Author Topic: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back  (Read 252343 times)


Kana

Gracias @Eureka por facilitarme tus personajes <3
Algún día, pondré los iconos (?)

EDIT: SÓLO EDITO PARA AGREGAR LOS ICONOS ;_;

Flash Back

Quedaban pocos días para volver oficialmente a clases en Rizembool y Sho Minazuki no se convencía cómo, en su único día libre de su trabajo, terminó llegando puntual para presenciar en primera persona el entrenamiento de basquetbol de la selección nacional.
El pelirrojo estaba sentado en las tribunas del final, prefirió mantenerse apartado de los grupos de chicos y chicas (y adultos vinculados al mundo deportivo, seguramente varios de ellos reporteros de esa área) que se encontraban en las primeras filas muy animados viendo el encuentro.
Sho apoyó el rostro entre sus manos, mirando con los ojos entrecerrados hacia la cancha. Todavía le costaba procesar las jugadas que, hasta el momento, le resultaban confusas y difíciles de entender. ¿Por qué había aceptado inscribirse en el club de basket de Rizembool? si bien en algún momento en su adolescencia le había llamado la atención esa disciplina deportiva, no había tenido la motivación de hacerse parte de esta. Peor aún, sentía que en el presente haría el ridículo porque no tenía educación ni práctica relacionada al basket, lo que le llevaba a creer que fracasaría inmediatamente nada más comenzar.
Estaba a tiempo de salirse del club de basket argumentando de que tenía demasiados deberes (las clases, ser Rebel y tener trabajo eran argumentos más que suficientes) pero tenía la idea de que si se salía sin más antes de empezar tendría a cierto individuo acosándolo y reprochándole eternamente.
Fijo su mirada en un jugador en especial, quien se movía de un lado a otro robando balones a sus oponentes en un chasquido de dedos y encestando tan fácil su especialidad: canastas de tres puntos, tan naturalmente como si se tratara de respirar. Ryota Kise era inigualable.

Y Ryota Kise era el responsable de su encrucijada actual. Aquel tipo lo convenció de unirse al equipo de basket de Rizembool. Lo había llenado de elogios alabando su porte y su agilidad. Le llenó de confianza diciéndole que le enseñaría y apoyaría en cada paso porque era un diamante en bruto que estaba decidido a pulir… Y Sho había caído redondo en su trampa. Sumándole el plus del efecto del alcohol en él, terminó prometiéndole a Kise inscribirse en el club.
¡Qué nivel de convencimiento tenía Kise! Si se lo proponía, podría convencer al mismo Putin de volverse un hippie pacifista que se dedicara a viajar por el mundo. Por suerte aquel rubio no era un líder negativo, porque ya habría convencido a varios de hacer quizá que locura.

—Cómo le digo que no puedo entrar al club…— susurró para sí mismo, justo cuando Kise anotaba otra canasta de tres puntos. Observó esa jugada con detención, tenía su técnica y talento esperado de un jugador de su nivel pero Sho pensó que tal vez no debía ser muy distinto de los potenciales que utilizan los Rebels en su rol. —No debería ser tan difícil, ¿no? aunque estoy mezclando dos cosas tan distintas…— miró fijamente las jugadas de varios integrantes, tratando de aprender. Sentía que le estallaría la cabeza. Más aún cuando el arbitro marcaba falta, ¿de qué? ¡No entendía!. Se sujetó la cabeza, frustrado. Seguidamente vio una serie de jugadas de Kise que terminaron en una serie de puntos tan amplia que… literalmente destruyó la moral del otro equipo que había sido invitado a jugar. —Es brillante. Como Oikawa en el volley. ¡AH! estos dos se parecen tanto.— gruñó con rabia.

El marcador era claro, el equipo nacional era un monstruo que había aniquilado al otro equipo en un chasquido de dedos. No obstante, y aunque una canasta ya no valía nada, el otro equipo anotó un punto. Nada. Contra los 92 del equipo nacional. Notó a Kise tener una mirada distinta. Ya era distinto al tipo que conoció en la fiesta de Oikawa, porque éste lucía muy intimidante y frívolo, pero después de ese miserable punto del rival el rubio parecía incluso más de temer. Vio que intercambió comentarios con sus compañeros y estos colocaron una expresión de sumisión. Parecía que los había regañado.
Después de eso, Kise se dedicó a hacer varios puntos más, dentro de una actitud desafiante y ofensiva que tenía locos al otro equipo.

—Vaya, Kise-san es muy vengativo y distinto de como es en situaciones sociales.—
—¿K-Ken?— Sho se asombró de ver a Ken sentado al lado suyo. No lo sintió llegar y no se esperaba que estuviera allí. —¿Qué haces aquí? No sabía… que te gustaba venir a ver las prácticas del equipo nacional.—
—Ehhh…— Ken se picó una mejilla con su dedo índice, riendo torpemente. —Ciertamente no soy del tipo de personas que viene a ver partidas de basket. La verdad, te vi caminar por el centro y te seguí. Incluso te llamé, pero parecías muy ensimismado que no me escuchaste. Vi que entraste aquí y me llamó mucho la atención porque toda la semana me hablaste de que desistirías de esta idea pero ahora te veo aquí.—
—Ehhh, es que… Vine con la intención de hablar con Kise a solas y explicarle que no puedo entrar en el club.— Sho suspiró pesadamente. Miró hacia la cancha. —Míralo, jamás podría llegar a ser como él o uno de sus compañeros…— apuntó a otro punto. —Ni siquiera como el tipo que tienen en la banca de reserva esperando…—
—¿Estás seguro de que le quieres decir a Kise que no quieres entrar?—
—Sí. Ya me he pensado en una excusa.—
—¿Pero en serio estás seguro de que le quieres decir eso?— insistió. —¿Seguro?
—Ken, ¡claro que sí!— lo miró frunciendo el ceño. —Tengo que decirle. ¿Acaso crees que sea mejor no ir al club y esconderme eternamente de él? Sabes que no soy así.
—Lo sé. Pero, creo que no es lo que quieres exactamente.
—¿Qué? No te estoy entendiendo, Ken.
—Te he estado observando. Has mirado cada detalle de las jugadas de todos los miembros del equipo. Si bien te ves frustrado porque sientes que no puedes alcanzar a estas estrellas, también te vi ilusionado y emocionado cada vez que hacían una jugada brillante. Yo creo que tú quieres esto. Que no te crees el cuento. Pero que lo quieres. Por eso te pregunté si estabas seguro de decirle a Kise-san que no irás al club, porque siento que si haces eso lo harías desde la frustración y luego pasarías arrepentido el resto del año por no unirte al club.
—…—
—¿Estoy tan equivocado acaso que me miras así?— Ken rio suavemente al ver la expresión de Sho. Le apretó el hombro con delicadeza. —Sho, si tú quieres estar en el club, hazlo. No te desanimes pensando que no serás bueno. ¡Eres bastante bueno en todo! Kise-san te enseñará las cosas que se te hacen más complicadas y luego serás un miembro irremplazable para él.—
—¿Tú crees?
—No lo creo. Lo sé.— asintió —Y te estaré apoyando desde las tribunas. Asistiré a las prácticas cómo observador siempre que pueda e iré a los partidos a hacer barra.
—¡Ken!— Sho se emocionó con las palabras de su hermano. Lo aferró a él y le  dio un abrazo un tanto brusco. Al separarse, lo miró ya más sereno. —Sería más sencillo si tú también te unes pero sé que no te gustan los deportes…—
—Es que yo si soy malo, haha. ¿Recuerdas cuando falle como mil veces en las competencias del aniversario de la escuela y todos estaban desesperados porque no lograba nada?
—Oye, pero fuiste mejor que yo en el partido de volley en el cumpleaños de Oikawa.
—Ah, eso fue porque tú y Eren sí eran demasiado malos en el volley. Sino, ni entraba.—
—¡Hey!—
—¡Pero basket es lo tuyo!— soltó una risita.
—Okay… Le daré una oportunidad. Además dudo que Kise me deje en paz si no voy, al menos.
—¡Ah! y verdad que Souji también estará en el equipo. Estarás más que acompañado.
—No creo que Souji quiera continuar con esa idea… cuando la aceptó no estaba en sus cinco sentidos…— giró los ojos al recordar aquella anécdota.

Fin de Flash Back.
Después de un largo día de modelaje en el estudio para una sesión fotográfica de la nueva edición de la revista Vogue Japan, Hawks y Claude retornaron apresuradamente a Rizembool para inscribir unas asignaturas pendientes que no lograron activar por la plataforma.
Al terminar ese tedioso trámite, caminaron por uno de los pasillos más amplios de Rizembool con intención de ir hacia la salida, con planes de pasar a un local de ramen para rematar la tarde.
—Buu, Kise no me responde los mensajes. Y nosotros que queríamos mimarlo porque este sería su primer día de clases en Rizembool después de su traspaso.— se lamentó Claude.
—Pero le hubieras dicho en el estudio, estuvimos varias horas allí y era cosa de que pasaras al set de al lado para conversar con Kise.
—Kise estaba ocupado con Ann en la sesión fotográfica de trajes de baño. ¡Claro que quise entrar allí para verlos en trajes de baño y darle algún mensaje afectuoso a Ann! Pero el fotógrafo me echo de malas ganas.
—Haha, no lo culpo. Eres demasiado coqueto y terminarías distrayendo a Ann aunque ella ya te conoce tus mañas.— Hawks se quedó unos segundos pensativo. —Aunque, ahora que lo pienso, Kise se fue demasiado rápido del estudio. Ni siquiera nos esperó ni se despidió.
—Quizá hoy tenía práctica con el equipo nacional. Eso explicaría el por qué no está aquí.
—Tal vez.— alzó los hombros. El rubio notó que un grupo grande de personas estaban paradas frente los tablones. Estas personas intentaban leer frenéticamente las listas buscando sus nombres con la ilusión de haber sido aceptados en los clubs. —Parece que ya expusieron las inscripciones de los club y quienes fueron los candidatos aprobados por las comitivas.
—¿Vamos a ver? Me anima ver quienes quedaron en el club de animadoras y si aún quedan cupos vacantes…— Claude rio disimuladamente, ocultando cierta maldad que se le había ocurrido.

Los dos jóvenes fueron hasta ese lugar, experimentando dificultades para llegar hasta donde estaban los tablones. Finalmente llegaron en frente y coincidieron en encontrarse con la lista del club de basket.

—Woh! Kise logró reunir a muchos nuevos miembros en el club de basket que formó para Rizembool.
—El club está muerto hace tiempo… Después de que los integrantes profesionales se graduaran hace años y el equipo decayera, no ha habido señales de vida del club por años.  Es raro que hayan tantos interesados de la nada. Mmh, no me sorprendería que Kise haya anotado a varios amigos suyo a la fuerza y…— Claude parpadeó, inquieto.
—Q-Que nos haya inscrito a nosotros también.— masculló Hawks con dificultad. Suplicó mentalmente no ver su nombre en esa lista, pero su reciente temor momentáneo se volvió realidad. —…—
—Nos metió…—
—… No me lo esperaba. ¡Qué digo! era algo que podíamos esperar de Kise.— suspiró con resignación. —Pero no es tan mala idea ahora que lo pienso… Porque creo que nombró algo de un club de porristas y seguramente las veremos seguido en el club. Además, tenemos que apoyar a Kise, ha estado desanimado últimamente…—
—¿Sí sabes que Kise nos manipula emocionalmente, cierto?
—¿Un poco?
—Ahw, en fin… es difícil decirle que no a Kise. Por otro lado, ¿nombraste animadoras? Suena tentador…— Claude comenzó a buscar inmediatamente la lista del club de animadoras de ese semestre. La chequeó y se dio cuenta de que habían varias féminas interesantes, pero quedaban varias vacantes y Claude vio que faltaba un nombre en particular. Entonces, tuvo una loca idea: agarró un lápiz y escribió cierto nombre —Listo.
—Buena idea.— aprobó un tercero.
—Hey, Kise.— lo saludó Hawks, pasó un brazo por alrededor del cuello del recién aparecido rubio y lo abrazó de un modo un poco asfixiante. —¿Así que tomando decisiones por nosotros sin consultarnos antes?
—H-Hawks… M-e..Me asfixias… un poco.—
—¿Lo siento?— lo soltó, sonriendo con maldad. —Pero te lo merecías.
—¿Por qué? Pensé que querían estar en el club. Son altos, atractivos, deportistas. Pienso que haríamos buen equipo juntos y son mis amigos. ¡No me basta sólo con verlos en el trabajo! ¡Yo los necesito aquí!— lloriqueó el recién llegado. —Hasta les compré uniformes de su talla y con sus nombres.— alzó un par de bolsas que cargaba con él.
—¡Ah! lo tenías todo fríamente calculado.— dijo Claude. La curiosidad lo invadió inmediatamente. Hurgueteó en las bolsas y encontró su uniforme. Vio que era un equipo deportivo con los logos de Rizembool, logos de los auspiciadores (no sabía cómo Kise tenía tanta influencia con Nike) un número y su nombre. Por la calidad y el diseño del traje deportivo, se notaba que Kise estaba muy decidido a hacer triunfar el muerto club de basket. —¡Qué lindas! Creo que me quedaré en el club.
—Que fácil de convencer eres…—
—La tuya también te va a gustar, Hawks♥— se le aferró al brazo. —¿Te quedas, si? ¿te quedas?— lo miró con ojos de cachorro.
—Sabes que sí.— suspiró. —Somos amigos los tres y siempre nos apoyamos.
—¡Perfecto!— celebró emocionado. —Ya verán que seremos muy felices en el club. Hay varios chicos geniales que serán parte del equipo este año y todos son muy simpáticos. Me muero por presentárselos.
—¿Les conseguiste trajes a todos?
—Ehhhh, con el tiempo. Por mientras tendrán que usar lo que tengan.— meneó una mano. —No me sé el nombre de todos. Sólo de los que inscribí bajo mi criterio de aprobación.— señaló hacia atrás, a un chico de cabellos celestes y de porte bajito. Había estado tan callado y ausente que ni Hawks ni Claude lo habían notado, este detalle los inquietó. —El es Kurocchin, un muy buen amigo. Se cambió de Hanasaki a Rizembool porque va a ser parte del club de basket de esta universidad demostrando su inmenso apoyo.
—La verdad… no sé como hiciste trámites en mi nombre para cambiarme de universidad a la fuerza… Pero, sí, estaré en el club.— suspiró. —Mucho gusto, mi nombre es Tetsuya Kuroko. No Kurocchin…—
—Aw, que lindo gesto de tu parte quedarte en el club pese a que Kise te obligara. Me llamo Claude, él es Hawks. También estamos obligados por Kise pero, al igual que tú, lo apoyaremos de todos modos.
—Tal parece que seremos compañeros de equipo.— sonrió Hawks.
—Edelgard… Edelgard…— repitió Kise, al leer ese nombre en una lista que le llamó la atención, especialmente por ser una lista de su total interés.  —¿Quién es?—
—Una amiga— dijo un campante Claude. —Amará estar en el club de animadora para apoyarnos.
—Genial.— Kise tomó un lápiz y anotó unos cuantos nombres, imitando la iniciativa de Claude.
—¿No deberías preguntarles primero?— Kuroko dijo, indiferente.
—¿Por qué? Seguro que quieren ser animadoras. Rise, la conocí en el cumpleaños de mi mejor amigo Toorucchin♥— miró al grupo. —Sin ofenderlos, ustedes también son mejores amigos, pero con Toorucchin tenemos muchas cosas en común y tenemos una relación muy especial. Ah, como iba diciendo, Rise es simpática y tiene perfil para ser animadora. Ann, es perfecta y seguro me dijo algo en la sesión de fotografías de hoy sobre ser animadora.
—Haha, ay, Ryota, Ann te habló sobre que era Princess. No que quería ser porrista.— Claude no pudo evitar reírse por el nivel de concentración del rubio.
—Ahh, ¡Ya! pero puede ser las dos cosas. Tú menos que nadie me puede reclamar.—
—¿Erina no es tu prima…? Ella… Es un poco seria.— comentó Kuroko con recato. —No creo que le guste estar en el club de animadoras… animándote. Especialmente porque te odia…
—Ay, Kurocchin a veces habla cosas sin sentido. Es su humor.— lo codeó, frunciendo el ceño.  —Erina es familia. Nos… queremos.—
—¿Y qué me puedes decir de Mahiro? ¿No es… primo? Se va a molestar…
—¡Una broma no le viene mal a nadie!— puso una mano en la cabeza de Kuroko y lo hizo hacia atrás, ocultándolo detrás de él. —Ya, quédate allí mejor…
—Par de locos.— Hawks se refirió a sus dos compañeros de modelaje. —Después no pidan salvavidas cuando sus amigas quieran explicaciones de por qué las inscribieron sin consultarles. Ellas los asesinarán.—
—No te preocupes, les diremos que fuiste tú.— Kise le sacó la lengua.
—¡¿Quién te  va a creer?!
—Claude me va a secundar.
—Ahám. Si Edelgard pregunta le diré que fue tu idea, querido Hawks.
 —….¿Por qué son así conmigo?
—…— Kise ladeó el rostro, preocupándose moderadamente por su amigo. Tal vez tenía razón y se estaban pasando. Por otro lado, le debía una por apoyarlo con el club de basket. Leyó la lista de las porristas, Hawks por un momento pensó que quizá el rubio borraría los nombres pero, —Ya está, diremos que esa chica llamada Kasumi inscribió a todas las otras.— dijo decididamente, apuntando el nombre que salía en la lista casi de los primeros. —Parece que ella se inscribió voluntaria, así que dudo que se afecte.
—Hahaha.— Claude se secó una lagrimilla de la risa. —¡Por favor! digamos eso. Será divertido ver el resultado.— no podía evitar imaginar con cierta travesura la cara de Eldelgard.
—…— Kuroko entrecerró los ojos. Nadie creería en la excusa de esos dos.
—Eh, Kise.—
—¿Ah?— Kise se volteó distraídamente para ver hacia la persona que lo llamaba. Vio que era Sho Minazuki. —¡Ah! ¡Minazuki!— Kise fue hacia él en un abrir y cerrar de ojos. Apoyó las manos sobre los hombros del chico mirándolo a los ojos, emocionado. —Por un momento pensé que tomarías la cobarde decisión de abandonar el barco antes de zarpar pero me llena de felicidad verte aquí!— lo abrazó efusivamente. —Porque si me traicionabas te juro que igual no te librabas de mi, haha.— dijo esto último con un deje de malicia, como advertencia y mirándolo con suspicacia. —¿Sí sabes que no te lo perdonaría, cierto?
—Ehhh…— Sho recordó que Souji le dijo algo sobre el desborde de energía de Kise y lo intenso que era. Se notaba que cada palabra de Souji respecto al rubio eran ciertas. Quizá sería difícil lidiar con su personalidad. De pronto recordó fugazmente cuándo pensó en desertar del club sin contarle a Kise. Sin duda, eso habría sido un grave error porque se notaba que lo perseguiría hasta el final. —Vengo a la práctica… pero creo que de momento sólo observaré y aprenderé lo que me expliques. No alcancé a comprar ropa deportiva… o sea, tengo, pero me dijeron que no se puede entrar con cualquier zapatillas a una cancha de basket.
—Ahw, no te preocupes por eso, Sho. Tengo un uniforme para ti con nombre y todo.— le entregó su bolsa. —En cuanto a zapatillas, dame tu talla y le mando un whatsapp a mi lacayo para que parta ahora a comprarte unas.—
—¿Lacayo?— preguntó confundido. Antes de volver a prestarle atención a Kise, Sho notó cierta lista que le interesó. Dibujó una sonrisa aguantando la risa al anotar el nombre de Marie en la lista de animadoras.
—Sí, sí. Esclavo personal.— meneó una mano en el aire restándole importancia. —Vamos caminando al gimnasio, mientras tanto. ¡Ah! chicos.— miró a los otros tres. —Él es Sho Minazuki, es nuevo en el basket y, sí, lo inscribí en el club. ¡Peeeero! él me dio su consentimiento así que no me miren como que lo metí a la fuerza haha…— entrecerró los ojos mirando a los otros con cierto resentimiento, luego volvió a su faceta animada. —Lo vi y pensé: Éste chico tiene que ser parte del equipo. Tengo buen ojo para esas cosas, y miren su porte y físico. ¡Es perfecto para que sea yo en la cancha!
—Q.. ¿C-cómo?— Sho se paralizó ante esa revelación. Entró en shock —¡¿Qué dijiste, Kise?!— gritó, desesperado.
—¿No te dije?— pasó un brazo por su hombro, obligándolo a caminar cuando vio que se quedó parado. —Seré el manager y el capitán del equipo. Eso significa que sólo entraré a jugar cuando me necesite el equipo así que necesito una representación de mi talento en la cancha durante todo el tiempo y ése serás tú.
—K-Kise, ¡PARA!— Sho lo miró inquieto. —Y-yo ni sé tirar todavía. ¿C-cómo se supone que voy a ser tu representación en la cancha si yo soy principiante y tú… eres estrella?— pese a que intentó detenerse para conversar seriamente con el rubio, de momento se sintió llevado por él por el pasillo.
—Aww, que tierno al pensar así de mi. qué lindo, Sho. ¡Y tente fe, hombre! ya te dije que eres un diamante en bruto. Todos empiezan así y se vuelven estrellas.— le guiñó un ojo. —Menos yo, yo nací siendo estrella pero esa es otra historia, haha.— rió divertido. —Por cierto, ellos son Hawks, Claude y Kurocchin, serán tus senpais en el basket y le puedes pedir todos los consejos que quieras. Ellos te ayudarán y apoyarán indiscutiblemente.
—No me llamo Kurocchin…— dijo el peliceleste, pero los otros ya iban demasiado adelante para qué lo escucharan. —Ahhh.— suspiró, cansado. los siguió en silencio unos pasos atrás.

De Gekkoukan High School a Rizembool la distancia parecía exuberante y pese a que corría a gran velocidad sabía que llegaría de todos modos tarde. Eso le generaba cierta angustia, puesto a que su personalidad amable y respetuosa le llevaba a ser también una persona muy responsable con sus compromisos. Por consiguiente, también estaba inquieto de fallarle especialmente a su senpai. Todo iba bien y en orden hasta que éste mismo le solicitó un pequeño favor y Ken Amada tuvo que desviarse del camino para cumplir con ese pequeño pedido.

A penas podía respirar bien para cuando llegó al gimnasio de basket de Rizembool. El jovencito sentía como el pecho le subía y le bajaba con la respiración entre cortada. Apoyó las manos sobre sus rodillas y trató de recuperar la respiración correctamente.
Vio a Kise mas allá, sentado en la banca mientras analizaba lo que iba observando a su alrededor. Al lado del rubio, estaba sentado un chico de cabellos rojos, parecía confundida y perdido en algún punto. Kise estaba serio, ¿quizá estaba molesto?
Amada se percató que los integrantes del equipo de basket se encontraban limpiando el gimnasio mientras su capitán los miraba desde su sitio. Tenía lógica que iniciaran el primer día con una limpieza general ya que el club de basket estaba abandonado hace años. Tal vez ese desperfecto había molestado a su senpai, y lo justificaba, porque Rizembool debió haber preparado el gimnasio para una estrella como él.
El pelicastaño bordeó el gimnasio y fue hasta donde Kise.

—¡Kise-senpai!— llegó hasta él, cargado de unas bolsas. —¡Traje lo que me pidió!—
—Amada-kun…— Kise asintió, aprobando favorablemente su favor cumplido. Indicó con la mirada que le pasara la bolsa al pelirrojo que estaba a su lado, quien miraba a ambos igual de confundido que hace un rato. Ken Amada le entregó la bolsa.
—Minazuki, esas son de tu talla. Quédatelas.
—Pero son nuevas, Kise… Yo… Te las puedo pagar a finales de mes.
—No hace falta.— se mantuvo serio. —Son obsequio.
—…¿Gracias?— Sho se quedó observándolo por un par de segundos. Kise era extraño. A veces demasiado intenso y otras veces… era distante como el tipo que ahora estaba a su lado. Eso le daba cierto recelo, recordó el día que fue a verlo al entrenamiento y notó esa personalidad fría mas intimidante en el rubio. Lo que mas le complicó fue el final de ese encuentro del equipo nacional, cuando fue con Kaneki a buscar a Kise a los probadores con la intención de preguntarle algunas cosas. Vio que manejaba un lenguaje bastante vulgar con sus rivales. Su personalidad fría y déspota discrepaba con la afable que mostraba. No sabía cómo interpretarlo. Tampoco ahora, que desde que habían llegado le pidió que estuviera sentado a su lado mientras los otros limpiaban. Después miró al chico que había llegado, era más joven que ellos. —¿Un escolar?
—Ah, disculpe. Mi nombre es Ken Amada. No soy estudiante de Rizembool pero cuando entre a la universidad esta será la que escogeré. Espero no incomodar con mi presencia.— el chico le hizo una reverencia.
—¿Ken?— Sho sonrió brevemente. —Te llamas como mi hermano. Yo soy Sho Minazuki…— se presentó mientras se cambiaba las zapatillas.
—Mucho gusto.— asintió —Estoy aquí para aprender todo de Kise-senpai, quien es mi imagen a seguir. Quiero ser un gran basquetbolista como él y algún día seguir sus pasos.
—Minazuki, ya puedes entrar en la cancha. Ayuda a los demás con la limpieza.
—¿Yo?— Sho miró medio molesto a Kise. Este no se inmutó en darle otra respuesta. Suspiró. —Okay…— se levantó y fue a buscar una mopa disponible. Por suerte los demás ya habían dejado casi todo terminado. Miró desde la distancia hacia donde estaba Kise y Amada, el menor parecía tener una auténtica admiración por el rubio seleccionado nacional. —Uh, cuando Kise se refirió a un esclavo personal creo que se refería a Amada…— frunció el entrecejo. —Que abusivo…—
—¿Minazuki, cierto?—
—¿Eh?— se volteó a ver quién le hablaba, vio que era aquel chico de cabellos celestes que se llamaba extraño y que aparecía de la nada (?) —¿Si?
—Soy Kuroko. Kise me pidió que sea tu facilitador de jugadas y que sea tu apoyo incondicional. Trataré de pasarte la mayoría de pases posibles.
—E-espera… Kise dice cosas muy extremas a veces. ¡No hay que tomarlo en serio!— rio nervioso, negando con una mano. —No creo que esté hablando en serio cuando dice eso de que quiere que sea una pieza importante en el club. Sabe que soy super novato.
—Cuando se le mete algo en la cabeza es imposible hacerle cambiar de opinión.— guardó la mopa en la cubeta. —Ya está limpio todo. Vamos a calentar…— Kuroko notó que la puerta del gimnasio se abrió y entró un grupo de jóvenes. Se acercó a ellos y esperó que entraran todos, para luego cerrar la puerta con seguro.
—Kuroko, espera…— Sho le alcanzó en pocos segundos. —No le pongas pestillo a la puerta. Mi hermano va a venir a verme practicar y no podrá entrar.
—Kise pidió entrenamientos a puertas cerradas.—
—¿Por qué?
—Eh… ¿Supongo que muchos desearan venir a ver la práctica?
—Haha, no creo… Nadie viene por aquí.
—Ah, creo que te sorprenderás dentro de poco.— justo en ese momento golpearon la puerta. Kuroko agudizó el oido para escuchar si se trataba de un grupo de gente. —Son dos personas, quizá sea tu hermano…— abrió la puerta y vio a un chico de cabellos negros y ojos grises, acompañado de un joven peligris, alto y que se le hacía conocido de algún Instagram o algo por el estilo. No creía que uno de esos dos fuera hermano de Minazuki.
—Es mi hermano.— se adelantó el pelirrojo, haciendo pasar a Ken y a Souji.
—…— Kuroko no iba a comentar que no se parecía en nada al tipo de cabello negro, el cual fue señalado como su hermano.
—Y él es Souji. Estará, increíblemente, en el club como integrante.— Sho se quedó observando a su pareja sin evitar demostrar su perplejidad. Hasta el momento había creído que Souji había desertado.
—Okay.— Kuroko asintió. Cerró la puerta y volvió a la cancha.
—¡Vaya! este gimnasio es muy grande y limpio.— Kaneki miraba maravillado el lugar.
—Sí, el desgraciado de Kise hizo que lo limpiáramos nosotros mismos.— suspiró. —Parece que está de mal humor. Eh, Ken, mejor subes ya a los asientos. Mejor evitamos que Kise se moleste o algo…
—Okay, los estaré mirando desde allí. ¡Ánimo a los dos!— Ken abrazó fugazmente a Sho y luego del mismo modo a Souji. Se fue a sentar luego.
Sho miró a Souji y se sonrieron entre ellos.
—¿No esperabas que te dejaría solo en esta situación o si?
—Mmh, si te soy sincero pensé que no vendrías… Esa vez, cuando aceptamos esto, estábamos algo ebrios. Sé también que tienes muchos compromisos. Pero, ¿te soy sincero? me tranquiliza más saber que estarás aquí. Tienes experiencia en esto y yo soy un desastre de momento… Y, me gusta sentirme acompañadoportiehg..— tosió un poco al decir lo último.
—Eh— Souji se llevó una mano suavemente a la altura de la boca tras sonreir adorablemente al percibir ese tierno gesto de Sho. —La verdad es que estoy bastante oxidado con el basket. Recuerda qué practicaba con Kise cuando éramos niños y luego lo dejé. Pero tú y yo nos apoyaremos mutuamente.— codeó al pelirrojo. —Y no podía no venir… luces muy atractivo con ese uniforme.— le susurró al oído.
—¡N-no puedo creer que ese sea el motivo!— Sho se sonrojó, indignado del comentario de Souji. Trató de disimular socialmente su vergüenza cubriéndose el rostro con una mano con disimulo. Luego buscó la mirada de Souji. —¿En serio me veo bien?— susurró suavemente.
—Sí.— le respondió con toda sinceridad. Repasó una vez más con la mirada a Sho de arriba abajo, dandole nuevamente el visto bueno y haciéndole un guiño —Le pediré a Ken que te tome unas cuantas fotografías para que me las mande.—
—Gracias…Eh, pero lo de las fotografías está demás.—
—Ahora, dime, ¿Por qué piensas que Kise está molesto?— Todavía quedaban unos minutos antes de la hora de inicio de entrenamiento, quizá sería bueno aclarar algunas dudas de su pareja para que no se llevara ciertas sorpresas.
—A estado amargado, sentado allí. No me habla… Casi no habla con nadie desde que nos vimos en el pasillo y en el pasillo estaba muy MUY animado. El otro día, en la práctica de los seleccionados nacionales que fuimos a ver con Ken, él se veía muy distinto al Kise de siempre.
—¿Más grosero, desafiante, frío y hasta… un poco pesado?
—¿Sí?— Sho alzó una ceja, confundido.
—Ah, Sho…— Souji le dio unas palmaditas en el hombro cuando dejo escapar un suspiro. Tal parecía que Sho no tenía idea en el mundo que se estaba metiendo. —Ése es Kise.
—¿Cómo que ése pesado es Kise? ¿Y qué pasa con el Kise medio tonto y cariñoso que es?
—¿Cariñoso?— interrogó Souji mirando a Sho visiblemente desconcertado. Luego le preguntaría a qué se refería  con ese concepto. —Sho, ¿Sí recuerdas que te conté que Kise y yo fuimos en la misma escuela? los dos fuimos en ese tiempo muy buenos amigos y de alguna manera nos volvimos inseparables… Nos íbamos y nos volvíamos juntos a la escuela, dentro de la misma pasábamos tiempo juntos, les pedíamos a nuestras madres permiso para salir a la ciudad jugar videojuegos, al cine, esas cosas. Estábamos muy ilusionados en el club de basket con el sueño de ser los mejores en esa disciplina… Todo iba bien.
—Hasta que tuviste que ausentarse, según recuerdo esa parte de la historia.
—Sí, por cosas superiores me tuve que cambiar de escuela. Pensé que mantendríamos el contacto, pero Kise se lo tomó con rencores eh…— Souji sonrió torpemente. —En fin. Kise siempre fue un poco “príncipe” en la escuela, y su personalidad era tal cual la que vez ahora: de pocos amigos, buscando siempre el éxito y sólo rodeándose de gente que considera digna…—
—Hm, eso concuerda de por qué se ha cambiado tanto de escuelas…— y había escuchado unos rumores de que fue expulsado de algunas por mala disciplina pero todavía le costaba verlo como un “chico malo”
—Sho, Kise fue mi amigo y me encanta que podamos recuperar de a poco la relación en el presente, si te cuento esto es porque siento que él quiere algo especial de ti y debe ser que quiere convertirte en un gran jugador de basket y eso me parece maravilloso… Pero sé que es exigente y un poco absorbente. Por eso te pido que le tengas paciencia y le comprendas, es un buen chico que te puede sacar de quicio pero tiene buenas intenciones aunque a veces se torne medio frívolo.
—¡AH! El muy demente quiere que sea su representación en la cancha. ¿Cómo se le puede quitar esa idea de la cabeza?
—Haha, créeme, no se le va a ir esa idea de la cabeza. Es muy decidido en ese sentido.
—¿Qué más debería saber de él para sentirme que no me encuentro con sorpresas?
—Hm, creo que debes sentirte afortunado. El Kise más autentico sólo es amable con aquellas personas que él haya reconocido como dignos después de medirse con él… Suele ser de corazón frío cuando se trata de deportes.— miró en dirección hacia el rubio. Le saludó con la mirada y Kise le respondió. —Pero no es malo, tampoco pesado como algunos creen. Sólo es muy exigente en  cuanto al deporte que ama. Y es más infantil de lo que parece y su versión amable también es autentica sólo que la más real es la que te conté. Pero sigue siendo una persona simpática y divertida, con la que puedes contar y te apoyará… y a veces te retará en desafíos deportivos de la nada haha… Es… muy parecido a Oikawa.
—¡Y eso es lo peor! Es como soportar a dos Oikawas en mi vida, sólo que Kise parece ser una moneda de dos caras…— giró los ojos. —¿En qué me metí? Sólo pido no encontrarme con la sorpresa de que Oikawa se inscribió en el club, seria apocalíptico… — se dio con la palma en el rostro.
En ese momento, alguien golpeó la puerta del gimnasio, Sho y Souji intercambiaron miradas entre ellos, Sho especialmente angustiado con la idea de haber invocado a Oikawa. Kuroko hizo el ademán de ir pero Souji le indicó que él podía hacerle el favor. Cuando fue a abrir la puerta el joven quedó en un momentáneo entumecimiento por la conmoción de ver de quién se trataba.
—…— Sho se mordió el labio inferior, sintiendo que su nivel de ansiedad aumentaba. Quizá Oikawa era como Beetlejuice y se aparecía cuando decían tres veces su nombre. Lo peor de todo es que Souji se estaba tardando más de lo que se esperaba —No. Por favor. Oikawa no.— 
—¿U-ustedes?— Souji no pudo evitar disimular la gran sonrisa de asombro y emoción que se le había armado al ver de quienes se trataba.
—¿Souji? Woh, no sabia que también te habían obligado a venir a este club.— Akira Kurusu parpadeó sorprendido y anonadado de encontrarse a Souji en el club de basketball. Le dio un apretón de manos a Souji, feliz. Entró al gimnasio junto a su acompañante. Habían tenido cierta dificultad al ingresar puesto que muchas personas se estaban aglomerando afuera de este y ni él ni su compañero entendían por qué. Al parecer, el capitán del club era demasiado popular.
—Me sorprende ver a Akira Kurusu en el club de basketball.— bromeó Souji, sabiendo que su amigo no le prestaba interés a esas actividades salvo al club que pertenecía.
—Rizembool me obligó. Por créditos extras… Y supongo que la estrella que tienen en el renacido club de basketball mueve masas porque los de Rizembool están muy contentos con este nuevo foco de atención y van a apoyar en todo lo que necesite al club de basketball… Aún si eso significa molestar a estudiantes de otros clubes.— Akira frunció el entre cejo. Estaba en oposición de ese dictamen de Rizembool, puesto que él ya pertenecía a un club que SI le gustaba: baseball. Al cual asistía con Shikishima y donde ambos eran bastante buenos. Ahora, tendría que dividirse entre un club donde era titular y un club que no le importaba y que seguro pasaría en la banca de reserva trayendo toallas…
—Hehe, bueno… La verdad no me han obligado pero sí me engatusaron un poco.— reconoció con diversión. —Pero me deja en shock ver a Arisato aquí, ¡Eso no me lo esperaba ni en mil años!—
—…— Arisato vio que Souji lo miraba y supuso que le hablaba a él. Se quitó los audífonos —¿Qué?—
—Que me sorprende ver que estarás en el club.
—Ah, me obligaron… Rizembool no tolera que alguien no esté en ningún club y tenga ciertos beneficios… Así que me impusieron esta condición si quiero conservar una beca y un beneficio que me dan para hospedaje universitario.— El peliazul entrecerró los ojos, molesto internamente por esa presión impuesta por Rizembool. —Casi me meten en un club de danza… En estas fechas no quedan cupos en los clubs. Pero hablé con capitán de basket y me aceptó.— y todavía no entendía por qué. —Así que, aquí estoy…— suspiró. —Por cierto, hola.
—Si te había saludado pero estabas en tu mundo.
—…—
—Ahw, ven aquí.— Souji le dio un abrazo suave y corto.
—Ya… No hagas eso, Souji.— Minato se apartó. Sabía que el otro lo hacía para molestarlo. Minato intuyó una extraña sensación desde su espalda… parecía que había conmoción detrás de esas puertas del gimnasio y tuvo el instinto de dar un salto hacia al lado tomando a Souji y moviéndolo con él. Akira, por suerte, no estaba dentro del perímetro de riesgo.
—¡Woh! ¡Que reflejos, Minato!— dijo Souji muy sorprendido de la agilidad de su amigo quien había evitado que ambos fueran arrollados.
—¡¡Llegué!!— gritó eufórico quien acababa de entrar.
—¿¡Qué demonios!?— Daraen, quién calentaba en medio de la cancha, expresó  su asombro en shock al ver que casi era arrollado por ese extraño -y enérgico- sujeto que usaba una… ¿máscara? —¿Un… puerco?—
—¿Puerco? ¿A quién le dices puerco?— expresó el recién llegado, quien ya había causado mucha conmoción y despiste entre los presentes. 
—Oye, no puedes… usar esa cosa aquí. Te puedes accidentar o algo…—
—Uh…— ladeó el rostro, sin comprender.
—…— Daraen sentía que los ojos de esa máscara le estaban indagando el alma (¿?) ¡Pero qué cosas! si esos ojos inanimados no podían calar en su ser.
—¡Bueno! En el club no la usaré, pero apenas salga de aquí me la volveré a colocar.— Gritó el joven. Él se quitó aquella extraña cabeza de jabalí y dejó ver a un chico de cabellos negros y ojos verdes, los cuales llamaban mucho la atención por su intensidad y especialmente por sus largas pestañas que los enmarcaban. Daraen iba a comentar algo respecto la a observación de sus pestañas pero aquel chico se giró despavoridamente, quizá con intención de buscar a algún conocido entre los postulantes, pero terminó chocando con Sho Minazuki a quien casi tira al piso.
—¡Hey, ten cuidado!—
—¡Tú tienes la culpa de ponerte en mi camino, cabeza de tomate!—
—¡Con qué criterio me llamas cabeza de algo si tú entraste con unas cabeza de puerco puesta!—
Los dos se miraron intensamente y los que estaban más próximos podían sentir que chispas de odio saltaban entre ellos. Daraen, lamentablemente, estaba en medio. Supuso que era el que estaba a cargo de conciliar la situación.
—Tranquilos… Sólo fue un accidente no intencional. Pueden conversar las cosas con calmas después del término del entrenamiento.—
—El gaikokujin tiene razón. Arreglaremos esto después…— no dejo de mirar fijamente a Sho. —Arreglaremos cuentas al final del entrenamiento.—
—¿G-gaikokujin?— Daraen se sintió muy confundido, pero el silbato de Kise sonó en ese momento y no permitió que el de cabellos plateados le refutara a ese extraño ser-jabalí o tan siquiera le preguntara el significado de esa palabra “gaikokujin”
—…—  Sho miró con rencor una vez más a ese tipo, luego sintió que una mano de Souji en su hombro lo dirigía hacia el centro del gimnasio.
—Todos al centro. Nos presentaremos uno por uno en una ronda.— dijo Kise, de pie y con la personalidad que se espera de un capitán y manager. Caminó hacia el centro del gimnasio en el circulo del medio ubicándose en su punto favorito: el área de los tiros de tres puntos. Los demás se acoplaron haciendo un círculo con él. —Soy Kise Ryota. Jugador de basketball profesional y seleccionado nacional de Japón. Decidí trasladarme a Rizembool después de volver de mi pasantía deportiva en la NBA de los Estados Unidos. Aún conociendo que este club estaba extinto he tomado esta responsabilidad de hacerlo renacer… Claro, todo esto se logrará en base a ustedes ya que son los pilares fundamentales de este nuevo club— les sonrió. —¡Espero que compartan conmigo el sueño de llevar este club a los más alto en las clasificaciones y lograr quedarnos con el campeonato regional y el campeonato nacional!
—Es genial saber qué tendremos a una estrella de la selección nacional jugando en nuestro equipo.— comentó animadamente un joven llamado Yoshino.
—Tendremos las victorias aseguradas.— agregó Daraen.
—Respecto a eso. Tengo que aclararles un objetivo que me he impuesto y que quiero que también sea un objetivos que ustedes mismos se impongan: el objetivo es que yo entre las menos veces posible a la cancha a jugar. Quiero prepararlos a tal nivel que ustedes no necesiten de mí para salvar una situación. Así que, tomen esto como un reto: ¡Dar todo el corazón en cada partido! Y si tengo que entrar, entraré… Pero quiero que ustedes se propongan evitarlo en lo posible. ¡Claro que siempre los apoyaré y daré lo máximo de mi cuando entre a jugar! pero luego les regañaré que no pudieron evitarlo, de acuerdo?— les sonrió entre amistoso y desafiante. —¡Bien! ahora que ya me presenté, quiero que continúen ustedes.— miró al chico que tenía más cerca suyo.
—…Me llamo Kuroko Tetsuya… Practico basket desde primaria y me animó la idea de Kise de revivir el club de Rizembool. Un gusto.—
—Yo me llamo Claude von Riegan. Es primera vez que practicaré el deporte pero me siento capacitado para dar lo mejor de mi.— apuntó al chico a su lado. —Él es Hawks, está en las mismas condiciones que yo.
—¿Gracias por la presentación?— Hawks le dio un golpe suave en el brazo a Claude. —Somos estudiantes de Rizembool y también compañeros de trabajo.
—Debe ser genial y a la vez tedioso tener a tu amigo cerca tanto en la universidad, como en el trabajo y en el deporte.— comentó Yoshino, pensativo. Sintió luego la mirada de los demás sobre él ya que era su turno. —Disculpen. Mi nombre es Takigawa Yoshino. Vengo del club de baseball…— miró a Akira, quien iba al mismo club de baseball y estaba al tanto del por qué del cambio de club de Yoshino. Akira sabía que Yoshino había tenido diferencias con un amigo de éste último, Mahiro, y Yoshino había preferido cambiarse de club para  permitir que Mahiro madurara y estuvieran un poco de tiempo más separados.  Sentía que eso les haría bien. —Quiero probar nuevos deportes y el basketball siempre fue una opción para mi.—
Luego de la presentación de Yoshino, todos miraron a cierto chico que estaba levantando la mano apenas comenzaron las presentaciones. Ahora, era su turno.
—¡Yo soy Inosuke Hashibira! ¡Quiero ser el mejor en basketball y destruir a mis enemigos para honrar a mi club!—
—…— Sho y Daraen lo quedaron mirando con recato.
—Hehe, ese es el espíritu…— Kise sonrió de brazos cruzados. Le celebró el ánimo y las determinaciones de aquel muchacho. Desde ya, ése chico le caía muy bien.
—Yo. Minazuki Sho…— No sabía qué más agregar. —Soy nuevo en e—
—¡Y quiero que el trofeo del campeonato nacional esté en la vitrina de Rizembool!— agregó Inosuke, interrumpiendo a Sho. —¡Tengo la convicción de que seremos los mejores del país!
—¡Ya fue tu turno, miserable!— Sho lo miró con rabia, dispuesto a dejar que su lado impulsivo tomase el control de sí y darle un golpe en la cabeza a ese insolente. Souji, nuevamente, lo persuadió con una mirada discreta. —…—
—Yo soy Seta Souji. Hace años practiqué el deporte y siento que hoy estoy un tanto oxidado pero me gustaría aportar en lo que pueda en el club.— se presentó rápidamente para evitar más conflictos entre Sho e Inosuke.
—…— Daraen quedó tapado detrás de la efusividad de Inosuke. Alguien le obligó a volver al círculo. —Me llamo Daraen Åslavrikssen, estoy de intercambio cultural. En Islandia practicaba basketball y quisiera seguir haciéndolo aquí.—
—Tu apellido es muy difícil de pronunciar, gaikokujin… Mh— musitó Inosuke, pensativo para sí mismo. 
—¿Qué es eso?—
—Literal: “persona de un país de fuera”— Akira le sacó de dudas.
—…— Varios extranjeros se vieron aludidos.
—Soy Kurusu Akira. Mi club es el de baseball pero Rizembool me impuso tener un segundo club… Supongo que lo intentaré, eh. Disculpen si no estoy a nivel…— dijo esto último sólo para no quedar mal, puesto que al decir que estaba por obligación y que no le interesaba el club supuso que algunos (especialmente Kise) se sentirían ofendidos.
—Arisato Minato.— siguió tecleando en su celular.
—…— Un chico de cabellos rojizos y porte alto se quedó mirando a ese chico más pequeño en porte pensando que agregaría algo más a su presentación. Al sentir las miradas de los otros que indicaban que nada mas agregaría Minato, comprendió que era su turno. —¡Ah! Mi nombre es Sylvain José Gautier y quiero que cuenten conmigo para este equipo. Siento que puedo lograr un buen nivel y contribuir.— el joven miró a Claude, se apuntaron entre ellos y se guiñaron un ojo. —Nosotros nos conocemos y somos amigos. No podía dejar a Claude solo después de enterarme que estaba aquí.—
—Gracias.— Claude chasqueó los dedos, sonriendo.
—¿Yo?— un chico de cabellos platinados y ojos grises claros observó a Kise teniendo ciertos códigos internos con él. Cuando este le asintió, él continuó. —Eh, me llamo Tsukasa Eishi. Antes practicaba basket en el equipo que murió… ahora me unieron al club (…) para ser observador de situaciones— Eishi desvió la mirada hacia un costado, indiferente y desmotivado.
—Tsukasa será Consejero. Entrará de vez en cuando a jugar pero su papel principal en el club es ayudarme a observar y registrar a cada uno de ustedes para hacer una evaluación de su desempeño, fortalezas y debilidades. Esto lo usaremos de retroalimentación minutos antes de terminar los entrenamientos.—
—…— Eishi no era partidario de dividir su tiempo en actividades extras. Menos sí involucraban estar rodeado de más persona. Pero Kise lo había acosado por días con ese “rol sagrado y que solo él podía realizar” al final, a Eishi no le quedó más que darle en el gusto al rubio sabiendo que ese tonto rol lo podía hacer cualquiera, pero dado que su conocido era demasiado caprichoso y fijado no podría decirle lo contrario.
—¿Creo que estamos todos?— Kuroko miró a Kise.
—Falta uno.— Kise miró hacia la puerta, aún tenía fe. Lo invocó con la mente, diciendo mentalmente su nombre y recordando su persona (?) Algunos chicos se quedaron extrañados viendo que los segundos en silencio pasaban. Justo en ese instante, alguien golpeó la puerta. Ken Amada, el niño que estaba allí para observar a su senpai Kise, corrió a abrir y dejo entrar a un chico alto de cabello azulado. —Ya esta.—
—H-Hola.— el recién llegado corrió a integrarse al círculo.
—Hola. Estábamos en las presentaciones.— Souji le indicó al reconocerlo. Era aquel chico amigable, con quienes el grupo que tenía con Oikawa, Sho, Ken, Eren y Kaworu tenían como pacto ser amables con él.
—Gracias.— asintió, luego miró al resto. —Perdón por el retraso. Me confundí con los gimnasios. Mucho gusto, mi nombre es Chrom y espero llegar a ser un gran jugador.
Kise sonrió ante ese triunfo. Después de haber conocido a Chrom en el cumpleaños de Oikawa, donde fue copiloto de Chrom y donde hablaron todo el camino sobre la NBA, supo que debía reclutar a ese chico pues tenía conocimiento de aquel mundo y, según su observación, Chrom tenía buen físico para dedicarse al basketball. Sabía que podía lograr hacer un gran jugador de él al igual que con Minazuki.
—Que bueno que hay más chicos extranjeros.— Daraen se acercó a Chrom y le saludó animadamente. Se presentaron entre ellos e intercambiaron comentarios sobre sus países natales. Chrom se le hizo alguien interesante y agradable.
—Creo que ahora sí estamos todos, pero antes de que comiencen a calentar… falta un detalle importante.— Kise sonrió de manera un tanto traviesa, caminó hacia la puerta bien campante y con una idea en mente.
—¿Qué detalle?— Claude corrió a su lado, lleno de curiosidad.
—Mmh, porristas.— le dijo con tono complice a Claude. Ambos articularon una sonrisa un tanto pícara. Abrió lentamente la puerta del gimnasio e hizo pasar a un grupo grande de chicas. Algunas personas que seguían a Kise por las redes sociales intentaron ingresar pero Kise les pidió disculpas respetuosamente indicándoles que sólo podía dejar pasar a ese grupo de gente.  Si bien sus fans se desilusionaron, respetaron la forma cordial de Kise para referirse a ellos.
—¿Tenemos animadoras especialmente para nosotros?— preguntó Sylvain, con curiosidad y asombro. —Wow, este club está muy bien preparado.
—¡De eso es de lo que precisamente queremos conversar!— Una bella joven de cabellos platinados, se plantó frente a ellos, con los brazos en jarra y exigiendo una explicación. —Vi mi nombre en el club de animadoras. Al parecer alguien me inscribió sin preguntarme. Consulté a varias chicas que estaban en el punto de reunión y da la casualidad que muchas de ellas… ¡Están en la misma condición que yo!— ella buscó culpables, cuando justo encontró a alguien conocido y su enojo aumentó. —¡Claude, canalla! ¡Apuesto que tú estás detrás de todo esto!—
—¿Yo? ¿Cómo se te ocurre.—le sonrió dulce e inocentemente, pero su amiga no le creía ni una palabra. —Edelgard, no deberías estar molesta, ¡te verías hermosa de animadora! ¡sobre todo animándome a mí! Yo sé que es uno de tus sueños secretos.—
—¡Claro que no!— ella lo miró ofuscada. —¡Exijo una explicación racional sobre esto!—
—No es la única en desacuerdo con esta situación.— apareció una joven de cabello corto y azul. Al igual que la primera, buscaba culpables.
—Ay, no. Me va a matar.— Sho se escondió detrás de Souji, sin poder evitar soltar una risa maldadosa.
—Sho, ¿inscribiste a Marie en contra de su voluntad?— soltó un suspiro. Sin duda, ese año su pareja no maduraría.
—Todos estaban haciendo eso, ¿qué tiene de malo?
—¿Ann?— Akira se acercó a una chica alta que llevaba su rubio cabello en dos coletas. —¿Vas a ser animadora?—
—Akira.— la joven le saludó. —No tenía idea de esa realidad hasta que vi mi nombre.—
—Por si acaso, yo no fui…— dijo prontamente el pelinegro.
—Lo sé.— ella le sonrió, divertida. le indicó con la mirada a Kise. —Sé que fue Kise. Es mi compañero en el trabajo de modelaje y supongo que pensó que sería una buena idea tenerme aquí. De todos modos no me desagrada la idea de estar en este tonto club de animadoras…
—Me preocupa que termines colapsada entre los estudios y ser Princess… pero… Será bueno verte aquí. Después del tema de los clubs podríamos entrenar como Rebel y Princess—
—¡Buena idea!— vio que un joven se acercaba a ellos, lo reconoció inmediatamente. —Aw, ¡Souji!— Ann le dio un abrazo discreto. —No sabía que estabas en este club.
—Lamento sí interrumpí su conversación.— saludó con una gentil sonrisa a Ann.
—Sou, Ann es mi Princess. No sé si te lo conté.—
—Oh, es una noticia interesante. Y, no, no me lo habías contado.—
—¡Chicos!— saludó Rise, integrándose.
—Oh, Rise, ¿también te inscribieron contra tu voluntad?— Souji le preguntó.
—No. No. Yo sí quería ser voluntaria pero parece que alguien me hizo el favor de inscribirme, haha—
Más allá, Erina veía con rencor a su familiar. —¿Crees en serio que voy a animar este tonto club? Especialmente si tú estás dentro de él…—
—Erina, para mí también es sorpresa verte aquí.— dijo Kise, sonriendo tranquilamente.
—No te hagas el inocente, rata inmunda. Sé que estás detrás de esto.— ella lo miró con odio. —Y si no fuera poco, inscribiste a Mahiro, mi hermano, en el club de animadoras. Mahiro ni siquiera es mujer…Ni que se entere que lo metiste en esto, porque te destruirá.—
—Ah, Erina, ¿Por qué crees que fui yo? Hasta donde yo sé, fue una tal Kasumi la que inscribió a diestra y siniestra a todas estas chicas y a Mahiro— Kise se alzó de hombros, muy tranquilo y convencido de su inocencia. —Tal vez deberías conversar con ella…— suponiendo que su prima Erina Nakiri era más condescendiente con su género.
—¿Y-yo?—
—¿Eh?— Kise se volteó al escuchar esa voz. No había visto a la chica que estaba a su espalda. Era una muchacha muy linda de cabellos rojos intensos atado en una coleta, sus ojos tenían un tono similar al de su cabello. Ella lo miraba con incredulidad y perplejidad. El rubio se quedó unos instantes en shock, sin saber qué decirle. —¿T-Tú eres Kasumi?—
—Ahá.— Asintió, sin comprender la situación —¿Por qué dices que yo inscribí a todas las demás?—
—Eres… Muy bonita…— Pensaba que Kasumi tal vez era una gorda herbalife con alta autoestima que se inscribió voluntaria en el club y que no duraría nada al ser eliminada del club, pero resultó ser una chica muy hermosa. 
—¿Ah?—
—¡Ah!— Kise se llevó las manos al rostro, enternecido, dándose un par de golpes para salir de su ensimismamiento. A veces sí era un gran idiota.  ¿Cómo metía en problemas a esa dulce chica? —¡Fue Claude!— se destapó el rostro. —¡Claude inscribió a todas! ¡Kasumi-chan no tiene nada que ver. Ella es inocente! ¡Perdón!— se escondió de Claude.
—¡¡TRAIDOR!!— Gritó Claude desde el otro extremo, haciendo un gesto dramático digno de una obra de Shakespeare. Traicionado, apuñalado, vendido. Así se sentía. ¡Y por su amigo! Ni Judas ni Macbeth llegaron tan lejos.
—Bro, lo siento. Pero esa chica es demasiado adorable para hacerla sentir mal.— le dijo Kise, sosteniendo a un Claude casi desfallecido.
—¡No me hables!— le desvió la mirada. —La traición, hermano— indignado.
—Hubieras hecho lo mismo. Parece muy inocente para  tanta maldad.
—Kise, baaaka.— Hawks llegó hasta ellos. Rodó los ojos ante el drama barato de Claude a quien le dio un puntapiés diciéndole “ya córtala” —¿Y cómo puedes estar seguro de que no es una asesina de Hanasaki infiltrada y viene a matarnos a todos? ¡Quizá no es nada inocente y traicionas a Claude por ella!—
—Hawks, ¿Qué rayos?— el rubio lo miró preocupado. —¿Estás viendo muchas películas de terror como para que tengas esos pensamientos tan escabrosos?— negó con la cabeza. Posteriormente miró a Claude. —Y eres tonto. Gritaste sin sentido. Iba a nombrar a un Claude X que no eras tú. Ese Claude raro y freak que trabaja en el Starbucks cerca de nuestro trabajo.
—¿Y qué tiene que ver ese Claude con Rizembool y las porristas? ¡No tiene lógica!—Claude lo miró molesto. Luego hizo un gesto de asco. —¿Se llama Claude? ¿Por qué justo se llama como yo?
—Es un depravado y los depravados andan pendientes de esas cosas.— miró a cierta chica de cabellos plateados que al escuchar la revelación se acercó asesinamente a Claude. Le habló a ella —Me refería a un Claude enfermo de un Starbucks. Estudia en Rizembool pero casi nadie lo ve. Inscribiól a todas porque es depravado y quiere observarlas en uniforme. Pediré que hagan reclamos formales y se realicen las respectivas medidas hacia esa persona…— dijo con seriedad.
—…— Edelgard no parecía para nada convencida, pero al menos dejo de aproximarse a Claude con intenciones homicidas (?) prefirió ir donde Kasumi y las otras chicas. La situación ya estaba, sólo quedaba asumir y ver qué harían con el club de animadoras.
—¿Se lo creyó?— murmuró Hawks en shock.
—No lo creo. Pero al menos me ha dado tiempo de pensar en algo que la distraiga y me deje escapar después del entrenamiento.
—Ok, pongámonos serios.— Kise recordó que debía dar una imagen estoica y de respeto. Dio un par de aplausos para llamar la atención de los demás. —Calentaremos trotando alrededor del gimnasio y luego haremos una serie de ejercicios. Después les enseñaré las cosas más básicas del deporte y finalmente practicaremos tiros libres. Para el próximo entrenamiento repetiremos lo aprendido y haremos equipos para jugar entre nosotros. Y… para la próxima semana, tendremos un discreto encuentro con el equipo de Tokyo U
—¿¡TAN PRONTO!?— Sho se alarmó.
—Oye, que exagerado.— Inosuke lo miró con desaprobación. —¡Le ganaremos a Tokyo U!— gritó emocionado, con el puño en alto.
—¿Estás loco? En Tokyo U hay dos seleccionados nacionales del equipo de basketball.— Yoshino comenzaba a arrepentirse de su decisión de cambiarse de club.
—Nadie es rival para nosotros. Tenemos a Kise y ¡Estoy yo en el equipo para defender religiosamente esa canasta!— Inosuke apuntó hacia la dicha  canasta. —¡No dejaré que nadie pase mi línea!— ya soñaba con la idea de esa gran batalla campal (?), desde ya invitaría a Tanjiro, Zenitsu y Nezuko a ver ese encuentro. —¡A prepararnos!— comenzó a trotar alrededor del gimnasio.
—…— Sho lo miró con ciertas ganas de que Inosuke siguiera de largo y atravesara la pared y desapareciera pero sabía que  eso no era posible. Suspiró.   Miró a Souji. —Mejor empezamos ya. Después de tanto contratiempos.—
—¿Pasó algo antes de que yo llegara?—
—Pfff, ni te lo imaginas. Te cuento al final.—

La tarde de entrenamiento pareció ser mucho más intensa y exigente de lo que estaban preparados. Muchos de ellos quedaron muertos al término del entrenamiento pero muy motivados a continuar en el club y con menos temor del enfrentamiento que tendrían contra Tokyo U. Después de despedirse entre ellos, poco a poco fueron saliendo en compañía de las chicas del, extrañamente formado, club de animadoras.

—Ahora podrías contarnos qué fue lo que pasó antes de iniciar todo en el club de basketball.— Souji codeó a Sho, con curiosidad.
—¿Eh?— Ken observó extrañado a ambos. —¿Sho se metió en problemas?—
—¿Por qué siempre piensan directamente que yo me metí en líos?— Sho miró a Ken y a Souji ofendido.
—Pues… Las probabilidades contigo son altas, para serte franco.— Souji alzó los hombros, divertido con la expresión de molestia de su pareja.
—Esto no tiene que ver conmigo… Directamente. ¡Ya va!— se moría por contarlo, rio ahogándose momentáneamente con su propia risa contenida. —Ya. Lo que pasa es que estábamos en él gimnasio los que habíamos llegado primero: yo, Kise, Hawks, Kuroko y Claude. Como no tenía zapatillas adecuadas para entrar en la cancha, Kise me pidió que practicara tiros en una canasta aislada y fuera de la madera de la cancha. Estaba en eso y… fallé como mil veces. Y justo cuando me rebotó un balón en el rostro apareció el baboso de Jaeger. Me vio y típico de su estupidez comenzó a reírse de mi.
—¿Qué hacía Eren aquí?— Hasta donde Kaneki sabía, no estaba en el club de basket.
—¡Eso es lo más estúpido! haha, porque el muy idiota estaba PERDIDO haha. Estaba buscando su tonto club de descerebrados de fútbol americano, el cual va desde meses, y todavía no se memoriza el lugar.  Entró aquí por error.—
—Oh, pero te vio equivocarte y eso te molesto.—
—Sí, gracias Souji por recordar ese detalle.— lo miró frunciendo el ceño.
—¿Qué pasó después?—
—Nada. Se empezó a reír y hacerme burla con su humor aburrido de británico o qué sé yo de donde venga ese tipo. Estaba tan concentrado en reírse que me dio mucha rabia y le lancé el balón al rostro y le di como nunca. ¡Y eso que estaba muy lejos!—

Sho recordó fugazmente la escena: Eren Jaeger en las tribunas muerto de la risa diciéndole “¿Minatonto en basket? ríndete, jamás encestarás.” y pese a que intentaba ignorarlo como si fuera un microbio “HAHA volviste a fallar ¡¿Cómo se puede ser TAN malo?! ¿Cómo se puede ser TAN tonto?” “Otra vez fallaste… Ya no es gracioso, ya da pena” ese idiota ya había colapsado su paciencia. Sí, Sho había fallado varios tiros pero no tenía por qué estar allí molestándolo. Agarró el balón y se lo lanzó tan violentamente que le dio en el rostro a Jaeger y lo botó hacia atrás.  Jaeger quizo vengarse e ir a buscarle pleito pero Kise lo mandó a echar del gimnasio cual si fuera un vagabundo y por andar distrayendo a los cadetes.

—Cuando vino seguridad a sacarlo fue demasiado gracioso. Gritaba. Sí, ya sé que grita TODO el día enojado. Pero gritaba cosas que no se le entendía y lo echaron. No me extrañaría que lo hayan mandado a la enfermería de Rizembool a ver si estaba psicótico o algo.—
—Ahh, ¿ustedes dos cuándo van a dejar de ser tan infantiles?— Souji negó con la cabeza, aunque sí le dio risa lo que le contó Sho.
—¿No te pareció gracioso?— Sho lo miró confundido.
—Tal vez…pero también me parece que ambos son demasiado infantiles.
—…— Ken sintió que Sho lo miraba esperando su respuesta. —Eh, creo que quizá fue gracioso cuando decía cosas que no entendías… Me acordé cuando nos detuvieron y  gritaba en inglés en la comisaría diciendo que no nos conocía y era  un turista (…)—
—Jaeger está loco… Seguro Rizembool lo mandará al Psiquiatra. En fin ¿Alguien tiene hambre?
—Sho…— Ken sonrió levemente por el desinterés de Sho respecto a la salud mental de Eren. —¿Vamos a cenar a algún sitio?—
—Me parece buena idea. Pero me esperan mientras voy a las duchas… Necesito asearme.—
—Okay.—
—Voy a despedirme de Minato y Akira mientras tantos.— dijo Souji. Se adelantó unos metros hacia donde Akira y Minato lo esperaban. —¿Qué hacen después?
—Mh, iré al laboratorio a adelantar en mi trabajo de robótica.— dijo Minato.
—Yo tengo entrenamiento de baseball en unos minutos.—
—Woh, ¿cómo vas a sobrevivir a dos entrenamientos intensos en un día?—
—No lo sé…— Akira suspiró. —Pero si no voy Shikishima me mata.
—Hablando de Shikishima…— Minato apuntó con la mirada hacia unos metros más allá donde Ritsu Shikishima, usando uniforme de baseball, parecía conversar con Rise mientras esperar a Akira.
—Hm, deberíamos salir un día y ponernos al corriente. Hoy me quedó en claro que estoy muy desactualizado de las novedades respecto a ustedes. Tuvimos que encontrarnos en el club de basket para volvernos a hablar un poco más.
—…— Akira sonrió levemente, enmarcando un gesto un tanto malicioso. —No podíamos hablar contigo porque tenías al tóxico de Adachi manipulando tu tiempo egoistamente sólo para él.
—Uhh…— Minato miró a ambos, despegando su mirada de su teléfono celular. Akira podía ser muy directo, y maldito, a veces.
—Ya… Me merezco esa observación tuya por dejarlos de lado por estar con Adachi en ese entonces…— Souji desvió la mirada, incómodo.
—Pero ya es tiempo pasado y eso es lo mejor. Me parece que tu actual pareja no te hace escenas de celos y eso lo valoro. Deberías invitarlo en una próxima reunión para conocerlo mejor.— Akira le dio un apretón de hombros. —Amigo, me alegra haberte recuperado. Y, sí, tenemos que juntarnos.
—Ahá. Podría coordinar algo en la semana. Minato, ¿vas?—
—Puede ser…— asintió levemente. —Creo que no tengo tantas obligaciones esta semana.
—Que bien. Podrías invitar a Minako si quieres.— sugirió Souji.
—¿Para qué voy a invitar a… Minako?— Minato entrecerró los ojos, no encontrándole la lógica a esa situación. —Pensé que era una reunión típica de amigos.
—Minato no quiere chicas en el grupo.— le bromeó Akira. —Ya me tengo que ir. Nos ponemos de acuerdo.
« Last Edit: September 04, 2019, 03:16:20 PM by Kana »


Mimi Tachikawa

]

Todos se encontraban en la arena cerca del inmenso mar, para cuidar la piel de cada uno, la zona donde iban a estar se encontraba cubierto de sombrillas y sillas para cada uno, solo para Ritsu habian 2 sombrillas y un ventilador portátil, mientras que para Leo tenia a su disposición a dos mayordomos.

