57.2.
Habían pasado alrededor de veinte minutos desde la llegada del par de superiores de Rizembool y Larsa llegó junto con Dakki y Ryo. Las presentaciones con los demás fueron breves y todos ocuparon la amplia sala donde la mayoría conversaba, mientras Urashima y Horikawa estaban en plena partida de Mario Kart con la Nintendo Switch del pequeño Sora.
“Creo que comienzo a agarrar dominio al juego,” dijo Horikawa, sonriendo, al ver que había terminado la partida en primer lugar. “Es divertido, ¿verdad, Urashima?”
“Ehh… p-p-pues…” el pobre Kotetsu continuaba teniendo problemas acostumbrándose a los controles y se encontraba haciendo lo posible para no volver a quedar último, aunque no fue capaz de evadir a un personaje convertido en bala, el cual le empujó al acantilado y causó que los tres jugadores detrás de él le pasaran sin problemas. “¡Ahh, no de nuevo!”
“Eso es mala suerte, lo lamento…” Roxas dio un suspiro.
“¡Pero no me rendiré!” declaró Urashima, decidido. “¡Horikawa, otra más!”
“Ahh, pero que sea la última…” este negó. “No he terminado con todos los bocadillos…”
En el sillón detrás de los tres que ocupaban la alfombra frente al gran televisor estaban Larsa y Ryo conversando con el nuevo hermanito de aquella familia.
“Así que por eso vine al Japón, para ser una estrella, y también para vivir con mis hermanos,” concluyó Sora, sonriente. “¡Y con la ayuda de maestro y senpai, Sora no tiene que preocuparse!”
“Te oyes muy inspirado, me alegro mucho,” Larsa asintió. “Y sé que te llevas bien con todos aquí, además que Tanaka-san ha sido una amiga desde la secundaria. Puedes confiar en ella.”
“¡Haha! ¡Sora lo sabe! ¡Onee-chan es muy buena gente!” exclamó el pequeño con alegría.
“Y puedes contar con nosotros también, por más que estemos estudiando en Hanasaki,” dijo Ryo, con una amigable sonrisa.
“¡Muchas gracias! ¡Sora lo recordará!” asintió. “¡Ustedes también son buenas personas y tienen colores muy amenos!”
“Eres muy amable,” Larsa sonrió un poco. “Cuando Tanaka-san me dijo sobre tu sinestesia, tuve mucha curiosidad. Debes tener un modo único de ver la vida.”
“Huhu, no sabría decirte…” el rubio alzó su mirada, inmerso en pensamientos. Se cruzó de brazos. “Hmm… es difícil explicar porque tal y como Sora ve cosas que otros no ven, otros ven cosas que Sora no ve, pero no es que sea tan importante,” volvió a sonreír. “Sora es Sora y es capaz de vivir y ver tal y como los demás.”
“Sí, es verdad,” asintió. “Espero no haberte inquietado por la mención.”
“Hoho~ no es nada~ todo está bien~” Sora asintió, animado.
“Hahaha, me sorprende la facilidad con la cual hablan,” admitió Ryo, entretenido. “No sé por qué pensé que te marearías hablando con el pequeño Sora, Larsa.”
“¿Por qué?” este se confundió. “Si te refieres al habla en tercera persona de Sora o a su modo de expresarse, no es un problema. Kibi también suele a hablar en tercera persona y ser muy ocurrente, así que me resulta natural.”
“Es cierto, lo había olvidado.”
“Oh, si bien están ocupando la consola, puedo traer mi 3DS en caso quieran jugar,” observó el rubio. “¿Les gustan los videojuegos?”
“A mí sí, y mucho,” Ryo asintió. “Larsa no tiene los recuerdos más gratos de ellos debido a un amigo en común, pero sería bueno forzarle a jugar un poco.”
“No es necesario,” Larsa miró a su amigo con reproche.
“Oh, a Sora le encantan los videojuegos, pero Sora entiende si otros no quieren jugarlos,” él asintió, todavía con sus imparables ánimos, pero también una curiosa prudencia y respeto. “Si Larsa no desea jugar o si hay cosas más importantes que hacer, siempre se puede dejar la diversión para después, ¿cierto?”
“Hahaha, es refrescante oír algo tan responsable de alguien llamado Sora,” Ryo se puso a reír.
“¿Hoho?” el pequeño ladeó su cabeza, confundido.
“Tenemos a un amigo llamado Sora que no juega en moderación,” Larsa negó. “Aunque no te preocupes por él. Me alegro mucho de que tú sí tengas tus prioridades en orden.”
“Sora sabe que debe portarse bien y aprender de sus mayores,” asintió. “Pero Sora tampoco se metería con ni juzgaría a otros. Todos somos muy variados y distintos.”
“Eres sin duda un pequeño muy maduro y alegre. Vas a encajar bien en nuestro grupo,” Ryo asintió, sonriente. “Tal vez hasta puedas contagiar tus principios a otras personas.”
“No le hagas sentir responsable de los demás, por favor,” dijo Larsa, frustrado.
Mientras tanto, Osaka y Tomo se encontraban hablando con Tsumugi en el sillón hacia la izquierda de la sala.
“Sora-kun es todo un señorito,” comentó Tsumugi, maravillado por la conversación del pequeño.
“Heh, sí, me da risa notar cómo es mucho más maduro que su homónimo y el hecho que Larsa le trata con amabilidad,” Tomo sonrió con ironía. “Ya ni sé cuál es el chiste del Sora antiguo.”
“Oye, sólo porque ha sido más de una década sin una secuela real no quiere decir que debemos menospreciar a nuestro amigo,” observó Osaka, frunciendo el ceño. “No seas mala, Tomo-chan.”
“Ehh, ¿a-a qué se refieren…?” el peliazul se mostró perdido.
“En fin, ¿cómo así te has vuelto esclavo de ese raro pelirrojo que dice ser tu jefe?” preguntó Tomo, con escepticismo. “Más le vale que te esté pagando una millonada.”
“Ehh, no es que tengamos un contrato, te lo aseguro,” Tsumugi sonrió incómodo y su sonrisa rápidamente se suavizó a una alegre y nostálgica. “En verdad, Natsume-kun y yo somos amigos de la infancia.”
“¡Ohh, qué lindo~!” Osaka se conmovió.
“Pfft, ¿en serio?” por su parte, Tomo se quedó en shock y negó. “Me cuesta creerte.”
“E-es la verdad…” dijo el chico, un poco confundido e intimidado por la poca credulidad.
“O sea, cuando alguien escucha algo así se imagina un panorama completamente diferente de un par de amigos que son como hermanos o parte de un nakama inquebrantable, pero obviamente eso no sucede aquí,” se explicó la exPrincess, impaciente. “Suena más a que tuviste un kouhai bully desde tus inicios y te has acostumbrado a que te acose.”
“Ehm…” Tsumugi tocó las puntas de sus índices y bajó su mirada. “N-no seas tan cruel con Natsume-kun, por favor. Es mejor de lo que parece ser… te lo aseguro…”
“¿Y por qué lo defiendes?” le preguntó, un poco desconcertada.
“N-no quisiera ir al detalle, a-aunque las cosas no siempre fueron de este modo… y-y-y en verdad es mi culpa que Natsume-kun sea así…” confesó el chico, con un hilo de voz y cada vez más cabizbajo, lo cual daba la impresión de que un mundo entero le pesaba. “Quisiera que al menos me dejara de pegar…”
“Tch…” Tomo se alejó un poco de él, como si su comportamiento fuera contagioso.
“Aw, no te sientas tan mal, senpai-chan…” dijo Osaka, quien agarró al peliazul de un hombro y le sobó como haciéndole cariño. “Se nota que eres una buena persona y tienes las mejores intenciones con Natsume y le cuidas como un hermano mayor,” ella le sonrió con alegría. “Estoy segura que Natsume en el fondo te aprecia mucho…”
“Eres una chica muy amable, Osaka, estoy eternamente agradecido…” él asintió y volvió a sonreír amablemente. “Hehe, me siento como en casa en este lugar, y puedo notar lo feliz que Sora es aquí, además que ver a Natsume socializar es muy positivo. Por favor, cuiden mucho de él, porque es evidente que les tiene estima.”
“No sé sobre cuidar, pero muy gustosamente seré amiga de él,” Osaka asintió. “Se nota que es muy genial y amable.”
