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Fan Arts y otros / Re: desu
« Last post by Kana on June 15, 2024, 10:23:05 PM »
Puri, que lindo tus dibujos! me gustó ver que sigues dibujando <3 amé por sobre todo el babe Aemond, se ve todo tierno y adorable. Me encanta el estilo que tienes. También me gustó mucho pero mucho el de Magical girl Lucerys, la forma de su expresión contrariada, su cabello cayendo con gracia y como es rodeado por su compañero ❤ me gustó también los detalles de la espada y los detalles del vestuario de cada uno.
El autoretrato está encantador, me encanta tu expresión divertida y moderna que dibujaste :3 todos tus dibujos están muy bonitos en general.
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HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Kana on June 15, 2024, 10:09:40 PM »
Algún día haré unos iconos feos para estos monos como el que hice de Chifuyu xd


El eco de la lluvia era fuerte. Agradecía que fuera así ese día de otoño.
La lluvia mezclada con el frío fomentaba que la gente estuviera en sus hogares albergados del clima. Así, al menos, eran escasos los testigos de su vergüenza.

Otra vez estaba allí, con esos tipos rodeándole. ¿Es así como serían todos sus días de escuela?
Tal vez la excesiva devoción religiosa de su madre era un motivo de burla por parte de sus pares, pero, sin duda, sus propios gustos y su forma de ser le convirtieron en el blanco perfecto para que los otros liberaran sus propias frustraciones en su persona.

Sin embargo, no era una víctima perfecta para los matones. Si querían venir a buscarle, le iban a encontrar. Se defendía, aunque las posibilidades de ganar no siempre estaban de su lado.

“…Akane”
               “Akane, ¿qué son esos atuendos?”
                                                                      “¿Por qué actúas tan raro?”



Las mejillas le arden por el par de golpes que recibió, pero no demostraba debilidad y eso incomodaba a los matones.

—Ríndete, fenómeno.
—Jódete. — fue su escueta y soberbia respuesta.

Sí. Cada día de su vida escolar sería así. Y en cierto modo, también así buscó que fuera.
Era más fácil si cerraba la boca y obedecía, si aguantaba un poco las burlas y total al final de día no sería víctima de asecho y golpes. Pero le gustaba así, no quería esconderse. Prefería pelear por sus ideas y gustos.
No le gustaba para nada el papel de la sumisión y vulnerabilidad.

Y así una vez más fueron a su ataque. Cerró los ojos, era realista ¿cuatro contra un? No podía ganar.
Increíblemente, ningún golpe le tocó.  Abrió los ojos y notó que alguien se interpuso.
Era un chico rubio, alto, bonito. Lo conocía bien, pero él a su persona no. Era otro nivel de ser humano, esos que nacen populares y admirados, esos que no notan la presencia de nadie más por estar tan ciegos en sí mismos. Pero, esa tarde notó su existencia. 
Sujetaba el brazo del agresor, ni siquiera lo forcejeaba porque podía contra su peso e impulso. Con su brazo libre, sostenía el balón de basquetbol contra el costado de su torso. Su cabello rubio lacio caía sobre su rostro por la lluvia. “un adonis”
Su mirada era distinta a la que mostraba en la escuela, siempre radiante y amigable, ahora parecía otro.

—Kise, ¿qué demonios?
—Vete a casa, Koizumi.
—No te metas— forcejeó con el rubio, recibiendo a cambio que le apretara más el brazo.
—¿Cuatro contra una persona? ¿Y si jugamos un uno a uno?
—¿Qué? Esto no es un estúpido juego de basket.
—O dos contra dos— dejo caer su cabeza hacia un costado, en un gesto ingenuo.
—¡Eres idiota o que!
—Es más. Ustedes cuatro contra mí. Yo sí puedo contra ustedes cuatro. El que encesta primero, gana.
—O-Oye idiota, no me subestimes. — respondió quien hace poco era víctima de esos sujetos. —Yo puedo defenderme. Puedo contra ellos. 
—Empecemos. — el rubio lo ignoró
—¡Esto no es un juego de bas--— el grito quedó suspendido cuando Kise le estampó violentamente el balón contra la cara. Todo se detuvo en ese momento, incluso la lluvia. El sujeto cayó desplomado e inconsciente al suelo.
—Supongo que cuenta como tres puntos. — canturreó despreocupado. —Ya, llévense esa cosa… Fue un juego bastante aburrido después de todo. — emitió un bostezo.
—Tsk…— masculló apretando los dientes uno de los tres que quedaba. El otro a su lado le consultó.
—¿Qué hacemos?
—Vámonos. — escupió con odio.
—¡¿Qué?! Pero seguimos siendo tres contra uno. — exclamó otro.
—No nos metamos con éste… Es hijito de papá…—
—¿Ah? — el rubio fingió sordera, colocando una mano en su oído. —¿Qué dijiste?
—Además, dicen que se junta con los de la ToMan. — No era buena idea meterse con el heredero Kise-Nakiri y sumarle que su media hermana era una sukeban. Las represalias serían crudas. 
Tomaron por debajo de los brazos al caído y lo arrastraron llevándoselo.
—Oye, no te voy a agradecer por esto. Tenía todo controlado. — vociferó con indignación. Aunque en el fondo una vergonzosa y ridícula emoción le invadía. Después de todo, el mismísimo Ryota Kise le ayudó.
—No se veía así de lejos…Y estaban en mi camino y su cara redonda era ideal para usarla de arco. — embozó una perfecta sonrisa, distraído.
—Kise, eres… eres… Ni sé cómo definirlo, pero pareces de otro mundo.
—Sí. Soy el mejor. El MVP de Tokyo.
—…Ah, que humilde. — alzó una ceja. —Hey…— le sigue el paso cuando el rubio comienza a caminar. —¿Crees que me puedas entrenar?
—Es barket es una disciplina difícil y no es para todos.
—No en eso. No me interesa perseguir una pelota como perro.
—…—
—Quiero que me enseñes a defenderme.
—No soy el mejor en las peleas…
—Esos sujetos dicen que te vinculas a la ToMan, algo debes saber… Además, tus movimientos, se nota que eres ágil por el básquet, pero tienes movimientos pulcros y secos de disciplina de combate. ¿Kendo? ¿Aikido? ¿Kung fu?
—…Kendo— susurró como si fuera un secreto muy vergonzoso que sólo se guardaba para él. —El Aikido…un poco. — pues su carácter no le permitió llevar esa disciplina porque el rubio era muy competitivo y el aikido busca cuidar más que ganar. Kise sólo sabe ganar.
—¡Woh! ¡Genial! ¡Enséñame a pelear así! Nadie debe tener tu técnica mezcla de kendo y mezcla de no sé qué cosa.
—¿Ahhh? Evidentemente no tengo tiempo para enseñarle a alguien a defenderse. Puedes ir a un club o algo así.
—No me aceptan…
—¿Por qué no te iban a aceptar?
—No les gusta como llevo las cosas, supongo…
—Mhh, tengo un tío que enseña Kung Fu aunque… no aceptan a gente que no sea Kise o Nakiri pero si hablo con él tal vez puede hacer una excepción contigo.
—Kise, si no logro aprender contigo en los entre tiempos de la escuela no aprenderé nunca a defenderme. Después de clases mi madre me absorbe todo el día con lecturas religiosas y clases de música. Tiene que ser en la escuela.
—…Es que.
—Será cuando no estén todos tus fans rodeándote y alabándote.
—Está bien, está bien. — aceptó a la ligera, pensando que se iba a olvidar mañana.

Pero a partir de ese día Akane no dejo de seguirle. Lo esperaba en sus tiempos libres, Ryota le enseñaba una que otra cosa, a cambio, Akane cargaba sus cosas de un lado a otro, hacía sus tareas, le soplaba en los exámenes, sí, entró en una agobiante esclavitud voluntaria donde su amo era un narciso infantil, pero, era el mejor amigo que pudo tener en sus años escolares.

Ryota era maravilloso. Una maravillosa persona. Los rumores sobre su personaje estaban infundados cuando decían que era un sádico sin empatía. El rubio era protector y amable, egocéntrico como él solo y muchas veces desesperante, pero un buen sujeto.
Su mala fama venía cuando los estudiantes descubrían que detrás del chico popular y deportista acarreaba un montón de problemas de peleas en los que se metía.
Era bueno para pelearse con cualquiera que abusara de otro, o incluso él mismo buscaba pelea con los sujetos que consideraba inferiores en el sentido de ser abusivos y jactarse de mejores que el resto. El rubio tenía un historial oculto de expulsiones de escuela que daba miedo. Tal vez, por eso algunos preferían no meterse con él tanto en la cancha como fuera de ella.

