Author Topic: neverland 2.2: you can (not) fight  (Read 60181 times)


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #15: August 01, 2015, 10:58:47 AM »
Nota: Ésta es la pinta que tiene un Pisaca, pero cuando los tienes en tu equipo SMT son hasta simpáticos, conste.


045faustian solution

Era su tono lo que más le perturbó. Raiden no le había dado una orden seca, y el deje irritado que le había dedicado toda la mañana se había esfumado. A diferencia de él, Kora no podía ver qué fallaba a su alrededor, pero podía sentir que algo iba mal a través del Samurai.

- S-sí, ya voy…

Inmediatamente abrió el inventario, pasando su lista de ítems rápidamente. Su job no le permitía llevar mucha carga, y se mordió el labio inferior al ver que no llevaba ningún Warp encima. Si quería uno, tendría que abrir el inventario de la Guild.

Quizá eran los nervios, quizá era que al renovar el inventario los objetos estaban completamente desordenados, pero su búsqueda cada vez era más frenética.

- Date prisa, Moonshine. – Insistió Raiden, agarrando el mango de su espada. – Vete de aquí ahora-
- Nadie se va a ir a ninguna parte.

El Samurai se giró rápidamente, siseando un improperio. Tan ágil como siempre, en un segundo había pasado de meterle prisa a Kora a una posición de alerta, con la katana en alto.


A través de la nieve, un hombre avanzaba hacia ellos. Parecía joven, con la piel morena y el pelo oscuro, sonriendo como un gato que acababa de acorralar a un ratón, y no iba solo. A su lado, una criatura humanoide caminaba con paso irregular, siendo sus dos piernas lo único que tenía en común con una persona. Las garras le llegaban hasta las rodillas, haciéndolo que se moviera encorvado, pero el horror empezaba en su rostro. Dos largos tentáculos carnosos salían de donde debían estar sus ojos, y su boca abarcaba todo el tórax, convirtiendo la parte superior de su cuerpo en una atroz mandíbula vertical.

Kora ahogó un grito al ver a la criatura.

- ¡Moonshine, vete!

Convirtiéndose por unos instantes en un borrón oscuro, Raiden alcanzó al par inmediatamente, deteniéndose en seco. La criatura, torpe como parecía, había podido detener la katana que iba a caer sobre el otro jugador, sujetando la hoja con una sola garra.

- ¡Pero qué cara que se te ha quedado! – Rió el desconocido. – Me parece que llevas demasiado tiempo peleando muy por debajo de tu liga… Espero que todo el óxido que traes no le siente mal a mi Pisaca.

Con la risa del hombre de fondo, el forcejeo de Raiden se detuvo en seco cuando la otra garra de el Pisaca se hundió en el costado de Raiden. Sujetándolo, la mandíbula en su cuerpo dio unas dentelladas al aire antes de abalanzarse sobre su presa.

Ver cómo el cuerpo de Raiden se había quedado quieto por unos segundos fue como una bofetada para Kora, sacándola de su incertidumbre, y sin pensarlo, había tenido el tiempo justo para reaccionar. La bola de fuego surcó el aire en una curva elíptica y le dio al Pisaca en la cara antes de que cerrara sus fauces sobre Raiden. El monstruo soltó un rugido, sacudiendo su cabeza para deshacerse de las pequeñas llamas residuales.

Raiden no desaprovechó aquella distracción, e impulsándose con una fuerte patada en el pecho del otro, libró su katana y cuerpo del doble agarre del monstruo. Tras una voltereta hacia atrás, quedó de pie, sangrando líquido blanquecino por el costado.

- ¡Raiden! – Kora recorrió la distancia que los separaba.
- ¡Te he dicho que te vayas!

Aún herido, Raiden se colocó inmediatamente delante de ella, listo para continuar el asalto. El extraño siguió avanzando hacia ellos, con su monstruo al lado. Kora cerró el inventario y lo examinó con la Omnitool.

Steely, un Biochemist de un nivel similar al de Raiden. Era un simple jugador más.

- La zorrita no estaba en el trato… – Murmuró Steely. – Da igual.
- ¿Trato? – Preguntó Raiden. – ¿¡Quién te ha enviado!?
- ¿Quién crees? – El Biochemist sonrió ampliamente al decirlo. – Jetstream.

Kora sintió un escalofrío. El otro Samurai no necesitaba más que respirar el mismo aire que Raiden para que éste se disparara. Si luchaba dejándose llevar por la ira tenía más posibilidades de perder, y a aquellos niveles, Kora sólo podía ayudarlo con distracciones.

- Raiden-
- Lo sé. – Le dijo serenamente, antes de volver su atención a Steely. – No te creo. Estando solo, lejos de casa… Si Sam quisiera acabar conmigo, lo haría él mismo.
- ¿No me crees? – La sonrisa de Steely se quedó como una máscara tensa en su rostro. – ¡Te digo que ha sido Jetstream! ¡Él me ha pagado para que te quite una vida! ¡No me creas si no quieres, pero ha sido él!

Pero Raiden permaneció quieto, y Steely pronto dejó de insistir en su pantomima, recuperando la compostura. Kora hubiera querido abrazar al Samurai por mantener la calma, lamentando por unos momentos no haber grabado la escena, ya que Lilith no se lo creería cuando se lo contara.

- Bah. Vas a morir de todas formas, tú y tu perrita fiel. – Steely se pasó una mano por el pelo. – ¡Pisaca, ve a por él!

El monstruo se lanzó hacia Raiden, quien había aprendido de su velocidad tras un sólo encuentro y lo esquivó con una voltereta. Steely recibió tres cortes seguidos en el pecho antes de que Raiden tocara el suelo. La nieve se salpicó de sangre a su alrededor, pero Steely permaneció de pie, retrocediendo unos pasos.

- ¡Te lo he dicho, Raiden! ¡Llevas mucho tiempo sin enfrentarte a alguien de tu nivel! – Insistió, señalando a Raiden con un dedo acusador.

Aunque Kora intentó rematar la faena y derribarlo con una llamarada, Steely sólo retrocedió un paso más.

- Zorra impaciente… ya te llegará tu turno.

En un movimiento rápido, Steely lanzó una bola contra la Black Mage, estrellándola contra su pecho con un sonido cristalino. Durante unos instantes Kora sólo sintió el dolor lacerante de los trozos de cristal desgarrar y clavarse en su piel, tras lo cual pudo oler el ozono que se introducía en sus pulmones. Y entonces, fue cuando sintió la descarga eléctrica recorrer su cuerpo.

Completamente paralizada, ni siquiera tenía el consuelo de gritar con todas sus fuerzas para paliar el dolor que amenazaba con hacerla estallar desde dentro. Cayó al suelo de costado, moviéndose sólo cuando las convulsiones sacudían su cuerpo.

- ¡Moonshi-!

Al girarse hacia Kora, Raiden dejó su flanco desprotegido por unos instantes, y Pisaca le dio un zarpazo que lo lanzó hacia atrás con un rastro de trozos de metal. El Samurai trató de girar a su alrededor, manteniendo la atención del monstruo en él mientras seguía atacando a Steely.

El Biochemist le atacó con otro proyectil, el cual hizo que saltaran chispas alrededor del cuerpo de Raiden sin llegar a paralizarlo. Éste le propinó otro corte antes de esquivar otro agarre de Pisaca, y aunque Steely sangró y gruñó, seguía en pie.

- No te confíes, Raiden, todavía te queda mucho…

Steely soltó una risa sórdida, que se convirtió en una carcajada cuando Pisaca consiguió alcanzar a Raiden y lo levantó del suelo. El Samurai volvió a escapar por poco de sus fauces al cortar uno de los apéndices que le salían del rostro.

Viajando juntos, Kora sólo había visto a Raiden tener problemas contra Jetstream y Lilith, pero el resto del tiempo había sido el héroe del grupo. Siempre protegiéndoles, siempre invencible. Daba igual a qué se enfrentaran, fuera un simple monstruo, un boss de zona, o incluso el mismo Temperantia que el GM les había mandado en Columbia: Raiden había traído consigo el fin de la lucha.

Raiden estaba en el límite de la fuerza que ella conocía. Y en aquel momento, al ver cómo el monstruo zarandeaba al Samurai como un muñeco de trapo mientras Steely reía, se daba cuenta de que había mucha más gente en aquel borde.

- ¡Vamos, Raiden! ¡A ver qué fuerte es el Samurai estrella de los Crimson Raiders!

Kora sintió cómo iba notando un cosquilleo en la punta de los dedos y los pies, recuperando la sensibilidad en éstos con aguijonazos constantes. Pero era demasiado tarde, y sólo podía observar.

Dejando ir un grito, Raiden se abalanzó sobre el Pisaca, clavando la hoja de su katana justo entre sus fauces. Al mismo tiempo, el monstruo clavó sus zarpas en él, una en el hombro y la otra en el costado. Ambos rugiendo, Raiden forcejeó con el monstruo, quien fue empujándolo hacia sus fauces. Los colmillos se clavaron una y otra vez sobre el metal con unos crujidos sobrecogedores, hundiéndose en éste como si fuera plástico.

El tórax de Raiden se contraía al ritmo de los mordiscos, completamente atrapado, hasta partirse por la espalda en un último chasquido. Las piernas del Samurai quedaron colgando sobre el suelo mientras se volvían transparentes hasta desaparecer.

Quiso llorar, gritar, suplicar, pero Kora sólo llegó mover las puntas de los dedos mientras un par de lágrimas caían por su rostro.

El homúnculo soltó un alarido inhumano, cayendo de rodillas una vez que desapareció el cuerpo de Raiden. El Samurai había conseguido abrir un buen agujero en su cuerpo, perforándolo en un corte vertical.

- ¡No! ¡Valiente hijo de puta…! – Gritó Steely al ver cómo su aberrante homúnculo empezaba a desaparecer, pateando la nieve en frustración.

Kora empezaba a recuperar movimiento en los brazos, aunque empezaba a sentirse aún más entumecida. Tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para moverse siquiera. Abrió la Omnitool, buscando el Warp. Raiden había muerto para que pudiera escapar, y lo único que podía hacer era cumplir con su parte del trato.

El último objeto que había dejado seleccionado en la lista era un vigor, llamado Faustian Solution. Lilith había advertido a todos los novatos de no usarlo a pesar de lo tentadora que fuera su descripción: subir todos sus stats drásticamente a cambio de una pérdida de vitalidad mortal. Usarlo sin un Cleric cerca estaba absolutamente prohibido.

- Ay, si casi me olvido de ti.

Steely empezó a caminar hacia ella, sonriendo cínicamente a pesar de estar cubierto en cortes y sangre.

- La verdad, si tu colega no hubiera matado a mi homúnculo, te dejaría en paz. – Continuó Steely, cada vez más cerca. – Pero, mira, más puntos.

Kora observó el vigor en su pantalla. Raiden había muerto para protegerla, pero en su lucha también había herido a Steely de gravedad. Si se arriesgaba…

Lo siento.

Pasó el vigor a su inventario, sacándolo inmediatamente. Steely rió al verla con la botella en la mano.

- ¿Vas a intentar curarte? – Steely le pateó en el costado, haciéndola rodar sobre sí misma hasta quedar bocaarriba. – ¿No has visto cómo mi homúnculo se ha comido a tu amigo? ¿Qué crees que puedes hacer tú contra mí?

El líquido tenía un sabor amargo, similar al de una bebida alcohólica muy añeja, quemando su garganta a su paso. Sin embargo, pronto notó cómo su cuerpo recuperaba fuerzas, sintiéndose ligera y fuerte a la vez.

- ¡Venga, haz algo!

Steely volvió a intentar patearle, pero Kora atrapó su tobillo con la mano.

La sonrisa de Steely se esfumó por unos momentos, y Kora suplicó a cualquier deidad que hubiera allí fuera para que funcionara. Conjuró el hechizo más poderoso que tenía, un torrente eléctrico que arrancó un aullido del Biochemist durante unos segundos, antes de desplomarse sobre la nieve con un ruido seco.

Tras la explosión de poder, Kora dejó caer su mano, empezando a sentirse repentinamente debilitada. Giró el rostro, observando cómo el cuerpo de Steely empezaba a desaparecer. Suspiró aliviada, sin fuerzas para limpiarse las lágrimas que volvían a caerle por el rostro.

Lo he hecho… lo he hecho…

Pero su alivio duró poco. Empezó a toser, y al quedarse de costado, vio como tosía sangre. Notaba cómo el cálido líquido salía también de su nariz y oídos, así como de entre sus piernas. La herida que le había causado el golpe del cristal en el pecho se le agrandaba, volviendo a sangrar con más fuerza. Heridas más viejas empezaban a abrirse para dejar salir una sangre que se volvía cada vez más espesa, y los gemidos de Kora pronto se convirtieron en gritos agudos.

- ¡Lo siento! – Se retorció en la nieve rojiza, gritando y sollozando. – ¡Lo siento!


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #16: August 09, 2015, 07:29:46 PM »
Quería hacer un aporte relajado y creo que se me ha ido de las manos.

#41.

X
X

Bayonetta dormitaba, desde que su compañera, Jeanne, había desaparecido, no había podido conciliar un sueño completo y reparador, quedándose en un estado de duermevela cada vez que podía y le entraba el sueño. De todos modos, la cosa había mejorado desde que se unió a Dante y Gyro, por la coincidencia de ir todos en la misma dirección, en los últimos dos días había podido descansar algo más.
Pero pese a permanecer dormitando, Bayonatta sabía que había comenzado a soñar: estaba todo oscuro, la única iluminación procedía del suelo que pisaban, corría por la superficie del agua, debajo de esta se reflejaban estrellas y luces como de una supernova, le hubiera gustado detenerse a contemplar el maravilloso espectáculo, pero no podía ni quería dejar de correr. 

Por delante de ella, se encontraba Jeanne, también corriendo pero mucho más rápido que Bayonetta, siempre había sido mucho más rápida.

Bayonetta quiso gritar para avisarla, o quizás simplemente para que Jeanne reparase en su presencia.

Entonces todo ocurrió en una exhalación. El agua se tragó a Jeanne, formándose una capa helada que le impedía salir aunque Jeanne golpease por un lado y Bayonetta desde el otro para intentar romperlo.
La morena estaba casi desesperada por salvarla antes de que se ahogase, mientras Jeanne, parecía preocupada sólo por una cosa.
“CORRE”
Era lo que claramente le había dicho, antes de que algo la arrastrase hacia el oscuro fondo.




Bayonetta se despertó de golpe, abriendo los ojos y exhalando el aire que había retenido durante aquella pesadilla.
No tardó más de medio segundo en recuperar la compostura y darse cuenta de que se trataba de un sueño, aun así, sentía una enorme angustia en el pecho, producto de las visiones.
Suspirando más cansada de lo que se había acostado, y reconociendo para sus adentros de que soñando así, no descansabas ni hacías nada parecido. Era tan frustrante soñar dentro del RPG, cuando tu cuerpo fuera estaba en aquel estado de sueño inducido… no podía hacer nada para cambiarlo, pero al menos quejándose, iba sintiéndose más espabilada.

Salió de la tienda que compartía con Shura, la cual descansaba plácidamente dándole la espalda. Apenas comenzaba a amanecer, aún debían de quedarles un par de horas de sueño, necesitaban todo el tiempo que pudieran descansar, sobre todo Dante, que con lo pasado la noche anterior, aún tenía que descansar, ya no tanto para recuperar sus stats como por misma psicología, no tenía que haber sido nada agradable tener un tentáculo de aquel sapo helado a saber por donde...

Pero, si salían ahora, Dante y Gyro habrían desmontado el campamento cuando ya hubiera suficiente luz, ya en el tren, podrían preocuparse de desayunar y de recuperar el sueño perdido hasta que llegasen a Gabaldia.   

-Arriba chicos, Let´s Dance -dio unas sonoras palmadas delante de la tienda que compartían, abriendo la puerta para que entrase algo de fresco y luz que terminase por desvelarles. Las protestas procedentes del interior de la tienda le confirmaron de que los dos estaban despiertos.
-No hay tiempo que perder -Bayonetta les replicó como si hubiera sido ella la más afectada por tener que despertarles-. Si tomamos el primer tres, al final del día podremos llegar a Sin City.
-Oy sí, pasar la noche en Sin City, que ilusión -Gyro acompañó su comentario con un bostezo, Dante no tenía ni fuerzas para protestar, totalmente ojeroso y sintiéndose enfermo de puro cansancio.   
-Tu puedes continuar hacía Amarillo si te interesa -Bayonetta sonrió convincente, Sin City era su ciudad destino, buscando pistas de dónde podía estar o haber estado Jeanne, aquel era su siguiente destino. Por un momento recordó el sueño, dándose cuenta de lo desobedeció totalmente al insistir en la búsqueda a la carrera de su compañera… pero… aquel mundo, y el mundo de fuera, serían mucho más aburridos si Jeanne no estaba con ella.
-Eso está bien, perderte de vista es una buena motivación -golpeó en el brazo a Dante-, vamos, tenemos que levantar el campamento, supongo que las señoras prepararan el desayuno… -miró de manera inquisitiva hacia Bayonetta, adivinando por la sonrisa que aquello no se iba a cumplir. Hablando entre dientes mientras hacía rodar los ojos-. No soporto a las mujeres…
-Tranquilo, cuando llegues al tren podrás pedirle a mami toda la leche que necesites para desayunar.
-¿Lo harías? Me gustaría mucho verlo -Gyro la miró con cara de aburrido.
-Mirame a los ojos -con el dedo corazón, Bayonetta se tiró del párpado-, estamos en el Rich y puedes pedir desayuno francés o griego si estas a la altura.
Gyro suspiró cansado de los juegos de buena mañana de la mujer, estaba claro que no estaba de buen humor. Se dio la vuelta poniéndose a trabajar, también le convenía darse prisa, él también tenía asuntos pendientes en Amarillo.
-En el Rich dice… que risa me da. -Pero por su tono monótono y cansado, estaba claro que sus palabras no iban con lo que sentía.

