Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252463 times)


Eureka

Oh dios mío estreno página nueva

26.2




“¿…Minazuki-kun?”

Sho despertó de su trance, sacudiendo la cabeza y acomodándose en la silla. Se aguantó las ganas de darse un puñete a sí mismo por lo irresponsable que era al portarse así en plena entrevista con uno de los supervisores de Rizembool que estaba directamente relacionado con el comité de selección de rebels.

Y es que la revelación del día anterior había sido demasiado como para dejarla pasar. Por más de que intentaba olvidarse de eso, volvía a su mente y no lo dejaba descansar.

“Eh, disculpe,” dijo Sho, sin mirarlo a los ojos.
“Estuve llamándote por unos minutos. Parece que estás distraído por algo.”
“Uh… ¿clases?” ofreció Sho, arqueando una ceja.
Narumi rio. “Esperemos que eso no influya en tu rendimiento como rebel.”
“…” Sho se quedó en silencio, hasta que le cayó como baldazo de agua fría. Se incorporó en su asiento, sin creer lo que acababa de oír. “¿Qué? ¿Voy a ser rebel?”
“Sí,” El mayor ordenó unas rumas de papeles, y luego, se reclinó en su silla, a la vez que continuaba: “Tu rendimiento en la batalla de prueba demostró que tienes las aptitudes, pero te falta control. Para esto, hemos preparado un menú de entrenamiento especializado junto a una de las unidades de combate de la universidad.”
“¿Unidades… de combate?” eso nunca lo había escuchado antes.
“Son AI’s creadas especialmente para funcionar como la princess de un rebel en el conflicto. Como sabrás, en esta primera etapa, sólo los rebels estarán en las filas de ataque, así que estas unidades carecen de propósito por el momento. Hemos visto conveniente que, para que no pierdan el ritmo, practiquen con rebels que necesitan también entrenar, como ellas.”
“…No entiendo, ¿no que antes las sacaban de Hanasaki?”
“Pues aún se pretende que varias princess salgan del alumnado, aunque esta vez será del mismo Rizembool. Pero los científicos querían probar cómo cambiaba la dinámica de la pelea si la princess carecía de sentimientos. Parte del cuerpo científico cree que las mujeres, por sus emociones, son más propensas a cambios de humor y esto podría afectar su performance. Por mi parte, siento que eso está errado, y de hecho, me parece más una excusa que una explicación para no permitir que mujeres sean rebels y justificar su tema de las princess, peeero, no me meto en donde no me llaman.”
“…Ajá,” Sho había perdido el hilo en medio de la explicación. Y aunque quería buscar excusas para su actitud, la verdad era que no le interesaba mucho aquel tema de conversación. Él sólo quería saber cuándo empezaba. Aunque tenía una duda… “¿No vale que esté entrenando ya con alguien más, no?”
“¿Con quién?” Narumi se mostró muy interesado.
“Souji Seta. Un exrebel.”
“Ah, Souji,” Kiyotaka sonrió. A Sho no le sorprendió en lo absoluto que hasta él, Narumi, un supervisor de rebels y alto mando del sistema, lo conociera. Estaba sentado que más del ochenta y nueve porciento de la comunidad universitaria conocía a Souji. Cada día, sin embargo, sentía que ese porcentaje iba en aumento. “Ese chico es estupendo. Junto con su pareja, Adachi, son parte del grupo de los rebels que mejor rindieron en el conflicto pasado,” dijo, y Sho rodó los ojos ante la mención de Adachi. “¿Cuánto tiempo llevas entrenando con él?”
“Unas semanas.”
“Puedes continuar con eso, pero tienes como requerimiento asistir una determinada cantidad de veces a los entrenamientos con la unidad de combate.”
“Oh, okay,” Sho asintió. 
Narumi le extendió un sobre de manila que yacía en su mesa. Sho lo agarró, y a la vez que revisaba sus contenidos, Kiyotaka empezó a explicarlos: “Dentro están tus itinerarios de entrenamientos, la cartilla de beneficios y la nueva tarjeta de identificación que te otorga el comité.”
“¿Cuándo empiezo?”
“Aún no se te ha asignado una HiME. Esos datos te llegarán en el transcurso de la semana. Por mientras, debes ir al Departamento de Sistemas e Informática de la universidad, para que te puedan colocar el chip, conozcas las zonas de entrenamiento y la AI que será tu compañera de prácticas. En los sótanos de ese edificio están escondidas varias zonas del cuerpo científico de Rizembool.”
“¿Eso debo hacerlo en estos días?”
“Exacto,” Narumi le sonrió. “Bueno, eso es todo. Felicitaciones, Sho Minazuki. Rizembool te agradece por tu disposición, y esperamos que tu rendimiento sea óptimo,” y se alzó, extendiéndole la mano. Sho también se paró, y la estrechó por unos breves momentos.
“Gracias,” respondió por inercia. “Uh… ¿dónde queda el Departamento de Sistemas?”
“Por la facultad de Ingeniería de Telecomunicaciones.”
“…Okay,” Sho hizo una reverencia rápida, y luego, salió del despacho con destino a los laboratorios. En el camino, no pudo evitar mandarle un mensaje a su hermano y a Souji, contándoles las noticias.

Prometía ser un buen día.




         

De haber crecido junto a Hunk y Keith, Pidge sentía que la situación actual hubiese sido pan de cada día para el grupo, durante su infancia y adolescencia.

Allura estaba parada en frente de ellos, de vez en cuando daba unos pasos de un lado a otro, mientras que los cuatro andaban sentados en el sofá principal de la sala de los Maheswaran. La actitud tranquila de la mayor se había disipado completamente al encararlos a los cuatro: parecía que un switch dentro de ella se había activado y su versión ‘hermana mayor decepcionada’ se había activado.

“¿Por qué no me preguntaron en vez de jugar a los detectives?” preguntó Allura. Sonaba muy calmada, pero a juzgar por las expresiones de Hunk y Keith, Pidge intuía que era el tono que usualmente usaba cuando estaba molesta y quería que rodaran cabezas. Lo más pertinente era ser cuidadosos a la hora de responderle.
“Uh…” Lance empezó, pero no se le ocurrió nada, así que cerró la boca, derrotado.
“Estábamos preocupados,” dijo Hunk. “Parecías otra persona desde ese domingo, y sabíamos que no nos ibas a decir nada si te preguntábamos acerca del tema. Siempre haces lo imposible por protegernos de todo, a mí y a Keith. Pero ya no somos sólo dos,” Hunk miró a Lance y a Pidge. “Y además, has dejado de ser sólo mi hermana para pasar a acoplarte al grupo. Con mayor razón no nos quieres involucrar.”
“Eso está, en su mayoría, acertado,” dijo Allura, y luego, suspiró. Sentía que el tema de conversación la estaba haciendo envejecer más rápido de lo normal. “¿Cómo supieron que estaba relacionado a las HiMEs?”
“Pidge y yo justo hablábamos de eso un día,” contó Keith. “Es un rumor, hay un grupo de whatsapp dedicado a confirmarlo y… nos pareció raro, cuando recordamos la muerte de tu amigo y tu desvinculación del arco y la flecha. Por algo, también, te alejaste de tu grupo de secundaria.”
“Esa muerte podía ser el detonante de que mi grupo se separara. No tenía que estar relacionado a las HiMEs, realmente.”
“Sí, pero… tu amigo era de Rizembool. Hunk apenas recordaba su nombre, pero fue suficiente para buscarlo en la base de datos de la universidad. En Hanasaki no figuraba como exalumno, pero en Rizembool sí,” dijo Pidge.
“…!”
“Sospechamos que ese amigo que perdiste fue tu rebel,” dijo Lance. “No tenemos pruebas, pero es una idea que surgió luego analizar los pocos datos que teníamos.”
“Ahora, podíamos habernos equivocado, porque todo era demasiado perfecto como para ser cierto…”
“Pero me delaté cuando hablé con Keith,” Allura suspiró.
“Exacto.”
“Ehh… fácil lo hice inconscientemente. Porque sí quería contarles todo, pero… a la vez tenía miedo de que quisieran meterse a ayudarme. Ya van a entender por qué.”
“Ok, entonces. Cuéntanos, por favor.”
Allura tomó una bocanada aire, y luego la botó de a pocos. “Okay.”

Tomó asiento en el sofá en frente de ellos. Demoró unos segundos en calmarse lo suficiente como para poder empezar a relatar su experiencia como HiME.

“Fui una HiME en secundaria. Para ese entonces, estaba en el club de arquería, y éramos muy cercanos del de Rizembool. Usualmente nos juntábamos los fines de semana para pequeñas competencias entre ambos grupos, y a veces salíamos a comer. Ahí me hice amiga de varios chicos, entre ellos Kuro Shido. A los meses me convocaron para ser HiME, y bueno, ahí no te dicen quién es tu rebel, sino que luego de un tiempo él sólo se presenta.”
“Y era Kuro,” dijo Lance.
“Exacto. Me quedé helada. No podía creer que justo él tenía que ser mi rebel. Quise renunciar, pero justo por ese tiempo, varias chicas perdieron la vida en el conflicto, y me sentí culpable. Ellas habían optado por pelear aún a pesar de todo. Yo, ni bien me encontré con un bache en el camino, ya quería rendirme.”
“¿Qué hiciste?” preguntó Pidge.
“Luché. Kuro, por más de que nos conocíamos, era otro en el campo de batalla, así que no me quedaba de otra que tomarlo en serio. En algún momento, su máscara se quebró y confesó que ya no quería pelear conmigo. Había intentado desvincularse emocionalmente del conflicto para poder luchar sin importarle lo que me pasara, pero me tenía mucho cariño como para hacerlo. De ahí, continuamos con unas batallas más, con otro tono, por supuesto. Seguíamos siendo amigos, así que nos cuidábamos entre nosotros, pero llegó el punto en que Kuro me propuso renunciar. Sin embargo, a los días, algo muy raro sucedió.”
“¿Qué pasó?”
“De un día para otro, su mentalidad dio un giro de 180 grados. Lo que habíamos hablado días antes, ese pacto que habíamos hecho… sentí que se olvidó de todo eso. Su único objetivo era vencerme, y para ello, dejó el club, los estudios y todo. Era otra persona. Pero en una batalla, todo salió mal, y… yo…” la voz de Allura se quebró, y el grupo actuó rápidamente al verla a punto de llorar: se levantaron y rodearon la mesa de cristal para alcanzar a Allura y abrazarla todos juntos. “Lo siento, d-debo terminar de contarles…”
“No te preocupes,” le dijo Keith.
“Sí,” habló Pidge. “Esto es muy duro para ti…”
“No, está bien,” dijo Allura, entre sollozos. 
“¿Alguno de tu grupo de la universidad lo sabe?”
“Nadie. Sólo una chica del antiguo club de arquería de Hanasaki, pero a eso llegaré luego,” Allura los estrujó de vuelta, y cuando todos se separaron, se limpió la cara con la manga de su chompa. Por seguridad, Keith, Hunk, Lance y Pidge se quedaron sentados a su lado.
“Bueno. Luego de eso, hubo un funeral. Kuro había sido cercano a todos, y su ausencia se hizo notar... nos chocó tanto que nos distanciamos mucho entre todos. Nadie podía con la pérdida de Kuro, ni yo misma. Me concentré en mis estudios para distraerme un poco del tema, y pasó el tiempo… Ah, cierto, apoyé a varias HiMEs ese año, pero mi labor como HiME terminó con la muerte de mi rebel. Me quisieron asignar otro, pero me negué a aceptar. No estaba preparada emocionalmente para seguir con la pelea.”
“Allura, tengo una pregunta,” dijo Hunk. “¿Tu arma no fue el arco?”
“Sí, pero fue un arco especial que podía convocar cuando yo quería.”
“Preguntaba porque el arco que conservas no se veía tan usado que digamos.”
“Ese sólo lo usé para el club,” contó.
“Y… ¿qué es lo que pasó en estas semanas?”
“Hace tres años, Rizembool perdió. Las HiMEs lograron destruir los centros de operación y todo tipo de tecnología que poseían. Pero… ese domingo recibí una llamada de Garnet, una superior del club de arquería y amiga de varios años. Me contaba que habían reclutado a su amiga, Rose, y que le parecía pertinente que le contara mi experiencia para sacarla de la duda. Como a ustedes, le dije todo lo que pasó. A la semana, me llamó para conversar y nos reunimos a solas.”




 
 

“Disculpa que te quite tiempo de nuevo, Allura,” Rose le sonrió. “Te pedí un café, por cierto.”
“Gracias,” dijo Allura. Justo en esos momentos, el mozo de la otra vez, Kaneki, se les acercó con una bandeja, y dejó los cafés en la mesa. “Oh, gracias.”
“Gracias, Kaneki.”
“De nada. Me avisan si desean algo más,” el joven se fue luego de esbozar una pequeña sonrisa.
“¿Supongo que te decidiste?”
“Sí,” Rose parecía sumida en sus pensamientos, mientras le echaba unas cucharadas de azúcar a su café. “Fui una vez más a hablar con Miranda. Me contó que, esta vez, los keys tienen el potencial de desarrollar poderes y participar del combate.”
“¿En serio?” Allura se mostró muy sorprendida. Imaginaba que el poder de las HiMEs había evolucionado de tal forma que había una retroalimentación entre el key y la HiME. Era un desarrollo que sería muy beneficioso para ellas en el combate. Por lo que Rose le había contado, del bando de Rizembool, sólo estaban los rebels, así que tener dos combatientes iba a ser muy provechoso.

Esta vez, no se pensaba retomar la asistencia de princess, o al menos no estaba en los planes de Rizembool por el momento.

“Sí, pero el problema es que yo ya sé quién sería mi key. Y por él no puedo participar de esta pelea.”
“¿…Quién?”
“Mi hijo, Steven,” contó Rose. “De ninguna manera sería capaz de ponerlo en riesgo… Sé que a los rebels poco les importa quién es su contrincante, y estoy segura que ese será el caso con Steven. Y por más de que lo proteja, yo… no sé qué haría si algo le pasa. Tengo la ayuda de Pearl y Garnet, pero no me quiero confiar. No quiero ni pensar en un escenario hipotético en el que acepto. Está descartado totalmente desde que me enteré de que los keys podían desarrollar poderes a futuro.”
“¿Ya hablaste con Miranda?”
“Sí, hace unas horas fui a dejarle en claro mi postura. Por supuesto, al enterarse de mi inconveniente con el potencial de los keys, lo aceptó sin ninguna queja. Me agradeció, de todas formas, por haberlo considerado.”
“Mm,” Allura asintió.
“Le conté, también, sobre la perspectiva de una HiME que había vencido a su rebel… y mencioné tu nombre. Miranda me pidió que te hiciera presente sus saludos.”
“Oh, okay,” Allura sonrió. “Entonces, Garnet y Pearl ya no tienen de qué preocuparse.”
“Sí,” Rose suspiró. “Te llamé para agradecerte por tu ayuda, la verdad. Tu experiencia me hizo ver lo peligroso que realmente era este conflicto. Y luego, lo de Miranda fue lo que me convenció totalmente. Por ello, puedes elegir lo que quieras del menú, Allura,” dijo, con una sonrisa. “Es mi forma de agradecerte por todo.”
“¡Ah! No, no te hubieras molestado.”
“Insisto…”
“Okay, si tú lo dices,” Allura rio, y cogió el menú que había quedado a un lado de los cafés.





 
         

“Eso no puede ser todo,” dijo Pidge.
“No, aún falta,” dijo Allura. “Ahí quedó el tema de Rose, y por unos días, me olvidé de todo el asunto. Pero Miranda me llamó ese fin de semana.”
“Ella es la rectora, ¿no?”
“Sí, y también es la encargada de las HiMEs.”
“Ah…”
“Me lo veía venir desde hace tiempo, desde que me enteré de que el conflicto se había retomado. Estaba claro que me llamarían eventualmente para pedirme que volviera a participar.”
“Por eso andas tan preocupada, ¿no?”
“Exacto… siento que debo, pero a la vez no estoy completamente segura de ello. Miranda confía en mis habilidades, pero no me siento muy estable como para participar. Por más de que traté mi depresión y ahora estoy mucho mejor, lo de Kuro aún me duele.”
“Ya no tienes amigos en Rizembool, ¿o sí?” preguntó Pidge.
“No. Pero no quiero tener que… no quiero herir a nadie.”
“Allura, yo creo que todo esto te chocó más porque no pudiste compartirlo con nadie en su momento. Según lo que entiendo, tus amigos del club y del instituto no sabían que eras HiME,” dijo Lance.
“Ajá,” afirmó Allura. “Sólo Garnet, que de vez en cuando me apoyó… pero nunca pude hablar bien sobre lo de Kuro con nadie, ni con ella.”
“Ahora nosotros lo sabemos,” dijo Hunk.
“Y si uno de nosotros es tu key, podemos ayudarte,” dijo Lance. “Keith sabe artes marciales.”
“Ese es otro tema, realmente. No sé quién pueda serlo…” confesó Allura.
“Como te digo, de ser alguien del grupo, podríamos apoyarte.”
“Sé que le tienes una tirria a Hanasaki y a Rizembool, pero esta vez no estarás sola,” ofreció Hunk.
“Hanasaki no es el que tiene la culpa… Rizembool sí. Porque estoy segura de que algo le hicieron a Kuro, algo debieron hacerle para que cambie totalmente. Sino, podríamos haber renunciado… y él aún estaría aquí.”
“…” todos guardaron silencio por unos breves momentos.
“Allura, ¿y si te queremos ayudar, por más de que nadie de aquí sea tu key?”
“Es muy riesgoso… saben que los rebels tienen poderes.”
“Pero si somos cinco contra uno, podríamos hacerle cargamontón.”
“Igual, si no están preparados, podrían estar en peligro,” Allura suspiró. “Parecen muy empeñados en que yo vuelva a ser HiME. ¿Por qué?”
“Uh… nos da curiosidad.”
“Es muy peligroso, ¿acaso no lo he dejado claro?”
“Somos un poco idiotas,” Pidge sonrió. “Creí que sabías eso.”
“…” Allura suspiró. “Sí, me doy cuenta.”
“Al menos di que lo pensarás,” dijo Keith.
“En todo caso, cuentas con nuestro apoyo de cualquier forma,” Hunk le sonrió.
“Gracias,” Allura los miró a todos. “Quiero un tiempo a solas, así que los dejo. Pero en serio, gracias por escucharme. Era algo que quería sacar de hace mucho tiempo, y ahora que ustedes lo saben, me siento un poco mejor.”
“Discúlpanos por hacer tanto problema por eso, y por invadir tu privacidad, más bien,” dijo Hunk.
“No. Eso ya no importa,” Allura sonrió. “Los veo luego, chicos.”

Allura se paró y les revolvió los cabellos a los cuatro. Al parecer, ciertos hábitos eran difíciles de cambiar para ella. Los miró, enternecida, y luego, caminó hacia las escaleras que daban al segundo piso.

Una vez subió, todos intercambiaron miradas.




“Yo creo que no deberíamos involucrarnos,” dijo Hunk. “Lo que nos ha contado… me ha dado miedo.”
“Y Allura se ve muy afectada por lo de su amigo. Yo no podría cargar con semejante cruz, la verdad,” dijo Pidge.
“A mi me emociona todo el asunto,” dijo Lance. “Pero sí, sería muy insensible obligarla a volver a ser HiME luego de que nos ha contado sobre su pasado. Ella es la de la última palabra.”
“Sí. Sólo podemos apoyarla en su decisión,” dijo Hunk. “Pero la ví medio dudosa…”
“Lo ha estado pensando desde hace tiempo. Fácil esta conversación la ha ayudado a darse cuenta de que no está sola.”
“Ajá,” Keith asintió. “Pero bueno, habrá que esperar…”
“Por cierto, ¿vamos a ir a la clase de las 3?” preguntó Lance.
“Yo digo que sí…” dijo Pidge. “Pero si tomamos taxi entre todos. No quiero ir en tren…”
“¿Tienen para el taxi?”
“Sí, creo.”
“Entonces vamos.”
“Eeeeeh…” Lance se desparramó en el asiento. “Yo pensé que la charla nos duraría tanto que al final nos resignaríamos a no ir.”
Keith le extendió una mano, luego de pararse. “No te quejes y vamos.”

Lance rodó los ojos, pero tomó la mano de Keith y se alzó. Pidge y Hunk los imitaron, y todos caminaron hacia la puerta de la entrada.





     
El punto de encuentro con Akechi no estaba tan lejos de la facultad de Psicología, por lo que Adachi y Souji llegaron allí en poco tiempo. Era un comedor  al aire libre, lleno de mesas circulares de madera y rodeado de uno de los pocos jardines de Rizembool. Al lado derecho había una fila de hornos microondas, para que los alumnos pudieran calentar sus almuerzos sin dificultad. El ambiente calmado, junto con la vista del jardín, hacían del lugar uno de los más frecuentados por el alumnado de Rizembool.

La hora de almuerzo había pasado, por lo que en esos momentos, el comedor se encontraba medio vacío. No les fue difícil divisar a Akechi, quien se encontraba tipeando en su laptop a unas mesas del lugar donde se encontraban. Al parecer, él también los vio al mismo tiempo, y les saludó con la mano. La pareja caminó hasta alcanzarlo.

“Souji, qué grata sorpresa~” Akechi sonrió. “Adachi no me dijo que nos acompañarías hoy.”
“Espero que no te incomode…” dijo Souji.
“No, al contrario, qué genial que estés aquí,” le dijo Akechi.
“Ah, me alegro,” dijo Souji. Él y Adachi tomaron asiento frente a frente.

Goro Akechi era uno de los pocos amigos de Adachi que no formaban parte del círculo social de Souji. Él y su pareja se habían conocido gracias a los cursos de inducción de la universidad, cuando ambos ingresaron a Rizembool U. Se volvieron amigos, finalmente, porque compartían varios cursos: sus carreras se relacionaban.

Por su parte, Souji lo conoció al año y medio de eso, por el tiempo en que Adachi inició su rol como mentor. Akechi estuvo presente en varios de sus entrenamientos, apoyándolos a ambos. Según lo que les había contado, él también había sido rebel como ellos dos.   

“Nos demoramos por mi clase,” dijo Adachi. “Me quedé hablando un rato con un par de alumnas. Disculpa por eso.”
“No hay problema,” comentó Akechi, mientras se alejaba de la pantalla de la laptop. “Yo también me demoré con unos asuntos en la comisaría, así que normal.”
“Genial. Ya vuelvo, voy a calentar mi comida,” dijo Adachi, y dejó sus cosas en la mesa, para irse sólo con el termo de su almuerzo.
“¿Qué tal el trabajo, Akechi-san?” preguntó Souji, mientras sacaba sus cajas de bento.
“Pesado,” Akechi suspiró, cerrando su laptop e imitando a Souji. “Hay un superior que se jacta de su posición y consigue los mejores casos. Antes de que lo trasladaran a mi departamento, Narumi y yo eramos los preferidos del Mayor. Llegó Kogane y no sé cómo se lo ganó, pero nos dejo sin nada. A Narumi igual le dan casos decentes por su rango, pero como soy tan joven y no tengo el mismo rango que el resto, no me toman tan en serio y me dejan los más aburridos. Hay dos colegas de mi edad que se han adaptado, y prefieren trabajar bajo Kogane, pero yo no,” Akechi frunció el ceño. “Hace meses que no soy detective primario en una investigación. Soy el secundario de Narumi desde hace mucho tiempo… me frustra un montón.”
“Ese Narumi del que hablas es Kiyotaka Narumi, ¿no?”
“Ah, sí. Ese mismo. El Sargento Narumi está en todos lados, la verdad.”
“¿Sigue trabajando acá, también?”
“Claro,” Akechi se llevó un empanizado de langostino a la boca.
“¿En el comité de selección?”
“No exactamente,” dijo Akechi. “Es un supervisor… no sé de qué, pero de algo. Y también vela por el comité. Su opinión es muy valorada e influyente. Pero al final, él no es el que elige quién es rebel y quién no.”
“Ah.”
“¿Por qué preguntas?” Akechi se veía un tanto curioso.
“Es que tengo un amigo que quiere ser rebel… ¿Sho Minazuki?”
“Oh, disculpa. No lo conozco.”
“No te preocupes,” Souji le sonrió. “Él tiene mucho potencial, pero falló la prueba. Parece que ahora el sistema define que los que se postulan deben pelear entre ellos. El ganador de cada batalla es el que termina siendo rebel.”
“Sí, algo así. Supongo que él no pasó.”
“Ajá. Pero quiere volver a intentar… le dije a Tohru que le avisara a gente del comité si podía, pero tal vez sea más eficiente pedirle a Narumi que él mismo intervenga.”
“¿Qué hablas? A él fue a quien le dije que tomara en cuenta a Minazuki,” Adachi ya había regresado, y parecía estar al tanto de lo que hablaban. Tomó asiento de nuevo, y se dedicó a sacar sus envases del termo.
“¿En serio?”
“Si es así, ten por seguro que él va a ser rebel. Como dije, la opinión de Narumi es muy valorada por el comité.”
“Narumi trabaja contigo en la comisaría, ¿no?” dijo Adachi.
“Sí,” Akechi suspiró. “Es uno de mis superiores. Justo le contaba a Souji que trasladaron a otro detective de alto rango a mi departamento, y está llevándose los mejores casos. También es Sargento, como Narumi. No sé cómo ha conseguido que el Mayor esté de su lado.”
“Qué jodido.”
“Estoy seguro de que es por mi edad… mientras más joven eres, menos te toman en serio.”
“¿Aún a pesar de tu fama?” preguntó Souji y Akechi rio.

Akechi era muy famoso en las redes sociales y la televisión. Por ser uno de los detectives más jóvenes de su comisaría, le habían hecho un reportaje un par de años atrás, y con ello llegó a volverse muy popular. Su carisma y su buena apariencia habían jugado a su favor, y hasta tenía un club de fans en la universidad y fuera de esta. Adachi decía que era igual de insoportable que Souji, porque Akechi también tenía ese don de conectar fácilmente con la gente y todo el mundo hablaba de él.

“Sí, sólo soy el poster-boy de la comisaría, nada más,” dijo Akechi. “Mis colegas no le dan importancia a eso. De hecho, creo que al Mayor le molesta que salga tanto en los medios…”
“Pero no estás violando ninguna regla con eso, ¿no?”
“No, pero lo ven poco profesional. Nuestros testimonios deberían limitarse sólo a las noticias de casos muy relevantes.”
“Mm… no entiendo, si nunca dices nada realmente vital de los casos, sólo hablas un poco de ellos y cuentas el progreso de los más recientes…”
“La policía se cierra mucho con eso, la verdad,” Akechi suspiró. “Yo pienso que ayudo un poco a destruir el estereotipo de policía rígido que la sociedad aún tiene en mente. Desde que empecé a salir en medios, siento que las personas se acercan con más frecuencia a denunciar delitos y cosas así.”
“Inspiras mucha confianza,” dijo Souji.
“Algo así. Pero es lo que yo he visto, así que no estoy muy seguro de eso. Igual, si lo menciono, el Mayor no lo tomará en cuenta a menos de que le muestre una investigación al respecto…”
“Podrías hacerla,” sugirió Adachi.
“Por más de que te tome tiempo, sería genial demostrarle que lo que haces no es por gusto.”
“Mm, tienes razón. Creo que intentaré, al menos.”

Una tonada pop se escuchó por lo bajo, y Souji se dio cuenta de que era su celular el que estaba sonando. Lo sacó del bolsillo de su pantalón, y revisó rápidamente de qué se trataba: era un mensaje de Minazuki, contándole que la cita con el encargado había ido muy bien, y que ya era rebel. Souji sonrió.

“Akechi-san, tenías razón. Mi amigo ya es rebel.”
“¡Ah, qué genial! Espero que le vaya muy bien,” Akechi sonrió ampliamente.
“Ugh,” Adachi rodó los ojos. “Ahora se va a poner más insoportable por eso.”
“Gracias, Tohru,” dijo Souji. “No pensé que lo ayudarías, si te soy sincero.”
“Tanto me pediste que lo haga…”
“Es cierto,” Souji rio.
“Ustedes no quieren volver a ser rebel, ¿no?” preguntó Akechi, muy curioso.
“No hay tiempo,” se quejó Adachi. “Estoy igual que tú.”
“Ah, con trabajo y clases, entiendo. ¿Y tú, Souji?”
“Estoy muy cansado porque ando llevando seis cursos, y encima, estoy entrenando a este chico del que te hablé.”
“Oh, qué genial que lo ayudes con eso.”
“De paso no pierdo el ritmo,” dijo Souji, y miro a Adachi. “Tú también vas a entrenar a un rebel, ¿no?” y sonrió de lado. Adachi frunció el ceño.
“Sí…”
“¡Oh! Qué dedicados son~ ¿A quién entrenarás tú, Adachi?”
“A… otro amigo de Souji.”
“Es el capitán del equipo de vóley.”
“Oh, creo que sé de quién hablan… ¿Oikawa, si no me equivoco?”
“Sí, ese,” Souji sonrió. “Su HiME es una amiga mía y sé que puede vencerle si él no empieza a entrenar ya. Por ser novato, ya perdió un mes y medio en eso. Por lo que le pedí a Adachi que me ayude con él.”
“…Y te odio.”
“Es muy tarde para arrepentirte,” Souji sonrió. “Ah, debería contarle esto a Oikawa… disculpenme un segundo.”

Souji se levantó de la mesa, y se alejó hasta llegar al jardín. Allí, marcó el celular de Oikawa, y esperó a que le contestara.

No sabía cómo reaccionaría a las noticias, pero esperaba que no le molestara tanto el cambio de planes. Era un favor, pero Souji le había prometido que cumpliría, y no quería fallarle de ninguna forma. Además, cabía la posibilidad de que, ahora que Sho era un rebel, su crecimiento mejorara más rápido por las propias batallas con su HiME. A diferencia de Eureka, no sabía quién era la HiME de Sho: existía una gran posibilidad de que se tratara de alguien más decidida a pelear a costa de todo.

“¿Aló, Tooru?”
Hola, Souji. Soy… Shinoa.
“Eureka, ¿cómo estás?”
“…” Eureka suspiró. “Soy muy obvia, ¿no?
“Jaja, un poco~” La había sacado por la voz. Pero el comentario sobre el secuestro que Oikawa había hecho durante la persecusión policial de la fiesta era lo que realmente la había delatado. “Pero ese día de la fiesta, el que te delató fue Oikawa.”
¡Lo sabía!
“Hablando de él… ¿Está por ahí?”
Dame un segundo. Está en pleno entrenamiento,” Souji escuchó como Eureka se alejó del celular para llamar a su amigo. Unos gritos más, y el celular pasó a las manos de Oikawa.
Yooo, Souji-chan~
“Tooru, te tengo noticias importantes.”
Antes que nada… metí la pata de nuevo. Le dije a las chicas de mi club que estoy saliendo con Shinoa-chan.
“¿Qué? …Pero Shinoa es Eureka.”
Sí,” Oikawa suspiró. “No sé que pasó, la verdad. Nos acorralaron y preguntaron por qué estabamos a solas en el gimnasio. No se me ocurrió más que decir eso. Pero bueno, luego me di cuenta de que era muy provechoso. Así no levantará sospechas del equipo ni de Iwa-chan si es que paramos juntos a cada rato.
“Eso es porque se están volviendo amigos y no porque son HiME y rebel, Tooru.”
…¿Eh?
Souji rio. “Los rebels y las HiMEs no se llevan tan bien como ustedes dos. No es algo que pasa… sólo se encuentran para las batallas. Pero es la mánager de tu equipo, y salen a comer y pasan tiempo juntos.”
Osea que… he complicado todo por gusto.
“Sí~ Pero no importa. Ya es muy tarde para retractarte. Gracias por avisarme, estoy seguro de que si lo hubiera oído en alguno de los entrenamientos o las salidas, me hubiera quedado helado.”
Justo por eso quería decirte, eres el único que sabe sobre ella.
“Ajá. Igual, espero que no estés bajando la guardia. Sigue siendo tu HiME, después de todo. De hecho, quería hablarte de los entrenamientos.”
¡Wah! No, no te preocupes. Sé que andas muy ocupado con Sho-chan, así que no hay problema.
“No, es mi error. Debí darme cuenta de que el que mucho abarca, poco aprieta. Pero ya te conseguí a alguien más, al menos por un tiempo. Adachi va a suplantarme hasta que yo vea que Sho ya no necesita entrenar más conmigo.”
¿Pero Adachi-san no me odia?
“No, claro que no. Creo que de mis amigos, eres el que mejor le cae,” y no era mentira: Adachi se llevaba bien con Oikawa, por más de que a veces este le sacaba de sus casillas. “Sino, no te hubiera dejado dormir en su departamento.”
Ah, esa vez. Cierto… Mm, okay. Sólo espero que no le moleste lo novato que soy…
“Yo estuve alguna vez en tus zapatos, y nos fue muy bien. No te preocupes.”
Gracias, Souji-chan~
“De nada. Por cierto, me enteré de que Sho ya es rebel. Si lo ves, felicítalo.”
¡No te creo! Qué genial, se lo merece~ Debemos acordar una salida con Kaworu-chan y el resto para celebrarlo.
“Pero dentro de un par de semanas, porque dudo que quieran repetir lo de este fin de semana que acaba de pasar,” Souji rio.
Souji-chan, tú eres el que terminó peor.
“…Ah,” Souji suspiró. “Sólo que… no me acuerdo de nada.”
Eso es por el jäger,” Oikawa rio. “Bueno, te dejo Sou-chan. Tengo que seguir con mi entrenamiento.
“Suerte. Nos vemos, cuídate.”
¡Cuídate~!

Souji regresó a la mesa, y al cruzar miradas con su pareja, sonrió de lado.

Era muy tarde para él: iba a ser niñero, una vez más.

“Ya le dije a Oikawa que tú lo ayudarás a entrenar.”
“…” Adachi se llevó una mano a la frente. “…No entiendo cómo termino accediendo a todo lo que me pides.”
“Eso se llama amor, Adachi,” dijo Akechi, sonriéndole.

Adachi gruñó, rendido.

Akechi y Souji se miraron. No pudieron contenerse ni un segundo más, e irrumpieron en risas.



 


Llegó al Departamento de Sistemas luego de perderse mil veces, puesto que se encontraba en una zona de la universidad a la que nunca había ido. Para los de diseño, los edificios que pasaban la facultad de Arquitectura eran zona desconocida, puesto que por los trabajos y los implementos que necesitaban, siempre andaban por su propia facultad y las aledañas que contaban con tiendas de útiles y materiales (como la de Arquitectura, por ejemplo).

A simple vista, el Departamento de Sistemas era un edificio más: como el resto de construcciones de Rizembool, crecía en altitud, con 6 pisos y una franja de jardines verticales en la fachada. Ingresó luego de observarla por unos instantes, y se dirigió al counter de la entrada.

“Eh… Soy rebel,” dijo, en voz baja. “¿A dónde tengo que ir?”
“TI, por favor,” le pidió la secretaria.
Sho sacó la tarjeta de identificación del sobre de manila que tenía en las manos. La secretaria asintió al verla, y le señaló los asensores. “Es el piso -10.”

Sho sólo le hizo caso: caminó hacia el asensor, y al ingresar, presionó el botón del piso al que quería ir. Luego de unos instantes llenos de ansiedad y emoción, los exteriores del asensor se hicieron transparentes, y le permitieron ver un inmenso laboratorio que se extendía por todo el sótano del edificio. A juzgar por el resto de botones en el panel a pocos metros de él, habían incluso más pisos debajo. Era una mini-ciudad subterránea.

“TI,” le pidió un científico ni bien las puertas se abrieron. Estaba parado al lado de una pequeña consola con una pantalla y un lector de tarjeta. Sho se acercó hasta deslizar su TI. La consola se iluminó de verde, y el científico asintió. “Sígueme, por favor.”
“Uh… ¿cuándo puedo empezar a pelear?” le preguntó Sho, caminando detrás de él.
“Aún no te han asignado HiME. Lo más probable es que sea luego del ataque planeado a Hanasaki.”
“¿Ehhh? ¿Hay un ataque?”
“Sí,” el hombre dobló en una esquina, y luego, caminaron por un pasillo. Todas las puertas estaban cerradas, por lo que no podía ver qué sucedía dentro. “Pero no te preocupes por eso ahora,” el científico se detuvo en frente de una habitación. Abrió la puerta, y le pidió a Sho que ingrese.

Era una pulcra estancia de paredes blancas, igual de deprimente que los interiores de un hospital. Habían dos camillas en el centro, junto con unos utensilios en una mesa de ruedas. Al otro extremo del cuarto, podía ver un lavabo y varios estantes y cajones.

“¿Estás enterado del proceso?”
“No, realmente.”
“Sólo debemos inyectarte la tecnología. Por la anestesia, no sentirás nada, pero inmediatamente caerás inconsciente por un par de horas. Ese es el tiempo que demora en adaptarse a tu cuerpo.”
“Mm,” Sho asintió. “Estoy listo, entonces.”

Unas enfermeras ingresaron para prepararlo: Sho tuvo que colocarse boca abajo en la camilla.

Pensó que sería capaz de durar durante la operación, pero la inyección de la anestesia lo privó en cuestión de segundos, y perdió el conocimiento.




     


Cuando volvió en sí, se percató del cambio de estancia: estaba en una sala inmensa, llena de camillas de reposo. La ausencia de ventanas, sin embargo, hacía del lugar un ambiente un poco más tétrico.

No tuvo tiempo de observar sus alrededores, porque hubo algo que captó su atención inmediatamente: la persona que se encontraba en la camilla aledaña a la suya, revisando su celular calmadamente.

“¡¿Todoroki?!” Sho no cabía en su asombro: juzgando por la reciente marca en su nuca, él también era un rebel.
“Buenas tardes,” lo saludó el taciturno muchacho de cabellos y ojos bicolores. No había oído mucho de él luego de la fiesta de la facultad de derecho, donde Todoroki puso su casa para la celebración de inicio de ciclo realizada por el comité estudiantil de su facultad. Como todas las fiestas de derecho, había sido un éxito rotundo, aún a pesar de los estragos causados por unos rebels borrachos y el completo desmadre que ocasionaron los invitados. Si bien recordaba que él y el grupo que se había formado ese día ayudaron al anfitrión con la limpieza, dudaba que la ostentosa mansión de Todoroki haya quedado intacta luego de esa fiesta. “Nos encontramos en los lugares más bizarros, Minazuki.”
“No esperaba que tú quisieras ser rebel.”
“Fui uno de los convocados, de hecho. No quise acceder en un inicio porque tengo un amigo en Hanasaki que le preocupa mucho el conflicto… pero me convenció la charla con uno de los encargados. Me da curiosidad el límite de nuestros poderes.”
“Lo haces por… ¿investigación?”
“Sí. Ni bien se torne muy peligroso, renunciaré,” Todoroki tocó la cicatriz en su nuca. “…Según el personal, la cicatriz se borra en unos días.”
“Ah.”
“¿Tú por qué querías ser rebel?”
“Era algo que yo y mi hermano acordamos en hacer juntos… Postulamos al mismo tiempo, pero sólo él consiguió el puesto.”
“Pero finalmente lo conseguiste.”
“Sí…” Sho hizo una pausa muy breve. “¿…Tú también tienes que entrenar con las unidades de combate?”
Shouto asintió. “Así lo establece el itinerario que me dieron. Oh, tu morral está ahí, por sea caso,” y señaló a una mesa apoyada en la pared de en frente, donde estaban su morral y el sobre. Además, al lado, estaba la mochila de Todoroki. 
“¿Hace cuánto estás despierto?”   
“Unos veinte minutos. La enfermera me dijo que regresaría en breve para llevarnos a la zona de entrenamiento.”
“…Espero que se apure, porque me aburro,” dijo Sho. “Y… ¿has intentado convocar poderes?”
“Sí,” Shouto dejó su celular en la camilla para alzar ambas manos. En una se formaron pequeños cristales de hielo, mientras que de la otra emanó una pequeña llama de fuego. “Supongo que debo practicar para poder producir más intensidad… y poder controlarlos mejor.”
Sho observó su mano derecha. Por más que intentó, nada salio de esta.
“…Estuve a punto de quejarme de los entrenamientos con las unidades de combate pero siento que los necesito,” dijo Sho, derrotado.
“Yo igual.”

La puerta se abrió de golpe, y una enfermera ingresó con prisa. Al notar que ambos estaban despiertos, caminó hacia ellos.

“Ah, al fin,” dijo Sho.
“Síganme, por favor.”

Sho y Todoroki se levantaron de sus respectivas camillas, y recogieron sus cosas antes de salir de la habitación junto a la enfermera.





     
La patrulla se detuvo a unos metros del callejón, hasta estacionarse al lado de la vereda. Jason apagó el carro, y luego, él y los mellizos Takakura salieron de este y caminaron hacia las cintas policiales que sellaban el pasaje.

Las luces de otras patrullas pintaban de tonalidades azules y rojas las paredes de la tétrica escena que, si bien era un espectáculo en las aburridas vidas de los transeúntes y civiles que pasaban por ahí, en el caso de Jason Kogane, formaba parte de su día a día.

Como le divertía saber que el mocoso de Akechi andaba verde de la envidia, y justo por casos como el que tenía en frente. Había sido difícil, pero su influencia parecía haber llegado al Mayor antes de lo que esperó. Hasta el otro sargento tuvo que ceder: Jason estaba destinado a recibir los mejores casos y nada ni nadie podía cambiar eso.   
En el trayecto a lo más profundo del callejón, varios oficiales lo saludaron, y hasta reconoció a un par de forenses con los que siempre trabajaban. Jason y sus subordinados se detuvieron en frente del cuerpo, y uno de los policías se le acercó.

“Buenas noches, Sargento,” lo saludó. “Detectives,” y miró a los hermanos.
Los tres asintieron en silencio, observando los alrededores, hasta que posaron sus ojos en la sábana negra en el piso, que delineaba los contornos del cuerpo.
Kanba fue el primero en hablar. “Los detalles, por favor.”
“El cuerpo fue hallado hace media hora por uno de los vecinos del edificio aledaño,” el oficial se agachó para levantar la sábana. Se trataba de una joven, en sus veinte, con quemaduras de segundo grado y cortes por todo el cuerpo. Una herida profunda atravesaba su pecho, y las laceraciones que portaba habían sangrado hasta secarse en su ropa.

Shouma inspiró aire y desvió la mirada a un lado, ignorando las arcadas que sintió al ver a la chica. A su lado, Kanba rio.

“La misma reacción de siempre,” comentó, entre risas. Jason se le sumó.
“Rookie, no hay nada que hacer. Shouma, deberías aprender de tu hermano.”
“¡No es mi culpa que no tenga estómago para esto!”
“No entiendo cómo te metiste a la fuerza policial, entonces,” comentó Jason.
“Exacto,” dijo Kanba.

Jason se agachó, hasta arrodillarse al lado del borde de tiza que habían dibujado alrededor de la chica. Se quedó contemplando cada detalle de la escena, y volvió a alzarse al cabo de unos segundos.

Jason se giró hacia los Takakura. “¿Qué opinan?”
“Hay laceraciones que me parecen muy bizarras,” dijo Shouma, y señaló a una en el cuello de la víctima. “Los bordes están quemados. Es como si el arma del asesino fuese un cuchillo ardiendo en llamas. No tiene sentido.”
“Sí. La mayoría de quemaduras tienen la forma de cada corte,” confirmó Kanba.
“Si lo notan, sus brazos y piernas tienen cicatrices de quemaduras y cortes parecidas a las más recientes. Parece que no sólo se limitan a su muerte, sino que fueron recurrentes antes de esta,” dijo Jason.
“El médico forense nos explicará acerca de eso,” dijo Kanba.
“¿La han identificado?” le preguntó Jason al oficial.
“Nao Shiraishi, estudiante de derecho de la Universidad Hanasaki. Su tarjeta de identificación estaba entre los documentos de su billetera. Toda la evidencia la llevaremos a la morgue, podrán revisarla junto a la autopsia.”
“Okay,” dijo Jason, y se giró hacia la entrada del callejón, caminando rápidamente.
“¿No hay nada relevante acerca del lugar?” preguntó Shouma, a la vez que lo seguía junto a Kanba.
“Acá no murió,” dijo Jason. “No hay sangre en el piso.”
“Oh, cierto,” dijo Shouma.
“Debemos ir a hablar con su familia y su círculo de amistades.”
“Eso tendrá que esperar a mañana… primero, la autopsia,” dijo Jason. Al pasar, por el lado de dos oficiales, les habló: “Trasladen el cuerpo a la morgue lo más pronto posible. Necesito el reporte, máximo en una hora.”
“Entendido,” dijeron al unísono los dos oficiales.

Jason y los Takakura llegaron a la patrulla, y se subieron en cuestión de segundos. Por las ventanas, observaron cómo los forenses y algunos oficiales llevaban el cuerpo en una camilla.

