Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 250813 times)


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #585: September 29, 2019, 08:18:39 PM »
Hoi hoi minna!!! aqui esta la continuacion del fic compartido con Eureka, tambien muchas gracias por fickear conmigo <3 <3








Es asi que las preparaciones había terminado y ya estaban anunciando el inicio del concierto, por lo cual las tres amigas se reunieron para darse animos, ya vestidas y prolijamente maquilladas y arregladas, salieron de su camerino para acercarse al escenario para estar atentas a su entrada, Tsubasa tomó aire profundamente después de mucho tiempo iba a volver a los escenarios, aunque estaba algo temerosa tambien estaba ansiosa para demostrar que el legado de Knights aún estaba presente, asi como lo hacia Ritsu, ella tambien podría demostrar que puede estar a la altura de las expectativas de su Ousama

El presentador se acercó al escenario

Bienvenidos al gran festival!!! Esperamos que todos se diviertan y que pasen unas horas llenas de música!!! Como primer acto tenemos una gran sorpresa para ustedes, esta presentación fue preparada casi en el ultimo momento pero eso no importa porque las cantantes que se presentaran son A1 y deben de conocerlas!! La primera es la gran joven actriz muy popular en el mundo entero su nombre es Maria!!! La siguiente pertenecio a la muy famosa y querida unit llamada Knights!! Ahora siendo modelo de profesión pero sin perder el brillo y estilo que la caracterizaba ella es Arashi!!! Y por último…otra exmiembro de Knights, vocalista…la princesa de los escenarios que después de mucho tiempo vuelve a los escenarios…ella es Tsubasa!!! Y las tres chicas cuentan con un nombre las cuales son “The Sweet Angels” nombre propuesto por el gran compositor y líder de Knights!! Leo Tsukinaga!!...Y ahora aquí en el gran festival presentaremos su canción debut llamado “Gyakko no Flugel”!!!

Las luces se apagaron y luego se encendieron con las tres jóvenes al centro del escenario, todos los presentes gritaron emocionados cuando la canción empezó  a sonar

Gyakko no Flugel: https://vimeo.com/36457703

El escenario cambio a una imagen del cielo con estrellas, donde las jóvenes caminaban y empezaban a cantar mientras hacían ademán de su belleza, gráciles movimientos y hermosas voces

Todos los presentes gritaban emocionados mientras con sus glowstick apoyaban a las jóvenes

Dentro de los camerinos

Rei se quedaba observando maravillado aquella performance- Entonces las noches donde entrenabas con tu espada no era especialmente para eso….-rio suavemente- sabía que necesitabas que tu Rey llegara a darte el impulso que necesitabas para crecer, aunque con eso tengas que sufrir después…-esto dijo para si mismo-

Tsubasa-chan canta muy hermoso…-dijo Kaoru – pero Maria-san y Naru no se quedan atrás-

Han logrado formar un grupo maravilloso- hablo Adonis- puedo sentir como sus canciones vienen del corazón…-

Si que son buenas pero no como nosotros que vamos a acabar con todos los grupos…-

Shh…wanko en silencio que quiero seguir observando…-

En el camerino de los Ryuseitai, los más jóvenes miraban asombrados, mientras que Chiaki y Kanata sonreían ampliamente

Te lo dije Kanata…María-chan pudo haber sido una maravillosa Ryusei Pink, pero parece que su destino era brillar lejos de aquí…y si que lo hace bien-

En eso tienes razón Chiaki, se le ve muy feliz…-moviéndose de un lado a otro- y Tsubasa-chan tambien se ve muy feliz…me alegra saber eso…-

Cuando termine el festival tengo que personalmente felicitar a Maria por tan hermosa presentación, voy a pedir que consigan un grande arreglo floral…-

Lo mínimo que tienes que hacer al momento de verla…-

Por que dices eso??...-

Ya veras cuando la veas….-canturreo alegremente-



Luego de la excelente presentación de la nueva unidad conformada por Naru, Tsubasa y Maria, el presentador las despidió entre gritos y aplausos del público, que había sido cautivado completamente por aquella nueva unidad. Aún a pesar del casi nulo tiempo para practicar, Maria y sus amigas habían sido capaces de dar una presentación impecable, conmoviendo a los espectadores y ganándose su cariño con elegantes pasos de baile, melodiosas voces y un carisma único.

Luego de que The Sweet Angels se bajara del escenario, el presentador introdujo al siguiente grupo.

“Seguidamente, tenemos a un grupo de idols caracterizado por su singular energía, diligencia y amor por nuestro folklore y tradición. Akatsuki ha ganado varios premios y sus singles han permanecido por varias semanas en los ránkings del mundo. Sus giras mundiales han sido exitosas y han sido capaces de llevar un poco de nuestro país a los lugares que han visitado. Luego de un break merecido, han venido al presente festival para hacer su comeback. ¡Recibamos con alegría a Keito Hasumi, Kuro Kiryuu y Souma Kanzaki, del grupo idol Akatsuki!”

Los miembros de Akatsuki subieron al escenario y el publicó los recibió con una calurosa ovación: los espectadores gritaron los nombres de los integrantes y aplaudieron, emocionados. Luego, los asistentes cambiaron los colores de sus glowsticks, pasando del azul, rosa y naranja de The Sweet Angels al rojo de la unidad en el escenario.

Akatsuki era reconocido por su estilo musical que mezclaba instrumentos tradicionales y folklore japonés con tonadas de rock, juntando modernidad y tradición en cada una de sus canciones. Su seriedad y diligencia como grupo era admirable: era de esperarse que dieran lo mejor de sí mismos en sus conciertos. A simple vista, Keito, Kuro y Souma eran muy parecidos en su actitud, pero lo cierto era que, además de tener algun más allá de su decisión y cada uno aportaba un valor distinto a Akatsuki, y el grupo no podía existir sin ninguno de ellos. 

Luego de que los miembros se presentaran brevemente, las luces se centraron en ellos y Akatsuki dio inicio a su segmento con sus tres canciones más populares: Kengeki no Mai, Zan -Ketsui no Yaiba- y Hyakka Ryouran, Kurenai Tsukiyo.

Las pantallas del escenario se encargaron de ambientar con pétalos rojos el espacio donde los miembros de Akatsuki comenzaron con su acto. Sus elaborados bailes con abanicos y espadas y sus armonías cautivaron a los presentes, quienes corearon sus canciones junto con ellos, ensimismados con el espectáculo.

Finalmente, cerraron su presentación con Usubeniiro no Yakusoku, una balada nueva y perfecta para su despedida. Los pasos de baile de Keito y las armonías de Kuro y Souma se lucieron por completo y el público quedó satisfecho.

Al igual que con The Sweet Angels, los espectadores no se cansaron de aclamarlos luego de su presentación.

“Gracias por su cariño,” dijo Keito, antes de retirarse junto a sus compañeros de grupo.
“Esperamos de todo corazón que les haya agradado nuestra presentación.”
El publicó le gritó y aplaudió como respuesta, sacándole una sonrisa sincera.
“Agradecemos a Mikejima-dono por la oportunidad,” dijo Souma.
“Y con esto, será hasta la próxima con nosotros.” Kuro le sonrió al público.

Akatsuki se retiró del escenario en medio de algarabía y aplausos. El presentador estaba preparado para anunciar al siguiente grupo, pero los miembros de este subieron al escenario antes de su introducción… y la bulla de los espectadores aumentó en varios decibeles al reconocer a los cuatro idols que iban a dar inicio a su presentación.

“¡Hola~” canturreó Hiyori, muy alegre. “Pensamos que mejor sería introducirnos nosotros. Mil disculpas, señor presentador~”
“Haha, que interesante giro~” dijo Mama, observando todo tras bambalinas. Suponía que Eden haría algo así de alocado: si bien eran muy estrictos con sus presentaciones y régimenes de entrenamiento, tal parecía que adoraban tomarse ciertas libertades. Hiyori y el resto eran tan conocidos que introducirlos como una unidad más seguro era una falta de respeto para ellos. Y se entendía: su grupo era uno de los más populares del festival por ser conocido en la región asiática y a nivel mundial.
“No hay problema, Tomoe-san. ¡Adelante!” lo animó el presentador, y Hiyori asintió.
“¡Okay! ¡Entonces… Buenas noches! ¡Nosotros somos Eden!” dijo Hiyori. El público enloqueció, a la vez que cambiaban de color sus glowsticks para hacer juego con la nueva unidad en el escenario. El mar de espectadores se tiñó de luces brillantes de las tonalidades de Eden: verde, azul, morado y rojo.
“Debe ser una sorpresa para muchos vernos aquí,” comentó Ibara. “Después de todo, el plan original era regresar a los escenarios dentro de unos meses. Pero encontramos pertinente adelantar nuestra fecha de comeback.”
“Por supuesto, los debidos agradecimientos a Mikejima-kun, quien nos invitó a participar de este festival,” dijo Nagisa.
“Asimismo, damos un cordial saludo a las unidades que se presentaron antes de nosotros y, también, a las que vienen. Les deseamos la mejor de las suertes y no podemos sentirnos más dichosos de compartir escenario con grupos de idols tan talentosos,” dijo Jun, con una sonrisa sincera.
“Y ahora si…” empezó Ibara.
“…Sean todos bienvenidos al paraíso,” finalizó Nagisa. Sonrió, altanero, y luego de darle a todos una reverencia, se giró para darle la espalda al público. Sus compañeros de grupo lo imitaron, tomando sus posiciones.

Por ambos lados del escenario, ingresaron bailarines que se colocaron detrás de Eden. La música dio inicio y las pantallas mostraron unas rejas abriéndose: seguidamente, aparecieron plumas oscuras que bailaban alrededor de una manzana dorada. Dance in the Apocalypse era su primera canción: una de las más populares por capturar a la perfección la esencia de Eden: un grupo de idols que jugaba mucho con los temas de religión y lo prohibido. El objetivo de Eden era tentar al público de cometer ciertos pecados junto a ellos, cautivándolos y motivándolos a cantar y bailar al ritmo de sus melodías.

Hiyori, Nagisa, Ibara y Jun tenían años de experiencia que respaldaban su presencia confiada en el escenario: se desenvolvían con decisión, bailando a la perfección su elaborada coreografía y cantando las armonías con mucha seguridad. Al igual que los grupos que se habían presentado antes de ellos, quedaba claro que Eden también poseía una increíble pasión y amor por lo que hacía: se notaba en cada nota, en cada paso de baile, en cada sonrisa de los miembros.

Al terminar, Eden presentó a sus sub-unidades y comenzaron con sus canciones de Adam y Eve. Primero se presentó el sub-grupo de Nagisa e Ibara, quienes cantaron Ruler’s Truth. Luego, dieron el paso a sus compañeros de equipo, Hiyori y Jun, para que hicieran bailar al público al ritmo de Trap For You.

Al final de la canción, el público irrumpió en algarabía, emocionados con el espectáculo. Eden no les permitió descansar, porque Ibara y Nagisa regresaron al escenario para interpretar con Hiyori y Jun su última canción, The Genesis, uno de sus primeros singles y de los más conocidos. El público coreó la canción, acompañándolos mientras cantaban y bailaban al ritmo de la música.

Sus posiciones finales los colocaron al final de la pequeña pasarela que daba al público. Los cuatro se despidieron animádamente, rodeados de gritos, aplausos y mucha alegría.

“¡Gracias por todo! ¡Nos veremos pronto de nuevo!” dijo Hiyori. El resto de sus compañeros lo imitó, despidiéndose del público mientras regresaban al escenario y, posteriormente, pasaban a bambalinas para dar paso al siguiente grupo.

Bueno bueno nosotros también le pedimos disculpas al señor presentador por tomar por asalto la transmisión!! –

Apartir de ahora ingresaran al maravilloso de los que son dos pero son un solo llamado 2Wink!!!...-

2Wink eran de los grupos que recién estaban consiguiendo popularidad y aunque no eran conocidos mundialmente, en Japón contaban con una cantidad considerable de fanáticos

Yuuta-kun es hora de comenzar!!-

Deacuerdo Aniki!!

Las luces se apagaron y empezó a oírse el sonido electrónico característico de su unit

Es entonces que empezó a sonar su canción emblema de toda sus presentaciones “2Wink Introduction” donde se podía observar el gran físico que los gemelos tenían ya que sus coreografías eran extremas haciendo piruetas alrededor del escenario, la gente se emocionaba y los apoyaba con los movimientos de sus lightstick,luego siguió la canción Sugar Spice Houteishiki, las luces se apagaron nuevamente por unos minutos y luego se iluminaron cuando los gemelos salieron con otro traje para continuar con su penúltima canción Wonder Wonder Toy Land que era una canción mas lenta y aparecieron un par de juguetes mientras que los gemelos caminaban alrededor del escenario mientras lo lanzaban al publico, y por ultimo la canción que cantaron fue Trick with Treat!! Una colaboración con Undead, cuando el escenario cambio a uno mas hallowinesco y los miembros de Undead estaban con disfraces de vampiro, hombre lobo, frankenstein y brujo, la gente explotó ante la llegada de una de las mas importantes y populares unit que había estado en para por unos meses y ahora volvia a presentarse, la canción terminó

Gracias a todos!!! De nuestra parte será hasta la próxima!!! Y ahora les presentamos a nuestros hermanos mayores de Undead!!!-dijo Hinata animado mientras tomaba de la mano a Yuuta y se iban del escenario

Nuevamente las luces se apagaron y empezaba a oírse el intro característico de Undead, la gente gritaba emocionada esperando con ansias la presentación

Muchas gracias a todos por la larga espera…pero ahora es hora de que Undead salga del letargo y vuelva a caminar en los escenarios…-la gente grito al escuchar la voz del líder de la unit Sakuma Rei-

Gracias por esperarnos bellos angeles…prometemos no volver a irnos…- hablo Kaoru

Hoy vamos a demostrar que somos los mejores que todas las unit que se han presentado!! Se quemarán y morderán el polvo!!!....-hablo Koga- No es cierto Adonis?

Si…-

Las luces se encendieron y apareció Undead con sus trajes de color negro característico, luego de la ovacion de la gente la música empezó a sonar, la primera canción fue Darkness 4, los asistentes que estaban cerca del escenario observaron maravillado la sensualidad y fuerza de una de las unit mas populares que volvia a aparecer a lo grande, luego siguieron los solos de cada uno, al ser una presentación especial por su regreso la gente había votado para que sucediera de esa manera, asi que el primero en aparecer solo en el escenario fue Koga y con guitarra en mano empezó a cantar su canción Riot Wolf, luego fue el turno de Kaoru con su canción Feather Heartache, luego siguió Adonis que salio con dos coreógrafos para empezar a cantar Saql Faith y por ultimo apareció Rei con su canción Bloody Moon Vampire , y para la ultima canción fue Valentine Eve´s Nightmare, donde apareció Maria con un traje rojo coqueto para ayudarles en la  coreografia, la gente grito emocionada

Con esto termina la presentación especial de Undead!!! Muchas gracias por venir al escenario para celebrar su regreso!!!- hablo el animador cuando de repente se escuchaba sirenas de emergencia, en medio del escenario estaba Tsubasa aprisionada y gente encapuchada estaba alrededor de ella-

Es asi que se escucho el intro de la canción Super Nova Revolu5tar, mientras que apareció Ryuseitai con sus trajes de sentai hero caracteristicos mientras peleaban con los encapuchados y salvaban a Tsubasa.la gente grito emocionada, al mismo tiempo que Tsubasa dejaba el escenario y empezaban a cantar,luego para seguir amenizando la jornada empezaron a cantar Goshiki no Shooting Sar!!! Mientras hacían gala de su coordinación como hero sentai unit, la gente seguía cada movimiento y vitoreaba emocionada, luego siguió Ryuusei Hanabi donde usaron los caracteristicos Taiko para dar un ambiente de festival y por ultimo terminaron con Tenka Muteki Meteoranger!mientras llamaban a las demás unit que se habían presentado hasta el momento para que se unieran a cantar su ultima canción


Al final la presentación de Ryuseitai, Nejire y Madara ingresaron al escenario juntos, sorprendiendo al público. Se sabía que ambos eran amigos muy cercanos y habían corrido rumores de que cantarían un dueto, pero nadie había esperado que compartieran escenario desde el inicio.

“¡Hola~!” canturreó Nejire, saludándo a los espectadores. “Mama y yo estamos aquí para cerrar el festival juntos. Espero que la estén pasando increíble y que les haya agradado el show.”
“¡Sí!” Madara les sonrió. “Disfrutemos todos juntos de este momento. Cantemos y bailemos como uno solo~”
“Y ahora les presentaremos nuestra colaboración.” Nejire guiñó un ojo. “Es la primera vez que la cantamos juntos en vivo. ¡El single sale en estos días, así que esten atentos!”
“Esto es Written in the stars,” dijo Madara, y comenzó a tocar unas notas suaves en la guitarra que portaba.

La dulzura del dueto hizo que el público disfrutara de un momento de calma en el festival, y los presentes no pudieron evitar moverse suavemente al compás de la música. La canción hablaba de un amor destinado a ser, y las armonías de sus voces lograron transmitir aquel bello sentimiento a los espectadores.

Al final del dueto, Madara dejó su guitarra a un lado y, junto al resto de bailarines de Nejire, comenzaron a seguirle los pasos al ritmo de Bad Boy, una tonada pop pegajosa y más atrevida. En ciertos momentos de la coreografía, Madara pasó a bailar con Nejire, tomando el rol del chico a quien le cantaba su amiga.

La dinámica se repitió en Candy Pop y Playing With Fire: Madara se turnó entre ser parte de sus bailarines e interactuar con ella con una coreografía especial entre ambos. Al final de su última canción, Nejire aprovechó en agradecer al público y presentar a Madara.

El idol arrancó con Blooming World, su primer single y el más popular a la fecha. Nejire bailó al lado de los back-up dancers y aprovechó en acercarse al borde del escenario a saludar al público cercano a ella. El estadio sumó sus voces en un gran coro que acompañó a Madara en su canto, mientras bailaba y se paseaba por el escenario.

A diferencia del resto de unidades, Madara había planeado en presentar sólo dos canciones: consideraba muy irrespetuoso ser acaparador cuando él era el organizador del festival. Además, encontraba más grato ver a sus colegas luciéndose en el escenario: los admiraba enormemente y agradecía su presencia en aquel evento. Sin duda, era un completo éxito, tan así que merecía ser celebrado a lo grande.

La letra de Festive! inspiró a todas los idols participantes a salir al escenario y acompañar a Madara y a sus bailarines, sumando sus voces junto a las del público, la de Nejire y la del mismo cantante. Eden, Undead, The Sweet Angels, 2wink y Akatsuki corearon la letra, y Madara se sintió sumamente satisfecho con el gesto. Por el rabillo del ojo vio que los menores de Ryuseitai, Tetora y Shinobu, quisieron unirse al festejo, pero Kanata los detuvo antes de que sucediera aquello. Un tanto decepcionado por ello, optó por continuar con su festejo aún a pesar de lo que acababa de suceder.

Chiaki observó a Madara desde bambalinas: la letra de Festive! le llegó al alma, recordando lo divertido que había sido dar esos primeros pasos de su carrera como idol y lo emocionante que seguía siendo ejercerla continuamente. Cada día era un nuevo reto y disfrutaba afrontarlo junto a sus compañeros de Ryuseitai: ver a la diversidad de idols en el escenario danzando y cantando no hizo más que conmoverlo.

Algo en su interior lo impulsó a salir al escenario a cantar con aquel viejo amigo. Para ese entonces, Festive! ya había terminado y el resto de idols y bailarines se andaba retirando del escenario a la vez que se despedían. Chiaki ingresó al escenario mientras Madara cerraba el festival con mucha alegría: al cruzar miradas, Madara se mostró un tanto confundido con su reacción, pero Chiaki le esbozó una sonrisa confiada que le dijo todo lo que necesitaba saber.
Al ver ese intercambio, Kanata atinó a seguirlo, un tanto perdido con la actitud de Chiaki: no era nada fuera de lo común que se mandara con ideas alocadas a último minuto, pero esta parecía ser un tanto más arriesgada que el resto. Sin embargo, era su líder y su más grande amigo, y era imposible no seguirle la corriente.

Por unos breves instantes, el público se vio muy confundido: no podía comprender lo que andaba sucediendo. Sin embargo, todo cobró sentido cuando Madara y Chiaki comenzaron a cantar una canción acapella que todos los ex-Ryuseitai aún recordaban: se trataba de una de las primeras que compusieron, cuando Madara aún estaba en el grupo con ellos.

Kanata se unió a ellos, producto de la nostalgia, y retomaron las posiciones que tenían en esos tiempos: Chiaki al centro, Kanata y Madara a los costados. Los pasos de baile y las armonías vinieron a ellos con mucha facilidad, y en esos instantes, les importó poco la reacción del público, la falta de pista o de video y otros detalles, puesto que eran nimiedades irrelevantes.

Maria, como era de esperarse, no dudó dos veces en unirse a ellos también: nunca habían practicado con ella, pero la joven buscó un espacio en la coreografía para sumarse, armonizando con sus amigos con unos perfectos pasos de baile al ritmo de la música acapella.

Aquella canción los trajo a todos de vuelta a aquellas tardes de entrenamiento, aquellas salidas en grupo, a la amistad que se perdió con los años. La canción era una fusión de lo que significaba Ryuseitai y MaM: pareció agradarle al público enormemente, porque empezaron a aplaudir para ayudarlos a marcar un ritmo más claro.

La canción terminó y el público les otorgó una de las más grandes ovaciones del festival: Kanata, Chiaki, Madara y Maria se quedaron atónitos con ello, pero retomaron rápidamente la compostura y sonrieron entre ellos, saludando a los espectadores. Emocionado por el momento, Madara los estrujó a todos, y Chiaki, Kanata y Maria le devolvieron el abrazo.

“Deberías medir tu fuerza, Madara-kun,” se quejó Maria, haciendo a un lado su micrófono. Aún a pesar de su expresión un tanto irritada, andaba estrujándolo junto al resto.
“¡Haha! ¡Es la emoción, Maria-san!” Madara la imitó y alejó su micrófono de su boca.
“…No puedo culparlo,” dijo Chiaki, haciendo lo mismo que sus amigos. “Me alegra… volver a compartir escenario con ustedes, de todo corazón.”
“…” Kanata esbozó una suave sonrisa. “Yo también.”
“No pensé que nos saldría tan bien, pero parece que hemos dejado al público con expectativa de más,” dijo Maria.
“De seguro piensan que fue un número especial y completamente planeado,” dijo Madara, sonriente.
“Bueno, a futuro, podría ser.” Chiaki le sonrió, decidido. “Ryuseitai siempre estará dispuesto a colaborar contigo, Mikejima.”
“¡Yo igual! ¡Incluso podría ser con Maria-san!”
“A mí no—” Maria suspiró. “Okay, suena como una buena idea.”
“¡Mm, mm! ¡Me alegra que estés de acuerdo!” Madara sonrió.

Maria pensó en responderle, pero Chiaki los estrujó con más fuerza. La cercanía a su amigo era tanta que estaba segura de morirse ahí mismo si seguían así.

Chiaki!! Me asfixias!! Me asfixias!!....-dijo Maria tratando de separarse de él-

Perdón..perdón…-dijo el pelicastaño separándose de ella-

Ahora va a ver…-dijo la pelirosa sonriendo ampliamente, cogiendo un micrófono-Aprovechando que estamos en el final del concierto…es hora de ser sincera en mis sentimientos asi que Chiaki Morisawa…-le dijo golpeándole la frente con el dedo- aceptarías ser mi novio????....-se sonrojo levemente-

Eh?????-Chiaki se quedo en silencio sin saber que responder-

Chiaki…tienes que responderle a Maria-chan…-le animo Kanata-

Y ustedes futuros hijos suban!!!- Maria señaló a Midori, Tetora y Shinobu- asi me ayudan a convencerlo que soy el mejor partido de todos…-

Eres la Maria de los relatos del Lider y de Shinkai-san…-hablo Tetora animado- tienes que decirle que si para que todos estamos juntos Lider!!!-

Yo no se que estoy haciendo aquí…-dijo Midori con una gota en la cabeza- pero si no digo mi opinión seguro me van a llamar la atención…asi que Taichou dígale que si o algo asi…-rascandose la cabeza con desgano-

Taichou-dono tiene que tomar su decisión!!! Yo lo apoyaré en todo lo que pueda!!!-

Asi que Chiaki Morisawa tienes que tomar tu decisión!!!- hablo la pelirosa- ya esperé muchos años y no pienso esperar minutos

Era la primera vez que el pelicastaño no sabia como reaccionar, pero al ver que tanto los presentes como sus seres queridos estaban apoyando iba a tomar la gran decisión después de todo era un héroe y tenia que responderle a su damisela en peligro
Ya tomé la decisión!!!...- se acercó a Maria para arrodillarse ante ella-acepto gustoso ser tu novio…-sonriendo ampliamente-

La pelirosa derramó lagrimas de felicidad y salto a abrazar a su ahora novio y plantarle un beso en los labios-

Midori y Tetora se acercaron a Shinobu para taparle los ojos, mientras que el publico que había sido expectante de todo lo que pasaba empezó a gritar emocionado por la nueva pareja que se formaba

Naru había tapado los ojos de Tsubasa tras bambalinas que se había quedado sorprendida por todo lo que estaba pasando

Maria…-dijo el pelicastaño bien sonrojado-

Te dije que no te iba a dejar…y ahora que somos novios no lo haré y llegaremos al altar algún dia…-le sonrio también sonrojada para calmarse y tomarle de la mano- por favor no la sueltes nunca deacuerdo?-

No lo haré…-apretó la mano fuertemente para que la joven creyera en sus palabras-




Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #586: September 29, 2019, 10:38:19 PM »
Quería dejarlo en dos partes pero tendrá que irse a la tercera y una larga tercera


Episode 29 — Fast Fuse (Part II)

“Hige…”

El reloj de la historia se completó, y solo entonces el castaño dejó su teléfono a un lado y se dirigió a Taikoubou.

“¿Si?”
“¿Ya podemos comer? Esto se va a enfriar” preguntó el peligris, mirando los platos descansando en la mesa, todos impecablemente separados con el fin de tomar la foto perfecta.
“¡Ah si! Ya tome las fotos que necesitaba, gracias papi” respondió, e inmediatamente Taikoubou abrió sus cubiertos y tomó una bocanada de arroz “Me he vuelto muy bueno con esto de las stories. Quizás y debería considerar fotografía como una carrera”

Dicho esto rió y también empezó a saborear su almuerzo. Taikoubou alzó la mirada.

“Hablando de eso, ¿has pensado en qué especializarte?”

Hige miró hacia arriba, como si la respuesta estuviera flotando sobre sus cabezas.

“No lo sé aún. Pensaba estudiar educación porque me gustaría ser profesor de jardín, pienso que sería divertido” respondió, y entonces miró hacia otro lado “Pero lo de la fotografía sería interesante también. O producción de video. Y así estaría en la facultad de arte junto a mami, y también podría volverme todo un influencer…”
“Ya veo”
“O, ¡probar videojuegos! De esos que hacen dinero testeando juegos y dándoles rating…”

Taikoubou sonrió. Si bien prepararse para una carrera era la evolución natural, considerando que Hige se veía y actuaba como un estudiante más, si lo pensaba con cuidado, no sabía si el castaño llegaría a ejercer una profesión, o tan siquiera cumplir con toda una educación universitaria.

Ver a Hige graduarse significaría que el conflicto HiME Rebel duraría al menos cuatro largos años. Peligrosos años en los que cualquier cosa podría suceder…

“A decir verdad, sí eres un excelente fotógrafo. Quizás te vendría bien darle un intento, así a lo mejor espabilas a Ichigo a que él también escoja una especialización…”
“Seh, mami y Kaien a veces me dicen que están preocupados por él, pero nada parece llamarle mucho la atención”
“Ichigo a veces demora en darse cuenta qué es lo que quiere” respondió Taikoubou, y Hige asintió.

El restaurante estaba vacío aparte de ellos dos, y es que habían decido tomar un almuerzo temprano para no coincidir con la multitud. Después de comer algo, Taikoubou tenía planeado llevarlo a conocer la villa olímpica, Nanluoguxiang y finalmente caminar por el lago del palacio de verano al atardecer. Y luego de eso regresarían a descansar, pues tendrían un despertar temprano mañana para llegar a tiempo a la muralla china.

Pero cuando Taikoubou le preguntó si había algo que quisiera ver en el barrio donde estaban, el peligris se percató que Hige había dejado de comer.

“¿Qué sucede?”

El castaño dejó los utensilios a un lado, y la preocupación en su rostro solo incrementó, hasta que se puso de pie y salió corriendo del local.

Taikoubou le dio un par de veintes al mesero, suficiente para cubrir sus almuerzos, y salió tras de Hige. Lo encontró en la plaza del centro comercial, mirando en todas direcciones y con la mano en el pecho.

Cuando vio a Taikoubou acercarse, Hige le dijo que tenía que ir donde estaba Sayi. La desesperación que lo consumía solo podía significar una cosa.

“Es su Rebel, ¿verdad?” Hige asintió, y Taikoubou no pudo creer lo pésimo que era aquel momento “Voy a llamar a Ichigo”

Pero no pudo ni marcar a su amigo, pues Hige hundió sus dedos en su antebrazo.

“¡¿Cómo hago?! ¡Me necesita ahora! ¡¡Ahora!!”

No era la primera vez que Hige no se encontraba presente para una pelea HiME, pero Taikoubou jamás había visto al Child alterado de tal manera. ¿Acaso esta vez la conexión Hime/Child era diferente? ¿O quizás su desesperación iba ligada a la de Sayi? La urgencia con la que Hige hablaba y se movía solo le ponían nervioso… y no solo a él, sino que ya empezaban a llamar la atención del resto de transeúntes.

“Hige, déjame llamar a Ichigo mientras vamos al aeropuerto” pero Hige negó, ambas manos en la cabeza. Era como si cada segundo que siguiera ahí le doliera, o al menos así se reflejaba en su rostro.
“¡Es mucho tiempo! ¡Tengo que ir ya!”

Miró a su alrededor, y ya eran varias personas las que miraban en su dirección. Taikoubou sujetó los hombros del Child en un intento por calmarlo e intentarlo dirigir lejos del público. Pero era en vano: Hige estaba parado como una tabla y cerraba los ojos con fuerza. Su rostro estaba rojo en concentración.

“¡Ella me necesita! ¿¡Que hago, qué hago!?”
“Hige…”
“Tengo que ir, ahora, ¡AHORA!”
“¡Hige!” llamó Taikoubou una vez más, pero entonces sus ojos se abrieron como platos al ver lo que sucedió.

Mejor dicho, lo que desapareció. Pues en un abrir y cerrar de ojos Hige ya no se encontraba ahí.

Taikoubou se quedó con la boca abierta, incapaz de ocultar su asombro. Y cuando vió a su alrededor, se percató de la misma expresión en el rostro de todos los que habían visto el espectáculo.

Las preguntas empezaron entre ellos, y luego fueron dirigidas hacia él. Pero el peligras solo atinó a correr fuera del lugar, del barrio, hasta que se aseguró que nadie lo estaba siguiendo.

Y entonces llamó a Ichigo.
« Last Edit: September 29, 2019, 10:45:49 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #587: September 29, 2019, 10:59:30 PM »
Vengo con otro fic introductorio corto a mis antagonistas al inicio del semestre, si lo sé soy mala con mis Hime xDDD


Un dia antes del inicio del nuevo semestre en Hanasaki, Hajime habia ido junto a Pierre a inscribirse, obviamente estaba resguardado por varios guardaespaldas, de entre todos una joven rubia resaltaba por ser alta, rubia y de curvas exuberantes, ella se llamaba Pakunoda y era la guardaespalda numero 1 de la familia Kaiba, había sido la protectora de Seto desde que era pequeño, por eso el joven le tenia absoluta confianza para cuidar lo que mas quería en el mundo

Gracias por acompañarnos Pakunoda-san…Seto a veces es demasiado preocupon y tiene miedo que algo nos pase…-hablo el peliazul, mientras tenia sujetado de la mano a Pierre que estaba abrazando a su peluche de rana que la rubia le había comprado-

No tiene porque agradecerme Hajime-sama, además recuerde que Pierre es un príncipe e igual debe de estar protegido…-

Paku…gracias…Kaeru esta bonito…-dijo el rubio que aún estaba acostumbrándose al idioma, ya que el peliazul le estaba ayudando para poder comunicarse-

Me alegra que te haya gustado príncipe…-arrodillándose ante él- apartir de mañana solamente yo estaré encargada de traerlos y recogerlos para no alterar el ambiente de la escuela…-

Creo que eso es lo mejor…-dijo el peliazul sonriendo cálidamente-

Hajime se había robado el corazón de la rubia con su amable y dulce personalidad, sabia que el joven le iba a traer la tranquilidad que necesitaba su protegido y que no había podido obtener durante varios años, ahora que tenían a Pierre era como si fueran una familia que ella iba a proteger a comodé el lugar

Hajime-sama a donde quieren ir a comer?...-

Uhm…a cualquier lugar que recomiendes seria bueno…-

Si …vamos…comer…Paku!!!...-canturreaba el alegre rubio-

Deacuerdo…-la rubia sonrio-

Pakunoda-san…-uno de los guardias se acerco a ellos-

Que sucede??...-

Tenemos varios sospechosos acercándose a la entrada de Hanasaki…todos están armados…-

Llevense a Hajime-sama y Pierre dentro de la escuela…-sacando su pistola- yo me encargaré de ellos…-mirando seriamente-

Deacuerdo…-acercándose a Hajime y Pierre- jóvenes amos vamos a dentro de la escuela por un momento-

Paku…-el rubio extendió sus manos- no irás con nosotros??-

Solo saldré por unos minutos por el auto…-le sonrio-

Vamos Pierre-kun…vamos a confiar en Pakunoda-san…-

Ambos chicos se fueron con los demás guardaespaldas hacia dentro, mientras que la rubia salio del lugar para cargar su pistola, mientras que observaba que aquellas “personas indeseables se acercaron a ella”

La rubia no les dio oportunidad de que dispararán porque con su arma que había puesto con silenciador, empezó a disparar en todas las direcciones donde estaban sus enemigos y en un par de minutos, todos caian en el suelo muertos, guardó su arma y con un chasquido de dedos, un personal de “limpieza” se encargaba de llevarse los cuerpos, solo dejó a una persona con vida que luego torturaría cuando llegaran a la mansión

Afortunadamente para ella no había pasado nadie en los minutos que había comenzado a disparar, y fue como si no hubiese pasado nada

Luego observó que su celular sonaba y vio que era Seto

Pakunoda todo esta bien?? Recibi mensajes diciendo que iban a atentar contra la vida de Pierre cerca de Hanasaki…-

No se preocupe por nada Seto-sama, ya me encargué de todos los indeseables, los jóvenes amos fueron llevados a otro lado para que no den cuenta de nada…-

Gracias por encargarte del asunto Paku…-se oia mas aliviado-

Dejé a uno de los atacantes con vida para saber quien fue la persona que los contrató…-

Buen trabajo...-

Aunque según las investigaciones, lo más seguro es que todo tenga relación con la batalla de sucesión en el país del príncipe-

Gilgamesh…el hijo bastardo…-suspiro pesadamente- crees que sea bueno contratar asesinos a sueldo para proteger a Pierre?

Conmigo será suficiente, no es bueno involucrar a mas asesinos con el apellido Kaiba, ha logrado a formar un poderoso imperio en estos años y nada puede manchar su reputación con personas de baja calaña…no se preocupe por los jóvenes amos les aseguro que bajo mi cuidado estarán bien protegidos-

Confio plenamente en ti Paku…no importa los medios, debes de protegerlos a toda costa…-

Y usted debe de tratar de no estresarse tanto…o sino Hajime-sama se enojará con usted…-

Asegúrate de comprarles todo lo que deseen…-

Deacuerdo…-colgó la llamada-

Paku!!!...-el rubio corrió hacia él para abrazar a la rubia- vamos vamos a comer!!

Deacuerdo príncipe…- le volvió a sonreir-

Todo esta bien Pakunoda-san??-

Si, no hay nada de que preocuparse Hajime-sama…y vamos todos a comer….-

Después de almorzar en uno de los restaurantes más caros de la ciudad, regresaron a la mansión Kaiba, donde el joven heredero estaba esperándolos en la entrada

Seto!!!...-El rubio se acerco al mayor para abrazarlo- nos divertimos mucho!!

Perdona por las demoras Seto…-dijo el peliazul- nos distrajimos comprando algunas cosas para preparar en la casa-

Los guardaespaldas sacaron las bolsas de ingredientes hacia la cocina para que los acomoden y que en días posteriores el peliazul cocinara para los presentes

Seto-sama si me disculpa me ausentaré un par de horas, si no es molestia…-

Claro que no es molestia verdad Seto??...-le miro el peliazul –

No…no es molestia, ahora que están en casa dudo que alguien quiera lastimarlos…asi que puedes tomarte el resto del dia libre, gracias por tu gran trabajo…-

Gracias…-

La rubia se retiró de la mansión para irse con su auto hacia un edificio baldío, donde 3 personas estaban esperándola

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Paku…como siempre llegando tarde….-canturreo alegremente Kashu-

A diferencia de ti Kashu, tengo que trabajar a toda hora, mientras que tu eres un simple maestro que se divierte experimentando con sus alumnos…-

Ser la guardaespaldas principal de Seto Kaiba debe de ser difícil…-hablo una pelirosa de mirada algo fría mientras estaba sentada cruzada de brazos-

Es algo complicado por ser una persona muy importante, aunque ahora es mucho mas complicado por tener a un príncipe a mi cuidado…-

Te refieres al legítimo heredero?...-la pelirosa suspiro- hablando de eso, dentro de una semana Gilgamesh estará llegando a Japón, ha solicitado mis servicios, pero nada que tenga que ver con el príncipe aun…-

Ya veo…será mejor no iniciar algún conflicto hasta que nos podamos reunir con el líder…después de todo todos pertenecemos a la tropa fantasma…-

Eso es muy aburrido…-habló una joven pelinegra de cabellos cortos y mirada vacia, pero se percibia su agresividad-

Pero es bueno para ti Shem-ha acostumbrarte al cuerpo de Kohinata Miku antes de que nuestro líder llegue, hace poco has despertado y aun tengo que seguir examinándote en la escuela…-

Tsk…si no me queda de otra…además odio estar sin todas mis habilidades en esta nueva era…-se cruzó de brazos-

Será mejor que empieces a comportarte como una estudiante normal para no levantar sospechas…-le dijo la rubia-

Es difícil tratar de fingir ser una estudiante, al tener mas de 5 mil años…-

Solo tenemos que transferirte algunas cosas de la memoria de Kohinata Miku y de ahí todo será mas fácil…-hablo el profesor-

Con tal que eso no afecté en nada a mi voluntad estoy deacuerdo…-

Y bien Machi, Kashu y Shem-ha que posición tomarán entre el conflicto entre su escuela y Hanasaki?-

Yo pienso divertirme con mis experimentos y ayudando a Enoshima Junko a cumplir con sus objetivos…es una chica muy interesante…ella me abrió los ojos-

Es cierto…antes Kashu eras otra persona, tu encuentro con Enoshima Junko te cambio radicalmente y si no fuera porque tu cambio nos ha convenido, la hubiéramos buscado para matarla…porque si por mi fuera ya lo hubiese hecho…-dijo Machi- no me cae para nada bien…-

En cambio a mi si me cae bien…hasta le voy a proponer ser amigas…-habló la pelinegra- por supuesto que estaré del lado de Rizembool, para ver como arde Hanasaki…-

Tan bélica como siempre…no se porque el líder ha mostrado interés en ti…-

Porque debe de tener algo oculto que haya hecho que mostrara su interés, nuestro líder es una persona muy inteligente y sabe elegir a sus camaradas…-habló la rubia- y tu Machi participarás en esa disputa?-

Si mi contratista…quiero decir Gilgamesh lo desea y como me va a pagar bien, entonces lo haré de la misma manera si desea que elimine al príncipe heredero…-

Entiendo…por mi parte, afortunadamente no hay involucrados directamente, pero estoy investigando a familiares de una ex hime, asi que puede ser que en un futuro no lejano tenga que involucrarme…-

Bien creo que con respecto a nuestros planes a corto tiempo ya tenemos todo solucionado, asi que, podemos ir planeando el recibimiento a nuestro líder, finalmente después de varios años la tropa fantasma estará reunida, cuando vengan los demás miembros…-hablo Kashu animado-

En eso tienes razón Kashu…debemos de preparar todo para la llegada del líder…-hablo la rubia-

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Matta ne!!

Mimi-chan









Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #588: September 30, 2019, 08:23:48 PM »
Uhh, se me hizo eterno. Me faltó una escena por ahí pero ya casi es hora (...) Lo agregaré en otro fic.

75.1.

Era todavía la primera semana de clases, pero incluso en esta varias decisiones y acontecimientos importantes irían a suceder.


Hakata acababa de terminar con una pequeña prueba en una clase de lectura de la universidad. Satisfecho con su rendimiento, pasó su papel hacia el frente y el profesor se encargó de recogerlos.

“Me parece que fue una evaluación fácil. Ahora mediré si han estado prestando atención,” dijo con cierto juicio. “Haré estos controles semanalmente, pero no se confíen. Las notas principales del curso siguen siendo el parcial, el final y el proyecto a final de semestre. Si no hay más preguntas, hemos terminado por hoy.”

Todos los estudiantes se vieron conformes y así la clase terminó cinco minutos temprano. Los jóvenes evacuaron el salón con rapidez al ser todavía temprano. Varios fueron a aprovechar para tomar un desayuno tardío o adelantarse a sus siguientes clases.

El pequeño rubio guardó sus útiles y revisó la hora en su Smartphone. Según su horario de estudios especial, le tocaba ir en marcha a la secundaria de Rizembool, donde le esperaban cursos de gramática y ciencias no relacionados con su alto nivel en economía. Darse el periplo de ida y regreso comenzaba a cansarle, pero estaba dispuesto a todo con tal de ya comenzar a estudiar en la universidad, donde finalmente se sentía en su medio y bajo desafío constante.

Estuvo por salir cuando vio a otra persona entrar al ahora vacío salón. Se sorprendió de reconocer a Souza Samonji, quien caminó donde el profesor.

“Ah, Samonji, has llegado en buen momento,” el profesor guardó las pruebas en un fólder manila y se las dio. “Te envié el solucionario. Por favor ayúdame a corregir las pruebas.”
“Por supuesto,” dijo el pelirrosa, asintiendo. “Lo tendré listo lo antes posible.”
“Tiene el resto de la semana, usted descuide. Bueno, con permiso, tengo otro curso.”

Así, el profesor se retiró y Souza procedió a marcharse. Hakata notó que había pasado desapercibido y optó por darle el alcance a aquel conocido de su hermano doctor.

“¡Souza! ¡Espera!” le llamó por el pasillo.
“¿Hm?” este se confundió y se giró. Mostró visible sorpresa. “Ah, eres ese chico, el hermano del doctor, ¿no es así?”
“Sí, soy Hakata,” le recordó y sonrió frustrado. “Imagino que no recordarás mi nombre aún.”
“Pese a tu forma de ser, resultaste considerado,” Souza sonrió entretenido. “No te noté. ¿Te encuentras tomando ese curso?”
“Sí, es parte de mi horario especial por ser un genio~” dijo con gran orgullo y alzando su mentón. “Pero me toca ir a la secundaria, qué pesado. Me cansaré a mitad de semestre.”
“Fufufu, juzgo que eres de la edad de O-Sayo, pero hasta en la secundaria estás adelantado, sin mencionar esta universidad,” comentó con leve ironía. “Veo que tu lúgubre hermano no es el único prodigio.”
“Vaya, me pregunto por qué lo llamarás así.”
“Ignórame, sólo me divertía,” lo comentó con trivialidad. “¿Puedo hacer algo por ti?”
“Pues, no realmente, sólo me sorprendí de verte,” confesó, y pasó a animarse. “Ah, y si le ayudas al profesor a corregir pruebas, seguramente también has estudiado negocios, ¿verdad?”
“La historia corta es sí, aunque tampoco me considero el mejor estudiante. Es sólo una carrera que supuse sería versátil, por más que no le encuentre mucho gusto,” se encogió de hombros. “Rizembool también paga a los ayudantes y jefes de práctica y es una paga considerable pese al bajo rango que tengo. Hago lo que puedo para ayudar en casa.”
“Hm, ya veo,” se confundió.
“Más bien espero que no pretendas fisgonear en mi trabajo de corrector de pruebas,” dijo con ironía y mirándole de reojo.
“Oye, ¿me crees capaz de algo así?” Hakata se ofendió y se cruzó de brazos. “Hmph, es un insulto. Quizás Shinano sea así de sneaky, pero primero jalo antes de recurrir a algo así.”
“Fufufu, te tomaba el pelo, descuida,” disimuló una risa. “No me molestaré en preguntar quién será ese hermano del que acabas de hablar. Apenas ando recordando que te llamas Hakata, pequeño. Sin embargo, suenas tranquilo y libre al hablar de tu familia. A su vez, has demostrado tener la habilidad intelectual para triunfar incluso en Rizembool. Por ello mismo, sólo puedo desearte lo mejor, por más que no necesitas de aliento de mi parte.”
“Ehh…” Hakata le miró confundido y ladeó su cabeza.
“Fufufu, ignórame, creo que hablaba conmigo mismo,” admitió indistinto. “Nos veremos con frecuencia, pequeño. No te prometo mucho, pero si en algún momento necesitas de algo, puedes preguntarme a ver si puedo hacer algo por ti. Pero ya, no te entretengo más. La secundaria te está esperando, ¿cierto?”
“Pues, no queda tan lejos, todavía tengo tiempo de sobra,” negó y pasó a sonreír. “Más bien pensaba revisar la pizarra de anuncios de la facultad. Dicen que a inicios de semestre hay muchos proyectos que reclutan a estudiantes para programas y hasta becas de intercambio. Quizás no vaya por lo segundo, pero un poco de experiencia laboral me vendría bien.”
“Ah, eres hasta más funcional de lo que imaginé. Te deseo éxitos,” le dio con una suave sonrisa. “No te puedo acompañar, lamentablemente. Que tengas un buen día.”
“¡Sí, igualmente!” exclamó animado y asintiendo.

Luego de partir caminos, el pequeño rubio se apresuró a dicha enorme pizarra. Como esperó, no era el único al pendiente de buenas oportunidades. Él tuvo que darle una vista rápida ya que se le haría tarde para su siguiente clase y también antes que los demás cursos terminaran y los estudiantes le hicieran competencia.

Había todo tipo de anuncios, algunos pequeños donde maestros reclutaban a estudiantes interesados en ser jefes de práctica, unos cuantos ofreciendo vacantes en empresas cercanas y afiliadas a Rizembool, y finalmente algunos clubs o programas internacionales reclutando a nuevos miembros. Estos últimos contaban con afiches a color y bastante grandes, e incluso tenían una cesta donde había trípticos llenos de información. Hakata de inmediato se encantó por un programa que, además de ofrecer clases adicionales y charlas de expertos del medio, prometía viajes relevantes al tema.

El pequeño tomó un tríptico y se apresuró a salir de la universidad. Luego se daría el tiempo para analizar y estudiar su elección, pero ya se encontraba con todo el entusiasmo.






Las horas pasaron y llegó la tarde. La casa de los Kotetsu en la ciudad se encontraba finalizando los preparativos para el nuevo inquilino, quien estaba pronto a llegar. Por la ocasión, el señor Kotetsu se encontraba presente y también había contratado a unas mucamas para terminar con los últimos arreglos a tiempo.