Bueno bueno chicos…-hablaba muy animada María después de su conversación con Chiaki- Como recuerdan esta salida ha sido especialmente preparada por mi para reforzar nuestros lazos de amistad…-señalando a Izumi y Tsubasa-Vamos a tener una competencia playera…-sonrio ampliamente-

Esa es tu manera de reforzar sus lazos de amistad?...-dijo Mao con una gota en la cabeza-

Claro que si Isara-kun…creo que no lo sabes pero para los Knights es algo común las competencias, asi que no hay nada mejor que relajarse haciendo las mismas…-

Suena muy divertido María, estoy deacuerdo!!...-habló animadamente el líder de Knights- y dime cuales es la competencia que has preparado? Quizás esta competencia me inspire a continuar con la segunda parte de la canción que estoy componiendo-

Uhm…que parte de que mientras tengamos una actividad grupal, esta prohibido que uses tu cuaderno para
escribir?...tambien debes de disfrutar un poco del mundo real querido Leo…-se acercó a él y le quitó su cuaderno-asi
que esto queda confiscado-

Pero Maríaaaaa no seas malaaa como voy a poder plasmar todas mis ideas cuando llegue la inspiración del universo???- dijo casi gritando como siempre lo hacia-

Pues tu inspiración tendrá que esperar a que llegues a tu habitación…-dijo sonriendo malévolamente-

Maria-chan es la única que puede controlar los impulsos de Ousama…-rio suavemente Naru-

Se nota desde su porta que es una persona muy fuerte…-habló Yamanbagiri observando detenidamente a la pelirosa-una buena candidata para ser una guerrera-

Recuerdo que cuando estaba en Inglaterra, María-neesama siempre lo tenía bien controlado cuando no tenían ensayos para sus obras…-rio suavemente el pelirojo-

Maria-san siempre es una persona muy estricta cuando se trata de trabajar y descansar…-

Es casi como tu Kacchan…-

Eso si que no mi querido Ritsu…-nego Maria moviendo su cabeza- dudo ser igual a Tsubasa, al menos yo me tomo algo de tiempo libre para disfrutarlo y no como ustedes…-nuevamente señalando a los dos jóvenes que estaban con los grilletes-ambos aman estar estresados al máximo, actúan sin pensar y no quieren tener contacto alguno con la paz y la tranquilidad del mundo-

Acaso cuestionas mi estilo de vida Maria?- Izumi le miraba con el ceño fruncido-

No la cuestiono Izumi, solo que necesitas descansar al menos un momento y dejar de renegar mucho …-le dijo mientras le ponía un dedo en la frente- el hecho de que ahora seas un rebel no importa, igual necesitas ser menos amargo-

Oye déjame en paz…-dijo alejando la mano de la otra joven-

Estoy deacuerdo con Sena-kun…en mi caso yo he nacido como espada para proteger a Ousama…-

Y por eso te metes en problemas sin pensar en las consecuencias de tus actos…-suspiro pesadamente para acercarse a ella y golpearle suavemente la frente como lo hizo con Izumi-Sabes que haciendo ese tipo de cosas lo expones más al peligro??-

Maria-san no se calla nada…-hablo Mao mientras observaba a Yamanbagiri que observaba interesado a la joven pelirosa-

Marichan es de las personas que hablan las cosas sin filtros, por eso nos llevamos tan bien…-hablo Ritsu canturreando alegramente-

Pero María-chan se comporta así porque nos quiere mucho…-Habló Naru con una sonrisa- aunque siempre termina discutiendo con Izumi-chan…-

Ambos son de carácter fuerte…es muy divertido verlos discutir…-habló Ritsu observando a los dos jóvenes –

María se aclaró la garganta después de regañar a Tsubasa e Izumi, para luego continuar con su explicación

La actividad que tendremos será un torneo relámpago de vóley playa entre parejas, asi que yo eligiré a las parejas que se van a enfrentar a Izumi y Tsubasa, como son lo más fuertes, deberán de mostrarnos sus habilidades no lo creen?
Mariá-san como quieres que juguemos de esta manera si tenemos los grilletes en nuestros cuellos?-le dijo la peliazul señalando el “pequeño” inconveniente-

Esos grilletes no representan ningún problema, la cuerda es larga y ustedes anteriormente sincronizaban en sus pasos de baile verdad? Asi que no hay excusas y vamos a comenzar! Obviamente vamos a dejar a Ritsu como referi y los demás vamos a jugar-

Pero no quiero ser referi Marichan…-

Si no lo eres…entonces vas a jugar no?-

Si es asi no me queda de otra que ser referi…-

Ahora les anunciaré a las parejas que se van a enfrentar a Izumi y Tsubasa

Y las parejas eran:

Izumi/Tsubasa
Leo/Maria
Yamanbagiri/Mao
Naru/Tsukasa

Es asi que se dio inicio al mini-torneo de vóley, Izumi y Tsubasa se la estaban arreglando para poder coordinarse y jugar al menos decentemente, para no perder frente a los demás, como ambos ya habían hecho un pacto de no-agresión durante este viaje, asi que al menos podían dar una imagen decente y algo creible de “unidad”.

Los primeros en enfrentarlos fueron Yamanbagiri y Mao, en el primer set había sido una victoria perfecta para el dueto de los invitados, pero en el 2do set, tanto Tsubasa como Izumi ya se estaban acostumbrando cada vez más a los grilletes, empezaron a remontar sin dejarle si quiera anotar un punto a los otros dos jóvenes; en el set definitorio, la cosa se había puesto mas pareja, ya que mientras Tsubasa y eran cumplían con la labor de defensas, Izumi y Yamanbagiri se encargaban del ataque, ninguna de las dos partes cedia, pero ya en la última parte, tanto Hime como Rebel terminaron ganando el set.

Perdóname Isara-san…si no hubiese dudado al final del encuentro, podríamos haber ganado…-

No te preocupes por eso Yamanbagiri-san…aunque hayamos perdido fue muy divertido…aunque…-mirando al rubio que
había estado jugando con la capa que estaba llevando durante todo el viaje- no tienes nada de calor??

El rubio negó con un movimiento de la cabeza

Ya veo…-sonrio nerviosamente el pelirojo- vamos a tomar algo fresco para rehidratarnos…-

A mi también tráeme uno Maakun!!...-le pidió Ritsu ondeando su mano-

Que yo sepa Ritsu estas muy bien hidratado…-

Señalando el banco del réferi que estaba cubierto de sombrillas que los mayordomos sujetaban, al mismo tiempo que tenía un ventilador pequeño portátil y le estaban sirviendo bebidas heladas-

Tsubasa los observaba y esbozo una suave sonrisa

Kazanari no te distraigas que aún nos quedan dos rivales más…-

Lo sé, no tienes porque decírmelo…-suspiro pesadamente, enrollándose la cola que se había amarrado por el calor que hacia –

Ahora le tocaba a la pareja Tsukasa/Naru, seria el primer enfrentamiento entre Knights, todos iban a mirar el enfrentamiento con gran interés

No vamos a perder, Sena-senpai….Tsubasa-neesama…-

Vamos a ir muy enserio chicos…-le dijo Naru guiñando el ojo-

Vengan aquí que los estamos esperando…- le dijo el peligris con actitud arrogante-

Tsukasa-kun…Naru-neechan…daremos lo mejor de nosotros para derrotarlos-

Es asi que comenzó el 2do enfrentamiento, este estuvo muy reñido desde el inicio, ya que era como un ping pong de puntos, nadie daba su brazo a torcer, ahora Tsubasa se encontraba en la posición de ataque, mientras que Izumi se encontraba en la defensa, con solo miradas ambos jóvenes cambiaban de ataque a defensa y viceversa, lo mismo hacían Naru y Tsukasa, aunque los bloqueos siempre los hacía Naru al ser más alta que él. El primer set casi duró 1 hora y fue victoria de la dupla Izumi/Tsubasa, el segunfo set duró hora y media ganando la dupla Tsukasa/Naru, el tercer set fue el más corto, porque duró 30 minutos y los 4 estaban muy cansados, siendo la victoria final de la dupla Izumi/Tsubasa-

Tsubasa-san y Sena-senpai son muy fuertes…-dijo asombrado Mao-después de enfrentarse a nosotros han jugado un partido de casi 3 horas-

Se puede ver el estado físico optimo de los dos…-hablo el rubio-no por algo son Hime y Rebel, viéndolos jugar puedo replantear el entrenamiento que le daré a Tsubasa-

Sena-senpai…Tsubasa-neesama – Tsukasa se acercó a ellos e hizo una reverencia- Felicidades por su victory…fuimos derrotados por los mejores…-

No creo que seamos los mejores Tsukasa-kun…- le hablo la peliazul-Fue un muy buen partido…-sonrio suavemente mientras acariciaba suavemente los cabellos del menor del grupo-

Kasa-kun tienes que mejorar mucho tus habilidades…aunque fue un muy buen juego-

El pelirojo sonrió emocionado por las palabras de aliento de sus senpai

Sigue siendo el dúo peligroso de Knights, los cuales acababan con cada rival que se aparecían en nuestro camino…-hablo Naru entregándoles botellas de agua para que pudieran hidratarse-Aunque ahora sus rivales van a ser…-

Muy bien jugado Secchan y Kacchan…ahora tendrán unos 10 minutos de descanso…-habló el pelinegro que se encontraba todo fresco como una lechuga desde su asiento de referí

Los dos jóvenes asintieron y se acercon a las sombrillas para tomar un merecido descanso

Felicidades Sena, Tsubasa-chan…se nota que no han perdido el tiempo y se han mucho mucho mas fuertes, me han hecho un padre orgulloso hahahahaha…-acariciandoles suavemente los cabellos a ambos- por eso los dos son mi brazo derecho y mis queridos amigos de la infancia

Ousama…gracias por esas palabras…no creo que sea digna de ellas…-dijo la peliazul que se encontraba feliz de que había sido reconocida por la persona a la cual tiene que proteger-

Obvio que tenemos que mantenernos en forma tonto Ousama….acaso pensabas que cuando te fuiste me iba a dejar caer? Lo mismo debio de pensar Kasanari…-se cruzó de brazos- además somos rebel y hi….-

Ya no quiero saber nada más Sena y espero que no piensen que saldrán victoriosos en nuestro enfrentamiento verdad Maria??-

Eso es muy cierto querido Leo, nosotros que somos los campeones mundiales de vóley playa mixto, asi por lo que verán su derrota será asegurada-

Todo el mundo giró a mirar a Tsukasa

El pelirojo se aclaró la garganta y empezó a hablar-Eso es cierto, que raro que ninguno de ustedes se haya enterado…-

Creo que puedo hablar por todos, que la mayoría que esta en la industrial idol tenemos la agenda muy ocupada…-dijo Mao observando a todos que se encontraban avergonzados de no saber de los logros de sus amigos-

No todos somos niños ricos a los cuales tienen sus sirvientes para que le informen de cada novedad…-hablo con fastidio Izumi-

No creo que sea bueno juzgar a los demás por su condición Sena-kun…-dijo la peliazul visiblemente enojada.

No es para tanto Tsubasa-neesama…-le habló para calmarla-

Si tu lo dices…-

Kacchan, Secchan ya acabaron los 10 minutos de descanso…-

Es así que terminó el descanso y el último enfrentamiento se llevó a cabo, aunque no duró mucho tiempo porque tanto María y Leo no les dejaron ni respirar, impidiendo que la dupla de Tsubasa e Izumi pudiera hacer algún movimiento-

La victoria es de Ousama y Marichan!...-

Eso es lo que les pasa por ser tan confiados…-sonrió la pelirosa victoriosa-

Aún asi fue un muy divertido juego Maria…-canturreo el pelinaranja alegremente-

Ni siquiera pude ver los movimientos de Maria-san…-dijo la peliazul que estaba respirando con dificultad-

Ousama cuando se pone serio es una persona de temer…eso no ha cambiado en nada…-se cruzó de brazos Izumi frustrado por haber perdido de esa manera

Ousama y Maria me dejaron muy sorprendida…ambos lo hicieron tan bien y seriamente que me ha dado miedo…-hablo Naru –

Creo que soy el único al que no le sorprende la habilidad del Leader y Maria-neesama…-

Con razón Tsubasa está preocupada por no estar a la altura de su Rey…-Habló Yamanbagiri anotando más detalles-hay tantas cosas en el menú de entrenamiento que habrá que cambiar para que pueda estar un poco más a su nivel-
Todos ellos son increíbles, ahora ya se porque Ritsu quiere tanto a estas personas…-habló Mao observando a su amigo pelinegro que observaba fijamente a Izumi y Tsubasa-y el como quiere que todo sea como antes, aunque con métodos poco ortodoxos-con una gota en la cabeza-

Bueno bueno…después de este reñido mini-torneo, ahora toca divertirnos, asi que los que quieren ir al mar vengan conmigo y los que quieren hacer otra cosa menos entrar a la casa pueden hacerlo!!-

Deacuerdo!!...-dijieron todos al mismo tiempo

Maria y Naru se fueron a nadar, Tsubasa junto con Tsukasa e Izumi se encontraban partiendo las sandias para que todos puedan comer, Yamanbagiri se encontraba bajo una sombrilla observando con tranquilidad todo lo que los demás hacían, había cogido un ventilador portátil para darse aire ya que ahora si sentía que hacia mucho calor, al lado de él se encontraba Ritsu que se había quedado profundamente dormido, Mao decidio hacer algo de Surf aprovechando que la marea era propicia, mientras que Leo sacó por unos momentos su celular para grabar algunas palabras que le ayudarían en su nueva composición,dejo el celular y se acercó hacia donde estaban María y Naru, para empezar a jugar con ellas.

Nee…Maria…Naru…en la noche necesito hablar con ustedes…-

Uhm debe de ser algo serio…-dijo la pelirosa- sea lo que sea estaré de tu lado-

Bueno no hay que pensar en eso y vamos a jugar…-animo Naru-ya en la noche nos podemos preocupar-canturreo alegremente

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Ninguno de los presentes sospechaban que Enoshima Junko los estaba espiando, al mismo tiempo que había ido personalmente a observar a Midare Toushiro, había infiltrado a uno de sus seguidores como mayordomo de la casa de playa de María que era justo uno de los que estaban presentes en las actividades del grupo, una vez que la pelirosa había regresado de su paseo de investigación, fue a uno de los laboratorios de Rizembool para sacar su laptop y empezar a armar su plan maestro, al lado de ella se encontraba un profesor de apariencia algo infantil, de cabellos rubios, con una bata blanca que estaba manchada con un liquido rojo que parecía sangre, con una polera roja que estaba debajo de una camisa verde clara que estaba desabotonada y pantalones jean rasgados, sus cabellos eran cortos y ondeados, llevaba unos ganchos rojos que acomodaba su flequillo.

Y encontraste algo interesante en tu paseo Junko-chan?....-se acerco hacia la silla donde estaba sentada la pelirosa y la abrazo por detrás-

He encontrado muchas cosas interesantes Kashu-sensei…-observando como todos se estaban divirtiendo- y parece que aquí también estoy viendo muchas cosas interesantes- abrió otra ventana de su laptop para escribir lo mas importante de su investigación – Y lo que me diste para tomar el control de Midare Toushiro ha sido conveniente…porque el aparato es casi imperceptible que pareciera que lo estoy manipulando de otra manera-

La ciencia esta avanzando a pasos agigantados mi querida Junko, además lo que te di es el prototipo, asi que si todo resulta bien, pronto podré crear más para poder manipular a las personas-

Tienes razón sensei…aunque por ahora solamente me conviene que este él bajo mis ordenes, necesito manejarlo para ponerlo en contra de su familia cuando la encuentre…además se que Yagen Toushiro es una persona muy peligrosa y me conviene tenerlo de mi lado, que mejor manera que tener a su hermano perdido en mis manos…-

Yagen-kun es uno de los orgullos de la escuela y es mejor que lo tengas de tu lado…-observando el video del grupo que se encontraba en la playa- y que le tienes preparado a Tsubasa Kazanari??...-

Pues esta vez debo de hacer algo diferente…ya que ahora iré directamente contra una Hime, observando todos los antecedentes puedo ver que es muy fuerte y dedicada, los que están a su alrededor también lo son…-rascandose la barbilla-además tienen a Sakuma Ritsu en el grupo, lo cual me pone en un enorme predicamento por lo que representa su hermano mayor Sakuma Rei, por mas que sea un buscado por la escuela, aún es muy influyente en diversos lugares…Izumi Sena acaba de volverse un rebel, por lo que veo actualmente no se lleva bien con ella, asi que esto lo podemos usar para nuestra conveniencia, luego esta Tsukinaga Leo que pertenece a una de las familias mas poderosas de Japón, es un prodigio y participa internacionalmente como compositor, es el objeto de protección por cada uno de ellos, aunque por ahora no puede hacer mucho después de que Eichi-sama se encargó de romperlo internamente, lo que tampoco me gusta es esa tal Maria Cadenzavna Eve, puede representar un peligro a futuro-

Veo que vas a tener muchos problemas esta vez…-

Afortunadamente el rebel actual de Kazanari Tsubasa es Yuuto-senpai, el cual tiene en su historial a dos Himes, además de que es el causante de la tragedia de la familia Kazanari que no dejo sobrevivientes además de ella

O eso era lo que todos creían…-

A que te refieres con eso Kashu-sensei??-

Te acuerdas que me pediste que investigara aquel incidente? Pues hace unos años atrás Yuuto-kun también me pidió lo mismo para saber si era cierto que todos los Kazanari a excepción de Tsubasa estaban muertos…para ese entonces mi yo débil no le dijo nada porque quería protegerla después de todo lo que había sufrido y perdido, pero ahora es distinto porque tu estas en problemas y me divierte en saber en como usaras esta información te lo diré y esto es que aparte de Tsubasa…hay otro sobreviviente…y sabes cual es lo mas interesante de esto? Es que la familia Tsukinaga estaba enterada…-

La pelirosa sonrio maliciosamente-Eso significa que el querido Rey de Kazanari le ha visto la cara todo el tiempo…y debo de suponer que sus amigos a excepción de ella deben de saberlo…tenemos todo lo que necesitamos para empezar a
trabajar con ella…ahora la pregunta del millón es …cual de todos se salvo???

Su hermano menor …Mafuyu Kazanari…-

Eso es aún mas interesante...asi que vayamos por él …-

No creo que sea fácil encontrarle, porque hasta la fecha no se han difundido ninguna imagen de él, además que los Tsukinaga se han encargado de evitar que den con él, asi que lo mas posible es que este con otra identidad

Ya veo…eso si será algo complicado por no imposible, por ahora podemos empezar a sembrarle la semilla de la duda a
Kazanari mientras que buscamos a Mafuyu Kazanari, una vez que lo encontremos el triunfo de Yuuto-senpai será todo un hecho

Bueno entonces me pondré a invesitgar a todos los demás que están relacionados con ella…-

A todos menos a Sakuma Ritsu y Mao Isara…-

Puedo comprender lo de Ritsu-kun…pero Isara Mao??-

A Isara-kun no lo puedo involucrar…porque es uno de los mejores amigos de mi querido hermanito…asi que si le sucede algo y sabe que soy la culpable nunca me lo va a perdonar, aunque puedo asegurar que esta sospechando de mi…lo mismo va para Yuuki Makoto y Hidaka Hokuto, a ellos no los vamos a tocar…-

Deacuerdo…-el profesor suspiro pesadamente- bueno me iré a seguir con mis experimentos, puedes usar todo lo que desees querida Junko…-

Nos vemos Kashu-sensei…-observando como se retiraba, mientras seguía recopilando datos en su laptop-solamente me faltaría investigar a Mayura Daidouji y todo estará listo…-sonriendo ampliamente- he vuelto en un muy buen momento, puedo sentir la desesperación en el aire.
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matta ne!!

Mimi-chan
« Last Edit: August 29, 2019, 01:07:19 AM by Mimi Tachikawa »


Cho

Esto me dolió terminar por algún motivo, even though I was inspired. Bueno, ya está *dies*

EDIT: Agregando los icons que faltan. Gracias por dejarme usar a ese par, Eureka~

74.1.



Llegó el día siguiente y era el primer día de clases de Luso en su nueva escuela. Al pequeño le pidieron que atendiera más temprano de lo usual para así darle un tour por la escuela previo al comienzo de las clases. Debido a ello, fue acompañado de sus mayores.

“Uhhh…” Sora se lamentó luego de dar un sonoro bostezo y pasó a sobarse los ojos. “¿Por qué tenía que venir yo? Todos ustedes se ven más lúcidos y hoy tengo clases en la noche.”
“Es tu primo, Sora, intenta ser más responsable,” observó Riku, con leve impaciencia. “Sabes que tu madre espera que cuides de él.”
“Tch, ni que Luso me hiciera caso,” frunció el ceño con incomprensión.
“Sí pues, pero es tu deber, ¿verdad?” preguntó el pequeño, con la más alegre de sus sonrisas.
“¿Y de qué te alegras tú?” le reclamó su mayor. “¿Acaso te gusta tenerme como superior?”
“Haha, no,” Luso rio un poco y llevó sus manos detrás de su nuca. “Pero la idea de hacerte la vida imposible y darte más responsabilidades de las que quieres se me hace muy graciosa.”
“Hahaha, nadie puede negar eso,” Tomaj también rio. “Alguien tenía que hacerte pagar, Sora.”
“¡Ya déjenme en paz!” les reclamó frustrado.
“Eh, suficiente, compórtense por favor,” les pidió Kytes con leve incomodidad y levantando sus palmas. Este miró de lado a lado en el ese lobby donde esperaban a la maestra que les iba a atender, pero se alivió al ver que no había nadie que se incomodara por la discusión. Entonces, se dirigió a Sora. “Ehm, tú sabes que cuentas conmigo para todo lo que necesites, pero sí es tu responsabilidad cuidar de Luso. Julie es su guardiana legal así que en teoría es como tu hermanito, y siempre espera que le des noticias sobre él.”
“Hasta viven juntos,” les recordó Tomaj.
“Tsk, lo sé, lo sé…” Sora entrecerró los ojos.
“Estate feliz con la generosidad de tu madre de pagarte un apartamento tan cómodo y lujoso no muy lejos de Hanasaki, Sora,” dijo Riku, dando un suspiro. “Justo es el punto medio para que los dos lleguen a buena hora a sus clases.”
“Sin duda ya se olvidó de cómo reprobaste hace dos ciclos para volver a consentirte con esa nueva suite,” Tomaj sonrió con ironía.
“Tomaj, intenta no comenzar otra discusión, por favor,” pidió Kytes, apesadumbrado.
“Hehe, yo sin duda estoy feliz por la ayuda de mi tía,” Luso sonrió traviesamente. “Y también espero que mi primo no lo eche a perder. ¿Verdad que estaba en un estudio muy rústico el semestre anterior?”
“¿Qué haces burlándote de mí?” Sora sintió un tic en la ceja. “Ni que fuera el único que es conocido como mal estudiante aquí.”
“Cierto, pero aprovecho que se les olvidó~”
“Eh, no, en serio,” Riku negó y se dirigió al menor. “Me cuesta creer que la madre de Sora accediera a dejarte venir si tienes tantas dificultades con tus cursos allá. Tú tampoco te descuides o seguramente te hará regresarte.”
“Hm, cierto,” el pequeño desvió su mirada e hizo un puchero. “Verdad que venir a la tierra de la aventura tiene sus requisitos.”
“Con respecto a eso…” Kytes se vio visiblemente preocupado. “Ya es muy malo que te hayas enterado del conflicto de las escuelas y quisieras venir. Hasta convenciste a Julie y todo. Tienes que entender que es muy peligroso.”
“No te preocupes por mí, Kytes,” le aseguró el pequeño, sonriendo ampliamente. “Vengo para enterarme de este secreto y conocer a mucha gente genial y divertida, pero te aseguro que no me involucraré en nada.”
“Espero creerte, pero…” Riku alzó una ceja. “Me recuerdas mucho a Sora…”
“¡Oye!” Luso le reclamó.
“¿Qué te pasa, Riku?” Sora también se amargó.
“Pues, son dos gotas de agua.”
“¡Te aseguro que los dos somos muy distintos!” declaró el menor.
“¡Además no es como si yo me hubiera puesto a pelear sin motivo en la pelea! ¡En serio fui prudente!” se defendió Sora.
“¿Y acaso no fuiste tú el que fue un Rebel y trajo a todos para acá?” cuestionó Luso.
“¡Eso mismo!” Sora apuntó acusatoriamente al peliplateado. “¡Yo fui un Knight para detenerte, Tomaj te vio y decidió venir y Kytes también llegó para apoyarnos! ¡Así que no juzgues!”
“¿Q-qué clase de reacción es esa?” Riku estaba un tanto congelado y perplejo.
“Ehehe…” Kytes sonrió incómodo.
“La historia es un poco más complicada, pero dejémoslo ahí,” Tomaj sonrió entretenido y se encogió de hombros. Este pasó a darle a Luso una palmadita en el hombro. “Confiaré en lo que dices y demuéstranos que tienes más prudencia que tu primo, pero también recuerda que nos tienes aquí, ¿de acuerdo? Tenemos más experiencia que tú y podemos enseñarte un par de cosas si es necesario.”
“Sí, no te preocupes, Tomaj,” Luso asintió obedientemente, sonriente. “También sé que puedo contar con Kytes y Riku para lo que sea. Confío en los tres.”
“Uhh…” Sora frunció el ceño con inconformidad. No entendía por qué su primito era tan amigable y feliz con todos los demás.
“Ah, pero antes de irnos, tengo que tomar una foto,” Kytes sacó su Smartphone. “Julie quería una imagen de tu primer día.”
“Sí, enseguida~” Luso se levantó de su asiento y sonrió enseñando los dientes para ser tomado una foto.
“Listo, que tengas un divertido día,” dijo Tomaj, quien procedió a caminar para irse.
“¡Ustedes también! ¡Gracias por acompañarme!” Luso agitó su mano para despedirse del grupo, quienes rápidamente se retiraron para atender sus respectivas clases.

Luego de ese preámbulo, Luso regresó a sentarse y mirar a sus alrededores. Pasaron los minutos y terminó por prestar su atención a su celular, cuando finalmente llegó una maestra acompañada de un par de estudiantes de su edad.


“Usted es Luso Clemens, ¿no es así?” preguntó la mayor.
“¡Sí!” este de inmediato se levantó. “Mucho gusto, ¿usted es mi maestra?”
“Así es, es un gusto conocerle, puede contar conmigo,” ella dio una reverencia y pasó a hacerse a un lado para presentar al par que habían venido con ella. “Ahora quiero presentarle a dos de sus compañeros en su clase, quienes le darán el tour por el colegio antes de que comience nuestra hora de tutoría.”
“¡Un placer! ¡Yo soy Imanotsurugi!” exclamó el pelicenizo, feliz de la vida y alzando una palma. “¡Espero que nos divirtamos mucho!”
“Sí, lo mismo digo,” la pequeña pelimarrón hizo una reverencia y sonrió ampliamente. “Yo soy Nio Altugle. Puedes contar conmigo para ponerte al día.”
“Hehe, muchas gracias, chicos,” Luso sonrió apenado y llevando una mano detrás de su nuca.
“Les dejaré darse un paseo y los espero en el salón en veinte minutos,” dijo la maestra. “No lleguen tarde, por favor.”
“¡Sí, no lo haremos~!” canturreó Imanotsurugi, quien hizo un saludo militar.

Así, los tres chicos se pasearon por la institución a paso rápido en lo que continuaron conversando y conociéndose mejor.

“Ohh, Hawái, debe ser hermoso~” Nio se ilusionó al pensar en esa isla. “Nunca he ido para allá pero lo que he visto por televisión me dan muchas ganas de visitarlo.”
“Sí, lo mismo digo,” Imanotsurugi asintió. “¡Será como la tierra del verano perpetuo~!”
“Haha, supongo que sí, pero como he vivido ahí toda mi vida me resulta bastante normal,” Luso se encogió de hombros y pasó a animarse y comprimir sus puños frente a su pecho. “¡Más bien ustedes dos suenan mucho más interesantes! ¡Ya quisiera vivir en Alemania o Inglaterra en algún momento de mi vida, Nio~!”
“Sí son países muy lindos pese a que hace frío en el invierno,” la pequeña asintió. “Sería genial que lo visitaras. Realmente es un mundo distinto a Japón.”
“Hmm, casi no he viajado fuera de Japón, ahora que lo pienso,” el pelicenizo se puso a pensar. “Mikazuki-sama se siente muy a gusto con nuestras costumbres milenarias y por eso estamos muy arraigados aquí.”
“¿…sama?” Luso ladeó su cabeza. El grupo andaba saliendo del área deportiva del colegio luego de haberle dado un rápido vistazo. “Tengo entendido que es un sufijo de admiración… ¿es como tu tutor o algo?”
“Hmm, en cierto modo lo es, pero Mikazuki-sama es el líder de nuestra familia,” declaró Imanotsurugi, contento. “Somos parientes también, y como es una persona muy sabia, le rindo un respeto especial. Eso es todo~”
“En verdad se llevan como hermanos, y Mikazuki es muy entretenido y buena gente,” dijo Nio. “A veces viene a buscar a Ima-chan después de clases, pero normalmente viene Iwatooshi.”
“Sí, es otro de mis parientes y somos muy cercanos,” el pelicenizo sonrió entretenido. “Es que Mikazuki-sama es un rare drop, por eso no viene muy seguido~”
“¿Rare drop?” Nio se confundió.
“Haha, qué gracioso, ya casi me pongo a pensar que los tres somos personajes de videojuegos,” Luso se rió animadamente e ignorando a la cuarta pared (?). “Pero sí me intriga mucho tu familia, Imanotsurugi. Dices que son una familia antigua y que pelean con espadas. ¡Entonces serás muy fuerte!”
“¡Hehe, más o menos, pero tengo que seguir entrenando!” dijo con alegría. “Todavía tengo mucho que aprender si quiero alcanzar a los demás miembros de mi familia~”
“Ehm, estoy segura que sí, pero ya nos demostraste el otro día en la playa que eres sumamente fuerte,” observó Nio, todavía sorprendida. “Me cuesta creer que los demás son más fuertes…”
“¡Gracias por el cumplido, Nio-chan!” asintió con energías. “Y sí, no puedes subestimar a mis parientes. Iwatooshi tiene una fuerza increíble pese a que no lo parece.”
“Pues, Ima-chan…” la chica sonrió incómoda. “Totalmente lo parece por su altura y musculatura. Más bien sí tiene una personalidad muy cordial…”
“Hehe, cierto, creo que ya me acostumbré a lo bueno que es~”
“Ohh, ¿y qué fue lo que pasó en la playa?” preguntó Luso, curioso.
“Ah, no es nada, es sólo que se apareció una Princess a atacar…” comenzó el pelicenizo.
“¡I-Ima-chan!” Nio se alarmó y le cortó. “¡Luso recién está llegando! ¡Lo mejor es que no se vaya enterando desde ya!”
“Pero si ya está aquí y lo sabrá tarde o temprano,” el chico se confundió.
“Sí, pero sé un poco más delicado al respecto.”
“¿Eh?” Luso se extrañó y pasó a animarse. “¡Ah! ¿Se refieren a la pelea entre HiMEs y Rebels?”
“¿L-lo sabes?” preguntó Nio, quien intercambió miradas con Imanotsurugi.
“Haha, sí. Tengo a un primo y unos amigos en la universidad y me terminé enterando sobre lo ocurrido por accidente,” asintió y sonrió de oreja a oreja. “Así que sí sé, no se preocupen.”
“Bueno, eso nos ahorra las explicaciones incómodas,” comentó el pelicenizo, sonriendo aliviado.
“Pues sí, pero recuerda que es un conflicto y es serio,” le recordó Nio con leve preocupación. “Una amiga de mi hermana mayor es una HiME y la tiene difícil.”
“Sí, ya prometí a todos que sería cuidadoso. Soy travieso, pero sé lo que me conviene~” canturreó y dio un guiño. “¡Listo! Me mostraron el campus, las aulas que nos tocará atender en algún momento y hablamos un poco sobre la pelea, ¿qué más nos queda?”
“Sí, buena pregunta…” Imanotsurugi llevó una mano a su mentón y bajo su mirada. “Hmm… no sé qué más hacer… ¿y si nos vamos a la cafetería a tomar algo?”
“Haha, me gustaría,” Luso asintió.
“Eh, chicos…” Nio sonrió incómoda. “Empezamos clases muy pronto. Caminemos de regreso o nos meteremos en problemas.”
“¡Ahh, cierto, hahaha!” Luso rió con ganas. “Ya me estaba olvidando de eso, qué divertido.”
“Hehe, pienso lo mismo,” Imanotsurugi asintió.
“Uhh, en serio, no me gusta aguarles la diversión, pero tampoco quiero que nos metamos en problemas,” se lamentó la pequeña, un poco frustrada.
“Está bien, Nio-chan, ya estamos camino al aula,” le aseguró Imanotsurugi. “¡Llegaremos antes de lo que imaginas!”
“¡Podríamos hacer una carrera hacia allá!” sugirió Luso. “¡Seguro que Imanotsurugi nos gana, pero suena divertido!”
“Ehm, claro, puede ser,” la pelimarrón asintió.
“¡Ah, y podemos trepar ese árbol de ahí en medio del camino!” exclamó el pelicenizo, apuntando a un árbol mediano.
“Pues, eso tomaría mucho tiempo,” Nio alzó una ceja, escéptica.
“¡No, eso sale al toque!” Luso se emocionó y corrió a dicho árbol. Demostró lo que dijo al impulsarse con un pie y alcanzar la rama más baja, para colgarse y treparse con facilidad.
“¡Ohh, también eres muy ágil!” exclamó Imanotsurugi, quien rápidamente lo imitó.
“Ch-chicos…” Nio corrió a la base del árbol. “No se distraigan, por favor.”
“¡Vamos, Nio-chan!” Imanotsurugi le extendió una mano. “¡Sé que te gusta trepar árboles tanto como a nosotros! ¡Anímate!”
“Tú sabes que sí, Ima-chan, pero hay momento para todo,” la chica hizo un puchero. “Y si onee-chan se entera de esto, se va a molestar conmigo…”
“Está bien, no quiero forzarte a hacer nada,” Luso saltó y aterrizó en el piso. “Sigamos.”
“Si ustedes lo dicen,” el pelicenizo dio un suspiro y también bajó. El trío continuó con el camino de regreso, pero Imanotsurugi volvió a ser llamado la atención. “¡Un pasamanos! ¡Te reto a pasarlo con rapidez, Luso!”
“¿Qué?” Nio se sorprendió y vio a su amiguito salir disparado. “¡O-oye!”
“Haha, ¡acepto!” Luso se entretuvo por la impulsividad del otro y le siguió.
“¡Oigan, ustedes dos!” reclamó la chica, inflando los cachetes.

Así, pasaron quince minutos y la maestra se encontraba en el aura. Luego de saludar a su clase y darles algunas instrucciones para el presente día, no dejaba de mirar a la puerta corrediza con inquietud e impaciencia. Ya había anunciado que había un estudiante nuevo y que estaba siendo guiado por dos de sus compañeros, pero no había señales de ninguno de los tres.

“¿Qué habrá pasado?” susurró una chica a otra, quien se encogió de hombros.
“Se habrán distraído…” dijo otra chica.
“Espero que estén bien…” comentó un chico, meditativo.
“Haha,” otro a su costado soltó una breve risa. “Seguro Imanotsurugi se distrajo y volvió a ser travieso. Ya lo conocemos.”
“Verdad…”

La maestra oyó los múltiples susurros de sus estudiantes y su impaciencia incrementó. Sin duda no había sido buena idea confiar en el joven Sanjou con esa dosis adicional de libertad. Haber escogido al par que estuvieron a cargo de la limpieza matutina ese día pudo haber sido una ligereza de su parte, por más que la joven Altugle sí era conocida como buena estudiante.

Entonces…

“¡Miren para allá!” exclamó una chica rubia y de ojos pintones hacia el edificio adjunto, y todos se giraron. Ese edificio era más bajo que el de los estudiantes, y podían ver la azotea. Curiosamente, los tres desaparecidos acababan de entrar a ese espacio abierto y de inmediato se dirigieron hacia el borde frente a otro edificio igual de bajo.
“¡¿Q-qué están haciendo?!” la maestra temió lo peor.

“¡Ya, chicos, ya demasiado! ¡Estamos muy tarde!” reclamó Nio, comprimiendo sus puños. “¡Dejen de retarse mutuamente!”
“Prometo que es lo último, Nio-chan,” Imanotsurugi juntó sus palmas. “Y este no es un reto difícil, pero es esencial para entrenamiento ninja.”
“¡No estamos entrenando para ser ninjas!”
“Ohh, ¿te refieres a saltar de un edificio a otro?” preguntó Luso, sorprendido.
“¡Exacto!” el pelicenizo hizo una v con sus dedos. “El espacio entre los dos edificios es muy angosto y es muy fácil saltar si uno no le tiene miedo a las alturas. ¡Te enseño!”

Dicho esto, Imanotsurugi corrió e hizo el salto sin problemas.

“¡Whoa! ¡Yo también!” Luso se entusiasmó y le siguió los pasos, haciendo el limpio salto.
“Ya, ya, veo que esto podría ser divertido en otro momento, pero regresemos ya,” suplicó la chica, al borde de su paciencia.
“Ehh, sí, no te inquietes mucho, Nio-chan,” Imanotsurugi sonrió incómodo.
“Vamos… oh, esperen,” Luso miró hacia la caseta de la azotea donde estaba. “Se ve muy fácil de escalar. ¡Quiero intentarlo!”
“¡Haha, verdad!” el pelicenizo asintió.
“¡Dije que ya!” Nio frunció el ceño y procedió a hacer al salto para alcanzarle. Sin embargo, su frustración no le hizo prestar atención y pisó mal antes de saltar. Por lo tanto, ese salto que normalmente no hubiera sido difícil no le salió y la chica comenzó a caer tres pisos hacia abajo. “¡AAAHHHH!”
“¡Nio-chan!” ambos chicos se palidecieron en shock y corrieron hacia el borde.

La histeria fue compartida por todo el público en ese salón y los aledaños y esos cortos segundos se sintieron como horas, pero la despierta Nio fue capaz de agarrarse de un borde decorativo del edificio antes de caer la entereza de los tres pisos. Así, ella fue ayudada por el otro par de regreso a la azotea y los tres respiraron sumamente aliviados luego de ese terrible susto.





La pequeña fue llevada a la enfermería de la escuela y el par de chicos, luego de recibir una merecida llamada de atención por la maestra, fueron forzados a pararse con baldes de agua fuera del salón mientras sus respectivos tutores eran avisados al respecto. Pasó la hora de tutoría y los dos continuaban con ese castigo.

“Uhh… espero que Nio-chan esté bien…” se lamentó Imanotsurugi.
“Sí, menos mal que tiene buenos reflejos. No hubiéramos podido alcanzarle…” Luso dio un suspiro. Justo entonces, oyeron la campana que marcaba el cambio de horario. “Espero que no nos hayamos perdido de nada importante.”
“Siempre podemos pedirle a alguien que nos pase sus apuntes…” dicho esto, el pelicenizo dio un pesado suspiro, desilusionado de su realidad. “Luso, perdón por todo esto.”
“¿Eh?” este se extrañó. “No, no digas eso. No es que sea tu culpa. Yo también anduve en ánimos de jugar y evadir clases lo más posible.”
“Es que fui el que comenzó con todo y Nio-chan tuvo que pagar… también te he metido en problemas en tu primer día…” bajó su mirada. “Yo que debería hacerte sentir en casa…”
“Hahaha, ¿bromeas?” Luso le encontró gracia. “Más bien es metiéndome en problemas desde ya que me siento en casa. Suelo ser travieso y meterme en problemas, y siento que nos llevaremos muy bien, Imanotsurugi.”
“Ehh, hehe, ya veo,” eso animó al otro, pero dos los se congelaron y regresaron a su deber de sostener los baldes en silencio cuando la puerta se abrió. Efectivamente, la maestra salió y se les dirigió con severidad.

“La joven Altugle se encuentra bien y regresará al aula para la próxima clase,” les informó. “Aun así, si algo semejante vuelve a suceder, se meterán en grandes problemas, ¿han entendido?”
“Eh, sí, siento mucho las molestias,” Luso asintió nerviosamente.
“No volverá a suceder,” le aseguró Imanotsurugi. “¡Lo lamento!”
“Ahora vayan a vaciar esos baldes. También tienen una clase que atender. La directiva se encargará de conversar con sus superiores,” dicho esto, la maestra se fue.
“Bueno…” Luso dio un suspiro. “Pudo haber sido peor. Sólo espero que mi tía no se moleste mucho conmigo…”

En aquel momento, luego de que la maestra se marchó salieron algunos estudiantes del aula, quienes fueron a hablar con el par.

“Imanotsurugi-san,” Hirano se acercó al pelicenizo, visiblemente preocupado. “¿Por qué cometiste semejante imprudencia? ¿Acaso no te diste cuenta que estabas frente al aula?”
“Ehh, no lo pensé, perdón, Hirano-chan,” sonrió incómodo. “Espero no haberte asustado.”
“Pues, todos nos asustamos,” dijo la rubia que los había visto en la azotea. “Ahh, no sé qué habría sido de Nio-chan si no se hubiera agarrado. Tengan más cuidado, ¿sí?”
“Sí, sí, lo sentimos…” Imanotsurugi asintió. “¡Ah, y les presento a Luso! Él va a ser nuestro compañero a partir de ahora.”
“¡Mucho gusto con todos!” dijo animado. “Pues, ya deben tener una imagen negativa de mí, pero les aseguro que no tengo malas intenciones.”
“Comprendo que compartes el ímpetu de Imanotsurugi-san,” Hirano dio un frustrado suspiro. “Yo soy Hirano Toushirou. Un gusto también, Luso-san.”
“¡Y yo Elise Benoit!” la chica sonrió radiantemente. “Hehe~ ahora Nio-chan y yo tenemos a otro compañero del occidente, qué emoción. ¡Es un gusto, Luso!”
“Parecen un grupo muy ameno, me alegra,” Luso asintió y entonces vieron a Nio llegar a pasos apurados al salón.
“Ahh, mi onee-chan estará preocupada…” se lamentó ella.
“Nio-chan, ¿estás bien?” preguntó Imanotsurugi. Él vio a la chica mirarle impaciente. “Ehh…”
“Sí estoy bien, no teman por mí,” dijo molesta. “Uhh, aparte del susto, apenas me raspé un poco una rodilla, pero no es nada. El punto es que no me escucharon y nos metieron en problemas. Sean más considerados, por favor.”
“S-sí, es verdad, perdón Nio…” Luso se rascó la cabeza, incómodo.
“Lo sentimos…” dijo el pelicenizo, cabizbajo.
“Sólo temo por los pobres nervios de mi hermana. Andará preocupada por mí, pero no puedo evitarlo ya,” dio un suspiro. “Sólo nos queda seguir con el día lo mejor posible, supongo…”
“Aw, no te desanimes, Nio-chan,” Elise se le acercó y le dio un abrazo. “Vamos, anímate un poco. Estás bien y todos nos encontramos muy felices por eso. ¡Ahora sonríe como siempre!”
“Gracias, eres tan linda,” Nio le sonrió algo cansada. “Y pues, voy a tener que pedirte las notas de ahora.”
“Sí, ustedes descuiden, aunque la maestra no dijo nada muy importante hoy,” les aseguró. “Más bien, un chico de la clase filmó todo el suceso, incluyendo tu caída. ¿Quieren verlo?”
“¿E-en serio?” Hirano se asustó. “Deberíamos dejar esto de lado, por favor.”

En ese instante, el grupo se sorprendió ya que vieron a Ayesha correr despavorida hacia ellos.

“¡Nio!” exclamó.
“¿Onee-chan?” la pequeña se extrañó por verle tan intempestivamente y fue abrazada por su hermana. “E-estoy bien…”
“¡Ahh, vine ni bien me avisaron que te pasó algo!” exclamó y le soltó para inspeccionarla de pies a cabeza. “¿Qué te sucedió? ¿Te tropezaste? ¿Te cayó mal el desayuno? Dime, por favor.”
“¿Eh?” Nio se confundió al comprender que no estaba informada. “N-no es nada serio, sólo me caí un par de escalones y ya.”
“Pero no me habrían avisado si fuera tan simple,” la mayor se puso a pensar. “Y por la hora quizás no estabas en clase…”
“S-se me hizo tarde.”
“Pero si hoy te tocaba limpieza y llegaste mucho más temprano.”
“O-onee-chan, en serio no es nada…” comenzó incómoda, aunque una conversación de unos chicos cercanos a ellos terminó comunicando lo sucedido.
“¿Quién diría que se caería de un edificio?” dijo uno entretenido.
“Sí, y Altugle-san es tan buena estudiante…” le contestó el otro y siguieron caminando.
“…” Ayesha abrió sus ojos como platos.
“¡Ehh, n-no, no es eso!” exclamó Nio, asustada. “¡C-cálmate! ¡Si me hubiera caído tanto no estaría aquí, ¿verdad?!” sonrió incómoda. “V-vamos, onee-chan, tiene sentido…”
“…” Elise intentó ocultar su smartphone en sus manos sigilosamente, pero su acción fue sospechosa para Ayesha.
“¡A-a ver!” la hermana mayor tomó su celular prestado para reproducir el video en la pantalla.
“¡E-espere!” Elise se asustó.

Ayesha observó ese video de los tres en la azotea y vio al par de chicos saltar. Entonces, observó a su pequeña intentar el salto y evidenció el momento de su caída, el cual fue acompañado de gritos y caos dentro del aula.

Sin lugar a dudas, esa sorpresa y ‘efectos especiales’ probó ser lo suficiente como para hacer que la hermana mayor se desmayara en el acto.

“¡Ahh, onee-chan!” Nio se aterró y vio a Imanotsurugi apenas frenar su caída.
“¡Hay que llamar a la enfermería!” exclamó Hirano, en shock.
“¡S-sí, de inmediato!” Imanotsurugi asintió y corrió a todo dar.
“¡Lo siento, Nio-chan! ¡Lo siento mucho!” Elise se disculpó e hizo múltiples reverencias.
“¡No, no es tu culpa!” la pequeña negó e intentó apaciguarle.
“Uhh…” por su parte, Luso comenzaba a sentir el peso de sus acciones sobre sus hombros.



A cierta distancia y todavía dentro del salón, Sayo observaba hacia ese grupo de amigos desde su pupitre. Luego de frustrarse levemente, desvió su mirada.

Era el comienzo de una nueva rutina.




Pese a las actividades esporádicas durante las vacaciones, era oficialmente la primera práctica del semestre del club de drama de Rizembool. Como era de esperarse, el espacioso y acogedor auditorio ya contaba con varios de sus miembros ocupándolo en cada rincón y los usuales grupitos de integrantes se habían formado, quienes conversaban previo al inicio de la reunión.

“Ahh, suena a que tuvieron un paseo muy lindo por la playa,” Natsuki se conmovió y llevó sus manos a su pecho. “Me alegro mucho por ustedes.”
“Hehe, gracias, Natsuki,” Yukko asintió, contenta, y pasó a mirar a Shinano. “Nuevamente muchas gracias por invitarme.”
“Ya te he dicho que no tienes que agradecerme,” el pelirrojo negó y se ilusionó. “Más bien te agradezco por llevarte tan bien con mis hermanitos. Fuiste una gran compañía en el viaje.”
“Ehh, más bien ustedes son demasiado buenos, espero no haberme aprovechado,” la chica sonrió incómoda. “Aunque más bien pienso que la que nos sorprendió fue Mai. Sí que puede ser como una hermana mayor si se lo propone.”
“S-supongo…” eso hizo que el pelirrojo se incomodara y desviara su mirada.
“¿Eh? ¿Shinano-chan?” Natsuki ladeó su cabeza. “¿Estás bien?”
“No me digas que de nuevo te estás acomplejando con tu deseo de ser un buen hermano mayor,” comentó Syo, mirando a su amigo con incomprensión. “Vamos, así no es como debes actuar.”
“P-pues, es una larga historia. Perdón por mencionarlo…” Yukko sonrió apenada.
“Está bien. Tengo que admitir que es mejor que Mai se porte bien con mis hermanitos y no los fastidie,” Shinano dio un suspiro y recobró sus ánimos. “¿Y cómo les fue a ustedes? Tenían esas funciones de Robin Hood en la ciudad. ¡Seguro que se deslumbraron como siempre!”
“No podría hablar por los espectadores, pero Wataru-chan le dio el visto bueno y organizó un brindis al final de cada función,” dijo Natsuki, contento. “Ahh, es un recuerdo muy grato, y su aprobación significa bastante.”
“Pese a lo ocurrente que es, Hibiki-senpai es bastante exigente. Por ello mismo sé que todos trabajamos bien,” Syo se cruzó de brazos y sonrió animado y con cierto desafío. “Aunque estoy convencido que es apenas el inicio. Nuestro elenco puede lograr mucho más con distintas obras, ¿no les parece?”
“¡Sí, de todos modos!” exclamó Shinano, emocionado. “Me apena que justo andaba fuera de la ciudad durante sus funciones, pero van a sacar un bluray de la última, así que esperaré con ansias a verles en acción, chicos.”
“¡Ah, es un honor! Siempre eres tan lindo, Shinano-chan,” dijo Natsuki, conmovido.
“¿Un bluray? Eso es una sorpresa,” Syo se sorprendió y sonrió avergonzado. “Heh, no lo había esperado. Hibiki-senpai no nos dijo nada.”
“Veámoslo todos juntos cuando salga,” dijo el pelirrojo. “¿No te parece, Yukko?”
“Oh, eh, claro, Shinano,” la chica se confundió y sonrió animada. “Gracias por la invitación.”
“No hay de qué~” canturreó y pasó a mirar a los alrededores. “Hmm, qué raro. Ya es pasada la hora de inicio. Hibiki-senpai también anda distraído con otro grupo…”
“Es que Wataru-chan nos dijo que van a haber dos integrantes nuevos al club,” observó Natsuki, meditativo. “Me pregunto qué clase de personas serán… ojalá sean muy adorables…”
“¿Qué clase de pedido es ese?” Syo le miró con incomprensión y dio un suspiro frustrado. “Tú ves a todo el mundo como adorable, así que te parecerán así aun si no lo son.”
“¡Ahh, me alegro mucho, Syo-chan!” el grandulón se emocionó y levantó sus puños con alegría.
“No lo decía para animarte, Natsuki,” le reprochó, mirándole de reojo. “Compórtate, por favor.”
“Hehe, espero que nos llevemos muy bien con ellos. Es todo lo que podría pedir,” Shinano asintió. “Aunque si son personas reclutadas por el propio Hibiki-senpai, seguramente serán igual de bondadosos y amigables que Yukko, ¿no es verdad?”
“Ehh, p-pues no es para tanto, Shinano…” Hanasaki-chan sonrió incómoda. Ya comenzaba a acostumbrarse a los múltiples y espontáneos cumplidos del pelirrojo, pero recordó brevemente la conversación que tuvo con Marisa durante las vacaciones y se estremeció un poco. No, definitivamente no eran más que ocurrencias de su parte.

A poca distancia del auditorio, un par de personas se acercaban. Un chico pelirrosa de baja estatura caminaba con el mentón hacia arriba y era seguido por otro joven peliazul un poco mayor a él, quien no rompía una imagen modesta y presentable. Previo a ingresar a su destino, el líder se detuvo para contemplar el edificio con una sonrisa satisfecha y sus manos en sus caderas.

“Hm, Rizembool no decepciona en su infraestructura, ¿cierto?” preguntó al aire y sin despegar sus ojos del edificio. Sonrió traviesamente. “Había oído de la reputación de este club y las aclamadas obras que han organizado, pero no creí que contarían con un ambiente tan grande. Será cierto que no son poca cosa a fin de cuentas~”
“Para relucir incluso dentro de una institución de alto calibre como Rizembool, no lo serían, bocchama,” reportó el peliazul, quien hizo una sutil reverencia. “Rizembool también proveería a clubes con presencia social de lo necesario para desarrollarse. Sin lugar a dudas no hubiera hecho el papeleo para integrarnos si no estuviera a su medida.”
“Será, te daré crédito,” oír el esperado discurso de su mayordomo desinfló sus ánimos y pasó a mirarle con reproche. “Ya me diste un reporte de las hazañas de este sitio, pero te faltaba información. Al menos me gustaría saber si el líder de este sitio es alguien merecedor de nosotros o si es un don nadie, esclavo.”
“Sea quien sea, seguramente no nos aceptará si te refieres a mí de aquel modo,” le recordó con leve cansancio y siguió caminando. “Ya estamos tarde, bocchama, sigamos.”
“Uhh…” el pelirrosa infló sus cachetes y se apresuró.

Al llegar, el enano observó el alto techo que contaba con varias ventanas y luego pasó a mirar el espacioso y variado ambiente. Notó un grupo de sillas plegables arrimadas, un escenario hacia el fondo con unos sets de cortinas, y un piso alfombrado. Hacia el otro extremo había una caseta donde probablemente se controlaba el audio y luces, y en un costado notó una puerta que dirigía a algún armario o almacén, junto a una pequeña oficina. De ahí miró a las distintas personas que seguían en sus grupos.

“Hmm…” pese a su diversión al intentar ridiculizar ese club, se vio un poco desairado por no ver nada fuera de lo normal. “Parece un grupo común y corriente…”
“No es verdad, bocchama, se lo aseguro,” declaró el mayor, quien curiosamente se había tomado la libertad de cerrar las puertas. Este sonrió gustosamente. “Ahora debemos aprovechar esta valiosa oportunidad…”
“Ehh, ¿por qué te ves tan contento, Yuzuru?” tuvo un mal presentimiento por los repentinos ánimos de su subordinado y una segunda mirada le hizo ver una indiscutible cabellera plateada de un presente que terminaba de conversar con otros estudiantes. “¡IIHH!”
“Es hora de presentarnos, bocchama…”
“¡Ahora entiendo por qué no me dijiste quién era el líder!”
“Hibiki-sama es un idol y dramaturgo profesional, y aprender de él en otro espectro será más que beneficioso para usted. Sólo pensé en su propio bienestar…”
“¡Si es así borra esa estúpida sonrisa que te traes, esclavo!” le gritó ofuscado. Notó que ya había llamado la atención de todos ahí, pero era lo de menos. “¡No me uniré a este grupo!”
“Eh, espere un momento,” Yuzuru quiso detenerle, pero al final no tuvo que esforzarse ya que Wataru había oído la conversación y con una serie de aspas de molino terminadas en un acrobático salto, aterrizó frente al pelirrosa, a manera de negarle el acceso a la salida.
“¡Wahh!” el pequeño cayó sentado por la sorpresa.
“¡Himegimi! ¡Finalmente has llegado, ohohohoho!” entonces, Wataru aprovechó a levantarle. “¡Ven a conocer a mi magnífico elenco!”
“¡Suéltame, pervertido! ¡Déjame ir!” gritó mientras era cargado.
“Ehh, Hibiki-sama, tenga cuidado, por favor,” Yuzuru les siguió.

Después de ese show, los demás se congregaron en una media luna frente a Wataru y el par de recién llegados. Por la aparente tranquilidad y leve entretenimiento de los presentes, uno podía deducir que esa actitud del líder del club no era novedosa.

“¡Gente bella! ¡Les presento al par de nuevos reclutas para nuestros maléficos planes!” exclamó el peliplateado con suma alegría y finalmente depositando al pelirrosa sobre el piso.
“Es un agrado conocerles,” el peliazul dio un paso adelante y realizó una pronunciada y respetuosa reverencia. “Mi nombre es Yuzuru Fushimi. Es un placer trabajar con ustedes a partir de ahora.”
“Tch…” el pequeño miró de reojo y con reproche a su mayordomo, quien sin duda había escondido el detalle más importante de ese club. De todos modos, recibía la atención de los presentes, así que optó por presentarse. Adoptó una posición de orgullo y puso una mano sobre su pecho. “Pues yo soy Tori Himemiya, heredero de mi afluente familia y un futuro idol.”
“¡Ohh, qué genial~!” Natsuki se animó y pretendió dialogar con él. “Mucho gus-”
“¡¿Ahora por qué se atrevieron a emboscarme así?!” Tori pasó a olvidarse de la existencia del club para dirigirse a Yuzuru y Wataru. “¡De haber sabido que tú eras el líder de esta cosa nunca, pero nunca, habría venido!”
“Ehh…” ello dejó a Natsuki perplejo.
“¿Qué le pasa a ese niño?” Syo alzó una ceja.
“Sabría que se resistiría, bocchama, pero continuar su tutelaje bajo Hibiki-sama es lo más provechoso para usted,” se expresó el peliazul, neutralmente.
“¡Estoy cien por ciento de acuerdo, pequeño Himegimi!” exclamó el senpai. “¡Nos veremos las caras más seguido por tu entrenamiento de idol, pero todavía puedes aprender más de stage presence de mí y de mis carismáticos estudiantes!”
“¡Como si no tuviera suficiente de tus estúpidas ocurrencias desde ya! ¡No me pueden forzar a quedarme!”
“¡Espérate un segundito!” Wataru extendió sus brazos a los costados. “¡Entiendo que tengas tus diferencias con mi persona, pero dale una oportunidad a toda la maravillosa gente que conforma mi grupo! ¡Hasta tengo a un par de estrellas aquí!”
“Justo mismo lo había observado,” Yuzuru asintió y pasó a mirar a Syo, para sonreírle cordialmente. “Hibiki-sama me extendió una invitación para observar su más reciente obra y contemplé su gran talento de actor. Kurusu-sama, por ello y su más reciente serie de acción, no evito pensar que tanto yo como todos los presentes nos encontramos privilegiados por conformar este conjunto.”
“Ehm, gracias, pero no es para tanto,” Syo sonrió avergonzado. “Más bien te agradezco un montón que hayas ido a la obra. Todos nos esmeramos, así que en verdad es trabajo de todos aquí. No puedo llevarme el crédito solamente…”
“¡Pero sí, tú puedes ayudarnos aquí!” Wataru se tomó la libertad de abrazar a Syo sobre los hombros y lo dirigió a Tori. “¡Déjenme presentarles! Suculento Syo-kun, Himegimi. Himegimi, suculento Syo-kun.”
“¡O-oye!” Syo se soltó. “¿Por qué demonios me llamas así?”
“¡Mi nombre tampoco es Himegimi!” insistió el pelirrosa.
“Ahh~ me parece bien, únanse en odio hacia mi persona~” canturreó el peliplateado con gran dicha, lo cual hizo a los demás reírse o confundirse.
“Entiendo su enfoque, pero necesitamos incentivar a bocchama de manera más positiva,” meditó Yuzuru, con una mano en su mentón.

Dicho esto, el grupo notó que una de las puertas se abrió ligeramente, y una persona se asomó a manera de espiarles. Al comprobar que no se encontraban en plena actividad, este optó por acercarse.




Los demás observaron a un rubio alto de ojos celestes y apariencia angelical ingresar con lo que parecía ser una agenda en su mano. Yukko no evitó quedarse en trance debido a su indiscutible y refinada belleza y entonces notó a los demás murmurar entre ellos sobre la aparición de ‘Tenshouin’, como si fuera un dato curioso.

“Ohh…” por su parte, Shinano se sorprendió de sobremanera. “¿Qué hace Eichi Tenshouin aquí? ¿Mis ojos no me engañan?”
“¿Eh?” la chica se confundió.
“Él es un amigo de Wataru-chan,” contestó Natsuki, alegremente. “Hehe, no visita frecuentemente, pero ya lo conocemos.”
“Wow, nunca lo habría imaginado…” dijo el pelirrojo.
“Ehm… ¿quién es él?” preguntó Yukko, perdida.
“¿No sabes de él?” otra chica del club se sorprendió por su incógnita.
“Eichi Tenshouin es un idol de primera y muy famoso, aparte de ser el heredero de su multimillonaria familia,” explicó otro chico. “Ha estado en un hiatus artístico durante un tiempo, pero ello no ha bajado su popularidad.”
“Sin duda no, es un gran artista,” Natsuki asintió y se puso a pensar. “Hm, aunque Wataru-chan nos comentó que pensaban hacer algún proyecto pronto…”

“Espero no haber venido en un mal momento, Wataru,” dijo Eichi, quien sonreía tranquilamente.
“Para nada, más bien has acertado~” él agarró a Tori de los hombros y sonrió encantado. “Nuestro kouhai acaba de venir para unirse a mi elenco de drama. ¡Estas no pueden ser mejores noticias para todos!”
“¿En verdad?” Eichi se mostró curioso y miró al menor.
“I-Ihh…” Tori pasó a sentir un tremendo peso por dentro, pero fue evidente que todas sus energías para reclamar y retirarse acababan de derretirse.
“Sí, es verdad, Eichi-sama,” dijo Yuzuru, haciendo una reverencia. “Bocchama no desea nada más que convertirse en un idol a la medida de usted, es un paso en la dirección correcta.”
“Tsk…” Tori pensó en reprenderle por contestar por él, pero no pudo.
“Ah, entonces me alegro enormemente,” el rubio sonrió con gran dicha. “Y pensar que mi lindo Tori querría dar lo mejor de sí. Temía que la excentricidad de nuestro Wataru pudiera contrastar con tu forma de ser, pero me alivia saber que no ha sido un impedimento para ti. Por supuesto, apoyo de todo corazón tu decisión y anhelo presenciar la primera obra de la cual serás parte.”
“S-s-sí, Eichi-sama, prometo que daré lo mejor de mí, por usted, por fine,” Tori ahogó sus lamentos y desdicha y sonrió a su senpai predilecto para no inquietarle.
“Ehehe, sé que no me decepcionarás,” Eichi asintió y le revolvió los cabellos.
“¡Ohohohohoho!” Wataru pasó a alzar su rostro y brazos hacia arriba y soltó una sonora risa para declarar victoria. “¡Misión cumplida! ¡Las estrellas se han alineado! ¡Puedo sentir la fuerza florecer dentro de mi ser! ¡Me posee un sentimiento inaudito! Amazing!!”
“Veo que no soy el único animado por las buenas noticias,” Eichi dejó de atender a su kouhai para dirigirse a su amigo. “Quería venir más temprano, pero tuve un contratiempo. Hoy nos toca intercambiar diarios.”
“¡Claro, claro! ¡Justo tengo el mío listo por aquí!” Wataru juntó sus palmas con alegría y pasó a mirar a los miembros de su club. “¡Espérenme un momentito que no me tardo~! ¡Sígueme, estimado Eichi! ¡Imagino que los dos tenemos mucho por escribir!”

De aquel modo, el par de amigos caminó en dirección a la pequeña oficina del peliplateado. Los demás regresaron a distraerse mientras esperaban a que el impredecible líder terminara de atender a su inesperada visita.

“¿Por qué…?” luego de la retirada de Eichi, Tori dejó caer su mentón y observó el piso con frustración y desdicha. “Como si no tuviera que preocuparme demasiado de ese ruidoso pervertido…”
“Hmhm~” Yuzuru sonrió satisfecho y rió disimuladamente. Sin duda la llegada de todos a la vez no pudo haber sido más oportuna. “Ahora que tenemos las expectativas de Eichi-sama sobre nuestros hombros, no nos queda más que honorar este compromiso, bocchama.”
“¡No creas que olvidaré esto, Yuzuru!” el pelirrosa se puso a quejarse y agitó sus puños en pleno berrinche. “¡Eres mi esclavo y se supone que debes obedecerme! ¡Te has portado muy mal!”
“Compórtese frente a los demás, por favor, o terminará viéndose mal ante ellos,” le recordó con leve frustración.
“Ehm, ¿están bien?” preguntó Syo, quien se había quedado observando la dinámica de los cuatro a corta distancia. Frunció el ceño, confundido. “Suena a que conocen a Hibiki-senpai de antes.”
“En verdad, somos conocidos recientes. Sin embargo, debido a que estamos por hacer nuestro debut junto a nuestros superiores, Hibiki-sama se ha convertido en un instructor para nosotros,” explicó Yuzuru elocuentemente y con una mano sobre su pecho. “Este presente arreglo no resulta el más cómodo para bocchama por sus diferencias personales, pero debemos reconocer la habilidad de quienes están por encima de nosotros y aprovechar cada oportunidad.”
“Uhh…” Tori soltó una queja e hizo un puchero, para desviar su mirada.
“Ya veo…” Syo dio un pesado suspiro y sonrió frustrado. “Pues, puedo entender por qué tienes problemas con Hibiki-senpai, Tori. O sea, ya lo vieron un poco. Él nunca para de tomarme el pelo, así que será lo mismo contigo. Pero concuerdo con lo que dice Yuzuru. Me uní a este club para aprender drama de uno de los mejores de nuestra generación,” sonrió decidido. “Por eso mismo no hay por qué desanimarse.”
“…” el pelirrosa le miró atentamente, y vio al otro extenderle una mano.
“Además de actor también tengo algo de experiencia como idol. Me ofrezco a ayudarte en lo que necesites, ¿de acuerdo?” asintió y le observó amenamente, pero Syo se extrañó cuando vio al chico mirarle con desconfianza. “¿Qué sucede?”
“Hmph…” Tori se cruzó de brazos y movió su rostro en señal de desprecio. “Sé que ya tienes fama y éxito por ahí, pero no me subestimes,” declaró y sonrió con superioridad. “Te demostraré que yo más bien soy un digno rival, así que no te necesito.”
“¿Q-qué dices?” Syo alzó una ceja y vio al otro contentarse en irse caminando a otro lado del auditorio a manera de terminar con esa conversación. Ello le dio mala espina.
“Lamento las incomodidades que ha experimentado, Kurusu-sama,” dijo Yuzuru, apesadumbrado. “Sólo espero que no se tome las actitudes infantiles de bocchama de manera personal,” hizo una respetuosa reverencia y procedió a seguir al pelirrosa. “Con permiso.”
“Eh, sí,” el rubio asintió con torpeza y miró a ese par detenerse a un costado del auditorio donde conversaron entre ellos. Ello le frustró tremendamente. “¿Quiénes acaban de llegar…?”

En cuestión de minutos, el club de drama finalmente dio inicio a la primera práctica del semestre.
...
« Last Edit: September 02, 2019, 12:20:14 AM by Cho »


Cho

74.2.


Era el inicio del semestre y esa semana, pese a ser la primera, podría resultar la más importante en muchos aspectos. Naoto se encontraba lista para cualquier asunto académico que tuviera que solucionar. Como una joven genio con experiencia en el mundo exterior, contaba con las habilidades necesarias para rendir otro semestre más sin contratiempos. Sin embargo, la presente clase que se encontraba esperando era la que más la tenía dubitativa.

Llegó temprano al salón, donde vio a sus compañeros sentados y distraídos en lo que el jefe de práctica se aparecía. Dicho horario era la parte práctica de un curso de métodos analíticos e instrumentales aplicados a las ciencias forenses, por lo cual, a diferencia de la hora de teoría, era un horario para pruebas, repasos de los temas y algunas prácticas en laboratorios. La leve inquietud de Naoto partía del hecho que había escogido un horario de práctica según el jefe de práctica a cargo del mismo.

Era normal esperar una pelea entre los estudiantes de universidad por alcanzar cupo en alguna clase de un profesor con prestigio, y Naoto no tendría problemas asegurando un espacio en cualquier curso. Pese a ello, la chica optó por tomar una decisión poco ortodoxa, ya que se interesó en la clase de un jefe de práctica con reviews muy inconsistentes.

Algunos estudiantes habían pintado a dicho jefe de práctica como un desagradable instructor, un desalmado, o alguien simplemente insoportable, y recomendaban a futuros alumnos a evadirlo. Por otro lado, si bien no encontró ningún review completamente positivo, había otros que, pese a darles la razón a los primeros sobre el tipo de persona que era, juzgaron que su método difícil de enseñanza les había ayudado tremendamente y terminaron aprendiendo los temas complicados mejor bajo su tutelaje. Naoto lo había meditado cuidadosamente, y terminó por optar darle una oportunidad y arriesgarse. Las opiniones no tildaron a ese jefe de práctica como un mal maestro fuera de su personalidad, y decidió creer que dicho comportamiento sería el único detractor de su decisión, lo cual de todos modos le tocaría aprender a lidiar en su futuro laboral.

Como esperó, no observó a los otros estudiantes más estudiosos de su carrera, quienes seguramente optaron por seguir al jefe de práctica ‘recomendado’ para dicho curso, el cual ella decidió no tomar por un conflicto con uno de sus electivos. Su leve duda con respecto a esa clase persistía, pero decidió no prestarle importancia y asumir que, por su forma disciplinada y estudiosa de ser, no iba a tener problemas.

Sin embargo, estaba por averiguar que quizás esa misma razón sería la que le dificultaría el semestre.

En poco tiempo, vio que un joven peligris de ojos celestes ingresó con una carpeta y caminó al podio de ese salón con organización de auditorio, para organizar sus papeles antes de dar por comenzada la sesión. Bastó notar a los demás rumorearse sobre ese chico en voz baja para comprender que era el infame jefe de práctica al cual esperaban.

“Ehem, hola con todos,” dijo con una voz frustrada aunque severa, y miró a los presentes casi inquisitoriamente. Se tomó un leve silencio a manera de acaparar la atención y también con intenciones de intimidación. Entonces, alzó una ceja. “¿Qué? ¿Acaso todos ustedes son pobres diablos con bajos promedios que no pudieron evadir mi horario?”

Hubo varios intercambios de miradas por la ligereza del chico al expresarse. Naoto desde ya sintió un tic en la ceja. Comenzaba a lamentar su decisión, y eso que ni había empezado.

