Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 250619 times)


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #45: August 10, 2015, 04:10:20 PM »
Hoi hoi minna, vengo con capitulo nuevo, ahora si en el proximo capitulo es la tan esperada prueba Hime de Mayura...


Capitulo 5: “Mi persona destinada”



10 años atrás…

Yuu-chan casate conmigo!!...-un pequeño rubio de cabellos cortos estaba sobre un pelinegro mirándole expectante ante la respuesta de su amigo-

Eh?? Aun somos unos niños Mika, no podríamos casarnos…-dijo el pelinegro queriendo safarse del agarre del rubio, pero aunque no parecía Mika tenia un poco mas de fuerza que Yuu

Entonces cuando crezcamos te casaras conmigo no?...-

Aun es muy pronto para pensar en esas cosas…-lo alejo con delicadeza y le tomo de las manos, cuando vio que el rubio hizo un puchero-

Nee Yuu-chan es que acaso no me quieres?...dijiste que íbamos a estar juntos siempre…-

Y claro que voy a cumplir con mi promesa, porque eres mi familia y te voy a proteger…-

Por eso tienes que casarte conmigo, la hermana Shizuku dijo que si las personas se quieren deben de estar unidas bajo las leyes del matrimonio…asi que tienes que casarte conmigo-

Deja esa cantaleta…-se cruzo de brazos enfadado- ya me estoy cansando de eso todos los días…-

Yuu-chan eres un tonto…- se levanto molesto y se iba a ir corriendo-

Espera Mika…-le tomo del brazo- no quiero que te enojes…-suspiro pesadamente-si eso te hace feliz, nos casaremos cuando seamos mayores de edad deacuerdo?-

En serio?...-sonrio ampliamente-entonces es una promesa…-juntando sus dedos meñiques- y una promesa jamas podrá ser rota deacuerdo…-

Deacuerdo deacuerdo…pero ya no te vas a enojar conmigo no?-

Claro que no…jamas lo haría…-

Oye Mika me has engañado!!...-

El pelinegro empezó a corretear al pequeño rubio que corria alegremente después de haber cumplido al pie de la letra con el plan que se había propuesto

Y claro que para Yuu aquella promesa era infantil ya que ambos no sabían el peso de aquellas palabras…

Fin del Flashback…


En la actualidad…

Ahora un adolescente Mika abria los ojos lentamente, ya que la luz del sol estaba justo alumbrando su rostro, bostezo ligeramente para levantarse y mostrar su palido y desnudo cuerpo, sonriendo suavemente al ver que Yuu que estaba igual de desnudo que el pero cubriendo parte de su cuerpo con una sabana seguía durmiendo.

Yuu-chan levántate…- se acerco hacia él y se sento en la orilla de la cama, acariciándole las mejillas- ya es hora de ir a la escuela…-

Uhm…cinco minutos mas…-dijo Yuu aun dormido moviéndose hacia otro lado-

Yuu-chan si no te levantas ahora no iremos a la escuela y todo el dia haremos “eso”…- le dijo susurrándole en la oreja-

El pelinegro abrió los ojos y sonrojado alejo al rubio- no digas esas cosas tan temprano Mika…me avergüenzan…-

Es que si no decía eso te quedarías durmiendo 10 minutos mas y llegaríamos tarde a la escuela…ya tenemos muchas tardanzas y sinceramente no quiero jalar por eso…-

El pelinegro bostezo ligeramente-Aunque no me guste si es un despertador eficaz

Lo ves?...- se acerco y le dio un beso en la mejilla-disculpa por haberte hecho trabajar mucho el dia de ayer…-

No tienes porque hacerme recordar lo que hicimos el dia de ayer!!!...-dijo visiblemente sonrojado-

La puerta de la habitación de los dos chicos se abrió y un castaño hizo su entrada, canturreando alegramente

Ya es hora de…-

El chico se quedo sin palabras cuando vio a Mika y Yuu desnudos, sobre la cama, sentados, se tapo el rostro y miro a otro lado-

Oigan!!! No tiene que exhibir sus cuerpos desnudos desde temprano, saben que a esta hora es el desayuno y al menos tenían que ponerse su ropa interior o sus pantalones no creen? Par de maniáticos sexuales que no me dejaban dormir con tantos quejidos sonoros, osea recuerden que somos 4 personas viviendo en esta casa, al menos háganlo en voz baja!!!

Al menos deberías de tocar la puerta no?!! –le grito Yuu que aun seguía sonrojado-

Buenos días Iku-kun…-le hablo con voz suave y calmada el rubio cogiendo del brazo a Yuu-

Mika y tu no lo provoques…-dijo suspirando pesadamente- y que recuerde dijiste que no estarían en casa hasta la madrugada, asi que no es nuestra culpa, sino la suya por llegar antes de lo esperado-

Si esa es tu excusa es una excusa tonta Yuu…-se cruzo de brazos- igual avísennos si van a copular todos los días y asi irnos a casa de Shun-san….

Nee…Yuu-chan…no crees que Iku-kun esta celoso porque no puede hacerle lo mismo  a Rui-kun?...-

Oye yo no soy como ustedes, par de pervertidos ya pónganse ropa y bajen a tomar el desayuno….-dijo sonrojado y salio de la habitación-

Mika…no creo que Iku y Rui tengan esa clase de relación…ademas Rui es demasiado inocente y tranquilo que no me gustaría que estuviese con nadie…-

Eh? Es que acaso te gusta Rui-kun…Yuu-chan?...-hablandole con voz tétrica-

Claro que no me gusta, es como un hermano menor solamente, es un hermano menor y  punto-suspira- ya…vamos a bañarnos, cambiarnos para ir a tomar el desayuno …-

Iku había dejado la habitación donde estaban los dos jóvenes calenturientos desnudos, sus mejillas estaban rojas solo con recordar las palabras de Mika, en ningún momento había pensado nada eso para hacer con Rui

Ya me hicieron pensar en cosas pervertidas…otra vez…-suspiro pesadamente cuando un gato negro se le acerco para ronronear en una de sus piernas-Yamato buenos días…- se arrodillo para cargar al gato- asi que tu también quieres ir a despertar a Rui? Pues vamos a despertarlo juntos…-sonrio suavemente-

Abrio la puerta de la habitación, donde las cortinas estaban cerradas y un bulto se movia en la cama, aquel bulto era Rui que aun se encontraba duermiendo…-

Rui como siempre durmiendo plácidamente, el castaño empezó a desplazar las cortinas para que la luz del sol llegara a la habitación, aunque parecía que no surtia efecto en el peliverde que dormia plácidamente en la cama

Esto es de todos los días…-suspiro pesadamente, para acercarse a la orilla de la cama, rio suavemente al ver como el peliverde se abrazaba a la almohada-Rui…-hablo suavemente y cerro los ojos al recordar como había conocido a Rui-

Hace 5 años atrás…

Era un dia lluvioso y un pequeño Iku de 11 años caminaba junto a Shun,ambos llevaban paraguas

Shun-san tiene muchas anécdotas muy interesantes…-

No creo que sea para tanto…ademas soy un par de años mayor que tu,asi que es lógico que tengas muchas cosas que contar…-le hablo el pelicenizo observando al pequeño niño-aunque es seguro que tu tendras tus propias anécdotas que contar…

Claro que si y serán de interesantes como la tuya...-dijo riendo divertido cuando observo hacia el frente que había un niño que estaba empapado por la lluvia,mientras sujetaba en sus brazos a un pequeño gato

Shun-san!! Shun-san!! Mira mira hay un niño que se esta mojando, puedo ir por él?-

Espera vamos juntos…-

Los dos chicos se acercaron al niño…

Oye estas bien?...-pregunto un preocupado Iku-

El gato…el gato que acabo de recoger esta enfermo…-el otro niño hablo suavemente para señalar al gato que temblaba de frio-

Es cierto no se ve para nada bien…- el castaño giro la mirada a Shun que estaba hablando por celular-

Ya llame a mi mayordomo para que nos recoja…solo nos queda esperar para llevarlo al veterinario…-se acerco al otro niño y le toco la frente- parece que tu tampoco estas bien…-mirando de reojo al otro joven diviso que tenia una cicatriz fresca que comenzaba al finalizar el cuello-Ire rápido por ayuda, quédense aquí…-

Iku coloco la sombrilla sobre el otro niño para que ya no le cayera mas la lluvia.

Si quieres podemos llamar a tus padres para que vengan por ti… que te parece? O es que te has perdido y no los encuentras?

Me escape de mi casa…asi que es mejor que no te contactes con ellos…-le dijo mirándole de reojo- el gato se curará?-

Claro que si, en cuanto llegue la ayuda veras que se curará…-le dijo animándolo mientras le sonreía-

Ya veo…-abrazo al gato- el también esta sin rumbo como yo…-

Pero ahora ya no están perdidos, porque Shun-san y yo los hemos encontrado…es verdad…mi nombre es Iku Kannazuki y tu eres?-

Rui Minazuki…-

Tenemos apellidos casi idénticos…- le dijo animadamente- es el destino que quería que nos encontraramos!!!-

Cuando de pronto Iku vio que Shun llegaba en una ambulancia, para llevarse a Rui y al gato…

Los dos jóvenes se quedaron en el hospital mientras trataban a Rui, cerca de ahí estaba la veterinaria donde trataban al pequeño gato

Gracias por todo denuevo Shun-san en verdad eres una buena persona…-

No te preocupes, es lo que tenia que hacer…no podíamos dejarlos solos no crees? Ademas parece que llamo tu atención…digamos que lo salve pensando en ti…-

Eh?...-mirandolo extrañado- a veces no entiendo lo que me quieres decir…-

Es mejor que no lo entiendas por ahora…-suspiro pesadamente- aunque parece que hemos encontrado aun niño interesante…- susurro para si mismo-

El doctor se acerco a los dos jóvenes

Ya hemos curado el sangrado de la cicatriz, y bajado la fiebre, ahora esta descansando, tiene que estar en reposo por un par de días, pero mañana le daremos de alta…-

Deacuerdo, entonces arreglare todo para llevarlo a casa para que se recupere-Dijo Shun-

Este doctor podemos entrar a verlo?...-

Solo puede entrar una persona…-

Vamos entra tu…- le animo el pelicenizo, empujándolo, mientras se quedaba conversando con el doctor-

Ya en la habitación vio como el peliverde dormia tranquilamente-Me alegro que ya estes mejor Rui…- observando el rostro dormido del otro joven- te prometo que te cuidare de ahora en adelante…a ti y a Yamato, suena bien el nombre del gato no?...- se sento a un lado de la cama-Siempre estare a tu lado…-

Volviendo al presente…

Iku movio suavemente a Rui que empezaba a despertar

Uhm…buenos días Ikkun…-

Yamato salto de los brazos de Iku para acercarse a Rui y lamerle el rostro

Buenos días Yamato…- acariciando la melena del gato negro-

Has dormido bien? No te ha despertado un ruido extraño o mejor dicho varios ruidos extraños?

No…para nada…pude dormir bien…-le dijo mirándole extrañado- es que acaso paso algo mientras dormia?

No no paso nada…-dijo todo sonrojado- ya vamos alístate que debemos de ir hoy a la escuela-

Deacuerdo…- dijo mientras se tallaba el rostro  y se levantaba hacia su baño

Iku aun no entendia en que momento fue en que pensaba en Rui en algo mas que un amigo, pero esos sentimientos se hacían cada vez mas claros desde que empezaron a vivir con los Hyakuya, ambos chicos eran tan directos y libres que apenas el castaño les tomaba el ritmo, a Rui no era de interesarse mucho en eso, o eso lo hacia ver

Ya en el comedor, el castaño había colocado todo para el desayuno y esperaba a los demás para comenzar con el desayuno, los primeros en bajar fueron Mika y Yuu que parecían tener una pequeña discusión, como todos los días, Iku suspiro pesadamente

Rui-kun aun no baja?...- hablo el rubio mientras se sentaba –

Esta bañándose, luego bajara…- hablo el castaño-

Y es por eso que llegamos tarde a la escuela…- hablo el pelinegro mientras empezaba a comer-

Yuu-chan se un poco mas considerado, Rui siendo un idol no puede ir a la escuela solo, por eso todos los días tenemos que ir con él-

Tsk…y solo por él yo me gano la regañada de todos los días…-

Es que si no fueras tan ruidoso al llegar tarde al salón de clase, el profesor no te regañaría tanto…-rio suavemente-

No es que sea ruidoso solo es que no me gusta que me molesten por llegar tarde…-dijo cruzándose de brazos con el ceño funcido-pero tu también llamas mucho la atención Mika!! Sobre todo de las chicas que no paran de molestarnos…-
Bueno es que las chicas solo quieren ver nuestra muestra de afecto…-

Que!!!no me digan que hacen sus cosas pervertidas hasta en la escuela? Osea tengan un poco mas de respeto no creen?-

No se en que cosas pervertidas estas pensando Iku-kun? Estas dejando volar tu imaginación…- canturreo el rubio-

Sera que tu lo estas ayudando a que vuelen de esa manera?...-

De que están hablando? Acaso me perdi de algo?- hablo aun con sueño el peliverde mientras se tallaba los ojos-

Pues hablábamos de lo mucho que te quiere Iku-kun verdad?...-

Yuu le dio un golpe en la cabeza al rubio para que dejara de molestar

Yuu-chan eso dolio…- sobándose la cabeza-

Ikkun?...-

No pasa nada no pasa nada …- dijo mirando a otro lado-bueno ahora que estamos todos, el dia de hoy les toca la limpieza de la casa a Mika y a Yuu, la ropa lo lavara el dia de hoy Rui, luego a los tres les tocara comprar la comida de la semana, mas la comida de Yamato, el dia de hoy no estare en casa hasta pasada la noche porque tengo mis actividades del club de baloncesto, luego el club de soccer y finalmente debo de grabar un comercial- sonriendo ampliamente- asi que podre estar tranquilo al dejarlos con todas las actividades de la casa?

Claro que puedes confiar en nosotros, aunque no parescamos somos responsables…ademas recuerdas que somos mayores que ustedes no?...-hablo el pelinegro con una gota en la cabeza-

Es verdad son los mayores de la casa…-hablo el peliverde-

Iku-kun, en verdad podras con todas tus actividades? Es que algunas veces pienso que te presionas demasiado, eres joven y no le hace nada bien a tu salud…al igual que tu Rui-kun, se que son idols y todo eso, pero lo primero es su salud y espero al menos que estos días que tendremos descanso de la escuela, no tengan mucho que hacer y hacer el viaje a los baños termales como lo habíamos planeado…-

No te preocupes Mika,si no estuviese seguro que no puedo hacerlos, creeme que los dejaría, pero como no y me gusta hacerlo no lo hare…- dijo sonriendo ampliamente- y pues Yuu no es que no confie en ustedes pero…-
Eso que quiere decir?...-

Yo al igual que Ikkun no tengo problemas con lo que hago, aunque claro que no son tan pesadas como las que hace él…-

Es por estas palabras que no puedo evitar estar preocupado por ustedes…- se levanta y le acaricia primero la cabeza al castaño y luego al peliverde-

Mika…-hablaron los dos jóvenes al mismo tiempo-

Lo que me parece raro y te lo he dicho Iku, es porque no asistes a la misma escuela que nosotros? Es que no te gusta Hanasaki?- le dijo el pelinegro después de ver el gusto del rubio para con los mas jóvenes de la casa-O te has aburrido de vernos la cara todos los días?

No es eso, le prometi a un amigo de la infancia que iria a la misma escuela que él, por eso no estoy en Hanasaki-

Ikkun siempre cumple lo que promete por eso no esta en nuestra escuela-secundo Rui, mientras se tocaba el estomago- tengo hambre…-

Es cierto ya es hora de ir a la escuela y no hemos terminado el desayuno, ya sentémonos y vayamos a comer…- ordeno el castaño-

Y todo empezaron a tener un desayuno animado…
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Volviendo a la hora actual, en una de las heladerías cerca de Hanasaki, se encontraban Mayura, Suga y Otoya, este ultimo les contaba del porque se había inscrito impulsivamente a Hanasaki, solo para estar cerca de Mayura, porque tenia el presentimiento que algo no andaba bien

Bueno es que yo…- la pelirrosa temblaba notoriamente-

Vamos Mayura…tu puedes…- el pelicenizo le animaba a su amiga dándole una palmada en el hombro-

Que es lo que me tienes que contar? Es tan grave?...nee dime Suga-san en todo caso…-

No soy la persona indicada para decirlo, solo es algo que Mayura solo puede decírtelo…-

La pelirosa tuvo que respirar profundamente para empezar a hablar mientras miraba fijamente al pelirojo-

Recuerdas las noticias que salían acerca de Hanasaki en el hospital Otoya-kun?-

Te refieres a la del accidente? Que aun no se sabe como fue provocado?-

Si…la razón por la cual estuve en el hospital , tiene que ver con eso…-

Estuviste involucrada en ese ataque?...-

No…participe en ese ataque…-

No entiendo…que quieres decir…-

Otoya-kun…yo fui una de las que causo esa destrucción en Hanasaki….- empuño fuermente sus manos- yo soy una hime!!!...-

Continuara…

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Matta ne!!

Mimi-chan


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #46: August 11, 2015, 05:25:24 PM »
Vengo con otro fic, un poco de interacción antes de continuar con la historia.

9


Fue como si todo el rumbo de su vida hubiera sido dirigido de regreso al pasado en esos dos días. Luego de recibir el mensaje de Miranda y de hablarlo con su prima, Cho se vio nuevamente embarcada en la revivida misión de las HiMEs. Y en muy poco tiempo había regresado a su estado de hace tres años. Era una HiME con poderes y bajo la incertidumbre de ser atacada en cualquier momento. El tiempo transcurrido desde ese entonces le había hecho crecer y había cambiado su situación para que las cosas fueran mejores, o al menos eso le gustaba creer.

La tarde después de la prueba pasó tranquilamente, y una vez de regreso en casa, tuvo el resto del día para mirar televisión junto a Roxas y Osaka y tener un momento tranquilo. El tema de HiMEs no se tocó ni superficialmente, pero al menos todo parecía estar bien entre los tres, y con eso Cho se sentía más cómoda.

Pero al día siguiente ya era hora de prestar más atención a su rol como HiME, por lo cual aprovechó su horario más libre ese día para ir a la oficina de la directora y pedir consejos o preparación para llevar a cabo su trabajo.

Quiso ir a hablar con Fran para ver la posibilidad de ponerse a entrenar con su nueva arma, pero Ritsu en secretaría le informó que tanto ella como Miranda se encontraban muy ocupadas con otros asuntos. Cho comprendió que había varias otras candidatas a HiME necesitando la atención de las dos, así que tendría que esperar algunos días antes de recibir el entrenamiento necesario. Tan sólo esperaba que no fuera una gran inconveniencia.

Pero antes de retirarse, recordó que Osaka le había recomendado ir a hablar con ella, con tal de ofrecerle ayuda y apoyo como la HiME counselor que aspiraba ser. Cho no sabía cómo su prima podría darle la ayuda que había declarado, pero ir a hablar con ella siempre era una buena forma de subir sus ánimos y no tenía nada que hacer esa mañana.

Por ello, fue a la pequeña oficina de su prima, y curiosamente, tanto ella como Tomo estaban presentes, libres y listas para atenderle.

“¡Hola Cho!” le saludó Osaka con tantos ánimos como si no se vieran desde hace mucho, pese a que habían llegado juntas en el bus temprano en la mañana. “Finalmente llegaste, así que podemos comenzar.”
“¿Me esperaban?” preguntó Cho, confundida. “No recuerdo haber sacado una cita ayer…”
“Pues eres la prima de Osaka y acabas de dar la prueba HiME. Obvio que ibas a recibir atención especial,” dijo Tomo con un cierto dejo de cansancio. Ella se encogió de hombros. “Además, con todo el drama que se han traído ya daba por sentado que buscarías counseling, ¿verdad?”
“…” Cho miró a Tomo con cierto reproche.
“Ehh, lo importante es que estás aquí,” Osaka sonrió. “Ritsu-san me excusó de mis cursos de hoy para ayudarte con todo lo que necesitas y Tomo-chan dice que prefiere apoyarme que asistir así que nos tienes a las dos para lo que necesites.”
“Pues, tengo clases más tarde, pero al menos podemos ir viendo algo…” Cho no sabía qué decir. “En verdad no sé qué vamos a hacer ahora.”
“Sé que Miranda y Fran están muy ocupadas, así que opto por tratar con otros asuntos que no conciernen a la batalla de las HiMEs directamente. Es mejor sacar eso del camino,” dijo Osaka, convencida.
“Y… ¿qué tienes en mente?” Cho notó cómo Tomo desvió su mirada con leve desinterés.
“Lo que creo que muchos le llaman ‘formalidades’. Es mejor sacar esas cosas del camino para no tenerlas pendientes,” la consejera se levantó de su sillón y agarró un maletín de apariencia ordenada y profesional que Cho no sabía que tenía. “No te preocupes, siento que esta visita, además de útil, va a ser muy nostálgica. Justo lo que necesitamos para aprovechar y disfrutar del presente día.”

Osaka dirigió a Cho y Tomo fuera de la universidad y a un destino cercano y también familiar, el cual fue revelado a la peliceleste en menos de media hora…

“O-Osaka…” Cho tembló ligeramente.
“…” Tomo dio un suspiro y negó repetidamente.
“¡Llegamos!” anunció la consejera con muchos ánimos frente a las rejas tétricas sujetadas por columnas gruesas de mármol. “¡El cementerio de Hanasaki! ¡Vamos a ver tumbas!”
“¿En… serio?” Cho no pudo decir nada porque Osaka se abrió camino e ingresó al lugar, junto a Tomo. “N-no, por favor…”
“No seas tímida, tengo muchos planes para ti,” la prima regresó y jaló a Cho del brazo para llevarla en un tour.

Después de esos dos días de apoyo incondicional, la peliceleste había olvidado que Osaka era inapropiadamente… Osaka en algunos casos. Sólo le quedaba frustrarse y seguir a su prima quien lideraba el paseo con las mejores intenciones.

“Como consejera, hice una investigación sobre qué recursos Hanasaki tiene con respecto a arreglos funerarios. En muchos casos, también depende del plan de seguro de vida, pero como una HiME, tienes muchas opciones,” Osaka llegó a una tumba. “Por ejemplo, miren esta. Es de los años setenta, pero este estilo de lápida está regresando. Ahh, vintage~ ¿No les parece genial?”
“Uh-huh…” Tomo contestó sin interés mientras jugaba con un app en su smartphone, decidida a ignorar el tour.
“…” y Cho estaba concentrada en ver la fecha de nacimiento y muerte de aquella exHiME. La pobre había muerto a los diecisiete años.
“Te ves como si hubieras visto a un fantasma,” Osaka miró a Cho y ladeó su cabeza. “Sigamos, es sólo el comienzo. Ciertamente, tener una lápida sí cuesta un poco de dinero adicional aun con la ayuda de Hanasaki, pero si prefieres no tener gastos adicionales, puedes apuntarte a un nicho,” caminó hacia un grupo grande de nichos, la mayoría de ellos ocupados. “Sé que la idea de un nicho no es muy tentadora, pero realmente pueden ser muy lindos y más personalizados de lo que crees. Sé que puedo permitirte ordenar unas rejas decorativas gratis y una pequeña repisa para flores, esculturas o lo que prefieres. Ah, y personalmente prefiero la fila F para que estés más cerca del cielo, ¿a que no es lindo?”
“Y-yo…” Cho se vio saturada por la cantidad de nombres, fechas y cruces negras dibujadas en cada nicho. “Osaka, ya no puedo estar aquí…”
“Aw, está bien, Cho. Los nichos no son para todos,” Osaka le abrazó del brazo y la jaló hacia otra área más grande y elegante, donde había esculturas de ángeles y hermosos jardines. “Déjame mostrarte mi área favorita del cementerio. Aquí están las tumbas más hermosas y los mausoleos. Son más costosos, pero no se puede poner precio en tu comodidad y paz interior~”
“Osaka, no quiero arruinar tu diversión, pero hasta yo comienzo a sentirme asustada,” dijo Tomo. “¿Podrías apurar el recorrido?”
“No es algo de qué asustarse, es parte de la vida,” Osaka se confundió, y siguió con lo que tenía planeado. “Ciertas áreas del jardín están todavía disponibles para construir mausoleos de distintos tamaños. Esta área tiene un lago precioso que da la bienvenida a aves migratorias durante el invierno y te recomiendo que agarres el lote con el ángel al costado. Tengo el presentimiento que ese será el primero vendido, así que tendrías que apurarte. Aún debo llamar a las otras HiMEs con mis promociones especiales de inauguración por lo que va a haber competencia. Aw, pero quizás el mausoleo hubiera sido mejor hace tres años cuando éramos tres HiMEs en la familia.”



“¡Oh!” Cho fue despertada de su pesadilla despierta por el ringtone de su celular. Lo revisó y vio que Roxas le estaba llamando. Un poco raro ya que este debía estar en plena práctica, pero lo que sea para evadir su presente realidad. Lo contestó. “¿Aló?”
“¿Cho? Finalmente respondes. Te envié mensajes pero no me respondiste,” dijo Roxas en el otro lado de la línea.
“V-verdad, había desactivado notificaciones…”
“Te oyes apagada, ¿qué sucede? Llamaba para ver si estabas bien con todo esto de las HiMEs.”
“Ehh, s-supongo que todo está bien… sólo un poco raro…”
“¿Raro? Por tu tono de voz, diría que no hablas de ser HiME. ¿Llegaste a hablar con Fran? ¿O con Osaka?”
“E-estoy con Osaka, sí…” Cho desvió su mirada.
“Espera,” el tono de Roxas se puso tenso e impaciente. “¿Qué hizo Osaka esta vez?”
“N-n-no te preocupes, ella no tiene malas intenciones.”
“No la defiendas y pásame con ella.”
“Está bien, Roxas. N-nos vemos más tarde,” Cho colgó, pero no tardó en escuchar otro sonido electrónico.
“Oh, Roxas me ha enviado una videollamada,” Osaka sacó su celular y lo contestó. “¡Hola Roxas, qué sorpresa!”
“¿O-Osaka?” Roxas se notó sorprendido en el smartphone de su prima al ver el background. “¿Qué hacen en el cementerio?”
“¡Estamos en un tour para escoger la tumba favorita! ¡Siento que es lo mejor ahora que Cho tiene tiempo libre y no está preocupada por su Rebel aún!”
“¡¿Q-qué?!”
“Uhh…” Cho se dio un facepalm.
“¡Ustedes se van de aquí ahora mismo!” Roxas miró a Tomo. “¡Tú intenta controlar a su amiga!”
“Oye, no me metas en esto, créeme que no es tan divertido para mí,” le contestó.
“Pero si estás ahí es porque lo debe ser, o al menos para tener una excusa de no estar en clase.”
“R-Roxas, no entiendo por qué estás molesto…” Osaka se asustó.
“Escúchame bien, Osaka,” el rubio frunció el ceño. “Cho nunca te lo va a decir, pero estar ahí luego de todo lo ocurrido es traumático y completamente inapropiado para ella. Y como al parecer no tienes la suficiente delicadeza, ahora que te lo he dicho quiero que las tres se vayan de ahí de una buena vez.”
“P-pero Roxas…”
“¡Sin peros!”
“¡P-p-pero así podemos escoger el mejor lugar de reposo para Cho! ¡L-lo hago por la familia!”
“¡No lo haces! ¡Tus negocios con las funerarias no me importan!”
“¿A-acaso no quieres definir el lugar donde tu querida hermana puede descansar para toda la eternidad?”
“¡No me importa ni un pepino en qué hueco van a enterrar a Cho, así que deja de hacerlo tan importante!”
“Uhh, eso me dolió hasta a mí,” Tomo se extrañó por la respuesta.
“¡E-esperen, no desarreglen mis palabras! ¡Ustedes entienden!” Roxas dio un pesado suspiro y miró a su hermana. “Por favor, sólo hazte un favor y márchate de ahí. Eres muy joven para atender arreglos funerarios.”
“…” Cho se incomodó sin saber qué hacer.
“Pero todavía me queda mostrar un mausoleo ya construido y arreglos florales,” Osaka sacaba folletos de su maletín de trabajo.
“¡Se van ya!”


Un rato después, Roxas colgó su celular y respiró profundamente. No había esperado que su descanso de su práctica de kendo terminaría por estresarle tanto. Todavía tenía otros diez minutos así que salió del edificio para caminar cerca.

Lo último que necesitaba era hacer el problema peor, y Cho había probado estar muy estresada. Osaka podría ser una buena prima en muchas formas, pero lamentablemente no era perfecta y tardaba en darse cuenta de las cosas. Luego tendría que sentarse con ella a explicarle que apoyara a Cho en otras formas.

En medio de su caminata, él reconoció a una persona familiar recostada en una rama de un árbol bajo, revisando su celular. Negó y fue hacia él.

“¿Qué haces aquí, Sora?” preguntó Roxas.
“¡AHH!” Sora se sobresaltó y casi se cae, pero al ver a Roxas dio un suspiro. “Ah, eres tú. Por favor, no me asustes así.”
“No sé a quién habrías esperado.”
“Uh, eh, olvídalo,” al menos no era Tomaj.
“¿Acaso no tienes el curso introductorio de vida universitaria a esta hora?”
“¿Q-qué? ¿Cómo sabes eso?”
“Kytes me pasó el link a tu horario,” Roxas trepó para sentarse en una rama cercana mientras Sora volvió a frustrarse. Si fuera alguna figura política podría recibir un ataque por su horario público… aunque como faltaba a clases quizás no sería tan fácil. El silencio de Sora sólo hizo que el rubio se frustrara. “O sea, que hayas jalado cursos es entendible. No todos se adaptan a la universidad de modo infalible. Pero estamos hablando de la intro a la vida universitaria.”
“Sí…”
“Ese curso es sólo una hora a la semana y no tiene tareas ni exámenes.”
“Sí, yo sé…”
“Ni trabajos en grupo ni proyectos.”
“Pues sí…”
“Es sólo una clase con un profesor consejero que no pone nota, sólo si pasaste o reprobaste…”
“Eh, sí…”
“Y para pasar tienes que asistir al cincuenta por ciento de las clases y llenar una encuesta al fin del semestre.”
“¡Ya, entendí! ¡Soy un desastre! ¡¿Puedes dejarme en paz?!”
“Es que no te entiendo, sólo te haces la vida más complicada,” Roxas dio un suspiro. “Sé que estás sin inspiración de estudiar, pero esto no es saludable. Al menos trata de hablar con algún consejero a ver qué opciones tienes, o no sé.”
“Ugh…” Sora estaba cansado del discurso que todos sus conocidos le repetían en sus propias palabras. Sabía que estaban preocupados por él y que intentaban ayudarle, también que tenían razón, pero simplemente no podía asimilarlo.
“Bueno, sé que no quieres hablar de esto…”
“A decir verdad, esperaba encontrarme contigo,” el pelimarrón recordó su charla con Ryo hace dos días. “Resulta que los Rebels han regresado, y si no me equivoco, Miranda se encuentra reclutando a las HiMEs.”
“Sí,” Roxas miró hacia el piso. “Supongo que todos en la universidad ya lo saben.”
“Seguro que tu sabes más. Tu hermana y tus primas fueron HiMEs hasta el final. ¿Acaso van a regresar a ser HiMEs?”
“Ahh…” el rubio levantó su cabeza hacia atrás, cansado. Nunca dejaría de oír el mismo tema. “Pues, Mariko está en el extranjero y parece que no quiere volver aún, y Osaka ha decidido tomar un rol más pasivo como consejera… pero Cho aceptó y dio su prueba HiME ayer.”
“¿En serio?” Sora se quedó en shock. “O-oye, no es por ofender, pero de las tres pensé que Cho sería la última en aceptar, y que Osaka se aventuraría con estandarte y todo hasta el final de Rizembool.”
“Digo lo mismo, pero la razón principal por la cual Osaka no ha vuelto a ser HiME es porque al parecer no se encuentra en la mejor condición. Miranda le aconsejó que no se arriesgara.”
“Huh, tampoco habría esperado eso. Siempre pensé que la directora era de empujar a todas las chicas a defender Hanasaki.”
“Ah, no lo sé, Sora…” Roxas perdió su paciencia. “Todo esto ha sido un desastre. Intento ser paciente por Cho, pero no estoy de acuerdo con lo que ha decidido. Sólo me queda esperar que esto sea mejor que antes. No sé qué hacer, a decir verdad. Ni que hubiera la opción de ser su Knight.”
“Pero tampoco fuiste su Knight la vez pasada,” Sora comprendió que debía callarse cuando Roxas le miró con cólera. “Ya, ya, tranquilo. Pues, no sé qué decirte, pero aun si nosotros estamos fuera del problema principal, seguimos siendo amigos de Cho, y de las otras posibles HiMEs que se crucen en nuestro camino. Y yo, Ryo, Kytes, todos nosotros también estamos para ayudarte. Tú lo sabes.”
“Sí, gracias…” Roxas sonrió un poco.
“¿Pero estás seguro que Mariko no piensa regresar?” preguntó Sora, incómodo.
“Sí, estoy seguro…” el primo dio un suspiro.
“Perdón, pero tú sabes todo el lío que ocurrió con ella y Kytes.”
“No te preocupes, lo entiendo…” ciertamente, Mariko terminó ganándose mala fama, especialmente con Sora y sus amigos, pese a que Kytes siempre había intentado ayudarla (o quizás precisamente por esa razón). Roxas recordó que debía regresar, así que saltó de regreso al piso. “Lo siento, pero estoy en plena práctica. Si quieres nos vemos más tarde, ¿sí?”
“Claro, te invitaría a saltearnos clases juntos pero se nota que eres más serio que yo,” Sora asintió.
“Ahh con todo lo que ha ocurrido sinceramente aceptaría escaparme de no ser porque es una práctica de kendo…” Roxas negó.
“Entonces podemos salir más tarde para uno de tus cursos de teoría.”
“No me tientes. Bueno, hasta luego.”