“¿Por qué tan apurado?” preguntó Kanba, curioso. Jason no era de tomarse su tiempo con los casos, pero ese día parecía particularmente empeñado en avanzar a una velocidad mucho mayor que la normal.
“Tengo el ligero presentimiento de que si no solucionamos esto ya,” Jason prendió el motor. “Narumi y Akechi van a apoderarse de este caso.”
“¿Por qué? Te lo dieron a ti,” comentó Shouma.
“Sí,” Jason retrocedió un poco para salir del lugar en el que se habían estacionado. “Pero cuando son asesinatos, el Mayor hace caso omiso a las preferencias a la hora de distribuirlos. Este es uno de los casos que típicamente le da a ese par.”
“¿Por qué lo dices?”
“Las víctimas siempre son estudiantes. Siempre,” dijo, mientras se abría paso en la avenida. “Por eso debemos actuar ya.”
“Te seguimos, Kogane,” a través del diminuto espejo central de la patrulla, Jason pudo notar lo decididos que se veían sus subordinados.
“Perfecto,” Jason sonrió de lado.

« Last Edit: January 07, 2019, 04:29:27 AM by Eureka »


Apple

Me quedo super largo, pero iba muy atrasada con mi fic y queria ponerme al día antes de la actividad Dx

#13: Good times; bad times.


Había sido un día largo. Después de despedirse de Yuu, Sanosuke la llevó a ver a Leónidas. Aparentemente él se encargaba de toda el área deportiva/atletismo/fitness de Hanasaki. Y no era por nada. Leónidas media por lo menos 1.95 y todo su cuerpo gritaba "fitness". Parecía una estatua realizada Fidias. Como su acento le pareció raro, Sheryl se inclinó discretamente hacia Sanosuke para preguntarle de donde era el entrenador.

"Él dice que es de Esparta" le contesto el pelirrojo. Sheryl lo miró perpleja por unos segundos y el chico encogió los hombros y ambos rieron antes de ser interrumpidos por Leónidas que le recordó a Sanosuke que el equipo de football iba a comenzar a entrenar pronto.

Tan pronto como el pelirrojo se fue, Leónidas le dijo a Sheryl que lo siguiera al dojo donde el equipo de kendo solía entrenar y que a esa hora estaba vacío. Una vez ahí le pidió que manifestara su arma. Ella obedeció y con un poco de dificultad logró que su espada se manifestara en su mano derecha. Leónidas enarco una ceja y le pidió a ella que le enseñara la espada.

Toda la situación fue un poco embarazosa para Sheryl. Apenas podía sostener la espada, y levantarla para dársela a Leónidas le costó un gran esfuerzo. Se preguntó por qué carajos le había tocado un arma tan pesada.

-Vaya vaya, ¿pero que tenemos aquí? - dijo Leónidas mientras examinaba la espada. Al contrario de Sheryl el podía levantarla sin ningún problema. Era una arma imponente y fuerte; la empuñadura estaba forrada de cuero rojo y el nacimiento de la espada comenzaba con un brillante color dorado que se iba mezclando con el frio color del acero hasta llegar a la punta -Parece que tenemos una vieja aliada aquí-

- ¿Perdón? - Sheryl estaba confundida. Leónidas miraba el arma como que si fuera una vieja amiga a la que no había visto en muchos años.

-Una HiME anterior tenia esta espada. Ella la llamó Falchion. Probablemente regresó para vengar a su dueña original...-

Después de eso Leónidas le explicó a Sheryl como serían sus entrenamientos y le dio un horario.

-Ya que eres novata y tu Rebel podría atacar en cualquier momento tu entrenamiento será un poco riguroso-
Dicho eso el entrenador se retiró y la rubia decidió que sería mejor ir a casa y disfrutar lo que sería su último fin de semana libre en mucho tiempo.


- ¡Ya vine! - no estaba acostumbrada a anunciar su regreso a casa porque Rangiku y Hijikata siempre trabajaban hasta tarde pero como vio el auto de Rangiku en la entrada le pareció apropiado hacerlo.

- ¡Estamos aquí! - le gritó su hermana desde la sala de entretenimiento. Ahí estaba Rangiku junto a Souji; ambos tenían una cerveza en la mano y veían una pelicula.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? -

-Bueno pues... no me sentía bien y pensé en tomarme el resto del día libre. Además, Toshi y yo iremos a un onsen este fin de semana y quise venir a preparar algunas cosas antes de irnos-

Sheryl la miró de reojo -Si te sientes mal no deberías de andar tomando cerveza... ¿no será que estas embarazada? -

Ante la mención del supuesto embarazo Rangiku se ahogó con la cerveza y se ruborizó. Souji solo se atoro de la risa y se imaginó a si mismo cuidando de un montón de Hijikatas pequeñitos... claro se ofrecería a cuidarlos solo si tenían el carácter de su mamá.

-No estoy embarazada, es solo que todo este calor me hace sentir agotada- se defendió Rangiku cuando logro retomar la compostura, por su tono Sheryl entendió que se tenía que callar. Por su parte Rangiku cada vez sentía más la presión de su familia a que ella y Hijikata se decidieran a tener unos hermosos bebés rubios y, probablemente por el carácter del padre, gruñones.

- ¿Quieres? - Souji le ofreció una cerveza a Sheryl. A ella no le gustaba beber mucho y la cerveza no era precisamente su bebida predilecta pero el tomo de todos modos. No quiera que Souji malinterpretara ninguno de sus gestos ahora que "tratarían de llevarse bien", además ¿cómo podría saber el que a ella no le gustaba la cerveza?

-Gracias- Sheryl tomó asiento en un sillón cerca de Souji. Dio un trago pequeño e hizo una mueca.

-Oye, ¿cómo es eso de que vivirás en Hanasaki- preguntó Rangiku. Sheryl le había avisado por la mañana su hermana que se iba a mudar a una residencia en la universidad.

-Pues...- Sheryl trató de pensar en una excusa. No quería decirle a su hermana ni mucho menos a Souji que era una HiME- Miranda cree que si me mudo a la residencia tendré más tiempo para estudiar y enfocarme en mis actividades extra curriculares. Además, necesito clases de refuerzo -estaba mintiendo, obviamente, pero a la larga talvez las necesitaría. Según el horario de entrenamientos de Leónidas pasaría más tiempo entrenando que en clases -Y no me gusta levantarme tan temprano para ir a clases-

Rangiku tenía sus dudas, pero por el momento la explicación la pareció satisfactoria -Bien... envíame el número de Miranda, necesitaré hablar con el ama de llaves. Quiero saber que muebles necesitas y decorar tu habitación-

-Gr-Gracias- los ojos de Sheryl brillaron. Sabía que tenía garantizada una habitación hermosa si Rangiku se la decoraba. Además de que no tenía ganas de encargase de la mudanza y todas esas cosas.

Por su parte Souji tomo nota mental de lo que acababa de oír. Por milésima vez se preguntó que estaba tramando Sheryl; por Saito, Rangiku y Hijikata sabía que la rubia tenía una beca completa, lo que era MUY sospechoso. Y Miranda lo había dejado regresar solo por haber mencionado a Sheryl. Definitivamente algo no iba bien...

- ¡SOUJI! - La voz feroz de Hijikata lo llamaba desde el hall de la entrada, acababa de llegar y por lo visto no estaba de buen humor -Ven a mi despacho AHORA-

- ¿Qué hiciste ahora? - le preguntó Rangiku. El chico solo se encogió los hombros y salió a ver qué quería Hijikata.

-------------------------------------------------
- ¿Me podrías explicar que carajos estás haciendo ahora y que pretendes? - Hijikata encendió el que probablemente sería su milésimo cigarro del día mientras se recostaba en el respaldo de la silla de su oficina - ¿Por qué no regresaste a Rizembool? ¿Y cómo lograste que te recibieran de nuevo en Hanasaki? -

-Sshhh haces un gran escándalo por nada. Hablé con la directora de Hanasaki para que nos volviera a recibir a Saito y a mí. Lo que pasa es que Saito extraña mucho Hanasaki y como lo expulsaron por mi culpa...- A Souji no lo incomodó que lo estuvieran regañando, ya casi estaba acostumbrado, pero no quería que nadie supiera de lo de Hanasaki aún.

A Hijikata no le hizo mucho sentido la explicación de Souji y se preguntó si darle unos puñetazos sería demasiado extremo ¿Cuándo dejaría de darle problemas ese chico? Había movido todas sus influencias en Rizembool para que lo aceptaran ya unas semanas después de haber iniciado el semestre, pero él ni lo aprecio. A Hijikata se le ocurrió una explicación mejor.

- ¿No será que tu quisiste regresar a Hanasaki por...-

Souji adivinó lo que su hermano quería decir y lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más -No es por ella-

-Como sea, yo no soy tu maldita niñera y te lo advierto, esta es tu última oportunidad. Si te vuelves a meter en problemas no esperes ninguna ayuda de mi parte-

"Vaya que está enojado" se dijo a si mismo Souji. Los ojos de Hijikata se fijaron en los suyos y esperó a que Souji dijera alguna estupidez para salir del paso. Pero la reacción de su hermano menor lo dejo sin palabras

-No te preocupes, estoy consciente de que esta es mi última oportunidad-
---------------------------------------------

Sheryl salió del baño envuelta en una bruma de vapor y olor a shampoo de fresas. Era un poco deprimente que lo único que tuviera que hacer un viernes por la noche fuera hacer las maletas con la ropa que se llevaría a su dorm de Hanasaki y tomar un baño. Tenía trabajos que entrar también, pero no tenía ganas de ni siquiera encender su computadora para iniciar. Aún no se sentía 100% segura de haber tomado la decisión correcta sobre sus estudios. Nunca había sido una buena estudiante, y estar en la universidad junto con personas que parecían más hábiles que ella para estudiar y habían entrado por sus propios méritos era intimidante, frustrante y deprimente a la vez. Probablemente tardaría más de lo normal en graduarse, pero Miranda le había asegurado que no había ningún problema con eso. "Ve a tu propio ritmo" le había dicho la directora en una de sus visitas a la oficina "no te impondremos ningún límite de tiempo y honraré mi palabra de darte una beca completa hasta que te gradúes".

-Supongo que por lo menos podría hacer un esfuerzo...- fue a buscar su mochila con la intención de por lo menos, sacar la agenda donde había apuntado todos los recordatorios de los trabajos con las fechas de entrega. No se había percatado antes que había un pequeño post-it pegado en la agenda y que decía simplemente: "Encontrémonos hoy a las 9:00 en el bar XXX en Roppongi. será una reunión pacifica, solo para conocernos. Tu Rebel."

Su corazón empezó a latir con velocidad. El solo leer "Rebel" la hizo ponerse tensa ¿Sería ese chico rubio su Rebel?

Además, ¿sería prudente ir a su encuentro? Él le dijo que sería una reunión pacífica. No podía esconderse de el de cualquier manera. Tarde o temprano se enfrentarían.

Sin pensarlo mucho, movida más por el instinto y curiosidad que por la razón Sheryl se vistió y esperó a que la puerta de la habitación de su hermana y cuñado se cerrara para salir.


"¿Ahora qué diablos está haciendo?" se preguntó antes de esconderse atrás de un árbol para que ella no lo viera.

No, no la estaba espiando. No era un stalker ni estaba obsesionado con ella. Solo la estaba siguiendo para asegurarse de que no se metiera en problemas o algo así. Después de todo, salir de escondidas por la noche era un pronóstico para los problemas. Nadie mejor que él lo sabía.
Para alguien que había sido secuestrada hacia poco Sheryl lucia bastante segura de andar por las calles de Tokyo por la noche. Apenas veía los semáforos al cruzar la calle y en ningún momento se volvió para ver si alguien la estaba siguiendo.

"Que descuidada..."

Por un momento pudo bajar la guardia porque habían llegado a Roppongi y había mucha gente entre la cual perderse. Llamaba mucho la atención por ser alto, pero ella no lo notaria de cualquier manera. Sheryl siempre fue distraída, abstraída en su propio mundo de cosas bonitas y nunca se fijó mucho en su entorno, pero ahora parecía diferente. Estaba concentrada, enfocada a algo que solo era visible para ella. Él nunca la había visto así, era como que si ella hubiera… madurado.

Ahora era el que se había distraído. Sin darse cuenta, la perdió de vista y lo que parecía su ventaja (la gran multitud que inundaba Roppongi por las noches) se volvió una desventaja. Se volvió para todos lados buscando una cabecita rubia pero no la veía por ningún lado. Caminó alrededor de unos veinte minutos buscándola, pero no había rastro de ella. Si se metió a uno de los múltiples bares de la zona era muy probable que no la encontraría. Pensó en llamar a su hermano y pedirle ayuda, pero mientras se decidía a hacerlo el ruido de unos basureros en un callejón llamó su atención. Un par de chicas con pinta gyaru se alejaron del lugar murmurando sobre un chico y una chica peleando.

Se acercó al lugar y empujo a unos curiosos que se habían congregado a ver lo que pasaba. Lo que vio lo dejo desconcertado. Estaba nevando en el callejón y Sheryl le estaba dando la espalda; estaba tensa y su mano derecha cubría una parte de su antebrazo izquierdo.  Había marcas de fuego en una de las paredes de ladrillo, y unas bolsas de basura estaba totalmente congeladas. Su atención pronto se dirigió al chico rubio que parecía tener las manos envueltas en hielo. Los ojos del desconocido se encontraron con los de Souji, y Sheryl se percató de eso. Se volteó y sintió que el estómago se le hundía.

-Veo que alguien vino a buscarte Sheryl. Me retiró, solo espero que consideres mi preposición. Ya sabes dónde encontrarme-  la voz de su Rebel le llamó la atención. –Nos vemos Okita- se despidió de Souji antes de darles la espalda y perderse en las sombras del callejón.

- ¡Ya verás hijo de puta... sé dónde estudias! - grito Souji a la obscuridad, instintivamente sabiendo que sus palabras eran escuchadas. Souji se acercó a Sheryl y comprobó que no tuviera más heridas. Su brazo sangraba y manchaba la camiseta blanca que llevaba así que él se quitó la chaqueta y se la puso entre los hombros. Pronto escucharon a alguien gritar “ahí viene la policía”, así que tomo a Sheryl de la mano y la jaló tratando de perderse en la multitud nocturna.

Sheryl lo siguió obediente sin reclamar por unas calles, corriendo sin tregua hasta que su cabeza logró juntar todo lo que acababa de presenciar. Se detuvo y se soltó de la mano de Souji.

-S-Souji... ¿Lo conoces? ¿cuál es el nombre de ese sujeto? –

-Se llama imbécil- respondió el otro sarcásticamente. Estaba muy molesto, la salvo de quedar indefensa en un callejón a merced de cualquier pervertido y a ella solo le interesaba el nombre del idiota ese que la intento matar(?).

- ¡Wow! ¿igual que tú? - atacó ella. Obviamente Souji la había estado siguiendo y ahora la arrastraba quien sabe a dónde.

-Que fastidiosa eres. Tenemos que irnos de aquí, alguien llamo a la jodida policía- 

-Pero ¿a dónde vamos? - pregunto ella. Su corazón latía con fuerza y ella no sabía si era por la adrenalina del ataque o porque Souji en ese instante le tomó la mano de nueve y la jaló entre la multitud.

-A escondernos, antes de que nos arresten. Ruega porque no hayan cámaras de seguridad en el callejón-

Caminaron un poco antes de subirse un metro. En todo el trayecto ella no le dio ni una explicación, en su lugar se enfocó en el corte del brazo. Probablemente ya había dejado de sangrar, pero aún le dolía. Se preguntó si no era mejor ir a un hospital, pero como dijo Souji no sabían si el callejón tenia cámaras de seguridad y si la policía los estaba buscando era probablemente que los hospitales recibieran sus fotos. Solo hasta ese momento se sintió aliviada de estar con él y supuso que tendría que confesarle pronto que era una HiME.

-Se llama Aramis- la ronca voz del castaño el saco de sus pensamientos -lo conozco de... Rizembool. Me sorprende que acuerdes encontrarte con tipos de los que ni siquiera sabes el nombre. -

-No es como tú crees- ella ignoró el comentario mal intencionado, pero tampoco quiso defenderse.

Se bajaron en la estación de Kokubunji. El los condujo hasta un edificio de apartamentos de aspecto discreto y elegante. Subieron al tercer nivel y Souji tocó la puerta del apartamento 32.


Sheryl nunca había estado en el apartamento de Hajime Saito pero el lugar le dio una sensación de seguridad. Hajime mantenía el lugar pulcro y ordenado. Apenas había muebles, pero si muchos libros de medicina, anatomía, historia de Japón y artes japonesas. La pequeña salita era dominada por un sillón y una televisión con una mesita baja. Atrás había una barra con sillas altas que daba a la cocina. Toda la imagen parecía estampa de revista.

-Puedes curarla? - le preguntó Souji después de saludarlo brevemente.

-Disculpa que te molestemos tan tarde- Sheryl se quitó la chaqueta y lo saludó también.

Saito los miro a ambos incrédulo y fue a buscar el botiquín. Esperaba que la herida de Sheryl no necesitara puntos ni fuera grave.

 - ¿Que les paso? - preguntó mientras tomaba solución salina para limpiar la herida y poder examinarla mejor. Parecía un corte limpio y afortunadamente no muy profundo. De Souji ya no le sorprendía nada, pero verlo llegar con Sheryl herida era algo sumamente inesperado.

Sheryl y Souji se vieron entre ellos sin saber muy bien que decir y Saito supuso que, por lo menos en ese momento, no le dirían nada.

-No es una herida muy grave. Puedes ir a lavarte al baño si lo deseas-

-Eh… de hecho, sino te molesta, ¿podría tomar un baño? -

La camiseta de la chica le llamó la atención y vio que estaba llena de sangre seca. Se volteó a ver a Souji que ya había tomado una coca cola de la nevera y los miraba desde la barra de reojo. A Hajime le dieron ganas de reírse cuando vio que su primo estaba un poco sonrojado.

-Sí, adelante. Encontraras toallas en el baño y te dejaré ropa afuera. Espero que no te moleste usar uno de mis pijamas- 

-No, para nada. Gracias- dijo la rubia antes de escaparse al baño.
Saito pidió comida a domicilio y esperó a oír el ruido de la ducha para interrogar a Souji.

- ¿Y bien? -

- La encontré así. No podía llevarla al hospital porque creo que la policía nos está buscando-

- ¡¿Qué?!- Hajime perdió la compostura, pero trató de no levantar la voz - ¿Por qué no llamaste a su hermana? –

-Cálmate hombre, nos escapamos de casa y no podía llamar a Rangiku ni mucho menos a Hijikata –

“Pero si me acabas de decir que encontraste a Sheryl así…” pensó Hajime dándose cuenta de que era inútil interrogar a Souji que como siempre estaba esquivo como un zorro. Se resignó y rogó que la policía no allanara su apartamento esa noche. Fue a dejarle el pijama a Sheryl en el baño y regresó a la sala a esperar por la comida.
---------------------------------------

El vapor de la ducha caliente pronto inundo el pequeño baño de Hajime y le dio la confianza que necesitaba para llorar. Tenía un choque de emociones en ese momento; se abrazó a sí misma y cerró los ojos con fuerza; la herida del brazo le ardía un poco, pero estaba aliviada de que Saito dijera que no fuera nada grave. Le reconfortaba la opinión de Saito, el hecho de que él y Souji estuvieran a fuera y estar en un lugar seguro después de correr por todo Roppongi esperando que la policía no los detuviera.

Toda esa noche había salido mal, horriblemente mal y de no haber sido por Souji estaría en las calles sola y herida. Aramis había cumplido con su palabra y su reunión en el bar había sido tranquila. Se había presentado como su Rebel y el chico que esa mañana le había tirado café encima y confesó que la razón de la reunión era que solo quería conocerla e instarla a dejar de ser HiME. Luego quiso irse y ella lo siguió al callejón donde se salió de control. Le molestó que Aramis tratara de convencerla de dejar sus poderes y sin querer lo atacó con una bola de fuego. Fue un ataque poco asertivo y torpe, y Aramis naturalmente él se defendió de una manera soberbia y también la ataco.

La exactitud con la que lanzó ese trozo de hielo filoso que pasó rozándole el brazo fue perfecta y en ese momento Sheryl se dio cuenta de que Aramis no había tenido la intención de lastimarla y que solo había querido asustarla. Si él hubiera querido, en ese mismo callejón hubiera podido terminarlo todo. Un escalofrió recorrió la espalda de Sheryl al darse cuenta de la proporción que tenía todo el asunto HiME. Era un asunto de vida o muerte.

Cuando logró recobrar un poco la compostura decidió que era mejor salir de la ducha. Se puso el pijama que Saito dejó para ella y se secó un poco el pelo. Cuando salió Souji y Hajime ya estaba comiendo.

-Souji me dijo que es posible que la policía los esté buscando- le dijo Hajime mientras le ofrecía un pedazo de pizza

–He llamado a un amigo que es bombero para pedirle ayuda con eso. Tratará de averiguar algo y me llamará mañana por la mañana. Por el momento sería prudente que no salieran y pasaran la noche aquí-

Sheryl asintió. Quería agradecerle a Hajime, pero se le hizo un nudo en el estómago; saber que había chance de que la policía estuviera tras de ti no era agradable. Volteó a ver a Souji, que, aunque intentara disimular no podía ocultar su preocupación. Sheryl pensó que se sentiría un poco culpable si Souji fuera a la cárcel por su culpa, pero él se lo había buscado por haberla seguido.

- ¿Y qué haremos si nos está buscando la policía? –

-Puuues- Souji se levantó de la mesa y se acercó a Sheryl haciendo el ademan de tomar otro pedazo de pizza –nos escondemos aquí, llamamos a nuestros padres y rogamos por que tengan suficientes influencias para salvar nuestro trasero-

Souji probablemente había hecho el plan desde que estaban huyendo en Roppongi, y aunque sonaba muy loco era lo único que tenía. De todas maneras, por la cabeza de Sheryl pasaron varios escenarios y los encabezados en los periódicos: “Ex modelo arrestada tras disturbios en un bar de Roppongi”. El único consuelo que tenía era que si los llevaban a la cárcel arrastrarían a Aramis con ellos.

-Creo que ya no tengo hambre, ¿podría dormir en tu sofá Hajime? –

-Creo que no sería apropiado dejarte dormir en un sofá. Puedes quedarte en mi habitación, solo déjame vendar tu herida-

Una vez Hajime vendó la herida de Sheryl y ella se fue a dormir Souji sacó su teléfono. Había estado pensando y aunque no quería sacar sus propias conclusiones no podía quitarse una idea de la cabeza. Fue directo a Hana-chan, aunque no era costumbre suya, y buscó en el catálogo de temas la palabra “HiME”. Siempre creyó que habían sido rumores y exageraciones, pero nada explicaba mejor los acontecimientos recientes. Recordó haber visto temas anteriores en los que se mencionaba a las HiMEs; y aunque no entendía bien de que iba todo el asunto al parecer eran protegidas de Miranda y se metían en riñas con estudiantes de Rizembool. Eso también explicaba porque Sheryl se encontró con Aramis.

El único tema abierto en Hana-chan sobre las HiMEs no decía mucho sobre lo que eran, pero su lugar los usuarios especulaban sobre quienes eran. Había personas que aseguraban que conocían a una HiME y otras que decían ser HiMEs. Se mencionaban varios nombres de chicas que no conocía como Sayi Mio o Cho Tanaka. Solo una vez se mencionó a Sheryl en el tema; un Anon que mencionó que la chica se vería bien como una magical girl o algo así.
------------------------------------------

La voz de Hajime lo despertó al día siguiente. Se había quedado dormido en el sofá con el celular en la mano.

-Tengo noticias. Ebihara me acaba de llamar, dice que no se levantó ninguna denuncia o reporte de lo que paso ayer y no los están buscando… por el momento-

Souji se incorporó y se puso paso la mano por el pelo; todavía estaba medio dormido, pero le agradó despertar con buenas noticias. Vio la hora, apenas eran las 6:00 de la mañana, pero era probable que Rangiku y Hijikata ya se estuvieran alistando para su viaje.

-Bien… le avisaré a Rangiku que estamos aquí. ¿No se ha levantado Sheryl? –
Hajime Saito negó con la cabeza y lugar le preguntó a Souji si quería desayunar. El castaño no pudo negarse, se sentía cansado a pesar de haber dormido profundamente y se sentía un poco alterado aún. Quería preguntarle a Sheryl de frente que era lo que pasaba y acabar con todas las especulaciones.

-Oye estaba pensando…- Hajime le habló desde la cocina donde preparaba un desayuno sencillo de huevos y tocino- andar por la ciudad puede ser peligroso ahora, alguien los podría reconocer y acordarse de lo que sea que paso anoche, ¿Qué tal si nos vamos “al refugio” este fin de semana? Después de todo Hijikata y Rangiku saldrán de la ciudad también-

Souji consideró la idea por un minuto. No era del todo mala, probablemente nadie se acordaba de lo que paso ayer en la noche y solo andaban paranoicos, pero ir “al refugio” sonaba tentador.

-No lo sé… suena bien, pero ¿no quedamos en nunca llevar chicas al refugio? –

-Sí, pero hablábamos de chicas con la que saliéramos. Y no estas saliendo con Sheryl ¿verdad? –
En ese momento Sheryl salió de la habitación de Hajime. Aún estaba medio dormida pero el olor de la comida y las voces afuera llamaron su atención. El pelinegro le dio los buenos días y le sirvió su desayuno antes de invitarla a ir con ellos.

La invitación fue inesperada, pero Hajime le explicó saldrían de la ciudad como precaución. Nadie había los había denunciado con la policía la noche anterior, pero era mejor no confiarse.  A pesar de que estaba muy ocupada con asuntos de la universidad y que era arriesgado tomarse unas pequeñas vacaciones en medio del conflicto HiME Sheryl aceptó. Después de desayunar Saito fue a preparar su equipaje y tomaron un Uber para la casa de Hijikata y Rangiku quienes ya habían salido para su viaje.

Los chicos se negaron a decirle a Sheryl exactamente a donde iban, pero le recomendaron llevar ropa de verano ligera y algo para nadar. Souji, siempre dispuesto a meterse en problemas, se tomó la libertad de tomar las llaves de la camioneta de Rangiku y pronto estuvieron en la carretera saliendo de Tokyo.

Para Sheryl, toda la experiencia era surrealista. No imaginó que Souji y Hajime la fueran a aceptar en su pequeño círculo y mucho menos salir un fin de semana con ellos. Era como que si ella nunca hubiera tomado su carrera de modelaje y todo hubiera seguido su curso natural, los tres asistiendo a la misma escuela preparatoria y volviéndose el típico grupito inseparable hasta en la universidad. Era la misma sensación reconfortarle de ayer por la noche, la frialdad de Hajime y la brusquedad de Souji iban acompañadas de pequeños gestos que para ella eran tan dulces y le hacían sentir una calidez suave en el estómago. Recordando su infancia con Souji y Hajime en Kyoto se quedó dormida.

Cuando despertó ya estaban fuera de la ciudad, por un pequeño camino que se adentraba por la montaña. El clima era más cálido que en Tokyo y el ruido de las cigarras inundaba el ambiente. Souji iba conduciendo y Hajime iba al lado leyendo. En la radio Led Zeppelin sonaba con bajo volumen y nadie dijo nada hasta que llegaron unos minutos más tarde a una propiedad estilo rancho californiano. Apenas había autos en el improvisado estacionamiento, y cerca de ellos había un Camaro estacionado con unos chicos de apariencia surfera fumando y tomando cerveza.

-Bienvenida al refugió- dijo Saito mientras Sheryl admiraba todo el lugar. Parecía como que no estuvieran más en Japón.

Entraron a la recepción y enseguida todo tomo un tinte psicodélico. El lugar estaba decorado al estilo hippie de los 70’s y por los speakers sonaba Sweet Emotion de Aerosmith. Parecía el set para una película sobre Woodstock. Tras el escritorio de roble que servía de mostrador improvisado un anciano extranjero fumaba tabaco de una pipa. Su mirada se dirigió a Souji y Hajime y sonrió.

- ¡Okita! ¡Saito! Tenían mucho tiempo sin venir y veo que traen compañía-

-Si si, ha pasado mucho tiempo Ray- dijo Souji acercándose al mostrador –necesitamos una habitación para tres-

-Pero vaya que han traído a una flor hermosa- dijo el anciano mientras sacaba de la gaveta un juego de llaves – acércate querida ¿Cómo te llamas? –

-Me llamo Sheryl- la rubia se acercó al escritorio solo para encontrarse con la agradable sorpresa de que el dueño tenía una fotografía con el mismísimo George Harrison.

-Vaya, Sheryl… todas las mujeres son ese nombre son muy guapas. Me alegro de que ustedes dos al fin traigan una chica por acá, por un momento pensé que eran pareja-
Sheryl tuvo que aguantarse la risa. El tal Ray era muy agradable y probablemente un vestigio de la era hippie.

-Puuff cállate anciano- Souji le arrebato las llaves - ¿Qué tal está el lago? –

-Tan fresco como siempre. Será mejor que vayan a darse una vuelta por ahí, talvez encuentran a mi nieta Aika. Trajo a sus amigos desde Tokyo, quizá el próximo año asista a Rizembool con su hermano Zoe. Por cierto, ¿lo han visto últimamente? –

-Souji acaba de regresar de Okinawa, pero si me he topado a Zoe en la universidad- explicó Saito.

-Ese Zoe… con lo serio que es debe de llevare muy bien contigo Hajime. Bueno no les hago perder más su tiempo chico, vayan y diviértanse-

Los tres se despidieron de Ray y fueron hacia su habitación. El lugar no era un hotel estrictamente, sino parecía un hostal. La habitación era sencilla; no tenía televisión, pero si un pequeño refrigerador y aire acondicionado. Hajime le explicó a Sheryl que Ray fue parte de una comuna hippie que se instaló en Japón a principio de los 70’s y que el rancho fue su hogar desde entonces. Tenía pocos visitantes y les gustaba por la privacidad del lugar y porque el dueño literalmente te dejaba hacer lo que quisieras.

Sin perder el tiempo se pusieron sus trajes de baño, tomaron unas toallas, botellas de agua y cerveza y tomaron camino hacia el lago. Cuando llegaron un grupo de chicos de preparatoria estaba ahí comportándose como típicos adolescentes. Souji decidió que no quería liarse con mocosos y se alejaron un poco. Cuando encontraron un lugar que le pareció al ojiverde, ese sin perder el tiempo se lanzó al agua.

-Sera mejor que no te sumerjas completamente- le recomendó Hajime a Sheryl –por tu herida. Puede ser peligroso que entre en contacto con el agua del lago- 

Sheryl no pudo evitar decepcionarse un poco, pero se conformó con sumergirse hasta la cintura y tomar el sol en la orilla del lago. Cuando llego la hora del almuerzo algunos pobladores de una aldea cercana se acercaron y les vendieron onigiris y pescado asado. Los tres comieron como en un picnic y luego a Souji se le ocurrió encender una fogata. No conversaron mucho pero pronto anocheció y los tres regresaron al hotel.

Hajime cayó rendido, pero Sheryl no podía dormir; el día había sido tan emocionante y no podía dejar de repasar los acontecimientos en su cabeza. A su lado Souji también parecía inquieto.

-Oye Sheryl ¿estas dormida? –

-No, no puedo dormir. ¿Y tú? –

Sin contestarle Souji se levantó y se acercó a su cama. Por un momento Sheryl creyó que se iba a sentar, pero solo le tocó ligeramente el hombro.

-Levántate. Quiero enseñarte un lugar-

Fue algo totalmente inesperado. Su corazón empezó a latir con fuerza y muchas ideas locas vinieron por su cabeza. De nuevo, se recordó, como no vivió su adolescencia como debía no tenía mucha experiencia con los chicos y ese tipo de experiencias eran nuevas. Parecía una escena cliché de una pelicula, y solo se podía imaginar lo que pasaría después. Se puso un hoodie y unas zapatillas y siguió a Souji a un sendero que iba a la colina que rodeaba el lago. El camino estaba despejado y únicamente se toparon con un pequeño zorro que huyó cuando los vio acercarse.

Cuando llegaron a la cima Sheryl se quedó sin aliento. La vista era preciosa; el cielo estaba despejado y la luna y estrellas brillaban con fuerza reflejándose en el lago. De nuevo, se dio cuenta que el único sonido era el de las cigarras.

- ¿Y bien? –

-Es hermoso Souji, gracias por traerme-

-No me refiero a eso- Souji sacó un cigarrillo y lo encendió - ¿Qué hacías con Aramis ayer por la noche? ¿Y cómo te hizo esa herida? –

Con que era para eso. Souji la quería acorralar para interrogarla. Sheryl no estaba molesta y le dio la impresión de que Souji solo estaba preocupado por ella y quería ayudar, pero lo estaba haciendo de una forma muy bruta.

- ¿Tú me dirás de donde lo conoces? –

- De Rizembool, ya te lo dije – Souji le dio una última calada a su cigarro y lo apago con el pie. Se acercó a Sheryl y la dejo medio arrinconada entre un árbol, poniendo su brazo al lado para que la chica no pudiera escapar –será mejor que seas más cuidadosa. Eso de ser una HiME parece peligroso –

Sheryl ya estaba sonrojada por la cercanía de Souji, pero lo que dijo la dejo totalmente indefensa.

- Co- ¿Cómo lo sabes? -

-Eres demasiado obvia-

Souji fue directo y no dudo. La reacción de Sheryl le confirmo que estaba en lo cierto. No entendía mucho sobre el tema y tendría que investigar más, pero ahora sabía que estaba en el camino correcto. Sheryl por su parte se dejó llevar y pensó que ese era el momento en que se suponía en que Souji le daba un beso. Pero antes de que ella pudiera acercarse él se alejó de golpe.

-Tienes que ser más cuidadosa y evitar meterte en problemas en lugares públicos. Yo… te ayudaré en lo que pueda, pero no creas que te he perdonado- avisó Souji antes de darle la espalda con intención de regresar.
Mientras Souji le estaba de espaldas Sheryl estiro la mano hacia él y dijo en voz baja:

-Pues tendré que oblígate a que me perdones Okita Souji-

- ¿eh? ¿dijiste algo? – preguntó el volteando.

-N-no- la rubia se sonrojo por verse descubierta y corrió tras de el para alcanzarlo.

La noche transcurrió sin ninguna eventualidad y a la mañana siguiente regresaron al lago para regresar temprano a Tokyo. Cuando llegaron a casa, Rangiku y Hijikata ya estaba ahí. Parecían complacidos y extrañados de que Hajime y Souji se llevaran a Sheryl de viaje, pero no hicieron ningún comentario ni los interrogaron sobre lo que pasó la noche del viernes.

A la mañana siguiente Sheryl y Rangiku se disponían a salir cuando Souji las alcanzó.

-Oye, yo me voy con ustedes- le avisó a Rangiku subiéndose al auto.

-Bien. Pero no iré a dejarte hasta Rizembool, iré a preparar la habitación de Sheryl en Hanasaki-

-No importa- Souji saco su billetera y sacó su nueva identificación estudiantil con orgullo –Yo también me quedo en Hanasaki-



 

« Last Edit: June 28, 2017, 08:53:17 PM by Apple »


Mimi Tachikawa

Aqui dejo mi otro fic <3

Capitulo 32 :

[

Despues de una intensa gira por todo Japón finalmente tenían días libres, Otoya fue el primero en irse porque estaba deseando ver a Mayura lo mas pronto posible, luego se fue Koi claro después de ser regañado por Hajime al ver las libretas de notas con tan bajas calificaciones, y Kakeru estaba durmiendo porque estaba muy exhausto asi que el manager lo iba a dejar ahí y luego lo llevaría a su casa, asi que el ultimo en irse en ese momento fue Hajime que se veía visiblemente cansado,asi que se subio al taxi que le habían asignado para enrumbar hacia su casa,saco su celular y lo prendio viendo que habia recibido muchos mensajes de texto

Tal parece que las cosas aun están tranquilas…-cerro los ojos ligeramente- finalmente podre descansar un poco…-

Habia dormitado en el taxi hasta que llego a su casa, salio del taxi agradeciendo al chofer y se dirigio a su hogar, cuando abrió la puerta se escucharon unos pequeños pasos

Hikari ya llegue!...- se arrodillo y vio como un pequeño niño empezaba a caminar hacia él con pasos torpes mientras extendia sus manos-

Papi!!...-llego hacia el líder de Six Gravity y lo abrazo con cariño-te etañe mutooo papi!!...-

Yo también te extrañe mucho Hikari- se levanto con Hikari en sus brazos- pero ahora estoy libre para poder estar con mi querido hijo…-

Camino hacia la cocina donde una joven de cabellos cortos azulados y con gafas tenia puesto un mandil de cocina terminando de colocar los platos de comida en la mesa

Hajime bienvenido…- dijo la peliazul que llevaba un anillo de matrimonio en una de sus manos, se acerco a su esposo y le dio un beso en los labios-

Perdoname por no comunicarme antes pero hubo una seguidilla de conciertos que me hizo imposible respirar-

Lo sé no tienes porque disculparte, después de todo es tu trabajo, ademas yo también estaba ocupada en casa haciendo unas investigaciones para la universidad creo que hemos coincidido en nuestro termino de obligaciones…-rio tímidamente-

Papi…Hikari tene un diujo que te hicho…-dijo como haciendo señas para que lo bajara-

El pelinegro lo bajo y vio como corria  a su manera emocionado

Y Hikari como se comporto??...-

Como siempre muy bien, cada vez se parece a ti…-rio divertida- come su comida tratando de actuar como tu mirando serio la comida y después tratar de coger su cuchillo de plástico y tenedor para cortar su carne…-

Me hubiese gustado verlo asi…-

Y lo podras ver porque lo he filmado, si vieras lo adorable que es…cuando lo lleve a la universidad estuvo tranquilo jugando con su rana de peluche…todos mis compañeros se quedaron maravillados con él…-

Es que Hikari es un niño muy dulce y siempre expresa lo que siente…-hablaba el pelinegro orgulloso de su hijo-

Claro es nuestro hijo después de todo…-

Hikari apareció con una hoja de papel

Toma…papi…hiche un diujo para ti…- sonriendo ampliamente-

Muchas gracias…-el pelinegro observo el dibujo que eran círculos que señalan a los tres miembros de la familia Mutsuki-es muy hermoso Hikari lo pondremos en la pared donde están todos tus dibujos…- dejo el dibujo a un lado y volvió a cargar a su hijo para ponerle en su sillita- pero ahora es hora de comer, para luego irnos a bañar y dormir deacuerdo??-

Si!!...-dijo el pequeño mientras empezaba a comer su pure con arroz-

Los esposos también empezaron a comer

Ambos sonreían al ver a Hikari comer y reir con ellos, quien iba a imaginar que el serio líder de uno de los grupos mas conocidos en Japón estaba casado y encima tenia un hijo? Pues desde que estaba en la secundaria habia conocido a Ami Mizuno, ambos competían por las máximas calificaciones en la escuela donde estudiaban, claro que era una rivalidad sana, gracias a eso ambos se hicieron muy buenos amigos, luego se volvieron novios y en el 1er año de la universidad donde Ami estaba estudiando física y Hajime habia decidido dedicarse a ser idol y buscar mas información acerca de la familia de la amiga que su madre tenia para poder ayudarlos y protegerlos, se casaron y tuvieron a Hikari, claro que ambos mantenían su vida personal en absoluto privado ya que no querían exponer a su hijo.

Es cierto tengo algo que decirte Hajime…-le miro algo preocupada mientras ayudaba a Hikari a cortar la carne suave que tenia que comer- tengo información de que es posible que Natarle Daidouji salga de prisión este fin de semana…-

Ya veo…-tomando un sorbo del té que le habia preparado su esposa-Mientras que Tsubaki y ahora Natarle estén libres
Mayura y Belldandy-san correrán mucho peligro…llamare a Mahiru y a Kuro para que las vigilen y que me avisen si pasa algo-

Creo que será lo mejor…-

Papi y Mami no miren achiii a Hikari no le guta, quiero velos sonreir…-dijo el pequeño con el ceño fruncido-

Perdonanos Hikari…-dijo su madre mientras le limpiaba la boca con el babero ya que habia terminado de comer-ya no vamos a mirar asi…-lo cargo- bueno es hora de preparar el baño para que Hikari y papá se bañen juntos, asi que vamos a alistar la ropa y los juguetes de baño deacuerdo??...-

Si!!! Quiero Hikari quielle jugar con papi!!...-

Hajime vio como las dos personas mas importantes de su vida se iba y con el pensamiento de seguir manteniendo su tranquila vida de casado observo el ultimo mensaje de texto que recibió-

Deberé de ir a Hanasaki…-


Despues de despedir a Leo, Mayura se encontraba en su habitacion mirando hacia el techo

Que es lo que estoy haciendo?? –suspiro pesadamente- estoy haciendo preocupar a los demás por mis inseguridades…- luego volteo a un lado para abrazar su almohada- mi yo de hace 3 años estaría burlándose de mi al verme en mi estado tan lamentable…-moviendo la cabeza pero yo no soy asi…me han pasado cosas feas desde que naci, no debería de deprimirme, no tengo porque hacerlo!...-lanzo su almohada y miro a Flaffy durmiendo,se acerco a ella y empezo a acariciarla suavemente-tu también debes de estar preocupada por mi verdad Flaffy? No por algo has despertado al momento de tomar nuevamente la prueba hime…-se alejo de su child y se acerco a su ventana- quiero verte Otoya…-rio suavemente- como si fuera posible que solo deseándolo va a venir…-

Mayura-chan!!!!...-desde la entrada de su casa se encontraba el pelirojo ondeando su manos- te llame pero no has contestado-

Hasta parece que escucho su voz…es que tanto deseo verlo??-

Mayura-chan!!!-

Callate imaginación mia!!!-dijo mirando hacia la ventana y grande fue su sorpresa al ver a su novio-Otoya!!!- salto de la ventana sin importarle nada

Otoya tuvo que correr rápidamente para cargar a su novia para que no se lastimara-Nunca mas vuelvas a hacerlooo!!

Perdoname es que…es que te extrañe mucho…-le abrazo fuertemente-

Yo también lo hice, pero ahora tendre un poco mas de tiempo libre, asi que podre estar mas cerca de ti…-dijo para separarse de ella un momento pero la joven no se lo permitio siguió aferrándose a él , al pelirrojo no le quedo de otra que solo abrazarla-

Me siento mucho mejor…-dijo sinceramente mientras finalmente se separaba de él-ven pasa a la casa para servirte algo de comer mientras conversamos…-

Ahora no tengo tiempo Mayura-chan a decir verdad me siento muy cansado, pero tenia ganas de verte y creo que pensé que tu también me necesitabas ver por eso vine…-

Es cierto has estado muy cansado por todos los conciertos que han tenido y yo pensando egoístamente…-rio suavemente- entonces mañana nos vemos en la escuela??-

Claro..aunque no te aseguro que vaya temprano…-

No importa, te estare esperando de todas maneras…-le dio un beso en la frente- que tengas una buena noche…-

Igual tu…-le dijo también dándole un beso en la frente-

La joven vio como su novio se iba y ondeaba suavemente las manos

Ahora si comprendo el porque soy Hime…porque quiero seguir protegiendo a las personas que quiero-se dio suaves palmadas en las mejillas- asi que esta prohibido deprimirse!!!- grito fuertemente para regresar a su casa con mas ganas
----------------------------------------

Matta ne!!

Mimi-chan
« Last Edit: May 31, 2017, 01:34:12 AM by Mimi Tachikawa »


Deidara

fsfsfs no me gusta lo que tenía escrito así que corto aporte y subo sólo esta parte

#21

Apenas había vuelto hacía unas semanas y había desecho su maleta, volviendo a guardar la mayoría de sus pertinencias en el armario de la habitación. Y ya estaba, de nuevo, colocando todo lo poco que había traído consigo en la vieja maleta.

“¿Ya vuelves a abandonarnos?”
“Mh.”

La puerta de su habitación estaba abierta, y Kurogane observaba a la confusa Deidara desde el marco de la puerta. Deidara, quien estaba apoyada contra la pared, brazos cruzados, mirada fija en la maleta.

“¿Cómo puede ser que esté más vacía que cuando vine?”

La maleta había cerrado sin problemas, y recordaba cómo en Barcelona, semanas atrás, había tardado unos largos minutos en cerrar a la maldita.

“Creo recordarte metiendo cosas sin orden ni sentido alguno… ahora parece más ordenada.”
“Ah, puede ser.”

La idea pareció convencer a Deidara, quien volvió a relajarse.

La habitación volvía a estar como se la había encontrado – vacía, recogida.

La mansión HiME le esperaba. Sabía que si iba a volver a Hanasaki, lo más cómodo iba a ser vivir allí, pues ante un ataque sorpresa la cercanía facilitaría las cosas. Adaptarse de nuevo se presentaba complicado, y la verdad que prefería su rincón en casa Genbaku. Near y Kurogane eran buenos compañeros de piso – sus dos hermanos eran silenciosos y apenas daban molestias, respetaban el espacio de todos. Sasha, Sasha ya era historia aparte, pues era más extrovertida, y alguna noche se había encontrado a su prima sentada junto a ella en el sofá y hablando y hablando sin parar de algo que pronto dejaba de tener sentido.