“¡Hachisuka-niichan dice que ya está en camino!” reportó Urashima, emocionado por ver el mensaje de su hermano en su celular. “¡Dice que la limosina lo recogió!”
“Entendido, gracias por el informe, Urashima,” Taroutachi asintió pausadamente y miró a los demás. Todos los presentes se encontraban congregados en el comedor tradicional. “Se encuentra a tiempo, lo que significa que llegará en tres cuartos de hora.”
“Es suficiente tiempo para prepararles a todos una saludable merienda,” dijo Horikawa, amablemente. “¿Qué les gustaría comer hoy?”
“Eres un buen chico, pero ya habíamos quedado en que los ayudantes de hoy prepararían la comida, ¿verdad?” preguntó Kashuu.
“Es cierto,” el señor Kotetsu volvió a asentir. “Apreciamos tus dotes como siempre, pero hoy es una situación especial. Pese a ello, quisiera que pudieras ayudar a mis hijos a aprender a cocinar al menos lo más elemental, Kunihiro.”
“Sí, sería un placer,” el chico se animó.
“¡Sora también quiere aprender a cocinar!” exclamó el susodicho con entusiasmo y alzando un puño al aire. “¡Maestro hace unas galletas muy deliciosas y quisiera preparar algo que las complemente!”
“¿Natsume sabe hacer galletas?” Cho se sorprendió e intercambió miradas con Kashuu.
“¡Oh, ya veo porque es un kouhai tan preciado para sus senpais! ¡Qué lindo!” exclamó Osaka, emocionada.
“Eso me cuesta creer,” Roxas negó frustrado. Él vio que un par de mucamas se acercaron al grupo para dirigirse al señor Kotetsu con gran cordialidad.
“Kotetsu-sama, hemos terminado con las preparaciones en la habitación de Hachisuka-sama,” reportó una de ellas.
“¿Se le ofrece algo más?” preguntó la otra.
“Eso sería todo, les agradezco,” Taroutachi asintió. “Diríjanse a la cocina en caso puedan ayudar con la preparación de la cena.”
“Enseguida,” ambas asintieron y se retiraron de inmediato.
“Vaya, lo terminaron bastante rápido, es un alivio,” dijo Nagasone, quien miró a Roxas y le sonrió un poco. “Gracias por ser el compañero de habitación de Hachisuka. Me has hecho un gran favor.”
“Eh, de nada, no hay problema,” Roxas negó y se frustró un poco. Realmente no es que hubiera podido negarse cuando se lo ofrecieron, pero al menos se llevaba bien con el pelilila.
“¡Ahh~ soy feliz de pensar que Hachisuka-niichan va a vivir con nosotros!” Urashima alzó su mirada con gran ilusión y dicha. “¡Finalmente todos vamos a estar juntos!”
“Me alegro mucho también, Urashima,” Horikawa asintió. “Y como siempre, pueden contar conmigo para lo que necesiten.”
“Gracias, pero no tienes que estar al pendiente de nosotros todo el tiempo, ¿de acuerdo?” le dijo su amigo. “¡Ya eres parte de la familia!”
“Urashima tiene razón, eres demasiado amable con nosotros,” Kashuu sonrió un poco. “Y por cierto, ¿hay algunas consideraciones que tengamos que tener con nuestro nuevo inquilino? Si todos estamos reunidos previo a su llegada, imagino que lo habrá.”
“M-me preguntaba lo mismo, aunque también es un Kotetsu, por supuesto le darían un homenaje especial,” Cho se incomodó y se puso a pensar. Tenía la misma curiosidad que su arma, pero temía que este hubiera sido un poco directo.
“Ambos motivos son ciertos,” comentó Taroutachi, manteniendo su inmutabilidad, aunque terminó mostrándose mínimamente frustrado. “Hachisuka es uno de mis hijos mayores e importante en nuestra familia. Sin embargo, nunca ha sido abierto con otras personas y puede que tenga dificultades acostumbrándose a un ambiente donde habitan personas ajenas a él. Pese a no tener malas intenciones, puede resultar conflictivo con facilidad, y les pido paciencia con él. De todos modos, he arreglado mi horario para contar con más tiempo durante los próximos días y así estar presente, en caso me necesiten.”
“¡Sí, muchas gracias!” Sora asintió animado.
“¡Yay, esas son grandes noticias!” exclamó Osaka, con mucha alegría. “¡Y descuide, me encanta su familia! ¡Ya quiero conocer al nuevo kotatsu! ¡Va a ser muy divertido!”
“Ehh…” tanto Urashima como Nagasone se inquietaron por su peculiar manera de llamarles.
“Osaka, recuerda revisar el documento que te di, por favor,” le pidió Horikawa amablemente y con una sonrisa.
“Ah, sí, por supuesto,” la exHiME tomó un papel sobre la mesa. “Hmm… ko…Kotetsu… Kotetsu… ko… ¿tatsu? No, no, Kotetsu…”

La chica continuó leyendo ese papel que repetía el apellido de dicha familia de varias inventivas maneras y los demás la miraron con distintos niveles de confusión.

“Ehm… ¿eso va a funcionar?” preguntó Roxas, escéptico y sumamente confundido.
“Pues, vale el intento,” Kashuu se encogió de hombros.
“Sí, espero que Hachisuka-niichan no se vaya a molestar…” Urashima se puso nervioso.
“…” Taroutachi se vio perplejo por aquel ejercicio.
“Quien realmente nos puede ayudar eres tú, padre,” dijo Nagasone, sonriendo frustrado. “Conversa con Hachisuka para que sea comprensivo. Él sí te oye a ti.”
“Entiendo…” el señor asintió. “Les pido que no se inquieten. No habrá pleitos o conflictos duraderos en este hogar. Me aseguraré de velar por ello. Pueden confiar en mí.”
“Muchas gracias por su ayuda,” Cho sonrió un poco. El señor Kotetsu se veía como alguien confiable y apreciaba mucho su dedicación con los presentes.

Tendrían una corta espera antes de la llegada del tan rumoreado Kotetsu.



Mientras tanto, Hakata se encontraba en una de las salas de su hogar junto con algunos de sus hermanos mientras conversaban sobre sus observaciones del nuevo semestre.

“Me cuesta creer que hayan cambiado a ese chico de salón, Gokotai,” comentó Shinano, confundido. “Pensé que los cambios eran a inicios de año.”
“Sí, me parece extraño, aunque no nos han dicho por qué…” dijo el peliblanco, quien estaba sentado sobre una alfombra y acariciaba a uno de sus tigres. “Ese chico tampoco parece interesado en hablar con nadie.”
“Es raro,” Akita asintió. “Creo que todos lo conocemos en nuestra secundaria justamente porque no socializa, aunque tampoco parece del tipo callado. Ojalá esté bien.”
“Pues no se puede hacer nada si él mismo no quiere ayuda, qué puedo decir…” Hakata se encogió de hombros. “Habrá algún motivo, sólo no lo pienses demasiado, Gokotai. Espero que no cause problemas a nadie.”
“Ehm, no parece del tipo que causaría problemas tampoco…” Gokotai negó un poco nervioso y bajó su mirada al piso. “Más bien, se le ve solitario y obstinado a no acercarse a nadie. Me pregunto si tendrá algún problema. Quisiera poder ayudarle…”
“O-ojalá todo esté bien, es cierto…” Houchou infló sus cachetes y desvió su mirada con incomodidad. “Dicen que es popular con las chicas, pero ese estudiante extranjero se me hace altanero por su forma de ser. Pero… no es bueno tener antipatía a nadie, supongo. Quién sabe si habrá pasado por algo duro también…”
“Ehh, no te aflijas, Houchou, tranquilo,” dijo Akita, quien también se vio incómodo.
“Hermanos…” Gokotai se preocupó. “Ehm, perdón por tocar el tema. Y-yo sólo…”
“Uhh, no, no te disculpes…” Houchou dio un pesado suspiro. “Perdón por preocuparte…”
“V-vamos, estén alegres, no se desanimen,” Akita sonrió con torpeza y movió sus brazos para alentar al par. “Nuestro percance sigue siendo reciente, pero estamos en familia.”
“Sí, es muy cierto,” Shinano asintió y se sumó al pelirrosa. Todavía estaba inquieto por sus hermanitos debido al accidentado paseo que habían tenido con sus amigos del cual ellos no querían hablar, pero era su deber mantener sus espíritus en alto y recordarles quedarse con energías y parte de la familia. El pelirrojo se acercó a Houchou y le abrazó de atrás, para sonreír tranquilamente. “No se olviden que son mis queridos hermanitos y todos nos queremos y nos cuidamos mutuamente. No existe nada más fuerte que nuestra unión familiar y ustedes lo saben. Ahora disfrutemos de nosotros como siempre~”
“Sí, gracias Shinano-niisan…” Houchou asintió con torpeza y se dejó abrazar.
“Hehe, es cierto,” Gokotai asintió y sonrió incómodo. “Pues, no sé qué puedo hacer. S-supongo ustedes siempre han sido más hábiles que yo… p-pero saben que daré todo de mí. Y-y bueno, Hirano y Maeda se encuentran preparándonos una hora de té exquisita, así que hay que esperarlo con muchas ansias.”
“También Ichi-nii va a llegar justo para unírsenos. Eso me anima un montón,” Akita asintió.

Por la mención del primogénito, los hermanos hablaron con añoranza y los bajos ánimos subieron considerablemente. Hakata observó a los demás dialogar y dio un suspiro. Siempre se había sentido como un extraño por las constantes muestras de afecto que sus hermanos compartían tan espontáneamente. No era que lo desaprobaba, aunque él no era así y en momentos en los cuales sus parientes requerían de apoyo solía sentirse incómodo o inepto para ese rol, así que optó por mantenerse al margen.

Shinano no tardó en ver al rubio aislarse, así que decidió incluirle.

“Ah, Hakata, verdad que tú también tenías algo emocionante que compartir,” le dijo alegremente.
“¿A qué te refieres, Shinano?” Hakata alzó una ceja y vio a los demás observarle.
“Claro que sí. Me dijiste en el camino de regreso que encontraste un proyecto muy genial al que querías aplicar, pero no me diste más detalles. ¿De qué se trata eso?”
“Oh, tienes razón,” Hakata asintió y se animó. “Pues, no es un proyecto en sí, pero es un programa complementario a mis estudios con grandes oportunidades. Estaba pensando en llenar la ficha de aplicación cuanto antes.”
“Suenas muy inspirado,” comentó Akita, con curiosidad. “¿Cómo es el programa?”
“Es como un club donde participan varias de las mejores universidades del Japón y nos dan talleres y seminarios especiales de negocios y economía, hasta información y tours exclusivos,” reportó con gran dicha y orgullo. “Lo que más me gusta es que las charlas serán de gente del medio e incluirá mucha información relevante para mí. No hay nada mejor que oír voces con experiencia, ¿verdad?”
“Hehe, suena a tu medida,” Gokotai asintió y se retrajo un poco. “A mí algo así se me haría un mundo, pero por cómo lo dices sé que lo esperas con grandes ansias.”
“Y bueno, fuera del lado más académico, tendremos varias reuniones de conversaciones constructivas, algunos almuerzos… ¡Ah, y hasta dicen que como viaje de este año piensan llevar a un grupo a conocer la bolsa de valores en Nueva York!”
“¿Nueva York?” Houchou se impresionó y sus ojos brillaron. “¡Qué emocionante! Cuando pienso en esa ciudad ya puedo imaginarme las manzanas acarameladas, y otros dulces~”
“Ehh, se llamará la gran manzana, pero dudo que ese dulce sea algo oriundo de ahí, Houchou,” Hakata sonrió frustrado y dio un suspiro. Era de esperarse que su hermano pensara en dulces. Entonces, recobró sus ánimos e intensidad. “¡O sea, es increíble porque siempre he querido ir a ver la bolsa de valores con mis propios ojos! Debe ser un viaje bien caro y tal vez no todos del programa llegarían a él, ¡pero la mera oportunidad de ir y observar el cierre de operaciones de un día es un sueño hecho realidad!”
“Sí que lo suena. Sé que Gotou también amaría contar con esa oportunidad. Ya les he visto mirar ese cierre varias veces por la televisión,” dijo Shinano, sonriendo incómodo. Justo entonces, los presentes en la sala observaron a ese mismo hermano llegar. “¡Oh, Gotou! ¡Ven, Hakata justo nos comentaba algo interesante!”
“Hola a todos, qué bueno verles animados,” dijo el pelimarrón, sonriente, quien se les unió y se sentó en uno de los sofás. “¿Hakata les ha comentado de ese programa que encontró?”
“¿Lo sabías?” preguntó Akita, ladeando su cabeza.
“Sí, envié a Gotou-nii unos detalles al respecto ni bien terminé de leer el tríptico,” reportó el rubio. “Suena muy genial ¿verdad?”
“En verdad que sí, por más académico que suene,” Houchou asintió. “Cuando vayas a Nueva York, recuerda traernos souvenirs.”
“Claro, no te preocupes por eso,” se encogió de hombros. Entonces, Hakata se vio pensativo. “Hmm, pero tampoco puedo hablar como si ya fuera realidad.”
“¿Eh? ¿Por qué no?” preguntó Gokotai.
“Es un programa muy solicitado y no es exclusivo de Rizembool, así que tengo mucha competencia para los pocos cupos de este semestre,” observó alzando un índice. “Hice un estudio por internet y parece que sólo un diez por ciento de los postulantes son aceptados. Seguro muchos de ellos son estudiantes de maestría o tendrán credenciales especiales.”
“Es probable, no hay que hacerse ilusiones aún,” observó Gotou. Este sonrió a su hermanito. “Pero no duele intentarlo, y tú también tienes algo de preparación especial por los cursos que seguiste fuera de la ciudad el semestre pasado. Aplica a ver cómo te va.”
“Heh, por supuesto, no es como si hubiera tirado la toalla,” Hakata sonrió con perspicacia al verse alentado y asintió seguro de sí mismo. “Y es cierto, debo creer en mí mismo.”
“Todos creemos en ti,” dijo Shinano, agitando sus puños. “¡Tú puedes! Y pues, si necesitas alguna recomendación o credencial, podría decirle a Yagen que te represente.”
“¿Eh? ¿Qué clase de truco intentas usar, Shinano?” Gotou se extrañó y le observó con desconfianza.
“¿P-por qué me miras así?” este sonrió incómodo.
“Ay, Shinano…” Hakata se frustró y le miró con reproche para apuntarle acusatoriamente. “Muy mal que digas eso. Incluso si Yagen-nii pudiera apoyarme, prefiero que me rechacen con mis propios méritos en vez de apoyarme en la fama de alguien más.”
“Sí, además Yagen ni ha estudiado negocios o economía,” agregó Gotou. “Entiendo que quieres animar a nuestro hermano, pero piensa un poco en lo que dices.”
“Nunca vas a cambiar,” dijo el rubio con cierta decepción.
“¡Uhh, ya, no sean malos conmigo!” Shinano hizo un leve berrinche y los otros tres hermanos se rieron un poco.
“Bueno, como decía, dale un buen intento y si no sale sé que habrá muchas oportunidades adicionales a tu disposición,” siguió Gotou, sonriendo con certeza. “Nos harás orgullosos, Hakata, de eso no hay duda.”
“Heh, ¡muchas gracias, Gotou-nii!”

Ellos siguieron conversando un poco más antes de la llegada de Ichigo y Namazuo, y la hora del té no tardó en servirse para todos.





Finalmente llegó el momento y Hachisuka fue recibido en su nuevo hogar. Las empleadas se encargaron de subir su equipaje a su habitación mientras el homenajeado recibía saludos.

“¡Ya estás aquí, Hachisuka-niichan!” exclamó Urashima, quien saltó y se aferró a su hermano.
“U-Urashima…” el pelilila se sorprendió un poco, pero no tardó en sonreírle. “Yo también me alegro de verte, Urashima. Muchas gracias por darme la bienvenida.”
“¡Pero por supuesto!” le aseguró y se soltó. “¡Ahora tienes que conocer a todos aquí! ¡Verás que vivimos muy cómodamente!”
“Me alegro,” él asintió y se giró hacia Roxas. “Es también un agrado de verte, hermano. He esperado este momento para reconectar contigo y me siento dichoso.”
“Sí, lo mismo digo…” Roxas se expresó algo confundido por su manera tan formal de ser.
“Considero que hemos tomado los arreglos necesarios para que te sientas en casa,” informó Taroutachi, inmutado. “El dojo en el jardín ya ha sido completado. Está a disposición de todos cuando lo necesiten.”
“Es de esperarse de nuestra familia, padre,” Hachisuka asintió.
“Ciertamente, y como siempre puedes confiar en mí,” dijo Horikawa, sonriendo amenamente y haciendo una reverencia.
“Agradezco tu gentileza, Horikawa,” dicho esto, Hachisuka pasó a alzar su mirada para observar sus alrededores. “Hm, quisiera tomar un té. Espero no ser una imposición con mi deseo.”
“Justo te esperamos para tomar el té juntos, pero Hachisuka-niichan…” Urashima hizo un puchero. “Tienes que presentarte ante los demás primero.”
“Oh, cierto, ¿dónde están mis modales?” dicha humildad y gracia de su parte se vio contagiada de un leve juicio y quizás altanería, y pasó a mirar a Cho desde arriba. Pese a no dibujar ninguna expresión superior, su porte delataba su ligero desdén.
“¿Eh?” Kashuu le miró con desconfianza.
“Usted vendría a ser la hermanastra de Roxas, si bien tengo entendido,” observó con una mano en su mentón como si la estuviera analizando. Finalmente, le dedicó una corta y formal sonrisa. “Mi nombre es Hachisuka Kotetsu. Debo agradecerle por cuidar de mi hermano hasta el presente. Él se ha expresado gratamente de usted.”
“S-sí, mi nombre es Cho Tanaka, mucho gusto…” la HiME sentía la presión de esa juiciosa persona sobre ella e hizo una apurada reverencia, claramente incómoda.
“Tanaka…” Hachisuka alzó una ceja y se sumergió en pensamientos. “Es cierto, obviamente compartirían ese apellido como los niños adoptados que una vez fueron, por más que Roxas sea un Kotetsu y dicho apellido ya no sea apropiado para él…”
“Ehm…” la HiME ladeó su cabeza.
“Y tú eres…” a diferencia de Cho, Hachisuka se ahorró las formalidades con Kashuu al notar una clara antipatía de su parte.
“Permíteme presentarme…” curiosamente, el arma respondió a ese desaire adoptando un gran orgullo e inflando su pecho. Llevó su mano derecha al mismo. “Mi nombre es Kashuu Kiyomitsu y soy el arma de mi aruji. Entiendo que te informaron sobre el asunto, ¿no?”
“…” Hachisuka sintió una sutil corriente eléctrica que le hizo entrecerrar sus ojos.
“O-oigan, no se peleen,” les pidió Nagasone, incómodo.
“Entonces, como alguien como tú bien debe saber, mi aruji es precisamente Cho Tanaka, una persona que por más que no tenga el apellido Kotetsu, no podría contar con una identidad más que apropiada para ella misma,” declaró con una sonrisa sardónica.
“¿Qué insinúas, joven?” expresó Hachisuka, con disgusto.
“Puedo regresarte eso mismo. ¿Qué haces insultando a mi aruji con tus crudas palabras? ¿Esperas que ella no vaya a defenderse ante ti?”
“¿Qué estás diciendo?” preguntó escandalizado.
“¡Paren, por favor!” Urashima se puso en medio de los dos. “¡Ehh, n-no entiendo qué ocurrió aquí, pero sé que nadie ha tenido malas intenciones!”
“No quisiera contradecirte, aunque esta supuesta ‘arma’ tuvo el explícito interés de torcer mis palabras y atacarme personalmente,” dijo Hachisuka, cruzado de brazos. Este miró juiciosamente a Kashuu. “Si tanto eres un arma, ¿qué haces ocupando espacio y parloteando como si fueras un humano como nosotros? ¿No eres más útil como un objeto inanimado?”
“Tienes el descaro de decir eso…” Kashuu le miró con reproche y también se cruzó de brazos, para mover su mentón hacia arriba. “Pues no tengo por qué explicarme ante ti.”
“…” por su parte, Cho estaba torturada por la discusión de ambos.
“Ehh, Hachisuka, no sigas la discusión, por favor…” le pidió Roxas, frustrado. “Es evidente que los dos no van a llegar a ningún lado y no se puede discutir con Kashuu.”
“¿Hm?” el pelilila se vio confundido. “¿Por qué lo dices, Roxas? ¿Es que acaso no te llevas bien con este tipo?”
“Ehm, pues…” no pudo negarlo y desvió su mirada.
“Si es así, ¿por qué se le permite vivir en esta casa en primer lugar?” preguntó Hachisuka, con leve indignación. “Ningún ser que presente incomodidad a mis hermanos debería pisar esta residencia que es de los Kotetsu, obviamente.”
“N-nii-chan…” Urashima se apenó por sus palabras.
“Hachisuka, es suficiente, por favor,” Taroutachi alzó ligeramente una palma y negó con tranquilidad. “No hay por qué seguir con el conflicto.”
“Pero padre…” le miró con incomprensión.
“Estoy al tanto de esta leve animosidad. Sin embargo, la convivencia de los dos es necesaria,” declaró pausadamente. “Sus diferencias deben ser puestas a prueba y dejadas de lado si es que esperan hacerle frente al Rebel de Tanaka-san. Es así de simple. Los dos son parte de un mismo equipo, y por más incómodo que sea ambos se enriquecerán si aprenden a trabajar juntos. Es también lo más seguro para Roxas y los demás aquí. Necesitas comprenderlo.”
“Padre…” su molestia cedió y se vio impotente.
“Mencionar lo incómodo del asunto no resolverá nada en lo absoluto. Concéntrate en vivir en armonía con todos aquí. A su vez…” Taroutachi asintió. “Los Kotetsu somos más que una élite. Si pretendemos ser un ejemplo a seguir, debemos mostrarlo ante otros, y tanto el arma como Kunihiro, Tanaka-san y Kasuga-san son huéspedes bienvenidos y parte de nuestro conjunto. Extendamos la cordialidad a ellos, puesto a que a su vez ellos tienen mucho que brindarnos.”
“Eh, muchas gracias…” Cho se conmovió por sus palabras e hizo una reverencia.
“¡Sí, me hace muy feliz, señor Kotetsu!” exclamó Osaka, maravillada.
“Heh…” Kashuu también se animó y sonrió frustrado. “Por su semblante, es fácil olvidar lo cordial que es. Se lo agradezco.”
“Papá…” Nagasone alzó una ceja. “Estoy de acuerdo con lo que dices, pero te estás olvidando de alguien.”
“…” el mayor le miró de reojo. “¿A qué te refieres?”
“¿Cómo que a quién me refiero? ¿De nuevo andas en las nubes?”
“Tsk, ¿qué haces acusando a nuestro señor padre de esa forma?” preguntó Hachisuka con desprecio. Él mismo se vio perplejo ni bien Nagasone agarró a Sora de los hombros.
“No te sientas dejado de lado. Tú sabes que también eres parte de esta vivienda,” le aseguró Nagasone, sonriéndole.
“Sí, gracias…” Sora miró al otro curiosamente.
“No me he olvidado de nadie, hijo,” le aseguró Taroutachi, quien cerró los ojos. “Pese a que Sora no es un hijo mío ni un Kotetsu, es hermano de ustedes. Debido a ello, él no es un huésped en este hogar. Es uno de los dueños de esta casa y tiene sus mismos derechos.”
“¿E-en verdad?” Sora se sorprendió.
“¡Estoy completamente de acuerdo!” Urashima se emocionó y corrió para abrazar a su hermanito. “¡Siempre lo sentí así, pero me alegro mucho de oírlo! ¡Qué felicidad!”
“¡Haha! ¡Yo también, Urashima!” Sora se contagió de sus energías.
“…” Hachisuka observó a ese par y se quedó sin palabras. Había una clara inconformidad en su expresión, pero optó por no expresarse.

Pese a intentar mantenerse al margen, fue Sora quien tomó la palabra.

“Es verdad, tú también vendrías a ser mi hermano mayor, ¡es un gusto!” exclamó el pequeño, animadamente. “¡Soy Sora Harukawa! ¡Finalmente nos conocemos!”
“Sí…” hizo una pausa y se mantuvo tranquilo, aunque no podía esconder la confusión en sus ojos. “Somos hermanos. Veo que te pareces a Roxas y Urashima…”
“Huhu…” Sora pudo palmar su incomodidad y ladeó su mirada. “¿Estás bien?”
“…lo estoy,” dijo y dio un suspiro. “Me tocará acostumbrarme a mi nueva realidad. Con permiso. Iré a ver si pueden preparar el té en la cocina…”
“Ah, te acompaño,” Horikawa fue detrás de Hachisuka y ambos abandonaron la entrada.

Siguió un breve silencio que pasó la tensión y asperezas de ese raro encuentro.

“Bueno…” Nagasone llevó sus manos a las caderas y sonrió frustrado. “Hay que admitir que eso fue mejor de lo que esperé.”
“Es cierto…” dijo Taroutachi, inmutado.
“¿Ah? ¿Hablan en serio?” Kashuu les miró perplejo.
“Siento que sí pudo haber sido peor, Kashuu,” Roxas le miró con reproche. “El conflicto en sí fue sólo causado por ti.”
“¿Qué dices? ¿No viste que intentó ningunear a mi aruji? ¿Acaso te ibas a quedar sin decir nada en su defensa?” reclamó y le dirigió una mirada desaprobatoria. “Tsk, tremendo key que eres.”
“¡Tremenda arma que eres tú!”
“¡Ya, no se peleen, por favor!” suplicó Cho, entre incómoda y fastidiada. “Más bien espero que Hachisuka no me tenga rencor por mi rol como HiME. No le culparía…”
“Pues, podrá costarle acostumbrarse a la idea, pero lo dudo mucho, onee-chan,” le aseguró Urashima, con una amplia sonrisa. “Él comprende que hay cosas por las que pelear y sé que con el tiempo se llevará bien contigo.”
“Ojalá Sora también pueda llevarse bien con él…” dijo el susodicho, meditativo. “Ohh, pero al final no habló directamente con Osaka. Eso no está bien.”
“Hehe, no hay problema. Todavía tengo que aprender a cómo decir kotatsu… ¡e-eh, Kotetsu!” se corrigió la exHiME, incómoda.
“Me pregunto si eso será posible…” Roxas alzó una ceja.
“Démosles el alcance,” dijo Taroutachi.

De aquel modo, esa bienvenida continuó y todos esperaron poder dialogar más amenamente.


Llegó el día siguiente y Hakata se encontraba de nuevo en la universidad para atender uno de sus cursos. Acababa de terminar su horario y era el mediodía. Él contaba con una media hora para comer antes de ir de regreso a la secundaria, pero en vez de apurarse a los comedores como cualquier estudiante promedio, iba de frente hacia la pizarra de anuncios con su aplicación en mano y una sonrisa en su rostro.

La secretaria al costado de los anuncios se encargaría de recibir su aplicación, aunque antes de ingresar volvió a mirar las múltiples ofertas sólo en caso de perderse de otra gran oportunidad que se le pudo pasar desapercibida. Anteriormente había estado contra el reloj y por ello quiso asegurarse pese a considerar que no habría nada remotamente más provechoso que ese prestigioso programa.

Una vista general comprobó que efectivamente dicho programa era el que se asemejaba más a su ideal personal. Sin embargo, sí hubo otro anuncio que, además de llamarle la atención, le resultó un tanto sorprendente.

A un rincón y lejos de los anuncios más populares y vistosos, en medio de los múltiples pedidos por ayudantes o jefes de práctica, había otra oferta semejante de un estudiante de maestría que buscaba colaborar con un estudiante de pregrado para un proyecto interdisciplinario sobre el estudio de mercado y posterior comercialización de sistemas expertos relacionados a la medicina. Dicha propaganda era simplemente texto y ocupaba un espacio muy pequeño del área total, por lo cual palidecía como cualquier otra oferta simple y dentro de Rizembool para algún fin de menor perfil. Pese a ello, Hakata se interesó por una razón fundamental.

Durante las vacaciones y de manera indirecta, él había oído sobre el trabajo que Yagen había llevado a cabo en esa misma área. Incluso en el viaje al bosque oyó de Tsurumaru sobre la colaboración que habían hecho juntos el semestre anterior en el área de interfaces, el cual había sido el motivo por el que ellos dos y Hotarumaru se excusaron justo antes de la aparición del oso. Pese a que el nombre de su hermano mayor no estaba dentro del anuncio, Hakata sabía que no tendría problemas comprobándolo de un modo u otro.

Ello detuvo su inercia de entregar su aplicación y, para variar, el pequeño overachiever se sintió confundido y sin saber qué decisión tomar. No había forma que él fuera a apuntarse a ambos proyectos y ser responsable con los dos. El programa especial era casi un sueño hecho realidad en muchos aspectos, pero quizás no tan alcanzable para él. Del mismo modo, su otra opción contaba con un solo cupo, y ni bien algún estudiante fuera a contactar a quien publicó el anuncio, fácilmente se agotaría.

Sintió disconformidad. Era cruel pedirle una elección y no sabía cuál escoger. Dudaba salir de esa situación sin arrepentimientos fuera lo que terminara por elegir.





Unas horas después, Hakata había regresado a la universidad después de sus clases en la secundaria. El chico había aprovechado que Taikogane y Sora habían llegado también para encontrarse con sus respectivos senpais, y luego de acompañarles regresó a la pizarra de anuncios para confirmar que ambas opciones seguían disponibles. Viendo que su realidad todavía le daba el peso de elegir, decidió caminar por el campus hasta que se animó a detenerse en una pequeña cafetería, donde pidió un refresco y una gelatina.

Se mantuvo distraído, y repentinamente oyó una voz familiar.

“¡Oh, Hakata!” exclamó Shinano a leve distancia.
“¿Hm?” Hakata se extrañó y vio a su hermano acercarse junto con Yukko, Syo y Natsuki. “¿Qué haces por aquí, Shinano?”
“¿No debería ser yo quien lo pregunte? Esta cafetería es de la facultad de artes escénicas,” le contestó su mayor con una sonrisa. “¡Mira, hasta acabamos de salir del club de drama! Aquí está Yukko e imagino que te acordarás de Syo y Natsuki, ¿verdad?”
“Claro que recordaría a tus amigos,” el menor se vio levemente frustrado por esa actitud juguetona de su hermano, aunque en el fondo encontrarse con él le vino bien al librarle un poco el peso de encima. “Ha sido mucho tiempo. ¿Cómo están?”
“Todo bien,” Syo le sonrió amenamente y levantó una palma. “Shinano nos comentó que ya estás estudiando en la universidad. Has demostrado ser muy inteligente.”
“¡Sí, y además de eso eres sumamente adorable!” Natsuki se conmovió y no se ahorró las ganas de abrazar al pequeño prodigio.
“¡Ihhh!” Hakata se tensó.
“N-Natsuki, con cuidado, por favor…” Yukko se impresionó por dicha acción.
“Oye, no abraces a mis hermanitos tan impulsivamente,” Shinano de inmediato jaló a Natsuki para que soltara a su hermanito, quien dio un suspiro aliviado. Entonces, el pelirrojo miró a su amigo con leve reproche. “Uhh, sé cuidadoso con mis hermanitos, por favor. Syo es fuerte y tiene cinta negra en karate, pero hasta él se asfixia por tus abrazos de oso. Al menos no le hagas eso a Hakata.”
“Oh, eh, perdón,” dijo Natsuki, perplejo. “No pensé que abrazaba tan fuerte.”
“Y ojalá no hubieras dicho ‘al menos’, Shinano…” Syo negó frustrado. “Nadie debería ser abrazado así.”
“Hehe…” Yukko rió un poco y pasó a mirar al pequeño. “Ah, finalmente nos encontramos por aquí. ¿Qué tal te va?”
“Pues, todo bien. Hasta el momento las clases son pan comido,” declaró el pequeño con orgullo. “Estoy convencido que tendré un semestre muy productivo y próspero.”
“Aunque no deberías desaparecerte sin decirnos nada,” Shinano alzó un índice. “Eres muy inteligente, pero sólo tienes trece años. Nos puedes hacer preocuparnos por ti.”
“¿Eh? ¿De dónde viene eso?” Hakata le miró con reproche y se encogió de hombros. “Si te refieres a pasear por la universidad después del colegio, pues tengo a varios hermanos que estudian aquí, y es un lugar bastante seguro. Más bien no me subestimes, que no soy un niño iluso o inocentón.”
“Sí te ves como alguien inteligente o despierto, seguro que más que yo,” Natsuki asintió. “Aunque tu hermano andaba un poco preocupado por ti.”
“No es mi interés incomodar a nadie,” Hakata dio un suspiro. “Y les agradezco por ser sus amigos, pero Shinano es de berrinches y caprichos. No le presten mucha atención.”
“Uhh…” este hizo un puchero.
“Eh, más bien, Shinano hablaba sobre otro de tus hermanos,” reportó Syo, pensativo.
“¿Eh? ¿Cómo así?” preguntó Hakata, perplejo.
“Gotou me preguntó si sabía sobre ti,” explicó Shinano, cruzándose de brazos. “Parece que está en casa, porque me dijo que se extrañó de no verte ahí ya que no le enviaste ningún mensaje.”
“Oh, verdad, olvidé hacerlo…” Hakata bajó su mirada y llevó su mano a su mentón. “Hm, quizás por acompañar a mis compañeros me distraje demasiado, o no sé…”
“…” ello confundió a su hermano.
“Bueno, eso se puede arreglar,” el pequeño sacó su celular. “Aunque ya que están aquí, podrían pedir algo. Mi pedido todavía no llega.”
“No es una mala idea, algo de comer nos vendría muy bien,” Syo se animó y tomó asiento para pasarle la voz a una camarera. “Bien, ahora nos traerán menús.”
“Quiero ver qué hermosos y deliciosos postres tienen por aquí,” dijo Natsuki. “¡Ojalá ese menú tenga imágenes de sus platos!”
“Pues, creo que no tengo mucha hambre, aunque se me antoja un jugo,” dijo Yukko, con torpeza.

Los menús llegaron y así los cuatro nuevos comenzaron a ver qué pedir mientras Hakata enviaba un mensaje a su hermano. Le dijo que iría pronto de regreso y que estaba con Shinano para no inquietarle más.

“Hakata…”
“¿Sí?” envió el mensaje y miró de reojo a su hermano. “¿Qué sucede, Shinano? Te oyes pensativo de la nada.”
“Nuevamente, me pregunto qué es lo que ocurre contigo. Estás algo incómodo por algo, ¿verdad?”
“¿Eh?” alzó una ceja. “¿Por qué lo dices?”
“Creo conocerte lo suficiente para saber que algo tiene tu cabeza ocupada,” dijo animada y juguetonamente.
“Ah, ¿por qué siempre eres así?” Hakata rodó los ojos.
“Sé que te suelo impacientar, pero sé un poco más amable. Yo que estoy al pendiente de ti,” Shinano pasó a resentirse un poco. “Ya me haces entender que no lo quieres compartir conmigo. No es que tengas que, pero no quiero verte así.”
“No es nada importante, Shinano, tú descuida,” se encogió de hombros. “Revisa el menú por si quieres pedir algo.”
“Bueno, como digas…” dio un desanimado suspiro y siguió el pedido de su hermanito.
“…” hubo un corto silencio. “¿Acaso soy tan fácil de leer?”
“¿Eh?” Shinano se extrañó por esa pregunta. “Ehm, no sé, o sea, no puedo decir si lo eres o no. Podríamos preguntárselo a los demás aquí…” luego de meditar, pasó a sonreír. “Pero sí te puedo decir que todos tus hermanos podemos leerte, Hakata. Es algo normal en nosotros porque somos familia, y la familia es lo más importante.”
“…” le miró con incomprensión.
“Así que no te extrañes mucho, ¿sí?” le dio un guiño. “Sabes que siempre puedes contar conmigo.”
“Como digas…” Hakata le vio asentirle y regresar su atención al menú. Oír esas palabras de aquel ocurrente y juguetón hermano mayor, para variar, le hizo entender el origen de su presente indecisión, y también lo que resultó valer más para él mismo en su dilema. Al final, terminó siendo más simple de lo que pensó. “Heh, ya veo…”

« Last Edit: October 17, 2019, 05:17:12 PM by Cho »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #589: September 30, 2019, 08:24:37 PM »
75.2.



Luego de una bienvenida un tanto peculiar en casa, Roxas respiró profundamente y se sintió a gusto de iniciar el nuevo día con una práctica de kendo en su club.

La llegada de Hachisuka claramente causó una división en el hogar. Aparte de las comidas que sí se realizaron en conjunto, fue evidente y un tanto desconcertante que, sin la presencia de Taroutachi y la ocupación de Nagasone con un compromiso fuera de la ciudad, Hachisuka gravitara a interactuar con Urashima, Horikawa y él mismo con la mejor de las disposiciones, mientras Cho, Kashuu, Osaka y Sora eran relegados tanto en su atención como sus esfuerzos. Estos cuatro la pasaron distraídos fuera de casa y visitando a los senpais de Sora en Rizembool, mientras que Roxas comenzaba a hacerse la idea que su hermano pelilila tomaría mucho tiempo en realmente reconocerlos como parte del hogar.

Sin duda Roxas mismo quisiera reclamarle por su manera de ser de no ser porque Hachisuka era muy amable y considerado con él, y le sabía mal no corresponderle esa cortesía. Aun así, en ocasiones se sentía casi asfixiado por los intentos del mayor de conocerle mejor, atenderle de distintas maneras y constantemente inculcarle en el gran renombre de su familia.

“¡Nii-chan, parece que vamos a iniciar!” exclamó Urashima, quien se acercó a su hermano sentado pegado a una pared. El menor le vio agotado. “¿Roxas-niichan? ¿Estás bien? ¿Dormiste bien anoche?”
“Ehh, sí, no te preocupes por eso…” Roxas dio un pesado suspiro. “Hachisuka de todos modos me impone no revisar mis aparatos electrónicos desde cierta hora y dormir temprano…” ello le hizo fruncir el ceño. ¿Por qué tenía que compartir habitación con él?
“Entiendo que pueda ser un poco duro, pero Hachisuka-niichan sólo se preocupa por nosotros y tiene las mejores intenciones,” Urashima asintió con energías y miró a su tortuga en su hombro. “¿No es verdad, Kamekichi? ¡Estamos muy felices de que esté con nosotros! ¡Todos los hermanos estamos en conjunto!”
“Es verdad, aunque es una lástima que justo Nagasone-san tenía un evento que atender fuera de la ciudad,” observó Horikawa, acercándose al par con las espadas de práctica que emplearían. Extendió una a Roxas y le sonrió con comprensión. “También imagino que la manera acaparadora y un tanto narcisista de ser de Hachisuka-san te resulte agotadora, pero él no tiene malas intenciones. Sólo te ruego que seas paciente, por favor.”
“Me puedes leer muy bien, Horikawa…” Roxas desvió su mirada. “Me resultará cansado, pero más que nada estoy preocupado por la dinámica en la casa. Hachisuka no parece llevarse bien con los demás aparte de nosotros y mi padre. Quisiera que los considerara más. Al menos, no quisiera que se genere algún tipo de distancia…”
“Hm, sí, entiendo lo que dices…” Urashima se preocupó ligeramente. “En verdad pienso que podría llevarse muy bien con Cho-neechan si le diera una oportunidad, también con Sora. Nuestro hermanito está incómodo, aunque no lo hace notar. Tampoco es de llevarse bien con Nagasone-niichan…”
“Comparto los temores que tienen, pero por ahora sólo dejen que Hachisuka-san se sienta más cómodo en casa,” les sugirió Horikawa, sonriendo amablemente. “Todo va a estar bien, y siempre has congeniado bien con tu hermano, Urashima. Estoy seguro que es sólo cuestión de tiempo para que haya mejoras.”
“Como siempre tienes mucha razón, Horikawa,” Urashima regresó a sonreír. “Hehe, quiero que Hachisuka-niichan ya comience a integrarse más a todos, pero también hay que darle su espacio y comprensión. ¡Por supuesto, luego veré qué hacer!”

Los tres notaron que los demás comenzaban a acercarse hacia el centro ya que el maestro había llegado, pero antes que este pudiera dirigirse a los demás, todos vieron que una persona ajena se asomó en la entrada del dojo.

“¿Eh? ¿Hachisuka?” Roxas se extrañó.
“¡Hachisuka-niichan!” exclamó Urashima emocionado y luego de un salto corrió para recibirle.
“Qué extraño, él sabe que no debe interrumpir nuestras prácticas,” Horikawa ladeó su cabeza. Se puso a pensar. “Hmm, me pregunto si se habrá perdido. Es su primer día de clases…”

Ellos también fueron a encontrarse con el pelilila.

“Ah, Roxas, lamento mucho la intrusión,” Hachisuka sonrió con torpeza y levantó un paquete envuelto. “Cuando llegamos a la universidad, olvidé darles estas ensaladas de frutas que había preparado para ustedes. Es un perfecto refrigerio.”
“¡Ohh, muchas gracias, Hachisuka-niichan!” Urashima se emocionó y lo recibió. “¡Me hará muy bien, y Kamekichi también estará de compartirlo conmigo!”
“Me alegro de oírlo,” el mayor asintió y pasó a mirar a Roxas. “Pienso que hay una prudente cantidad para todos. Comprendo que no soy tan hacendoso en preparar meriendas como Horikawa, pero espero que sea de tu agrado.”
“Eh, sí, gracias más bien,” asintió y sonrió con torpeza. Debido al aura de tensión en su casa, era fácil de olvidar que Hachisuka sí tenía un lado dedicado y sensible si hacía el esfuerzo.
“¿Necesita instrucciones para movilizarse en la universidad?” preguntó Horikawa. “Podría pedir un permiso y ayudarle.”
“No será necesario. Preparé mi itinerario debidamente con un mapa de la universidad,” le aseguró adoptando una perspicaz sonrisa. “Bueno, me retiro, no les entretengo más.”

En ese instante, el instructor les dio el alcance.

“¿Necesita algo?” preguntó, alzando una ceja. “Si no es nada urgente, le pido que se retire, por favor. Es hora de iniciar con el entrenamiento de hoy.”
“Ciertamente, es una falta de respeto entrometerme en su espacio,” Hachisuka asintió y pese a sus palabras mostró cierto orgullo. “De igual manera, un Kotetsu como yo no puede deshonrar a su familia y dar una mala imagen. Lo lamento.”
“¿Usted es un Kotetsu también?” el instructor se sorprendió.
“¡Sí, Hachisuka-niichan es uno de mis hermanos mayores!” exclamó Urashima, dando saltitos. “¡Justo está comenzando clases hoy en Hanasaki, por lo cual estamos muy felices!”
“Hablando de ello, debería marcharme y a su vez dejarles iniciar con sus actividades, Urashima,” observó el pelilila. “Conversamos más tarde, ¿de acuerdo?”
“Eh, espere un momento, por favor,” el instructor le detuvo. “Como un Kotetsu y perteneciente a la familia central de su linaje, puede que tenga mucho que compartir con nosotros. Me gustaría que nos diera una visita cuando tenga disponible. Los miembros de este equipo gustarían oír sus anécdotas y experiencias.”
“Oh, es una buena idea,” Horikawa asintió y sonrió incómodo. “Quizás no es el mejor momento ahora, pero estoy de acuerdo…”
“Más bien, creo contar con suficiente tiempo libre antes de mi primera clase,” Hachisuka se vio a gusto y llevó una mano a su pecho, para sonreír radiantemente y de manera triunfal. “Dudo poder cubrir todos los elogios que le daría a mi propio nombre en una sola visita, pero este puede ser un buen comienzo.”
“…” Roxas ladeó su cabeza.
“¡Ah, qué genial! ¡Tengo a uno de mis hermanos como invitado en el dojo!” por su parte, Urashima estaba sumamente contento. “¡Sí, quiero oír todo lo que tienes para nosotros, Hachisuka-niichan! ¡Vamos, vamos!”

Así, el pelilila caminó hacia el grupo de estudiantes donde fue presentado por el instructor. Los demás estudiantes se impresionaron y algunos comenzaron a hacerle algunas preguntas, las cuales fueron contestadas con gusto y gracia. La mayoría se mantuvo animada por esa inesperada visita de alguien importante del medio de kendokas, aunque algunos cuantos, como Roxas, se frustraron por el gran ego que Hachisuka exhibía.

Esa presentación duró poco tiempo y luego de ello, la práctica finalmente dio inicio.


Era una mañana como cualquier otra para la mayoría, aunque Hakata estaba a punto de lograr una de sus metas secundarias más importantes: ingresar al laboratorio subterráneo de su hermano mayor.

Todo había salido bien. Luego de enviar un correo para aplicar a ese proyecto interdisciplinario, sólo necesitó esperar un par de horas para recibir una confirmación de recepción del estudiante de maestría, quien no perdió tiempo alguno y le dio la bienvenida. Él mismo le citó el presente día para conocerlo en persona y hablar sobre sus responsabilidades en ese trabajo en conjunto y, luego de ver que Hakata se mostró conforme a todo, le condujo hacia el hospital de Rizembool U donde se ubicaba el laboratorio del doctor partícipe para así presentarle ante él.

Hakata fue despierto en notar que dicha persona no sabía sobre el parentesco de ambos, lo cual mantendría en secreto hasta las últimas consecuencias. Sabía que su hermano, por lo reservado que era, no estaría fácilmente de acuerdo con tenerlo presente en su espacio, pero el intento valía, y en verdad deseaba que no fuera a negarse.

“Hakata…”
“¿Sí?” el pequeño fue despertado de sus pensamientos al oír su nombre del mayor.
“No, no es nada…” Sterk negó y le miró de reojo. “Sólo meditaba sobre tu nombre. Es el de aquella ciudad mercantil milenaria del Japón,” llevó una mano a su mentón. “Resulta un nombre apropiado para ti por tu inclinación a los negocios.”
“Heh, no podría estar más de acuerdo,” el rubio sonrió triunfalmente y llevó sus manos a sus caderas. “Mis padres me llamaron así porque nací en dicha ciudad, y al parecer terminé absorbiendo su aura y conocimientos. No he dejado de hacer honor a mis orígenes desde entonces.”
“Entiendo, te oyes convencido y seguro de ti mismo…”
“¿Por qué no debería de estarlo?” preguntó con naturalidad. Hakata sonrió indistinto y se encogió de hombros. “Más bien es contraproducente dudar de uno mismo. Se pierde inercia y nada se consigue así. La vida es muy corta para perder el tiempo.”
“Eres en muchos aspectos bastante maduro para tu edad. Confío en que no tendrás problemas con nuestra colaboración,” comentó Sterk. Este regresó su mirada hacia el frente. “Aun así, eres todavía nuevo en la universidad, y hay más que desafíos académicos aquí. Los genios no sólo saben sus aptitudes, sino también sus limitaciones, así que nunca temas pedir ayuda.”
“Sí, lo consideraré,” asintió. Normalmente se frustraría por ser tratado como un niño, pero ese estudiante de maestría inspiraba un aura bastante sabia y no parecía tener las intenciones de tratarle de manera especial. Sí era un consejo universal.
“No me considero la persona más apropiada para ayudar a estudiantes, pero puedes contar conmigo también,” dijo el pelimarrón, sin romper con su seriedad. “Tu portafolio demostró tu nivel superior al usual en nuestra carrera, pero incluso así podría serte de apoyo.”
“No sé si lo necesitaré, pero gracias por el ofrecimiento,” asintió. Hakata miró al cielo azul por un momento antes de continuar la conversación. “Hm, Sterk, ¿de casualidad conoces a ese científico al que me vas a presentar?”
“…” este abrió sus ojos para enseñar una mínima impresión, y desvió su mirada. “No puedo decir que lo conozco aparte de este proyecto… sé de él, terminó siendo inevitable.”
“¿Hm? ¿Cómo así?” Hakata ladeó su cabeza.
“No es nada que pueda concernirte a ti, Hakata. No quiero menospreciar tus esfuerzos, pero quizás seas un poco joven para algunas cosas,” se encogió de hombros con leve agobio. Definitivamente no sería él quien le dijera algo.
“Uhh…” el pequeño entrecerró sus ojos y terminó por dar un suspiro para descargar su frustración. “Ya, no sé por qué lo dices, pero en fin… ya casi suena a que no deberías presentármelo o algo…”
“No, estoy convencido que es una persona formal y muy inteligente. Una afiliación con él por este proyecto no presentaría problemas para nadie. En ese aspecto, puedes confiar en él,” dijo tranquilamente y sin dar rodeos. Dicho esto, Sterk le miró de reojo. “Pero dudo que puedas acercártele. No se le conoce como social, y puede que no esté interesado en ello, aunque para cualquier tema profesional sí sabría atenderte. Es un asesor de algunos estudiantes de medicina después de todo, y creo entender que tiene buenos reviews.”
“Hmm, ya veo…” Hakata bajó su mirada y se puso a pensar. Ello le hizo sonreír con intriga. “Entonces será un buen maestro…”
“…” Sterk alzó una ceja. Era una curiosa conclusión de todo lo que había dicho, pero no podía quejarse. Mientras menos atención prestara ese chico al lado turbio de Rizembool, mejor sería.

En aquel momento, Souza iba caminando en dirección hacia la facultad de negocios con un sobre manila donde llevaba controles corregidos, cuando divisó a Sterk y Hakata caminar en otra dirección a cierta distancia.

Esa dupla le hizo detenerse y observarles con cierta confusión y curiosidad. Nunca hubiera imaginado que ese par se conocía, y pese a que ambos estaban en la misma facultad sin duda Sterk no sería de conversar con cualquier persona. Parte de él quiso darles el alcance a ver qué hacían, pero optó por continuar caminando…

Sin embargo, apenas dio un par de pasos antes de procesar en qué dirección estaban yendo. Se dirigían hacia el hospital de la universidad, donde Sterk debía trabajar en un proyecto interdisciplinario junto con el mismo Yagen Toushirou, para el cual había estado buscando a un estudiante de pregrado como ayudante…

“…” su sangre se heló y se apresuró a darles el alcance.

Apenas llegó a alcanzarles poco antes de ingresar a dicho hospital.