“Hm, bueno, todos ustedes, menos uno…” dicho esto, el jefe de práctica miró fijamente a Naoto, quien se confundió por la atención. Ello a su vez hizo que el resto de la clase la mirara. “Al revisar la lista de alumnos, me topé con tu nombre. Tú vendrías a ser una celebridad en el ámbito policial, ¿cierto? ¿Cuál es tu nombre?”
“Eh, Naoto Shirogane…” luego del pedido, miró al otro con incomprensión. “Pero, si dice que usted me reconoció en su lista, ya lo sabía, ¿verdad?”
“Ah, nada mal, Shirogane,” el peligris sonrió con intriga y entretenimiento. “Yo lo sé, pero tus ilusos compañeros seguramente no lo sabían,” entonces, él pasó para dirigirse a los demás. “Pero ya lo saben. Para información de ustedes y antes de que lo revisen en Wikipedia… ¡hablo en serio!” dijo tomando una vara de madera para apuntar a un par de estudiantes que justo quisieron revisar su celular. Luego de detenerles, apuntó a Naoto. “Esta chica fue conocida hace algunos años como el ‘Detective Prince’ por su gran ayuda en un par de casos que ayudó a resolver, y por ende tiene mucha más experiencia en el medio y en las ciencias forenses que ustedes. Aunque esa no es tu única experiencia, ¿verdad?”
“Es suficiente que me hayas puesto en la mira,” dijo con frustración. “No estamos aquí para hablar de mí.”
“Es verdad que no, pero cabe resaltar que pienso poner nota en curva, así que a los demás les concierne saber a quién tienen que igualarse, ¿no es así?” preguntó con una sonrisa maligna. Ello bastó para que los demás se congelaran y un sentimiento de tensión se cementara en los presentes. Luego de darse aquel ‘gusto’, el peligris borró su sonrisa y se encogió de hombros. “Ahora si la señorita popular me lo permite, me toca presentarme.”
“¿Qué estás diciendo?” preguntó escandalizada.
“Mi nombre es Izumi Sena, como bien sabrán desde haberse inscrito conmigo, asumiendo que no sólo agarraron el único horario con cupo,” dijo con pereza e indiferencia. “Les explicaría los horarios de clases, los exámenes, las prácticas e indumentaria y preparación necesarias, pero por algo todo está en archivos en la internet, así que léanlo bajo su discreción. Ah, aunque la próxima sesión a primera hora les tomaré una prueba sobre el tema del primer laboratorio, están advertidos. Sé que ya tuvieron su primera clase de lectura, así que comenzaré a repasar sobre ello,” tomó una tiza y se puso a escribir. “No les preguntaré si tuvieron dudas porque el tema es regalado, sólo presten atención.”

Siguió un medio silencio donde leves comentarios bajos de inconformidad y hastío se oyeron a discreción, aunque estos se callaron ni bien ese frío y antipático peligris se giró.

“Como primer tema y también primer laboratorio, ¿qué instrumento vamos a utilizar? ¿Alguien se acuerda de lo que dijo el profesor?” preguntó indistinto. Observó los rostros nulos de los presentes y pasó a dar un exasperado suspiro. “Shirogane…”
“…” esta entrecerró los ojos. “Un espectrofotómetro.”
“Bien, princesito,” dibujo una sonrisa traviesa y claramente se vio a gusto por notar la molestia y frustración crecer en la estudiante. Ello le hizo volver a mirar a los demás. “Ahora que mi estudiante estrella se llevó la respuesta y participación de hoy más fácil del planeta, ¿quién se atreve a decirme la ley que utilizaremos para cuantificar las muestras que mediremos?”

Siguió otro silencio incluso más incómodo que el anterior.

“Tsk, ¿acaso no tienen neuronas o qué? ¡Está escrito en la maldita pizarra!” exclamó, con lo cual los presentes observaron dichas anotaciones. Había el título de la temática y una ecuación simple de pocas variables, aunque el nombre de la misma no estaba por ningún lado.
“…” Naoto, pese a condenar su forma de ser y trato a los estudiantes, supuso que acabaría ese silencio y levantó su mano.
“No, tú cállate, Shirogane,” Izumi le apuntó con la vara. “Sé responsable con estos tontos y no les hagas la vida fácil. Déjalos que sufran y aprendan como se hace en este mundo.”
“¿Pero acaso esa es forma de enseñar?” le reclamó.
“¿Heh?” él sonrió complacido. “Si alguien tiene problemas con mi método, bien debieron haberme evadido desde ya. ¿Acaso no tengo reviews honestos en internet? Y habré dicho que no encontraron otros cupos, pero hay tantos horarios de práctica que fácil pude no haber tenido ningún estudiante,” miró al público con una sonrisa cruel. “¿Qué sucede? ¿Es que no quisieron inscribirse a esos horarios en los sábados, a las nueve de la noche o las seis de la mañana? ¿Es que piensan que ese jefe de práctica pronto a celebrar su onomástico a quien apenas se le entiende cuando habla es peor maestro que yo?”

Ello causó la suficiente indignación en algunos, y antes de que Naoto misma le reclamara, otro estudiante lo hizo.

“¿Cómo se atreve a decir eso?” exclamó iracundo. “¡El profesor Sakaki es dedicado y compasivo pese a su edad! ¡Él me enseñó mis cursos de cachimbo y nos ayudó mucho!”
“¡Lo mismo digo!” exclamó otra chica.
“¡Y deje de insultarnos como se le dé la gana!” otro chico se puso de pie. “¡Pese a ser un estudiante con reconocimiento y ya unos semestres como jefe de práctica, no tiene derecho a tratarnos de este modo!”
“Heh, está bien lo que dices, créeme, mocoso,” Izumi sonrió complacido. “Entonces contesta la pregunta que hice. Anda, hazlo.”
“¿Eh?” ello lo dejó perplejo brevemente. “¡E-eso no tiene nada que ver!”
“¿Cómo que no?” el jefe de práctica pasó a enojarse y golpeó la pizarra con la punta de su vara, lo cual causó un ruido intimidante y ensordecedor. “¡Alguien dígame cómo demonios se llama esta ecuación o juro que uno de ustedes no sale vivo de aquí!”
“¡E-e-es la ley de Beer-Lambert!” dijo una chica asustada y queriendo parar la riña.
“Hehe, gracias por el favor,” Izumi le miró desde arriba y con una sonrisa irónica. “Agradécele a tu servicio de datos del celular por esa búsqueda, que no creas que no te vi.”
“E-ehh…” la estudiante se retrajo y desvió su mirada.
“Pero ya, al menos intentaste responder, pero te falta carácter,” negó. “Pero lo contaré para tu nota de participación. Ah, y ahora que me doy cuenta, a partir de la próxima clase, todos y cada uno de ustedes tendrán que apagar sus celulares y dejarlos boca abajo y encima de sus mesas donde los pueda ver. Es admirable que se aprovechen para hacer trampas mientras no creo reglas, pero desde ahora está terminantemente prohibido buscar respuestas en mi horario,” se cruzó de brazos y les miró con ojos aterradores. “Espero que entren tontos y despistados, pero por mi orgullo de jefe de práctica, no van a salir iguales de aquí al término del semestre,” volvió a apuntar a Naoto. “Ahora aprendan de este princesito si quieren aprobar el curso.”
“Tch…” ella resintió de nuevo la atención. Parecía que ese peligris tenía alguna fijación en intentar fastidiarle.
“Pero antes de que me hagas quedar mal…” Izumi caminó donde Naoto y le extendió la vara. “Demuéstrame que tienes el potencial que aparentas y ve a la pizarra a explicar cada constante.”
“¿Acaso no dijiste que ya había cumplido con la participación?” preguntó la chica.
“Participación es por todo el semestre, y si te pasas del mínimo te vale extra, ahora no desperdicies más de mi tiempo, sabelotodo,” dijo con hastío.
“…” Naoto se amargó más pero optó por no oponerse. Ella recibió la vara y observó a los demás mirarle, en su mayoría de manera nula, pero vio a un par dirigirle miradas que le imploraban que aprovechara la vara para golpearle en la cabeza. Dio un suspiro y procedió a cumplir con el pedido del otro.

Se dedicó a hacer la explicación más simple y concisa, la cual seguramente no bastaba para los demás por tratarse de la primera clase, pero enseñar no era su trabajo. Naoto se confundió al oír unos pausados aplausos ni bien terminó con su deber.

“Bravo, me has convencido,” dijo, acompañado de esa sonrisa sardónica de siempre. Él extendió su mano para recibir la vara de vuelta. “Suena a que sabes lo que dices. Casi recuperas mi fe en la humanidad, Shirogane.”
“…” la chica atinó a dar un pesado suspiro. “Si no hay más, ¿puedo retornar a mi sitio?”
“Claro, adelante,” movió una mano para indicarle que se marchara, y pasó a regresar a mirar a los demás. Su sonrisa persistía. “Bien, ya vieron lo que espero de cada uno de ustedes, y recibir esta eficacia de alguien desde el primer día me ha puesto de buen humor. Es más, me siento inspirado, casi quisiera ser maestro de por vida, al menos este semestre se sentirá así,” él pasó a agitar su vara frente a sí para recibirla con su otra mano, mientras observaba con placer a sus ‘víctimas’ y afilaba sus ojos. “Si es que en verdad no vivimos en un mundo decadente donde los smartphones y el internet nos quitan atención y neuronas y todavía existen personas que dan un bledo por la educación, me aseguraré de aprovechar esta oportunidad. Shirogane, por más que te vea como inferior a mí, te considero superior a todos tus demás compañeros.”
“¿Qué estás diciendo?” preguntó sorprendida, y pasó a amargarse. “No digas eso.”
“Heh, me refiero a que quisiera que veles por ellos si en algún momento te piden ayuda. Claro, claro, mientras ello mismo no te dificulte tu propio horario. ¿Harías eso por mí?”
“Enseñar no es mi meta aquí, pero podría intentar ayudar…” dijo exasperada. De por sí, pese a considerarse una buena educadora, Naoto también solía tener poca paciencia si la gente no le seguía la corriente.
“Bien…” Izumi adoptó un goce perverso en su expresión. “Entonces está decidido. Dejaré de ser el Miss Simpatía que todos conocieron hasta este momento, y este semestre seré un profesor incluso más difícil y alguien que hasta te hará aprender algo a ti, princesito prodigio. Eso significará que tendré que actualizar nuestro plan de estudio, nuestros laboratorios y hasta la prueba que tendrán la próxima clase, y no sólo me aseguraré que salgan ya no siendo tontos e ilusos…” ensanchó su sonrisa. “Serán los espartanos de criminalística. Les recordarán de aquí a varias generaciones…”
“¿Q-qué está diciendo?” preguntó un chico.
“¡N-no puede ser! ¡N-ni es la hora de lectura!” exclamó una chica, con pánico.
“Y pueden agradecerle a Shirogane por inspirarme y ofrecerse como tutora. Nada hubiera de esto hubiera sido posible sin ella,” declaró.
“Tsk, ¡e-espera, no estoy de acuerdo con esto!” reclamó ella, comprimiendo los puños.
“¡Suficiente habla!” sentenció Izumi, quien regresó a escribir en la pizarra. “Tenemos mucho más material que cubrir hoy y les haré tragarse esta ecuación a lo más profundo de su ser. Además les presentaré su uso en un par de casos reales que andaba leyendo por ocio y les evaluaré por ello también. Ahh, verdad que tengo mucho que planear para ustedes~”

Fue una sentencia rotunda e irrefutable. Ni bien terminara ese horario, varios intentarían rogarles a los de secretaria por un cambio muy improbable de salones o expresarían su disconformidad en busca de prevenir dicho plan malévolo.

Naoto sólo atinó a hundir su cabeza entre sus brazos sobre su pupitre.



La práctica del club de drama siguió por alrededor de hora y media y llegó un corto descanso antes de la segunda parte de la reunión. Nuevamente, los integrantes se pusieron a conversar entre ellos y darse un respiro.

Yuzuru regresaba al auditorio acompañado de otros chicos que habían salido a comprarse algo para tomar, con quienes estuvo conversando animadamente todo el rato.

“Comprendo. Ustedes desean ser actores al nivel de Hibiki-sama,” comentó el peliazul. “Estoy convencido que lo lograrán. Han demostrado una gran habilidad el día de hoy.”
“Vaya, gracias por el comentario,” dijo uno de los chicos.
“Pero lo mismo podemos decirte. Tienes mucha habilidad, Yuzuru,” agregó otro. “También mucha suerte para ti. Sé que Hibiki-senpai te apoyará en todo lo necesario.”
“Agradezco su amabilidad,” hizo una reverencia. “De todos modos, nos corresponde apreciar la ayuda de nuestros superiores y dar lo mejor de nosotros, ¿no es así?”
“Claro, por supuesto,” dijo el primero, quien miró hacia sus amigos que esperaban las bebidas. “Bueno, hablamos luego.”

Así, Yuzuru partió del par y caminó hacia Tori. El señorito pelirrosa había desdoblado una de las sillas y estaba sentado y revisando su Smartphone para matar el tiempo.

“Bocchama, le traigo una botella con agua. Recuerde rehidratarse debidamente,” observó con sutileza y extendiéndole el frasco.
“Uhh, agua, ¿no podías traerme algo más delicioso ahora?” preguntó con reproche y entrecerrando sus ojos. “Tengo suficiente amargo luego de lo que hiciste, esclavo rebelde,” hizo un puchero y desvió su mirada. “¿Y acaso no te habías vuelto el mejor amigo de todos aquí? ¿Qué haces viniendo ahora?”
“Sólo me encuentro extendiendo y devolviendo cortesía mientras conozco a otros compañeros con metas semejantes a las nuestras,” explicó tranquilamente. “Usted debería hacer lo mismo, bocchama, o corre el riesgo de aislarse desde el primer día, y aquello no sería más que angustiante y contraproducente para usted.”
“Uhh…” podría saberlo por dentro, pero a Tori le quedaban más horas de pataleta y resentimiento como para dignarse en admitir que había sido emboscado. Estar en buenos términos con los demás era secundario.
“Bocchama, no desperdicie su tiempo, por favor,” Yuzuru borró su sonrisa y tensó su expresión, para mirarle con una mezcla de molestia y preocupación. Entonces, él notó a otros acercarse a ellos y se sorprendió al ver a Syo. “Kurusu-sama, ¿necesita algo?”
“Hola,” dijo el rubio, alzando una palma. “Pues no realmente, más bien nos preguntábamos si querrían venir a almorzar con nosotros luego de esta sesión,” sonrió incómodo. “Siento que quizás no comenzamos del mejor modo con todo el ajetreo de hoy, así también aprovechamos para conocernos un poco.”
“Sí, me haría mucha ilusión,” agregó Shinano, animado. “¿Qué dicen?”
“¿Nos invitan?” Tori alzó una ceja, incrédulo.
“Personalmente pienso que es una gran oportunidad, bocchama,” dicho esto, Yuzuru asintió y hizo una reverencia. “Me siento halagado. Con gusto aceptamos la oferta.”
“Tsk, ¿qué haces tomando decisiones por mí nuevamente?” le reclamó el menor.
“¡Ahh, pero me encantaría que fuéramos a comer juntos!” exclamó Natsuki, emocionado. “Ustedes se ven muy simpáticos, Yuzuru-chan, Himegimi-chan~”
“¿P-perdón?” Yuzuru se vio perplejo por ser llamado así.
“Ahh, ignoren a Natsuki. Llama a la gran mayoría de personas con ese sufijo…” comentó Syo, negando repetidamente.
“¡¿Y qué haces llamándome Himegimi también?! ¡Ya dije que no es mi nombre!” estalló el pelirrosa, malhumorado.
“Lo entiendo, pero Wataru-chan te llamó así y pues…” Natsuki lo meditó un poco y pasó a asentir con una infantil seriedad. “Es muy cute y te va perfecto, sí.”
“¡Te estás tomando muchas libertades conmigo!” Tori se cruzó de brazos y movió su rostro en señal de negación. “Hmph, pues no, no quiero ir con ustedes a ningún lado. Esfúmense.”
“Ahh, Natsuki, ya te dije que te comportes mejor,” Syo se dio un facepalm.
“Ehm…” Yukko se preocupó. “P-pues, no te tomes lo que Natsuki dijo a mal, ehh…”
“No se inquiete, por favor,” Yuzuru negó apesadumbrado. “Bocchama tampoco es la persona más abierta y comprensiva…”
“¡Oye, tengo la razón ahora, esclavo!” exclamó este, amargado.
“Tendrá que ser en otra oportunidad,” dijo el mayordomo, haciendo una reverencia. “De igual manera, agradezco su atención. Quizás podría ser para alguna otra actividad que no sea comer, debido a que he preparado un muy nutricional y riguroso bento y no quisiera que una salida informal lleve a bocchama a consumir comida chatarra y alta en calorías en vez de algo saludable.”
“Ihh…” Tori pasó a recordar ese bento que su sirviente había traído.
“Me aseguro de limitar y monitorear de cerca todos los consumos de bocchama, lo cual sólo me resulta imposible ante la amable invitación de otros individuos como ustedes,” dio un suspiro. “Supongo incluso la irracional negación de bocchama tiene un leve lado positivo al permitirme a mí obligarle a comer su bento y nada más el día de hoy, pero…”
“¡Y-ya, está bien! ¡Acepto almorzar con ustedes, uhhh!” exclamó impaciente y claramente incómodo por esa sutil amenaza.
“Ehh…” Yukko ladeó su cabeza.
“¡Ahh, qué alegría!” exclamó Natsuki, muy feliz y no comprendiendo la sutil obligación que llevó a Tori a aceptar. “¡Sí, justo hay un hermoso y enorme restaurante dentro de Rizembool de gran categoría y venden cosas deliciosas ahí!”
“P-pues espero que tengas razón, grandulón,” Tori se retrajo un poco por las energías de Natsuki y desvió su mirada.
“Ahh, quisiera que no fuera tan propenso a rechazar mi rigurosa dieta, bocchama…” se lamentó Yuzuru, con tristeza.
“Dices eso pero es evidente que lo usaste para que aceptara, ¿no es así?” le cuestionó Syo, mirándole con escepticismo.
“Hmhm, no lo puedo negar,” el mayordomo pasó a sonreír gustosamente.
“Hehe, puedo ver lo mucho que te preocupas por tu superior,” Shinano sonrió. “Eres una persona admirable, Yuzuru, y me gusta cómo te llevas con él. Es como tu hermanito.”
“Dudo que seamos cercanos de aquel tipo, Shinano-sama, pero aprecio sus observaciones,” asintió humildemente. “Pese a las diferencias que podamos tener, bocchama es mi principal prioridad y sólo velo por lo mejor para él.”
“Uhh, pero podrías ser más amable…” el menor comprimió sus puños. “Ya sé que ese hentai kamen me hará sufrir aquí. ¿Acaso no te pusiste a pensar en eso?”
“Nuevamente, tomé una decisión beneficiosa para usted. Es lo que le conviene más.”
“A veces creo que sólo quieres verme miserable…” sintió un tic en la ceja.
“Ehm, pero…” Natsuki se puso a pensar, confundido. “Tú mismo aceptaste unirte al final, ¿no es verdad, Himegimi-chan?”
“¡Trátame con más respeto!” reclamó. “¡Pues al final me obligaron! ¡Fue por eso!”
“Mejor no toquemos el tema, Natsuki,” dijo Syo, frustrado. “Obviamente Tori no quiere hablar de eso.”
“Pero lo dije porque Himegimi-chan se vio muy, pero muy contento por un pequeño momento,” continuó el rubio alto, quien se expresó con una genuina confusión.
“¿A qué te refieres, Natsuki?” preguntó Yukko, perpleja.
“Me refiero a que cuando vino el amigo de Wataru-chan a vernos y se puso a hablar con Himegimi, este se alegró mucho,” Natsuki se sonrojó de alegría. “¡Se vio incluso más adorable de lo que ya es!”
“¿Qué tienes con molestarme, grandulón?” reclamó Tori.
“Ahh, lo siento, él es así, insiste en que todos somos adorables por más que no lo seamos,” explicó Syo, frustrado.
“P-pues, yo si pienso que lo son, siendo sinceros…” dijo Shinano, sonriendo incómodo. Él tuvo que detenerse al notar las miradas molestas del par.
“Y además de adorable, en verdad fuiste dichoso al recibir la atención de Tenshouin, ¿no es verdad?” continuó Natsuki. “Sí, él significa mucho para ti, y pude apreciar que eres correspondido. No es sólo Wataru-chan, sino también su amigo se preocupa por ti y espera a que te mejores, y por eso mismo pienso que eres muy afortunado.”
“Ehh, y-yo…” Tori se confundió un poco por esas palabras tan honestas y bajó su mirada algo ofuscado y avergonzado.
“Tiene un alma muy sensible, Shinomiya-sama, le agradezco por su amabilidad a bocchama,” dijo Yuzuru, sonriente.
“Gracias, pero no es que estaba siendo amable. Sólo dije lo que me pareció,” contestó animado. “Es genial sentirse feliz, después de todo.”
“Es una apreciación elemental aunque muy cierta,” Yuzuru asintió. “Bocchama y Eichi-sama son del mismo círculo de familias de alto nivel y bocchama admira a Eichi-sama, y anhela seguir sus pasos. Junto con Hibiki-sama, los cuatro estamos pronto a hacer debut como una unidad de idols, lo cual en muchas formas es un sueño cumplido para bocchama.”
“Wow, qué impresionante,” Yukko abrió sus ojos con incredulidad. “Les deseo mucha suerte. Hehe, ojalá pueda verlos pronto. Me acabo de enterar sobre la fama de Eichi Tenshouin, y Hibiki-senpai también tiene sus experiencias. Suena a que están encaminados.”
“Es criminal que no supieras sobre Eichi-sama, campesina,” decretó Tori, apuntándole.
“Ehh, ¿eh?” la chica se inquietó.
“Oye, no seas mala con ella, por favor,” Shinano se alarmó. “Yukko no es de la ciudad y recién está integrándose al club también.”
“Hmph, como sea,” dicho esto, Tori volvió a hacerse aires y sonrió autosuficiente. “Les haré saber que Eichi-sama es una persona increíble y que sobresale todos los estándares. Sólo admirarlo como un magnate o como un idol es un insulto para él. La familia Tenshouin es de las más ricas alrededor del mundo y sólo los dignos y apropiados para Eichi-sama osan de contar con su presencia. Por eso yo mismo me esfuerzo todos los días para honorar su atención hacia mí y merecerme su ayuda. ¡Más les vale que entiendan la gran e increíble persona que es!”
“Es imposible no conocerlo en nuestro círculo,” dijo Syo, quien sonrió con nostalgia. “Hace unos años, cuando solía estar más activo, se le observaba en propagandas por varios rincones de la ciudad. A su vez, se sabe que es una persona enfermiza, lo cual nunca fue un impedimento para él. No lo pareceré, pero también tengo algunos problemas de salud, así que verle triunfar me inspiró a dar lo mejor de mí.”
“Heh, veo que tienes buen gusto,” Tori sonrió satisfecho.
“Vaya, sí que tengo mucho de lo que enterarme,” dijo Yukko, dando un suspiro. “Suena a alguien muy genial.”
“Dudo estar tan al tanto de él como Syo-chan,” meditó Natsuki. “Así que nos toca ponernos al día juntos, Yukko-chan.”
“Hehe, claro, gracias.”
“Ojalá podamos contar con sus presencias en nuestro debut, sería un honor para nosotros,” dijo Yuzuru, asintiendo. El amable mayordomo se notaba a gusto al ver que ese grupo había podido explotar la burbuja que su especial señorito solía construir a su alrededor. Desde ya, entre el presente diálogo y la aprobación de Eichi, la llegada de ambos a ese club había superado sus expectativas.
“Oh, Hibiki-senpai ha salido de su oficina, estaremos por iniciar la segunda mitad de la práctica,” comentó Shinano.

De aquel modo, el grupo se acercó hacia el centro del auditorio al igual que los demás. El pelirrojo no dejó de meditar sobre el próximo debut de esos cuatro y también sobre el misterioso Eichi Tenshouin, quien sonaba a un ser humano élite casi salido de su mundo. Shinano deseó convertirse en alguien merecedor de conocer a personas como él algún día, ya que seguramente su círculo de amigos y allegados eran personas tan destacadas e increíbles como él…





En medio de la jungla sintética de Rizembool U se encontraba la cima verde de un edificio exclusivo con áreas de esparcimiento para los más adinerados de la universidad. La misma alta azotea era una propiedad privada de un estudiante en particular, cuyo nombre, poderío y gran afluencia le permitió reservar ese ambiente para su uso personal.

Dicha azotea se asemejaba a un deslumbrante y caprichoso edén con múltiples jardines y un invernadero con plantas exóticas por doquier, además de un set de mesa y sillas sumamente vistoso debajo de una pérgola blanca de acabados griegos. Un riachuelo artificial y un par de piletas adornaban el ambiente, y bancas también estaban disponibles para aprovechar cada rincón de ese espacio.

Eichi yacía en su sitio predilecto en una banca adjunta a la mesa debajo de la pérgola. El joven heredero de su respetable familia revisaba el diario que intercambió con Wataru en lo que esperaba a sus invitados. Unas criadas acababan de venir para alistar la mesa y traer agua hervida, por lo cual sólo faltaban quienes esperaba, y ellos no se hicieron esperar.

Tres jóvenes salieron del ascensor que iba directo a ese piso y caminaron hacia el rubio.

“¡Eichi, trajimos milhojas!” exclamó Namazuo con alegría.
“…” este sonrió un poco y cerró el diario, para recibirles. “Ah, gracias, justo me habían dado ganas de dicho postre. Adelante.”
“Te ves de buenos ánimos, Ecchan,” observó Ritsu. Él se sentó al costado de Eichi en la misma banca mientras que Namazuo y Naoto tomaron sillas individuales frente al par. Curiosamente, el chico de ojos rojos le miró con cierto juicio. “¿Qué travesura habrás cometido?”
“Fufufu, no entiendo por qué deberías asumir lo peor de mí tan rápidamente, Ritsu-kun,” dijo el dueño de casa con un tono entretenido y sosegado, y sonriendo con torpeza. Eichi alzó su mirada y observó el cielo azul como si aspirara vida. “Hmm, supongo puedo decir que todo está en su lugar en mi vida. Ello mismo me da un gran placer, así de simple.”
“¡Ohh, entiendo lo que dices, y me alegro por ti!” Namazuo asintió un par de veces. “¡Creo que me siento igual así que comenzamos el semestre de la mejor manera!”
“Que así sea,” Eichi entonces pasó a mirar a Naoto y se vio confundido. “¿Oh? Percibo que no compartes la alegría colectiva, Naoto-kun. ¿Sucedió algo?”
“Ahh, lamento no mantener el mismo nivel de ánimos, Eichi-san, pero me resulta difícil…” dijo con desaire. “Realmente había esperado nuestra hora del té con ansias, pero…”
“¿Pero…?”
“No quisiera inquietarte con mis problemas…”
“Vamos, Naoto,” Namazuo le sonrió y le dio un par de codazos para reavivarle. “Hehe, estamos en confianza. Ya nos habías comenzado a contar que tuviste un jefe de práctica muy pesado, pero continúa con el relato.”
“Siempre es de esperarse de ti que te guardes secretos o pareceres, pero suena a algo perfectamente casual y trivial,” Ritsu se encogió de hombros. “Y si no perdemos el tiempo hablando de cosas sin sentido, ¿para qué más está la hora del té que nos damos? Tú misma has sido testigo de las conversaciones raras que tenemos aquí con Ecchan, Nao-chan.”
“Uhh, supongo, si tanta curiosidad les da…” dio un pesado suspiro. Miró de reojo a Ritsu por aquel apodo suyo que no aprobaba, pero ya lo había escuchado tantas veces que comenzaba a perder el interés en pedirle que no le llamara así. “Hoy tuve mi primer horario de práctica del curso de métodos analíticos forenses, y me llevé un gran amargo con el instructor. No sólo yo, sino todos los presentes.”
“Vaya, siento que hayas comenzado así, Nao-chan,” Namazuo le agarró de un hombro.
“Suficiente tengo con Ritsu llamándome así, no te aproveches,” espetó la chica.
“Fufufu…” Ritsu rió traviesamente.
“Pero gracias por la simpatía…”
“No tengo interés en excusar a dicha persona, pero los estudiantes en Rizembool poseen todas las facilidades para revisar el historial y los reviews de los jefes de prácticas disponibles para sus cursos, en especial estudiantes con altos promedios como tú,” observó Eichi, quien había procedido a servir té en las tazas de los presentes. Él observó atentamente a la chica con una simple sonrisa. “Dudo que no hayas podido al menos ver en dónde te metías.”
“Puedes tener razón, Ecchan, pero no es el momento de hacérselo ver,” Ritsu se encogió de hombros.
“Sólo digo la verdad, Ritsu-kun,” le contestó simpáticamente.
“Eichi-san tiene razón,” Naoto negó y se puso a pensar. “Estuve consciente que dicho jefe de práctica ha causado problemas y roces con previos estudiantes y no tenía reviews muy favorables, pero entre los mismos había personas que dijeron que su manera de ser y clases difíciles les habían ayudado después. Incluso me aseguré de revisar los estudiantes que lo decían, y varios de ellos también rindieron bien en la carrera. Por ello mismo me arriesgué al desafío, pero…” sintió un tic en la ceja. “Este instructor fue más allá de ser exigente o complicado. Realmente se dedicó a atacar e insultar a los estudiantes, y parece intentar fastidiarme a cada rato. No entiendo cómo así es un jefe de práctica.”
“Eso suena feo, lo lamento…” dijo Namazuo, frustrado. “He tenido la suerte de no tener a ningún instructor así, pero qué raro que Rizembool no revise los profesores que tiene.”
“En serio, no he dejado de preguntarme lo mismo,” la peliazul llevó una mano a su frente, cansada. “Algunos de la clase dijeron que irían a quejarse a secretaría, aunque ese chico ha sido jefe de práctica varias veces. No creo que saquen algo de eso.”
“No me gusta hablar de parte de Rizembool, pero ellos valoran el potencial e intelecto por encima de lo demás,” observó Eichi. “Te ves como una persona razonable y sensata, Naoto-kun, así que entiendo que tus quejas son válidas y dicha persona debe merecérselo, pero si Rizembool ha optado por tolerar las idiosincrasias de ese jefe de práctica es porque lo que carece en tacto lo tiene en masa gris. En el fondo podrá ser justamente el desafío que deseabas, aunque te tocará llevarte lo malo del asunto al mismo tiempo.”
“Supongo que sí…” Naoto se resignó. “No dejo de sentir que me apunta a propósito. Ya ha dicho que sabe de mi experiencia policial y por mi intelecto piensa hacer la clase incluso más difícil de lo usual, y no deja de hacer comentarios de ese tipo, como si quisiera causarme problemas…”
“Será su forma insana de divertirse…” Eichi negó frustrado. “Entiendo…”
“Pues suena a un terrible bully,” Namazuo frunció el ceño y llevó sus manos a sus caderas. “No te mereces eso. Ritsu-chan y yo podemos acompañarte a tu próxima clase para que no se meta contigo.”
“No, no hagan eso, chicos,” Naoto sintió un tic en la ceja. “¿Acaso no creen que eso sería peor?”
“Fufufu, quizás, pero considera nuestras buenas intenciones, Nao-chan~” canturreó Ritsu.
“Sé que sólo me estás tomando el pelo,” le chica le miró con desapruebo.
“Se nota que lo conoces bien,” Eichi se vio entretenido, y tomó un sorbo del té antes de continuar. “Ritsu-kun siempre ha sido de incomodar, aunque es su manera de ser. No hay nada de malo en ello.”
“Sin duda no eres alguien para quejarte de otras personas, Ecchan. Ellos todavía ni te conocen,” observó Ritsu, cansado.
“No estamos aquí para hablar sobre temas ajenos a nuestras ocasionales horas de té,” le recordó el rubio, quien miró de reojo a su amigo. “Ya te prometí que me llevaría bien con tus nuevos amigos, Ritsu-kun. Dejémoslo así.”
“¿Hm?” Namazuo se confundió e intercambió miradas con Naoto.
“Aunque ya suficiente palabrería. Partamos el pastel,” Ritsu se puso a desempacarlo.
“Hehe, cierto, había pensado hacerlo,” Namazuo sonrió torpemente. “Por nuestros horarios no llegamos a escaparnos a una pastelería de la ciudad, pero la facultad culinaria también hace repostería de gran calidad. Ritsu-chan le dio el visto bueno.”
“Sin duda confiaríamos en él, ¿no es así?” Eichi volvió a animarse. “Ya ha sido un tiempo desde que te dedicaste a prepararnos un postre. Espero que te des el trabajo dentro de poco.”
“Uhh, no te gusta que los decore según mi estética personal, y hacerlos presentables es extenuante,” dicho esto, Ritsu dio un profundo bostezo. “…ahh, menos mal no tengo clases por un buen rato. Podría quedarme durmiendo en tu regazo si no tienes más que hacer, Ecchan.”
“Fufu, no precisamente, aunque sabes que mis piernas se entumecen si te echas por mucho.”
“Entonces la próxima trae una almohada…”
“Tú deberías ser quien lo hiciera si tanto quieres ocupar mi propio espacio,” observó de manera juiciosa.
“Pues soy aquel que fastidia a otros. Tú mismo lo dijiste~” canturreó.
“Y luego me dices que no me queje de ti…” dijo con leve desaire.
“Ehm, ya no se peleen, por favor,” dijo Naoto, impaciente. “Yo puedo encargarme de cortar el milhojas si prefieren.”
“No, no, el milhojas es difícil de maniobrar y tengo más habilidad que tú Nao-chan,” Ritsu se encogió de hombros. “Tan overachiever como siempre. Deberías dejarme disfrutar de mis esperados comentarios, ¿no lo crees?”
“Hehe, tampoco trates de tomarle el pelo a otros todo el tiempo,” dijo Namazuo, sonriendo incómodo. Él pasó a notar la agenda que Eichi había estado leyendo durante su llegada. “Oh, ese es tu diario, ¿verdad? Hm, pero se ve distinto al de la vez pasada.”
“Eres perceptivo,” Eichi sonrió amenamente mientras lo tomaba. “Es el diario de un amigo cercano y solemos intercambiar para mantenernos comunicados y compartir nuestros pareceres. Justo realicé el cambio hoy en la mañana, así que debo contestarle.”
“Es un pasatiempo interesante…” Naoto se mostró perpleja. “Debo admitir que no lo hubiera esperado de alguien como tú.”
“Fufufu, tienes mucha razón al decirlo,” Eichi sonrió amablemente. “Aunque a veces uno realiza acciones impensables si se encuentra con buena compañía, ¿no te parece? Ello es lo que he observado de mi persona, ya que realmente nunca me he considerado ocurrente de aquel modo.”
“Será, ya puedo imaginar con quién lo andas compartiendo…” Ritsu rodó los ojos.
“¡Ohh, pero me encanta lo que dices, Eichi!” Namazuo se emocionó y levantó sus pulgares. “¡Totalmente lo apruebo! ¡Es genial sentirse tan libre y cercano con otros! ¡Te deseo muchos pares más de diarios a partir de ahora, y toda la felicidad de por medio!”
“¿Oh?” Eichi se impresionó por sus ánimos y pareció ligeramente confundido por aquellas simples y alegres palabras, aunque terminó por sonreír con torpeza y animado. “Fufu, eres una persona muy buena, Namazuo-kun. Agradezco tus deseos.”
“Sí, es de esperarse que diga algo así,” comentó Ritsu, mientras se encontraba partiendo el pastel.

De aquel modo, Ritsu continuó con la repartición mientras Naoto le alcanzaba los platos y Namazuo soñaba con la idea de forzar a su mellizo a compartir diarios con él. Eichi rió para sus adentros por aquella hora del té que nunca fallaba en llenarle de energías y abrió una vez más el diario donde la cinta marcaba la última página escrita.

La previa respuesta de Wataru terminaba expresando su emoción ante el futuro debut que iban a tener, lo cual le hizo sonreír. El sentimiento era mutuo.





Después de la accidentada mañana y de haber atendido y tranquilizado a Ayesha, siguió un día de clases mayormente pacífico y usual. Luso intentó tomar sus cursos con atención al menos esa primera semana en lo que se aclimataba (y se le pasaba la culpa de los acontecimientos) y así terminó su primer día de clases.

La última hora se acabó y el profesor se despidió luego de dejarles la tarea. Entonces, los estudiantes comenzaron a salir con tal de ir de regreso a sus casas o a participar en sus actividades extracurriculares.

“Ahh, tarea…” Luso dio un pesado suspiro.
“Vamos, es de esperarse,” Nio sonrió un poco. “No puedes esperar que la gente sea extra amable contigo sólo porque es tu primer día.”
“Sí, yo sé, pero por todas las cosas que debo hacer para mañana, ya voy entendiendo que este colegio es más difícil que el de mi casa,” se lamentó. “Aunque me toca esforzarme. Mi tía ya habló por teléfono con la escuela y espera que me porte mejor.”
“Las clases son aburridas, pero ya sabes que cuentas con nosotros,” Elise asintió y colgó su mochila en un hombro. “Pues, ya me tengo que ir, se me hace tarde.”
“Es verdad que tu hermano suele venirte a recoger,” recordó Hirano, sonriendo modestamente. “Eres muy afortunada.”
“Hehe, sí~ y no debo hacerle esperar~ ¡Nos vemos mañana!”
“¡Mándale saludos!” dijo Nio, quien vio a su amiga salir corriendo del aula. “Ehm, pues onee-chan no viene tan seguido por mí, pero por lo ocurrido hoy seguro que si no me apuro me vendrá a buscar,” revisó la pantalla de su celular y se frustró un poco. “Ahh, tantos mensajes y eso que la campana acaba de sonar.”
“Siento los problemas, Nio-chan. Prometo que no volverá a suceder,” dijo Luso, cabizbajo.
“Está bien, pero tú e Ima-chan no pueden incentivarse mutuamente, por favor,” dijo la chica, quien dejó su pesadez de lado y pasó a sonreír. “Otro día salgamos a pasear fuera del colegio y ahí sí me uno a ustedes, ¿de acuerdo?”
“¡Hehe, claro!” ello animó al chico.
“Yo también debería regresar, quería comprar un par de cosas antes de ir a casa,” recordó Hirano. “Te acompaño, Nio-san.”
“Gracias. ¿Vienes, Luso?”
“Pues, me daré una vuelta por el colegio, aparte que mi primo y sus amigos ya me dijeron que vendrían a recogerme. Quieren hablar conmigo,” rodó los ojos. Sabía que no tendrían más que reclamos que darle.
“Está bien, hasta mañana,” Hirano asintió profundamente y se retiró con Nio.

Luego de atenderles, Luso regresó a su carpeta para guardar sus cosas y recapacitó en que su salón ya estaba casi vacío. Sonrió con ironía ya que sabía que en pocos días iba a ser uno de los primeros en salir y correr a la hora de salida, pero de momento se lo tomaría con más calma.

Entonces, cuando se dispuso a marcharse, notó que sólo quedaban dos personas más en ese salón. Imanotsurugi se encontraba hablando con un chico peliazul de mirada severa, quien no se veía nada flexible en la conversación. Luso alzó una ceja porque ambos parecían ser opuestos, pero la alegría y torpeza de Imanotsurugi al hablarle delataba que se conocían, pese a que el otro chico parecía muy huraño en general.


“Entiendo que te preocupé, Sayo,” se lamentó Imanotsurugi. Este juntó sus palmas. “Mil disculpas. Créeme que sí pensé en lo que hacía. Nio-chan es atlética y hubiera podido saltar esa brecha bajo circunstancias normales sin problemas.”
“Las circunstancias de la mañana fueron normales, Imanotsurugi-san,” recalcó Sayo, con su tono de voz apagado y sombrío. Él desvió su mirada. “Y ella no quiso tener que ver con sus travesuras. Fue ello mismo lo que causó el descuido. Además, no era momento para juegos.”
“Sí, Nio-chan me dijo lo mismo…” dio un suspiro. Entonces pasó a sonreír un poco. “No pienso justificarme, en serio voy a portarme mejor. Tienes razón al decir que tengo más responsabilidad que otras personas.”
“…pero te ves contento,” alzó una ceja.
“Hehe, no hay nada de malo en sonreír y animarse incluso en momentos como este. Te aseguro que no es equivalente a descuido,” dicho esto, el pelicenizo sonrió y abrió sus brazos a los costados. “¡Vamos! ¡A ti te falta sonreír! ¡No dolería intentarlo!”
“…” el peliazul se vio perplejo y bajó su mirada. “No tengo motivos para sonreír ahora…”
“Eso no es cierto. Sonreír es su propio motivo. ¡Sólo hacer el ejercicio llena a uno de mucha dicha! ¡Tienes que intentarlo!”
“No…” negó meditativo. Finalmente, Sayo se levantó de su pupitre. “Debo ir de regreso. Tengo que ir al supermercado.”
“¡Oh, te acompaño!”
“No gracias, necesito tiempo a solas…” el chico pretendió irse, pero se detuvo al notar una tercera persona en su camino. Sayo alzó su usualmente baja mirada para observar y reconocer al nuevo de la clase.
“Eh, hola,” Luso le saludó con una palma, sonriendo. Notó el otro mirarle fijamente y con ese rostro serio y reservado que le intimidó un poco. “Ehm, pues, yo soy Luso, Luso Clemens. ¿Cuál es tu nombre?”
“Sayo Samonji…” asintió respetuosamente. “Es un gusto, Luso-san.”
“No tienes que tratarme con formalidad, está bien.”
“…ya veo,” asintió como afirmación, y siguió un leve silencio. “¿Necesitas algo, Luso?”
“No realmente, pero todavía no nos conocemos, así que tenía curiosidad.”
“…”
“Y pues… o sea, parece que conoces a Imanotsurugi. Quisiera conocer a sus amigos, si es que no es mucho pedir,” confesó amenamente.
“…” Sayo alzó una ceja. “Aunque ya los conociste. Has estado hablando con ellos.”
“¿Eh?”
“Lo que Luso intenta decir es que tú también eres uno de mis amigos, Sayo~” canturreó Imanotsurugi, animado. “Lo cual es muy cierto. A excepción de Hirano-chan, te conozco desde antes que ellos.”
“…” Sayo desvió su mirada. “No por decir que no lo seamos. Es sólo que… yo soy un amigo tuyo, pero el grupo de tus amigos no me incluye a mí. A eso me refiero.”
“¿Por qué dirías eso?” Luso se confundió y preocupó un poco. Ello le hizo pensar e intentar comprender en vano lo que decía. “O sea, no es bueno que digas que eres menos amigo o menos importante que los demás. ¿Es eso lo que dices?”
“…” Sayo reservó contestarle.
“No, no, no está diciendo eso, Luso, tú tranquilo,” sin embargo, Imanotsurugi sí lo comprendió y se apenó un poco. “Te he invitado con frecuencia a que te nos unas. Deberías hacerlo.”
“No gracias, no pertenezco ahí…” negó. “No soy una persona bienvenida.”
“Puede que no sea fácil acercarse a ti en un inicio, pero sólo son apariencias,” le aseguró con una simpática sonrisa.
“Está bien, no estamos aquí para hablar sobre mí, Imanotsurugi-san,” afirmó Sayo con calma, para nuevamente mirar a Luso. “¿Necesitas algo más?”
“Ehm, n-no, o sea, sólo quería conocerte,” comenzó a ponerse nervioso, e intentó animarle con alguna ocurrencia. “Me pareces interesante y misterioso. Heh, casi podrías ser un Rebel por el aura que te traes.”
“…” esa mención hizo que Sayo entrecerrara los ojos.
“Ahh no…” e Imanotsurugi se puso nervioso.
“¿Eh? ¿Qué dije?” Luso se quedó perplejo al notar que el tiro le salió por la culata.
“Sayo, no te lo tomes a mal, ehm…”
“Luso, una pregunta,” Sayo recobró su compostura y se le dirigió neutralmente.
“S-sí…”
“¿Por qué has venido a estudiar aquí? Es por la guerra, ¿no es verdad?”
“Ehm…” sentía que estaba caminando derecho a alguna emboscada, aunque no tenía intenciones de mentir. “Pues sí. Hace poco a mi primo que estudia en la universidad se le escapó todo el rollo y por eso quise venir.”
“…”
“B-bueno, y de paso dos de sus amigos fueron Rebels, es una larga historia,” se puso a pensar. “No sé mucho en sí, pero me dio mucha curiosidad.”
“Hm…”
“Y-y en serio te aseguro que no quisiera ser un Rebel. O sea, estoy en Hanasaki. Me caerán mejor sus amigos que mi primo en sí, pero nunca me metería en ningún embrollo,” dijo con cierta inquietud al verse intimidado por los ojos fríos del chico. No ayudó el hecho que este se mantuvo callado y congelado en su punto. “S-Sayo, ¿todo bien?”
“Se nota que Luso dice la verdad y es inocente…” dijo Imanotsurugi apenado.
“…” luego del suspenso, el reservado peliazul dio un corto suspiro y regresó a mirarles inmutado, con aquella intensidad ya olvidada. “Sí pareces una persona honesta e inocente. Entiendo por qué querrías venir luego de enterarte del secreto, Luso-san.”
“Sí, o sea, es muy interesante,” Luso sonrió aliviado.
“Pero…” ello hizo regresarle la intensidad. “Es irresponsable que minimices el impacto de la guerra sólo porque no te ha afectado a ti. El descuido de ustedes dos en la mañana se asemeja a la presente actitud que tienes.”
“S-sí…” se confundió y le miró atentamente. “Ehm, ¿te hice sentir mal? ¿Por qué dices todo esto, Sayo?”
“…” desvió su mirada. “Son asuntos personales. No espero que entiendas…”
“…” ladeó su cabeza.
“Como la persona sincera que eres, ruego que te encuentres bien. Te estás exponiendo a un gran riesgo sólo por estar aquí, y es uno que a diferencia de varios de nuestros compañeros escogiste adrede. Sólo no olvides al conflicto. No dejes que te haga daño, o que se apodere de ti,” dijo con tranquilidad y pausadamente.
“Sí, gracias, Sayo…” Luso asintió todavía perplejo.
“Hmm…” Imanotsurugi frunció el ceño y fue donde el peliazul para agarrarle de ambos hombros.
“Imanotsurugi-san…” Sayo se extrañó.
“Sí, tienes mucha razón, y por ello mismo tú tampoco te descuides, Sayo,” observó el pelicenizo. Este le sonrió. “¡Es más! ¡Bajo ese principio con más razón deberías unírtenos y pasar los recreos con nosotros! ¡La soledad no le viene bien a nadie!”
“…”
“¿Qué dices? Es la mejor manera de pasar cualquier amargo, ¿verdad?”
“Lo siento mucho,” Sayo se soltó y negó, manteniéndose inmutado. “Yo no soy como los demás. Es ya muy tarde para algunos de nosotros.”
“¿Eh?”
“Con permiso…” así, el lúgubre peliazul se retiró de ese salón.




Luego de esa breve conversación, Imanotsurugi se ofreció a pasear a Luso por las áreas del colegio que quería ver antes de que ambos se retiraran. Durante el trayecto, el peligris le explicó levemente la actitud de Sayo.

“Entonces…” Luso se puso a pensar, cabizbajo. “¿Dices que los dos se conocieron cuando estudiaban en Rizembool?”
“Sí, siento que fue hace una eternidad,” Imanotsurugi asintió. “Hehe, supongo cinco años lo es para niños como nosotros, ¿verdad?”
“En verdad que sí, ni puedo pensar qué hacía hace cinco años…” dio un suspiro. Justo pasaron al costado de otras máquinas dispensadoras de comidas y bebidas entre un edificio de clases y un auditorio. Normalmente habría curioseado la segunda estructura, pero tenía mucha curiosidad sobre el presente tema. “¿Y cómo así terminaron en Hanasaki?”
“Pues, en ese entonces, muchas cosas ocurrieron…” Imanotsurugi sonrió con tristeza. “Iwatooshi, uno de mis parientes, fue un Rebel. Por su experiencia y lo que ocurrió con su HiME, todos en casa decidimos que no me quedaría en Rizembool.”
“Y-ya veo…” se incomodó ya que realmente quería saber todo el asunto. Llevó una mano a su nuca. “Ehm, bueno… ¿podría preguntar qué pasó con su HiME?”
“Menos mal nosotros no tenemos tabús al respecto, pero procura no ser tan curioso con otras personas, por favor…” dijo apenado.
“Eh, sí, sé que quizás no debería preguntarlo, perdón…” se frustró.
“Está bien. Iwatooshi tuvo un enfrentamiento fuerte y lastimó severamente a su HiME,” recordó Imanotsurugi. Él comenzó a caminar dando saltitos como quien jugaba un mundo imaginario. Sin embargo, pese a sus movimientos juguetones, el chico estaba meditabundo. “¿Sabes? Yo conocí a su HiME. Si bien ella siempre trató a Iwatooshi con reserva y agresividad, realmente era una buena persona,” se quedó parado de un pie y se giró para mirar a Luso, con su sonrisa triste. “Deseé que los dos pudieran conocerse fuera del campo de batalla. Ambos son muy buenos, espero que conozcas a Iwatooshi muy pronto.”
“Sí, ojalá así sea,” Luso asintió.
“No quería que uno lastimara al otro, pero la guerra fue mayor a los buenos sentimientos de ambos al final… supongo eso es lo que Sayo quiso decirte al advertirte que no dejes que se apodere de ti, ni por un momento…” dio un par de saltos más, dando la impresión que había llegado al final de su mundo. “Iwatooshi reparó en cuánto lastimó a su HiME y logró encontrarle asistencia médica que impidió que ella falleciera. Aun así…” bajó su mirada. “Ella se recobró y rumores dicen que no quería darse por vencida. Se cree que quiso volver a ser HiME para encarar a Rizembool y vengarse en nombre de los caídos en Hanasaki… y al final desapareció y nadie la volvió a ver…”
“¿E-en serio?” Luso se quedó en shock. Este se quedó perturbado y desvió su mirada. “Ehm… que se haya desaparecido así… ¿por qué? Había oído que las batallas eran hasta la muerte o la incapacidad de uno de los lados… ¿cómo así desaparecería?”
“No lo sé, sinceramente…” dijo cabizbajo y sin seguir avanzando. “Puede que haya algo más de este conflicto que no sepamos, puede que ella misma decidió abandonar su vida e irse, puede que no tenga absolutamente nada que ver… Iwatooshi se siente culpable por ello hasta el día de hoy, y yo nunca querría causarle daño a nadie… así es como llegué a Hanasaki.”
“…” se apenó. “Uno puede comprender la seriedad mínimamente, pero es difícil oírlo… t-también…” sonrió incómodo y con ironía. “Sonará terrible decirlo, pero oír que no murió y que desapareció… lo hace más real. Me aterra más que oír un final más desastroso.”
“Entiendo…”
“Ehh, s-siento decir algo tan insensible, Imanotsurugi…” se puso nervioso.
“No, no lo dices porque eres insensible, Luso,” Imanotsurugi levantó su mirada y le sonrió comprensivamente. “Más bien pienso que es lo opuesto. Sí eres alguien sensible. Hehe, estoy seguro que Sayo te perdonó porque se dio cuenta de eso en ti.”
“Ehh…” se confundió y ladeó su cabeza.
“Es sólo que no estás informado y no sabes las cosas como realmente son, pero tienes buenas intenciones,” asintió. “No sé con qué historia habrás llegado hasta aquí. Puede que tus amigos hayan sido más afortunados, pero todos nosotros tenemos mucho por aprender aún, así que sé cuidadoso, por favor.”
“Sí, lo prometo,” Luso asintió decidido, y volvió a inquietarse. “Sobre eso de que Sayo me perdonó… ¿a qué te refieres?”
“Sayo ha tenido experiencias más amargas en Rizembool, de lo poco que sé,” explicó el pelicenizo, alzando su mirada al cielo. “Él nunca ha querido compartirlo y lo respetaré, pero me preocupo por él. Hace cinco años, uno de sus hermanos mayores fue un Rebel. Este hermano había estado internado en Rizembool por bastante tiempo. Más bien Sayo llegó con ilusiones de reconectar con él, o algo así…” llevó una mano a su mentón, intentando hacer memoria, aunque terminó rindiéndose y sonrió frustrado. “Pues, mis recuerdos son esporádicos. Sayo también fue más hablador en un inicio, pero sé que algo muy severo ocurrió con él y su familia.”
“¿Cómo así?”
“No lo sé. Sospecho que Iwatooshi sabrá algo, pero nunca me lo quiso decir,” admitió decepcionado. “Sayo estuvo fuera de la ciudad por unos años antes de regresar e internarse en Hanasaki,” sonrió un poco. “Me encantó la sorpresa y esperé hablarle y ayudarle con lo posible, pero él no está aquí en plan de ser amigo de nadie. Más bien, al intentar hablarle del pasado, Sayo me dijo algo que me preocupó bastante…”
“…”
“Dijo que nunca olvidará lo que Rizembool le hizo a sus hermanos, que no los perdonará. Desde entonces, él ha odiado la sola mención de ese colegio, por eso es mejor no mencionarle nada del asunto,” Imanotsurugi dio un suspiro. “Quisiera oírle y comprender por qué lo dice, pero entiendo que él no quiere hablar.”
“Tendrá mucho con lo que lidiar…” Luso asintió. “Debería disculparme con él.”
“Sayo es una buena persona, no te dejes engañar por su apariencia, sé que te entiende,” asintió alegremente y convencido. “Bueno, vamos saliendo. Ya debería ir de regreso.”

El par caminó hacia la salida. Luego de esa conversación, el camino se pasó en silencio hasta poco antes de llegar a las puertas.

“Eh, Imanotsurugi.”
“¿Sí?” le preguntó amenamente.
“Gracias por decirme todo esto. Creo que hubo mucho que no entendía, y no le rendí la importancia que debería tener,” admitió con torpeza. “Lamento si te incomodé.”
“Está bien, está bien, ya te dije que yo no tengo tabús,” le aseguró, asintiendo. “Más bien, te lo dije todo porque me has inspirado mucha confianza, Luso, y porque tú también debes tener tu conocimiento y pasado con este conflicto.”
“En verdad no, apenas sé las vivencias de gente cercana a mí.”
“Aun así, te ves sensato. Sayo con frecuencia me dice que él y yo tenemos mayor responsabilidad por el conocimiento que tenemos, y en parte se molestó un poco conmigo por eso luego de nuestra travesura en la mañana. Espera que nos portemos mejor.”
“Sí, es entendible…” Luso dio un suspiro.
“Bajo ese principio, quizás tú también debas tener un poco más de responsabilidad. Dudo mucho que nuestros amigos se involucren en esta guerra, pero estoy cometido a ayudar si en algún momento algo así sucede,” el pelicenizo asintió. “Por eso mismo desearía que Sayo fuera más abierto. No sólo los Rebels y las HiMEs participan, y las secuelas están por todos lados. Él también ha tenido sus propias experiencias a pesar de ser de nuestra edad.”
“Esa es una gran voluntad, aunque no me gustan las responsabilidades,” confesó Luso. Pese a ello, se mostró impresionado. “Eres una gran persona, Imanotsurugi, para decir algo así. Hehe, te me haces muy sabio. Sí que entiendes mucho.”
“Ehm, lo dudo, soy muy joven y hay mucho que no sé, sólo hago lo que puedo,” confesó, un poco apenado. Bajó su mirada. “Cuando Sayo me informó de su odio a Rizembool, recordé a la HiME de Iwatooshi. Creo que este odio, este rencor, es una manera en la cual esta pelea gana sobre nosotros… el propio Sayo parece haberlo reconocido. Ojalá hubiera una manera de liberarle de lo que siente, antes de que le suceda algo a él también.”
“…”
“Eh, pero no quiero preocuparte con mis ideas,” el pelicenizo movió sus palmas para no incomodarle. “¡Bueno, ya llegamos a la salida! Perdón, pero ya se me hace tarde. Tengo que encontrarme con mis parientes en Rizembool porque me regreso a casa con ellos.”
“Está bien, muchas gracias por todo,” Luso sonrió.
“¡No hay de qué~! ¡Hasta mañana!”

Así, Imanotsurugi cruzó las rejas rápidamente y se esfumó entre la muchedumbre de estudiantes. Luso caminó a una banca cercana a la salida y se sentó para revisar su celular. Kytes le había escrito que estarían llegando en unos diez minutos, por lo cual podría darse un respiro en lo que les esperaba.

Luego de aquel día, tendría mucho más por aprender y entender. Recién acababa de llegar, e informarse sólo probó lo muy poco que sabía, tanto sobre el conflicto, como sobre las personas en general. No se equivocó sobre su idea de tener una aventura, pero Luso comprendió que había mucho más de por medio.

Sentía una leve tristeza sobre esos relatos, y entendió que si no participaba en la guerra en sí, quizás su lugar tendría un punto de vista distinto. Dudaba apuntarse a tener dicha ‘responsabilidad’ que Imanotsurugi había aceptado, pero a su vez deseó conocer más sobre todo lo que se perdía y realmente comprender el lugar al cual había llegado.

Sin embargo, era cuestión de tiempo antes de que tanto él como sus otros compañeros de clases se toparan con el hecho que esa pelea no perdonaba a nadie.
« Last Edit: September 02, 2019, 12:21:55 AM by Cho »


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Edito después con topes y titulo uwu 


Loki part 2


   Como un acosador, estuvo siguiendo a su HiME las últimas semanas. Estudiando sus movimientos, memorizando sus horarios y analizando sus hábitos. Kallen era fascinante a su manera; metódica, disciplinada y perfeccionista. Solía levantarse todos los días a las 6 a.m. y correr por una hora, regresar a la residencia HiME, ducharse, desayunar, ir a clase hasta medio día, regresar a almorzar, hacer tareas, entrenar, ducharse de nuevo e irse a dormir sin falta a las 10 p.m.

   Loki la había estado espiando ocasionalmente, hasta la última semana de clases que decidió volverse un "stalker profesional" y con un voyerismo casi obsesivo la había seguido todo el día hasta verla caer exhausta por las noches.

   A diferencia de otras HiMEs, Kallen parecía no tener vida social o familiar. En raras ocasiones la veía hablando con otra de las HiMEs y otra chica que al parecer era la hermana de Athos. Athos... otra pieza interesante en el rompecabezas. El sujeto parecía salido de una película de Disney, otro individuo perfeccionista. A el también lo había seguido por Rizembool donde aprendió que estudiaba leyes, era mitad francés y tomaba su café americano sin azúcar.

   Como un observador externo Loki se había percatado de que había algo entre ellos, aun antes de que lo descubrieran. Tenían bastante en común y aun así eran tan diferentes... Sí, a simple vista la vida de Kallen no eran gran cosa, pero tras observarla con atención Loki se dio cuenta de que era un micro universo con sus propias complejidades.

   Cuando por fin vio a Kallen acercarse una extraña sensación de felicidad y anticipación apareció en su estómago.
   No iba sola, otra HiME la acompañaba. No importaba, solo tendría que alterar sus planes ligeramente y presentarles a su nuevo amigo antes de lo esperado.

   -No puedo creer que nos haya citado en un lugar tan lejano- se quejó Kallen.

   -¿Crees que sea un pervertido?- preguntó Sheryl en un tono que dejo confundida a Kallen, no sabía si hablaba enserio o estaba bromeando. La cara seria de la rubia no le dio una respuesta clara.

   -No lo sé. Pero me alegra que vinieras- confesó la pelirroja.

   -Debemos ayudarnos entre nosotras- Sheryl sonrió con optimismo.

   Su sonrisa no duró mucho pues unos segundos después el viento se volvió turbio y los ruidos de un fuerte aleteo las rodearon. Ambas chicas se vieron entre ellas y se volvieron al cielo; una sombra las cubría ahora. Ni en sus sueños más locos pensaron encontrarse con un dragón pero ahí estaba, volando sobre ellas de manera amenazante. Sin previo aviso se dejó caer en picada, Kallen tomo de la mano a Sheryl y corrió tan rápido como pudo para evitar el impacto. La caída violenta del dragón levanto polvo y otros escombros del bosque que hicieron que la visibilidad de las HiMEs fuera nula.

    Sin darles tiempo a reponerse, el dragón empezó a escupir fuego hacia las HiMEs que hacían lo mejor que podían para esquivarlo. Sus elementos no eran muy útiles contra él, el fuego de Sheryl parecía no afectarle y la electricidad de Kallen parecía le hacía cosquillas. Y mientras que la habilidad de Sheryl de gravikinesis hubiera resultado útil la rubia aún no la había logrado perfeccionar. Como podía desviaba los ataques del dragón mientras Kallen trataba de atraer su atención moviéndose a su alrededor a toda velocidad tratando de planear una estrategia para derrotarlo. Nunca ninguna de las chicas deseó más tener a sus Childs consigo para que la pelea fuera más justa.

    Loki por su parte observaba a las chicas pelear con todas sus fuerzas. Lo disfrutaba bastante, sus caras de angustia y el gran esfuerzo físico que estaban haciendo. Era evidente que ambas habían trabajado en el transcurso del semestre para mejorar. Cuando Kallen invocó su arma para estocar al dragón por un lado distrayéndolo lo suficiente para que Sheryl lograra inmovilizarlo utilizando la gravedad para adherirlo al suelo supo que era hora de hacer su entrada. Invoco su guadaña y les lazó un par de bolas de fuego, lo suficientemente grandes para que las dos se volvieran hacia él. Con Sheryl concentrada es esquivar el fuego, dejo a Rhaegal libre para moverse y este le dio un colazo a Kallen que la mando a volar contra un árbol. La rubia corrió a su amiga para ver que estuviera bien mientras Loki se acercó a su dragón para cerciorarse de que estuviera bien.

    -Me alegra que hayas venido Kallen- anunció el pelirrojo mientras acariciaba a Rhaegal para calmarlo -y has traído a una amiga ¡entre más mejor!

    -Loki ¿pensabas emboscarme con un dragón?- afortunadamente Kallen no había perdido el reconocimiento pero el golpe le dejó un dolor agudo en la espalda.

    -Su nombre es Rhaegal. No esperaba que vinieras sola... no sé, imagine que vendrías con tu Key o con un Child. Pero vamos, no se queden ahí. Estamos aquí para pelear.

    La sinceridad y tranquilidad con la que les habló Loki dejo a las HiMEs confundidas por un instante. Hablaba de todo esto como que si fuera un juego. Ambas chicas se vieron entre ellas antes de que Loki le diera la orden a Rhaegal de atacar. De nuevo el dragón se abalanzó sobre ellas separándolas. Esta vez Kallen tomo la iniciativa y se lanzó al ataque, su arma era más ligera y tenía le ventaja de la velocidad para igualar la fuerza del dragón. Sheryl invocó su arma para defenderse de la guadaña de Loki, si bien la rubia tenía la ventaja de la fuerza y logro infringirle varios golpes a Loki este tenía las ventajas de la ligereza y distancia que le permitían su arma.

    Kallen se sintió aliviada al ver a la rubia controlar bien su batalla, mientras que ella hacia lo que podía. Y de nuevo pensó en lo mucho que le gustaría tener a su Child. La batalla no parecía terminar para entonces y los chicos empezaban a mostrar signos de cansancio. Kallen se dio cuenta de que a ese ritmo la pelea no terminaría en nada bueno e impulsivamente se lanzó al dragón en un intento de clavarle su lanza en la garganta. No contaba con que su ataque fallaría miserablemente y Rhaegal se defendería con una de sus alas provocando que la chica retrocediera arrinconándose contra un árbol.

    Sheryl vio con horror como el dragón acorralaba a Kallen y en su propia distracción tropezó con una piedra y cayó de espaldas. Falchion, su espada, salió volando a un lado dejándola indefensa.

    "Es todo, se acabó" pensó la rubia mientras Loki levantaba su guadaña. No sabía si la estaba asustando o le daría el golpe final; pero antes de que el Rebel pudiera actuar una figura en negro, ágil como una pantera, tomo a Falchion y con el mango de la espada noqueo a Loki que cayó inconsciente.

   El golpe sordo llamó la atención de Rhaegal, que vio angustiado como su amo yacía en el suelo. Inmediatamente se olvidó de Kallen para tomar a Loki con una de sus patas traseras e irse volando.

   Todo pasó rápido, así como inició. Sheryl se levantó, la persona que tenía frente a ella era un chico sin duda. Vestía todo de negro y tenía una máscara; ella no le reconoció. Sus ojos verdes brillantes se fijaron en ella antes de huir también. La rubia estaba cansada y no se molestaría en seguirlo por ahora, en cambio fue a ver como estaba Kallen. La ayudo a levantarse y ambas examinaron las heridas que tenían. Aparentemente la pelirroja se había torcido uno de los dedos de la mano izquierda, tenía ligeras quemaduras y raspones. Sheryl tenía cortadas y pequeñas quemaduras también. Vio su reloj de pulsera, la pelea apenas había durado 20 minutos.

    Ambas HiMEs suspiraron con pesadez. Se dieron cuenta de que por más que entrenaran aún les quedaba un gran camino por recorrer. Entre desilusiones y dudas se dirigieron a la enfermería  para atender sus heridas.

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   -¡¿Pero qué diablos ha pasado?!- Reinhard había esperado a su hermana en los escalones de la mansión HiME por unos diez minutos. Le preocupaba que no contestara el teléfono y que se estuviera tardando demasiado, y estaba a punto de llamar a la seguridad del campus cuando la rubia lo llamó, pero no esperaba encontrar a su hermana herida en la enfermería -¿Sheryl te encuentras bien?

    Sheryl estaba en una camilla junto a Kallen. Sus heridas no eran de gravedad y se encontraba relativamente bien, pero el estrés de la pelea había provocado que todos sus músculos se tensaran y se sintiera adolorida.
 
    -Te lo explicaré después- fue la mezquina respuesta de la rubia.

    -Pero…

    -Hablaremos de esto después- insistió Sheryl poniendo su dedo índice sobre los labios de su hermano para callarlo.

    -…- Ante el gesto de Sheryl, Reinhard no tuvo  más remedio que quedarse callado sonrojado ligeramente  porque su hermana lo había tratado como un niño pequeño.

    -Mejor vámonos a casa antes de que Rangiku se vuelva loca planificando el viaje sola- sugirió Sheryl una vez tuvo control de la situación. No tenía ni idea de cómo le explicaría a Reinhard lo que sucedió.

Reinhard estuvo de acuerdo y le dio la mano a Sheryl para ayudar a bajarla de la camilla. No podía imaginar lo que pudo haber pasado dentro del campus que llevará a su hermana a estar cubierta de raspones y heridas. 

   -Por cierto Kallen- Sheryl parecía haber recordado algo muy importante antes de irse. Se volvió para ver a la pelirroja –deberías de llamar a Athos.

    La sugerencia de la rubia la tomo desprevenida. De seguro Minmay le había contado de su amistad con Athos a Sheryl y entre las dos ya habían armado una serie de teorías sobre lo que podría surgir de ahí. Kallen solo atinó a asentir mientras sentía que sus mejías ardían.

   Sheryl le sonrió complacida antes de salir con su hermano a sus idílicas vacaciones de niños privilegiados. Kallen estuvo tentada a detenerlos para aceptar la invitación de Sheryl pero pensándolo dos veces no era algo que de verdad le apeteciera. Lo que quería en realidad era no estar sola. Tomo su  celular y busco entre sus contactos para llamar a Athos pero una vez encontró su número sintió como todas sus fuerzas de voluntad se esfumaban.
 
 Dejo el teléfono por un lado y abrazó sus rodillas y  hundió su cara en ellas. Se sentía más sola que nunca en esos momentos.
 ------------------------------------------------------------

   Ya en el auto y listos para regresar a casa  Reinhard no dejaba de lanzarle miradas curiosas a su hermana hasta incomodarla.

   -¿Estas molesto?- la rubia pensó que a su hermano no le había gustado como lo había tratado como a un niño.
 
   -Para nada- Reinhard sonrió –es  solo que pensaba que deberías de seguir tu propio consejo y llamar a Souji.
    Sheryl levantó una ceja.

    -Veremos a Souji cuando  lleguemos a casa.

    -Sí, bueno, mi punto es que tienes que hablar con él.  Aunque a mí no me agrade mucho la idea- admitió.

    Sheryl suspiró pesadamente. Ya desde antes Souji y Reinhard habían demostrado ser rivales y que no se agradaban mutuamente.

    -Lo intentaré- prometió Sheryl. Estiro su brazo a través del asiento del pasajero para poner su mano sobre el hombro de su hermano, sus cabellos tan rubios y largos como los del ella rosándole los dedos -¿Quieres saber lo que pasa?

