma de chocolate y el brillo de las joyas. Observaban las vitrinas con diversos diseños de chocolates, algunos con formas de animales, otros de flores, otros incluso de castillos, otros más tradicionales, y un sin fin de imágenes más. El embalaje de los chocolates era igual de atractivo, cada uno con distintos diseños. Pero esa era solo una diminuta sección casi de "cortesía" para los clientes. La parte de las vitrinas de joyería era la más llamativa puesto que el ambiente fue diseñado para dar la impresión de ir circulando por un castillo de hielo. Las joyas eran tan atractivas que más de alguno se quedó pegado mirando las gemas.
Al poco tiempo de abrir ya había un grupo de personas que hacía fila frente a la caja para pagar por sus compras, Elizabeth se había hecho cargo de esa tarea. Otras preferían directamente aceptar los chocolates de cortesía y degustar la selección. Lyria se había encargado de atender a ese grupo de gente.

Entre los clientes, una muchacha caminaba entre los mesones y vitrinas mirando con curiosidad los productos a la venta. No estaba segura de qué comprar, pero estaba decidida de llevarle algo dulce a su prometido pues él estaba de mal humor y el día había iniciado un poco mal entre ellos...  Por este motivo, la chica quería llevarle algo dulce a su prometido para que el día del chico fuese más agradable.
Escogió una caja metálica de color dorado con forma de castillo, la tomó con ambas manos era perfecto. Al retornar notó una joya que llamó su atención ¿era prudente comprar algo para ella? ¿no estaría siendo egoísta? la tomó y fue a cancelar en la caja. Tuvo que esperar un poco a que las demás personas antes que ella fuesen atendida.
—Buenos días y bienvenida.— Dijo Elizabeth amablemente.
—Buenos días.— Le saludó ella cordialmente, adornando su rostro con una dulce sonrisa. Ella le entregó la caja.
—¿Es para un regalo? ¿Desea envolverlo?—
—Oh, me encantaría.— Dijo la chica, encantada. —Sólo el chocolate. El segundo no es necesario que lo envuelva.
—Bien.— Elizabeth asintió. Vio de reojo a la muchachita frente a ella notando que era una persona muy bella y llamativa. Era una chica de largo cabello azulino, que lo llevaba suelto con una corona de trenzas en la cabeza, ella tenía un flequillo que le daba un aire de ser muy niña. Sus ojos eran azules y puros. Elizabeth registró la compra y metió el castillo de chocolate dentro de una elegante caja de regalo la cual envolvió con tercio papel y un cinto.
—¿Es primer día que abren?— Preguntó la chica, mientras pagaba.
—Si. ¡Oh!— Elizabeth abrió los ojos en sorpresa. —Lo olvidé, disculpa.— Acercó una bandeja de plata donde habían bombones de chocolates. Ella le ofreció. —Una muestra gratis cortesía de la casa.— Guiñó un ojo.
—Gracias.— La chica delicadamente sacó uno de los bombones, le quitó el lindo envoltorio e introdujo el dulce suavemente a su boca. Sintió como el chocolate se derretía sublimemente en su cavidad bucal dandole una sensación placentera. —¡Oh, sabe muy bien!— Festejó después de la degustación.
—El que probaste era de sabor a arándano tibetano.—
—Me encantan los sabores agridulces. A toda mi familia le gustan los sabores empalagosos.— Sonrió un poco.
—Uh… El producto que compraste es de chocolate amargo. Si gustas, puedo cambiarlo por uno de sabor más dulce pues de la misma línea del diseño de castillo hay más variedades de sabores.
—Oh, no, no.— Ella meneó las manos. —Ese está bien. Es que a mi prometido únicamente le gusta el chocolate amargo.—
—¡Ah, estamos bien entonces!— Sonrió divertida, escondiendo un poco su nerviosismo pues el envoltorio de regalo que le había hecho lucía muy femenino como para un varón. “Es mi primer día, nadie me matará por eso” —Aquí tienes tu cambio y aquí tu regalo. ¡Espero que tú y tu prometido gocen del sabor del chocolate!—
—Muchas gracias.— Recibió las cosas. Ambas se despidieron con un gesto cordial. Pero antes de retirarse notó como un joven que iba acompañado de un niño entraba al negocio. Ambos lucían enigmáticos, el mayor llevando gafas de sol como para apaciguar su identidad mientras que el menor simplemente analizaba todo con su mirada. Ellos dos llegaron hasta el mostrador.
—Buenos días, bienvenidos a la tienda. Es nuestro día de inauguración y estamos felices de tenerlos aquí.— Elizabeth le acercó la bandeja de plata que le había ofrecido a la otra chica. —Una muestra de la casa.—
—Gracias.— El mayor sacó uno de los bombones, lo desenvolvió con calma y lo probó.
—¿Qué tal el sabor?—
—Satisfactorio.—
—¿Quiere su hermanito probar alguno de los chocolates?— preguntó Elizabeth amablemente.
—...— el niño la miró con desaprobación.
—Eh, no le gustan.— el mayor meneó la mano en el aire para disipar el momento tenso. Luego miró a la joven de cabellos azulinos. —Buenos días, ¿le ha gustado los productos de aquí?
—Buenos días.— saludó la joven. —Sí, los chocolates están muy buenos.—
—¿Le gustó alguna joya? se verían bien en usted.— dijo aquel joven, sonrojando a la muchacha.
—M-me gustaron unos aros de perla.—
—Hm… Es una buena selección, pero, si me permite…— Él deslizó su mano por el mezón hasta alcanzar una caja en forma de cofre con incrustaciones de joyas de esmeralda. La abrió sin comprar y sacó la joya de su interior —Su dulce rostro de invierno se verá perfecto contemplando esta pieza en su cuarto de arte— Se lo ofreció.
—Y-yo…— Ella miró un poco nerviosa a Elizabeth pero descubrió en ella la misma confusión y alarma por la actitud de ese joven. “No es cordial dejar a la gente hablando sola…” aceptó la joya solo para mirarla.
—Hermosa colección digna para una dama tan fina y bella como usted.
—…—  Elizabeth con curiosidad mirada el rostro de ese joven tratando de saber su edad pues la chica se veía menor de edad y pensaba que quizá era un delito (?). Más importante aún, ¿cómo ser sutil y cobrarle esa joya a ese tipo que acababa de profanar?
—…— Al principio timorata, miró timidamente la joya entre sus manos. Se sorprendió —Es…Casa.—
—¡Ah! Yo sabía que usted era de Rusia. Su rostro es como el de una princesa Rusa.— El joven chasqueó los dedos.
—Usted me ha llevado a recordar mi hogar. Muchas gracias.—
—…— El niño a su lado lo miró reprochadoramente. —No es hora de jugar.—
—Oh, lo siento.— El mayor volvió a mirar a la joven compradora. —Es un regalo.— Le entregó la caja que acababa de abrir. Ella abrazó el Huevo de Fabergé. —Para que vuelva pronto y recomiende las joyas de este lugar.
—Aw, muchas gracias. Pero no puedo recibir un regalo tan caro— No podía menos que conmoverse al ver el Huevo de Faberge que le recordaba a las joyerías de su familia.
—No se preocupe, tómelo como un regalo.—
—Volveré.— Asintió la joven. Se despidió de ellos y se retiró.
—Se me hace conocido… pero, ¿de dónde?— Elizabeth pensó en voz alta, colocando un dedo en su mentón.
—Parece que ha sido un buen comienzo.— Le dijo el joven al niño.
—¿De qué hablas? acabas de regalar una costosa joya. No te haré descuentos por ser familiar...— miró a la vendedora, juzgando. —Esa chica parece que morirá allí sola, hay que contratar a un par más de personas.— Indicó el menor.
—Aw, Ciel, que lindo con ese pensamiento altruista. Abrir campos laborales para las personas y preocupandote por el bienestar de tu recurso humano. Vas muy bien—
—¿Eh?— Elizabeth les miró con curiosidad. Tras una breve reflexión. —¿Es usted el jefe?—
—¿Yo? No.— Él negó. Luego apuntó al niño a su lado. Aquel niño tenía traje escolar.  —Él—
—¿¡Eh!?— Ella no pudo evitar su asombro. ¿Un escolar era su jefe? al ver que no era una broma, ella cambió su reacción. —E-eh, ¡perdón!— tenía que chismear esa revelación con Rise o Kaworu.
—Descuide, es esperable ese tipo de reacción.— Apretó suavemente un hombro del menor. —Él no es bueno en las presentaciones. Es el capitán de este barco. Ciel Lancaster, mi querido y muy amado sobrino.—
—¿¡Sobrino!?— Ahora si que no podía evitar la sorpresa. —Pensé que era su hermano menor.—
—Gracias por el cumplido.—
—Señor Lancaster, espero hacer un buen trabajo junto a mi compañera por su empresa. Mi nombre es Elizabeth Jenssen, es un placer.—
—Esta bien...— Él asintió. —Debo retirarme porque debo asistir a clases. Otro día volveré.
—¡Estaré esperando por usted!—
—Me llevaré esto.— Ciel sacó una caja pequeña del mostrador. —Hm, tío, ¿quieres algo? Puedes tomar lo que quieras…— Así se sentía menos parásito del mayor.
—Ah, gracias.— Estaba distraído así que se tardó en escoger. Seleccionó una caja y la sacó. —Le haré propaganda entre los colegas de Hanasaki.— Sacó dinero y pagó la caja y la que le dio a la joven de hace un rato. —Pero pago, recuerda, no mezclar los negocios y la familia.—
—Pero…El segundo si era un regalo.—
—No te preocupes.— Le acarició la cabeza a Ciel. Le entregó el dinero a Elizabeth.
—Disculpe que le pregunte, ¿Trabaja en Hanasaki?—
—Sí. En el departamento de Ciencias Químicas, soy docente de Bioquímica.—
—Es el profesor Lancaster.— Ciel lo señaló desganado.
—¡Ah! Ya se me hacía que había visto su rostro en algún lado.— Se adelantó al ver que el Lancaster mayor trataba de reconocerla. —Yo no estudio allí, pero antes de entrar en mi universidad estuve viendo las mallas y los profesionales de otras universidades—
—Casi fue mi estudiante, entonces. Hubiera sido ameno tenerla en mi clase si se daba la casualidad.— Le sonrió amablemente.
—Vamos, ya.— Ciel jaló a su tío para llevárselo.
Cuando Lyria se desocupó se aceró al mezón de Elizabeth. —¿Quienes eran?—
—Que lindo sujeto— Sonrió Elizabeth, encantada con el mayor de los Lancaster —Ah, el pequeñito es nuestro jefe.—
—¿Khe?— Lyria quedó en shock tras enterarse que un menor de edad era su jefe y dueño de ese gran monopolio.

——
El primer bloque de clases había finalizado en Rizembool y los alumnos ya habían salido de sus respectivos salones para dispersarse. Mucho de ellos se encontraban conglomerados en el área de comercio gastronómico donde se dividían entre los diversos locales de comida internos con los que contaba Rizembool.
Kaworu, Kaneki y Yoshino habían preferido salir del campus para ir por unos cafés pues como tenían algo de tiempo prefirieron tomar algo de aire fresco. Increíblemente, Kaworu había convencido a otra víctima para que le prestase un vehículo. Kaneki y Yoshino comenzaban a sospechar que existía una clase de goce perverso en Kaworu sobre pedir prestados vehículos ajenos y estrellarlos siendo que podía comprar uno propio a cada segundo. En poco tiempo llegaron a un Starbucks próximo a la zona alta de Tokyo, se habían instalado en una mesa cercana al ventanal que daba la vista a la calle tras llevar sus pedidos.
—¿Y cómo es así que ese chico llamado Chrom no te mató por lo del auto?— Preguntó Yoshino, entornando los ojos. —Yo te atropello con el mismo automóvil por patán…
—Ah, Chrom es un chico muy especial. Es un encanto de joven… Sólo vi a sus ojos encantadores y le conté lo del pequeño accidente. Él se molestó un poco pero después soltó un suspiro y se le pasó. De todos modos, le llevé el vehículo al taller para el imperfecto y le di un aromatizante con diseño. No quiso aceptar que se lo pague pero tuve que insistir. Ese Chrom es muy noble.
—…— Kaneki bajó la mirada apenado, sitiándose mal por la acción del otro tomándolo como si él fuese el culpable del delito.
—Cualquiera diría que andas comportándote desalineado porque Nakiri se fue de intercambio… Pero quienes te conocemos sabemos que disfrutas hacer estas cosas sin excusas.—
—Haha, qué cosas dices.— Kaworu meneó una mano en el aire.
—¿Cómo estará Nakiri-dono en Europa?— Kaneki observó a Kaworu sabiendo que él tenía contacto con el rubio.
—Bueno, desde que aceptó el intercambio estuvo muy motivado así que todo bien. Lo que se me hace extraño es como su familia conservadora de lo tradicional de nuestro país aceptó este intercambio cultural.
—¿Alguien conoce al chico que viene de intercambio por él?—Yoshino dio un sorbo a su café antes de continuar. —Allendis o algo así.—
—Yo-oh.— Kaworu alzó la mano, lentamente. —De hace años.—
—¿Cómo así?— El chico de largas pestañas lo miró incrédulo. Yoshino volvió a dar otro sorbo a su café americano doble.
—A Allendis lo conozco bastante, me atrevo a decir que somos cercanos...—
—¿Eh?— Kaneki le miró extrañado.
—Lo conocí cuando yo estuve de intercambio en Suiza. Es como mi versión europea, hehe— El peligris hizo una O con sus dedos. —¿Recuerdan cuando Tsukasa hablaba sobre su intercambio anterior? Pues, yo también estuve allí. De hecho, Tsukasa y yo llevamos más tiempo estudiando en Europa que en Japón. Salvo por Rizembool, nuestra vida académica es experiencialmente enfocada en estudios en el extranjero. Estudiamos por un par de años en la misma escuela de Allendis y fuimos muy unidos.—
—¿Y ni les hablas aquí?— Yoshino suspiró.
—¿Eh? Pero si no me los he encontrado…—
—Nagisa-san faltó a la clase del lunes. Por eso no lo encontró en su recibimiento
—Ah, ¿cómo no me di cuenta de su ausencia?— Yoshino giró los ojos. Pues si Kaworu faltaba era muy notorio en todo Rizembool. —¿Qué te pasó?—
—Me quedé dormido en la escalera hacia el tercer nivel.— Kaworu rio despreocupado. —Pues me puse a leer un poco en la escalera y me venció el sueño.—
—¿Efecto a largo plazo de la salida del viernes que ustedes tuvieron?—
—Ah, esa salida...— Kaneki empalideció más de lo habitual.
—…— Yoshino se le quedó viendo extrañado, luego miró a Kaworu con miedo pensando que tenía algo oscuro que contarle del siempre correctin Kaneki.
—Un chico tan cute como Kaneki siempre se comporta bien en las salidas… Él ni bebió.— Dijo Kaworu, leyéndole la mente a Yoshino.
—No. No es eso… Es que después de ese viernes me tocó el sábado juntarme con mi compañero de grupo.—
—¿El Lancaster?— Le interrumpió Yoshino.
—Sí.— Asintió Kaneki. —Pagó por una suite en el hotel más caro, corrió con todos los gastos y…— Miró a Kaworu. —Bueno, pasaron muchas cosas extrañas.—
—…— Yoshino volvió a mirar a Kaworu, interrogadoramente. —¿Por qué Kaneki siempre dice cosas que se pueden interpretar en doble sentido?—
—Haha, Yoshino-kun, ¿En qué cosas sucias piensas?— Kaworu dejo caer su cabeza hacia un lado, mirándolo como un gato curioso.
—No lo sé.— Alzó los hombros. —Es porque siempre me cuentan a medias las cosas…—
—¿Eh?— Y Kaneki era el más confundido. Negó con la cabeza. —Lo que pasa es que en algún momento yo y Lancaster.— Porque prefería llamarlo Lancaster antes que “El Lancaster” como si fuera un personaje de chismes y farándulas. —Salimos para despejarnos y encontramos a Nagisa-san con una chica y no entiendo qué pasó luego pero ella se disolvió en una especie de portal a otra dimensión.—
—Hm, ¿una HiME?— Yoshino se recostó en la mesa.
—Espera.— Kaneki respondió un mensaje de texto. —Ya.— y miró al chico de las largas pestañas. —¿HiME? Ah, sí. Creo que sí. En fin, desde el viernes hasta el mismo domingo he tenido mucho movimiento. La fiesta, la reunión con Lancaster, la HiME y Nagisa-san, y el domingo que tuve que terminar el proyecto con mi compañero.
—¿Cómo es que Kaworu siempre está en todos los eventos vitales de todas las historias?—
—Oh, el lunes fue genial ver el rostro de los dos exiliados del proyecto— Kaworu cambió de tema.
—¿Pero si tú no estabas?—
—Hehe, ¿No estaba?—Canturreó el peligris.
—…— Yoshino entrecerró los ojos mirando con la visión entornada al peligris.
—Ay, no me lo recuerdes…— Kaneki se cubrió el rostro. —Yo no quería sacarlos del proyecto pero Lancaster dijo que no eran aportes y era mejor marginarlos totalmente. El lunes por primera vez desde que llegó a Rizembool asistió un inicio de semana únicamente para decirles que no entraran a la entrega del proyecto en la oficina del profesor porque los había expulsado. Ellos me exigieron respuestas a mi, pero mi compañero… Bueno, ya saben un poquito como es él… Es menos sumiso y no los dejo estar en el proyecto.—
—Bien hecho.— Sentenció Yoshino. —Ellos te ayudaron y se aprovechaban de ti. Yo hubiera hecho lo mismo.
—Pero preferiste auto exiliarte y hacer proyecto con otro compañero.— Dijo Kaworu, riendo perversamente. —Si no lo haces con Mahiro no lo haces con nadie. Y siempre vuelves a él, hehe.—
—Ahá.— Asintió Yoshino, cansado. —En fin. De toda la historia lo único que me parece inusual es que Kaneki no haya trabajado en el café el fin de semana.—
—Eso no hace más que hacerme sentir peor. Jaeger se ofreció a hacer mis turnos y tuvo el fin de semana ocupado en eso.—
—Oh, ¿en serio?— Kaworu alzó las cejas, miró despistadamente su café. —Eren es un mártir.—
—Sí… Es tan buena persona.—
—Lo decía porque fue a trabajar siendo que fue el que quedó peor después de la salida con Oikawa, Sho y Souji.—
—Ah…— Kaneki miró hacia otro lado, avergonzado.
El Rebel recordó fugazmente esa salida de viernes con Kaworu, Oikawa, Jaeger, Souji y su hermano Sho. Todavía le costaba trabajo convencerse de que el que mejor se comportó y el que menos mareado estaba fue Sho siendo que todos esperaban a que precisamente el pelirojo fuese el que terminase todo destruido en el suelo (?) recordó que Eren y Oikawa se habían obsesionado en un duelo por quien bebía más whisky alardeando de que tenían resistencia al alcohol, Souji en algún momento había bebido mucho Jägermeister lo cual lo volvió muy vulnerable, a Kaworu nunca le pasaba nada y se dedicaba a mirar el mundo arder y Sho había sido como el adulto responsable que se hizo cargo de todo (Qué?)
Volviendo a Eren, en algún punto el chico se había mareado mucho y dándose cuenta de lo que venía Eren se había levantado del sillón con intenciones de ir al baño pero no alcanzó a llegar al baño y terminó vomitando unos pasos antes de la puerta de este. Kaneki no recordaba si fue Kaworu o el mismo Oikawa quien acompañó al chico de grandes cejas al baño para terminar de devolver el alcohol como si fuera la mismísima Regan MacNeil poseída por el diablo. Claro, Eren no se acordaba de ese vergonzoso detalle y por su salud mental el grupo había acordado no hacerle recordar ese hecho.
Al final todos terminaron aprovechándose de la hospitalidad de Souji y llegaron a su casa donde pasaron la noche. Kaneki se sentía mal por ello porque siempre Souji era el que los auxiliaba sin importarle si él mismo se metía en problemas. Y luego recordó a Sho, lo bien que se había comportado lo cual lo hacía sentirse orgulloso de su hermano y lo buen amigo que era de Souji para velar por su sueño en sus peores momentos.

Y justo cuando recordaba esa fiesta. Le llegaba mensaje de Jaeger. Kaneki le respondió “En la mesa al final, al ventanal.” El pelicastaño entró al negocio y le divisó.

—Oh, hola Eren.— Le saludó Kaworu.
—Hola.— Saludó a los presentes. Luego le entregó a Kaneki un sobre.
—Gracias, Jaeger.— Kaneki lo recibió ilusionado. Por despiste, había olvidado cobrar su sueldo el cual iba con un bono de mérito. El fin de semana, el dueño de Anteiku le había pasado el sobre a Eren para que se lo entregara a Kaneki.
—De nada. Me sorprende que te despistes con algo tan vital.— Eren sonrió de lado. —¡Ah! Antes que lo olvide… ¿Necesitas que te cubra hoy?—
—Ah, no. Ya tomo horario normal.—
—¿Seguro? Parecías atareado con muchos libros ayer.—
—Estoy bien. En serio.— Meneó una mano, restándole importancia. —Y ya haz hecho muchos turnos mío. Me siento abusivo.
—Uh, no es nada… No tengo mucho que hacer.— Se pasó una mano por la nuca. Luego sacó un papel donde tenía su horario y el de Kaneki. —Así lo dejo el jefe ayer.— Se sentó a un lado de Kaneki y comenzaron a hablar sobre sus horarios. Kaneki notó que Eren recibía mensajes de whatsapp y fruncía el ceño a cada tanto.
—¿Pasa algo?—Le preguntó Kaneki
—¿Le pasa algo a Oikawa?—Eren miró a Kaneki y a Kaworu. —Últimamente me manda mensajes que no comprendo… Me pregunta si ya me exorcizaron y cosas así—
—…— Kaneki y Kaworu intercambiaron miradas interpretando que era cuestión de tiempo antes de que Oikawa contara lo de Eren.
—¿Qué?—
—Eh, Oikawa-san siempre es un acertijo, haha.— Kaneki agitó las manos. —Ah, el horario todo bien. No tengo inconvenientes.—
—…Ok— Eren seguía perspicaz mirando a esos dos pero prefirió dejar el tema de lado. También silenció el chat con Oikawa. Tras terminar de hacer los últimos acuerdos con Kaneki, se puso de pie. —Ya me voy. Estamos en contacto.— Se despidió y se fue en tiempo record.
—Parece que tenía prisa.— Dijo Yoshino
—Es que ha faltado a sus clases y ya le pusieron advertencia.— Respondió Kaneki. Vio que alguien relativamente conocido entraba al negocio. Parecía un poco desorientado del lugar, conociéndolo por primera vez. —El chico de intercambio.—
—Oh, Allendis.— Kaworu se levantó de su sitio y fue a recibirlo. Al llegar frente a él, el peliverde le sonrió y estrecharon las manos en un saludo fraternal. 
—Nagisa, que grata sorpresa encontrarte aquí. Creo que no hemos tenido la oportunidad de hablarnos en Rizembool.— Allendis llevaba la mirada por las mesas del local, todas ocupadas para su desgracia.
—Ven, siéntate con nosotros.
—Buenos días— Saludó Allendis, con buenos modales. Su modo de expresarse y su lenguaje corporal le destacaban como un joven de alta clase. —¿Ustedes son de Rizembool también, cierto? No he tenido la dicha de hablar con ustedes antes pero me alegra ser compañeros de universidad.—
—El gusto es nuestro.— Kaneki les sonrió amigable. Allendis parecía una persona muy gentil y educado.
—Idem— Dijo Yoshino con su expresión desinteresada. Analizó discretamente a Allendis, quien de hace unos días era compañero de universidad. Kaworu había dicho que Mahiro también conocía a Allendis de Verita por los viajes del suizo a Japón por asuntos de negocios de los padres de ambos, y al parecer Mahiro y Allendis tenían buen trato entre ellos. Lo que no entendía es como Mahiro, su mejor amigo, con su personalidad, podía compatibilizar con alguien tan sereno como Allendis. Yoshino se sintió incómodo consigo mismo por sentirse celoso de que su amigo tuviera un trato amable con Allendis. "¡Que tonto soy!" se regañó mentalmente.