“E-esperen,” les dijo y ambos se detuvieron.
“Souza…” Sterk se extrañó por verle levemente agitado. “¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda con algo?” entrecerró los ojos. “¿Ocurre algún atentado en Rizembool? Puedo ir a pelear si es necesario.”
“Eh…” Hakata ladeó su cabeza por dicha respuesta, y también pasó a sorprenderse al notar que Souza sonrió con ironía.
“Fufufu, casi me insultas si crees que yo no hubiera podido defenderme, Sterk,” dijo con leve gracia. “Fufu, o más bien me sorprendes si crees que soy del tipo que buscaría ayuda por otros tan naturalmente.”
“Ehh, ¿se conocen?” preguntó el pequeño, confundido.
“Entiendo que conoces a Souza…” dijo Sterk, dirigiéndole la mirada.
“…” por su parte, Souza alivió su expresión al ver al niño un tanto incómodo por evidenciar su lado más mordaz, y recobró sus modales. Le sonrió amablemente. “¿Se puede saber qué estás haciendo aquí, Hakata? ¿Qué haces acompañando a Sterk?”
“Oh, eh, pues…” este se inquietó y bajó su mirada. “N-no es nada importante, no tienes que preguntar…”
“¿Qué haces aquí, Souza?” le cuestionó el pelimarrón. Sterk se veía un tanto escéptico al comprender que se perdía de algo.
“Por venir hasta aquí con el pequeño Hakata, creo entender que piensas reclutar a esta inocente alma a que te ayude con el proyecto interdisciplinario del doctor Toushirou, ¿no es así?”
“Sí…” alzó una ceja. “¿Por qué?”
“¡Ehhh!” Hakata se tensó y pretendió cortar con esa conversación apresuradamente. No tardó en venirse con algún cuento. “N-no tienes que preocuparte por mí, Souza. Sé que es mi primer semestre aquí, pero es justo por eso que quiero llevarme la experiencia de trabajar en un proyecto con otras personas,” le sonrió decidido. “Y haré todo lo posible. Ehm, pues, espero que ese doctor al que voy a conocer esté de acuerdo y me acepte al igual que Sterk…”
“…” Souza mostró leve sorpresa. Ese pequeño le detuvo y a su vez le informó que estaba consciente de toda la situación, especialmente del hecho que Sterk no sabía su parentesco con el doctor. Aquello le hizo desviar su mirada, indeciso.
“¿Cómo conoces a Hakata, Souza?” preguntó Sterk.
“Pues, verás…” dio un pesado suspiro y no desistió en su expresión meditativa. No estaba de acuerdo, pero supuso dejaría la mentira correr al no considerarse responsable de la misma. “Este pequeño estudia en una de las clases donde soy ayudante de profesor. Es inevitable que me preocupe por él. Tiene la edad de O-Sayo…”
“…” ello hizo a Sterk frustrarse un poco. “Entiendo tu instinto fraternal, pero considero que no debes temer por el bienestar de este joven. Yo velaré por él, y tus propios problemas con dicho doctor no afectan a los demás, Souza.”
“¿Eh? ¿Problemas?” preguntó Hakata.
“No eres la persona más sensible, Sterk. Ruego que tengas cuidado con lo que dices,” por su parte, Souza sonrió apenado. Realmente era injusto que no supiera la verdad.
“Ahora con permiso. No tengo mucho tiempo para esta reunión.”
“Supongo… les acompañaré,” Souza se resignó. Miraría el suceso hasta el final.
“…” ello dio una mala espina a Sterk, quien comenzaba a sentir que efectivamente algo estaba fuera de lugar, aunque no se molestaría en insistir. “Sigamos.”

Los tres se detuvieron momentáneamente en la entrada de seguridad. Mientras Souza pasó por el lector sin problemas, los otros dos se detuvieron para que Sterk confirmara que venía con un estudiante no autorizado bajo una excepción especial. El pelirrosa observó dicha escena con cierto cargo de consciencia. Nuevamente se detuvo de intervenir.

El altamente tecnológico y un tanto tenebroso camino a las profundidades del hospital se pasó en silencio, durante el cual Hakata admiró con ojos brillantes y una expresión anonadada aquel lugar al cual había llegado a parar. Ello mismo disipó los nervios de Souza de volver a ese olvidado rincón del mundo más pronto de lo que hubiera deseado. Sin embargo, por más inconforme que se encontraba, al detenerse frente a la puerta del laboratorio, parte de él se entretuvo por aquel muy inusual momento que se salía de los cálculos del doctor.



Al haberse reportado previamente, Sterk procedió a ingresar al laboratorio, seguido del par. Hacia el frente estaba el escritorio del doctor, quien se alertó de su llegada y se levantó para recibirle. Sin embargo, el pelimarrón se confundió al ver a este quedarse impresionado y congelado en su sitio.

“Yagen, ¿qué ocurre?” le preguntó el mayor. Vio a este dirigirse al pequeño lo cual le hizo observarle. Curiosamente, Hakata se encontraba anonadado por ese inmenso laboratorio y su prudente actitud profesional había cedido para dar paso a un gran anhelo en sus ojos.
“¡Este lugar es mucho más increíble de lo que imaginé!” exclamó el pequeño con suma alegría y comprimiendo sus puños.
“Hakata… tú…” Yagen observó al pequeño y se incomodó un poco al ver sus energías.
“¡Yagen-nii, tienes un laboratorio impresionante!”
“Esperen,” Sterk se sorprendió. “Hakata, ¿eres el hermano del doctor Toushirou?”
“Uno de los muchos,” comentó Souza con cierta ironía. Le miró de reojo. “Cualquiera hubiera tenido la más mínima duda con sólo ver el apellido del pequeño en su aplicación, pero sé que no eres así, Sterk…”
“Tch…” Yagen pasó a arrugar su rostro y dirigió una inconcebible ira hacia Souza. Dicha repentina reacción impresionó a los otros tres y causó que el pelirrosa se sobresaltara levemente.
“Y-Yagen-nii…” Hakata tuvo la reacción instintiva de esconderse detrás de Sterk.
“Veo que sabías de esto, y aún así dejaste que ocurriera, Souza,” dijo el doctor, irradiando una calmada ira. “Que vengas hasta aquí lo delata. ¿Acaso lo encontraste entretenido?”
“…” este desvió su mirada. No se veía conforme con dicha reacción hacia su persona, pero no podía contradecirle, y en parte se la merecía. “Admitiré que sí, pero apenas lo noté a mitad de camino. Más bien, esto es más tu responsabilidad…”
“…” entrecerró sus ojos.
“Detente, Yagen,” reclamó Sterk. “Souza no tiene nada que ver.”
“Ehh, Yagen-nii, Souza vino con ánimos de detenernos, en verdad,” dijo Hakata. Este dio un suspiro. “No estoy aquí para causar problemas a nadie, por favor.”
“Ya, lo comprendo…” el doctor desistió en su molestia y negó frustrado. El doctor se tomó un poco de tiempo en reorganizar sus ideas antes de atender a los demás.
“Hermano…”
“Sterk, dime…” Yagen pasó a mirar al mayor. “Avisaste que vendrías para presentarme al estudiante que colaboraría con nosotros en nuestro proyecto. Debido a ello, puedo concluir que Hakata es la persona a quien aceptaste, ¿no es así?”
“Lo es…” este le miró con leve incomprensión. “Hakata expresó su interés a finales de la semana pasada. Fue el único que lo hizo, y por su historial de cursos especializados en mi área de estudio supe que rendiría pese a su edad.”
“Ya veo…”
“Comprendo que no estuviste informado al respecto.”
“Tienes razón,” Yagen pasó a sonreír con ironía. “Y tú tampoco con respecto a nuestro parentesco, ¿no es así?” miró a su hermano menor. “Casi te daría elogios por planear esto detrás de mis espaldas, Hakata, pero sigue siendo una imprudencia de tu parte.”
“¿Por qué dirías eso?” preguntó el pequeño, confundido.

Entonces, los presentes oyeron la puerta blindada dentro del laboratorio abrirse. Souza se sobresaltó por el recuerdo de aquel encuentro que había tenido la semana pasada, aunque esta vez salió otro ser. Honebami caminó hacia ellos.

“Hakata…” el peliblanco le observó inmutado y se detuvo frente a él. “¿Qué estás haciendo aquí?”
“¡Oh, Honebami-nii!” a pesar de la usualmente innatural e intimidante apariencia del peliblanco, Hakata se animó al encontrarse con él. “Ehh, es una larga historia, pero en resumen esperaba trabajar en un proyecto en conjunto con Yagen-nii.”
“…” ello invocó cierta confusión en el rostro del hermano mayor.
“Más bien te preguntaría qué haces aquí, Honebami-nii,” dijo el rubio. “Es hora de clases, ¿no tienes alguna que atender?”
“No de momento, me encontraba haciendo mantenimiento,” negó pausadamente. “Tu inesperada presencia es lo que me invocó a recibirles…”
“Hm, es cierto que tú siempre sabes cómo rastrearnos, hermano…” Hakata se puso a pensar.

“…” por su parte, Sterk observaba a ese par conversar con una ligera incomodidad y tensión. Sí eran hermanos. El hecho que aquel infame peliblanco se comportaba como un ser humano ante él y le atendía con cuidado lo confirmaba.
“Asumo que lo ocurrido cinco años atrás continúa estando fresco en tus recuerdos, Sterk,” le susurró Souza. Este también observaba al par de hermanos y sonrió con leve pena. “Más bien, es casi injusto que le tengas más aprehensión a él que al doctor.”
“…” Sterk le miró de reojo.
“Me pregunto qué será más temible aquí: la maldad o la carencia de ambos espectros morales…”
“…” el pelimarrón cerró sus ojos. “Me pregunto si será realmente tan simple.”

Yagen absorbió esa corta conversación, la cual le sirvió de recordatorio. Lo mejor era cortar con ese inesperado suceso de una vez.

“Atención,” el doctor alzó su potente voz y acaparó la atención de los presentes. “No quisiera ser descortés dentro de mi propio espacio, pero me resulta inevitable. Hakata…” miró a su hermano menor. “Lo lamento, pero no apruebo tu aplicación a este proyecto.”
“¿Ehh? P-pero…” el pequeño se quedó en shock. “Pero, ¿por qué?”
“Yagen…” Sterk le observó.
“Es simple, Sterk,” el doctor le miró de reojo. “Aquel día que planteamos las pautas para tu estudiante asistente te dije explícitamente que yo también debía aprobarle antes de proceder. Lo tienes en mente por cómo has llegado hasta aquí con Hakata.”
“Pero Yagen-nii…”
“No es nada personal, sin embargo, juzgo que en el fondo es lo mejor para ti también,” afirmó el doctor, con un inquebrantable profesionalismo. “De todos modos, considero que tu interés en unirte a algún trabajo o proyecto como estudiante es positivo y te aliento a que consigas otra oportunidad. Espero mucho de ti.”
“…” ello le extrañó y frunció el ceño. “Si esperas mucho de mí, ¿por qué no me aceptarías para este mismo trabajo? ¿Acaso sólo dices cumplidos por decir?”
“¿Hm?” Yagen le observó con curiosidad. “No lo haría. Mi rechazo se debe al simple motivo que somos familia, Hakata. No considero que pueda mantener la misma seriedad ante el proyecto si te encuentras presente y tú mismo te verías expuesto a un área de Rizembool que no es ajena al conflicto de los Rebels con las HiMEs. Sólo entrar a estos sótanos puede resultar inconveniente en varios aspectos, y ello es algo que pretendo evitar que suceda.”
“Pero…” el pequeño bajó su mirada.
“Lo lamento, Hakata,” Souza se le acercó y le tomó de los hombros. “Nuevamente, esto es algo que vi venir. Supongo debí evitar que vinieras hasta aquí desde un inicio.”
“También lo siento, Sterk,” dijo Yagen. “No esperé que esta situación fuera a ocurrir. Te he causado inconvenientes y te he hecho perder tiempo. Si te parece, yo personalmente iré a conocer al próximo estudiante que encuentres para el trabajo, en vez de que tengas que darte el periplo a este lugar.”
“Eso es lo de menos, descuida,” dijo el pelimarrón, negando. No evitó observar de reojo al descorazonado pequeño.
“Ahora te pido que acompañes a mi hermano a la salida, por favor. Desde ya, te agradezco por haber cuidado de él…”
“¡Espera un momento, Yagen-nii!” Hakata no se ahorró las ganas de pelear y se soltó de Souza para caminar donde su mayor. Ante su fuerte actitud, los demás le observaron atentamente y con cierta impresión. “Sé que tienes autoridad para decidir, pero no estoy de acuerdo con tus motivos. Si crees que no puedo permanecer profesional ante ti es porque no me conoces. También considero que tú sabes cómo mantenerte profesional. Gotou-nii siempre ha sido bueno en eso y espero lo mismo de ti.”
“…” Yagen le observó un tanto impresionado.
“Te niegas por temer que cualquier imprevisto me suceda, ¿verdad? Asumo que esa es tu principal razón. Nuevamente, estoy en desacuerdo,” frunció el ceño y le apuntó acusatoriamente. “No es válido que lo digas. Sterk nunca puso condiciones especiales en su aplicación, lo cual implicaría que, de haber sido cualquier otro estudiante, no hubieras tenido las mismas reservas con ellos. Eso sólo quiere decir que me estás tratando de manera especial, como hermano menor, como demasiado joven, y pienso que eso no tiene sentido alguno.”
“…”
“Quizás no tenga tu mismo conocimiento, pero sé bien qué puedo hacer. Soy un prodigio y puedo probarme ante ti si me das una verdadera oportunidad,” declaró con firmeza. “Así que espero que lo hagas, hermano.”
“…” ante esas palabras, Yagen curiosamente le sonrió con tranquilidad.
“Yagen-nii…”
“Nuevamente quisiera elogiar tu osadía, Hakata. No es frecuente que alguien me encare de ese modo. Asumo que lo aprendiste de Gotou,” el doctor rió para sus adentros. “Confío plenamente que eres más de lo que aparentas. No hay duda en ello.”
“…”
“Pero me corresponde invocar la autoridad que bien dijiste que poseo,” afirmó y borró su sonrisa para dirigírsele con una inquebrantable inmutabilidad. “Es sólo normal que trate a la familia de forma distinta y por una muy simple razón: ello invocaría confianza excesiva en ti. Espero de cualquier estudiante que, en las pocas veces que acceda a mi laboratorio para conversar sobre el proyecto, sepa sus límites y acuda únicamente a trabajar en el proyecto y a ir y venir sin otros planes o contratiempos. A su vez, este lugar es mi propio espacio y no deseo que nadie lo invada más de lo que debería.”
“Pero de nuevo insisto que yo sí sé cómo comportarme, Yagen-nii.”
“Es posible que así sea, pero tendré que molestarte al recordarte tu edad,” dijo con leve severidad, y se cruzó de brazos. “Sabes muy bien tus virtudes y habilidades, pero pienso que aún no aprendes sobre tus defectos y limitaciones como deberías. Posees un ímpetu que me resulta conocido, y que es contraproducente en este ambiente. Ello, junto a cualquier posible comodidad que puedas sentir por nuestro parentesco, podría resultar incierto y hasta peligroso.”
“¿Qué quieres decir…?” se quedó en blanco.
“A su vez, esta es mi manera de velar por ti, Hakata, y juzgo que este trabajo en grupo es un proyecto que no te asienta bien. No es puramente económico o de negocios. Puedes expresar tu disconformidad ante mí y no me queda más que reconocer que no nos pondremos de acuerdo, pero esta es mi decisión. Hago lo que creo es mejor para ti, y no puedes contradecirme.”
“…”
“Lamento que esto haya tenido que suceder, Hakata,” Yagen mostró un poco de pena. “No espero que lo entiendas.”
“…” Sterk negó. “Vámonos, Hakata.”
“¿Eh? Pero Sterk…”
“Los puntos que has hecho son válidos, al menos lo reconoceré,” dijo el pelimarrón, con seriedad. “Te daría la razón, pero a su vez entiendo por qué Yagen te ha dicho todo eso. Él tiene un punto de vista distinto y a fin de cuentas es su decisión.”
“Pero…”
“Yo pienso igual, lamentablemente…” Souza le sonrió apenado. “Si O-Sayo fuera a querer ayudarme con cualquiera de mis quehaceres en Rizembool, sin importar qué fuera, me negaría rotundamente. Te parecerá injusto, y es posible que lo sea, pero es así como yo esperaría resguardarle. Tu hermano doctor tiene el mismo parecer.”
“…” Hakata apretó sus puños y bajó su mirada. Su pequeño y humilde deseo de llegar a ser más cercano a su hermano prodigio se acabó antes de que pudiera empezar.
“…” Yagen desvió su mirada. “Honebami…”
“…” el peliblanco asintió y caminó hacia la salida. “Les acompañaré hasta el primer piso. En marcha…”







Llegó el atardecer en la universidad de Hanasaki y Cho salía de un curso en su facultad de química acompañada por Kashuu. Ambos todavía tenían que esperar a los demás antes de regresarse a casa, por lo cual la HiME optó por acudir a una cafetería cercana a esa facultad para darse una merienda.

“Me pregunto si Hachisuka habrá tenido un buen día…” comentó la HiME, meditativa.
“Seguro que sí,” Kashuu se encogió de hombros y negó frustrado. “Si algo malo hubiera ocurrido ya estaríamos informados, así que descuida, aruji.”
“Entiendo que no se lleven bien, pero procura ser un poco más paciente con él, por favor,” dijo Cho, frustrada.
“Sí, lo intento, pero no me ha dado buena impresión, y presiento que no soy el único…” dio un suspiro. “Pues bien que se lleve bien con tu hermano, pero no es el más amable. Ya se ha espantado y mirado a Osaka con desapruebo por la forma en que lo llamó, tampoco para de tener discusiones triviales con Nagasone y es evidente que evade a Sora en lo posible. Este último le comprende y mantiene su distancia, pero se nota que no se siente cómodo con eso.”
“Pues es cierto…” Cho bajó su mirada. “Estos días Sora ha decidido pasar más tiempo con Natsume y Tsumugi. Es como si quisiera evitar la atmósfera de la casa. Al menos también me alegro que esté pasando tiempo con sus amigos del colegio. Hoy iba a visitar la casa de uno, si mal no recuerdo.”
“Eso es bueno, aunque no hay que ignorar al causante de todo esto, aruji.”
“Dudo que estemos en la posición de cambiar las cosas…” dijo la peliceleste, meditativa. “En verdad, pese a los desplantes, Hachisuka no parece una mala persona. Siento que realmente tiene buenas intenciones.”
“¿Eh? ¿En serio?” Kashuu se confundió notoriamente. “¿Por qué lo defiendes, aruji? Él parece intentar tolerarte más, pero tampoco es del todo amable. Creo que es demasiado cortés como para ser sincero.”
“Pienso que eso delata que no es bueno con la gente, y él mismo lo debe saber,” dijo Cho. “Admito que tampoco me siento tan cómoda en casa con él presente, pero no puedo juzgarle. Yo también tengo mis problemas conectando con otros, así que puedo entender mínimamente su actitud. Él debe sentirse así con tanta gente nueva en su vida.”
“Aruji…”
“Y de todos modos, él es un Kotetsu y se encuentra en su hogar. Debemos ser pacientes con él también e intentar no empeorar la situación,” Cho dio un suspiro y sonrió un poco. “Lo que más me alivia es que se lleve bien con Roxas. También, tanto Horikawa como Urashima se ven optimistas. Ellos lo conocen bien, y si tienen esperanzas, yo también las tendré.”
“Pues, no puedo argumentar contra ello. Sin duda sí confiaría en el parecer de Horikawa,” Kashuu sonrió rendido. “No te prometo mucho, pero intentaré portarme mejor con él, aruji. No parece tener problemas contigo, así que eso es suficiente.”
“Sí, por favor…”
“Uhh, sólo quisiera que bajara el volumen a su ego…” Kashuu entrecerró sus ojos.
“Ehh…” Cho sonrió incómoda y entonces los dos llegaron a la cafetería. De inmediato les llamó la atención ver a Ayesha y Nio rodeada de Sora y sus amigos en una de las mesas exteriores.

“Oh, Cho, Kashuu, buenas tardes,” Kytes se animó y les dio el alcance. “Vengan, justo estamos hablando entre todos.”
“Sí, buenas tardes, Kytes,” Cho asintió y le siguió a la amplia mesa que todos ocupaban.
“¡Ah, Cho, qué sorpresa!” Sora se levantó también para saludarles. “No sabía que andaban por aquí también.”
“Eh sí, esta cafetería está adjunta a la facultad de química,” contestó ladeando la cabeza.
“Tiene todo el sentido que estemos aquí,” comentó Kashuu, encogiéndose de hombros. Este miró al chico con cierto juicio. “Más bien me sorprende que alguien como tú ande tan cerca de una facultad de ciencias.”
“¿Qué? ¿Qué dices?” Sora se extrañó y oyó a Tomaj y Luso reírse. “¡Oigan!”
“Haha, nadie lo puede negar,” dijo el primero, entretenido.
“¡Totalmente de acuerdo!” exclamó el segundo lleno de energías. “¡Hola a los dos! ¡No sabía que estudiaban química también!”
“Hola, Luso,” dijo Kashuu, sonriéndole. “Aruji es quien estudia aquí. Yo apenas tomo unos electivos, aunque procuro venir para apoyar en lo que sea necesario.”
“Sí, y Cho es amiga de mi onee-chan,” explicó Nio.
“Vaya, qué pequeño es el mundo,” el menor se impresionó.
“Sí, lo mismo pensé cuanto me enteré que eras primo de Sora,” comentó Ayesha, asintiendo. Ella se dirigió a la HiME. “Luso acaba de comenzar a estudiar en el mismo salón de Nio, así que nos estaremos viendo con frecuencia.”
“Me alegro de oírlo, sé que se llevarán muy bien,” dijo Cho, animada.
“Tuvimos un comienzo accidentado, pero todo está bien ahora,” dijo Luso, sonriente.
“Ahh, sí, aunque no le restes importancia, por favor,” Nio se frustró un poco.
“En serio, Luso…” Riku negó.
“Uhh, ya, no me tachen tan rápido,” reclamó Luso.
“Ehm, ¿qué pasó?” preguntó Kashuu, confundido.
“P-preferiría no hablar sobre eso ahora…” confesó Ayesha. Ella desvió su mirada con nervios. “Soy siempre feliz que mi pequeña Nio tenga tantos amigos y se lleve bien con todos… pero a veces temo que justo se haga amiga de los más revoltosos…”
“Pues… perdón, realmente fue un descuido, Ayesha…” al ver a la chica incómoda, Luso llevó una mano a su nuca y se mostró arrepentido. “No volverá a suceder.”
“Sí, juro que nada semejante ocurrirá, onee-chan,” Nio asintió dos veces. “En serio. Nunca querría preocuparte.”
“Eh, sí, no quiero incomodarles, pequeños. Sólo les pido que entiendan mis temores…” la hermana mayor dio un leve suspiro mientras Cho y Kashuu intercambiaron miradas. Sin lugar a dudas no sería el momento en el cual se enterarían de lo sucedido.
“…” Larsa dio un suspiro. “Tus temores tienen razón de ser, Ayesha. Aquel incidente fue alarmante, pero a su vez no debemos enfocarnos demasiado en ello. También es descortés mantener a Tanaka-san y Kashuu incomunicados si es que no vamos a conversar abiertamente sobre ello.”
“Pues, gracias por la consideración, aunque apenas pasábamos por aquí,” dijo Cho, rápidamente.
“No, siéntense también,” Nio de inmediato se levantó y agarró a Cho de una mano para jalarla hacia la mesa. “Está bien, hay que hablar de otra cosa. No podemos enfocarnos en lo malo.”
“Cierto, gracias por ser atenta a mi aruji,” Kashuu asintió. “¿Y qué les trae por aquí?”
“Mi pequeña Nio vino a verme después de salir de sus clases con Luso,” explicó Ayesha.
“Luso nos dijo que estaba por aquí así que decidimos darles una vista,” contestó Kytes.
“Supuse me pasearía por este campus para variar,” Tomaj se encogió de hombros, sonriendo con indiferencia. “Y justo Solidor andaba preguntándole a Sora cómo iba con sus clases, así que aprovechamos para jalarlo también.”
“De todos modos, también me concierne velar por el bienestar de Nio. Debía asegurarme que se encontraba bien,” observó Larsa.
“Hehe, gracias, pero realmente pasas mucho tiempo preocupándote por otros,” dijo la pequeña, alegremente. Ella asintió con energías. “Aunque muchas gracias por siempre ser tan bueno conmigo y con mi nee-chan~ Prometo que me portaré bien.”
“Me alegra oírlo,” el chico le sonrió un poco.
“Por cierto, justo estaban mencionando algo sobre un evento al que querían asistir…” comentó Riku. “¿De qué se trata?”
“¡Sí! En nuestra escuela estaban promocionando un festival del fin de verano,” dijo Luso. “Parece que va a haber shows y conciertos y distintas actividades a la orilla del mar. Hehe, y en verdad me gustaría ir. ¡Sería genial si todos se apuntan!”
“Suena a algo que le encantaría a Osaka,” Cho asintió. “Nos gustaría. ¿Es algo que organiza su colegio?”
“Pues no, parece ser una fiesta por otro lado, sólo se corrió la voz,” comentó Nio con una mano en su mentón. “Aunque es el próximo fin de semana todavía.”
“Sí coincide con el fin de la estación, más o menos,” observó Kytes.
“Me parece muy bien,” Sora asintió decidido. “El otro día no pudimos encontrarnos con todos, así que si hacemos planes desde ya seguramente sí nos reuniremos. Habrá que ver qué vamos a hacer por allá.”
“Hm, supongo no es una mala idea,” dijo Tomaj, sonriendo con indiferencia. “La idea de algún festival de verano me recuerda a Hawái, así que bien por mí.”
“Ahh, me da mucha ilusión,” Ayesha juntó sus palmas y sonrió ampliamente. “No soy de ir a eventos como festivales, pero si todos se apuntan y celebramos el verano, sé que la vamos a pasar muy bien.”
“Sí, digo lo mismo,” la HiME asintió. “El hecho que todos vayamos será genial.”
“Y lo será, confíen en mí,” declaró Sora. Él sacó su Smartphone. “Voy a ir invitando a todos de una vez.”

Con ello, los presentes se pusieron de acuerdo y a su vez extendieron la invitación a sus amigos. Luego de ello, el grupo compartió té y aperitivos en la cafetería mientras conversaban sobre temas tranquilos y triviales.

...
« Last Edit: October 17, 2019, 05:32:02 PM by Cho »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #590: September 30, 2019, 08:25:25 PM »
75.3.



Alrededor de una hora después, Gotou llegó a su hogar. El chico revisó su celular, y al no ver algún mensaje de su hermanito, supuso que debía encontrarse presente en casa. Procedió a caminar hacia las escaleras para subir al segundo piso, y en el camino se topó con Gokotai y Shinano. Ambos llevaban bandejas con bebidas y algunos aperitivos.

“Oh, Gotou-niisan, buenas tardes,” Gokotai asintió respetuosamente y entonces reparó en su bandeja, la cual casi se escapa de sus manos por su reverencia. “¡E-Ehhh!”
“E-espera,” Gotou se apresuró y le ayudó a balancearla. “Ahh, estuvo cerca. ¿Qué tal, Gokotai? ¿Todo bien?”
“Eh, s-sí, yo estoy bien, perdón…” bajó su mirada.
“No te preocupes, le pasa a cualquiera,” le aseguró con una amplia sonrisa.
“Más bien qué alegría que nos visitas hoy, Gotou-nii,” dijo Shinano, con cierta alarma.
“Oye, tú no tienes que tratarme como tu mayor, Shinano…” dijo el otro, frustrado.
“Uhh, pero es importante y no sé qué hacer,” el pelirrojo hizo un puchero. “Algo urgente e inesperado ocurrió hoy y justo eres tú quien puede ayudarnos.”
“¿A qué te refieres?” alzó una ceja.
“Ehm, no sé por dónde comenzar…” Gokotai se puso a pensar. “Hakata ha traído a dos amigos de la secundaria de visita… es raro, no nos avisó que iban a venir…”
“Pues, eso es cierto, aunque tal vez no sea el mejor punto por donde comenzar a explicar lo ocurrido, hermanito,” Shinano sonrió con leve torpeza.
“C-creo que tienes razón…”
“Hmm…” Gotou se impacientó y llevó sus manos a sus caderas. No podía comprender la inquietud y dificultad de sus hermanos de decir las cosas. Dio un pesado suspiro. “En fin, si necesitan mi ayuda y asumo que se trata de Hakata, vayamos a hablar con él y sus amigos. Sólo espero que nuestro hermano se encuentre bien.”
“O sea sí, todos sabríamos sobre cualquier percance, pero bueno…” Shinano también dio un suspiro. “Es una larga historia. Mejor escúchalo de Hakata para que lo entiendas.”

Los tres subieron las escaleras y llegaron a la amplia sala de entretenimiento. Vieron a Hakata y Taikogane jugando Smash mientras Sora estaba al costado revoloteándose con los adorables tigres de Gokotai.

“¡Hola, ya regresamos!” anunció Shinano de buenos ánimos mientras apoyaba su bandeja sobre la mesita junto con Gokotai. “Listo, tienen todo tipo de aperitivos para degustar.”
“¡Haha, muchas gracias!” exclamó Sora, quien se levantó de un brinco y sonrió ampliamente. Este miró a Gotou. “¡Oh, mucho gusto! ¡Soy Sora Harukawa! ¡Gracias por su hospitalidad!”
“Sí, un gusto también, soy Gotou Toushirou,” le saludó amenamente. “Entiendo que eres un compañero de Hakata.”
“¡Sí! ¡Hakata es muy inteligente y buena persona! ¡Sora apunta a ser tan hábil como él!”
“Heh, me alegro que se lleven bien.”
“Soy feliz que hayas congeniado con mis tigres,” dijo Gokotai, asintiendo.
“¡Son muy lindos! ¡Sora quiere quedarse a jugar con ellos todo el día!” exclamó con suma alegría. “¡Yay~ se notan que son muy felices aquí! ¡Tienen un hogar muy cálido!”
“Ehehe, pienso que sí, tienes razón,” el peliblanco se animó.
“Oigan, ¿cuánto más van a jugar ustedes?” preguntó Shinano al par de gamers. “Ya les trajimos algo para degustar. Mejor dense un descanso, ¿de acuerdo?”
“Sí, siento la poca atención, pero justo estamos por terminar…” dijo Taikogane, y entonces logró utilizar un ítem contra Hakata, con el cual lo disparó fuera de la pantalla. Ante ello, el peliazul soltó el control y se puso a celebrar. “¡Ya está! ¡Gané tres veces seguidas! ¡Soy el mejor! ¡Sí!”
“Uhh…” el pequeño cuatro ojos bajó su mirada claramente contrariado. Al ver eso, tanto Shinano como Gokotai se apresuraron a darle el alcance.
“Ehm, Hakata, p-pienso que ya fueron suficientes juegos, por favor…” dijo Gokotai, incómodo.
“En serio, tú tampoco eres de jugar con frecuencia así que no te frustres,” le dijo Shinano, con amabilidad. De inmediato le sonrió. “¡Vamos! Traje muchas cosas ricas. Mejor aprovecha a comer algo y despejar tu cabeza.”
“…” Hakata miró hacia la mesa con desgano, y reparó en la presencia del mayor. “Oh, Gotou-nii, buenas tardes.”
“Hola, Hakata, ¿cómo estás?” le preguntó. Se mostró algo escéptico. “Te ves extrañamente apagado, ¿todo está bien?”
“…” ello hizo que el menor desviara su mirada. “No, estoy bien. Descuida…”
“¿Ah?” se extrañó. “Obviamente algo te inquieta y dudo mucho que sea la partida de Smash. ¿Qué sucede? Puedes hablar conmigo.”
“Uhh…” Hakata hizo un puchero. Se encontraba ofuscado. “Hm, no, no es algo que importe ahora.”
“¿Qué traes con esa actitud?”
“Sé que no eres el mejor para hablar de estas cosas, Gotou-nii, y seguramente sólo te fastidiaré con esto,” se encogió de hombros. “No quiero hablar. Ya se me pasará.”
“¿Eh?” Gotou estaba muy confundido y pareció espantarse un poco. “E-espera, tú nunca eres así de necio conmigo. Me estás haciendo preocuparme, Hakata.”
“Es que…” ello hizo que el pequeño mostrara inquietud.
“Ah, ya no te incomodes tanto, Hakata,” Taikogane negó frustrado. “Entiendo lo inquieto que estás, pero olvídate de ese hermano tuyo. Obviamente él no sabe cómo te sientes.”
“…”
“¿De qué hablan?” preguntó Gotou, frunciendo el ceño.
“Pues, tu hermanito no quiere compartir, así que yo lo haré,” comentó el peliazul.
“¡Espera, Taikogane!” al oír eso, Hakata se alarmó. “¡Te dije que no dijeras nada! ¡Suficiente con Gokotai y Shinano!”
“Es una historia muy larga, pero en resumen, Hakata intentó apuntarse a un proyecto con tu hermano científico, y al parecer este le rechazó y le cerró las puertas,” concluyó Taikogane. Él se encogió de hombros. “Me sabe mal, pero qué se puede hacer…” desvió su mirada con leve disgusto. “Entiendo bien cómo se siente que otros te ignoren…”
“¿Hm?” Sora ladeó su cabeza.
“Un momento, ehm…” al oír las palabras del peliazul, Gotou se extrañó considerablemente y se puso a pensar. “Pues, aprecio que lo compartas conmigo, pero creo tener más preguntas ahora. ¿Qué es esto de proyecto? ¿Están hablando sobre Yagen?”
“Pues sí, ¿recuerdas que Hakata nos comentó sobre querer apuntarse a un proyecto o programa la semana pasada?” preguntó Shinano.
“Claro, nos había comentado sobre ese programa reconocido que le daba la posibilidad de visitar la bolsa de valores,” dijo el pelimarrón. “¿Y esto qué tiene que ver con eso?”
“Uhh, pues…” Hakata se afligió ante ese recuerdo tan detallado de su hermano.
“H-Hakata…” Gokotai se incomodó al verle torturado.
“Qué más da, ya lo oíste, Gotou-nii…” dijo Hakata, frustrado. Dio un leve suspiro y recobró su compostura, aunque seguía notándose cierta pena en su expresión. “Cuando quise entregar mi aplicación para ese programa del que te comenté, encontré un anuncio de un estudiante de maestría que buscaba ayuda de otro estudiante para trabajar en un proyecto interdisciplinario. Pese a que no lo decía, por la temática y detalles, concluí que era un proyecto en el cual Yagen-nii estaba trabajando, y pues… no estuve equivocado.”
“¡¿Q-qué dices?!” Gotou se sobresaltó. Su reacción a las noticias causó más inquietud en su menor, quien bajó su mirada.
“…supuse que no estarías de acuerdo, por el hecho que tienes ciertos problemas con Yagen-nii…” confesó en voz baja. “También temí que cualquiera de ustedes le avisara a Yagen-nii, así que apliqué en secreto.”
“…” Gokotai asintió apenado. “Sí, tiene sentido…”
“No, esto no se trata de sentido. ¿Qué haces yendo detrás de nuestras espaldas?” preguntó Gotou, impaciente. “Sea Yagen o cualquier otra persona, puedo ver lo molesto que resultaría.”
“…” Hakata desvió su mirada.
“O-oye, Gotou…” Shinano se preocupó.
“Pero en fin, entiendo que te dijo que no, así que ahí se queda el asunto,” al decir ello, el mayor se encogió de hombros y mostró cierto alivio. “Mejor para ti. No quiero que vayas a inmiscuirte con algo de Rizembool, además espero mucho de ti en tu propia carrera antes de dedicarte a algo extra o de menor escala.”
“Gotou…” el pelirrojo frunció el ceño.
“Eh, espera un momento, Gotou…” Taikogane alzó una palma con leve pesar. “Ya veo que tienes ese rol de hermano mayor y todo, pero ponte a pensar en cómo se siente Hakata.”
“Sí, eso mismo,” Sora asintió. “Sora no piensa cuestionar sobre ‘ir detrás de otros’, pero si Hakata hizo lo que hizo, es porque era importante para él. Hakata ahora está triste y se siente en falta, ¿no es verdad?”
“N-no tienes que ponerme en el medio, Sora…” el pequeño se ofuscó y se cruzó de brazos, para así fruncir el ceño. “Nunca esperé que Gotou-nii entendiera, y si Yagen-nii no quiere tener nada que ver conmigo, tampoco me haré de rogar. Eso es todo.”
“¿Cómo que nada que ver?” preguntó Shinano, perplejo. “Vamos, eso no es verdad.”
“Fue malo y frío, tú no estuviste ahí…”
“Ehh…”
“Para que se portara así contigo en verdad le hiciste enfadar,” Gotou se encogió de hombros. “Pero ya, olvídalo. Este asunto ya se acabó y ni que fuera importante. Más bien agradezco que Yagen haya tenido la decencia de mantenerte lejos de asuntos de Rizembool. Mejor busca algo más que hacer con tu tiempo libre.”
“…” Hakata frunció el ceño y bajó su mirada.
“Tienes el programa ese del que tanto habías estado hablando la semana pasada, ¿verdad? Eso sí sonó como algo a tu medida, así que mejor apúntate a eso. Verás que no te arrepentirás.”
“Suficiente, Gotou…” Shinano se amargó y le encaró.
“¿Qué haces molestándote conmigo, Shinano?” le preguntó confundido. “Sólo digo las cosas como son, aparte que seguro tú estás de acuerdo en mi parecer, ¿cierto?”
“¡De eso no se trata, maldición!”
“¿Eh? ¿Qué te pasa?”
“Pues, lo que dices no va a ser posible, Gotou…” dijo Taikogane, incómodo.
“Las inscripciones a ese programa ya se acabaron,” dijo Hakata, cabizbajo. “Yo… opté por inscribirme al proyecto con Yagen-nii y dejé pasar esa oportunidad.”
“¿Qué dices?” ello sorprendió a Gotou.
“Sabía lo mucho que querías ese programa para mí, y al menos quería que Yagen-nii me aceptara para no haber desperdiciado una oportunidad única en vano… pero al final te decepcioné, Gotou-nii…” admitió el cuatro ojos, cabizbajo y torturado. “Perdón… la arruiné, ¿no es así?”
“…” al observar a su hermanito tan triste y siendo tan sincero y humilde al respecto, Gotou se quedó congelado. Recién recapacitó en su estado anímico, y no sabía qué decirle. “N-no, no digas eso, es imposible que me decepciones… o-o sea, no debiste habernos ocultado todo esto, p-pero pues…”
“¡AHHHH!” Shinano soltó un grito exasperado y agarró a Gotou de ambos brazos. “¡Vamos afuera de una vez!”

Así, el pelirrojo lo empujó para salir de esa sala y cerró la puerta detrás de los dos. Luego de que ellos se fueran, hubo un corto silencio hasta que Sora agarró a Hakata del hombro.

“No te lo tomes a mal, Hakata,” le aseguró con una sonrisa. “Lo puedo ver. Tus hermanos tienen colores muy bonitos. Es evidente que te quieren mucho, aun si no sepan trasmitírtelo.”
“Sí, en verdad todos son unidos, y Gotou tiene buenas intenciones,” agregó Taikogane. “¡Vamos! ¡Hay que jugar otra partida más de Smash! ¡Así te olvidas las penas!”
“Eh, paso…”
“Siento que todavía te falta más práctica en ese juego para divertirte con él…” Sora se puso a pensar. “Aunque tienen varios. ¡Sora elegirá un juego que sí se te hará divertido!”

Así, los tres regresaron su atención al Switch. Por su parte, Gokotai se había quedado mirando hacia la puerta de esa sala todavía acongojado por la conversación…

“Shinano, ¿qué te pasa?” le cuestionó Gotou ni bien su hermano le soltó en medio del pasillo y a cierta distancia de la sala.
“Te saqué de una vez para evitar que la fueras a arruinar,” declaró el pelirrojo frunciendo el ceño y con sus manos en sus caderas. “Seguro que no habías visto lo frustrado que Hakata se encuentra. Y si terminaste por darte cuenta, ¿por qué querías seguir con tus propios reclamos? ¡Obviamente no es el momento para eso!”
“Pues yo… o sea, esta es una sorpresa para mí y realmente no apruebo lo que Hakata hizo,” se dio un facepalm. “Ya sabes que no soy el más sensible, pero sí me preocupo por él y no me fío para nada de lo que sea que Yagen hace a nuestras espaldas.”
“Ahh, no sé por qué siempre insistirás en pintar a nuestro hermano como un villano, pero nuevamente ese no es el punto ahora,” afirmó. “En serio no te pido mucho con esto. Puedes recalcar tus preocupaciones y recomendaciones más tarde, pero ya viste al pobre de nuestro hermanito disculpándose contigo luego de todos los reclamos que le diste cuando no es algo que le corresponde hacer… ahh, en verdad me siento tan mal por nuestro pequeño…”
“…” el mayor se quedó en blanco.
“Uhh, bien se ve que no eres de cariños por lo perdido que te ves…” hizo un puchero y tocó las puntas sus índices entre ellos. “Mi querido e insensible hermano mayor…”
“Ya, no te burles de mí,” Gotou entrecerró los ojos. Terminó por desviar su mirada, apenado. “Sí admito que me siento mal que Hakata haya querido disculparse conmigo. Temo que le haya impuesto inconscientemente ese programa al que quería apuntar y en verdad no le culpo por esto. No estoy de acuerdo que lo haya hecho, pero me sabe mal que se haya desilusionado así. A veces las cosas no salen como uno quiere, eso es todo…”
“Si tan sólo te hubiera oído decir eso, Gotou…” Shinano le sonrió con leve pena. “Así es como deberías hablar con él en estos instantes. Y sé que no le impusiste nada, sólo le alentaste como siempre. Más bien pienso que Hakata se impuso a sí mismo impresionarte. Eso no es tu culpa. Lo importante es recordarle que siempre contará con nosotros sin importar qué suceda.”
“Eh, sí, tienes razón…” dijo el pelimarrón, rascándose la nuca. “Vaya, realmente me ganas en este tipo de cosas, Shinano.”
“Hehe, es mi deber como el hermano querendón de la familia~” canturreó.
“Aunque…” Gotou volvió a frustrarse. “Conociendo a Hakata, se me hace muy extraño que no haya aplicado a ese programa tan a su medida para ver si podía trabajar con Yagen. Es algo que no hubiera predicho en un millón de años…”
“Ehh sí fue sorprendente, ¿cierto? También me sabe mal que Yagen le haya mostrado un lado no tan amable para variar…” Shinano dio un suspiro. “Hablaré con él más tarde. Al menos le debe una disculpa a Hakata. Las cosas pueden no salir bien en el momento.”

“Ehm…” Gokotai se les acercó y estiró levemente una palma hacia ellos en un intento de llamar la atención de ambos. Al hacerlo, llevó su mano a su pecho y bajó su mirada. “P-perdón, no quería interrumpirles, pero…”
“Oh, Gokotai,” Shinano le sonrió con dulzura. “Vamos, no te retraigas. Dinos, ¿qué te trae por aquí, pequeñín?”
“Es que… pues…” él levantó su mirada y observó a Gotou. “Gotou-niisan, estuviste sorprendido por lo que Hakata hizo, ¿verdad? Por cómo te expresaste y cómo le reclamaste… era porque querías entenderlo, ¿no es así?”
“Pues sí…” admitió algo incómodo.
“Sin embargo, no es nada sorprendente para mí. Es que…” desvió su mirada. “Cuando Hakata regresó de estudiar fuera de la ciudad, todos tuvimos una conversación, y él nos confesó que una de sus mayores metas en la universidad era poder ser más cercano a Yagen-niisan y tener la oportunidad de aprender de él.”
“…” los dos mayores intercambiaron miradas sorprendidas.
“Nos dijo que está impresionado de nuestro hermano por lo genio que es y las hazañas que ha realizado. Hasta dijo que tú lo has reconocido varias veces pese a no llevarte bien con él,” asintió. Gokotai siguió con sus manos sobre su pecho y sonrió tranquilamente. “También creo que ese programa que mencionó primero le pudo haber ido muy bien, pero pese a que no funcionó, pienso que Hakata no perdió nada buscando la aprobación de Yagen-niisan. Hakata no siempre es honesto sobre lo que quiere o cuánto realmente nos aprecia por más que sí lo haga. También… sé que él quiere ser cercano a Yagen-niisan como hermano y trabajar con él le habría resultado provechoso tanto de manera académica, como siendo algo más personal… puede que eso último es lo que él más necesita ahora que está en la universidad…”
“Gokotai…” Shinano estaba conmovido por sus palabras, y terminó asintiendo efusivamente. “Sí, sí, estoy totalmente de acuerdo contigo, pequeño,” volvió a asentir y finalmente le dio un fuerte abrazo. “¡Eres tan lindo! ¡Ahora entiendo perfectamente por qué Namazuo-nii para acaparándote! ¡Eres demasiado bello~!”
“Ehh, s-sólo les mantenía informados, Shinano-niisan…” dijo tranquilamente mientras era estrujado por el otro. “Se perdían de algo, y era importante que lo supieran…”
“Y te agradezco por eso, pero a su vez eres un ser hermoso por ser capaz de conocer tan bien a nuestro orgulloso y cerrado hermanito,” le aseguró y le sonrió con certeza. “Se nota que nos quieres mucho, Gokotai, ¡y nosotros te queremos igual!”
“Ehehe…” rió con leve torpeza. “Muchas gracias…”

Gotou observó al par interactuar en silencio, y terminó por comprimir sus puños con severa frustración y fastidio.

“Tsk…”
“G-Gotou-niisan…” Gokotai se asustó por su reacción.
“¿Eh? ¿Estás bien?” preguntó Shinano, confundido y soltando al pequeño.
“Demonios…” Gotou bajó su mirada y tembló de cólera. Los otros dos intercambiaron miradas y finalmente oyeron al pelimarrón expresarse. “¡Ahh, maldición, no quiero hablar con él! ¡Sé que sólo me fastidiará como siempre y quizás hasta sea en vano!”
“¿Eh? ¿Quieres decir que…?” Shinano se sorprendió.
“Ahh, y en serio esto no me gusta para nada, pero no puedo argumentar en contra de lo que dijiste, Gokotai…”
“Ehh yo…” el pequeño ladeó su cabeza.
“…” Gotou sacudió su cabeza con fuerza para despejar su frustración y miró a Shinano. “En fin… necesito el celular de Tsurumaru.”




Era una hora incógnita de la tarde y Yagen se encontraba revisando algunos archivos en su laboratorio. Ya tenía varias horas en dicho ensimismamiento y sin ningún apuro de darse una pausa o atender otras obligaciones, pero terminaría viéndose obligado a hacerlo…

De repente, la puerta de su laboratorio se abrió, lo cual le hizo mirarla de reojo. Su poca atención detectó la característica silueta blanca de Tsurumaru y volvió a concentrarse en el monitor de su computadora. Imaginaba que él no se quedaría entreteniéndole por mucho. Sin embargo, este mismo no tardó en anunciar el especial motivo de su llegada.

“Special delivery~” canturreó traviesamente. “Mejor deja de trabajar tanto, Yagen, o si no no tendré a nadie que firme por este hermanito tuyo.”
“¿Qué dices?” preguntó y se sorprendió al ver a Gotou presente. Ello le hizo levantarse y caminar hacia el par. “¿Y tú qué haces por aquí?”
“Créeme que no eres el único inconforme, Yagen…” se expresó frustrado, aunque su atención pasó a escanear la inmensidad del laboratorio. “Espera, ¿todo este lugar es tuyo? Shinano me había dicho que era grande, pero esto es impresionante.”
“Tch…” Yagen afiló sus ojos y se dirigió a Tsurumaru.
“¿Qué? Te puedes imaginar que si estuviera aquí con interés de fastidiarte, fácil habría enlistado a Shinano en la travesura,” comentó sonriente y encogiéndose de hombros. “Gotou fue el de la idea. Él mismo me llamó.”
“Y pensé que los de vigilancia habían reforzado la seguridad…” dijo decepcionado.
“Y lo seguirán haciendo, pero sabes que tengo un talento innato para burlarla, además de algunos recursos,” comentó con leve ironía. “Bueno, te ves listo para explotarle la cabeza a alguien, así que me iré para que no sea yo. Encárgate de entretener a tu hermano~”

Así, Tsurumaru se marchó sin darle más vueltas al asunto.