Con el tiempo, el rubio le confesó que una línea de su familia, los Nakiri y especialmente el líder de ellos, su tío Azami, lo desheredó por su historial de mala conducta y por desertar del kendo y otras actividades tradicionales y preferir el basket lo cual era una deshonra para la familia al ser un deporte “extranjero”
Ryota suponía que los Kise no lo habían desheredado y, es más, lo tenían como heredero único, por ser hijo de Shougo Kise, un pilar demasiado importante en los Kise como para no considerar a su hijo (además, los Kise varones eran escasos a diferencia de los Nakiri varones. Así que no sobraba en los Kise)
De todos modos, a Ryota no le interesaba convertirse en el siguiente monarca de los Kise. ¡Era demasiada responsabilidad para él! Ryota quería ser el mejor basquetbolista de Japón, irse a la NBA, y, paralelamente, mantener su dinero extra con el mundo del modelaje. ¿Quizá comprarse un avión? Pero, ¿cuánto le iba a durar el gustito? En fin. Todo eso era mucho más sencillo que ser el líder de una de las familias más conservadora y ancestrales de todo Japón.

Akane podía entender perfectamente cuando Ryota le contaba sus vivencias. La familia de Akane no se comparaba para nada con la tradicional e importante Kise, tampoco con la honorable familia Nakiri (que eran las dos líneas de herencia de Ryota) pero toda familia tenía sus problemas por eso entendía bien a Ryota.

Los días de escuela se convirtieron en un hermoso recuerdo para Akane.

Después llegó el día en que Akane tuvo que trasladarse de ciudad. No era que le sobrara el dinero como para irse de su ciudad, pero los conflictos con su estricta y anticuada madre llegaron a un punto irreparable… Sobre todo, cuando su madre descubrió cierto secreto suyo.
Como su familia lo mandó a vivir a otra ciudad para “esconderlo” significó el distanciamiento entre Akane y Kise.
No se vieron por mucho tiempo y poco contacto tenían en las redes sociales. Kise siempre estaba ocupado con su deporte, su vida de influencer y sus fans, Akane no tenía mucho acceso a las redes.


*****

Varios años después Akane volvió y buscó a Kise.

—Kise…

Frente a los ojos ámbares del rubio no veía por ninguna parte a Akane. Aquel chico fino, de cabello rojo y ojos con mirada melancólica, quien usaba siempre trajes formales y monótonos ahora… ahora…
Su cabello rojo corto era largo hasta las caderas, sus ojos ya no destellaban melancolía, sino que detallaban la soberbia y arrogancia que impactaba a varios con su alocante presencia moderna y elegante, su vestimenta anticuada quedó de lado y ahora usaba… un vestido.

Frente a él no había ningún Akane. Sólo veía una chica a la que no conocía.
Quedó tan fuera de sí que incluso no reaccionó a saludar o tan siquiera acercarse. “Debo estar confundido” no sabía que pensar, quizá él estaba psicótico, o Akane estaba psicótico.

—Kise… Soy yo.
—¿Akane…?
—Ya no más. Ahora soy Anne.

De esa vez que se encontró a, ahora, Anne Faulkner, en las calles de Tokyo, y que “ella” y el grupo musical parasitario que la seguían se quedaban en el departamento de Kise hasta encontrar “trabajo rentable y conseguir suficiente dinero para rentar algo por sus medios” había pasado ya un par de meses.

****

—Oye…— Allen se quitó los audífonos cuando terminó de escuchar la última canción que compusieron con BAE. —¿No creen que el dueño de casa pasa muy poco tiempo en su departamento?
—¿Mh? — Hajun despega la mirada de la lectura de música que leía. —¿Y eso en qué nos afecta? Creo que es mejor… Así podemos concentrarnos en la música.
—Qué canalla eres, ¡este es su departamento! Me siento asquerosamente zángano al vivir a despensas de un tipo que no me conoce. Si no fuera porque era amigo de Anne, ni siquiera podríamos dormir en su aparcadero de bicicletas. Deberías sentirte avergonzado, Hajun.
—No es como si ser el parásito de alguien me haga sentir orgulloso, pero debemos ser sinceros con nuestra realidad. Tenemos cifras en rojos en cuanto a nuestro dinero.
—Pues consigan trabajo. — respondió Anne desde el balcón, soltando el humo de su cigarrillo. Su rostro parecía delatar su repentino enojo. Pero no estaba molesta por el tema económico, sino por algo más que le daba vueltas en la cabeza últimamente. —¿Por qué crees que Kise no pasa aquí, Allen?
—…— El pelirrojo se tomó su tiempo para pensar en alguna respuesta lógica. —Pues, tú lo conoces más… pero he notado que en su refrigerador sólo tiene botellas de agua mineral, su despensa está vacía y cuando para aquí pide algo en el UberEat. No lo he visto quedarse a dormir aquí… ¿Tal vez…?— miró a Anne. —¿Es alcohólico y vive una vida extravagante en los clubs?
—¿Al menos te has parado a ver su Instagram para conocer un poco más a quien nos da techo? Kise es deportista, no consume alcohol, promueve la vida saludable… Y, bueno, si bebe alcohol lo debe hacer pocas veces. No puede tener una vida bullada de polémicas porque cuida su imagen social… Es “el orgullo de Japón” según su bizarra auto descripción. — Anne apretó la boca de su cigarrillo.
—Nos evita porque se siente incómodo con nosotros. — contestó sutilmente Hajun, acomodándose sus mechones claros detrás de su oreja, sin prestar mayor atención a sus compañeros de banda. —Es lo normal si alguien invade tu espacio.
—…Mh. — “O más bien se siente incómodo conmigo” frunció el ceño
—Tampoco hemos hecho mucho para caerle en gracia. Las pocas veces que nos ve aquí apenas le hablamos porque nos evita, es cierto, pero tampoco le buscamos conversación y se nota que es un tipo que le gusta que lo alaben. — continuó Hajun
—Cierto…— asintió Allen. —Quizá deberíamos invitarlo a salir, nos ayudará a conocernos más. Se nota que es un buen tipo, podríamos caerle bien si nos esforzamos.

******

—Ah, no debieron haberse molestado. — dijo un poco distraído el rubio, cuando los tres de BAE lo interceptaron fuera de la cancha. Tenía muchas cosas que hacer ese día, sobre todo una actividad que necesitaba, pero esos tres lo acosaban con su mirada. —No tienen que agradecerme nada…—
—La reserva está hecha. Conseguimos un Izakaya muy popular que es digno de un influencer. — apuntó Allen en su celular el lugar donde iban a ir, ya con el Uber en camino a por ellos.
—Pagaremos todo lo que consumas, por cortesía de tu buena hospitalidad, Kise-san. — Hajun hizo una pequeña reverencia con su cabeza a modo de respeto. Por lo que pudo estudiar del rubio, entendió que le gustaba que lo admiraran.
Y, sí, el “Kise-san” seguido del gesto de respeto de Hajun hizo que el rubio se conmoviera. Sobre todo, si venía de un coreano. Significaba que su fama y popularidad llegó a otras fronteras y eso lo llenaba de orgullo propio.
—Así es. Hajun y yo trabajamos dos noches como meseros en el MORNINGSTAR y pudimos conseguir dinero suficiente para agasajarte.
—Es que…—
—¿A poco tienes otros planes? — Anne alzó una ceja, molesta e inquisidora.
—¿Eh? — Allen y Hajun miraron a Anne y luego a Kise. El rubio parecía particularmente intranquilo mirando hacia otra parte. Cuando los dos vieron hacia ese lugar, notaron que una chica estaba esperando a Kise, insistente.
—¿Una cita? — Anne soltó una risa sutil. —No te voy a permitir que nos dejes pagando porque te vas a una cita. Todos los días sales con distintas chicas a muchas citas. A menos que…— esta vez lo miró con suspicacia y picardía. —Vas a f—-
—Hey, ¿qué te pasa? Yo no soy de esos que en la primera salida van con todo.
—Yo te conozco. ¡Cómo no vas a estar un día sin…!—
—Llegó el Uber. — apunta Allen a su celular, interrumpiendo afortunadamente las bromas subidas de tono de Anne. Tomó de un brazo a Kise, Hajun hizo lo mismo con el brazo libre del rubio, y lo subieron a la fuerza. Miró a la chica que iba a salir con Kise. —¡Disculpa! ¡Pero tenemos que llevarlo! Tenemos que caerle bien a nuestro benefactor. —