Permanecieron unos veinte minutos más en el lugar antes de retornar todos a la universidad de Rizembool. Mientras el grupo de chicos estudiantes de Ingeniería Genética Humana se apresuraba porque tenían clases dentro de lo pronto, Allendis de Verita optó por ir a recorrer la universidad y saltarse ese bloque. Prefería memorizar caminos que pasar el resto de la semana perdido con las direcciones.
Finalmente Allendis terminó su recorrido cuando encontró por si solo el salón de su siguiente clase. Se contentó al ver que todavía no llegaba el maestro. Fue hasta un puesto libre y se sentó, acomodó sus cosas sobre la mesa y observó a su alrededor. Allendis de Verita era un joven muy guapo, de porte alto, delgado, piel blanca como la nieve lo que hacía resaltar más sus ojos y cabellos verdes.
Rizembool parecía ser el tipo de institución adecuada para él. La gente se apreciaba de buena clase y, por sobre todo, él se había fijado bien en el nivel y calidad del potencial tecnológico de la universidad antes de pedir su traslado. Estuvo unos segundos pensativo en sus propias deducciones cuando la voz de un par de chicas le devolvió al presente.

—¿Allendis de Verita, verdad?— Preguntó una de ellas. Las dos le sonrieron con un aire de coquetería. La chica miró a su compañera. —Este año tenemos bastante compañeros de intercambio.—
—¡Si!— Respondió la otra automáticamente.
—Es fascinante tener un nuevo compañero de intercambio.— La muchacha se apoyó hacia delante acercandose un poco más hacia Allendis. —Si necesitas algo o  quieres charlar con alguien, cuenta con nosotras.—
—Gracias… Valoro el gesto.— Respondió monótono.
—Por cierto…— Colocó una carta sellada sobre la mesa del estudiante y la deslizó hacia él. El peliverde notó los diseños brillantes y coloridos en las uñas de la chica. —Esta carta te la manda una amiga.— Entornó los ojos traviesa.
—¿Por qué?—
—¿La carta?— rio coqueta —Yo creo que te llegaran más de estas. Estas en tu derecho de botarlas cuando quieras. Sin duda, son un fastidio y honor a la cursilería patética. Pero, eres un príncipe, y llamas la atención. Nakiri-san se fue, pero nos llegas tú.—
—…— Allendis se mantuvo inexpresivo pero le pareció tanto ofensivo que lo vieran como una especie de trofeo o distracción. No era un circo humano. —Vale.— Fue lo que dijo tras guardar la carta. —Pero aquí hay más gente de intercambio. Tienen con qué distraerse.—
—Aham…— Ella asintió, un tanto aburrida. La chica observó hacia la entrada a ver si el maestro había llegado pero por lo visto tenía un retraso.
—Pero no todos son tan lindos… o simpáticos como tú.— Dijo la otra chica.
—¿Les resulto ambas características?— Allendis sonrió de medio lado. Era triste ver que no lo conocían ni de cinco minutos y ya lo halagaban con tantas buenas características. Justo de lo que había huido de su país.
—Sí.— asintió, motivada. —Las chicas hablan de convertirte en príncipe en el foro.—
—¿Qué?—
—El foro, ¿no lo conoces? bueno, eres nuevo. Las chicas tenemos un foro de Rizembool donde subimos fotografías y opinamos sobre los chicos más lindos de la universidad.—
—Hm, eso es invadir la privacidad ajena…— Dijo Allendis, sonriendo un poco irónico.
—Pero es entretenido. En fin, tienes razón… Hay más chicos pero creo que tú eres el más gentil.—
—Por ejemplo, Marth Åslavrikssen está de intercambio, es tan lindo que lo subimos en el foro pero es tan lindo como inocente así que no logramos mucho con él.—
—…— ¿A qué se referían con lograr algo? Bueno, entendía que en Rizembool las chicas eran pocas y debería ser al revés la necesidad, ¿o no? Mejor no especulaba.

Posteriormente Allendis repitió mentalmente ese nombre: Marth Åslavrikssen. Le conocía de nombre por ser hijo de un empresario de renombre y tener antiguo linaje real. La gente como Allendis y Marth no compatibilizan pero suelen socializar brevemente en eventos de alta aristocracia cuando los padres de estos quieren unir lazos u ostentar de sus lujos. Tal vez en algún cumpleaños, tal vez en una celebración por la inauguración de una nueva empresa, tal vez donde lo había visto.
Le causaba curiosidad encontrar a Marth Åslavrikssen allí. Buscó con la mirada entre los estudiantes que se encontraban en el salón y encontró al joven peliazul sentado unos puestos más adelante conversando con un chico de cabello plateado y otro de cabello negro.

—También hay un chico italiano llamado Avilio. A veces está con Marth pero no es de esta carrera. Es tan difícil de capturar que no hay fotografías de él en el foro.—
—…—
—Haha, tranquilo. No todas las chicas aquí son tan básicas como esta.— La chica líder apuntó a la otra.
—¡Oye!—
—No es como si los viéramos a ustedes, los chicos, como una fauna o una especie de criaturas del Pokemon GO. Pero debes comprender que a algunas personas les gusta fantasear. En Japón, en Corea del Sur y hasta Tailandia es común que las chicas se comporten de este modo con los chicos. Hasta hacer clubs de fans y ser sus porristas personales.
—Es un dato curioso.— Allendis alzó una ceja, divertido. —¿Quién más está de intercambio?—
—Hay un chico aquí en esta misma clase pero no viene casi nunca y prácticamente no conversa con nadie. Su apellido es Lancaster.—
—Yo no lo he visto nunca.—
—Ah.— El peliverdo entornó los párpados de sus ojos y desvió la atención del rostro de la chica hacia la olvidada carta. A los Lancaster un poco más que a Marth para su gusto y disgusto. ¿Cuál de todos los Lancaster sería? A su padre no le agradaban los Lancaster y trataba de traspasarle su desagrado a él “Si puedes, los destruyes. Son competencia, no aliados. Y todos son tan competitivos y desalmados que fingirán ser tus amigos.” pero cuando todos se reunían en las celebraciones la hipocresía ganaba y se sonreían todos juntos. Allendis no tenía un trato con ellos en su mayoría, pero sí con una Lancaster a quien apreciaba mucho y de quien sus familias le prohibían juntarse. d=AQBnRaPeT3PlVkNB&w=960&h=960&url=http%3A%2F%2Fi.imgur.com%2F2uE89qO.png&_nc_hash=AQDPTErYCg67Yz7I[/img][/center]
—La formula…—
—¿Señorita Lùtece? —
—Es la formula… Hay un error. Revísala de nuevo. —
—…—

Allen Walker se encogió de hombros y disimuló a la perfección el cansancio que se había apoderado de él durante esos días. Llevaba una semana desde que la maestra de Física Cuántica lo había citado a su despacho y desde entonces tenía que reunirse con ella todos los días incluso en horarios de clase.
Rosalind frunció el entre cejo, las gafas pequeñas y de cristales redondos se deslizaron por el puente de su respingada nariz. Si bien parecía una mujer de expresión fría y casi severa, las pecas en su nariz y mejillas le daban un aire más bien de niña caprichosa.
Sólo cuando la profesora estuvo relativamente distante, el peliblanco dejo escapar un suspiro desolador.
Recordó fugazmente el día en que fue citado al despacho de la maestra. Primeramente, pensó que era para humillarlo de todos los modos posibles por una mala calificación; conducta muy usual en la maestra cada vez que uno de los alumnos sacaba una calificación en rojo. No obstante, quedó atónito cuando escuchó la propuesta de la mujer y le costó mucho trabajo procesar que la académica lo citaba para que trabajasen en la creación de un “un visionario recurso”

Por supuesto, le había dejado en claro que no lo había escogido a él especialmente por sus notas (que si bien eran buenas, no llegaban a maravillar a la profesora) sino por su “curiosa capacidad de sumisión y masoquismo” por lo que, le quedaba en claro, que nadie más soportaría trabajar con la maestra.

—¿Y? —
—Eh, tenía razón… No era en negativo. — Allen se mordió el labio inferior al salir de su ensimismamiento cuando escuchó la voz de Rosalind.
—Te lo dije, Walker. — Giró los ojos. —Aún así… Algo nos está faltando. —
—¿Cree que logremos nuestro propósito para antes del término del primer semestre? —
—¿Qué? — Ella lo miró con los ojos entornados.
—…— El muchacho se quedó frío en su posición. Pensó que quizás Rosalind se había enfadado con él porque le estaba cuestionando su intelecto o de verdad la mujer no entendía a lo que iba. —Es que… Si lo conseguimos para después de fin del primer semestre Arima-chan se quedará atrasada. —
—Ah. — Hizo un gesto con la mano como mandándolo al diablo. —A esa chica lo que menos le debe importar es perder un semestre cuando llegar desfragmentada, si es que llega, es una de las posibilidades más potentes. —
—…Cierto. — Le causaba escalofríos, pero Lùtece hablaba con comprobaciones científicas.

Y ese era el propósito; crear un portal artificial para que aquella HiME pudiese volver a su universo, tiempo y espacio. A saber en cual de las realidades paralelas, según lo postulado por Rosalind Lùtece, había quedado aquella chica tras desarrollar su capacidad mágica.

Vio a la profesora quedarse de pie en frente de la cápsula mutante de vidrio y hierro por donde supuestamente en alguno de los intentos la HiME tenía que volver. Allen meditó si realmente había sido necesario hacer dicha inversión visionaria al campo libre en medio del bosque de Hanasaki… Tal vez lo más lógico habría sido construirla en un laboratorio reservado pero Rosalind, pese a que se regía por cálculos y matemáticas, era una persona bastante ilógica.
Por eso era una genio. Aunque le faltara su hermano mellizo en el trabajo.

—No lo comprendo, maestra, todos los cálculos están bien… y el material con el que hemos construido la cápsula del tiempo debería ser compatible con la necesidad… No entiendo que nos falta si tenemos toda la tecnología para construir. —
—…Hm. — Rosalind se giró y alzó los hombros. —Tal vez, después de todo, sea una causa imposible y aún la humanidad no está preparada intelectualmente para producir algo tan magnífico…—
—…— El peliblanco alzó la vista hacia el cielo el cual estaba despejado. Reflexionó en lo último dicho por la maestra y se llevó una mano al mentón. —Posiblemente es como dice y la humanidad no está lista para crear algo con ciencia… pero, — él sonrió levemente sabiendo que posiblemente la profesora lo tachara de idiota. —No es ciencia lo que necesitamos, quizás, sino “magia” pues, las HiMES son más compatibles con la magia que con la ciencia. Ellas están hechas de “magia”
—¿Magia? —
—Eh…. Discúlpeme. —
—…— Rosalind se quedó en silencio unos instantes y luego chasqueó los dedos. —Walker, sin duda, eres medio bastardo o tienes algo malo en tus genes como para creer algo tan iluso como decir que la ciencia no es la respuesta… pero esa parte bastarda y media idiota ha dado con el clavo. — Con un puño dio un golpe suave sobre la palma de su mano. —En Hanasaki no hablamos de una compatibilidad tecnológica al cien por ciento como en Rizembool con sus Rebels. Aquí se plantea un arquetipo mágico generacional en sujetos femeninos el cual es apoyado por una básica potencia tecnológica. Lo que quiere decir…—

Era tan básico que se sentía enferma por no haberlo planteado ella misma antes. Todo ese tiempo habían intentado construir un portal artificial por medio de tecnología para traer a un espécimen extraño que desarrollaba poderes no por medio de tecnología sino más bien por una esencia mágica.

Lo que al mismo tiempo le daba la hipótesis de que esos “especímenes extraños” acá HiMEs, posiblemente se potenciaban más entre ellas.

—¡Walker! —
—¡Si! —
—¿Cuántas ¨HiMEs¨ hay en la universidad que tengan poder eléctrico o de preferencia que puedan manipular campos ínter dimensionales. —
—No sé exactamente cuántas, pero si sé cuales. —
—Tráelas aquí para mañana a esta misma hora… Mañana será el día de la victoria o del fracaso.
« Last Edit: November 08, 2019, 06:59:44 PM by Kana »


Cho

Finalmente, lista para el evento *cae rendida* (...)

35


Unas horas después del encuentro que tuvieron con Larsa y Sora en la cafetería, tanto Urashima como Horikawa habían terminado con sus actividades académicas del día. El joven Kotetsu recibió unas noticias sorprendentes de parte de su amigo ni bien salió de su última clase. Al parecer, habían tenido la suerte de contar con un conocido que iba a poder ayudarles con información relacionada a Rizembool y, por ello, los dos acababan de llegar a la entrada de dicha universidad, donde se encontraban esperándole al costado de un jardín. Desde ahí veían a varias personas ingresar a la universidad y muchas otras pasaban a sus costados para caminar hacia la salida. El movimiento era continuo y caótico, como sería de esperarse de una universidad de aquel tamaño y renombre.

Al estar ahí y saber que iban a tener un paseo dentro de Rizembool U, Horikawa decidió no callar más con respecto a la visita que había tenido a sus espaldas.

"¡¿EEEHHHH?!" Urashima exclamó en protesta y desconcierto. "¡¿Viniste a Rizembool sin mí?!"
"Fue para asegurarme que era un lugar común y corriente, y también para tener una mejor idea porque sabía que tarde o temprano iba a venir contigo... aunque resultó ser mucho más temprano de lo que esperaba..." negó.
"¡Pero eso no se vale! ¡No puedes excluirme de un paseo genial y único como este! ¡Y bien dices que viniste para ver que todo estuviera normal, pero sé que nunca sospechaste de Rizembool de esa manera!" el rubio hizo un puchero y desvió su mirada mientras se cruzaba de brazos. "Cualquier excusa para excluirme, ¿no es así?"
"Supe que ibas a reaccionar así," Horikawa dio un suspiro.
"Pero me lo puedes recompensar," dijo Urashima, sonriendo. "¡No te preocupes porque me dedicaré a pensar en qué pedirte a cambio!"
"Mientras no sea nada irracional," se encogió de hombros. "Ah, y también conocí a los dos Toushirous de los que hemos oído hablar. Son estudiantes aquí."
"¡¿EEEEEHHHHH?!" esta vez, Urashima se expresó con más tristeza que molestia y bajó la mirada. "No es justo, yo los quiero conocer..."
"Uno de ellos es muy sociable y sé que estaría encantado. Le prometí que nos veríamos cuando terminara de adaptarme a la ciudad, así que descuida."
"Aun así... Eres cruel, Horikawa."
"Deberías apreciar que soy sincero contigo."
"No, sí lo hago. La comunicación es muy importante, ¿no es verdad, Kamekichi?" miró de reojo a su tortuga. "Sólo no quiero que vuelvas a ocultarme esto otra vez."
"Ya no habrá punto, ahora que los dos conoceremos bien esta universidad y contamos con un amigo que nos apoyará con ello."
"Oh, ¿y no se te ocurrió preguntarle a los Toushirous de que nos ayudaran?"
"S-sí lo pensé, pero dudo que sepan mucho sobre los Rebels, además apenas los conozco..." Horikawa sonrió. Sin duda, Honebami nunca le iba a ayudar a pesar de que él podría tener toda la información de Rebels a su disposición. Ya le había dejado en claro que no podía estar indagando demasiado. Y Namazuo claramente no tenía nada que ver con el 'lado oscuro' de Rizembool, y por respeto a su mellizo no iba ni a preguntarle al respecto.
"Bueno, pero no hay problemas. Esperaré con ansias conocerlos uno de estos días," Urashima sonrió y llevo sus manos a su nuca, para mirar al atardecer en el cielo. "Pero fue una sorpresa enterarme que Monoyoshi de entre todos nuestros amigos sea el de esta información."
"No es precisamente él, pero uno de sus amigos," aclaró Horikawa, sonriendo comprensivamente. "Y nos viene bien. Sadamune-kun es una persona muy agradable y desvivida por otros. Sé que será de gran ayuda."
"Además que será lindo verle tan pronto. Hehe, tener más amigos en esta ciudad me anima bastante."
"A mí también,” Horikawa alzó su mirada para observar un reloj cercano. Era más tarde de lo usual para la hora de salida del colegio, lo cual delataba que su contacto seguramente participaba en actividades extracurriculares. “Sadamune-kun sin duda debe tener muchos quehaceres. Me sorprende que haya accedido a venir a Rizembool con tan poca anticipación. Sólo espero que no le estemos causando muchas incomodidades.”
“Hay que salir a pasear con él uno de estos días,” Urashima sonrió. “Sé que se llevaría muy bien con senpai y Osaka. Bueno, creo que no existe nadie en el mundo con quien no se llevaría bien.”
“Es verdad,” Horikawa asintió. “Hm, puede que de ahí se derive por qué tiene información sobre Rizembool… podría aprender algo de él…”
“Ehh, no te pongas todo maquiavélico, vas a asustar a Kamekichi…” Urashima negó y regresó su mirada hacia la salida de la universidad. A una distancia, entre toda la muchedumbre, divisó al joven al cual esperaban. “¡Oh, mira! ¡Ahí está!”

Identificarlo resultó ser muy fácil ya que esa persona siempre resaltaba en donde estuviera por su impecable apariencia. Era un joven alto, delgado y de gestos elegantes que irradiaba un aura pacífica y bondadosa. Tenía una tez extremadamente clara y unos cabellos ensortijados de color rubio rosáceos. Poseía una expresión alegre con una sonrisa permanente que inspiraba ánimos y energías en cualquiera. Él hablaba con un chico menor de cabellos blancos, ojos miel y de una apariencia frágil, quien le escuchaba atentamente al recibir direcciones y, luego de que el rubio terminara, los dos se despidieron, y el pequeño corrió en otra dirección para adentrarse en la universidad por su cuenta.

Urashima y Horikawa decidieron darle el alcance y el otro aceleró su paso con un gesto de leve torpeza en su rostro.


“¡Hola! ¡Lamento mucho la tardanza!” dijo el recién llegado, alegremente.
“¡Monoyoshi!” Urashima se animó. “¡Casi ni te hemos esperado! ¡Más bien me alegro mucho de verte! ¡Ha sido mucho tiempo!”
“Hehe, sí, ¿verdad? Cuando Kunihiro-san me dijo que estaban en Hanasaki U, me sorprendí bastante,” sonrió ampliamente.
“Ha sido un cambio repentino, supongo debí haberte avisado antes,” dijo Horikawa.
“¡Oh! Antes de que se me olvide…” Monoyoshi abrió su mochila y, sorprendentemente, sacó unos pequeños regalos para los dos. “Les traigo unos obsequios de bienvenida. Les deseo una agradable estadía en Hanasaki, y ojalá nos podamos ver con frecuencia.”
“¡Woah, ¿en serio?!” Kotetsu recibió su regalo y desempacó una serie de dulces tradicionales japoneses muy variados, y claramente de alta calidad. “Ahh~ ¡Muchas gracias! ¡Ahora sí que no voy a pasar hambre durante clases!”
“Vaya, aprecio mucho el gesto,” Horikawa abrió el suyo y notó un paquete de dos lapiceros muy prácticos y de marca. Sin duda, el joven Sadamune había escogido regalos aptos para cada uno. “Gracias por la dedicación. Tendré que pensar en cómo reponértelo. Ahh, me avergüenza no haberte preparado nada.”
“Descuida. Quizás uno de estos días podamos compartir una merienda juntos,” los ojos de Monoyoshi brillaron. “Eres un excelente cocinero, Kunihiro-san, y respeto tu habilidad. Amaría poder aprender mucho de ti.”
“Me halagas, no es para tanto, pero con mucho gusto lo haré.”
“Ah, también traje unas croquetas para Kamekichi,” sacó una bolsa donde había la comida para la tortuga. “Fueron las que el vendedor de la tienda de animales me recomendó.”
“¡Ohh, te acordaste de Kamekichi!” Urashima se emocionó al punto de abrazar al otro. “¡Gracias! ¡¿No es genial, Kamekichi?! ¡Tenemos comida para ti!”
“¡Urashima!” Horikawa jaló a su amigo para que soltara al otro. “Compórtate, por favor. No importunes a Sadamune-kun.”
“No se preocupen,” él movió sus manos para disipar cualquier incomodidad. “Me alegro de haberles animado al menos un poco y estoy al servicio de ustedes. Querían averiguar información sobre un Rebel, ¿no es así?”
“¡Sí, por favor! ¡Es por un asunto muy importante!” exclamó Urashima. Él se detuvo un momento para recordarse mantener discreción. “Ehh… perdón, quisiera decirte por qué exactamente, pero es complicado… ¡espero poder compartirlo contigo algún día!”
“Está bien, lo comprendo. Es muy importante saber guardar secretos,” asintió. “Los conozco muy bien y sé que son buenas personas. Confío en ustedes. También quiero ayudarles en adaptarse a su entorno, y el hecho que estén informados sobre esto es muy importante.”
“Es muy amable de tu parte, Sadamune-kun, muchas gracias,” dijo Horikawa. “Si no me equivoco, me dijiste que conocías a un estudiante aquí que nos podría ayudar, ¿cierto?”
“¡Sí!” Monoyoshi se alegró por la mención y ensanchó su sonrisa. “Me he puesto en contacto con mi senpai y se encuentra en camino. Sé que él solucionará todas sus dudas. Senpai es muy hábil y confiable, se los aseguro.”
“¡Ohh!” Urashima se impresionó y sonrió animado. “Si eres tú quien lo dices, entonces te creo completamente. Ahh~ ya quiero saber cómo es tu senpai~”
“Hehe…” de repente, Monoyoshi fue interrumpido por el ringtone de su celular. “Un momento, por favor. Hola, sí, dime… ¿todo está bien…? T-tranquilo, no llores, mantén la calma…” pese al intercambio de palabras, se encontraba sonriendo comprensivamente. “…está bien, quédate donde estás. En este momento iré a darte el alcance y dirigirte… ¿Eh? No te aflijas, no es ningún problema en lo absoluto… en serio, te lo aseguro… sí, sé dónde estás por la descripción que me diste… estoy en marcha… haha, no te sientas mal, la universidad es enorme. Espérame, por favor… Listo, nos vemos.”
“¿Sucedió algo?” preguntó Horikawa. Había podido oír a un chico más joven al otro lado de la línea el cual había repetido ‘lo siento’ y ‘perdón’ compulsivamente durante toda la conversación.
“Sí, eh, siento pedirles que me esperen más tiempo, pero tengo algo que hacer,” Monoyoshi juntó sus manos para pedirles el favor. “Vine con un compañero de colegio que está aquí para visitar a sus hermanos, pero se perdió y él tiende a angustiarse con facilidad, así que quiero dirigirle mejor para que se ubique.”
“Oh, podemos ir contigo,” se ofreció Urashima.
“Me gustaría, pero él podría sentirse un poco culpable por el gesto, y también es muy tímido. Además, le dije a senpai que nos encontraríamos aquí y quisiera que le esperen,” asintió. “Sé que le reconocerán ni bien lo vean. Él es simplemente excepcional.”
“Está bien, te esperamos,” dijo Horikawa, sonriendo. “Ve tranquilo.”
“Muchas gracias. No me tardaré,” el menor asintió y se puso a correr para adentrarse en la universidad.