Roxas se despidió y dejó a Sora quien regresó su atención a su smartphone. Su amigo seguía con la cabeza en las nubes como siempre, y pese a saber que no era la mejor decisión, se sentía un poco celoso de no estar en su lugar. Una vez más, los detalles de mayor importancia de su vida se escapaban de su alcance.
« Last Edit: March 01, 2016, 05:08:16 PM by Cho »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #47: August 14, 2015, 03:31:29 AM »
Está un poco largo, sorry, la inspiración a veces ataca (?)

2.


“¿No te dará frío?”

Miharu parecía un niño de primaria con su poncho, shorts hasta la mitad del muslo, medias largas y mocasines.
<<Con esa mejillas redondas y ojos grandes, podría pasar por uno>>, pensó Yoite, pero de ahí cayó en cuenta de que su estatura igual lo delataría. Igual, no se podía negar que aparentaba menor edad de la que tenía.

Aún le costaba creer que el tiempo había pasado volando y Miharu ya estaba a punto de terminar la secundaria. Era tan difícil de procesar, considerando que aún tenía fresco el recuerdo de su cara llena de apatía al iniciar las clases en Hanasaki. Siempre le había costado interactuar con otros, y cambiarse de instituto –y de país— sólo agravió más su estado emocional. Yoite, al haber crecido junto a él como parte de la familia que servía a los Vi Britannia, lo conocía perfectamente y no tardó en darse cuenta de que andaba intentando ocultar sus preocupaciones con ese falso carácter indiferente. Felizmente, la situación cambió a la llegada del mellizo de Miharu, Rollo, quien se quedó en Japón hasta hacía ya un par de meses, cuando decidió regresar a Inglaterra. Rollo lo ayudó a soltarse y facilitó la adaptación de Miharu a las tierras niponas.

Así, Miharu consiguió acoplarse a un grupo en su grado y se veía más alegre que antes. Yoite estaba contento con ese cambio que mostraba.

“No, otra cosa es que seas friolento y yo te dé más frío cuando me miras.” Comentó Miharu, obligándolo a dejar a un lado sus divagaciones.
“…” Yoite se miró las ropas: estaba envuelto en mil capas de caffarenas y chompas. Encima, portaba un saco largo que le llegaba a las rodillas. “Un poco, sí.” Yoite esbozó una sonrisa pequeña, y Miharu se la devolvió. 
“¿A dónde vamos, por cierto? Ya se me dio por seguirte no más, sin preguntar.”
“Quiero ir a sacar dinero del cajero. No es necesario que me acompañes.”
Miharu negó con la cabeza. “Iré contigo.”
“…!” Yoite se sorprendió en un inicio pero de ahí sonrió: Miharu siempre andaba pegado a él como un chicle. Intuía que por eso ni ponía excusas, estaba muy claro que lo único que quería era pasar el tiempo a su lado. Debían aprovechar todo momento que el muchacho no andaba enfrascado en sus estudios. “Vamos, entonces”

Miharu solo lo siguió: cerraron la puerta principal con llave y de ahí se encargaron de hacer lo mismo con la reja de la mansión.

“¿Notaste el parte de matrimonio en la mesa?” Le preguntó Yoite, mientras caminaban con dirección al cajero.

Las calles estaban medio vacías, ya que era la hora de almuerzo, y encima, se trataba de un sábado.

“Sí. Lo abrí, pero no era para nosotros.”
“¿Aun así lo abriste?”
Miharu le sacó la lengua. “No debería sorprenderte.”
“¿Para quién era?” Preguntó Yoite, un poco curioso.
“Para Haruhi-san. Su tío por parte materna se casa.”
“Cuando regresemos, hay que hacerle saber que ya llegó.”
“Sí. Lo deje en la mesa de la entrada para que lo note, pero igual mejor es decírselo.”

Yoite asintió con una sonrisa pequeña, y Miharu lo agarró por sorpresa al tomar su mano y caminar juntos así.

“¿Te incomodaría acompañarme a una salida con mi grupo del colegio?”
“¿Mn? ¿Cómo así?”
“Marco y Star no dejan de molestarme con eso. Quieren conocerte.”
“Ah.” Yoite sonrió un poco. “¿Les contaste sobre mí?”
“Sí. Es que me propusieron ir a un mixer y comenté que no estaba interesado. De ahí salió la pregunta y bueno, quieren conocer a la leyenda en persona.”
“No me molestaría salir con ustedes.” Le comentó, a la vez que doblaban en la esquina, y continuaban con la caminata.
Los ojos de Miharu se iluminaron. “¿En serio?”
“En serio.”  Le aseguró.
Miharu estrujó su mano.  “Gracias.”
“Más bien, podrías invitarlos a cenar, si gustas.”
“Ah, eso sería lindo. Pero no quería hacerte trabajar…”
“Si me ayudas, la cosa cambia.”
“¡Genial!” Sonrió. “Gracias, Yoite.”
“Sabes que no me molesta en lo absoluto.”

Para ese entonces, ya habían llegado al cajero. Yoite sacó la tarjeta de su billetera y la introdujo en la ranura de la máquina, colocó su clave y pidió ver el balance del mes antes de hacer transacciones.

Se quedó descolocado al ver los números, su expresión tornándose llena de incredulidad al procesar lo que sus ojos veían. La cuenta de dólares nunca había tenido tantos dígitos: el Sr. Vi Britannia depositaba lo justo para los gastos de la casa, y un importe adicional en caso alguna emergencia ocurriera (las propinas de sus hijos iban directo a las tarjetas de cada uno), pero esto ya era demasiado. Era el quíntuple de la suma, o incluso más.

Miharu se preocupó al ver la cara de Yoite, pensando tal vez que su padre les había reducido el presupuesto para el mantenimiento de la casa y la comida. Sin embargo, también se mostró sorprendido cuando notó las cifras.

“¡Fácil el viejo se murió y es la herencia!” Soltó emocionado Miharu.
Yoite rio levemente, pero cuando se dio cuenta de sus acciones, sacudió la cabeza y su mirada volvió a mostrarse seria. Sin jefe, se quedaría sin sueldo. Sin sueldo… no había mucho que hacer, realmente. “No deberíamos bromear con ese tipo de situaciones.”
“Mm, tienes razón.” Miharu tomó su mentón, pensativo. “Entonces, ¿por qué hay tanto dinero de sobra?”
“Debe haber un motivo en especial.”

La quinta sinfonía de Beethoven retumbó en aquel pequeño cuartito. Ambos saltaron de la sorpresa, y Yoite demoró unos segundos en identificar el aparato de dónde provenía la música: era su propio celular. Sacó el móvil del bolsillo y deslizó el botón de la pantalla táctil para contestar. No prestó atención a la identificación de quien llamaba.

“¿Aló?”
“Joven Rhodes, soy el asistente del Sr. Vi Britannia.”
“Ah, buenas tardes, Sr. Abott. Me imagino que esta llamada es por el depósito erróneo en la cuenta bancaria, ¿no?”
“Sí. No es erróneo, el Sr. Vi Britannia me ordenó que depositara esos montos adicionales para que puedan comprarse un carro. El dinero adicional es exacto para la cuota inicial. Si se necesita más, nos avisa.”
“¿Qué?”
“¿Un carro? ¡Pero—SDFffjgk!” Yoite le tapó la boca a Miharu.
“Como le digo, ese dinero fue depositado para el auto. Así, podrá llevar a los Vi Britannia a sus clases, le será más sencillo hacer las compras para la casa, entre otras cosas. Por supuesto, si ellos adquieren licencias de conducir, también podrán usarlo. Sin embargo, el carro le pertenecería a usted, Joven Rhodes.”
“¿No debería ser de ellos?” Respondió Yoite.
“El Sr. Vi Britannia lo ordenó así.”
“¿…Bueno? ¿Supongo que debo mandar una copia de la boleta escaneada cuando la tenga?”
“Sí, y del papel que indica el número de cuotas seleccionado. Cualquier inconveniente, me llama.”
“Okay, muchas gracias, Sr. Abott.”
“De nada.”
Yoite cortó la llamada. “Wow. Un carro, quién lo diría.”
“Estoy seguro de que mi mamá lo sugirió. Debió ser para ayudarte; aunque no sales mucho de la casa, ahora que lo pienso.”
“De seguro servirá de alguna forma u otra. Además, pienso que a tus hermanos les va a gustar mucho la idea.”
“¡Sí! No hay duda de eso.”
“Y eh…” Empezó Yoite, luego de que ambos salieran del banco. “¿Me acompañas a ver carros?”
“Claro.” Le contestó Miharu, con una sonrisa. “Me gustan los minis, pero sé que Lelouch y Simon se quejarán si compramos uno así. Además, no creo que estés cómodo con un carro costoso, ¿no?”
“Me conoces bien.”
“Entonces busquemos algo más accesible.”
“Sí.”

Esta vez, fue Yoite quien agarró su mano y entrelazó sus dedos con los de él.




El timbre sonó y le llamó la atención: Miharu y Yoite tenían llave, ¿por qué no la usaban?

Había escuchado un poco de la conversación de la pareja y por lo que sabía, se iban a retirar dinero del cajero. De seguro se olvidaron de algo y por eso regresaron.

Hizumi suspiró, se levantó de su cama en un instante y corrió lo más rápido posible hacia la entrada. Le molestaba que interrumpieran su tranquilidad en un sábado como ese. Hizo una nota mental de hacerle recordar a Lelouch que todos los cuartos debían tener intercomunicador, para así ahorrarse el viaje a la entrada de la mansión.

Al llegar finalmente a su destino, giró el pestillo y abrió la puerta. El color de su cara desapareció.

Se restregó los ojos con los dedos varias veces sin creer lo que veía, específicamente, a ese par de personas paradas en frente de él. Intentó pellizcándose para ver si era una pesadilla o era la cruda realidad.

Kanone Hilbert y Ryoji Mochizuki lo saludaban con un ademán de mano y una gran sonrisa, como si el primero no figurara como ‘fallecido’ según los registros nacionales. Por si fuera poco, los dos portaban grandes maletas y Kanone llevaba cargado en sus brazos a un gato.

Vaya manera de llamar la atención.

“¿Cómo abrieron la reja?”
“Ryoji fue un ladrón en su vida pasada y los cerrojos tiemblan ante él.” Contó Kanone como si se tratara del clima. Hizumi estaba a punto de lanzarse encima de él para enmendar el error del pasado y de una vez por todas mandarlo a dormir con los peces pero él rio y continuó hablando. “Mentira, el mayordomo no la cerró bien cuando se fue al banco con el hermano de Lelouch.”

Hizumi lo quería matar. Los quería matar a ambos, de hecho. Si Lelouch o Eureka los veían, no sabía qué podía ocurrir. Ya lo veía en los titulares: ‘Hijo de ministro británico envuelto en terrible escándalo, principal sospechoso de la segunda muerte del ya fallecido Kanone Hilbert.’ La prensa amarilla haría una nota sobre los muertos vivientes y ay, todo sería un desastre. ¿Por culpa de quién? El par de babosos que tenía en frente, que se aparecían en la puerta de la casa de los Vi Britannia, mismo Pedro por su casa.

Les hizo un gesto con la mano y se juntaron mismo equipo de fútbol antes de un gran partido (?).

“Creo que Lelouch está adentro. Si te ve, Kanone,” Y lo miró. “Estás frito, pajarito.”
“Okay.”
“Las maletas van a hacer mucho ruido, hay que esconderlas en algún lugar.” Hizumi rodó las maletas hasta colocarlas detrás de las macetas que estaban al lado de la puerta: las plantas eran altas y al menos taparían un poco el equipaje de Kanone y Ryoji.
“¡Pero—!”
“Shh, de ahí cuando Lelouch salga con sus amigos aprovechamos y las metemos.”
“¿Lelouch tiene amigos?”
“Aunque no lo crean, sí.”
“Wow, character development.”
“…ahora. Falta el gato.” Y lo señaló.
“No hará ruido, lo prometo.”
“Mm…” Hizumi se quedó contemplando las palabras de Kanone por un rato, pero luego dio un suspiro y sonrió. “Okay. Vamos.”

Los hizo pasar rápidamente, esperando no encontrarse con nadie en el camino. No sabía si Simon, Haruhi, o Illyasviel estaban en la casa, y esperaba que no fuera así. Se cercioró de que Ryoji cerrara la puerta de la casa tras de sí, y de ahí repitiera lo mismo con la de su cuarto.

Kanone se sentó en la cama con el gato en su regazo, y Ryoji se acomodó en la silla del escritorio. A Hizumi no le quedó de otra que tomar asiento en su sofá.

“Te preguntarás qué hacemos acá.” Empezó Kanone, mientras acariciaba a su gato.
“Sí. Considerando el gran riesgo que supone cruzarte con Eureka antes de haber hablado con ella sobre todo el asunto.”
“…Si llegué a enterarme de que se había mudado a vivir acá. Pero no vine por ella, vine por ti. Necesito que nos hagas un favor, a Ryoji y a mí.”
“No lo haré si no me explican TODO ):<”
“Está bien.” Accedió Kanone. “Empecemos por mi ‘muerte’.”
“Recuerdo haberte disparado tres veces en el estómago, ¿qué pasó?”
“Me salvé por él.” Señaló a Ryoji…
“Yo (:” …y él alzó el brazo.
“Lo llamé y contactamos a una HiME que tenía poderes curativos. Eran relativamente básicos, pero al menos me ayudaron a sobrevivir el trayecto a la clínica. Allí me operaron y tadá, quedé como nuevo. ”
“¿Y por qué no regresaste?”
“No podía. Si regresaba, esta vez Kiyotaka mismo me partía en dos.”
“¿Eh?”
“Hizumi, ¿por qué Kiyotaka te mandó a matarme?”
“¿Por una vendetta, creo?”
“Sí, y no. En estos años descubrimos que el verdadero motivo era que mi cambio de bando no le agradó a Rizembool y querían borrarme del mapa, al parecer.”
“Pero yo hice lo mismo…” Mencionó Hizumi, pensativo.
“Tú cumpliste con lo acordado. Se lo escondiste a Eureka, pero si llegaste a vencer a tu HiME, ¿no?”
Hizumi le guiñó un ojo y sacó la lengua. “Sí~ Fue pan comido. Realmente, me sorprende que me hayan asignado a una debilucha. Eu es super distraída así que nunca se dio cuenta de ello.”
“¿Cómo no notó la ausencia de una HiME en la mansión?” Preguntó Ryoji.
“Ni idea. Lo cierto es que mi HiME hizo kaput y de ahí me cambié a Hanasaki.”
“¿…Cómo hiciste con la directora?”
“Mis notas eran excelentes. Era imposible negarme el ingreso, y si mencionaban que era por esos temas tan turbios… pues nadie les iba a creer. Si no tenías idea de lo que realmente pasaba entre esos dos institutos, podías tomar eso como un acto discriminatorio, y yo estaba dispuesto a denunciarlos. Así que la directora solo pudo guardarse la rabia y aceptarme. Igual, me ‘reivindiqué’ al ser knight y luchar del lado de Hanasaki. Rizembool me importa un comino en la actualidad.”
“Y a mí igual.” Confesó Kanone. “Pero wow, yo no sabía eso.”
“Incluso me mandaron un mensaje pidiendo que vuelva a ser rebel pero bleh, mis estudios son primero ahora.”
“Ja, eso me sorprende de tu parte, Hizumi~” Se burló Ryoji.
“Mi carrera tiene muchas matemáticas así que me jodí. Pasaré el resto de mis días frente al escritorio. Pero ya que les chismeé lo mío, es turno de ustedes, así que sigue soltando la sopa, Kanone ):<”
“Eh… bueno, como te decía, mi cambio de bando no le agradó a Rizembool y contactaron a Kiyotaka para que arregle esto. Él también tiene su guardadito: fue un rebel en la secundaria.”
“Wow, ahora nada me sorprende.” Comentó Ryoji.
“Yo me lo veía venir, ese hombre está lleno de misterios (?)” Rio Hizumi, y luego se acordó de cierto chisme que debía contarle a Kanone y a Ryoji cuando los vea. “Hey, no saben. Ryougi y Kiyotaka tienen una hija.”
Kanone soltó al gato para llevarse las manos a la boca. “¿QUÉ?” Gritó, muy sorprendido, y acto seguido, empezó a limpiarse las pelusas que habían llegado a su cara por su previa acción.
“Me enteré de eso hace tiempo, así que la niña ya debe tener dos o tres años. Kiyotaka estaba emocionadísimo con eso. Creo que por ella van a regresar a Japón, para que tengan una vida ‘normal’.”
Ryoji suspiró. “Si supiera todo lo que su papi ha hecho…”
“I know right.” Hizumi rio. “Ya, sigue, Kanone.”
“Eh… ¿en qué me quedé? Ah, sí, la clínica que me salvó guardó mis papeles y escondió todo sobre mi hospitalización. Contacté a gente en la morgue para que me ayudara con el ‘cadáver’ al que harían pasar por mí, y de ahí me fugué a Europa con unos ahorros que tenía. Adopté otra identidad para no alzar sospechas. Una tía se quedó como guardián de mi hermano menor y recibió la herencia que dejé: ella me pasaba el dinero mediante paypal cada cierto tiempo, y se quedaba con un porcentaje para costear los gastos de Zushi.”
“Wow.”
“Yo me fui con Kanone a Europa: aproveché un intercambio y lo acompañé.” Contó Ryoji. “Allá, él me pidió que hackeara tu iphone para buscar información sobre Kiyotaka. También le pasé conversaciones que tenías con Eureka, porque seguía preocupado por ella.”
Hizumi arqueó una ceja. “¿Me hackearon?”
“Sí, sorry~”
“De ahí me las pagarán~”
“Espero que no con sangre~”
“No, será con comida~” Les aseguró Hizumi.
“Te compraremos lo que quieras si… nos consigues habitaciones en esta casa (:” Le propuso Ryoji, con una sonrisa.
“…qué”
“¿Te acuerdas de que yo tenía un departamento?” Empezó Kanone.
“Sí.”
“Ya, ahí vivían mi tía y mi hermano. Pero hace un mes, dejaron de mandarme dinero y contestar mis llamadas. No sé dónde están. Cuando fui a revisar, no había rastro de ellos. Necesito encontrar a Zushi…” Frunció el ceño, y de ahí siguió explicando. “Y bueno, como entenderás, perdí el apartamento. Tengo que quedarme en algún lugar por mientras. Y la residencia de Hanasaki está cara, para el poco dinero que me queda.”
“Espera. ¿Regresarán a Hanasaki?”
Ryoji guiñó un ojo. “De hecho, ya estamos ahí~ Yo estoy en Ingeniería Informática, y Kanone en Psicología.”
“…Qué carajos, pero Kanone está muerto.”
“Fuimos a arreglar eso a los registros nacionales.” Comentó Ryoji.
“…Y por el tema con Rizembool es que se van a Hanasaki, porque ahí estarán ‘protegidos’, ¿no?”
“Algo así. Igual, quiero estar cerca de ella.”
“¿De Eu? Wow, no lo superas.”
Kanone suspiró, y luego sonrió levemente. “No puedo. También me fui para dejar de lado ese tema, y al final, heme aquí de regreso.”
“Si sabes que quiere volver a ser HiME, ¿no?”
“…Eso no sabía.” Admitió Kanone, su tono lleno de curiosidad.
“Si es que vuelve a serlo, sería más fácil tenerlos por acá. Excepto por Lelouch, claro, pero siempre puedo engañarlo (?).”
“Hey, eso está genial. ¿Tú crees que puedas convencer al mayordomo? Él es el encargado de la casa, ¿no?”
“Sería más sencillo que fueran y le dijeran que son amigos de Eureka…”
“No podemos. Eureka aún no ha hablado conmigo, y si el mayordomo fuera a decirle algo sobre nosotros… nos metería en problemas. Por eso debes ayudarnos.”
“Okay.”

Ryoji y Kanone intercambiaron miradas, sin comprender por qué Hizumi había accedido tan fácilmente.

“Pero me comprarán ootoro de por vida.”

Ah, con razón.

“Kanone ya no tiene diner—”
“SHHH, ootoro de por vida. Y ceviche de conchas negras. Hay un nuevo restaurante peruano a dos cuadras y la comida es exquisita~”
“…Eres un pequeño diablo, Hizumi.”
“Bienvenidos sean a su nueva casa, amiguitos~” Se levantó, para cargar al gato que andaba echado en la alfombra de su cuarto. “Pero él se va.”
“¡NO! ¡ESPERA! ¿QUÉ CULPA TIENE MI GATO?”







Se sirvió más té de la jarrita, y echó un par de cucharadas de azúcar a su taza, para luego revolver los contenidos sutilmente con la cuchara.

“¿Qué tal van las cosas por casa? Me imagino que Mana debe tenerlos como locos.” Comentó Eureka, y luego le dio un sorbo a su té.
“¿Puedes creer que ya va a cumplir dos años? El tiempo se pasa volando.” Kiyotaka sacó su celular, presionó unas cuantas veces la pantalla táctil y extendió el móvil para que su amiga viera la foto que quería mostrarle. “Mírala, es toda una diva.”
“Aw, es una ricurita. Shiki está embobada con ella, ¿no?”
“Sí.” Kiyotaka rio. “Y yo también. Hago lo imposible para llegar más temprano a casa todos los días y pasar más tiempo con ella. De paso que ayudo un poco a su mamá, y así no me jala las orejas.” 
“Shiki debe estar feliz por el increíble esposo que tiene.”
“Sí, y hablando de esposos y bodas… ¿qué tal van los preparativos?”
“Todo va genial, aunque estoy nerviosa. ¡Faltan dos semanas, no lo puedo creer!”
“Ya verás que todo saldrá increíble. Si necesitas ayuda con algo, Shiki y yo siempre estamos dispuestos a darte una mano.”
“Ay, no se preocupen, sé que Mana ahorita es su prioridad y tienen poco tiempo. Aun así, muchas gracias.” Eureka le sonrió. “Fuuka y unas amigas me están ayudando un montón.”
“Me alegra saber que tienes gente a tu lado, entonces.”

La puerta principal de la casa hizo un estruendoso sonido acompañado de un chirrido, indicando que alguien había llegado. Eureka y Kiyotaka escucharon una serie de murmullos, y luego, desde el comedor vieron que ingresaban a la casa un trío de chiquillos, corriendo apresurados hacia las escaleras.

“Ao, ¿qué te he dicho de subir sin saludar a las visitas?”
“¡Eso mismo le dije yo!” Exclamó un niño con cejas prominentes y mirada tranquila. “Pero Ao decía que—”
“Zushi, no ayudas en nada.”
“L-lo siento.” Lo miró, apenado.
Ao le revolvió los cabellos, y le sonrió. “Tranquilo, ya no importa.”

Kiyotaka se quedó pensando. ¿Zushi? Juraba haber escuchado ese nombre en algún lado. 

…Intentó recordar dónde pero falló súbitamente, y se terminó rindiendo. “Ya qué.” Murmuró por lo bajo.

En eso, los chicos se acercaron a introducirse y saludar.

“Hola, tío.” Le dijo Ao. La costumbre de llamar así a los amigos de su mamá se la había inculcado ella misma, y aún con trece años, era imposible zafarse de ese hábito. “Ellos son Zushi Paladiknight y Alluka Zoldyck, amigos de la escuela.”
“¡Osu! ¡Buenas tardes! Disculpen las molestias.” Dijo Zushi, luego de una leve reverencia.
“¡Buenas tardes!” Exclamó Alluka, llena de alegría. “Ao nos invitó a jugar rummy. Espero no haya problema con eso, Eureka-san.”
“Oh, no te preocupes, Alluka. Están en su casa.” Eureka le sonrió. “De ahí les subo un poco de té y galletitas.” Demoró unos instantes en darse cuenta de que no había presentado a su amigo a Zushi y a Alluka. “Ah, él es Kiyotaka Narumi, un amigo de la universidad.”
“Buenas tardes.” Dijo Kiyotaka.

Zushi se quedó pensativo por unos breves instantes, y luego saltó del susto, al notar quién era el hombre que tenía en frente.

“¿Zushi? ¿Pasó algo?” Le preguntó Alluka, preocupada. Zushi se había puesto pálido de un momento a otro.
“N-nada, Alluka-san. ¡Vamos por el rummy!”

Y jaló a sus amigos, llevándoselos al cuarto de Ao.

“¿Has visto cómo son los chicos de ahora? Un poco más y Ao se va a su cuarto sin saludar. ¡Qué malos modales!” Dijo Eureka.
“Mn, tienes razón.” Le respondió medio ido Kiyotaka.

Volvió a pensar en el nombre 'Zushi', sin poder recordar algo sobre este. Sentía que era importante, pero por más que intentaba, su mente estaba en blanco.

Se encogió de hombros y se enfocó de nuevo en su amiga y la conversación que tenían.
Luego le preguntaría a Shiki, tal vez ella sabía algo.
« Last Edit: October 08, 2019, 12:23:56 PM by Eureka »


Apple

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #48: August 15, 2015, 09:54:58 PM »
Dejo fic aprovechando el feriado ;-;

#4:Important Things Are Hard to See


Para ser un viernes a las 10 el lugar estaba muy calmado. No habían llegado muchos clientes aun y el único cliente que tuvo en la noche fue solo para tomarse una cerveza con ella y disculparse por no dedicarle tanto tiempo, pero prometió llevarle un regalo para compensarla.

"No te preocupes Tanaka-san, entiendo que estés ocupado" le dijo ella con su mas dulce sonrisa. De seguro el llegaría la semana siguiente con un bolso de diseñador o algo por el estilo.

Viendo que el lugar estaba casi vacío y que sus clientes frecuentes aun no llegaban, fue a avisarle al manager que se tomaría una hora de "almuerzo", se puso su abrigo y se decidido por ir a comer ramen a la cafetería de a la vuelta. Esa, entre otras muchas, era una ventaja de ser una veterana y muy popular en lo que hacia pensó Megumi Okita.

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La caminata de media hora de Sheryl al final se había convertido en una de 3 horas rondando por medio Tokyo, hasta que sin percatarse llego por accidente a Kabuki-cho. Había tratado de mantenerse siempre en lugares iluminados y llenos de gente donde la policia circulara frecuentemente pero siguiendo la corriente llego al tan famoso "barrio rojo" de Tokyo. No le preocupo que hubiera hostess clubs y love hotels, y algunas chicas ofreciendo sus servicios, su apariencia desaliñada tampoco llamaba mucho la atención y a Kabuki-cho iban todos por los karaokes, restaurantes y bares también. Se pregunto cuanto tiempo tenía ya de no haber estado en ese lugar tan brillante y agitado; y de pronto se sintió un poco hambrienta así que decidió entrar a una discreta cafetería que parecía más uno de esas tiendas de conveniencia que estaban en las gasolineras. El menú era simple, y parecía estar diseñado para los borrachos y trasnochadores. Se decidió por un ramen y una coca cola.

La pelinegra que entro unos minutos después de que Sheryl recibiera su comida llamaba la atención sin duda. Alta, vestida de pies a cabeza con piezas de diseñador incluyendo un abrigo de piel y un maquillaje impecable de labios rojos. Al igual que Sheryl, pidió un ramen y una taza de té verde. Cuando recibió su orden y busco con la vista si quedaba algún lugar donde sentarse casi se le cae la bandeja. No podía creer quien estaba sentada discretamente en una mesa del rincón mas alejado del local. Aún con el pelo sostenido en una cola de caballo y una sudadera que le quedaba muy grande era imposible no reconocerla. Se acerco a su mesa mientras ella comía cabizbaja el ramen.

"Disculpa... el local esta lleno, ¿sería mucha molestia si me siento contigo?"

Cuando le hablaron Sheryl se sintió un poco fastidiada, pero la voz tan suave y las palabras tan educadas la suavizaron la mismo tiempo y levanto la mirada para ver quien le estaba hablando. Era la mujer hermosa de pelo negro, y al notar que las otras mesas estaban ocupadas por parejas o grupos de hombres, pensó que seria de mala educación decir que no.

La pelinegra se sentó con una gracia envidiable y separo los palillos empezando a comer los fideos.

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"Oh no te preocupes... es piel falsa, no me apetece usar cadáveres tampoco" explico Megumi notando que Sheryl la miraba con insistencia. La rubia se sorprendió pues hacia un par de meses en una entrevista había declarado que odiaba los abrigos de piel y que no le gustaba usar cadáveres.

Avergonzada por verse descubierta Sheryl se disculpo "N-no, no estaba viendo el abrigo. Lo siento". Sheryl había visto pocas mujeres con ella en su vida. Su cuerpo no era ni muy delgado ni muy curvilíneo pero de un majestuoso porte elegante, su pelo negro largo era natural sin tinte ni extensiones, el maquillaje era simple y no usaba pestañas postizas. Mujeres de belleza natural como ella eran las que enamoraban a emperadores y príncipes en tiempos de antaño. Por su falda un poco más corta de lo normal no podía ser una mujer de negocios pero por el bolso de Dior que llevaba tampoco era una prostituta cualquiera. 'Una hostess' concluyó Sheryl mientras se disponía a terminar su ramen.