    Reinhard sonrió, apreciando el gesto dulce de su hermana. Sheryl adivinó lo que su sonrisa quería decir y le ofreció decirle toda la verdad a cambio de una pizza con extra queso.
« Last Edit: June 23, 2020, 08:08:22 PM by Apple »


Eureka

Nunca he escrito tanto como en estos meses jdklsjdf

Como siempre, muchas gracias Cho por fickear conmigo <3 Ella estará en el color del foro y yo en este color







Nunca había contemplado la posibilidad de aliarse con otro rebel. Era algo a lo que nunca le había visto necesidad, puesto que bastaba y sobraba con sus propias habilidades y su buen rendimiento para hacerse cargo de su HiME. Y lo había demostrado siempre, consiguiendo la victoria con facilidad.

Ni había encontrado necesario trabajar junto a una princess: al contrario, Kokichi sentía que tal vez el trabajo en equipo no era lo suyo. Era engorroso y difícil congeniar con el resto de aliados, más aún cuando todos eran una sarta de degenerados, sádicos, aburridos o ridículos, como sucedía con la gran mayoría de rebels y princess que conocía. Entre ellos estaban los miembros del comité y otros rebels que había conocido años atrás y ahora, recientemente, con el resurgimiento del conflicto.

Sin embargo, a diferencia de ellos, Komaeda era demasiado intrigante y divertido como para dejar pasar la oportunidad de tenerlo como aliado. Kokichi admitía que podía ser un arma de doble filo, puesto que probaría ser difícil controlarlo en ciertas situaciones, pero su capacidad de ataque y, hasta cierto punto, su inocencia, iban a jugar a su favor y le convenía formar aquella alianza con él. No había sido nada difícil manipularlo aquel día de la batalla contra Cho y Eureka, y si bien su interpretación de los hechos no fue la esperada, todo había salido como imaginó en un inicio: Komaeda guardaba un gran resentimiento contra Oikawa, lo que fortalecería su confianza en él.

Además, no podía negar que su HiME era igual de interesante. Sin duda, las batallas a futuro serían muy entretenidas. Agradecía haber coincidido con ellos, porque sabía que su vida sería un tanto más emocionante de ahora en adelante.

Ese día, había quedado en juntarse con Komaeda para conversar sobre lo que se venía para ambos a futuro. Su intención era planear cómo harían para lograr que aquella alianza sea beneficiosa para ambos y poder aprovecharla al máximo. Para ello, debían cerciorarse de que tuvieran una ventana de posibles situaciones en las que pudiesen atacar a Eureka y a Cho simultáneamente.

Kokichi no sabía a ciencia cierta la probabilidad de que sus HiMEs llevaran juntas un curso electivo de nuevo, pero si lo analizaba con detenimiento, era la opción que más le convenía a ambos bandos: ahora que conocían el nivel de destrucción de Komaeda y Kokichi, lo más seguro era que Eureka y Cho iban a priorizar la seguridad de sus seres queridos antes que todo. La posibilidad de estar lejos de sus amigos sin poder protegerlos de los peligros que acarreaban sus rebels debía ser aterradora y repelente para ambas. Sin duda, era factible que convencieran a aquellos amigos suyos de volver a llevar un electivo juntos, aunque de seguro esta vez tomarían precauciones. Pero aquellos detalles eran nimiedades, puesto que la situación no dejaba de convenirle al bando rebel: Kokichi y Komaeda iban a tenerlas juntas en momentos determinados de la semana, lo que era sumamente beneficioso para los dos.

Luego de una breve conversación por whatsapp, acordaron en juntarse en la casa de Komaeda. Contra todo pronóstico, resultó que eran vecinos, lo que no pudo evitar causarle sorpresa a los dos. De lo poco que había investigado de su aliado rebel, Kokichi sabía que Komaeda tenía una vida muy acomodada, pero no estaba enterado de los detalles. Sin duda, aquella zona residencial de mansiones y casonas de alto nivel en las afueras de Tokio indicaba que había sido más de lo que esperaba.


Frente a las rejas de la casa, Kokichi sintió un ligero deja vú que no supo cómo definir en esos instantes. Tenía la sensación de haber estado allí antes, pero no recordaba del todo los detalles. ¿Tal vez en su infancia? No estaba seguro.

Haciendo a un lado aquella curiosa reacción, Kokichi sacó su celular y tipeó un mensaje rápido, alertando a Komaeda de su llegada.

Luego del mensaje, Kokichi no tardó en ver a Komaeda salir por el portón principal de su residencia y correr el trayecto a las rejas para darle el alcance. El invitado alzó una palma a manera de regresar el saludo inicial del dueño de casa, y de ahí le quedó observándole correr hasta la entrada con cierta decepción. Fuera del hecho que hubiera sido práctico indicarle que pase en lo que las puertas se abrían automáticamente para él (lo cual había sido una opción por cómo vio a Komaeda presionar un botón a corta distancia para que iniciaran la apertura), ¿acaso el peliblanco no era capaz de teletransportarse?

“Buenas tardes, Ouma-san,” saludó el dueño de casa con una amable sonrisa. “Has llegado en un buen momento. La comida está casi lista.”
“Como siempre pensando en todo, Komaeda-chan,” sonrió ampliamente y llevó sus manos detrás de su nuca. “¿Pero qué haces corriendo como ama de casa a la que se le mojará la ropa? Puedes teletransportarte.”
“Nunca sabes quién puede estar mirando,” contestó, sonriendo incómodo. “Le debemos a Rizembool ser cuidadosos con nuestros poderes, ¿no lo crees?”
“Ahh, te me hiciste más divertido la vez anterior. Deberías lanzar bombas más seguido,” se encogió de hombros. “Vamos o se te quemará la olla.”
“Haha, está bien,” Komaeda cerró las rejas y caminó a la par con su invitado de honor. “He contratado un chef de renombre para nuestro almuerzo. Quisiera agradecerte por la alianza que hemos forjado.”
“¡Ohh, eso quiere decir que comeré un almuerzo de al menos cinco platos!” los ojos del pelivioleta brillaron. “¡Nishishi, tú sí que vives con lujos, Komaeda-chan!”
“Eh, en verdad no, suelo prepararme mis propias comidas y atenderme solo. Me reservo a contratar asistencia profesional como chefs o limpieza sólo si necesito entretener a un ser humano con mayor valor que yo,” Komaeda asintió y sonrió con frustración y autodecepción. “Por supuesto, un ser insignificante como yo no acostumbra a entretenerlos con frecuencia por razones obvias, y cuando lo hago, siento que realmente no los merezco a mi alrededor…”
“Ajá…” alzó una ceja. “Son esas cosas las que hacen desmerecedor a uno. ¿Por qué mejor no malgastas tu riqueza comprando subastas o lanzando toneladas de comida en medio del desierto? Nishishi, sólo tener la audacia de hacerlo te hace más importante~”
“¡Pero eso sería un gran derroche, Ouma-san!” Komaeda se espantó ante la sugerencia.
“No seas tan buenito, necesitas que alguien sacuda un poco tus ideas,” comentó Kokichi, entretenido y dándole una palmada en la espalda. Entonces, le miró de reojo con una sonrisa gatuna. “Entonces me haces entender que sí eres adinerado, ¿cierto? No lo has negado.”
“Ehm, sí. Mis padres tenían varios negocios y los heredé luego de su fallecimiento,” Komaeda se puso a pensar. “Hmm, también están esas dos loterías que gané accidentalmente y el petróleo que encontraron en una residencia veraniega que tengo en el medio oriente hace unos años…”
“Ohh, ¿en serio?” Kokichi se impresionó.
“Pero no por eso derrocharía lo que tengo, Ouma-san,” le aseguró con una sonrisa. “Si alguien tan desmerecedor de mi riqueza como yo puede hacer algo por los demás algún día, espero utilizar mis ingresos para el bienestar de otros.”
“Sí que dices cosas frustrantes,” el otro se impacientó. Sin duda, una persona normal donaría gran parte a caridad, pero Kokichi no se encontraba ahí ese día para velar por la humanidad. “¡Ah, me frustra! ¡Tienes tanto dinero que podrías hacer algo divertido y vives como un ermitaño! ¡Me dan ganas de arrancarte los cabellos!”
“¿Qué he hecho para merecerme eso?” preguntó inquieto y alarmado.
“Ah, nada, sólo espero que esta comida que me prometes sea exquisita,” renegó cruzado de brazos y resignado.
“Ehm, pero si tú vives por aquí, Ouma-san,” comentó Komaeda, meditativo. “Eso indicaría que también provienes de una familia con muchos recursos.”
“No, sólo lo dije para amenizar, pero en verdad vengo de la zona más pobre de la ciudad,” se lamentó cabizbajo. “Soy huérfano y tuve que robar para vivir, hasta que Rizembool me abrió las puertas y trabajo para ser Rebel y tener algún tipo de futuro en mi vida,” entonces, alzó su mirada y se puso a llorar. “¡Apenas recuerdo a mi madre y sé que ella resentiría que no cumplí la promesa de ser un buen chico en su lecho de muerte! ¡Waaahhhh! ¡Mami, perdóname! ¡Me haces mucha falta!”
“Vaya…” Komaeda se dio un facepalm, decepcionado. “¿De nuevo me estás mintiendo?”
“¡Nishishi, ya le estás agarrando el truco, nada mal!” le contestó animado y con una amplia sonrisa que borró por completo su previa angustia. “Soy un joven enclenque que se convirtió en Rebel de la noche a la mañana y efectivamente vive por aquí. ¡Obviamente soy rico!”
“No entiendo qué te llevó a decirme lo anterior…”
“Aprende a divertirte más, Komaeda-chan~” dicho esto, Kokichi aceleró a las puertas de la mansión para ingresar. “Ya comenzaste lanzando bombas, hazlo más seguido.”

Entonces, Kokichi ingresó como si fuera su casa y se topó con un lobby en ruinas y con varios sólidos escombros regados por un costado en el piso. Incluso la cúpula encima de su cabeza estaba quebrada y había un considerable hueco por donde se apreciaba el cielo azul del verano.

“¿Eh?” atinó a explicar su confusión con ese simple sonido, en lo que Komaeda ingresaba. Quizás sí era alguna especie de maniaco que lanzaba bombas por doquier.
“Por aquí, Ouma-san,” dijo amablemente. “Nos meseros se encuentran esperándonos.”
“Ehm, ¿qué es este desastre de aquí?” preguntó confundido. “¿Intentaste destruir tu propia casa?”

Lo que Kokichi supuso sería una concisa respuesta de parte del peliblanco se tornó en una elaborada, e indeseada, respuesta. Komaeda se ilusionó por su pregunta y sus ojos denotaron su gran estado anímico y añoranzas de hablar al respecto, lo cual hizo que el menor intentara evadirlo del todo.

“Eh, olvída-”
“¡Ah, claro, por supuesto! Yo lo veo todos los días pero es tu primera vez aquí, Ouma-san. Este derrumbe que ves aquí es un recordatorio de la guerra entre las escuelas y la grandeza de Rizembool, nuestra alma mater.”
“Ajá, ya-”
“¡Porque es justo el desenlace de una batalla entre un Rebel y una HiME!”
“Okay, entiendo,” frunció el ceño. Komaeda es un Rebel, se le pudo haber ocurrido.
“Supongo es una historia muy grande, ya que debo explicarte el gran significado de este edificio, ah, pero también tienes que saber sobre todas las personas involucradas en la destrucción de esta mansión.”
“Oye, no, no tengo que saber-”
“Todo pasó un sábado en la mañana…”

Komaeda continuó hablando pese a los intentos de Kokichi de detenerle, puesto a que el pelimorado sabía que se trataría de alguna historia trivial sin relevancia alguna, pero terminó resignándose a oírle. Si bien en un inicio se rió un poco al enterarse que la casa de Komaeda le había pertenecido originalmente a su propia HiME, luego se frustró por los renovados ánimos del dueño de contarle todo lo relacionado a los escombros que veían. A Kokichi no le faltaban ganas para estampar su frente contra el bloque de concreto más grande.

“…y por eso es que lo dejé todo destruido y tal cual lo encontré, como un recuerdo de nuestra misión y una inspiración constante antes de salir de casa todos los días,” comentó Komaeda, sonriendo maravillado y tomando un profundo respiro.
“Sí, adorable, como digas,” rodó los ojos y se agarró los cabellos. “¡Ahh, ahora cállate que ni conozco a la gente que mencionaste! O sea el nombre de tu HiME es súper fácil de memorizar, pero ahórrate lo demás.”
“Oh, perdón, Ouma-san. Pensé en compartir una vivencia muy especial,” sonrió con torpeza. “He sido muy afortunado de comprar la casa de mi admirable HiME.”
“Ya, como sea, pero me diste más hambre por esta espera. Si no me espera un almuerzo de al menos doce platos me las pagarás.”
“Doce platos sería excesivo, Ouma-san,” Komaeda se alertó. “Es un almuerzo de seis…”
“En fin, sólo quiero comer algo.”
“Sí, sí, por aquí, lamento la demora,” le sonrió cordialmente y le dirigió. No tardaron en llegar a las puertas del comedor, donde fueron recibidos por un par de meseros.

A diferencia del destruido lobby, Kokichi apreció un comedor impecable y renovado donde le esperó un sitio ya listo, y ambos recibieron el primer plato de aperitivos para iniciar con la degustación. A pedido de Komaeda, los meseros los dejaron a solas para así poder hablar sin distracciones y en secreto sobre sus futuros planes.

Kokichi esperó poder criticar la comida en frente de él, pero sus planes se vieron truncados al probarla: cada platillo que le traían era igual de exquisito o incluso mejor que el anterior. El chef  provisional de Komaeda había optado por platillos extranjeros, un cambio agradable en su rutina que no pasaría por alto: ya luego buscaría un momento para acercarse a la cocina y robarle sus recetas.

Probaría ser sencillo distraer a su aliado en algún momento para llevar a cabo aquellos planes.

“Okay.” Kokichi dejó sus cubiertos en el plato y cruzó sus manos, apoyando sus codos en la mesa. Iba a continuar con la charla pendiente, pero la mirada de Komaeda lo distraía. “¿…Qué pasa?”
“Ah, nada, que tienes manchas de salsa strogonoff en la boca.” Komaeda agarró su servilleta de tela y se acercó para limpiarle las comisuras de los labios, como si Kokichi fuera un niño pequeño. Por unos instantes, Komaeda juró ver una expresión disgustada en el rostro del otro rebel, pero Kokichi fingió una sonrisa de nuevo.
“No me distraigas,” le dijo Kokichi.
“¡Ahhhhh! ¡Mil disculpas! Debí tomar en cuenta que intentabas decirme algo importante. Lo siento, no debí.”
“Ya, no exageres. No es para tanto.” Kokichi rodó los ojos. “En fin, tenemos varias cosas de las que hablar. Yo empezaré contándote lo que he hecho.”
“¿Qué hiciste, Ouma-san?” preguntó Komaeda, curioso.
“Nishishi~” Kokichi rio, orgulloso de sí mismo. “Oikawa-chan y Eureka-chan me deben dos millones y medio de yen. No sólo eso, sino que tomaré algunos cursos de intercambio en Hanasaki y, lo principal: pasaré a ser miembro del equipo de vóley.”
“¡Woah, Ouma-san! ¡No sabía que jugabas vól—!”
“¡Por supuesto que no! Es un deporte sin sentido. Como todos, realmente.” Kokichi disipó el pensamiento con un gesto de sus manos, buscando retomar el punto principal de aquella conversación. “Mi plan es destruir el club desde adentro. No me contentaré peleando contra ellos de vez en cuando. Este es el tipo de diversión que necesito en mi vida,” dijo y, luego, sonrió enormemente: iba a ser un ciclo demasiado entretenido.
“Pero… ¿Cómo así te aceptaron en el equipo?” La confusión de Komaeda era entendible, porque nadie en su sano juicio aceptaría que el rebel de su HiME forme parte de su equipo. Oikawa debía estar loco como para haber tomado aquel riesgo.
“Ah, bueno. Se quedaron sin lugar donde entrenar luego de que volamos su gimnasio en pedacitos.”
“Oh, cierto, no podrán entrenar ahí por un buen tiempo.”
“Mm, mm. El resto de gimnasios de la universidad son exclusivos para otros equipos y creo que ni siquiera tomaron en cuenta esa opción porque Oikawa-chan es muy territorial: nunca le ha prestado el gimnasio a otro equipo, o al menos así me contaron. Entonces tiene sentido que el resto de capitanes no se apiaden de su dolor.”
“¿Supongo que están entrenando en alguno de los complejos deportivos de la ciudad?”
“¡Bingo, Komaeda-chan!” Kokichi sonrió. “Eligieron el de Shibuya, pero es un tanto costoso. Me ofrecí a pagarles los entrenamientos por un mes si, a cambio, me devolvían mitad del dinero y me dejaban entrar al equipo.”
“Oh, qué increíble idea, Ouma-san~ Así, estarán endeudados contigo y a la vez no se podrán zafar de ti tan fácilmente.”
“Es perfecto porque tendré la oportunidad de estar más cerca de Oikawa-chan y Eureka-chan de esa forma. Me será más sencillo recaudar información… lo que me lleva al siguiente punto.”
“Mm.” Komaeda asintió. “Creo que me lo comentaste antes y te dije que estabas en lo cierto. Algo me dice que nuestras HiMEs volverán a llevar un electivo juntas.”
“Sí, lo mismo pienso yo. Por un momento pensé que no lo harían, pero dudo que prioricen el bienestar común sobre el bienestar de sus amigos. Una cosa es volar en pedazos el huerto o el gimnasio; otra, diferente, es que sus amigos paguen por todos. Mochizuki-chan y Kasuga-chan estarán con ellas, de seguro.”
“Además… debe convenirles saber que tienen una amiga HiME en aquel horario. La combinación de sus fuerzas podría probar ser favorable para ambas.”
“…O un completo desastre, como fue el ciclo pasado. Al final, se ganaron el odio de sus compañeros de salón y de todo el personal de los huertos. Eso fue excelente, Komaeda-chan. ¡Mi ídolo!”
“¿Estás… mintiendo?”
“¡No, voy en serio!” Kokichi fingió emoción… aunque, por dentro, no podía negar que había sido una gran hazaña. Tal vez Komaeda no la había planeado y había sido un golpe de suerte, pero el efecto era indiscutiblemente genial. Tan sólo imaginar las caras decepcionadas y enojadas de los compañeros de Eureka y Cho le causaba una inmensa felicidad.
“No merezco tales felicitaciones, Ouma-san, pero de todas formas te agradezco.” Komaeda sonrió.
“¿Cómo que no? ¡Fue perfecto! Ahhhh, debí estar ahí para verlas intentar enmendar sus errores,” se lamentó Kokichi. “¿No se quedaron varias horas limpiando el huerto y ayudando a plantar de nuevo ciertos proyectos? ¡Me perdí su sufrimiento! Ugh. Oikawa-chan no merecía ser el rebel de Eureka-chan. Apuesto a que se sintió muy mal con todo eso.” El rebel rodó los ojos.
“Sí.” Komaeda asintió. “Fue un error creer en él. No entiendo cómo no me percaté de su alianza con esa vil HiME. No cabe duda que soy de lo peor. Lo siento, Ouma-san, tenerme como aliado—”
“No hay tiempo para ningunearse, Komaeda-chan. ¡Es la hora de la venganza!” lo animó Kokichi, emocionado con la idea de una pronta batalla contra Cho y Eureka. “Pero bueno, retomando el tema. Tanaka-chan y Eureka-chan son un par de tontitas y parece que no se han percatado de los miles de contras que tiene llevar cursos juntas, lo que es una ventaja para nosotros. Podemos encontrarlas a determinadas horas en un solo lugar. Oh, y causar daños colaterales a Hanasaki. ¿Cómo hicieron Oikawa-chan y tú para conseguir información de sus horarios, por cierto?”
“¡Ah! Contactamos a Fushimi-san, un verdadero aliado de la causa rebel. Llevábamos un curso en común con él, así que no fue nada difícil acercarse y pedirle su ayuda. Por una cómoda suma de dinero, nos proporcionó informaci—”
“Wowowow. Espera. ¿Estás hablando de Saruhiko Fushimi? ¿¡Son estúpidos o qué!? ¡Ese tipo está loco de remate! Y debe ser especial oír eso viniendo de mí,” dijo Kokichi, sorprendido. “Onda que tú también estás loco y todo. Pero bueno. Dejemos de lado sus instintos suicidas.”
“Si no es a Fushimi-san, ¿tienes en mente a alguien más que podría ayudarnos?”
“Mm… Si fuera algo propio de la universidad, podría comprar a los informáticos…” Kokichi se veía un tanto pensativo. “Pero eso no funciona acá. Necesitamos un hacker que no nos mate en el proceso. Ihhhh, ¿dónde están los hackers cuando los necesitas?” Kokichi gruñó, enojado. “Aunque ahora que lo pienso, más tiempo perderemos buscando a alguien, así que supongo que okay, podríiiiamos pedirle ayuda de a Fushimi. Pero lo haré yo. Tú no le hablarás de ninguna forma.”
“Ah, yo juraba que le caía bien a Fushimi-san.”
“Lo dudo. Eres del tipo de personas que él odia.” Kokichi lo observó. Aún se preguntaba cómo Komaeda conservaba su cabeza. “Honestamente, me pregunto cómo no lo has sacado completamente de sus casillas.”
“Bueno, no me sorprendería, soy de lo peor… y él es un rebel tan admirable, no sólo cumpliendo con su rol sino que—”
“…EN FIN.” Kokichi lo cortó antes de que iniciara con aquel aburrido discurso de siempre. “Le mandaré un mensaje en un rato para cotizar sus precios. La matrícula en Rizembool terminó hace dos semanas así que imagino que Hanasaki también anda en lo mismo.”
“Mm.” Komaeda asintió. “Lo más probable es que ya estén los horarios definidos.”
“Huh.” Kokichi sonrió. “¿Qué tal si le hablamos a Fushimi-chan ahorita?”
“¿No le será incómodo?”
“Le voy a hacer una transferencia inmediata. Dudo que le incomode recibir dinero. Sólo espero que tenga su laptop a la mano.” Kokichi suspiró.
“Okay. ¿Tienes su contacto, Ouma-san?”
“Sí, déjame ver.”

Kokichi sacó su celular y revisó entre sus contactos hasta dar con el celular de Fushimi. Marcó el número sin pensarla dos veces y esperó en silencio. En cuestión de segundos, una voz irritada sonó al otro lado de la línea.

Qué quieres.
“Arara~ ¡Fushimi-chan, estás más alegre de lo normal!” Kokichi rio.
Ouma, estoy ocupado.
“Tengo un pequeño trabajito. ”
…Okay.” Kokichi no necesitaba tenerlo en frente para saber que Fushimi andaba rodando los ojos, irritado. “¿Qué cosa?
“¿Podrías mandarme los horarios de dos HiMEs? Cho Tanaka y Eureka Suoh.”
” Fushimi guardó silencio. “Ninguna de ellas es tu HiME.
“Ay, tontito. Me deshice de mi HiME y ahora tengo otra. ¡Y Tanaka-chan es la HiME de tu fan número uno, Komaeda-chan!”
¿Qué?” Fushimi sonaba asqueado. “¿Estás trabajando con Komaeda? ¿Qué pasó con Oikawa—? No. ¿Sabes qué? No me cuentes. No me importa.” Fushimi suspiró. “Ahorita te los mando por whatsapp.
“Gracias, Fushimi-chan~ Ahorita te hago la transferencia.”
¿Tienes mi número de cuenta?
“Sí, lo guardé de la otra vez. Te mando la constancia en un ratito.”
Okay. Adiós.
“Graciaaas~”

Kokichi colgó, y fue recién en esos instantes que notó la mirada de pura admiración en el rostro de Komaeda.

“¡Ouma-san! ¡Eso fue increíble! Juraba que no interactuabas con Fushimi-san.”
“Eh.” Kokichi se encogió de hombros. “Le he pedido un par de favores antes, pero no sería capaz de ir y hacer las tonterías que Oikawa-chan y tú hicieron.” Kokichi lo juzgó con la mirada, y luego, retomó lo que hacía: hizo la transferencia bancaria y suspiró. “La mejor forma de lidiar con Fushimi-chan es de lejitos.”
“No entiendo. Fushimi-san merece ser admirado de cerca, Ouma-san—”
“Oh.” Kokichi agradeció recibir una notificación por parte de Fushimi: así, pudo hacer oídos sordos a la explicación elaborada de Komaeda sobre su visión claramente equivocada de Saruhiko Fushimi.

El par de capturas de pantalla mostraban los horarios de las HiMEs: sus profesores, clases y hasta las ubicaciones de sus salones. Kokichi sonrió de lado al comparar ambos horarios y dar con que contaban con una clase en común: un electivo de registro de video en la Facultad de Comunicaciones.

“Haha, parece que teníamos razón, Komaeda-chan.”
“—Y por eso de— ¿Ah?” Komaeda lo observó, curioso.
“Mira, mira” Kokichi le entregó su celular. “Revisa las dos capturas de pantalla que nos envió Fushimi-chan.”
“Oh, claro.” Komaeda se apuró en hacerle caso. Cuando todo hizo click, el peliblanco sonrió. “Qué alegría, Ouma-san~ Resulta que sí teníamos razón.”
“Como lo esperaba. Habrá que empezar a planear en base a eso.”
“¡Por supuesto!”

Kokichi sonrió de lado. Tenía un buen presentimiento: todo estaba saliendo justo como había esperado.

Sólo faltaba prepararse para el siguiente acto.
« Last Edit: September 04, 2019, 01:35:31 AM by Eureka »


Eureka

Este chiquito para estrenar a mis niños y LLEGAR AL FIN AL CAPITULO 50
Vengo con topes en un ratito~

Este aporte va antes del ultimo de Kana uwu <3



50.




La vista era simplemente magnífica: los ventanales de aquel restaurante gourmet cinco estrellas permitían el deleite de los comensales con el panorama nocturno de la capital. Un mar de luces de distintos colores teñían las calles de Tokio, y Edelgard no pudo evitar compararlo con su ciudad natal y el monótono tintineo de luces amarillescas por las calles de Oxford. Cualquier persona defendería los aspectos positivos de las miles de captivantes ciudades de los países de su continente, pero para Edelgard se habían transformado en un poco más de lo mismo: veía a Oxford a cualquier lugar que iba. Sin duda, esta mudanza a Japón probaría ser un interesante cambio de rutina… de no ser por un par de detalles.

El primero era el motivo de su mudanza: negocios. No estaba en Tokio para hacer amigos, turismo o conocer más sobre el folklore y la tradición japonesa, sino para indagar sobre la reciente mudanza de Dimitri Blaiddyd y Nea D. Campbell, hijos de los socios de su padre que habían llegado a la capital japonesa unos meses antes que ella.

El círculo de familias asociadas radicaba en Londres y Oxford, a excepción de Lelouch Vi Britannia, su mayordomo, Yoite Rhodes, y sus hermanos menores, que habían optado por venir a vivir a Japón cinco años atrás. Edelgard admitía que su curiosidad no se había disipado con los años: seguía intrigada por sus motivos, pero era imposible ver a ese Vi Britannia como un peligro, por lo que los Von Hresvelg habían decidido ignorar aquel evento. Lo más probable era que la decisión andaba relacionada a la terrible relación con su padre, hecho que no pasaba desapercibido para el resto de familias.

A la hora de la hora, Lelouch no era el primogénito del director de la compañía, lo que lo excusaba de ciertas responsabilidades. Sin emgargo, Dimitri y Nea eran la mano derecha de las cabezas de sus respectivas familias, lo que hacía intrigante su presencia en el continente asiático.

“¡Princesa!”

Edelgard rodó los ojos al localizar a la persona que buscaba: en una de las mesas más pegadas a los ventanales, yacía sentado Claude von Riegan, amigo suyo de la infancia y, por supuesto, hijo de una de las familias pertenecientes a su círculo social y de negocios. Claude era el segundo detalle: por más cercanos que eran, su falta de diligencia y su actitud despreocupada la sacaban, varias veces, de quicio.

Tal vez considerarlo un contra era excesivo, puesto que al final del día, Edelgard disfrutaba de su compañía: la conversación de Claude era amena y nunca permitía la creación de silencios incómodos. Tal vez, el problema radicaba en los amigos más cercanos de Claude: Felix Fraldarius, un hombre taciturno y reservado que sólo pensaba en la esgrima, y Sylvain Gautier, el casanova más insoportable que había conocido en toda su vida. Para intercambiar información, iba a ser necesario interactuar con ambos además de Claude, y Edelgard no estaba tan segura de querer lidiar con ellos. Suponía que Ferdinand y Hubert se harían cargo de eso.

Era un tanto cruel quejarse así de ellos cuando todos eran amigos de infancia, pero los años habían pasado y, en algunos casos, las amistades habían sido afectadas por los deberes familiares, sus estudios, enamoradas y enamorados, étc.

Edelgard recordaba haber sido muy cercana a Dimitri y a su hermano, Wolfgang, en algún momento. Era extraño cómo el entorno de las personas podía cambiar tanto con los años.

“Claude,” saludó Edelgard, una vez cerca del mencionado y, en vez de hacerle una reverencia, no pudo evitar abrazarlo. Había pasado un año desde la última vez que se habían visto, puesto que Claude se había mudado a Japón para continuar con su carrera de modelaje. Su condición como el segundo hijo de los von Riegan le permitía tomarse ciertas libertades, similar al caso de Lelouch Vi Britannia. En una similar situación se encontraba Wolfgang Blaiddyd, el mellizo mayor de Dimitri, quien había renunciado a sus responsabilidades medio año atrás. Sin embargo, los motivos de Claude y Wolfgang habían quedado claros desde un inicio. Vi Britannia… seguía siendo un misterio.
“Ahhh, Edie, en serio es precioso verte por acá,” dijo Claude, muy sincero, mientras la estrujaba.
“Digo lo mismo.” Edelgard se alejó y le sonrió, a la vez que tomaba asiento en la silla frente a él. Se apuró en colocar la servilleta de tela en su regazo, y volvió a retomar la conversación. “Es mi primera vez en el país y wow, me arrepiento de no haber salido de Europa en toda mi vida.”
“Es lo mismo que dije un año atrás.” Claude rio. “Sylvain opinó lo mismo que yo. Felix… uh. Bueno, ahí vamos.”
“¿Pero la madre de Fraldarius no es japonesa? Recuerdo que por eso los Kururugi eran muy apegados a su familia.”
“Pues sí, pero parece que Felix no sabe cómo adaptarse a cambios radicales en su hábitat natural. A diferencia de… uh. Sylvain.” Claude suspiró.
“Me puedo imaginar. Su apariencia extranjera debe darle puntos extras con la población femenina de acá.”
“Es terrible.” Claude se veía muy cansado de las gracias de su amigo. “Lo interesante, aún así, es que en Rizembool hay varios chicos populares que le ganan. El capitán de vóley, por ejemplo, que tiene un club de fans inmenso.”
“Wow. Imagino que Sylvain lloró cuando se enteró de eso.”
“Sí.” Claude rio. “No puedo negar que se ha ganado una popularidad tremenda, pero Rizembool tiene a tantos chicos y chicas atractivas que… bueno, se pierde un poco entre todos.”
“¿Alguien ha llamado tu atención?” Edelgard sonrió de lado.
“Haha, nada se te escapa.” Claude le guiñó un ojo. “El ciclo pasado tuve una jefe de práctica y—”
“¿¡Jefe de práctica!?” Edelgard pegó el grito al cielo, indignada.
“No seas puritana, que no pasó nada cuando era su estudiante.”
“Ah, me alegra que aún conserves ciertos valores.”
“Ouch.” Claude fingió dolor, llevándose una mano al pecho. “Cualquiera que te escucha, diría que soy como Sylvain.”
“No, nunca llegarías a tales extremos.” Edelgard rio. “¿Y? Cuéntame sobre la jefe de práctica.”
“¿Estás segura de querer oír eso?”
“Si no ahondas en detalles innecesarios, no veo problema. Nunca llegaste a contarme mucho sobre tu vida acá en aquellos mensajes escuetos que me mandabas por Facebook Messenger.”
“He andado un poco ocupado, lo siento. Eso y…”
“La jefe de práctica.”
“…Sí.” Claude sonrió, embobado. “La jefe de práctica. Es… wow, no sé cómo describirla. Es perfecta.”
“Si bien no has tenido una lista enorme de conquistas como la de Sylvain, siento que he escuchado esas palabras varias veces. De tu boca. Sobre distintas personas.”
“Edie, come on. Tal vez un par de veces, pero nunca tanto.”
“Okay, okay. ¿Cómo pasó de ser tu jefe de práctica a…? No sé lo que es ahora. ¿Saliente? ¿Agarre?”
“¡Edelgard!” Claude le gritó, indignado.
“¡Lo siento, okay!” Se disculpó ella. En esos instantes, el mozo se acercó a tomarles la orden y, luego de pedir sus platillos, Edelgard retomó la conversación. “Bueno, no me dijiste.”
“Me interesa, pero somos amigos cercanos, nada más. Después de todo… si quiero enfocarme en romance, hay ciertas cosas que debo resolver antes de eso.”
“¿Cuáles?”
“Me enteré de unos detalles sobre Campbell que no te van a agradar. Okay, no, tal vez si te agraden. Eres amiga de Hubert, así que de seguro te encantará oír todo esto.”
“Wow, pensé que nos demoraríamos en llegar a ese tema. No que me incomode, al contrario, estoy intrigada.” Edelgard sonrió.
“Edie, esto es preocupante, si te soy sincero. Tu vida va a cambiar con la charla a continuación.”
“¿Qué podría ser tan preocupante como para tenerte así de ansioso a ti?”
“…” Claude suspiró. “No tienes ni idea.”
“A todo esto. Sylvain y Felix también están en este restaurante, ¿o me equivoco?” mencionó Edelgard, observando una mesa a unos metros de su posición. La persona que daba para su lado estaba siendo tapada por la carta, pero el otro —Sylvain, con cero neuronas—, se había girado a guiñarle el ojo.
“…Lo siento.” Claude se llevó una mano a la frente. “Los traje por seguridad. Intuyo que tú también hiciste lo mismo con Hubert y Ferdinand.”
“Hubert es mi sombra. Imposible conseguir que deje mi lado.” Edelgard sonrió. “Y Ferdinand tiene esta manía de querer superarlo en todo, así que bueno… también está aquí, naturalmente.”
“Wow, cualquiera que nos oye, diría que no tenemos tanta confianza entre nosotros.”
“Sabes que no es cierto. En quien no confío es en Dimitri y Campbell.” La joven se llevó una mano al mentón, observando sus alrededores con recelo. “Temo que estén planeando algo…”
“Creo que Dimitri nunca ha sido el problema. Al menos la información que tengo me indica que así es.”
“¿Qué pasó?”
“Es una historia… muy larga. No voy a ahondar en detalles, pero lo cierto es que Nea ha conseguido un mecanismo de lavado de cerebro.”
“Eso suena inverosímil.”
“Ohhh, créeme que es cierto. Rizembool tiene ese juguete y muchos más. Abundan investigaciones y grupos de estudio sobre una variedad de elementos cuestionables. Experimentación en humanos, cambio de cognición, étc… Son sólo un par de lo que tiene bien escondido esa entidad. A eso, súmale esta guerra silenciosa pero potente contra Hanasaki. Usan a estudiantes como carne de cañón para que peleen entre ellos por el “supuesto” honor de sus instituciones.”
“Eso suena ridículo.”
“Lo sería si no lo hubiese comprobado con mis propios ojos. Una de esas riñas destruyó el gimnaso de vóley. Y supe de un ataque a Hanasaki a mediados del ciclo pasado. Murieron varios estudiantes.”
“A ver. ¿Quieres decirme que Campbell está involucrado en todo esto?”
“Campbell siempre ha sido con Dimitri como Hubert contigo. Menos notorio, por supuesto, pero siempre ha contado con la misma intención: lograr que su amo destaque en comparación a nosotros. El mayor de los Vi Britannia seguirá siendo el heredero de todo a menos de que Campbell haga algo, y supongo que encontró que todo esto era la mejor forma de empezar a maquinar un complot.”
“Suena como si estuviésemos en la época medieval… aunque supongo que las traiciones, en ese sentido, son parecidas.” Edelgard suspiró. “¿Y Dimitri? ¿No está en Rizembool con él?”
“Dimitri estudia en Hanasaki. Juraba que iría a Rizembool con Wolfgang, pero la vida está llena de sorpresas.”
“¿Qué?” Edelgard se mostró un tanto sorprendida por esa revelación. “Tú te llevas bien con él, ¿no?”
“Sí, somos algo cercanos. Sylvain también es su amigo.”
“¿Y qué les ha dicho?”
“No sabe nada de Nea desde que llegó. Nea no ha contactado ni a Dimitri, así que Wolfgang supone que vino por su cuenta. Podría dudarlo si viene del mellizo menor, pero Wolfgang es muy sincero. Debe estar diciendo la verdad.”
“Wow, todo suena tan… complejo.”
“A todo esto, ¿estarás en Rizembool conmigo?”
“Sí, por supuesto. Hubert y Ferdinand también se han trasladado a aquella universidad. No hay marcha atrás… y, honestamente, no veo la posibilidad de querer cambiarme de casa de estudios. Rizembool tiene tantos misterios y planeo ahondar en todos ellos.” Edelgard sonrió, confiada.
“Me alegra mucho que pienses así porque justo te quería pedir un favor.” Claude le sonrió.
“¿Sí?”
“¿Te gustaría rendirle honor a tu apodo?”
« Last Edit: December 28, 2019, 08:43:13 PM by Eureka »


Sayi

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #577: September 06, 2019, 11:57:02 PM »

Hello gals <3

Para cualquier duda y/o consulta las invito a postear en el foro de planeación.

Sin más preámbulos~





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Now, let's carry on with those big HiME dreams...

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Oh, dream maker, you heart breaker
Wherever you're goin', I'm goin' your way


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #578: September 17, 2019, 07:23:00 PM »
Al fin termino con las vacaciones ;;



51.1




La invitación de Nejire no fue tan sorpresiva si se ponían a pensar detenidamente en eso.

Gracias a Oikawa y a Ushijima, Nejire se había enterado del drama del gimnasio y de las actividades pro-fondos que habían hecho. Tomando en cuenta los ánimos decaídos del equipo y la necesidad de dinero para el préstamo de Kokichi, Nejire les había ofrecido la posibilidad de invitarlos al set para grabar un videoclip con ella. La paga no era tan alta —todos eran amateurs—, pero entre catorce personas, proponía ser una suma decente como para devolver parte del dinero que Kokichi les había prestado por todo un mes de entrenamiento en el complejo deportivo de Shibuya.

La idea le cayó a todos como anillo al dedo, y no hubo nadie que se rehusó a la propuesta. Eureka había imaginado que Saeran rechazaría la invitación, pero hasta él había confirmado su asistencia.

La HiME había pensado en desistir, pero encontró en Saeran la oportunidad de saldar deudas con Seven. Su depresión pasaba a segundo plano cuando se enfocaba en ayudar a los demás, y sabía que debía hacer algo respecto a Seven y a su hermano. Como la terrible persona que era, Eureka había encontrado que lo mejor era reunir a los hermanos en el mismo lugar sin que el otro se entere de ello. Aquel reencuentro podía ir o muy bien, o muy mal, pero era necesario. Había intentado acercarse a Saeran y había sido en vano. Mejor era apurar el proceso antes de que Seven le cobrara todos los favores anteriores como dinero que, en esos momentos, no tenía.

El club acordó en reunirse en las puertas traseras del estudio donde se grabaría el videoclip de Nejire, pero Eureka, Oikawa, Iwaizumi y Seven se juntaron un tanto antes. Se habían encontrado a unas cuadras de allí unos quince minutos atrás, respetando el horario de ingreso que Nejire les había indicado.

“¡Es mi debut actoral!” anunció Oikawa, emocionado, mientras caminaban hacia el estudio de grabación.
“Hablas como si fueras algo más que un extra, Shittykawa,” comentó Iwaizumi, mientras revisaba su celular.
“Ah, yo sé. Pero lo más probable es que la directora se va a dar cuenta de mi habilidad indiscutible para la actuación y me reclutará para trabajar con ella a futuro.”
“Sigue soñando, Oikawa~” canturreó Seven.
“¿Eso no se entromete con tus planes de ser jugador profesional de vóley?” preguntó Eureka, confundida.
“Ah, Eureka-chan, tienes razón. Peeeero eventualmente me retiraré… como a los 32, 33 años. De ahí tengo que trabajar, así que debo tener una profesión más allá del vóley.”
“¿Podrías ser entrenador en un colegio?” sugirió Iwaizumi, sin mucho interés.
“¡No! ¡Tiene que ser algo majestuoso como yo!”
“Wow, qué gran falta de respeto para los entrenadores de vóley,” dijo Seven, entre risas.
“No hay nada malo con esa profesión. Pero—”
“Pero se la tienes jurada a todos los entrenadores que tuviste y por eso no quieres ser como ellos,” dijo Iwaizumi, aún prestándole atención a su celular.
“¡Iwa-chan!”
“¡Woah! Eso suena interesante. ¿Cómo así, Iwaizumi?” preguntó Eureka, curiosa.
“Ah.” Iwaizumi alzó la mirada y guardó su celular para hablarle directo a Eureka. “Oikawa siempre se ha llevado mal con nuestros entrenadores. Tiene ese problema desde Middle School.”
“Wow, eso explica por qué no he visto al entrenador del equipo,” dijo Eureka, pensativa.
“¡Pero él si me cae bien!”
“Entonces tú no le caes bien,” se burló Seven.
“…Puede… que tengas razón, Luciel-chan.”
“Es eso, pero también porque confía en ti, Kusokawa.” Iwaizumi le dió un cocacho. Ignorando sus quejas, continuó: “No lo necesitamos porque tú eres el capitán: consigues maniobrar ese rol y a la vez entrenarnos. Y aunque me cueste aceptarlo, con el ingreso de Ushijima, tenemos más ventaja: su conocimiento sobre jugadas más profesionales y su experiencia con otros equipos nos ha servido de mucho. Honestamente, nuestro entrenador no tiene muchos tips que darnos.”
“Aceptar a Ushiwaka-chan nos ha convenido mucho… aunque me hierva la sangre decirlo.”
“Awww, eso significa que estás madurando~” canturreó Seven. Eureka e Iwaizumi se aguantaron la risa.
“¡No se burlen!” gritó Oikawa, enojado. “Por cierto, me sorprende que todo el equipo haya accedido a esto.”
“Es una sorpresa. Hasta los más callados y reservados, como Ritsu y Saeran.”
“¿Sae…ran?” preguntó Seven, perdido. Su instinto lo llevó a buscar explicaciones en Eureka, quien rehuyó su mirada. “¿E-u-re-ka-chan?”
“E-eh…”
“Tenemos que hablar~”
“…” Iwaizumi observó la reacción de Seven y guardó silencio. “Hay que adelantarnos, Shittykawa.”
“Pero—”
“Nos adelantamos.” Iwaizumi no le dejó responder: lo tomó del cuello de la camisa y lo arrastró consigo, para guardar cierta distancia entre ellos y Seven y Eureka.
“…Okay, lo siento,” empezó Eureka, una vez andaban un tanto alejados de sus amigos. “Debí avisarte con tiempo, pero supuse que te negarías a encararlo si te decía que iba a venir. ¡Como los amigos de Oikawa! Los hermanos se pelearon y los ayudamos a hacer las pases obligándolos a interactuar.”
“Eureka.” Seven se llevó una mano a la frente. “Esto es distinto. No he visto a Saeran en AÑOS.”
“Lo sé. Pero debes dejar la cobardía a un lado y—”
“No es… cobardía.” El rostro arrepentido de Seven era una imagen peculiar: para alguien que siempre sonreía y bromeaba, aquella expresión desentonaba completamente con su manera de ser. Era predecible que el tema de su gemelo fuese tan delicado. Eureka se sintió como la peor amiga del universo al notar su insensibilidad. “No sé cómo definirlo. Yo…” Seven suspiró. “No tiene sentido contarte toda la historia ahora. Lo único que debes saber es que yo abandoné a mi hermano. Debí estar ahí para él pero me vi cegado por la oportunidad de velar por su seguridad y su bienestar y terminé abándonándolo. Luego de eso… han pasado demasiadas cosas, pero lo cierto es que lo volví a encontrar pese a todo.”
“No entiendo del todo, pero tampoco necesitas explicarme, descuida,” dijo Eureka.
“Es demasiado complejo y desordenado como para contarte todo ahora, en serio. Prometo que eventualmente lo haré. Si te soy sincero, no me siento capaz de encararlo…”
“Lo siento, Seven.”
“No.” Seven negó con la cabeza. “No te disculpes. Es algo que he estado postergando por tanto tiempo  y ya no puedo aplazarlo más. No tiene sentido que siga ahogándome en mi propia culpa. Si tengo que ver a Saeran hoy, lo haré. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Sí, me puede rechazar. Pero verlo bien, tranquilo, feliz… eso es más importante para mí.”
“Se nota que lo adoras, Seven.”
“¡Por supuesto!” Seven sonrió. “Más bien. Debo agradecerte. No es la forma adecuada… y, honestamente, debería estar enojado contigo, pero entiendo que lo hiciste por mí.”
“Somos amigos, más allá de todo el dinero que te debo. Que es mucho.” Eureka suspiró. “Espero que te apiades de mí.”
“¿Luego de lo de tu rebel? Seré un dios piadoso, por supuesto. Pagar esos dos millones y medio les va a doler un montón.”
“Gracias por la piedad, Dios Seven.”
“¡Haha~ No hay problema!” Seven le guiñó un ojo. “Bueno, hay que alcanzar a Oikawa e Iwaizumi.”
“¡Okay!”

Seven y Eureka caminaron el pequeño trayecto que les quedaba para llegar finalmente a la entrada trasera del estudio, donde Nejire les había indicado que se daría el ingreso de los extras. Allí, esperarían al resto del equipo para ingresar todos juntos.






Les tomó alrededor de veinte minutos congregar a casi todo el equipo de vóley. Uno por uno llegaron hasta finalmente juntarse todos, sin excepción. Incluido Yasutomo: había estado de viaje hasta el día anterior y, aún así, había accedido a presentarse pese a sentirse un tanto perdido. Lo que, en retrospectiva, era comprensible, porque no se había enterado de los detalles detrás del atentado contra el gimnasio, así como de la deuda con Kokichi. Ya luego le explicarían en los entrenamientos.

Él único que faltaba en llegar era Saeran, quien había mandado un mensaje disculpándose por la tardanza. Una emergencia en su trabajo part-time durante la mañana le había impedido estar a tiempo y contaba le tomaría al menos una hora llegar al estudio. De reojo, Eureka pudo notar un suspiro aliviado por parte de Seven: de seguro andaba agradecido por el tiempo extra que tenía para prepararse mentalmente para lo que venía. Sin duda, esa futura charla le iba a quitar unos años de vida.

El set de grabación estaba dividido en dos zonas: el ambiente de bar y, en frente, las cámaras, luces y equipos necesarios para el rodaje. Entre las sillas de personas importantes encontraron a Nejire conversando con algunos miembros del staff. Cuando la cantante los reconoció, detuvo su discusión para levantarse y correr hacia ellos.

“¡Chicos! ¡Qué alegría tenerlos por aquí!” mencionó Nejire, muy emocionada. “Me alegra tanto que hayan podido venir. Antes de iniciar con todo, necesito que se junten con una de las asistentes de producción para firmar el contrato oficial y el contrato de cesión de derechos de imagen. Ella está en esa mesita,” dijo, señalando con la cabeza.
“Mm, gracias Nejire-chan~” Oikawa le sonrió.
“¡Gracias Nejire!” dijo Tendo.

La mayor parte del grupo se dirigió hacia la mesa de los contratos. Eureka tuvo la intención de hacer lo mismo, pero Nejire la detuvo agarrándola de la muñeca.

“¡Eureka-chan! ¡Espera!” dijo la cantante. Oikawa y Seven, que habían dado unos pasos, regresaron de vuelta con sus amigas, llenos de curiosidad.
“¿Qué pasó?” preguntó Eureka, confundida.
“Ah, quería pedirte un favor.” Nejire se veía un tanto dubitativa… pero optó por dejar a un lado sus preocupaciones, armándose de valor de un momento a otro. “¿Podrías salir conmigo en el videoclip? Me refiero a un papel más importante, por supuesto.”
“Que yo— papel— ¿¡QUÉ!?” la cara de Eureka era un poema.
“¡Que salgas conmigo!” Nejire sonrió muy calmada, como si se tratase de la conversación más normal del universo y no una sobre su posible participación en un rol más importante del que había estipulado inicialmente. “Hubo un problema con la actriz. Al parecer su productora se rehusó a aprobar el contrato de uso de imagen a último momento y no tenemos ni tiempo ni recursos para buscar un reemplazo. ¡Pero! Tú calzas perfecto con el papel. ¡Descuida, no es nada muy complicado!” Aseguró la cantante, muy alegre. “¡Tengo fe en que te saldrá genial!”
“El tema es que no tengo experiencia actoral,” Eureka suspiró. “Y se va a notar que soy amateur, a diferencia del resto del cast…”
“Si se tratara del personaje principal, entendería tus preocupaciones. Pero es un papel secundario, y estoy segura de que con las indicaciones de la directora, te va salir lindo.” Nejire le esbozó una sonrisa radiante.
“Podrías probar,” le sugirió Seven.
“¡Sí! ¡Anímate, Eureka-chan!” le dijo Oikawa.
“…Está bien.” Eureka suspiró, resignada. No quería decepcionar a Nejire, después de todo. “¿Cuál es mi papel?”
“Vas a ser la— ¡Oh, cierto! No les dije, creo. La canción del videoclip es un dueto con Madara— ¿Están… bien?” Nejire se interrumpió a sí misma al notar las expresiones de Seven y Eureka.
“Ese ‘Madara’ del que hablas—” empezó Eureka.
“—No será… ¿¡Mama!?” completó Seven.
“Sí, es Mama.” Nejire sonrió.
“¿¡EN SERIO!? ¡Qué honor!” lloró Seven.
“Imaginé que lo conocían, pero no pensé que serían fans de él.” Nejire rio.
“¡Imposible! ¡Mama es genial!”
“¡Yo lo hice viral—asjklfg!” Eureka codeó a Seven en el estómago para salvarlo de sí mismo.
“¿¡Alguien me explica qué está pasando!?” Oikawa se veía muy perdido.
“Oh, Tooru, lo siento.” Nejire sonrió. “Supuse que no lo conocías. MaM es un idol muy popular, hace poco sacó su tercer álbum y fue un éxito rotundo. Somos de la misma agencia, por eso se planteó la colaboración. Madara es súper lindo~ Les va a caer muy bien.”
“¿Merezco tanta felicidad? Dime, Seven. ¿Merezco ser tan feliz?” le preguntó Eureka, zamaqueándolo de un lado a otro.
“¡Lo mismo me pregunto yo!”
“¿Soy el único que no es tan… conocedor del mundo idol?” preguntó Oikawa, un tanto decepcionado.
“¿Quieres decir que no hay ninguna idol que llame tu atención?” preguntó Nejire.
“No tengo mucho tiempo para eso, lamentablemente.” Oikawa suspiró. “No estoy tan pendiente de idols. Aunque bueno, tengo una actriz que sí sigo religiosamente.”
“¿Quién?” preguntó Eureka, curiosa.
“¡Satomi Ishihara!” comentó Oikawa, emocionado. “¡Es preciosa!”
“Yo la conozco,” dijo Nejire, como si se tratara de algo tan mundano como el clima. A Eureka le sorprendió su habilidad de no inmutarse… pero luego recordó que Nejire debía estar acostumbrada a conocer todo tipo de gente famosa.

No como ellos, claro.

“¿En serio?” preguntó Seven. “Tienes que presentarnos algún día, Nejire.”
“¡Por supuesto!” Nejire sonrió. “Yo les aviso cuando tenga algún proyecto con ella.”
“¡Genial! Gracias, Nejire-chan~” exclamó Oikawa, emocionado.
“No hay problema~” canturreó Nejire. “¡Ah! ¡Aquí!” dijo, ondeándole la mano a alguien detrás de Eureka.

Al observar la cara incrédula de Seven, Eureka atinó a girarse y se topó con Madara, quien acababa de ingresar al set. Portaba una sonrisa deslumbrante mientras saludaba al equipo de producción, su paso alegre contagiando la misma energía a toda persona con la que interactuaba. Eureka lo observó, anonadada: nunca había imaginado contar con la chance de estar tan cerca de él. Sin embargo, ahí estaba, deslumbrante con una vestimenta sumamente sencilla —pantalones grises, camisa azul marino y blazer gris humo a rayas—, pero que parecía perfecta en el cantante: de no haber sido idol, Eureka suponía que Madara podría haber cursado una carrera de modelaje sin ningún problema. Su metro noventa de estatura y su atractivo jugaban a su favor.

Nejire la sacó de sus pensamientos al hacerla a un lado con cuidado para ir a darle el encuentro al otro idol.

“¡Mama!” lo saludó ella, y se lanzó a abrazarlo.
“Nejire-san, hija linda~” dijo Madara, a la vez que acariciaba y revolvía sus cabellos suavemente. Luego, se separó de ella y le sonrió. “Llegué a tiempo, ¿no?”
“¡Claro!” Nejire sonrió. “Un logro, a diferencia de los días pasados.”
“Haha, a veces la puntualidad es mi debilidad.” Madara rio. “Pero me alegra estar a tiempo. Supuse que aún no empezaban a grabar. Tal parece que no me equivoqué~”

Su mirada se desvió hacia el grupo de amigos de Nejire, unos metros detrás de la idol. Observó a Eureka, curioso, y la HiME esquivó su mirada, avergonzada.

“¡Te presento!” Nejire lo cogió de la muñeca y lo arrastró al grupo. “Chicos, él es Madara.”
“Mi nombre es Luciel Choi, un gusto.” Seven extendió su mano.
“¡Ah, igualmente~” Madara le sonrió y estrechó su mano, muy alegre.
“Yo soy Tooru Oikawa~” dijo Oikawa.
“Mm, mm~ ¡Un gusto, Tooru-san!”

Madara fijó su mirada en Eureka, un tanto curioso. Su expresión divertida parecía indicarle que andaba intrigado por el silencio y la actitud cohibida de la joven.

“¿Y usted?” le preguntó Madara, sonriendo.
“…Eureka… Suoh,” dijo, avergonzada. De un momento a otro, Eureka alzó la vista, mostrándose emocionada y muy decidida. “¡Soy tu fan desde hace un tiempo! ¡Eres increíble! Y uh… disculpa si con esto te espanto.” La HiME atinó a hacer una leve reverencia, sacándole una carcajada a Madara.
“¡No hay necesidad de disculparse!” le aseguró Madara. “Y por favor, no tienes que hacerme ninguna reverencia, tranquila. Al contrario, yo debo agradecerte por tu apoyo. ¡Soy lo que soy gracias a fans dedicadas como tú~!”
“¡Es lo mínimo que podemos hacer por ti! ¡Tu talento es increíble!” Eureka se incorporó de nuevo. “Debo decir que estoy muy emocionada por esta colaboración entre ustedes dos.”
“Bueno, escucharán la canción durante la grabación de estas escenas,” le comentó Nejire. “¡Ojalá que les guste!”
“¡Por supuesto! Sus voces son muy lindas. Imagino que se van a compenetrar muy bien,” dijo Eureka.
“Sí, de seguro está genial,” dijo Seven.
“¡Gracias! Ah, ah, no puedo evitar sentir mucha felicidad al escuchar sus halagos. ¡Mama les agradece de todo corazón, en serio!” Madara sonrió. “Por cierto… Ustedes van a participar en el videoclip, ¿no? Algo así me comentó Nejire-san.”
“Justo de eso andábamos hablando. Los invité para que nos apoyen siendo extras de la fiesta, pero hemos tenido un problema con la actriz que iba a figurar a tu lado.”
“Algo de eso me dijo uno de los productores hace un ratito, cuando me topé con él antes de entrar al set.”
“Mm.” Nejire se veía preocupada. “Pensé que Eureka-chan podría apoyarnos con eso.”
“Accedí, pero nunca me comentaste exactamente qué debía hacer,” dijo Eureka, confundida.
“Ah, vas a ser el interés amoroso de Mama.”
“¿¡Q-QUÉ!?” Eureka no cabía en su vergüenza. “¡E-Eso no es un papel secundario!”
“¡Lo siento! ¡Pero no hubieras aceptado de otra forma!”
“¿No habrá alguna de las chicas extras que quiera ayudar con ese papel?” preguntó Oikawa, intentando apoyar a su amiga.
“Oikawa, no le niegues esta chance a Eureka,” dijo Seven.
“¡Pero se ve muy incómoda!”
“¡Y lo estoy!” afirmó Eureka. “Lo siento, Mikejima-san, no es nada personal pero… eres uno de mis cantantes favoritos y esto es mucho para mi corazón. N-no… no puedo procesarlo.”
“¡Descuida!” Madara esbozó una de sus típicas sonrisas despreocupadas. “Entiendo, debe ser un tanto intimidante y encima es muy repentino… ¿Qué te parece si revisamos el guión? Si sientes que es mucho para ti, buscamos a un reemplazo.”
“Podrían hacerlo desde ya…” comentó Oikawa.
“¡No! ¡Eso suena como una buena idea!” dijo Nejire, emocionada.
“No lo es… pero supongo que podríamos intentar con eso,” dijo Eureka.
“¡Genial!” Madara asintió. “Nejire-san, ¿tienes tu guión?”
“¿Te olvidaste del tuyo?” Nejire rio.
“Sí…” Madara suspiró. “Salí tan rápido que lo dejé tirado en algún lado. Solo espero que esté en mi departamento y no en otro lugar, hehe…”
“¿Hoy grabaste algo en el estudio?”
“Fui a practicar. ¿Fácil lo dejé ahí?” Madara suspiró. “Ahhhh, qué descuidado soy a veces.”
“A veces andas con la cabeza en las nubes, haha.” Nejire rio. “Hay que pedir un par de copias más a alguien de producción: mejor que sobren a que falten.”
“¡Buena idea! De seguro tienen varias copias, no lo dudo.” Madara sonrió. “¡Voy por ellas!” anunció, alegre, y se dio media vuelta.
“…” Eureka lo observó en silencio. Nejire rio.
“Eureka-chan, lo siento,” se disculpó Nejire. “Lo hice pensando en que te subiría los ánimos, pero creo que te estoy sometiendo a mucha presión.”
“…Sí, es cierto.” dijo Eureka, resignada. “Pero si no es nada muy complejo, supongo que puedo apoyar… Sigo pensando que sería mejor pedirle a alguno de los extras profesionales, pero bueno.”
“Bueno, el perfil pedía a una actriz pequeña, y creo que eres de las más chiquitas en el estudio.” Nejire sonrió.
“Eso es cierto.” Seven asintió. Eureka lo fulminó con la mirada. “Yo solo digo verdades, Eu.”
“…” Eureka suspiró. “A este paso, me voy a morir.”
“Tranquila, Eureka-chan,” le dijo Oikawa, colocando una mano en su hombro. “Te va a salir bien.”
“…Gracias.” La HiME le sonrió. “No estoy tan segura, pero veremos qué tal.”
“Hado-san,” la llamó una de las asistentas de producción. “La directora está pidiendo que todos los extras se reúnan en el set del bar para darles indicaciones.”
“Oh, perfecto.” Nejire asintió. “Tooru, Luciel, júntense con el resto del equipo de vóley~”
“¡Okay!” Oikawa asintió.
“Las vemos luego~” Seven se despidió de ambas ondeando su mano. Junto a su amigo, los dos se retiraron camino al grupo inmenso de extras alrededor del set del bar.



 
“Lamento lo de tu enamorado,” comentó Nejire, estando a solas con Eureka.
“Ah, no te preocupes.” Eureka le sonrió. “Creo que fue lo mejor para ambos. Aún ando… procesando todo. Los cambios han sido un tanto radicales para mí, pero debo acostumbrarme eventualmente.”
“Vivías con él, ¿no?”
“Mm.” Eureka asintió. “Su familia tiene una mansión acá en Tokio y yo vivía en uno de sus cuartos. Medio que había dejado ese lujo de vivir allí unos meses atrás cuando nos peleamos, pero saber que no puedo volver es un poco terrible. Más aún porque me llevaba de mil maravillas con su hermano menor.”
“¿Y no puedes visitarlo?”
“Supongo que sí podría, pero me siento un poco incómoda con todo. Imagino que también le incomodaría a él.”
“¿Tú crees? Podrías consultarle.” Nejire sonrió. “No dejes que todo se pierda por lo de tu ex.”
“Ah, suena a que lo dice la voz de la experiencia.” Eureka le devolvió la sonrisa.
“Haha.” Nejire rio suavemente. “No necesariamente, pero me imagino que debe dar mucha pena no poder continuar interactuando con la familia de tu ex, si es que has desarrollado cierto vínculo con ellos.”
“…No quiero ser metiche, pero… ¿conociste a la familia de Oikawa?” preguntó Eureka, curiosa. “Hace un par de semanas conocí a su mamá y a la familia de su hermana.”
“¡Wah! ¡Qué lindo!” Nejire sonrió, emocionada. “Touko-san y Aoko-san son sumamente encantadoras. Y el sobrino de Tooru es lindo.”
“¡Ah! Me alegra que te los haya presentado. Tiene sentido, tomando en cuenta que fueron novios.”
“Yo los conocí por el cumpleaños de Tooru,” contó Nejire. “Invitó a unos amigos y me invitó a mí. Y su familia fue a visitarlo, justo. A partir de eso los ví un poco más. Es sorprendente lo mucho que Oikawa, su hermana y su mamá se parecen…”
“¡En actitud y en físico!”
“¡Sí! ¡Es increíble!” Nejire rio. “Bueno, volvamos a lo nuestro. Recuerda: si hay algo que te incomoda, le dices a Mama y todo bien.”
“No entiendo cómo accedió a que yo sea su…” Eureka se cortó de pura vergüenza. “Su… eso,” dijo, siendo nada específica.
“Mama es así de espontáneo. De seguro le encanta la idea de probar algo diferente.”
“Pero es un videoclip. Y yo soy una novata.”
“Ah…” Nejire desvió la mirada, sintiéndose culpable. “Okay, okay.” Soltó un suspiro. “Me da pena seguir escondiéndote todo. La verdad es que… lo estoy haciendo a propósito.”
“¿¡QUÉ!?” Eureka la observó, incrédula.
“Quería que mi interés amoroso… fuera Wakatoshi. Así que propuse que el de Mama también fuese alguno de los extras. Él también lo sabe.”
“¡Pero—!”
“Los engañamos. Les hizo creer que no sabía nada, todo para que Tooru y Luciel no se enteren de ello. No podemos correr el riesgo de que terminen esparciendo el rumor. Tooru tal vez no, pero Luciel adora el chisme.”
“Ah. Tiene sentido. ¡Espera! Entonces… lo del contrato de cesión de derechos de imagen…”
“Ah, nada, te engañé~” Nejire sacó la lengua.
“¿Y Ushijima ya sabe? Pero él es un terrible actor—”
“¿Recuerdas nuestra farsa? ¡Funcionó de mil maravillas! Confío en que le irá bien.”
“…Estoy demasiado sorprendida. Tenías todo calculado. Oikawa me dijo que andabas interesada en Ushijima, pero no pensé que sería así de intenso.”
“Bueno, él… es tierno.” Nejire se llevó las manos a las mejillas, toda enternecida. “Se portó muy lindo conmigo cuando fingimos ser pareja. Es muy tranquilo, y me agrada pasar tiempo a su lado. Me encantaría conocerlo mejor.”
“Y congenian muy bien, por lo que ví. Pero… oh, no. Ya me di cuenta.”
“¿De?”
“Todo lo del club de vóley como extras fue para hacerlo pasar como tu pareja y crear una situación para conversar e interactuar más con él.”
“¡Oh, nonono!” Nejire negó las acusaciones con un gesto exagerado de sus manos. “Realmente quería ayudarlos con lo de su deuda. Y bueno, si Wakatoshi podía venir, yo encantada.”




“¡Ah! ¿Ya le contaste a Eureka-san lo de Wakatoshi-san?” preguntó Madara, acercándose a ambas. “Lo siento, Eureka-san. Entiendo que debe ser repentino todo esto, como te dije hace un rato, pero es por una buena causa.”
“Mm… ahora que Nejire me ha dicho la verdad, siento que no puedo negarme.”
“¡Que genial! ¡Tú también quieres juntarlos!” exclamó Madara, emocionado. “La verdad es que Nejire-san me contó todo en su momento y ví lo de las revistas y los medios. Ella se veía muy feliz a su lado. Me gustaría que realmente estuvieran juntos.”
“Nejire… le contaste… lo de…” Eureka quería morirse ahí mismo.

La vergüenza la mató al enterarse de que Madara sabía todo el drama idiota que había creado para vengarse de Oikawa. De seguro pensaba que era una loca por semejante idiotez que se había mandado. En retrospectiva, sin embargo, Eureka no podía quejarse: aquella venganza había sido una gran hazaña suya. Sí, tal vez se había pasado un poco, pero había valido la pena. Oikawa juró nunca más meterse con ella… y pudieron hacer las paces, pese a todo.

“Sí, no podía explicarle lo de Wakatoshi sin el contexto. Además, Mama es muy observador,” admitió Nejire.
“Ah, no te preocupes, Eureka-san. No te juzgo. De seguro tenías tus motivos.” Madara sonrió.
“Eran muy válidos.” Eureka suspiró. “…Okay, participaré de esto. Te lo debo, Nejire.”
“¡Wah! ¡Gracias, Eureka-chan!”
“…Sólo espero no arruinar su videoclip.”
“¡Claro que no! Verás que saldrá genial.” Madara sonrió.
“Entonces los dejo~” dijo Nejire, tomándolos a ambos de las espaldas. “Iré a conversar con mi asistente. De seguro ya se acercaron a hablar con Wakatoshi. Debo estar ahí para resolver sus dudas.”
“¡Suerte, Nejire!”
“Gracias, los veo luego~” Nejire se despidió de ambos con un beso volado, mientras los dejaba a solas para correr en busca de su asistente.




“Espero no incomodarte mucho con esto,” comentó Madara, sonriéndole.
“Es más de lo que pensé que sería este rodaje,” admitió Eureka. “No imaginé conocerte y menos… uh… esto.”
“¡Mil disculpas! Pero me alegra mucho que quieras hacer esto por Nejire-san.” Madara le sonrió. “Está muy emocionada con la idea y espero que todo salga bien.”
“Con Ushijima y yo como actores, no sé qué decirte.”
“¡No te preocupes! Confío en sus habilidades. Y, en el peor de los casos, la escena de la fiesta es breve: sucede al final del videoclip, así que no los torturarán por mucho tiempo. Es un momento pequeño donde se revela que Nejire-san y yo hemos estado cantándole a dos personas distintas. Es un punto de giro muy común en videoclips de duetos.”
“Ah… sí, es cierto.” Eureka asintió. “Creo haberlo visto en un par de videoclips. ¿Me podrías prestar el guión?”
“¡Sí, por supuesto!” Madara asintió y le extendió el cuadernillo.

Eureka se apuró en revisar la parte del final: como bien le había dicho el cantante, la escena donde aparecerían Ushijima y ella era muy breve. Ocurría al final, en medio de la fiesta, donde se mostraría a Nejire y Madara buscando intensamente a una persona en medio de la multitud, hasta que finalmente llegan a sus respectivas parejas. Las tomas de ellos estaban descritas como muy cariñosas: para Nejire, se trataría de un abrazo con Ushijima. En el caso de Madara y ella, el cantante la sorprendería tocándole el hombro. Eureka se giraría y—

Ah.