-¿Y Shura?
-Está descansando en la tienda… la despertaré cuando terminéis de desmontar la primera.
Dante vio su oportunidad: si iba a despertar él a Shura, podría aprovechar y dormir un poco… pero después de lo de ir a espiarlas de la última noche, estaba claro que Bayonetta no iba a permitirle aquello… otro estigma y otra cosa que aclarar con Shura…
-Vamos Dante, deja de hacer el vago -Gyro abrió la Omnitool, comenzando el proceso de guardar la tienda que cargaba poco a poco a causa de sus propias protecciones de Bard para que las criaturas no se acercasen al campamento mientras dormían-. Tienes unos cinco minutos para asegurarte de que no dejas nada tuyo dentro, o pasará a ser parte de mi inventario.
-¡Podías haber esperado un momento! -Dante se metió de un salto dentro para recoger dios sabe que.

Cuando la tienda estuvo en el inventario, se encargaron de borrar las pistas de que ahí había habido un campamento, mientras Bayonetta despertaba a Shura. Y ya todos listos, partieron rumbo hacía la estación.



-Caminar con hambre no es nada saludable -Shura esperaba con el resto en el andén, faltaban veinte minutos para la llegada del tren.
-Amén Shura -Dante de daba la razón, sin recibir ninguna simpatía de la chica.
-Podemos quedarnos un rato en la cafetería -Gyro señaló el solitario lugar, en aquellas horas no había nadie, así que pudieron tomar asiento todos juntos y estar tranquilamente en silencio.
El lugar era pintoresco, tenía un toque como de Londres victoriano, con muebles pintados en madera rojiza, lámparas de pie dorado y tulipas de cristales de colores haciendo un extraño mosaico, detrás de la barra, la cafetera tenía un curioso estilo steampunk con aquella rueda enorme que debía poner en movimiento que el café se moliese, la máquina resaltaba aún más esta impresión humeando y llenando la estancia del agradable aroma del café. Así casi parecía, que había valido la pena todo el madrugón y el ajetreo de la mañana.
-¡No hay nada mejor que el café! -Gyro se reclinó hacia atrás, embriagado por el sabor y el placer y descanso que era tomarse una buena taza de café por la mañana.
-Estoy de acuerdo, pero no podemos distraernos -cuanto más se acercaban a su siguiente destino, más se estaba impacientando Bayonetta.
-El tren no va a llegar aunque tengas mucha prisa, intenta relajarte y recuperar fuerzas para el viaje -Gyro, con su propia cucharilla, le dio unos toquecitos a la taza de Bayonetta sacando el tintineo propio de la porcelana. Estaba demasiado inquieta para no ser visible, y aunque no le cayera especialmente bien, Gyro deducía que tenía sus propios motivos, y que lo mejor era intentar ser un poco más atento con ella. 

Bayonetta tomó la taza en silencio y sin aparentemente, haber escuchado lo que acababa de decirle Gyro.
-Después de estar tanto tiempo caminando y en Prorencia, siento que he tomado la máquina del tiempo sólo entrando en esta cafetería… es increíble el contraste tecnológico y lo diferente que son unas ciudades de otras. Por ejemplo, no sabía que se podía montar en tren.
Shura se encargó de dar un poco de conversación para integrarse un poco más en el grupo, y aunque el tema le parecía interesante, esperaba que no fuera tan recurrente como hablar del tiempo y ese tipo de cosas… pero el resto también pareció mostrarse interesado.
-¿No has estado en Columbia? Si algún día subes a la ciudad, verás lo que es una buena tecnología -Gyro alzó una ceja para hacerse el interesante.
-¡Ah, sí! ¡La lanzadera! Nos lo pasamos muy bien, era muy divertida.
-Esa si que es buena, ¿te gustó?
-Era como una montaña rusa -razonó aquello terminando por sonreír cuando Gyro asintió para darle la razón.
-Chicos, arriba, el tren acaba de llegar.

Aunque aún tenían unos minutos antes de la salida, Bayonetta les azuzaba a los tres para darse prisa, estaban solos en aquel bajón y eligieron asientos de cuatro para permanecer juntos. Cuando el tren se puso en marcha Bayonetta se quedó absorta mirando al exterior, o quizás a su propio reflejo en el cristal, acabando por quedar ella y Gyro dormidos. Shura comenzaba a acomodarse en el hombro de Bayonetta, sintiendo que se apoderaba de ella una agradable modorra, cuando Dante la picó en el hombro para llamar su atención.
-¿Te importaría venir un momento? Quiero hablar contigo.
-¿De qué se trata?
-Aquí no… por favor.
Dante terminó por rogarle, y aunque Shura aún desconfiaba asintió acompañándolo a la parte entre vagones, el aire silbaba a su alrededor y con la velocidad del tren les producía una cierta sensación de adrenalina agradable, como si aquel espacio tan inseguro les crease una especie de osadía.
-Escucha Dante, si es por lo de la otra noche no quiero hablar de ello…
-No espera, aquello es un malentendido -Dante tenía el guión de lo que quería decir tan claro, que aquello le pilló desprevenido, aunque por otra parte, era natural tener que aclararlo-, yo no fui a espiaros… se que es difícil de creer, era sólo que estaba preocupado por si os atacaban, en serio, estaba paranoico después de que te persiguiera aquel monstruo por la mañana, no vi nada y por eso aquel jodido sapo pudo atraparme. Tienes que creerme, es la verdad.

Shura dudo un instante… aquella excusa hubiera sido inútil en la vida real, pero es verdad que había criaturas muy peligrosas y ella no era un nivel muy alto y necesitaba cierta protección.
Acabó por asentir.
-Vale, te creo.
Dante asintió por fuera dando las gracias, aunque por dentro estaba celebrando su jodida suerte de que Shura se hubiera tragado aquella excusa. Pero se acabó, ni una mentira más.
-¿De qué querías hablar entonces Dante?   
-Bueno… -a la hora de la verdad, las palabras eran tan difíciles que  el guión no le servía de demasiado-. Dime, ¿cómo está Nero?
-Esta bien, es mucho más duro de lo que piensas y nos tiene a nosotros.
-Tiene mucha suerte entonces. Escucha, lo que pasó aquella vez…
Shura no le interrumpió, mirándole con cierta impaciencia implacable, adivinando lo que se venía pero agradecida de escucharlo.
-Yo pensaba que no era así de capullo, me lo paro a pensar y no se porque he sido tan desagradable con Nero. Es un buen chico, no se porque me dedicaba a molestarlo. Quiero decirte que lo siento.
-Gracias, de verdad que Nero es alguien muy especial… pero no es conmigo con quien tienes que disculparte -no dijo aquello para atacarle, su tono era conciliador y razonable.
-Ya lo sé, tengo que cambiar, sé que estoy madurando, sólo que aún no no sé con qué cara ir a disculparme… eso si puedo mirarle a la cara. 
Shura sonrió dándole una palmada amistosa en el brazo, sólo por lo difícil que parecía aquello para Dante, sabía que estaba siendo sincero. Además, tenía la intuición de que había tenido su aprobación para entrar en el grupo gracias a que quisiera redimirse.
-Poco a poco, pero de verdad que no le va a importar tu cara, el único que se preocupa de ella eres tú.
-¿Cómo si no? ¿No ves lo guapo que soy? -Se masajeó la barbilla con los dedos aprovechando el reflejo en el cristal del vagón para presumir. Sintiéndose mucho mejor cuando Shura ahogó una exclamación golpeándole en la espalda.



En otro vagón… dos personas observaban a Dante y Shura, pero no estaban interesados en la conversación, si no en la chica.
-¿Es una White Mage auténtica?
-Sí... -el otro cerró su Omnitool después de comprobarlo, volviendo a sus cosas, simulando que no habían visto nada y pasando desapercibidos.
« Last Edit: March 08, 2016, 04:42:28 PM by Shura »


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #17: August 11, 2015, 11:42:18 AM »


046strike one

Una vez la chiquilla murió, I-No se acercó a examinar la escena. Los gritos le estaban dando dolor de cabeza, y aunque prefería escenarios con más acción, agradeció el silencio que se había formado. El viento y el crujido de la nieve bajo sus botas era lo único que se escuchaba.

Había manchas de sangre por toda la zona, rojas para Steely y la chiquilla, marrón oscuro para aquella abominación que tenía por homúnculo, y blanco amarillento para Raiden.

- Qué guarrada. – Rió para sí misma, apartando un poco de nieve con su bota.

Las cosas habían salido mucho mejor de lo que esperaba. Steely había sido hasta útil, y no había hablado demasiado aparte de su patético intento de mencionar a Sam. I-No jugueteó con la idea de contarle al Samurai la reacción de Raiden, pero era necesario mantenerlo al margen por el momento.

- Al menos me has servido para algo más que para darme un dolor de cabeza. – Musitó al acercarse al charco de sangre de la Black Mage. – Aunque hubiera querido encargarme del muy imbécil yo misma…

Después de tener que soportar toda su charlatanería de cómo sería un excelente aliado, hubiera sido divertido verle la cara a Steely cuando se diera cuenta de que dentro del juego no iba a llegar más allá de aquel favor… Algunos sueños simplemente no podían cumplirse, y lo importante era que todo había salido a su favor. I-No hubiera preferido simplemente arrasar con la base de la guild, pero el GM tenía un plan mucho mejor. Poco a poco, pequeñas dentelladas antes de comérselos enteros.

Además, tenían problemas mucho mayores que los Crimson Raiders.

- ¡Es por allí!

Alguien se acercaba. Probablemente los refuerzos, ignorantes de que ya no había nada que hacer, o peor, yendo a pesar de saber que no iban a encontrar nada. Fuera como fuera, era hora de marcharse.

I-No extendió un brazo, rasgando el aire con el índice en un movimiento limpio. Del corte se abrió un portal a la ciudad bajo el mar, y saltó a través, desapareciendo mucho antes de que alguien llegara al páramo.

--

- ¡Jack! ¡No puedo hacer más!

Aún con la Omnitool abierta, Lilith sacudió la cabeza, exasperada. Jack estaba desaforado, sin entender que también era mucho que procesar para ella. Para empezar, la sensación de que Jack en sí la estuviera agarrando del brazo con dedos de carne y hueso se le hacía casi extraña.

Sólo estaban ellos dos en la sala de mando de la base de la guild, habiendo dejado a Dick al cargo mientras Lilith trataba de evitar que Jack se escapara saltando por los muros de Sanctuary.

- ¡Todavía puede estar viva! – Insistió éste, apretando la mandíbula. – Seguro que el muy cabrón… si se desquita con ella, al menos no perderá una vida…

Lilith no pudo contener una mueca. ¿Cómo podían haber llegado a una situación en que una chiquilla siendo torturada era un “al menos”? Había empezado a jugar para distraerse de la vida real para terminar quedándose atrapada en una zona de guerra otra vez. Nada había cambiado.

- Cálmate, Jack. Ya no puedes controlar nada de lo que le pase.

A ella también le dolía imaginar que Kora iba a perder su primera vida de esa forma, pero tenía que mantener la compostura por el resto de miembros de la Guild. Ver que Jack re-spawnearse en la base había causado que los rumores saltaran, una vez lo habían reconocido sin el cuerpo de cyborg, y Lilith podía oír cómo el ambiente tranquilo de aquella mañana se hacía añicos.

Y lo peor era que ese era el menor de sus problemas. Tenía que haber algo mucho más grande que un ataque aleatorio si había mencionado una prueba. Pero ese era un pánico que podía cundir primero en un círculo pequeño antes de trasladarlo al resto de la Guild.

- Lilith… – Oyó la voz de Dick, y su tono lo decía todo. – Aquí está.


Kora estaba un escalón por detrás de Dick, con la mirada baja y triste. El otro le dio un empujón suave en la espalda, instando a que subiera los dos escalones que le faltaban, y obedeció lentamente. Lilith avanzó hacia ella, poniéndole una mano en el hombro.

- Lo siento, Kora. – Intentó apartar la brusquedad que Jack le había sacado para hablar con la chica. La regañina podía esperar. – Tenemos que hablar.
- Sí… me lo imagino. – Kora entró unos pasos en la sala, y abrió los ojos en sorpresa al ver a Jack. Lilith recordó entonces que Kora nunca había visto a Raiden sin su cuerpo robótico. – ¿...Raiden?

Éste apartó la mirada, y Kora bordeó la mesa de planificación con incertidumbre, insegura de si acercarse a él o no. Con el tiempo en su contra, Lilith la movió, quedándose en medio de los dos, y Dick cerró la puerta antes de colocarse en el lado opuesto de la mesa.

- ¿Pero, cómo…? – Dijo Kora en voz baja, asomándose al lado de Lilith.

Jack no respondió, manteniendo la vista fija en la mesa, y la chica terminó por darse por vencida, dejando caer los hombros con un suspiro. Iban a tener que hablar mucho cuando terminara la improvisada investigación.

- Kora, siento tener que meterte prisa. – Dick ya estaba en su papel de poli bueno. – Pero necesitamos que nos cuentes qué ha pasado después de que Raiden… bueno...
- De que muriera. – Escupió Raiden, gutural. – No hay que darle más vueltas.
- Pues eso.

Tras unos segundos, Kora asintió y empezó a hablar con una vocecilla. La primera muerte dentro del juego dejaba en shock a más de uno, sin contar en las circunstancias en que se había visto.

- Él vino hacia mí, y dijo que me hubiera dejado en paz, que yo no era parte del trato, pero… no podía dejarme ir, y que además serían más puntos. – Kora hizo una mueca. – Entonces… tuve el tiempo justo para beber una Faustian Solution…
- ¿Qué? – Lilith sintió cómo se le desencajaba la mandíbula. – ¡Pero he dicho explícitamente que no podéis usarlo si no es en grupo y con un buen Cleric! Dios mío…

Habían pensado que el Biochemist era lo que peor le podía haber pasado, y sin embargo, resultaba que Kora básicamente se había inmolado. Al menos esperaba que aquel sacrificio no hubiera sido en vano…

”Otro “al menos”, ahí está.”, pensó con amargura.

- Lo siento… – Los ojos de Kora se llenaron de lágrimas. – Pero… pero lo maté. Estaba débil, y en el último momento…
- Al menos el muy hijo de puta ha tenido un mínimo de lo que se merecía. – Espetó Lilith. Le pasó una mano por pelo a Kora. – Bravo, Kora, muy bien hecho. ¿Recuerdas algo más?

Kora asintió, limpiándose una lágrima de la mejilla con el dorso de la mano. En aquel momento pitó la Omnitool de Lilith, con un mensaje entrante de Ezio diciéndoles lo que ya sabían, y tecleó una breve respuesta.

- Lo pude examinar durante unos segundos. – Kora se mordió los labios unos momentos, recordando. – Su nick era Steely, un Biochemist. No vi nada de guilds…
- No podemos descartar aún que sean los Hyperion Knights. – Intervino Dick.

Lilith se preguntó si estaba intentando calmar los ánimos o si realmente deberían considerarlo. Tampoco sería tan descabellado.

- Si ha mencionado una prueba y puntos… puede ser sencillamente un rito de iniciación ahora. – Continuó Dick. – Ya sabes que nos la tienen jurada.
- Sabían de Sam. – Raiden apretó las manos en un puño. – Intentó provocarme diciendo que lo había enviado él.
- ¿Mencionaron a Sam?

En su frenesí por que enviaran a alguien a buscar a Kora, a Jack se le había olvidado comentarle aquel pequeño detalle. Ahora tenían una pieza más para el puzzle, aunque no estaba segura de si iba a poder encajar en alguna parte.

- Con todo lo que hemos pasado juntos, no me extraña que los Hyperion Knights sepan de lo de Raiden y Jetstream. – Dick continuó con su teoría. – Y ni siquiera hace falta ir atrás, aunque no seamos amigos amiguísimos, alguien puede haber comentado el tema.
- Es verdad. No podemos descartarlo, y tiene sentido que no supieran quién es Kora. – Asintió Lilith.

Dick y ella tenían que hablar. Jack estaba demasiado alterado como para ayudarles a atar cabos, y estaba claro que necesitaba, además de despejarse un rato, hablar con Kora. No hacía falta conocerlo tanto tiempo como lo conocía como para saber que la culpa lo estaba reconcomiendo. Podía oír los “Iban sólo a por mí.”, “Ella no tenía nada que ver.”, “Ha sido mi culpa.”.

- Antes de que os vayáis, un par de cosas claras. – Lilith pasó la vista de Jack a Kora. – No mencionéis nada que pueda indicar que hay un grupo en específico detrás de nosotros.
- Os ha atacado un jugador PVP porque se le ha ido la cabeza cuando le habéis hecho un steal kill, y ha terminado en empate. – A Dick se le ocurrió una versión rápidamente. – Tampoco es tan raro que hayáis perdido una vida a estas alturas, así que no déis muchas explicaciones.

Lilith asintió, mirando de un lado a otro. Los dos parecían de acuerdo, aunque sin muchas ganas de decir nada. Kora parecía triste, probablemente porque era la primera vez que mataba a otro jugador. Aunque había desobedecido la máxima de ir sin un grupo siendo apenas segundo job, a Lilith le daba pena enviarla sin poder darle la charla de rigor, pero no había tiempo. Sólo podía esperar que Jack no lo estropeara aún más.

- Nos vemos luego.

Con una palmadita en el hombro de los dos a la vez, los puso en marcha. Murmurando despedidas, salieron de la sala. Lilith y Dick esperaron a oír la puerta cerrarse con un ruido metálico antes de decir nada.

- Tú primero. – Dijo Lilith. – ¿De verdad crees que son los Hyperion Knights?
- No sé qué pensar, Lilith. – Dick se cruzó de brazos. – Más bien quiero creer que han sido ellos.

Apoyando ambas manos en la mesa, Lilith dejó caer la cabeza con un bufido. Los dos sabían muy bien por dónde podía ir una posible segunda teoría. Pero por el bien común, era preferible tachar a los Hyperion Knights de la lista antes de ponerse en la peor situación.

Básicamente, del mismo modo en que tú y otros queréis salir del juego, hay gente que… simpatiza más con el GM. Dos bandos, ni buenos ni malos.” Recordar las palabras de Sam hizo que le recorriera un escalofrío.

Apartó el pensamiento de su mente por el momento. Aún si pudiera darle respuestas, no tenía forma de contactar con Sam, por lo que tenía que centrarse en seguir las pistas que tenían al alcance.