“…” Tomo negó. Seguramente se andaba perdiendo de algo por todos los episodios que había sido excluida, aunque ese pelirrojo le daba un poco de mala espina. Quizás sin ese senpai presente se comportaba un poco mejor.
“¡Y también quiero ser amiga de ti, por supuesto!” exclamó la exHiME al chico. “Eres tan bueno y haces galletas ricas y miras a la juventud con amabilidad y añoranza, y también tienes un cabello muy abundante y esponjoso. ¡Quiero que seas mi abuelita, por favor!”
“¿A-abuelita…?” preguntó Tsumugi, sonriendo incómodo.
“Oye Osaka, al menos que sea abuelito…” observó Tomo, frustrada.
“No,” ella negó con seriedad. “Es abuelita.”
“Ehh, como digas…” rodó los ojos.
“¡Yay, obaa-chan!” exclamó la exHiME, lanzándose a abrazar a Tsumugi con fuerza.
“Ehh…hehe…” este rió con torpeza. “E-está bien, puedes llamarme así si gustas…”
“Ahh, este chico no tiene remedio…” Tomo negó.
Por el sillón derecho de la sala estaban los otros cuatro presentes, quienes dialogaban y ocasionalmente observaban a los otros grupos.
“Ohh, así que además de ser un científico en formación eres un idol,” dijo Dakki a Natsume, intrigada. “Ah, debo admitir que renuevas mis esperanzas en la humanidad~♥”
“¿Cómo así?” preguntó el otro.
“Es que siempre he vivido rodeada de aburridos científicos y gente muy seria como para interesarse en el mundo artístico. Mi querido Larsa es uno de ellos. Aunque esto demuestra que las personas tienen diversas aptitudes y no soy la única~♥”
“Heh, sí te ves como alguien muy perspicaz y con un buen sentido de la moda,” el chico sonrió con ironía. “Siento que nos podríamos llevar muy bien… Dakki, ¿cierto?”
“¡Exacto~♥! ¡Y me emociona que pensemos igual!” ella sacó su celular. “Podemos volvernos contactos en Twitter~♥”
“Sí, Twitter está bien. Evado Facebook lo más posible.”
“Lo pude deducir con sólo observarte, está bien~”
“…” mientras tanto, Cho miró al par de pelirrojos cambiar contactos amenamente mientras conversaban. No le sorprendía mucho que ese par hubiera congeniado, ya que los dos parecían personas caprichosamente carismáticas, y también un poco malignos.
“Ehm, aruji, no sé por qué tengo un mal presentimiento al verles conversar…” observó Kashuu, susurrándole de cerca. “Es posible que sus maldades se multipliquen.”
“Ehh, dudo que tengas que preocuparte, Kashuu…” la HiME sonrió incómoda. Sí tuvo una pequeña recolección de todas las fechorías de Dakki como Princess tres años atrás y sabía que había más detrás de Natsume además de su maltrato a su senpai, pero no tenía por qué ser tan fatalista al respecto. “Me alegro mucho que todos podamos congeniar en nuestro grupo.”
“Si tú lo dices…” se puso a pensar. “Supongo es propio de mí considerar todas las posibilidades, aunque de darse algo, dudo que seamos nosotros quien debamos preocuparnos.”
“Pienso lo mismo, y puedo oírte,” comentó Natsume, mirándole de reojo. “Koneko-chan me parece una chica simpática y he decidido que por ese motivo también me llevaré bien contigo.”
“Aw, ¿es que acaso me tienes recelo?” preguntó Dakki a Kashuu, con un tono un poco descorazonado. “Y yo que pensaba que eras un muñeco tan hermoso. ¡Me dan ganas de llevarte algún día de compras y vestirte de todas las formas imaginables, ohohoho~♥!”
“Si eso era lo que tenías en mente, entonces creo que no hay motivos para llevarnos mal,” concluyó el arma, encogiéndose de hombros.
“Me alegra oír eso,” Cho sonrió. Le sorprendió un poco que Kashuu estuviera contento con aquellas palabras, aunque sabía que su arma rendía mucha importancia a su propia apariencia.
“Y también tengo que reconocer que este hermanito es sin duda caído del cielo,” agregó la exPrincess, quien observó al pequeño Sora conversar amenamente con Larsa. “Y pensar que ya me había ideado una imagen muy terrible de ese niño por su nombre, ¡pero en verdad es un hermoso y educado marshmallow~♥! ¡Por su cabello y su forma de hablar se convertirá en mi nuevo Kibi~♥!”
“Sora también inspira lo mejor de mi persona, y es un agrado tenerle como un aprendiz,” comentó Natsume. “Pero admito que me siento intrigado a conocer a esa otra persona de su círculo que se llama Sora. Quisiera ver qué pueden tener en común.”
“Las comparaciones serán inevitables, ¿cierto?” preguntó Dakki, sonriendo. Ella se encogió de hombros. “Aunque te aseguro que no te pierdes de mucho. Sé que vendrá en un rato con sus amigos, pero lo mejor sería que ni crucen caminos.”
“Puedo comprender que no muchos tienen la mejor impresión de ese chico,” observó Kashuu.
“Ehm, es que siempre ha sido muy impulsivo y le ha causado varios problemas a Larsa…” recordó Cho, sonriendo incómoda. “Pero sigue siendo nuestro amigo.”
“Entiendo que esa es la mentalidad de todos aquí, pero le dan mucho crédito,” se lamentó la exPrincess, quien rápidamente volvió a animarse. “Aunque está bien. Como su Princess, le hice sufrir un montón en el conflicto anterior, ohohoho~♥”
“En fin, entiendo el interés de hacer sufrir a otros tan trivialmente,” comentó Natsume, sonriendo con indiferencia. “Sólo por ello me apuntaría a ser Rebel, pero son muchas implicaciones.”
“¡Ohoho~♥ el hecho que me entiendes es suficiente!” la chica siguió riendo.
“Ehh…” Cho sonrió nerviosamente. “Natsume, ¿no quisieras jugar con la Switch de Sora? Pienso que es el mejor momento de hacer una competencia, con tanta gente reunida.”
“Aprecio tu consideración, koneko-chan, pero ya me expresé con respecto a una competencia,” el chico sonrió con crueldad. “De todos los presentes, mi estimado Sora es el único con habilidad de hacerme frente, y soy un muy desagradable oponente, así que barrería el piso con todos. Y aun si menciono a Sora como un rival, soy mucho más capaz que ustedes, sin excepciones.”
La peliceleste pudo notar que el chico había alzado su voz en medio de su arrogante declaración, lo cual lamentablemente llegó a los oídos de Roxas, quien no se ahorró las ganas de responderle.
“¿Qué estás diciendo?” preguntó Roxas, volteándose hacia el pelirrojo, quien le miró desde arriba con una sonrisa de superioridad. “¿Eres un invitado a nuestra casa y nos desprecias?”
“Ehh, R-Roxas…” Cho extendió una mano con debilidad para pedirle que no le hiciera caso, pero no fue capaz de pararlos.
“Hmhm, sólo digo lo verídico,” comentó el ‘maestro’, de forma entretenida. “Soy una persona muy habilidosa y ello incluye el inocente juego que andan jugando, así que es más bien por el respeto que tengo hacia todos ustedes que no pienso importunarles con una humillante derrota.”
“Tch, no voy a dejar que nos menosprecies a tu regalado gusto…”
“Uhh, Roxas se está molestando…” Osaka se preocupó.
“Y creo que todos sabemos que Mario Kart no es un juego tan inocente,” opinó Tomo, pensativa. “Debe haber sido la causa de una buena cantidad de amistades rotas y un puñado de televisores malogrados luego de ataques de ira.”
“Eso no es lo importante ahora, Tomo-chan…” la prima se lamentó. “Pero tienes razón…”
“Ihhh, esto no puede ser bueno…” por su parte, Tsumugi se inquietó. “Natsume-kun parece haber apuntado a ese chico como otra persona a quien fastidiar… y-y no es bueno ser parte de su lista negra…”
“¿Y qué piensas hacer al respecto?” preguntó Natsume a Roxas, sonriendo amablemente. “Por favor, dime, soy todo oídos.”
“Eso es evidente,” Roxas le apuntó. “¡Te reto a una carrera ahora mismo!”