“NO” Eureka le empujó el guión en el pecho a Madara, muy avergonzada.
“Haha, supuse que esa sería tu reacción~” Madara sonrió, mientras tomaba el cuadernillo.
“¿LO SABÍAS?”
“Sí, claro. Nos dieron el guión hace unos días.”
“¡NOOOOO! ¡ES QUE— AY! ¡NONONO! ¿No podemos cambiar con Nejire y Ushijima? Lo de nosotros puede ser un abrazo y ya. ¡Nejire me lo agradecerá! Sí, soy la celestina perfecta, no hay nada que hacer.” Eureka suspiró. “A quien engaño. Esto es de lo peor, me voy a morir de la vergüenza.” La HiME se tapó el rostro, aún en negación. Seguía sin creer lo que acababa de leer.
“Ah…” Madara se llevó una mano al mentón. “La toma iba a estar diseñada para mostrar mi expresión. Con Nejire-san sería complicado porque Ushijima-san es más alto y la idea es engrandecerla—”
“No, es que no entiendes. Yo me muero. Esto es mucho, nonono.”
“Eureka-san.” Madara la sorprendió al tomarla del hombro con su mano libre. Eureka dejó de taparse para observarlo, curiosa. “Tranquila, no se acaba el mundo. ¡Como te dije, podemos discutirlo con la directora! ¡Mi prioridad acá es que no te sientas incómoda!”
“Estoy al borde de un paro… Así que sí, sería genial si podemos discutirlo con ella.”
“¡Mm, mm!” Madara sonrió, soltando su agarre. “Tú tranquila. En serio no quiero incomodarte.”

Le debía una muy grande a Nejire, era cierto. Sin embargo, Eureka no andaba tan segura de poder llegar a tal extremo de grabar semejante escena.

Eureka tuvo la intención de contarle la verdad a Madara: la situación le preocupaba por Lelouch, como era de esperarse. No tenía tanto sentido porque ya era casi un mes y medio desde la ruptura y era sólo actuación, pero había algo en ella que le impedía tomar la situación desde el aspecto más positivo. Madara era realmente atractivo y uno de sus cantantes favoritos: para cualquier fan, grabar un videoclip a su lado debía ser un sueño. Pero para la pobre idiota en aquella posición, probaba ser un reto.

Le parecía innecesario tener que contarle todo el dramón al cantante, quien no merecía tener que lidiar con semejantes pachotadas. Eureka sabía que no podía ir por el mundo contándole a todos sobre su ruptura: no quería victimizarse y mucho menos hacer que otros carguen con sus problemas. Suficiente había tenido haciendo el ridículo con Hiyori Tomoe un par de semanas atrás. A diferencia de Nejire, quien se había convertido en su amiga, Hiyori seguía siendo un completo extraño. Y aún así, había ido y le había contado todo, desahogándose como si se tratase de una amistad de años.

Contarle sus penas a un idol distinto no podía convertirse en una rutina. Más aún, si se trataba de uno de sus favoritos: no era justo con él ni con ella misma.

“Mama.”
“Ahhhh, me llamaste Mama, gracias~” Madara sonrió, emocionado.
“Espero que esté bien… llamarte así.”
“¡Claro!” Madara asintió. “Cuando usan mi nombre siento que están enojados conmigo. Debe ser ridículo, pero así lo siento, haha~”
“Yo también siento lo mismo… sobretodo con mi mamá.” Eureka no pudo evitar sonreírle de vuelta al recordar la enojada voz de su madre mencionando su nombre.
“¡Me pasa lo mismo con mis papás! Me he acostumbrado a que la gente me llame por mi apodo. ¡Pero ahhh! ¡Disculpa! ¡Me ibas a decir algo y te corté!”
“Quería disculparme. Debo sonar un poco… exagerada con todo esto. Es sólo que hay un motivo de peso para explicar mi reacción. No quiero tener que molestarte con eso, así que no te lo diré.”
“No es por tu enamorado, ¿o sí?”
“¿Huh?” Eureka ladeó la cabeza, confundida.
“Ah. Tenía entendido que Tooru-san era tu enamorado. Al menos así fue lo que me contó Nejire-san sobre tu venganza.”
“¡Wah! No, no, él y yo estábamos fingiendo. Nunca estuvimos juntos. Mis motivos… son otros, pero no quiero incomodarte con ellos. No es el momento, ni el lugar, después de todo.”
“No hay problema. Te entiendo completamente. Y aunque no me molestaría escucharte, también comprendo por qué quieres guardarte tus razones.” Madara asintió y le esbozó una sonrisa comprensiva. “Entonces… ¿Te parece si vamos a conversar con la directora?”
“¡Mm!” Eureka asintió. “Suena como una buena idea.”







A unos metros de allí, el elaborado set del bar rebosaba con gente por doquier: los asistentes de dirección andaban en plena labor de indicar posiciones y acciones a los extras. Oikawa y sus compañeros del equipo de vóley andaban distribuidos por distintas zonas del bar, algunos con la función de conversar y beber en grupos o parejas, otros de simular un baile con algunas de las chicas que andaban de extras.

A Oikawa le había tocado en un grupo de gente que simularía ser amigos de toda la vida: para su suerte —o falta de esta—, Tendo se encontraba en el mismo grupo que él. Por su expresión curiosa, Oikawa supuso que su compañero no dejaría pasar ni un detalle. Y era cierto: el pelirrojo había notado que la mirada de su capitán andaba centrada en la conversación de Eureka junto a la directora y a Madara, aquel atractivo cantante y amigo cercano de Nejire.

“Ohhhh, ¿Qué es eso, Oikawa?” preguntó Tendo.
“¿Qué cosa?” Oikawa lo observó, curioso.
“¿Son… celos? ¿Estás celoso?” le dijo Tendo, animado, y señaló con su cabeza a Eureka, a varios metros de allí.
“¿¡N-No sé de qué est—!?”
“¡Estás celoso! ¡Haha!” Tendo empezó a burlarse. “Ya decía yo. Tengo un don para notar estas cosas. Es obvio que te mueres por—”
“Oh, ¿conocen a la chica que está con Mama?” preguntó una de las extras de su grupo. Era una jovencita de cabellos castaños, semblante alegre y sonrisa cálida.
“Ah, es nuestra amiga,” dijo Tendo. “Estamos aquí con ella y un grupo más de amigos.”
“Somos un club de vóley, de hecho,” comentó Oikawa. “Ella es nuestra mánager.”
“¡Wow!” La joven parecía intrigada con aquello. “¿Y cómo llegaron aquí?”
“Nejire es nuestra amiga, también.” Tendo sonrió. “¿Tú?”
“Soy estudiante de artes escénicas,” contó la joven. “Uno de mis amigos tiene a la productora como contacto y nos avisó de este trabajo. Es un cachuelo, pero no me quejo.”
“¡Wow! ¡Qué suerte!” dijo Oikawa. “Por cierto, ¿de qué universidad eres?”
“Hanasaki. ¿Ustedes?”
“Rizembool,” dijo Tendo. “Oikawa y yo estudiamos comunicaciones ahí.”
“¡Nice! Entonces están familiarizados con todo esto.”
“Gajes del oficio.” Oikawa rio.
“¿Y su amiga?”
“Ah, estudia lo mismo que nosotros. Pero ella es de Hanasaki.”
“Wow, no sabía que la mánager podía ser de otra institución.” La joven rio. “Pero me parece genial que los apoye de todas formas.”
“Tengo entendido que oficialmente no se puede dar, pero es una preocupación para el Oikawa del futuro. Aún no empieza el campeonato, después de todo.” Oikawa suspiró.
“Oh, mucha suerte con eso— ¡Ah, cierto, no nos hemos presentado! ¡Mi nombre es Minako Arisato, un placer!”
“Yo soy Satori Tendo y él es Tooru Oikawa,” dijo Tendo. “Es un gusto, Minako-san~”
“¡Igualmente!” Minako sonrió. “Me gustaría presentarle a mis amigos, pero están esparcidos en otros grupos. Supongo que lo podré hacer más tarde.”
“¿Más tarde?” Oikawa ladeó la cabeza, confundido.
“¡Oh! ¿No saben que habrá una fiesta luego del rodaje?”
“¿En serio?” Tendo no pudo esconder su emoción. “¡Eso es genial!”
“¡Sí! Han reservado un restaurante para nosotros. Habrá barra libre, comida gratis y todo, estoy emocionada.” Minako se tomó el rostro, ensimismada con su fantasía de platillos deliciosos y bebida por doquier.
“¡Yo también! Eso me invita a poner más de mi parte,” dijo Tendo.
“Felizmente nuestras acciones son muy simples,” dijo Minako. “Además, el resto de nuestro grupo se ve súper pro.”
“Ah, gracias,” dijo uno de los muchachos. “Disculpen, no pude evitar escuchar un poco de su conversación.”
“¡Mm-mm! ¡Al contrario! ¡Genial que te unas!” Minako le sonrió. “¿Cómo te llamas? ¿Eres estudiante?”
“Me llamo Tanjiro Kamado, estudio artes escénicas en Hanasaki. Creo haberte visto antes, pero no estoy seguro, disculpa.”
“¡Yo sí te he visto antes!” gritó el último integrante del grupo: un rubio que parecía amigo de Tanjiro. “¡Eres súper linda, Minako-san!”
“¡Gracias!” Minako sonrió. “¿Cuál es tu nombre?”
“Zenitsu…” dijo el rubio, sonriendo un tanto avergonzado.
“Wow, estamos rodeados de alumnos de artes escénicas,” comentó Tendo. “Me siento intimidado.”
“¡Oh, no! No hay por qué sentirse así.” Tanjiro sonrió. “Zenitsu y yo somos novatos, al menos. Este es nuestro segundo año, de hecho.”
“¡Oh! Entonces son mis kohai,” dijo Minako. “Yo estoy en tercero. Me sorprende, pensé que eran de mi año o mayores.”
“¿En serio?” Tanjiro se veía confundido.
“¡Mm! La actitud que tuvieron con el asistente de dirección me dio a entender que tenían formación actoral. Sin ofender, Oikawa, Tendo.” Minako sonrió.
“Oh, no, por supuesto.” Oikawa le guiñó un ojo.
“Ah, gracias por el halago, Minako-san,” dijo Tanjiro
“¡Sí! ¡Vale un montón viniendo de ti!” afirmó Zenitsu.
“¡No hay problema! ¡Hay que dar lo mejor de nosotros!”
“¡Mm, mm! Tal vez nos llamen a realizar roles más importantes a futuro,” dijo Oikawa.
“Haha, sigue soñando,” se burló Tendo.

El grupo irrumpió en risas y continuó conversando mientras se realizaban los últimos ajustes antes de empezar a rodar por zonas.




Al otro lado del set, Iwaizumi y Seven habían coincidido en el mismo grupo. Su posición quedaba muy cerca de la entrada al estudio, y el wing spiker pudo notar cómo el pelirrojo andaba observando las puertas con visible preocupación. Seven siempre se había mostrado alegre y despreocupado, tanto que verlo un tanto ansioso lo dejaba muy confundido.

Ah.

De seguro se trataba de su hermano. Al menos algo así había oído de Oikawa.

“¿Estás bien?” le preguntó Iwaizumi. Aunque era difícil de discernir, Seven pudo notar algo de preocupación en su semblante.
“He estado mejor, no puedo negarlo.”
“Escuché… algo de lo de tu hermano por parte de Kusokawa, lo siento.”
“No te preocupes. Tampoco es que Oikawa sepa mucho, pero sí, lo de Saeran es todo un lío. Aún no llega y siento que me voy a morir de un paro.”
“Avisó que llegaría tarde, así que debe estar cerca. ¿Ya tienes una idea de lo que le dirás?”
“Más o menos. Usualmente tengo todo bajo control, pero te juro que estoy muriéndome internamente.” Seven suspiró. “Bueno, no gano nada poniéndome más ansioso. Ya es muy tarde para dar marcha atrás.”
“Lo es,” dijo Iwaizumi, observando la entrada del estudio. “Ahí esta Jang.”

Saeran acababa de ingresar al estudio. Nejire lo interceptó ni bien lo divisó a lo lejos: luego de acercarse a él, intercambiaron unas palabras y el joven se fue a rellenar los formularios y contratos pertinentes en la mesa de la asistente de producción.

Observándolo con detenimiento, Seven encontró que su hermano también había cumplido con las indicaciones de Nejire respecto a vestimenta: las prendas que llevaba puestas eran sencillas, con colores vibrantes y respetando el balance entre lo casual y lo elegante. La imagen frente a él le trajo a la mente un chispazo de alguna de sus presentaciones, años atrás, cuando Saeran había sido un idol popular en el país.

Seven no podía comprender cómo nadie lo reconocía. Era cierto que un buen tiempo había pasado desde su retiro, pero tomando en cuenta la fama que su gemelo había alcanzado, era de esperarse que la gente a su alrededor lo notara de alguna manera. Le parecía imposible que un cambio de look —el color de su cabello— fuese suficiente como para hacerlo pasar desapercibido. Sin embargo, era la realidad: nadie se volteó a mirarlo cuando ingresó al estudio y nadie le prestaba atención ahora, que andaba en el proceso de lectura del contrato.

El pelirrojo sabía que era el momento indicado para ir y conversar con él, o al menos… lograr que Saeran escuchara sus patéticas excusas. Sus esperanzas eran nulas: lo más probable era que Saeran le armara un escándalo y le pidiera que lo deje en paz. O tal vez sería más dramático: optaría por retirarse antes de seguir escuchándolo.

Antes de formular peores escenarios en su mente, Seven sintió una palmada en el hombro a modo de apoyo. El gesto de Iwaizumi logró sacarlo de sus pensamientos y Seven le sonrió, agradecido. Luego de un suspiro, el pelirrojo caminó hacia la mesa de los contratos para hablar con su hermano.

“Saeran,” dijo, un tanto temeroso.
“…” Saeran dejó de leer el contrato en sus manos y alzó la vista para observar al dueño de la voz que lo acababa de llamar. No demoró nada en reconocerlo, puesto que se veía reflejado en la persona frente a él. Sus ojos se abrieron de la sorpresa, y por unos instantes, Seven encontró enojo en su expresión. Sin embargo, el semblante de Saeran no se inmutó: la neutralidad en su rostro, al menos, le dio algo de esperanzas. “Saeyoung, ¿qué haces aquí?” preguntó, calmado.
“Wow, me estás hablando, eso es positivo.” Seven se permitió una sonrisa.
“…Yo… no sé qué decirte,” respondió el menor. “No creo que esperes tener la conversación que nos debemos aquí, a puertas de grabar un videoclip.”
“No, no. Sólo… quería saber si estabas dispuesto a escucharme.”
“…” Saeran se cruzó de brazos y suspiró. “Tal vez otro día.”
“¿En serio?”
“Mm.” Saeran asintió. “Tengo… curiosidad, supongo. Intercambiamos números luego del rodaje.”
“Gracias, en serio.” Seven quiso acercarse a abrazarlo, pero se aguantó las ganas de hacerlo: no quería incomodarlo más de lo que ya lo había hecho. Luego de una pequeña sonrisa, regresó al grupo de extras que le tocaba.

Iwaizumi no dijo nada, sólo volvió a darle una palmada en el hombro. Cuando lo observó de reojo, Seven notó la expresión solemne que poseía y sonrió, divertido: era una sorpresa notar que, sin querer, Iwaizumi y él se habían convertido en amigos.






Las tomas generales y las tomas de apoyo ya habían sido grabadas: las vistas generales de la fiesta y las tomas detalle de los grupos de amigos de Eureka y Ushijima estaban listas. Faltaban las principales: la llegada de Nejire y Madara a la fiesta, su interacción breve antes de buscar a sus respectivas parejas y el final romántico de cada una. La directora y sus asistentes habían indicado que los extras que no figuraban en esas tomas faltantes podían tomar un merecido descanso, invitándoles a pasar a servirse los bocaditos del catering. Y así fue: todos corrieron a las bandejas de bocaditos colocadas en unas mesas lejanas a los equipos y al set. La jefa de producción les indicó que guarden silencio y orden, para no interrumpir la continuación del rodaje.

Ushijima, Eureka, Nejire y Madara andaban reunidos con la directora, conversando y acordando las acciones que iban a realizar.

“Bueno, entonces empezaremos con las tomas de Hado-san y Ushijima-san,” resumió la directora. “Luego, procederemos con las de Mikejima-san y Eureka-san. Cerramos con la interacción entre Nejire-san y Madara-san,” indicó.
“¡Okay!” Nejire asintió y el resto la imitó.
“Hado-san, tú vas primero. Hay que armar la escena.”
“¡Mm, claro!” Nejire sonrió.

La directora la condujo al espacio donde grabarían su ingreso a la fiesta. Las cámaras se reposicionaron y el director de fotografía reconfiguró su diagrama de luces en base a la posición de la cantante y el trayecto que realizaría. Gracias a la cantidad de asistentes y a las indicaciones de producción, la directora empezó a rodar aquellas tomas en poco tiempo.

A unos metros de allí, Eureka, Madara y Ushijima observaron el rodaje en silencio. La HiME estaba a punto de iniciar una conversación con los dos, pero se vio interrumpida por la canción que los parlantes del estudio comenzaron a emitir. A pesar de ser una parte avanzada del dueto, aquella balada dulce la conmovió: las voces de Madara y de Nejire compenetraban perfectamente, creando armonías que deleitaron a todos los presentes.

Nejire comenzó a cantar para la toma que rodaba, la cámara siguiendo su movimiento al ingresar al local. Por los monitores conectados a la cámara, Eureka y el resto observaron cómo quedaba la toma: el encuadre resaltaba la presencia de la cantante, quien seguía entonando la melodía que sonaba por los parlantes.

“Es realmente bella,” dijo Ushijima, sorprendiendo a Eureka y a Madara. “…La canción, digo,” se corrigió, cuando notó que podía tomarse como un halago a Nejire. “Aunque Nejire también es bella.”
“Bueno, ambas son lindísimas. Nejire se ve preciosa en ese vestido, y la canción me ha dejado idiota. Voy a llenarles de replays en Spotify, en serio.” Eureka le sonrió a Madara.
“¡Gracias, Wakatoshi-san, Eureka-san!” Madara les sonrió. “Nos esforzamos mucho y me alegra que les agrade la canción.”
“Tienen un gran talento,” dijo Ushijima. “No entiendo muy bien la letra. Después de todo, el inglés no es mi fuerte, pero puedo sentir muy clara la emoción…”
“Habla sobre un amor destinado a ser,” dijo Eureka, aguantándose las ganas de suspirar enamorada. La canción invitaba a fantasear y era difícil negarse a dejarse llevar por esa tentación.
“Tiene sentido. Es muy romántica.” Ushijima sonrió, observando a Nejire.
“…” Eureka no dejó pasar aquel detalle. Su pensamiento pareció sincronizarse con el de Madara, puesto que ambos se giraron a sonreírse como idiotas, emocionados con la posibilidad de que el interés de Nejire en Wakatoshi sea recíproco.
“¿Pasa algo?” preguntó Ushijima, curioso. Aquellas expresiones en sus rostros eran sumamente intrigantes.
“Ah, no, nada, nada~” canturreó Madara, ondeando sus manos.
“Ushijima-san,” lo llamó uno de los asistentes de dirección. “Vamos a empezar a rodar con usted.”
“Oh, por supuesto.”

Ushijima fue rápido en seguir el paso del asistente en cuestión, hasta que finalmente llegó a la ubicación de Nejire. Desde su posición a unos metros de allí, Madara y Eureka observaron cómo la persona encargada del script ubicó a Ushijima entre los extras detrás de él. Unos detalles más, y empezaron a rodar.

“…” Madara continuó observando el rodaje, hasta que optó por dirigir su mirada hacia Eureka. “¿Estás lista?”
“Sigo muriéndome de nervios, si te soy sincera. Felizmente, conseguí convencer a la directora de hacer algo más… uh…”
“¿Cómodo?” ofreció Madara.
“Sí, cómodo para mí.” Eureka suspiró. “Lo siento, en serio. Ni debería tener derecho a decidir qué se hace o no se hace…”
“No te preocupes. Te lo dije al inicio y vuelvo a repetirlo: la idea es que te sientas tranquila. Esto lo estamos haciendo por Nejire-san, es cierto, pero no pretendo obligarte a hacer algo que no quieres.”
“Oh, eso sí lo entiendo y te lo agradezco muchísimo.”
“¿Entonces?” Madara ladeó la cabeza, confundido.
“¿Te soy sincera? No quiero arruinar este videoclip. Más aún ahora, que escucho su esfuerzo y su dedicación en ese dueto. Mira al resto de actores, Mama. Adoran tu trabajo y el de Nejire,” indicó Eureka.

Los actores extras habían dejado de asaltar la mesa de bocaditos para prestar atención a la canción de Madara y Nejire. Entre la multitud, Eureka pudo divisar que Oikawa y el equipo de vóley se habían quedado perplejos y conmovidos por el dueto.

“…” Al ver las expresiones emocionadas de todos, Madara sonrió enormemente. “Eureka-san, gracias.”
“¿Mm?”
“Tengo el presentimiento de que este videoclip será exitoso~”
“¿Tú crees? Acabo de decir que tengo mied—”
“¡Tú no te preocupes!” le dijo Madara muy decidido. “¡Estoy muy seguro de ello!”

Eureka pensó en contestarle, pero en esos instantes, uno de los asistentes de dirección llamó a Madara al set para poder comenzar con sus tomas. La HiME aprovechó el momento para repasar mentalmente lo que debía hacer cuando llegara su turno.

Aquellos minutos de espera iban a ser una gran tortura, pero lamentablemente, ya no había marcha atrás.

« Last Edit: August 28, 2023, 02:54:38 AM by Eureka »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #579: September 17, 2019, 07:40:31 PM »


51.2




Tomando en cuenta a los artistas de la colaboración, a nadie le sorprendió la fiesta que le siguió al rodaje.

Nejire y Madara habían reservado un night club para agasajar a los extras, a los actores secundarios y al equipo de producción. El local tenía barra y comida libre, y era lo suficientemente amplio como para albergar a todos los involucrados en el rodaje. Oikawa calculaba que, entre todos, sumaban alrededor de doscientas personas, aunque la gente seguía llegando: algunos miembros de la producción se habían quedado a organizar el estudio luego de la grabación, por lo que recién andaban sumándose a la celebración.

Ambientado con música alegre y comida y bebida por doquier, cada grupo de personas veía cómo disfrutar del festejo a su manera. Entre ellos, Oikawa encontró que el equipo de vóley se veía muy satisfecho con aquella productiva forma de pasar el día. El rodaje había sido ameno, con bocaditos, bebida y un rato agradable conociendo gente nueva y/o pasándola bien con amigos. A todos les iban a pagar una suma decente de dinero y eso parecía incentivarlos más a disfrutar del momento: a lo lejos, Oikawa observó cómo Bokuto y Kuroo andaban peléandose por trozos de carne en una de las parrillas del buffet. Por su lado, Suzuki, Ritsu y Akaashi andaban conversando con unos chicos que habían formado parte de su grupo durante la grabación. Para sorpresa de nadie, Nejire andaba pegada como lapa a Ushijima: juntos, conversaban con miembros de producción, la directora, Tendo y uno de los actores secundarios. Finalmente, Daichi, Arakita y Kuroh andaban en la barra, tomando unos tragos junto a un grupo de chicas y chicos.

Oikawa reconoció que no podía divisar ni a Seven, Eureka o Saeran en los grupos de gente a su alrededor. Iwaizumi le había comentado el contacto de Seven con su gemelo menor, lo que le permitió suponer que los tres andaban reunidos para facilitar la reconciliación de los hermanos.

Sin embargo, los factores no cuadraban del todo. Su amiga no se sentiría cómoda con intervenir en aquella conversación.

¿Dónde andaba, entonces?

“Si buscas a Eureka, está con Mikejima.” La voz de Iwaizumi irrumpió en medio de la música y Oikawa saltó de la sorpresa. Su amigo había estado a punto de darle un paro.
“¡Iwa-chan!” El capitán se giró a fruncirle el ceño a su amigo. “¡No me asustes así!”
“…” Iwaizumi se encogió de hombros. “Eh. Supuse que andabas buscándola, por eso te lo dije.”
“Eso no tiene nada que ver con mi queja.”
“¿No la estabas buscando?”
“…Sí.” Oikawa desvió la mirada, con un puchero. “Me da miedo que le pase algo. Kokichi-chan—”
“Sí, sí, por supuesto que Ouma es lo que te preocupa ahora.” Iwaizumi rodó los ojos. “A mí no me engañas, imbécil.”
“Haha, me da mucha risa que venga eso de ti.” Oikawa sonrió de lado. “Graciosito.”
“Osea que lo admites.”
“Wow, Iwa-chan, ¿entonces sí te gusta Marie-chan?”
“Eso— ¿Qué mierd—?” Iwaizumi se sonrojó furiosamente. “¿¡Por qué preguntas cojudeces!?”
“¿No estamos hablando de eso?”
“¡No cambies el tema! ¡Esto es sobre ti, idiota!”
“Te digo si me dices.”
“…” Iwaizumi alzó su puño con la intención de darle un cocacho, pero pareció controlarse antes de que este conectara con la cabeza de su amigo: su brazo regresó a su posición inicial, y un fuerte suspiro se escapó de sus labios. “Sí, me gusta Marie. No es nada del otro mundo: soy un idiota y soy demasiado notorio. En serio me sorprende que no se haya dado cuenta.”
“Wow, nunca pensé escuchar esto de ti.” Oikawa sonrió de lado. “¿Qué te ha motivado a admitir lo que sientes? Creo que ni a Souji-chan se lo has dicho.”
“Supongo… que la canción de Nejire y Mikejima.”
“Aww, cierto, eres un softie a veces.”
“No jodas.”
“No hay nada de malo en eso, Iwa-chan.” Oikawa rio. “Al contrario, creo que es tierno que te gusten las baladas románticas. Es un gran contraste con tu apariencia ruda y tu afán por maltratarme.”
“Huh.” Iwaizumi se mostró un tanto sorprendido. “Supongo.”
“¿Y piensas decirle todo a Marie-chan?”
“No. No sé si es correspondido y no quiero quedar en ridículo.”
“Iwa-chan…” Oikawa lo tomó del hombro y lo miró seriamente. “¿No has leído sus poemas?”
“¿Qué poemas?”
“…” Oikawa se llevó una mano a la frente, decepcionado. Su amigo era un completo himbo a veces… aun así, era válido a sus ojos. También, a veces. “Okay. Mejor lo descubres por tu cuenta.”
“¿Qué cosa?” Una voz conocida interrumpió su conversación.
“¡AAAAAAAAAH!” Iwaizumi y Oikawa saltaron en sus sitios al unísono, asustados con la voz que había surgido detrás de ellos: al girarse, se encontraron con Souji, quien intentaba aguantarse las risas en vano.
“Deja de burlarte, Sou-chan.” Oikawa hizo un puchero, enojado.
“Haha, no me burlo de ti.” Souji sonrió. “Me burlo de él. Nunca había escuchado gritar a Hajime. Es… un alarido peculiar.”
“No me retes, Souji, que te parto en cincuenta—”
“Tú y yo sabemos que eso no pasará.” Souji sonaba muy confiado de sus palabras. “Bueno. ¿Me cuentan de qué hablaban?”
“Antes de eso, cuéntanos lo que tú haces por aquí,” dijo Oikawa. “¿Nejire-chan te invitó al rodaje sin avisarnos? ¡Hubieramos venido juntos todos!”
“Sí. Me invitó, pero ya había quedado en salir con Ken y Sho en la tarde. Así que le prometí a Nejire que asistiría al after party.”
“Ohhh, nice~ Así todos pasaremos un buen rato juntos~”
“¡Sí! Aunque algunos ya iniciaron con las celebraciones. Ví que el club de vóley anda divirtiéndose un montón.” Souji sonrió, lleno de alegría por ellos: se merecían un descanso y un momento de diversión, luego de todas las peripecias por las que pasaban al asociarse con Oikawa.
“Me alegra que disfruten de todo esto. Sin duda, Nejire-chan se pasó.”
“Bueno, de lo que sé, fue Mikejima el de la idea.”
“¿Cómo así?” Iwaizumi arqueó una ceja.
“Él sugirió lo de la fiesta. Nejire lo apoyó y terminó en esto. Originalmente, iba a ser algo pequeño. Pero Mikejima dijo que podrían incluir a todo el equipo de producción y… bueno. Ese par es un peligro para la sociedad.”
“Hablas como si también conocieras a Mikejima a fondo,” comentó Iwaizumi, curioso.
“¡Sí! ¿Conoces a Mikejima, Souji-chan?” Oikawa intentó fingir sorpresa, pero a esas alturas del partido, ya no le sorprendía nada. Estaba dicho que Souji conocía a medio mundo y confirmar que más personas eran sus amigos era algo de todos los días.
“Un poco. He salido un par de veces con ellos luego de que Nejire me lo presentó. Es un tipo un tanto alocado, pero sumamente sincero y de buenísimas intenciones. Su música es muy linda, y eso que no soy tanto de idols y esas cosas.” Souji sonrió.
“Se ve como del tipo de gente que no soportaría,” comentó Iwaizumi. “Suena muy similar a Kusokawa.”
“Mm.” Souji asintió. “Pero un poco más… impredescible. Y con un amor inmesurable a los festivales. Está terminando de organizar uno que se llevará a cabo en un par de semanas y Nejire dice que nunca ha visto a alguien tan emocionado con la organización de eventos.”
“Suena como un idiota con hiperfijaciones. Shittykawa con el vóley, Mikejima con los festivales y la música.”
“Mm, mm. Los describiste a la perfección~”
“Estoy aquí, en frente de ustedes.” Oikawa suspiró.
“Eso lo hace más entretenido.” Iwaizumi sonrió de lado. Souji asintió, dándole la razón.
“Bueno, pensaba ir a saludar a Nejire y al resto,” dijo Souji. “¿Ustedes qué harán?”
“Voy contigo,” dijo Iwaizumi. “De seguro Kusokawa irá por Eureka.”
“Eh… ¿no?”
“Si la estás buscando, anda por allá,” indicó Souji, señalando sutilmente al otro extremo del salón. “Está con Mikejima y más personas,” indicó Souji.
“…Pero no quiero—”
“Adiós,” se despidió Iwaizumi y, junto a Souji, los dos partieron rumbo hacia la mesa de Nejire.
“…” Oikawa soltó un gran suspiro. Resignado, comenzó a caminar a darle el encuentro a su amiga.

El trayecto hacia aquel lugar lo obligó a cruzar gran parte del salón, tarea que probó ser un tanto difícil por la cantidad de gente que andaba parada en grupos o bailando en la pista. Oikawa optó por bordear la estancia, caminando cerca del pasillo que daba a la cocina, los baños y los espacios reservados del night club. Por el rabillo del ojo, Oikawa notó que Seven y Saeran andaban conversando a solas a unos metros de allí, y su curiosidad lo movió a quedarse a aguaitar, escondiéndose tras una de las columnas decorativas del salón.

“…Sí, no es el mejor momento. Te dije que hablaríamos luego, sólo pensaba darte mi número,” dijo Saeran, un tanto irritado.
“Bueno, tienes razón.” La voz de Seven lo delataba por completo: aún a pesar de presentar aquel tono juguetón de siempre, un análisis más detallado permitía apreciar que la situación lo estaba quebrando de a pocos.

Desde su punto en la columna, Oikawa observó a los gemelos sacando sus celulares e intercambiándolos para colocar sus números. Saeran fue sumamente sistemático: colocó su número en el celular de su hermano y luego lo timbró, para demostrar que no lo estaba engañando. Seven no necesitó imitar sus acciones por completo: se limitó a colocar su número y luego cerró el anticuado flip phone de su gemelo.

Ahora que pensaba detenidamente en ello, Oikawa nunca lo había visto con ese celular durante los entrenamientos. Recordaba un modelo más actualizado, de pantalla táctil y sistema de navegación de renombre. El llavero que colgaba del flip phone le dio a entender que, por su antigüedad, era el celular que más usaba, así que no se trataba de un reemplazo.

Oikawa no pudo hacerse más preguntas al respecto porque su instinto de preservación le permitió escuchar cómo los pasos de los hermanos se acercaban a él. Luego de un suspiro, optó por continuar su trayecto hacia Eureka, ignorando las miradas curiosas que Seven y Saeran le dirigieron cuando salieron del pasillo hacia el salón.




Para su buena suerte, no demoró mucho en llegar a la mesa de su amiga, donde Eureka andaba charlando con Minako Arisato, la joven que había conocido durante el rodaje. Las sillas vacías a su alrededor indicaban que la gente de su mesa había ido por comida o tal vez había salido a bailar, dejándolas a solas.

“¡Wah, Minako-chan!” soltó Oikawa, sorprendido. La mencionada le sonrió al reconocerlo.
“Oikawa, qué grata coincidencia~ Eureka justo me acababa de contar sobre Tendo y ustedes.”
“Minako es muuuuy linda, qué suerte tuviste al tenerla en tu grupo,” dijo Eureka, muy alegre.
“…Wow. Eureka-chan está un poco más sincera de lo normal.”
“Ah, sí, ha tomado un poquito, creo. Pero más allá de eso, todo bien.” Minako sonrió. “¿Te sientas con nosotras?”
“Claro~” Oikawa asintió y tomó asiento al lado de Eureka. “Por cierto, ¿no estaban con… Mikejima-chan?”
“¡Ah! Sí, se fue a contestar una llamada. Lleva un tiempo con eso, supongo que debe ser importante.”
“Mm.” Eureka asintió.
“¿Por qué? ¿Querías hablar con él?” Cierto brillo en los ojos de Minako delataron su curiosidad.
“Ah, no, no.” Oikawa ondeó sus manos para darle énfasis a sus palabras. Supuso que explicar toda su línea de pensamiento iba a ser en vano, así que optó por cambiar el tema. “¿Y encontraste a tus amigos?”
“¡Sí! De hecho, hasta hace un rato estaban sentados con nosotros, pero se fueron por más comida. Y… desde acá puedo ver que un par anda coqueteando con unas chicas.” Minako suspiró al divisar a sus amigos a lo lejos, conversando animadamente con dos jóvenes. “Ugh, espero que no les causen problemas.”
“Esperemos,” dijo Eureka. Al voltearse hacia Oikawa, arqueó una ceja. “Huh. Uno iría a suponer que tú harías lo mismo, con todas las chicas bonitas que hay alrededor.”
“…Eh…” Oikawa sonrió un tanto incómodo.
“¿Oikawa es un casanova?” preguntó Minako, curiosa.
“Ah… Lo era, creo,” dijo Eureka, un tanto pensativa. “Ahora está más controlado.”
“¡No es cierto! ¡Nunca lo fui!”
“Te apuesto a que has guardado más números de chicas que celulares de amigos o amigas,” dijo Eureka.
“¡Eso es ridículo!” Oikawa escondió su celular aún más en su bolsillo, sutil contradicción de sus palabras (?).
“Que no saques tu celular para aunque sea fingir que no es cierto nos demuestra que… sí, lo es.” Una sonrisa sabelotodo se asomó en los labios de su amiga.
“…Ugh, okay, tú ganas. Planeé borrar varios números esa vez que buscaba el de Souji-chan para salvarte de… uh. Bueno,” Oikawa no completó su frase al cruzar miradas con Minako. No era el momento indicado para explicar el conflicto de rebels y HiMEs… aunque si Minako pertenecía a Hanasaki, de seguro ya había escuchado algo sobre el asunto.

“¿Salvarla de…?” preguntó Minako, confundida.
“Una pelea contra dos rebedsjflskdf—” Eureka fue interrumpida por la palma de su amigo en su boca.
“Haha, sin duda Eureka-chan ha tomado de más~” canturreó Oikawa.
“…” Eureka se zafó del agarre de su key y lo observó, enojado. “Minako sabe sobre las HiMEs, sonso.”
“¿Qué?”
“Ah… sí. Bueno, sin duda, es porque Eureka anda un poco más… ¿sincera? ¿de lo normal?” Minako sonrió. “Pero sí, me contó al respecto. Igual, no es un secreto federal, porque yo ya estaba enterada un poco de ello. En artes escénicas han surgido rumores al respecto estos últimos meses… y bueno, durante finales vimos una batalla de HiME y rebel de cerca y confirmamos todo.”
“¿Cómo así?”
“Ah, nada. Estábamos en exámenes finales y, en una de las lozas deportivas frente a nuestra facultad, una chica y un chico comenzaron a pelear, con superpoderes y todo. Lamentablemente… nos hackearon a todos los que grabamos, porque ya no existe registro visual de la batalla.”
“De seguro fue Rizembool o el mismo Hanasaki. Si el mundo se entera de eso, no será nada bueno para el prestigio de ambas entidades educativas,” comentó Eureka, un tanto somnolienta. El mareo la llevó a apoyar su cabeza en el brazo de Oikawa.
“Igual deben haber miles de teorías conspirativas al respecto. Recuerdo haber oído sobre un grupo de whatsapp que se pasa fotos y todo tipo de evidencia de la existencia de las HiMEs. No sé qué tan seguros es contra el hackeo, pero espero que se cuiden,” comentó Minako, con visible preocupación en su mirada.
“Eso suena peligroso. A veces la gente no mide la magnitud de las cosas y se meten en problemas por gusto,” se quejó Eureka. “Miranda debería dar charlas de orientación al alumnado por si ocurren batallas o atentados en el campus. El ciclo pasado atacaron y…” La HiME se mostró apenada.
“Varios alumnos perdieron la vida,” completó Oikawa.
“Sí, me enteré.” Minako también se vio afectada por el tema de conversación, bajando la mirada un poco acongojada. “Un compañero de mi promoción falleció en eso. No lo conocía mucho, pero era parte de mi círculo social y he visto a varios conocidos destrozados por ello. Lo peor es que si ustedes no me lo confirmaban, yo hubiera seguido con la duda. No había manera de que se tratase de un accidente, pero no hay reportes oficiales u otro tipo de información…”
“Sí, era imposible salirse con esa excusa,” afirmó Oikawa. “De todas formas, toma esta información con pinzas y trátala con mucho cuidado, Minako-chan. Creo que Eureka-chan piensa lo mismo que yo en ese aspecto: no queremos involucrar a más personas en esto.”
“Lo siento, Minako,” se disculpó Eureka. “No quería malograr tu experiencia universitaria con esta información, pero no sé. Supongo que el alcohol me está haciendo hablar de más.”
“Mm-mm.” Minako negó con la cabeza. “Gracias por tocar el tema. Aunque bueno, fue Mama el que empezó a hablar sobre ello.”
“¿Mikejima-chan?”
“¡Sí! Sacó el tema de conversación un poco antes de que recibiera la llamada. Eureka aprovechó en advertir a todos sobre el conflicto, porque dos de mis amigos son de Hanasaki como yo y bueno, Mama y uno de mis amigos estudian en Rizembool.”
“Que Mikejima-chan estudia DOND—”
“No estoy segura de que haya sido lo mejor, pero igual me alivia saber que al menos cinco personas serán más precavidas en su actuar dentro y fuera de la universidad.” Eureka suspiró.
“…” Oikawa optó por no repetir su sorpresa ante las noticias de Madara. Quién diría que otro idol famoso estudiaría en su institución. “Yo tampoco sé si fue lo correcto, pero ya lo hiciste, Eureka-chan.”
“Sí…” Eureka cerró los ojos. “Hay que tomar sus precauciones.”
“Haha, parece que Eureka se está quedando dormida.”
“Eso es lo que veo,” dijo Oikawa, observándola de reojo.
“No estoy dormida,” refutó la HiME. “Sólo… estoy descansando.”
“Ah.” Minako suspiró, llevándose la mano a la frente. “Ahí va ese idiota haciendo el ridículo,” dijo, y se giró hacia Eureka y Oikawa. “Discúlpenme, iré a jalarle las orejas a uno de mis amigos. Tal vez y puedo traerlo, hacerle pasar vergüenza frente a ustedes y de ahí presentárselo.” Minako rio.
“…” Minako sonaba peligrosa y Oikawa supuso que mejor era reservar sus comentarios.
“Sí, no te preocupes. Acá estaremos.” Eureka le sonrió.
“Ya vuelvo, entonces.” Minako se levantó y caminó entre la multitud hasta que la perdieron de vista por completo.




Una vez a solas, Oikawa recién cayó en cuenta de lo que andaba sucediendo. Intentó mantener la calma, pero miles de alarmas se activaron en su cabeza: parecía que había regresado a aquella breve temporada antes del fin de clases, donde cada gesto o contacto con Eureka lo ponía en estado de alerta.

En esos instantes de calma, la duda de varios meses pareció aclararse de golpe y no pudo evitar sentirse como un completo estúpido.

El más grande idiota, realmente.

“Parece que me estoy acostumbrando a dormir apoyada en tu brazo,” comentó Eureka, sacándolo de sus pensamientos.
“Sí, ¿no?”  Oikawa desvió su mirada hacia un lado, con una sonrisa nerviosa. Muy tarde, notó que se le había quebrado la voz. Tragó saliva y esperó que Eureka no lo haya notado.
“¿Estás bien?” Eureka arqueó una ceja.
“Eso debería preguntarte a ti.” Oikawa se felicitó mentalmente por lograr evadir el tema de su crisis. “¿Cómo te sientes?”
“Un poco mareada. Estaban pasando por las mesas regalando este cocktail… uh. ¿Creo que se llama piscina?”
“¿¡TE TOMASTE UNA PISCINA ENTERA!?” Oikawa pegó el grito al cielo. Aún a pesar de la música, supuso que varias personas lo escucharon claramente, porque pudo observar de reojo que varias cabezas se giraron a prestarle atención.
“NO, ¿estás loco?” Eureka se alejó para dedicarle una mirada incrédula. “Compartí una piscina con Minako. Pero sospecho que ella no bebió mucho, porque yo he terminado… bueno, así.”
“Tú no eres tanto de tomar. ¿Pasó algo?”
“Pues el cocktail estaba suave y el sabor era agradable,” dijo Eureka… y luego, suspiró. “Pero supongo que ando un poco ansiosa. Temo que el rodaje haya salido mal.”
“He visto a Mikejima-chan y a Nejire-chan muy felices. Les mostraron las tomas, ¿no?”
“Sí. Pero ambos son muy buenos… y, no sé, siento que no se atreverían a decirme que hice un mal trabajo de ser ese el caso.”
“¿Tú crees?” Oikawa se demoró unos instantes en encontrar a Nejire con la mirada. Había pasado a bailar un rato en la pista con algunas de sus amigas. “No puedo hablar por Mikejima-chan, pero se que Nejire-chan es sumamente sincera. No se atrevería a engañarte de ninguna forma.”
“Bueno, eso suena como ella.” Eureka siguió la línea de mirada de su amigo, encontrando también a Nejire. Le sorprendió divisar que Ushijima andaba cerca de ella, conversando con Tendo pero con sus ojos posados en la cantante. “Wow, parece que Ushijima se ha quedado flechado.”
“¿Tú también piensas lo mismo? La ha empezado a ver de una manera distinta desde el rodaje. Es— wow, no puedo creer que diré esto, pero… es tierno.”
“¡Lo es! Mama y yo andábamos muy emocionados cuando lo notamos. Espero que les vaya muy bien.”
“¿Mikejima-chan sabe?”
“¡Mm, mm!” Eureka asintió. “Cierto, no pude contarte todo. Terminé grabando con ellos porque Nejire quería una excusa para proponer a Ushijima como su pareja. Dijo que sonaba más convincente si Mama y ella pedían que fueran dos extras, así que se lo comentó a él.”
“¿Por qué Nejire-chan pensó en ti?” preguntó Oikawa, curioso.
“Supuso que me haría feliz grabar con Mama. Como si no hubiera estado a punto de morirme de un paro.” Eureka rodó los ojos, aunque no se veía realmente irritada por la situación. “Y… bueno, le debía un favor. No me lo dijo, pero es lo que imagino que pasó por su mente.”
“¿Lo de la venganza?”
“Sí.” Eureka se apoyó en la mesa. “No podía decirle que no.”
“Debió ser difícil grabar al lado de tu ídolo.”
“Es como si te digan que mañana vas a grabar con Satomi Ishihara. Y no sólo eso, sino que vas a ser su pareja.”
“¡WAH! ¡Eso—! ¡Mi corazón—! Osea, qué increíble oportunidad.” Oikawa sonrió, embobado. “¡P-pero no!” sacudió la cabeza, retomando la compostura. “¡Es demasiado… repentino!”
“¡Exacto!” se quejó Eureka. “Encima, el guión pedía un beso y— no, osea, ¿¡TE IMAGINAS!?”
“¡Qué horrible! ¡Lo siento, Eureka-chan!”
“Felizmente, Mama me ayudó a convencer a la directora de que también se podía expresar el mismo sentimiento con un beso en la frente y un abrazo. Y bueno, él es un excelente actor, así que ser el receptor de ese afecto no se me hizo tan difícil.”
“¿Y Nejire-chan y Ushiwaka-chan? No alcancé a ver qué grabaron ellos dos.”
“Oh, ellos si se besaron.”
“Ya veo.” Oikawa desvió la mirada, un tanto pensativo. Wow, Nejire no perdía el tiempo.
“Mm.” Eureka lo observó con recelo. “Lo suponía. Estás celoso, ¿no?”
“¿¡No!?”
“Esa respuesta es muy… sospechosa.” Eureka sonrió de lado. “¿No que ya no te gustaba Nejire?”


Ah, estaba hablando de ella.

Oikawa suspiró, aliviado.

“No, no me gusta.” Una pausa breve, y luego, Oikawa continuó: “Supongo que siento envidia, más que celos.”

Oikawa se permitió darse mentalmente una palmadita en el hombro, orgulloso de sí mismo: después de todo, esa frase era cierta.

Para ser un casanova empedernido, Oikawa nunca había sabido cómo coquetear con una persona que realmente le interesaba. Se le hacía un territorio desconocido y peligroso, puesto que sus frases perfectas para ligues de una noche eran demasiado ridículas, falsas y desatinadas para buscar un tipo de relación seria. Al fin y al cabo, la situación era distinta si quería continuar viendo a la persona en cuestión.

Recordaba, entre risas, que había sido Nejire la que había iniciado aquella danza elaborada de cortejo. Así como ella, siempre habían sido las chicas las de la iniciativa. Todas sus ex se habían sorprendido con ese lado tímido que poseía: les parecía tierno, como también un tanto chocante.

Ese era el motivo de su envidia. Nejire era tan suelta de huesos y tan directa que no podía evitar admirarla: tal vez, en un futuro, recurriría a ella por consejos.

“Voy a quebrar la imagen que tienes de mí, pero debo admitirte que… no sé cómo ligar.”
“…” Eureka lo observó, seria, por unos instantes… hasta que no pudo contenerse más e irrumpió en carcajadas. “¡AY! Que te mueres de hambre como comediante, oye. ¿Cómo así? ¿No que eres un maestro de la seducción y todas caen rendidas a tus pies? ¿Esos números en tu celular no te delatan?”
“Pero nunca busco nada serio con esas chicas que… uh.” Oikawa no se atrevió a completar la frase.
“Que te coges,” dijo Eureka, con una mirada de pocos amigos.
“¡Eureka-chan!” Oikawa la observó, indignado.
“Niégamelo.”
“…Bueno, sí, es eso. Aunque no pasa siempre, no me hagas mala fama. Algunas son por eso, otras… intenté salir con ellas y no funcionó.”
“¿Ya no te interesan o cómo?” Eureka se acomodó en la mesa: su expresión mucho más lúcida y despierta que antes. “Wow, este tema está interesante. El grandioso Oikawa-san me admite su mayor debilidad, me muero.”
“¡No te burles!”
“¡No me burlo! ¡En serio estoy intrigada!”
“Okay, okay.” Oikawa suspiró. “Cuando me gusta alguien, no sé qué hacer. No es que entre en pánico, ojo. Sólo… me cuesta un poco decidirme por una estrategia.”
“Suena como una batalla más que… bueno, salir con alguien.”
“Sí, lo sé.” Oikawa suspiró. “Es distinto ligar con chicas que sólo veo por una noche o que me encuentro en la calle o en la universidad y nunca más las veo. Lo mismo pasa con las que saco a pasear a veces y salimos un par de semanas y de ahí les creo una excusa y me esfumo.”
“Hemos estado tan pendientes de lo de las HiMEs y rebels que se me ha pasado por completo todas esas manías de don juan que tienes.”
“¡Pero no he salido con ninguna chica en meses!” le reclamó Oikawa. Quiso decirle que había roto ese hábito desde que empezaron la farsa de su relación, pero no se atrevió: temía delatarse de alguna manera.
“Bueno, es cierto que me fuiste fiel mientras estuvimos de mentiritas.” Eureka se mostró pensativa. “¿Piensas volver a salir con chicas o qué?”
“No, es sólo que… admiro a Nejire-chan. Es tan… ¿resuelta? Lo fue conmigo. Y lo es ahora, con Ushiwaka-chan.”
“Huh. Tienes razón. Nejire es de armas tomar,” comentó Eureka, observando a la mencionada. Nejire continuaba bailando, emocionada con sus logros y muy feliz de poder compartirlos con sus seres queridos. “Yo me moriría de vergüenza de hacer algo tan osado como pedirle a mi crush que sea mi pareja en un videoclip.”
“Yo… supongo que fingiría calma, hasta cierto punto. Luego me encontrarías en el baño en plena crisis.”
“¿En serio? Juraría que alguna vez te jactaste de tus increíbles habilidades de actuación en frente de mí.”
“Cuando son cosas así de serias, soy muy… idiota.”
“¿No lo eres siempre?” Eureka sonrió de lado.
“¡Eureka-chan!”
“Haha, lo siento.”
“¿Qué hay de ti?” preguntó Oikawa, curioso.
“¿Más allá de esa situación en particular?”
“Sí, en general.”
“Mm…” Eureka frunció el ceño, sumida en sus pensamientos. “Supongo que también soy muy obvia. No al nivel de Marie o Iwaizumi, pero sí… me pongo un poco extraña.”
“¿Puedo preguntarte por Britannia-chan? ¿O hubo alguien más antes de él?”
“Ah, no, él ha sido mi único novio. Aunque sí me gustaron un par de personas antes que él. Y sí, fui muy idiota en todos los casos.” Eureka rio. “Antes de Lelouch… creo que fue peor. Tenía catorce, quince años, así que no debería culparme, pero…” Luego de una pausa reflexiva, Eureka se mostró un tanto sorprendida. “Wow, sí que era babosa.”
“Esas suenan como historias divertidas~”
“Te cuento si me cuentas.” La HiME le sonrió de lado.
“Okay. Tú primero.”
“Uhh. Okay.” Eureka suspiró. “En Inglaterra, el sistema de High School es distinto. Quiero explicar eso porque voy a hablar de mi segundo año de secundaria pero acá sería… Am. ¿Middle School?”
“Mm.” Oikawa asintió. “¿Qué pasó?”
“Ah… Mis amigos acá no lo saben, pero yo estuve en el coro de mi colegio hasta que me transferí a Hanasaki. Bueno, la cosa es que me enamoré de un compañero del coro, unos años mayor que yo. Tenía una voz hermosa y era muy amable. Hice el ridículo varias veces con él. Le regalaba tonterías, lo ayudaba en lo que podía y siempre andaba ahí, para él. En Inglaterra no hay nada de esas cosas de citaciones al final del horario de clase para confesarse. Sólo pasa en alguna salida o algo así. No tuve la oportunidad, obviamente, porque nunca fui lo suficientemente valiente como para acercarme a él a invitarlo a salir o algo. Así que no me confesé, por supuesto. Pero sé que lo sabía. Hasta creo que se aprovechaba de eso para que lo ayudara con ciertos deberes del coro.”
“Aw, lo siento, Eureka-chan.”
“No hay problema.” Eureka rio. “Era una adolescente media sonsa. Ahora, te toca.”
“Am… Tenía una amiga en mi segundo año de High School. Era muy alegre y enérgica y formaba parte del equipo de básket, así que nos veíamos un rato antes de regresarnos a nuestras casas, luego de los entrenamientos. Un día me contó que estaba enamorada y ahí caí en cuenta de que yo también: de ella, predeciblemente. No quiso decirme el nombre de la persona, e imaginé que era ese típico juego en que no te dicen quién es porque se trata de ti, así que me tomé en serio el rol de su… enamorado, sin realmente serlo. La seguía a todos lados, salíamos juntos a cada rato, se sabía de memoria cómo me gusta el café y hasta algo así de idiota me emocionaba. Al final me dijo… que le gustaba Iwa-chan.” Oikawa soltó una risa despreocupada. “Quería acercarse a él pero no sabía cómo hacerlo, y como somos mejores amigos, supuso que yo la ayudaría.”
“…”
“…” El key suspiró. Ya estaba a punto de recriminarle que no se riera de él, pero le sorprendió ver que Eureka andaba observándolo fijamente, en silencio. “¿Eureka-chan?”
“¡Wah!”
“¿Te perdiste?”
“Oh, no, lo siento. Sí te escuché. Y wow, suena como una experiencia terrible. ¿Qué dijo Iwaizumi?”
“…” Oikawa se mostró un tanto curioso por su reacción, pero optó por continuar con la conversación. “Se sintió halagado, pero cuando ella se le confesó, Iwa-chan le dijo que no era mutuo. Se sentía mal con todo, porque había visto lo emocionado que yo andaba con ella.”
“Aw, lo siento. Esa decepción suena terrible.”
“Lo fue, pero Iwa-chan es un buen amigo.”
“Lo es.” Eureka sonrió. “Con todo lo que te soporta…”
“Toda una vida soportándome.” Oikawa rio suavemente. “Ah, ahí viene Mikejima-chan.”




Madara se acercó a ellos desde el pasillo más cercano. En el camino, guardó su celular y se pasó una mano por los cabellos, intentando arreglar un poco su peinado. Al alcanzar la posición de la mesa, tomó asiento en una de las sillas vacías y les sonrió a los dos, mientras se acomodaba en su sitio, apoyándose en el respaldar.

“Qué gusto tenerte acá, Tooru-san,” dijo Madara. “Por cierto, Eureka-san, ¿ya te sientes mejor? Disculpa por haberte dejado, tenía que contestar esa llamada.”
“Ah, no te preocupes.” Eureka sonrió. “Minako estaba conmigo, así que todo bien.”
“Mm, mm~ Me alegra que no hayas estado sola, entonces.” Madara asintió. “Mi mánager me llamó para preguntar cómo había salido todo.”
“Ahora que lo pienso… él no estuvo en el rodaje,” comentó Eureka, curiosa.
“No.” Madara se apenó al encontrar que su whisky era pura agua, puesto que los hielos se habían derretido. “No lo ví necesario, realmente. Me dijo que debía ver unas cosas con el productor y le aseguré que no había problema. Pero no le conté cómo fue el rodaje hoy, así que me bombardeó el teléfono, interesado en ello. Después de todo, hoy era el último día de grabación.”
“¿Cuántos días han grabado?” preguntó Oikawa.
“Tres. Ayer grabamos todo el día y el miércoles durante la tarde.”
“Wow, eso suena pesado.”
“Un poco, no puedo negarlo. Pero ya acabó y todo está listo. Estoy muy emocionado~”
“Yo no.” Eureka se derritió en la mesa, escondiendo su rostro entre sus brazos. Aún en las luces multicolores de la estancia, Oikawa pudo discernir la tonalidad carmín de sus orejas.
“Las tomas que nos mostraron se veían geniales,” dijo Madara. “Confía en nosotros, Eureka-san.”
“…” Eureka se alzó levemente para observarlo de reojo. “…Okay, seré más optimista al respecto.”





En esos instantes, Minako se acercó de vuelta a la mesa, junto a sus amigos. La joven se apuró en presentarlos a Oikawa y al resto: Hifumi Izanami, un rubio de mirada alegre y actitud enérgica; Doppo Kannonzaka, su mejor amigo, visible opuesto suyo con una personalidad más apagada y muy tímida y, finalmente, Hawks Takahiro, quien Oikawa reconoció como uno de los chicos populares de la facultad de Artes Escénicas. El sentimiento fue mutuo: después de todo, era imposible no tomar en cuenta a la competencia. Sobretodo cuando tenía cierta ventaja sobre él: Hawks era conocido por su trabajo como modelo en una agencia muy famosa de la capital.

Una vez terminaron las introducciones, Minako animó a la mesa a salir a bailar. Madara no necesitaba motivo para celebrar, por lo que fue el primero en salir emocionado con la pista como su destino. Minako y sus amigos lo siguieron, y Eureka y Oikawa fueron por detrás.

Madara los engatusó a todos a hacer tonterías mientras bailaban: sus pasos de baile eran tan ridículos  que todos se sumaron a la dinámica de imitarlo o proponer nuevos pasos mientras bailaban en grupo. Sin embargo, al cabo de unos minutos, Hifumi sugirió un paso complejo que motivó al grupo a superarse. Madara fue el único que pudo seguirle la corriente, porque el resto falló con sus imitaciones: algunos hasta casi se tropezaron, como sucedió con Doppo y Eureka. A Oikawa le sorprendió que, con un par de pruebas adicionales, pudo imitar el paso, llamando la atención del grupo.

“Tal vez tienes madera para ser bailarín,” le dijo Eureka. Minako asintió, dándole la razón.
“¡Sí! Debería ser un poco más sencillo para nosotros que estudiamos artes escénicas, pero sólo Mama y tú lo han logrado.”
“¡Bravo, Tooru-san!” dijo Madara, emocionado.
“Haha, me dan mucho crédito.” Oikawa sonrió. “Hifumi-chan fue el que lo sugirió~”
“¡Ah! Eso es porque bailo un poco en mi tiempo libre. Nuestro colectivo teatral quiere montar un musical en un futuro y por eso andamos entrenando.”
“Yo también,” confesó Minako. “Pero soy un poquito más floja en ese aspecto,” dijo, y sacó la lengua.
“Al menos lo haces mejor que yo, Minako.” Doppo suspiró, apenado.
“¡Tranquilo, Doppo-chin!” lo animó Hifumi. “Un poco más de práctica y te saldrá genial~”
“¿Dónde aprendiste ese paso, Hifumi?” preguntó Hawks, curioso.
“Un par de bailarinas profesionales tienen un canal de youtube donde crean coreografías para canciones populares. Justo hicieron una para esta canción.”
“Wow, tienes que pasarme el link luego. ¡Me dan ganas de intentarlo!” afirmó Minako, emocionada.
“Mm, yo también,” dijo Doppo, con un pequeño tinte de entusiasmo.

Oikawa quiso intervenir, pero de un momento a otro, Nejire se unió al grupo con pasos exagerados de baile y una sonrisa llena de felicidad.

“¡Hola!” Nejire saludó a todos. “Me alegra que se estén divirtiendo~”
“Gracias, Hado,” dijo Hawks. “Debo agradecerle a la productora de nuevo por la oportunidad.”
“No, al contrario, Mama y yo encantados de tener gente tan hábil formando parte de nuestro videoclip.” Nejire sonrió. “¡Esta fiesta es una muestra pequeña de nuestro agradecimiento!”
“¡Mm, mm!” Mama asintió, emocionado. “¡En serio muchas gracias!”
“Y ahora,” dijo Nejire, con una sonrisa maliciosa. “Yo tenía un objetivo en mente y era robarles a Eureka por un rato, volveré~”
“¿Que vas a qué—?”

Las protestas de Eureka murieron en su boca ni bien Nejire la tomó de los hombros y la deslizó fuera del grupito que se había formado entre todos. A Oikawa no le sorprendió ver que Minako y el resto no demoraron en retomar el baile. Lo que sí le pareció extraño fue la mirada perdida de Madara, que siguió a Eureka y Nejire hasta que se perdieron entre la multitud.

“…” Madara notó que Oikawa lo observaba y se giró hacia él, un tanto confundido. “¿Pasó algo, Tooru-san?”
“…Ah, nada.” Oikawa sonrió.

Sin embargo, al igual que Madara, Oikawa no podía evitar la curiosidad que surgió en su interior: Nejire de seguro traía noticias y, conociéndola, se trataba de Ushijima.

Por inercia, Oikawa continuó bailando, aún cuando su mente andaba en otro lado.






 
Nejire la obligó a detenerse en seco y Eureka casi se tropieza por ello: un paso adelante y algo de suerte le permitieron mantener su equilibrio antes de terminar en el suelo. Aquellos tacos eran lo suficientemente difíciles de maniobrar como para poder bailar sin dar la impresión de que el piso era lava, así que correr en ellos —sin control de sus pasos— había sido pura tortura. Felizmente, Nejire había encontrado un sitio alejado de todo para tomar asiento junto a ella— una de las cabinas circulares que, en esos instantes, yacía vacía.

Un mozo que pasó por su lado les ofreció un par de tragos, y Nejire cogió un vaso y le ofreció el otro. El cocktail en sus manos indicaba peligro, pero Eureka supuso que un par de sorbos no la matarían. Además, la expresión de Nejire le decía que habían motivos de celebración.

“Okay, discúlpame por arrastrarte así,” dijo Nejire. “¡Quería que fueras la primera en enterarse!”
“No me digas que ya estás con Ushijima porque si es así, debo felicit—”
“Aw, no, no.” Nejire sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas. “Pero me invitó a salir hace un rato. Le dije que sí, por supuesto.”
“¡Ahhhhh! ¡Qué emoción!” Eureka sonrió de oreja a oreja, muy alegre por las noticias. “¡Soy muy feliz por ti, Nejire! Haha, quién diría que mi venganza idiota sería la causante de algo bueno, después de todo.”
“De varias cosas, de hecho.” Nejire sonrió, enternecida. “Por ejemplo, he vuelto a ser amiga de Tooru y es maravilloso. Creo que los dos siempre habíamos buscado una forma de cerrar ese capítulo y no teníamos cómo… al menos no sin que fuese algo incómodo. Yo a veces soy muy intrusiva, y aunque él no lo parezca… pues tiende a hacer lo contrario, a cerrarse en sí mismo. Y me dio miedo de que tal vez, al acercarme, sólo consiguiera espantarlo. Tu venganza fue, sin duda, muy extraña, pero parece que en medio de todo, resolvimos nuestro asunto de una manera satisfactoria. Lo veo más tranquilo, confiado y muy enamora— ¡Ah!” Nejire se tapó la boca, sorprendida por su error.
“¿Enamorado?” Eureka ladeó la cabeza, confundida. “¿Le gusta alguien?”
“Eh…” Nejire quería esconderse, o así parecía. “¿No sé?”
“…” Eureka suspiró. “Bueno, ustedes eran muy cercanos antes de su relación, así que supongo que tiene sentido que le guardes secretos.” La HiME le dio un sorbo a su bebida y continuó: “Es extraño. Pensé que me sorprendería, pero siento que Oikawa se ha delatado un poco a su manera.”
“…” Nejire casi escupe su bebida. “¿C-cómo así?” preguntó, nerviosa.

Curiosidad y extrañeza se agolparon en su mente, pero Eureka disipó esas sensaciones para darle prioridad a la conversación.

“Pues ha andado un poco raro desde hace un tiempo. Creo que desde la temporada de exámenes finales del ciclo pasado.”
“Ah, sí, creo que es como mes y medio, un poco más.”
“Exacto.” Eureka asintió, tomando su mentón. “Bueno, esperaré a que me cuente para apoyarlo en lo que pueda.”
“Te siento muy tranquila con esta revelación,” comentó Nejire, curiosa.
“¿Por qué no debería estarlo?” Eureka arqueó una ceja. “Oikawa merece ser feliz,” dijo, con una sonrisa pequeña. “Y si puedo ayudarlo, lo haré. Justo hace un rato me comentó que cuando le gusta alguien, es terrible a la hora de conquistar a la persona, así que buscaré la forma de apoyarlo con eso.”
“Awww sí, es un desastre.” Nejire rio. “Es súper notorio cuando tiene un crush.”
“Así dice. Y que tampoco sabe cómo lidiar con eso.”
“Bueno, eso es mentira. Puede que desde su perspectiva sea distinto, pero Tooru tiene gestos muy lindos. Con amigos, claro, pero más con esas personas que le interesan.”
“¿Como favores y eso?” Eureka ladeó la cabeza, confundida.
“No diría eso, exactamente. Son gestos: está ahí para ti, o te hace pequeños regalitos. O cosas idiotas como mandarte memes que le recuerdan a ti. Aunque eso también hace con sus amigos, ahora que lo pienso.” Nejire volvió a reír. “Pero creo que más allá de eso, sus acciones siempre hablan muy bien de él. Tal vez fui yo la que le dijo para salir, pero él me motivó a hacerlo.”
“Imagino que algo parecido ha pasado con Ushijima.”
“¡Mm! Ushijima es distinto: más silencioso y de pocas palabras. Pero como te conté, esos días que estuvimos de mentiritas fueron preciosos. No sé aún bien cómo, pero congeniamos de mil maravillas.”
“Así parece. Fueron muy convincentes, a decir verdad.” Eureka sonrió. “Y Ushijima se veía muy tierno así de tímido. Es sorprendente porque hasta ese entonces, lo había visto ser directo, calculador, a veces un poco parco pero siempre un excelente jugador. Esa faceta que sacaste de él fue… una sorpresa agradable.”
“Para mí también. Y la verdad es que me alegra contar con la oportunidad de conocerlo más.”
“Espero que les vaya muy bien,” dijo Eureka, muy sincera en sus buenos deseos. “Ambos se lo merecen.”
“¡Aw, gracias, Eureka-chan! Yo también te deseo lo mejor. De hecho… me pregunto si has notado lo que intenté hacer contigo.”
“¿Qué cosa?”
“¿No lo has…? Ay.” Nejire se llevó una mano a la frente. “Puedes ser muy despistada cuando quieres.”
“¿A qué te refie—?”
“Mama.”
“¡WAAAAH!” Eureka gritó, tomándose el rostro muy avergonzada. Nejire no podía estar refiriéndose a eso, no había forma. “¿¡Mama!?”
“Mama es un chico muy lindo.”
“NONONONO—”
“Y sabía que andabas deprimida—”
“—NONONONONO—”
“Así que por eso te escogí a ti.”
“NEJIREEEEEE” Eureka se tapó la cara, a punto de morir de la vergüenza. “¡Sabía que había algo más detrás de tu decisión!” Suspiró. “Aunque bueno, el rodaje ha sido divertido y la fiesta también.” La HiME se permitió una sonrisa. “Más allá de tu intento fallido de celestina, la he pasado lindo.”
“¡Pero no le cierres la puerta al—!”
“Nooooope.” Eureka se tapó la cara. “¿Mama? Gosh, Nejire, podía ser cualquier chico. ¿Pero Mama? Me voy a morir.”
“Es uno de mis amigos más cercanos…” razonó Nejire, un tanto apenada.
“¿Él sabe esto?”
“¡Oh no! ¡Por supuesto que no! ¿Qué crees? ¿Que iba a decirle ‘oye, Mama, sabes qué, tengo esta amiga que ha terminado con su enamorado hace poco y merece una nueva oportuni—’?”
“NEJIREEEEEEEEE”




Eureka estaba preparada para recriminarle más al respecto, pero divisaron a lo lejos a Tendo caminando hacia ellas. Cuando alcanzó la cabina, el pelirrojo dejó su bebida en la mesa, tomó asiento al lado de Eureka y les sonrió a ambas.

