Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 246892 times)


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #465: October 28, 2018, 11:14:38 PM »
Primer fic de vacaciones~ (en verdad último día de clases, pero bueno (?))

63.1.

Aquel día tan esperado por todos acababa de llegar. El primer semestre terminaba y se iniciaban las vacaciones de verano.





“¡Lo hicimos, compañeros! ¡Dense una ronda de aplausos por llegar a las vacaciones!” exclamó Monoyoshi, sonriendo amenamente y de pie frente al salón. De inmediato, Tsubasa comenzó a aplaudir a su costado y algunas personas imitaron el gesto.
“Sabemos que nuestro salón sacó un promedio superior al de la mayoría de las clases, y me siento muy contenta y orgullosa de todos ustedes,” comentó la chica con una simpática sonrisa, pero con rapidez frunció el ceño y apuntó a su público acusatoriamente. “Pero esa no es excusa para que se duerman, ¿han entendido? Recién estamos en la primera mitad del año escolar.”
“No tienes que preocuparte, Hanekawa-san,” le aseguró su compañero, asintiendo respetuosamente y viéndose optimista. “Confío plenamente en nuestra clase y en que la armonía nos llevará lejos,” entonces, se giró a los demás e hizo una respetable reverencia con su mano derecha sobre su pecho. “Y quiero aprovechar este momento para recordarles que cuentan con mi apoyo en lo que pudieran necesitar. Estoy feliz de velar por ustedes.”
“Lo mismo digo, pero quiero que ustedes también pongan de su parte,” dijo Tsubasa, con una impecable sonrisa. Entonces, ella juntó sus palmas. “Muy bien, suficientes formalidades, ¿no les parece? ¿Qué tal si ahora compartimos lo que vamos a hacer con nuestras vacaciones? Quizás terminemos escuchando alguna simpática recomendación.”

Otros compañeros comenzaron a reportar sus planes con ánimos, algunos hicieron preguntas y en general inició un improvisado foro dentro de ese salón. La profesora del aula se encontraba observando desde un costado complacida por esa dinámica de sus alumnos y prestando atención a lo que se conversaba.

Mariko observó a su ambiente levemente confundida e impresionada. Tal y como Saki le había dicho, el par de representantes de clase transmitían buenas vibras y un ambiente muy agradable, y los demás presentes respondían con gusto y ánimos. Entre todos, vio a Saki prestar atención inmutada, aunque denotando un mínimo entretenimiento frustrado por esa rutina tan esperada del par. También notó a Gokotai verse contento e inspirado por los ánimos de todos y disfrutando de aquel momento pese a no atreverse a tomar la palabra él mismo.

Fue un corto diálogo que terminó siendo concluido por la profesora quien, luego de agradecer al par de alumnos, levantó la sesión y deseó a sus estudiantes unas placenteras vacaciones.

La mayoría salió con rapidez y despidiéndose con alegría en lo que iniciaban aquel merecido descanso. En poco tiempo, se oyó el ajetreo de los estudiantes invadir los pasillos de la secundaria de Hanasaki.

“Vaya, vaya, todos son muy inquietos,” comentó la profesora con cierto humor al par de representantes. “Heh, pero honestamente les tengo cierta envidia. Me alegro mucho que estén aprovechando su juventud al máximo.”
“Pese a no tomarse las cosas con mucha seriedad, debo estar de acuerdo,” dijo Tsubasa, asintiendo. “Es importante darse un respiro y no existe mejor descanso que las vacaciones.”
“Y espero que ustedes dos puedan hacer lo mismo,” les pidió con amabilidad y calidez. “Me siento orgullosa y agradecida por tenerlos en mi salón. Han hecho un ambiente muy prometedor y cómodo para todos, pero también deben velar por ustedes mismos. No quisiera que mis mejores estudiantes se sobrecargaran.”
“Aprecio mucho sus preocupaciones, sensei, pero nunca le decepcionaríamos,” contestó Monoyoshi, con tranquilidad y un semblante alegre. “Es para mí un gusto ayudar a los demás y dar lo mejor de mí. No me resulta una carga.”
“En verdad que son intachables. Yo misma tengo mucho que aprender de ustedes,” dicho esto, la profesora asintió. “Bueno, me retiro, tengo una reunión en la sala de profesores. Les deseo unas prósperas vacaciones.”
“Muchas gracias, igualmente,” Tsubasa hizo una reverencia junto con su compañero y la profesora se retiró del aula.

Al ya no haber la presencia de la profesora, Saki se acercó junto con Mariko y Gokotai a los dos alumnos estrellas.

“Una buena manera de iniciar el verano, supongo,” comentó la chica.
“Agradezco el cumplido, Hanajima-san,” Monoyoshi asintió. “También les deseo un feliz verano a todos ustedes.”
“Es de vital importancia que siempre estemos con buenas energías,” agregó Tsubasa, levantando un índice. “Justo noto que ustedes tres también necesitan de ese empuje. Vamos, dense una dosis de alegría~”
“Ehh, s-sí…” Gokotai asintió tímidamente. “S-sí estuve preocupado, pero terminé aprobando todos mis exámenes…” dio un suspiro. “Uhh… menos mal…”
“Incluso yo, quien suele jalar mis pruebas, terminé pasando,” Saki se encogió de hombros. “Mantendré mi inmutabilidad, pero sí estoy satisfecha. No tendré que ir a clases suplementarias y tomar pruebas adicionales.”
“Presiento que sueles desaprobar a propósito porque varios de los exámenes extracurriculares suelen ser fáciles,” le acusó Tsubasa, con una pícara sonrisa. “Pues no está bien que sólo pienses en aprobar cuando te amenazan con clases extras. Estás dañando tu promedio.”
“Estoy de un buen humor, y tu reclamo lo está incrementando, lo creas o no,” para variar, Saki dibujó una simple y corta sonrisa en su rostro. “No te preocupes por mí, sé lo que hago.”
“Espero que regreses con energías renovadas para iniciar tus clases el próximo semestre,” dijo Monoyoshi a Mariko. “Has tenido unos días para acostumbrarte al colegio, y si necesitas de apoyo, puedes contar con nosotros.”
“Nuevamente gracias por la oferta,” agradeció la pelirrosa. Ella sonrió un poco. “Ehh, dudo poder aportarles mucho, pero lo mismo digo, si es que puedo auxiliarles en algo.”
“Lo tendremos en cuenta, Kurama-san,” Tsubasa asintió.
“Con permiso, me toca realizar la limpieza,” Monoyoshi hizo una reverencia. “Que estén bien. Nos vemos después de las vacaciones.”
“S-sí, nos vemos, senpai,” Gokotai se despidió y vio a su compañero retirarse rápidamente.
“No me sorprende que a él le haya tocado quedarse para el último día,” Saki se encogió de hombros. “Seguramente nadie más habrá querido limpiar el día de hoy para salir rápido.”
“Sadamune-kun sí se ofreció, pero no será el único,” informó Tsubasa. “Sería mucho trabajo que sólo una persona. Vamos en marcha, tengo que hacer unas compras y no puedo perder la hora de los descuentos.”
“Sí, también debo regresar a casa. Íbamos a tener una reunión familiar,” Mariko asintió.
“Ehh, iré a buscar a mis hermanos,” dijo Gokotai, quien se vio un tanto intimidado de recibir toda la atención. Hizo una rápida reverencia. “Ehm, n-nos vemos pronto, perdón, d-debo irme.”
“Está bien,” Tsubasa le sonrió amenamente. “Diviértete mucho con tus hermanos, ¿sí?”
“P-por supuesto, muchas gracias, Tsubasa-san,” el pequeño peliblanco sonrió feliz por los deseos. “Igualmente.”

Dicho esto, el chico salió en dirección opuesta a las tres chicas para buscar a sus dos hermanos. Pasó frente a las aulas de Akita y Houchou, pero no los vio. Tampoco le habían enviado un mensaje a su celular, así que supuso que habían salido rápido con sus amigos. El peliblanco decidió dar una vuelta por el pasillo en caso de que siguieran cerca, y al dar una vuelta a una esquina, observó a Monoyoshi, quien escuchaba pacientemente a un par de chicos de su clase.

“¡Disculpa nuestra ausencia! ¡Como te explicamos, habíamos hecho planes y no podemos quedarnos a ayudar con la limpieza hoy!” dijo uno de los chicos apresuradamente.
“Cualquier otro día estaría bien, en verdad, pero es un compromiso importante. Ehh, ¡juro que te lo repondremos!” exclamó el otro, juntando sus palmas. “¡Por favor!”
“Ehh, no tienen que inquietarse, les entiendo,” por su parte, Monoyoshi sonrió incómodo al verles tan consternados y agitó sus palmas. “Está bien, vayan nomás. Yo me encargaré de toda la limpieza de hoy.”
“¿E-en serio?”
“Sí, estén tranquilos, no es un problema para mí,” dijo tranquilamente. “Espero que tengan unas lindas vacaciones.”
“¡Muchas gracias!” uno de los chicos incluso le agarró de las manos para enfatizar su alegría. “¡En verdad te lo pagaremos!”
“No tienen que…”
“Que también te vaya muy bien, Monoyoshi. Eres increíble,” dijo el otro.

Luego de ese intercambio, el par de chicos se marcharon corriendo aliviados y agradecidos. Ellos pasaron al costado de Gokotai, quien miró con leve preocupación al pelirrosa retornar su atención a los instrumentos de limpieza apoyados sobre el piso y a hacer malabares para poder cargarlos por su cuenta.

El pequeño Toushirou llevó una mano a su pecho al recordar las palabras de Tsubasa sobre todo el trabajo que le tocaría hacer a una sola persona, y supo que no podía dejar que su muy voluntarioso senpai tuviera que hacerlo por su cuenta. Asintió con determinación, se alentó a sí mismo por dentro, y caminó donde el mayor.

“Ehm… senpai…”
“¿Hm? Oh, Gokotai, ¿sigues todavía aquí?” preguntó Monoyoshi confundido. De inmediato le sonrió. “Dime, ¿qué se te ofrece?”
“Ehh, n-no, no se me ofrece nada… o, más bien, no sé si se te ofrece algo a ti.”
“¿Cómo así?”
“¡N-no, y-ya debo estarte confundiendo! ¡Eh, perdón!” Gokotai hizo una rápida reverencia de disculpa y frunció el ceño en un intento de llamarse a sí mismo la atención y mantener la calma. “S-sólo que… vi que no vas a recibir ayuda para limpiar, y pues yo…”
“Me encuentro bien, muchas gracias por preguntar,” le contestó con su tono alegre y dulce de siempre, y su inmutable sonrisa. “Puede que el trabajo sea un poco más para sólo una persona, pero me gusta mucho la limpieza y soy muy bueno haciéndolo. En verdad no es ningún problema para mí.”
“S-supongo… eres muy impresionante, senpai…” el menor bajó su mirada, apenado. “Aun así… no quisiera que fueras a trabajar solo… Ehm… senpai… t-tal vez yo no sea la mejor ayuda… soy débil y torpe… no soy bueno limpiando, pero… ¿podría quedarme a ayudarte a limpiar, por favor?”
“¿En verdad?” ladeó su cabeza. “Seguramente tus hermanos deben estarte esperando.”
“Ehh, e-eso no es un problema… seguro ya han hecho planes o me habrían contactado… e-estoy bien… sólo… quisiera poder ayudarte, tú que siempre me ayudas…”
“Hehe, es muy amable de tu parte,” sonrió agradecido. “De todos modos, no quisiera que te incomodes con esta labor. Lo tengo todo bajo control.”
“T-tiene sentido… no me sorprendería, pero…” preocupado, Gokotai bajó su mirada. Haberse acercado y ofrecer su ayuda más de una vez ya le había costado bastante fuerza interna, ya que solía tener problemas expresándose fuera de su entorno familiar, y si bien normalmente desistiría luego de recibir peros, en verdad no quería dejar de lado a su senpai, aunque ya no tenía más palabras que decir…
“…” Monoyoshi se vio un poco sorprendido por la inquietud en su compañero, y le sonrió comprensivamente. No tardó en ponerse en su lugar. “Lo entiendo, Gokotai…”
“¿Eh?” este alzó su mirada, y vio al otro acercarse y revolverle los cabellos.
“Está bien, entonces contaré con tu ayuda,” dijo con su amplia sonrisa. “Muchas gracias, realmente lo aprecio.”
“Ehh, n-no, como dije, es lo menos que podría hacer por ti…”
“Bueno, hora de ponernos manos a la obra,” asintió con energías. “Ayúdame a cargar estos instrumentos, por favor.”
“Eh, sí, claro.”

El par se puso a trabajar con tal de terminar con la labor de la tarde antes de verdaderamente comenzar con las vacaciones.


Mientras tanto, Sora caminaba por el campus de Rizembool U acompañado de Taikogane luego de terminar con las clases de aquel día. El peliazul se encontraba guiando a su amigo por un área de esa universidad que aún no conocía.

“¡Ahh! ¡Finalmente libres!” exclamó Taikogane con una amplia sonrisa y estirando ambos brazos hacia el cielo. “¡Ahora podemos vivir como se debe! ¡A disfrutar las vacaciones!”
“Haha~ muy cierto~” Sora asintió contento. “Y pudiste aprobar tus exámenes, así que no hay ninguna preocupación pendiente. ¡Es hora de divertirnos!”
“Heh, sin duda, pero hazme el favor de no mencionar los exámenes,” le pidió con cierto pesar.
“¿Ho~?” parpadeó confundido. “Pero sí pasaste tus cursos, Sada-chan. ¡Es motivo de celebrar!”
“Sí, pero nuestras vidas no se centran sólo en sacarse buenas notas,” dijo el peliazul con seriedad y levantando un índice. “Vamos, Sora, tú eres un artista en desarrollo, excelente en los videojuegos y muy hábil en parkour. Si hablas de clases justo a inicios de vacaciones, perderás parte de eso que te hace muy cool.”
“Ahh, Sora comprende,” asintió y sonrió alegremente. “Sada-chan sí da mucho valor a todo lo que es ‘cool’. ¡Entendido! ¡Me aseguraré de no volver a olvidarlo!”
“Hehe, de todos modos, dudo mucho que alguien como tú no sea cool,” comentó el peliazul, sonriendo despreocupado y llevando sus manos detrás de su nuca. Miró a su amigo de reojo y sonrió desafiantemente. “Todo lo que me has contado de tus hermanos y de tu maestro me deja entender que estás en muy buenas manos. ¡Suena a que serás tanto carismático como un hábil luchador! ¡Y yo no puedo perder contra ti!”
“Hihi, Sada-chan también es muy cool, nunca perderías~” canturreó Sora, quien entonces llevó un índice al filo de sus labios y se puso a pensar. “Hmm, pero pese a ser muy atlético, dudo mucho que mis hermanos me entrenen en kendo. Sora entiende que es un tema sensible por no ser parte de ese lado de la familia.”
“Vaya, la familia, siempre tan complicada…” Taikogane dio un pesado suspiro, se encogió de hombros y resopló frustrado. “Oh, pero no te preocupes. Todavía me falta mucho entrenamiento, pero yo te puedo ayudar con entrenar si tú quieres. Cuando la familia falla, estamos los amigos para apoyarnos, ¿cierto?”
“Es verdad, muchas gracias,” asintió animado.
“¡Y justo estamos en camino a conocer a quien me entrena a ser tanto cool como fuerte!” exclamó el peliazul con muchas energías y sonrió ampliamente. “Micchan es el mejor, me alegra que finalmente hayamos quedado para que lo vayas a conocer, e incluso hoy que salimos de vacaciones. ¡Este día no pudo haber sido mejor!”
“¡Haha, Sora también está feliz! ¡Sada-chan tiene un color muy lindo cuando habla de Micchan!” asintió y alzó su mirada al cielo. “Sí, eso debe indicar que Micchan es una gran persona.”
“En verdad que sí, no hay nadie en el mundo que se llevaría mal con él, y siempre tiene la solución para todo. ¡Ahh, simplemente no puedo describirte lo genial que es en palabras! ¡Tienes que conocerlo en persona!” emocionado, Taikogane agarró a Sora de una muñeca y lo jaló. “¡Vamos, vamos! ¡Ya estamos por llegar!”




Por otro lado de la universidad, Tsurumaru servía de guía a sus tres protegidos y también a Shinano, Syo y Natsuki en lo que se dirigían hacia la facultad de culinaria.

“Sin lugar a dudas, no podíamos terminar el semestre sin que les llevara a degustar los platos del aclamado restaurante culinario de Rizembool, ¿no lo creen?” preguntó Tsurumaru, con una simpática sonrisa. “Créanme que les gustará. La calidad no tiene nada que envidiarle a restaurantes de alta gama, la atención es rápida y profesional, y para los pequeños golosos como Hotaru-bou los postres son igualmente increíbles.”
“Uhh, sí lo conozco, y en verdad son deliciosos…” dijo el pequeño, con leve cargo de consciencia.
“¡Hahaha, no me tomes en serio!” el guía rió con ganas y revolvió sus cabellos efusivamente. “Sé que has esperado venir aquí desde que se los dije en la mañana, así que tú sólo disfruta del momento, ¿de acuerdo?”
“Sí,” Mai asintió, inmutada. “Es vital para Hotarumaru comer dulces con toda la felicidad del mundo, y más aún que yo sea quien se los alimente.”
“Ehh, estoy de acuerdo con lo primero, pero…” Yukko se vio confundida.
“A veces me das vibras un poco raras,” comentó Syo a Mai, alzando una ceja.
“No tienes que preocuparte, Syo-chan,” Natsuki juntó sus palmas y sonrió feliz. “Es evidente que Mai-chan tiene las mejores intenciones con Hotaru-chan, y siempre es muy agradable compartir un tiempo de calidad con cosas adorables,” pasó a cerrar sus manos en puños y mover sus brazos con emoción. “Hehe, yo también ando muy alegre por este pequeño paseo.”
“…” Mai asintió aprobatoriamente. “Es bueno ser comprendidos, ¿no es así?”
“¡En verdad que sí!” exclamó el grandulón, emocionado.
“Y además de apreciar las cosas bellas en este mundo, tenía que llevarles al restaurante para que conozcan a un amigo mío,” siguió explicando Tsurumaru, con buenos ánimos. “Mitsu-bou es quien me da todos los datos de los distintos restaurantes tanto en Rizembool como dentro de la ciudad, además que es una gran persona.”
“Es verdad,” Hotarumaru asintió y sonrió. “Hay algo en él que lo hace confiable. Mitsutada-san tiene un aura paternal…”
“Ohh…” Yukko se enterneció por ver a su pequeño alegre y conmovido por el recuerdo de esa persona. “Hehe, suena agradable.”
“Hmm, y ese nombre me suena familiar…” Shinano se puso a pensar.
“Mitsu-bou es algo como un allegado de tu familia, si mal no recuerdo,” comentó el guía, encogiéndose de hombros. “Asumo que no has sido tú quien ha tratado con él.”
“Seguramente he oído a Gotou mencionarle,” el pelirrojo asintió.
“¡Haha! ¡Tantos hermanos tienes que ni sé de cuál me hablas!” Tsurumaru rió con ganas mientras el otro sonrió incómodo.
“Ehh, intenta recordarle, por favor… ya estaba molesto el otro día de que no sabías quién era.”
“Y regresando al tema,” Mai miró al mayor con leve incredulidad. “Me cuesta creer que tienes amigos, Tsurumaru.”
“Oye, oye, ¿por qué siempre me dices eso?” le preguntó con leve gracia. “Ya conociste a Ichigo el otro día, y te aseguro que soy una persona muy carismática.”
“Sí se nota que lo eres,” Syo asintió. “No prestes atención a Mai. Seguro quería fastidiarte.”
“Debo corregirte ahí, Peter Pan,” declaró Mai, apuntando al rubio menor con un brillo en sus lentes. “Ser carismático no es sinónimo de tener amigos. Sigue creyéndolo y te estafarán.”
“¡Oye, no me llames Peter Pan!” le reclamó. “¡Fui Robin Hood que es distinto!”
“¡Ohh, pero amaría ver a Syo-chan como Peter Pan!” exclamó Natsuki, emocionado.
“¡Y tú no le des cuerda!”
“¡Hahaha, debo admitir que Mai tiene razón! Pero en serio, sí tengo mis amigos, y me gustan los amigos funcionales,” dijo Tsurumaru. “Les aseguro que se llevarán muy bien con Mitsu-bou.”

“Suena a que es muy buena gente,” Yukko sonrió y asintió. “Por cómo le llamas, debe ser tan lindo como Hotarumaru.”
“Haha, no lo definiría como lindo, pero por ahí va,” se encogió de hombros.
“Y a todo esto, ¿qué es de Hajime?” preguntó Shinano.
“Hinata-kun tenía que atender una sesión de rehabilitación,” respondió Hotarumaru. “Descuida, se encuentra bien. Creo que más que nada quiere agilizar su recuperación lo más posible,” sonrió un poco. “Hehe, su determinación es admirable.”
“Hm, creo comprender que tuvo algún tipo de accidente…” el pelirrojo se puso a pensar. “Menos mal que se ve saludable.”
“Supongo que te encuentras preocupado por ese hermano mayor tuyo,” observó Mai.
“¡Ehh, n-no digas eso!” Shinano se alertó y miró con nerviosismo a sus alrededores para asegurarse de que nadie peligroso le hubiera oído. “Ehh… no quiero que uno de mis hermanos oiga eso, por favor…”
“Sí, ya vimos a tu hermano doctor renegar el sábado pasado, aunque no puedes negar que te lo mereciste un poco,” recalcó Syo, levemente frustrado. “Pero, en fin, olvidemos ese capítulo.”
“S-sí, prometo que me comportaré…”
“¡Hahaha! En verdad me hubiera gustado ver esa escena. Siempre es gracioso ver a Yagen colérico, sobre todo cuando no es conmigo,” confesó Tsurumaru, sonriendo con ironía.

Al terminar aquel punto, el grupo llegó a un edificio llamativo de infraestructura artística, pero pulcra y profesional como se esperaría de aquella universidad. Los pisos eran altos y las paredes de lunas amplias y ligeramente inclinadas y de geometrías caprichosas. Era el aclamado restaurante, y Tsurumaru condujo al grupo al interior.

Tuvieron suerte de llegar en un momento de poca cantidad de gente, por lo cual fueron libres de entrar. Luego de que uno de los mozos les condujera a una mesa amplia en el tercer piso del vistoso local, todos comenzaron a leer la elegante carta que ofrecía algo para todos los paladares.

Yukko se sorprendió de estar sentada en un lugar tan formal y con excelente atención. El ambiente era limpio, amplio, moderno y elegante, y había iluminación de sobra que traía relajo y vida. Había camareros por doquier sea sirviendo agua o el pan complementario como posicionados en alguna columna en espera del llamado de algún cliente. La decoración era simple y precisa, la vista daba justo a uno de los pocos parques verdes de la universidad que contaba con una enorme y llamativa pileta, y había una música clásica de ambiente a un volumen prudente que permitía la conversación. Simplemente no podía creer que acababa de ingresar a ese lugar como si fuera completamente normal para ella. De por sí, aparte de alguna bebida, dudaba que tendría dinero para pagarse algo adicional.

“Realmente tienen cosas muy elaboradas aquí,” comentó Syo, impresionado ante la cantidad de ingredientes listados en la mayoría de los platos.
“¡Ahh, y la carta de postres es enorme!” exclamó Natsuki.
“En verdad que sí, es tan difícil escoger sólo uno…” Hotarumaru se puso a pensar duramente.
“Está bien, podemos pedir unos tres o cuatro y los compartimos con todos, Hotaru-chan.”
“Ohh, buena idea,” el pequeño asintió.
“Hmm, pediré un bistec en salsa de champiñones,” Mai ajustó sus lentes. “Es hora de juzgar si esta gente es capaz de hacer un medium rare legítimo.”
“Por la presentación de este local, seguramente que sí,” comentó Shinano, animado. “Uhh, yo no sé qué pedir…”
“Si no tienes mucho apetito, podemos compartir un club sándwich entre los dos,” dijo Syo.
“¡Ohh, excelente! ¡Me apunto!” juntó sus palmas, con alegría. “Yukko, ¿tú qué piensas comer?”
“Ehm, creo que pediré un té verde de maracuyá, nada más,” la chica sonrió incómoda. La bebida de por sí estaba un poco cara para su presupuesto, pero sonaba muy llamativa.
“Descuida, yo pediré una fuente de aperitivos para compartir entre todos, Hanasaki-chan, así que todos comerán algo,” Tsurumaru le dio un guiño y se levantó. “Quédense definiendo sus pedidos y bebidas, iré a buscar a Mitsu-bou. Enseguida regreso.”

Dicho esto, el peliblanco se tomó la libertad de caminar a las cocinas. Por los breves saludos que dio a unos camareros, sin duda era una persona familiar para el local.

“Hehe, Tsuru-chan es muy simpático y tiene un aire de misterio,” comentó Natsuki.
“¿Qué haces llamándole así? Es mucho mayor que nosotros,” le observó Syo, frustrado. “Pero sí, tiene una gran presencia. Debo admitir que me ha impresionado.”
“Su aura de Rizembool es over nine thousand. Estoy de acuerdo,” Mai asintió.
“Haha, ¿qué vendría a ser un aura de Rizembool, Mai?” preguntó Shinano, sonriendo incómodo.
“Comprendo que al igual que nuestra Hanasaki-chan no puedes detectarlas, pero no perderé mi tiempo explicándotelo,” negó como si lidiara con un inocente niño. “Eres hermano de un ser con un aura extraordinaria, así que, si no lo has detectado a estas alturas, nunca lo harás.”
“Ehh, comprendo que hablas de Yagen…” el pelirrojo se vio frustrado. “Haha, vamos, mi hermano es un poco severo y reservado, pero no es una mala persona.”
“He dicho que no perderé mi tiempo,” recalcó la chica, con completa tranquilidad.
“Bueno, como digas,” se encogió de hombros y admitió derrota. “Sí es gracioso pensar en Yagen como malévolo, a decir verdad. Hasta le puede ir el rol.”
“No creo que sea muy bueno que te dejes ganar así, Shinano,” observó Hotarumaru, con curiosidad, y se puso a pensar. “Hm, aunque sí es saludable tomarse los comentarios de Mai-neechan de este modo…”
“Es que Shinano-chan es un lindo y dulce terrón de azúcar que le gusta estar en paz con todos y llevarse bien con la gente,” explicó Natsuki, conmovido. “Pienso que es muy genial.”
“Sin duda tienes mayor facilidad para llevarte con gente difícil que yo, pero también te falta carácter,” observó Syo.
“Haha, es también por el ambiente que tuve cuando crecí,” el pelirrojo rió un poco y sonrió incómodo. “Mis tres hermanos inmediatos siempre fueron muy hábiles y estaban en constante competencia. Me hubieran comido vivo si renegaba.”
“…” Hotarumaru parpadeó un poco, perplejo. “Hmm, sí he notado que Yagen puede ser difícil, pero sin duda todavía me falta conocerlo. Me da curiosidad…”
“Hehe…” Shinano rió, e inmediatamente dio un cansado suspiro. “No tienes ni idea, pequeño…”
“Es de esperarse de su aura,” dijo Mai, inmutada y regresando su atención a la carta.




“¡Whoa! ¡Qué bonito lugar!” exclamó el pequeño Sora, quien miraba anonadado a los adornos del restaurante una vez entró al local junto con Taikogane.
“¿Verdad? ¡Este restaurante tiene todo el estilo!” exclamó el peliazul con ánimos y cierto orgullo. “¡Es justo a la medida de Micchan!”
“Micchan debe ser un increíble cocinero para trabajar aquí…”
“Bueno, es un estudiante de cocina, y sólo los mejores son permitidos ayudar,” explicó con una amplia sonrisa. “Hehe, y por más que Micchan sea sólo un estudiante, también es uno de los chefs principales a la par con gente mucho más experimentada. ¡Ven, vamos a buscar el mejor sitio! ¡Hay una gran vista arriba!”
“¡Enseguida~!”

Los dos corrieron por las escaleras y llegaron al amplio tercer piso.

“El restaurante tiene tres pisos más, pero en horas de poca demanda los cierran, así que este es el más alto por ahora,” dijo Taikogane. “Y créeme que los pisos de arriba son incluso más cool e impresionantes. ¡Hasta tienen una pecera gigantesca de peces de mar!”
“Hoho, increíble~” los ojos de Sora brillaron. “Me encantaría venir otro día para conocer a esos hermosos peces~”
“Definitivamente lo haremos,” asintió. “Le diré a Micchan que nos haga una reserva uno de estos días, no hay problema.”
“¡Muchas gracias!” satisfecho, Sora hizo un saludo militar. “¿Y dónde nos sentamos?”
“Hm, cierto, no esperamos a un mozo,” Taikogane miró hacia el área de la vista al campus, y en medio de su evaluación sobre un buen sitio, vio una mesa grande ocupada por varios estudiantes de universidad, y un pequeño adicional. “Oh, ¿qué hace Hotaru-chan con esas personas?”
“¿Hotaru-chan?” Sora miró hacia esa mesa y ladeó su cabeza. “¿Es ese niño?”
“Eh, sí, suele venir aquí a comer postres, así que lo conozco un poco…” entonces, al regresar su atención a la mesa, Taikogane se quedó en shock al mirar a Syo dialogar amenamente con los demás. “I-i-imposible…”
“¿Sada-chan? ¿Qué sucede?”
“¡Es ese actor de la serie de acción que te había recomendado!” exclamó en completo shock y apuntándole. “¡Sí, es él! ¡No hay duda alguna! ¡¿Qué hace él ahí?!”

Las exclamaciones desmedidas de Taikogane causaron que todos los presentes en ese piso se giraran y le miraran con confusión, alarma o una entendible molestia.

“Ehh…” este se quedó congelado e incómodo en su sitio.
“¡Hola a todos!” saludó Sora con una radiante sonrisa mientras se movía de un lado a otro y agitaba una palma. “¡Todo está bien! ¡Nada que ver aquí! ¡Muchas gracias por su paciencia!”
“Mo… ¿Taikogane?” preguntó Hotarumaru, ladeando su cabeza. El pelicenizo se levantó y caminó donde él. “¿Qué sucede? ¿Estás bien?”
“¡Hotarumaru!” aprovechando la cercanía del pequeño, Taikogane le agarró de los hombros. “¡Qué genial que te encuentro! ¡Dime, ¿ese es Syo Kurusu, cierto?!”
“M-mo…” el pequeño se impresionó por la brusquedad del otro.
“Oye tú…” Mai se acercó, entrecerrando los ojos. “¿Qué se supone que haces con mi pequeño?”
“Ehh, estoy bien, Mai-neechan,” dijo tranquilamente y se soltó del peliazul, para sonreír un poco y tomar la palabra. “Sí, él es Syo. ¿Lo conoces de algún lado?”
“¡Increíble!” ante la afirmación, el inquieto chico se acercó a la mesa. “¡No puedo creer que Syo Kurusu está aquí en Rizembool! ¡Es un gran honor conocerte!”
“¡Ohh, eres un fan de Syo-chan!” Natsuki se emocionó y sonrió conmovido. “¿Verdad que es muy adorable?”
“¿Eh?” Taikogane alzó una ceja y le miró como bicho raro.
“Tch, deja de decir eso a la gente,” reclamó Syo a su amigo y pasó a dirigirse al peliazul. “Eh, sí, no pensé que sería reconocido tan rápidamente.”
“¿Bromeas?” el recién llegado se emocionó y comprimió sus puños frente a su pecho. “¡He visto todos los capítulos de tu serie muchas veces y eres genial! ¡Me fascina tu actuación! ¡Eres decidido, temerario y hasta has hecho todas tus escenas de alto riesgo sin recurrir a dobles! ¡Yo definitivamente quiero ser tan cool como tú!”
“Ehh, muchas gracias por tus palabras…” Syo sonrió agradecido y un tanto avergonzado. “Significa un montón.”
“¡Quisiera pedirte un autógrafo si no hay ningún problema!”
“Oh, claro, sería un placer.”

“Haha, qué genial,” Shinano sonrió feliz de ver al peliazul sacar su cuaderno y algo para escribir a toda carrera. El pelirrojo miró a Yukko. “Syo se ha esforzado en su serie de acción, le ha dedicado un montón, y me alegro mucho de verle disfrutar del reconocimiento que recibe de las masas. En verdad se lo merece.”
“Ohh, tengo que verla,” comentó la chica, impresionada.
“Y también me toca dar lo mejor de mí para algún día ganar este respeto y notoriedad,” asintió decidido e inspirado. “Y quién sabe, tú también podrías hacerlo en el propio club de drama.”
“¿Yo?” Yukko se confundió. “Ehh, gracias, pero no hay forma que fuera a estudiar drama. Mis padres me desheredarían…”
“Quizás te vaya mejor que en ciencias,” comentó Mai, quien se acercó junto con Hotarumaru y Sora. “Sólo digo.”
“Ehh…” ese comentario hizo deprimir a la otra. “No sé…”
“Está bien, Yukko. Sí pasaste todas las clases y seguiremos estudiando juntos,” dijo Hotarumaru, sonriendo. “No te preocupes.”
“Muchas gracias, pequeño…”
“Hehe, me gusta el color que tienen,” comentó Sora, animado. “Todos son tan brillantes y combinan muy bien. ¡Sora está feliz de presenciarlo!”
“Pareces un niño con gran potencial de adorabilidad…” Mai le miró fijamente. “Sí, juzgo que eres un pequeño lindo.”
“¡Haha, muchas gracias, Mai-neechan!” dijo el recién llegado. “Hmm, ahora que lo pienso, tú eres una estudiante de Rizembool y te pareces físicamente a Osaka…”
“…” Mai se vio mínimamente sorprendida, lo cual fue captado por el otro.
“¡Hihi, lo sabía! ¡Eres la referida Mai-chan que es la prima de Rizembool!” exclamó contento e hizo una reverencia. “Es un gusto conocerte, Mai-neechan. ¡Yay, ya conocí a todos los primos!”
“Oh, eh, ¿son parientes?” preguntó Shinano, confundido.
“Pues, comprendo que este pequeño debe estar relacionado a mis primos involucrados con el conflicto, así que no de sangre,” reportó Mai, inmutada. “Pero sigue siendo más creíble que todos tus hermanos. No nos juzgues.”
“Ehh, no es que haya mostrado incredulidad, Mai…” el pelirrojo sonrió con torpeza.
“Pero me alegra saber que tengo un primo que es tan adorable como tú,” Mai asintió. “Lo apruebo, me entretendrás.”
“Hmm, comprendo que el ser adorable es importante para Mai-neechan…” Sora lo pensó duramente y asintió con alegría. “¡Sora comprende! ¡Haré todo lo posible!”
“…” Mai sonrió mínimamente y se vio complacida.
“Espera, ¿qué es eso de que tienes una prima?” preguntó Taikogane, luego de haber recibido el autógrafo de Syo.
“¡Sora tiene una prima en Rizembool y finalmente la conoce!” exclamó el pequeño, contento. “¡Pero Sora tiene muchas primas! ¡Vivo con dos de ellas!”
“¿En serio?” su amigo se sorprendió.
“¡Sí! ¡Tengo que llevarte a mi casa uno de estos días, Sada-chan!”
“¡Ohh, Sada-chan, qué lindo apodo!” Natsuki se conmovió. “Esta mesa es muy amplia y todavía hay espacio, ¿por qué no se nos unen? ¡Sería divertido conocernos mutuamente!”
“Ya, me parece bien, muchas gracias,” Taikogane asintió y tomó asiento junto con Sora. “¿Y qué les trae por aquí? ¿Verdad que este restaurante es increíble?”
“Lo es. Tsurumaru quería traer a todos para que lo conozcan,” dijo Hotarumaru.
“¡Ah, Tsuru-san los trajo! ¿Y qué es de él?”
“Fue a buscar a Mitsutada-san.”
“¡Qué coincidencia! ¡Nosotros venimos para encontrarnos también con Micchan!”
“Micchan…” Yukko se confundió. “Por la forma en que Tsurumaru le llama, suena a que es una persona adorable.”
“Micchan es muy cálido y el tipo de persona que todos deberíamos ser,” declaró Taikogane, con una sonrisa decidida. “Es normal que le agarre tanta familiaridad, pero déjame asegurarte que por encima de todo Micchan es muy, pero muy cool. ¡Es increíblemente cool, sólo tienen que verlo! ¡Ohh, realmente te hace competencia en coolness, Syo-san!”
“Te tomo la palabra, ya quiero conocerle en persona,” este asintió.
“¡No les decepcionará! Incluso el impredecible de Tsuru-san le tiene mucho aprecio. ¿Y cómo así se conocen con Tsuru-san?”
“Tsurumaru es el asesor estudiantil de Hotarumaru y las chicas,” contestó Shinano.
“¿En serio?” Taikogane frunció el ceño con incredulidad y se encogió de hombros. “Vaya, vaya, no es por incomodarles, pero nunca en la vida hubiera pensado que Tsuru-san tendría madera para guiar a otras personas. Es ameno, pero no responsable.”
“Pues, me sabe mal decirlo, pero nadie aquí estaría en desacuerdo contigo,” opinó Hotarumaru, desviando su mirada con cierto remordimiento. “Sobre todo yo que estoy en su laboratorio.”
“Sí, me compadezco de ti, creo haber escuchado algo al respecto de Micchan…” al mencionar ese apodo, Taikogane volvió a animarse. “¡Oh, Micchan sí que hubiera sido un excelente asesor para todos ustedes! ¡Creo que sí lo fue para estudiantes de cocina! ¡Sólo por eso me darían ganas de ir por esa carrera para que él me toque!”
“Sora, comienzo a entender que este chico menciona a ‘Micchan’ a menudo…” susurró Mai a su primito, con cierta impaciencia y frustración.
“Hmm…” este se puso a pensar. “A menudo no es la frase más exacta…”
“Sí, creo comprenderlo…” dio un leve suspiro.

En eso, Mai miró de reojo a un costado y vio a Tsurumaru regresar acompañado de una persona que sin duda daba una gran impresión. Ella esperó pacientemente a que los demás se dieran cuenta, lo cual fue ni bien ese par alcanzó la mesa.





“¡Ohh, hasta Sada-bou está aquí!” observó Tsurumaru. “¡Aquí estoy con Mitsu-bou!”
“¿Eh?” Yukko miró hacia el peliblanco y se espantó al mirar a la enorme persona a su costado.

Era un joven alrededor de la misma edad del asesor, con cabellos azul marino oscuros, un cuerpo fornido y vestido de negro con mucha elegancia, pero que portaba un parche en un ojo. Su otro ojo tenía un color ámbar muy llamativo y su semblante era tranquilo y ameno, aunque también bajo control.

“¡Ihhh!” Hanasaki-chan se asustó y comenzó a temblar.
“Ohh, sí que te ves muy cool, tal y como digo Taikogane,” observó Syo, quien sonrió y se levantó para estrechar manos con el chef. “Yo soy Syo Kurusu, mucho gusto.”
“Ah, igualmente,” dijo el mayor con una voz tranquila y madura. “Shokudaikiri Mitsutada, ese es mi nombre, aunque les agradecería si me llaman Mitsutada. No me gusta mi primer nombre.”
“¡Descuida, Micchan, tú eres muy cool sin importar el nombre que tengas!” declaró Taikogane. “¡Ohh, y te presento a Sora Harukawa! ¡Es un chico que comenzó clases hace poco y nos llevamos muy bien!”
“¡Haha, me alegro de finalmente conocerte!” dijo el pequeño, contento.

Las presentaciones continuaron en lo que Yukko se recobraba de la primera impresión.

“Parece que hubieras sufrido de un ataque telepático…” observó Mai luego de presentarse brevemente al chef.
“Uhh… da miedo…”
“Supongo ese parche intimida a los novatos como tú,” se encogió de hombros. “Sería bueno que aprendas a leer las auras de Rizembool para ahorrarte malestares.”
“¿Q-qué quieres decir?”
“¡Oh, creo que Mai-neechan quiere decir que su color es muy lindo y vistoso!” observó Sora, alegremente. “Hehe, Micchan parecerá aterrador, pero tiene un alma muy gentil.”
“En verdad que sí,” dijo Hotarumaru después de haber saludado al susodicho. “Créeme que te llevarás muy bien con él. Sí dije que tiene un aura paternal.”
“Ohh, Hanasaki-chan, faltas tú,” Tsurumaru se acercó a Yukko. “Vamos, de pie. De entre todos ustedes diría que tú serías la menos probable de romper con las formalidades de saludar.”
“Ehh…” al sentir la presión social, Yukko se puso de pie.
“¿Qué sucede?” le preguntó Mitsutada, cordialmente. “Vi que te asustaste un poco. ¿Te resulto intimidante?”
“¡Ehh, p-p-perdón! ¡Y-yo sólo…!”
“Haha, no tienes que preocuparte,” le aseguró con tranquilidad. “Estoy consciente de mi apariencia,” él le extendió su mano. “Es un gusto conocerte.”
“Sí, gracias…” ella respondió el saludo.
“¿Y tú eres…?”
“¡Ah, eh, soy Yukko Aioi!”
“Un gusto conocerte, Yukko-chan,” repitió con un tono de voz ameno y ligeramente juguetón. “Sé que eres una estudiante de Tsuru-san, así que espero que puedas visitar más seguido, y estoy dispuesto a ayudarte en lo que necesites.”
“Eh, muchas gracias…” asintió y le observó fijamente. Efectivamente, después de la primera impresión, pudo ver esa tranquila y pacífica sonrisa del chico que le inspiraba confianza y comodidad. Sí parecía algún tipo de figura paterna.
“¿Verdad que Micchan es el mejor?” preguntó Taikogane, con orgullo. “Siempre ha sido un apoyo para mí y es muy cool. ¡Es como el hermano mayor que nunca tuve!”
“O-oye, no es para tanto, Sada-chan,” dijo el mayor, sonriendo incómodo.
“En serio, ese fue un comentario cruel…” Tsurumaru se encogió de hombros.
“¿Por qué?” preguntó Taikogane, confundido.
“No, olvídalo, tú no te das cuenta de las cosas,” el peliblanco sonrió con ironía.
“Sada-chan, te lo he dicho muchas veces. Ser cool es importante, pero ser amable y genuino lo es mucho más,” observó Mitsutada, marcadamente, aunque sin perder su cordialidad. “Me alegro de ver que estás compartiendo una mesa con muchas personas, así que prioriza llevarte bien con todos, ¿has entendido?”
“Sí, lo sé, seguiré con tus palabras,” le aseguró obedientemente y muy contento. “Tú sabes lidiar con quien sea, Micchan, así que tengo que seguir tu ejemplo.”
“Estoy halagado, pero tú también eres una gran persona, Sada-chan, sólo te hace falta madurar un poco,” asintió y pasó a sacar un pequeño block de notas. “Ya que estoy aquí, puedo tomarles la orden. ¿Han terminado de decidir?”
“Oh, no sé qué aperitivos pedir, podrías ayudarme en eso, Mitsu-bou,” dijo Tsurumaru.
“Sí, con gusto les explicaré el menú,” asintió. “¿Por dónde comenzamos?”

El chef comenzó a dar explicaciones y terminó tomando la orden de todos, para continuar con un poco más de conversación antes de regresar a su trabajo. Los demás se mantuvieron en esa mesa y siguieron dialogando en lo que los pedidos se preparaban.


El fin de clases era disfrutado también con mucha algarabía en Hanasaki U, y más por algunas personas en particular…

“¡Mira! ¡Quiero que mires!” exclamó Sora a Larsa.
“…” este tenía el ceño fruncido y continuaba con su mirada fija en su laptop pese a las insistencias de su amigo que mirara su celular. Ambos se encontraban ocupando una mesa a las afueras de una zona de comida, al aire libre.
“¡No me ignores! ¡Quiero que veas que efectivamente pasé todos mis cursos!” exclamó el otro. “¡Eso quiere decir que ya no estoy bajo tu tutoría y que estoy libre de ti!”
“Ya lo sé. Como tu guardián y bajo la excepción que tienes, Hanasaki ya me informó de tus resultados…” comentó cansado y continuando con su lectura.
“Ya veo…” se sorprendió un poco por esa respuesta, aunque no tardó en comprender que sí tenía mucho sentido. De todos modos, Sora pasó a frustrarse y continuó exigiendo. “¡Pero quiero confirmarlo ahora! ¿Acaso no tienes nada que decir?”
“Sora, algunos de nosotros no andamos festejando estar libres de clases,” explicó impaciente. “Mi trabajo nunca termina y tengo documentos importantes que atender como estudiante de maestría el líder de mi familia. ¿Puedes dejarme en paz?”
“¡Te dejaría si no tuvieras a un mayordomo maniaco dispuesto a asesinarme!” reclamó y se vio inquieto. “¡Entiende que estoy velando por mi vida aquí! ¡Dame tu confirmación!”
“Sí, estás libre, eso acordamos, ¿no?” le contestó entrecerrando los ojos. “Ahora vete.”
“¿Qué haces siendo tan huraño?” le preguntó extrañado y alzando una ceja.
“Nada, no te preocupes,” negó frustrado. “Sólo tengo mucho que atender.”
“Hmm…” Sora se molestó un poco por la esperada tendencia de su amigo de no expresarse. Esperó un momento a que este volviera a sumergirse en su lectura y se asomó para ver qué estaba revisando. “¿Qué es eso? Parece algún artículo científico.”
“¿Qué haces leyendo la pantalla de una laptop ajena?” Larsa dio un suspiro y finalmente se dignó a mirarle con desaprobación. “Me encuentro estudiando.”
“¿Pero por qué? ¿Acaso no estás saliendo de vacaciones como los demás?”
“Tengo que plantear un buen proyecto de doctorado, por lo cual ando investigando trabajos relacionados y recientes para plantear mi propio trabajo. Toma más tiempo del que imaginas.”
“Sí, sí, seguro,” rodó los ojos con desinterés al notar quizás un mínimo desprecio de su parte. Sora volvió a mirar la laptop y algo captó su atención. “Hm, ese artículo es de hace diez años… ¿acaso eso no es muy antiguo para ti?”
“¿Perdón?” Larsa se extrañó y miró a Sora levemente impresionado.
“¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en el rostro?”
“Oh, no es nada,” negó y sonrió un poco entretenido. “No te lo tomes a mal, pero no pensé que dirías algo tan inteligente.”
“¡Oye! ¡¿Qué quieres decir con eso?!” reclamó Sora, indignado. “¡Pues perdón por hacer una pregunta válida! ¡Además he pasado todos mis cursos, ya te lo dije!”
“Aunque sí, tienes razón. Diez años es una eternidad en un área de estudio tan moderna como la mía,” dicho esto, Larsa se mostró un poco cansado y frustrado. “Sin embargo, pese al nivel y presupuesto de Hanasaki, esta universidad no será capaz de apoyarme con la última tecnología para mi estudio debido a la falta de demanda de otros estudiantes. Por ello estoy intentando venirme con algo compatible con la instrumentación a mi disposición que todavía pueda ser relevante, y no es fácil.”
“Eh, ya veo…” Sora desvió su mirada. Para variar, su distante amigo había compartido una de sus preocupaciones con él, y no sabía qué decirle. Dio un pesado suspiro. “Pues, lo siento, suena difícil…”
“No te inquietes, ya me vendré con algo,” dijo inmutado y nuevamente leyendo su laptop. “Siempre hay alguna solución, sólo es cuestión de encontrarla.”
“Sí, supongo…”
“Es una lástima que Hanasaki no sea tan tecnológico como Rizembool. Estar en esa universidad sería más conveniente…”
“¡N-no digas eso!” Sora se alarmó. “¡No puedes irte a Rizembool! ¡Ese lugar es de locos!”
“Creo que siempre te olvidas que mi familia es allegada a Rizembool…”
“¡Aun así! ¡En serio, todo lo que ocurrió tres años en el pasado debería ser una alarma para ti! ¡Además hay gente temible ahí, como Dakki y ese nuevo Rebel de Cho!”
“…” Larsa dio un suspiro y miró a su amigo con cansancio. “Ellos son mis amigos de infancia.”
“¡N-no intentes invalidar mi punto!”
“No tengo la intención de cambiar de universidad. Por más conveniente que pueda ser y también pese a las recomendaciones de Jakob, no me sentiría muy cómodo estudiando en Rizembool,” dijo con tranquilidad y seriedad. “Y aun de hacerlo, no tienes que temer por mí…” frunció el ceño. “Y menos venirte con paranoias que volveré a ser tu Rebel. Eso no ocurrirá.”
“Uhh, no me recuerdes ese horrible capítulo…” Sora sintió su piel erizarse. Tener la dupla de Larsa y Dakki en su contra fue extremadamente aterrador en su momento.