“Bueno, tu estimado hermano está por terminar, es un buen momento…” sin embargo, el pelirrojo alzó su mirada, meditativo. “Hmm, pero no quisiera preocupar a koneko-chan…”
“¡No pongas excusas! ¡Y deja de llamarla así!”
“Ehh, Sora, ¿tu maestro es bueno con los videojuegos?” preguntó Ryo al pequeño.
“¡Maestro es el mejor!” exclamó Sora con suma alegría y estirando sus manos, aparentemente inconsciente sobre la presente tensión. “Una vez jugué contra él manipulando dos jugadores a la vez y maestro no tuvo dificultades derrotándome. ¡Es genial!”
“¿Cómo así manipulaste a dos jugadores?” preguntó Larsa.
“¡Oh, es fácil! ¡Sora es capaz de jugar con sus pies y dividir su atención en dos jugadores distintos simultáneamente!” exclamó con suma alegría. “¡Es muy divertido!”
“Es impresionante…”
“En verdad lo es,” Ryo asintió. “Y si tu maestro es una persona tan hábil, es sólo de esperar que tú también tengas un gran potencial, Sora.”
“¡Haha! ¡Muchas gracias!” dijo el pequeño.
“Hmm… pero se nota que es alguien muy especial…” Larsa dio un suspiro. “Con razón a Dakki le llamó la atención…”
“Uhh, al menos terminé antes que un jugador…” Urashima dio un suspiro al ver la tabla de resultados, con Horikawa de nuevo en primer lugar y él en décimo primero. Dicho esto, él se giró a Roxas. “¡Onii-chan, creí oír que querías jugar, ¿no?! ¡Aquí tienes mi control!”
“Eh, espero que tengan una buena partida, Natsume-san,” dijo Horikawa al pelirrojo, mientras le extendía su control. El pelinegro sonreía un poco incómodo. “Y por favor no se peleen. Espero que puedan llevarse bien.”
“Aprecio tus deseos, Horikawa,” Natsume asintió. “No quisiera arruinar esta reunión frente a mi querido kouhai, no te preocupes.”
“…” Roxas frunció el ceño. Primero Kashuu, ¿y ahora el mentor de Sora? Ya parecía que todos los chicos que Cho le presentaba vivían para hacerle la vida imposible a él exclusivamente.
“Para hacerlo provechoso, sugiero que aumentemos la dificultad,” opinó Natsume. “50cc es un insulto para ambos,” sonrió con autosuficiencia. “Que sea 200cc y mirror, a menos que esa combinación te resulte intimidante…”
“Pienso igual, y créeme que no me intimidas,” declaró Roxas, frunciendo el ceño. Él regresó al menú donde cambiaron la dificultad y jugadores, y muy apropiadamente escogieron Rainbow Road para un máximo desafío. “Listo, ahora te demostraré que dices tonterías.”
“Heh, y yo que no eres más que un iluso mortal…” Natsume sonrió malignamente. Entonces, cuando vieron que la carrera estaba pronto a empezar, al pelirrojo regresó a una actitud amena y encantadora, y se giró hacia Cho. “Dedico esta victoria a ti, koneko-chan~” dicho esto, le dio un guiño y le mandó un beso volado.
“¡Tsk, no te daré el gusto!” declaró Roxas, iracundo, y se concentró de lleno en la pantalla, donde veían que iniciaba el conteo regresivo de la carrera.
“¡Ohohohoho~♥!” Dakki se rió a carcajadas. “¡Me encanta Natsume! ¡Es mi más reciente espíritu animal, qué divertido~♥!”
“Ehh…” Cho dio un pesado suspiro. Todo eso no podía ser saludable para su hermano.
“Onee-chan, ¿por qué onii-chan está tan molesto con Natsume?” preguntó Urashima, quien se acercó a Cho junto con Horikawa. Sus ojos brillaron repentinamente. “¡Ohh! ¿Será ese recelo que los hermanos tienen por sus hermanas? ¡Qué genial, nunca lo había presenciado!”
“N-no le imites, por favor…” le suplicó la HiME.
“Está bien, Urashima nunca se llevaría mal con nadie,” le aseguró Horikawa, con una sonrisa, aunque se mostró un poco preocupado al mirar la carrera. “Roxas se ve tenso y sacado de sí. Aun si fuera a ser rival de Natsume, no hará el mejor papel.”
“Será puesto en su lugar,” Kashuu se encogió de hombros. “Es evidente para todos que el posible interés de Natsume con mi aruji es para fastidiarle, así que no tengo que preocuparme.”
“Otro motivo por el cual siento que nos llevaremos muy bien, Kashuu~♥” canturreó Dakki, dándole un guiño. “Es tan divertido fastidiar a otros, ¿no es así?”
“Sí, sobre todo a este Key iracundo.”
“N-no sean tan malos con Roxas, por favor…” pidió Cho, torturada.
Entonces, la carrera comenzó. Desde el inicio, Roxas pudo notar que no tenía la suficiente práctica con 200cc para esa carrera en particular, y ajustarse a mirror tampoco era muy sencillo, pero se decidió a dar lo mejor de sí y a conducir con precaución para no desbarrancarse. Pese a sus leves faltas, no se estaba quedando atrás y sabía que no tendría problemas terminando entre los primeros.
Pero la cuestión era ganar, y notó con mucho dolor que Natsume no tuvo inconvenientes haciendo distancia y una considerable ventaja pese a recién iniciar la primera vuelta.
“Y eso que estaba esperando una mayor competencia…” comentó el pelirrojo, desilusionado.
“¡Cállate! ¡Ya verás!”
“También noté que escogiste automático al inicio,” negó. “Si quieres llamarte un verdadero conductor de Mario Kart, acostúmbrate a manual, o nunca podrás vencerme.”
“Tsk…” Roxas frunció el ceño. Las ventajas de jugar en manual eran conocidas, pero nunca se había dado la labor de esa dificultad adicional, y no era el momento de lamentarlo.
“¡Vamos, Roxas-niichan!” le alentó Urashima. “¡Tú puedes!”
“Ehh, no por desanimarle, pero una ventaja desde tan temprano es difícil de igualar, a menos que haya una lluvia de caparazones azules en esta carrera,” observó Ryo.
“¡Ohh, ¿hay tortugas azules en este juego?!” Urashima se emocionó. “Todavía no he tenido la suerte de toparme con una.”
“Eso es porque paras terminando en último, y créeme que no quieres conocerlas,” Tomo negó. “Son la cosa más horrible de Mario Kart.”
“Uhh, pero las tortugas son muy tiernas…”
“Pienso igual, kotatsu, y espero conocer a esa tortuga azul algún día también,” dijo Osaka, sonriendo.
“Hmm…” Sora miraba atentamente a la pantalla. “Roxas-niichan, ten cuidado. Maestro está estudiando tu manera de jugar y lo usará en tu contra la próxima vuelta.”
“¿A qué te refieres con ello?” preguntó el Key, confundido.
“Heh, ya verás…” Natsume sonrió con crueldad. Él no estaba lejos de cumplir la primera vuelta, con una ventana considerable y sin preocupaciones por más obstáculos que fuera a recibir.
“…” Cho notó que el pelirrojo comenzó a conducir un poco aleatoriamente y rompiendo su manera de conducir, y en medio de sus giros innecesarios iba soltando bananas por el camino, las cuales rápidamente recuperaba en las cajas de provisiones. La HiME se vio un poco confundida por esas acciones innecesarias de su parte, aunque no tomó mucho tiempo para que tanto ella como los demás comprendieran cuál era su propósito…
“¡Ahh, maldición!” exclamó Roxas ni bien se topó con una de las bananas y dio giros descontrolados. Fue evidente para todos que la inercia y el camino que el Key había elegido para esa curva en particular le había forzado a encontrarse cara a cara con esa banana con muy poca anticipación, razón por la cual no pudo evadirla. Él felizmente contaba con un acelerador que usó de inmediato, pero luego de saltar una pequeña cima, cayó estrepitosamente sobre otra banana. “¡¿Qué demonios?!”
“Interesante…” Larsa llevó su mano a su mentón. “Natsume ha podido familiarizarse con la manera de conducir de Roxas para predecir sus movimientos más importantes e inevitables y llenar esos caminos con obstáculos.”