“¿Qué tanto cuchichean ustedes dos?” preguntó, con una sonrisa curiosa. “Pude oír los gritos de Eureka desde la pista de baile.”
“¿Estabas bailando?” preguntó Eureka, incrédula.
“Hehe~ De ahí te muestro mis excelentes pasos de baile. Primero, quiero chisme.” Nejire abrió la boca para hablar y Tendo la cortó con un gesto de su mano. “Ya me enteré. Felicidades, por cierto.” Tendo sonrió. “Ahora que ya te dijo para salir, puedo ser bocotas y contarte que lleva semanas hablándome de ti.”
“¿En serio?” Nejire se alzó en la mesa, sin creer lo que acababa de oír. “¡No bromees!”
“No estoy bromeando. Ahora, tampoco es que hablaba mucho, porque sabes como es Wakatoshi-kun. Todo callado y eso. Pero sí te mencionó varias veces, con mucho cariño y mucha curiosidad, también.”
“¡Ahhhh!” Nejire sonrió de oreja a oreja, retomando su posición en el sofá. “Soy muy feliz, gracias por contarme, Satori~”
“Siempre un placer.” Tendo sonrió. “Y bueno, me deben chisme.”
“Ah, es simple: sí sabes para qué hice todo esto, ¿no? Lo de que los intereses amorosos del videoclip terminen siendo actores del grupo de extras.”
“Por Wakatoshi-kun.”
“Exacto. Pero también por Eureka-chan.”
“…” Eureka se desparramó en la mesa, sin una pizca de ánimos. Ya para qué pelear: Nejire no tenía filtro y parecía no contar con el dato de que Satori Tendo era un peligro para la sociedad y de que, por su culpa, sus futuros días en el club de vóley iban a ser pura tortura iniciando el nuevo semestre de clases.
“¿Qué? ¿Querías juntar a Eureka con tu amigo el cantante?” Tendo sonrió de lado.
“NEJIREEEEEEE” Con la cabeza escondida entre sus brazos, el volumen de la voz de Eureka se vio ensordecido. Sin embargo, la mezcla entre queja y llanto quedó clara aún a pesar de la bulla del local y de ese pequeño defecto.
“Yo no sé por qué te quejas. Si me dijeran que han intentado emparejarme con Satomi Ishihara y por eso grabamos un videoclip juntos, yo estaría muy feliz.”
“¿Qué onda con Satomi Ishihara que todo el mundo le tiene ganas?” Eureka levantó la cara para juzgar a Tendo.
“Es súuuuuper linda.” Tendo juzgó a Eureka. “Pero no cambies le tema. Nejire, ¿sabes si al cantante le interes—?”
“BASTAAAAAAA”
“¡Claro!” Nejire sonrió muy tranquila, como si el tema fuera tan mundano como hablar del clima. “Eureka-chan le da mucha curiosidad. Cuando le mostré su foto, pude notar interés en su mirada.”
“QUE HICISTE QU—”
“Wow, encima con esas.” Tendo le sonrió de lado a Eureka. “¿Qué más puedes pedir? Te apuesto a que va a pedirte el número y todo.”
“Me voy a morir aquí mismo y ahorita.” Eureka volvió a esconder su rostro entre sus brazos.
“Eureka. No entiendo. ¿El cantante no te gusta?” preguntó Tendo, confundido. “No está nada mal.”
“¡TENDO!”
“¿Qué? Así he escuchado decir a varias chicas.” Tendo rodó los ojos.
“No me interesa.” Eureka bufó.
“Me siento de nuevo en secundaria.” Una sonrisa socarrona se coló en los labios del pelirrojo mientras ignoraba a su amiga. “Estoy en un baile, Wakatoshi-kun consiguió una cita, tengo una amiga intentando negar lo innegable. Lo mejor de esa época, sin duda.”
“Hehe. ¡Es cierto!” Nejire le dio la razón. “Siempre había una amiga tímida que se rehusaba a aceptar que le gustaba el chico popular.”
“No soy esa amiga tímida y NO ME GUSTA EL CHICO POPULAR”
“Cuidado, Eu. Que si gritas tan alto, vas a llamar la atención del chico en cuestión.” Tendo rio.
“…” Eureka se incorporó y tomó un sorbo de su trago. “¿Cómo llegamos a esto?”
“Es mi culpa.” Nejire suspiró. “Lo siento. Tal vez he sido un poco desconsiderada con todo esto. Sé que es muy temprano para pensar en esas cosas luego de tu ruptura, pero quería proporcionarte una manera sana de lidiar con eso.”
“Hey, no tengo nada que ver en esto, pero tal vez debiste consultarle antes,” dijo Tendo. “Y… no sé que tan sano es sacar un clavo con otro clavo, Nejire.”
“Wow, nunca creí decir lo que voy a decir, pero estoy de acuerdo con Tendo.”
“Lo sé, tienen razón. Pero estaba emocionada y a veces soy de actuar sin pensarla dos veces. Eureka-chan, siento que te debo algo por lo de Wakatoshi. Lo conocí gracias a ti y me gustaría apoyarte en lo que pueda.”
“Gracias, Nejire.” Eureka le sonrió. “Pero somos amigas. Sé que nos conocemos poquito, pero en serio te aprecio y admiro muchísimo. Es distinto ver a un ídolo a lo lejos: al fin y al cabo, al conocerlo puede que te lleves sorpresas desagradables. Tú me has demostrado que no siempre es así. Y por eso mismo, en serio, no te preocupes.”
“¡Awwww! ¡Eres demasiado linda!” Nejire se apuró en estrujarla contra su pecho. “Gracias, Eureka-chan~”
“No hay problema,” dijo Eureka, devolviéndole el abrazo.
“…Peeeero, no me puedo quedar de brazos cruzados.” Nejire la apartó de sí.
“Y yo no quiero terminar en las noticias.”
“Mama siempre tiene mucho cuidado con esas cosas. Por eso nunca se han esparcido rumores al respecto. Bueno, además de mi amistad con él. Por ahí hay gente que imagina que estamos en una relación, pero como ustedes verán, eso está muy lejos de la realidad.” Nejire guiñó un ojo.
“…”
“¿Qué dices, Eureka-chan? Prometo que será muy cuidadoso con todo. Y no estoy mintiendo: le das curiosidad~”
“Eso suena más como si Eureka fuese una atracción de circo y menos como… bueno, una chica con la que puede salir.”
“Satori, no ayudas.” Nejire le sonrió al mencionado y luego volvió a dirigir su mirada a Eureka. “Al menos podrías darte la chance de ser su amiga. No hay nada malo en ganar amigos, ¿no?”
“Un amigo famoso, encima.” Tendo sonrió.
“Mm…” Eureka asintió. “Bueno, sí debo admitir que me intriga un poco. Mama es un misterio, después de todo.”
“¡Yay!” Nejire aplaudió, emocionada. “Entonces, si te pide tu número, se lo das.”
“…” Eureka suspiró. “Supongo, sí.”
“Eso fue más rápido de lo que pensé.” Tendo rio. “No sé por qué tenía la sensación de que te negarías a acceder.”
“Aún lo estoy dudando. Suena como un plan terrible.”
“No lo mires como un plan, mirálo como… un amigo más.” Nejire sonrió.
“Estoy demasiado lúcida para todo esto. Debe ser una pesadilla o algo.” Eureka suspiró.

Un impulso de idiotez la llevó a tomarse de golpe el trago en frente de ella. Al dejarlo de vuelta en la mesa, se arrepintió de su decisión, apoyando su cabeza en el respaldar del sofá. Una ola de mareos la invadió, obligándola a cerrar los ojos para poder soportar aquella desagradable sensación que ofuscaba su mente.

“…” Tendo y Nejire se habían quedado en silencio, sorprendidos y asustados por aquel acto de locura.
“Ugh, siempre pasa esto.” Tendo rodó los ojos. “Eureka bebe de más y alguien tiene que cuidarla.”
“¿Ha pasado antes?” preguntó Nejire, curiosa.
“Tendo exagera. Sólo pasó una vez.” Eureka suspiró, preparándose para contar la vergonzosa historia. “Hubo una reunión del equipo de vóley hace un mes. Andaba un poco convalesciente y, sin ninguna pizca de cuidado, tomé algo de alcohol, así que terminé mal. Hiyori Tomoe me cuidó… pero creo que también andaba medio tomado, porque juntos cantamos en el karaoke.”
“¿Hiyori Tomoe?” No costaba nada notar que Nejire intentaba —en vano— aplacar su risa. “¿El de Eden?”
“…Sí.” Eureka no sabía dónde esconderse.
“Hiyori-kun es de mi facultad,” contó Tendo. “Bokuto no procesó bien el mandado de Oikawa y al final terminó invitando también a los de Comunicaciones, por eso él fue.”
“Wow, toda la gente famosa va a Rizembool. Mama está en Derecho, Tomoe en Comunicaciones, Souji en Ingeniería…”
“Haha.” Tendo rio. “Tienes razón, Seta tiene una fama parecida a ese par.”
“Es cierto.” Eureka asintió. “Hiyori se quejó de que había gente que no lo reconocía pero que, sin embargo, sabía de Souji. Pobrecito.”
“Bueno, Souji es de una fama más local, supongo.” Nejire sonrió. “Pero bueno. ¿Cómo te sientes, Eureka-chan? Parece que te chocó al inicio, pero ese vaso de shochu y té verde ya no te molesta… ¿O sí?”
“Dudo que pueda salir a bailar en un buen rato, pero más allá de eso, estoy bien. Al menos ya dejamos de hablar de Mama.”
“Buen punto.” Tendo se tomó lo que quedaba de su bebida y dejó el vaso en la mesa. “Bueno, si me disculpan, yo tengo que ir a ver el mundo arder,” mencionó, deslizándose por el sofá hasta salir de la cabina.
“¿Qué pasó?” preguntó Nejire.
“Parece que Kuroo está intentando ligarse a una chica en el bar y no me voy a perder ese espectáculo.” Tendo sonrió de lado. “Las veo luego.”
“Cuídate,” le dijo Nejire, mientras que Eureka sólo atinó a ondearle la mano.

En su camino hacia el bar, Tendo se cruzó con Ushijima e intercambiaron un saludo de palmas. Observando el trayecto del wing spiker, Nejire y Eureka entendieron que andaba caminando hacia ellas, lo que emocionó a la cantante. Nejire no hizo ningún esfuerzo por esconder su emoción: una sonrisa se coló en sus labios y no despegó su vista de Ushijima conforme se acercaba a ellas.




Una vez frente a la mesa, Ushijima le extendió su mano a Nejire, una invitación silenciosa pero muy clara en sus intenciones.

“…” La cantante se sonrojó y asintió. “Oh, Wakatoshi, yo encantada, pero…” Nejire chequeó de reojo a Eureka.
“¡Wah! ¡No!” Eureka ondeó sus manos, intentando disipar la duda en el rostro de su amiga. “No te preocupes por mí, estaré bien.”
“¿Segura? Puedo llamar a alguna de mis amigas a que te acompañe.”
“No, tranquila. De hecho, creo que necesito un tiempo a solas.” Eureka le sonrió.
“¿En serio?”
“¡Sí!” Eureka la empujó fuera de la cabina. “¡Anda y distráete un rato!”
“…Gracias.” Nejire le sonrió, mientras tomaba la mano de Ushijima y se levantaba, colocándose a su lado.
“Mm.” Ushijima asintió. “Gracias, Eureka. Si veo a Tendo o a alguien del equipo, le diré que venga a acompañarte en un rato.”
“Aw, okay.” Eureka asintió. “¡Diviértanse!”

La —casi— pareja se dirigió a la pista, no sin antes dedicarle una última mirada a Eureka. Cuando encontraron una sonrisa en los labios de la joven, Ushijima y Nejire asintieron y retomaron su camino.
« Last Edit: January 02, 2020, 03:47:22 PM by Eureka »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #580: September 17, 2019, 08:02:04 PM »


51.3




Una vez a solas, Eureka aprovechó en desparramarse en la mesa sin ningún cuidado. No podía negar que el cansancio emocional y físico que sentía la andaba motivando a dormir aún a pesar de no ser el lugar ni el momento correcto para ello. No tenía ánimos para continuar celebrando, pero tampoco quería retirarse sin cuidado, por lo que su idea terrible de echarse una siesta en la cabina no sonaba tan mal después de todo.

Sin embargo, un mozo pasó con una bandeja de bebidas y Eureka sucumbió a la tentación de llamarlo. Esa idea era peor que todas las anteriores, pero no había nadie para cumplir con el rol de su consciencia. Nadie la iba a detener. Y se sentía más desanimada de lo normal, así que le encontró algo de sentido a todo.

El mozo dejó un par de vasos en la mesa y se retiró. La HiME observó las bebidas con curiosidad: tal vez era necesario tomar como despechada para continuar con su proceso de luto. Cualquier persona sana le diría que era la peor forma de lidiar con su ruptura, pero ya había cantado en karaoke y necesitaba este siguiente paso.

Sólo esperaba que el último nunca llegara a ocurrir.

“Ah, ah.” Antes de poder tomar uno de los vasos y arrastrarlo hasta su posición, ambas bebidas desaparecieron al ser alzadas por… Madara, quien había salido de la nada. El cantante se encargó de dejar los vasos en una de las cabinas aledañas, que para ese entonces, andaban vacías. Después de todo, la mayoría de gente andaba en la pista de baile, en el bar o por las mesas de buffet y bocaditos.
“…” Eureka guardó silencio: no se sentía en tanta confianza como para protestarle al respecto.

En retrospectiva, estaba cantado que Nejire se encargaría de impedirle que pase tiempo a solas, más aún, luego de su confesión y revelación como celestina. Eureka quería resentirla, pero era imposible: Nejire era una persona demasiado dulce. Tal vez las medidas que andaba tomando eran un poco radicales y todo, pero sus buenas intenciones impedían que le guardara algún tipo de resentimiento. Su manera de subirle los ánimos era, sin lugar a dudas, un tanto cuestionable, pero Eureka no podía rechazar su ayuda. Y aunque intentara engañarse a sí misma con el pensamiento de que andar tomando a solas era una buena forma de lidiar con su estado de ánimo, lo cierto era que prefería tener compañía antes que recurrir a aquel deplorable mecanismo de afrontamiento.

“Lo siento,” dijo Madara, deslizándose por el sofá hasta tomar asiento al lado de ella. Su mirada estaba posada en los grupos de amigos y las parejas que bailaban en frente de sus ojos, pero Eureka sabía que la atención del cantante andaba en otro lado. “Nejire me dijo que te busque pero yo estaba justo en eso,” confesó, con una risa suave.
“¿Mm?” Eureka lo observó, curiosa. “¿Por qué?”
“Supongo que me tenías preocupado. Ahora que ví lo que querías hacer, me doy cuenta de que tenía razón.” Madara rio de nuevo.
“…Disculpa.” Eureka suspiró. “Tengo la cabeza en otro lado. Creo que no debí venir…”
“¿Lo dices por el rodaje o por otra cosa?”
“En general. Creo que no estoy tan bien como para celebrar, al menos no aún.”
“¿Está relacionado a lo que me dijiste? El motivo por el que no querías ese rol en el videoclip.”
“Mm.” Eureka asintió, desganada. “Pero—”
“—No me vas a contar porque ya tuviste suficiente de eso,” la interrumpió Madara. “Y como te dije hace unas horas, te entiendo, pero quiero ayudar.”
“Uh…” Eureka arqueó una ceja. “Entonces tu persona como idol es muy… genuina.”
“¿Mm?” Madara le sonrió, confundido.
“Ah, nada, es que uno de los temas detrás de MaM es ayudar a la gente pese a todo y… pues me sorprendió que también seas así fuera de los escenarios. Entendía tus ganas de ayudar a Nejire porque son amigos, pero yo no te conozco nada.”
“Eso es cierto. Pero a veces es más sencillo desahogarse con un extraño que con tus seres queridos. Y si puedo ayudar, ¿por qué no lo haría?”
“…Supongo que tienes razón.”
“¿Me contarás?”
“…No me queda de otra.” Eureka le sonrió. “Aunque me molesta que se esté volviendo una rutina.”
“¿Qué cosa?”
“Contarle todo esto a un idol nuevo.”
“…” Madara no pudo evitar reír. “¿Supongo que Nejire-san es una de ellos?”
“Sí. El otro es Hiyori Tomoe, de Eden.”
“¡Waaah! ¿En serio? ¿Conoces a Hiyori-san?” Madara sonrió, animado.
“Es de la facultad de Comunicaciones de Rizembool, y muchos del equipo de vóley lo conocen, así que terminé encontrándome con él en una reunió—” Eureka se cortó abruptamente. “Espera. ¿Tú lo conoces?”
“¡Sí! ¡Somos amigos~! Lo conocí a él y a sus compañeros de Eden en una gala.”
“Mm…” Eureka lo observó, pensativa. Ninguna noticia había mencionado algo respecto a su amistad con Hiyori: tal vez Nejire sí había dicho la verdad hace un rato, y Madara cuidaba mucho su vida privada. “Nejire tenía razón.”
“¿Ah?”
“Nada.” Eureka sonrió, nerviosa. “Pero sí, Hiyori escuchó también mis quejas.”
“Awww, me alegro~” canturreó Madara. “Hiyori-san es de buen corazón. Puede parecer pretencioso y muy arrogante, pero se encariña muy rápido con la gente. Al menos eso le pasó conmigo.”
“Y conmigo, supongo, porque me toleró por un par de horas.” Eureka suspiró. “Y… cantamos juntos. Mejor dicho, hice el ridículo a su lado.”
“¿Sabes cantar, Eureka-san?” Madara posó su codo en la mesa, apoyando su mentón en la palma de su mano.
“Algo. Formé parte del coro de mi colegio en secundaria, antes de transferirme a Japón.”
“¡Wow! Espero poder escucharte en alguna oportunidad.”
“…” Eureka desvió la mirada, avergonzada. “S-sí.”
“…” Madara le sonrió, enternecido. “Bueno, me ibas a contar.”
“Ah, sí. La verdad es que no es nada del otro mundo. Terminé con mi enamorado hace casi dos meses. Me está costando un poco lidiar con eso porque esa ruptura ha implicado varios cambios en mi vida: desde el lugar donde vivo hasta… bueno, mis amistades, supongo.” Eureka jugó con el borde del vaso vacío en frente de ella. “Pensé que esa vida que tenía a su lado se iba a mantener por siempre… pero uh… No sé si te lo dije porque andaba medio ebria y ahora ya recuperé algo de lucidez, pero soy una HiME. Y eso—”
“Si lo dijiste, fue después de que fui a conversar con mi mánager. Wow, ahora tengo más motivos para preocuparme.”
“…No, tranquilo. Estoy acompañada… tengo amigas HiMEs y Oikawa está conmigo.”
“Sigues preocupándome.” Madara se encogió de hombros. “No puedes ir y advertirme sobre la pelea entre nuestras instituciones y luego decirme, así como si nada, que eres HiME.”
“Lo siento.” Eureka suspiró. “Si te soy sincera, a mí también me preocupa. Aún así, aunque no lo creas, me ayuda a distraerme.”
“Es una manera un poco cuestionable de distraerse.” Madara esbozó una sonrisa meditabunda.
“Lo sé, pero es un deber. Y bueno, no puedo dejarlo… así que tengo que sacarle provecho de alguna forma.”
“Mm.” Madara asintió. “No te lo niego. Con lo que nos contaste, tiene sentido. Pero bueno, ese tema es aparte.”
“Sí. Uh… la cosa es que pensé que ser HiME de nuevo había sido el causante de nuestro distanciamiento, pero creo que fue la gota que derramó el vaso.”
“¿Fuiste HiME antes?”
“…Sí.” Eureka rehuyó su mirada, avergonzada.
“Wow, Eureka-san. La imagen que tengo de ti está cambiando constantemente.”
“¿Positiva o negativamente?”
“No sé.” Madara bromeó. “Sólo puedo decir que eres muy distinta a la persona cohibida que conocí en el rodaje hace unas horas.”
“Ser HiME es riesgoso, lo sé—”
“Pero tu intención es ayudar, y por eso no puedo culparte. Si fuera chica y estuviera en tu universidad, no lo dudaría dos veces y me lanzaría a apoyar de alguna forma. HiME, ayudante, no sé, pero ahí estaría.”
“Sí te veo haciendo tal locura.” Eureka rio. “Y no mientas, el género no te podría detener.”
“Mm, mm~ Mama siempre quiere ayudar~” Madara canturreó. En un abrir y cerrar de ojos, su actitud infantil fue reemplazada por una mirada seria. “Más aún si hay gente inocente involucrada.”
“Sí…”
“Pero lo siento, seguíamos hablando de tu ex.”
“No te preocupes.” Eureka se permitió una pausa breve antes de continuar. “Creo… que me siento culpable en varios aspectos. No sería capaz de ir y pintarlo como el malo de la película porque entiendo que todo esto es una responsabilidad muy grande y siempre sentí que era injusto imponerle que esté ahí para mí, cuando él… bueno. Es heredero de una multinacional, está ligado a la nobleza inglesa y tiene cincuenta mil expectativas sobre su futuro.”
“Suena como que no te sientes digna de haber estado con alguien como él.”
“No es cuestión de dignidad, creo. Es solo… no sé. Siento que yo fui la que lo espantó. Una cosa es vivir lo de las HiMEs cuando estás en secundaria: de alguna forma, sientes que hay tiempo. Pero estamos a media carrera. Y como te dije, él tiene varias expectativas…”
“Dos cosas: wow, siento que mi drama de secundaria es nada en comparación al tuyo.” Madara rio. “Y lo otro… bueno, ser HiME es algo que no podías dejar de lado.”
“¿Qué te pasó?”
“Primero tú.” Madara le sonrió.
“Okay, pero no te escapas.” Eureka le devolvió el gesto. Al retomar el tema, su expresión se tornó un tanto apenada. “Creo que fui muy egoísta con él. Pero… no quiero volver a su lado. No estoy deprimida por eso. Solo me ha afectado el cambio radical en mi vida. Ya no tengo pareja, ya no vivo cómodamente, tengo un rebel que se empeña en hacerme la vida a cuadritos y yo… sólo me quejo. Con un idol distinto. En cada reunión o fiesta.”
“Bueno, esta será la última vez que lo hagas.”
“¿Cómo… así?” Eureka ladeó la cabeza, confundida por sus palabras.
“De seguro Hiyori-san lo mencionó, pero no ahondó mucho en eso. ¿Has pensado en ir a terapia?”
“Ah, sí, eso me dijo.”
“Él y yo tenemos el mismo terapeuta. También trata a Jun-san… y, ahora que lo pienso, acabo de notar que varios colegas míos se tratan con él.” Madara parecía sorprendido con aquella reflexión. “Puedo darte su número, si gustas.”
“¿En serio?”
“Su método es cognitivo-conductual, y creo que iría muy bien con tu personalidad.”
“No… entiendo nada de lo que has dicho, pero creo poder hacerme una idea.” Eureka sonrió.
“Haha, tranquila~” Madara soltó una risotada. “Ya entenderás cuando lo veas. Al menos déjame darte el contacto.”
“Okay. Gracias, Mama.”

Madara sacó su celular, desbloquéandolo con su huella dactilar para buscar entre sus contactos el número del terapista.

“¿Te lo dicto? ¿O me das tu celular y lo guardo?”
“Mm… mejor lo copias tú,” ofreció Eureka, encargándole su celular ya desbloqueado.
“Oh, okay~” Madara se apuró en copiar el número y le devolvió su celular. “Listo. Su nombre es Jakurai Jinguji. Aparte de añadirlo a tus contactos, te lo puse en una nota, por si te olvidas mañana.”
“Okay, gracias.” Eureka sonrió.
“No hay problema. Al contrario, disculpa que mi consejo sea ‘ir a terapia puede ayudarte’.” Madara suspiró. “Tu situación suena muy delicada y no me gustaría soltar algo desatinado.”
“Mm-mm.” Eureka negó con la cabeza. “Al contrario. Escucharme es suficiente. ¿El dato del terapeuta? Mil veces mejor.” La HiME le sonrió. “Si pudiera hacer algo por ti—”
“¡Nope! No me gustaría que sientas que me debes algo. En serio, tranquila. Podía ayudarte y lo hice. Listo.”
“Me has ayudado un montón, de hecho. Peeeero, igual necesito algo de alcohol en mis venas.” Eureka se deslizó por el sofá hasta salir de la cabina. “Iré por algo de tomar.”
“Voy contig—” Madara ya había empezado a imitarla cuando Eureka lo interrumpió.
“Lo agradezco, pero no puedo retenerte toda la noche.” Eureka sonrió. “¡N-no que no quiera hacerlo!” La HiME se corrigió a sí misma, ni bien cayó en cuenta de sus palabras. “Digo, no— UGH!”

Eureka solo pudo atinar a taparse la cara de la vergüenza.

“Entiendo, entiendo~” canturreó Madara. “Me halagas, Eureka-san.”
“¿No era un cumplido?” le reclamó ella, sonrojada hasta las orejas.
“Lo tomaré como uno,” dijo Madara, y terminó de salir de la cabina.

El cantante aprovechó que su trayecto lo obligaba a cruzar por su lado, y le dio un par de palmaditas en la cabeza.

“Ten cuidado, ¿sí? Nos vemos luego~”
“…” Eureka sólo pudo observarlo mientras se alejaba.




Ignorando su lado racional, corrió a la barra en busca de alcohol. Para su suerte, ningún miembro del equipo de vóley había visto aquella interacción o andaba en el perímetro, por lo que se permitió tomar asiento en el bar con suma tranquilidad. Esa calma duró unos instantes, porque una chequeada rápida al joven desparramado en la barra a su lado le hizo recordar su objetivo de aquel día: juntar a Seven y Saeran.

“¿Seven?” preguntó, preocupada. Por su deplorable estado de ebriedad, intuía que las cosas con su gemelo no habían ido como esperaba. “¿Estás bien?”
“Nunca he estado mejor, de hecho,” dijo el pelirrojo, mientras se incorporaba en su asiento. Su aspecto era terrible: la camisa que portaba andaba arrugada; sus ojos, un tanto rojos y su expresión, perdida.
“Supongo que lo de Saeran no fue tan bien que digamos. Lo siento.”
“Fue… mejor de lo que pensé, Eu,” confesó Seven. “Ahora tengo miedo de joder todo.”
“¿Y por eso has tomado?”
“Sí. No quiero alejarlo de mí de nuevo. Pero tampoco puedo forzarlo a hacer algo que no quiere. Yo… él tiene dos celulares. Me guardó en el que siempre usa, pero que esconde, o algo así. No entiendo. ¿Por qué tiene dos celulares?”
“…” Eureka lo observó, confundida. “Tranquilo. Ya luego le preguntarás.”
“No. Me molesta la confusión. Por eso ando tomando. Tal vez con eso me olvido de todo.”
“No te lo recomendaría…”
“No seas hipócrita.” Seven rio. “Por algo estás aquí también, ¿no?”
“…Okay, te acompañaré. Pero si te veo muy mal, te pido un taxi y te mando a casa.”
“…Trato hecho.”

Eureka sabía que era una terrible decisión. Sin embargo, su única posible consciencia andaba demasiado ebria como para preocuparse por su estado, y acababa de espantar a la persona más responsable que había visto esa noche.

Tenía la de todas para acabar mal.

E iba a aprovecharlo.

De todas formas, las vacaciones se terminaban y tenía que despedirlas a lo grande.







Honestamente, Iwaizumi sentía que no le pagaban lo suficiente. No que debían, porque nadie le paga a uno por ser amigo de alguien, pero el wing spiker creía fervientemente que el universo le debía dinero por cuidar de Tooru Oikawa cada vez que se metía en líos.

Iwaizumi no se consideraba un santo: también cometía errores como cualquier otra persona, por supuesto. Recordaba que Oikawa lo había salvado de ser suspendido en High School. Un compañero de equipo le había buscado pelea al final de un entrenamiento en el club de vóley: no podía hacer memoria exacta del detonante, pero Iwaizumi recordaba que había sido un insulto indirecto. Lo había enojado tanto que no pudo detenerse y, sin más, se lanzó hacia su compañero de equipo. Oikawa lo salvó: con una fuerza inexplicable, lo enjauló en sus brazos para evitar que corriera sangre. Todos andaban enojados por la derrota ante Shiratorizawa, pero no era motivo para que se cagaran a piñas. O al menos esas habían sido las palabras sabias de Oikawa, antes de que Iwaizumi le pegara un puñete en la cara para zafarse de su agarre.

Sin duda, aquellos tiempos habían sido mucho más sencillos. Ahora, jugaban al lado de Ushijima y hasta Iwaizumi lo sentía cercano, como un compañero que, tal vez en unos meses, se transformaría en un amigo. Sin embargo, eso no significaba que las cosas habían cambiado: Oikawa seguía siendo el más grande idiota… y al parecer, era una enfermedad contagiosa, porque Seven y Eureka habían cometido el mismo error que él.

Los tres andaban demasiado ebrios como para entender qué sucedía a su alrededor, sentados en unas sillas conversando de la vida. Iwaizumi, en esos instantes, agradeció que Souji había asistido al after party, porque de no ser por su presencia, no habría sabido qué hacer con el trío de tontos en frente de él.

Para ese entonces, menos del diez porciento de los asistentes de la fiesta andaban en el local. La música había pasado a ser baladas suaves de enka, y unas pocas parejas andaban bailando en la pista. Iwaizumi encontró que, a excepción de Eureka, Oikawa y él mismo, todo el equipo de vóley ya se había retirado. Entre los asistentes que quedaban, los únicos conocidos eran Madara, que conversaba con parte del equipo de producción a unas mesas de allí —pero que se veía extrañamente interesado en lo que sucedía en el grupo de Iwaizumi—, Souji, Nejire y unas amigas de los dos.

Sin embargo, Nejire andaba en el proceso de despedirse de todos. Había afirmado que tenía una entrevista en la mañana y debía descansar aunque sea un poco. Le ofreció un aventón a sus amigas, y luego de terminar con las despedidas, las chicas se retiraron del local.

“Ooookay,” comenzó Souji. “Debemos ver cómo nos dividimos a los idiotas.”
“Wow.” Iwaizumi silbó. “Estás realmente enojado como para insultarlos.”
“Hajime. Dame una razón por la que no debería estarlo.”
“Uh… ¿Siempre te cuidamos a ti?” ofreció Iwaizumi, inseguro.
“…” Souji desvió la mirada, avergonzado.
“No lo niegues, mierda.”
“Okay, sí, no lo puedo negar.” Souji suspiró. “Pero lo esperan de mí, no de ellos. Tooru siempre es el amigo elegido.”
“Y termina igual o peor que tú.”
“…Okay, Tooru no es un buen ejemplo. Pero Luciel y Eureka—”
“Seven y Eureka son igual de babosos que él. Por eso se llevan tan bien.”
“…Tú sí que estás enojado.” Souji le sonrió de lado.
“Irresponsables de mierda,” dijo Iwaizumi. Esperó que se quejaran, pero los tres tarados andaban entusiasmados con una historia que andaba contando Seven. Era ridícula y confusa, pero hilarante para el par de cojudos que escuchaban con tanta atención. “Al menor inconveniente ya andan tomando hasta morir.”
“¿Cómo sabes? De Luciel y Eureka.”
“Ya te dije. Son el mismo tipo de idiota. Es como si compartieran una sola neurona. Y usualmente la tiene Seven, por su labor de hacker.”
“Pensé que dirías que la tiene Eureka… pero tienes razón.” Souji rio. “Okay, entonces. ¿Cómo hacemos?”
“Me ofrezco a llevar a Eureka-san a su casa,” dijo una voz ajena a la conversación. Souji e Iwaizumi no necesitaron girarse mucho para identificar al dueño, que se acercaba a ellos con una mirada preocupada. Al tenerlo más cerca de él, Iwaizumi juró ver un tinte de culpa en los ojos de Madara.
“Claro, y yo voy a confiar en ti, con lo mucho que te conozco,” dijo Iwaizumi, cruzándose de brazos.
“Lo siento, Hajime-san,” se disculpó Madara. “Sé que debo sonar muy sospechoso, pero me siento culpable.”
“¿Por qué?” Souji arqueó una ceja.
“Estuve con Eureka-san un buen rato. La ví mal… así que la acompañé y conversamos. Pero luego me apartó. Se veía mejor, y me prometió que no tomaría, así que intuí que—”
“Arghhhhh.” Iwaizumi se llevó la mano a la frente. “Osea que pudiste evitar este desmadre.”
“Sí. El de Eureka-san, al menos.”
“Bueno, Madara no tiene la culpa. Todos son mayores de edad y deberían velar por sí mismos,” comentó Souji, observando a sus amigos. Seven andaba en el proceso de dormirse allí, en esa incómoda silla en la que andaba sentado, pero nada parecía detenerlo. Lo curioso era que le había contagiado lo mismo a Eureka y Oikawa, quienes apoyaron sus cabezas en él y cerraron sus ojos. “Si saben cuánto les afecta el alcohol, deberían tomar con cuidado.”
“Sospecho… que ese no fue el motivo.” Madara sonrió, apenado. “Al menos sé que Eureka-san tenía la intención de terminar mal.”
“Ugh. Mikejima tiene razón.” Iwaizumi suspiró. “Seven anda afectado por algo, también.”
“Mm. Tooru también.” Souji asintió.
“¿Qué mierda ha hecho Shittykawa ahora?” Iwaizumi arqueó una ceja.
“Am.” Souji rehuyó su mirada. “¿No sé?”
“Souji.” El tono de voz de Iwaizumi era un tanto amenazante. “No tengo energía para esto.”
“Te digo después. No te va a agradar del todo y temo que vayas y te lances a golpearlo.”
“De ser el caso, podría ayudar a detenerlo,” ofreció Madara, muy alegre.
“¡Tú—!” Iwaizumi lo señaló, enojado. “¡No te metas!”
“Okay, okay~” Madara alzó sus manos, alejándose de Iwaizumi.
“Ya. Souji, habla.”
“¿Te contó… lo de Eureka?” dijo el peligris, un tanto inseguro.
“Ah. ¿Que le gusta? No me lo dijo, pero no soy baboso.”
“¿A Tooru-san le gusta Eureka-s—?” empezó Madara, pero Iwaizumi lo interrumpió.
“Que no te metas, Mikejima.” Iwaizumi suspiró. “Bueno, pensé que era algo más grave. Si es así, que se joda.”
“Me alegra que no te enoje.” Souji sonrió.
“Eh.” Iwaizumi se encogió de hombros. “Si le gusta torturarse a sí mismo, yo no tengo ningún problema con eso y— no preguntes, Mikejima.”
“¿No iba a preguntar?” Madara sonrió, inocente.
“…” Iwaizumi suspiró. Esa noche le estaba quitando mil años de vida.
“Okay, entonces. ¿Les parece si los llevo a sus casas? A todos,” ofreció Madara.
“Sería genial. Gracias, Madara.” Souji sonrió.
“…” Iwaizumi guardó silencio por unos instantes.

No había sentido en refutarle: el aventón les saldría gratis y apreciaba la presencia de otro ser cuerdo en el grupo.

Bueno, hasta cierto punto. Madara era igual de irritante y estúpido que Oikawa. Pero al menos no andaba ebrio, así que tenía un punto a su favor.

“Okay. Nos vamos contigo, entonces.”







El jeep de Madara era espacioso, para suerte del grupo. Por obra y gracia de un ser superior, los tres beodos andaban durmiendo plácidamente al lado de Souji, en los asientos posteriores. Parecía que el alcohol en sus venas los había agotado lo suficiente como para dejarlos privados por el resto de la madrugada.

Con Madara al volante, Iwaizumi esperó que el viaje fuese un tanto movido, pero parecía que el idiota sabía conducir como una persona normal. Ante esto, el wing spiker se permitió deslizar la luna del co-piloto y apoyarse en el marco de esta, observando el paisaje nocturno de la ciudad para distraerse un poco.

“¿Está bien que hayas dejado al resto de asistentes solos?” preguntó Iwaizumi.
“No hay problema~ Mama no era el organizador, realmente,” dijo Madara. “Los chicos de producción se encargaron de todo. Nejire-san y yo sólo ayudamos a preparar la fiesta, pero al ser artistas, nos pusieron un límite de intervención. No querían que acaparemos todo por temor a distraernos.”
“No los culpo. Nejire y tú se distraen por todo,” comentó Souji.
“…Touché,” dijo Madara, sonriéndole a Souji por el retrovisor central de su jeep. “Bueno, ¿a dónde vamos primero?”
“El departamento de Luciel,” mencionó Souji, acercándose al espacio entre el asiento del piloto y co-piloto. “Es el más cercano. Waze dice que llegamos en unos diez minutos.”
“Oh, okay. ¿Puedes darme tu celular?”
“Sí, claro.” Souji le extendió su celular y Madara lo colocó en el gancho pegado a su luna para poder observar la ruta sin problemas.

El trayecto al departamento de Luciel fue acompañado de un silencio agradable. El día había sido largo y era natural que todos se sintieran agotados, pero Iwaizumi no podía darse el lujo de relajarse. Al menos no aún: luego de dejar a todos en sus respectivos hogares y descansando tranquilamente, recién ahí podría liberarse de la tensión en sus hombros.




Realizar la gran hazaña de desenredar a Seven de la masa de cuerpos dormidos en la parte trasera del jeep fue sólo gracias a la ayuda de Madara: traicionado, Iwaizumi había notado que Souji… también había caido rendido, lo que dejaba a Madara y a él como los únicos sobrevivientes y encargados de devolverlos a todos a sus moradas.

Madara sacó a Seven y lo sostuvo de la espalda para mantenerlo parado. Luego, sin ningún cuidado, lo cargó por sobre su hombro, como si el peso no fuese problema para él.

“Podría… ayudarte, si gustas,” ofreció Iwaizumi, sorprendido.
“¡No hay problema, Hajime-san!” aseguró Madara, muy tranquilo.

Iwaizumi quiso refutarle, pero la actitud alegre del cantante era suficiente para afirmarle que no tenía inconvenientes con cargar a Seven por su cuenta. Resignado, Iwaizumi atinó a indicarle el camino, y juntos ingresaron al departamento en busca del piso del pelirrojo. El guardia se apiadó de los dos y les indicó el número, ayudándolos a ingresar al asensor.

“Seven,” empezó Iwaizumi, mientras lo movía levemente. “Despierta.”
“Ergulkfjg…” fue la respuesta ilegible del pelirrojo.
“Luciel-san,” lo llamó Madara. “Necesitamos que te levantes para poder entrar a tu departamento.”
“Gjfjlkfjg…”
“Espera. Sostenlo, Mikejima.” Madara le hizo caso, y lo bajó de su hombro para sostenerlo por detrás.

Iwaizumi agarró a Seven de la camisa y comenzó a sacudirlo sin reparos.

“¡LEVÁNTATE, MIERDA!”
“¡Cuidado, Hajime-san! ¡Lo vas a hacer vomit—!”
“¿Mama…?” preguntó Seven, abriendo los ojos. Al girar su cabeza levemente, se topó con la sonrisa confundida del cantante y le devolvió el gesto. “¡Hola!”
“Hola, Luciel-san~”
“Seven, tu clave,” le pidió Iwaizumi.
“¿De?”
“DE TU DEPARTAMENTO”
“¡AH!” Seven cayó en cuenta de todo en esos instantes. Como graciosa coincidencia, el sonido del asensor al llegar a su destino acompañó a su increíble revelación.

El pelirrojo se zafó del agarre de Madara y caminó fuera del asensor, recorriendo el pasillo que dividía los dos departamentos de aquel piso. Iwaizumi y Madara corrieron detrás de él, preocupados de que en cualquier momento terminara en el suelo con una contusión en la cabeza.

Sin embargo, Seven se veía mucho más sobrio. La siesta le había permitido recobrar algo de lucidez, o al menos así parecía. Al llegar a su puerta, ingresó el código en el panel numeral al lado de esta. Luego, procedió a decir unas palabras en un idioma que Iwaizumi no conocía.

“Es árabe,” comentó Madara, al notar su expresión llena de confusión. “Son los números del uno al diez.”
“…Supongo que Seven necesita ciertos mecanismos de protección,” dijo Iwaizumi.
“¿Por?”
“Soy hacker, Mama~” contó Seven, abriendo la puerta de su departamento.

Antes de que Madara preguntara al respecto o Iwaizumi lo acompañara dentro del departamento, Seven se giró en su sitio y cerró la puerta, impidiéndoles el pase.

“Tranquilos, ya estoy mejor. Tomé un montón pero me ayudó mucho dormir, así que ya me recuperé.”
“¿Estás seguro?” preguntó Madara, preocupado.
“Mm.” Seven asintió. “No hay problema. Más bien, gracias~ Pero estoy seguro de que Eureka y Oikawa necesitan de su ayuda más que yo.”

Oh, cierto.

Se habían olvidado de ellos.

“Mierda, y encima Souji es un inútil,” se quejó Iwaizumi. Luego, se giró hacia Seven. “Está bien, te dejaremos. Pero si pasa algo, nos llamas, ¿okay?”
“Claro, gracias~” Seven les sonrió y les ondeó la mano como despedida. “Cuídense~”
“Cuídate, Luciel-san,” dijo Madara, un tanto confundido. La puerta se cerró y Madara e Iwaizumi intercambiaron miradas perdidas.

Al recordar que habían dos ebrios más y un bueno para nada en el carro del cantante, ambos se unieron en un mismo pensamiento y corrieron hacia el asensor, desesperados por regresar al auto a revisar el estado de Oikawa, Souji y Eureka.




Iwaizumi conjuró el peor escenario en su mente, pero la realidad fue distinta, aliviándolo enormemente. Souji se había levantado, mientras que los otros dos seguían dormidos.

“Lo siento.” Souji suspiró. “Supongo que también andaba un tanto cansado.”
“…No importa,” resolvió Iwaizumi. “Mikejima, ahora nos toca Hanasaki. Iremos a dejar a Eureka.”
“Me pregunto si los dormitorios tendrán toque de queda,” comentó Souji.
“No perdemos nada yendo a averiguar.”
“Mm, Mikejima tiene razón.” Iwaizumi asintió. “Al menos debemos intentar. Ya de ahí… vemos cómo hacemos, si no podemos ingresar.”

Iwaizumi cerró la puerta de los pasajeros y se subió al asiento del co-piloto de nuevo. Al igual que él, Madara retomó su posición como piloto. Luego de poner la dirección en el Waze, arrancó el carro y salió con dirección a Hanasaki.

Con un suspiro silencioso, Iwaizumi esperó que la mansión HiME permitiera el ingreso en la madrugada. Las formalidades de aquella casa de estudios le daban a entender de que serían un tanto estrictos con sus alumnos, pero tal vez las HiMEs eran la excepción…

…o no.

El camino se pasó en pura intriga respecto a su destino. Cuando llegaron a las grandes rejas del ingreso a la mansión HiME, encontraron que no sólo estaban cerradas, sino que los guardias habían abandonado sus puestos y las luces de los faroles andaban apagadas.

La hora en la pantalla del carro de Madara confirmaba que, efectivamente, no era el momento indicado para aparecerse por allí. Los tres intercambiaron miradas, preocupados.

“Bueno, tiene sentido. Ya van a ser las cuatro y media…” dijo Souji.
“Podríamos dejarla en la casa de Souji-san,” ofreció Madara.
“Oh, yo encantado. Pero mis papás andan un poco espesos desde hace un tiempo. El otro día no dejaron que Sho se quede a dormir,” se quejó, un tanto apenado.
“Bueno, eso es porque él y tú—”
“HAJIME”
“No iba a decir nada malo. Sólo que Minazuki es bien ruidoso cuando quiere.” Iwaizumi se encogió de hombros.
“Eso… sigue sonando mal,” comentó Madara.
“¿Ves?” Souji sonaba un poco irritado. Iwaizumi rehuyó su mirada. “En fin, no importa. No creo que me dejen y no quiero problemas, lo siento.”
“Bueno, tus papás siempre han sido un tanto estrictos.”
“¿‘Un tanto’?” Souji rio. “Mm… Ahora que lo pienso, podría hacer lo que hago con Oikawa y el resto: les dejo descansar hasta las seis, siete, y de ahí se van. Pero Eureka no se ve tan bien que digamos.”
“No. Va a necesitar dormir por un buen tiempo,” dijo Iwaizumi, observando a la mencionada. Eureka y Oikawa seguían privados, ambos apoyándose en el brazo y el hombro de Souji. “No me queda de otra que llevarla conmigo.”
“Mm.” Madara asintió. “Entonces… ¿Dejamos primero a Souji-san?”
“No.” Souji le sonrió. “Primero vamos al departamento de Hajime y Tooru. Voy a tener que ayudarlos con ese par,” y señaló sutilmente a Eureka y Oikawa.
“Oh, okay.” Madara sonrió.

Esta vez, fue Iwaizumi quien cogió el celular de Souji para colocar la dirección de su departamento.







Iwaizumi acomodó a Oikawa en el sofá más grande de la sala de su departamento. Luego, alzó la manta que Souji le había traído y la colocó encima de su amigo, abrigándolo. Ni bien se cercioró de que todo andaba bien, Iwaizumi asintió, y se giró hacia Eureka, quien yacía sentada en el sofá de al lado.

“¿Eureka-san se quedará ahí?” preguntó Madara.
“No, hay que llevarla al cuarto de Kusokawa,” dijo Iwaizumi.
“Oh, okay~” Madara se adelantó al resto y cargó a Eureka por sobre su hombro, tal y como había hecho con Seven.

Iwaizumi no se inmutó, pero por el rabillo del ojo vio la expresión de terror de Souji, quien de seguro andaba cuestionando la seguridad del agarre de Madara. Sin embargo, ninguno se atrevió a comentar al respecto: optaron por guiar a Madara al cuarto de Oikawa, donde el pelicastaño depositó a Eureka en la cama y la tapó con el cubrecama.

“Parece… un capullo,” comentó Souji.
“Siento que le dará calor…” dijo Iwaizumi. “Pero no importa. Está cómoda y a salvo, así que nuestro trabajo aquí terminó.”
“Sí.” Souji suspiró, aliviado. “Y nada malo ocurrió. Siento que es un logro.”
“Yo también, sinceramente. Bueno, los acompaño a la puerta.”
“Mm, mm~” Madara asintió. “Souji-san, te llevaré a tu casa.”
“Gracias, Madara.” Souji sonrió.

Los tres caminaron hacia el escalón de la entrada, donde Madara y Souji se apuraron en colocarse los zapatos. Luego de despedirse de ambos, Iwaizumi cerró la puerta, caminó hacia su cuarto y se tumbó en su propia cama.

Había sido un día demasiado largo y al fin podía cerrar los ojos sin preocupaciones.

Merecía un buen descanso.







Oikawa se despertó, incorporándose de golpe.

La oscuridad de la estancia no le impidió reconocer sus alrededores: desde que Iwaizumi y él se habían mudado al apartamento, Oikawa había dormido incontables veces en aquel sofá, tanto que identificarlo era más un acto reflejo a esas alturas. A veces era consecuencia directa de las maratones de series que se daba en el televisor de la sala. En otras ocasiones, se debía a los partidos de vóley de equipos rivales que veía hasta altas horas de la madrugada. La última opción eran aquellas noches en que regresaba demasiado ebrio o cansado como para recorrer el camino hacia el último cuarto del pasillo, su cuarto.

A juzgar por el dolor de cabeza que sentía, Oikawa intuyó que se trataba del último caso. El estupor de la borrachera y el sueño le impedía hacer memoria de lo que había hecho horas atrás, pero algo le quedaba claro: Iwaizumi lo había ayudado a llegar sano y salvo a casa. Ya luego le agradecería por el inmenso favor. En esos momentos, lo único que quería era la comodidad de su cama.

Se levantó del sofá, haciendo a un lado la manta. Sus pasos parsimoniosos retumbaron en el silencio de la estancia, perturbando la tranquilidad del departamento. Sin embargo, la ausencia de respuesta le indicó que su amigo andaba demasiado cansado como para salir a quejarse y mentarle la madre.

Oikawa lo entendía. Sólo quería dormir.

Lo primero que captó su atención al llegar a su cuarto fue el bulto en su cama. Aún a pesar de la curiosidad, el sueño nubló su mente a tal punto que priorizó el descanso por sobretodo. Oikawa no dudó en hacerle caso a aquella necesidad y se tumbó en el espacio libre de la cama. La suave sensación del cobertor de su almohada en su mejilla consiguió persuadirlo a caer en los brazos de Morfeo y, en pocos minutos, cayó rendido al sueño.







Eureka se levantó de a pocos.

Lo primero que sintió fue la resaca de una noche alocada: recordaba, vagamente, que había tomado hasta morir junto a Seven en una decisión claramente cuestionable por parte de ambos. El estado depresivo que compartían explicaba aquel acto de irresponsabilidad, pero no servía de justificación para su falta de juicio. Sin duda, era la primera y la última vez que tomaba así.

Su lado racional activó su modo sermón y comenzó a a mostrarse a sí misma la variedad de peligros a los que se sometía por andar tomada cuando, encima, era HiME, pero un detalle la hizo detenerse en seco: se sentía muy cómoda. Demasiado cómoda, de hecho.

Una mirada rápida a su alrededor fue suficiente para entender la situación en la que se encontraba. Con un brazo en su cuello, Oikawa la tenía apoyada contra su pecho, mientras dormía plácidamente y sin ninguna preocupación en el mundo.

Eureka sonrió, enternecida. La expresión de Oikawa era demasiado idiota y se prestaba para el chantaje, pero en vez de buscar su celular para capturar aquel momento, algo dentro de sí la motivó a deslizarse fuera del agarre de su amigo para observarlo con cuidado.

Oikawa se esforzaba demasiado. Lo veía en cada práctica, lo escuchaba en cada queja de Iwaizumi, lo sentía en la admiración de su equipo hacia él. Y esa diligencia no sólo se reducía al vóley, su pasión, sino que se aplicaba también a su rol de key. Desde que habían iniciado con las rutinas de ejercicios y entrenamientos con Mari y Kanan, Oikawa había respetado al pie de la letra cada una de las indicaciones de la ex-HiME y sus amigas. Su progreso era alarmante para ellas, pero Eureka lo veía como algo normal: si Oikawa se proponía algo, no descansaba hasta dar lo mejor de sí.

Su amigo merecía algo de calma en su vida y Eureka estaba segura de que él sería capaz de conseguirla al lado de la persona que le gustaba. Iba a ser difícil sacarle información al respecto, pero Eureka estaba empeñada en ayudarlo y devolverle al menos algo de lo mucho que había hecho y seguía haciendo por ella.

Sin darle mucha importancia, Eureka colocó uno de los mechones de cabello de Oikawa detrás de su oreja. Antes de volver a apoyar su cabeza en su pecho para retomar el sueño, la HiME le dio un corto beso en la frente y sonrió para sí misma.

…Luego, cayó en cuenta de la tremenda estupidez que acababa de hacer y se juzgó internamente. La intimidad del acto la llevó a sonrojarse hasta las orejas y, aprovechando que Oikawa aún andaba dormido, escondió su rostro en su cuello.

Un bufido le heló la sangre, inmovilizándola por completo.

“¿…Estás despierto?” preguntó Eureka, separándose de él en un abrir y cerrar de ojos.
“Sí~”
“¿…Desde hace cuánto tiempo?”
“Uh… ¿media hora?” Oikawa se acomodó, apoyándose en sus codos para alzarse y guiñarle un ojo.
“…”
“…”
“Yo te MATO”
“¡E-espera! ¿Qué pasó con el cariño de hace un r—?”
“CÁLLATEEEE” Eureka se tapó la cara, avergonzada a más no poder.
“Okay, okay.” Oikawa suspiró, echándose de vuelta en la cama. Eureka lo imitó, observando el techo para distraerse de su inminente paro cardiaco. “Lo siento. Nunca eres cariñosa, y si lo eres, terminas pasándome corriente, así que me sorprendió un poco.”
“…Dímelo a mí.”
“¿Estás mejor? Anoche moriste.”
“…” Eureka se alzó de golpe, con una mirada llena de terror. “¿Sabes si hice algo estúpido?”
“No, tranquila, creo que no.” Oikawa le sonrió. “Y si lo hiciste, no fuiste la única. Luciel-chan y yo también tomamos hasta morir. Tengo un recuerdo un poco borroso de los tres hablando cojudeces mientras Iwa-chan y Souji-chan nos juzgaban.”
“Bueno, eso suena muy posible. Souji e Iwaizumi son más cuerdos y responsables que nosotros.”
“Haha, de Iwa-chan no lo dudo. ¿De Souji-chan? No lo sé.”
“…Oh.” Eureka rio. “Acabo de recordar las tonterías que hizo en el paseo.”
“¿Ves? Souji-chan también puede ser igual de idiota que nosotros. Sólo sabe aparentarlo mejor. ¿No te he contado las sonseras que se manda cuando salimos en grupo?”
“Sí, destruyó la imagen que tenía de él.” Eureka volvió a reír. “…Bueno, voy a aprovechar que andas despierto para que me cierres la puerta y todo.”
“¿No quieres quedarte a desayunar?”
“…” Eureka se tapó la boca para esconder sus risitas. “¿Vas a preparar desayuno así? ¿Con resaca?”
“Haha, hablas como si no hubieras arrasado con el bar ayer.” Oikawa le sonrió de lado.
“Yo no voy a cocinar, genio.”
“¡Iwa-chan lo hará!” anunció Oikawa, emocionado. “Además, él sabe la receta del jugo anti-resaca.”
“¿Tienen una receta de—? No, espera. Eso no importa. ¡No molestes a Iwaizumi!”
“¿Por qué no?” Oikawa se sentó al borde de la cama.
“Déjalo descansar,” insistió Eureka, imitándolo. “Me daría pena molestarlo. Más bien… deberíamos hacerle el desayuno, para reivindicarnos por lo de ayer.”
“¡Buena idea!”

Ambos se levantaron y caminaron hacia la puerta. Justo antes de llegar a salir del cuarto, Oikawa se detuvó y se giró hacia ella, observándola con una pregunta en su mirada.

“¿Pasó algo?” Eureka ladeó la cabeza, confundida.
“¿Puedo ser… un poco egoísta?”

Eureka no pudo responder, porque de un momento a otro, Oikawa la rodeó con sus brazos, apoyando su mentón en su cabeza. El shock le duró unos instantes y, cuando reaccionó, se encontró a sí misma sonriendo y estrujando a su amigo de vuelta. El abrazo duró un tanto más de lo que ambos esperaron, y cuando se separaron, Eureka juró ver a su amigo un tanto avergonzado. Oikawa no le dio oportunidad para cerciorarse de ese detalle, porque se giró y continuó con su trayecto, saliendo del cuarto y caminando por el pasillo.

Extraño.

De seguro Oikawa aún andaba un poco mareado: esa era la única explicación.

Eureka se encogió de hombros y lo siguió. No tenía neuronas para pensar de más: estaba segura de que mucha de su masa gris se había muerto con la borrachera. Por ello, optó por hacer a un lado su curiosidad para enfocarse en la tarea. Después de todo, ayudar a Oikawa a preparar un desayuno decente para Iwaizumi sonaba mucho más sencillo que analizar lo que acababa de suceder.

Ese sería un problema para Eureka del futuro.
« Last Edit: October 06, 2019, 09:11:07 PM by Eureka »


Mimi Tachikawa

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #581: September 20, 2019, 11:10:13 PM »
Vengo con el ultimo fic de las vacaciones, luego se viene mi desmadre xDDD.Nuevamente gracias a Cho y Mery por prestarme a sus charas <3


Ese mismo dia en la noche en la casa de playa de Maria, la noche estaba tranquila, se podía oir las olas del mar al mismo tiempo que había una hermosa luna que embellecia el cielo despejado, algunos de los chicos se encontraban descansando, mientras que otros estaban paseando por ahí, de las personas que se encontraban durmiendo se encontraban Tsukasa y Yamanbagiri que eran de las personas que dormían temprano y se levantaban temprano para realizar sus actividades cotidianas, era una suerte que ambos compartieran habitación, asi nadie los molestaría
Ritsu y Mao se encontraban en la sala de descanso, Ritsu se encontraba tocando el piano, mientras que Mao iba a aprovechar el momento para recordar los pasos que estaba practicando con Trickstar antes de venir al paseo, de paso se deleitaba con el talento natural de su amigo de la infancia

Ritsu de repente se detuvo y suspiro pesadamente- Maa-kun deja de ensayar…a diferencia mia, el desvelarte te va a afectar considerablemente en tu rendimiento para el dia de mañana-

No tengo muchas ganas de dormir…además le hace muy bien a mi cuerpo ejercitarse, tampoco quiero dejar que te aburras solo ya que estarás bien despierto sin saber que hacer…-

Como siempre eres muy considerado con los demás Maa-kun por eso eres muy importante para mi…-bostezando ligeramente-pero el dia de hoy no voy a estar solo porque tendre una reuna con Ousama, Nacchan y Marichan…-

Es acerca de Sena-senpai y Tsubasa-san no?

Conociendo a Ousama ya debe de tener algo en mente, aunque ha veces es muy extremo en las decisiones que toma, supongo que lo que quiere hablar con nosotros debe de ser algo delicado porque no ha permitido que Suu-chan se involucre…-

Esas cosas me preocupan Ritsu, porque a ti también te pueden involucrar en cosas peligrosas…-

Ya te dije que no tienes que preocuparte por mi Maa-kun…soy lo suficientemente adulto para poder asumir las consecuencias de mis actos, además si no participo en las locuras de Ousama siento que puede hacer algo que ponga a todos en peligro y lo digo literalmente, además como estratega de Knights es mi deber…-

Suspiro pesadamente- ya no puedo hacer nada contra ti…aunque hay algo mas que me tiene inquieto…-

Es acerca de la hermana de Enoshima-kun no?...-

Si, es acerca de ella…siento que es una persona problemática y que Subaru no esta enterado, o quizás esta ciego por el amor de hermano-suspiro pesadamente-

Dices que se llama Enoshima Junko no? Alguna vez escuche ese nombre de labios de Anija cuando aun estaba en casa…siempre tus presentimientos son acertados, cuando tenga algo de tiempo y este despierto puedo ayudarte…-

Serias de gran ayuda…-bostezo- bueno como me has dicho que tendras una reunión con tus amigos, me voy a retirar a dormir, nos vemos Ritsu…-ondeando suavemente las manos para alejarse del lugar-

Inmediatamente después ingreso Maria que estaba bostezado-al menos pude dormir un par de horas…y veo que mi querido Ritsu se encuentra aquí…-

Marichan…llegaste a tiempo como siempre…-

Pues claro, es algo muy importante para una actriz como yo…- se acercó al pelinegro y le acaricio los cabellos suavemente- No se si sentirás lo mismo que yo pero estoy preocupada por lo que Leo nos dirá no es algo normal que quiera hablar con nosotros tan entrada la noche-

Ousama es asi, cuando le llega la inspiración es difícil lidiar con él…pero si es algo preocupante…sobretodo si todavía no llega…-

Lo mas probable es que se haya perdido…y como Naru tampoco esta presente estoy segura que ambos están juntos y Naru lo esta trayendo aquí, asi que no demoraran mucho…-

Parece que nuestro plan para lograr que Kacchan y Secchan se llevaran bien fue en vano…aunque fue divertido verlos interactuar en la competencia de Voley…-

Es cierto…yo también quería que al menos Izumi-kun y Tsubasa se llevaran bien, pero parece que el resentimiento de Izumi hacia ella…no nos daremos por vencidos y lograremos que al menos se lleven algo mejor, estoy segura que ahora deben de estar despiertos sin dormir e inevitablemente tendrán que hablar…-

Ambos son personas de pocas palabras …asi que deberíamos de hacer apuesta en quien de los 2 rompio su silencio primero…-

Uhm será difícil adivinar cual de los 2 romperá el silencio…-rio divertida la pelirosa-

Maria-chan!! Ritsu-chan!! Perdonen la tardanza, pero Ousama se había perdido y tuve que ir a buscarlo…-ondeo la mano la rubia-

Es en serio Leo?? Te has perdido en una casa de playa?- dijo Maria rascándose la cien-solo a ti te suceden estas cosas

Ahhahahaha….solo tomé un camino equivocado pero gracias a Naru pude volver al camino correcto, además tenia que escribir una nueva canción la cual requeria toda mi atención, tenia que rendirle un tributo a la hermosa luna que decidio estar presente en nuestra charla secreta…

Ousama ahora que estamos todos…ya cuéntanos lo que tienes planeado…-le dijo Naru mientras se sentaba al lado de Maria y Ritsu

Pensaba mantenerme al margen de los conflictos que vendrán a futuro…pero creo que no lo hare esta vez…dejé de estudiar en Hanasaki y oficialmente para el nuevo inicio de semestre iré a Rizembool…-

Los tres se quedaron helados ante la noticia del pelinaranja

Pero que estupidez acabas de cometer Leo?...- le dijo la pelirosa visiblemente enojada- sabes cómo van a reaccionar Izumi y Tsubasa cuando sepan la tontería que acabas de hacer?-

Ousama por que decidiste tomar esa decisión?…-Naru también estaba impactada por la noticia y temia por la reacción de sus demás amigos-

Y se puede saber el motivo de ese movimiento tan arriesgado…Ousama?...-

Porque le he mentido a Tsubasa-chan…-

A que te refieres con eso Leo?...-la pelirosa estaba visiblemente enojada quería darle una sonora cachetada-

Le he ocultado una verdad que debió de saber desde el principio…pero lo hice para mi conveniencia…-observo a los tres jóvenes-

Cuál es la verdad que le has ocultado a Kacchan?...-

Hay un sobreviviente en su familia…y yo lo supe desde el principio…-dijo mirando a otro lado- Mafuyu-chan…esta vivo…-

Comp pudiste?...-María no se aguantó la cólera y le dio una sonora cachetada-sabes lo importante que hubiera sido para Tsubasa saber que al menos un miembro de su familia estaba vivo? Todo los años que tuvo que pasar pensando en que no pudo salvar a nadie? Y que con Mafuyu-chan? Tampoco pensaste en él? Como puedes ser tan cruel??-

Era lo más conveniente en ese momento…a mi me dolio mucho ver a Tsubasa-chan llorar cuando sucedió lo de su familia, ella me pidió que no dijiera nada acerca de ese asunto…un par de días después, mi madre se enteró que
Mafuyu-chan había sobrevivido gracias a la familia Uenoyama, parece que al momento que inicio la masacre, le pidió a la mamá de Ritsuka-chan que se lo llevara y protegiera, una vez que pasó el peligro ella se contacto con mi madre y cuando yo me enteré le dije a mi madre que seria mejor ocultar la identidad de Mafuyu-chan y que Tsubasa-chan no se enterara de esto para proteger su vida, estuvo deacuerdo con mi idea y mandaron a la familia Uenoyama lejos –

Ya entiendo lo que quisiste hacer Ousama y es algo valido para protegerlo, pero Kacchan la ha pasado muy mal, sin poder contarnos lo que pasó, el sentirse sola y confundida que hasta tuvo que quedarse de refugiada con Anija…supongo que ahora si le piensas contar la verdad no es cierto?-

Pero Ritsu-chan…crees que sea bueno que Ousama le cuente la verdad? Tsubasa-chan no se lo va a tomar nada bien porque la persona que tanto admira y protege la ha engañado…no se si sea buena idea decirle ahora…recuerda que a esto le sumamos que Izumi-chan se ha vuelto rebel y la odia…- suspiro pesadamente- mirándo esto por todos los angulos no va a terminar nada bien…-

Maria respiro hondo y exhalo, luego volvió a hablar- No se que está pasando por tu cabecita Leo, pero hasta cierto punto entiendo que todo lo hiciste por ella, de todas maneras no me disculpo de la cachetada que te acabo de dar, también estoy deacuerdo con Ritsu en contarle la verdad a Tsubasa, pero como dice Naru…ella no lo va a tomar nada bien, actualmente está devastada anímicamente este paseo no ayudó mucho…al contrario creo que los estoy sometiendo a mas estrés...tanto Izumi y Tsubasa …-suspiro pesadamente- al menos hiciste bien en no llamar a Suou-kun…tampoco soportaría todas las cosas que le hemos ocultado, tampoco será buena idea contarle esto a Izumi…-se cruzo de brazos- y yo que hoy estaba de buen humor…ya todo dependerá de ti Leo en contarle o no la verdad…-

Hay otra cosa que es lo mas probable que tampoco les vaya a gustar…-

Otra cosa más Ousama??...- Naru se acerco a Maria para apoyar su mano en su hombro-

De seguro es algo peor de lo que ya nos estas contando…-hablo Ritsu esperando lo peor de su Rey-

Me pienso convertir en el Rebel de Tsubasa…-

María no lo soportó otra vez y Naru la dejo desquitarse, nuevamente le dio una cachetada en el mismo lugar

Ouch…duele Maria….-sobándose las mejillas-

Acabas de decir la mayor estupidez de tu vida lo sabias? Como piensas enfrentarte a Tsubasa? Acaso no eres su key?

Pienso que terminaste de volverte loco con todas las idioteces que estas diciendo…-

Naru y Ritsu estaban visiblemente sorprendidos por la decisión tomada de su Rey, tenían también ganas de darle un golpe pero viendo a María se calmaron, al menos ella se esta desquitando por ellos

Con respecto al key de Tsubasa no soy yo, aunque ella supuso que lo seria…-rascándose la cabeza-

Que??!!!...-dijieron los tres al mismo tiempo-

No te va a caer nada bien la noticia Ritsu…-

No me digas que…-

El pelinaranja asintió- Rei es el key actual de Tsubasa-chan

Rei-san??...-la pelirosa se toco la cabeza- no puede ser…-mirando a Ritsu-

Uhm…que raro que mi Anija se haya vuelto alguien que se preocupa por los sentimientos de los demás?...-se cruzo de brazos visiblemente fastidiado-

Vamos vamos Ritsu-chan …-dijo Naru con una gota en la cabeza- aunque no crees que tu hermano estaría perfecto como protecto de Tsubasa-chan? Yo estaría un poco mas aliviado-

Por mi que se muera Anija defendiendo a Kacchan, lo importante es que ella este viva…-

Ritsu-chan…-

Y como es posible que Rei-san sea el key de Tsubasa? Todos dabamos por sentado que serias tu…-

Yo tampoco lo se…- hablo el Leo mientras saco su cuaderno de apuntes para componer una nueva canción- pero asi sucedieron las cosas…aquí es donde entran ustedes tres…-

Ahora piensas involucrarnos en tus locuras?? Por el amor de Dios …Leo prácticamente nos estamos volviendo en contra de Tsubasa con todo lo que nos has contado-

Yo no lo veo asi Marichan…al contrario creo que vamos a poder ayudarla mejor…-

Eso mismo Ritsu…tu si que me entiendes por eso eres mi niño favorito…claro después de Suou…-

Y yo que?? …-dijo Naru fingiendo una molestia-

Tambien te quiero mucho Naru…-canturreando alegremente-

Ya pueden dejar de decir tonterías que esto es algo serio?...-suspiro Maria- como me vengo a involucrar con una sarta de tontos?... a ver en que podemos ayudarte?

Ritsu tu debes de unirte a mi en mi campaña de volverme rebel, asi podemos liberar a Sena si estamos en el mismo lugar de los hechos, bueno en realidad yo porque tu ya estas en Rizembool y tienes como apoyo al Emperador…-

Dijimos que no íbamos a mencionar a Ecchan en nuestras conversaciones Ousama…pero si...puede ser una buena idea, para estar cerca de Secchan…aunque aún no estoy del todo seguro de que sea conveniente que vayas a Rizembool y seas rebel, vas a tener a varias personas que estarán detrás de ti, por tus antecedentes…-

Jjajajaja de eso no te preocupes que ya lo tengo todo planeado e hice mis movimientos…tampoco soy tan descuidado de pisar un sitio peligroso sin tener un plan…-

Al menos en eso si se te encendió el foco…-suspiro Maria- y nosotros que vamos a hacer?