Justo entonces, unas tres personas se aparecieron e hicieron acto de presencia.



“¿Recordando viejos tiempos de tortura, Sora?” preguntó Tomaj, sonriendo con ironía.
“¿Eh?” Sora se giró y vio a su rebelde amigo junto con Riku y Kytes. “Oh, chicos, ¿qué hacen por aquí?”
“Tomaj dijo que sería probable verte fastidiar a Larsa,” explicó Riku, quien se notaba un tanto impaciente por ese dato. “¿Y bien? ¿Lo estás haciendo? Tu amigo tiene mucho que hacer.”
“Uhh, no lo estaba fastidiando, en serio,” Sora se resintió por esas acusaciones.
“Íbamos a salir a tomar algo juntos por el fin del semestre, también le avisamos a Ryo para que nos dé el alcance en el local después de su última clase,” dijo Kytes, animado. “Larsa, ¿te animas? Sería genial hablar entre todos.”
“Eh, está bien, acepto,” contestó un poco impresionado. “No había esperado la invitación, aunque me vendría bien un descanso, si debo ser sincero.”
“Sí, pobre de ti que has tenido que aguantar solo a Sora,” Tomaj se encogió de hombros.
“¡Ya, no te burles de mí!” exclamó el mencionado, impaciente.
“Eh, ya sabes que no debes tomar a Tomaj tan en serio…” Kytes sonrió incómodo.
“Imagino que ustedes irán de regreso a Hawái por sus vacaciones,” observó Larsa, mientras guardaba sus pertenencias. “Eso es lo que Sora solía hacer en la secundaria.”
“Sí, no hay nada como estar en casa,” Tomaj asintió. “Asumo que tú viajarás a Inglaterra al menos por unas semanas.”
“Tengo que, tengo muchas cosas pendientes,” entonces, Larsa se dirigió a Riku y le sonrió. “Verdad, vas a ir de regreso a tu ciudad de origen luego de tantos años. Me alegro mucho por ti y te deseo un agradable viaje.”
“Gracias, Larsa,” Riku sonrió agradecido y asintió. “Se me hace un sueño. Nunca hubiera pensado que volvería a Hawái luego de todo lo que viví aquí…”
“¡Yo también estoy muy feliz por ti, Riku!” dijo Kytes, emocionado. “Nos divertiremos un montón y todos nuestros parientes están esperando con muchas ansias volverte a ver.”
“Y hay tanto que tenemos que enseñarte por allá,” comentó Tomaj.
“Heh, es cierto. Muchas cosas han cambiado, aunque a la vez todo sigue igual,” Sora asintió. “Va a ser genial volver a ir todos juntos a la playa.”
“Sí…” Riku sonrió torpemente. “En verdad gracias a todos. Les debo más de lo que pudiera imaginar.”
“No nos tienes que agradecer,” Kytes negó y ensanchó su sonrisa. “Somos amigos, ¿cierto?”
“Exacto, tú deja de formalidades,” Tomaj se encogió de hombros.

Larsa observó a los cuatro dialogar amenamente y continuar anticipándose a aquel viaje de los cuatro de regreso a su hogar por las vacaciones de verano. Era agradable notarles tan en paz y alegres con los aspectos más importantes y fundamentales de sus vidas. Pese a lo que ellos tuvieron que afrontar hace tres años en el conflicto de las escuelas, su amistad perduró y se encontraba casi sanada por completo. Era un gran alivio…

“Larsa, despierta, debemos irnos,” dijo Sora.
“Sí, enseguida,” continuó guardando sus artículos.

Les esperaban unas tranquilas y necesarias vacaciones que a su vez marcarían el inicio de una nueva página en sus vidas.

...


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #466: October 28, 2018, 11:17:38 PM »
63.2.





Los pedidos no tardaron en llegar y todos en el restaurante comenzaron a degustar de sus platos y a conversar entre sí.

“¡Wahh! ¡Es un hermoso milkshake!” exclamó Natsuki, maravillado ante su enorme copa de milkshake de fresa con muchos acabados, toda cantidad de syrups y adornos, y varios aditivos decorativos comestibles.
“¡Ohh! ¡Sí es muy bello!” comentó Hotarumaru, sumamente asombrado y con sus ojos brillantes. Asintió dos veces. “Hmhm, me aseguraré de pedirlo la próxima vez.”
“¡Y tu torta helada no se queda atrás!” continuó el enorme rubio, emocionado. “¡Seguramente está muy delicioso!”
“Ya casi me da pena comerla…” el pelicenizo sacó su celular para tomarle una foto.
“Ah, si quieres te puedo tomar una foto con tu postre,” se ofreció Natsuki.
“Oh, muchas gracias,” Hotarumaru asintió. “Hehe, y puedo hacer lo mismo para ti.”
“¡Ah, encantado!” juntó sus palmas.
“Debo admitir que este club sándwich está bien hecho,” comentó Syo, impresionado, luego de haberle dado una mordida. “Había temido la elección de los ingredientes o que no tostaran bien el pan, pero está en su punto.”
“Y también es ligero y nada gracioso,” Shinano asintió.
“Por mi parte, estoy satisfecha con mi medium rare,” Mai asintió, inmutada. “Puedo considerar venir aquí a menudo.”
“¡Claro, no hay pierde!” Taikogane alzó su pulgar. “Micchan es un excelente cocinero y este restaurante está entre los mejores.”
“¡Sí, debo venir con mis hermanos algún día!” exclamó Sora, radiante de alegría. “Hehe~ mis gnocchis están deliciosos~”
“Me alegra verlos satisfechos, chicos,” Tsurumaru sonrió animado. “Eso me deja saber que he cumplido con mi deber de asesor por el día de hoy.”
“Hahaha, todavía me cuesta creer que lo eres, Tsuru-san,” Taikogane se rió con ganas.
“A mí también, Sada-bou, haha.”
“Tú no deberías encontrarle gracia, Tsurumaru…” se lamentó Hotarumaru, frustrado. “No te olvides que tienes trabajos que hacer hoy en el laboratorio.”
“Sí, iré más tarde. Tú tranquilo, Hotaru-bou.”

Por su parte, Yukko se encontraba degustando de la gran fuente de aperitivos y también del par de postres que habían comprado para compartir con cierto cargo de consciencia. Apenas pudo costearse ese té verde de maracuyá (el cual estaba exquisito) y por más que sepa de la buena voluntad de su círculo, se lamentaba no poder ayudarles con la cuenta.

“Has estado muy callada, Hanasaki-chan,” observó Tsurumaru, sonriéndole amablemente. “¿Qué sucede? ¿Sigues teniéndole miedo a Mitsu-bou?”
“¿Eh? ¡N-no es eso!” negó rotundamente, incómoda.
“¡Hahaha, fue tan gracioso para mí verte tan impresionada! Mitsu-bou es fácilmente el más intachable de todos aquí.”
“P-pues sí me sorprendí por su parche y apariencia ruda…” admitió bajando su mirada.
“¿Por qué? ¡Su look lo hace muy cool!” exclamó Taikogane, emocionado.
“Haha, es entendible que no todos se lleven esa impresión,” dijo Shinano, sonriendo.
“N-no es por faltarle el respeto ni nada, más bien sí me ha dado una buena segunda impresión. Es sólo que, supongo tenía una idea distinta sobre cómo podría ser, nada más.”
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó Natsuki, ladeando su cabeza.
“O sea, le llamaban Micchan y Mitsu-bou. Por un momento pensé que era otro niño prodigio como Hotarumaru, o una persona sumamente adorable…”
“¡Hahaha, verdad que tiene sentido!” exclamó Tsurumaru, entretenido. “Haha, es sólo por cómo nos llevamos con él, pero ya lo has podido presenciar. Tú tranquila.”
“¿Aunque por qué le llamarías bou a alguien de su apariencia? No tiene sentido,” opinó Yukko, incómoda y avergonzada. “Esperaría que fuera mucho menor que tú. Por su apariencia, no sé, es como si fuera unos meses menor a ti o algo así…”
“Pues, sí lo es,” Tsurumaru se mostró un tanto perplejo. “¿Por qué lo dices como si fuera lo más raro del mundo?”
“En verdad, es normal,” opinó Syo, quien miró a Natsuki de reojo. “Y conozco a ciertas personas que llaman chan a sus superiores. No es que sea tan extraño.”
“¡Ehh, ehhh! ¡Ah, ni sé qué estoy diciendo!” Yukko se horrorizó y agarró su cabeza, torturada. “¡N-no sé, ando confundida todavía! ¡Disculpen!”
“Y-ya, no te inquietes tanto, Yukko,” le pidió Shinano, incómodo. “Está bien…”
“Hanasaki-chan es de sobresaltarse y perder los cabales con facilidad, no le prestes atención,” Mai se encogió de hombros y comió otro pedazo de carne.
“¡Hahaha, ya veo! Perdón, Yukko, no es que haya intentado cuestionarte,” dijo Tsurumaru, animado.
“Sí que eres un poco nerviosa,” Taikogane dio un suspiro. “Vamos, no puedes vivir así, estamos en confianza.”
“¡Es verdad!” exclamó Sora. “¡Sonríe, Yukko-chan~!”
“Yukko, sigue degustando de los platillos,” dijo Hotarumaru, con una pequeña sonrisa. “Hehe, comer siempre me hace sentir mejor, vamos.”
“S-sí, gracias, son tan generosos conmigo, quisiera recompensarles…” dijo la chica, afligida y asintiendo mínimamente.

Entonces, el grupo vio a Mitsutada regresar y acercarse a la mesa.

“Espero que la comida sea de su agrado,” dijo el mayor, con una cordial sonrisa. “¿Se les ofrece algo más?”
“Todo está perfecto, Mitsu-bou. No seas tan etiquetoso,” comentó Tsurumaru, sonriendo con ironía.
“¡Micchan! ¡Siéntate con nosotros!”
“Haha, sabes que no mientras estoy trabajando, Sada-chan,” rio un poco. “Estoy aquí para cumplir mi función como un chef. Mi labor va mucho más allá de servirles una comida bien preparada. También es mi deber serles un buen anfitrión y hacerles sentir como en casa. ¿Quisieran que les sirva más agua?”
“Oh, eh, sería genial, si no es mucha molestia,” pidió Syo, sonriendo incómodo. El chef rápidamente fue a una columna cercana donde recogió una jarra de metal lista y sirvió agua a todos los vasos vacíos. “Debo observar que tienes una gran disposición y mucha voluntad de servicio. Heh, puedo aprender de ti.”
“Gracias por el cumplido,” sonrió con leve torpeza. “Y también tengo que felicitarte por tu excelente actuación en tu serie de acción de la temporada pasada. Miré los capítulos junto a Sada-chan y eres muy bueno en el combate.”
“¡Ahh, es un honor que hayas visto mi serie! ¡Te lo agradezco!”
“Ohh, si has recibido un cumplido así de Mitsu-bou, significa que sí eres bueno luchando,” comentó Tsurumaru, impresionado. “Nuestro gentil chef también es un as en el combate.”
“¡Syo-chan es bastante fuerte!” exclamó Natsuki. “En verdad me siento muy orgulloso de él.”
“¡Oh, me encantaría luchar contra ti, Syo-san!” exclamó Taikogane, emocionado. “Todavía tengo mucho que aprender, pero confío en mis habilidades. ¿Sabes pelear con katanas?”
“Eh, no, es un proyecto pendiente porque me encantaría, pero sólo he entrenado en combate cuerpo a cuerpo hasta el momento,” Syo sonrió incómodo. “Aunque también me gustaría retarte algún día. Tengo que pedirle a Shinano que me enseñe.”
“¡N-no, no, no!” el pelirrojo se inquietó y agitó sus palmas en lo que negaba repetidamente. “Vamos, Syo, ya te he dicho que yo apenas sé ponerme en posición de defensa. Ahh, tendrías más suerte pidiéndole ayuda a cualquiera de mis hermanos mayores.”
“Un momento,” Mitsutada se vio un poco sorprendido. “Sí dijiste que te apellidabas Toushirou. ¿Acaso eres uno de los hermanos de Ichigo Hitofuri?”
“¡Ohh, sí, sí!” Shinano se emocionó ante la mención de su hermano mayor y asintió feliz. “¡Veo que conoces a Ichi-nii! Sí, soy uno de sus hermanitos~”
“Todos parecen conocerse de algún modo u otro en nuestro entorno,” comentó Mai con leve desinterés.
“E-en verdad,” por su parte, Yukko se sintió intimidada y un poco fuera de lugar.
“Conozco a Ichigo-san por medio de Tsuru-san, además que él viene en ocasiones para almorzar y dialogar un poco conmigo cuando estoy a cargo de la barra,” comentó el chef, amenamente. “Tienes suerte, tu hermano es una gran persona.”
“Hehe~ me alegra que lo pienses,” Shinano ensanchó su sonrisa. “Mis hermanos lo son todo para mí, y son de lo mejor.”
“Hihi, me alegra oírlo,” Sora asintió. “Sí, la familia es muy importante. Sora lo sabe bien.”
“Y sé que ustedes son bastante unidos,” Taikogane asintió. “También conozco a Ichigo-san y me he encontrado con Gotou con frecuencia, aunque no sabía que existías. Mis disculpas.”
“Ehh…” eso hizo que Shinano se incomodara y sintiera un tic en la ceja.
“¡Hahaha, descuida Sada-bou, que yo tampoco lo sabía!” exclamó Tsurumaru, riendo un poco. “Me agrada tu honestidad, así no me siento solo.”
“Pues sí somos muchos…” el pelirrojo hizo un pequeño puchero.
“Sada-chan, sé amable con las personas, por favor,” le pidió Mitsutada, con paciencia y un tono de voz juguetón.
“Heh, lo siento, no lo dije con malas intenciones,” el pequeño peliazul se rascó la nuca y se dirigió a Shinano. “Más bien, nuestras familias son allegadas, ¿lo sabías?”
“Hm, eso explica por qué conoces a Gotou,” Shinano se vio intrigado.
“Sí, o sea, soy el más joven y no suelo estar al tanto de los deberes u obligaciones de mi círculo, supongo no tienen confianza en mí…” al decir eso, se vio un tanto impaciente, pero rápidamente recobró su compostura y volvió a sonreír. “Aunque, en fin, Gotou es buena gente y he tratado con él varias veces. Es genial cómo sus obligaciones no lo han hecho aburrido. Parece ser muy cool a su manera, y eso lo apruebo.”
“Haha, me alegra que lo pienses,” rió un poco. “Estoy de acuerdo.”
“Hablando del tema, debo regresar a la cocina,” Mitsutada revisó un recibo de una orden. “Tengo un pedido del laboratorio de Yagen que debo terminar.”
“Espera, ¿qué dices?” Tsurumaru se sorprendió. “¿Yagen tiene el poder de pedir platos de este restaurante a domicilio?”
“Tiene el poder de sacar duplicados de la llave de tu apartamento, que no te sorprenda,” comentó Mai, encogiéndose de hombros. “Esto es mínimo en comparación.”
“B-buen punto,” Hotarumaru se vio mínimamente preocupado.
“Sí, no puedo negarlo…” el asesor dio un pesado suspiro.
“Esperen, ¿qué están diciendo?” Shinano se quedó en shock. “A ver, recapitulen, por favor.”
“Ehh, creo que eso lo abrevia bastante bien, Shinano…” Yukko sonrió incómoda.
“No veo por qué les sorprende,” Mitsutada se vio entretenido. “Pese a no ser un profesor, Yagen tiene cargo de personal y docente además de científico y doctor en Rizembool, y es nuestro deber abastecerles de alimento cuando lo necesitan.”
“Sí, no que lo vaya a negar, sólo que no lo sabía,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Yo no puedo hacerlo e Ikari-sensei ya se negó a hacer pedidos a su laboratorio, aunque ahora sé que puedo pedirle a Yagen que me pida algo.”
“¿Por qué? Si tienes hambre mejor ven y visita a Micchan,” recalcó Taikogane.
“Hm, tiene sentido. Movilizarse es muy saludable,” Sora asintió.
“Ahh, no puedo creer que Yagen se presta a ese capricho de pedir cosas a distancia, estando todo el tiempo en la universidad,” comentó el pelirrojo, frustrado.
“Es difícil sacarle de su laboratorio. Me he dado cuenta de eso,” dijo Hotarumaru.
“Hm, verdad que también conozco a ese hermano tuyo,” el peliazul menor frunció el ceño. “Es amable, pero me da una rara vibra. No sé qué pensar de él, a decir verdad.”
“Es hermano de Shinano-chan, seguramente es tan lindo como él en el fondo,” opinó Natsuki, sonriente.
“No diría lo mismo, pero dudo que sea una mala persona,” dijo Syo.
“Hay pocas veces que pasa por aquí y terminamos hablando,” dijo Mitsutada, sin mutar su sonrisa. “Pese a esa impresión extraña que da en otros, Yagen es más simple de lo que creen. Nos llevamos bien.”
“¡Hahaha, pienso que tú eres el único que diría eso, Mitsu-bou!” Tsurumaru rió con ganas. “Sin duda muy pocos te igualarían a la hora de tratar con la gente.”
“En verdad que es una persona muy sencilla, más bien quisiera pedirte que no le des tantas razones para fastidiarse, Tsuru-san,” Mitsutada sonrió incómodo. “Suele quejarse de alguna de tus faltas cuando nos vemos.”
“Me caes bien, pero intenta no tomar lados en este asunto, por favor,” se encogió de hombros.
“Bueno, con permiso, debo regresar a mi trabajo…”
“Ohh, espera un momento,” Shinano se levantó. “Ya que le estás enviando algo a Yagen, quisiera agregarle un postre a su orden. ¡Quiero escoger uno de la barra de postres y escribirle alguna dedicatoria!”
“Haha, ¿qué dices?” Mitsutada rió un poco. “Dudo mucho que lo aprecie, y no parece que comería postres occidentales.”
“La dedicatoria es lo más importante, pero sí quisiera que recibiera algún postre de mi parte,” sonrió traviesamente. “Es mi manera pesada de hacerle pensar en mí, después de todo.”
“Bueno, supongo haré una excepción,” el mayor se encogió de hombros. “Sígueme, Shinano.”
“¡Muchas gracias!”
“¡Oh, les acompaño!” se sumó Taikogane, y los tres se excusaron de la mesa.

“Ese Shinano nunca va a cambiar…” Syo dio un suspiro.
“Parece que se pone un poco infantil cada vez que habla de sus hermanos,” observó Yukko, confundida.
“Sí, se vuelve mucho más adorable, ¿verdad?” preguntó Natsuki, quien sonrió cálidamente. “Puede parecer extraño para algunos, pero se puede palpar ese cariño que siente por su familia, y pienso que es muy adorable. En verdad que es muy afortunado.”
“Es cierto,” Hotarumaru asintió.
“¡Me alegro mucho por él!” dijo Sora, emocionado. “Sora tiene la oportunidad de vivir con sus hermanos en el presente, y es una gran experiencia. Haha~ me alegra verle tan feliz.”
“Es verdad que ese pelirrojo estuvo en el extranjero,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aunque comprendo que tú también estuviste lejos de casa, pequeño Sora, ¿no es así?”
“Hmm, más bien me he incorporado a una nueva casa con mis medios hermanos. Es una larga historia…” el pequeño lo meditó, pero decidió no molestarse en narrar los detalles. “Lo que importa es que somos felices juntos y compartimos un montón de cosas. También nos comprendemos muy bien mutuamente. Hehe~ debe ser lo mismo para Shinano, ¿verdad?”
“Será, además que parece ser ese tipo de persona en general,” Mai se encogió de hombros. “Esto nos demuestra que no sólo tiene un crush con su hermano militar.”
“¡Hahaha, me hubiera encantado estar ahí para verlo!” exclamó Tsurumaru, estallando en risas.
“Me seguiré preguntando cuántos hermanos tiene Shinano, nunca quiere decir un número,” dijo Yukko, meditativa.
“Suena a que será un misterio que no podremos resolver,” Hotarumaru asintió. “Casi da la impresión que tendrá una razón para no querer decirlo.”
“Quizás queda pendiente la posible introducción de más hermanos llamativos tanto dentro del fic como en el propio juego,” opinó Mai. “Es una medida de seguridad.”
“¿Juego? ¿De qué juego hablas, Mai-neechan?” preguntó Sora, perplejo.
“Haha, ignórala, es su sentido del humor,” dijo Tsurumaru, entretenido.
“Yo tampoco sé a qué se referirá Mai, pero…” para variar, Syo se mostró un poco incómodo, y desvió su mirada. “Shinano sí tiene un motivo por el cual no quiere decir cuántos hermanos son.”
“¿Eh? ¿En serio?” Yukko se sorprendió. “¿Hay un motivo válido?”
“Oh, ¿en verdad?” Natsuki se puso a pensar, y entonces se quedó en shock. “¡Ah, ¿te refieres a eso que pasó poco después de conocer a Shinano-chan?!”
“Me sorprende que lo recuerdes, Natsuki.”
“Pues…” este bajó su mirada, con leve tristeza. “Es algo importante para Shinano-chan, y fue un poco duro, pese a que él solía ser tan pequeño en aquel entonces…”
“Si mal no recuerdo, ustedes tres son amigos de la infancia,” observó Mai. “Suena a algo bastante antiguo.”
“Vaya, ni idea de a qué se pueden referir,” incluso Tsurumaru se vio intrigado. “¿Qué sucede? ¿Acaso hay un hermano alejado o que se murió o algo así?”
“O-oye, no digas cosas así tan súbitamente,” Syo se alarmó y le miró con reproche. “Esto es un tanto delicado, aunque no puedo negar tus hipótesis. Es algo de ese tipo.”
“Mo…” Hotarumaru se impresionó. “¿En serio?”
“Ya casi lo había olvidado…” Natsuki sonrió con tristeza. “Es una pena, seguro que Shinano-chan todavía no se siente cómodo hablando al respecto, pero no se preocupen por él,” iluminó su sonrisa. “Es algo que sí pasó hace mucho tiempo, y él nunca estaría solo.”
“Verdad que ni Yagen me ha dicho cuántos hermanos son. No que me haya interesado, pero sí es un poco raro,” Tsurumaru alzó una ceja. “Me da curiosidad, pero tarde o temprano correrá el chisme. Veo que ustedes dos no serán quien nos cuenten la historia.”
“No me presto para esas cosas, y sé un poco más respetuoso, por favor,” observó Syo, con leve reproche. “Y pues, si soy sincero tampoco recuerdo el número exacto de hermanos que son, pero son más de doce…”
“¡Doce! ¡Ese es un número impresionante!” observó Sora, sorprendido.
“Es extraño,” Mai llevó una mano a su mentón y se puso a pensar críticamente. “Para un tenebroso científico de Rizembool, el doctor tiene demasiados puntos débiles.”
“Ehh, Mai, ¿qué estás diciendo…?” preguntó Yukko con leve miedo.
“¡Hahaha, siempre sabes decir las cosas más ocurrentes!” exclamó Tsurumaru, entretenido. “No serías tú sin un poco de humor cruel y guerrillero, sin lugar a dudas.”
“Pensar que ellos se han visto separados de algún hermano, o algo similar…” Hotarumaru agachó su mirada. “Suena a algo muy triste. Espero que estén bien…”
“Anímate, no te preocupes por ellos,” dijo Syo, sonriendo con energías. “Es un tema incómodo, pero eres testigo de lo unidos que son, y confío en que todo está en orden. Ahora hay que continuar con los ánimos de siempre, ¿de acuerdo?”
“Tiene mucho sentido,” dijo Sora. “¡Entendido, así será!”
“Oh, Shinano-chan y Sada-chan ya vienen de regreso,” observó Natsuki. Aquel par regresó a sus sitios en la amplia mesa.
“¡Misión cumplida!” exclamó el pelirrojo, muy contento por realizar su pequeña travesura. “¿Nos perdimos de algo?”
“¡Ehh! ¡N-nada!” exclamó Yukko, forzando una sonrisa. “¡Todos estamos bien! ¡S-sólo hablábamos de las vacaciones y algo así! ¡Sí, serán geniales!”
“Yukko, ¿estás bien?” preguntó el pelirrojo, confundido y ladeando su cabeza.
“En serio…” Taikogane frunció el ceño, con leve sospecha.
“Hahaha, ignoren a nuestra linda Hanasaki-chan,” Tsurumaru le restó importancia, completamente relajado.
“¡Ohh, Shinano me dijo que están juntos en el club de drama!” dijo el peliazul a Syo, emocionado. “¡Qué genial! ¡Debe ser muy divertido!”
“Sí, es una gran experiencia,” el actor asintió. “Cuando entres a la universidad podrías considerar unirte. Te aseguro que te divertirás un montón.”
“¡Claro! ¡Quisiera ser tan cool como tú!”
“Puede que también me vaya muy bien ahí,” dijo Sora, contento. “Maestro me dijo que uno de sus senpais es quien dirige ese club, y si esa persona es alguien a quien maestro reconoce como senpai, debe ser muy hábil.”
“¡Ahh, qué sorpresa! ¡Estamos de algún modo conectados por medio de Wataru-chan!” exclamó Natsuki. “Seguramente él te recibiría con los brazos abiertos.”
“¡Sí, le preguntaré a maestro cuando entre a la universidad!” asintió obedientemente. “De momento sigo entrenando bajo lo que maestro me indica. ¡Oh, verdad, debo encontrarme con él dentro de poco!”
“Buen punto, nuestra reunión de drama comienza pronto también,” dijo Yukko, sorprendida por la hora que era.
“Si tienen que irse, hay que terminar la comida que queda cuanto antes,” dijo Taikogane. “Pero asegúrense de saborearla bien, ya que Micchan la hizo especialmente para nosotros.”
“Estoy convencido que he traído a nuevos clientes frecuentes hoy, Sada-bou. No te preocupes,” opinó Tsurumaru.

De aquel modo, el grupo siguió con esa degustación antes de que la mayoría tuviera que retirarse a encargarse de otros asuntos.




Mientras tanto, en la casa de los Kotetsu, Mariko bajaba las escaleras para llegar al primer piso. Tal y como Horikawa había anunciado en el desayuno de aquella mañana, el señor Kotetsu iba a hacer acto de presencia para hablar con todos en el comedor tradicional de aquel hogar con respecto a las vacaciones. Era la primera vez que la pelirrosa se iba a encontrar con el líder de la familia, por lo cual se sentía un poco tensa.

Llegó al primer piso y vio que Cho, Kashuu y Roxas se encontraban esperándole.

“¿Eh? ¿Todavía no han ido al comedor?” preguntó la menor, confundida.
“Aruji supuso que te sentirías intimidada, así que estamos aquí para acompañarte,” dijo el arma, con una cordial sonrisa.
“Entiendo tu nerviosismo, pero él es una persona razonable,” comentó Roxas. “Te advierto que su apariencia y severo semblante son un poco impresionantes, aunque es muy paciente.”
“Es cierto. El señor Kotetsu es muy gentil y sencillo pese a no demostrarlo,” dijo Cho.
“Él vendría a ser tu padre, ¿verdad?” preguntó Mariko a Roxas.
“Pues sí, todavía me cuesta creerlo, pero lo es…” dio un pesado suspiro. Pese a que llevaba varias semanas viviendo en aquel lugar, todavía no estaba del todo acostumbrado a su nueva realidad. Urashima, Horikawa y Nagasone ya comenzaban a sentirse como familia, y Sora también estaba congeniando bien, pero Roxas seguía sintiendo a su padre muy ajeno, seguramente por todo el tiempo que este pasaba inmerso en negocios y deberes familiares. “Todavía tengo que conocerle mejor, pero me parece una buena persona.”
“¿Y dónde está Ayumu?” Mariko se vio un poco confundida ya que hubiera esperado que su prima sería quien le esperara en esas circunstancias.
“Ya está en el comedor,” Cho sonrió. “Se lleva bien con el señor Kotetsu.”
“Hmm, eso me sorprende un poco,” la pelirrosa se mostró levemente escéptica.
“Vamos, nos están esperando,” dijo Kashuu.

Los cuatro llegaron a ese comedor y vieron a los demás ocupando varios sitios, con el imponente señor Kotetsu a la cabecera de la mesa. Curiosamente, Osaka se encontraba sentada a su costado y organizando una serie de papeles con sumo detenimiento. Mariko quiso hacerle alguna observación, pero de inmediato imitó a los demás a sentarse, y la reunión dio inicio.

“Buenas tardes con todos,” dijo Osaka, sonriendo profesionalmente. “Soy la secretaria de esta reunión y tengo el honor de presentar al señor Kotetsu ante ustedes.”
“Buenas tardes,” dijo el susodicho, con seriedad e inmutabilidad.
“¡Buenas tardes, papá!” exclamó Urashima, emocionado y agitando una palma.
“…” por su parte, Mariko estaba en shock y con los ojos abiertos como platos. “I-imposible…”
“Ehh, ¿estás bien?” le preguntó Kashuu.
“N-no le ha llamado kotatsu…” susurró anonadada.
“Sí, es una rara excepción que nadie entiende…” comentó Roxas.
“El primer asunto que atender es la llegada de Mariko Kurama y su presentación formal al líder de la familia,” siguió Osaka, quien miró a su prima con un rostro neutro. “Kurama-san, sírvase a ponerse de pie, por favor.”
“Ehm, ehh…” esta no supo qué decir, y siguió el pedido por inercia. Vio al señor Kotetsu levantarse y caminar donde ella. Por su gran estatura, Mariko se sintió como una hormiga y un tanto incómoda, pero este hizo una venia muy respetuosa.
“Bienvenida a nuestro hogar. Tu prima me ha hablado mucho sobre ti,” dijo Taroutachi, con una voz cadenciosa y amable pese a mantener su severo semblante. “Te ofrezco de mi hospitalidad y ayuda en caso la necesites.”
“S-sí, muchas gracias, todos son muy amables aquí,” se apresuró a decir e hizo un par de rápidas venias de saludo y agradecimiento.
“Sigamos con la reunión por favor…”
“Sí…” Mariko le vio regresar a su asiento y ella volvió a ocupar el suyo.
“El siguiente punto a discutir es el tema con respecto a las actividades durante estas vacaciones de verano,” narró Osaka, con gusto y dedicación. “Es el motivo principal por la presencia del señor Kotetsu, así que escuchen con atención.”
“Muchas gracias,” el dueño de casa asintió a Osaka en señal de agradecimiento y tomó la palabra. “Siendo este el último día de clases, quisiera comentar un compromiso muy importante que le corresponde a nuestra familia,” dicho esto, Taroutachi miró fijamente a Roxas, quien se sorprendió por recibir su atención tan repentinamente. “Al haber sido incorporado a nuestro hogar hace poco tiempo, es importante que te llevemos a conocer a nuestros parientes y familia extendida, y presentarte debidamente ante ellos. Iremos a la residencia principal de los Kotetsu durante las vacaciones para una reunión especial en tu nombre.”
“¿E-e-en serio?” preguntó Roxas, un poco pálido. Sonaba a un gran evento.
“Claro, es sólo normal,” dijo Nagasone, sonriendo tranquilo y decidido. “Todos están con ansias de conocerte y como uno de los hijos del líder, debes reconocer tu puesto en nuestra familia.”
“S-supongo, pero…”
“¡No te preocupes, Roxas-niichan!” exclamó Urashima, radiante de alegría. “Te aseguro que te encantará nuestro hogar allá y todos estarán más que contentos de verte. Además de eso iremos juntos y te guiaré por todos lados.”
“La residencia es un lugar enorme, y podría decir el único donde Urashima no se perdería. Puedes confiar en él,” comentó Horikawa, sonriendo.
“Uhh, oye, Horikawa…” el Kotetsu menor se deprimió un poco.
“Haha, sabes que bromeo, Urashima. No me tomes a mal.”
“Debo agradecer tu constante ayuda en este hogar, Kunihiro, y pedirte el favor que nos acompañes en este evento,” pidió Taroutachi, calmadamente.
“Sería un honor, señor Kotetsu,” dijo el amigo de la familia, haciendo una venia.
“Ante esto, es mi turno de pedirle disculpas a los demás,” el líder de casa se dirigió al resto del público, inmutado. “Esta es una reunión formal y privada donde sólo se aceptan a los miembros de sangre y familias allegadas y de confianza. Prometo organizar otra oportunidad para que visiten nuestra residencia, pero estas vacaciones no será posible extenderles la invitación.”
“No se preocupe, ya le debemos demasiado por todo el apoyo que nos da,” dijo Kashuu, sonriendo comprensivamente. “Les deseamos una próspera reunión. Nosotros nos encargaremos de mantener la casa durante su ausencia.”
“Sí, muchas gracias por todo,” Cho asintió respetuosamente.
“No hay de qué…”
“Ehh, pero…” Roxas miró a su hermana brevemente, con cierto temor. Le incomodaba pensar que estaría días alejado de las personas más cercanas a él e inmerso en un mundo que apenas sabía que existía bajo el rol de una persona distinta a él…
“Puedo notar que estás nervioso, pero te aseguro que todo estará bien, Roxas,” dijo Nagasone. “Más bien, hay que aprovechar que el dojo dentro de la casa ha sido terminado. Como familia guerrera, vas a tener que demostrar tus habilidades, así que puedo comenzar a entrenar más a menudo contigo.”
“Ehh, ¿voy a tener que probarme a mí mismo?” preguntó en shock.
“No va a ser una prueba en sí, y sé que tus parientes entienden que has tenido una educación distinta,” le aseguró Horikawa, amablemente. “Ellos estarán principalmente felices de que un nuevo Kotetsu haga aparición. Ah, y también te ayudaré con tu entrenamiento, así que cuentas con nosotros.”
“¡De todos modos! ¡Yo sé que Roxas-niichan tiene un gran potencial!” exclamó Urashima. “Kamekichi piensa lo mismo que yo. ¡Nunca dudes de ti mismo!”
“Sí, eh, gracias por sus palabras…” asintió y se resignó. Tenía todo el sentido del mundo que tuviera que presentarse debidamente y volvió a recordar lo poderosa y reconocida que era la familia Kotetsu. Le tocaba acostumbrarse a ello.
“Aparte de este evento, no tengo ningún otro plan, y quisiera decirles que son libres de sugerir cualquier actividad o viaje en caso deseen organizar algo,” comentó Taroutachi, pausadamente. “Sería provechoso que todos pudiéramos conocernos mejor y deseo brindarles un hogar unido y ameno como sea posible.”
“Gracias nuevamente…” Mariko asintió. “Pues, iré a pasar un tiempo con mis padres en Osaka, pero sí estaré aquí la mayor parte del verano. Con gusto acomodaré mis planes a los de ustedes.”
“Continúo definiendo la fecha de la reunión de mi familia. Ayumu se encargará de avisarles a la brevedad posible,” dicho esto, el señor miró a Osaka. “Eso es todo.”
“A continuación, un refrigerio cortesía de Horikawa,” anunció formalmente.
“Claro, enseguida,” el chico se levantó sonriente. “Esperen un momento, por favor.”
“Oh, te ayudo,” dijo Kashuu, quien le siguió hacia la cocina.

Ello terminó con la formalidad del diálogo y el ambiente se volvió más natural.

“Te agradezco por ayudarme a dirigir esta reunión,” dijo Taroutachi a Osaka, con una corta sonrisa. “Has demostrado prudencia y desenvolvimiento apropiado.”
“Hehe, me halagas mucho. Yo feliz de ayudar,” dijo la chica con su sonrisa sonsa de siempre y terminando con su rol de secretaria. “¡Y qué genial la reunión que van a tener! Espero que se diviertan mucho por allá.”
“Así será, gracias por los deseos,” asintió y se levantó. “Un momento por favor. He recordado que tenía una llamada telefónica pendiente. Volveré enseguida.”
“¡Sí!” asintió obedientemente y comenzó a guardar sus apuntes.

El señor Kotetsu caminó hacia la salida, y vio que la pelirrosa se levantó y se le dirigió.

“Ehh, u-un momento, por favor,” dijo Mariko.
“¿Qué sucede?” le preguntó tranquilamente.
“Pues, ehh…” la exHiME miró brevemente a su prima que estaba curiosamente escribiendo los minutos de la sesión. “S-sólo quisiera agradecerle por cuidar de Ayumu y que sea tan paciente con ella. Ehm, tiende a ser un poco difícil de tratar.”
“Su prima es una joven prometedora. No necesitas dudar de ella.”
“Ehh, no que realmente lo haga… sólo me preocupa a veces.”
“Estará bien, te lo aseguro,” asintió y sonrió con leve nostalgia. “Me recuerda un poco a mí.”
“¿H-habla en serio?”
“Con permiso.”
“S-sí…” Mariko se quedó anonadada.
“¿Todo bien, prima?” preguntó Urashima. “Hmm, te ves un poco sorprendida.”
“No sabría decir cómo solía ser mi padre en su juventud, pero sí suele ser un poco distraído y despistado, por más que no lo parezca,” comentó Nagasone, encogiéndose de hombros. “Será por eso que Osaka ha sido compatible con él desde un inicio.”
“Debe ser, me alegro por ella,” Cho asintió.
“¿Eh? ¿Qué sucede?” preguntó Osaka, quien se acercó una vez tuvo todos sus documentos en orden. “¿Mariko-chan? ¿Acaso algo te ha asustado?”
“¡Ayumu!” sorprendentemente, Mariko se emocionó y abrazó a su prima. “¡Sí hay esperanzas para ti! ¡Qué alegría!”
“¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso?” Osaka frunció el ceño, con leve preocupación. Vio a su primita romper el abrazo y agarrarle con firmeza de ambos brazos.
“Escúchame, pasa todo el tiempo posible junto al señor Kotetsu, ¿has entendido?” le pidió con cierta severidad. “Sé que él es una gran influencia para ti. Por favor, haz lo que te digo.”
“Eh, sí nos llevamos bien, sería un gusto,” la chica asintió y sonrió. “Tú tranquila, Mariko-chan.”
“Interesante…” Roxas se puso a pensar. Debía haber algo extraordinario en su padre para que Osaka se volviera más eficiente a su alrededor, aunque no podía imaginar qué podría ser.

Los demás no tardaron en regresar e inició una degustación del refrigerio en lo que todos comenzaron a hablar sobre las vacaciones y detalles sobre la residencia de los Kotetsu. Tenían todo un verano por delante.


La limpieza del aula de Gokotai y áreas aledañas avanzó lento, pero seguro. El pequeño se esmeró y trabajó intensamente en su parte pese a no considerarse muy adepto a esas tareas. De todos modos, a manera de ayudar un poco a aquel senpai que siempre velaba por él, no iba a darse por vencido.

“Ehh…” el pequeño barría el piso con leve dificultad al no poder recoger todo el polvo con el recogedor, y estaba en un círculo vicioso de retroceder para volverlo a intentar repetidamente. Su gran enfoque le llevó al pasillo antes de darse cuenta, donde alzó su mirada y captó el silencio y vacío de aquella gran escuela.

Seguramente los encargados de limpieza de cada salón ya habían terminado como para no percibir la presencia de nadie más. Ello le desanimó un poco. Si bien sabía que al menos tres personas solían ayudar para la limpieza, temía que su trabajo no estuviera siendo lo suficientemente bueno…

“Gokotai, ¿todo bien?” preguntó Monoyoshi, saliendo del aula. Este sonrió animado. “Ya terminé con el salón. ¿Cómo te va por el pasillo?”
“¿E-ehh? ¿Terminaste con el salón?” le preguntó impresionado. “P-pero me correspondía limpiar algunos de los pupitres…”
“Ya me encargué de eso. No te preocupes, a mí me gusta mucho la limpieza. Es uno de mis pasatiempos favoritos.”
“¿E-en serio…?” ladeó su cabeza y se quedó en blanco.
“¿Por qué te confundes? Es natural para mí.”
“Es que cosas como limpiar suelen ser odiadas o evadidas por todos…” se puso a pensar. Podía recordar varias veces en que algunos de sus hermanos renegaban o se resignaban a esa labor, además del estado desordenado de la habitación de algunos de ellos. “A mí se me hace difícil, y no es fácil encontrar a alguien que lo disfrute.”
“Hm, ya veo.”
“¡Ehhh! ¡P-p-pero no es que quiera decir que está mal, senpai! ¡Pienso que es admirable que te guste y seas bueno en ello! ¡En verdad! ¡P-perdón si te hice sentir mal!”
“Haha, no te inquietes, lo comprendo,” el pelirrosa le sonrió amablemente. “No hay nada de malo con tu parecer, Gokotai. Es normal que las tareas sean pesadas o difíciles. Sólo necesitas recordar que cada uno de nosotros somos distintos, y eso está muy bien, te lo aseguro.”
“Senpai…”
“También tengo costumbre y disciplina de limpiar en mi hogar. Ello lo hace fácil para mí.”
“Pero…” el peliblanco agachó su cabeza, apenado. “¿No es difícil? ¿No te resulta cansado siempre estar trabajando por todos y ayudando a todos cuando te lo piden? Yo… no quiero darte ese peso tampoco…”
“No te preocupes,” le dijo con una brillante e inmutable sonrisa. “Estoy bien.”
“Pero…”
“¿Sabes?” Monoyoshi aspiró y encaró hacia las ventanas de su salón desde el pasillo. Él sonrió con una gran paz interior en lo que recibía los rayos del atardecer que comenzaban a teñir a la ciudad de colores cálidos. “Siempre me he considerado una persona muy afortunada y bendecida. Quizás no sea muy obvio, pero tengo una gran suerte, y estoy eternamente agradecido por la vida y facilidades que me han sido otorgadas.”
“…” Gokotai le miró atentamente, intrigado por sus humildes palabras.
“La vida puede resultar difícil y solitaria en ocasiones, pero en aquellos momentos hay que aprender a concentrarnos en el lado positivo, y en comprender lo dichosos que en verdad somos,” el pelirrosa volvió a dirigirse a su menor y le sonrió ampliamente. “Y es mi mayor deseo el transmitir a todos este sentimiento tan simple, esta dicha de estar vivos.”
“Senpai…” se vio impresionado. La luz que provenía del salón tintaba a Monoyoshi de un brillo que acentuaba sus cabellos rubios rosáceos y ojos miel, al punto de invocar un aura etérea a su alrededor. Siempre había sentido admiración por la gran y bondadosa persona que era, pero en momentos como el presente no evitaba pensar que él provenía desde fuera de su propio mundo.
“Sea ayudar a otros con sus clases o limpiar este salón, me motiva saber que soy capaz de cuidar de los demás, y deseo fervientemente que al realizar estas labores sea capaz de inspirar alegría y bienestar en nuestros compañeros. Ese simple deseo es el que me da fuerzas, Gokotai. Me hace feliz saber que tengo el poder de ayudar a quienes me necesitan.”
“Ya veo…” Gokotai asintió y sonrió con torpeza. “Tiene sentido… eres muy admirable.”
“No, sólo hago lo que puedo,” Monoyoshi negó. “Creo que hemos terminado.”
“Eh, sí…”

El par recogió los instrumentos que emplearon y, luego de guardarlos, se retiraron del edificio de clases camino a la salida de esa secundaria. Fue una caminata tranquila y despejada, y Gokotai compartió un poco sobre lo que tenía planeado para el verano.

“Ah, entonces irás de paseo con tus hermanos a su casa de playa,” observó Monoyoshi. “Hehe, un verano no está completo sin una visita al mar, ¿cierto?”
“Sí, es verdad,” Gokotai asintió y sonrió. “Lo estoy esperando con ansias. Este paseo es una tradición familiar y la zona a donde vamos es segura y suelen organizarse matsuri con frecuencia. Va a ser genial.”
“Sí lo suena. Te deseo un muy próspero viaje.”
“Muchas gracias, senpai. Ehm… ¿y cuáles son tus planes para las vacaciones?”
“¿Eh? Hm, no sabría decirte,” alzó su mirada a las nubes con cierto dejo de confusión. “Si no me equivoco tengo un par de eventos sociales a los que ir para representar a mi familia… aparte de ello no tengo más en mente.”
“¿En serio? Pero sería bueno que aproveches a ir a la playa o a viajar,” observó el peliblanco con leve preocupación. “Ehh, podría preguntarle a Ichi-nii si puedes ir con nosotros.”
“Está bien, no tienes que hacer eso,” dijo Monoyoshi rápidamente con una sonrisa incómoda y agitando sus palmas. “Lo más probable es que sí termine yendo a algún lado. Lo que sucede es que no suelo ser yo quien se viene con los planes en mi hogar.”
“Ehh, ya veo…” ello hizo confundir a Gokotai, quien ladeó su cabeza. “Sería bueno que también pudieras decidir… supongo…”
“Sea como sea, tendré unas vacaciones tranquilas y tengo gran fe en la organización de mi hogar. No te preocupes.”
“Bueno, sí tú lo dices, senpai,” ello le entristeció un poco, y bajó su mirada. “Ahora que lo pienso… no recuerdo que en algún momento hayas mencionado a tu familia. Sólo sé que tiendes a estar ocupado con algunos de sus deberes…”
“Es posible que no haya hablado al respecto, es verdad…”
“¡Ehh! ¡P-pero no estoy diciendo que debes hacerlo! ¡T-tampoco quisiera obligarte, senpai! ¡Y-y-ya de por sí quizás sea yo quien habla de mi familia demasiado! ¡Ehhh!”
“Tranquilo, tranquilo, está bien,” le pidió amable y pacientemente en lo que le sonreía. “La familia es muy importante, tienes razón. Supongo debo admitir que la mía no es muy unida. Es normal que no les mencione con frecuencia por ese motivo.”
“¿Por qué…?”
“No sabría decirte el porqué, sólo se ha dado así. Pero es normal para nosotros. Pese a la distancia, nos llevamos bien y cuidamos el uno del otro cuando es necesario,” asintió convencido. “Yo más bien pienso que en ese aspecto tú eres el afortunado. Tienes una hermosa familia y un montón de hermanos que te quieren y cuidan de ti, y a su vez tú les dedicas todo tu esfuerzo y atención. En verdad me alegro mucho por ti, Gokotai.”
“Eh, muchas gracias…” el pequeño sonrió un poco al pensar en sus hermanos. “De todos modos… no es por querer imponer nada, pero quisiera que intentaras conectar un poco con tu propia familia, senpai. La familia sí es importante… no sé qué sería de mí sin mis hermanos… y quisiera esa felicidad para ti también…”
“Eres muy amable. Tus deseos significan mucho para mí, en verdad,” le contestó animado y tranquilamente.

Aquella conversación les llevó hacia la salida, donde Gokotai no tardó en reconocer a Namazuo, quien ni bien le vio corrió donde el par con una amplia sonrisa.

“¡Gokotai!” exclamó el pelinegro, quien apachurró a su hermanito con mucha alegría. “¡Aquí estabas, precioso~!
“¿N-Namazuo-niisan? ¿Qué haces por aquí?” preguntó con leve curiosidad.
“Akita y Houchou me dijeron que te habías quedado a limpiar y no pudiste acompañarlos a ir a comer helados,” dijo el mayor, quien le soltó y le revolvió los cabellos. “Hehe~ y no iba a dejar que te regresaras por tu cuenta, así que he venido a recogerte.”
“Eh, muchas gracias, espero no haberte preocupado.”
“Para nada, eres muy lindo y estoy orgulloso de ti por ofrecer tu ayuda,” luego de atender a su pequeño, Namazuo se dirigió a Monoyoshi. “Ohh, y tú eres su senpai, ¿verdad?”
“Sí, buenas tardes,” dijo Monoyoshi, haciendo una respetuosa reverencia. “Gokotai fue una gran ayuda para mí.”
“Vamos, tú también le ayudaste al irle a visitar cuando estaba resfriado, así que estamos en confianza,” le dio un guiño. “Y te debo por siempre cuidar tan bien de él.”
“No es nada. Soy afortunado de tener a Gokotai como mi compañero de clase,” dicho esto, hizo otra reverencia. “Debo irme. Les deseo unas placenteras vacaciones.”
“S-sí, muchas gracias, igualmente,” se apresuró a decir Gokotai.
“¿Eh? ¿No quisieras que te llevara a tu hogar?” preguntó Namazuo.
“Muchas gracias por la oferta, pero tengo que ir a realizar unas compras. Mi retorno se va a prolongar,” sonrió con torpeza. “Lo siento…”
“Heh, bueno, no te obligaré. ¡Ve con cuidado!”
“Claro, igualmente,” Monoyoshi volvió a hacer una reverencia y siguió su camino hacia las afueras de la secundaria.
“Ya que has sido un muy buen niño, te llevaré a comer unos helados~” exclamó el mayor. “Sí hay que celebrar por estas vacaciones cuanto antes, ¿no te parece?”
“Hehe, muchas gracias, Namazuo-niisan,” Gokotai sonrió gustosamente. Iba a estar rodeado de sus queridos hermanos a partir de aquel momento, así que le tocaban unas vacaciones muy felices y agradables.