Pero, sí. Iba a echar de menos todo aquello.

“Espero que no vayáis corriendo en busca de un nuevo inquilino… si me canso de Hanasaki, me gustaría tener esta habitación disponible de nuevo.”
Kurogane rodó los ojos. “¿Qué te crees que es esto, un hotel?”
“En un hotel creo que me tratarían mejor.” Deidara le lanzó una mochila a Kurogane. “Anda, ayúdame a sacar las cosas.”

Kurogane accedió, sí, pero entre quejas.

No se había molestado en despedirse de Near ni de Sasha, pues no era como si se fuese a la guerra (o sí, tal vez sí, pues era algo similar…). Al fin y al cabo, se iba a vivir a Hanasaki, y ambos estudiaban en Hanasaki. Sabía que los iba a ver muy a menudo, y tenía una copia de la llave de casa, con una cama que le esperaría para cuando lo desease.

 “Os escribiré cada día,” bromeó Deidara, seca. Aunque en el fondo… no podía negar que era una despedida un tanto amarga. Kurogane también estaba intentando disimular que no le hacía mucha gracia la idea, pero, dentro de todo lo malo que eran las HiMEs, estar allí era lo mejor. Así se ahorraba poner en peligro a su familia – compartir piso con ella tal vez no era ahora la mejor idea.
“Mejor cada dos, que no sea tan exagerado.”
“Ya, ya… bueno, pues…” Se hizo un silencio incómodo entre ambos.

Kurogane acabó por bufar.

“Venga, vete ya. No hagamos esto más complicado. Que todos sabemos que es lo mejor, y que estamos en el siglo veintiuno, Whatsapp existe, y tu hermano está enganchado así que con ese grupo que hizo el otro día seguro que no dejaremos de hablar.”

Ya. Whatsapp y Near. Uno de los grandes misterios de la vida, aún más su uso excesivo de emojis. 

Deidara decidió acabar el momento con un amistoso puñetazo.

“Ya, vale. ¿Noche de pizza mañana entonces?”
“Mañana vuelv -- ¿pero tú no te ibas?”
“¿Pero no habíamos quedado en que los viernes iban a ser noche de pizza y peli? O eso decían Sasha y Near—”
“Por dios, pero si al final es como si no te fueras—”
“¡Cómo te…! ¡Vale, pues me voy! ¡Y ya me pensaré si vuelvo o no!”
“¡No te hagas la enfadada, que seguro que mañana estás aquí de vuelta molestando!”

Probablemente.


Isumi

Realmente tendría que hacer los pinches icons que me falta pero bueno XDD logré escribir aporte so yey for me uwu




11.Time Skip; 1 year.

Saiko's POV



Un año había pasado desde que encontramos a Isumi y nuestra vida cambió por completo.
La ex y próximamente HiME estaba ahora viviendo con nosotros, dadas las circunstancias en las que se encontraba no teniendo prácticamente familia aparte un hijo del futuro. Todos los gastos eran cubiertos por Shiroe quien nos prometió que una vez al mes pagaría por el mantenimiento de Isumi y Aladdin quien también quiso ir a vivir con nosotros y por supuesto con su madre joven.
Inicialmente pensé que nos darían dinero de más, considerando cómo se desarrollan usualmente las historias en este tipo de situaciones: una grande organización escondida con maquinarios super caros y que encima tienen sus headquarters en el espacio, ya me imaginaba que recibiríamos dinero como para comprar una casa al mes, pero no fue así. Realmente solo pagaban por el mantenimiento de ellos dos que efectivamente tampoco nos creaban tantos gastos.
Isumi iba en su último año de secundaria (razón por la cual decidió esperar un año antes de volver al pasado) y en su tiempo libre jugaba a videojuegos o leía los mangas que teníamos en el estudio. Que por cierto, el estudio se convirtió prácticamente en nuestra segunda casa, ya que la organización de Shiroe decidió agrandarlo para agregar más habitaciones de modo que pudiéramos vivir todos allí. No comprendía inicialmente por qué era necesario que Shuujin y yo viviéramos junto con ellos dos, y no nos dieron tiempo de preguntarlo. Pero con el tiempo fui entendiendo la razón. Isumi no estaba en un estado emocional adecuado para vivir sola, a cada oportunidad que tenía se encerraba en su habitación a leer manga o mirar anime y a veces no quería salir ni para ir al colegio. Muchas veces tuvimos que ayudarla a salir de ese estado ya sea haciéndola salir literalmente de la casa o, algo que notamos funcionó mucho, hacerla participar en nuestros encuentros sobre la serialización de nuestro nuevo manga. Así como le gustaba ver animes y leer mangas, también estaba muy interesada en la creación de los mismos. Y según nos contaba había escrito varias historias en el pasado, pero nunca nada como para ser publicado.
Cada vez que hablábamos o planeabamos algo sobre nuestro manga, sus ojos se iluminaban de la emoción. Entonces un día decidimos preguntarle su opinión sobre un argumento en el que habíamos quedado estancados y su comentario nos ayudó no solo a salir del bloqueo, si no que nos abrió la mente a otro tipo de enfoque hacia el manga.
A inicios de nuestra carrera, recuerdo haber dicho que no nos servía la opinión de una chica para escribir sobre el punto de vista femenino. Después de todo, lo que los fans de una revista shonen quieren leer es el punto de vista femenino escrito por un hombre. Pero luego de hablar con Isumi me di cuenta que su visión no era muy diferente de la nuestra a pesar de ser mujer, y desde entonces comenzó a colaborar en nuestra historia como un miembro más del equipo. Hasta nuestro editor estaba contento de que ella estuviera a bordo de nuestro barco.
Fue gracias a eso que la segunda mitad del año pudimos verla mucho más activa, sea a nivel escolástico que creativo.
Un día incluso decidió que antes de volver a ser HiME, tendría que entrenar un poco los músculos, ya que no sabía qué clase de rebel le tocaría, y no podía confiar con su habilidad de detener el tiempo por unos pocos segundos cada vez.
Tanta dedicación de parte suya entró también en la cabeza de Shuujin que comenzó a sentirse más inspirado después de que una mañana Isumi lo invitó a correr con ella. Y desde entonces todas las mañanas salían juntos a correr, dejándonos a mi y a Aladdin solos en el departamento.
Muchas veces insistieron con que fuera con ellos, pero yo solo necesitaba dibujar y con eso estaba satisfecho. Hasta que una mañana un enojado Aladdin me despertó saltando encima mio y gritando cosas como “¡¿Acaso vas a dejar que Shuujin se te adelante?! ¡¿Qué no estás celoso?! ¡Van a compartir momentos de inspiración y juventud a la orilla del río y tú aquí durmiendo como un cerdo!”
Y fue cuando escuché esas palabras de Aladdin que comencé a darme cuenta que Isumi y Shuujin habían comenzado a ser más cercanos no solo a nivel de amistad, si no que sus pensamientos comenzaban a encajar cada vez que proponíamos ideas. Un sentimiento inexplicable de celos me subió al instante y decidí, por primera vez salir con ellos a correr.
Debo decir que no fue nada fácil el primer día. A pesar de que solo habían pasado dos semanas para Isumi y una para Shuujin, ambos estaban a un nivel muy lejano de alguien como yo que vivía sentado dibujando. Incluso Aladdin que también se unió a nosotros para no sentirse solo en casa, estaba en mejor forma física que yo. Aunque claro, él era un niño, malditos niños llenos siempre de energía.
En todo caso, he de admitir que también fui ayudado por el entrenamiento matutino, porque cada día sentía que mi cabeza se liberaba de muchísimos pensamientos innecesarios y podía concentrarme más en el dibujo luego.
 
Y el día que Isumi consiguió su diploma de secundaria que, nuevamente, volvimos a recordar la razón principal por la cual ella estaba viviendo con nosotros.
Era hora de despedirse e Isumi tenía que volver al pasado a ser HiME y luchar por su futura universidad.
 
-¿Ya has decidido qué estudiarás en Hanasaki?- Le pregunté mientras ella preparaba sus maletas y las de Aladdin.
-Hmm, la verdad es que no lo he pensado en todo este tiempo hahaha.- Decía mientras forzaba una sonrisa. -Pero supongo que será algo fácil que no lleve mucho tiempo, no es lo mismo pelear en una secundaria contra un rebel que en una universidad supongo…-
-Pues no…-
 
El silencio incómodo que había logrado tapar con mi pregunta volvió enseguida luego de que me respondiera.
Isumi seguía preparando su maleta y cada tanto yo le pasaba algo que debía llevarse. Aladdin y Shuujin se encontraban en otra habitación jugando a los videojuegos y por eso estábamos nosotros dos solos.
 
Sentía que debía decirle algo. Una parte de mi no quería que se fuera, pero sabía bien cuál era su misión. No podía imponerle mi egoísmo en un momento como éste, y por eso no lograba realmente sacarle conversación.
Cada vez que le alcanzaba algo ella evitaba mirarme a los ojos y se escondía bajo su flequillo. Hasta que en un momento le alcancé un libro y, pensando que lo había agarrado bien, lo solté para darme cuenta que se le había resbalado de la mano. Instintivamente intenté agarrarlo antes de que cayera, pero Isumi hizo lo mismo y terminamos chocando nuestras frentes en un fuerte golpe que nos hizo gritar a ambos como condenados.
Al parecer el ruido alertó a los otros residentes del departamento, ya que en pocos segundos Aladdin y Shuujin se encontraban en la habitación de Isumi preocupados.
-¿Madre qué fueron esos gritos?- Preguntó Aladdin. -...oh.- Pero al vernos a ambos sosteniendonos la frente y sufriendo el dolor se dio cuenta enseguida de la situación. -¡Voy a traer hielo!- Y dicho eso salió corriendo de la habitación.
-¿Qué te sucede, Isumi?- Preguntó esta vez Shuujin. -¿Tan fuerte se golpearon como para llorar?-
Y fue entonces que escuché que la chica estaba sollozando mientras seguía sosteniéndose la frente.
-Muy… fuerte… golpe…- Iba diciendo entre sollozos. -No… me quiero… ir…- Prosiguió siempre intentando no largarse a llorar.
-Isu…-
-¡Isumi!- Interrumpí sin querer a Shuujin acercándome bruscamente hacia ella y tomándola de las manos. Isumi me miraba con lágrimas en los ojos y cuando me di cuenta de lo que había hecho y de lo cerca que tenía su rostro del mío me quedé sin palabras.
-¿Sai...ko?- Lógicamente preguntó ella esperando algo de mi después de haber hecho eso.
-¡¿Saiko?!- Y al parecer Shuujin también esperaba algo de mi.
Por lo que me armé de coraje y dije lo primero que se me pasó por la mente. -¡Quédate con nosotros!-
-¡Oye Saiko!- Exclamó Shuujin tras mi declaración. -¿Que Aladdin no te ha dicho nada?-
-¿Eh?- Dijimos Isumi y yo al unísono girandonos hacia él.
Y el nombrado entonces apareció más confundido que nunca. -¿Qué ha sucedido aquí?-
-Aladdin, al parecer ellos no saben.-
-Oh…- La expresión de Aladdin cambió de curioso a la de un niño que había olvidado de hacer las tareas. -Oops… hehehe…-
-¿Aladdin?- Le preguntó su madre una vez que habíamos tomado distancia. -¿Qué no me has dicho?-
Y con una sonrisa gigante, Aladdin contestó. -¡Que Shuujin y Saiko vendrán con nosotros!-
« Last Edit: April 30, 2018, 12:37:44 PM by Isumi »


With the kids sing out the future
Maybe, kids don't need the masters
Just waiting for the little Busters



Puri

Yo: [fickeo con días de anticipación]
Yo: WOW HE FICKEADO UN MONTÓN, OTRO DÍA LO CONTINUO #PUMPED #LIT #WRITERSLIFE #NANOWRIMO

Yo, hoy día, despertándome tardísimo y segurísima que he escrito mínimo mil palabras y solo tengo que poner el toque final: wow qué emoción, seguro ni tengo nada más que agregar
word: 200 palabras

***

“Vas a tener que perdonarme, pero no tengo con quién más hablar de esto aparte de ti. Acabo de enterarme que Suiseiseki volverá a ser HiME”.
“¿Disculpa?”

Chun e Yzak habían acordado juntarse todos los fines de semana para almorzar y ponerse al día sobre sus vidas. Ambos estaban decididos a que su relación mejorara y la verdad es que, después del fiasco de su primer día en Japón, ambos se encontraban en un mejor lugar. En parte había ayudado el que Yzak se comportara como un hermano mayor excelente y fuera él sólo a hablar con Miranda para decirle que Chun no volvería a ser una HiME. Días después, la menor se enteró que Yzak odiaba visitar Hanasaki y no había puesto un pie en aquella institución después de la batalla final, lo cual le enternecía aún más y había mejorado su situación. Tampoco había puesto un pie en Rizembool desde aquel entonces, pero eso era otro tema.

Y aunque tácitamente se había acordado que el tema no se volvería a tocar más, Chun se sentía en deuda con su hermano. Lo mínimo que podía era escucharle en esto, ¿no?

“Suiseiseki va a volver a ser HiME”, repitió mientras se reclinaba en su asiento con los brazos cruzados y miraba fulminantemente su plato. De no haber sido por el tema en cuestión, aquella imagen le habría parecido adorable.
“¿Cómo te enteraste?”, Chun dejó su sándwich en el plato, ya no tenía apetito.
“Pues…”, suspiró y comenzó a mover la cucharita dentro de su taza de café mientras ordenaba sus pensamientos. La menor siguió el movimiento con la mirada. “Desde que comencé terapia en conjunto con Suiseiseki se me acercaron tanto Miranda como Fran. Ambas temían que tuviera algún tipo de mala intención detrás de todo esto, pero acepté estar en contacto y vigilancia”, se encogió de hombros. “De cierta manera me siento más seguro sabiendo que alguien está detrás de mí”.
“No digas eso”, le reprochó. “Como si fueras a hacer algo. Era obvio que no lo ibas a hacer acabada la batalla”.
“No me entiendes”, respondió sin mirarle a los ojos, absorto en seguir moviendo esa cuchara. “Me sentía más seguro sabiendo que, sin importar cuales fueran las intenciones, había alguien que se preocupaba por mí”.

Esto último lo dijo demasiado bajo, como si tuviera miedo de lo que pensara Chun. A decir verdad, la chica se quedó fría, recordando que Yzak había pasado demasiado tiempo solo. Y después de haberse encontrado casi por milagro, ambos se habían separado nuevamente de una vez igual de traumática que la primera. Chun siempre tuvo un lugar a dónde volver. Yzak no.

Posó su mano sobre la suya y evadió el tema. Era muy difícil que Yzak se abriera con ella y sabía que, si hurgaba más de lo debido, podría cerrarse nuevamente.

“Entonces se contactaron contigo”.
“Sí”, alzó la mirada y movió su mano para entrelazarla con la de Chun. La menor sonrió al saberse aceptada por su hermano, al saber que este le agradecía su gesto y que entendía que ahora ella estaba ahí con él para hablar. Era un tema que Chun odiaba, pero por él podía soportarlo. “Miranda me preguntó de frente si es que había sido contactado por Rizembool y que cuáles eran mis planes”.
“¿Y?”
“No, no me contactaron. Ya te lo habría comentado”. Soltó su mano y volvió a tomar sus cubiertos para seguir almorzando. Chun seguía sin apetito, así que tomó su vaso y bebió. “Era casi imposible que contactaran a un rebel que ha aceptado vigilancia de Hanasaki, después de todo”.
“Eso es verdad. ¿Pero por qué crees que Suiseiseki haya vuelto a aceptar? Tú y yo sabemos muy bien qué implica todo esto”.
“¿Cómo crees que voy a saber? Hace un par de días nos vimos y no parecía estar dispuesta a volverse una HiME. No tengo ni la más remota idea de por qué cambió de opinión”.
“¿Te hablas con su key? Podrías preguntarle”.
“Uh… No tengo la mejor de las relaciones con Duo. No le agradaba para nada saber que Suiseiseki y yo tuvimos algo juntos”.
“¿Así de celoso?”, alzó una ceja.
“Imagínate”, rodó los ojos. “Un montón de peleas que tuvieron fue porque Suiseiseki salía conmigo”.
“Tremendo imbécil”, Yzak rió fuertemente y Chun sonrió.
“Definitivamente mi hermana, he dicho eso diez mil veces. ¿La mejor parte? Suiseiseki siempre concordó conmigo. Incluso ahora que terminaron seguimos hablando igual de mal de él, lo cual me hace sospechar qué tipo de relación habrán tenido en primer lugar”.
“¿Ya no están juntos? ¿Es en serio?”
“En efecto. El imbécil se fue a estudiar a China y le dijo que quería seguir con ella a distancia. Eso jamás funciona, menos mal que Suiseiseki no está tan loca como para haber aceptado eso. Se puso bien firme y terminó con él, así que ahora podemos salir juntos todas las veces que se nos dé en gana sin que ella esté estresada”.
“Uhm…”, su mente le mostró rápidamente la imagen de una chica de cabellos rojos, pero Chun negó levemente y se volvió a enfocar en la conversación. “Pero entonces, si ya no están juntos… ¿Tú no has querido volver a tener algo con ella?”
“Oh no, no, nada que ver”, le miró sorprendido y Chun supo que lo decía sinceramente. “Somos muy buenos amigos y muy cercanos, pero no he querido nada con ella desde hace mucho tiempo. Cuando nos volvimos a encontrar creo que ambos teníamos demasiada idealizada esta idea de habernos conocido de niños, pero a la larga nos dimos cuenta que no estábamos hechos el uno para el otro. Lo bueno es que ambos recuperamos a un mejor amigo en el otro, así que no. No deseo tener nada más con ella, su amistad ya me es más que suficiente”.
“Es muy lindo saber que siempre la tuviste a ella”, le dijo con cariño. Yzak hablaba con más emoción al mencionar a la chica.
“Eso”, respondió y volvió a tomar su mano, apretándola.
“Eres un imbécil”, Chun rió, sabiendo que su hermano pensaba justamente en que ya no estaba solo ahora que la tenía a ella también. Yzak sonrió de lado. “Bueno, pero si es que ya no están juntos, ¿cómo va a hacer con el tema de su key?”
“Planeo preguntárselo ahora. Me mandó un mensaje para que la ayudara a empacar sus cosas porque planea mudarse. La muy bestia cree que no me voy a dar cuenta que está volviendo a la mansión HiME”.
“Wow, me había olvidado de la mansión HiME”.
“No eres un verdadero rebel si es que nunca te has metido por la ventana del cuarto de tu HiME a amenazarla, a pedir un cese al fuego, o a seducirla”, Yzak sonrió. “He de ser un rebel de verdad porque recuerdo haber hecho las tres”.
“Cállate”, Chun rió de vuelta. “El mío nunca entró por la ventana, creo”. El semblante de Yzak se tornó serio y la menor se dio cuenta de su error. Soltó la mano de su hermano y tomó el sándwich que había dejado abandonado, comenzando a partir pequeños trozos para tener algo que hacer y evitar su mirada.
“¿No has vuelto a saber nada de él? ¿No te ha perseguido ni nada?”
“No. Como si la tierra se lo hubiera tragado”.
“Menos mal”.
“¿No crees que…?” se quedó en silencio pensando cómo decir esto sin preocuparlo de más. “¿Crees que haya vuelto a aceptar?”
“Rizembool parece haber estado en contacto desde hace tiempo con muchos involucrados en el tema…”, su mente volvió a Mariemaia. Ella debería de haber sido contactada también… Pero si Yzak ni siquiera había sido tomado en consideración por ser visto como un traidor, ¿tal vez ella…? “…De haberlo hecho no tendría por qué seguirte, tú ya no tienes nada que ver con esto”.
“Tú tampoco, pero Hanasaki te sigue teniendo en la mira. Por más que queramos alejarnos estamos metidos hasta cierto punto”.
“Ese es el problema, Chun. Estarás metida mientras sigas creyendo que les debes algo o que sigues involucrada. Hay que poner un punto final y mirar hacia adelante, no dejes que nada del pasado te persiga”, nuevamente pensó en la pelirroja. Se llevó un bocado a la boca para tener algo que hacer y justificar su silencio. “Pero bueno, mejor dejemos todo esto de lado”, evitó también su mirada y ambos se sumieron en silencio por un buen tiempo.
“Llévame con Suiseiseki”.
“No. Eres capaz de creerte aún responsable de todo esto si es que hablas con ella”.
“Tú hablas con ella y no estás involucrado”.
“Porque yo he ido a terapia, Chun. ¿Tú?”
“No, pero necesito zanjar este tema por completo. Tal vez hablar con ella tenga ese efecto”.
“O tenga todo lo contrario”, respondió ahora sí molesto y la menor se atrevió a mirarlo a los ojos porque ella se sentía molesta también.
“No soy tan estúpida, Yzak. Deberías tenerme un poco más de fe”.
“Y yo no soy tan estúpido, Chun. No es como si no nos conociéramos”. Ambos se quedaron mirándose en silencio, retándose. Esto fue interrumpido por la mesera que vino a llevarse los platos y preguntarles si todo estaba en orden. Yzak pidió la cuenta y esta se fue a traerla.
“No creo que lo mejor sea hacerme de los ojos cerrados. Ok, entiendo tu preocupación, pero tampoco es como si todo esto no hubiese existido ni que hasta ahora me sigue afectando. Si te parece podría estar simplemente contigo, mientras ustedes conversan, y tan solo escuchar. No diré nada, pero al menos no me cierres la opción”. Además del tono de voz conciliador, Chun pudo ver que sus palabras habían tenido el efecto esperado. Los hombros y la mirada de Yzak dejaron de estar tan tensos y este suspiró.
“De acuerdo. Si puedo controlar la situación no me parece que habrá problema. No tienes nada que hacer, ¿no? Porque dijo para reunirnos en una hora”.
“Estoy libre”, mintió, pero tenía otro día más para volverse presa del pánico por no haber comenzado con su tarea para el storyboard.
“Bien”, se tapó el rostro con ambas manos y suspiró pesadamente, para luego mirarla ya más calmado. “Vayamos caminando, entonces, como que tengo tiempo para pensar en cómo acercarnos al tema. Ella tampoco sabe que estoy enterado de todo esto, después de todo”.
“Claro”, Chun sonrió. “Vamos”. La mesera llegó en ese instante con la cuenta y el mayor se encargó de todo para enojo de su hermana. Sin embargo, dentro de ella, sintió una pequeña burbuja de esperanza. El saber que podía, en un futuro, hacer lo mismo por él. Que ahora él también la tenía a ella. Y que ella finalmente lo tenía a él, había recuperado nuevamente un pedazo perdido de sí misma. Ahora sí.

***

Forget all the shooting stars and all the silver moons
We've been making shades of purple out of red and blue


Sayi


Hello gals <3

¡Mañana empieza el primer evento del Himeverse! Tengan presente que este durara todo el mes de Junio.
Como siempre, para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~






Sayi :: 3249 palabras
Shura :: 0 palabras
Kora :: 0 palabras
Deidara :: 650 palabras
Nite :: 0 palabras
Isumi :: 1452 palabras
Cho :: 20059 palabras
Kana :: 6994 palabras
Eureka :: 13532 palabras
Puri :: 1799 palabras
Mimi Tachikawa :: 3319 palabras
Haruhin :: 3402 palabras
Mery :: 0 palabras
Ekha :: 0 palabras
Apple :: 5751 palabras
Arence :: 0 palabras


Now, let's carry on with those big HiME dreams...
« Last Edit: August 13, 2017, 02:52:47 PM by Sayi »

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Sayi

Luego edito con una segunda escena SHAME ON ME

[EDIT]

Ok, segunda escena y finito. Gracias de nuevo a @Haruhin por dejarme usar a Yusuke <3

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.



Episode 24 — Gatekeeper (Part II)

Hige se estaba preguntando en qué andaría Ichigo cuando escucho la manilla de la puerta moverse. Taikoubou se puso de pie en el mismo momento que Fran abrió la puerta del despacho de Miranda, y entonces la asistente los invitó a entrar.

Aún si sabía que la reunión no era con él, Hige no podía evitar sentirse algo nervioso cada que entraba a la oficina de la directora. En esta ocasión, era muy probable que estuviera reflejando la disposición de Taikoubou pues, aunque el peligris todavía no le había dicho el porqué de su visita, tenía una corazonada que se trataba de algo difícil de conversar.

Miranda le sonrió al peligris y alzó las cejas al ver a Hige. Al parecer ella tampoco lo estaba esperando, pero la directora no hizo ademán de que se marchase. El Child tomó asiento al costado de Taikoubou, y Miranda junto ambas manos en señal de prestarles su completa atención.

“Su nueva oficina es mucho más grande que la que tenía en la preparatoria” comentó Taikoubou, observando los muebles y los cuadros adornando las paredes.
“Ser directora de una universidad tiene sus beneficios, me atrevo a decir” le respondió Miranda “Ha sido mucho tiempo de no verte. Hige me ha contado que te va muy bien en Beijing”
“Gracias por aceptar verme con tan poca antelación” agradeció Taikoubou “Solo puedo imaginarme lo ocupado que debe ser su horario”
“Oh no es problema. Siempre puedo hacer un espacio cuando se trata de una HiME” respondió la directora “¿En que puedo ayudarte?”

Con las pleitesías hechas a un lado, Taikoubou se acercó al borde de su asiento y se limpió la garganta antes de hablar.

“Hace dos semanas tuve un accidente en el metro de Beijing, no sé si usted escuchó al respecto”
“¿¡Qué cosa!?” era la primera vez que Hige escuchaba al respecto, y de inmediato observó al peligris de pies a cabeza, como buscando algún indicio de lesión.
Miranda aguzó la mirada, intentando hacer memoria “Creo que escuché sobre un accidente… ¿en el distrito de Haidian, me parece?” Taikoubou asintió “Siento mucho escuchar que estuviste comprometido. ¿No sufriste daño alguno, espero?”
“A mí no me pasó nada, pero tengo buena razón para creer que ese accidente fue mi culpa” respondió el peligris. Miranda lo miró extrañada, pero antes de poder preguntarle por qué pensaba eso, Taikoubou se le adelantó “Miranda, ¿Es posible que los Keys desarrollen poderes?”

Miranda ya no necesitó indagar al respecto, pues la pregunta había respondido tanto su duda, como el motivo de la visita de ese Key. La directora se estiró en su asiento y entonces suspiró pensativa; al parecer, midiendo las palabras antes de responder.
Hige, por su lado, observaba a Taikoubou cómo si el peligris acabara de hablar en lenguas.

“Papi ¿ahora tienes poderes?” le preguntó, aún sin poder creerle. Pero Taikoubou no miró al Child, y en cambio esperó atentamente a que Miranda respondiera su inquisitiva.
“Es una posibilidad, al menos en este resurgimiento HiME lo es” empezó la directora “Con vez que sucede nos hemos percatado que no solo las habilidades individuales tienen la posibilidad de cambiar, pero el poder, o magia HiME, también corre con esa oportunidad. Lamentablemente, ni Fran ni yo tenemos completo entendimiento de las reglas pues, así como las personas, es maleable”

Taikoubou alzó su mano derecha, a plena vista tanto de Miranda como de Hige. El peligris formó un puño y, al momento de hacerlo, ambos notaron algo como estática rodear su mano y correr hasta su codo. Eran pequeñas notas brillantes, destellando intermitentemente.

“Electricidad” dijo Miranda, mientras estudiaba el suceso y verificaba las sospechas de Fran “Y la primera vez que apareció fue en este accidente, ¿verdad?”
“Fue una reacción violenta mientras estaba en el metro. Fue algo intempestivo, y no supe que había pasado sino hasta que los vagones se descarrilaron. Aún sin terminar de entender que acababa de hacer, pude escapar del lugar antes de levantar sospechas”
“Agradezco la pronta reacción que tuviste para evitar problemas” dijo la directora “Quisiera saber, antes que ocurriera ese evento… ¿estabas de alguna manera pensando, o tratando con algo relacionado a Hanasaki?”
“Aquel fin de semana Hige vino a visitarme. Acababa de dejarlo en el aeropuerto, e iba camino de regreso a la universidad cuando sucedió”

Hige se había emocionado cuando Taikoubou mostró sus poderes. Sintió el impulso de decirle a Sayi e Ichigo, y se imaginó lo genial que sería luchar los tres juntos contra lo que fuera que Rizembool lanzara en su dirección.

Pero, a diferencia suya, la manera fría en la que Taikoubou hablaba sobre lo sucedido hacía evidente que el peligris no veía esto como una bendición. El cómo describía el evento, y conversaba sobre los detalles como si se trataran de síntomas… le daban la impresión que estaban visitando a un médico. Que Taikoubou tenía una enfermedad, y que Miranda era la respuesta a quitarse ese malestar de encima.

Hige se preguntó si la directora sentía algo similar a ella, y se sorprendió cuando cruzaron miradas casi de inmediato. Al parecer, la sensación era mutua.

“Sé que en otra situación, el que tengas poderes sería conveniente para Sayi y su lucha contra Rizembool, pero considerando los hechos recientes es evidente que ese no es el caso” Miranda había optado por dejar los preámbulos de lado. Sabía que esta HiME y Key ya no estaban juntos, que estaban separados geográficamente, y que este poder venía del rezago de su relación… una unión HiME/Key que solo se desvanecería más con el tiempo “¿Ya le dijiste a tu HiME que tiene poderes?”
“No” respondió Taikoubou “Porque me preguntaba si había una manera de anular estos poderes. Y de haberla, lo mejor sería cerrar el asunto sin que Sayi se entere”
“Siento decirte eso, pero se nos es imposible bloquear poderes, por la misma razón que nunca podemos predecir o entender el poder HiME en su totalidad” le informó Miranda afligida “Es como si intentáramos estudiar el aire con solo tomarlo entre nuestras manos”
“Desde el día del accidente he tenido miedo de no poder controlar este poder, pues no sé si funciona de la misma manera que las HiMEs, o si tengo que tomar precauciones adicionales para no repetir una accidente como ese” continuó Taikoubou “He tenido jaquecas intermitentes que no me permiten estudiar, y no quiero salir de mi habitación para no lidiar con la posibilidad de lastimar a alguien”
“…” Miranda bajó la mirada. Se sentía impotente de no poder ofrecer una respuesta que apaciguara todas sus molestias “Lamento no poder darte una solución inmediata. Mi suposición es que las jaquecas deben estar relacionadas a tu poder; una vez tu cuerpo se acostumbre, ya no deberías tener problemas. Aun así, ¿estarías dispuesto a que Fran te evalúe? Teniendo algo de trasfondo es posible que podamos ayudarte mejor, al menos a lidiar con esto de momento”

Taikoubou asintió, y mientras Miranda hacia una llamada a Fran explicándole lo sucedido, el peligris se recostó en su asiento. La directora observó a Hige mirar a Taikoubou apenado, disculparse por algo, y ver al joven responderle que no se preocupara por eso.

Era extraño como algunos sucesos podían ser inconvenientes para unos, pero bendiciones para otros. Miranda recordó a Roxas Tanaka, y cómo hace unos días le había visitado esperando poder despertar algún tipo de poder para ayudar a su HiME. La directora solo podía pensar en que sencillo sería todo si pudieran invertirse poderes o sentimientos a voluntad.

“Siento no poder ofrecerte ayuda inmediata” dijo Miranda cuando colgó el teléfono “Si no tienes planes de ejercer tus poderes es perfectamente entendible. A diferencia de Meisters o Knight, en esta ocasión los Keys no han tenido oportunidad de elegir si participar o no, por lo que respetamos tu decisión. Y estoy seguro que tu HiME lo haría también”
Hige asintió ante las palabras de Miranda “Estoy seguro que mi mami se preocuparía al enterar por todo lo que has pasado” agregó el Child “Y sabe que tienes responsabilidades en Beijing, y estaría feliz con mantenerte lo más alejado al conflicto”

Taikoubou sonrió levemente y despeinó la cabeza del castaño.

“Sayi es y siempre será alguien importante y a quien quiero proteger. El problema es que no voy a estar aquí, por lo que este poder se pierde en mí. Y, aunado a no poder ayudarla, la consecuencia de tener esta habilidad me dificulta llevar una vida normal. Sayi necesita a alguien que este a su disposición… pero de todas las ocasiones, esta tenía que ser la primera vez que el asistente de la HiME no puede elegirse a voluntad”
Miranda asintió pesadamente “Exactamente. Puede dar cabida a situaciones incómodas, como la tuya”
“Estaré agradecido de la ayuda que puedan brindarme. Y si en algún momento descubren una manera de desligarme, por favor avísenme” le pidió el peligris
“Lo haremos en el momento, gracias por tu paciencia” agradeció Miranda “Fran tiene un espacio en una media hora para evaluarte, ¿podrías encontrarla en esta dirección?”

La directora tomó un folleto y marco un edificio en el lado este del campus. Escribió el número de aula, y le alcanzó el mapa al peligris. Una vez más, Taikoubou agradeció a la directora por el tiempo tomado para verle, y entonces se despidió junto a Hige, en dirección a la evaluación con Fran.

A la salida de la dirección, Hige le indicó a Taikoubou que debían tomar un largo corredor y seguir hacia la izquierda por un buen rato. Entonces llegarían a un grupo de edificios de ciencia, y en unos de ellos estaba el aula que Miranda les había indicado.

Para alivio del peligris, la facultad de arte se encontraba hacia el otro extremo de la universidad, por lo que no correrían riesgo de encontrarse con Sayi. De todas maneras, Taikoubou le pidió que sean rápidos en moverse, para así reducir la posibilidad de toparse con alguien conocido.

“Así que… ¿planeas decirle a mi mami que tienes poderes?”

Taikoubou suspiró cansado. Había tenido la esperanza que Miranda pudiera desvincularlo de sus poderes, pero ahora tenía que cambiar su plan de acción.

“Supongo que sí” respondió el peligris “Pero aún tengo unos pendientes que hacer en Tokyo. Buscaré a Sayi antes de regresar a China”
“Lamento que tengas que seguir tratando con cosas HiME/Rebel. Espero no te esté causando muchos problemas en la universidad” se disculpó el Child “Sé que mi mami también se preocuparía si se entera que la estás pasando mal”

Taikoubou bajó la mirada y sonrió algo apenado.

“Escucha, Hige…” el castaño miró a el peligris “Así como me preocupo por Sayi, también me preocupo por ti, y el hecho de que no quiera pelear no significa que no los apoye. Es algo difícil de explicar” Taikoubou alzó su cabeza, y observó las nubes sobre él “Sé que no querer ser el Key hace que nuestra relación también se vuelva algo extraña, pero”
“Papi…”
“El punto es que me preocupo por los dos. Son mis amigos. Y dentro de lo que cabe quiero ayudar. Al menos, hasta que ya no sea su Key”

Hige sonrió para sí mismo. Mucho de lo que Taikoubou acababa de decir le había angustiado durante la conversación con Miranda, y escucharlo decir que aún se preocupaba por él, por más que no quisiera tener poderes, era reconfortante. Era como una garantía que, aunque Taikoubou ya no quería la responsabilidad de ser Key, ello era un problema que él tenía con sí mismo, y no un problema que tenía con él.

“No te preocupes papi, yo te entiendo” respondió Hige, colgándose de su brazo “Espero que Miranda y Fran puedan ayudarte a lidiar con esto”
“Gracias Hige”
“Por cierto, ¿que vamos a hacer luego del examen de Fran?” le preguntó el castaño, y Taikoubou lo miró sorprendido “Que, ¿creías que iba a dejarte solo ahora que estás aquí?”

Taikoubou rio mientras Hige enumeraba las cosas que quería hacer con él. El peligris supuso que tomarse un descanso junto al Child le harían relajarse lo suficiente como para dejar de sobre analizar la situación.

Quien sabe, quizás y hasta podría venirse con una manera sencilla de hablar con Sayi al respecto.



Como sobrina del decano de la facultad de bellas artes, Hagu le había prometido a Ichigo que la sala de pintura estaría vacía cuando él modelara desnudo. Bajo esa promesa fue que el rubio entro a quitarse la ropa… pero, al parecer alguien se les había adelantado y había hecho un evento en Facebook.

“Pobre Ichigo…” se lamentaba Hagu. Si tan solo su tío no estuviera de viaje, estaría segura que no habría tanta gente presente “Han pasado solo dos horas, ¿cómo se vinieron a enterar tantas personas?”
“Pues, ¿no se?” le respondió Holden mientras miraba sonriente a su teléfono.

Hagu se giró hacia su amigo, se fijó en la pantalla de su celular, y recién entonces hizo la conexión.

“¡Holden!”

En la sala habían varios estudiantes de arte pues, considerando el poco tiempo que se había dado de cabida para promocionar el evento, solo quienes estuvieran todavía en la universidad habían aprovechado el hueco y podían estar presentes.

Cuando Ichigo salió cubierto en paños menores, los piteos y silbidos no tardaron en hacerse esperar. Para estudiantes de dibujo no era extraño estar en la presencia de modelos desnudos… pero cuando se trataba de un estudiante como ellos (y peor aún, un estudiante cumpliendo una apuesta), la desnudez parecía convertir la indiferencia en entretenimiento.

“Trágametierratrágametierratrágametierra…” mascullaba por lo bajo “Mátenmeyamátenmeyamátenmeya…”

Y mientras Ichigo caminaba al lugar marcado con cinta adhesiva, el rubio no pudo evitar identificar a varios conocidos desde la preparatoria observar su martirio con sonrisas en sus rostros. Con la cara roja de la vergüenza, Ichigo solo podía esperar que aparecieran las monjas a tocar la campana y acompañar su tortura al ritmo de shame *bell*.

Lo mejor era no decir nada, no pensar al respecto, y solo dejar pasar el tiempo que Yusuke necesitara para usar su imagen. Aquella era la única manera de soportar ese episodio.

“¡El estaba en mi clase de literatura con el profesor Eiri!”
“Hubiera preferido ver a su gemelo…” comentó otra chica “Pero el tampoco está nada mal”

Hagu sonrió apenada al escuchar los comentarios, preguntándose cómo los estaría internalizando el rubio. Era difícil de decir, sin embargo, considerando el poker face que intentaba mantener.
Habiendo crecido con artistas, Hagu no se avergonzaba de ver desnudos aún si era bastante tímida. El ver a Ichigo tal y como vino al mundo le daba igual… ello si no consideraba los moretones que tenía en su costado.

“Holden…” la pequeña llamó la atención de su amigo “¿Sabes si Ichigo se ha peleado con alguien recientemente?”
“¿No? ¿Por qué lo dices?” preguntó el castaño, y Hagu señalo hacia el torso del rubio “Curioso…”
“Hm…”
“Se le ve algo más tonificado también, ¿no te parece?” agregó Holden “Y hasta donde sé, el no participa en ninguno de los clubes de Hanasaki”

Yusuke el pintor, por su lado, estudiaba las proporciones de su venus japonés con toda la parsimonia del mundo.

“Ah, sí, esto es mejor a lo que pude esperar” decía el peliazul, mientras intercalaba miradas entre Ichigo y el canvas. La concentración con la que lo dibujaba era admirable. Parecía estar en su propio mundo, y al menos ello hacía sentir a Ichigo un poco menos inseguro “¿Podrias inclinar tu pelvis hacia adelante? Necesito una postura más… David-esca”
“…” El rubio intentó asomarse a ver la pintura “¿Cuánto tiempo crees que falta?”
“¿Oh? Pero si acabamos de empezar” Yusuke tomó algo de pintura con su pincel “Pero si tienes prisa… creo que podría terminar la sesión en poco tiempo”
“Genial”
“Solo dame como unas tres horas y media”

Ichigo palideció, y la sala rompió en risas ante su rostro lleno de espanto. 


Cuatro horas más tarde y Yusuke había terminado de trazar sus rasgos lo suficiente como para estar satisfecho. Ichigo le había dicho que fácilmente podría ayudarlo si necesitaba terminar de afinar detalles, … claro está, siempre y cuando fuera con ropa.

El rubio esperó a que todos se hubieran marchado antes de dejar el vestidor. Entonces salió del salón, cerró la puerta detrás de él, y con ello espero empezar el merecido periodo de sanación que tenía por delante. Pero el recuerdo aún se sentía fresco en su mente, así como las miradas de todos los presentes en lo que él consideraba como su peor humillación pública hasta el momento.

“¿Ichigo?”

Y todo por querer proteger el buen nombre de la pelirrosa a su costado.

Sayi lo miraba con una expresión divertida. Al parecer había optado por regresar a la facultad una vez terminado su entrenamiento con Kenshin. Considerando que eran pasadas las nueve de la noche, no había nadie presente además de ellos dos.

La joven parpadeó dos veces antes de continuar.

“Así que… ¿me acabo de enterar por Facebook que modelaste desnudo para Yusuke?” Ichigo asintió derrotado “Hasta donde sé, el pobre le había rogado a media facultad a que posara para él, pero nadie había accedido… hasta ahora”
“…Nadie subió fotografías, ¿verdad?”
“No. Pero por lo que veo Holden se ha divertido muchísimo” dijo Sayi, mostrándole su feed con todos los estatus del castaño. Entonces guardo su celular “Ichigo, ¿se puede saber en qué estabas pensando?”

El verdadero motivo no era uno que Sayi aceptaría sentada, así que el rubio optó por esconder los detalles.

“Perdí una apuesta” le respondió. La pelirrosa hizo un además a que se explicara mejor, pero Ichigo se encogió de hombros “Y pues eso”
“Ah” Sayi alzo las cejas “Bueno, si algún día me quieres decir por qué…me mandas un mensaje”
“Ajá”
“Estoy muerta. Voy a darme una ducha y me iré a dormir” la pelirrosa estiro los brazos sobre su cabeza, y entonces empezó a caminar en dirección a la mansión HiME.
“Sayi, espera”

La pelirrosa se giró hacia su hermanastro. Hasta el momento se le había notado algo tímido, pero ahora la miraba con algo de fastidio. Al parecer Ichigo empezaba a recuperar su entereza luego de la sesión con Yusuke.

“Hige me dijo que vas a salir con Asaba” empezó el rubio. Intentaba no dejar en evidencia que sabía más que eso “Y pues, me alegra… o, bueno, pero… ¿estás segura?”
Sayi sonrió ante la pregunta “¿Por qué?” ¿Lo dices por lo que paso con tu ’novia’?”

El tono que usó fue burlón, y eso le hizo detenerse ¿Acaso Sayi se había percatado del experimento de Holden?
Ambos continuaron mirándose fijamente, esperando a que alguno de los dos rompiera con la sospecha. Fue Sayi quien comenzó a reírse.

“Saliendo del dojo de Kenshin empecé a pensar en la conversación que tuve con Asaba, y tu irrupción con la tal ex-novia y pues… me empezó a sonar bastante raro. Así que le pregunté a Hagu y ella me dijo la verdad” le explicó la pelirrosa “La pobre estaba tan apologética, al parecer tenía miedo que me molestara con ella, haha”

Ichigo junto sus labios en una línea. ”Ese pericote traidor” murmuró.

“Pero le dije que si iba a molestarme con alguien, iba a ser contigo” al decir eso, el rubio abrió los ojos, preocupado “Pero… ah, tampoco tengo ganas para eso”
“¿A que te refieres?” casi se arrepintió de preguntar.
“Ichigo, te conozco bastante bien” dijo la pelirrosa “Eres un impulsivo, y metiche cuando una idea se te mete en la cabeza”
“…”
“Pero por eso mismo sé que no venías de un mal lugar. Solo te estabas preocupando así que… bueno, aunque no me agrada que actúes en mi nombre sin decirme, te agradezco que te tomes el rol de amigo protector tan en serio”
“Soy tu hermano” Ichigo necesitó aclararlo “Soy más que un simple amigo”
“Bueno” Sayi sonrió y golpeó su puño “Gracias igual”

Por primera vez desde que esa tarde su rostro se extendió en una sonrisa sincera. El haber posado desnudo había sido, a falta de mejor termino, algo traumante, pero ver a la pelirrosa sonreírle así le hacía sentir mejor. Aún si había perdido contra Asaba, Sayi sinceramente apreciaba el que él la haya querido proteger. Y aquello hacía que el sacrificio hubiera valido la pena.

Sin embargo, había una última advertencia que necesitaba sacarse del pecho antes de dar por saldado el asunto.

“Ten cuidado con Asaba. Puede que haya cambiado un poco desde la preparatoria… pero tampoco es que sea una blanca paloma, ¿sabes?”
“Ah sí, sobre eso…”

Sayi miró al suelo al escuchar la advertencia. Entonces se llevó una mano a la nuca, y sonrió cansada.