Ustedes junto a Suou tienen que ser el gran apoyo de Tsubasa-chan…puede que la meta en muchos problemas, pero ella tiene que cambiar…yo tengo que cambiar…todos tenemos que hacerlo…para volver a estar juntos en algún momento…también quiero que consideres tomar la prueba Hime en algún momento y volverte su aliada, también hablaré con Mayura-chan para que pueda ayudarles –

Eso no es justo Ousama…-hablo Naru- estaremos en desventaja frente a ustedes que van a tener poderes y todo eso…-

Ustedes tienen algo más imporante que eso querida Naru…por eso les estoy confiando a uno de mis tesoros mas preciados, además se que Suou va a ser un gran apoyo para ella y para ustedes…-

Es cierto Suou-kun es un chico muy maduro y estoy segura que no dudará en ayudarla…-

Asi que necesitamos entrenarlo y ya tengo a personas que podrán hacerlo…estarán llegando a Hanasaki en el inicio del nuevo semestre…-

Ousama como siempre tiene todo fríamente calculado y ya puso las fichas del ajedrez en el tablero…entonces también debo suponer que sabes que Enoshima Junko volvió verdad?...-

Si…lo se…por eso ya comencé a hacer mis movimientos…-sonrio ampliamente- el escenario esta listo y todos los actores están tomando sus puestos que han sido designados…asi que ya podemos dar por iniciado el primer acto…-

Es todo lo que nos tienes que decir verdad? Con todo lo que nos has dicho quiero ya echarme a dormir porque me duele mucho la cabeza…-dijo Maria aún sin estar deacuerdo pero no tenia otra opción más que apoyarlo-

Hay una ultima cosa que quiero pedirle a ti Maria y Naru…-

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En la habitación que compartían Tsubasa, Leo e Izumi no había nadie, ya que Tsubasa le pidió a Izumi para ir al muelle que se encontraba cerca de la playa, el otro no le quedo de otra que acompañarla, el camino hacia ese lugar fue silencioso porque ninguno de los dos quizo iniciar conversación alguna, Tsubasa parecía sumergida en sus pensamientos, mientras que Izumi contaba las horas para poder librarse de los fastidiosos grilletes en su cuello

Cuando finalmente llegaron al muelle, las luces artificiales que alumbraban dicho lugar les permitían en algo ver el mar que se encontraba en calma mientras que en el cielo las estrellas iluminaban el oscuro cielo y el viento soplaba delicamente para jugar con los cabellos de las dos personas, tanto Tsubasa como Izumi estaban con sus pijamas ya que para ambos era más cómodo y como era muy tarde no servia para nada el cambiarse

Finalmente la peliazul rompió el silencio que extrañamente no era incomodo como lo había sido en anteriores ocasiones
Quiero decir unas palabras en nombre de este dia especial y no importa si no me dices nada porque creo que quiero desahogarme con alguien y como ahora no nos llevamos muy bien que digamos estoy segura que no le dirás a los demás…-

Di lo que quieras no tengo el porque prohibirte hablar…-

Muchas gracias…-le sonrio suavemente para luego mirar al inmenso mar-es una situación algo incomoda pero apropiada…ya que el dia de hoy se cumple un año más de la tragedia de mi familia…nunca le dije a nadie lo que sucedió hasta hace poco cuando les conté a los demás mi principal motivo de abandonar Knights y todo lo que representaba mi vida en ese entonces, cuando me pongo a pensar las cosas pienso que tuviste razón en decirme siempre que no me metiera en problemas, y pague muy caro en la decisión que tomé porque perdí a mi familia y casi pierdo a Ousama, cuando tomé esa decisión lo hice sabiendo que podrían suceder cosas malas , pero lo hice y lo sigo haciendo siguiendo mis convicciones, no es que yo quiera disculparme ante ti y que por esto me perdones porque no es asi, solo como te dije quiero desahogarme con alguien…-apretando fuertemente sus puños-

Siento lo que le pasó a tu familia, pero eso no te disculpa de lo que casi iba a pasarle a Ousama y encima lo vuelves a involucrar al tenerlo nuevamente como Key…-

Diria lo mismo de ti, que te has convertido en Rebel…supongo que has tenido tus propios motivos para hacer eso, pero Ousama se siente triste…-

No lo creo porque su hija predilecta ha vuelto a su lado…-

Hija predilecta? No creo que yo sea eso…pero mejor no hay que hablar de eso porque vamos a terminar peleando como lo hemos hecho anteriormente…recuerda que estamos con un acuerdo de pacto de no agresión…-

Tsk…-dijo cruzándose de brazos-

El dia de la desgracia…también era el cumpleaños de Mafuyu…recuerdas a mi hermanito menor?...-

Tenia la misma mirada inexpresiva que la tuya, nos observaba en silencio mientras ensayábamos…siempre se me acercaba….era un niño tranquilo…-

A Mafuyu como a mi nos gustaba la música, ese dia le había regalado su primera guitarra, porque siempre me insistia con eso, quería retribuirle mi falta de tiempo, porque en la familia Kazanari a las mujeres las volvían cabeza de familia y las entrenaban para proteger a la cabeza de familia de los Tsukinaga, mientras que los hijos hombres podían llevar una vida mas tranquila, pero a Mafuyu no le gustaba eso y siempre buscaba la manera de verme, porque yo vivía en el dojo y él en la casa principal…aún recuerdo su calida sonrisa de felicidad cuando le di su regalo…como también recuerdo cuando dijieron que no había sobreviviente alguno…tenia la leve esperanza de que estuviera vivo, pero no…y me quede solo con el sentimiento de impotencia de no haber podido salvar a mi familia, sabes Sena-kun? Siempre te envidiaba por decir las cosas sin filtro…que fueras tan cercano e importante para Ousama…siempre te veo delante de mi, pero no quiero volver a sentirme de esa manera otra vez, quiero poder llegar a tu nivel para caminar al lado de Ousama y los demás sin ningún problema, aunque ahora seamos enemigos, mi admiración hacia tu persona no cambiará, espero que no tengamos que pelear nuevamente uno contra el otro…no me gustaría volver a pelear contra un amigo mio…-

Estas pensando demasiado en varias cosas que no tienen solución Kazanari…asi no podrás defender a Ousama…y no te preocupes que ya no pienso pelear contra ti…al menos no por el momento-

Al menos tendré una cosa menos que preocuparme…-el soplaba suavemente y como era verano, no se sentía tanto el frio pero la peliazul se abrazó a si misma-Los extraño…los extraño mucho…Papá…Mamá…Mafuyu…-

Izumi no era bueno lidiando con ese tipo de cosas, porque también su vida era un caos, solamente observo en silencio como la joven peliazul empezó a sollozar en silencio,no le gustaba mucho el hecho de ser el único “privilegiado” en ver como la joven mostraba sus verdaderos sentimientos, porque sabia que no podía apoyarla sinceramente, porque en verdad sentía mucho resentimiento hacia ella, hubiera deseado que otra persona estuviese ahí para que al menos pudiera apoyarla a ella, pero sabia que a la joven no le gustaba que nadie la viera llorar, suspiró pesadamente para mirar también hacia el mar

Sena!!! Tsubasa-chan!!!...-

Ambos jóvenes giraron a voltear y vieron con sorpresa a su Rey que corria hacia ellos con un par de frazadas
Que hacen aquí parados?? Llegue a la habitación y ustedes no estaban…casi muero de la angustia porque pensé que algo les había pasado o que estaban peleando hasta la muerte y el sobreviviente me iba a secuestrar y llevarme a una nave espacial para luego destruir el mundo y luego repoblarlo...-

Que estas hablando Ousama???...- dijo Izumi con una gota en la cabeza-

Tsubasa se secó las lagrimas y giro a verlo- Crees que vamos a pelear enfrente de nuestros amigos…aunque ya lo hicimos, pero enfrente de Maria-san y Tsukasa-kun no lo podemos hacer…-

Bueno bueno dejemos de hablar y tomen abríguense que tengo sueño y necesito dormir al menos 4 horas…-

Deberias de dormir mas Ousama, le prepararé algo relajante para que pueda dormir bien…-dijo la peliazul con su semblante habitual-

Yo tengo sueño y no quiero moverme Kazanari…-

No lo harias por mi Sena?? Anda di que si por los viejos tiempos…-el pelinaranja se colgó de su brazo-

Ya esta bien esta bien …-dijo algo avergonzado-

Asi los tres caminaron lentamente hacia la casa de playa

Mientras que en la habitación en el que compartían Naru y Maria, los dos no podían conciliar el sueño

No me gusta para nada el plan de Leo es muy arriesgado…-Maria se cruzo de brazos suspirando pesadamente-

A mi tampoco me gusta la idea Maria-chan, pero creo que puede beneficiarnos a futuro…además de nuestro lado podemos tener a potenciales aliados que nos puedan ayudar…-

Lo sé…pero me parece injusto hasta para el propio Izumi…pero bueno no habrá nada en el mundo que haga cambiar de opinión a Ousama asi que trataremos en lo minimo evitar tanto sufrimiento a Tsubasa…-

En la habitación de Mao y Ritsu

De ninguna manera Ritsu…mas te vale que ni se te ocurra seguir las locuras de tu Rey…no te pongas en peligro por mas divertido que te parezca…-el pelirojo estaba visiblemente preocupado

No te preocupes Maa-kun…-le sonrio suavemente a su amigo mientras se acomodaba en la cama-Aún no he dicho que voy a aceptar solo me lo voy a pensar detenidamente y si acepto pues te lo dire para que me encierres y no me dejes salir…-rio divertido con el solo hecho de imaginarlo-

Eso no es nada gracioso Ritsu…piénsatelo bien…tienes a Tenshouin Eichi en tu escuela y ahora vas a tener a Tsukinaga-san, por lo que me contaste no terminaron de la mejor manera sus encuentros, y estabas a parte con uno y otro, pero ahora si te involucras vas a complicar las cosas y tu hermano??? Siendo el Key de Tsubasa-san inevitablemente se va a enfrentar con Tsukinaga-san, de que parte estaras?-

No menciones a Anija por favor que me causa dolor de cabeza…estoy consciente de lo que puede suceder…te estas preocupando de más…-

Quizas si me preocupo de más porque es la primera vez que podrias estar en un real peligro Ritsu…eres mi amigo de la infancia y lo menos que quiero es que algo te suceda…-

Eres tan bueno…Maa-kun…-bostezo ligeramente-mas tarde seguimos hablando , ahora si me esta dando mucho sueño…luego seguimos hablando deacuerdo??-

Esta bien…-suspiro pesadamente- como siempre evadiendo…-apago la luz del cuarto para mirar al techo del cuarto para sumergirse en sus pensamientos y preocupaciones
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Al dia siguiente…

En el comedor solamente Tsukasa y Yamanbagiri estaban despiertos desde temprano, ambos extrañados al no a ver a nadie alrededor, los sirvientes les dijieron que todos los demás se encontraban durmiendo en sus habitaciones

Yamanbagiri-san  no cree que es raro que todos estén durmiendo? Es un lindo dia y tenia ganas de pasarla bien con todos…-

Lo mas probable es que haya sucedido algo en la noche que hizo que los demás se desvelaran…-

Crees que pueda ser eso? Entonces por que no me avisaron?...yo también soy parte del grupo…-

Yamanbagiri tomo un sorbo de su té tranquilamente-Quizas lo hacen porque eres el más joven del grupo y debes de descansar lo suficiente…-

Hasta cuando me van a seguir tratando como un niño?...- dijo visiblemente enfadado-

Solo se preocupan por ti porque te quieren…-

Lo sé…y por eso me molesta mas no ser visto como alguien confiable…-suspiro pesadamente- Quiero volverme en alguien confiable para todos

Si estas dispuesto a someterte a un pesado y largo entrenamiento puedo incluirte en un entrenamiento especial sin que sepa Tsubasa, claro si quieres aprender a usar la espada ante algún futuro peligro

En serio? Eso me gustaría mucho…-dijo con los ojos brillosos lleno de emoción- prometo ser un alumno muy aplicado…-

Entonces quedará como un secreto entre los dos …-

María fue la única que apareció minutos mas tardes, ya que al ser la anfitriona minimo tenia que estar con todos

Perdonen la tardanza Yamanbagiri-san y Suou…pasaron muchas cosas en la noche que apenas pude descansar –bostezando mientras los sirvientes empezaron a prepararle el desayuno-

No te preocupes Maria-neesama…-hablo el menor tomando un sorbo de té-

No creo que los demás se despierten hasta dentro de un par de horas, asi que el cronograma del dia de hoy tendrá que ser cancelado y será un dia libre para todos, mañana siendo el ultimo dia quería hacer algo entre todos pero creo que por ahora lo dejaremos asi…-

Tan delicado ha sido el tema que hasta el animo te cambio?...-hablo el rubio-lucia muy animada hasta hace un par de horas…-

Seguro que el responsable de todo es nuestro LEADER verdad??-suspiro pesadamente- seguro se le ocurrio algo tan absurdo que los ha estresado a todos…-

Algo asi …-dijo la pelirosa con una gota en la cabeza-

Ara…buenos días Manba-chan…Tsukasa-chan…Maria-chan…-dijo Naru bostezando ligeramente-

Buenos días Narukami-senpai, pensábamos que te ibas a levantar tarde como los demás…-hablo el pelirojo-
En realidad iba a dormir un poco mas, pero hace mucho calor…además pasé por las demás habitaciones y todos estaban durmiendo, al que no he visto es a Ousama…quizás debe de andar por ahí componiendo una nueva canción…-

Si te refieres a Leo, ya se fue…- suspiro pesadamente la pelirosa ante la mirada llena de sorpresa de los demás-dijo que tenía que empezar a preparar el escenario para la siguiente parte de la obra…-apretando fuertemente los puños- tengo tantas ganas de golpearlo…-

Narukami-senpai que es lo que ha hecho nuestro LEADER para que Maria-neesama esté tan molesta…y a que se refiere con lo de la obra??-

Luego te lo contare…no te preocupes…-

Como que Ousama se fue??...- Izumi y Tsubasa llegaron justo al momento que la pelirosa terminó de hablar…-

Quiero que me expliquen que ha sucedido en la noche? Maria…Naru-kun…-hablo visiblemente enojado el peligris-

Yo también quiero saber…-secundo la peliazul-

Es algo complicado de contar y no lo haré…- dijo visiblemente estresada la pelirosa-

Maria-san si no nos vas a decir nada…entonces será mejor regresar ya que Ousama no se encuentra y puede estar en peligro…-

Puede que tengas razón Tsubasa, porque ni siquiera acepto que mis guardaespaldas fueran con él,aún nos quedaba un dia, pero será mejor irnos pero en la noche ya que Ritsu esta durmiendo junto a Isara-kun, apenas hace 2 horas se fueron a dormir,una vez que ellos se levanten nos iremos deacuerdo??-

Tanto Tsubasa e Izumi se fueron a su habitación nuevamente visiblemente enfadados al saber que les estaban ocultando algo

El paseo fue un completo fracaso…-suspiro pesadamente la pelirosa-

No te culpes por eso Maria-chan…además gran parte de culpa la tiene Ousama….-

Necesito todas las respuestas a las preguntas que les haré cuando lleguemos a casa…-dijo el pelirojo igual de enojado como los otros dos-
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matta ne!!!

Mimi-chan


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #582: September 25, 2019, 05:00:37 PM »

Mantenerse de puntas para alzar una pesada caja tratando de acomodarla en la repisa alta no era precisamente la mejor tarea que se le podía encomendar a una persona con su estatura. El peso de las cosas comenzó a quemarle los músculos y a sentir la tensión que lo amenazaba con flaquear los brazos y dejar ceder todo el peso de la caja sobre su cabeza terminando en un posible accidente.

“¡Uhh!” dio un grito silencioso ante el susto. Los brazos se le bajaron por inercia al no poder sostener más la caja que cargaba, y por instinto se cubrió la cabeza. “…” el rubio se sorprendió de no sentir un golpe en su cráneo. Notó unos brazos sobre él, sosteniendo la caja y dejándola en el lugar que él había deseado. Miró a su salvador, ilusionado “¡Ah, Eren! ¡Muchas gracias!” Armin le sonrió, agradecido eternamente. “Me estaba dando muchos problemas la maldita caja.”
“Me hubieras pedido ayuda…” miró la repisa, pensativo. Ya había un par de cajas con cosas y recién estaban acomodándose. Le daba hastío pensar en lo que significaba ordenar todo.
“Es que… No quería estorbar a nadie.” Se picó la mejilla, avergonzado de sí mismo. Posteriormente volvió a mirar a su amigo de infancia, ¡saltando sorprendido al notar cierto detalle “Uoh! Eren, ¡¿Estás más alto o es mi impresión?!”
“¿Eh?” el castaño curvó las cejas. “¿Creo que mido lo mismo de siempre?”
“¡Que dices! Ahora que te veo, noto que has crecido un poco más.”
“Ehh, Armin, creo que tienes esa percepción porque llevábamos rato sin vernos.”
“Espero que sea mi percepción y no el hecho de que me estoy quedando enano a tu lado…” bromeó.
“Bueno, al menos no serás el más enano de aquí…” bromeó entre dientes, refiriéndose a otra ¨residente¨ del departamento.
“¡Eren! No seas pesado con Historia…”
“¿Qué? Si no escuchó.” Fijo la mirada hacia el pasillo, verificando cero movimientos. Suspiró, molesto.
“¿Pasa algo?”
“Me jode que tengamos que vivir en el departamento de Jean Otus… Estaba cómodo en mi hábitat.” Refiriéndose al departamento del suburbio donde prácticamente no tenía nada, pero era muy feliz en su soledad y en un departamento ¨de chico¨ “Acá tendré que estar siempre vigilado por Jean… Yo estaba ilusionado de que tú y yo estuviéramos viviendo en mi anterior hogar.”
“Oh, me habría gustado mucho vivir solo contigo, Eren.” Asintió “Pero vivir con el señor Jean Otus, y con las chicas es una experiencia que ha sido bastante agradable. Son personas muy simpáticas y buenas.”
“Ahhh, Armin…” Eren se fregó con el pulgar y su índice la frente, cansado. “Eres demasiado bueno y siempre vez el lado positivo a todo… Acepto que Otus ha sido amable en aceptarnos aquí, cosa que fue una orden de su superior, en realidad, y agradezco que se arriesgara por mí en… en mi escape fallido, pero… Es un tipo extraño, y las chicas… Uh, ¡Son chicas!” arrugó la nariz.
“Haha, ¡Si alguien te escucha hablando así pensará que no te gustan las mujeres!”
“¡N-no es eso!” le dio un golpe en el brazo. “¡Pero son odios—“ bajo la voz, recordando que podía ser escuchado. “Tsk… Me refiero a que son quisquillosas. Seguro molestarán porque usamos el baño y esas cosas.”
“Si dejas la tapa del retrete arriba, lógico que se molesten.” Armin se tapó la boca para acallar su risita. “La verdad, no me preocupan las niñas porque Historia y la hermana menor de Jean Otus son muy educadas y simpáticas. Más me preocupa…” miró las dos literas que estaban en ese cuarto, dos camas para tres personas. “Quién será la tercera persona que nos acompañará aquí y por qué. Porque no creo que Otus aloje gente de puro gusto.” Meditó. “¿Habrá cometido un crimen como tú o será un miembro de la organización sin hogar?”
“Y-yo… que sé” se pasó la mano por la nuca. “Seguro el nuevo es un criminal de por allí. Recuerda que ese viejo, ¨La Monique¨, está picado con Otus porque le apuntó con el arma por la espalda cuando éste me iba a disparar a mí a través de Historia… Así que lo castigará con hacerlo cuidar a lo peor de lo peor.” Se apuntó “Entre esos: yo”
“¡Pero yo no soy malo!”
“Creo que eres una víctima aquí, hehe.” Se burló. “Lamento meterte en líos.”
“No lamentes nada.” Negó con la cabeza, sonriendo. “Yo te seguiría al mismo infierno si fuera necesario.” Dijo con convicción.
“…Armin…” Eren lo miró sorprendido, abriendo enormemente sus ojos, conmovido por las palabras de su amigo. Lo acercó a él y lo fundió en un abrazo fuerte que dejaba casi sin respiración al rubio.
“…” Armin le dio unas palmaditas en la espalda. Había olvidado los abrazos intensos de Eren. De aquel chico que tenía varios problemas y que no recibía contención emocional de nadie. Armin lo abrazó también.
“Podrían ir a un motel…”
“¡¿Ah?!” Armin y Eren se separaron de golpe, impactados por ese comentario. Inmediatamente miraron a la persona responsable de tal dialogo desagradable que había destruido un momento tan lindo.
“¿Qué imaginaste?” Eren observó molesto a ese sujeto. Tenía la intensión auténtica de solucionar ese problema de inmediato, pero Armin puso una mano en su pecho deteniendo su marcha sabiendo que Eren iría a darle un golpe.
“Disculpa si te perturbamos… Eh, sólo nos dábamos un abrazo de amigos.” Aclaró el rubio.
“Tsk, entiendo.” Asintió, sin importarle esas cursilerías. El joven se quitó los audífonos y entró completamente en el cuarto. “Este, ¿no creen que esta habitación es algo pequeña?” eso le preocupaba enormemente.
“…” Eren y Armin se miraron entre ellos, comprendiendo que ése pesado sería su compañero de cuarto.
“Genial…” murmuró Eren, con sarcasmo.
“Eh, supongo que no ha sido el mejor comienzo” se rio, burlonamente. “Lamento haber pensado que eran unos gays enamorados o algo así” siguió riéndose. “Haha, no sé si enamorados, haha”
“¡¿Y si lo lamentas porque te sigues burlando?!” Eren lo miró irritado.
“De verdad que lo lamento, hahaha” no contuvo la carcajada. “S-sé que fue tonto decir que se fueran a un motel, hahaha”
“¡AHG!” Cabreado, se acercó a ese tipo raro y molesto, lo agarró del cuello de la camisa y lo miró a los ojos. “¿Quieres que solucionemos esto afuera?”
“¡E-Eren! ¡No es necesario!” Armin se le colgó al brazo, tratando de que soltara al otro.
“¡N-no! ¡No quiero pelear, haha! ¡Sólo que no puedo aguantar reírme cuando me siento nervioso! Haha, ¡y decir esas cosas de ustedes me mató, haha!”
“¡Ya!” Eren le gruñó, sacudiéndolo.
“¿Pasa algo?” Historia Reiss se asomó a ese cuarto, encontrando a ese problemático de Eren amenazando al nuevo. Entrecerró los ojos, odiándose a sí misma por arriesgar su pellejo con ese idiota y responsabilizándose ante La Monique por las acciones de éste. “…Jaeger, deja a ése chico en paz”
“¿YO? ¡PERO SI ÉL…!” Eren la miró mosqueado. “¿De qué lado estás?”
“De la sensatez…”
“¡Pero me dijo gay!”
“…”
“¿POR QUÉ ME MIRAS ASÍ?”
“Jaeger… Casi todos piensan que eres gay. No tiene nada de malo.” Historia suspiró “Ya suéltalo y deja de hacer show.”
“M-mejor le haces caso a tu novia petit.” Sugirió el nuevo.
“¿N-novia?” a la rubia le dio un tic en el ojo. “Por Dios, NO” rechazó.
“…” Eren miró con aborrecimiento a Historia, soltó de un manotazo a su jurado enemigo y, luego, lo miró con odio a él.
“¡PAN!” gritó una voz femenina y juvenil, detrás de Historia. “¡Pan! ¡Pan! ¡Llegó el pan!”
“¿Eh? ¿Ya llegó tu hermano, Olivia?” preguntó Historia, sorprendiéndose de que el rubio llegara temprano. Desde hace días Jean Otus estaba llegando tarde al departamento… Casi parecía que lo hacía a propósito para evitarlos a todos.
Le encontraba toda la razón del mundo.
“Ahá” La escolar de unos catorce años de edad alzó una bolsa mostrándole el pan que tanto le gustaba y que siempre le encargaba a su hermano mayor. “Mi hermano ya está aquí” habló animada, con un acento europeo muy marcado.
“Hola…” Apareció Jean Otus detrás de la adolescente. Mantenía los ojos entrecerrados y una expresión de apatía total. Se quedó observándolos a todos en silencio por un prolongado momento. “…”
“…” los demás lo miraron, inquietos.
“Ah, sí…” el rubio se pasó una mano por su sedosa cabellera. “Él es Shinra Kusakabe, es nuevo en la organización… Vivirá por un tiempo con nosotros a sugerencia del comandante La Monique.” Se fijó en el cuarto y en el detalle de las dos únicas camas. “Van a tener que compartir cama o… qué sé yo. Uh…” miró a la rubia a su lado. No. Rubia equivocada. No era primera vez que confundía a Historia con Olivia… Eran muy parecidas por no decir que eran casi idénticas. “Olivia, ¿no tienes un saco de dormir que les puedas facilitar?”
“Yes” asintió, salió a su cuarto a buscar el pedido de su hermano.
“No sé cómo se vayan a dividir—“ Dijo Jean, sin poder terminar la frase.
“¡Me gusta arriba!” Armin, de un salto que dejo a todos en shock, llegó a la litera de arriba apoderándosela.
“¡Me gusta abajo!” (¿?) Shinra se lanzó como saco de papas a la litera de abajo.
“Mierda…”
“Jaeger, modula tu vocabulario…” Jean giró los ojos. “Hay damas…”
“¡Tengo este!” apareció Olivia con un saco de dormir con diseño de Hello Kitty.
“No…No… usaré eso.” Eren tembló al ver esa cosa rosada con dibujos infantiles de un gato.
“Es lo que hay…” Jean se alzó de hombros. Tomó el saco de dormir de su hermana y se lo lanzó a Jaeger. “Voy a preparar té…” se retiró tan pronto solucionó el problema.
“¡Mentira! ¡Vas a fumar, UH!” Olivia siguió a su hermano, recriminándole ese mal hábito.
“Vaya, el jefazo es un vicioso.” Comentó Shinra, cómodo en su cama.
“¡No voy a usar esta mierda!” lanzó el saco de dormir al piso. “¡Para qué me traen aquí! ¿Ah?” alzó la vista al techo, iracundo, amenazando a un enemigo invisible. “¿Para hacerme burla? ¿Es eso? ¿La organización está en contra mía y me quiere destruir por medio de humillaciones? ¡Si es así prefiero que me den el tiro que me iban a dar!”
“…” Historia lo miró con frialdad.
“…” Eren se mordió la lengua, al darse cuenta de ese grave error.
“Mal agradecido” le dijo con desprecio. Seguidamente se retiró de allí. En lo que a ella respectaba, no le dirigiría la palabra a ese tipo el resto del día.
“…” esperó que Historia estuviera lejos para continuar “¡Si! ¡No agradezco que me tengas aquí como animal de granja que salvaste del matadero y ahora no sabes dónde dejarlo! ¡AH!” le dio una patada al saco de dormir que estaba en el suelo.
“E-Eren, le vas a ensuciar el saco a Olivia.”
“¿Qué me importa?”
“Es peor que una histérica, haha.”
“…” el Rebel se mordió la boca internamente, lleno de rabia, resistiendo las ganas de matar a ese tipo. “Sólo… cállate… Eres como un bicho molesto.” Se sentó en un rincón, mirando la pared.
“Uh, lo siento…” Shinra lo observó, preocupado. Se levantó de la cama y miró a Armin “¿Lo hice llorar? No era mi intención…”
“N-no. Ehhh, solo necesita su espacio.” El rubio suspiró “Eren siempre ha querido ser libre y tener su lugar en el mundo… Cuando las cosas resultan lo contrario, él se descompensa.”
“Debe ser difícil sobrevivir con su personalidad.”
“Mhh, yo lo prefiero así. Sé que un día cambiará y después estaremos echando de menos a ése Eren más impulsivo, temperamental y burlón pero que siempre hace lo que puede para que los demás estén bien.” El rubio se angustió al pensar en un cambio radical de personalidad en su amigo. “Por cierto, yo soy Armin Arlet. Mucho gusto.”
“Igualmente.” Le estrechó la mano “Ya sabes que me llamo Shinra.” Sonrió a Armin. Posteriormente observó al pelicastaño.  “¿Cómo te llamas tú?”
“Jaeger… Eren.” Le respondió, desde su rincón, si mirarlo. Mantenía la vista clavada en la pared.
“Hey, lamento que te tocara dormir en ese saco de niñita. Eh, si quieres puedo compartirte un rincón de la cama… Sólo espero que no patees durmiendo.”
“No. Gracias.”
“Uh…” bajo la mirada, desanimado.
“No te preocupes, Shinra. Después le cedo un rincón en mi cama.” Armin le sonrió, consolándolo.

Era la primera clase que tenía del segundo semestre de aquel año estudiantil. Por ser recientemente el retorno a clases después de vacaciones, eran pocos los alumnos que asistieron ese día al salón sabiendo que, al ser la primera clase, seguro entregarían temario y fechas de evaluaciones.
Ken Kaneki llegó demasiado temprano ese día. Estaba hace ya unos treinta minutos sentado en los primeros puestos del salón esperando a que el maestro o maestra llegase. Mientras tanto escuchaba música y leía apuntes del ciclo anterior para mantenerse siempre al día, fue en ese momento que alguien le tocó el hombro y lo sacó de su ensimismamiento. Al alzar la mirada se sorprendió de encontrarse con los ojos escarlata de Kaworu Nagisa.

“Kaworu-san, pensé que no vendrías hoy” dijo Ken, sonriéndole. Según le había anunciado Kaworu por whatsapp, no iría a Rizembool sino hasta la próxima semana.
“Mh, tuve una intuición de que sería mejor asistir” el albino le indicó unos puestos vacíos atrás. “Vamos para el fondo, Ken.”
“Okay…” el pelinegro tomó sus cosas y siguió al otro. Kaworu solía sentarse hasta el último con el grupo de amigos que tenía, y siempre invitaba a Ken a sentarse a su lado. A veces Ken le hacía compañía atrás, pero le costaba mucho ver el pizarrón desde el fondo y terminaba volviendo a los primeros puestos. Pero desde que Johan Liebheart estaba implementando una nueva medicina en él, sentía que incluso su visión había mejorado considerablemente.
Ambos chicos se sentaron y comenzaron a charlar de diversos temas, desde los recuerdos del cumpleaños de Oikawa en la playa hasta lo que habían hecho el día anterior a entrar a clases.
Las miradas de ambos se desviaron a la puerta del salón cuando vieron entrar a uno de sus compañeros, Junichirou Hoshimura, quien parecía un poco desorientado de ver a tan pocas personas presentes. El rubio se acercó a donde Kaneki y Nagisa para tomar asiento cerca de ellos.

“Hola, chicos. ¿Qué tal las vacaciones?” preguntó el recién llegado. Sus ojos azules parecían sonreír con la mirada.
“Fueron interesantes. Con Kaneki nos fuimos a un paseo a la playa para celebrar el cumpleaños de Oikawa.”
“Woh! Si vi eso. Hay millones de fotografías en los Instagram.” Junichirou sacó su teléfono y comenzó a echar una mirada rápida. “Sigo a Kise y a Oikawa, y como son mejores amigos de toda la vida subieron un montón de fotografías y en algunas salían ustedes.”
“Hehe, ellos recién se conocieron en ese paseo” rio Kaworu.
“¿En serio?” el rubio parpadeó, confundido. “Uh, me engañaron con la información en el pie de fotografías hehe…” sonrió levemente.
“Tranquilo, es fácil confundirse. Si bien se conocieron allí, fueron muy intensos y se hicieron muy intimos.”
“¿Salimos en algunas de las fotografías?” Ken sintió vergüenza. No le gustaba salir en las fotografías porque consideraba que siempre se veía ridículo.
“Ah, verdad que no tienes Instagram, Kaneki-kun” Junichirou le prestó su teléfono celular para que viera las imágenes a través de su cuenta “Puedes ir viendo los Instagram de Oikawa y Kise, o los que quieras. Usa mi cuenta libremente.”
“Eh, gracias” Ken recibió el teléfono tímidamente. No estaba acostumbrado a mirar los Instagram de los demás. Pero tampoco tenía Facebook y se había perdido de ver varias fotografías del cumpleaños de Oikawa, salvo las que mandaron los chicos en el grupo que tenía con Kaworu, Oikawa, Eren y Sho… Pero Sho y Eren se habían dedicado a picarse y a subir las peores versiones del otro captadas en fotografías y Ken no había tenido ninguna fotografía decente para imprimir.
“Me llama la atención que seas fan del pair Oikawa/Kise”
“¿Creo que le pusieron otro nombre a esa dupla?” el rubio trató de recordar como los llamaban sus fans “Pero no es que sea fanático de ellos. Sólo los sigo porque son unos genios en sus deportes y porque son dos influence interesantes. Me gusta seguir a las personas que tienen una buena historia que contar a través de fotografías. También sigo la cuenta de Akechi Goro, por ejemplo. ¡Se las recomiendo! Tiene varios tips de lugares geniales”
“¿Ya hicieron una cuenta del club de basket?” Ken alzó las cejas. Vio que había una imagen de Sho donde la cuenta lo presentaba como uno de los novatos. “Uh…” se encogió de hombros.
“¿Qué pasa?” Kaworu lo miró con curiosidad.
“Le han puesto que se llama Kou Minato…”
“Seguramente la persona que maneja la cuenta no debe ser del club.” Kaworu pensó que mejor no le mostraban ese detalle a Eren porque saltaría a molesta a Sho.
“Creo que es una cuenta aficionada o de un stalker, de hecho, porque algunos fans le preguntaron a Kise en su cuenta si el Instagram del club de basket de Rizembool la manejaba él y respondió que no.” Mencionó el rubio. Luego se quedó unos segundos, pensativo “Me llama la atención el club de basket de este año. ¡Hay un montón de miembros y todos están hablando sobre el club! Hasta Rizembool lo promociona por la cantidad de atención que ha traído.”
“Kise tiene poder de reunir multitudes para que lo alaben y para que lo sigan a donde sea. Suerte no es un pastor de una secta, hehe.. ¿se imagina?”
“Kaworu-san, no digas esas cosas…” Ken se estremeció en su sitio.
“A todo esto, si no estoy mal… ¿Un amigo tuyo está en ese club, no?” el albino siguió mirando con cierta ternura a Ken. Le había parecido adorable aquel temblor temeroso y sutil en el pelinegro. Le dio unas palmaditas en el cabello, acariciándolo.
“¿Un amigo…? Kaworu-san… en el club está Sho, mi hermano, y Souji, NUESTRO amigo.” Ken entrecerró los ojos, un tanto ofendido.
“Oh, cierto…” Kaworu desvió la mirada, divertido. Ahora miró al rubio “Juni, ¿creo que tú tienes un amigo allí, no?”
“Hm, Hm” asintió, riendo un poco por como enmendaba Kaworu su metida de pata anterior. “Tengo un buen amigo en ese club, Yoshino Takigawa. Él estaba en el club de béisbol… pero… tuvo algunos problemas y prefirió salirse.”
“¿Puedes contarme un poco más?” Kaworu se inclinó en el pupitre de Junichirou, acercándose a él.
“Uh…”
“Kaworu-san, quizá no sea apropiado…” abogó Ken.
“De todos modos, en Rizembool todo se sabe.”
“La verdad… Creo que ya no es secreto.” Junichirou se encogió de hombros. “Yoshino-kun y Mahiro-kun están distanciados. Siempre han sido muy buenos amigos y la dupla se complementa en el béisbol, pero… Han pasado tanto tiempo juntos que ya no se toleran mucho. Yoshino-kun se ha cansado un poco de lidiar con el mal comportamiento de Mahiro-kun”
“¿Mahiro es el hermano mellizo de Erina Nakiri, cierto? La chica que es Princess y es venerada como una diosa en Rizembool”
“Ahá. Son los hijos del señor Azami Nakiri, el empresario que da grandes fondos económicos a Rizembool.” No le preocupaba compartir esa información pues era de conocimiento público.
“¿Mal comportamiento?” Ken se quedó pensativo. Sho, su hermano, también a veces se metía en problemas, pero sus amigos y él mismo siempre estaban apoyándolo de modo incondicional.
“Yoshino… Es un excelente estudiante y él mismo ha dicho que Rizembool es una universidad superior a todas las otras, pero… no es partidario de los Rebels y sus actividades. Siempre ha apoyado a Mahiro como amigo, como colega deportista y como Rebel, pero… Ahora que volvió a ser Rebel las cosas han estado un poco distante entre ellos. Además, Yoshino siempre asume las culpas por los conflictos que genera Mahiro…” Junichirou suspiró. “Es una larga historia.”
“Lo sé” Kaworu asintió “Soy amigo de Mahiro y conozco la otra versión”
“¡Nagisa! ¿Me has hecho hablar de más de Mahiro para ir a contarle?” el rubio se llevó ambas manos a la boca, en shock.
“Hehe, ¿tal vez?” vio el espasmo del otro. “No. La verdad… No le contaré nada. Porque si bien Mahiro y yo salimos mucho y lo pasamos bien, sé que el que tiene la razón en este cuento es su amiguito Yoshino.” Sonrió “Mahiro es popular, todos sabemos que pierde la paciencia con facilidad, es… un chico difícil y tiene mucho dinero. Jamás será castigado o tan siquiera llamado su atención. Yoshino, en cambio, es el amigo de bajos recursos que Mahiro tiene y yo sé que lo quiere mucho, pero Yoshino siempre ha sido el daño colateral de las acciones de Mahiro.”
“Me siento muy confundido…” Ken se mareó por esa información. No conocía a ninguno de los dos.
“Descuida. Ahora sus nombres no se te hacen conocidos, pero seguramente liderarás con Mahiro Nakiri uno de estos días ya que también es Rebel” Kaworu se quedó unos segundos pensativos, en silencio. Luego volvió a hablar. “Hablando de lidiar con otros…” reflexionó “¿No está el alumno que estaba a tu cargo en este ciclo?”
“¿Lancaster? Uh, tuvo que viajar… Dijo que su abuela falleció y no volverá por unas semanas. Toda su familia está muy afectada.”
“…” Kaworu y Junichirou se quedaron viendo entre ellos. Después soltaron unas carcajadas.
“¡Chicos! ¡Por favor no se rían de cosas así! ¡No es gracioso!” Ken se ofendió “Sé que… Lancaster no es del agrado de todos por su personalidad… Pero no merece que se burlen de sus desgracias.”
“Ah, Kaneki, que inocente eres…” Kaworu volvió a acariciarle el cabello. “Lancaster ha dicho, a lo menos, dos veces que su abuela se ha muerto para ausentarse.”
“…” Ken abrió los ojos enormemente.
“Es decir, ha matado a la vieja como tres veces para usarla de excusa.”
“¡¿Qué?!” Ken se espantó por lo que le decía Kaworu. “¡¿Cómo Lancaster mentiría con algo tan delicado?!”
“Porque es rico. Porque puede y porque seguramente se fue a su país a juntarse con sus amigos igual de millonarios que él y justo chocaba con su ciclo estudiantil en Japón.”
“Ah, aquí está. Esta es la abuela de Lancaster.” Junichirou terminó de buscarla en su Tablet. “Estuvo presente en la reunión de campaña para recaudar recursos para los orfanatos de Inglaterra. Eso fue hace cuatro días. ¿Cuándo te dio la noticia Lancaster?”
“Hace unas semanas…” Ken miró hacia abajo, sintiéndose avergonzado de ser tan creyente e inocente. 
“Woh, la señora resucitó…” Kaworu alzó las cejas.
“Por segunda o tercera vez.” Junichirou se cubrió la boca al reír ante el comentario de Kaworu.
“Buenos días.” Entró en el salón un hombre alto, de cabellos celestes y ojos del mismo color. Usaba un delantal blanco de científico, parecía bastante joven. “Veo que son pocos los que han asistido hoy…” se mantuvo indiferente. “Mi nombre es Karoku Aumerita. Seré su profesor en este ciclo…Mh, en vista que son pocos los responsables con sus clases, hoy haré un quiz para ver el nivel de sus conocimientos. Será la primera nota de este ciclo y, como los otros alumnos han faltado, automáticamente tienen la calificación más baja sin posibilidad de subirla. Son afortunados…” tomó asiento en el escritorio y comenzó a buscar entre sus documentos.
“¡Vaya, Kaworu-san, tu intuición resultó ser acertada!”
“Suelo tener buena percepción en ese sentido” asintió. “Por cierto, el maestro parece algo estricto.”
“Me agrada.” Indicó Ken. “Aunque tenía la ilusión de que el señor Liebheart nos hiciera clases en este ciclo.”
“Es un científico muy ocupado… Apenas sale del laboratorio. Creo que no nos hará clases a menos que tomemos su práctica profesional y… es bastante compleja.” Indicó Junichirou.
“¡Ahg!” se quejó Allen Walker, pateando un basurero del estacionamiento. La clase de presentación se había hecho eterna y sin sentido, lo peor: su vuelo programado fue cancelado por inconvenientes no estimados.
“No sabía que la clase te dejó tan mal…” susurró Kana, apareciendo a su lado.
“Ah, Kana-chan…” no la había visto aparecer cerca de él. “Uh…” se pasó una mano por la nuca, desanimado. “No es eso… Sólo que hoy tenía que volar urgente a Inglaterra y me cancelaron el vuelo por desperfectos.”
“Pero… las clases ya empezaron.”
“Lo sé… Pero era un viaje corto.”
“¿Pasó algo con tu familia?” La peliblanca se preocupó.
“No. Todos están bien, gracias a Dios.” Suspiró “Sólo que tenía un compromiso importante con un amigo al que le juré que estaría presente. Ahora no podré ir y me maldecirá de por vida.”
“…” Kana ladeó el rostro, pensativa. Para ella, romper un compromiso así no era nada de grave, pero Allen parecía realmente consternado.
“Aunque…” el peliblanco miró a la chica con un brillo de esperanza en sus ojos. “¡Kana-chan, tal vez tú puedas ayudarme!” le tomó de las manos, ilusionado.
“Ehhh, Allen… Si tienes en mente que abra un portal de aquí hasta allá te puedo decir que es una pésima idea. ¿Recuerdas cuando abrí uno y entramos en una especie de limbo infernal o algo así?”
“Era una dimensión abstracta, explicada desde la física cuántica…” meditó “Pero, ¡esto es más sencillo! Porque es un lugar que puedes recrear en tu mente y abrir el portal. Imagino que ya has estado antes en Inglaterra. No será complicado” parecía cada vez más optimista con la idea.
“Nunca he estado allí” negó con la cabeza “Había cierta persona que me prometió llevarme, pero… Nunca lo hizo.” Entrecerró los ojos “Sabes de quien hablo.”
“…”
“…”
“B-bueno, pero… Eh, Inglaterra no será un desafío para ti. ¿Recuerdas lo bien que abriste un portal entre Islandia y Japón y nos movimos sin problemas?”
“N-no lo sé… Me da… Miedo.” Desvió la mirada hacia un costado.
“Kana-chan, yo confío en ti.” Apoyó las manos en los hombros de su amiga, hablando con total sinceridad. “Si de algo podemos jactarnos es de todo el trabajo que hemos realizado en el entrenamiento. No te puedo enseñar a defenderte de los Rebels, ni a pelear con una técnica digna, pero siento que hemos trabajado muy bien en tu capacidad de intangibilidad atómica.”
“…” Kana se mordió el labio inferior, intranquila, pero emocionada de escuchar las palabras de su amigo: Sí, Allen la había ayudado mucho. No sólo en su capacidad de abrir portales, sino en muchas cosas más, como integrarse en Hanasaki, acompañarla en sus asuntos, ayudarla a ponerse al día en clases y mucho más. Sentía que era, de cierto modo, afortunada de haberlo conocido. “Podemos tratar.”
“¡Bien!”
“¿Debes ir por tus cosas?”
“Ah, no. Olvídalas. No necesito pasaporte si viajamos de este modo, y llevo dinero si necesito comprar algo. Además, como vamos a viajar a través de tu capacidad, llegaremos más rápido de ida y vuelta así que no necesito tantos cambios de ropa.”
“…” observó al peliblanco, lucía bien vestido para haber asistido a un día de clases común. Hasta parecía de esos ñoños británicos usando ese chaleco de hilo sin margas y pantalón de tela del mismo color gris que el chaleco. Era como un chico Oxford.  “Okay…” Kana suspiró, un poco mareada por ese cambio en sus planes de lo que sería una tarde tranquila (¿tranquila?) en el templo de Yato. “Aférrate a mi”
“Kana, usa esta imagen de referencia.” Allen tecleó velozmente en su teléfono un sitio en particular.
“Es muy bonito…” dijo anonadada, antes de cerrar sus ojos.
La muchacha aspiró aire y lo soltó por su boca en un exhalo prolongado preparándose para lo que venía. Se concentró en canalizar la energía y formar un portal que poco a poco comenzó a abrirse cerca de ellos. Sólo le tocaba pensar en el sitio que Allen le había enseñado. ¿Qué podía salir mal? Había estado entrenando con Allen su capacidad y la había fortalecido.
“Por favor, no quiero llegar partida por la mitad…” suplicó en voz baja.
“¿Q-qué?” Antes de que Allen pudiera analizar esas palabras, fueron absorbidos por el portal sintiendo lo típico que experimentaban cuando eso sucedía: mareos, vaivenes y confusión. La luz los segó y el ruido plasma los ensordeció por un par de segundos. Allen fue el primero en abrir los ojos, se aseguró que la HiME y él estuvieran bien y luego festejó al ver donde se encontraban “¡Kana-chan, lo hiciste! ¡Muchas gracias!”
“Allen, ¿Dónde te espero mientras vas al compromiso de tu amigo?”
“¿Eh? Pues tú vienes conmigo. No pienso dejarte esperando aquí, sola.”
“Puedo dar un paseo mientras tanto…”
“Pero puede pasarte algo. Mejor estemos juntos y… Por favor: No me odies”
« Last Edit: September 29, 2019, 07:50:49 PM by Kana »


Kana

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #583: September 25, 2019, 05:01:36 PM »
En Inglaterra, la Casa Lancaster recibía después de una larga temporada a gran parte de sus miembros en el “Gran Palacio Lancaster”, muy cerca del castillo del mismo nombre y que yace en ruinas gracias al tiempo impiadoso. Castillo que vio nacer esa casta de nobles pura sangre que, en alguna parte de la historia británica, fueron incluso los Reyes de Inglaterra y Gales, perdiendo la corona ya sea por un rey loco o por la traición entre los propios de su sangre.
El Palacio volvía a tener demasiada actividad interna. No solo por los miembros de la casta que habitaban en el edificio y estaban reunidos, sino también por la gran cantidad de sirvientes que iban y venían de un lado a otro atendiendo a cada uno de los miembros de la familia.

En las afueras de la mansión el ambiente estaba más tranquilo, siendo un enorme jardín las aves silbaban y se podía estar realmente en tranquilidad lejos de todo el movimiento del Palacio. El mayordomo en jefe de la familia permanecía apoyado en el Rolls-Royce Sweptail negro, esperando a uno de sus señores quien parecía, a la vez, esperar a alguien también.

“Esta rata inmunda ya no llega…”
“Señor, creo que ya deberíamos partir.” Sugirió Sebastian Michaelis, el mayordomo, quien hasta hace unos segundos tatareaba una canción.
“…” El joven no lo miró tan siquiera. Maldijo mentalmente a cierta persona traidora e irresponsable antes de darlo por muerto de por vida. “Vamos.”
“Oh, creo que allí viene su amigo” puntuó el mayor.  Sonrió al notar un detalle interesante “Veo que su amigo viene acompañado, señorito Richard.”
“…” Antes de que Cain reprimiera a ése sirviente por llamarlo por su primer nombre, el joven agudizó la mirada para ver de quienes se trataba. Era Allen Walker, aquel sujeto impuntual que no sabía por qué aún lo consideraba como incluido en su selectivo grupo social y a quien lo había hecho esperar como idiota por él. “Al menos cumplió…” musitó. Pero el enojo se incrementó al ver de quien venía acompañado tan campantemente. “…”
Cuando se encontraron los tres, pasó lo que debía pasar…. Una reacción conflictiva y complicada.
“¿¡Qué hace él aquí!?” Kana se angustió al ver a Cain.
“Yo vivo aquí…” entrecerró los ojos, indiferente. “Más bien, ¿Qué haces tú aquí? No recuerdo haberte invitado…A mi casa.”
“¿EHH?” le dio un tic en la ceja “¿T-tu c-casa?” Kana quedó boquiabierta al mirar a su alrededor, encontrándose con unos campos ornamentados y jardines enormes con el estilo británico impregnado en cada lugar. Mucho más allá se alzaba una titánica construcción arquitectónica la cual parecía ser una mansión o más bien un fabuloso palacio de lujo.  “¿D-dijo ¨casa¨?”
“Yo… lo llamaría palacio. Pero es una de las ¨casa¨ solariega de los Lancaster en esta zona.” Allen indicó con esto que había más propiedades mucho más sobresalientes entre los bienes de los Lancaster. El peliblanco notó que el dueño del lugar lo miraba pidiéndole una explicación coherente. “Ehw, Kana-chan me ayudó a llegar hasta aquí cuando perdí mi vuelo.” Dijo Allen, entre sonrisas. “Oh, hola Sebastian!” saludó al mayordomo, meneando la mano en el aire.
“Buenos días, señor Walker. Que gusto verle.”
“¿No recuerdas haberme invitado?” La introducción de Allen no había disipado la discordia entre Kana y Cain, la cual se reactivo en la chica al recordar cierto detalle. “Pues me invitaste hace AÑOS en una promesa que jamás cumpliste.”
“Esa promesa dejo de ser válida desde que me estafaste.” Le restó importancia. “Walker, sube al automóvil.”
“¡Peeeero!  ¡No puedo dejar a Kana-chan aquí!” Allen le reclamó “Se puede perder o algo… Y ella me trajo hasta aquí, sería descortés que la deje sola.”
“Puede quedarse en el jardín. Si quiere. O marcharse, ¿Qué más da? Es buena esfumándose…”
“No puedo creer que estés tan sentido conmigo por esa estupidez. ¿Qué culpa tenía yo?” Kana se dio con la palma de la mano en el rostro. “¡Yo debería estar molesta por tu traición!”
“¿Qué traición?”
“¡Estar de lado de Rizembool!”
“Sólo es una universidad, Nakiri.” Se alzó de hombros, respondió sereno y suave como se espera de un hijo de la noblesa. “No me interesa el conflicto que tenga con Hanasaki.”
“Chicos, ya deberíamos irnos. Se nos hace tarde.” les dijo Allen
“Ah, pero apuesto que andas planeando cosas bizarras con la gente de allí. No creo que sea coincidencia que estés en Rizembool de la nada… Es una venganza personal” lo miró entrecerrando los ojos, suspicaz.
“Creo que… Estás loca…” le dijo despectivamente “Hazte ver.”
“Por favor, chicos… Ya son grandes como para que se peleen como niños pequeños.”
“Cállate, tú.” Le dijeron Kana y Cain al mismo tiempo, mirándolo con rencor. 
“Bien, al menos están de acuerdo los dos en odiarme en este momento con todos sus corazones. ¿Pueden odiarme de camino al evento, si?” Allen se apoyó en la puerta abierta del vehículo. “Se nos hace tarde.”
“Huhu…” Sebastian disimuló una risa perversa. Era divertido ver al frío y estoico joven Lancaster ser atacado por esa joven (?) se preguntaba qué cosas había pasado entre ellos como para que tuvieran esa relación tan tensa. Supuso algo relacionado con el intercambio estudiantil a Japón que el joven Cain había realizado hace años atrás.
“¿Qué evento?” Kana preguntó, perpleja de golpe.
“…” Cain pasó por su lado. Aunque estaba odiando a Allen, tenía razón en que llegarían tarde.  “El derbi del rey.”
“… ¿Qué?”
“¿Vas o te quedas?” Le reclamó el inglés, ya dentro del vehículo.
“¡Uh!” la joven se engrifó por esa orden… Pero prefería ir con ellos que quedarse en el ¿jardín? ¿se podía llamar a esas hectáreas y hectáreas de terreno lujosos como un jardín trasero de alguien? Subió al vehículo y Sebastian cerró su puerta con delicadeza.
Kana tenía tantas cosas que decirle tanto a Allen, ese rufián que la había engatusado con su triste historia, como a Cain, ese traidor antipático sin alma, pero se mantuvo en silencio hasta que alguno de esos dos hablara primero.
“¿Cómo burlaron a la guardia real?”
“Eh, Kana-chan tiene la capacidad de crear portales y pasar a otras dimensiones. Así llegamos aquí.” Allen le explicó. “Yo había perdido mi vuelo y ella pudo traerme hasta aquí a través de un portal.” Lo codeó “Sé que te mueres de curiosidad por saber más de su capacidad. Esos temas te gustan.”
“Déjame en paz, Walker.”
“Yo no quería venir…” musitó Kana, taciturna.
“¿Podemos dejarla en una estación cercana?” Preguntó Cain a su sirviente.
“Señor, eso no sería correcto.” Respondió, mirando por el retrovisor, sin borrar su animada sonrisa.
“Él es Sebastian Michaelis, el mayordomo principal de la casa Lancaster. Lejos, la persona con más paciencia en la vida que conozco.” Rio Allen, sin poder aguantarse la risa. “¡Sebastian! Mi amiga se llama Kana Nakiri. Es primera vez que visita Inglaterra.” le indicó, alzando la voz.
“Mucho gusto, señorita Nakiri. Espero que Inglaterra sea de su agrado.”
“¿Estás ebrio, Walker?” Cain cuestionó el comportamiento del peliblanco, intentado ver si le percibía olor a alcohol. “Inaceptable…”
“N-no. Sólo que me pones nervioso… Y Kana-chan también, uh.” Se encogió de hombros, hablando con toda la sinceridad del mundo. Justo estaba sentado al medio y los dos mencionados lo miraban con auténtico odio. Ya veía que en cualquier momento lo ahocaban entre los dos.
“¿Para qué vienes, entonces?”
“Porque te lo prometí.” Le sonrió, campante. “Además, sé que eres bien rencoroso y me maldecirías mil veces si no venía y me da cosa como eres casi hijo de Satan-- ¡Auch!” Recibió un codazo en las costillas. “¡Lo siento! Ya te dije que estoy nervioso y hablo tonteras para que el ambiente sea menos tenso. Y estoy mareado aún por el viaje, uh…” se cohibió “Ni te imaginas que es viajar por un portal. Es como desfragmentarse…”
“¿Por qué hijo de Satanás? ¿Por el nombre?” Kana los miró con curiosidad, pensando que le decía así por llamarse Cain.
“¿Sí?” Allen parpadeó, distraído. “Y porque… Tiene una historia divertida.”
“Bájate…”
“¡Ay, que pesado!”
“¿Puedo saberla?” pidió con interés.
“…” Cain sintió cierto asombro por la reacción de Kana, quien mostraba una curiosidad auténtica. Miró a Allen “Dile, si quieres…”
“¿Te acuerdas de los Lannister de Game of Throne?” Allen observó a la peliplatinada “El autor comentó en una conferencia que se inspiró en los Lancaster para crear a esa familia tan cruel y torcida…”
“…”
“Woh…” Kana se articuló fascinada. 
“Y en la historia de Inglaterra, la familia real Plantagenet inventaron que los de la familia real Lancaster hacían rituales satánicos y bebían sangre de inocentes para lograr el propósito de quedarse con la corona.”
“Mhh” la peliblanca meditó unos segundos. “Ahora que recuerdo, los Lancaster están en las poesías de Shakespeare, de su obra El Rey Ricardo.”
“Cain se llama Richard.” Picó Allen, aprovechando de molestar.
“Ricardo el usurpador.” atacó Kana, quien entrecerró los ojos, suspicaz.
“Y Henry el loco.” Allen se tapó la boca al retractarse. “¡No, No! Pero Henry es bueno.” Miró a Kana como a una niña pequeña que le estaba enseñando algo muy importante. “Recuerda esto. Es importante: Ricardo el malo, Henry el bueno.” Le indicó con su índice, dándole una lección importante que no debe olvidar.
“¿Quieres dejar de comportarte como un imbécil?” le susurró Cain a Allen, en tono despacio donde sólo el peliblanco pudo escuchar.
“¡Woh!” Allen se aguantó la risa. ¡Que interesante era ver como había hecho perder la paciencia tan rápido al imposible de Cain! <El desgraciado está vivo, después de todo> se dijo mentalmente. Últimamente había logrado dos cosas interesantes con dos personas quiméricas: Molestaral insufrible Cain y que se le notase, y, más insólito aún, congeniar moderadamente con el inaguantable de Kanda. Deberían darle una medalla por ello. Chasqueó los dedos, desviando el tema. “Por cierto, Kana-chan, vamos a ir a apoyar a Henry.”
“Aw, Henry es tan amable.” Lo recordó con afecto e ilusión, juntando sus manos y mirando con ojos soñadores hacia un punto inexistente.
“¿Henry es… amable?” Cain la quedó mirando como bicho raro.
“Sí, Henry es especial…” Allen asintió. “Hoy la familia Lancaster tiene su presentación ecuestre en el derbi del Rey. Creo que ya nos perdimos la presentación de los hijos menores de la familia Lancaster, pero estamos bien para llegar a la presentación de Henry. Irá con su purasangre al torneo ecuestre. Cain… se presentará en el torneo de esgrima… Pero nosotros vamos a apoyar a Henry”
“…”
“¿Todavía haces esgrima?” ahora que miraba el atuendo, era obvio que el joven estaba usando uniforme de esgrima.
“Me sorprende que lo recuerdes…” Alzó ambas cejas, despectivamente. “Todavía participo en la esgrima. También en las competencias ecuestres. Sólo que por cosa de tiempo participaré únicamente en esgrima este año.”
“…” Allen formó una sonrisa en su rostro. Esos dos se estaban hablando un poco más, al menos. Todavía con tiria, pero conversaban sin tanta toxicidad. “¡Ah! Cain, verdad que es el cumpleaños de tu hermano.” Recordó.
“¿…Qué?” su cara evidenciaba confusión. 
“¡¿No me digas que olvidaste el cumpleaños de tu propio hermano?!” Allen lo recriminó, exasperado.
“¿Acaso tú te acuerdas el cumpleaños de tu hermano? ¿Eh?” le atacó sacándole en cara. Discretamente sacó su teléfono celular para verificar fechas.
“No puedo creer que estés viendo si aparece el cumpleaños en Facebook. Eres lo peor.” El peliblanco se dio con la palma de la mano en el rostro. “En serio. Eres malo. ¡Y Yashiro no tiene nada que ver en este tema!”
“¿Y qué si se me olvidó?” Le impugnó, indignado por la reprimenda del otro “No es algo substancial en este día. Ni a Henry le importa… Y… Ni podríamos celebrárselo de todos modos… No tiene ni un amigo para invitar…”
“Yo soy su amigo.”
“No. Sólo te habla por cortesía, porque lamentablemente y por castigo de Dios eres mi amistad…”
“Henry es una persona bastante amable y querible. No creo que no tenga ni un solo amigo en la vida. Eso encaja más en tu perfil. Me sorprende que Allen sea tu amigo o más bien se sacrifique para aguantarte.”
“¿A qué Henry conoces tú?” Cain volvió a mirarla como si hablara blasfemias. “Y opino lo mismo. Walker demuestra tener una interesante capacidad de tolerar a personas despreciables” la miró fijamente a ella.
“¡Uh!” Kana infló las mejillas, molesta.
“Podríamos celebrarle el cumpleaños, mínimo.” Insistió Allen.
“La mejor opción es pasar de este asunto…” Cain desvió la mirada, prefiriendo ver por la ventana. “La última vez, el cumpleaños de Ciel… Fue un asco. El mismo Ciel se avergüenza de la fiesta que le armó nuestro tío… Ciel y Henry… Ninguno de los dos tiene amigos, ninguno de los dos comparte si no es por obligación… Henry es incluso más solo que Ciel… Obligarlo a tener una fiesta sería humillante para él… Sentado allí, solo, sin nada…” El mejor festejo para su hermano era llevarse la gloria en el derbi del Rey y evitar momentos vergonzosos como lo fue el forzado cumpleaños de Ciel en Tokio. “Ah, su cumpleaños fue hace tres días.” Cain confirmó la fecha en su teléfono móvil.
“Pero Henry tiene un montón de hermanos y familiares. Algo se puede hacer. Y me invito, e invito a Kana, ¡Ya somos más!”
“…” Kana y Cain miraron a Allen, reticentes. Parecía que nuevamente tenían un punto en común. 
“Creo que… éste tiene razón esta vez.” Kana señaló con la vista al de ojos verdes. “Si Henry es más bien solitario, sería incómodo para él obligarlo a participar de una fiesta con mucha gente.”
“Exacto…”
“…” Allen se cruzó de brazos, obstinado. Aunque todo este tiempo intentaba que las cosas se calmaran entre Kana y Cain, esta vez, le molestaba que se unieran en algo tan malo. Le parecía un insulto que esa familia, tan poblada de personas del mismo apellido y de contactos de elite, ignoraran el cumpleaños de Henry y ni les importara en nada. ¡El cumpleaños había pasado hace tres días y nadie, absolutamente nadie, se dio cuenta! Ni un mísero saludo.
El resto del camino Allen intentó revivir el tema del cumpleaños, mínimo comprarle una tarjeta para que Henry no se sintiera ignorado en el día de su nacimiento, pero Cain fue tajante en decirle que no. Que a Henry no se le celebra cumpleaños y ni se le saludó ese día porque el cumpleaños no importa, ya que su hermano estaba enfocado en otras cosas que sí requieren atención como ganar la competencia.
Ah, pero cuando el maldito de Cain estaba de cumpleaños se le agasajaba comprándole todo lujo posible y festejándolo como el primogénito que era…
Ahora, Allen maldecía mentalmente a Cain (?) por ser un tipo tan injusto y desagradable.

Ulteriormente de recorrer un transcurso de camino largo, donde Kana se la pasó maravillada admirando los paisajes verdosos de Inglaterra, finalmente llegaron a una zona correspondiente al campo ecuestre donde se estaban dando diversos torneos de aquella disciplina y otras más.
Sebastian abrió la puerta a los jóvenes y les indicó que los encontraría más tarde por si necesitaban de él.

“Este campeonato es la antesala para los juegos ecuestres mundiales y los de los juegos olímpicos” Allen iba ilustrando a la invitad.
“Tengo una consulta, ¿cuándo dicen Derbi del Rey se refieren a que estará el Rey aquí?”
“Mh, no exactamente. Clásicamente durante siglos ha sido el rey quien da la coronación a los ganadores, pero ahora tenemos a la Reina dando esos honores.” Aclaró Allen.
“Suena fascinante.” Kana desvió la mirada hacia Cain “¿Eres… familia de la Reina?”
“Sí.” Asintió. Pero se tomó unos instantes de reflexión, donde miró al cielo. “Es complejo explicar la línea sanguínea en este punto debido al árbol genealógico…” Lancaster, vi Britannia, Tudor, York… Siglos atrás las familias se habían casado entre ellos de un modo tan magníficamente planeado que en el presente hacía que todos ellos compartieran sangre real y accesibilidad al trono (en siglos de antaño habían maniobrado esa táctica para prevenir que algún ser de otra familia posara sus manos en la corona real). Sin nombras al resto de familias europeas con los que compartían línea sanguínea.
“Es un trabajo de siglos” Concluyó Allen.
“Busquemos la estación donde está Henry.” Cain pensó en ir directamente hacia allá, así evitaba encontrarse con sus hermanos menores que también estaban en el lugar.
En la línea de preparación de una de las estaciones ecuestres, Euphemia li Britannia acariciaba el suave pelaje de su yegua de raza Andaluz, un purasangre color beige con melena larga y hermosa fisionomía. El animal había sido un hermoso obsequio de su primo, quien se la regaló en uno de sus cumpleaños años atrás sabiendo lo mucho que Euphemia amaba el deporte equino.
Su fiel compañera la había llevado a tocar la gloria en aquella jornada, quedándose con las preseas de oro en la disciplina de salto ecuestre.
Podría ir a las gradas exclusivas a contemplar la competencia que mantenía expectante a todos los asistentes, pero prefería verla desde “primera fila” y, como podía gozar de sus privilegios, prefería quedarse en la arena para observar todo de cerca. Detrás de ella escuchó el galope pausado de un caballo, quien venía a paso lento guiado por su jinete que caminaba a su lado llevando las riendas del animal.
Si algo amaba Euphemia eran los caballos. Esas criaturas magníficas y nobles que compartían con ella un vínculo especial al ser desde muy pequeña competidora (y criadora en gran medida) de caballos de competencia y caballos para galopar libremente. Ver aquel ejemplar purasangre ante sus ojos era un espectáculo que la emocionaba enormemente. Por eso se había mantenido en el campo de competencia en vez de subir a las gradas, porque quería ver a aquel caballo de cerca.
Euphemia le sonrió cálidamente al jinete y se acercó a su caballo (sin descuidar el propio). El del otro competidor era un caballo árabe blanco, purasangre, de patas muy largas, porte gallardo y postura regia. Digno animal de un príncipe. La pelirrosa posó una mano en el níveo pelaje del animal, sonriendo enternecida por encontrarse cerca de dicha criatura.

“Es un corcel hermoso, Henry.”
“Hm.” Asintió. Palmó la cabeza del animal. “No lo había visto desde que fui a Japón. Espero que no me rechace… o se ponga caprichoso.”
“Tiene una conexión especial contigo.”  La joven le dijo mirándole al rostro. “Puede que esté algo sentido…” sonrió, divertida. “Pero es fiel a ti.”
“Es bueno encontrarte, Euphemia. Sinceramente, tenía la esperanza de verte aquí y que me dijeras lo que interpretabas del animal.” Sonrió brevemente. “Por cierto, felicitaciones por tus victorias. Verdaderamente me sorprende tu nivel de equilibrio y sincronía en las pruebas.”
“Gracias. Es en base al entrenamiento arduo y en el vínculo con mi yegua.” Proyectó una expresión de júbilo en sus gestos. Siguieron unos segundos en afonía, sólo observándose entre ellos mientras se escuchaba el ruido de la competencia y los alaridos de los festejos de fondo.
El rubio se permitió aquellos momentos de tranquilidad y de absorto en la muchacha. Euphemia era una chica muy dulce, con el tacto glácil de una damisela mágica o una reina perfecta digna de una historia caballeresca. Las finas facciones que enmarcaban su lozano rostro convertían en una poesía romántica a la bella joven. Sus labios bien definidos y rosas, con aquella piel cándida adornada de esos enormes ojos que acentuaban en armonía con su cabello ondulado, le evocaban las obras de arte de Botticelli.
No la veía hace tiempo, Euphemia era una vi Britannia y por ende era su familiar también, pero Henry había ausentado de cada compromiso con las familias los últimos años por deberes de la Household Cavalry con la Royal Military Academy Sandhurst, por tanto, había pasado tiempo desde la última vez que la vio, pero se percató de que su alma gentil y amable seguía perdurando. 
Por parte de Euphemia, estaba fascinada de volver a encontrarse con Henry. Desde que eran niños los dos entrenaban juntos y ambos participaban en los encuentros ecuestres del Derbi del Rey por lo que era típico que las familias tuvieran fotografías de ellos juntos condecorados con preseas de oro o sosteniendo la copa ganada. Recordaba con gracia cuando a Henry sus conocidos lo usaban de mensajero para ¨darle saludos¨ o enviarle cartas de amor a Euphmenia esperanzados de que ésta les diera una respuesta positiva. Así mismo, a ella le tocaba ser la mensajera de sus amigas que morían con la esperanza de que Henry las amara.
Siempre había apostado que Henry tendría un futuro brillante tal y como lo estaba llevando, pero le llamaba la atención que desde niño fuera tan reservado y quitado de bulla, sin esa necesidad de sobresalir o lucir todo lo propio. Seguía siendo el mismo, seguía siendo callado, educado y distante, sólo que ahora estaba más alto.
Euphemia supuso que Cain odiaba ese detalle: que su hermano menor fuese más alto que él. Aguantó una risita.