El par de hermanos fueron hacia el estacionamiento para partir rumbo a la heladería antes de regresar a casa, donde podrían disfrutar de esa tan esperada libertad.


Un par de horas pasaron y llegó el anochecer en la universidad de Rizembool. El lujoso restaurante comenzaba a llenarse de más gente y los pisos superiores fueron habilitados para acomodar a más clientes, con varios de ellos siendo de mayor rango. El sexto piso deslumbró su pecera y acabados especiales, y el profesional servicio continuó como programado.

Luego de cumplir con su turno como chef, Mitsutada estuvo a cargo de atender la barra en el sexto piso. Sin embargo, la todavía moderada clientela le permitía entretener a sus amigos que estaban presentes. A ellos se sumó Ichigo, quien acababa de llegar.

“No había esperado verte hoy,” observó Mitsutada, con una sonrisa cordial. “Es un agrado.”
“Lo mismo digo, Mitsutada-san,” dijo el peliceleste, sonriendo amablemente y asintiendo. “Sin embargo, he tenido una faena especialmente difícil hoy y pensé que sería mejor tomar un respiro antes de regresar a casa. Siempre eres muy reconfortante.”
“Tú eres igual que yo en ese aspecto,” asintió y le extendió una carta. “Si tienes alguna consulta sobre las bebidas que ofrezco no dudes en preguntar. También puedo darte sugerencias.”
“Eh, eres muy amable, pero yo no tomo bebidas alcohólicas,” dijo alzando sus palmas y sonriendo con torpeza.
“Heh, no me sorprende de ti, Ichi-nii, pero relájate,” dijo Tsurumaru sentado a su costado en lo que degustaba de una pequeña botella de sake que había pedido. “Tus admiradores hermanos no están presentes.”
“No me llames Ichi-nii, por favor,” le pidió Ichigo con amabilidad.
“Ohh, yo ya quisiera ser legal para tomar alguna bebida de alta calidad,” observó Taikogane. Él apenas había pedido una Ginger Ale. “¡Vamos, Micchan, puedes confiar en mí! ¡Sírveme algo!”
“Haha, sabes que no, Sada-chan,” el mayor rió un poco y negó.
“Hm, creo que yo no querría tomar alcohol cuando crezca,” observó Hotarumaru, quien desentonaba del grupo al estar degustando de una trufa de chocolate. “Suena a un vicio…”
“Comer dulces perpetuamente también es un vicio, Hotaru-bou,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aunque sí, mejor mantén tu distancia. Si te exponemos a algo inapropiado, sé que Akashi nos sacará los ojos.”
“Seguramente Akashi-san sólo quiere velar por el bienestar de su querido hermano menor, pero él no sería agresivo con nadie,” opinó Ichigo. “Entiendo su preocupación. También me inquietaría si uno de mis queridos hermanitos fuera a adoptar algún vicio, especialmente si es algo como tomar alcohol.”
“¡Hahaha!” Tsurumaru rió con ganas. “Yagen no será legal aún, pero le he visto tomar en reuniones y convenciones científicas.”
“¿Q-qué dices?” ante eso, Ichigo puso una cara de espanto y pareció que algo se quebrantó dentro de él.
“Ehh… Ichigo-san…” Mitsutada intercambió miradas con el peliblanco.
“Uhh, sé más amable, Tsurumaru,” reclamó Hotarumaru, haciendo un puchero.
“Sí, perdón, perdón,” el mayor sonrió apenado y agitó una palma. “Pero tú no te preocupes, Ichigo. Él es responsable y sólo toma cuando es una etiqueta social. No lo trates como un niño por más que lo parezca en tu punto de vista.”
“Pero…” el peliceleste se mostró un poco inquieto. “Temo que ese sea un posible desencadenante a algo más serio. También sé que gusta de tomar café cargado.”
“No hay nada de extraño en eso, yo también lo hago,” dijo el chef, sonriendo comprensivamente.
“Ojalá yo también algún día, pero todavía no me acostumbro al amargo del café,” comentó Taikogane con leve torpeza.
“Eh, no tienes que esforzarte, Taikogane,” observó Hotarumaru, con curiosidad.
“Supongo no he llegado a acostumbrarme al hecho que no conozco muy bien a todos mis hermanos,” Ichigo dio un suspiro y sonrió incómodo. “Mis disculpas, no quise inquietarles.”
“Estás en confianza, Ichigo-san,” Mitsutada asintió. “Has venido para darte un respiro, como bien dijiste. Déjanos ayudarte.”
“Lo aprecio mucho.”
“Yo pienso que eres un hermano mayor muy genial y cool,” opinó Taikogane, sonriendo ampliamente. “Heh, hasta sé que tienes muchas fans por todo Rizembool. ¡En verdad que tus hermanos son muy afortunados de tener a alguien como tú!”
“Ehh, no es para tanto…” el peliceleste se vio confundido. “Y dudo tener a tantos fans.”
“Siempre me sorprende lo poco consciente que eres sobre ello, pero, en fin, va con tu humildad,” Tsurumaru se encogió de hombros. “Aquí Mitsu-bou también se está haciendo popular entre las chicas. A todas les gusta un hombre que cocina, ¿cierto?”
“Haha, ¿qué dices, Tsuru-san?” entonces, Mitsutada recibió un par de papeles de un mesero. “Oh, un momento, por favor, tengo unos pedidos que atender.”
“Descuida, Micchan, te esperamos~” dijo su pequeño admirador, quien volvió a dirigirse al peliceleste. “Ah, más temprano vino un gran grupo de estudiantes y entre ellos conocí a Shinano. Es un chico divertido, ¡y tiene de amigo a un actor que es súper cool!”
“Ohh, ¿Shinano pasó por aquí?” preguntó Ichigo, un poco sorprendido.
“Sí, Tsurumaru nos trajo,” Hotarumaru asintió. “Él tuvo que irse a su práctica de drama.”
“Ya veo, me alegro que ya se haya hecho de muchos amigos. Sin duda, él tiene un gran corazón y un fuerte carisma.”
“Heh, interesante,” Taikogane se animó. “Shinano tuvo varias cosas positivas que decir de ti también. Entiendo que ese es el espíritu de tu familia. Vaya, qué envidia, ya quisiera tener hermanos como ustedes, me llenarían de energías todo el tiempo.”
“Hahaha, tú no necesitas que nadie te llene de energías, Sada-bou,” Tsurumaru rió un poco.
“Y, de por sí, pienso que tienes una familia muy noble y bondadosa, Taikogane,” comentó Ichigo. “No tienes nada que envidiarnos, a mi parecer.”
“No, sé que eres buena gente y dices cosas amables todo el tiempo, pero mi familia no es nada especial,” el pequeño peliazul frunció el ceño y desvió su mirada con desinterés. “No somos nada unidos, ni nos entendemos, y sé que yo soy la oveja negra por no ser diplomático o formal o estudioso o lo que sea. Uhh, y el heredero de mi familia es un ser incorregible y desagradable. Micchan siempre será mi verdadero hermano.”
“Taikogane…” Ichigo se mostró afligido por esas palabras, especialmente por el grado de desinterés con las cuales fueron dichas.
“Pero no te preocupes por mí, Ichigo-san,” este le sonrió. “Si bien mi familia es un ensarte, reconozco que no son malos, y tengo la suerte de contar con grandes amigos como ustedes. Oh, aunque me falta conocer a más de tus hermanos. Seguro que son tan buenos y cool como tú.”
“Ehh…”
“Oh, hay un pequeño savage de anteojos que si mal no recuerdo comenzará a estudiar en tu colegio después de las vacaciones,” dijo Tsurumaru. “¿Verdad, Ichigo?”
“Eh, sí,” el peliceleste negó y recobró su sonrisa y cordialidad. “Hakata se integrará a tu secundaria dentro de poco. Sería un agrado que los dos pudieran llevarse bien.”
“¡Claro! ¡Con gusto le mostraré todo el campus!” asintió cometido a sus palabras.
“Hmm, Maeda me dijo que su hermano iba a estudiar parte del tiempo en la secundaria y parte en la universidad,” observó Hotarumaru. “Al parecer es muy inteligente.”
“Vaya, ya casi me siento intimidado,” Taikogane sonrió. “¿Y cuántos hermanos son en total?”
“¿Cuántos somos?” Ichigo se vio brevemente perplejo por la pregunta, y sonrió con humildad. “Somos muchos, supongo.”
“¿Eh? ¿Quieres hacer suspenso?” el peliazul se confundió.
“…” por su parte, Hotarumaru intercambió miradas con Tsurumaru. Hubieran esperado una respuesta ambigua de parte del juguetón de Shinano o del misterioso de Yagen, pero si incluso Ichigo no daba una respuesta firme significaba que sí había gato encerrado. Las palabras de Syo comenzaban a tener más peso.
“Listo, ¿me perdí de algo?” preguntó Mitsutada, luego de que un mozo se llevara los tragos recientemente preparados.
“Voy a estudiar con uno de los Toushirou, Micchan,” reportó Taikogane, sonriente.
“Ah, me alegra mucho. Asegúrate de ser amable con él y ayudarle en lo que necesite.”
“¡Por supuesto!”
“Ohh…” de repente, Hotarumaru miró hacia la pecera y se quedó anonadado. “¿Ese de ahí es un pez león?”
“Ah, salió de su escondite,” observó Tsurumaru, entretenido.
“Sí, hay dos, y también muchos peces increíbles que mejor se aprecian de cerca,” dijo Taikogane. Este se levantó de su butaca de un salto. “Ven, déjame mostrarte.”
“Oh, muchas gracias,” asintió y le siguió rápidamente.

Los menores fueron a la pecera donde Taikogane comenzó a apuntar a los peces e introducírselos al pelicenizo, quien prestaba atención y asentía repetidamente. El trío restante en la barra les observó brevemente, hasta que Mitsutada sirvió una taza de té a Ichigo, quien se sorprendió.

“No llegué a pedir nada…” dijo impresionado.
“Es cortesía de la casa,” sonrió con cierta perspicacia y amabilidad. “He podido notar que te encuentras triste y meditabundo, y mi vocación de chef y anfitrión me inclina a velar por ti. También quisiera oír qué tienes en mente.”
“Realmente eres admirable, Mitsutada-san…” Ichigo sonrió agradecido. Agarró su taza suavemente y miró el contenido. “Te agradezco por tu hospitalidad…”
“Confía en nosotros, Ichigo,” Tsurumaru le agarró de un hombro y le movió un poco como quien le despertaba. “Avívate.”
“Haha, no tienes que sacudirme,” dijo el peliceleste, con torpeza. “Es sólo que, luego de los más recientes eventos, he podido presenciar que hay mucho que se escapa de mis manos. Quisiera poder velar por mis queridos hermanos y serles un confiable hermano mayor, pero dudo que todos me vean así,” agachó su cabeza. “Ahora mismo que escuché las incomodidades de Taikogane con su propia familia no puedo evitar preocuparme por él, y también… me pregunto si alguno de mis hermanos se sentirá de aquel modo.”
“Sada-chan mencionó a su familia, ya veo…” Mitsutada miró frustrado a su pequeño amigo verse tan animado como siempre mientras hablaba con Hotarumaru. “Tampoco estoy conforme con su presente realidad y su manera de ver las cosas, pero quizás lo más saludable es dejarle que interprete su vida y aprenda con el paso del tiempo. El primogénito de su familia me pidió hace tiempo que cuidara de él ya que sus superiores están en el extranjero, y precisamente porque los dos son muy incompatibles…”
“Siempre tengo curiosidad de aquel ‘heredero’ del que siempre se para quejando,” dijo Tsurumaru.
“Le conocí una vez hace varios años, cuando yo apenas me recuperaba de perder la memoria,” dijo Ichigo, haciendo memoria. Él sonrió con tristeza y nostalgia. “Fue una figura bastante imponente, y quien me llamó la atención para que despertara de mi letargo. En aquel entonces, no estuve consciente de la carga que Gotou sostenía para velar por nosotros, y la preocupación de nuestro allegado y sus exigencias me hicieron recapacitar en velar por mis hermanos. Me apena que Taikogane se queje de él tan amargamente.”
“Ehh, pues, ustedes no lo conocen,” Mitsutada sonrió incómodo. “Los motivos de Sada-chan de quejarse de él se deben más a su personalidad que a las aptitudes que tú recuerdas de él, Ichigo-san. Es que es todo un personaje.”
“Haha, para que Mitsu-bou diga que alguien es todo un personaje seguro que sí es un ensarte,” comentó Tsurumaru, sonriendo con ironía. “Pero ya, no te andes deprimiendo por lo que escuchaste de Sada-bou. Tú eres el infalible Ichi-nii y todos tus hermanos te tienen un gran respeto, y en verdad que te lo mereces.”
“Espero que sí…”
“Seguro que andas preocupado por Yagen como es usual, ¿cierto?” Tsurumaru se encogió de hombros. “Déjalo ir. Él no es tan niño como parece. Es una gran molestia, según yo.”
“Vamos, Tsuru-san, no digas esas cosas,” Mitsutada sonrió incómodo. “Pese a no conocerle bien, sé que Yagen les tiene en consideración y se preocupa por todos sus hermanos. También sé que te tiene en gran estima, Ichigo-san.”
“Es un pensamiento agradable, pese a no haberle sido de gran apoyo…”
“Heh, no te expreses con duda, es evidente,” el peliblanco rió un poco. “Además, pese a que los dos sabemos lo pesado que es con Namazuo, nunca le he visto desconocerle como uno de sus mayores. Obviamente a ti te idolatra, al igual que tus otros hermanitos.”
“Muchas gracias por sus palabras…” asintió y sonrió con torpeza. “Es un poco vergonzoso hablar de estas cosas y contarles mis inquietudes. Lamento las incomodidades.”
“Es nuestro agrado oírte, Ichigo-san. Reflejas una genuina preocupación por tu familia,” observó el chef, tranquilamente.
“Ahora que inician las vacaciones, estoy esperando organizar suficientes actividades para integrar a todos mis hermanos. Está el viaje a nuestra casa de playa, como siempre.”
“Oh, no te olvides que ya me apunté,” dijo Tsurumaru, animado. “Haha, no dolería ver si para variar puedo tomar un poco de color en vez de sólo enrojecerme por dos días.”
“Hahaha, no sé si tu piel es capaz de tomar color, Tsuru-san,” Mitsutada rió modestamente.
“Si ustedes pudieran unírsenos a ese paseo, sería muy oportuno,” dijo el peliceleste.
“Claro, sé que Sada-chan estaría encantado, y si no es inmediatamente después del semestre, contaré con tiempo de sobra.”
“Me alegra oírlo,” asintió y su expresión volvió a contagiarse de leve nostalgia y tristeza. “Además de ello, pensé en organizar otro paseo corto en los próximos días.”
“Oh, eso es nuevo,” Tsurumaru se impresionó. “¿A dónde irían? Me libro mañana del laboratorio así que con gusto iría con ustedes, si es que no es nada limitado a tu familia.”
“No lo será, esperaba extenderle la invitación a los Yukimitsu, aunque Mikazuki y su familia no podrán acompañarnos.”
“Haha, suerte con eso,” rió un poco.
“Yo sólo… intenté buscar información entre los álbumes familiares y los propios diarios de mi padre sobre las actividades que solían realizarse cuando mis progenitores seguían con vida…” comentó Ichigo, meditabundo. “Es mi gran pesar decir que hay muy poca información disponible. Esperaría gran cantidad de fotos, al menos, pero es como si esos recuerdos también hubieran desaparecido…”
“Pues, no sabría qué decirte…” Mitsutada desvió su mirada, apenado.
“Yo sí, lamentablemente…” Tsurumaru sonrió con ironía y un poco de pena. “Conociendo a Yagen y dándome una idea sobre sus hermanos ‘contemporáneos’, seguramente ellos han decomisado y desaparecido esos recuerdos en lo posible.”
“Debo admitir que tengo las mismas sospechas, Tsurumaru-san…” agachó su mirada. “Comprendo que ese pasado les corresponde más a ellos que al resto de nosotros, y seguramente no querrían incomodarnos con esos recuerdos, pero…”
“Pero tú tranquilo,” el peliblanco le dio una palmada en un hombro. “Precisamente por ello, no es como si se hubieran deshecho del pasado. Sólo espera a que se sientan más cómodos de hablar de ello contigo, y muy probablemente sacarán aquel tesoro de su escondite. Es definitivamente algo muy importante para ellos también.”
“Gracias, tienes razón,” ante esas palabras, Ichigo se vio levemente perplejo.
“¿Eh? ¿Qué sucede?” Tsurumaru se confundió.
“Oh, nada, descuida,” el peliceleste sonrió agradecido. “Aprecio mucho tus palabras, y suelo olvidar lo analítico y atento que eres. Nuevamente gracias por tu comprensión, Tsurumaru-san.”
“Tsuru-san sí es una persona muy sabia, pese a no querer mostrarlo,” Mitsutada asintió.
“Prefiero ser un ruidoso amigo que anima el ambiente, ya me conocen,” negó frustrado. “¿Y a dónde ibas con todo este relato, Ichigo?”
“Sí, lo que sucede es que encontré la mención de un bosque a unas horas de la ciudad donde una vez mis padres fueron de viaje junto a nosotros, cuando sólo éramos los tres mayores,” narró el peliceleste, con una suave y apenada sonrisa. “No soy capaz de recordarlo, pero por el modo en el cual mi padre se expresó de aquel lugar en su diario, suena a un bosque que él visitó varias veces en su vida. Sin embargo, en ningún momento en estos nueve años hemos ido de paseo por allá. Quisiera ir a ese sitio con mis hermanos a manera de honorar nuestros orígenes.”
“Es una meta iluminadora, y sensible, como lo esperaría de ti, Ichigo-san,” Mitsutada sonrió comprensivamente. “Me gusta tu visión, y les deseo un próspero viaje. Estoy convencido que a tus hermanos les encantará la idea.”
“Muchas gracias, Mitsutada-san,” asintió. “Quisiera ser capaz de averiguar más de mi pasado, pero incluso esos diarios son escasos. Ojalá algún día pueda encontrar los más recientes…”
“Pero ya tienes algo de utilidad, te viene bien aprovecharlo,” observó Tsurumaru.
“Sí, eso haré,” Ichigo sonrió. “Lo espero con ansias. He leído que es un bosque muy extenso y hay varias cosas por hacer. Si puedes invitar a más personas, sería lo mejor.”
“Claro, apuesto a que Hotaru-bou aceptaría sin pensarlo dos veces.”
“¿Eh? ¿De qué hablan?” preguntó el susodicho, quien acababa de regresar con Taikogane.
“Nice timing, pequeño,” dijo el peliblanco. “Ichigo está organizando un paseo a un bosque cercano por unos días. ¿Te animas?”
“Ohh, suena genial,” los ojos de Hotarumaru se iluminaron. “¡Claro que sí! Seguramente Kuniyuki seguirá muy perezoso como para organizar algo, así que con mucho gusto.”
“Haha, es de esperarse.”
“¡Ahh, me encantaría ir también!” exclamó Taikogane.
“A mí también, Sada-bou, pero voy a estar ocupado por eventos de fin de semestre al menos por una semana y media,” observó Mitsutada. “Aunque tú podrías apuntarte.”
“No, no, ya te prometí que te ayudaría, Micchan,” sonrió ampliamente. “Está bien, siempre hay otra oportunidad.”
“Más adelante tendremos un viaje a nuestra casa de playa,” dijo Ichigo. “Si están disponibles para ese entonces, con mucho gusto les extiendo la invitación.”
“¡Eso está mejor!” exclamó el pequeño peliazul.
“Hehe, también me gustaría ir a ese, y sé que Kunitoshi estaría tan emocionado como yo,” Hotarumaru asintió.
“Bien, suena a que nos divertiremos mucho,” Tsurumaru sonrió. “Me alegra. La vida ya se andaba poniendo monótona.”
“Tú te aburres con mucha facilidad, Tsuru-san,” observó Taikogane.
“Haha, tú déjame ser. Así de paso me ocuparé en entretenerlos a todos.”
“Entonces contamos contigo,” dijo Mitsutada, animado.

El grupo siguió hablando en lo que conversaban sobre los planes que tenían para las vacaciones. Les esperaban varias actividades, diversos desarrollos y momentos de esparcimiento y meditación sin precedentes que irían cambiando sus rutinas.


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #467: October 29, 2018, 06:45:51 PM »
#47

Al día siguiente de haber acompañado a Henry a la casa de esos complicados chicos, Kana decidió ir temprano a Hanasaki y felizmente se desocupó de sus clases sin mayores inconvenientes ni teniendo a un Allen Walker molestándola para que entrenara con el objetivo de estudiar sus poderes. Como se trataba del último día de clases antes de vacaciones no fue mucho lo que se tuvo que hacer más que tomar notas sobre lo que se vendría para el segundo semestre.
Pensaba que tendría un día libre y que se desocuparía temprano para ir a casa. Sin embargo, el destino era distinto y de eso se dio cuenta al ver que una chica de cabellos rosados le saludaba agitando la mano en lo alto.

—¿Zero Two? Dije que me buscaras cuando tuvieras los papeles y la transferencia a Hanasaki listo.—
—Kana-chan, ya tengo todo listo. No seas una pesada.— Ella inmediatamente le mostró un montón de papeles donde, en efecto, le indicaban que ahora era una nueva estudiante de Hanasaki. —Hablé con la señora directora y le expliqué que era de Rizembool pero ahora quería ser de Hanasaki y quería tomar la prueba HiME porque quiero proteger a quien pueda y no porque sea una espía de Rizembool.—
—¿Y lo aceptó tan rápido?— Ella preguntó con suspicacias.
—Mh, me sometió a un interrogatorio con una anciana y después de eso me aceptaron.—
—F-Fran no es una anciana…— Una gota resbaló por su nuca. —Eh, creo que debo felicitarte por tu ingreso a Hanasaki. —
—Sip. Ahora debes cumplir con tu promesa de ayudarme y guiarme.—
—Primero iremos a la biblioteca e iremos a la sección de los libros respecto a las HiMEs. Sólo puedes leerlo en compañía de una HiME por precaución, así que aprovecharemos la tarde.—
—¿QUE? ¿Quieres leer en vez de que entrenemos o hagamos algo más interesante?—
—Zero Two tienes que estar bien informada de todo lo relacionado con el universo de las HiMEs.—
—Pff, Kana-chan eres una nerd aburrida.—
—O-oye, no seas insolente.—
—¡Vamos a ver como las otras HiMEs entrenan!—
—¡N-no! los entrenamientos son espacios de reflexión y respeto que las HiMEs tienen en privacidad.—No quería que Zero Two interrumpiera maniacamente a otra HiME y terminara en el mismo lío que ella. 
—Okay, okay… Vamos a leer esos tontos y aburridos libros.—
Una hora después, Kana regresaba de haber acompañado a Allen a buscar unos materiales en el laboratorio. Mientras tanto había dejado a Zero Two estudiando en la biblioteca, indicándole a la bibliotecaria que estaba leyendo aquellos libros bajo su consentimiento.
Al regresar a la biblioteca no encontró a Zero Two donde la había dejado y eso molestó a Kana puesto que le había advertido más de tres veces que no se moviera de allí.
—Estoy aquí.— Dijo Zero Two, apareciendo detrás de ella.
—…— Kana la miró con desaprobación. Parecía estar muy hiperactiva y con movimientos ansiosos. —Zero Two, ¿Leíste lo que te pedí?—
—No.—
—…—
—Pero aprendí todo de las HiMEs.—
—Pero si acabas de decir que no leíste nada—
—No leí esos textos agónicos que me dejaste. Pero sí leí esto.— Zero Two sonrió de oreja a oreja cuando le mostró una especie de cuento a Kana.
—¿Qué… es esto?— Kana se lo quitó, amargadamente. No toleraba la irresponsabilidad en cuanto a lectura. Comenzó a hojear ese librito en formato de cuento infantil y se dio cuenta que era una explicación de todo lo relacionado con las HiMEs pero en versión cuento con dibujos. —¡Zero Two esto es un cómic!—
—¡No es un cómic! ¡Los cómic son como revistas! ¡Esto es un libro informativo y es mucho más útil que las biblias que me dejaste leyendo!—
—¡Esto no ilustra a nadie!— Lo tiró al piso.
—¡AH!— Ella la miró horrorizada como si la peliblanca acabara de cometer sacrilegio. —¡Kana-chan eres un diablo! ¡Personas muy esforzadas trabajaron arduamente en construir este cuento para que las demás aprendiéramos!—
—Pues se puede decir lo mismo de las estudiosas que crearon los libros que te separé.—
—¡Pero terminan matando de aburrimiento a las futuras candidatas HiMEs!—
—¿De dónde sacaste esa tonta revista?— Le preguntó cuando vio que Zero Two abrazaba el cuento contra su pecho.
—Me lo entregó una chica que es consejera HiME.—
—¿Qué? Eso es mentira. Si hay una consejera HiME yo lo sabría y seguramente esa persona te entregaría los mismos libros que te pasé.—
—¡Es verdad!— Zero Two le gruñó, irritada. —Era una agradable chica, del porte de Ichigo pero no con su desagradable personalidad.—
—No inventes.—
—Se comportó amablemente conmigo y no salió corriendo con temor como todos como cuando yo pierdo la paciencia. Me dijo que se llamaba… Uh.— Intentó hacer memoria pero esta le traicionó.
—¿Ves? No hay nombre. No existe tal persona.—
—Es que su nombre era… ¿raro? porque tenía nombre como de localidad. Osaka, creo.—
—...—
—¿Ahora me vas a decir que no existe esa localidad?—
—S-sí. Creo que no mientes. Disculpa por dudar de ti, Zero Two.— Kana alzó los hombros, confundida. Zero Two no le mentía después de todo. Se sintió un poco mal por tratarla indirectamente de floja y mentirosa. 
—Y por cierto. Me llegó un mensaje de la señora directora. Dice que si estoy de acuerdo puedo tomar la prueba HiME en las vacaciones.—
—Eso es muy pronto… Sólo nos queda este día de clases. Será mejor que la tomes después de las vacaciones para que estés preparada.—
—Descuida, Kana-chan, ya estoy lista para tomar la prueba mañana mismo si es necesario.—
—…— Era notorio que Zero Two era una persona obstinada. En ese momento divisó que Allen Walker la estaba buscando por el sitio. —Lo hablaremos más tarde por mensaje. —
—Kana-chan. — El joven peliblanco observó a la pelirosa cuando llegó hasta ellas. —¿Zero Two, verdad? —
—Un psíquico... — Zero Two se quedó atónica, entrecerrando los ojos ante su sorpresa. —En esta universidad hay de todo. ¿Eres un implemento HiME? —
—…Allen no es un psíquico. Tampoco un… implemento. Es una persona.
—¿O un androide que crearon para acompañar a los estudiantes de esta universidad? —
—Te dije que es humano, Zero Two. — Kana soltó un suspiro, cansada.
—Sé tu nombre porque Kana-chan me lo dijo hace un momento cuando estaba conmigo. —El albino miró a la HiME.
Los jóvenes salieron de la biblioteca y caminaron juntos por el pasillo.
—Allí está ese chico…— Susurró Zero Two, mirando con recelo. —Seguro planea algo maligno y torcido contra todas las personas de aquí. Se le nota en el rostro. —
—¿…Qué? ¿Hablas de Henry Lancaster? — Allen estaba confundido con la reacción de Zero Two al ver a Henry un poco más allá. Cuando vio que no se equivocaba de persona no pudo evitar una risa divertida. —Haha, imposible que Henry piense cosas así. Seguro debe estar ensimismado en su propio mundo. Lo conozco bien y es una persona más bien tranquila y que evita conflictos. —
—Si lo conocieras tan bien sabrías que estuvo en Siria voluntariamente para librar sus deseos sádicos.—
—N-no fue así. Su abuelo se lo impuso ya que es tradición de los Lancaster hacer la Academia Militar. —
—Zero Two, ni pienses hacer nada agresivo contra él. Promete comportarte. —
—Ese depravado y enfermo merece las penas del infierno pero no te preocupes. Mientras él no haga nada malo no le haré daño. Lo prometo.—
—…— Allen miró turnadamente a las chicas. Luego miró a Henry y ahora que notaba bien parecía tener un hematoma en el rostro el cual podía apreciar un poco hinchado. Quizá usaba lentes ópticos para disimular un poco. —Un momento, ¿De qué me perdí? —
—Nada. Después te explico. — Kana negó con la cabeza. Se adelantó de ellos y fue hasta donde el rubio quien leía distraídamente cerca del marco de la ventana, como estaba con audífonos Kana tuvo que llamar su atención.
—Señorita Arima. — Le saludó cuando le prestó atención. —¿Cómo estás?
—Bien. — Asintió. —¿Estás mejor? ¿Tu familia no te dijo nada?—
—Estoy bien, gracias. Mis familiares creen que fui asaltado. —
—¿Hasta Cain? —
—No lo he visto así que no ha preguntado nada. —
—Eh, tengo que advertirte… Zero Two se inscribió en Hanasaki. — Apuntó hacia atrás con el pulgar, donde estaba la chica. —Está justo allí pero ya le hice prometer que no te toque. —
—Gracias. — Observó en esa dirección y saludó con disimulo a Allen. El peliblanco terminó por acercarse a ellos.
—Henry, ¿Qué te paso en el rostro? —
—Ah, sabía que la curiosidad te iba a matar…— Kana rodó los ojos.
—N-nada…—
—Te conozco y sé que eres pésimo mintiendo. No caigas en las malas costumbres de Kana-chan por favor. — Recibió un codazo en las costillas por parte de la HiME. —¡Hey! —
—Va a creer que soy lo peor de la vida. — Dijo Kana. —Después te puede contar lo que pasó. Ahora vamos a entrenar porque tengo un compromiso más tarde. — le recordó
—¿Quieres acompañarnos? — Sugirió Allen. Los otros dos comprendieron que lo hacía para luego invadir a Henry con preguntas sobre qué había pasado.
—Bueno. —
—¿Bueno? — El mismo Allen quedó sorprendido sabiendo que el otro no era ni curioso ni integrativo sino más bien evitativo.
—Ahá…—
Kana se incomodó un poco. En los entrenamientos se notaba que a ella le faltaba mucha preparación y no quería verse como una tonta frente a Henry.
—Oh, pero la verdad no quiero incomodar…—
—¡N-no, nada de eso! — Kana movió las manos. —No me incomoda que estés presente. —
—¡Bien! El asunto se da por zanjado. — Dijo Allen.
—Si puede ir él yo también puedo ir. — se introdujo Zero Two.
—No. Tú debes leer más sobre las HiMEs y luego volver a tu casa. Es peligroso que regreses tarde a tu hogar. —
—Ah, Kana-chan, por favor. — Zero Two rodó los ojos. —Ya probaste mi fuerza y hasta casi quedas sin energía al intentar detenerme. Es evidente que si me sale un criminal en el camino a casa lo puedo pulverizar simplemente. —
—…—


—Okay, más lento… más lento… Mantén la calma y piensa que puedes dominar la situación. —
—Sí. —
Arima intentaba controlar un objeto metálico por medio del magnetismo logrando que este quedase suspendido en el aire por un tiempo interesante.
—Ahora, muévelo hacia la izquierda. Bien, vas bien. Ahora… a la derecha. Así es. Ahora lánzalo con fuerza hacia los árboles. — notó que el objeto voló hacia esa zona. —¿Ves? No es tan difícil sentir la fuerza dentro de ti. Casi eres una jedi. — Allen anotó en su libreta. —Ahora, intentemos probar lo que te dije. Lo de levitar. Quizá podamos lograr que vueles en algún momento. —
—Ay, ¿de dónde sacas ideas tan locas? — Kana puso los ojos en blanco.
—Magneto puede hacerlo y tú controlas su mismo poder (¿) sólo piensa en él como tu guía espiritual. —
—Sólo puedo pensar en él como el hombre sexy que es…— bromeó en voz baja.
—Oye, deja la libido para otro momento. ¡Esto es serio! —
—Por favor, Allen, es un personaje. ¡Un personaje! —
—Qué sabes tú…— ahora, Allen puso los ojos en blanco. —Un día de estos, puede parecer aquí mismo en Hanasaki. —
—¿Podemos pasar a entrenar mi capacidad? Creo que ya tuve mucho de mi elemento el magnetismo. —

Más allá a una distancia prudente, se encontraba Zero Two observando anonadada y atenta cada parte del entrenamiento. Estaba ansiosa por descubrir su propio elemento y capacidad una vez haya logrado pasar la prueba HiME.
Distanciado de ella especialmente por su peligrosidad, estaba Henry en la misma posición que la chica, con las piernas flectadas las cuales abrazaba.

—Oye Lancaster. — Zero Two lo observó de reojo con rencor.
—¿…Qué? —
—Eres una gallina. Tuviste que sentarte metros lejos de mi porque te doy miedo. — Zero Two lo observó de reojo con rencor.
—No creo que quieras que me siente cerca de ti, Zero Two…— Henry suspiró. —No te quiero incomodar y…— antes que pudiera reaccionar, Zero Two se arrastró hacia él quedando invasivamente cerca suyo, cuando el rubio giró su rostro se encontró con los ojos verdes intensos de la chica. ¿En qué momento se había movido? —…—
—¿Tienes miedo? —
—…—
—¿Tienes miedo de mí? — Le preguntó de nuevo, sonriendo burlona. —Kana-chan no está mirando ahora como para cuidarte como un bebé. Podría atacarte si quisiera.— Notó como el otro se tensaba. Ella rio sigilosamente. —Pero, no te preocupes, Lancaster llorón, le tuve que prometer a Kana-chan que no te tocaría... Al menos no por ahora — no se movió de su lado. —¿No tendrás algo para comer entre tus cosas? — bajo la agresividad.
—¿Eso es lo que quieres? —
—¿Para qué me acercaría a ti entonces? —
—…— Henry la miró perplejo, sin bajar la guardia. Sus ojos azules lucían grandes y alerta con cierta expresión de asombro detrás de su indiferencia. Buscó entre sus cosas algo que pudiera darle a Zero Two. —¿Esto? O… ¿Esto?
—…— Zero Two tomó lo que le pasaba. —¿Qué es esto? ¿Una barra baja en grasas y ligth? ¿Galletas sin gluten? ¡Me quieres matar! — le gruñó. —¿Eres diabético o celiático o qué? —
—N-no… Sólo que… Es lo que me preparan, por régimen familiar. —
—¿Te preparan la mochila como a un niño? —
—…— Entrecerró los ojos, un poco cansado de Zero Two. La verdad que lo que ella decía sobre que le prepararan sus cosas era cierto.
—Ah, eres muy dependiente, Lancaster. No te pareces mucho a tu hermano Slaine. —
—Slaine… sí es más independiente. — sonrió un poco, con sentimiento de nostalgia por su hermano menor. —Aunque demasiado austero consigo mismo. 
—Pero es un pesado. Se cree perfecto. Se parece más a tu hermano mayor pero en versión rubia. — abrió el envoltorio y le dio una mascada a la barra baja en calorías. —¿No tienes más cosas? — tragó con asco la desabriga comida.
—Una chica me dio esto…— Le entregó un frasco de miel natural. —Dijo que la producen en la granja de su padre. —
—…— la abrió y no tardó en degustar con sus dedos. —¡Esto está mejor! ¿Quieres un poco? — siguió metiendo los dedos para sacar la miel.
—N-no… Gracias…. Puedes quedártela. — le dio un poco de asco, pero no lo demostró.
Mientras esos dos socializaban un poco más en tanto observaban a Kana y Allen, notaron que algo pasaba de pronto. Allen le gritaba a Kana cuando esta era atraída por fricción hacia un portal a otra dimensión que ella había creado. No podía contra la fuerza y estaba siendo absorbida por este.
—¡Kana lucha contra él! — Le gritaba Allen, quien no se daba cuenta que él mismo estaba siendo absorbido también.
—¡Lo cerraré! —
—¡No! ¡Es peligroso! — gritó el peliblanco.
—¡Kana-senpai! — gritó Zero Two levantándose de un salto y corriendo hacia ellos. Henry la imitó entendiendo que Allen y Kana estaban en peligro.

La pelirosa llegó justo a tiempo cuando tanto Kana como Allen estaban suspendidos en el aire y siendo absorbidos lentamente por aquel portal. Tomó un brazo de Allen y uno de Kana para intentar evitar que fueran absorbidos. Clavó los pies en la tierra y con una fuerza sobre humana Zero Two estaba ejerciendo presión evitando levemente que sus nuevos amigos se fueran por ese portal.

—E-Esa cosa…  no se detiene. — dijo jadeante, Zero Two. —¡Ah! — soltó un grito lamentoso al sentir el dolor en sus brazos. Ella misma comenzó a ser arrastrada por la fuerza.
—¡Henry, llama a la directora! — Indicó Allen al rubio.
—S-sí. — Iba a cumplir con la orden de Allen cuando vio que el agujero o portal se expandió aún más. —¡Zero Two! — fue y la agarró con fuerza al ver que sus brazos estaban recibiendo mayor daño.
En una fracción de un segundo, Kana y Allen perdieron el agarre de Zero Two debido a la fuerza del portal quedándose ambos uno cada uno con un guante blanco de la pelirosa. Rápidamente fueron absorbidos por el portal y este se cerró antes de que Zero Two o Henry trataran de ayudar a sus compañeros.
Se escuchó un sonido sordo y la luz se expandió. Cuando Zero Two y Henry pudieron ponerse de pie notaron que ni Kana Arima ni Allen Walker estaban por ninguna parte.

—…Ahora… Ahora… — Repitió Zero Two sin entender. —¿Ahora qué? —
—…— Henry se quedó en suspenso. Esperaba que la física cuántica no tuviera consecuencias negativas en lo que acababa de pasar.


Ritsu Shikishima leía un libro sobre psicoanálisis de Freud, sentado solitariamente en una banca de Rizembool. Dentro del perímetro varios estudiantes iban caminando ya yéndose para sus hogares y otros tantos se armaban sus panoramas ya que el último día de clases por fin había acabado y eran libres.
El pelinegro prefería quedarse un poco más en el campus ya que disfrutaba del espacio de tranquilidad para poder leer en paz. No tenía prisas por volver a su casa ni tenía ningún compromiso al cual asistir así que podría pasar el resto de la tarde leyendo en ese sitio.

—Hola, nerdie. — Un chico de cabellos negros y rizados se asomó por detrás del libro. Comenzó a bajarlo lentamente para tener la atención de Ritsu.
—Hola…— Le saludó, tranquilamente.
—¿Qué haces todavía en Rizembool? — se sentó a su lado, luego se acomodó las gafas ópticas. —Aunque no es raro que te quedes leyendo aquí. —
—Bueno, aparte de lo evidente, te esperaba. —
—¿En serio? ¿Aún si me iba a otra parte y llegaba a casa después de la media noche? —
—Ahá. Aunque en ese punto, por obvios motivos, me iría a casa en unas horas más. No soy tan sumiso, ¨Ren¨—
—Hm…— Permitió unos momentos de silencio y tranquilidad, donde observó a su alrededor pensando si debía irse a casa o seguir con su plan de ir a la zona más ¨marginal¨ de Tokyo donde tenía planes un tanto distorsionados. Tenía predilección por esta última alternativa aunque su cuerpo estaba algo cansado después de haberse amanecido la noche anterior.
Ritsu se puso de pie después de guardar su libro. —Me voy a casa. ¿Vienes?
—…— Lo pensó un poco más. —Okay. — No muy convencido Akira Kurusu se puso de pie y acompañó a Ritsu Shikishima.

Ambos caminaron un largo recorrido hasta el metro donde tomaron el tren. Allí Shikishima siguió con su lectura mientras Kurusu prefirió escuchar música. Después de unos cincuenta minutos llegaron a casa.
La casa de Ritsu era de clase media, de aquellas pareadas con la casa del vecino. Pero estaba en un barrio tranquilo y bonito. Antes de que Akira entrara miró con cierto resentimiento hacia la casa de al lado de la de Ritsu.
Los dos jóvenes se quitaron los zapatos en la salita e ingresaron a la casa.
Ritsu se fue a la cocina y comenzó a preparar la cena como era habitual en la rutina.
Inmediatamente Akira fue hasta el living donde se desplomó en el sillón. Siguió escuchando música en Spotify mientras revisaba Instagram y otras redes sociales donde tenía un perfil alternativo a su persona. Pensó brevemente en cooperar un poco con Ritsu y limpiar la sala o poner la mesa, pero su cuerpo estaba cansado y estaba demás hacer esa acción porque seguramente Ritsu se encargaría de ello.
Conocía a Ritsu desde que eran pequeños, puesto que éste era su vecino de toda la vida. Los padres de Ritsu y los padres de Akira habían comprado sus casas cuando el barrio se creó con la idea de criar a sus hijos recién nacidos en un lugar que era familiar y seguro. Si bien sus padres no tenían relación alguna más que el saludo que se dedican los vecinos, Akira y Ritsu no tardaron en forjar una amistad desde que comenzaron a caminar. Pero no era la típica amistad de amigos muy íntimos e inseparables, sino casi el mismo protocolo de sus padres, pero con la diferencia que solían jugar puesto que eran pequeños.
Cuando entraron al jardín infantil, Akira no tardó en hacerse un par de amigos siendo más enérgico y, ya notándose, más revoltoso que Ritsu. Éste otro en cambio era el típico niño que estaba en la sala jugando con los cubos y siendo amable con los demás niños, pero no involucrándose con ellos. Al crecer coincidieron en sus primeros años en la misma escuela, donde se saludaban y a veces volvían juntos a casa, pero a Akira lo expulsaron sorprendentemente en su segundo año de escuela por mal comportamiento.
Así, mientras Akira era expulsado de una y otra escuela conforme crecía, pasando por más de una docena de instituto llegando incluso a ser un alumno condicional en una escuela fiscalizada dentro de un plan de reinserción académica para alumnos infractores de ley, Ritsu seguía en la misma escuela, Rizembool, siendo un alumno brillante, tranquilo y con un futuro prometedor.
Akira no era un chico de bajo intelecto, era tan brillante como Ritsu, pero su conducta y personalidad estaba más ligada con los actos delictuales sólo por capricho y necesidad de adrenalina.
Cuando Ritsu se graduó de la escuela, los padres de éste, quienes se habían divorciado hace unos años quedando en casa solo su madre y él, decidieron que su hijo era lo suficiente responsable y habilidoso para quedarse viviendo solo en la casa por lo que cada uno de sus padres se fueron a ciudades distintas.
Por el lado de Akira, cuando este se graduó de la escuela y terminó de cumplir su siguiente libertad asistida, sus padres directamente decidieron que ya habían cumplido como progenitores y que Akira se las viera por sí mismo. Lo expulsaron de la casa puesto que tenían planes para esta: venderla.
Akira pensó en algún momento que sus padres compartirían algo de dinero con él, con el fin de destinarlo a sus estudios superiores, pero éstos estaban demasiado contentos el uno con el otro y con el dinero ganado que prefirieron irse a conocer el mundo y, una vez regresado a Japón, jamás se pusieron en contacto con Akira para darle la nueva dirección de donde vivían o un teléfono de contacto. De eso había pasado un par de años. Sabía que estaban bien porque había agregado a su mamá con una cuenta falsa a Facebook, era fácil que esa vieja aceptara gente absurda. Por medio de la cuenta creada de una vieja que comparte memes, veía publicaciones de su madre subiendo fotos de sus vacaciones con su padre y el hermano menor de Akira a quien querían tener lo más lejos posibles del pelinegro para que no siguiera sus pasos.
Como no tenía donde quedarse y debido a su historial, no lo aceptaban en ninguna parte incluso en albergues. Como se había escapado de Servicios Sociales muchas veces, y como ya tenía dieciocho años, no lo aceptaban en esos hogares. Por lo que se quedó un tiempo en diversas casas de amigos y en sus malos momentos volvía a su antigua casa para observarla desde afuera y hacer allanamiento de morada y violación de bienes ajenos cuando sus dueños no se encontraban. La vez que lo pillaron se sumó otro delito más a su prontuario policial.
Por su parte Ritsu iba progresando como joven universitario donde, desde ya, lo incluían en diversos proyectos e investigaciones. Sabía que Akira curiosamente estaba inscrito en Rizembool University y que al parecer estaban en la misma carrera, pero no lo veía en clases.
Una noche como muchas lo había visto en la banca del parque de al frente de sus casas, observando su antigua casa. Pensó en lo mal que podía estar pasándola así que tuvo una idea en mente. Le propuso que viviera con él, ya que en su casa había bastante espacio y tendría todo lo necesario.
Akira se quedó extrañado por esa propuesta, sabía que Ritsu era un buen muchacho, pero también sabía que los padres de éste le guardaban recelo y no querían que un chico marginal como él estuviera cerca de su ilustrado hijo porque lo podían llevar por mal camino. Su primera respuesta fue una negativa diciéndole amablemente que se quedaba en la casa de un amigo, pero Ritsu era de esas personas que no se le pueden engañar fácilmente y con paciencia terminó por hacer que Akira aceptara.
Akira estaba tranquilo porque Ritsu no era una persona exigente o quisquillosa que se molestara por todo. Lo dejaba realizar sus actividades de doble vida siempre y cuando no le pasara nada malo. Akira también tenía respeto por la vida más tranquila de su amigo y no invitaba gente a esa casa ni llevaba los problemas allí.
Como iban al mismo grado en la misma carrera, pasaban bastante tiempo juntos desde que se iban por la mañana a sus clases de Psicología y regresaban a casa. Claro, había días en que Akira se desaparecía y no asistía a clases ya que se dedicaba a su doble vida, la de criminal, o se iba con otros amigos. Con el tiempo aprendió a mandarle mensajes a Ritsu para tranquilidad del chico de ojos grises, indicándole que estaba bien y que volvería en x día. Después se conseguía la materia con éste y al estudiarla y rendir los exámenes sacaba muy buenas notas así que no lo molestaban por su ausencia.