“…” Yagen miró con inconformidad a Gotou y se cruzó de brazos. “Tengo varias cosas de qué encargarme, así que si tienes algo que hablar conmigo que no pueda resolverse por medio del celular, hazlo de una vez.”
“Para variar no reclamaré tu desdén, Yagen…” dijo frustrado. “Sólo pensé que sería mejor conversarlo lo antes posible.”
“…” el doctor alzó una ceja. “Esto se debe a Hakata, ¿no es así?”
“Lo adivinaste demasiado rápido,” observó con cierta incomodidad.
“No, sólo tiene sentido,” se encogió de hombros. “Tú y yo somos de evadirnos o ser más secos cuando debemos comunicarnos. Si optaste por venir aquí y no darme ninguna advertencia, es porque es algo personal para ti, y sólo puedo imaginar que se debe a aquel hermano menor que es tu responsabilidad. De lo contrario, no veo qué podría hacer yo por ti que los demás no pueden hacer.”
“Tch…” frunció el ceño. “Dije que no reclamaría tu desdén, pero…”
“…” Yagen sonrió con ironía y llevó una mano a su mentón con leve intriga. “Más bien, conociéndote, dudo grandemente que hayas sabido todo esto de antemano, y que, de haberlo sabido, te habrías negado rotundamente a que Hakata aplicara para el proyecto del cual soy parte. Después de todo, quién sabe lo que yo podría estar haciendo a espaldas de los demás, ¿no es verdad, Gotou?”
“Ehh…” se sorprendió al oírle decir algo muy similar a lo que él mismo le había dicho a Shinano, pero sacudió su cabeza para concentrarse. “Como sea, deja de desviar la conversación.”
“Más bien te ahorro palabras,” dijo con leve indiferencia. “Puedo concluir que no lo sabías.”
“No, y tú tampoco.”
“Obviamente. Hakata actuó sin la supervisión de nadie. Aunado a ello, me sorprende que seas tú y no Shinano quien esté aquí posiblemente pidiendo misericordia por mi decisión,” observó meditativo y alzando su mirada al techo. “Puedo reincidir en el hecho que yo soy tu hermano demonio y que no te puedes fiar en lo que digo o hago…”
“Tsk, cállate…”
“Pero, también ahorrándome dicha palabrería, esperaba más sensatez de tu parte,” Yagen dejó su actitud indistinta y observó a su hermano con severidad. “Eso es algo que pienso te cae muy bien. Eres centrado y resistente, no te dejas llevar y sabes mucho más que otros sobre cómo juzgar cada situación o qué es lo más conveniente para todos, en especial para Shinano o Hakata, quienes siempre han estado bajo tu cuidado. Esperaría que estuvieras de acuerdo en mi decisión de rechazar a Hakata de verse involucrado en un proyecto que pueda o no pueda tener vínculos turbios con Rizembool, así que si has venido con intenciones de hacerme cambiar de parecer, no me queda más que cuestionar tu cordura.”
“…” se impresionó. Por un instante, Gotou casi extrañó el lado más burlesco de su hermano ya que esa frialdad le había dejado sin palabras…
“O quizás realmente no estoy hablando contigo, Gotou, y eres Shinano disfrazado de ti,” meditó nuevamente perdiendo seriedad, y pasó a sonreír. “Oh, olvídalo. Ahora que Shinano es dos centímetros más alto que tú, no cabría dentro de tu molde.”
“¡¿Q-qué?! ¡Maldición, no me tomes el pelo!” no, no extrañaba ese lado suyo pese a todo.
“Ese es otro punto. Tu cabello es tan ensortijado que es difícil de replicar convincentemente…”
“¡Ya párala!” apretó los dientes. “¡No estoy aquí par bromear contigo!”
“Entonces explícate.”
“Tsk, si ni me estás dejando hablar.”
“…” sonrió un poco. “No puedo negar eso. Tú realmente pareces tener algo que decirme. Qué más da, te oiré.”
“…” afiló sus ojos. Nunca podía entender cómo así se quedaba corto de palabras cuando pretendía hablar con Yagen, pero siempre le pasaba. Había una resistencia de su parte, o una generalizada incomodidad. No sabía describirlo.

Entonces, Gotou vio que Yagen regresó a su escritorio donde tomó un manojo de llaves junto con una tarjeta.

“Pensándolo bien, no me siento particularmente cómodo teniéndote invadiendo mi laboratorio,” dijo el doctor. “Ven. Hay una cafetería del personal de este complejo de oficinas y laboratorios. Puede que te venga bien pedir algo.”

De aquel modo, el par caminó por el oscuro pasillo hacia el ascensor central, donde subieron unos cinco pisos hacia un piso que contaba con esa cafetería. Al ser todavía una planta bajo tierra, la ausencia de ventanas y la luz del sol era sustituida por luces blancas e indirectas por doquier, las cuales brindaban una buena visibilidad y apariencia pulcra e impecable a los alrededores. La cafetería estaba adjunta a los ascensores, la cual era delimitada por paredes de vidrio, y a la cual ingresaron sin esperar a algún trabajador.

Gotou se impresionó por esa apariencia tan inmaculada del lugar. Con las justas divisaba un puñado de personas, todas con apariencia de profesores o científicos, en mesas esporádicas, quienes se encontraban inmersos en sus lecturas mientras se concedían una breve merienda. El ambiente contaba con música de fondo muy tenue y relajante y cada mesa poseía una pantalla LED muy delgada que podían usar a su discreción. Aparte de ello, había una presencia nula de trabajadores de momento. Casi parecía ser un negocio salido del mismo futuro.

“Este lugar…” comenzó el pelimarrón.
“Es una cafetería, como bien puedes evidenciar,” dijo el doctor inmutado y tomando asiento. Vio a su hermano sentarse también y entonces presionó un botón adjunto a la pantalla LED a un costado de la mesa. Ello causó que un holograma apareciera entre los dos, en el cual se mostraba un menú. Yagen sonrió al observar el rostro anonadado de Gotou y optó por hacerle la demostración. Movió una mano para pasar un par de páginas en su vista y seleccionó una de las opciones. “Tomaré un té para variar. Adelante, puedes escoger lo que gustes.”
“¿S-se puede marcar en el aire?” preguntó en shock.
“Acabas de ver que ello mismo hice, no lo pienses demasiado,” dijo con toda naturalidad.
“Pues, estaré regresando a casa, así que optaré por un té también…” negó frustrado e imitó su orden. Acto seguido, observó cómo Yagen pasó su tarjeta por un lector en la pantalla LED y el holograma informó que la orden había sido recibida, para desaparecer. “Ehm, nunca había visto algo como esto.”
“Me sorprendería si lo hubieras hecho,” se encogió de hombros. “El mundo de la tecnología y patentes puede ser muy caprichoso. A su vez, se debe estudiar qué tan factible sería este sistema en una cafetería regular. La maquinaria es delicada y el holograma está ajustado al brillo de este espacio. Supongo que la luz del sol dificultaría ajustar la nitidez sin perder la transparencia. A su vez, los usuarios como yo somos limitados y podría ser una elección rigurosa…” entonces, se detuvo y sonrió intrigado. “No, olvida lo que dije. Pensaba en voz alta.”
“Ajá…” alzó una ceja. Gotou no se vio convencido. “Me pregunto qué más tendrá que esconder este lugar si juegan con algo como esto. Pero en fin, no vengo para hablar sobre Rizembool…” frunció el ceño. “Aunque me pregunto qué hace tu laboratorio a mitad de camino del centro de la tierra. Ha sido una larga caminata venir…”
“Hmhm, te faltan kilómetros, no exageres…”
“¿Y acaso este lugar no tiene camareros?” preguntó confundido. “¿Va a venir un robot para traernos los pedidos?”
“¿Hm?” Yagen le miró con leve impresión y pasó a sonreír con ironía. “Aquella es una observación muy estereotípica, Gotou. A pesar de los avances en la robótica, es sumamente impráctico preparar a robots como camareros. Sí hay algunos que ayudan en la mezcla y preparación de la comida, pero será un trabajador completamente normal quien nos atienda. Verás, lo más importante de este sistema de atención es disminuir el tiempo de espera de los clientes por la poca eficiencia de atención de camareros. Aquí uno puede llegar, tomar un asiento predilecto, y hacer el pedido sin contratiempos y sin depender de la presencia de alguien con más asuntos que atender. De aquel modo, el trabajo de los humanos se facilita y se disminuye a las atenciones primordiales como traer los pedidos, alistar las mesas para los próximos consumidores, o a lo mucho venir y brindar explicaciones o asistencias en caso sea necesario. Tú que debes tener múltiples experiencias en el mundo de afuera, ¿no te parece razonable?”
“¿Qué haces hablando sobre el ‘mundo de fuera’, Yagen?” negó frustrado. “Es como si te aislaras de la humanidad.”
“Más bien es práctico y cómodo, y cualquier usuario de este ambiente estaría de acuerdo. Aunque no tengo por qué entretenerte con mis observaciones,” se encogió de hombros. “Te ofrecería a que miraras las noticias en la pantalla de la mesa, pero si te molestaste en venir claramente tienes algo importante que decirme.”
“Sí, mejor hablemos sobre eso…” desvió su mirada. Ya comenzaba a notar que siempre le costaba empezar cualquier conversación. “Tienes razón, estoy aquí por lo ocurrido con Hakata. Antes que nada, espero que no hayas sido muy duro con él.”
“No lo he sido,” contestó con leve curiosidad. “No entiendo por qué lo dirías.”
“Nuestro hermano estaba frustrado y me dejó entender que sí…” bajó su mirada. “Se veía dolido. No quisiera que fueras a herirle sus sentimientos aun inconscientemente…”
“…” el doctor ladeó su cabeza y se vio más confundido. Él no dio un comentario, lo cual hizo que Gotou le reprochara.
“Aquí es donde deberías asegurarme que no lo harías, Yagen, ¿qué te pasa?”
“¿Sabes? Cuando dije que quizás eras Shinano disfrazado, lo había dicho de broma.”
“¿Eh?” se extrañó.
“Me cuesta creer que tú hubieras hecho esa observación por tu cuenta y te preocuparas en velar por ello encima de lo demás,” entonces, el doctor mostró fastidio en su expresión. “Ah, ya creo entender. Shinano te envió a hablar conmigo, ¿verdad?”
“¿Qué? No, no lo hizo,” lo negó y notó que no le convenció. “Ahh y sé que es sumamente difícil de creer por lo metiche que es, pero Shinano no me hizo venir. Esa fue decisión propia.”
“Hm, como digas.”
“Lo menciono porque más bien Shinano me hizo notar lo descorazonado que Hakata estaba por tu rechazo. Creo que yo tampoco fui muy sensible con él, así que es algo que me preocupa,” admitió con torpeza. “Así que quisiera que me dijeras si fuiste duro con Hakata de algún modo. Quiero saber qué paso.”
“Pues, suenas informado del asunto en sí, así que me ahorras los detalles,” el doctor se puso a pensar. “Y por la presencia del estudiante con el cual trabajo y de Souza, sí es posible que mi trato haya sido más seco del usual con nuestro hermano. Sabes que trato de ser más amable con nuestros menores. Aparte de ello…” Yagen sonrió con ironía. “Me corresponde decir que Hakata pretendió argumentar contra mí y batallar mi decisión. Es casi difícil de creer que alguien con su convicción pueda sentirse mal por un trato neutral de mi parte.”
“Esa es una observación lógica, Yagen. Hakata sigue siendo un niño y tiene ideas y expectativas de nosotros.”
“Nuevamente me sorprendes. No eres alguien que diría ello, Gotou.”
“Tsk, qué poca fe tienes en mí,” entrecerró los ojos.
“Sin duda intenté ser más amable con él que como estoy siendo contigo justo ahora, pero ya que lo mencionas, mi negación y mis motivos para negarme ante él pueden haber sido tomados a mal. Es aquel ímpetu y ambición que le caracterizan. Es su inmadurez, no que haya nada de malo en ello…” comentó con naturalidad.

Entonces, una camarera llegó y les sirvió sus tés.

“¿Se les ofrece algo más?” preguntó amablemente.
“Yo estoy bien, le agradezco,” dijo Yagen.
“Sí, yo también. Muchas gracias,” Gotou le asintió y así la señorita les hizo una reverencia y se marchó. “Pues, te creo, Yagen. Aun así, sueles ser intimidante. Sin duda esa amiga de Shinano viene a mi mente con respecto a eso. Te pido que seas más cuidadoso.”
“Así será,” dijo, sonriendo con simpleza. “La próxima vez que lo vea, también me aseguraré en dejar las cosas en claro con Hakata para evitar que se lleve la idea errónea. Con respecto a ello, te aseguro que ya no tienes que preocuparte.”
“…”
“…” Yagen agarró su taza de té y observó la superficie del líquido. “Ello debería cubrir el malentendido que surgió de aquel sorpresivo evento. Por lo tanto, ya no deberíamos tener más de qué hablar…”
“Yagen…”
“Pero todavía queda algo pendiente, ¿no es así?” preguntó el doctor, volviendo a mirar a su hermano. Después de esa tranquila conversación, su semblante adoptó severidad. “No estarías aquí de no ser porque cuestionas mi decisión.”
“…” Gotou dio un suspiro. “No la cuestiono realmente. No me gusta la idea que Hakata pueda trabajar en algo vinculado a Rizembool, sea lo que fuera a ser, pero…”
“¿Qué?” su voz se tornó cortante. “Como dije previamente, espero sensatez de tu parte, y precisamente eres tú de entre todos en casa quien estaría de acuerdo con mi decisión. Entiendo bien que lo estás, así que no comprendo tu posición.”
“Antes de cualquier cosa, ¿ese proyecto para el cual Hakata aplicó tiene algo que ver con la pelea entre Rizembool y Hanasaki?”
“No,” Yagen alzó una ceja. “Te debo honestidad y te diré que el proyecto es para el marketing del software de medicina en el cual he trabajado. Sinceramente, casi no tengo más que hacer en este proyecto que monitorear o servir de consultor aunque Rizembool espera que sea partícipe como uno de los principales creadores de la tecnología. Eso es todo.”
“Ya veo…”
“¿Y por qué ello es importante?”
“Es un alivio saber que Hakata no se estaba metiendo en la boca del lobo…” dijo con leve estrés. “Pero aun así, nadie sabía lo que hacía y te sorprendió dentro de tu mismo laboratorio. Es aterrador pensar en lo mucho que un descuido puede causar…”
“Comparto lo que dices, aunque es de esperarse que nuestros hermanos menores empiecen a escapar de nuestra vigilia sin provocación alguna. Si Hakata no le avisó a nadie de lo que hacía, era porque le interesaba averiguar sobre mis trabajos. ¿Qué puedo decir?” se encogió de hombros. “Pude haber intentado compartir más con él previamente, aunque por su curiosidad puede que esto hubiera resultado igual.”
“…” bajó su mirada.
“Y por su inteligencia, me pregunto si había premeditado esta conversación que estamos teniendo en este mismo momento…” divagó con la mirada hacia el techo.
“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”
“Hakata no le informó a nadie sobre sus planes para llegar hasta mi laboratorio, aunque estoy convencido que él mismo sabía que no podía cantar victoria aún. Luego de defenderse fallidamente ante mi decisión, ahora cuenta con el respaldo de Shinano y sorprendentemente hasta tú viniste a hablarme, por más en desacuerdo que estés con su travesura. Tal vez en el fondo estés actuando bajo sus expectativas, Gotou,” sonrió entretenido.
“¿Q-qué dices? ¡N-no hay forma que mi hermanito haga algo así!”
“Hakata es más inteligente que tú. No le subestimes.”
“Tch, pero no es un desalmado como tú, Yagen.”
“Heh, te aplaudo, Gotou,” le miró aprobatoriamente, sin borrar su sonrisa. “Pusiste tus nervios de lado para recriminarme por siquiera pretender que nuestro hermano menor era una persona maquiavélica como yo. Está muy bien, veo que has crecido, por dentro al menos…”
“¡¿Qué haces quitándole seriedad a nuestra conversación?!” le reclamó iracundo.
“No lo sé…” confesó encogiéndose de hombros. “Te viste cabizbajo y miserable. Quizás una parte de mí quiso reanimarte.”
“¿Eh?” le miró con incomprensión y frunciendo el ceño. ¿Acaso le había intentado hacer un favor? En fin, no era el momento de concentrarse en ello. “Ahh, ya me he cansado, y me estresa pensar en que Hakata quiera desarrollarse académicamente en el mismo lugar donde se entrenan a gente como Rebels. No me gusta para nada que pueda estar expuesto a algo y es por ello mismo que te apoyo en negarle el proyecto. Tiene sentido que lo hagas…” miró de un lado a otro a los pocos presentes y a distancia en esa cafetería. “Quién sabe quién aquí trabaja con los Rebels o la tecnología relacionada, por más que esta cafetería esté abierta para toda la gente con acceso a este sector.”
“Por ello mismo me negué. Veo que comprendes.”
“Pero… a su vez, tú eres alguien con bastante poderío en Rizembool, ¿no es así? No espero que muevas un dedo para facilitarle la vida a nuestro hermano, pero tu conocimiento y experiencia aquí es más valiosa que cualquier otro proyecto que Hakata pueda conseguir. Y sé que es una imposición, pero es por eso que he venido.”
“…” le miró atentamente.
“Yagen…” Gotou le apuntó de cerca. “Ya que Hakata se encuentra estudiando en esta universidad y te escogió a ti por encima de varios otros proyectos, te pido que cuides de él y le sirvas de mentor y guardián. No, más que eso, sé un hermano mayor para él.”
“…”
“Él obviamente no va a saber muchas cosas sobre Rizembool o cómo mantenerse a margen de lo que no es conveniente, pero puede aprender y es cuidadoso. Ya nos demostró que sabe ir detrás de nuestras espaldas con su aplicación, así que te pido que le vigiles. Será un gran trabajo y una incomodidad en ocasiones, pero es tu hermano y está en tu deber. Yo no puedo ayudarle en Rizembool como tú, ni siquiera estudio aquí.”
“…”
“Y también bien dijiste que Hakata hizo lo que hizo porque se interesó en ti. Eso es algo que me hicieron comprender en casa, el motivo por el cual se tomó tu rechazo tan mal,” dio un suspiro y frunció el ceño. “No me gusta Rizembool, quisiera que ninguno de ustedes estuviera aquí y no me fío de ellos. También debo ser sincero y me pregunto si tú mismo no andarás ocultándonos algo como científico que eres, pero… creo que sí puedo confiar en ti con nuestros hermanos, Yagen. Eso puedo decirlo con toda seguridad.”
“…” el doctor sonrió frustrado. “Lo que me pides es una gran imposición, y es injusto, sinceramente. Entiendo tu parecer de mi deber como un hermano mayor, aunque hay una diferencia entre hacerse responsable por un menor y exponerle adrede a un ambiente poco saludable. Me pregunto si estás consciente sobre ello.”
“…” Gotou entrecerró los ojos. “Quizás no del todo, pero sí confío más en que Hakata esté monitoreado por ti en vez de tenerlo por su cuenta. Tengo mucha fe en nuestro hermano, pero has reconocido que le falta madurez, y estoy de acuerdo en ello. Eso es algo que podrías enseñarle, Yagen.”
“¿Hm?” se mostró genuinamente intrigado. “¿Piensas que soy maduro, Gotou?”
“Te haces el insufrible e irracional, pero creo que eres más maduro y centrado de lo que quisieras admitir,” dijo a regañadientes. “Ahora no empieces a restarle importancia a lo que digo.”
“No lo haré,” dijo con tranquilidad. “Sólo dices tu parecer. Más bien, de por ser por todos tus motivos razonables de pedirme esta tutoría, te acusaría por remedar a Shinano, aunque sí creo que has venido por tu cuenta.”
“Lo hice, pero en verdad fue Gokotai quien me hizo tomar esta decisión.”
“¿Gokotai?” Yagen se sorprendió.
“Él recalcó lo importante que esto es para Hakata, y también que es algo que le ayudará positivamente en su formación. No sólo se trata de su intelecto. Él le había dicho que quería aprender de ti, y esta experiencia podría ayudarle a crecer como persona. Por eso estoy velando por nuestro hermano al pedirte este favor.”
“…” el doctor se mostró incómodo y desvió su mirada. “Ya veo…”
“Yagen…” Gotou se extrañó.
“Lo último que necesito es que Hakata sea dependiente de mí, Gotou. Nuestra familiaridad podría ser problemática. Temo que Hakata se sienta lo suficientemente cómodo como para ignorar mis recomendaciones o su sentido común. Ese es el otro motivo fundamental por el cual me negué a aceptarle.”
“Entiendo lo que dices…”
“Por otro lado, por lo que dices puede que Hakata necesite dicha familiaridad, o que sea algo que él anhele, así que tengo mayores reservaciones por dicho motivo.”
“Pues… no sé qué decirte…” sabía que se perdía de algo. “Pero te aseguro que Hakata se puede mantener profesional si eres directo con él y sí oirá tus recomendaciones. Dale una oportunidad.”
“Hakata me dijo lo mismo que tú…” sonrió frustrado. “Y ahora tengo a otro hermano que juzga que esto es una necesidad.”
“…”
“No suenas a que cambiarás de parecer, Gotou,” dijo con calma mientras desviaba la conversación. “Desde ya te reprocho por darme una responsabilidad tan grande. Nuestro hermano significa mucho para ti, ¿no es así?”
“Por supuesto,” asintió y entonces reparó en sus palabras. “Entonces… ¿aceptas?”
“Lo haré, pero me desharé de parte del peso que has puesto sobre mis hombros,” afirmó. “Tendré que probar si efectivamente puedo confiar en Hakata, porque no pretendo tener a ningún niño involucrado en mis asuntos.”
“Yagen…” Gotou frunció el ceño.
“Pero no me malinterpretes,” se encogió de hombros. “Lo digo a manera de tener expectativas de él. Está bien, cuidaré de él. Estate tranquilo. Sólo no esperes poner tus condiciones.”
“Ehh…” se mostró perplejo ante sus palabras.
“Terminemos el té antes que se enfríe,” dijo con leve frustración. “Supongo tendré que acompañarte de regreso a casa.”





Pasaron cerca de hora y media y Hakata se encontraba en su habitación. Sus amigos ya se habían retirado y el pequeño se puso a cumplir con sus tareas del día en su escritorio. Ya había caído la noche y en un rato estaría bajando para tomar la cena y un té, pero terminó oyendo un suave toque en su puerta. Se encogió de hombros. Reconocería ese toque de Shinano en cualquier lado.

“Sí, pasa…” dijo sin prestarle atención. Su hermano siempre cumplía presentándose y explicándose debidamente.
“¿Cómo te va en la tarea? ¿Todo bien?” le preguntó el pelirrojo, quien se acercó a su costado de buenos ánimos. “Hehe, no seré el mejor, pero si quieres te ayudo con algo.”
“Heh, sé que no eres el mejor, Shinano,” Hakata sonrió frustrado. “Y aprecio tu oferta, pero ya casi termino, aparte que quiero sacarme buena nota.”
“Uhh, oye…” hizo un puchero.
“Sin duda no necesitas ayuda, pero no te dolería ser más amable,” observó Gotou.
“¿Eh? ¿Gotou-nii?” el rubio se confundió al oír su voz y se volteó, para observar tanto a Gotou como Yagen observarle cerca de la puerta. La presencia del pelinegro le hizo cohibirse. “¿Yagen-nii? ¿Qué estás haciendo aquí?”
“Gotou me informó que te hice sentir mal,” le explicó pacientemente. “Nunca tendría el interés de hacerlo, pero si ha sido así, me toca disculparme contigo.”
“Eh…” mostró una leve sorpresa, pero el pequeño desvió su mirada e infló los cachetes con molestia. “No es para tanto, no exageren. Y en verdad eso es lo de menos. Ya me demostraste que no soy apto para trabajar contigo.”
“Hakata, espera…” Shinano iba a explicarle el más reciente desarrollo, pero Yagen le detuvo.
“Déjale expresarse. Quiero saber lo que tiene que decir,” dijo con una sonrisa sosegada.
“Ya veo que me tratas como un niño, hermano. No pareces tomarme con seriedad,” observó frunciendo el ceño. “Hmph, eso me deja entender que perdí mi tiempo. Así nunca querría trabajar contigo tampoco.”
“Lo comprendo,” afirmó el doctor.
“Oye…” por su parte, Gotou miró a su mayor de reojo.
“Es una lástima, y yo que había pensado en cambiar de parecer y aceptarte, Hakata, pero comprendo que ahora he sido yo el rechazado,” dijo con naturalidad.
“¿P-perdón?” Hakata se congeló por esas palabras y su molestia se desapareció para mostrarse genuinamente confundido. “¿Q-cómo así? ¿Por qué…?”
“Conversé con Gotou al respecto. No necesitas saber los detalles, pero de igual modo vine para ver cómo te encontrabas luego de nuestra junta en la mañana,” observó el mayor.
“Eh…” el menor no sabía qué decir.
“¿Verdad que son buenas noticias?” le preguntó Shinano a su costado, muy animado. “¡Yo no lo puedo creer y eso lo hace más genial! Vamos, ¿qué dices? ¿Te apuntas?”
“Pero…” curiosamente, Hakata no se veía convencido y miró extrañado al doctor. “¿Qué hay con este cambio tan súbito? Me cuesta creer que no haya algo de por medio.”
“Hmhm…” Yagen rió por lo bajó y sonrió con perspicacia. “Me gustaría elogiarte por dudar tan abiertamente de mí, Hakata.”
“Eh, espera, no es tanto así, Yagen-nii,” entonces, el pequeño pasó a inquietarse por la acusación y desvió su mirada avergonzado.
“¿Hm?” ante dicha torpe reacción, Yagen se confundió y pasó a sonreír frustrado. “No, descuida, tal vez estoy siendo demasiado honesto. Perdón, no me tomes mucha importancia.”
“Yagen-nii…”
“Pero tienes algo de razón. No pienso aceptarte sin que antes comprendas algunos puntos que quiero hacer. Bien dices que no te trate como un niño, así que espero que de igual forma no te comportes como uno,” dio un leve suspiro y borró su sonrisa para adoptar seriedad. “En la mañana, intenté recalcar que un debido comportamiento es necesario para permitirte acceder a mi laboratorio, y debo insistir en ello mismo. Lamento haber decepcionado tus ansias de sumarte al proyecto, pero mis reservas al respecto se deben a la experiencia que tengo en mi entorno. No es por negarte arbitrariamente o por menospreciarte, y como una persona racional e inteligente, quiero que entiendas que tienes mucho por aprender, y que hay asuntos que desconoces. Así que mi principal condición es que escuches y sigas todas mis recomendaciones sin cuestionamiento,” se cruzó de brazos. “No tendré tolerancia alguna si me desobedeces, Hakata. Quedas advertido.”
“S-sí…” el pequeño asintió impresionado por la autoridad que su hermano mayor irradiaba.
“Sumándole a ello, cuando tengas disponible, te daré un tour para que conozcas los lugares del sector de sótanos donde trabajo a los cuales sí te permito que accedas, y también te enseñaré lo que puedes y no puedes hacer dentro de mi laboratorio. Espero que me escuches…”
“¡S-sí, por supuesto!” al oír ello, Hakata se animó bastante y sus ojos brillaron de ilusión. Sus repentinos buenos ánimos y palpable alegría confundieron al doctor. “¡Puedo mañana después de mis clases en la secundaria! ¡Estaré ahí!”
“Eh, entendido, me avisas cuando estés en camino,” dijo meditativo. “Honebami estará disponible a esas horas. Él también nos puede acompañar.”
“¡Ahh yo también quiero volver a pasearme por tu laboratorio!” exclamó Shinano, emocionado.
“No, estás vetado de ahí, Shinano,” sentenció Yagen, mirándole con frialdad. “Ya te infiltraste una vez y pobre de ti que lo repitas.”
“Uhh, qué malo eres…” el pelirrojo se deprimió e infló sus cachetes.
“Tercero y más importante, reconoce que tanto Sterk como yo somos tus superiores, Hakata,” continuó Yagen. “Tienes el deber de reportarte ante nosotros constantemente, sea dándonos noticias de tu trabajo o cualquier asunto remotamente importante. Nunca está de más preguntar, como bien debes saber.”
“Eh, sí, lo prometo,” asintió decidido. “Cumpliré con lo que me pides, Yagen-nii. Verás que no te arrepentirás.”
“¡Bien, ahora todo está bien!” exclamó Shinano, levantando sus puños. “¡Vamos todos a comer algo! ¡Hay que celebrar!”
“Vayan ustedes. Yo debo regresar a Rizembool,” dijo Yagen. “Tengo cosas que hacer.”
“Ya estás aquí, Yagen. Al menos acompáñanos un rato,” Gotou se encogió de hombros. “No te resistas.”
“Sí, y no dejaré irte tan fácilmente~” Shinano abrazó un brazo del doctor. “¡Te tengo!”
“Tsk,” él se sacudió para soltarse. “Está bien. Te he dicho que no me toques.”
“Bueno, podemos ir alistando el comedor mientras terminas, Hakata,” dijo Gotou.
“Casi termino. Lo haré más tarde, Gotou-nii,” el rubio se encogió de hombros y se levantó. “Heh, y gracias por convencer a Yagen-nii. Significa mucho para mí.”
“No es nada. Tú sólo cuídate y pórtate bien, ¿de acuerdo? No es bueno que nos escondas nada. Hay que ser honestos entre nosotros. Somos hermanos, no lo olvides.”
“Eh, sí, lo siento…” asintió y dio un suspiro. “Perdón por asustarte.”
“¡Ya todo pasó! ¡Vamos, vamos!” exclamó el pelirrojo.

Así, los cuatro bajaron para alistarse una cena sencilla y compartir un poco de tiempo entre ellos. Aquel día terminó positivamente y marcó el inicio de un sutil cambio de rutina, uno que se desarrollaría con el paso del tiempo.
« Last Edit: October 17, 2019, 05:41:55 PM by Cho »


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #591: September 30, 2019, 09:36:49 PM »
Todos mis topes murieron junto con tinypic. F

Capitulo #21: Norwegian Wood


El viaje fue un tanto agridulce para Sheryl. La última vez que había estado en un coche camino a las montañas iba con Souji y Hajime hacía "el refugio" a pasar el fin de semana como hippies despreocupados de los 70. En ese entonces se había prometido a sí misma y a Souji que lograría que él la perdonara. Era apenas el inicio de semestre y de su vida como HiME, pero indulgentemente se había ido de vacaciones.

En contraste ahora estaba junto a Reinhard, con Minmay y Bulma atrás pérdidas en su propio mundo. Souji y Hajime iban en otro coche con Hijikata y Rangiku. Y de nuevo se iba de vacaciones siempre tan auto indulgente, tan despreocupada. Se preguntó si la aprensión y distancia que mantenía Kallen hacía ella se debía a su vida extremadamente privilegiada.

Conforme iban adentrándose en las montañas la curiosidad de todos iba creciendo. Probablemente los del otro auto ya conocieran la casa pero Sheryl y sus acompañantes mantenían sus expectativas, la rubia pensó que la casa sería una vivienda con arquitectura japonesa tradicional o una cabañita estilo canadiense.

Poco a poco el bosque se iba espesando más para revelar una casona de acero y cristal, lejos de la cabaña acogedora que Sheryl imaginaba. Y por la cara de Reinhard al parecer el también esperaba una cabaña de madera, no una jaula inorgánica que contrastaba de forma violenta con el bosque.

El lugar era digno de las fantasías más oscuras de cualquier voyerista, las paredes de vidrio dejaban al desnudo todo. La sala de estar, el vestíbulo y un pequeño despacho quedaban al descubierto desde el frente; aún era de día y el reflejo del sol impedía ver la parte superior de la casa pero seguramente se podría observar bien cuando no hubiera tanto sol. 

Los autos se detuvieron enfrente y todos empezaron a bajar. Minmay y Bulma lucían fascinadas con la casa la cual probablemente desde su perspectiva se veía cómoda y lujosa, pero para Sheryl que ya había tenido la experiencia de estar expuesta a millones de personas con consecuencias desagradables el lugar la hacía sentir vulnerable. Sin mencionar la paranoia que llevaba encima desde que se había vuelto HiME, en seguida empezó a cuestionarse que tan bien le caerían estas vacaciones.

-¿No te gusta?- le preguntó Rangiku acercándose a ella por detrás, de manera que ambas se quedaron viendo la casa fijamente

-¿Tú la diseñaste?- respondió finalmente Sheryl, prefirió preguntar antes que confesar que la casa le había causando repulsión desde que la vio.

-Pues claro- la mayor se jactó orgullosa.

-No es un poco... ¿Transparente?

-El padre de Hijikata vio una casa similar en una película de terror- explicó casualmente Rangiku mientras sacaba una hiela del auto. Por el tintineo de botellas Sheryl supo que ahí tenía su stash de alcohol para los 3 días que pasarían ahí -Quiso que la casa fuera similar pero con más ventanas para "sentirse más cerca de la naturaleza". No me quedó más remedio que cumplir sus deseos, esta casa apenas tiene paredes.

Sheryl se quedó pensando en lo que dijo su hermana. ¿Quién diseñaba su casa como la que vio en una película de terror? Sin duda el señor Hijikata padre era bastante excéntrico.

-No te preocupes- continuó Rangiku, antes de ser interrumpida por el sonido de otro carro llegando.

Era un pick-up de los 70's viejo y ratoso, pero funcional para el campo. De él se bajó un joven de pelo castaño y ojos rasgados verdes. De la parte trasera tomo una hielera antes de acercarse al grupo.

-¡Hola Hachiro!- le saludó Rangiku desde lejos.

El la saludo también antes de hacerle una respetuosa reverencia a Hijikata y darles la hielera.

-Mis abuelos les envían pescado recién sacado del río y unos vegetales para que puedan asar mientras están aquí. Mi abuela también vino a limpiar por la mañana, supuso que estarían cansados de su viaje.

-Gracias Hachiro, me encargaré de irles a dar las gracias a tus abuelos más tarde- habló Hijikata, por su tono de voz Sheryl asumió que el chico le agradaba bastante -Ya conoces a Hajime y a Souji.

Los chicos se saludaron con un movimiento de cabeza, aunque Souji no parecía muy emocionado con la presencia de Hachiro.

-Y ellos son mis cuñados Reinhard y Sheryl Matsumoto, y las amigas de Sheryl: Minmay Lynn y Bulma Briefs.

De nuevo Hachiro los saludó con una breve reverencia y los demás se vieron obligados a imitarlo con una incómoda formalidad. Con esa breve demostración Sheryl entendió porque Hijikata parecía apreciar a aquel joven: era un tipo old fashioned como él. Sin duda haría amistad con Reinhard pronto, pero definitivamente Hachiro era la antítesis de Souji.

-Hachiro, quédate a almorzar- sugirió Rangiku –traemos pizzas de la ciudad, estoy segura que un chico de tu edad querrá un poco de comida rápida.

-Gracias por la invitación señora Hijikata, pero mis abuelos me esperan ahora para almorzar.

-Es una pena… ¿pero podrás venir mañana?

-Sí, mañana estará bien para mí. Me aseguraré de traer algo de carne y setas.

-¡Esplendido!- celebró Rangiku –justo mañana pensaba hacer una parrillada para almorzar.

-Bien, entonces me aseguraré de estar aquí mañana. Muchas gracias señora Hijikata- de nuevo Hachiro le hizo una reverencia a los esposos –Señor Hijikata. Le pediré a mi abuela que preparé té para su visita de la tarde.

Hachiro se despidió de los demás y se fue en el auto. Hijikata le explicó a Matsumoto jóvenes que los abuelos de chico eran granjeros que vivían cerca y les ayudaban con el mantenimiento de la casa.

Sin otro contratiempo todos empezaron a bajar su equipaje y entraron en la casa. La sensación que daba desde fuera era distinta, ya adentro uno empezaba a entender a los pobres animales del zoológico observados a diario por cientos de visitantes desde sus recintos. Rangiku les indicó a todos donde se iban a quedar, y Sheryl se sintió aliviada de compartir habitación con sus amigas. No sabría si podría dormir sola con la sensación que le daba la casa. 

El resto del día pasó sin novedades, comieron pizza recalentada para el almuerzo y cenaron sopa miso con pescado y vegetales asados antes de que Rangiku empezara a preparar el onsen. Rangiku se había ocupado bien de los detalles del baño japonés y lo había diseñado de manera tan tradicional como le fue posible. El resultado era como el de cualquier onsen de primera con la pileta de piedras, algunas plantas y una pared que separaba los dos baños.

-Toshi y yo usamos esta casa para venir con amigos y es más práctico tener un baño para hombres y otro para mujeres. Pero mi suegro y Toshi también la utilizan para hacer negocios y suele suceder que los extranjeros no se sienten cómodos estando desnudos frente a otros hombres, así que decidí hacer dos baños para más comodidad- explicó la mayor. -Cuando quieran pueden venir y traer a sus amigos y sus novios, la pueden pasar muy bien aquí- les ofreció a Minmay y Bulma.

Ambas chicas sonrieron, gritaron y aplaudieron emocionadas ante el ofrecimiento aunque ninguna tenia novio según Sheryl.

-¡Oi Rangiku!- Souji grito a través de la pared de bambú que separaba los dos baños -¡Si necesitan compañía puedo saltar la barda y acompañarlas!

Ante el ofrecimiento de Souji las chicas tomaron sus toallas y se cubrieron, visiblemente sonrojadas. La cosa con Souji es que nunca sabías si iba enserio o estaba bromeando.

-¡No te atrevas Souji Okita!- Rangiku fue la única que se levantó indignada tomando una botella de sake que tenía a la mano, lista para lanzarla si el chico cumplía con su ofrecimiento.

En cambio se escuchó una pequeña lucha y chapoteos del otro lado.

-No se preocupe señora Hijikata tenemos a Souji controlado- grito apenado Hajime.

Rangiku agradeció a Hajime y le lanzó un par de maldiciones a Souji antes de sacar unos vasitos de shot y servir sake para cada chica.

-Es hora de celebrar- anunció alegre alzando su shot -¡Kanpai!

-¡Kanpai!- repitieron al unísono Minmay y Bulma alzando también sus shots.

-Kanpai- repitió Sheryl sin tanto entusiasmo. Odiaba ser una aguafiestas pero...

-------------------------------------------------
45 minutos después las chicas salieron del baño envueltas en yukatas sacando a Rangiku que también iba en yukata y semi-inconsciente. Los baños termales y el alcohol en exceso no eran buena combinación pero a la mayor parecía no importarle y bebió shot tras shot y cuando la botella se acabó empezó con las cervezas.
Afortunadamente no había bebido lo sufriente para quedar totalmente inconsciente. Mientras las chicas luchaban por ayudar a Rangiku a no caerse al suelo  estando ellas ligeramente embriagadas los hombres salieron envueltos en nada más y nada menos que yukatas en medio de una bruma de calor y alcohol. Era aparente que ellos también habían disfrutado del sake y la cerveza en los baños.

-Yo me encargaré- Hijikata le dijo a las chicas tomando a su esposa en brazos. No tenía pinta de haber bebido mucho y su semblante era serio como siempre pero parecía bastante relajado.

Bulma y Minmay estaban algo tipsy y parecían dispuestas a seguir con la fiesta pues tomaron un par de latas de cerveza cada una y subieron a su habitación. Sheryl en cambio no quería beber más y fue a buscar botellas de agua mineral y agua (que probablemente necesitarían más tarde).

Entró a la cocina que por supuesto tenía ventanales enormes y se quedó viendo afuera: estaba oscuro por supuesto, solo la iluminación de la casa alumbraba como un enorme pastel en un cuarto oscuro. Se preguntó si afuera en los arboles las ardillas y los pájaros observaban la casa, molestos por la contaminación visual y auditiva de los humanos. Ilógicamente se preguntó si había algo allá fuera que estuviera disfrutando el espectáculo que estaban dando. No se percató cuando Souji entró y sacó unas bebidas del refrigerador y le preguntó si estaba bien sobresaltándola.

-N-no pasa nada- le aseguró la rubia.

-Has estado rara todo el día- Souji tomó un cigarrillo y lo puso entre sus labios –deberías de tratar de parecer más emocionada, Rangiku se esforzó  mucho en preparar todo esto.

Ignorando el último comentario mal intencionado Sheryl le explicó de su pelea del otro día con el Rebel de Kallen y sobre su adorable dragón-mascota. A Souji casi se la cae el cigarrillo de los labios; la idea de HiMEs y Rebels ya le parecía loca, si le agregaban dragones a la formula parecía un disparate.

-¿Que los Rebels tienen dragones ahora?

-Supongo que no todos, pero tendrán… uh… acompañantes. Se supone que nosotras también tendremos mascotas, algo como un support en las peleas- le explicó al rubia.

-Bien, será mejor que Miranda se los consiga pronto.

-Es… complicado. Es más como nosotras debemos… “invocarlos”.

Souji la vio con desconfianza. Obviamente Sheryl no le estaba diciendo ni la mitad de lo que sabía pero no quiso realizar más averiguaciones. De todos modos ella lo mandaría al carajo reclamándole que no tenía derecho a exigirle ninguna información. Por lo menos así lo sentía él.   

« Last Edit: June 23, 2020, 07:57:03 PM by Apple »


Mery

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #592: September 30, 2019, 09:53:19 PM »
Voy a hacer limpieza is2g


Alexy suspiró, por milésima vez, al voltear la página y ver la sucesión de nuevas palabras que debía descifrar. Tanto él como Alice se habían reunido en su departamento para estudiar parte de las primeras lecciones que se habían perdido en la clase de historia, pero el texto era pequeño y hacía más difícil para ellos identificar los kanjis más complejos, como los nombres de las figuras emblemáticas en las batallas y pueblos conquistados, por ejemplo.

“Excelente idea llevar historia como electivo cuando todo está en japonés.” Se quejó el chico.
Alice bajó su libro y lo miró con reproche. “Sorry, pero el que sugirió que tomáramos este curso fuiste tú, Alexy.”
“Biggest mistake in my life…”
“Van a ser las once, a las doce lo dejamos.” Sugirió Alice.
“Para el siguiente semestre optemos por otra cosa.”
“Alexy, querido, si aprobamos esto viene Historia II…”

El sollozo que lanzó Alexy fue tan alto que no escucharon las llaves en la puerta y sólo notaron a Kentin cuando éste ingresó al departamento con la mochila en el hombro y el rostro lleno de cansancio.

“Ya llegué.” Saludó escuestamente.
“Bienvenido.” Respondieron ambos viéndolo sentarse en el sofá y tirar sus cosas al suelo.
“¿Día pesado?” Preguntó Alexy, aunque era de esperarse con los exámenes acercándose.
“Júralo.” Respondió el de cabello castaño cerrando los ojos.
“¿Has cenado algo? Trajimos comida china, por si quieres.” Ofreció Alice. “Nosotros ya comimos, pero quedó suficiente para ti.”
“¿En serio?” Kentin se irguió en su lugar con más ánimos. “Aww, gracias, chicos.”
“Pero no es gratis.” Dijo Alexy rápidamente. “Ya que estás aquí, nos vendría bien algo de ayuda.”
“Mientras no sean números, lo que quieran…”
“Nada de eso, ni siquiera necesitas pensar tanto.”
“Trato hecho entonces.”
Kentin se levantó con cierta lentitud y al acercarse a ellos, Alexy hizo una mueca de desagrado y ondeó una mano delante de su nariz.
“¿Vienes de entrenar?” Preguntó alzando una ceja.
Kentin enrojeció molesto. “No, pero vine pedaleando desde la universidad.”
“Makes sense.” Le susurró el peliceleste a Alice y ésta le dio un codazo.
“Ignóralo, Kentin, yo también lo hago.” Dijo ella sonriendo. “Como ya sabes, no somos nativos de Japón y los kanjis no son nuestro fuerte.”
“Oh, eso, no te preocupes, también se me hacían difíciles al inicio.”

Kentin les facilitó la lectura de una buena cantidad de palabras mientras Alice apuntaba en un cuaderno y Alexy resaltaba en sus separatas. Cerca de diez minutos después, se dieron por servidos y dejaron a Kentin ir a la cocina.

“Creo que podemos dar por terminada la sesión de estudios por hoy.”
“¡Al fin!” Alexy dejó su rostro caer sobre las hojas en la mesa.
Alice sacó su celular y bostezó. “¿Me puedo quedar aquí o llamo a un taxi?”
“Quédate, así seguimos en la mañana.”
“Genial. ¡Oh!” Exclamó Alice de pronto.
“¿hm?” Alexy se desperezó en su silla para verla.
“Tengo un mensaje desde Whatsapp de un número desconocido.”
“Vaya, ¿y qué dice? ¿Tiene algún nombre?”
“Es curioso, está en inglés y no tiene un nombre exactamente.”
“¿Ohh? ¡Déjame ver!”
Alexy le quitó el celular y leyó en voz alta el mensaje. “«Are you ready to get surprised?» Wtf, el remitente es un tal Top Magician, puro spam.”

Kentin salió de la cocina con su plato lleno y se acercó al escucharlos.

“¿Magician? ¿Es alguna publicidad?” Preguntó el castaño.
Alice se alzó de hombros. “Seguro, viene con un link.”
“Es de esos clickbaits.” Agregó Alexy mirando la pantalla por última antes de devolverle el aparato a Alice. “No parece muy efectivo, una sola oración y ni una imagen.”
“Si me preguntan, suena a un scam.”
“Mm, se ve muy simple para ser uno, pero no lo descarto.” Dijo Alice mientras intentaba ver la foto del usuario, pero al ver la imagen completa comprobó que sólo era el dibujo caricaturesco de un murciélago.
“Mejor no lo abras, puede ser un virus, no vale la pena.” Le aconsejó Kentin, Alexy por su parte soltó una risa.
“Ay, Kentincito, ¡a los iPhones no les entran virus!” Alexy meneó la cabeza y lo miró con impaciencia. “Lo peor que puede pasar es que sea un jumpscare y, vamos, ¿quién sigue enviando esas cosas hoy en día?”
Kentin arrugó la nariz. “Incluso así no es una buena idea.”
“Aw, te asustaron cuando niño con esos videos, ¿verdad?” Alexy sonrió burlonamente. “Descuida no te obligaremos a verlo.”
“Esas cosas no me asustan.” Kentin dejó su plato en la mesa, tomó una silla con fuerza y se sentó junto a ellos con evidente enojo.
Alexy le dio unas palmaditas en el hombro. “Lo que tú digas, campeón.”
“Debe tratarse de un anuncio de circo o un jueguito online, no se emocionen tanto.” Dijo Alice rodando los ojos. “Pero ya qué, veámoslo.”

Alice colocó el celular sobre su libro abierto y dejó que el link los redirigiera a una página web que al cargar se volvió por completo negra, unos segundos después un texto en letras blancas empezó a hacerse visible. « The clock is ticking » dictaba el título, Kentin hizo ademán de tomar el celular y Alexy lo detuvo al mismo tiempo que el texto se desvanecía y se iniciaba una cuenta regresiva desde el 5 como si se tratara del inicio de un video. Para su sorpresa, en lugar del jumpscare que ya estaban esperando, comenzaron a cargarse fotos en miniatura, quince en total, que se parecían tomadas de noche por lo oscuras que eran.

“Dime que no las vas a abrir.” Dijo Kentin en una voz pequeña.
“¿Bromeas? Es la parte interesante.” Se indignó Alexy.
“Abriré una, si es algo perturbador lo cierro todo y nos vamos a dormir.” Propuso Alice.
“Y lo denunciamos.” Pidió de nuevo Kentin, Alexy chasqueó la lengua.
“Ok, deal.”


Alice eligió una al azar y dejó que la imagen cargara mientras los tres esperaban expectantes. Al terminar, la foto les mostraba lo que parecía ser un patio y una persona echada en el pasto. Los jóvenes se miraron confundidos.

“Abre otra.” Pidió Alexy con más calma. “No parece algo malo.”
“Uh, no, pero me da mala espina, está echado boca abajo.”
Alice dudó un momento. “También me parece raro, pero tengo curiosidad.”

Así abrió la primera de ellas, salían unas personas caminando por el mismo lugar, pero no se les veían los rostros. La siguiente era similar, pero se trataba de una chica. Alice decidió ir por una de las últimas y lo que vieron los dejó pasmados por un momento. En la fotografía, la única hasta el momento con algo de color, se veía a una de las chicas de antes de antes, tumbada en el suelo, pero por la expresión en su rostro era evidente que no podía estar con vida.

“Debe ser un error.”
Alice regresó al inicio y abrió la última foto, en ella se veía la puerta de un amplio edificio.
Alexy alzó levemente la voz. “Eso luce como…”
“Es el auditorio de Hanasaki.” Confirmó Kentin palideciendo.
“¿Estás seguro?” Dijo Alice sintiéndose nerviosa de repente.
“Paso por ahí cada semana, no podría equivocarme.”
“Debe ser algo trucado entonces.” Insistió Alexy.
“¡Apaga eso, Alice!” Pidió Kentin.

Alice no tuvo oportunidad de hacerlo, la página se reinició por su cuenta y en su lugar salió un mensaje de error. Aunque intentó recuperar algo de lo que acaban de ver fue imposible, todo registro de la página se había borrado.

Alice dejó otra vez el celular en la mesa y el silencio los invadió por alrededor un minuto cuando su celular empezó a sonar, tenía una llamada entrante de Top Magician.



Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #593: October 07, 2019, 12:27:29 AM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~





Sayi :: 865 palabras
Kora :: 0 palabras
Deidara :: 0 palabras
Nite :: 0 palabras
Cho :: 20692 palabras
Kana :: 14594 palabras
Eureka :: 28145 palabras
Puri :: 0 palabras
Mimi Tachikawa :: 9631 palabras
Mery :: 1267 palabras
Apple :: 1849 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #594: October 11, 2019, 12:54:08 AM »
Hola chicas, vengo con un fic compartido con Mimi. Muchas gracias por escribir conmigo~




Ya había comenzado un nuevo semestre y las clases se habían iniciado tranquilamente, Enoshima Junko como siempre no se encontraba en clases, era demasiado aburrido para una persona de inteligencia superior que sus demás compañeros como ella decía, asi que se encontraba en uno de los laboratorios de informática continuando con sus investigaciones, al lado de su laptop se encontraba el almuerzo que Subaru le había preparado para que tuviese un buen dia, era lo que adoraba de su hermano, la devoción que tenia hacia ella sin saber las cosas atroces que había cometido, asi que para evitar que su hermano llegase a descubrirla llevaba todas sus investigaciones dentro de Rizembool

Bien… es hora de comenzar con la fase inicial de mi plan…- relamiendose los labios, mientras abria un archivo para observar la foto de todos los hermanos Toushiro, a un lado tenia separado la imagen de Midare- claramente tienen una similitud, los exámenes de ADN ya fueron mandados, asi que en una semana tendré la prueba concreta del parentesco con toda esta familia- con su mouse marco con x las fotos de Akita y Houchou- son con los que me topé en mi investigación y estaban al lado de Midare…uhm…a cual de los dos seria divertido torturar? ...ya se…- señalando al pelirosa- tu serás mi diversión…veo también que hay alguno de sus hermanos en Hanasaki, con los de Rizembool no puedo meterme ya que –señalando la foto de Yagen- no me lo permitiría y me meteria en una gran problema...- sacando su celular- y hablando de él… creo que es hora de que me presente oficialmente hacia una de las mentes brillantes de esta escuela…- empezó a escribir un mensaje de texto al celular de Yagen Toushirou que había sido proporcionado cortesía de Kashu…-

El mensaje de Texto fue enviado asi: “Estimado doctor Yagen Toushirou, asi me dirijo hacia ti? Bueno no importa, te escribo para saber si tus hermanitos Akita y Houchou se encuentran bien? No los asusté mucho no? Aunque creo que eso no importa en estos momentos… debo de suponer que estas estresado con tanto trabajo y que pena que tenga que traerte mas estrés… quisiera que nos encontraramos en el laboratorio de informática numero 6 el que se encuentra cerca del área del Highschool, espero que puedas venir… y si no crees que voy en serio te adjunto unas imágenes para que sepas que conozco a tus dos pequeños hermanitos.” Luego se envio una imagen con los dos desmayados en la arena

Bueno ahora me prepararé para recibirlo…- guardando su laptop y empezando a maquillarse- debo lucir bien para no desentonar con el personaje al cual voy a recibir…-luego de maquillarse observo su celular a la espera de la respuesta del pelinegro- Estoy absolutamente segura que vendrá…




La comunicación fue casi inmediata y Yagen no se opuso a dicha invitación. Había muy pocas excepciones que se daría para postergar sus deberes académicos, y aquel mensaje fue verídico y urgente debido a la persona que lo envió. Después de todo, Junko Enoshima no tenía por qué ocultarse dentro de Rizembool y poseía fama a pesar de recién haber regresado al Japón.

Era también importante para el doctor llegar a conocer a la persona que había atentado contra sus dos hermanos menores, especialmente si esta se dignaba a presentarse con bombos y platillos. Por más insultante que pudiera parecer, desde un punto de vista objetivo resultaba favorable. Si aquella chica pretendía esclarecer el misterio entre ambos significaba que, aunado su manera caótica de actuar, tenía intenciones en llevar las cosas en relativa calma.

Aun así, el doctor sabía mucho mejor que confiarse prematuramente.

Era un atardecer de verano, de aquellos que por su enclaustramiento en su laboratorio subterráneo solía no observar con frecuencia. El camino a esa área poco frecuentada para él resultó extrañamente tranquilo y despejado, pero se mantenía atento. Conocía ese vacío demasiado bien a esas alturas.

Llegó a dicho laboratorio para observar un salón amplio con múltiples pupitres que contaban con computadoras personales. Hacia el fondo, sentada encima del pupitre del profesor y encarando a las ventanas se encontraba Junko. Con sus manos apoyadas detrás de sí y su mirada determinada en el firmamento, la pelirrosa emanaba un aura de confianza y certeza mientras apuntaba cada vez más arriba. Dicho porte fue una importante introducción para el doctor Toushirou, al comprender mínimamente el tipo de persona con quien lidiaría.

“Asumo que llevas esperándome demasiado. Siento la demora,” dijo el pelinegro con cierta indiferencia aunque profesionalismo.
“¿Hm? ¿Vamos a comenzar con disculpas?” la chica alzó una ceja y de un salto se paró sobre el piso. “Creo que esperé algo distinto de ti. No te me hagas aburrido.”
“Sólo imitaba tu tono en el mensaje que me diste, ¿qué puedo decir?” se encogió de hombros. “De igual forma, la formalidad es un hábito mío. No le tomes mayor importancia.”
“Ya pues, si tanto insistes,” ella llevó sus manos a sus caderas. “Pero no seas tan etiquetoso. ¿Te parezco una estudiante enamoradiza esperando que me contesten un love letter? ¡Ahh, pero espera!” reparó en el escenario brillante y cálido del dramático atardecer. “¡Pero sí se presta!” pasó a ensortijar sus cabellos. “Yo como una angustiada colegiala citando a su profesor para una sesión a solas después de clase… ¡y entonces, en pleno atardecer, sus sentimientos afloran, su corazón no da para más, y confesa la letal y prohibida atracción que siente por su superior!”
“…” Yagen alzó una ceja.
“¡Ah, sensei! ¡Ya no puedo más con tu severa frialdad! ¡Haces que me derrita de admiración!” exclamó mientras se abrazaba a sí misma. “¡Libérame de esta cruel maldición!”
“Citando tu mensaje, te encuentras consciente que mi tiempo es escaso y tengo mejores cosas que hacer, Enoshima-san,” comentó cansado y dando un suspiro. “También prefiero que no te refieras a mí así. No soy un profesor.”
“Sí, eres de esos concisos, se te nota,” comentó Junko con leve decepción y aburrimiento, cortando con su acto. “Tu imagen personal es plana y eso que tienes tanto potencial. Podría darte un makeover si me das otro hueco en tu horario.”
“La excentricidad es una elección y opto por no ser partícipe en ella,” dijo impaciente.
“Más bien la elección es no serlo, ehm…” Junko frunció el ceño. “¿Qué debería llamarte?” entonces, volvió a adoptar una actuación infantil e inocente. “Es que Junko-chan siempre es formal ante sus senpais y senseis y Junko-chan se esfuerza mucho, por eso Junko-chan tiene mucho miedo de hacer molestar a otros…”
“…” rodó los ojos. “No soy exigente. Puedes ser informal o simplemente llamarme doctor. Ya me he acostumbrado.”
“Claro, doctor, ¿a dónde se habrá escapado mi mente?” comentó entretenida e indistinta, nuevamente cambiando de rol. “Haha, yo ya me estaba haciendo demasiados líos. O sea, sé que no eres un sensei y tu nombre es un poco muy directo. Por otro lado, llamarte Toushirou en principio estaría bien, pero…” Junko pasó a sonreír con leve maldad. “Son más de uno, ¿cierto?”
“…”
“Por mi parte me pregunto si decirme ‘Enoshima-san’ no te resultará cansado…” comentó con indiferencia, pero fue cortada.
“Yendo al punto…” recalcó Yagen con cierta severidad en su voz. Su semblante se mantuvo serio e inmutable, pero sus ojos se afilaron y adoptaron frialdad. “Debo agradecer tu inesperado mensaje, Enoshima-san. Recibir información directa de un agresor a tu familia inmediata no ocurre todos los días. Me corresponde informarte que mis hermanos se encuentran bien físicamente, aunque siguen impactados por lo que vivieron durante las vacaciones. En casa, mis otros hermanos se encargarán de reanimarles el espíritu, pero tomará tiempo como los niños que son. Es evidente.”
“Hm…” la chica sonrió con expectativa ante lo que el otro tenía que decir.
“No puedo agradecerte por tu supuesta preocupación ante ellos, sin embargo,” dijo el doctor, desviando su mirada hacia las ventanas y agarrando cierta tranquilidad y trivialidad. “Tu mención de ellos fue apenas un tema ocurrente para iniciar la conversación entre nosotros. Tampoco espero que les dediques mayor atención o empatía. Sería demasiado en el ambiente que vivimos. Dicho esto…” Yagen le miró a los ojos con una mirada filosa e intensa. “Como alguien inteligente y digno de tu propia reputación, debes comprender bien en qué momentos amerita tenerle respeto a personas aparentemente comunes e irrelevantes. Una enemistad entre nosotros no le vendría bien a absolutamente nadie…”
“¿No es verdad?” preguntó con una traviesa maldad. Junko se sintió satisfecha. Aquel doctor fue capaz de despertar un aura igual de intensa y demandante que la suya momentáneamente. Sabía que los rumores relacionados a él eran ciertos con apenas esas palabras. Ello le incentivaba mucho más a continuar con su plan. “Quizás no seas tan aburrido pese a todo, doctor, esas son buenas noticias. Parece que Rizembool te ha seleccionado bien.”
“¿Seleccionado?” preguntó con leve confusión y pasó a sonreír y negar. “Diría que no es el elogio que Rizembool se merece, pero no estamos aquí para hablar sobre mí,” volvió a su seriedad y le dirigió atención. “¿Qué se te ofrece?”

Queria seguir conversando amenamento contigo... pero como dices... no tienes mucho tiempo libre y a mi me aburren las conversaciones con personas estoicas...- jugando con uno de sus mechones- asi que iré al grano...-aclarando su garganta para empezar a hablar suavemente-me contaron una historia de una hermosa y feliz familia, donde habia amor y amistad en todo su reino... sus padres eran casi angeles al cuidar a semejante cantidad de niños con atencion y amor, sin distinguir a los demas....- cambiando de tono de voz a uno mas serio- pero como en todos las historias... la felicidad duro poco y gracias al descuido de quien sabe de todos los hermanos... un lindo y hermoso rubio llamado Midare desaparecio sin dejar rastro... fueron dias de busquedas sin cansancio y no dieron con él...-fingiendo voz de sufrimiento- ohh... pobre de los padres y de los niños que estaban con él en aquella desgracia...- volviendo a su voz suave- aquella tragedia fue bien guardada para los medios y para los demas hermanitos... solo unos pocos sabian de aquella tragedia, pasaron y pasaron los años... mientras que al joven rubio lo dieron por perdido y sin poder ubicarlo, aquel pobre niño se crio en un orfanato... privado de los privelegios y poder que la distinguida familia Toushiro posee alrededor del mundo... el pobre niño se valio por si mismo para salir adelante aun naciendo en una cuna de oro... pero claro los demas hermanos no se preocupaban por él y cada uno tenia sus problemas.... hasta uno esta de servicio militar verdad? Atsushi se llama cierto?...- rio divertida- pero un dia... aquel joven rubio tuvo la fortuna... o quizas la desdicha de toparse con la hada madrina... Junko-chan... osea yo...- haciendo una voz infantil -y aquella hada madrina le dio un don ....o una maldicion...de informarle acerca de su maldita familia que jamas hizo esfuerzo en buscarle o al menos eso lo he hecho creer...-empezó a dar vueltas como si fuera una bailarina de balet- ahora dicha hada madrina se encuentra frente a uno de los principes... para informarle que tiene en su poder a aquel hermano perdido el cual no verán... al menos por ahora... y si la bella hada madrina Junko-chan esta de humor... quizas hasta con vida lo tenran en sus manos... pero claro esta informacion no será para nada gratis...- rio perversamente- quizas te hago intercambio con otro hermano? que dices de Akita? es pelirosa como yo... hasta lo puedo volver mi hermanito... ustedes ya son mucho...- riendose con perversidad-

“Tsk…” chasqueó la lengua y entrecerró los ojos. El doctor comprendió que Junko parecía tener a su familia en la mira, no había por qué discutirlo. Se cruzó de brazos. “Sabes sobre ese historial de mi familia. No cuestionaré tus medios o recursos. Siento que debería recriminarte por pintar a mi sangre como los malos o los inconscientes, aunque lo que tú pienses de nosotros me trae sin cuidado,” le vio sonreírle con ese placer malévolo y sintió un tic en la ceja. Fuera de sus ocurrencias, sabía que alguien como esa pelirrosa no lo diría por decir. “Sin embargo, no pretendas tratar a mis hermanos como objetos de valor o instrumentos que le pueden pertenecer a alguien.”
“Hm…” ella ensanchó su sonrisa.
“Enoshima-san…” Yagen le apuntó. “Si lo que dices es verídico y sabes sobre mi hermano perdido o incluso lo tienes bajo tu poder, te convendría hablar de una vez. Podría recompensarte debidamente o hasta más de lo que imaginas,” pese a su declaración, el doctor se frustró. Comprendía por la actitud de Junko que sus intenciones eran otras.

Y claro que mis palabras son ciertas... -sintiendose ofendida- hasta me tome la molestia de mandar a hacerles pruebas de ADN... Así que máximo en una semana tendrás un papel oficial confirmando mis palabras... Y pues... -suspiro- con respecto a mi recompensa... Pues tengo muchas cosas en mente...- relamiendose los labios- que tal si me das a tu hermano mayor?? Es todo un hermoso espécimen -sonriendo malevolamente o quizás a Gokotai... Es tan inocente que sería divertido pervertirlo... -observando una mirada desafiante por parte del otro- es una broma es una broma... Se que no debo de meterme con ellos... - se cruzó de brazos -uhmmm que podría ser?? Bueno para eso tendrás que esperar querido Yagen... Ahora que ya estamos más en confianza te llamaré asi...- mandándole un beso volado, para coger su laptop y el almuerzo -vas a tener que esperar a que me sienta de humor para hablar de mi recompensa... Pero para que veas que soy una hermosa y linda persona -hablo en tono infantil- te mostraré una foto de tu hermanito querido... -le mando por mensaje de texto también una foto de Midare pero estaba también en la arena inconsciente por lo cual no era muy nítida la imagen- bueno nos vemos querido Yagen y ya no te quito mas tu tiempo... Tengo otras personas mas divertidas que tu que me están esperando...- ondeo su mano para salir del laboratorio-

La conversación terminó. Yagen se quedó mirando la foto borrosa en su celular. No se podía distinguir bien a quien aparecía ahí, siempre podría ser falso, pero nuevamente sentía que tenía un punto de mirar dicha fotografía.

Afiló sus ojos. Sabía que lidiaba con alguien peligroso y no podía quedarse de brazos cruzados.

Caminó de regreso hacia su laboratorio, pero apenas salió de ese complejo informático cuando alguien le llamó, una persona que solía impacientarle con frecuencia, pero cuya aparición no pudo haber sido más oportuna aquella tarde.

“¿Yagen?” preguntó Tsurumaru, confundido.
“Tsurumaru, ¿qué haces aquí?” le preguntó, mirándole de reojo.
“Oye, yo debería preguntarte eso mismo. Soy el programador entre los dos, ¿cierto?” dijo con cierta gracia. Sus buenos ánimos se suspendieron al observar al menor contrariado y más pensativo de lo usual. Yagen solía ser muy bueno para despistar a la mayoría, pero lo conocía lo suficiente. “¿Qué te sucede? Te ves más lúgubre que de costumbre.”
“…” dio un corto suspiro y le mostró la foto. “Dime, ¿será posible realizar una búsqueda de imágenes con esto?”
“Vaya, esa es una pregunta sorpresiva de tu parte,” el peliblanco alzó sus cejas con cierta impresión, y pasó a examinarla, para sonreír rendido. “Lamentablemente, no le veo los rasgos más importantes para un reconocimiento confiable por los algoritmos de búsqueda, ni siquiera para el paisaje por el close-up… y admito que no estoy orgulloso de sonar tan aburrido…”
“Lo supuse,” guardó su celular en su bolsillo y miró a sus alrededores. Luego de confirmar que no había nadie a la deriva, ajustó sus lentes. “Necesito un favor.”
“…” se mantuvo expectativo sin bajar su sorpresa. Sabía que algo serio ocurría.
“Hace poco, la rumoreada Junko Enoshima ha regresado a Rizembool luego de una temporada en el extranjero. Necesito que averigües información sobre sus actividades,” dijo tranquilamente, frunciendo el ceño. “Ella parece saber algo sobre Midare…”
“¿M-Midare?” dio un paso hacia atrás, en shock. “¿Hablas en serio?”




Por otro lado, el atardecer era apreciado dentro de la azotea selecta perteneciente a Eichi Tenshouin. Era un día libre para el joven magnate, quien acababa de recibir un té recién preparado. No esperaba compañía, aunque la soledad no era extraña para él. Disfrutaría de ese pequeño respiro antes de regresar a la realidad.

De repente, un teléfono antiguo a un rincón de su amplia mesa comenzó a sonar. Dicho capricho de su parte era un comunicador directo con el lobby del edificio, quienes le informaban sobre visitantes o a quienes les pedía té y bocadillos. Ellos solían no informarle de nada a menos que sucediera una emergencia, ya que Eichi era de reportar sus invitados de antemano.

“Sí, dígame,” dijo contestando el teléfono.
“Tenshouin-sama, lamento mucho la intromisión,” dijo una mucama por el auricular. Se le notaba asustada. “¡Una jovencita se escapó de los guardias de seguridad y dice ir a encontrarse con usted! Descuide, hemos llamado a refuerzos, esté tranquilo.”
“…” el rubio frunció el ceño por aquellas fastidiosas noticias, y justo entonces oyó el timbre tenue de su ascensor exclusivo. Las puertas se abrieron y comprendió la alarma y situación. Al reconocer a aquella persona, decidió que al menos le daría simpatía a dicha mucama. “Descuide, la intrusa ya ha llegado. Es una allegada, sólo que es su primera vez viniendo aquí. Pueden cancelar la alarma.”

Terminó la conversación y para entonces Junko acababa de llegar a la pérgola luego de correr y saltar de un pie en su camino.

“¡Eichi-sama!” exclamó con la más aguda de sus voces. La chica dio un salto y pretendió caerse encima de Eichi para darle un abrazo de oso. Sin embargo, Eichi sólo tuvo que mover su cabeza a un costado y Junko terminó estampándose contra una de las columnas de la pérgola. “Ahh… duele, duele…”
“Me conoces para saber de mi débil condición física, Junko. Terminarás enviándome de regreso al hospital,” dijo el chico con desaire. Este pasó a tomar una taza de té vacía para comenzar a llenarla con la infusión. “Sí sabías que reportándote en el lobby bastaba para que te dejaran entrar, ¿verdad? Pero insististe en hacer una gran entrada.”
“Uhh, ¿qué es de la vida si no me puedo divertir a cuesta de otros?” preguntó en lo que se levantaba y terminaba de sobar su cabeza. Pasadas las penurias, Junko volvió a sonreír de oreja a oreja y abrazó a Eichi por detrás y se meció ligeramente de lado a lado. “¡Vamos, vamos, hace tanto tiempo que no nos vemos! ¡Yo sé de una Junko-chan que está muy feliz!”
“Lo sé, ahora procura no agitarme mucho, harás que derrame el té,” dijo pacientemente y sonriendo con tranquilidad. Rió para sus adentros. “Hmhm, veo que no has cambiado en lo absoluto, Junko. Bienvenida de vuelta.”
“¡Gracias, necesitaba oírlo de ti!” dijo juguetonamente y pasó a sentarse al otro lado de la mesa. Una vez ahí, la pelirrosa apoyó sus mejillas en sus manos y miró atentamente a Eichi como una niña engreída acaparando la atención de su padre. “Justo vengo de una conversación tediosa que me ha agotado, así que necesito algo de diversión, Eichi-sama. ¿Qué tienes para decirme? ¡Solías contarme sobre tantas cosas increíbles!”
“Dudo tener mucho por decir que todavía no sabes,” confesó sirviéndole una taza de té, y pasó a mover la torre de bocadillos entre ambos. “Dejaré que los panecillos y postres europeos sacien tu necesidad de energías.”
“Buu, eso me cuesta creer,” hizo un engreído puchero y empezó a tragarse los dulces como si hiciera una rabieta. “¿En serio… hmmm… no tienes… hmm… nada que decirme…?”
“No tengo nada que ocultar,” dijo con tranquilidad, aunque una expresión de leve decepción se formó en su rostro. “Y deja de presentarte así. Tu belleza puede ser realmente refinada.”
“Déjame ser…” dijo y continuó comiendo con sus manos y haciendo muecas.
“Mis años más aventureros y ‘atrevidos’ han terminado para mí,” comentó con una suave sonrisa. “El Eichi Tenshouin de hace cinco años logró todos y cada uno de los fines por los cuales se desvivió, y el presente es el epítome de sus metas. Poseo la riqueza propia de mi nombre y autoridad propia de mis hazañas para contar con esta basta azotea jardín que es únicamente de mi uso personal. En el presente no tengo motivos por los cuales inmiscuirme con la sociedad,” miró hacia el atardecer y dio un suave y tranquilo respiro para irradiar tranquilidad y placer. “Estoy contento mirando a los demás por debajo de mí vivir vidas que no pueden alterar la mía, y lo único que me interesa es mantener mi propio status quo, para lo cual ya no necesito prestarme a fastidiar a nadie más. Es más, dentro de pronto haré debut con un nuevo fine, con el cual llegaré a mayores alturas. Así que ya no me presto a más ambiciones, mi estimada.”
“No me extraña que lograras lo que te propusiste, Eichi-sama,” admitió con leve reproche. “Uhh, pero ese final, esa idea que llegaste a tu meta… ¿Acaso no quieres divertirte más?”
“Fufufu, me hablas como una niña pequeña, Junko. No esperes mucho de mí, somos dos seres distintos,” admitió sonriendo con torpeza. El dueño de casa le extendió un pañuelo con bordados intricados. Dicho obsequió iluminó los ojos de la chica. “Para ti. Limpia ese simpático rostro tuyo e ilumíname sobre ti misma. Fuera de tus perversiones y travesuras a costo ajeno, sé que tendrás mucho que decirme. Adelante, me estaba sintiendo algo solo. Soy todo oídos.”

Para mi Eichi-sama... seguira siendo Eichi-sama....- canturreo alegremente- es una lastima que no estes en actividad, pero eso no quita el hecho de que fueron unos años divertidos...pero creo que mejor prefiero verte lejos de todo lo que pasa...porque Junko-chan podrá ser Junko-chan...- luego se alejo un poco de él para observar toda la escuela desde el privilegiado lugar- Y me alegra que hayas cambiado a esos aburridos que tenias de compañeros que ni te llegaban a los talones, espero que tu nuevo grupo te proporcione la diversion que ahora mereces....- respiro profundo- bueno en lo que a mi respecta... he seguido siendo una niña muy mala Eichi-sama... de hecho la razón por la cual regresé a Japón fue porque en Estados Unidos tuve que vengarme de algunos chicos que estaban molestando a my little sunshine...y sabes que a Subaru nadie lo toca...- rio malevolamente- no me esperaba que mi llegada a Japón trajiera muchas cosas divertidas como el enfrentamiento nuevamente de Rizembool y Hanasaki.... no estoy del lado de nadie pero de todas formas me divertiré...-

Querida Junko recuerdas que te dije que me contaras cosas de ti lejos de tus perversiones y travesuras...- tomando un sorbo de té- los tiempos cambian y no seria mala idea que te tomaras las cosas un poco mas calmadas-

Siento decepcionarte Eichi-sama pero que desde que nací mi instinto de molestar y ver sufrir a los demás es mas fuerte que yo... pero con respecto a algo lejos de mis placeres... pues me han contratado para modelar para muchas marcas de ropas.... despues de todo soy una belleza no?...-guiñando el ojo- my little sunshine se esta divirtiendo con su grupo Trickstar y mientras él este contento yo tambien lo seré... y pues ahora estoy jugando un divertido juego con Yagen-kun.. .aunque creo que la unica que se va a divertir seré yo...- se acercó al rubio para echarse en su regazo- aunque ahora lo unico que quiero es descansar un poco... y estando aqui junto al lado de mi idolatrado Eichi-sama me relaja mucho-

No te conviene meterte con esa familia, al igual que la mia es muy poderosa y peligrosa...-acariciando los suaves cabellos pelirosas- eres una niña muy consentida querida Junko... tienes que ponerte algunos limites para que tantas ganas de lastimar a los demas no termine por perderte...-

Pero eso es lo que quiero Eichi-sama... perderme con la desesperacion... pero no te preocupes que mi limite se llama Subaru y hasta seguro en Hanasaki-acurrucandose y maullando como un gato- de verdad que Junko-chan se puede quedar aqui contigo?-

El rubio suspiro, desde que se habia topado a Enoshima Junko sabia lo que la chica era capaz, y en su época quizas tenia el mismo pensamiento, pero ahora todo era diferente, pero veia que su amiga se habia perdido mas y más en su propia desesperacion, sentia lastima por ella y lo unico que podia hacer por ella era escucharla y al menos calmarla un poco, despues de todo para algo eran los amigos no?
« Last Edit: October 11, 2019, 12:58:00 AM by Cho »


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #595: October 26, 2019, 10:10:31 PM »
Fic raro, enredado y es antesala para otros que vendran. Sé que Shougo es super joven como para ponerlo de padre, pero ya no quiero agregar personajes padres de anime que al final terminaré sacando x'D así que sacrifico a un personaje que me gusta y le pongo ese rol, porque sé que no lo voy a eliminar de mi lista.
Tuve que modificar este para que fuera coherente: http://write.btproject.org/himeverse/himeverse-episode-v-the-rebels-strike-back-185/msg5554/#msg5554

Edito con iconos bellos que me hizo Eureka

El sonido del agua cayendo a través de las varas de bambú fluyendo al estanque de agua permitía que momentáneamente su mente se conectara en un apacible estado de serenidad. Podría ser el lugar perfecto para encontrar la paz y conectarse consigo mismo, después de todo era un templo destinado a ello, pero ni Ryota ni Kana lograban alcanzar ese objetivo por completo.

La HiME acompañaba a su hermano quien fue solicitado a presentarse ante el líder de los Nakiri, y tío de ambos, Azami Nakiri.
Por supuesto que Ryota no quería ir, y haría lo posible para no ir, pero Kana lo convenció de ver, al menos, que era lo que quería su familiar. 
Más que nada lo acompañaba porque después de muchos años Ryota era nuevamente aceptado en la comunidad Nakiri de a poco, después de su expulsión de la familia cuando tenía unos catorce años. La chica sabía que era una oportunidad para Ryota (por muy disfuncional que fuera la familia) de recuperar muchas cosas que había pedido en el camino. Entre esas: el contacto con su madre, Sakiri Nakiri, a quien Azami tenía recluida hace años en un templo de oración para “redimirse por ser un fracaso como madre”
El error de su hermano en su adolescencia fue no seguir la orden de Azami que consistía en dedicarse al kendo y entrenarse para ser Rebel.
El rol de Rebel no encajaba en nada con el perfil de Ryota y el rubio se convenció de ello cuando era un niño. Era más que lógico, viendo como él era, que no sería un buen Rebel. El kendo le gustaba, y seguía asistiendo como espectador de la abandonada disciplina, pero lo que el rubio amaba era el basquetbol y era su futuro más cierto. No obstante, para Azami las cosas no eran así de simple como “tengo que seguir mis sueños.”

Lo había expulsado de la familia Nakiri, y se había encargado que de parte del distrito Kise hiciera lo mismo, con la intención de que volviera arrastrándose hasta los Nakiri pidiendo ser aceptado nuevamente redimiéndose de sus faltas. Todo lo contrario, Azami consiguió que Ryota perdiera la última intención de eximirse en la vida, y se volvió mucho más rebelde. Metiéndose en problemas en muchos sentidos, como no tener la conducta que su familia esperaba de él, hacía lo que quería, era desordenado en cierto sentido, se juntó por un tiempo con gente marginal y comenzó a adoptar sus conductas desafiantes (sobre todo cuando se le amenazaba), pasó de ser el chico que no le gustaba los conflictos a ser el tipo que los ocasionaba o los buscaba, siendo expulsado de sus escuelas incluso (prácticamente en las escuelas mantenían su matrícula por lo bueno que era en el deporte)

“Que decepción” dijo mentalmente el hombre de cabello negro, observando desde el altar a su sobrino sentado en pose de loto, desde una altura inferior.

Azami por un tiempo había anexado a Ryota de niño en su casa para criarlo junto a su hijo Mahiru y su hija Erina. Sus mellizos tenían la misma edad de Ryota y Kana, pero obviamente estaban en una escala suprema a esos dos. Decepcionante para él fue que, pese a que entrenó a Mahiro y a Ryota a la par para que ambos sirvieran a Rizembool como Rebels, sólo su hijo siguió esa orden. El otro, se perdió en el camino al igual que su hermana Kana.
Erina era Princess. A Kana le esperaba el mismo futuro (y estar al servicio de Erina como era la tradición) Pero terminó siendo HiME.
¿Qué faltaba? ¿Qué Ryota se volviera Key de alguna estúpida HiME? Por suerte, y por increíble que pareciera, no existía todavía una mujer tan tonta como para tener a Ryota como Key.
“Muerte súbita” pensó, en ese caso, casi sintiendo lástima por esa inexistente HiME. Ni su propia hermana era tan ilusa para considerarlo Key porque sabría que tendría la batalla perdida desde ya.

¿Por qué ahora aceptaba a su sobrino de nuevo en el distrito Nakiri, aunque solo fuera para visita una o dos veces al año?
Nunca lo había querido… Realmente…
Desde niño fue molesto y tonto a su juicio. Su hermana, desde niña fue desafiante y fracasada. Azami apenas se acordaba de los nombres de esos dos sobrinos suyos.
Podría considerarlos en estima tal vez porque uno era hijo de su hermana menor, Sakiri Nakiri, y la otra era hija de su hermana de al medio, Suzuku Nakiri. Pero sus hermanas no eran importantes para él.

El padre de Ryota y Kana si era importante, en cambio. Shougo Kise no era líder del clan Kise pero era un miembro transcendental de este. Fue Rebel al igual que él, y habían sido buenos amigos de adolescentes. Azami fue quien tejió el prematuro matrimonio entre Shougo y su hermana Sakiri cuando estos eran tan solo adolescentes. Para así mantener a Shougo dentro de su familia.
Azami tampoco sintió asco en ofrecerle a su otra hermana, Suzuku, cuando Shougo se aburrió de la personalidad “sumisa y aburrida” de Sakiri. Al poco tiempo, ambas hermanas estaban esperando hijos de Shougo pero sólo uno de los bebés sería reconocido con el apellido Kise, por obvios motivos, el bebé nacido en matrimonio.

Sólo por Shougo seguía manteniendo a sus dos fracasados sobrinos cerca.
Pero había una situación en especial que hizo que Azami volviera a admitir a Ryota de nuevo: éste se transfirió a Rizembool hace poco, lo que abría posibilidades para su reivindicación. Tal vez no lograría que fuera Rebel de la noche a la mañana, pero, al menos, apoyar a Mahiro y a Erina en sus roles como Rebel y Princess.

Algo es algo.

En cuanto a Kana. Ella seguía siendo una traidora asociada a Hanasaki, con su rol de HiME. Pero la chica tenía una paciencia especial con Erina y le servía para entrenar a su hija soportando sus duelos infinitos en el dojo. Azami estaba consciente de que su hija, por hermosa y talentosa que fuera, era intolerable.

Algo es algo.

Ryota intercambió miradas con su hermana Kana. Tanto silencio lo estaba inquietando y deseaba irse pronto de allí. Pero Kana parecía apoyarlo y acompañarlo en ese momento, quizá el deseo de ella era que fuera nuevamente aceptado entre los Nakiri. Era un deseo bastante sonso y aburrido… Pero si le daba tranquilidad a su hermana, estaba dispuesto a cumplirlo.

Solo deseaba que alguien rompiera con el silencio. Estar tanto tiempo en meditación conseguía que recuerdos amargos de ese lugar acudieran a él.

Recuerdos como cuando era pequeño e intentaba visitar a su hermana Kana tras enterarse de su existencia. Por mucho que los Nakiri y los Kise se lo prohibirán, se las arreglaba siempre para llegar hasta la casa donde estaba Kana con su madre dentro del distrito Nakiri. Siempre era castigado obligado a estar en un rincón mirando la pared cuando lo descubrían.

O aquel recuerdo de Mahiro sangrando de la nariz después de un entrenamiento con Azami. Su tío le había dado un golpe seco y brusco con el bokken en el rostro a Mahiro, haciendo que éste sangrara dada la violencia del golpe. Su primo había aguantado las ganas de llorar, pero era evidente que le dolía bastante. ¿Cuántos años tenían? ¿seis o siete? No recordaba. Sólo mantenía en la mente el rechazo de Mahiro cuando Ryota intentó parar su sangrado nasal. Mahiro le dijo que lo dejara en paz, reclamó que él merecía ese golpe y mucho más por desilusionar a su padre.

O cuando su tío lo agarró del brazo y lo arrastró por el largo pasillo por haber desobedecido una orden suya. Recordaba que Azami abrió la puerta shōji y lo empujó a un cuarto que quedaba en medio y que conectaba el templo Nakiri con el templo Kise. Observó a su tío sentado mirando hacia el frente, mientras se escuchaba las cuerdas del koto sonar de fondo. Se abrió entonces la puerta shōji correspondiente al área Kise. Un hombre con yukata blanca, cabellera platinada, ojos ambar y semblante sereno estaba sentado del otro lado.

—¡Padre! — exclamó el niño, con intención de acercársele y abrazarlo. Pero se detuvo en el borde de la puerta. No era necesario que el hombre hablara para poner su distancia. —Te… he extrañado.
—…— el platinado asintió, sonriéndole. Luego miró al pelinegro, quien usaba un traje tradicional del mismo color de su cabellera. Los dos contrastaban entre ellos. Uno que prefería el color oscuro (y cuyos ojos eran tan negros como enigmáticos) y otro que prefería el color de la iluminación. —¿Qué hizo ahora, Nakiri-san?
—…— el otro se mantuvo tranquilo, del otro lado. —Él sabe lo que hizo…— cerró la puerta shōji de un golpe.
—¿Y? —
—Y-yo…— le dio vergüenza contarle. —Rompí una escultura ancestral del templo al lanzarle un pelotazo a Mahiro-kun… él no pudo sujetar la pelota.—
—Mh…—
—También mi tío está MUY molesto porque dije que era estúpido ser tan tradicionales en la familia. Que no le veía sentido ya que los tiempos cambiaron.
—Ah. — musitó. —Creo que Nakiri-san es demasiado estricto contigo, y que usa excusas para castigarte y verme. — susurró, complacido.
—Es más estricto con Mahiro-kun. — aprovechó de acusar a su tío. —A mí no me golpea, a Mahiro tampoco. Pero con Mahiro, se las arregla de darle “correctivos” a través del entrenamiento. ¡Tiene bastantes golpes! — reclamó. Poco a poco se fue colgando de la división, acercándose a distancia prudente de su padre. —Aunque no demuestre nada en su cara. Siento que Mahiro-kun lo pasa mal. —
—¿Sientes que vivir con Nakiri-san y no con tu madre es difícil?
—¿Por qué no puedo vivir contigo? ¿por qué no podemos vivir con Kana? ¡Es mi hermana!
—No respondiste a mi pregunta…
—No me gusta vivir con tío Azami… ¡Es muy severo!
—Mh. — alzó la mirada hacia el techo. —He sido yo el que le solicitó que te aceptara en su hogar. Quiero que te entrenes con tu tío, es el mejor kendoka que conozco. ¿Serás un buen kendoka, Ryota? ¿verdad?
—N-no lo sé…
—…—
—Trataré. — suspiró. Sinceramente no le interesaba ya seguir con el kendo.
—Procura no hacer enfadar a Nakiri-san. Dale agradecimientos de mi parte.— dijo a modo de despedida. Cerró la puerta corrediza.

Pero lejos de obedecer los mandatos de su tío y de su padre, Ryota comenzó a volverse más disruptivo conforme iba creciendo. Su vida en el distrito Nakiri era una, pero su vida en la escuela era otra. Desde que inició la etapa escolar se inscribió en el club de basquetbol por tanto desde su primer año escolar lo practicaba. Estaba más que seguro que su destino era ser jugador de basket profesional y no kendoka o Rebel o lo que dispusiera su familia.

No. Él tenía sus propios ideales.

Azami Nakiri le dio un ultimátum en ese entonces de abandonar esos “sueños absurdos” pero Ryota hizo lo contrario. Siguió en basket… Aunque, comenzó a tener problemas en la escuela. Era popular en la escuela, tenía su grupo de amigos, al equipo de basket de ese entonces le iba bien siendo uno de los mejores de la ciudad, y tenía compañeros de basket a los que estimaba un montón. Pero tal parecía que no todos iban a seguir con las metas que se habían prometido. Especialmente a quien consideraba su mejor amigo en ese entonces, que por motivos adversos terminó retirándose de la escuela y trasladándose de ciudad. Pasó el tiempo y perdieron el contacto poco a poco. Ryota lo sintió como una traición personal y no se lo perdonó.

Después es historia conocida. Terminó peleándose a golpes con el resto del equipo. A tener conducta inaceptable en la escuela y ser expulsado de esta y un par más. Esto le dio la oportunidad perfecta a Azami de expulsarlo de la familia también. 

“Ryota, ella es Kaori-san, vivirás en su hogar con su familia en la ciudad.” Pronunció una sirvienta Nakiri, quien siempre acompañaba a Azami.
Ryota observó en silencio a esa señora. No parecía una mala persona, ¿pero qué pasaría con su madre? “¿Podré visitar a mi madre de vez en cuando?”
“Te di a escoger entre ese deporte extranjero o la dinastía Nakiri con sus tradiciones. No puedes compatibilizar ambas. Decidiste por lo primero. Tú mismo decidiste apartarte de tu madre y destruirla con tus actos. No puedo más que expulsarte de la familia Nakiri, dada tus conductas actuales, dignas de un criminal, y tus preferencias no acordes con los mandatos de los Nakiri.” Azami se puso de pie, dando por concluido el encuentro. “No vuelvas nunca más por aquí, Ryota. A menos que se te informe.”

—Saa~, tío Azami. Cuando me expulsaste de aquí, ¿pensaste que terminaría siendo un drogadicto viviendo en las calles, ¿Ne~?  ¿Ne~?— rio divertido, diciendo antes de pensando. —¡Pero aquí estoy! ¡Yo! ¡El jugador de basket más importante del país! soy súper famoso, además. Gano buen dinero como deportista y modelo. 
—¡Ryota! — lo regañó sigilosamente Kana. —C-cállate. — le daba vergüenza ajena la actitud del rubio. Cuando hablaba así parecía un descerebrado. Al menos no se llamaba a sí mismo como ore-sama.
—…— Azami lo miró indiferente. La verdad, pensaba que terminaría en una cárcel, con suerte. O como un vendedor cuarentón de algún local de comida rápida como McDonald, rodeado de adolescentes incluso más dignos que él.
—Azami-sama le ha citado para hacerle entrega de un tesoro familiar. — habló una sirviente Nakiri. —Kise-san, su deber es protegerlo con su vida, siendo herencia, y debe entregarlo a sus descendientes cuando llegue el momento.
—…— Ryota y Kana prestaron atención cuando nombró lo de tesoro.
—Ryota…— habló Azami al fin. Alcanzó un estuche a su costado, lo abrió y sacó una hermosa katana fina. —Esta katana la fabrican artesanos exclusivos de los Nakiri, para cada primer hijo varón de la familia.
—…— Kana se apuró en darle una patada sigilosa a Kise antes que dijera una estupidez como “No me importaa…”
—¿Qué? No iba a decir nada. — le susurró a su hermana.
—Kise-san, ¿entiende el acto que su tío le está encargando?
—Ehw, ¿y… entonces la guardo hasta que tenga un hijo? ¿eso?
—Lo ideal es que primero le dé un uso a esta arma.
—Ah, ya entiendo. Hecha para los Rebels de la familia. — Ryota giró los ojos. —Yo sé que es esa arma. Mahicchin se la pasa fanfarroneando con la suya. Ehw, si quieren le dan esta también a él… Creo que le será más útil.
—Mahiro tiene la suya. Es digno de tener todas las katana Nakiri, incluso esta. Pero debo fomentar las costumbres de la familia y entregarte la tuya. Aunque no seas digno en lo más mínimo. — la guardó y se la entregó a su sirvienta. Azami se puso de pie y se retiró sin despedirse de sus sobrinos. La sirvienta le entregó la katana y pronto los escoltó a la salida según las instrucciones de su señor.
Una vez afuera.
—Ryota, ni pienses en dejarla tirada en un rincón de tu closet. Debes darle un lugar importante en tu... ¿departamento? — le dijo Kana, admirada por la belleza del arma, pero a la vez confundida puesto que se vería rara dicha katana en un departamento modernista y minimalista como el de Ryota. —Te juro que si la rompes o algo yo…—
—Tranquila, Kana. — dijo el rubio mirando el estuche con interés. —He recapacitado y estoy decidido a darle un buen uso.
—¿Eh? ¿practicarás kendo de nuevo? Debes estar todo out.
—Gracias por tenerme tanta fe en la vida, Kana…
Unos días después, Kana tendría la respuesta de los propósitos de Ryota para cuando lo fue a visitar a su departamento.

—¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?!— La peliblanca estaba a punto de estrangularlo.
—¿La empeñé? — respondió de nuevo sin reparos. 
—¡¿Acaso no sabes lo que vale esa katana?! ¿y vas y la empeñas? ¡Tú! ¡Qué ni tienes problemas económicos! ¿Para que rayos te sirve empeñarla? —
—Uh, ¿me estorbaba? — alzó los hombros, despreocupado. —Además, ¿para qué quiero tener un arma en mi hogar? Es como si tuviera una pistola guardada por allí. — arrugó la nariz. —¿no es eso raro?
—Eres japonés. Es NORMAL que tengas una katana ancestral en tu poder. No eres un maldito america… ¡AH! — Kana se dio con la palma de la mano en el rostro, recordando que los americanos eran fanáticos de tener armas de fuego en sus casas. Mal ejemplo. Se le había ocurrido lo de maldito americano porque a veces Ryota se creía un maldito yankee más que un oriental. —¡Olvídalo! —
—Ara, Kana-chan, no es para tanto. — opinó un chico que estaba en el departamento de Ryota en ese momento. Kana lo conocía un poco pero no le gustaba que se tomara esa confianza con ella. Lo conocía porque era amigo de Ryota desde que era adolescente, pero sinceramente no lo pasaba mucho, aunque sabía que no era un mal tipo. Tal vez porque su presencia le recordaba lo desajustado que estuvo Ryota en ese entonces cuando se juntaba con ese chico. Ichiro Yamada estaba más tranquilo en el presente, incluso era un famoso Idol y su imagen era bien estimada, atrás había quedado su etapa de chico malo. Más allá de tener una imagen limpia en su carrera de artista estaba revindicado para ser un buen ejemplo para su hermano menor, Saburo. Pero Kana de todos modos lo tenía entre ceja y ceja.
—¿Ves? — dijo Ryota.
—Pero, Ryota, debes ir a recuperar esa katana. Mínimo, por respeto a tu familia… Si no te gusta, puedes guardarla en un lugar seguro o pasársela a tu hermana para que la guarde por ti.
—Ay, ya vas a empezar. — el rubio giró los ojos.
—Yamada tiene razón. — Kana le encontró el favor. —Si no la quieres. Guárdala en un lugar seguro o me la pasar a mí. Le puedo decir a Yato que le dé un lugar importante en su templo.
—Te puedo acompañar a la casa de empeños. — ofreció Ichiro a su amigo.
—Esto… Creo que ya…— notó que Kana e Ichiro lo miraron fijamente. —La vendieron. —
—…— los dos intercambiaron mirada entre ellos.
—Bueno, Kana-chan, mátalo. Hice lo que pude por ti, amigo. —
—¡Con esos amigos para que quiero enemigos! — lo miró con enfado. Esquivó a Kana. —¡Ya! Pero puedo mandar a hacer otra… o no sé… ya veré lo que hago. Ahora, tengo un compromiso importante así que veré ese tema después.
—¿Qué tiens que hacer? —
—Ichiro y yo saldremos esta noche a visitar a un viejo conocido. —
—…— Kana observó a su hermano. Lucía bien en el traje que llevaba entre formal y tradicional. Luego miró a Ichiro, este estaba menos formal, pero de todos modos llevaba diseños tradicionales y con bastante estilo esperable para un Idol como él. —¿A dónde van? — preguntó con curiosidad
—Es un secreto. — dijo Ryota, enigmáticamente.
—Es el amigo secreto que tenemos yo y Ryota de hace años.
—Uhhh, ya apareció ese enigmático amigo secreto…— Kana suspiró. Casi toda su adolescencia escuchó de Ryota y de Ichiro que se juntaban con un supuesto amigo secreto que nadie conocía. Ese supuesto amigo pedía a Ryota y Ichiro no revelar su identidad por motivos que desconocía. Ella pensó que no existía. —Okay. Vayan… Pero me dejas la dirección de la casa de empeño. Iré a recuperar el arma por ti…—
—Ok.— asintió. —Eh, Kana… Por si acaso, no llevaré teléfono y seguramente nos quedaremos en la ¨casa¨ de mi amigo. No vayas a desesperarte si no vuelvo.
—Ah, ¿y ese milagro que me avisas?
—No eres mi mamá…— la miró un tanto irritado. Anotó la dirección y se la entregó a Kana. —Pero creo que será en vano.
—Nada. Yo la recuperaré. — guardó la dirección en su bolso. —Mejor empiezo ya. —
—Kana, no te olvides que en los próximos días el club de basket debuta en un partido amistoso. Tienes que ir y estar lúcida.
—Ya veremos…— entrecerró los ojos, mirándolo con juzgo. —¿A qué te refieres con lúcida? — reaccionó, enojada.
—Eh, no que estés ebria o algo así. Sino lúcida en el sentido de consciente… No te metas en conflictos de HiMEs y Rebels hasta entonces, ¿si?
—Eso debería pedírtelo yo. Que llegues lúcido. Pero en el sentido de estar sobrio.
—¿Yo? — el rubio parpadeó, confundido. —Pero yo no bebo alcohol. Menos otras cosas…
—Ah, pero en el cumpleaños de Oikawa…— Kana lo miró con burla. —Parece que bebiste, porque andabas como baboso molestando a Souji con no sé qué. Seguro lo estabas fastidiando con que sea tu fan o alguna estupidez así.
—¡Yo no pediría algo tan tonto! — se ofendió. La gente era su fan por naturaleza. Él no tenía que estar rogándoles. Lo que pasó con Souji era algo más profundo, pero explicárselo a Kana no tenía sentido.
—En fin. Me voy. Iré por esa katana. No hagan estupideces… — Se despidió de esos dos ineptos y se fue.
—Kana da miedo cuando está enojada— dijo el chico con heterocroma.
—Nah, no está molesta. — le restó importancia. —¿Nos vamos ya con Douma?
—Sí. Tenemos que ponerlos al día después de tanto tiempo.

Esa tarde Kana pasó indagando donde podía encontrar esa katana familiar. Al principio inició la búsqueda con mucha convicción segura de que lograría su propósito, pero después de pasar unas cuantas horas recorriendo calles y calles a pie se planteó ¿Por qué se esmeraba tanto por recuperar un arma que en realidad terminaría botada? Ni siquiera la podría conservar como algo propio, ya que siempre sería de Ryota, tampoco quería pensar en la idea de que quedase para un sobrino porque deseaba que esos sobrinos no llegaran en muchos años (o nunca). Entonces no entendía por qué se empeñó tanto en recuperar el arma si a Ryota no le importaba y a ella no le correspondía.
Bajo en la última estación más cercana al templo de Yato. Tuvo que caminar todo aquel largo trayecto que incluía subir un monte amplio hasta el templo de Yato donde su amigo amablemente la había convertido en una especie de miko falsa. La garantía de eso es que tenía una habitación para ella en ese sitio que a veces le daba tranquilidad.

Después de asearse y ponerse un kimono de descanso, Kana se recostó en el suelo de madera del pasillo del jardín, boca arriba, mirando las estrellas desde esa perspectiva.