- Entonces vamos a hacerles una visita.
- Estás loca. – Respondió Dick. – Si uno de ellos ha podido quitarle una vida a Raiden, es que se han vuelto mucho más fuertes de lo que creíamos. ¿Cómo vamos a ir a su propia casa?
- Raiden estaba solo y tratando de cuidar a alguien de segundo job. – Continuó Lilith. – Si vamos un buen grupo se lo pensarán antes de tirar la primera piedra. ¿O qué pensabas hacer tú al respecto?
- Vale, vale. – Dick levantó ambas manos. – Pero, Lilith, si han sido ellos, tenían que saber cuándo Raiden iba a quedarse solo.

Era volver a acusar a alguien de la guild. Lilith no sabía qué era peor, si espiar para los Hyperion Knights o para gente que apoyaba al GM.

- Yo me encargaré de organizar el equipo. – Concluyó Lilith. – Tú usa tus habilidades de detective y trata de averiguar si alguien ha estado chivándole cosas a los Hyperion Knights.
- Apúntame para la excursión, hace tiempo que no visito Galbadia. – Dick asintió. – Yo iré preguntando, pero si hay un topo… no creo que mucha gente supiera qué iba a hacer Raiden esta mañana.

Entendió el mensaje implícito: tendría que haber sido alguien cercano. Soltó un bufido, rezando silenciosamente para que hubiera otra explicación. Por descabellada o salvaje que fuera, estaría dispuesta a creérselo.


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #18: August 30, 2015, 03:47:57 PM »
#42.

X
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-Siguiente parada, Galbaldia -Gyro se tocó el ala del sombrero, levantando la vista y observando por la ventana, el río que les había estado acompañando a lo largo de aquel recorrido. Ya había pasado más del mediodía, pero sólo hace un rato que se había despertado de su improvisada siesta, aunque dormir en el tren nunca lograba quitarte del todo, la pereza de encima.
Shura siguió la dirección que señalaba Gyro, pegando el rostro a la ventana para ver la ciudad desde la distancia y a la que se iban acercando poco a poco, además, se notaba el paisaje cambiando, la naturaleza dejaba pasos a campos labrados, aunque no se veía nada sembrados en ellos, algunas de apariencia abandonadas, y después el río atravesados por puentes, que aunque parecían modernos y con un aire futurista, alguno de ellos daban un aspecto como estropeado.
-Si lloraste con los Puentes de Madison, espera a ver los Puentes de Galbaldia -la broma de Gyro, hizo sonreír a Shura.
-La ciudad no está nada mal, -Dante se unió a aquello de pegarse a la ventanilla para ver el paisaje-, aquí es donde hice mi prueba para Gunslinger. En cuanto compré munición y haga algunas mejoras, os puedo enseñar lo mejor de la ciudad, salir un rato por la noche y pasarlo bien para variar.
-Estoy impaciente… pero yo me quedo en el tren -Gyro se reclinó sobre su asiento-. He comprado mi billete hasta Amarillo.
-¿Vas a dejar que muera nuestra gran historia de amor, Gyro? -Dante le guiño un ojo-. Mira que un chico como yo no lo vas a tener todos los días.
-Es tentador, déjame que lo piense. Lo siento Dante -no tardó ni medio segundo en “pensarlo”-, el billete me ha costado 5000 créditos, y creeme, no vales tanto. Esperó que no se te haga muy difícil olvidarme.
-Ya no me acuerdo ni como pelotas te llamabas -Dante puso los ojos en blanco mirando hacía Shura para bromear, mientras Gyro reía de aquella manera tan característica con sus “Nyo-ho!”.

Dante se separó de la ventana resoplando y mirando hacía Gyro y Bayonetta.
-Pues ya casi estamos en nuestra parada… Shura y yo nos quedamos aquí.
-¿De verdad? -Bayonetta interrogó a Shura con la mirada, ella le había hecho la proposición de quedarse a su lado la otra noche en el lago.
Shura asintió.
-Tengo que subir de nivel, y no quiero tener que comprometer a nadie más.
-No sería ninguna molestia que te quedases con nosotros, o al menos conmigo.
-Gracias… pero digamos que Dante y yo tenemos una cuenta pendiente.
-Vaya… -la mujer suspiró, no era de las que insistieran al igual que tampoco era de las que ofrecía su ayuda por quedar bien, realmente le hubiera gustado continuar su viaje con Shura, pero qué se le iba a hacer. Acabó por abrir su Omnitool- déjame que al menos te añada a mi lista.
-Claro.
-Menudo privilegio… ¿quieres añadirme a mí también? -Dante abrió su Omnitool dispuesto a enviarle los datos a Bayonetta.
-No. -Sin más que añadir, Bayonetta no le prestó atención.

El tren comenzaba a detenerse, los dos chicos se adelantaron para bajar, seguidos por sus otros dos compañeros que continuarian en el tren su viaje, pero que aprovecharían para despedirse desde el andén.
-Esperó que nos volvamos a ver Shura -Bayonetta le dedicó una sonrisa sincera.
-Muchas gracias por todo chicos.
-Cuidaos los dos y si volvemos a encontrarnos podr-
Gyro no llegó a terminar de hablar, unos tipos habían saltado del vagón, prácticamente empujándolos a él y Bayonetta obligándoles a sujetarse de los asideros junto a las puertas para no caerse. En su camino, arrollaron a Shura que antes de caer, la sujetaron de los brazos arrastrándola con ellos a la carrera, fue tan repentino, que la chica no tuvo ni tiempo de gritar, sencillamente mirando con perfecto gesto interrogativo, a sus tres compañeros que también la miraban estupefactos.
-¿Acaso Shura les conoce? -Gyro veía como se alejaban, pero no reaccionó hasta que Bayonetta saltó del vagón en su busca.
-¡La están secuestrando! -Fue lo único que tuvo tiempo de decir mientras los dos chicos se miraban entre ellos aún encajando lo que aquello significaba.
-Entonces no se conocen… -Dante salió a la carrera seguido por Gyro comprendiendo la situación, Bayonetta iba por delante de ellos, con los brazos pegados a los costados moviendolos rítmicamente en aquella carrera de fondo por alcanzarles y ganar aquellos metros que aquellos dos secuestradores habían sacado de ventaja al sorprenderlos.
Shura comenzó a percatarse de la situación, intentando revolverse y luchar para librarse de aquel agarre, pero le retorcieron la muñeca en cuanto lo intento mientras el secuestrador siseaba amenazante como una cobra.
-Ni lo intentes.
Bayonetta los alcanzaría en un minuto, debían de darse prisa, en una coordinación propia de la planeación, uno de aquellos individuos sacó de su inventario, una botellita con un líquido que Shura reconoció muy bien: se trataba de un Warp.
Luchando hasta el último momento para escapar, sólo le quedó gritar cuando vio el frasco romperse y producir su magia. Entonces la visión de la mujer corriendo para ayudarla, y toda la estación de Galbadia, se fundió en negro cuando se vieron transportados.

Bayonetta llegó hasta el punto donde habían desaparecido, deteniéndose y mirando a su alrededor, no había opciones de que estuvieran ya allí, y simplemente le quedó sentirse frustrada. En un suspiro que más bien fue como un gruñido, Bayonetta se acomodó el pelo detrás del lóbulo de la oreja, avanzando en dirección hacía sus otros dos compañeros, que se detuvieron cuando la mujer los rebasó a su paso.
Completamente desconcertados, se acercaron hacia ella, siguiendo sus pasos cuando no se detuvo ni un momento. 
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Shura?
-¿Y cómo quieres que yo lo sepa, Dante? -Su tono de voz era cortante a causa del enfado, pero aquello no les paro.
-Claro que algo sabes, -Gyro intentó detenerla sujetándola por el hombro, pero con una fuerte sacudida se lo quitó de encima-. Tu sabes algo que nos estas ocultando, ¿cómo si no ibas a deducir tan rápido que la estaban secuestrando?
-¿Estáis ciegos o no habéis visto lo mismo que yo? -Bayonetta se detuvo un instante para fulminarles con la mirada, haciendo un gesto con la cabeza en dirección al andén-. Ahora no tenemos tiempo de hablar, tenemos que coger el siguiente tren, os lo explicaré todo, creo que sé donde se han llevado a Shura -miró en su Omnitool la información de Shura que acababa de compartir, confirmando entonces sus peores temores.
-¿Si lo sabes por qué no tomamos un Warp? -Dante aceleró el paso para asegurarse de que no perdían el tren, que ya había comenzado a pitar anunciando que su salida estaba próxima.
-Los Warp no son seguros a donde vamos… podríamos dejar rastro, y si sospechan que yo ando detrás de Shura…
“Podrían matarla” -Por supuesto no dijo aquel pensamiento en voz alta, pero ¿realmente serian capaces? Sólo por arruinarle la vida, aquel grupo ¿se atreverían a sacrificar a una White Mage? No lo dudaba, habían podido hacer lo mismo con Jeanne, el líder de la Guild que se había llevado a la chica, estaba completamente loco.
-Pero, ¿dónde está Shura? -Gyro saltó dentro del tren detrás de Bayonetta, ayudando a Dante a engancharse al vagón que ya había comenzado a avanzar por las vías.
-En Sin City.
Era el lugar donde había estado aquella ridícula Guild a la que antaño había pertenecido.



 Shura no reconocía el lugar donde se encontraba, nunca había conocido un lugar como aquel, literalmente sacado de una novela negra, donde todo a su alrededor era en blanco, negro y grises, no sólo era por la polución, que indudablemente flotaba en el ambiente, era más bien, como si con pisar aquella ciudad, pasarás a formar parte del teatro que esta ofrecía. Además, con sus ropas de White Mage, Shura sentía que brillaba resaltando entre todo lo demás, como un rayo de luz blanca entre las sombras.
Siguió resistiéndose, protestando entre gritos y gruñidos que no dejasen de arrastrarla al interior del edificio que estaba al lado de donde habían aparecido.
-Estate quieta. ¡Estate quieta! -Aquel individuo le soltó una bofetada que cambió los gritos de protesta por un quejido de dolor de la White Mage, el tipo en cuestión pareció arrepentido un segundo, actitud que su compañero detectó, asustándose más por el acto de su compañero de un modo que Shura no llegaba a comprender.
-¡No teníamos que hacerle daño! ¡Eran las órdenes del jefe!
-Bueno… ¡ella se lo ha buscado! ¡Además, no le he hecho nada! -Parecía que intentaba convencerse a sí mismo con aquello, Shura asimiló que no tenía ninguna posibilidad, no tenía fuerza con la que enfrentarse a aquello dos jugadores, pero en vez de hundirse en la frustración, comenzó a imaginarse cómo iba a acabar con aquellos tipos en cuanto consiguiera subir a Job Monk.

La arrastraron por el edificio, no había ascensor y no les quedaba otra que ascender por las escaleras, Shura calculó que de los ocho pisos, se habrían detenido en el cuarto, uno de aquellos tipejos, de los que no pudo identificar el Job, ya que únicamente vestía uno con un simple pantalón y cardigan, y el otro con una gabardina desgastada. El del cardigan llamó a la puerta, abriéndola un tercer chico, el más enclenque y que también llevaba una gabardina que le daba un aspecto tan lamentable como si más que un hombre se tratase de un perchero. El tipo enclenque miró alrededor para asegurarse de que no había nadie inesperado, fijando por último sus ojos en Shura y abriendo la puerta para permitirles entrar.
-Jefe, ya han llegado.
Los tres hombres enmudecieron, empujando a la chica al centro de una sala completamente desangelada si no fuera por una maltrecha barra y dos sillas alrededor de una mesa, Shura suponía que el que no tuviera sitio, sería tan cutre de sentarse en el suelo.

Fue entonces cuando el sujeto denominado jefe, se separó de la ventana, mirando a Shura a través de unas gafas de montura, no parecía mayor que ella, y mantenía un gesto que pretendía ser serio pero que lo hacía más amargado. El tipo se pasó una mano por el pelo corto y completamente ensortijado, parecía suspirar tranquilo, seguramente no había confiado en ningún momento que aquellos matones cumplieran la sencilla misión con éxito, y estaba sorprendido a la par que aliviado.
-Por fin… -se acercó a Shura, que al principio dio un paso hacía atrás intimidada por la nueva presencia, pero que acabó paralizada cuando este la agarro del mentón para observar su rostro lastimado por la anterior bofetada.
El tipo se giró hacia sus subordinados pasando al lado de Shura e ignorándola.
-¿¡QUIÉN LE HA HECHO ESO!? -Su calma quedó en un segundo plano cuando dijo aquello en pleno ataque de histeria.
El tipo del cardigan señaló al de la gabardina, al que su jefe dio una bofetada en la cara, muy similar a la que había dado a Shura.
-¡Acércate! ¡ACÉRCATE inútil! -Le arrastró junto a Shura-. ¡Vamos White Mage! ¡Devuélvele el golpe!
Shura no sabía que hacer, aquel tipo esperaba sin inmutarse que Shura le golpeasen para acabar con aquel tema, como si devolver una simple bofetada fuese suficiente retribución…
Igualmente, Shura no se contuvo y le golpeó… con una bofetada que fue más sonora que efectiva.
Pero era algo que al jefe pareció contentarle.
-Oh… -la tomó de la mano con la que había dado el golpe, acariciándola como si fuera un cachorrito-. Eres una linda White Mage… tus stats de magia son perfectos, apenas tienes fuerza, eso me gusta.
-Ghiaccio… -el tipo del cardigan habló, revelando a Shura el nombre de aquel tipo tan extraño-, creo que Umbra Bitch iba en su grupo, nos persiguió mientras escapábamos y creo que era ell-
-¿¡QUÉ!? -Miró con ojos asesinos hacía Shura, retorciendo la mano sin que llegase a sentir el dolor cuando se quedó sin aire por la sorpresa y aquel cambio de actitud-. ¿¡Habéis traído a una amiga de esa zorra hasta mi!?

Algo en la mirada de aquel loco, hizo que a Shura le atravesará un escalofrío. Algo iba terriblemente mal.
« Last Edit: March 08, 2016, 04:43:02 PM by Shura »


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #19: September 29, 2015, 01:02:38 PM »


047the heart grows fonder

La figura del Samurai, delante de ella, descendía llevándole un par de escalones de ventaja. Kora no estaba segura de si quería hablar, todavía insegura de qué era lo primero que quería preguntar. En silencio, observó la espalda de Raiden, tensa hasta el punto de que los músculos se marcaban por debajo de la sencilla y ajustada ropa gris oscuro que ahora vestía en lugar de su armadura.

Alguien de la guild se acercó a ellos cuando pasaron por la sala principal, empezando una pregunta que Raiden ni permitió terminar con una respuesta seca que lo envió de vuelta a sus asuntos. Sintió la mirada del otro jugador caer sobre ella, y Kora agachó la cabeza, encogiéndose de hombros mientras se cruzaba de brazos para protegerse tanto de preguntas como del frío que la recibió en la calle de Sanctuary.

- No tendrías que haberme seguido.

Durante varios minutos, Kora había caminado detrás Raiden casi en un trance, insegura de qué pensar. Levantó la vista, incapaz de responder, y el otro volvió a hablar, alzando la voz de forma que sonaba un poco menos como un siseo y más como un gruñido.

- Si te hubieras quedado… Tenías que meterte, sí o sí… – Aunque cada vez hablaba más alto, no se dignaba a girarse hacia ella. – ¡Moonshine, te había dicho que no me siguieras!

En otro momento, Kora hubiera simpatizado con Raiden. Cuando la sensación de morir sangrando por cada orificio de su cuerpo fuera sólo un recuerdo distante, cuando la idea de haber robado una vida a otra persona se asentara en su mente, cuando el crujido de la armadura metálica rompiéndose dejara de acecharla con cada paso. Una vez su propia culpa se hubiera apagado habría podido entender la respuesta de Raiden, pero en aquellos momentos, no podía ofrecer un consuelo que ella misma no había recibido.

Por sus mejillas cayeron lágrimas de rabia y vergüenza, acumulándose en su nariz y barbilla al tener sus manos ocupadas en dos puños apretados. Los sollozos que trataba de reprimir se escaparon, uno más ruidoso que el anterior, pero ni aún así consiguió que Raiden se girara hacia ella. Ni siquiera era digna de que la mirara, lo cual hacía que llorara con más fuerza aún.

- Deja de llorar, Moonshine, ¿de qué te sirve ahora?

Kora hubiera querido hacerlo. Dejar de llorar, tragarse el nudo en su garganta y poder hablar, aunque todavía no estaba segura de qué iba a decir. Raiden permaneció en silencio unos segundos antes de volver a hablar, algo más calmado a pesar de su tono ronco.

- Pero esto no volverá a pasar. A partir de ahora, tú y yo iremos en grupos diferent-
- No.

La voz le había salido sola, una respuesta automática.

- ¿¡Eso es lo que se te ocurre ahora!? ¿¡Irte!? – Kora ahogó un sollozo indigno, pero no dejó de hablar, sin ponerse ningún tipo de restricción. – Irte… y así ya no te molesto más. ¿Cuánto has estado esperando para ésta oportunidad? ¡Lo sé! ¡Ha sido mi culpa! ¡¡Todo ésto ha sido mi culpa!!

Kora levantó las manos, cubriéndose el rostro para frotarse las lágrimas entre hipidos. Había algo que quería pedir a gritos, una necesidad que rugía dentro de ella y que cada vez la confundía más y más. Pero no podía encontrar las palabras.

- Cuánto tiempo tienes que haber estado esperando este momento…

No vio moverse a Raiden hasta que estuvo frente a ella. Una mueca desagradable cruzaba su rostro, frunciendo el ceño y arrugando el labio hasta parecer que le estaba enseñando los dientes. Y en sus ojos, ahora azules, sin ninguna cicatriz o implante cibernético, sólo podía ver rabia.

- Estoy haciendo lo correcto, Moonshine. – Casi pareció escupir su nombre. – Tú y yo no tenemos nada en común. ¡Nada! Eres una niña desagradecida y arrogante. ¡Deja de seguirme! ¡Llevo diciéndote que te apartes de mí y me dejes solo, y no haces más que ir derás de mí! Y sé lo que quieres… Pero olvídate, tú no puedes arreglarme. ¡No sabes nada de mí!

Cada palabra parecía una bofetada, y Kora sabía que estaba haciendo el ridículo llorando tan abiertamente. Sin tan solo encontrara otra respuesta…

- Te he dicho que no me sigas, Moonshine. Vete con Maya, con Asami, Jolyne y Elizabeth. ¡No me necesitas, y yo no te necesito! ¡No tienes nada que pagarme por haberte traído aquí! Estoy mucho mejor solo, y tú estás mucho mejor acompañada.
- No… no es verdad…

Kora se tragó otro sollozo.