“Pues, he decidido ya no salir con Asaba”
“……….…”
“Quería seguir el consejo de Kaien y acepté salir con el y… no me malinterpretes, no me importa el historial que él haya tenido” continuó Sayi “Pero pensar en la cita y los detalles solo me hicieron darme cuenta que no quería preocuparme por salir con alguien, ¿sabes? Preferiría ir al cine yo sola, o salir con otros amigos o con Tsukino y Kano, en lugar de un potencial novio queseyo”
“……..”
“Me estresa pensar en eso, así que llegué a la conclusión de que forcé las cosas un poco. Aún no estoy preparada para salir con alguien. Y no por Bou eh, sino porque simplemente todavía no me nace”
“…”
“…¿Ichigo?”
“porque…”
“Y bueno…” Sayi suspiró tranquila “…así también aprendes a no meterte en mis asuntos nwn” terminó de decir, con una mueca burlona en el rostro.

Ahora era Sayi la que corría riesgo de ser mandada lejos lejitos al romper en un ataque de risa. Entonces la pelirrosa, a carcajada abierta, salió corriendo de la facultad de arte. Ichigo no tardó en darle carrera.

“¡Holden tenía razón! ¡Tu cara es irremplazable!”
“¡¡ESPERA QUE TE AGARRE!!” gritó el rubio “¡¡Por tu culpa no puedo volver a pisar este lugar EN MI VIDA!!”
« Last Edit: August 13, 2017, 02:55:22 PM by Sayi »

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Cho





La reanudación de la guerra entre Hanasaki y Rizembool había ocurrido hace poco tiempo, pero la directora sabía que no bastaba contar con la lealtad y solidaridad de las HiMEs apuntadas a proteger su institución. Realmente no bastaba para nadie que Hanasaki vuelva a corresponder con la guerra de manera tan directa, pero de momento no había opción alguna. De todos modos, Miranda decidió convocar a las HiMEs para una reunión en un auditorio de Hanasaki U con tal de darles toda la limitada información que tenía de Rizembool, y brindarles el momento para realizar cualquier pregunta que tuvieran.

Dicha convocatoria había llegado una noche después de las clases de todas las presentes, y luego de confirmar la asistencia de las HiMEs activas, la directora subió al estrado para iniciar con la primera reunión de esa nueva guerra.

“Bienvenidas, HiMEs.”

Miranda extendió su saludo a las jóvenes sentadas frente a su podio, quienes le miraban atentamente.

“Les agradezco por venir. Comprendo que tienen varias cuestiones con respecto al porqué de nuestra presente situación. Les he comentado a cada una individualmente que Rizembool ha reanudado su actividad de Rebels y por ello les he vuelto a reclutar, pero pienso que es necesario tener una reunión en conjunto para aclarar todas las dudas que puedan tener.”

La directora observó a su público de chicas cometidas a ayudar la causa de Hanasaki. A varias las conocía desde la batalla de hace tres años, y otras eran nuevas. Muchas ya eran mayores de edad y había algunas más jóvenes. Algunas tenían experiencia previa de batalla aunque varias carecían de una propia preparación. Miranda miró de manera enternecedora a varias HiMEs por ser lo suficientemente cercana a ellas y saber de sus vidas personales, y porque estaba consciente que ellas habían intentado reestructurar sus vidas desde la última batalla final. Siempre se había considerado como una segunda madre para sus HiMEs, y por el cariño que sentía por ellas era que le costaba más volverlas a enlistar en esa interminable batalla contra Rizembool.

“Fue recientemente que recibí una carta anónima de parte de Rizembool informándome sobre la reaparición de los Rebels y, con ellos, la nueva amenaza a nuestra institución. Debido a los sucesos de hace tres años, esperamos que los cabezas de Rizembool tengan en mente grandes represalias, y que esta batalla sea más peligrosa que en el pasado. Fue por estos motivos que me vi forzada a volverles a reclutar para que sean HiMEs y nos ayuden a proteger Hanasaki en contra de sus oponentes los Rebels. Nosotros en Hanasaki deseamos serles de gran ayuda, y para asistirles en lo más posible, les invito a que acudan a nosotros en caso necesiten cualquier cosa, y por ello deseo responder todas sus preguntas a continuación. Por favor, expresen sus dudas y haré lo posible por contestarles.”

Hubo un momento de silencio en el cual varias de las presentes intercambiaron miradas y rompieron sus semblantes atentos a unos de inquietud o meditación. La primera pregunta no tardó en formularse.

“Directora,” Haruhi se levantó y habló en voz alta para dejarse ser oída. “Esto puede sonar un poco demandante de mi parte, pero, ¿se sabe por qué han regresado los Rebels? Todas las HiMEs de hace tres años participamos en la batalla final y derrotamos a Rizembool definitivamente con tal que esto no volviera a ocurrir.”
“Sí, recuerdo claramente esa pelea,” agregó Eureka, frunciendo el ceño. “El centro de operaciones de los Rebels se desplomó como resultado de nuestra infiltración y Hanasaki llegó a un acuerdo con los líderes de Rizembool de ese entonces para hacer un paro a la agresión…”
“Todas recordamos esa batalla como si hubiera sido ayer, por más que hayan sido tres años desde ese entonces…” Miranda asintió pausadamente. “Y efectivamente, destruimos las bases de los Rebels y toda su emergente tecnología para terminar con la guerra. Sin embargo, Rizembool es mucho más grande de lo que habíamos anticipado, y posee afiliados dentro y fuera del Japón. Es evidente que Rizembool realizó una convocatoria y recurrió a sus raíces en el extranjero para regresar. Lamentablemente, en Hanasaki no hay mucho que podamos hacer o predecir. Nuestros enemigos siempre han sabido mantener un perfil bajo, y estos tres años se han mantenido actuando la paz que habíamos acordado sin dar indicios de esta guerra que acaba de reanudarse. HiMEs, les digo con el pesar de mi alma que esta batalla no será sencilla y no podemos fiarnos de Rizembool. Tampoco puedo decirles con claridad mayores detalles sobre nuestros enemigos. Espero que entiendan.”

“¡Pero esto no tiene sentido alguno~desu!” exclamó Suiseiseki, levantándose de su silla. “¡Si los malditos consentidos no quieren dar su brazo a torcer, no deberíamos quedarnos sumisas a sus condiciones~desu! ¡Somos mujeres poderosas que deben enseñarles a sus Rebels una lección o dos~desu! ¡Pero tampoco es que ellos sean únicamente HiMEcidas~desu! ¡Son un peligro para la sociedad así que deberíamos llamar a las autoridades~desu!”
“¿C-cómo iría dicha demanda?” Cho se puso a pensar.
“¡Nevermind cómo iría, hay que hacerse~desu!” reclamó Suiseiseki, impaciente. “¡No es justo que Hanasaki se desviva por la humanidad mientras los demás ni extienden sus brazos al cielo por nosotras~desu!”
“S-señorita X…” Miranda aclaró su garganta antes de comenzar con su respuesta. “Una llamada a las autoridades acarrearía más complicaciones de las que parecen, y no me refiero a las legales. Rizembool posee diversas conexiones y han sido capaces de librarse sin represalias de muchas acciones del pasado, mucho más de lo que Hanasaki ha podido hacer para encubrir a sus HiMEs. También hay que reconocer lo peligroso que es Rizembool. Con la tecnología que poseen y el misticismo rodeándoles, ellos podrían ser capaz de mucho si han logrado tantos avances tecnológicos. No sabría decir cuánta tecnología han desarrollado por cada Rebel activo que poseen…”
“Pero, con más razón debería hacerse un movimiento en su contra, y frenarlos cuanto antes,” argumentó Sayi. “Nos faltan recursos para lidiar con ellos como deberíamos, ¿no es así?”
“Esta el hecho que no sabemos de lo que Rizembool es capaz, pero otra razón por la cual no podemos recurrir a las autoridades yace en el propio secretismo de Hanasaki,” mencionó la directora. “Hanasaki tampoco está libre de acciones que se considerarían criminales ante los ojos de la ley. No somos perfectos, por más que intentemos protegernos y detener a Rizembool, tampoco podemos hacer milagros, y muchas HiMEs han tenido que sacrificarse por el bien de los demás. El mundo de afuera no comprendería nuestra lucha.”
“…” Kora se mantuvo quieta en su silla. Luego de oír dicho mensaje, sentía que tenía mucho que decir y, al mismo tiempo, nada en lo absoluto.
“Suena a que somos cómplices, o que nos intentamos escapar de la ley,” mencionó Ringo, perpleja.
“Están también todas ustedes,” Fran se acercó al micrófono para dejar un punto en claro y cerrar ese tema. “Las HiMEs poseen poderes sobrenaturales. Por más que intenten utilizarlos con moderación y con la intención de frenar a Rizembool, la sociedad nunca lo verá de tal forma. Rizembool es también muy inteligente, y capaz de voltear las cartas a su favor. Si nosotros los denunciáramos, ellos podrían difamarnos y revelar todo lo relacionado a nuestros poderes mágicos. HiMEs, ante los ojos del mundo, si tuvieran que escoger entre un instituto tecnológico y extremista y otro oculto y sobrenatural, ¿cuál parecería el más peligroso?”
“Pero…” Mayura se afligió, abrazando a Flaffy. “Nosotras siempre hemos velado por los demás.”
“Ellos nunca lo verán de la misma forma,” Fran concluyó con su intervención y retrocedió.
“Gracias, Fran,” dijo Miranda, quien lamentaba que sus HiMEs recibieran dicho mensaje, pero terminaba siendo necesario. “¿Tienen otras preguntas?”

“Directora,” Kana levantó su mano luego de detectar otro prolongado silencio. “¿Cuál es el objetivo de Rizembool? ¿Hay algo aparte de derrotar a las HiMEs?”
“Cierto,” Sheryl se le unió. “¿Es posible que algo haya cambiado con respecto al pasado?”
“El fin de Rizembool desde el inicio ha sido derrotar a Hanasaki, y no sabemos más que ello,” les contestó Miranda. “Por más que lo hayamos intentado averiguar o idear, los motivos de Rizembool siempre han sido muy ocultos, pero sus medios son demasiado inaceptables como para permitirles ganar en contra de nosotros. Con respecto al presente, anticipamos que Rizembool sea más radical. Sin embargo, no tenemos respuestas que darles. Seguimos recaudando toda la información posible…”
“…” Fran se impresionó y corrió donde Miranda para resguardarla.


Justo entonces, ocurrió una explosión adjunta a la entrada de dicho auditorio que causó la destrucción de esa pared, con la puerta viéndose parcialmente cubierta de escombros. La infraestructura tembló con fuerza y la luz parpadeó un par de veces antes de abandonarles por completo. Las HiMEs fueron agarradas de sorpresa y muchas terminaron en el piso con los oídos zumbándoles y sintiendo un vacío en sus pechos tanto por la fuerte explosión como por la incertidumbre que gobernaba. De inmediato, aquellas con poderes luminosos los emplearon para alumbrar el ambiente y disipar parte de la presente angustia.

Se encontraban bien, pero, como lo sabían por experiencia, ello era sólo el comienzo…

“¿Qué fue eso?” preguntó Wye con perplejidad. “¿En serio esos Rebels ya están atacando?”
“Es lo más probable, tiene lógica,” Deidara se levantó en medio del suspenso, comprimiendo sus puños. “Los malditos sabrán que estamos aquí.”
“Mantengan la calma,” Miranda se soltó de su asistente y encaró a todas con decisión. “Iremos a observar qué ha ocurrido de inmediato. Recuerden que nos encontramos todas juntas así que no tienen que temer.”
“Miranda…”

La directora miró a su asistente, quien se le había dirigido con un tono meditativo y muy ausente como para venir de ella. Fran no se hizo explicar y caminó a paso rápido hacia la destrozada entrada de dicho auditorio.

Muchas HiMEs se confundieron por la acción de la asistente al notar una extraña aura rodeándole. Su acción y seriedad marcaba que había podido detectar algo fuera de lo normal, como solía ser usual en ella. Miranda no se hizo esperar y siguió a su colega, y a su vez fue seguida de las HiMEs actuales. La caminata de todas se hizo eterna mientras esperaban resolver qué misterio había sido detectado únicamente por Fran…

Y luego del camino hacia esa destrozada salida por el cual tuvieron que sortear escombros, llegaron a un descubrimiento macabro que heló la sangre de todas las HiMEs.

La batalla con Rizembool acababa de tornarse mucho más real…

Todas fijaron sus ojos en los que una vez fueron estudiantes de Hanasaki U como cualquier otro de dicha universidad, y que ahora no eran más que cadáveres depositados frente al auditorio. Fran se había agachado para tomar el pulso a uno de ellos, una acción innecesaria para una persona con su increíble habilidad sensorial, pero que realizó para dar por sentado sus sospechas…

“Están muertos…” sentenció, volviendo a levantarse, esta vez con unos ojos severos y sombríos. Fran oyó a las HiMEs soltar expresiones de sorpresa y gran aflicción, lamentando por los caídos o preguntándose si era real. Incluso hubo comentarios sobre cómo ello no tenía precedentes, ya que los Rebels nunca antes habían ido contra estudiantes inocentes que no se habían involucrado con sus HiMEs de algún modo…
“…” Miranda miraba a dichos estudiantes con angustia y sus ojos temblaban. Luego de muchos años, la historia se reescribía. Los ‘principios’ de su guerra, si es que podían llamarse de tal forma, acababan de perder toda su base. Parecía que Rizembool exploraba una nueva y más cruda realidad, con Hanasaki como su campo de batalla como había sido siempre…
“No murieron por la explosión,” recalcó Fran, despertando tanto a Miranda como a las HiMEs que se quedaron en shock. Había regresado a su inexpresión de siempre y miró a todas en un intento de hacerles no enfocarse más en lo ya inevitable. “Sus heridas y el estado de sus vestimentas indica que no fueron impactados por un gran shock como el que destruyó parte del auditorio. A estas horas de la noche tampoco se encontraría a este número de personas caminando por estos auditorios, al no ser céntricos. Quien sea que lo hizo, dejó estos cuerpos justo después de la explosión… para que nosotras los podamos ver…”
“…” Miranda comprimió sus puños para reunir fuerzas y decisión en medio de aquel escenario y frunció el ceño con determinación y firmeza. “HiMEs, no es el momento de titubear. Tienen que salir a la noche a hacerles frente a nuestros enemigos. No sabemos qué es lo que sucede ni con qué podrán encontrarse, pero es ahora que necesitamos actuar con fortaleza. Por Hanasaki, por todos aquí. Se lo debemos a nuestros compañeros caídos. En su interior, ustedes lo sienten tan claro como yo. ¡Esto no se puede quedar así!”
“…” las HiMEs asintieron.
“¡En marcha, HiMEs!” la directora extendió su brazo hacia el frente, irradiando una gran fuerza de voluntad y espíritu de justicia que se esparció a sus oyentes y marcó el inicio del movimiento de las HiMEs.

Al recibir aquella señal, las jóvenes se encaminaron en distintas direcciones para buscar qué había ocurrido. Con la reunión cortada prematuramente, las chicas de Hanasaki se aventuraron hacia la oscuridad para investigar el suceso y, muy probablemente, enfrentarse a sus propios enemigos en una batalla…








Hello HiMEs!

A partir de este momento tienen todo el mes de Junio (o hasta que se deje el fic de cierre) para postear sobre el evento. El evento incluirá las Probaciones de Junio, así que planifiquen sus fics acorde.

Si quieren dejar fics fuera del evento, por favor dejen una nota que son antes/después/fuera del ataque.

De tener cualquier duda, siéntanse bienvenidas a visitar el foro de planeación <3

Hanasaki is in Danger! HiMEs, We Need Your Help!
« Last Edit: July 18, 2017, 06:19:27 PM by Cho »


Mery

Who this????
Sé que siempre llego tarde pero esta vez me superé (?) Tbh no me di cuenta de la fecha y el evento ya empezó y yo aún no hago mi prueba HiME 8') -sweating intensifies- pero con algo se empieza, sooo yeah that's it

Nota: Esto va antes del evento voz en off: no me digaaaas



001. New Wonderland

Say goodbye to the life that you knew
Say hello to the world you've been dreaming


"¡Es mucho más grande de lo que imaginaba!"
"¡Te lo dije, Alice~!"
"Sí sí, pero verlo en persona es diferente."
"Mejor así, ¿no? Que supere tus expectativas."
La joven sonrió encantada. "Claro, pero es muy pronto para decidir eso, ¿no lo crees?" 
 
Quizás dejar su hogar en Inglaterra para ir a Japón en busca de un nuevo comienzo no había sido la mejor de sus ideas, o la mejor planeada, pero Alice Baskerville no iba a dar marcha atrás. Menos aún sabiendo que su mejor amigo había aceptado sumarse a ella en su viaje a lo desconocido con tan poco tiempo de anticipación. (Porque, en serio, Alexy era demasiado amable.) 
 
La idea de viajar había surgido unos años antes, pero fue sólo dos meses atrás que decidió llevarla a cabo oficialmente. Había sido difícil conseguir la aprobación de su padre, pero una vez cumplida la mayoría de edad, poco pudo hacer para detenerla. Al menos le había asegurado que la barrera del idioma no iba a ser un problema ni para ella o Alexy: Alice llevaba años estudiando japonés dado que su hermano mayor vivía allí, mientras que Alexy le había tomado interés al idioma por un gusto personal durante su niñez y había visitado el país con sus padres algunas veces, por lo que era bueno con el idioma.   
 
Llegaron al aeropuerto de Narita sin retrasos, el lugar estaba abarrotado de gente a pesar de ser las siete de la mañana, quizás porque era fin de semana; el proceso para recibir sus maletas tomó más tiempo del que imaginaron, pero en general había salido todo bien y Alice estaba ansiosa por llegar a Tokyo. 
 
"Alexy, ¿puedes llevar el equipaje de mano, por favor?" Le pidió mientras acomodaba dos maletas grandes en el carrito que habían conseguido. 
"Claro." Contestó Alexy tomando la mochila que ella le ofrecía. "¿Pero por qué?”
"Si empujo el carro tendré ambas manos ocupadas, así no estaré viendo el celular cada 5 segundos y enviándole mensajes a Glen… mensajes que obviamente él jamás contestará." Alice elevó la vista hacia su amigo y le ofreció una sonrisa. "¿Puedo?"
 
Durante la hora que debieron esperar por el equipaje, Alice se la había pasado prendida al celular, murmurando insultos a su hermano mayor, Glen, quien se había ofrecido a recogerlos del aeropuerto, pero que aparentemente se había quedado dormido. Sólo unos minutos atrás había respondido con un escueto 'estoy en camino'. 
Alexy rió levemente y luego asintió.   
 
"Okay, hazlo."
 
Luego de colocar bien las maletas grandes en el carrito, Alexy la dejó hacerse cargo sola y consultó la hora en su reloj. 
 
"Tenemos que ir a la salida, Glen no debería tardar en llegar." Le recordó. 
"Juzgando por su mensaje, todavía debe estar lejos."
 
Alexy la vio apretar los puños alrededor de la barra de metal del carrito, lo que le hizo dudar en preguntar lo siguiente.   
 
"¿Cuánto tiempo le toma a tu hermano desde su departamento hasta aquí?" 
"..........No lo sé." Bufó Alice. "Pero apuesto a que nos da tiempo suficiente para conseguir algo de comer." 
 
Unas donas, muchas vueltas y varios empujones más tarde, el par logró salir. La cantidad de turistas era apabullante y aunque se mantenía el orden en la mayoría del lugar, simplemente era imposible controlar a tantas personas al mismo tiempo. Aún sabiendo eso, Alice no pudo evitar irritarse después de que un hombre fornido chocara contra ella y osara utilizar su escasa estatura como excusa por «no haberla visto»
 
Una vez fuera, Alexy se desplomó sobre las maletas y bostezó antes de hablar. "¿Y te ha vuelto a escribir?"
"No, lo voy a llamar." Alice comenzó a marcarle a su hermano, pero antes de que contestara, un fuerte y familiar silbido llamó su atención. 
A unos metros de ellos, un joven alto de ondeados cabellos negros agitaba una mano en un gesto desganado mientras salía de una camioneta. 
"¡GLEN!" Alice soltó su celular sin reparo y salió a la carrera hacia él. 
 
Alexy no tuvo modo de detenerla, atrapando apenas el teléfono antes de que se estrellara contra el suelo mientras la chica se abría paso hasta llegar a Glen y se abalanzaba sobre él de un salto. 
 
"¡IDIOTA!" Le saludó Alice tirando de una de sus orejas. "¿POR QUÉ TARDASTE TANTO?"
"Hola, enana.” Respondió Glen sujetándola por las piernas para que no se cayera. "Olvidé a qué hora aterrizaba tu vuelo."
"¡¿Y LO DICES ASÍ DE FRESCO?!" Reclamó ella dándole pequeños golpes en los hombros con los puños cerrados. 
"¿Acaso te crees un mono? Perdón, ¿OK?" Dijo dejándola en el suelo. "¿Ya tienes todo listo?" 
"Sí, aunque no gracias a ti." Alice se cruzó de brazos frente a su hermano, indiferente a las personas que se habían detenido a mirarlos. 
"Te recuerdo que es gracias a mí que podrás incorporarte a Hanasaki, aun cuando llevan más de un mes de haber iniciado las clases."
Alice abrió la boca para refutarle, pero sus palabras se vieron interrumpidas por un grito.
 
"HELLO???!!" Detrás de ellos apareció Alexy, empujando con la espalda el carrito del equipaje y jalando con ambas manos un par de maletas a ruedas. "Sí me recuerdan, ¿verdad, chicos?"
 
Alice dio un salto y se disculpó tomando todo el equipaje que podía, Glen sólo los siguió con la vista y procedió a abrir la maletera.

 
×××××


Una de las razones por las que Alice no podía quejarse demasiado del comportamiento de Glen era porque él estaba llevándolos en su carro hasta el centro de la ciudad, ahorrándoles con eso la molestia de buscar un taxi, o en el peor de los casos, usar el tren. (Y sólo Dios sabía cómo podría estar de lleno un tren japonés en la hora punta. Gracias, pero no gracias.)
 
"¿Qué tal lo tomó Levi?" Preguntó de pronto Glen.
"No tan bien, sabes que no es precisamente el más comprensivo." Alice iba en la parte trasera junto a Alexy, jugando con el celular para matar el tiempo, mientras Glen conducía.
"Su trabajo por años ha sido tenerte vigilada, no es de sorprenderse que no aprobara de buenas a primeras que decidieras viajar tan lejos, sobre todo porque exigiste que sea sin escolta."
"No quería tener un chaperón 24/7, Glen, ¡ya soy mayor de edad!"
"Apenas." Aclaró él. 
"¡Glen!"
El mayor chasqueó la lengua. "Ahá, ¿y qué más?"
"…Me pateó." Alice hizo un mohín recordando cómo el pequeño hombre la había mandado a volar, literalmente, luego de comunicarle la noticia. Levi fue su entrenador personal y guardaespaldas por muchos años, aunque fuese duro con ella la mayor parte del tiempo, le tenía gran estima. "De hecho, creo que me dejó una marca."
Glen no se molestó en disimular su risa. "Bueno, al menos te dejó algo con qué recordarlo, ¿no? Tanto mejor."
"Vamos, Alice. ¡Anímate!" Alexy sacudió el hombro a su amiga. "Va a ser estupendo, ¡será como vivir el sueño americano!" 
"Dude" Alice le sonrió de lado. "Querrás     decir el sueño weeaboo, esto es Japón."
Alexy le dio un codazo amistoso. "Sabes a lo que me refiero."
"¡Pff!" Glen los miró desde el espejo retrovisor. "Si te refieres a que con la pinta que tienes pareces un completo otaku, entonces sí, Alexy, sabemos a qué te refieres."
"¿Qué tiene mi ropa?"
 
Ambos Baskerville le dieron un vistazo a lo que Alexy traía puesto: unas zapatillas de un naranja fluorescente, una camiseta celeste brillante, enormes audífonos verdes y, para rematar, el cabello de un celeste casi cyan. 
 
"No es para tanto." Alexy se sonrojó un poco por el escrutinio y se aclaró la garganta. "Okay, luciendo así y con el acento inglés, quizás sí parezco un otaku."
"¿Quizás?" Repitió Glen. 
"Leave me alone." Alexy cruzó una pierna sobre otra, asegurándose de dejar en el proceso una marca de la planta de su zapatilla en el asiento delantero, y apoyó un brazo contra la ventana. 
"Es llamativo, pero me gusta." Comentó Alice mientras se dejaba caer sobre el hombro de Alexy, quien resopló pero no la movió. "Si tuviese el cabello de ese color naturalmente, también optaría por vestir así."
"O sea, ¿como un payaso?" Sonrió su hermano. 
Alice le lanzó una mirada aguda. "¿Te resulta tan difícil concentrarte en la autopista?"
"Puedo conducir y molestarlos a la vez sin ningún problema."
"Ojalá te pongan una papeleta." Murmuró ella, pero Glen simplemente la ignoró.


×××××


Dado que Glen no quería aceptar por ningún motivo que Alexy se hospedara en su departamento, éste había buscado anuncios por internet y posteriormente conseguido un lugar que ocuparía junto a otro chico que estudiaba en Hanasaki. Según habían visto desde Google Maps, el lugar quedaba relativamente cerca de la Universidad y a sólo quince minutos del departamento de Glen.
 
Aproximadamente una hora de camino desde el aeropuerto los había dejado frente al edificio donde se quedaría Alexy. Éste contaba con cinco pisos de cuatro departamentos cada uno, no parecían demasiado espacios, pero Alexy aseguraba que sería más que suficiente. Una vez que bajaron sus pertenencias de la camioneta, Alice ofreció ayudar a subir todo, pero Alexy se negó.
 
"Tienen un ascensor, así que no hay problema."
"Pero yo quería ver cómo era por dentro…" Insistió Alice juntando sus manos a modo de ruego.
"No no~ ni siquiera yo sé en qué condiciones está y mi compañero ha vivido allí por lo menos dos meses." Se rió el muchacho meneando la cabeza. "Te haré el recorrido cuando vea que está presentable."
"Hmm… Si preparas palomitas para recibirme, entonces es un trato."
"¡Hecho!" Exclamó Alexy, alzando a su amiga del suelo con un fuerte abrazo y haciéndola girar un par de veces mientras se reían.
 
"Qué dramáticos, aún se tienen que ver en la universidad en un rato." Se quejó Glen de pronto. 
 
Era cierto, dado que tenían varias semanas atrasados con las clases, habían acordado ir a Hanasaki ni bien llegaran a Japón para tener todo listo e integrarse el lunes.
 
Alexy volteó a ver a Glen unos segundos después, encontrándose de inmediato con su mirada gélida clavada en su persona. 
 
"¿Oh?" Alexy sonrió divertido. "¿Tú también quieres un abrazo, Glen?" Preguntó moviendo las cejas juguetonamente. 
"Ni de broma." Chistó el mayor antes de darle la espalda. 
"Bah, tú te lo pierdes." Alexy se alzó de hombros y envolvió a Alice nuevamente con sus brazos. "Tomaré un baño y le pediré a mi roomie que me diga cómo llegar a Hanasaki, te llamo luego." Alice asintió con una gran sonrisa. 
"Sé que le caerás bien, pero aún así, ¡buena suerte con tu nuevo compañero, Alex!" Dijo ella dándole un último apretón.
"¡Ya suéltalo, Alice, nos vamos!" Exigió Glen, entrando al auto y tirando la puerta. Alice rodó los ojos.
"¡Caray, que ya voy!" 
Alice le dio una palmada amistosa en el antebrazo a Alexy y éste asintió antes de que la chica corriera para alcanzar a Glen.


×××××


“Siéntate adelante, no soy tu chofer.”
 
Alice había estado a punto de volver a su asiento anterior, pero al parecer su hermano tenía otros planes en mente. Con un suspiro, Alice se despidió de la idea de dormir los pocos minutos que les quedarían de viaje.
 
“Aw, no pensé que me habías extrañado tanto, hermanito.” Dijo mientras se colocaba el cinturón.
“Ya quisieras.” Glen prácticamente lanzó un sobre sobre su regazo antes de encender el motor. “Toma, la directora me pidió que te lo diera personalmente. Asegúrate de leer todo antes de que vayamos a verla.”
Alice observó el pequeño sobre con la insignia de Hanasaki entre sus manos. “¿Otro folleto? ¿Por qué no me lo diste antes?”
“Porque sólo hay uno para ti.”
 
Extraño, pensó Alice, pero no preguntó más. Con cuidado extrajo la carta  del interior del sobre y leyó con atención el contenido.
 
Srta. Baskerville,
 
La saludo cordialmente y aprovecho la oportunidad para darle la bienvenida a nuestro país y desear que su estadía sea amena. Como bien ha de saber, tengo conocimiento de su caso por medio de su hermano Glen, por lo que, tras revisar su historial académico y en vista de su interés en nuestra institución, me complace anunciarle que ha sido aprobada para hacer acreedora a una beca en la carrera de su elección. Los beneficios que recibiría por medio de ésta no se limitan a los cursos y/o actividades que tome dentro de nuestras instalaciones, sino que incluyen facilidades que se aplican también fuera de ellas y que podrían ser de su interés. Para más detalles con respecto a este tema y las dudas que puedan aflorar, no dude en acercarse a mi oficina, estaré encantada de contestar todas sus preguntas.
 
ATTE. Miranda Lot

 
Alice se quedó en blanco al terminar de leer, sin poder realmente dar crédito a sus ojos. Para cerciorarse volvió a leer todo otra vez, pero seguía igual.
 
"¿Qué?"
 
Aún confundida, Alice giró para ver a Glen, pero el joven mantenía los ojos fijos en la carretera, su expresión era dura y sus hombros estaban tensos.
 
"¿Glen…?"
 
Alice era consciente de que había obtenido buenas calificaciones durante su trayectoria escolar, su padre incluso se había esmerado en proporcionarle tutores cuando hizo falta, pero tampoco fue algo del otro mundo, o por lo menos no lo suficiente para conseguir una beca en una universidad de tanto prestigio en el extranjero como lo era Hanasaki. Su hermano había hecho el trámite para su ingreso desde Japón en su nombre mientras ella se encargaba del tema de la visa y otros pormenores en casa, pero Glen en ningún momento le mencionó la posibilidad de solicitar una beca.
 
"La directora dice que puedo obtener una beca, ¿tú sabes de qué va esto, Glen?"
"Puedo hacerme una idea." Respondió Glen con cautela. "Pero en este momento creo que lo más prudente es dejar que Miranda misma te lo diga."
Alice bajó la mirada hacia la carta, arrugándola un poco entre sus dedos, tenía curiosidad pero sabía que no lograría sacarle nada a Glen en ese momento. "De acuerdo."
 
Antes de terminar por romper el papel, Alice decidió guardarlo en la guantera, pero al abrirla notó algo dentro que llamó su atención.
 
"No estés husmeando." Advirtió Glen, pero Alice ya había extraído una bolsa de la guantera.
"¿Qué es esto? ¿Shampoo?" Dijo la menor girando el frasco en su mano. "¿Desde hace cuánto lo tienes ahí metido?"
"Esta mañana, así que déjalo en su lugar."
"¿Hoy?" Repitió Alice. "...¿Quieres decir que fuiste de compras antes ir al aeropuerto?"
"Queda bastante obvio, ¿no?"
"…........You ass–"
"Termínalo y te hago caminar hasta el departamento."
Alice hizo una señal de silencio pasando los dedos de un extremo al otro de su boca y cerró la guantera rápidamente.


×××××


En la cochera y el ascensor Alice no abrió la boca, pero al llegar al séptimo piso y viendo que Glen rebuscaba en sus bolsillos por sus llaves, la joven no pudo permanecer callada.
 
"Dime que es chiste, Glen."
"No he recuerdo haber dicho ninguna broma."
"Ok, no importa, pero... ¿¡un penthouse, Glen!? ¡¿Es en serio?!"
"¿Qué tiene de malo?"
"¡¿Es que acaso nunca me dices los detalles importantes?!"
"Deja de alzar la voz, harás que venga alguien de seguridad."
 
Glen dejó de darle importancia a su hermana para abrir la puerta e introducir parte del equipaje, Alice lo imitó luego de soltar un suspiro de frustración. El interior de su hogar era exageradamente espacioso, en la sala había un televisor de al menos 65” y unos cinco sillones a su alrededor, la escalera que conectaba al segundo nivel tenía barandas de vidrio que resplandecían casi tanto como el suelo bajo sus pies, pero quizás lo que más impactante era la vista que proporcionaban las extensas ventanas.
 
"¿Para qué necesitas tantos muebles?" Murmuró con horror, luego agitó la cabeza. "No, ¿por qué comprar un lugar tan grande en primer lugar? Creí que te molestaba que tuviésemos tanto espacio en casa, especialmente porque limpiar era un calvario."
"Viene alguien a hacer el aseo todas las semanas, tonta."
"Igual, qué… pretencioso." Dijo dejando sus cosas en medio de la sala. "Y aún así no querías que Alexy se quedara aquí, egoísta."
"Eso es distinto."
"Patrañas." Insistió antes de dejarse caer sobre un sillón. "La cocina se ve enorme, ¿al menos la usas?"
"Sé lo básico para sobrevivir y el refrigerador casi siempre está lleno."
"¿Tienes algo de tomar?"
"Sí…” Glen la vio aún desparramada en el sillón, sin intención de moverse, y rodó los ojos. "¿Qué quieres?"
"Así sea agua hervida, te lo agradecería, muero de sed." Como respuesta obtuvo los pasos de Glen sobre las baldosas. 
 
Alice se permitió cerrar los ojos y respirar profundamente, recordándose que no podía irse a dormir sin antes pasar por la universidad. Sintió su celular vibrar una vez y supuso que era otra notificación de las tantas fotos que había publicado Alexy mientras estaban en el aeropuerto. No quiso ver de qué se trataba, de cualquier forma vería a su amigo después y él la pondría al día.
Alice se dispuso a esperar que su hermano volviera con eso en mente, pero unos pasos apresurados la obligaron a abrir los ojos nuevamente. Apenas logró ver algo moverse con el rabillo del ojo y se sentó de golpe
 
"¿Por qué no me despertaste, Guren?" Se quejó una voz desconocida y curiosamente melodiosa.
 
Sin querer creerlo, Alice divisó a alguien cerca a la entrada de la cocina con el torso desnudo, y por las gotas esparcidas en su espalda, podía asegurar que acababa de tomar un baño (o interrumpirlo). No podía ver su rostro, el chico había elegido ese momento para llevarse a la cabeza la pequeña toalla que traía en las manos, mientras que la única prenda que cubría su cuerpo aún húmedo era una toalla que había atado alrededor de su cadera, y que apenas le llegaba hasta la mitad del muslo.
 
"Mi celular se quedó sin batería, Elizabeta ha estado marcando como loca al fijo hasta que desperté." Explicó, Alice vio a su hermano un poco más lejos sosteniendo una botella de agua y un vaso, observándola sin moverse. "Está echando chispas."
 
Ante la falta de respuesta, el chico se frotó rápidamente con la toalla y la removió agitando su cabello en un intento de deshacerse del exceso de agua. Alice vio que el joven recibía una señal de Glen para que se diese la vuelta y aprovechó el momento para ponerse de pie.
 
Cuando al fin pudo verle la cara, Alice tuvo que admitir muy a su pesar que el sujeto era atractivo: sus ojos eran azules, su piel blanca y tersa, debía medir lo mismo que Glen y también rondar su edad pero, sobre todo, su cabello era de una llamativa tonalidad gris casi plateada que –aún desordenado– brillaba sutilmente y se pegaba a su piel.
 
"Mm… Hey?"
 
Alice esperaba ver en el rostro del joven algo de la vergüenza que ella misma podía sentir acumularse en sus mejillas, incluso no le hubiese sorprendido que éste se retirara con alguna excusa ridícula, pero se equivocó. Muy por el contrario, luego de que pasara un chispazo de sorpresa por sus ojos claros al reparar en ella, el chico pareció ver algo en el rostro de Alice que lo hizo sonreír de forma brillante, como si reconociera a un amigo que no había visto en años.   
 
"¡Ah, ya veo! ¡Ella debe ser tu hermanita!"
 
En cuestión de segundos, el joven ya estaba frente a ella, sólo con el sillón separándolos. Alice le dirigió una mirada confundida y molesta a Glen, exigiendo una explicación, hasta que sintió algo húmedo en su cabeza.
 
"Es como una versión miniatura de ti, Guren." Comentó el extraño dándole unas palmaditas en la frente para reafirmar su punto. "¡Es adorable!"
"¡¿Miniatura!?" Repitió enojada, apartando al joven de un manotazo.
"Haha, perdón, te mojé."
"¡No me digas!" Alice se llevó una mano a la frente e hizo una mueca. "Acercarse a alguien e invadir su espacio personal sin haberse si quiera presentado, creí que en Japón la gente era más conservadora."
"¡Hasta suena como tú en secundaria!" Se rió el chico, pero se detuvo inmediato. "Espera, ¿no tienes ni una vaga idea de quién soy?"
"¿No fui lo bastante clara?" Alice ladeó la cabeza más confundida que antes.
"¿Pero cómo–?"
"Suficiente, Shinya, ten algo de pudor." Glen intervino lanzándole una bolsa al chico justo a la altura del pecho.
Shinya atrapó el objeto y extrajo el frasco que Alice había encontrado en la camioneta, de pronto su rostro se iluminó con una sonrisa. 
"¡Lo recordaste!"
"Vete de una vez, estás mojando todo el piso."
Shinya se rió y agitó su cabello húmedo sólo para molestarlo. "Ya ya, gracias por el favor~” Dijo antes de mirar a Alice y guiñar un ojos. "Vuelvo en un momento."
 
Cuando el peligris salió de su campo de visión, Alice se giró hacia su hermano con los brazos cruzados sobre el pecho, pero no fue hasta que escucharon una puerta cerrarse a lo lejos que ésta se animó a hablar. 
 
"Bueno… lo admito." La chica alzó las manos en un gesto dramático y suspiró. "Definitivamente eso no me lo esperaba."
 
Tras decir eso, un aura oscura pareció rodear a Glen y a Alice le entró un ataque de risa. 
 
"...Lo voy a matar." Murmuró Glen con total seriedad. 
"¡NOOOO~!" Se apresuró a gritar la menor, intentando calmarse. "Igual dudo que haya sido a propósito?"   
"¿Viniendo de él? Lo dudo."
 
Alice alzó una ceja y se quedó viendo por un instante el pasillo por el que había desaparecido Shinya, antes de aclararse la garganta y dirigirse a su hermano de nuevo.
 
"Así que… 'Guren~'" Repitió Alice, tratando de imitar la entonación del ojiazul, sin poder contener la risa. "Oh Dios, suena taaan tierno." 
"Es japonés, Alice, no esperes una excelente pronunciación de su parte." Dijo el mayor entre dientes.   
"Ehhh~ ¿que no te lo decía de cariño?"
"No." Contestó cortante.   
"Oww~" La chica puso los brazos tras la espalda y sonrió animadamente. "¡Una pena! De cualquier modo, sigue siendo muy lindo."
"No parecías tan convencida hace un minuto."
"No ha sida la mejor primera impresión, pero tampoco puedo negar lo evidente." Dijo alzándose de hombros.
"Lo que sea, ¿vas a dejar tus maletas en la sala por siempre o qué?"
"¿Y tú vas a decirme por qué había un chico semidesnudo en la sala o no?"
"No te debo ninguna explicación, enana, sólo eres una invitada."
"¿Disculpa?" La expresión de Alice cambió instantáneamente. "Voy a vivir aquí también desde hoy, así lo acordamos. Además, este lugar está a nombre de papá y como hija suya me corresponde por ley una parte." Le recordó. "Tsk, al menos podrías haberme advertido que tenías una visita cuando estábamos en el carro..." Masculló sintiendo sus mejillas arder nuevamente. "¡Demonios, Glen, un poco más y me lo encuentro en pelotas!"
"No es una visita." Dijo Glen como si eso lo explicara todo. 
 
Ambos se quedaron viendo en silencio. Alice lo miraba expectante, como si estuviera esperando que Glen se retractara en el último instante y dijese que todo era una broma o que se había equivocado al formular esa última oración. Sin embargo, su expresión no cambiaba por más segundos que pasasen y Alice terminó cubriéndose la boca con ambas manos y abriendo los ojos de par en par. 
 
"Oh." 
"No es para tanto." 
"¡OH!
 
Glen se llevó una mano al rostro y apretó el tabique de su nariz mientras el rostro de su hermanita se llenaba de emoción. 
 
"Él ya vive aquí." Dijo en voz alta y sin pizca de duda. "Claro, eso explicaría porqué tiene acceso a las habitaciones y la ducha." Susurró para sí misma. "Lleva tiempo viviendo contigo, ¿no?" Alice no esperó una respuesta, sólo sonrió con más entusiasmo. "Dios, no lo puedo creer."
Glen frunció el ceño. "¿Hah?" 
"¡Creía que eras un antisocial!" Alice echó a reír. "¡Qué impresión!"
"¿De qué hablas?"
"Oh, nada, nada~." La menor sonrió. "¿No puedo simplemente estar feliz porque mi hermano mayor al fin tiene un amigo?"
"Shinya no es mi amigo." 
"Really?" La menor posó las manos sobre su cadera. "Pasaste por el súper a comprarle un shampoo ANTES de ir por mí, TU PROPIA HERMANA, al aeropuerto. A pesar de que te lo estuve recordando por semanas." Resaltó con voz ofendida, aunque la sonrisa en su rostro dijese lo contrario. "Dude, si eso no es amistad, ¡entonces dime qué es! Porque realmente no sé cómo definirlo." 
 
Glen pasó una mano por sus cabellos con fastidio y se acercó al equipaje de Alice.
 
"Es un compañero de la universidad, le estoy rentando un cuarto."
Alice lo miró como si le hubiese salido otra cabeza. "¿Tú? ¿Rentar un cuarto? Además, hablamos de un cuarto en un maldito penthouse, Glen." Trató de razonar Alice. "Sin mencionar que deben convivir, o sea que él tiene que soportarte dentro y fuera de la universidad todos los días…"
Glen entornó los ojos. "Exacto."
"¿Quién es este Shinya entonces? ¿Alguna clase de extraterrestre? ¿Un ángel? Porque de otro modo no veo cómo algo así sea posible."
"Es un demonio." Dijo Glen con seriedad. "Definitivamente, ese término le queda mejor."
"Oh, por favor, si se ve como un buen tipo."
"Porque no lo conoces."
Alice sonrió de lado. "¿Debería conocerlo?"
"No."
"¿Se lo puedo presentar a Alexy?"
"No."
"¡Oh vamos!"
"No."
 
Una risa les hizo elevar los ojos a la baranda del segundo nivel, donde Shinya –gracias a Dios, ya completamente vestido– había apoyado los brazos para verlos mejor.



"¿Primer día y ya se están peleando por mí? Qué honor~" Canturreó con voz inocente.
"Ya quisieras."
"Nah, no es para tanto."
Shinya se llevó una mano al pecho. "Nunca me habían rechazado tan rápido."
"Si ya acabó la broma, baja de una vez." Lo llamó Glen señalando las maletas. "Nos vendría bien una mano."
Aún sonriendo, Shinya bajó y se quedó al lado de Glen. "¿Y bien? ¿Nos vas a presentar?"
Glen apretó los dientes. "Si no queda de otra." Murmuró alzando una mano para señalar a Alice. "Adivinaste antes, ésta es Alice, mi hermana, se quedará en el cuarto del fondo."
"¿Qué–?"
"Alice" Esta vez señaló al de ojos azules. "Él es Shinya Hiiragi."
"Mejor amigo, confidente y a veces también abogado personal." Explicó sonriente. "Mucho gusto."
Alice lo vio inclinarse en una educada reverencia e hizo lo mismo. "El gusto es mío, gracias por cuidar de mi hermano."
"Oh, ya veo que eres más educada que Guren." Rió Shinya. "Presiento que nos llevaremos muy bien, Arisu-chan."
"Claro." Asintió ella tratando de corresponder con una sonrisa de su parte.
"¿El cuarto del fondo, no?" Dijo dirigiéndose a Glen.
"Era el más fácil de desocupar." Confirmó éste.
"Wow, gracias por la consideración, chicos."
"No es necesario subir escaleras, así que puedo llevar las cosas solo." Ofreció Shinya antes de señalar la cocina con el pulgar. "¿No quieres comer algo? Debes estar cansada por el vuelo. Ayer hice las compras de la semana, seguro encuentras algo que te agrade."
Alice lo miró conmovida. "De hecho sí tengo hambre, ¡gracias!"
"De nada, Risu-chan."


×××××

 
Una vez en la cocina, Alice se acercó a su hermano. "¿Me llamó ardilla?”
"Risu-chan, es más como ardillita." La corrigió con una sonrisa socarrona.
"Oh God why."
"Lamento decir esto, pero te lo dije: no tiene buena pronunciación."
"Pero eso fue a propósito, ¿no?"
"Lo dudo, aunque cuando eras una niña tenías los incisivos enormes, así que no se aleja mucho de la realidad."
"¡No me lo recuerdes!" Protestó Alice dándole un codazo.
Glen meneó la cabeza y le dio un empujón en el hombro para que vaya al refrigerador. "Come y deja de quejarte. Nos vamos a Hanasaki en media hora."
"Ok." Alice movió una mano indicando que la dejara sola. 
 