—KA- Yato se controló en tono de voz para no paralizar a su amiga. —Kana-chan, no pensé que hoy te quedabas aquí. — no era que la chica le avisara cuando se quedaba, pero al menos le gustaba tener comidas para recibirla.
—Ahhhh, se me hizo tarde y me olvidé de mandarte un mensaje. — suspiró. Desde que Yato le había dado un teléfono celular, éste la invadía con mensajes de texto y Kana a veces le respondía. Pero no estuvo con la concentración de notificarlo ese día.
—¿Pasó algo? Luces un poco… desganada. — el peliazul se sentó a su lado. Usaba una yukata de descanso. Contempló las luciérnagas del jardín antes de posar su mirada en el rostro pálido de Kana.
—No.
—Si pasó algo.
—Ahhh, no es nada grave… En realidad es medio tonto que esté tan disgustada por algo tan simple.
—¿Y si lo hablamos quizá te sientas mejor?
—Hm…— lo miró suspicaz. —¿Quieres algo de mí, cierto? ¿qué prepare el té o te acompañe en tus misiones raras de charlatanerías de exorcismos falsos?
—¡Kana-chan porque siempre piensas lo peor de mí! — Yato se ofendió, dolido. —Yo no te quiero pedir nada… De hecho, te iba a ofrecer té que yo preparé. No es tan bueno como el que haces tú, pero le he puesto empeño. — señaló con la mirada la tetera y las dos tazas. —¿Quieres un poco? —
—Lo siento, Yato. — Kana suspiro, arrepentida del trato hacia su amigo. —Y sí, quiero un poco de té. — Yato sirvió té para ambos. —¿De verdad quieres escuchar mis tonteras? —
—Te lo debo. Tú te has comido los miles de veces mis lloriqueos y quejas sin sentidos.
—Bueno…— bebió un poco de té. Estaba bastante bueno. —La verdad siento que he tomado un rol de sobre protección hacia mi hermano que no me lo explico muy bien.
—Ah, cierto. — Yato asintió. —Siempre eres bien mandona con Kise y piensas lo peor de él.
—…N-no soy así. — frunció el ceño. —O no siempre fue así. — alzó la mirada para ver las estrellas. Lucían hermosas en el cielo oscuro. —Cuando éramos niños, no lo pescaba en nada. Lo ignoraba… y me caía un poco mal. De adolescente, cuando lo expulsaron de la familia Nakiri pasé de ser la chica que estaba allí para controlar a su “tonto” hermano y acompañar a su “impasable” prima a ser la próxima que podía defraudar a la familia. Eso me molesto… Porque… Yo SI tenía derecho a defraudarlos porque no esperaban nada de mí y yo sí estaba llena de resentimientos hacia ellos. Pero Ryota… ¿Para qué? Él tenía todo. TODO. — se enojó. —Se llevó mi papel en la película, el muy pesado.
—Nunca te pregunté qué pasó para que te fueras del distrito de los Nakiri.
—Como eran exigentes y controladores conmigo, terminé escapando. Cambié mi nombre… fingí ser huérfana y llegué a Hanasaki. Ya sabes el resto de la historia…
—¿Con quien te quedaste en ese tiempo? Eras menor de edad.
—En una residencial de menores al fingir que era huérfana. Una noche si me quedé en la calle porque pensé que sería como en las películas haha. — rio tontamente. —Pero en Hanasaki me dieron alojamiento al ser estudiante. Después al ser HiMe eso se mantuvo.
—Pero parece que tu postura hacia tu hermano cambió cuando los dos se fueron de la familia.
—Sí… O sea, seguía negándole a todos que era mi familia y pese a que Ryota me reclamaba eso, me permitió negarlo… Así pasamos todo el tiempo de la secundaria. Lo veía en ocasiones, él ya había armado una vida típica de adolescente con la familia que lo recibió. Siempre fue súper popular en las escuelas y el deportista estrella. Yo era más araña de rincón, uh… y andaba de marginal odiando al mundo. ¡y sí, me avergüenzo de mi yo adolescente!
—Hahahaha—
—¡Ya! — lo miró feo.
—Continua, continua.
—Pero como Ryota dejo de juntarse con ese grupo de amigos de la escuela, empezó a juntarse con chicos malos de otros lados y a meterse en problemas. Parece que liberaba la rabia contenida en esas actividades o qué se yo… Así que tuve que volverme más constante en su vida y sacarlo de los problemas.
—Y después pasó lo de la batalla final, cuando entraste en coma y él te acompañó durante todo ese tiempo. Creo que es algo perfectamente equilibrado.
—Uh…— Kana parpadeó, confundida. Lo que le decía Yato era algo novedoso de cierto modo. —Nunca lo había visto de ese modo. Es… Cierto… Ryota fue el único que estuvo todo el tiempo cuando yo estuve en coma… y se mantuvo a mi lado cuando desperté y no recordaba casi nada… y sigue estando al lado mío como un mosquito, aunque le diga a todos que no es mi hermano porque no me gusta que me vinculen con él. Uh…— bajó la mirada. Si lo veía de esa perspectiva era bien miserable como hermana.
—Quizá ahora eres más protectora de él porque sientes cierto grado de culpa por ignorarlo cuando niños y negarlo aún en el presente. Por eso tratas de compensarlo cuidándolo… Porque es tu modo no verbal de demostrarle que lo quieres. Aunque Kise esté tranquilo, temes que le pasen cosas malas porque es normal que sientas eso por él. Kise es super expresivo y te demuestra que te quiere de forma verbal y con acciones. Tú lo quieres igualmente pero no se lo dices, sino que se lo demuestras con acciones. Aunque… A veces te pasas con el control. ¿Te hace sentido?
—…Puede ser. — admitió Kana a regañadientes. —¿Desde cuando suenas como un terapeuta? — lo miró asombrada.
—Ehww— Yato se aguantó una carcajada. —Me llevaría el crédito, pero… ¡AY! Noté que hace días estas distante y ensimismada, y como me decías que era por cosas respecto a Ryota presté atención a lo que pasaba en tus acciones. Entonces le conté a Shikishima lo que pasaba contigo y con tu hermano y él me dio esa devolución psicológica.
—¿¡¡Pero por qué le cuentas mis cosas a Shikishima!!? — Kana estaba que se moría de la vergüenza. Shikishima se había vuelto un buen amigo en las últimas semanas y le daba rabia que Yato fuera y le contara SUS problemas y ahora ella quedara como una persona con problemas psicológicos. —¡Seguro cree que soy una amargada loca!
—Quizá. — Yato esquivó un golpecito de Kana. —¡Peeero ha dicho cosas muy ciertas y apuesto que ahora te sientes más aliviada!
—¡Si! — lo miró engrifada. —¡Pero ahora me siento angustiada porque quizá que cosas piense de mi Shikishima!
—Nada malo, créeme.
—¡No te contaré nada más en la vida!
—¡Pero KANA! — Yato lloriqueó. —Sólo quería ayudar. —
—Igual no te perdono. — se cruzó de brazos. —Pero te agradezco el escuchar e intentar ayudar. Ahora entiendo un poco por qué soy así con Ryota.
—Quizá te suavices más con él. Lo tratas como si fuera un enajenado mental haha.
—Tal vez… Lo pondré a prueba.
—¿Tu celular brilla? —
—¿Uh? — Kana acercó su teléfono que estaba olvidado en el suelo. Vio un mensaje de texto que la desconcertó.
—¿Pasa algo malo? —
—Es un mensaje de Ichiro Yamada…— murmuró mientras leía. —Dice que él volvió ayer a su casa, pero Ryota se quedó con ese amigo imaginario que tienen.
—¿Amigo imaginario?
—Es raro… Ichiro nunca me ha informado nada de Ryota, es más, siempre lo ha cubierto en sus tonteras. — le tecleó una respuesta. Ichiro no demoró en responderle. Yato se puso a su lado y leyó con Kana.
“Lamento escribirte tan tarde, pero hoy pasé por el departamento de Ryota y veo que aún no vuelve… Yo me fui antes de aquel lugar por motivos personales, pero pensé que él se volvería dentro de lo pronto. Creo que debes saber que ni él ni yo no deberíamos haber ido a ese sitio.”
—Me está preocupando. — Kana se mordió el labio inferior. Le había dicho a Yato que sería menos controladora pero el mensaje era demasiado extraño.
—Sé que hablamos recién de esto y que deberías ser más relajada, pero… A mí también me preocupa. Parece que hay algo malo detrás de ese mensaje.
—Le voy a responder…— Kana le preguntó a Ichiro qué pasaba. Que si era algo grave. Ichiro le respondió dentro de lo pronto.
“Sé que es tarde, pero, ¿podemos vernos? Creo que deberíamos ir por él.”
Kana y Yato se miraron por unos segundos. Fue el peliazul el primero en levantarse.
—Vamos. — dijo Yato.
A eso de las doce de la noche Yato y Kana llegaron al punto de encuentro acordado con Ichiro. Era una plaza pública bien iluminada y ubicada en un sector tranquilo. Si no mal recordaba, Shikishima vivía cerca de ese sector. Tal vez Ichiro seleccionó esa plaza sabiendo que, por la tranquilidad del sector, nadie le reconocería como un Idol.

—U-un… M-momento. — Yato tartamudeó, pasmado. Apuntó con su índice al chico de cabellos negros, que tenía la particularidad de tener un ojo de un color y el otro de otro. —¡Cuando dijiste que el amigo de Kise era un tal Ichiro no pensé que era éste Ichiro! ¡AHH! ¡ME MUERO!
—¿Eh? — Kana ladeó el rostro.
—¡Por favor! Fírmame lo que sea, pero fírmalo y lo pondré en mi templo para que la gente suba a subirse una foto con tu firma. — Yato le agarró el brazo a Ichiro.
—Ehhh, te puedo firmar algo si quieres, pero mejor puedo ir a tu templo y firmarte algo de allá, ¿te parece? Así ahora nos enfocamos en lo que vinimos a hacer. — Ichiro soltó una risita.
—¡Tomaré tu palabra! — dijo Yato, ilusionado al tener al Idol al frente suyo. —¿Por donde queda la casa del amigo imaginario?
—¿Ehhh? N-no es un amigo imaginario. — Ichiro se rio un poco. —Para llegar hasta allá tenemos que hacer un largo recorrido. Él vive en un templo y… es un lugar de culto.
—¿De culto? — Kana lo miró intrigada.
—Es que él es el líder de un culto donde es venerado…— al Idol le dio un poco de vergüenza admitir ese detalle.
—¿Con quien te juntabas con Ryota? Parece ser una persona muy rara. — reclamó Kana.
—Kana-chan, no seas atrevida con Yamada-san. — Yato la contuvo.
—Yo no lo veía raro hace años… Ahora que estoy más grande… Creo que hay cosas que no me parecen. — admitió Ichiro. —Será mejor que nos movamos ya si queremos llegar hasta el monte de la luna.
—Espera…— Yato se expresó serio. —Culto, monte de la luna… Acaso… ¿Estamos hablando de Douma? —
—…— a Kana le llamó la atención lo serio que se había puesto Yato, incluso lo notaba a la defensiva como si ese tal Douma se tratase de alguien terrible.
—…Sí. — Ichiro se demoró en aclarar.
—¿Quién es Douma? — preguntó finalmente Kana.
—Es una persona que jamás debes conocer. — cortó Yato. —Iré yo.
—Yo te voy a acompañar. Me siento responsable de dejar a Ryora solo. — agregó Ichiro. Ambos chicos miraron a Kana. —Sera mejor que Kana regrese a casa.
—Yo tengo que ir, ¡es mi….!— se cortó antes de decir que era su hermano. Todavía le costaba. —Es mi familiar. Es mi obligación ver que pasa.
—Kana, ese lugar no es… para señoritas.
—¿y qué se supone que es? ¿un culto donde cosifican a las mujeres y unan a los demás como sirvientes descerebrados que son capaz de matar por su líder?
—…— Yato e Ichiro permanecieron serios, haciendo entender a Kana que estaba en lo cierto en su suposición.
—¿Es… así? — Kana se inquietó, pero siguió firme. —Si es así, con mayor razón tengo que ir por Ryota.
—No, Kana. Tú te devuelves al templo. — insistió Yato.
—No. Iré y punto. —
—Parece que Kana no se dará por vencida. — Ichiro suspiró. —Está bien, iremos los tres, pero los tres no nos separaremos y nos cuidaremos entre nosotros. El templo de la luna es gigantesco y nos podemos perder, y hay gente extraña y un tanto loca que puede ser peligrosa así que permaneceremos juntos. Tengo mi automóvil aquí en la esquina, vamos.
Los tres jóvenes subieron en el vehículo de Ichiro el cual era muy espacioso y bonito. Kana no se distrajo en esos detalles y preguntó directamente.
—¿Cómo llegaron ustedes dos, siendo adolescentes, a ser amigos de un tipo como ese?  El líder de la luna es como cinco años mayor que ustedes— preguntó Yato, quien seguía demasiado serio para el gusto de Kana.
—Es curioso, porque, como dices, era mayor que nosotros. Creo que por ese entonces Kise y yo nos metíamos en problemas y pasábamos más en la calle que en la escuela. Una vez fuimos a un festival tradicional, incluso, en vez de ir a clases. Allí entramos en una carpa donde alababan a una deidad, esa persona estaba dando un discurso y resultó ser Douma… No recuerdo bien, pero de curiosos nos quedamos hasta el final y le hicimos preguntas. Nos invitó a su templo… Lo pasábamos bien con él, tenía de todo y compartía todo con nosotros. Eh. — no entró en detalles en presencia de Kana. —Sólo nos pedía que nunca lo nombráramos con nadie.
—Por eso lo del amigo secreto. — Kana giró los ojos. Estaba en el asiento de atrás, asomada desde atrás a un costado de Ichiro.
—Es una persona muy poderosa en Japón… Yo, Hm…— el pelinegro se tomó unos momentos antes de continuar. —Yo logré convertirme en el cantante famoso que ahora soy gracias a las influencias de Douma. Un sujeto como yo, que venía del estrato social más bajo, jamás lograría llegar tan lejos, pero él movió los hilos para que eso resultara. Lo único que me pidió a cambio es que no dijera que él me ayudó. Eh, espero que no divulguen esta información.
—Descuida. — dijeron los otros dos al unísono.
—¿Cómo es que lo conoces tú? — Ichiro miró a Yato de reojo.
—Es líder de un templo además de un culto… Yo como guardián de mi templo conozco a los otros líderes. Douma siempre se me hizo demasiado… extraño. La gente que se iba de su culto a veces iba a orar a mi templo pidiendo salvación, pensé que lograrían encontrar tranquilidad, pero… esas personas terminaban atentando contra sus vidas en arrepentimiento de haber abandonado a su señor. Tengo la percepción de que Douma es bastante amable, pero al mismo tiempo siento que es alguien peligroso. — si no estaba equivocado, en su tiempo Douma habría estado vinculado a Rizembool como Rebel, pero era algo que Yato jamás pudo confirmar puesto que Douma nunca figuró como ex alumno de Rizembool. Era imposible que alguien de afuera que no fuera estudiante fuese un Rebel. Tampoco estaba en los registros de ex Rebel ni aparecía rastros de alguna HiME que le haya sido asignada como para ir a conversar con esa chica y preguntarle algo al respecto sobre Douma. Douma casi era un mito a Yato y para todo el mundo.
—¿Ichiro, qué fue lo que pasó allá para que te espantaras tanto? Porque parece que se llevaron bien por varios años. — preguntó Kana.
—Su gente, es demasiado fanática de él. Lo siguen ciegamente y hacen lo que sea por él. Las fiestas siempre me gustaron y en el templo de Douma siempre lo pasé muy bien pero ya no soy el adolescente iluso de hace unos años que pensaba que todo es grandioso… Se hacen cosas extrañas allá, las chicas… los chicos….— Ichiro no sabía si era correcto que continuara. —Pareciera que les gustan los rituales sádicos.
—¿Qué? — Kana quedó en shock —¿¡Por qué se juntaban con alguien tan raro!?
—Es que éramos adolescentes. No lo veíamos como alguien raro. Pero me di cuenta ahora que es extraño lo que pasa allí adentro así que me quise ir y… dejé a Ryota con Douma. No quería irse aún… Me arrepiento de no insistirle. — soltó un prolongado suspiro. —No es como que lo vayan a asesinar allá adentro o vayan a traficar sus órganos o a comérselo como caníbales, pero no fue correcto que lo dejara allí. Tiene un partido dentro de lo poco y la gente de allí es bien fanática de amanecerse y entretener a su líder.
Y siento que… en todo este tiempo fuimos un poco manipulados por Douma, encantados por su divinidad. Sé que suena raro, pero igual hacíamos cosas que nos pedía. Como maldades de críos, que nos reíamos en su tiempo, pero ahora que lo analizo fue muy tonto. Hasta nos expulsaron de las escuelas por hacerle caso. Me siento un poco mal de hablar así de él ahora… Porque Douma no es malo, pero sí es infantil. Creo.
—Creo que infantil no es la palabra indicada. Si lo que dices es así, pienso que es una persona macabra que manipula a otros para su propio goce. — la peliblanca expresó con seriedad. —Debemos alejar a Ryota de ese tipo.
—Kana, tampoco es que Douma sea malo. No quiero que se malinterprete. Tal vez su estilo de vida sea peculiar, pero no es malo. Sólo me preocupo porque Ryota está en otra sintonía y no me gustaría que perdiera su foco.
—Sea como sea más vale sacarlo de allí. — Lo que menos deseaba era que se volviera en seguidor de algún culto extraño o que algún tonto le hiciera algo. Kana volvió a intentar llamar por teléfono a su hermano, era como la sexta vez que intentaba, pero al parecer el otro tenía su teléfono apagado. Tuvo una intuición. —Vayamos por la costa.
—El camino se hará más largo. — dijo Ichiro.
—Pero tengo una intuición…
—Si tú lo dices…— Ichiro cambió el rumbo. Fueron por la carretera de la costa, el mar se veía hermoso y templado desde donde iban, por un momento hasta tuvo tentado de frenar el vehículo y bajar para mirar las olas. Pero tenían una misión.
—Deten el automóvil.
—Kana, no es momento de ir a pasear por la playa de noche.
—No es eso, Yato. Creo que Ryota puede estar por aquí. Le gusta esta parte de la costa…
—Pero está en el templo de la luna.
—Mejor hacerle caso a Kana. Es una Hi- es una chica con mucha intuición.
—Okay…— Ichiro se desorientó con ese par, pero accedió. Estacionó el vehículo y bajaron. Ichiro quedó sorprendido de ver a Ryota sentado en una banca del muelle, frente al mar. —¿Cómo lo supo?
—¡Ryota! — lo llamó la chica.
—¿Kana? ¿Qué haces aquí? ¿Ichiro? ¿Yato? ¿Eh? — al voltearse a ver se sorprendió de ver a Kana, pero también a esos dos.
—¿Qué haces tú aquí? Pensé que estabas con Douma.
—¡Shhh! — calló a su amigo.
—Ya saben de él. Incluso Yato lo conocía de antes.
—Ahh, supongo que ya no será un bonito secreto. — sonrió, desilusionado. —¿Por qué están aquí?
—Soy el culpable… Creo que alteré a Kana y a Yato con una suposición errónea mía. — Ichiro suspiró, apenado. —Pensé que estabas en peligro en el monte de la luna.
—¿Cómo así en peligro? — el rubio no entendía de lo que el otro hablaba. —Pensé que te fuiste porque te molestaste con Douma.
—Sí. En parte. No me gusta mucho lo que estaba pasando allá. Pero pensé que podían hacerte hacer cosas sin sentido.
—Ehw, no soy manipulable. — el rubio alzó una ceja.
—Perdón, Ryota… y perdón, chicos. — Ichiro se giró hacia los otros dos. —Los alarmé sin asunto.
—Te disculpamos, te disculpamos. — dijo Yato, volviendo a estar ilusionado con el Idol. —Es lindo que te preocupes de tu amigo así.
—Yo creo que tenías razón en lo que decías, Ichiro. Así que te agradezco la preocupación.
—Si te hace sentir mejor, yo me fui después porque tampoco me parecieron algunas cosas que estaban pasando en la ceremonia. — confesó Ryota. —Creo que ahora de grandes vemos las cosas de otro modo.
—¡Ah, lo mismo! — Ichiro sonrió, más tranquilo.
—Sí…— Ryota pasó una mano por su nuca. —Creo que todos hemos cambiado. —
—¿Pero qué estuviste haciendo todo este tiempo después de ir al templo de la luna? — preguntó Kana.
—Esto. — señaló con la mirada a su costado. —Rescaté la katana. — la tomó —Tenías razón, no debí ser tan insensible y empeñarla. Ya estoy grande para hacer cosas infantiles con el fin de hacer enfadar a nuestro tío. No tiene asunto. Solo debo seguir con mi vida y ya. — se la pasó a Yato. —Confío en que le puedes dar un lugar seguro en tu templo.
—¡Claro! — Yato sonrió enormemente. Sus ojos brillaron al ver la katana al sacarla de su estuche. —¡Oh! Esta katana es de lujo. Es una pieza única. Te prometo que tendrá un lugar digno en el templo.
—¿Todo este tiempo estuviste recuperando la katana? Yo… Creo que te debo una disculpa. — Kana se encogió de hombros.
—Descuida. Era mi responsabilidad recuperarla. No tenías por qué resolver mi problema. — le sonrió.
—…— Kana y Ichiro se quedaron pasmados en su posición, casi como si fueran un par de espectros.
—¿Pasa algo?
—¿Qué fue lo que te tomaste para que cambiaras tanto? —
—¿Seguros que es Ryota? — Ichiro miró a los otros dos.
—Ya. Que malos. Sólo recibí un buen consejo y lo estoy aplicando.
—No creo que de ese tal Douma.
—Justamente fue un consejo de él. Gracias a él pude recuperar el arma, también. Le estoy agradecido, pero también estoy convencido de que mantendré distancia con él. No me siento cómodo con el tema del culto….
—Me parece bien. — Kana por fin sonrió. Le dio unas palmaditas en la cabeza a su hermano aprovechando de que estaba sentado en la banca y por fin podía alcanzar la cabeza del más alto.
—¿Qué hacemos ahora? Son más de la una de la madrugada. — dijo Yato. —Y tengo hambreee.
—¿Podríamos ir a una estación de servicio nocturno y comprar hamburguesas? — sugirió.
—Ah, Kana— Yato apuntó a Ichiro. —No creo que pase desapercibido.
—Entonces podríamos quedarnos en mi departamento y pedir comida por PedidosYa. — propuso Ryota.
—Me parece excelente idea. — dijo animadamente Ichiro.
—Entonces, vamos. — celebró Yato.
Todos subieron al vehículo de Ichiro y fueron en dirección al departamento de Ryota. Pedirían comida y se quedarían allí hasta el día siguiente.
« Last Edit: November 03, 2019, 10:24:06 PM by Kana »


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #596: October 30, 2019, 11:11:34 PM »
Vengo con un fic supuestamente corto, al menos ya está yay (...)

76


Otra práctica más acababa de terminar para Naoto y la chica salía de su clase luego de recibir la primera examinación de dicho curso.

Su insufrible jefe de práctica cumplió con su ‘promesa’ de hacer la clase extremadamente difícil y ello mismo se reflejó en los resultados. Izumi Sena se pasó la última mitad de la clase resolviendo dicha examinación y sin ahorrarse las múltiples quejas que tenía de sus ‘descerebrados’ estudiantes, junto con varios otros insultos agregados. Sin lugar a dudas, los ánimos en ese grupo estaban por los suelos y todos comenzaban a agarrarle antipatía. Naoto no la pasaba mucho mejor ya que el peligris más bien la elogió y usó de ejemplo maniáticamente, al punto en el cual los demás la miraban como la mascota del chico.

Al verse librada por la hora, la peliazul optó por caminar hacia fuera junto con los demás mientras revisaba las observaciones y correcciones del jefe de práctica en su prueba. Por el razonamiento y anotaciones de calidad, casi era capaz de olvidar que el peligris consistía de una insana bola de neurosis que vivía para torturar a sus inferiores, aunque lamentablemente lo volvió a evidenciar poco después de salir del aula.

Era de noche y los pasillos estaban concurridos de varios estudiantes que seguramente salían de sus últimas clases con alivio y cansancio, pero incluso en esas circunstancias todos terminaron siendo testigos de una acalorada discusión entre el jefe de práctica y uno de los estudiantes que salió de los límites del salón.

“¡Eres un ególatra desalmado!” gritó el estudiante, quien salió del salón pero se paró al centro del pasillo para dirigirse con gran ira al jefe de práctica. “¡No nos puedes tratar como animales!”
“¿Y acaso te crees con el derecho de faltarme el respeto a mí con tu tan pobre nota de la prueba?” le preguntó Izumi, quien llegó hasta el umbral de la puerta y le miró con hastío e inmutabilidad como si lidiara con un insecto. Su actitud sólo probó impacientar más al chico.
“¡Eso no te da derecho de tratarnos como quieras!”
“Oh, pero sí me lo da,” el peligris sonrió autoritariamente. “Me reportaron que varios estudiantes se quejaron de mí luego de la primera clase, aunque mi puesto como jefe de práctica y superior de todos ustedes está asegurado. ¿Qué te hace pensar que me molestaré en tratar mejor a gente que creo que no se lo merece?”
“Imbécil…” tembló de cólera. “¡Uno de estos días te agarraré a golpes!”
“Anda, atrévete.”
“¡Ya verás!”
“Heh, pero soy un Rebel, no lo olvides,” le recordó con una sonrisa maligna.
“…” ello causó temor en el alumno, pero persistió en su ataque. “¡N-no te tengo miedo!”
“¡Entonces hazte un Rebel si te crees gran cosa!”
“Tsk,” apretó sus puños. “Lo haré…”
“¿Ah?”
“¡Que lo haré!”
“¿Ah sí?” preguntó con un aire de indiferencia y desdén, mirándole desde arriba.
“¡Ya verás, desgraciado!”

El chico frustrado pretendió lanzarse a Izumi para darle un puñete, pero fue agarrado por otros estudiantes, quienes se pusieron a hacerle entrar en razón. Ante ello, el jefe de práctica sonrió con placer y entretenimiento y se fue caminando con toda calma al saber que ese chico no era más que bulla.

“…” y Naoto se dio un facepalm con gran frustración y cansancio, para continuar con su camino. Ese ‘superior’ debería corregir su manera de ser antes de meterse en problemas, aunque por encontrarse en una universidad donde entrenaban a apoyaban a los Rebels, muy poco se podía esperar de sus estándares.

Caminó con rapidez para salir de la universidad y tomar un bus de regreso a su apartamento, pero a poca distancia se topó con Namazuo y Ritsu. El primero se encontraba apoyando al otro, quien parecía desperezarse.


“¡Oh, Naoto, qué coincidencia!” Namazuo sonrió amenamente. “¿Qué te trae por aquí? ¿Terminaste alguna clase?”
“Sí…” la chica dio un suspiro antes de seguir. “Por verlos juntos, deben salir de ese electivo que están tomando juntos.”
“Precisamente…” Ritsu dio un sonoro bostezo y pasó a pararse sin la ayuda de su amigo. Se sobó los ojos mientras miraba a la menor. “Si mal no recuerdo, es uno de los horarios de tu curso con ese jefe de práctica del infierno. ¿Todo bien, Nao-chan?”
“Ahh…” ella frunció el ceño y negó repetidamente. “Fue tan bien como se lo imaginan, pero en fin. Al menos no es cruel conmigo…” pese a decir eso, entrecerró sus ojos. “Tsk, pero me usa de mascota o de ejemplo al punto de recriminar a los demás por no ser como yo. En serio es demasiado cansado…”
“Uhh, no me parece bien,” Namazuo hizo un puchero. “Por nuestra Nao-chan, deberíamos ir detrás de ese pedante neurótico y darle la paliza de su vida.”
“No me llames así, Namazuo…” Naoto dio un suspiro. “Y ahora resulta que es un Rebel y nos ha dicho que arremeterá contra nosotros si le antagonizamos, así que mejor no hagan nada. Sin duda no quiero que lo hagan tampoco.”
“¿Hm?” al oír ese detalle, Ritsu alzó sus cejas con leve asombro, y se puso a pensar con una mano en su mentón. “¿Será que…?”
“¿Eh? ¿Qué cosa, Ritsu?” preguntó Namazuo, confundido.
“No, no es nada,” el otro disipó sus dudas al adoptar una actitud tranquila y distraída, y Ritsu regresó su atención a la chica. “Dime, Nao-chan. ¿Verdad que ese chico odioso los ha citado para mañana para un laboratorio o algo así?”
“Sí, se los dije en el almuerzo. Por el hecho que nos va a hacer la clase más difícil, ha movido nuestros laboratorios al domingo para así tener más tiempo, y mañana en vez del trabajo iremos para conocer las instalaciones y repasar las reglas de seguridad…” comentó frustrada, y entonces pasó a mirar a Ritsu con incomprensión. “¿Por qué te molestas en confirmarlo? No eres como Namazuo que se olvidaría de lo que dije tan rápido,” entrecerró sus ojos. “¿No piensas seguirme o hacer algo, ¿verdad?”
“Ehh, no tenías que mencionarme así, Naoto…” se lamentó Namazuo.
“Fufufu, tienes razón al decir que no lo olvidaría como nuestro Nama-kun. Sólo curiosidad,” dijo y sonrió pícaramente.
“…” Naoto no se vio nada contenta con esa expresión. Ella sabía que Ritsu se traía algo entre manos y Ritsu mismo sabía que ella lo sabía. “En serio, no me causes más problemas de los que ya tengo, por favor. Recién está comenzando el semestre.”
“Está bien, Nao-chan,” Ritsu alzó una palma. “Si ese jefe de práctica que te hace la vida imposible en verdad es un desconocido desagradable con un potencial malvado que no podemos anticipar, te prometo que no me meteré en tus asuntos. ¿Capische?”
“Ehm…” Namazuo ladeó su cabeza. “Hm, no entiendo. Esos fueron muchos rodeos…”
“Lo fueron, Namazuo…” Naoto llevó sus manos a sus caderas y encaró a Ritsu. “Sólo compórtate. Si son mis amigos, no me complicarán la vida. Es lo que espero de ustedes.”
“Hai, hai…” Ritsu se encogió de hombros. “Bueno, ya que los tres estamos aquí, vamos a tomar algo. La noche es joven y justo tengo más energías,” sonrió un poco. “Me haría bien compartir uno de mis momentos más lúcidos con ustedes.”
“¡Claro, nosotros felices!” exclamó Namazuo. “¡Busquemos algún rincón!”
“Pensaba irme, pero bueno… puedo usar un poco de distracción…” dijo la chica.

Así, los tres se acompañaron un poco más antes de terminar el presente día.



Llegó la mañana siguiente, la cual como un sábado en la mañana a fines de verano, fue un día brillante y agradable como sería de esperarse. La universidad de Hanasaki contaba con ligeramente menos estudiantes, especialmente en la zona de atletismo. Las HiMEs se pusieron de acuerdo para una sesión de entrenamiento físico, para lo cual se levantaron temprano y luego de estiramientos dieron vueltas alrededor de la pista.

Pese a intentar disciplinarse y realizar más entrenamientos, Cho terminó por cansarse, por lo cual la mayoría se animó a ir a un puesto cerca a hidratarse, aunque Reimu optó por quedarse por su cuenta y continuar trotando.

“¡Ahh, sí que necesitaba esto!” exclamó Marisa luego de tomar un buen sorbo de su ramuné. La rubia alzó su rostro al cielo y sonrió realizada. “Un poco de ejercicio un sábado en la mañana con amigos y en un día tan hermoso. ¡Esto sí que es vida!”
“Hehe, estoy de acuerdo, Marisa-chan,” Osaka asintió animada. “Pese a que no puedo seguirles el ritmo, me estoy divirtiendo igual.”
“Te he visto sentada en las tribunas al costado de la pista, Osaka,” comentó Tomo, quien negó con una sonrisa frustrada y se encogió de hombros. “No te intentes pasar de lista.”
“Aw…” su amiga exHiME le miró con leve reproche.
“Para tu información, Osaka sí ha hecho ejercicio, pero como recién te nos uniste hace quince minutos no te habrías dado cuenta,” observó Kashuu a Tomo, juiciosamente. “Más bien eres tú quien ha hecho el menor esfuerzo aquí.”
“¡No te metas conmigo, arma parlanchina!” le reclamó. “¡De todos modos sí vine pese a que son unos sacrificados ilógicos que se ponen a hacer planes para ejercitarse en nuestro día libre a las siete de la mañana! ¡Ustedes no saben lo poco que dormí anoche!”
“No me sorprendería que te hayas desvelado viendo televisión o revisando las redes sociales,” comentó Youmu con indiferencia.
“¡E-eso no es lo que importa!”
“¡Hahaha, se nota que te dio en el clavo!” Marisa se puso a reír con ganas.
“¡Ya, no se pongan en mi contra!” Tomo pasó a angustiarse.
“Ehm, suficiente, por favor,” pidió Cho, alzando una palma con modestia. La peliceleste miró hacia la dirección de la pista de atletismo, la cual no podían mirar directamente por un gimnasio en el medio y las amplias gradas que rodeaban a la misma. “Me preocupo por Reimu…”
“¿Eh?” Tomo alzó una ceja. “¿Por qué dirías eso? La estricta señorita miko que sabe mejor que la mayoría seguro sabe lo que hace.”
“Sé que tienes tus discusiones con ella, Tomo, pero digo lo mismo,” Marisa dio un suspiro. “En verdad, desde lo ocurrido en la playa, he notado que está más meditativa y se ha puesto más exigente consigo misma.”
“Hm, puede ser, de lo contrario habría venido con nosotros ahora…” dijo Osaka, apenada. “Espero que no se esté tomando su enfrentamiento tan a mal…”
“Sin duda no es la mejor forma de tomárselo, pero esa Princess la tuvo en jaque demasiadas veces,” observó Youmu, quien frunció el ceño. “Más bien son ustedes tres quien lo toman un poco a la ligera. ¿Acaso como exHiMEs no saben lo duro que es?”
“Ehm, bueno, no somos primerizas, Youmu,” Marisa sonrió incómoda. “Tal vez sí nos hemos acostumbrado un poco a las peleas, tienes razón…”
“Pues, sólo porque es una Princess y no un Rebel, no significa que no sea serio,” Tomo asintió convencida y se infló el pecho con orgullo. “Es más, creo que todas aquí saben de una exPrincess cercana a ellas que sí fue muy, pero muy peligrosa.”

Tomo miró curiosamente a todos intercambiar miradas y rápidamente darle una respuesta que no había esperado.

“Oh, cierto, Dakki-chan fue una Princess de temer, tienes razón, Tomo-chan,” Osaka asintió con una poco característica seriedad.
“No que haya existido en aquel entonces, pero los recuerdos de aruji son muy vívidos y me he convencido de ello,” dijo Kashuu.
“En verdad que sí, me daba miedo también,” Cho dio un suspiro. “Sólo por el hecho que es amiga cercana de Larsa me siento relativamente cómoda con ella.”
“Aw, pero Dakki-chan es bien linda~” canturreó Osaka, conmovida.
“Sí se me hace muy amena, aunque hasta en ese entonces que no las conocía a ustedes, había escuchado rumores de ella,” dijo Marisa, asintiendo con sus buenos ánimos. “Bueno, hablemos de otra cosa…”
“¡E-esperen!” Tomo se levantó y extendió sus brazos a los costados para aclamar atención. “¡N-no por decir que Dakki no es terrible, pero se están olvidando de alguien!”
“¿Alguien?” Youmu frunció el ceño.
“¿De quién?” preguntó Osaka, inocentemente.
“¡AHHH! ¡¿Cómo que de quién?!” estalló colérica. “¡Pues yo, maldición!”
“Hm…” Osaka llevó una mano a su mentón y se puso a pensar críticamente. “Tú… Ehm… ¿tú qué, Tomo-chan?”
“¡AAAHHH debes estar bromeando! ¡Hasta fui tu Princess, demonios!”
“¿Hablabas de ti misma?” preguntó Cho, confundida.
“¡Odio lo despistadas que se ven! ¡No hay respeto en este mundo!” se puso a lloriquear.
“Sí comprendí que por tu ego seguramente hablabas de ti misma,” Kashuu sonrió frustrado y se encogió de hombros. “Pero ya te das cuenta que nadie aquí te da la razón. Lo siento, pero los recuerdos de aruji tampoco te pintaron así.”
“¡Ahh, es que discriminan contra mí por no ser HiME!” Tomo se sentó en el piso en posición fetal y se cubrió la cabeza con sus manos. “¡Sólo por eso quisiera ser Princess de nuevo pero mis padres se enteraron y no me dejarán pasarme a Rizembool!”
“Ugh, espero que no quieras hacer semejante estupidez sólo para intentar quedar bien…” Youmu frunció el ceño. “Con frecuencia me olvido que fuiste Princess, así que no es importante.”
“Ihhh…” Tomo se quedó congelada y hundió más su cabeza.
“Ehh, ya, ya, más bien alégrate que Youmu no te vea como el enemigo, Tomo…” dijo Marisa, sonriendo incómoda y dándole palmaditas en el hombro. “Bueno, justo quería preguntarles otra cosa, así que retomemos la conversación. ¿Qué tal les está yendo en casa? Sé que el otro hermano de Roxas ha llegado y me dio la impresión que ha sido un tema sensible. ¿Todo bien?”
“Pues, poco a poco, diría yo…” Cho asintió y sonrió un poco. “Más bien, me parece que sólo hay que darle tiempo. Llegó un tanto huraño, aunque creo que irá abriéndose poco a poco…”
“Yo también tengo muchas esperanzas,” Osaka asintió contenta. “Lo que más me preocupaba era que Kashuu no se llevaba muy bien con él, aunque tienen algo en común.”
“¿Cómo así?” preguntó Youmu.
“A pesar de su manera de ser, Hachisuka tiene un buen gusto y sabe cómo decorar los ambientes de la casa y cómo vestirse,” observó el arma, un tanto animado. “Ayer pretendía alistar y decorar la sala y me encontré con él quien justo se encontraba en esa labor. Tuvimos una corta discusión, pero quedamos en cooperar y al final pienso que realizamos un buen trabajo en conjunto. Le tengo respeto por sus gustos, fuera de nuestras diferencias.”
“Sí fue un alivio, incluso Roxas se sorprendió al verles trabajar,” recordó Cho.
“Hehe, Horikawa fue el de la idea. Él le dijo a mada mada Kotatsu que ordenara la sala en primer lugar,” comentó Osaka.
“Ahh, te pido que no le llames así, por favor…” la peliceleste se dio un facepalm.
“Horikawa, ¿ah?” Kashuu sonrió rendido. “Ese chico es hábil en varias formas. Sin duda puedo aprender mucho de él.”

De repente, todos escucharon un fuerte golpe que retumbó profundamente en los alrededores, y que dejaron tanto a ellos como a las otras pocas personas mirando de un lado a otro. Entonces, oyeron uno segundo. Esta vez, el grupo identificó con claridad el sonido. Fue metal contra metal, fácilmente un ataque a las gradas.

Mientras la mayoría se quedó asimilando la realidad, Tomo fue la primera en reaccionar. Ella se levantó como resorte y corrió de regreso a la pista de atletismo.

“¡Un ataque! ¡Me lo voy a perder!” exclamó en plena carrera.
“¡Ahh, Tomo-chan!” Osaka corrió detrás de ella.
“¿Acaso Tomo aceptó sin dar rodeos que su urgencia se debe al ataque y no a velar por Reimu?” preguntó Kashuu, escéptico.
“Pues, no que me sorprenda…” Cho dio un suspiro.
“Haha es nuestra amiga desesperada por ser HiME,” Marisa se puso a reír.
“Oigan, no es el momento de distraerse,” les resondró Youmu, frustrada y acabando de desechar lo que habían tomado. “¡Vamos, puede que Reimu nos necesite!”

Tuvieron un corto periplo de regreso a la cancha, el cual de todos modos resultó ser largo en momentos o enfrentamientos de urgencia. El grupo vio a Reimu correr para evadir el mazo de su Princess, el cual al impactar con fuerza en plena cancha regresó volando a su dueña. Un simple escaneo delataba que ya había habido varios de esos ataques, con dos que habían arruinado partes considerables de las gradas de metal.




“Tsk…” Reimu se repuso y volvió a intentar utilizar sus haces de luz, pero observó el mismo extraño fenómeno. Estos se convirtieron en oscuridad en la proximidad de Seija y fueron lanzados en su contra y en todas direcciones.
“¡Ahh!” Osaka tuvo que agacharse para evadir uno de los perdidos, y todos terminaron por correr donde la HiME.
“¿Estás bien, Reimu?” preguntó Cho.
“…estoy bien…” dijo la miko, quien no perdía de vista a esa altanera Princess. Pese a sus palabras, sus ropas estaban sucias y tenía unos raspones en las piernas.
“No es del todo cierto, intrusa,” dijo Seija con un gusto perverso, mientras llevaba su mazo encima de un hombro. “O sea, no le culpo por no verme venir y darle una emboscada, así que el primer ataque la mandó rodando una buena distancia. ¡Hahaha, pero nada le justifica no ponerse a la par conmigo y darme una verdadera pelea! ¡Es sólo una debilucha!”
“¡¿Qué dices?!” Youmu pretendió correr hacia la Princess, pero Osaka y Tomo le agarraron.
“¡Youmu-chan, tranquila por favor!” le suplicó Osaka.
“¡Piensa un poco! ¡Si Shinkouhyou anda por aquí podría darte una paliza!” le alertó Tomo.
“Tch…” Youmu comprimió sus puños con impotencia.
“Pues, ese maestro no me andará supervisando en su mayoría, así que no que les vaya a poner en riesgo…” dijo Seija en el aire con indiferencia. “Y pues, no debería decirles esto, ¿cierto? Pero la verdad es que no les temo a ninguno de ustedes. Hm, aunque…” se fijó en Cho. “Tú no estuviste ese día, no te recuerdo. ¿Quieres pelear en el lugar de mi HiME?”
“…” Cho le miró intensamente, pero de igual forma se sintió paralizada.
“Aruji, sería imprudente meternos en esta pelea…” le aconsejó Kashuu.
“P-pero…”
“¡Haha, se te nota, eres una debilucha también!” exclamó riéndose a carcajadas.
“¡Loca de remate! ¡No te metas con mis amigas!” gritó Marisa, colérica.
“¡Ohh, hola hermanita~!” Seija se animó y le saludó con una palma.
“¡Grrrr, no me llames así! ¡Juro que te morderé!”
“¡Hahaha, primero aprende a volar!”
“¡¿Qué demonios haces aquí?!”
“¿Qué? Soy la Princess de la miko, ¿no? Obvio que la vendría a fastidiar,” dijo con completa naturalidad y encogiéndose de hombros. “Pero descuida que ya aprendí que mejor me dedico a molestar. No tengo intenciones de matar a nadie ni nada. Eso sería demasiado aburrido…”
“Tsk, ¡odio que lo digas como si fuera poca cosa!” Marisa reclamó alzando un puño.

En ese momento, los presentes escucharon sirenas que se acercaban lentamente.

“Hm, serán los de seguridad de la universidad…” Seija observó aburrida y se encogió de hombros. “¿Qué más da? No quiero problemas hoy. Regresaré a fastidiar en otro momento,” les dio un beso volado. “Nos vemos, chicas~”

Así, la Princess se esfumó volando con rapidez. Efectivamente, unos vehículos de seguridad llegaron y algunos guardias se pusieron a revisar los daños, mientras uno de ellos preguntó a los estudiantes por si había otras personas involucradas.

Una vez dieron su corto reporte, el grupo pudo respirar tranquilo, aunque Reimu continuaba frustrada y ofuscada.

“No entiendo el poder de mi Princess. Es como si pudiera usar mis propios poderes en mi contra…” musitó cabizbaja y pensativa. “Debe haber algo que pueda hacer.”
“Tiene que haberlo, estoy segura,” Youmu asintió determinada y se giró a Cho y Marisa. “Ustedes han sido HiMEs. ¿Tienen alguna idea sobre su poder?”
“Pues…” Cho intercambió miradas con la rubia, pero ambas delataron no tener información por sus expresiones. “Lo siento. No es algo que haya visto anteriormente.”
“En serio, y eso que he visto cada cosa y media que te deja despierta en la noche,” admitió Marisa. “Uhh, tenía que ser la pesada de Seija para tener un poder tan impredecible.”
“Suena que tienes un pasado con esa Princess, no que nos corresponda…” Kashuu se encogió de hombros. “Aunque parece que te tiene en consideración, Marisa. Parece que nos dejó en paz al más mínimo impulso por ti.”
“¡¿Eh?! ¡No se confíen con esa bruja!” Marisa se sobresaltó y se cruzó de brazos. “Bien me dijo que no quería meterse conmigo, pero no por eso puedo confiarme. Y ustedes tampoco, ¿de acuerdo? Esa es una traicionera.”
“Eh, sí, como digas…” el chico desvió su mirada incómodamente ante esa reacción.
“Pero en serio, ¿qué poder tendrá?” preguntó Tomo, meditativa. La exPrincess fruncía el ceño con frustración, cuando entonces pareció venirse con una brillante idea. “¡Ah, esperen!”
“¿Eh?” Reimu ladeó su cabeza. “¿Lo resolviste? ¿Eres útil para variar?”
“¡¿Q-qué demonios quieres decir con eso, estúpida miko?! ¡Y yo que intento ayudarte!” le reclamó, y entonces frunció el ceño y entrecerró los ojos. “O sea, no, no sé qué será, pero aquí tenemos a una experta en lo abstracto, ¿no?”
“¿Eh?” Osaka se confundió. “¿De quién hablas, Tomo-chan?”
“¡Pues de ti! ¡Tu maldita capacidad fue la probabilidad! ¡Si tu mente esquizofrénica la generó es porque seguro puedes procesar cosas igualmente raras!” exclamó agitando sus brazos. “¡Así que ya! ¡Ilumínanos! ¿Con qué estamos lidiando?”
“Ehm… pues yo…” Osaka se puso a pensar.
“Quizás pides mucho de Osaka, Tomo…” dijo Cho.
“Shh tú, vale la pena el intento, ¿no?”
“Hmm…” la exHiME lo meditó críticamente, y pasó a poner sus palmas en vertical haciendo el ademán de agarrar una caja en el aire, como si ordenara sus ideas. “Veamos… de lo que vi en la playa y hoy, a esta Princess le gusta remedar, pero no remeda igual…” Osaka movió sus palmas para pasar la ‘caja’ a otro costado. “Más bien, remeda pero al revés.”
“¿Al revés?” preguntó Reimu.
“Sí, o sea, tú le lanzas haces de luz y ella te devuelve rayos de oscuridad,” explicó con una sonrisa. Entonces volvió a quedarse meditabunda. “Aunque debería verla más en acción para comprenderlo mejor…”
“También paralizó a Youmu en pleno aire, pero no podemos estar seguras que sea el mismo poder…” comentó Marisa.
“Cierto, fue algo muy distinto,” Kashuu asintió.
“Pero tampoco podemos descartarlo,” dijo Cho.
“Tengo el presentimiento que se trata de lo mismo,” Osaka asintió. “El hecho que Youmu se parara a bruces es lo opuesto de haber saltado a toda velocidad, ¿verdad?”
“¿Eh? P-pero realmente suena un parámetro completamente distinto,” Youmu se vio inquieta y dio un pesado suspiro para verse torturada. “Da miedo pensar que su poder se extienda tanto, y eso que todavía no comprendo mi elemento del todo.”
“En fin, suenas casi convincente, Osaka, pero quizás es muy pronto para resolverlo,” concluyó Tomo. “Ya que, ojalá tengas razón, o ojalá no. Eso de remedar suena raro a tu medida.”
“Hmm…” Osaka le miró atentamente como si intentara decidir cómo tomarse su comentario.
“Bueno, muchas gracias a todos. No había esperado el apoyo que me dieron,” confesó Reimu.
“¿Por qué no?” preguntó Marisa. “Si somos amigos.”
“Será que estoy acostumbrada a arreglármelas por mi cuenta,” la miko sonrió incómoda. “No es que quiera minimizar su ayuda, más bien siempre me recuerdan que puedo contar con ustedes. Es un alivio en verdad, así que gracias.”
“No hay de qué, Reimu. Por eso mismo estamos aquí para entrenar. Hay que hacerlo juntas,” dijo Cho, sonriendo un poco.
“Aunque suficiente entrenamiento. Dejemos a los de mantenimiento reparar este sitio,” dijo Tomo, cansada.
“Tú que acabas de llegar…” observó Kashuu, alzando una ceja.
“¡Tú no me juzgues! ¡Además ni soy una HiME, sólo me confraternizo con ustedes!”
“Pero sí, luego de esto mejor vayamos a la enfermería,” continuó el arma.
“Estoy bien, ya se los dije,” Reimu agitó sus palmas con un poco de torpeza.
“Aun así, nos viene bien descartar. ¡Y luego te invito algo!” se ofreció Osaka, quien pasó a jalarla de una muñeca. “¡Vamos!”

De ese modo, ese pequeño incidente se dejó atrás y todos se marcharon de la zona de deportes.



Pasaron las horas y llegó la tarde. Hakata se presentó en el hospital dentro de Rizembool, donde se encontró con Yagen a Honebami, quienes le acompañaron a darle un breve tour por las instalaciones subterráneas. Entonces, Namazuo terminó apuntándose sorpresivamente, y así los cuatro llegaron primero a esa cafetería moderna, la cual Hakata tenía la autorización de usar desde ese instante.

Luego de una leve inspección y de impresionarse por esas modernas instalaciones, el pequeño prodigio siguió a sus hermanos mayores hacia el laboratorio del doctor de la familia. Honebami abrió la puerta para los demás.