Los otros dos le vieron alejarse entre la muchedumbre y el chico no tardó en desaparecer con rapidez. Hubo un corto silencio luego de su partida que trajo una calma breve.

“Hm~ sólo hablar con él me ha puesto de buenas energías,” Urashima sonrió animado.
“Es por su forma de ser,” Horikawa asintió. “Pero pienso que tú eres igual que él en ese aspecto.”
“¿Entonces yo te animo?” el menor se impresionó y vio al otro asentir, lo cual le hizo emocionarse. “¡Hehe, me alegra! ¿Has oído, Kamekichi? ¡Horikawa dice que le animamos! ¡Espero que eso se aplique a otras personas también!”
“Sin duda que lo hace en tu familia. Eres el menor y el alegre, después de todo,” el pelinegro le sonrió tranquilamente. “Pero también tienes que aprender a comportarte debidamente. Si permites que tus emociones te dejen llevar, siempre puedes causar problemas.”
“Uhh, ¿por qué no me pudiste dar más tiempo de alegría?” el rubio hizo un puchero. “Lo sé, y no es que intente portarme mal. Será que a veces no me doy cuenta de las cosas.”
“Siempre tendrás buenas intenciones y el interés de llevarte bien con todos, de eso no hay duda. Pero sabes a lo que refiero.”
“Sí…” él desvió su mirada. “En la práctica de la mañana, senpai se veía muy pensativo y desanimado… espero poder arreglar la situación. En verdad no quise causarles problemas…”
“Estar aquí tampoco es ninguna garantía de que puedes hacer algo,” le recalcó Horikawa. “Venimos por información sobre la guerra entre las HiMEs y los Rebels y para mantenernos al tanto de lo que ocurre. No sería prudente involucrarnos más que eso.”
“Hm…” Urashima alzó una ceja. Se encontraba claramente inconforme, pero se reservó comentarios.
“Ahh, ya me estás preocupando,” dijo Horikawa, con leve impaciencia. “Tienes que prometerme que no piensas entrometerte más en los asuntos de Roxas o nos damos media vuelta en este mismo instante.”
“¿Eh?” ello dejó al Kotetsu en blanco momentáneamente, pero no tardó en fruncir el ceño. “Uhh, no es que piense o quiera hacerlo, pero si descubrimos algo muy importante con lo cual podríamos ayudar, tampoco sería correcto ignorarlo. ¿Acaso eso está mal?”
“En principio, tiene sentido, pero realmente no sé cómo juzgarías las cosas, Urashima…” Horikawa negó. “Por ello insisto, no puedo dejar que te sigas metiendo más en el asunto.”
“Y nuevamente, sería cuestión de ver lo importante que es,” reclamó el menor. “Vamos. Yo que apenas he llegado aquí comprendo lo difícil y complicada que es la situación entre las dos universidades, y no pienso quedarme con los brazos cruzados si es algo tan peligroso.”
“Ahh, pero en verdad que es imprudente. Tampoco puedo permitir que te pase algo.”
“Uhh, deja de temer tanto por mí…”




“Si bien no sé precisamente de qué hablan, a mi parecer, a menos que uno se lance en medio de una batalla entre un Rebel y una HiME, en verdad no está cometiendo ninguna imprudencia…” opinó Tsurumaru, quien estaba sentado en una rama de un árbol frente a los dos, a quienes miraba con una pizca de interés. “Todo lo demás es simplemente parte de vivir la vida sin remordimientos, ya que indagar sobre esta guerra es sin duda un gran entretenimiento…”
“¿Eh?” Urashima ladeó la cabeza, confundido ante la intromisión de aquel peliblanco. Le vio saltar y aterrizar frente a ellos completamente inmutado. “¿Entretenimiento? Pienso que es un poco más serio que esto…”
“Ehh, no le dé ideas a mi amigo, por favor,” pidió Horikawa, algo inquieto. “Y tampoco es muy cortés oír conversaciones ajenas.”
“Acabo de llegar, mis disculpas,” el peliblanco levantó una palma tanto en señal de saludo como en reconocer su falta, y sonrió entretenido. “Con una simple inspección visual de los dos, sospecho que son turistas de Hanasaki, ¿no es así? Puedo ver el brillo en sus ojos.”
“¿Cómo que el brillo en mis ojos?” preguntó Urashima, pensativo.
“Haha, sólo una broma, no te molestes en analizarlo. Claramente no trasmití mi punto.”
“Entiendo a qué te refieres, pero no me parece bien que intentes hacer sonar como si todos en esta universidad estuvieran relacionados al lado de los Rebels, o algo así…” dijo Horikawa, meditativo. “A mi parecer, hay personas de todo tipo por aquí.”
“Muy cierto, pero Rizembool tampoco es un lugar en el cual los Hanasakienses deberían bajar su guardia,” Tsurumaru sonrió con simpleza. “Sé el caso de una muy estimada Hanasakiense mía que se ha topado con distintos sucesos extraordinarios durante su semana de orientación, se ha hecho fama con un hermoso apodo en contra de su voluntad y hace poco fue una pokeparada en una implementación limitada en Pokemon GO. Al igual que todo ello, distintas sorpresas fuera de su control podrían ocurrirles en esta universidad si se descuidan.”
“Sí oí que hubo una persona pokeparada… aunque todavía no me acostumbro a tener un Smartphone como para jugar el juego…” Urashima alzó su mirada al cielo.
“Tienes toda la pinta de ser un chico que anda derribando gimnasios enemigos,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aunque también reconozco que no se ven como los estudiantes promedio. Me pregunto cuál será la razón de sus presencias aquí en Rizembool.”
“Mi amigo y yo tenemos algo muy importante que hacer,” le aseguró el Kotetsu. “Más que todo el asunto de estas universidades. Ehh, no quiero sonar descortés o amargado, pero no me parece que te refieras a todo esto como entretenimiento, cuando detrás de cámaras seguro que todos los que están envueltos deben tener tanto de qué encargarse.”
“Te comprendo, pequeñín,” Tsurumaru asintió, sonriéndole como si fuera la cosa más adorable. “Y está muy bien que lo pienses. También déjame felicitarte por tener dicho asunto importante. Sin lugar a dudas, un objetivo es algo más valioso de lo que algunos creen. Te da motivos y razón de ser. De lo contrario, la vida se torna demasiado aburrida. Créanme, lo sé muy bien. Alguien que se siente tan crónicamente aburrido como yo siempre anda buscándole algún sentido creativo a las cosas…”
“…” Horikawa miraba a aquel chico atentamente. Él vestía de ropas blancas y tenía una tez muy pálida, y curiosamente le daba unas vibras familiares a Monoyoshi, aunque aquello era únicamente por apariencias porque los dos no podían ser personas más distintas. Este desconocido se asemejaba mucho más a la forma indiferente de ser de Shinkouhyou y le trasmitía un extraño misterio…
“Aunque sé que mejor me mantengo en mi mejor comportamiento con ustedes,” comentó Tsurumaru cruzándose de brazos. “Por oír sobre sus metas, creo comprender que son ustedes dos quienes estaba destinado a conocer esta misma tarde…”
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó Urashima. La respuesta estaba por llegar, ya que oyó la voz de Monoyoshi a lo lejos resolver todas sus dudas…



“¡Senpai!”
“¡Oh! ¡Monoyon~!” Tsurumaru se le dirigió con una disposición mucho más alegre y observó al chico darles el alcance. “¿Ya estabas en Rizembool?”
“Sí, fui a ayudar a Gokotai a ubicarse porque se había perdido,” se explicó el pelirrosa, sonriendo.
“Ah, el pequeño cinnamon roll. ¡Haha! Sus hermanos se lo hacen difícil por estudiar en esta tierra de nadie. El pobre debe estar paralizado de miedo cada vez que viene.”
“No deberías decir eso, senpai,” objetó Monoyoshi, quien levantó su índice para hacer su punto. “Rizembool es una universidad impresionante y llena de muchas personas geniales y extraordinarias. Tú mismo eres uno de ellos.”
“Haha, lo que digas, pequeño,” Tsurumaru se entretuvo por el comentario y le revolvió los cabellos. “Siempre eres la dosis de positivismo que me falta.”
“Ehh, sospecho que todavía no te has presentado…”
“Tienes mucha razón,” el estudiante de Rizembool regresó su atención a los dos de Hanasaki. “Mi nombre es Tsurumaru Kuninaga. Ustedes dos vendrían a ser los amigos de Monoyoshi, ¿no es así?”
“Sí, mi nombre es Horikawa Kunihiro,” se presentó con una venia.
“¡Y yo Urashima Kotetsu!” él miró a Tsurumaru atentamente. “Hmm, así que tú eres el senpai de Monoyoshi. Pero en verdad se parecen físicamente. ¿No serán parientes o hermanos?”
“No tenemos ningún vínculo familiar, pero eso no me detiene a ver a mi estimado Monoyon como un hermanito,” él miró de reojo a su kouhai. “¿No piensas lo mismo?”
“¡Es todo un honor ser considerado como tu hermano, senpai!” Monoyoshi se notó muy alegre.
“Ah, qué genial~” Urashima sonrió ampliamente. “Sí, tiene sentido. De ser hermanos, Monoyoshi no te llamaría senpai. Ya veo.”
“…” Horikawa le miró de reojo con escepticismo, al considerar que Urashima era el último con el derecho de decir esa misma frase.
“Ya que todos estamos aquí, vayamos a un sitio para conversar mejor,” Tsurumaru se dio media vuelta. “Las cafeterías a esta hora tienden a estar disponibles. Busquemos una mesa.”
“¡Sí!” Monoyoshi asintió y corrió para caminar a la par de su senpai. Se giró momentáneamente para mirar a sus amigos. “Kunihiro-san, Kotetsu-san, sígannos, por favor.”

Los otros dos también les dieron el alcance y el grupo caminó en conjunto por uno de los caminos principales de la universidad. Urashima no dejaba de alzar su mirada para observar las enormes y altas estructuras tecnológicas que contrastaban mucho con la apariencia de Hanasaki.

“¿Y como así se conocen con mi kouhai?” preguntó Tsurumaru para romper el hielo.
“Ellos también son kendokas y pelean con wakizashis,” explicó Monoyoshi, sonriendo. “Por eso estamos en la misma categoría y nos hemos visto muchas veces. Ya de por sí, la familia Kotetsu es muy reconocida en nuestro círculo.”
“Vaya, seré un kendoka también, pero no me sé esas formalidades para nada,” el peliblanco negó y miró de reojo a Urashima con una sonrisa irónica. “Mis disculpas, seguramente esperabas que te reconociera de inmediato, si tienes un linaje tan famoso.”
“No, está bien,” él negó, animado. “En verdad es algo diferente no ser reconocido con tanta facilidad en una ciudad. Es casi reconfortante a veces.”
“Por ello suena a que no pisas el mundo exterior tan seguido,” el mayor se impresionó. “Definitivamente no va para nada con un chico hiperactivo como tú.”
“Bueno, pero ahora que estoy aquí, tengo muchas más libertades,” estiró sus brazos hacia arriba. “¡Quiero irme de viaje a algún lado!”
“Hahaha, ese es el espíritu. Aunque verás que, sin moverte de estas universidades, hay demasiada diversión a tu alrededor. Ciertamente, llegaste al perfecto escenario.”
“Ehh…” Urashima se había quedado confundido porque el otro había arrastrado una muy ligera maldad en sus palabras. “D-de nuevo, no sé qué tan divertido esto se supone que sea…”
“Hahaha, perdón, no puedo evitarlo,” Tsurumaru le restó importancia. “Está bien que tengas miedo y aprehensión. Significa que eres un miembro funcional de la sociedad. Para la mayoría de nosotros, es inevitable encontrarle un humor al respecto.”
“Hehe, no lo digas como si hubiera algo malo contigo, senpai,” comentó Monoyoshi, de buenos ánimos. “Está en la naturaleza humana encontrar entretenimiento y sentir curiosidad por una diversa cantidad de temas, pero en el fondo todos sabemos lo que está bien y lo que no lo está.”
“A veces creo que tienes muchas esperanzas de mí, Monoyon. Ser tu senpai es sin duda una enorme responsabilidad.”
“Eso no es verdad,” le sonrió radiantemente. “Para que seas mi senpai, sólo tienes que ser tú mismo, porque no hay nadie más como tú. Y yo nunca te cambiaría por nadie.”
“¡Ohh Monoyon~!” Tsurumaru se conmovió al punto de revolverle los cabellos con las dos manos. “¡Estaré rodeado de tantas personas lindas, pero tú siempre serás el más adorable!”
“S-senpai… me vas a despeinar…”
“Eso es imposible, siempre andas despeinado y te queda genial~” le dejó en paz y empezó a reírse. “¡Hahaha! ¡Nunca fallas en ponerme de buen humor! Es un placer tenerte por aquí ya que siempre andas tan ocupado, pequeño.”
“Hehe, también me alegro de visitar Rizembool. Ha sido providencial,” el pelirrosa miró a los estudiantes de Hanasaki. “Y definitivamente estoy feliz por tenerles más cerca.”
“En verdad que sí, hace tiempo que no participas en nuestras competencias,” comentó Horikawa. “Debo admitir que he estado un poco preocupado por ti.”
“Como ya tengo mayoría de edad, he estado muy ocupado con deberes de mi familia y más responsabilidades. También estoy por graduarme y la demanda académica ha incrementado.”
“Ohh, suena pesado,” Urashima se sorprendió un poco. “Hehe, bueno, yo no sé de esas cosas porque no soy el heredero.”
“Ehh, creo que yo tampoco lo soy,” confesó Monoyoshi, sonriendo torpemente.
“Tal y como tu familia viene a ser famosa en tu círculo de espadachines, los Sadamune son una familia muy poderosa que controlan una serie de empresas a nivel nacional, y poseen muchos vínculos internacionales,” comentó Tsurumaru, tranquilamente. “Claro, para nuestro Monoyon, ello sólo significa una enorme carga sobre sus hombros.”
“Pero realmente me siento honorado de poder ayudar a mis parientes, es lo menos que puedo hacer.”
“Ohh, había oído que tu familia era de clase alta, pero no había imaginado la magnitud,” confesó Horikawa, impresionado. Él no evitó notar la familiaridad que ellos dos tenían. “Y si no es inapropiado preguntar, ¿cómo así se conocen?”
“Vaya,” Tsurumaru rió para sus adentros antes de contestar con cierta ironía. “Esa es una larga historia.”
“¿Eh?” Urashima ladeó la cabeza. “Será una larga historia, pero tenemos tiempo para oírla, ¿no es así?”
“Senpai y yo nos conocemos desde hace varios años en una reunión exclusiva donde nuestras familias asistieron,” resumió Monoyoshi, tranquilamente y con una sonrisa nostálgica. “Desde ese entonces, supe que nos llevaríamos muy bien.”
“Ciertamente, fuiste el único con la idea,” Tsurumaru negó y se encogió de hombros. “Pero el tiempo me lo demostró…” él sonrió para sí y fijó su mirada al frente, a unas mesas fuera de una cafetería. “En fin, ya llegamos. ¿Qué tal si nos encontramos en aquel misterio que desean resolver?”
“Sí, muchas gracias,” Horikawa asintió en agradecimiento. Sabía que ellos se habían reservado a contestar, pero comprendía bien la privacidad que podrían querer tener, y felizmente Urashima no parecía con el humor de insistir.

Ellos ocuparon una de las mesas en esa área de la cafetería casi completamente vacía. Ahí, Urashima les dijo el nombre de la HiME de interés, y el hecho que buscaban información sobre un exRebel de ella de hace tres años. Y, tal y como Monoyoshi había asegurado, el estudiante de Rizembool fue capaz de asistirles sin ningún inconveniente.

“Es curioso que justo me pregunten sobre dicha HiME,” comentó Tsurumaru mientras sacaba una pequeña Tablet que había traído consigo para revisar unos documentos. “Me encontré con ella en esta universidad hace unos días. El mundo resulta demasiado pequeño a veces.”
“¿Entonces sí nos puedes ayudar?” preguntó Urashima, esperanzado.
“Sí, justo andaba leyendo algunos datos sobre el enfrentamiento del pasado, y tengo la información que buscas en algún rincón de mi Tablet,” comentó mientras pasaba documentos con su dedo en la pantalla táctica. “Específicamente, tenía los datos de aquella HiME listos para ser revisados.”
“¿En serio?” Horikawa se sorprendió y se notó un tanto aprehensivo. “Ehh, ¿qué tan legal es eso?”
“Hahaha, no sabría qué decirte sobre lo segundo, pero Rizembool siempre se ha tomado muchas libertades de ese tipo. Aunque, a fin de cuentas, tanto las HiMEs como los Rebels se vuelven celebridades al tomar sus roles y cualquier estudiante con el más mínimo interés puede saber lo que quieran de ellos.”
“Senpai, ¿acaso en esa Tablet tienes información sobre varias HiMEs y Rebels?” preguntó Monoyoshi, mirando al dispositivo con curiosidad.
“No precisamente, sólo principalmente datos desactualizados del conflicto anterior,” Tsurumaru movió su mano para restarle importancia con una sonrisa entretenida. “A estas alturas, Rizembool intenta mantenerse muy secreto sobre lo que planean hacer, así que obviamente alguien sin conexiones directas con los presentes Rebels como yo no va a tener nada de mucha utilidad.”
“Ah, ya veo,” el pelirosa sonrió. “Tiene mucho sentido.”
“Ehh, ¿y cómo así tienes algo tan raro y eh, peligroso como esa información?” preguntó Urashima, con ligeros nervios.
“Es porque soy una persona que se aburre con gran facilidad,” confesó el peliblanco con toda la normalidad del mundo. “Y para disipar mi aburrimiento, a veces tiendo a encontrar entretenimiento en sucesos agresivos del pasado. Ustedes saben, como el conflicto entre Rizembool y Hanasaki, las guerras mundiales, el Holocausto…”
“Haha, qué cosas dices, senpai,” Monoyoshi rió como si el otro hubiera dicho un buen chiste.
“Entiendo…” Horikawa asintió, comprendiendo que ese ‘senpai’ sin duda no bromeaba.
“Ah, ya lo encontré,” Tsurumaru abrió un documento y giró su Tablet para enseñar a su público los detalles sobre el Rebel que estaban buscando. Ellos vieron la foto de un chico alto y de cabellos rojos y puntiagudos. “Su nombre es Axel, y dicen que fue un Rebel formidable.”
“¡Ohh, ese debe ser! ¡Es la misma descripción del cabello!” exclamó Urashima.
“¡Hahaha! Reconocido por su cabello, qué genial,” Tsurumaru rió con ganas. “Pero sí, tiene perfecto sentido. ¿Y bien? ¿Qué piensan hacer con la información?”
“Ir a conocerlo, obviamente,” Urashima se mostró decidido.
“Deberías ser más prudente, Urashima…” su amigo se vio preocupado. “Es difícil leer a ese Rebel sólo por una foto, y ya de por sí se le ve peligroso…”
“Hmm…” Monoyoshi miró a la Tablet detenidamente. “Yo pienso que puede ser buena gente. Se parece ese chico del blog que te gusta seguir, senpai.”
“Buena memoria,” el mayor sonrió. “Sí, es un blogger reconocido de Rizembool y tiene cosas interesantes que decir. Ya de por sí, aparte de haber sido un Rebel, siempre ha sido una persona sociable, amena y bastante inofensiva, así que dudo mucho que tengan que preocuparse por él.”
“¡Excelentes noticias! ¡Muchas gracias!”
“No hay de qué…”
“Ahh…” Horikawa dio un pesado suspiro. Apreciaba la voluntad de ayudar de los dos, pero no le gustaba que estuvieran dándole cuerda a su intrépido amigo.
“¿Y dónde podríamos encontrarle?” preguntó Urashima.
“No sabría decirte,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aun si tuviera su horario, tengo entendido que ese chico tiene el hábito de faltar a sus clases. Prueba tu suerte en puestos de comida, pero aquí en Rizembool hay muchos lugares de ese tipo.”
“Hehe, tengo toda la tarde, así que no hay problema.”
“Hay que mantener las esperanzas,” Monoyoshi sonrió. “Sé que, si le damos todas nuestras ganas y dedicación, vamos a dar con su paradero.”
“¡Exacto! ¡Ese es el espíritu!”
“Iré con ustedes, me viene bien algo de distracción,” comentó el peliblanco. Entonces, la pantalla de su Tablet anunció que estaba recibiendo una llamada en FaceTime. Él se mostró algo sorprendido y de inmediato lo colgó para poner su dispositivo en no molestar. “Ehh, ignoren eso.”
“Senpai, ¿acaso te has escapado de tus quehaceres nuevamente?” preguntó Monoyoshi.
“Ehh, pues…”
“Pude ver que Yagen-san te había llamado, y él sólo acude a ti en caso de una emergencia.”
“Ahh, no puedo ocultártelo, pequeño…”
“Entonces debes ir cuanto antes,” insistió. “Es bueno que seas más responsable y tampoco quiero que te generes problemas con tu equipo de trabajo,” bajó su mirada. “Ehh, siento haberte importunado en un día tan importante…”
“N-no, no te disculpes, no te lo tomes personal,” el mayor movió sus palmas y sonrió incómodo. “Tú sabes que yo soy de escaparme, y estos últimos días han sido muy cargados de trabajo. Me ha venido bien verte.”
“A mí también, siempre es un placer,” le sonrió. “Tengo una tarde libre la próxima semana, así que regresaré para entonces. Por mientras, prométeme que realizarás bien tus obligaciones.”
“A veces te gusta tomar el rol del senpai, ¿no es así?” se encogió de hombros y recogió su Tablet para levantarse de su sitio. “Bueno, a pedido de mi estimado kouhai, tengo que irme. Suerte en su manhunt~”
“¡Muchas gracias por todo!” exclamó Urashima.
“Sí, gracias por tu ayuda,” Horikawa asintió.
“Le mandas saludos a Yagen-san de mi parte,” dijo Monoyoshi, sonriente.
“Sí, preferiría hablar lo menos posible con él, pero lo haré…”

Tsurumaru se despidió con un gesto de su mano y se marchó al verse despachado por su lindo kouhai. De todos modos, ya había cumplido con su deber ahí y sabía muy bien que si continuaba escapándose de su proyecto le esperarían serias represalias.

Con el estudiante de Rizembool fuera del mapa, los otros tres también se levantaron de esa mesa para iniciar la búsqueda por el exRebel.