Glen salió sin decir nada más, pero el sonido de ruedas arrastrándose por el suelo indicaba que ya estaba ayudando a Shinya. Para Alice, descubrir que ese joven era un amigo cercano de su hermano había sido una grata sorpresa, ya que que en su interior, ella había temido que Glen realmente hubiese pasado sus años en Hanasaki sin compañía alguna –como él había asegurado en repetidas ocasiones–. Viendo las bolsas de compras, así como los objetos sobre la mesa y estantes, era fácil darse cuenta de que en verdad el lugar era habitado por un par de personas.
 
Tras dar un vistazo a todo, Alice sacó del refrigerador leche y un par de manzanas. Descartó la pizza congelada por la falta de tiempo y volvió al sillón, justo a tiempo para ver su celular brillando con mensajes nuevos de Alexy.
 
«Salgo para allá en 5min»
«Ponte algo bonito :D»
«Algo que te haga ver elegante pero adorable a la vez!»
«Hay que causar una buena impresión, cuento contigo (•̀ᴗ•́)و ̑̑»
« Last Edit: June 09, 2017, 12:52:21 AM by Mery »


Kana

Este fic se supone que es antes del ataque Rebel a Hanasaki. Peeerdon que haya quedado tan wtf, brusco y apresurado, pero mi inspiración iba muriendo a ratos.

Después edito con los iconos. Aprovecho de agradecer a Eureka por ellos :3

#34
F l a s h   x  B a c k

—Hey, Kaneki—
—…—
—¡Oye!—
—¡Ah!— Dio un respingo en su posición cuando sintió que alguien le apretaba el hombro. Se giró lentamente y con algo de recelo, no entendía por què, pero se había sentido de algún modo intimidado al ser descubierto volando tan bajo.
—Tranquilo, no te voy a matar… o algo por el estilo.—
—Haha, Eren-san eres tú…— Soltó un suspiro, aliviado.
—Ahám…— El chico de ojos gatunos y de colores verdes dejo caer su cabeza hacia un lado mirando con curiosidad a Kaneki. Por su parte, Kaneki se le quedó viendo distraídamente pensando que si Eren lo miraba así de ese modo parecía aún más un gato. —¿Todo bien?—
—Ah, sí.— Asintió.
—Hm, cómo parecía que andabas en un mundo ajeno a este…Pensé que algo trágico te había pasado… o al loco de Sho.—
—¿A Sho?— El pelinegro elevó sus cejas generando un gesto de turbación y confusión. —¿Por qué a Sho le pasaría algo?—
—Ah… Kaneki.— Eren negó con la cabeza. —Eres tan inocente.— notó que el otro chico lo seguía mirando con incomprensión. —Bueno, ¿qué sé? es pelirrojo… Los pelirrojos son por fama dementes e hiperactivos… Propensos a meterse en problemas.—
—Pero Sho no es…Ok, es un poco enérgico pero no está loco.—
—Si tú lo dices.— Alzó los hombros. —¿Vas a hablar con el comité de encargados de los Rebels?—
—Sí, ¿tú también?—
—Pues… nos llamaron a los dos por los altos parlantes así que supongo que soy el único Eren Jaeger aquí…— Giró los ojos. Como los dos iban al mismo destino comenzaron a caminar juntos en dirección al departamento de recurso humano encargados de manejar los asuntos internos de los Rebels —Estás bastante distraído el día de hoy.— Eren bajó la mirada y se quedó pensativo.
—¿En qué piensas?—
—Uh…— Se llevó una mano al mentón. —No sé, trato de pensar cual es el motivo que te tiene tan disperso.—
—Ah, pero eso es fácil… No te hagas un rompecabezas mental.— Kaneki rió un poco torpe. —En mi vida sin muchas aventuras y catalogada como aburrida lo único que me puede tener en un estado crepuscular son los temas focalizados a mis estudios.—
—Ah.— Respondió monótonamente.
—Eh, ¿pensabas en otra cosa?—
—Pues…— Se le adelantó dos pasos y lo miró con picardía. —Nada… Déjalo así.
—¿Qué cosa?— Pero Eren lo dejo en el silencio aumentando su incertidumbre. —¡Eren-san! ¿Qué cosa?—
—¿Eh?— Sonrió divertido. —Nada… Cosas locas que pasan por mi cabeza.—
—¿Qué cosas locas?—
—Mh, no sé. Últimamente te veo atender seguido a un par de chicas que van a la cafetería. Pareces feliz cada vez que hablas con ellas.—
—¿Cuales chicas?— Kaneki curvó las cejas, mostrándose más confundido y algo molesto por los juegos de Eren. —No comprendo… Si soy cordial con todos los clientes.—
—¿En serio? Vaya, creo que soy un poco mente sucia y llegué a pensar que coqueteabas con ellas.—
—Uhm… Ni siquiera sé de quien me hablas.—
—Son dos amigas, creo. Una es de tez trigueña y cabello blanco, ¿creo? la otra chica… llama bastante la atención, es como bien alta y de cabello rosa.—
—Ah.— Kaneki chasqueó los dedos. —Esas señoritas. La de cabello rosa creo que se llama Rose.—
—Hasta te sabes su nombre.—
—Eh, es que una vez pagó con tarjeta de crédito y salía el nombre en la tarjeta…— Notó que pelicastaño le miraba burlonamente. —Eren-san no puedes pensar cosas malas por algo tan normal como atender bien a un cliente.— Kaneki entrecerró los ojos.
—Ya, no te sientas angustiado. Era una broma.— Le dio un par de palmaditas en el hombro. —Sé que debes estar paranoico porque tu hermano siempre intenta buscarte una novia. Tranquilo, yo no haré eso…— Elevó los hombros, desganado de un momento para otro. —Sólo te molestaba un poco para hacer el camino más ameno. Hablar con esa gente… Los encargados, siempre me pone un poco incómodo y al menos quería que “la antesala” fuera menos intensa.—
—Oh, comprendo.— Asintió levemente entendiendo perfectamente el punto del otro. —A mi también me provoca un poco de inquietud hablar con ellos. Por eso ni pensaba en el asunto mientras caminaba.—

Eren le iba a preguntar sobre otras cosas más enfocadas al trabajo en el café Anteiku pero ya sólo estaban a pasos del departamento del comité encargado de los Rebels así que vio innecesario agregar algo más a la conversación porque quedaría inconclusa de todos modos. Los dos muchachos ingresaron a aquel piso enorme donde habían oficinas perfectamente organizadas en cada sección del departamento. Si bien era un gran grupo de oficinas y nombres importantes que leían mientras avanzaban, no les costó mucho ubicar el lugar a donde tenían que ir pues las indicaciones en el panel cibernético de informaciones les ayudó para ese acometido.

—Ve tú primero, para que no te atrases en tu clase.— Le dijo Eren sabiendo que el pelinegro se preocuparía si perdía el bloque de clases.
—Gracias, Eren-san.— El chico le dedicó una amigable sonrisa a su colega Rebel en señal de agradecimiento y despedida. Seguidamente, se dirigió a paso sereno hacia el despacho de donde lo habían citado.

Kaneki golpeó un par de veces y escuchó un elegante tono de voz que le invitaba a entrar. Por un momento, esa voz se le hizo demasiado familiar pero algo le indicaba que de todos modos su dueño era alguien a quien desconocía. Giró lentamente el picaporte de la puerta y entró un tanto timorato al despacho. Se percató de la lujosa, sistematizada y bien orgánica de la oficina. Las paredes eran de un color blanco puro que daba un efecto visual de mucha luz y espacio en el lugar, la ventana en realidad era un ventanal enorme que cubría toda la pared que daba hacia el exterior entregando una majestuosa vista del jardín artificial de Rizembool, los muebles eran de color blanco y no había muchas cosas en la oficina siendo un estilo minimalista. Kaneki notó que el tono verde de una planta sobre el escritorio era lo que daba la sensación de encontrar mayor color que el blanco de la sala.
—Buenos días. Tome asiento, por favor.—
—Buenos días.—

Kaneki obedeció con sumisión al dueño del despacho. Era un joven de cabellos color miel  por un momento Kaneki había tenido la respuesta automática e inconsciente de llamarlo "señor" pero se mordió la lengua al notar que era sólo unos años mayor que él. Kaneki se mordió el labio inferior inconscientemente y bajó la mirada, jugando nervioso con sus manos por lo bajo. De pronto había estado muy tranquilo pero al verse en una situación desconocida y donde no podía si quiera reconocer a la persona le hizo sentirse un poco desorientado. Incluso, se sentía sospechosamente culpable de algo que él no podía entender por qué se mortificaba de pronto… Tal vez esa confusión temporal y de contexto lo hacía sentir lleno de angustia. El abogado le provocaba cierto recelo pero irónicamente también le hacía manifestar por él cierto afecto y admiración pues se veía que era joven y ya tenía un lugar en el gabinete de abogados de Rizembool.
Kaneki se sintió estúpido y minúsculo ante su presencia. Sentía que no merecía estar allí y que debía desaparecer.

Un momento.

¿Acababa de pensar que se merecía un maltrato? Pensaba que ya había superado esa etapa de su vida. Por otro lado, no debía torturarse mentalmente de ese modo.

—¿Pasa algo?—
—…N-o— Genial, el otro ya lo había notado.
—¿Kaneki Ken, verdad?— El rubio leyó el nombre en el folio que tenía sobre su escritorio. —Mi nombre es Asmodeus, Rizembool hace poco me reclutó para ser parte de una minúscula fracción del recurso humano que está encargado de los asuntos internos de los Rebels.—
—Ahhh.— Fue un ah prolongado pues fue de aquellos que indicaban alivio. Pero su nombre le sonaba conocido, ¿de dónde? parecía que el señor Liebheath le había hablado de él... incluso le agendó una cita. ¿Por qué se olvidaba de las cosas tan fácilmente? El señor Liebheart se esforzaba mucho por él y él simplemente seguía siendo un tonto. Antes de que el rubio continuara con el protocolo de presentación Kaneki lo interrumpió sorpresivamente. —Disculpe, ¿tiene usted algún vínculo con el señor Johan Liebheart?
—Ah, sí.— asintió, sonriéndole encantadoramente. —Es un conocido mío. Hemos coincidido en unas cuantas reuniones sociales de nuestras familias. Por tu interés en él, puedo deducir que también le conoces.
—Sí. Es mi doctor…Bueno, era mi doctor encargado por un tiempo. Antes de que se fuera de viaje.—
—¿En serio?— El rubio alzó una ceja al mismo tiempo que apoyaba los codos sobre el escritorio y entrelazaba los dedos para apoyar el mentón. —Pareces tenerle cierto afecto.—
—Ah… Es que… Él me ayudó mucho. Le debo bastante.— Mantuvo la mirada baja pero no evitó formar una sonrisa. —Después del accidente que tuve, él prácticamente me “armó” de nuevo.—
—Oh, estuve leyendo un poco sobre tu hoja de vida. Vaya, eres un caso bastante particular. Con todo el diagnóstico médico que figura, es casi un milagro verte sentado aquí y caminando por tu cuenta.—
—Eh, sí. Muchos pensaban lo mismo y varios doctores desertaron a la operación inclusive pensaron llevar mi caso a comité de ética para decidir si era mejor desconectarme y dejarme ir... pero el señor Liebheart fue amable y aceptó el caso contra todo pronóstico.—
—A Johan siempre le han gustado los retos.— Asmodeus sonrió brevemente. Notó que Kaneki le miró atento a lo que le informaría. —Como dije, es conocido de mi familia. Nuestras familias tienen asociaciones en común y aquí los dos seguimos en contacto.  —Bueno, conozco a Johan y a su hermana melliza.
—¡Ah!— Esa información le consternó. —¡No sabía que el señor Liebheart tiene una hermana melliza!— debía ser una dama muy elegante y bonita según su imaginación.
—Mh, tiene una hermana melliza y es muy guapa.— Asmodeus ladeó el rostro, entretenido. —Aunque a ella no se le ve mucho pues es más hogareña y reservada. Bueno, Johan tampoco sale mucho...— Ligeramente se acomodó un mechón rubio detrás de la oreja. —Es tan poco asertivo. Incluso me dijo que me orientaría sobre Rizembool.—
—Oh, debe ser un poco extraño estar aquí y que su amigo todavía no regrese de Alemania para que lo oriente sobre la institución—
—Johan está aquí, en Tokyo. Hace unas semanas, creo.— el joven rio divertido. —Además, es mi responsabilidad insertarme en Rizembool. He sido transferido desde mi país hasta Japón, estoy en mis últimos años de Derecho y ya me he adaptado bastante bien a la carrera aquí. Supongo que por eso Johan no se molestó en guiarme.
—…— Kaneki se sintió aquejado levemente por una sensación de angustia. Escuchar que el doctor ya estaba de vuelta y no se había contactado con él le provocaba un extraño malestar. Le había prometido que estaría presente en todo momento para él. Pero no podía exigirle su tiempo sabiendo que un genio como Johan seguramente estaba ocupado con asuntos más importantes.
—Cuando vea a Johan le informaré que estuve contigo. Seguramente se contentará en saber de ti.—
—Ah, mejor no lo moleste.— Sonrió levemente, meneando las manos.
—De todos modos le encantará escuchar de ti. Él siempre quiere saber como evolucionan sus pacientes más apreciados.— Acercó la taza de café que descansaba sobre el escritorio. Verificó que aún el líquido estaba muy caliente y optó por dejarle enfriar un poco más. —Kaneki, me han hecho llamarte para preguntarte sobre tus evoluciones con tu HiME. Tengo entendido de que Rizembool había quedado en acuerdo contigo sobre informarte el nombre de tu HiME cuando te la asignaran pero ha pasado el tiempo y no han encontrado a tu HiME. Sin embargo, ¿has encontrado algo por tu cuenta?—
—Lo siento, no he conseguido nada.—
—¿Alguna persona que tengas en mente?—
—Hm, no.— Negó seguro. —Nada más me he enterado de quienes son las HiMEs de mis conocidos porque ellos me lo han dicho pero aunque otros Rebels han intentado ayudarme con información no hemos sabido nada.—
—Comprendo.— Asmodeus asintió. —Es normal que haya sucedido eso pues la persona que pensaban asignarte ha sido todo un dilema para la institución. No obstante…— El rubio posó las yemas de sus dedos con delicadeza sobre un folder el cual lo deslizó lentamente hacia el joven. —Me han conferido la tarea de entregarle información sobre su HiME asignada.—
—…— Kaneki alcanzó el folder y esperó a que Asmodeus dijera algo más pero al notar que el rubio lo observaba expectante supuso que esperaba que leyera la información que contenía los documentos. El pelinegro sintió un breve escalofríos recorrerle la espina dorsal al momento que su cerebro realizó el reconocimiento visual del rostro de la chica que veía en la fotografía y el nombre que figuraba en la ficha pero algo le decía mentalmente que se mantuviera exceptivo.
—¿La conoces?—
—No.— Negó firmemente. Luego se tomó un tiempo como si tratara de recordarla mirando fijamente la fotografía. —Trato de pensar en un rostro conocido pero no se me viene nadie a la mente… Es parecida a muchas chicas de Japón.
—Pero tiene rasgos distintivos.—
—Ahá, por eso traté de pensar si alguna vez la había visto pero… Lo siento.— Bajo la mirada, tratando de parecer fracasado. —No la conozco.— Tal vez si Johan le hubiese preguntado lo mismo Kaneki no habría dudado en decirle la verdad, que en efecto conocía a a esa chica pues era Kana, la muchacha que se había infiltrado en la fiesta de los Rebels junto a la otra chica que también era HiME; Eureka. Que además recordaba a Kana porque la había visto desaparecer por una especie de campo dimensional. Pero no sentía la misma confianza con Asmodeus. —Lamento fracasar y no ser de utilidad.—
—Ok, no te culpes.— Asmodeus le regaló otra amable sonrisa. —Según me informan esta persona ha pasado por varias identidades y de vez en cuando desaparece del rango de búsqueda de todos. Incluso, ahora que justo hemos verificado que ella ha vuelto al reclutamiento de Hanasaki y ha aprobado la prueba HiME convirtiéndose en una ella vuelve a desaparecer de nuestro perímetro. Sin embargo, un informante incógnito nos avisó de que en Hanasaki están ideando un modo de conseguir que esta persona regrese a sus actividades.—
—…— Kaneki se tensó al descubrir que Rizembool ya estaba enterado de lo sucedido con aquella HiMe. Temió que descubrieran que él estaba mintiendo y que estaba ocultando información para, irónicamente, proteger al rival.
—De todos modos, espero que lo que encuentres en esos documentos te sirva de ayuda. Al parecer, tiene allegados y familiares, creo que Rizembool quiere que investiges un poco más por estos medios. Hm…— Se tomó unos segundos para pensar. —Debo parecer un desorientado pero desconozco del todo cuales son los métodos que tienen los Rebels y Rizembool para llegar a sus objetivos pero creo que eres del tipo de chicos respetuosos así que te aconsejaría que te tomes tu tiempo y si gustas pedirle ayuda a otro Rebel para recaudar información estaría bien.
—Gracias, señor.—
—Ahw, sólo Asmodeus está bien. Si me dice señor me sentiré viejo— El rubio extendió su brazo por sobre el escritorio y estrechó la mano del Rebel. —Ha sido un gusto, Kaneki. Si tienes dudas no dudes en venir.—
—El placer ha sido mio.—
—¿Me puedes hacer un favor y avisarle al otro chico, de apellido Jaeger, que pase?—
—¡Claro!— Kaneki se puso de pie y se despidió de nuevo de Asmodeus dedicando una reverencia. Luego se retiró del despacho y al salir le avisó a Eren que lo esperaban adentro. Caminó sin salir aún de los departamentos de los encargados de los asuntos de Rebel
—Hola, Kaneki.—
—¿Eh?— El pelinegro alzó la mirada y se encontró con los ojos color carmesí de Kaworu Nagisa. Quizá aún estaba muy descolocado por el mensaje que Asmodeus le había dado sobre su HiME y por ese motivo no se cuestionó el por qué Kaworu estaba en ese edificio si ya no era un Rebel. Se alegró de verlo, sintiendo que justamente era la persona con la que quería conversar.  —Kaworu-san, ¿tienes un minuto para hablar?—


Eren se sentó en el mismo sitio que Kaneki, como gesto inconsciente se cruzó de brazos y esperó mirando con atención a Asmodeus inspeccionándole con aquellos grandes ojos de los que era dueño. Asmodeus encontró divertido el gesto de aquel chico y tras la protocolar presentación pasó directamente al tema que le habían encargado.

—Entonces, Eren Jaeger, Rizembool está agradecido de su contribución como Rebel y los logros que ha alcanzado cumpliendo el rol que se le ha destinado.—
—Ahá.— Eren era del tipo de personas que suelen sentirse empoderadas y en mejor posición competitiva que muchos otros y Asmodeus había notado ese detalle al compararlo con el recién salido Kaneki. No obstante, el mismo Eren se sentía un poco confundido en ese momento pues sabía que como Rebel no había hecho mucho más que asustar a su HiME y desistir luego del puesto expresando incluso su motivación de renunciar al sentirse asqueado con el tema.
—Los encargados de Rizembool se sienten maravillados de que un cadete de nueva generación haya logrado tan pronto sus propósitos. Es increible que su HiME ya haya renunciado.—
—Creo que era lo mejor…— El pelicastaño se sintió aliviado de conocer esa noticia. Nino, esa pequeña y menuda chica, saldría tarde o temprano muy perjudicada por culpa de Rizembool. Le hacía sentir bien de que el susto que le había hecho pasar haya logrado de que ella renunciara.
—En cuanto a los cargos que se le pueden imputar, es aquí donde me involucro como abogado contratado por Rizembool para los asuntos internos de los Rebels y en especial para el oficio de defensa de las causas. Hasta ahora hemos recibido una medida cautelar, pero lo más seguro es que los familiares de la joven deseen añadir más causas… Sobre todo por el tratamiento de rehabilitación. Entiendo que Hanasaki tiene un seguro médico que cubre los gastos por discapacidad pero las familias no siempre se quedan conforme con ello.—
—Un momento.— Le detuvo, frunciendo el entrecejo. Le pareció que escuchó mal. —¿Dijo discapacidad?—
—Sí.— Asmodeus asintió con la cabeza tranquilamente como si entregara una noticia común de todos los días. —La HiME quedó en silla de ruedas después del altercado en el metro y por ende ya no podría seguir en su oficio así que retornó a Inglaterra con su familia.—
—¿De qué diablos me está hablando?—Eren dio un golpe con las palmas de las manos sobre el escritorio. —¿Discapacidad? ¿Silla de ruedas? ¿Metro?—
—Claro.— El rubio volvió a asentir con la misma serenidad expresada de hace un rato. —Después del enfrentamiento que tuvo con usted se dieron estos resultados los cuales otorgan un triunfo y orgullo para Rizembool.— En ese momento, Asmodeus pareció cuestionarse el tema por unos instantes. —Es un sistema extraño el que tienen aquí, todavía no me acostumbro. Hm, no estoy aun del todo instruido pero seguramente le asignaran a la brevedad una nueva HiME.—
—Yo no la deje inválida.—
—¿Perdón?—
—Yo no la deje inválida.— El chico se expresó irritado. —A esa chica, yo no la deje así. Debe haber un error.—
—En el último reporte Rizembool pudo confirmar lo que le acabo de expresar. En vista de su logro, se le han activado algunos beneficios y ya aparece en la lista de Rebels revelación de la nueva generación.— Asmodeus extendió lo que parecía ser un cheque o algo por el estilo. —Según lo acordado, Rizembool se comprometió con financiar el tratamiento médico de uno de sus familiares.
—…— Eren se puso de pie. —No aceptaré ese dinero sucio.— Dijo tajantemente. —Es más. Yo pedí que me sacaran del puesto de Rebel y me ofende enormemente que aún no lo hayan hecho y peor aún que me pongan en una especie de circo ridículo donde se me glorifica por hacer algo terrible hacia una persona.
—Comprendo su punto de vista pero…—
—¡Ya no quiero que me llamen ni que me asignen otra persona!—
—…—
—Yo solicité explícitamente que me retiraran del cargo y… pedí que me trasladaran a la brevedad para continuar mis estudios en Irlanda y que se me desvinculara completamente de Rizembool.—
—Pero, Jaeger,— Asmodeus adoptó un tono de voz más bajo como si quisiera transferirle una complicidad. —¿Sus compañeros de oficio conocen su decisión?—
—¿Qué tiene que ver eso?—
—Según se reporta usted tiene buenos lazos con otros Rebels…—
—…N-no, ellos no saben que me iré pronto.—
—¿Y no sería mejor comunicarles su determinación antes de partir?—
—…No, creo que no comprenderían.—
—Ya veo.— El rubio soltó un suspiro. —Esto es bastante complejo. En su situación yo estaría en la misma postura…. Sin embargo, decisiones precipitadas traen consecuencias inesperadas.—
—¿Qué quiere decirme con eso?— Lo miró desafiante, engrifado.
—Seguramente Rizembool no estará contento con que uno de los rostros emblemáticos de la generación de Rebels se vaya sin más. Eso desactivaría a los candidatos futuros y se cuestionarían en lo que Rizembool está fallando para que alguien que tiene una buena reputación como usted abandone de la nada.—
—Ese no es mi problema.— Gruñó. —No me prestaré para ser publicidad o campaña bélica para enganchar en el cuento a otros.
—Comprendo.— Asintió sin preocupación. —Le haré saber a los encargados de Rizembool sobre su decisión y guardaré discreción con sus colegas Rebels. Indagaré sobre los traslados y le informaré si encontramos una universidad que le dejen en el mismo nivel que cursa y que le convaliden las asignaturas. Gracias por su tiempo.— Supuso que Eren no le estrecharía la mano. —Cualquier cambio de idea por favor avísele a sus superiores.—
—¿Y a usted?—
—¿Perdón?—
—¿No le aviso a usted?—
—Ah, supongo que yo estoy en un peldaño bastante ínfimo en comparación a los altos miembros del comité de Rebels pero si gusta ahorrarse tiempo puede acceder a mi.—
—Ok…— Eren lo observó a la defensiva por unos segundos más antes de retirarse. Después pensó que si tenía cualquier cosa que preguntar o si quería saber más sobre el traslado mejor le preguntaba a ese tipo llamado Asmodeus para evitar perder tiempo esperando respuesta de los altos mandos del comité de Rebels.


—¿Estás seguro que era ella?—
—Sí.— Kaneki asintió convencido. —Estoy seguro de que era Hiyori-chan…—
—Vaya, que pequeño es el mundo…— Kaworu alzó la vista y miró el cielo con atención. La luz solar iluminó su rostro pálido. —Quien diría que tu HiME sería aquella chica.—
—Eso me hace sentir peor… Al menos, si fuera una persona que no conozco de nada, pero… a ella ya la he visto un par de veces.—
—Kaneki, a veces las cosas más insólitas ocurren y te hacen pensar en la ironía de la vida.—
—Nagisa-san, ¿Por qué te convertirte en Rebel hace unos años?—
—¿Hm?— El chico dejo de mirar el cielo para enfocar su vista en los ojos grises de su compañero de carrera. Lo observó por unos instantes pensativo y reflexivo sobre la pregunta que Kaneki le había hecho. Recordó aquel tiempo en que él había sido Rebel. —Creo que es por toda la campaña publicitaria que había en Rizembool, en ese tiempo, como ahora, ser un Rebel era algo bastante llamativo.— Agregó una breve pausa de suspenso. —Había escuchado que las HiMEs tenían sus poderes de una fuente más “mágica” por así decirlo, entonces yo quería conocer cómo era que los Rebels conseguían sus poderes. Debo admitir que me llenaba de excitación verme a mi mismo en una especie de cápsula mientras re-organizaban todo mi genoma para poder adaptarlo a una potencia poderica. Haha, era un chico bastante fantasioso por ese entonces… Pensaba que me darían un Eva o algo por el estilo.—
—Nagisa-san siempre has sido una persona muy curiosa y estudiosa por lo visto
—Algo así.— Sonrió divertido. —¿Por qué te convertiste tú en Rebel, Kaneki-kun?
—Pues… Creo que te conté que lo hice porque Sho me motivaba todo el tiempo a que hicieramos la prueba Rebel y los dos vivieramos la experiencia de ser Rebels al mismo tiempo.—
—Claro. Eso lo recuerdo. Sin embargo, creo que hay algo más.— Kaworu lo miró fijamente a los ojos con aquella serenidad y celestialidad que dejaba anonadado a todos. —Kaneki-kun, ¿siempre le tienes tanto miedo a la soledad?
—¿Q-qué?—
—Eso.— Sonrió efimeramente. —Creo que tienes miedo de quedarte completamente solo. Acompañas a Sho a todos lados y en cada idea que tiene porque tienes un afecto auténtico por él como tu hermano. Sin embargo, Sho no pasó la prueba para ser un Rebel y tú si, si fuera que hiciste la prueba únicamente para complacer a Sho o por la promesa que se han hecho simplemente habrías desertado cuando él no quedó y tú sí. Pero continuaste.—
—Y-yo creo que seguí por inercia.—
—O porque quieres proteger a Sho. O porque siendo Rebel no estarás solo. O ambas.— Canturreó Kaworu. —No tienes que sentirte mal por ello. Es normal temer a la soledad.—
—Tú no le tienes miedo a la soledad Nagisa-san.—
—No.— Dejo caer su cabeza hacia atrás. —Pero debo temer a otras cosas. Aún tengo tiempo para descubrirlo.— Volvió a sonreir. —¿No te gusta estar solo?—
—No mucho…— Kaneki finalmente se rindió. Era inútil tratar de mentirle a alguien como Kaworu que parecía leerlo como un libro abierto. —Suelo sentirme inseguro y angustiado… Tal vez, porque me vienen malos recuerdos a la mente.— Pausó su confesión. —Admiro a las personas que logran llevar su soledad pese a estar rodeados de personas.— Pensó en su compañero de trabajo, Cain, a quien lo visualizaba sumido en una profunda soledad pero que no parecía molestarle. —Creo que no no lo lograría.—
—Todos tienen su modo de ser, Kaneki-kun, no te menosprecies. Eres una gran persona— Kaworu le puso una mano en el hombro. Los dos jóvenes se encontraban en un puente donde abajo circulaban los vehículos. —Y me imagino que has superado muchas cosas…—
—…—
—¿Puedo preguntarte cómo fue tu vida antes de que te adoptaran a ti y a Sho?—
—Uh…—
—Ah, yo y mi curiosidad. No debería preguntar sobre temas tan sensibles.—
—Descuida, Nagisa-san… Eres mi amigo y me sorprende que no te haya contado esto antes… Bueno, básicamente el único que lo sabe es Sho.—
—¿Quieres que sea en otro momento?—
—…— Kaneki negó con la cabeza. —No es algo tan oscuro después de todo. Tengo pocos recuerdos, pero albergo imágenes de una casa muy pequeña de un solo ambiente donde vivía con mi madre a las orillas de un río bajo un puente… Mi madre era una persona muy pobre y se embarazó muy joven… Trabajaba mucho para llevar dinero a casa. Un día, ella falleció por agotamiento y pues, me quedé solo en esa casa… No sabía que hacer y mi madre llevaba fallecida un par de días.  Estar solo y a oscuras me desesperaba pero cuando intentaba salir para llamar a alguien me sentía muy inseguro y mal. Al tercer día llegó una trabajadora social de los servicios sociales y me llevó a un hogar para niños. Eh, supongo que no era cómodo pero era mejor que la casucha donde vivía.
—Imagino lo difícil que fue para ti adaptarte a ese sitio…—
—Lo fue.— Asintió. —Pero al poco tiempo me adoptó una pareja de comerciantes.  Eso fue antes de conocer a Sho…
—…— Kaworu se dio cuenta de que ese punto de la historia deprimía más a Kaneki. volvió a apretarle suavemente el hombro.
—Estaba feliz porque tendría un hogar y una familia si bien nadie remplazaría a mi madre. Pero fue muy distinto de la ilusión que tenía… Ellos no buscaban un niño a quien criar como un hijo sino más bien a un empleado. Yo vivía en la bodega del negocio y trabajaba para ellos… Siempre hacía las cosas mal y el señor solía darme golpes con su cinturón o con el palo de la escoba… Al final creo que les signifiqué una gran amargura porque me devolvieron a la residencial de menores. Pese al fracaso con mi “familia” me sentí bien de volver al orfanato pues ya no estaría encerrado en la oscuridad con la soledad.
—Lamento que hayas vivido eso.— Dijo Kaworu con honestidad.
—Pero todo fue para mejor.— El pelinegro sonrió. —Porque en el orfanato los niños me golpeaban y entones llegó Sho quien comenzó a defenderme y a cuidarme. Compartíamos cama en el cuarto y solía contarme historias muy raras pero que de todos modos me gustaban mucho. Un día alguien llegó y escogió a Sho para adoptarlo y me sentí muy triste porque se iría pero al mismo tiempo bien por él porque tendría un mejor destino. Sho le dijo que no se iría sin mi y pues ya sabes el resto de la historia.
—Eso es muy lindo de su parte. Sho y tú son personas las cuales son dignas de admiración.—
—Sho si lo es.— Kaneki asintió enérgico.
—Para mi son los dos.— Reiteró el albino. —Y espero algún día conocer la historia de Sho pero controlaré mi curiosidad… Lo acosaré después haha.
—Nagisa-san, disculpa que cambie de tema pero… ¿Qué crees que pasó con esa HiME? ¿De verdad no volverá?— Preguntó el pelinegro con un tono de preocupación.
—Yo creo que Hanasaki tiene bastante capacidades y potencial para lograr traer a su alumna de regreso. No te preocupes. Más bien, yo estaría más preocupado en pensar en el día en que deban enfrentarse ambos.
—Lo sé…— Suspiró. —Y además de eso me inquiera pensar que el Key de esa chica pueda ser el estudiante a mi cargo.—
—Es lo más probable.—
—¿Qué debería hacer, Kaworu-san? Todo esto es complicado.—
—Hm, ¿tal vez hablar con Lancaster sobre lo que ya sabes? Suponiendo que si es Key de Hiyori-chan lo vuelve una especie de traidor para Rizembool o, a lo menos, un potencial espía.—
—E-eh, no creo que Lancaster-san tenga intenciones de espiar… ¿o de traicionar?— Aunque le daba gracia pensar en Cain como un Judas. Volvió a ponerse serio. —Creo que está en Rizembool por obligación o algo. Según Berkut-san, en generaciones anteriores hubieron varios Lancaster que estuvieron en Rizembool en sus intercambios culturales por lo que podría ser cosa de familia y que lo obligan a ir.—
—Bueno, considerando que Lancaster es un mayor de edad y parece muy llevado a su idea no creo que la contemplación que has hecho se aplique a él.— Kaworu se río con eso. —
—Kaworu-san, me gustaría mantener en secreto que Hiyori-chan es mi HiME. Especialmente de Lancaster-san.—
—¿Por qué? No creo que a Lancaster le moleste saber que es tu HiME. Creo que los dos comprendimos bien que a él no le importa lo que pase con ella.—
—Ah, es que… últimamente estamos mejor los dos y ya que estamos en el proyecto juntos no me gustaría tener un ambiente más tenso con él.—
—Si. Tienes razón… Justo ahora va más a Rizembool, bueno, al menos al club de esgrima. Todavía te falta convencerlo de que vaya a clases y ya con eso los maestros no te regañan más por su conducta.
—Uh,  creo que con lo que asiste está bien. No quiero presionarlo…—
—Y no eres su mamá, Kaneki.— Sintió que el celular le vibraba en el bolsillo. Kaworu sacó su teléfono móvil que guardaba en el bolsillo de su pantalón, desbloqueó la pantalla y le dio touch al icono de F de Facebook. Vio la notificación que había hecho vibrar el aparato y luego se quedó unos segundos mirando su inicio en la sección de noticias, se percató de que Oikawa había subido una fotografía de él usando el equipo deportivo de volley de Rizemboo. Kaworu le dio un like y le comentó un corazón con el teclado “♥”  (?) después notó unos comentarios en el inicio del Facebook de Sho que le llamó la atención. Al leer el contenido de los mensajes, Kaworu alzó las cejas y embozó una sonrisa amigable. —Ya, no sabía que Sho es Rebel.—
—¡SII!— Kaneki demostró un semblante de autentica alegría y orgullo. Por fin Sho había logrado lo que estaba buscando. Aunque, si bien estaba contento por su hermano y le motivaba pensar las aventuras que tendrían siendo los dos Rebels, no dejaba de preocuparle el tema. —Es genial que Sho sea Rebel. Se ha esforzado mucho y ha entrenado arduamente con Souji-san… pero, me preocupa que le pase algo malo.—
—No creo.— Aunque no podía asegurarle nada a Kaneki ya que entendía que habían HiMEs potencialmente poderosas en el reclutamiento. Notó una ligera preocupación manifestarse en el rostro del pelinegro así que prefirió animarle con otras cosas. —Uh, ahora tú, Tooru, Eren y Sho son Rebels en el grupo. Me siento triste por Souji y por mi mismo.— Fingió melancolía.
—Aw, pero Kaworu-san tú y Souji-san son ex Rebels por lo que se podría decir que somos un grupo de Rebels en su totalidad.—

Lentamente pasaron las horas en aquel día de semana hasta que la tarde cayó en la cosmopolita ciudad de Tokyo. El cielo tenía una bonita tonalidad donde se veían mezclados colores lilas y celestes y el clima era agradable en general.
Para ese horario en Rizembool correspondían las actividades de diversos clubs y de los extra curriculares. En el gimnasio de Esgrima ya había iniciado el entrenamiento y varios chicos practicaban en duplas dispersados por lo largo y ancho del gimnasio.

Kaworu se retiró la careta blanca del rostro para dejar ver su pálida faz. Los ojos de color rojo le resaltaban con un brillo atractivo y el cabello peligris claro le caía sobre la frente. El muchacho que estaba en frente suyo también se retiró la careta y prontamente extendió su mano para solicitar la de Kaworu para estrecharla. Kaworu sonrió gentil y le estrechó la mano.

—Y otra vez te llevas la victoria, Kaworu.— Dijo su compañero.
—Sólo ha sido suerte.— Kaworu soltó la mano y ladeó el rostro. —Estoy un poco cansado, ¿te importa si buscas a otro compañero?—
—Ah, no te preocupes. Ve a descansar.—
—Gracias.— Se despidió de él y caminó atravesando el gimnasio.

El peligris saludó a algunos conocidos con un gesto simple de mirada cuando pasaba cerca, alguno le pidió tener un encuentro pero Kaworu dio la misma excusa de hace un momento y prefirió buscar un lugar tranquilo donde estar. Realmente no era que estuviera cansado pues él era bastante enérgico y competitivo con la disciplina de esgrima pero tenía la necesidad de encontrar a cierta persona. Buscó con la mirada y no lo había encontrado entrenado por lo que supuso que estaría en solitario en un lugar apartado. Así fue, pues le encontró sentado en el suelo, con las piernas flectadas y abrazando sus rodillas mientras observaba por el enorme ventanal de cristales polarizados. Usaba el traje blanco de esgrima pero además llevaba las insignias de su familia. Parecía que Cain Lancaster estaba absorto en su mundo.

Kaworu sonrió de medio lado con un brillo maligno en sus ojos al pensar en como sacarlo del trance. Sigilosamente como un felino al asecho, el peligris se sentó detrás del inglés y al ver que eso no lo alertó procedió con el plan que tenía en mente. Se acercó más al cuerpo del otro y lo estrechó en un abrazo desprevenido desde atrás. Sintió como Cain se estremeció por el contacto tan inesperado y Kaworu aprovechó de apoyar el mentón en el hombro del joven y observarlo con el rostro ladeado. El chico de los ojos carmesí sonrió enternecido al sentir como Cain intentaba disimuladamente apartarse de él sintiéndose bastante vulnerable al ser “atacado” de sorpresa y sin que tan siquiera casi se enterara.

—¿Qué es lo que ves con tanta atención?—
—…Eh, ¿puedes…?— Cain giró un poco el rostro para pedirle a ese tipo que se apartara aunque sea un poco pero se encontró con su mirada demasiado cerca así que optó nuevamente con mirar hacia el frente. —…— No lo recordaba de ninguna parte pero el sólo hecho de que fuera tan invasivo lo hacía sentir como si ese chico fuese una especie de predador. —¿Puedes… apartarte de mi?—
—Sí puedo.— Afirmó Kaworu. Más no lo hizo. —Siempre estás tan solo aquí. Recuerda que esgrima es una disciplina dual.—
—Ya lo sé.—
—Y hoy faltaste a clases.—
—…— Tras decir eso le aclaró la mente y le recordó de pronto. Era ese chico que siempre estaba en grupo con un par más. Entre esos, ése Kaneki que siempre le acosaba. —¿Qué quieres?—
—Nada.— Frotó la mejilla en el hombro del otro y se acomodó sin abandonar la pose. —¿No te gusta que te toquen?— Pese a la situación extraña, Kaworu estaba muy cómodo así. Cerró sus ojos.
—Eh, es que eres un extraño…— Bajó la mirada, cansado. —Y creo que no nos llevamos bien.— soltó disimuladamente un suspiro contenido.
—Hm…— Murmuró sin abrir los ojos. —¿Lo dices por lo que pasó con tu novia?—
—No era mi novia.— Frunció el ceño ligeramente.
—Ah, pensé que sí lo era. ¿Amiga?—
—No lo sé. Supongo.—
—Hehe.— Le hacía gracia que el señor monosílabos le hablara en vez de ignorarlo. —Parece que te afecta que haya desaparecido.—
—No.—
—Sí. Creo que sí.—
—No…—
—¿Un poco?— abrió los ojos para mirarlo.
—…Tal vez.— Le devolvió la mirada. —Pero no te incumbe.—
—Tal vez.—
—…— Que raro tipo, le estaba irritando su forma de ser. Parecía que gozaba con perturbar a los demás. —¿Qué hacías allí cuando todo eso sucedió?—
—Paseaba. Luego la encontré y hablamos. Luego llegaste con Kaneki-kun.—
—Parecías querer que no se fuera cuando fue absorbida. Parece que la conocías de antes.—
—Pues, sí.— Asintió. —Se infiltró en Rizembool para buscar información de los Rebels. La conocí de allí.— Dijo Rizembool en vez de la casa de aquel chico de derecho. No mencionó a Eureka porque sería hablar de más aunque el inglés no saldría precisamente corriendo de allí para chismear.
—Hm, pareces estar en el sitio adecuado en el momento crucial.—
—Haha, ¿sí? tengo una suerte en las coincidencias.—
—Más bien es una conducta sospechosa.—
—De todos modos te preocupa lo que pasó con ella. De algún modo u otro, lo presiento. Por más frío que te quieras mostrar en el tema… ese día parecías bastante molesto.—
—¿Por qué me hablas de estas cosas? No te conozco ni tenemos confianza entre nosotros.—
—Quiero ayudar. A ti, a ella… Es evidente que ella es una HiMe y que tú eres su Key… o alguna vez lo fuiste.—
—…— Eso le terminó de perturbar aún más pues era como si descubriera una gran mentira que él trataba de esconder de todos. ¿Pero cuál era la mentira? más bien, era su pasado el que no quería que nadie conociera. Se mantuvo sereno de todos modos pese al percance. —Tú eres de Rizembool, ¿por qué ayudarías a una HiME?—
—Que sea de Rizembool no significa que no me involucre con gente de Hanasaki. Además, quiero ayudar hasta donde sea prudente. Tampoco soy ingenuo ni aspiro a un fin utópico. Ah, y evades el tema del Key.—
—Ya. Lo fui, hace tiempo. Pero ya no.—
—¿Estás seguro?— Más que una pregunta parecía una advertencia burlona. —Bueno, no importa… De todos modos me gustaría poder involucrarme más contigo. No pareces malo.—
—Eh…— Se le hacía que el peligris era una especie de freak o algo por el estilo. —Pero no necesito ayuda.—
—Todos necesitan de vez en cuando apoyo.— Le estrechó con mayor firmeza, cruzando sus brazos por delante del pecho del otro y aferrándolo más a él.
—Esto es raro.—
—Relajate.— Se rió.
—…— Pese a que Nagisa seguía siendo una persona desconocida y subersiva, su gesto y cercanía parecía ser cómodo y calmo. Estuvo estático un momento que comenzó a tornarse largo.
—¿Mejor?—
—…— Asintió sin reclamos. Mejor le seguía la corriente para que terminasen con eso ya.
—Vámonos. No quiero quedarme para cuando se seleccionen a los que tengan que limpiar hoy.— Kaworu se apartó suavemente y se levantó. Cain hizo lo mismo.  —Por cierto, quería preguntarte algo referente al proyecto que llevan con Liebheart.—
—¿Qué?— Comenzó a caminar detrás de Kaworu pues también prefería irse antes de que terminara el entrenamiento y así no le tocaba limpiar. Además de todos modos tenía que ir en esa dirección.
—¿Ya lo han implementado en los Rebels?—
—Eso es confidencial.—
—Suponía que alguien como tú me daría ese tipo de respuestas.— Kaworu suspiró, despreocupado. —En fin. Nos vemos luego. Trata de no faltar tanto.— el chico se metió las manos al bolsillo y caminó sin preocupación.
—Okay.—
—Ah, y Lancaster…— Kaworu se detuvo unos instantes, sin voltearse. —Tal vez te haga bien visitar Hanasaki. Creo que mereces respuestas.— Dicho esto retomó su camino.
Cain se quedó perplejo por ese último comentario de Nagisa. La ambigüedad del mensaje no hacía más que ponerlo incómodo. Instantáneamente pensó en la remota posibilidad de que Kaworu Nagisa sabía algo de su pasado no sólo como Key sino, al parecer, también sobre su estadía en Hanasaki y eso sería bastante problemático.
Antes de que pudiera pensar en algo más, su teléfono vibro. Al revisarlo vio que era un mensaje de texto.

—¿Entonces están bien las fórmulas?—
—Ahora, sí.—
—Ehm, ¿me las puedes revisar de nuevo?—
—Walker, es la quinta vez que te las reviso… ¿Qué más quieres de mi?—
—Sólo una vez más, por favor.— El albino juntó las palmas de sus manos en señal de petición.
—Ah, por favor.— Cain giró los ojos. Notó que el otro le insistía con la mirada. —¿Y sí están mal, que? Te pondrán mala nota y ya.—
—Es que no es tan sencillo.— Allen soltó un suspiro, angustiante. —Si me equivoco le fallaré a la señorita Rosalind Lùtece… Eso sería una gran deshonra para mi.—
—Oh.— Alzó las cejas, abriendo los ojos en sorpresa. —Eso lo cambia todo.—
—¿Ya ves?— Expresó inquietud en su mirada.
—A todo esto…— Cain deslizó la punta de su dedo índice por sobre los números de las fórmulas. —¿Intentan crear un portal o algo por el estilo?—
—Ahh… Eh…—
—Supongo que es confidencial.—
—Sí. Disculpa… Es un tema investigativo de mi universidad y no desean que se propague.—
—Bueno.— Se alzó de hombros, con un gesto algo engreído mientras entornaba los ojos. —De todos modos es demasiado obvio.—
—Uh.— Allen gesticuló una sonrisa, entretenido por la situación. —De todos modos no se lo digas a nadie por favor.—
—Okay.—
—¿Quieres que pida más té?—
—Mh, está bien.— Le respondió sin mirarle pues ya se había puesto a analizar y realizar las formulas nuevamente.