“Adelante…” dijo inmutado, y espero a que los demás ingresaran antes de seguirles.
“Gracias,” Yagen dio un suspiro. “Ya viste el laboratorio, Hakata. Sólo me queda explicarte algunas reglas de uso…”
“¡Me sorprende la cantidad de libros que tienes aquí!” el pequeño rubio ya se había acercado a la estantería más cercana y abrió un libro grande y moderno de neurociencia para darle una rápida ojeada. “¡Ahh, esto se ve tan interesante y extraño! ¡Ohh!” pasó a dejarlo de lado y agarrar otro. “Hmm, por la temática de este libro, entiendo que la computación también tiene gran lugar en la medicina. Tiene sentido que tengamos este proyecto.”
“Sí…” el doctor se acercó a su hermano y tomó el libro. “Puedes siempre revisar todos los libros de esta estantería a tu discreción, pero te ruego que los dejes en su lugar cuando termines. Honebami es el que está a cargo de ordenarlos y limpiarlos. Lo mejor es no causarle incomodidades innecesarias, por favor.”
“Ah, cierto, perdón,” Hakata reparó en el primer libro que había agarrado, pero el peliblanco justo lo estaba regresando a su lugar. De todos modos, el rubio hizo una rápida reverencia. “Eh, me descuidé, Honebami-nii, perdón.”
“…” este negó. “Es mi trabajo. Descuida…”
“¡Pero soy tan feliz de ver que al menos uno de mis retoños tiene el permiso de entrar aquí!” exclamó Namazuo, quien abrazó a Hakata desde atrás. “¡Con más razón tengo que venir a visitarlos! ¡Será divertido!”
“N-Namazuo-nii, no me estrujas, por favor…” dijo Hakata incómodo.
“Hehe~” Namazuo no desistió y sonrió pícaramente, para mirarle desde un costado. “Y por cierto, sabía que eras inteligente, pero me ha encantado cómo fuiste detrás de nuestras espaldas y conseguiste algo imposible de Yagen. Nunca me he sentido más orgulloso de ti. ¡Así se vive la vida!”
“Ihh… ya me metí en problemas, no me lo recuerdes…”
“Pero me alegro que haya sucedido,” finalmente le soltó y su sonrisa se volvió más amena. “Pienso que esto será bueno para ti y a Yagen también le viene bien vernos los rostros. Cuando se aísla mucho se vuelve más distante y hasta Honebami se preocupa por él,” dio un guiño. “Ahora ayúdame a mantenerle un ojo encima, ¿de acuerdo?”
“Ehh, sí…” para variar, Hakata se confundió por ese favor de velar por uno de sus hermanos mayores y parpadeó un par de veces.
“Estoy aquí, tengo entendido que no debería escuchar eso…” comentó el doctor, frustrado y mirando a Namazuo con reproche. “Y no exageres tampoco. Deja de importunar a Hakata.”
“Vamos, todos somos hermanos aquí y estamos en confianza,” le aseguró Namazuo alegremente. Entonces, tomó a Hakata de la muñeca. “Estos dos seguro están tan acostumbrados a este sitio que no saben qué enseñarte, así que déjamelo a mí~”

La primera parada fue el pequeño cuarto adjunto donde había una cafetera, una pequeña cocina y una mesa con unas cuatro sillas.

“Creo que este lugar no se usa mucho, pero siempre que quieras comer algo puedes entrar,” dijo Namazuo, inspeccionando los espacios. Se tomó la libertad de abrir un par de cajones para apenas ver vajilla descartable y un sorprendente vacío en la refrigeradora. “Ahh, ¿qué te cuesta comprar cosas, Yagen? Paras mucho tiempo aquí.”
“Siempre es más práctico ir a la cafetería, y así no me molesto de traer artículos perecibles a mi laboratorio,” el científico se encogió de hombros y se dirigió al hermano menor con mejor disposición. “De todos modos, es un espacio abierto que puedes utilizar también, Hakata. Si necesitas algo, puedes avisarme.”
“Sí, gracias, Yagen-nii, aunque creo estar bien,” asintió y sonrió con simpleza. “Sí quisiera comer algo en esa cafetería que me mostraste, y también nos ahorra tiempo.”
“Pensamos igual.”
“Ay, hermanitos, la labor de cocinar algo también sirve para despejar sus cabezas y distraerse,” opinó Namazuo, frustrado, pero pasó a mostrar gran decisión. “Hm, entonces lo comprendo. Tendré que venir yo a prepararles una merienda.”
“No gracias,” Yagen negó pacientemente. “No quiero incendios en mi cocina.”
“Ahh, ¿por qué no tienes fe en mí?”
“Es prevención,” dijo Honebami inmutado.
“Uhh…” eso hizo al mellizo menor deprimirse más.
“Sigamos…” Yagen salió y se detuvo a corta distancia donde había un par de escritorios pequeños con computadoras sin uso presente, junto a otras mesas de laboratorio con algunos equipos debajo de fundas protectoras. “Cuando vengas a trabajar, puedes utilizar cualquiera de estos puestos, Hakata. Sólo necesitas ingresar con tus credenciales de estudiante. Asumo que ya te has hecho una cuenta.”
“Oh, por supuesto~” canturreó el rubio contento.
“Ah, esperen, se pasaron algo,” dijo Namazuo dándoles el alcance. Este apuntó a la camilla que estaba pegada a la pared que daba a la cocina. “Esta es una camilla de uso común que siempre está lista para que alguien la use, así que puedes quedarte dormido aquí, Hakata~”
“Ehm, dormir en el lugar de trabajo es contraproducente, pero lo tendré en cuenta…” Hakata alzó una ceja.
“Hehe, no te extrañes tanto. Entiendo que Yagen a veces se pone a trabajar sin parar por días y descansa aquí. Oh, y Ritsu es curioso y visita ocasionalmente, y cuando el viene es casi por sentado que dormita aquí un par de horas.”
“¿Qué hace Ritsu por estos lugares?” Hakata se extrañó y frunció el ceño. “Yo que tuve tantos problemas para entrar por un trabajo interdisciplinario y ese amigo tuyo entra como si nada. ¿Por qué…?”
“Ritsu no ha sido aprobado por mí. Sin embargo, habrá algún otro científico o personal que le habrá brindado de autorización, lo cual desconozco,” comentó el doctor sin darle mayor importancia. Dio un suspiro. “El hecho que yo esté en el mismo sector para el cual tiene permiso es una simple coincidencia. De todos modos, se porta mejor que Namazuo, así que no es como si me incomodara.”
“Siempre tan malo conmigo, hermanito…” Namazuo hizo un puchero. “¡Oh, ahora que recuerdo! Hablando de Ritsu, su cumple es mañana y nos ha invitado a todos a una pequeña reunión,” dijo amenamente. “Qué bueno que justo los veo ya que también quiere que vayan…”
“…” Honebami ladeó su cabeza.
“Haha, no te extrañes tanto. Ritsu-chan te tiene mucho cariño también~” canturreó. “¿Qué dices, Yagen? No te va a tomar mucho tiempo.”
“Tengo asuntos que atender,” comentó el doctor. “No cuento con mucho tiempo para salir de Rizembool para un compromiso social que no me corresponde directamente.”
“Sí, sabía que dirías algo así, pero estás con suerte porque Ritsu celebrará su cumpleaños aquí en Rizembool dentro de uno de los salones de conferencias,” declaró y los apuntó con una sonrisa. “Así que ahora no puedo escuchar un no de ninguno de ustedes dos.”
“Verdad que Ritsu vive dentro de la universidad, y suele ser muy lánguido como para movilizarse demasiado…” Yagen lo consideró con una mano en su mentón y se mostró rendido. “Está bien, apareceré por un momento, pero no pienso quedarme.”
“Curioso que escoja celebrarlo aquí, aunque si también reside en la universidad tendrá sentido,” Hakata se encogió de hombros. “Justo es domingo así que todos andaremos libres.”
“Hehe, exacto. Ritsu quiere agradecernos por el paseo que tuvimos, y dice que él mismo hará su torta de cumpleaños. ¡Ya quiero saborearla!” exclamó ilusionado. “¡Bueno, continuemos!”

Namazuo fue apuradamente hacia otra puerta, la cual abrió y prendió las luces. Se reveló una sala amplia de consultas con una camilla apta para cirugías, aunque carecía de los instrumentos necesarios para funcionar como tales.

“¿Q-qué hace un lugar como este aquí?” preguntó Hakata, impresionado. “Yagen-nii, ¿has operado a alguien en tu espacio?”
“Hmhm, no tienes que asustarte, Hakata,” dijo el doctor con una sonrisa tranquila. “Por mis labores más recientes, este cuarto con poca frecuencia es utilizado. De querer hacerlo funcional, debería pedir los instrumentos y recursos, aunque sigue siendo un espacio donde puedo atender algunas lesiones menores o hacer chequeos rutinarios, no que realmente sea mi deber.”
“Ajá…” se quedó en suspenso al notar que su hermano no le había respondido.
“Sé que eres un doctor, pero no me gusta la idea de que uno de mis lindos hermanitos vaya a operar a alguien,” Namazuo dio un suspiro. “Venimos aquí por una simple razón,” apuntó a una puerta a un costado de esa sala. “Ahí está el baño. Es una pena que tengas que pasar por este espacio aterrador cada vez, aunque al menos no necesitas salir del laboratorio.”
“No es aterrador…” observó Honebami, inmutado.
“Sin duda ustedes dos pasan mucho tiempo aquí como para notarlo…”
“Si realmente quieres velar por nuestro hermano, deberías parar con tus intentos de asustarle,” opinó Yagen.
“No es la intención, sólo decía lo que pienso,” Namazuo dio un suspiro. “Perdón si causo problemas.”
“Pues no que me hayas asustado, Namazuo-nii, pero sí me sorprendió ver un lugar tan clínico en este laboratorio,” dijo el menor. “Vi una puerta blindada en el laboratorio, ¿qué es eso?”
“¡Ah sí!” Namazuo volvió a animarse y los cuatro se aproximaron a esta, para ingresar.

El rubio se sorprendió de sobremanera al ver un ambiente tan enorme y espacioso, cuyo techo y suelo sobrepasaban los límites del nivel subterráneo. Él bajó por las escaleras inmediatas a la entrada para observar un espacio gigantesco y blindado por doquier.

“Esto… ¿qué es?”
“Es un bunker, capaz de resistir agresiones desde afuera, o contener las mismas desde adentro,” observó Yagen. “Como una institución parcialmente bélica, fue diseñada y pensada para contener incluso a Rebels y orphans. No es el único bunker de su tipo, aunque sigue siendo una responsabilidad por ser encargado de este. Honebami también me ayuda con su mantenimiento.”
“…” este asintió.
“¿P-por qué eres el responsable, Yagen-nii?” preguntó Hakata, quien inspeccionaba el espacio. “No veo ningún otro acceso.”
“Mis trabajos en Rizembool han sido varios, y hay otros motivos por los cuales soy responsable, aunque no es algo por lo cual debes inquietarte, Hakata,” le aseguró con una sonrisa.
“…” pese a sus tranquilas palabras, el pequeño sentía que, sea cual sea el motivo, debía traer algo incomprensible y misterioso de por medio. No podía tomárselo a la ligera…
“¡No sé por qué nuestro hermanito tendrá su bunker personal, pero es fenomenal!” exclamó Namazuo, feliz de la vida. “Un día estaba aburrido con Ritsu y los dos vinimos para quemar cosas con lanzallamas, ¡y nada pasó! ¡Ritsu hasta lanzó una granada y apenas nos sacudimos!”
“Ehh…” eso hizo que Hakata se frustrara y se diera un facepalm. Le costaba creer que era el único que se lo cuestionara.
“Nada ocurrió en sí, pero sigue siendo una falta de profesionalismo, y me pueden meter en problemas,” dijo Yagen con leve molestia. “Y esa granada era experimental de otro laboratorio. Ritsu pudo haberla detonado sin darse cuenta.”
“Sigo siendo el encargado de mantenimiento, Namazuo…” dijo Honebami, con leve severidad.
“Sí, perdón. Más bien quisiera aprovechar este espacio enorme para practicar kendo con alguien. Es una lástima que no dejes que Ichi-nii entre a este lugar.”
“Me he explicado múltiples veces sobre por qué no deseo incomodar a nuestro hermano mayor. En fin, este no es un espacio que necesitarás usar, Hakata, y sé que no te prestarás a las travesuras de Namazuo. Regresemos,” Yagen volvió a subir las escaleras y fue seguido de los demás.

Ellos regresaron al ambiente central y Hakata notó una puerta cerrada cerca de la puerta del quirófano.

“Nos saltamos esa, ¿qué es?” preguntó el pequeño.
“Un almacén…” Honebami cerró sus ojos. “No es relevante.”
“Pues sí, hay cajas y más cajas. Nada que nos fuera a llamar la atención,” dijo Namazuo. “Pero si quieres podemos entrar.”
“No, prefiero que no toquen nada ahí. Algunas cosas pueden ser importantes,” comentó Yagen. “El bunker y el almacén son superfluos a tu uso del laboratorio, Hakata. Y recordando lo irresponsable que Ritsu puede ser, ahora que más personas pueden visitarme, tendré que echarles seguro permanentemente.”
“Es lo mejor…” el peliblanco asintió.
“Eh, bueno, lo comprendo, Yagen-nii…” Hakata se vio un poco desanimado por ello, aunque tenía perfecto sentido. El pequeño pretendió caminar hacia el lado más utilizado de ese laboratorio donde estaba el escritorio de su hermano y el estante de libros modernos, cuando entonces algo llamó su atención.

Había cuatro estanterías paralelas y largas de libros y documentos, con la primera frente al escritorio principal y la más cercana al ingreso, y la última adjunta a la puerta del bunker. Al salir por dicha puerta, observó que el bloque final de la cuarta estantería difería de todas las demás. Ese extremo tenía unas puertas de vidrio cerradas con llave que impedían el acceso a los contenidos, los cuales en su mayoría parecían archivos, junto con algunas cajas y hasta un rincón de multimedia. Hakata alzó una ceja y se acercó a ese espacio.

“…” Yagen le observó y sonrió con ironía. Lo mejor era explicarlo de una vez.
“Yagen-nii, ¿qué es todo esto?” preguntó el rubio, mirando atentamente a los documentos. “¿Por qué está guardado de manera especial?”
“Verás, en su mayoría son documentos antiguos y casi obsoletos,” explicó tranquilamente. “Los preservo detrás de vitrinas porque son los trabajos e investigaciones de mi maestro.”
“¿Eh?” eso hizo que Hakata mirara atentamente y con sorpresa a su hermano. En algún momento había escuchado sobre dicho maestro de su hermano doctor, pero Yagen nunca había hablado al respecto. “¿En serio?”
“Como la persona que me enseñó desde temprana edad y una mente brillante de su época, le sigo brindando un espacio importante en mi laboratorio, aunque deseo velar por la preservación y el secretismo de sus trabajos. Tengo algunos libros antiguos que él también utilizó en su época en otras estanterías. Supongo…” se puso a pensar ensimismado y con la mirada hacia arriba. “Es una ventana al pasado y otro punto de vista.”
“…”
“Por ello debes entender que no deseo que nadie los acceda. Lo creas o no, algunos de esos documentos son frágiles y su imprenta se ha borrado con el paso del tiempo. Son archivos que me conciernen principalmente, y los dirigentes de Rizembool también confían en mí.”
“Está bien, entiendo lo que dices,” Hakata asintió. “Sin duda yo no lo apreciaría como tú y tampoco quiero causarte problemas.”
“Me alegra que lo entiendas.”
“Pero espero que algún día me hables de tu maestro, Yagen-nii,” dijo Hakata, sonriente. “Alguien que recibe elogios de ti de esa manera debe haber sido todo un genio y una gran persona. No nos has hablado de él, así que tengo mucha curiosidad.”
“…” Yagen le observó con leve confusión, y pasó a sonreír frustrado. “Dudo tener algo interesante que contarte sobre él, pero lo consideraré. Descuida.”
“Yo te he preguntado varias veces, y nunca has querido hablar, hermanito,” comentó Namazuo. “Y prometo que no tocaré esos documentos que tienes ahí, pero a veces me das ganas de darte la contra por lo reservado que eres.”
“No puedes,” declaró Honebami, severamente.
“Ihh, no te molestes conmigo, hermano…” Namazuo se asustó un poco por su reacción. “O tú puedes hablar también. No llegué a conocer a ese maestro, pero tú sí, ¿no es así?”
“…” asintió.
“¡Así que dinos qué piensas de él!”
“No tengo comentarios al respecto…” dijo neutralmente.
“Uhh, sabía que dirías eso…” hizo un puchero.
“No le den más rodeos al asunto,” Yagen dio un suspiro. “Esto termina el tour. Ya sabes las áreas que puedes acceder, Hakata, y aparte de esta sección de documentos, puedes revisar los otros estantes, aunque dudo que sean de tu interés. ¿Tienes alguna duda?”
“Eh sí. Mi tarjeta de estudiante ya me permite pasar por el control de seguridad. ¿También la puedo usar para ingresar al laboratorio?”
“Prefiero que toques el timbre. Sólo Honebami, Tsurumaru y yo estamos autorizados para ingresar sólo con nuestras tarjetas. Si nadie te contesta, es porque no me encuentro en mi laboratorio, así de simple,” explicó tranquilamente. “Debido a ello, sería mejor que confirmaras que vas a venir antes de hacerlo, ya que podemos no coincidir.”
“Sí, entiendo, así será,” asintió obedientemente.
“Eso sería todo. Puedes retirarte si no tienes más que atender.”
“Ehm pues…” Hakata desvió su mirada. “Ya que paseamos por aquí, esperaba que nos llevaras a esa cafetería. Quiero ver cómo usar esos hologramas.”
“Está a tu disposición,” Yagen se confundió. “Puede ser intimidante en un inicio, pero confío que aprenderás a usarlo sin realmente intentarlo. Eres inteligente.”
“Pero…”
“Yagen, tu hermanito quiere pasar tiempo contigo,” Namazuo llevó sus manos a sus caderas. “Y yo sé de otro hermano mayor que también quiere pasar tiempo con su hermanito.”
“…” el doctor le miró impaciente.
“¿Qué te cuesta? ¡Hay que darnos una merienda! ¡Tampoco me has llevado a ese sitio antes y yo no soy un usuario!” exclamó alegremente. “¡Déjame jugar con ese holograma, di que sí!”
“Está bien…” rodó los ojos. “Sólo compórtate. Esa cafetería se conoce por ser tranquila y silenciosa. No incomodes a los demás.”
“Ya sabes que puedes confiar en mí,” le aseguró amenamente.

Luego de terminar con el tour, los hermanos regresaron a la cafetería para darse la merienda y pasar un poco más de tiempo en compañía.


Por otro lado, la primera reunión del laboratorio del horario de Izumi Sena estaba por iniciar. Como estudiantes, el grupo acudió a un laboratorio instrumental de un edificio vecino a la facultad de química, el cual contaba con la mayoría de los equipos que conformaban el currículo. El jefe de práctica miraba distraídamente su celular antes de que la hora iniciara. A él sólo le bastó observar a todos de manera severa para nuevamente imponerse y verificar que incluso aquel chico que le gritó el día anterior había regresado a guardarse sus reclamos y mantener silencio. Ello le hizo sonreír sabiendo que no tendría que cambiar su comportamiento.

Mientras tanto, Naoto sentía la tensión y terribles ánimos del resto de su clase y volvía a lamentarse haberse inscrito a ese horario por un supuesto desafío que hasta el momento no valía el maltrato. Aparte de ello, la chica miraba discretamente de un lado a otro para confirmar que Ritsu no la fastidiaría ese día como le había amenazado discretamente. No sabía señales de momento y sólo podía esperar que ello no cambiara.

“Bien, clase, es hora,” dijo Izumi mientras aseguraba la chapa para que nadie más ingresara. Este inspeccionó a todos desde arriba para nuevamente ‘declarar su autoridad’, y sonrió satisfecho. “No vamos a hacer ningún ejercicio de laboratorio hoy, pero han traído su indumentaria. Muy bien, inteligente de parte de ustedes, ya que no tengo razones para fastidiarlos,” dio unos aplausos pausados. “Ya van aprendiendo…”
“…” Naoto dio un pesado suspiro al notar a más de uno a su alrededor que comenzaba a calentar motores por la ira que pasivamente irradiaba.
“Pero ya, no quieren desperdiciar su sábado en la tarde y para variar yo tampoco, así que terminemos con esta reunión de normativas de seguridad de una vez,” Izumi regresó a su sitio frente a la clase y agarró su folleto. “A ver, a ver… para empezar, este laboratorio se mantiene con aire condicionado a una humedad y temperatura constantes…” pasó a escribirlas en la pizarra. “Me molesto a hacer esto porque una fluctuación podría causar problemas en algunas de las máquinas más delicadas. Hay un termostato en cada pared. Si bien un cambio tienen que notificarme inmediatamente… ya, de ahí…” pasó la hoja. “En caso de incendio, deben escapar por la puerta, así de simple, no hay otras salidas pero los pasillos son espaciosos…” dio un bostezo para denotar su gran indiferencia. “Y pues está la caja de fusibles por si debemos cortar la corriente, pero eso sólo me corresponde a mí,” alzó una ceja y miró a los estudiantes. “Esto no está en el manual, pero asumo que es sentido común que por ningún motivo deben desconectar nada que está conectado aquí, ni siquiera las computadoras. Estas máquinas son caras y en lo que a Rizembool respecta cada una vale más que un puñado de estudiantes, ¿de acuerdo? Sigamos…” volvió a revisar ese folleto. “Ah, claro, el extintor está en ese rincón. Luego les enseño a usarlo,” lo apuntó con pereza y caminó a un aparato cercano a la mesa del maestro. “Este recipiente es para limpiarse los ojos en caso de contaminación química, el cual se maneja con esta llave. Esta otra llave activa la ducha encima de mí, sólo en caso de incendio o nuevamente contaminación…” se encogió de hombros y pasó a agarrar el puntero de madera. “Pero no somos precisamente químicos y si tengo a alguno de ustedes metiéndose en problemas, rueguen que el fuego los mate antes que yo. No necesitamos drama aquí.”
“…” Naoto negó. Juraba no haber visto ese tipo de puntero en ninguna otra de sus clases. Seguramente ese chico lo pediría especialmente, no le sorprendería.
“Y para terminar con la parte de incendios… ¡tú!” Izumi apuntó a una chica sentada en un rincón de la clase.
“¡S-s-sí!” exclamó esta con un hilo de voz.
“Tsk, ¿qué haces asustándote, debilucha?” se quejó el peligris, impaciente. “Tú estás sentada más cerca de la manta contra incendios,” apuntó un cajón en la pared. “Está ahí. Sácala para que los demás lo vean.”
“S-sí, enseguida…” asintió rápidamente y caminó hacia allá.
“En fin, a simple vista es como una manta cualquiera, pero está hecha de un material resistente que asfixia a las llamas. Se usa para extinguir fuego de poca extensión o para cubrir a alguien. Está en el otro extremo en comparación con la ducha por ese preciso motivo, así que no lo traten como cualquier cosa…”
“Ehh… s-sensei…” dijo la chica.
“¿Qué? ¿Ya lo tienes?”
“N-no está…”
“¿Qué dices?” Izumi se extrañó y vio que dicho contenedor efectivamente estaba vacío. Ello le extrañó lo suficiente para caminar a ese lugar. “Qué extraño, es una falta seria. ¿Quién será el responsable de esto?”
“No lo sé…” la chica negó y al ver al jefe de práctica inspeccionar el casillo, ella pretendió regresar a su sitio, pero entonces notó algo debajo de una mesa. “¡AHH!”
“¿Qué tienes, niña?” preguntó el peligris, fastidiado.
“¡Hay una persona en el piso!” exclamó apuntando al bulto. “¡C-creo que es alguien durmiendo! ¡Parece que está usando la manta!”
“¿Manta?” preguntó otro chico.
“Verdad…” una chica se acercó.
“Manta…” Naoto se puso a pensar. De inmediato lo comprendió y se paró de golpe. “¡¿Q-qué?!”
“¡Un momento!” Izumi comprimió sus puños y se agachó. “¡¿Qué estás haciendo aquí?!”
“Hmm…” Ritsu comenzó a desperezarse al oír bulla, pero no llegó a levantarse por su cuenta ya que Izumi lo agarró del cuello de su camisa. “Ahh, espera…”
“Maldición, ¿por qué has venido?” preguntó la peliazul, caminando hacia el intruso. Ella se dirigió a Izumi. “Ehm, por favor no le hagas daño. Él no debería estar aquí, pero…” se detuvo y dio un suspiro. “Ni sé por qué lo defiendo, él se lo buscó, pero Ritsu no es malo. No le causes problemas, por favor…”
“O-oye, Shirogane,” un compañero de clases le susurró. “No te metas, recuerda que este jefe de práctica está loco…”
“¿Ah?” Izumi alzó una ceja con gran disgusto. “Shirogane, ¿acaso lo conoces?”
“¿Perdón?” la chica se impresionó.
“Fufufu…” Ritsu se soltó del peligris. Él sonrió satisfecho y observó al par. “Lo sabía. Tenías que ser tú, Secchan. ¿Tú eres el jefe de práctica pesado que está torturando a Nao-chan?”
“Ritsu… ¿tú conoces a Izumi Sena?”
“Secchan y yo nos conocemos desde hace bastante tiempo, no me creerías si te lo digo ahora,” comentó tranquilamente, entretenido. “Tenía las más mínimas sospechas, pero como ayer me dijiste que tu jefe de práctica era un Rebel, sabía que hablabas de él. Así que no creas que vengo principalmente para fastidiarte, Nao-chan,” alzó su índice y mantuvo su sonrisa. “Más pretendo fastidiar a Secchan con mi visita.”
“Tsk, Kuma-kun, ¿qué se supone que haces?” le cuestionó el Rebel.
“No, ¿qué es lo que tú estás haciendo, Secchan?” Ritsu formó una sonrisa mordaz que visiblemente intimidó al otro. “Fufufu, oír a mi estimada Nao-chan temer por mi bienestar me hace comprender que no estás siendo más que un bully con toda esta gente inocente. ¿Acaso te gusta hacerles sentir miserables? ¿Tanto quieres que todos estos te odien? Tú que gustas de cuidar e instruir a los kouhai sin duda te haces parecer el completo opuesto. Pero sé que siempre has sido conflictivo, o será placentero desquitarte con terceros por quién sabe qué amargura llevas en tu vida…” se encogió de hombros, cansado. “Supongo esto último no es sorprendente. Por algo siempre has sido la estricta y neurótica madre de nuestro círculo de amigos…”
“Tch…” entrecerró sus ojos.
“En fin, no soy quién para decirte cómo comportarte, pero si alguien estudioso y razonable como Nao-chan se ha quejado de ti, al menos baja la intensidad, ¿sí?” llevó sus manos a sus caderas y se inclinó hacia él con un aura demandante. “Ella es mi amiga también y si tú pretendes hacerla sentir mal o continuar usándola de ejemplo o excusa para tu neurosis, seré yo quien te lo haga pagar. Y sabes que no debes meterte conmigo.”
“Ehh…” Izumi continuaba impresionado por esa extraña coincidencia, y regresó a su frustración y fastidio al oír a toda su clase rumorear curiosos sobre ese inesperado desarrollo, además de verle inquieto para variar. “Tsk, ya, te gusta llamar la atención, pero te oí claro, Kuma-kun. Vete de una vez.”
“Fufufu, no intentes espantarme, Secchan,” le sonrió gatunamente. “Tú en verdad no eres capaz de lastimar a nadie… ¡ouch!” Ritsu pasó a estremecerse ya que el pelinegro le jaló de una oreja.
“Sabía que no te marcharías tan rápido. Yo mismo te sacaré,” lo comenzó a llevar hacia la salida cuando entonces vio la manta que tenía encima de sus hombros y se la arrancó. “¡Y suelta esa estúpida manta anti-incendios! ¡Compórtate!”

El peligris lanzó la manta a una dirección aleatoria y empujó a Ritsu fuera del laboratorio. Al abrir la puerta, espantó al par de alumnos que llegaron tarde que habían estado esperando ingresar para caminar entre ellos, quienes entraron a la clase con rostros perdidos.

“¿Q-qué acaba de ocurrir?” preguntó un chico aleatorio, intercambiando miradas.
“Ahh…” Naoto dio un pesado y cansado suspiro en lo que se daba la labor de recoger y doblar la manta para guardarla en su respectivo lugar. Empezaba a sentir que tendría un semestre más largo y problemático de lo que hubiera predicho.

“Uhh…” Ritsu agarró su oreja asediada con dolor ni bien su amigo le soltó con brusquedad. Ambos se encontraban en el pasillo a unos metros del laboratorio.
“Cuando comencé a ser jefe de práctica, pensé que tuve tu palabra que no vendrías a molestarme,” reclamó Izumi colérico. Esta vez él era quien le encaraba con sus manos en sus caderas y una comprensible ira.
“Sí recuerdo…” el pelinegro dio un suspiro y sonrió un poco. “Dure más de un semestre, ¿puedes creerlo?”
“¡No estoy de humor, Kuma-kun!” le requintó y desvió su mirada. “Tsk, y ni sabes lo que haces. Esa manta es asfixiante. Podrías lastimarte si te cubres el rostro y duermes con ella.”
“Lo consideraré,” Ritsu asintió. “Ha sido una sorpresa para mí que un artículo contra incendios pueda ayudarme tanto para dormir, pero es cierto que tiene un uso. Más bien muchas gracias, Secchan. Pese a nuestro presente predicamento, no fallas en velar por mí.”
“¿Ahh?” le preguntó desconcertado por dicha conclusión. Entonces miró de reojo y vio a algunos alumnos asomarse por la puerta y expiarles. “¡Regresen a sus sitios o los castigo!” les gritó y logró espantarlos.
“Fufufu, yo que te conozco mejor casi diría que temes que estos chicos caminen por encima de ti,” comentó Ritsu con ironía. “Bueno, ya decidiste ser un terrible ogro con ellos. Será muy difícil cambiar de actitud sin lastimar tu frágil ego, Secchan~”
“Tsk, ¿qué tonterías dices?” le preguntó con disgusto. “Esos simplones no me interesan para nada. Enseñar me da paga y propósito. No actúes como si fuera una buena persona.”
“Casi me convences a mí que no lo eres. Sí que te gusta ser difícil,” dio un suspiro. “Está bien, eso será nuestro secreto, pero intenta no ser tan desagradable. Nao-chan ha estado descorazonada esta primera semana por tu culpa, y como alguien que a diferencia de ella no promete mucho académicamente, me duele verla así.”
“…ese no es mi problema,” Izumi se cruzó de brazos y desvió su mirada. Pese a aparentar indiferencia, se vio un poco incómodo.
“Ella te importa, ¿no es así? Como un buen senpai, sabes reconocer cuando tus kouhai valen la pena, y te sientes personalmente involucrado de hacerles crecer. Las atenciones, aunque malas, que le has dedicado lo delatan,” Ritsu asintió y sonrió traviesamente. “Quisiera seguir amenazándote, pero sólo prométeme que serás un poco más comprensivo, ¿sí? Tampoco quiero verte incómodo a ti, Secchan.”

Por su parte, Naoto se asomó por la puerta al extrañarse de que estuvieran hablando tanto tiempo. Su ‘osadía’ hizo que otros, principalmente chicas, le acompañaran.

“Naoto, ¿cómo así te conoces con ese chico?” preguntó una chica.
“Pues, fue por casualidad cuando entré a la universidad…” dijo distraídamente, y pasó a extrañarse. “¿Y por qué lo preguntas?”
“¿Cómo que por qué?” preguntó la amiga de la otra. “¡Estamos hablando de Ritsu Sakuma!”
“¡Sí, es un idol reconocido!” insistió la primera con grandes ánimos. “¡No sabía que estudiaba en Rizembool también!”
“¡Y qué suerte tienes, Naoto!” se unió una tercera. “¡Además de inteligente eres amiga de un idol famoso, y uno que le hace frente a nuestro jefe de práctica aterrador por ti!”
“E-exageran, no es para tanto…” la chica se frustró y entrecerró sus ojos. “Y es un pesado como amigo, ustedes no lo conocen.”
“Ay, pero sabemos que a Ritsu-sama le encanta que lo consientan~” canturreó una.
“Sí, y es engreído y fastidioso y travieso, ¡y simplemente muy bello~!” dijo otra soñadora con sus manos en sus cachetes.
“Si yo pudiera tenerlo de amigo, lo consentiría de por vida,” declaró otra con gran determinación y sus ojos brillantes.
“…” por su parte, Naoto les miró con horror en su rostro al igual que varios otros estudiantes.
“¡Ya les dije que no me espíen, descerebrados!” gritó Izumi al grupito de estudiantes en la puerta, e hizo que la mayoría regresara al interior.
“Espera, Nao-chan,” Ritsu le hizo un gesto con su mano para llamarla.
“Ehh…” ella se sintió en el aire, pero se rindió a acercarse ya que el otro no desistió en llamarla.
“¿Qué haces convocando a mi estudiante así?” reclamó Izumi, insultado. “Soy el jefe de práctica, Kuma-kun. Más respeto.”
“…” Naoto casi quiso decirle que no usara ese apodo si respeto era lo que buscaba.
“Vengo aquí por una tercera razón que es una muy afortunada coincidencia,” Ritsu sacó un par de tarjetas pequeñas y simples y extendió una a cada uno. “Como bien sabrán, mañana es mi cumpleaños, y ya reservé un salón de conferencias aquí en Rizembool. Los espero ahí a las seis de la tarde, no falten.”
“Eh…” la chica leyó los detalles de la invitación. “Iré, pero…”
“El laboratorio de este curso dura hasta las siete, Kuma-kun. Vamos a llegar al menos una hora tarde,” informó Izumi con leve fastidio. “Y ya, iré, pero no pienso quedarme. Siéntete honorado que haré un ínfimo espacio para ti en mi muy ocupado horario.”
“Fufu, sí, como tú digas, mi querido y tsundere Secchan~”
“Te daré un escarmiento mañana…” dijo a regañadientes y con gran odio.
“Bien, ya me puedo ir antes que el resto de tu clase se espante,” Ritsu se dio media vuelta. “Hasta mañana, los espero.”
“Hasta mañana, Ritsu…” Naoto lo despidió con una mano y por instinto se giró a Izumi, quien levantó su mentón hacia arriba con desprecio.
“¿Qué? ¿Piensas que nosotros ahora seremos amigos? Aprende tu lugar,” dijo y caminó de regreso al laboratorio. “Ya, ven o te dejo afuera. No te creas la gran cosa.”

De aquel modo, continuó ese corto repaso de las normas de seguridad. Este terminó temprano y así los presentes pudieron retirarse para disfrutar del resto del día y alistarse para el laboratorio que tendrían al día siguiente.
« Last Edit: October 31, 2019, 09:35:45 AM by Cho »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #597: October 31, 2019, 02:32:08 AM »
Hoi hoi minna vengo con un fic super corto pero necesario


Después del paseo, Rinne aún se encontraba afectada,pero no por sus lesiones sino por lo que le había pasado a Shinobu ya que para ella aparte de su hermano y Miyauchi, era lo que mas amaba en este mundo, ahora se encontraba en su habitación echada en su cama con fiebre, ya que desde ese dia empezó a entrenar sin descanso hasta cuando llovia,por lo cual ahora estaba resfriada

En la cocina se encontraba su hermano mayor Sogo y Miyauchi ambos estaban cocinando, debido a que Rinne le preocupada mucho Sogo decidio detener por unas semanas sus actividades de idol, ya que sentía que debido a sus actividades la estaba descuidando

Sogo-sama…ya le dije que no se preocupe en cocinar que yo lo haré, usted también tiene que descansar acaba de regresar de su ultima presentación y de ahí ni siquiera se ha ido a duchar o descansar siquiera…-

No te preocupes Miyauchi…-le dijo con una suave sonrisa- además apartir de mañana estaré de vacaciones de mis actividades de idol aunque tenga que volver a clases de la universidad,permite al menos poder hacerle esta sopa a Rinne con mis propias manos…-

El rubio se acerco a su amo y apoyo una mano en su hombro- En verdad que es asombroso Sogo-sama…-

No lo creo…he descuidado mucho tiempo a Rinne y por mi culpa las cosas están de esa manera…no quiero que vuelva a perder el control como lo hizo cuando estaba en primaria y con el incidente con Shinobu-kun…-

Pero eso no es su culpa, usted es su hermano…no es su padre…y si alguien tendría que tener la culpa ese seria yo que no pude protegerla-

No, eso no Miyauchi…tu has hecho mucho por nosotros y lo que le sucedió a Rinne no es tu culpa …asi que no lo vuelvas a repetir deacuerdo?...-apago la cocina para girar a mirar a su mayordomo-Si no fuera por ti, tanto Rinne y yo no sabríamos que hacer…-lo abrazo cálidamente-

Sogo-sama…-le devolvió el abrazo- pase lo que pase siempre estaré al lado de ustedes…-

Muchas gracias…-dijo sintiéndose aliviado para separarse de él un poco sonrojado-ahora que me siento mas tranquilo, necesito que empecemos a investigar quien fue la persona que se atrevió a lastimar a mi hermana…-su mirada se volvió un tanto seria-

Ya estoy trabajando en eso…gracias a la ayuda de los mayordomos de la familia Daidoji estoy analizando todos los videos de los días del paseo, además de los antecedentes de los mayordomos que fueron designados para atender a Rinne-sama y a los demás, de la misma manera también estoy investigando a los enemigos tanto del clan Kinomoto y Li, como ambos pertenecen a clanes yakuza siempre están al acecho de enemigos…asi que debo de suponer que en un par de días podría tener indicios de algún sospechoso…-

Me gustaría también que investigaras en Rizembool…no es que desconfie de mi escuela, pero siempre es bueno tener alguna información de más-

Tambien me adelante a eso Sogo-sama y claro que le tendré un informe de todo…-

Muchas gracias…- volvió a sonreir para empezar a servir la sopa que le daría a su hermana-

Sogo subio a la habitación de Rinne, mientras que Miyauchi se estaba encargando de preparar su baño para luego echarse a dormir

Cuando abrió la puerta del cuarto, observo a Rinne que estaba sentada observando en su celular fotos que pudo tomar a Shinobu en el paseo, tenia una suave sonrisa en el rostro

Rinne es hora de cenar…-

La joven guardo el celular y giro a ver a su hermano-muchas gracias Sogo-niichan…-

Coloco una mesita en la cama para que la joven empezara a comer

Como te sientes?...-

Me siento algo mejor…-

Cuantas veces te he dicho que no te sobreesfuerces en tu entrenamiento? Si no entrenas adecuadamente no tendras óptimos resultados…-

Entonces como puedo hacer para que no vuelva a sucederle nada a Shinobu-kun?...me siento muy débil…-

Tu eres muy fuerte Rinne...pero necesitas a alguien que te entrene…llamaré a alguien para que venga a entrenar
contigo…le diría a Miyauchi pero no quiero sobrecargarlo de tantas actividades…-

Yo tampoco quiero pedirle mas cosas…por eso no le pido que me siga entrenando…-mientras seguía tomando la sopa-muchas gracias por el apoyo niichan…prometo no volver a preocuparte mas deacuerdo?...-sonrio cálidamente-

Con esas palabras me siento mas tranquilo…-cuando vio que termino de tomar la sopa, tomo el plato y jalo la mesita a otro lado- ahora procura descansar para que puedas volver a asistar a clases deacuerdo?

Deacuerdo niichan…-

Sogo se retiró de la habitación, dejando a Rinne sola

Niichan lo siento…pero no puedo quedarme tranquila hasta que no encuentre al miserable que nos hizo eso…aunque tenga que volver a ponerme salvaje, no voy a permitir que lo vuelvan a lastimar…-su mirada era sombria- aunque tenga que volver a lastimar las personas…-
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matta ne!!!

Mimi-chan


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #598: October 31, 2019, 01:04:24 PM »
Último fic del mes u_u está muy macabro pero era necesario para unos planes que vienen a futuro con @Eureka

Unas últimas puntadas en el uniforme y terminaría de dejarlo perfecto para que el dueño de este pudiera lucir impecablemente como merecía. Le costaba aún pensar como Inosuke pudo haber dañado el uniforme de basket apenas entregárselo, pero la jovencita entendía que se engañaba a sí misma cuanto trataba de excusar el “como” llegó el uniforme a ese estado sabiendo perfectamente que el joven de cabellos negros con terminaciones azuladas era más bien descuidado con sus cosas.

—Nezuko… Así está bien. — murmuró en un gruñido Inosuke, quien permanecía recostado boca arriba, hastiado de la delicadeza de la joven en su esmerado trabajo por dejar su ropa muy presentable. —Lo haré tira de nuevo.
—Nezuko sabe lo que hace, Inosuke.—  dijo Tanjiro, un joven de cabellos color caoba y una cicatriz característica en su frente. Él le sonrió amigablemente a Inosuke, éste lo miró de reojo y volvió a expresarse cansado de tener que esperar. —Te apoyaremos durante toda la noche en tu partido.
—Bah, era mejor si no iban…—
—¿Te incomoda que te veamos? — Tanjiro parpadeó, confundido.
—¡No es eso! — refutó. —Sólo espero que no digan cosas ridículas. Si van a hacer barra, que sea bien hecha.
—Uh, ¡daremos nuestro mayor esfuerzo! — dijo ilusionado el joven de la cicatriz. —Mereces todo nuestro apoyo.
—…— Inosuke lo observó unos momentos, luego desvió la mirada un poco cohibido por la nobleza de Tanjiro.
—Neeeezuko-chan♥ traje estas flores para ti.— Zenitsu apareció a un costado de Nezuko con un ramillete de flores de invierno rojas ofreciéndosela a la chica que era fuente de su afecto. —Sólo tú puedes hacer que estas hermosas flores se opaquen a tu lado.
—G-gracias. — respondió tímidamente, dudando en tomar las flores. Zenitsu siempre era muy amable con ella, pero Nezuko no sabía cómo actuar frente a él. La mayoría de las veces su afecto y efusividad la intimidaban. Dio la última puntada con la aguja al uniforme y un punto cruz para que quedara bien cerrado, dejo el traje sobre su regazo y recibió las flores que le daba el rubio. Aspiró su dulce aroma. —Huelen muy bien. —
—No tan bien como tú♥— dijo Zenitsu, sonriéndole.
—…Pervertido. — Inosuke lo miró entrecerrando los ojos.
—…— Tanjiro se sentó en medio de su hermana Nezuko y su amigo Zenitsu. —¡Por supuesto que esta noche todos apoyaremos a Inosuke— dijo de pronto, desorientando a los demás. Claramente Tanjiro no dejaba que Zenitsu le coqueteara a su Nezuko, como todo hermano mayor, tenía esa respuesta innata de protección hacia su hermanita.
—¡Tanjiro! ¡Tanjiro! ¡¿Por qué te empeñas en arruinar mi vida?! — Zenitsu lo sacudió a su lado.
—¿Eh? ¿Por qué dices eso, Zenitsu? — le sonrió, tranquilamente.
—¡Yo sólo quiero estar cerca de Nezuko-chan pero siempre te interpones! —
—Ya cállense. Vayan a arreglarse. — Inosuke se puso de pie, mirando a esos dos burlonamente. Luego se acercó a Nezuko, tomó, sorprendentemente para alguien tan brusco como él, con cuidado el uniforme que Nezuko le entregaba ya arreglado. —Yo me cambio y me voy.
—Yo estoy listo…— dijo Zenitsu, quien se había preparado desde antes.
Los hermanos Kamado en cambio estaban con sus ropas desde la mañana. Tanjiro había estado entrenando con su espada durante toda la tarde así que tenía que asearse, lo mismo que Nezuko quien como era habitual se encargaba de los deberes hogareños.
—Podrían irse juntos. Nosotros los alcanzamos luego. — sugirió Tanjiro.
—Preferiría esperar a Nezuko-chan. —
—Pero, Zenitsu, mejor te vas con Inosuke y así nos guardas lugar. —
—¡Tanjiro! — se quejó el rubio.
—¡Ya vámonos! —
Inosuke estuvo de acuerdo con Tanjiro. Todo el día el chico de cabello caoba se había entrenado con su espada y de paso los dos habían estado practicando defensa personal. Pero Tanjiro últimamente estaba muy enfocado en mejorar su disciplina con el arma y ese día lo notó muy enfocado a ello. Era necesario que le diera un poco más de tiempo para que descansara unos minutos y se alistara.
Sabía que Tanjiro llegaría temprano al partido de basket de debut. Tanjiro se lo había prometido y él nunca había roto una de sus promesas. Nezuko también estaría allí. No entendía como la hermana menor de Tanjiro se había vuelto en su amiga y le provocaban esas ganas de protegerla tal y como si fuera su propia hermana.
Inosuke agarró del cuello del traje a Zenitsu y lo arrastró consigo dándoles tiempo a los hermanos Kamado para prepararse.

La gran sala de reunión albergaba en su interior un resplandor absorbente en tonos blancos, los cuales eran bien iluminados por las potentes luces en el cielo de la construcción. Todo relucía con una excelencia admirable, que daba una sensación de estar muchos años adelantados en el futuro. Desde los ventanales se veía la ciudad a gran altura, otro plus que daba un estilo futurista.

Muzan Kibutsuji, un hombre de traje de etiqueta blanco, de cabellos negros y piel muy pálida, fue el primero en llegar a la cita acordada de aquella tarde la cual reuniría a varias entidades de importancia de Rizembool. Estaba en esos momentos a solas, contemplando el movimiento de la ciudad a través de los cristales como si se tratase de Dios dominando a la humanidad desde el cielo. Detrás de él, en un rincón de la sala, un joven lo observaba en silencio sin interrumpir su paz.
Muzan llegó acompañado de Hawks Takahiro, un joven estudiante que seguía sus órdenes voluntariamente y estaba dispuesto a complacer sus peticiones. Era bueno comenzar a incluirlo en esas reuniones para que se fuera instruyendo de la temática en la que estaban trabajando puesto que el joven había demostrado serle leal.
La puerta de la sala se abrió, interrumpiendo con el estado de paz de Muzan y del mismo Hawks. Un hombre de cabellera negra con un mechón de cabello albino entró, dejando a sus guardaespaldas afuera, detrás de la puerta. Usaba un traje negro de alta costura y su apariencia indicaba que pertenecía a una importante familia. Hawks no lograba reconocerlo pese a que se le hacía conocido de algo, pero Muzan lo identificó prontamente puesto que le conocía de unos años atrás.
—Nakiri-san.— saludó escuetamente Muzan al recién llegado. Como era habitual en un Nakiri y en especial en el líder del clan Nakiri, usaba atuendo tradicional japonés en tono negro y ribetes grises. Algo característico en Azami Nakiri era el uso de guantes negros, jamás se le veía sin ellos.
—Kibutsuji-san— le respondió el saludo, con una leve inclinación. —Llegas muy puntual…— pues pensaba que el primero sería él. Azami Nakiri fue hasta donde se encontraba Muzan de pie frente a los ventanales y contempló la misma visión que el otro. No se molestó en saludar al joven que acompañaba a Muzan, supuso que era un sirviente de éste. —Excelente vista…
—No te había visto en las últimas reuniones de ex Rebels.— dictó prontamente, sin perder tiempo en comentarios extras. —¿Has estado muy ocupado? Supongo que… ser el líder de una familia importante conlleva demasiado tiempo.
—…— Azami lo contempló brevemente. Muzan Kibutsuji lucía exactamente igual a cuando fue Rebel años atrás. No había en su rostro rastro del paso del tiempo. Era admirable. —Desearía decir lo contrario, pero, en efecto, tener la responsabilidad de ser el líder de los Nakiri es un rol que consume mi tiempo casi en su totalidad. —  volvió la mirada hacia la ciudad. —Pero afortunadamente, sigo al tanto de los movimientos de la institución.
—Tu hijo es Rebel. Tu hija es Princess. Felicitaciones. Has hecho una gran labor…— agregó Muzan.
—Gracias.— asintió. —Pero…— entrecerró los ojos, deslizando su dedo índice el cristal del ventanal. —No puedo evitar que, de todos modos, algunas ovejas se descarrilen entre los Nakiri…— Estaba orgulloso de que sus hijos lograran el estado de Rebel y Princess, pero tenía una repudiable sobrina que en el presente era HiME y un sobrino que simplemente no era Nadie. No eran más que un deshonor.
—Te entiendo.— Muzan frunció levemente la frente. —A veces nuestros familiares nos producen asco y tal rechazo ante sus acciones mediocres.— sin ir más lejos, pensó en su propio hijo.
—Exacto.— compartió la misma sensación que el otro.
Los dos tomaron asiento en los sillones libres, uno al lado del otro, y continuaron conversando mientras esperaban que los demás llegaran. Los dos tenían cosas en común, no solamente haber sido Rebels en su generación, sino también un lenguaje que comparten dos exitosos hombres de negocio.

En pocos minutos, la puerta volvió a abrirse entrando dos personas más. Muzan, Azami y Hawks los observaron en silencio, eran dos sujetos rubios, uno más joven que el otro. El primero era Johan Liebheart, rubio, pálido, evidentemente no era japonés y mantenía un semblante calmado. El segundo era Ryo Asuka, un joven discípulo de Liebheart que lo seguía a todas partes. Era un muchacho rubio, de ojos claros y una sonrisa enigmática en el rostro. Saludaron a los otros dos y luego se sentaron en frente de Muzan y Azami. 
Pasaron un par de minutos más para cuando el resto de los invitados.
Toichiro Suzuki apenas entrar se dirigió al sitio donde estaban Muzan y Azami, ya que al igual que esos dos, Toichiro era un magnate de los negocios grandes y se sentía más familiarizado con ellos como hombres de negocios. El siguiente en tomar asiento en los sillones fue Chrollo Lucilfer, un enigmático hombre de cabellera oscura y un llamativo tatuaje en la frente.
Los minutos comenzaron a pasar y pese a que la conversación fluía de modo políticamente correcto entre los presentes era evidente que debían discutir un punto en específico que mantenía a todos expectantes. Especialmente a Muzan Kibutsuji. 
Ryo Asuka se percató de que algunos de los presentes deseaban iniciar la reunión, pero debía preguntar lo siguiente.