—La cena está servida, Akira-kun. — Dijo Ritsu asomándose en el living.
—Voy…— dejo el teléfono tirado en el sillón y fue hasta el comedor. El pelinegro quedó anonadado al ver todos los platos que Ritsu había preparado para la cena. Lucían tan perfectos y sabrosos como aquellos platillos que aparecen en las películas de Studio Ghibli. —Ohw, Ritsu, debiste estudiar Gastronomía en vez de Psicología. — Tuvo que irse al living para volver con su teléfono y tomarle una fotografía a la mesa con la cena servida.
—Ah, no es para tanto…— Ritsu se sentó y después no tardó en comenzar a comer lentamente su sopa de ramen. —Como mañana no tengo que preparar Bentou para los dos, me dio tiempo de cocinar algo más detallado hoy. —
—¿Por qué estás más animado, Ritsu? —
—Mh, ¿Tú crees? —
—La otra noche saliste con esa chica de nuevo…— Le sonrió pícaro. —¿Va en serio? — picó un yakitori.
—Secreto. — le bromeó, pero con intención de pasar del tema.
—Bueno, no te acosaré con esas preguntas. ¿Tienes planes para estas vacaciones?
—Pensaba estudiar sobre la historia de Rizembool y los Rebels, y, bueno… Seguir con Catharsis…— Dijo esto último un poco incómodo.
—Parece que el proyecto estrella del que eres parte ya no es tu sol de alegría.
—Ah… Akira, ¿Puedo confiar en ti? —
—Claro. —
—Me siento un poco estafado… y siento que todo lo que hemos creado quieren usarlo con fines más… bélicos y siniestros.
—¿Tú crees? Bueno, Catharsis es toda una tecnología avanzada que le da a los Rebels capacidades y herramientas interesantes como unos soldados del futuro. Han cumplido con las expectativas de Rizembool y eso les ha asegurado el futuro profesional a mucho. Aunque todavía les falta una parte del proyecto… siempre puedes boicotearlo.
—Parece que sabes mucho del tema…—
—Pues he leído tus escritos que dejas aquí en mis tiempos libres. En fin, no creo que debas usar tus vacaciones para estudios. ¿Qué tal si nos vamos de viaje? Necesito aire fresco de la naturaleza. —
—Pensé que ibas a pasar tus vacaciones con tu amigo Akechi Goro. —
—Sí pasaré mucho tiempo con él aprovechando estas vacaciones, pero tampoco seré su chicle personal. —
—Okay… Podríamos viajar si quieres. — Ritsu reflexionó sobre donde podrían ir, pero una pregunta estaba más insistente que otro tema. —Akira-kun, este segundo semestre, ¿piensas aplicar más para Psicología? Creo que Adachi-senpai está harto de tus bromas constantes hacia él. —
—¿Eh? No son bromas. Le pregunto sobre la materia y él se enoja solo. —
—Porque le quitas el tiempo con respuestas que sabes. Lo haces sólo para irritarlo.
—Creo que debería tomarlo como terapia de shock, hehe. Además, tú también lo acosas con preguntas y lo tienes harto. Lo dice libremente.
—Ah, que malo es…— Puso una expresión de lamento, fingidamente. —Pero creo que yo sí dejaré de fatigarlo este segundo semestre.
—Creo que igual no tendré tiempo para molestarlo…—
—¿Te vas a unir a algún club deportivo? —
—No…— Desvió la mirada. —Eh, Ritsu… Tengo que contarte algo. — Sonrió alegremente.
—¿Qué? —
—Rizembool me ofreció el puesto de Rebel… Por un buen tiempo lo desestimé porque no me interesaba ni invertir tiempo en eso ni tener ninguna responsabilidad pero… Al final antes de salir de clases volvieron a ofrecérmelo y, ¿Sabes? Me interesó esta vez ya que quiero usar los beneficios a mi favor. Así que apliqué a la prueba y la aprobé. —
—O sea, ¿Eres Rebel? —Ritsu lo miró pasmado.
—Ahá. —
—¿Eres Rebel de día y criminal de noche? — Parpadeó.
—Si lo dices así suena hasta feo…—
—Bueno, no es tan ilógico tal vez porque ambas cosas involucran actividades extremas y situaciones de desacato… ¿Por qué no lo anticipé antes? —
—Porque no eres Dios, Ritsu-chan. — Sonrió divertido. —En fin, quizá te pida que me incluyas en los conejillos de indias de Catharsis. Me interesa el traje. —
—Ah, lo pensaré… Tampoco quiero… Que te pasen cosas. —
—…— Akira se quedó mirando a Ritsu, sorprendido. Parecía que su amigo estaba más que incómodo con el tema de Catharsis. —Ritsu… ¿Hay algo que me estás ocultando además de ese temor de meterte en un tema más bélico?
—No sé…— Bajo la mirada. —Siento que Rizembool quiere usar a Catharsis como un método de control mental. —
—¿Cómo MK ULTRA? —
—Sí. — Asintió.
—Entonces es bueno que tú y yo estemos siendo parte, podemos mover los hilos hacia otro lado… ¿Te imaginas? —
—Mejor no imagino, Akira... — suspiró.
—Aunque entiendo tu preocupación… Detrás de todo esto está el gran Johan Liebheart, es el Joseph Mengele de nuestros tiempos. —
—Siento que es algo psicopático y sus relaciones son únicamente instrumentales. —
—Yo siento que es más que ¨algo¨ psicopático y es directamente un Psicópata.— Akira analizó, como ambos eran estudiantes de Psicología podían hablar en el mismo idioma. —Es carismático, manipulador discretamente, poco empático y frío emocionalmente entre otras características.
—También he pensado eso. — Asintió.
—Bueno, tú debes cuidarte de Mengele y yo de que Rizembool descubra que quiero usar los beneficios de ser un Rebel para emplearlos en mis robos. Ahora, no pensemos en esas cosas, disfrutemos de la cena y pensemos a dónde podemos viajar.
—Okay. —
« Last Edit: January 05, 2019, 12:09:34 PM by Kana »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #468: October 31, 2018, 01:47:13 AM »
Hoi hoi vengo con otro capiiii



Yamato se encontraba discutiendo con los doctores que trataban a Riku porque el pelirojo seria dado de alta pese a que aun no lo operaban

Si me dan mas tiempo conseguiré el dinero suficiente para la operación asi que no lo hagan no le den el alta.

Nosotros tampoco queremos darle de alta, pero el mismo Nanase-kun que ya no quiere estar aquí,como es mayor de edad no podemos obligarlo a permanecer en un lugar que no desea, en cuanto se tenga el dinero suficiente podemos volver a internarlo, claro que si antes de tiempo se pone mal también tráigalo, dejaremos su habitacion de hospital tal como esta…-

Asi que fue por pedido de Riku?...-

Como ha estado viviendo muchos años aquí nos dijo que ya se habia aburrido y al menos queria vivir como un adolescente normal-

Ya veo…disculpen por haber discutido con ustedes de esta manera-hizo una reverencia y se retiro

Estaba pensando el porque la decisión tan repentina de Riku para dejar el hospital cuando ya se habia resignado a ser una huésped eterno, la idea de dejarlo desprotegido no le gustaba para nada, cuando llego la habitacion abrió la puerta lentamente y vio como Riku estaba terminando de ponerse una ropa casual, se veía emocionado sus ojos irradiaban un brillo diferente a lo que eran usualmente

Yamato!!...ya tengo todo listo para que vayamos a tu departamento…-sonrio ampliamente- te dijieron los doctores que hasta el dia de mi operación puedo estar fuera?? Podemos estar juntos todos los días…-observando al rubio- aunque parece que no te gusto para nada esta noticia …-

No es que no me desagrade…solo que estoy preocupado por tu salud Riku …hace un mes tuviste un duro episodio y no quiero que ahora lejos del hospital lo vuelvas a sufrir…-

No lo hare te lo prometo y si me siento mal te llamare de inmediato y volveré al hospital de acuerdo??...- se abrazó al rubio- pero por favor no me quites este deseo ya no quiero estar en el hospital, quiero estar a tu lado…es que acaso está mal desearlo?-

No lo es Riku…- se separó de él para tomar entre sus manos el suave y pálido rostro del pelirrojo-Estoy feliz de que ahora estaremos juntos y prometo entonces protegerte hasta que llegue el dia de la operación – le beso suavemente en los labios mientras sentía que el pelirrojo se aferraba a él , luego se separo-

Entonces vámonos a tu casa, ya quiero arreglar nuestra habitacion y vivir nuestra vida de recién casados…-rio suavemente- además quiero ayudarte a preparar todas tus actividades para tus futuros conciertos-

No quiero que te estreses mucho…-le acaricio suavemente los cabellos y luego cogio la maleta del joven-menos mal que traje el auto, asi podemos hacer una parada a un restaurant para celebrar tu alta…-

Deacuerdo…-dijo sonriendo-y para el siguiente semestre me inscribí virtualmente a Hanasaki, asi que seré un estudiante de preparatoria-

Tambien te has inscrito y en Hanasaki?? No lo has discutido conmigo??-

Un amigo de tu escuela…creo que se llama Shun Shimotsuki-san me dijo que te alegrarías que me uniera a esa escuela…hasta me ayudo con los exámenes y el papeleo…-

El rubio se sorprendio y palidecio un poco, para que propósito Shun se acerco a Riku, converso con él y lo inscribió en Hanasaki, aunque la razón caia por su propio peso, ya era difícil salir de ese problema ahora que Riku hizo contacto con él.
Yamato??-

Eh??...-movio la cabeza de un lado a otro-perdoname…aunque no me consultaste primero me parece una buena idea que vayas a Hanasaki…igual te puedo ir a buscar no queda muy lejos de Rizembool…-apreto los puños fuertemente, luego iria con Shun para preguntarle que era lo que tenia en mente para ellos, ahora solo queria estar con su pelirrojo, ya mañana pensaría como salir de esta complicada situación

.--------------------------------------------


En Rizembool habia sonado el timbre del final de clases, los alumnos se iban emocionados porque ahora iban a disfrutar de sus vacaciones después de los pesados exámenes, una de las personas que se encontraban emocionadas aunque no por las vacaciones porque él no tendría ya que con Itsuki Shu como mentor la palabra “vacaciones” no estaba dentro de su diccionario, pero habia recibido un mensaje de texto de una persona especial para él, al menos pediría un par de horas para poder reunirse con esa persona, dejo terminado los trajes que habia hecho para Sougo y salio del taller para acercarse al pelirosa de mirada imponente

Oshi-san termine con los trajes que me teníamos para entrega…etto…no se si pueda pero…- estaba dudando entre preguntarle o no-

Sin rodeos Kagehira dime que es lo quieres…aun tengo que terminar algunas cosas…-dijo algo impaciente con el ceño fruncido-

Puedo ausentarme un par de horas por favor ya termine con todos mis deberes y prometo que mañana estare todo el dia trabajando sin descanso deacuerdo??-

Y a donde piensas ir a estas horas?-

Me ire al cine con Naru-chan…-dijo con un poco de temor a la reacción de su líder-

Naru-chan? Te refieres a Narukami Arashi?? Ya son varias salidas que tienes con él últimamente Kagehira espero que no me estes ocultando nada porque sabes lo que detesto que me engañen…-

No…no para nada Naru-chan y yo somos buenos amigos…como ahora esta libre de su trabajo de modelo queria verme en serio es una buena persona asi que puedo ir con él??

Shu se encontraba observando su celular, investigando los últimos antecedentes del joven en mención, ya lo conocía desde hace tiempo porque es amigo de Mika, pero por obvias razones el pelirosa era receloso con las personas que le acercaban debido a la ingenuidad del pelinegro y algo que no le gustaba era que alguien llegara a burlarse de él, por lo que habia estado investigando todo estaba bien, ademas también logro comunicarse con sus colegas ex odballs para que investigaran, recibiendo los mensajes de los mas cercanos a Hanasaki : Rei y Kanata, el primero indico que no habría ningún problema porque él habia cuidado de su Ritsu en su época en Knights, mientras que Kanata lo ve siempre pasando por Hanasaki y le inspiraba mucha confianza.

Oshi-san?...- le miro expectante-

Bueno como has prometido que mañana estarás todo el dia en el trabajo no me queda más opción que darte permiso para que vayas al cine, pero tendras que venir antes de las 10 de la noche y que Narukami venga personalmente a dejarte .

Deacuerdo!! Muchas gracias Oshi-san…-dijo emocionado y salio de la habitacion-

El pelirosa vio al otro joven como se retiraba al encuentro del rubio que lo saludaba afectuosamente, como aún estaba inseguro de dejarlo ir o no tuvo que mandar mensaje de texto a los demás ex odball para que los siguieran, después de todo y aunque no lo iba a admitir Mika era una persona demasiado importante como para dejarlo en manos de cualquier desconocido

Continuara

------------------

matta ne!!

Mimi-chan





« Last Edit: October 31, 2018, 01:49:14 AM by Mimi Tachikawa »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #469: October 31, 2018, 02:07:49 PM »
No he tenido tiempo para nada T__T y grabo el proyecto final de mi carrera esta semana que viene, kill me pls


40.







Por unos instantes, reconsideró sus acciones.

De seguro era el peor momento para ir a encararlo, tomando en cuenta que se trataba de la semana de exámenes finales y, además, estaba la falta de comunicación entre ambos. Todo indicaba que Lelouch le estaba dando prioridad a su pasantía y a sus exámenes. Y no lo podía culpar: esa sería la prioridad de cualquier persona cuerda que quiere mantener su promedio intacto aún a pesar de su terrible situación sentimental.

Pero hace tiempo había perdido la cordura. Y, principalmente, estaba harta de seguir coleccionando problemas como si fueran estampillas. Luego de amistarse con Oikawa, estaba decidida a solucionar el resto lo más pronto posible. No sólo por conveniencia propia, sino también por el bien de ambos. Estaba segura de que Lelouch sentía lo mismo que ella: no podían alargar más el tema, no era sano para ninguno de los dos.

Los pasillos de la mansión andaban en penumbras: era comprensible, tomando en cuenta las altas horas de la noche. Sus pasos retumbaron por la estancia, pero tal parecía que todos sus amigos andaban durmiendo o sumidos en sus estudios, puesto que nadie salió a curiosear quién era la intrusa.

El trayecto al cuarto de Lelouch se le hizo eterno. Tal vez era su instinto de auto preservación, intentando evitar que se hiriera más a sí misma. Porque esa discusión que le esperaba iba a doler, de todas maneras.

Insegura, tocó un par de veces a la puerta. Para su suerte (o falta de esta), le abrieron al instante.

Eureka se quedó con el puño alzado, un tanto petrificada. Había intentado prepararse mentalmente en aquellos segundos que demoraría su enamorado en responder, pero a falta de ellos, no sabía cómo reaccionar ante él.

Lelouch se veía más agotado que de costumbre. A simple vista, necesitaba un día entero de sueño, y tal vez unas merecidas vacaciones. Pero aún faltaba una semana para el fin de ciclo, y a juzgar por el estado de su escritorio, aún tenía varios pendientes por hacer.

“…” Eureka guardó silencio, y desvió la mirada, cohibida. “No… Yo sé que no debí venir ahorita.”
“Está bien,” le dijo él. “Justo andaba tomando un descanso. Me alegra… que estés bien, por cierto.”
“Sí.” 

Lelouch se hizo a un lado, y Eureka ingresó al cuarto.

“Escucha, yo…” dijo la HiME, girándose hacia él. Eureka se cortó a sí misma al notar la cercanía entre ambos, olvidándose de su propia explicación. Lelouch fue rápida en atraerla a su pecho, y Eureka se quedó apoyada en él, rodeando su cintura con sus brazos.

No podía negar que lo había extrañado. Esas semanas de lejanía habían sido un tanto insoportables. Pero el trajín, la preocupación y la ansiedad de aquellos días la había distraído lo suficiente como para pasar por alto ese “detalle”. Lelouch había pasado a ser el último pensamiento en su mente, y era curioso y aterrador cómo podía olvidarse de él cuando se sentía abrumada por tantas cosas.

Unos años atrás, Lelouch había sido su refugio. Un lugar al que podía volver si necesitaba olvidarse de todos sus problemas. Lamentablemente, en la actualidad, ambos estaban en momentos distintos de sus vidas: Lelouch, sumido en el asunto de su futuro como heredero de una compañía importante, y Eureka, enfocada en cerrar de una vez por todas con un capítulo importante de su vida, que implicaba la seguridad de sus seres queridos y el bienestar de sus compañeros de Hanasaki.

Eureka debía entender que no podía exigirle ser su prioridad aún a pesar de todo. Más aún, tomando en cuenta su status social y las presiones de su familia y su entorno.

“Vine para disculparme,” mencionó Eureka, separándose de él. “Siento que… he sido muy inmadura y egoísta contigo, demandándote indirectamente que estés ahí para apoyarme… pero nunca fui muy específica con lo que te pedía. Nunca hice el esfuerzo de ponerme en tus zapatos.” Eureka suspiró. “Yo… entiendo que te molesta el tema de Oikawa. Y es completamente válido, pero debes intentar comprender mi punto de vista también. Prefiero, mil veces, luchar para que no le hagan daño, protegerlo y quedarme con él como rebel, si es que eso implica que no tendré a alguien más peligroso en el puesto. Kokichi… el motivo por el que estuve internada unos días en la clínica… él si es del tipo de rebel que preocupa horrores. No me gustaría que él o Fushimi, o Nea, termine siendo mi rebel sólo porque descuidé la farsa que Oikawa creó… o porque lo descuidé a él.”
“…Entiendo.” Lelouch asintió. “No puedo negarte que sigo sintiendo que andas metiéndote en más problemas de los que deberías, pero haré un esfuerzo por comprenderte, así como tú lo has hecho conmigo. Lo siento. Me… me gustaría estar allí para ti como tú desearías, y creo que mi ausencia parte de mi falta de experiencia… Sería sencillo culparte a ti por no contactar a Miranda para conversar sobre el tema, pero lo cierto es que yo también pude haberlo hecho, y no ha sido así.”
“¿Por qué?” preguntó Eureka.
“Supongo que… he sentido que no puedo involucrarme en este tema.” Lelouch suspiró. “El otro día tuve una conversación con Suzaku… y me ayudó a recapacitar un poco.”
“¡Oh!” Eureka sonrió. “¿Conversaste con Suzu? Espero que esté muy bien.”
“Te mandó saludos.”
“¿Qué te dijo?”
“Que… andaba celoso.” Lelouch desvió la mirada, avergonzado. Eureka no pudo evitar sonreír ampliamente ante esto. “Creo que me he sentido… ¿reemplazado? por él. La inclusión de Oikawa en tu vida ha ocasionado que le dediques casi todo tu tiempo a él. Para protegerlo, lo sé, pero lo cierto es que llegó un momento en que te veía por un par de horas a la semana. No… pretendo decir con esto que debemos establecer horarios o que no puedes encontrarte con él, sino que… me gustaría verte más. Debo admitir que tal vez yo tampoco he sido muy accesible, con el tema de mis pasantías y mis cursos…”
“Eso es cierto.”
“La situación es complicada, y lo entiendo. Pero creo que podríamos esforzarnos más…”
“Sí. Y… tu viaje no cambia la situación en lo absoluto.”
“¿Tú no viajarás?”
“Creo que sí, pero no sé por cuánto tiempo.”
“Mm.” Lelouch asintió, con una mirada ilegible. “Bueno, me tienes a tu disposición. En… la medida de lo posible, por supuesto. Porque estamos en finales y…”
“Sí, entiendo.” Eureka sonrió. “De hecho… tengo que pedirte un favor.”

Eureka no tardó en contarle la situación, y Lelouch demostró estar a favor de los planes de su enamorada, por más alocados que eran. Parecía sorprendido por la inclusión de Morgana (y la aprobación del Child), puesto que no lo veía capaz de jugar a la suerte de esa manera. De seguro Lelouch intuía que esto se debía a la falta de un plan B. No tenían otra opción, después de todo.

Luego de coordinar con él la ejecución del plan, Eureka se despidió y aprovechó en trasladar a su cuarto las pertenencias que había dejado en la sala a su llegada de la mansión HiME. En el trayecto, sonrió para sí misma, contenta con la charla que había tenido.

Mientras ordenaba su cuarto nuevamente, agradeció la manutención de la estancia por parte de Yoite durante esas semanas.

Fue antes de dormirse, luego de un día agitado, que cayó en cuenta de algo: la expresión en el rostro de su pareja le había confirmado sus propias sospechas. La relación de ellos dos tenía fecha de expiración, y cada vez estaba más cerca. Sin embargo, habían acordado mutuamente, sin necesidad de exteriorizarlo, de que disfrutarían del poco tiempo que les quedaba, aún a pesar de todo.
« Last Edit: December 19, 2018, 12:46:13 AM by Eureka »


Mery

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #470: October 31, 2018, 10:59:50 PM »
005.1 .

El lunes por la mañana, Alice se presentó en la oficina de Miranda y le comunicó su decisión tal como hizo con Alexy el día anterior y también le dijo que tendría noticias suyas a la brevedad posible. Miranda no intentó persuadirla, aceptando su respuesta con una sonrisa cortés y así mismo tiempo deseándole suerte en sus estudios.

Teniendo el asunto HiME momentáneamente aplazado, Alice quedó más tranquila. Ahora sólo restaba seguir el plan que desde un principio se había trazado: integrarse a clases, nivelarse y seguirles el ritmo. Sonaba relativamente simple, pero ella sabía que llevarlo a la práctica no sería tan sencillo.

Junto a Alexy habían acordado llevar cursos generales durante lo que restaba del ciclo, teniendo la oportunidad de convalidar aquellos que hubiesen llevado antes y así obtener algunos créditos que bien les servirían luego. El deseo de Alexy era tomar alta costura como carrera, pero teniendo el tiempo en su contra y sabiendo que era seguro que en las clases prácticas tendría proyectos que requerirían de varios meses para poder concluirse, desistió de intentar acoplarse.

Ambos deseaban llevar clases juntos, pero entre los tres cursos que tendrían en total, sólo lograron coincidir en uno. El lunes en la mañana Alice tenía ética, el miércoles lógica y el jueves por la tarde historia con Alexy. Para una mejor y rápida adaptación, la directora le había sugerido acercarse al delegado del aula de cada curso. En su primer día, dicha persona resultó ser alguien de nombre Mikaela Hyakuya, quien debía rondar la edad de Alice.

Media hora antes del inicio de clases, Alice ingresó al salón que le correspondía y Mikaela se acercó voluntariamente para presentarse (lo cual fue un alivio porque, sólo juzgando por su nombre, ella hubiese acabado buscando en vano a una chica). El cabello rubio de Mikaela, aunque alborotado y rozando la altura de sus hombros, enmarcaba su rostro perfectamente y le daba un cierto aire elegante.

Aglunos estudiantes ya habían llegado cuando Mikaela la invitó a sentarse, así que no consideró extraño recibir varias miradas curiosas. Al joven pareció no prestarle atención a aquello y pacientemente le indicó qué temas habían abarcado ya y cómo funcionaba la dinámica dentro del salón, resaltando que el profesor solía hacer al menos un debate por sesión y la participación en el mismo era indispensable si deseaba obtener más puntos.

"Vas a tener mucho por leer, al menos ocho semanas de lo que llevamos." Indicó Mikaela con voz serena.
"Sí, ya lo creo." Dijo Alice aún mirando el texto que el muchacho había resaltado en el índice que Miranda le entregó. "Pero confío en que podré hacerlo."
"Siendo que no repetimos los temas y se juzga más por el criterio personal, no creo que sea tan complicado, pero si tienes problemas puedes preguntarme."
"Gracias, lo tendré en cuenta."

"¿Pero no es algo tarde para integrarse?" Cuestionó una voz de pronto detrás de ellos en un susurro.
"Tal vez hubiese sido más conveniente y sensato esperar un poco más para ingresar durante el nuevo semestre." Contestó alguien más.
Hubo una risita. "Qué imprudente."

Alice había notado antes a un par de chicas sentarse en la siguiente fila, mas no pensó que le tomarían demasiada atención a la conversación que tenía con Mikaela. Sus comentarios no eran una sorpresa, Alice se los esperaba desde antes de llegar a Hanasaki; en todo caso, le llamaba más la atención que esas chicas fueran tan poco discretas al respecto.

El rubio giró su rostro ligeramente hacia ellas como una advertencia y de inmediato ambas se deshicieron en sonrisas, pasando por alto la presencia de la persona a su lado.

Alice hizo lo imposible por no rodar los ojos al escucharlas saludarlo y exclamar 'Mika-san' en distintos tonos agudos. Decidió también morderse la lengua e ignorar sus palabras, así como ellas ignoraron el evidente reproche en los ojos de Mikaela. Sin embargo, no pudo evitar que a su mente volviese por un instante una imagen borrosa y la voz desconsolada de Alexy.

No, esperar no había sido una opción, salir del país era lo mejor que podían hacer en ese momento, costase lo que costase y aún si las circunstancias que luego se presentaran fuesen desfavorables.

"No deberían entrometerse." Dijo Mikaela tajantemente, sorprendiendo a Alice. "Es un hecho que ella tiene sus propias razones."

De inmediaro las sonrisas en sus rostros se borraron y las dos empezaron a excusarse, aunque curiosamente se disculpaban con él, no con ella. Alice soltó una risa incrédula al imaginar la raíz de la actitud de sus compañeras. En aquel mismo momento el profesor ingresó y los presentes guardaron silencio.

"Perdón por eso." Dijo el rubio en voz baja luciendo culpable.
"No no, por el contrario, gracias." Se apresuró a contestar Alice. Juzgando por la expresión del chico, seguramente ella había dejado ver en su rostro más de lo necesario momentos atrás, pero de igual modo agradeció que Mikaela intercediera a pesar de no tener que hacerlo. Después de un instante de reflexión, agregó: "¿Este lugar es de alguien o puedo quedarme aquí?"

El rubio accedió sin problemas y Alice sonrió satisfecha. Quizás hubiese sido preferible ubicarse tan lejos de aquel par como fuese posible, pero para Alice eso equivaldría a darles una satisfacción y, de hecho, si tanto parecía importunarles que ella estuviese cerca de Mikaela entonces con más razón se quedaría.

Luego de aquel altercado, la clase fluyó con tranquilidad. Alice tuvo oportunidad de participar en un par de ocasiones y las horas pasaron rápidamente. Antes de salir, Mikaela le indicó que si lo deseaba él mismo podría pasarle unos archivos que el profesor les había compartido durante el ciclo, a lo que ella accedió con gusto y ambos intercambiaron correos. Ese mismo día Alice llegó a la conclusión de que Mikaela era un buen muchacho, con demasiada atención indeseada encima, pero no por eso menos amable.

Además de él, realmente no tuvo ocasión de cruzar palabras con los demás en su curso, pero dadas las circunstancias no podía ser demasiado exigente, los exámenes estaban cerca y cada uno estaba en su mundo. En su siguiente clase la situación fue similar, con la diferencia de que para Alice los números no representaban un problema, había tocado los mismos temas en casa.
« Last Edit: March 22, 2021, 11:21:14 PM by Mery »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #471: November 11, 2018, 11:40:36 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~






Sayi :: 0 palabras
Shura :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Deidara :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 17712 palabras
Kana :: 15340 palabras
Eureka :: 1279 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 4380 palabras
Mery :: 492 palabras
Apple :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #472: November 19, 2018, 12:17:08 PM »
Sabía que me iba a quedar largo, pero damn (...) Inicio de viajes de vacaciones, a ver en cuantos fics completo este *los ama a todos*

64.1.






Pasaron un par de días tranquilos en los cuales los pequeños Toushirou pudieron descansar y acomodarse al inicio de las tan esperadas vacaciones de verano. Después de aquel preámbulo, Ichigo llevó a cabo ese paseo al bosque el cual todos sus menores presentes pudieron asistir y, luego de varias insistencias, logró que incluso los hermanos Yukimitsu se les unieran.

Era el día de partir y los pronto a ser viajeros se encontraban en las afueras de la mansión esperando a una última persona.

“Namazuo, dijiste que uno de tus amigos iba a venir, ¿verdad?” preguntó Shinano.
“Sí, debe estar por llegar,” el pelinegro asintió dos veces, feliz de la vida. “Ritsu-chan estaba malhumorado porque iba a quedar con un amigo, pero este le canceló los planes, así que muy gustosamente le extendí la invitación.”
“Me alegra que Ritsu se una a nuestro paseo,” dijo Ichigo, sonriendo con amabilidad. “Él es un joven ameno que se ha llevado muy bien con todos nuestros hermanitos.”
“¿En verdad?” el pelirrojo se confundió.
“Sí, siempre es un gusto tenerle de visita,” Akita asintió.
“Además que hace los mejores y más espeluznantes postres~” dijo Houchou, emocionado y levemente ruborizado. “¡Definitivamente le pediré que me enseñe más recetas!”
“Sí tiene una tendencia a hacerlos espeluznantes…” Gokotai se puso a pensar. “Pero lo más importante para mí es que es un buen amigo de Namazuo-niisan y es una buena persona.”
“¡Aww, eres tan bello, mi Gokotai~!” Namazuo se conmovió y abrazó al menor para revolverle los cabellos.
“También gusta de tomar el té y tiene mucho conocimiento sobre las plantas e infusiones,” agregó Hirano.
“Oh, es verdad, y el otro día nos regaló una colección de infusiones de la India,” reportó Maeda, gustosamente.
“Vaya, eso suena muy generoso,” Hakata se impresionó. “Verdad que, por estar fuera estudiando en otra ciudad, no he llegado a conocerle todavía.”
“Dudo haberlo conocido también…” Gotou frunció el ceño.
“Se llevarán bien con él, aunque les advierto que es un poco caprichoso en ocasiones, y gusta tomarle el pelo a la gente,” comentó Yagen, quien estaba distraído con su celular. “Quién diría que alguien tan engreído como él hubiera congeniado bien con todos, pero me alegro de oírlo.”
“Hic… todos ustedes son una sarta de engreídos, obviamente lo comprenden…” se quejó Fudou, quien estaba recostado encima de su mochila de viaje a un rincón. Este miró de soslayo a los demás y se acomodó. “Uhh… me tomaré una siesta. Conociéndoles, se tardarán un millón de años en animarse a partir…”
“Cierto…” Tharja entrecerró los ojos. La pobre única chica del grupo seguía maldiciendo su realidad de estar comprometida a ese viaje por los próximos días, pero no le quedaba de otra.
“No se preocupen, sólo falta él e iremos en marcha,” les aseguró Ichigo. “También me encargué de rentar dos vanes muy cómodas y equipadas para que todos podamos transportarnos en dos vehículos. Intentaré hacer este viaje lo más agradable posible.”
“Sé que lo harás, Ichi-nii. Tú nunca nos decepcionarías,” dijo Gotou, sonriendo con certeza.
“¿Y qué será de nuestros compañeros viajeros?” se preguntó Namazuo al aire.
“Tsurumaru me ha avisado que está yendo a recoger a Akashi-san y sus hermanos,” reportó Ichigo, sonriente. “Una vez lo haga, irán a comprar unas provisiones para el viaje y partirán camino. Nos encontraremos en las casas de campo del bosque que hemos alquilado. Ah, también me dijo que una persona más los está acompañando, aunque no quiso decirme quién es.”
“Tsurumaru siempre se hace el misterioso…” Yagen rodó los ojos y continuó mirando fijamente a su celular, sin interés.
“Hehe, me alegro mucho de que Hotarumaru-san y Aizen-san se unan al paseo,” dijo Maeda, animado. “Ellos siempre han sido unos grandes amigos para mí.”
“Sí son personas muy amenas y prudentes, ¿verdad?” Hirano asintió. “No he tenido el placer de estudiar con ellos, pero al menos he podido conocerles.”
“Y Hotarumaru es muy lindo~” Shinano se emocionó. “Estos últimos días lo he visto con frecuencia. Quién diría que terminaríamos en el mismo círculo de amigos~”
“Eso demuestra que sí es muy inteligente para estudiar en la universidad,” Hakata sonrió con perspicacia. “Heh, tal vez debería considerarle como un digno rival.”
“Ehh, p-pero este es un viaje de confraternidad,” Gokotai se inquietó.
“Vamos, es rivalidad saludable, a todos nos viene bien,” el rubio se encogió de hombros. “También he escuchado que es muy fuerte peleando. Reconoceré que en eso me ganaría, pero tal vez querría entrenarme un poco.”
“¿Eh? Pero tengo entendido que Ichi-nii nos dará unas lecciones de entrenamiento,” comentó Akita, confundido.
“¡Claro, y yo ayudaré~!” exclamó Namazuo, contento. “Y tu querido Honebami-niisan es tan reservado como siempre como para querer entrenarles, pero estará ahí para proveer refrescos y toallas complementarias~ ¿Verdad que sí, nii-san?”
“…” este le miró de reojo. “No me llames así…”
“Aw, tan lindo como siempre~” canturreó, lo cual hizo que el peliblanco mostrara leve impaciencia.
“Confío plenamente en la paciencia y habilidad de nuestros hermanos mayores para entrenarnos,” dijo Maeda, quien pasó a sonreír incómodo. “Y, pues, Hotarumaru-san está en otro nivel. Sé por experiencia que lo mejor es no retarle a pelear.”
“Hmm…” Houchou frunció el ceño. “Casi lo haces sonar peligroso…”
“Estoy seguro que no. Le hemos conocido unas veces que ha venido de visita y es un chico muy sensato,” opinó Akita, sonriendo. “Ahora será una experiencia para interactuar más con él. ¡Oh, y también para continuar con mis observaciones sobre los insectos!”
“Uhh, no sé cómo puedes dedicarte a eso…” Houchou tembló y puso una cara de desagrado.
“Ehh… los insectos dan miedo… aunque pienso que es admirable la dedicación que le das…” dijo Gokotai.
“Bueno, es un pasatiempo,” el pelirrosa asintió. “Pero los insectos son en verdad muy inofensivos. Hehe, yo también pienso que eres valiente, Gokotai. Tienes a tus tigres bien entrenados y sabes cuidarlos.”
“¿Eh?” este ladeó la cabeza. “Pues, no pienso en ellos de esa forma. Son mis amigos… no creo ser muy valiente…”
“No sé si será valentía o no, pero sí es algún tipo de virtud, Gokotai,” comentó Hakata, encogiéndose de hombros. “Es bueno que te des un poco de crédito.”
“Es verdad,” dijo Maeda, sonriendo tranquilamente. “Tienes una gran afinidad a los animales y tus tigres te oyen. Quisiera poder llegar a esa empatía algún día.”
“Hehe, gracias,” Gokotai sonrió alegre y asintió ante las palabras amables de sus hermanos. “Y tú también eres muy afín y sensible a los animales, Maeda.”
“Sin duda lo eres. Parece que las aves no se espantan de ti tan fácilmente,” comentó Hirano a su gemelo menor. “Varias veces que te sientas en el jardín me has impresionado.”
“Ahora yo también quiero ser sensible,” reclamó Houchou como quien se quedaba de lado. Ante su reclamo, sus otros hermanitos sonrieron comprensivamente y comenzaron a dialogar entre sí.

“Heh, nuestros petizos se ven de muy buen humor,” comentó Shinano, en lo que miraba a los menores hablar con energías y con grandes expectativas del paseo. “Hehe, me alegro mucho.”
“No recuerdo la última vez que hemos salido en un viaje tan espontáneo, nos viene bien,” Gotou asintió, sonriendo satisfecho.
“¡Sin duda! ¡Ichi-nii tuvo la mejor idea de sugerirlo!” exclamó Namazuo, con muchas energías y estirando sus brazos hacia arriba. “¡Ya quiero perderme en el bosque con mis hermanitos!”
“Es posible que tú seas el único que querría ese escenario…” observó Honebami, inmutado, aunque con una pizca de impaciencia en su expresión.
“Haha, no me tomes en serio, Honebami,” el otro sonrió incómodo. “Ninguno de nosotros se va a perder, tranquilo.”
“Me aseguraré personalmente de que este viaje sea seguro y placentero para todos, tienen mi palabra,” dijo Ichigo, con una mano sobre su pecho y una tranquila y amable sonrisa que marcaba sus palabras.

Él recibió respuestas positivas de parte de los cuatro, desde las exclamaciones de Shinano y Namazuo, una afirmación de Gotou, y un asentir más reservado de parte de Honebami, y su vista se pasó a Yagen, quien permanecía ausente y con su atención fija en su celular. El peliceleste mostró leve preocupación por esa actitud tan distante e ida de su bastante independiente hermano menor, quien pese a su reserva solía mostrarse normalmente receptivo cuando pasaba por casa.

“…” Namazuo pudo notar la incomodidad en su mayor y miró a Yagen, para negar y acercarse al doctor con una disposición juguetona de hacerle participar. “Oye, Yagen, ¿qué te tiene tan distraído? Vamos, despierta.”
“Oh, siento distraerme,” este negó y dio un suspiro resignado.
“¿Sucede algo?” preguntó Shinano, confundido.
“No, no es nada, descuida.”
“Creo conocerte lo suficiente para saber que sí es algo, pero ya que estás aquí deberías desenchufarte para variar,” recalcó Gotou, con sus manos en las caderas. “Ichi-nii justo andaba hablando con nosotros, no le prestaste atención.”
“Ya veo,” ante eso, Yagen sonrió con leve frustración y miró al mayor. “Siento las inquietudes, Ichi-nii. Todo se encuentra bien, te lo aseguro.”
“No te preocupes por mí. Más bien, temo que te estés muy ocupado con tus obligaciones, Yagen,” dijo el peliceleste incómodo. “Sin duda aprecio que hayas podido darte tiempo para venir con nosotros.”
“Sí había trabajado con suma anticipación para estar disponible para viajar durante las vacaciones. De eso no te preocupes,” contestó con su profesionalismo de siempre, luego de pasar aquella distracción. “Supongo me sorprendió este intempestivo viaje y el destino al cual vamos. No es algo que hubiera esperado, eso es todo.”
“Espero que no sea una imposición, pero como un sitio que nuestro padre estimaba tanto supe que debíamos ir de visita,” confesó Ichigo, animado. “También debemos aprovechar cada momento que tenemos disponible para compartir en familia.”
“Sí me alegro de haberme despejado para este viaje. Necesitaba un descanso como este,” comentó Gotou.
“También solíamos viajar más seguido de pequeños junto a nuestros padres,” recordó Shinano, mientras meditaba con su mirada hacia arriba. “Sí, fuimos a varios sitios, aunque no recuerdo haber ido a este bosque antes…”
“Eso quiere decir que es la primera vez para todos~” canturreó Namazuo, animado.
“…” Yagen mantuvo su sonrisa comprensiva y regresó su atención a su celular.
“Además de ello, es genial que casi todos podamos estar presentes para este paseo,” dijo el pelirrojo, animado. “Sólo nos hace falta Atsushi ahora.”
“Ya pronto estará de regreso, y sé que le llevaremos a todos lados,” Gotou se encogió de hombros. “No te preocupes por eso, sólo sé un poco más paciente.”
“Lo sé, lo sé, aunque es tan fácil decirlo.”
“Aww, por mi parte ya quiero tener a otro hermanito más en casa~” Namazuo sonrió feliz y conmovido. “Sobre todo porque no he podido compartir tanto con él. Tendré que engreírle con todas mis fuerzas~”
“Ehh…” Shinano sonrió incómodo e intercambió miradas con Gotou. “M-mejor no hagas eso, Namazuo-nii, por favor.”
“¿Eh?”
“En serio. Atsushi te comería vivo si te atreves a tratarle como un niño,” comentó Gotou, frustrado y un tanto impaciente. “De por si tanto Yagen como yo te resentimos por eso, y él lo haría mucho más.”
“Uhh, pero ha estado tanto tiempo afuera que me será inevitable,” Namazuo hizo un puchero. “Y sí soy mayor que ustedes. Deberían dejarse querer para variar, en serio.”
“Entiendo tus intenciones de cuidar de nuestro hermano, pero también intenta hacerle sentir bienvenido, Namazuo,” le pidió Ichigo, amablemente. “Aunque sí, yo de igual forma deseo velar por él a mi manera y espero poder organizar algún paseo cuando él regrese. Ya le escribí que estamos yendo de visita a este bosque y podríamos repetir este viaje luego de su retorno.”



“¿Le dijiste de este viaje?” preguntó Yagen, expresando leve sorpresa. Aquella expresión era un tanto mayor a la que se esperaría de él, lo cual llamó un poco la atención a él de los demás.
“¿Eh?” Shinano ladeó su cabeza. “¿Por qué te ves sorprendido?”
“Sí le dije,” contestó Ichigo, quien también se mostró confundido e intrigado por esa reacción. “Suelo comentarle a Atsushi sobre nuestras actividades y los sucesos familiares más recientes a manera de mantenerle conectado. Si bien tengo entendido, tú haces lo mismo, Yagen. Ambos se mantienen comunicados, ¿verdad?”
“Sí, es verdad…” el doctor desvió su mirada.
“¿Entonces cuál es el problema?” Gotou alzó una ceja.
“No lo sé, debo estar cansado…” ello fue lo poco que atinó a decir Yagen, quien soltó otro suspiro y se mantuvo resignado. Su gesto sí denotaba cansancio, aunque parecía encontrarse incómodo por algún motivo.
“Yagen…” Honebami miró al doctor, con leve expectativa.
“Uh, no sé lo que te traes, pero Gotou tiene razón, desconéctate,” observó Namazuo, quien intentó quitarle el celular a Yagen. Este le evadió y le miró con desapruebo.
“Entiendo tu punto. No tienes que recurrir a esto,” recalcó.
“…” Ichigo miró detenidamente a Yagen sin saber qué más decirle para hacerle expresarse. Él sintió una mirada y se giró para observar el momento en el cual Tharja dejaba de observarles. La distancia y mal humor de esa chica también le había dado la impresión de ser mayor de la usual.

Sin embargo, el momento se cortó cuando la persona a quien habían estado esperando hizo acto de presencia. Un pelinegro de cabellos cortos y abundantes y ojos rojos se apareció con un maletín de viaje y un sleeping bag. Este alzó su palma para saludar.






“Yoho~” canturreó, manteniendo una tranquila sonrisa, aunque entonces terminó dando un sonoro bostezo. “Uhh… siento la tardanza… no me podía levantar…”
“¡Ohh, Ritsu-chan, bienvenido~!” exclamó Namazuo, quien fue donde su amigo y le dio un fuerte abrazo. “¡Descuida que te conozco bien! ¡Más bien gracias por venir~!”
“Suéltame, Nama-kun…” este le miró con reproche y se liberó. “En verdad debería ser yo quien tiene que agradecer, ¿cierto? Cuidarán de mí en los próximos días.”
“Hehe, no necesitas agradecernos. Estamos felices de darte la bienvenida,” dijo Akita, sonriente.
“En verdad que sí,” Gokotai asintió.
“¡Ritsu! ¡Tenemos que preparar pasteles de nuevo!” exclamó Houchou.
“Oh, claro, es una de mis especialidades,” el recién llegado sonrió con perspicacia. “Muy bien, con gusto compartiré mis dotes culinarios con ustedes.”
“¡Yay~!”
“Y nuevamente, espero disfrutar de la hora de té que ustedes siempre preparan,” dijo Ritsu a los Toushirou menores. “He traído unas infusiones especiales.”
“Por supuesto, muchas gracias, Ritsu-san,” dijo Hirano, haciendo una reverencia.
“¡Ah, son excelentes noticias!” exclamó Maeda, con los ojos brillantes. “Estoy muy agradecido.”
“Hm, sí que son muy propios,” Ritsu sonrió con aprobación. “Casi no parecen los hermanitos de Nama-kun por eso.”
“O-oye, no digas eso, por favor…” este se resintió un poco.
“Fufu, bromeo~” entonces, Ritsu miró a sus alrededores. “Oh, buenos días, Hone-kun.”
“Buenos días…” dijo el peliblanco, inmutado.
“Veo que has sacado a tu hermanito doctor de su guarida para variar.”
“…” este negó. “Yagen toma sus propias decisiones. No depende de mí.”
“Bueno, es cierto,” Ritsu rodó los ojos. “Siempre me olvido que no entiendes chistes.”
“…” Honebami ladeó la cabeza.
“Nos vemos con relativa frecuencia, Ritsu,” comentó Yagen, con leve cansancio. “No tienes que actuar tan distante.”
“Sin duda tú eres alguien quien lo puede decir, ¿verdad?” preguntó con una amplia sonrisa. “Está bien, ignórame. No creo que sea conveniente tratar de tomarte el pelo frente a tus hermanos.”
“No es tan fácil fastidiarme, somos de la misma especie,” el doctor sonrió con cierta gracia.
“Fufufu, cierto…”
“Ehh, ya, este es un ambiente festivo,” dijo Namazuo. “¡Oh, Ritsu-chan, todavía tienes por conocer a varias personas aquí! ¡Hay que terminar con las introducciones!”
“Es verdad, justo quería preguntarte desde cuándo tenían a una hermana,” comentó en lo que su atención se dirigía hacia Tharja.
“…” esta afiló sus ojos, pero podía ver que aquel chico no era intimidado por su semblante.
“¡Sí, es nuestra nee-san y es toda una hermana responsable!”
“Cállate…” dijo la chica, hastiada.
“Ehm, Ritsu, te presento a Tharja,” dijo Ichigo, sonriendo incómodo. “Ella es de una familia muy cercana a la nuestra, por lo cual es habitual que la veamos como una hermana, aunque quisiera pedirte que seas amable con ella, por favor.”
“Descuida, Ichigo-kun, creo comprender lo que quieres decir~” Ritsu alzó una palma hacia la chica y le sonrió simpáticamente. “Yo soy Ritsu Sakuma. Un gusto.”
“Igualmente, soy Tharja,” le contestó desviando su mirada para sacar las formalidades del camino.
“Y supongo que este chico que está durmiendo en el piso a tu costado es tu hermano.”
“Lo es,” ella negó. “Ya lo conocerás cuando se despierte. No hay que perturbarlo.”
“Entiendo, también detesto que me despierten cuando estoy dormido,” asintió.
“¡Y por aquí tengo a tres hermanitos que tienes que conocer!” Namazuo volvió a llamar la atención de su amigo, quien se giró y vio a Hakata frente a él.
“Yo soy Hakata, mucho gusto,” saludó el pequeño rubio con una sonrisa profesional. “Veo que eres una visita frecuente a la casa, ¿no es así?”
“Diría que sí, en este último año…” asintió y entonces dio otro bostezo. “Uhh… siento decirlo, pero me estoy comenzando a cansar… les aviso de antemano que tiendo a dormir mucho y sólo tengo energías de noche…”
“Podrás dormir en el camino al bosque, no hay problema,” Hakata asintió. “Oh, también tienes que conocer a Gotou-nii.”
“Veo que eres el amigo de Namazuo,” comentó este. “De por sí, te agradezco por soportarle. Sé lo pesado que puede ser.”
“Fufu, no hay de qué.”
“Oigan…” Namazuo frunció el ceño.
“Aunque siendo sinceros, gracias por llevarte bien con todos aquí,” Gotou sonrió y le extendió una mano. “Es un gusto.”
“Sí, descuida,” Ritsu se encogió de hombros y le correspondió el apretón de manos. “Son amables y me consienten. Es lo menos que podría hacer.”
“Ritsu-chan es un amor, tiene sentido,” Namazuo asintió. “Ah, pero todavía te falta Shinano. Déjame presentarte.”
“Hai, hai,” el amigo se encogió de hombros al no estar sorprendido por la inmensidad de esa familia, pero supo que algo iba a estar fuera de lo usual cuando observó a aquel pelirrojo.

“…” Shinano estaba en shock, congelado en su sitio, mientras miraba a aquel amigo de su hermano como si estuvieran desconectados de la realidad. Todo el rato, desde su llegada, le había visto dialogar con cada uno de sus hermanos con familiaridad y espontaneidad, sin poder creerlo. Incluso le había oído decir su propio nombre: Ritsu Sakuma. Imposible…

“¿Eh? ¿Shinano?” Namazuo ladeó su cabeza. “¿Qué te pasa? Es como si vieras a un fantasma.”
“N-no puede ser…” dijo el pelirrojo en voz baja.
“¿Qué no puede ser?” preguntó Gotou, alzando una ceja.
“No es que sea un fantasma…” comentó Ritsu con cansancio. Para confirmar sus sospechas, decidió mencionar un dato adicional de su persona. “Soy ampliamente conocido como un vampiro y un demonio…”
“¿Cómo así?” preguntó Hakata, confundido.
“Esperen…” Tharja se vio levemente intrigada en aquel chico.
“¡N-no puede ser!” exclamó Shinano. No había duda, era él.
“Ehm, ¿me estoy perdiendo de algo?” preguntó Namazuo, quien sonrió entretenido. “Haha, vamos, no tomen a Ritsu-chan tan en serio. No es que sea un vampiro real.”
“¡N-Namazuo-nii, ese no es el punto!” exclamó el pelirrojo, en completo shock.
“¿El punto?”
“Ahh…” Ritsu dio un pesado suspiro. “Nama-kun, un favor.”
“Eh, ah, sí, ¿qué sucede?” le preguntó luego de mirar a distintas direcciones.
“Te pedí que preparas un botiquín de emergencias por si hago un sobreesfuerzo durante el día. ¿Lo tienes listo?”
“¡Oh, cierto! Ahora regreso,” Namazuo asintió y partió carrera de regreso a la casa.

Shinano vio a su hermano irse sin llegar a explicarle la razón de su sobresalto, y entonces vio a Ritsu dar un suspiro aliviado, para entonces dirigírsele.