- Tienes que ser siempre el héroe, ¿no? Y cuando no puedes… siempre haces lo mismo, lo mismo… Te pones histérico, ¡y todo es culpa mía! ¡Culpa mía por haber estado allí! ¡Por no haberte hecho caso! ¡¡Porque no te he dejado solo!!

Buscaba devolverle cada bofetada, herirle ahora que no llevaba armadura, por patético que resultara su esfuerzo cuando tenía el rostro lleno de lágrimas.

- ¡Es mi culpa que no puedas vencer a Sam! ¡Que Maya perdiera una vida! ¡Que Lilith no confíe en ti! ¿¡Verdad!? ¡Es porque he estado contigo! ¡Por eso he perdido hoy una vida! ¿¡Verdad que sí!?

Raiden sólo la miró con aquella expresión de furia que parecía teñirse de desprecio.

- Te he dicho que no me conoces. ¡Deja de intentar curar al trágico héroe o como sea la historia que te has inventado, y céntrate en sobrevivir! ¡Déjame en paz! ¿¡Cómo tengo que explicártelo!? ¿¡Vas a tener que perder otra vida hasta que entiendas que no tienes nada que hacer conmigo!? No, Moonshine. Si vuelves a acercarte a mí…

Kora ni siquiera vio la katana. Sólo sintió cómo cortaba el aire antes de que su filo acariciara su cuello.

- Si vuelves a acercarte a mí, te ahorraré tiempo y te quitaré una vida de forma rápida e indolora.

No pudo responder. Hasta las lágrimas habían dejado de caer, y los hipidos habían cesado. El cuerpo de Kora se había quedado frío por dentro, sin moverse mientras Raiden envainaba su katana antes de marcharse calle abajo.

El espectáculo había terminado atrayendo la atención de algunos Crimson Raiders, y pudo distinguir voces familiares que le llamaban y le hacían mil preguntas. Kora terminó por reaccionar, moviéndose hasta asomarse por el grupo de jugadores que le estaban hablando.

- ¡Vete, Raiden! ¡¡Vete si es lo que quieres!!

Le dolía la garganta al gritar, pero lo peor de todo era que estaba llorando otra vez.

- ¡¡Vete!!

---

- ¿Así que Raiden se ha ido de verdad?

Elizabeth miró expectante a Maya, quien terminó su bebida de un trago antes de dejarla con un golpe seco en la mesa de Moxxi’s.

- Sigue en los Crimson Raiders. – La Time Mage se encogió de hombros. – Si no quiere seguir en party con nosotras, es su problema. De hecho, es mejor así.
- ¿Por qué? – Preguntó Jolyne, arqueando una ceja. – Nos hacía de buen tanque.
- La diferencia de nivel entre Raiden y nosotras era demasiado alta. La verdad… en éstos días podría haber ganado muchísima más experiencia si hubiera estado con jugadores de su nivel. Con nosotras tenía que bajar el listón para ponerse a la altura de gente de hasta primer nivel.

Maya levantó su bebida vacía, haciendo rodar el hielo en el culo distraídamente.

- Ha hecho bastante por nosotras. – Continuó Maya. – Si prefiere ahora centrarse en sí mismo, ¿qué podemos echarle en cara?
- No creo que sea eso.

Elizabeth suspiró después de hablar, y Jolyne asintió ante las palabras de su compañera, cruzándose de brazos. Maya sólo se quedó en silencio, fingiendo interés en el hielo en la bebida.

- Elizabeth tiene razón. Creo que se siente mal porque Kora haya perdido una vida.
- Entonces ya es mayorcito para saber que la respuesta no es patalaear e irse. – Respondió Maya, entrecerrando los ojos.
- ¿Y qué opina Lilith?

Aunque Maya y Kora habían perdido una vida en diferentes circunstancias, al igual que ella misma, Elizabeth prefirió cambiar el tema de la forma más sutil que pudo.

- Lilith tiene ahora bastante que hacer como para hacer de niñera de Raiden. Además, nosotras nos las apañamos bien… ¿No tenías un plan de quests, Elizabeth?
- Es verdad.
- ¿El qué?
- He estado haciendo recuento de las quests que podríamos hacer por nivel en cada ciudad del mapa. – Explicó Elizabeth. – Con la ruta que he calculado, además, iríamos a pie y sacaríamos el máximo de experiencia posible.
- Wow. Sí que te lo has currado.

Jolyne abrió los ojos en asombro al ver el mapa que Elizabeth le mostró en su Omnitool, y la chica sonrió, orgullosa de sí misma.

- Quizá algunas quests sea mejor no hacerlas de momento sin un tanque como Raiden… – Murmuró Elizabeth rápidamente, cerrando la Omnitool. – Pero no vamos a tener una pérdida de experiencia importante.

Maya volvió a la mesa con otra bebida y un trozo de tarta con corazones de gominola.

- Podemos arreglárnoslas solas. – Dijo la Time Mage, comiéndose uno de los corazones primero. – Ahora falta que Kora se recupere del disgusto…
- ¿Está Asami con ella? – Las otras dos chicas respondieron con un asentimiento de cabeza a la pregunta de Jolyne. – Entonces estará bien pronto.

---

- No ha sido tu culpa, Kora. Parezco un disco rayado, lo sé, pero es verdad…

Kora respondió con un sollozo bajo. Le dolía la cabeza, y si le hubieran dicho que perdía también estamina por llorar se lo hubiera creído, pues se encontraba agotada. Asami puso una mano en su pelo, rodeándola con su brazo y acariciándola hasta el hombro.

- Has hecho lo correcto. – Insistió Asami. – Se lo merecía, Kora.
- ¿Y si está muerto de verdad?
- No pienses en eso.
- Lo peor… lo peor es que prefiero que fuera su última vida.

Las lágrimas volvían a picarle, y se llevó las manos para frotárselas antes de que cayeran. El cuerpo le temblaba, sacudiéndose con cada sollozo.

- ¿Y si vuelve…?
- Ahora estamos preparados. Si vuelve, no te quedarás sola contra él, te lo prometo.

Asami continuó frotando el hombro de Kora, quien apoyó la cabeza en el suyo. Los párpados le escocían, aliviándose ligeramente al cerrarlos. Se quedó en silencio, pensativa. Tenía tanto en mente, que sentía que cada vez que hablaba vomitaba un torrente de palabras sin sentido, pero Asami la había escuchado. Había escuchado, siempre con un comentario positivo, sin castigarla.

La chica la había arrastrado del grupo de Crimson Raiders que la rodeaba después del abrupto final de la discusión entre Raiden y ella. Apenas recordaba esos instantes, perdidos en un borrón de lágrimas, y cuando se dio cuenta, estaba en su habitación en la guild, llorando y balbuceando tonterías.

- Ni siquiera Raiden pudo hacer nada.
- Raiden sólo es un jugador.
- Ha sido mi culpa que se vaya. Éramos más fuertes con él.

Aunque estaba exhausta, empezaba a sentir algo parecido a la tranquilidad. Ni siquiera había dicho con rabia o culpa la última frase. Sólo quería sacarse otra variante de los pensamientos que rondaban su cabeza, los cuales no desaparecían del todo a pesar de las dulces palabras de Asami.

- Creo… creo que Raiden tiene sus propios problemas. – La Mechanic dudó unos momentos antes de continuar. – Pero… estoy segura de la única persona a la que culpa es a sí mismo.
- Si no le hubiera seguido, no hubiera perdido una vida… sólo quería… quería…

Prefirió no terminar la frase para evitar avergonzarse a sí misma. Se sentía rídicula sólo de pensarlo.

- Y si no hubiéramos estado conectadas el día en que cerraron el servidor, no estaríamos aquí ahora. – Suspiró Asami. – Kora… no es culpa de ninguno de los dos. Sólo del capullo ese y del GM.

Kora se quedó en silencio unos momentos. Le pesaban los párpados, y el hombro de Asami era cada vez más cómodo.

- Quiero irme a casa… – Murmuró, suspirando exhausta.

Asami apretó su hombro con la mano al tiempo que recostaba su cabeza contra la suya, apoyándose en ella.

- Nos iremos a casa. Te lo prometo.


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #20: September 30, 2015, 10:38:34 AM »
Luego edito con iconos  ;D

*shura* *ghiaccio*

#43.

La mente de Ghiaccio iba a toda velocidad mientras apretaba los dientes y los ojos casi parecían salirse de sus órbitas a causa del enfado y aquellas gafas de pasta fuera la barrera que los mantuviera en su sitio. .
-¡Hay que borrarle la Omnitool! -Acabó por declarar con un rugido de rabia.
-¿¡QUÉ!? -Shura intentó protestar demasiado estupefacta por la situación, pero los cuatro se abalanzaron hacia ella para retenerla, agarrándola por el brazo hasta hacerle daño. y abriendo sin su consentimiento la Omnitool-. ¡NO! ¡No por favor!

Por encima del dolor físico, resistiendo a base de patadas y arañazos lanzados a ciegas con su brazo libre, que aún consiguieron herir, o al menos molestar, a alguno de esos cuatro, hasta el punto que tuvieron que tumbarla en el suelo para contenerla. Sintió como le golpeaban en la barbilla, dejándola por unos segundos aturdida, agarrando la manga del traje blanco de Ghiaccio mientras seguía ignorándola, trasteando con la Omnitool hasta conseguir abrirla y buscar la información que necesitaba. Shura simplemente alcanzaba a decir “no no no” entre toda la confusión, sin llegar a diferenciar si su mensaje llegaba a sus atacantes, o la palabra repetida una y otra vez, sólo se acumulaban en su cabeza entre todo aquel caos.

Pasó un segundo retorcida de dolor en el suelo antes de darse cuenta de que la habían soltado, alguno de los tipejos lanzaba risas despectivas hacia la escena, henchidos en superioridad. Su líder, Ghiaccio, les hizo un ademán para que guardaran silencio y observaran atentamente la reacción de Shura por si pretendía escapar o atacarles.   
La chica se intentó poner en pie, tambaleándose hasta llegar a la pared, intentando apoyarse en ella y temblandole las rodillas hasta el extremo de darse cuenta de que no podían sostenerla, dejándose escurrir por la pared hasta acabar sentada en el suelo. Recuperando la respiración a marchas forzadas mientras el grupo se acercaba lentamente, cerrando cualquier vía de escape, como si se tratase de un animalillo herido y asustado.

Shura iba recuperando el autocontrol, el dolor aun persistía, pero una angustia mayor se había apoderado de su pecho.
“No puede ser.”
Abrió la Omnitool y durante unos segundos vio las letras naranjas de la pantalla borrosas y confusas, parpadeando un par de veces con fuerza consiguió distinguir al fin lo que fatídicamente esperaba que hubieran hecho. Su lista de contactos estaba vacía, no estaba registrada en ninguna Party, sus mensajes estaban borrados y los últimos contactos bloqueados.
No perdió la esperanza y buscó agregar a Jojo, casi temiendo que los dedos temblorosos le dificultasen poner esas cuatro letras.
-Es inútil.
La chica ignoró el comentario de Ghiaccio y su manera sardónica de decirlo, pero el mundo se le cayó encima cuando la Omnitool le pedía una contraseña para mandar la solicitud.
-Hemos bloqueado las listas y añadido una contraseña, por eso te he dicho que era inútil.

Shura enmudeció, mientras su cara iba poniéndose roja, conteniendo la respiración y mirando fijamente hacía Ghiaccio que por un momento pensaba que iba a atacarlo, pero para sorpresa del Elementalist, Shura rompió a llorar, no tanto por el dolor como por lo desbordada que se sentía por toda aquella situación. Se sentía completamente sola y perdida, que había fallado y traicionado a sus amigos aunque no hubiera sido ella la que hubiera borrado la lista, y muy dentro suyo, se sentía arrepentida por su decisión de querer ser Monk, quería ir corriendo hasta donde estaban sus compañeros y disculparse por su capricho. Pero el desasosiego de que aquello ahora era imposible, le hizo llorar con más fuerza pegándose las manos a la cara totalmente desamparada. 

Ghiaccio, que no se esperaba aquello, dio un paso hacía atrás ante las lágrimas, pero más allá de sentir remordimientos por sus acciones, lo que se sintió fue asqueado por aquellas lágrimas.
-¿Está llorando? -Miro al resto del grupo sin saber cómo reaccionar. -¿Por qué está llorando?   
Arrugó el labio al mirar a la chica de nuevo a la chica que parecía que no iba a parar nunca, sintiendo los nervios a flor de piel al pensar que iban a tener que arrastrarla como parte de su Party, ¿y sí le daba por volver a llorar?
Sin más remedio, Ghiaccio llegó a la determinación de que tenía que calmarla, y de algún modo en el que además, se fortaleciera una relación cordial, para evitar más arranques como aquel en el futuro.
Adelantándose hasta llegar a la chica, con un gemido agónico e incómodo al no estar acostumbrado a aquello, Ghiaccio comenzó a dar palmadas reconfortantes sobre la cabeza de Shura, deslizando la mano por la coronilla como si se tratase de un perro.
-Ya… ya… ea, ea… -Era como un auténtico autómata con aquello.

Al principio Shura no le percató de aquello, pero en un segundo levantó la cabeza extrañada por lo que estaba sucediendo.
Ghiaccio aumento los golpecitos, sin dejar de pensar en la cara de asco que ponía la chica por aquel contacto, ¡pero más asco le producía a él aquella cara roja, hinchada y llena de mocos por las lágrimas! Ghiaccio sintió un desprecio por ella que le llegó hasta el tuétano de los huesos, aquella cara de asco y desprecio, le recordaba poderosamente a una situación muy particular. Tener que depender de nuevo de una mujer, del eslabón más débil de aquel maldito juego, tener que humillarse a consolarla cuando podrían destruirla en un momento.

Ghiaccio aumento la fuerza con la que daba los golpes, ya no eran caricias, con los puños cerrados la golpeaba en la cabeza con la misma precisión y fuerza que un niño enfadado, provocando que Shura se cubriera la cabeza y comenzase a sentirse más enfadada que dolorida.
-¡No se te ocurra traicionarnos! ¡NI SE TE OCURRA! -Acompañaba cada palabra con un golpe, hasta que sus compañeros le tomaron por los hombros apartándole a tiempo de que este diera un último empujón a la chica.
Aquello fue la gota que colmó el vaso, la tristeza y desolación de hace un momento, fue sustituida por una profunda rabia y asco.
-¿¡Quién te crees que eres!? ¡Sois basura! ¡No vais a lograr nada de mi! -Miro a todos desafiante, deteniéndose en Ghiaccio, sintiendo como el enfado le alcanzaba como si fuera una ola, quería golpearlo, hacerle daño, se comportaba como un crío despertando en ella una retahíla de maldiciones igualmente infantiles-. ¡Ghiaccio!
El hombre la miró desafiante esperando sus siguientes palabras, seguramente de venganza.
-¡Hueles a caca de perro!
-NNGGSSSHHH!!! -Cualquier insulto menos aquel, un comentario que le caló porque era un insulto primario contra el que no podía reír como hubiera sido con una amenaza.
Sintió como se ponía rojo de rabia por aquel desprecio.
-¡Encerrarla! ¡Encerrar a Sugus!-Ladró las órdenes una y otra vez desvariando y alzando la voz hasta hacer que cundiera el caos.
-¡Mi nombre es Shura! -Pero aquella muestra de orgullo no sirvió para nada.
De nuevo los tipejos la tomaron por debajo de los brazos, inmovilizándola y llevándola a rastras por la habitación, abriendo una de las puertas y lanzandola al interior oscuro a causa de que las ventanas estaban tapiadas con maderas. Golpeó el suelo con fuerza y cerraron la puerta con un “click” de la cerradura, incluso al otro lado, aún se escuchaban los gritos de Ghiaccio.

Shura no tardó en advertir, que no estaba sola en la habitación. Mirando a su alrededor sin distinguir nada, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda… las ventanas tapiadas, no sólo estaban ahí para que no se viera el interior de la habitación, quizás también sirviera, para fuera lo que fuese lo que había ahí dentro, no escapase. 
« Last Edit: March 08, 2016, 04:44:09 PM by Shura »


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #21: October 31, 2015, 03:05:30 PM »
Aporte de Shura

-¡Y por eso no me fío de las mujeres! ¡Todas parte del mismo aquelarre, siempre andáis con secretos y conspiraciones!
-Joder, Gyro, deja de quejarte o te tiro yo mismo del vagón. -Bufó Dante, cruzándose de brazos y hundiéndose en el asiento unos momentos antes de girarse hacia Bayonetta. Ésta estaba sentada a su lado, en completo silencio a excepción del incesante repiqueteo de sus tacones.- Y tú, Bayonetta… sólo estoy haciendo ésto por Sugus, ¿está claro?
-¿Después de todo el tiempo que hemos estado juntos? -Soltó con un tono a medio camino entre amenazador y seductor, intentando lo último sin mucho éxito. Siguiendo con el juego, la mujer alzó las cejas, como si aquellas palabras la hubieran herido profundamente. En aquellos momentos, Dante podía ladrar todo lo que quisiera mientras colaborase.- Me rompes el corazón.
-Otra mentira, porque para eso, tendrías que tener uno. Te conozco bien, UmbraBitch. -Gyro la acusó con un dedo.- ¿En qué estás metida? ¿Y qué tiene Sugus que ver contigo? Sabes qué, creo que no ha sido casualidad que nos encontráramos con ella…

Bayonetta bufó. Tenía que medir bien sus palabras: aquellos dos inútiles era la única ayuda que tenía a mano. Una palabra de más, y Gyro demostraría que su nick era sólo palabrería, dejándola tirada. A ella, y a Sugus… “Tú tampoco hables de más, Shura.”, pensó como si pudiera alcanzarla. “Hazles perder el tiempo.” Si fingía colaborar, tendrían el tiempo suficiente para que no le hicieran nada serio. Al menos, podría rescatarla a ella, no como a--
Bayonetta sacudo la cabeza. Pensar en Jeanne solo empeoraba las cosas.