“Bueno, apuesto a que Rizembool es igual de basto que Hanasaki…” Urashima se puso a pensar duramente. “Uhh, no tengo ideas. Kamekichi también parece confundido…”
“Tal y como senpai dijo, sería un buen punto de partida buscar en sitios de comida,” sugirió Monoyoshi. “Son buenos lugares donde pasar el tiempo.”
“También es lo que tenemos a nuestro alcance,” Horikawa revisó su celular, con el cual había tomado una foto de la Tablet para tener la imagen del exRebel. “Menos mal dicha persona tiene una apariencia resaltante. Aun si va a ser difícil dar con él, no sería complicado distinguirle.”
“Hehe, buen punto, Horikawa,” Urashima asintió con muchos ánimos. “¡Me siento más seguro de que lograremos victoria sólo por eso!”
“Las cosas son muy simples para ti,” su amigo negó.
“¡En marcha! ¡Rizembool no se va a revisar solo!”

Ellos caminaron por un rato en los alrededores, mientras miraban a las personas congregadas en los sitios de comidas. Monoyoshi sirvió de guía a los de Hanasaki ya que estaba bastante familiarizado con la universidad. Si bien estaban cubriendo los distintos lugares con relativa rapidez, la universidad sí era gigantesca y tampoco era certero que darían con el paradero del exRebel con una búsqueda tan especializada.

“Por aquí tampoco,” Horikawa dio un suspiro. “Me pregunto cuánto nos queda por revisar.”
“Bastante, siendo sinceros,” comentó Monoyoshi, de buenos ánimos. “Sigamos por aquí. Hay un grupo pequeño de tiendas. Si no me equivoco, también hay mesas y sillas así que puede ser una posibilidad.”
“Entendido, gracias~” Urashima dio un saludo militar y los tres comenzaron a caminar hacia la dirección mencionada. “Tengo una pregunta, Monoyoshi.”
“Claro, dime.”
“Es algo que he estado meditando todo este rato que vamos caminando juntos. ¿Tú has estado en el mismo colegio de tu senpai? Ehh, para que lo llames así, imagino que habrá sido tu superior en algún momento.”
“Hehe, no realmente. Pues, hace varios años, solía estudiar en Rizembool, pero eso fue antes de que conociera a senpai. También nuestra diferencia de edad no haría posible que estuviéramos en la misma subdivisión escolar.”
“Sí, se nota que él es mayor que nosotros por algunos años,” Horikawa asintió. “O puede ser que sus familias sean allegadas o te haya ayudado a entrenar…”
“Tampoco, ehh, viéndolo desde un punto de vista lógico, en verdad mi razón es un tanto bizarra,” el pelirrosa sonrió con torpeza.
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó Urashima, confundido.
“Simplemente lo llamo mi senpai porque pienso que es una persona excepcional y espero algún día ser como él,” contestó con alegría y asintiendo con gran decisión. “Sé que me falta mucho que crecer y que aprender, pero no me daré por vencido.”
“Vaya, admito que me sorprende oír eso,” Horikawa alzó una ceja con leve desconcierto.
“¿Por qué?”
“Ehh, Monoyoshi…” y Urashima sonrió incómodo. “Yo pienso que tú eres perfecto tal y como estás. Hehe… me cuesta creer que alguien tan genial como tú quiera apuntar a ser alguien tan… como él… ¡N-no que intente ofender ni nada! ¡Es sólo mi parecer! Ehh…”
“Está bien, entiendo,” el otro sonrió comprensivamente. “Sé que mi senpai puede ser una persona ocurrente a veces, pero es parte de su divertida personalidad. Realmente no lo veo como nada malo, aunque entiendo tu punto.”
“S-sí…” más que nada lo decía porque aquel peliblanco le había dado la impresión de ser ligeramente ‘maligno’, aunque mejor lo dejaba así. “Pero me gusta cómo se llevan. Se nota que los dos son cercanos.”
“Tengo el privilegio de tener una buena amistad con mi senpai. En verdad es como un hermano para mí,” comentó con mucha alegría.
“Me alegro mucho por ti, Sadamune-kun,” Horikawa asintió. Recordaba vagamente que el pelirrosa venía de una familia con más de un posible heredero, aunque en el tiempo que le conocían él nunca se había expresado con respecto a tener hermanos, así que quizás dichas personas no eran parte de su familia nuclear… Tal vez se encontraba pensando demasiado al respecto.

Ellos llegaron al grupo pequeño de tiendas entre otros edificios de clases. Había una pequeña área de mesas donde unos cuantos estudiantes aprovechaban la inaccesibilidad del lugar para estudiar en armonía. Con una vista rápida a ese grupo y a las tiendas, pudieron rápidamente descartar la presencia de dicho exRebel.



Sin embargo, tanto Urashima como Horikawa se sorprendieron al ver a quien sin lugar a dudas era el presente Rebel de Cho salir de una pequeña librería con algunos artículos.

“¿Hm?” Komaeda de inmediato les reconoció y se acercó hacia ellos con una sonrisa. “Vaya, pero qué grata sorpresa. ¿Ustedes son los amigos de Roxas? Me siento muy afortunado de encontrarme con ustedes. ¿Qué hacen en Rizembool?”
“Ihh…” Urashima se tensó y frunció el ceño. No sabía ni qué decirle luego del ataque que había causado hace un par de días.
“Eh, buenas tardes,” Horikawa hizo una reverencia. Se encontraba un tanto incómodo, pero mantuvo su formalidad de siempre y sonrió un poco. “No es nuestra intención meternos en su camino. Sólo nos encontrábamos de paseo.”
“Realmente sería un gran gusto poder acompañarles y dirigirles por la universidad, si les parece,” confesó el peliblanco. Él posó su mirada en el otro chico. “Ah, no me he introducido. Mi nombre es Nagito Komaeda. Es un gusto conocerte.”
“Yo soy Monoyoshi Sadamune,” le correspondió el saludo con gentileza. “Igualmente.”
“N-no estés tan alegre de conocerle…” le susurró Urashima.
“¿Eh? ¿Por qué no?” el pelirrosa se confundió.
“Él es el presente Rebel de la HiME de la que habíamos hablado.”
“Ah,” y pese a eso, Monoyoshi se mantuvo inmutado y se mostró igualmente feliz. “Entonces usted es un Rebel. Es un gran placer. Creo no haberme cruzado con un Rebel antes.”
“Ahh, realmente me alegra que le rindas homenaje al rol de Rebel,” Komaeda se animó. “No lo digo por mí porque sé que yo dejo mucho que desear, pero incluso en Rizembool algunos parecen temer mucho a mis excepcionales colegas.”
“Hehe, comprendo que es inevitable, es un asunto sensible para la mayoría.”
“O-oye, en serio, no sigas,” le pidió Urashima a su amigo. “Este tipo es peligroso.”
“¿Eh?” ladeó su cabeza. “Pero te encuentras buscando a un exRebel con grandes ánimos. ¿Cómo vendría a ser diferente?”
“Si bien todavía me falta mucho por aprender, asumo que los Rebels no tienen por qué ser todos agresivos ni estar activo en sus roles permanentemente,” resumió Horikawa, pensativo. “Aunque claramente soy nuevo aquí como para tener el conocimiento necesario…”
“Ihh, luego de lo que vimos el otro día, preferiría que no fueras tan fríamente analítico, Horikawa,” le pidió Urashima, incómodo.
“Admito que notar sus intereses en comprendernos mejor me alegra mucho el día,” Komaeda se vio complacido. “Sinceramente, tengo toda la voluntad de hacerme explicar para que otras personas comprendan mi punto de vista. Después de todo, pienso que tanto Rizembool como Hanasaki son lugares increíbles, valiosos y por encima de todo lo demás.”
“¿A qué te refieres?” preguntó Horikawa.
“Es muy evidente que no hay ningún otro lugar en el mundo donde existen los Rebels y las HiMEs porque esta genialidad es exclusiva de nuestro entorno. Hanasaki ha cultivado a las HiMEs y las ha hecho fuertes para batallar contra los Rebels y resistir el asedio constante de Rizembool, quienes manejan inimaginable tecnología y recursos para alzarse a la par de su institución rival.”
“Hm, lo que dices tiene mucho sentido.”
“Lo tiene, ¿no es verdad? Es por ello que tanto Rizembool como Hanasaki representan la esperanza de nuestra sociedad.”
“Esperanza…”
“Sí, son la esperanza de una sociedad conformista y desinformada de los límites humanos porque sobresaltan en lo que hacen y llegan a metas impensables para las demás personas. Es por la gente decidida y temeraria presente en nuestras instituciones que tanto se puede lograr en el planeta en sí.”
“Sin lugar a dudas, estas universidades poseen grandes fuerzas y potenciales que muchas otras personas envidiarían, pero el sacrificio de ambos lados sí es muy palpable…” Horikawa miraba al piso mientras lo analizaba, y levantó su mirada hacia el Rebel. “Eso quiere decir que ambas instituciones realmente podrían lograr bastante si fueran a cooperar entre sí.”
“Me temo que no.”
“¿Eh? ¿Por qué no?”
“Es la guerra entre las escuelas lo cual les ha hecho desarrollarse al máximo. Si una sola de nuestras instituciones existiera en el mundo sin un rival semejante, el progreso se minimizaría y ni los Rebels ni las HiMEs estarían al nivel en el cual están. Rizembool no tendría sus desarrollos tecnológicos y Hanasaki no incentivaría a las HiMEs a crecer como guerreras y como personas… por ello no queda de otra que causar que nuestras dos potencias peleen entre sí para realmente mostrar todo su potencial y ser la verdadera y deslumbrante esperanza en la cual necesitan convertirse por el bien de nuestra especie.”
“Vaya, no lo había pensado de ese modo anteriormente…”
“Ehh, H-Horikawa…” Urashima comenzaba a asustarse.
“Es por esa razón que soy un Rebel, para darle desafíos a Hanasaki y a mi HiME y brindar ayuda en lo que eventualmente significará un desarrollo de alguna de nuestras partes. Porque sin importar si fuera a ganar o a perder, es el avance de nuestras grandes instituciones y de la esperanza de la humanidad la cual se enriquecerá,” el Rebel sonrió con gran inspiración y alegría mientras celebraba su obsesiva idea. “Pienso dar lo mejor de mí, pero también veo mi relación con mi HiME como de compañerismo, y quiero ayudarle a levantarse como HiME, para que así ambos podamos ir a la par y contribuir con nuestros esfuerzos…”
“Para así avanzar más los roles de las instituciones y crecer en aquella esperanza a la cual te refieres…” completó Horikawa.
“Veo que me comprendes.”
“Claro, tiene mucho sentido,” le sonrió.
“¡AHHH! ¡Horikawa!” Urashima no lo aguantó más y agarró a su amigo de los hombros para agitarle con fuerza. “¡No te dejes llevar! ¡No he seguido al detalle eso de esperanzas o roles o lados, pero lo importante aquí es que todas las guerras son malas! ¡Deja de oír al Rebel!”
“¡U-Urashima! ¡Me mareas!”
“¡No quiero perderte a Rizembool ni a este demente, por favor!” dejó de sacudirle y le agarró de un brazo para jalarle consigo. “Nos despedimos de este Rebel cuanto antes.”
“Ehh, un momento, por favor,” Monoyoshi sonreía entretenido al notar lo nervioso que se había puesto Urashima por el análisis de su amigo, y caminó hacia el Rebel. “Disculpe la molestia, pero quisiera pedirle una ayuda.”
“Estaría feliz de ayudar. ¿De qué se trata?”
“¿De casualidad usted sabe dónde podríamos ubicar al exRebel de su HiME? Es importante que podamos dar con su paradero. Sin embargo, no hemos tenido el privilegio de conocerle. Si no me equivoco, su nombre es Axel…”
“Oh, buen punto,” Horikawa paró de dejarse jalar para regresar donde el Rebel. Cierto, era muy probable que dicho Rebel al menos supiera sobre su antecesor. “En verdad nos sería de gran ayuda si pudiera darnos ideas.”
“Suena a que sí le pueden conocer, por saber su nombre y todo…” Komaeda levantó su mirada, con cierta duda y sumergido en meditación. “Sin embargo, no sé qué tan buena idea sería si fuera a revelarles un posible paradero de mi senpai. Él ya no está envuelto con Rizembool, y no quisiera causarle ninguna molestia innecesaria.”
“Pero Komaeda-san,” Horikawa se vio determinado. “Pienso que esto es muy importante para proteger aquella esperanza de la cual usted nos habló.”
“Ehh…” Urashima volvió a tensarse al notar que su amigo no había terminado de seguirle la cuerda al Rebel.
“¿Cómo así?” Komaeda mostró un genuino interés. “Seguramente un Rebel inútil como yo ha perdido algún pedazo de información sumamente importante. Ilumíname, por favor.”
“No hay necesidad de recriminarse al respecto. Lo que sucede es que nos hemos enterado de algo levemente inquietante,” comentó el pelinegro. “Nos han dicho que Roxas tuvo algún altercado con el exRebel y desde entonces ha tenido grandes inconvenientes con la rivalidad entre Hanasaki y Rizembool. Venimos con la intención de dar con el exRebel y, con un poco de suerte, poner fin a dicho problema que le impide a Roxas desempeñarse como un buen Key.”
“No sabía al respecto…” el peliblanco se impresionó.
“Key…” Monoyoshi se puso a pensar. “Como estudiante en la secundaria de Hanasaki, me han comentado que ese es un rol muy importante para la HiME, al ser aquel quien la apoya más durante su pelea. Si el Key de una HiME tiene problemas para servir como apoyo, eso indicaría que ambos están en una gran desventaja, y que la esperanza proveniente de Hanasaki no se encuentra brillando a la altura en la cual debería.”
“Sí, precisamente,” Horikawa asintió. “Pero si decidimos hacerle frente a la fuente de la discordia, quizás podamos disipar los problemas y apoyar al Key y a la HiME a hacerse fuertes y volverse en una esperanza mucho mayor a la presente.”
“Eso indicaría que la propia esperanza de Hanasaki se alzaría,” el pelirrosa sonrió emocionado. “No, incluso mejor, significa que el Key y la HiME superarían un fuerte obstáculo que permitiría que sus esperanzas personales se refuercen y nazcan renovadas.”
“…lo cual podría causar que mi HiME se vuelva más fuerte y crezca en la compañera de batalla que había esperado conocer desde el inicio,” Komaeda se emocionó. “¡Estoy completamente de acuerdo! Ciertamente, me siento extremadamente afortunado de haberme encontrado con dos personas que comprenden mis pareceres y me han ayudado a poner tanto en perspectiva… Ahh, este encuentro de la tarde ha sido un enorme placer para mí.”
“Para nosotros también, y deseo fervientemente que lo mejor salga de esta rivalidad entre nuestras escuelas,” comentó Monoyoshi.
“Sin lugar a dudas,” Horikawa estuvo de acuerdo.
“¡P-P-Párenla!” y un asustado Urashima procedió a sacudirlos a los dos. “¡No puedo ser el único aquí que piensa que este Rebel tiene un tornillo flojo! ¡Por favor, no sean como él! ¡Nooo!”
“C-calma, estamos en confianza,” Komaeda sonrió incómodo. “Pero he decidido ayudarles. Conozco bien a mi senpai, ya que le he buscado varias veces para hablar sobre mi HiME, aunque él nunca quiso colaborar conmigo. Sin embargo, sí sé dónde podría encontrarse justo en este momento.”
“¿En verdad?” preguntó Horikawa, quien se recobraba de la sacudida de parte de su amigo.
“Él a estas horas frecuenta un Starbucks que queda cerca de la facultad de comunicación. Es un cómodo local y de su agrado porque lo he visto varias veces ahí. De lo contrario, hay una biblioteca cercana donde ofrecen varios sillones, y a veces va ahí a darse una siesta. Si no está en ninguno de esos sitios, puede que no se encuentre dentro de la universidad.”
“Ahh, sé dónde quedan ambos lugares,” Monoyoshi juntó sus manos con emoción y dio una reverencia al Rebel. “Komaeda-san, le agradezco por su ayuda y ojalá nos podemos volver a ver pronto. Le deseo una buena tarde.”
“Igualmente, ha sido un gusto platicar con ustedes.”
“Lo mismo digo,” Horikawa asintió.
“¡Sí, ya, vámonos!” Urashima agarró a sus dos amigos y los jaló para terminar con ese encuentro lo antes posible. Para variar, se sentía como el único cuerdo de su grupo.

El Rebel se despidió con su mano y una sonrisa confundida y los visitantes a la universidad salieron de dicho ambiente para retornar a uno de los caminos principales donde irían hacia esos sitios que frecuentaba el exRebel de interés.

Los tres caminaron una distancia considerable dentro de esa inmensa universidad que parecía no tener fin. Ellos decidieron apostar primero por aquel Starbucks al ser un lugar público donde podrían hablar con libertad, y efectivamente dieron con aquel pelirrojo, el cual ocupaba una mesa y revisaba su Tablet mientras terminaba su café.

“Es él, no hay duda,” comentó Urashima en voz baja. Ellos entraron al local y miraban al chico de lejos mientras se organizaban sobre qué debían hacer.
“Sí, tiene una apariencia que resalta,” Horikawa asintió. “Ustedes espérenme, iré a hablar con él.”
“No, no, yo también quiero hacerlo,” insistió el Kotetsu. “Este asunto es importante para mí, no lo olvides.”
“Lo sé, pero preferiría iniciar la conversación. Quisiera supervisarte.”
“No te vengas con eso ahora, por favor. Ya no soy un niño.”
“Sí lo eres en muchos aspectos, y por ello es mi intención mantenerte un ojo encima.”
“Uhh, quisiera que confiaras más en mí. Además, sólo queremos hablar, no es que vayamos a pelear contra nadie…”



“…” Axel dio un cansado suspiro y miró a los dos parlanchines de reojo, quienes le habían llamado la atención al claramente estar hablando sobre él. “¿Se puede saber qué quieren? Me están desconcentrando.”
“Eep-” Urashima se asustó y entró en pánico. “¡Ahhh, p-perdón, señor Rebel! Ehhh…”
“Buenas tardes,” Monoyoshi dio un paso adelante y sonrió con cordialidad. “Siento que le hayamos incomodado, pero quisiéramos hablar con usted por un momento, si no es mucha molestia…”
“Si esto se trata sobre las próximas votaciones para los representantes estudiantiles, creo que he escuchado a todos los candidatos habidos y por haber promocionarse. Les encanta pasearse por las cafeterías,” el pelirrojo se encogió de hombros y volvió a mirarles fijamente. “Claro, lo digo en broma. Por llamarme ‘señor Rebel’, su asunto es otro, ¿no?”
“Sí, lo es,” Horikawa asintió y adoptó seriedad. “Ciertamente, no queremos causarle molestias, pero es por un asunto de importancia.”
“Hm…” el mayor les miró con cierto escepticismo mientras meditaba sobre si debía hacerles caso o marcharse, aunque al final se encogió de hombros con un gesto de indiferencia. “Bueno, no me duele al menos oírles. ¿De qué se trata?”
“¡M-muchas gracias, señor Rebel!” Urashima hizo una rápida reverencia, todavía con algo de temor. “Ehh… se trata sobre su HiME…”
“Sí, lo supuse,” él señaló la irrelevancia con un gesto de su mano. “¿Qué hay de nuevo?”
“Pues, es sobre su hermano, y… eh…” Urashima quiso continuar, aunque de inmediato recordó que su amigo pelirrosa se encontraba presente, y quizás lo mejor era no tocar un tema tan delicado frente a él…
“Oh, seguramente esa conversación no me concierne,” Monoyoshi pareció captarlo y sonrió comprensivamente. “Lo entiendo, entonces lo mejor sería retirarme.”
“Ehh, casi no hemos tenido oportunidad de conversar, pues…” Horikawa se le dirigió, un poco incómodo. “¿Estaría bien si nos esperas un momento?”
“Si vamos a hablar sobre esto, mejor no en una tienda confinada donde todo se escucha,” Axel se levantó de su sitio. “Acababa de terminar, de todos modos. Síganme afuera y luego pueden volver por su amigo.”
“S-sí,” Urashima asintió con rapidez.
“Entendido, mucho gusto,” Monoyoshi asintió con energías.
“Siento tener que excluirte…” se disculpó Horikawa.
“Descuida, entiendo lo importante que son los secretos. Tómense su tiempo.”


Dicho esto, el exRebel desechó su contenedor vacío y salió de la tienda, seguido de los otros dos. Caminaron una corta distancia hasta que llegaron a un lado del pasillo donde había una banca disponible, donde Axel tomó asiento y miró a los otros dos que le habían interrumpido su rato a solas. No era un ambiente particularmente libre de personas al haber varios caminando por ahí, pero sin duda no llamarían la atención de nadie.