“¿Y bien? ¿Tienes algo que decirme, hermanito de Nama-kun?” le preguntó.
“T-tú… tú eres el verdadero Ritsu Sakuma, ¿verdad?” preguntó con una voz temblorosa.
“¿Cómo que el verdadero?” Hakata se extrañó.
“Explícate de una vez, Shinano,” le reclamó Gotou a su hermano.
“¡Gotou! ¡Ritsu Sakuma es un músico y idol sumamente famoso!” exclamó el pelirrojo. “¡No puedo creer que el mismo Ritsu Sakuma se ha apuntado a nuestro paseo familiar! ¡¿Acaso no has visto los comerciales de sus conciertos por la televisión?!”
“¿En serio?”
“Ah, entonces de ahí se me hizo conocido,” comentó Tharja, mayormente indiferente.
“¡Pero no es poca cosa! ¡Ha cantado en varios de los estadios más grandes y concurridos del Japón, maldición!” Shinano miró al resto de su familia. “¡¿Cómo no pueden estar conscientes de ello a estas alturas?!”
“Tranquilízate, Shinano,” le pidió Yagen, rodando los ojos.
“¡Les digo que no es irrelevante!” el pelirrojo miró a Houchou. “¡Sé que tú te mantienes al día con los idols del momento! ¡¿Cómo es posible que no sepas que cocinas pasteles con el propio Ritsu Sakuma?!”
“Pues, duh, obviamente sé quién es,” le contestó su hermanito, cansado por su sobresalto.
“Eh, ¿ehh?” Shinano se sorprendió por su respuesta.
“Ritsu-san nos viene visitando un año a la casa y le reconocimos desde la primera vez,” observó Hirano, un poco frustrado.
“Pienso que tenemos suerte de conocer a un idol tan de cerca, pero lo importante aquí es que se ha convertido en un amigo de la familia,” observó Maeda, tranquilamente.
“En verdad, y es amigo cercano de Namazuo-niisan,” agregó Gokotai. “Me siento muy feliz de que se lleven bien.”
“Tus hermanitos parecen tener sus prioridades en orden,” observó Ritsu a Shinano, con un aire de juicio e impaciencia.
“Eh, p-pero… ¿c-cómo así te conociste con mi hermano?”
“Los dos estudiamos en Rizembool,” se encogió de hombros.
“¡Aun así!”
“¡Wow, hasta tiene página de Wikipedia!” observó Hakata, revisando su celular.
“Oh, verdad,” Gotou alzó sus cejas, con leve impresión.
“Shinano, Ritsu no gusta de ser tratado como una persona famosa en su día a día,” observó Yagen. “No le incomodes de este modo, por favor.”
“Ehh, sí, perdón…” Shinano se mostró un poco arrepentido por su sobresalto. “Eh, no quise hacerte sentir mal ni nada. Es que estoy también en la rama de artes escénicas y me cuesta creer que mis hermanos sean tan cercanos a un talento como el tuyo.”
“Sí, como digas,” Ritsu se encogió de hombros. “Sólo dejémoslo de lado.”
“Vaya, pero no puedo creer que Namazuo-nii no me haya dicho que su amigo era alguien tan famoso,” comentó Shinano, con leve escepticismo. Ante ello, los demás intercambiaron miradas.
“Pues…” Akita desvió su mirada. “Sí hay una razón por qué no te lo dijo…”
“¿Eh?” el pelirrojo se confundió.
“Personalmente no estoy de acuerdo con este silencio. Sólo espero que Namazuo no se lleve una desagradable sorpresa,” comentó Ichigo, levemente incómodo.
“¿A qué te refieres, Ichi-nii?”
“No será una desagradable sorpresa, descuida,” Ritsu sonrió animado. “Es un experimento social completamente saludable.”
“Haha…” Yagen se vio entretenido por aquel comentario.
“Uhh…” Gotou miró a su hermano doctor con sospecha. “Si tú te ríes debe ser algo maligno.”
“Hm…” Honebami se puso a pensar y alzó su mirada. “Quizás sí sea un experimento social…”
“¿Qué sucede?” preguntó Hakata. “¿Acaso Namazuo-nii no sabe que eres famoso?”
“¿En serio?” Shinano se sorprendió.
“Ohh, veo que eres inteligente, pequeñín,” Ritsu sonrió complacido y asintió. “Sí, Nama-kun en ningún momento me ha reconocido y no está consciente de que soy una persona famosa. Hemos sido amigos por más de dos años y nada. En cambio, tus simpáticos hermanitos me reconocieron desde la primera vez que los vi, aunque para no matar la sorpresa he pedido complicidad a todos aquí para que no le digan a Nama-kun. Sólo quiero ver cuándo se dará cuenta.”
“¿Quieres ver cuándo Namazuo-nii se enterará sin ayuda de nadie?” Hakata se extrañó y negó repetidamente. “No, imposible, quizás pase toda una vida. Es muy distraído.”
“Fufu, Hone-kun me dijo algo similar.”
“Uhh, sí suena a algo un poco maligno,” Shinano se preocupó un poco.
“Lo es, pero debo admitir que también tengo curiosidad,” Gotou desvió su mirada.
“Con todos los comerciales por televisión y pancartas en la universidad, sorprende que ande con la cabeza en las nubes…” Tharja rodó los ojos.
“Recuerdo que Ritsu y yo hicimos una apuesta al respecto, pero ya pasó más tiempo del que habíamos acordado, así que ninguno de los dos ganó,” Yagen se encogió de hombros.
“Siempre podemos volver a apostar.”
“No gracias, obviamente hay mucha incertidumbre.”
“Fufufu…”
“Por favor, no se pongan a apostar. No es un buen hábito,” les pidió Ichigo, un poco torturado. “Ya quisiera decirle la verdad a Namazuo. Ahora es el único que no lo sabe.”
“Oh, todavía falta Atsu-nii, pero le puedo enviar un mensaje para avisarle,” se ofreció Hakata.
“No es necesario, ya se lo dije en algún momento,” dijo Yagen, encogiéndose de hombros.
“Fufufu, sabía que podía contar contigo,” Ritsu asintió y sonrió con ironía.
“Veo que sí son de la misma especie…” comentó Gotou, alzando una ceja.
“Pero, regresando al tema, me aseguré de que Nama-kun no estuviera presente para explicarte la situación,” explicó el idol a Shinano. “Y te pido que me ayudes a guardar el secreto también.”
“B-bueno, supongo no les arruinaré este esfuerzo…” el pelirrojo se resignó. “Aunque, por mi sobresalto quizás ya esté sospechando algo. Ehh, perdón, no lo sabía.”
“Tú tranquilo. Nama-kun sabe que toco el piano ocasionalmente, y yo me encargaré de explicar tu reacción de la forma más racional posible,” Ritsu dio un guiño. “Tú sólo sígueme el juego.”
“Eh, okay…” Shinano sonrió nervioso. El chico le daba extrañas vibras.

Esa conversación no pudo haber sido mejor planeada ya que justo regresó Namazuo con el botiquín adicional.

“¡Listo~! Tengo un botiquín lleno de dulces y agua de azahar para reanimar y algunos suplementos alimenticios~” canturreó el voluntarioso hermano. “¿Todo bien por aquí? Shinano, te veías un poco pálido, ¿quisieras algún dulce?”
“Oh, eh, e-estoy bien, descuida,” le contestó, sonriendo incómodo y agitando sus palmas. “Más bien siento asustarte, sólo…”
“Sí te viste sorprendido por Ritsu-chan, ahora que recuerdo,” Namazuo se puso a pensar y miró a su amigo. “¿Pasó algo? Espero que hayan podido presentarse debidamente.”
“Todo bien, Nama-kun, es sólo que parece que tu hermanito había escuchado algunas de mis interpretaciones de música clásica y es un fan mío,” contestó Ritsu con completa naturalidad y una sonrisa pícara. “O sea, un gran fan, un enorme fan. Espero que no sea un stalker y que mi vida esté en riesgo.”
“¡Hahaha, te aseguro que no!” Namazuo rió con ganas mientras un torturado Shinano sentía un tic en la ceja. “¡Ohh, pero qué genial que tus piezas de piano hayan sido oídas por alguien fuera de Rizembool! ¡Espero que sea tu inicio al estrellato!”
“Sí, es lo más que un humilde estudiante pobre de universidad como yo puede desear, Nama-kun,” dijo Ritsu, comprensivamente. “Gracias por el cumplido.”
“Aww, de nada~”
“…” Gotou entrecerró sus ojos. “Comprendo que estos intercambios ocurren a menudo.”
“No tienes ni idea,” dijo Yagen, inmutado.
“Deberíamos partir,” observó Honebami. “No queda nada más pendiente.”
“Es verdad, se nos hace tarde,” Ichigo asintió. Él dio un paso adelante y recibió la atención de todos. “Es mi gran dicha poder compartir este viaje con ustedes. Estoy convencido que será un paseo muy ameno y un merecido descanso después del semestre que acabamos de terminar. Ahora quiero que presten atención. Estas vanes tienen capacidad para ocho personas, por lo cual debemos dividirnos. También debemos decidir quiénes serán los conductores.”
“Uhh, ¿en serio?” Tharja rodó los ojos. “Honebami y tú son los mayores y más responsables. Fin de la discusión.”
“¡Pero yo quisiera conducir, nee-san!” reclamó Namazuo, con ansias. “Pienso que es más justo que todos tengamos una oportunidad de conducir, al menos los que sí podemos.”
“Hmm…” Hakata llevó una mano a su mentón y se puso a pensar críticamente. “Me preocupa que consideres la remota posibilidad de que los que no sabemos conducir conduzcamos.”
“N-no lo dije de esa forma…” sonrió incómodo.
“Comprendo que son una familia unida llena de amor incondicional, ¿pero en serio quieren a Nama-kun conduciendo un carro por horas?” preguntó Ritsu, encogiéndose de hombros. “Eso es extremadamente peligroso. Estoy convencido que todos hemos tenido al menos una oportunidad de viajar con él como piloto.”
“Uhh, pero…” el mencionado hizo un puchero.
“Ehh, de todos modos, podríamos seleccionar a todos los que conducimos y hacer una rifa para decidir,” sugirió Shinano, sonriendo incómodo. “También podemos turnarnos para partes del camino. Oh, y pienso que es mejor que haya al menos dos conductores en cada van en caso de cualquier emergencia.”
“Ese último punto es una buena idea,” Yagen se encogió de hombros, dejando en claro que no aprobaba lo primero que había dicho, pero no tenía intenciones de reclamar.
“Vamos, esta rifa puede ser divertida,” insistió el pelirrojo. “Y tú eres un conductor, Yagen. En teoría yo también por haber conducido en los Estados Unidos, pero no he podido tramitar mi licencia aquí.”
“En ese país tienes suficiente edad para conducir, pero aquí no,” observó Gotou.
“Uhh, ya quisiera tener tu edad, Gotou-nii,” Shinano le miró con reproche. “¿Y por qué no conduces aún? Bien podrías.”
“Tsk, n-no quiero…” Gotou se cruzó de brazos y desvió su mirada, con incomodidad.
“¿Hm? ¿Todavía no te recuperas de las primeras malas experiencias que tuviste?” preguntó Yagen, mirando al otro con una sonrisa burlesca. “No seas un niño.”
“¡Cállate! ¡No te metas en mis asuntos!”
“Ya, ya, no se peleen,” Shinano levantó sus palmas. “En fin, tenemos a Yagen, definitivamente a Ichi-nii y Honebami-nii también conduce. De ahí…”
“¡No te olvides de mí!” exclamó Namazuo sonriente y levantando su mano, e ignorando olímpicamente a varios de sus hermanitos intercambiar miradas nerviosas.
“Descuida,” Shinano asintió, y pasó a mirar a Tharja. “Nee-san, ¿conduces?”
“…” Tharja dio un pesado suspiro y entrecerró los ojos. “Sí, pese a no tener carro propio…”
“¡Podría ser una gran oportunidad tenerte conduciendo!”
“No…” ella se negó, pero su revelación causó gran impresión en los más pequeños.
“¡Wow, qué bueno que sepas conducir!” exclamó Houchou.
“Estoy seguro que eres una conductora responsable,” dijo Hirano, asintiendo.
“Sería un honor, Tharja-neesan,” Maeda asintió, con alegría.
“N-no exageren…” la chica desvió su mirada, incómoda por la amabilidad de los menores. Terminó dando un suspiro. “Está bien, me ofrezco, si es que así su loco hermano mayor tiene menos posibilidades de conducir.”
“Bueno, yo también sé conducir, pero no soy confiable de día…” dijo Ritsu, quien dio un sonoro bostezo antes de continuar. Él se sobó un ojo. “Uhh… soy propenso a quedarme dormido. Si en algún momento hay que manejar de noche, me ofrecería.”
“Entonces son un total de cinco conductores para dos vanes. Es un buen número,” Shinano asintió contento. “A ver, ¿cómo hacemos la rifa?” sacó su celular. “Hmm, creo que hay páginas web que te dejan hacerlo.”
“Está bien, Shinano-niisan,” Akita sacó un bloq de notas de su mochila de viajes y rompió un papel para escribir números. “Podemos repartir estos números a los posibles pilotos y luego una persona dice un número aleatorio para elegirlos.”
“Hm, buena idea,” Hakata se vio convencido, y se encogió de hombros. “Mientras yo no sea quien escoja el número.”
“Cierto, es una gran responsabilidad,” observó Yagen, intrigado. “No estoy de acuerdo con esta rifa para empezar así que no participaré en la elección.”
“Sí, lo mismo digo,” Gotou negó frustrado.
“Igualmente…” Tharja frunció el ceño y miró de reojo a Fudou durmiendo en el piso. De inmediato se preguntó si ya era muy tarde para quedarse dormida también porque efectivamente se estaban tardando una eternidad en iniciar el viaje.
“No tienen por qué inquietarse. Pase lo que pase, llegaremos sanos y salvos a nuestro destino,” les aseguro Ichigo, con tranquilidad. “Pueden confiar en nosotros.”
“En verdad que sí, no sean malos…” Namazuo hizo un puchero.
“¡Listo!” Akita había doblado los papeles y los sacudió en sus manos. “Por favor, tomen uno y no nos digan sus números.”

Ante su convocatoria, los mayores elegidos se acercaron para agarrar sus respectivos papeles y ellos miraron a Shinano para recibir las siguientes indicaciones.

“Es el momento de la verdad, ¿no es así?” el pelirrojo miró a su público y se fijó en Gokotai. “Oh, pequeño, ¿quisieras ser el primero en elegir un número?”
“¿E-ehhh? ¿Y-yo?” preguntó asustado e intimidado. Gokotai sintió las miradas de los demás posadas en él y llevó sus brazos hacia su pecho. “Pues…”
“¿Y por qué tú no lo escoges?” le preguntó Gotou al pelirrojo, con desconfianza.
“En serio, fue tu idea y ahora te impones ante nuestro sensible hermano,” Hakata negó. “Tsk, y luego quieres que te trate como hermano mayor, Shinano…”
“¡No lo dije en ese sentido!” Shinano se asustó por la acusación. “¡Sólo creo que sería divertido si más participan en esta elección! Uhh, pudo elegirlos si es tanto problema.”
“N-no, ehh, está bien,” el pequeño peliblanco asintió y se puso a pensar duramente. “Hmm… ehh…” pasó a mirar a los demás presentes con inquietud. “P-pues yo… hm…” regresó su mirada a Shinano y comprimió sus puños para darse ánimos. Ya les estaba haciendo esperar demasiado, así que dijo un número aleatorio. “Ehm… ¿c-cuatro…?”
“¡Yes!” Namazuo alzó un puño al aire y mostró su papelito ganador a todos para confirmar su elección. “¡Listo! ¡¿Quién quiere embarcarse en una travesía conmigo?!”

Hubo un breve silencio sepulcral antes de que los reclamos comenzaran.

“¡Maldición, Gokotai! ¡¿Por qué escogiste el cuatro?!” exclamó Houchou, con sus manos en su cabeza, torturado. “¡El cuatro es el número de la muerte!”
“Fufufu…” Ritsu rió por lo bajo.
“Heh,” Yagen sonrió con ironía y desvió su mirada.
“¡Ahhh, p-p-perdón!” Gokotai comenzó a hacer múltiples reverencias, sumamente arrepentido. “¡N-no fue mi intención! ¡Ahhh, lo siento mucho!”
“Ahh…” Hakata dio un suspiro. “Sí, fue una brillante idea para librarte de la culpa, Shinano.”
“¡Ya dije que esa no fue mi intención!” reclamó Shinano, incómodo.
“¿En serio estamos aceptando que la mitad de nosotros seremos llevados por Namazuo?” preguntó Gotou.
“¡O-oigan, no se me pongan así!” reclamó el conductor, inquieto. “¡Les digo que pueden confiar en mí, tienen mi palabra!”
“Ya varias veces nos has dicho eso, pero…” Hirano bajó su mirada.
“¿Qué deberíamos hacer…?” Maeda se puso a pensar, preocupado.
“Hermanos, por favor, no sean tan crueles con Namazuo,” les pidió Ichigo, incómodo. “Comprendo sus temores y sé que Namazuo no es el conductor más responsable, pero confío en él. Me ofrezco para acompañarle si ustedes no se sienten cómodos.”
“Buen trabajo siendo mártir, Ichigo, pero al menos otros cinco tendrían que unírseles en esa van,” recalcó Tharja, frustrada.
“Tampoco me parece bien que tengas que soportar a Namazuo siendo él mismo, Ichi-nii,” dijo Gotou, frustrado.
“Pues, siento decirlo, pero tengo una proposición,” dijo Hirano, levantando una mano. “Quisiera postular a Ichi-nii como el segundo conductor. De ese modo, la mitad de nosotros estaría más cómoda durante el viaje.”
“Es verdad, es lo menos que se podría hacer en estas circunstancias,” Maeda asintió.
“Esperen un momento…” Ichigo estaba sorprendido por la cero voluntad de sus hermanos de ser más comprensivos.
“Apoyo la moción,” Hakata alzó una palma y caminó donde Ichigo. “Iré con Ichi-nii.”
“¡Oye, no te adelantes a nosotros!” reclamó Houchou.
“¿En serio estamos dejando la rifa de lado?” dijo Akita, quien miró a Namazuo con leve pena, pero su hermanito le jaló para llevarle también con el mayor.
“Ehh, ¿q-qué está pasando?” preguntó Namazuo, mirando con incredulidad a la gran mayoría caminar donde su hermano mayor. Se sorprendió de ver que incluso Ritsu lo hizo. “¿Ritsu-chan? ¿Tú también?”
“Seremos amigos, pero no puedo dejarme llevar por eso. Peer pressure puede ser muy malo,” declaró con completa tranquilidad. “Y no tengo el interés de ponerme en riesgo.”
“¡N-no digas eso! ¡No soy un peligro, créanme!”
“Ehh, p-pues yo…” Shinano vio a los pequeños ir donde Ichigo y sintió el impulso de ir también, pero Gotou le agarró de un hombro.
“Oh, ni se te ocurra. Estamos en este predicamento por tu culpa,” recalcó con severidad.
“Uhh, lo entiendo…”
“Ehh, ehhh…” Gokotai miraba a los demás y bajó su mirada. “E-está bien… yo iré con Namazuo-niisan… debo ser responsable y no puedo dejarle solo…”
“Aw, gracias por tu comprensión, pequeño. Tú sí me quieres~” Namazuo se vio conmovido, pero se incomodó al ver a su preciado peliblanco tembloroso y con sus ojos llenos de lágrimas.
“S-sólo… ve más despacio… p-por favor…”
“Ehh…”
“Hasta el momento somos seis pasajeros con Ichigo-kun…” comentó Ritsu en lo que terminaba de contar cabeza. “Bien, uno más y completamos la selección.”
“No creas que el resto de nosotros estamos bien viajando con tu lunático amigo,” dijo Tharja, severamente.
“Sí, supuse que no…” se encogió de hombros.
“Es verdad que no deberíamos imponernos sólo porque somos los menores,” Maeda se puso a pensar.
“¿Eh? ¿Pero acaso no vamos recibir mayores atenciones precisamente por eso?” preguntó Houchou. “Uhh, deberían tratarnos de manera especial para cosas así.”
“Sí es egoísta si no consideramos a los demás, Houchou,” recalcó Akita. “¿Deberíamos hacer otra rifa para definir quiénes van con Ichi-nii?”
“¿En serio quieres hacer otra rifa luego de lo que está ocurriendo?” preguntó Hakata.
“Hermanos, ya es suficiente, no sean tan crueles,” pidió Ichigo, frunciendo el ceño. “Deberían ser capaces de confiar en Namazuo. Él es un buen hermano mayor y entiende la responsabilidad de ser un conductor hoy. Como dije previamente, me ofrezco a ir con él. Tharja, si pudieras hacerme el favor de llevar a mis pequeños te lo agradecería.”
“Sé que es tu deber velar por tus hermanos, pero no deberías defender tanto a Namazuo y su manera de conducir,” ella negó y dio un suspiro. “Ya, como digas.”
“Tsk, en serio no me parece bien que aceptemos esta situación,” Gotou apretó los dientes. Él vio a Shinano incómodo a su costado y observó a Honebami. “¿Acaso tú estás bien con esto?”
“…” asintió. “Mi función es velar por el bienestar de los demás. De igual forma, considero que tengo las mayores probabilidades de sobrevivir ante cualquier imprevisto.”
“¿Tú también, Honebami?” reclamó Namazuo, impaciente.
“Hmm, me pregunto cuánto costaría un uber hasta nuestro destino…” comentó Yagen distraídamente mientras revisaba su celular.
“Oh, si llegan hasta allá me apunto,” dijo Shinano, rápidamente.
“Sí, nos dividimos la cuenta entre tres,” se apuntó Gotou.
“Hermanos, no dejaré que tomen un servicio público en pleno viaje familiar,” recalcó Ichigo, impaciente y frunciendo el ceño. “Iremos todos juntos, como dije previamente.”
“Lamento la incomodidad, Ichi-nii,” Yagen sonrió con ironía. “Lo había dicho de broma.”
“Por favor piensen en cómo están haciendo sentir a su hermano. Ahora debemos ir en marcha.”
“E-esperen,” Maeda se vio asustado. Como el pequeño más tranquilo, los demás se sorprendieron por su expresión. “Entonces comprendo que todos nuestros hermanos mayores están yendo en la van junto con Namazuo-niisan, ¿verdad?”
“Ahh, así parece,” Gotou se resignó. Él tendría mayores intereses de reclamar de no ser por la firmeza de Ichigo. “Pero tú tranquilo, le mantendremos un ojo encima.”
“P-pero…”
“Es verdad, si ocurre algún accidente, las probabilidades de que todos nuestros mayores estén implicados y deshabilitados son demasiado grandes,” concluyó Hirano, entendiendo el punto de su mellizo.
“Uhh, no, no me gusta,” Houchou negó rotundamente con ambas manos. “Nosotros somos muy pequeños para encargarnos de cualquier imprevisto por nuestra cuenta. Me niego.”
“¿Ehh? O-oigan, no se asusten…” pidió Akita, moviendo sus palmas para intentar apaciguar a sus hermanos.
“Veo que no lo comprendes, Akita,” Hakata negó y le apuntó acusatoriamente. “Todos tus mayores, incluyendo a Gokotai, están en esa van. Si algo pasa serás tú el líder y heredero de los Toushirou. ¿Estás listo para eso?”
“¡¿Y-yo el heredero?!” ello probó asustar al pelirrosa, quien negó compulsivamente. “¡N-no! ¡N-ni sabría qué hacer!”
“Ehm, ¿acaso no tienen a un hermano militar sano y salvo en otra parte del mundo?” preguntó Ritsu, encogiéndose de hombros.
“S-sí, pero él no está aquí y no podría ayudarnos con nada inmediato…” dijo Maeda.
“Tienen a allegados, déjense de paranoias, por favor,” pidió Tharja, frustrada.
“¡Y les juro que nada va a pasar!” insistió Namazuo, agitando sus brazos. Él comenzaba a sentirse mal por la histeria que acababa de desatarse.

En ese momento, los demás oyeron a Fudou despertarse y comenzar a desperezarse.

“Uhh, ¿por qué tanta bulla…?” preguntó somnoliento y sobándose un ojo. “Hic… ¿todavía seguimos aquí…?”

Fue entonces que miró a los demás y notó que los pequeños rodeaban a Ichigo y miraban hacia Namazuo con aprehensión. El pelivioleta no fue nada lento y comprendió de inmediato lo que estaba sucediendo frente a sus ojos.

“Oh, no… no, no, no, no, no…” el chico negó y se levantó lentamente con aprehensión.
“¿Qué haces reaccionando así, borracho?” preguntó su hermana, mirándole de reojo.
“¡N-no! ¡Me rehúso! ¡No voy a ir con el maniaco frente al volante!” levantó su pesada mochila y se la colgó a su hombro. “Hic… ¡hasta nunca!”
“O-oye, Fudou…” Gotou pretendió detenerle, pero vio que Tharja le agarró del cuello de su camisa para que no huyera.
“No actúes como un niño,” observó la chica con reproche.
“¡Jódete, bruja! ¡No pienso quedarme aquí!” reclamó mientras trataba de soltarse y escapar. “¡Ya es suficiente que me obligues a este viaje con los felices mormones! Hic… ¡ir a bordo del carro suicida es pasarse de la raya!”
“Tsk, entiendo cómo te sientes, pero es muy tarde para cambiar de opinión.”
“¡No me importa! ¡A la mierda con este paseo! Hic… ¡suéltame!”

Los demás presentes vieron al par discutir, con Fudou tratando de desaparecerse y Tharja impidiendo su huida.

“Eh…” Shinano levantó su mano sin fuerzas. Quería detener lo que ocurría, pero no sabía cómo.
“Hmhm~” Ritsu, con una sonrisa entretenida, se acercó a este y le susurró. “Fufu, tenías razón cuando dijiste que esta rifa podía ser divertida…”
“Uhh…” el pelirrojo agachó su mirada, sintiendo un cargo de consciencia.
“¡Ya, ya comprendo!” exclamó Namazuo para dejarse oír. Al ganarse la atención de todos, infló sus cachetes, se cruzó de brazos y desvió su mirada. “Si de verdad les estoy causando tantas incomodidades, no conduciré…”
“Namazuo…” Ichigo se inquietó por ver a su hermano tan desanimado.
“Y no te molestes con ellos, Ichi-nii…” dijo, todavía desviando su mirada. “Si hasta los pequeños andan con nervios no es por tomarme el pelo. Yo también debería ser considerado y pensar en por qué lo hacen…”
“Entiendo lo que dices…” el primogénito asintió con pesar. “Aprecio que cedieras tu asignación, Namazuo. Podemos luego evaluar tu manera de conducir. Con gusto te ayudaría a practicar, si eso es lo que necesitas.”
“Conduzco bien, pero…” Namazuo entrecerró sus ojos.
“De momento hay que priorizar nuestro viaje, pero quiero recalcar que no podemos caer en estas reacciones y comentarios dañinos entre nosotros. Hay maneras de decir las cosas,” aclaró el peliceleste, con firmeza. “Les pido que se disculpen con su hermano, por favor, antes de ir en marcha. No dejemos este tema inconcluso.”
“Sí,” Maeda asintió y bajó su mirada. “Lamento mucho si te incomodé, Namazuo-niisan.”
“Lo mismo digo, siento las molestias,” dijo Hirano, apenado.
“En verdad no es nuestra intención hacerte sentir mal, pero sé más cuidadoso cuando conduzcas, Namazuo-nii,” dijo Hakata.
“Perdón… perdón por esto, Namazuo-niisan…” dijo Gokotai, afligido.

Comenzó una serie de disculpas de parte de los pequeños, quienes esperaban animar de nuevo a su ocurrente hermano mayor.

“Al menos se arregló la situación de algún modo,” observó Shinano, aliviado.
“Es verdad,” Yagen asintió. “Namazuo no conducirá, así que todos están más tranquilos.”
“No me refería a eso, Yagen-nii,” el pelirrojo le miró haciendo un puchero.
“Creo que eres el único de nosotros que sintió empatía por Namazuo,” Gotou negó. “Pues, sabe mal verle de mal humor, pero realmente se lo merece. No es un conductor responsable.”
“Sin embargo, no es un mal chico,” Ritsu sonrió animado. “Y tiene muy en consideración a sus hermanitos. Supongo por ello quizás es posible que Nama-kun sí quiera mejorarse.”
“Es bueno que seas optimista, pero tomaría mucho tiempo,” el doctor negó. “Le falta madurar.”
“Namazuo-nii es un poco desenfrenado, pero tengan más fe en él, por favor…” el pelirrojo observó a dicho hermano sonreír frustrado y revolver los cabellos de sus pequeños para asegurarles que todo estaba bien. “Es nuestro hermano mayor.”
“Como digas,” Gotou se encogió de hombros.

“Ahora sí debemos ir en camino. Tsurumaru-san ya debe encontrarse en la carretera,” observó Ichigo. “Me ofrezco a conducir. Tharja, no sé si sigues dispuesta a conducir el otro vehículo.”
“Pues, lo dije en caso de emergencia, pero preferiría ser conductora de repuesto.”
“¿Eh? ¿Desde cuándo conduces, bruja?” preguntó Fudou, mirando a su hermana como si la desconociera.
“No te concierne,” le contestó a secas, mirándole de reojo.
“Yo puedo conducir,” dijo Honebami, alzando un poco su palma.
“Bien, vayamos,” Yagen se vio satisfecho.
“Oh, ¿y cómo nos dividiremos en los autos?” preguntó Akita.
“Sí sería bueno volver a mezclarnos, al menos para que haya mezcla de mayores y menores,” observó Shinano. “Pues, no sé, pero… ¿hacemos otra rifa?”
“Olvídalo, Shinano,” Gotou entrecerró los ojos.
“Pero…”
“Hic… pero qué pesados que son…” Fudou negó impaciente. “¡Déjense de sus malditos juegos! Hic… ¡yo que he estado dormido sé que se han tardado una eternidad! ¡Creo que hasta el sol se ha movido un poco! ¡Vámonos ya, carajo!”
“¡Oye, cuida tu boca frente a mis hermanitos, Fudou-chan!” reclamó Namazuo, con sus manos en las caderas.
“Tch… no me llames así…” le reclamó el pelivioleta, quien supo que mejor no le levantaba la voz por lo neurótico que era.
“Estoy de acuerdo, pero Fudou tiene razón de molestarse ahora,” observó Tharja. “Yo también ando impaciente.”
“En verdad, ya quiero dormir en el camino…” Ritsu asintió.
“No tienen que discutir,” pidió Ichigo. “En marcha. Siéntanse libres de ir en el carro que deseen. Podemos siempre rotar en la parada que haremos a mitad de camino.”

Luego de aquella accidentada organización, todos finalmente subieron a los vehículos y el camino hacia el bosque dio inicio.

Ellos disfrutarían de una experiencia única, de un paseo más reflexivo de lo esperado.



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #473: November 19, 2018, 12:19:56 PM »
64.2.






Unas pocas horas después, la pequeña caravana llegó al bosque donde iban a hospedarse los próximos días. A la entrada, recibieron folletos, mapas e incluso unos walkie talkies en caso de emergencia debido a la débil señal que había en aquel sitio. Después de confirmar la reservación de unas casas en el bosque, fueron en aquella dirección.

Finalmente, ambas vanes se estacionaron frente a una de las casitas de madera de aquel bosque. Ese pequeño grupo de edificios tenía toda la pinta de ser casas de campo, aunque amplias, sumamente impecables y adecuadamente amobladas. Había un total de cuatro casas y un edificio central de recreación que contaba con ambientes amplios para reuniones, el cual estaba cerrado con candado.

“Debo decir que no esperaba que este sitio estuviera tan limpio,” observó Gotou, ni bien bajó del auto. Él estiró sus brazos hacia arriba. “Ahh, viene bien salir del auto luego de tanto tiempo.”
“Hehe, temía que el viaje fuera a ser muy rústico, pero veo que estaremos muy cómodos,” Shinano sonrió.
“Sí, pero no tenemos internet, así que no estoy tan contento que digamos,” comentó Hakata mientras salía del auto y estiraba su celular hacia el cielo. “Uhh, no podré revisar las bolsas…”
“No puedes estar tan pendiente a las noticias todo el tiempo, Hakata,” dijo Akita, sonriendo. “Hay que aprovechar para pasar un lindo paseo todos juntos.”
“Hehe, mis tigres se ven muy felices,” Gokotai observó a sus mascotas inspeccionar los alrededores y verse atraídos por la cantidad de naturaleza que les rodeaba.
“Sin duda lo están,” Maeda asintió. “Yo espero poder pasear por el bosque para oír a las aves cantar y apreciar este regalo natural que nos estamos dando.”
“Hehe, tienes razón, Maeda,” Hirano sonrió. “No tengo tu misma afinidad por la naturaleza, pero también reconozco que uno puede respirar más tranquilamente aquí…”
“Uhh, no comparto su optimismo, pero estas casas sí se ven muy amobladas,” observó Houchou, con leve incomodidad. “Al menos estaré cómodo aquí dentro.”
“No puedes quedarte solamente dentro de casa, Houchou,” observó Ichigo, sonriéndole amablemente. “Iremos a pasear por los senderos del bosque y el gran lago dentro de esta reserva mañana. Pero descuida, ya les pedí a los guardabosques que nos provean de carros de golf, puesto a que no podemos ir con nuestros vehículos.”
“Al menos tenemos esos carros…” el pequeño desvió su mirada y se resignó a aquella actividad.
“Anímate, estoy seguro que te gustará,” Ichigo asintió y vio a Honebami acercarse en lo que cargaba de varias de las mochilas de viaje. “Espera, déjanos ayudarte.”
“Estoy bien, sólo necesito que abras la casa donde nos hospedaremos,” dijo el peliblanco, inmutado.
“Con respecto a ello…” Tharja también se acercó donde el peliceleste. “Tengo entendido que han rentado dos de estas casas. Asumo que nos hospedaremos en una de ella.”
“Eh, sí, una casa es para mis familiares y la otra ustedes la compartirán con Akashi y sus hermanos y Tsurumaru,” explicó Ichigo, quien le dio a la pelinegra una llave. “Es la casa del costado.”
“Volveremos, todavía no hemos almorzado,” ella miró a su celular para ver la hora. “Se hace tarde. Espero que ese ruidoso amigo tuyo no tarde en llegar con la comida.”
“Estoy seguro que están prontos a llegar,” Ichigo sonrió incómodo. Parecía que esa chica no aprobaba de Tsurumaru en lo absoluto, por algún motivo. Él vio a los Yukimitsu ingresar a la casa más pequeña del costado y recordó lo que debía hacer. “Cierto, perdón por hacerte esperar, Honebami. Sígueme.”
“…” este asintió.
“Uhh… Ritsu-chan, despierta…” Namazuo intentaba salir del auto, pero tenía a Ritsu abrazándole y todavía mayormente dormido.
“Hm… tengo sueño…” dijo el otro con pereza y sus ojos cerrados. “¿No podemos quedarnos en el carro a dormir, Nama-kun?”
“V-vamos, ya estamos aquí. Al menos déjame llevarte a tu cama…” en un intento de bajar del auto pese a estar apresado, Namazuo terminó pisando mal y los dos se cayeron estrepitosamente al piso. “¡AAHH!”
“Ihh, d-duele…” Ritsu se lamentó y aquella caída terminó de despertarle. Se sentó sobre el piso mientras se sobaba un lado de su cara. “Uhh, no tienes delicadeza, Nama-kun…”
“Ehh, perdón, aunque también me imposibilitaste…” dio un suspiro. “¡Pero ya! Todavía tenemos muchas cosas que bajar, además de lo que compramos en el camino. ¿Quién me ayuda?”
“Sí, enseguida,” Gotou asintió. “Pequeños, no se queden atrás.”
“Con gusto, Gotou-niisan,” dijo Maeda, y los demás también decidieron apoyarles.

Ritsu observó a los hermanos ir bajando sus cosas y varias de las compras que hicieron en el supermercado en el camino, con las cuales irían preparando comidas durante su estancia. Él sintió una gran pereza de ayudarles, además que sabía que no tendrían problemas arreglándoselas. Se levantó del piso, y se confundió de ver que Yagen se había distanciado un poco y miraba perdidamente a aquel centro social cerrado, ensimismado.

El doctor era capaz de visualizar una realidad muy distinta de la presente e internarse en un mundo paralelo a aquellas alturas. Aquel edificio, un tanto gastado por el tiempo, había sido estampado irremediablemente en sus recuerdos. Impotencia, caos, un fuerte sentimiento de culpa y desolación… todo permanecía presente porque, en el momento que menos esperó, había retornado a ese mismo punto.

“Fue aquí… sin lugar a dudas…” susurró para sí mismo, con cierta amargura.
“¿Yacchan?” preguntó Ritsu, quien sacó al doctor de su ensimismamiento. “¿Sucede algo?”
“No, no es nada…” le contestó cansado y dando un suspiro. “Sólo contemplaba este sitio.”
“Sé que te andas ocultando algo, lo cual no es nuevo,” negó y frunció el ceño. “Muy mal, Yacchan. Tienes a tus hermanos mayores aquí. Podrías confiar en ellos, para variar.”
“Lo que dices tiene sentido,” sonrió con leve ironía. “Casi pareciera que consideras aquel rol del hermano mayor como muy importante, Ritsu.”
“Tsk, sé que intentas invocar mi latente odio por mi propio anija con el fin de que te deje en paz, te conozco bien,” le miró con reproche. “Pero ya, trata de no ensimismarte tanto, ¿de acuerdo? Sin duda no te hace nada bien.”
“Lo consideraré, gracias por tu dedicación…”

El doctor se volteó para regresar su atención hacia el lugar donde se hospedarían, y tanto él como Ritsu se confundieron al notar que Namazuo les miraba perdidamente. Él se había quedado en su sitio mientras los demás hermanos ya habían ingresado a la casa llevando sus maletas y compras.

“¿Por qué tienes ese rostro, Nama-kun?” le preguntó Ritsu, simpáticamente y con una sonrisa entretenida. “Fufu, pareces un pequeño al que le han quitado su chupete.”
“Qué será,” Yagen rodó los ojos y sacó su mochila de viaje de la van. “Vamos adentro.”
“¿Y-Yacchan?” dijo Namazuo en shock.
“Tsk, ya veo,” el doctor entrecerró sus ojos.
“Sí, no me sorprende que te fijaras en ello,” el amigo sonrió complacido. “Eres predecible.”
“¡¿Tú llamas a mi hermano Yacchan?!” preguntó incrédulo. “¡¿Q-cu-cómo así?!”
“No es que esté contento con ello, Namazuo,” Yagen negó frustrado. “Sin embargo, a Ritsu se le dio por llamarme así un día y pese a mis múltiples reclamos nunca desistió, así que sólo me queda ignorarlo.”
“Soy conocido por todos mis amigos por los apodos adorables que les doy, incluso a gente a quienes no debería tratar de ese modo,” se encogió de hombros. “Es parte de mi ser, Nama-kun, y está dictado por el universo que yo tengo el don de ser soportado.”
“Esas declaraciones dan ganas de darte la contra…” Yagen dio un suspiro. “Como sea, vamos a inspeccionar la casa.”
“Ehh, antes de que te vayas…” Namazuo extendió su mano a su hermano, pero este le miró con ojos gélidos.
“Tú no puedes llamarme Yacchan,” sentenció.
“¿C-cómo sabías que eso te iba a preguntar?” preguntó haciendo un reproche y agitando sus puños mientras Ritsu reía un poco.
“Porque eres muy predecible, y juro que sufrirás si te atreves a siquiera intentarlo,” el menor negó ofuscado y siguió con su camino.
“Fufufu, ya dije que yo soy al que todos soportan, Nama-kun, pero no te culpo por tus deseos. Yacchan sí me parece adorable a su manera,” comentó Ritsu, sonriendo satisfecho. “Es casi como mi espíritu animal~”
“¿Q-qué quieres decir con eso?” Namazuo alzó una ceja, confundido.
“Nada, sólo que ambos somos malignos por naturaleza. Es como el hermanito que nunca tuve,” dicho esto, Ritsu agarró su maleta y dio un bostezo. “Uhh… verdad, tengo que dormir un poco.”
“Sí, vamos…” Namazuo sólo pudo dar un pesado suspiro y aceptar la realidad de que no podía llamar a su hermanito doctor con aquel sumamente adorable apodo.



Pasó un poco más de media hora y los Toushirou junto con el amigo de la familia se encontraban ya ocupando las habitaciones e instalaciones de aquella casa. Era un edificio de dos pisos con los espacios comunes en la planta baja, mientras que las habitaciones, baños, una sala de estar y una pequeña sala abierta por las escaleras se ubicaban en la de arriba. Pese a que la madera era el principal material de construcción, los espacios eran iluminados por varias ventanas grandes tanto en las paredes como en el techo de la casa y las luces artificiales eran abundantes.

“Hmm…” Hakata se encontraba midiendo una habitación muy amplia con sus dedos. Luego de su inspección, sonrió y asintió con energías. “Sí, definitivamente todos entramos aquí, Ichi-nii. Los seis menores podemos dormir cómodamente.”
“Me alegra, aunque no olviden que hay una habitación adicional en caso necesiten de más espacio,” observó Ichigo.
“Está bien, Ichi-nii,” Gokotai asintió, y sonrió ampliamente. “Hehe, lo mejor de nuestros paseos es que pasamos incluso más tiempo en familia que en casa, y compartir una habitación nos hace sentirnos mucho más acompañados.”
“Sí, pienso lo mismo,” dijo Akita, animado. “Estamos felices de poder ser cercanos a nuestros hermanos mayores también por unos días. Incluso Honebami-niisan, Gotou-niisan y Yagen-niisan han podido hacer pausa a sus obligaciones.”
“También me siento contento de poder compartir con Shinano-niisan y Hakata luego de haber estudiado fuera de la ciudad,” dijo el peliblanco.
“Hehe, me alegra oír eso, Gokotai,” Hakata sonrió halagado y a gusto. “Sin duda también les eché mucho de menos, y por los últimos eventos diría que nos estamos volviendo más cercanos.”
“Tengo la misma impresión, Hakata, y es un gran gusto oírles decir estas palabras, queridos hermanitos,” Ichigo se conmovió y llevó una mano a su pecho, sonriendo tranquilamente. “Deseo velar por el bienestar de todos ustedes y la unidad de nuestra familia, y entiendo que ustedes sienten este mismo sentimiento que yo tanto anhelo.”
“¡Por supuesto!” Akita asintió con energías.
“A ver, los futones deben estar en el armario…” Gokotai caminó hacia las puertas semiabiertas del armario, y vio que sus tigres estaban revolcándose sobre los futones doblados. “¡E-esperen! ¡Los van a ensuciar!”
“Estos revoltosos,” Hakata negó y le ayudó agarrando a uno, el cual se sacudió. “Uhh, están un poco inquietos, ¿no te parece?”
“Ehh, seguramente tienen hambre,” dijo Gokotai, bajando su mirada. “Es cierto, no les he prestado mucha atención.”
“Está bien, ahora bajamos a la cocina y les daremos algo,” observó Akita, mientras ayudaba también a despejar a tigres para poder arreglar los futones.

Ichigo se quedó supervisando a sus pequeños organizarse y entonces recordó revisar su celular en caso de tener noticias de Tsurumaru. Curiosamente, no vio nada nuevo de parte de él, pero sí vio la respuesta de Atsushi luego de haberle detallado sobre el paseo al bosque. El peliceleste se alegró de ver el esperado mensaje deseándoles un próspero viaje y un merecido momento en familia, pero, además de su usual cortesía, Ichigo se confundió levemente al ver una adicional y muy específica pregunta…

‘¿Yagen les ha acompañado en este viaje?’

Ello le hizo recordar al leve sobresalto que el doctor había tenido cuando él le informó sobre el reporte que le había dado a Atsushi con respecto al paseo, y sintió que algo estaba fuera de lugar. Ichigo le contestó afirmativamente y, luego de pensarlo un poco, decidió preguntarle sobre el porqué de su pregunta…

“¡Ihhh!” Gokotai repentinamente se cayó luego de haberse entreverado en un grupo grande de futones y edredones que había intentado cargar por su cuenta.
“¡G-Gokotai!” Ichigo se alarmó y guardó su celular para de inmediato acercarse al menor. “¿Estás bien? ¿Te has lastimado?”
“E-estoy bien, Ichi-nii, p-perdón por el sobresalto…” dijo el peliblanco, apenado y desviando su mirada. “Es que soy un poco torpe y no medí lo que hacía. Perdón…”
“No te preocupes, y no seas tan duro contigo mismo,” el hermano mayor le sonrió con dulzura y acarició su cabeza. “Es importante pedir ayuda en estos casos, ¿de acuerdo? Todos somos familia aquí, y estamos más que contentos de trabajar juntos en alistar esta habitación. Déjame ayudarte con esto, por favor.”
“¿S-seguro?”
“Pero tú tienes tu habitación, Ichi-nii,” observó Akita.
“Mi habitación tiene una cama occidental y ya se encuentra lista, no se preocupen,” contestó tranquilamente. “Terminemos con esto y bajemos al primer piso. Tsurumaru-san y los demás deben estar prontos a llegar.”
“¡Claro, enseguida!” Hakata sonrió gustosamente e hizo un saludo militar.



Mientras tanto, Namazuo se encontraba junto con Honebami y Ritsu en una habitación más reducida, donde había dos camarotes. El amigo de la familia ya se había acomodado en una de las camas superiores y estaba dormitando un poco.

“Bien, me gusta nuestra habitación,” dijo Namazuo, dándole el visto bueno, mientras miraba por la ventana abierta entre los dos camarotes. Dio un profundo respiro. “Hmm, este sí es aire limpio. ¡Vamos a tener días agradables!”
“Uhh… no levantes la voz, Nama-kun…” le pidió un somnoliento Ritsu, con leve pesar.
“Ehh, sí, perdón,” el otro sonrió incómodo y se rascó la nuca. “Tú descansa un poco y te aviso cuando nos toque comer.”
“…” Honebami estaba sentado sobre una de las camas inferiores. Tenía la cabeza agachada y estaba un poco meditativo.
“¿Eh? ¿Qué sucede, Honebami?” le preguntó su mellizo.
“…” este negó y le miró inmutado. “Sólo me pareció ver a Yagen un poco incómodo. Sin embargo, él nunca se explicaría.”
“¿Tú crees? Hmm…” Namazuo llevó su mano a su mentón. “Pues, yo no he notado nada, aunque no sé por qué un lugar tan lindo como este le inquietaría,” luego de pensarlo, volvió a sonreír. “Ahora tú tranquilo, que es nuestro deber como sus hermanos de asegurarnos que se relaje y divierta al igual que los demás. No te preocupes.”
“Tampoco entiendo tu insistencia de que tomemos esta habitación que tiene camarotes,” observó Honebami. “Gotou parecía interesado.”
“Ehh, pues…” Namazuo sonrió incómodo. “Yo tampoco sé por qué, pero Shinano me suplicó que, si había una habitación con camarotes, no dejáramos que nuestros hermanos se peleen por ella, así que decidí hacerle el favor,” dio un suspiro. “Uhh, seguro que está relacionado a alguna riña del pasado…”
“Es simple, Nama-kun…” luego de haber frotado su rostro con su almohada, Ritsu se rindió a mantenerse despierto. Él miró a los hermanos desde su trono en la cama de arriba. “Los camarotes son un símbolo casero de superioridad y la supervivencia del más apto. Estoy convencido que en el pasado Yacchan solía dominar a sus hermanos y aclamar este privilegiado espacio donde estoy descansando.”
“Interesante…” Honebami lo meditó.
“Uhh, me preocupo un poco de lo revoltoso que mi hermanito solía ser,” Namazuo negó. “Pensé que querías dormir, Ritsu-chan.”
“Tengo hambre. Mi estómago me fastidia, así que, si me quedo dormido, no descansaré bien y me despertaré famélico,” negó torturado. “Por cierto, queda otra cama arriba. ¿Alguien más quisiera dominar?”
“Hehe, me han dado ganas, pero no quiero que Honebamincito se resienta conmigo~”
“Nn…” este miró a su mellizo con molestia. “Lo que me fastidian son tus apodos. Estoy bien durmiendo abajo…”
“¡Bien! ¡Gracias por tu bendición~!” exclamó el hermano pelinegro, saltando de un pie e ignorando el punto del otro. Namazuo de inmediato lanzó su mochila encima de la cama de arriba. “Hehe, no todos los días se duerme en la cima de un camarote. Seguro que va a ser muy genial~”
“Te emborracharás con el poder. No volverás a ser el mismo, Nama-kun,” comentó Ritsu, sonriendo con maldad.
“Ehh…” eso asustó un poco a Namazuo.

Entonces, los tres oyeron a un par de personas caminar. Yagen y Gotou no tardaron en llegar y se detuvieron en el umbral de la puerta.