"Eres mas bonita en persona" A Sheryl la tomo por sorpresa el cumplido, a diferencia de la mujer que tenia enfrente ella estaba usando harapos y su cabello era mas una bola de estambre que otra cosa "Disculpa, no me lo tomes a mal. Es que suelo leer muchas revistas y te he visto en varias"

Obviamente ella estaba mintiendo, pero como toda hostess ella sabia hacerlo muy bien. La había visto en revistas antes pero nunca le había prestado atención hasta que después de 15 años su hermano apareció en el hostess club donde ella trabajaba. Lo reconoció aunque ya no fuera el niño malcriado y testarudo pero adorable de 5 años. Casi le da un infarto porque nunca se imagino ver a Souji de nuevo tan alto, y mucho menos en su trabajo y muchísimo menos buscando a su hermana mayor, la misma que lo había dejado en Kyoto porque no podía mantenerlo.  Cuando el se acerco a la barra donde estaba ella, Megumi ya tenia lagrimas en los ojos.

Cuando los padres de Megumi y Souji murieron ella creyó que podría hacerse cargo de la situación. Pero las dificultades la superaron y ella logro que el antiguo jefe de su padre adoptara a Souji. Ella ya había decidido irse a Tokyo. Como era de esperar, solo logro conseguir trabajo de camarera. Al tiempo alguien se le acerco y le ofreció trabajar de hostess. No era lo que ella había soñado, y resulto algo pesado y absorbente, e incluso embarazoso en ocasiones, pero era mejor pagado que ser camarera. Los años pasaron, y su habilidad para servir tragos, encender cigarrillos y entender a los demás mejoró extraordinariamente. Se hizo famosa en el club, ganaba mas dinero, los clientes le hacían mas regalos e incluso se casó. Dejo su trabajo para ser un ama de casa, pero la cosa no fue muy bien con la familia de el cuando se enteraron cual había sido la profesión de Megumi y el matrimonio se disolvió. No le molesto volver a su viejo trabajo, donde la recibieron con todos los honores y ventajas de una primmadona.

"Me llamo Megumi Takani" Lo mas prudente era presentarse con su nombre de casada, que era bastante útil en este tipo de situaciones. Cuando Souji llego a su trabajo ya hacia unos meses se veía turbado, y ella se pregunto si fue porque había descubierto que su hermana era una hostess. Y fue cuando el chico comenzó a hablar.

Sorprendentemente el no la odiaba. Es mas, le agradeció haberlo dejado con una familia que se pudiera encargar de el, a Megumi no le pareció que lo dijera con sarcasmo. Como con cualquier cliente, ella le sirvió un trago a su hermano y le encendió un cigarrillo; no se atrevió a preguntarle como había entrado si aun no era mayor de edad. Pero pronto descubrió que Souji seguía siendo un malcriado y encima se había vuelto muy rebelde. Tenia un ID falso obviamente. Le había ido bien en los estudios, pero le gustaba saltarse clases y andar en motocicleta. Disfrutaba de los lujos que su familia adoptiva le daba, le dejaron conservar su propio apellido y lo tuvo todo: dinero, estudios, atractivo, lujos y a la chica... bueno hasta que ella decidió convertirse en modelo y elegir su profesión por encima de su amistad. Para Souji, que nunca se sintió cómodo en ese ambiente tan ostentoso, la amistad de ella había sido lo único real, lo único que quedaría si algún día todo eso desaparecía. Pero irónicamente la amistad de Sheryl se desvaneció y en cambio los bienes materiales parecían multiplicarse. Aún pero, Sheryl se convirtió de una amiga a otro bien material para los demás, un simple maniquí que servía para que colgaran ropa en el, alguien que olvidaba sus promesas a cambio de contratos y sesiones de fotos.  Y ahora todo eso la había llevado a ser la obsesión de alguien más, alguien que no dudo en hacerle daño y ella había recurrido a Souji, que supuestamente la odiaba, para sacarla de todo ese embrollo. Megumi no dejo de escuchar a Souji que obviamente estaba herido pero no lo admitía. Era obvio que nunca había dejado de querer a Sheryl pero su orgullo le impedía visitarla en el hospital.

‘El ego de un hombre es igual de frágil que el corazón de una mujer’ fue lo que pensó Megumi durante la primera visita de su hermano a su lugar de trabajo. Después de eso, ella creyó que el no regresaría a verla, pero lo hizo regularmente hasta hacia unos meses atrás cuando el se enfermo de neumonía y se mudo al sur para recuperarse.

"Soy Sheryl Sena" se presentó la rubia. Ambas mujeres empezaron a conversar de tema triviales, y Sheryl se sorprendió por la gran elocuencia de Megumi.  Comenzaron hablando de temas triviales pero pronto tocaron el tema de su tan codiciada beca.

"Me ofrecieron una beca en Hanasaki. Pero no se si aceptarla, me piden demasiado"

"¿Académicamente?"

"hm... es difícil de explicar" la rubia supuso que andar por ahí diciendo que le pedían que fuera una heroína no era prudente.

"Si sientes que lo que te piden amenaza tu integridad no deberías hacerlo"

"¿Que?" En todas esas horas Sheryl nunca se había cuestionado aquello.

"Se que suena irónico oír eso de una hostess, pero eso ya es otra historia"

"No, no es eso. Pero aun no había pensando en eso"

"Es algo que debes plantearte. Lo importante que es te sientas cómoda con lo que te piden... además quien sabe, a lo mejor todo esto tenga un fin y termines ayudando a los demás y de paso a ti misma... pero ¡mira la hora! debo regresar al club, un cliente muy importante llega a estas horas. Si necesitas hablar aquí esta la tarjeta del club donde trabajo, solo pregunta por Megumi. Regresa con cuidado a casa"

Sheryl se despidió con la mano y agradeció mentalmente haberse encontrado con Megumi esa noche. Sintió que por primera vez en mucho tiempo podia sonreirle a una extraña sinceramente. Se dio cuenta que hasta ahora solo había pensando en ella y lo que le era mas conveniente, pero no había pensando en las consecuencias de si Hanasaki era destruida. Recordó como su carrera lo había sido todo para ella y el dolor que sintió cuando se vino abajo... de seguro para muchas personas en Hanasaki que se estaban formando para tener una carrera también y si la universidad cerraba tendrían que pasar por lo mismo que ella.

Se levanto y salió corriendo del local para buscar un taxi. Llamo a Minmay para preguntarle si se podía quedar a dormir en su departamento y luego le envió un mensaje a su hermana para avisarle que dormiría con su amiga y que no se preocupara.
« Last Edit: November 03, 2021, 07:13:31 PM by Apple »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #49: August 23, 2015, 10:51:10 PM »
La primera parte (en gris) no cuenta pues la deje en la promptactivity, pero la coloco aquí ya que lo redacté inspirada en que sea el inicio de este aporte también. El resto si cuenta normal. Lo divido en dos partes porque he perdido la autoconfianza de dejar fics largos shame shame *bell*


Episode 8 — From such great heights (Part I)

Habían escuchado muchos mitos con respecto a China.

Habían escuchado que estaba reventando de gente, y que no se podía respirar en las calles debido a la contaminación. O que estaba fuertemente controlado por el comunismo, y que serían vigilados por oficiales del gobierno en cada lugar que visitasen.

Pero Taikoubou había decidido asistir a la Universidad de Pekín y eso iba por encima de cualquier cuento. Así que apenas el peligris se desocupó de su papeleo, Ichigo y Sayi sacaron el que sería su primer boleto con destino a la capital china.

La familia de Taikoubou era originaria de ahí, por lo que el joven había visitado varias veces cada una de las atracciones turísticas que adornaban Beijing. Con el papel de guía sentándole como guante, el peligris se tomó como tarea el dirigir a su novia y amigo alrededor de la ciudad.

“¿Taikoubou, por qué no puedo subir esta foto de Domo-kun posando junto a mi cappuccino?”

El primer local al que ingresaron apenas bajaron del avión fue, predeciblemente, el Starbucks del aeropuerto. El peligris les dio el alcance ahí, pues al menos Sayi si le había hecho caso con respecto a la Gran Muralla China cibernética.

“Porque no contrataste un VPN, ¿cierto?” el rostro del rubio habló por si mismo “Las grandes redes sociales están bloqueadas aquí. No vas a poder subir nada sin un VPN que camufle tu IP a un país gringo. Y el VPN tienes que comprarlo en el extranjero, obviamente”
“QUEEEEEE ¡Pero que chiste tiene viajar si no voy a llenar mi mapa en Instagram!”
“No sé”
“SAYI DAME TU TELEFONO”
“Bou, ¿podemos ir a comer pato pekinés?” la pelirrosa optó por ignorar a su hermanastro. Después de todo, ella tenía su propio mapa de Instagram a llenar “Mi tía no me ha dejado de hablar sobre el famoso pato estos pasados días”
“MALA”

Taikoubou sonrió ante el pedido de Sayi.

“Claro, yo conozco el mejor restaurant en todo Beijing” le respondió, y su novia dio brinquitos en su silla “Pero primero tengo que llevarlos a conocer la ciudad, ¿cierto?”
“No sin Instagram”
“¡Cállate Ichigo!”

La primera parada fue el hotel, el cual era un tremendo edificio en la calle Jinbao. Sayi no entendía porque estando en la capital china, Taikoubou les había reservado habitaciones en el Legendale, un hotel que imitaba la pomposidad y el barroco francés en cada ladrillo de su construcción.

La pelirrosa apenas había podido ahogar una risita cuando le abrió la puerta un portero chino vestido de noble francés, con peluca y todo.

“Bou… ¿por qué? Osea, es precioso y todo pero ??” le preguntó Sayi mientras señalaba cada ostentoso detalle. A un extremo de la habitación, Ichigo le tomaba fotos al harpa cubierta en pan de oro que adornaba el vestíbulo.
“Por el choque de culturas. Me pareció un toque interesante” respondió el peligris con una sonrisa.
Sayi lo imitó “Y seguro porque sabías que Ichigo se olvidaría de contratar el VPN para poder subir sus fotos, así que esto sería como una tortura china para él”
“…”
“Tortura china. Get it?”
“¡Cállate Sayi!”

Con las maletas fuera de la ecuación, Taikoubou los embarcó con dirección a la Linea 1. El peligris les explicó que la mejor manera de conocer la ciudad era tomando el metro, por lo que su primera lección en chino fue aprender a comprar un ticket.

“Si bien Beijing tiene muchas señalizaciones en inglés debido a los Juegos Olímpicos del 2008, vas a encontrar pocas personas que sepan inglés” les informó apenas bajaron en la estación de Tian’anmen “Tienen que aprender al menos lo básico”

La Ciudad Prohibida era gigantesca, y solo la cantidad de turistas chinos presentes dejaban en evidencia el exceso de habitantes en la capital china. Aún así, las plazas y plazas que conformaban la ciudad imperial parecían tener suficiente espacio como para albergar toda la población en Beijing.

Recorrer la Ciudad Prohibida fue una faena en sí misma, pero Taikoubou no tuvo piedad con ellos. Tenían cuatro días para pasear y divertirse entre los tres, pero el peligris no dejo de tomarse en serio su rol como guía. Muy en serio quizás, pues apenas cruzaron la ciudad entera, el peligris los llevo derechito al Templo del Cielo. Según él, el día estaba inusualmente despejado del smog habitual, por lo que había que aprovechar, si o sí, que ese día había cielo.

Y una vez terminaron con las sesiones de fotos, el grupo continuó camino en dirección al Palacio de Verano. Había un enorme lago que bordeaba el conjunto de edificios, jardines, puentes y ruinas, y rápidamente se volvió en el atractivo favorito de Sayi pese al dolor en sus pies.

“Este lago no es natural, lamentablemente” les informó Taikoubou mientras descansaban en un barco que los llevaría al otro extremo del palacio “Aunque en invierno se congela todo y la gente suele venir a patinar”
“¿¡EN SERIO!?” Los ojos de Sayi saltaron ante la idea “¡Entonces eso será un must en enero!”
“Si muy bonito pero Bou, ¿podemos ir a comer ya?” preguntó Ichigo mientras veía un grupo de patos nadar cerca.

Honrando el pedido de Sayi, Taikoubou había hecho reservas en el restaurante Quanjude, ubicado en Qianmen, cuya especialidad era el famoso pato pekinés rostizado. La concurrida calle tenía sus fachadas adornadas en lo que el peligris llamó ‘la fantasia china occidental’.

“Mao derribó media ciudad a mediados del siglo pasado. Prácticamente todos los edificios clásicos han sido reconstruidos, y quedan muy pocos Hutongs originales en la ciudad” Mientras el grupo esperaba que el cocinero terminara de cortar el pato con un arte y parsimonia admirables, Taikoubou continuaba dándoles clases sobre Beijing “Es una pena tanto arquitectónica como históricamente, pero es como si Mao hubiera previsto la metrópolis en la que se convertiría, y la preparó para dar abasto a toda la gente que habitaría eventualmente aquí”
“¿Elogiando a Mao, Bou?” comentó Ichigo entre rollitos primavera “Ya te estás volviendo chino”

Taikoubou rodeo a Sayi con un brazo y prendió su teléfono, apuntándo la cámara hacia ellos.

“Sonríe Sayi, selfie para Instagram ♥”
"¡Cheese ♥!" sonrió la pelirrosa "Espera, ¿cómo se dice queso en chino?"
“GHAJSDAH NO YO TAMBIEN QUIERO”

El resto de la tarde marchó más relajada. Taikoubou los llevo a pasear un rato por Nanluoguxiang, o lo que era comúnmente conocido como la calle hípster de Beijing. Estaba repleta de negocios independientes, boutiques, y puestos de comida en cada cuadra. Y mientras degustaban lo que les parecía una curiosa sorpresa (¿quién diría que los churros chinos estarían buenos?), el metro los llevo al barrio más occidental de todo Beijing: Sanlitun.

“Aquí es donde vive la mayoría de extranjeros, así que aquí si pueden hablar en ingles con quien quieran” comentó el peligris mientras los tres, sentados en una banca, veían el sol ponerse detrás de la emblemática tienda de UNIQLO “Pero no hoy. Mejor regresemos al hotel a descansar, que mañana salimos a las seis de la mañana hacia Mutianyu”

Ichigo y Sayi ladearon la cabeza hacia un lado.

“La Gran Muralla China” aclaró el peligris, y fue inmediatamente seguido por las quejas de ambos “¡Ustedes querían conocer Beijing!”
“¡Pero no queremos morir en el intento!” lloró Sayi
“TAIKOUBOU DE BÙDÉLIǍO SHIZUKA, yo no me muevo de esta banca hasta que me llames a un taxi”

El peligris negó con la cabeza mientras desbloqueaba su celular para pedir un coche. Una sonrisa se esbozó en su rostro.

“Pues no saben todo lo que aún les falta”

Su amigo y novia lo fulminaron con la mirada.

“¡Cállate Taikoubou!”

 
 
Su cabeza golpeo la pared de la cabina, y Sayi despertó sintiendo dolor en su cuello. Mientras se masajeaba la nuca con una mano, la pelirrosa abrió la persiana y el amanecer lastimó sus ojos. Era un espectáculo precioso —ver el sol emerger cálidamente sobre las nubes— pero no había pasado una buena noche como para disfrutarlo. 

Una hacendosa azafata le ofreció agua caliente y Sayi le sonrió, recibiendo el gesto.

El viaje a Beijing había sido cortesía de Taikoubou, pues viendo que su novia no se había dignado a informarle sobre los detalles HiME, el peligris optó por importarla a la fuerza desde Tokyo. Llegando el sábado temprano y partiendo el domingo en la tarde, tenían suficiente tiempo para hablar largo y tendido sin que ninguno de los dos perdiera clases.

La pelirrosa recordaba con aprecio las primeras visitas a Beijing. Los sitios turísticos, las salidas en la noche, el aprender de y viajar por China junto a su novio y su mejor amigo… sin duda muchos de los momentos más gratos de su vida los había pasado allá. Fue por eso que en un principio había sido fácil pensar que siempre disfrutaría de visitar la capital china. Beijing había sido sinónimo de felicidad en los pasados años, pero últimamente había empezado a resentir el nombre, hasta el punto de estar viajando prácticamente a regañadientes.

A pesar que los pasajes entre Tokyo y Beijing les fueran regalados, Sayi no había visto a Taikoubou en cuatro meses. Hace más de un año que el esfuerzo por viajar había decaído bastante, y probablemente a eso se debía su desazón.
 
Había estado cavilando al respecto por meses, y con más intensidad desde hace unos días, cuando el pasaje apareció en su bandeja de entrada. Sintió la ansiedad en el estómago y decidió no darle más vueltas al asunto por ahora.

Sayi observó el asiento vacío a su derecha y suspiró. Ichigo había optado por no ir. El rubio nunca había tenido problema en ser el violinista del grupo, pero en esta oportunidad consideraba que ambos necesitaban estar solos. Sayi ya no tenía a su hermanastro pidiéndole que hablara con su novio, y aunque finalmente estaba descansando de su insistente demanda, lo extrañaba como apoyo moral. Lo más probable era que el intercambio con Taikoubou no fuese siempre ameno, y hubiera caído de maravilla tener a Ichigo para disipar tensiones.



A las seis de la mañana la fila para inmigraciones era inexistente, y con el solo bolso que traía consigo, la pelirrosa cruzó rápidamente el aeropuerto hasta encontrarse frente a la salida que la separaba del área de recepción.

Se detuvo un par de segundos para componerse y tomar aire antes de retomar camino. Entonces las puertas se abrieron de par en par.


Casi instantáneamente sus ojos ubicaron a Taikoubou, y los de él a ella. El peligris estaba sentado en una fila de asientos, más allá de los choferes y guías que esperaban primero, con carteles en mano. Mientras Sayi le daba el alcance, su novio guardó los audífonos y se puso de pie.
 
A la pelirrosa le reconfortó que la recibiera con una sonrisa. Tras un breve beso, Taikoubou le quitó el bolso y se lo llevó al hombro.
 
“No pudiste dormir, me imagino” observó el joven, y Sayi se llevó una mano al rostro ¿tan mal se veía? “Lo digo porque no trajiste almohada”
“Pues quién te manda a reservar un vuelo de madrugada” respondió su novia “Ichigo te hubiera maldecido todo el viaje”
“Considéralo una venganza por haberme ignorado todos estos días” Taikoubou le sonrió y Sayi le sacó la lengua “Vamos a pedir un taxi. Puedes aprovechar para dormir en el camino”
“Pensé que tendrías mucho que preguntar como para dejarme dormir”
“No aquí, ni ahora. Pero si, tenemos mucho por hablar”
 
No había molestia en su voz, pero Sayi tenía una idea de lo que corría por la cabeza de su novio.
 
Aún así, su actitud había sido una sorpresa, pues la pelirrosa había esperado que la recibiera frío como un témpano. Pero ya sea porque la había extrañado, o porque quería llevar las cosas pacíficamente, de momento Taikoubou parecía decidido en hacerla sentir bienvenida.
 
Sayi agradeció el gesto en silencio, y su mano buscó la de él mientras salían del aeropuerto.



La primera vez que se conocieron, en el instituto, a Sayi no le había simpatizado Taikoubou en lo absoluto.

Ambos coincidieron en la clase de dibujo avanzado con el profesor Hanamoto, donde aún si compartían mesa, les demoró varias semanas empezar a familiarizarse. Ichigo ayudó pues, siendo el amigo inseparable de Taikoubou, apenas conoció a Sayi empezó a visitar el aula con más frecuencia. Las conversaciones entre los tres, las posteriores salidas y el asunto HiME terminaron por afianzar una fuerte amistad, y el resto ya era historia.

El carácter de Taikoubou había cambiado radicalmente desde la primera vez que lo conoció. El peligris siempre había sido amable y observador, pero era engreído y antipático con extraños. Y si bien Ichigo siempre la elogiaba por haber avispado a su amigo, Sayi no pensaba que el crédito iba para ella. Su ahora novio había sufrido de mucha indecisión en esos años, con ascendientes dueños de hospitales que le pedía estudiar medicina cuando el quería irse por arte. Por ello, Taikoubou había guardado mucho resentimiento con su familia, y el conflicto se había reflejado en su actitud hacia los demás.

El conocerla había suavizado su actitud, si, pero eventualmente los demás problemas se solucionaron, y ello le había permitido bajar la guardia y mejorar su disposición.

Terminando el instituto, Taikoubou optó por estudiar medicina. Y aunque medio mundo le preguntó si no lo hacía por presión, el peligris estaba seguro, pues había llegado a esa decisión por su cuenta. Sayi por su lado continuó en arte y, lamentando que su pareja dejara sus dones artísticos como un pasatiempo, no le quedó de otra que apoyarlo en sus estudios.
 
Y ahora visitaba, por innumerable vez, su dormitorio en la universidad de Peking.

Taikoubou había salido a traer comida, y aunque le recomendó dormir un poco, Sayi prefirió distraerse con lo que tenía a su alcance. Habían pocas fotos, posters y banderolas en la pared, pero bastaba darles un vistazo para notar lo mucho que había cambiado su novio desde la primera vez que lo conoció.

La vida universitaria le había sentado bien. Taikoubou se había hecho de muchos amigos sin ayuda de Ichigo o de ella, y disfrutaba de una balanceada vida social y estudiantil. Sayi sonrió. Le gustaba ver lo mucho que había crecido y le alegraba ver lo desenvuelto que estaba, aún si se encontrara tan lejos de ella.

Escucho la puerta abrirse y su novio se disculpó por la demora. Aparentemente, la universidad entera se había despertado antojada de bollos. El peligris sirvió la comida y, apenas vio a la pelirrosa satisfecha, dejó ir la primera de sus dudas.

“¿Podrías contarme todo? Todo, tal y como paso”

Sayi asintió de inmediato, y comenzó desde aquella tarde, cuando sus hermanas le alcanzaron su móvil con el primer mensaje de Miranda.
 
Taikoubou escuchó con atención como su novia narraba tanto eventos como reacciones. Le contó su pánico inicial, y su primera parada al Starbucks más cercano con Ichigo, para poner en orden sus ideas. Cómo Soujirou le dio el alcance ahí, y le prometió que no volvería a ser su Rebel. Su decisión de volver a ser HiME por ver a Hige de nuevo. La llegada intempestiva de Deidara, y la incertidumbre de no saber si tocar el tema con ella o no. Ir a ver a Miranda y aceptar el rol de nuevo. Hablar con Hagu y pedirle que no siga sus pasos. Su prueba HiME. El cambio de arma. La ausencia de Hige.
 
Su novio frunció el ceño ante la mención de Soujirou. Sabía que su novia había hecho las paces con él para ayudarle a superar lo pasado, pero él no podía jactarse de tanta clemencia. También se vio perturbado al enterarse que fue su imagen la que adoptó la marioneta en la prueba HiME. Pero escuchar el afligido tono de voz de su novia le hizo apiadarse de ella. Y salvo ese par de incomodidades, Taikoubou no dijo palabra alguna hasta que la pelirrosa hubiese dejado todas las piezas sobre la mesa. Solo entonces preguntó:
 
“¿Por qué no me dijiste nada desde el inicio?”
 
Después de la bienvenida y las atenciones que le había prestado, Sayi no sabía donde esconderse. Lo que Miranda había intuido era cierto: Al ocultarle la información había buscado hacerlo sentir culpable por su desinterés. Pero el tiro le había salido por la culata, y quién ahora se sentía como una idiota era ella.

Estaba molesta contigo era la respuesta, pero Sayi no quería decirlo, pues seguro acarrearía una discusión. Y ahora no quería hablar de su dejadez con ella, o de la distancia entre ambos.
 
“No pensé las cosas bien, supongo. Además dijiste que estabas en exámenes, y no quería molestarte”
 
Debía ser la excusa más pasivo agresiva que había dado en toda su existencia, y bastó un vistazo a su novio para percatarse que el era última persona en creerle eso. Pero Taikoubou no dijo más y optó por dejar el tema de momento, pues evidentemente era parte de otra conversación.
 
“¿Por qué crees que no ha aparecido Hige?” continuó su novio “¿Has hablado con Miranda sobre tu cambio de arma?
“Miranda me dijo que me referiría a un tutor de espada. Estoy esperando su respuesta” Sayi se llevó ambas manos a la cabeza y apoyó los codos en la mesa. “Y en cuanto a Hige no tengo idea… desde ya no estoy segura en cómo ‘invocarlo’ pues el siempre había estado ahí. Pero pienso en él a cada momento, y nada”
 
Ninguno se atrevió a decirlo, pero ello probablemente formaba parte de la otra conversación también. Taikoubou suspiró cansado.
 
“Y bueno, eres HiME de nuevo” Sayi formó una línea con los labios “No estoy feliz con que no me hayas dicho nada, y dudo que tu tía, tus hermanas y Hiro vayan a estar muy contentos tampoco. Deberías decirles cuanto antes también”
“Lo sé… no estoy esperando eso con mucha ilusión que digamos” se lamentó la pelirrosa “Pero ya esta hecho. Ahora tengo que centrarme en recuperar el físico, aprender a usar mi nueva arma, y esperar que aparezca Hige”
“No pretendo preocuparte, pero siento que estás siendo muy incauta con el asunto. Todo ha cambiado, Sayi” le reprochó Bou “Ahora estamos desayunando tranquilamente, pero hay una posibilidad, por más ínfima que sea, que en veinte segundos tu nuevo Rebel entre por la ventana”
 
Y dicho esto ambos golpearon la mesa.
 
“Pues, si es alguien como Soujirou, primero me ofrecerá bailar” bromeó la pelirrosa
“Ese sujeto es un caso particular, pero estoy segura que has visto el tipo de gente que recluta Rizembool” continuó su novio “Pero no voy solo a eso. El punto es que no solo de trata de tus poderes, tu Child, o tus peleas. Estás preocupando a las personas a tu alrededor, y planteando en ellos los peores escenarios alrededor tuyo”
Sayi asintió levemente “Creo que lo mejor será que me vaya a vivir a la universidad” contempló la pelirrosa “Así no los pondré en peligro”
“No, no quiero decir que te alienes…”
 
Bou se detuvo en su frustración, pues tampoco buscaba que se auto marginara. Tras no encontrar una solución al dilema, el peligris la tomó de los hombros y le rogó que tuviera cuidado.

“Si algo te sucede no sabríamos que hacer. Así que no te desconectes, ni te alejes. Y si necesitas ayuda busca a Miranda, o a las otras HiMEs, que esta batalla no es solo tuya”

Sayi colocó una mano en la mejilla de su novio y le sonrió. No tenía idea de cuánto había necesitado escuchar eso de sus labios.

“Gracias Bou. Te aseguro que tendré cuidado, y te avisaré cualquier cosa de ahora en adelante” le prometió y Taikoubou la dejó ir, más satisfecho “Y según me dijo Miranda, creo que habrá un buen número de HiMEs…”

“¿¡QUE DIJISTE!?”


Un grito, y la puerta se abrió con tanta violencia que Sayi perdió el balance y se cayó de la silla. Taikoubou se apresuró en asistir a su novia, preguntándose que tan bien estaría siendo HiME si solo un exabrupto como ese la mandaba al suelo.

“¿No te ibas a Tianjin por el fin de semana?” atinó a preguntarle Bou al recién llegado.
“CancelaronPERO NO IMPORTAholasayi¿¡ES CIERTO LO QUE DICES!?”

En la puerta estaba de Duo Maxwell, compañero de Taikoubou y también ex estudiante de Hanasaki. Aunque estudiaran carreras distintas, ambos se habían vuelto buenos amigos al transferirse juntos a la misma universidad desde el mismo instituto. Bou y Duo andaban juntos a menudo, hasta el punto que Ichigo celaba al castaño por pasar tanto tiempo con su mejor amigo.

Pero Duo no solo compartía sus estudios en Hanasaki con ellos. Pues así como Taikoubou había sido el Key de Sayi en la última guerra HiME, Duo también había sido Key de otra HiME.

Específicamente hablando, Duo fue el Key de Suiseiseki X, amiga de Sayi y muy probablemente el motivo de su sobresalto.

Mientras el castaño seguía con la mano en la puerta, esperando una respuesta, Sayi intercambio miradas con Taikoubou. El peligris no supo que decir. Al parecer Suiseiseki tampoco le había dicho nada, y Duo venía a enterarse por boca de terceros.

“¿¡Eres HiME de nuevo!? ¿¡Sui es HiME de nuevo!?” Duo se llevó ambas manos a la cabeza y empezó a caminar en círculos. Se detuvo, y se llevó una mano al mentón. No pensó ni dos segundos antes de soltar una risotada y declarar todo el asunto como una broma.
“…No lo es Duo” No había escapatoria, pensó Sayi. Suiseiseki probablemente la putearía por no haber sido más cuidadosa… ¡pero Taikoubou le había dicho que Duo estaba fuera de la ciudad! “Miranda nos convocó. Los Rebels han regresado, y nos ha pedido que seamos HiMES de nuevo” La risa de Duo perdió vitalidad, pero se mantenía “Yo soy HiME de nuevo, pero no se de Sui. Anda muy ocupada con sus chakras, el curso de chía y sus clases de Soul Yoga. Tampoco he buscado a las otras HiMEs por temor que malentiendan mi curiosidad por buscar convertirlas al HiMEismo como Testigo de Miranda”
Duo negaba con la cabeza “No te creo que eres HiME de nuevo”

Sayi ubicó su bolso con la mirada, y este comenzó a elevarse hasta quedarse flotando a la altura de su cabeza. Toda esperanza se vio perdida, y a Duo no le quedó más que volver a exclamar su espanto.

“¡¡OTRA VEZ NO!!”
“發生什麼事了!?”

De la habitación del frente, un estudiante salió contrariado a preguntar a qué se debía el alboroto. Sayi tuvo que dejar caer su bolso antes que el chino tuviera chance a darse cuenta. Duo estaba de rodillas en el suelo, lamentándose, mientras Taikoubou y Sayi observaban el escenario sin palabra de aliento en mente.

Ante la pregunta del otro estudiante, Duo tuvo dificultad en expresar su desesperación de manera coherente. Entre aspavientos y titubeos, pudo alcanzar a decir…

“SUI IS IN TROUBLE!! DESU正處於危險之中!!”

…antes de ponerse de pie y salir corriendo por la puerta. Entonces el estudiante miró confundido tanto a Taikoubou como a Sayi antes de regresar a su habitación.

“Me va a caer la maldición de la Chía…” se lamentó Sayi
“Eventualmente se iba a enterar” le aseguró Taikoubou, poniéndose de pie y botando los restos del desayuno “Creo que deberíamos irnos. Una vez se calme va a querer más explicaciones, y no te dejará en paz el resto del viaje”

Mientras cerraba su habitación, Taikoubou le preguntó si quería ir a algún lugar en específico. Al ya conocerse toda la ciudad de pies a cabeza, Sayi se encogió de hombros.
 
“A donde quieras. Yo solo quiero pasear” le pidió la joven.

Ya que después de la reacción de Duo, la pelirrosa estaba lista para dejar el asunto HiME por lo que restara del día.
« Last Edit: August 13, 2017, 01:36:58 PM by Sayi »

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #50: August 23, 2015, 10:58:53 PM »
Continuando con más detalles, yay (?)

10


El día continuó y llegó la tarde. Dentro de la universidad de Hanasaki, los estudiantes continuaban tan ocupados como siempre, y quienes no tenían clases que atender se encontraban encargándose de otros asuntos de igual importancia, al menos en la mayoría de los casos.

Kytes ocupaba una mesa entre varios restaurantes de comida al aire libre, y mientras terminaba con una tarea en ese hueco de su horario disfrutaba de un delicioso milkshake. Sin embargo, él no estaba muy concentrado con su labor y más bien miraba preocupado a su smartphone con el display apagado. Hace muy poco había recibido unos mensajes rutinarios de la mamá de Sora preguntándole por su hijo ya que este no siempre le respondía, y no quería tener que decirle nuevamente lo irresponsable que este era. Decidió que dejaría la respuesta para después de completar con su tarea y regresó a leer un artículo en su libro de clase, pero no pudo hacerlo porque un conocido apareció.