“Bien, soy todo oídos, pero si se trata de algo irracional, pienso irme, ¿han comprendido?”
“Sí, gracias, señor Rebel…” dijo Urashima.
“Ah, y deja de llamarme así, es cansado…” negó el pelirrojo. “Name’s Axel, got it memorized?”
“Sí, Axel,” Horikawa asintió. “Verá, nosotros somos nuevos estudiantes en Hanasaki y estamos en el club de kendo con Roxas. Y pues… estamos preocupados por él y por su hermana, porque no se encuentran en buenos términos…”
“Espero que no quieran que haga algo al respecto,” Axel comenzó a hacerse una idea sobre a qué iba la presencia de esos dos, y sin duda no participaría en nada muy ‘demente’. “Por si no lo saben, el chico me odia, por más que mi relación con la HiME haya mejorado un poco.”
“Ehh, sabemos eso…” Urashima desvió la mirada. “Y eh… venimos porque uno de los amigos de mi senpai nos dijo que parece que el odio de Roxas hacía usted se debe a algo que ocurrió en el pasado entre los dos.”
“Quisiéramos saber qué sucedió,” resumió Horikawa. “Roxas es nuestro amigo y es importante para nosotros comprender su pasado.”
“…” Axel había escuchado suficiente y se levantó, para mirar a los dos con leve hastío. “No, no esperen que les diga nada. Con permiso.”
“¡E-espere!” exclamó Urashima.
“¿Qué creen que son, con toda honestidad?” el exRebel llevó sus manos a sus caderas y encaró a Urashima, quien se retrajo un poco por el gesto. Axel habló con un tono cansado y neutral. “Podrán ser sus amigos, pero eso no les da derecho a envolverse en su vida personal. Es más, los amigos no van a espaldas de otros a averiguar detalles sensibles. No se crean con el derecho de buscar información de lo que gusten sólo por tener curiosidad. My two cents, ahora váyanse.”
“¡U-un momento!” el rubio se interpuso. “¡Por favor, esto es muy importante!”
“No puede ser más importante que la privacidad de tu amigo, ¿no? Es mejor que no te metas en estos asuntos. Es más serio de lo que crees.”
“¡Lo sé! ¡Por eso estoy aquí!”
“No me importa,” Axel se abrió para evadirlo y comenzar a marcharse. “Lo que sea que creas no justificará lo que estás haciendo. A mi parecer, no se trata de ninguna emergencia y no colaboraré con tu insana curiosidad…”
“¡P-pero…!” era obvio que el pelirrojo estaba decidido a irse… así que sintió que no tenía otra opción que decirle la verdad. “¡L-lo que sucede es que Roxas es mi hermano mayor!”
“¡U-Urashima!” Horikawa se sobresaltó por la exclamación de su amigo. “¡¿De qué hemos hablado?!”
“…” Axel se detuvo.
“¡Es evidente que no vamos a llegar a ningún lugar a menos que sea sincero! ¡T-también es justo para los demás que estén informados!” Urashima comprimió sus puños y desvió su mirada. “¡N-no sé si estoy haciendo bien o no, pero realmente estoy preocupado por mi senpai y no quiero dar marcha atrás ahora!”
“Lo sé, pero…”
“¿Cómo que eres su hermano?” el pelirrojo se dio media vuelta. Tenía una expresión de leve impresión y gran escepticismo. “O sea, por tu carácter y apariencia definitivamente te pareces a él, pero… ¿cómo esperas que vaya a creerme ese cuento.”
“¡N-no…! No es un cuento…” Kotetsu se tensó y bajó su mirada.
“Y aun si no lo fuera,” el exRebel se encogió de hombros. “Todo lo que sé de los hermanos Tanaka es que son huérfanos que fueron adoptados por una familia hace varios años. Nunca figuró nada de los orígenes de ninguno de los dos, así que… ¿por qué tendría que rendirle homenaje a alguien de una familia que no hizo más que abandonar a tu supuesto hermano?”
“¡…!” Urashima comprimió sus puños por aquella mención que claramente le había hecho enfadar, y necesitó unos segundos para calmar su molestia y mantenerse tranquilo. “Mi familia nunca abandonaría a uno de sus miembros… todos somos unidos, y pretendemos serlo siempre.”
“¿Entonces?” Axel alzó una ceja.
“Roxas fue arrebatado de nosotros, hace muchos años, en un ajuste de cuentas…” el rubio sacó el fólder manila con toda la información de su mochila y se la extendió al pelirrojo. “Aquí está todo lo que necesitas saber.”
“¡O-oye!” Horikawa se alteró, pero el Rebel llegó primero y tomó los documentos para darles una ojeada. Eso llevó al pelinegro a dar un pesado y torturado suspiro. “¿Qué haces cargando esos papeles contigo a todos lados…?”
“N-no sé cómo otros me creerían si no lo hago, y puede que sea importante…” el menor desvió su mirada, sabiendo que se encontraba en problemas.
“Ahh, ahora comprendo por qué la HiME te creyó tan fácilmente…”
“¿Cho ha visto todo esto?” preguntó Axel, mientras pasaba de un documento a otro. “No le debe haber sentado nada bien. Ella es muy impresionable. Como su Rebel, lo sé bien…”
“Pues no…” Horikawa negó.
“Por esto es que quiero saber qué sucedió,” suplicó Urashima. “Por favor…”
“…” Axel se quedó en silencio dando más lecturas superficiales a los documentos. Y finalmente se dirigió al chico. “Soy escéptico, y no me comeré el cuento al cien por ciento, aunque entre todo esto y tus similitudes a Roxas, quizás haya algo de verdad…”
“¡E-es verdad! ¡Lo juro!”
“En fin, al menos me convenciste a que te dijera lo más general del caso…” el exRebel negó. “Para abreviar la historia, fui amigo de tu supuesto hermano antes de ser un Rebel, hace ya cuatro años. Y cuando me convertí en el Rebel de Cho, usé mi amistad con su hermano para debilitarla y causar que los dos se pelearan y se separaran…”
“…” Urashima se preocupó por esa revelación.
“Aun en ese entonces, admito que me arrepentí con rapidez, pero ya no había mucho que podía hacer,” Axel se encogió de hombros. “Para que los dos sufrieran tanto por mi acción es porque ellos ya tenían sus imperfecciones como hermanos. Ciertamente, no confían ni se comunican entre sí y parece haber más problemas personales de por medio. En fin, no soy psicólogo.”
“…” Horikawa desvió su mirada. “Esto ayuda a poner las cosas en perspectiva…”
“Es una lástima. Roxas es en verdad un buen chico, y me habría gustado mantener mi amistad con él. Sin lugar a dudas, ser un Rebel sacó lo peor de mi persona, aunque no es como si siempre hubiera tenido grandes esperanzas de mí mismo…” Axel trató el tema con trivialidad y un poco de ironía, pero sí daba indicios de haber sido honesto con sus deseos.
“Muchas gracias por todo esto,” Urashima volvió a dar una reverencia y, al terminar, le miró con gran determinación. “Ahora, tengo un gran favor que pedirte.”
“¿Favor?” Axel se quedó perplejo.
“Quisiera que fueras a hablar con Roxas para cerrar este capítulo de una vez por todas.”
“¡E-espera!” Horikawa se impresionó. “¿Qué clase de pedido es ese? ¡Recuerda que sólo hemos venido por información!”
“S-sé que dije eso, pero en verdad quiero ayudar a senpai, y no le veo de otra que hacerle enfrentar su pasado,” confesó el rubio, quien había juntado sus índices y desviado su mirada por temer la latente ira de su amigo.
“Urashima, tú dijiste que serías más cuidadoso con la información…”
“Pides demasiado de mí,” Axel se encontraba tomando fotos de algunos documentos con su celular distraídamente.
“Ehh…” el Kotetsu se congeló. “¿Q-qué haces…?”
“Revisaré la veracidad de algunos documentos policiales y las pruebas de laboratorio, además de las noticias de periódico de hace dos décadas. Seré discreto, tú tranquilo,” él terminó y le devolvió el fólder. “Pero bueno, se nota que te importa Roxas, y yo una vez fui su amigo, así que… está bien, te haré el favor de ir a hablar con él.”
“¡¿En serio?!” los ojos de Urashima se iluminaron.
“Ehm…” mientras que Horikawa se preocupó con gran gravedad.
“Ah, pero si pudiera ser en un lugar como un dojo o en un campo abierto o discreto…” Axel sonrió y se encogió de hombros. “Roxas va a querer atacarme, así que habrá que darle su capricho un poco, ¿no lo crees?”
“¿E-estará bien?” el rubio se preocupó.
“No digo que me vaya a dejar lastimar. Si la historia es alguna indicación, sigo siendo más fuerte que él. Pero al menos que sea en un sitio privado.”
“De todos modos,” Urashima sacó su celular. “Déjame agregarte a Whatsapp y ahí vemos todos los detalles, ¿te parece?”
“Vaya, las cosas que hago por los niños…” Axel negó, pero sabía que no había punto para negarse. Después de todo, algo que estaba en el interés del pelirrojo era también dejar su pasado como Rebel detrás, y aquella rara oportunidad podría resultar un poco fructuosa.
“Deben estar bromeando…” Horikawa se dio un facepalm, preocupado, mientras los otros dos intercambiaban contactos.
“Todo estará bien, Horikawa,” Urashima sonrió. “Confía en mí.”
“¡N-no podemos estar seguros de esto! ¡Ni que conociéramos a Roxas lo suficiente como para saber cómo se tomará esto! ¡Él no va a estar de acuerdo en que suceda este encuentro!”
“Ah, definitivamente no,” Axel negó. “Asumí que mantenerlo secreto de él era implícito. De lo contrario, nunca se daría.”
“Entendido,” el rubio asintió con una simple sonrisa.
“Imposible…” Horikawa desvió su mirada consternado y notó que Monoyoshi se acercaba hacia ellos y traía algunas compras del Starbucks.

“Ehh, espero no interrumpirles nada…” el pelirrosa dio una pequeña reverencia.
“No, creo que acabamos de terminar,” Axel se encogió de hombros.
“Se me ha presentado un compromiso, así que no me queda mucho tiempo aquí, y quería convidarles una merienda. Hehe, es prácticamente la hora del lonche.”
“¡Ohh! ¡Muchas gracias!” Urashima se emocionó. “¡Ahh, es muy amable de tu parte!”
“Nuevamente me encuentro en deuda contigo,” comentó Horikawa, impresionado.
“Está bien, lo importante es compartir un momento juntos. Usted también, Axel.”
“Ah, me compraste merienda también. No tenías que, pero tampoco me haré rogar. Gracias.”
“Esta ha resultado siendo una visita muy útil y genial,” comentó Urashima al pelirrosa. “¡Muchas gracias por guiarnos y permitir que todo esto haya sucedido!”
“No hay de qué,” le contestó con alegría. “Sólo espero lo mejor para ustedes.”
“Y lo será, ahora que hemos reorganizado un reencuentro importante.”
“Los reencuentros son muy importantes, ¿verdad?”
“¡En verdad que sí!”
“¡Urashima! ¡Sadamune-kun no sabe nada del asunto!” le reclamó Horikawa. “¡Y no sabemos a ciencia cierta qué va a ocurrir!”
“Uhh, deberías mantenerte positivo, Horikawa…”
“N-no se trata de eso…” el pelinegro comprimió sus puños. A esas alturas, sólo le quedaba desear que no fuera a haber muchas complicaciones. Comenzaba a arrepentirse de haberle ayudado a organizarlo todo.

Ellos continuaron con esa pequeña y corta reunión un poco más, y ni bien el guía improvisado se retiró, siguieron los planes para ese encuentro con Roxas que debía suceder lo antes posible.

La semana comenzaba a encausarse hacia su tan esperado clímax.
« Last Edit: July 18, 2017, 06:17:55 PM by Cho »


Sayi

A ver si me alcanza a dejar el segundo antes del ataque sarraceno.

Gracias @Haruhin por dejarme usar a Yusuke <3



Episode 24 — Gatekeeper (Part I)

La puerta se abrió de golpe e Ichigo entró a zancadas en el salón. Hagumi por poco dejó caer su paleta por el estruendo, y entonces se asomó al lado de su caballete para ver a donde se dirigía con tanta prisa.

Sayi se había marchado hace media hora, ella había regresado a su trabajo, y Holden se había quedado conversando con Asaba. Hagu no había estado prestando atención a lo que estuvieran hablando, pero considerando la expresión de Ichigo, al parecer había algo importante de lo que se había perdido.

“Eh, ¿sucede algo?” le pregunto Asaba confundido, al ver que Ichigo tenía una expresión de fastidio solo para él.

Holden asomó su cabeza y entonces sonrió divertido.

“Déjame adivinar” se aventuró el castaño “¿Esto tendrá que ver con la cita de cierta pelirrosa y el caballero a mi costado?”
“Así es” asintió Ichigo, y antes que Asaba pudiera decir algo el rubio continuó “¿Por qué quieres salir con Sayi?”
“¿Por qué?” Asaba, extrañado, intercambio miradas tanto con Holden como Hagu antes de responder “Pues, ¿porque me gusta?”
“¿Ah sí? ¿Y desde cuándo?”
“…Pues, ¿desde la preparatoria? Pero no había dicho nada porque ella estaba con Taikoubou” Al ver el rostro de espanto que cargaba Ichigo, Asaba finalmente atinó a preguntar “Perdon pero, ¿esto que tiene que ver contigo?”
“¿Sayi te gusta desde la preparatoria?” el rubio repitió sus palabras, y entonces agregó “¿Acaso querías hacerla parte de tu harem de borreguitas desde entonces?”
“¿Disculpa?”
“Sé cómo eres, y sé que te gusta salir con varias chicas al mismo tiempo” finalmente sentenció Ichigo, cruzándose de brazos “Lo siento, pero no voy a permitir que alguien como tu salga con Sayi”

Apenas dijo eso, Asaba se puso de pie y se acercó hasta quedar a milímetros de su rostro. Hagu se apuró en intentar separarlos, pero parecía ser en vano. La confusión de Asaba de había convertido en molestia, e Ichigo no parecía dispuesto a ceder un milímetro.

Era la primera vez que veía a ambos tan cerca a agarrarse a golpes y ello le preocupaba a Hagu. Pero a Holden, por su lado, parecía que lo único que le faltaba eran las palomitas.

“Escucha, sé que eres el mejor amigo de Taikoubou, pero Sayi dijo que quería salir conmigo”
“Antes que nada, Sayi es mi amiga Y hermanastra. En este caso estoy velando por su interés, no el de Bou” le corrigió el rubio “Y, considerando por lo que ha pasado, no me parece que haya aceptado salir contigo en su mejor juicio”
“¿Estás diciendo que las chicas salen conmigo tienen mal juicio?”
“¡Ajá¡ ¡Acabas de decirlo! ¡Las chicaS que salen contigo!” exclamó el rubio “Sabía que Hige estaba equivocado. No has cambiado desde la preparatoria”
“¿Y que tiene de malo que haya salido con otras personas antes?”
“¡Pues calidad va por encima de cantidad! Y Sayi merece salir con alguien no tan fácil como tú”
“¡Ya basta! ¡Cálmense los dos!”

Ambos se giraron hacia Hagu. Aquella era la primera vez que la veían tan fastidiada, por lo que los dos prestaron atención a lo que estaba por decir.

“Ichigo, sé que quieres cuidar a Sayi, pero al final del día esto es decisión de ella”
“Exacto” celebró Asaba, e Ichigo junto ambos labios en una línea.
“Pero” continuó Hagu “Si, así como a mí, te preocupa lo… popular que es Asaba”
“¡OYE!”
“Pues deberías decírselo a Sayi, y quizás hasta te escuche. Eres su mejor amigo después de todo”

Esta vez fue Ichigo quien creció en sus zapatos y Asaba lo miró desafiante. Entonces Holden volvió a asomarse, sonriente.

“A MI ME PARECE que el problema radica en que Sayi debería estar bien informada de cómo es Asaba, si ha cambiado o no” sugirió el castaño “Y si, AUN ASI quiere salir con él, pues no hay NADA que Ichigo pueda hacer al respecto, ¿cierto?”

Era un punto muerto. Ichigo y Asaba se seguían retando con la mirada, pero ninguno quería arriesgarse a perder su ventaja.

“Pues… ¿quién de los dos va a hablar con ella?” se animó a preguntar Hagu, pero no hubo respuesta.
“Conociendo a Sayi, si se enterara de la conversación que acaban de tener, los mandaría lejos lejitos a los dos” dijo Holden.
“Es verdad” Asaba e Ichigo asintieron al unísono
“Deben hacer que se entere de cómo es Asaba como quien no quiere la cosa… tengo una idea” Holden se llevó una mano al mentón, y los tres lo miraron interesados “Si Ichigo va a decirle a Sayi cómo es Asaba la conversación no va a ser objetiva… por lo que yo sugiero que sea el mismo Asaba quien vaya poniéndola al tanto de su pasado amoroso. Así respetamos la decisión inicial de Sayi de salir con quien se le dé la gana, e Ichigo se asegura que ella tenga toda la información bajo el brazo antes de salir con Asaba”
Ichigo frunció el ceño “Pero si Asaba es quien habla con ella, entonces él no va a ser honesto”
“Tendrá que ser honesto, pues nosotros estaremos escondidos escuchando la conversación. Además, Hagu estará presente, y ella sabe suficiente mugre sobre él como para saber si está diciendo la verdad”

Asaba se llevó una mano a la nuca.

“Déjame ver si entendí: ¿Esperas que vaya donde Sayi, y de alguna manera BASTANTE CASUALJAJA hable sobre mi pasado amoroso de una manera lo suficientemente honesta como para darle suficiente trasfondo para que ella haga una decisión informada sobre si debería salir conmigo o no?”
“Exacto”
Ichigo sonrió satisfecho “Me parece excelente” pero Asaba negó vehementemente con la cabeza.
“¡Estás LOCO!”
“PERO” continuó Holden, sin objetar lo loco “Si aun así Sayi quiere salir contigo, entonces Ichigo no podrá hacer, ni decir NADA. Cosa que, si va a hablar con ella ahora, en modo Yasashii Onii-chan™, lo más probable es que ya no vaya a salir contigo”

Ambos se miraron desafiantes. Si bien el plan de Holden sonaba descabellado, a ese punto parecía ser la mejor manera de respetar la decisión de Sayi… mientras supiera en lo que se estaba metiendo y sin saber de la discusión previa.

“Está bien” aceptó Asaba “Pero no te olvides que Sayi me conoce desde la preparatoria. Ella sabe muy bien cómo soy, y aun así aceptó salir conmigo”
“Pues ella no sabe que has estado haciendo desde que estás en la universidad” le respondió Ichigo “Y te aseguro que cuando sepa más detalles ya no querrá tener nada que ver contigo”
“¿Ah sí? ¿Quieres apostar?”
“¡Por supuesto!”
“Ah, esto se pone interesante ♥” continuó Holden “¿Que apostamos? ¿Dinero? ¿Joyas? ¿Dignidad?”
“Perdonen que les interrumpa…”



Los cuatro se giraron hacia el único estudiante -aparte de ellos- presente en esa sala de pintura. Se trataba de Yusuke Kitagawa, un taciturno pintor tradicional de temperamento amable, sino algo excéntrico. Hagu había tomado varias clases con él, pero esta era la primera vez que lo veía dirigirse hacia ellos.

“¿Yusuke?” preguntó Hagu tímidamente “Disculpa si te estamos incomodando”
“En lo absoluto. Ver su acalorada discusión me recuerda lo apasionada que es nuestra generación. Es… refrescante…”
Holden alzó una ceja “Oquei”
“Ah, a lo que venía” dijo Yusuke, girando su caballete hacia ellos. El canvas montado mostraba varias ramas de árboles de cerezo en todo su esplendor, pero había una gran área en el mismo centro del lienzo que estaba vacío “Me hace falta dibujar al protagonista de este proyecto. Necesito a una persona, grácil, etérea. Una venus japonesa, si me atrevo a decir. Pero me ha sido muy complicado encontrar un modelo que vaya con mi visión de belleza. En primer lugar, porque nadie quiere posar para mi…”
“Oh…”
“…desnudo…”
“OH.”
“…por lo que, si buscan un reto a apostar en este bienaventurado embate de intereses, ¿podría sugerir que el perdedor pose desnudo para mí, para así poder culminar este trabajo?”

Ichigo y Asaba miraban el lienzo como si el mismo Babadook estuviera por salir disparado de ahí. Hagu sonreía algo incómoda, mientras Holden hacía lo humanamente posible por aguantar el llorar de la risa.


Escondidos detrás de unos lockers, el grupo había esperado una oportunidad para ponerse en acción. Por lo que cuando Sayi salió de su clase de fotografía, llena de barriles y revelados fotográficos, Holden supo que la HiME se demoraría el suficiente tiempo como para cerrar la discusión de una vez por todas.

“Hagu, este es tu cue” le animó el castaño golpeándole ligeramente en el hombro.

Aunque a regañadientes, la rubia había aceptado el participar por el simple hecho que ella solo serviría como distracción. Aun así, no se sentía cómoda con el no advertirle a su amiga sobre la actuación que estaba por presenciar.

“¿Que estás haciendo, Sayi?” le pregunto Hagu inocentemente. Sayi había dejado su equipo a medio guardar y estaba leyendo algo en su celular.
“Ah, Miranda acaba de mandar un mensaje a todas las HiMEs. Al parecer habrá una reunión mañana para conversar sobre Rizembool, o algo por el estilo” dijo Sayi, apagando su móvil “Suena conveniente. Ya se habían demorado en reunirnos para hablar al respecto”
“Ya veo…”
“¿Me podrías ayudar a guardar estos barriles por tamaño mientras yo organizo estas prints?” le preguntó Sayi “Me acabo de dar cuenta que estoy algo tarde para mi entrenamiento”
“Oh, sí, claro”

Y mientras Sayi estudiaba los revelados a contraluz, Hagu miró en dirección hacia donde el grupo estaba escondido. Era ahora o nunca.

“Sayi, ¿podemos hablar un toque?”


La pelirrosa le sonrió a un recién llegado Asaba, quien parecía haberse manifestado de la nada.

“Pues… si, aunque estoy algo apurada. Si quieres me llamas más tard—“
Pero Asaba tomó asiento en una banca “No va a demorar mucho”
“…”
“Sayi…” Asaba miro incómodo a Hagu, y entonces respiró hondamente “Siento que necesito decirte un par de cosas antes de salir el fin de semana. Sincerarme, si puede decirse así…”
“¿Sincerarte?”


“Esto está yendo muy bien” dijo Holden. A su lado, Ichigo apenas se asomaba por sobre la fila de lockers.
“Shh, nos va a escuchar” le susurró el rubio “Si Sayi nos escucha nos mandará a la mierda, y si Sayi se molesta con Hagu…”
“Yo sé, nadie quiere un pericote rabioso” dijo el castaño “Pero estamos lejos, relájate. Y cállate, que no me dejas escuchar”
“>:[“


“Mira Sayi, este es mi profile de Tinder” Asaba le alcanzó su celular, y Sayi observó las fotos que había posteado, su extensamente redactado perfil, así como la cantidad de mensajes en su buzón “También tengo perfil en OkCupid, Bumble…”
“Ajá…”
“PlentyOfFish, Pairs… grindr
“¿Que dijiste? :3”
“Nada. Pero bueno, si te fijas en mis perfiles, soy de usar estas dating apps con mucha frecuencia, y sentía que debía ser honesto y pues…bueno, eso”
“Ya veo” dijo Sayi, devolviéndole su celular “Pues, me alegra que seas abierto con estas cosas, pero no veo el porqué ‘sincerarte’, ¿sabes? Te conozco desde la preparatoria”
Asaba miró a Hagu, y la rubia se encogió de hombros “¿Ósea que aún quieres salir conmigo?”
“Pues, claro”
“Paja :3”
“:3”

Y mientras Sayi volvía a la faena de guardar su equipo, Asaba aprovechó la distracción para lanzar una mueca de ‘TE LO DIJE’ en dirección a donde Ichigo y Holden se estaban escondiendo.


Holden chasqueó la lengua.

“Dude, parece que Asaba tenía razón…”
“¡No! Me REHUSO A-”
B A J A  L A  V O Z
“Faltan que le diga más cosas, faltan… ya sé” dijo, sacando su celular. Entonces empezó a escribir un mensaje.
“¿Que estás haciendo?” le preguntó Holden
 “Ahora verás”


El teléfono de Hagu se iluminó, y la rubia abrió los ojos como platos al leer la notificación. Lanzó una mirada fulminante hacia el escondite, suspiró cansada, y entonces recién se animó a preguntar:

“Asaba, por curiosidad… ¿cuántas novias has tenido?”
Asaba alzó el pecho “Dos. Desde que empecé la preparatoria” respondió, con lo que él consideraba una respuesta verídica y normal.

Pero entonces el rubio notó la angustia en el rostro de Hagu, y supo que la pregunta no terminaba ahí.

“Ya veo…” Hagu tomó aire antes de continuar, pues esto parecía dolerle más a ella que a él “¿Con cuantas chicas has… salido, desde que empezaste la preparatoria? ¿Incluyendo… salidas de una noche?”

Esta vez hasta Sayi se giró sorprendida hacia su amiga. Esa debía ser la primera vez que la veía tocar un tema como ese.

“R-responde la pregunta por favor…” le pidió la rubia. Su rostro estaba rojo como un tomate.
“¿Hagu?” pregunto la pelirrosa, intercalando la mirada entre su amiga y Asaba “¿Te sientes bien?”

Asaba por su lado tensó los puños. Esta era la prueba de fuego.