“¿Hablas en serio?” Kashuu se impresionó.
“Nunca hubiera imaginado que un videojuego así sería tan estratégico…” dijo el Solidor.
“Ehh, te aseguro que mayormente no es el caso,” Ryo sonrió nerviosamente.
Sin embargo, lo puede ser si es que uno presta atención,” comentó el pelirrojo, en plena acción de plantar otro plátano. “Parte del juego es saber leer a tu oponente, y el hecho que compartimos una pantalla para jugar sólo quiere decir que tenemos ese recurso adicional de estudiarnos mutuamente, es más que evidente…”
“¡Es impresionante!” exclamó Horikawa con los ojos brillantes. “Me aseguraré de aplicarlo cada vez que juegue a partir de ahora.”
“S-sí es un poco impresionante… pero también suena maligno…” Urashima se puso a pensar.
“Ehh, N-Natsume-kun, no es amable que interactúes así con otros…” dijo Tsumugi, preocupado.
“Cállate, senpai irónico. Arruinas mi concentración,” le contestó Natsume a secas y con leve desprecio, lo que causó que el peliazul se retrajera.
“¿Por qué eres así con él?” le reclamó Roxas.
“¿No tienes cosas mejores que hacer?” sonrió malignamente. “¿Como, por ejemplo, esquivar esa banana después de tu salto?”
“D-demonios,” Roxas se dio cuenta un poco tarde, aunque logró evadirla con las justas. Sin embargo, su movimiento fue forzado y la pérdida de inercia junto con el choque contra otro jugador le hizo caerse de la pista, lo cual en 200cc significó perder muchas posiciones por la tan intensa competencia. “¡AHHH!”
“¡Roxas-niichan, recuerda mantener la calma!” le pidió Sora.
“Creo que ya no quedan muchas esperanzas para el underdog, ¿cierto?” preguntó Dakki.
“Pues, Natsume está por ganar,” Cho asintió. Y así fue. El pelirrojo terminó primero muy por delante de los demás. Este dejó el control en el piso y se levantó.
“Ciertamente, hubiera sido mucho más conveniente para tu hermano chocarse con la banana y recuperarse enseguida, ya que tenía otro acelerador,” observó Natsume a Cho. “Pero ignorémosle,” él hizo una venia. “Esto ha sido en tu honor, koneko-chan~”
“E-ehh…” la HiME desvió su mirada, incómoda.
“¡Felicidades~♥!” canturreó Dakki, quien chocó palmas con el pelirrojo. “¡Ohohoho nunca había disfrutado tanto viendo a alguien jugar videojuegos en toda mi vida~♥!”
“Agradezco tu halago,” el chico sonrió satisfecho.
“¡No te atrevas a celebrar!” exclamó Roxas, quien se levantó ni bien pudo terminar la carrera en noveno lugar, lo cual debía ser un récord negativo desde hace mucho tiempo.
“¿Por qué no? Gané, así que tengo todo el derecho de hacerlo.”
“Es cierto,” Tomo asintió.
“Completamente,” se sumó Kashuu.
“¡Ustedes cállense!” exclamó y regresó su mirada a su némesis. “¡Tú saboteaste la carrera! ¡Jugaste sucio al estudiar mis movimientos! ¡E incluso me confundiste cuando me dijiste que esquivara esa banana!”
“Heh, pero por supuesto que lo hice,” Natsume se encogió de hombros y sonrió con maldad. “Esperaba que mi mención impulsara a tu orgullo de no caer en mi trampa y te llevara a desbarrancarte, e hiciste exactamente todo esto. No somos amigos, y aun si lo fuéramos, lo haría una y otra vez…” le miró con superioridad. “Así es la vida, mocoso.”
“¡Me la pagarás!” Roxas tuvo el impulso de lanzarse encima de él, pero Urashima y Horikawa de inmediato le agarraron de sus brazos. “¡Suéltenme! ¡Alguien tiene que enseñarle una lección a esta víbora!”
“¡Roxas-niichan! ¡Es el maestro de Sora!” le recordó Urashima.
“Por favor, mantén la calma,” le pidió Horikawa.
“¡Ahhh!” Tsumugi se levantó como resorte y fue donde Roxas, para juntar sus palmas y suplicarle perdón. “¡D-disculpa a Natsume-kun, por favor! ¡Siento que esto haya ocurrido!”
“Tch, arruinando mi diversión como siempre…” dijo Natsume, desviando su mirada con hastío.
“Pienso que ha sido suficiente Mario Kart por hoy,” concluyó Larsa, frustrado.
“Haha, sí, el juego es un arma letal,” bromeó Ryo, sonriendo.
“Maestro, hagamos algo distinto, por favor,” le pidió Sora.
“Pues, no puedo negarme ante ti. Creo que esta riña ha durado lo suficiente,” el pelirrojo asintió.
“¡Aww, eres un lindo angelito~♥!” Dakki corrió a abrazar al pequeño Sora. “¡Desde ahora te consideraré un hermanito~♥!”
“Hehe~ yo feliz de tener otra onee-chan~”
“Ahh, menos mal que los ánimos han vuelto a levantarse,” Osaka sonrió.
“Sí, menos tu hermano, claro,” dijo Tomo, con indiferencia.
“Bien, tú ganas hoy…” dijo Roxas, quien apuntó a Natsume. “¡Pero practicaré y volveré a retarte una y otra vez hasta derrotarte!”
“Claro, adelante…” Natsume le miró con ojos afilados y sonrió entretenido. “Ese odio en tus ojos verifica tu motivación de desgraciarte en tu camino por la venganza, lo cual significa que te fortalecerás y me causarás incluso más dicha la próxima vez que barra el piso contigo,” entrecerró sus ojos. “Lo esperaré con ansias…”
“¡Miserable!” Roxas casi vuelve a lanzarse encima de él, pero esta vez Ryo le detuvo.
“N-no le sigas la corriente, por favor,” le pidió el peliblanco, sonriendo incómodo.
“En serio, contrólate, Roxas…” Larsa dio un suspiro.
“Ehh, iré a terminar los bocadillos,” dijo Horikawa. “Ahora vuelvo.”
“Ah, déjame ayudarte,” dijo Tsumugi, y el par se retiró a la cocina.
“Ehm, no hay que pelear… ¿qué podemos hacer…?” Urashima se puso a pensar. “¡Ohh! ¿Les he presentado a Kamekichi?”
“Tu mascota tortuga sobre tu hombro, como puedo ver,” Natsume alzó una ceja. “Estuve preguntándome si era un animal vivo o disecado por un buen rato, ya que no se mueve.”
“¡¿Ehhh?!” el Kotetsu se espantó. “¡N-n-nunca disecaría a Kamekichi! ¡Ah, eso no puede pasar!”
“Tranquilo, fue sólo una observación…” el maestro dio un suspiro. “No soy quisquilloso. Hagan lo que siempre hacen en sus reuniones.”
“Eso es difícil de creer…” Roxas frunció el ceño.
“Roxas, n-no lo hagas peor, por favor…” le pidió Cho, incómoda.
“¿Por qué me corriges a mí? ¡Él comenzó!”
“No tienes consideración alguna con mi aruji,” observó Kashuu, con molestia.
“¡En serio! ¡Yo no soy el mal elemento aquí!”
En ese instante, justo antes de que comenzara otra posible discusión, oyeron el timbre de la casa.
“¡Ah! ¡Ya llegaron!” exclamó Osaka, quien corrió hacia el intercomunicador de la puerta para abrir la reja al inicio de la propiedad.
“Finalmente,” Tomo rodó los ojos. “Cómo se hicieron esperar.”
Por su lado, Cho bajó su mirada con incomodidad y se tensó. Era él…
“Koneko-chan…” Natsume notó la tensión en la HiME. “¿Todo bien?”
“S-sí, no te preocupes…” ella desvió su mirada, lo cual hizo al pelirrojo alzar una ceja.
“Es una larga historia,” resumió Kashuu. “Ya te enterarás, supongo.”
“Bueno, no me meteré en sus asuntos si son personales…”
“¿Qué sucede, Cho?” preguntó Roxas.