“Vaya, Kytes, qué sorpresa,” dijo Ryo, sonriendo. “Normalmente esperaría verte dentro de una de las bibliotecas. ¿Extrañabas el sol de la tarde?”
“Oh, hola Ryo,” Kytes se confundió. “N-no, no es eso. Se me antojó algo para tomar y no permiten comidas y bebidas en la biblioteca. Bueno, en una sí pero tienen un menú muy caro y limitado a pocas cosas.”
“Haha, no necesitas explicarte, sólo te saludaba. A decir verdad, ya que estás aquí, me preguntaba si podíamos hablar, pero no sé cómo estás de tiempo.”
“Eh, descuida, esta tarea es para la próxima semana.”
“Wow, a veces me sorprendo que tú y Sora sean amigos de la infancia,” Ryo tomó asiento y notó cómo el otro se incomodó por su observación. El peliblanco pudo entender que algo había ocurrido. “¿Y qué hizo Sora está vez? Si no me equivoco, a esta hora tiene su clase de cálculo.”
“Y no asistió,” Kytes negó apesadumbrado. “Fui a dejar a Shouyou ahí luego de encontrarme con él, y me fijé, pero Sora no estaba por ningún lado.”
“¿Dejaste al chico que Sora debería dirigir?”
“Sí, algo me dice que este también estaba pensando faltar, pero le aconsejé que no siga el ejemplo de Sora.”
“Haha, hay algo muy único y especial al decirle a alguien que no sea como su asesor.”
“Pero ojalá que no fuera el caso…” Kytes comprendía que el asunto parecería gracioso en el caso de… bueno, todos lo demás, pero a él le carcomía por dentro. “Quisiera hacer a Sora comprender que esto no es nada bueno y que sólo hace las cosas peor para sí mismo y sus padres… su madre siempre me anda preguntando por él.”
“Ah, Julie, si mal no recuerdo.”
“Sí…”
“Ella vino con el hermano de Sora a visitar Hanasaki luego de la batalla final,” Ryo sonrió entretenido. “Fue gracioso cómo su mamá dio indicios de coquetear con Alexei.”
“Ehh sí,” Kytes no evitó sonreír por el recuerdo. “Sora todavía no se recupera de esa.”
“Pero se nota que es una señora muy alegre y amena.”
“Su mamá es la mejor, y por eso más me duele ver que Sora no esté dando de su parte… Desde que jaló el año pasado y le forzaron a un sabático, sus padres le restringieron su auto y le obligaron a vivir en un apartamento dentro de la universidad para que se concentre más en sus estudios. También me pidieron que lo ande vigilando más, pero se nota que Sora no quiere cooperar.”
“Pues, ya le conoces, no tengo más que decirte,” Ryo sonrió comprensivamente. “No andes torturándote más por el asunto. Siempre intentas cargar con los malestares y las preocupaciones de otras personas y no es nada saludable para ti.”
“Aunque Sora sí pudo graduarse de Hanasaki. Cuando él se mudó de Hawai, pensé que no lograría hacerlo en un país ajeno.”
“Los dos sabemos por qué pudo, haha,” Ryo dejó escapar una risa. “Tuvo la suerte o desgracia de tener a Larsa de roommate. Yo estuve presente para ver sus mil y una discusiones al respecto. Y aun después de que Larsa se haya pasado a Rizembool y haya abandonado Japón, Sora continuó respetando el esquema de estudios que este le hizo. Pero bueno, la universidad es más difícil y completamente diferente.”
“Pero Sora ya no está para que otros le controlen así, ya no es un niño…” Kytes agarró su cabeza con sus manos, torturado.
“Tranquilo, olvidemos a Sora por un instante…” Ryo negó, con paciencia, y miró detenidamente al menor. “Quería hablar contigo, Kytes.”
“Eh, ¿sí?” este se confundió. “¿Pasó algo?”
“No ha pasado nada, sólo quería reflexionar del pasado contigo. Sora me contó lo de las HiMEs, y tú lo oíste de Tomaj.”
“Sí, es normal que también lo sepas…”
“Es increíble pensar que nosotros nos hayamos envuelto tanto en el asunto pese a no haber sido HiMEs. Y en mi caso, mi rol de Rebel fue casi inexistente y se debió a motivos alternos,” Ryo sonrió con leve torpeza. “Pero en toda honestidad, ninguna otra persona ajena al rol HiME en nuestro entorno se envolvió más en el asunto que tú.”
“…” Kytes se incomodó.
“Podemos querer pensar que hemos mejorado en nuestros roles y en nosotros mismos desde hace tres años, pero cuando algo tan propio de nuestras identidades regresa, creo que todos corremos el riesgo de retomar lo mismo que antes,” Ryo sacó su celular y abrió una conversación que tenía con Osaka. “Me acabo de enterar que Cho ha vuelto a ser una HiME desde ayer.”
“¿Cho? ¿En serio?” el menor se sorprendió. “Es increíble, ella siempre ha sido muy cuidadosa y precavida.”
“Yo no lo considero nada sorprendente, va con su carácter. Lo que sí me sorprendió fue que Osaka no haya regresado también, aunque en su caso fue por necesidad.”
“Su carácter…”
“Y Kytes, siento ser tan directo, pero…” Ryo guardó su celular. “En el supuesto que Mariko fuera a regresar mañana a Hanasaki y también aceptara ser una HiME, ¿qué irías a hacer tú?”
“¿Eh? ¿P-por qué lo preguntas?” por la simple mención de la prima ausente, el pelimarrón bajó su mirada con incomodidad.
“Lo digo porque desde el inicio le apoyaste, y terminaste internándote en el asunto más de lo que fue prudente, tanto para ti como para todos tus amigos,” Ryo se mostró sonriente e inmutado como siempre. “Tengo el presentimiento que esta es una pregunta que los demás querrían hacerte también.”
“¿Qué haría yo?” Kytes se vio desubicado y bajó su mirada para considerar en responderle, pero no sabía qué decirle. “Sinceramente, no lo sé… pero luego de todo lo ocurrido, no creo que Mariko quiera regresar. Es más, hace mucho tiempo que no responde mis mensajes,” él frunció el ceño. “Entiendo tu punto, Ryo. Hacia el final sé que causé muchos problemas a todos. Siento que ella no quiere verme ni en pintura, y me sorprende que Sora y Tomaj hayan olvidado todo el caso con tanta ligereza.”
“¿Podrías decirme qué punto intentaba hacer?” Ryo sonrió incómodo. “No sé si hemos interpretado lo mismo. Lo que intento decirte es que tu dedicación y tus principios pueden convertirse en una gran cruz tanto para ti como para los demás. Y al mismo tiempo, no andes pretendiendo que todo lo ocurrido cayó en tu responsabilidad. Esto es igual que tu constante preocupación por Sora.”
“Eh…”
“Y en mi punto de vista, no fue tu culpa. Fuiste tendido una compleja trampa por Rizembool, y tus amigos se desvivieron para ayudarte del mismo modo que tú lo habrías hecho. Y sobre Mariko… olvídala por ahora. No puedes pretender solucionar nada en una pantalla de celular.”
“…” Kytes se tensó. Todo el tema de las HiMEs seguía abierto en su mente. Por considerarlo, tuvo más sentido sobre por qué Cho habría aceptado tan fácilmente volver a su rol. Había muchas cosas que hubiera hecho distinto en el pasado, pero si era puesto en tela de juicio, por más duro que haya sido para él, diría que no se arrepentía de nada, pero que tampoco estaba satisfecho.
“No espero que vayas a cambiar tu deseo de asistir a los necesitados en caso de verte involucrado por a o b motivo, pero sé que hoy en día sí pensarías en tus acciones dos veces. Lo creas o no, eres bastante importante para todos tus amigos, y por eso no quisiera que algo fuera a ocurrirte,” Ryo sonrió. Kytes también era con mucha frecuencia el mediador entre Sora y Tomaj, y durante todo el asunto de las HiMEs, la amistad de los tres se volvió especialmente problemática. Luego de esos tres años de paz y amistad condicional, sería triste verles recaer en la desconfianza hacia el exRebel. Pero habiendo tocado el tema, Ryo sabía que no le correspondía más del asunto, y una vez más, sacó su celular. “No quiero sumergirme únicamente en asuntos estresantes. También quería hablar contigo sobre un evento que tengo que organizar.”
“¿Evento?” preguntó Kytes, sorprendido. “No sabía que eras un organizador.”
“Pues es para una amiga un poco controversial,” Ryo abrió otra conversación y mostró su celular al pelimarrón. “¿Recuerdas a Dakki?”
“¿La Princess que hizo la vida imposible a Sora y la prima de Tomaj?”
“Haha, obviamente que la recuerdas,” Ryo asintió y bajó el volumen de su voz, adoptando un aura misteriosa. “Quiero que lo mantengas en secreto por ahora. Voy a planear una fiesta de bienvenida…”


Un poco más tarde, Hotaru salía de una de sus clases de medicina. La pelinegra no contaba con mucho tiempo, ya que sólo tenía una hora de descanso antes de ingresar a una prueba menor, pero todavía importante, de una de sus clases. La pelinegra iba a tener una semana ocupada, y por ello tuvo que rechazar la invitación de Osaka para un paseo que tenía planeado al día siguiente al necesitar estudiar. Su horario era cada vez más largo y complicado, pero era muy necesario mantenerse al día. Luego vería si podía darse algo de tiempo para asistir a Osaka con su rol de consejera ya que no quería dejar a su amiga colgada.

Ella hizo una fila frente a un kiosco de bebidas calientes y esperó a que atendieran a los demás delante. Tan concentrada estaba buscando el té en el menú que iba a pedir que no se percató de la persona justo antes de ella, quien al observarle terminó por iniciar la conversación.

“Ah, eres la Meister de Osaka,” recordó Tomaj. “Hace tiempo que no nos vemos.”
“Oh, eh, sí,” Hotaru asintió algo intimidada. “¿Q-qué haces por aquí?”
“Pues…” este dio un suspiro. “Odio admitirlo, pero un chico de Rizembool tiene razón. Hanasaki tiene mejores restaurantes y ya me aburrí de mis usuales selecciones allá.”
“Y-ya veo…”
“Aunque Rizembool tiene su encanto, y son excelentes cuidando de sus Rebels. Lo digo por experiencia.”
“Ehh…” Hotaru sólo pudo asentir. Por esa tímida respuesta, el mayor dio un pesado suspiro.
“Se nota que eres reservada, así que yo lo diré,” él se encogió de hombros. “Tendremos amigos en común e incluso participamos en distintos lados del plan maestro durante la batalla final, pero esta debe ser la primera vez que nos hablamos. Y es demasiado awkward para los dos.”
“Pues…”
“No seas modesta, es la verdad. Pero en fin, sé que eres una buena chica. Sólo alguien tan dedicado y paciente aceptaría ayudar a Osaka todo el tiempo, aunque me alegra que te tenga de apoyo moral.”
“Hm…” Hotaru no evitó sonreír. “También tengo que agradecerte por ser amigos con ella. Sé que Osaka se infiltró a Rizembool muchas veces.”
“Sí, pero en su mayoría fue para acosar al primer Rebel de Cho, así que no fue nada serio ni importante.”
“Entiendo…”

Siguió un momento de silencio entre los dos mientras esperaban a que los demás fueran atendidos. Al no tener nada de qué hablar, ellos reanudaron la espera, pero Hotaru pasó a preguntarse algo del otro chico.

“Ehh…” ella no supo cómo preguntar, pero notó que el otro le prestó atención, así que tuvo que hablar. “¿Rizembool te pidió volver a ser Rebel de nuevo?”
“A decir verdad, sí. Ellos reconocieron que hice un gran trabajo la vez pasada, e incluso me aseguraron que se encargarían de asignarme a alguna HiME que no implicaría problemas con mis conocidos. Hay que apreciar sus detalles…” él sonrió con ironía. “Pero les dije que no estaba interesado. Causé demasiado revuelo la última vez.”
“O-okay…”
“De todos modos, por estar familiarizado a Rizembool, su funcionamiento y detalles como el ser Rebel, la directiva me impuso una labor como estudiante asesor. Algo como lo de Sora, pero a diferencia de él, yo sí estoy intentando ser útil,” Tomaj negó. “Y me tocó un chico completamente salido de ficción. Pálido y con cabellos blancos de anciano, además que es muy voluble y no parece estar siempre bien de la cabeza…”
“¿Eh?” Hotaru sintió que se le hacía ligeramente familiar, pero no llegó a decir nada…
“¿Acaso lo conocerás?” preguntó Tomaj, sonriendo con leve entretenimiento. “¿Y a cuántos de ustedes conoce?”
“¿P-perdón?” Hotaru se alarmó. ¿Qué estaba ocurriendo? Tenía un mal presentimiento.
“Ah, no me sorprende. Él para mucho por Hanasaki porque le gusta el ambiente, pero créeme que conocerte a ti y quién sabe a quién más no fue una coincidencia.”
“¿Qué quieres decir con eso?”
“Su nombre es Komaeda, quizás sea bueno que lo recuerdes porque es posible que te lo vuelvas a encontrar muchas veces.”
“…” sí era ese chico. “Él… es un poco raro, ¿no es así?”
“Definitivamente, es todo un caso. Como su asesor, tengo un file donde se detallan particularidades de él. No está en mi lugar compartir, pero tú como una aprendiz a doctora quizás puedas, en cierto modo, ‘diagnosticarle’. Revisa ese libro de diagnósticos, el ‘DSM-IV’, si mal no recuerdo.”
“¿C-cómo sabes eso?” Hotaru se impresionó un poco.
“Parte de mis poderes de Rebel fue recaudar información intrínsecamente y mi mente todavía no termina de desechar datos mayormente inútiles para mí,” Tomaj negó un poco frustrado. “Pero para variar dije algo moderadamente inteligente. Debería alegrarme, ¿cierto?”
“…” la menor se preocupó. Sí, algo había estado mal cuando lo vio, y la forma en la que el mayor le estaba contando los detalles le dejaba muy inquieta. Era como si le estuviera ocultando algo muy importante.
“Oh, y hablando del tema, dale mis saludos a Cho y Osaka. Hace tiempo que no las veo, pero algo me dice que pronto todos nos vamos a reunir,” comentó Tomaj. Él pasó a pedir su orden, lo cual impidió que Hotaru le contestara. Ella no supo por qué el otro dijo ‘hablando del tema’. De nuevo, le ocultaba información.

Los dos no conversaron más, porque cuando Hotaru terminó de elegir su té y pedirlo, observó al exRebel marcharse con su propia orden. Ella le miró con leve incomodidad. No tenía mucho con qué evaluar al peliblanco por el muy breve encuentro que tuvieron, pero si Tomaj tuvo razón e iban a volver a encontrarse, se aseguraría de ver si podía descifrar algo de él.

Sintió que era el inicio de algo muy importante.
« Last Edit: March 01, 2016, 05:09:47 PM by Cho »


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #51: August 24, 2015, 06:54:19 PM »
Está bizarro, pero ya falta poco (?)

—Chapter 06




Lilina tocó la pantalla de su teléfono varias veces mientras mantenía el aparato entre sus manos por debajo de la mesa con el fin de distraerse en el LINE PLAY. Estaba a punto de conseguir algo más de dinero para su personaje cuando recibió la mirada reprochadora de la esposa de su padre. La chica tuvo que guardar hábilmente su teléfono celular en el bolsillo de su chaleco de lana y seguir cenando con la sonrisa carismática de siempre. Su padre la miró de reojo cuando se acomodaba las gafas pero Lilina sabía que él no fijó su mirada en ella sino en Ryouta.  El rubio estaba sentado un poco más allá intentando meter conversación a una chica que mantenía su mirada fija en el plato sin comer frente a sus ojos. Supuso que su padre estaba supervisando que nada se saliera del protocolo.

La rubia picó una verde alverja con su tenedor jugueteando con esta en el plato. Mientras más crecía, más se aburría de las cenas familiares en ese restaurante gourmet de buena reputación. Recordó como cuando pequeña esperaba ansiosa ese día en que ella, su hermano Ryouta, su padre, y su madre salían a cenar juntos. Era una niña pequeña y se emocionaba por pequeñas cosas. Ahora era una adolescente y vivía la etapa de apatía hacia sus padres donde prefería estar con sus amigos que con su indiferente progenitor y la esposa por conveniencia de éste. Si bien no veía casi nunca a su padre, tampoco lo extrañaba mucho. Él apenas le hablaba y Lilina sentía que su padre no se interesaba realmente por sus problemas aunque ella le colocara todo el entusiasmo del mundo en tratar de involucrarlo. Era demasiado dedicado a su trabajo.
En esa noche, unos matrimonios amigos de la esposa de su padre se unieron a la mesa por lo que el grupo era considerablemente grande.
Lilina soltó un suspiro. “Al menos me hubieran sentado cerca de los más jóvenes” a ella le había tocado en asiento cerca de una mujer refinada y soberbia junto a su esposo egocéntrico que jamás tenía las de perder en una conversación.

Entonces picó con rabia la alverja y se la metió a la boca. La imagen de todos ellos podría ser muy perfecta y digna de una postal pero Lilina estaba ofuscada por tener que soportar a ése par de viejos que siempre la interrogaban y querían hacer parecer a su hijo como más importante.



¿Esto es real?   

¿Quién soy?

¿En qué mundo vivo?

¿Realmente estoy bien?


La oscuridad se mezclaba con la perturbación y juntas reinaban cruelmente en su mente.
Escuchaba una voz hablar. ¿Esa voz se dirigía a su persona? Por un instante tuvo las ganas de perderse por completo pero en lo más intenso de su ser nació la necesidad de pedirle a esa voz  un “Dime quién soy.” “Llámame” “Di mi nombre”

¿Estás bien?

No. No estaba bien. Ni siquiera sabía dónde estaba. ¿En qué realidad vivía? ¿Qué le habían hecho a su mente?
Sólo quería desaparecer. Apagarse y volver a abrir los ojos en un paraíso luminoso.

Estoy aquí.

—…Aquí. —
Si bien tenía los ojos abiertos, los abrió por primera vez. La luz de pronto le cegó y se le hizo una sensación dolorosa. Poco a poco, iba recordando todos los fragmentos de su vida.
—Estoy…—
Masculló débilmente cuando lo siguiente que vio fueron unas gotas carmesí sobre sus níveas manos.
—Lo ha hecho otra vez. Sácala de aquí. — Protestó una voz femenina enfadosa. Le hablaba al hombre que estaba a su lado.
—Ven. — Aquel sujeto la ayudó a ponerse de pie e inmediatamente ubicó un pañuelo blanco debajo de la nariz de la recién despertada para frenar la pequeña hemorragia nasal.
—Voy con ustedes. — La joven voz era familiar. Era quien siempre solía decirle "Estoy aquí"
—No. —
—Quiero ayudar. —
—Estorbarás. — Respondió fríamente el hombre de cabellos platinados.

Y nada más dicho eso último por el mayor. Le sacaron del lugar en poco tiempo dejando a los demás intercambiando comentarios en sus distintas posturas.



Cuando la chica al lado de su hermano fue sacada por su padre apenas le comenzó el sangrado nasal, Lilina se llevó rápidamente las manos al rostro de manera disimulada. Antes había alcanzado una servilleta la cual usó para evitar que un hilillo de sangre brotara de su nariz al igual que le sucedió a la otra persona.
En la mesa, ella observó que algunos parecían alarmados, otros indignados por lo sucedido. La pareja de su padre estaba enfadada, ella odiaba cuando cosas así sucedían. Especialmente viniendo de aquella chica.
Ninguno de los presentes se había dado cuenta de que a Lilina le sucedía lo mismo que la otra muchacha que su padre acababa de sacar del restaurante. Nadie excepto Ryouta.

—Vayámonos a casa. — Dijo el rubio al momento que cubría los hombros de su hermana pequeña con el jersey de Chicago Bulls. Poco tardó en sacar a la rubia de aquel desagradable escenario. Si bien escuchaban que la esposa de Kishou les llamaba, prefirieron dejarla en el lugar. Seguramente prefería tomarse su tiempo con los demás presentes.
« Last Edit: May 03, 2016, 06:38:18 PM by Kana »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #52: August 31, 2015, 01:38:18 AM »


Hello gals <3

No se olviden que tendrán todo Septiembre para dar su prueba HiME y etc, pues a principios de Octubre tendremos el evento de bienvenida en la mansión HiME. Para más información revisen el tema en el foro de planeación. Intenten organizar su tiempo please ;D

Y sin más preámbulos~



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Now, let's carry on with those big HiME dreams...
« Last Edit: August 13, 2017, 01:43:27 PM by Sayi »

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #53: September 05, 2015, 12:08:51 AM »
Hoi hoi mina!!! aqui viene la prueba Hime :3

Capitulo 6 "Comienza la prueba"


El pelirojo escuchaba atentamente el relato de Mayura, sabia que la pelirosa lo había pasado mal, pero no sabia a que medida habían sido las cosas en Hanasaki y Rizembool, estaba muy sorprendido por la confesión de su novia, quería decirle tantas cosas, preguntarle otras, pero al ver a la pelirosa tan afectada decidio quedarse aun en silencio, algo que también rondaba en su mente era acerca de un joven que Mayura mencionaba, claramente podía observar el dolor de su mirada

Mayura-chan…Choutaroh Otori…era alguien importante para ti?...-

La pelirosa observo a su amigo Suga, para luego mirar a los ojos a Otoya- Choutaroh-kun fue mi key…y también fue mi novio…la semana en la que nos conocimos, había terminado con él porque no queria que se quedara conmigo asi de esa manera, el tenia un futuro y no podía quitárselo, ya había sufrido lo suficiente al haberse convertido en mi Key y sufrir todos los ataques que yo recibia en las peleas, no queria que me viera y recordara todo eso.

No consideraste los sentimientos de él?- le dijo visiblemente enfadado-Con todo lo que me has contado, es evidente que él estaba completamente enamorado de ti y tu de él…-mirando a otro lado-lo tenias que haber buscado a él en vez de encontrarme a mí.

La pelirosa se sorprendio ante las palabras de su novio, no queria que Otoya pensara que ahora era el reemplazo de Choutaroh, claro que no lo era,se levanto de si silla para abrazar al sorprendido pelirojo- Pienso que mi destino era desde un principio en conocerte a ti Otoya-kun…no me arrepiento de todo lo que he hecho, sea malo o bueno, porque todo lo he hecho siguiendo mis convicciones y a mi corazón…ahora solo pago las consecuencias de mis actos, y de entre este sufrimiento, estas tú que me has ayudado a sacar fuerzas , por eso no te obligare a que continues conmigo después de esto…- se separo y se limpio las lagrimas que empezaban a caer- lo único que quiero es que…-

Antes de que terminara su oración, se sorprendio al recibir un calido beso en su labios por parte del pelirojo, aquel beso le estaba transmitiendo tranquilidad y todo el amor que Otoya sentía por ella, cerro los ojos lentamente y correspondio a aquel beso con los mismos sentimientos que sentía hacia él-

Ejem…-el pelicaplateado tosio ligeramente y ambos chicos se separaron avergonzados

Lo siento Suga-san!!- dijieron los dos al mismo tiempo-

Entonces parece que las cosas entre ustedes dos ya están mejor no es cierto? Ya que finalmente te has enterado del secreto que Mayura ha estado guardando, ahora lo que falta decirle Mayura es acerca de…-

Lo se…lo se…- dijo aun avergonzada, para luego mirar a Otoya- antes de decirte lo mas importante…aún me sigues queriendo?-

Claro que si…no te quedo claro el beso que te acabo de dar?-dijo avergonzado- ahora puedo comprender tus verdaderos sentimientos y perdona si vacile un poco, pero ahora estoy seguro del amor que ambos nos tenemos- le tomo de la mano fuertemente- no te dare a nadie y siempre estaremos juntos…- sonriéndole ampliamente-

Gracias Otoya-kun…-le dijo la pelirosa, sintiendo esa fuerza que volvia poco a poco a su cuerpo y la seguridad del sentimiento que ambos se tienen-Ahora si tengo que decirte algo mas, después de todo lo que te he contado, recuerdas el motivo que te dije que tenia que volver a Hanasaki no?-

En esa ocasión me comentaste algo a grandes rasgos y ahora se que te vas a volver a ponerte en peligro y ahora que ya no tienes a un key…asi se dice no? No vas a poder recuperar a tu child …-

Justo de eso queria comentarte, Miranda-san la directora de Hanasaki nos comento que nuestros Key son las personas mas importantes en nuestras vidas y pues como ahora tu eres lo mas importante en la mia…signifca que tendre que ponerte en peligro para poder yo recuperar mis poderes como Hime…y en verdad no quisiera ponerte en peligro, pero tampoco puedo decepcionar a Miranda-san y a Hanasaki que pese a todas las cosas malas que he pasado ahí, también pase muchas cosas buenas y es como mi segundo hogar, por lo cual estoy en una gran contradicción en mi corazón…-

Y creeme que se la ha pasado varios días sin dormir por esa preocupación…- hablo el peliplateado al ver a la pelirosa que volvió a ponerse nerviosa-

Si Hanasaki es importante para ti, y pese a todas las cosas horribles que me has contado, no puedo quedarme al margen de todo esto y si puedo ayudarte en algo, creeme que lo hare, asi que cuenta conmigo para ser tu nuevo key…- le tomo fuertemente de la mano- ahora ambos estamos juntos en esto, asi que no podras zafarte de mi tan fácilmente-

Otoya-kun…gracias y perdona por poner tu vida en peligro-se aferro a aquel agarre de sus manos-

Entonces Mayura y Otoya será mejor que vayamos a Hanasaki para que Mayura pueda dar su prueba de Hime,en cuanto antes mejor-

Tienes razón Suga-san, ya no puedo posponerlo mas…-respiro profundamente- debo de tomar la prueba pero ya…-

Entonces vamos…- dijo el pelirojo que saco su celular y lo apago-

Pero Otoya-kun si tu manager te llama?-

Ahora lo mas importante para mi eres tu Mayura-chan y no te dejare sola en esta prueba que es importante no es cierto?-

Si…es muy importante…-

Entonces no se diga mas y vayamos…- el peliplateado saco el dinero y lo dejo en la mesa para luego salir del lugar junto a Mayura y Otoya,todos iban rumbo a Hanasaki-

Obviamente durante el camino Mayura había llamado a Miranda para indicarle que iba hacia Hanasaki para tomar la prueba e indicarle que ya había conseguido a su nuevo key, la directora le dijo que en cuanto llegara,que el nuevo key fuera a su oficina, mientras que ella iria al auditorio para tomar la prueba

Ya en Hanasaki

Bien, ya hemos llegado…-

En cuanto termine de hablar con la directora, ire al auditorio para verte deacuerdo?-

No vamos a poder ver a Mayura tomando la prueba, solo podemos esperar en la puerta…-

Suga-san esta en lo cierto…pero igual tengo el apoyo de ustedes dos y se que me ira bien…asi que no te preocupes por mi…- le sonrio ampliamente y le dio un beso en la frente- te quiero mucho…- dio la vuelta y se alejo caminando junto a Suga

Podre ser capaz de ayudar a Mayura-chan?...- empezó a caminar rumbo a la dirección-dare todo lo mejor para poder ser el apoyo que tanto necesita…- lo dijo convencido en sus palabras-

En la puerta del auditorio se encontraba Fran esperando a la pelirosa

Estoy nerviosa…pero no queria mostrárselo a Otoya-kun, crees que podre pasar la prueba…-

Solo ten confianza en ti misma y veras que la pasaras, estaremos apoyándote asi que no te des porvencida-

Muchas gracias Suga-san…-

Bienvenida nuevamente a Hanasaki, Mayura Daidoji…-

Ha pasado mucho tiempo Fran-san…-haciendo una reverencia-

Estas lista para tomar la prueba? Recuerda que si las cosas se ponen peligrosas, me vere en la necesidad de interrumpir la prueba…-

Si, estoy conciente de eso pero no se preocupe que no pienso perder esta prueba….despues de todo ya la tome una vez no es cierto?

La asistente de Mirada la miro de reojo-Parece que no has cambiado en nada…asi que mucha suerte en la prueba…-abrio lentamente la puerta-

Muchas gracias…-volteo a mirar a Suga y le sonrio suavemente para luego entrar al auditorio-

Ya dentro de dicho lugar, una densa niebla rodeaba el lugar

En realidad estoy muy nerviosa no se quien podrá ser mi rival en esta oportunidad…-empezo a caminar lentamente- pero no debo de mostrar temor y estar atenta a lo que suceda-

La niebla empezó a esparcirse poco a poco, y la pelirosa empezó a divisar una figura de entre toda la niebla, cuando estuvo mas cerca, la persona que estaba frente a ella la sorprendio

Era ella misma, con el uniforme de la secundaria de Hanasaki, con una sonrisa sombria

Asi que tendre que pelear conmigo misma…era evidente, después de todo en estos momentos me siento confundida…-dijo esbozando una sonrisa que era diferente a la fría sonrisa de la marioneta- creo que prefiero esto a que sea pelear contra alguien a quien quiero, pues ahora…- cuando quizo hacer algún movimiento, la marioneta que se parecía a ella se acerco corriendo para darle una rápida patada en el estomago

La joven apenas podía levantarse del dolor que le había provocado ese golpe- tan fuerte era hace 3 años atrás?

La marioneta se acercaba hacia ella y gesticulaba algunas palabras, pero no salía ruido alguno en su voz, la pelirosa podía leer los labios de aquella joven y se quedo helada por aquellas palabras –Estas contenta con todo esto?...- Mayura estaba arrodillada tocándose la cabeza- yo jamas he dicho nada asi…-

La marioneta se acerco y levanto a la pelirosa jalándola de los pelos, nuevamente empezo a mover los labios-

“No seria mejor desaparecer de este mundo?” – era lo que la pelirosa estaba entendiendo –No…yo no quiero desaparecer de este mundo…yo quiero seguir aquí…-

La marioneta empezo a ahorcar a la joven que aun no mostraba indicios de defenderse

“Siempre termino lastimando a los que quiero” “ Nadie me quiere, todos me odian”…- mientras que el maniquí seguía moviendo los labios para que la pelirosa pueda descifrar su mensaje, Mayura estaba perdiendo el oxigeno, tenia que hacer algo para soltarse del maniquí, a diferencia de la prueba anterior, esta en vez de ser un ataque físico era uno mental, y que pareciera que estuviese perdiendo la batalla, cerro los ojos por unos momentos para solo tener una imagen de un Otoya sonriente

Eso…no…es …cier…to…hay …perso…nas que …me quie…ren…- ahora la imagen de su madre y de Suga se formaban frente a ella- por ellos no voy ….a perder ni contra mi misma…- es asi que una esfera de energía se formaba en medio de Mayura y su maniquí, aquella luz mando a volar a la marioneta, mientras que Mayura caia nuevamente de rodillas-

Frente a ella se encontraba una ovejita rosada y peluda, que movia su cola de un lado a otro

Flaffy…- dijo la pelirosa con lagrimas en sus ojos-

Flaffy el child de Mayura había entrado en escena, aunque había una diferencia con la Flaffy de la primera vez en la que se vieron, era que en su melena tenia una marca de corazón

El child movia la cola de felicidad mientras que se ponía aun delante de su dueña

Es verdad Flaffy aun la pelea no ha terminado…- dijo reincorporándose lentamente-vamos a ganar esta pelea e iremos a conocer a tu nuevo papi deacuerdo?- de repente alrededor de ella se empezo a formar una especie de cerca eléctrica que empezo a concentrarse en las palmas de las manos de la pelirosa-siento nucha energía…mis poderes están volviendo…de seguro Otoya-kun esta esperándome en la puerta-

La marioneta se acerco y corrió peligrosamente hacia la pelirosa

Flaffy cuento con tu megapuño…-alzo sus manos para transmitir su energía hacia la ovejita que estaba preparada para atacar- vamos ahora!!!