****

—GOD. Qué vergüenza. O sea, ¿qué va a pensar de mí? — Kise se agarraba la cabeza, apoyado en la mesa del Izakaya donde estaban.
—Bah, ya vas a conseguir una nueva mañana. — la pelirroja dio un largo sorbo a su trago
—Me das una mala fama que te la encargo. — miró feo a Anne. El mesero puso un sake en su sitio. —¿Eh? Yo no pedí esto.
—Es cortesía de sus amigos.
—No, no. Nada de alcohol, ni vestidos ni fermentados. Tráeme una soda baja en sodio.   
—Y más encima se hace el mojigato que no toma. — Anne soltó una risotada y golpeó la mesa. —Si te tomabas el sake de tu tío Azami.
—…— frunció el ceño, inflando sus mejillas. —Se lo merecía, ¿para que guardaban algo por siglos? — se desquitó con el mesero, quien no sabía si llevarse el sake o no. —Ya, deja esto aquí. Seguro Anne se lo toma por mí.
El mesero repletó los vasos de todos con distintos destilados, se fue y luego volvió con una tabla llena de yakitori, sushi, edamame, karaage, shiokara, entre otras delicias.
—Oigan, ¿si pueden pagar todo esto? — preguntó Kise, preocupado.
—Tranquilo, Kise-san, lo tenemos todo planeado. — Hajun se sirvió Soju.
—No somos pordioseros. — asintió Allen, ingenuamente. —¿Nos sacamos una fotografía para conservar el momento? — sacó su celular y lo puso modo selfie, todos los demás se acomodaron para salir en la toma. Sacó varias y se las mostró a los demás para que escogieran. —Woh, se nota que eres bueno en esto. Sales muy bien en todas las fotografías.
—Es que tengo práctica en eso. — le muestra a Allen su Instagram. —¿Ves? Me promociona una agencia de modelos y Adidas. Así que siempre tengo que salir bien en las fotografías. —
—Eres una estrella, Kise-san.
—No es necesario que lo alabes tanto. — Anne le pegó un codazo a Hajun.

El momento fue dándose de a poco. Al principio todos estaban siendo muy sutiles y cuidadosos puesto que no querían caerle mal a Kise (A Anne le daba igual), pero conforme fueron conversando y entrando en confianza (también había que decir que el alcohol ayudó bastante) los de BAE lograron conversar libremente con Kise sin que este se mostrara tan distante.

—Supe que me tenía que ir de esa casa cuando mis padres quemaron mis discos. — Allen bebió de su vodka o quizá del nuevo Soju que Hajun pidió. El angloasiático estaba bastante bebido. —Llegué a Japón y conocí a Anne y luego a Hajun, así formamos BAE.
—Vaya…Que intensos— Kise lo miró con atención, a ese punto de la noche y del consumo de alcohol, todos estaban como en un trance. Aunque Anne tenía la percepción que Kise apenas dio unos sorbos a sus tragos, eso la molestaba. —¿Y que hay de ti? — le preguntó a Hajun. Ese coreano era reservado y no sabía nada de él, era mejor enterarse de su vida antes de llevarse la sorpresa de tener a un psicópata o algo así en su departamento.
—Pues…— Hajun Yeon se sintió un poco incómodo con la pregunta, porque no le gustaba hablar de su vida. Anne le susurró que no era necesario que contestara, pero Hajun no sabía por qué se permitiría hablar en ese momento en libertad (lo que sí era una realidad es que, accidentalmente, Allen cambió el soju por el shochu, que era mil veces más potente que el soju en alcohol) —Supongo que comparto la vida trágica familiar de mis compañeros de BAE. Me fui de Corea cuando mi hermano menor nació.
—¿Eso? — Kise alzó una ceja, confundido.
—No es tan así…— Anne soltó un suspiro, compasiva. Puso una mano en el hombro de Hajun. —¿Quieres que le cuente por ti? — Hajun asintió, ya casi copado con el efecto del shochu.
—Hajun fue adoptado por unos coreanos que no podían tener hijos. Cuando consiguieron tener un hijo biológico ellos lo hicieron a un lado, por eso vino a Japón porque, según sus registros, probablemente lo adoptaron aquí.
—Supongo que es muy iluso buscar a mis verdaderos familiares. — habló más para sí mismo.
—…— Ahora, con toda la intención del mundo, Allen le hecho whisky en el vaso con shochu de Hajun. Tenían que aprovechar que el rubio frío y sádico del grupo soltara su angustia.
—Oye… no es una idea mala. —Ryota le miró con seriedad. —Yo haría lo mismo que tú. Espero que tengas suerte en tu misión.
—Está difícil cuando llegas a un país lleno de miles de personas. Se me hacía hasta más sencillo buscar alguien en Corea.
—Quizá Kise es tu familiar.
—¿Ah? — los dos rubios miraron a Allen como si le acabara de salir un ojo en la frente.
—Es que… físicamente se parecen mucho. Y no solo lo digo yo, tus fans también están opinando en la publicación que subiste. — le muestra el Instagram de Kise. Allí había mucha gente opinando sobre el parecido entre Kise y Hajun.
—¿Qué… subí? ¿¡Que SUBI YO?! — quedó en shock, asustando a los demás. —¡¿Cuándo pasó eso?! — empalideció.
—Hace como cinco minutos. Hasta me preguntaste si le ponías la canción de Labrinth o Post Malone a tu publicación. — Anne lo miró enojada. —¿Qué te pasa? ¿Te dio Alzheimer?
—Oh, god… creo que si lo hice. Esto es terrible. — se tapó el rostro.
—¿Qué tan malo puede ser? — Allen no entendía nada.
—Mis fans van a pensar que soy mal ejemplo porque sale un vaso de vodka cerca mio.
—Ah, por eso alejabas todos los vasos de tu espacio. Para que no salieran en las fotografías como si fueran tuyos. — Tenía sentido. —Pues bórrala y ya. — Recomendó Allen.
—Es que tiene ya muchos likes. Estoy muy estresado….
—Sube otra cosa y te van a volver a poner muchos likes
—Ustedes no lo van a entender… — finge tristeza. Se levanta. —Necesito tomar un poco de aire, ya regreso. 
—Mejor lo acompaño. El dramaqueen necesita una escolta.
—Okay. — asintió Hajun
—Hey, Hajun, ¿apostamos quien de los dos gana en tomarse sus vasos?
—Que vicioso…— lo miró con desaprobación. Tomó su vaso y se preparó, porque nunca iba a perder contra Allen.

—Oye, ¿estás bien? — Anne llegó hasta el callejón donde Kise se había metido. Lo identificó prontamente bajo la luz roja del secto y porque su rostro estaba iluminado por la pantalla de su teléfono celular.
—Sip. — asintió, feliz. Observaba con atención la pantalla de su teléfono. —Mira tantos likes. A la gente le gusta que comparta con seres comunes.
—¡HEY! Somos BAE.
—Ah, es que no conocen a BAE aún por aquí. Siempre salgo solo o con gente influencer-famosa en mi Instagram. Creo que con esta fotografía me sienten más cercano a ellos. Aww, estoy ganando muchos likes.—
—… No has cambiado en nada.
—Mh…— la furtiva felicidad de Kise increíblemente se disipó, tornándolo ensimismado.
—¿Qué? Dilo, siento que te estás guardando algo que te incomoda. Supongo que por tu mente pasó algo como “en cambio tú si has cambiado mucho”
—…—
—¿Es eso, Kise? ¿Te sientes incómodo con que yo ahora sea mujer? — le preguntó con tranquilidad. —Puedes decirme, no me voy a enojar.
—No es tan así… O sea, respeto bastante tu decisión. Sólo que no me esperé, supongo.
—Je… Está bien. — le dio un par de fuertes palmadas en la espalda. —Puede que sea una chica, puede que me llame Anne, pero por dentro sigo siendo la misma persona que conociste hace años.
—Sí, lo sé. — asintió, con una pequeña sonrisa. —Supongo que necesitábamos esta charla.
—Ahá. — la pelirroja también armó una sonrisa, ya más aliviada.
—Entrégame tu celular. — un sujeto salido quizá de qué alcantarilla apareció de la nada, amenazando a los dos con una especie de navaja fabricada.
—¿En serio? ¿Justo ahora?— El rubio soltó un suspiro, hastiado y aburrido. Ese don nadie venía a arruinar su felicidad de momento de Instagram. ¿Acaso no veía lo ocupado que estaba viendo sus likes? Cómo vio que el sujeto iba en serio, no le quedó más que olvidarse de su pasatiempo. —Seré breve…— hizo a Anne hacia atrás, se tronó las cervicales de su cuello y se preparó para atacar al tipo.

Pero antes que Kise y el ladrón se pudieran enfrentar, una ráfaga de fuego rodeó al asaltante dejándolo encerrado en medio de llamas, entrando en una crisis de pánico pidiendo que lo liberaran.