“Me alegra que hayas regresado a Inglaterra, aunque sea sólo por la competencia.” Dijo la joven. “¿Tienes planeado quedarte en Inglaterra?”
“Mh, pensaba viajar a Asia… Pero no sé…” dijo, pensativo. “¿Qué tienes en proyecto tú?”
“¿Qué no sabes?” ella lo miro, divertida. Al ver la confusión en el rubio supuso que no. “Me iré un semestre a Japón. Quizá nos veamos más seguido.”
“No lo sabía.” Le sonrió “Es una buena noticia, Euphemia.”
“Iré con un muy buen amigo mío y de Lelouch, no sé si lo conoces, se llama Suzaku Kururugi.”
“Lo siento, me parece que no le conozco.” Meditó “Espera… Por el apellido, ¿será hijo del ministro de Japón en Inglaterra? Si es así, supongo que lo conozco de nombre.”
“Justamente es hijo del ministro.” Asintió. “Oye, cuando estemos en Japón podríamos reunirnos y salir con él. Suzaku conoce su país, obviamente, pero quizá tengas algunos sitios que nos quieras enseñar o algunos amigos que nos quieras presentar.”
“…” Henry suspiró, desanimado. “Lamento defraudarte, Euphie, pero… No conozco casi nada de Tokio y… No he conocido a nadie de allá.”
“¡Pero, Henry! Llevas meses en Tokio…” negó con la cabeza “¿Recuerdas las lecciones que te di de cómo hacer vínculos fructíferos? ¿Por qué no las has puesto en práctica?”
“Yo.. tenía como trece años cuando me dijiste eso. Creo que lo olvidé.” Alzó los hombros.
“¿En serio no conoces a nadie?”
“Eh…” hizo memoria. “Hay una chica…”
“¡Ay!” Euphemia aplaudió, llena de emoción. ¿Podría ser que Henry tuviera un interés romántico?
“…Que me odia.”
“…”
“Lamento defraudarte, de nuevo. Pero sencillamente no tengo tiempo para actos sociales… o cosas así.” Suspiró.
“¿Y por qué crees que te odia?”
“…” La miró a los ojos, profundamente. Euphemia tal vez no tenía idea de toda esa historia de Hanasaki y Rizembool. No sería adecuado decirle que una HiME le agarró odio de la nada pero que, de todos modos, la tiene que cuidar de vez en cuando a petición de otra HiME. “Ah, pero conozco a otra chica…” recordó a Kana Nakiri. Justamente la HiME que le había pedido de favor que cuidara a Zero Two en horarios programados.
“¡Dime!”
“Que… vamos a la biblioteca de vez en cuando.”
“…” Euphemia se quedó en silencio dos segundos. “Bueno… Algo es algo.”  Rio brevemente. “Pensé que tenías una novia allá. Ya me veía cómo reaccionarían un montón de ¨viudas¨ en Inglaterra.” Sus amigas podrían suspirar en paz cuando les contara que Henry seguía soltero.
“No tengo novia…” curvó una ceja, con un gesto reticente “Como que mi abuelo intentó forzar un compromiso con una chica, pero ella se ofendió porque jamás la busqué y rompió el acuerdo.”
“Ou…”
“¿Y tú?” ya que lo estaba invadiendo con preguntas complejas. “¿Ya tienes novio?”
“Y-yo.” Se sintió avergonzada por la pregunta que le saltó de pronto. “N-no. Sigo soltera.”
“Parece que alguien te gusta, por tu reacción.”
“Ay, no preguntes cosas que no tienen sentido.” Le dio un golpecito en el brazo. Iba a comentar algo más cuando su vista de pronto se dirigió al campo de exhibición. Noto que estaban agregando más altura a los obstáculos. Se espantó, y apuntó a esa gente “Henry… Están agregando más altura. Creo que se equivocan.”
“No. Yo lo pedí.”
“P-pero esa altura es casi imposible.”
“Casi.” Asintió.
“P-pero, es peligroso…”
“Euphie….” Le tomó suavemente las manos entre las suyas, dedicándole una sonrisa tranquilizadora. “No pasará nada malo… Esta vez.”
“…” La joven no pudo ocultar la preocupación en su rostro. Le era imposible no volver a recordar cierto incidente años atrás.

Flash Back
Tenía unos quince años de edad, ya llevaba participando en los torneos oficiales desde los trece como era la costumbre en su familia. Al principio la angustia y ansiedad le invadían al verse expuesta ante tanta gente que esperaba su triunfo (o caída) pero la compañía del joven Lancaster le concedía tranquilidad. Juntos, desde hace un par de años que se acompañaban en las competiciones a nivel nacional e internacional, por lo que se acompañaban mutuamente. Algunos de sus amigos la molestaban con que terminarían casándose, pero no comprendían la gentileza sin doble intención que un verdadero caballero como Henry podía darle.
Ella acababa de ganar su competencia y se sentía dichosa. Acompañó a Henry a la estación mientras se preparaba para darle su apoyo, él parecía tranquilo y seguro de sí mismo, pese a la altura en los obstáculos que le habían añadido.

“Estoy segura que lo lograrás.”
“Pienso lo mismo” acarició a su caballo, aquel corcel que había sido compañero de Henry por años. “Porque voy acompañado de mi fiel amigo.” Refiriéndose al caballo. “Y porque tengo que estar a tu altura, Euphemia.”
“Ya verás que ambos saldremos en la fotografía oficial levantando el trofeo.”
“Ahá.” Asintió.
“¿Ya estás listo?”
“…” Euphemia retrocedió un paso al escuchar la voz de aquel hombre recién llegado. Era un sujeto alto, de cabellos muy rubios y mirada fría. Se parecía mucho a su hijo, Henry, y podría decirse que era amable como él, pero Euphemia sentía un rechazo inexplicable hacia el padre de Henry. Al girarse, vio que estaba acompañado de su hijo Cain.  “Señor Lancaster, buenos días.”
“Pequeña… Felicidades por tu triunfo.” Apretó el hombro de su hijo. “Estás obligado a ganar para que no seas indigno de la compañía de la niña Britannia.”
“Más que ganar por compañía, Henry tiene que ganar para clasificar al mundial.” Agregó Euphemia, tratando de romper la tensión. “Estoy segura de que iremos juntos a representar a Inglaterra.”
“Oh, ¿Henry no te contó que se ausentará del mundial?” vio la confusión en la joven. “Para esas fechas tendrá el honor de ser parte de la British Army, como cada miembro de nuestra familia. Me sorprende que no te haya contado tan magnífica noticia.”
“…” Henry y Cain intercambiaron miradas entre ellos.
“…” todo lo contrario, de hecho. Henry le había comentado que no quería ir a la  Household Cavalry. “¿Es verdad?” preguntó inocentemente la pelirosa.
“Sí.” Le respondió el rubio, firmemente. “Es el sueño que todos los Lancaster tenemos y se ha cumplido para mí.”
“P-pero, no irás al mundial por el que nos hemos preparado tanto…”
“Es una desgracia. Pero Henry no puede fallarle a la academia juvenil militar. No hay modo que se ausente… Sólo pasando un milagro provocaría que se quede aquí.” 
“Ya… tengo que ir.” Henry tomó las riendas de su caballo.
“Éxito, hijo. Recuerda que no puedes perder en tu última presentación.”
Euphemia le siguió con la mirada, le vio montar y salir a marcha rápida. Pasó las primeras pruebas con facilidad, y así continuó. La chica tenía el alma en un hilo al ver el peligroso circuito. Sólo le faltaba una prueba más, la más alta de todas. Henry tenía puntaje perfecto, aunque su caballo tocase la valla con una pata aun así se llevaría el primer lugar y no había modo que se equivocara a esas alturas, pero… Falló.
No sólo falló.
Euphemia soltó un grito de espanto, mismo grito de conmoción que se escuchó en el público. Las vallas del obstáculo se quebraron ante el fallido salto precipitado y prematuro.
Cuando el caballo saltó el último obstáculo, misteriosamente el jinete perdió el equilibrio y tanto su caballo como él, se fueron hacia delante cayendo el peso del animal sobre el joven. Podría jurar que escuchó el crujir de los palos de la valla romperse, el crujir de los huesos ya sea del caballo o del jinete triturarse y el grito de dolor del animal que se revolcaba en el suelo.
“¡No puede ser!” la chica se cubrió el rostro, con horror.
“…” el señor Lancaster entrecerró los ojos, indiferente. “Lo hizo a propósito…” le susurró a su hijo Cain. Pensó que su hijo mayor tendría la misma reacción estoica esperable de un miembro de su familia, pero, otra vez, uno de sus descendientes le defraudaba.
“¡Henry!” Cain corrió hasta donde su hermano, en vano intentando quitarle el animal de encima. Euphemia corrió tras él, pero uno de sus sirvientes la detuvo quedando unos metros de distancia de los dos hermanos.
“…” Ella podía ver como los asistentes hacían fuerza en grupo consiguiendo mover el animal de sobre su jinete. No lograba percibir si Henry estaba consciente o no, pero veía a Cain intentando hacerlo reaccionar. “Por favor, que no sea grave.” Suplicó.
En poco llegaron los paramédicos y subieron al rubio en una camilla para llevarlo a la ambulancia y trasladarlo urgentemente al hospital. Alrededor del caballo pusieron un biombo para ocultar la desgracia de la vista de los espectadores. Euphemia vio que Cain se quedó parado, sin saber qué hacer, y el padre de éste llegó a su lado.
“Pobre bestia… Está sufriendo.” Negó con la cabeza, al ver el estado del animal quien se quebró las patas. El señor Lancaster sacó un arma de su traje y se la pasó a su hijo. “Dale paz, es lo justo.”
“…” Cain vio con espanto el arma y luego a su padre. “¿Y-yo…?”
“¿No puedes, acaso? ¿Te da miedo?” le preguntó con petulancia. “¿Fallarás en algo que te pido tal y como tu hermano?” 
“…Tal vez lo pueden operar”
“Sólo prolongas el sufrimiento del animal. Ya está dañado.”
“…” su padre no volvería a repetírselo “…Lo siento.” Le dijo al caballo, apuntándole. “Lo siento…” le repitió.
“Mh” el padre sonrió, tanto por lograr que su hijo hiciera lo que le pedía (que era, a su juicio, lo más noble que podía hacer por el pobre animal) como también con algo de burla hacia el mismo por mostrarse un tanto patético y débil en una acción tan simple.
“…” Euphemia miraba sin comprender. Notó que el padre de Henry cerró por completo el biombo ocultando al caballo. Pasó por su lado y le dio una palmada en la cabeza.
“Lamento que tuvieras que presenciar esto. Iremos al hospital a acompañar a mi hijo, cuando tengamos novedades te informaremos. Vuelve con tu familia.” Dicho esto, pasó de ella.
La joven dejo de escuchar los quejidos de dolor del caballo tras una especie de pito silenciado. Era terca, pese a que su sirviente le insistía que se fueran de allí porque no era bueno que una damita como ella estuviera presente, ella insistió en permanecer paralizada de angustia y curiosidad en ese sitio. Minutos después vio salir a Cain entre los biombos. 
“…” para la joven todo el escenario se silenció, con un pitido de fondo y una sensación de mareo. Su sirviente la sostuvo cuando sus piernas flaquearon y se la llevó finalmente de allí.
Cain permaneció en el lugar un momento más, igual de mareado y choqueado que Euphemia. Se arrodilló en el suelo sin saber por qué, porque sabía que debía estar de pie y seguir a su padre, pero se sentía cansado y mareado.
No escuchaba voces, ni gritos, solo silencio y un vaivén molesto que le producía nauseas. Tenía ganas de vomitar.

Euphemia no esperó recibir noticias de parte de padre de Henry, ella le indicó a su chofer desviarse e ir al Hospital. Para cuando llegó estaba Cain sentado en las sillas de espera, parecía más perdido de lo normal. Los ojos de la chica se nublaron pensando que quizá algo malo le había pasado a Henry.

“¿Él está bien?”
“Sí.” Asintió al reconocerla, sonrió un poco. “Está bien. Ya está consciente.”
“¿Y tú cómo estás?”
“¿Yo?” no entendió.
“…” se acercó a él, decidida. Le dio un abrazo aun sabiendo que podía ser rechazada por Cain. De todos los hermanos de Henry, lo sentía como el más arisco. Y eran familia en cierta línea, pero de su propia familia era ella la que más se arriesgaba a relacionarse con los Lancaster más allá de lo protocolar e incluso invadir en áreas más perceptivas de emociones. Siempre le habían dicho que ella tenía la capacidad de percibir cosas.
“Gracias.” el chico le devolvió el abrazo, débilmente. La puerta de la sala de intervención se abrió, saliendo el señor Lancaster. Los chicos se separaron.
“Señorita li Britannia.” Saludó escuetamente. Por lo visto esa niña no obedecía indicaciones.
“¿Cómo está Henry?” un hombre joven apareció de pronto, llegó corriendo y se notaba que sea lo que sea que estuviera haciendo antes salió disparado hacia el hospital.
“Vincent…” saludó a su hermano menor. “Está bien. No tuvo lesión cerebral. Se dañó la columna y va a requerir intervención quirúrgica, pero nada de riesgo ni nada que deje secuelas.” Sonrió luminoso “en un par de meses estará perfecto para ir a la academia militar.”
“No es una cosa a la que reparen para que sirva tus caprichos...” Vincent le encaró.
“Hermano” negó con la cabeza. “No estamos solos…” insinuando la presencia de Cain y Euphemia.
“…” Vincent se quedó callado, como todas las personas que rodeaban a su hermano mayor. Nadie parecía rebatirle nada.
Fin del Flash Back
De ese accidente habían pasado varios años. Incluso desde hace años que Henry volvía a competir sin problemas en el estadio de hípica logrando victorias, pero la sensación de temor en Euphemia no se esfumaba.
“Euphemia.” La voz atrás suyo le hizo volver al presente.
“…” notó que Henry soltó sutilmente sus manos. Una sensación de frío en su espalda recorriéndole la espina la invadió, como si detrás de ella tuviera a un espectro del pasado. Al girarse, incluso, tuvo la sensación de volver a ver al fallecido señor Lancaster. Pero los ojos verdes y el cabello oscuro de esa persona la volvieron en sí. Era Cain. “Oh, buenos días, Cain. Pensé que estarías en la competencia de esgrima.”
“Es en unos momentos más. Aprovecho en tanto de acompañar a mi hermano” se acercó a la joven y le saludó cordialmente. “Es un agrado verte aquí.”
“Gracias.” Le saludó familiar, cuando el miedo se le disipó y se dijo mentalmente ¨no es su padre¨ “Vienes acompañado.” Notó a dos personas más junto a él. “¿Tus amigos vienen a apoyarte?”
“Más bien, vienen a ver a Henry… Están emocionados de acompañarlo. Incluso viajaron desde Japón para estar hoy aquí” sonrió sínicamente.
“…” Kana lo odió más. “Es bastante hipócrita en público. Hasta parece simpático.”
“Hehe, a veces tiene que serlo.” Allen rio disimulado.
“Mucho gusto en conocerlos. Me llamo Euphemia li Britannia.”
“Yo me llamo Allen Walker. El gusto es mío.”
“Yo soy Kana Nakiri.” Se presentó. Aquella joven parecía ser muy simpática. Kana sonrió amigablemente antes de que su rostro expresara confusión “Un momento…” ese apellido…
“¿Si?”
“Ah… N-no… Nada, hehe” No estaba segura si el apellido del ex de Eureka era el mismo. El mundo a veces era muy pequeño. Miró al rubio. “¡Henry!”
“¿Señorita Nakiri?” era el más confundido de todos. “Es sorprendente verte aquí... Y a Allen” saludó a ambos.
“Ay, Henry, ya te he dicho que me llames por mi nombre.” Le sonrió.
“¿Se conocen?” Euphemia preguntó, curiosa.
“Na- Kana… estudia en Hanasaki. La conozco de ese lugar.”
“Oh, ¿la chica de la biblioteca?” porque era imposible que la chica que ¨lo odiaba¨ viajara solo para verlo.
“Ahá.”
“Aw, a veces nos reunimos con Henry para leer un poco.”
“Qué entretenido…” Allen giró los ojos. “¡Oye! ¿vas a saltar todo eso?” se maravilló al ver la pista.
“Sí.” Asintió.
“Después hablan más…” Cain los interrumpió. Se acercó a su hermano. “Ya te toca.”
“Verdad…” se subió a su caballo.
“¿Creo que si salta correcto rompe el record anterior de…?” Cain no sabía quién había hecho el último record.
“De vi Brittania, de hecho.” Respondió Henry.
“Sí, uno de mis primos logró el último record el año pasado.” Agregó la pelirosa, sonriente. “Fue sorprendente”
“Es admirable. Dile de mi parte que me siento maravillado por su talento y que me considere como su fanático” Cain la miró abriendo los ojos enormemente, fingiendo admiración. Se acercó más a su hermano, aparentando que afirmaba la montadura. “Ve y destruye a ese maldito engreído ahora YA.” Le susurró, competitivo.

Henry salió con su caballo árabe. Empezó desde el inicio con una velocidad intensa lo que preocupó a Euphemia quien por un momento pensó que se repetía lo del incidente de hace años, pero la pulcra y ágil presentación del rubio le daba confianza de que lograría superar la altura dada. Se notaba que sabía guiar perfectamente al animal y que el caballo estaba en sincronía con él.
Finalmente, el equino de Henry saltó el último obstáculo sin conflicto, concediéndole el triunfo a su amo y otorgándole un nuevo record a la familia Lancaster.
“Tenemos que celebrar el triunfo de Euphemia y Henry.” Dijo animadamente Allen. Esta era la oportunidad. “Y celebrar el cu—“ Cain le tapó la boca y lo lanzó hacia atrás, desapareciendo ambos detrás de una carpa.
“…” Kana los miró, extrañada. ¿Siempre eran así esos dos o es que Allen sacaba esa parte de Cain? “Que miedo…” susurró.
“Hay champagne preparados en la pérgola cercana a nuestra casa. Podemos… brindar juntos. Euphemia, Kana, por supuesto están invitadas si desean asistir.”
“¡Me encantaría!” dijeron las dos chicas al mismo tiempo.
“Aunque… Advierto que estarán nuestros hermanos menores.” Dijo Cain, después de deshacerse de Allen (?)
“Será encantador saludarlos, de hace tiempo que no los veo.” Apuntó Euphemia.
Sebastian trasladó en el vehículo a ese grupo. Primero dejando a Cain en el estadio de esgrima donde se presentaba en el campeonato nacional. Euphemia y Allen se bajaron con él diciéndole que lo iban a apoyar. El mayordomo dirigió a Kana y a Henry al punto de encuentro y luego volvería con Cain y los demás, como también con el resto de la familia.

“¿No se molestará tu hermano por no quedarte con él?”
“No creo.”
“¿Cómo sabrás si gana?”
“Él siempre gana.” Dijo con convicción. “Además, está bien acompañado.”
“No parece tolerar a Allen, ¿y es su amigo? Que rara amistad.” alzó una ceja. “Pero, tienes razón, Euphemia es una muy buena compañera.”
“Gracias por ir con Allen… No me lo esperaba.” Sonrió encantado. 
“Le gratifico a Allen que me motivara a venir.” Kana le sonrió atentamente, viéndolo a los ojos. “Has estado desaparecido de Hanasaki. Hasta Zero Two ha preguntado por ti y eso que ella te…”
“Me odia.” Rio brevemente, concluyendo.
“¡Perdón por ponértela de responsabilidad y pedirte que la cuides! Sé que es imposible controlar a ese energúmeno… Pero… Ya sabes el caos que dejo al atacar a su Rebel en plena área urbana” Kana todavía estaba enrabiada con Zero Two por esa estupidez que comprometió a gente inocente. “Y entre Ichigo y yo no nos da el tiempo de echarle el ojo y tenerla a raya.”
“Descuida. Me gusta poder ayudar… Y sé que Hiro está muy ocupado con sus exámenes y con estudiar también para hacer las tareas de Zero Two…Así que no me molesta tomar su turno” se notaba que Hiro amaba a esa chica. “Más bien me disculpo por estar ausente.”
“Nada. Tú tienes tus compromisos. Aunque…” se acercó a él, con maldad. “Que desagradable debe ser estar cerca de tu hermano. Por eso mejor lo dejaste con Allen, ¿no?”
“N-no.” Le desorientó el comentario. “Cain no es desagradable.”
“Ay, Henry, no sé cómo una persona tan buena e iluminada como tú es hermano de ese orco oscuro.”
“Or…co” repitió, recordando a esas criaturas grotescas.
“El joven Cain solía decir que el joven Henry era adoptado de niño cada vez que sus amigos le preguntaban cómo era tan diferente de su hermano.” Agregó condimento Sebastian.
“Que malo es.” Se quejó Kana  “Él debe ser el adoptado. Tal vez lo recogieron en Alemania… un familiar perdido y abandonado de Hitler, por ejemplo.”
“hehe”
“Vamos, di algo negativo de él. Sólo estamos los dos y Sebastian nos secunda. De aquí no sale.” Le picó con el índice, infantilmente.
“Eh, mejor no hablemos mal de él. Sé que puede ser a veces un poco… frívolo”
“Y un poco déspota.” Agregó Sebastian.
“…” Henry lo miró molesto.
“Y creído.” Siguió Kana. “Y tuuurbio.” Movió las manos como si se hablara de magia negra.
“Es bueno, en el fondo...” Henry se asomó por la ventana. “Llegamos.”
Sebastian detuvo el automóvil y ayudó a salir a los dos jóvenes. Kana abrió la boca, atónita al ver una hermosa pérgola de cristal cubierta con rosas rojas.
“¡Qué lindo!” se estremeció. Era como un cuento de hadas. Fue dirigida por Henry cuando la chica comenzó a soñar en su mente. Entraron en la pérgola y adentro resultaba ser igual de magnifica y lujosa que por fuera. En su interior había una mesa con unas botellas de champagne, una cubeta con hielo y copas. En otra mesa un coctel. En un rincón un par de músicos tocando instrumentos musicales clásicos. “Me siento como cenicienta.” Sonrió, cerró los ojos y puso las manos en sus mejillas, ensoñada.
“…” Henry se preocupó un poco por ella, pero solo eso.
“¡Hey, campeón!” un joven rubio de ojos azules llegó hasta ellos. Era muy similar a Henry, pero algo más andrógeno. Este abrazó a su hermano mayor. “¡Felicidades!”
“Gracias.” Le dio unas palmadas “Y felicidades a ti también por tu primer lugar en la carrera de velocidad.”
“La tuve difícil este año. Pero si no ganaba me tocaba pagar apuesta, haha.” Bromeó. Notó que una chica muy linda lo estaba mirando, confundida. “¡Henry! ¿Tienes novia?” preguntó en shock.
“N-no.”
“¿Cómo que Henry tiene novia?” se acercó otro joven, que también era rubio y de ojos azules, pero a diferencia del primero, su cabello era muy largo y le llegaba hasta bajo los hombros.
“Unos… príncipes.” Balbuceó Kana, al ver a esos chicos. Rubios, altos, ojos azules, perfectos.
“Es una bonita chica, hermano.” El primero se acercó a Kana, tomó su mano con delicadeza y depositó un beso en ella. “Mucho gusto, mi nombre es Leonhard. Soy hermano de Henry.”
“Eso se nota.” El otro chico lo codeó. “Somos muy parecidos.” Miró a Kana y le guiñó un ojo. “Si tienes una hermana, puedes decirle que Henry tiene hermanos iguales de lindos que él.” Sonrió. “Yo me llamo Licht. Me alegra conocer a la novia de Henry.”
“¿E-eh?” Kana parpadeó, más confundida. “¿N-novia?”
“No… es mi novia.” Henry se incomodó por la actitud de sus hermanos menores. “Discúlpalos… es la edad… supongo.”
“Si no es tu novia…” Licht y Leonhard se miraron entre ellos, pasmados. “¿¡Tienes una amiga!?”
“Hahaha, esas cosas no pasan, Licht.” Se rio Leonhard. “Henry no tiene amigas ni amigos.”
“…” el rubio lo observó con reserva.
“N-no deberían molestar a su hermano.” Abogó Kana por Henry. Se enserió. “Henry si tiene amigos. Yo soy su amiga.” Dijo firmemente, colocándose una mano en el pecho para indicarse. “Y se nota que la señorita Euphemia también es una buena amiga suya. Y Allen…” aunque no sabía si Allen era su amigo, en realidad. “Por cierto, me llamo Kana Nakiri.”
 “Es lindo que tengas una amiga que te defienda.” Abrazó a Henry. “Mi hermano es muy bueno. Y yo soy el más parecido a Henry.” Sonrió coquetamente a Kana. “Puedes ser mi amiga también. Prometo ser amable y atento contigo…En todo sentido.” Dijo con tono insinuoso.
“¿M-me… estás coqueteando?” Kana quedó shock con la actitud de los hermanos de Henry. Licht decía que era el que más se parecía, pero su personalidad resultaba ser todo lo contrario. Por un momento la chica se había enternecido con el gesto de Licht de aferrarse en un abrazo a su hermano Henry, pero parecía tener una doble intención hacia ella. Seguía mirándola provocadoramente. ¡Un adolescente le estaba coqueteando! Menos mal no había testigo de ello. Henry se deshizo del abrazo de Licht sutilmente, y se alejó de él. Kana aprovechó y se escondió detrás de Henry, asomándose brevemente.  “¿Q-qué edad tienes?”
“Dicen que parezco de veinticinco, pero para ti, puedo tener la edad que quieras, princesa.” Le guiñó un ojo.
“Tiene quince. Por eso lo hormonal.” Leonhard le dio una patada a su hermano. “Discúlpalo, por favor.”
“Okay…” Kana seguía asombrada con el espécimen Lancaster. Físicamente, todos eran iguales, pero al parecer cada uno tenía una personalidad particular. Pensó que todos podrían ser nefastos y téticos como Cain, o alguno se salvaba y era angelical como Henry, pero parecía que las crías Lancaster tenían una variopinta personalidad. “¿Y también son hermanos de Cain? Son un poco distintos a él…”
“¿Por las características estéticas? Richard se parece a nuestra madre. Tiene sus ojos y su cabello.”
“Y sus pestañas largas.” Añadió Licht “Aunque… también se parece al tío Vincent, mh…”
“Pero tiene la personalidad de nuestro padre.”
“Ya veo. Voy comprendiendo un poco la composición de ese ser.” Kana alzó una ceja.
“Haha, parece que no te llevas bien con Richie.”
“No le digas así.” Leonhard codeó en las costillas a su hermano Licht, aguantándose la risa.
“Pero si no está.” Rio cómplice.
“Eh, es que… es una larga historia.”
“Tenemos tiempo.”
“Eh… Es que… Nos conocimos en Hanasaki hace años atrás, fuimos muy amigos en ese tiempo.”
“Qué raro, nunca te nombro…” caviló Leonhard.
“Ya, pero había una amistad allí.” Kana se ofendió. “En fin. Pasaron los años y nos distanciamos. Creo que nos llevamos un poco atroz por eso…” Mintió.
“Puedo ser mejor amigo que mi hermano Richie. Déjame demostrarte” Insistió Licht.
“…” la peliplateada sintió que un tic nervioso se apoderó de su ojo.
“Compórtate, no es propio de un miembro de nuestra familia tener esas confianzas con personas afuerinas.” Un nuevo joven se integró en el grupo de conversación. Su cabello era castaño claro y sus ojos verdes, él usaba anteojos que le hacían lucir más serio e intelectual.
“¿O-otro Lancaster?” entrecerró un ojo, agotada.
“Kana, él es nuestro hermano Bruno.” Informó Leonhard.
“Es mayor que Licht y Leonhard.” Le susurró Henry.
“Cain… Henry… Bruno… ¿Leonhard? Y luego Licht, ¿cierto?” turnaba la mirada en cada uno de ellos. Bruno y los dos rubios Lancaster llevaban unas medallas en sus trajes. Parecía que ese día todos habían competido. Observó a Bruno, ése se parecía un poco más a Cain (quizá hasta era pesado, también) en apariencia.
“…” Los Lancaster menores se miraron entre ellos conteniendo la risa. Esa chica terminaría loca cuando conociera al resto.
“Ya llegaron los demás…” musitó Bruno, indiferente, cuando notó a un grupo de personas ingresar a la pérgola.
“Kana-chan, mira lo que me encontré.” Dijo Allen animadamente, acercándose a Kana. Cargaba consigo una pequeña y adorable niña de cabello rubio y ojos azules. Era sin duda adorable y parecía una muñeca de porcelana. La pequeña se aferraba a Allen y al ver a Kana escondió el rostro en el pecho del peliblanco, sonriendo tímidamente.
“¿Una niña?” Respondió irónica. Estuvo tentada a decirle que la alejara de ella. Se le acercó sinuosamente a Allen. “¿Desde cuando te gustan los niños?” le codeó. Hasta donde sabía, su amigo prefería evitar compartir espacio con niños pequeños. “¿O es que quieres quedar bien con los adinerados?”
“Adele es una ternura.” Allen le refutó. “No es babosa o gritona como los niños de su edad.” Y era cierto. No era que no soportara a los niños pequeños, pero prefería evitarlos en gran medida. Pero la pequeña Adele era demasiado encantadora y la conocía desde que era una bebé. “Yo que tú me ganaría el favor de Adele.”
“¿Eh?” no le entendió. Después miró a la niña. “¿Eres hermanita de Henry?” la niña negó con la cabeza, y luego miró a Allen sonriéndole.
“Es hija de un tío de Henry.” La mimó un poco más y luego la bajó de sus brazos. La niña se fue a jugar con un perro labrador negro que había reclamado su atención. “Por eso no se ha contaminado de amargura aún…” le susurró a Kana.
“Qué bueno que llegaste… Me siento un poco perdida… Son bastantes nombres que memorizar”
“Hehe, y eso que los presentes son los mínimos”
“Kana, te quiero presentar a mi familiar.” Euphemia llegó acompañada de una joven de cabello tono miel, con ojos grandes y de pálida piel. Era una chica delgada y se veía algo frágil tanto por su físico como también impresionaba que era de salud delicada. “Ella es Nunnally vi Britannia.”
“M-mucho gusto.” Saludó, tímidamente. La joven se tomaba sus manos, un tanto nerviosa.
“El gusto es mío. Me llamo Kana Nakiri, por cierto.”
“¿Uh? ¿Nakiri?” la jovencita la miró con curiosidad. “¿Eres familiar del señor Azami Nakiri?”
“Oh, ¿Cómo conoces a mi tío? Pensé que no era conocido fuera de Japón.”
“El señor Nakiri es conocido en las familias europeas como un buen inversionista y empresario.”
“Me sorprende.” Kana pensaba que ese viejo con suerte salía del distrito Nakiri.
“Y fue un kendoka muy poderoso cuando estuvo vigente. ¿Recuerdas cuando nuestro abuelo quiso contratar a un Nakiri o a un Kise para que nos enseñara esa disciplina?” Agregó Leonhard.
“Cierto.” Recordó Licht. Vio a Cain acercarse con sus otros hermanos. “¡Rich— Cain! ¡Veo que ganaste! Felicidades. Ya que estamos casi todos, podemos brindar.”
“Espera, Kana no conoce a todos tus hermanos.” Inquirió Euphemia. Se acercó a la joven y le fui indicando cortésmente a los que estaban presentes. “Imagino que ya conoces a Leonhard, Licht y Bruno.” Bruno se había quedado al fondo, prefiriendo un espacio de soledad. “Él Ruveliss.” Señaló a un chico de cabellos azulinos y ojos del mismo color, era alto y bien gallardo. Al igual que Bruno y Cain, parecía ser más bien serio y recatado. “Y él es Ciel.” Refiriéndose a un niño de unos doce años de edad, que se parecía mucho a Cain.
“¿Quién es ella?” preguntó déspotamente el niño al ver a la desconocida.
Listo. Era la versión enana y diabólica de Cain. Confirmó Kana. 
“Es Kana Nakiri. Amiga de Ca—“ Euphemia vio que éste negaba con las manos. La pelirosa le frunció la frente. “Amiga de Henry y Allen.” Siguió mirando con desaprobación al mayor de los Lancaster. “También tenemos a Eugeo y Shario, ellos dos son mellizos.”
“Mucho gusto.” Saludó el chico que se llamaba Eugeo. Kana le respondió el saludo con amabilidad. Era un muchacho rubio (para variar) y de ojos verdes. A su lado estaba el chico que era su mellizo, el cual no se parecía mucho físicamente a Eugeo.
Shario tenía el cabello rubio, pero de un tono escandinavo, los ojos más claros que sus hermanos. Otro detalle es que usaba silla de ruedas. Aunque le devolvió el saludo a Kana, desvió pronto la vista, tímido. Era quizá como Nunnally.
Euphemia buscó con la mirada a otro miembro. Que se había quedado al fondo, reticente de participar y apocando su presencia. Cuando logró encontrar su mirada, el joven no tuvo más opción que acercarse un poco. Euphemia le sonrió con amabilidad para integrarlo, siempre había tenido la percepción que el joven pasaba desapercibido al ser el hijo de al medio entre tantos hermanos.
“Slaine.” Mencionó al último. “Y veo que has ganado el primer lugar en tu categoría de esgrima. ¡Felicidades!”
“…” Asintió levemente, desviando la mirada. Euphemia era una chica muy linda, pero sentía que no debía mirarla.
Kana pensó que era uno de los más bonitos allí presente. Era un joven de ojos calipsos como Henry y el cabello rubio escandinavo parecido al de Shario, tenía buen porte y, si bien era ausente, sentía que era más sensato que otros hermanos.
“¿Entonces en orden serian…?” Kana miró a Henry.
“Ah, yo le digo.” Se adelantó Euphemia. Pensó que quizá sabía más que el propio Henry ese detalle (¿) ya que entre ellos no se sabían las edades de los otros ni se prestaban mucha atención. “El primero es Cain, le sigue Henry, Ruveliss, y luego Bruno. Slaine es el hermano de al medio. Los más jóvenes son Eugeo y Shario que son mellizos, y luego Leonhard y Licht. Finalmente, el hermano menor es Ciel.”
“Pero es el viejo chico.” Bromeó Leonhard.
“Tiene como ochenta años en edad mental” le secundó Licht. Esos dos eran muy cómplices.
“Y ustedes son retardados mentalmente.” Apuñaló Ciel a sus dos hermanos mayores.
“Por cierto, Leonhard y Licht son mellizos también.” Dijo Euphie, y los dos hermanos le sonrieron.
“Sorprendente” Kana estaba atónita. Pensó en la pobre madre y cuantos embarazos debió llevar. ¡Eran diez! Aunque, había mellizos… Kana sonrió para sí misma. Después de conocer desde hace muchos años a Cain, era primera vez que conocía a su familia. Eso le daba en cuentas lo reservado que siempre había sido.
Un nuevo grupo de personas entró en la pérgola. Euphemia le pidió a Kana que la acompañara a saludar a esas personas.
“Euphemia, que grato encontrarte aquí.” Dijo una muchacha de cabellos plateados y ojos color ámbar.
“Henry me invitó al brindis.” La pelirosa dijo alegremente. “Aristia, te quiero presentar a una amiga de Allen. Ella es Kana Nakiri, la conocí hoy en el derbi del Rey.
“Señorita Nakiri.” Saludó la joven, con un gesto de cabeza.
“Mucho gusto.” Kana estaba anonadada por su finesa, sintió que estaba enfrente de una auténtica reina.
“Me llamo Aristia La Monique. La joven a mi lado es Violet Evergarden.” Presentó a la muchacha a su lado. Kana observó a cada una de ellas, Aristia era una joven alta, delgada y bastante fina, con una presencia que indicaba inmediatamente que por su sangre corría linaje real. La joven a su lado era una muchacha rubia, delgada y de ojos verdes, que se mantenía un tanto al margen.
“Buenas tardes, señorita Britannia, señorita Nakiri.” Saludó Violet.
“Buenas tardes, Violet.” Kana correspondió el saludo amigable.
“Aristia es prima de Henry.” Dijo Euphemia.
“Oh, ¿entonces la niña Adele es tu hermana?”
“¿Adele? Ella es prima mía.”
“Creo que no he acertado en ningún caso respecto a sus familiares.” Kana se disculpó, riendo suavemente. “Perdón”
“No te preocupes. Es normal que los externos se confundan con nuestros vínculos. Los Lancaster somos una familia bastante grande y variada” Dijo Aristia. En ese momento un mayordomo se acercó a las jóvenes aproximando su bandeja y ofreciéndole una copa con champagne. Cada una escogió la suya. “Veras, de los que estamos presentes la mayoría somos descendientes de tres hermanos de la familia Lancaster mayor. Mis primos son hijos de mi difunto tío Richard Lancaster, yo soy hija del hermano de al medio… Quien usa el apellido La Monique de mi difunta madre.”
“La Monique es un apellido noble. Aristia es hija de un Sir.”
“Voy entendiendo mejor.” Asintió Kana. Luego miró a Violet.
“N-no. Yo no soy parte de la familia Lancaster… Pero Sir La Monique y la señorita Aristia han sido muy amables en aceptarme en su hogar después del fallecimiento de mi padre.”
“El padre de Violet era un fiel empleado de mi padre. Falleció en un incidente hace años. Desde entonces Violet me ha acompañado en casa y se ha convertido en una auténtica amiga.” Refirió Aristia, validando al a joven rubia a su lado. Desde que Aristia era pequeña se había criado, siendo hija única, muy sola en su enorme mansión. Tenía una cantidad de primos importantes, pero no los veía muy seguido. La llegada de Violet a su hogar, pese al infortunio de la pérdida del padre de ésta, para Aristia significó dejar de sentir ese vacío y soledad que siempre experimentó.
“Gracias por tus palabras, señorita Aristia.” Violet dijo cohibida.
“Para finalizar, Adele es…” Euphemia iba a terminar de armar el árbol genealógico cuando una nueva persona llegó al lugar. La pequeña Adele corrió a su encuentro y fue tomada en brazos por aquel hombre.

Kana abrió sus ojos en sorpresa. “¿El profesor Vincent?”
“¿Conoces a mi tío Vincent?” preguntó con curiosidad Aristia.
“¡Si!” dijo emocionada y divertida por la enorme coincidencia de verlo allí. “Es profesor de química en Hanasaki. ¡Ah! Que tonta he sido al no relacionarlo con ustedes…” Vincent Lancaster no llevaba un apellido que precisamente llevase todo el mundo. Y el parecido entre él, Cain y Ciel era evidente.
“Profesor, buenas tardes.” Saludó Allen, acercándose al recién llegado y estrechándole la mano cortésmente.
“Allen, que gusto verte aquí.” Le respondió el saludo con familiaridad. Vincent lo conocía por ser amistad de años de su sobrino. “Veo que ya comenzaron sin mí.” Bromeó al ver al resto con sus copas de champagne.
“Llegas tarde, como siempre…” le reclamó Cain.
“Oh, sobrino… No me regañes. Me recuerdas a mi hermano cuando te poner así.” Le bromeó de mal gusto. “No pude llegar tan puntual porque el vuelo tuvo retraso.”
“Al menos el suyo se retrasó. El mío me lo cancelaron directamente.”
“¿Y cómo así pudiste llegar hasta aquí?” preguntó curioso
“Kana Nakiri me trajo por medio de su capacidad como HiME.”
“¿Está la señorita Nakiri?” parpadeó, sorprendido. Al notarla, la saludó a distancia. “¿Cómo se ha portado Adele?” miró a la pequeña en sus brazos.
“Como el ángel que es.” Dijo Allen.
“…” Kana entendió por qué Allen le había dicho que era mejor tener en gracia a Adele… Porque tendría el favor del padre de ésta quien era profesor de la asignatura de química que ambos cursaban. “Que patán.”
Los empleados se encargaron de que todos los presentes tuvieran sus copas y rellenar las copas vacías de quienes ya habían empezado a beber del champagne francés.
Vincent Lancaster fue el encargado de pronunciar un discurso breve felicitando el logro de sus sobrinos. Fuera de las victorias, Vincent le dio más énfasis a la instancia de reunirse cada año en la pérgola con la familia y que, pese a las adversidades, lograban dejar las diferencias de lado para estar presentes (al menos, los que se podían reunir) excusó a su hermano mayo, el padre de Aristia, pero hizo presente el saludo de éste a sus familiares.
Kana escuchaba con atención las palabras del profesor Lancaster, siempre le pareció alguien fino y educado, por lo visto, además valoraba mucho la familia. Pensó en lo grande de esa familia y en los roles que cada uno parecía cumplir, recordando la suya propia, los Nakiri, quienes también eran una familia extensa y tenían a su tío Azami Nakiri como la cabeza de la familia. Claro, entre Vincent y Azami la diferencia era grande.
Su tío Azami siempre fue un tipo reticente del contacto de otras personas, clasista, manipulador y ambicioso. Que daría para intercambiarlo por Vincent…

La jornada continuó posteriormente con un almuerzo en el campo cercano, donde una gran mesa fue dispuesta con decoraciones de flores y vajilla fina. El menú era liviano y fino, esperable para gente adinerada, pero Kana se desilusionó porque deseaba comer algo denso con el hambre que llevaba desde la mañana.
« Last Edit: September 29, 2019, 08:03:00 PM by Kana »


Eureka

Re: HiMEverse Episode V: The Rebels Strike Back
« Reply #584: September 29, 2019, 06:56:01 PM »
Hola! Traigo fic compartido con Mimi :3

Mi parte estara en el color del foro y Mimi en este color!

Gracias Mimi por escribir conmigoooo, este fic nos lo debíamos de tiempo y salió super lindoooo ;; <3








En retrospectiva, era comprensible que las entradas se hubiesen acabado con tanta rapidez. Para un evento de tal magnitud, el precio de las entradas estaba muy cómodo. Y aún si no fuese así, el festival contaba con tantos grupos famosos y Madara no dudaba que, para las fans, la posibilidad de verlos a todos juntos era mucho más importante que su economía.

Madara sonrió, mientras observaba el estadio vacío. Aún faltaban algunas pruebas de sonido de ciertas unidades, que se realizarían en el transcurso de las horas que venían. Sin embargo, las colas de fans emocionados afuera del Tokyo Dome eran un recordatorio de que debían apurarse con los preparativos que faltaban.

La idea de organizar un festival benéfico había surgido luego de pasar un par de años en el extranjero. Sus colegas más famosos de Europa y Estados Unidos gustaban de hacer aquellos eventos. Madara, con poca experiencia en el mundo de la producción, había aprovechado para aprender sobre la organización de festivales hasta que, finalmente, logró ser un valioso apoyo para sus colegas y amigos músicos.

Esta era su primera vez organizando uno por su cuenta, y esperaba que todo fuera viento en popa.

“¡Mikejima!” Madara escuchó una voz detrás de él y se giró para encontrarse con Hiyori Tomoe.

Su grupo, Eden, era de una popularidad masiva, tanto que habían llegado a dominar el mercado extranjero. Sus singles sonaban en América y Europa, y tenían buena presencia en la región asiática.

Madara los admiraba, aún a pesar de que ciertos miembros del grupo eran un tanto problemáticos. Entre esos estaba Hiyori: provenía de una familia noble y adinerada y contaba con un talento increíble, lo que lo hacía un tanto creído. Y aunque intentaba hacerse el superior, no le costaba nada encariñarse con la gente. Eso le había sucedido con él, porque ahora eran buenos amigos. No quitaba que a veces fuese un tanto pesado, pero Madara no podía ser capaz de lanzar la primera piedra cuando sabía que él mismo también era así a veces.

En cambio, el mastermind detrás de Eden y de su sub-unidad, Adam, había sido apodado como una “víbora venenosa” y le hacía honor a aquel apodo. Era de temer, puesto que nunca se sabía qué andaba pasando por su mente. Sin embargo, era curioso saber que Hiyori había sido quien lo había bautizado así. Madara entendía que siempre existía cierto drama en los grupos musicales, así que tenía sentido.

“Hiyori-san~ Qué alegría verte~” canturreó Madara, emocionado.
“¡Igualmente! ¡Estoy tan emocionado!” Hiyori juntó sus palmas y sonrió. “Sólo espero que las unidades más novatas no nos dejen en ridículo.”
“¡No hables así, por favor! El punto de este festival es darle una oportunidad a todos por igual.”
“Mm, mm. Entendí que llamaste a productores famosos de otros países. ¡Sin duda, sigues teniendo buenos contactos como siempre!”
“Me deben unos favores, después de todo.” Madara sonrió. “¿Sazanami-kun y el resto?”
“Jun-kun, Nagisa-kun y la víbora están en camino. Yo me animé a venir un poco antes porque quería ver cómo estaba quedando el estadio.” Hiyori observó sus alrededores: las secciones divididas del campo, el escenario con  ¿Se va a llenar, no?”
“Sí, está sold-out.”
“Mm, tiene sentido. Ryuseitai es popular… tú has regresado con fuerza, y supongo que hay más unidades buenas.”
“¿No sabes quiénes más se presentan?” Madara rio.
“¿No? ¿Tenía que investigarlos?” Hiyori sonrió de lado.
“Haha~ Hiyori-san, nunca cambias.”
“Sólo me concierne la gente que realmente merece mi atención… y si nos invitaste y no mencioné a ninguna unidad más que a Ryuseitai, es por algo.”
“Akatsuki y Undead también son maravillosas.”
“Siento que he oído de ellas… pero a la vez no.” Hiyori se mostró pensativo. “Mm. Bueno. Las acciones dicen más que uno que las palabras. Así que espero que puedan brillar y no se opaquen al lado de Eden o de ti.”
“¿Yo? A veces me halagas demasiado.” Madara sonrió.
“No intentes hacerte el humilde, que el papel no te queda para nada.” Hiyori rio. “¡Este festival será un éxito, tranquilo!”
“Gracias, Hiyori-san. ¡Espero que así sea!”

Madara sonrió por última vez, antes de regresar a la zona de camerinos: sus colegas llegarían en cualquier momento y tenía que dejar listos sus espacios.


Una de las unidades que iban a presentarse en dicho festival era 2Wink, después de haber pasado unos días de tranquilidad y relajo de sus vacaciones, los gemelos Aoi habían empezado a entrenar con ayuda de su manager Vivio para dejar lo mejor de ellos dentro del escenario, habían tenido días de arduo entrenamiento ya que sus presentaciones siempre incluían sus piruetas y acrobacias que eran su sello personal.

Y finalmente llegó el día de la presentación Yuuta-kun, Hinata-kun, vamos por todo a conquistar a nuevos fans.

Veo que estas on-fire Vivio-san…-dijo Yuuta visiblemente animado-

Tu también estas muy animado Yuuta-kun…será porque tuviste una cita romántica con Ai-chan?? Y eso que esta vez te di permiso porque después pensarías que sería una mala manager…-

En realidad si no me dejabas…le iba a hacer berrinche a mi aniki para que te convenciera…-

Yuuta-kun estás hablando de mí? Que quieres que haga? Puedes pedirme lo que sea…-

Como siempre Hinata-kun con su complejo de hermano mayor…-rio la rubia divertida-

Es que Yuuta-kun es mi hermanito a quien amo mucho…- dijo sonriendo emocionado-y quiero todo lo mejor para él.

Pero lo consientes mucho y lo malcrias…-dijo fingiendo molestia-

Aunque últimamente mi querido Yuuta-kun me abandona por su novia….ya no pasamos más tiempo juntos y me siento solo y…-fingió llorar-

Aniki…-dijo casi sintiéndose culpable-

Nah…es broma…-rio divertido- me alegra que por fin puedas hacer cosas independientemente de mi tal cual lo querias…-

Y todo gracias a ti aniki…-le sonrio suavemente- bueno me voy adelantando al camerino ya que dejé mi celular ahí y quiero llamar a Ai-chan para que me de suerte…-se fue corriendo-

En serio no te sientes triste Hinata-kun?- la rubia apoyo una de sus manos en su hombro- tampoco debes de contenerte deacuerdo??-

El mayor de los Aoi se sonrojo levemente al sentir la cálida mano de su manager y amor secreto, sentir su apoyo le hacía sentirse menos solo y le daba valor de afrontar un futuro lejano sin estar junto a Yuuta- No te preocupes Vivio-chan yo estoy muy animado y mientras mi Yuuta sea feliz yo también lo seré- le tomo de la mano- vamos!! Vamos hacia el camerino para empezar con los ensayos previo al concierto.

Esta bien, pero por favor si te sientes solo alguna vez puedes llamarme para charlarlo deacuerdo?-

Deacuerdo!!...-

Finalmente la minivan que estaba trayendo a Ryuseitai había llegado, los cinco chicos se encontraban durmiendo porque se había quedado hasta la madrugada del dia anterior realizando grabaciones para programas de televisión y comerciales que habían requerido su ayuda, Chiaki y Kanata habían estado monitoreando el desenvolvimiento de Shinobu en sus recientes trabajos, ya que después del incidente que tuvieron en el paseo, lo habían visto asustado, pero parecía que todo estaba bien, Kanata estaba al lado del mas bajito mientras lo abrazaba, Shinobu estaba acurrucado a él, mientras que Midori estaba durmiendo apoyado en el hombro derecho de Chiaki,y Tetora estaba durmiendo en su hombro izquierdo

Las personas del staff abrieron la puerta del automóvil para acercarse a ellos y levantarlos con cuidado

Que? Ya llegamos??...-Chiaki abrió los ojos lentamente- Takamine, Nagumo levántense que ya llegamos!!!

Uhm…-Midori abrió los ojos lentamente- no…no quería llegar…solo me quiero ir…-

Midori-kun no digas eso!!-dijo Tetora animadamente- ya estamos en el Tokyo Dome!!

Puka~puka~…nee…Shinobu levántate ya llegamos…- el mayor movio ligeramente al más bajo del grupo-

Uhm...-abriendo los ojos lentamente- Shinkai-dono…-al verlo tan cerca de él se separó apenado porque sentía que había perdido el toque de pasar desapercibido-ya llegamos?

Si~…pudiste dormir bien??...-

Dormi como tronco y he recuperado mis fuerzas!!-

Me alegra oír eso~-

Oi…Kanata!! Sengoku! Bajemos a llevar nuestras cosas y buscar nuestro camerino!!!- hablo el líder e Ryuseitai que conversaba amenamente con Tetora que lucia muy animado, menos Midori que quería irse pero estaba siendo sujetando fuertemente por el mayor-


Por su lado, Akatsuki ya andaba acomodado en su camerino respectivo. Acababan de instalarse y se encontraban en plena preparación.

Kuro sacó los trajes de los colgadores y se los entregó a sus compañeros. Era una sorpresa que había estado preparando junto a Itsuki por un tiempo, ni bien Akatsuki retomó sus actividades.

La cara de asombro de Souma y la sonrisa complacida de Keito fueron suficiente para indicarle que andaban muy contentos con los trajes.

“Wow, no cabe duda de que Itsuki-dono y Kiryuu-dono son excepcionales en la costura,” mencionó Souma, observando su traje. “Ah, disculpe,” Souma encaró a Kuro. “Tal vez me equivoqué y solo usted los confeccionó… pero siento la esencia de su amigo en estos trajes.”
“Y no te equivocas, Kanzaki. Itsuki me ayudó.” Kuro sonrió. “Él tuvo la idea del concepto. Nunca hemos explorado la vestimenta de la era Taishou, y creo que era algo necesario.”

Los trajes eran uniformes oscuros de la era Taishou con bordeados complejos y bellos de tonalidades rojizas. Cada traje tenía una personalización especial que identificaba a los miembros, para que ninguno fuese igual al otro.

“Excelente, realmente.” Keito asintió. “Ha pasado desapercibida pero tenía que llegar el momento. Tenemos que usar un estilo similar para nuestro siguiente videoclip.”
“¡Por supuesto!” Souma se veía muy emocionado con la idea. Después de todo, era un fanático de los rodajes. Sus compañeros terminaban muy agotados pero Souma aguantaba los días de grabaciones sin ninguna pizca de cansancio.
“Dale mis agradecimientos a Itsuki,” dijo Keito. “Realmente se han lucido con estos trajes.”
“Mm.” Kuro sonrió. “Nos deseó suerte en la presentación de hoy.”
“Wow.”
“Sí, a mi también me sorprendió.” Kuro rio.
“Bueno, si tenemos su bendición, entonces nos irá bien hoy.” Keito sonrió, confiado.
“Tiene razón, Hasumi-dono.”
“Mikejima no nos dijo cuál es nuestro turno, ¿o sí?” preguntó Kuro.
“Creo que no. Pero primero hay que alistarnos. Ya luego le preguntaremos,” dijo Keito.
“¡Osu!” Souma y Kuro asintieron.



Cuando abrieron la puerta, lo primero que notaron fue a Hiyori echado en el diván del camerino, revisando su celular sin muchos ánimos. Su actitud apática dio un giro de 180 grados cuando alzó la mirada y se encontró con Ibara, Nagisa y Jun, quienes lo observaban con curiosidad. Jun, al encontrar que su líder y amigo andaba flojeando, se indignó y rodó los ojos. Nagisa no se inmutó, más allá de dedicarle una sonrisa pequeña. Ibara, mientras tanto, mantuvo su actitud perfecta y le sonrió con sorna.

“Aquí estabas, Tomoe-san,” dijo Ibara, a la vez que ingresaba con Nagisa y Jun. Hiyori, que había sonreído al cruzar miradas con Nagisa, terminó suspirando ante las palabras de Ibara y se cruzó de piernas, sin ninguna intención de moverse de aquel lugar.

Atrás de Ibara y el resto, entró el equipo para colocar los implementos necesarios. Las maquilladoras y estilistas hicieron leves reverencias mientras acomodaban sus kits de maquillaje, las planchas de cabello y otros elementos.

“¿Pero les dije que iba a venir un poco antes que ustedes? ¿Me ignoraron o qué?” Hiyori frunció el ceño, indignado.
“Yo sí recuerdo haber oído eso… creo.” Nagisa tomó asiento en la silla del camerino que andaba más cerca de Hiyori.
“Al menos haces el esfuerzo por recordarlo, gracias.” Hiyori le sonrió.
“¿Tal vez es una excusa de Ohii-san?” Jun se veía pensativo mientras tomaba asiento.
“¡No lo es!” La indignación de Hiyori aumentó. Con los años, se había hecho más difícil controlar a Jun: quien había empezado como un subordinado había terminado siendo uno de sus mejores amigos y era demasiado difícil guardar apariencias ante sus comentarios sarcásticos.

Pese a todo, le tenía cariño. Pero a veces podía ser demasiado problemático lidiar con su actitud.

“Vine para ver cómo andaban los preparativos,” explicó Hiyori. “Es el primer festival de Mikejima, después de todo.”
“Eso es cierto. Es curioso que haya querido organizar un evento de tal magnitud por su cuenta,” dijo Ibara, quien a diferencia del resto, se mantuvo de pie.
“…Yo creo que es admirable,” comentó Nagisa. “Más aún, su intención de otorgar los fondos a una organización benéfica. Y encima tiene como invitados a productores extranjeros, para que las nuevas unidades consigan contactos.”
“Quiere complacer a todo el mundo, al parecer,” comentó Jun.
“Es una estrategia digna de alguien como él,” dijo Ibara.
“Justo por ello no podemos quedarnos atrás.” Hiyori se acomodó hasta quedar sentado. Guardó su celular y le sonrió a sus compañeros de equipo. “Tenemos que hacer lo imposible para que Eden opaque al resto. No permitiré que otra unidad consiga ser el centro de atención.”
“Tenga por seguro que ninguno de nosotros permitirá eso, su majestad,” dijo Ibara. “Además, tenemos las canciones nuevas de Adam y Eve. Creo que hemos venido bien preparados. Por cierto, ¿cómo te sientes, Jun?”
“Ese paseo a Isshiki me ayudó,” dijo Jun. “Así que no deben preocuparse por mí.”
“…Me alegra que estés mejor anímicamente, Jun,” dijo Nagisa. “No puedo decir que te entiendo porque no sé cómo se siente que te—”
“Y no vamos a hablar de eso ahorita porque lo vas a deprimir de nuevo, Nagisa-kun.”
“Lo siento. Será mejor que empezemos a alistarnos,” sugirió Nagisa.
“¡Sí!”
“¡Como usted diga, su excelencia!”



Sakuma Rei estaba llegando al lugar del concierto, se iba a encontrar con sus demás compañeros de Undead, iba a ser la primera presentación luego de un largo tiempo de ausencia, al ser buscado aún por algunos miembros de Rizembool no podía darse el lujo de estar cerca de sus demás chicos, debido al riesgo que podían correr, además que tuvo que apresurar su regreso debido al pedido de Tsukinaga Leo, el cual tuvo que aceptar ya que la situación no estaba del todo bien actualmente, en su primera aparición pública  estaba siendo acompañado por Midare y Tsubasa como guarda espaldas, Yamanbagiri no fue con ellos porque cogio un resfriado y su hermano Horikawa se quedó en su departamento para cuidar de él, Tsubasa había dejado a Lucario en la mansión para no levantar sospechas de su condición de Hime.
 
Sakuma-senpai no estas nervioso en tu regreso a los escenarios?-la dijo la peliazul mirándole seriamente-
 
Por que debería de estarlo querida Tsubasa? Solo porque me aleje unos años del escenario no significa que me haya alejado de la música, siempre ha estado y estará conmigo, es una parte de mi…no crees lo mismo? Tu también eres música desde pequeña…y supongo que Tsukinaga-kun te contagio de su forma de amar a la música-
 
A mi me gusta la música…aunque ahora no pueda hacerlo junto a los demás, pero creo que entiendo tus sentimientos-
 
Es tan emocionante ver tanto a Sakuma-sama y Tsubasa-chan hablar de música, el líder de Undead y uno de los hermosos caballeros de Ousama...soy de las pocas personas afortunadas de tener tal placer…-
 
Midare-kun es el más emocionado para ir a este concierto…-rio divertido el pelinegro-pero recuerda que el día de hoy has venido como mi guardián personal-
 
Lo se…-suspiro pesadamente- aunque no disfrute de las presentaciones el saber que están en el escenario será muy divertido verdad Tsubasa-chan?-
 
Será una velada inolvidable, pero nuestro deber es cuidar a senpai…-
 
Mis dos invitados de honor…el reecuentro con mis hijos…es un buen dia para una persona de tantos años de edad como yo...mi dia hubiese sido el mejor si solo Ritsu me reconociera nuevamente como su anija…-
 
Dudo que eso suceda por el momento…-Tsubasa se rasco la barbilla- conociendo a Ritsu-kun será muy difícil que eso suceda…-
 
No me mates las esperanzas Tsubasa…-
 
Lo siento…-dijo algo avergonzada- pero solo quiero que sea realista senpai
 
Ritsu-san es un sueño!! Ya quisiera ser un hermano de él- dijo el rubio emocionado-
 
Midare-kun tiene buenos gustos…-
 
Una vez que llegaron al camerino de Undead, los demás miembros del grupo lo estaban esperando
 
Y por fin llego el tonto rey vampiro…ya nos estabas haciendo esperar demasiado…-hablo un pelicenizo de ceños fruncidos y brazos cruzados que lo miraba de reojo y se entusiasmaba a su manera-
 
Querido wanko, gracias por esperar, ven aquí dame la patita…-
 
Oye…-dijo el mencionado con enojo-
 
Sakuma-senpai por favor deje de molestar a Koga-kun…-
 
Pero miren a quien tenemos por aquí…-un rubio se acercó a la peliazul para arrodillarse tomar su mano y darle un suave beso-la hermosa princesa de Knights…es un gusto volvernos a ver Tsubasa-chan…-
 
Kaoru-san…-dijo sintiéndose algo avergonzada-
 
Hakaze-senpai será mejor que no incomode a Kazanari-san - hablo otro joven de tez morena y apariencia exótica- discúlpelo por favor…-
 
No te preocupes Adonis-kun…poco a poco me acostumbro…-dijo con una gota en la cabeza-
 
Midare se quedó maravillado al ver a los 4 miembros de Undead juntos, así que se acercó hacia Tsubasa y empezó a saludar alegremente a los demás para presentarse.




El festival iba a dar inicio, y después de un accidentado paseo con los Knights donde todo le había salido fatal por culpa de las precipitadas decisiones de su mejor amigo Leo, iba a dejar al menos este dia todas las preocupaciones atrás, para finalmente encontrarse con Chiaki después de varios años sin poder hacerlo, para esta ocasión compró toda la primera hilera VIP para poder disfrutar la perfomance de Ryuseitai sin ninguna interrupción, para poder sumergirse en los feels de antaño cuando estaba cerca de su primer y único amor, Naru se ofreció a llevarla y cuando vieron que Tsubasa se encontraba con Midare haciendo de guardaespaldas de Rei, los jalo para su lado mientras que dejaba a sus guardaespaldas personales cuidar los alrededores por ellos, así que los cuatro se estaban acomodando en sus asientos.

Ha pasado mucho tiempo desde que estoy cerca de un escenario...-dijo Tsubasa observando a toda la gente que estaba emocionada esperando al inicio del concierto-

No crees que sería divertido que subieras al escenario y cantar como lo hacias como cuando estabas en Knights? tu que dices Naru? acaso no es una buena idea??

Ara....claro que si, a Tsubasa-chan siempre le ha gustado cantar, desde que la conozco siempre ha cantado con todo su corazón asi que deberias de volver a cantar...yo lo haría pero no quiero opacarte...-dijo riendo suavemente.

Tsubasa-chan lo haría genial si volviera a los escenarios en este concierto…yo también quiero ver a la legendaria Tsubasa Kazanari de Knights nuevamente en el escenario…-habló emocionado el rubio de cabellos rubios largos-

Puede ser que me guste cantar, pero sería algo imposible subir ahora a este escenario para cantar...además no he preparado pista alguna , no he practicado baile alguno y mucho menos tengo el vestuario para hacer eso...-

Eso no es problema para mi...- dijo María ampliamente y con un chasquido de sus dedos, gente del staff se acercó a ellos y se llevó a la peliazul, Naru y Maria fueron detras de ella, dejando a Midare atrás que lucía muy emocionado-

Esa era tu intención desde siempre Maria-chan???...-Naru rio divertida- aunque también estaba emocionada para ver a Tsubasa cantar...-

Aunque ahora ando enojada con él, pude pedirle un traje para ti que fue diseñado exclusivamente por él, le comenté acerca de este festival y me dijo que te obligara si o si a subir al escenario para que vuelvas a cantar, asi que le comenté de mi plan y estuvo deacuerdo, claro que me dijo que filmara toda la presentación y ya tengo el staff que lo hará....-

En verdad que son muy peligrosos tanto Ousama y tu Maria-san...- dijo la peliazul suspirando pesadamente-

Estoy muy emocionada por lo que sucedera en estos momentos...-hablo Naru observando a sus amigas-


Tsubasa se probó el traje: el atuendo le quedaba a la perfección, y resaltaba su belleza y elegancia. Naru y Maria se emocionaron, aplaudiéndola al verla cambiada y lista para la presentación, cuando un toque en la puerta las distrajo. Naru corrió a responder, abriendo la puerta lo justo para ver al intruso… quien resultó ser Madara Mikejima, el organizador de aquel evento y uno de los idols que se presentaría.

“Oh, Mikejima-san.” Naru le sonrió… y luego se mostró un tanto preocupada. “¿Hay algún problema?”
“¿Pasó algo, Madara-kun?” preguntó Maria.
“¡No, no! ¡No pueden haber problemas hoy! ¡Es un festival y ustedes deben brillar!” dijo Madara, muy alegre.
“¿Ustedes?” preguntó Maria, observando a Madara. “No entiendo de qué hablas.”
“¿Puedo pasar?” preguntó Madara. “¡Debo conversar con ustedes!”
“Sí, claro,” dijo Maria.

Naru le abrió la puerta y el joven ingresó al camerino. No era sorpresa ver que Madara ya estaba vestido para su propia presentación, con un atuendo sencillo de tonalidades rosadas. Lo curioso fue verlo con un par de porta ternos que tenía colgando de su mano.

“Pues… Leo-san me mandó estos dos trajes a último minuto. Dijo que iban como plan B, por si Tsubasa-san no quería participar del festival.”
“No es que no quiera, es sólo que no me siento preparada ni cómoda. Entiendo que se van a presentar una gran diversidad de unidades famosas. No veo qué haría ahí.”
“Entiendo tus preocupaciones, pero el festival es para todos, Tsubasa-san. Aún así, comprendo que sería un poco terrible forzarte a subirte al escenario sola… y justo por eso Leo-san me dijo que tuviera esto a la mano.” Madara se acercó al diván para abrir uno de los porta ternos, mostrando un traje precioso y similar al de Tsubasa pero en matices rojos. Maria, Naru y Tsubasa se quedaron asombradas, puesto que era un vestido demasiado lindo como para dejar pasar la chance de estrenarlo en aquel concierto.
“A mí no me dijo nada sobre esto.” Maria rodó los ojos: Leo y sus planes de último minuto.
“Bueno, si les soy sincero, fue una idea de ambos.” Madara sonrió. “Sé lo talentosa que eres, Maria-san… y Leo-san abogó por la voz de Naru-san, así que creo que ustedes dos podrían lucirse junto a Tsubasa-san. ¡Y a mi me alegraría un montón! ¡Mientras más somos los participantes, mejor!”
“Bueno… Creo que tenemos un par de canciones que podríamos presentar,” dijo Maria, cogiendo su traje.
“Esto es sumamente repentino, pero una profesional no puede dejar pasar oportunidades como esta.” Naru guiñó el ojo. “Por cierto, Mikejima-san, ¿podría mostrarme mi traje?”
“¡Oh, claro!” Madara asintió y repitió lo mismo de antes, abriendo el porta terno restante: era un conjunto precioso, cuyo saco devanaba en una cola de vestido de tonalidades naranjas, para encajar con los colores de sus amigas.
“¡Waaah! ¡Está precioso!”
“El staff ahorita les traerá los zapatos y todo. Y Leo-san me pidió que les dejara a cargo de mis maquilladoras, espero que no sea problema.”
“No, al contrario. Esto… es increíble. Gracias, Madara-kun. También deberé agradecerle a Leo en su momento.”
“Haha, no hay de qué.” Madara esbozó una sonrisa muy sincera. “En serio me alegra que se animen a participar. Ya verán que todo saldrá muy lindo~”

En verdad debería de haber sospechado que a Leo se le ocurriría eso…-suspiro Maria- supongo que es una forma de decirme lo siento. afortunadamente he observado los pasos de bailes de Knights, asi que puedo bailar lo que sea…-

Y yo debería de imaginarme que tanto Ousama y tu estaban planeando algo asi…-la peliazul suspiro pesadamente-

Pero no crees que es genial Tsubasa-chan? Ousama pensó en ti y en lo mucho que te gusta cantar y hasta que se solucionen los problemas entre nosotros, no seria justo privarte de algo que amas con todo el corazón…-

Naru-neechan…-dijo la peliazul- tienes razón, aprovecharé la oportunidad que Ousama me dio para poder cantar…-observando a Madara- Mikejima-san gracias por darnos esta oportunidad …-haciendo una reverencia- Maria-san, Naru-neechan contaré con ustedes para desarrollar correctamente esta presentación

Claro que si déjalo a nosotras…después de todo nos conocemos desde muchos años y somos como familia- sonrio la pelirosa-Y tu Madara-kun no le digas a nada de mi presentación a Chiaki y los demás que sea una sorpresa deacuerdo??-

No te preocupes Maria-san…además ustedes comenzarán con la presentación como invitadas sorpresa, asi que todo estará bien…-

Mas te vale…-se cruzo de brazos- o sino no te lo perdonaba


“Haha, no me atrevería a actuar sin consultarte acerca de ello antes.” Madara sonrió. “Entiendo lo importante que Chiaki-san es para ti.”
“¡NO DIGAS ESAS COSAS!” Maria quería que la tierra se la tragase.
“Bueno, Tsubasa-san y Naru-san deben estar al tanto de eso.” Madara señaló a las amigas de Maria, quienes intercambiaron miradas cómplices.
“Un poco…” Tsubasa sonrió, divertida.
“Era predecible.” Naru guiñó un ojo.
“…” Maria suspiró. “Okay.”
“Bueno, las dejo para que se preparen. En media hora nos juntaremos todos para organizar los últimos detalles. Si tienen alguna duda, estoy aquí para ustedes. Como ya estoy listo, voy a pasearme por los camerinos ayudando a todos.” Madara volvió a sonreír. “La música ya está coordinada y lista para ustedes, así que no hay problema.”
“Gracias, Mikejima-san,” dijo Tsubasa.
“¡Mm, mm!” Madara negó con la cabeza. “¡A ti! ¡Y a Naru-san y a Maria-san también. ¡Me alegra que vayan a participar en este festival!”
“…” Las tres amigas intercambiaron miradas y sonrieron. “Te vemos luego, Madara-kun,” dijo Maria.
“¡Mucha suerte! Iré a chequear al resto~”

Madara salió del camerino hecho un torbellino: tal parecía que el tiempo andaba exacto y aún le faltaban un par de cosas por revisar.

Las tres jóvenes comenzaron con su preparación. Al cabo de unos momentos, ingresaron las maquilladoras y estilistas, que las ayudaron a estar terminar de alistarse para la presentación.


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