Allen mientras tanto se puso de pie y se dirigió a la barra al no notar a algún trabajador que estuviera cerca para tomar su pedido. Al llegar a esta se fijó bien que no estuviera cierto individuo pero para su desgracia era horario de cambio de turno y el único que estaba presente era un chico de cabellera larga y negra. Walker entornó los ojos y evitó verse apático, es más, embozó una sonrisa diminuta en sus labios para dirigiese a él y no iniciar mal como la última vez que el peliblanco había estado allí. Sin embargo, como respuesta recibió la mirada fría y autoritaria del pelinegro. Allen entonces se quedó sin palabras y sin saber que hacer exactamente.
No era la primera vez que había estado en esa cafetería la cual era VIP en Tokyo y era un sitio lujoso, de precios desorbitantes y donde la gente de alta aristocracia y mandatarios concurrían cuando estaban de visita en Tokyo. Allen no era de ese tipo de personas que buscaban sitios caros para estar, precisamente, pero tener una cita con Cain Lancaster era casi una exclusividad y éste último había fijado el sitio de encuentro… Si le cambiaba el lugar seguro Cain le descartaba la reunión y no lo pescaba el resto de los meses.
Por su parte, Allen habría preferido un sitio menos exclusivo. No era que no tuviera recursos para pagar consumos en lugares caros como esos pero tampoco era del tipo de personas que le gustase ostentar o derrochar dinero como sí lo hacía su hermano. Su familia era dueña de una importante firma de cadenas de restaurantes a lo largo del país e internacional, bien habrían ido a concretar la cita en uno de esos restaurantes...

—¿Qué demonios quieres?—
—…— Allen se cuestionó el cómo estaba capacitado el servicio de reclutamiento de recurso humano en ese café como para haber contratado a alguien tan mal genio como ese sujeto. —Nos quedamos sin té en la mesa de allá.— Señaló tranquilamente la mesa donde estaba hace unos instantes.
—Ya voy.— Bufó y sin esperar nada más, soltó el paño con el que secaba unas copas, lo lanzó sobre el mesón y le dio la espalda a Allen para dirigiese a la cochinería y perderse de su vista. —…— Por lo visto, ese tipo se metería en ese sitio y lo haría esperar más de la cuenta. Se giró en sus pasos y regresó a la mesa.
Cain notó la expresión ida del peliblanco y, curiosamente, detuvo los cálculos que llevaba. —¿Pasa algo?— Lo miró inexpresivo.
—N-no.— Sacudió la cabeza para despejarse, él mismo se había notado algo atontado. —¿Por qué?—
—No sé. Parece que actúas desde la inercia de pronto.—
—Ahh…— Dejo caer la cabeza a un lado y le miró pensativo. —Debe ser la sobre carga de estudios.— Dijo tranquilo. —¿Cómo vas?—
—Todavía no terminaba… Son varias hojas de cálculos.—
—Sí, sí.— Sonrió distraído aún. —Antes que retomes la revisión… Me alegra que POR FIN hayas aceptado reunirte conmigo. O sea, estás en Tokyo de hace un buen tiempo y siempre decías que estabas muy ocupado.—
—Lo he estado, ¿en qué mundo crees que vivo? Soy el hermano mayor de los Lancaster y tengo responsabilidades con mi familia.—
—Hehe, pues cuando llamé a tu casa estuve hablando con Henry y me contó que le has dejado a cargo de varias cosas.—
—…Sólo las mínimas, que hasta un niño puede hacer.— Alzó los hombros.
—Y Edward se metió en la conversación y dijo que te la pasas durmiendo y de vago.—
—Ah, ¿cómo le puedes hacer caso a Edward? Ya te he dicho que es retardado…
—En fin, ¿qué es lo que ha movilizado a media familia Lancaster a Tokyo?—
—Mis hermanos están de intercambio y mi abuelo quiere que reforcemos las empresas en esta ciudad. Tan pronto termine con lo segundo retorno a Yorkshire.
—Sé que te graduaste de la universidad con honores, méritos y en menos años que el promedio de los alumnos que son promovidos de curso.—
—Ahá.— Asintió sin ánimos.
—¿Tienes planes de estudiar otras carreras más?—
—Eh, estoy en algo así.— Cain bajó disimuladamente la mirada fingiendo que volvía a mirar los cálculos aunque realmente no estaba mirando nada en lo absoluto.
—Entonces sí estas estudiando algo.— Allen se sintió ilusionado  con esa suposición. Sería genial que así fuese ya que eso significaría que Cain posiblemente se quedase un tiempo más por esos lares. —¡Qué buena noticia!—
—Oye, tranquilo, no te emociones tanto.— Negó con la cabeza en señal de desaprobación. —Esto es temporal… Como que me inscribieron en una carrera para hacer algo mientras estoy aquí.—
—Hm, espera…— Puso un dedo en su mentón pensando unos instantes. —Tu padre siempre quizo que estudiaras Ingeniería Genética Humana.—
—…—
—¡Ah! ¿¡Estás estudiando Ingeniería Genética Humana?— abrió los ojos enormemente. —¡Pero!— se inclinó hacia adelante. —Es casi ajeno a tus estudios de Física Cuántica. Pensaba que en realidad estudiarías algo más relacionado a esto.—
—Tú lo dijiste, mi padre siempre lo deseó.— Cain soltó un suspiro, cansado. Iba a volver a retomar las formulas pero notó que un tipo se acercó a la mesa.
—…— Allen evitó mirar a ese sujeto que conocía por nombre Yuu Kanda, trató de mostrarse natural y tranquilo ante Cain pero era notorio que estaba incómodo ante la presencia de Kanda.
—…— Kanda miró al peliblanco con desprecio. Dejo la bandeja sobre la mesa y tomó la tetera de vidrio más pequeña con la cual vertió té Da-Hong Pao recién preparado. Aquella clase de té sólo era pedido por gente rica y que buscaba exclusividad. Después de servir el té se retiró sin emplear el tipo protocolo de buena educación que un trabajador debe tener con la gente rica.
—Eh, me gusta que estes aquí, Cain.— Dijo Allen de pronto. Había sido impulsivo y extraño.
—¿A qué viene eso?—
—No te veía hace tiempo.—
—Ah, ya.— Se quedó sin expresión, fingiendo que le creía. Notó que la persona que hace un rato había servido el té miraba a Allen con suspicacia desde la barra. —El chino no te tiene afecto.—
—Ahh, no es chino, hehe.— A Allen le causó gracia el comentario. —Y no te preocupes por ese ser. ¿Qué podría pasar?—
—Quizá es traficante de metanfetamina que se siente amenazado al ver una formula y sospechar que es una especie de receta de droga…— Alzó los hombros. —Olvídalo. Tal vez sea sicario.—
—Creo que has visto muchas películas.—Allen se quedó pálido con esos comentarios. Que recordase, Cain era un poquitito clasista y quizá hasta algo racista pero siempre era de modo inconsciente que le salía incluso desde la inocencia. Nada que se comparase a su hermano menor Edward Lancaster.
—Eh, sí. Demasiado Breaking Bad.— Y sí, esta vez, estaba siendo honesto. Después de todo tenía mucho tiempo libre cuando faltaba a clases y se había hecho amigo de Netflix viéndose las cinco temporadas de la serie. Él mismo no entendía como había caído en las redes de ese servicio si nunca estuvo en sus gustos quedarse frente una pantalla viendo una serie. Regresó su atención a las formulas y se concentró en ellas.
Allen observaba atentamente como el otro joven iba resolviendo los cálculos mientras probaba el té que Yuu Kanda les había traído. Si bien Kanda era un ser deplorable en trato humano, no podía negar que era el mejor preparando té. Cuando Cain terminó la revisión se la entregó con una liguera modificación.
—¿Y eso?—
—Yo diría que… si quieres lograr ese resultado que buscar sería bueno que tomases ese método. Sólo sugerencia.—
—Ok.— Dijo Allen cuando leía  con atención los cálculos. Si lo veía así de rápido tenía lógica. —¡Gracias!—

Después de acompañar a Cain a tomar un taxi Allen se apresuró en tomar otro pero en dirección contraría ya que él se dirigía a Hanasaki. Apenas llegar a la universidad corrió hasta la sala abandonada que usaba para dejar los proyectos relacionados con las investigaciones de física cuántica que llevaba a cabo. Anotó las sugerencias de Cain en otro cuaderno y comenzó a articular otra formula de una cosa distinta. Finalmente sacó ese cálculo y estimó el nivel de pontencial eléctrico que necesitaba. Abrió su laptop y buscó en la base de dato a la persona que necesitaba. Al hallarla, Allen recordó que conocía a esa persona por una o dos ocasiones que habían tratado.

—Uh, espero que esté disponible.—
Dejo todo revuelto en esa sala y corrió a paso apresurado hacia los jardines de Hanasaki donde existían los huertos. Según el itinerario que investigó, a esa hora ella debería estar allí. Entró en la sección de biohuertos y fue instantáneamente asaltado por el profesor Ayame Sohma a quien tuvo que explicarle brevemente lo que necesitaba y tras un interrogatorio incómodo por parte del profesor éste accedió a que pasase. Allen buscó con la mirada a cierta chica de cabellos lilas y la encontró charlando con una muchacha de cabello corto y celeste.

—Eh, ¿Suoh-san?—
—¿Uh?— Eureka miró en dirección hacia la persona que había nombrado su apellido. Al verlo le reconoció como Allen Walker, un conocido. —Oh, Allen!— Le saludó amigablemente.
—Hola.— Él le devolvió la sonrisa, saludándola con la mano. —¿Tienes un minuto?—
—Sí.—
—¿Podemos hablar en otro lugar?—
—Eh, claro.— Eureka se confundió por la petición pues tenía deber con su grupo de biohuertos pero los chicos le animaron a que accediera a la petición de Allen.


Minutos después Eureka y Allen se encontraban caminando por el bosque de Hanasaki hacia una dirección que el peliblanco conocía muy bien. Mientras se dirigían a esa dirección, Allen trataba de explicarle la situación a Eureka. Se sorprendió de ver que Eureka se manifestaba preocupada por lo que estaba pasando.

—No sabía que conocías a Arima-san.—
—Sí, la conozco de hace un tiempo.— Dijo Eureka, pensativa y saliendo del shock inicial. —Es una compañera HiME y hemos compartido varios momentos juntas…— Bajo un poco la mirada, pensativa. —No la había visto durante los últimos días pero era normal porque siempre se ausentaba pero nunca pensé que fue absorbida por una especie de portal.—
—Suena extraño, pero está relacionado con su capacidad.—
—Ahá.— Ella asintió —Pero no la había desarrollado aún.— soltó un suspiro, preocupada. —Sólo espero que esté bien.
—Lo estará.— Allen se detuvo. —Ya llegamos.—
—…— La muchacha pelimorada vivió su segundo shock en ese día. Quedó perpleja al ver frente a ellos una enorme máquina instalada en el bosque de Hanasaki. Era curioso, porque ella había estado por el bosque de la universidad pero no había visto esa grotesca ingeniería pero ahora la encontraba allí sin siquiera ser escondida.
—Esa es la cápsula con la que tratamos de traerla.—
—Walker, llegas tarde.— Dijo una mujer de cabellos naranjas desde atrás de la cápsula. Ella analizaba algunos detalles en la construcción de esta. Notó que venía acompañado. —Buenas tardes, he de suponer que es la señorita Suoh.—
—Ahá.— Eureka asintió con su cabeza, saliendo de apoco de su asombro. Notó que aquella profesora estaba acompañada por una chica de cabellos platinados, ojos claros y que usaba labial azul. Su rostro se le hacía familiar.
—Ella es la profesora Rosalind Lùtece, maestra de Ciencias Físicas.— Dijo Allen. Luego señaló a la platinada. —Y ella es Kirari-san, ex HiME y actualmente forma parte del comité de HiMEs como asesora.—
—¡Mucho gusto!— Dijo Eureka. Tras la información de Allen supuso que había visto a Kirari en alguna presentación con Miranda sobre temas HiMEs o algo por el estilo.
—Igualmente.— Asintió Kirari. Rosalind se quedó más preocupada de su máquina. —¿Ya le explicaste lo que se necesita?—
—Eh, algo.— Dijo Allen, intranquilo.
—Básicamente…— Rosalind volvió a integrarse a la conversación. —Necesitamos exprimirte como potenciador de energía para hacer que la conexión sea efectiva.— Luego señaló a Kirari. —Ella se encargará de la comunicación para generar “un cable a tierra”. Ustedes como HiMEs son cruciales en esta actividad ya que sólo depende de su sincronización para que Arima regrese.— Rosalind tenía un desatornillador en la mano, con este señaló un punto marcado en el césped. —Suoh por favor debe ubicarse en esa posición y colóquese ese casco.
—Ok…— Eureka se dirigió a ese punto y agradecía el hecho de que Allen la hubiera sacado del huerto para contarle todo lo que estaba pasando y para qué la necesitaban pues si Ryoji los hubiera escuchado seguramente se habría colado debido a su curiosidad por la tecnología y ciencia. Peor aún, menos mal que Seven no se encontraba cerca y esperaba que no interceptara su teléfono porque si se enteraba de algo así seguramente la acosaría con algunas preguntas ñoñas. Ella se colocó el casco.
—¿Alguna consulta antes de activar la máquina?—
—Eh, ¿duele?—Preguntó Eureka un poco cohibida.
—Supongo que sí.— Rosalind alzó los hombros. —¿Siguiente pregunta?—
—¿Hiyori… llegará bien?—
—Eso es relativo.— Dijo la profesora. Señaló hacia la puerta de la máquina. —Cuando aparezca allí lo sabremos. Cabe la posibilidad de que una parte de ella se quede en el limbo y sólo nos llegue algunas partes de su cuerpo pero no pensemos en los peores de los casos.—
—¿Q-qué?— a la HiMe de la electricidad le dio un tic en el ojo al escuchar ese dato.
—Eureka-san tranquila, eso no pasará.— Dijo Allen con tono pacífico para trasmitirle tranquilidad.
—Todo saldrá bien.— Dijo Kirari apoyando una mano en el hombro de la HiME. Le sonrió y luego se dirigió a su ubicación tomando asiento en una silla hecha de cristal o algo por el estilo.
—Okay, esta es la instrucción. A la cuenta de tres Walker y yo nos encargamos de la máquina, por su parte Kirari se concentrará en comunicarse telepáticamente con Arima, Suoh deberá concentrarse y lanzar la descarga eléctrica más potente que su cuerpo pueda permitir. ¿Listos todos?—
—Si.— Respondiendo todos al mismo tiempo.
—Uno… Dos…¡Tres!— Ordenó la profesora.
Apenas escuchar la orden de Rosalind los estudiantes comenzaron en concentrarse en sus indicaciones. Kirari intentaba hacer conexión mental con la HiME que se encontraba en otra dirección y Eureka lanzaba las descargas eléctricas que, por medio de un circuito alrededor de ella, iban dirigidas hacia la cápsula. Allen y Rosalind iban de un lado a otro rodeando la máquina, moviendo palancas, tocando botones y digitando códigos en el teclado.
—Señorita Momobami, cuando logre realizar conexión mental con la señorita Arima debe avisar. En lo posible indíquele que entre en el portal que se forme frente a ella. Señorita Suoh, cuando escuche la señal de la señorita Momobami usted deberá aumentar el impacto de las descargar.
—Entendido.— Dijeron las dos HiMEs al mismo tiempo.
Pasaron unos segundos que se hicieron tortuosamente eternos para todos los presentes. Eureka comenzó a preocuparse de que el experimento pudiese fallar y todos estuvieran en peligro, Allen y Rosalind estaban un poco más empeñados en llevar la situación al límite y Kirare…
—¡La tengo!— Gritó Kirari quien mantenía dos dedos en la sien de su rostro.
—¡Ah!— Expresó Eureka al escuchar la señal de Kirari. Ella aumentó las descargas eléctricas en un potencial fuerte pero que comenzaba a desbordar energía a su alrededor creando un campo eléctrico de riesgo. No sería bueno que alguien se acercara a esas descargas.
—No se preocupe, señorita Suoh, tenemos claro que no debemos ni pisar por allí.— Dijo Rosalind quien parecía haber interpretado la preocupación en el rostro de la HiME.
Nuevamente los segundos cruciales comenzaron a pasar y no se veía ninguna presencia de Hiyori Arima en la cápsula. Rosalind comenzó a trabajar sobre la máquina teniendo un margen de prevención pues no deseaba morir electrocutada allí mismo, Allen en tanto comenzó a teclear nuevos códigos en la máquina tomando la sugerencia que Cain le había dado temprano, Eureka reunió aún más energía y tras concentrarse dedicó una descarga monumental que casi se lleva tod su energía propia. Kirari, quien se encontraba invadiendo la mente de Arima comenzó a inducirla a que entrara en algún portal. Todo el lugar parecía que colapsaría por los niveles de energía. 

Y de un momento a otro, la cápsula emitió un sonido perturbador como de trompetas apocalipticas. Allen dejo de teclear quedando perplejo por el decenlace, Rosalind se apartó exceptiva unos pasos hacia atrás para ver que ocurría, Eureka dejo de emitir campos de energía e inmediatamente se sintió algo mareada y tambaleó. Allen se aproximó rápidamente a ella para brindarle apoyo. Kirari seguía con los ojos cerrados y los dedos en la sien.

—¿Qué pasa?— Preguntó Allen a la profesora.
—Shhh.— Apuntó a Kirari.
—Acabo de perder la conexión.— Dijo Kirari abriendo sus ojos azules.
—…— Todos se miraron los unos a los otros como buscando respuestas en sus rostros.
—Okay, es hora de la verdad…Walker, ve y revisa el interior de la cápsula.—
—…— Allen se sintió perturbado por esa orden pero mejor se movía pronto antes de que la profesora lo tachara de inútil.
—Ustedes manténganse al margen por seguridad.— Dijo Rosalind a las dos HiMEs.

Allen llegó hasta la cápsula y trató de mirar por la ventana ovalada que tenía pero en su interior veía humo como de aquel que emana el hielo seco. Jaló la manija grande y abrió la enorme y pesada puerta de hierro. El chico tosió un par de veces al respirar aquel humo, se cubrió la boca y la nariz con el torso del brazo y entró en el interior de la máquina.
Eureka y Kirari intercambiaron miraras entre ellas expectantes de lo que sucedía.

—¡Profesora Rosalind llame a un médico!—
—…Oh,— Rosalind ladeó el rostro. La alarma de su alumno podría significar que quizá una parte de la HiME llegó y la otra quedó atrapada en algún otro multiuniverso.
—¡No puede ser!— Exclamó Eureka.
—…— Kirari se quedó en silencio, preocupada.

Eureka no pensó quedarse allí esperando lo peor. Fue hasta donde estaba Allen quien curiosamente ya no se encontraba en el interior de la cápsula, ella ni siquiera quiso mirar de reojo hacia la máquina por temor de encontrarse algo que la traumaría de por vida. Rodeó la cápsula y encontró a Allen arrodillado en el césped, el peliblanco le daba unas palmadas en la espalda a una chica que estaba con él. La chica permanecía con las rodillas clavadas en el suelo y tosía compulsivamente.
—¿Qué está pasando?— Dijo Rosalind cuando llegó hasta ellos. Miró con asombro que Allen estaba acompañado. Esto creó una sonrisa socarrona y egocéntrica en la profesora. —Vaya, parece que hemos obtenido un resultado benefactor.—
—Nnnh.— Allen negó con la cabeza. —No es Arima, mi compañera de clases. Ella es distinta.—
—¿…?— Eureka se acercó un poco más cuando salió de su asombro. Analizó a la chica frente a ellos, tenía el cabello blanco y las mejillas marcadas en rubor por la falta de oxigeno y la agitación. No podía notarlo bien pero le parecía ver que sus ojos eran de color rojo. Hiyori tenía el cabello castaño oscuro y los ojos color magenta. Sin embargo… —Es Hiyori.— Dijo la pelilila.
—¿Estas segura?— Allen la miró con atención.
—Sí.— Ella asintió. —Pero es distinta. Físicamente es distinta, pero siento que es ella.—
—¿Eso es posible, profesora?— Le preguntó Kirari a la pelirroja.
Rosalind asintió. —Estimados, frente a nosotros tenemos la evolución o la imagen que Hiyori Arima tiene en otro universo paralelo.
—¿Eh?— Eureka se volteó para escuchar bien la explicación de la maestra.
—Pues, por ejemplo, Walker aquí y como le conocen tiene el cabello blanco y los ojos grisaseos. Su versión en otro universo paralelo podría ser de piel negra y cabello gris, por ejemplo.—
—Interesante.— Murmuró Kirari, con una mano en el mentón.
—Por cierto, Walker, ¿por qué el escándalo por exiguir un médico? Pensé que había llegado en dos partes…—
—Es que…— Allen se sintió un poco mal. —Al principio parecía sin pulso.
—Ya, que exagerado.— Rosalind giró los ojos. Notó que la chica dejo de toser y recuperaba el aire. —¿Arima?—
—S-si.— Respondió la peliblanca con dificultad. Cuando se compuso un poco miró a su alrededor. —¿Dónde… estoy?—
—En Hanasaki, estimada. Son las 20:00 del X del presente año. Bienvenida nuevamente.—
—Uh, ¿qué fue lo que paso, profesora?— Había reconocido a Rosalind. Luego vio que Eureka estaba allí, la saludó con un gesto de mano. Allen lo conocía porque era su compañero de clases y a la otra chica no la conocía.
—Te lo explicaremos con tiempo. Ahora, será mejor que vayas a la enfermería.—
—Okay.—
—Ah, Arima-chan.— Kirari intervino. —Tal vez quieras verte a un espejo antes que todo.—
—…— La chica se quedó perpleja por esa sugerencia.

 
Fin del Flash Back
« Last Edit: January 19, 2020, 06:58:42 PM by Kana »


Haruhin

I'm muriending, pero no hay tiempo para hacer cosas más elaboradas como me gustarían, sorry ;_;


Cap 11:



   
Necesitaba recapitular los hechos. ¿Cómo es que había terminado solo con un sujeto que acababa de conocer esa misma tarde?

Hace unas horas, se había divertido de lo lindo en “Elebar” junto a Kashima, Gudako, Phichit y también los miembros de la banda de Blue Leaf. El asunto, fue que luego de haber acabado con el repaso de algunas pistas de música, Shuichi, uno de los integrantes había propuesto celebrar el logro con unas cuantas bebidas que fueron pagadas gentilmente por Koujaku. Los juegos del popular King’s Game no se hicieron de esperar y los caídos en batalla se fueron sumando de forma proporcional a la dificultad del juego.

Increíblemente Phichit fue el primero en caer luego de ser víctima de un pesado desafío. Bastante mareado, Gudako como su novia se ofreció llevárselo a casa. Kashima fue la otra entusiasta en un duelo contra Shuichi; estando ambos algo tomados Koujaku se limitó a ser responsable de ambos adelantándose en irse a su apartamento con ellos. Aoba podría haber durado mucho más de no ser por su nula resistencia a la bebida. Estando embriagado, se puso algo más cariñoso y deslenguado, lo que hizo a Clear pedir disculpas repetidamente por él antes de llevárselo por su cuenta. Haruhi pensó en que aquel era su momento para acompañar a su amigo y retirarse del local, pero todo sucedió lo suficientemente rápido como para no poder alcanzarle y fue ahí cuando miró que en la misma mesa donde hace un rato se divertían todos juntos ahora solamente estaba Virus con una pulcra sonrisa revisando su móvil y Noiz, quien estaba listo para largarse al guardar todos sus implementos.

“Ah, ¿vas al paradero? Te acompaño.” Dijo Haruhi, al ver que Noiz se subía su bolso al hombro.
“Me da igual. Si te sirve está bien.” Contestó con una voz bastante desinteresada.
“Aah, supongo que esa es señal para que nos vayamos todos juntos.” Virus guardó su teléfono en el bolsillo y despidió con un gesto de cabeza al encargado del local que había llegado hace un rato para comenzar a trabajar con el resto del público. “Noiz-kun ¿tu transporte pasa a esta hora por aquí?”
“Con poca frecuencia, pero pasan. ¿Por qué?”
“Curiosidad. Mañana después de clases debo visitar a un amigo que creo que vive cerca de tu barrio y quería tener como referente la locomoción para no tener problemas luego.”
“No tendrás problemas. La tarifa es algo más cara en horario nocturno eso sí.” Agregó Noiz.

Fuera del bar, la HiME junto los dos chicos caminaron unas dos cuadras antes de dar con el paradero de transporte.
“Eh ya veo, así que por eso es que no te topas muy puntualmente con Clear en la facultad.” Dijo Virus.
“Sí, tenemos profesores distintos para un mismo ramo pero a veces concordamos e incluso hemos hecho algunos trabajos juntos. Clear es muy responsable.” Respondió Haruhi, dejando que sus palabras resonaran en medio de la calle donde no transitaba casi ni un alma salvo un par de sujetos con mala pinta. Noiz de vez en cuando parecía prestar atención a la improvisada conversa entre la HiME y el rubio, eso hasta que el autobús que necesitaba apareció y le hizo parar.
“Oh, que te vaya bien.” Haruhi se despidió algo tímida con una mano. “Fue un gusto conocerte.”
“Um.”
“Bye Noiz-kun, hasta un próximo ensayo.”
El castaño se despidió de ambos con un gesto de mano y subió al autobús. Virus y Haruhi eran los únicos energúmenos de pie en el paradero.

 

“Y… ¿Tienes hora?” Preguntó la HiME dudosa de sacar su móvil en medio de la calle a esa hora. Tal vez podía ser algo paranoica, pero el dinero que su padre le enviaba para sobrevivir el mes ya se había acabado y no estaba en plan de comprarse un teléfono nuevo si es que se lo robaban por distraída.
“Sí, espera son las…” Virus se metió la mano al bolsillo y revisó con calma. “2:15AM. Quien iba a pensar que se nos pasaría la hora volando de ese modo.”
“Pienso lo mismo, los chicos me sorprendieron gratamente para ser la primera vez que los escucho tocar.” Y entonces ahí estaba, de regreso al presente.

Haruhi miró hacia la calle, expectante de la aparición de algún taxi u otro bus que pudiera acercarla a su casa. Al notar el gesto, Virus la imitó ajustándose las gafas como si aquello le fuera a servir de algo más.

“¿Tienes algo de prisa o es idea mía?” Preguntó con total naturalidad.
“No me gusta estar fuera de casa muy tarde. Menos si implica no andar en grupo.” Admitió Haruhi.
“Um, eso es cierto. Pero no te preocupes, no estás sola ahora ¿o sí?”
“¿Ah? ¡No, no! Claro que no.” Rió nerviosa la chica. “Eso me habría sido mucho más problemático. Probablemente ya me habría resignado a irme a dormir a casa de Kashima pero, sé que su apartamento donde vive con su hermano es pequeño.”
“Y Shuichi-kun ya iba con ellos.”
“Exacto.”
“Detalles.”
“Yuuup. Las cosas pasan por algo, supongo.” Nuevamente la HiME volvió a mirar hacia la calle. Su rostro se iluminó con entusiasmo al notar los focos encendidos de un carro acercándose al paradero, tal vez tendría buena suerte y podría llegar luego a casa… o tal vez no, porque el carro solo era un auto particular cualquiera que pasó al lado del paradero no sin antes soltar un par de silbidos de parte del conductor y su acompañante que le provocaron una mueca de desagrado por su inmadurez.
“Imbéciles…”
“Haha, no tienes que prestarles atención Haruhi-san, la bebida pone idiota a cualquiera.”
“No es excusa.” La HiME frunció el ceño.
“No, no lo es.” Virus volvió a mirar hacia el frente de la calle. “Pero de todas maneras, si las cosas se complican estoy seguro de que eres de quienes se  defendería sin problemas…” Virus dejó su frase en el aire, sin dejar de mantener su vista clavada hacia el oscuro fondo de la avenida, tal como si hubiese visto algo en medio de la oscuridad.
“Wow, no sé… la verdad esas cosas me incomodan un poco pero creo que si los putearía bastante.”
“Porque has tratado con gente mucho más molesta. Nanaya-senpai debió ser un dolor de cabeza en su tiempo.”
“…¿Eh?”

¿Cómo es que él…?-

“Oí que Rai-senpai tuvo una etapa sanguinaria- ¿Pudiste apreciarlo en el breve tiempo que se enfrentaron, Haruhi-san?” Lentamente el rubio giró el rostro hacia su acompañante, con una sonrisa. “¿O acaso Ivan-senpai fue peor?”

¿Por qué ese tipo tenía conocimiento de sus antiguos Rebels?... La respuesta era tan sencilla como para no tener que pensarla demasiado: Rizembool.

“-!!” Haruhi se sobresaltó e inmediatamente dio un par de pasos hacia atrás para alejarse del chico. Virus no se movió ni un ápice de su sitio y simplemente rió.  “¿Quién demonios eres?”
“Virus Akabane, ya me había presentado en el local. Pensé que había quedado claro.” Respondió con soltura. “No te preocupes Haruhi-san, esta ha sido una simpática coincidencia.”
“No voy a creerme una estupidez como esa.” La HiME chasqueó la lengua mientras su mirada se mantenía clavada en el chico. A falta de su Wakizashi, si era necesario se defendería con lo poco y nada que había aprendido a controlar los cristales desde que había recuperado sus poderes. “¿Qué quieres?”
“Vaya, ese ha sido un rápido cambio de actitud.” Virus alzó las manos a forma de paz. “¿Siempre eres así de hostil con los estudiantes que no son de Hanasaki?”
“Sabes mucho como para ser un estudiante ordinario de allí.”
“Las fuentes de información son valiosas en el instituto. Si sabes llegar a la gente indicada puedes dar con la data que necesitas.”
La HiME frunció el ceño y sintió que bajo sus pies un pequeño crujido desde el suelo comenzaba a reflejar parte de su inquietud.
“Insisto en que no tienes necesidad de hacer eso. Yo disfruto de cosas menos barbáricas.”
“No has respondido mi pregunta.”
“Bueno, eso es por una razón en particular. Me gusta mantener el misterio.” Virus se distrajo entonces con el ruido de una bocina y dos focos de luz que comenzaban a acercarse hacia el paradero de buses. “Qué pena, habría sido grandioso poder prolongar la charla, pero parece que justamente ése es el bus que necesitas para llegar a casa, ¿no?”
El crujir de pequeñas grietas del suelo se detuvo en cuanto el rubio le hizo reconocer que ahí estaba su vía de escape. Sin pensarlo demasiado y tras darle una mirada desconfiada al chico, detuvo el bus con una mano.
“Haruhi-san.”
“…?” La HiME giró a verle por sobre el hombro al comenzar a subirse al transporte. Las puertas del bus se cerraron en un parpadeo, pero Haruhi pudo estar segura de haber leído a la perfección los labios del ahora revelado estudiante de Rizembool.

“Cuida tu espalda.”

 

*Paff*

Un ensordecedor portazo se escuchó en la entrada de la mansión Vi Britannia seguido de un par de maldiciones de claro disgusto. Haruhi se pasó una mano por la cara y se masajeó las sienes con pesadez, realmente la había pasado bien en el ensayo de “Blue Leaf” dentro del modesto pub, pero regresar a su casa durante la madrugada se había convertido en un evento desagradable.

Yoite fue el primero en asomarse desde la cocina, dudoso sobre consultar o no sobre el estado anímico de la chica.
“Deja deja, anda de malas pulgas.” Interrumpió Illya, tal como si hubiese leído los pensamientos de Yoite. “Yo me hago cargo, nana. ¡Pero después seguimos probando hacer pancakes en la cocina!”

“Está bien.” Estoico, Yoite destensó los hombros y regresó a la cocina. Illya en tanto se apresuró en alcanzar los pasos de su hermana mayor que iba rumbo a su cuarto con una cara de pocos amigos. “¿Haru?~”
“Clear, qué diablos son tus amistades ghhh. “Refunfuñó en voz alta la HiME, subiendo la escalera.
“Hey, te estoy hablando.”
“Si no fuera porque realmente estaba cansada por las entregas del día, sí le habría hecho tragarse sus palabras.” Al llegar al umbral de su cuarto recién reparó en la presencia de su hermana. “Oh, Illya… perdón.” Inmediatamente al entrar en su habitación lanzó el bolso con sus pertenencias a los pies de la cama. “¿Eu está? Quería hablar algo con ella.”
“Um nop, creo que salió. Ya sabes, facultades diferentes y horarios distintos hacen que se repartan más a menudo.” Illya siguió a su hermana y se sentó en la orilla de la cama. “Me puedes contar a mí de todas maneras. ¿Te pasó algo malo?”
“Diría que fue más desagradable que otra cosa.” La HiME se quitó sus zapatos y tomó su laptop del escritorio para tirarse en la cama con ella. “Supongo que puedo mencionártelo.”
“Déjame adivinar.” Illya enarcó una ceja. “¿Stuff relacionado con las HiMES y eso, no?”
“¿Máaaaaas o menos? En realidad no estoy tan segura.”
“Qué respuesta más ambigua.”
“Perdona, pero el “señor misterio” no me iluminó mucho tamp—HEY.” Haruhi dio un brinco de su cama y señaló acusadoramente con el dedo a la menor. “¿Qué haces tú despierta a esta hora? ¡Mañana tienes clases temprano!”
“Ahhh, pero es que no tenía sueño~ Me dio hambre así que bajé a la cocina y me puse a practicar una receta con Yoite hasta que tú llegaste.”
“Si te enfermas del estómago después no será mi culpa.”
Illya infló las mejillas de forma infantil. “Ya yaaa, suelta de una vez. ¿Qué te pasó para llegar odiando al mundo?”
“Empezando con el hecho de que el mundo es un pañuelo ahora resulta que un amigo de Clear resultó ser una especie de stalker profesional como para manejar cierta información mía que era más… ¿personal? U know, stuff relacionado con mi desempeño de HiME.”
“So? ¿Acaso tuviste una pelea con él?” Los ojos carmín de Illya relampaguearon con interés. “¿Usaste los movimientos que Rai te enseñó?~”
“No, no. No hubo ninguna pelea, fue más un estilo de presión psicológica. Virus quería inquietarme antes de tiempo.”
“Um, ¿y por qué razón? ¿No que los rebels son del estilo de ir y patear traseros de todo el mundo?”
“No necesariamente. Eso está estrictamente ligado con el MO de cada Rebel en base a su personalidad, puedo dártelo con ejemplos de mis propios relevos de rebels hace tres años, pero no va al caso.” Haruhi suspiró y dejó caer su cuerpo de regreso en el colchón mientras su laptop terminaba de iniciar, su vista permaneció vagamente clavada en el techo. “A lo mejor es una idea apresurada Illya, pero Akabane Virus podría ser mi rebel y eso me dejaría en una desventaja.”
Illya se acostó boca abajo en la esquina de la cama mientras observaba a su hermana. “¿Y qué vas a hacer contra eso?”
“No lo sé. Pero necesito encontrar a mi key, cuanto antes.” Y no, ya no podía referirse a cierto chico del pasado. Kamina estaba demasiado lejos al igual que Hiyuu, esta vez estaba por su cuenta.
“No te preocupes, si hay algo en lo que pueda ayudar lo haré. Si le jalas la oreja a Simon de seguro también se anima a hacerlo.”
La HiME sonrió. “Gracias Illya, es justo lo que necesito. Solo no hagas nada precipitado y verdaderamente estúpido, ¿de acuerdo?”
“Hehe, hecho.”


Mimi Tachikawa

Hola a todos!!! aqui dejo mi post del ataque!! <3
Gracias a Cho por prestarme a Izumi y Ritsu <3 <3

Capitulo 33 :

*Flashback*

4 años antes…

Tsubasa Kasanari se encontraba en la sala de espera de un hospital, pese a las heridas que tenia se sentía muy afligida, una de las personas mas importantes de su vida estaba gravemente lastimada, ya habia perdido a sus padres por culpa de su rebel, ahora estaba a punto de perder a la única razón que tiene en esta vida,ella sabia lo que representaba ser hime y lo habia aceptado, por eso su riguroso entrenamiento, desafortunadamente el rebel que le toco era mas poderoso y cruel

Si no fuera porque mi katana se rompió esto no hubiera pasado…-dijo apretando fuertemente el puño-

Luego escucho unos pasos que se acercaban hacia ella y cuando giro la mirada solo pudo ver que alguien le daba una cachetada

Te dije que no lo expusieras de esa manera!!!-

Izumi-chan calmate…-

En realidad no debería de calmarse…el Ousama esta muy grave por culpa de ella…-

Ritsu-chan , tampoco sean duros con Tsubasa-chan, ella hizo todo lo posible para cumplir su promesa no es cierto?..-

Tsubasa tenia la mirada en el suelo-Lo siento…hice todo lo que estuvo en mi alcance…pero parece que mi espada no es lo suficientemente fuerte contra él…-

Y claro Ousama tenia que cubrir tus debilidades y ahora hasta podría morir….tontos fuimos en creer en ti…y el otro mas tonto fue en luchar a tu lado…-

Izumi-chan basta…-

Dejalo desquitarse Narukami-senpai…-hablo la peliazul mientras finalmente decidio alzar su rostro, mostrando un rostro de profunda tristeza combinada con una impotencia-

Los tres jóvenes vieron que la joven aun no habia sido tratada por sus heridas, hasta casi Izumi se sentía mal por haberle dicho esas cosas pensando en que la joven no le importaba en lo mas minimo el bienestar del otro joven…-

El doctor salio de la sala de operaciones y se acerco a los 4 jovenes

Doctor que paso con Leo???...-hablaron los  4 al mismo tiempo-

Afortunadamente la operación fue un éxito y lo pudimos salvar…-dijo mirándoles con una suave sonrisa-

Suspiraron aliviados

Debera estar en constante observación por las próximas 72 horas para ver si no hay alguna secuela post-operatorio pero por ahora necesita reposo absoluto al menos por 3 meses…estará con nosotros en el hospital…-

Entiendo doctor…-dijo la peliazul-podria hablar con usted a solas??

Claro…-

Ya regreso chicos…-dijo la peliazul haciendo una reverencia e irse después con el doctor-

Has sido muy cruel con Tsubasa-chan…-hablo Arashi mientras veía como la joven se retiraba con el doctor-

Lo siento…no pude contenerme y siempre suelo decir lo que pienso…-

Ritsu bostezo ligeramente- Tengo sueño…-

Despues de terminar de hablar con el doctor, Tsubasa se dirigio hacia la habitacion donde Leo estaba durmiendo, se acerco hacia él y apretó sus puños fuertemente

Prometo que será la ultima vez que lucharás por mi…cuando yo debería de hacerlo por ti…de ahora en adelante yo Kazanari Tsubasa luchare por mi propia cuenta y no te pondré en peligro a ti ni a los demás chicos, lo juro por la espada de la familia Kazanari que ha estado de generación en generación…-arrodillandose-Asi que ahora deberé de irme para luchar por ultima vez…-se levanto y observo a su compañero-Habia algo que queria decirte…pero no lo hare…por ahora seguirá siendo mi secreto…-

Fin del flashback


Tsubasa abrió los ojos y observaba el techo de la habitación

Fue solo un sueño…- se levantó de la cama de su habitación y se acerco hacia la ventana para observar que el clima había cambiado radicalmente, tocándose el pecho

Tengo un mal presentimiento…será que ya empezaron a moverse?...pero no puedo moverme…-observo su katana –Lo siento Rei…directora Miranda…pero no puedo quedarme de brazos cruzados si es que Hanasaki corre peligro…- se amarro sus largos cabellos azulados y cogio la katana

En Hanasaki…

Mayura no lo podía creer…cuando salieron del auditorio después de oír el gran estruendo que destruyo parte de la entrada vieron algo que jamás pensó que vería…habían cadáveres frente a ella, luego se puso pálida cuando oyó que Fran dijo que no habían muerto por la explosión asi que era de suponer que los rebels habían hecho su movimiento, queria decir algo pero luego de escuchar las palabras llenas de determinación de su directora Miranda sabia que ahora no era momento que lo que tenia que hacer era encontrar a Shun y pelear contra él para detener sus ataques esto era demasiado algo que jamás pensó que iba a suceder

Vio como sus compañeras empezaron a irse por lados distintos…

Ahora me toca a mi…Flaffy!!...-

El Child de la pelirosa apareció frente a ella moviendo la cola de un lado a otro

Flaffy nuevamente tendremos que pelear cuento contigo…-abrazo a su child mientras miraba hacia donde estaban los cuerpos de sus compañeros – tenemos que defender la escuela y evitar que haya mas caidos…-

Mayura empezo a correr para buscar por la escuela si se encontraba el enemigo cerca, vio como algunos de los alumnos de la escuela corrian asustados del lado contrario a donde caminaba ella

Entonces esta cerca…- cuando se iba a dirigir hacia ese lugar tuvo que saltar rápidamente cuando vio que un latigo se acercaba a ella- no puede ser…-dijo temblando ligeramente para girar a mirar- Yuuto-san…-Flaffy se coloco frente a su dueña

Nos volvemos a ver mi querida Mayura….

Sabia que eras parte de esto…-

No crees que fue una buena entrada?...-

Para nada eso fue cruel…pero no se porque estas frente mio si ya no eres mi rebel no??...-

Bueno solo queria pelear contigo por los buenos tiempos…- dijo mientras aparecían detrás del rubio unos hombres hechos de barro-

No tengo el tiempo para desperdiciarlo contigo y tus orphans…- colocándose en forma defensiva-

Mayura Daidouji este no es el lugar ni la persona a quien debes de enfrentar…-

La pelirosa volteo lentamente y observo que Rei entro a escena

Asi que estabas en este lugar Sakuma Rei…ex Rizembool…por fin das la cara…-

Tampoco tenia muchas ganas de mostrarme ante ti…pero no puedo permitir que interfieras en los deberes de mi linda kohai…-

Sakuma-senpai…-

No creo que puedas enfrentarme tu solo

Claro que no esta solo!!!...mientras que la oscuridad esta acechando la escuela es nuestro deber como guerreros de la justicia impedir que personas como tu lastimen a bellas demás como ella- Chiaki hizo su aparición haciendo una pose a lo héroe-

Chiaki-senpai!!!...-la pelirosa conocía a Morisawa Chiaki ya que pertenecia al club de basket donde se encontraba su kohai Sakura, ademas de haberlo visto anteriormente en programas de televisión con su unit Ryuseitai-

No puedo permitir que se pongan en peligro senpai…yo debo de pelear contra él…-

Tienes que creer en poco mas en nosotros Mayura…-otra persona entro en escena y esa persona era Kanata Shinkai que lucia un poco mas despreocupado que Chiaki y Rei-

El senpai de las fuentes de agua…-de esa manera conocía Mayura conocía a Kanata porque siempre lo veía echado dentro de la fuente mojando toda su ropa pero sonriendo feliz-

Veo que en estos años tienes compañeros de confianza…ahora veremos que pueden hacer…-

Ahora es momento de irte Mayura…-Hablo Rei mirándole con una suave sonrisa-Nosotros nos encargaremos de él-

Esta bien…-dijo tocándose el pecho y mirando a sus 3 senpai- confiare en ustedes…pero tengan cuidado que Yuuto-san es una persona muy peligrosa-

No tienes porque decirlo que lo conocemos muy bien…-

Vamos Flaffy!!!-

Nuevamente la pelirosa se fue corriendo alejándose de los 4 chicos

-------------


En otra parte de Hanasaki Sakura y Syaoran estaban ayudando a evacuar a los alumnos que estaban corriendo sin rumbo nerviosos y asustados por aquel ataque

Crees que sea un ataque terrorista Syaoran-kun??...-

Es lo mas probable…-dijo el castaño-

Sakura diviso a dos personas que llevaban uniforme escolar que estaban mirando por todos lados

Oigan!! Vengan!! Aquí estamos!!-

Aquellas personas se acercaron y llevaban cuchillos entre sus manos, llevaban insignias de Rizembool-

Sakura cuidado!!!-

Con un hábil movimiento de piernas, el castaño alejo los cuchillos para luego dar unos fuertes puñetazos en los estómagos de los jóvenes que cayeron al suelo

Ahora los amarrare para que…-

Syaoran cuidado!!- habia una 3era persona que apareció detrás de él para atacarlo pero la pelicastaña dio un salto y le dio una patada de karate para dejarlo tirado inconsciente-

Sakura!!...- le tomo de las manos- te encuentras bien?-

Si no te preocupes no me pasa nada…-

El castaño le abrazo fuertemente-menos mal…-

La castaña se sonrojo levemente pero se separo de él para mirar hacia otro lado- bueno ahora que están amarrados hay que llevarlos hacia la directora Miranda para que vea que puede hacer con ellos-

Si hay alumnos de Rizembool cerca de la escuela…eso significa que…-

Puede ser que otra vez vuelva a suceder eso?? –dijo la castaña- Mayura-senpai se encontrara bien???-

------------------------


En otro ambiente Ai habia regresado sola a Hanasaki ya que Aru recibió una llamada de Eru y se fue a buscarlo a Rizembool , grande fue su sorpresa al ver que todo se habia vuelto un caos

Que ha pasado aquí?...- dijo para correr hacia la escuela-

No pudo avanzar mucho porque frente a ella se encontraba el mismo joven con el que se habia topado en el hospital

Tu aquí??...-dijo la pelirosa-

Es una molestia que me hayan dejado a cargo de ti…pero no tengo de otra…-el pelinegro de cara de pocos amigos tenia un saco grande entre sus brazos y cuando lo lanzo frente a la pelirosa el saco se abrió y una cabellera pelirosa corta se asomaba entre el gran saco

No puede ser…-dijo mirando con horror- Koi-niichan…-

No te preocupes esta solo durmiendo…solo es una una motivación extra para que pelees con todas tus fuerzas…-

Que pelee?...-dijo mientras se acerco a liberar a Koi que se encontraba inconsciente- no me digas que eres de Rizembool?