—¿Qué? — Kise quedó en shock. ¿De dónde salió eso? Se giró ingenuo hacia Anne a quien vio muy tranquila meneando su mano y haciendo desaparecer las llamas.
—Vete. — le dijo sin preocupación al asaltante quien salió corriendo aterrado del lugar. Por supuesto, no le hizo daño porque no lo tocó con el fuego, pero sí le dio el miedo de su vida. —Tengo algo que contarte…
—NO.
—Pues… ¿Si sabes que me inscribí en Hanasaki?
—…
—E hice una prueba para ser una Hi-—
—NO lo menciones…— la mirada de Kise era serie, parecía un Kitsune cuando sus ojos se tornaban así. 
—Una HiME. — concluyó, sonriendo. —Vaya, nunca me dijeron que podían tirar fuego.
—Imposible — le dijo, confundido y preocupado —¿Cómo es que puedes ser una HiME si…?
—Tranquilo, rubio… Ya me explicaron bien esto. Es verdad, sólo las mujeres pueden ser HiME. En mi caso, sólo podré ser una "HiME de ayuda" y sólo podré desarrollar un elemento porque, aunque me vea así, genéticamente no soy mujer, así que no puedo tener todo lo que las HiMEs desarrollan. Sobre todo, la cosa esa a la que llaman CHILD.
—…—
—Aunque, es raro… Se supone que cuando tuviera mi complemento podría desarrollar mi elemento.
—¿Desde cuándo es que usas el fuego?
—Esta es la primera vez. Sólo pensé que ese tipo era irritante y de pronto, ¡paf! Chasquee los dedos y salieron esas llamas.
—No. Dios, ¡No! — se agarró la cabeza y le dio la espalda.
—¿Por qué estás tan histérico? — frunció el entre cejo, mirándolo enfadada. —No te pareces al Kise de tu Instagram. Ah, ya entiendo… Es la primera vez que puedo usar un elemento que es de las HiMEs, porque estoy con alguien que me complementa… Entonces, ¿eres mi… Key? Que desilusión. — arrugó la nariz, decepcionada.
—¿Sabes qué significa? — le habló desde la oscuridad, una sombra cubría su rostro. —Significa que Kana me va a matar.
—¿Kana? ¿Esa es tu hermana mayor?
—¡Me va a matar por meterme en estas cosas! ¿Y sabes que es lo más triste? ¡Que yo no me metí por mi cuenta! Y si la gente de Rizembool, y mi familia, mis fans y mis amigos se entera que soy tu Key van a pensar que…— se detuvo, mordiéndose los labios al darse cuenta que casi dice algo demasiado ofensivo.
—Que el gran y admirable Kise Ryota es el Key de una mujer trans…—  entrecerró los ojos. —Entiendo. No eres tan comprensivo como pareces. Tu imagen social te pesa tanto que cargas con un gran peso a diario para mostrarte perfecto en las redes sociales y ante todos.
—No quise decir eso.
—Lo dijiste claramente. — le dijo con enojo. —No te preocupes, porque en Hanasaki ya me dijeron que no dependo para nada de otra persona porque soy una HiME especial. Gracias por estar justo parado allí para que pudiera hoy desarrollar fuego, ya puedes irte.
—¿A dónde me voy? — la pregunta parecía tonta, pero, es que Kise no entendió nada.
—Ah, pues… ¿A dónde carajos te vas cuando no vas a tu departamento? — Dios, Kise era tan idiota que había que explicarle todo. Con razón era tan dependiente de su hermana mayor.
—Arriendo distintos hoteles para conocer lugares de Tokyo. — se llevó las manos a las mejillas, las sentía algo acaloradas.
—¿Por qué haces esa estupidez?
—Porque no puedo vivir con mi familia. Me lo prohibieron… Así que no quiero molestar a nadie. — se apoyó en la pared, distraído. Parece que se olvidó de la discusión de hace un rato, así era él.
—…— Kise le había dicho eso con tanta normalidad, pero a Anne le dio pena escuchar eso. Debería estar odiándolo porque se comportó como estúpido hace un rato con ella, pero le causaba tristeza que su familia lo tratara así. —Puedes quedarte en tu departamento.
—Es que no quiero interrumpirlos cuando hacen su música. — meneó una mano, sonriendo un poco. Siguió tocándose sus mejillas. —Cómo que hace calor…
—Allen te dio todo este rato alcohol a ti y a Hajun a escondidas.
—¿Bebí alcohol todo el tiempo?
—Sí, y mucho. — suspiró. —Volvamos adentro con esos dos idiotas. Luego nos vamos todos juntos a tu departamento. No te vas a desintegrar por dormir una noche en tu cama. Que las cariñosas se queden sin ti una noche y te extrañen. — se rio al ver que el otro se sonrojaba más y la miraba con indignación. Lo ayudó a volver adentro.

Sí. Allen se había pasado con servirles tanto alcohol a Kise y a Hajun. Cuando volvieron a entrar al Izakaya encontraron a un Allen aterrado pidiéndoles ayuda con un Hajun que se había desplomado en la mesa. Eso jamás había pasado, porque Hajun no terminaba nunca así. Calmaron a Allen indicándole que Hajun no estaba muerto por su culpa, probablemente, si muy ebrio y apagó “tv” por sus bromas, pero no estaba muerto.

Kise levantó a Hajun pasando el brazo del rubio sobre su hombro y sujetando su cadera, cargarlo no costaba nada porque Kise estaba acostumbrado a cargar con sus amigos ebrios y porque Hajun era estéticamente fine. Allen y Anne pagaron la cuenta y luego Allen fue a sujetar del otro extremo a Hajun. Era peso muerto.
Allen sabía que Hajun lo iba a odiar el resto de su vida por lo que sucedió, puesto que Hajun era reservado y siempre era él el responsable del grupo que tenía que cargar con los otros dos cabezas huecas.




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Fan Arts y otros / Re: desu
« Last post by Puri on June 13, 2024, 06:40:49 AM »
*desempolvando* HOLA HOLA

Pues hacía años que no subía nada jajaja. Sólo tengo un dibujo fandom-related, los demás son medio originales? Idk tbh hahaha. Pero quería contarles que siempre sigo dibujando y siempre sigo siendo feliz haciéndolo ♥

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Este es un intento de self-portrait con 30 kilos menos


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Retrato de una amix


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Outfit para una patinadora sobre hielo inspirado en el clásico de Bolero


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Aquí quise retratar a una amiga de memoria pero me salió mucho mayor y mucho más sexy (??) así que no se parecen mucho jajajajaja


Y aquí los únicos fandom related (house of the dragon):

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Magical girl Lucerys para el reto de mi discord uwu


Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

El primer y único dibujo que he hecho en lo que va del 2024, baby Aemond buscando un dragón.



Tengo otros dibujos sepultados en los confines de mi teléfono, ojalá pueda subir algo pronto cuando los encuentre. Me gusta la idea de tener un archivo de las cosas que hago así que aprovecho de postearlos aquí ♥
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Patio de Juegos / Re: Pride&Prejudice / Chapter III: A London Reverie
« Last post by Puri on June 13, 2024, 06:21:53 AM »
QUÉ ES ESTO!?!?!?!?!?

1. UN FIC NO POSTEADO A FINAL DE MES!?!??!!?
2. UN FIC DE POCO MÁS DE 4K PALABRAS?!?!!?!?!
3. UN FIC QUE AVANZA LA PLOT Y NO ES RELLENO!?!?!1!!!??
4. UN FIC DEL QUE FINALMENTE PUEDO DECIR QUE ESTOY FELIZ Y ORGULLOSA DE CÓMO ME SALIÓ!?!?!?!?!?!?

NI YO MISMA ME LO PUEDO CREER!!!!

Yo sé que nadie me cree a este punto (?) pero la historia del Pride&Prejudice es súper dear to me y no solo quiero acabarla, sino que quiero honrarla como se merece. Quiero escribir algo de lo que esté contenta y me haga feliz. Así que aunque solo yo misma me leo para acordarme de lo que he escrito (...) estoy feliz con el resultado ♥




Nada daba a sospechar que el día terminaría de una manera tan terrible.



Terminó de bordar las iniciales antes que Sayi se despertara.

“¿Qué tienes ahí?” Preguntó Sayi en medio de un bostezo, mientras se revolvía en su cama.

“Un pañuelo,” respondió a lo que envolvía estos rápidamente en el papel de seda, antes de que la mayor pudiera inspeccionar detenidamente lo que hacía. “Estoy intentando un nuevo estilo con las puntadas,” mintió, aunque no le pesó, “a ver si es que a mamá le gusta. Quiero estar lista para antes de las fiestas.” Terminó mientras devolvía el bulto a la caja donde lo había estado guardando.

“Qué acomedida,” se rió la mayor, moviendo las sábanas para sentarse. “¿Ya estás vestida?” Alzó una ceja. “¿Acaso he dormido de más?”

“No, fui yo la que se levantó temprano,” Sayaka se levantó de su cama para poner la caja nuevamente debajo de esta. “No pude dormir bien,” mintió nuevamente. “Pero no te preocupes, estamos en tiempo para el desayuno.”

“Menos mal,” Sayi suspiró y se levantó de la cama, acercándose a la ventana que estaba en medio de las camas de ambas. “¡Qué día tan bonito! ¿No te parece?”