—¿Falta alguien más? —
—…Hm.— Johan observó hacia el techo, pensativo. No recordaba mucho el nombre de esa persona pese a ser bastante popular en Japón.
—Douma.— indicó Muzan. Pese a que no se apreciaba en su rostro impávido de emoción, estaba indignado con la falta de respeto de aquel sujeto al no estar presente. —Por lo visto, no vendrá. Empecemos sin él. — automáticamente todos estuvieron de acuerdo con la indicación de Muzan.
—Según tenemos entendido, estamos todos aquí para discutir sobre los avances de la nueva investigación científica que nos une a todos en distintas esferas. — dijo Toichiro, curioso. —Como contribuyente económico para el área científica de Rizembool, me gustaría saber en qué va la investigación.
—Igualmente…— dijo Azami, con los dedos entrelazado frente a su rostro el cual mantenía apoyado en esa pose.
—Supongo que, sea lo que sea en lo que se trabaja, lo traen allí. — se percató Chrollo, apuntando con la mirada curiosa un maletín sobre la mesa.
—Ryo…— Johan miró al rubio a su costado. Éste asintió y abrió el maletín.
En el interior del maletín negro estaba una estructura de acero para contener a dos grandes jeringas que tenían en su interior un líquido de color oro puro, incluso brillante como si su composición misma se tratara de aquel mineral precioso. Los presentes se quedaron observando las jeringas en silencio, llenos de dudas al respecto.
Hawks, pese a que se encontraba más alejado, pudo ver a la perfección aquellas dos jeringas. No pudo más que quedarse absorto en su tonalidad y dejarse embargar de una mezcla de sensaciones respecto a la finalidad de ese elemento.

—¿Qué se supone que es esto? — pregunto Toichiro, escéptico.   
—Junto a Ryo Asuka y las notables contribuciones científicas de Kibutsuji, hemos creado este líquido capaz de alterar la composición genética para transformar a las personas en seres con cualidades únicas.— Johan comenzó a explicar el descubrimiento en el que habían estado trabajando junto con Asuka. Si bien tenía responsabilidades con su propia investigación de genética humana, de todos modos, se había hecho parte del llamado para crear aquella sustancia a petición de los contribuidores monetarios.
—…— Azami era de mantenerse en silencio y observar, gananciandose de las preguntas de los otros. Si bien era de desconfiar de la inteligencia y el trabajo de los otros, estaba seguro que haber escogido, junto a los otros inversionistas, al científico alemán para llevar a cabo la investigación fue un acierto. Era reconocido su logro en la eugenesia, aunque algunos cuestionaban la ética moral de estos.
—Suena fascinante. — indicó Chrollo. —¿Ustedes dicen que con una de esas inyecciones pueden otorgar poderes a un ser humano común?
—Mh— Johan asintió levemente. —Una de las jeringas contiene ese potencial. La otra más bien corresponde a una alteración mutante del esquema genético que… va en línea de la degeneración molecular… Es decir: mientras una de las jeringas aplica las leyes biológicas de la herencia para el perfeccionamiento de la especie humana. La otra te convierte en un monstruo genérico…—
—Me agrada la idea de que los Rebels accedan a la jeringa que da poderes. Pero, ¿y la otra? — comentó Toichiro, con curiosidad.
—…— Azami sabía la respuesta. Justamente Muzan lo había informado de ello mientras esperaban que los demás llegaran a la reunión.
—Esa especialmente la he solicitado yo.— Muzan habló claramente. Sin contradicciones ni temores de ser cuestionado de solicitar otro experimento sin la aprobación unánime de los demás.—Se preguntarán, ¿por qué?… La respuesta es porque una de las jeringas dará admirable potencial a los Rebels que quieran acceder a ella. Pero, no todos tendrán la dicha de conseguir estas escasas y caras inyecciones… Los Rebels más vulnerables quedarán desprotegidos. Por eso he pedido que creen esta segunda inyección, la ¨degenerativa¨, para convertir otros seres a nuestra voluntad los cuales atacarán a los enemigos de los Rebels protegiendo el bienestar de los Rebels.—
“Kibutsuji es monstruoso.” dijo mentalmente Ryo Asuka, sonriendo maligno, fascinado por la mente perversa de Muzan.
—He de esperar que alguno de ustedes no esté de acuerdo con mi petición. Pero verán que el tiempo y los resultados me darán la razón. — concluyó Muzan.
—Estoy de acuerdo con Kibutsuji.— dijo Azami, sin variar su posición. —Por mi parte sólo quiero saber si ya es seguro utilizar estas jeringas. Tengo un hijo Rebel y no tendrá objeciones en ser un sujeto de prueba para la jeringa potenciadora. Pero, ¿ya están aptas para su uso?
—Sí.— Johan observó las dos jeringas. —Pero por precaución, sugeriría que sigamos con los ensayos en ¨materiales de pruebas¨ lo cual requerirá destinar más tiempo más para su estudio. Especialmente para la segunda jeringa.
—Hm…— Chrollo pensó que se refería a personas cuando nombró lo de materiales de prueba.
—Ya habíamos hablado sobre ello. — Muzan observó a Johan. —Indiqué que ya eran suficientes pruebas y que debemos pasar a fase dos.
—Ahhh, sí. —  asintió, tranquilamente. Embozó una sonrisa. —Pero, me gusta que todo quede perfecto. Preferiría seguir probando.
—No sabremos si está perfecto si no lo probamos en fase dos.— insistió el de los ojos color intenso. —Ya han sido probada ambas y han dado buen resultado. Debemos pasar a la fase dos para comprobar su durabilidad y eficacia.
—¿En quién han sido probadas? — preguntó Chrollo.
Johan extendió el brazo hasta el maletín y tomó la jeringa que contenía el líquido potenciador. Le dio un par de golpecitos con la punta de los dedos en el cristal. —Las he implementado en un par de Rebels que padecieron conmociones y traumatismos craneales severos, como también daños orgánico irreversible. Los resultados han sido más que aceptables. — dio otro golpecito en el cristal. —La única observación es que hay que ser precavido con las dosis. Una dosis exacta dará los resultados esperados y adecuados. Pasarse de la dosis puede generar una mutación inexplicable e incontrolable. Probamos una dosis elevada intencionalmente para ver los efectos secundarios, lo que provoca alteración en el nucleus accumbens y conductas adictivas al “fármaco inyectable” creado. Por lo que hay que ser exactos en las dosis para evitar esa situación. Con el joven Asuka hemos sido precavidos en las dosis, pero existen Rebels que siempre desean más dado el poder que obtienen con ellas…— el rubio se tomó unos segundos antes de continuar —La otra solución, la degenerativa, aplica similar a la indicación de la primera. Una dosis exacta puede convertir un ser vivo en una criatura extraña, pero pro activa a favor del Rebel, pasarse de la dosis puede crear una quimera incontrolable.— miró a Asuka. —Además, depende también de cada organismo. Claro que se puede dar un resultado inesperado en X sujeto.
Los inversionistas continuaron pensando en silencio. 
—¿Cuántas pruebas más deseas aplicar? — preguntó Azami.
—Quizá unas diez y observar los resultados con distintas variaciones ¨intencionales¨—
—…— Muzan entrecerró los ojos, cansado de tanta espera. Sospechaba que Johan quería seguir experimentando por el morbo de ver las mutaciones genéticas en otros sujetos de prueba. Muzan no tenía tiempo para esas cosas ni mucho menos para una investigación genética que llevase décadas de observación. —Pasaremos a la fase dos, esta semana.— indicó.
Varios se quedaron en silencio observándolo. Causaba curiosidad que Muzan no esperase la opinión de los demás para continuar con los planes, pero tampoco nadie se oponía.
—Ahh, supongo que no puedo oponerme. — Johan suspiró, sonriendo. —Pero no creo que yo pueda iniciar la fase dos esta semana. Rizembool también me ha solicitado otra investigación para esa fecha.
—No te preocupes, Liebheart. Seré yo mismo el que administre las dosis para iniciar la fase dos.— Muzan chasqueó los dedos. —Solo procura tener el material preparado para mañana.
—Okay, no tendré inconvenientes con ello.— respondió, volviendo a sonreír con calidez. Si bien Johan no estaba de acuerdo con proceder porque quería seguir investigando en los materiales de prueba, Muzan le quitaba un peso de encima con hacerse cargo de la fase dos.
Después de discutir otros detalles relacionados, la reunión terminó. Los presentes se despidieron entre ellos y se fueron retirando. Sólo quedaban Muzan, Hawks y Ryo Asuka quien esperaba a su maestro.
Liebheart había salido y regresado con un kit nuevo para Muzan con las dosis esperables, el cual se lo entregó, el pelinegro le pidió las indicaciones y el rubio se las dio detalladamente. Después de ello, Johan se disculpó debido a que debía retirarse ya pero que dejaba a Ryo Asuka con ellos por si existían más dudas.
—Señor Kibutsuji, si usted me lo pide, puedo ser yo quien inicie la fase dos de la que hablaron. — dijo Hawks, teniendo por fin la oportunidad de hablar con él.
—No. Lo haré yo. Debo asegurarme que se haga bien.— dijo Muzan, tranquilamente. —A ti te encomendaré otro encargo del cual ya te hablaré luego. Mañana ve a mi encuentro en el lugar de siempre. Ya puedes irte. — miró el maletín. —Será mejor que empiece ahora mismo…— alzó la mirada sintiendo que alguien lo estuvo observando durante toda la reunión. —¿Quieres mirar?
—…— Ryo Asuka se sorprendió por lo directo de Muzan. Aquella invitación lo llenó de emoción pues era lo que más estaba deseando. Asintió, sonriendo ampliamente.
—Vamos. — dijo el pelinegro, saliendo del lugar seguido por Ryo Asuka. Hawks los siguió con la mirada y luego se retiró también del edificio, pero con otro destino al de ellos.
Los hermanos Kamado decidieron ir al estadio de basket caminando. Tenían tiempo suficiente para llegar puntuales. Nezuko se aferró al brazo de su hermano Tanjiro y caminó junto a él del gancho. Tanjiro para ella era demasiado importante y se sentía tan dichosa y feliz de tenerlo por hermano que no podía estar más agradecida de la vida. Su hermano era un joven muy bueno, de corazón tan noble como inigualable, trabajador a más no poder y leal con sus amigos hasta la médula. Desde que tenía uso de razón, Tanjiro había cuidado de ella y de sus amigos.
Tanjiro se había convertido en un joven fuerte y admirable, Nezuko estaba muy orgullosa de su hermano y se le inflaba el pecho de jactancia cada vez que lo presentaba con los demás o cuando escuchaba de otros lo bueno que era Tanjiro como ser humano.
Por su parte, Nezuko sentía que debía apoyar a su hermano como fuera, y el único producto que veía valido era cuidarlo de una forma casi maternal, apoyándolo en sus estudios, teniendo sus comidas preparadas, haciendo los quehaceres de su hogar. Era cierto, era una chica muy hogareña y tranquila, Tanjiro siempre la incitaba a que salieran más seguido a recorrer la ciudad o ver las flores florecer (pasatiempo favorito de Nezuko) pero ella era feliz estando para él, para Inosuke y para Zenitsu. Amaba cada pequeño momento con ellos y si pudiera hacer más por cualquiera de los tres daría incluso su vida por ello si la situación lo ameritaba.

—¡Tanjiro! Mira aquella flor. — Nezuko apunto una pequeña flor en botón, color rosa. —Mañana o pasado ya abrirá y será hermosa. — dijo sonriente, admirada de la naturaleza de la flor.
—Mh. — Tanjiro asintió, sonriéndole a su hermana menor. Nezuko era la chica más hermosa que conocía, más hermosa que incluso todas las flores del mundo unidas en un ramillete. Entendía por qué Zenitsu había caído hechizado por la belleza de Nezuko, y sabía que su amigo no tenía malas intenciones, pero era su deber protegerla.
El joven alzó la mirada hacia las estrellas. Ya cayendo la noche, los astros relucían esplendidos en el cielo. Apuntó un lucero.
—Nezuko, mira, tú eres como aquel brillante lucero. Iluminas nuestras vidas— incluyó a sí mismo, Inosuke y Zenitsu. Nezuko le abrazó de costado.
El camino que tomaron era hermoso. Rodeado de naturaleza, flores y una vista maravillosa al cielo estrellado. Era más bien solitario por lo que podían conectarse con el sonido de los animales, insectos y flujos de agua del lugar. A Nezuko le encantaba ese camino, por eso Tanjiro le dio ese gusto, pero vio la hora y entendió que estarían justos de tiempo para llegar a tiempo al partido de Inosuke. Tanjiro quería estar allí puntual, por él, por Inosuke.
—Nezuko, perdón por sacarte de este camino que amas tanto, pero tomaremos el atajo por la ciudad.
—Oh, está bien. — asintió, un poco apenada de alejarse de la naturaleza.
Guio a su hermana por el atajo que conocía más urbano. Era un callejón que daba a unas calles aledañas que conectaban a un camino directo a Rizembool. Lo único inconveniente era pasar por un callejón un poco desolado que daba mala espina, pero desde que usaba ese camino Tanjiro jamás había visto nada riesgoso. Nezuko se le aferró un poco más al sentir cierto recelo del lugar.
—Tranquila, yo uso este callejón a diario y nunca ha pasado nada malo. No he visto vándalos a estas horas. A lo más, chicos que hacen graffitis. — le sonrió para darle tranquilidad.
—T-Tanjiro. —
—¿Uh? — Tanjiro notó que su hermana miraba hacia el frente con algo de temor. Al llevar la mirada hacia allá notó al otro extremo del callejón a un hombre de cabellos negros y místicos ojos color magenta rojizos que brillaban en la oscuridad. Era enigmático el misterio de sus ojos. Nezuko solía ser más evitativa, tal vez por eso su reacción. —Buenas noches. — saludó cordialmente a ese hombre, pero éste siguió mirándolos impávidamente.
—Huele a pureza…—
—…— Tanjiro abrió los ojos enormemente al escuchar una voz hablándole a un castado del rostro. Al girar los ojos en esa dirección notó a un joven de cabellera rubia clara y ojos azules mirándole con interés. ¿Cuándo había aparecido a su lado? Éste volvió a olerle y le lamió la mejilla. —¡AH! — No tenía pinta de ladrón, pero el sólo gesto le perturbó.
—Y sabe a pureza…— concluyó, con una sonrisa macabra.
—Es perfecto, entonces…— respondió el hombre al otro lado del callejón, a las palabras del rubio.
—¡Tanjiro! — gritó Nezuko al ver que aquel tipo rubio agarró de los brazos hacia atrás a su hermano.
—¡Corre Nezuko! — gritó desesperado a su hermana. Que escapara y se pusiera a salvo era lo único que importaba. Si esos dos iban a robarle o dañarle, no le importaba, pero le desesperaba el hecho de que tocaran a su hermana menor.
—¡Tanjiro! — Nezuko no obedeció. Le dio un par de golpes inútiles en el brazo del rubio para que soltara a su hermano.
—Que molesta…— Asuka entrecerró los ojos, mirando con desgano a esa tipa. Era como un mosquito. Le dio un brutal puñetazo en el delicado rostro de la chica que la mandó a estrellarse contra la pared del callejón.
—¡NEZUKO! — gritó al borde del colapso. Su hermana yacía inconciencia en el piso, con un hilillo de sangre recorriéndole el labio partido. —¡DESGRACIADO! — le gritó al animal que lo sujetaba. —¡No te perdonaré que lastimaras a mi hermana! —
—Tranquilo, esto acabará pronto. Sólo debes colaborar con nosotros.
—Sujétalo bien. — ordenó Muzan, ya presentándose ante la luz de la luna que iluminaba por completo su pálido rostro. Miró a Tanjiro con indiferencia por unos momentos, luego alzó una especie de jeringa.
—¡¿Q-qué quieren de nosotros?! —
—Debes sentirte afortunado de que él te haya escogido. Serás la creación más hermosa. — le susurró Asuka al oído.
—¡Dementes! — al parecer intentarían drogarlo, tenía que librarse cuanto antes, no por él, sino por lo que le pudiesen hacer a Nezuko. Dio un giro como pudo y apenas el otro aflojó por la insistencia agresiva de Tanjiro, el chico de la cicatriz aprovechó de darle una patada voladora. Para sorpresa de Tanjiro, el rubio se agachó hábilmente y la evadió. “Es bien entrenado” porque solo había una persona que podía evitar ese ataque de Tanjiro y ese era Inosuke quien entrenaba día y noche sin descanso. Aquel rubio, tan frágil y delicado que se le hacía, no tenía pinta de ser un combatiente.
Error fue subestimarlo. Pero Tanjiro no se daría por vencido. Se reincorporó y puso postura defensiva-agresiva, listo para atacarlo no esperó que el otro armara una táctica. Tanjiro se lanzó hacia él con intención de noquearlo y escapar con Nezuko.
—Hmm, ¿puedes hacerlo ya? Me canso un poco de esto. — dijo Asuka a Muzan, esquivando una y otra vez a Tanjiro. No le respondía ningún golpe y sólo evadía, pero aquel chico era demasiado bueno y seguir evitándolo le terminaría costando trabajo. Vio una botella de vidrio en el piso, la agarró y se la lanzó a Tanjiro. Éste la esquivó, la botella se reventó al chocas contra la pared y miles de vidrios volaron por los aires.
Tanjiro no calculó la estrategia del otro, que justamente buscaba distraerlo. El rubio agarró el gollete de la botella y colocó las puntas filosas en la yugular de Tanjiro.
—No vayas a apuñalarlo…— musitó Muzan, molesto.
—Ah, disculpe… es la costumbre. —
—¡Déjennos en paz!— Tanjiro se giró para darle un puñetazo a Asuka, este a duras penas lo esquivó.
—…— a Asuka comenzaba a irritarle el espíritu luchador de ese chico. ¿Por qué no se entregaba a ellos y ya?
Otra lucha se inició, donde Tanjiro intentaba darle un golpe a ese tipo. Como la vez anterior, este le evadía sin atacarle. ¿Qué tramaban? Hasta llegó a pensar que eran personas que robaban órganos, porque no lo tocaban para golpearlo, lo querían dopar, y entonces le daba para pensar en esa opción. Asuka lo giró y volvió a sujetarlo desde atrás, ahora con mayor violencia. ¿De donde sacó fuerza ese tipo que a simple vista parecía súper vulnerable?
—Basta de juegos…— Muzan se acercó a paso lento. —Sostenlo bien. — le ordenó a Asuka.
—¡NO! — les gritó Tanjiro al ver que el pelinegro se acercaba con la jeringa.
—No dolerá nada…— dijo Muzan, cansado de lo exagerado de ese tipo. —Sólo sentirás una sensación cálida… luego te transformarás… y probablemente asesines a esa chica porque es lo más cerca que tienes para alimentarte y sobrevivir a la composición de esta inyección.
—¿¡D-de qué está hablando?! — no entendía de lo que hablaba. Era casi como un diálogo sacado de una película de terror.
Muzan acortó la distancia corriendo hacia él con la punta de la aguja lista para clavarla en el cuello de Tanjiro. Éste cerró los ojos llenos de angustia. ¿Iba a morir así? ¿Ese era el fin para él? ¿Qué pasaría con Nezuko? “Lo siento… Nezuko, no pude protegerte. Te falle como hermano” pensó.
—¡…!— Tanjiro abrió los ojos al sentir una brisa delante de él como si algo pasara rápidamente entre ellos. Lo que vio lo llenó de horror y desesperación. Nezuko, su querida y amada Nezuko, se había puesto en frente de él con los brazos extendidos y haciéndole frente al tipo. Aquel sujeto por error terminó inyectando en el cuello a Nezuko. —¡¡NEZUKO!! — gritó Tanjiro lleno de dolor al ver como su hermana recibió el ataje.
—Vaya…— Muzan se alejó unos pasos. —Un pequeño error de cálculos.
—¿Qué hacemos ahora? — preguntó Asuka, soltando a Tanjiro quien corrió a sostener a su hermana quien acababa de caer.
—Nada. No me interesaba que una chica recibiera esa dosis más alta… pero no hay vuelta atrás. Afortunadamente probamos dosis menores en los otros tipos de atrás. Seguramente esta dosis alta en un cuerpo tan delgado terminará colapsándola y morirá. Vámonos, buscaremos nuevos sujetos mañana. —
—Okay. — asintió el rubio. Ambos comenzaron a alejarse en tranquilidad, como si nada malo hubieran hecho.
—¡¿Qué le hicieron a mi hermana?! ¡Está hirviendo en fiebre! ¡Son unos psicópatas! — lloró el joven, sujetando el cuerpo de su hermana. Soltó otro grito de dolor al ver como Nezuko comenzaba a convulsionar en sus brazos. —¡Ayuda! ¡Necesito una ambulancia! — gritaba a quien pudiera escucharlo. —¡Ayúdennos por favor! ¡Mi hermana está muy mal! — 
—Pobre iluso. Aquí ya no queda nadie. — negó el pelinegro. —Vamos, su hermana terminará devorándolo y luego ella misma se desintegrará al no resistir la dosis elevada. Nos librará de su presencia.
—Hm. — asintió Asuka. En un abrir y cerrar de ojos esos dos desaparecieron.
—¡Por favor! ¡Que alguien nos ayude! — tomó en brazos a Nezuko y corrió con ella buscando a alguien. —¡Nezuko está muy mal! — vio que un par de personas caminaban en su dirección a paso veloz, al parecer, los gritos de Tanjiro llamaron su atención. —¡Gracias! ¡Por favor ayuden a mi….!— Tanjiro se detuvo. Esas dos personas parecían cualquier cosa menos… personas. ¿Homúnculos? ¿quimeras? ¿Demonios? ¿¡Qué eran!? Quizá esos dos tipos malignos de antes hablaban de esas personas transformadas cuando dijeron que habían administrado dosis anteriormente.
Tanjiro fue rápido, corrió lo que más pudo con su hermana en brazos convulsionando. Se introdujo en el camino de bosque por donde estuvo momentos antes con Nezuko ¡Se maldecía por haberla llevado por el callejón por atajo! Tal vez si se hubieran mantenido en el camino del bosque nada de eso habría pasado. ¡Ahora Nezuko estaba muriendo por su culpa!
Esos seres seguían corriendo tras él, más rápidos que un humano en común. Tanjiro dejo a Nezuko en un lugar apartado, subió sobre una roca que le daba altura sobre esos seres. Estos quedaron abajo y gritaban como si fueran zombies deseosos de comerlos.

—¿Q-Qué tengo que hacer? Piensa… Tanjiro… Piensa. — se agarró la cabeza. En eso, su hermana Nezuko se levantó. —¡Nezuko! ¡Gracias a Dios que…!— los ojos de su hermana eran de otro color y lo miraban con rechazo. Nezuko comenzó a gruñir al igual que los dos de abajo y se le lanzó encima. —¡Nezuko! ¿¡Qué pasa!? — forcejeó con su hermana sobre él. Se habían deslizado hacia un costado y la cabeza de Tanjiro quedaba casi al alcance de los otros dos, por lo que tenía que forcejear con su hermana y esquivar los arañazos de los dos de abajo. Estaban muy drogados, seguramente, porque hasta se hacían daño ellos mismos y no sentían nada.
Fue en eso que sintió que un líquido empapó su frente. Al mirar hacia los dos sujetos que intentaban atacarlo notó que estaban partidos en dos en el suelo. 
—¡Ah! — gritó espantado el joven. A los pies de los ya caídos estaba un tipo con una katana. Tenía el cabello negro y sujeto en una cola y los ojos azules como el océano. —¿L-Los… mataste?! — justo él y su hermana cayeron por un costado de la roca y rodaron colina abajo. Al chocar, nuevamente Nezuko se le lanzó encima para atacarlo. —Ne-Nezuko, Nezuko, ¡Nezuko! ¡Soy yo! ¡Tanjiro! ¡Tu hermano! — dijo entre lágrimas al ver a aquella Nezuko de ojos intensos y venas marcadas en el rostro. Las lágrimas salían una tras otra de los ojos de Tanjiro.
—…—
—Nezuko…— la llamó de nuevo, al ver que ésta se calmaba.
—Es en vano… Ella ya no es tu hermana. —
—¡De qué hablas! — le gritó Tanjiro al de ojos azules cuando llegó hasta ellos.
—Lo siento, pero debo eliminarla… Es lamentablemente una víctima más de Rizembool. Ahora es un monstruo sin recuerdos.
—¡No entiendo nada de lo que hablas! ¡Pero no permitiré que le hagas daño a mi hermana!
—Ya no es tu hermana…— volvió a repetir. Apuntó con su arma a los dos. Por lo visto, tendría que noquear a ese desafortunado chico y matar a su hermana.
Pero apenas señalarlos con la katana. Esa hermana se puso delante de ese hermano para protegerlo.
—¡Nezuko!
—Imposible…— se sorprendió. —Incluso que siga viva... — en ese momento, la chica se desmayó.
—¡Por favor! ¡Ayudanos!
—…—
—¡Por favor! ¡Entiendo que estas protegiéndome también, pero Nezuko no es un monstruo! ¡Tú lo has visto! ¡Ha intentado defenderme incluso cuando está muriendo!
—Lo que le pasa no tiene solución.
—¡Alguien encontrará la cura! ¡Lo sé! Pero por favor, ayúdame a llevarla a un hospital.
—No. — el pelinegro guardó su arma. —La tendremos que llevar a otro lugar.

—Tanjiro…— susurró Inosuke. —Maldito Tanjiro… Me traicionaste. Rompiste tu palabra y juramento. — dijo observando hacia el horizonte en la noche.
—Inosuke. — le llamó Zenitsu a su lado. Ambos estaban a las afuera del gimnasio de basket. El partido había terminado y se habían llevado el triunfo. Poco a poco los jugadores y el público iban saliendo. El capitán le felicitó una vez más antes de irse por las jugadas de Inosuke. Éste solo asintió sin escuchar muy bien, su cabeza estaba en otro lado. Tocó la medalla que les habían dado los de Rizembool como agasajo por aquel pequeño triunfo de inauguración. —Tanjiro me traicionó.
—Inosuke, algo raro está pasando. Ni él ni Nezuko-chan habrían faltado por que sí.
—¡ES UN MALDITO! — se quitó la medalla de su cuello de un golpe y la lanzó lleno de rencor a mil metros lejos. —¡ME MINTIÓ!
—¡Te digo que debió pasar algo! — le gritó Zenitsu. —¡Tengo un mal presentimiento de esto, Inosuke! —
—¡Cállate! ¡Tú siempre quieres justificar a Tanjiro! — gruñó, pero al encararlo enrabiado notó la preocupación y el derborde emocional en los ojos de Zenitsu, parecía a punto de ponerse a llorar. —¿Qué te pasa?
—¡Tengo que encontrar a Nezuko-chan y a Tanjiro! — sacó su celular y le enrostró un mensaje de Tanjiro. —Aquí escribió que venía en camino con Nezuko-chan y ninguno de los dos te habría fallado nunca. ¡Incluso yo te habría abandonado! ¡Pero ellos jamás! ¡Siento que algo malo les pasó!
—…— Inosuke frunció el ceño. Sintió vergüenza de sí mismo. Zenitsu tenía razón, los Kamado no le fallaban. Pero lo que más le daba angustia era que, cuando Zenitsu intuía algo, generalmente sus presentimientos no fallaban. —Vamos a buscarlos. —

—Ara ara~ Giyuu, ¿Qué es lo que traes aquí? ¿No sabes que nuestra última orden ha sido eliminar esta especie de seres? — Kocho sonrió inocentemente. —Desobedecer a nuestro señor no es bueno. Por eso nadie quiere estar contigo.
—Ella es distinta.
—Ahw, tal y como veo es del mismo tipo de experimentación que hemos encontrado las últimas noches. Tú y yo ya hemos eliminado algunos…
—Kocho…. ¿No hay modo de que crees un antídoto para ella?
—…Uh. — vio como la chica se retorcía en los brazos del que parecía ser su hermano. —Gracias por creer que puedo hacerlo, pero este caso excede mis capacidades.
—¡Por favor, señorita! ¡Por favor! Ayude a mi hermana. No importa cual costoso sea, yo pagaré sus medicinas y haré lo que usted me pida el resto de mi vida, ¡Pero no la deje morir o estar así! — suplicó Tanjiro.
—Es imposible que pueda ayudarlos~ Mi deber es eliminar a tu hermana, perdón, y ponerte a salvo. — le sonrió.
—¡Le suplico que la salve!
—No puedo. — negó, tranquila.
—¡Por favor! — lloró Tanjiro.
—…— Kocho lo miró fijamente.
—Por… favor…— insistió. —Si no la salva… Entonces le pido que me mate a mí también. No puedo vivir sin ella. Si ella muere yo también lo haré de algún u otro modo. Mi hermana es lo más importante para mí. No podré sobrevivir sin ella. — Tanjiro miró a su hermana, quien volvió a convulsionar en sus brazos. —¡Hermana, no mueras! ¡Por favor, abre los ojos!
—…— la joven parpadeó. Por fuera seguía con una sonrisa tranquila y sin inquietudes, pero las palabras de ese chico…. “¡Hermana, no mueras! ¡Por favor, abre los ojos!” aquello le dio un vuelco angustiante en su pecho con sensación a nostalgia. —Giyuu, lleva a este chico y a su hermana hasta la camilla. No prometo nada, pero veremos que se me puede ocurrir. — dijo dulcemente, con serenidad.
Esa noche y el día siguiente, Kocho mantuvo en cautiverio a los dos hermanos mientras los analizaba con la intención de curar a la chica y atender las heridas del chico. Era el caso más complejo que había visto en su vida.
Shinobu Kocho conversó con Oyakata-sama para recibir orientación discreta quien le aconsejó que Kocho escuchara a su voz interna. Al final, Kocho descubrió que podía existir una opción pero que posiblemente no sería del agrado del joven Kamado.
—Si es la única opción…— Tanjiro bajo la mirada. Usaba una bata y descansaba en una de las camas que Kocho había dispuesto para su descanso.
—Es lo que se me ocurre que pueda neutralizar la toxina dentro del cuerpo de tu hermana. Ya hablé con la persona de Hanasaki encargada, la recibirán ahora mismo.
—Gracias, Kocho-san. — asintió, triste. No quería que su hermana fuera una HiME a la fuerza para que pudieran controlar ese poder extraño que habitaba ahora en ella, pero era la única opción para recuperarla de a poco.
Tenía miedo por todo lo que implicaba que ella fuera HiMe… Los peligros a los que estaba expuesta. Pero la acompañaría en cada paso y la protegería con su vida.
« Last Edit: March 24, 2020, 03:48:13 PM by Kana »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #599: October 31, 2019, 07:09:45 PM »
asdfgjkh ya luego agrego los topes que falta (no los he hecho aún u_u)

EDIT: topes agregados uwu nada mas

what do u mean de que esta fue una simple excusa para meter hifudoppos

52.




Era de esperarse que el terapeuta de Mama y Hiyori fuera igual de famoso que ambos.

Tal vez el alcohol en sus venas y la distracción de haber conversado con Madara Mikejima —EL Madara Mikejima— habían evitado que Eureka notara que el Dr. Jinguji era el psiquiatra que Mama le había sugerido como terapeuta.

Jakurai era conocido en el medio por haber sido la cabeza de los mayordomos de la millonaria e importante familia Himemiya. Dentro de esta, había servido personalmente a Ramuda, el heredero y primogénito, desde su nacimiento. Los rumores no definían el motivo exacto del exilio de Ramuda de la familia, pero lo cierto era que el mayor de los hermanos Himemiya se había desligado de su rol como heredero y, en la actualidad, andaba ejerciendo una exitosa carrera como rapero, con una popularidad masiva y tres discos platino. A la par, seguía trabajando como modelo junto a su hermano menor, con quien se mantenía unido pese a todo. 

La lealtad de Jakurai hacia su amo lo llevó a dejar su puesto en la mansión Himemiya para acompañarlo en su aventura como cantante. A manera de agradecimiento, Ramuda le financió sus estudios en medicina y fue gracias a él que comenzó a ejercer como psiquiatra y terapeuta, trabajo que mantenía hasta la actualidad. Tal parecía que los favores no se reducían solo a ello, porque luego de analizarlo con detenimiento, Eureka encontró que los clientes famosos de Jakurai debían estar vinculados a Ramuda de alguna manera. De seguro eran contactos suyos y por ello se trataban con su ex-mayordomo.

Por su propia sanidad mental, Eureka optó por hacer a un lado el background de su nuevo psiquiatra. Era innecesario preocuparse por aquella serie de nimiedades— okay, tal vez no eran detalles. Sin embargo, en nada influía su status o su popularidad: al final del día, Jakurai era un doctor más del montón y Eureka no tenía por qué sentirse intimidada por aquellos factores. Al contrario: su expresión calmada y aquella tortuga de mascota que tenía en su consultorio cumplían a la perfección la labor de tranquilizarla.

“Madara-kun me pidió que te hiciera un espacio esta semana.” El comentario del doctor la despertó de su trance y Eureka volvió a enfocar su atención en Jakurai, quien andaba revisando unos papeles en su escritorio. “Dijo que era urgente.” Jakurai pasó a la salita pequeña dentro de su consultorio, tomando asiento en el sofá más cercano a su paciente.
“Eh… bueno, no es cuestión de vida o muerte, pero sí llevo cargando unas cuantas cosas de tiempo, así que era necesario que retomara la terapia lo más pronto posible.”
“Mm.” Jakurai asintió. “Sí, él mencionó que la habías dejado.”
“Wow, le dije varias cosas importantes estando ebri— ¡E-EH!” Eureka sacudió la cabeza y forzó una sonrisa. “Me confié un poco, la verdad. Me sentía muy bien desde inicios del ciclo pasado y creí que no era necesario continuar con mi tratamiento y las sesiones. Tengo un evento… que me distrajo un poco de mi estado emocional. Debió afectarme más, pero ha servido para ignorar cómo me sentía respecto a otros temas.”
“¿A qué te refieres?” Jakurai se mostró ligeramente curioso.
“Ah… bueno. No puedo evadir esta explicación por más de que lo intente.” Eureka suspiró. “Hanasaki y Rizembool tienen esta rencilla secreta que—”
“Oh, claro, HiMEs y rebels.” Jakurai asintió. “Estoy enterado.”
“…” Eureka arqueó una ceja, confundida.

Era entendible que el alumnado y los profesores de ambas instituciones estuviesen al tanto del conflicto, ya sea porque lo vivían, porque contaban con un vínculo directo o porque habían escuchado rumores, pero gente externa como Jakurai no tenía maneras de enterarse… a menos de que alguno de sus amos hubiese pertenecido a las instituciones. Los datos personales de Ramuda y Tori estaban ocultos al público, lo que hacía todo un tanto más curioso.

“¿Puedo preguntar de dónde se enteró del conflicto?”
“Claro, no hay problema,” le aseguró Jakurai, calmado. “Ramuda-kun estudia en Rizembool. Este es su último ciclo, de hecho.”
“¡Wow!” Eureka abrió los ojos, muy sorprendida. “Va a terminar la universidad en poquísimos años… toda una hazaña tomando en cuenta su carrera como rapero y su trabajo como modelo.”
“Mm.” Jakurai sonrió, orgulloso de su ex-amo y, ahora, amigo. “Es muy hábil. De alguna forma, consigue hacerse el debido tiempo para todo. Es muy admirable.”
“¡Lo es!” dijo Eureka, emocionada.

En retrospectiva, le sorprendía la cantidad de idols a su alrededor. Si algo positivo salía de estudiar en Hanasaki y, además, de estar vinculada a Rizembool gracias a Oikawa era, definitivamente, la posibilidad de conocer a varios famosos. Cada uno había sido una experiencia, realmente, pero no quitaba la oportunidad que había sido tratar con ellos en situaciones cotidianas.

De hecho, conversar con Jakurai, allí, en su consultorio, era también un motivo para sentirse agradecida.

“Pero mil disculpas, sé que no deberíamos distraernos del asunto principal,” dijo Eureka, recordando el verdadero motivo de su presencia en ese lugar.
“No te preocupes, Eureka,” le aseguró Jakurai. “No encuentro problema en intervenir o resolver tus dudas si tienes alguna. Al contrario, creo que es mejor si esto es más una conversación que un monólogo o un cuestionario.”
“Lo es. Gracias, doctor.” Eureka le sonrió. “Sigo, entonces. Soy… HiME.”
“Interesante.”
“Ese es el tema que me ha ayudado a ignorar el resto de mis problemas. Una terrible forma de lidiar con ellos, pero la adrenalina de la batalla y andar en constante peligro te hace reformular cuáles son tus prioridades.”
“Me imagino. El resto de cosas se vuelven nimiedades en comparación.”
“Exacto.” Eureka asintió. “Pero… bueno, hay un problema personal que de todas formas se liga a las HiMEs y que constituye el motivo por el que ando tan deprimida últimamente. ¿Doctor, sabe que es un key?”
“Sí. Creo que es la persona detrás de los poderes de las HiMEs… o algo así.”
“Mm. Es la persona más importante para una HiME. Mi ex… era mi key. Con el pasar de los meses, nos distanciamos y bueno, eventualmente, terminamos. Es cierto que lo extraño, aunque ya no siento la necesidad de volver con él. Pero creo que lo que más me afecta de todo esto es el cambio radical que ha supuesto en mi vida. Esa es como la cereza del pastel, pero mi estilo de vida y mi entorno han cambiado tanto… Y me rehúso a aceptar esos cambios. Hay algo que me impide hacerlo.”
“Bueno, esa reticencia está basada en miedo. Y es normal sentirlo, más aún cuando varios aspectos de tu vida han dado giros tan inmensos y radicales como los que planteas. Debo admitir, aún así, que me da curiosidad. Todos estos hechos no han sucedido de la noche a la mañana: puedo imaginar que existió una progresión sutil. Sin embargo, es recién ahora que lo notas. ¿Cómo así?”
“La ruptura es lo que más me ha afectado. Creo que eso me despertó, por así decirlo. He estado buscándole algún tipo de explicación que no se reduzca a comparaciones innecesarias entre mi ex y yo… y, en el proceso, encontré que no era el único aspecto de mi vida que había descuidado.”
“¿Lo descuidaste, realmente? No sé mucho del tema, pero puede que estés echándote una culpa que no mereces.”
“Siento que fue un descuido mutuo. La verdad es que andaba más enfocada en la lucha contra Rizembool. A inicios del ciclo, conocí a mi rebel, y progresivamente nos convertimos en buenos amigos. Actualmente, es la persona más cercana a mí.” Eureka sonrió para sí misma. “Pero nuestra amistad…”
“Intuyo que no fue del agrado de su institución.”
“Exacto.” Eureka suspiró. “Sigue sin serlo. Mi actual rebel nos anda antagonizando de mil formas. ¿Pero no me quejo? Pese a todo, creo que andamos en un momento un poco más tranquilo… en comparación a meses anteriores.”
“Me alegra que hayas encontrado algo de calma aún a pesar de todo.” Jakurai sonrió. “Hay un límite de aspectos personales que podemos cuidar, más aún en situaciones tan especiales como por la que estás pasando. Es cierto que descuidaste tus relaciones interpersonales, y tu labor como HiME es la principal explicación, pero no tenías las fuerzas suficientes y la estabilidad mental necesaria para ocuparte de todo. ¿Supongo que tus calificaciones también se vieron afectadas?”
“Mi rendimiento… ha sido mejor de lo que esperé,” razonó Eureka, sorprendida.
“Entonces, enfocaste tus energías en el ámbito académico. Eso es positivo.”
“Y necesario.” Eureka suspiró. “El ciclo antepasado no estudié por petición de la facultad. Este ciclo era una prueba para ver si podía continuar con mis estudios con normalidad.”
“Y la pasaste.”
“La… pasé.” Eureka sonrió, orgullosa. “No puedo creerlo. Wow, es un detalle que dejé pasar por completo.”
“¿Y no has celebrado tu logro?” Jakurai sonrió con ella. “¿No merece ser celebrado?”
“¡Merece ser celebrado!” le remarcó la HiME, enérgica. “Es sólo que me he estado enfocando en lo malo… repitiendo todo como mantra. Supongo que no me tomé la molestia de analizar los pros de este ciclo.”
“La ruptura te ha reseteado a ese estado negativo en el que de seguro te encontrabas un año atrás. Sé que va a costarte, pero así como acabo de indicarte, estoy seguro de que existen varios logros y momentos de tu vida que has dejado de lado por darle importancia a este evento tan crucial que cambió tu rutina por completo. No niego que sea bueno reflexionar sobre él y sobre los cambios por los que andas pasando, pero no sirve de nada si te pones a pensar de más y sólo te quedas con los eventos negativos.”
“Es cierto.”
“No puedes exigirte más de lo que eres capaz de dar. Tus prioridades fueron tus estudios y el conflicto, no podías dar más y está bien. Ahora, no pretendo excusarte de ninguna manera, sólo quiero que entiendas que ambos aspectos sirven para explicar tu actitud y es completamente válido que hayas optado por priorizarlos a ambos. Además, tengo entendido que no descuidaste todas tus relaciones interpersonales. Tu rebel… es tu amigo ahora, ¿no?”
“Sí.”
“Entonces no te aislaste.”
“De hecho… he reconectado con antiguas compañeras HiMEs, he conocido nuevas personas… En general, he hecho más amigos.”
“Mm.” Jakurai sonrió, complacido. “¿Ves?”
“…Es cierto.”
“Es normal rehusarse al cambio,” comentó el doctor, observando el panorama de la ciudad a través de la ventana. “Esperamos que nuestras relaciones interpersonales se mantengan de la misma forma más allá de todo, pero la gente cambia constantemente, y así, también, nuestras conexiones.”
“¿Habla la voz de la experiencia?”
“Podrías decir que sí.” Jakurai rio suavemente y volvió a enfocar su mirada en ella. “Pero sí, nada es estático. Nos cuesta entenderlo y por ello, cada vez que caemos en cuenta de los cambios en nuestras relaciones, aquel pensamiento no nos deja en paz. Espero que, poco a poco, puedas comprender que el cambio no es negativo necesariamente. Tal vez esa rutina que tenías ya no iba a funcionar más. Tal vez, estas nuevas amistades te motivan aún más a superarte día a día. Como te dije anteriormente, es difícil cambiar de mentalidad, y no pretendo exigirte que lo hagas de un día para otro. Pero sí me gustaría que empieces a apreciar esos pequeños logros o victorias que tienes diariamente. Desde el ámbito académico, interpersonal, o incluso intrapersonal.”
“Sí, creo que he sido injusta conmigo misma… y con el resto. No he parado de quejarme de todo esto.” Eureka suspiró. “Encima he ido y le he contado todo a Hiyori y Mama… ¡Qué terrible primera impresión debo haber causado en ellos!”
“Debo suponer que los conociste en fiestas, así que es probable que no se acuerden de mucho. Se que Madara-kun estaba algo lúcido porque recordaba gran parte de su conversación contigo… o al menos lo suficiente como para pedirme que te haga un espacio. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de Hiyori-kun. Él tiene terribles hábitos, después de todo.”
“Sí, Hiyori es toda una experiencia.”
“Lo es.” Jakurai sonrió. “…Disculpa, tengo que terminar esta sesión antes de tiempo. Ya había agendado un paciente para las 11.”
“¡Aw, no se preocupe! Al contrario, gracias por hacerse un espacio pese a todo. Respecto al pago…”
“No hay problema. Madara-kun cubrió todos los gastos.”
“Que Mama hizo QUÉ—”
“Mm…” Jakurai se llevó una mano al mentón, pensativo. “Recuerdo haberle dicho que dejara de tomarse a pecho su rol ficticio de progenitor…”
“…”
“Bueno, tendré que tratar ese tema con él la siguiente vez que lo vea.” Jakurai cerró los ojos y negó con la cabeza, sumido en sus pensamientos. Le tomó unos breves instantes desligarse de aquel tema y sonreírle a su paciente. “Antes de dejarte ir, me gustaría saber si sigues tomando las medicinas que te recetó tu anterior psiquiatra.”
“Sí. Lexapro de 10 mg.”
“Está bien.” Jakurai sonrió. “Continúa con esa dosis. Dame unos segundos para hacerte la receta.” 



El doctor se levantó y caminó hacia su escritorio, donde apuntó la medicina y los datos de su paciente en su libro de recetas. Luego, arrancó con cuidado la hoja. Eureka lo imitó, levantándose y caminando hacia él para recibir la receta.

“Ha sido un gusto conocerte, Eureka,” dijo Jakurai, muy sincero. “Espero, al menos, poder haberte ayudado un poco.”
“Gracias, Jinguji-sensei.” Eureka hizo una leve reverencia. “Me voy más tranquila,” dijo, al incorporarse.
“Me alegra. A la salida, coordinas la siguiente cita con mi asistente. Cualquier cosa, no dudes en contactarlo a él o a mí. Puedo hacerte un espacio en mi semana si es que tienes alguna emergencia.”
“¡Gracias! Por cierto, Jinguji-sensei… ¿Tendrá el teléfono de Mama?”
“¿Mm?” Jakurai la observó, confundido.
“Me gustaría hablar con él sobre… uh.”
“Ah, entiendo.” Jakurai sonrió. “Sí. Se lo pides a mi asistente. Te lo daría yo, pero en unos instantes—”

Un suave en golpe en la puerta no le dejó terminar. Jakurai no se inmutó: al parecer, ya estaba preparado para recibir aquella interrupción. La puerta se abrió y su asistente se asomó por la ranura.


 


“Disculpe, doctor, es la cita de—”
“¡Yoo-hoo!” saludó una voz animada, deslizándose detrás del asistente de Jakurai e ingresando al consultorio como pedro por su casa. “¡Doc!”
“¿…Hifumi-kun?” preguntó Jakurai, confundido.
“¡Oh, es Izanami!” lo reconoció Eureka. Era uno de los amigos cercanos de Minako, parte del grupo que se formó en el after party de Madara y Nejire.
“¡Hola, Eureka!” la saludó Hifumi, muy alegre.
“…Hifumi-kun, si mal no estoy, esta cita era de Doppo-kun.”
“¡Sí!” Hifumi sonrió. “¡Es cierto!”
“…Y aquí estoy,” se escuchó la voz desanimada de Doppo, quien se asomó por la puerta, ingresando al consultorio con pocas energías. “Hola, sensei. Oh.” Doppo reconoció a Eureka. “Hola, Suoh.”
“Hola, Kannonzaka,” saludó Eureka, curiosa.
“Mm.” Jakurai se mostró pensativo. “Que yo sepa, no hemos acordado terapia conjunta.”
“¡Oh, no! Sólo vine a dejar a Doppo-chin.” Hifumi sonrió. “He notado que se deprime aún más cuando viene solo a terapia.”
“¡Hifumi!” le reclamó Doppo, irritado… pero el enojo le duró solo unos instantes, y suspiró. “Discúlpelo, sensei. Hifumi siempre causa más problemas…”
“No te preocupes.” Jakurai sonrió.
“Gracias, doc~”
“…” Doppo quiso reclamarle de nuevo, pero se aguantó las ganas.
“Ahora, si me disculpan, tengo un paciente que atender.”
“¡Wah!” Eureka saltó en su sitio. “Lo siento, sensei. Nos retiramos ahora sí.”
“¡Sí!” Hifumi asintió. “Hasta luego, doc~ ¡Te veo más tarde, Doppo-chin!”
“Sí, sí…” Doppo le ondeó la mano a manera de despedida.
“Hasta luego, Hifumi-kun, Eureka,” los despidió Jakurai.




Hifumi y Eureka se apuraron en salir del consultorio junto al asistente, quien se veía al borde de un ataque de ira por la intromisión del rubio. Sin embargo, un hondo suspiro lo ayudó a recuperar su cordura, y tomó asiento en su escritorio al lado de la puerta, con una expresión mucho más serena en el rostro.

Eureka, temerosa de colmar su paciencia, se apuró en coordinar una cita dentro de dos semanas y de pedirle el número de Madara, explicando rápidamente su situación. Cuando terminó con todo, se percató de que Hifumi aún andaba por ahí: al parecer la había estado esperando.

“Ah, quería sugerirte que si ibas a Hanasaki, podíamos ir juntos,” ofreció Hifumi, con una sonrisa.
“Oh, encantada. Aunque… no voy a Hanasaki. Me toca ir a los entrenamientos del equipo de vóley de Rizembool.”
“¡Woah! ¡Genial!” Hifumi no pudo ocultar su emoción. “¡Minako-chan mencionó algo de eso!”
“Podrías ir a observar uno de los entrenamientos un día, si estás libre.”
“¡Ohhhh! Sí, sería genial. ¡El cambio de rutina de seguro le gustará a Doppo-chin!” anunció, entusiasmado.
“No sé si el vóley sea algo entretenido para él.”
“Mm, es cierto.” Hifumi parecía un tanto desanimado con ese pequeño detalle. “Bueno, se lo consultaré de todas formas. Por cierto, ¿qué estudiabas, Eureka?”
“Comunicaciones. Tú eras de Artes Escénicas, ¿no?”
“¡Sí!”
“Mm. Era difícil olvidarme de eso. La habilidad que tenían para la actuación era impresionante…”

El camino hacia las instituciones prometía ser tranquilo y ameno con aquella compañía, y Eureka sonrió para sí misma.

« Last Edit: April 01, 2020, 01:12:49 AM by Eureka »