“Si la memoria no me falla… debo haber tenido como más de… cincuenta… ¿cien? Algo por el estilo…” pero Hagu estaba ahí, y para pasar la prueba tenía que ser sincero “Quizás hasta el doble… es difícil mantener la cuenta”
Sayi alzó las cejas “¿Has salido con doscientas personas?”
“Citas, y pues, lo otro también…” Asaba nunca se había arrepentido del ritmo de vida que llevaba, pero el tener que dejar las cartas sobre la mesa de esa manera era lo más cercano que había sentido a sentir vergüenza.

Había hecho las paces con que Sayi fuera a decirle que ya no quería salir con él.
Pero, para su sorpresa, la pelirrosa rio para si misma.

“Te había subestimado. Yo esperaba que habrías salido con más chicas, si soy sincera”
“Haha, ¿en serio?” Asaba suspiró más relajado, y entonces se animó a confirmar “Por cierto, el sábado, ¿te parece si nos encontramos en el Megaplex de Shibuya?”
“Suena bien, hace tiempo que no voy al cine” asintió Sayi “¿Podríamos ir a ver Guardians of the Galaxy?”
“¡Claro! ¡Aún no veo esa!”


“Esto no puede estar pasando…” dijo Ichigo “¿Es que acaso esta chica no tiene estándares?”
“No diría que no tiene… ¿más bien quizás están algo atrofiados?” agregó Holden, mientras miraba entretenido la desesperación en el rostro del rubio “Parece que el tal Yusuke ya tiene su modelo…”

Pero Ichigo no iba a darse por vencido.
Esto ya no solo se trataba de cuidar a Sayi… si no vencía a Asaba, ahora había un canvas destinado a mostrarlo tal y como vino al mundo.

“¿¡A dónde crees que vas!?” fue lo último que escuchó Ichigo mientras dejaba el escondite y marchaba hacia Sayi y compañia.



“¡Asaba, te voy a sacar la mierda!”

Tanto Sayi como Hagu se hicieron atrás al ver a Ichigo tomar al susodicho del cuello de su camisa. Asaba miró confundido al rubio.

“Que dem—“
“¿¡Ichigo que estás haciendo!?” exclamó Sayi. Hagu miró a Holden, y a la distancia el castaño se encogió de hombros.
“Este… este CUALQUIERA” exclamó Ichigo, también llamando la atención de otros estudiantes “…¡b-besó a mi novia!”
“¿¡Que cosa!?” Sayi abrió los ojos sorprendida, alternando miradas entre Asaba e Ichigo.

Pero al parecer la pelirrosa era la única persona lo suficientemente inocente como para creerse la actuación de Televisa™ que su hermanastro acababa de mandarse. Holden se había llevado una mano al rostro, mientras Asaba lo mirada aburrido, con la expresión más ‘bitch really’ que podía mostrar.

Era obvio que Ichigo había aparecido en un desesperado intento de voltear la mesa a su favor.

“A-así es, me acabo de enterar que Asaba invitó a salir a mi novia y-y-y que se besaron” Ichigo dejó ir a Asaba, pero continuó fulminándolo con la mirada. Asaba lo miraba incómodo y molesto.
Sayi miró al acusado, y seguidamente a Ichigo “¿Hablas en serio?”
“P-pues si, y…”
“¿¡Tienes una NOVIA!?” exclamó Sayi, la confusión reemplazada por felicidad “¡Por qué no me habías dicho! ¿¡Quién es!?”
“Si Ichigo, ¿quién es esta novia?” se sumó Asaba, en un tono inversamente irritado.

Ichigo por su parte ya no sabía que inventar. Había supuesto que Sayi se pondría de su lado si se creía el cuento de Asaba y su novia… pero no había considerado que la pelirrosa se emocionaría más por el simple hecho de que el tuviera novia.

“No es importante, tuve que terminar con ella”
“Ow u_u…”
“Porque ASABA se metió con ella, ¡y me la robó!” dijo Ichigo, señalándole. Asaba alzó las cejas y negó con la cabeza.
“Que bajo has caído”
“¡Eso te lo digo a ti!”
“Ya, es suficiente” dijo Sayi, terminando de guardar sus cosas y cerrando su casillero “Se me ha hecho tarde y debo irme, pero antes tengo que decir algo”

El momento de la verdad. Tras el Tinder y otras aplicaciones para citas, el historial amoroso y ahora el show que Ichigo se había mandado en plena facultad de Arte, no había nada más que dejar al descubierto. Sin siquiera pensarlo, Ichigo y Asaba se pusieron de pie lado a lado, esperando el veredicto de Sayi.

Hagu miró hacia el escondite, y vio que Holden se había conseguido su bolsa de palomitas de maíz.

“Asaba, no me parece correcto que te hayas metido con la novia de Ichigo. Ni con la novia de cualquier otra persona” le dijo al rubio “Tendrías que respetar cuando dos personas están en una relación, ¿no crees?”

Asaba intentó explicarle que la acusación de Ichigo no era verdad, pero Sayi continuó antes que pudiera interrumpirle.

“Pero sobretodo, no me agrada que hayas hecho que Ichigo termine con su novia, es decir, esta es LA PRIMERA VEZ que tiene novia, ¡y tú vas y haces que terminen!”
“…” esta vez era Ichigo quien se llevó una mano al rostro.
“Tienes que disculparte con Ichigo, y prometerme que no vas a hacer algo por el estilo de nuevo” agregó Sayi “Eso si quieres que salgamos el sábado”
“QUE”

Asaba sonrió victorioso mientras Ichigo esperaba que alguien lo despertara de esa pesadilla.

“Lo siento Ichigo. No estuvo bien lo que hice y no volverá a salir de nuevo” se disculpó Asaba. Aún no terminaba de creer que haya ganado con mentira y todo.
“Gracias Asaba” dijo Sayi. La pelirrosa le sonrió apenada a Ichigo “Siento que las cosas no hayan ido bien con tu novia… que, por cierto, espero me digas quien es algún día”
“…;_;”
“Oh man” el teléfono de la pelirrosa empezó a vibrar “Voy a tomar un Uber, que Kenshin me hará hacer veinte burpees por cada minuto que esté tarde”

Entonces Sayi tomó sus cosas, se despidió rápidamente de todos y salió corriendo fuera de la facultad. Una vez se perdió de vista, Hagu tomó a Ichigo del brazo y lo dirigió a la banca más cercana, donde el rubio finalmente pudo descomponerse.

Holden salió de su escondite y fue a darle el alcance al resto del grupo.

“Y bueno, creo que es evidente quién salió victorioso… y quién saldrá desnudo rodeado de cerezos” dijo el castaño, chocando palmas con Asaba y tomando asiento junto al derrotado Ichigo “Vaya, ¿ni siquiera esa actuación tan mala pudo salvarte, eh?
“No te deprimas Ichigo…” le animó Hagu, pero el rubio tenía la mirada fija en sus zapatos “Si te sirve de consuelo, cuando apareciste yo pensaba que Sayi cambiaría de opinión”
“Sí, hay algo malo con esa chica” dijo Holden, sacando una cajetilla de cigarrillos y alcanzándoselo a Ichigo “¿Quieres un mentolado?”
“…porqué…”
“Bueno, ya cumplí con el reto, así que tengo la bendición del oniichan, ¿verdad?” dijo Asaba, estirando los brazos “Si me disculpan, iré a decirle a Yusuke que, lastimosamente, yo no seré su venus japonés”

Ichigo observó a Asaba marcharse alegremente y no pudo evitar recordar a Hige, y lo que daría por volver en el tiempo y hacerle caso. Nada bueno salía de meterse en problemas ajenos, o por lo menos, nada bueno para él.
« Last Edit: August 13, 2017, 02:51:30 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Haruhin

Ufa, hice lo mejor que pude. Pero variar voy muy atrasada i'm sorry kajsfhg. (Nota para mí: achicar los quality!topes para la próxima orz)

Y no es nada Sayi, cuando gustes uvu


Cap 10:


Las clases no parecían estar dando tregua, pero poco a poco, Haruhi parecía comenzar a nivelar su rutina. Nadie dijo que volver a ser una HiME activa sería sencillo, pero tampoco creyó que le resultaría tan tedioso mejorar su actividad física y el manejo de sus oxidados poderes; Rai era un excelente maestro y le debía bastante al albino por darle algunas lecciones en el jardín de la mansión Vi Britannia, pero al mismo tiempo, sentía que si hoy le daba el pase al ex rebel por visitar su casa para una práctica con la Wakizashi luego de sus clases de la tarde terminaría siendo un bulto en mitad del jardín antes de poder ponerse en guardia.
Dudosa, sacó el móvil del bolsillo de su chaqueta y comenzó a abrir el whatsapp para buscar entre sus contactos a Rai, quizás si le explicaba con buenas palabras podría conseguir que este no se disgustase demasiado por postergar el entrenamiento para el fin de semana… claro que su intención de mensajear al chico quedó interrumpida cuando reparó en que del tiempo que llevaba pisando su casa el muy maldito ni siquiera le había facilitado su número de teléfono. Gruñó y le consultó por la aplicación a Illya, quien se había vuelto tan amiga de Rai por su contacto pero sin resultados.

“Fine.” Suspiró. “Iré a casa, pero más le vale llegar después de que termine de darme una ducha y dormir un poc—“
“Anda, yo que pensaba que ya te habías ido.” Mencionó una voz cerca de la rubia, Kashima, la cual venía en compañía de su compañera de patronaje a su lado.
“¿Eh? No, pero estaba en eso. Iba al paradero.”
“Mañana no tenemos clases, ¿no quieres ir a dar una vuelta aprovechando que estamos en el centro?” Preguntó Kashima con una sonrisa.
“La verdad es que no se me había ocurrido.” Haruhi se excusó mientras guardaba el móvil y miraba con curiosidad a las otras. “¿A dónde tenían planeado ir?”
“Íbamos a ver el ensayo de Aoba y los chicos en el bar. Clear nos invitó porque ya anda por allá. ¿No te sumas? La otra vez no fuiste a la tocata y estuvo bastante buena.”
“Ah yo…” Balbuceó la rubia con cierto nerviosismo.
“Haru-chan yo que tú aprovecho, será divertido.” Acotó Gudako, riendo.  “El fin de semana retomas los trabajos pendientes~”
“Vaya, mi fama de ser trabajólica se expande con rapidez.” Haruhi miró con una ceja arqueada a la peliazul quien silbó hacia un costado fingiendo ignorancia en el tema. “Está bien, voy con ustedes. Vamos a “Ele bar”, ¿no?”
“Yup. Nii-san es amigo del dueño así que les da permiso para ensayar en el local cada vez que quieren.”
“Tu  hermano sí que sabe hacerse de buenos contactos.” Gudako se estiró con pereza y comenzó a caminar junto a las otras chicas a medida que comenzaba a tipear un mensaje. “No les molesta si invito a alguien, ¿verdad? Seguro nos hará bien que nos acompañe para sacar buenas fotos del ensayo.”
“No creo que a los chicos les disguste, el bar está abierto a todo público desde temprano.” Respondió Haruhi.
“Qué bueno saberlo, porque iba a ser un problema si la respuesta era negativa.” Rió la pelinaranja.

Kashima y Haruhi se detuvieron casi al mismo tiempo estando cerca de la entrada a la facultad mientras que Gudako dio un par de pasos más por delante de ambas con soltura. Justo apoyado cerca de un pilar y con el teléfono en la mano un chico de tez morena y cabello negro azabache parecía estar esperando por la salida de alguien.

“Ah, ¡perdón por la demora!” Gudako exclamó con una seña de mano hacia el chico quien con el gesto levantó la mirada de su equipo y dejó que una sonrisa adornase su rostro cuando la chica se acercó para abrazarle. “¿Todo bien?”
“Um, no te preocupes. De hecho justo pensaba llamar para avisar que estaba aquí afuera.” Rió el moreno, quien luego soltó a la chica para mirar con curiosidad a las dos HiMES.
“Gudako-chan, ¿me perdí de algo?” Preguntó Kashima, Haruhi permaneció en silencio contemplando con la misma curiosidad.
“Oh, cierto que no había tenido oportunidad de presentarlo.” Gudako se golpeó la cabeza con una mano en un gesto apenado para luego extender los brazos, presentando al chico a su lado. “Él es Phichit, mi novio. Phichit, ellas son Kashima una de mis senpais de patronaje y su amiga Haruhi.”
“Mucho gusto a ambas~” Phichit guiñó un ojo mientras que Kashima y Haruhi saludaban con la cabeza. “Entooonces, ¿vamos a “Ele bar” o algo así, no?” Gudako aprovechó de la pregunta en voz alto de su novio para aferrarse a su brazo libre con ánimo.
“Sí, vamos para allá. Nos saldrá más rápido si tomamos una micro para acercarnos al local.”
“Hecho~ Le avisaré a Clear que vamos en camino.”


El bar no era precisamente un local espacioso. Con una reducida cantidad de mesas apegadas a la pared y una barra de bebidas alcohólicas con unos cuantos taburetes frente a la tarima de espectáculos, la banda de indie rock “Blue Leaf” ensayaba como de costumbre el último día hábil de la semana. 
“Esto no está resultando. Probemos una vez más.” Suspiró Koujaku, cansado.
“Tch, es porque no eres capaz de seguir el ritmo, ossan.” Murmuró con un apagado tono de voz, Noiz mientras terminaba por rasgar las cuerdas de su guitarra eléctrica.
“¿Ah? ¿Qué yo tengo la culpa? Tú eres el que pierde los tiempos y haces que Aoba se pierda.” El pelinegro encendió casi de forma instantánea a la provocación de su compañero de banda al cual miró con desagrado. Del tiempo que Noiz llevaba siendo parte de Blue Leaf, jamás había logrado llevarse bien con Koujaku, ambos tenían personalidades demasiado contrastantes y los roces no se hacían de esperar.
“Él no tendría esos problemas si supieras marcar mejor tus tiempos.” Se defendió Noiz, encorvándose para encarar de frente al otro.
“Oigan, ¿en serio van a empezar otra vez? Todavía ni siquiera hemos llegado al tema nuevo.” Un chico de cabellos rosados y expresión mucho más calmada, se puso en medio de Noiz y Koujaku, empujándolos con las manos para distanciarlos.
“Deja de defenderlo Shuichi, ambos sabemos que él es el que hace los problemas al emocionarse más de la cuenta.” Bufó Koujaku, Noiz en tanto solo rodó los ojos y dejó su instrumento en un pedestal momentáneamente.
“¡No lo estoy defendiendo! Mira, si tienen tantos problemas vayan a arreglarlos en otro momento. No ahora cuando nos han facilitado el escenario para ensayar.” Shuichi infló las mejillas en un gesto infantil. “¿Qué opinas tú, Aoba?”
El peliazul en todo el rato de la discusión había optado por quedarse en silencio, acomodando el micrófono sobre su base con tranquilidad. Llevaba conociendo a Koujaku desde la infancia y sabía lo explosivo que podía ser cuando le sacaban de quicio. Blue Leaf había nacido gracias a ambos, pero no estaba cruzando por su mejor momento, los cambios de prioridades de algunos de sus antiguos miembros habían dejado huecos que no podían llenarse con tanta facilidad. Suerte tuvieron que Noiz y Shuichi hubieran llegado en el momento adecuado y no iba a permitir que por rencillas ridículas todo el esfuerzo dejado por algo que los apasionaba tanto a ambos se viniese abajo.

“Yo pienso que deberíamos… ¿darnos un pequeño receso?” Aoba ablandó su expresión y dibujó una pequeña sonrisa en su rostro para calmar los humos. Noiz aprovechó para irse por su lado y Koujaku hizo lo mismo. Shuichi en tanto, suspiró.
“Siempre te quitas los problemas de la manera más fácil.”
“Perdón, pero hoy tampoco tenía muchos ánimos de oírlos pelear por ridiculeces.” Se excusó.
“¿Noiz y Koujaku-san siempre se han llevado así de mal?” Interrumpió Clear, quien estaba sentado en uno de los taburetes de la barra, siendo como de costumbre uno de los  espectadores por default de la banda cada vez que se reunían.
“Um… ¿no realmente?” Aoba se acercó a su novio y tomó asiento en el taburete de al lado, aprovechando con una seña de mano al barman pedir algo para beber.  “No puedo decir que antes se llevaban de maravilla, pero sí al menos antes discutían menos.”
“Bueno, después de que mandaste a Koujaku a la friendzone se supone que igual tuvo un desliz con Noiz, ¿no?” Comentó Shuichi, haciendo que Aoba se atorase con el sorbo de jugo que le había dado a su vaso.
“¡Hey!”
“Uwah , Aoba-san qué atrevido. No sabía eso.” Exclamó Clear, ladeándose sobre su asiento para mirar con curiosidad al otro.
“Si te estás pasando alguna idea rara, por favor descártala ahora mismo.” Agregó Aoba, limpiándose el dorso de la boca con el puño de su camiseta. “Shuichi solo está exagerando.”
“Nu-uh, así fue como me lo contaron a mí~ Como sea, son noticias viejas.” El pelirosa se estiró con pereza. “Las cosas han cambiado constantemente en el grupo y no me cabe la duda de que en algún momento tendrán que llevarse mejor sí o sí.”
“Estoy de acuerdo. Sería problemático si no pudiese pasar nada de eso y luego le trajera más problemas a la banda.” Acotó otra voz que se sumaba al grupo. Un joven de pulcra sonrisa y anteojos que venía asomándose desde las escaleras del pub, como cualquier recién llegado. “¿Interrumpo algo?”
“Oh, Virus ¡qué sorpresa!” Clear saludó con una mano a su amigo. “Para nada, llegaste casi en buen momento.”
“Um. Si venías a escuchar el ensayo, ahora estamos en receso así que quizás en unos quince a veinte minutos vamos a retomar.” Dijo Aoba.
“No te preocupes, tengo el día libre. Me puedo tomar la libertad para quedarme hasta tarde haciéndoles compañía.” 



A la entrada exterior del bar, Haruhi y el resto del grupo caminaba con lentitud. Kashima jadeaba y Phichit intentaba pasarse la mano por la frente para quitar un pequeño resto de sudor.
“Ehhh, ¡de verdad lo siento mucho! Me distraje y para cuando nos bajamos en el paradero recién me di cuenta que había dejado mi bolso con el trabajo de mi clase en el asiento.” Se disculpó consecutivamente Gudako.
“No te preocupes Gudako-chan, aunque nos tuviste corriendo para seguir el recorrido del bus, nos sirvió para hacer ejercicio.” Agregó Kashima. “En especial para mí y para Haru que puedo asegurar que somos un par de sedentarias HAHAH.”
“Graciosa.” La rubia hizo una mueca y le dio un codazo a su amiga que trataba de verle lo bueno al incidente.
“Al menos el terreno de los buses no estaba tan lejos así que pudimos dar con el conductor antes de que pudieses dar por perdido tu bolso, una muestra fascinante del trabajo en equipo~ ¿no?” Agregó Phichit y a lo que Gudako solo pudo mirarle con algo más de culpa. “No pasa nada. Es más, deberíamos sacar una selfie para conmemorar nuestra victoria.”
“¿Qué?” Haruhi enarcó la ceja confundida de la propuesta del moreno, pero en cosa de un parpadeo Phichit ya se estaba encaramando entre el grupo de chicas para extender su Smartphone frente a todas. El “click” fue suficiente para enmarcar las caras agotadas de las chicas. “Hahaha, esas son buenas expresiones. Definitivamente se guarda.”
“El fotógrafo más rápido de Tokyo. ¿Seguro que no estudias periodismo para ser paparazzi o algo así? No te irá mal con eso, te lo aseguro.”
“Yo le dije lo mismo.” Asintió Gudako, un poco más calmada ante el simpático gesto de su novio para ayudar a subir los ánimos.
“Aunque suena divertido, mi interés está más por el otro lado. Ya sabes, de las tendencias actuales más que de los personajes que las reflejan.”
“Es bastante válido. Son cosas que suenan que van de la mano pero de igual forma se pueden abordar de perspectivas separadas.”

Mientras Phichit regresaba su móvil al bolsillo y se dignaban a subir por las escaleras del local, justo fueron recibidos por la silueta de Koujaku, quien venía masticando el filtro de un cigarro entre sus labios. Una mala costumbre que había adoptado cuando estaba irritado; la expresión de molestia se le notaba a leguas.

“Oh, nii-san. ¿Qué pasó ahora?” Exclamó Kashima haciéndole una seña. Fue inmediato el cambio en la cara del moreno al percatarse de que su hermana estaba acompañada de otras cuantas personas más, probablemente con la intención de venir a escuchar el ensayo de la banda.
“¿Mm? Oh, oh… nada. Aoba nos mandó a tomarnos un descanso de unos minutos y me iba a ir a fumar afuera.”
“¿Eeeeh? ¿Cuánto nos perdimos de la práctica entonces?” Preguntó Gudako consternada.
“Un par de canciones, no se preocupen. Ni siquiera hemos probado con los nuevos temas que se compusieron el otro día.” Koujaku bajó otro par de escalones de la entrada y mientras lo hacía, colocó su mano sobre un hombro de Phichit, con confianza. “Solo suban, los demás están arriba. Ya me sumaré después.”
“Está bien, lo que tú digas.” Mencionó su hermana. “Cuidado con dártelas de chimenea allá afuera, ¿mm?”
Koujaku rió por la amenaza de su hermana y continuó bajando hasta desaparecerse en la entrada. Haruhi, Gudako, Phichit y Kashima llegaron arriba para saludar al resto de los integrantes.