-Oye, Bayonetta, estas empezando a acojonarme. -Dante no parecía nada asustado, pero al menos podía apreciar que se preocupara.- No me jodas, si le pasa algo a Sugus, su chupipandi me va a echar las culpas a mi…
-No le va a pasar nada a Shura. -Replico Bayonetta con un estufido tanto para Dante como para si misma.
-Eso habrá que verlo, Ba-yo-ne-tta… si es que ese es tu nombre de verdad… -Gyro entrecerro los ojos.- ¿Que ests pasando aqui? Si quieres que te prste mi imprescindible ayuda quiero la verdsd y nada mas que la verdad.
-Muy bien, idiotas, escuchadme bien porque sólo me voy a explicar una vez.

Bayonetta cerro los ojos, dejando salir el aire de sus pulmones una ultima vez. Tenia que decidir que les podía contar a aquellos dos, y rapido.


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #22: November 23, 2015, 05:55:18 PM »
Reposteo el trocito de Octubre para que quede un aporte completo y ya me aclaro yo para el conteo :)



048leaving sanctuary (1/?)

Las cinco chicas se habían reunido en el primer piso de la base de los Crimson Raiders, tal y como habían acordado la noche anterior. Después de un par de días desde el ataque a las ciudades, la guild no sólo se había reabastecido completamente, sino que había casi duplicado sus reservas de materiales e ítems. Nadie sabía hasta cuándo duraría el brote de diligencia que habían establecido, por lo que el grupo de futuras viajeras se aprovecharía al máximo de ello.

- Elizabeth, sabes que podemos acceder al inventario de la guild cuando queramos, ¿no?

Maya arqueó la ceja al hablar, distribuyendo en su inventario su parte de las provisiones que estaban acumulando.

- Siempre cuesta unos segundos extra acceder al inventario de la guild. Es mejor si lo tenemos todo a mano. Ah, Kora, si no te cabe nada más déjamelo a mí y lo pondré en el carro.

La Sorceress asintió, tendiéndole unas pociones a Elizabeth, que las fue haciendo desaparecer al almacenarlas en el susodicho carro. A diferencia de Asami y Jolyne, que tenían mayor fuerza y por tanto más capacidad de inventario, Kora apenas podía cargar con más en su inventario. Su parte se quedaba en un total de cincuenta y cuatro ítems, pociones, vigores y runas, entre otros.

- ¿Necesitáis algo más, chicas? – Les preguntó el Biochemist que estaba tomando el turno aquel día, no sin algo de ironía. – Creo que todavía os podéis llevar una decena más de pociones.
- No, gracias. – Respondió Elizabeth, sin seguirle el juego.

Con el inventario casi a rebosar, el quinteto salió de la base. A pesar del fino aguanieve que caía aquel día, el sol brillaba entre algunas nubes, iluminando el camino hacia la salida de Sanctuary.

- Voy a enviarle un mensaje a Lilith para avisarle de que ya nos vamos. – Maya abrió su Omnitool, tecleando.
- ¿Todavía no ha vuelto de Galbadia? – Preguntó Asami. – Me extrañaba que no estuviera aquí para despedirnos…
- Pues no, todavía no.

Si Maya estaba preocupada, estaba haciendo un gran esfuerzo para que no se le notara. La Time Mage cerró su Omnitool como si nada pasara. Pero no eran pocos los miembros de los Crimson Raiders que habían notado la ausencia de Lilith, y además, también la de su otro co-líder, así como otros miembros de mayor antigüedad en la guild.

- A lo mejor también han ido a pie. – Comentó Jolyne.
- Entonces es posible que nos los encontremos por el camino. – Replicó Maya, con una media sonrisa. – En serio, chicas, dejad de preocuparos por Lilith. Todo va bien, sólo han ido a hablar.

“Hablar” era un término bastante sencillo en comparación a lo que estaba pasando realmente. Los Crimson Raiders estaban eliminando nombre de la lista de sospechosos del ataque a Raiden y Kora, y uno de ellos eran los Hyperion Knights, asentados en Galbadia.

- Y en cualquier caso, Galbadia no es nuestra primera parada. – Dijo Elizabeth.

Llegando a las puertas de Sanctuary, la Alchemist sacó el mapa del server en su Omnitool. Las ciudades brillaban como estrellas sobre la superficie anaranjada, parpadeando en Sanctuary, la que estaba más al norte. Al oeste de ésta, un poco más al sur, había otras dos ciudades: Galbadia y Mos Eisley. Ésta última era la que más alejada estaba, en el regazo de una cumbre montañosa. Y era, además, la que estaba unida a Sanctuary con una línea de puntos.

Elizabeth avanzó unos pasos, sonriendo.

- Así que, chicas… ¿preparadas para el Neverland Tour?

---


La urbe de Galbadia era gris plomo y oro a su alrededor. A diferencia de otras ciudades del juego, las horas de luz diurna eran escasas allí, aunque no hacía oscuras sus calles. Al contrario, farolas y señales de neón iluminaban la ciudad con un constante resplandor amarillo. Galbadia no era por nada la ciudad más urbanita del juego, y su elevada posición en el mapa se veía compensada por la accesibilidad de la estación de tren, pero sobretodo, por el ambiente tan similar al del mundo real. Coches, tiendas, incluso su propia línea de autobús.

En Neverland, era lo más similar a “casa” que tenían.

- Hay más gente que la última vez.

Nightwing salió el primero de la estación donde les había llevado el Warp, echando un vistazo a sus alrededores antes que sus compañeros.

- No me extraña, ésta es la ciudad más guay del juego. – Le respondió Kate.
- Y eso lo dice alguien que lleva gadas de sol de noche, así que tu criterio sobre lo que es guay es toda una autoridad.

Negando con la cabeza, Kate sólo rodó los ojos tras el cristal púrpura de las mismas gafas. Por suerte para ellos, un pequeño autobús oscuro llegó a la parada casi inmediatamente. El grupo subió y se acomodó, con Lilith y Rose quedándose de pie mientras los otros tres se acomodaban en unos sillones bajo la ventana.

- Galbadia es tan grande como Prorencia, al menos. – Continuó Kate. – No sé por qué no es la capital.
- Supongo que una ciudad medieval pegaba más.
- Perdona, pero primero, Prorencia está basada en la Florencia del Renacimiento. – Ezio intervino con una fingida ofensa ante la respuesta de Nightwing.
- ¿No es lo mismo? – Respondió la Sniper, con una media sonrisa.
- Americanos…

Ezio negó con la cabeza.

El bus se paró, y Lilith, que había permanecido en silencio junto a Rose, aprovechó para cortar una discusión tan superficial cuando tenían mayores problemas que atender.

- Ésta es nuestra parada.

Al bajar, vieron el icónico arco de triunfo de Galbadia alzándose frente a ellos. En aquella calle principal era donde los Hyperion Knights tenían su base, establecida casi al mismo tiempo que la de los Crimson Raiders en Sanctuary. Estaban en el centro de la ciudad, y la gran avenida estaba a rebosar de jugadores. Las vestimentas fantasiosas de algunos jugadores chocaba con el ambiente más Art Noveau y urbanita de la ciudad, por lo que muchos optaban por llevar en la ciudad las armaduras que vendían allí que les daba un aspecto más estilizado.

- Vaya. Me recuerda a cuando estuve en París. – Dijo Kate, observando el arco de triunfo a lo lejos.
- Está basado en París. – Explicó Lilith rápidamente, siguiendo con su búsqueda. – Y la base de los Hyperion Knights debería estar por aquí…

Lilith dio unas zancadas alrededor de la zona, seguida por su party.

Varios minutos después, la supuesta base seguía sin aparecer. Habían encontrado tiendas de jugadores, bases de otra guild, un pseudo-burdel, un White Mage pidiendo unas monedas a cambio de su pobre servicio, una party que Rose señaló como secuestradores… pero no a los Hyperion Knights.

- Quizá se han mudado. – Sugirió Nightwing. – …¿A otro barrio?

El grupo permaneció en silencio unos momentos, estudiando su siguiente movimiento, si es que tenían alguno.

- O cerrado por reformas.

Lilith no le rió la gracia a Nightwing en aquel momento. Tenían que descartar a los Hyperion Knights como enemigos, o al menos, como enemigos abiertamente hostiles. La mujer bufó, girando sobre sus talones y dispuesta a recorrer la ciudad entera si era necesario.

Pero la interrumpió una voz masculina que les ahorró un rato de turismo por toda Galbadia.

- ¿Nos buscábais?

---


- ¿Sabéis que echo de menos?

Las otras cuatro chicas se giraron hacia Jolyne. Desde que se uniera a la party, la Monk raramente iniciaba conversación con sus compañeras, siempre prefiriendo que le hablaran primero. Por ello, cada pequeño paso era recibido con expectación por parte del grupo.

- Mi iPod.
- Es verdad. – Kora le dió la razón. – Llevamos horas caminando…
- Pensaba que los gritos de bandidos y aullidos de skags hacían de buen acompañante musical. – Intervino Maya, sin esconder sorna en su voz.
- Ciertamente música para los oídos. – Corroboró Asami.
- Cuando no nos están atacando, la tundra es tan… silenciosa.

Un silencio siguió a las palabras de Elizabeth, en el que pudieron comprobar hasta qué punto tenía razón. Sin ningún enemigo a la vista, podían escuchar el crujido de sus pasos sobre la nieve que iba cuajándose sobre el suelo helado y su respiración acelerada.

- ¿Y cuánto dices que falta para Mos Eisley, Elizabeth?

No estaba de más preguntar, aunque Maya sabía perfectamente que habían salido de Sanctuary hacía apenas unas horas.
- Dos días…

Un coro de quejidos bajitos siguió a la conclusión de Elizabeth.

- No lo digáis de vuelta en Sanctuary, pero ahora agradecería que viniera con nosotros Milo. – Asami disimuló mal una sonrisita.
- O podríamos cantar nosotras también. – Dijo Jolyne, bufando.
- ¡Oh! ¡Es verdad!

La ironía le pasó desapercibida a Kora, quien ya empezaba a emocionarse, juntando las manos dando palmaditas.

- ¡Yo siempre cantaba cuando íbamos de excursión en el autobús!
- No me sorprende. – Murmuró Maya, haciendo reír a Asami y Jolyne.
- Bueno, yo no conozco ninguna, así que…

Al recordar la situación de su compañera, volvieron a quedarse en silencio. Hasta Kora bajó sus niveles de creciente euforia durante unos segundos. Elizabeth nunca había ido a un colegio, y las pocas excursiones que hacía eran siempre a hospitales, revisiones médicas u otros temas de igual seriedad. Aunque las otras chicas no conocieran los detalles exactos, no les costaba imaginarse lo que implicaba aquella frase.

- Pero… – Elizabeth se dio cuenta de la situación incómoda que había creado accidentalmente. – Podría aprender.
- ¡Sí! ¡Claro!

Kora tardó apenas unos segundos en recuperar el entusiasmo.

- ¿Por cuál empiezo…? ¡Ah, las que más me gustan son en las que se acusa a alguien!
- ¿Se acusa?
- Sí, se hace una pregunta, y se dice un nombre de los que están… se aprende mejor con el ejemplo. A ver...
- ¿En serio vamos a hacer ésto?

Maya habló con total incredulidad, y luego se giró hacia Jolyne.

- Mira lo que has provocado.
« Last Edit: November 23, 2015, 06:03:03 PM by Kora »


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #23: December 30, 2015, 09:26:26 AM »
@Shruikan aquí abusando de tus personajes, perdón por no tener tiempo ni para revisarlo contigo, a cualquier cosa me tienes a tiro de facebook.

*caitlyn* *vi* *seras*

#44.



-Esto es muy extraño -Caitlyn observó tras la mira de la francotiradora, llevaba un rato tumbada para mantener un mejor pulso del arma y precisión a la hora de apuntar, vigilando las decadentes calles de Sin City.
Más que por su labor de justiciera, la mujer se lo tomaba como un deber, como si se tratase de una sheriff del salvaje oeste y ella estuviera dispuesta para hacer limpieza y convertir a la decadente ciudad en una gran nación.

-Si que lo es... y tú ahí tumbada sin que yo este encima tuyo.
Caitlyn sintió la mano de su compañera dándole golpecitos en la suela del zapato para llamar su atención. Vi no era de esas mujeres que se le diera especialmente bien la vigilancia, siempre había preferido la acción, aburriéndose rápido si no podía dar su opinión o dar un puñetazo, lo cual le había ocasionado a Caitlyn más de un dolor de cabeza a la hora de los interrogatorios. Sobra decir, que aunque Sin City fuera el paraíso para cualquiera que quisiera desfasarse en diversión y la ciudad estuviera podrida hasta los cimientos en corrupción y crímenes, aún quedaban jugadores honestos que sólo estaban asustados y querían protección... y que Vi se había encargado de zurrar, por error, claro.

Caitlyn dio una coz para que Vi le prestara atención.
-Hablo enserio, se han llevado a la fuerza a lo que parecía una White Mage, dentro de ese edificio.
-Me encanta cuando me dices guarradas -Vi reía entre dientes ignorándola deliberadamente simplemente por la intención de fastidiarla, mientras subía la mano hasta tocar la cara interior del muslo de la Gunslinger.
Caitlyn retiró la vista de la mira para fulminar a su compañera, Vi se detuvo donde estaba sonriendo desafiante, sintiendo como algo blando y cálido se movía dentro de ella cuando Caitlyn cambió su expresión en una sonrisa felina que nada tenía que ver con la provocación de Vi a la cual había superado con creces, ya que detrás de esa sonrisa, siempre se encontraba la promesa de un encuentro entre ambas.
Y es que aunque Caitlyn estuviera centrada en su labor de justiciera, no estaba dispuesta a descuidar a su pareja, Vi era y sería, su mejor apoyo, el pilar de toda su entereza, y nunca iba a olvidar cuando el GM anunció el cierre del juego, mientras Caitlyn sentía como el mundo se abría bajo sus pies, Vi alzó los puños al cielo gritando con júbilo “¡yuujuuuu! ¡Vacaciones más largas!”, siempre desafiante en su cinismo.

Cuando Vi se iba envalentonando, subiendo por la pierna de Caitlyn, reparó en cómo su pareja alzaba la vista, atendiendo a quien acababa de llegar.
Seras estaba parada en el marco de la puerta que daba a la azotea donde se encontraban Caitlyn y Vi, paralizada por un momento por la escena y a punto de retirarse para dejarles intimidad.
-No te preocupes Seras, no estábamos haciendo nada, -Caitlyn le hizo señas con la mano para que se acercase-, ven, hay algo que tienes que ver.

Seras dudo un segundo, respetaba a las dos mujeres y no quería importunarlas con su accidental presencia, pero ya era tarde y a decir verdad, hubiera sido aún más irrespetuoso marcharse cuando Caitlyn la había llamado. Se disculpó con Vi con un movimiento de cabeza, y se tumbó junto a Caitlyn que le ofrecía su arma para que mirase por ella.
-Tienes que estar atenta y aprender a leer los movimientos de la gente, eso será lo que les delate.
-...Yo no veo nada -Seras se mordió el labio incomoda.
-Te lo dije: la calle está vacía.
Caitlyn sonrió con la suficiencia digna de un maestro.
-Las ratas siempre regresan para vigilar su madriguera. -Dejo a Seras vigilando y se acercó hasta Vi-. Lo que ahora necesitamos es un cebo para esas ratas, ya sabes lo que tienes que hacer.
-Entendido.

Vi corrió hasta el borde del edificio mientras alrededor de sus manos aparecían una serie de números binarios que en menos de un segundo se materializaron en unos enormes y pesados guantes de metal. Pero ni con este peso añadido, Vi aminoró la marcha, sencillamente no le molestaban. Saltando por el otro lado del edificio haciendo equilibrio sobre la fachada para agarrarse con aquellos guantes por la pared e ir descendiendo rápida pero de manera controlada.

Seras no dejaba de sorprenderse por las habilidades de la Stalker.
-Su especialidad son las emboscadas, Vi es muy rápida pero también muy precisa -el orgullo impregnaba las palabras de Caitlyn-, observa bien lo que hace.
Seras se acercó a la mirilla, a los pocos segundos Vi estaba delante de la puerta que vigilaban, dejo algo en el suelo que claramente era una trampa, la que rápidamente desapareció sólo quedando el cebo: un cupcake.

-No tienen que tardar en aparecer -la Gunslinger estuvo unos segundos en vilo, hasta que pudo respirar tranquila cuando Vi regresó con ellas.
-Pastelito... -era su apodo privado para Caitlyn-, siempre me he preguntado, ¿no es demasiado obvio poner un cupcake como cebo?
Como respuesta, se encogió de hombros, dejando aún más desconcertada a Seras que aún se preguntaba porque un pastel.

-¿Tienes idea de a quién queremos aplastar?
-Interrogar -Caitlyn corrigió a Vi al instante.
-Lo que sea. ¿Quienes son?
-Bueno, no lo sé, pero es lo que vamos a averiguar. Seras -la sonrisa conciliadora de la Gunslinger le dio mala espina-, voy a bajar con Vi, te pido por favor que nos vigiles.
-Vale -Seras miró de refilón el arma que sostenía-, ¿y si os atacan?
-Simplemente dispara, confío en tí, lo harás bien.
 -¡Espera! N-ni siquiera soy Gunslinger, podría heriros, o peor ¿qué pasaría si…?
-Lo vas a hacer bien -o la confianza de Caitlyn en Seras era desmesurada, o…

Vi tomó a su compañera por la cintura dirigiéndose una vez más a Seras.
-No te preocupes por apuntar, sólo dispara si las cosas se complican, no saldrán a campo abierto si piensa que hay un francotirador apuntándoles.
O efectivamente, pensaba que no tenía tan buena puntería.
-Por tu bien, no falles -La amenaza prácticamente quedó en un segundo plano pareciendo que Vi sólo quería decir la última palabra.

Las dos mujeres desaparecieron al otro lado de la fachada, ocultándose rápidamente. Seras se acomodo detrás del arma preparada para disparar, respirando largamente como le había explicado Caitlyn: coger aire, aguantar para el tiro, y soltarlo.
-Quizás si que confíen en mí -dijo aquello en voz alta para darse ánimos, con aquellas dos, no podía dar nada por sentado.


« Last Edit: March 08, 2016, 04:47:34 PM by Shura »


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #24: January 17, 2016, 06:36:12 PM »
Ya había pasado mucho desde la última vez que tuve que usar muchos icons. Gracias a Kana por prestarme los personajes ♥



049leaving sanctuary (2/2)

- ¿Nos buscábais?