La marioneta salto para dar una patada, pero Flaffy dio un salto que Mayura aprovecho para alejarse y ver como el puño de la oveja impactaba fuertemente al maniquí que cayo fuertemente al piso

Mayura se acerco al maniquí para arrodillarse y tocarle el rostro ahora maltratado, vio el rostro del maniquí-No te preocupes…ahora si se lo que querias tratar de decirme y prometo que no volveré a dudar nunca mas…-

El maniquí esbozo una sonrisa la misma sonrisa que ahora Mayura tenia, para luego vociferar un apenas audible-Gracias…-
Mayura se levanto y observo que Flaffy caia al suelo

Flaffy!!!...- corrió hacia su ovejita- lo siento ambas hemos utilizado toda nuestra energía- se acerco y la cargo para luego acercarse hacia la puerta de salida del auditorio que se abrió-

Felicidades Mayura…pasaste la prueba…ahora deberas de informarme todo lo que has usado en la batalla- Fran vio al Child que la pelirosa tenia en sus brazos- eres de las pocas que en la prueba volvió a despertar a su Child, tus lazos con ella deben de ser muy fuertes-

Parece que si…-dijo con una sonrisa-

Luego vio como Otoya y Suga corrian para acercarse a ella-

Chicos lo lo….gre…- sin dejar de sujetar a Flaffy se desplomo y cayo al suelo

Mayura!!!- dijieron los dos al mismo tiempo-

Parece que ha gastado todas sus energías, rápido ayúdenme a llevarla a la enfermería…-

Suga cogio al Child de Mayura, mientras que el pelirojo cogio a su novia y la llevo hacia la enfermería preocupado al ver como respiraba con dificultad y su rostro estaba sonrojado

Resiste por favor Mayura-chan resiste…-

-------------------------------------------------------------

Matta ne!!!

Mimi-chan


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #54: September 06, 2015, 11:45:57 PM »
Me quedó largo largo, pero ya me falta menos :c


—Chapter 07



Un punzante dolor atravesó su frente y se situó magistralmente en la nuca baja. Palpitaba, tortuosamente. Los nociceptores del dolor parecían estar completamente activados en ese momento pues podía sentir como su mente de desfragmentaba ante el dolor.

—Ya está volviendo… No es necesario que vengas—  Escuchó esa voz masculina que ya reconocía sin problemas. Aquel hombre acababa de colgar la llamada.
Con dificultad comenzó a abrir sus parpados reconociendo la habitación gris en donde estaba; su cuarto. Encontró la mirada inexpresiva de aquel que la custodiaba en ese momento. A través de los cristales de sus lentes la observaba seriamente tratando de encontrar alguna alteración en ella que viese necesario de registrar.
—Buenos días —
—Hm…— Apretó los ojos fuertemente ante una última punzada en su cráneo. Ladeó el rostro y cuando abrió los ojos notó una jeringa inyectada en la vena de su brazo. Ya no intentaría sacarla, sabía que el otro insistiría en que no lo hiciera.
El teléfono móvil del otro sujeto volvió a sonar, la habitación estaba tan en silencio que el ruido del aparato tecnológico parecía retumbar entre las cuatro paredes.
—No deja de llamar…— Musitó al momento que bloqueaba temporalmente el número de aquel chico. Y desde su diálogo, no se escuchó otro ruido en la habitación por largos minutos.
—…— La chica sabía que esa última llamada no era de la misma persona que había llamado cuando recién volvía en sí. —¿Qué pasó? — Habló rompiendo el silencio. La muchacha descansaba en la cama mirando hacia un costado fijamente a los números del reloj de la mesilla auxiliar como si de eso dependiera su vida. Su cabello le caía por un costado del rostro, estaba ya muy largo y podría ser un tanto molesto pero no tuvo interés en despejar su rostro.
—Volviste a experimentar una abstracción… Comenzaste a sangrar por la nariz. Estás aquí. Fin. — Le resumió como si fuera un maldito robot. Se acomodó las gafas antes de ponerse de pie. —Ya debo irme. Descansa y no salgas de esta habitación. Por tu bien. — Más que un consejo se oyó como advertencia.
—…— Entrecerró los ojos sintiendo los pasos del otro a su espalda y posteriormente el ruido de la puerta cerrarse. Así pasaron largos minutos en que se mantuvo inerte e inexpresiva como ya venía siendo su conducta desde hace… Ya no lo recordaba. Sólo se dedicó a escuchar las aves cantar afuera del edificio, aún era de día.

No recordaba muy bien los sucesos de la noche anterior. Sólo quedaban fragmentos en su mente y tratar de unirlos sólo le entregaba un puzzle a medias que de todos modos no la informaba al cien por ciento de la situación. De su propia situación.
Recordaba las cegadoras luces de las lámparas de araña que colgaban del blanco techo. Recordaba también los violines y el piano como música clásica de fondo mientras conversaciones de personas se entremezclaban con el ambiente. Recordaba una cena pero no recordaba bien los rostros de las personas presentes. Sólo eran monigotes sin rostros.
Un malestar. Eso es lo que era tener que estar en esa condición de dependiente, no sabiendo mucho de su pasado y estando ausente incluso en su propio presente. Dejo escapar entre sus labios un suspiro al darse vuelta en la cama hacia el otro costado. Cerró los ojos y se volvió a dormir.

. . .
 
Un rayo de luz se filtró entre las persianas de la ventana y le daba directo al rostro. Esa molesta luz natural la obligó a despertarse y tallarse los ojos para quitar la ceguera temporal. Se dio vuelta en la cama e intentó seguir durmiendo pero su mente no la dejo volver a contemplar esa alternativa.
Frunció el ceño y se sentó en la cama. Esperó un poco más para sentirse bien, sin nauseas ni mareos, cuando sintió estabilidad se quitó la jeringa y la lanzó al piso donde todo estaba en desorden.



Su habitación de tonalidades pasteles hacía excelente juego con los accesorios de Sanrio y Little Twin Star que la muchacha coleccionaba con tanto esmero. Era tanta su afición a ese tipo de cosas que incluso gastaba una importante suma de dinero en las gachas de las tiendas que tuvieran el motivo de su gusto.
Lilina hojeaba una revista de moda deteniéndose en uno que otro artículo pero prestando mayor atención a los accesorios de moda de esa temporada. El incidente de la cena de la noche anterior ya era cosa del pasado aunque su madre seguía juzgando a su padre por llevar a esa chica todo el tiempo consigo “No puede estar sola y no había nadie de turno en ese momento.” había dicho el peligris sin inmutar sus gestos faciales.

—¿Has visto mi balón Spalding? — Ryouta se asomó en su puerta. Estaba usando el uniforme del equipo de basketball de Hanasaki, a regañadientes había aceptado ser parte del equipo. Algo en él no quería dejar la fidelidad con el equipo de basketball de su antigua escuela.
—Está en cualquier lugar menos aquí. —
—Que mala eres. —
—Oh, espera… Creo que lo vi en el primer piso junto a…— La rubia miró hacia la puerta pero su hermano ya no estaba allí. Pensó dos y tres veces venciendo la pereza y dejando que la buena voluntad, por ese día, le invadiera. Se puso de pie para ir a buscar el sagrado balón pero antes dio un vistazo por la ventana de su cuarto. Abajo, en el jardín delantero, vio a Setsuna quien esperaba a su hermano quizá desde hace cuánto. A la esposa de su padre no le agradaba aquel chico por lo que Setsuna prefería esperar afuera para evitar conflictos.
Lilina notó que llevaba un bate de béisbol con el que daba pequeños golpecitos sobre su hombro. A Setsuna no le gustaba ningún deporte y decía que era malo en todo, pero no le quedó de otra opción que entrar a algún club  deportivo para salvar el semestre. Si bien su madre lo consideraba un delincuente, a Lilina le agradaba el mejor amigo de su hermano. Aunque no le hablara mucho, las pocas veces que lo hacía, le decía, entre groserías, un buen consejo. Como aquella vez que estaba dudosa de si aceptar la invitación de Hanasaki o no.
<Yo creo que deberías disfrutar tu etapa escolar como corresponde. Ascender de grado suena genial, pero es más genial divertirte con gente de tu edad y graduarte con tus amigos… Y todas esas cosas>

Se apresuró en bajar al primer piso y buscó velozmente el balón tomándolo con las dos manos. No se explicaba como su hermano podía tomar semejante balón con una sola mano ¡Cálculos imposibles! Corrió hasta la puerta en donde vio a su hermano.

—¡¡Toma!! — Le lanzó el balón con algo de agresividad que, por los buenos reflejos del otro, alcanzó a evitar que le diera en la nuca.
—Casi me das. — Articuló una media sonrisa socarrona.
—¿Van a Hanasaki? —
—Yep…— Soltó con pocos ánimos.
—¿Puedo ir? Quisiera preguntar algunas cosas por allá. —
—Como quieras. —
Los dos hermanos salieron de casa y se encontraron con el pelicastaño que estaba algo distraído con el paisaje que se entregaba en el horizonte. En el camino fueron comentando la última película que los chicos fueron a ver al cine, Lilina no había visto esa película pero el tema de conversación de todos modos se le hizo interesante. Subieron al metro y cruzaron distintos distritos de Tokyo.
—A todo esto, ¿Qué quieres preguntar en Hanasaki? — Ryouta tuvo reacción tardía al recordar la necesidad de su hermana de ir hasta allá.
—Quería preguntarle a la señorita Miranda si podía mantener su interés en mi ingreso a Hanasaki pero para el próximo año. Quisiera ver si entro en Hanasaki el año que viene. Me interesa Hanasaki.—
—¿Qué le encuentras de interesante? — Setsuna entrecerró los ojos, mirando hacia el frente donde estaban las ventanillas del vagón. 
—No sé. Muchas cosas, supongo. Además, he escuchado algo sobre HiMEs, ¿Ustedes saben algo al respecto? —
—Ni idea. ¿Himes? ¿Se creen princesas? Oh, bueno... No he visto a nadie vestida como princesa. — Ryouta giró el rostro para encontrar la mirada de su amigo. —¿Tú has visto alguna? —
—¿Quizá las plásticas? — Bromeó el otro secundándolo. Aunque sabía del tema a diferencia de su amigo.
—¡No! Yo escuché que son chicas que forman un grupo distinguido en Hanasaki y defienden la institución. Como que luchan contra sus rivales o algo así. —
—Ah, bueno… En ese caso. Creo que deberías volver a casa. — El rubio soltó una sonrisa. —Lilina eres tan débil y tienes tan poca concentración que seguro en un combate pierdes en el primer round. —
—¡No es cierto! — Frunció el ceño. —Yo puedo dar mucho de mí si me lo propongo. —
—Eres floja, eres irresponsable y siempre te rindes antes de comenzar por comodidad. No sobrevives en un medio hostil ni un solo segundo. — Aunque él estuviera molestando a su hermana en broma la menor se lo estaba tomando a personal. —Sólo debes recordar como sales corriendo y pidiendo auxilio cuando ves una cucaracha cerca. —
—Déjala…— Setsuna le dio un codazo al rubio al notar la furia de la chica.
—¡Maldito Ryouta! — Masculló iracunda. —Siempre crees que soy inútil e imbécil. ¡Siempre te crees mejor que el resto! Por eso tus antiguos amigos te odian y no quieren verte, porque te creías siempre mejor que ellos siendo que ellos también eran muy buenos. ¡Yo puedo tener valor y agallas donde sea y te lo demostraré! — En ese instante, el tren del metro se detuvo y las puertas se abrieron para el cambio de cruces. Un montón de gente comenzó a entrar al vagón mientras otros salían mecánicamente. Lilina aprovechó un espacio y salió del vagón dejando a un sorprendido Ryouta sin palabras. —¡Y la cucaracha eres tú! — Le gritó antes de perderse de vista entre las personas.
—¿Pero qué…? ¿C-cucaracha? ¡Lilina, vuelve aquí!— Alzó una mochila color rosa con un muñequito de gato blanco colgante. —No pienso cargar esta porquería. — Y sabía que todas las cosas importantes de Lilina estaban adentro por lo que no sobreviviría sin ellas y menos sin dinero para retornar a casa.
—Creo que se enojó en serio. —
—¡No vayas por allí! — Ryouta se abrió paso entre la gente con empujones que muchos recibieron de malos modos dedicándole más de un improperio al chico. Justo antes de que la puerta se cerrara, él alcanzó a salir de un salto pero no fue lo suficientemente rápido para alcanzar a su hermana antes de que ésta se subiera en el otro tren que iba en dirección a la zona marginal de Tokyo.


   
No era que nunca hubiera caminado en esas calles pero las pocas veces que lo hizo fue para acompañar a una compañera de clases a su casa cuando tenían que hacer trabajos grupales. Recordaba muy pocos de esos alrededores porque ella y la otra chica que era parte del grupo caminaban muy juntas y deprisa detrás de la muchacha que vivía por esas calles.
Ahora sentía mucha vergüenza de mostrarse en tiempos pasados tan temerosa caminado por estar en ese barrio marginal y sin disfrutar de las áreas bonitas que podía entregarles solamente ese sitio.
Llevaba casi una hora en ese lugar y pese a que se dio cuenta de lo tonta que fue al olvidar su bolso en el metro con su hermano, de todos modos podía disfrutar de los parques y tiendas sin necesidad de comprar algo. Lo único que lamentaba era que su estómago rugía con ferocidad pues el hambre le estaba atacando sin piedad. Su estómago comenzó a hacer más ruidos al olfatear el olor de ramen recién preparado venir desde un puesto ambulante en uno de los callejones. Inconscientemente se dirigió a ese lugar.
—Vaya, ¿Acaso no eres Ayumi? —
—¿Eh? — Al darse vuelta, vio a un trio de chicos que le venían siguiendo. Luego se les sumó un par de personas más. —Eh, no, no. Me están confundiendo. — Sonrió meneando las manos, dejándolos atrás.
—¿Pero por qué te vas? — El grupo la siguió insistentemente. —¿Por qué no vienes con nosotros? Con los chicos iremos a un lugar que es entretenido. Si vienes, se pondrá más interesante. —
—Ya lárguense. — Meneó otra vez la mano, caminando sin detenerse. Tuvo que doblar en una esquina y para su mala suerte entró en un largo callejón.
—Hey, no deberías despreciarnos. Si no quieres venir por las buenas te llevaremos a la fuerza. — Chasqueó los dedos y el grupo aumentó la velocidad.
Lilina comenzó a correr hacia la salida del callejón mientras atrás de ella el grupo se aproximaba cada vez más. Luego escuchó el sonido de una motocicleta detenerse al extremo de la salida del callejón y la rubia pensó que sólo eran las siguientes posibilidades: O el motociclista era un aliado de ellos, o era un sujeto sin relación al que podía pedirle ayuda. Prefirió pensar que los ángeles estaban de su lado y apresuró el paso. Salió del callejón y corrió detrás de ése motociclista antes de que echara a correr nuevamente su motocicleta.
—¡Espera! — Se lanzó hacia él con todas sus fuerzas.



—¿Ha visto a una muchacha como de este porte, cabello claro y ojos castaños? — Ryouta le preguntó a una pareja que caminaba cerca.
—Sí. Creo que se fue por la derecha. —
—No. Yo la vi irse por la izquierda. —
—Ok, gracias. — Soltó un suspiro. —Voy por la derecha, ve por la izquierda. — Le indicó a Setsuna.
—Vale. Te llamo si es que la encuentro. —
Cada uno corrió por distinta dirección buscando a la muchacha. En cierto punto Setsuna consideraba que Ryouta exageraba con insistir que su hermana sólo encontraría problemas en ese lugar sabiendo que era Ryouta el que gustaba ir a la sola marginal a buscar problemas. Setsuna pensó que Lilina era más sensata y no se enfrascaría en peleas innecesarias ni delitos que la perjudicaran pero luego recordó que la joven era una Idol y quizá la palabra secuestro atravesaría la mente de los maleantes que la reconocieran.
Justamente cuando analizaba esa posibilidad, Setsuna divisó a la hermana de su amigo siendo perseguida por el grupo de un delincuente que bien conocía el castaño.
—Shiroi…— Masculló entre dientes.
Sabía que Ryouta tenía peleas con él y posiblemente encontrar a la hermana de éste era la idea perfecta para hacerle daño realmente. Pero, ¿Acaso sabía esa información? Lo más lógico era que ese idiota de Shiroi la reconociera como la Idol y no como la hermana del rubio por lo que debía acobijarse a esa posibilidad. El chico corrió a toda velocidad detrás del grupo pero al doblar en una esquina tropezó con las piernas de un vago y cayó al suelo. Al momento de encararlo, se encontró con una muchacha abrazada a sus piernas y con la mirada fija en el suelo.
—Lo siento. — Alcanzó a decir antes de ponerse de pie y volver a correr. En eso, dejo su bate de béisbol en el suelo en completo olvido.
—…— La chica observó el suelo sin inmutarse, luego llevó la mirada hacia el grupo que corría y reconoció a una persona entre todos. —Lilina…—



?

—Sólo queremos a la chica. Puedes largarte. —
—Ya les dije. Es mi novio y quedamos en juntarnos aquí. Tiene mal caracter, así que mejor no lo molesten. Váyanse. — Lilina se aferró al brazo del motociclista. Éste de un manotazo la apartó.
—Es nuestro territorio y todo lo que está aquí nos pertenece. — Señaló a la chica. —Además, apuesto que ni conoces a ese tipo… Puede ser un viejo escondido en ese casco. —
—¿Q-Q-q-ué importa si está viejo? Para el amor no hay edad. — … (!)
—Entréganos a la chica y no habrá problemas. — Uno de los delincuentes dio un paso al frente y agarró del brazo a Lilina pero antes de que pudiera llevársela con él, el motociclista, que hasta el momento había permanecido más estoico que estatua, le dio un feroz puñetazo en la mejilla. Tan violento que le dobló el rostro, lo tumbó al piso y perdió el conocimiento.
—¡A ellos! — Ordenó Shiroi, el líder del grupo.
El tipo de la motocicleta fue rápido en colocarse delante de la chica para que esta no recibiera un golpe con un palo. En contraparte, sujetó el palo con sus manos enguantadas para arrebatárselo al delincuente y darle un golpe con este mismo quebrando la madera en el cuerpo del rival. Dos de cinco e iba por el tercero.
—¡Cuidado! — Chilló Lilina al ver que uno de los delincuentes sacaba una navaja para atacar al motociclista. El chico, o viejo, de la motocicleta esquivó las estocadas pero otro tipo salió detrás de él para inmovilizarlo.
—Ahora. — Gritó el que intentaba inmovilizarlo dándole la orden a su compañero para que le diera una puñalada. Justo cuando el otro iba a clavar el navaja recibió un golpe en la cabeza. Lilina le había lanzado uno de sus zapatos de princess lolita en la cabeza dejándolo medio mareado.
—Ya veras, mocosa. — Gritó el que recibió el zapatazo.
—¡Yaaa! — Gritó Lilina cuando vio que el tipo del navaja ahora corría a por ella. En tanto, el motociclista con otro delincuente luchaban a golpes y no podría ir a ayudarla inmediatamente.
—Hm. — Shiroi notó que el tipo de la motocicleta tenía sangre de luchador callejero y que pronto eliminaría al miembro de su grupo por lo que, como todo cobarde que ve que las cosas se escapan de control, sacó un arma de fuego para darle un disparo al intruso que les arruinó la diversión.
—Mierda. — Setsuna llegó a la escena cuando notó que Shiroi estaba a punto de abrir fuego. Cuando el pelicastaño estaba a punto de impulsarse contra el líder del grupo de vándalos una figura humana pasó velozmente por un costado de él. —¿P-pero qué diablos? — Apenas había sentido una ráfaga de viento a su lado y ni siquiera alcanzó a ver de quien se trataba.
—¡Ahhhh! — Gritó Shiroi antes de caer desplomado al piso cuando recibió un golpe en la cabeza con un bate de béisbol. Sólo cuando Shiroi yacía inconsciente en el suelo, Setsuna pudo notar que la persona autora de su derrumbe era la chica con la que hace unos momentos atrás había tropezado.
—¡Maldición! — Gruñó el que peleaba con el motociclista. En poco tiempo recibió dos golpes velozmente y se unió al club de los aturdidos con sus compañeros. Sólo quedaba el del navaja.
—¡Lilina, abajo! —

La rubia obedeció a la voz de su hermano Ryouta que apareció por el otro callejón. Lilina  se agachó cubriendo su cabeza cuando por sobre de ella pasaba volando a toda velocidad un balón de basquetball que fue a dar directo al rostro del tipo que tenía una navaja.

K.O! todos los vándalos estaban inconscientes en el suelo.

—Cabeza hueca…— El rubio se acercó a su hermana. —No vuelvas a hacer idioteces como las de hoy. —
—¡Cucaracha! — Nunca estuvo más emocionada de ver a una cucaracha. Corrió hasta su hermano y se plantó frente a él con el pecho inflado de orgullo. —¡De todos modos tenía la situación bajo control! Y bueno, él también me ayudó. — Apuntó al tipo de la motocicleta.
—…— Ryouta ignoró lo de cucaracha, sólo siguió el rastro de individuos desplomados en el lugar como si de la película Pelotón se tratase. Luego vio al sujeto de la motocicleta quien observaba fijamente a la chica del bate de béisbol. Reconoció al tipo como aquel que casi lo arroyó aquella vez de la pelea con ese mismo grupo en la cancha de basquetball, lo reconoció por el modelo de la motocicleta y por el estilo del tipo, ¿Coincidencia? Y al ver más allá reconoció a la chica del bate. —¿Tú? — El rubio caminó hacia ella. —¿Qué haces aquí? ¿Te encuentras bien? — Preguntó mirándola con preocupación.
—¡Hiyori! — Lilina corrió hasta la chica y se aferró a su brazo.
¿Hiyori? — Murmuró el de la motocicleta cuando ladeó el rostro. —¿Es un chiste? —
—¿Eh? — Los dos hermanos Arima miraron al tipo, a Hiyori, y luego entre ellos,  confundidos.
—¿Quién demonios eres? — Le preguntó Setsuna al sujeto de casco. —¿Eres un stalker o algo por el estilo? —
—Es el novio anciano de esta chica…— Masculló con dificultad uno de los tipos que estaba en el suelo. El motociclista le dio una patada y lo volvió a noquear.
—¿Por qué tienes ese nombre y que mierda haces aquí con estos idiotas? — Dijo el motociclista mientras avanzaba hacia la chica del bate.
—¿Idiotas? — Repitieron los restantes, con un tic en la ceja.
—¿Ah? — La chica del bate le miró seriamente.
—¿Te volviste tonta? — El sujeto soltó un suspiro, ya no tenía paciencia –no es que alguna vez la tuviera- para perder tiempo. Se quitó el casco. —Te he estado buscando, ¿sabes? — La señaló, ladeando el rostro y sonriendo prepotentemente. —Y te has escondido como una comadreja quien sabe dónde. —
—Oh…— Lilina quedó perpleja al ver por primera vez a su “novio viejo”. Era un chico de cabellera rubia muy bien cuidada y ojos atrayentemente azules. Evidentemente no era asiático por sus rasgos faciales y por su acento. Era, quizás, alemán o inglés. Lilina se aferró más al brazo de la otra chica. —¿Quién es él, Hiyori? —
—¿Te conozco? — Dijo la otra chica, mirando con los ojos entrecerrados y suspicaces al rubio.
—Vaya… Parece que lo que dicen de ti es cierto. — Negó con la cabeza.
—¿Alguien me puede explicar qué demonios está pasando? — Ryouta se puso entre medio del grupo, apartando a las chicas del sujeto aberrante ése. —Toma distancia. — Amenazó al stalker.
—Tranquilo, héroe. — El otro le observó fanfarronamente.
Ryouta podría enfrascarse en ese momento en una pelea con ése tipo que notoriamente le incitaba a pelear con la mirada pero había un asunto más importante. Se giró para ver a una de las chicas.
—¿Te encuentras bien? Anoche… Lo que pasó. He estado preocupado sin saber nada de ti. He estado llamando pero ése sujeto se percató que era yo y desvía mis llamadas... —
—Estoy bien, Kise. —
—... — Lilina siempre se preguntaba el por qué su hermano prefería su apellido materno que su apellido paterno. No sólo Setsuna e Hiyori lo llamaban así, muchas otras personas también lo hacían.
—Perdió la memoria. — El extranjero negó con la cabeza una vez más al concluir que lo que sospechaba era cierto. —Supongo que no sirve de nada así y no quiero perder el tiempo haciendo de terapeuta. En fin…— Volvió en sus pasos. —Sólo diré que no existes más, que te olviden. —
—Espera. — Hiyori le retuvo antes de irse. —¿Por qué me buscas y que sabes de mí? —
—Parece que todos saben más de ti que tú misma…—




?

—¡Que lo disfruten! — El camarero terminó de dejar cada uno de los pedidos en la mesa, dio una reverencia y se retiró para atender a otros clientes. Starbuck era un buen sitio donde conversar todo el asunto que los chicos no acaban de digerir por completo.
El grupo de jóvenes tomó unos segundos antes de dejar de mirarse entre ellos con desconfianza como si uno tramara algo sobre otro y así sucesivamente, luego cada uno atrajo hacia si su café cargado, helado, frappuccino, agua mineral, y gaseosa.
—Entonces estos son tu familia… Hm— El de melena rubia torció el labio cuando lanzaba un puñado de cubos de azucar que peligrosamente atentarían a su salud si en un futuro fuese diabético. —Siempre pensé que eras huérfana. Bah. — Algo decepcionado por quedar solo en el club de los huérfanos. —Y sufriste un accidente que te hizo estar en coma y perder la memoria sucesivamente. ¿Dónde están los de las novelas venezolanas? — Bromeó con lo último, y es que todo se le hacía de teleserie. —¿Eso es todo? —
—No lo sé. — Hiyori observaba su frappuccino con atención. No había hablado casi, Ryouta se había encargado de advertir a ése tipo y presentarse como su familiar.
—Escucha, más te vale no venir con problemas del pasado. Hiyori ha estado complicada este tiempo y no necesitamos que sujetos que vienen de la nada le pongan mal. — Le amenazó Ryouta.
—Señor Mihael, ¿Es usted alemán o inglés? —
—¡Lilina! — Ryouta le dio un golpe en la cabeza. —Eso es lo de menos…— Se detuvo unos segundos antes de continuar. —Lo importante aquí es… Que éste tipo nos ha dicho cosas que desconocíamos. Hanasaki, Rizembool y toda esa mierda… Jamás imaginé que una institución tuviera una guerra en serio con otra institución. Rizembool... Tenía amigos en esa escuela y jamás pensé que existían esas cosas. —
—Es que antes jamás fuimos a Hanasaki o a Rizembool ninguno de los dos. — Lilina comentó aquello al momento que jugaba con una cuchara en su helado con coloridos caramelos.
—Lo importante aquí es que Hanasaki y Rizembool engañan a muchas personas para que luchen una batalla sin asunto y seres pierdan sus vidas a cambio de nada. — Setsuna se echó hacia atrás en su asiento. —Esa basura sin sentido siempre ha existido y, por lo visto, siempre existirá. —
—Y tú lo sabías. — Ryouta miró severamente a su amigo. —Y jamás me contaste nada. —
—¿Para qué? Ustedes eran de otras escuelas. Ni yo sabía tanto antes de ser expulsado de Hanasaki… Sólo sabía por rumores. — Miró hacia el cielo. Por supuesto que, al no ser nada importante de Hanasaki, poco sabía del tema HiME-Rebel. Ni siquiera Kira, quien ese entonces era su mejor amigo, le había contado algo al respecto siendo que él era el key de una HiME. Sólo cuando Kira murió, él se fue informando de cosas por medio de indagaciones.
—Eso es una deslealtad de tu parte. — El rubio parecía molesto en serio. Después discutiría con Setsuna si es que quería hablarle de ahora en adelante, pero ahora lo importante era ése tipo llamado Mihael Keehl y toda la historia que les restregaba en la cara. —Y dime, ¿Por qué te han mandado a ti a buscar a Hiyori? —
—La pregunta es evidente. La quieren de vuelta, quieren que luche por Hanasaki. Por eso buscaron primero a ésta chica. — Apuntando a Lilina con la mirada. —Porque sabían que llegando a ella darían con esta otra que estaba desaparecida. ¿Por qué le costó tanto a Hanasaki encontrarla y recurrieron a este modo? Porque alguien borró toda la existencia de ella y hay mano negra metida de por medio.— Hizo el mismo gesto de apuntar con la mirada pero esta vez a la otra chica. —¿Cómo saben de sus vínculos? Hanasaki y esas mujeres lo saben todo. Y pues, yo estoy aquí por dinero. Me pagarán bien por hacer una de las cosas que más sé hacer: Investigar, buscar individuos de los que se desconoce su paradero y llevarlos a quien paga por ellos.— No minimizaba el tono fanfarrón. —Ya investigué, ya busqué y ahora sólo falta el tercer paso.—
—No irá. —
—¿Y tú que opinas? Ni siquiera sabías algo al respecto de lo que fue su vida. Si no quiere, a mi me da igual pero que lo diga ella y ya. —
—Yo no perdí la memoria. Tengo recuerdos, fragmentos que vuelven como dagas a mi mente, pero tengo recuerdos. —
—Y vaya que efecto tardío tienes… ¿Estás segura que no estuviste involucrada con las drogas? Entiendo lo que sucede letargos cuando pasa…—
—Tal vez tú tuviste esos problemas…— Lo dijo sin afán de peleas, estaba un poco ida aún… Quizá porque le gustaba ese estado “comfortably numb”  —Pero tuve un accidente o algo por el estilo. Al menos, eso me ha dicho el señor Arima… y no recuerdo bien mi pasado. ¿Si eres tan amable? —
—Hm…— Mihael gruñó. Paciencia jamás estuvo en su diccionario idiosincrático y más se anulaba el significado de esa palabra si estaba seres tan dispersos. —Kana Nightroad, nombre y apellido falsos, identidad falsa. HiME de Hanasaki con una historia de vida falsa, inventada por ti, por supuesto, para escapar de tu anterior vida que quien sabe que clase de vida era. Chica sin padres ni hermanos, falso. Verdadero: Tenía familia pero prefirió borrarse y reiniciar como otra persona. Hm… ¿Qué más? Ah, sí… Mataste a tu Rebel. —
—¿¿¡Qué!?? — Tanto Lilina como Ryouta y hasta la mismísima Hiyori parecieron sorprenderse ante eso último. Setsuna prefirió seguir mirando el cielo para que los Arima no se incomodaran.
—¿Lo… maté? — Hiyori parpadeó un par de veces y luego pareció sumergirse en su propio mundo.
—Eso es imposible. Hiyori no es una asesina. — El basquetbolista encaró al otro rubio. —No eres más que un mentiroso. —
—Yo era Knight de ésta. Estuve en ese momento.  A decir verdad, el tipo se lo merecía. —
—Mi Knight… Espera… Creo que recuerdo. —
—¡No! Este tipo está colocando recuerdos falsos en tu memoria y tú lo estas asimilando como verdaderos. —
—¿Pero cómo se llamaba? — Hiyori insistió
—Qué sé yo… Tenía un estúpido nombre japonés. —
—…— A Lilina se le partió tres veces el corazón en ese momento; primero al saber que originalmente Hanasaki no la buscó a ella por sus talentos sino como un anexo, segundo que su familiar era una asesina y tercero al saber que su amor a primera vista eminentemente odiaba a los asiáticos.
—Hm…Era algo como Senri, Senki, Kiki… Shinri… Shiki…— El ex Knight comenzó a dar nombres que se asemejaban al del tipo aquel.
—¿Shiki? — Setsuna llevó la mirada al rubio por primera vez desde que llegaron a Starbuck. —¿El tipo de cabello oscuro que usaba una larga katana? Ese hijo de perra mató a Kira. —
—Todo es una maldita cadena karmática. Se lo merecía, ¿Ya ven? — Concluyó Mihael.
—Ah...— Hiyori apoyó ambas manos sobre la mesa. —Puedo recordar cosas. Sí, sí… Hm… Esperen… Todavía es como un mar de confusión… Pero si recuerdo a ése tipo, Shiki, ¡Leónidas!— ¿Por qué recordaba tan claramente a ése gran hombre de pronto? —Recuerdo también a aquel hombre y y a Miranda Lot. — Parpadeó un par de veces, con un halo de interés en el tema, por fin, al recordar sucesos de su vida. —Aunque… No te recuerdo bien a ti. —
—A veces la mente humana borra los recuerdos desagradables como mecanismo de defensa. Debí ser un estímulo desagradable para tu memoria. — Mihael la miró fijamente a los ojos con aquellos ojos tan azules, prestó atención a las reacciones de la chica. —Seguramente tampoco recordarás que por esos tiempos eras una araña de rincón amante del color negro, gothikitaalgoporelestilobiendarkemo que vagaba como espectro por Hanasaki.—
« Last Edit: May 03, 2016, 06:43:20 PM by Kana »


Haruhin

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #55: September 07, 2015, 11:54:01 PM »
Me quedó algo largo y no era la idea aksdh. Pero falta menos t_t

#3





 
Si tenía que definir con exactitud cómo era que se le hacía tan fácil leer a las personas, probablemente el estudiante de informática nunca podría describirlo. Mirar a los ojos de los demás o tomar atención en sus tiempos de respiración y las expresiones faciales era expresable de la misma manera en la que podía desfragmentar un código de programación para leer el contenido del juego que debía programar en una de sus clases. Así de analítico y práctico.