“Sin duda ellos tienen una convivencia mucho más saludable que la nuestra, ¿no es así?” preguntó el doctor a su hermano, con una tranquila sonrisa.
“Tch, juro que te retaré y tendré mi revancha en uno de nuestros viajes,” declaró Gotou, entrecerrando sus ojos.
“Como digas,” Yagen se encogió de hombros. “Incluso si hubieras reclamado este cuarto primero, no habrías podido retarme por la soberanía de la cama de arriba. Hay dos camarotes y sé que Shinano estaría lo suficientemente contento de dormir abajo.”
“Buen punto…” dio un suspiro y apuntó al mayor acusatoriamente. “¡Pero cuando Atsushi regrese juro que los forzaré a ocupar las camas de abajo aunque sea lo último que haga!”
“Haha…” Yagen negó, sonriendo entretenido. “Sé bien que nosotros ya no nos prestamos a estas riñas infantiles del pasado, así que haz lo que quieras, Gotou…”
“¡No me ningunees!”
“Fufufu, estaba en lo cierto, ¿no es así?” Ritsu rió por lo bajo, complacido.
“Ya, ya, no se peleen,” Namazuo movió sus palmas para apaciguarles.
“Descuida, yo no estoy peleándome, así que una pelea de una persona no puede ocurrir,” observó Yagen con un tranquilo y maduro profesionalismo, y entonces llevó una mano a su mentón y alzó su mirada. “Hm, pero podría decirse que sí puede ocurrir una pelea interna en Gotou debido a problemas y complejos de la niñez que no han sido resueltos hasta ahora…”
“¡Cállate, miserable!” estalló el otro. “¡Deja de tomarme el pelo, maldición!”
“Tú solo mencionaste el asunto, es tu responsabilidad.”
“¡Ya, suficiente!” exclamó Namazuo. “Vamos, sus hermanitos están cerca arreglando sus camas, no dejen que los oigan. Y de por sí, ¿ya arreglaron las suyas?”
“Obviamente, sólo fueron tres futones de piso que estaban listos a ser acomodados,” Yagen se encogió de hombros. “No actúes como si estuviéramos en guerra. Así nos comunicamos.”
“Tsk, cierto, pero podrías ser un poco más considerado, Yagen,” Gotou le miró con recelo.
“Heh, eres del tipo que es fácil y divertido fastidiar, Gocchan~” canturreó Ritsu.
“¿Eh?” el dirigido entrecerró los ojos y sintió un tic en la ceja. “¿Qué me llamaste?”
“Acostúmbrate…” observó Yagen, con indiferencia.
“Es mi apodo hacia ti,” le dio un guiño, el cual positivamente fastidió al otro. “Pero, regresando al tema, tu reactividad y resiliencia te hacen una persona muy propensa a que te fastidien. El hecho que pareces alguien transparente, sincero y capaz de ignorar u olvidar faltas hacia ti también lo incrementan. Pero está bien, me cae bien la gente como tú.”
“Tch, veo que eres igual de pesado y maligno que Yagen…”
“Fufufu…”
“¿Cómo demonios eres amigo de Namazuo? Son completamente diferentes.”
“Los mejores amigos son complementarios, es evidente,” Ritsu le sonrió como si fuera una cosa adorable, lo cual impacientó más a Gotou. “Tranquilo. Estoy convencido que Yacchan ya te da suficiente mal rato, así que no te fastidiaré. No mucho, al menos.”
“¿Y-Yacchan?” le miró como bicho raro.
“Uhh…” Ritsu dio un bostezo y bajó del camarote de un salto. “Tengo entendido que tu hermano stalker y tus hermanitos andan haciendo aperitivos, ¿verdad? Démosles una visita.”
“Tch, no le llames stalker a Shinano, eso fue invención tuya,” observó Gotou, quien vio que Ritsu caminó fuera de la habitación ignorándole olímpicamente. “¡Maldición te estoy hablando!”
“Ahh, Ritsu-chan ya se le agarró con Gotou…” se lamentó Namazuo.
“Será un paseo interesante,” Yagen se vio entretenido. “En fin, vamos también.”



“Listo, he terminado con la salsa,” dijo Maeda, juntando sus palmas y sonriendo animado. “Sin duda es posible hacer un aperitivo tanto delicioso como saludable, ¿verdad?”
“Es cierto,” Hirano asintió mientras sacaba unas galletas integrales saladas con orégano, ajo y otras especias de un pequeño horno para rosticería. “Pienso que harán un buen acompañante.”
“Uhh…” Houchou miraba con reproche a sus hermanitos. “Cuando dijeron que iban a preparar unas galletas para acompañar el almuerzo, pensé que iba a ser algo dulce.”
“No te preocupes, Houchou. Vamos a degustar de varios dulces a la hora del té,” afirmó el menor con amabilidad. “Como Ichi-nii dijo que Tsurumaru-san iba a traer KFC, es importante balancear los componentes, y este aperitivo es rico en grasas insaturadas.”
“Sería bueno preparar una ensalada, pero asumo que iban a traer la ensalada de col. No que sea la más saludable…” Hirano se puso a pensar. “Aun así, con la selección de infusiones que Ritsu-san ha traído, tendremos una dosis adecuada de flavonoides.”
“Uhh, ¿y qué es eso?” Houchou sintió un tic en la ceja.
“Ehh, hehe, tampoco sé qué es…” Shinano sonrió nervioso. El pelirrojo había preparado junto a Houchou lo único dulce del almuerzo en forma de un balanceado y fresco jugo surtido de frutas de la estación.
“Los flavonoides son sustancias aromáticas con propiedades medicinales y antioxidantes que están presentes en muchos tipos de frutas o plantas en general,” explicó Maeda, levantando un índice. “Los tés son ricos en ellas.”
“Sin embargo, cada ingrediente tiene sus flavonoides particulares, y las infusiones de Ritsu-san contienen un número muy grande de hierbas y frutos secos,” agregó Hirano, asintiendo y sonriendo con profesionalismo.
“P-pues…” Houchou desvió su mirada, sintiéndose intimidado. “Dicen que son aromáticos… olerán bien al menos…”
“Ehh…” Maeda sonrió incómodo e intercambió miradas con Hirano.
“Estoy seguro que ese término no tiene tanto que ver con el olor de las frutas en sí,” dijo el gemelo mayor, negando. “Aun así, es verdad que estos tés serán muy agradables en varios sentidos. Los esperamos con ansias.”
“V-vaya, sí que se han vuelto muy aplicados e inteligentes,” Shinano, pese a encontrarse intimidado, se alegró de notarlo y acarició las cabezas del par de Toushirou más pequeños. “Buen trabajo, me pueden iluminar un montón.”
“…” Houchou hizo un puchero y desvió su mirada. “No los alientes tanto. A veces me dan un poco de miedo…”
“Hehe,” Shinano le sonrió pícaramente y le abrazó con fuerza. “Aw, no te me pongas celoso, Houchou~ Me he dado cuenta que te estás volviendo un excelente repostero. Ya quiero probar tus deliciosos postres en este viaje, ¿de acuerdo?”
“Bueno, eso es muy cierto,” Houchou se animó y sonrió con orgullo. “Heh, te encantarán, y ahora que Ritsu está aquí prepararemos toda una exquisitez.”
“Verdad que le dijiste cuando se apareció,” Shinano soltó a su hermanito y se vio impresionado. “A todo esto, ¿cómo así terminaron conociendo a Ritsu Sakuma?”
“Vino a casa de visita una tarde después de clases,” contestó Hirano. “Ritsu-san no podía quedarse en su apartamento en la universidad porque lo estaban pintando y haciendo mantenimiento, y se quedó con nosotros un par de días…”
“¡¿E-en serio?!” Shinano se escandalizó. “¡¿Y dónde estaba yo cuando vivió en casa?!”
“Eh, ¿en los Estados Unidos?” Houchou le miró con reproche por esa pregunta sonsa. “Ritsu no quiere que seamos tan formal con él ni que le tratemos de forma especial. Es un amigo que necesitó quedarse un par de días con nosotros. Nada más.”
“I-increíble…” negó pasmado.
“Houchou de inmediato le reconoció, y en su momento también se quedó sumamente sorprendido,” recordó Maeda, sonriendo. “Pero Ritsu-san de inmediato nos pidió que bajáramos la voz y le guardemos el secreto. Namazuo-niisan justo había ido a la cocina a prepararle algo de comer, por lo cual no se enteró.”
“Y para amenizar y pagar la renta, preparó un montón de postres deliciosos y de gran categoría,” los ojos de Houchou brillaron y sonrió perdidamente. “¡Ahh~ fueron deliciosos! ¡Hasta me enseñó un par de recetas!”
“Ahh, no puedo creer que mis hermanos sean amigos de una celebridad…”
“Pero pienso que no debería sorprenderte mucho, Shinano-niisan,” Hirano alzó una ceja. “Es decir, tus amigos de la infancia también son músicos y actores.”
“Ehh, bueno, a ellos los conozco por las clases y academias donde hemos estado, y todavía no llegan a la fama de Ritsu…” Shinano desvió su mirada. Su hermanito había hecho un buen punto. “Heh, creo que estoy tan familiarizado con Syo y Natsuki que no me doy cuenta que se han hecho populares en estos últimos años. Ahora me toca a mí también.”
“Confiamos en ti, Shinano-niisan,” le animó Maeda, sonriendo tranquilamente. “Sé que puedes hacerlo, y cuentas con nosotros si en algún momento nos necesitas.”
“¡Por supuesto!” Shinano asintió y entonces oyó el sonido de un auto estacionándose. Junto a ello, escuchó a personas bajar las escaleras. “Oh, parece que ya llegaron.”
“¡Finalmente, tengo mucha hambre!” exclamó Houchou, saliendo de la cocina. Sus otros tres hermanos le siguieron.

Para cuando llegaron a la sala, la puerta de la casa se abrió sin ser atendida. Tsurumaru entró con su equipaje colgando de sus hombros y unas bolsas enormes de KFC en sus manos.







“Yo! Sentimos la tardanza,” saludó Tsurumaru, con su energética y simple sonrisa de siempre. “Entre comprar el KFC y la comida en el supermercado para saciar la inmensa hambre de Hotaru-bou nos tardamos una eternidad…”
“Ehh, n-no digas eso, por favor…” dijo Hotarumaru cabizbajo y un poco avergonzado. El pequeño fue el segundo en ingresar.
“No se preocupen, recién nos andábamos instalando,” dijo Shinano.
“Me alegro mucho de verte, Hotarumaru-san,” Maeda sonrió feliz e hizo una reverencia.
“¡Ohh, Maeda!” al ver a su amigo, el pelicenizo también se animó y llegó donde él. “Hehe, nos divertiremos mucho, ¿verdad?”
“Sí, será como los viejos tiempos.”
“Ya era hora, Tsuru-san,” observó Ritsu al terminar de bajar las escaleras, quien miraba al recién llegado con reproche.
“¡Vaya, qué sorpresa de verte, Ritsu!” Tsurumaru se alegró. “Haha, debes andar hambriento. Ya, aprovecha para comer, así te puedes dar una merecida siesta.”
“¡Aw, sean bienvenidos!” exclamó Namazuo, quien corrió donde Hotarumaru. “Déjame ayudarte con las compras. Un pequeño niño como tú no puede andar cargando mucho peso.”
“Estoy bien,” Hotarumaru negó, aunque el otro le quitó lo que llevaba. “Ehh…”
“¡Ihhh!” entonces, Namazuo casi se cae ya que, entre todas las bolsas que el pequeño había traído, se camufló un recipiente de ocho litros de agua en cada mano. “¿Q-qué haces llevando este peso, pequeñín…?”
“Vaya, sí que eres fuerte,” Gotou se impresionó.
“Hotarumaru ha demostrado gran fuerza física, además de ser un pequeño prodigio,” observó Yagen, inmutado.
“Te dije que no había que bajar los bidones aún, Hotaru,” observó Aizen con reproche, mientras ingresaba. “Además es posible que nosotros nos quedemos en una de las casas de los alrededores.”
“Hm, buen punto,” Hotarumaru asintió. “Deberíamos llevar nuestros artículos ahí.”
“Primero hay que comer,” le recordó Tsurumaru. “Andabas con mucha hambre, ¿no es así?”
“…” Honebami asintió. “Les puedo ayudar luego del almuerzo…”
“Claro, muchas gracias~” el peliblanco mayor sonrió satisfecho.
“Oh, veo que ya llegaron,” observó Ichigo, al terminar de bajar las escaleras junto con sus hermanitos. Él sonrió con cordialidad. “Sean bienvenidos. Podemos compartir las comidas dentro del comedor de esta casa, el cual es muy espacioso.”
“Es verdad, mientras más tiempo pasemos juntos, nos divertiremos más,” Akita asintió.
“Muchas gracias por comprar la comida,” dijo Gokotai, haciendo una reverencia. “Mis tigres ya estaban con mucha hambre. Menos mal que podremos comer todos juntos.”
“Sí, deberíamos pasarles la voz a nee-san y Fudou, pero creo que no van a querer venir…” observó Hakata, meditativo.
“Iré a hablar con ellos, no te preocupes,” le aseguró Ichigo, amablemente. “Pese a su actitud, Tharja es muy razonable, y los dos son parte de nuestra familia. Se nos unirán.”
“Uhh… Tharja está aquí, ¿ah…?” preguntó una perezosa voz. Akashi terminó entrando y dio un sonoro bostezo. “Qué lástima. Siento que ella me odia…”
“Tharja es esa chica de cabellos oscuros que da miedo, ¿verdad?” preguntó Aizen, quien miró a su medio hermano con reproche. “Estoy seguro que tú has hecho algo para ganarte su antipatía.”
“Más bien, Kuniyuki tiende a dormirse mucho y no hacer nada, y creo entender que los dos solían estar en un trabajo de investigación juntos,” Hotarumaru se puso a pensar, haciendo memoria. Terminó dando un suspiro. “Me apeno por ella.”
“Oigan, oigan, no traten a su hermano mayor así,” pese a sus palabras, Akashi se vio un tanto entretenido. “En fin, quiero dormir así que a comer de una vez, por favor…”
“Sería bueno ir hacia el comedor de la casa, pero debo llamar a los Yukimitsu,” dijo Ichigo. “También, pensé que iba a venir una persona adicional, Tsuru-san.”
“Ah, sí, debe estar revisando los alrededores antes de ingresar,” Tsurumaru se encogió de hombros y se vio entretenido. “Te agradezco por dejarme traerlo. Es un chico que no ha tenido mucho contacto con la sociedad, pero no es una mala persona. Les pido que sean pacientes con él en lo que se acostumbra a ustedes.”
“No te preocupes, estamos en confianza.”
“Un momento…” Yagen se impresionó y se dirigió a Tsurumaru. “¿Acaso te refieres a…?”

El doctor no llegó a terminar su pregunta porque la puerta justo se abrió, y esa persona ingresó a la casa. Era un chico de cabellos celestes y ojos del mismo color, con una altura bastante impresionante pese a tener una apariencia muy joven. Pese a los comentarios de Tsurumaru de no estar expuesto a otras personas, no se notaba para nada intimidado o retraído. Más bien, estaba perfectamente tranquilo e inmutado, y miraba a todos con ojos analíticos.

“Entiendo que se encontraban esperándome, siento la demora,” observó con profesionalismo. “En fin, me toca introducirme. Mi nombre es Ai Mikaze y soy uno de los estudiantes de Gendou. Les agradezco por darme la bienvenida a este paseo.”
“Es nuestro placer, y me alegro de conocer a otro miembro del laboratorio de aquel aclamado profesor,” dijo Ichigo, amablemente.
“¿Ehh?” por su parte, Ritsu sonrió con gran ironía. “Quién lo diría…”
“¿Quién diría qué?” preguntó Namazuo, confundido, y fue entonces que Houchou reveló la gran verdad de aquel muchacho.
“N-no puede ser… ¡Es Ai Mikaze!” exclamó en shock. “¡¿Qué hace el misterioso Ai Mikaze presente aquí?!”
“¿Misterioso?” preguntó Maeda, ladeando la cabeza.
“Si mal no recuerdo, Ai es un compositor…” Hotarumaru alzó su mirada.
“¡Es más que eso!” continuó Houchou. “Pese a ser un talento muy reciente, Ai es un idol muy reconocido con canciones galardonadas y una apariencia de misterio única. ¡Ni siquiera hay información referente a él de su lugar de nacimiento o familiares y tiende a evadir todo tipo de eventos sociales!”
“¿Un idol? ¿En serio?” Gotou se vio sorprendido.
“¡Verdad que vi un artículo de él el otro día!” exclamó Shinano.
“Hm, veo que ya comienzas a aclamar notoriedad, Ai,” observó Yagen, quien se vio satisfecho. “Eres un talento natural.”
“Sin embargo, no entiendo a qué se debe esta sorpresa. La música es mi vocación y todos tenemos al menos una,” comentó Ai, inmutado y viéndose genuinamente confundido. Luego de dar esa respuesta, él sonrió con amabilidad. “De todos modos, me alegro de encontrarme con ustedes, Yagen, Honebami.”
“…” este último asintió. “No esperé tu presencia, pero es bienvenida.”
“¿Eh?” Namazuo miró a su mellizo. “¿Se conocen? ¿Cómo así?”
“Nuestros laboratorios en Rizembool son allegados,” contestó Honebami.
“Haha, dirás eso, pero ustedes dos en verdad son muy compatibles,” Tsurumaru rió un poco y decidió explicarlo un poco ‘mejor’. “Ai y Honebami se han vuelto amigos con el paso del tiempo. Se conocen muy bien.”
“¡Ohh, ¿son amigos?!” exclamó Akita, sorprendido.
“No sabría decir si lo somos, pero sí somos compatibles…” Ai se puso a pensar.
“No entiendo la definición de la amistad, y pienso que esas categorías son irrelevantes,” agregó Honebami, inmutado.
“Pienso lo mismo,” ante ello, Ai mostró leve impaciencia. “Los humanos son tan imprácticos.”
“Es verdad…”
“Sí, pienso que ustedes definitivamente se llevan bien,” Hakata asintió gustosamente. “No tienen por qué llamarlo amistad, y estoy feliz de conocer a alguien cercano a Honebami fuera de nuestro círculo. Mucho gusto, Ai.”
“Hehe, digo lo mismo,” Gokotai se alegró.
“¡Esperen un momento!” Namazuo rompió un poco ese ambiente de alegría y aceptación para expresar su gran desconcierto de lo que ocurría. “¡¿Me están diciendo que mi adorable y retraído mellizo es amigo de un idol?! ¡¿Cómo es esto posible?! ¡¿Y por qué soy el único en shock?! ¡¿Es que acaso es normal conocer a un idol en tu día a día?!” ante sus exclamaciones, los demás se vieron frustrados e intercambiaron miradas. “¿Q-qué? ¿Me estoy perdiendo de algo?”
“Tus preguntas son muy válidas, Nama-kun,” le aseguró Ritsu, sonriendo comprensivamente. “Por mi parte, me siento muy afortunado e iluminado de conocer a alguien famoso que ilumine mi humilde vida.”
“¡E-exacto! ¡Es increíble!” exclamó sin darse cuenta de la frustración de los demás.
“No entiendo qué clase de juego están jugando,” Ai miró al mellizo con severidad. “No me trates como un alienígena. Además, bien podrías conocer de cerca de alguien más famoso que yo. ¿Acaso no lo has considerado?”
“¿Eh? No, no, estoy completamente seguro que si uno de mis amigos fuera idol, ya me habría dado cuenta,” dijo Namazuo, decidido. “Pero ya…” intempestivamente, cambió su chip interno y se abalanzó al otro para darle un fuerte abrazo. “¡Es un gustazo conocerte! ¡Soy feliz de saber que Honebami tenía a un amiguito guardado por ahí! ¡Qué alegría!”
“¡O-oye!” Ai se espantó y luego de un forcejeo y de sacudirse se libró bruscamente del otro. “¡Ten más respeto! ¡Odio el contacto físico!” él comenzó a sacudir su ropa para estirar las arrugas y llevó una mano a su cabeza. “Ahh, hasta creo que has desarreglado mi peinado…”
“Compórtate, Namazuo…” pidió Honebami, con leve impaciencia.
“Ehh, es cierto que no es un buen comportamiento, pero no creo ser el único que se alegró de notar que a Ai no le gusta el contacto físico, tal y como Honebami,” observó Shinano.
“Es verdad,” Maeda sonrió.
“S-sí lo pensé también…” Hirano desvió su mirada, con leve incomodidad.
“¡En verdad que sí! ¡Y ello me dan más ganas de apachurrarte!” exclamó Namazuo, quien pretendió volver a acosar al nuevo del círculo, pero Honebami le detuvo al agarrarle de su cola de caballo y jalarle hacia atrás. “¡I-ihhh!”
“Déjale en paz,” decretó con severidad y frialdad. “No dejaré que le incomodes.”
“Y-ya, lo prometo…” dijo el mellizo menor con leve dolor. “S-suéltame por favor…”
“Ahh, había escuchado diversos comentarios sobre este hermano tuyo, Honebami, pero no le hicieron justicia,” Ai negó frustrado. “Me compadezco sinceramente de que estés tan vinculado a una persona tan irreverente e insensible.”
“Sí es los adjetivos que acabas de describir, ahora que lo pienso,” Honebami asintió.
“Vamos, no es para que digan eso,” reclamó Namazuo, apenado.
“¿Qué más esperas que digan?” Yagen negó exasperado. “Sinceramente…”
“Debo disculparme por los impulsos de mi querido hermano, Ai,” dijo Ichigo, sonriendo con cordialidad y torpeza. “Namazuo suele actuar por impulso, pero no tiene malas intenciones y sé que se alegra mucho de conocerte, al igual que todos nosotros. Sin duda, no hemos tenido la oportunidad de dialogar con alguien cercano a Honebami con mucha frecuencia. Por favor, te pido que te sientas como en casa.”
“Tú debes ser Ichigo, el mayor de tu familia,” observó Ai, mirándole de reojo. Curiosamente, siguió viéndose frustrado y levemente decepcionado. “No tienes la necesidad de disculparte en lugar de otra persona. Tampoco es algo que te corresponde.”
“O-oye, Ai, es muy temprano para que los demás descubran lo incisivo que eres,” observó Tsurumaru, un poco incómodo, aunque sonriendo entretenido.
“Sin embargo, entiendo que este mal hábito de tu parte se deriva de la estima que guardas por tus parientes, y también refleja un deseo de acomodarme y disipar las molestias. Qué puedo decir,” Ai se encogió de hombros y le sonrió un poco. “Eres una persona decente. Tu prudencia se asemeja más a la de tus dos hermanos que sí conozco.”
“Te agradezco por el cumplido,” Ichigo asintió.
“Apreciaría si los demás fueran a presentarse ante mí. Sé que son una familia numerosa.”
“Podemos continuar con las introducciones en el comedor. Todos adelante, por favor. Iré a llamar a los Yukimitsu en lo que se acomodan.”



Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #474: November 19, 2018, 12:21:39 PM »
64.3.



La comida se llevó a cabo, en la cual los presentes comenzaron a conversar sobre lo que tenían en mente con respecto al paseo, desde las actividades programadas a curiosidades o ideas. También se continuó hablando un poco sobre Ritsu y Ai, al ser los amigos visitantes. Al conocer a la mayoría, Ritsu pudo pasar desapercibido, mientras que Ai con cierta frustración tuvo que aclarar que no podía dar muchos detalles sobre su persona al ser dicho ‘misterio’, el cual él mismo desmentía como tal, parte de su imagen como artista.

Después de esa comida y reunión, todos fueron a instalarse a sus respectivos cuartos en lo que recobraban sus energías después del camino por la carretera. El atardecer llegó y cada grupo se dedicó a una actividad distinta.

Por su parte, Shinano se había recostado sobre su futón en su habitación. Él había aprovechado para recargarse de energías, aunque no tenía ánimos de dormir y pasó a mirar a sus hermanos. El pelirrojo hizo un puchero cuando notó que tanto Yagen como Gotou se encontraban cada uno en su mundo y atendiendo algún tipo de documento. Hakata incluso se encontraba acompañando al segundo y curioseando lo que su mayor hacía.

“Oigan…” dijo este al aire y esperó a que alguno de los otros se dignara en hacerle caso, pero le quedó volver a insistir. “Oigan, hermanos… alguien respóndame…”
“¿Qué quieres?” preguntó Gotou, con leve indiferencia.
“Uhh, si me vas a hablar, al menos mírame…” Shinano se sentó cruzando sus piernas.
“¿Por qué quieres acaparar la atención de Gotou-nii?” le preguntó Hakata, alzando una ceja y mirando al pelirrojo con cierto reproche. “¿No ves que está ocupado?”
“¿Qué hacen distanciándose como siempre? ¿Acaso este no es un viaje de unión familiar?” preguntó Shinano, frunciendo el ceño. “Estoy aburrido. Hagamos algo.”
“Gotou y yo tenemos responsabilidades que atender,” Yagen negó en lo que pasaba una página de su fólder manila. “Si necesitas distracción, ve a buscar a alguien más.”
“Es que había esperado sacarlos de sus burbujas para variar…” Shinano se quedó un momento en silencio sin saber qué más decir, cuando entonces dirigió su atención a la ventana y observó el bosque de afuera. “Oh, ya sé. ¿Qué tal si caminamos por el bosque? El sol está en todo su esplendor y podemos disfrutar el paisaje.”
“Ya fui a caminar después del almuerzo, ¿acaso no lo recuerdas?” preguntó el doctor, con leve desinterés. “Es un camino agradable, pero pese a estar soleado, el camino se oscurece considerablemente dentro del bosque. Mañana habrá más luz.”
“Verdad que te desapareciste intempestivamente,” Gotou se extrañó y levantó su mirada. “¿Cómo así te esfumaste después de comer? ¿Tan pocas ganas tenías de ayudarnos a limpiar?”
“Hmhm…” rió guturalmente y sonrió con ironía. “Es lo primero que sospechas de mí, ¿no es así? Más bien, estaba consciente de la voluntad de los demás de hacer esa labor, y del hecho que si muchas personas ayudan terminaría siendo contraproducente. Sólo necesitaba darme una caminata para descargar mis pensamientos. Sabes que suelo hacerlo.”
“Lo sé, aunque imaginaba que todos iríamos juntos mañana a conocer este parque, considerando que es una novedad,” se encogió de hombros y regresó a su labor.
“Lo que dices tiene sentido,” Yagen no le dio más rodeos y siguió leyendo.
“¡Vamos! ¡Ya estamos hablando! ¡No vuelvan a enclaustrarse, por favor!” exclamó Shinano, con leve desesperación y agitando sus manos. “Siempre podemos hacer algo más.”
“Entiendo tu concepto de que este viaje es un descanso, pero tengo cosas que hacer, por más mínimas que sean,” observó Gotou. “Ichi-nii y los demás mayores fueron de regreso al puesto de vigilancia para ver sobre la renta de los carros de golf y cuatrimotos para movilizarnos. El hecho que ellos no estén nos da un instante para atender responsabilidades.”
“B-bueno, tiene sentido…” Shinano hizo un puchero y notó nuevamente a sus hermanos mayores sumergirse en sus quehaceres y Hakata ponerse a revisar los archivos que Gotou iba dejando a un costado. Al aceptar su derrota, dio un pesado suspiro y se puso de pie.
“¿Hm? ¿A dónde vas?” preguntó Hakata, con curiosidad.
“Iré a ver qué están haciendo los demás…” dijo frustrado y se retiró de su habitación.

Shinano caminó lentamente por el pasillo del segundo piso y se detuvo frente a otra ventana. El bosque sí se veía deslumbrante y le llamaba la atención, pero sabía que no le gustaría ir por su cuenta y tendría un latente miedo de perderse o encontrarse con algún depredador. Su andar le llevó a la habitación de Namazuo y Honebami, y se asomó al ver la puerta abierta. Se confundió un poco al notar a Ai presente dialogando con Honebami y Ritsu. Este último de inmediato le miró con cierto reproche.



“Oh, eres tú, tan stalker como siempre,” dijo Ritsu, frustrado.
“D-deja de llamarme stalker, por favor…” le pidió Shinano, torturado.
 “Entonces deberías dejar de actuar como un stalker, a mi parecer,” observó Ai, con una neutralidad que carecía malicia. “Tu acción de fisgonear nuestra conversación es propio de uno.”
“¡E-en serio no soy stalker! ¡N-no quiero que se lleven la impresión errónea de mí!”
“…” Honebami ladeó su mirada. “¿Todo bien, Shinano? ¿Necesitas mi asistencia?”
“Ehh, n-no, aunque gracias por preguntar, Honebami-nii,” Shinano sonrió incómodo. Seguía sintiéndose mal por esa denominación, pero estaba contento de tener la atención de su hermano. “Más bien, andaba paseando sin saber qué hacer. ¿Estaría bien si me uno a ustedes?”

Le llamó la atención cómo los tres intercambiaron miradas brevemente como si revisaran en caso de que alguno tuviera una objeción. Ello hizo sentir un tanto discriminado al pobre pelirrojo, y en verdad le hizo extrañar la presencia de Namazuo, quien le hubiera aceptado de inmediato y hasta dándole un fuerte abrazo.

“Bueno, pasa, Nama-kun regresará en cualquier momento y se alegrará de verte,” terminó diciendo Ritsu, encogiéndose de hombros y mostrándose cansado.
“Muchas gracias,” Shinano sonrió y asintió, y pasó a sentarse al costado de Honebami en la cama inferior del camarote, frente a los otros dos. “¿Y dónde está Namazuo-nii?”
“Él fue a traer bebidas y snacks,” reportó Ai. “Ritsu lo envió para que así podamos tener una conversación en su ausencia.”
“¿Eh? ¿Cómo así?” el menor ladeó su cabeza.
“A diferencia de ti, Ai fue discreto y no se sorprendió en su cara sobre mi existencia como idol,” observó Ritsu. “Sólo quería aprovechar este momento para pedirle que mantuviera el secreto también.”
“Sin duda tu idea de dejárselo descubrir por su cuenta es impráctica y trivial, aunque comprendo que ese es el punto, ¿no es así? Te resulta entretenido,” comentó el peliceleste.
“Fufufu, exacto,” sonrió satisfecho.
“Y da la impresión que Namazuo nunca lo averiguará a menos que salgas en la primera plana del periódico uno de estos días.”
“…” Honebami negó. “Nunca he visto a Namazuo leer el periódico. Eso no ayudaría.”
“Ehh, p-puede ser…” Shinano se sintió mal por su voluntarioso, aunque despistado hermano mayor. “No sean tan malos…”
“Sin embargo, pese a tu intención de que él mismo lo descubra, pienso que es mucho más probable que termine enterándose por un tercero,” Ai se encogió de hombros. “Sería normal que una persona se le acerque y le pregunte cómo así es amigo de un idol como tú, o cualquier otro escenario semejante.”
“Sí, no lo puedo negar,” Ritsu se vio cansado. “En fin… mientras yo esté presente para cuando se entere, estaré satisfecho.”
“También me sorprende que seas amigo de alguien como él,” Ai negó y entrecerró levemente los ojos. “Me molesta pensar en que tendré que compartir habitación con él.”
“¿Eh? ¿Vas a dormir aquí?” preguntó Shinano, sorprendido.
“Tsurumaru-san se lo impuso. Dijo que sería bueno para Ai,” explicó Honebami, inmutado.
“¿Qué clase de relación tienes con Tsuru-kun?” preguntó Ritsu. “Entiendo que son del mismo laboratorio, pero para que te ande mandando así, debe haber algo más.”
“Es como un supervisor, y Gendou le dio la labor de guiarme ahora que he venido a este paseo,” comentó Ai, con leve disgusto. “Pese a ello, no veo a Tsurumaru como alguien capacitado para ser el supervisor de nadie, pero no gano nada con reclamar.”
“Ehh, ya veo…” Shinano ladeó su cabeza. A pesar de su personalidad ‘especial’, Ai resultó ser sorprendentemente razonable y tranquilo. “Ehm, y si no está de más, ¿cómo así un idol como tú pertenece a un laboratorio informático en Rizembool?”
“Ohh, no es una mala pregunta,” Ritsu sonrió impresionado. “Nada mal, stalker~”
“D-deja de llamarme así…” el pelirrojo bajó su cabeza, torturado.
“Mi instrumento es el sintetizador y también me estoy preparando como un compositor y un ingeniero de sonido. Todo ello y el sampling que uso con frecuencia en mis canciones es más técnico y complicado de lo que creerías,” observó Ai. “En sí, yo represento un proyecto en conjunto entre Rizembool y la agencia a cargo de mí. La tecnología de Rizembool es muy basta, después de todo.”
“…” Honebami asintió.
“Y supongo tu imagen de misterio y poca información referente a tu persona fue idea de Rizembool,” observó Ritsu.
“Podrías decirlo,” asintió. “Es el rol que me toca llevar y no me resulta difícil. Tú tienes una imagen vampírica en el escenario, así que todos tenemos algún tipo de identidad.”
“Sí, aunque mi identidad está más arraigada a mi persona, considerando que duermo durante el día y estoy lúcido de noche…” Ritsu se detuvo al oír unos muy característicos pasos acercarse rápidamente. “Ah, Nama-kun está regresando.”

Después de esas palabras, vieron a Namazuo feliz de la vida entrar con una bandeja que traía un bowl de chips y una botella de gaseosa con cuatro vasos.

“¡Regresé! ¿Me extrañaron?” preguntó y en eso miró a su hermanito. “¡Oh, Shinano! ¡Qué agradable sorpresa! ¡Ah, déjame traerte un vaso!”
“N-no, está bien, no tengo ganas de nada, muchas gracias,” dijo el pelirrojo, negando con sus palmas. “Vamos, siéntate. Qué amable eres con todos al traer los bocadillos.”
“Heh, no es nada. Ritsu-chan me dijo que tenía un antojo y me gusta engreírlo~” canturreó.
“Haces muy bien, Nama-kun,” Ritsu sonrió satisfecho.
“Comienzo a entender por qué son amigos,” Ai llevó una mano a su frente y negó frustrado.
“Pero ya, dijimos que íbamos a jugar un juego, así que empecemos,” dijo Namazuo con energías.
“¿Qué juego?” preguntó Shinano.
“Verdad~”
“¿V-verdad?”
“Sí, o sea iba a ser verdad o castigo, pero Honebami prohibió los castigos, así que será sólo verdad,” explicó Namazuo, sonriendo frustrado. “Bueno, sabes lo cuidadoso que es tu hermano.”
“Hone-kun sí es atento, aunque personalmente pienso que la verdad tiene un mayor potencial de peligro que el castigo, pero, en fin…” Ritsu sonrió con ironía. “¿Cómo jugamos?”
“Estuve pensando que podemos darnos turnos de preguntar a los demás una cosa que deben responder sí o sí,” dijo el pelinegro, quien no esperó la aprobación de los demás y levantó un brazo. “¡Ya, yo comienzo!”
“Mientras no insistan en saber más de mi persona, no tengo objeciones,” observó Ai, desviando su mirada.
“Tú tranquilo, ya comprendemos,” Namazuo le dio un saludo militar. Luego de dejar la bandeja sobre la mesa de noche entre los camarotes, se sentó al otro costado de Honebami. “¡Listo! A ver, Ai. Hmm… a ver, algo prudente para ti… eh… ¡ah! ¿Cuántos años tienes?”
“Si todas las preguntas van a ser tan sonsas, no dan ganas de jugar,” Ritsu rodó los ojos.
“Ehh, y normalmente la edad es un tabú, ¿cierto?” preguntó Shinano.
“Eh, ¿estuvo mal?” Namazuo se vio incómodo, pero notó que Ai estaba satisfecho.
“Mi edad no es un secreto, así que no tengo problemas contestándola, descuiden,” dijo él, con tranquilidad y profesionalismo. “Yo tengo quince años de edad.”
“¿Q-quince?” Ritsu se sorprendió.
“¿Eres menor que yo?” preguntó Shinano, impresionado.
“¡Quince! ¡¿En serio quince?! ¡Es la misma edad que mi bello Gokotai!” exclamó Namazuo, quien se quedó en shock y pasó a alegrarse y ruborizarse, para tratar de abalanzarse hacia él. “¡Déjame apachurrarte!”
“Contrólate,” Honebami fue rápido en agarrarle de su cola de caballo y jalarle para forzarle a quedarse sentado.
“¡Ihhh!” Namazuo sintió dolor, pero ello sirvió para tranquilizarle.
“Gracias por tu vigilia, Honebami,” Ai dio un suspiro y miró a Namazuo con reproche. “Vamos, ¿tan poco toma para que pierdas un comportamiento apropiado? ¿Cuál es tu problema?”
“¡Ahh, te has vuelto mil veces más adorable ante mis ojos!” exclamó conmovido. “¡Definitivamente eres una joyita que hay que proteger de la maldad de este mundo!”
“Hehe, nii-san, trata de no fastidiarlo, por favor,” Shinano rió un poco, incómodo.
“Supongo eso significa que eres algún tipo de prodigio, por andar en la universidad,” observó Ritsu.
“Lo soy, pero no le daría mucha importancia,” comentó impaciente. “Sigamos…”
“Hehe, está bien, siento las molestias,” Namazuo sonrió avergonzado y pasó a mirar a su mellizo con ojos analizadores.
“¿Qué miras?” Honebami se inclinó al lado opuesto.
“A ver, hora de la verdad, hermanito mayor~” canturreó. “Me pregunto qué clase de cosas podrías estarme ocultando… a ver… qué te pregunto… hmm… ¡ah, ya sé!” sonrió pícaramente. “¿Te gusta alguien?”
“Ahh…” Ritsu dio un frustrado suspiro e intercambió miradas con los demás.
“Esa sí es una pregunta sonsa, a mi parecer,” observó Ai, inmutado.
“P-pues sí, ya sabemos lo que Honebami-nii dirá…” Shinano asintió.
“Ehh, tal vez tienen razón, perdón…” Namazuo se frustró.
“Con esa pregunta, entiendo que tu propósito es saber si siento algún sentimiento romántico hacia otra persona,” observó Honebami, monótonamente, y pasó a negar. “La respuesta es no, y me considero incapaz de sentir ese tipo de afecto.”
“B-bueno, sabía que dirías que no, aunque…” Shinano se preocupó sinceramente por su hermano peliblanco debido a la descripción.
“Sigamos,” repitió Ai. “¿A quién más vas a preguntar?”
“¡E-esperen! ¡Esa no valió! ¡Todavía quiero preguntar algo a mi lindo hermano!” exclamó Namazuo, inquieto.
“¿Por qué…?” le preguntó este, impaciente.
“¡Sí quiero que nos digas algo novedoso! ¡Esto es importante para mí, en serio!”
“Ya, como quieras, Nama-kun,” Ritsu se encogió de hombros. “¿Qué pregunta, entonces?”
“Ehh, pues yo… hmm…” llevó una mano a su mentón. “Uhh… no sé…”
“¡Oh, yo tengo una para Honebami-nii, si me permites!” exclamó Shinano, emocionado.
“A ver, Shinano,” Namazuo asintió. “Ojalá sea una buena.”
“Hehe, es sólo curiosidad, a ver qué nos contesta,” Shinano sonrió traviesamente. “Honebami-nii, ¿tú piensas que Yagen es adorable?”
“¿Hm?” Honebami ladeó su cabeza.
“¡Ahh, pero qué pregunta más hermosa y pura!” Namazuo se emocionó y tuvo el impulso de abrazar a Honebami a su costado, quien le empujó para que le dejara en paz.
“…” le miró con reproche.
“Sí que son una familia paz y amor para andar preguntándose esas cosas,” observó Ritsu, quien dio un bostezo. “Uhh… bueno, también quiero saber qué tendría que decir Hone-kun…”
“…” Honebami lo pensó. “¿Cuál vendría a ser la definición de adorable?”
“Tampoco lo comprendo del todo,” Ai negó. “Suena a otro concepto irracional de los humanos.”
“Hehe, no digas eso, es muy natural,” Shinano sonrió incómodo, y volvió a mirar a su hermano mayor pensar y fruncir un poco el ceño, al verse confundido. Ante ello, el pelirrojo sonrió con nostalgia. Sabía bien lo que su hermano mayor antes del incidente de hace nueve años habría dicho en su momento…
“No es raro, o sea, siempre me ves emocionarme sobre lo adorables que son nuestros hermanitos~” observó Namazuo, sonriendo conmovido.
“No soy como tú, Namazuo,” recalcó Honebami.
“N-no es para que te molestes conmigo, tranquilo,” sonrió incómodo. “Es simplemente ese sentimiento de que son lindos y buenos chicos y quieres protegerles y cuidar de ellos a tu modo.”
“…” ladeó su cabeza.
“Se nota que le estás confundiendo más, Nama-kun,” dijo Ritsu, inmutado. “Creo que es de estas cosas que no se pueden explicar muy bien, o algo así…”
“Si no se puede explicar, podría servir simplemente compartir lo que piensas de Yagen, ¿no es así?” preguntó Ai. “Aunque no directamente, ello podría responder la pregunta.”
“Qué pienso de él…” Honebami bajó su mirada, meditativo. El peliblanco se vio confundido y un poco sacado de cuadro, aunque se mantuvo inmutado en lo que encontraba palabras para responder, las cuales solían evadirle con frecuencia. Su silencio se prolongó un poco más de lo que los demás habrían esperado.
“Ehm, no es queramos causarte un cortocircuito…” comenzó Namazuo.
“Yagen… es una persona diferente de las demás…” observó Honebami, tranquilamente y con un inexpresivo semblante. “Sé bien que cada individuo o cada existencia en particular es definitiva y distinta, pero Yagen siempre me ha parecido más distinto que los demás…” miró fijamente al piso. “Es difícil entenderle, es un misterio en muchos aspectos… parece que muchas cosas que se aplican a muchos de alguna forma se aplican a él de otra… es complicado…”
“¿Nii-san…?” Shinano se enredó por esa descripción. De repente, vio a su hermano levantar su mirada y dirigírsela. Sorprendentemente, Honebami sonrió un poco.
“Sin embargo, está bien… está bien que sea así, porque sé que Yagen es de esa manera… porque eso lo hace ser él y nadie más…”
“…” Ai, luego de verse sorprendido por la respuesta, sonrió suavemente. “Ya veo…”
“¡Awww~!” Namazuo no se contuvo y abrazó con fuerza a su mellizo. “¡Te entiendo! ¡Te entiendo perfectamente! ¡Nunca en la vida podría haber dicho algo tan bello como eso! ¡Por eso te quiero tanto, Honebambi~!”
“Nnn… s-suéltame…” el asediado frunció el ceño y forcejeó para librarse.
“¡Sólo un poco más! ¡No puedo, ahhh!”
“Ihh… sí fue bello…” Shinano estaba conmovido casi al punto de las lágrimas. Le hubiera gustado que Yagen oyera esa respuesta. Sabía que lo apreciaría, por más que no quisiera admitirlo. “Ihhh, gracias, Honebami-nii…”
“…” Honebami, luego de librarse de su pesado mellizo, miró a su hermanito y se vio confundido. “¿Por qué me agradeces?”
“A pesar de tu callada apariencia, eres muy sensible, ¿no es así?” preguntó Ritsu, sonriendo. “Sí eres lindo, Hone-chan~”
“…” entonces, el peliblanco afiló sus ojos carentes de brillo y miró fijamente a aquel amigo con una mirada mortal.
“Uhhh…” Ritsu sintió escalofríos y se abrazó a sí mismo. “Cierto… olvidé que apenas toleras Hone-kun, perdón…”
“Tenía la impresión que eras del tipo que sabía hasta dónde probar la paciencia de otros, Ritsu,” observó Ai. “Veo que me equivoqué.”
“Uhh, normalmente lo soy, me dejé llevar por Nama-kun,” negó frustrado.
“Tranquilos, Honebami es racional, no se quedará molesto contigo, Ritsu-chan,” le aseguró Namazuo, sonriente.
“Gracias por el apoyo, Nama-kun. Ahora, si me permites, quiero hacer las preguntas.”
“Claro~”
“Empecemos contigo,” Ritsu le miró fijamente. “Si uno de nosotros cinco tuviera que morir ahora, ¿a quién escogerías?”
“Eh, ¿eh?” Namazuo se extrañó.
“Sí, y por cierto no puedes escogerte a ti mismo. Ya, dime.”
“¿Q-qué clase de pregunta es esa, Ritsu-chan…?” se vio nervioso.
“Ustedes andan con edades y niveles adorables. Obviamente necesitamos algo nuevo que nos sacuda un poco, ¿verdad?” preguntó encogiéndose de hombros. “Pero no te lo tomes tan serio. Es hipotético y trivial.”
“P-pero nunca podría decidir algo así tan campantemente…”
“Les falta más crueldad en sus vidas, entonces…” comentó indiferente y miró a Ai a su costado. “Ya, entonces te hago esa pregunta a ti. ¿Quién se moriría ahora?”
“N-no hagamos estas preguntas, por favor…” pidió Shinano, asustado.
“No me considero una persona adecuada para decidir sobre la vida de otros individuos. Sería irresponsable,” observó Ai.
“Como dije, no se lo tomen en serio,” Ritsu se frustró. “Es una pregunta irracional que demanda una respuesta irracional e irrelevante únicamente basada en caprichos o impulsos del momento.”
“No estoy de acuerdo con la idea, pero han pedido mi participación, así que no me queda de otra,” Ai miró a Namazuo. “Entonces eres tú. Tú morirías en este instante.”
“¿Eh?”
“Sigamos…”
“E-espera, ¿por qué dices que yo moriría?”
“La pregunta no especifica que debo dar un motivo…”
“¡Q-quiero saber, por favor! ¿Acaso te he hecho algo malo?”
“Si tanto deseas saber…” dio un suspiro y le miró impaciente. “Sí has sido incontenible y en medio de una situación de emergencia podrías ser el miembro menos apto para garantizar la seguridad de los demás. Eres de dejarte llevar.”
“Fufu, no había pensado en una posible situación aplicable para la pregunta, pero me has convencido,” Ritsu asintió. “Parece que Nama-kun tiene los segundos contados.”
“¡No, déjenme vivir!”
“…” Honebami ladeó la cabeza. “Es un escenario falso, ¿cierto?”
“Ehh, sí, tranquilo,” Shinano sonrió incómodo. Lo último que quería era que su hermano se lo tomara con seriedad. “No deberíamos estar burlándonos de esto, eso sí…”
“Namazuo no debería reaccionar tan pasionalmente, de ser el caso…”
“Uhh, pero no me gusta pensar que soy menos querido que ustedes…” lloriqueó este.
“Como tenemos un escenario apocalíptico, cortesía de Ai…” dijo Ritsu, ignorando la mirada de reojo del otro idol. “Hone-kun, digamos que se acercan unos caníbales a depredar a tu pelirrojo hermano. ¿Estarías dispuesto a matarlos a sangre fría con tal de garantizar su bienestar?”
“¿Ehh…?” Shinano sintió escalofríos.
“Sí,” contestó Honebami, inmutado y sin rodeos.
“¡N-nii-san!” el pelirrojo se espantó. “¡Ehh, r-recuerda que es un escenario falso!”
“Lo haría sin dudarlo,” recalcó tranquilamente y cometido a sus palabras.
“¿Incluso si fueras a averiguar que estos caníbales son en verdad gente desesperada que necesita alimentar a muchos niños a punto de morir?” agregó Ritsu, sonriendo entretenido.
“¿Q-qué estás diciendo…?” Namazuo se quedó en shock.
“…” Honebami asintió.
“¡Ahh!” Shinano se espantó.
“¡N-no es necesario! Ehh…” Namazuo se puso a pensar. “¡Me acabo de morir! ¡Pueden usarme para alimentar a todos!”
“Dejen de hablar tonterías…” Ai frunció el ceño.
“Puedes intentar agregar más detalles al escenario, pero la respuesta es la misma,” afirmó Honebami. “Estoy cometido a velar por el bienestar de mis hermanos sin importar lo que tenga que hacer para lograrlo. Yo poseo una naturaleza bélica que no teme a ensuciarse las manos de ser necesario…” él afiló sus ojos. “Tampoco le temo a la muerte…”
“Ihhh…” Shinano sintió fuertes escalofríos y tragó saliva.
“Te agradezco por tu sinceridad, Hone-kun,” Ritsu asintió. “Es bueno saber que no soy el único que se siente de ese modo.”
“¿A-a qué te refieres?” preguntó Namazuo, asustado.
“Simple, Nama-kun…” entonces, Ritsu también adoptó una expresión feroz y su voz se tornó más grave. “Tengo muy pocos seres a quienes considero importantes… y estoy dispuesto a lo que sea por ellos. Si alguien fuera a lastimarlos, yo me vengaría mil veces y les haría arrepentirse para siempre…”
“¿E-e-en serio…?” preguntó Shinano.
“¿Acaso tú no lo harías?” le preguntó el idol pelinegro.
“¡N-no, nunca! ¡D-debe haber formas más pacíficas de solucionar las cosas!”
“No siempre las hay,” observó Honebami, inmutado.
“¡Y-ya! ¡No se me pongan terroríficos!” pidió Namazuo, agitando sus brazos.
“¿Y tú, Nama-kun? Si tu lindo y puro Gokotai estuviera en la boca del lobo, ¿acaso no lo salvarías a toda costa?”
“Ehh, p-pues…” Namazuo se puso incómodo. “O-o sea, sí, pero…”
“N-nii-san…” Shinano tembló.
“Fufufu…” Ritsu sonrió gatunamente. “Por lo leales que son en su familia, seguramente todos ustedes matarían a alguien en nombre de su familia si no tienen de otra. Estoy seguro de ello.”
“¡Ehh!” ese último comentario fue lo suficiente para espantar a Shinano, quien se levantó como resorte. “¡L-les agradezco por su compañía! ¡I-iré a ver qué están haciendo mis hermanitos!”
“¡Shinano, espera!” Namazuo quiso detenerle, pero el pelirrojo se esfumó con rapidez. “Ahh, ¿por qué me asustan a mi hermanito así? Sean más considerados.”
“…” Honebami se puso a pensar. “No imagino qué pude haberle dicho para inquietarle.”
“¿En serio?”
“Los humanos tienden a temer conceptos como el conflicto y la muerte, Honebami,” explicó Ai, inmutado. “Algunos más que otros, y Shinano parece ser sensible a todo ello.”
“…” asintió. “Entiendo…”
“Uhh, ya veo que eres medio inconsciente cuando te pones a hablar así,” Namazuo dio un suspiro. “Y tú también sé amable con mis hermanitos, Ritsu-chan.”
“Fufu, sí me estaba divirtiendo asustándole, lo admito,” observó, sonriendo. “Ya, lo siento, Nama-kun. Trataré de portarme ante él, aunque sí advertí que la verdad podía ser peligrosa.”
“Supongo tomaré la palabra para realizar preguntas ahora,” se ofreció Ai. “Hemos tenido suficiente con este tema.”
“…” Honebami asintió.