“¡Haru, Kashima! ¡Vinieron!” Clear fue el primero en prácticamente brincar de su asiento para saludar a sus amigas.
“Um, no me iba a perder un pase gratis para escuchar a los chicos.” Dijo la peliazul.
“Yo eh… en realidad fui abordada por sorpresa. Tenía pensado irme a casa antes de todo.” Admitió Haruhi.
“Pues Kashima hizo bien en arrastrarte.” Aoba se aproximó de igual forma a saludar. “Hace tiempo que no nos veíamos.”
“Um, no desde mi percance en la escuela. Te debo una por acompañar a mi tío Katsuya en casa.” Agregó la rubia y a lo cual Aoba le restó importancia con un gesto de mano. “No fue nada.”
“Na, ¿y qué pasó con las presentaciones? Para algunos ustedes son caras nuevas.” Interrumpió Shuichi asomándose por sobre el hombro de su compañero.
“Perdón, perdón.” Se disculpó Gudako mientras se aferraba un poco al brazo de su novio. “Soy Gudako, compañera de Kashima en la universidad. Ella me invitó de forma casual a escucharlos practicar y yo de paso aproveché de arrastrar a mi novio.” Aprovecho para darle un sutil codazo al otro chico para llamar su atención.
“Ajá, soy Phichit. Un gusto~” Asintió el moreno. “Hace mucho que no venía a un ensayo de una banda, ¿van a tocatas también? Sería divertido oírles en una de esas.”
“Vamos lento pero seguro.” Admitió Shuichi.
“A mí ya me conoces, Shu.” Kashima contestó, señalando con una mano hacia atrás a la otra HiME que le acompañaba. “Ella de acá es Haruhi, mi amiga y también de Clear en Hanasaki.”
“Un gusto.” Haruhi reverenció sutilmente con la cabeza, aunque inevitablemente se distrajo con la silueta de Virus quien permanecía todavía sentado en los taburetes de la barra del pub. “Uh  ¿y él…?”
“¡Cierto! No conoces a Virus.” Irrumpió Clear, acercándose a su amigo de lentes. El rubio en tanto dejó en paz el vaso de trago que había pedido recién al sentarse y sonrió. “Básicamente es otro de los “fans” comprometidos con la banda y también es mi compañero de apartamento.”
“Corrección, yo diría que nos conocemos indirectamente.” Aclaró el de gafas, quien tras soltar el vaso le ofreció una mano a la HiME para saludar. “Clear me ha hablado mucho de ti y también de Kashima-san. Por lo visto son bien unidos.”
“Um, tenemos una que otra materia en común y así fue como nos fuimos haciendo cercanos.” Haruhi ondeó la mano con Virus un par de veces antes de apartarla.  “También es un placer conocerte.”
“Heeeey, Aoba~” Kashima llamó la atención. “¿Y ya se les acabó el receso? O tengo que esperar a que onii-san terminé con sus berrinches de crío allá en la entrada?”
“Ahora que lo mencionas, tal vez sería bueno ir a buscarlo.” Aoba rió y se pasó una mano por el cabello.
“Déjamelo a mí, mi poder de convencimiento es el mejor.” Shuichi se golpeó orgulloso el pecho un par de veces para luego salir disparado escaleras abajo del local.
“Por favor, pongánse cómodos.” Clear invitó a sus amigas junto a Gudako y Phichit a encaminarse hasta un par de sofás dispuestos en el extremo contrario al de la barra. “Sojiro-san ahora mismo no está, pero no va a hacer problemas por las visitas.”
“Siempre y cuando también consuman algo, claro.” Sonrió Virus, volviendo a su trago.
“¿Sojiro?” Repitió Haruhi desentendida mientras tomaba asiento junto a Phichit.
“Sakura Sojiro, el dueño del local. Siempre se preocupa de que su clientela esté cómoda a pesar de que casi nunca le vemos la nariz por la barra o por los alrededores.” Explicó Aoba. “Es muy buena gente. Siempre nos presta el bar para ensayar.”
“No es el lugar con la mejor acústica, pero ossan no nos cobra por arriendo.” Irrumpió otra voz asomándose al lobby. Noiz venía con su expresión desinteresada de siempre con una toalla sobre el cuello, probablemente habría estado lavándose la cara anteriormente.
“Woah y aquí tenemos al enemigo natural número uno de mi hermano.” Bromeó Kashima. “¿Cómo has estado, Noiz?~”
“Ocupado, como siempre. He tenido mejores días.” Respondió cortante, centrando su atención por un instante en el grupo acompañante de la HiME peliazul y luego en Aoba. “¿Y ellos?”
“Ah, son amigos de Kashima. Vinieron de oyentes al ensayo.”
“Um, entiendo.” Noiz se quitó la toalla del cuello y la dejó a un costado de donde se encontraban sus pertenencias. “¿Y el otro ossan ya terminó con su número o vamos a empezar sin él?”
“¿A quién le dices ossan, cabrón? ¡No nos separan tantos años de edad!” Koujaku pareció ser invocado por las provocaciones del castaño, puesto que fue instantánea su aparición desde el barandal de la escalera de entrada.
“Ya, ya Koujaku. Por eso te ganas a que siempre te pongan de mal genio.” Shuichi, quien venía detrás se apresuró en jalar de una manga a su compañero de banda antes de que se avalanzara sobre Noiz en una nueva discusión. “Pelea todo lo que quieras, pero después del último ensayo, ¿mm?”
“Tch.” Koujaku hizo una mueca y se apartó del pelirosa. “Perdón por el retraso, salí a fumar un rato.”
“No hay cuidado, ¿ya estás mejor?” Preguntó Aoba.
“Sí, algo así.” Koujaku se rascó la cabeza y pasó de saludar con un gesto de mano a los invitados del sofá hasta donde estaba su bajo.
“Uwah, alguien recuperó su motivación.” Rió Clear, quien volvió a sentarse en la barra cerca de Virus.
“Así es como nos sirve.” Bromeó Shuichi, al dirigirse a su sitio sobre la tarima.

Noiz rodó los ojos y se preocupó de los ajustes de su guitarra, los amplificadores se encendieron para comenzar a soltar pequeñas notas inconexas para afinar cada instrumento. Aoba se dirigió al micrófono y lo encendió, afinando un par de veces le hizo una seña a sus compañeros esperando porque todos estuvieran listos.

Kashima se acomodó en su sitio, mientras Gudako y Phichit esperaban por el momento más indicado para sacar un par de fotos o una historia digna de subir al instagram.

“Em… veamos, Blue Leaf ensayo 4. Pista 7. ¡Empezamos!”

El estruendo de la melodía inundó el bar de iluminación azulada. Para Haruhi, la música inevitablemente le recordó a otros artistas que de vez en cuando pokeaba por el spotify cuando estaba haciendo trabajos en casa, era relajante pero aun así lo suficientemente atrayente como para contagiarle la letra a cualquiera. La HiME sonrió, tal vez lo que le hacía falta era hacer algo distinto de la rutina que había comenzado a adoptar desde que aceptó la propuesta de Miranda para volver a luchar contra Rizembool. Quizás le quedaba un camino largo por recorrer, descubrir cosas que tal vez ahora serían completamente diferentes a las del pasado: un key, un child… un rebel.

Pero ahora no era el momento para pensar en ello.
“Hey, Kashima.” Interrumpió la rubia.
“¿Um? ¿Qué pasa?” Preguntó en un tono de voz más alto producto del ruido del lugar.
“Te debo una, gracias por arrastrarme hoy.”
“No agradezcas, ya te lo cobraré de alguna forma después.”
“Está bien, lo tendré en cuenta.” La HiME rió y volvió su atención nuevamente hacia la prometedora “Blue Leaf”, una pequeña banda que con su vibra le había hecho el resto de la tarde.
« Last Edit: May 28, 2017, 10:45:59 PM by Haruhin »


Eureka

Les juro que más de la mitad de este fic se me ocurrió la semana pasada u_u

Son dos partes porque no entra en un sólo post (jeje)

26.1


   


La puerta del gimnasio se abrió suavemente, y Oikawa se detuvo a medio camino de un saque para observar de quién se trataba. Sonrió al ver a Eureka, forcejeando con la puerta para deslizarla de vuelta en su lugar. Ni bien logró su cometido, se giró hacia él, y le sonrió de vuelta, saludándolo con un ademan de mano.

Eureka se veía sumamente extraña con la peluca azabache, pero suponía que más extraño era que él no se acostumbrara a cómo se veía así, considerando que casi siempre andaba con la peluca y las lentillas. Su cabello lila era más peculiar que la peluca, después de todo.

“Hey,” le saludó Eureka, acercándose rápidamente hacia él.
“Yo, Eu-chan~” Oikawa dio unos pasos y la encontró a medio camino. “Gracias por venir.”
“¡No prob! Vas a ayudarme con lo de foto, así que normal,” Eureka sonrió. “Más bien, ¿Seven te dijo que venía luego, no?” dijo y se acercó a las bancas a dejar su bolso.
“¡Sí!” Para Oikawa, ese chico era todo un enigma. Aún no entendía del todo de dónde había salido y cuáles eran sus verdaderas intenciones, pero no parecía querer hacerles daño, así que no tenía porqué guardar recelo por gusto. “Algo de una aplicación… ¿para hablar entre nosotros tres?”
“Ayer unos amigos me hackearon el celular,” dijo, un poco fastidiada, a la vez que dejaba el estuche con su cámara y su bolso en la banca más cercana. “Seven se dio cuenta de ello y me dijo que lo mejor era utilizar esa aplicación que había creado. Por seguridad, y porque su trabajo es medio preocupante…”
“Para variar. Toda la gente alrededor de ti es peligrosa,” Oikawa rio.
“¿Tú también, entonces?”
“¡No! ¡Yo no!” Oikawa la miró, indignado. Luego, su semblante se mostró lleno de preocupación. “Pero ¿eeeh? ¿Te hackearon?”
“De seguro es porque andan preocupados por mí, pero bueno, ya luego les reclamaré por eso,” Eureka corrió al cesto móvil de pelotas, que jaló hasta colocar a unos cuantos metros de la posición de Oikawa. “Antes que me olvide, hay que ver lo de Saeran luego.”
“Claro. Pero antes… ¡Chisme!”
“¿De qué?”
“¿Te acuerdas del grupito que formamos en la fiesta de Rizembool?”
“Ah, con tus amigos y ese chico súper creepy que sabe que soy tu HiME y que Kana también es una…”
“Sí, Kaworu, no es tan malo como lo pintas.”
“¿Excepto porque cada carro que toca perece?”
“OMG CÓMO SABES”
“…Qué, ¿en serio volvió a chocar un carro?” Eureka se mostró confundida.
“Sí,” Oikawa asintió. “Salimos a tomar, y todos terminaron muy mal… no recuerdo bien en qué momento, pero creo que cuando fuimos a la casa de Souji para descansar un rato, Kaworu chocó el carro al estacionarlo o algo así.”
“Classic Kaworu. Yo soy yeta, él es manitos de oro, al parecer.”
Oikawa rio. “Pero es divertido pasar tiempo con él y el grupo, si te soy sincero… por más de que me borraron de la conversa de whatsapp y les guardo resentimiento aún.”
“¿En serio?” Eureka soltó una carcajada. “De seguro les mandabas muchos selfies… como a mí.”
“Jeje~” Oikawa asintió. “Ya me agregaron de nuevo, al menos,” Oikawa aprovechó, entonces, para correr y hacer un saque alto.

Por más de que ya lo había visto varias veces, Eureka no pudo evitar la cara de asombro que puso al observar, una vez más, el saque de Oikawa. Su control y potencia eran dignos de un jugador profesional. Y eso, que había visto los saques de Ushijima y no le parecían tan geniales como los de su rebel.

“¿Hay alguna razón por la que estés jugando en la liga universitaria y no en el equipo nacional?” soltó, y al darse cuenta de que era una pregunta un poco personal, Eureka se retractó. “¡A-Ah! Lo siento, no debí preguntarte eso. Tendrás tus razones.”
“No hay problema, Eureka-chan~” Oikawa recibió la pelota que Eureka le lanzó, y se preparó para otro saque. “¿La verdad? Tengo miedo de fallar.”
“¿Cómo así?”
Oikawa saltó y golpeó la pelota con la palma de su mano. Al caer al piso, chasqueó la lengua. “Puedo contar varias victorias en Middle school y High school, pero también hubieron derrotas… y me pesan. No me siento con el nivel como para ser profesional, aún no.”
“Mm,” Eureka lo miró, pensativa. “Es que veo que tu desempeño es mejor que el de, ponte, Ushiwaka, pero—”
“Ushiwaka-chan es otra cosa. Los armadores del equipo nacional me comerían vivo, la verdad,” dijo Oikawa. “Su control y resistencia no se pueden comparar… tienen mucha más experiencia que yo.”
Eureka le lanzó otra pelota del cesto, que Oikawa atrapó entre sus manos. “Siento que te estás subestimando un poco… pero no soy nadie para decirte eso,” admitió.
“No digas eso,” Oikawa le sonrió. “Aprecio que pienses así de mí, gracias~”
Eureka asintió. “Espero que pronto llegues a cumplir esa meta.”
“Tenlo por seguro. Pero por mientras… tenemos otras cosas de las que preocuparnos.”
“¿Saeran?”
“Sí,” Oikawa volvió a practicar su saque. Al caer luego del salto, se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano. “No tengo idea de cómo nos podemos acercar a él… creo que es el más cerrado del equipo, junto con Fushimi-chan, pero… él ya no viene a practicar.”
“¿Mm? ¿Se aburrió o qué?”
“Pues no vino por voluntad propia, para empezar. Lo hizo por los créditos extracurriculares que necesitaba. Pero le pedimos que siguiera viniendo porque es un bloqueador muy bueno. Y lo hizo unas cuantas veces… pero de ahí lo abandonó. Me da miedo acercarme a pedirle que vuelva, jeje~”
“¿Por qué te da miedo?” preguntó Eureka, muy curiosa.
“Da mala espina,” dijo Oikawa. “Es un hacker que consigue cualquier tipo de información acerca de las HiMEs… y parece que también es rebel. Al menos tiene toda la pinta de serlo.”
“Ohh, ¿de esos peligrosos?”
“De seguro,” Oikawa sintió escalofríos de sólo pensar en Fushimi.
“Pero… Saeran no está metido en esas cosas, ¿no?”
“No que yo sepa. Ten-chan habla a veces con él, puede que él sí sepa algo…”
“Hay que preguntarle mañana.”
“Genial, no te olvidaste que mañana hay entrenamiento~”
“No,” Eureka le sonrió de lado. “Más bien, quería preguntarte… ¿cuándo tendremos nuestra primera batalla?”

Ante la pregunta, Oikawa abrió un poco los ojos. Parecía tener la intención de decirle algo, pero se retractó, y en vez de eso, soltó una risa forzada.
Eureka supo en esos instantes que Oikawa le estaba ocultando algo. Su reacción lo había delatado, y aunque tenía las ganas de cuestionarle al respecto, sintió que lo mejor era dejarlo pasar.

“¡Cierto! Me había olvidado de eso. ¿Podrías darme un tiempo? Sou-chan está muy ocupado con Sho-chan… no creo que tenga tiempo para entrenar a alguien más.”
“Podrías entrenar con ellos dos.”
“¿Qué? ¡No!” Oikawa negó furtivamente con la cabeza. “Soy un novato. Y ni tengo arma…”
“Debes ponerte las pilas,” Eureka le lanzó otra pelota, y Oikawa volvió a cogerla sin problemas. “Puede que no sea la HiME tranquila que has visto hasta ahora. Podría aprovechar para hacerte papilla…”
“Eureka-chan, eso ni tú te lo crees,” Oikawa intentó decirlo muy serio, pero unas cuantas risas se colaron al final de su oración.
Eureka rodó los ojos. “Damn, tienes razón.”
“Jeje~”
“Pero hey, si te soy sincera, no me quejo de que te demores en entrenar y planificar la primera batalla. Mejor para mí. Sólo no me acuchilles por la espalda, ah.”
“No, no, cuando esté listo te avisaré. No creo demorarme tanto en eso… Igual,” Oikawa dejó caer la pelota y se le acercó, tomándola de los hombros. La miró a los ojos, e intentó quedarse así, pero al parecer fue mucho para él, puesto que terminó desviando la mirada.  “Ten cuidado, ¿sí?” su expresión se tornó medio ansiosa, lo que le dio curiosidad a la HiME.

Sospechoso.

“¿De qué?”
“Uh…” Oikawa lo contempló por unos instantes. “¿En general?”
“Pero tú eres mi rebel.”
“Uno nunca sabe…”
“¿Me estás ocultando algo?” le preguntó Eureka, arqueando una ceja.

El karma parecía actuar de diversas maneras, y en esos instantes, sintió compasión por sus amigos. Esconderles varias cosas, por más de que lo hiciera por su bien, denotaba una falta de confianza en ellos, y la verdad era que, después de aquella conversación con Lelouch en la que le contó todo lo que había ocurrido en las últimas semanas, se dio cuenta de que no tenía sentido seguir guardándose cosas para sí misma. Había resuelto contarle al resto de sus amigos sobre su rebel en un futuro cercano.

Y estaba segura de que, al igual que ella, Oikawa tenía sus razones… pero no dejaba de intrigarle y molestarle que no se sincerara con ella.

Sin embargo, tampoco podía demandarle eso. Eran HiME y rebel, antes de ser amigos.

Ni si quiera sabía si eran amigos, realmente.

“¿Yo? J-Jaja, claro que no~”
“¿Hay alguien más en la guerra que se pueda meter conmigo? ¿Princess?”
“Oh, no,” Eureka entrecerró sus ojos. “No te miento. Pero… no sé, tengo un mal presentimiento,” confesó.
Eureka suspiró. “No hay problemas con que me guardes cosas, en serio. Somos rebel y HiME, así que es normal. No esperaba que me contaras todo…”
“…” Oikawa se debatía entre decirle la verdad o no.

Luego de pensarlo por unos momentos, decidió que lo mejor era advertirle. Se agachó, encorvándose para poder llegar a su oído y susurrarle. “Hanasaki está en peligro.”

Oikawa se alejó para encararla, dispuesto a contarle más. Lo interrumpió el chirrido de la puerta del gimnasio al abrirse de golpe, y vieron cómo un grupo de chicas ingresó al gimnasio corriendo. Oikawa soltó a Eureka y se alejó, un poco avergonzado por la situación en la que los habían encontrado. Estaba seguro que su club de fans no pasaría eso por alto.

“¡Oikawa-san!” habló una de las chicas, con su ceño fruncido. “¿Quién es ella?”
“A-ah, deben haberla visto en los entrenamientos anteriores. Desde hace dos semanas es la nueva mánager del equipo,” contó Oikawa. “Se llama Shinoa.”
“Hola,” saludó Eureka, un poco descolocada por la presencia del club de fans de su rebel. Hasta hacía unos instantes, habían tenido una conversación muy importante, por lo que le molestaba la interrupción.
“¿Estás con ella?”
“¿Es tu enamorada?”
“¡Nooo, si hubiera sabido, me habría postulado como mánager del equipo!”

Con la mirada, Oikawa le suplicó por ayuda, pero Eureka prefirió caminar hacia el otro lado de la cancha para recoger las pelotas desperdigadas. De reojo, sin embargo, prestaba atención de vez en cuando a los monólogos de las chicas, que ni dejaban que Oikawa respondiera a sus preguntas.

Eureka cogió dos pelotas y las colocó entre sus brazos. Las llevó de vuelta al cesto, justo a unos metros de las chicas y Oikawa.

“Ah, ahora que recuerdo, esa es la misma chica con la que estabas en la fiesta de derecho…” comentó una de las chicas.
“¡Cierto! Estabas con ella y otra más.”
“Disculpen, sé que va a sonar muy feo y todo, pero estoy en pleno entrenamiento y sólo tengo la cancha reservada hasta las cuatro. ¿Estaría mal si las veo luego?” Las chicas se mostraron muy apenadas.
“Oikawa se desocupa a las cuatro y treinta, de ahí lo tienen libre,” dijo Eureka.
“¿En serio?” preguntó una de las chicas, sonriendo. “¿No vas a salir con él luego?”
“Uh… ¿no?” Eureka arqueó una ceja. “Sólo soy la mánager del equipo.”
“Si sólo eres la mánager, entonces, ¿por qué estás con él a solas? Es como si le dieras preferencia a él, antes que a todo el equipo.”
“Ah,” Eureka y Oikawa se quedaron en blanco: las chicas tenían razón.
“¡Ajá! ¡Hay algo entre ustedes!”

Eureka hizo lo imposible por venirse con alguna excusa, pero su cerebro había entrado en cortocircuito. La verdad era que, siendo la mánager, su deber era con el equipo como conjunto. Nada la obligaba a ayudar a cada uno en su propia formación. Pero su trato especial con Oikawa se debía a los favores que se hacían entre ellos, así como a la naturaleza de su relación (HiME y rebel que, contra todo pronóstico, se llevaban bien por un acuerdo mutuo). No obstante, no podían explicarlo de esa forma, y además, iba a ser por gusto, porque las chicas de seguro querían una confesión de sus labios de que ambos andaban juntos.

“Estamos saliendo,” dijo Oikawa.

Un silencio sepulcral siguió a aquella revelación.

Eureka se demoró en procesar la frase. Para cuando sentó finalmente, se aguantó las ganas de cruzar esos pocos metros que los separaban y propinarle la patada que tanto se merecía. Su rebel, encima, tuvo el descaro de acercársele a tomar su mano. Eureka estuvo a punto de gritarle y soltar el agarre, pero se dio cuenta de que la cercanía era provechosa, y soltó unas cuantas corrientes eléctricas por los dedos. Oikawa hizo una mueca de dolor, pero no comentó nada al respecto.

Las quejas de las chicas se mezclaron en una cacofonía de voces que carecía de sentido.

“¿En serio?”
“¿Cuánto tiempo llevan?”
“Una semana,” dijo Eureka, sonriendo.
“Mm… ¿Y no vas a pasar tiempo con él luego?”
“Eh… no, yo tengo trabajos que hacer. Sólo vine a acompañarlo y ayudarle con la limpieza. Si quieren, pueden salir con él luego.”

Eureka y Oikawa se miraron, y el rebel supo en esos instantes que estaba frito. 

“Claro, no hay problema,” dijo Oikawa.
“Mm, no te preocupes, Oikawa-san…”
“Las noticias nos han chocado un montón, así que vamos a tomarnos un tiempo para procesarlas…”
“¡Pero no nos rendiremos!”
“¡Exacto!”
“Lo vemos luego, Oikawa-san.”

El grupo se despidió, mándandole besos volados y ondéandole la mano. Salieron del gimnasio y cerraron la puerta de nuevo.

Oikawa y Eureka intercambiaron miradas, una vez más.

“Eh…”
“Te voy a matar,” dijo la HiME, y aprovechó que Oikawa aún no soltaba su mano para volver a transmitirle corrientes eléctricas. “Ya me decidí: te voy a atacar esta semana. Mm, no, ¿por qué dejarlo para después? Mejor hoy día, más tarde. Te cortaré en dos con mi oz y—”
“¡Ihhh! ¡No!” le lloró Oikawa, soltando el agarre de su mano. “Estábamos acorralados y tú no tenías ideas. ¿Qué más podía decir?”
“¿Que eramos primos?”
“No nos parecemos.”
“No sé, que eramos amigos de la infancia. Que te debía un favor… ¡Cualquier cosa!”
“Ellas buscaban escuchar lo que les dije.”
“…” Ahí, cayó en cuenta de las verdaderas intenciones de su rebel. “Esto lo has hecho para zafarte de ellas, ¿no?”
“Sí~ Las quiero, realmente me gusta mucho hablar con ellas, pero… me distraen demasiado,” Oikawa suspiró. “Ser capitán de un equipo, además de estudiar comunicaciones y encima ser rebel… pues no tengo mucho tiempo libre~” canturreó, muy alegre, y Eureka se le acercó con cara de pocos amigos, lo que lo obligó a retroceder. “Eureka-chan, la violencia no es la mejor manera de solucionar los conflictos…”
“¿Has pensado qué le vamos a decir a tu equipo? Estoy segura de que los cuchicheos de esas chicas van a esparcirse como plaga. Dios mío, Souji sabe quién soy.”
“¿Sou-chan?”
“Sí, baboso,” Eureka rodó los ojos. “Se dio cuenta desde el primer momento. Y tú lo confirmaste, básicamente, cuando hablaste de la persecusión de la boda, diciendo que tú y yo estábamos ahí…”
“Ah,” Oikawa pareció caer en cuenta de su error.
“Te retractaste rápidamente, pero Souji es muy atento. Sabe quién soy… esto puede llegar a oídos de mi enamorado.”
“Pero… así tenemos también una manera de explicar nuestra cercanía al resto del equipo.”
“¿Qué le vas a decir a Iwaizumi?”
“…Que es cierto, que estamos,” dijo Oikawa, muy decidido. “Así no tendrá por qué preguntarme si es que algo le parece sospechoso entre nosotros. Todo puedo explicarlo con la misma cosa: que eres mi enamorada.”
“Si estamos desde hace una semana, ¿por qué no le has contado?”
“Uh… porque estaba molesto conmigo. Calza perfecto,” Eureka lo observó con recelo.
“Pero antes de ser tu mánager, nunca me habías mencionado.”
“Eh… Le diré que no quería que lo conocieras porque temía que te gustara más él que yo (?)”
“…Iwaizumi va a notar que hay algo raro ahí.”
“Nah, no creo,” Oikawa tomó su propio mentón y sonrió de lado, muy orgulloso de sí mismo. “Me pateará, de hecho, porque conseguí enamorada antes que él, pero de ahí, no hay más problemas.”
“…” Eureka tenía un tic en el ojo.
“Eureka-chan, lo siento, en serio, pero ya pasó. Ya no hay vuelta atrás.”
“¡yA nO hAy vuElta atRás!” lo imitó en tono burlón, y corrió hacia él, para agarrarlo del polo y volver a transmitirle un poco de electricidad. A ese paso, Oikawa iba a terminar achicharrado para el final del entrenamiento.
“ASJKDLFG” Eureka estaba intentándo trepársele para ahorcarlo.
“Jaja, parece que se están divirtiendo~”

Ambos se voltearon hacia la dirección de la voz.