“¡Sí!” Respondió con emoción, pensando en lo hermoso que transcurriría el día con todos sus planes. “¡No puedo esperar a salir a tomar el sol! ¡Creo que el gato tendrá que perderse nuevamente!”

Ambas se echaron a reír.



Visto en retrospectiva, hubiese preferido mil veces que una tormenta de granizo hubiese hecho acto de presencia en ese momento. Habría sido mucho más preferible que la verdadera tormenta que le tocaría pasar y que la dejaría varada en un remolino de tristeza y angustia.



El desayuno transcurrió de la manera más normal posible, sin indicio de calamidad alguna. Las comidas en su familia siempre eran un momento de “gran griterío” (como solía decir de manera exagerada su señora madre) en que todos hablaban al mismo tiempo, se reían, compartían, y se desesperaban entre ellos de maneras iguales.

Su madre siempre buscaba inmiscuirse en las conversaciones de sus hermanas, así sea que ella estuviese teniendo una conversación con otra de ellas en aquel entonces.

“¿Cómo dijiste, querida Cho? ¿Que la señorita Altugle ha pescado un resfriado?”

“Mamá,” se quejaría Emilia, “te estaba preguntando por el color de tafetán que necesitas…”

“Ahora no, Emilia, necesito saber si debería de enviar algún tipo de saludo a los Altugle…”

“Es un simple resfriado, mamá…,” repondría Cho con un suspiro, ya que estaba hablando con su señor padre cuando su madre les interrumpió con su necesidad de chismear. “No creo que sea necesario…”

“No digas eso, querida. Ya sabes que las cosas comienzan con un resfriado para luego… ¡Mery!” Se interrumpió a sí misma haciendo sobresaltar a la menor que casi termina cayéndose de su silla, si no fuera por Sayi que la agarró rápidamente del brazo. Había estado hablando con su hermana mayor antes de que su madre les interrumpiera como había hecho segundos antes con Cho y su esposo. “¿Qué es eso de la carta que has recibido de tu primo? ¡No me habías contado! ¿Qué dice?”

“Querida,” le reprendería tiernamente su esposo como hacía todo el tiempo, “deja que las niñas conversen en paz…”



Siendo entonces, un desayuno normal, todo indicaba que sería un día normal también.

Apenas terminaron, todos desaparecieron para comenzar sus actividades del día. Sayi invitó a Sayaka a que salieran a dar un paseo, pero esta tuvo que rechazarle aludiendo a que aprovecharía de que las criadas irían a comprar al centro para acompañarlas ella también. Sayi corrió entonces a darle un par de monedas para que la menor pudiera comprarle un par de sus galletas preferidas de la pastelería; sin embargo, en medio del trajín fue vista por Sherryl, quien corrió a su vez para encargarle también que comprara un par de lazos nuevos en la tienda de encajes.

Sayaka suspiró. Ir a otras dos tiendas además del mercado definitivamente le haría demorarse mucho más de lo planeado, sumado ya a la demora que traía. En teoría, debería de haber salido apenas terminado el desayuno, pero con todo esto recién saldría poco antes del almuerzo.

Se hizo una nota mental de dejar la puerta de la cocina abierta en lo que preparaba la crema fresca. Así, si cierto Sir Puma Tiger Scorpion decidía escaparse al campo, no le quedaría de otra que irse detrás de él y tener una excusa perfecta para no tener que quedarse a almorzar.



En total, demoraron cerca de dos horas en hacer todos los encargos. Debido a que era un fin de semana, las colas en el mercado resultaron un poco más largas de lo usual; y si bien Sayaka pudo haber aprovechado de ir a las otras tiendas, decidió acompañar a las criadas al mercado debido a la larga fila que había visto en la tienda de encajes. Un nuevo cargamento había llegado hacía poco con los nuevos estilos para el invierno, así que prefería esperar un poco a que la cantidad de gente amainara antes de ir hacia allá.

Pero si pensaba que la cantidad de gente decrecería con el tiempo, resultó estar severamente equivocada. Debido a lo hermoso del día, muchas personas habían salido y las colas sólo se habían hecho más largas en la tienda de encajes e igual en la pastelería. Ya que hacía algo de calor, Sayaka decidió que lo mejor sería que una de las criadas se volviera en la calesa a su casa con las compras para que estas no se malograran bajo el sol, mientras la otra iba a la pastelería por las galletas de Sayi y Sayaka se quedaba esperando a ser atendida en la tienda de encajes. Una molestia, sí, pero aún quedaba tiempo para que pudiera hacer todo antes de la hora del almuerzo.

Cuando finalmente llegó su turno en la tienda, Sayaka no pudo evitar la tentación y terminó comprándose un hermoso lazo para ella también. Éste era de color azul marino y resaltaba de manera bonita en su cabello celeste. Decidió no perder tiempo y ahí mismo lo trenzó a su cabello en frente de un espejo para ver el resultado final y terminó enamorada de este. En definitiva, este era el toque final para lo que se venía luego.

Salió del establecimiento con sus compras y se encontró con su criada que le esperaba afuera con el paquete de galletas. Ambas fueron a encontrarse con Jacob que las esperaba a la entrada del pueblo con la calesa lista. Sayaka suspiró tranquila—ahora sí podría ponerse manos a la obra.



Excepto que, al llegar a su casa, había una calesa estacionada afuera. Una calesa que no había visto nunca antes en su vida, así que no tenía ni la menor idea de quién podría ser.

Si bien la curiosidad la carcomía, decidió entrar por la puerta de la cocina para evitar mayores demoras. Una vez dentro, tomó rápidamente las jarras con leche y el paquete con mantequilla para ponerse a trabajar, pero en lo que una de las criadas le ayudaba a atarse el mandil, la puerta se abrió de golpe y su señora madre se hizo presente en el sitio.

“¡Sayaka! ¡Ahí estás!” Chilló ésta con las cejas fruncidas, mostrando claro enojo. Lo cual la dejó algo aturdida, ya que no había hecho nada malo para ameritarlo. Pero antes de que pudiera replicar, su madre se acercó y con un ademán mandó atrás a la criada, sacándole ella el mandil. “¡Quítate eso! ¡Hemos estado esperando por ti desde hace una hora! ¿Cómo se te ocurre irte en medio de la nada?”

“¿Pero qué pasa?” Preguntó con miedo, “¿Quién espera por mí? ¡Yo no tenía ninguna cita pendiente!” Su mamá lanzó el mandil a la mesa y le dio una inspección de pies a cabeza rápidamente, asintiendo.

“No podemos arreglarte más, pero tampoco te ves tan mal. Ruego que eso sea suficiente,” la tomó de la mano, “apura, que nos esperan.”

“¿¡Quiénes!?” Gritó exasperada, a lo que su madre le miró feo para que callara.

“¡Otra vez con tus chillidos! ¡Ni se te ocurra hacerlo en frente del señor Leroy!” Dijo arrastrándola.



El señor Leroy. El nuevo sheriff del pueblo.

Jean.

Sayaka sintió que la tierra se le removía y que el tiempo transcurría de manera excesivamente lenta a lo que su mamá la llevaba a la sala de estar. Es como si algo hubiese tomado posesión de ella, ya que escuchaba las voces venir desde muy lejos, y en cambio, un chillido se apoderaba de sus oídos.

¿Qué hacía él ahí? ¿Cuáles eran sus intenciones? ¿Por qué su mamá se mostraba tan apremiante?

Recordó entonces el baile que hubo en Meryton hacía meses antes de su partida a Londres junto a sus hermanas. Fue en aquella noche cuando el señor Leroy le había preguntado si le haría la gentileza de permitirle que le visitara en su casa… Y si bien Sayaka había hecho un escándalo de sí misma (el cual, gracias a Dios, ya muchos en el pueblo parecían haberlo olvidado tras los acontecimientos más importantes de la guerra…), éste parecía no haberse desilusionado de ella.

Recordó también que al encontrarse nuevamente, el señor Leroy había dicho que no pensaba menos de ella por haber defendido a su hermana, así hubiese hecho un gran escándalo, porque esto dejaba entrever su “amor puro” por ella. Y le había repetido que, por favor, aceptara que le visitara apenas retornara de Londres.

De su retorno a Meryton hacía ya un par de semanas. Y si se ponía a pensarlo, Sayaka era verdaderamente una estúpida al no haber pensado mejor en esta situación. Los últimos días había estado tan absorta preparándose para hoy que se había olvidado por completo de que…



“¡Señorita Sayaka!” Saludó el señor Leroy apenas entró a la habitación con su madre. En frente de él, se encontraba sentado su señor padre, lo cual sólo sirvió a que se sintiera peor. “¡Qué gusto verla después de tanto tiempo!”

Su madre tuvo que darle un leve codazo para que recordara que tenía que hablar.

“El placer es mío,” musitó, haciendo un amago de sonrisa. Su madre sonrió.