Los cuatro siguieron hablando y el juego se tornó un poco más pacífico y razonable.




Shinano caminó hacia la habitación de los pequeños. Hubiera esperado oírles hablar desde distancia cortesía de sus energías juveniles, pero hasta llegó a pensar que no se encontraban ahí. Sin embargo, al llegar a la puerta, llegó a oír una conversación, y decidió invitarse a sí mismo. Necesitaba un poco de abrigo emocional luego de ese tan intenso juego hipotético, y no había nadie mejor que los pequeños para reconfortarse…

…pero, al ingresar, observó algo que no hubiera esperado ver. Sus cinco hermanitos estaban acompañados por Hotarumaru y Aizen, y los siete se encontraban en plena sesión de estudio.

“¿Eh…?” Shinano ladeó su cabeza.
“Oh, Shinano-niisan, bienvenido,” le saludó Maeda, alegremente. “Has llegado en un buen momento. Tengo una pregunta de matemática, ¿me podrías ayudar?”
“Yo te puedo ayudar, Maeda,” dijo Hirano.
“Oh, muchas gracias.”
“¿Están estudiando? ¿En serio?” preguntó el mayor, sorprendido. “¿Cómo así? El semestre acaba de terminar y estamos comenzando las vacaciones…”
“Fue una decisión improvisada, pero varios de nosotros sentimos que pudimos haber rendido mejor durante los exámenes, y qué mejor momento para estudiar que ahora,” explicó Hirano, con una dedicada seriedad y asintiendo con firmeza. “Tus conocimientos podrían sernos de gran ayuda, por favor.”
“Ehh, pues yo…”
“Por eso te dije que no los alientes, son muy disciplinados,” se lamentó Houchou, dando un descorazonado suspiro. A diferencia de sus hermanos, él estaba estudiando a regañadientes y en contra de su voluntad.
“Uhh, ya pasé mi examen, ¿por qué debo estudiar ahora que tenemos a un hermoso bosque a nuestro alcance?” preguntó Aizen, frunciendo el ceño y mirando a una hoja de ejercicios con desconfianza. “No tengo cabeza para estudiar ahora…”
“Oh, ¿algo te confunde?” preguntó Hotarumaru, ladeando la cabeza. “No te preocupes, Kunitoshi. Te ayudaré.”
“Ehh, e-estoy bien, Hotaru. Ya te he dicho que yo también tengo que valerme por mí mismo,” Aizen negó rápidamente y se puso a analizar las preguntas. “Eres mi menor. Debería ser yo quien te tutoree, ¿no lo crees?”
“¿Eh? Pero es importante ayudarnos sin importar las circunstancias,” el pelicenizo se confundió.
“Ehh, c-creo que ha quedado bien…” Gokotai acababa de terminar un ejercicio, pero lo miraba con cierta duda.
“A ver…” Akita se asomó y se enfocó en la respuesta final. “Pues, es una fracción muy fea…”
“S-sí, eso me da desconfianza…” el peliblanco agachó su cabeza, desanimado. “Shinano-niisan… ¿podrías ayudarme?”
“Ehh…” Shinano se sintió algo incómodo, aunque se acercó al pequeño y miró su trabajo. “Gotou y Hakata son mejores que yo en matemática, pero… oh, mira aquí. Este número al cuadrado no está en paréntesis, así que se queda negativo.”
“Ah, cierto,” el pelirrosa asintió y sonrió. “Eso parece ser lo único malo, Gokotai. Qué bueno.”
“Déjenme ver…” el pequeño comenzó a hacer de nuevo esa parte con mucho cuidado, y eventualmente llegó a una fracción que pudo simplificar. “Ahh, esto tiene más sentido,” se alegró y sonrió tímidamente. “Muchas gracias, Shinano-niisan.”
“Hehe, de nada,” este le asintió y le vio prestar atención al siguiente ejercicio, el cual analizó junto con Akita. Shinano monitoreó a los demás, y cada uno de ellos estaba en su mundo resolviendo ejercicios o pidiendo ayuda a la persona de su costado. De inmediato se sintió un tanto apartado y se sentó a un rincón de la habitación donde estaban los tigres tomando una siesta para acariciar al más despierto de ellos.

Luego de que ese pequeño tigre bostezara y se acurrucara con el resto de sus hermanos, Shinano se sentó en posición fetal. No le gustaba que sus hermanitos se enfocaran tanto en deberes cuando deberían estar disfrutando de ese paseo…

“Ehh, ¿no les gustaría ir a la cocina a preparar algún postre?” preguntó animado.
“Pues, comer un postre sería rico, pero íbamos a hacer eso mañana,” contestó Hotarumaru. “Ritsu ya nos dijo que eso haríamos luego de nuestro paseo al lago…”
“¿Acaso sabes una receta en particular, Shinano-niisan?” preguntó Houchou. “Sería nuevo.”
“P-pues, es cierto que dependo más de tus recetas…” Shinano dio un suspiro. “Está bien, entonces esperaré a mañana.”

Hubo otro silencio y Shinano siguió frustrado en su sitio, hasta que pensó en otra cosa.

“Ehm, el bosque es un poco intimidante, pero… si vamos todos juntos seguro que será muy divertido,” sugirió.
“Pues, si lo hubieras preguntado hace una hora, habría aceptado, pero ya está muy oscuro,” contestó Aizen, mirando hacia fuera por la ventana. “No subestimes lo oscuro que es el bosque cuando te sumerges.”
“Yo también gusto de pasear por el bosque para estudiar a los insectos, y a estas horas no podría apreciarlos bien,” observó Akita. “Mañana por el lago sí encontraré un montón.”
“Las aves también deben estar por irse a dormir,” agregó Maeda. “No llegaré a escucharlas ahora y lo mejor es dejarles descansar.”
“Ehh, han hecho buenos puntos, no lo había pensado…” el mayor sonrió incómodo.

Esa conversación también terminó abruptamente y se quedó pensando un poco más a ver con qué podría entretenerles…

“Oh, ¿por qué no jugamos un juego?” preguntó con energías.
“Shinano-niisan…” Hirano se levantó de su sitio y miró a su hermano mayor con leve severidad. “¿Qué estás haciendo?”
“¿Eh?”
“¿Intentas sabotear nuestra sesión de estudio?”
“¡N-no! O sea, pienso que es genial que sean tan disciplinados y cometidos y estoy muy orgulloso de ustedes, en verdad que sí, p-pero…”
“Esto es algo que todos decidimos que harías y no quiero que nos des pretextos para abandonarlo así, por favor.”
“L-lo entiendo…” se sintió mal por recibir una reprimenda de uno de sus más pequeños hermanitos. “Es sólo…”
“Tampoco nos vinimos con nada más que hacer ahora, y esta sesión nos viene bien,” agregó Hotarumaru. “No tienes que sentirte forzado a participar, Shinano, pero si no vas a ser un apoyo, lo mejor es que nos des nuestro espacio.”
“Ehh…” sí, ese pequeño adorable era también un poco contundente. “P-perdón si les incomodé, ehh, ¡i-incluso podría intentar ayudarte con lo que estás haciendo ahora, ehm…!” Shinano se asomó, pero vio unos ejercicios de triples integrales en sus notas que le marearon e hicieron sentir cierta admiración por el pequeño.
“N-no debemos ser tan duros con Shinano-niisan, sé que no tiene malas intenciones…” observó Gokotai, en voz baja.
“Gracias por el apoyo, pequeñín,” asintió.
“Aunque en verdad necesito este estudio, ya que apenas pasé mi prueba de matemática,” siguió el peliblanco, desviando su mirada. “Perdón, espero que entiendas…”
“S-sí, no te preocupes…” Shinano miró a Houchou. “¿Tú no quisieras hacer algo distinto? No te ves muy animado.”
“Pues, es cierto que no lo estoy, pero tú tampoco te ves con ideas, y seríamos dos a la deriva,” observó, mirándole con leve desaprobación. “Y no me gusta admitirlo, pero sí me viene bien estudiar, mientras no volvamos a hacerlo en este paseo.”
“Y-ya veo…”
“En fin, sigamos estudiando. El tiempo corre,” recordó Hirano, quien volvió a sentarse.

Ello concretó la sentencia a Shinano, quien vio a los pequeños regresar a sus quehaceres. El pelirrojo dio un suspiro y se despidió de ellos para dejarlos desempeñarse.



Luego del exilio, Shinano dio un suspiro. Tendría una tarde un poco apagada, pero mientras no estuviera solo, estaría bien. Los pequeños no le darían la bienvenida y el juego de sus hermanos mayores se tornó muy maligno para su gusto, así que optó por regresar a su habitación. Tendría a sus hermanos todavía ensimismados con obligaciones, pero la compañía de los mismos siempre le resultaría agradable.

En eso regresó, y curiosamente encontró a los tres a punto de terminar una partida de Uno.

“¡Listo!” Hakata sonrió con perspicacia y sacó su penúltima carta, una de draw four. “Lo siento, Gotou-nii, pero te toca robar.”
“Todavía no,” Gotou sacó una igual que también cambió el sentido. “Ahora tienes nueve cartas.”
“Heh, eso es lo que crees,” el rubio volvió a sacar una igual. “Son doce, Yagen-nii.”
“Ya veo,” Yagen sonrió impecablemente y también puso una de draw four en la mesa. “Gotou, es tu día de suerte.”
“¡¿Ehh?!” este se quedó congelado y revisó sus cartas, pero no tenía cómo contestar. “¡Ah, imposible!”
“¡Sí! ¡Soy el ganador!” exclamó el pequeño, estirando sus brazos.
“¿Eh? ¿Se han puesto a jugar?” preguntó Shinano.
“Hm, no pensé que regresarías tan rápido,” Yagen alzó una ceja. “Sí, es que, ni bien te fuiste, Hakata mencionó que estaba aburrido, así que Gotou y yo decidimos entretenerle.”
“Uhh…” el pelirrojo hizo un puchero.
“No te molestes, Shinano,” Gotou negó. “A diferencia de ti, Hakata es disciplinado y pide muy poco, así que sus pedidos sí tienen más razón de ser que los tuyos.”
“Me hubieran avisado,” dio un suspiro. “Bueno, podemos empezar otra partida los cuatro.”
“Sí, ¿por qué no?” Hakata se encogió de hombros y comenzó a juntar todas las cartas para barajarlas. “¿Qué has estado haciendo?”
“Sólo visitando a los demás en la casa,” reportó el pelirrojo. “Namazuo-nii y Honebami-nii están jugando un juego de preguntas un poco tenebroso, y pasé a ver a los pequeños, pero están estudiando ahora, así que les dejé a que se esfuercen.”
“¿Estudiando?” preguntó Gotou, sorprendido.
“Sí, aunque menos mal que ustedes decidieron divertirse con esto,” Shinano se sentó frente a los tres. “Puedo partir las cartas.”
“Vaya, me siento orgulloso de mis hermanos,” Hakata sonrió con aprobación. “Heh, veo que sí soy parte de esta familia.”
“Por supuesto que lo eres, además Hirano es casi tan aplicado y prodigio como tú,” le recordó Gotou, quien también se animó. “No hubiera esperado que estudiaran ahora. Es admirable.”
“Es verdad,” Yagen asintió.
“¿Eh? O-o sea, sí es genial, pero esto es un paseo…” observó Shinano.
“Creo que mejor vamos a ayudarles a estudiar,” dijo Gotou, poniéndose de pie.
“¡Estoy de acuerdo!” exclamó Hakata, también levantándose, y llevó una mano a su mentón mientras sus lentes brillaron. “Heh, hora de poner mi genialidad a prueba…”
“¿Q-qué?” el pelirrojo se quedó en shock.
“Los dos son muy buenos en matemática, estoy seguro que nuestros hermanos se alegrarán,” observó Yagen. “Aunque tú no te quedas muy atrás, Shinano.”
“P-pues, y-ya me desterraron…” dijo en una voz casi inaudible que pasó desapercibida.
“¿Tú no vas a ayudarles, Yagen?” preguntó Gotou, alzando una ceja. “Eres el genio de la familia y sé que lo apreciarían.”
“Dudo que mis conocimientos avanzados y grado de especialización sean necesarios ahora,” Yagen negó, y entonces vio que Hakata se acercó con ojos suplicantes.
“Por favor, Yagen-nii, no solemos tener el privilegio de estudiar bajo tu supervisión…”
“Pues…” el doctor sonrió frustrado y se levantó. “Está bien, no es que tenga más que hacer.”
“Hehe, ¡muchas gracias!”
“¿T-también van a estudiar…?” preguntó Shinano, descorazonado.
“Sí, como los mayores deberíamos poner el ejemplo, y podemos serles de ayuda,” le recordó Gotou. “Bueno, ven si te animas. Haz lo que quieras.”
“Ehm…” al pelirrojo sólo le tocó ver a esos tres marcharse en dirección a la habitación de los pequeños, mientras sentía el poderoso vacío de quedarse sólo y sin nada que hacer.

Se sentó en su cama y se puso a pensar. Sí, no tenía de otra…




Luego de soportar ese concurrido y ruidoso comedor durante el almuerzo comunal, Fudou había ido a darse una merecida siesta en su rincón de la casa de campo aledaña. Al menos no tenía que compartir habitación con nadie y podía encontrar momentos de soledad para recargarse e ignorar a la positiva y chiflada familia que le tocaba soportar. Él recordaba vagamente que entre sueños su hermana le había dicho que iría con los demás mayores a ver lo de la transportación para el bosque, y luego de eso tuvo un cómodo silencio para él solo…

De repente, se despertó somnoliento y sintió curiosidad de saber qué hora era, por lo cual se giró para alcanzar su celular en su mesa de noche… y, al girarse, se encontró con el rostro de Shinano a escasos centímetros del suyo.

“¡¿AAAHHH?!” ello le despertó mejor que un balde de agua fría. Fudou empujó al otro fuera de su cama de una patada, desenvainó su daga, y se lanzó encima. “¡M-miserable! ¡¿Cuál es tu puto problema, ahhh?!”
“¡P-p-piedad, Fudou!” imploró Shinano, en shock y aterrado por aquella explosiva reacción. Al menos el otro perdió la inercia de darle su merecido. “¡P-por favor, sólo quería un poco de compañía! ¡Mis hermanos están ocupados y me siento solo!”
“¡¿Y qué mierda te hace pensar que yo tengo ganas de aguantar pulgas de ti?! Hic… ¡eres un idiota engreído y necesitado todo el tiempo! ¡Déjame descansar en paz!”
“¡P-perdón!” juntó sus palmas. Pudo ver al otro respirar un poco más tranquilo, pero la molestia seguía presente en él.
“Tsk, al menos no invadas la cama de alguien que está durmiendo. Carajo…” rodó los ojos y se levantó, para sentarse en su cama. “Hic… ya, ¿qué diablos quieres de mí?”
“Ehm… sólo es eso, me siento solo…” desvió su mirada y tocó las puntas de sus dedos índices, avergonzado y haciendo un puchero.
“Hic… tremendo imbécil…” entrecerró sus ojos. “Yo soy un inútil y desagradable borracho que fácil terminará clavándote su daga uno de estos días. ¿Por qué mierda te me acercas?”
“Pues, es cierto que Gotou y mis hermanitos te tienen un poco de miedo, aunque… no sé…” curiosamente, Shinano sonrió con torpeza. “Me parece que detrás de tu comportamiento rudo hay algo muy acogedor en ti, y eres buena compañía…”
“¿Eh? ¿Qué cosa?” le miró como un bicho raro y sintió un tic en la ceja. “Hic… maldición, dime de una vez lo que sea que me hace remotamente ‘acogedor’ para matarlo y exterminarlo… ¡estaba durmiendo tranquilamente, demonios! ¡Es mi derecho!”
“Ihhh…” Shinano se estremeció un poco por su ensordecedor grito. “No sé, sólo digo…”
“Hic… no sabes cómo te odio ahora…”
“Ehh, Fudou, ¿cómo así estás ebrio?” le preguntó con curiosidad. “¿En serio has traído bebidas alcohólicas al viaje?”
“¿Ah? ¿Qué clase de pregunta es esa? Obviamente,” se encogió de hombros. “Hic… verme en este viaje en contra de mi voluntad y soportarte a ti siendo caprichoso y tu estúpida familia siendo perfecta demanda que tome algo para ignorarles…” desvió su mirada. “Hic… pero la bruja no lo sabe, así que no se lo digas…”
“Pues, nee-san se preocuparía por ti, deberías pensar en eso.”
“Tch, no me gusta pensar…” de repente, la puerta de esa habitación se abrió de golpe.
“Y sí me he dado cuenta, borracho,” declaró Tharja, sorprendiendo a los dos. “Boté las latas que habías escondido en los compartimientos de tu maleta, y más te vale que no te vea tomar lo que sea que tienes guardado por ahí.”
“¡¿Has botado esas latas?! ¡Maldita desconsiderada!” exclamó el menor, visiblemente mortificado. “¡Así me costará ignorar más a todos aquí! ¡¿Por qué me torturas?!”
“¡Nee-san!” Shinano se alegró y corrió donde Tharja, quien le detuvo antes que este intentara darle un fuerte abrazo.
“Todos hemos regresado, así que ve donde Ichigo si quieres que alguien te consienta,” observó con leve cansancio. “Y aprovecha a ayudarle para preparar la mesa para la cena. Dice que deberían irse a dormir temprano, o algo así.”
“¡Sí, entendido!” asintió con alegría y vio a la mayor irse, sin antes mirar de reojo a su hermano en lo que salía. Shinano hizo lo mismo y se sintió un poco preocupado de ver que Fudou de inmediato había saltado a revisar su equipaje y comprobar con estrés y nerviosismo que sus raciones de alcohol habían sido severamente limitadas. Él quiso decirle algo, pero el pelivioleta sintió su mirada y se le dirigió con agresividad.
“¡Vete ya o te asesino, stalker!” estalló. “¡Te he soportado demasiado!”
“¡S-sí!” exclamó con una voz temblorosa y huyó de regreso a su casa de campo.




Pasaron unas horas y la noche había caído. Todos cenaron temprano y fueron a descansar en espera del día siguiente, en el cual irían a conocer al impresionante lago. Eran casi las diez de la noche y los pequeños ya debían de estar profundamente dormidos. Por su parte, Shinano estaba en su habitación junto con Gotou y acababa de terminar de narrar su periplo de la tarde.

“Vaya, le fuiste a lloriquear a Fudou,” el pelimarrón se vio impresionado. “Es como si no temieras por tu vida…”
“Ehh, Fudou impresiona por su forma de ser, pero sé que no es malo,” observó Shinano, sonriendo incómodo.
“Bueno, él es más amable contigo que conmigo, a decir verdad. A mí me hubiera dado una paliza,” se encogió de hombros, y frunció el ceño además de apuntarle acusatoriamente. “Y no te atrevas a incomodar a nuestros hermanitos así, ¿de acuerdo? Ya es lo suficientemente malo que seas engreído con nosotros tres. No andes intentando que nuestros menores te atiendan. Por algo Hakata no te da mucho respeto.”
“Sí, sí, lo sé…” hizo un puchero y desvió su mirada. “Sí admito que estuvo mal que tratara de llamarles la atención en pleno estudio. De eso sí me arrepiento…”
“Por otro lado, me pregunto qué clase de amigos consiguen Namazuo y Honebami para andar dialogando de esa manera, aunque parece que se llevan bien…” Gotou se encogió de hombros, y en eso oyó que tocaron la puerta. Intercambió miradas con Shinano. No podía ser Yagen, ya que él no habría sido tan cortés, y no esperaban a nadie más, pero aquel visitante se anunció.
“Hermanos, disculpen la intromisión, ¿puedo pasar?” preguntó Ichigo, del otro lado de la puerta.
“¡Ichi-nii!” exclamó Shinano, y junto con Gotou se levantaron como resortes para abrir la puerta y recibirle.
“Buenas noches a los dos,” les saludó el peliceleste, con su sonrisa amable y cordial. “Espero no estarles importunando.”
“Por supuesto que no, Ichi-nii,” le aseguró Gotou, con una sonrisa decidida. “¿Qué se te ofrece?”
“¡Siempre eres bienvenido, Ichi-nii!” exclamó Shinano, de inmediato abrazándole. “Ya me sentía con ganas de mimos, así que has llegado en el momento preciso~”
“Haha, siempre eres tan cálido, Shinano,” Ichigo rió un poco y acarició la cabeza de su querido pelirrojo. Al mismo tiempo, inspeccionó el resto de la habitación y confirmó que sólo ellos se encontraban presentes, lo cual le confundió. “¿Y Yagen?”
“Dijo que quería ir a caminar antes de dormir. Ya debe regresar pronto,” contestó Gotou, quien se encogió de hombros frustrado. “No te preocupes por él. Sé que sabe cuidarse.”
“Él también fue a pasear después del almuerzo, y estas no son horas para ir al bosque…” observó el mayor, con leve preocupación.
“Sí, le dije lo mismo, pero no se puede razonar con él,” observó Shinano. Soltó al mayor y le miró atentamente, para sonreírle. “Pero estará bien, ya va a regresar. ¿Hay algo en lo que podamos ayudarte?”
“Ehm, supongo es una leve curiosidad mía, pero, ¿Yagen habrá hablado con ustedes con respecto a este viaje?”
“¿Eh?” Gotou se confundió. “No, no nos ha dicho nada. ¿Por qué?”
“Le vi un poco inquieto antes de salir, y temo que sus salidas se deban a ello también…” entonces, Ichigo negó y sonrió con torpeza. “No, olvídenlo. Quizás no sea nada importante. Sólo tenía curiosidad.”
“Pues, verdad que sí se sobresaltó un poco en la mañana,” Shinano se puso a pensar, y pasó a sonreír animado. “¡No te preocupes, Ichi-nii! Nuestro hermano es una caja de Pandora, pero veré cómo preguntárselo.”
“Siempre has sido muy dedicado hacia nosotros a tu manera. Siento que Yagen te ande causando estás preocupaciones,” Gotou negó.
“No digas eso, por favor. Yagen es parte de nuestra familia, y está en nuestro deber y vocación velar por nuestros hermanos,” le aseguró Ichigo, tranquilamente. “También quería comprobar que ustedes estaban bien. Temía que pudiera haber algo sensible en este lugar, algo relacionado al pasado que no esté considerando…”
“Pues…” Shinano intercambió miradas con Gotou, pero ambos terminaron negando. “No, sin duda recordaríamos este lugar tal y como recordamos todos los demás a los que hemos ido.”
“Sí, más bien es hora que descanses, Ichi-nii. No puedes andar tan al pendiente de nosotros todo el tiempo. Date un poco de respiro,” le pidió Gotou. “Mañana será un gran día.”
“Tienes razón,” Ichigo asintió. “Quisiera ir a buscar a Yagen. Espero que esté bien…”
“Es muy probable que terminen cruzándose y no se encuentren, Ichi-nii,” observó Shinano.
“Eso es cierto,” Gotou asintió y miró a su mayor con leve severidad. “Por favor, ve a dormir. No quiero tenerte cansado para mañana. Vamos a empezar una faena temprano.”
“Está bien, como ustedes digan…” se rindió y aceptó. “Vayan a dormir también y les deseo un plácido descanso. Hasta mañana.”
“¡Buenas noches, Ichi-nii!” exclamó el pelirrojo.

Ichigo se despidió de sus hermanos y fue camino a su habitación. No se sentía mucho más tranquilo que antes de acudir a sus hermanos, pero al menos pudo descartar el detalle del pasado por parte de Gotou y Shinano. Sin embargo, temía que hubiera algo adicional a lo que ellos dos pudieran identificar…

Al terminar la limpieza posterior a la cena e ir a su habitación para descansar, el primogénito había leído la respuesta de Atsushi a su interrogante. Lamentablemente, como esperó, había sido una muy corta, y vacía…

‘No hay motivo. Sólo tenía curiosidad, por cómo Yagen tiende a estar ausente. De igual forma, les deseo un agradable paseo.’

Ichigo temía que quizás Atsushi sí había tenido una razón para preguntar por la presencia de su hermano, y que estaba relacionado al anómalo comportamiento del joven doctor. Él también había considerado compartir todo ello con los otros dos hermanos contemporáneos a ellos, pero al final no pudo. Incluso nueve años después, Ichigo seguía sintiéndose corto y desmerecedor a cuestionarles a los cuatro sobre el pasado que no conocía, y sobre ellos mismos…

Antes de llegar a su habitación, se detuvo en una ventana por el camino. Se sintió tentado a salir hacia el bosque, pero nuevamente recordó la conversación que acababa de tener. No ayudaría…

Sólo le tocaba ir a descansar, y desear que ese asunto pudiera resolverse de la mejor manera, ya que lo sentía fuera de sus manos…




“…”

Encontrar el camino era más problemático de noche, además del hecho que no conocía ese bosque como para haber llegado sin contratiempos, pero sí lo suficiente para haber tenido un objetivo en particular.

Luego del almuerzo, había aprovechado el menor descuido de sus hermanos para avisarle a Tsurumaru que iría a caminar por su cuenta, quien se frustró de tener que actuar como su mensajero, pero no se opuso, al saber que tendría algún motivo válido. Yagen hizo un periplo rápido y a ritmo de trote por los caminos accidentados y agrestes de aquel bosque a manera de monitorearlo. Era como lo recordaba: complejo, complicado, un poco traicionero… pero, a diferencia del pasado, los guardabosques habían instalado vallas y rejas negras para limitar el avance a zonas difíciles, además de marcar un sendero recomendado para los visitantes en general. Era un alivio notarlo, y una señal de que no tenía que preocuparse.

Su misión le llevó al desfiladero final y profundo del río, y marchó de inmediato de regreso para evitar que los demás se preocuparan o fueran a buscarle.



En la noche, bajo la luz fría de la luna, su objetivo fue uno más cercano a las casas. El denso bosque se abrió en un claro muy espacioso, y Yagen observó un discreto campo de flores escondido en la inmensidad de la naturaleza. Había margaritas, dientes de león y otras flores cuyos nombres desconocía. La vida era abundante, y sabía que sus hermanos se impresionarían gratamente por aquel lugar y permanecerían mucho tiempo en él.

No había nada que reportar de aquel sitio, al cual muy probablemente sería el más seguro de la reserva por su ubicación y amplitud. Yagen sólo quiso ir en soledad a manera de capricho, para recordar momentos que no compartía con nadie presente.

Luego de haber oído que el primogénito le había avisado a Atsushi del viaje, temía que este estuviera preocupado. Yagen al menos se alegraba de no tener que compartir ese pasado con su hermano por su ausencia.

…al igual que el cerrado club social frente a las casas, el doctor fue capaz de visualizar un escenario distinto, uno con personas por doquier, analizando, investigando, cuestionándose, o retornando de un monitoreo de la zona sin frutos algunos. Sin embargo, a diferencia de ese edificio, la naturaleza no envejecía…

Yagen cruzó ese impresionante campo de flores con su mirada fija a un árbol mucho más grande y frondoso que los demás, el cual le daba la bienvenida como lo hizo en aquel momento, y el cual había sido testigo de todo. Sintió el césped y plantas rozar con sus piernas, también la tranquila y fría brisa nocturna, oyó las hojas de los árboles mecerse levemente, y finalmente se detuvo más cerca del inmenso árbol.

Sonrió un poco. El árbol no decepcionó sus expectativas. Le hizo sentirse ínfimo, irrelevante, efímero, pero se sintió cómodo con aquella existencia. Observó a esa mastodonte estructura como si se encontrara con un viejo amigo. Fue ese árbol quien le enseñó la humildad, la impotencia y la mortalidad… en aquel momento, en el cual comenzó una maldición que tardó unos años más en comprender a plenitud… el hecho que su familia estaba destinada a vivir incompleta y separada.

Percibió soledad y desesperanza… sentimientos ya muy propios de sí, que no eran del todo malos, que le sumergían a su tenebroso pasado donde, pese a haber mucho perdido y que lamentar, eran recuerdos y tesoros más importantes para él que la gran mayoría en su presente vida, y que apreciaría para siempre, pese a que nadie pudiera ser capaz de comprenderle.

“…” sonrió con humildad, mientras miraba a ese árbol, el único con quien podía hablar de aquel tema. “Han sido trece años…”



Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #475: November 20, 2018, 11:47:56 PM »
Hola a todos!! vengo con ficku <3

Finalmente Mayura iba a ser dada de alta después de un par de semanas de haber estado internada debido al ataque de Hanasaki, gracias a los cuidados de Ami y de todo el staff de doctores de la escuela se había recuperado en tiempo record, ahora solamente debía de seguir descansando antes de continuar con su vida de estudiante/hime, afortunadamente había llegado las vacaciones por lo cual podría disfrutarlas sin ningún problema, Belldandy su madre le dijo que Gaku Yaotome, el chico que su madre conoció en el hospital les había extendido una invitación a su casa de campo, a lo cual ambas accedieron ya que también Tenn Kujo iba a asistir, solamente Mayura sabía de que ambos eran hermanos y no le iba decir aun a su madre hasta el dia de aquel paseo, Belldandy aún no regresaba al hospital porque se encontraba acomodando todo en la casa para el regreso de su hija estaba junto a Suga que se ofrecido a ayudarla, la joven pelirosa se encontraba en su habitación de hospital y como aun no venían por ella decidió salir de aquella habitación para visitar a Sakuma Rei que también se encontraba en el hospital, quería visitarlo para agradecerle todas las cosas que había hecho por ella y también quería saber si estaba bien

Llego a la puerta de la habitación para tocarla ligeramente

Adelante…-

Perdón por las molestias…- la pelirosa entro a la habitación- Sakuma-senpai como se encuentra?? –sonriendo suavemente-

Oya…pero si es mi querida niña Mayura Daidoji…como se encuentra mi pequeña??- dijo el pelinegro mientras dejaba su libro a un lado para prestarle atención a la joven-

Me encuentro muy bien gracias a ustedes y a los demás senpai…-observando que no tenía ninguna lesión visible- y como esta usted? –

Ya me sacaron el yeso de la pierna y me siento muy bien, pero me quede un par de dias en el hospital para pensar un poco las cosas…pero me iré muy pronto…-rio suavemente-

además este ambiente con las cortinas cerradas es mas relajante y oscuro para un vampiro anciano como yo…-

No entiendo muy bien lo que dices senpai pero si esta cómodo de esa manera entonces esta bien…-le dijo mas aliviada- Morisawa-senpai y Shinkai-senpai?

Ellos no salieron muy lastimados y a los dos dias se fueron del hospital pero te mandan muchos saludos

También me alegro que ellos estén bien…-suspiro aliviada-el dia de hoy dejare el hospital y me ire de vacaciones con mi mamá asi que quería pasar a despedirme de usted…-

Eres una niña muy buena querida Mayura…- se levantó y se acercó a ella para acariciarle suavemente los cabellos-por eso quiero que vayas a la sala de recreación de este piso para que puedas conocer a una persona especial….-

Una persona especial??- dijo la pelirosa algo intrigada-

La primera hime que se enfrentó con Kigai Yuuto…-

Eh??...- la pelirosa se quedó sorprendida,había oído que antes de ella una hime había perdido todo al enfrentarse a su exrebel pero que había desaparecido del mapa antes de que ella ingresara a la highschool de Hanasaki-Entonces la hime-senpai volvió a Hanasaki??-

Parece que ha vuelto a terminar con lo que empezó y sería bueno que te conociera para que puedas darle algo de alivio a su apesadumbrado corazón

Supongo que senpai debe de estar mal como lo estuve yo antes de esta última pelea…-

Ahora cómo te sientes??-

Me siento mejor…estar en el hospital casi a punto de morir me hizo pensar muchas cosas y esta vez pienso aprovechar de hacer todas las cosas que quiero hacer y pelear sin ningún arrepentimiento-

Puedo ver mucha decisión en tu mirada…y me alegra…bueno ahora anda a conocer a tu senpai…-

Esta bien…-muchas gracias por todo Sakuma-senpai lo vere en el regreso de clases…-se retiró de la habitación

Espero que mantengas esa misma mirada cuando descubras todo lo que concierne a tu familia…-alzo la mirada al techo- Tengo ganas enorme de ver a Ritsu…-

En la sala de recreación la pelirosa se acercó lentamente a ese lugar, mientras observaba a una joven peliazul con el cabello amarrado en una coleta, vestía un pantalón jean de color azul y un polo de color blanco, llevaba una katana que claro estaba cubierto dentro de su funda, la joven podía apreciar la solemnidad de aquella peliazul, la miró admirada

La joven peliazul noto la presencia de la pelirosa y volteo lentamente, la mirada de ambas jóvenes se cruzaron

Asi que tu eres Mayura Daidoji…la persona que se encargó de Yuuto por mi…-haciendo una solemne reverencia- gracias por haberlo hecho y perdona por dejarte a merced de esa persona tan detestable…mi nombre es Tsubasa Kazanari…si hubiese llegado antes no te hubiesen lastimado tanto…-apretando fuertemente las manos-

Tsubasa Kazanari…tu eres la Tsubasa-senpai de la que Leo me escribia con tanto cariño…-sonrio ampliamente- su querida doncella de su gran unit…-se acercó y le tomo de las manos- es un honor conocerte senpai!! –

Esto escuchaste lo que te dije no??- con una gota en la cabeza-

Lo hice pero ahora no quería hablar de Yuuto-san…los rebels y la pelea, hoy que salgo del hospital quiero dejar esos pensamientos de lado y quiero que senpai haga lo mismo…no quiero que también sufras por las cosas que me han sucedido a mi…después de todo yo fui la única que decidió pelear y aunque he pasado cosas malas, también me sucedieron cosas buenas y estos segura que senpai ha pasado por lo mismo, aunque es la primera vez que nos estamos viendo con solo mirarte y oir de ti por Leo sé que eres una persona muy buena y amable…asi que ya no me arrepiento de nada…-

Sakuma-senpai tenía razón…mi pequeña kohai es una niña dulce y valiente…- se acercó a ella y le acaricio suavemente los cabellos- ver que estas mejor me devuelve la tranquilidad y puedo irme a relajarme al menos en estas vacaciones de todas las preocupaciones…-

Eso…ahora es el momento para que Tsubasa-senpai se relaje, me dio gusto conocerte senpai supongo que habrá más tiempo para poder conversar como se debe y hasta salir a pasear juntas o vernos en la escuela…-

Tienes razón, ahora solamente nos estamos viendo para saludarnos y conocernos la una a la otra…ahora te dejare descansando y también espero poder llevar una amistad contigo…- le extendió su mano- cuando necesites ayuda puedes acudir a mi, no seré de mucha ayuda pero al menos puedo aconsejarte con algunas estrategias de peleas-

Deacuerdo Tsubasa-senpai le tomare la palabra- sonrió ampliamente- bueno me retiro porque mamá ya debe de estar en mi habitación y seguro debe de estar preocupada al no verme ahí- se retiró del lugar.

Es una buena persona…- dijo la peliazul- espero que no siga sufriendo…-suspiro pesadamente- bueno iré a recoger a Sakuma-senpai antes de prepararme para la salida a la playa por Maria-san…- saco su celular y observo mensajes- Eh??? tengo que seguir a Ara-nee y a Mika-kun???...por órdenes de Itsuki-san??? Ousama …sabe que nunca le puedo decir que no…bueno tendré que decirle a Sakuma-senpai que vendré después por él ahora debo de espiar a una pareja de enamorados…-

En la habitación de Mayura se encontraba Belldandy que terminaba de guardar todas las cosas de Mayura en una mochila, a su lado se encontraba Gaku que la estaba ayudando, el joven peligris de porte elegante y atractivo innato desde que conoció a la pelicastaña no dejaba de visitarla, era un amor a primera vista, por su parte Belldandy se sentía tranquila a su lado, pese a que era más joven que ella tenía la madurez que era raro conocer en un joven  de 25 años, quizás el destino le trajo a Gaku para sentirse protegida y segura ante la amenaza de Tsubaki

Belldandy-san ya tenemos todas las cosas de Mayura guardadas…Belldandy-san??-

Eh??...gracias por tu ayuda Gaku…-dijo sonriendo suavemente-

Te encuentras bien?? No quieres descansar??-

Estoy bien no te preocupes, solo estaba pensando en algunas cosas…- le dijo mientras le tomaba de las manos- gracias por conocerte…Gaku….-

Por qué esas palabras tan de repente??- dijo visiblemente apenado mirando a otro lado mientras lo ocultaba con su usual mirada seria-aunque seria al contrario, he tenido la suerte de conocerte a ti…-

Qué bonito ambiente…- dijo canturreando la pelirosa mientras regresaba a su habitación-Gaku-san puedes cortejarla cuando quieras no me opongo…-

Hija que cosas dices….- apenada la pelicastaña miro a otro lado-

Pero digo la verdad…-cruzándose de brazos- quiero verte feliz mamá…-

Yo también te quiero ver feliz…-

Gaku-san podría ser un buen padrastro…-rio suavemente-

Sería un padrastro muy estricto…-le dijo mirándole seriamente-

Entonces mejor no…-

Los tres empezaron a reir, luego salieron de la habitación y se subieron al auto de Gaku para poder finalmente volver a la casa Daidoji para que la joven pelirosa comenzara sus dias de vacaciones.

-------------------

matta ne!!

Mimi-chan


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #476: November 21, 2018, 11:55:46 AM »
Hola, vengo con un fic compartido con Mimi :3 Ella está en el color gris del foro y yo en morado. Gracias Mimi, fue muy divertido escribir juntas~




El coliseo principal de Hanasaki estaba repleto de espectadores de todas las facultades, quienes habían asistido emocionados a la presentación exclusiva de Ryuseitai para el cuerpo estudiantil de la universidad. Se sabía de la gran fama y popularidad de la unidad idol, y tal parecía que los administrativos habían organizado el evento para calmar un poco los ánimos luego de los trágicos sucesos ocurridos a mitad del ciclo. Lamentablemente, aún cuando había pasado un par de semanas de ello, muchos estudiantes seguían comentando al respecto, preocupados y curiosos por lo que había sucedido.

Pero Ryuseitai poseía una energía y entusiasmo capaz de despejar a los presentes de aquellos pensamientos. La música dinámica y el resplandor de Chiaki y sus compañeros de equipo, junto a la elaborada y majestuosa performance y las interacciones con el público, permitieron que los estudiantes disfrutaran de un momento emocionante, librándose de las preocupaciones y, también, de la amenaza inminente de los exámenes finales.

“Ah, ah~” una voz un tanto decepcionada se perdió entre el enérgico cántico del público a su alrededor, que aprovechaba el instrumental de la canción para nombrar a los idols y al grupo como una barra para ellos. “Y yo que quería verlos a todos juntos…” mencionó, un tanto apenado. Por inercia, se arregló las gafas oscuras y el gorro en su cabeza, sin despegar la vista del escenario.
“¡Te entiendo! Shinobu-kun está en Hong Kong, es una pena,” le comentó una estudiante a su lado. El joven sonrió, apenado.
“Sí, es una pena.” Y volvió a alzar la mirada para observarlos a lo lejos.


Gracias a todos por haber venido a este concierto especialmente para ustedes jovenes de ardientes corazones que seran mujeres y hombres de bien que pelearan contra la injusticia del mundo!!!- habló el Ryusei Red mientras hacia sus poses típicas de héroes de los sentai-

Puka~puka~...-Kanata se movia de un lado a otro de forma lenta como imitando a una medusa- Esperamos...que se...hayan...divertido mucho~-

Uhmm...gracias...-Midori ondeaba sin ganas sus manos- ya quiero bajar del escenario...ir a mi habitación y morir...-esto ultimo lo dijo en voz baja-

No digas eso Ryusei Green!! - hablo Tetora canturreando alegremente- tenemos que continuar cantando para todos los alumnos de Hanasaki!!!

Muy bien dicho Ryusei Black!!! - hablo Chiaki mientras se acercaba al centro del escenario mientras las luces se enfocaban a él- Quieren que sigamos cantando?!!!!

Si!!!!!- dijeron los jóvenes al unísono-

Mientras volvian a poner una melodía del grupo y los chicos volvieron a cantar

La canción de cierre capturaba la esencia del grupo, siendo ”The Unrivaled☆Meteorangers” una de las más representativas de Ryuseitai y también de las más populares. El público, emocionado, coreó la canción con muchas energías, siguiendo las indicaciones de Chiaki, quien jugó con los espectadores pidiéndoles que respondieran a sus llamados y cantaran las partes de Shinobu y determinados momentos del coro junto a ellos.

Cerca del final de la canción, Chiaki se distrajo por unos instantes, llamando la atención de sus amigos. Había jurado ver a alguien en el público… pero de un momento a otro, le había perdido el rastro. Tal vez había sido su imaginación: la poca iluminación de los espectadores, en contraste con las luces de colores del escenario, podrían haber sido culpables de aquel espejismo.

“¿Estás bien?” escuchó el susurro de Kanata, rodeado de los cánticos del público.
“Sí.” Chiaki asintió, con una sonrisa, y juntos volvieron a cantar.

La canción terminó con una explosión de pica pica que llovió sobre los miembros y sus elaboradas poses de sentai. El coliseo irrumpió en gritos, alzando enérgicamente sus glowsticks de los colores de sus miembros favoritos.

“¡Muchas gracias por venir!” Chiaki deslumbró a los presentes con aquella sonrisa entusiasta que lo caracterizaba. “¡Con nosotros será hasta la próxima!”
“¡Gracias~!“ canturreó Kanata.
“¡Graciaaas!” dijo Tetora, muy animado. A su lado, Midori suspiró.
“Gracias…”

Y así, el concierto llegó a su fin. El grupo se retiró entre gritos del público, ondeándole las manos a sus espectadores a manera de despedida.


Después del enérgico concierto todos cayeron rendidos, dando vueltas y vueltas por todo el camerino por ordenes de Chiaki Ya me puedo ir?-hablo Midori mientras suspiraba pesadamente- estoy cansado lleno de sudor y tengo sueño...-

Claro que no podemos irnos Midori-kun!!! Como todos los finales de conciertos tenemos que ir juntos a comer y celebrar por otra buena presentación!!-

No tengo tantas ganas de hacer algo Nagumo-kun.. - dijo con su sombra de pesimismo-

Jajajajajajajaj- Chiaki rio fuertemente para que las miradas se dirijan a él-Tal como dice Nagumo...tenemos que celebrar y conversar acerca de nuestra siguiente presentación!!! Nuestra sentai unit tiene que mandar energías positivas a todos nuestros fans!! -

Puka~....-Kanata se movia como pez fuera del agua- Chiaki luce muy animado el dia de hoy~...-

Claro después de que salimos del hospital estoy con fuerzas para hacer todo lo que quiera- empezo a reir fuertemente-

A veces Taichou da miedo...-suspiro pesadamente el Ryusei Green- quiero morir....-

“¡No hay tiempo para eso!” anunció Chiaki, enérgico como siempre.

Midori suspiró: a veces tenía la esperanza de que, eventualmente, llegaría a contar con un poco de calma y tranquilidad en su vida. Luego, recordaba que Chiaki era su líder y que su hermano mayor no lo dejaría en paz nunca, y se le pasaban las ansias de cambiar su ritmo de vida. Con ese par, era imposible.

“Al menos celebremos el éxito de hoy, Midori,” sugirió Kanata. “Creo que lo merecemos.”
“¡Sí! ¡En nombre de Shinobu-kun!” mencionó Nagumo. “¡Deberíamos hacer Facetime con él para contarle cómo nos fue!”
“¡Buena idea. Nagumo!” Chiaki se veía muy emocionado con la posibilidad de conversar con Shinobu y contarle acerca del concierto. “¡Eso le encantará a Sengoku!”

Afuera del camerino se empezaron a escuchar varias voces preocupadas. Chiaki agudizó el oído, curioso, hasta que escuchó un nombre que lo dejó un tanto descolocado. Volteó hacia Kanata, con la intención de contarle acerca de esto, pero las voces se hicieron más claras conforme se acercaban a la puerta, y finalmente, esta se abrió.

“¡Mikejima-san! Es un honor tenerlo aquí, pero usted no puede ingresar—”
“Hahaha~! ¡Muy tarde!” Rio enérgicamente un muchacho de gorra y gafas oscuras. Al ingresar, los miembros de Ryuseitai guardaron silencio, observándolo con curiosidad.



Sin embargo, Kanata y Chiaki no necesitaron más que unos cuantos segundos para reconocerlo.

El recién llegado se removió las gafas y el gorro, arreglando la trenza en su cabello para verse un poco más presentable. Con una sonrisa muy grande y un símbolo de paz en la mano, el joven se dirigió hacia todos.

“¡Hola~! ¡Ha pasado un buen tiempo!” dijo, saludando a Chiaki y a Kanata.
“¿Quién es él?” preguntó Nagumo, curioso. A su lado, Midori andaba igual de perdidol.

A los dos menores les sorprendió ver la expresión que Kanata tenía en el rostro. Se veía muy enojado, a diferencia de su actitud tranquila de siempre.

“¿Qué haces aquí?” preguntó Kanata.


Nee Midori...no crees que Shinkai-san esta de mal humor? Es algo inusual en el...será una persona enemiga??

En realidad no me importa mucho porque será una molestia tener que quedarnos un rato mas por eso...- suspirando pesadamente- me quiero ir a casa...-

Mikejima-san...no pensé que volveriamos a verlo...-dijo Chiaki conservando algo de su sonrisa ya que no queria preocupar a sus kohai-

Ha pasado mucho tiempo que no nos vemos y me saludan de esa manera?? A un ex Ryuseitai???-

Eh???- dijeron los menores al mismo tiempo

Nagumo...Takamine...les presento al Ryusei purple Madara Mikejima-san...-

Mucho gusto queridos kohai~...aunque me hubiese gustado ver a mis 3 pequeños juntos~...-

Kanata se puso delante de los menores.

“Ah, ah~ Yo juraba que tendría una bienvenida más cálida,” comentó Madara, un tanto apenado. “Tranquilo, Kanata. Mama no tiene malas intenciones.”

Kanata lo observó con recelo, preocupado aún a pesar de sus palabras. Madara era de las personas más impredecibles que conocía, característica suya que se le hacía increíblemente frustrante.

“Repito. ¿Qué haces aquí?” dijo Kanata, con el ceño fruncido.

Por algún motivo, la presencia de Madara de nuevo en sus vidas le daba mala espina.

Kanata lo recordaba desde que tenía uso de razón, puesto que el papá de Madara usualmente lo llevaba consigo a la hora de coordinar asuntos con el jefe de la familia Shinkai. Para muchos, podrían considerarse como amigos de la infancia, pero Kanata nunca había sentido algún tipo de cercanía hacia él. Al contrario, sentía que algo en Madara no le cuadraba del todo. Su actitud sumamente teatral y sus ganas de ayudar a la gente le daban curiosidad y, a la vez, un poco de sospecha. A diferencia de Chiaki, había algo en Madara que se sentía más forzado, menos genuino.

En esos instantes, le molestaba no saber cuáles eran sus intenciones. Madara era capaz de miles de cosas, y aunque sabía que nunca sería capaz de hacerles daño, Kanata estaba seguro de que guardaba resentimientos con ellos por el pasado… al igual que Chiaki y él.