Al girarse, Lilith se encontró con unos rostros que le eran muy familiares. La Elementalist inmediatamente se puso en tensión, al igual que el resto de sus compañeros de party. Nightwing fue el primero que se movió hasta ponerse a su lado, con una sonrisa tranquila y la mano en el mango de uno de sus cuchillos, pero vio de reojo que Ezio, Rose y Kate estaban listos también.

Frente a ellos, cuatro jugadores y un felino gigante les observaban con la misma intranquilidad. Aunque no estaban en posición abiertamente agresiva, tenían sus armas a la vista, y el Coeurl que tenían por mascota dejaba oír un rugido bajo, agitando su cola como un látigo. Los Crimson Raiders los reconocieron fácilmente: al fin y al cabo, eran viejos conocidos.

Los Hyperion Knights.


- Pasábamos por aquí. – Respondió Lilith. – ¿No es un poco tarde para que no haya nadie en casa?

El Paladín que lideraba el grupo y el primero en hablar, soltó una risa parecida a un bufido, pasándose una mano por el pelo rubio, corto y peinado hacia atrás. Pero el grupo no pareció encontrar nada divertido en las palabras de Lilith, vigilándoles en silencio en diferentes grados de hostilidad, desde el tranquilo desdén de la Gunslinger y el Cleric a la furia contenida del Beast Master y su mascota.

- Eso no te importa. – Seifer casi la interrumpió. – ¿Qué queréis?
- Oye, Seifer, te veo un poco susceptible. – Intervino Nightwing. – No hemos venido a buscar pelea.
- ¿Tú crees? – El chico avanzó unos pasos. – Hace mucho que no me escribís ni una carta, ¿y de repente estáis husmeando por nuestra base vieja?
- ¿Vieja…?

Aquel comentario habría pasado desapercibido si no fuera por la reacción tensa del grupo al lado de Seifer. Su característica cicatriz, una fina línea blanca entre sus cejas desde la frente a la nariz, se arrugó al fruncir el ceño. La Gunslinger justo a su lado intervino antes de que volviera a hablar.

- Nos hemos mudado. Perdón por no haberos invitado a la fiesta de apertura.

Lilith arqueó una ceja, incrédula. La base de los Hyperion Knights había estado en el centro de la ciudad, la zona mejor comunicada de Galbadia tanto por su afluencia de jugadores como presencia de tiendas, y uno de los puntos claves en general del mapa de Neverland. ¿Qué sentido tendría abandonar un puesto así?

Captó la mirada de soslayo que le dirigió Nightwing, viendo la misma duda en sus ojos unos instantes antes de que Seifer les interrumpiera.

- ¿Y qué?
- Nada, pensaba que este era un buen sitio. Pero es vuestra guild.

Lilith hizo un gesto con la mano, esforzándose por suavizar la situación. Si sus sospechas resultaban ser ciertas y los Hyperion Knights estaban detrás del ataque a Raiden, se tomaría un buen rato haciendo que Seifer se arrepintiera de verdad del mismo instante en que había entrado por primera vez al juego, pero antes necesitaban respuestas.

- El agua está mojada. – Seifer entrecerró los ojos. – Oye, Lilith, si habéis venido a buscar pelea, ahorrémonos las cortesías.

Corroborando las palabras de su líder, los Hyperion Knights aferraron con fuerza sus armas, a tan sólo un movimiento de abrir fuego sobre ellos. Aquella hiperdefensividad era contagiosa, y a su lado, vio como su grupo respondía igual. Los Crimson Raiders tenían frente a ellos a un posible agresor, uno por el que no sentían especial simpatía.

Si tenían que hablar, tenía que hacerlo antes de que la chispa estallara.

- No te preocupes, Seifer. – Lilith levantó ambas manos. – Sólo queremos haceros una pregunta, y estás de suerte, porque sólo tienes que decir “sí” o “no”.


---


Después de un largo día de caminata, coloreado por algún que otro momento de canción en el que no estaban siendo atacadas por los monstruos y bandidos de la tundra, el hielo empezó a dar paso a nieve seca, bajo la cual podía verse de vez en cuando un terreno árido. Empezaban a acercarse al oeste del mapa de Neverland, donde se extendía un área desértica.

Al ver cómo el sol no era más que unas líneas rojizas en el horizonte, las chicas decidieron establecer su campamento para la noche.

- ¡Hemos ido más rápido de lo que esperaba! – Anunció Elizabeth, cerrando su Omnitool. – Si seguimos así, puede que mañana por la noche estemos en Mos Eisley.
- ¿Pero tenemos tanta prisa? – Gimió Kora, apoyando las manos en sus muslos. – Me duelen las piernas.
- Bébete ésto, no puedes haber perdido tanta estamina.

La Alchemist le tendió una poción, y Kora aceptó con un suspiro. Mientras, Maya sacaba un ítem del inventario y lo sostuvo en la palma de su mano: a simple vista, parecía un nudo de tela un poco más grande que su puño cerrado.

- Y… aquí llega el momento.

Con un movimiento rápido, lanzó la bola al aire a cierta distancia de ella, y oyeron un cómico “PUF”. Rodeada de una ligera nube de humo, la bola se expandió para convertirse en una tienda de campaña que cayó completamente formada en el suelo.

- ¡Qué guay! – Kora dió un breve aplauso. – ¡Pensaba que tendríamos que buscar una cueva para pasar la noche!
- Estamos en la parte nevada del desierto. Podemos permitírnoslo esta vez.
- Yo me encargo del fuego. – Se ofreció Asami.
- Gracias, Asami.

La Mechanic asintió, y empezó a apartar la nieve en un círculo a la entrada de la tienda de campaña. Kora, aprovechando la excusa para sentarse, fue a ayudarla. Asami la detuvo justo a tiempo de evitar que lanzara un hechizo de fuego sobre la hoguera.

- ¿No atraeremos a nadie con el fuego? – Preguntó Jolyne, entrecerrando los ojos al mirar cómo Asami le tendía a Kora la yesca y el pedernal.
- Asami pondrá minas alrededor, pero dos de nosotras haremos turnos para vigilar. Yo puedo hacer el primer turno.
- Yo me encargo del segundo, entonces.

Los turnos de guardia quedaron establecidos con una mirada afirmativa, y Maya y Jolyne se unieron a las otras tres, sentándose alrededor de la hoguera que habían conseguido a pesar de la ayuda de Kora. Elizabeth sacó raciones de comida de su carro, las cuales fueron pasando de mano en mano hasta que cada una tuvo una buena cena.

Rodeadas por la oscuridad de la noche, los primeros minutos transcurrieron en silencio aparte del chasquido del fuego y el viento a su alrededor. La última parada para comer había sido poco después del mediodía, y aunque las pociones recuperaban su HP y estamina, la sensación de llevarse comida real a la boca era de agradecer, sumándose al agradable calor que emitía la hoguera.

- Entonces, Maya… – Empezó Elizabeth, con una manzana roja en la mano. – ¿Qué está haciendo Lilith en Galbadia?

Elizabeth había preguntado con un tono inocente, pero lo cierto es que la pregunta había estado rondando la mente de las cuatro chicas, las cuales posaron su mirada en Maya. Al fin y al cabo, ella era la que más cerca estaba de Lilith, y quien había mencionado primero el viaje de los Crimson Raiders a Galbadia.

- Han ido a hacer unas preguntas a los Hyperion Knights. – Maya enfatizó la palabra “preguntas”. – Están investigando si han sido ellos quienes… bueno…

La mirada de la Time Mage se posó sobre Kora unos momentos. Ésta masticaba lentamente, habiendo doblado sus rodillas poco después de que empezara a hablar.

Aunque el día en que Raiden y ella habían sido atacados parecía un montón de recuerdos difusos en su mente, Kora recordaba el nombre. “Hyperion Knights”, habían dicho Lilith y Nightwing, acusándoles de haber enviado al Biochemist tras ellos. No, se corrigió mentalmente. A por Raiden.

Antes de que pudiera sumergirse más en sus pensamientos, notó la mano de Asami sobre su antebrazo. La Mechanic no dijo nada, pero su mirada fue suficiente para que Kora encontrara fuerzas para dedicarle una media sonrisa y seguir comiendo. “Estoy bien.”, quiso decirle con su leve asintimiento de cabeza.

- Creen que pueden haber sido ellos quienes atacaron a Raiden y Kora. – Terminó Maya rápidamente.
- ¿Y tú piensas que han sido ellos? – Preguntó Jolyne. – ¿Pueden estar siguiéndonos?
- Sí… y no. – Maya se cruzó de brazos. – Puede que sea un rito de iniciación, parece el tipo de gilipollez que CrossKnight haría.
- ¿Quién es ese? – Elizabeth se interesó en la conversación.

Maya respiró hondo antes de volver a hablar, pasándose una mano por el pelo azul. Sentada frente al fuego como estaba, las llamas iluminaban su rostro acentuando sus rasgos afilados. Sabía que las miradas de sus compañeras estaban sobre ella, y realmente, una historia para terminar aquel día de excursiones no estaba mal.

- Os voy a contar un relato de tiempo ha. – Empezó con un tono exageradamente dramático. – En los albores del tiempo, la Primera Era… es decir, cuando el juego acababa de salir de la beta, las ciudades sólo podían acoger a la base de una sola guild. Una guild sin base es básicamente una Party venida arriba, así que si querías tu base, o bien te asimilabas con otra guild, o peleabas por la base.
- En Columbia empezaron las rencillas entre magos y alquimistas parcialmente por eso, por lo que sé. – Intervino Elizabeth. – La gente quería ir acorde al lore, por lo que los magos no veían bien que un líder de guild alquimista tuviera la base, y viceversa.
- Qué tontería. – Bufó Jolyne.
- En Sanctuary, sin embargo… – Con un carraspeo, Maya encauzó otra vez la historia. – Los Crimson Raiders fue una de las primeras guilds que se fundó, así como los Hyperion Knights. Y sólo había una base en la ciudad. ¿Os podéis imaginar qué pasó?

Las chicas asintieron.

- Yo no estaba allí cuando pasó todo esto, pero Lilith me lo ha contado. – Continuó Maya. – El líder de los Hyperion Knights, CrossKnight, no se lo tomó muy bien cuando la base la ganaron los Crimson Raiders, y él y su banda insistieron durante los primeros días, hasta que se cansaron y se fueron a dar por culo a Galbadia.
- Aunque yo tampoco había entrado al juego, he estado en alguna Guild War contra los Hyperion Knights. – Comentó Asami. – No nos tienen mucha simpatía, precisamente.
- Y que lo digas. Para más ironía, un par de semanas después anunciaron que las ciudades podrían albergar más de una base de guild, pero para entonces ya se habían acomodado y no querían saber nada de Sanctuary. Las uvas están verdes y todo eso.
- Hyperion Knights, Made In Heaven… ¿Hay alguna guild con la que nos llevemos bien? – Añadió Elizabeth con ironía.
- ¡Yo me llevo bien con los Made In Heaven! – Intervino Kora, levantando la mano. – Al menos con Shura, JoJo… y espero que con Caesar también…

Kora añadió el último nombre con una risita tonta (pero realmente esperaba caerle bien a un chico tan guapo).

- Lástima que tengan a Badguy como líder. – Maya casi bufó su nombre. – Al menos CrossKnight siempre ha ido delante durante las Guild Wars… es una de esas personas que se cree un poco demasiado su rol en el juego.
- ¿Entonces no habría sido él mismo quien atacó a Raiden? – Elizabeth ladeó la cabeza al hacer la pregunta, intentando atar cabos en su mente.
- De momento la teoría es que el ataque sería una prueba para unirse a su guild… y, la verdad, tampoco tiene mucho sentido. Son idiotas, ¿pero la clase de idiotas que intenta provocar una pelea entre las guilds cuando nos estamos jugando la vida realmente?
- Tendremos que esperar a que Lilith nos diga algo mañana. – Terminó Asami, con sus compañeras dándole la razón. – Voy a montar las minas alrededor antes de que me entre pereza.

Cansadas y sin mucho más de lo que hablar, el grupo de chicas no tardó en irse a dormir al interior de la tienda de campaña, Jolyne la primera ya que le vendría bien descansar antes de su turno de guardia. Después de un par de rondas de cartas, las otras tres le siguieron, bostezando y dándole las buenas noches a Maya.

Al día siguiente, Mos Eisley les esperaba.


Kora

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #25: February 08, 2016, 06:12:04 AM »


050keep asking

- ¿Qué…?

Seifer dejó pasar unos segundos antes de volver a abrir la boca, cerrándola inmediatamanete.

Tal y como Lilith le había prometido, la pregunta era simple: “¿Habéis enviado a alguien a atacar a un miembro de nuestra guild?”. La mujer lo dejó boquear con incredulidad, estudiando la reacción del grupo. Los otros acompañantes de Seifer intercambiaron miradas confundidas entre ellos, habiendo bajado la guardia temporalmente.

Era obvio que la pregunta les había pillado desprevenidos, pero no podía descartar que simplemente no esperaban ser acusados. Por ello, Lilith se aclaró la garganta antes de insistir.

- ¿Y bien?

Saliendo de su estupor, Seifer recuperó la compostura, volviendo a una pose firme.

- ¿Estás loca? Claro que no. – El Paladín soltó un bufido que disimulaba mal una risa. – Y pensaba que nosotros teníamos problemas.

La sonrisa de Seifer se heló cuando captó la mirada de lado que le dirigió la Gunslinger. El detalle no pasó desapercibido a Dick, que apoyó una mano en el hombro de Lilith antes de hablar.

- ¿Tenéis problemas?
- ¿Vosotros? – Añadió Lilith, captando la idea de su compañero.
- Nada que os importe. – Les espetó Seifer.
- Estoy harto. ¡No tenemos que aguantar un interrogatorio por su parte!

El Beast Master fue quien intervino, dando un paso adelante. El Coeurl que iba con él rugió por lo bajo, avanzando con él. Lilith oyó como detrás de ella, Kate tensaba su arco, pero al ver cómo los otros Hyperion Knights chistaron al chico, levantó la mano para indicarle a su compañera que no disparara por el momento.

- ¿Qué os habéis creído? – Asintió Seifer, y el resto de su grupo compartía la misma indignación en su mirada. – No, no hemos nada a ninguno de vuestros chicos. Ya podéis iros.

Lilith pasó la mirada por sus compañeros de equipo. Aunque Ezio, Rose y Kate parecían listos para tomar las medidas necesarias para resolver el asunto, el primero negó con la cabeza, imitado por las otras dos. A su lado, Dick hizo un gesto similar, pero siguió hablando.

- Si tenéis problemas, podemos ayudaros.
- Ni de coña. – Seifer soltó una risotada seca. – Para empezar, no la necesitamos, y además, ¿os van atacando y queréis meternos de por medio?

Lilith apretó la mandíbula hasta que sintió que estaban a punto de chirriarle los dientes. Aquel niñato creía que podía pasarles la mano por la cara… casi deseaba que hubieran sido ellos y tener un buen motivo para quitarle aquella sonrisa boba de la cara.

Notando su tensión, Dick le dio un apretón corto en el hombro, pero Lilith sólo se cruzó de brazos.

- Insisto, porque creo que no habéis tenido nada que ver. – Continuó el Stalker con una sonrisa. – Sinceramente, también creo que no os vendría mal un poco de ayuda. Después de perder vuestra base y sólo quedaros vosotros… no tiene muy buena pinta.

La mirada que le dirigió todo el grupo de los Hyperion Knights sirvió para que Lilith recuperara su humor. “Bien, Dick, ya veo que no tienes una placa sólo para ir enseñándola.”, pensó con satisfacción.

- ¿¡Habéis estado espiando!? – Seifer aferró el mango de su sable, lanzando una estocada al aire.
- Tenías razón. – Le dijo el Beast Master al líder de su guild. – Han venido ahora que no podemos…
- ¿Qué ganáis con esto? No vamos a quedarnos quietos. – La Gunslinger dirigió la pregunta a los Crimson Raiders, y Dick levantó las manos enseguida.
- ¡Tranquilos! No hemos venido a atacaros. Sólo queríamos respuestas, y en vista de la situación, ofreceros enterrar el hacha de guerra. – Insistió Dick. – Por el bien de todos.
- ¿De verdad pensábais que veníamos a atacaros? – Lilith levantó una ceja.

Seifer suspiró antes de hablar, sin rebajar su pose de guardia.

- Venís a buscar por nuestra guil- nuestra antigua base, sin avisar. ¿Qué queríais que pensáramos? – Seifer entrecerró los ojos. Tenía una expresión de rabia, pero su voz tenía un deje de frustración. – Ya tenéis respuestas, y no queremos vuestra ayuda. Largaos.

Lilith se pasó una mano por el pelo, mordiéndose el labio inferior mientras pensaba qué hacer. Seifer y los Hyperion Knights les habían dado mucha guerra, literalmente, en el pasado. Pero también sabía que era, al fin y al cabo, un chaval. Y después de lo que les había sonsacado Dick, podía estar bastante segura de que no habían tenido nada que ver. Casi podía sentir lástima por ellos.

- Oye, Seifer, no seas cabezota. Únete a nosotros. Vamos a luchar para salir de aquí.
- ¿A luchar? ¿Contra quien?
- Contra el GM. – Concluyó la Gunslinger, dándole un codazo a Seifer.
- ¿En serio?

Seifer abrió los ojos como platos, y el silencio de los Crimson Raiders fue la confirmación que necesitaba. En respuesta, soltó una carcajada.

- Estáis locos. Ahora sí que quiero que os larguéis. – El Paladín negó con la cabeza.
- ¿Es que no queréis salir de este juego? – Insistió Lilith, tragándose la rabia que le iba subiendo.
- Puede que no. Tampoco nos va tan mal.

Seifer se encogió de hombros, y Lilith no pudo evitar recordar las palabras de Sam.

Pero no todo el mundo va a estar en el mismo lado, ¿entiendes? Para otra gente, quizá éste es el mundo que quieren.

- Aunque quisiéramos, no nos sale a cuenta ir con vosotros. – Sentenció la Gunslinger. – Tenéis enemigos.
- Al menos podemos sobrevivir a ellos. – Respondió Lilith, ofendida.
- Sí, claro, por ahora. – Bufó Seifer. – No volváis a buscarnos.