“Sentémonos, querida,” dijo llevándola al sillón, pero se sentó rápidamente al extremo, dejando el lado más cercano al Sheriff libre para que ella se sentara ahí. “El señor Leroy ha sido tan gentil de venir a visitarnos, pero lamentablemente tu padre y yo no contábamos con que no estarías aquí.”

“Bueno, tampoco es que supiésemos nosotros por adelantado que el joven Sheriff vendría a vernos,” respondió su papá, intentando ayudar a su hija.

“Y pido mis mayores disculpas por ello,” se apresuró a decir el joven. “Con las delegaciones que el departamento ha tenido que hacer últimamente en cuanto al regimiento y sus movimientos, hemos estado con mucho trabajo en la oficina. Lamentablemente no tuve tiempo de enviar alguna carta previamente para pedirles una visita a su hogar.”

“¡No tiene por qué preocuparse, señor Leroy!” Le cortó su madre. “¡Nosotros estamos gustosos de que un oficial como usted venga a vernos a nosotros y a nuestra querida Sayaka!” Sintió como el estómago se le revolvía. “Pero parece que al igual que usted, nuestra pequeña también tuvo la misma idea de salir a aprovechar del sol antes de que los peores días de otoño se ciernan sobre nosotros.”

“Simplemente fui a hacer unos recados de mis hermanas,” comentó con desgano, bajo la mirada inquisitoria de su madre por estar muy callada. Tanto que la mortificaba diciéndole que hablara mucho para que, el momento en que Sayaka menos quería hablar, la torturara con que lo hiciera.

“¿Por qué no me sorprende?” Dijo el señor Leroy con una sonrisa, para luego dirigirse a sus padres. “Si hay algo que me llama mucho la atención de la señorita Sayaka es su gran cariño y predisposición para con sus hermanas. En las pocas veces que hemos podido conversar es una de las cosas que más ha resaltado y que más me ha enternecido de su personalidad.”

¿De qué otra cosa hemos hablado, acaso? De absolutamente nada. Pensó con enojo. El señor Leroy nunca le había preguntado por sus gustos, por sus pensamientos, o por cualquier otra cosa. En las pocas veces que habían logrado conversar, éste no había hecho más que elogiarla por cosas de la que ni ella estaba segura que merecían elogio alguno. Simplemente hablaba por hablar.

No como otros, pensó amargamente.

“Muchas gracias, señor Leroy,” su madre la sacó de su ensimismamiento con sus palabras. “Es usted muy gentil. Nuestra Sayaka es una de las hermanas del medio y se puede ver el respeto que le tiene a las mayores, así como el cariño que le profesa a las menores.”

“En eso estoy de acuerdo,” agregó su padre.

“Por favor,” finalmente intervino, sintiéndose asfixiada. “No podemos hacer tantas generalizaciones basándonos en un simple par de recados que atendí hoy día—”

“No se menosprecie, señorita,” le cortó antes de que pudiera seguir. “Es usted muy humilde, pero también debería de escuchar a quienes la vemos por quien verdaderamente es.”

No pudo evitar alzar las cejas al escuchar lo que decía. Y tuvo que morderse la lengua al ver que su padre ponía la misma expresión que ella.

Recordó cómo se había sentido momentáneamente feliz cuando el señor Leroy mostró interés en ella durante el baile de presentación. Como pensó que ella, la hermana que siempre había sido ignorada por su pésima personalidad, finalmente había atraído la atención de alguien. Y tuvo muchísimas ganas de volver en el tiempo y zarandear a su yo del pasado. ¿Cómo podría haberse sentido halagada en aquel entonces, cuando estas eran las consecuencias?

“Así es, Sayaka querida. Eres una chica de grandes cualidades y es bueno que lo escuches de ves en cuando, sobre todo cuando los elogios vienen de una persona de gran renombre como lo es el señor Leroy.” Por supuesto que la primera y única vez que su madre le diría algo bueno sobre su persona tenía que ser ante los ojos de un prospecto matrimonial. “Querido señor Bennet, ¿no concuerda usted con nosotros también?”

“Creo que estás un poco equivocada, querida. Concuerdo en que nuestra Sayaka es una gran joven, pero también creo que ella está al tanto de ello. No es un tema de humildad, diría yo, más bien de realismo.” Si no fuese por las reglas de conducta, la menor ya se habría lanzado llorando al regazo de su padre a besarle las manos.

Al menos alguien en ese salón la veía por quien verdaderamente era.

“Como usted verá, señor Leroy, mi querido esposo es un hombre de palabras profundas,” dijo entre risas, intentando dejar de lado lo que su padre había dicho para hacer que Jean se sintiera más cómodo. “Pero eso ya debe de haberlo visto durante nuestra conversación esperando a Sayaka.”

“Por supuesto. Aún sigo muy emocionado de haberme enterado de su antiguo rol como supervisor de la oficina del Sheriff años atrás, señor Bennet,” dijo con una sonrisa. “Me honra muchísimo saber que estoy siguiendo sus pasos y si, disculpe el atrevimiento, pudiera usted guiarme en algunos problemas actuales que tengo que afrontar, estaría severamente endeudado con usted.”



La mención de su antiguo rol en la oficina del Sheriff iluminó el rostro de su padre y lo que siguió fue lo que más se temía: ser ignorada por completo en la habitación. Su padre y el señor Leroy se enfrascaron en una conversación entre ellos en la que la señora Bennet solo hacía uno que otro comentario, ya que parecía estar más que feliz en dejar que ambos hombres se conocieran y congeniaran.

No era más que un ser invisible. Una muñeca, lista para ser vista, pero nunca escuchada. Ignorada por todos ya que su presencia solo se limitaba a hacer más alegre la habitación. Y quiso llorar tanto, porque toda su vida le habían repetido que tenía que ser callada y que a nadie le importaba lo que pensara. Que lo único que importara era que fuera servil y obediente, pero que ella no podía disponer de con quien podía serlo o no. Que tenía que ser feliz, pero nunca para sí misma, sino para otros.

No fue hasta que llegó él que pudo ser finalmente quien siempre había sido y ser celebrada por ello. Sentirse vista, por primera vez. No como una hermana, hija, o amiga. Y mucho menos como una mera muñeca.

Sino como una mujer. Como ella misma.

Para encontrarse ahí, nuevamente, en ese salón. Siendo recordada de que nunca podría obtener eso. De que había nacido para ser lo que dispusieran de ella.

Mientras todo esto sucedía, su madre apretaba la mano de Sayaka como señal de su felicidad, a lo que la menor no tenía más remedio que dejarse hacer.

Esa línea de contacto era lo único que la mantenía atada a esta terrible pesadilla llamada realidad.



Pero si la pobre pensaba que el suplicio terminaría ahí, casi vomita de los nervios al escuchar a su madre rogarle al señor Leroy que se quedara a almorzar en la casa—que ya pronto la comida estaría servida—y que este terminara accediendo a su petición. No fue hasta entonces en que finalmente reparó en la posición del sol por la ventana y como ya más de la mitad del día había sido completamente desperdiciado en esto.

El día más importante y que había esperado con tanto ahínco. Y no poder hacer nada al respecto para salir de esta situación.

Tuvo que soportar las curiosas miradas de sus hermanas durante el almuerzo, en el cual sólo se limitó a asentir y responder monosilábicamente a lo que su madre o el señor Leroy le decían. Y no pudo evitar enojarse más conforme pasaban los minutos, viendo cómo el joven no se daba por enterado de la angustia en la que estaba sumida, pretendiéndola al mismo tiempo.

Tampoco ayudó que las gemelas y sus hermanas menores tuvieran la impresión equivocada de lo que estaba aconteciendo en su hogar y alentaran al joven, haciéndole preguntas por su trabajo como Sheriff, por la historia de su familia (llegados de Canadá, en el nuevo continente), por su relación con los generales del regimiento… entre otros. Y Jean resplandecía con toda la atención puesta sobre él, sonriendo de manera muy galante y regalando anécdotas por doquier. No se podía negar tampoco lo guapo que era, lo cual ayudaba muchísimo a su caso.

Parecía que sólo Sayi y Cho eran las únicas en darse cuenta de su incomodidad y ofrecían silencio, haciendo comentarios muy de vez en cuando intentando desviar la conversación cuando se tornaba hacia ella, o respondiendo en su lugar a las preguntas que le hacían.



Pero lo peor llegó cuando su madre se disculpó antes de que terminara el almuerzo para ir a la cocina y que volviera trayendo el mismo pastel que Sayaka había horneado en la mañana.

“¡Señor Leroy!” Llamó esta, “¡Qué suerte que tiene hoy día! ¡Nuestra querida Sayaka horneó esto en la mañana y ahora podremos compartirlo todos!”