Tal parecía que, por andar en plena pelea, se habían distraído lo suficiente como para no notar el momento en que Seven había ingresado al gimnasio.

“¡LUCIEL-CHAN! ¡QUÍTAMELA DE ENCIMA!” para ese entonces, Eureka había alcanzado colgársele del cuello, e intentaba hacerle una llave inglesa, pero era casi imposible porque Oikawa se movía demasiado.

Seven, en vez de ayudar a Oikawa, se sentó en las bancas y los observó, mientras sacaba la laptop de su morral y la prendía. Se le escaparon unas cuantas risas al ver la pelea de niños de kínder que HiME y rebel tenían en esos momentos.

“¿Qué te hizo, Eureka~?”
“Acaba de decirle a sus fans que estamos saliendo.”
“Yikes.” Seven volvió a reír. “¿Qué le dirás a Lelouch?”
“Él no se va a enterar.”
“Ohhh, ¿de nuevo le vas a esconder cosas?”

Eureka dejó de luchar, se soltó y cayó al piso. Señaló a Seven, enojada.

“¡Tú no tienes derecho a decirme eso!”
“Cierto, cierto~” Seven rio. “¿Ya saben cómo van a hacer con Saeran?”
“Justo eso estábamos discutiendo hoy, pero eh…”
“Pero Oikawa no pudo contener su bocota y— ¡HEY! ¡Me dijiste que Hanasaki estaba en peligro! ¡Cuéntame más!”
“Lo sentimos, el número que usted ha marcado no se encuentra disponib—”
“¡NO TE HAGAS Y DIME!” lo interrumpió Eureka.

Oikawa volvió a acercarse hasta quedar a unos centímetros de ella. Eureka se sintió intimidada por su altura, pero no pudo reflexionar mucho acerca de ello porque su rebel se agachó para susurrarle al oído, de nuevo.

“Habrá un ataque, pronto,” dijo en voz muy baja, completamente serio. “No estoy seguro de cuándo, porque están dividiéndonos por rubros y a cada sección la están contactando en distintos horarios para contarnos cómo es. Hay muchos rebels que irán exclusivamente a pelear con su HiME, otros se enfocarán en estudiantes, étc. Creo que soy del primer grupo, pero aún no me han llamado. Lo que sé es que, esta vez, está permitido atacar a cualquier persona de Hanasaki. Por eso te dije que tengas cuidado, no soy el único que puede hacerte daño.”
“Mm…” Eureka lo observó con recelo, cuando Oikawa se separó.
“Eureka, Oikawa, denme sus celulares para ir avanzando mientras discuten~”
“¡Seven!” se quejó Eureka.
“¿Qué? Es cierto, no lo niegues,” dijo el pelirrojo.

Eureka bufó, pero le hizo caso. Mientras tanto, Oikawa fue por sus cosas, a buscar su celular para entregárselo.

“Debo avisarle a—”
“No lo hagas, por favor,” le pidió Oikawa, a la vez que sacaba el celular de su morral. Luego de dárselo a Seven, corrió hacia ella para susurrarle una vez más. “Sé de quién hablas, pero si lo haces, me comprometes a mí. Al explicárselo, tendrás que mencionarle que lo oíste de tu rebel. En sus comunicaciones se filtrará eso y Rizembool tiene ojos y oídos en todas partes.”
“Por eso es que estás susurrando en vez de hablar normal?”
“Sí,” Oikawa dio unos pasos atrás. “No hay cámaras en este gimnasio, pero no sé si han plantado micrófonos, así que más vale prevenir que lamentar~”
“…Okay. Gracias por contarme. Disculpa, no tenías que—”
“Normal~” Oikawa sonrió. “No quiero que te pase algo.”
“Le va a pasar algo cuando pelees con ella, tho,” comentó Seven. Ya tenía conectados ambos celulares a la laptop, y tecleaba con mucha rapidez lo que de seguro eran códigos de la aplicación.
“Eso es distinto… Ahí yo puedo medir la fuerza con la que ataco. Si es alguien más, no tengo control sobre sus acciones…”
“Aw, cómo te preocupas por mí, gracias~” canturreó Eureka.
“De nada, Eureka-chan~” Oikawa sonrió. “Ahora, si me disculpan, volveré a entrenar,” y trotó hasta quedar a unos metros de la línea que delimitaba la cancha. “Pásame una pelota, por fas~”
Eureka asintió, y caminó hacia el cesto para lanzarle una. Lo jaló al lado de las bancas y tomó asiento al lado de Seven.
“¿Me estás limpiando el celular también?”
“Sí, eso lo hice hace unos segundos. Acabo de iniciar con el proceso de instalación de la aplicación.”
“¡Otra más!” dijo Oikawa, y Eureka volvió a lanzarle otra pelota del cesto. Se volvió un acto reflejo, luego de unos minutos: observaba por el rabillo del ojo a Oikawa haciendo el saque, y cuando lo veía caer y recomponerse, le lanzaba una pelota.
“¿Estás preocupado de que otras personas revisen nuestras conversaciones?”
“Bueno, te mencioné lo de mi trabajo,” y bajó el volumen de su voz. “Pero ahora que Oikawa te ha dicho eso de los micrófonos, pues también les conviene a ustedes dos conseguir un medio de comunicación más seguro. Dudo que Rizembool no investigue las conversaciones de sus rebels en redes sociales.”
“Suena bien tonto, pero… puede ser cierto. Si es por eso, la que tenemos de whatsapp revela un montón de cosas,” Eureka suspiró.
“Pero la aseguré, felizmente. Mejor es, de todas formas, usar el app que estoy instalando.”
“¿Cómo funciona?”
“Habrá una conversación grupal entre los tres, pero también admite para conversas entre dos personas. Así puedo hablar con cada uno de ustedes, y si lo necesitan, pueden hacerlo entre ustedes también.”
“Ah, suena genial.”
“Nos podemos enviar archivos y otras cosas también,” Seven continuó tecleando, hasta que presionó una última tecla, y desconectó los celulares.
“Wow, recién me doy cuenta de que tenías cables de android y apple para los celulares…”
“Siempre estoy preparado,” Seven sonrió. “Oikawaaa, tu celular ya estáaa~” canturreó, llamando la atención del mencionado.
“Ahí voooy~”

Oikawa corrió hacia las bancas, y recuperó su celular. Junto con Eureka, se pusieron a revisar la aplicación de Seven. La aplicación tenía un botón inmenso para la conversación grupal, y otro pequeño para conversaciones personales, así como las imágenes de perfil de los tres en la parte superior de la ventana (aunque en esos momentos se veían como una base en blanco porque aún no los habían configurado). El único que sí tenia foto de perfil era Seven, y era el mismo avatar que usaba en whatsapp: un emoji con las monturas que usaba y una sonrisa muy cómica.

“Y ahora que están instalados, me voy~,” canturreó Seven, alistando sus cosas.
“¿En serio? Podríamos ir a comer luego de esto,” comentó Oikawa. “No tienes que irte ya…”
“Mm, es cierto. Yo no quiero ver a Oikawa ni en pintura, pero a ti no te he bloqueado en vivo, así que normal.”
“¿…qué?” Oikawa arqueó una ceja.
“Oh, escuché que alguien hablaba. ¿Quién habrá sido?” dijo Eureka.
“Es tu imaginación~” Seven le siguió la corriente.
“¿Pero estábamos bien hace un rato?” Oikawa no entendía qué había pasado.
“Me acordé de que soltaste tremenda tontería y me enojé de nuevo…” Eureka lo fulminó con la mirada. “Aunque, ahora que lo pienso, puede que cambie de opinión si te pones el okonomi hoy.”
“¡Siii~! Apoyo la moción!” Seven estaba emocionado por la posibilidad de obtener comida gratis.
“…” Oikawa suspiró, y asintió. “Okay, okay, yo pongo el okonomi.”
“Eso me hace sentir mucho mejor,” Eureka tomó asiento al lado de la cesta de pelotas. Le lanzó una a Oikawa, y sonrió de lado. “Sigue con tu entrenamiento, no hay problema.”
“…” Oikawa hizo una mueca de dolor, y asintió.

Con un salto, volvió a retomar su práctica.




   

Todo parecía indicar que las clases de Adachi habían llegado a su final: por la pequeña ventana de la puerta, Souji observaba cómo los alumnos de su pareja alistaban sus cosas y se preparaban para salir. Souji se hizo a un lado para no impedirles la salida del aula: y efectivamente, en cuestión de segundos, ya habían muchachos conglomerándose alrededor de la puerta, que se abrió de golpe. Souji agradeció haber tomado distancia, porque sino hubiera recibido un impacto limpio contra la cara. Tuvo que esperar a que la procesión de alumnos se disipara en los pasillos para poder entrar.

Al ingresar a la clase, notó a Adachi conversando con un par de sus estudiantes al lado de la mesa del profesor. Hasta ese entonces, nunca había visto a Adachi interactuando con sus alumnos, cosa que le pareció muy peculiar: seguía siendo el gruñón de siempre, pero de vez en cuando les sonreía. Y hasta se veía animado en ocasiones, gesticulando acerca de algo que, Souji intuía, se relacionaba a los temas del curso o los proyectos de esa chicas.

Adachi demoró en divisarlo a lo lejos. Le dijo un par de palabras más a sus estudiantes, y ellas se despidieron de él, caminando hacia la puerta.

“Ah, espero no haber interrumpido,” comentó Souji, acercándose a él. El salón, para ese entonces, estaba completamente vacío.
“¿Qué?” Adachi se mostró confundido. “Me estaban comentando sobre su proyecto de prácticas. Es un análisis de la respuesta de estudiantes de estudios generales a una serie de videos sobre prevención de accidentes de tránsito. Suena muy fofo, pero lo están desarrollando bien…”
“Nunca te había visto como profesor, la verdad.”
Adachi suspiró. “Es agotador, pero hay algunos alumnos que valen la pena, supongo.”
“Pensé que eras estricto.”
“Lo soy,” lo corrigió. “De hecho, ¿te acuerdas que la semana pasada estaba corrigiendo? Los jalé casi a todos.”
“Wow,” Souji se sentó en la mesa de Adachi, cruzando las piernas. “¿Eso no habrá sido porque andábamos peleados?”
“Pues me puso de mal humor, pero no sería capaz de desquitarme con ellos. Igual, se merecían notas bajas. No sé cuántas veces les hablé sobre el formato que debían respetar, y las explicaciones detalladas sobre las fuentes, pero… parece que les importó poco.”
“¿Supongo que esas chicas de hace un rato si lo hicieron bien?”
“Aprobaron al raz.”
“Así que ellas también fallaron, entonces.”
“Pero se están esforzando, junto con otros grupos más.”
“Ah, antes que me olvide. Ten,” y le extendió el pequeño termo rojo para almuerzo que tenía en la mano. “Tu almuerzo.” El semblante de Adachi se iluminó, y ya se estaba lanzando a cogerlo, pero Souji alzó el termo más arriba, y no le permitió atraparlo. “Ah, ah. Habíamos quedado en algo hace unas semanas… y sé que andas ocupado, pero parece que tus alumnos ya están encaminados. Tienes tiempo para mi encargo.”
“…” Adachi lo observó con recelo. “Uh… ¿te debo algo?”
“Me ibas a ayudar con Oikawa.”
“Souji, te dije mil veces que no quiero ayudarte con tu guardería.”
“Nope,” Souji negó con la cabeza. “Al final, me dijiste que aceptabas. Y luego, hablamos del viaje…”
“Dijiste que iríamos con tu sarta de amiguitos…”
“Te dije que era de broma. Iremos sólo los dos.”
“Igual, nunca mencioné que estaba de acuerdo con los entrenamientos de tus amigos.”
“Estoy muy ocupado con el entrenamiento de Sho como para encargarme también del de Oikawa. Has visto cómo termino al final del día. Encima, Oikawa es novato…”
“No es mi culpa que quieras adoptar mocosos.”
“…” Souji se paró. “Bueno, doble almuerzo para mí, supongo.”
“¡Okay, okay! No te vayas. Hay que negociar.”
“Soy todo oídos,” Souji volvió a sentarse en la mesa.
“…Mm. ¿Qué tal… si… dejas de ver tanto a Minazuki? Fuera de los entrenamientos, claro.”
Souji entrecerró los ojos. “¿Es en serio?”
“Yo sé que lo niegas, pero eso no quita que el cojudo babee por ti. Y me empincha verlo contigo. Fácil si dejan de andar juntos por un tiempo, se le pasa.”
“Tohru, es mi amigo…”
“Él no te ve de esa forma,” Adachi se cruzó de brazos. “No puedo creer que tú no te des cuenta. Si sales en grupo, normal. Sólo quiero que no pases tanto tiempo a solas con él.”
“No puedo creer que me estés pidiendo esto. ¿En serio piensas que si sigo pasando tiempo con él, te voy a dejar?”
“…” Adachi se quedó en silencio. “No es eso—”
Souji rodó los ojos, y luego, suspiró. “…Okay.”
“¿…Qué?”
“Está bien. Haré lo que me pides,” Souji se levantó, para rodear la mesa y poder encarar a Adachi de frente. “Pero deberías confiar más en mí. Llevamos más de tres años juntos, no entiendo por qué crees esas cosas…”
“…Mi inseguridad, supongo.”
“¿Eh?”
“¿No hablamos de eso el otro día? Cuando nos reconciliamos.”

Souji recordó la conversación de aquel día, y se dio cuenta de que Adachi tenía razón: no era un tema de confianza, sino de inseguridad propia de él. Adachi de seguro dudaba de sí mismo, y tal vez hasta no se sentía merecedor de alguien como Souji a su lado, lo que le hacía pensar que cualquier persona que se le acercara era un peligro para su relación. Y era cierto que andaba viéndose con Sho mucho más seguido… pero no lo había notado hasta que Adachi lo sacó a la luz. Sabía que, de todas formas, esta petición era sumamente exagerada, pero estaba entre acceder a eso o cargar con la culpa de no poder ayudar a Oikawa. Eureka era una HiME muy calmada, pero no podían fiarse: Oikawa necesitaba iniciar su entrenamiento lo más pronto posible. Y Adachi estaba más que apto para formarlo: lo había demostrado con él, en el conflicto pasado.

Además, el pedido de Adachi tenía cabida a ciertos ‘vacíos legales’ que podía aprovechar. Estaba sentado que intentaría aminorar el tiempo que pasaba junto a Sho, pero no iba a dejarlo de lado. Ambos se habían vuelto muy cercanos, y la amistad de Sho era invaluable para él. Durante los días que anduvo de malas con Adachi, Sho fue una de las personas que logró distraerlo del tema, y aunque sonaba como algo pequeño, había significado mucho para él. Sobretodo porque no era alguien de su círculo más íntimo, sino uno del grupo que poco a poco se había vuelto parte de este.

“¿Souji?”
“A-ah, lo siento. Me distraje. Sí, tienes razón,” Souji admitió.
“Entonces… ¿aceptas?” Adachi arqueó una ceja.
“Acepto, aunque no prometo mucho. Igual, haré mi mejor esfuerzo.”
“…Está bien,” Adachi asintió, y Souji le dio el termo, finalmente. “Ahora, ¿Tienes una idea de lo que quieres para el menú de entrenamiento? ¿Qué debo hacer exactamente con tu engendro?” dijo, y abrió la tapa del termo, para sacar los tápers y revisarlos rápidamente. Souji le había preparado una ensalada a base de tomate, lechuga y palta, y un lomo en salsa strogonoff como segundo. Adachi no cabía en su felicidad…
“¿Criarlo? De ahora en adelante es tu hijo,” …hasta que escuchó las palabras de su pareja, y sintió un escalofrío recorriendo su espalda.
“Carajo, nunca debí hacer estos paralelos. Se me eriza la piel, qué asco,” Adachi empezó a guardar los papeles de la mesa en su maletín, así como volvió a colocar los tápers de comida dentro del termo. “Bueno, de ahí me cuentas. Vamos a almorzar.”
“¿No que hoy ibas a ver a Akechi-san a la hora de almuerzo?” Souji se levantó. “Pensé que era algo entre ustedes dos.”
“No, puedes venir si quieres,” Adachi se paró.
“Genial, entonces.”
 
Adachi caminó hacia la salida, con Souji a un par de pasos detrás de él.





     
Por más de que habían pasado los años, a Keith aún le costaba mucho hablar con Allura a solas.

Era una reacción involuntaria: inmediatamente recordaba todas las estupideces que había hecho en su pubertad y adolescencia para llamar la atención de la chica, quien le había atraído durante casi toda su vida. Allura siempre había parado en otros asuntos, un paso delante de él, con la cabeza en otro lado y rodeada de varios pretendientes. La diferencia de edades, aunque corta, sí chocaba cuando Keith sólo tenía catorce y ella ya era mayor de edad. 

Pero ahora que ambos estaban en la universidad, las cosas habían cambiado para bien. Allura había terminado acoplándose a su grupo de amigos, y aunque no siempre estaba junto a ellos (por su trabajo y sus horarios diferentes), sí hacía acto de presencia a través de la conversación grupal de whatsapp o de las publicaciones de facebook. Había pasado de ser la hermana mayor a ser un miembro más, aunque no dejaba su rol de mentora de lado.

Keith sentía que su crush, poco a poco, se había disipado. Gracias a que interactuaban más seguido, dejó de ponerla en un pedestal, y se dio cuenta de que sólo se había enamorado de una versión idealizada de la hermana de su mejor amigo. Hunk, sin embargo, siempre lo había apoyado, aunque no había sido tan aporte que digamos.

Además, ahora estaba interesado en otra persona. Una un poco despistada, pero esperaba que, con el tiempo, la oportunidad surgiera para confesarle lo que sentía.

No obstante, ahora eso no importaba. El grupo lo había mandado a sacarle información a la mayor respecto al tema de las HiMEs, puesto que Keith era el único que no iba a delatarse ni delatarlos en el proceso. Para el grupo, era el más indicado en temas como este. Keith no era tan bueno con las palabras, pero transmitía mucha paz y confianza, así que dudaban que Allura no cayera en sus redes y soltara la sopa.

“¿Y los chicos?” le preguntó Allura. “Qué raro que estés solo.”
“Pidge y Lance llegan en unas horas, Hunk salió a comprar.”
“Ah,” Allura sonrió, mientras revisaba su celular.
“¿Qué tal las clases?” preguntó, intentando sonar casual. Pareció funcionar, porque Allura se acomodó en el sofá para encararlo, dejando su celular a un lado.
“Ugh, es un problema detrás del siguiente. Estoy harta de la tesis, la verdad. Entre que mi asesora me persigue para pedirme avances, y que yo misma me siento culpable cuando procrastino con netflix o lo que sea, no sé qué es peor,” Allura suspiró. Se veía preocupada. “Eso, más el trabajo y otras cosas más… me voy a morir del cansancio a este paso.”
“¿Qué otras cosas?”
“Ah,” Allura abrió un poco los ojos, sorprendida por la pregunta. “Uh… asuntos administrativos de Hanasaki.”
“Allura,” Keith la observó fijamente. “Sé que hay algo que te preocupa más que el trabajo y los cursos que llevas. Y… creo que te has cerrado a cualquier tipo de ayuda, pero Pidge, Lance, Hunk y yo siempre estamos para ti.”
¡Exacto!” Escuchó Keith mediante el diminuto audífono que tenía en la oreja y que lo conectaba con el resto de su grupo. El que había hablado era Lance, y seguía diciéndole cosas, pero le costaba prestarle atención a él y a las reacciones de Allura.
Lance, cállate, que de seguro Keith no puede prestarle atención a dos cosas al mismo tiempo,” dijo Pidge.
“Sé que están para mí,” Allura sonrió. “Lo aprecio un montón. Pero por eso mismo es que no puedo involucrarlos.”
“Está relacionado a las HiMEs, ¿no?”
“…” Allura se quedó en silencio.
¿Qué cara está poniendo, Keith? ¿Teníamos razón?” dijo Hunk.
“Tú ya fuiste una antes…”
“¿Cómo sabes eso?”
“…Uhhh… Hunk, Pidge y—”
DONT DO IT DUDE,” Lance le reventó el tímpano.
NO, Qué HACEs KEITH,” Pidge intentó también detenerlo, pero Keith continuó aún a pesar de todo.
“Hunk, Pidge, Lance y yo hemos estado investigando eso desde hace unas semanas, la verdad. Desde ese domingo de wafles, que te quedaste muy preocupada por algo.”
GOD DAMMIT KEITH
NOOOO
Allura sonrió, desviando la mirada a su regazo. “Sin duda, a ustedes no se les pasa nada.”
“Somos tus amigos,” comentó Keith. “Y sé que debe ser muy extraño para ti, porque somos menores que tú y encima a mí me conoces toda una vida como el amigo de Hunk, y… uh…” Keith se tapó la cara con ambas manos. “Has visto varias cosas vergonzosas que he hecho…”
“Sí,” Allura rio.
“Pero eso no quita que podemos escucharte. Nos enteramos que el amigo que perdiste en Highschool era de Rizembool,” Keith le puso una mano encima del hombro. “Suponemos que fue tu rebel— Uhhh… disculpa de nuevo por meternos en un asunto que no nos incumbe, es sólo que estamos preocu—”
“No. Yo debí contarles esto hace mucho tiempo, la verdad. Discúlpame, Keith. Dile al resto que vengan.” 
“¿…Qué? Ellos aún no llegan—”
“¿No están escuchando todo esto? Desde tu audífono.”
KOMO LO ZUPO
“Ay, Hunk, que me rompes el tímpano…”
“Se escucha hasta acá, chicos,” dijo Allura, sonriendo de lado. “¿Dónde están ahorita?”
En el ático,” dijo Hunk.
“Se escondieron ni bien llegaste.”
“Con razón, me pareció raro que los cuatro no estaban juntos,” Allura se llevó un dedo al mentón.
“¿Ya escucharon? Bajen,” dijo Keith, y escuchó varios suspiros al unísono.
Ya, ya, ahí vamos…” dijo Lance.
Danos 5,” dijo Pidge.
“Okay,” dijo Keith.

Juntos escucharon que, en el piso de arriba, la puerta del ático se abría.

Esperaron en silencio a que el resto del grupo baje.
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