“Ehh…” Cho se inquietó. Verdad que no le había dicho nada a su hermano. Ella bajó su mirada, avergonzada. “Ehm… pues, Sora y compañía acaban de llegar junto con Riku…”
“¿R-Riku?” el Key se quedó en shock, y frunció el ceño. “¿En serio? ¿Cómo lo has permitido?”
“No es como si mi aruji estuviera contenta tampoco,” recalcó Kashuu. “No la juzgues.”
“¡Pero estamos hablando de su exRebel! ¡¿Cómo podemos dejar que venga a nuestra casa?!”
“Oye, supuesto Key, cálmate para variar,” pidió Natsume, cruzado de brazos.
“¡Esto no te concierne!” le respondió.
“Obviamente no es mi problema, pero tu hermana es una HiME con muchas cosas encima de sus hombros. Al menos no andes antagonizándole de manera tan pasional. Es obvio,” comentó rodando los ojos. “Los Rebels son seres detestables. No lo hagas peor.”
“…” Roxas se quedó sin palabras, lo cual no le sentó bien, pero le pareció extraño que aquella irreverente persona mostrara tanto desagrado hacia los Rebels. De todos modos, no llegó a responderle ya que Natsume se alejó de ellos para juntarse a los demás que esperaban a los recién llegados en la puerta.
“Bueno, llegó el momento,” comentó Kashuu, sonriendo frustrado.
“…” el Key bajó su mirada, con conflicto. “¿Por qué ha venido?”
“Kytes me lo pidió… hasta se arrodilló en el piso…” recordó Cho, apenada. “Perdón… tú sabes todo lo que le debo…”
“L-lo sé, fue de gran apoyo para ti y para Mariko…” ello fue suficiente explicación para Roxas, quien comprendió el dilema de su hermana, y de inmediato sintió leve arrepentimiento por haber actuado de ese modo. En retrospectiva, Kytes tenía más derecho de pedirle favores a Cho que él mismo por la ayuda que le brindó en el conflicto anterior…
El Key no llegó a decir más ya que los últimos invitados entraron a la casa y su hermana fue a recibirles, por lo cual también le siguió.
“¡Hola a todos!” exclamó Urashima a los recién llegados. “¡Sean bienvenidos!”
“Gracias, hermanito agradable del Key~” le saludó Tomaj, quien luego miró de reojo a Roxas. “Al menos alguien es amable.”
“Ehh…” el Kotetsu sonrió incómodo. “¿P-por qué Roxas-niichan tiene tantos enemigos…?”
“Por su temperamento y aprende a ignorarlo,” explicó Tomo con indiferencia. “Menos mal han traído snacks. Los bocadillos de Horikawa son deliciosos, pero necesito algo con grasa.”
“Hehe, hemos traído un montón, descuida,” dijo Kytes, quien traía un par de bolsas grandes llenas de chips.
“Eres tan amable como siempre, pequeñín,” Dakki sonrió. “Aunque temo mucho que mi querida Tomo termine hecha una pelota…”
“¡No me juzgues, anoréxica!” exclamó la otra exPrincess.
“Eh, y aquí traigo las gaseosas…” dijo Sora, llegando detrás de Kytes, quien no llegó a saludar a todos con sus energías de siempre al notar la presencia de su archienemiga.
“Haha, gracias, te ayudo,” dijo Ryo, quien recibió una bolsa.
“¿Qué tienes? Andas con los ánimos por el suelo,” observó Larsa, quien se expresó con molestia en vez de alguna legítima preocupación.
“Ohh, no te preocupes, querido Larsa~” Dakki le dio un guiño. “Nuestro antiguo enemigo sólo anda recordando lo mucho que nos divertimos torturándole hace tres años~♥”
“¡No me tortures! ¡Y eso nunca será grato para mí!” reclamó el pelimarrón, torturado.
“…” Natsume miró por encima de los hombros de esos tres y vio a un peliplateado que mantenía distancia y desviaba su mirada. “¿Y quién vendría a ser ese huraño de atrás?”
“Yo me pregunto quién eres tú, pero permíteme,” Tomaj sonrió con ironía y regresó afuera. Ahí se acercó a Riku para empujarle hacia el grupo en contra de su voluntad. “Oye, ven para acá y preséntate de una vez…”
“…” Riku frunció el ceño y dejó que Tomaj le empujara, pero mantuvo su mirada desviada.
“¡Billy!” exclamó Osaka, quien corrió a abrazar al exRebel peliplateado. “¡Qué alegría que te aparezcas por aquí!”
“¡O-oye, no te le acerques!” exclamó Roxas, preocupado.
“Tú tranquilo, Key acomplejado,” dijo Tomaj, sonriendo frustrado. “Tu prima lleva siendo amiga de este Rebel casi tanto tiempo como ustedes llevan siendo sus enemigos.”
“¡¿Ehhh?!” Urashima se asustó. “¿Cómo así son enemigos?”
“Tomaj, estamos aquí para que hagan las paces,” le recordó Sora, frunciendo el ceño. “No insistas en incomodar a todos.”
“Ya, perdón, es mi tendencia,” dijo con gran indiferencia.
“¡Hablo en serio!”
“Ehh…” Kytes se inquietó ya que todos tenían las miradas fijas en Riku. “P-por favor, no hagan esto más difícil de lo que ya es…”
“Hmm…” el pequeño Sora se acercó a Riku como quien inspeccionaba a un objeto inanimado de cerca e invadiendo su espacio personal, lo cual hizo que el peliplateado se extrañara. “Huhu, percibo un color turbio… ¿Por qué? ¿Estás incómodo? ¿Por qué no dispersas ese color?”
“Eh…” el Rebel frunció el ceño, sin saber que decir.
“Estoy de acuerdo con Sora,” Natsume se encogió de hombros. “Este parece ser el exRebel de koneko-chan, como supuse, así que, si tienen algo de qué hablar, vayan a encargarse de ello. A nosotros no sólo no nos concierne, sino que les dificultaremos el asunto, ¿cierto?”
“Sí, es lo mejor,” Osaka asintió, y miró a su prima. “Cho, ehh, ve con Billy a conversar por el jardín, por favor…”
“…” la HiME dio un pesado suspiro y bajó su mirada.
“Está bien, aruji,” Kashuu le agarró de un hombro y le sonrió. “Iré contigo.”
“Yo también,” se sumó Roxas, frunciendo el ceño. “También tengo cosas que decir.”
“Qué especial te crees, como si fuera tu asunto…” comentó la espada, resoplando.
“¡Oye, tú eres el nuevo aquí!” le recordó el Key.
“Ya…” Cho frunció el ceño. “Agradezco la compañía, pero si se ponen a discutir les echaré de inmediato, ¿han comprendido?”
“…” el par se sorprendió un poco de notar que la HiME se amargó, y desviaron sus miradas, para dar su consentimiento a las condiciones.
“Listo,” Tomaj asintió. “¿Por dónde está la puerta hacia el jardín para empujar a este intento de Rebel para allá?”
“Q-quítate,” Riku se sacudió para soltarse y le miró con molestia.
“Ehm… por aquí…” dijo la HiME, quien caminó por un pasillo hacia unas puertas de vidrio que conducían al jardín de atrás. Ella fue junto con Kashuu y Roxas, y el Rebel le siguió a una prudente distancia, todavía con incomodidad, pero también con decisión de finalmente tener esa importante conversación.
Al mismo momento en el cual los cuatro se retiraron de ese ambiente, Horikawa y Tsumugi ingresaron con unas bandejas llenas de los bocadillos saludables.
“¿Eh? ¿A dónde se están yendo?” preguntó Horikawa.
“Cho va a tener una conversación con su exRebel,” observó Larsa. “No te preocupes, regresarán ni bien terminen.”
“¿Un exRebel?” Tsumugi se impresionó. “¿Cho-san es una HiME?”
“Pues sí…” Kytes sonrió incómodo.
“Seguramente eres nuevo si no lo sabes,” observó el Sora mayor.
“S-sí, lo lamento…” dijo el peliazul, apenado.
“Descuida, no es que Cho parezca ser HiME para empezar,” Tomaj se encogió de hombros.
“Cambiemos el tema,” pidió Natsume, impaciente.
“Eh, sí, regresemos a la sala a degustar los aperitivos,” sugirió Horikawa.
“¡Excelente idea!” exclamó Urashima, contento. “¡Y se ven aptos para Kamekichi también!”