Tras indicar con un movimiento de cabeza que era hora de marcharse, Seifer levantó la mano en un gesto desganado como despedida. Los Hyperion Knights empezaron a alejarse, sin mirar atrás en ningún momento. Lilith apretó las manos en un puño, y Dick le apretó el hombro, negando con la cabeza.

Tuvo que contener las ganas de apartarse, pero sabía que ya había quedado en muy mala posición después del encuentro como para organizar un espectáculo delante de los otros tres. Lo último que quería era generar desconfianza entre su propio grupo.

- Vámonos. – Dijo el Stalker. – No hay mucho más que hacer aquí.

--

Para cuando Lilith pudo volver a su habitación, el reloj de su Omnitool indicaba que estaba cerca de medianoche.

Con el tiempo invertido en asignar nuevos turnos de guardia, Dick había estado de acuerdo en debatir el siguiente paso por la mañana, una vez estuvieran más despejados y hubieran dejado el incidente con los Hyperion Knights atrás. No era una mera comodidad: al eliminar al grupo de Seifer como sospechosos, las otras alternativas eran lo suficientemente perturbadoras como para considerarlas sin tener la mente despejada.

Esperaba que el juego hiciera uso de uno de sus pocos beneficios y pudiera conciliar el sueño, al menos.

Al subir el último escalón, captó una figura oscura cerca de la puerta de su habitación, dándole un vuelco el corazón. Tardó unos instantes en reconocerlo, y el ardor en su mano a punto de conjurar un hechizo y preguntar después desapareció poco a poco, a diferencia de la tensión en su cuerpo.

- Mierda, Jack, no te había reconocido.

El Samurai tenía un aspecto bastante diferente después de haber perdido, o mejor dicho, ganado su cuerpo. Despojado de su armadura cyborg, había vuelto a un atuendo escueto de Samurai, todo en tonos oscuros y ajustado a su cuerpo para mayor libertad de movimiento. Cuando levantó la vista, Lilith tuvo que admitir que era extraño no ver la cicatriz en su ojo, marcando sus rasgos suaves y haciendo que pareciera mucho más joven.

- Lo siento. – Murmuró Jack por lo bajo, aún cruzado de brazos apoyado en la pared junto a la puerta.
- Estás muy… diferente. Casi me había olvidado de tu aspecto real.

Lilith prefería hacer tiempo, o incluso tratar de insinuarle a Jack que quizá no era el mejor momento para debatir nada. No era muy difícil deducir qué quería.

- Ya lo sé. Sunny está intentando devolverme algunas de mis mejoras, pero no quiere volver a reemplazar mi cuerpo. – Explicó con rapidez. La sutileza no era lo suyo, o bien no quería ceder. – De todas formas, sólo venía a ver si has averiguado algo.

No soltar un bufido requirió autocontrol, pero después de lo que le había pasado, Lilith tenía que admitir que se merecía al menos una respuesta.

- No han sido ellos, Jack. Los Hyperion Knights están jodidos, sólo quedan cuatro en la guild y han perdido su base. Literalmente.
- ¿En serio? – Jack entrecerró los ojos. – ¿Qué ha pasado?
- A saber. ¿Lo más probable? El resto de la guild ha abandonado a Seifer excepto por sus tres mejores amigos.

Lilith esbozó una media sonrisa, permitiéndose regodearse en la derrota de los Hyperion Knights. Sabía que a Jack no le caían especialmente bien, aunque el Samurai no reaccionó más que desviando la mirada, pensativo.

- Si no han sido ellos…
- Lo sé.

Interrumpió a Jack poniéndole una mano en el hombro. Ya sabía bien que el encuentro con los Hyperion Knights sólo les había traído más preguntas que respuestas. Jack le sostuvo la mirada unos momentos, soltando un bufido corto antes de apartar la mano de su hombro.

- No vamos a hablar de ésto ahora. – Le confirmó Lilith.
- ¿Y entonces? ¿Tengo que quedarme aquí para siempre?

Jack había alzado la voz repentinamente, cambiando bruscamente el tono de lo que había sido una conversación casi en susurros. Frunciendo el ceño, Lilith le chistó, y el Samurai apretó la mandíbula. Su mirada la desafiaba, aunque bajó el tono al volver a hablar.

- Lilith, no voy a quedarme de brazos cruzados si hay alguien persiguiéndome. Si me quedo aquí-
- ¿Puedes esperarte al menos unos días antes de volverte loco? – Siseó Lilith. – Mañana debatiremos qué hacer al respecto, así que intenta portarte bien, al menos hasta que al resto se le olvide que le pusiste la espada al cuello a Kora.

Jack echó el cuerpo hacia atrás, sin llegar a moverse un paso. Quizá había sido un golpe bajo, pero no era ninguna mentira que varios miembros habían visto la discusión entre los dos, y lo mal que había terminado. Aunque los más allegados sabían que Jack era simplente Jack, Lilith había captado algunas miradas de desconfianza por parte de otros miembros.

Hasta que pudieran resolver aquel misterio, necesitaba que Jack se portara bien.

- No quería… – Empezó a murmurar Jack, deteniéndose al poco para dirigirle una mirada confundida. – Hablaremos mañana.

Con unos pasos que eran inaudibles, Jack se apartó de la puerta, dirigiéndose hacia las escaleras. Lilith entornó los ojos.

- Buenas noches, Jack.

Tal y como esperaba, no recibió respuesta.


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #26: February 14, 2016, 08:31:39 PM »
*shura* *ghiaccio*

#45.



-¿¡Quién está ahí!? -Shura hizo acopio de todo su valor apoyada por el enfado que aún sentía, secuestrada y encerrada en aquella oscura habitación, ponerse a llorar no le iba a llevar a ninguna parte. Y si la habían encerrado con otra persona, prefería dar guerra e imponerse que no suplicar.

Pero fuera quien fuese, no contestó, es más, no se movía en absoluto de su silla. En apenas unos minutos, Shura se acostumbró a la oscuridad, y en la misteriosa ciudad de Sin City, entre los negros, blancos y grises, otro color muy característico resaltó: el rojo. La ropa roja y ajustada dejaba claro que se trataba de una mujer. El pelo blanco, largo y lacio, le caía sobre la cara y ocultaba su expresión, pero no necesitaba verla para adivinar que si no se movía, era porque estaba gravemente herida.

Sin quererlo dejó a un lado su estado de alerta y se puso a investigar en la Omnitool los datos de aquella mujer, su nick era Cutie J y su job era Fallen Angel, estaba al límite en su barra de vitalidad, además de otros estados como era dormida y envenenada. Lo primero explicaba porque estaba tan inmóvil, pero lo peor era lo segundo, la regeneración de vida automática era lo que le permitía seguir con vida, pero aquella batalla se perdería más temprano que tarde sin un antídoto.
Shura pese a ser White Mage, no tenía la habilidad de curar venenos ni estados alterados que se encontraba en jobs más avanzados, de todas maneras, no hacía falta saber sumar dos más dos para saber que a esa mujer, también la habían secuestrado y encerrado como a ella.
Enseguida se pusó a pensar en un método de escape, y lo mejor para empezar, era intentar curar a aquella mujer y rezar porque si despertaba, se sintiera agradecida por la ayuda que le había brindado, y con suerte, con ganas de venganza contra sus secuestradores…

Escuchó a alguien acercarse a la puerta cuando había restaurado casi la mitad de la vida de Cutie J, y fue lo bastante precavida para quedarse en un rincón al fondo de la habitación. Entró Ghiaccio, sonriendo satisfecho al verla como una criatura asustada en un rincón.
-Has sido muy inteligente de no quedarte detrás de la puerta esperando para atacarme… -al entrar, dejó entrever parte de su Party, todos armados con cuchillos y preparados para salir en defensa de su líder-. Buena chica… creo que hemos empezado con mal pie.

Ghiaccio se acercó a Shura, por un momento tentada de probar suerte y luchar por su huida… idea que desechó en el acto al ver como el resto de hombres permanecía atento a cada uno de sus movimientos.
El Elementalist le alargó la mano para ayudarla a ponerse en pie, por supuesto ella rehusó y casi podía jurar como un pequeño gruñido agudo se quedaba atorado en la garganta de Ghiaccio que luchaba porque no se le notase el enfado.
-Definitivamente no hemos empezado con buen pie -el hombre respiró lentamente para intentar calmarse y que no le latiera la vena de la sien-, siento el golpe de antes… mirate, te han hecho un buen morado, estas feisima. Tiene que dolerte un montón, no te favorece en nada.
Fue a picarle con el dedo en la mejilla, tocando una vez la herida y provocando un siseo involuntario en Shura, que no pudo dejar de ignorarlo, aunque cuando quiso apartarlo, Ghiaccio aprovechó para tomarla de la mano y tirar con fuerza para obligarla a ponerse en pie adjudicándose el absurdo logro de salirse con la suya.
-Eso es, eres una buena chica. Otras tendrían que aprender de tí, ¿verdad, Jeanne?

Algo se iluminó en la mente de Shura, algo de lo que Bayonetta le había hablado la noche anterior: su compañera desaparecida, tenían el mismo nombre. No podía tratarse de una casualidad.
Giró la cabeza para observarla en el instante en que Ghiaccio cerraba la puerta, intentando retener la imagen de la mujer y todos los detalles de ella, ahora tenía la convicción de que no podía dejarla ahí y que muriera. Si pudiera escapar tendría que ser lo suficientemente rápida para que aquel grupo no desapareciera… aquello era imposible sola y en una ciudad que no conocía. De momento, tendría que hacer tiempo para pensar en algo.

“Bayonetta… espero que puedas encontrarme…”
-Sugus, ¿te lo has pensado mejor? ¿Quieres ser parte de nuestro grupo?
-Yo… -si tenía alguna dote para el teatro, aquel era el momento de demostrarlo-. Ahora que he perdido mi lista de amigos… estoy completamente sola, y es una sensación horrible.
-Exacto -Ghiaccio sonrió como quien abre un regalo que llevaba mucho tiempo esperando, Shura intentó que no se le notaran las náuseas que le causaba-. Pero no estas sola, me tienes a mi… bueno, a nosotros.
Se corrigió menos elegante de lo que pretendía aparentar.
Shura se acarició la mejilla intentando adoptar una pose sumisa, rozando su mejilla y sintiéndola caliente ahí donde la habían golpeado.
-¿Aún te duele? ¡Tobias eres un imbécil! -Se dirigió al tipo que la había golpeado, sorprendiendose tanto que parecía desorientado por aquella salida de su jefe-. ¡Ve a fuera a vigilar que nadie venga y piensa en lo que has hecho!
-¿Es coña, verdad?
El grito ahogado de Ghiaccio fue suficiente afirmación, el tal Tobias salió dando un gruñido amargado que no consiguió salvar su pisoteado orgullo.
-¿Te sientes mejor ahora Sugus? ¿O prefieres que te llamase Shura?
-Sugus esta bien -que la llamara así, le creaba una extraña y reconfortante sensación de que la cosa no iba con ella.
-Esta bien Sugus… tengo un regalo para ti.

Ghiaccio toqueteo la Omnitool, Shura trago saliva sin saber qué esperar y mareandose por la sorpresa que le ocasionó que el hombre hubiera sacado del inventario un gorro blanco de lana con un lazo azul.
Ni siquiera se lo ofreció, Ghiaccio le colocó aquel gorro moviendo para ver como quedaba el lazo en un lado u en otro, finalmente decidiendo que quedará hacia atrás.
-Así está perfecto. Será aún mejor cuando te conviertas en Priest. ¿Verdad?
Asintió porque si abría la boca iba a vomitar.
-Perfecto, ¿puedo añadirte a mi lista de amigos?
La tomó de nuevo de la mano y comenzó a teclear en su Omnitool, Ghiaccio aunque fingiera amabilidad, le clavaba los dedos como garras para evitar que se pudiera negar. En cuanto terminó, su sonrisa se torno perversa. Había conseguido lo más ansiado, el aliado que él buscaba y por fin podía hacer algo para lo que llevaba mucho tiempo esperando…

-Ahora que ya somos amigos… ya puedo matar a la perra de Jeanne. 
« Last Edit: March 08, 2016, 04:48:14 PM by Shura »


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #27: February 29, 2016, 04:30:44 PM »
caitlyn * Vi

#46.

Caitlyn y Vi se escondían entre las sombras de Sin City, eran prácticamente imperceptibles, aunque alguien con las habilidades necesarias dentro de aquel juego pudiera encontrarlas si las buscaba, no era el caso cuando eran ellas las que preparaban la trampa la cual vigilaban con el celo propio de un cazador.
Vi se mantenía paciente pese al esfuerzo que le resultaba, pero por aquella vez fue Caitlyn quien rompió el silencio.
-No deberías ser tan dura con Seras, sabes que realmente te cae bien.
-Por eso soy dura con ella, creo que tiene mucho potencial y es una buena chica, muy pronto se las podrá apañar perfectamente por su cuenta, y si quiere quedarse, podríamos hacer un equipo de la hostia. Pero yo tengo una imagen que mantener.
Caitlyn sacudió los hombros riendo por lo bajo.

-Pero pastelito, ahora en serio, ¿por qué un cupcake? -De la trampa, sólo quedaba a la vista el suculento pastel.
La puerta del edificio se abrió y aunque estaban bien ocultas las dos mujeres se agazaparon aún más entre las sombras, esperando.
-Muy pronto lo podrás ver…
Aunque ellas no lo supieran, aquel tipo era uno de los miembros de la Party de Ghiachio, que a regañadientes había aceptado hacer guardia en la puerta del edificio. Cruzando dedos de que nadie les hubiera visto ni que UmbraBicht les hubiera seguido la pista… no era para menos el rencor que todos les guardaban a las dos mujeres, no solo habían abandonado el grupo, si no que habían causado una pequeña masacre al hacerlo. Le daban escalofríos de pensarlo.
Y tan absorto como estaba, acabó encontrando casi sin querer un cupcake en el suelo… tuvo que parpadear dos veces para asegurarse de lo que veía: entre los grises de Sin City, se podía ver la crema blanca y como encima de esta, la cereza roja y brillante lo coronaba.
Sin quererlo sintió como la boca se le hacía agua.
Pero no era imbécil del todo para  coger y meterselo en la boca sin más: se acercó alerta, primero atento por si alguien saltaba de un callejón, para luego simplemente pasear por al lado del pastel esperando que alguien lo reclamase como suyo…
Todo bien.
Después con la Omnitool, miró que no estuviera envenenado… o lleno de suero o paralizante… y todo en el pastel, estaba bien.

Lastima que no hubiera mirado mejor debajo.
La trampa se cerró en cuanto intentó ponerle la mano encima, un cepo para osos tan rudimentario como doloroso que le atrapó el brazo mezclando el sonido del metal chasqueando al saltar, con el del hueso roto.
En la milésima de segundo que iba a gritar Vi saltó del callejón, rápida como un demonio para golpearlo primero en el mentón y luego sujetandole firmemente del cuello por la espalda.
-Vaya pastelito… ¿para eso el cupcake? Tienes una vena cruel.
 
Al segundo siguiente, el cañón del largo rifle de francotirador de Caitlyn, estaba contra la frente de aquel desgraciado.
-Vas a contarme todo lo qué está pasando ahí dentro.
 


*shura* *ghiaccio*

-Ya puedo matar a Jeanne.
Ghiaccio le dio la espalda a Shura directo a entrar en la habitación donde estaba la mujer de rojo, cuando sintió la mano de Shura agarrándole de la manga. Aquel contacto inesperado le hizo apartar el brazo en un movimiento brusco, pero más allá de disculparse le dedicó a la White Mage, su mejor cara de asco e interrogante.
Shura no sabía muy bien cómo actuar, casi no podía disimular que el asco que se profesaban era recíproco.
-Creo que matar a alguien, no es el modo que quiero para celebrar mi bienvenida al equipo.
-¿Prefieres una fiesta? -Dejó escapar un bufido burlón por aquel comentario.
-Nada de muertes.
-¡Cierra la boca! No tienes ni idea de lo que esa… mujer -escupió la palabra, cambiando del tono burlón a la ira, completamente bipolar- nos hizo pasar… ella y la cerda de su amiga masacraron a siete de mi equipo.
-Pero… -a Shura le hubiera gustado decir que quizás se lo merecieron por obligar ella y Bayonetta a permanecer en aquel equipo de sádicos… pero lo que necesitaba era tiempo para pensar-. ¿Pero cómo pudieron dos personas hacer semejante barbaridad? No se puede juzgarla sin pruebas.

Ghiaccio soltó una exclamación contenida arañándose las mejillas y apretando los dientes.
-¡Pruebas! ¡PRUEBAS DICES! ¡No tienes ni idea!
La White Mage retrocedió un paso, poniendo distancia para que Ghiaccio se desahogará sin echarle mano.
-¡Lo hicieron durante la noche! Asfixiaron primero a quienes tenían sus últimas vidas -Ghiaccio recordaba como le despertó la patada en el baile frenético del primer compañero que estaba siendo asfixiado. Al abrir los ojos, la habitación estaba fundida en negro, atrapados como ratas, sólo se escuchaban los gritos del grupo desesperados por escapar y las risas colmadas de gozo de las mujeres mientras iban matando a un miembro detrás de otro.
-¡Esas perras se atrevieron a quitarme mi primera vida! -Los ojos casi se le salían de las órbitas de la ira. Porque los únicos que lograron escapar de aquella masacre, fueron los que no habían programado su resucitación dentro de la base donde se encontraban.
-¡No se los perdonaré jamás! ¡Las atraparé! ¡Y las torturaré! Lo hicimos con Jeanne pero será mil veces peor con UmbraBitch, sufrían y se arrepentirán de lo que me hicieron.

“Está rematadamente loco…” Shura escuchó lo que necesitaba si podía hacer que Jeanne se recuperase, con aquel poder y su ayuda escaparian. Tenía que ponerse en marcha.

En aquel momento, la puerta se abrió de un portazo.
« Last Edit: March 08, 2016, 04:49:06 PM by Shura »


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #28: March 31, 2016, 03:28:25 PM »
#47.