Fue producto de su misma cualidad que no tardó en leer por medio de la expresión de su compañero de grupo, Noiz; que su mueca de desagrado y su ceño fruncido aumentaban por cada segundo que su propio celular hacia ruido dentro de su mochila en plena biblioteca. Haise sin poder buscarlo con mayor rapidez le hizo una seña con la mano a su amigo a modo de disculpas antes de alcanzar a coger el celular.

“¿Estás ocupado ahora?”

Ni siquiera tardó en notar que por el tono de voz de su amiga, esta seguramente le estaba dando más de una vuelta en su cabeza a algún tipo de problema. Conocía su actuar, siempre lo leía a través de su kinésica y su manera de expresarse… a pesar de que las veces en las que se veían no eran tan frecuentes.

“Justo me pillaste peleando con un trabajo ¿Pasó algo malo?”
“Perdón, no quería interrumpirte pero uh… ¿algo así?” La HiME rió algo patéticamente nerviosa. “No, creo que estoy exagerando un poco. Nada más quería charlar contigo, con tus horarios tan cambiados en éste semestre con los demás ya casi no te vemos.”
“Sabes que lo espontáneo no te sale muy convincente, ¿verdad?” Haise rió del otro lado del teléfono.
“Ahh, pero al menos lo intenté.”
“No te preocupes, no me tienes que dar tantas explicaciones, al menos no por el teléfono. Dime en dónde te encuentras ahora y yo voy.”
“¿Pero no estabas trabajando?”
“Sí pero, ya casi acabamos. Además, Noiz y yo ya estamos lo suficientemente cabreados con la programación por hoy.” Explicó tranquilamente.  “Así que dime en dónde andas y nos juntamos.”

Haruhi balbuceó un poco tras el auricular, probablemente no estaba muy convencida de la respuesta desde el otro lado.
“Salí hace un rato de la oficina de Miranda y voy camino al centro comercial para beber algo.”
“Oh, te alcanzo allá entonces. Todavía estoy en el campus pero no me tardo.”
“Si quieres te espero, todavía no tomo un bus.”
“No te preocupes, adelántate.”
“…Está bien, gracias Haise. Nos vemos.”
“Um, ¡nos vemos!”

Haise guardó sus pertenencias y le dedicó una última mirada a Noiz, su compañero ya se había resignado a bajar la cubierta de su laptop para guardarla también.

“Perdona, cosas que pasan. Mañana sin falta vemos los otros detalles, ¿de acuerdo?” Se disculpó con un gesto de cabeza y rápidamente comenzó a retirarse de la biblioteca.

Sin dejar pasar mucho rato, Haise se asomó hasta el Starbucks del cuarto piso del centro y se acercó hasta la familiar silueta de su amiga que se encontraba en una mesa tomándose un frappuccino. 

“¿Me demoré mucho?”
“Para nada. Siento haber hecho una llamada tan repentina.” Al lado de su vaso, había otro igual que no tardó en extender a su amigo. “Te compré un frappuccino en compensación.”
“Oh, no tenías por qué hacerlo.” Haise rió por lo bajo pero lo aceptó sin chistar. “Te escucho. Dijiste que venías de la oficina de la directora. ¿Ocurrió algo malo?”
“No, no fue tan así. Es algo más como un asunto delicado.”

Haruhi llevaba conociendo casi del mismo tiempo que sus compañeros de facultad a Haise. Era un buen amigo de Kashima cuando ambos estudiaron en la misma secundaria y la peliazul no encontró nada mejor que presentarlo en comunidad con sus nuevos compañeros universitarios, lo único malo es que a diferencia de las conversaciones más francas que podía tener con su hermana Illya o con el propio Simon, ninguno de ellos sabía de su pasado como HiME. Nunca sabía cómo mencionarlo sin ser víctima de sus inquietudes. Sin embargo, a pesar de que no estuviesen enterados sintió la necesidad de oír un consejo de los que sólo Haise sabía darle.

“Conoces esa frase que dice que todo pasado fue mejor, ¿no?”
“Claro, a veces se escucha a menudo.”
“Me gustaría saber tu opinión.”
“¿Mm?” Haise le miró con algo de sorpresa.
“Lo que opinas de esa frase.”
“Pues… es difícil precisarlo porque es algo relativo.  Lo que es “mejor” para algunas personas siempre va a variar con otras y además, estar atado al pasado no es precisamente la forma más sana para seguir con tu vida.”
“Típica respuesta tuya.” Se sonrió.
“Fue una consulta algo profunda así que no me puedes negar que lo que te preocupa es algo importante.“
“Tampoco pretendo negar lo que he sido.”
“¿Ah?”
“…! Nada, nada.”
 “Voy a empezar a regañarte a como sigas con tanto misticismo por encima.” Haise cogió la bombilla de su frappuccino con los labios y le dio un pequeño sorbo.
“De verdad que planeo contarte el asunto con mayor detalle después.” O en su idioma, en el momento indicado en el que no se sienta tan gallina para ello. “Pero necesito despejar mis ideas primero.”
“No te fuerces a hacerlo si en realidad no quieres.”
“Um…”
“Haise, si producto de una apresurada decisión pusiste en riesgo inconscientemente a gente que querías para pelear por una causa mayor, ¿volverías a caerte con la misma piedra?”
“¿Qué otras opciones existen?”
“Aparentemente sólo dos: lo tomas o lo dejas.
“¿Y cuál es el beneficio que obtengo si acepto el riesgo?” La expresión del albino cada vez se hizo más dura a medida que estudiaba el caso.”
“Poder y una incontable sensación de adrenalina creciendo de manera simultánea al temor.”
“Lo aceptaría.”
“¿Eh?”
“Que volvería a tropezarme con esa misma piedra de la que hablas sin pensarlo demasiado.”
“¿A pesar de sus contras?”
“A pesar de ellos, así es.”
“Vaya…”
“Lo sé, suena algo imprudente.”
“Me quitaste las palabras de la boca, pero sí. Tenía de ti una imagen mucho más precavida.”
“Hay un límite bastante sutil entre ser precavido y convertirse en un cobarde. Si quiero cuidar a las personas que me importan y tengo la oportunidad de hacerlo, no dudaría en tomar las herramientas que tengo al alcance de mi mano. Tal vez no vaya a ser una tarea sencilla si voy a experimentar también el miedo de fallar en el proceso, pero no es como si en otras circunstancias de la vida no estuviésemos expuestos a convivir con el miedo al fracaso. Es lo que yo creo.”

Haruhi permaneció en silencio, sorprendida en parte de la reflexión de su amigo. Mucho de lo que Haise le comentaba tenía su razón. Al igual que él, estaría dispuesta de proteger a los que quiere de cualquier peligro que pueda provenir desde Rizembool, aunque tomado en cuenta sus experiencias de hace tres años atrás… habría esperado hacerlo desde un lado diferente.

Las cosas ahora estaban más que claras: Miranda ya le había contactado y expresado las opciones que podía ofrecerle. Beneficios existían a costa de retomar una tarea que había dejado anteriormente y era cosa suya si tomaba lo que se le estaba dejando o no.

“…Ah” Suspiró la ex HiME al desparramarse levemente sobre la mesa.
“¿Qué? ¿Te sobrecalenté el cerebro?” Rió.
“No, no es eso. Fue bastante útil lo que me dijiste.”
“Es bueno saber eso.”

Justo en ése momento, el teléfono de la rubia comenzó a sonar, una notificación del whatsapp la hizo meterse una mano en el bolsillo del abrigo hasta encontrar el dichoso aparato para darle un vistazo.  Haise arqueó las cejas levemente al notar cómo la expresión de su amiga, anteriormente incómoda, empezaba a ablandarse para recuperar su pasividad habitual al comenzar a escribir con el teléfono.

“¿Haru?”
“O-Oh perdón.” Se guardó el celular nuevamente al bolsillo. Tras haberle respondido a su hermana, había aprovechado también de mirar la hora. “Mi hermana me estaba comentando que llegó el parte de bodas a la casa esta tarde.”
“¿Parte… de bodas? Wow, espera... sé que no nos vemos muy seguido pero… ¿de qué me perdí ahora?“
“Se trata de mi tío, el que es policía. Tiene una novia de hace años y finalmente se van a casar en las próximas semanas. Eso y que bueno, Illya me estaba avisando que hoy se iría a dormir a casa de su amiga Fuuka… la que curiosamente es la hermana menor de la novia de mi tío.”
“El mundo es un pañuelo.”
“Pensé exactamente lo mismo.”

“Y entonces…” La frase de Haise permaneció suspendida en el aire.
“¿Entonces qué?”
“¿Ya organizaste algo mejor tus ideas?”
“Sí, creo que así fue.”

Tras terminarse su frappuccino, ambos se levantaron de sus asientos para salir del local. Una vez estando afuera del centro comercial por lo oscuro de las calles pudieron comprar que la hora se ls había pasado volando al interior del Starbucks.

“Gracias por acompañarme hoy, me sirvió de mucho.”
“No agradezcas, no fue nada. ¿Vas a casa ahora?” 
“No-uh, tengo cosas pendientes antes de regresar.” Inspiró con fuerzas a medida que comenzaba a caminar en sentido contrario al de Haise. “Espero no tardar mucho con eso. ¡Nos vemos!”
“¡Haru!” Gritó el otro para hacer que la chica volteara a mirarle por unos instantes.
“…?”
“Está bien tener miedo, no te preocupes por ello. ¿Sabes? La persona que es valiente no es precisamente la que no tiene miedo, sino que es aquella que puede convivir con él y seguir adelante.” Sonrió.
Los ojos carmín de la ex HiME brillaron durante unos instantes, conmovida.
“Eres como una galleta de la fortuna parlante.”
“Hey—“
“Gracias Haise, en serio. Luego nos vemos.”




Por un momento, entre su decisión por ordenar sus prioridades olvidó la necesidad de coger un bus y optó por correr por el par de cuadras que la alejaban del campus de Hanasaki. Probablemente terminaría con el corazón por la boca después de agitarse tanto pero encontró que era necesario…

Tal vez no había sido de las HiMES más destacables, siempre había tenido problemas para controlar sus poderes, los cambios de rebels le habían traído más de un problema, había tenido que mantener distancia con su familia para mantenerla a salvo pero… ¿y qué?

Peleando al lado de Hanasaki había tenido la oportunidad de regresar a Japón, se había reencontrado con su mejor amiga Eureka, había hecho amigos independiente de que la mayoría de los lazos se los hubiese llevado el viento luego de la graduación. Su timidez y escasa capacidad para socializar cambió bastante gracias a los episodios que fue viviendo anecdóticamente al conocer a los Vi Britannia y a Kamina… el chico que fue su key y novio durante los tiempos más difíciles.

Si tenía que poner en una balanza todo lo que había ganado y perdido al convertirse en una HiME, lo que obtuvo más allá de unos poderes era mucho más valioso que hacer oídos sordos a la posibilidad de superarse como persona. Habían leves traumas y heridas a medio cerrar dejadas por los años pero podría con ellas tal como lo había estado haciendo hasta ahora.

“¡Miranda!” Gritó en un comienzo, para luego corregirse por su falta de respeto. “D-Digo, ¡Directora!” Su voz resonó por el poco transitado pasillo a esa hora donde la mayoría del alumnado y funcionarios ya se habían retirado por el término de la jornada.  La misma Miranda acompañada de Fran estaban retirándose del despacho de la primera.

“¿Señorita Lee?” Miranda pestañeó con algo de perplejidad al ver a la jadeante ex HiME detenerse al frente suyo, jadeante y con el cabello algo alborotado. “¿Tiene… idea de la hora que es?”
“Lo sé, pero también estoy segura que va a escuchar lo que tengo que decir para usted.” Alzó la vista hacia la mujer con las orbes carmín inundadas en determinación.
“Yo… Yo realmente quiero volver a ser una HiME. Por favor, deme la oportunidad de intentarlo nuevamente.”

Miranda le dirigió una silenciosa mirada a Fran.  La morena entrecerró los ojos sin decir mayor palabra y la directora sonrió levemente.

“¿Qué le hizo cambiar de opinión tan drásticamente?”
“Organicé mis ideas y pensé con la cabeza fría.”
“Comprendo.” La mujer hizo una pausa.
“¿Directora—“
“Entonces todo está dicho.” Asintió Miranda.
“Vayamos al gimnasio.” Fue la primera vez que en todo momento Fran rompió el silencio. “Es hora de que hagas tu prueba HiME otra vez.”

“Sí.”



 
“Oh vaya. ¿Qué hay con esa expresión?” Ryougi arqueó una ceja. “Tienes un horrendo aspecto, ¿no has estado durmiendo bien?”
“Lo siento… ocupo descansar mejor durante estos días pero se han complicado las cosas en el departamento de seguridad pública.” Katsuya se masajeó las sienes con cansancio luego de que su amiga dejara en frente una taza de té para él. “¿Kiyotaka y tú ya se acostumbraron nuevamente al horario de Japón?”
“Sí, por suerte no ha sido tan terrible como pensé. No veníamos hace mucho tiempo pero no se le podía hacer nada con esa sorpresa con la que nos salieron.” La ex HiME tomó asiento en el sofá contrario del apartamento. De vez en cuando su vista se distraía con la silueta de su hija pequeña jugando con un par de bloques de colores en el suelo. “Hasta que al fin Eureka y tú decidieron casarse, sheesh.”

Katsuya casi escupió el té al que le había dado un sorbo de la pura vergüenza. El tiempo previo a la ceremonia se reducía cada vez más y las inquietudes le asaltaban con mayor fuerza. Habían cientos de responsabilidades con las que debía cumplir: entre ser detective, ser hermano mayor y ser también “tutor” para las dos nenas de su fallecida hermana a las que debía ponerles un ojo encima en la ciudad producto de la ausencia de su padre por asuntos de trabajo. Sumado a ello estaba su interrumpida vida en pareja con su prometida y… la pésima relación que llevaba con el hijo de esta.

“Oi, Katsuya.”
“¿Ah?”
“Ahí estás, pensé que ya te habías perdido en tus trances.”
“Disculpa, me quedé divagando.” Katsuya dejó la taza en paz sobre la mesa y volvió a centrar su atención en la pelinegra. “¿Qué era lo que me decías?”
“Que si Eureka y tú necesitan algún otro tipo de ayuda con todo el asunto de la boda ya saben que estando aquí pueden contar con nosotros.”
“Ni te imaginas lo mucho que agradezco eso. Ya te debo una por el asunto de la impresión de las invitaciones.”
“No fue gran cosa, pero ya te lo cobra--”

Un pequeño ruido desde el piso distrajo nuevamente a la mujer. Su hija estaba soltando un sollozo luego de que su pequeña construcción de bloques se hubiese venido abajo. Casi en piloto automático, Ryougi se levantó del sillón para tomar en brazos a Mana con tal de calmarla.

“Quién iba a decir que te iba a ver a ti un día siendo madre.” Sonrió. “En los tiempos de instituto me acuerdo bien de tus “no me interesan los niños” y los “no pienso casarme jamás”.
“Cierra el pico.” Podrían haber un par de cambios radicales en su vida, pero su genio seguía prácticamente inalterable.  “Hubieron modificaciones de último momento.”
“Um, Kiyotaka tuvo mucho que ver en ello.”
Ryougi rodeó el sofá con Mana más calmada en brazos y se sentó con ella sobre su regazo. “Hablando de ése ridículo, hay algo de lo que quería hablarte también.”
“¿Pasó algo malo con tu esposo?”
 “No precisamente pero si me preguntó algo que me dejó un poco extrañada.” Katsuya concentró toda su atención en ella. “¿Conoces a un tal “Zushi”?”
“Um… creo que me suena de algún lado.  ¿Qué no es de los amigos de Ao?”
“Muy observador, ahora entiendo por qué al hijo de Eureka le caes mal. Eres como un stalker.”
“¡Ah, que no es eso! Es que una vez me saludó por coincidencia cuando nos topamos en la casa. Solamente tengo buena memoria.” Se aclaró la garganta levemente. “¿Qué hay con él?”
“Kiyotaka me preguntó si su nombre me traía algún recuerdo de algo importante. Algo que se nos hubiese pasado por alto anteriormente.”
“Mm no, la verdad no manejo más detalles.”
“Ya veo…” Ryougi desvió la mirada algo incómoda por unos instantes.
“¿Te preocupa?”
“Um… Kiyotaka no es precisamente una paloma blanca y ya ha estado involucrado anteriormente en asuntos delicados. Temo que ahora, teniendo familia y todo se vuelva a meter en estupideces que lo pongan en riesgo innecesariamente.”
“Es sumamente entendible.”
“Te manejas en el tema, ¿será mucho pedirte de mi parte que mantengas un ojo de igual manera en ése niño? Quizás teniendo una mejor idea de él, la inquietud de Kiyotaka se esfume más pronto. Considéralo como tu pago por lo de las invitaciones.”

Katsuya sonrió levemente y se ajustó las gafas. Algo más de trabajo adicional a lo que ya tiene no era algo que no pudiese manejar.

“Está bien, haré lo que pueda.”
“Gracias. En compensación dejaré que te quedes a cenar con nosotros.”
“Suena a como que te gusta sumarme cosas de las cuales puedas pedirme favores.”
“¿Tal vez?”
“Definitivamente nunca vas a cambiar.”

Ambos rieron y volvieron a centrarse en hablar con respecto a la boda. Sería una pérdida que el té se le enfriase antes de tiempo.
« Last Edit: September 18, 2015, 01:36:00 AM by Haruhin »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #56: September 21, 2015, 04:18:26 PM »
Pensé en cortarlo pero mejor no (...) está largo sorry 8'(

Nota: aprovecho que nunca especifiqué bien quiénes conformaban mi familia en el fic pasado para arreglar eso y definirla mejor 8) si se acuerdan algo de la familia de mi bishoujo del fic anterior, olvídenlo (?)

3.




Conforme subía el ascensor, sentía que su alma poco a poco dejaba su cuerpo. Se arrepentía de haber venido a visitar con noticias tan sombrías pero necesitaba consejos y ellos dos eran los únicos que podían ayudarla. Sentía que su perspectiva más centrada y madura la ayudaría a dejar a un lado la duda, aunque temía que se opusieran a la idea. Después de todo, ser HiME no era precisamente fácil.

Las puertas del elevador y del departamento se abrieron y vio a su hermano mayor apoyado en el umbral, juzgándola con su típico ceño fruncido. Ante la ausencia de su padre, Mikoto había adoptado el rol de figura paterna en su vida y por ello, ni bien lo veía, una sensación inmensa de respeto y miedo afloraba en su pecho. Era como viajar en el tiempo a su niñez y vivir de nuevo cada travesura que cometía, por la que al final se escondía para no ser resondrada por su hermano.

Pero esta ya no era una travesura. Esto era más grave. Y lo sabía muy bien.

El tiempo siguió transcurriendo lentamente hasta que notó que su hermano soltó un suspiro e hizo un gesto indicándole que pase. Sin embargo, luego de esto, vio cómo detrás de Mikoto, Tatara Totsuka corría hacia ellos desde el interior de la pent-house.

“¡EUREKA-CHAAAAAAAN!”

Eureka escuchó el grito de su ‘cuñado’ y antes de poder reaccionar ante este, sintió que Tatara la abrazaba con todas sus fuerzas. Una parte de ella se sintió en total calma. Si Mikoto imponía respeto, Tatara otorgaba paz. Aún le costaba entender cómo ese dúo tan disparejo habían terminado siendo novios. Era tan irónico…

“¿Cómo estás? ¡Hace tiempo que no te pasas por acá! Y eso que sólo estás llevando un curso… Aunque bueno, nosotros también hemos andado un poco ocupados con nuestros trabajos…”
“Ah, lo siento, prometo venir más seguido.” Mencionó Eureka, mientras estrujaba de vuelta a Tatara.
“Sabes bien que te extrañamos un montón, aunque Mikoto nunca lo admitirá.” Tatara la soltó y rio, al ver de reojo a su pareja gruñendo por lo bajo. “Pero bueno, ¡ya estás aquí! ¡Y justo para el almuerzo!”

Dicho esto, Tatara la invitó a pasar al departamento, y Mikoto se encargó de cerrar la puerta tras de ellos. Fue adentro que Eureka sonrió para sí misma: el entusiasmo de Tatara era contagioso y estaba convenciéndola de dejar el tema de las HiMES y la pelea de Hanasaki para otro día. Supuso que era una actitud irresponsable, pero aunque Mikoto y Tatara eran como sus guardianes y consejeros, no quería llenarlos de preocupaciones en esos momentos. Sus ganas de hacerlo se habían esfumado con el abrazo que Tatara le había dado.

A lo lejos vio a su sobrina apilando juguetes encima de Misaki, el subordinado de Tatara, quien al parecer, estaba durmiendo en uno de los sofás de la estancia principal. Anna alzó la mirada cuando escuchó el sonido de la puerta, y se levantó para correr hacia su tía y abrazarla. Eureka la cargó hasta donde sus fuerzas le permitieron. Luego la dejó lentamente en el suelo y le acarició la cabeza. 

“¿Almorzarás con nosotros?” Le preguntó Anna, tímidamente.
“Sí.” Eureka asintió con la cabeza. “¿Qué tal te va en el colegio?”
“Muy bien.”
“Aw, me alegro <3 Si necesitas ayuda con algún tema o algo, me avisas. Tu papá debe andar ocupado con su trabajo y yo tengo mucho tiempo libre así que no me molestaría pasarme por aquí a darte una mano. ¡Confía en tu tía!”
“Gracias, Eureka,” Anna sonrió levemente.
“¡No hay problema! Y dime, lo de Misaki… ¿es un experimento?”

Anna saltó ante esto.

“Yo la reté a que lo haga,” dijo Tatara, orgulloso. “Y Anna aceptó gustosa.”
“Quiero ver cuánto más resiste.”
“Ay, pobre chico, ya quiero verlo cuando se despierte. La sorpresa que se llevará…”
“Con tal de que no quiebre la mesa de cristal…” comentó Mikoto, observando a Misaki. “En fin, me iré a preparar el almuerzo.” Y se fue al otro extremo del primer piso, donde estaba la cocina.
“Eureka-chan, vamos a sentarnos al comedooor~ Mikoto no dejará que nadie toque su cocina, así que cuéntame qué de tu vida mientras esperamos a que termine de hacer el almuerzo~” Anna tomó de la mano a Tatara y juntos caminaron hacia el comedor.

Eureka los imitó pero a un paso más lento. En el camino se quedó observando la casa de su hermano y su ‘cuñado’: las estancias en el primer piso no estaban divididas por paredes puesto que los mismos muebles delimitaban los ambientes de la casa. Gracias a ello, se sentía más grande y espaciosa de lo que realmente era. Sin embargo, con el segundo piso para cuartos y el tercero con piscina y sala de juegos, la casa era un sueño hecho realidad y una envidia como la de las Culisueltas la invadió al darse cuenta de eso. Reflexionó acerca de su hermano: Mikoto había logrado igual o más que sus padres, y sentía que iba a ser imposible alcanzarlo. Al recordar que ni podía con la Universidad y su depresión, se le hizo un nudo en la garganta.

Tomó asiento al lado de Anna y frente a Tatara, quien la observaba preocupado. Al parecer, el chico tenía un PHD en leer a la gente, y ya le había agarrado el truco a Eureka. Anna era también muy perceptiva y le tocó el hombro, entre curiosa y ansiosa.

“¿Estás bien?” Escuchó la pequeña voz de su sobrina y se aguantó más las ganas de llorar, forzando una sonrisa. 
“S-Sí, es sólo qu—”
“¡AHHHHHHHHHHHHH!”

El grito que la interrumpió captó la atención de todos. Era Misaki, que al levantarse bruscamente, se había caído del sofá y había botado las canicas, colores y juguetes que Anna le había puesto encima para divertirse.  La mirada de Misaki fue directo a la mesa de cristal, que para su suerte, seguía intacta. Soltó un largo suspiro, y se paró en un rápido movimiento para luego dirigirse al comedor, donde encontró a Tatara, Anna y Eureka riéndose a mandíbula suelta por el pequeño show que había dado.
Su actitud confiada se desvaneció al volver a pasar la vista por la mesa y notar —un poco tarde— que Eureka estaba ahí.

“Hola, E-Eureka-san.”
“Ahhh, Yata, qué horror. ¿Nos conocemos por tres años y me sigues poniendo sufijos?” Lo molestó, entre risas.
“E-ES QUE—”
“Es que le g—” Misaki agradeció a los cielos el estar parado justo al lado de Anna para poder taparle la boca en el momento preciso.
“Es que me gustan los suf-fijos.” Mencionó, sentándose al lado de Totsuka.
“…Aaaaaaaaaaaaaaaah.”
“¿No es cierto, Totsuka-san?”
“¿No me estabas llamando ‘Totsuka’ recientemente—?”
“TOTSUKA-SAN”
“Ay, eres tan gracioso, Yata~”

Le sorprendió ver cómo Misaki y su familia habían podido cambiar sus ánimos velozmente, pero prefirió no pensar en eso y optó por prestar atención a la conversación que sostenían Tatara y Misaki. Ya luego podría hablar a solas con su cuñado y su hermano, por mientras disfrutaría la calma de estar junto a ellos, Misaki y su sobrina.

“¡Eureka-san! ¡No sabes!”
“¡No sé!”
“¡Iré como parte del equipo de fotógrafos a la boda de la prima de Totsuka-san!” 
“¡Wow! ¿Ya no será como practicante?”
“Pues estaré bajo un jefe, pero esta vez me pagarán.”
“Imagino que ese serás tú, no, ¿Tatara?”
“No, no~ No soy taaan workaholic como para trabajar en la boda de mi prima.” Rio Tatara. “Hay unas coincidencias tremendas, ¿sabes que la novia es tu tocaya? ¡Y el novio es un Suoh, como ustedes!”
“Es Suou, no Suoh, bestia,” comentó Mikoto, entre los sonidos de las sartenes. Al voltear, Eureka recordó que la distancia entre el comedor y la cocina era relativamente corta.
“Jeje, tienes razón~ ¡PEEERO! Mi prima se llama igual que tu hermana. ¡Es una conspiración! ¡Illuminati!” Tatara colocó sus manos en forma de un triángulo encima de su ojo derecho, gesto que le sacó una sonrisa a Anna.
“¿Vas a ir a la boda?” Preguntó Mikoto, refiriéndose a Eureka.
“Nadie me ha invitado— wait. Haru me habló sobre una boda…”
“El novio es el tío de Haruhi. Debió haber llegado un parte a tu casa en estos días.”
“¡…Ahhhhh! Con razón, entonces sí, si voy.” Eureka sacó la lengua y guiñó un ojo.
“Perfecto, porque no sabemos dónde dejar a Anna ese día, así que la llevaremos con nosotros (8<”
“Oye…” Se escuchó, entre los ruidos de la cocina.
“Pero es cierto, Mikoto.”
“Tsk.”
“Pero podrían dejársela a alguien que no vaya al matrimonio.”
“Ese es el problema: todos nuestros amigos van a ir. Mis practicantes también, algunos como parte del equipo de fotografía y otros como ayudantes, así que no se la puedo chantar a nadie.”
“¿TODOS?”
“Sí.”
“Ya estabas pensando en Misaki, ¿no?”
“YATAAAA”
“Yata, Yata, lo siento u_u”
“Pensé en Yata, pero como él mencionó hace un rato, va a estar ocupado con su trabajo. Será la mano derecha del fotógrafo a cargo, que es un subordinado mío.”
“…Así que me chantan la beba a mí.”
“Pleaseee~” Totsuka le rogó. “Tampoco es que vayamos a tomar hasta morir y tengas que ocuparte de ella toda la noche. Andamos estresados con el trabajo y nos vendría bien un descansito. Sólo será un par de horas, ¿sí?”
“No problem, te estoy jodiendo, la cuidaré.” Le sonrió.
“¿En serio?” Le preguntó Anna.
Eureka asintió. "¡Sí!”
Anna la miró con curiosidad, pero sonrío levemente cuando Eureka le hizo una mueca graciosa y le dio unas palmaditas en la cabeza.

Mikoto se apareció en el comedor con varios platos, dejándolos en la mesa para recoger el resto.

“¡Ah, yo lo ayudo, Mikoto-san!” Se ofreció Misaki, alzándose de su asiento y corriendo a darle una mano.

Gracias a Yata, en un par de minutos la mesa estaba servida. Agradecieron por el almuerzo y empezaron a comer, comentando lo delicioso que estaba y halagando a Mikoto en el proceso. Eureka llevaba más de un mes sin probar las recetas de su hermano, y al degustar de nuevo sus platillos se dio cuenta de cuánto extrañaba su sazón. Para ella, no había mejor cocinero en el mundo que él.