“Por favor dale las croquetas especiales…”
“Pero vamos en marcha, que tengo hambre,” pidió Tomo.
…
Riku llegó rápidamente a la parte de atrás de esa residencia, donde vio una piscina rectangular que recibía sombra de unos árboles y unas sillas reclinables por el borde, donde la HiME tomó asiento. Él miró el jardín que les rodeaba, y vio que había una especie de dojo pequeño bajo construcción a poca distancia. Había oído de sus amigos que los Tanaka ahora tenían una familia tradicional de kendokas, por lo cual no era muy sorprendente, aunque el Rebel no sabía cómo iniciar una conversación, y terminó diciendo algo bastante neutral.
“Viven en una casa próspera…” observó con sus ojos pegados a esa piscina, con un tono ausente.
“Sí…” Cho también miraba a la piscina, meditabunda.
“¿Qué te trae aquí, Riku?” preguntó Roxas, con leve impaciencia.
“…” el Rebel mantuvo silencio, cabizbajo.
“Te es incómodo,” observó Kashuu con desinterés, y se encogió de hombros. “Bueno, obviamente lo estarías. Fuiste el primer Rebel de mi HiME y es de esperarse que no te sientas en casa en este instante,” le miró fijamente. “Pero no tienes mucho derecho ahora de guardar silencio y pretender acomodarte. Mi aruji está esperando…”
“Lo sé…” este entrecerró sus ojos, mostrando más inquietud.
“Está bien, chicos, no tienen que interceder por mí…” Cho negó y luego de comprimir sus puños a manera de alentarse, se levantó y encaró al Rebel. “Me sabe mal decir que fue mucho más fácil lidiar con Axel, a quien ya había dejado de lado para cuando nos volvimos a ver tres años después…” la HiME desvió su mirada. “Fuiste un Rebel cruel y te ensañaste conmigo. Axel sólo quería un verdadero desafío. Fue distinto.”
“…” Riku desvió su mirada.
“De no ser por tener a tus amigos preocuparse tanto por ti, no estarías en esta casa ahora.”
“…”
“Pero estás aquí por ellos…” Cho bajó su mirada. “Sora y Kytes son buenos amigos míos. Kytes me ayudó en múltiples ocasiones. Y, si bien no he sido muy cercana a Tomaj, siento que puedo comprenderle. Detrás de su actitud indiferente e hiriente, él se preocupa mucho por ustedes tres… y nunca olvidaré lo devastado que estuvo cuando Shinkouhyou te asesinó…”
“…” el peliplateado finalmente dejó de evadirle y le miró con leve impresión. “Tomaj nunca hablaría al respecto conmigo…”
“Y menos ahora que estás de vuelta…” la peliceleste negó. “El punto es que… si ellos son tus amigos y están dispuestos a apoyarte tan incondicionalmente, en el fondo debes ser como ellos.”
“Yo no soy como ellos, Cho…” Riku pareció molestarse un poco por aquella declaración. Sin embargo, él tomó asiento sobre una de las sillas y agachó su cabeza, lo cual le dio una apariencia rendida y frustrada. “Kytes no merece estar involucrado en todo esto. Él es una persona excepcional. Sora, por más difícil que pueda ser, también es un gran amigo que se preocupa por todos. Hasta el molesto de Tomaj se unió a Rizembool con motivos válidos de velar por nosotros y nunca perdió su visión en las cosas. Por otro lado… yo…”
“¿Qué estás diciendo?” Roxas le miró con incomprensión.
“Tú debes odiarme,” recalcó el peliplateado, mirándole de reojo. “No te he dado ninguna razón para hacer lo contrario. Torturé a Cho con mis constantes ataques y en ocasiones arremetí contra ti por más que no tuvieras poderes mágicos, y ni eras estudiante de Hanasaki en aquel entonces. Debiste haberte sentido impotente y diminuto en medio de toda esta guerra, sobre todo por todo lo que yo te hice.”
“…” el Key había tenido la intención de reclamar a aquel Rebel muchas cosas, pero estaba oyendo unas palabras tan rendidas y frustradas que casi sentía que no había punto de hacerlo. Aquel Rebel no era ese enemigo conflictivo del pasado. Parecía arrepentido, avergonzado y humillado completamente.
“Ese es un sentimiento que yo conozco demasiado bien, porque Rizembool me redujo a un mísero Rebel que debía pelear para tener una vida fuera de ese infierno, o de lo contrario no existía en lo absoluto,” comentó Riku, frunciendo el ceño. “No tuve nada, y odié a la vida por maldecirme de aquel modo. Dejé de rendir importancia a las personas y me sentí una víctima, todo con tal de poder hacer mi trabajo sin empatía hacia ustedes. Esa es la verdad.”
“…” Cho estaba un poco sorprendida por oírle hablar sin tabús. La HiME recordó vagamente una ocasión en la cual pudo hablar con Riku, y él le había hecho entender que su misión no era nada personal, que no tenía nada contra ella, pero de igual forma no pararía hasta derrotarle. Las más recientes palabras explicaban su mentalidad mucho más.
“Estás haciendo un buen trabajo en explicarte. Mi aruji debe sentirse agradecida por tu honestidad,” comentó Kashuu. “No pareces ser la misma persona de antes…”
“No lo soy precisamente, pero…”
“Pero…” el arma le miró con desconfianza. “¿Cuál es tu propósito de decirnos tu previa situación? ¿Qué esperas de nosotros?”
“…nada…” Riku contestó con desdicha y agachó más su cabeza. “Reconozco que estuve mal y que me convertí en un desalmado, y ustedes que no tenían nada que ver fueron quienes pagaron. No espero que me perdonen, no estoy aquí por eso… sólo quería explicar todo y dejarles saber que desconozco a aquel estúpido Rebel, que estoy horrorizado por el pasado…” comprimió sus puños con fuerza. “Y que odio a Rizembool desde lo más profundo de mi alma… ellos arruinaron mi vida y me envenenaron en contra de mis mejores amigos… yo lastimé a todos ustedes, puse en peligro a Kytes y Sora, le di motivos a Tomaj para que se convirtiera en un Rebel… y pese a todo ello, ellos fueron a rescatarme hace pocos días, han reestructurado mi vida al punto de garantizar mi futuro… y me apoyan incondicionalmente… como si un monstruo como yo lo mereciera…”
“…” Roxas se sorprendió de ver a aquel exRebel temblar con gran indignación y desdicha, completamente torturado por todo lo que había compartido con ellos. Se encontraba diciendo la verdad, no había forma que ese comportamiento fuera un acto.
“Estoy aquí para disculparme con ustedes…” admitió, y cerró sus ojos. “Nada se va a arreglar al pedir perdón, seguramente ni quieren oírme decirlo, pero he venido a reconocer mi falta, y sería un descaro de mi parte no mostrar arrepentimiento o responsabilidad por lo sucedido… por más que pueda ser un monstruo…”
“Entiendo…” Cho asintió, y volvió a tomar asiento. Ella miró a la superficie de la piscina un momento antes de contestarle. “No es como si hubieras sido un completo monstruo, Riku.”
“…” este se confundió y le miró.
“Cho…” Roxas se sorprendió. No quería que su hermana fuera a rendir crédito a aquel enemigo de hace tres años tan impulsivamente.
“De haberlo sido, hubieras intentado lastimar a Osaka incontables veces,” observó la peliceleste, pensativa. “Ella iba a Rizembool a pasar el tiempo con Tomaj y contigo, y tú fuiste paciente con ella. Hasta originaste un orphan que ella tuvo de mascota por un buen tiempo.”
“No lo hice como un favor hacia ella…” Riku frunció el ceño y desvió su mirada. “Tu prima es incontenible… ese orphan la distraía.”
“Heh, aun así,” Cho sonrió brevemente ya que esas palabras eran muy ciertas. “Y la prima de Tomaj te quería mucho y siempre defendió tu recuerdo, al igual que tus amigos. Ella lloró mucho cuando escuchamos que habías fallecido, y tuve que dedicarme a consolarla, irónicamente…”
“…” asintió, con pena. “Ella fue impactada por todo lo que ocurrió, sin duda…”
“Todos…” la HiME negó. “Riku… no voy a pretender que el pasado no existió porque te has disculpado, pero me alegro de haber oído lo que sientes. Sí ayuda… aun así, tomará tiempo dejar las cosas ir, y dudo que tú también me veas con los mejores ojos…” ella se levantó. “Pero, como dije antes, tus amigos son buenas personas y ellos significan mucho para mí. Hagamos las paces. Imagino que esto sería lo mejor para todos ahora.”