Pero yo aún no soy una hime…ni siquiera he tomado el examen…-

Es una lastima para ti porque no me importa…ya que cumpliré mi deber y acabare contigo…-

Que hare?...-colocandose delante de Koi-

Continuara …..

matta ne!!!

Mimi-chan


Cho

Uhh mañana me levanto temprano (...) al menos ya está *dead*

36


Flashback

Era el atardecer y, luego de una rápida lección de equitación, Cho y Alexei estaban dentro de los establos de Hanasaki U. Al terminar con la lección, cada uno cargaba las riendas de montar y los otros equipos que habían usado, y los dejaron en un área donde se llevaba a cabo el mantenimiento.

“Ehh…” Cho acababa de apoyar los instrumentos y miró al mayor con leve incomodidad. “Pues… como te dije…”
“No te preocupes, yo me encargo,” Alexei sonrió con amabilidad. “Sé que tienes una reunión de HiMEs que atender en ese instante, así que yo pondré todo en orden y atenderé a los caballos.”
“M-muchas gracias,” la HiME dio una reverencia. “También es un alivio… siento que el caballo que usé hoy me odia…”
“No te odia, eso te lo puedo asegurar,” le contestó, sonriendo con paciencia. “No deberías tensarte tanto. Los caballos son animales nobles, pero se impaciente si uno no es firme ni decidido.”
“Lo sé…” dio un pesado suspiro. “Ese es mi problema.”
“Es cuestión de que te acostumbres, y ni bien te impulses a actuar con mayor fuerza de voluntad de caerá muy bien. No sólo por la equitación. También es un gran alivio interno.”
“Sí…” Cho asintió. “Como siempre, no sé qué haría sin ti. Al menos con tus enseñanzas tengo fe que me acostumbraré a mi Child poco a poco.”
“Has avanzado bastante desde el inicio de nuestras prácticas hace cuatro años. Ahora sólo toca recuperar el ritmo de antes,” comentó con grandes ánimos. “Y sé que tienes un gran potencial para la equitación. Sólo necesitas romper el hielo y verdaderamente disfrutarás de este pasatiempo a plenitud.”
“Espero que tengas razón,” oírle expresarse con tanta tranquilidad y certeza le aliviaba. Cho sonrió un poco con alegría, aunque sus ojos seguían reflejando la tristeza que había cargado durante los últimos días.
“Tanaka-san…” Alexei le podía leer con gran facilidad y expresó una ligera preocupación. “Sé que debes estar pasando por algo muy duro ahora. Incluso has estado faltando a tus clases.”
“Ehh, por favor, no quiero inquietarte por ello…” ella desvió la mirada, bruscamente. “Perdón.”
“No te disculpes. Tu rol de HiME y tus obligaciones académicas son muy pesadas. Sólo quiero extender mi ayuda en lo posible. Sabes que puedes confiar en mí para lo que necesites.”
“Sí…” bajó su mirada. “Muchas gracias…”
“Es lo menos que puedo hacer, como tu amigo,” le sonrió. “Incluso si no deseas expresarte, quiero hacerte compañía. Estaba pensando en ir a buscarte ni bien termine tu reunión de hoy, ¿te parece?”
“¿Seguro?” Cho se sorprendió un poco.
“Estoy consciente que la comida que ofrecen en la mansión HiME no es la mejor, así que podríamos ir juntos a algún lugar dentro de la universidad. Sería un placer.”
“B-bueno, sí sería agradable,” la HiME asintió. “Muchas gracias.”
“No hay de qué,” él desvió la mirada. “¿Sabes? Estoy pronto a sustentar mi tesis, y es muy posible que me retire de la universidad ni bien complete con mis estudios. Por eso quiero pasar el mayor tiempo posible con todos ustedes, mis queridos amigos. Sobre todo contigo, porque sé que puedo apoyarte al menos por un poco más de tiempo.”
“Ehh, sí, muchas gracias. Y me alegro que estés por acabar, felicidades,” Cho le sonrió alegre por escuchar sobre los resultados del gran esfuerzo que su amigo había puesto en sus estudios ya varios años. Sin embargo, admitía que se encontraba un poco triste al enterarse que no le estaría viendo por mucho más.
“Pero seguiremos en contacto sin importar a dónde vaya,” le aseguró el chico. “No estaría tranquilo ni conforme conmigo mismo si no me mantengo informado sobre cómo es encuentran todos por aquí. Hanasaki es como un segundo hogar, después de todo.”
“Realmente lo es…” Cho se animó por lo dicho. A pesar de sus múltiples problemas por su labor como HiME, dicha institución marcó un punto de cambio en su vida, donde conoció a muchas personas únicas y auténticas a las cuales podría llamar sus amigos.
“Bien, entonces iré a buscarte al final de tu reunión,” dijo Alexei, sonriente. “Te aconsejo que vayas en marcha. Los establos se encuentran muy lejos de la mayoría de edificios.”
“Tienes razón. Eh, gracias nuevamente.”

Cho se despidió y fue a paso rápido para retirarse. Al menos no llevaba ningún bulto, por lo cual podía apurarse. Tenía tiempo de sobra, aunque nunca se estaba lo suficientemente temprano. En verdad no sabía sobre qué se trataría la reunión, pero tampoco deseaba meditarlo demasiado con todo lo que tenía encima. Todavía no había habido una convocatoria de todas las HiMEs, y por eso mismo Cho deseaba que fuera simplemente una formalidad. En verdad no quería tener que lidiar con mucho aún.

Conforme fue en dirección al lugar de la reunión, el atardecer se oscureció lentamente para darle la bienvenida a la noche.

Fin del Flashback

Entre limpiar el equipo, cuidar de los caballos y ayudar con otros quehaceres adicionales, Alexei terminó sus labores en el establo un poco pasado el ocaso, y cerró todo para dejar a los animales descansar. Él imaginaba que llegaría hacia el auditorio de la reunión HiME para cuando esta hubiera terminado, y se apresuró para evitar que Cho fuera a esperarle.




Luego del macabro descubrimiento, todas las HiMEs se esparcieron para investigar lo recién ocurrido. Cho no fue la excepción, pero ella no tardó en sentir que se movilizaba sin rumbo ni objetivo alguno. La incertidumbre también le agobiaba, porque lo evidenciado no tenía ningún precedente. Su sangre se heló al pensar que, en esa misma noche, ella bien podría perder la vida como aquellos desafortunados estudiantes.

“…”

Extrañamente, en toda su labor de HiME, nunca antes había sentido a su mortalidad tan palpable, al punto en el cual su respiración se agitaba y su corazón se hundía. La peliceleste sabía que no se encontraba en estado alguno de pelear, pero debía hacer el intento.

Por Hanasaki, por Miranda, y por sus compañeras HiMEs.

Había perdido el rastro de Youmu. La peliblanca no se había hecho esperar y había estado entre las primeras en salir ni bien Miranda dio la orden. Ella siempre se encontraba armada de su sentido de justicia y decisión propia, y Cho se aliviaba al saber que su compañera poseía la voluntad y fuerza física para llevarlo a cabo. Youmu estaría bien, mejor que ella, de eso no cabía duda.

La noche le dificultaba la visión y ya había perdido la ubicación de las demás HiMEs. Sólo le quedaba continuar y esperar lo mejor…




Youmu llevaba un tiempo avanzando a toda carrera mientras saltaba de techo en techo al usar su agilidad superhumana. Como una HiME con dicho poder, asumió que estaba en su deber avanzar lo más posible y cubrir las áreas más extensas. De momento no detectaba ningún movimiento sospechoso, y optó por detenerse en un edificio alto para poder observar a sus alrededores más detenidamente.

Su acción de saltar hacia el peligro y alejarse de las demás HiMEs partió de una decisión muy riesgosa, pero ella estaba consciente de ello y no se arrepentía. Estaba decidida a aportar con su deber de la manera más eficiente, especialmente en una situación de emergencia como la presente. El enemigo no podía ser tomado a la ligera.

Pudo notar cómo se había acercado a un área un poco más concurrida de la universidad por notar a estudiantes caminar por los pasillos varios pisos por debajo de su posición. No había ninguna actividad de Rizembool y ello le aliviaba ya que no debía involucrar a los inocentes. Pensó en retornar por donde había llegado para vigilar otras zonas más cercanas al auditorio o en ayudar a otras HiMEs por si fueran a necesitarle…

Cuando, entonces, observó una silueta oscura parada en el filo de otra azotea, la cual por poco y pasa desapercibida al tratarse de una persona vestida de un terno negro que se camuflaba por la oscuridad de la noche.

“…” la HiME frunció el ceño y apretó los dientes al reconocer a su Rebel. Él se encontraba mirando inexpresivamente al mundo por debajo de él, con sus inmutables ojos rojos fulminantes que en la noche causaban gran impresión. Sus largos cabellos se movían muy mínimamente por la fresca brisa que soplaba, y él inspiraba una sensación de lejanía e indiferencia, como si existiera en un plano distinto y el mundo a su alrededor le fuera tan superficial como una pintura.

Youmu comprimió sus puños y se apresuró para encararle.




La corrida llevó a Cho hacia la amplia área de deportes de Hanasaki U, donde pese a tener mucho espacio y una gran visibilidad por la ausencia de los edificios de clases, se sentía asechada desde todas las direcciones. Su temor a la incertidumbre por poco y le hace prender una llama de fuego, pero de inmediato supo que ello alertaría a cualquier escondido enemigo y le haría un blanco fácil. Tuvo que mantenerse en las penumbras de la zona mientras aguantaba aquel ensordecedor silencio que sólo sus pasos y respiración atenuaban ligeramente.

La HiME reconoció que se acercaba hacia los gimnasios cercanos del dojo de su hermano y se detuvo de inmediato. Recordaba que su Rebel la había atacado en esos alrededores al inicio de la semana e instintivamente supo que regresar ahí no sería buena idea, principalmente porque sabría que sus nervios estarían de punta.

Fue en ese mismo lugar donde había tenido su más reciente discusión con su hermano, y también… donde había sido informada sobre la verdad de sus orígenes, y de su verdadera familia… ellas eran suficientes razones para optar por huir…

Pero no iba a poder irse tan fácilmente.

“Buenas noches,” le saludó Komaeda al levantar una palma y sonreírle amenamente, luego de haber hecho aparición como un espectro.
“…!” la sorpresa tuvo un efecto de aturdimiento en Cho, quien se hizo para atrás brevemente, pero de inmediato recobró sus fuerzas para encararle con severidad.
“Me sorprende un poco que te veas tan débil…” el peliblanco ladeó su cabeza, confundido. “¿Será que acaso no te recuperas de nuestro encuentro al inicio de la semana?” él sonrió con torpeza. “Vamos, como una HiME de hace tres años, comprendo que eres capaz de mucho más de lo que te propones. Personalmente, tengo unas grandes esperanzas en ti…”
“Komaeda…” Cho entrecerró sus ojos. “¿Qué es lo que están haciendo?”
“¿Lo que estamos haciendo? ¿Acaso no es usual que los Rebels ataquen a las HiMEs?” preguntó con una pizca de confusión restante y un gusto al encontrarse respondiendo las incógnitas de su muy estimada HiME. “La base de la tan fructífera relación entre Rizembool y Hanasaki yace en estos enfrentamientos de los Rebels y las HiMEs. Si bien este no es un ataque orquestado únicamente por mi persona, sigue teniendo el mismo rol. Es más, es mayor, tanto porque una excusa barata de Rebel como yo no se compara a mis idealizados compañeros Rebels, y porque Rizembool tiene más voz como institución en momentos como este…”
“No me refiero a eso…” Cho comprimió sus puños. El peliblanco sí que le estaba agotando la paciencia. “¿Cómo se atreven… a envolver a inocentes en esto? ¿Cómo… fueron capaz de asesinar a estudiantes de Hanasaki… y dejarlos a nuestros pies de aquel modo…?”
“Tu enfoque se encuentra en los muertos. Ahh, tiene sentido. Como una HiME del pasado, esta rotura de la tradición sí tendría más peso, ¿no?”
“…” Cho tembló ligeramente. Detestaba, por encima de todo lo demás, la actitud contenta y completamente desconectada de aquel Rebel ante tan delicada situación.
“No sé cuánto pueda decirte, o cuánto sepa realmente, pero todos los Rebels estamos conscientes que Rizembool ya no seguirá con los mismos estándares. Y personalmente pienso que tiene mucho sentido,” Komaeda sonó animado, de un modo que reflejaba inocencia y grandes energías, al sentirse parte vital de tan esperanzado y único grupo de individuos. “Es muy importante que las cosas cambien con el tiempo, e incluso esta guerra que ha ocasionado tantos sacrificios no puede quedarse como está si desea continuar con los avances y fortalecimiento que brinda a nuestras dos instituciones. Hanasaki nunca ha sido de dar gran iniciativa, por lo cual puede que este nuevo sacrificio en forma de caídos incógnitos sea lo que nos impulse más allá. ¿No te parece igual?”
“¿C-cómo puedes decir esto…?” Cho frunció el ceño. “Estamos hablando de vidas humanas. ¿Acaso dices que ellos eran de menor importancia que esta guerra que tanto alabas por algún descabellado motivo? ¿Acaso nosotros tenemos todo el derecho de atropellar a gente no involucrada como si no valieran nada?”
“Me parece que no lo comprendes,” los ojos de Komaeda reflejaron una extraña tristeza, y terminó por desviar la mirada con cierta desdicha, aunque manteniendo una cortés sonrisa. “El hecho que sean sacrificios no quiere decir que no sean importantes. Por supuesto que lo son. Son seres como nosotros, y seres significantes, razón por la cual su sacrificio es muy doloroso e inaceptable, de ello no hay duda.”
“…”
“Por eso mismo es que esta acción ha llevado a un gran desencadenante de una fuerte respuesta de Hanasaki, y tú ahora te encuentras tan cometida a hacerme frente. ¿No lo has notado? Te encuentras decidida a discutir y luchar de ser necesario. Lo ocurrido te es inaceptable e injustificable, ¡y ahí es que la esperanza de Hanasaki se expresa a plenitud en todas sus HiMEs!”

El Rebel lo comentó casi con algarabía y una gran dicha y admiración, mientras sus ojos se mostraron desorbitados y dejados llevar por el sentimiento que casi le dejaba sin aliento.

“…” Cho dio un paso hacia atrás a modo de instinto. Su Rebel era un maniaco, no había otra forma de verle.
“¡Y por supuesto que las vidas de los caídos han importado! ¡Gente de Hanasaki es tan valiosa como gente de Rizembool y todos nosotros somos excepcionales por pertenecer a instituciones que superan las barreras humanas!” declaró, y desvió su mirada nuevamente con aquella ligera desdicha al pensar en los desafortunados, pero todavía contenía un poco de su demente intensidad en su expresión. “P-por supuesto que las vidas humanas valen… y por supuesto que las vidas humanas de Hanasaki y Rizembool valen más que otras…”
“Tsk…”
“Aunque… en comparación con nosotros los luchadores y blandeadores de esperanzas…” él miró de frente a su HiME mientras sonreía intensamente y con toda la voluntad de pronunciar una verdad absoluta. “…sí tiene mucho sentido que esas personas que no tenían conexión alguna con ninguna excepcional y apreciada HiME de Hanasaki no lleguen ni a los talones de ustedes en cuestiones de importancia, por más que sean seres humanos…”
“D-demonio…”
“Es así como es la guerra, lo comprendo bien, y nunca olvidaré a los sacrificios que se tuvieron que hacer. Es gracias a ellos que todos nos enriquecemos, así que sigamos viviendo con ellos en mente y cómo nos inspiraron más. ¿No te parece?”
“Cállate…”
“Pero, en fin, sólo me presento ante ti hoy porque quería hablar un poco contigo. Pienso que es parte de mis modales ponerme a explicarte lo que ocurre, luego de la sorpresa. Pelearía contra ti, pero hace apenas un par de días que nos vimos y sé que todavía te encuentras en entrenamiento y convaleciente, además que… quizás tenga algún otro plan para una pelea más privada entre nosotros…”
“…” ello tensó a Cho. ¿Ya se encontraba planeando algo más?
“Sin embargo, una HiME como tú no debería tener ningún problema encargándose de un orphan, ¿no es verdad?” preguntó con toda naturalidad y tranquilamente. “Así que te daré el privilegio de realizar este ‘calentamiento’, con las esperanzas de que mejores tus poderes.”
“¿Q-qué dices…?” sin lugar a dudas, su Rebel no le tomaba en serio para nada, y era muy incómodo saber que él tenía toda la razón de menospreciarle por no estar en su nivel de poder.
“Nos vemos en otra ocasión…”

Komaeda alzó una mano, pero en vez de darle el gesto usual de saludo, él traía una granada en dicha mano. El Rebel desapareció en el acto, y la granada ya no sostenida por él cayó al piso.

Hubo una ligera explosión y unas ráfagas de aire que empujaron a Cho hacia atrás. Ella con las justas pudo mantener resistencia para no ser expulsada, y de la granada había surgido el orphan al cual el Rebel se había referido. Era un lobo gigantesco y oscuro, cuya feroz mirada y bruscos movimientos le daban un aura no natural y casi sintética.

“…” ella apretó los dientes. Rizembool siempre había sido un lugar temible como para poder crear aquellas peligrosas y modificadas criaturas…

Él lobo gruñó por lo bajo y corrió hacia la HiME para iniciar con su ataque.




Youmu saltó hacia la azotea donde su Rebel miraba intensamente e inmutado hacia el mundo por debajo de ellos. La HiME le miró con inconformidad porque sabía muy bien que su Rebel había detectado su presencia, pero él no se dignaba a reconocerle. La idea de notarle tan inexpresivo e inafectado por ese ataque Rebel que acabó con la vida de inocentes le revolvía el estómago, y comprimió sus puños para llamarle la atención, pero entonces él finalmente tomó la palabra.

“No me sorprende que me vengas a buscar…” comentó él, con su voz de ultratumba.
“¿…qué dices?” la peliblanca entrecerró los ojos, mostrando su molestia.
“Tú estás cometida a pelear por el bien de tu universidad. Tú estás completamente identificada con tu rol de HiME,” le miró de reojo, completamente inmutado. “No tienes opción que buscarme y pelear contra mí. Lo comprendo.”
“Tsk, cállate…” Youmu se indignó y comprimió sus puños con fuerza.
“…”
“¿Cómo puedes permanecerte tan calmado luego de que Rizembool haya asesinado a estudiantes de Hanasaki sin motivo alguno…?”
“Es una estrategia, lo comprendo.”
“¡¿Q-qué comprendes?!” esa respuesta la impacientó tremendamente. “¡¿Te estás burlando de mí?!”
“La acción es inaceptable, por ello mismo fue llevada a cabo. Rizembool ha enviado un ataque intangible a Hanasaki, y un mensaje, con esos asesinatos…” comentó tranquilamente. “Y debe haber funcionado, viendo tu reacción.”
“Maldito…” la HiME invocó sus espadas y miró atentamente al Rebel, lista para atacar.
“…” Izuru se giró para encararle debidamente, pero no adoptó ningún tipo de actitud bélica. Sin embargo, sus ojos rojos que fulminaban en las penumbras comenzaban a inquietar a su enemiga. “Pienso que tu señora tiene razón…”
“…!” Youmu se quedó helada por esa mención. “¿Hablas de Yuyuko-sama? T-tú… ¿le has hecho algo…?”
“Hablé con ella el fin de semana pasado, no te encontrabas presente,” resumió, notando que su respuesta no había apaciguado a la HiME. “Le pregunté sobre el rol de las HiMEs y los Rebels, y el sentido de la guerra que peleamos.”
“¿Q-qué demonios…?” la HiME estaba completamente en blanco. ¿A qué venía todo ello?
“Me dijo que no existen sentidos universales, sólo personales. Ello concuerda con lo que mi propio superior me inculcó. Tu señora también… comentó que el hecho de preguntar por el sentido significa que en el fondo comprendo mejor a la guerra que tú…”
“¿Qué dices…?”  Youmu no sabía qué comentar al respecto. Ni podía estar segura que su Rebel decía la verdad, pero había algo en las palabras de su incomprensible enemigo que dictaba que era honesto. Tampoco recibía la impresión que su Rebel era del tipo maligno que trataría de confundirle o inquietarle a propósito.
“Es posible que ello sea cierto… si esta guerra no es gobernada por ningún concepto absoluto y ninguna verdad más allá de la irracionalidad… no tiene sentido que los participantes tengan que ser completamente cometidos a su causa. No, aquí todos deben luchar por sí mismos, sin adherirse al bien y al mal o a lo que otros digan, ni siquiera a su institución…”
“¿A dónde vas con todo esto…?” las palabras de su Rebel le habían dado ciertos motivos de meditar su rol como HiME, pero se recordó a sí misma que la presente situación no lo ameritaba. No tardó en pensar en los caídos, y comprender que no podía quedarse oyendo a quien vendría a ser su enemigo. “No desvíes el asunto. Tú estás peleando del lado de Rizembool. Si tanto te parece que esta guerra es irracional, ¿qué haces aquí como uno de los atacantes?”
“Ya te lo había dicho. Yo no tuve la elección.”
“¿Qué quieres decir con ello?” la HiME le miró con incomprensión.
“Pero no me importa, realmente. Tengo órdenes que cumplir, e incluso si no me siento identificado con mi rol, lo haré. Tampoco soy quien se encuentra aterrorizando Hanasaki y no tenía intenciones de hacerlo, a menos que tú tuvieras el interés de pelear. Comprendo que no tengo opción… soy uno de los Rebels que tanto odias, y tu Rebel específicamente. También, si estás afectada por la pérdida de vidas humanas, está en tu interés detenerme.”
“¿Acaso tú…?”
“No, yo no fui el asesino. Pero de haber sido dado la orden, lo habría hecho.”
“…no haces ningún sentido. Debí haber sabido mejor que oírte,” Youmu se preparó para atacar. “Si tanto dices que no quieres atacar Hanasaki, no estarías aquí, o al menos te habrías ido luego del inicio del ataque,” frunció el ceño. “Y no permitiré que te quedes ni un segundo más, en mi institución. Tú no eres bienvenido.”
“…también fui informado que una forma de buscar mi propio sentido es participando en esta guerra, y viviendo las experiencias… por ello, no me importa pelear contra ti…”
“Tsk…” como siempre, tratándole con tanta indiferencia. “¡Haré que te tragues tus palabras!”




“…”

Cho se había defendido del asedio del lobo al invocar su elemento en grandes y amplias llamaradas. Dicho lobo esquivó como pudo su ataque, y resultó ser demasiado feroz y con buenos reflejos como para que la HiME pudiera tener la situación bajo control. Ella sólo podía contar en aquel dudoso instinto de supervivencia que dicha criatura debía todavía poseer, pero por la agilidad de la bestia podría ser sólo cuestión de tiempo para que llegara a alcanzarle.

Y ello no tardó en suceder. La HiME se defendió de un ataque más rápido que los otros con una llamarada muy alta que le cegó. Vio al lobo saltar hacia atrás para evadir su desesperada defensa, y Cho no llegó a notar que ese orphan había dado un salto por encima de su elemento para arremeter contra ella desde arriba.

“…” la peliceleste sintió su sangre helada y sus reflejos tardaron en reaccionar. Por la inercia del monstruo, Cho no sería capaz de alejarlo con el fuego en medio aire y, si bien este estaba abierto a un ataque de llamas, no sería derrotado sólo con un impacto, y la HiME tendría que arreglárselas para defenderse a una distancia muy cercana.

No le quedó de otra que utilizar el fuego como siempre. El orphan soltó un alarido distorsionado por el daño, pero seguía bastante inafectado. Por su parte, Cho tuvo que lanzarse al piso para evadir que tremenda criatura cayera sobre ella. En el suelo, ella levantó su mirada lo más rápido posible y se estremeció al ver los colmillos de la bestia a gran cercanía. Este soltó un rugido ensordecedor, y por poco y arremete contra la HiME.

Nuevamente, a Cho no le quedó de otra que utilizar su magia y el fuego generó una cortina que mantuvo a la bestia al margen. Sin embargo, ya sabía que no podía contar con ello porque el mismo escenario podría repetirse. Ella se empezó a levantar y entró en pánico al ver que el orphan se atrevió a atravesar el fuego cuando hubo una leve disminución de las llamas. Por instinto, tuvo que recurrir a su pesada naginata que no podía manejar bien, pero que al menos era otro recurso en esa situación.

Siempre se olvidaba lo largo de su arma, y ello probó estar a su favor porque al invocarla alcanzó y realizó una herida superficial al lobo. Este mostró retraso y trató de retroceder, pero la HiME aprovechó la sorpresa para lograr causarle más daños en esa extremidad. El lobo se agitó y terminó saltando hacia atrás para recuperar su distancia. Se notó el daño recibido porque su aterrizaje fue forzoso y un tanto torpe, y la bestia cogió de su pierna afectada, pero Cho sabía que le faltaba mucho para ser derrotado.

Y luego de ese daño dicho orphan demostraría que no había estado peleando con toda su voluntad. Ese lobo oscuro mostró ira en su rostro y optó por un estilo de lucha más precipitado. Este empezó una carrera hacia la HiME, sorteando las llamas y también atravesando algunas y recibiendo daños, pero determinado de alcanzar a la peliceleste para derrotarle.

“…” Cho estaba grandemente frustrada por su situación. En el pasado, se había enfrentado a varios orphans, e incluso los más fuertes habían sido despachados con unas cuantas llamaradas y su muy confiable péndulo, un arma con la cual ya no contaba. El lobo frente a ella, en cambio, mostraba gran resistencia e inteligencia. No sabía si atribuirlo a un avance dentro de Rizembool o a su propio deterioro como HiME. Carecía de fuerza, su Rebel lo demostraba muy bien al protegerse de sus llamaradas casi sin intentarlo. Ella apretó sus dientes y se preparó para blandear su pesada naginata en un intento de lastimar al monstruo.

Este apenas recibió un corte superficial en su hocico por el primer blandeo, y luego arremetió contra la HiME quien se tardó demasiado para seguir con su ataque por el peso del arma. Con las patas delanteras, el lobo impulsó a la HiME hacia atrás. Cho con las justas pudo aprovechar el segundo blandeo para impedir que la bestia le hiciera algún daño, pero se cayó torpemente de espaldas y soltó su arma. Ella temía que no pudiera salir viva de ese encuentro…

“¡Tanaka-san!”
“…!”

Oyó la voz de Alexei, quien seguramente la había ido a buscar. Cho se aterró al notar que el orphan cambió de planes por la llegada del estudiante y corrió para atacarle.

“¡S-senpai!” exclamó la peliceleste mientras se levantaba como resorte. No había punto de decirle que huyera porque la bestia era mucho más rápida que un humano, así que sólo le quedó invocar una enorme llamarada desde el piso que justo impactó al lobo por debajo. Le tomó una gran cantidad de energías realizar ese ataque, pero felizmente el orphan fue distraído lo suficiente como para que desistiera su corrida y se agitara desesperada en un intento de apagar el fuego que incendiaba sus pieles.

La HiME corrió donde la bestia esperando aprovechar su falta de atención e invocó su naginata para causarle un mayor daño en su pierna herida. Lo logró y causó gran inestabilidad, pero ello fue todo lo que pudo hacer porque el lobo casi le ataca de un mordisco. Entonces, Cho sintió que Alexei le agarró de la muñeca.

“Ven conmigo,” le dijo brevemente y la jaló para huir sin esperar una respuesta. Era evidente que el lobo no se rendiría, y por ello debían aprovechar su distracción para posicionarse mejor.

El corazón de Cho palpitaba a mil, y se sentía más pequeña que una hormiga. En esos tres años, se había olvidado sobre aquella terrible impotencia e incertidumbre que ser HiME siempre le había traído, aunque temía que ese sentimiento hubiera regresado con más fuerza que nunca.




Como había sido casi dictado por el Rebel, la batalla entre él y Youmu había iniciado. La peliblanca volvió a recurrir a su elemento y controló su qi para preparar fuertes ataques con los cuales intentaba alcanzar a su Rebel. Había tenido la oportunidad de practicar dicho poder y aprendió a modular su potencia, para así prevenir el bajón de energías que había terminado prematuramente su enfrenamiento la primera vez que Izuru se había aparecido frente a ella. Youmu estaba confiada que podría desempeñarse mucho mejor y seguiría mejorándose conforme se le presentaran más oportunidades de pelear.

Sin embargo, el poder y habilidad de su Rebel continuaban estando a otro nivel y comprendía amargamente que le faltaba mucho antes de realmente hacerle frente. Izuru se limitaba a evadir sus ataques con gran agilidad y absoluta inmutabilidad mientras miraba a la HiME como si la estuviera estudiando. Youmu frunció el ceño. Esa indiferencia característica de su enemigo le incomodaba grandemente, pero no podía hacer nada al respecto.

La batalla entre los dos no había pasado desapercibida. Pese a que ellos saltaban entre azoteas, varios de los estudiantes pisos abajo dirigían su atención hacia ellos e incluso algunos intentaba tomar fotos o videos pese a la muy poca visibilidad dada por la noche. Era muy probable que los rumores del ataque ya hubieran corrido y los estudiantes inocentes de Hanasaki simplemente quisieran tener más información u observar la que bien podría ser su primera batalla HiME-Rebel en vivo y en directo. Youmu realmente tenía ganas de recriminar a todos ellos por quedarse tan vulnerables en vez de huir del sitio. También se preguntaba si ellos sabrían sobre los estudiantes asesinados, y cómo la directora se haría cargo de ello.

Entonces, en medio de sus ataques hacia el Rebel, Youmu lanzó una pequeña onda de shock que había logrado por el uso sincronizado de sus armas y la potencia de su elemento. El Rebel lo esquivó con las justas y una tranquilidad que delataba estar bajo un completo control de la situación. La HiME observó con inquietud que la onda había impactado el suelo de la azotea y había originado unas grietas. De inmediato comprendió que debía tener un poco más de cuidado. Con tanta gente presente, sus poderes podrían causar daños si no se medía…

“Te encuentras meditando demasiado…” observó Izuru, quien se detuvo frente a ella con toda tranquilidad. Él notó indiferente la mirada molesta de su HiME. “Puede que esté bien. Cuestionarse es un modo de crecimiento, en comparación con nuestra previa pelea.”
“Cállate…” adoptó una posición de ataque.
“Pero te sigue faltando demasiado como para que seas mi rival, si es que eso te será posible…”
“Tsk…”
“Puedo cambiar la balanza de la situación a mi favor con una sola acción. Dudo que seas capaz de mantenerte estable luego de uno de mis ataques…”
“No me subestimes…”

Youmu corrió para tratar de atacarle con sus espadas, e Izuru esperó para evadir sus armas al último segundo. Él dio un rápido salto y aterrizó detrás de la HiME, quien se encontraba parando su inercia. Fue una ventana muy pequeña, pero una que el Rebel no tuvo problemas explotando. Con una palma, él impactó el suelo y originó grandes grietas que causaron destrucciones. Youmu tuvo que esquivar una grieta que por poco y le hace caerse dentro del edificio. Ella pretendió volver a intentar atacar al Rebel, pero vio cómo una de las esquinas de la azotea colapsó por dicho impacto y comenzó a caer hacia los pasillos llenos de estudiantes.

La HiME tuvo que ignorar a su Rebel y corrió para saltar detrás de los escombros como si su vida dependiera de ello. Vio a la mayoría de estudiantes huir con rapidez, pero algunos se habían quedado congelados o se cayeron hacia atrás del susto. Youmu preparó sus dos katanas y concentró sus energías para enviar una onda devastadora que destruyó y desintegró los escombros. Ello generó una lluvia de tierra y pedazos diminutos de concreto que llovieron en un amplio rango, y que no presentaron daños en los estudiantes.

Al lograr su cometido, Youmu se impulsó de la pared del edificio para saltar a otro edificio al frente, desde donde se impulsaría para regresar donde su Rebel… pero se descuidó y no espero que este había contado con su preciso movimiento. Izuru había saltado y alcanzó a Youmu luego de su último impulso. Él le agarró del cuello y la empujó consigo hacia uno de los jardines en la planta baja.

“…” la caída fue contundente y Youmu casi se desvanece por el fuerte impacto dado por la gravedad y el aprieto del Rebel sobre su cuello. Su visión se oscureció y notó destellos asociados al impacto y la falta del aire antes de recuperar su vista lentamente. La presión del Rebel había terminado inmediatamente después del ataque y Youmu le vio parado frente a ella.
“Te lo dije. También supe exactamente qué ibas a hacer…”
“Tsk…” ella hizo un gran esfuerzo para sentarse.
“Sin embargo, noto que sí has mejorado en este corto tiempo… espero que lo sigas haciendo para la próxima vez que nos encontremos…”
“¿Eh…?”

El Rebel dio un salto hacia arriba y con ello se desvaneció en el acto, dando esa corta pelea por terminada. Youmu sacudió su cabeza con fuerza. Se sentía frustrada, pero sabía que tenía cosas más importantes que hacer, así que se levantó y decidió ir a ayudar a otras HiMEs que podrían necesitar ayuda enfrentándose a Rebels u orphans.

Ella se alzó y notó cómo un grupo de estudiantes le miraba desde lejos, pero con gran atención. Ellos tenían expresiones preocupadas y sorprendidas.

“Ehh… g-gracias…” dijo una tímidamente.
“No me lo agradezcas,” Youmu mostró leve impaciencia. “Sólo recuerden huir la próxima vez. No es seguro.”

Apenas le vio asentir porque usó su gran velocidad para abrirse paso entre los estudiantes y correr de regreso hacia la zona donde los atacantes de Rizembool debían tener mayor presencia.




Cho y Alexei no pudieron huir mucho porque ese orphan no tardó en recuperarse y desvanecer el fuego. Se había debilitado, pero seguía siendo una amenaza, además que la HiME ya había gastado la mayoría de sus energías al inicio de la pelea. El exKnight condujo a la HiME a un lado de un pequeño gimnasio aledaño donde los dos treparon por unas escaleras con los peldaños incrustados a la pared hacia el techo. El lobo no sería capaz de trepar dicha escalera vertical y seguirles, al menos no con facilidad, por lo cual Cho podría intentar atacarle a distancia.

Y efectivamente, el lobo mostraba gran agilidad al tratar de saltar y dar con ellos, aunque los daños que había sufrido no se lo permitían. La HiME contaba con sus llamaradas, pero ese lobo continuaba siendo lo suficientemente despierto como para hacerle el trabajo de alcanzarle muy difícil.

“…” Cho lanzó una llamarada más y terminó cediendo ante sus debilitadas rodillas para caer sentada en el piso.
“Tanaka-san…” Alexei le dio el alcance. “Te ves cansada. Deberíamos llamar por ayuda.”
“P-perdón, senpai…”
“No, no te disculpes. Esta bestia sin duda no es como lo que habíamos encontrado hace tres años.”
“Sigue siendo más débil que un Rebel…”
“Tanaka-san…” aparte de notar que su amiga se encontraba cansada, era evidente que tampoco tenía la voluntad de luchar y algo le carcomía por dentro. Estaba convencido que se trataba de aquello que le había hecho buscar refugio en la mansión HiME. “Noto que te encuentras agobiada, y no tienes por qué sentirte mal por ello. Serás una HiME, pero nadie va a esperar que te sacrifiques y te empujes más allá de lo que puedes. Intenta contactar a la directora o a alguna HiME que conoces…”
“…” Cho comprimió sus puños. “Seguramente también estarán en sus propias batallas…”
“Seguro que sí, pero eso es lo de menos…”
“¡N-no debería serlo!” exclamó la peliceleste, cansada y muy frustrada con su situación. “¡Soy una HiME! ¡Tengo que ser capaz de pelear! ¡Sé que las otras podrían enfrentarse contra varios orphans sin problemas!”
“No te compares con otras personas, por favor…”
“Lo sé… no soy como ellas… s-siempre he sido una HiME muy débil…” Cho derramó un par de lágrimas. “Quizás debí escuchar a Roxas cuando se negó a que fuera una HiME.”
“Tanaka-san…” Alexei le miró con cierto pesar. “Tu inquietud de estos días… tiene algo que ver con tu hermano, ¿no es así? Él parece estar muy presente en tus pensamientos…”
“…”

Hubo un momento de silencio que sólo era cortado por ocasionales rugidos del orphan que se desquitaba al hacerle daño a la fachada de la estructura en sus muchos intentos de ataques. Alexei temía que Cho no quisiera ser sincera, pero ella finalmente no pudo aguantarlo más.

“Me he enterado de algo… algo que me ha convencido que Roxas debe alejarse de mí y de Hanasaki para siempre…”
“¿De qué hablas?” le preguntó el mayor, confundido. “Roxas es tu hermano, ¿cómo vas a decir algo así?”
“No, Roxas no es mi hermano,” se expresó Cho, con angustia en su voz. “Este es un secreto… pero resulta que la familia biológica de Roxas ha dado con él luego de muchos años de búsqueda.”
“¿Q-qué dices…?” era increíble, pero la HiME sin duda estaba convencida de ello.
“Tengo pruebas, sé que es el caso… también sé que estas personas nunca quisieron abandonarle y realmente lo quieren y desean cuidar de él…” Cho cerró sus ojos con fuerza en un intento de no ponerse a llorar. “No sé si Roxas lo sepa a estas alturas, pero esta es la oportunidad que él siempre ha debido tener para realmente tener una vida sana y afortunada… Roxas no debe estar involucrado en mis decisiones ni verse expuesto al peligro al tener tanto por delante y una ventana para reiniciar su vida… y yo no quiero tenerle envuelto en esto, para nada…”
“…” él le vio invocar su masiva y pesada naginata. Cho se apoyó de esta para usarla de bastón y levantarse del piso.
“Yo tengo que ser responsable por mí misma y no involucrarle en mis impulsivas decisiones…” dijo con una firmeza que daba indicios de flaquear. Ella había abierto sus ojos llorosos que también inspiraban debilidad. “No es justo para él que siga sintiéndose de algún modo responsable por mí o envuelto en esta situación… él tiene que irse… lo antes posible… es realmente lo justo para él…”
“Tanaka-san…” Alexei negó y adoptó severidad en su expresión. “Te equivocas.”
“…”
“Tú has dicho que no sabes si tu hermano sabe sobre esta verdad de la cual estás convencida… ¿no crees que es injusto para él que no esté enterado? También… lo más injusto es que seas tú quien vaya a decidir qué es lo que él debe hacer, por más que ser HiME sea tu responsabilidad.”
“P-pero…”
“Y, de estar tú en su lugar, ¿estarías conforme abandonando a tu hermano luego de enterarte que tu verdadera familia te está buscando? ¿Estarías dispuesta a dejar atrás a Roxas incluso si él mismo te lo pide? ¿Y crees que Roxas va a poder vivir consigo mismo si te deja de lado?”
“…”
“Deja de pelear sola, Tanaka-san. Las HiMEs necesitan de ayuda, para eso están los Keys. Y muy por encima de tu rol o de esa denominación de tu persona importante, tú eres un ser humano y no puedes pretender vivir sola o arreglártelas sola, menos en esta batalla…”
“Pero yo…” Cho negó intentando contener sus lágrimas. “Yo sólo he lastimado tanto a mi hermano tres años atrás, y sé que él tampoco está conforme con mis decisiones ahora… sé que sólo le lastimaré más si sigue involucrado en mis asuntos… t-tampoco le corresponde… tú viste lo que casi le ocurre durante el ataque en el museo, ¿no es así?”
“Sí…” asintió pausadamente. “Si ustedes se hubieran mantenido comunicados ese día, ello no habría ocurrido.”
“…”
“Es por la distancia que tan desesperadamente buscas que realmente te encuentras lastimando a tu hermano, porque él se siente sin base y sin saber qué hacer, y ustedes deberían mantenerse unidos porque tienes que comprender que es imposible que no vayas a involucrar a la persona más cercana a ti en esta guerra. Tú tampoco le darías la espalda si él fuera quien estuviera peleando, y también te desesperarías y serías imprudente si él rechaza tu ayuda.”
“…”
“Además… Tanaka-san, siendo sinceros…” él le agarró de los hombros. “Por todo lo que me dices sobre proteger a tu hermano y sobre el miedo y debilidad que estás mostrando… ¿en verdad se trata de que no quieres tenerlo presente? ¿Estás segura que tú no quieres volver a tu hermano nunca más? ¿Dices que podrás vivir feliz si se cumplen tus deseos de que Roxas se retire de Hanasaki? ¿Y crees que este sacrificio terminará siendo lo mejor para él o para ti?”
“Y-yo…” Cho estrujó el largo mango de la naginata y lloró con amargura. “P-por supuesto que no quiero que Roxas se vaya… por supuesto que lo considero mi hermano y no quiero que ello deje de ser así… por supuesto que sé que él no va a aceptar irse en la primera oportunidad que se le presente… es sólo que…”
“No, no intentes buscarle una justificación…” negó intensamente. “Aquí, lo que más vale es estar por tus seres queridos y que ellos estén por ti. El bienestar, las oportunidades de las que hablas, todo ello es secundario. Eso es porque somos humanos, y porque debemos poner nuestra humanidad antes que todo, incluso si te parecieran caprichos… porque sé que tu hermano tiene tu mismo capricho y quiere estar contigo por encima de todo lo demás. Por más que no esté de acuerdo con tu decisión…”
“R-Roxas…” Cho apoyó su frente en el mango de su arma y se estremeció mientras continuaba llorando.
“¿Y eso no es lo que tú quieres también muy en el fondo? ¿No quieres tener a tu hermano cerca y realmente enfrentarte a tu presente situación? ¿No quieres retomar y reparar lo que fue dejado en el pasado?”
“Yo…”

Entonces, luego de muchos intentos, el orphan finalmente había podido aterrizar sobre la azotea. Este se encontraba bastante herido y desbalanceado por los muchos saltos fallidos, pero se levantó lentamente y gruñó al prepararse para un ataque.

“Ihh…” ver el peligro inminente en su presente estado causó que Cho temblara de miedo y se atreviera a aceptar su más grande capricho, aquel lado que detestaba porque involucraba el bienestar de quien importaba más en su vida… “L-lo admito… sí, sí quiero a Roxas a mi lado. Sí quisiera que esté ahí por mí… que p-pelee a mi lado… quiero que sea mi hermano y quiero ser una buena hermana para él… ¡n-no estoy lista para despedirme de él! ¡Nunca lo estaré! ¡No quiero lastimarle, pero tampoco puedo seguir adelante si él ya no va a estar en mi vida! ¡T-tampoco puedo ser HiME si me siento completamente abandonada! Esta cruz… ¡es demasiado pesada para mí!”

Dicho esto, ocurrió algo sin precedentes. La naginata a la cual la HiME se aferraba con tanta desesperación se agrietó de punta a punta y no tardó en desintegrarse en polvo. Esa poderosa arma, pero no indicada para ella por su gran tamaño y peso, se deshizo… esa autoimpuesta cruz acababa de desaparecer…

El lobo intentó atacar a la HiME, quien sólo le quedó defenderse con las pocas energías que le quedaban para invocar una llamarada. Cho se sorprendió al sentir un gran poder de su elemento que le empujaba ligeramente hacia atrás. Su fuerza había incrementado luego de haber sido completamente sincera y de haber sacado el peso que tenía por dentro… de haber abierto su corazón y admitido lo mucho que Roxas significaba para ella.

Pero Cho estaba muy cansada y volvió a colapsar sin poder derrotar por completo al lobo. Este ardía en llamas y estaba por desfallecer, pero le quedaban energías para alcanzar a los dos humanos. Sin embargo, no logró hacerlo porque justo llegó Youmu a la azotea.

La peliblanca logró cortar al orphan en pedazos con sus katanas y este terminó desvaneciéndose. Una vez confirmó que el enemigo se había esfumado, se acercó a los otros dos.