En aquel momento, la puerta se abrió de un portazo.
Shura, Ghiaccio y los otros dos se giraron para descubrir al tercer miembro que había salido a vigilar.
-¿Qué ha pasado? ¿Por qué has abandonado tu puesto?
El tipo pareciço que tardaba un segundo más en responder, lo que hizo que Ghiaccio alzasé una ceja furibundo.
-Por nada, yo… -todos juraron oír unos susurros salir desde su espalda- tenía que ir al baño… diarrea.
Comenzó a guiñar compulsivamente, la banda de Ghiaccio se preparó y el tipo en cuestión trago saliva al ver que se iba a quedar en medio de aquella pelea.
-¿De modo que diarrea…?
-Sí… me ha dejado el… -se mordió el labio hablando entre dientes “vamos… no me hagas decir eso”- el... ojete bien escocido. Ahora mismo…-señaló con el mentón a su espalda- soy más peligroso por detrás qué…   
El tipo en cuestión enmudeció en el acto cuando, de una sacudida, salió disparado hacía el fondo de la habitación, chocando de cabeza contra la pared y cayendo inconsciente en el suelo.
Detrás de él, en el marco de la puerta, se encontraba Vi escondida junto a Caitylyn, la segunda muy seria mientras su compañera reía.
-No puedo creer que al final lo haya dicho.
-Nuestro factor sorpresa echado a perder… -Caitlyn estaba lista para la batalla y con el inventario a mano por si era necesario. 
-El tipejo ya nos había delatado -se encogió de hombros con gesto infantil, como si aquello lo justificase todo.
-Pero seguimos en desventaja, somos dos contra tres.
-Pues habrá que equilibrar las cosas.
Vi entró abalanzándose contra el que tenía más cerca, sin darle tiempo de reaccionar, le propinó un puñetazo en el pecho que lo tumbó de espaldas, para luego, agarrandole desde la pechera, lo levantó por encima de su cabeza y lo arrojó por la ventana del edificio. 
Vi se giró hacia los otros dos con los ojos brillantes por la acción.
-¿¡Quién es el siguiente!?



-¿Y como se supone que vamos a encontrar a Shura con lo grande que es Sin City?
-Déjame que piense Dante… -Bayonetta se llevó el dedo al mentón con teatral elocuencia- quizás estaría bien empezar no haciendo preguntas estúpidas.
-Entonces ahí va otra que podrás responder, ¿pasó lo mismo con tu amiga? ¿También borraron su rastro?
Girando la cara para que no la vieran, la mujer se mordió el labio con gravedad. Necesitaba ayuda con aquello y por eso había acabado por contárselo, de todos modos, si querian negarse a acompañarla por el peligro que suponía, no tendrían que inventar excusas absurdas. Pero la jugada le había salido mejor de lo que esperaba, y Dante y Gyro habían decidido acompañarla. De Dante se lo habría esperado, pero lo del segundo sí que la pillo como una grata sorpresa, Gyro parecía de esos que no podían girar la cara a otro lado cuando alguien se encontraba en problemas.
-¿Tienes alguna pista?
-Ninguna… hace tiempo que registré el lugar de reunión de mi antigua Party… pero ahora, no se por donde empezar.
En aquel momento, a unas manzanas de distancia, escucharon el sonido de cristales rotos, y llegaron a ver a un tipo cayendo desde una ventana.
En el segundo en que tocaba el suelo y el grupo encajaba lo que acababan de ver, Gyro dibujó una sonrisa en su rostro.
-¿Y qué os parece empezar por ahí?



-¡Lo vais a pagaaar! -Ghiaccio liberó un hechizo que heló el aire, alcanzando a Vi que vió su movimiento detenido cayendo al suelo cuando iba a lanzarse contra el segundo miembro, el frío era tan intenso que Vi sentía como le dolían las articulaciones, moviendose lentamente y apenas pudiendo defenderse cuando se abalanzaron contra ella con un florete.
El primer disparo resonó por toda la habitación, saltando la hoja de la fina espada, pero el Duelist no se detuvo, propinando una patada en la cabeza de Vi en el momento en que se escuchaba el segundo disparo que falló por muy poco, arrancándole parte del lóbulo de la oreja al Duelist. Dejándoles tiempo suficiente a ambos bandos para tomar posiciones.

Shura se había arrojado al suelo a la primera señal de amenaza, en su mente solo tenía la idea de curar a Jeanne. Se movió lentamente aprovechando la confusión de la batalla para no llamar la atención, pero al querer alcanzar la puerta, vio que era imposible abrirla a causa de la congelación que había creado Ghiaccio.
Pero no quería rendirse cuando estaba tan cerca, intentó forcejear sin obtener resultado, echándose de nuevo al suelo cuando Ghiaccio mandó un nuevo ataque esta vez contra la Gunslinger de la puerta.
-¡Cubreme!
-¡Se me ha roto la espada!
En aquel momento, un disparo entró desde la ventana acertando justo en el congelado pomo y haciéndolo saltar por los aires, dejando la puerta abierta.
-¡NO! -Ghiaccio se dio cuenta de las intenciones de Shura, intentando atraparla en vano con Caitlyn esperando que cometiera el primer error para meterle una bala entre los ojos.
La White Mage entró en la habitación, en segundos bajando sus puntos de maná para convertirlos en puntos de vida para Jeanne.
Y pese a la oscuridad, Shura pudo ver claramente, las blancas pestañas de Jeanne, abrirse lenta y majestuosamente. Como si hace mucho tiempo que hubiera estado esperando el momento de despertar. 


Shura

Re: neverland 2.2: you can (not) fight
« Reply #29: November 29, 2016, 09:46:11 PM »
#48.

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-¡NO! ¡ESTO NO PUEDE SER! -Ghiaccio avanzó a trompicones por la sala un disparo más resonó por la sala, acertando en un hombro del hombre  y saliendo la bala limpiamente de su cuerpo. Pero de tan furioso que se encontraba, Ghiaccio no se percató del dolor, únicamente tenía un objetivo.
-¡HUYE JEANNE! -Shura se apremió para intentar que la mujer reaccionara-. ¡Bayonetta sigue buscand-!
Sintió un puntapié en la rodilla que la interrumpio a la vez que alzó un grito de dolor, pero incluso este quedó silenciado cuando sintió que le faltaba la respiración. Ghiaccio la tenía firmemente sujeta del cuello rodeado por su brazo, inmovilizada y sin poder defenderse por el esfuerzo de luchar por algo de oxígeno.
-¡Atrás! ¡Atrás o la mato!
Vi escupió al suelo por el asco que le producía la cobardía de este tipo, estaba solo y acorralado, el resto de sus amigos estaban en el suelo inconscientes y uno de ellos con los cuatro miembros rotos, cortesía de la mujer.
-Matala si quieres, seguro que aún tiene alguna vida de repuesto, pero lo que está claro es que tú no te vas a ir de rositas de aquí.
Ghiaccio comenzó a sudar, necesitaba tiempo para pensar y tener a la White Mage como rehén le podía dar tiempo, pero sus opciones eran muy pocas y empezó a gimotear al verse acorralado.
-Vamos a darte tu merecido -un puntero láser salió de la francotiradora de Caitlyn, apuntando directamente a la frente de Ghiaccio.
-Ese privilegio, es solamente mío. 


Envuelta en lo que parecía un aura blanca, con aquel traje rojo suyo destacando entre las sombras y los negros de Sin City, apareció Jeanne, caminando muy lentamente mientras salía de la habitación. 
Las dos mujeres guardaron silencio frente a la imponente presencia de Jeanne mientras que Ghiaccio al borde del colapso comenzó a gemir quejosamente.
-¡Regresa a la habitación! ¡Regresa a la habitación! 
-¿Pero qué estás diciendo estúpido? Ya no estoy bajo el poder de tu influencia -Jeanne sonrió, recuperada por el hechizo de Shura, feliz de volver a tener el control de su cuerpo y cada vez más colmada del sentimiento de venganza contra Ghiaccio-. Ahora soy libre.


El aura blanca que la rodeaba, pareció expandirse buscando fundiéndose con la luz apenas eran visibles los tentáculos de luz que proyectaba la mujer y que se acercaban sinuosos hacía Ghiaccio y Shura.
-¡¡PARA!! ¡PARA! -Consciente de que ya no tenía poder sobre ella, Ghiaccio decidió que no se iría solo a la tumba. Comenzó a concentrar sus poderes de hielo en su brazo, le helaría la respiración y la sangre a Shura y le romperia el cuello como si fuese un palito.
Pero aunque estaba tan cerca, este plan también se vio truncado por la nueva aparición.
-¿Pensabais celebrar una fiesta sin mí? Qué desconsiderados. Con las ganas que tenía por este reencuentro, Ghiaccio -la mujer se relamió los labios al pronunciar este nombre.
-¡BAYONETTA!
Ghiaccio quedó enmudecido cuando uno de los tentáculos negros de la Fallen Angel le agarró por el cuello apartando de un tirón al hombre de Shura que cayó al suelo mareada, tosiendo con fuerza incapaz de respirar, hasta que sintió como sus heridas y su respiración volvía a un ritmo regular. Jeanne le había aplicado un hechizo de curación.
-Los favores, con favores se pagan White Mage -miró fugazmente a Shura para acabar enviándole una mirada insondable a Bayonetta, sonriéndole como si únicamente estuvieran ellas dos solas y en paz en la sala-. Hola Cereza.
-Jeanne… -la mujer tragó saliva intentando disimular como se le había quebrado la voz al pronunciar ese nombre-. Ya era hora de que te dignases a aparecer, llevo buscándote todo este tiempo, ¿no será que tengo que comprarte una correa para tenerte quieta y localizada?
-Ya me han dicho que andabas buscandome.
-¿Ya has conocido a Shura? Aunque sin querer, es a quién tengo que agradecerle haber dado contigo.
-¿Es la White Mage? Es un encanto… pero ya mantendremos esta charla con un té, ahora tenemos cosas que hacer.
-Estoy de acuerdo contigo querida.
Uno de los tentáculos de Jeanne, entró directamente por la herida de bala del hombro, saliendo por el otro lado y haciendo que Ghiaccio gritase de puro dolor.
-¡INACEPTABLE! -Ghiaccio grito de manera taladrante.
-¿Pero que está diciendo? -Vi quería mofarse de los últimos momentos de aquel tipo, pero resultaba tan desagradable y perturbador que cualquier cosa que dijera era hacerle un flaco favor. Vi le hizo señales a Shura para que se pusiera a salvo junto a su lado, la White Mage no se lo pensó.
-¡LA CULPA DE TODO ES VUESTRA! -El Elementalist seguía en sus trece gritando cosas sin sentido-. ¡DEBERÍAIS HABER OBEDECIDO! ¡Deberíais haberos convertido en Cleric! ¡La culpa es vuestra!
-Tu no nos dabas órdenes Ghiaccio -Jeanne retorció el tentáculo hasta que se escuchó el hueso de la clavícula crujir, el hombre seguía gritando.
-Qué desagradable -Caitlyn no era partidaria de la tortura, pero intuía que esos tres tenían cosas muy serias y privadas y no iba a interponerse después de todo lo que había pasado.
-Shura -la llamo Bayonetta-, sería mejor que os marchaseis de aquí. Lo que viene a continuación no va a ser un espectáculo bonito precisamente.
Era mucho el rencor que le guardaban para dejarlo en una muerte dulce o una muerte rápida.
-Esta bien… ¡eh, Ghiaccio! -Shura no iba a marcharse sin decir la última palabra-. ¡Hueles a caca de perro!
Era poco el consuelo de oirle gritar humillado por aquel absurdo insulto que parecía afectarle tanto después de que hubiera borrado y bloqueado la lista de sus amistades en la Omnitol… pero se engañaría si no pensase que algo sí que la reconfortaba.
-¡LA CULPA ES VUESTRA! ¡LA CULPA ES VUESTRA! ¡Vosotras me hicisteis así! ¡Yo no he hecho nada! ¡Fuisteis vosotras las que me hicieron así! -Tan desesperado y hasta tal punto había colapsado, que comenzó a arrancarse la ropa de pura rabia.
-Por favor, sigue gritando mientras puedas.
Lo último que vió Shura al lanzar una mirada furtiva sobre su hombro, fueron los tentáculos negros y blancos de las brujas, entrando por la boca de Ghiaccio.





-¿Te encuentras bien?
-Gracias, gracias por venir a ayudarme -Shura nunca se había alegrado tanto por respirar aire puro, se encontraban en la azotea del edificio, Caitlyn no había querido abandonarlo hasta no revisarlo y estar totalmente segura de que no quedaba nadie de la banda de Ghiaccio.
-Ha sido un buen entretenimiento y un buen entrenamiento para Victoria ya de paso, ha tenido una puntería cojonuda la novata.
Vi señaló a la azotea de uno de los edificios cercanos, saludando con la mano acabó por ver a una chica menuda de pelo rubio y corto que permanecía agachada y detrás de lo que parecía ser un rifle muy similar al de Caitlyn.
-Ha sido su disparo el que a abierto la puerta donde se encontraba la bruja de pelo blanco.
-Increible -Shura estaba profundamente impresionada por la certera puntería de la mujer.
-No lo digas muy alto, no te vaya a escuchar y se le suba a la cabeza.
-Deberíamos revisar también los edificios más cercanos -.Caitlyn por su parte revisaba la Omnitol trazando los siguientes objetivos y enviando la información a Vi y Seras que comenzó a moverse nada más leer el mensaje.
-Yo… preferiría quedarme aquí arriba un poco más -Shura se excuso frente a las dos mujeres-, a decir verdad, me siento agotada.
-Claro -Caitlyn accedió en el acto agradecida de que aquello les facilitaria la tarea de rastreo que les quedaba por delante.
-Yo avisaré a esas dos de que estas aquí, por si aún no han terminado, ten paciencia y no te marches. 
Un escalofrío recorrió a Shura al pensar que pudieran llevar tanto tiempo torturando a una persona, sin duda, tenían una gran cuenta pendiente con Ghiaccio.
-Cuidate Shura -Caitlyn se despidió acompañada por Vi, dejando sola a la White Mage, que comenzó a reflexionar sobre todo lo que había sucedido.


Bayonetta y Jeanne se vieron envueltas en el obsesivo deseo de Ghiaccio porque estas se convirtieran en Cleric. Por el deseo de tener a alguien que curase al grupo y los mantuvieran con vida, llegaron al punto en que fueron capaces de torturarse los unos a los otros, llenos de rencor porque ninguno estaba dispuesto a ceder.
Respetaba la decisión de las dos mujeres, ella había hecho lo mismo aunque su situación nunca fue tan desesperada, pero lo que les había sucedido, bien podría haberlo sentido ella misma en sus carnes.
-Que asco -se le escaparon aquellas palabras sin darse cuenta.
Al final era fácil culpar al Game Master por todo lo que pasaba, era fácil olvidarse de que tratabas con personas y no con herramientas que utilizar en tu propio beneficio en aquel maldito juego.
Ella había tenido suerte de estar junto al grupo que le había acompañado al comienzo de su aventura, Jojo, Caesar, Nero, Doppio e incluso Sol, aunque quizás, de sólo haber tenido que contar con este último, ahora la situación sería muy distinta a la actual, y muy similar a la que habían pasado Bayonetta y Jeanne.


Shura se percató de sus ropas, tan blancas que parecían brillar en la noche negra de Sin City. Se sintió asqueada, deseo que desaparecieran, que pudieran convertirse en las ropas de Monk, de poder defenderse y luchar, de reclamar su lugar en aquel juego y demostrar que con ella no se jugaba.
Comenzó a quitarse la ropa, como si esta estuviera húmeda y pesara mil veces lo que le correspondía y le impidiera moverse con libertad, se desprendio del vestido blanco y su cuerpo quedó expuesto a la noche. Su piel era gris, ya no contrastaba con la ciudad, ahora era como si se hubiera fundido con esta. Era una sensación desconocida el encontrarse tan desnuda y expuesta, pero para aquel momento, agradeció que cada poro sintiera el frío de la noche.
-Veo que la fiesta continuaba aquí arriba.

La White Mage dio un gritito cubriéndose el pecho con pudor, a la azotea llegaron Bayonetta y Jeanne, esta segunda miraba extrañada la escena mientras que la primera, a medida que se acercaba iba desprendiéndose también de la ropa.
-¿Y Dante y Gyr-?
-Han ido con esas dos a comprobar que todo estuviera en orden… aunque puedo asegurarte, de que todo está perfectamente -Bayonetta ya desnuda, observó por encima de los edificios el horizonte de la ciudad.
-Se siente bien estar así -Jeanne se había unido a las otras dos, y las tres mujeres, apenas cubiertas con una simple prenda de lencería guardaban silencio simplemente disfrutando de sus elecciones sin ataduras, de su libertad.
-Muchas gracias Shura.
-No me las des Bayonetta… al final has venido a rescatarme.
-Pero es gracias a ti que he encontrado a Jeanne.
-Y si no fuera por tí, yo aún seguiría encerrada en esa apestosa habitación. Muchas gracias, has sido muy valiente.
-Si no lo hubiera hecho, ninguna de las dos habría salido entera de ese sitio -Shura se sentía abrumada por aquellos halagos, no podía permitir que se hicieran una idea equivocada.
-El caso es que lo hiciste Shura, y lo hiciste muy bien.
-¿Y qué vais a hacer ahora?
-Ghiaccio sólo ha perdido una vida. Lo buscaremos y nos aseguraremos de que pierda las que sean necesarias hasta matarlo.
Shura asintió ante las palabras de Bayonetta, chasqueando la lengua molesta al recordar cierto detalle.
-El muy cabrón me bloqueo la lista de contactos en la Omnitol, con contraseña y todo.
-Lo siento… pero eso tiene solución -Bayonetta le guiño un ojo-. Solo tenemos que encontrarle y sacarle a la fuerza cuál es la maldita contraseña.
-Podemos ser muy persuasivas cuando nos lo proponemos -Jeanne se contagió de la risa de Bayonetta con su comentario, por un instante, Shura podía palpar esa presencia salvaje y felina de las mujeres.


-Pero Shura, Bayonetta me ha puesto al corriente de tu situación, si quieres puedes ir a buscar a tus compañeros, ponerles al corriente de la situación con tu Omnitol, o podemos acompañarte nosotras a Two Rivers para tu prueba como Monk.
-Gracias… pero ellos están muy lejos en Prorencia como para avisarles, y yo, me he decidido a hacer la prueba para Monk lo antes posible.
-Nosotras te acompañaremos.
-Gracias Bayonetta.

Pero en su fuero interno, Shura sabía que debía ir sola a Two Rivers.