“Eres muy idealista si pretendes perdonarme tan fácilmente,” observó el peliplateado.
“No precisamente perdonarte, pero al menos debemos ser capaces de coexistir, por los demás,” la HiME lo pensó un poco, dio un pesado suspiro, y le extendió una mano. “Has dejado a Rizembool atrás y te has aliado con tus amigos. Eso es todo lo que me importa.”
“Bueno, si tú lo dices…” el exRebel negó y se levantó, para dar el apretón de manos. Aquella acción fue un gran alivio para él, y pudo respirar más tranquilo, aunque con leve remordimiento. “Eres demasiado razonable… nunca debimos haber sido enemigos…”
“Lo hecho hecho está,” Cho negó y soltó al peliplateado, para desviar su mirada. “Me tomará tiempo sentirme cómoda a tu alrededor.”
“Sí, lo mismo digo…”
“No dejaré de mantenerte los ojos encima,” declaró Kashuu. “Aunque te ves razonable. Tomaj sí dijo que eres un mejor humano que él.”
“¿Dijo eso?” ello frustró a Riku, quien se mostró exasperado. “No tiene remedio…”
“Tsk, de repente, no tengo nada que decirte…” admitió Roxas, con cierto disgusto. “Pareces arrepentido del pasado.”
“Lo estoy, no espero que me creas…”
“Te creo un poco y eso me fastidia…” negó ofuscado. “Pero Cho tiene razón. Al menos en mi caso, Sora y Kytes son buenos amigos y fui testigo de cuánto se preocuparon por ti en aquel entonces. Intentaré mantener la paz en nombre de ellos.”
“Ese par realmente son demasiados inocentes como para estar en Hanasaki…” Riku se vio impaciente y levemente preocupado. “No sé por qué debieron quedarse estos tres años.”
“Quién sabe, pero ya,” Kashuu miró hacia la casa. “Este ha sido un productivo paréntesis, pero regresemos donde los demás.”
…
Los cuatro regresaron a la sala, donde les esperó un espectáculo interesante. Ambos Soras se encontraban de pie en medio de los tres amplios sillones y los demás no dejaban de hacer múltiples comentarios y comparaciones en lo que degustaban los snacks.
“Este es uno evidente, pero a ambos les gusta jugar videojuegos,” observó Tomaj.
“Oh sí, y parece que Sora es muy bueno,” Osaka asintió. “Aunque sé qué Sora dos no se queda atrás.”
“Por supuesto que no, haha,” Ryo rió un poco. “Con todos los dolores de cabeza que le ha dado a Larsa en la secundaria…”
“¿Cuánto más van a continuar con estas comparaciones?” preguntó el Sora pelimarrón. “¿Y por qué yo tengo que ser Sora dos?”
“Porque llegaste al último a la casa,” observó Tomo.
“Además mi estimado kouhai vive aquí,” Natsume se encogió de hombros. “Estate agradecido de ser un invitado, en primer lugar.”
“Hoho, pero si Sora-senpai no está de acuerdo con ese apodo, hay que llamarle algo más,” observó el Sora rubio, quien sonrió a su homónimo. “¡Está bien! ¡Para Sora serás Sora-senpai! ¡Sora sabe que tiene que aprender mucho de ti!”
“Ehh, g-gracias, supongo…” dijo el chico, confundido por su habla en tercera persona.
“Y tampoco estoy de acuerdo con llamarte Sora dos,” Larsa dio un suspiro. “Tienes un apellido perfectamente utilizable, Aoi.”
“¡Ahhh! ¡No me llames por mi apellido! ¡No somos extraños!” este se horrorizó.
“Te dejaré de llamar así si intentas no desenfrenar tus videojuegos,” observó Larsa. “No simpatizo con la gente que se descontrola.”
“Oh, pero Sora-kun no es de esas personas,” dijo Tsumugi, sonriendo entretenido.
“Se nota que es un hermoso y leal niño a sus senpais~♥” canturreó Dakki, maravillada. “¡Y ha hecho que mejore mi imagen mental en todos los Soras existentes!”
“Definitivamente,” Tomaj asintió, convencido. “Siempre había pensado que ese nombre era más una maldición.”
“Ehh, no se pasen de malos, por favor,” pidió Kytes, sonriendo incómodo.
“¡En serio! ¡Tengo dignidad!” reclamó Sora dos. “¡Y no se refieran a mí así!”
“¿Qué hacen?” preguntó Riku, quien se acercó a sus amigos.
“Haciendo divertidas comparaciones entre los dos Soras, nada más,” Tomaj se encogió de hombros.
“¡Sí! ¡Es divertido!” exclamó Sora, sonriente.
“¡Para mí no lo es!” reclamó Sora dos, torturado.
“¡Onii-chan, por aquí!” Urashima extendió una palma para llamar a Roxas.
“¿Qué sucede?” le preguntó, acercándose.
“Estábamos intentar pensar en posibles comparaciones con los dos, pero no conocemos a tu amigo lo suficiente,” explicó Horikawa. “¿Tienes algo para contribuir?”
“Pues…” Roxas dio un suspiro y se sintió un poco mal de pensar en algo de inmediato. “Ehm… asumo que nuestro hermanito no es de saltearse clases, ¿verdad?”
“Oh, es un excelente punto,” Tomo asintió. “Por algo el horario de Sora dos es public domain para que todos le vigilen.”
“¿Saltearse clases?” Sora se puso a pensar. “Hmm, no que escoja saltear clases personalmente, pero Sora siempre está dispuesto a saltearse clases si alguien se lo pide o si hay algo más importante que atender. Sora sabe que hay cosas que son inigualables a veces, pero es importante obedecer a otros y comportarse.”
“Te han educado bien,” Natsume asintió y sonrió complacido. “En mi parecer, las clases son opcionales, aunque no es bueno usar esa excusa para volverse indisciplinado.”
“¡Sora entiende! ¡Me aseguraré de seguir tus palabras, maestro!”
“Entonces, para continuar con la comparación, es evidente que Sora dos que todos conocemos es del tipo irresponsable mientras que el renovado Sora es más bien el tipo de persona que puede ser corrompido por Sora dos,” concluyó Dakki, animada. “Ya han oído, hermanos del bello Sora. Tienen que protegerlo con sus vidas.”
“¡No es que sea una mala influencia!” reclamó Sora dos, indignado.
“P-pues, sí estás corrigiéndote un poco… pero…” Kytes se apenó.
“Necesitas mejorarte mucho más y ser alguien decente,” agregó Larsa, cruzado de brazos.
“Además que Sora te ha reconocido como senpai, así que tienes que dar lo mejor de ti,” observó Ryo, entretenido.
“¿Y qué es eso de public domain?” preguntó Riku, impaciente. “Ya eres mayor de edad. Deja de ser tan dependiente de las personas.”
“Uhh, no me destruyan…” se arrodilló en el piso, debilitado.
“Ehh, p-pienso que ya es suficiente…” pidió Tsumugi, un poco preocupado. “Vamos, esta es una reunión amena entre todos.”
“Como siempre, arruinando la diversión…” Natsume le miró de soslayo.
“Ihh…” el peliazul se asustó por su mirada.
“Ehm, pero lo que Tsumugi-san dice tiene mucho sentido,” Horikawa sonrió incómodo. “Podemos hacer algo más. ¿Alguna idea?”
“Pues, sería muy divertido hacer un entrenamiento o competencia de kendo, aunque el dojo de la casa sigue bajo construcción,” Urashima se puso a pensar. “Hmm, no sé…”
“Suena a una gran idea cuando el edificio esté disponible,” Larsa asintió, intrigado. “De lo contrario, contener una pelea dentro de una casa normal sería un poco difícil.”
“Sin duda un formidable Rebel como mi querido Larsa lo sabría muy bien~♥” exclamó Dakki, feliz de la vida, y mirando a Sora dos que se notaba incómodo por esas palabras.
“Heh, lo esperaré con ansias. Hace un millón de años que dejé mis entrenamientos de kendo, pero sería grato,” Tomaj dio un codazo a Riku. “Aunque tú deberías ser capaz de alardear ahí.”