“¡Mamá!” Se levantó finalmente de su asiento, encarando a la mujer con el rostro pálido y el corazón saliéndosele por la garganta, furiosa y aterrorizada como nunca se había sentido en su vida. El silencio reinó en la sala. “¡Por favor, no! ¡Horneé ese pastel para otro motivo!”

“Ya te hemos dicho que no tienes que avergonzarte, hija. No eres una mala cocinera, y aunque no sea una actitud muy propia de tu estación, es bueno que sepas hacer este tipo de cosas para cuando tengas invitados íntimos.”

“¡No!” Volvió a replicar, conteniéndose las lágrimas, “¡No me refiero a eso! ¡El pastel es para un amigo mío!”

Debió de haberse quedado callada.

“¿Un amigo?” Preguntó su madre con un tic en el ojo y entornando la mirada, dándole a entender lo enojada que estaba. Se podía cortar la tensa situación con el cuchillo menos afilado de la cocina. “El señor Leroy es nuestro amigo. Y hasta donde yo estoy enterada, ningún otro amigo de nuestra familia cumple años o tiene necesidad alguna de un pastel tuyo en particular.”

Antes que Sayaka pudiese replicar, Jean se levantó de su asiento y puso una mano sobre su hombro. La joven intentó calmarse para que el mayor no se diera cuenta que había comenzado a temblar.

“Estimada señora Bennet, es usted muy considerada. Pero creo que no hay necesidad de—” Sayaka se volteó a mirarlo, con esperanza en los ojos—

“¡Tonterías, señor Leroy!”



Y antes de que alguien más pudiera decir algo, su madre terminó de acercarse a la mesa y ensartó el cuchillo en el pastel.



“Siéntese, por favor. Me sentiría muy apenada de que se vaya sin que le hayamos ofrecido nuestra completa hospitalidad.”



En aquel momento, mientras disociaba de lo que estaba pasando, Sayaka sintió que pudo haberse enamorado en otra vida de Jean. Tonto, extremadamente tonto y superficial. Pero después de que su madre hubiese comenzado a partir el pastel, éste la había mirado con suma consternación –casi rozando con el miedo–, preocupado no sólo por haber metido la pata, sino también preocupado por ella y sus sentimientos.

Una de las cosas que Sayaka apreciaba más de las personas era su bondad. Y en ese momento se dio cuenta de que Jean era una persona bondadosa, a pesar de todo. Había seguido al pie de la letra el protocolo de la ocasión, pero en el momento más importante para ella, había salido a defenderla. Claro está que lo hubiese apreciado desde mucho antes, pero podía apreciar ese pequeño gesto.

Por muy tarde que hubiese llegado.



“Señor Leroy,” dijo, tomando su mano y dándole un leve apretón para asegurarle al joven de que no le guardaba rencor por lo que estaba sucediendo en estos momentos. “Mi madre tiene razón en que debemos de ser hospitalarios con usted. Tendré tiempo más tarde para hornear otras cosas, no tiene por qué preocuparse.”

“Así es, mi niña,” respondió su madre, aunque apenas lo percibió.



Jean volvió a sentarse, aún mirándole de manera dubitativa, pero Sayaka le dirigió una pequeña sonrisa al sentarse nuevamente. El joven se la devolvió, más tranquilo. Por primera vez entendiéndose entre ambos.

Si tan sólo le hubiese pedido su amistad, si tan sólo le hubiese pedido ser su amigo, Sayaka le habría dado todo de sí.

Todo menos su corazón, claro está.



La hora del postre terminó de manera más tranquila cuando Sayaka decidió retomar la conversación por ella misma. Si bien no estaba alegre, intentó que su malestar no se extendiera a sus hermanas y al joven Leroy, quienes simplemente eran víctimas de todo este embrollo en el que ella sola se había metido al albergar ilusiones y sueños. Habló simplemente de las cosas nuevas que había visto esa mañana en el mercado y las tiendas, le preguntó al señor Leroy sobre cómo hacía su trabajo manteniendo el orden en la ciudad, y aceptó con una sonrisa serena cada uno de los comentarios sobre su postre.

El señor Leroy no le pidió un momento a solas antes de irse, pero sí se tomó el trabajo de besar los nudillos de su mano antes de irse, tras declinar el ofrecimiento de quedarse a tomar el café y discutir de política con su padre en su estudio. Sayaka pudo corroborar, con cierta consternación, de que el joven aún parecía decidido en su cometido. Lo podía ver en sus ojos. Y le daba tanta tristeza.



Antes de que su madre pudiera estallar en gritos y saltos, Jacob les interrumpió.

“Disculpe, señora,” le dijo a la mayor con cierto temor, “simplemente venía a decirle a la señorita Sayaka que el joven Otabek vino hace media hora junto a su gato. Lo encontró perdido en el campo y pasó a devolverlo.”

“Cuándo no ese desquiciado demonio,” resopló su madre. “Dile a las cocineras que se cercioren de cerrar bien las puertas traseras. Sayaka no puede estar todo el día afuera, sobre todo ahora que las visitas del señor Leroy serán más continuas.”



Hacía media hora. Otabek había venido hacía media hora y ya se había ido.

Seguramente Jacob le había informado que estaban muy entretenidos con la visita del señor Leroy como para que Sayaka pudiera venir a agradecerle el gesto. Seguramente habría pensado que no había ido a encontrarse con él como le había jurado que haría días atrás, para pasar el día juntos, por quedarse a hablar con el señor Leroy. Podría incluso haber pensado que había priorizado al mayor por sobre él.



“¿Tengo algo por lo cuál preocuparme?”, preguntó de manera directa mientras la depositaba en el suelo.

“No”, respondió con un tono de voz que no daba lugar a duda y sin romper la mirada.




Aquella conversación que había tenido con Otabek tras el baile, tras contarle de la insinuación del señor Leroy con ella, resurgió en su mente y ya no pudo más.

Mientras su madre hablaba de lo bien que Sayaka se había comportado, de lo feliz y contenta que estaba, de cómo Sayaka no podía aspirar a alguien de mejor posición social debido a lo escandalosa que era—

Rompió en llanto.

Empezó a llorar a lágrima viva, gritando, y llevándose las manos al rostro, sintiendo cómo se ahogaba del dolor e impotencia. Inmediatamente, su padre se acercó a abrazarla y se aferró a él de manera instintiva, llorando e hipando histéricamente, como nunca lo había hecho en su vida. Su madre comenzó a bramar por explicaciones, alternando entre consternación e indignación, hasta que fue callada por su padre de un grito.

Lo abrazó mucho más fuerte y siguió llorando a gritos. Y se sintió mil veces peor siendo confortada por los brazos cálidos y amorosos de su padre. Sintió que su dolor lo traicionaba, a él y a sus sueños para con ella. Su dolor, tan, pero tan egoísta.

No se merecía nada. No se merecía el amor de nadie.



Escuchó a lo lejos los gritos consternados de Sayi y su madre, mientras su padre comenzaba a zarandearla.