“Hay algo que me he estado preguntando desde hace rato.” Dijo Eureka, observando a Mikoto y a Totsuka.
“¿Mn? ¿Qué es?” Preguntó Tatara, curioso.
“¿Por qué tienen piercings a juego en la oreja izquierda?”
“¡A-AH! ¡ESO!” Tatara se puso rojo hasta las orejas y Mikoto desvió la mirada a los ventanales. “E-eh…” Como por inercia, el fotógrafo empezó a arreglarse los cabellos detrás de la oreja, e imitó a Mikoto al evitar la mirada de Eureka.
“¿Se van a casar?” Anna preguntó como si se tratara del clima, lo que ocasionó que Tatara y Mikoto se atoraran con la comida.
“¿QUÉ? ¿CÓMO ES ESO?” Dijo Misaki, emocionado.
“Esto…”
“Fue un regalo que le hice por nuestro último aniversario.”
“Es un lindo gesto, y queda muy bien con sus personalidades. ¿Imagino que tú también te compraste uno igualito y por eso los usan en pareja?”
Mikoto asintió. “Pero no descarto la idea de casarme con él.” Y siguió comiendo tranquilo su almuerzo.
“¿QUÉ? ¡NUNCA HEMOS DISCUTIDO ESO!” Tatara se mostró muy sorprendido ante el comentario de su pareja.
“Creo que ya deberíamos hacerlo.” Le dijo Mikoto, con una sonrisa pequeña, que Tatara le correspondió.
“¿Cuántos años llevan juntos?” Preguntó Misaki, lleno de curiosidad.
“Ocho.” Dijo Mikoto.
“Lo conocí en la universidad, Anna ya tenía unos meses de nacida. Desde ahí estamos juntos.” Contó Tatara.
“Osea que, Totsuka-san, ¿usted ha sido como un padre para Anna desde siempre?”
Tatara soltó una risita. “Sí. Éramos dos chicos de 19 y 18 años con un bebé y con estudios por delante. Fue difícil. Felizmente, la señora K.K. se apiadó de Mikoto y nos apoyó: nos mandó dinero regularmente para los gastos de Anna. Conseguimos contratar a una niñera para que la cuide en los momentos en que Mikoto y yo teníamos que estudiar y no podíamos encargarnos de ella. Cada cierto tiempo vamos a visitar a la abuela para agradecerle por lo que hizo por nosotros, con nuestra presencia y algunos regalos. No es cierto, ¿Anna?” Miró a la niña con ternura, y esta sonrió.
“Sí!”
“Hace tiempo que no hablo con ella, ahora que lo pienso.” Contó Eureka. “Debería llamarla, pero no quiero preocuparla con lo de las Hi— ¡AH!” Se tapó la boca al darse cuenta de su error. “EHHHHH, NADA, NADA.”
Mikoto arqueó una ceja. “¿Hi?”
“De ahí les cuento.”
“¿Por qué?” Preguntó Tatara, y notó que Eureka señaló sutilmente a Anna. “Oh, Okay.”

Misaki se quedó observando a la familia sin entender cómo hablaban entre ellos con sus miradas, hasta que Mikoto se levantó de su asiento.

“Anna, ayúdame a lavar los platos y secarlos.” Le dijo, a la vez que agarraba su plato, su bowl de sopa y los de Eureka y Totsuka.
“Sí.” Respondió su hija, imitándolo al tomar el suyo y el de Misaki. Colocó los bowls de sopa encima de estos, y se fue a la cocina detrás de él.
“Ahora… ¿qué pasó, Eureka?” 

Aún tenía ganas de dejar la conversación para otro día, pero por la insistencia de Tatara, sabía que no iba a poder guardarse el asunto por mucho tiempo.

“Ah… ¿Mikoto te contó lo de Hanasaki y Rizembool?”
“Había escuchado rumores sobre eso, pero sí, Mikoto me dijo lo que pasó hace tres años, y cómo estuviste involucrada.”
“¿Eh? ¿De qué hablan?”
“No me incomoda que te enteres, Yata, pero no sé qué tan agradable te será escuchar lo siguiente.”
“Suelten la sopa y dejen de darle rodeos.”
“Fui una HiME.”
“¿…EEEEEEEEEEEH?”
“Je, je, imaginé que tendrías esa reacción~ Aunque me sorprende, ¿estás enterado de todo el lío entre Rizembool y Hanasaki? Osea, comúnmente es tratado como rumor, así que no imaginé que lo creerías.”
“Lo dijiste tan seria que me era imposible tomarlo a la ligera.”
Eureka rio. “Cierto. Pero para hacer corta la historia y no aburrirte, me vi obligada a tomar parte de esa pelea entre los institutos. Era mi primer año en Highschool, y el enfrentamiento duró hasta el segundo. Se te otorga un poder y se te asigna un contrincante, llamado ‘rebel’, que viene del instituto contrario. Se supone que hace tres años se había dado por terminada la guerra, pero al parecer… no fue así. Hace poco me contactaron para que vuelva a formar parte del bando de Hanasaki. Rizembool está de vuelta.”   
“Viniste a discutir eso con nosotros, ¿no?” Mencionó Tatara.
“Confío más en sus consejos que en los de mi psicóloga~ Y la verdad es que estoy en una carrera contra el tiempo. Si me decido ya, debo dar una prueba para que regresen mis poderes, y de ahí estaré en constante peligro. Por un lado, no quiero… sé que estoy medio libre porque sólo ando llevando un curso pero, no estoy segura. No pensé que mi tranquilidad se vería interrumpida tan rápido.”
“Te ha dejado descolocada, ¿no?”
“Sí.” Eureka se mordió el labio. “No quiero poner en riesgo a las personas que quiero. Pero tampoco quiero ser una espectadora más y ver cómo otras chicas tienen que cargar el peso ellas solas. Fui HiME y sé lo que implica: me parecería injusto cruzarme de brazos y decir que no estoy dispuesta a ayudar. Quiero ayudar, porque sé que puedo y debo.”
“Wow, eso me parece muy admirable, Eureka.”
“¿Tú crees?”
“¡Sí!” Soltó Misaki, con una sonrisa. “Creo que la reacción común sería negarse y dejar las cosas ahí. Me parece genial que te preocupes por el resto.”
“Es inevitable. Si fuera otra cosa la dejaría pasar, pero al ser HiME se pone en riesgo nuestras vi—”
“Shhh…” Tatara se llevó el dedo índice a la boca, y con su otra mano señaló sutilmente la espalda de Anna, quien secaba los platos que Mikoto lavaba.
“Ah, me olvidé por completo, lo siento.”
“No te preocupes. Lo que te quería decir es que… ya pareces estar decidida.”
“¿Algo? Desde el inicio tiré para el sí, pero sigo dudando, aunque no lo parezca. Mikoto me hizo reaccionar en un momento crucial la vez pasada y pensé que sería bueno comentarle esto para escuchar su opinión. Igual contigo, Tatara.”
“Me alegra saber eso~”
“Eres como mi cuñado, después de todo.”
“Ay, ay, que me sonrojo~” Tatara le sonrió. “Siempre te he considerado como mi hermana menor y no quiero que estés en peligro. Sé que Mikoto no va a pensar igual que yo, él te dirá que lo hagas, pero quiero que recapacites un poco. Al final, estoy seguro de que mis palabras no tendrán mucho efecto porque ya estás casi decidida, pero si llegas a hacerlo, prométeme que te cuidarás. Primero eres tú, después la pelea con Rizembool.”
“Gracias, Tatara.”
“Confío en tus habilidades, por algo ganaron la pelea hace tres años. Pero entiende que ha pasado un montón de tiempo, y puede que se te haga difícil acostumbrarte de nuevo al ritmo que tenías en ese entonces.”
“Me gustaría apoyarte, Eu… ¿no hay manera de que un chico apoye a una HiME?” Preguntó Yata.
“Siendo su key, es decir, la persona más importante para ella, y que por ende, amplifica sus poderes y ayuda a crear al child, una criatura que la asiste en la pelea. Esa es la única manera. Y eh, no sé quién será mi key ahorita. No sólo puede ser un chico, puede ser cualquier persona…”
“¿No sería lógico que fuera Lelouch?”
“Lo más probable, pero no sé… la otra vez que fui HiME, mi child cambió varias veces porque nunca tuve un key estable. No sé si pase lo mismo ahora…”
“Con tal de que tengas uno, no veo problema, realmente.”
“Sí.” Afirmó, para luego mirar a Yata. “Antes había un puesto llamado knight, que era un chico que apoyaba a la HiME en la pelea. Pero creo que esta vez no va a haber. Aún no he hablado con la directora, así que no sé.”
“Sería genial que aún existiera, de esa manera te podría ayudar sí o sí.”
“Tus intenciones son suficientes, Yata.” Eureka le sonrió, sacándole un leve sonrojo. “Gracias.”

Le parecía un gesto lindo de su amigo, pero por más de que el puesto volviera a ser disponible, no sería capaz de ponerlo en peligro. Además, había alguien más que estaba obligado a ser su knight por el resto de sus días. Un futuro economista, ladrón de chocolates y adicto a los panes con pollo de la cafetería de la estación del tren.

Mikoto regresó con Anna y volvieron a sentarse junto a Misaki, Tatara y Eureka. La mirada del hombre se posó en su hermana menor: al parecer, había escuchado toda la conversación desde la cocina. Eso significaba que Anna también lo había hecho: esperaba que al menos los términos usados la hayan mareado y al final se haya perdido completamente.

“Hazlo,” dijo Mikoto.
“¿Qué?”
“Vuelve a ser HiME. No sé qué haces preguntándonos a nosotros cuando ya te decidiste por algo.”
“…Quería saber qué opinaban.”
“Ya lo sabes. Ahora anda.”
“¿…Gracias?”
“¡Si tienes algún problema, nos avisas! Puedo pedirle a Katsuya y mis amigos policías que te ayuden.” Le sonrió Tatara.
“Las HiMEs no pueden involucrar gente fuera de la guerra, bestia.”
“Pero no quiero que le pase algo malo a Eureka-chan ):”
“¡Yo la defenderé! Tengo un bat de béisbol, algo es algo.”
“No sé qué tanto ayudes con eso, Yata…”

El comentario de Tatara ocasionó que todos irrumpieran en sonoras risotadas. Entre las burlas de Totsuka y los gritos de Yata, Eureka sintió que Anna le jalaba la manga de la polera para llamar su atención.

“Cuídate, ¿sí?”
“Lo haré.”

La respuesta de Anna fue un abrazo.






La hicieron esperar media hora fuera del despacho de la rectora, y no se pudo quejar porque su visita era demasiado repentina y ni siquiera había llamado para avisar. Igual, imaginaba que sólo sería un par de minutos. Iba a ser un ‘hola, qué tal, volveré a ser HiME, kthx, bye.’, simple y directo al grano. Nada de rodeos, por favor.

Se puso a jugar Piano Tiles 2, peleándose con las teclas y la melodía de Beethoven, hasta que la puerta se abrió y vio a Miranda, haciéndole un gesto para que pase.

Entró con pasos lentos y notó que su rectora estaba igual de agotada o peor que ella. Se veía angustiada: y no era por menos, la situación lo ameritaba. Su rostro dejaba notar que al parecer, menos HiMEs de las que esperaba habían aceptado, lo que implicaba reclutar nuevas, y tragarse más responsabilidades. En esos momentos, agradecía no estar en los zapatos de Miranda.

La mujer tomó asiento en su escritorio e invitó a Eureka a hacer lo mismo en una de las sillas de en frente.

“Eh… disculpa por no venir hace un par de días. Al final me dormí de largo y… quería pensarlo un poco más, siéndote sincera.”
“No te preocupes, imaginaba que fue por eso.” 
“Disculpa también por venir de improvisto pero tenía que hacerlo ya.”
“Te decidiste, ¿entonces?”
“Sí. Volveré a ser HiME.”
Miranda sonrió levemente. “Gracias. Tengo entendido que se te complicará un poco, pero espero que puedas lidiar con todo esto.”
“No hay problema, veré como me las arreglo. No me hubiera sentido tranquila de haberme negado. Por cierto,  ¿imagino que no muchas han aceptado?”
“Menos de las que esperé. No me agrada la idea de reclutar nueva gente, en serio no quería recurrir a eso, pero me veo obligada a hacerlo.”
“Debe ser difícil.”
“Lo es.” Miranda suspiró levemente, mientras revisaba sin mucha atención los folders que tenía sobre la mesa. “¿Tienes alguna duda?”
“Eh… ¿Saben algo de Loki?” 
“Se desapareció ni bien terminó el conflicto. He escuchado que se fue a estudiar a Europa junto a su pareja.”
“Oh, entonces él no regresará.”
“Ajá. Lo más probable es que te asignen un nuevo rebel.”

Eureka cerró sus puños, arrugando su falda en el proceso. La idea de un nuevo contrincante se le hacía aterradora: y es que no había manera de saber cómo sería su oponente. Era cierto que Rizembool tenía una fama de conseguirse locos para el puesto de rebel, pero nunca se podía estar totalmente seguro. Había oído que muchos no cuadraban con el estereotipo. Rogó a los cielos que fuera un chico simplón, tal vez un poco competitivo pero nada extremista. Ya luego le prendería velitas a San Expedito de las causas urgentes y sacaría fortunas del templo para que su deseo se hiciera realidad.

“Tendría que mudarme a la mansión HiME de nuevo, ¿no?”
“Sí, aunque ahora es un edificio en el campus.”
“Oh, Okay.”

Alguien empezó a tocar insistentemente la puerta, y Miranda se levantó y corrió a abrirla. 

“Oh, eres tú.” Dijo Miranda, y al voltearse, Eureka vio a Lelouch ingresando al despacho. La ex-HiME sintió el inicio de una terrible jaqueca.

Lelouch tomó asiento al lado de su enamorada. “Hola.”
“¿…Qué haces aquí?”
“Black me dijo que te había visto entrar a recepción. Supuse que ibas a ver a Miranda.” Le respondió, a la vez que posaba su mirada en la rectora, quien había vuelto a su asiento. “Tuve que hacer unas cosas antes de venir, pero felizmente aún estás acá.”
“¿Y…?”
“¿Te molesta que haya venido?”
“…No, pero—”
“Jóvenes.” Miranda los cortó. “Pueden dejar sus discusiones para después.”
“Ah, lo siento, Miranda. Más bien, quería preguntarte si tendremos apoyo de otras personas, como el knight, por ejemplo.”
“No, hasta donde sé, la pelea será solo entre la HiME y su rebel.”
“Okay, gracias por resolverme esa duda.”
“¿Aceptaste?” Le preguntó Lelouch, y Eureka asintió. “No me sorprende.”
“Creo que no me quedan dudas, Miranda, así que sólo falta que de mi prueba HiME.”
“Está bien, coordinaré ese asunto con Fran para que el gimnasio esté disponible para ello.” Dijo Miranda, y luego su mirada se fijó en Lelouch. “Sí tienes alguna pregunta, puedes hacerla en estos momentos.”
“No, sólo vine a acompañarla, realmente.”
“Bueno, igual tienen mi número para cualquier cosa. Eureka, te contactaré ni bien esté listo el gimnasio. A lo mucho, será en una media hora, una hora máximo.”
“Sí.”
“Gracias, de nuevo.”
“No hay de qué.” Esbozó una sonrisa y se levantó de su sitio. Lelouch la imitó, y juntos salieron del despacho de la rectora. “Hasta luego, Miranda.”
“Hasta luego.”

Al cerrar la puerta, Eureka soltó un largo suspiro, y tomó de la mano a su enamorado. Caminaron en silencio hasta llegar a la entrada de la universidad, donde Lelouch se detuvo y obligó a Eureka a hacer lo mismo.

“¿Pasa algo?”
“No, es solo que la charla con Miranda me dejó agotada. Eso, y que fui a visitar a Mikoto.”
“¿…qué?” Lelouch abrió los ojos, sorprendido.
“Tranquilo, todo fue bien. Necesitaba escuchar su opinión sobre el asunto, pero al final fue Tatara el que realmente habló conmigo.” Eureka sonrió al recordarlo. “Almorzamos todos juntos, Misaki también andaba por ahí. Anna me preguntó cuándo irías a verla.”
Lelouch sonrió al pensar en la sobrina de su enamorada. “La extraño, pero no quiero ver a tu hermano. No sé por qué me odia tanto.” Y rodó los ojos al pensar en el Suoh mayor.
Eureka se encogió de hombros. “We may never know, negrito.”
“¿Crees que pueda sacarla a pasear? Podríamos ir con ella al cine, o llevarla a una heladería.”
“Pues Tatara no se opondría. Podríamos contrabandearla un día, apuesto a que Mikoto no se dará cuenta si es que lo hacemos cuando está en el trabajo.” 
“I’m in. Por cierto, ¿dónde piensas esperar a la llamada de Miranda?”
“Quería regresar a casa pero tal vez Miranda me llama en el camino y… por gusto tomamos el tren. ¿Te parece si vamos a comer algo a una de las cafeterías del campus? Tengo hambreee… ¿O tienes cosas que hacer?”
“Tengo un control mañana pero luego estudio. Primero eres tú.”
“Gracias <3 Más bien, lo siento. Tomé lo que pasó en el despacho de Miranda como que venías a abogar por mí o algo así, y ahora sé que no era por eso.”
“Sólo quería acompañarte. No lo hice cuando fuiste HiME la primera vez, y okay, éramos chicos y muy tontos, pero no quita que debí estar ahí y apoyarte de alguna forma, durante todo el proceso. Quiero enmendar eso. Cuando Black me contó que te vio, no la pensé dos veces y sólo corrí hacia la oficina de Miranda.”
“Qué terrible que ni se dignó a saludarme ):<”
“Y es raro, siendo él tan cordial…” Lelouch se llevó una mano al mentón, pensativo.
“Fácil estaba apurado, no me sorprendería, todos andamos así… Pero hey, gracias. En serio aprecio mucho que quieras apoyarme. Al menos escucharás mis rants y curarás mis heridas (?)”
“Algo es algo (?)”
“Aunque…”
“¿Qué?”
“Ahora que lo pienso, no quiero que mi rebel termine usándote como damisela en peligro.”
“…”
“Hehe~” Eureka se llevó una mano a la boca, como para esconder sus pequeñas risitas. “Tranquilo, te raptará sobre mi cadáver… sólo espero que me toque un chico simplón y buena gente ):”
“Creo que ese tipo de rebel está en extinción.”
“¿Recuerdas a Shinji? Él era tranquilito.”
“Pero te duró poco… Si mal no recuerdo, renunció rápidamente.”
“…Cierto.” El ringtone de su celular empezó a sonar y Eureka lo sacó de su bolsillo. Revisó la pantalla y suspiró. “Wow, eso fue rápido.” Deslizó el dedo por el botón verde y contestó la llamada. “¿Aló? ¿Miranda?”
“Eureka. El gimnasio está listo, así que puedes ir en estos momentos.”
“Okay, gracias.”
“Gracias a ti. Fran estará esperándote en la puerta. Mucha suerte.”
“La necesitaré. Hasta luego.”
“Cuídate.”

Las palabras de Miranda lograron ponerla nerviosa, y Eureka volteó a mirar preocupada a su enamorado.

“¿Nervios, supongo?”
“Sí. Hace tiempo que no hago ningún tipo de ejercicio, estoy tan oxidada…”
“Ten un poco más de confianza en ti misma. Después de todo, hiciste un buen trabajo la primera vez, y eras menor y con poquísima experiencia.”
“Mm.” Asintió con la cabeza. “Si, tienes razón.”
“Vamos al gimnasio, más bien.”
“Sí.”

Lelouch tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella, gesto que ayudó a tranquilizarla un poco. Volvió a sentir una paz interior y por unos instantes, dejó de preocuparse por lo que iba a ocurrir en unos cuantos minutos, y el cambio radical que iba a dar su vida gracias a eso.
« Last Edit: June 06, 2019, 01:35:18 AM by Eureka »


Haruhin

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #57: September 24, 2015, 11:33:36 PM »
(Prueba HiME al fin... yyyyyy no sé escribir peleas.)


#4




Haruhi intentó normalizar el ritmo de su respiración en plena entrada del gimnasio. 

En su mente, se habían quedado las últimas indicaciones dejadas en dicha ocasión por Fran con respecto a la prueba que se le venía por delante. Estaba más que consciente de la modalidad de la del desafío, pero repetirlo sin saber con exactitud cuáles podrían ser los cambios sujetos a su nueva realidad era lo que la mantenía con una inquietud hospedándose cada vez más profundo en su pecho. Existía la latente posibilidad de que sus poderes no fueran los mismos de antes o que incluso, su child cambiara de aspecto… pero podría con ello, de alguna manera. Aunque francamente estaba esperando en que realmente fuese la silueta de Wizard la que se asomase por entre la niebla al verle en un aprieto.
“Entonces ya… me voy.”
“No olvides lo que hemos mencionado anteriormente. Es importante tenerlo en cuenta a la hora de la batalla.” Aconsejó la morena.
“Buena suerte, señorita Lee.”

La ex HiME volvió a inspirar con fuerza y colocó los pies al interior del desolado gimnasio, fue casi de manera instantánea que las puertas detrás suyo se cerraron de golpe dejándola en un espacio que poco a poco comenzó a tornarse oscuro.

La neblina nunca se hizo de esperar y Haruhi frunció levemente el ceño con sus ojos carmín clavados en lo que pudiese venir por delante.

Debía reconocer que su entrenamiento estaba algo oxidado y sus recuerdos algo más que difusos acerca del control de sus poderes. ¿Cómo es que se utilizaba el elemento de la Soledad siquiera? Su título de HiME de por sí, siempre se le había hecho deprimente a tal punto de solo depender de su capacidad.
De algo debía acordarse… de sus imprudentes intentos por controlar las transformaciones animales que le permitía su poder. La sensación de su rubio cabello envolviéndola en una especie de capullo del cual surgía tras un estado de metamorfosis.

“Claro, supongo que con un “Accio poder” esto no va a resultar.” Se dijo a si misma tras soltar un suspiro. 
Sus pasos poco a poco se fueron encaminando hacia el centro del gimnasio cuando de pronto una silueta comenzó a conformarse entre la blanca espesura de la niebla. Haruhi reaccionó y apretó los puños esperando que de alguna manera pudiese hacer algo por defenderse de la marioneta que avanzó con lentos pasos hasta ella.

Habría pensado en no sorprenderse al verla, esperando que se tratase una copia inexpresiva de su antiguo Key y ex novio. Sin embargo, la sombra resultó ser mucho más pequeña y delgada, perfectamente reconocible a tal punto de convertir la cara de la ex HiME en un poema.

“¿Así que ahora es mi propia hermana? Eso sí que es caer bajo.” La muñeca no hizo un mayor atisbo de preocupación por la HiME y se lanzó inmediatamente a atacarla. La diferencia entre la estatura de ambas no fue un impedimento para que los rápidos reflejos de la menor la dejaran golpear a una atolondrada Haruhi.

“¿Cómo lo hago? ¿Cómo lo hago?...” Se presionó mentalmente al intentar escapar de los golpes ajenos. Por más que intentaba poner su mente en blanco sus poderes no aparecían por ninguna parte y la idea de golpear a Illya solo a puño limpio no le parecía lo más apropiado, la rubia comenzó a impacientarse cuando la distancia entre la marioneta de su hermana y ella volvió a hacerse minúscula.

“¡Wah!—“ Exclamó al pegar un brinco lejos de la demoledora patada que la marioneta le propinó al suelo en su lugar. “P-Por poco…”
“…” La marioneta sacudió la pierna y volvió a centrar su atención en su enemigo.
“Es tan espeluznante que seas una imitación barata de ése pequeño simio.”
Podía llevarse en oportunidades como el perro y el gato junto a Illya, pero a fin de cuentas su hermana menor siempre había estado a su lado. La relación de ambas había mejorado considerablemente luego de quedarse las dos solas en Tokio y pensar en cómo por medio de la prueba su figura estaba usada para ponerle un desafío era molesto.

Había accedido a ser HiME nuevamente por el hecho de querer proteger a aquellos que no quería perder. ¡¿Por qué era tan complicado tomar las herramientas necesarias para ello?!

“Agh… ¡maldi—“ Ni siquiera pudo terminar su protesta cuando la falsa Illya alcanzó sus pasos y volvió a golpearla esta vez directamente al estómago quitándole el aire. Su cuerpo dio un muy poco elegante paso hasta rodar por el suelo mientras sujetaba su abdomen, los poderes seguían sin aparecer.

Esto está mal.
Esto está MUY MAL…

A como Illya volviera a acercársele, sería molida a patadas y su prueba HiME sería un fracaso.

“No… no puede ser así.” Adolorida, comenzó a incorporarse en su sitio con lentitud. Su vista se clavó hacia el frente. Con una mano todavía en su estómago pudo percatarse de la peligrosa cercanía de la marioneta mirándola fijamente.

Haruhi tragó saliva con nerviosismo, entumeciendo su cuerpo producto de la preocupación. Casi en un pestañeo notó los puños apretándose, listos para arremeter en un nuevo ataque pero antes de ser golpeada y en un acto involuntario, Haruhi estiró una pierna para derribar a la otra chica en una improvisada zancadilla.

…La marioneta comenzó a tratar de incorporarse rápidamente.

“A-Ah… no, tengo que detenerla.” Rápidamente y con algo más de aire en sus pulmones comenzó a levantarse antes de que la marioneta lo hiciera. Movió sus manos, chasqueó los dedos, soltó palabras en el primer idioma que se le ocurrió y ningún poder vino a socorrerla. “Ghh-!” Lo que aprovechó la marioneta para volver a golpearla esta vez con la fuerza suficiente como para tumbarla en el piso nuevamente.
Jadeó, asustada.

“Aléjate.” Imploró absurdamente sabiendo que la marioneta no la escucharía.

Su enemigo estaba dispuesto nuevamente a golpearle...

Fue entonces que en un leve lapsus que separó los nudillos de la copia de su hermana con su cara la HiME sintió un calor creciendo abruptamente por su pecho, hirviendo con la intensidad del fuego entre sus venas pero que al deslizarse por sus brazos comenzaba a enfriar rápidamente. Una sensación extraña e indescriptible que no supo identificar más allá de que se trataba de su poder. Un nuevo poder.

“¡Déjame en paz, maldita sea!” En una exclamación inundada en disgusto, la HiME estiró sus brazos con las palmas extendidas para evitar el golpe. Cerró los ojos con fuerza y un misterioso (pero poco alentador) crujir provino desde su enemigo. “…?” Al abrirlos automáticamente se encontró con que montículos de cristales parecían haber brotado desde sus manos y el suelo para empalar entre ellos a la marioneta.

Una gran exhalación le permitió recordarse que afortunadamente ése cuerpo no era el de su hermana y que todavía se encontraba dentro de la prueba HiME y no en algún tipo de pesadilla como las que había tenido constantemente tras su graduación.

Algo entumecida, dejó arrastrar sus pasos hasta la salida del gimnasio, donde Fran y Miranda la estaban esperando, el aplauso seco por parte de la directora le dio a entender que había aprobado. Podría haberse alegrado por ello, pero ante unas pequeñas acotaciones con respecto a su oxidado desempeño físico y sus complicaciones a la hora de tomar decisiones durante el combate comenzó a sentir algo más parecido a la frustración.

Había matado a su hermana en una simulación, su Child no había aparecido, no tenía en claro sus asuntos con su key… sentía que necesitaba apoyarse en alguien.

“¡¿Señorita Lee?!” La preocupada exclamación de Miranda la hizo confundirse todavía más. El resto de sus palabras comenzaron a hacerse inaudibles así como su visión comenzó a irse a negro.

El piso parecía ser un buen lugar para perder el conocimiento después de la prueba. Suerte de que al menos Fran alcanzara a cogerla justo a tiempo para evitarlo.


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #58: September 28, 2015, 09:41:54 PM »
Prueba HiME, al fin. Me quedó re kk xD...
Luego decoro con los gráficos

-edit-
Gracias infinitas nuevamente, Eureka :3



—Chapter 08


Todo había sucedido tan rápido qu le costaba analizar las cosas con mayor profundamente. Si lo postulaba en una secuencia de eventos, lo habría resumido del siguiente modo; hospitalización, estado de coma, despertar de un largo letargo, ser un zombi que habían jugado con su cerebro, nada de recuerdos, Kishou Arima era una figura que iba y venía junto a un sujeto de cabello rubio que tenía siempre una inquietante sonrisa en sus labios, rehabilitación/encierro/fármacos, Kise se presentaba como su hermano, Lilina le había donado sangre porque era la más compatible con la de ella a pesar de que Lilina tenía una salud muy débil, más instancias en blanco, burocracia hipócrita de intento de familia… y un punto muerto con algo más de estabilidad.
Pero todo volvió a desfragmentarse cuando apareció aquel chico adicto al chocolate y le restregó su pasado en el rostro haciéndole venir todos los recuerdos como una descarga eléctrica cerebral. Tuvo jaquecas durantes días posteriores cuando comenzó a recordar. Sobre todo con los fragmentos de escenas monocromáticas de la batalla final. Por mucho tiempo se convenció de que sólo era un sueño recurrente, así lo había dicho Kishou.
 
¿Y el asunto de su Rebel?
Algo de ella quiso borrarlo por completo y posiblemente eso debió crear un bloqueo mental porque por más que Mihael le diera información ella no podía recordarlo. Hasta que el rubio, cansado de contra tiempos y explicito como era, sacó una carpeta con imágenes impactante del día del suceso y a Kana se le revolvió el estómago cuando recordó todo.

Su Rebel por un tiempo, después de perturbarla y sumirla en una ansiedad constante, prefirió divertirse con otras personas y acabó asesinando al Key de una HiME. Naoto Fuyumine fue el nombre que aparecía detrás de la pfotografía de una chica. Cuando llegó la batalla final, Kana se presentó ilusa y taciturna como era… Casi como un polluelo tiritón que no sabía que sucedería pero que allí estaba. Sí, ella siempre demostró poder con todo e ir incluso al mismo infierno si hacía falta… Pero enterarse en cómo su Rebel asesinó a esas personas sólo momentos antes le daba un plus de incertidumbre que la carcomía por dentro. Si él había matado a su amigo en un chasquido de dedos y de un modo tan… Maniaco. ¿Qué haría con ella a quien despreciaba por inútil y aburrirlo?

Y Kana por esos tiempos era una chica… Que de cierto modo y aunque le diese vergüenza recordar, muy parecida a Lilina. Más preocupada por su vestuario, revistas de moda y juveniles, compra de mangas y tardes enteras viendo anime, salir con chicos a caminar por un parque donde las aves cantaban ante el ocaso del día.

Y su Rebel, pues, era un tipo que entrenaba durante todo el día con el diablo persiguiéndolo detrás. Pues, sí, literalmente tenía un tutor en Rizembool que lo amenazaba con aniquilarlo si no cumplía.
A Kana poco y nada le exigían en Hanasaki, Miranda no la perseguía con látigo en mano como sí lo hacían con su Rebel. Era una cosa de defender más que aniquilar. ¿Por qué se había convertido en HiME entonces? En ese entonces le había parecido tan genial ser una especie de chica especial con poderes a lo magical girl… Pero no había pensado en las consecuencias que sucederían durante su proceso o lo que sucedería incluso cuando terminara todo.
Ella siguió a su Rebel hasta la terraza de un edificio en donde el estudiante de Rizembool se encontraba. Él estaba manchado en sangre, su rostro pálido tenía impregnada unas gotas carmesí que no eran suyas. Por un instante el Rebel la observó no recordándola, hace tanto tiempo que no acosaba a su HiME que no se acordaba de ella. Luego recordó que era su HiME y pareció cansado de la situación.

Esa sería la última batalla. Kana en todo momento estuvo en desventaja mientras que el otro intentaba deshacerse de ella lo más pronto posible. Se notaba que su Rebel si entrenaba y se tomaba las cosas en serio. Ella, no. Después de un largo combate, la tumbó y comenzó a ahorcarla y ese fue el error del chico cuando usó las dos manos y olvidó su propia katana en el suelo. Ella jamás pensó que mataría a alguien… Pero era ella o él. Como pudo alcanzó la katana del rebel y le rebanó la garganta. La sangre emanó como un torrente violento manchandola por completo. Él sólo sonrió y su expresión fue extraña... Como si hubiese esperado todo ese tiempo morir luego. Se desplomó y a los pocos segundos murió.

Apenas pudo recuperar el aire cuando el edificio entero comenzó a tambalearse; más abajo un Rebel había hecho estallar una bomba de bencina cuando peleaba con su HiME y el sector sucumbió en una especie de terremoto. Sólo recordaba que ella resbaló por el borde de la azotea y cayó al pavimento de la calle. Después todo fue negro.
Desde eso habían pasado varios años y recién en este último año ella reaccionó del coma después de tanto tiempo. Cuando abrió los ojos estaba en una habitación blanca rodeada de máquinas que monitoreaban sus signos vitales, conectada a varios tubos que le permitían respirar. Dos años en coma y este tercer año recién se estaba rehabilitando.