“Eso estuvo cerca, ¿están bien?” preguntó mientras desaparecía sus katanas.
“Gracias por tu ayuda,” Alexei asintió, sonriendo con cortesía. “Me alegra ver que también te encuentras bien.”
“Físicamente sí, pero me hace falta mucho como HiME…” ella mostró cierta autodecepción, aunque de inmediato se enfocó en Cho, quien yacía de rodillas en el piso y llorando silenciosamente. “C-Cho, ¿qué te sucede? Tranquila, puedes contar conmigo.”
“…” la peliceleste asintió y recibió su ayuda para levantarse. “Gracias, Youmu…”
“Creo que deberíamos ir a que descansen,” opinó la peliblanca. “Menos mal se encuentran bien.”
“Sí, vayamos a la casa HiME,” sugirió Alexei. “Desde ahí intentaré hablar con la directora para reportarle lo que ha ocurrido.”
“¿Eh?” Youmu ladeó su cabeza. Sabía que se perdía de algo. “Me estás preocupando un poco.”
“No, no, no es nada así,” el mayor sonrió con torpeza y sacudió sus manos. “No fue mi intención. Lo sucedido no ha sido del todo malo… sé que todo estará bien…”
“…”

Los tres bajaron de esa azotea para ir en marcha hacia la mansión HiME. La experiencia que Cho había tenido durante ese ataque de Rizembool probaría ser un pilar en lo que le esperaba a futuro como una HiME, pero iba a necesitar de más tiempo para realmente crecer y fortalecerse.

Sin embargo, esa complicada semana comenzaría a resolverse desde ese punto.
« Last Edit: July 18, 2017, 06:20:48 PM by Cho »


Eureka

AHHHHHHHHHHHHHHHHH

Luego vuelvo con topes. Estoy enojada porque photobucket murió y tengo que subir topes antiguos y cosas de mi perfil a imgur e_e


27.1








       
“¡Shouto-kun!”

Aún a pesar de la algarabía y la música a todo volumen, Todoroki alcanzó a oír una voz muy conocida entre la cacofonía de sonidos. Ese peculiar y nervioso timbre de voz, en conjunto con los cabellos verduzcos y desarreglados que sobresalían entre las cabezas del tumulto de gente, fueron suficientes para deducir que se trataba de Midoriya. Junto a él, sus amigos de Hanasaki, Kenma y Ochako, se abrían paso entre la multitud para llegar a donde Todoroki se encontraba: una sala pequeña al lado de la pista de baile en el segundo piso, donde andaba ordenando la estancia lo mejor que podía.

“Bienvenidos,” dijo Todoroki.
“Disculpa la demora,” comentó Ochako. “Nos costó convencer a Kenma, jeje~”
“…” Kenma observó a Ochako en silencio.
“¿Tú solo te estás encargando del cuidado de tu casa?” preguntó Midoriya, preocupado.
“Estuve con un conocido, Kaneki, que me acompañó hasta hace un rato. Tuvo que quedarse en el primer piso. Yo me vine para acá porque me enteré de que había problemas… alguien derramó una botella de jäger en la alfombra, pero ya lo arreglé. Sólo queda… la basura.”
“Creo que es en vano, Todoroki-kun,” dijo Ochako. Aún a pesar de sus palabras, fue la primera del grupo en acercarse a ayudarlo a colocar las vasijas en su lugar y recoger las envolturas y vasos descartables del piso. Midoriya y Kenma la imitaron, recolectando todo y colocándolo en la bolsa negra que Todoroki había puesto a un lado. “No son ni la una de la mañana, estoy segura de que en una hora volverán a desordenar todo lo que acabas de arreglar.”
“Lo hago más que nada en caso de que mi padre baje al segundo piso,” contó Todoroki. Con la mirada, señaló a un portón inmenso a unos metros de allí. “Ese es su despacho. No creo que baje por la bulla y la multitud, pero la posibilidad de que encuentre así la zona alrededor de su oficina me perturba.”
“¿Dónde está ahorita?” preguntó Midoriya.
“En una habitación del quinto piso,” comentó Todoroki. “Toda mi familia se ha quedado en varios cuartos de ese piso, el de los huéspedes. Nuestras habitaciones están en el tercero, pero como la bulla no llega al quinto, prefirieron pasar la noche allí.”
“Wow, tu casa es inmensa, Todoroki-kun,” comentó Ochako, anonadada. “Se nota que la vida de los millonarios es distinta a la de nosotros…”
“…” Todoroki se quedó en silencio, sin saber qué decir.
“¡Wah! Disculpa si te incomodé,” Ochako sonrió apenada.
“No hay problema. Más bien, me alegra que hayan podido venir,” comentó, con su misma expresión neutral de siempre. Ochako rio por lo bajo.
“¡Se te nota!” dijo Ochako, y soltó una risita.
“Gracias por invitarnos, Todoroki-kun.” Midoriya le sonrió, y Todoroki giró la cabeza hacia el otro lado de pura vergüenza.
“S-Sí, no hay problema.”

Y aunque para Kenma y Midoriya ese gesto pasó desapercibido, Ochako fue muy rápida en captar a qué se debía. Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro al maquinar un plan sencillo para dejar a solas a su mejor amigo y a Todoroki, pero fue veloz en ocultarla con una expresión angelical e inocente.

“Todoroki-kun, ¿dónde estará Bakugou-kun?”
“Oh,” Todoroki sonrió levemente, mientras agarraba la bolsa y la metía a un tacho de plástico que estaba pegado a la pared. “¿Midoriya, le dijiste?” le preguntó.
“¡Claro! Que Kacchan quería verla.”
“¿Eh?” Ochako arqueó una ceja.
“Te lo dije cuando te mencioné la fiesta. ¿No te acuerdas? Kacchan le pidió a Todoroki-kun que te invitara.”
“Lo iba a ser de todas formas porque eres amiga de Midoriya y por supuesto que eres bienvenida… pero Katsuki también insistió, así que estaba eso.”
“Ah,” Ochako, finalmente, procesó lo que hacía unos días no le había entrado ni a balas: Bakugou quería verla. A ella.

Wow.

Ahora ella era la que andaba avergonzada, pero no podía permitirse una distracción como esa: debía salir de ahí junto a Kenma lo más pronto posible. Ya luego encontraría un momento para hablar con Bakugou. Estaba segura de que, en un par de horas, Kenma haría cortocircuito luego de tanta interacción social y tomaría un uber de regreso a su casa, dejándolos a solas.

“Si lo buscas, debe estar en el primer piso, por la barra frente a la piscina.”
“Gracias,” Ochako sonrió. “Kenma, ¿me acompañas? Quiero saludar a Bakugou,” dijo Ochako.
“…” Kenma observó de reojo a Todoroki y a Midoriya. Luego, asintió mirando a Ochako. “Okay.”
“¡Perfecto! Los veo luego, chicos~” Ochako le sonrió a ambos.
“¡Ah! ¡Espera! Yo también quiero saludarlo,” dijo Midoriya. Ochako intentó refutarle, pero Todoroki fue más rápido que ella.
“Bajemos al primer piso, entonces,” dijo el de cabellos bicolores. Midoriya asintió, y ambos tomaron la delantera. Kenma fue detrás de ellos. Al final, iba Ochako, sintiéndose derrotada. Esperaba que abajo, Bakugou se convirtiera en su cómplice para juntar a sus amigos.






     

Justo como Todoroki había dicho, Bakugou se encontraba sentado en la barra en frente de la piscina, en compañía de Noriko y Saeran. Midoriya y sus amigos los reconocían porque iban a la misma carrera que Bakugou y Todoroki, y junto con ellos dos, formaban parte del comité estudiantil.

Saeran fue el primero en reconocer al grupo, y ondeó la mano en dirección a Todoroki. Este le devolvió el gesto a lo lejos, mientras se acercaban, esquivando a las parejas y grupos que bailaban y se divertían en la zona alrededor de la piscina y las escaleras que daban a los interiores de la mansión.

“Buenas noches,” dijo Noriko, cuando Todoroki y el resto acortaron la distancia entre ambos grupos. “Midoriya-kun, veo que te animaste de venir y trajiste a tus amigos. Espero que la pasen muy bien,” ella les sonrió, mientras dejaba su copa de vino tinto en la barra.
“¡Gracias, Sonozaki-san!”
“Yo, Deku,” dijo Katsuki.
“Kacchan.” Midoriya sonrió. “Te viniste acá luego de tus clases, ¿no?”
“Sí, estuve ayudando a Shouto y al resto del comité a armar todo.”
“Katsuki fue el que colocó las luces,” contó Todoroki.
“Uh…” Justo estaban cerca de dos pequeñas luces fresnel, que alumbraban la piscina y andaban conectadas a una fuente de poder. A lo lejos, Midoriya divisó las luces de colores dentro de los dos primeros pisos de la mansión. “Wow, imagino que lo hiciste con alguien más.”
“Sí, me ayudó un chico de la facultad de Comunicaciones. Nos prestó las luces que ves ahí,” Katsuki señaló las de la piscina. “Así hay varias en el patio y la pista de baile.”
“Estamos que nos paseamos de vez en cuando porque son propiedad de esa facultad. Creo que un Jefe de Práctica ha hecho negocios con los alumnos para poder alquilarlas para fiestas así,” dijo Saeran.
“Y supongo que los profesores no deben enterarse de eso,” comentó Ochako.
“Sí,” dijo Todoroki. “Esperemos que salgan intactas…” mencionó, observando por unos instantes a los invitados.
“El catering lo puso la cadena de restaurantes de Yashiro,” comentó Noriko.
“¿En serio?” Ochako se emocionó. “¿¡Dónde hay mesitas de bocaditos!? El deber me llama,” dijo, y luego rio. Kenma también se mostró interesado en la comida.
“Están en la parte de interiores del primer piso,” dijo Noriko, mientras sacaba su celular y lo revisaba discretamente. “Disculpen, parece que hay una emergencia en el segundo piso. Yashiro me dice que algo pasó en la pista de baile. Me debo de retirar, los veo luego. Vamos, Saeran,” y ambos se levantaron de sus asientos.
“Yo me puedo—” empezó Todoroki, pero Noriko lo interrumpió.
“No, te he visto pendiente de todo y hasta ahora no has bailado ni tomado nada. Saeran y yo nos encargaremos. Todoroki-kun, aprovecha para distraerte un poco.”
“…” Todoroki se quedó en silencio. Luego de unos breves instantes, asintió. “Okay.”

Noriko le sonrió, y luego, se retiró junto a Saeran.

Ochako pareció darse cuenta de que era la oportunidad perfecta para dejar solos a Todoroki y Midoriya, así que se giró hacia Katsuki.

“Katsuki-kun.”
“Te he dicho que no me llames por mi nombre, boba,” se quejó Katsuki, pero Ochako no le hizo caso.
“Katsuki-kun.” Ochako lo ignoró. “¿Tienes hambre, no?”
“Eh… ¿no?” Katsuki arqueó una ceja.
“No importa. Enséñanos dónde está la mesa de bocaditos, a Kenma y a mí uwu”
“…¿Qué? Pero no he terminado mi whisk—”
“Jaja, de ahí, de ahí, vamos por la comida~” canturreó, mientras lo agarraba del brazo y tiraba de él. Kenma los siguió como borreguito, y pronto, ya se habían alejado lo suficiente como para que la bulla les sirviera de aliado a la hora de impedir que Deku y Todoroki los escucharan.
“Oye, bestia, ¿qué quier—?”
“Deku necesita un tiempo a solas con Todoroki.” Para sorpresa de ambos, fue Kenma el que habló.
“¡Eso! ¿No te frustra verlos dar vueltas alrededor del asunto?”
“…” Katsuki se giró a ver a sus amigos, y no pudo evitar fruncir el ceño. “Llevan MESES con lo mismo.”
“¿Ves?”
“…Okay,” Katsuki rodó los ojos. “Vamos por los malditos bocaditos.”
“¡Perfecto~!”
 
Katsuki gruñó, a la vez que se abría paso entre la gente para que Ochako y Kenma caminaran sin dificultades.





   
Midoriya se había distraído al ponerse a hablar con Todoroki, tanto que ni notó el tiempo que había pasado desde que Ochako y sus amigos los habían dejado solos. Revisó su celular rápidamente: la pantalla bloqueada carecía de notificaciones, por lo que imaginó que Ochako, Katsuki y Kenma estaban pasándola bien, donde quiera que estuviesen.

Hasta imaginó la posibilidad de que Kenma ya se haya regresado a su casa y los haya dejado a solas. Katsuki le había contado hacía unas semanas que tenía en mente confesarle lo que sentía a Ochako, pero no había oportunidad. Tal vez la fiesta era el mejor momento para eso.

“¿Midoriya?”
“Ah, disculpa, Shouto-kun,” Midoriya sonrió. “Me distraje un momento. Estaba pensando en Kacchan y el resto…” Hizo una pausa breve, debatiéndose entre contarle o no. “Sabes que él quiere decirle lo que siente a Ochako, ¿no?”
“Sí, me lo comentó. Pero me pidió que no te diga nada…”
“Terminó contándomelo también,” dijo Midoriya. “Pero estaba muy claro desde siempre, así que no me sorprendió.”
“Katsuki se queja de mí, pero él también es muy obvio.”
“¿De ti? ¿Te gusta alguien, Shouto-kun?”
“…” Shouto esquivó la mirada de Midoriya. “Uh… sí,” respondió, un poco nervioso. Para su suerte, Midoriya estaba tan distraído que ni notó el cambio en su voz.
“Oh,” Midoriya parecía un poco apenado.
“Pero soy muy malo para ese tipo de cosas,” comentó Todoroki, observando a la pista de baile: una infinidad de parejas y grupos de amigos divirtiéndose sin preocupaciones. “Katsuki… Él sí sería capaz de sacar a bailar a la persona que le gusta y le diría lo que siente sin ningún problema. Yo grito internamente de sólo pensarlo.”
“Es difícil, yo también—”

Todoroki no lo dejó terminar: en cuestión de segundos, lo rodeó con sus brazos y lo obligó a arrodillarse en el suelo. Midoriya escuchó una explosion y el sonido de varios vidrios quebrándose, y cuando abrió los ojos, se percató de que la parte interna de la barra estaba destruida. Las copas y botellas de los estantes yacían hechos añicos en el piso.

Felizmente, el barman y los chicos sentados en la barra habían corrido al otro extremo para salvarse del impacto.

“¿Qué fue eso…?” Sin duda, los reflejos de Todoroki le habían salvado la vida.
“Rebels,” dijo Todoroki, mientras lo soltaba. Lo ayudó a pararse, con mucho cuidado. Luego, lo tomó de la mano y lo llevó al interior de la mansión. “¿Como los de hace un rato? Que andaban ebrios y peleándose,” dijo, en el camino.
“C-Claro…” Midoriya tembló un poco, demostrando su temor hacia la situación. Ver las peleas anteriores había sido distinto: estaban tan lejos de ellas que no había sentido la necesidad de tomarlas tan en serio. Pero esto… esto era otra cosa.
“Lo siento. No pensé que los invitados se pondrían tan violentos.” Todoroki sacó su celular, y marcó un número rápidamente. Al cabo de unos instantes, le contestaron. “¿Aló? Saeran, viste lo que acaba de pasar? Otra pelea de rebels. Destruyó parte de la barra cerca a la piscina. Sí. Por favor, pásale la voz a la presidenta, ¿creo que ella conoce a un par de rebels? Para que se los lleven o los controlen. ¿Yo? Sí, estaba por ahí. Estoy yendo al interior para calmar a Midoriya. Está asustado… no, no puedo dejarlo solo. Okay. Gracias,” y colgó, guardando el celular en su bolsillo.
“Shouto-kun, no te preocupes, si te necesitan…”
Todoroki negó con la cabeza. “No, tú eres más importante que eso. ¿Estás bien?”
“Sí…” dijo Midoriya. “Pero tus brazos… tienen heridas…”
“Ah,” La camisa que Todoroki portaba se había rasgado en unas partes, mostrando unos cuantos cortes en sus brazos. “No me duelen, no importa—”
“¡No!” Midoriya negó con la cabeza. “¿Tienes un botiquín, no? Te ayudo a curarlas…”
“¿Estás seguro? No me molestan…”
“Al menos debemos desinfectarlas un poco y ponerles vendas,” Midoriya se veía muy preocupado.
“Mm… Quería embarcarte, la verdad. No me siento cómodo con que estés aquí. Más aún cuando sé el miedo que te causa todo esto…”
“Me iré luego, Shouto-kun. No te puedo dejar así.”

Todoroki asintió. Con una seña, le pidió que lo siguiera al tercer piso, donde había un cuarto especial que servía de enfermería, con medicinas y otros implementos de esa índole.





       
La puerta se abrió, la bulla del primer piso colándose en la habitación. Ochako reaccionó rápido, y volvió a cerrarla, encapsulando afuera la música y el ruido de la fiesta.

Katsuki y ella se acercaron a Todoroki, quien andaba recostado en una cama con Midoriya sentado a su lado. Ochako le había enviado un mensaje contándole que Kenma ya se había retirado de la fiesta. En respuesta, el peliverde les había contado lo que había sucedido. Ni bien revisaron el mensaje, habían corrido al tercer piso a verlo.

Todoroki parecía encontrarse en buen estado: portaba su típica expresión neutral y vestía una camisa distinta a la de antes. Gracias a que estaba remangada, se notaban las vendas en sus brazos.

“¿Cómo estás, Todoroki-kun?” preguntó Ochako, una vez a su lado.
“Bien,” dijo Todoroki. “La verdad, no me molestaban tanto los cortes, pero Midoriya insistió.”
“Por sea caso…” dijo Midoriya. “Sobretodo porque vas a volver a salir a la fiesta.”
“¿Eh?” Ochako se mostró sorprendida. “No, pero luego de esto… no deberías hacer mucho esfuerzo.”
“Mujer, no está lisiado. Sólo tiene un par de cortes…”
“Katsuki-kun, no seas así,” lo regañó Ochako.
“No, Katsuki tiene razón. Debo bajar, soy el dueño de la casa y nadie va a cuidarla por mí.”
“Bakugou y yo podríamos ayudarte con eso,” ofreció Ochako. “Ustedes distráiganse un rato.”
“¿Distraernos?” preguntó Todoroki, confundido.
“No te he visto bailar,” Ochako sonrió. “Y Sonozaki-san mencionó que tampoco lo hiciste antes de que lleguemos, así que…”
“Yo no bailo,” dijo Todoroki.
“Deku, llévatelo, por favor,” dijo Katsuki, rodando los ojos ante la terquedad de su amigo.
“¡Sí! Bailen, bailen~”

Todoroki y Midoriya intercambiaron miradas, sintiéndose un poco avergonzados.

“Podrías tomar algo…” sugirió Midoriya. “No necesariamente bailar. Con que te sientes y descanses un rato sin preocupaciones, creo que será suficiente.”
“Claro,” Ochako asintió. “Es tu fiesta. Deja de andar pendiente de todo.”
“Le avisaré a Saeran y al resto del comité,” dijo Katsuki.
“…Okay,” Todoroki se levantó, y Midoriya lo imitó. “Vamos todos juntos, entonces. En el primer piso nos separamos.”

Los cuatro salieron del cuarto, camino hacia las escaleras.
   





Eran alrededor de las 4 de la mañana, y la fiesta se encontraba dando uno de sus últimos suspiros antes de su inminente muerte. Aún quedaban varios invitados, pero era un número tan reducido y pobre en comparación al de horas anteriores, por lo que Todoroki calculaba que, en media hora o un poco más, su mansión se desocuparía totalmente, con la excepción del comité estudiantil y algunos amigos que se habían ofrecido a ayudarlo a poner en orden la casa.

Sentado en las escaleras que daban al interior del primer piso, Todoroki observaba la pista con notoria apatía en sus ojos. La música había mutado a una tonada más calmada, y las parejas habían invadido por completo el lugar. Los grupos de amigos se habían desplazado a los bordes de la piscina y a la parte más alejada del jardín, espantados por las muestras de afecto de los tortolos a metros de ellos.

Midoriya se había quedado en silencio, a su lado. Parecía nervioso, con la intención de hablar, pero sin la valentía como para hacerlo.

“Midoriya.” Todoroki observó cómo el mencionado saltó un poco en su sitio al escuchar su nombre. “Mira.” Y con la mirada, señaló hacia la pista de baile.
 
A varios metros de ellos, Katsuki y Ochako bailaban, enfrascados en su propio mundo. Era igual de bizarro como tierno verlos hablar sin importarles lo que pasaba a su alrededor. Por primera vez en mucho tiempo, Katsuki se veía calmado: su típica expresión malhumorada había sido dejada de lado.

“¡Ah!” Midoriya se sorprendió al notarlos. “¿Tú crees que…?”
“Te lo dije,” Todoroki sonrió. “Katsuki se lo propuso, y lo consiguió.”
“Wow…” Midoriya se veía muy asombrado por ello.
“Parece que es de antes, porque cuando entraron a verme luego del accidente, noté que habían llegado tomados de la mano.”
“¡¿En serio?!” Midoriya giró rápidamente a encararlo luego de escucharlo. “¡Ochako no me ha contado nada al respecto!”
“De seguro se lo está guardando para luego de la fiesta. Por mientras, quiere disfrutar un rato a solas con él.”
“Vaya manera de cuidar tu casa,” Midoriya rio, y Todoroki se le sumó.
“Tienes razón.”
“Todoroki-kun.” La voz de Midoriya le llamó la atención: sonaba mucho más nerviosa de lo normal. “¿…Quieres bailar…?”
“Lo siento, yo no—”
“Conmigo.”
“Bai…lo,” completó su frase con dificultad, al escuchar también lo que Midoriya le había dicho.
“¡Disculpa! Tal vez no tienes ganas, y encima, estás medio herido… N-No debí sugerirte eso. Encima, soy yo, puede que te sea rara la idea de bailar conmigo y—”
“…” Midoriya se cortó al ver a Todoroki negando con la cabeza. El de cabellos bicolores se alzó hasta ponerse de pie. “No creo que una canción me haga daño,” y le extendió una mano, con la intención de ayudarlo a levantarse.
Midoriya le sonrió, tomando su mano. Se levantó, y junto con él, se adentraron a la multitud de parejas en la pista de baile.





 


Se distrajo por unos instantes, al recordar fugazmente los hechos de la fiesta de su facultad. Y es que aún le costaba procesar que, pese a todo lo que había ocurrido, su relación con Midoriya parecía ir progresando poco a poco. Tenía la sensación de que se trataba de algo mutuo, y eso lo motivaba a seguir adelante. Era un progreso muy lento, pero seguro.

Se sentía un poco mal por haberle mentido a Minazuki, pero lo cierto era que el verdadero motivo detrás de su decisión de ser rebel era nada más y nada menos que Midoriya. Sabía que pertenecer a ese grupo de gente complicaría su relación con él, pero no quería volver a pasar por lo mismo que sucedió aquel día de la fiesta, en el que Midoriya había estado en peligro por su culpa.

Ni bien le informaron acerca del ataque, supo que había tomado la decisión correcta: aún a pesar de que le habían ordenado que no se involucrara de ninguna manera con el evento –por su falta de experiencia, técnica y… HiME— aprovechó una reunión entre los comités estudiantiles de derecho de Hanasaki y de su universidad para ingresar al campus y poder estar al tanto de lo que pasaba. Ni bien iniciara el ataque, ya tenía pensado ir en busca de Midoriya, Kenma y Ochako para cerciorarse de su estado y llevarlos a un lugar más seguro, lejos del campo de batalla. Después de todo, Rizembool había dispuesto que estaba permitido atacar a los estudiantes de Hanasaki, aún si no participaban del conflicto o se relacionaban a alguna HiME.

Sacó su celular, y tipeó un mensaje rápido, enviándoselo a Midoriya en cuestión de segundos. En respuesta, él lo llamó.

¿T-Todoroki-kun? ¿Pasó algo?
“Midoriya, necesito que te reúnas con Kenma y Ochako y me encuentren en la laguna de tu campus.”
¿Pero… cómo? ¿Tú estás en Hanasaki?
“Tenía una reunión con el comité estudiantil de la facultad de Derecho de acá. Hemos salido hace un rato, pero no puedo irme sin ti…”
¿Eh? ¿Por qué? ¿Están bien?” Todoroki observó de reojo a Saeran y la presidenta, quienes conversaban acerca del ataque y la inminente horda de rebels en busca de sus HiMEs y/o con el encargo de deshacerse de estudiantes inocentes.
“Sí. Todo bien,” agradecía, en esos instantes, que su voz monótona no podía delatar la preocupación que sentía. “Pero pensábamos en salir a comer… ¿Tienen tiempo libre?”
Pues justo terminaron nuestras clases hace un rato.
“Genial, entonces. ¿Me encuentras en la laguna?”
¡Claro!
“…” En cuestión de segundos, Todoroki se dio cuenta de lo peligroso que sería dejar que Midoriya, Kenma y Ochako caminaran por el campus. “Mejor espérenme en su facultad. Iré por ustedes.”
¡Okay! ¿Recuerdas dónde es?
“Te llamo si me pierdo.”
Cuídate, Todoroki-kun.

Todoroki colgó la llamada y se giró hacia sus compañeros de clases.

“¿Qué piensan hacer ustedes?”
“Yo quería salir del campus,” contó Saeran. “Pero Noriko dice que mejor es refugiarnos. Podríamos buscar algún auditorio o algo así…”
“Creo que es más pertinente. Si salimos y nos encuentran, podrían tomarnos como alumnos de Hanasaki, sería peligroso.”
“Pero si van conmigo…” sugirió Todoroki.
“¿Tú no tienes algún encargo en esta batalla? Como rebel que eres,” dijo Noriko.
“No, no tengo ninguno. Aún no me han asignado HiME, y recién estoy en entrenamiento, así que me obligaron a no involucrarme.”
“Mm.” Noriko asintió en silencio, observándolo fijamente.
“¿Entonces podemos ir contigo?” preguntó Saeran.
“Sí. Pero antes de salir del campus, tenemos que ir a la facultad de Arte y Diseño.”
“Todoroki, es más peligroso si nos quedamos más tiempo en Hanasaki…”
“No puedo salir de acá sin Midoriya, Kenma y Ochako.”

Noriko lo observó por unos instantes, y luego asintió con una pequeña sonrisa.

“No me sorprende de ti. Vamos.”
“Gracias, presidenta.”







Por unos instantes, sintió todo un poco borroso, lejano.

Se le hacía difícil admitir que todo era real. Aceptar la muerte de los estudiantes y el estado de emergencia.

Recordó, con dificultad, que hacía una semana Oikawa le había hablado de un inminente ataque… pero nunca había imaginado que Rizembool llegaría a tales extremos. Involucrar a personas inocentes que nada tenían que ver con el conflicto, demostraba que el enemigo estaba dispuesto a todo con cumplir con su venganza.

Y ella, junto al resto de HiMEs, tenía que hacerse de valor para salir y defender a su institución y al resto del alumnado. No había de otra.

Luego de intercambiar unas cuantas palabras con Sayi y otras HiMEs, Eureka resolvió que lo mejor sería chequear el estado de sus amigos y proteger a cualquier estudiante que estuviera en peligro. Decidió empezar con Lelouch, y marcó el número de su pareja.

Sin embargo, una llamada entrante le impidió contactar a su enamorado. Notó que se trataba de Oikawa, y supuso que no era coincidencia.

Eureka-chan, estoy en el bosque atrás de la mansión HiME~” dijo Oikawa, ni bien ella contestó. “No voy a pelear contigo, por cierto. Quiero hablarte sobre algo importante,” su tono había cambiado a uno más serio, lo que le dio curiosidad a Eureka.
“¿No puede esperar?” preguntó.
Nope. Hay que aprovechar que todo el mundo está muy enfrascado en sus propias batallas como para prestarnos atención. Si otro rebel me ve sin cumplir con lo que me han encomendado… no sé qué me harían, la verdad.
“Okay, voy para allá, entonces.”
Te veo, cuídate~”   

Oikawa cortó la llamada antes que ella. Eureka se quedó unos instantes sin saber bien qué hacer.

Estaba segura de que su rebel no sería capaz de retarla a una batalla: él recién había iniciado con su entrenamiento una semana antes, por lo que no contaba con mucha experiencia. Sin embargo, le preocupaba la urgencia y la seriedad de sus palabras.

Optó por dejar esa preocupación para después, y marcó de nuevo el número de Lelouch, con la esperanza de poder contactarlo.

“Hey,” saludó ella, intentando sonar calmada.
¿Estás bien? Suenas agitada.
“Rizembool acaba de formalizar su declaración de guerra,” contó Eureka, tragándose las ganas de llorar. “Han asesinado a varios alumnos inocentes. Yo…”
¿Quieres que vaya a verte? Puedo salirme de la clase—
“No. Mejor es que te escondas o busques refugio en algún lado… no sé de qué son capaz ahora. Ahorita voy a ver a mi rebel, pero después de eso voy por ti.”
Ten cuidado.
“Sí, no te preocupes por mí. Cuídate.”

Eureka se apresuró en presionar el botón para terminar la llamada y corrió con dirección a la mansión HiME. No necesitó marcar el número, porque la persona a la que iba a llamar se le adelantó.

Eu,” era Soul. “Escuché una explosión a lo lejos. Está relacionada al ataque rebel, ¿no?
“…” Eureka suspiró.

Soul se había enterado del ataque gracias a Hizumi y Kanone, que habían espiado sus movimientos el día que fue a apoyar a su rebel con su entrenamiento. Él le había contado acerca del asunto, y parecía que sus amigos habían llegado oír acerca de este. Además de una exhaustiva charla acerca del peligro que significaba acercarse tanto a su rebel, Eureka había recibido un sermón por parte de Kanone sobre la confianza ciega que ella tenía en él. Pero Oikawa era muy sincero: no parecía del tipo de personas que escondían sus verdaderas intenciones bajo una personalidad falsa. Además, su carisma le hacía imposible alejarlo de ella. Poco a poco se estaban convirtiendo en amigos, y él se lo había demostrado al contarle algo tan valioso como lo del ataque, por más de que ello le pusiera en riesgo.

“Sí, es ahorita. Pero primero encárgate de poner a Maka y al resto a salvo. Parece que los rebels están dispuestos a todo en esta ocasión.”
Okay.
“Pídele a Hizumi y a Kanone que apoyen también… yo he acordado en ver a Oikawa.”
¿Qué? ¿Segura que no me necesitas?
“No creo que peleemos. Cualquier cosa… ¿creo que te puedo convocar?”
Sí. Funcionó el día de tu prueba HiME, imagino que volverá a funcionar. Suerte, entonces.
“Gracias, te veo en un rato.”

Eureka fue la primera en colgar.

Se detuvo justo en un pequeño atajo entre dos facultades que desembocaba en un camino hacia la mansión HiME, a contemplar la situación por unos breves instantes. Todo estaba ocurriendo a una velocidad que le impedía poder procesar bien las cosas.

Soltó un gran suspiro, y tomó aire, intenando calmarse.

Poco a poco sus pasos agarraron velocidad, hasta que se encontró a sí misma corriendo hacia el punto de encuentro acordado.




   

Encontrar a Oikawa no fue difícil: su rebel no se había adentrado mucho en el bosque de la parte trasera de la mansión HiME.

Al intercambiar miradas, Oikawa le suplicó con la suya y con un ademán de su mano que guardara silencio y se le acercara. Eureka observó sus alrededores antes de hacerle caso, y cuando notó que estaban completamente a solas, asintió y se le acercó.

“Yo, Eureka-chan~” canturreó Oikawa en una voz muy bajita. “Disculpa, sé lo sospechoso que soné al llamarte y pedirte que nos encontráramos a solas y todo, jeje~”
“¿Estás bien?” preguntó ella.
“Wow, no dudas de mí, entonces.” Oikawa le esbozó una sonrisa sincera.
“Llevo casi dos meses soportándote, creo que te conozco lo suficiente como para saber que no me mientes.” Eureka suspiró. “Encima me contaste sobre el ataque…” dijo en un volumen más bajo. Oikawa asintió. “¿Qué pasó, entonces?”
“¿La verdad? Estoy pensando seriamente en renunciar. Me dieron una misión y… no soy capaz de cumplirla. Sé que es el peor momento para hablarlo, pero al menos quería que lo supieras antes de que fueras a ayudar a tus compañeras HiMEs y a chequear a tus amigos.”
“¿…Vas a renunciar?” Eureka arqueó una ceja. “¿Qué fue lo que te pidieron hacer?”
“Eh… no quieres saberlo.” La expresión de Oikawa se tornó un tanto apenada. “Estoy seguro de que hay gente capaz de hacerlo, pero yo no.”
“¿Era algo con los estudiantes? Luego de la explosión, vimos un montón de alumnos de Hanasaki que habían sido asesinados…” Eureka se mostró muy afectada por ello, y Oikawa colocó una mano en su hombro a modo de apoyo.
“Lo siento,” dijo Oikawa. “Era justo relacionado a eso. Y yo—”

De un momento a otro, Oikawa abrió los ojos como platos, y sus movimientos fueron sumamente rápidos: tomó a Eureka del brazo y la jaló hasta esconderla a ella y a sí mismo detrás del tronco de un árbol aledaño. Se salvaron de un disparo, que impactó contra un tronco más atrás de la posición que tenían hacía unos instantes.

“Un rebel,” susurró Oikawa.

Eureka se asomó un poco por el borde del tronco para observar de quién se trataba, pero en la oscuridad del bosque, le era imposible definir sus facciones, más aún porque el sujeto portaba una máscara. Además, un sombrero de copa alta yacía en su cabeza, y llevaba puesta una capa negra larga que tapaba su vestimenta.

“¿Es normal que un rebel esconda su identidad?”
“No hay necesidad, usualmente. A menos que sea un drama queen…”

Ambos escucharon el sonido de hojas y ramas crujiendo, y Eureka convocó su arma en sus manos.




“Disculpa, Soul. Debí avisarte antes, pero estoy en una pequeña situación ahorita…” le habló a la oz, cuando terminó de materializarse en sus manos.

Soul mostró su reflejo en la hoja de la oz, desde donde observó a Oikawa.

“¿Él…?” dijo Soul. Sonaba muy receloso de Oikawa y sus intenciones.
“No, es otra persona. Pero no hay tiempo para explicaciones.”

Soul asintió, y Eureka se preparó de tal forma que pudiese usar la hoja de la oz como escudo. Antes de salir a enfrentar al enemigo, miró de reojo a Oikawa y le pidió silenciosamente que no dejara su lugar detrás del árbol. Él asintió, y fue lo único que Eureka necesitó para lanzarse al campo de batalla.

Sin embargo, no recibió ningún impacto de bala. El chico –intuía que se trataba de uno, a juzgar por su fisionomía— sólo la observaba en silencio.

“¿…Por qué no atacas?” preguntó Eureka, confundida.
“…” el sujeto guardó silencio.
“Eureka, creo que tú no—”

Las palabras de Soul no fueron lo suficientemente rápidas como para prevenirle acerca de los movimientos del enemigo. El chico optó por correr hacia el tronco donde se encontraba Oikawa y, de una funda bajo su capa, sacó una katana de borde dentado, dispuesto a dar la vuelta al árbol y atacarlo. Oikawa, sin embargo, ya veía venir el ataque y dio unos pasos atrás, quedando al lado de Eureka. Allí, adoptó una postura muy común de artes marciales: sus piernas flexionadas en las rodillas yacían separadas, soportando con más facilidad el peso de todo su cuerpo. Oikawa había extendido uno de sus brazos, mientras que el otro estaba más cerca de su pecho.

Ambos bandos volvieron a quedar frente a frente, a un par de metros de distancia. Los sonidos exteriores al ambiente tenso que existía entre los tres parecieron opacarse de un momento a otro.

“¿A quién has enojado tanto como para que venga a ajustar cuentas contigo justo ahorita?” Eureka miró de reojo a su rebel.
“Hay mucha gente que me odia, Eureka-chan,” dijo Oikawa.
“…Oh boy.” Eureka suspiró.

De un salto, el chico se impulsó hacia ellos, pero Eureka fue veloz y logró proteger a Oikawa con su oz. El choque del mango de Soul con la espada dentada retumbó en el silencioso bosque, y la HiME luchó por no perder aquella pelea de fuerza. De cerca, notó con más detalle las curiosas características de la máscara y del sombrero de copa alta que portaba su enemigo. Ambos objetos eran de una tonalidad azabache y poseían un lustre que reflejaba la luz de la luna. La máscara, además, asemejaba el pico de un cuervo. La capa tenía un cuello alto y el broche que la mantenía cerrada parecía ser de un material tan fino y lujoso como el oro.

La fuerza de su contrincante obligó a Eureka a tomar unos cuantos pasos hacia atrás, quedando frente a Oikawa. El sujeto sacó una pistola de debajo de la capa, con la que disparó en dirección a la HiME. Eureka y Oikawa lograron esquivarla, pero notaron que, al impactar contra el árbol detrás de ellos, no hizo ningún ruido, a diferencia de la bala que habían escuchado minutos atrás. Desde sus posiciones pudieron darse cuenta de que era un dardo y no una bala: intuían que la intención del contrincante era dormirlos, paralizarlos… o envenenarlos.

El enemigo no les dio tiempo de dar con estrategias de defensa, puesto que convocó orphans que salieron de varios vórtices en el suelo. Los monstruos corrieron hacia la HiME y su rebel, y ambos se colocaron a espaldas del otro para poder defenderse. Ambos adoptaron de nuevo sus posturas de batalla: Eureka sostenía su oz lista para el combate, mientras que Oikawa volvió a la misma pose de artes marciales de hacía un rato.

No cayó en cuenta de que un orphan se acercaba a ella por su derecha a toda velocidad hasta que vio cómo Oikawa, luego de destensar sus puños y mover el brazo derecho en su dirección, logró que un bloque de tierra surgiera del piso y sirviera de protección para su HiME. El orphan impactó contra el bloque y consiguió destruirlo, pero eso le dio unos segundos de ventaja a la HiME, quien aprovechó para cortarlo en dos con su oz. El orphan se desvaneció en el aire.

Por el lado opuesto, un par de orphans corrieron hacia Oikawa. Eureka soltó una mano del mango de Soul para extenderla hacia la dirección de las criaturas, y de su palma emanaron unas cuantas descargas eléctricas que derribaron a los orphans. En un momento, sin embargo, se debilitaron hasta desaparecer. Felizmente, Oikawa avanzó un paso hacia adelante, y con un movimiento ágil del brazo, consiguió que la tierra debajo de las criaturas las aprisionara hasta hundirlos y hacerlos desaparecer.

Eureka silbó, impresionada.

“Parece que me mentiste,” comentó Eureka, entre ataques contra otros orphans. “No hay forma de que hayas aprendido todo eso en una semana.”
“He practicado por mi cuenta, también~” canturreó Oikawa, quien al igual que ella, no dejaba de atacar. “Pero es lo único que puedo controlar más o menos. No tengo otra capacidad, ni arma. ¿Qué pasó contigo?”
“Es por lo de Kana, me dejó con pocas energías. Sí te conté, ¿no?”
“¿Creo?”
“De ahí te lo cuento de nuevo.”
“¡Okay!”

La pelea continuó así por unos instantes. Los orphans parecían infinitos, puesto que derribaban a un par y a los instantes ya había dos más detrás de ellos.

Al cabo de unos minutos, Oikawa sintió que algo no estaba bien.

“Espera,” dijo el rebel. “¿Dónde está…?”

Oikawa intentó observar sus alrededores en busca del enemigo, pero los ataques de los orphans volvieron a captar su atención y tuvo que defenderse. A varios metros del rebel y su HiME, el sujeto de la máscara disparó dos veces en la dirección de ambos.

La puntería del enemigo fue tan precisa que los dardos cayeron exactamente en sus cuellos. Para cuando Eureka y Oikawa intentaron sacárselos, el efecto ya había empezado a nublarles la vista, hasta que cayeron de bruces al suelo y perdieron el conocimiento.




     

El rostro de Maka se iluminó al reconocer a Hizumi, a lo lejos, acercándosele a paso acelerado. A su lado, sin embargo, iba un chico que no conocía. Intuía que se trataba de uno de sus amigos, así que no le prestó mayor atención.

Su preocupación en esos instantes era otra: Soul y ella se habían dirigido al estudio digital, donde justo había un grupo de alumnos que necesitaban ayuda porque andaban grabando un corto. Soul creía que era el lugar más indicado para esperar a que la crisis pasara: deambular por la universidad era demasiado peligroso, considerando lo que Eureka le había mencionado acerca de los rebels. Sin embargo, al cabo de unos minutos de contactar a Eureka, su amigo se había esfumado de un momento a otro, sin dejar rastro. Intentó llamarlo varias veces, sin respuesta, y supuso que se trataba de una batalla y que por ello no podía contestarle. Pero no podía estar tranquila sabiendo eso.

Felizmente, antes de separarse, Soul había llamado a Hizumi para pedirle ayuda. Y justo por ello era que su amigo le daba el alcance en las afueras de su facultad, en vez de también buscar refugio. 

“¿Todo bien, Maka?” preguntó Hizumi, una vez él y su amigo quedaron a unos metros de distancia de ella.
“Soul desapareció, estoy seguro de que está con Eureka, pero me preocupan…”
“Me sorprende que no se haya anunciado estado de emergencia,” dijo el amigo de Hizumi.
“Ah, cierto, Maka, él es Kanone~” lo presentó Hizumi. “Es un amigo mío y de Eu. Kanone, ella es Maka Albarn, amiga mía y de Eu. También conoce a Soul, como verás…”
“…Y está enterada de su naturaleza,” finalizó Kanone. “Un gusto, Maka. Qué pena que nos conozcamos en circunstancias como estas…”
“Sí,” Maka asintió, y se giró hacia Hizumi. “Hizumi, ¿tú crees que acepten reclutas a último momento?”
“¿…Qué?” Hizumi arqueó una ceja.
“Reclutas. Quiero ser HiME.”
“Eh, no. No hay forma.”
“Eres igual que Soul,” Maka frunció el ceño. “Lo mismo me dijo cuando lo mencioné hace un tiempo.”
“¿Le has dicho que quieres ser HiME?”
“Sí. Lo hice cuando me enteré de que era el arma de Eureka. Quiero apoyarla, apoyarlas a todas. No tiene sentido que, de haber la posibilidad de que pueda hacer algo, me quede de brazos cruzados.”
“Es muy peligroso, Maka,” dijo Kanone.
“Lo sé, pero no hay de otra.”
“Dudo que haya tiempo ahorita para que des la prueba,” dijo Hizumi. “Pero luego del ataque podrías ir y pedírselo a Miranda. Supongo que te evaluará y a partir de eso te dirá si eres apta.”
“Pensé que te rehusarías completamente,” comentó Maka.
“Pues no estoy de acuerdo, pero parece que ninguna de mis amigas me va a hacer caso, así que tengo que apoyarlas, supongo,” Hizumi se encogió de hombros. “Y hablando de eso, hay que encontrar a Eu.”
“Hizumi, ¿te parece si yo voy a buscarla?” ofreció Kanone.
“Sí, normal~” dijo Hizumi. “Te diría que le pidas a Ryoji que hackee su celular para usar el GPS y localizarla pero…”
“No, Ryoji ya hizo suficiente por nosotros… Espera.”
“¿Qué?”
“Seven.”
“…” Maka los miró, confundida. “¿Seven?”
“¿Tú crees que nos apoye?” preguntó Hizumi.
“Pues su fuente de dinero está en peligro. No creo que se rehuse a ayudarnos…”
“No entiendo nada de lo que hablan, ¿me explican?”
“Lo siento, Maka~” Hizumi sonrió. “Es un poquito complicado y peligroso. Y no hay tiempo para eso ahorita…” Hizumi miró a Kanone. “Arriésgate y contáctalo.”
“…Igual vamos a necesitar de la ayuda de Ryoji para conseguir su número…”
“Oikawa también lo tiene… de hecho, sería más sencillo buscar la localización de él. Fácil Ryoji se siente menos culpable si es que le pedimos que lo hackee a él y no a Eureka.”
“¿…Y cómo conseguimos el número de Oikawa?” Kanone arqueó una ceja.
“Tsk, tsk,” Hizumi soltó una carcajada. “Souji.”
“…” Kanone suspiró. “Esto sólo funcionará si es que Oikawa y Eu se encuentran en el mismo lugar en estos momentos.”
“Sino, vamos con el plan de Seven,” dijo Hizumi.
“…” Maka los observaba en silencio.
“Okay, tú ganas. Llama a Souji, yo me encargo de convencer a Ryoji.”
“Deal.”

Ambos se enfrascaron en sus tareas, ignorando la presencia de Maka, quien se enojó por esto.

“Si la encuentran, no quiero peros. Yo voy con ustedes.”

Hizumi y Kanone se detuvieron y alzaron las miradas para observarla. Ambos asintieron, aunque intercambiaron miradas rápidamente.

En silencio, sus pensamientos se unieron en uno solo al rogar al mismo tiempo que Maka no haya notado esa complicidad entre ellos.
« Last Edit: February 04, 2018, 05:08:53 PM by Eureka »