FLASHBACK


La idea de Chiaki no sonaba para nada mal. No era que precisamente mataba por formar parte de un grupo de idols, pero con Chiaki como líder, sabía que sería entretenido y un interesante cambio de rutina. Confiaba en él, en su criterio y su entusiasmo.

Lo que no esperó fue que Madara también formara parte del grupo.

“¡Kanata!” Madara sonrió, emocionado. “¿Tú también formarás parte de Ryuseitai?”
“…” Kanata asintió.
“¡Kanata será Ryusei Blue!” exclamó Chiaki, muy emocionado. “Contigo, ya somos red, blue y purple. Si conseguimos más miembros, sería genial, pero no me molestaría quedarme con sólo ustedes dos.”
“Haha~” Madara rio. “Opino lo mismo. Creo que por mientras, con nosotros tres es suficiente.”
“¡Mm, mm!“ Chiaki asintió. “Tengo listo el menú de entrenamiento de hoy. ¡Así que mientras más rápido empezamos, mejor!”

Kanata asintió, y se sumó a los dos, iniciando el entrenamiento.




No sorprendió que Ryuseitai fuera popular dentro de la academia. Chiaki deslumbraba con su actitud enérgica y su entusiasmo, y Madara congeniaba muy bien con él, por sus intereses similares y sus personalidades brillantes. Juntos diseñaron menús de entrenamiento especializados para mejorar el baile, canto y la performance de los tres. Poco a poco, sus presentaciones mejoraron enormemente en nivel, y su público creció con facilidad.

Sin embargo, la llegada de una persona a sus vidas comenzó a cambiar la dinámica del grupo.



En medio de uno de sus entrenamientos, una joven pelirosa hizo su aparición, llevaba el mismo uniforme de los otros 3 jovenes.

Por fin te encuentro Chiaki Morisawa-kun...- se cruzo de brazos-y espero que recuerdes quien soy yo...-

El joven mencionado giro a mirar a la persona que habia mencionado su nombre y sonrio ampliamente- pero si eres Maria-chan!! ha pasado mucho tiempo...no me digas que te vas a unir a Ryuseitai? quieres ser el pink??...-

Eh?? no me malinterpretes...-miro a otro lado avergonzada- solo queria verte y saber si estabas bien despues de aquella vez...-

Uhmm pero hace fue hace tiempo y me encuentro perfectamente...-

Puka~puka~...ella es la niña de la que me comentaste Chiaki?? -

Tu debes de ser el amigo extraño de Morisawa-kun...- se acerco a inspeccionarlo de pies a cabeza- no se tengo ciertas dudas...-

No seas descortes con Kanata...Maria-chan...-

No me digas chan!!...- dijo con el ceño fruncido para ver al otro joven- y tu debes de ser Madara Mikejima-san...-

A mi no me comentaron de ti pero parece que sabes de mi ~...-

Claro que debo de saberlo si tengo que investigar acerca de las personas cercanas de las personas que conozco...- mirandole con cierta desconfianza- parece que vine en buen momento...-sonrio ampliamente- como tu me salvaste aquella vez ahora yo estare aqui para ayudarte.


“¡Gracias, Maria-chan!” Chiaki le sonrió. “Kanata, Mikejima y yo apreciaremos mucho tu ayuda. Nos ha ido genial por nuestra cuenta, pero siempre será bienvenido el apoyo de nuestros amigos~”
“…” Madara asintió, un tanto intimidado por la actitud entrometida de la jovencita.
“Sí, Chiaki tiene razón,” dijo Kanata. Sin embargo, él se encontraba en una situación parecida a la de Madara. No le había agradado el trato de Maria, pero tampoco sentía que podía quejarse de aquello frente a Chiaki, considerando lo importante que era la joven a ojos de su amigo. 

La progresiva intervención de Maria en el grupo consiguió distanciarlos entre ellos: Maria, por su propia cuenta, se autoproclamó como la encargada de los entrenamientos y de todos las actividades que antes Madara organizaba. Hubo un par de veces en que Madara pudo notar que Chiaki no se sentía del todo cómodo con las decisiones de la chica, pero el líder de los Ryuseitai se guardaba sus comentarios y, al contrario, disponía de toda sus energías para hacerle caso e invitaba a Kanata y a Madara a hacer lo mismo, con la ciega seguridad y confianza de que Maria estaba haciendo lo mejor por y para ellos.

Pero a diferencia de Kanata o de Chiaki, Madara alcanzó su límite muy pronto. Decidido a conversar las cosas, primero optó por acercarse a Kanata a discutir acerca del tema. Se alegró al encontrarlo solo en la playa, el lugar favorito de su compañero.

“¿…Pasó algo?” preguntó Kanata, mientras se giraba hacia él. Madara se sorprendió, puesto que había intentado ser sigiloso a la hora de llegar al lugar donde se encontraba Kanata.
“Ah, no, nada~” Madara intentó sonar despreocupado. Kanata rodó los ojos.
“No intentes engañarme, es por gusto. Sé que no te gusta pedir ayuda, pero tal parece que la necesitas ahora.”
“Ha ha~ Me conmueves, Kanata.”
“No te sientas especial. Es sólo porque te conozco desde que somos niños.”
“Sí, es cierto.” Madara sonrió. “Bueno… Es… sobre Maria-san.”
“Mm.”
“¿No crees… que está monopolizando a Chiaki?”
“…” Kanata desvió la mirada, con una expresión sumamente extraña en el rostro. “No voy a mentir y decir que estoy de acuerdo con su rol. Pero si Chiaki no le ve problema, yo tampoco.”
“Siento que desde que llegó, hemos avanzado menos. No… quiero decir que su ayuda ha sido contraproducente, pero me parece que por nuestra cuenta, nos iba mejor.”
“No… no lo sé.” Kanata suspiró. “No quiero darle la contra a ella. Es una persona muy impredecible, y contigo ya tengo suficiente.”
“¡Qué cruel!”
“Mama,” la expresión seria de Kanata lo obligó a prestarle atención. “No le causes problemas a Chiaki. Es lo único que te pido.”
“…” Madara asintió, aunque su mirada apenada decía otra cosa.




Maria les había conseguido una oportunidad única: la participación en un evento exclusivo de school idols, donde varios colegios competirían con sus unidades más famosas y buscarían el reconocimiento de productoras importantes que asistirían para observar las presentaciones. Naturalmente, Chiaki estaba muy emocionado por el prospecto de participar en aquel evento, y junto a Maria, habían diseñado un menú de entrenamiento mucho más intenso, para que Ryuseitai pueda lucirse y capturar la atención del público y el jurado.

El día esperado llegó, y Kanata, Chiaki y Maria se encontraron en la puerta de ingreso del coliseo a la hora pactada. Ingresaron juntos, y los dos miembros de Ryuseitai no pudieron evitar sentirse un tanto intimidados por la cantidad de participantes y la diversidad de idols a su alrededor. Habían unidades muy populares y brillantes, cada una con un estilo y una estética particular que las hacía resaltar frente a otras.

“…” Kanata suspiró pesadamente.
“¿Nervioso?” preguntó Chiaki.
“Un poco, no puedo negarlo.”
“¿Dónde está Madara-san?” preguntó Maria, un tanto irritada. “¡Ya ha pasado media hora!”
“Tranquila, Maria-chan. Lo más probable es que haya tenido un percance y por eso anda demorándose un poco. ¡Igual, voy a mandarle un mensaje!”
“Sí, mejor,” le dijo Kanata.

Chiaki se apresuró en lograr su cometido, haciendo a un lado el mal presentimiento que tenía.

Uno a uno, los grupos de idols empezaron a presentarse. A Ryuseitai le tocaba unos turnos después, y Kanata y Chiaki empezaron a sentirse un tanto ansiosos por la ausencia de Madara. Sin embargo, Chiaki intentó que no le afectara, consolándose a sí mismo y a Kanata con la seguridad de que Madara llegaría a tiempo y no los defraudaría.

Pero nunca se apareció.

Preocupados y abrumados por su ausencia, salieron al escenario con pocas energías. Por más de que sus voces sonaron bien y sus pasos de baile fueron los mejores, su estado emocional se coló en su dinamismo y energía, sintiéndose afectados por lo de Madara. El jurado les dio puntos por su técnica vocal y su baile, pero comentó que el concepto detrás de su unidad no podía lucirse con tan pocos miembros y la inexistente presencia que tenían en el escenario.

La derrota les afectó aún más cuando, al lunes siguiente, llegaron a clases y se toparon con la noticia de que Madara se había retirado del colegio: al parecer, se había ido a estudiar al extranjero de un momento a otro.

Y Chiaki no pudo evitar sentirse culpable por ello, atribuyendo la ausencia de su compañero y amigo a sus propias acciones. De seguro había sido por sí mismo, por algo que había hecho.

Kanata, en esos momentos, se juró que nunca lo perdonaría.


Perdoname Morisawa-kun, Shinkai-san....- dijo la pelirosa apenada por el momento que ahora estaban pasando-creo que con mi afan de apresurar las cosas para que no les suceda lo mismo que al grupo de Leo provoque que sucediera esto- bajando la mirada- Aunque me hubiese gustado que si había alguna inconformidad hacia mi persona me le hubiesen dicho ni que fuera una chica intransigente-se cruzo de brazos-

Maria-chan....-dijo el pelicastaño- la culpa es de todos...asi que no te pongas triste de acuerdo??? Sonrie...-

La pelirosa se sonrojo y miró a otro lado-

Puka~ puka~ ...-volviendo a su estado natural de siempre- Chiaki...Maria...-vamos a comer algo?? Tengo hambre no quiero seguir pensando en cosas que no valen la pena-les tomo del brazo- y luego podemos volver a buscar nuevos miembros no les parece??

Creo que hasta aqui quedo como manager...pero al menos vendré a apoyarlos antes de mi viaje a Europa...-

Te vas de viaje?? Y no nos lo ibas a decir?? entonces vamos a planificar la futura fiesta de despedida de Maria-chan!!!-

Los tres se fueron a comprar animadamente.


/FLASHBACK


Chiaki y Kanata observaron a Madara, cuya expresión no les permitía descifrar lo que buscaba con aquel encuentro. Para Kanata, lo mejor habría sido que nunca se apareciera frente a ellos de nuevo, pero ahí estaba, aún a pesar de los resentimientos y los años que habían pasado.

Madara, sin embargo, se veía un tanto apenado, y ese detalle no pasaba desapercibido a los ojos de Chiaki, quien contemplaba la posibilidad de que tal vez Madara quisiera pedirles disculpas y esclarecer el malentendido de unos años atrás. Sin embargo, dudaba que fuese el momento indicado para aquella conversación, sobretodo porque Kanata parecía muy afectado… al igual que sucedía con él. Esa herida, aunque había cicatrizado con el tiempo, aún no estaba lista para cerrar por completo.

Chiaki sabía que Madara también había alcanzado a ser exitoso por su cuenta: MaM era una unidad muy popular y le iba muy bien con su carrera como solista. Pero tener que cruzárselo luego de tanto tiempo era distinto. Los recuerdos de aquel concierto sin él aún estaban un tanto frescos. Y, más que eso, les había dolido que desapareciera sin ninguna explicación.

“No tengo idea de lo que están pensando sobre mí, pero vine en son de paz,” comentó Madara.
“No tienes por qué explicarte,” le dijo Kanata. “No queremos oír lo que—”
“Espera, Kanata,” lo interrumpió Chiaki. “Déjalo hablar.”
“…” Midori y Nagumo intercambiaron miradas, sumamente perdidos.
“Quería avisarles que… bueno, que estoy organizando un festival benéfico. He reclutado a varios artistas, y creo que sería bonito verlos participar. No es obligatorio que asistan, sólo quería ofrecerles la oportunidad. Ustedes deciden, al fin y al cabo,” contó Madara.
“¿Qué te hace pensar que accederemos?” preguntó Kanata.
“Asistirán varias productoras y compañías extranjeras, que invité con anticipación para que observen a los nuevos talentos. Después de todo, el centro de atención del evento serán las unidades más novatas. Peeero, como ya dije, invité a otros grupos veteranos. Así que todos tienen la misma oportunidad.”
“…” Kanata lo observó, con el mismo recelo de siempre. “No… No lo sé.”
“Mikejima, gracias por la oferta,” comentó Chiaki, muy solemne. “Pero Ryuseitai somos todos, y no podemos decidir sin que Sengoku esté presente, aquí con nosotros. Lo… tomaremos en cuenta, pero te daremos una respuesta más adelante.”
“Mm, mm~” Madara asintió, sonriendo. “No hay apuro. El concierto será en un par de meses, así que tienen tiempo para pensarlo. No… hay ninguna trampa. No estoy engañándolos ni nada, por cierto,” y desvió la mirada, un tanto apenado. “Lo último que quiero es que piensen que esto es un truco o algo.”
“Descuida, no pensamos así.” Chiaki le sonrió.
“Aquí tienen mi tarjeta,” dijo Madara, y sacó de su bolsillo una pequeña tarjeta de presentación. “Me llaman a ese número, cualquier cosa. Disculpen la molestia, hasta luego~”

Y así como llegó, Madara se retiró del camerino, dejando un silencio incómodo entre los miembros de Ryuseitai.


Vieron como Madara se retiraba del camerino

Bueno tenemos una oferta de trabajo...-dijo Chiaki mientras trataba de recuperar los animos de siempre- ahora tenemos que decidir si participaremos o no...cuando tengamos nuestras ideas claras y elijamos lo que nos conviene podemos decirle a Sengoku -

Yo lo que quiero es irme a casa a descansar...-suspiro pesadamente Midori con mas desgano- No me gusta estar en un lugar despues de que las cosas se pusieron tensas-

Midori-kun no seas asi!! tienes que opinar tambien acerca si participaremos o no en el evento...-

Por mi no quisiera participar ni nada...solo quiero morir...-

Si no aportas con tu opinion le dire a Junta-san y ya sabes como actua para conseguir lo que quiere...-dijo el pelinegro sonriendo ampliamente-

No lo hagas por favor...seria mas problematico...-suspiro pesadamente- dejenme respirar al menos un rato...- mirando a otro lado- por mi no quiero participar pero seguro que la mayoria dira que si y no puedo hacer nada mas que obedecerlos...-

Muy bien dicho Takamine...jajajaja - rio mas animado Chiaki- sera una gran oportunidad para demostrarle a todos que somos una unit que es la mejor de todas-

Chiaki~...-Hablo ya mas calmado Kanata- si tu lo deseas todos participaremos juntos ~-

No se diga mas entonces la mayoria manda y vamos a participar no es cierto lider??- hablo muy emocionado Tetora

Claro que lo haremos!! como una sentai unit debemos a vencer a todas las unit y seremos la mejor de todas - rio ampliamente-

Ahora le mandara un whatsap a Sengoku-kun para que sepa de esto y regrese pronto a Japón ....-canturreo alegremente el pelinegro- Sabia que al final todos iban a aceptar y otra vez tendre que hacer esas vergonzosas coreografias...- dijo Midori en un rincon mientras se formaba una sombra de pesadumbre


Afuera del coliseo, Madara había vuelto a portar su gorra y sus gafas, intentando esconderse de los paparazzi y los medios a toda costa. Sin embargo, su presencia no pasó desapercibida a ojos de una persona, quien lo esperaba cruzado de brazos al lado de la salida lateral del concierto. Para ese entonces, la mayoría de estudiantes habían regresado a sus facultades, y poca gente se encontraba en los alrededores.

“Mikejima-dono,” lo llamó una voz muy característica. Madara se detuvo en seco para girarse y sonreírle al dueño de aquella voz: Souma Kanzaki, miembro de Akatsuki y compañero suyo de carrera. “No pensé encontrarlo aquí, si le soy sincero.”
“Ah, Souma-san~” Madara sonrió. “Ya te dije mil veces que Mama está bien.”
“…” Souma suspiró. Su silencio fue suficiente para indicarle que le costaría eternamente recurrir a aquel tipo de apodo. “¿Invitó a Ryuseitai al festival?”
“Sí, les extendí mi invitación. Espero de todo corazón que asistan. No sé… no sé bien cómo disculparme con ellos por lo del pasado, pero tal vez con el festival puedo comenzar a reivindicarme,” comentó.
“Yo también espero que asistan. El festival será más entretenido si tenemos diversidad de unidades.”
“Mm, mm~” Madara sonrió. “¿Keito llegará a tiempo?”
“Sí, en unas semanas estará aquí, así que nos dará tiempo para retomar Akatsuki y prepararnos.”
“La mejor de las suertes, Souma-san.”
“Gracias por la oportunidad, Mikejima-dono.”
“No hay de qué~”

Madara se despidió de él ondeando la mano.

Sin duda, el festival iba a ser un éxito. Sólo faltaba la confirmación de 2wink y de Ryuseitai para que finalmente todo estuviera listo.



Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #477: November 21, 2018, 08:30:29 PM »
El fic más mediocre de una prueba HiME pero en fin. Lo dejo porque quizá no pueda escribir en lo que queda del mes.


#48


“Tenemos para el siguiente bloque como programación extraordinaria dos pruebas asignadas para postulantes a HiME” La peliblanca revisó en su tablet.
“Me alegra que dos jóvenes estén entusiasmadas con rendir la prueba HiME incluso en vacaciones.”
“Por ese motivo se tuvo que gesticular una fecha extraordinaria para la rendición de su prueba.” ella tecleó algunos datos para confirmar la disponibilidad del módulo de prueba. Mientras hacía ello, informó a la directora respecto a las postulantes. Le enseñó la pantalla “Historia Reiss, estudiante de intercambio. Según indica aquí, de nacionalidad inglesa, aunque sus últimos años estuvo en una Academia de internado de chicas en Bulgaria. Excelente rendimiento académico, en sus registros indica residencia con Charlotte Otus, estudiante de Hanasaki U. Aunque no se especifica qué tipo de vínculo familiar tendrían.”
“Otus… Otus…” A Miranda Lot se le hacía familiar el apellido de esa estudiante más allá de ser una integrante del cuerpo estudiantil de la universidad.
“La otra postulante se llama Zero Two, sin… registro de apellido.” Fran siguió indiferente pero ese dato se le hacía demasiado sospechoso “Sin número de registro nacional. Sólo un pasaporte que indica procedencia de Liechtenstein… Hace poco inscrita en Hanasaki U, anteriormente alumna de Rizembool U.” Ella miró a Miranda.
“Lo sé, lo sé. Tal como suena se ve demasiado sospechosa. Pero tuve una entrevista con ella hace unos días y nada indica que sea una espía de Rizembool.”
“Entiendo…” Fran analizó los datos unos segundos más y luego procedió “Las dos tomarán las pruebas en plazas distintas, pero simultáneamente. Podremos ver su desenlace a través de los monitores en la sala visual de alta tecnología renovada de Hanasaki.”
“Perfecto. Vamos a informarles que pueden comenzar.”
“Sí”

En las cámaras subterráneas de Hanasaki, en la sala de espera, dos chicas aguardaban por iniciar su prueba mientras permanecían sentadas en unas butacas dispuestas para descanso. Entre ellas, eran muy distintas físicamente y, por lo visto, también en características psicológicas. Una de ella era alta, de cabello rosado y ojos verdes. Parecía del tipo de persona atlética. Ella permanecía de brazos cruzados, inquieta por tener que esperar. La otra muchacha era notoriamente de porte más pequeño, parecía incluso de 1,40 de estatura, delgada, de grandes ojos azules y cabello rubio. Ella parecía retraída en sus propios pensamientos.
Zero Two observó a Historia.
“¿También vienes por la prueba HiME?”
“Sí...” Historia asintió suavemente. Pensaba que Zero Two, viéndola del tipo de persona idónea para el cargo HiME, le haría un comentario como que pensara una segunda vez si quería ser HiME dada las características físicas de la rubia, pero para su sorpresa había juzgado mal a la pelirosa.
“Yo también vengo a rendir la prueba. Te deseo mucha suerte… ¿Cuál es tu nombre?”
“Gracias, espero que tú también tengas éxito. Mi nombre es Historia Reiss, mucho gusto.”
“Yo me llamo Zero Two.” Ella alzó la mirada hacia el concreto del techo, quedándose pensativa unos segundos.
“¿Pasa algo?”
“Mh, tengo el presentimiento de que ambas lograremos ser HiME. Historia Reiss.”
“Oh, espero que tengas razón en eso.” le sonrió finamente. Zero Two parecía ser una buena persona y aunque no la conocía de nada se le hizo grato el espacio con ella.
En ese momento, vieron que la directora Miranda Lot y su asistenta Fran Viera aparecían en el lugar, ambas mujeres se aproximaron a las candidatas.
“Buenos días, estimadas.”
“Buenos días, señora directora.”
“Buenos días…” Historia se quedó un poco confundida por el saludo de Zero Two hacia Miranda. Quizá aún no manejaba bien el idioma.
“Las plazas para que inicien sus pruebas ya se encuentran disponibles. ¿Ustedes están listas o necesitan unos minutos más para prepararse?”
“Yo estoy lista.” Zero Two se levantó inmediatamente. “Y quiero empezar ahora mismo. Estoy un poco cansada de esperar.”
“Me alegra que se sienta tan motivada, señorita Zero Two.” Dijo con sinceridad la directora. Luego miró a la segunda chica.
“Yo… Preferiría esperar unos momentos más”
“Historia Reiss” la pelirosa se giró hacia ella, mirándola fijamente a los ojos. “Deberíamos tomar la prueba juntas y así salir ambas invictas. Las dos seriamos HiMEs al mismo tiempo”
“Pero…” La rubia bajo cortamente la mirada. Reflexionó sobre lo que le decía Zero Two y aunque era lógico que la pelirosa culminaría su prueba primero, ella sintió que sus palabras la motivaban a ser más valiente. “Está bien. De acuerdo.” miró a las mayores. “Yo también entraré”
“Perfecto.” Miranda sonrió. “La señorita Fran Viera las guiará, por favor síganla.”
“Por aquí por favor.” Las guío y ellas le siguieron. “La señorita Reiss tomará su prueba en la manzana A” le señaló “y la señorita Zero Two la realizará en la manzana B. Por favor, ingresen.”

Las dos jóvenes hicieron ingreso a los lugares señalados. Cuando ya las dos estuvieron adentro, Fran se fue a donde se encontraba Miranda quien ya estaba situada en el sector de la sala visual observando los monitores.
En las pantallas se veía a cada una de las candidatas en sus distintas manzanas esperando a que la prueba comenzara. En poco tiempo se vio que a Zero Two la envolvió la neblina, mientras que Historia permanecía de pie viéndose desorientada a cada momento que pasaban los minutos y nada sucedía.

“¿Crees que ambas logren superar sus pruebas?” Preguntó con curiosidad Miranda a la peliblanca.
“Mh…” Ella permaneció sin expresión, permitiéndose unos minutos para analizar y reflexionar. “Curiosamente, percibo un gran potencial en ambas… Aunque siento una gran desorganización interna especialmente en una de ellas…”
“¿Te refieres a Zero Two?”
“Exacto”
“¿Qué puedes decir de la señorita Reiss?”
“No siento que tenga una desorganización interna a nivel de no poder controlarse… Pero sí canalizo que no tiene confianza en sí misma y ese será su gran obstáculo”
“Entonces esto será en todo momento una instancia de incertidumbre respecto a sus resultados”
“Así es.”

Una hora y algo más pasó hasta que ambas candidatas salieron de sus manzanas de batalla casi al mismo tiempo. Historia tuvo un poco más de dificultad al salir y cuando por fin lo logró se encontró a Zero Two unos pasos más allá. Por lo visto había salido un poco antes que ella.

“Zero Two…” Ella la llamó. Sin embargo, la pelirosa no respondió al primer llamado. Tampoco al segundo ni al tercero “…” la rubia se acercó a ella con precaución, rodeándola por un costado. La otra muchacha era más alta, estaba estática y con la mirada clavada en el techo susurrando algo que Historia no podía comprender. Estaba pálida e ida, parecía una estatua distante. “…” ella pensó dos veces antes de hacerlo, pero finalmente se arriesgó, le tomó del brazo. “¿Z-Zero Two?”
“…” La mencionada se quedó en silencio y sin inmutarse unos segundos como si acabara de darse cuenta de que había sido sorprendida. Ella observó a la pequeña, al salir de su trance. “Historia Reiss…”
“¿Estás… bien?”
“Sí. ¿Y tú?” al verla, notó que tenía unas cuantas heridas.
“Sí. Estoy bien, gracias por preocuparte.” le sonrió. Sólo en ese momento, apartó su agarre de Zero Two. “Veo que pasaste la prueba.”
“Ahá. Tú también.”
“Sí. Pensé que no lo lograría, sinceramente.”
“¿Te tocó enfrentarte a ti misma también?”
“¿Eh? Yo… No.” negó. “¿Te tocó luchar contra ti misma? Zero Two, eso debió ser bastante difícil.”
“Sí…” bajó la mirada, distraída. En algún momento. Pensó conversar lo que reprimía con la rubia, pero sintió que tal vez ella no quería involucrarse con la pelirosa. ¿A quién le importarían sus dramas? “¿Con quien tuviste que luchar tú, entonces?”
“Con la imagen de… mi padre.”
“¿Fue difícil? ¿Puedes contarme?”
“S-sí.” Zero Two era un poco invasiva, tal vez. “Bueno, con padre no tenía la mejor relación, pero de todos modos es difícil tener que hacerle daño a la imagen de un familiar. Aun así, siento que tu prueba debió de ser doblemente complicada porque si la marioneta tenía tus cualidades físicas seguramente fue una contrincante de temer.”
“Algo así. En realidad, en algún momento me confundí si era una marioneta o yo misma. Fue raro.”
“Comprendo”
“Felicidades a ambas. Han logrado superar sus pruebas. Me enorgullece anunciar que ambas son HiME” Miranda apareció en la sala, acompañada con Fran.
“Gracias, señora directora” dijo Zero Two. “Ahora, ¿cuándo podremos usar nuestros poderes y matar a nuestro enemigo?”
“…” las tres se quedaron mirando sin saber que decir ante el comentario de Zero Two.
“Esperemos que nunca debas usar tus poderes para asesinas a menos que sea extremamente necesario.” Dijo Fran.
“Okay… ¿Pero cuando aparecen?”
“…”
“Tendrás que tener un entrenamiento adecuado y eventualmente aparecerán tus características como HiME” le informó la peliblanca. Zero Two no lució muy conforme.
“Fran Viera conversará con usted respecto a unas observaciones que notamos en su prueba, señorita Reiss, como también le entregará una educación respecto a todo lo relacionado a las HiMEs. En tanto, usted y yo deberemos conversar sobre unas observaciones que notamos en sus pruebas, señorita Zero Two.”
“…”

Las dos chicas siguieron a cada una de las encargadas HiMEs. Después de tener sus respectivas charlas salieron de las oficinas y se encontraron casualmente en la salida de Hanasaki.

“¿Qué conversó contigo la mujer anciana, Historia Reiss?”
“Eh, ¿anciana?” parpadeó “Bueno, conversó conmigo respecto a que debo fortalecer más mi condición física y tener más confianza en mí. También me comentó sobre mi Key, porque tengo demasiada duda de que yo tenga uno, pero dijo que a veces no es estrictamente necesario los primeros meses o incluso para desarrollar al menos el poder y otras cosas de las HiMEs. Lo que sí, estaría en problemas en cuanto al CHILD si no tengo Key.”
“Los Key son accesorios no más, Historia Reiss, no te angusties.” meneó la mano.
“Eso espero… ¿Qué habló la directora contigo?”
“Eh…” pareció dudosa de hablar respecto a que Miranda le había acotado sobre una posible tendencia a perder el control y acarrear peligro para sí misma. “Me dijo que necesito supervisión para mejorar el control de mi fuerza, por así decirlo.”
“Creo que podrás lograrlo sin problema.” Mientras conversaba con Zero Two, se percató de que Eren Jaeger estaba en Hanasaki y eso la consternó un poco. No sabía que podía estar haciendo allí. Si estaba por ella, o porque vendría a dar una ilustre muestra de su posición de Rebel o… ¿Y si ella misma era su nueva HiME? sería demasiado irónico y molesto. Por suerte, las cosas resultaron ir en otro sentido.
“Reiss…te vengo a buscar. Vamos ya.” Le indicó el pelicastaño a una distancia de uno metro.
“Zero Two, me tengo que ir. Me alegra haberte conocido y espero que podamos coincidir en otro momento. Adiós.” dijo deprisa, alejándose y llevándose a Eren antes de que alguien lo viera con ella en Hanasaki.
“Adiós, Historia Reiss.” la pelirosa quedó un poco confundida por esa alocada despedida de la tranquila rubia. De todos modos, esperaba volver a verla también. Alzó los hombros y se retiró de Hanasaki.

Ya lejos del campus, Historia y Eren pudieron intercambiar palabras con más tranquilidad.
“Espera… tengo que recuperar el aire.”
“…” Historia lo miró, también cansada. Lo había obligado a una loca carrera para alejarse de Hanasaki. “¿Qué hacías en Hanasaki?”
“Tenía que ir por ti. Jean Otus me dijo que hoy rendías tu prueba HiME.” Eren la observó, ya recuperado. “¿Estás bien? Me refiero a la prueba HiME. ¿Todo salió bien?”
“Sí” asintió “Fue difícil, pero logré convertirme en HiME.”
“Vaya…” alzó una ceja, en desacuerdo.
“Eh, lógicamente no tendría una felicitación de tu parte.” bromeó un poco, aunque de todos modos le molestaba la actitud de Eren.
“Lo siento, Reiss… Pienso que la orden que te dio Otus es por lo demás demasiado arriesgada.”
“Tú eres Rebel, Jaeger. ¿Tú si puedes lidiar con ello y yo no?”
“Es distinto… A los Rebel no los atacan unas esquizofrénicas sedientas de sangre y muerte… Las HiMEs por otra parte, sí.”
“Igual no deberías oponerte.”
“Me… preocupa un poco.” murmuró.
“¿Qué dijiste?” Historia no pudo escucharlo.
“Nada.” disimuló “Creo que debemos volver con Otus.”
“Sí.”
“Por cierto, ¿Quién era esa chica que conversaba contigo?”
“Es una chica que conocí en Hanasaki y fue amable conmigo… ¿Por qué?”
“No. Nada. Me llamó la atención que tuvieras una nueva amistad además de la hermana de Otus.”

Los dos siguieron caminando en dirección a la próxima estación de metro para ir hasta la oficina de Jean Otus. Eren le había mentido a Historia respecto a que le daba curiosidad que tuviera otra amistad además de la rubia hermana de su superior, pero no se sentía culpable porque presentía que Historia también le había mentido a él respecto a la verdad sobre esa chica.

Eren sabía que se había convertido hace poco en HiME. Era su HiME.
Así lo había indicado el mensaje que le llegó a su celular junto con el nombre y la fotografía de la imagen de su nueva HiME asignada por Rizembool. Ese detalle había sido auspiciado por Aru Akise quien era bastante rápido en ese tipo de cosas y tenía la autorización de Rizembool pues le habían asignado esa tarea con varios Rebels.
« Last Edit: January 05, 2019, 12:15:36 PM by Kana »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #478: November 25, 2018, 10:51:26 PM »
Hoi hoi minna vengo con otro ficku <3

Yamanbagiri Kunihiro se encontraba en un bar, estaba visiblemente avergonzado porque todo el mundo lo miraba debido a que tenia su capa blanca que le cubria todo el cuerpo, no era de las personas que salía a hacer vida social, ademas tampoco iba a ir a entrenar a Tsubasa porque salieron de vacaciones, la razón por la cual estaba en ese lugar era porque se iba a encontrar con una persona que le amenazo que si no iba a verle iria personalmente a su cuarto y le haría lamentar aquella decisión, suspiro pesadamente mientras le escribia a Horikawa que no se preocupara por él que estaba bien

Espero que no se demore tanto…-dijo el rubio mientras observaba a uno de los mozos que se acerco a él-

Señor le puedo servir algo??-

Dennos una gran botella del mejor sake que tengas para celebrar nuestro encuentro…-aparecio una rubia de cabellos medianamente largos amarrados a una coleta vestia un top de colo blanco, un minishort y una casaca de color rojo, sonria abiertamente- veo que al final si te dignaste a saludar a tu querida amiga…-

Si no lo hacia después te ibas a vengar de mi y no quiero pasar por eso otra vez…-cruzandose de brazos-

Y estarías en lo cierto…-empezo a beber cuando les dejaron las botellas de sake- no te preocupes cuidare que no te emborraches mucho porque sino después me va a regañar tu hermanito menor- rio divertida-

Y se puede saber a que se debe tu repentinas ganas de  verme??-

Jjajaja me atrapaste…- dijo mientras se cruzaba de brazos- estoy en modo de detective para la policía nacional…en realidad no queria involucrarme y vivir tranquilamente pero como halagaron mis habilidades entonces no pude evitar decir que si…-

Me lo imaginaba…después de todo amas ser el centro de atención …-

Como eres un estudiante de Hanasaki y veo que estas trabajando para el hijo mayor de los Sakuma…-

Y que asuntos tienes con la persona que contrato mis servicios? Si piensas que voy a decirte algo que lo perjudique entonces no cuentes conmigo…-

Tranquilo…tranquilo…se que eres leal con las personas de tu confianza y obviamente no voy a pedir que seas un soplón, además no es mi estilo…solo queria anticiparte que me tendras como estudiante de intercambio…- tomando otro sorbo de sake- los motivos que tengo para investigarlos tampoco te lo puedo decir asi que estamos a mano…asi que quiero aprovechar estas vacaciones para divertirme en todo lo pueda antes de estresarme- mas te vale que me muestres todo lo que conozcas de Tokio o sino …-

Lo siento…- terminando de tomar su primer vaso de sake- pero yo si estaré ocupado…asi que no puedo enseñarte…-

Que es lo que acabas de decir eh???...- mostrándole el puño- sabes lo persuasiva que puedo llegar  a ser si alguien me dice que no…-con el ceño fruncido- asi que mejor evítate ponerme de mal humor…-

El rubio suspiro pesadamente- esta bien…esta bien…te dare un paseo por la ciudad-

Asi se habla Manba-chan…- dijo mientras se colgaba del cuello con uno de sus brazos- ahora vamos a tomar!!!-
-----------------------


En la casa de Kanata Shinkai

Dos personas de rubias cabelleras estaban mirando atentamente un catalogo de ropa de mujeres, admirando cada diseño y marcando con un plumón

Nee…nee Midare-chan esta falda y esta blusa estarían perfectos para ti…- decía una rubia de cabellos largos y ondeados, con una sonrisa risueña- asi que hay que pedirlo…-

Tu lo crees Miki-chan??...- dijo el rubio que llevaba el cabello recogido en una coleta,era unos centímetros mas bajo que Miki- entonces yo escogo este minishort celeste y esta blusa de color verde que iria perfecto para ti…-

Justo también pensaba en esa ropa…entonces también hay que sombrearla-

Nee…Miki-chan…Midare-chan…ya esta lista la comida ~…- apareció el joven de cabellera azulada que caminaba moviendo sus brazos de un lado a otro-

Niichan!!...- la rubia dejo su catalogo y abrazo cariñosamente al otro joven- esta bien ya vamos a comer juntos!!- le tomo del brazo- vamos Midare-chan!!!-

Ya voy!!...-cerro el catalogo y fue con ellos al comedor-

Miki y Midare eran amigos de la infancia,estaban en el mismo orfanato hasta que Miki fue adoptada por la familia de Kanata, pero siempre se comunicaban por cartas, luego por mensajes de texto, Midare la visitaba a Rizembool ya que el joven no iba a la escuela, ambos escuchaban atentamente lo que el mayor les estaba contando-

Miki esta preocupada por Niichan…como siempre Chi-senpai los mete en problemas…- dijo cruzándose de brazos algo enfadada-

No te preocupes Miki-chan…además yo me ofrecí para ayudarlo…Tetora…Midori…y hasta Shinobu ~…-

Chiaki-san puede ser un chico muy impulsivo…es como todo un protagonista de una serie sentai…-hablo el otro rubio riendo divertido-

Chiaki es muy interesante ~…- hablo el otro joven-

Es que Chi-senpai es todo un héroe…es muy bueno siempre con Miki…-dijo la rubia volviendo a sonreir- Miki lo quiere como otro hermano mas…-

Es cierto Chiaki-san es como todo un hermano mayor…ya quisiera tener algún hermano como él…-

Por cierto…Midare-chan…pudiste recordar algo?...-

Uhmm…no…-dijo rascándose la barbilla- solo tengo el recuerdo de un bosque y de alguien que me extendia la mano pero no pude cogerla…-

Entonces sigues teniendo el mismo sueño de cuando eramos pequeños nee?...-dijo la rubia mirando a su amigo preocupada-

Lo sigo teniendo pero…ahora puedo dormir tranquilamente…-dijo sonriendo suavemente-

Menos mal Miki estaba preocupada por ti…- acariciándole los cabellos-

Uhm…bueno …aprovechemos en hacer las compras para nuestro paseo a la playa con todos los Ryuseitai…-

Es verdad!! Vamos a ir de paseo…y también Midare-chan verdad??-

Claro que también ira…terminemos de comer y luego vamos al centro comercial…-

Deacuerdo!!- dijieron los dos rubios al mismo tiempo mientras volvían a comer-
-----------------------------------------------


Mientras tanto en la casa de Midori

El joven castaño se encontraba en su cuarto tirado en su cama sin querer hacer nada…después de que Chiaki les conto acerca del problema en lo que estaban metidos se sentía con mas presión y ganas de morir…además de que habia un festival a la vuelta de la esquina y para rematar su mala suerte iba a ir de paseo con su grupo a la playa

Por que tengo que hacer todas esas cosas? Solo quiero estar todas mis vacaciones en mi cuarto sin contacto alguno …-suspirando pesadamente- por que no me dejan respirar?

La puerta de su habitación se abrió lentamente y entro a escena un joven de cabellos castaños claros y cortos, atractivo y con mirada penetrante- Midori…vamos al estudio a tomarnos fotos juntos…tienes que comenzar tu camino a ser un modelo como tu hermano mayor…-

Aniki…-suspiro pesadamente- cuantas veces te he dicho que no pienso ir a tomarme fotos en ningún lado…quiero quedarme en casa…-

Es un desperdicio que mi querido hermanito no aproveche lo muy atractivo que es…serias muy conocido y famoso…-
Brillas mucho…-cubriendose el rostro- No quiero que los demás me vean…apenas puedo con mi trabajo de idol…-suspiro pesadamente- quiero morir…-

El mayor se sento en la orilla de la cama- Bueno lo dejare por esta vez…pero igual seguire luchando para que entres al mundo del modelaje…-dijo sonriendo ampliamente-bueno has alistado tus cosas para tu paseo?-

No voy a llevar muchas cosas asi que lo hare un dia antes…-

Uhmm…querido Midori al menos muestra mas emoción …o sino no te comprare el ultimo muñeco de accesario para tu mochila de la escuela que saldrá en versión limitada el próximo mes-

Eh?? Va a salir tan pronto…-dijo visiblemente emocionado- yo lo quiero yo lo quiero…-

El castaño mayor rio divertido- entonces si lo quieres al menos hoy me acompañaras al centro comercial a comprar ropa nueva para tu paseo, recuerda que me voy de viaje para un trabajo actoral…-

Es cierto…esta bien…vayamos juntos pero disfrázate debidamente que no quiero que te descubran…-

En serio iras conmigo?...por fin tendremos una salida como hermanos…me haces muy feliz…-

Si sigues asi no te acompañare a ningún lado…-

Esta bien…preparare el auto …-salio de la habitacion-

Por que tuvo que tocarme un hermano famoso??...-suspiro pesadamente- es difícil decirle que no…-
----------------------

matta ne!!!

Mimi-chan
« Last Edit: January 11, 2019, 01:09:29 AM by Mimi Tachikawa »


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #479: November 30, 2018, 09:28:14 PM »
Editaré algún dia

#18: Reinhard


Había caído la noche ya cuando llegaron a la casa de Rangiku y Hijikata. Souji estacionó su moto en la entrada de la casa ayudó a Sheryl a bajar. Estando parada frente a la fachada de cristal de la mansión moderna la hizo recordar que no había estado ahí desde que comenzó el semestre en Hanasaki. De seguro recibiría una reprimenda de su hermana o su esposo.

Lo que la sorprendió fue que su hermano gemelo saliera a recibirlos. Bueno solo a ella, con Souji se saludó fríamente, pero con ella no escatimo abrazos y saludos.

Nunca habían existido gemelos más distantes que Sheryl y Reinhard. Ella ex modelo y el acababa de terminar la universidad en Austria. Casi no se veían ni hablaban. Habían crecido en la misma casa de Kyoto pero ella había tenido una infancia relativamente normal jugando con Rangiku, Hijikata y Souji. Él había estado siempre bajo el ojo vigilante de su abuela, que estaba obsesionada con criar al sucesor de la familia Matsumoto. Sheryl como los demás había asistido a escuelas públicas de mediana categoría, pero Reinhard había tenido tutores privados hasta la preparatoria donde asistió a una escuela privada de alto nivel.

Él siempre había envidiado la libertad de ella, y Sheryl siempre había deseado ser tan inteligente y admirada como su hermano. Esa fue una de las motivaciones de su incursión al mundo de modelaje, tener la admiración de su familia; algo que a varias personas, Souji incluido, habían atribuido a la necesidad egocéntrica adolescente de Sheryl.

A Reinhard le hubiera gustado crecer junto a Rangiku y Sheryl. Sabía que se perdió mucho de su infancia, que en lugar de correr y jugar videojuegos y hacer excursiones se la pasó en casa estudiando bajo la estricta supervisión de la abuela que lo obligó a aprender kanjis, poemas e historia desde muy pequeño. Su primera ceremonia del té fue cuando apenas cumplía los 8 años.

De manera irónica, todos admiraban a Reinhard pero él solo tenía ojos para el estilo de vida tan relajado de su hermana mayor (por 6 minutos y 15 segundos). Ni la misma Rangiku, cuyo único pecado había sido ser una niña primogénita en una familia tradicional, había llevado una vida tan suave como Sheryl. 

Cuando llegó la cena de pollo frito coreano, Reinhard ocupo un lugar de honor en la mesa del comedor informal frente a Hijikata. La charla fue animada hasta que llamaron a la puerta. Ninguno esperaba ningún invitado y menos a esa hora de la tarde. Incluso a Sheryl, con su ya eterno estado de paranoia, se le pasó por la cabeza de que podría ser Aramis buscando enfrentarla frente a su familia.

Al contrario de toda expectativa la visita era una joven como de la edad de Sheryl. Era delgada y atlética, además de lucir cabello rubio platinado en un corte estilo bob. Naturalmente ella buscaba a Souji. El castaño tomó a la joven de la mano y la jaló hacia una de las salas de visita donde podrían tener más privacidad. Lo que nadie sabía es que Reinhard reconoció a la chica, era la misma con la que se había topado en el aeropuerto.

Los demás comensales dieron por terminada y  cada uno se levantó a hacer sus tareas.

Sheryl salió al jardín para refrescarse un rato. Sin duda el verano había llegado y la lluvia que cayó temprano mientras tomaba chocolate con Athos sería la última de la temporada.

En la piscina se reflejaba el atardecer y las palmeras que Rangiku mando a plantar para hacer la casa más "californiana". Sheryl se sorprendió de oír un par de cigarras. Por un momento se sintió como que no estuviera en Tokyo y se quitó los zapatos para hundir los pies en la piscina. Resentía a Souji y consideraba inapropiado traer a alguna de sus amiguitas a la mansión de Toshi y Rangiku; pero después de todo esa no era su casa y Souji no era su novio. Aún así hubiera cedido sin protesta algunas de sus piezas de diseñador a cambio de hundirle la cabeza al castaño en la piscina.

-Oye- Reinhard también se quitó los zapatos y se sentó junto a ella.

-Oh, hola.

-Rangiku me contó que estas en Hanasaki becada. Y que incluso vives ahí.

-Eh... sí. Supongo que necesitaban a una celebridad residente o algo así.

-No seas así, estoy seguro de que tomaron en cuenta tus cualidades intelectuales.

-Muy gracioso.

-Hablo enserio. Después de todo somos gemelos, tú tienes algo de mi inteligencia y yo espero tener algo de tu carisma.

-No lo creo. No me gradué con honores y apenas empiezo la Universidad. Y tú ya has terminado ¿Que planeas hacer ahora?

-Me quedare aquí por un tiempo... tengo planeado hacer mi tesis sobre Japón.

-¿Y no irás a Kyoto?

-De ninguna manera. Papá y mamá saben que estoy aquí, pero la abuela no. Te ruego por favor que no le digas nada.

Sheryl torció la boca. El solo pensar en su abuela le daba escalofríos y la posibilidad de hablarle era nula. Tan nula como su relación con ella; y hasta ahora ella y Reinhard se sentían más como parientes lejanos que familiares cercanos.

-Eso... no pasara. Ni siquiera hablo tan seguido con papá y mamá, así que no tienes de que preocuparte.

-¿Tan enfocada estas en tus estudios? Ran me ha dicho también que apenas abandonas el campus

-E-es complicado- explicarle a su hermano su condición como HiME estaba fuera de cuestión. Por ahora. Lo mejor sería cambiar de tema -y ¿Planeas quedarte mucho tiempo aquí?

-No estoy seguro- Reinhard suspiró profundamente antes de sacar una cajetilla de cigarrillos y encender uno. -También es complicado para mí. Sonará ridículo pero que estoy atravesando una crisis existencial

¿Desde cuándo Reinhard fumaba? ¿Y cómo era posible que su hermano, el perfecto, estuviera atravesando una crisis?

-En fin...- continuó el rubio -lo de mi tesis es solo una coartada por así decirlo. Mi prioridad en estos momentos es encontrarme a mí mismo por mas ridículo que suene.

-No suena mal, aunque si ridículo- confesó Sheryl. La imagen de tipo perfecto que tenia de su hermano acabo por desaparecer en ese instante.

Rinhard rió. A diferencia de él, con Sheryl no habían sido tan estrictos así que tendía a ser más abierta sobre lo que pensaba.

-A propósito, estaré trabajando en mi tesis en Hanasaki. Así que supongo que podremos vernos más seguido.

-A buena hora has decido hacer tu tesis. Las vacaciones de verano inician la otra semana bobo.

-Eso ya lo sé. Pero el mundo de la academia nunca descansa y sé que no regresaras a casa por las vacaciones, te quedaras en Hanasaki haciendo lo que sea que ocultas.

Sheryl se quedó fría. Pero no le sorprendió del todo que Reinhard supiera que ocultaba algo. Era algo así como un genio mentalista.
-----
Cuando anocheció y los hermanos regresaron adentro se toparon con Souji que estaba en la cocina tomando una cerveza fría sobre el desayunador.

-¿Ya se fue tu amiga?

-Mjm- Souji podía ver las malas intenciones de Reinhard con esa pregunta. Todo lo que salía de la boca de ese tipejo estaba fríamente calculado.

-Veremos una película con Sheryl, ¿quieres unírtenos?

-En un momento. Sheryl, quiero hablar contigo.

-No hay nada que hablar Souji- la rubia trato de disimular su turbación buscándose una coca cola en la refri. No tenía ganas de escuchar excusas o disculpas o lo que fuera que Souji tenía que decir con respecto a la chica. A cada rato se tenía que recordar a si misma que no eran novios y que apenas se habían recuperado de su distanciamiento.

-Es sobre el tema HiME- respondió Souji sin importarle que Reinhard estuviera ahí. No sabía si alguna vez podría hablar con Sheryl sobre el montón de chicas rubias con las que salió en su ausencia.

-Eso…- A la mención de las HiMEs a Sheryl se le pasó el mal trago con la chica –Reinhard ¿podrías adelantarte a la sala y poner la película?

Sin cuestionar mucho, el rubio tomo una lata de coca cola y una bolsa de frituras para él y se retiró a la sala de entretenimiento.

-¿De qué quieres hablar? ¿Cómo se te ocurre mencionar a las HiMEs delante de Reinhard?

-Porque él y Rangiku y Hijikata se enteraran tarde o temprano-  Souji trato de no darle mucha importancia al asunto y paso a lo importante –La chica que vino se llama Clare, Miranda la quiere reclutar para ser HiME.

-¿Y eso que tiene que ver conmigo?

-Pues que el imbécil de Aramis es el medio hermano de Clare.

Sheryl se quedó lívida. Con que ese era el vínculo que tenía Souji con Aramis. Le entraron unas ganas locas de abofetear a Souji por habérselo ocultado todo este tiempo.
« Last Edit: June 23, 2020, 08:16:52 PM by Apple »