Desde la batalla final con su Rebel no había quedado registros de ella y al pasa tanto tiempo como "Desaparecida"  el señor Arima aprovechó esa instancia y se había encargado de que en sus documentos “Kana Nightroad” figurase como fallecida. El peliblanco incluso había instaurado una tumba con una lápida que decía su nombre en el cementerio donde la chica yacía en paz supuestamente. Nada complejo, pues Kana Nightroad no existía.
Cuando se estaba adaptando a su nuevo ambiente volvía el pasado a buscarla. Por lo visto, Miranda Lot no se había convencido de su muerte y la había estado buscando. Quizás que habría pasado por la mente de la mujer como para contratar al fracasado de Mihael para buscarla… O quizás era muy intuitiva pues el rubio al parecer siempre había sido el indicado para trabajos detectivescos aunque a él no le interesaba.

—Y… ¿Qué estudias? —
—Nada. —
—Y… ¿A qué te dedicas, Keehl-kun? —
—A nada… Y no me llames así. —

¿Mihael siempre había sido así de antipático? Por más que trataba recordarlo no podía conseguirlo. Tuvo un recuerdo de un chico rubio amable y sociable que gustaba de chocolates pero por lo visto era un falso recuerdo. Se aferró a su cuerpo cuando la luz verde se encendió en el semáforo. Él no era muy prudente ni delicado.
Desde que él la había encontrado aquel día en que Lilina estuvo en apuros habían transcurrido un par de meses en que el rubio seguía acosando a Kana por una respuesta. Quizá si le hubiese dicho un sí o un no se habría librado de él más rápido pero la chica no estaba segura de ninguna de las dos alternativas. El tiempo pasaba, y sabía incluso que el proceso de reunión que Miranda inició con las HiMEs había sucedido hace meses atrás.

—Detente…—
—¿Prefieres dejarlo para después? —
La chica asintió en silencio. —No me siento bien… No quiero ir. —
—Ok…— Giró tan brusco que el conductor de la vía contraria le dedicó tantos improperios como pudo.


—¿Por dónde queda Hanasaki? — Había pasado una semana desde el último intento de acercamiento.
—Parece que tienes problemas de memoria. — Dijo la chica a su espalda.
—Que graciosa… Hm… — La luz estaba en rojo y era de aquellas que tardaban. Miró a su costado derecho y vio una camioneta reluciente. Había un chico con pinta de tipillo de host conduciéndola, tenía estilo de vanguardia y sólo esperaba que no fuera un coreano más porque a Mihael le costaba pronunciar correctamente palabras en coreano… Se escuchaba como idiota cuando lo hacía. Aprovechó de que tenía la ventana abajo. —Hey, ¿Sabes cómo llegar a Hanasaki? —
—¡Claaaaro! — Se asomó por la ventana con una agradable sonrisa. —Primero debes doblar en tres calles más allá hasta llegar a la intercepción y luego doblar por allá donde se ve el kiosko de mangas y de allí miras a la izquierda y tomas la siguiente calle que da hacia el poniente y creo que después tienes que girar y pasar por un camino muy parecido que tiene dos caminos más y tienes que fijarte bien de cual tomas porque hay uno que te hace devolverte por tooodo lo que ya pasaste. Pero no te preocupes, no es difícil notar cuál es el camino indicado. — Y sonrió como si fuera todo un Chesire Cat intrigando con sus caminos.
—…— Sólo alzó una ceja.
—Ese es el camino más complejo~desu pero existe un atajo~desu— Una chica se unió a la conversación. Tenía la cabellera larga y los ojos con heterocromía. Ella iba de copiloto.
—Más largo pero más seguro. — Objetó el chico estilo host de cabellos anaranjados.
—Pero por el corto se llega más rápido y eso es lo que cuenta~desu— Volvió a insistir.
En cierto punto, Mihael podría haber escogido el camino más largo para no perderse… Hasta que...
—Sólo debes doblar en la siguiente calle~desu y seguir derecho hasta una chocolatería~desu y luego…—
—¿Hay una chocolatería por allí? —
—Sí~desu y luego que la encuentras giras hacia la izquierda y vas derecho hasta entrar en una zona más alejada~desu directo llegas hacia Hanasaki~desu— Asintió convencida de que el camino más corto es el mejor.
—Ok, vale. — Observó el semáforo el cual cambió a luz verde. Ambos echaron a andar en direcciones opuestas.
Por supuesto, Mihael había escogido el camino que le había indicado la chica con heterocromía y sin duda se detuvo en dicha chocolatería para comprar algunos dulces. Kana le esperó en la motocicleta distrayéndose con el paisaje.
—Ten. — El rubio le lanzó una barra de chocolate cuando volvió. —Es para la memoria. —
—Gracias…— Aunque sabía que esa era la excusa que el rubio usaba cada vez que se detenían en una tienda de dulces.


Habían llegado a Hanasaki y la chica se sintió incomoda instantáneamente dentro de un lugar tan inmenso y lleno de movimiento. Quiso retroceder en sus pasos pero ya era la quinta vez que desertaba y sentía que debía tener más valor. Los estudiantes iban y venían de las aulas conversando entre ellos sobre los planes que harían tras salir de clases, un grupo de chica caminaba como verdaderas divas por el sector y los profesores parecían muy cansados.
Ella se detuvo en seco, el mundo se le detuvo y se sintió arrojada sola en un mar vacío de oscuridad.

—Me siento irritada. —
—¿Por qué? —
—Todos esos chicos… Disfrutando de sus vidas. ¿Yo qué hago aquí? —
—…—
—Tres años que no he hecho nada más que dormir en un sueño eterno... Ni siquiera me pude graduar de Hanasaki. Si acepto entrar en esta realidad seré ajena a todo… Tendré que empezar desde el comienzo con gente que no conozco.—
—La mujer Lot sabrá ayudarte si quieres ingresar aquí. —
—¿Quiero entrar aquí? —
—No lo sé… Eso es cosa tuya. Ya te dije que sólo debes decirle un sí o un no. Nadie te puede obligar a nada. — Alzó los hombros. —Incluso puedes abandonar ahora mismo y no volver más. Nadie sabrá de ti. — La agarró del brazo para llevársela de allí. No quería que tuviera una crisis en ese lugar.
—No. — No se dejó mover. —Debo enfrentar mi pasado con mi presente. Si bien estoy muerta para muchos este es el único modo de volver a existir. — Alzó la vista más decida.
Después de esa pausa de reflexión, los dos siguieron buscando la oficina de Miranda Lot hasta encontrarla. Una mujer de cabellera albina abrió la puerta antes de que el rubio golpeara, parecía que no esperaba a que el joven estuviera allí ese día.
—Pensamos que había regresado a Inglaterra, señor Keehl. — Al parecer habían abandonado las esperanzas de que el chico tuviera éxito. Inmediatamente observó a la chica que iba detrás de él. —¿Es...? — Habló en un tono más bajo.
—Ahám... —
—…— Fran dudó unos segundos en creer pues esa chica era muy distinta a la que buscaban pero una corazonada le apuntaba que era la persona correcta. Abrió la puerta. —Adelante, la directora podrá atenderlos cuando regrese. —
—¿Te acuerdas de ella? — Mihael le susurró cuando ambos caminaban hacia el escritorio de la oficina.
—No…— Alzó los hombros. —O un poco… No sé. —  La oficina estaba en solitario y por lo visto nadie los esperaba. No culpaba a la mujer de cabellera clara ni a Miranda Lot, Kana se había tardado mucho en dar señales de vida. Mihael se paseaba por la oficina como si fuera propia, Kana, en cambio observó cada detalle como la primera vez que veía todo. Se fijó especialmente en unas cuantas fotografías ubicadas en una de las paredes. Todas eran chicas muy jóvenes. —¿Están muertas? — Le costó preguntarle al rubio.
—Algunas, supongo. Otras se largaron... Las otras ya se han reportado. —
—Ah…— Se sintió más aliviada de que no estuvieran muertas en su totalidad si bien no demostraba sus inquietudes. Trató de recordar los rostros pero de momento no surgían recuerdos. Ladeó el rostro y vio algunas fotos de unos chicos. —¿Ellos son…?—
—Los Keys. —
—¿Cuál era el mío? — Dijo en vez de preguntar "Qué es un Key?" se sentía casi tan ignorante como Ryouta y Lilina en ese sentido. Hasta el amigo extraño de Ryouta manejaba más información.
—¿No lo reconoces?  Inténtalo y si aciertas te puedes llevar un premio. —
—Hm…— Vio con detenimiento las fotografías pero por más que intentaba recordar no lo conseguía. —Los Keys parecen ser todos chicos sacados de catálogo de modelos de pasarela. —
—Sí, claro. — Giró los ojos.
—Tal vez por eso Keehl-kun no fue Key de nadie. —
—Bah. —
—Él— Apuntó una imagen.
—¿Cómo sabes que era tu Key? ¿Acaso a él si lo recuerdas? — Miró la fotografía con curiosidad.
—¿Él era mi Key? — La chica parpadeó. —Yo iba a decir “él tiene ojos extraños”…  Pero ahora que me dices eso… Hm…— Miró con mayor detenimiento su fotografía. —No me acuerdo de él… Pero tuve una corazonada o algo así. Su fotografía llamó mi atención. —
—Es el más feo de todos. Tal vez por eso. —
—¿Qué sucedió con él? —
—Pues…— Mihael guardó silencio y pareció dudoso de hablar.
—¿É-Él murió? —
—Era un sujeto extraño. De esos adinerados solitarios que intentan demostrar que sus vidas van muy bien pese a que realmente sus vidas sean una mierda. De esos tipos que no consiguen hacer vínculos interpersonales con los demás. A ti no te agradada él pero eras su única amistad… Después de creerte muerta tras la batalla final… Se fue a Europa fingiendo que nada pasaba. Suplía su vacío con el alcohol por un tiempo… Bueno, no le fue muy bien con un padre tan inquisidor. Al final, pudo rehacer su vida y consiguió una chica pero las cosas no resultaron bien y tu Key se casó… Con su perro. —
—…— Kana entrecerró los ojos, por un momento creyó que Mihael le contaría una triste noticia. Si bien el rubio permanecía serio no logró convencerla, Mihael soltó una carcajada.
—Haha, deberías ver tu expresión.  Casi te lo crees. —
—Que inmaduro eres…Keelh-kun. — Ella se percató de que alguien giró el picaporte de la puerta. Una mujer delgada entró a la oficina.
Cuando la mujer la observó se quedó unos segundos mirándola fijamente y Kana se sintió realmente incómoda pero no demostró inquietud en su rostro. Deseó que Mihael rompiera el silencio y dijera algo estúpido pero estaba ocupado rayando las fotografías.
—Veo que el señor Keehl tiene talento en cuanto a la búsqueda de personas. — Fue la propia mujer quien rompió el silencio. Ella sonrió cálidamente para que la chica no se sintiera ajena. —Es realmente emocionante volver a verla, señorita. — Miranda evitó utilizar nombres y apellidos por la información que el inglés le había dado sobre la chica y su doble identidad.
—Así se ven mejor…— Mihael había agarrado un lapicero y había dibujado sobre la fotografía del Key de Kana algunas groserías, lentes estilo Harry Potter y otras cosas más. De paso, había rayado a otros Keys, a uno que recordaba por su nombre extraño Taikoubou le había dibujado un peinado de trol estilo 90 y unos exagerados aretes mientras que al inglés hijo del ministro Vi Britannia de Inglaterra le había dibujado pestañas largas y labios gruesos como una chica, a un tipo de trenza castaña le fue peor; le había pintado el rostro negro y dibujado un afro al estilo Don King.
—…— Miranda prefirió hacer la vista gorda. Luego le pediría a Fran que reemplazaras las fotografías alteradas —Por favor, tomen asiento. —
—Yo. — El rubio cruzó la sala. —Paso. — y sin más, se retiró cerrando la puerta detrás de él.
—Por favor, tome asiento. — Miranda invitó nuevamente a Kana. Su mirada no parecía cruel ni ella misma parecía una persona diabólica como había escuchado decir del amigo de Ryouta, ese tal Setsuna.
—…— Kana tomó asiento, Miranda se sentó frente a ella y la contempló en silencio.
—Ha pasado mucho tiempo y veo que ha cambiado bastante. —
—…— No sabía que decir. Empezando con que había sido fraude su primer ingreso a Hanasaki años atrás con una identidad falsa.
—Me presentaría pero el joven que acaba de salir me comentó que usted algo me recordaba. —
—…— Asintió levemente.
—Me alegro de verla bien y que haya aceptado la invitación a conversar conmigo. —
—Yo…— Kana desvió la mirada. Por un momento le pareció entretenido ver las fotografías de esos chicos rayadas. —Estoy finalmente aquí porque quisiera recordar cosas y… Quisiera saber por qué me ha buscado todo este tiempo. —
—Será una mañana de larga conversación.— Miranda volvió a sonreír con afecto.



Era de noche y la única luz que entraba en la habitación era las luces blancas de los faroles de los automóviles que pasaban por la vía alta. Kana miraba fijamente el techo acostada sobre su cama, habían pasado varios días desde que había hablado con Miranda Lot. La directora le pudo aclarar algunas cosas y le ayudó a entender mejor aquellas dudas que la martirizaban. También le había propuesto nivelarla en la universidad a ser necesario.
Había decidido volver en un impulso extraño que le llamaba a hacerlo. ¿Qué más daba? Era evidente que no volvería a tener una vida normal por más que lo intentara. Estaba segura que en algún momento le daría una crisis en una cafetería o en la clase de otra universidad, pero si estaba en Hanasaki al menos comprenderían un poco la situación… Al menos la directora y Fran Viera. Aún no hablaba con ninguna otra HiME ni con su supuesto Key.
Mañana, si los ánimos la acompañaban, se levantaría de la cama e iría a Hanasaki a tomar la prueba HiME.

No estaba segura de eso. Sólo estaba segura de que Kishou Arima no podía saberlo… Ni Ryouta, porque seguramente se lo impedirían.

Kana Nightroad estaba muerta, así figuraba en todos lados... Pero Hiyori Arima... ¿Merecía una oportunidad?



Fran Viera le había dado un par de indicaciones antes de comenzar la prueba HiME. Miranda estuvo presente también por si alguna crisis descompensaba a la chica. La notaba tan ida y ajena que comenzaba a sospechar que no estaba analizando la situación como debía y que ella misma no debía exponerla a ese cambio pero confiaba en que nada malo sucedería y, por sobre todo, que la chica había escogido bien. La directora estaba un tanto inquieta desde que se inició su búsqueda, ¿Había sido lo correcto volverla a integrar? Pero lo había hecho por un motivo aún más especial; sospechaba que algún agente de Rizembool tenía que ver con la desaparición de Kana.

Kana permaneció en el escenario esperando a que algo pasara pero los minutos transcurrían y ninguna marioneta se asomaba para hacerle frente. Fran le había hablado sobre la prueba HiME que alguna vez tomó pero Kana no albergaba recuerdos. Resopló frustrada, ¿Había sido buena idea venir suponiendo que no tiene recuerdos ni… redes sociales? Por lo que hablaban Fran y Miranda, la mayoría de las HiMEs tenían como marioneta rival a su Key. Ella ni siquiera lo recordaba más por una fotografía que ahora estaba rayada gracias a Mihael.
Quizá la marioneta tendría la forma del rubio por los días que pasaron juntos… En cierto modo la idea la animó un poco. No sabía por qué, pero un instinto le llevó a saborear la idea de romper la marioneta con un palo como si fuera una piñata.

—No debería…— Meneó la cabeza para borrar esa idea. Además, se suponía que la marioneta tomaba la forma de alguien cercano y querido.
Nada. No aparecía nada. ¿Acaso no quería a nadie? ¿No tenía cercanos? Comenzó a frustrarse. Se sentó en el suelo y abrazó sus piernas clavando los dedos en sus piernas.
“Quiero irme” pensó cuando se mecía en su posición. “No quiero a nadie… Nadie me quiere… No hay nadie” —No hay nadie… Nadie…— Comenzó a pronunciar.
—Hiyori, debemos irnos. — Una voz familiar se pronunció después de una hora de ausencia. Kana alzó la mirada y se encontró con su medio hermano Ryouta.
—¿Cómo entraste? — Se sintió defraudada por la inseguridad del lugar. Estaba segura de que Ryouta la había perseguido y con lo bribón que era se las habría ideado para interrumpirla. —Vete. —
—No quiero que seas HiME. Conversemos como hermanos. — Extendió su mano para que la aceptara.
—No eres mi hermano. — Entrecerró los ojos, simulando dibujar algo en el suelo con la punta de su dedo. Jamás serían hermanos aunque se quisiera.
—Cierto…—
—…— Kana alzó la vista. Ryouta solía contradecirle e insistir que compartían sangre.
—Siempre serás la bastarda. — Le dijo sonriendo.
Kana se puso en pie y cuando iba a preguntar otra vez que hacía allí Ryouta le jaló el cabello.
—Tú no deberías existir, bastarda. Por tu culpa mi familia se disolvió.— La sacudía de un lado a otro con violencia. Sólo en ese momento Kana comprendió que era una marioneta. Bastante lenta, debió reaccionar cuando la había llamado por bastarda porque el verdadero Kise jamás le diría así.
La chica intentó liberarse pero la marioneta tenía bastante fuerza para evitar que lo hiciera. Entonces tuvo que estabilizarse un poco y morder los brazos de la marioneta para que la soltara. Sólo así pudo hacerlo y aprovechó de alejarse de Ryouta-marioneta.
—Pobre Hiyori, sin amigos… Sin familia… Sin nadie que la quiera. Mírame, sólo he podido aparecer como la imagen errónea de tu medio hermano porque no había nada más que sentimientos de culpa. — Dicho esto, volvió a lanzarse al ataque.
La joven trató de concentrarse en la situación y en los consejos dados por Fran sobre los poderes y habilidades HiME, pero, ¿Cómo invocarlos si no los recordaba? A la marioneta no le costó dar con ella nuevamente y propinarle un empujón para dejarla acorralarla contra la pared.
—Eres más patética de lo que imaginé. Por lo visto no llevas los buenos genes contigo. Seguramente la línea débil es más fuerte. ¿Cómo está tu madre en el infierno después de suicidarse? —
—Cállate—
Y si algo recordaba del verdadero Ryouta era un buen consejo: “Si un idiota se trata de pasarse de listo contigo tienes que darle una buena patada en la entre piernas. Te lo aseguro, eso vuelve vulnerable a cualquier hombre” tomando su consejo, le dio una patada en la zona íntima de la marioneta suplicando que la maldita tuviera las mismas reacciones que un hombre aunque fuese un montón de madera sin vida. Felizmente, la marioneta estaba tan sincronizada con la realidad que retrocedió unos pasos retorciéndose de dolor.
La muchacha intentó nuevamente en vano tratar de llamar algún elemento o capacidad pero nada le resultaba. Entonces supuso que tenía que hacer lo que tenía a su alcance; comenzó a patear a la marioneta hasta hartarse. “Eres buena peleando, ¿En serio no fuiste a una academia de karate? Sí que sabes pegar.” Le había dicho Ryouta cuando estuvieron practicando hace meses atrás. La marioneta parecía inconsciente y la chica se había cansado de darle de patadas. Se tomó unos minutos confiada de que la marioneta estaba nocaut pero era más hábil de lo que imaginaba y de la nada le había agarrado de los tobillos y le hizo perder el equilibrio cayendo al suelo.
—Muere, maldita. —

Comenzó a ahorcarla hundiendo los dedos en su cuello fino cuando se posicionó sobre ella. Kana comenzó a perder el oxígeno y las fuerzas, la situación le vino de pronto como cuando su Rebel la estaba asfixiando en la batalla final pero esta vez era la imagen de su medio hermano quien lo hacía. En sus últimos momentos de fuerza la energía fluyó como una corriente de adrenalina y a su lado apareció una espada de hielo transparente. Extendió con dificultad su mano y la tomó, la marioneta estaba tan empecinada en borrarla que no se dio cuenta cuando la chica alcanzó el arma.
Pero ella se contuvo… Sabía que era una marioneta pero de todos modos si hacía con ella lo mismo que hizo con su Rebel la imagen de Ryouta apuñalado quedaría en su mente. No se veía capaz de matar a su medio hermano por muy marioneta que fuera.
Cerró fuertemente los ojos y apretó el filo de la espada con su mano dañándose los dedos. Contó hasta tres y reuniendo la poca fuerza que le quedaba se giró sobre la marioneta y le clavó la espada en el pecho.
La marioneta intentó decirle algo pero las palabras nunca salieron de su boca pues se comenzó a ahogar con su propia sangre la cual brotaba de su pecho y salía de su boca también. Kana le observó inmóvil hasta que dejó de sacudirse. En ese momento se levantó con dificultad y salió del escenario.

—Has superado tu prueba HiME. — Dijo Fran. —Felicitaciones. —
—Has vencido la adversidad por muy difícil que fuera. —
—Me tardé…—
—No importa el tiempo de duración. — Miranda sonrió conciliadoramente. — Lo importante es que ahora eres una HiME, por tanto inmediatamente Rizembool asignará un nuevo Rebel para ti. Debes estar atenta a tu entorno. Recuerda que si necesitas ayuda o guía puedes obtenerla en cualquier momento. —
—Sí, lo sé. —
—…— Miranda y Fran intercambiaron miradas disimuladamente. ¿Ella estaba bien?
—Gracias, ahora volveré con mi familia. — Y sonrió tan cálidamente antes de retirarse que de algún modo dejo con más serenidad a las dos.

Kana caminó con dignidad por los pasillos de Hanasaki hasta hallar la salida. Sólo cuando notó que a esa hora no había mucha gente por allí corrió rápidamente por los jardines posteriores del recinto. Llegó hasta el área de botánica y encontró un invernadero que le trajo recuerdos de antaño cuando encontraba a su Key en el invernadero de Hanasaki sumido en sus propios pensamientos. Al entrar, casi podía divisar la imagen de él mirando con melancolía las flores. A Kana le faltaba el aire por la corrida pero se sentía llena de vida en ese momento. Inconscientemente comenzó a buscar a su Key esperando encontrarlo entre las flores pero no había nadie allí.

Entonces, vio la figura alta de un chico que le daba la espalda . No pudo más que correr hacia él y abrazarlo con el frenesí que llevaba sobre ella. Sonrió y se aferró a él.
« Last Edit: May 03, 2016, 06:45:03 PM by Kana »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #59: September 29, 2015, 03:18:19 AM »
Traigo prueba HiME.... está horrible u_u

edit: el tope de kanone antes era un gif pero la nación de photobucket atacó y lo perdí para siempre y_y

4.


Antes de permitirle el ingreso al gimnasio, Fran había mencionado la posibilidad de una mutación de  su capacidad, su elemento y hasta incluso del child, contándole que sus cambios de ánimo, estado emocional y actitud afectarían de todas formas a la manifestación de sus poderes. Estos comentarios sólo acrecentaron sus nervios por mil, al mostrarle que ni siquiera tendría la seguridad de manejar las habilidades que conocía: le perturbaba la idea de tener que adaptarse a nuevos poderes justo en momentos de peligro.

Con pasos temerosos entró al vasto coliseo, notando la densa neblina a su alrededor y la ausencia de la marioneta. Caminó por el lugar como tanteándolo, esperando no chocarse contra las bancas o las paredes.

Eureka cayó en cuenta de que no contaba con una idea clara de cómo convocar sus poderes o su arma. Recién en esos momentos, recordó que había mandado a Soul a Inglaterra, para darle un poco de compañía a su madre. Suspiró al notar que sería imposible traerlo de vuelta en esos momentos. Se sintió la persona más idiota, por no haber anticipado que lo necesitaría justo ahora. Esto era, sin embargo, suponiendo que Soul podría volver a convertirse en oz como lo hizo durante los tiempos de la anterior batalla contra Rizembool, y es que finalizada esta, nunca pudo cambiar de forma nuevamente. 

“¿Holaaa?” Saludó a la nada, y cuando vio que la niebla se disipaba para mostrar una figura, sintió que su corazón se volcaba.
En frente de ella estaba una copia exacta de su primer rebel y antiguo amigo, Kanone Hilbert, al que había dado por muerto por los últimos tres años. Si bien en un inicio le sorprendió verlo, no demoró en reaccionar: su expresión se tornó seria y su postura pasó de ser relajada a mostrarse preparada para la inminente batalla.

“Eureka. Sí que ha pasado un buen tiempo desde la última vez que nos vimos,” mencionó la marioneta, mientras jugaba con la empuñadura de su arma.
“La última vez fue el verdadero Kanone y no una copia barata.”
“Haha, puede que estés en lo cierto.” ‘Kanone’ rio, y Eureka notó que la marioneta había imitado esa mirada llena de cariño que siempre le dirigía el original.
“Debí hablar con el verdadero antes de entrar a dar la prueba, carajo,” se dijo a sí misma en voz baja, llena de rabia por su propia estupidez.
“Es muy tarde para arrepentirse de eso, ¿no? Ya estoy aquí, después de todo.”

Eureka solo suspiró y cerró los ojos para concentrarse y llamar a su elemento. Extendió su brazo en dirección a la marioneta, y al leve movimiento de sus dedos, unos rayos emanaron de su palma e intentaron llegar a ‘Kanone’, pero este los esquivó al saltar unos cuantos pasos atrás.

“Tu elemento ha cambiado, ¿no?”
Eureka asintió con la cabeza. “Adiós a las ilusiones. Hola… ¿electricidad?” Y para reafirmar sus dudas, volvió a lanzar rayos por la palma, aunque estos de nuevo no llegaron a impactar contra su enemigo.

Chequeó su palma y vio que las cargas eléctricas que salían de esta eran cada vez más inestables y discontinuas, lo que la preocupó enormemente. Esta distracción hizo que se tropezara al intentar esquivar muy tarde un puñetazo por parte de ‘Kanone’. Eureka tuvo que pararse rápidamente porque la marioneta estaba decidida a no dejarla descansar: desenvainó su katana y la blandió verticalmente, pero sólo consiguió cortarle un pequeño mechón de cabello en el proceso.

Con unos cuantos metros de distancia, Eureka probó de nuevo con su elemento, pero los rayos eran débiles e inestables y ni siquiera conseguían alcanzar a su contrincante. Frustrada, pensó en utilizar su capacidad, pero ‘Kanone’ no la dejaba concentrarse y sólo podía esquivar con dificultad los ataques del exrebel. Sin embargo, Eureka se resbaló y la marioneta consiguió hacerle un corte en la pierna.

En un acto desesperado, se rodeó de algunas corrientes eléctricas para crear distancia entre ambos. Aún carecían de estabilidad e intensidad, pero al menos le iban a permitir pensar con tranquilidad qué podía hacer para ganar la batalla. En esos instantes, una luz se formó en su palma, y se expandió hasta materializarse en su oz. El arma cambió rápidamente de forma y volvió a portar su apariencia humana, mostrándose sumamente confundido.

Soul observó los rayos que los envolvían en una pequeña esfera de luz, y luego volvió su mirada a su dueña y amiga. “¿…Eureka?”
“¡SOUL!” Lo abrazó, y Soul la rodeó con sus brazos también. “¡Qué genial! ¡De nuevo puedes transformarte en oz!” Al notar que el chico estaba en pijama, Eureka arqueó una ceja. “Wait, ¿…Qué haces aquí? ¿Y vestido así?”
“Esperaba que tú me pudieras responder eso. Como verás por mi ropa” Soul se separó de Eureka para señalarse a sí mismo. “Recién me había levantado, y estaba a punto de preparar el desayuno…en Londres, no en Tokio.”
“¿Ya te acostumbraste a vivir con mi mamá?”
“Aunque no lo creas, K.K. es genial. Me consiente todo el santo día y me deja hacer lo que quiera.”
“Qué penita, mi mamá tendrá que andar sola de nuevo por un tiempo. Estás de vuelta en Japón porque necesito a mi arma y estoy en plena prueba HiME.”
“¿…Eh?”
“De ahí te cuento bien, que ahorita necesito destruir a la marioneta.”
Soul se quedó mirándola sin entender bien lo que ocurría, pero asintió luego de unos segundos. Se tomaron de las manos y Soul cambió de forma, volviendo a mostrarse como una oz.

Las cargas eléctricas se disiparon y Eureka pudo ver que la marioneta había estado esperando ese instante para atacar: rápidamente detuvo el ataque de la katana de ‘Kanone’ al impactar el mango de la oz contra la hoja de la espada. Saltó para atrás cuando no pudo soportar más el choque entre las armas.

“Eureka, ¿ese no es Kanone? ¿Por qué es tu marioneta esta vez?” Le dijo Soul, mostrando su reflejo en la hoja de la oz. Por precaución, Eureka se rodeó de nuevo de corrientes eléctricas, para no llevarse luego alguna terrible sorpresa por parte de ‘Kanone’.
“Antes de la prueba HiME, hace unos días… me enteré de que estaba vivo. De seguro eso ha afectado mi estado emocional y por ello la marioneta es una copia de él.”
“Wow, estoy sumamente desactualizado. Luego debes contarme bien qué ha pasado en mi ausencia.”
“No te preocupes, que luego habrá tiempo para eso.”
“Ok, ok.” 
“Tengo un plan.”
“Te sigo.”

Disipó de nuevo las corrientes de electricidad, y se escabulló entre la neblina para un efecto sorpresa. Soul sintió que algo se acercaba, y al moverse por su cuenta y colocarse frente a Eureka, comprobó que estaba en lo cierto cuando unas navajas chocaron contra él, rebotando y cayendo al piso. Una de ellas si consiguió cortarle ligeramente la mejilla a la HiME, quien no se inmutó en lo absoluto.

Eureka se giró en el momento indicado para prevenir una herida en su espalda: ‘Kanone’ estaba dando vueltas alrededor de ella, al parecer, y las navajas habían sido una distracción. Aplicó un poco de fuerza y logró separarse de su contrincante, esta vez, decidida a terminar la pelea.

Blandió la oz de un lado a otro para que la neblina desapareciera, hasta poder ubicar con exactitud a la marioneta. Ni bien la vio, corrió lo más rápido que pudo y saltó por los aires para hacerle un corte en el pecho con un movimiento ágil y limpio. ‘Kanone’ cayó al suelo, y ciertas chispas de electricidad se disiparon alrededor de él luego de unos segundos.

“Ese último ataque… ¿aplicaste electricidad, no?” Mencionó Soul, camino a la salida del gimnasio.
“¡Sí!” Eureka le hizo un signo de paz con los dedos y sacó la lengua. “Igual no tuvo mucho poder porque recién estoy manejando por primera vez este elemento.”
“Ni creas, sentía que me electrocutabas.”
“¿EN SERIO?” le preguntó Eureka, preocupada.
“Te estoy jodiendo.”
“U dummy”
Soul le sonrió, y se transformó de nuevo en una oz. “No pienso salir en pijama a la calle, así que llévame así, por fa.”
“Dude, creo que se verá peor que camine con una oz por las calles.” Y lo tomó en sus manos, aun así.
“A mí no me digas nada, tú me trajiste de Inglaterra… ¿mentalmente? Pero lo hiciste.”
Eureka sólo entornó los ojos, a la vez que abría las puertas del gimnasio.

“Felicidades, Eureka Suoh. Eres una HiME.” Mencionó Fran, al verla salir.

Al menos ya podía marcar eso con un check en su lista mental de cosas por hacer.

Lo siguiente: hablar por fin con Kanone Hilbert.
« Last Edit: June 06, 2019, 01:35:47 AM by Eureka »