Se desmayó.
5
1.-Faith Beams (Helios Rising Heroes)
2.-Yuki Rurikawa (A3!)
3.-Marion Blythe (Helios Rising Heroes)
4.-Olivine (Nu:Carnival)
5.-Mordred (Fate Apocrypha/Grand Order)
6.-Sitri (Makai Ouji: Devils and Realist)
7.-Akita Toushirou (Touken Ranbu)
8.-Arthur Granvelle  (Mahoutsukai no Yakusoku)
9.-Koi Kisaragi (Tsukiuta)
10.-Uenoyama Ritsuka (Given)
11.-Itsuki (Paradox Live)
12.-Iku Kanazuki (Tsukiuta)
13.-Takamine Midori (Ensemble Stars!)
14.-Machi Komachine (HunterxHunter)
15.-Tetora Nagumo (Ensemble Stars!)
16.-Pakunoda (HunterxHunter)
17.-Rui Minazuki (Tsukiuta)
18.-Vivio Takamachi (Vivid Strike!)
19.-Mashu Kyrielite (Fate/Grand Order)
20.-Mao Isara (Ensemble Stars)
21.-Hikari Fujiyoshi (Tadaima Okaeri)
22.-Koyanskaya/Tamamo Vitch (Fate Go Cosmos in the Lostbelt)
23.-Kuro/Sleepy Ash (Servamp)
24.-Pierre (The Idolmaster Side M)
25.-Tenn Kujo (Idolish 7)
26.-Tasuku Tsubakino (Wind Breaker)
27.-Rosaria (Genshin Impact)                 
28.-Riku Nanase (Idolish 7)
29.-Orthos (Merc Storia: Yujutsushi to Suzu no Shirabe)
30.-Yuuto Kigai (X-1999)
31.-Minami Natsume (Idolish7)
32.-Hinata Aoi (Ensemble Stars)
33.- Maria Cadenzavna Eve (Seki Zesshou Symphogear GX)
34.-Gaku Yaotome (Idolish 7)
35.-Miki Hoshi ( The Idolm@ster)
36.-Midare Toushirou (Touken Ranbu)
37.-Tsukasa Suou (Ensemble Stars)
38.-Mika Kagehira (Ensemble Stars)
39.-Shinkai Kanata (Ensemble Stars)
40.-Arashi Narukami (Ensemble Stars)
41.-Houchou Toshirou (Touken Ranbu)
42.-Shinobu Sengoku (Ensemble Stars)
43.-Sogo Osaka (Idolish 7)
44.-Rinne Berlinetta (Vivid Strike)
45.-Momosuke Oikawa (I-chu)
46.-Narancia Ghirga (Jojo´s Bizarre Adventure)
47.-Anastasia Nikolaevna Romanova (Fate Go Cosmos in the Lostbelt)
48.-Kashu Remu (Bad Medicine - Infectious Teachers-)
49.-Rinko Shirokane (BanG Dream! Girls Band Party)
50.-Chongyun (Genshin Impact)
51.-Hajime Umemiya (Wind Breaker)
52.-Saku Uruha (I-chu)
53-Kanata Yatonokami (Paradox Live)
54.-Razor (Genshin Impact)
55.-Karna (Fate/Grand Order)
56.-Shuu Ujigawa (ARGONAVIS from BanG Dream!)
57.-Xingqiu (Genshin Impact)
58.Arturia Pendragon (Fate Series)
59.-Rokuta (Paradox Live)
60.-Kei Miyama (Paradox Live)                                       
61.-Shogo Yamato (Paradox Live)
62.-Tomohiro Matsuo (Tadaima Okaeri)
63.-Shion Kaida (Paradox Live)
64.-Kenta Mikoshiba  (Paradox Live)
65.-Lev Haiba (Haikyuu!!)
66.-Kentarō Momose (My New Boss Is Goofy)
67.-Jerrica Benton/JEM (JEM and the holograms)
68.-Bianchi Law (Helios Rising Heroes)
69.-Tamaki Yotsuba (Idolish 7)
70.-Yuto Inukai (Paradox Live)
71.-Yuuki Hirai (Tadaima Okaeri)
72.-Yūsei Shirosaki (My New Boss Is Goofy)
73.-Adachi Kiyoshi ( Cherry Magic! Thirty Years of Virginity Can Make You a Wizard?!)
74.-Kurosawa Yuichi ( Cherry Magic! Thirty Years of Virginity Can Make You a Wizard?!)
75.- Cain ( Yours to claim)
76.- Mitsuki Kiryu (wind Breaker)
77.-Garu/Karu ( Nu Carnival)
78.-Light Yagami (Death Note)

dejo a Lan Wang Ji (Mo Dao Zu Shi) y entra Lev Haiba (Haikyuu!!) dejo a Wei Wuxian (Mo Dao Zu Shi) y entra Yuuki Hirai (Tadaima Okaeri) dejo a mi pesar a mi nene Bojji (Ousama Ranking) y entra Tomohiro Matsuo (Tadaima Okaeri)

si hay mas editare xDD

matta ne!!!
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Listas y Probaciones / Re: Listas de Extras — Última Actualización: Abril 11
« Last post by Miyu on June 09, 2024, 01:40:56 AM »
1. Sousei Abeno (Donten ni Warau)
2. Shirasu Kinjou (Donten ni Warau)
3. Chuutarou Kumo (Donten ni Warau)
4. Kotarou Fuuma (Donten ni Warau)
5. Marin Kitagawa (My Dress-Up Darling)
6. Johannes Valdemar (Lady Devil)
7. Mizi (Alien Stage)
8. Sua (Alien Stage)
9. Till (Alien Stage)
10. Ivan (Alien Stage)
11. Hyuna (Alien Stage)
12. Luka (Alien Stage)

13. Qin Shi Huang (Shuumatsu no Valkyrie)
14. Nikola Tesla (Shuumatsu no Valkyrie)
15. Buddha (Shuumatsu no Valkyrie)
16. Tengen Uzui (Kimetsu no Yaiba)
17. Kanae Kocho (Kimetsu no Yaiba)
18. Tamayo (Kimetsu no Yaiba)
19. Obanai Iguro (Kimetsu no Yaiba)
20. Kokushibo / Michikatsu Tsugikuni (Kimetsu no Yaiba)
21. Kikoru Shinomiya [Kaiju No. 8]
22. Reno Ichikawa / Leno [Kaiju No. 8]
23. Kafka Hibino [Kaiju No. 8]
24. Yuzuriha (Jigokuraku)
25. Choubei Aza (Jigokuraku)
26. Touma Aza / Yamada Asaemon (Jigokuraku)
27. Sagiri Yamada Asaemon (Jigokuraku)
28. Shugen Yamada Asaemon (Jigokuraku)
29. Shion Yamada Asaemon (Jigokuraku)
30. Shija (Jigokuraku)
31. Ju Fa (Jigokuraku)
32. Tao Fa (Jigokuraku)
33. Mu Dan (Jigokuraku)
34. Zhu Jin (Jigokuraku)
35. Rien (Jigokuraku)
36. Gui Fa (Jigokuraku)
37. Ran (Jigokuraku)
38. Reiji Amamiya (Tokyo Aliens)
39. Harumi Taniguchi (Citrus)
40. Yuzu Aihara (Citrus)
41. Matsuri Mizusawa (Citrus)
42. Mei Aihara (Citrus)
43. Azazel (High School DxD)
44. Koneko Toujou / Shirone (High School DxD)
45. Rossweisse (High School DxD)
46. Xenovia Quarta (High School DxD)
47. Lavinia Reni (SLASHDOG/High School DxD)
48. Asia Argento (High School DxD)
49. Ling Qiao (Link Click)
50. Tianxi Li (Link Click)
51. Tianchen Li (Link Click)
52. Jin Qian (Link Click)
53. Seiko Ayase (Dandadan)
54. Aira Shiratori (Dandadan)

Desde anoche que quiero postear en la parte de planeación del O.S.  y aprovecho para esto ;_;! Agregué los 3 espacios recién salidos del horno (gracias Cho y perdón por molestar :'() y ordené la lista

Me uní a los teams “yo era feliz hasta que conocí ALNST” y “que Lico y Vivinos nos paguen el psicólogo”
7
Reglas, Guías y whatnot / Re: Canje de palabras
« Last post by Cho on June 08, 2024, 11:18:57 PM »
Hola Miyu, siento mucho la demora, recién me doy cuenta (...)

Claro, ya he anotado tu canje, espero que disfrutes de tus nuevos espacios~
8
Reglas, Guías y whatnot / Re: Canje de palabras
« Last post by Miyu on June 07, 2024, 09:23:01 AM »
Hola Cho! <3 Vengo a quedarme pobre jskdj
Puedo canjear tres espacios en extras? Muchas gracias y perdón por las molestias, aah ;;

9
HiMEverse / Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Last post by Cho on June 02, 2024, 10:29:32 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~

*top 4*

*conteo*

Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 10536 palabras
Kana :: 1317 palabras
Eureka :: 2357 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 1555 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...
10
Listas y Probaciones / Re: New Probation Time!
« Last post by Cho on June 02, 2024, 10:22:45 PM »
Este es el conteo total del mes de Mayo 2024

*header*

Quote
Sayi :: 0 palabras
Kora :: 846 palabras
Cho :: 10536 palabras
Kana :: 1317 palabras
Eureka :: 2357 palabras
Puri :: 1362 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Neko :: 1402 palabras
Airin :: 1045 palabras
Apple :: 1755 palabras
Miyu :: 1555 palabras



Main Projects

A continuación el conteo para los proyectos principales:


MMORPG: Neverland
C  O  N  T  E  O

República de las Naciones Unidas
C  O  N  T  E  O

One-Shot Project
C  O  N  T  E  O
Kora :: 846 palabras
Neko :: 0 palabras
Airin :: 0 palabras
Shruikan :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 0 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Neko :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras



Side Projects

Y ahora el conteo para los proyectos secundarios~


HiMEverse
C  O  N  T  E  O

Downtown District
C  O  N  T  E  O

Seeds in the Garden
C  O  N  T  E  O
Sayi :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 10536 palabras
Kana :: 1317 palabras
Eureka :: 2357 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Mery :: 0 palabras
Apple :: 0 palabras
Miyu :: 1555 palabras
Sayi :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 0 palabras
Kana :: 0 palabras
Eureka :: 0 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 0 palabras
Apple :: 1755 palabras
Miyu :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Neko :: 1402 palabras
Airin :: 1045 palabras
Shruikan :: 0 palabras

Moonlight Garden
C  O  N  T  E  O

Patio de Juegos
C  O  N  T  E  O

Actividades
C  O  N  T  E  O
Puri :: 1362 palabras



Las palabras se agregarán a su contador y podrán ser usadas en el tema de canje de palabras.


Happy writing~
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