“H-he estado en recuperación durante un largo tiempo, y luego de mi accidente no logré recuperar mis capacidades de antes…” Riku negó. “Y preferiría no participar en algo así en la casa de mi HiME…”
“Entiendo tu incomodidad, Riku, está bien…” Kytes sonrió apenado.
“Yo también lo esperaré…” dijo Roxas, quien pasó a mirar a Natsume con intensidad. “¡Y ahí sí que te derrotaré!”
“Eres un miembro de una familia de kendokas y yo no tengo entrenamiento con espadas. Ni me interesaría participar…” Natsume se encogió de hombros, aunque repentinamente sonrió con cierta maldad. “Hm, pero si permiten armas adicionales a las espadas, con gusto lo consideraré.”
“¿Qué tipo de armas?” preguntó Osaka, ladeando la cabeza.
“No sé a qué se referirá, pero dejemos la competencia de los dos en Mario Kart, por favor,” dijo Tomo, aprehensivamente.
“Sí, en serio…” Cho asintió, un poco angustiada.
“Eh, ello me deja entender que algo ocurrió con ese juego, así que supongo que los videojuegos están fuera de las opciones…” comentó Sora dos, notando la incomodidad de la HiME.
“Pues, podemos ir por lo más simple por ahora,” opinó Kashuu. “Entren a Netflix y busquen si hay algo que les llama.”
“Suena a lo más razonable,” Tomaj asintió.
Ello terminó siendo lo que convenció a todos, así que entraron a Netflix y distintas personas hicieron observaciones con respecto a lo que podían ver, con algunos tratando de argumentar sus elecciones. Iban a tomar un poco en ponerse de acuerdo, pero todos estaban entretenidos con aquella conversación.
Cho estaba al pendiente, de pie junto a Kashuu cerca de uno de los sillones, cuando entonces Natsume le llamó la atención.
“Koneko-chan, ¿qué haces de pie?” le preguntó el chico. “Ven, hay suficiente espacio para los dos en este sillón.
“Eh, sí…” ella asintió y tomó asiento. “Supongo la actividad anterior me distrajo…”
“Tienes un grupo de amigos muy amenos como para sugerir algo así, y me causó gracia,” Natsume sonrió complacido. “¿Y cómo están ustedes? ¿Cómo les fue con el Rebel?”
“Pues, fue una buena conversación… realmente parece haber cambiado…”
“Te noto meditativa, supongo es inevitable,” se encogió de hombros. “Es normal y recomendado que no quieras rendir mucho valor a las palabras de tu enemigo. En una guerra como la de Hanasaki, lo mejor es mantener la guardia en alto, aunque es un consejo que podría aplicarse a cada área de la propia vida.”
“Suena como si tú supieras algo con respecto al conflicto,” observó Kashuu.
“Hmhm, sólo he sido un estudiante de Rizembool varios años, y he observado muchos sucesos con el paso del tiempo, nada más,” confesó con una pizca de entretenimiento. “Y no simpatizo con los Rebels, aunque me considero más en casa en Rizembool que en el pacífico Hanasaki. Supongo sí soy una víbora como dijo tu hermano.”
“Ehh, n-no tomes a Roxas, en serio, por favor…” Cho desvió su mirada.
“Nuestra riña no es tu problema, koneko-chan, y ciertamente fue divertido recibir esa clasificación,” contestó con una simple sonrisa. “Más bien, te pediré que seas un poco paciente conmigo, porque tengo esta tendencia con las personas.”
“Me alegra que te hayas dedicado a explicarlo a mi aruji,” dijo Kashuu.
“…” entonces, Natsume sacó su celular al haber recibido un mensaje, y se vio hastiado.
“Natsume…” Cho le observó.
“Mis disculpas, koneko-chan, tengo que hacer una llamada. Enseguida regreso,” dijo el pelirrojo, quien se levantó.
“Natsume-kun,” Tsumugi se acercó de inmediato. “Te ves inquieto, ¿estás bien?”
“Quítate, es sólo que habrá una inspección sorpresa en mi laboratorio mañana, no que tenga nada que ocultar,” reportó impaciente. “Tengo que llamar a confirmar esa cita.”
“Ah, menos mal,” el peliazul se alivió de oírlo. “Temía que algo serio hubiera ocurrido…”
“Aun de ser el caso, no te corresponde. Ahorra tus palabras,” dijo, mientras caminaba hacia la puerta. “Y no me sigas.”
“Ehh…” Tsumugi se vio detenido, y se apenó al ver al pelirrojo retirarse.
“Me sorprende cómo puede ser tan amable y tan complicado al mismo tiempo…” Kashuu negó y se levantó para darle el pésame a Tsumugi. “Lo lamento, eres una buena persona.”
“Aprecio tus deseos, Kashuu-kun,” Tsumugi asintió, y regresó a sonreír con su usual débil sonrisa como si nada hubiera ocurrido. “Natsume-kun tiene una personalidad difícil, pero es una gran persona, e intento ayudarle en lo posible. Es como un hermano menor para mí.”
“Lo he podido notar,” Cho asintió y también se levantó. Ella sonrió apenada. “Supongo no me corresponde saber los detalles sobre su actitud, pero espero que esté bien.”
“No hay mucho que puedo hacer por él tampoco…” bajó su mirada. “Sé que Rizembool ha sido un ambiente muy negativo para él, y temo que le continúe llenando de este espíritu conflictivo…” entonces volvió a sonreír. “Pero he notado que sí se lleva bien con ustedes, y estoy seguro que su repentina decisión de aceptar a Sora-kun como su aprendiz será muy enriquecedor para él. Sin duda, se ve cometido a ayudar al pequeño.”
“Es evidente para mí que no es del todo malo, aunque siento que tardaremos un buen tiempo en conocerle bien,” comentó Kashuu, meditativo. “Sólo espero que no tenga problemas de comportamiento en la universidad. Se ve del tipo que desafía a todo el mundo.”
“Y lo es. Sé que no rinde mucho respeto a profesores y compañeros, pero al menos Natsume-kun no trata de meterse en muchos líos,” Tsumugi bajó su mirada, rendido. “Aunque… por más difícil que pueda ser, él es un buen chico, y sí hay pocas personas con quien es muy amable y leal. Son senpais que él no considera que son irónicos para él. Espero que puedan ver esa otra faceta de Natsume-kun pronto.”
“…” Cho se vio intrigada y asintió. Le costaba imaginar a Natsume en un rol de kouhai, y al mismo ello le hacía preguntarse qué clases de personas ese talentoso, orgulloso y revoltoso pelirrojo reconocería por encima de él, pero sabía que le tocaba ser paciente. También fue un poco triste notar cómo Tsumugi estaba triste por el hecho que Natsume no le consideraba de aquel modo, o al menos como un ser humano respetable, pero no sabía qué decirle.
“¡Senpai!” Sora se acercó y jaló el brazo de Tsumugi. “¿Por qué tienes ese color? No es bueno, senpai, no es saludable que estés triste.”
“Estoy bien, Sora-kun,” contestó el peliazul, sonriéndole ampliamente. “Eres un rayito de sol. Me alegra mucho tu presencia y que animes tanto a Natsume-kun.”
“Maestro es muy paciente conmigo, aunque tú también eres muy bienvenido, senpai,” declaró el rubio, amenamente. “Yo sé que maestro te estima mucho. Su color es distinto contigo.”
“Ehh, me cuesta creerte…” dio un suspiro, rendido.
“Vamos, nos animamos por revivir Buscando a Nemo. ¡Veámosla juntos!”
“Hehe, me alegra que no hayan escogido nada de terror,” confesó el mayor.
“¡Onee-chan, Kashuu! ¡También acérquense!”
“Sí, ya vamos,” dijo el arma, sonriendo por ver cómo el pequeño sí era capaz de animar a aquel deprimido senpai.
Ellos se unieron a los demás, quienes en su mayoría optaron por tomar asiento sobre la alfombra frente al televisor. Dicha película sería un superficial entretenimiento en lo que diversas conversaciones y algunas parodias iban a surgir, ya que era algo que todos habían visto al menos una vez. De aquel modo, esa reunión continuó un poco más, antes de que cada quien retornara a sus quehaceres personales.